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1.

Crisis de 1929: el crac bursátil


Los acontecimientos descritos anteriormente expresaban ya una fuerte
inestabilidad política y económica mundial. El 24 de octubre de 1929 ocurre el
llamado “jueves negro” en la bolsa de valores de Wall Street en Nueva York, EU.
Fue sorpresivo para banqueros, inversionistas y dirigentes políticos del
mundo; el 29 de ese mes seguiría una caída mayor de la bolsa de valores y a
ésta le secundarían los derrumbes de otras bolsas de más países. Estas caídas
representaban la reducción dramática de los precios de los valores que ahí se
cotizaban; de una ligera recuperación en 1930 se pasó a subsiguientes caídas
de la bolsa estadounidense. Las consecuencias inmediatas redundaron en una
gran pérdida de riqueza en todos los continentes minando la confianza de los
inversionistas, entonces empezó a predominar el pánico bursátil: si las
compañías no podían vender acciones o bonos, el crecimiento a mediano y
largo plazo se vería reducido considerablemente.
Los inversionistas, presas de la incertidumbre, se arremolinan en torno a la bolsa
de valores de New York con el fin de vender sus acciones.
La quiebra de bancos de otros países contrajo el crédito, lo que desencadenó
diversas consecuencias como la disminución del consumo y de los precios, lo
cual afectó a muchas empresas. Además, de 1930 a 1933 se da la suspensión
de pagos de miles de empresas al punto de llevarlas a la quiebra; también
cayó estrepitosamente el comercio internacional al reducirse el valor de las
importaciones y exportaciones, esto desembocó en más bancarrotas. En
suma, la economía mundial estaba ante una depresión que trajo la miseria a
millones en países industrializados, también en naciones donde no tenían tal
avance.

En los años posteriores surgieron diversos estudios cuyos argumentos y


enfoques han intentado explicar el origen de la Gran Crisis dándole cierta
actualidad a este tema, sobre todo a partir de la crisis económica mundial del
año 2008, entre los principales puntos están:

1. La Reserva Federal estadounidense no anticipó la


naturaleza del boom bursátil ni expandió el crédito a los
bancos cuando se presentaron los primeros indicios de la
recesión, lo que le señala como responsable al no
implementar medidas para incrementar el dinero
circulante y así dar liquidez a los sectores económicos.
2. La drástica reducción del consumo y debilidad de la
economía industrial estadounidense, expresada en la
caída de la construcción de viviendas, la disminución de
los precios agrícolas (cuando aproximadamente la mitad
de la población habitaba en pueblos rurales), y la
reducción de la actividad de sectores industriales, todo
lo cual conllevó a la reducción de los salarios y ganancias,
provocando la disminución del consumo.
3. Otro de los enfoques expresa que debido a la debilidad
del sistema financiero se contrajo el crédito y esto
deprimió la demanda de bienes.

El campo de los EU fue uno de los lugares donde más afectó la crisis. La fotografía
de Dorothea Lange, “La madre migrante” refleja esa cruda realidad. Lange realizó
una serie de fotografías de la Gran Depresión, pero ésta, de 1936, es la más
famosa. Al respecto, la fotógrafa comenta: “Vi a la desesperada y hambrienta
madre… ella tenía treinta y dos años. Me dijo que había estado viviendo de la
verdura congelada de los campos de los alrededores y de los pájaros que mataban
los niños”.

La perspectiva que acentúa la sobreproducción de bienes como causa de la


crisis argumenta que la distribución desigual de los ingresos no favorece el
consumo; asimismo, los precios de los productos del campo crecen a menor
ritmo que los industriales; por ello, los campesinos reducen la adquisición de
maquinaria, materias primas y otros productos. Por otra parte, la recuperación
económica de los países más desarrollados les lleva a incrementar su
producción; entonces mientras la producción crece el consumo de esos bienes
disminuye. También se ha destacado que el desplome de la bolsa en 1929
generó incertidumbre y ello afectó las proyecciones a futuro de los
empresarios y la población, generando inseguridad en los inversionistas y
reducción de compras, con afectación al sector industrial; los posteriores
desplomes de las bolsas en otros países acentuaron estas tendencias.
En mayor o menor
medida los
aspectos señalados
son parte del
origen del crac
bursátil de 1929.
Dentro de sus
efectos estuvo la
incertidumbre y
pánico de los
inversionistas
bursátiles,
banqueros y
adinerados de EU y
del mundo, al
extremo de que
algunos de ellos se
quitaron la vida
arrojándose de los
edificios, ante la
desesperación que
produjeron las
pérdidas y la ruina.

Dentro del sistema bancario internacional, la quiebra del banco alemán más
importante en 1931 generó pánicos bancarios, retiros de depósitos y fuga de
capitales, a tal punto que se declaró que este país no estaba en condiciones de
seguir pagando las reparaciones de guerra, noticia que agudizó la crítica
situación, llevando al cierre por algunas semanas de los bancos más
importantes.
Es en este contexto que se adoptan políticas proteccionistas y nacionalistas. En
EU desde 1930 se imponían tarifas altas a las importaciones, medida
secundada por otros países, lo cual quizá sea un motivo de la caída del
comercio internacional.
Inicialmente, las inercias en la emisión de moneda para ampliar la
disponibilidad de crédito estuvieron presentes, pero entre 1930 y 1931, en la
mayoría de los países hubo fuga de capitales y retiros de depósitos en
metálico, mas cuando algunos países empezaron a abandonar el patrón oro y
devaluar monedas fue posible cambiar la situación. Gran Bretaña es la primera
en tomar esta decisión en 1931, le seguirían otras naciones, unas más
establecieron controles al tipo de cambio de su moneda, pero quienes
abandonaron el patrón oro encontraron una recuperación más pronta, entre
ellos se pueden incluir países latinoamericanos; por su parte, Francia, Polonia,
Suiza y Holanda continuaron con este mecanismo hasta 1936.
Las diferencias en cuanto al curso de la política monetaria, seguida por las
potencias, habla de la dificultad de lograr la cooperación para superar la crisis.
Fue hasta 1932 que se dieron reuniones internacionales para diseñar
estrategias. Una vez que se da la quiebra alemana, el gobierno
norteamericano estableció una moratoria por un año de las deudas de los
países aliados, para reducir la presión sobre Alemania.
En 1932, las potencias acordaron renunciar al cobro de la mayor parte de
deudas o indemnizaciones, reduciéndose el monto a pagar por Alemania a
menos de 1000 millones de dólares, mientras que a gran Bretaña, Francia,
Italia y Bélgica se les concedió un año de gracia para pagar sus adeudos con
EU. En 1933 una nueva reunión internacional que buscaba la cooperación en
las políticas monetarias a implementar fracasó; así, algunos países
mantuvieron el patrón oro hasta 1936, otros vincularon la convertibilidad de
sus monedas con la libra esterlina.
Todo esto no era sino el reflejo de fuertes tensiones internacionales. En
respuesta al congelamiento del pago de las reparaciones, EU aprobó una ley
que limitó la venta de bonos extranjeros en ese país, lo cual se acompañó de
una propaganda antieuropea; por su parte, en 1934, Gran Bretaña suspendió
los pagos de sus deudas de guerra con EU, secundándole Francia, Italia y
Bélgica.

Ejercicio de Escritura
Lee atentamente el siguiente texto de Groucho Marx y, a través de la
interpretación del mismo, así como de lo visto en el tema Crisis de 1929: el
crac bursátil, elabora un comentario libre (entre 50 y 100 palabras) sobre
los antecedentes y las consecuencias que tuvo para los inversionistas el
crac bursátil.

Groucho Marx, actor, humorista y escritor estadounidense, quien llevó por


nombre Julius Henry Marx, en su libro Groucho y yo (1981) escribió respecto a
la situación que privó durante los años previos a la crisis económica y una vez
que se presentó ésta:

Muy pronto, un negocio mucho más atractivo que el teatral atrajo


mi atención y la de mi país. Era un asuntillo llamado mercado de
valores (...). Si uno compraba ochenta mil dólares de acciones, sólo
tenía que pagar en efectivo veinte mil, el resto se le dejaba a deber
al agente (...). El mercado seguía subiendo y subiendo (...). Lo más
sorprendente del mercado en 1929 era que nadie vendía una sola
acción. La gente compraba sin cesar (...). El fontanero, el carnicero,
el hombre del hielo, todos anhelando hacerse ricos arrojaban sus
mezquinos salarios –y en muchos casos los ahorros de toda la vida–
en Wall Street (...). Un buen día el mercado empezó a vacilar.
Algunos de los clientes más nerviosos fueron presa del pánico y
empezaron a vender (...); al principio las ventas se hacían
ordenadamente, pero pronto el pánico echó a un lado el buen juicio y
todos empezaron a lanzar al ruedo sus valores (...) y los agentes
empezaron a vender acciones a cualquier precio (...). Luego, un día,
Wall Street tiró la toalla y se derrumbó. Eso de la toalla es una
frase adecuada porque para entonces todo el país estaba llorando.
Lozano, J. (2004) Entreguerras.
http://www.claseshistoria.com/entreguerras/%2Bgrouchomarx.htm#arriba (febrero,
2016).

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