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Carmen Antony.
Esta visión no nos satisfacía de ninguna manera por simplista y alejada de la realidad, puesto que
la delincuencia de las mujeres había ido aumentando paulatinamente y, en ocasiones, con gran
impacto, como es actualmente su implicación en los delitos relacionados con droga y contra el
patrimonio, situaciones que están íntimamente relacionadas con los factores de feminización de la
pobreza, el fenómeno de la migración interna y externa y la globalización entre otros.
Los criminólogos-as que habíamos transitado por el camino de una criminología crítica nos
habíamos detenido en la denuncia de la selectividad del sistema, pero no contemplamos la
desigualdad de género en el estudio del Sistema Penal y de la propia Criminología
Al detenernos en el análisis de la dominación del poder clasista olvidamos que nos movíamos en
un mundo patriarcal, en otras palabras que ,la génesis de la opresión y violencia ejercida por los
hombres contra las mujeres, no era sólo una opresión inter clases, sino producto de la estructura
patriarcal de la sociedad y, por lo tanto, los problemas que se producían particularmente en la
comisión de delitos de las mujeres, y particularmente en la ejecución de la pena también
reflejaban estereotipos de género.
Sea en los tiempos de la Inquisición, o en América- en las culturas de ese entonces -las
mujeres trasgresoras que no correspondían a las expectativas masculinas, eran
sancionadas con la lapidación, el exilio, la quema en la hoguera y otras prácticas
violentas.1
La consolidación del poder punitivo contra las mujeres tuvo su nacimiento en la obra “El
martillo de las Brujas”, bajo la bendición del Papado que explicaba la supuesta inferioridad
de las mujeres ylas estigmatizaba como seres inferiores y peligrosos. Este Manual se
utilizó medio siglo después de su publicación, por los jueces de la Inquisición para castigar
a las hechiceras y brujas, poseedoras de conocimientos sobre curación de algunos males.
Miles de mujeres murieron en la hoguera por ello.
Por su parte las SietePartidas, castigaron con la mima rudeza las prácticas de una supuesta
hechicería, peropenalizaron además a las mujeres pobres, prostitutas, ebrias, mendigas,
mujeres sin oficio o solteras, etc., en otras palabras a las “diferentes” que trasgredían el
rol social atribuido a las mujeres, naturalmente desde la mirada masculina. Las sanciones
contempladas eran la pena de muerte, la exhibición de estas mujeres desnudas
montadas en burro o la aplicación de azotes o destierro.
Era el Papado quien determinaba cuáles conductas serían ilícitas, con sus sanciones y
castigos imbuidos de un claro contenido de moralidad familiar y religiosa, mezclando el
fuero familiar con el jurisdiccional. La religión predominaba sobre la ciencia y la razón, lo
que se reflejaba en el derecho penal que equiparaba delito con pecado, pues violaba el
orden religioso-ético de la época. Este monopolio legitimó la segregación, la
discriminación, la subordinación y el relegamiento de la mujer.
Bajo estos conceptos toda conducta trasgresora era una ofensa para la familia de la cual
formaba parte la mujer y era criminalizada por trasgredir el”honor familiar”. En los casos
de adulterio de la mujer era el marido quien decidía la suerte de la mujer adúltera o
trasgresora, la que era enviada a un convento por el tiempo que éste determinara para
expiar su conducta como una réproba, y recibir “las normas de moral y buenas
costumbres”. La doctrina de la potestad marital estaba implícita en estas concepciones
penales y criminológicas: el marido respondía por las trasgresiones de la mujer puesto que
1
Hoy, en pleno siglo XXI encontramos muchas de estas salvajes prácticas como la clictorictomia,, el sutte, o
la lapidación de las mujeres adúlteras.
3
La misma doble moral se aplicaba en el caso de la prostitución. Mientras “que el paga por
pecar” no era sancionado, la “que peca por paga” era condenada desde el confinamiento
a una casa de reclusión, hasta la cárcel o extrañamiento, más una variedad de penas
infamantes según el tiempo y el lugar para dar el ejemplo que animase a vecinos y
funcionarios2
Ante el fracaso de la autoridad familiar como figura atractiva y valorativa se crearon las
cárceles en el Siglo XVIII. La mujer trasgresora era un peligro para elorden social impuesto
en la sociedad y necesitaba ser disciplinada de acuerdo a los valores patriarcales que eran:
orden,disciplina, educación,contenciónsocial y del cuerpo, atributos que la propia
educación religiosa le había dado. Estos antiguos procedimientos de control tienen su
respuesta contemporánea cuando se penalizan las conductas de aquellas mujeres que
contravienen a la autoridad religiosa, moral, política o social.
2
Pigna, Felipe.”Mujeres tenían que ser” .Editorial Planeta. Buenos Aires.2011 páginas 141 y ss.
3
La legislación penal chilena así lo estipulaba y solo en el año 1955 tal norma fue derogada por Ley
no.11.183.
4
De alguna manera Freud apoyó indirectamente las teorías de Lombroso, cuando se refirió
al complejo de castración que supuestamente cargaban las mujeres y que precedería al
complejo de Edipo. En efecto, al quedarse en este estadio, significaría un complejo de
masculinidad que explicaría las presuntas alteraciones psíquicas que la conducirían a la
desviación. En otras palabras, la mujer delincuente estaría tratando de convertirse en
hombre.
Otro autor Thomas afirmó que las mujeres quieren ser activas, pero que en realidad
quieren ser hombres puesto que con su pasividad salvan energías, en tanto que los
hombres gastan energías y son activos 5. La supuesta anormalidad de las mujeres,
agregaba, residía en su masculinización que las hacía equiparlas a los varones, en altura,
apasionamiento, fuerza, e incluso volumen cerebral. Esta exclusión de las circunstancias
socioculturales que rodean y cercan a la mujer, lleva nuevamente a la explicación psico-
bio -patológica de la desviación femenina.
Otro autor, que se refirió a la delincuencia femenina fue Pollack quien ratificando la
naturaleza fisiológica determinada por las supuestas inestabilidades hormonales al
4
Freud, Sigmund.” Nuevos aportes al psicoanálisis” Obras completas. Tomo II. Biblioteca.Nueva Madrid,
Madrid 1948.
5
Thomas W Y.”The unadjusted girl” Little Brown .Boston. 1923.
5
Adler y Simon dos criminólogas norteamericanas rechazaron este enfoque del positivismo
biológico para explicar que el incremento de la criminalidad femenina se debía a la
emancipación de la mujer.La mujer, sostenía Adler, dejó su pasividad para volverse más
despierta y agresiva, y por lo tanto cometer conductas que son propias de los hombres
(tesis de la masculinidad). Esta nueva mujer más dura y liberada sería capaz de cometer
delitos violentos, lo que se conocería como la “Nueva Mujer Criminal”.
Contra estas ideas el movimiento feminista lanza una serie de argumentos destinados a
desechar tales planteamientos invocando los siguientes argumentos:
6
PollackOtto.”The criminality of women” Philadelphia .Universidad de Pennsylvania..Press. .1950.
7
Antony Carmen “.Las mujeres confinadas.” Editorial Jurídica de Chile.Santiago.2.000
6
• El uso de la medicación para las reclusas con sentencias sin reclusión son
igualmente formas de control social y su funcionamiento no debe ser desestimado
por ser menos punitivo o coactivo.
• Las mujeres jóvenes trasgresoras sufren intrusiones en su libertad en cosas que los
hombres no la sufren, cuando, por ejemplo, se les considera en “riesgo moral “por
su procacidad sexual. 8
Estos aportes sobre el estudio del delito y de la justicia criminal se alejan del modelo de
análisis concebido desde las esferas del poder- manejado por hombres blancos, de clase
media, y con poder adquisitivo-, demostrando que el tipo impuesto no podía ser aplicado
por igual a hombres y mujeres y que la especificidad de uno u otro no podía
encasillarsecomo único patrón. Estos estudios feministas han permitido la congruencia de
varias corrientes teóricas diferentes que han permitido una articulación teórica capaz de
integrar las relaciones entre clase, sexo y raza en la criminología 9.
Muy importante fue el aporte de Carol Smart quien, además de denunciar que la mujer
delincuente prácticamente estaba ausente en los estudios criminológicos, era tratada
discriminadamente cuando era la víctima de delitos, como la violación, el incesto, los
abusos sexuales y la violencia intrafamiliar, todo lo cual ameritaba investigar no solo los
delitos cometidos por las mujeres, sino además su tratamiento legal incluyendo lo que
sucedía en la ejecución de la pena.10
Una segunda ola de trabajos de las feministas sobre el particular, detuvo además su
mirada en la forma cómo era el tratamiento penitenciario que se les imponía a las mujeres
privadas de libertad.
Al respecto la británica Pat Carlen se refirió a los rasgos sobresalientes de estas mujeres
afirmando que:
8
Brown,Beverly.”Women and Crime: the dark figures of criminology” Economy Society no.15.1986.
9
Biron L.” Les femmes et l’incarcélatión, le tepmsnearriverien”. Criminologie.Volumen XXV no.1
10
Smart,Carol.”Women, Crime and Criminology” Rouledge&Kegan. London. 1976.
11
Carlen, Pat.”Criminal Women”.Polity Press Cambridge 1992.pág. 53..
7
De allí en adelante se intensifican los estudios sobre temas como Mujer y Criminalidad,
reconociendo su lenta incorporación en los textos sobre Criminología, la expansión de sus
estudios y la incorporación del concepto de género en los eventos, trabajos y agendas
sobre la administración de justicia.Cierto es que el debate teórico aún no se perfecciona,
sin embargo ha habido avances notables en su construcción en lo relativo al sistema
penitenciario y a la forma cómo opera en el caso de las mujeres privadas de libertad.
Lo importante, indicaba del Olmo no está en la criminalidad de la mujer sino mas bien a
develar la tendencia dirigida hacia su criminalización y a que el sistema penal las esté
llevando a prisión por estos delitos. Esto significa estudiar las implicaciones de la actual
guerra contra las drogas en el ámbito de la relación de género entre la mujer y la ley. i12
Algunas investigaciones a nivel latinoamericano que merecen ser destacadas por sus
conclusiones coincidentes nos indican que:
12
Del Olmo, Rosa.“Criminalidad y Criminalización de la mujer en la región andina” Editorial Nueva Sociedad
.Caracas 1998, página 31.
9
Nos atreveríamos a agregar otros temas claves para analizar como raza, edad y
participación femenina en la criminalidad masculina .Hoy en día en México y Guatemala
se han detectado otras conductas delictivas no convencionales relacionadas con los
delitos relacionados con droga, como la participación más activa de la mujer, llegando en
algunas oportunidades a actuar como sicarias bajo la orden de la organización criminal.
13
Ibidem
14
Rodriguez, María Noel.2 Mujeres madres en prisión en América Central” ILANUD-UNED-OACDH. Costa
Rica.2008.
10
En lo que respecta a la segunda corriente, Zaffaroni nos alerta que” el solo utilizar el
Derecho Penal mínimo no es suficiente puesto que se necesitaría un cambio de la
sociedad misma, y no un mero retoque penal”, Continua diciendo:“defender la
criminalización o el agravante de la pena por el aborto por ejemplo, es creer en la eficacia
del poder preventivo de la pena.El caso del aborto es precisamente el fracaso de su
función porque ni disminuye el número de abortos y se siguen permitiendo los atentados
contra la vida e integridad física y psicológica de las mujeres que han optado por ese
camino.” 16Esta es una discusión no zanjada todavía, que amerita una construcción más
teórica sobre la utilidad del Derecho Penal para situaciones tan complejas como la
participación de la mujer tanto como delincuente o como víctima ,y que escapa al tema de
este trabajo.
15
Entre algunas de estas investigadoras latinoamericanas destacamos a: Rosa del Olmo, Lola Aniyar de
Castro, Maria Noel Rodriguez,, Carmen Antony, Elena Azaola, Cristina Yiacaman,, Alda Facio, Ligia Martin,
Gladys Tineo.
16
Zaffaroni,Raúl.”El discurso feminista y el poder punitivo”. En Las trampas del poder punitivo. Editorial
Biblos.Barcelona.2.000.Páginas 19 a 31.
11
Los movimientos feministas han logrado importantes avances que han enriquecido a la
Criminología y al Derecho Penal. Temas como el acceso a la justicia, la protección de las
mujeres en caso de las diversas manifestaciones de la violencia contra ellas, la
desmitificación del poder punitivo en los casos de abortos o infanticidios, la eliminación
de conceptos discriminatorios como la buena fama o la doncellez,o la cancelación de la
punibilidad en el caso de matrimonio del ofensor con la víctima. Sin embargo no en todos
los países de nuestro hemisferio se han impuesto estos progresos, lo que nos indica que
no hay que bajar la guardia.
Sobre el particular señalamos algunas de las características que todo trabajo sobre la
criminalidad y criminalización de la mujer debería abarcar:
En todo caso, debe quedar en claro que no está formulada la última palabra, y que falta
todavía un desarrollo más acabado de la teoría feminista en esta materia. Si bien es cierto
que no podemos abandonar el derecho, como un lugar más de lucha, estamos ciaras que
este derecho también crea las diferencias de género e identidad. Lo particularmente
interesante es que hemos avanzado en el pensamiento feminista, demostrado con las
investigaciones hechas en la actualidad en nuestro continente, las que deberían
considerarse en las políticas públicas que deben contemplar esta perspectiva de género.
Para lograr esta incorporación se hace necesario introducir nuevas miradas en las
investigaciones incorporando aspectos como la discriminación, la desigualdad. la
feminización de la pobreza, los cambios culturales, entre tantos otros indicadores
necesarios para analizar los procesos de criminalidad y criminalización de la mujer. El
estimular estudios que contengan las variables de género en el caso de su participación
17
Pérez Pinzón, Alvaro y Pérez Castro Brenda.” Curso de Criminología. Universidad Externado de
Colombia.7ª. edición.Bogotá.2006-
12
BIBLIOGRAFÍA
BARATTA, SANDRO “El paradigma de género” en Las trampas del poder punitivo
.Editorial Biblos .Buenos Aires 2.000
.BIRON “Les femmes et l’encarcelation.: Le tempsnearrivepas”.
Criminologie.VolumenXX no 5.
BIRGIN Y KOHEN “Acceso a la justicia como garantía de igualdad” Editorial
Biblios.Buenos Aires. 2006
BROWN BEVERLY.”Women and crime:the darkfigure en criminology”Economy
society.no 15.1986
CARLEN PAT. “Criminal Women” Press Cambridge.1992.OLMO ROSA DEL.” Nuevas
teorías sobre la criminalidad femenina” en Criminalidad y criminalización de la mujer en la
Región Andina. Editorial Nueva Sociedad Caracas 1998.
FREUD,SIGMUND.” Nuevos aportes al psicoanálisis”Obras completas..Biblioteca Nueva
Madrid,Madrid 1948.
SMART,PAT “ Feminist and the power of law” Routledge and Kegan .London 1979.