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c) Causa social. - Se refiere a factores relativos al medio económico y social, a las formas de
organización de la sociedad, a las normas culturales y a las creencias que contribuyen a crear
un clima en el que se propicia o inhibe la violencia, Pobres logros escolares. Pobre nivel
educativo. Frustración laboral e insatisfacción personal. Desempleo (o cambios continuos de
empleo).
d) Causa comunitario. - Se refiere a la influencia de valores, usos, costumbres y dinámicas de
organización comunitaria que establecen y refuerzan patrones socio cultural que toleran y
legitiman la violencia. En este nivel se encuentran las instituciones y estructuras sociales en
las que se desarrollan las relaciones sociales y las características que incrementan el riesgo de
actos violentos. ¬ Concentración de pobreza. ¬ Desigualdad de oportunidades. ¬ Crisis
económica. ¬ Socialización en roles sexuales. ¬ Aceptación social de la violencia. ¬
Distritos con elevado índice de criminalidad.
X.- MINISTERIO PUBLICO
MISIÓN Y VISIÓN
1.- Misión. - Promover una justicia penal restaurativa, plural, pronta y oportuna, defendiendo
los derechos de la sociedad y de las víctimas contribuyendo a la construcción de una Cultura
de Paz y de un Estado Constitucional de Derecho.
2. - Visión. - Ser reconocidos como una institución al servicio de la sociedad, caracterizada
por su autonomía, independencia, confiabilidad y capacidad de respuesta técnica y científica
en la acción penal pública y la protección de las víctimas, en la búsqueda de la verdad material
e histórica de los hechos.
3.- Finalidad. - El Ministerio Público tiene finalidad de defender la legalidad y los intereses
generales de la sociedad, ejercer la acción penal pública e interponer otras acciones, en el
marco establecido por la Constitución Política del Estado, los Tratados y Convenios
Internacionales en materia de Derechos Humanos y las leyes. Tiene autonomía funcional,
administrativa y financiera.
XI.- LEGISLACION PENAL.-
Bolivia, no tiene tipificado el feminicidio como delito autónomo. El Código Penal en el Título
VIII, Capítulo I referido a los “Delitos contra la Vida y la Integridad Corporal” sólo establece
los tipos penales de homicidio (Art. 251), asesinato (Art. 252), parricidio (Art. 253) y
homicidio por emoción violenta (Art. 254). 2.4.1.1. EL HOMICIDIO SIMPLE.
El Código Penal boliviano establece, en su artículo 251, el delito de homicidio, que consiste
en dar muerte a otra persona de manera dolosa, sin que concurran algunas de las
circunstancias especiales que configuran el delito de asesinato, parricidio, de homicidio por
emoción violenta u otro homicidio que contemple el código penal boliviano. Se trata del tipo
legal básico en relación a la protección de la vida humana independiente. El sujeto activo
puede ser cualquier persona, el sujeto pasivo cualquier persona excepto descendiente,
conyugue, conviviente porque en estos casos se configura otro delito. Constituye una
agravante si la víctima es una niña, niño o adolescente.
El comportamiento consistirá matar a otra persona tanto por acción como por omisión,
debiendo existir un nexo de causalidad entre la muerte y la acción u omisión del autor, además
de la existencia que dicha realización le sea imputable jurídicamente.
EL Asesinato .- El asesinato es la muerte de una persona a consecuencia de la acción
realizada por otra, concurriendo cualquier circunstancia específica establecida en el artículo
252 del Código Penal. En consecuencia, se considera que el asesinato es un delito autónomo y
no una mera cualificación del homicidio, las circunstancias no son simples agravantes, sino
elementos constitutivos del delito, que tienen su propio régimen. Como se desprende del tenor
literal del artículo en estudio, la concurrencia de una sola de las circunstancias mencionadas,
determina la calificación de asesinato. En relación a las circunstancias que califican el delito
como tal se tiene:
El primer inciso, exige una determinada cualidad personal en el sujeto activo, que lo vincula al
sujeto pasivo del delito, considera la relación parental y la relación surgida del matrimonio o
concubinato, es decir existe un reconocimiento de la unión de hecho, conforme al artículo 63
de la Constitución. Sin embargo, esta primera circunstancia no incluye a las relaciones de
noviazgo, enamoramiento, las que se hubieran tenido de manera informal o aquella concluida
por divorcio.
El segundo inciso.- Referido a motivos fútiles o bajos, éste debería incluir aquellos casos, de
feminicidio derivados de los delitos de acoso y violencia política hacia las mujeres,
establecidos en el artículo 20 de la Ley contra el acoso y violencia política hacia las mujeres
(Ley N° 243 de 28 de mayo de 2012), pero no existiendo una tipificación expresa, la
calificación como asesinato queda por el momento a la discrecionalidad del juez.
En el inciso tercero.- Referido a la alevosía o ensañamiento: se entiende por alevosía, cuando
para matar el agente emplea medios o formas en la ejecución que tienden directa y
especialmente a asegurarla, sin riesgo para su persona que proceda de la defensa que pudiera
hacer la víctima, mientras que el ensañamiento consiste en incrementar deliberada e
inhumanamente, el sufrimiento de la persona ofendida, causándole un dolor que es innecesario
para la perpetración de la muerte. Al no existir tipo penal específico para el feminicidio, cabe
resaltar que, dadas las características de los feminicidios, de modo general correspondería
aplicar el tipo penal del asesinato, ya que se trata de casos donde el victimario actúa con
alevosía o ensañamiento, además que puedan concurrir algunas otras circunstancias
establecidas en los demás incisos, por ejemplo aplicar el primer inciso en los casos de
feminicidio íntimo o el sexto en los casos en que el asesinato se realiza vinculado al delito de
violación sexual.
EL Parricidio El artículo 253 del Código Penal define el tipo de parricidio como aquel que en
doctrina se conoce como “parricidio propio”, es decir cuando se da muerte al ascendiente en
línea recta, sea padre, madre, abuelo u otro.
EL Homicidio por emoción violenta,. El artículo 254 del Código Penal, recoge el delito
autónomo de homicidio por emoción violenta, también conocido como homicidio emocional u
homicidio por pasión. La doctrina penal señala que la emoción violenta es un hecho psíquico,
un estado afectivo, que transforma de modo momentáneo pero brusco el equilibrio de la
estructura psicofísica del individuo. La existencia de la emoción es el paso hacia la excusa,
debido a que es considerada en sí misma por el Derecho como un estado en el cual el sujeto
actúa con disminución del poder de los frenos inhibitorios de la voluntad. El pasó de la
exención a la atenuación de la pena del homicidio cometido por emoción violenta, respecto
del homicidio simple implica por un lado, el reconocimiento de la prohibición de matar
eliminación del derecho de matar, pero a su vez, declara la licitud de la emoción. Las
circunstancias del hecho, que fundamentan la excitabilidad de la emoción, son aquellas de las
que se puede afirmar que han provocado la emoción: honor mancillado, afrenta inmerecida,
ofensa injustificada, etc. En la práctica esta figura penal ha sido utilizada por los feminicidas
para su defensa, constituyendo en una atenuante y disminuyendo sus condenas. Se establecen
como criterios para determinar la emoción violenta según el derecho penal: el intervalo entre
la causa objetiva desencadenante y la acción homicida, que debe ser razonable; la violencia de
la emoción, el medio empleado y el factor sorpresa. Estos criterios, de por sí, determinan que
este tipo penal no resulte aplicable a los denominados “crímenes pasionales” contra las
mujeres, ya que éstos, mayoritariamente no estallan de forma repentina sino que son el
corolario de una larga historia previa de violencia y, más bien, es coherente con una dinámica
en que la violencia se ejerce de forma cotidiana para dominar y controlar a las mujeres. En esa
misma línea, el Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESECVI),
en su Segundo Informe Hemisférico sobre la Implementación de la Convención de Belém do
Pará67, recomienda a los Estados parte, “la remoción de los obstáculos judiciales que pueden
impedir a los familiares de las víctimas obtener justicia, como por ejemplo las reducciones de
pena para el agresor cuando alegue haber actuado bajo el imperio de una ‘emoción violenta’”.
2.4.1.5.LA LESIÓN SEGUIDA DE MUERTE Este tipo penal se encuentra descrito en el Art.
273 del Código Penal que dice: “El que con el fi n de causar un daño en el cuerpo o en la
salud produjere la muerte de alguna persona, sin que esta hubiere sido querida por el autor,
pero que pudo haber sido previsto, será sancionado con privación de libertad de uno a cuatro
años. Si se tratare de los casos previstos en el artículo 254, párrafo primero, la sanción será
disminuida en un tercio”. El artículo sanciona a quien con el propósito de causar daño en el
cuerpo o la salud, produce la muerte de otra persona, sin que dicha muerte hubiese sido
deseada por el agente, pero que debía haberla previsto.
XII.- LEY 348 LEY INTEGRAL PARA GARANTIZAR A LAS MUJERES UNA VIDA
LIBRE DE VIOLENCIA. -
En Bolivia, la Ley Nº 348 de 9 de marzo de 2013, Ley Integral para Garantizar a las Mujeres
una Vida Libre de Violencia, define a la violencia como: “Cualquier acción u omisión, abierta
o encubierta, que cause la muerte, sufrimiento o daño físico, sexual o psicológico a una mujer
u otra persona, le genere perjuicio en su patrimonio, en su economía, en su fuente laboral o en
otro ámbito cualquiera, por el sólo hecho de ser mujer.
XII.- MARCO CONSTITUCIONAL. -
El presente Ley se funda en el mandato constitucional y en los instrumentos, tratados y
convenio Internacionales de Derechos Humanos ratificados por Bolivia que garantizan a todas
las personas, en particular a las mujeres, el derecho a no sufrir violencia física, sexual y/o
psicológica tanto en la familia como en la sociedad. Artículo 2ª.- (OBJETO Y FINALIDAD)
La presente Ley tiene por objeto establecer mecanismos, medidas políticas integrales de
prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de violencia, así
como la persecución y sanción a los agresores, con el fin de garantizar a las mujeres una vida
digna y ejercicio pleno de sus derechos para vivir bien. En la Ley 348 se establecen nuevos
tipos penales, además del feminicidio, está el acoso sexual, la violencia familiar, la
esterilización forzada, el incumplimiento de deberes, actos sexuales abusivos y se define que
hay 16 formas de violencia en contra de la mujer, de las que destacan. Violencia física: Es
toda acción que ocasiona lesiones y/o daño corporal, interno, externo o ambos, temporal o
permanente, que se manifiesta de forma inmediata o en el largo plazo, empleando o no fuerza
física, armas o cualquier otro medio. Violencia feminicida: Es la acción de extrema violencia
que viola el derecho fundamental a la vida y causa la muerte de la mujer por el hecho de serlo.
Violencia psicológica: Es el conjunto de acciones sistemáticas de desvalorización,
intimidación y control del comportamiento, y decisiones de las mujeres, que tienen como
consecuencia la disminución de su autoestima, depresión, inestabilidad psicológica,
desorientación e incluso el suicidio. Violencia mediática: Es aquella producida por los medios
masivos de comunicación a través de publicaciones, difusión de mensajes e imágenes
estereotipadas que promueven la sumisión y/o explotación de mujeres, que la injurian,
difaman, discriminan, deshonran, humillan o que atentan contra su dignidad, su nombre y su
imagen.
Violencia simbólica y/o encubierta: Son los mensajes, valores, símbolos, íconos, signos e
imposiciones sociales, económicas, políticas, culturales y de creencias religiosas que
transmiten, reproducen y consolidan relaciones de dominación, exclusión, desigualdad y
discriminación, naturalizando la subordinación de las mujeres. Violencia contra la dignidad, la
Honra y el Nombre: Es toda expresión verbal o escrita de ofensa, insulto, difamación,
calumnia, amenaza u otras, tendenciosa o pública, que desacredita, descalifica, desvaloriza,
degrada o afecta el nombre, la dignidad, la honra y la reputación de la mujer. Violencia
sexual: Es toda conducta que ponga en riesgo la autodeterminación sexual, tanto en el acto
sexual como en toda forma de contacto o acceso carnal, genital o no genital, que amenace,
vulnere o restrinja el derecho al ejercicio a una vida sexual libre segura, efectiva y plena, con
autonomía y libertad sexual de la mujer. Violencia en el ejercicio político y de liderazgo de la
mujer: Es toda acción u omisión de servidoras o servidores públicos o de personal de
instituciones privadas, que implique una acción discriminatoria, prejuiciosa, humillante y
deshumanizada que retarde, obstaculice, menoscabe o niegue a las mujeres el acceso y
atención al servicio requerido. La violencia contra las mujeres, en consecuencia, es ubicada
dentro del sistema patriarcal, comprendido como organización social que crea y mantiene una
situación en la que los hombres tienen más poder y privilegios que las mujeres y el conjunto
de creencias que acompañan, legitiman y mantienen dicha organización, lo que configura un
“código patriarcal” que es una representación de la masculinidad a través del dominio sobre
las mujeres que tiene como su más aberrante expresión el ejercicio de la violencia contra las
mujeres en la que los hombres agresores se arrogan, además, una “autoridad” o el derecho a
“ejercer correctivos”, lo que justifica el empleo de su fuerza, por tanto, la violencia es
utilizada como mecanismo de control y castigo. Esa “legitimidad” la encuentran en los
prejuicios sexistas latentes en la sociedad.
La violencia contra la mujer, entonces, no puede ser comprendida como hecho aislado sino
que debe ser analizada en el contexto social e ideológico en el que se origina y desenvuelve,
un contexto social de discriminación y subordinación de las mujeres que se materializa, por
ejemplo, en la estructura tradicionalmente jerárquica del matrimonio y la familia; en la
división sexual del trabajo y en la precariedad laboral femenina; en la devaluación de las
relaciones afectivas y del cuidado adscritas a la feminidad (como el cuidado de menores,
personas mayores y enfermas, que asumen fundamentalmente las mujeres); o, en la doble
moral sexual para mujeres y hombres, etc. Si los prejuicios sexistas y la desigualdad forman
parte de la organización social en la que se desenvuelven nuestras vidas, la violencia que
sufren las mujeres puede ser calificada como estructural, en tanto que se inscribe en la propia
sociedad, es decir, en las relaciones sociales mismas. La Comisión de la Condición Jurídica y
Social de la Mujer de Naciones Unidas afirma que la violencia contra las mujeres y las niñas
tiene sus raíces en la desigualdad histórica y estructural que ha caracterizado las relaciones de
poder entre el hombre y la mujer, y que dicha violencia persiste en todos los países del mundo.
La violencia contra las mujeres y las niñas, señala, “se caracteriza por el uso y abuso de poder
y control en las esferas pública y privada y está intrínsecamente vinculada a los estereotipos.
Las mujeres sufren agresiones físicas, psicológicas y sexuales ya sea por cualquier tipo de
situaciones que el varón ve como razón válida para cometer y culminar en un feminicidio. Es
necesaria una solución drástica para cese el feminicidio, que este en marcada en nuestra
Constitución Política del Estado. Si bien existe publicidad para prevenir o denunciar estos
casos a tiempo no es suficiente creemos que se debe educar a nuestra población desde
pequeños ya sea en la casa o en una institución educativa para no cometer estos actos.
La situación de violencia estructural contra las mujeres se ha agudizado, negando a las
mujeres el acceso a la justicia y la protección judicial, así como las garantías de no repetición
que puedan frenar la violencia en su contra y una reparación del daño con
perspectiva de derechos humanos y género
Según estadísticas se consideró más de 215 casos registrados a nivel nacional por la Fuerza
Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) durante las gestiones 2019 y 2020. Gestión
2022 más de 35 casos hasta el presente
Los factores más predisponentes al feminicidio son el alcoholismo y los celos pasionales,
factores económicos
Considerando el tipo del feminicidio, se observó que la de tipo íntimo fue más frecuente
erigida en mayor porcentaje por el conyugue. Entre las características del perfil socio
demográfico de la víctima, el grupo etáreo entre 18 y 35 años fue más afectado, la ocupación
más frecuente fue labores de casa seguida en un menor porcentaje por comerciante,
universitaria y profesional; y en relación al estado civil, el concubinato.
Entre las características del feminicida se encuentran ocupación chófer, comerciante y
desempleado, consumieron bebidas alcohólicas en diferentes cantidades.
Entre los instrumentos letales más utilizados, se encuentran las armas blancas, seguidas de
estrangulamiento y posteriormente traumatismo.
El feminicidio es un delito que está incrementando en Bolivia. Resulta importante
implementar el Protocolo de valoración del riesgo de violencia mortal contra mujeres por
parte de su pareja o ex pareja, previa valoración médico forense física.
La violación de los derechos de las mujeres debe interpretarse también desde el punto de vista
de la consideración de sus cuerpos razón que explica las características de violencia extrema
que enfrentamos hoy y que se refleja en el creciente número de Feminicidios o muerte
violenta de mujeres por el hecho de ser lo ocurridos a lo largo del país (1). En ese sentido, el
Feminicidio es la forma más extrema de la violencia basada en la inequidad de género,
entendida ésta como la violencia ejercida por los hombres contra las mujeres en su deseo de
obtener poder, dominación o control
En julio de 2006, se desarrolló una reunión de la Red Feminista Latinoamericana y del Caribe
por una Vida sin Violencia para las Mujeres, la cual concluyó que los términos Feminicidio y
Femicidio, se refieren a lo mismo y pretenden diferenciar el asesinato de mujeres por razones
de género, de la neutral palabra "homicidio", resultando ahora indistinta la opción que se tome
en cada país, ya que se entiende que cualquiera de los dos términos alude a lo mismo (1).
Si bien los delitos de Feminicidio en el marco de la Ley N° 348 son de reciente aplicación, los
casos de muerte de mujeres por motivos misóginos tienen larga data lo que ha motivado a
realizar el presente estudio.
En el presente trabajo, se abordarán los factores individuales, sociales y culturales que se
asocian al Feminicidio en los nueve departamentos de Bolivia, con el presente estudio se
pretende identificar los factores más frecuentes de casos de feminicidio.
XV.- ANEXO. -
1) FOTOGRAFIAS