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Serie Raza Luz de Luna

Gabrielle Evans
Sinopsis

Cazador para el Consejo y Alfa recién nombrado de una


manada de la que no sabe nada, Blaise Taylor tiene bastante en su
plato sin la adición de dos compañeros a la mezcla. Dos
compañeros que resultan ser hombres y Blaise no es gay.

Cole Cunningham no se imaginó exactamente a sí mismo


acoplado a dos hombres tampoco, pero él no está a punto de tirar 2
la suerte del regalo que se le ha dado. Sólo tiene que encontrar una
manera de conseguir que todos estén juntos antes de que su
relación se auto-destruya.

Libre al fin, después de años de prisión, Willow sólo quiere ser


feliz. Ha sido bendecido con dos compañeros increíblemente
hermosos, pero él tiene un trabajo hecho a su medida. Blaise tiene
que ser el héroe, y Cole no puede resistir la tentación de ser
agricultor. Willow tiene grandes ideas para volver el mundo de sus
compañeros al revés hasta que el peligro viene a tocar a su puerta.
Dedicatoria

A veces, una palabra amable puede recorrer un largo camino


para hacer que el día de alguien brille. Por lo tanto, dedico esta
historia a Hunter por ser ese rayo de sol cuando yo más lo
necesitaba. Le deseo un feliz cumpleaños lleno de todas las cosas
que le hacen sonreír.

3
Capítulo 1

Sus manos sudaban. Su respiración vibró hasta sus pies. Su


corazón latía con fuerza contra su esternón, cuando luchó para no
moverse bajo el escrutinio del Consejo. ¿Por qué creyó que podría
hacer esto?

Dedos largos y elegantes se entrelazaron con los suyos,


apretando suavemente. Blaise miró al hombre que estaba junto a él
y luchó por tragar intentando pasar el nudo que tenía en la
garganta. Debería estar encantado por haber encontrado no sólo un
compañero, sino dos. 4
Le gustaban Cole y Willow, pero había un pequeño problema, y
ese problema descansaba entre sus piernas. El destino había sido
retorcido en este caso. Diablos, toda su vida se había vuelto del
revés en la última semana, y se encontró dando tumbos, sin saber
que más podría pasarle.

No sólo se había convertido en el Alfa de una manada de la


que no sabía nada, debido a algunas desagradables circunstancias.
Él todavía quería golpear a Talon hasta hacerle sangrar, por cederle
a él la responsabilidad. Talon había ganado la pelea, y la posición
de Alfa, en buena lid. ¿Por qué no había podía solamente aceptarla?

Ahora, él tenía una manada entera que proteger, así como a


dos compañeros con los que no sabía qué hacer. Él ya no podía
rechazar a Cole y Willow más de lo que podía cortar su propio
brazo, pero todavía se sentía incómodo cada vez que captaba su
olor y su polla se animaba para tomar nota.

Él no era gay, ¡maldita sea!


Ahora, acababa de imputar a uno de los ancianos del Consejo,
de toda una serie de horribles hechos, y era seguro en la tierra, que
el vampiro iba a ir a la cárcel por el resto de sus días…ehh, noches.
Lo que fuera.

Si no podía presentar pruebas de su testimonio, él sería el que


acabara encadenado a una pared, envejeciendo solo y miserable en
el interior de una celda. Dios, se sentía como arrojado.

Otra mano cayó sobre la parte baja de su espalda, y Blaise no


tenía ni siquiera que darse vuelta para saber que era Cole. Por
mucho que odiara admitirlo, sólo la presencia de sus compañeros lo
calmaba, se aclaró la cabeza, y reunió el coraje para enfrentar al
Consejo.

―Mayor Ciro Redway, se le acusa de delitos muy graves contra


la población sobrenatural que ha jurado proteger. Usted ha violado 5
siete leyes diferentes. Leyes que juró defender. —El Mayor Josías
Means, el representante de los licántropos en el Consejo, le miró
sobre su larga nariz torcida desde su asiento en la tarima.

El Mayor Samuel Macintosh, el representante de los shifters,


se aclaró la garganta y empujó sus gafas más arriba en su nariz.
―Usted ha sido acusado de secuestro, chantaje, experimentación
ilegal, detención ilegal, posesión de esclavos de sangre, distribución
inadecuada de armas del Consejo, de pésima reputación y de
depravada conducta general.

―Por no mencionar que es un dolor en el culo y un


desagradable hijo de puta, —añadió el Viejo Layke Winters, el
representante elfo, Blaise casi se ahogó. Nunca había oído a ningún
miembro del Consejo hablar de tal manera. Tal vez no estaría
destrozado después de todo.

―¿Tienes algo que decir en contra de las acusaciones? —El


Mayor Means preguntó.

―Esto es ridículo, —exclamó Cyrus—. No tiene pruebas. No


me haré responsable por los crímenes de un loco. El ex Alfa Roan
Cunningham actuó por su propia voluntad.

―Ah, pero hay testigos, miembros de su propio aquelarre,


incluso. —Habló el Mayor Winters tranquilamente mientras alisaba
su plateado pelo rubio atrás de su hermoso rostro.

―Ellos mienten.

―Alfa Taylor, ¿tiene usted algo que añadir? —El Mayor


Macintosh clavó su penetrante mirada sobre Blaise.

Willow le apretó la muñeca de nuevo, y Cole movió su mano a


lo largo de su cintura. Blaise tragó con fuerza, respiró hondo y
asintió. ―Mi compañero, Cole Cunningham, es el hijo del ex Alfa. Él
dará testimonio como testigo de que el Mayor Redway y el Alfa
Jennings intercambiaron no sólo dinero, sino a miembros de su 6
propia manada y aquelarre.

El Mayor Winters sonrió cálidamente hacia ellos. ―¿Y cuál de


estos hombres es su compañero?

Blaise volvió a tragar saliva. ―Ambos, Mayor.

Nadie pareció sorprendido por la noticia. ―Ah, ya veo.


Entonces ¿quién es Cole Cunningham?

Cole se adelantó y asintió con la cabeza respetuosamente.


―Soy Cole, señor.

―¿Y qué nos puede decir, señor Cunningham? ¿De hecho


usted atestiguó el intercambio de seres sobrenaturales por dinero?

―Sí, señor. Ellos también negociaban con vampiros para los


experimentos de mi padre, y también con shifters como esclavos de
sangre para el Mayor Redway.
―¿Tiene usted pruebas de eso?

El pulso de Blaise se disparó a un galope salvaje. Los testigos


oculares eran geniales, pero sin pruebas concretas, ellos estaban
magníficamente atados de pies y manos. No podía permitir a su
compañero tomar la culpa, sin embargo. Empezó a tirar de Cole
detrás de él, pero el hombre dio un paso hacia delante y volvió a
hablar.

―Sí, señor. Una vez que empecé a sospechar que mi padre y


el Mayor Redway que estaban involucrados en transacciones
ilegales, empecé a documentar sus reuniones. Incluso tengo
fotografías.

―¡Pedazo de mierda! ¡Le dije a Roan que deberíamos haberlo


matado con los demás! —Los labios de Cyrus se retorcieron sobre
sus dientes cuando los colmillos se alargaron y sus ojos brillaban 7
con un brillo salvaje.

Se levantó de su asiento y se lanzó al otro lado de la


barandilla que los separaba, con los brazos extendidos frente a él,
apuntando directamente a la garganta de Cole.

Antes de que Blaise siquiera pudiera pensar en cambiar, su


amigo y Ejecutor del Consejo, Stavion Shogard, empujó a Cole a un
lado, cuando la punta de filo de plata de su cuchillo cortó el aire y
entró directamente en el corazón de Cyrus.

Los ojos de Cyrus se abrieron, y él bajó la mirada hacia su


pecho completamente asombrado. Entonces sus ojos retrocedieron
en sus cuencas y cayó hacia delante, lacio y muy muerto.

Stavion arrancó el puñal del pecho del vampiro y limpió la


sangre en sus pantalones de cuero, arrugando la nariz, pero por lo
demás no mostró otra emoción.

―Bueno, nos ahorramos un montón de tiempo y problemas.


El Mayor Macintosh se levantó de la silla y agitó una mano
alrededor de la habitación. ―Todos somos testigos, —dijo en voz
alta—. Las acciones del Ejecutor Shogard fueron justificadas cuando
estaba protegiendo al compañero del Alfa Taylor. No se aplicarán
cargos contra él.

El Mayor Winters se levantó también y de hecho les guiñó un


ojo.

―Felicitaciones, Stavion. Usted tiene un nuevo aquelarre.

Tanto Stavion como Blaise giraron la cabeza para mirar al


anciano.

―¿Perdón? —Preguntó Stavion.

―El Aquelarre Snake River necesita un nuevo líder. Ha matado 8


a su ex gobernante. La responsabilidad ahora recae en ti. —El
Mayor Means sacudió la cabeza y frunció el ceño—. Su primera
tarea es encontrar un representante adecuado para sustituir al
Mayor Redway.

Entonces él hizo una reverencia y sonrió de manera retorcida.


―Buenas noches, señores.

Willow se quedó con la boca abierta en el estrado cuando los


Sabios salieron por una puerta a la derecha. ―¿Eso es todo? ¿Se
acabó? ¿Sólo así?

Blaise seguía estupefacto. ―Supongo que sí. Probablemente


podríamos habernos ahorrado un montón de tiempo y problemas si
simplemente lo hubiéramos matado en primer lugar.

―¿No puedo opinar sobre esto? —Preguntó Stavion indignado.

―Dirijo mis Ejecutores. Yo no quiero un maldito aquelarre,


además.
―Sí. —Resopló Blaise—. Dímelo a mí.

LLegando arriba enfrente de la casa del ex-Alfa, Blaise apagó


el motor y suspiró. La casa ahora le pertenecía a él, pero
consideraba que en realidad era de Cole. El hombre se había criado
allí después de todo.

Ahora que Cyrus estaba muerto, y él no tenía al Consejo


respirando en su cuello, la atención de Blaise se volvió hacia sus
nuevos compañeros.

Había pasado las pruebas de la última reunión, hablando con


las víctimas, entregando a diferentes miembros de la manada en 9
espera de juicio. Él mismo trabajó hasta el agotamiento, llegando a
casa tarde en la noche y dejándose caer en el sofá.

Su nueva condición de Alfa significaba que tenía una lista


completamente llena de cosas para mantenerlo ocupado, pero
Blaise dudaba que sus compañeros fueran a permitir que él los
ignorara por mucho tiempo. Él no sabía qué decirles ni como actuar.

―Blaise, ¿qué pasa? —Cole habló en voz baja, mirando hacia


delante por el parabrisas del coche.

―No hay nada de malo, Cole. —Blaise suspiró y comenzó a


abrir la puerta.

―¿Por qué no nos quieres? —La voz musical de Willow llegó


hasta él, y Blaise cerró los ojos ante la incertidumbre en la voz de
su compañero.

―No es que no te quiera... —Se calló, sin saber cómo


explicarlo.
―Entonces, ¿qué es? Nos has estado rehuyendo toda la
semana. —La voz de Cole se endureció, y parecía enfadado—. Si no
quieres estar acoplado a nosotros, está bien, pero creo que al
menos merecemos una explicación.

―Simplemente no los conozco todavía. Dame un poco de


tiempo.

―¿Cómo esperas conocernos si ni siquiera quieres hablar con


nosotros?

Blaise podía sentir la intensa mirada de Cole en la espalda,


pero no se giró.

―Tengo responsabilidades, Cole. Las cosas que tengo que


hacer como Alfa. Hablaremos más tarde.

―Has estado diciendo eso durante toda la puñetera semana.


10
Ni siquiera me miras. —La voz de Cole se elevó, hasta que gritó la
última palabra—. ¡Mírame!

―Por favor, no peleen, —lloriqueó Willow desde el asiento


trasero.

Blaise miró por encima del respaldo del asiento para ver al
hombre con las manos sobre las orejas y los ojos cerrados. Se le
rompió el corazón, lo que sólo sirvió para incomodarlo más. Nunca
quiso a un compañero, y sin duda no quería a un hombre para el
puesto.

―Lo siento, Willow, —susurró Cole—. Blaise, tenemos que


hablar. Sólo tienes que decirnos lo que está pasando, y tal vez
podamos ayudar.

―A menos que puedas hacer que te crezca una vagina, tengo


serias dudas de que me puedes ayudar. —Blaise sintió el gruñido en
su pecho y empujó del todo la puerta del conductor, cerrando tras
de sí.
Marchando por el camino, quiso gritar cuando oyó una serie de
pasos apresurados que venían detrás de él. ¿Por qué simplemente
no me dejan en paz?

Delgados dedos se envolvieron alrededor de su codo y tiraron


de él hasta hacerle detenerse. Una mueca apareció en su boca y
Blaise se dio la vuelta, listo para despegarse de Cole.

No era Cole. Willow estaba de pie con las manos en las


caderas, mirándole, con los labios fruncidos. ―Tú no puedes
solamente huir cuando las cosas no salen como lo planeas. Somos
tus compañeros, te guste o no. ¡Por lo tanto, saca la cabeza de tu
culo gigantesco y dejar de ser un completo idiota!

Blaise solamente se quedó boquiabierto. Desde que conoció al


hombre, nunca había oído a Willow levantar la voz o proferir una 11
maldición. Lo encontró completamente excitante. Su pene se
retorció dentro de sus pantalones vaqueros, en posición de firmes y
tomando nota del pequeño duendecillo delante de él. Pene idiota.

―Mi culo no es gigantesco.

Cole resopló mientras arrastraba los pies, pegando a Blaise


palmadas en el trasero. ―No, cariño. Tienes un culo muy bonito.

Blaise saltó, pero de ninguna manera iba a hacer ningún


comentario sobre el hormigueo que corría por su cuerpo al sentir
las manos de Cole en él. ―Chicos, no es que no me gusten, de
verdad. —Hizo una pausa, pasándose una mano por el corto pelo—.
Yo sólo... yo no…

―Tú no eres gay, —Willow termino por él.

Blaise asintió.

―Bueno, ni yo tampoco lo era, —dijo Cole sonriendo. Él pasó


un brazo alrededor de la cintura de Willow y lo atrajo hacia sí,
dándole un casto beso en la parte superior de la cabeza—. No
puedes huir de tu compañero, sin embargo. Me gusta mucho
Willow, y realmente me gustas tú. Me atraes por lo que eres, no por
las partes del cuerpo que tienes.

Eso tenía mucho sentido, y Blaise se sentía como un enorme


intolerante. Infiernos, su primo, Keeton, era gay, y él no tenía
ningún problema con ello. La idea de dos hombres que se amaban
no le asqueaba o hacia que se enojara. A él no podría importarle
menos. Esto era diferente, sin embargo. Ahora se trataba de él.

―¿Podemos hablar? No vamos a tratar de molestarte. —Cole


sonrió mientras dibujaba una cruz sobre su corazón con el dedo—.
Promesa.

Una risa se le escapó, sacando a Blaise de sus pensamientos.


Sus dos compañeros le sonrieron, cada uno tan sexy a su manera. 12
Lo menos que podía hacer era escucharlos y oir lo que tenían que
decir.

―Está bien, vamos a hablar.

Willow se acercó vacilante y envolvió sus brazos alrededor de


la cintura de Blaise, apoyando su cabecita en su pecho. ―Gracias.

Blaise se derritió y parte de su incertidumbre se drenó lejos.


¿Cómo iba a resistirse a tan abierto afecto? No podía. Poco a poco,
tentativamente, envolvió sus brazos alrededor de Willow y lo
sostuvo cerca, agachando la cabeza para respirar el dulce aroma de
su compañero. Willow olía a lluvia y a árboles de pino y sacó un
suspiro de él.

―¿Puedo conseguir un poco de eso? —Cole le miró,


mordiéndose el labio y mirando inseguro.

Dios le ayudara, no podía decir que no. Todo en él llamaba a


sus compañeros, anhelandolos, y deseando su cercanía.
Manteniendo un brazo firmemente alrededor de Willow, Blaise abrió
el otro, haciendo señas a Cole para poder tenerlo también
abrazado.

Corriendo hacia adelante, Cole sonrió y se envolvió alrededor


de Willow y Blaise, apoyando su cabeza en el pecho de este, junto a
Willow. ―Gracias. —Él se hizo eco de las anteriores palabras de su
pareja.

―Estoy tan confundido y no sé lo que estoy haciendo. No


entiendo nada de esto, y además está la manada para añadir más
cosas en la cima de todo. No puedo prometerles nada. —Blaise no
iba a empezar otra discusión, pero tampoco quería que sus
compañeros tuvieran esperanzas de que pronto empezaría a
anhelar tener una polla en su culo.

―Vamos a ir despacio, —susurró Cole.

―Llegar a conocernos y ver dónde vamos a partir de ahí, —


13
añadió Willow.

Cerró los ojos de nuevo, Blaise apoyó la mejilla sobre la


cabeza de Cole mientras sus dedos se curvaban para acariciarle el
cabello a Willow. ¿Qué demonios iba a hacer?
Capítulo 2

Pasó otra semana, y Cole había alcanzado sus límites. Él


empatizaba con Blaise, realmente lo hacia. Infiernos, si casi se
había desmayado cuando se dio cuenta de que el híbrido pequeño y
lindo en la jaula junto a él era su compañero. Nunca se había
sentido atraído por los hombres antes, y estuvo muy confundido y
enojado consigo mismo por su inmediata lujuria hacia Willow.

Siete semanas en el interior de un granero ruinoso, enjaulado


junto a su compañero, les había dado tiempo para hablar y llegar a
conocerse uno al otro. En algun momento alrededor de la quinta
semana, Cole dejó de ver a Willow como un hombre y lo identificó 14
sólo como su compañero. Algunos shifters pasaban toda la vida sin
encontrar su sienota, la pieza que falta en su alma. No envidiaba la
suerte de regalo que el destino le había dado.

Willow traía tanta alegría a su mundo. Todo en el hombre,


desde sus dedos diminutos hasta su largo pelo negro, hasta la
cintura, hacia un llamamiento a Cole. A pesar de que aún no habían
intimado y él no lo había reclamado como suyo, en su corazón,
Willow le pertenecía.

Su creciente sentimiento de posesividad se traspasó y se


extendió a lo largo de Blaise también. El Alfa era tan
condenadamente terco, sin embargo. Ellos todavía no habían tenido
la conversación que Blaise les prometió. A menudo permanecía allí
hasta las primeras horas de la madrugada, haciendo Dios sabe qué,
dejando a Willow y Cole dormir solos.

Entonces Blaise se arrastraba, demasiado cansado como para


siquiera recordar su nombre, y se desmayaba en el sofá del salón.
Cole quería estrangularlo. Entendía la renuencia de Blaise a
aceptarlos como compañeros, pero no por eso le hacia menos daño.
Tampoco hacia nada para enfriar su cólera.

Willow parecía más abatido en estos días. Él no hablaba tanto,


había dejado de comer en condiciones, y rara vez sonreía. Cole se
perdió esas cosas acerca de su compañero. La incesante necesidad
de Willow a parlotear lo habían animado a través de unas noches
verdaderamente horribles durante su confinamiento.

Ahora, Cole se sentía más solo que nunca. Blaise no quería


tener nada que vez con ninguno de ellos, y Willow había
comenzado a alejarse. Él no había esperado toda su vida para
encontrar a su destino sólo para sentir que se le escapara de las
manos. Necesita un plan para conseguir que todos estuvieran
juntos, y lo necesitaba rápido.

Decidiendo que su primera tarea era averiguar más sobre su 15


Alfa, Cole sacó el teléfono móvil del bolsillo y marcó rápidamente
mientras se paseaba por el jardín delantero.

―¡Oye, hermanito!

Cole rodó los ojos, pero sonrió. ―Jackson, yo soy dos años
mayor que tú. ¿Quieres dejarte de tonterías con lo de hermanito?

Jackson se rió. ―¿Qué pasa? ¿Tienes algo de suerte con


Blaise?

Suspirando, Cole negó con la cabeza, aunque su hermano no


podía verlo. ―Ninguna. Es por eso que te estoy llamando. Necesito
saber más sobre él, pero nunca cuenta nada. ¿Cómo puedo llegar a
conocerlo?

Una larga pausa siguió a su pregunta, y Cole casi llego a


repetirla. Entonces la voz de Jackson llegó a través del teléfono,
lenta y reflexiva. ―No lo conozco lo suficientemente bien como
para responder a eso. Keeton sería probablemente la mejor
persona para preguntar. ¿Quieres hablar con él?
Cole había conocido a Keeton solo durante unos minutos, justo
después de su rescate, pero le gustaba el tipo. En este punto, él
estaba dispuesto a intentar cualquier cosa. ―Claro, déjame hablar
con él.

―¡Keeton!

Separando el teléfono lejos de la oreja, Cole maldijo cuando su


tímpano empezó a palpitar. Maldito fuera su hermano idiota. Menos
mal que el chico lo quería mucho.

―¿Esto es por mi primo sin cerebro? —Preguntó una voz en el


teléfono.

Cole sonrió. ―Sí, señor.

Oyó un profundo suspiro de exasperación, a continuación,


16
Keeton volvió a hablar. ―Está bien, escucha atentamente. ¿Estás
listo?

―Dejaló caer. En este punto no tengo nada, y debo llegar a él.

―Lo primero que tienes que saber de Blaise es que es un


fanático del control total. Es por eso que está completamente
perdido en esta situación. Él no tiene control sobre lo que ha
pasado. Dale el mando. También le gusta estar en posesión de la
verdad. Él anhela que la gente este pendiente de cada palabra que
dice. ¿Estoy en lo cierto hasta ahora?

El hombre hablaba con tanta rapidez, que a Cole le fue difícil


entenderlo, pero había captado lo suficiente como para seguir
escuchando. ―Sí, adelante.

―También tiene una especie de complejo de héroe. Le encanta


lanzarse en picado al centro de los problemas, rescatar a la
damisela en apuros, ese tipo de cosas.
Keeton le representaba como un cabrón arrogante. Aunque
Cole no había tenido la oportunidad de conocer bien a Blaise, no
sonaba como el hombre que había estado compartiendo su casa.

―En su mayoría, está asustado e inseguro. Se enorgullece de


tener siempre las respuestas y encontrar la solución.

Ahora eso sonaba más como el Blaise que conocía.

―¿Lo has entendido?

―Dejarlo que sea el responsable, que juegue al protector y al


héroe, y ayudarle a encontrar una solución a nuestra situación sin
que él sepa que lo estamos haciendo. ¿Lo he cogido todo?

Keeton se rió. ―De acuerdo. Mira, no me necesitabas. Si no lo


haces entrar en razón pronto, dame otra llamada, y voy a patearle 17
el culo por ti.

―Te conseguiré una buena oferta, ―dijo Cole en torno a una


sonrisa.

―Gracias por la ayuda, Keeton.

―No hay problema. ¿Quieres hablar con Jackson de nuevo?

―No, lo voy a llamar más tarde. Tengo un compañero que


necesita un buen golpe en la cabeza.

―No todos ellos, ―murmuró Keeton luego se desconecto.

Cole cerró el y lo guardó en el bolsillo mientras se dirigía a la


casa. Tenía que hablar con Willow y ver si podían urdir un astuto
plan, que permitiera a su compañero Alfa ser el gran y fuerte
héroe.
Willow se sentó en el medio del piso, sus piernas dobladas
debajo de él, y se concentró lo más fuerte que pudo. Sintió un leve
cosquilleo y un ligero calor atravesar su cuerpo, pero nada más.
Gruñendo de frustración, golpeó su puño contra el suelo, mientras
brotaban lágrimas de furia de sus ojos.

―Hey, ¿qué es todo esto? ―Cole entró por la puerta delantera


y se apresuró hacia él, agachándose y ahuecando la cara de Willow.
Le limpió las lágrimas que se derramaban con los dedos y lo besó
en la punta de la nariz―. ¿Qué pasa, bebé?

Su corazón se derritió en un charco de baba, Willow se dejó


mecer contra la palma de la mano de Cole. Nadie jamás lo había 18
llamado bebé antes, y le encantó. ―Estoy enojado, ―susurró.

Sentándose a su lado, Cole pasó un brazo alrededor de la


cintura de Willow y acunó la parte posterior de su cabeza,
dirigiéndola hacia su pecho. Aunque no era mucho más grande en
tamaño, Cole acababa de hacer un camino en él que le hacía más
grande que la vida. Willow se sentía seguro, protegido y apreciado
en los brazos de Cole.

―Yo no puedo cambiar. Sé que no tengo sangre pura, pero


debería ser capaz de cambiar. ―Se acercó, hundiendo la cara en el
cuello caliente de Cole―. Si pudiera cambiar, tal vez a Blaise le
gustaría. Entonces él nos reclamaría.

Un suave gruñido retumbó en el pecho de Cole, vibrando


contra la mano de Willow que descansaba sobre el corazón de su
pareja. ―Esto no es tu culpa. ―Cole arrastró los dedos por su pelo,
consolándolo―. Los problemas de Blaise no son por ti, ni tienen
nada que ver con tu capacidad para cambiar.
Tirando del pelo largo de Willow, Cole se apartó, con una
sonrisa lenta y perversa extendiéndose sobre sus labios.
―Realmente me has dado una idea, sin embargo.

―¿Y cómo es eso?

―Bueno, acabo de hablar con el primo de Blaise, Keeton. Tu te


acordaras de él.

Willow asintió. Él sólo había visto a Keeton durante unos


minutos, pero el chico le dejó una impresión duradera.

―Bueno, él me dio algunas ideas de cómo llegar a Blaise para


hacerle entrar en razón sobre nuestra forma de pensar. ¿Quieres
ayudar?

Mordiendo su labio, Willow asintió lentamente. ―¿Qué tengo 19


que hacer?

―Absolutamente nada. Keeton dice que a Blaise le gusta estar


a cargo, ser el jefe, y tener un control total. Vamos a darle todo
eso.

―Está bien, entonces, ¿cómo voy a ayudar? ―Las cejas de


Willow se juntaron, y él inclinó la cabeza hacia un lado confundido.

―¿Quieres aprender a cambiar? Vamos a ir para que Blaise te


enseñe.

Los ojos de Willow se redondearon, y empezó a negar con la


cabeza. ―Yo no sé si es una buena idea, Cole. Él está muy ocupado
con la manada y todo. En realidad no tiene tiempo, y no quiero
molestarle con eso.

Rodando los ojos, Cole le dio un beso en la sien. ―No está tan
ocupado. Él puede descansar diez malditos minutos. Además, ese
es el problema. Él nunca está cerca. ¿Cómo se supone que vamos a
seducirlo si no podemos hacer que quede un poco más de tiempo
de lo que tarda en comer?

―Siempre podemos tenderle una emboscada en la ducha.


―Las mejillas de Willow se calentaron y se rió―. Mojado y
desnudo, como me gustan mis hombres.

Arqueando una ceja, Cole le dio una sonrisa pícara. ―Oh, ¿es
así?

Entonces él se abalanzó, empujando a Willow de nuevo a la


alfombra y cerniéndose sobre él. ―Bueno, da la casualidad, de que
sexys y alegres son como me gustan a mí mis hombres. ―Aflojó el
dobladillo de la camiseta de Willow, se inclinó sobre él y comenzó a
lamer su ombligo.

Willow intentó librarse, pero Cole lo sujetaba por sus caderas,


inmovilizándolo contra el suelo alfombrado. ―Uh-uh. No vas a 20
ninguna parte, bebé. ―Cole pasó su lengua como si fuera una
serpiente hasta las costillas de Willow, apenas rozando su piel.

Lo intentó, él realmente lo hizo, pero no podía aguantar por


más tiempo. Pequeñas risas se escaparon de sus labios, creciendo
en volumen hasta que rodó y chilló bajo el toque de Cole. ―¡Alto!
¡Alto! ―Él luchó para hablar a través de sus carcajadas―. Me haces
cosquillas.

Los dedos de Cole trabajaron en conjunto con su lengua,


auscultando y pinchando, sacando más de la risa sin aliento de
Willow. ―¡Cole, por favor!

Por último, Cole cedió, subiendo por el cuerpo de Willow y


besando sus labios jadeantes. ―No más lágrimas, ¿de acuerdo? No
me gusta verte triste. ―Los besos de Cole salpicaban a través de
las mejillas, la frente, la mandíbula y el cuello hacia abajo a sus
clavículas.

―¿Cole?
Deteniendo sus atenciones, Cole volvió a mirarlo. ―¿Qué pasa,
bebé?

―¿Por qué no me reclamas? ―Bueno, infierno. No había


tenido intención de simplemente soltarlo así, pero eso le había
estado preocupando en el fondo de su mente por semanas. ¿Qué
era lo que sus compañeros encontraban deficiente para no querer
estar con él? Oh, Cole dijo todas las cosas correctas, lo cubrió con
atención y afecto, pero aún así todavía quería mas que besos y
abrazos.

Suspirando, Cole se retiró de su cuerpo para acostarse a su


lado en el suelo.

Indicándole a Willow que se arrimase, él abrazo a Willow y


apoyo su frente en su cabeza. ―Lo quiero mucho, Willow. No
vuelvas a pensar que no es así. ―Él empujó sus caderas hacia
delante, moliendo el borde duro en sus pantalones vaqueros contra
21
el muslo de Willow. Willow se tragó un gemido, su propia polla se
contorsionaba con interés.

Maldita sea, Cole olía tan bien, y Willow quería dejar correr su
lengua por cada centímetro del cuerpo en forma de su compañero.
―Entonces, ¿por qué?

―Después de que nos encontramos con Blaise, se supone que


es una tríada, todos nosotros juntos. No quiero sentir como que me
falta una parte. Yo sólo quería esperar hasta que Blaise cambiara
de opinión para que pudiera reclamarnos a los dos.

Bueno, cuando su compañero lo puso de esa manera, todo


sonaba muy dulce. ―Así que, ¿no es por que yo soy parte elfo?

Cole se rió entre dientes, frotando sus narices juntas. ―Nop.


Creo que eres perfecto con tus babuchas y tus orejas puntiagudas.

Willow dio una palmada en el pecho del hombre


juguetonamente.
―Sabes que no uso babuchas. No seas un idiota.

―¿Qué tal si te llamo pequeño ayudante de Santa Claus?

―¿Qué tal si te muestro lo que le puedo hacer a tu culo?


―Willow se movió levantando la rodilla hasta que la asentó
firmemente contra las bolas de Cole―. Dilo de nuevo. Te reto.

Cole tragó saliva y asintió con la cabeza lentamente. ―Eres un


luchador, ¿eh?

Guiñándole, Willow se apartó de su compañero y se levantó


con gracia sobre sus pies. Caminando fuera de la habitación, le dio
a sus caderas un poco más de meneo y se giró para a soplar un
beso sobre su hombro. ―Tal vez algún día lo sabremos. ―Entonces
él sonrió y se fue a la cocina a preparar el almuerzo. 22
Capítulo 3

Los números estaban borrosos, y las palabras no tenían


sentido. La cabeza de Blaise latía con fuerza, y su estómago gruñó
con ira cuando él estudió minuciosamente los documentos en el
ordenador portátil que tenía delante.

Frotándose la parte posterior de su cuello para aflojar los


músculos anudados, se estremeció cuando escuchó a sus
compañeros tras la puerta de su oficina.

―Llamas, ―susurró Willow. 23


―Oh, sólo tienes que ir a preguntar. Ha estado allí durante
horas. Apuesto a que le vendría bien un descanso.

―Cole, yo no lo sé. Tal vez deberíamos dejarlo en paz.

Sí, por favor, déjenme en paz. Blaise no sabía cuánto más


podría tomar. Las finanzas de la manada estaban en la necesidad
desesperada de una reforma. Todavía había tres miembros que
figuraban en el registro que no podía localizar. Las notas del
laboratorio para los experimentos, que acaba de ver le helaron la
sangre. Dios, quería enroscarse en una bola y conseguir dormir
durante el próximo año.

Un suave golpe sonó en la puerta, y Blaise cerró los ojos


brevemente, suspirando para sus adentros. ―Adelante, muchachos.
―Willow entró primero, con las manos entrelazadas delante de él,
con los ojos bajos, y su labio inferior agarrado firmemente entre los
dientes. Cole le siguió, su mirada era mucho más segura. En sus
compañeros se leía determinación, y Blaise sabía que iba a
arrepentirse de haberlos dejado entrar.

―¿Qué pasa? ―Tratando de sonar ocasional, Blaise se echó


hacia atrás en su asiento, enlazando los dedos sobre su estómago.
Puntos bailaron en su visión, su cabeza se sentía como si se le
fuera a partir en dos con cada latido de su corazón.

―Te ves horrible. ―Tragó Willow duro, los ojos muy abiertos y
temerosos.

―¿Estás bien?

―Estoy bien.

Bajando la cabeza de nuevo, Willow volvió a inspeccionar sus


rodillas. 24
―Yo solamente me voy a ir. De verdad que no quise
molestarte.

El desaliento en la voz de su compañero, envió un dolor


extraño al pecho de Blaise. No quería hacer daño al hombre, a
ninguno de los dos. Sólo que no sabía qué diablos hacer con ellos.

Cole frotó la palma de la mano por la espalda de Willow, y


luego se trasladó en torno a la mesa para estar de pie detrás de
Blaise. Sus manos se posaron en los hombros de este, y sus
talentosos dedos se pusieron a trabajar amasando y masajeando
los tensos músculos.

Un suave gemido escapó de los labios de Blaise antes de que


pudiera acallarlo. Dios, se sentía increíble. Dejando caer la barbilla
a su pecho, cerró los ojos y trató de ignorar el efecto inmediato que
la cercanía de Cole tenía en su polla.

Nadie habló mientras Cole continuó por el cuello de Blaise,


trabajando y relajando los músculos. Entonces sus manos se
deslizaron sobre el cabello corto de Blaise, tirando suavemente
cuando él hundió los dedos en el cuero cabelludo de Blaise.

―Maldita sea, eso se siente bien, bebé. ―Cerrando la boca de


golpe, Blaise se maldijo por dejar escapar la cariñosa palabra.

Cole lo tomó con calma, sin embargo. ―Necesitas descansar


más. Vas a enfermar. ―Esos fuertes dedos dibujaron círculos
suaves alrededor de las sienes, calmando―. ¿Cuándo fue la última
vez que comiste algo?

Blaise no lo recordaba. Pensó que podría haber comido algo,


pero no estaba seguro.

―Eso es lo que pensé. ―Las manos de Cole desaparecieron y


Blaise casi gimió ante la pérdida―. Willow, ¿qué podemos hacer por
nuestro compañero con exceso de trabajo? Le voy a conseguir algo
de comida.
25
Blaise no los merecía. Él no había sido más que una mierda
completa para ellos, y sin embargo, todavía querían encargarse de
él. ―¿Por qué estás haciendo esto?

―Porque tú eres nuestro compañero, ―dijo Cole simplemente.


Lo besó en la parte posterior de su cuello, enviando olas de calor
directamente a la ingle de Blaise―. Vamos a cuidar de ti, si nos
dejas, por favor.

Blaise asintió con la cabeza, no confiaba en sí mismo para


hablar. Tenía la extraña necesidad de tirar a Cole en su regazo y
devorar su boca, forzar su lengua por la garganta del hombre más
pequeño, y marcarlo. Imágenes de hacer precisamente eso pasaron
por su mente, y le asustaron terriblemente.

―Compórtate mientras estoy fuera. Willow está un poco


nervioso, ―Cole le susurró al oído, enviando escalofríos por su
espina dorsal y más fuego a su polla que cada vez estaba más
dura. Luego se alejó, moviéndose alrededor de la mesa, y le dio un
beso rápido en los labios a Willow antes de salir fuera de la
habitación.

Blaise quería volverlo a llamar casi de inmediato. Él no tenía


miedo de Willow, pero el pequeño le ponía muy nervioso. Había
algo en él que tiraba del instinto protector de Blaise, y enviaba a
sus hormonas una sobrecarga hiperactiva.

Willow se movía lentamente, arrastrando los pies para


colocarse de pie detrás de Blaise. El aroma embriagador de lluvia
de primavera y agujas de pino se hizo más fuerte cuando se acercó,
y Blaise curvó sus manos en puños para no extender la mano y
agarrarlo.

―Yo puedo ayudar, ―murmuró Willow en voz baja―. Por favor,


déjame ayudarte.

Blaise negó con la cabeza, girando la silla suavemente y


26
envolviendo los dedos alrededor de las muñecas de Willow.
―Gracias, pero no.

Willow agachó la cabeza, apartando la mirada rápidamente,


pero no antes de que Blaise viera el brillo herido en sus ojos. ―Está
bien.

―Bueno... um... Sólo voy a... ay a y-uda... ―Su voz vaciló y


se rompió, desvaneciéndose en la última palabra.

Simplemente no era justo. ¿Cómo podía alguien estar de pie


contra tal desgarradora vulnerabilidad? Willow intentó apartarse,
pero Blaise lo mantuvo firme, bloqueando las muñecas de su pareja
juntas en una mano y utilizado la otra para sujetar la mejilla de
Willow. Aplicó una sutil presión hasta que Willow finalmente se giró
y se encontró con su mirada.

Hinchado y enrojecido, las lágrimas se reunieron en sus ojos,


amenazando con desbordarse a la menor señal de rechazo. Blaise
se tragó el nudo en la garganta, sin saber qué hacer o cómo
consolar al hombre.

―Te dolió cuando sanaste a Talon. Te desmayaste. ―Blaise


sacudió la cabeza de nuevo, trazando la piel suave sobre la
mandíbula de Willow con el pulgar―. Yo no quiero hacerte daño.
―Él trató de sonreír, pero no creía que lo hubiera conseguido―. Es
sólo un dolor de cabeza. Voy a estar bien una vez que coma y
duerma un poco.

―¿Puedo dormir contigo? ―Los ojos de Willow suplicaron, y su


labio tembló.

Se acercó más, apretándose entre los muslos extendidos de


Blaise.

―¿Por favor?

El calor, el olor, el sonido de la musical voz de Willow giró


27
dentro de la cabeza de Blaise, interrumpiendo su proceso de
pensamiento y puso sus sentidos a toda marcha. Su polla se hinchó
de nuevo, llenándose rápidamente, y tirando hacia el hombre que
estaba frente a él como un periscopio buscador. Willow
representaba casa, y su polla estaba lista para el aterrizaje.

Así, Blaise hizo lo que cualquier apasionado, hombre hetero


haría. Reaccionó como un gatito asustado, tambaleándose hacia
atrás con tal fuerza, que derribó su silla y terminó cayéndose de
espaldas.

―Wow, ―probablemente habría sido menos doloroso sólo


darle un beso. Cole entró en el cuarto, colocando un plato y una
botella de cerveza sobre la mesa.

―Cállate, ―se quejó Blaise mientras rodaba de lado,


sosteniendo su cabeza con ambas manos―. Acabo de perder el
equilibrio. Voy a tomar una ducha.

No miró a ninguno de sus compañeros cuando se puso de pie


y salió de la habitación. Iban a matarlo. O peor aún, romperían
directamente a través de sus defensas.

Sentado en la silla de respaldo recto, Willow se giró hacia


Cole. ―Bueno, eso funcionó de maravilla.

Cole suspiró, apoyando las manos en las caderas y sacudiendo


la cabeza.

―¿Encendió el abastecimiento de agua?

―Sip. Por un minuto pensé que iba a conseguirlo. Entonces


me moví demasiado rápido. ―La palma caliente de Blaise en su 28
rostro, el rico olor de la lujuria impregnada en el aire entre ellos, y
la evidencia visible de la excitación de Blaise abultando contra la
cremallera de sus pantalones, y Willow no había podido contenerse.

―Entonces, ¿qué hacemos ahora? ―Cole cogió el plato y la


cerveza de la mesa de caoba y señaló con la cabeza hacia la puerta
para que Willow lo siguiera.

Dejando a Cole abrir el camino a la cocina, Willow miró a la


flexión de su culo apretado que se balanceaba en el interior de su
confinamiento de dril. Un pequeño gemido escapó de sus labios
cuando entró en la cocina, y Cole lo miró por encima del hombro y
le hizo un guiño.

―Estabas mirando mi culo, ¿eh?

―Sí, señor. ¡Qué pregunta más ridícula para preguntar!


―Willow puso los ojos en blanco y resopló―. Estabas prácticamente
rogando que te comiera con los ojos sacudiendo las caderas así.
¿Qué esperabas?
Cole sonrió, colocando sus manos sobre el mostrador y
sacando el culo hacia fuera, moviendo lo como si fuera un perrito
que menea su cola.

Willow se mordió el interior de la mejilla, un sonido entre un


gemido y gruñido retumbo en su pecho. Paseándose por detrás de
su compañero, él se apoderó de la parte inferior de Cole, tirando
hacia arriba con ambas manos, y dándole un buen apretón.

―No es bueno embromarme así.

Cole bajó la cabeza y suspiró. No era exactamente la


respuesta que Willow tenía la esperanza de conseguir. ―Lo sé,
―murmuró Cole―. Lo siento.

Dándose la vuelta, Cole envolvió a Willow en sus brazos y lo 29


besó en la parte superior de la cabeza. ―¿Recuerdas cuando Blaise
te tomó en sus brazos en el bosque esa noche después de que te
desmayaste?

Willow asintió con la cabeza, rozando su nariz contra la piel


perfumada de la garganta de Cole. ―Sí.

―¿Recuerdas lo que se siente? ¿Te hizo sentir seguro?


¿Sentiste que por primera vez en siglos estabas totalmente
completo y que nada en el mundo podía tocarte?

Frunciendo el ceño, Willow se echó hacia atrás para mirar a su


compañero, buscando en su bello rostro la respuesta correcta.

―¿Qué es exactamente lo que preguntas Cole? Sí, pero yo


siento lo mismo contigo.

―Eso es lo que quiero decir. ―Cole descansó la frentes juntas,


enganchando su mano alrededor de la curva de la parte posterior
de la cabeza de Willow―. ¿Qué harías si tuvieras que elegir entre
nosotros?
Las fosa nasales de Willow se dilataron, y su garganta ardía
mientras trataba de dominar sus emociones fuera de control. ―Yo
no podría hacer eso.

―Yo tampoco, cariño. No puedo elegir. Tal vez soy egoísta,


pero no quiero sólo un trozo de felicidad, si no toda la maldita
tarta. ¿Ves lo que digo?

Sí, Willow entendió perfectamente. Moviéndose de los brazos


de Cole, se volvió sin decir palabra y se dirigió a la puerta trasera.
Haciendo una pausa, con la mano en el picaporte, apretó los ojos,
cerrados por el dolor que le atravesó el corazón.

―Lo siento si no soy suficiente para ti, Cole. ―Él habló sin
abrir los ojos―. Espero que consigas lo que quieres. Espero que
encuentres tu felicidad. ―Entonces abrió la puerta y se apresuró a 30
salir antes de que Cole pudiera volver a hablar.

―¡Willow! ¡Espera! ―Los pasos de Cole sonaban pesados en el


interior de la cocina y Willow corrió. No sabía a dónde ir, pero tenía
que escapar.

―¡Maldita sea, Willow! ¡Alto! ―Oía la voz de Cole cerca, justo


detrás de él, haciendo eco mientras corría por el campo detrás de la
casa en su persecución.

Más pequeño, más rápido, y con la magia añadida de su


sangre élfica, Willow aumentó la velocidad, volando a través del
campo, con los ojos fijos en la línea de los árboles enfrente de él.
Sus pies volaron a través de la tierra helada, el frío viento azotando
su pelo y quemando su rostro.

―¡Willow! ―Cole gritó su nombre, pero su voz ya sonaba


apagada y distante.

Él no quería preocupar a su compañero, pero necesitaba estar


solo. Nadie jamás en su vida lo había querido, ni tan siquiera sus
padres. Ahora, él tenía dos preciosos, amables, maravillosos
compañeros, y no lo querían. Sí, le pareció muy apropiado querer
estar solo.

31
Capítulo 4

Cole tropezó con una rama mientras miraba a Willow correr


velozmente entre los árboles y desaparecer de su vista. Maldita
sea, mierda era rápido. Brevemente había pensado en cambiar a su
forma de lobo, pero para cuando hubiera terminado de hacer el
cambio, Willow se habría ido de todas formas.

Dejando caer las manos sobre sus rodillas, se dobló,


maldiciéndose a sí mismo por ser tan tonto. Él nunca había querido
dar a entender que Willow no era importante para él. De hecho,
había estado tratando de transmitir todo lo contrario, para expresar
que sus dos compañeros eran igualmente importantes para él. 32
Bueno, él la había jodido espectacularmente.

―¿Qué demonios está pasando?

Cole se levantó y se volvió lentamente para encontrar a Blaise


de pie junto a la puerta trasera, la más mínima toalla colgaba sobre
sus delgadas caderas y perlas de agua se aferraban a su piel
bronceada. La vista tanto lo enfureció como le dejó la boca seca.

―Willow se ha ido.

Blaise frunció el ceño, temblando en el aire de diciembre


amargamente frío. ―¿Qué quieres decir con que se ha ido?

―¿Qué demonios crees que significa? ―Cole empezó a andar


hacia la casa, con los pies crujiendo sobre la hierba helada―. Eso
significa que se fue, salió, voló del gallinero. ¡El jodidamente
desapareció!

Blaise rodó los ojos y retrocedió hacia la cocina mientras Cole


se acercaba. ―Deja de ser tan dramático. ―Esperó a Cole para
entrar juntos en la cocina y luego cerró la puerta detrás de ellos―.
¿Dónde se fue?

―No lo sé. Lo último que vi de él fue su lindo culo


internándose rápidamente en el bosque. ―Cole metió ambas
manos en su pelo y tiró con fuerza―. Todo esto es por mi culpa.

Blaise dio un paso adelante, con las manos crispadas, como si


quisiera tocar a Cole, pero simplemente no pudo encontrar el valor.
Finalmente, suspiró y dejó caer las manos inertes a los costados.
―Creo que necesito que me digas lo que pasó.

Cole cruzó los brazos sobre el pecho y miró al hombre mayor.


―¿Oh, así que ahora estamos interesados en hablar de repente?

Blaise le enseñó los dientes y gruñó. ―¿Quieres mi ayuda o 33


no?

―No, ―gruñó Cole―. No te importamos nada ninguno de los


dos. Este lío es por tu culpa. ¿Por qué no te vas y nos dejas como la
mierda en paz! ―Exhaló su pecho hinchado bajo sus brazos
cruzados y la saliva volaba de su boca mientras gritaba las
palabras.

―Créeme, ―dijo Blaise con frialdad― nada me gustaría más


que irme y nunca mirar atrás.

La desesperación arrasó el pecho de Cole ante las palabras


pronunciadas con calma.

―Entonces vete. No te necesito. ―Él levantó las manos en el


aire, dando la espalda a Blaise―. ¿Crees que yo quería cargar con
dos hombres por compañeros? Yo tampoco soy gay. Nunca quise
nada de esto.

No, él no lo hubiera deseado, pero ya había caído de cabeza, y


no podía dar marcha atrás. La confusión, el miedo, la frustración, la
ira y la tristeza brotaron en su interior. Tenía poco tiempo para
explicar esos sentimientos, sin embargo, antes de que pudiera decir
nada mas, un jadeo suave atrajo su atención hacia la puerta
trasera. En algún momento de su ataque de histeria, Willow había
regresado.

Su rostro se veía suave y pálido por las potentes luces


fluorescentes. Las lágrimas corrían por sus mejillas, y Cole nunca
había visto un espectáculo más triste en su vida. ―Willow.

Blaise dio la vuelta, e hizo un gesto con la mano en dirección a


Willow.

―Mira, él regresó.

Cole quería golpear al jodido insensible en su hermoso rostro.


Y eso fue lo que hizo. 34
En dos zancadas, alcanzó a Blaise, y levantando su brazo hacia
atrás soltó un puñetazo en la mandíbula del hombre cuando Blaise
se volvió hacia él. La cabeza de su compañero se dobló hacia un
lado y luego se volvió lentamente, la mirada era letal en sus azules
ojos de bebé.

―Realmente no deberías haber hecho eso. ―Sin ningún tipo


de advertencia, Blaise lo levantó, tirando a Cole sobre su hombro
como si fuera un muñeco de trapo―. Ya he tenido suficiente de tu
mierda, Cole. ―Blaise salió de la habitación, pegando con la mano
al duro culo de Cole, cuando este comenzó a retorcerse.

Aunque el gesto había sido para castigarlo, Cole no pudo


detener la electricidad que se desplazó a través de su culo y llegó
directamente a su pene de repente interesado. Y eso sólo sirvió
para enojarlo más.

―Suéltame, ―gruñó.

Blaise le tiró sin contemplaciones al sofá. ―¡Ahora, siéntate,


cállate y escucha por una vez!

―Oh, vete al infierno. No tienes nada que decir que quiera


escuchar.

―¡Mierda! ―Rugió Blaise―. ¿Por qué tienes que ser tan


malditamente terco?

―¿Yo? ―Cole se puso rápidamente de pie, empujando contra


su compañero hasta que sus pechos estuvieron pegados―. ¡Yo no
soy el que empezó esto! Por si no te has dado cuenta.

―¡Oh, tú crees que lo sabes todo! Tú no sabes nada de mí.

―No, no lo hago, porque no me lo permites. ¡Puesto que ni


siquiera quieres hablar conmigo! ―Cole miró a Blaise, su corazón
golpeando contra sus costillas. Tal vez él podría golpearle el culo de 35
nuevo. Al menos eso parecía llamar la atención del asno.

―¿Qué quieres que diga? ¿Quieres que te diga que todo va a


estar bien? ¿Qué me voy a despertar mañana y que la polla
palpitando entre tus piernas, no me va a importar? ¿Quieres que te
mienta? ―Lanzó sus brazos para abarcar la sala―. ¡Nada de esto
está bien, Cole!

Cole empujó en el pecho de su pareja. ―¡Vete a la mierda! Si


tanto quieres abandonar, ¿por qué diablos estás todavía aquí?

Poniendo sus manos sobre los masivos hombros de Cole,


Blaise lo empujó hacia atrás. ―¿Qué otra opción tengo? Yo soy el
Alfa ahora gracias a tu hermano y a su estúpido compañero idiota!

―No metas a Jackson en esto. ―Cole habló en voz baja,


peligrosamente.

Blaise no tenía derecho a incluir a su hermanito en la pelea.


Tenía los puños apretados a sus costados y sus dientes rechinaban
mientras luchaba por controlar su ira.
―Basta, ustedes dos. ―La voz de Willow tembló mientras
daba un paso al lado de ellos, colocando una mano en cada uno de
sus brazos―. Sólo deténganse.

Ambos ignoraron a su compañero más pequeño. ―¡Maldita


sea, Cole! Usa la cabeza. ¿Crees que yo estaría aquí si tuviera
alguna otra opción?

El tono de Blaise, como si hablara con un niño, rompió el hilo


del auto control de Cole. Saltó sobre su compañero, abordando al
hombre por la cintura y empujándolos a los dos al suelo con un
fuerte golpe.

―¡Basta! ―Gritó Willow. Dando un salto hacia delante cuando


Cole echaba su brazo hacia atrás para dar un golpe brutal a la
jadeante boca de Blaise. Su codo se arqueó conectando 36
sólidamente con la nariz de Willow, y Cole oyó claramente el crujido
de los huesos seguidos del grito de dolor de su compañero.

Olvidando a Blaise y su ira, Cole se apresuró hacia el lugar


donde Willow se acurrucada en el suelo, con la cabeza inclinada
hacia atrás y una mano tapando la mitad inferior de su cara.
Arrodillándose junto a él, Cole tomó cuidadosamente la muñeca de
Willow y levantó la mano de su cara.

La hemorragia se había detenido ya, y vio con asombro como


la nariz de Willow se enderezó y se curó ante sus ojos.

―Una de las ventajas de ser parte de la tribu de orejas


puntiagudas, ―murmuró Willow con voz ronca. Se sacó la camisa
por la cabeza y empezó a limpiar la sangre de la cara―. ¿Están
ustedes dos satisfechos ahora?

―Oh, Dios, cariño, lo siento mucho. ―Cole nunca se había


sentido tan mal. Él acunó la cara de Willow, salpicando besos en las
mejillas y la frente mientras se disculpaba una y otra vez―. Fue un
accidente, bebé. Nunca quise hacerte daño. Lo siento mucho. Por
favor, perdóname.

Blaise se sentó, observando a sus compañeros juntos, y su


corazón dolió por poder participar en la escena. No había querido
decir las duras palabras que había soltado. Cole seguía
empujándolo, y Blaise no sabía cómo reaccionar. Así que, en su
lugar, había arremetido, con ira e insultos para proteger su
inseguridad.

Willow miró por encima del hombro de Cole, sus fascinantes


ojos grises fijaron a Blaise en su lugar, mirando directamente a su
alma. Blaise se encogió interiormente dudando de lo que el hombre
encontraría allí. 37
Entonces Willow susurró algo al oído de Cole, lo besó en la
mejilla, y se arrastró hasta llegar a Blaise y a su regazo desnudo.
Sus manos pequeñas y delicadas subieron hasta las mejillas de
Blaise, y él sonrió con la más tierna, y desgarradoramente hermosa
sonrisa. ―¿Por favor, me puedes dar un beso?

Los labios de Willow cepillaron sobre las mejillas de Blaise, por


su mandíbula, y hasta encontrarse suavemente contra los suyos.
―Sólo un beso, Blaise.

Escalofríos corrieron a lo largo de la columna vertebral de


Blaise, su corazón galopaba en el pecho, y una fina capa de sudor
perlaba su frente. Los labios de Willow se presionaron con más
insistencia contra los suyos, pero aún era una ligera presión. Su
lengua trazó la costura de los labios de Blaise, parpadeando y
burlándose, engatusándolo a abrirse.

―Déjame entrar, Blaise. No tengas miedo, ―susurró Willow―.


Si te caes, yo estaré aquí para quedarme contigo.
Cole se arrastró por el suelo, presionando hacia arriba contra
el lado de Blaise y pasando sus manos sobre su espalda. ―Ambos
lo haremos. Lo siento, Blaise. No quise decir las cosas que dije.
―Se volvió para mirar a Willow―. Cualquiera de ellas.

Willow le honró con una sonrisa antes de volver su atención a


Blaise, presionando sus bocas una vez más. ―Abre para mí, Blaise.

Y que Dios lo ayude, él lo hizo. Blaise entreabrió los labios,


jadeando cuando la lengua de Willow se deslizó en el interior de su
boca, rozando la suya, dando vueltas y caricias. Blaise no pudo
evitar unirse a la danza, haciendo círculos con la lengua alrededor
de la de Willow, vacilante al principio, pero ganando confianza con
cada giro.

El fuego se construyó en su interior hasta que estalló en una 38


necesidad furiosa, y él enterró sus dedos en el pelo de Willow,
recogiendo el beso y dominando al hombre en sus brazos. Su
compañero sabia tan bien, se sintió tan perfecto en sus brazos, que
Blaise no pudo contener el gemido que retumbó en su pecho.

Lamer, chupar y morder, la lengua de la deliciosa boca de


Willow hasta que la necesidad de oxígeno penetró la neblina que
rodeaba su lujurioso cerebro. Apartándose y respirando con
dificultad, tuvo poco tiempo para recuperarse antes de Cole atacara
a sus labios con un hambre desesperada.

Oh, diablos, Cole sabía tan maravilloso como Willow. Más


fuerte, más agresivo, Cole comió su boca, gruñendo y gimiendo,
con la mano envolviendo el cuello de Blaise impidiendo cualquier
plan de escape.

No tenía que haberse preocupado. Algo dentro de Blaise


cambió y se reajustó, abriendo todo un mundo de posibilidades
increíbles. Esta era la razón por la que Blaise nunca podría decir no
a sus responsabilidades para con la manada o su trabajo como
cazador, ni a sus compañeros pacientes y persistentes.
Willow se giró, su lengua deslizándose al lado de la de Cole y
disfrutando del interminable beso de tres vías. Cuando la necesidad
de respirar por fin lo abrumó, Blaise se apartó, riendo sin aliento
mientras sus dos compañeros lo siguieron, tratando de capturar su
boca de nuevo.

Regresando a la realidad el primero, Willow se sentó un poco


más erguido, mirando a los ojos de Blaise. ―¿Significa esto que te
vas a quedar?

Blaise sacudió a Willow adelante, plantando otro ardiente beso


en la boca de su pareja. ―Sí, bebé. Esto significa que me voy a
quedar.

39
Capítulo 5

Willow quería gritar de alegría, o mejor aún, clavar a Blaise en


el suelo y devorarlo. Tenían que hablar, sin embargo, una larga
conversación en profundidad. No podía dejar eso en manos de sus
compañeros machistas, tercos, porque si no nunca conseguiría
consumar nada.

Bajándose del regazo de Blaise, sostuvo una mano de cada


uno de los hombres en el suelo, junto a sus pies. ―Bien, ahora
siéntense. ―Blaise y Cole miraron el suelo y luego de nuevo a
Willow confundidos.
40
―Simplemente nos levantamos, ―dijo Cole.

Willow puso los ojos y señaló hacia el sofá. ―Quiero decir allí,
genio.

Cole se rió entre dientes, pegando bofetadas al culo de Willow


mientras él pasaba, y se dejó caer en el sofá. Willow se volvió para
mirar a Blaise y levantó una ceja. Blaise levantó las manos, con las
palmas hacia fuera, y sonrió. ―Ya voy. Ya voy.

Para decepción de Willow, Blaise tomó la toalla y se la enrolló


alrededor de su cintura de nuevo. Se acomodó en el sofá al lado de
Cole lo más cerca que podía estar sin subirse encima de él, y Willow
sonrió satisfecho. Luego la sonrisa se disipó lentamente mientras
miraba el espacio inexistente entre ellos. Quería estar cerca de sus
dos compañeros, no sólo de uno.

Cole resolvió el problema dándose palmaditas en el muslo y


luego en el de Blaise. ―Hay un montón de espacio aquí, bebé.
Entendiendo a su compañero, Willow se apresuró, subiendo en
su regazo extendiéndose sobre los muslos de ambos para
enfrentarlos.

―Whoa, cuidado con la rodilla, ―gritó Blaise, llegando a


reajustar la pierna doblada de Willow.

Cole se rió cuando él hizo lo mismo con la otra pierna de


Willow. ―Sí, es letal con estas rodillas huesudas.

Willow cruzó los brazos sobre su pecho y los miró. ―Mis


rodillas ya no son huesudas. ―Viendo a sus dos compañeros
tratando de no sonreír, Willow finalmente suspiró y dio una palmada
a cada uno en el pecho.

―Está bien, si eso es todo, tenemos que hablar.

La mano de Blaise se frotó arriba y abajo del muslo de Willow,


41
sus ojos siguiendo el movimiento como si no pudiera creerse lo que
estaba haciendo. La punta de los dedos de Cole trazaban círculos
pequeños sobre los abdominales de Willow, y se lamia los labios
con avidez. Se sentía increíble, pero Willow no quería que nada lo
distrajera.

―Presten atención. ―Él chasqueó sus dedos, desechando sus


pensamientos lujuriosos. El dulce aroma del deseo disminuyo
ligeramente, pero todavía flotaba en el aire, lo suficientemente
grueso como para poderlo cortar con un cuchillo. Se frotó las
manos sobre el abdomen en movimientos amplios y rápidos―.
Ninguno de ustedes obtendrá nada de esto hasta que hablemos.
¿Entendido?

Sus compañeros asintieron, con los rostros caídos con


idénticas expresiones de decepción. Willow pensó que parecía
adorable, pero no iba a influir en su determinación. ―Ahora, ya que
soy el único aquí que en realidad es gay, tal vez deberíamos hablar
de eso en primer lugar.
―Willow, no hagas caso de las cosas que dije. Estaba enojado
con Blaise, pero no me importa que seas un hombre. ―Cole habló
rápidamente, sus ojos suplicando perdón.

―No me refiero a eso, tampoco, ―cortó Blaise― bueno, si


pienso alguna de las cosas que dije, pero no de la manera que tú
crees.

Willow puso sus manos sobre las dos bocas de sus


compañeros, exigiendo su atención. ―Sé que todo esto es nuevo
para ustedes, para los dos, y no es lo que esperaban. También
puedo ver que ninguno imaginó nunca estar acoplado a un hombre,
y mucho menos a dos.

Quitó las manos y se encogió de hombros cuando los dos


hombres asintieron con la mirada. ―No voy a mentirles y decir que
no me dolió, pero estoy tratando de ver las cosas desde su 42
perspectiva y entender cómo se sienten. Yo no puedo hacer eso a
menos que ustedes me hablen. ―Él tomó un aliento profundo y lo
dejó escapar lentamente―. Entonces, ¿quién quiere empezar?

―¿Puedo hacer una pregunta primero? ―Cole esperó el


asentimiento de Willow―. ¿Por qué has vuelto? Quiero decir, estoy
feliz de que lo hayas hecho, ―se apresuró a añadir―. Simplemente
no lo entiendo. Estabas tan loco.

Willow resopló y rodó los ojos. ―Yo no estaba loco. Estaba


herido. Tú, básicamente, me dijiste que no me querías a menos que
pudieras tener a Blaise, también. ¿Cómo crees que me sentí?

―Cole. ―Blaise se volvió hacia Cole, con los ojos muy abiertos
y la boca descolgada.

―Ni siquiera empiecen, ―dijo Willow con severidad. Nunca iba


a poder lograr algo si sus compañeros no podían contener su
temperamento.

―Lo siento, ―murmuraron al unísono, dejando caer la cabeza


como niños regañados―. No era mi intención hacerte sentir que no
eras lo suficientemente bueno, ―añadió Cole―. Sólo quiero que
nuestra primera vez juntos sea especial. Quiero compartirla con
vosotros dos.

Blaise picoteó a Cole en la nariz. Sus ojos parecían un poco


brillantes, pero Willow decidió no hacer comentarios al respecto.
―Muchas gracias por querer esperar. No me lo merezco, pero
significa mucho.

Cole asintió con la cabeza antes de que ambos hombres se


volvieran hacia Willow otra vez, mirándolo expectantes.

―Volví en parte porque no tengo zapatos, y hace frío. ―Willow


movió sus dedos del pie todavía medio congelados―. Sobre todo,
volví porque podía sentir lo mal que estabas, Cole. ―Se volvió para
mirar a los ojos de Blaise―. Y el miedo que tenías.
43
La cabeza de Cole se giró hasta mirar a Blaise también.
―¿Tenías miedo?

‭ Sí, ―susurró Blaise, sin mirar a ninguno de ellos―. No sé en



quién confiar en la manada. Ahora que soy el Alfa, la gente tratará
de hacerles daño, porque son mis compañeros. ―Por fin se volvió y
miró a los ojos de Willow―. No puedes hacerme eso otra vez.

Aunque el tono de Blaise era duro, Willow podía oír la suplica


oculta bajo el brusco exterior. Las emociones Blaise empujaban
como un ariete, el mensaje llegaba alto y claro: No me dejes.

Inclinándose hacia delante, Willow besó la punta de la nariz de


su Alfa y sonrió. No va a suceder, gran tipo.

―¿Eh? ¿Qué está pasando? ―Cole se separó un poco de ellos


y puso mala cara―. ¿Y cómo es que sientes nuestras emociones?
No nos hemos acoplado todavía.

―De la misma manera que puedo sanar. La fuerza es mayor


para eso, ―dijo Willow con una sonrisa―. Mientras mi shifter se
muerde las uñas por reclamarlos a los dos, mi sangre élfica ya los
reconoce como mis compañeros. Ahora sólo capturo fragmentos,
pero va a ser más fuerte una vez que estemos acoplados
correctamente.

―Hablando de la curación. ―Blaise inclinó la cabeza hacia un


lado y frunció el ceño―. Hay algo que he estado queriendo hablar
con ustedes dos.

Cole parecía que iba a decir algo, pero cerró la boca y se limitó
a asentir. Willow estaba orgulloso de su exaltado compañero y
decidió que necesitaba una recompensa. Inclinándose hacia él,
lamió los labios de Cole, gimiendo suavemente cuando el hombre
se abrió justo para él.

Un fuerte gemido llamó la atención de Willow, así como el 44


impresionante bulto, que empujando su rodilla, se había
desarrollado entre las piernas de Blaise. Poniendo fin al beso,
picoteó a Cole una vez más y se sentó sonriendo a Blaise. ―¿Qué
decías?

Blaise se le quedó mirando durante mucho tiempo antes de


que él negara con la cabeza y se aclarara la garganta. ―Uh, sí, tu
sanaste a Talon, ¿verdad? Solo lo tocaste.

―Sí. ―Willow frunció el ceño, sin saber adónde quería ir a


parar Blaise.

―Mientras estaba cambiado.

Willow asintió con la cabeza, todavía confuso. Miró a Cole, que


tenía una expresión similar a Blaise, a medio camino entre la
confusión y la preocupación. ―¿Podrías acabar de soltarlo? Estás
empezando a ponerme nervioso.

―Ustedes vieron lo que pasó con el padre de Cole cuando


Talon cambio. No sabemos mucho acerca de los Moonlighters, pero
por lo que he entendido, sólo los otros shifters blancos y sus
compañeros son inmunes a la misma reacción.

Willow se impacientó. Deseaba que Blaise dejara de hablar en


círculos y dijera lo que tenía en mente. Cuanto más hablaba, más
aprensivo Willow se ponía. ¿Había hecho algo malo? ¿Había sido
responsable de alguna manera de que el papá de Cole perdiera la
cabeza?

Entonces Cole soltó un bufido y dio un codazo en las costillas a


Blaise.

―Ustedes son peores que Jackson. ―Tomó la mano de Willow


y la apretó suavemente―. Ni yo ni Blaise somos Moonlighters,
bebe. Así que sólo dejalo.

―¿De qué diablos estás hablando? ―Gritó Willow, su 45


frustración se desbordo―. ¿Qué es un Moonlighter? ¿Qué tiene que
ver Talon con todo esto? ―Él dejó caer su rostro entre las manos y
suspiró―. Estoy tan confundido.

Las enormes manos de Blaise se envolvieron alrededor de las


muñecas de Willow y tiró de sus manos suavemente. ―¿Quieres
cambiar, Willow?

―Él no puede cambiar, ―dijo Cole inmediatamente―. Él ha


estado tratando toda la semana. Eso es lo que se suponía que debía
hacer cuando fuimos antes a tu oficina. Queríamos saber si tú
podrías ayudarle.

Blaise echó una mirada a Cole antes de volver su atención a


Willow.

―¿Cambias durante la luna llena?

Willow sacudió la cabeza lentamente. ―No, nunca he


cambiado antes. Lo intento. Puedo sentir... bueno, algo, pero yo no
lo puedo hacer. Sus mejillas se calentaron por la admisión. ¿Qué
tamaño de perdedor era que ni siquiera podía cambiar?

―Esto no tiene ningún sentido, ―gruñó Blaise con


vehemencia―. La Raza Moonlight está rodeada por alguna maldita
magia poderosa cuando cambia. Cualquier persona cerca de ellos,
además de otros Moonlighters o compañeros de Moonlighters, se
vuelve completamente loco. Lo he visto suceder más de una vez.

Willow todavía no entendía, pero decidió dejarlo pasarlo por el


momento.

Tenían cosas más importantes que discutir en este momento y


se habían salido completamente fuera del tema. ―Vamos a volver a
eso, dijo con suavidad, tratando de calmar a su agitado
compañero―. En este momento, quiero hablar de nosotros.

―¿Qué quieres saber? ―Blaise no parecía contento con el 46


cambio de tema, pero al menos se abstuvo de presentar cualquier
abierta hostilidad.

―Sé que dijiste que no te ibas, pero, ¿quieres estar aquí? Has
dicho que no lo harías si tuvieras otra opción. Las palabras herían
más de lo que pensaba que lo harían, pero necesitaba saber la
respuesta.

Antes de que Willow supiera lo que estaba pasando, Blaise lo


levantó en su regazo y lo envolvió en sus brazos grandes y fuertes.
―No tengo una opción, ―murmuró Blaise. Desenrollando un brazo
para enroscándose alrededor de Cole y tirando de él más de
cerca―. Este derecho aquí, lo tengo en mis brazos, significa que no
tengo otra opción.

Willow sonrió, acurrucándose más cerca y acariciando su


rostro contra el cuello de Blaise. Sabía que no sería fácil para su
Alfa grande. Blaise de repente no cambiaría de la noche a la
mañana o Cole para el caso.

Estaban finalmente hablando, sin embargo, y Blaise sonaba


como si quisiera probar.

―Esto se siente bien, ―dijo Blaise en silencio mientras


descansaba su mejilla contra la parte superior de la cabeza de
Willow―. Todavía estoy cagado de miedo. No tengo ni idea de lo
que estoy haciendo, pero te prometo que voy a hacer mi mejor
esfuerzo.

―Eso es todo lo que pedimos, ―dijo Cole en torno a una


sonrisa.

―Estoy tan perdido como tú, chico grande, pero he esperado


toda mi vida para encontrar a un compañero. No puedo caminar
lejos porque ninguno de los dos son exactamente lo que esperaba.
Vamos a aprender juntos.

Se inclinó para besarle la mandíbula de Blaise. ―Estoy seguro


de que nuestro pequeño elfo puede mostrarnos el camino.
47
―Oh, te voy a mostrar un montón más que eso. ―Willow rió y
se retorcía en el regazo de Blaise. Oh, sus pobres compañeros ni
siquiera iban a saber que les golpeó. La idea le hizo reír más.
Capítulo 6

―Esto es una mierda, ―gruñó Cole cuando él golpeó su puño


contra la nevera, agitando el contenido en su interior. Dejó caer su
frente sobre el acero inoxidable fresco y restregó la cabeza hacia
atrás y adelante en su contra.

Tres días desde su pequeña charla, y nada había cambiado.


Blaise todavía se quedaba fuera hasta altas horas de la mañana o
se quedaba hasta tarde trabajando en la oficina al final del pasillo.
Cole y Willow aún dormían solos en la cama de Cole. Todo el mundo
era agradable como un infierno los unos con los otros, pero era
forzado y poco natural. 48
Blaise parecía más pálido por el día, mostrando círculos
oscuros bajo los cansados ojos. Él respondía cuando se le hablaba,
pero casi siempre simplemente paseaba por ahí murmurando en
voz baja o meditando a solas en la oficina.

Cole no sabía cuánto más podría aguantar. Él pensó que por


fin habían roto y hecho algunos progresos, el otro día. Él realmente
creía que Blaise quería tratar de mejorar. Al parecer, solamente
había estado engañándose. El Alfa grande nunca los aceptaría.

Jadeó suavemente cuando gruesos brazos lo envolvieron


alrededor de su cintura, y una lengua húmeda lamió un camino
hasta la parte posterior de su cuello. Un zumbido corrió por su
espina dorsal y fue directo a su entrepierna. El aroma rico, caliente
de Blaise, invadió sus sentidos, enviando descargas a su parte
delantera.

Cole no se movió, no quería romper cualquier hechizo bajo el


que Blaise parecía estar. Su compañero nunca iniciaba el contacto.
Las palmas de Blaise se alisaron encima del pecho desnudo de
Cole, y sus dedos callosos rozaron sus sensibles pezones.

―¿Qué pasa, mi compañero? ―Mordisqueó Blaise a través de


los hombros de Cole.

―Dime qué te pasa, bebé.

―Vuelve a la cama con nosotros, ―susurró Cole. Dándose la


vuelta para enfrentar a Blaise, envolvió sus brazos alrededor del
cuello de su compañero y lo miró a los ojos―. Todavía es temprano.
El sol no ha salido todavía. No tenemos nada más que hacer que
dormir. Por favor, Blaise. ―Él no quería mendigar o parecer
desesperado y necesitado, pero no pudo contenerse.

Para su completa sorpresa, Blaise sonrió y se inclinó para


lamer un camino lento a lo largo de su mandíbula. ―Me gustaría 49
eso.

―Entonces, ¿por qué no has estado con nosotros?

―He estado muy ocupado, bebé. He estado tratando de hacer


las cosas seguras para nosotros, así puedo reclamar a mis
compañeros.

Cole se apartó de Blaise y se golpeó la parte posterior de la


cabeza con la nevera. ―Maldita sea, ―dijo entre dientes. A
continuación, un suave gemido se le escapó cuando Blaise le
masajeó la zona con la mano para aliviarle el dolor, los ojos llenos
de preocupación―. ¿Por qué no dijiste nada?

Blaise suspiró. ―Lo siento. No pensé. He estado ocupado con


el Consejo para obtener la garantía de que tu hermano y su
manada estén protegidos. Creo que he encontrado donde tu padre
estaba llevando a cabo más experimentos. He estado tratando de
confirmar el lugar antes de enviar a los ejecutores en su rescate.

Cole pasó la lengua por sus labios, su polla extendiéndose


dentro de sus boxers cuando su lobo aulló ante la cercanía de su
pareja. ―Puedo ayudarte a buscar a través de los archivos de la
computadora y los registros.

Arrugando sus cejas juntas, Blaise asintió lentamente. ―Yo no


pensé en eso. ―Él sonrió, inclinándose hacia adelante para atrapar
a Cole contra el refrigerador―. Gracias, bebé.

―¿Qué te pasa? ―Cole jadeó, retorciéndose contra el hombre


cuando su corazón se disparó a toda velocidad.

―No puedo soportarlo más. Estoy duro todo el maldito tiempo.


Apenas puedo concentrarme. No me importa si tienes una polla,
pies palmeados, o un tercer ojo. Estoy cansado de estar sin mis
compañeros.

Lanzándose a los brazos de Blaise, Cole envolvió sus piernas 50


alrededor de su cintura delgada y radiante. ―Se trata de tiempo de
joder.

Blaise se rió entre dientes mientras caminaban fuera de la


habitación, con las manos agarrando el culo de Cole y apretándolo
mientras lo sostenía.

―Todavía no tengo ninguna idea de lo que estoy haciendo.


Necesito que seas paciente conmigo, Cole.

―Cualquier cosa que necesites, guapo. Cualquier cosa que


necesites.

Los labios de Cole cayeron sobre él, y Blaise casi perdió el


equilibrio, chocando contra la pared cuando tropezó caminando a
ciegas hacia la habitación de Cole. Su polla se endureció al
instante, el bulto detrás de la cremallera, rogando por la
oportunidad de salir finalmente a jugar.

Había tratado de resistir. Había ignorado la seducción flagrante


de Willow y la sutil burla de Cole. Se había ido a la cama solo todas
las noches y todas las mañanas despertaba solo, sintiéndose más
miserable que el día anterior. No importaba lo que hiciera, no podía
detener el anhelo.

Su lobo gruñía y rechinaba sus dientes, exigiendo tomar y


reclamar lo que le pertenecía. Parecía que su lobo no tenía reparos
sobre que equipo descansaba entre los muslos de Cole o de Willow.
Sorprendentemente, a Blaise no le importaba mucho más,
tampoco.

Tropezando con el umbral, Blaise se las arregló para llegar a la


cama y dejarse caer sobre el colchón sin dañar a ninguno de ellos.
Ellos rebotaron varias veces, aterrizando con Cole encima de él y 51
riendo como un loco.

―Shh, Willow está durmiendo. ―Él se rió entre dientes.

―Correcto, ―dijo una voz soñolienta a su lado―. ¿Cómo


diablos se supone que voy a dormir con todo el ruido que estás
haciendo?

Revoloteó sus ojos abiertos y una sonrisa se extendió por sus


labios.

―Hey, Blaise. ¿Estás listo para tu primera lección de sexo gay


1
101 ? ―Le guiñó un ojo con picardía y Blaise tragó saliva.

Cole gimió en voz alta, consiguiendo la atención de Blaise para


el hombre que todavía estaba a caballo entre sus muslos. Parecía
que a alguien le gustaba esa idea si la tienda de campaña en la
ropa interior de Cole servía de indicación. Una gran mancha, oscura
ya estropeaba la parte delantera de sus boxers donde había

1
En ingles la lección 101 es el curso básico de aprendizaje de una materia.
escapado el pre-semen.

―Oh, mierda, eso suena caliente. Tu puedes ser el profesor, y


vamos a ser tus pequeños estudiantes traviesos que tienen que
quedarse hasta tarde para cumplir su castigo.

Blaise gruñó, sus caderas corcovearon contra Cole cuando


recreó la fantasía en su cabeza.

―Desnúdate.

Cole saltó de la cama y se arrancó los calzoncillos de su


cuerpo en un instante. Willow se puso de pie sobre el colchón,
moviendo sus caderas mientras empujaba su propia ropa interior
por sus delgados muslos. La boca de Blaise se hizo agua, y su polla
saltó por toda la suave piel a la vista, sus manos picaban
dolorosamente por sentir a sus compañeros bajo sus palmas. 52
Antes de que Blaise pudiera incluso alcanzar el botón de sus
pantalones vaqueros, Willow y Cole estaban allí, quitándosela
rápidamente mientras sus manos recorrían la piel desnuda que se
revelaba. ―Basta con mirarte a ti, ―susurró Willow
temerosamente―. Eres tan hermoso. ―Miró hacia Cole, con los
ojos ardiendo de deseo, y reclamó su boca en un beso caliente que
hizo que Blaise apretara la base de su pene para no venirse.

Había sido un estúpido hijo de puta. ¿Por qué había pensado


alguna vez en renunciar a esto? Mirar a sus hombres amándose
tenía que ser la cosa más sexy que había visto nunca. Sin embargo,
él quería jugar también. ―Venir aquí, ―exigió con voz ronca.

Los dos hombres se separaron y se volvieron hacia él


lentamente, con sonrisas maliciosas en sus hermosos rostros.
Cayeron sobre él, lamiendo, besando y mordiendo el pecho y el
estómago, volviéndolo salvaje porque su polla pedía atención
similar a gritos.

Willow se tendió junto a él, le dio una lenta lamida a un lado


de su cuello, y luego rodó sobre su espalda en el centro del
colchón. ―¿Listo?

La cabeza de Cole apareció, y se arrastró sobre Blaise


arrodillándose en el otro lado de Willow. Blaise se puso de rodillas y
se sentó sobre sus talones mientras sus ojos bebían de la belleza
de sus desnudos compañeros. Pequeño y delgado, la piel pálida de
Willow casi brillaba a la luz de la luna que se filtraba por la ventana.
Su larga polla yacía pesadamente contra su vientre, con
contracciones y fugas cuando los ojos de Willow vagaron por Blaise
antes de fijarse en Cole.

Blaise siguió su mirada, su respiración poco profunda y cada


vez más acelerada, devoró el marco delicioso de Cole con sus ojos.
Más grande que Willow, pero igual de delgado, con la piel un poco
más oscura, el cuerpo tenia los músculos más definidos, Cole era
impresionante en su belleza. 53
―Lección uno, ―dijo Willow con una sonrisa― chupa mi pene.

―¿Qué? ―Farfulló Blaise. Había asumido que en la clase que


Willow pretendía darle, le mostraría qué hacer. Del tipo de las que
uno aprende observando. No sabía que tendría que nadar en la
parte más profunda sin un chaleco salvavidas.

Willow rodó los ojos y suspiró. ―Soy gay, Blaise. Ya sé cómo


chupar una polla. ¿Cómo esperas aprender tú si no lo intentas?

Blaise gruñó, inclinándose sobre Willow y sujetando sus


caderas a la cama.

―Nadie más, Willow. Nadie más que yo y Cole. ¿Entiendes?

Willow asintió rápidamente, con los ojos muy abiertos y el


pecho agitado. Blaise casi se sentía culpable por su despliegue
agresivo de posesión hasta que vio la polla de Willow flexionarse y
las grandes cantidades de pre-semen goteando de la rendija.
Mirando a Cole para calibrar su reacción, Blaise bajó la cabeza
de nuevo para ocultar la sonrisa en su rostro. Cole le miró como si
se hubiera tragado la lengua. Tenía los ojos entrecerrados, los
labios entreabiertos, acariciando su polla gruesa y su cuerpo se
estremeció con el evidente deseo.

¿Así que a sus compañeros les gustaba cuando él era


dominante con ellos? Oh, iba a disfrutar esto. Acariciando la cadera
de Willow, Blaise se apartó de él y se puso a los pies de la cama.
―¿Así es como hablas con tu Alfa? ―Preguntó con severidad.

Sacudiendo la cabeza otra vez, Willow se humedeció los labios,


los dedos elegantes, bajando para envolverse alrededor de su
longitud erecta.

―Ningún toque. ―Blaise giró la cabeza hacia Cole―. Eso va


para ti también. 54
Ambos hombres hicieron un puchero pero dejaron caer sus
brazos a los lados. Blaise se mordió el interior de la mejilla para no
sonreír. ―Vengan aquí. ―Él torció el dedo a cada uno a su vez.

Ambos se arrastraron hasta el borde de la cama y se


arrodillaron, levantando la vista hacia él con ardiente lujuria.
―Dense la vuelta sobre sus manos y rodillas. ―Mientras Willow
cumplió inmediatamente la orden, girando su cuerpo y presentando
su culo en movimiento, Cole parecía que iba a vomitar.

Blaise entendía el miedo, la incertidumbre. Aunque Cole no era


virgen, esta sería su primera vez con un hombre. Acunando la
mejilla de su compañero, Blaise se inclinó y le dio un tierno beso en
sus temblorosos labios.

―¿Confías en mí?

Cole le miró a los ojos durante un largo tiempo antes de que


finalmente tragara con fuerza y asintiera. ―Entonces, date la
vuelta. Voy a cuidar bien de ti, bebé. Si no te gusta nada de lo que
estoy haciendo, solo dilo y se detiene. Todo se detiene, ¿de
acuerdo?

Su gesto fue más rápido y con más confianza en ese


momento. Luego se volvió y presentó su culo como le había dicho,
mirando por encima del hombro una vez, antes de dejar caer su
pecho en el edredón. La nueva posición lo extendía abierto, las
mejillas musculosas de su culo se separaban para revelar su
apretado agujero de color rosa.

Blaise gimió al ver a Willow hacer lo mismo, inclinando su culo


más alto en el aire y extendiéndose a la vista de Blaise. Tomando
varias respiraciones profundas, que no hicieron nada para calmar
su furiosa libido, Blaise dejo caer un manotazo en el culo de Willow.

Aullando, Willow trató de moverse hacia adelante, pero Blaise


atrapó sus caderas, manteniéndolo en su lugar fácilmente. ―No, no 55
lo harás. Fue una falta de respeto, y creo que necesitas una buena
paliza para recordarte quién es el que manda aquí.

Willow gimió en voz baja, pero asintió con la cabeza, lo que


facilitó que su pecho cayera de nuevo al colchón. Blaise consiguió
dos rápidos golpes más a las mejillas redondeadas de Willow antes
de cambiar a Cole. Le acarició los globos con las dos manos,
apretando y dando masajes a los músculos, luego retrocedió para
darle una picante palmada.

Cole abrió la boca, pero no se movió.

―¿Qué he hecho?

―Nada, ―dijo Blaise con calma―. Me gusta cómo se ve tu


hermoso culo con mis huellas en él. ―Continuó nalgueando a su
compañero, alternando los lados, luego se trasladó de nuevo a
Willow para hacer lo mismo.

Los dos hombres se retorcían y gemían con su piel roja, y una


fina capa de sudor brillaba sobre sus espaldas. ―Por favor, Blaise.
Por favor, necesito más, ―lloriqueó Willow.

―Tócame. Necesito que me toques, bebé. ―Cole apenas


consiguió pronunciar las palabras a través de su jadeo―. No me
importa lo que hagas, te necesito.

Pasando las palmas de sus manos por las nalgas de sus


compañeros Blaise les susurró palabras de consuelo.

―Shh, mis compañeros. Les prometí que cuidaría muy bien de


ustedes.

Y lo haría. Tras darse cuenta de que quería a sus hombres en


todas las formas posibles, Blaise se había sentado con su ordenador
portátil y estudió minuciosamente horas de porno gay. Los videos
eran calientes, y de hecho se había acariciado dos veces mientras
los veía, pero lo dejó con más preguntas que respuestas. 56
Finalmente tragándose su orgullo, llamó a Keeton.

Veinte minutos de estar hablando con su primo, y Blaise se


sintió mejor que con el porno. No entendía la mitad de lo que dijo
Keeton, y la otra mitad sólo sonaba depravado. Él aprendió más en
esos veinte minutos de lo que consideraba necesario saber acerca
de su primo y de su vida sexual.

Por suerte, Logan había venido al rescate, consiguiendo


quitarle el teléfono a su compañero y respondiendo a las preguntas
de Blaise mientras se oían las risas de Keeton como fondo. Blaise
pensó que sus mejillas nunca se recuperarían de la media hora de
bochorno, pero al menos había conseguido las respuestas que
buscaba.

Todo sonaba bien en teoría. Ahora, sólo tenía que llevarlo a la


práctica.
Capítulo 7

¿Quién hubiera imaginado que era una puta kinky y que le


gustaba tener su culo azotado? Su polla giró entre sus piernas
pulsando dolorida, y sus bolas colgaban pesadas. Si Blaise no le
daba alivio pronto, iba a explotar.

―Gírense, ―ordenó Blaise.

Cole obedeció, moviéndose lentamente y silbando cuando su


carne maltratada toco la manta debajo de él, enviando el calor que
irradiaba hacia arriba, a su eje con fugas. Él había estado muerto
de miedo ante la idea de tener a Blaise follándolo. Había 57
conseguido una buena imagen de la impresionante erección del
hombre antes, y no había manera de que ese monstruo se ajustara
en su culo virgen.

No le importaba nada. Blaise podía doblarlo por la mitad y


follarlo de seis maneras cuando quisiera y no le importaría. Él sólo
tenía que conseguir venirse. Willow se dio la vuelta dirigiéndose a
Cole con una sonrisa maliciosa. Sus suaves mejillas enrojecidas, los
ojos muy abiertos por la excitación. Sus labios carnosos
entreabiertos, cuando él se acercó, lanzando su lengua para lamer
los labios de Cole.

Cole gimió en voz alta, empuñando sus manos en el pelo


sedoso de Willow y lo arrastró contra su pecho mientras saqueaba
las profundidades de su dulce boca. Sus encías picaban y su vientre
se apretó, su lobo golpeando contra su jaula y exigiendo reclamar a
su compañero.

El cepillo suave de calor húmedo a lo largo de la parte inferior


de sus testículos lo tenía arqueando sus caderas y gritando por las
deliciosas sensaciones que cursaban a través de él. Apartándose de
la buscadora boca de Willow, se enderezó sobre sus codos, su pulso
tronando en sus oídos mientras miraba fijamente a los ojos de
Blaise.

Blaise lamió su saco antes de chupar una nuez en su boca y


rodarla un poco con la lengua. Cole casi se levantó de la cama.
Ninguna mujer había hecho algo tan erótico, tan absolutamente
increíble para él.

Aunque su compañero Alfa no era más experto que él, el


hombre aprendía pronto. Cayendo de nuevo a la cama, se
estremeció violentamente cuando la lengua inquisitiva de Blaise se
movió de sus bolas para viajar hasta su tirante eje.

―¡Oh, mierda! ―Sus manos parecían moverse por voluntad


propia, llegando con la palma suavemente a la parte posterior de la 58
cabeza de su amante. Un movimiento a su lado le llamó la
atención, y abrió los ojos para ver a Willow deslizarse fuera del
colchón y dejándose caer al suelo.

No sabía lo que el pequeño elfo estaba haciendo hasta que oyó


a Blaise gritar, sus dedos clavándose en la carne del muslo de
Cole. ―Joder si. Come mi polla, bebé.

La imagen mental solo envió a Cole a la cima de su deseo, y él


arqueó sus caderas hacia arriba, intentando captar la atención de
Blaise de nuevo en su tarea. Demonios, a esas alturas, se
conformaría con una paja rápida.

Blaise tenía otras ideas, sin embargo. Se agarró a la base del


eje de Cole, lo acarició dos veces, y luego se zambulló envolviendo
la corona en su boca caliente. Su lengua se arremolinó resbaladiza
alrededor de la cabeza y luego de vuelta a parpadear sobre su raja.
―Maldita sea, se siente bien, bebé.

Mejor que bien, Cole no iba a durar. Blaise gimió, tomando


más de la polla de Cole en su boca mientras mantenía sus mejillas
ahuecadas y chupó con fuerza. Su puño continuó trabajando la
base, apretando y relajando, torciendo ligeramente mientras
arrastraba sus labios a lo largo de la mitad superior.

―Haces todo de una manera tan natural, ―le susurró Cole


mientras sus caderas se sacudieron y sus bolas se acercaron más a
su cuerpo―. No puedo durar.

―Ahhh... ―Él tiró del pelo de Blaise, tratando de sacar su


polla de su boca mientras llegaba a su orgasmo.

Blaise no se movió. En cambio, él redobló sus esfuerzos,


moviendo la cabeza más rápido y con la otra mano se apañó para
rastrear la costura del culo de Cole. Él separó suavemente las
mejillas, y su dedo encontró la apertura aleteánte de Cole,
acariciándola casi amorosamente.

Cole explotó. Echó la cabeza hacia atrás, inclinando la espalda


59
y empujando su polla profundamente en la boca de Blaise mientras
su clímax estallaba, su eje derramándose en la dispuesta boca de
su pareja.

Él no hubiera culpado a Blaise si este lo hubiera escupido, pero


el hombre lo tragó como un campeón, aun lamiéndolo y limpiándolo
cuando su propio cuerpo convulsionó. Blaise se quedó quieto,
liberando la erección de Cole y gimiendo ruidosamente cuando él
encontró su liberación. Cole se quedó tendido en la cama, débil y
agotado por completo, pero contento.

Estaría feliz si él nunca tuviera que moverse de nuevo, pero


todavía tenía un compañero que necesitaba su atención. Con gran
esfuerzo, se incorporó y se arrastró hasta el borde de la cama y se
quedó helado.

Willow estaba acurrucado en el regazo de Blaise, con una


sonrisa de felicidad en su rostro angelical, incluso dormido. ―Pero
no... Quiero decir... ¿no deberíamos…?
Blaise se limitó a mover la cabeza como si no pudiera creer lo
que estaba a punto de decir. ―Se vino por toda mi pierna cuando
yo lo hice. Entonces se desmayó.

―¿Está bien? ―La preocupación estimuló a Cole a saltar de la


cama, y se sentó en el suelo, pasando sus manos sobre el desnudo
cuerpo de Willow, asegurándose que su compañero iba a estar bien.

―Él está bien. Muy muy satisfecho de sí mismo si me


preguntas.

Blaise se rió entre dientes mientras dejaba caer un beso rápido


en la parte superior de la cabeza de Willow. ―Vamos a conseguir
limpiarnos y volver a la cama. Todavía tenemos un par de horas
antes de que tengamos que levantarnos.

Cole se mordió el labio y apartó la mirada. ―¿Te vas? 60


Fuertes dedos agarraron su barbilla, alzándole el rostro hacia
la cara de Blaise. Su boca cubrió a su compañero, mojando su
lengua dentro, compartiendo la esencia de Cole con él. Trepando
sus brazos alrededor del cuello de Blaise, se empujó más cerca,
amando la sensación de los músculos duros de su amante
presionando contra él.

Cuando Blaise se desconectó de su boca, él no se movió


mucho. Rozó sus labios con los de Cole, frotando sus narices
juntas. ―Sólo trato de hacerlo mejor.

Willow despertó cuando los primeros rayos de luz del sol se


asomaban por el horizonte. Él sonrió suavemente mientras abría los
ojos para encontrarse a sí mismo tendido sobre el pecho de Blaise y
Cole acurrucado a su lado con el brazo envuelto sobre la espalda de
Willow.

Ellos realmente necesitaban conseguir una cama más grande,


pero no le importaría despertar así cada mañana.

Aunque nadie había sido reclamado, habían salvado un gran


obstáculo. Haría todo lo posible para conseguir que siguieran
avanzando. Desde su posición en el suelo, no había sido capaz de
ver lo que Blaise le hizo a Cole, pero si los ecos de sus gritos
resonando por toda la habitación eran una indicación, Blaise lo
había llevado a cabo con brillantez.

―¿De qué te ríes, mi pequeño descarado? ―Blaise habló sin


abrir los ojos, con las yemas de sus dedos yendo a la deriva por el
costado de Willow, lo que le hizo temblar―. ¿Tienes frío, bebé?

―No, ―susurró Willow, no queriendo despertar a Cole―. 61


Simplemente estoy feliz.

―Yo, también, ―murmuró Blaise luego se volvió a dormir de


nuevo.

Aliviando de su peso a su amante y saliendo de la cama, el


pecho de Willow se hinchó con felicidad cuando sus compañeros de
inmediato se enroscaron juntos, buscándose el uno al otro, incluso
dormidos. Encontrando sus boxers entre el montón de ropa en el
suelo, Willow se los puso y salió de puntillas de la habitación.

Bostezando enormemente, caminó por el pasillo hasta la


cocina para preparar el desayuno a sus hombres además de café. El
olor derivó hacia él cuando entró en la cocina, el aroma audaz de
una jarra de café recién hecho. Mentalmente se dio unas
palmaditas en la espalda por acordarse de ajustar el temporizador
antes irse a la cama.

Agarrando su taza favorita del gabinete, lo llenó con el


espirituoso líquido. Un chasquido suave en la ventana sobre el
fregadero llamó su atención, y él inclinó la cabeza hacia un lado con
curiosidad.

Llegó hasta el fregadero en dos zancadas, Willow se quedó sin


aliento cuando el hielo se formó en sus venas. Se tambaleó hacia
atrás, dejando caer su taza que cayó rompiéndose al linóleo. El café
caliente salpicó sobre sus piernas desnudas, lo que le hizo gritar,
mientras retrocedía aún más.

El hombre al otro lado de la ventana sonrió maliciosamente


antes de levantar un dedo a los labios. Willow reconocería esa cara
en cualquier lugar, y se paralizó por el miedo.

Los ojos maníacos del tipo se alejaron yendo de Willow a la


puerta de atrás, antes de regresar para fijar a Willow en el lugar
con su mirada amarilla una vez más. Volvió a sonreír, con el labio
superior estirado sobre sus dientes, luego se apartó de la ventana.

Liberado de la penetrante mirada, Willow salió disparado hacia


62
la puerta trasera, gritando de nuevo cuando los fragmentos rotos
de su taza cortaron la planta de sus pies. Llegó a la puerta y
consiguió correr el cerrojo al mismo tiempo que el pomo de la
puerta giró y un fuerte golpe se dejó oír en la madera.

Willow se alejó lentamente, con la boca tratando de formar


palabras, pero sólo un graznido suave salió de sus temblorosos
labios mientras sentía el latir de su corazón llegar hasta su
garganta. Otro fuerte golpe aterrizó en la puerta, agitándola y
agrietando el marco.

―¡Willow!

―¡Willow!

Sus dos compañeros gritaron su nombre por el pasillo,


corriendo a la cocina completamente desnudos todavía. Los golpes
en la puerta se detuvieron y se oyeron unos pesados pasos
alejarse. Blaise levantó la cabeza, olfateando el aire.
―Cuida de Willow, ―gruñó y luego se lanzó a través del
cuarto, desengancho el pestillo, y abrió la puerta de un tirón. Olió
de nuevo, un gruñido salvaje salió de los labios y echó a correr
hacia el amanecer.

Cole se apresuró a lado de Willow, ahuecando su cara y


mirándole directamente a los ojos. ―¿Qué pasó, bebé? ¿Estás bien?
¿Estás herido? ¿Qué es lo que has visto? ―Él disparó las preguntas,
su voz era cada vez más frenética.

Willow quería responder, pero él todavía no era capaz de


encontrar su voz. La cabeza le daba vueltas, dejándolo mareado y
con náuseas. Su visión era borrosa en los bordes, y se dejó caer
hacia delante, cayendo en los brazos de Cole cuando la oscuridad
se lo tragó.

63
Capítulo 8

Cole cogió a su compañero con un gruñido mientras este se


hundía en sus brazos, flojo e inconsciente. Dejando caer a Willow al
suelo lo más suavemente posible, Cole le apoyó contra la pared y
golpeó sus mejillas ligeramente. ―Willow. Abre los ojos, bebé.
¡Willow!

Blaise irrumpió de nuevo en la cocina, cerró la puerta y por su


expresión parecía que era capaz de escupir fuego. ―Desapareció,
pero definitivamente era de la manada. Su esencia estaba diluida,
sin embargo. No podría poner el dedo en la llaga, pero algo hay de
diferente en ella. 64
Su pecho subía y bajaba, sus fosas nasales se dilataron, y su
labio superior se curvo sobre sus dientes mientras luchaba por
controlar su respiración. Mientras Cole comprendía la ira de su
compañero, él tenía otras cosas de las qué preocuparse en ese
momento. Asintiendo con la cabeza a Blaise, se volvió hacia Willow
y acarició sus mejillas. ―Vamos, bebé. Abre los ojos para mí.

Blaise pareció darse cuenta por fin de lo que estaba pasando,


y él se apresuró, cayendo de rodillas y pasando las manos por el
pequeño cuerpo de Willow. ―¿Qué pasó? ¿Está bien?―Preguntó
Blaise, la preocupación y la tensión eran evidentes en su voz.

―Creo que sólo se desmayó. Nunca he visto a nadie tan pálido


o con los ojos tan abiertos. Parece que pasó mucho miedo.

Un gemido suave atrajo su atención, y vio como los párpados


de Willow comenzaron a revolotear lentamente antes de abrirse
para mostrar sus hermosos ojos grises. ―¿Qué pasó? ―Murmuró.
―Teníamos la esperanza que tú nos lo pudieras contar,
―respondió Blaise suavemente cuando tocó la mejilla de Willow
dándole un tierno beso en la sien―. ¿Estás bien amor?

El interior de Cole se derritió con el apelativo cariñoso, y


sonrió como un idiota mientras se acercaba, elevándose sobre sus
rodillas para besar la mejilla de su Alfa.

―Te estás haciendo muy bueno en esto, ―le susurró al oído


de Blaise.

Las mejillas del hombre se tiñeron de rojo, pero él sonrió


también y bajó la cabeza. ―Se está haciendo más fácil con el
tiempo.

Antes de que ninguno de ellos pudiera hablar otra vez, Willow


se revolvió en el regazo de Blaise, envolviendo sus brazos alrededor
del cuello del hombre y presionando su cara en el cuello de Blaise.
65
―¿Se ha ido? ¿Lo has visto? No estas herido, ¿verdad? ―Las
preguntas de Willow salían disparadas, su voz sonaba amortiguada
contra la piel de Blaise. Con la otra mano, agarró la muñeca de Cole
y le instó a moverse.

Cole se deslizó sin pensar, presionando su pecho contra la


espalda de Willow y colocando suaves besos en el cuello de su
compañero amablemente. Parecía la cosa más natural del mundo
para él. Aliso su palma arriba del costado de Willow, desplazándose
por su pecho y dejándola apoyada justo sobre su corazón
galopante. ―Se ha ido, bebé. Ahora estás a salvo.

Levantó la cabeza, cruzó una mirada con Blaise, y cada uno


asintió mientras se comunicaban en silencio. Sus preguntas podían
esperar.

En ese momento, su pequeño compañero los necesitaba.


Colocándose en pie, Cole tendió la mano para ayudar a Blaise
mientras el Alfa sostenía a Willow apretado contra su pecho y se
levantó.
Luchando para mantenerse apegado a su compañero, Willow
cerró sus tobillos detrás de la espalda de Blaise mientras sus brazos
se reunían en un asfixiante abrazo al cuello de este. Blaise le
acarició el pelo y besó la parte superior de su cabeza antes de
mirar por encima a Cole con la desesperación pintada en su cara.
―¿Qué hago? ―Musitó él.

Cole se mordió el interior de la mejilla para no reírse. No


quería avergonzar a Blaise cuando el hombre estaba tratando tan
duro.

―Sólo sostenlo, ―musitó.

Blaise asintió con firmeza, una mirada determinada cubría su


hermoso rostro. Tomó la mano de Cole y tiró de él desde la cocina,
lo llevó por el pasillo y de vuelta a su dormitorio. Liberando la mano 66
de Cole, él se metió en la cama, maniobrando a Willow para
tumbarlo sobre su pecho, y palmeó el espacio a su lado en el
colchón.

Cole se tumbó en la cama y se metió bajo las mantas,


enroscándose alrededor del lado de Blaise, y subió las mantas
hasta los hombros delgados de Willow. Él y Blaise acariciaron y
acariciaron a su pequeño compañero, calmando su miedo y
asegurándole que siempre estarían allí para protegerlo.

En cuestión de minutos, Willow estaba respirando de manera


uniforme, en lo que parecía ser un sueño profundo y reparador, y
lentamente aflojó su agarre alrededor del cuello de Blaise.

―¿Va a estar bien? ―Blaise susurró, sin dejar de acariciar el


pelo largo de Willow, que estaba desplegado a lo largo de su
espalda y por los costados.

―Sí, está bien. ―Cole trabajó sus dedos por el pelo mucho
más corto y rubio de Blaise, masajeando el cuero cabelludo
mientras hablaba en voz baja―. Entonces, ¿qué encontraste?
―Absolutamente nada, ―gruñó Blaise―. El hombre había
desaparecido por completo en el momento en que salí fuera. Había
un ligero aroma de lobo en el aire, pero mezclado con algo más.
Algo áspero, agrio, casi como a goma quemada.

Cole frunció la nariz y arrugó el ceño. ―Eso suena asqueroso.

―Vamos a hablar con Willow cuando se despierte. ―Blaise


arqueó el cuello hacia un lado para mirar a la ventana justo al lado
de la cama―. El sol estará en lo alto dentro de una hora. Vamos a
dormir un poco más, y entonces necesito que me ayudes a mirar
los registros de tu padre. Algo está pasando, y tengo la intención
de averiguar que es.

―¿Quieres mi ayuda? ―Cole no pudo evitar el asombro de su


voz. Blaise nunca pidió ayuda a nadie y sobre todo no a él. 67
Mirando hacia él, los ojos de Blaise se suavizaron, y sus labios
temblaron en las esquinas. ―Si eres como tu hermano, me podrías
ahorrar mucho tiempo y dolores de cabeza. Así que, sí, quiero tu
ayuda. ¿Por favor, Cole?

―Por supuesto, ―respondió inmediatamente cuando se acercó


más al lado de Blaise y besó la piel desnuda del hombro de su
Alfa―. Ahora, vuelve a dormir. Has estado trabajando demasiado
duro, gran tipo.

―Sí, señor. ―Blaise se rió suavemente y besó la frente de


Cole―. Lo siento, ¿sí?

―Silencio. ―Cole sonrió cuando el brazo de Blaise pasó por


debajo de él, envolviéndolo en un abrazo fuerte―. Vamos a
resolverlo todo cuando nos despertemos.
―¿Cómo le va?―Preguntó Cole cuando Blaise entró a la oficina
y pasó detrás de él.

Blaise suspiró, frotando una mano por su cara. ―Parece estar


bien, pero aún no es capaz de poner un pie en la cocina. He
intentado hablar con él, pero no me dice nada. ―Maldita sea, se
sentía tan inútil.

Cole sacudió la cabeza con tristeza. ―No quiere hablar


conmigo tampoco, y se espanta al más mínimo ruido. ¿Crees que
sabe algo?

Blaise lo pensó por un momento antes de asentir lentamente. 68


―Tiene sentido. Pero no entiendo por qué no quiere hablar con
nosotros. No puedo protegerlo si no sé lo que lo amenaza. ―Él
gruñó con frustración, empujando la mano por el pelo y tirando de
el con brusquedad―. Realmente me consume todo esto del
apareamiento, ¿eh?

Levantándose de su silla, Cole se volvió hacia él, apretandose


contra su pecho y apoyando una mano sobre su corazón. ―Lo estás
haciendo muy bien. Te tomó un poco de tiempo el entrar en razón,
pero Willow y yo sabemos que lo estas intentando. Eso es todo lo
que vamos a pedirte. Eso sí, no nos cierres las puertas de nuevo, y
no escucharás ninguna queja.

―¿Cómo puedes decir eso? ―Las cejas de Blaise se dispararon


hasta el nacimiento del pelo con sorpresa―. Jodí completamente
esto. Corrí como un gatito asustado de mierda. No importa cuánto
lo intente, sigo jodiendola. ¿Cómo puedes ser tan comprensivo?

―Porque tú eres nuestro compañero y nos preocupamos por


ti, ―fue la suave respuesta murmurada desde la puerta.
Blaise levantó la mirada para encontrar a Willow de pie,
retorciendose los dedos con nerviosismo frente a él. Cole apoyó la
frente contra el pecho de Blaise y resopló. ―El enano es muy
luchador cuando no se sale con la suya. Yo sonreiría y estaría de
acuerdo.

La nariz de Willow se arrugó, y le sacó la lengua a Cole. ―Yo


no soy así, ―gruñó, con los brazos cruzados sobre el pecho.

―Estás siendo odioso, Cole.

―Te lo dije, ―susurró Cole.

Blaise no pudo detener la risa que burbujeaba en su interior.


Sus compañeros eran adorables cuando bromeaban uno con otro
como ahora. 69
Estaba arrepentido por lo que él se había perdido durante
tanto tiempo. ¿Qué otra cosa no sabía de los hombres de su vida?
Rodando los ojos hacia adentro, Blaise imagino que la respuesta a
esa pregunta daría para escribir varios libros.

―Muy bien, manos a la obra, ―dijo Cole de repente,


alejándose de Blaise y dejándose caer de nuevo en su asiento―.
Realmente necesitamos tener una reunión para discutirlo. Tu
incluido. ―Señaló a Willow, su voz no soportaba ningún
argumento.

―Oh, está bien. ―Resopló y murmuró Willow pero se quedó


alejado.

―¿Encontraste algo en los archivos de tu padre?

―Sí. ―Cole sonrió con su cara del millón de vatios. Agarró el


portátil de encima de la mesa, corrió por la habitación y salió por la
puerta.
Blaise lo vio alejarse, disfrutando de la vista de su culo
apretado, girándose pero sintiéndose más confundido por
momentos. ―¿Por qué se va? Pensé que tenía algo que enseñarnos.

Willow puso una mano sobre su boca para ahogar la risa.


―Ese es Cole. Ya te acostumbrarás a él. Simplemente asumió que
nosotros lo seguiríamos.

―¡Hey! ¿vienen o qué? ¿se han perdido? ―Cole gritó desde el


pasillo de la sala de estar.

Willow inclinó la cabeza hacia un lado y levantó las cejas.


―¿Ves?

En lugar de hacerle sonreír, la acción causó que el pecho de


Blaise se apretara y su corazón doliera. Él tragó el nudo en la
garganta y asintió brevemente, poco dispuesto a mostrar signos de 70
debilidad.

Willow y Cole se conocían tan bien, sin embargo, él no sabía


nada de ellos. Por supuesto, habían tenido unas semanas en las
que estuvieron más juntos, pero no había sido realmente una gran
cantidad de tiempo.

―Oye, ―le susurró Willow, arrastrando los pies descalzos por


la alfombra y yendo junto a Blaise― ¿qué es todo esto? ―Su
delicada mano trazaba patrones sobre el pecho de Blaise mientras
le miraba con ojos suplicantes, pidiendo a Blaise que se abriera a
él.

―No hay nada malo, ―dijo Blaise bruscamente, poniendo su


mano sobre la de Willow para detener sus movimientos.

La expresión del hombre se cayó, sus ojos se volvieron tristes


y heridos. Se mordió el labio y se apartó, asintiendo con
comprensión antes de volver a salir de la habitación.

―¡Hijo de puta! ―Gritó Blaise. ¿Por qué no podía simplemente


hacer esto bien? Luchó contra demonios, vampiros y hombres lobo.
Podía planear y ejecutar misiones de rescate, demoliciones,
búsquedas y ataques. Él era experto en el uso de trece diferentes
armas que iban desde pistolas de electrocutar diseñadas
especialmente por el Consejo a una maldita espada samurai.

Hablar sobre sus sentimientos o mantener contentos a sus


compañeros, ¿sin embargo? Bien podría darse el mismo un tiro en
el pie por todos los progresos que estaba haciendo con eso.

A pesar de que se dejó caer a través de aguas turbias cuando


se trataba de las partes más íntimas de su relación, Blaise estaba
empezando a ver a los hombres de su vida como sus compañeros y
nada más. Él no sabía nada de estar con un hombre dentro o fuera
de la habitación, pero de nuevo, no sabía mucho acerca de estar
con una mujer tampoco.

No es que él fuera a estar pidiendo una polla en el culo a corto


71
plazo, pero ahora entendía lo que Cole había estado tratando de
decirle. Se preocupaba por sus compañeros que eran amables,
generosos, inteligentes, divertidos, y le hacían sentir especial.

Así que, ¿por qué él no podía hacer lo mismo por ellos? No


supo cuánto tiempo estuvo allí discutiendo consigo mismo antes de
que se diera cuenta de que Willow había salido de la habitación.
Con un suspiro de resignación, fue a buscar a sus hombres y
pedirles disculpas. Tal vez arrastrarse si era necesario. Él debería
probablemente invertir en rodilleras porque tenía una idea de que
iba a pasar mucho tiempo de rodillas pidiendo perdón por una mala
acción u otra.

―Mira, lo siento, ¿de acuerdo? ―Él habló sin preámbulos


mientras marchaba hacia la sala―. Soy muy malo en todo esto de
los sentimientos y el intercambio de intimidades. Estaba molesto
porque ustedes parecen conocerse muy bien, y me perdí todo eso.
Sé que es mi estúpida culpa, pero aún así me duele.

Cole y Willow se sentaron juntos en el sofá, mirándolo en


shock. Sus boca se movían, pero ningún sonido salió de ninguno de
ellos. Blaise quiso golpearse en la frente. Mierda, tal vez podría
volver a la cama y empezar el día de nuevo.

―No era mi intención gritar, ―murmuró―. Me siento tan


frustrado porque nunca sé lo que estoy haciendo, y siempre estoy
cagándola. Quiero estar contigo, los dos. Yo no sé cómo, y me
molesta. No me gusta no tener las respuestas.

Sus compañeros se miraron entre sí y luego de nuevo a él


cuando Willow se separó de Cole, creando un espacio entre ellos y
acariciando el cojín. Blaise vaciló un momento y luego rodeó la
mesa de centro para sentarse en el borde del sofá entre sus
amantes.

Willow empujo su hombro, instándolo a inclinarse hacia atrás,


y luego se arrastró hasta su regazo y lo besó en los labios con 72
dulzura.

―Vamos a averiguarlo juntos, ¿no? Sólo sigue con nosotros.


―Hizo un guiño con picarda―. Nunca te dirigiremos mal.

Blaise rodó los ojos, y algo de la tensión disminuyó de su


cuerpo mientras se apoderó de la parte posterior del cuello de
Willow y tiró de él hacia adelante para otro beso. ―Juntos,
entonces, ―él susurró sobre los suaves labios del hombre.

Se volvió hacia Cole, encontrándolo esperando y dispuesto,


mirando los labios de Blaise y lamiéndose los suyos. Apisonando su
inmediata lujuria, Blaise se inclinó, presionando su boca en Cole,
pero manteniendo el gesto corto y casto. ―Las cosas que me
haces, ―susurró con voz ronca.

Los dedos de Willow le pincharon y se rió. ―Enfoquensé,


caballeros. Podemos jugar más tarde. En este momento, Cole tiene
algo que enseñarnos.
Capítulo 10

Acurrucado en el abrazo de su grande compañero Alfa, Willow


besó la parte inferior de su mandíbula y sonrió. Blaise estaba tan
malditamente lindo cuando se ponía nervioso, que le dieron ganas
de frotarse contra su amante y ronronear.

―Eso es caliente. ―Willow asomó la cabeza por debajo de la


barbilla de Blaise para mirar a Cole con el ceño fruncido―. Hazlo de
nuevo, bebé.

Las cejas de Willow se juntaron mientras trataba de averiguar 73


lo que Cole quería que hiciera. Finalmente dándose por vencido, él
se encogió de hombros y sonrió torcidamente. ―No sé lo que
quieres decir.

―Tengo una idea, ―dijo Blaise mientras empezaba a acariciar


el pelo de Willow y frotar su mejilla contra la parte superior de su
cabeza.

¡Oh, eso se sentía muy bien! Acariciándole la espalda,


absorbió la atención que su compañero prodigaba en él,
moviéndose en el regazo de Blaise y arqueándose contra él. Un
gemido suave atrajo su atención, y miró a Cole de nuevo sin
comprender. ¿Por qué Cole le miraba como si fuera el especial del
menú?

Blaise se quejó también, removiéndose en su asiento mientras


el borde duro debajo de la cremallera se frotaba contra el culo de
Willow. ―¿Qué les pasa a los dos? ―Exigió Willow.

Con las manos temblorosas, Cole extendió la mano,


acariciando el cuello de Willow con sus dedos mientras lo miraba
fijamente. Cerrando los ojos, Willow se tensó hacia el tacto,
dejando caer la cabeza hacia atrás sobre sus hombros y
ronroneando.

Ronroneo. Sus ojos se abrieron de golpe, y sus labios


formaron una pequeña uve mientras miraba a sus compañeros en
estado de shock.

―Nunca he hecho esto antes.

Sacudiendo la cabeza, Cole se pasó una mano por la cara y


gimió. ―Está bien, vamos a añadir eso a la creciente lista de
mierda para entender.

―La lista no es lo único que crece, ―murmuró Blaise mientras


se retorcía debajo de Willow con malestar evidente.

Willow no podía dejar de reírse al ver la tensa expresión en


74
ambas caras de sus compañeros. Tal vez debería sentirse culpable,
pero le dio vértigo y se le doblaron los dedos de los pies al ver que
podía obtener tal reacción por parte de los hombres. ―Está bien,
muéstranos lo que has encontrado.

Dejando la computadora en el borde de la mesa de café, Cole


hizo clic a través de los archivos abiertos y mostró una hoja de
cálculo. ―Está bien, este es el documento más reciente que tengo.
Está fechado tres días antes de que el Alfa Cunningham me
encerrara en el granero con Willow y los demás.

Aunque su voz no sonó amargada o incluso triste, el corazón


de Willow sufría por Cole. No escapó a su atención que su
compañero se había referido al ex Alfa por su título en lugar de
llamar por su nombre al que era su padre.

―Pensé que enviaste éstos al Consejo. ―Blaise reajusto a


Willow en su regazo para que él pudiera inclinarse hacia delante
para estudiar el documento.
―Les di las copias. Pero puesto que Cyrus Redway era un
anciano del consejo, yo no estaba muy seguro de si podía confiar
en ellos. Quería tener copias de seguridad en caso de que las cosas
no salieran bien.

―Me encanta ese hermoso cerebro tuyo. ―Blaise sonrió


alegremente y dio un codazo a Cole con el hombro―. Está bien, así
que ¿qué tenemos aquí?

Willow escuchó con atención ya que las palabras en la pantalla


de la computadora no tenían ningún significado para él. Él las miró
un par de veces, pero sólo era un revoltijo de letras en lo que a él
concernía. Nada de esto tenía sentido para él.

―Hay una gran cantidad de información aquí, así que me


detienes si necesitas que te aclare o amplíe algo, ¿de acuerdo?
―Cole ni siquiera espero una respuesta antes de que él se lanzara 75
a explicar la hoja de cálculo―. Está bien, ¿ven la sección que se
corta aquí? ―Señaló un par de diferentes bloques de texto―. Cada
sección es para una manada, aquelarre, o un círculo diferente.

―¿Circulo? ―Las cejas de Willow se juntaron por la confusión.

Cole y Blaise se volvieron hacia él, sus ojos y sus labios se


abrieron ligeramente. Willow no podía descifrar sus expresiones, y
eso le ponía nervioso. No creía que lo que había preguntado fuera
nada extraño, pero ¿qué sabía él? ―Lo siento, ―murmuró.

―Un círculo es un grupo de elfos, ―explicó Cole en voz baja.


Él y Blaise se miraron antes que cada uno asintiera, y Blaise
envolvió con sus brazos a Willow―. Hablaremos de ello más tarde,
¿de acuerdo?

Asintiendo con la cabeza de mala gana, Willow se acurrucó en


el pecho de Blaise y cerró los ojos. Debería haber mantenido su
bocaza cerrada. Ya podía oír las preguntas que sus compañeros le
iban a hacer, y no tenía ningún deseo de responder a ninguna de
ellas.
―De todos modos ―Cole aclaró la garganta y se volvió de
nuevo al ordenador― esta columna es una lista de los nombres de
cada persona, ya sea tomada o traída a esta manada para los
experimentos. La columna de al lado es su clasificación, elfos,
shifters, vampiro, y así sucesivamente. ―Hizo clic en la página para
desplazarse hacia abajo antes de continuar―. Aquí tenemos donde
fueron secuestrados a partir de la fecha en que llegaron o se
fueron, y un programa de testeos.

Blaise señaló la última columna y frunció el ceño. ―¿Qué son


estas fechas?

―Las fechas de su muerte, ―respondió Cole con tristeza―. Te


dije que había habido cientos de seres por aquí en los últimos
meses. Estos son sólo los que he conocido. No puedo decir qué
pasó con los miembros de la manada del Alfa Cunningham enviados 76
al Clan Redway.

―¿Qué pasa con los otros? ―Blaise tocó la pantalla―. ¿Por


qué ellos ofrecen a estas personas como chivos expiatorios?

―Por dinero, ―susurró Willow―. Es increíble lo que se puede


comprar por el precio correcto.

Blaise le acarició el pelo, y la mano de Cole se acercó a


descansar en su muslo, pero no hizo ningún comentario sobre su
declaración. ―No tengo una lista sobre el círculo del que procedes,
Willow. Hay algunos otros nombres de aquí que no soy capaz de
agrupar. ¿Crees que podrías echar un vistazo y decirme si
reconoces alguno de los nombres?

El corazón de Willow se estrelló contra su esternón antes de


tratar de hacer una pausa para subir a través de su garganta. ―Uh,
claro. ¿Quiénes son?

―Aquí, mira por ti mismo. ―Cole empujó el portátil hacia él―.


Voy a hacernos algo de comer mientras lo compruebas. Sólo tienes
que seleccionar un nombre si lo reconoces. ―Entonces él se levantó
de los cojines y se estiró, le dio un beso en la frente a Willow, y
luego a Blaise antes de precipitarse fuera de la habitación.

―¿Willow?

Mordiéndose la lengua para no balbucear, presa del pánico,


Willow levantó la cabeza para encontrarse con los ojos de Blaise.

―¿Puedes leer, bebé?

Cerrando los ojos por la vergüenza, él negó con la cabeza


contra su pecho. ―No, ―susurró―. A los siervos no se les permite
aprender esas cosas. Nuestros maestros creían que eso nos daba
mucho poder.

77

―¿Fuiste un siervo? ―Cole volvió a entrar en la sala, se cruzó


de brazos y se apoyó en el marco de la puerta mientras luchaba
contra su instinto de atravesar la habitación y abrazar a su
compañero.

Las angustia de Willow se mostró en las líneas estrechas de su


cara, la roja hinchazón en sus ojos, y la forma en que se mordía
con fuerza el labio inferior. No quiso mirar a Cole, pero clavó su
vista en sus manos que se movían inquietas en su regazo, mientras
asentía con la cabeza.

―¿Pensé que estabas haciendo el almuerzo? ―Blaise le acusó


mientras tiraba a Willow cerca de su pecho en un abrazo protector.

―He venido a preguntar lo que querían en los sandwiches.


―Cole se empujó fuera del marco de la puerta y se arrastró por la
habitación―. Tú, deja de fulminarme con la mirada y gruñirme, ―le
dijo a Blaise señalándolo con un dedo―. No estaba tratando de
hacer que se sintiera mal, pero creo que tengo derecho a saber.

―Pero no puedes solamente entrar así y exigirle que lo cuente


todo, ―contestó Blaise irritado―. ¿No ves que está molesto?
Podrías haberle dado un minuto.

―Él sabe que me puede decir lo que sea. Yo estaba allí para él
mucho antes de que tú aparecieras. ―Cole empuño sus manos en
sus caderas y gruñó―. E incluso después de que llegaras y
decidieras que no querías tener nada que ver con ninguno de
nosotros.

―¿Hasta cuándo vas a seguir tirándomelo a la cara? ¿Eh?


―Blaise recogió a Willow y lo depositó en el cojín de al lado
mientras se levantaba y se alzaba sobre Cole―. ¿Cuántas veces
tengo que pedir perdón por eso? ¿Alguna vez será suficiente para 78
ti?

―¡Esto no es sobre ti! ―Rugió Cole―. ¡Estás actuando como


un cabezota total! Le pregunté a nuestro compañero una pregunta
simple, y enloqueció por completo. ¡Es mío, también!

―¡Basta! ―Gritó Willow mientras se ponía de pie y se subía a


la mesa de café―. Estoy harto de sus constantes peleas. ¡Es como
ser un padre soltero con dos hijos adolescentes! ―Cruzó los brazos
sobre el pecho y resopló―. Estoy en esta habitación, y no hay nada
malo con mi audición ni con mis cuerdas vocales. No vas a hablar
de mí como si no estuviera aquí.

Cole sabía que había cruzado la línea y había aterrizado para


ponerse de mierda hasta el cuello con su pequeño elfo. Aún así,
tuvo que morderse el interior de la mejilla hasta que realmente
probó su sangre para controlar sus ganas de reír. Willow se veía
malditamente adorable cuando estaba enojado. Cole asintió con la
cabeza una vez y esperó. A juzgar por la agitación del pecho de
Willow, tenía mucho más que decirles a ellos.
―La cagaste, ―Willow continuó fríamente, mirando a Blaise
con dagas en los ojos― no aceptaste nuestro apareamiento. Me has
hecho daño, y también se lo hiciste a Cole, y pasó más de una vez.
Así que, perdona si tenemos algunos pequeños problemas de
confianza.

Cole se puso una mano sobre la boca para ahogar la risa,


esperando que el hecho pasara desapercibido para su furioso
amante. Por desgracia, pronto se dio cuenta de que no tendría
tanta suerte. Willow se giró hacia él, señalándolo con el dedo, y
con el rostro enrojecido en su furia.

―Con eso dicho, ―Willow comenzó con él― hay que darle un
poco de crédito. Blaise lo está intentando, y nos está ayudando
atendiendo a cada una de nuestras diferencias. Se disculpó. Está
tratando de hacerlo mejor y progresando malditamente bien si me
preguntas. Por lo tanto, ¡déjate de mierdas! 79
Cole se sintió culpable por una fracción de segundo antes de
que él mirara a Blaise y viera al hombre sacándole la lengua como
si fuera un niño pequeño. Antes de que pudiera decir o hacer nada
para responder, la mano de Willow salió disparada y conectó con la
parte posterior de la cabeza de Blaise.

―¿En serio? ¿Cuántos años tienes?

Blaise se frotó la parte de atrás de su cabeza mientras miraba


de nuevo a Willow con petulancia. ―Veinte y nueve, ―murmuró.

―Esa fue una pregunta retórica, idiota, ―respondió Cole con


un bufido.

Entonces él gritó cuando un fuerte golpe le dio en la oreja.


―¿Qué demonios, Willow?

―Estas siendo un imbécil. Se supone que debemos ser un


equipo, pero ustedes no son capaces de pasar un día de mierda sin
atacarse el uno al otro y siempre están discutiendo como si fueran
dos matones en el patio del colegio. Ahora, ¡saca la cabeza de tu
culo, o te juro que salgo por esa puerta y no vuelvo nunca más!
¿Ha quedado claro?

―No se puede salir, ―respondió Blaise inmediatamente.

Cole cerró los ojos y contuvo el impulso de gemir. Puede que


no supiera mucho acerca de las relaciones, pero sí sabía que había
sido la cosa mas errónea que podía haber dicho. Willow no sonaba
como si se hubiera abierto a que le interrumpieran por el momento.
Entonces abrió los ojos y de inmediato tuvo que tragarse el nudo
que se construyó en su garganta cuando vio el miedo en los ojos de
su Alfa.

Blaise se movió tan cerca de Willow como los muebles le


permitían y apoyó las manos en las caderas de su compañero
cuando éste lo miró con evidente desesperación en sus ojos. ―No 80
puedes salir, ―repitió Blaise en un susurro.

Suspirando pesadamente, Cole se dirigió a la pareja y pasó un


brazo alrededor de la cintura de Blaise mientras se apoyaba en su
pecho.

―Willow tiene razón. Soy un chico lamentablemente, muy


torpe. ―Para su inmenso alivio, el brazo de Blaise le rodeaba,
tirando de él apretado, y un breve beso aterrizó en la parte superior
de su cabeza.

―Yo también lo siento.

―Bien, ahora que lo hemos resuelto, me muero de hambre.


―Willow se frotó las manos cuando les sonrió.

―Buen intento, ―resopló Blaise―. No te alimentaremos hasta


que todo quede aclarado, y lo sabes. Hasta ahora solo hemos
descubierto que has crecido como un siervo.

―Y si fuiste un siervo, ¿de dónde vienes? Tu origen no está


registrado en ninguna de las listas.

―Me pregunto si siquiera apareces en el registro del Consejo,


―dijo Blaise lentamente como si estuviera tratando de resolver un
puzzle en su cabeza.

Willow se encogió de hombros sin entusiasmo mientras miraba


hacia abajo a los dedos de sus pies descalzos. ―Hasta hace un par
de semanas, ni siquiera sabía que existía un Consejo. Sólo hice lo
que me dijeron y traté de no crear problemas.

Chilló cuando Blaise abruptamente lo levantó en sus brazos y


lo hizo girar antes de dejarse caer al sofá con Willow en su regazo.
Cole se rió de sus hombres, buceo sobre los cojines para
acurrucarse junto a sus amantes. Así fue como imaginaba que un
apareamiento debía ser.

No la falta de comunicación y las constantes discusiones que


81
parecían rondar su relación.

―Sé que probablemente no te guste hablar de ello, pero esto


es importante, bebé. Podría ayudarnos a encontrar a otras personas
que faltan. ―Blaise habló en serio, todo rastro de alegría se había
ido.

Willow pareció pensarlo por un momento antes de asentir con


firmeza.

―Yo quiero ayudar.

―No hay nada que puedas decirnos que haga que pensemos
menos de ti, ―se apresuró a añadir Cole.

―Lo sé. ―Willow le honró con una sonrisa torcida―. No sé


muy bien por dónde empezar, así que tal vez me puedes preguntar
lo que quieras saber.

―¿Cómo llegaste a ser siervo?―Preguntó Blaise primero.


―Me vendieron cuando era un niño de unos cinco años, creo.
Eso pasó hace mucho tiempo, en realidad no puedo recordar.

Los ojos de Cole se abrieron como platos, y extendió la mano


para tomar las de Willow entre la suya. ―¿Cuántos años tienes?

―No estoy muy seguro. Creo que cerca de cien, porque una
de las criadas me enseñó a deletrear mi nombre y contar hasta
cien. Sé que ha habido al menos muchos inviernos desde que nací.

El orgullo evidente en su voz por haber aprendido su nombre y


los números, algo que la mayoría de la gente da por sentado, se
asentó en el fondo de Cole, y parpadeó rápidamente para disipar
las lágrimas que sentía reunirse allí. ―Eso es grandioso, ―dijo con
tanto entusiasmo como podía.

―¿Me enseñarás a leer? ―Espetó Willow, mientras sus mejillas


82
se sonrojaron. Él no apartó la mirada, sin embargo, una fuerte
determinación brilló en sus ojos.

―Creo que es una gran idea, ―respondió Blaise antes de que


Cole pudiera hablar.

―Puesto que ya sabes deletrear tu nombre, eso va a ayudar


mucho. Podemos ordenar en línea algunos libros infantiles y
empezar con eso.

―Gracias.

―¿Willow? ―Cole esperó a que el hombre lo mirara antes de


continuar―. ¿Quién era el dueño de la casa en la que servías?

―He servido en muchas casas a través de los años, me han


vendido más de una vez. La última casa, que serví era la de una
Ama, ―susurró Willow― la señora Glenna Cunningham.

Cole le miró boquiabierto en estado de shock. ―¿Mi mamá?


¿Has visto a mi madre? ¿Está bien? ¿Dónde está? ¿Alguna vez
habla de mí?

Willow lo miró con tristeza. ―Yo no sé dónde está ubicada.


Nunca hablaba de ti o de tu hermano. ―Willow ahueco la mejilla de
Cole mientras sus ojos se llenaron de lágrimas―. Lo siento,
―susurró― ella tiene otra familia.

Su corazón se hizo añicos ante la noticia, Cole luchó para


intentar respirar aire a través de sus pulmones doloridos. ¿Cómo
podía sólo haberles abandonado y después comenzar una nueva
familia? ¿Acaso significaban algo para ella?

―¿Tiene hijos?

Willow asintió lentamente, sus ojos nunca dejaron a Cole.


―Dos hijos. 83
Willow se detuvo y cerró los ojos, respiró profundamente y se
estremeció.

―Ellos son mas mayores que tú, Cole.

No pasó desapercibido para Cole que su compañero temblaba


cuando hablaba de los hijos de su madre. Le dolía más de lo que
podía decir el saber que no sólo su madre tenía otra familia, sino
que esta había existido aparentemente antes de que él y Jackson
nacieran. ¿Qué otros secretos tenia escondidos su madre? ¿Y por
qué Willow parecía tan asustado? ―Ellos hicieron ...¿te hicieron
daño?

Willow miró hacia otro lado y luego, dejó caer su mano del
rostro de Cole.

―Eso está en el pasado.

―Voy a matarlos si te dañaron, ―gruñó Blaise. Él negó con la


cabeza, sus ojos se agrandaron sorprendido por la vehemencia de
su propia voz. Luego miró a Cole y se estremeció―. Lo siento,
cariño. Sé que son tus hermanos. Yo no quise decir eso.

―Sí lo hiciste, y estoy completamente de acuerdo. Ellos no


son mi familia, y nadie tiene el derecho de poner sus manos sobre
nuestro compañero. ―Besó la mandíbula de Blaise y suspiró―.
―Gracias por querer protegerlo.

―Daría mi vida para mantenerlos a salvo, a los dos, ―susurró


con voz ronca, Blaise―. Siento lo de tu madre.

―Yo, también, ―dijo Willow mientras las lágrimas bajaban por


sus suaves mejillas―. Yo no lo sabía. Te juro que no.

―Ven aquí. ―Cole tiró a Willow en su regazo y lo envolvió


firmemente cuando los brazos de Blaise se envolvieron alrededor de
los dos―. No es tu culpa, y me alegro de lo que ahora conozco. 84
Quiero saber si te hicieron daño, sin embargo. Necesito saber,
Willow.

―Sólo Azeal, el hermano mayor, ―murmuró Willow


densamente cuando los sollozos sacudieron su pequeño cuerpo―.
Me dijo que le pertenecía a él, y entonces me golpeaba si intentaba
escapar o gritaba para pedir ayuda.

―¿Quieres decir que..? Oh, Dios. ―Cole miró hacia Blaise, y


compartieron una mirada de angustia y desesperación, diciendo
más con los ojos que si se expresaran con palabras―. Él nunca te
tocara otra vez.

―Nunca más, ―prometió Blaise―. ¿Qué aspecto tenía,


Willow? ¿Sabes dónde podemos encontrarlo?

―Él me encontró a mí. ―Willow hipo contra el cuello de


Cole―. No voy a volver allí. Nunca voy a volver allí.

―Shh, cariño. No vas a ir a ninguna parte. ―Cole miró a


Blaise de nuevo, pidiendo al Alfa que hiciera algo para solucionar
este problema. Sin embargo, parecía que alguien le había dado
pedradas en la cabeza a Blaise.

Miró hacia el espacio, su boca se movió, pero no había


palabras que escaparan de sus labios entreabiertos. Cuando por fin
salió del trance, puso una mano en la parte posterior de la cabeza
de Willow y se aclaró la garganta. ―Era él, ¿no es así, Willow? El
hombre de la cocina era Azeal.

Willow asintió con la cabeza frenéticamente. ―¡Yo no voy a


volver allí!

85
Capítulo 10

―¿Le has enviado las invitaciones a los Ejecutores del


aquelarre de Snake River?―Preguntó Blaise mientras luchaba con el
nudo de la corbata. Él no estaba en absoluto con ganas de que
llegara la noche―. Dime otra vez por qué estamos haciendo esto.

Cole rodó los ojos, y Willow se rió mientras se apresuraba a


ayudar a Blaise con la corbata. El hombre había estado quejándose
toda la semana de la fiesta. Willow, por otra parte, sentía que no
cabía en sí de emoción. Le encantaban las fiestas, las luces y la
música, las risas felices cuando las personas dejaban de lado sus
diferencias y se unían para celebrar su unión. 86
―Siempre tenemos una reunión de la manada a principios de
año, ―explicó Cole por lo que pareció la enésima vez―. Debería
haber sido la noche de Año Nuevo, así que estamos ya cerca de
cuatro semanas de retraso. ―Cole se quejó de esto por un
momento antes de continuar―. Además, has sido el Alfa de la
manada Cloud Peak durante casi dos meses, y aún no te has
presentado a los miembros. Todo el mundo está ansioso por
conocer a su nuevo gran líder. También, es la excusa perfecta para
celebrar tu cumpleaños.

―De eso se trata, ―gritó Blaise mientras echaba las manos en


el aire.

Willow le tiró de la corbata, demandando su atención mientras


lo miraba con severidad. ―Estate quieto.

―Pero ¿qué pasa si no les gusto? ¿Qué pasa si ellos piensan


que yo le estoy haciendo daño a la manada en lugar de hacer lo
mejor?
―Vas a estar bien, ―susurró Willow―. Sólo sé tú mismo, y
todo el mundo te amara. ―Él acarició el nudo de la corbata y alisó
la camisa de Blaise―. Te ves muy guapo.

―Me veo como un idiota, ―murmuró Blaise en voz baja.

Los ojos de Willow recorrieron el traje oscuro a rayas, la


corbata de seda de color plata, y los músculos deliciosamente duros
que llenaban todo y se lamió los labios. ―Definitivamente no te ves
como un idiota. ―Él se frotó la palma de la mano contra la erección
que crecía dentro de sus pantalones y gimió―. No puedo esperar a
que te quites ese traje.

―¿Quién dijo que había que esperar? ―Gruñó Blaise


acercándose más, devorando a Willow con la mirada.

―Sí, ―resopló Cole desde el otro lado de la habitación―


87
nuestros invitados van a llegar en cualquier momento, y tú no vas a
tener tu bonito traje todo arrugado y cubierto de jugo de hombre.

―¿Jugo de hombre? ―Willow miró estúpidamente a Cole


durante unos segundos antes de doblarse de la risa, sin aliento, y
agarrándose a su lado dolorido―. Oh, dilo otra vez. Eso fue muy
divertido.

Levantó la vista a tiempo de ver el cuerpo de Blaise atravesar


el cuarto y empujar a Cole contra la puerta, cubriendo su cuerpo
más pequeño cuando él lo inmovilizó en la madera. Su boca
descendió, poniendo en su sitio a Cole y gruñendo en voz baja
mientras exigía una respuesta.

Cole gimió, abriéndose para su Alfa grande y envolviendo sus


brazos alrededor del cuello grueso de Blaise.

La polla de Willow se animó en respuesta. Nunca había visto


nada más sexy en su vida. Le gustaba ver a sus hombres
amándose el uno al otro, casi tanto como le gustaba unirse a la
diversión.

Se inclinó para desabrochar sus pantalones, Willow se quejó


en voz alta cuando sonó el timbre. ―Continuará, ―murmuró,
mientras Blaise y Cole se separaron, con los ojos muy abiertos y
jadeando―. Voy a abrir la puerta y les daré a los dos la oportunidad
de arreglarse. Los espero a mi lado en cinco minutos. ―Luego
levantó la nariz en el aire y se marchó de la habitación.

Corriendo por la casa, se detuvo en la puerta principal,


tomando un momento para alisarse el cabello hacia atrás y calmar
sus nervios antes de poner una sonrisa en su cara y abrir la puerta.
Cinco hombres enormes y un tipo shrimpy2 no mucho más alto que
Willow estaban en los escalones de la entrada con una sonrisa
enorme en su cara. ―Hey, ―dijeron a coro.

―Bienvenidos, ―respondió Willow―. Adelante, adelante, 88


Blaise esta tan feliz porque hayan podido venir. ―Bajó la voz hasta
un susurro conspirador―. No digan que les he dicho nada, pero
está un poco nervioso por conocer a la manada.

Los vampiros reían todos mientras entraban a la casa y


empezaron a quitarse sus chaquetas. Willow solamente se había
reunido con ellos en dos ocasiones, y brevemente, pero le gustaban
los Ejecutores. Nunca lo hacían sentirse inferior o utilizaban su
tamaño para intimidarlo. Ellos creían en la justicia y la igualdad, y
ninguno de ellos permanecería de brazos cruzados si podían ayudar
a corregir un error.

―Hey, Malakai. ―Willow dio unas palmaditas al vampiro más


pequeño en el hombro y sonrió―. ¿Cómo van las cosas? ―El
hombre siempre se veía tan triste, como si alguien le hubiera
disparado a su cachorro o algo así.

―Estoy bien. Gracias, Willow. ―Habló Malakai suavemente


antes de alejarse, para situarse el solo en el extremo de la

2
Encanijado, persona de talla pequeña
habitación.

―¿Está bien? ―Susurró Willow, dando un paso más cerca de


Stavion―. Parece realmente triste.

El líder de los Ejecutores miró hacia la esquina y suspiró. ―Él


va a estar bien. Espero, ―agregó en voz baja.

―¿Dónde está el chico del cumpleaños? ―Exigió Raven con un


brillo perverso en sus ojos―. Tenemos hambre.

―Y él nos debe algo, ―añadió Cassius con una sonrisa.

Demos extendió la mano y golpeó a ambos hombres en la


parte posterior de la cabeza. ―Portensé bien, niños.

Willow se echó a reír. Sí, a él realmente le gustaban estos 89


chicos y esperaba verlos mucho en los próximos años. ―La comida
está en la cocina, muchachos. Vayan y sírvanse ustedes mismos,
pero dejen algo para el resto de los invitados, ¿de acuerdo? ―Él
inclinó su cabeza hacia el hombro y frunció el ceño―. Pensé que los
vampiros no comían comida de verdad.

―Mito, ―habló Varik desde la parte posterior del grupo―.


Todo lo que has oído es probablemente un mito. Bueno, aparte del
hecho de que no podemos caminar bajo la luz del sol, y de que
necesitamos sangre para sobrevivir.

Willow sonrió y asintió con la cabeza y luego los ahuyentó


hacia la cocina antes de correr hacia su habitación para encontrar a
sus desaparecidos compañeros. Sería mejor que estuvieran
vestidos y de camino, o iba a azotarlos sangrientamente. Llegó a la
mitad del pasillo antes de que el timbre de la puerta sonara de
nuevo, lo que le hizo suspirar cuando se volvió sobre sus talones y
se apresuró a volver a abrir la puerta.

Los invitados comenzaron a llegar de manera constante, cada


uno trayendo regalos y saludándolo con una sonrisa amable. Willow
les dio la bienvenida a todos con soltura, agradeciéndoles sus
regalos y el que se hubieran unido a ellos para la fiesta. Para el
momento en que llegó el último invitado, sus mejillas ardían de
tanto sonreír. Iba a matar a sus compañeros por esto.

Esquivando a la multitud, se paró sólo dos veces para ofrecer


charla ociosa, terminó su viaje a la cocina y se dirigió hasta Blaise,
interrumpiendo su conversación dándole un golpecito en el pecho.
―¿Dónde demonios has estado? ―Siseó―. Me tiraste a los lobos,
idiota.

Blaise, Cole, y todos los vampiros lo miraron por un momento


antes de reírse. ―Bonito juego de palabras, ―dijo Raven.

Willow miró a todos. ―¿Sabes lo que quiero decir? ―Empujo a


Blaise en el pecho de nuevo antes de agitar sus manos alrededor
salvajemente―. Saca tu culo ahí fuera y se sociable. ―Luego se 90
volvió hacia Cole, pinchándole con el dedo en el estómago―. Tú
también, señor.

―Tenemos asuntos que discutir, ―sostuvo Blaise.

―No, ahora no vas a hacer eso. Ningún negocio hasta después


de que se vayan los invitados. ¡Ahora muévete! Esta es tu manada,
Blaise. Me estás fastidiando, y créanme, eso no es algo que quieran
ver.

Los ojos de Blaise se oscurecieron, y sus labios se apretaron


en una delgada línea al respirar profundamente por la nariz. Willow
tragó saliva audiblemente, con miedo de que él hubiera cruzado
alguna línea invisible.

Él gritó cuando los dedos de Blaise se envolvieron alrededor de


su codo y tiró de él hacia delante. ―Eres malditamente sexy
cuando estás enojado ―gruñó Blaise mientras olfateaba el lado de
la garganta de Willow.

Temblando visiblemente, Willow se arqueó al toque de su


compañero, sin importarle que los vieran. ―Estás tratando de
distraerme, ―jadeó.

Cole se movió detrás de él, juntando su pecho a la espalda de


Willow y pasando sus manos sobre sus caderas. ―¿Funciona?
―Murmuró contra la piel sensible en la parte posterior del cuello de
Willow.

―Uh-huh. ―Willow se meció de ida y vuelta, moliendo su


pelvis contra la ingle de Blaise y su culo contra Cole. Olvidándose
de los invitados y de la fiesta. Él necesitaba a sus hombres―. Por
favor, ―gimió cuando la mano de Cole viajó hasta su entrepierna
para acariciar su hinchada polla.

―Fiesta primero, y luego los negocios. ―Se rió malvadamente


Blaise justo antes de mordisquear el lóbulo de Willow y se apartó.

―Fiesta primero, repitió Cole, raspando los dientes sobre el cuello


91
de Willow para seguir a Blaise cuando salió de la habitación.

Willow tardó varios segundos en sacudirse el aturdimiento


lujurioso que rodeaba su cerebro. Mirando hacia abajo a su
palpitante polla y a la tienda de campaña que se formaba en sus
pantalones, sacudió la cabeza y gimió patéticamente. ―Los odio.
Los odio a los dos.

Demos paso a su lado y golpeó su hombro con el de Willow.


―La venganza es una perra, pequeño. Tal vez se merecen un poco
de su propia medicina.

Cassius se acercó por el otro lado y cruzó los brazos sobre su


musculoso pecho sonriendo. ―Creo que necesitamos un poco de
entretenimiento.

Willow se frotó las manos y se rió. ―Me gusta donde va esto.


¿Qué tienen en mente, señores?

Demos miró por encima del hombro a los demás vampiros y


arqueó una ceja en cuestión. El grupo le dirigió otra, murmurando
demasiado bajo para que Willow lo oyera, antes de que Stavion
asintiera con la cabeza riéndose.

―Nosotros estamos dentro.

―Sí, lo entiendo. ―Blaise asintió pensativamente mientras


escuchaba a uno de los miembros de la manada exponer los
problemas que estaba teniendo al obtener suministros de comida
para el ganado―. Voy a hacer todo lo posible a primera hora del
lunes. Vas a tener tus provisiones a finales de la semana.
92
―Gracias, Alpha Taylor. Sabía que serías un buen Alfa en el
momento en que puse los ojos en ti.

Las mejillas de Blaise se calentaron y él negó con la cabeza.


―Estoy tratando, señor. Realmente no sé muy bien lo que estoy
haciendo, pero estoy dispuesto a escuchar. Te ayudaré en lo que
pueda.

―Y eso solamente ya te hace no sólo un buen líder, sino un


buen hombre. Lo harás bien, Alpha Taylor.

―Por favor. Llámame Blaise. No hay necesidad de títulos entre


familia.

El hombre sonrió cálidamente y le dio una palmada en el


hombro.

―Me gusta eso. Esta manada es una familia. Ha sido la mía


desde hace más de cuarenta años. Me rompió el corazón ver al Alfa
Cunningham controlar la tierra como lo hizo. ―Se volvió hacia Cole
y le dio una leve inclinación de cabeza―. Sin ánimo de ofenderle a
usted, joven.

Cole sonrió e hizo un gesto para que el hombre no se


preocupara.

―No hay problema, Sr. Gentry. Sólo lamento no haber visto lo


que mi padre estaba haciendo, antes de que fuera demasiado
tarde. Haré todo lo que pueda para ayudar a mi compañero a
arreglar cualquier problema de la manada.

El sr. Gentry quitó la mano del hombro de Blaise y lo colocó


sobre Cole, apretando suavemente. ―Eres un buen chico, Cole. No
cargues con los pecados de tu padre. Usted tiene un buen
compañero aquí y un Alfa de primera. Conseguiremos que todo este
correcto a su debido tiempo.

―Gracias, Sr. Gentry. Se lo agradezco. ―Cole bajó la cabeza


93
mientras sus cejas se juntaron―. ¿Oyes eso?

―¿El qué? ―Blaise levantó una ceja en interrogación. No oyó


nada. Había estado tan ocupado saludando a sus invitados y
escuchando problema tras problema que no había puesto realmente
atención a otra cosa. Cole había estado junto a su lado toda la
noche, pero no tenía ni idea de dónde se había metido Willow. Sólo
esperaba que su compañero no estuviera demasiado molesto con él
por sus bromas de antes.

Cole frunció el ceño e inclinó la cabeza hacia un lado mientras


se abría paso entre la multitud, en dirección a la sala comedor.
Blaise se excusó diciendo un adiós rápido al Sr. Gentry, y se
apresuró tras su amante. Cuanto más se acercaba al comedor, más
alto crecía el nivel de ruido.

La música sonaba y estridentes risas y aplausos estallaron en


el interior de la pequeña habitación. Llegando a la altura de Cole
entraron juntos al comedor, ambos se congelaron, y un gruñido
ruidoso y salvaje retumbó en el pecho de Blaise, arañando hasta su
garganta y escapándose a través de sus labios retorcidos. ―Voy a
azotar su culo.

―No, si puedo llegar a él primero, ―amenazó Cole.

Willow estaba de pie en medio de la mesa del comedor,


sacudiendo su culo con la música mientras pasaba sus manos
seductoramente sobre su pecho desnudo. Blaise no tenía idea de
dónde habían quedado su chaqueta y la camisa, pero el hombre
todavía llevaba su corbata roja. El espectáculo dejó a Blaise duro y
con ganas, así como luchando contra el impulso de golpear a varios
de los espectadores.

Tanto hombres como mujeres estaban reunidos alrededor de la


mesa, gritando y riendo mientras sus ojos vagaban sobre el cuerpo
de su compañero. A pesar de que no podía culparlos, Willow se veía
bastante sexy dando vueltas alrededor de la mesa, eso no quería 94
decir que tuviera que gustarle que se estuvieran comiendo con los
ojos lo que le pertenecía.

Cole se agachó para acomodarse su pene dentro de sus


pantalones mientras sus ojos se comían cada vibración y balanceo
de las caderas de Willow. Su lengua salió, mojando sus secos labios
y tenía los ojos vidriosos por el evidente deseo. ―Consigue que se
baje, ―dijo entre dientes― o lo voy a tomar aquí mismo, delante
de todo el mundo.

Blaise cruzó la mirada con Stavion, mientras veía la sonrisa del


vampiro lenta y perversa. Los Ejecutores estaban en esto.
Ayudando a su pequeño duende con un poco de venganza por el
episodio anterior en la cocina. Trataría con ellos más tarde.

Marchando por la habitación y haciéndose hueco a través de


los que estaban allí, llegó a la gran mesa de roble cuando Willow
abría el botón de sus pantalones. Los aplausos tronaban por la sala
y se oyeron varios gritos de: ¡Quitatelo! Que Blaise pensaba
provenían de los ejecutores. Dios, los iba a matar.
Gruñendo, Blaise saltó sobre la mesa y quitó la mano de
Willow lejos de la bragueta. ―¿Qué demonios estás haciendo?

―Bailando, ―Wilow arrastró las palabras mientras sonreía


alegremente y empezó a follarse contra el muslo de Blaise.

―¿Estás borracho? ―Blaise se inclinó y aspiró profundamente,


gimiendo por el fuerte olor a alcohol que emanaba de su
compañero ebrio―. ¿Quién carajo te dio tequila?

Willow sólo se rió, hurgando en los botones de la camisa de


Blaise.

―Raven. Es un tipo realmente grande. Lindo, también.


¿Podemos seguir?

No aguantó más. Blaise levantó a Willow en vilo y lo arrojó por 95


encima de su hombro mientras se daba la vuelta y apuntaba con el
dedo a Raven. ―Estás muerto, ―advirtió. Entonces saltó de la
mesa, golpeando el culo Willow con fuerza cuando empezó a
menearse―. Stavion, atiende a todo el mundo. Tengo un pequeño
compañero travieso que necesita de mi atención.

Stavion sonrió y asintió con la cabeza. ―Yo me encargo de


eso.

―Ah, y no te vayas, ―dijo Blaise con frialdad―. Vamos a tener


una pequeña charla cuando termine con Willow.

―Estoy deseando que llegue el momento.

Blaise miró por un segundo más y luego se volvió y se dirigió


al otro extremo de la habitación puesto que la gente se apartaba
para darle paso. Se detuvo junto a Cole, dándole un pequeño
empujón en la espalda para guiarlo hacia adelante, y siguió su
apretado culo por el pasillo hacia su dormitorio.

―¿Qué te pasa? ―Willow miró hacia ellos inocentemente


después de que Blaise lo depositara en la cama―. ¿Vas a
pegarme?―Preguntó esperanzado.

96
Capítulo 11

La polla de Willow aumentó y se estiró en el interior de sus


boxers y su culo se estremeció de sólo pensar en las manos de sus
compañeros en él. Sus hombres lo miraron con tal lujuria y deseo,
que prácticamente podía sentir su mirada como si se tratara de un
contacto físico.

Tenía que acordarse de comprar al aquelarre de River Coven


algo realmente bonito como agradecimiento por sus esfuerzos.

Levantándose lentamente, se puso de rodillas, se aflojó la


corbata y la dejo caer de su cuello, dejándola deslizarse en la cama 97
frente a él. Ni Blaise ni Cole movieron un músculo, sólo lo miraban
con la boca ligeramente abierta.

Arrastrándose se bajó de la cama, abrió el botón de sus


pantalones y deslizó la cremallera, con los ojos fijos en sus
compañeros todo el tiempo. Meneando sus caderas, dejó que el
material cayera de los delgados muslos formando una piscina en el
piso alfombrado alrededor de sus tobillos. ―¿Se van a quedar ahí?

Sus palabras parecieron romper la parálisis de los hombres, y


empezaron a desnudarse a gran velocidad, casi desgarrando la ropa
de sus cuerpos. Willow se rió por su afán, encantado con la
respuesta que provocaba.

Empujando sus boxers por sus piernas, se quedó desnudo, con


las manos en la cintura, moviendo sus caderas para que al mismo
tiempo su polla golpeara contra el muslo.

Mirando hacia arriba, sonrió y señaló la hinchada polla entre


sus piernas.
―Bueno, esto no va a chuparse por sí mismo.

Blaise miró a Cole, y ambos asintieron antes de sonreír


maliciosamente y de ir hacia la cama. Willow se tambaleó hacia
atrás, su cuerpo temblaba bajo la intensidad de su mirada
combinada. ―¿Qué están haciendo? ―Chilló.

Ninguno de los dos habló mientras ellos se separaron, yendo


hacia él desde ángulos distintos para evitar su fuga. Oh, le gustaba
este juego.

Cediendo a la necesidad de sus compañeros "para perseguir y


atraparlo”, se agachó por debajo del brazo de Blaise y se puso a
bailar por la habitación.

―Maldita sea, me olvidé de lo rápido que es, ―murmuró Cole,


sacudiendo la cabeza.
98
―Si pones un pie fuera de la puerta, te prometo que no serás
capaz de sentarte durante una semana. ¿Ha quedado claro?
―Blaise habló con autoridad, su voz profunda y dominante.

Willow miró a su Alfa con confusión. ―Pensé que querías


cazarme.

―Sí, ―admitió Blaise ―pero no quiero que la mitad de la


manada de mierda vea tu polla o ese culo hermoso.

Pensando por sólo una fracción de segundo, Willow abrió la


puerta y corrió por el pasillo, hacia el comedor. Casi todo el mundo
había desaparecido, pero una decena de miembros de la manada
todavía estaban en grupos, charlando entre sí, así como los
responsables de lo que había hecho.

Varias personas se quedaron sin aliento cuando él cruzó,


haciendo una línea recta directamente a la mesa del comedor. Oyó
a sus compañeros tronando por el pasillo, gritando su nombre
cuando llegaron.
Los jadeos se volvieron risas y bastante tontas cuando todo el
mundo se apresuró a seguirlos.

Willow se dio la vuelta, retrocediendo de espaldas hacia la


mesa mientras sus compañeros se aproximaron a él. Sonriendo
como un loco, volvió a correr de nuevo, pero chocó con una pared
sólida de músculos ondulantes. ―Es hora de pagar los platos rotos.
―Raven negó tristemente con la cabeza, pero su sonrisa lo delató.
Se dio la vuelta para mirar a Willow y a sus amantes y le dio un
pequeño empujón antes de salir de su camino.

Blaise se abalanzó, recogiendo a Willow en sus brazos y


llevándolo a una de las sillas. En lugar de colocarlo en el asiento,
sin embargo, Blaise le puso en pie y señaló hacia el suelo. ―De
rodillas y te inclinas sobre la silla. ―Su voz no admitía discusión.

Asintiendo con la cabeza de mala gana, Willow lentamente se


99
sentó en sus rodillas y apoyó su pecho contra la madera fría de la
silla del comedor.

Maldita sea, realmente no había pensado en esto. No creía que


tanta gente estaría presente para ser testigo de su castigo.

Cole apareció detrás de la silla, se agachó para envolver un


lazo negro alrededor de las muñecas de Willow entonces lo aseguro
a través de los listones en la parte posterior de la silla. Asintiendo
con satisfacción, Cole le guiñó un ojo antes de ponerse de pie. ―Es
bueno.

―Culo en el aire, pequeño, ―ordenó Blaise.

Gimiendo ante el sonido profundo y sensual de la voz de su


Alfa, Willow obedeció, arqueando las caderas y empujando su culo
en el aire. La gran mano de Blaise aliso sobre una mejilla cuando la
mucho mas pequeña mano de Cole trazó con sus dedos en el otro
lado. ―¿Cuántos? ―Preguntó Cole.
―Vamos a ver, ―dijo Blaise pensativo― uno por decir que
Raven es lindo. Uno por preguntar si podemos mantenerlo. Uno por
bailar sobre la mesa.

―Uno por desobedecer y salir de la habitación, ―continuó


Cole―. Uno por correr.

―Entonces, ¿eso cuantas hace? ¿Cinco? Vamos a darle diez.

Sin decir una palabra, la mano de Blaise aterrizó en la mejilla


izquierda de Willow en un golpe picante. No estaba preparado para
ello, Willow gritó antes de cerrar rápidamente la boca cuando la
electricidad corrió por su cuerpo para llegar y quemar en sus bolas.

La mano de Cole dio el siguiente golpe en la mejilla derecha,


no con tanta fuerza como Blaise pero con la suficiente para enviar
grandes cantidades de pre-semen goteando de la hendidura de
Willow. Los aplausos subieron de tono en la habitación cuando la
100
gente se reía y vitoreaba.

Sus compañeros siguieron azotandolo, alternándose en cada


violento golpe, hasta que el culo de Willow quemaba y su pene se
sentía peligrosamente cerca de romperse. Su respiración salía en
fuertes gemidos mientras rodaba su sudorosa frente contra el
asiento tratando de evitar el orgasmo.

Blaise se inclinó sobre él, cubriendo su espalda húmeda y


susurró con sus labios a lo largo de la parte posterior del cuello de
Willow lo que le hizo temblar. ―Uno más, bebé, y no te puedes
correr. Lo has hecho muy bien, y tu pequeño culo dulce se ve como
el cielo ahora mismo. No puedo esperar a hundir mi polla dentro de
ese pequeño agujero y joderte hasta que grites mi nombre.
―Luego su mano aterrizó en el culo de Willow, una vez más, y se
llevó todo su esfuerzo para no soltar su carga en ese momento.

―Por favor, ―rogó Willow.

―Eso es, bebé. Pide por ello. Ruega por mi polla en tu culo.
―Los dedos de Blaise se arrastraban por el flanco de Willow y
alrededor de sus caderas para agarrar su polla palpitante―. Esto es
mío, Willow. Cole y yo somos los únicos que tendremos esto. ¿Lo he
dejado claro?

―Sí, señor, ―jadeó Willow mientras se mecía en la mano de


Blaise. Blaise le soltó de inmediato, y Willow lanzó un grito de
frustración―. Por favor, Blaise. Voy a hacer lo que quieras. Por
favor.

―Voy a cuidar bien de ti, pequeño. ―Blaise mordisqueó el


hombro de Willow―. En primer lugar, voy a doblar a Cole sobre
esta mesa y tomarlo mientras tu miras. ¿Te gustaría eso?

―Sí. ―Willow se quedó sin aliento cuando imágenes del


hermoso cuerpo de Cole, lo bombardearon preparado y listo para
ser tomado. Blaise golpeando contra él cuando sus cuerpos 101
apretados brillaran por el sudor a la luz del techo.

―Está bien, bebé. Vamos a despejar la habitación. ―Agarró el


culo ardiente de Willow y apretó con fuerza―. Este culo pertenece a
tus compañeros. Nadie más debe ver lo hermoso que eres cuando
te corres.

Aunque su lujuria ardía fuera de control, el corazón de Willow


se suavizó, derritiéndose en un charco de baba por la posesión de
su pareja.

Además, él no tenía mucho interés en que la mitad de la


manada viera a sus compañeros desnudos. Sabía que era hipócrita
ya que él había sido el que había corrido desnudo por el pasillo y
había provocado que los hombres salieran como estaban en primer
lugar. A el no le importaba mucho, sin embargo. Que la gente lo
viera desnudo era una cosa, pero que vieran a sus compañeros en
toda su gloria era algo completamente diferente en su mente.

―Date prisa, ―susurró.


―Fuera, ―gruñó Cole, sin apartar los ojos o las manos lejos
del culo de color rosa y rojo de Willow. El marcado contraste contra
su pálida piel era sorprendente―. Eres impresionante, bebé.

Continuó acariciando la firme parte inferior de Willow cuando


Blaise se puso de pie y se movió por la habitación, juntando a la
gente hacia la puerta principal. Su polla palpitaba y le dolía,
sobresaliendo de la ingle, ya tensa hacia el agujero de Willow.
Blaise tenía que darse prisa, porque Cole no sabía cuánto tiempo
más podría esperar.

Como si con solo sus pensamientos hubiera convocado al


hombre, Blaise se apresuró a volver a la habitación, su longitud 102
larga, gruesa rebotando entre sus piernas mientras se movía.
―Arriba, ―le ordenó.

Cole asintió con la cabeza y llegó a alrededor de la silla para


desatar a su amante.

―No él. Tú, ―Blaise aclaró.

Cole miró por encima del hombro, con los ojos desorbitados
cuando vio la pequeña botella de lubricante en la mano de Blaise.
¿Estaba listo para esto? Mientras su mente se rebelaba ante la idea,
su polla no tenía tales escrúpulos. Se sacudía y pulsaba, llorando
por la ranura cuando su culo revoloteó ante la idea de tener a su
Alfa conectado con él tan íntimamente.

Lentamente se movió para ponerse en pie, se volvió y se


enfrentó a Blaise, con los brazos cayendo lánguidamente a los
costados, y su cuerpo vibrando de deseo apenas contenido. Sí,
quería esto. Empujando a un lado su nerviosismo y poniendo su
confianza en las capaces manos de Blaise, se extendió sobre la
mesa del comedor, silbando cuando su piel ardiente tocó la fresca
madera.

Blaise se le acercó lentamente, agarrando sus caderas y


maniobrándolo en la mesa de tal manera que Willow pudiera tener
una buena vista.

Entonces Blaise apretó la palma de la mano entre los


omóplatos de Cole, instando a bajar su pecho de nuevo a la mesa,
y su otra mano recorrió su piel, trazando los contornos de su
cuerpo. ―Yo nunca te haría daño, ―susurró Blaise.

―Lo sé. ―Cole arqueó el cuello hacia un lado, dando a su


compañero más espacio para lamer y mordisquear a lo largo de la
sensible carne allí―. Te necesito, Blaise.

Oyó el chasquido de la tapa de la botella, y apretó su culo


mientras su corazón latía en su pecho. La mano de Blaise alisó su 103
columna vertebral, tranquilizándolo y emocionándolo al mismo
tiempo. Entonces los labios de su amante siguieron el mismo
camino, lamiendo con besos húmedos por su espalda y dejando un
rastro de fuego a su paso.

Dedos lisos separaron sus mejillas, deslizándose a lo largo de


su pliegue y cepillando su entrada virgen. Blaise mantuvo el toque,
acariciando el anillo de músculos mientras continuaba explorando el
cuerpo de Cole con su mano, los dientes, la lengua y los labios.

Él se tensó cuando un dedo lubricado empujó en su orificio y


entró.

―Shh, relájate, bebé. Respira profundo, ―Blaise aconsejó.


Cole hizo lo indicado, respirando profundamente e insto a su cuerpo
a relajarse y aceptar el dedo invasor.

El dedo de Blaise empujo más adentro, suavemente,


trabajando dentro y fuera del túnel de Cole. Cole gimió, arqueando
sus caderas y empujando hacia atrás contra la mano de su amante.
―Más, ―exigió.
Santo infierno, se sentía increíble, enviándolo en picado al
deseo.

Un segundo dedo se abrió camino por el lado del primero y


Cole siseó por la leve quemadura. ―Sigue adelante, ―jadeó él,
envolviendo sus dedos en el borde de la mesa y agarrándose con
fuerza.

Blaise bombeo dentro y fuera, girando la muñeca y los dedos


en tijera, conduciendo a Cole fuera de su mente por el placer.
Entonces sus dedos se torcieron, rozando por encima de la próstata
de Cole, lo que le hizo gritar cuando sus bolas tiraron apretadas en
su cuerpo. ―Haz eso otra vez.

―Mandón. ―Blaise se rió entre dientes, trabajando un tercer


dedo en el cuerpo de Cole mientras con la otra mano rodeaba su
cuerpo para agarrar su palpitante miembro, acariciándolo al compás
104
del ritmo que marcaba con sus dedos.

Fuego se construyó dentro de su vientre, girando hacia afuera


para poner todo su cuerpo en llamas cuando las talentosas manos
de Blaise lo sacudieron hasta la médula. ―Ahora. Jodeme, Blaise.
Oh, maldita sea, por favor, ―rogó.

Gimiendo tenia la cabeza de Cole girando, y cruzó la mirada


con Willow, casi derramando su carga con la flagrante lujuria que
brillaba en los ojos grises de su pareja. ―Te ves bien lo suficiente
para comerte, Cole, ―susurró Willow―. Dios, quiero probarte. ¿Por
favor? He aprendido la lección. ―Luchó contra sus ataduras, casi
sollozando en su deseo de liberarse.

―¿Blaise? ―Preguntó Cole. No podía soportar ver a su


compañero con dolor.

―Está bien. ―Blaise besó la parte posterior del cuello de Cole


y extrajo con cuidado los dedos de su agujero antes de apresurarse
a través del cuarto para liberar a Willow de sus ataduras. Ayudó al
pequeño hombre a ponerse en pie y luego lo levantó en sus brazos,
atacando su boca como un hombre hambriento.

Cole gimió, dejando caer su frente a la mesa cuando su


agujero tembló, pidiendo a gritos ser llenado de nuevo. ―Por favor,
suplicó.

Cuando sus compañeros que estaban de pie a su lado se


separaron, Cole vio jadear a Willow en busca de aire. Él se dejo
caer, arrastrándose por el cuerpo de Blaise y se apresuró a
colocarse encima de la mesa. Cogió posición debajo de Cole,
dejándose caer sobre su espalda en la brillante superficie y
envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Cole. ―Jodeme,
Cole.

―Exigente pequeña cosa, ¿verdad? ―Cole no podía ocultar el


desesperado anhelo en su voz, sin embargo. La necesidad de 105
enterrarse en el interior de su compañero lo agarró, exigiéndole
que tomara la ofrenda que se le había hecho.

Una botella de plástico pequeña se deslizó por encima de su


hombro, y Cole la cogió, abrió la tapa de un tirón y roció lubricante
en su mano cuando tres gruesos dedos se insertaron en su
necesitado agujero. Con las manos temblorosas, rápidamente
recubrió su polla antes de enterrar dos dedos sobre la entrada
apretada de Willow y empujar dentro poco a poco.

―No me harás daño, ―dijo Willow mientras le miraba


fijamente a los ojos―. Estirame rápido porque necesito esa polla
gruesa en mi culo pronto.

Gimiendo por las sucias palabras que salían de la boca de su


amante, Cole bombeó sus dedos dentro y fuera, trabajando para
aflojar los músculos tan rápidamente como fuera posible sin dañar
a su compañero. En el momento en que había deslizado un tercer
dedo, Blaise había trabajado un cuarto en el culo de Cole, y su
orgasmo brincó hacia él como una marea.
―Basta ya, ―exclamó Willow―. Jodeme.

Asintiendo con la cabeza una vez, Cole alivió sus dedos del
canal apretado de Willow, agarró la base de su exigente pene, y
empujó la cabeza contra la entrada de Willow, meciendo sus
caderas hasta que se coló por el primer anillo de músculo.

Willow gimió, echando la cabeza hacia atrás sobre la mesa


mientras empujaba hacia abajo contra el pene de Cole, su culo
hambriento chupando a Cole hasta la raíz. ―Maldita sea, estás tan
jodidamente apretado bebé.

―Ahora, Blaise, ―Willow gimió―. Date prisa, grandote. No


puedo durar.

Una de las grandes manos de Blaise agarró la cadera de Cole


en un apretón doloroso, la cabeza de su polla empujó en el agujero 106
de Cole, violándolo lentamente, y deslizándose a casa en un suave
deslizamiento. Se congeló cuando sus muslos rozaron el culo de
Cole, gimiendo y gruñendo su aprobación.

Cole cerró los ojos, respirando a través de la quemadura


mientras trataba de ajustarse al eje enorme alojado en su culo.
Cuando el culo de Willow se cerró sobre su polla, los ojos de Cole
se abrieron de golpe, y él se quedó sin aliento, su cuerpo
sacudiéndose y empujando contra su Alfa.

―Muevete, ―susurró Willow, llegando a acariciar la mejilla de


Cole―. Haz el amor con nosotros. Juntos, Cole.

El calor que se extendió por todo su cuerpo no tenía nada que


ver con el intenso placer físico que recibía. Su corazón se hinchó,
creciendo y cambiando para dar espacio a estos dos increíbles
hombres.

―Te amo.

Las palabras salieron en un susurro ahogado antes de que él


incluso hubiera registrado el pensamiento consciente para
expresarlas. No quiso tomar de nuevo, sin embargo. No pudo.

―Te amo, también, ―murmuró Willow alrededor de su


sonrisa―. Reclamame.

Asintiendo con la cabeza, Cole empujó contra Blaise,


deslizándose fuera del cuerpo de Willow hasta que sólo quedó la
corona acampanada.

Blaise silbó detrás de él, hundiendo sus dedos en las caderas


de Cole mientras empujaba hacia delante, marcando el ritmo e
instando a Cole a seguir.

En cuestión de segundos, se habían sincronizado sus


estocadas, moviéndose como un solo cuerpo, mientras gruñidos y
gemidos llenaban la habitación y hacían eco en las paredes.
Empujando las rodillas de Willow a su tonificado pecho, Cole se
107
estrelló contra él una y otra vez, amando las sensaciones duales del
calor que abarca a su eje mientras Blaise se incrustaba en su
dolorido canal.

Inclinando la cabeza hacia atrás y hacia un lado, libero uno de


los muslos de Willow y agarro con la palma de su mano el cuello de
Blaise, entrelazando sus dedos en los cortos rizos rubios.

―Reclamame, ―susurró―. Te amo, Blaise.

Blaise frenó sus embestidas por un momento antes de


inclinarse hacia adelante y raspar con sus colmillos alargados sobre
la vena palpitante a un lado del cuello de Cole. ―Mio, gruñó, y
luego hundió sus colmillos en la carne flexible.

Cole gritó mientras ola tras ola de fuego corría por su cuerpo.
Entonces Blaise soltó su cuello, empujando hacia adelante mientras
conducía a casa de nuevo y se quedó inmóvil, rugiendo su orgasmo
cuando lava ardiente cubría las paredes internas del culo de Cole.
―Mio, ―Willow repitió las palabras de Blaise, enredando sus
dedos en el pelo de Cole cuando él mordió el otro lado de su cuello.
Cole gritó, su cuerpo se sacudió, y su orgasmo lo atravesó,
rociando el interior del canal convulsionado de Willow cuando el
instinto se hizo cargo, sus colmillos se alargaron y mordió en la piel
suave en el hombro de Willow.

Gimiendo con el dulce sabor de la sangre de su compañero


bañando su lengua, oyó el grito ahogado de Willow contra su cuello
mientras el espacio entre ellos se lleno de cuerdas cálidas y
pegajosas de semilla.

Extrayendo los caninos, lamió sobre la herida y luego le dio un


beso suave en su marca de apareamiento.

Todos ellos cayeron juntos, jadeando y sudando, tratando de 108


encontrar la motivación para separarse. Cole pensaba que nunca
sería capaz de moverse de nuevo.

―Tenemos que reclamar a Blaise. ―Willow sonó dentro de la


cabeza de Cole―. Esta triste porque nos hemos reclamado el uno al
otro y no a él. Lo puedo sentir. Él nos necesita. ¿Tenemos que
hacerlo durante las relaciones sexuales?

―No. ―Cole usó su propio vínculo mental para empujar sus


pensamientos en la mente de Willow―. Simplemente por lo general
ocurre de esa manera porque el instinto es más fuerte entonces.

―Entonces vamos a hacerlo ahora. No puedo soportar verlo


infeliz.

Cole besó la punta de la nariz de Willow y sonrió. ―Yo


tampoco, ―susurró―. Te amo tanto tanto.

―No es bueno guardar secretos, ―se quejó Blaise mientras


retiraba suavemente su flácido pene del agujero de Cole.
Cole se alzó dejando libre el cuerpo de Willow y ayudó a su
pequeño compañero a bajar de la mesa. Luego se volvió y empujó
el pecho de Blaise, dirigiéndolo hacia una de las sillas hasta que la
parte posterior de sus rodillas golpearon con el borde, y se dejó
caer de culo. ―¿Qué demonios, Cole?

Sonriendo, Cole se montó a horcajadas sobre uno de los


muslos de Blaise, dejando espacio para que Willow pudiera hacer lo
mismo en el otro lado.

―Te amo, Blaise, ―susurró mientras se frotaba contra el


costado del cuello de su Alfa.

―Y yo te amo, también, gran tipo, ―agregó Willow cuando


rozó su nariz a lo largo del lado opuesto.

―Te amo, también. A los dos, ―jadeó Blaise―. Yo no creía


que pudiera, pero es tan fácil como respirar una vez que dejé de 109
luchar contra ello. Lo son todo para mí.

―Te pertenecemos, ―murmuró Cole.

―Del mismo modo que nos perteneces, ―susurró Willow―.


Feliz cumpleaños, Blaise.

Cole se sentía tenso y Blaise miró para ver a Willow hundir sus
colmillos en la carne del hombre. Sonriendo, él mordió en el cuello
de Blaise antes de empujar sus colmillos en la piel y gemir.

Blaise gimió suavemente, su mano acunándose en la nuca de


Cole mientras sus caderas se sacudían, moliéndose contra sus
muslos. Cogió la muñeca de Willow con la otra mano y se la llevó a
los labios, mordiendo la vena que saltaba allí y completando la
conexión entre los tres.

Cole podía sentir la presión de su enlace ajustándose, y el


placer le inundó, robando su aliento y haciéndolo jadear contra la
carne en su boca.
Entonces todo se detuvo, y Blaise se dejó caer en la silla,
inmóvil.

Retrayendo sus colmillos, Cole se sentó y miró a Willow.


―¿Acaso lo matamos? ―Willow parecía tan preocupado mientras
miraba de Cole a Blaise, con su muñeca curándose. Cole no pudo
evitar reírse.

―No, está dormido solamente. Pienso que lo desgastamos.

―Oh, está bien. ―Willow se encogió de hombros mientras se


retiraba de encima de Blaise, con cuidado de no despertarlo―.
Estaremos haciéndolo de nuevo. Pronto y en repetidas ocasiones.
―Él le guiñó un ojo como el duende que era―. Pero tengo que
estar en el medio la próxima vez.
110
Capítulo 12

―Hace frío aquí afuera. ―Willow tembló mientras permanecía


desnudo a la luz de la luna.

―Vas a estar bien, ―lo tranquilizó Blaise―. Es mejor hacerlo


fuera. Tu bestia se sentirá atraída por la luna.

―Si tú lo dices.

―Voy a calentarte cuando hayamos terminado, ―murmuró


Cole, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Willow y
frotando la mejilla sobre la parte superior de su cabeza―. ¿Estás 111
listo?

―Supongo. No es como si tuviera una elección. ―Willow puso


mala cara mientras sus compañeros se apartaron y se colocaron
delante de él―. ¿De verdad crees que esto funcionará?

―Sí, ―respondió Blaise―. Creo que sólo necesitas un guía que


le ayude.

―Está bien, entonces vamos a darnos prisa. Me estoy


congelando las pelotas.

Cole se rió y dio unos pocos pasos lejos de Blaise para darle
espacio a cambiar. ―Sólo mira a Blaise primero, ¿de acuerdo?

Willow asintió con la cabeza, concentrado en su compañero


mientras Blaise se sentó en el suelo y comenzó su turno. En unos
momentos, un gran lobo negro se sentó donde había estado Blaise,
con la cabeza inclinada hacia un lado y gimiendo suavemente.
―¡Wow! Eres increíble, ―exclamó con asombro Willow. Había
visto a su compañero cambiar una vez, pero no había tenido tiempo
exactamente para admirar el poder o la belleza de su lobo―. Haces
que parezca tan fácil.

―Es fácil. ―Cole se agachó al suelo y levantó la mirada hacia


él―. Dado que no sabemos exactamente lo que es tu animal,
simplemente imagina un lobo. Tu bestia encontrará su camino a la
superficie. Ahora mírame.

A continuación, Cole dejó caer la cabeza y dejo que el cambio


lo arrastrara.

Willow sonrió al lobo más pequeño al lado de Blaise, sus dedos


tenian ganas de acariciar la piel sedosa de aspecto plateado.
Enfócate.

Arrodillándose en el suelo, Willow miró a la luna, sintiendo un


112
tirón en el estómago como si la diosa lunar lo estuviera llamándolo,
tirando de él hacia ella. Miró a cada uno de sus compañeros
durante mucho tiempo, con los ojos como dardos hacia atrás y
adelante cuando el pánico se agitaba dentro de él. ¿Y si no podía
hacerlo? Nunca había podido antes. ¿Por qué esta vez iba a ser
diferente?

Tomando una respiración de profunda valentía, cerró los ojos y


se imaginó a sí mismo como un lobo. Plata en primer lugar, luego
negro, luego de vuelta otra vez. Algo comenzó a suceder, un ligero
hormigueo en las extremidades, y Willow rezaba para que lo
estuviera haciendo bien. Concentrándose tan fuerte como pudo,
apretó los ojos con fuerza, jadeando al sentir sus huesos y
músculos comenzar a cambiar.

Con los ojos cerrados, él continuó parpadeando de ida y vuelta


entre las imágenes de sus compañeros. Plata. Negro. Plata. Negro.
Su piel le picaba, su cuerpo se calentó y el dolor le atravesó al
sentir su boca y nariz alargada en un bozal. Muy contento de que
por fin estaba sucediendo, decidió estar enojado con sus amantes
más tarde por no haberle advertido que sería doloroso su primera
vez.

Pasó una eternidad, mucho más tiempo del que les había
tomado a Blaise o Cole, pero cuando el dolor finalmente decayó,
Willow abrió los ojos y miró a sus patas.

¿Patas? ¡Sí! Por fin lo había hecho. ¡Por fin había encontrado a
su bestia!

Ladeando la cabeza hacia un lado, él gimió suavemente


mientras continuó el examen de los pies. Algo no estaba bien. No
se parecía a las patas de un lobo. Bueno, no lo hacían. La de la
derecha parecía una pata de lobo, pero la piel que la cubría parecía
que tenia rayas como de cebra. Plata y negro se mezclaban juntos,
y continuaba igual en su pie y su pierna.

Sacudiendo su cabeza, su mente daba vueltas a la extraña


113
forma de su cuerpo. Largo como un gato, pero con la cola de un
lobo, pero el torso entero parecía estar cubierto con la extraña piel.
¡Mierda! ¡Lo había hecho mal!

Volviendo a mirar a sus compañeros, vio que ambos habían


cambiado de nuevo a su forma humana y se esforzaban por no
reírse. Abriendo la boca para ladrarles, rápidamente se quebró,
cuando su mandíbula cerrada solo fue capaz de emitir un sonido
chirriante y fuerte de su boca.

―¿Qué está pasando? ―Él empujó el pensamiento en la mente


de sus compañeros, desesperado por saber lo que había
sucedido―. No me gusta esto.

―Cálmate, bebé. Todo está bien. ―Blaise corrió hacia él y se


arrodilló en el césped cubierto de rocío, acariciando el pelo de su
flanco―. Creo que estás un poco confundido.

Cole se acercó y se puso en cuclillas a su lado y, le rascó


detrás de las orejas. ―Lo hiciste. ―Él sonrió como un niño en la
mañana de Navidad―. Cambiaste, bebé.

―Pero lo hice mal, ―se quejó Willow.

―No, cariño. Lo has hecho bien, ―susurró Blaise, sin dejar de


acariciarlo.

―Creo que puedes ser un shenhari, un verdadero metamorfo.


Un Shenhari puede tomar cualquier forma que elija y son
extremadamente raros. Tú eres especial, Willow.

―Los Shenhari tienen generalmente una bestia que ellos


desean. Estoy asumiendo que el tuyo es un gato. Es por eso que se
confundió y terminó como medio gato y medio lobo. ―Cole pasó los
dedos entre los ojos de Willow―. Sé que tienes un animal en la
cabeza. Imagínate ese animal y deja que fluya el cambio. No luches
contra él. 114
―Voy a intentar. ―Cerrando los ojos, Willow se imaginó al
pequeño gato extraño que había visto en el canal de naturaleza
semanas atrás. Casi de inmediato, sintió que su cuerpo comenzaba
a disminuir, a reformarse sus huesos, una vez más, ya que el suelo
se precipitó a su encuentro.

El cambio se produjo mucho más rápido esta vez y casi no


dolió en absoluto. Al abrir los ojos, Willow miró las patas diminutas
cubiertas de pelaje castaño ronroneando con fuerza. Ah, mucho
mejor.

―Un jaguarundi3, ―murmuró Blaise―. Interesante elección.

―Me gusta. Creo que es lindo. ―Willow defendió su animal


elegido.

3
El yaguarundí (Puma yagouaroundi) es una especie de felino de pelaje pardo a negro uniforme, cuyo estado
de conservación se considera de preocupación menor. Vive desde el sur de los Estados Unidos hasta el centro de
Argentina. Más pequeño que su pariente próximo, el puma (puma con color) el yaguarundí caza animales pequeños.
Gracias Wikipedia.
―Creo que eres adorable, ―se apresuró a asegurarle Cole―. Y
maldita sea, me encanta el ronroneo. ¿Puedes hacerlo otra vez?

Willow se levantó de un salto para poner sus patas delanteras


sobre los hombros de Cole y frotó la cara sobre el cuello de Cole,
los hombros y el pecho, ronroneando mientras cubría a su
compañero con su olor.

―Ven dame un poco de eso, ―dijo Blaise sonriendo―. Me


estoy poniendo celoso por aquí.

Más que feliz de regar a su Alfa grande con su atención, Willow


salto en el regazo de Blaise y se froto contra él mientras seguía
ronroneando.

―Está bien, tienes razón. Eres lindo como el infierno, ―Blaise


finalmente estuvo de acuerdo―. Hemos tenido suficiente diversión 115
por una noche, sin embargo. Tengo que reunirme con los
Ejecutores en un par de horas, y estoy agotado. ―Él hizo cosquillas
en la piel debajo de la barbilla de Willow―. ¿Qué dirías de una
siesta rápida, cariño?

Cerrando los ojos, Willow cambió de nuevo a su forma humana


y sonrió a su compañero. ―Oh, sí. No puedo esperar a probar la
nueva cama que compraste para tu cumpleaños.

―Dormimos en ella la noche anterior a la fiesta. ―Blaise alzó


las cejas a su cabello mientras sonreía.

―Sí, nos dormimos, ―Willow estuvo de acuerdo―. Tengo


mejores ideas para bautizar tu regalo, sin embargo.

Blaise se rió, negando con la cabeza antes de inclinarse hacia


abajo para colocar un rápido beso en la sien de Willow. ―Me gusta
la forma en que piensas, bebé.
―¿Le has dicho a Jackson?

Cole se congeló en el acto de verter crema en su café. Cerró


los ojos, respiró hondo y soltó el aire lentamente. ―¿Le dije qué?
―Bueno, él sabía exactamente de lo que Blaise estaba hablando,
pero no tenía ningún deseo de profundizar en la discusión.

―Hay que decirle, Cole. ―Las manos de Blaise se posaron


sobre sus hombros, masajeando los músculos tensos allí.

―Lo sé, ―susurró Cole―. No sé lo que pasó cuando mamá se


fue, sin embargo. Yo tenía diez años, y Jackson apenas acababa de
cumplir ocho. Él adoraba el suelo por el que nuestra madre pisaba. 116
―Cole se volvió hacia su compañero con el corazón desgarrado―.
Papá nunca le prestó mucha atención a Jackson, sólo lo empujó a
un lado. Me hice cargo de él, me asegure de que comiera, tuviera
ropa limpia, llegara a la escuela a tiempo. ¡Lo hice!

Recogiendo a Cole en sus brazos, Blaise lo meció de lado a


lado, sujetándole firmemente cuando lentamente se vino abajo.

―Él no quiso hablar durante meses después de que se fue. Se


despertaba por la noche gritando, clamando por nuestra madre,
pero aparte de eso, él no dijo ni una palabra. ―Cole se aferró a la
parte delantera de la camisa de Blaise, apoyando su frente en el
hombro de su amante, y se rompió―. La odio por lo que le nos hizo
a nosotros.

―Lo sé, cariño. Nunca he conocido a la mujer, pero la odio,


también. Siento que tuvieras que pasar por eso, pero hiciste un
trabajo condenadamente bueno para sacar adelante a tu hermano.
Jackson es un buen chico y elegante como el infierno. Tiene, a
Talon, y al resto de su manada, su familia. ¡Tienes que decirle!
Alejándose y secándose los ojos con el antebrazo, Cole asintió.

―Gracias. Se lo diré cuando nos venga a visitar el próximo


mes. No creo que sea una conversación para tener por teléfono.
―Blaise le dio un beso en la frente y pasó los nudillos por la mejilla
de Cole.

―Creo que tienes razón. Cara a cara será mejor.

Borrando la aspereza de su garganta, Cole se volvió hacia el


mostrador para terminar de preparar su café. ―Así que, ¿cuando
deberían estar aquí los Ejecutores?

Blaise abrió la boca para responder, pero un fuerte golpe en la


puerta interrumpió su respuesta. ―¿Ahora?

Cole se rió entre dientes y ahuyentó a su compañero lejos. 117


―Ve a jugar con tus amigos. Voy a ver lo que Willow está haciendo.
Voy a estar ahí si me necesitas.

―En realidad, ¿podrías llamar a Willow y encontrarnos en la


sala de estar? Creo que todos tenemos que estar ahí para esto.

Cole miró a su compañero con suspicacia. ―¿Esto va a


molestarlo?

―Es posible. ―Blaise suspiró y se pasó una mano por el


pelo―. Es importante, Cole. Tenemos que averiguar quién se
encuentra retenido y dónde.

―¿Y eso qué tiene que ver conmigo y con Willow?

El golpe a la puerta volvió a sonar, y Blaise miró por encima


del hombro antes de regresar rápidamente su atención a Cole. ―Te
lo explicaré todo en un minuto. ¿Por favor?

Cole asintió con la cabeza lentamente, aunque no le gustaba


andar a ciegas sobre ascuas. ―Estaremos allí en un minuto.
―Gracias, ―susurró Blaise antes de precipitarse fuera de la
habitación para contestar a los golpes en la puerta.

―¿A dónde vamos? ―Willow bostezó mientras entraba en la


cocina hasta Cole y tomó la taza de café de sus manos. Tomando
un sorbo cauteloso, cerró los ojos y una sonrisa de felicidad se
extendió por sus labios―. Haces el mejor café.

―Me alegro de que pienses así, pero eso es mío. ―Cole se


echó a reír mientras tomaba su café y le guiñó el ojo de nuevo.

―Así que, ¿a dónde vamos? ¿Tengo que cambiar?

Le echo un vistazo a su compañero, desde la parte superior de


su cabeza despeinada, llevaba una camiseta de Blaise que le
llegaba hasta las rodillas, los pantalones de pijama de franela, y 118
justo al final la punta de los dedos de su pies descalzos, adorables,
Cole negó con la cabeza.

―El Aquelarre de River Snake está aquí, y Blaise quiere que


estemos presentes en la reunión. Dijo algo acerca de que tenía
preguntas para nosotros.

Besando la punta de la nariz de Willow, empujó su taza en las


manos de Willow otra vez. ―Si sigues así. Voy a hacer otra.

―Mmm, eres demasiado bueno para mí. ―Willow se puso de


puntillas y besó en los labios Cole―. Buenos días, guapo.

―Y buenos días a ti, bebé. Ve a buscar a Blaise, y estaré con


vosotros dentro de poco. ―Cole dio un manotazo a su compañero
en el trasero, demorándose un poco más de lo necesario para darle
un apretón duro.

Willow rió mientras él se escabulló, girando y moviendo su


dedo a Cole cuando salía de la cocina. ―Nada de eso, Sr.
Cunningham. ¿Sabes lo que pasó la última vez que te burlaste?
―Sí, lo sé, ―gruñó Cole―. Y no habrá una repetición, o no
serás capaz de sentarte durante una semana. ¿Sí?

Willow se rió, le lanzó besos al aire, y salió corriendo de la


cocina.

―Cole y Willow estarán aquí en un segundo, y podremos


empezar la reunión. ―Blaise encendió el portátil en la mesa de café
mientras hablaba con los vampiros que se apiñaban alrededor de la
sala de estar―. Básicamente, tenemos que organizar la lista de
cautivos como liberados, fallecidos o desaparecidos. Entonces 119
tenemos que localizarlos y si es necesario, liberar a los que están
perdidos.

―Eso suena demasiado fácil, ―dijo Stavion, acercándose a


Blaise para mirar la pantalla del ordenador.

―No es tan facil, ―Blaise suspiró―. Tenemos varios nombres


en la lista que no tienen origen conocido o un destino que sepamos.
Por desgracia, la localización es la parte fácil. Después de eso
tenemos que salvar realmente a estos hombres.

―Hombres, ―preguntó Varik desde su lugar en el suelo.

―Sólo hay nombres masculinos en estos archivos. No estoy


seguro de si realmente Cyrus tenía un corazón y no quería hacer
daño a las mujeres, o si se sentía más fuerte y los hombres eran
más propensos a sobrevivir a su encarcelamiento.

Antes de que nadie pudiera volver a hablar, Willow entró


corriendo en la sala, saludando alegremente a sus huéspedes. Dejó
la taza que llevaba en la mesa de café y se subió al regazo de
Blaise, acurrucándose contra su pecho y besandole la barbilla.
―Buenos días amor.

El interior de Blaise se derritió por el gesto cariñoso mientras


su polla se retorció con interés apretándose contra el firme culo que
se movía en su regazo. Bloqueando los brazos en torno a su
compañero, Blaise le mantuvo inmóvil mientras dejaba caer un
beso en la parte superior de la cabeza. ―Compórtate, ―susurró.

―Cole ya amenazó con azotar mi culo si trataba de hacer una


repetición de tu fiesta de cumpleaños, ―murmuró Willow
sonriendo.

Reteniendo un gemido, Blaise cerró los ojos brevemente


cuando los recuerdos de esa noche pasaron por su mente. Varios
fuertes gemidos llegaron a sus oídos, y Blaise rastreó con los ojos 120
abiertos para ver a cada persona de la sala mirando a Willow con
deseo oculto.

Enseñando los dientes y apretando a su compañero más cerca,


Blaise gruñó. ―Mio.

Malakai fue el primero en salir de su neblina lujuriosa,


parpadeando rápidamente cuando él se apartó de la pared en la
que había estado apoyado. ―Lo siento, Blaise. No puedes entender
cómo es de embriagador tu aroma.

―¿Yo? ―Blaise miró alrededor de la habitación


estúpidamente―. ¿Todos ustedes están mirándome a mí?

Willow resopló contra la garganta de Blaise y le dio una


palmada en el pecho. ―Bueno, eres bastante hermoso, amor.

Demos pasó una mano por la cara como si quisiera borrar los
pensamientos de su mente. ―Sí, estás bien a la vista, hombre,
pero eso no es todo. No sé lo que te ha dicho o lo que pasó por tu
mente, pero era como una sobrecarga hormonal instantánea.
―Hizo un gesto vago por encima del hombro en dirección a
Malakai―. El pequeño hombre tiene razón. El olor de tu lujuria es
delicioso.

Willow se levantó del regazo de Blaise y señaló con un dedo a


la cara de Demos. ―Él es mío, y yo no comparto con nadie más que
Cole. Así pues, puedes mirar, pero no tocar. ―Luego cruzó los
brazos sobre el pecho y encorvo la espalda contra Blaise con un
resoplido.

Maldita sea, su pequeño hombre se calentaba como el infierno


cuando sentía que su condición de compañero de Blaise estaba en
peligro. Su actitud posesiva había llenado la polla de Blaise
rápidamente y estaba luchando contra su cremallera.

―Blaise, ―se quejó Raven patéticamente― tal vez Willow


debería sentarse en otro sitio, ¿no? Nunca vamos a salir de esta 121
reunión si no dejo de pensar en hundir mi polla en tu apretado culo.

Un silbido amenazador sonó de los labios entreabiertos de


Willow, mientras un fuerte y salvaje gruñido llegó desde la puerta
cuando Cole entró en la habitación. En cuestión de segundos,
Raven yacía boca arriba en la mitad de la sala, un lobo plateado y
un elegante leopardo de pie sobre él, amenazadoramente.

―Blaise, no quiero hacerles daño, pero tengo que quitármelos


de encima, ―dijo Raven con fuerza.

―Entonces supongo que deberías pedir disculpas, ―respondió


Blaise con calma.

Sus compañeros, sin embargo, no parecían estar abiertos a


una discusión racional. Willow se subió en el pecho de Raven,
clavandolo en el suelo mientras le pateaba en la cara. Cole rodeó al
vampiro, su pelo erizado y sus gruñidos y ladridos resonaban
peligrosamente en la pequeña habitación.

―¿Pedir disculpas por qué? ―La cabeza de Raven azotó a un


lado mientras Willow le dio un golpe con la pata de nuevo―. Amigo,
si él me da una bofetada una vez más, te juro que soy capaz de…
―Willow le golpeó de nuevo con un poco más de fuerza esta vez.

―Lo siento, ¿de acuerdo? Me estoy disculpando ¡Lo siento!

―Déjenle, chicos. ―Blaise usó su vínculo mental para hablar


con sus compañeros.

Ambos se quedaron en silencio y giraron la cabeza para


mirarlo a él, pero no se movieron para liberar a su prisionero.
―Mio, ―gruñó Cole en su cabeza.

―Creo que debemos cortarle las pelotas, ―ofreció Willow


mientras levantaba una pata y extendía sus letales garras.

―Deja que lo muerda, ―sostuvo Cole. 122


Blaise tuvo el impulso loco de reír. ¿Quién iba a saber que sus
dulces y pequeños hombres pudieran ser tan feroces? ―Cole,
Willow. Vengan aquí. ―Su tono de voz era de acero, exigiendo en
lugar de pedir. No tenía la menor dudar de que las cosas se
pondrían feas si no era capaz de poner fin a su despliegue agresivo
de posesión.

Lentamente, de mala gana, Willow se apartó del pecho de


Raven y retrocedió hacia Blaise, sus ojos nunca dejaron al hombre
tendido en el suelo. Cole espetó un gruñido a la cara de Raven, una
vez más antes de girar y trotar hacia el lado de Blaise. Levantó la
vista hacia Stavion y gruñó, y el vampiro levantó las manos en
señal de rendición mientras permanecía de pie con cautela y se
movía al otro lado de la habitación.

Tanto el leopardo como el lobo saltaron sobre el sofá y se


acurrucaron a cada lado de Blaise, sus cabezas peludas
descansando en su regazo mientras escrudiñaban a los otros
hombres de la habitación.
―¿Alguien más tiene algo que decir? ―Preguntó Blaise
mientras acariciaba cariñosamente a sus compañeros.

Todos negaron con la cabeza rápidamente, pero no hicieron el


menor ruido.

―Bien. Mis bebés son un poco territoriales por si no lo han


notado. ―Blaise rascó detrás de la oreja a Willow cuando el gato se
arqueó por su toque y ronroneó. Miró los restos andrajosos de ropa
de sus amantes y suspiró.

―Vayan a la habitación, cambien de nuevo.

Con una última mirada a los Ejecutores, Cole y Willow se


escabulleron fuera de los cojines y desaparecieron por el pasillo.

123
Capítulo 13

―¿Crees que fue una reacción exagerada?―Preguntó Willow


después de que hubieran cambiado de nuevo y empezaran a
vestirse.

―Bueno, me perdí el comienzo de la conversación, pero


escuche a Raven hablando de joder a nuestro compañero... ―Cole
interrumpió y sacudió la cabeza―. Lo haría de nuevo en un latido
del corazón.

―Nunca he tenido nada. ―Willow resbaló una de las simples


camisetas negras de Cole por encima de su cabeza y suspiró―. Tú 124
y Blaise, sin embargo, me pertenecen, ¿sabes? ―Él sacó un par de
sudaderas grises y asintió con firmeza. Él cazaría a cualquier
persona que amenazara a su familia.

―Pequeña cosa batalladora, ¿no?―Se rió Cole cuando terminó


abrochándose los pantalones y se acercó a besar a Willow en la
frente―. Nosotros te pertenecemos, Willow. Al igual que nos
perteneces. Todo va a estar bien, cariño.

―Nunca dije que no fuera así. ―Willow dijo en voz baja, con la
esperanza de mantener el miedo y la incertidumbre de su voz.

―No tienes que decirlo. Tus ojos son tan expresivos. ―Besó
los labios de Willow y le cogió la mano, tirando de él hacia la
puerta―. Vamos.

Ellos regresaron a la sala, y Willow se dirigió inmediatamente


a Blaise, acurrucándose a su lado en el sofá y apoyando la cabeza
contra el pecho de su Alfa, dejando que el repiqueteo constante y
calmado del corazón de Blaise lo tranquilizara. Cole se sentó junto a
Willow, apoyando una mano en su muslo cuando Blaise empezó a
hablar.

―Bien, ahora que todos nos hemos sacado nuestras pollas y


hemos comparado tamaños, tal vez podamos ir al grano. ―Él
esperó a que todo el mundo moviera la cabeza, incluyendo a
Willow, antes de continuar.

―Hay setenta y tres nombres en nuestra lista. Veinticuatro de


ellos figuran como muertos. ―Se movió un poco para afrontar a
Stavion―. Treinta y uno se enumeran como vendidos al Clan
Redway.

Stavion frunció el ceño y asintió. ―La transición no ha sido


fácil. La gente del clan de Cyrus son... reacios a reconocerme como
su nuevo líder. Hay sólo unas pocas docenas de miembros en el
clan, tienen miedo, y yo soy un extraño. 125
―Bueno, son treinta y un hombres y necesitamos que
apresurar las cosas. ¿Has buscado en la casa de Cyrus?

―Por supuesto, ―respondió Stavion mientras asentía―. No


hemos sido capaces de encontrar nada.

―¿Qué clasificación tienen los hombres que están detenidos?


―Preguntó Cole.

Blaise se separó un poco de Willow a un lado y puso la


computadora en su regazo.

―Doce shifters, ocho híbridos, tres hombres lobo, un elfo y


siete vampiros.

―Bueno, necesita mantener a los vampiros lejos del sol, ―dijo


Cole lentamente. Willow no tenía ni idea de lo que estaba pasando,
así que se sentó en silencio y escuchó―. Sería demasiado trabajo
mantener a todos los presos separados sin llamar la atención. ―Él
miró a Stavion e inclinó la cabeza hacia un lado.
―¿Has comprobado los viejos silos?

Stavion negó con la cabeza y se volvió hacia sus hombres.


―Cassius, Raven, y Demos, vayan, ahora. ―El trío no discutió, pero
se pusieron de pie rápidamente y salieron de la habitación sin hacer
comentarios.

―Está bien, ¿qué más?―Preguntó una vez que los hombres


habían desaparecido.

Blaise miró de nuevo al ordenador mientras se desplazaba por


los nombres. ―Seis fueron vendidos a una manada de hombres
lobo en Cheyenne. ―Tocó algunas teclas más―. Ocho a una colonia
de shiferts en Montana.

―¿Qué pasa con los otros cuatro? ―Preguntó Malakai. 126


―No tenemos ninguna información sobre ellos. ―Suspiró
Blaise―. No sabemos de dónde vienen, a dónde los llevaron, ni qué
clasificación tienen. Diablos, ni siquiera sé si todavía están vivos.

―Bueno, eso es útil, ―se quejó Varik.

Willow no podía estar más de acuerdo. ¿Cómo se supone que


iban a encontrar a los desaparecidos, si ni siquiera sabían por
dónde empezar a buscar? La ira de Blaise y la frustración le
embargaban, así como el sentido de desesperanza de Cole.
Tampoco hizo nada para ayudar a las ansiedades propias de Willow
ni a tranquilizarlo. A veces este negocio sienota podía ser un
verdadero dolor en el culo.

―Willow, voy a leer algunos nombres, y necesito que me digas


si reconoces a alguno de ellos, ¿de acuerdo? ―Blaise se inclinó,
hablando en voz baja al oído de Willow.

Tragando saliva, Willow se sentó un poco más derecho y


asintió. ―Voy a hacer mi mejor esfuerzo.
―Eso es todo lo que pido. ―Blaise miró a la pantalla y frunció
el ceño―. De estos cuatro sólo están sus nombres en la lista.

―Tiene sentido, ―susurró Willow―. Yo no tengo un apellido


tampoco.

Reconocer ese hecho dolía mas de lo que debería. Tanto había


sido tomado de él en su vida, incluso algo tan simple como un
nombre.

Aclarándose la garganta, Blaise parecía que quería hacer algún


comentario sobre la falta de un apellido de Willow, pero Willow
negó con la cabeza, no quería hablar de ello. ―Cada cosa a su
tiempo. Dame los nombres.

Asintiendo con la cabeza una vez, Blaise se volvió hacia el


ordenador y empezó a leer. ―Kendall, Aslen, Jory y Galen.
127
El corazón de Willow se desplomó a la boca del estómago, y
sintió que se iba a desmayar. Conocía esos nombres. Todos y cada
uno de los hombres que Blaise había leído de la lista, él los conocía.
―Jory es sólo un niño, ―susurró mientras las lágrimas se
agrupaban en los ojos y se desbordaban rodando por sus
mejillas―. Es tan joven que aún recuerda a su familia, su
cumpleaños, y lo que era antes de convertirse en un esclavo. Tuvo
su décimo octavo cumpleaños justo antes de que fuera secuestrado
y colocado en el establo con los otros cautivos.

―Shh, ―susurró Cole mientras recogía a Willow en sus brazos


y le acariciaba la espalda―. ¿Cómo lo sabes, bebé?

―Todos eran siervos de la Ama Glenna.

Cole se sentía tenso en torno a él, pero estaba tan perdido en


su propia miseria que no sabía qué hacer para consolar a su
compañero. ―Lo siento.
―Basta ya, ―ordenó Cole―. No es tu culpa.

La mano de Blaise se posó sobre su hombro, apretando


suavemente. ―Bebé, ¿no te acuerdas de nada sobre la parte
exterior de la casa? ¿Había una gran cantidad de árboles? ¿Tenía un
montón de nieve? Tal vez había un lago o un estanque.

Willow movió la cabeza rápidamente, empujando su cara aún


más en el cuello de Cole. ―No vi el exterior.

―¿Ni siquiera a través de una ventana? ―Cole sonaba


consternado, pero Willow no entendía por qué.

―Me alojé en el sótano con los demás a menos que se me


necesitara.

―¿Necesitaran cómo? ―Preguntó Blaise, la tensión era 128


evidente en su voz.

―Servir a la casa, por supuesto.

―¿Para limpiar o cocinar, o algo así? ―Cole sonaba


esperanzado y a Willow casi le dieron ganas de mentir y decir que
sí.

―No, ―sollozó―. Sólo se me permitió salir del sótano cuando


la Ama Glenna requería de entretenimiento para sus hijos y sus
amigos.

―Entretenimiento, ―dijo Cole lentamente, como si no supiera


lo que significaba esa palabra―. ¿Quieres decir... todos ellos...? oh,
mierda.

―Todo este tiempo, ―preguntó Blaise.

Willow asintió con la cabeza, incapaz de formar palabras en


torno a la constricción en la garganta. Él se estremeció, excavando
cerca de Cole cuando Blaise se levantó del sofá y rugió. Un fuerte
estruendo seguido de la explosión de Blaise, y Willow gimió, sin
saber a quién iba dirigida la rabia de su Alfa.

―Blaise, ―dijo Malakai suavemente― cálmate. Esto no está


ayudando, y estás asustando como la mierda a tu pareja.
―Entonces él se acercó y se arrodilló delante de ellos y puso una
mano en la rodilla de Willow.

―Willow, ¿has visto alguna vez a un hombre con la señora?


¿Un marido o amante, alguien que comparta su cama?

―No, ―murmuró Willow mientras fruncía el ceño al vampiro―.


Ella se marchaba a veces, sin embargo. Entonces las camareras nos
colaban comida y nos enseñaban cosas cuando ella no estaba.

―¿Qué pasa con los hijos?―Preguntó Stavion.

Willow se movió fuera del abrazo de Cole para girarse y mirar


129
al líder vampiro. ―¿Qué pasa con ellos?

―Entiendo lo suficiente como para darme cuenta de que


Glenna Cunningham es la madre de Cole. ¿Sí?

―No por elección, ―gruñó Cole.

―Estoy asumiendo que los hijos que viven con ella tendrían un
padre diferente.

Willow asintió. Supuso que era cierto, pero él no entendía lo


que Stavion estaba tratando de preguntar. ―Yo no soy muy bueno
en acertijos, por lo que tal vez ¿ podrías sólo esculpirlo?

Blaise se dejó caer sobre los cojines y se volvió hacia Willow


acunando su cara con sus manos. ―¿Sabes qué apellido tiene
Azeal?

―Oh, sí, eso es fácil. ―Willow sonrió a través de sus lágrimas,


feliz de que por fin podría ser útil―. Azeal Redway.
La boca de Blaise se abrió, y miró a Willow en estado de shock
durante mucho tiempo antes de encontrar su voz. ―¿Stavion?

―Estamos en ello.

―¡Espera! ―Blaise se volvió y miró a Malakai―. Ven aquí.

Malakai parecía confundido, pero arrastró los pies hacia


adelante, hasta que se paró frente a Blaise. ―¿Qué?

Levantándose, Blaise olisqueó el cuello del hombre, sacando


un gruñido profundo de Cole. Willow calmó a su agitado
compañero, rozando sus manos en círculos por encima de su
estómago. No le gustaba que su amante estuviera tan cerca de
cualquier otro hombre, pero no había nada sexual en el acto.

―¿Tú eres parte shifter? ―Preguntó Blaise, cuando por fin


130
terminó de oler a Malakai.

―Sí. ―Las cejas de Malakai se juntaron cuando éste se fue al


lado de Stavion.

―¿Por qué?

―Hueles a Azeal. Manada, pero no del todo.

―Por lo tanto, estamos buscando híbridos, ―preguntó Varik.

―Parece ser que sí.

―Tengo un plan, ―anunció Cole, dejándose caer en el


extremo de la cama.
Blaise se detuvo en el acto de quitarse las botas y le miró de
manera interrogativa.

―Tenemos que encontrar a mi madre antes de que podamos


esperar encontrar a los últimos cuatro cautivos, ¿no?

Frunciendo el ceño, Blaise lentamente se sentó y miró a su


compañero con suspicacia. ―Sí, pero podría estar en cualquier
parte. Stavion está tratando de obtener más información acerca de
Azeal y las casas que posiblemente Cyrus tenía en secreto. Podría
tomar semanas, sin embargo.

―Exactamente, y no tenemos ese tiempo. Aunque Willow fue


secuestrado primero, los demás tienen que haberlo sido poco
después. De lo contrario, no habrían terminado en esa lista. No
entiendo por qué no tenemos más información sobre los cuatro o 131
Willow.

―¿Crees que está ocultando algo?

―No lo sé, pero tengo la intención de averiguarlo. Ahí es


donde entra en juego mi plan.

A Blaise no le gustó eso. No había oído hablar todavía del plan,


pero sabía que no le iba a gustar. Cole tenía ese brillo obstinado en
sus ojos, su mandíbula se estableció con determinación, y todo en
él gritaba que iba a hacer alguna tontería. ―Yo no estoy de acuerdo
con nada, pero déjame oírlo.

―Willow es un shenhari, ¿verdad? Él puede cambiar a


cualquier cosa.

―Sí, en teoría. Sin embargo, todavía se confunde cuando trata


de cambiar a otra cosa que nos sea un gato.

―Bueno, él va a tener que practicar entonces. Cole bajó la voz


e inclinó la cabeza hacia un lado. Blaise imitó la acción, asintiendo
con la cabeza cuando escuchó el suave tintineo de las cacerolas en
la cocina―. Azeal no va a darse por vencido. Volverá por Willow.

―No te estoy siguiendo, Cole. ¿Deseas devolver a Willow a ese


imbécil?

Cole rodó los ojos en exasperación. ―No seas idiota. No te


queda bien. No, lo que digo, es que voy con él.

Sí, Blaise sabía que no le gustaría esto. ―De ninguna manera.


No te vas a poner en peligro así.

―Piensa en ello, ―declaró Cole mientras agarraba la mano de


Blaise y apretaba.

Blaise asintió con la cabeza un par de veces mientras miraba


al suelo y luego volvió a mirar a su compañero. ―Pensé en ello. No 132
va a suceder.

Gruñendo, Cole soltó la mano y se puso de pie, paseándose


por la habitación mientras agitaba los brazos en el aire. ―Si Willow
puede cambiar a un lobo plateado como yo, entonces tal vez
podamos confundir a Azeal. Lo vamos a atraer a donde él quiera y
asegurarnos de que él me secuestra a mí en lugar de a Willow.

―Está bien. ―Blaise se levantó también y se puso delante de


Cole, bloqueando su avance―. Entonces yo lo haré.

―No, eso no va a funcionar, ―Cole le contestó de inmediato―.


Vamos a necesitar a Jackson para esto.

―Espera. ¿Qué? ―Blaise sintió que sus cejas se unían en una


somera V―. ¿Por qué necesitamos a Jackson?

―Nuestro vínculo de apareamiento sólo se extendió hasta


ahora. No tenemos idea de dónde está mi madre ni dónde me
llevará. Tuve la oportunidad de llegar a Jackson a través de miles
de kilómetros. Tengo que ser yo.
―No me gusta esto. Yo realmente, realmente no me gusta.

―Bueno, ¿tienes un plan mejor? ―Cole se puso los puños en


sus caderas y lo miró. Blaise pensó que se veía adorable y
francamente lamible.

Suspirando, Blaise dejó caer su barbilla a su pecho. ―No,


―murmuró.

―Bien. Voy a llamar a Jackson por la mañana.

―Entonces, ¿cómo se supone que vamos a encontrar Azeal?


¿Cómo podemos conseguir que venga a nosotros?

―Ha estado dándole vueltas durante días. No lo he visto, pero


he captado dos veces su olor. He encontrado huellas debajo de 133
nuestra ventana, el otro día, también.

―Está bien, pero ¿cómo hacemos para que vaya adonde lo


queremos?

―No debería ser difícil, ―susurró Willow desde la puerta.

La cabeza de Blaise se alzó, sus ojos se entornaron en la


forma pálida y temblorosa de Willow. ―Cariño, ¿qué pasa? ―Él
caminó hacia su compañero, pero el elfo negó con la cabeza y
señaló al otro lado de la habitación.

―Espero que esto sea donde él quería.

La ventana se rompió hacia adentro cuando Blaise se dio la


vuelta. Azeal se estrelló en la habitación, cogiendo a Blaise
alrededor de la cintura y cayendo los dos al suelo. Antes de que él
incluso hubiera dejado de rodar, el vampiro se separó de él,
arrojándose hacia la puerta mientras Willow gritaba y corría por el
pasillo.
Antes de que Blaise pudiera tan siquiera parpadear, la mano
de Azeal se lleno de piel y garras largas y mortíferas, y extendió la
mano para agarrar a Cole del cuello. Puro miedo bombeaba a
través de las venas de Blaise mientras observaba el corte de las
garras en el cuello lo suficientemente profundo para que la sangre
corriera por la garganta de Cole, su compañero.

―Dejalo ir, ―espetó Blaise, rondando el intruso, en busca de


una oportunidad. Dolor pellizcando en su propio cuello,
exactamente donde las uñas de Azeal se clavaron en la piel de
Cole.

―¡Willow! ―Azeal bramó―. ¿De verdad vas a dejar que mate


a tus compañeros?

―¡Willow, no! ―Exclamó Cole mientras se esforzaba por


respirar. 134
―¡Ocultate, Willow! ―Dijo Blaise, rogando que su pequeño
compañero lo escuchara y saliera de la casa. Toda esperanza huyó,
y el corazón de Blaise atronó en su pecho cuando Willow volvió a
entrar en la habitación, con la cabeza alta y la espalda recta.

―No. Déjalos en paz, y yo iré con vosotros.

―Willow, ―susurró Blaise―. ¡Fuera, ahora!

Willow no le hizo caso, y se centró todavía más en su antiguo


torturador.

―Yo no voy a permitir que les hagas daño. Si me quieres,


entonces deja que se vayan.

Una sonrisa se extendió por el rostro frío de Azeal antes de


que su brazo saliera disparado, con el puño conectó con la sien de
Willow y lo dejo inconsciente de un golpe. Atrapó al hombre antes
de que cayera al suelo y arrastró el cuerpo inerte de Willow por
encima de su hombro.
―Creo que me quedo con los dos. ―Su lengua lamió una línea
húmeda sobre la oreja de Cole, y Blaise miró a su amante
estremecerse de repulsión―. Remy ya tiene un nuevo juguete para
jugar.

Blaise rugió, rasgando la ropa y preparándose a cambiar a


medida que la rabia roja descendía sobre él. ―Voy a matarte.

―Blaise, dejale ir. ―Cole miró directamente a los ojos sin


rastro de miedo mientras empujaba las palabras en la mente de
Blaise―. Llama a Jackson. Voy a proteger a Willow.

―No puedo hacer eso, ―respondió Blaise en voz alta. Nunca


había estado tan furioso en su vida. Caminaría por el infierno para
proteger a sus compañeros, y trituraría a cualquiera que fuera tan
estúpido como para interponerse en su camino. 135
―Vamos a hacer esto. Es la única manera de poner fin a esto
de una vez por todas. Consige a Jackson y ven a buscarnos.

Azeal comenzó a moverse hacia la puerta, tirando de Cole


junto con él mientras hundía sus uñas un poco más en la carne de
Cole. ―No intentes seguirme, shifter. Voy a matarlos si lo haces.

Blaise los vio salir con facilidad fuera de la habitación, su


corazón roto y su lobo aullando por la venganza. ―Te voy a
encontrar. Estaré allí tan pronto como pueda, bebé. ―Él envió las
palabras a Cole―. Cuida de Willow. Él no va a entender. Les amo. A
los dos.

Esperó varios minutos para dar una respuesta con lágrimas en


sus ojos cuando no recibió ninguna. Parpadeo rápido, sacudió su
miseria y trató de recomponerse. No tenía tiempo para
desintegrarse.

Buceó en la cama, tomó su teléfono móvil de la mesita de


noche y marcó rápidamente, moviéndose con impaciencia mientras
esperaba una respuesta. ¿Cuánto tiempo le tomaría a Jackson
llegar? ¿De verdad tenía de verdad que estar allí? Probablemente
no, pero Blaise sabía que ni caballos salvajes serían capaz de
mantener al niño alejado cuando se enterara de lo de su madre.

―¡Oye, primo! ―Cantaba Keeton en el teléfono―. No me has


llamado desde hace tiempo. Feliz cumpleaños tardío, por cierto. Así
que, ¿has arreglado ya las cosas con tus compañeros?

―Necesito a Jackson, ―exigió Blaise tan pronto como Keeton


dejo de hablar. Debió oírse como que no estaba de humor para un
millar de preguntas porque Keeton no discutió. Blaise sólo podía dar
gracias a Dios por los pequeños milagros.

En cuestión de segundos, Jackson se puso al teléfono. ―¿Qué


pasó?

―Se llevaron a Cole y a Willow. Necesito que me ayudes a


136
encontrarlos.

―¿Quién se los llevó? ¿Quién tiene a mi hermano?

―Tu madre y su descendencia bastarda.

―Espera. ―Pasaron varios minutos antes de que Jackson


volviera a la línea―. Hay un vuelo nocturno que sale en una hora.
Hay una escala en Denver, pero vamos a estar en Sheridan a las
tres de la mañana.

Blaise miró el reloj y se casi se ahogó. Siete horas antes de


que Jackson llegara. Tragándose su dolor, él asintió con la cabeza,
aunque Jackson no podía verlo―. Nos encontraremos en el
aeropuerto. Gracias.

―Tienes mucho que explicar cuando llegue allí, pero ahora


sólo quiero encontrar a mi hermano.

―Te diré lo que quieras saber cuando llegues aquí. No puedo


perderlos, Jackson. Yo simplemente no puedo.

―Cállate. No vas a perder a nadie. Cole es duro, y es


jodidamente inteligente. Estaré allí tan pronto como pueda, y
vamos a recuperarlos.

―No te cabrees conmigo, idiota. Sólo lleguen hasta aquí.

137
Capítulo 14

Los ojos de Blaise se redondearon al ver no sólo a Jackson y


Talon, sino a Xander y Logan también, caminar a través de la
terminal con sus bolsas al hombro.

―No me esperaba a todos ustedes.

―Bueno, de todos modos nos tienes, ―dijo Logan mientras


Blaise le dio una palmada en la espalda―. Keeton esta apto para
volverse loco en estos momentos, por lo que me debes una a lo
grande después de arreglar este embrollo. Realmente no podía
entender a través de todo el chirrido, pero estoy bastante seguro 138
de que voy a estar durmiendo en el sofá por un rato.

Blaise hizo una mueca de simpatía mientras conducía a la


salida del vestíbulo principal y el garaje. ―Lo siento, amigo. ―Un
poco inadecuado, pero en realidad no sé qué más decir. Sí, es una
mierda, pero no era como si hubiera pedido al rubio grande venir. Él
no quería ser un cabron, pero en realidad, sólo era necesario
Jackson.

―Puedo ver lo que está pasando por tu cabeza, y tú estás


equivocado, ―dijo Xander cuando llegaron al coche de Blaise, y
todo el mundo comenzó a arrojar sus bolsas al maletero―. Jackson
puede encontrar a Cole, pero vas a necesitar de todos nosotros
para ayudarlos a salir.

Blaise cerró los ojos y suspiró. Había estado tan concentrado


en la búsqueda de sus amores, que ni siquiera pensó en cómo iba a
traerlos a casa. No es como si pudiera simplemente entrar por la
puerta y pedir que se los entregaran educadamente.
―Tienes razón. Gracias.

―Somos una familia. Es lo que hacen las familias. ―Talon le


golpeó en la parte posterior de la cabeza antes de subir al asiento
trasero con Jackson. Logan se deslizó al lado de su hermano, y
Xander se apresuró a subir al asiento del copiloto.

―Entonces, ¿cómo de lejos estamos de tu lugar? ―Preguntó


Logan.

―No está lejos, sólo son veinte minutos una vez que salgamos
del aeropuerto.

―¿Quieres decirme qué carajo está pasando ahora, o debemos


esperar hasta que lleguemos allí? ―Jackson habló por primera vez
desde que se había bajado del avión, y no sonaba del todo feliz.

―Creo que probablemente debería esperar hasta que


139
lleguemos a la casa. Prefiero que no me golpees mientras estoy
conduciendo.

―¿Qué has hecho? ―Gruñó Jackson.

―Nada, ―le gritó Blaise―. Yo no he hecho nada de nada, ¿de


acuerdo? Me quedé allí y deje que ese hijo de puta se los llevara.

Para su sorpresa, en realidad Jackson resopló. ―Fue idea de


Cole, ¿eh? Esto tiene su huella por todas partes.

―Sí, pero no me has escuchado. Debería haber hecho algo.

―Hombre, déjalo ir. Te lo dije, Cole es inteligente. No se


pondría en peligro sin un plan. Al parecer, yo soy ese plan. Por lo
tanto, vamos a encontrarlo.

―Entonces vamos a pensar en una estrategia para sacar a


todos de allí con vida, ―murmuró en voz baja Talon.
―Todo va a estar bien, ―Xander habló desde su lado―. No es
la primera vez que hemos estado en una situación como esta. Por
lo menos sabemos realmente donde nos encontramos en este
momento.

Un pequeño consuelo, pero Blaise pensó que era mejor que


nada.

―Así que, ¿dónde está Boston?

―Niñera, ―dijeron Xander y Logan al unísono antes de romper


a reír―. Yo creo que no quería correr el riesgo de ver a Malakai de
nuevo, ―añadió Logan en voz baja.

Eso era algo a lo que tenían que hacer frente, pero podría
esperar hasta que tuviera en su domicilio a sus compañeros sanos y
salvos. ―¿Cómo esta Flynn encajando con ustedes?
140
La furgoneta entera resonaba con resoplidos, risas y risitas.
―¿Qué? ¿Qué tiene de malo? ¿No les gusta?

―Oh, nos gusta mucho, ―exclamó Jackson a través de su


risa.

―A algunos de nosotros más que otros.

Mirando al niño en el espejo retrovisor, Blaise alzó una ceja en


cuestión.

―¿Qué significa eso exactamente?

―Esto significa que Boston va a matarlo, ―contestó Talon―.


Ellos han estado a la greña desde que Flynn llegó. Se está
convirtiendo en un verdadero dolor en el culo. ¿Crees que tal vez
pueda volver contigo ahora?

―¿Han pasado casi tres meses y no ha pasado nada? ¿Nadie


ha venido buscándole?
―No, ―suministro Xander.

―Está bien. Voy a encontrar un lugar para reasignar a Flynn.


Vamos a pasar por una crisis a la vez, ¿de acuerdo?

―¡Hey, me gusta el chico!―Dijo Jackson indignado―. Es


Boston quien no puede conseguir sacar la cabeza de su culo.

―¿Qué es lo que le pasa a Boston con Flynn? ―Blaise había


hablado con el irlandés en varias ocasiones, y siempre parecía estar
animado y jovial. No creía que el hombre se negara a conocer a
alguien nuevo. Cualquier persona que se reunía con él, al instante
lo adoraba.

―Él es compañero de Boston, ―cacareó Jackson, y la cabina


estalló en risas de nuevo. 141
―¿No era Malakai el compañero de Boston?

―Tú tienes dos, ¿no? ―Preguntó Logan.

Blaise soltó un bufido y sacudió su cabeza asintiendo. ―Buen


punto.

Willow gimió cuando se giró sobre el suelo de piedra dura. Los


olores, la humedad, los sonidos suaves de goteo de agua le dijo
donde estaba antes de que él abriera los ojos. La memoria de las
garras de Azeal perforando el cuello de Cole le asaltaron y sus ojos
se abrieron de golpe mientras se incorporaba para sentarse,
desesperado por encontrar a su compañero.

Se tambaleó un poco, agarrando su cabeza cuando el mareo lo


invadió. Se quedo inmóvil por un momento con la esperanza de
recuperar algo de su equilibrio, sintió una mano tocar de repente
con dedos suaves su mejilla.

―Hey, bebé. ¿Cómo te sientes?

―¿Cole? ―Willow giró la cabeza, silbando con el dolor


punzante que sintió en la sien y el cuello.

Los delgados brazos de Cole llegaron a través de los barrotes


que los separaban, acariciándolo mientras sonreía con tristeza.
―¿Estás bien? Déjame ver tu cuello. ¿Me necesitas para curarte?

―Silencio, cariño. Estoy bien, ―susurró Cole―. Vamos a estar


bien. Blaise vendrá por nosotros.

―¿Y si no nos encuentra? ―Willow expresó su mayor temor―. 142


Nunca quise volver a este lugar, pero con mucho gusto me quedaría
si te dejaran ir.

―Nada de eso. Los dos saldremos de aquí. ¿Recuerdas cuando


estábamos en el establo, y tenía que cambiar a veces para poder
hablar con mi hermano?

Willow asintió lentamente. ―¿Vas a hacer eso ahora? No sé si


eso es una buena idea, Cole. ¿No tienes que estar dormido?

―No siempre. Ya han pasado unas cuantas horas. Estoy


seguro de que Jackson está en camino ahora. Cuanto más cerca
está, más fácil será para mí que me oiga. ―Continuó acariciando la
cara y el pelo de Willow mientras hablaba―. Voy a cambiar y tratar
de llegar a él, ¿de acuerdo?

―Tengo frío, ―susurró Willow mientras cerraba los ojos y


frotaba la mejilla contra la palma de la mano de Cole―. Siempre
hace tanto frío aquí.

―Willow, quiero que me escuches.


Abrió los ojos y lentamente levantó la cabeza, mirando a Cole
a sus ojos. Apenas podía ver a su compañero en la luz tenue y
vacilante de las velas, pero pudo ver la expresión del rostro de
Cole, y no le gustó.

―Quiero que cambies, ¿de acuerdo? Cambia a algo pequeño


que pueda caber a través de los barrotes, y luego intenta encontrar
una salida.

Willow comenzó a sacudir la cabeza, la garganta le ardía en su


esfuerzo por contener las lágrimas. Cole cogió la barbilla y le
sostuvo la cabeza inmóvil mientras continuaba. ―Una vez que
estés fuera, solamente corre. Yo se qué tan rápido eres. Sólo tienes
que correr hasta que encuentres un lugar con un teléfono y llamar
a Blaise. Él vendrá por ti.

―No te voy a dejar aquí, ―susurró Willow.


143
―Escúchame, ―exigió Cole― me desmayé en el camino. No
sé dónde estamos. Te necesito para encontrar a Blaise y traerlo
aquí. ¿Entiendes?

―No puedo. No lo puedo hacer. Yo no soy valiente como tú o


fuerte como Blaise. ¿Qué pasa si me atrapan? ¿Qué pasa si me
pierdo?

―¿Recuerdas cuando fuimos a comprar el árbol de Navidad?

Willow frunció el ceño confundido, pero asintió con la cabeza.


¿Qué demonios tiene un árbol de Navidad que ver con todo esto?

―¿Recuerdas cómo la ciudad se iluminó entera por la noche?

Willow asintió de nuevo, todavía sin entender adonde quería ir


Cole.

―Sólo tienes que seguir las luces, bebé.


―¿Por qué no salgo y consigo las llaves? Podemos irnos
juntos, ―dijo Willow esperanzado.

Cole sonrió, pero parecía un poco triste. ―Soy demasiado


grande. Me van a ver. Puedes hacer esto, Willow. Sé que puedes,
pero tienes que darte prisa, ¿de acuerdo?

Sacudiendo su cerebro intentando encontrar otra solución que


no implicara dejar a su compañero, Willow finalmente suspiró
derrotado y dejó caer su cabeza. ―Te amo, Cole.

―Te amo, también, Willow. Ahora vete. ―Cole le besó los


dedos antes de presionar los labios de Willow.

Agarrando las manos de Cole por un momento y colocando un


suave beso contra sus dedos, Willow se trasladó a la mitad de su 144
jaula y cerró los ojos, pensando en algo pequeño que pudiera pasar
a través de los barrotes y sacarlo de la casa. Una vez que el cambio
fue completo, abrió los ojos y salió de debajo de su ropa, mirando a
su compañero y cantó.

Cole se rió entre dientes, llegando a través de los barrotes de


nuevo para acariciar la parte superior de la cabeza. ―Muy bonito,
pequeño gorrión. Voy a tratar de llegar a Jackson. ¿Te acuerdas del
número de Blaise?

Willow pensó en los números que Cole le había enseñado hace


semanas y chirrió. Estaré de vuelta tan pronto como pueda.

―Vuela seguro, ―susurró Cole.

Cole esperó a que su compañero saltara a través de los


barrotes y se diera a la fuga hacia el techo, pasando a través de un
pequeño agujero que había en este y por el que se colaba un
chorro estrecho de la luz de la luna antes de que rápidamente se
despojara de sus ropas y cambiara. Acurrucándose en un rincón
oscuro de su jaula, cerró los ojos y trató de despejar su mente.

No podía ver mucho más allá de su pequeño círculo de luz,


pero podía oír pasos en la esquina y los sonidos amortiguados de
pies diminutos contra el suelo de piedra. Ignorando los sonidos,
anuló su mente de todos sus pensamientos, excepto Jackson. No
fue una tarea fácil, pero al final una calma pacífica se apoderó de
él, y su cerebro cansado se acomodó en una nada oscura.

―Jackson? ¿Puedes oírme?

―Estoy aquí, hermanito.

Cole suspiró mentalmente, agradecido de que podía contar con


145
Jackson.

―Ya basta, idiota. Todavía soy mayor que tú.

―Y sigues siendo un enano. Trata con eso.

―¿Dónde estás?

―Aterrizamos en Sheridan hace una media hora. Estamos en


la casa.

―¿Qué te tomó tanto tiempo?

―Quería hacer que Willow saliera de aquí primero. ¿Quién


está contigo?

―Todo el mundo excepto Boston, Keeton, y Braxton. ¿Dónde


está Willow?

―Lo envié para encontrarte. Es un shenhari, Jackson. No vas a


creer lo que ese pequeño elfo puede hacer. Cambio en un gorrión y
salió volando a través de un agujero en el techo. Él está tratando
de encontrar ayuda ahora.

―¿Dónde estás? ¿Y qué es esta mierda de mamá?

―No sé dónde estoy. El gilipollas que nos llevó me pegó en la


cabeza y perdí el conocimiento como un gatito. Me desperté en una
jaula en algún sótano. Yo no sé ni en qué dirección fuimos.

―No eres de gran ayuda, ―dijo Jackson en torno a un


bufido―. Entonces, ¿qué pasa con mamá?

―Voy a explicarte lo que yo sé más tarde. Te necesito para


encontrar a Willow. Por favor, Jackson. Está tan asustado.

―Manténte a salvo, Cole. Quédate en forma de lobo durante 146


todo el tiempo que puedas. Si alguien va a por ti, muerde sus
bolas.

―No hay problema. Así que mi compañero…

―Lo vamos a encontrar, y luego vamos a ir por ti. No seas


tonto y tratar de no hacerte el héroe. Espera la ayuda.

Rompiendo el vínculo, Cole abrió los ojos y miró alrededor de


su húmeda prisión. Descansando su cabeza sobre sus patas, vio la
llama del baile de la vela, el envío oraciones para que Willow llegara
de forma segura, y la ayuda llegara antes de que alguien
descubriera su desaparición. O antes de que decidieran que Cole
sería un reemplazo excelente.
Capítulo 15

―¿Que Willow hizo qué? ―Gritó Blaise―. ¿Dónde está? ¡Tengo


que encontrarlo! ―Corrió por toda la habitación, sin saber siquiera
lo que estaba buscando hasta que encontró las llaves del coche en
el mostrador de la cocina. Se volvió para dirigirse hacia la puerta
principal y chocó con Logan.

―Muévete, ―gruñó.

―¿Te calmas de una puta vez? ―Logan lo agarró por los


hombros y lo sacudió con rudeza―. Tío, eres un cazador. Sabes que
no puede ir allí tanto como yo sé que te mueres por jugar al 147
caballero blanco.

―Cole dijo que Willow está intentando encontrarnos. Creo que


tenemos que quedarnos aquí hasta que sepamos algo de él, ―dijo
Jackson.

―Pero él está ahí solo, ―murmuró Blaise―. Es tan pequeño.


¿Y si le pasa algo?

―Sólo cálmate. No sirve de nada alterarse hasta que sepamos


algo. ―Xander sacó una silla de la mesa y se volvió hacia él
sentándose a horcajadas―. Todos tenemos compañeros, hombre.
Sabemos por lo que estás pasando. Tenemos que tener un plan, sin
embargo.

―Es fácil para ti decirlo cuando tus compañeros están en casa


y seguros, ―se quejó Blaise. Jamás se perdonaría si algo le sucedía
a Willow o a Cole. Necesitaba a sus compañeros más de lo que
necesitaba el aire. Infiernos, sus compañeros eran el aire que
respiraba. Él se asfixiaría bajo un manto de miseria si los perdía.
―Sí, porque fue fácil ver a Braxton tirado en el suelo con una
herida de bala cuando su gilipollas ex-novio le disparó. ―Gruñó
Xander antes de serenarse de nuevo―. Nunca olvidaré ese día
mientras viva. Nunca voy a olvidar lo que se siente al creer que lo
perdía.

―O la sensación cuando era Keeton en que estaba en el


hospital inconsciente y sangrando, sin saber si su pequeño cuerpo
sería capaz de combatir la infección del ataque de un demonio.
―Logan entrecerró los ojos a Blaise―. No, no me es posible
imaginar lo que estás pasando.

―O que tu compañero se desmaye cuando su corazón falló,


―susurró Jackson mientras miraba a Talon con lágrimas en los
ojos―. No quiero volver a sentir eso de nuevo.

Talon tiró a Jackson hacia él, abrazándolo con fuerza mientras


148
le acariciaba el pelo. ―O ver a tu impetuoso compañero ir a la
batalla y saber que no puedes hacer nada para detenerlo,
―murmuró Talon mientras acariciaba su mejilla contra la parte
superior de la cabeza de Jackson.

Mirando alrededor de la habitación, mirando a los ojos de cada


hombre a su vez, Blaise se sintió de unas tres pulgadas de alto.
―Lo siento.

―Lo sabemos, ―contestó Logan inmediatamente―. Estamos


aquí para ayudar, sin embargo.

―Entonces, eso es lo que vamos a hacer, ―añadió Jackson.

La sala quedó en silencio, cada uno perdido en sus propios


pensamientos, cuando un suave gorjeo llamó su atención sobre la
ventana de la cocina. Dándose la vuelta, Blaise sonrió al pequeño y
lindo gorrión que estaba encaramado en el alféizar, la luz sobre el
fregadero brillaba en sus plumas.
―Blaise, abre la ventana, ―dijo Jackson con entusiasmo.

―¿Qué? ―Se rió Blaise y sacudió la cabeza―. Es un bicho


pequeño y lindo, pero no quiero un pájaro en la casa.

―Haz eso. ―Jackson corrió y abrió la ventana, sosteniendo su


mano y sonriendo como un tonto cuando el pajarito saltó
directamente a su palma. Cerro la ventana con la otra mano para
protegerse del frío viento de febrero, llevó el gorrión a la isla de la
cocina y lo posó suavemente―. Es bueno verte de nuevo.

Blaise rodó los ojos. El chico obviamente había perdido su


mente.

―Jackson, es un maldito pájaro.

El gorrión saltó alrededor para mirarlo, girando su cabeza a un 149


lado y luego al otro antes de que comenzara a cantar a mil por
hora. En cierto modo le recordaba a Willow. Entonces la proverbial
bombilla sonó en su cabeza, y se apresuró a la isla, cogiendo al
pajarillo en ambas palmas y besando la parte superior de su
cabeza. Arrodillándose con cautela en el suelo, colocó al gorrión en
las baldosas.

―Te extrañé, bebé, ―dijo mientras su cabeza daba vueltas


con alivio―. Realmente necesito abrazarte, pero te voy a aplastar
tal y como estas.

―Eres un idiota, ―dijo Willow en su cabeza―. ¿Cómo pudiste


no saber que era yo?

Aturdido con alivio, Blaise se rió, golpeando a su compañero


en el pico.

―Voy a lavar los platos por un mes. Sólo tienes que cambiar
de nuevo, por favor.

Metiendo la cabeza bajo el ala, el pajarillo comenzó a crecer,


cambiando mucho más rápidamente de lo que Blaise había hecho
nunca, hasta que Willow se arrodilló frente a él, sonriente y
desnudo. Quitándose la camisa por la cabeza, Blaise se la puso a su
compañero antes de que prácticamente sacudiera al hombre en su
regazo.

―Yo lo hice, ―susurró Willow emocionado―. Lo hice, Blaise.


¡Te encontré!

Blaise tenía aplastado a Willow, salpicando besos por toda la


cara y la cabeza. ―Lo hiciste, bebé. Fuiste muy valiente e
inteligente. Estoy orgulloso de ti, cariño.

Willow echó los brazos alrededor del cuello de Blaise y lo


apretó antes de dejarlo ir y salirse de su regazo. ―Tenemos que
rescatar a Cole, ―anunció a la habitación. Blaise realmente se
estremeció ante la furia en la voz de su compañero. 150
―Vamos por él. ¿Puedes mostrarnos dónde está?

Willow se volvió y asintió con entusiasmo. ―Cole dijo que


intentara llegar a un teléfono y llamarte, pero yo quería
encontrarte. ―Willow se encogió de hombros inocentemente―. No
lo sé. Podía sentir lo preocupado que estabas por Cole y por mí.
Cuanto más cerca estaba de aquí, más fuerte lo sentía.

Blaise besó los labios de Willow, demorándose un poco más de


tiempo en la sensación. ―Has hecho algo asombroso. Ahora, vamos
a ir por Cole.

―¿Por dónde? ―Preguntó Jackson mientras agarraba la


chaqueta de una de las sillas de la cocina.

―Uh... ―Willow pareció confundido por un momento antes de


que su expresión se aclarara y señaló la ventana por la que
acababa de entrar―. De esa manera.

―Vamos a cambiar e ir por el bosque, ―dijo Blaise


inmediatamente―. Voy a llamar a Stavion, y a sus ejecutores
pueden seguir nuestro rastro.

―No es lejos, ―Willow miró hacia arriba―. Yo estuve muy


sorprendido de que fuera tan cerca.

―Creo que te estás olvidando de un hecho un poco


importante, ―habló Xander mientras se levantaba de su asiento―.
No podemos cambiar, ―indicó alrededor de la habitación a sus
hermanos de manada― a menos que ellos permanezcan aquí.

―Yo creo que si puedes.

―Explica, ―exigió Talon, siempre impaciente.

―¿Recuerdas cuando Willow sanó tu corazón?

―Sí. ―La cara de Talon se suavizó mientras miraba a Jackson


151
y luego a Willow―. Nunca voy a ser capaz de pagártelo, ―dijo en
voz baja―. Gracias.

Willow sonrió a su vez, sus mejillas se ruborizaron, el color


abriéndose camino hasta la punta de sus orejas ligeramente
puntiagudas.

―Bueno, ni Willow, ni Cole, ni yo necesitamos estar equipados


con camisas de fuerza.

―Así que, ¿cuál de ustedes es un Moonlighter?

―Sabes que yo no lo soy, ―dijo Blaise con una sonrisa


socarrona―. Tampoco lo es Cole. Y acabo de ver que Willow
tampoco.

―Sí, Cole dijo que es un shenari. Eso es cool, hombre.

―Espera un minuto. ―Xander agitó sus manos alrededor para


llamar la atención de todos―. ¿Cómo es eso posible?
―Tengo una teoría, ―comenzó Blaise pero fue interrumpido
cuando todo el mundo se quejó, incluyendo a Willow.

―¿Podemos cortar por lo sano, bebé? Realmente me gustaría


traer a casa a Cole para poder dormir. Volar es agotador.

―Está bien. ¿Y si todo el mundo solamente confía en mí, y


podemos probar mi teoría, cuando Cole este seguro?

―Si tú lo dices, amigo. ―La chaqueta de Jackson cayó al suelo


y comenzó a despojarse de sus ropas―. ¿Puede alguien decirme si
mi madre es la víctima o el malo?

―Lo siento, Jackson, ―dijo Willow en voz baja―. Ella es


definitivamente uno de los chicos malos.

Jackson se encogió de hombros y empujó sus pantalones al


152
suelo cuando todo el mundo hizo lo mismo y empezaron a
desnudarse. ―No la he visto desde que tenía ocho años. Si ella le
hace daño a mi hermano, la matare yo mismo. ―Entonces él acabó
desnudándose y se arrodilló en el suelo―. Vamos a hacer esto.

Cole se despertó de un sueño inquieto cuando oyó el sonido de


raspado de metal contra metal. Su nariz tembló, arrugándose por
los olores que impregnaban su pequeño espacio. Resolviendo abrir
los ojos, vio a Azeal y un hombre que se parecía mucho a él en
cuclillas delante de su jaula abierta.

―Vamos, pequeño cachorro. Levántate y brilla, ―cantó


Azeal―. Remy quiere jugar contigo.

―No me dijiste que era un shifter, ―murmuró Remy―. Sabes


que me gustan los pequeños.

―Oh, él es un hombre pequeño hermano. ¿No eres tú un


pequeño cachorro?

Al abrir los ojos por completo, Cole levantó la cabeza, tirando


de sus labios hacia atrás sobre sus dientes y gruñó. Si el idiota lo
llamaba "cachorro" una vez más, iba a perder su huevo izquierdo.
Azeal rió, metiendo la mano en su jaula para agarrarlo, y Cole se
abalanzó hacia delante, hundiendo sus colmillos en la parte carnosa
del antebrazo del hombre.

Azeal gritó, agitando el brazo mientras trataba de quitarse de


encima la mordaza de Cole. ―Quitame al pequeño cabrón de
encima, ―le ordenó a su hermano.

Remy se apresuró a ayudar, metiendo el brazo en la jaula para 153


aplastar a Cole. Si hubiera sido capaz de reírse en su forma de
lobo, lo habría hecho.

Soltando su agarre del brazo de Azeal, se volvió hacia Remy,


dándole el mismo tratamiento que le había dado a su hermano
mordiéndole el brazo hasta el hueso.

Remy gritó, tirando del brazo hacia atrás y desgarrándose los


tendones antes de que arrancara mano de la boca de Cole. ―Ve a
buscar la pistola de dardos y el látigo. Creo que alguien tiene que
aprender una lección de modales.

Azeal sonrió maliciosamente antes de saltar a sus pies y correr


fuera agarrándose su brazo sangrante con la otra mano. ―Deberías
haberte portado mejor, ¿eh, cachorro? ―Remy miró de reojo
mientras dejaba caer su culo redondo delante de la abertura de la
jaula y sólo lo observaba.

Cole no tenía miedo al látigo, bueno, no mucho. No le gustaba


como sonaba lo de la pistola de dardos, sin embargo. Necesitaba
tener todos sus instintos alertas, y los tranquilizantes no eran la
manera de hacerlo. Peor aún, si le administraban innividores, se
vería obligado a cambiar de nuevo a su piel humana y perdería las
armas de sus colmillos y garras. Lo sabía porque su padre había
sido el que desarrollo la droga. Por otra parte, si los tranquilizantes
lo noqueaban, lo cual era lo más probable se quedaría aún más
desamparado.

Él todavía se debatía sobre lo que sería peor, cuando un dardo


le dio en la mejilla, pasando muy cerca de su ojo y enviando rayos
de dolor a través de su cara. Aullando y lloriqueando, pateó el
pequeño dardo, tratando de sacarlo de su mejilla mientras los
hermanos se rieron y aplaudieron.

Tardó sólo unos segundos en empezar a sentir los efectos de


los tranquilizantes. Sus miembros se sentían entumecidos, su
cerebro estaba difuso, y dejó caer los párpados fuertemente. Se
tambaleó hacia adelante un paso, luego dos, y luego se dejó caer al 154
suelo inconsciente.

Willow se elevó por el aire, un águila era su forma elegida esta


vez, mientras los otros corrían por el suelo congelado detrás de él.
El viento frío azotaba su rostro mientras se sumergía y remontaba,
dando vueltas atrás algunas veces, cuando había llegado
demasiado lejos por delante de la manada. Al hombre, realmente le
gustaba volar. Era sexual y dulce como un brownie de chocolate,
todo en uno.

Él sólo había empezado otra espiral hacia arriba cuando un


calor enfermizo quemó en su espalda, lo que le hizo caer varios
metros por el aire antes de que fuera capaz de sostenerse. El dolor
llegó una y otra vez, rápido y brutal, hasta que no tuvo más
remedio que descender o arriesgarse a caer del cielo.
Un grito fuerte y doloroso llenó el aire de la noche, y Willow
miró justo a tiempo para ver tropezar a Blaise antes de caerse a un
lado y aullar de angustia. Aterrizando en el suelo al lado de su
compañero, Willow le dio un pellizco con su pico.

―Cole está herido. ―Incluso en su cabeza, Willow podía oír a


Blaise jadeando por el ataque de dolor.

―Lo sé, pero estamos casi allí. Bloquealo hacia fuera. Solo nos
falta cruzar la siguiente colina.

Blaise tomó un par de respiraciones profundas y


laboriosamente se puso en pie. ―Muéstrame el camino. Nos
estamos quedando sin tiempo.

Willow cerró los ojos y extendió sus grandes alas cuando la


magia brillaba sobre él, transformándolo en el leopardo que había 155
usado para aterrorizar al ejecutor, Raven. Una vez que había dejado
de tratar de forzar los cambios y dejar que sucediera naturalmente,
se habían vuelto tan fáciles de hacer como respirar.

Ronroneó suavemente, frotando la cabeza debajo de la barbilla


de su compañero antes de alejarse y lanzarse corriendo a través de
los árboles.

Corrió como si la muerte le mordiera los talones, conduciendo


a los que estaban detrás de él. La ondulación de dolor ardiente
continuó en su espalda, pero él la apartó, disminuyendo su
velocidad en la cima de la ultima colina hasta que se detuvo.

La manada se reunió alrededor de él, respirando pesadamente


por el esfuerzo, y mirando la casa grande de ladrillo en la parte
inferior del terraplén. Al frente del grupo, Willow bajó por la
pendiente, llegando hasta la casa y se preparó para librar cualquier
batalla si eso era lo que se necesitaba para rescatar a su
compañero.

―Hay puertas que dan al sótano en la parte trasera de la


casa. No sé si están bloqueadas o no.

―Vamos a encontrar una manera de entrar ―Blaise le


aseguró―. Lo que sea necesario, vamos a encontrar una manera de
entrar.

156
Capítulo 16

Mordiendo su labio hasta probar la sangre, Cole se negó a


hacer ningún sonido cuando el aguijón afilado del látigo de cuero
rompió contra su espalda desnuda. Se había despertado aturdido y
confuso, con las manos atadas con una cuerda y colocado sobre un
gancho que colgaba de las vigas. Sus pies apenas rozaban el suelo,
y los músculos de los brazos y los hombros le dolían y gritaban en
protesta.

―Grita para mí, cachorro, ―se burló Azeal cuando el látigo


rompió, cortando a Cole de nuevo―. No te voy a defraudar si gritas
para mí. 157
La siguiente bofetada del látigo le llegó por el culo,
envolviéndose alrededor de su muslo y omitiendo su saco por
meros centímetros. Sin embargo, se negó a gritar mientras se
hundía sin fuerzas contra sus ataduras. Sangre y sudor mezclados,
chorreando por su cuerpo haciendo un charco en el suelo debajo de
él.

Pasos amortiguados se acercaron y una gran mano callosa


alisó sobre su piel maltratada, deslizándose sobre su cadera antes
de tomar su culo y apretarlo bruscamente. ―Tal vez podamos
encontrar otra manera de hacerte gritar, pequeño cachorro.

El miedo se alojó en su garganta, cortando su suministro de


aire, cuando Cole luchó contra el contacto no deseado,
balanceándose en el gancho mientras pateaba débilmente a su
atacante, intentando alejarlo. Nudillos duros le golpearon en la
mejilla, poniendo fin a su intento de liberarse y por último y por
sorpresa un grito de dolor salió de él.
Remy hizo un gesto con un dedo en su cara, sonriendo
maliciosamente mientras su mano se deslizaba por el pecho y los
abdominales de Cole.

―Eres agradable, cachorro bonito.

―Blaise te va a matar, ―murmuró Cole―. Él va a sacar tus


pelotas a través de tu garganta y a usarlas alrededor de su cuello.

―¿Tu compañero Alfa? ¿Él que dejó que te secuestrara sin


hacer nada? ―Azeal miró de reojo hacia él―. Él no va a venir por
ti. Él no te quiere, cachorro. Tú eres nuestro ahora.

Las manos Azeal comenzaron a vagar por su cuerpo una vez


más, y Cole sintió que se le revolvía el estómago de asco. Trató de
aferrarse a la convicción de que Blaise vendría por él, a rescatarlo,
pero una pequeña parte de su cerebro se opuso a la esperanza. 158
Había tantas cosas que podrían salir mal. ¿Qué pasaba si
Willow se había perdido y no había sido capaz de advertir a Blaise?
Oh, Dios, ¿qué pasa si Willow había sido capturado, y él todavía
estaba dentro de la casa en alguna parte?

El pánico burbujeó dentro de su pecho, y Cole comenzó a


sacudir y tirar de su cuerpo, tratando desesperadamente de
liberarse.

Tenía que salir de aquí y encontrar a Willow. ¿Por qué había


sido tan estúpido para enviar a su pequeño compañero por su
cuenta? Le había parecido una buena idea en ese momento, pero
ahora Cole se sentía como el idiota más grande del mundo.

Las manos de Azeal y las de Remy estaban por todas partes,


deslizándose sobre su piel mientras hacían gruñidos apreciativos.
Se lamieron los labios, sus ojos lo devoraban, y sus dedos viajaban
más y más.

―No me toques, ―gruñó Cole. Sólo sus compañeros tenían el


derecho de tocarlo de esa manera. Él prefería sentir el dolor
penetrante del látigo que tener que soportar su contacto por un
segundo más.

―Oh, vamos a tocarte en muchos lugares. ―Azeal apretó el


culo de Cole, amasando los músculos y tirando de las mejillas
redondeadas separandolas. Cole se echó atrás, con lo último que le
quedaba de su fuerza para dar un golpe sólido al estómago de
Azeal. Si iba a morir, moriría con su dignidad intacta.

Azeal gruñó y se tambaleó un paso hacia atrás. ―¡Eres un


cabrón estúpido! ―Rugió. A continuación, un gran puño aterrizó de
lleno en el centro de la espalda de Cole.

El dolor irradiaba de su columna vertebral, extendiéndose por


todo su cuerpo quemándolo con un calor repugnante, nauseabundo.
Cole apretó los ojos cerrándolos y se mordió la lengua mientras 159
luchaba contra el dolor debilitante.

―Ponlo hacia abajo, ―ordenó Azeal cuando le dio a Cole una


palmada en su parte trasera con la mano abierta.

―Quiero saber si este culo es tan apretado como parece.

―Por favor, Blaise. ¿Dónde estás? ―Susurró Cole en su


cabeza. Su fuerza se desvanecía rápidamente, corriendo por su
cuerpo para mezclarse con su sangre encharcada en el suelo. Sabía
que no sería capaz de luchar contra sus dos atacantes. Ni siquiera
tenia la energía suficiente para tener miedo. Todo lo que sentía era
un dolor ardiente en el pecho por la pérdida de los hombres que
amaba.

―Cole, estamos cerca. ¿Puedes oírme? ―La voz de Blaise se


derivó en su cabeza, y Cole se quedó sin aliento en estado de shock
y alivio antes de levantar la cabeza sonriendo maliciosamente.

―Ya vienen, ―cantó, arrastrando las palabras


misteriosamente―. Corran pequeños vampiros. Corran y
escondanse.

―¿De qué estás hablando? ¿Quién viene? ―Preguntó Remy,


incapaz de ocultar el ligero temblor de su voz.

―Cole, ¿estás bien? Sé que estás herido. Por favor habla


conmigo, ―declaró Willow.

―Estoy aquí, cariño. Estoy tan orgulloso de ti.

―Espera, hermanito. Willow va a derretir la cerradura. Sólo


unos minutos más. ―Intervino Jackson cuando Cole se sintió un
poco mareado por todas las voces que nadaban en la cabeza.

Un revés brutal le dio en la boca, azotando su cabeza hacia un


lado mientras Azeal gruñó y siseó. ―Estás jodido hombre
espeluznante. Ya basta. 160
Cole se volvió hacia el vampiro lentamente, sonriendo
mientras la sangre brotaba de su labio partido. ―Corran, ―susurró.

―Azeal, ¿de qué diablos está hablando? ―Tembló Remy,


moviéndose detrás de su hermano y mirando a Cole como si
estuviera poseído.

―¿Qué pasa con él?

―Nada, ―escupió Azeal―. Está tratando de volvernos locos.

Una fuerte explosión resonó en el otro lado del sótano


mientras las puertas de este se abrían, bañando con la luz de la
luna las paredes de cemento.

Un enorme lobo negro barrió a través de la abertura, saltando


por los escalones y corriendo a toda velocidad por la habitación
mientras salvajes gruñidos emanaban de sus labios. Cole nunca
había visto un espectáculo más hermoso de su vida.
―Corran, ―repitió él con una sonrisa desagradable cuando
Blaise voló por el aire, tirando a Azeal al suelo.

Un lobo blanco surgió, seguido de cerca por dos elegantes


leopardos de las nieves. Cole sabía que uno era Talon y el otro
Logan, pero no podía distinguirlos. Xander entró siguiente, enorme
y casi majestuoso en su forma de tigre blanco. Cada uno de ellos
saltó por encima de las escaleras y merodeaba por la habitación
como una unidad, emitiendo gruñidos, rugidos y ladridos.

Remy chilló de miedo cuando él giró rápidamente y salió


corriendo por la habitación hacia el otro conjunto de escaleras que
lo llevaban a la casa principal. No dio más que unos pocos pasos
antes de que los dos leopardos llegaran hasta el, saltando sobre su
espalda y tirándolo con facilidad.

Jackson estaba junto a Blaise, mirando fijamente el lío 161


espantoso en el que había al que había sido reducido Azeal. Cole no
podía tener ni una pequeña chispa de remordimiento. ―¿Alguien
me puede bajar? No puedo sentir mis manos.

Xander cambió inmediatamente y se apresuró a levantar a


Cole descolgandolo y lo puso cuidadosamente en pie. ―Te ves
como la mierda.

―Me siento como una mierda, ―murmuró Cole sonriéndole


con gratitud.

―Gracias, Xander.

―¿Puedes levantarte? ―Preguntó Xander mientras


rápidamente deshacía el nudo de la cuerda y desenrollaba las
muñecas de Cole.

Cole asintió, frotándose la piel en carne viva. ―Sí, estoy bien.


―Dijo, la mirada en el rostro de Xander tenía un significado oculto
detrás de sus palabras―.¿Por qué lo preguntas?
―Porque alguien está muy ansioso por verte. ―Xander entró a
un lado, revelando a un muy nervioso Willow.

―Creo que puedo manejarlo, ―susurró Cole mientras sonreía


tiernamente a su pequeño compañero―. Tú,ven aquí.

En lugar de lanzarse a los brazos de Cole, Willow se acercó


lentamente, con los ojos rojos e hinchados cuando las lágrimas no
derramadas resplandecían en la luz de la luna. ―Yo te voy a sanar
ahora, ―dijo Willow con firmeza. Él levantó la mano, silenciando a
Cole cuando él abrió la boca para discutir―. Me dejas hacer esto.
―Su voz tenía una determinación que envió una ola de deseo
lavando el cuerpo maltrecho de Cole. Maldita sea, su pequeño elfo
era una bestia sexy.

―Está bien, pero luego te llevare a casa para mimarte. ¿Trato?

Riendo, Willow asintió. ―Trato.


162
―Entonces, ¿qué hacemos con la basura? ―Preguntó Talon
mientras paseaba con ellos en su forma humana, salpicada de
sangre y con una sonrisa de oreja a oreja. Señaló hacia la figura
tendida de Remy en la habitación―. ¿Solamente los dejamos aquí?

Cole se encogió de hombros, completamente indiferente. ―Les


dije que corrieran.

Blaise cerró los ojos, respirando profundamente cuando el


cambio se apoderó de él, transformándolo a su normal de seis pies
con dos4 de altura. Parpadeo de nuevo, miró hacia abajo al cuerpo
inerte de Azeal, luchando contra el impulso de rasgar la garganta
del hombre totalmente y terminar el trabajo.

4
Casi 1'88.
―¿Esta muerto? ―Preguntó a nadie en particular.

―No, ―contestó Talon―. Sin embargo, va a estar jodido


durante algún tiempo. ―Él sonrió ampliamente―. Esto fue muy
divertido. Deberíamos reunirnos más a menudo.

Blaise soltó un bufido, dándole patadas a Azeal en el muslo y


tirando un suave gemido de él. ―Bueno, creo que Jackson se hizo
cargo de este idiota.

―Yo no lo toqué, ―jadeó Jackson después de que él volvió a


su forma humana.

―No, pero sólo míralo.

Todos se volvieron a mirar. Los ojos de Azeal estaban abiertos 163


y vidriosos, mirando hacia el techo como si los secretos de la vida
estubieran escondidos en las vigas. Escalofríos sacudían su cuerpo
de vez en cuando, y una línea delgada de saliva mezclada con la
sangre fluía de manera constante desde la comisura de la boca.

―Oops. ―Rió Jackson.

―Deja de estar inquieto, ―espetó Willow, llamando la atencion


de Blaise hacia él.

―Se siente raro, ―Cole hizo un mohín mientras cambiaba de


un pie a otro. Las manos de Willow flotaban sobre su espalda, un
brillo suave y dorado parpadeo bajo sus palmas, y Blaise vio con
asombro como los cortes en la espalda de Cole empezaron a cerrar
y a cicatrizar ante sus ojos.

―Serías capaz de curarte a tí mismo, pero se necesitaría más


tiempo. ¿De verdad quieres tener dolor en los próximos días?

―No, ―murmuró Cole mirando a Blaise y guiñándole un ojo.


Blaise se puso delante de sus amantes en dos zancadas,
sosteniendo las mejillas en ambas palmas de las manos y solo miró
fijamente.

―No vuelvas a asustarme así de nuevo.

―Lo siento, ―susurró Cole, aunque no se veía ni un poco


arrepentido. Él sonrió suavemente, sus ojos bailando sobre los
labios de Blaise con anhelo.

―Besame.

Cepillando la yema de su dedo pulgar justo debajo del


agrietado labio inferior de Cole, Blaise negó con la cabeza. ―No
puedo.

Willow se interpuso entre ellos, la extraña luz todavía cubría 164


sus manos y apretó un dedo a los labios hinchados de Cole. En
cuestión de segundos, la herida se curó, la hinchazón desapareció,
y Willow dio un paso atrás y se rió. ―Todo mejor. Ahora, besa al
hombre. ―Luego regresó a la curación de las lesiones restantes de
Cole.

―Ya lo oíste. ―Cole sonrió con picardía―. Haz caso al hombre.

Amasando con sus dedos el pelo de Cole, Blaise le tiró hacia


adelante, amando el suave gemido que su compañero le dio en
respuesta. ―Te amo y quiero darte una patada en el culo, todo al
mismo tiempo. ―Luego aplastó sus bocas antes de que Cole
pudiera responder, devorando su boca y reafirmando sus
pretensiones en el hombre.

El beso pareció durar para siempre, haciendo que


desapareciera todo a su alrededor mientras Blaise se deleitó en la
sensación de los labios de su amante debajo de los suyos y la
lengua suave y resbaladiza que se deslizaba dentro y fuera de su
boca.
―Eso es un beso bastante bueno para un hombre auto
proclamado recto, ―murmuró Jackson detrás de ellos―. Creo que
si lo intentan, podrían empujar la lengua un poco más abajo de la
garganta del otro.

Talon se rió entre dientes ligeramente. ―Estás arruinando el


momento, cachorro.

Blaise rompió el beso, descansando su frente contra la de Cole


y respirando con dificultad. ―Sobre todo, creo que sólo te amo,
―susurró.

―Yo también te amo, ―susurró Cole.

―Bueno, está hecho, ―anunció Willow mientras se movía de


pie junto a ellos una vez más―. Ahora, dame.

Cada uno de ellos se volvió para mirar a su amante, y Blaise


165
gimió cuando Willow se envolvió en torno a Cole como una segunda
piel y fundieron sus bocas en un beso abrasador. Realmente
necesitaba salir de allí y encontrar una buena superficie plana y lo
suficientemente grande para los tres. Tenía algunas ideas muy
traviesas sobre cómo dar la bienvenida a sus compañeros a casa.

―Es como el barco del amor de mierda por aquí, ―le susurró
al oído Talon, repitiendo las palabras que Blaise le había dicho sólo
unos meses antes, cuando se enteró del apareamiento de Talon y
Jackson.

―Lo sé. ―Se volvió y levantó las cejas ante Talon cuando
Willow y Cole rompieron el beso―. ¿No es genial?

―Bueno, si todo el mundo está suficientemente babeado ya,


creo que tenemos una pequeña reunión familiar que planificar,
―interrumpió Jackson.

―¿Podríamos tal vez encontrar algo de ropa primero? ―Cole


miró a su polla desnuda, ya que sobresalía entre sus muslos.
―Yo sé que ella es una perra y todo, pero hay algunas cosas
que ni las madres deberían ver.

―Sí, definitivamente no le gustaría ver esto, ―se quejó Willow


mientras se recostaba contra la pared, con las piernas abiertas,
mientras acariciaba su eje rápidamente.

―¡Willow! ―Blaise y Cole gritaron al mismo tiempo.

Willow los miró airadamente, pero dejó su polla llena de


sangre y suspiró.

―Me haces esto a mí cuando llegues a casa.

―Todo lo que quieras, bebé, ―ofreció Blaise mientras sus ojos


recorrieron la habitación en busca de algo para cubrir a su pequeño 166
compañero travieso.

―Entonces quiero joderte.

La atención de Blaise se quebró de nuevo hacia Willow cuando


su corazón trató de subir por su esófago. Oyó varias risas suaves
detrás de él, pero las ignoró mientras su mente trataba
desesperadamente de dar una respuesta a la demanda de Willow.

Willow rió y rodó los ojos. ―Estoy bromeando, Blaise.

El endurecimiento en las esquinas de sus ojos contó otra


historia, sin embargo. ―Hablaremos más tarde, ―ofreció Blaise
antes de pasar a los otros hombres en la habitación―. Es hora de
hacer una visita a Mamita querida.

―¡Oh, hey, espera un minuto! ―Willow salió en un destello,


pasando a todos y saliendo afuera a la noche.

―Wow, es rápido, ―silbó Logan.


―Voy a matarlo, ―gruñó Blaise, corriendo hacia la escalera
para ir detrás de su compañero.

Antes de que diera el primer paso, sin embargo, Willow volvió,


con un bulto de ropa. ―No sé cuánto de esto encajara, pero me di
cuenta que es mejor que nada. Los vi colgado en la cuerda cuando
llegamos antes. ―Empujó pasando a Blaise y dejó caer las prendas
variadas en el suelo.

―Mm, inteligente y bonito, ―murmuró Cole, frotando su nariz


contra el cuello de Willow.

Blaise se quejó, y pasó por encima y golpeó con fuerza a


ambos en el culo. ―Vístanse y traten de comportarse, ¿eh? ―Él
sacó un par de pantalones vaqueros de la pila y tiró de ellos cuando
Willow sacó la lengua, y Cole frunció la nariz.

―Aguafiestas, ―dijeron a coro.


167
―Azeal, Remy, ―una voz femenina llamó desde la parte
superior de la escalera que conducía a la casa―. Dejen de jugar
con ese perro sarnoso y vengan a comer algo. Es casi el amanecer.

Una mujer menuda y esbelta bajaba por las escaleras,


congelándose en la mitad de ellas mientras lo miraba en estado de
shock.

―Hola, mamá, ―dijo Cole con calma.


Capítulo 17

―¿Cole? ―Su madre se quedó boquiabierta mientras le


miraba―. ¿Qué estás haciendo aquí?

―Oh, por favor, acaba de cortar la mierda. ―Jackson dio un


paso adelante para estar al lado de Cole, presentando un frente
unido.

―¿Jackson? Bebé, ¿eres tú?

Jackson levantó los brazos a los costados y se encogió de


hombros. 168
―No queda mucho de un bebé. Supongo que te perdiste los
años de crecimiento.

Glenna bajó corriendo los escalones restantes y se dirigió


hacia ellos, doblando el labio y arrugando la nariz al pasar por el
cuerpo todavía inconsciente de Remy sin decir nada. ―Te he
echado de menos, ―susurró.

Cole levantó la mano, con el estómago revuelto en repulsión.


―Sólo detente. Nosotros no somos niños, madre, y no somos
estúpidos. Honestamente, ¿has pensado en nosotros incluso alguna
vez desde que te fuiste hace tantos años?

―Cada día, me acordé de ti y extrañe. Yo no quería irme,


Cole. No tuve otra opción. Iban a hacerte daño.

―¿Quién? ―Demandó Jackson.

―Cyrus. Dijo que iba a hacerles daño a ustedes y a su padre si


no iba con él.
Cole resopló con fuerza. ―Así es.

―Es la verdad, ―susurró Glenna―. Los amo chicos.

―Entonces, por favor explícame cómo ambos Azeal y Remy


son mayores que yo. Explícame por qué tienen el apellido de Cyrus.

―Es cierto, ―admitió Glenna―. Yo estuve con Cyrus durante


muchos años antes de conocer a tu padre. Él era cruel y vil, y lo
odie cada día que viví con él. Tu padre me ayudó a escapar.
Estábamos tan felices juntos, hasta que Cyrus me encontró otra
vez.

Ella se sorbió los mocos, lágrimas corrían por sus mejillas


redondeadas. Jackson se movió hacia delante, con los brazos
extendidos para abrazar a su madre, pero Cole le detuvo con una 169
mano en el pecho.

―Así que, primero abandonaste a Azeal y a Remy. A


continuación, ¿nos abandonaste a nosotros para volver con ellos?
Algo no cuadra, madre.

Ella se limitó a mirarlo fijamente.

―Tengo alguien que me gustaría que conocieras, ―dijo Cole


inocentemente. Se volvió e hizo un gesto a Blaise para que pasara
adelante―. Madre, este es mi compañero y el nuevo Alfa de la
manada Cloud Peak, Blaise Taylor.

Glenna miró a Blaise de arriba y abajo y lamió sus labios, sus


manos en realidad tiraban como si quisiera tocarlo. ―Es un placer
conocerte, ―murmuró finalmente.

Cole se volvió de nuevo y torció el dedo a Willow, instadole a


que se acercara, dándole una sonrisa tranquilizadora cuando su
pequeño compañero temblaba de miedo.
―Ella no puede hacerte daño, cariño.

Asintiendo con la cabeza, Willow arrastró los pies, agarrando el


brazo de Blaise y ocupando la posición del medio de los dos. ―Y
este es mi otro compañero Willow. Conoces a Willow, ¿no?

Cole vio como sorpresa, ira y odio destelló a través de los ojos
de su madre antes de que ella pegara una falsa sonrisa en su cara
agachando la cabeza a su vez.

―No nos conocemos, me temo. Es un placer conocerte,


Willow.

―Eres una mentirosa de mierda. ―Resopló Jackson desde el


otro lado de Cole―. ¿Qué tal si vamos al grano porque estoy
jodida-mente cansado y sólo quiero largarme de aquí y pretender
que esto no pasó? 170
Glenna se quedó sin aliento, su mano a su boca mientras sus
ojos se llenaron de lágrimas. ―¿Cómo puedes decir eso? He
sacrificado mucho por ti. Te amo, Jackson.

―Por favor, dime qué es exactamente lo que has sacrificado


sobre tu espalda con las piernas en el aire. ―Cole apenas dijo las
palabras de su boca antes de que la mano de su madre saliera
disparada, conectando sólidamente con la mejilla.

Sacudiendo la cabeza y frotándose el aguijón de su rostro,


miró a la mujer. ―Estoy realmente harto de que la gente me de
bofetadas.

―Yo he dicho la verdad. No sé qué más quieres de mí.

―Por lo tanto, los nombres de Kendall, Jory, Galeno y Aslen no


significan nada para ti? ―Preguntó Blaise.

El miedo se apoderó de la cara de Glenna mientras negaba con


la cabeza rápidamente. ―No sé de qué estás hablando. ―Miró a
Cole y a Jackson, y de nuevo una vez más―. Tienes que creerme.
Haría cualquier cosa para protegerlos. Tenía que irme. ―Una
sonrisa suave jugo en sus labios cuando se adelantó para abrazar
Cole―. Te quiero mucho, bebé.

Cole se quedó inmóvil, con los brazos colgando sin fuerzas a


los costados. ―¿Sabes una cosa, mamá?

―¿Qué pasa, Cole? Tú me puede decir cualquier cosa. ―Ella


mantuvo sus brazos alrededor de él, abrazándolo con fuerza.

―No importa cuán dulcemente sean susurras las palabras, no


son nada más que mentiras pronunciadas en voz baja. ―El enojo se
filtró en su voz, traspasó a través de su calmada fachada―. Ahora,
dime dónde están los demás, o tendrás que averiguar cuánto ha
cambiado Jackson desde que te fuiste.

Glenna se echó hacia atrás y lo miró. ―Ustedes no entienden


171
nada, ―le espetó ella.

―Como quieras. ―Cole hizo un gesto con la mano hacia su


hermano.

Jackson empujó los pantalones prestados por las piernas, se


arrodilló en el suelo, y cambió.

Glenna gritó, tropezando hacia atrás mientras su mano se


levantó para protegerse los ojos. ―¡Sáquenlo de aquí! ―Gritó
ella―. ¡Abominación!

―Dinos dónde están los demás, ―dijo Cole peligrosamente―. Sólo


porque no puedes ver, no quiere decir que su magia no le afectará.
―Él chasqueó la lengua dos veces―. ―Te sugiero que recuerdes
rápidamente.

―Fue idea de Roan y de Cyrus, ―exclamó ella, aún


protegiéndose los ojos mientras seguía retrocediendo―. Fuimos
amantes, todos nosotros. El corazón de tu padre se rompió porque
Cyrus nunca podía ver la luz del sol o sentir los cálidos rayos sobre
su piel. Se obsesionó con encontrar una cura.

―¿Una cura para ser un vampiro? ―Resopló Xander.

―Cuando Azeal y Remy nacieron, Roan juró que iba a


encontrar una manera para que nuestros niños jugaran en el sol.

―Así que, ¿dónde encajamos Jackson y yo en todo esto? ―


Preguntó Cole, perdiendo la paciencia con el prolijo relato de su
madre.

―El Consejo comenzó a sospechar de los experimentos de tu


padre. Cyrus organizó que el primer Alfa de la manada Cloud Peak
desapareciera y Roan asumiera el cargo de líder. Estableció una
clínica para que pudiera continuar su trabajo bajo el pretexto de
tratar a la manada. Sabíamos que estábamos siendo observados, 172
por lo que nos casamos, tuvimos hijos, y nos presentamos como
una familia normal y feliz.

―Tienes que estar bromeando, ―murmuró Blaise


airadamente.

―Así que, ¿por qué te fuiste? ―Preguntó Cole, haciendo caso


omiso de su compañero.

―Debido a que Cyrus necesitaba a alguien para cuidar de sus


hijos mientras él trataba de derrocar al Consejo, ―dijo una voz
masculina profunda de las bodegas―. ¿No es cierto, Glenna? Él
necesitaba un portero para niños desobedientes.

―Me alegro de que hayas podido venir, Stavion, ―llamo Cole


al vampiro.

―Bueno, nos dijeron que había una fiesta, y fuimos invitados,


―respondió Demos ya que los cinco ejecutores se presentaron en el
sótano.
―Sabes cómo nos gusta una buena fiesta.

―¿Quién es ese? ―Chilló Glenna, todavía cubriéndose los ojos


con las manos.

Resoplando con exasperación, Cole se volvió hacia su madre y


frunció el ceño. ―Tu historia me rompe el corazón, realmente lo
hace, ―dijo sarcásticamente―. Realmente no me importa una
mierda por qué te fuiste o cómo empezó todo. Sólo quiero saber
dónde están los amigos de Willow.

Jackson trotó hacia su madre y rozó sus piernas, empujando


sus lados.

Glenna gritó, saltando fuera del lobo, cuando comenzó a


temblar. ―El Clan Redway, ―se lamentó.

―¿Has comprobado los silos? ―Preguntó Blaise.


173
―Sí, ―contestó Raven―. Nada, hombre.

―¿Dónde están? ―Repitió Cole cuando Jackson rozó a su


madre.

―Hay una pequeña cabaña en el borde de la propiedad. Por


favor, eso es todo lo que sé.

―Joder, ―respiró Cassius.

―Vamos a echarle un vistazo, ―Stavion les aseguró―. ¿Qué


quieres que hagamos con estos tres? ―Señaló entre Glenna, Azeal,
y Remy.

―Llévelos a la ICPJ, ―ordenó Blaise.

―¿Qué? ¡No! ―Glenna finalmente dejó caer las manos de sus


ojos, mirando a su alrededor frenéticamente―. ―¡No me podéis
detener! ¡Yo no he hecho nada malo!
―Tal vez no, ―murmuró Cole― pero no hizo nada para
detenerlo tampoco.

―Esto apesta. ―Varik pateó el suelo con la punta de su


bota―. Hemos llegado hasta aquí. Ahora tenemos que ir una a esos
viejos tontos en el Consejo Internacional para la Justicia
Sobrenatural.

Envolviendo un brazo alrededor de Blaise, y el otro alrededor


de Willow, Cole suspiró con satisfacción. ―Vamos a casa.

―Estoy agotado, ―murmuró Jackson alrededor de un bostezo, 174


ya que todos caminaban por la puerta de atrás―. Todavía tengo un
millón de preguntas, pero pueden esperar hasta la mañana.

―Quiero saber acerca de esta teoría suya. ―Talon frotó la


nuca de Jackson mientras hablaba con Blaise―. ―Obviamente,
usted sabe más de lo que estás diciendo. Esto tiene que ver con
todos nosotros, y creo que tenemos el derecho a saber.

Blaise levantó las manos en tono exigente de Talon. ―Nunca


dije que era un gran secreto. ―Hizo un gesto hacia la mesa de la
cocina―. Todo el mundo, sientensen, y voy a explicar lo que creo
que está pasando.

Rápidos a cumplir, todo el mundo se hundió en las sillas,


Willow subió al regazo de Cole.

―Creo que ya has probado mi teoría, pero me gustaría probar una


vez más en condiciones más controladas.

Mirando hacia arriba justo a tiempo para ver a sus compañeros


compartir una mirada y los ojos en blanco, Blaise apuntó con un
dedo a ellos. ―No empieces.

―No dije ni una palabra, ―respondió Cole dulcemente―. Por


favor, continúe con su conferencia, profesor.

Blaise les dio una última mirada antes de volverse hacia


Jackson y Talon. ―Necesito que vengas aquí. ―Hizo una seña a
Jackson, a la espera hasta que el hombre se acercó a su lado antes
de señalar a Talon―. Y yo necesito que cambies.

Talon gruñó y se quejó, pero se levantó y empezó a


desnudarse, una vez más antes de arrodillarse en el suelo y
cambiar. ―Está bien, quédate ahí. ―Blaise le dio la espalda al
leopardo y le susurró al lado de la boca de Jackson―. Voy a
besarte. Te prometo que no voy por ti, pero tenemos que vender,
¿de acuerdo?

Jackson miró a su compañero antes de sonreír y asentir. ―Me


175
encanta cuando se pone celoso.

―Bueno, si mi hipótesis es correcta, voy a necesitar calmarlo


de inmediato. Realmente no quiero pasar el resto de mi vida en una
celda acolchada.

―No hay problema. Realmente él es apenas un gato grande.

Blaise se rió sin mucho humor. Él tenía serias dudas de eso.


―Está bien, así que todo el mundo vean que Talon está en su forma
Moonlighter, y yo, Willow, y Cole estamos perfectamente bien.

Esperó a que los hombres a asintieran con la cabeza antes de


tomar una respiración profunda, tirando a Jackson a sus brazos, y
sellando sus bocas. Jackson se apretó contra él, gimiendo como
una perra, y Blaise casi saltó hacia atrás, sorprendido. Joder, el
chico podía actuar.

―Ese es el beso más convincente que jamás he visto, bromeó


Willow en su cabeza.

Al parecer, Talon tenía otras ideas. Un gruñido fuerte llenó la


habitación, por lo que Blaise se estremeció cuando el hielo se
congeló en las venas. Las voces comenzaron a hablar dentro de su
cabeza, apenas murmurando tranquilo al principio, pero cada vez
más fuerte con cada segundo que pasaba. Sintió que sus ojos
comenzaban a estar vidriosos cuando representaciones horribles de
la guerra y la muerte brillaron dentro de su mente. ―Vaya, ―le
susurró a Jackson.

Jackson se tiró al suelo, envolviendo sus brazos alrededor del


cuello de Talon y susurrando algo al oído. El gato se calmó al
instante, ronroneando ruidosamente cuando él acarició contra su
compañero y le lamió la mejilla.

Las voces en su cabeza se desvanecieron, las visiones se 176


desvanecieron, y Blaise sacudió la cabeza para despejar el último
del zumbido de sus oídos. ―Wow. Veo cómo la gente va loca.

Talon cambió de nuevo, marchando hasta Blaise, le dio un


puñetazo en la mandíbula derecha. Entonces él comenzó a vestirse
con calma antes de sentarse en la silla de nuevo tirando de Jackson
a su regazo.

―Se lo merecía.

―Sí, supongo que sí, ―coincidió Blaise―. Pero sí, probé mi


punto.

―¿Alguno de ustedes sintió algo?

Willow asintió. ―Sentí una presión en el interior de mi cabeza.


Algo así como un dolor de cabeza, supongo. Pero estaba viniendo
de ti. Yo personalmente no sentí nada.

―Lo mismo digo, ―coincidió Cole.


―Bueno, al parecer, me estoy perdiendo algo aquí. ―Xander
dijo pasando una mano por su largo pelo negro―. ¿Qué es
exactamente lo que estás diciendo?

―Cuando el ex Braxton perdió la cabeza, estabas enfadado


con él cuando cambiaste.

―Eso es un eufemismo, ―murmuró Xander―. Quería


arrancarle la garganta. Todavía lo hago. Lástima que el hijo de puta
este muerto.

―Y cuando te enfrentaste al demonio Arsidian, estabas


enojado por la razón que sea.

―Nadie jode con nuestra familia, ―coincidió Talon.

―¿Cuando cambio y atacó al Alfa Cunningham?


177
―El dañó a mi bebé, ―susurró Talon y tiró de Jackson para
besar sus labios―. Quería matarlo.

―¿Y en el sótano cuando Jackson estaba de pie sobre Azeal?

―Yo lo odiaba por lo que le había hecho a mi hermano, ―dijo


Jackson lentamente. Blaise casi podía ver las ruedas girando en su
cabeza―. Y Talon estaba enojado cuando me besaste. Así que creo
que ¿nuestra energía gira en torno a nuestra ira?

―Bingo.

―Y nuestros compañeros no se ven afectados porque es


instintivo para protegerlos, ―añadió Logan―. Tiene sentido.

―Bueno, eso es bueno saberlo, pero no cambia nada.


―Xander se levantó de la mesa y se estiró―. Todavía somos parias.
Seguiremos siendo objetos de caza.
Bajando la cabeza, Blaise suspiró. ―Lo sé. Tal vez pueda
hablar con el Consejo y encontrar una manera de difundir lo que
hemos averiguado. A ver si podemos cambiar la percepción de las
personas de nuestra raza.

Xander rodeó la mesa y lo golpeó en la espalda. ―Eres un


buen hombre, Blaise, pero a veces simplemente no puedes ganar.
Creo que esta es una de esas cosas que uno tiene que dejar en
paz.

Jackson también se levantó, estirando sus brazos sobre su


cabeza y bostezando enormemente.

―Vamos, te mostraré dónde dormirán. ―Blaise se rió entre


dientes.

―En realidad, me muero de hambre. 178


Gemidos rodearon la mesa y Talon negó con la cabeza
mientras reía.

―Algunas cosas nunca cambian.


Capítulo 8

―Cole, ¿me puedes ayudar con esta palabra?

Dejando a un lado su propio libro, Cole miró a la página a la


palabra donde los dedos de Willow descansaban. ―Ese parece difícil
porque es mucho tiempo, pero no deja de ser una palabra
compuesta. Recuerda que hablamos acerca de cómo puedes tomar
dos palabras y ponerlas juntas para significar algo más.

Willow asintió mientras su dedo trazó sobre la palabra. Cubrió


la mitad de ella, y una gran sonrisa se extendió por la cara. ―A
través. ―Él movió su dedo para cubrir la otra mitad―. Hacia 179
afuera. A lo largo de.

Besando la sien de Willow, el corazón se Cole se hinchó de


orgullo en la actitud decidida de Willow. Había progresado
rápidamente, comprimiendo a través de los libros para niños y
trabajando duro, no quejándose nunca, ahora estaban comprando
libros en un nivel de lectura de quinto grado. ―Eres muy
inteligente. No puedo creer lo mucho que has aprendido en tan sólo
cuatro semanas.

―Bueno, estoy seguro que las recompensas de mamadas no


tienen nada que ver con eso. ―Willow rió mientras él se acurrucó
aún más en las mantas.

Rodando los ojos, Cole tomó su libro de nuevo y se recostó


contra el cabecero. Las mamadas no había empezado realmente
como recompensa. Él sólo había estado tan emocionado por el
progreso de Willow, que lo había asaltado justo en el medio de la
cocina.
―¿Quién te enseñó a leer, Cole?

―Mi madre. ―Sorprendentemente, la mención de su madre ni


lo enojaba ni lo deprimía. Era como si él hablara de un extraño.

Glenna, Azeal, y Remy habían sido tomado antes por el ICPJ y


acusados de varios delitos contra el mundo sobrenatural. Azeal
tenía una agradable pequeña celda acolchada con una chaqueta
cómoda, equipada con fuerza alrededor de él, por lo que siempre
tendría un abrazo. Glenna y Remy fueron desterrados, enviados a
vivir en la selva de Siberia. Cole sonrió cada vez que pensaba en su
madre congelándose el culo mal apagado en la Federación Rusa.

Los Ejecutores habían encontrado a los amigos de Willow ya


los esclavos, así como los otros treinta y un prisioneros
desaparecidos, encadenados y escondidos bajo la pequeña cabaña
en la propiedad del clan Redway. Malnutridos, medio congelados, y 180
con miedo de su propia sombra, los hombres rompieron el corazón
de Cole. La muerte había sido demasiado indulgente castigo para
Cyrus Redway.

Stavion aún se negaba a reconocer su liderazgo del Clan


Redway. Desde que el aquelarre consistía de sólo veintinueve
miembros, había solicitado al Consejo que se unieran a la Snake
River, Cole tenía la sospecha furtiva que todo iba a estallar en la
cara del vampiro.

―Realmente no me acuerdo de mis padres, ―dijo Willow, con


lo que Cole salió de sus pensamientos.

―¿Qué edad tenías cuando te vendieron? ―Trató de mantener


su voz uniforme y mantener la calma.

―No recuerdo realmente. Creo que tenía cinco años más o


menos. ―Las cejas de Willow se juntaron mientras se
concentraba―. Me mantuvieron en el sótano, como la ama Glenna.

―Ella no es tu ama, ―gruñó Cole.


Willow le despidió con un gesto. ―Sabes lo que quiero decir.
No me pusieron en una jaula, y tuve algunos juguetes. ―Una
sonrisa afectuosa cubrió sus labios―. Yo tenía un osito de peluche
llamado Leiland. Me gustaría saber qué pasó con él. A veces mi
mamá venía a cantar para mí.

Su pecho se estrecho, y Cole se tragó el nudo en la garganta.


―¿Por qué seguías en el sótano?

―Yo no sé eso. Creo que simplemente no les guste. ―Se


encogió de hombros Willow.

―Eso no tiene ningún sentido. Tú eras sólo un bebé. Si tu


madre cantaba para ti, entonces debe de haberte amado.

―No soy un elfo, sin embargo. ―Willow suspiró y buscó sus


dedos en su regazo―. Soy un híbrido.
181
―¿ Tus padres eran elfos? ―Cole tenía la sospecha furtiva en
cuanto a dónde iba esto.

―Creo que sí, ―murmuró Willow―. No puedo recordar. Ambos


se parecían mucho al Anciano Winters, el representante elfo para el
Consejo.

―¿Ambos tenían el pelo rubio plata?

―Sí, me acuerdo de eso. El pelo de mi madre olía tan bonito


cuando ella me sostenía en su regazo. Papá se enojaba cuando ella
lo hacia, sin embargo, sólo ocurrió un par de veces.

―Cariño, no creo que era tu padre. ―Cole cerró los ojos


mientras su corazón se rompía por su pareja―. Creo que tu mamá
podría haber tenido una aventura. ―Él abrió los ojos y tiró
suavemente al final de los mechones oscuros de Willow―. Tu
cabello no es rubio, bebé.
Willow asintió pensativo por un momento antes de que él
sonriera y se encogiera de hombros. ―Fue hace mucho tiempo.
Tengo una nueva familia ahora.

―Sí, lo sabes, y te quiero mucho. ―Cole besó la sien de su


amante―. ¿Te acuerdas de los nombres de tus padres? ―Preguntó
casualmente.

Willow rió entre dientes y volvió a besar su mejilla. ―Intento


ser agradable. Soy consciente de que quieres matar mis dragones,
pero algunas cosas son mejores dejarlas en el pasado. ―Su rostro
se puso serio, y él inclinó la cabeza hacia un lado―. Blaise nunca
habla de sus padres.

―¿Por qué no?

―Yo no estoy seguro. No creo que él los vea mucho debido a 182
su trabajo como Cazador. De las pequeñas cosas que deja pasar,
no creo que tengan una estrecha relación, tampoco. Tal vez vamos
a llegar a su encuentro en la boda de Keeton y Logan en un par de
semanas, sin embargo.

―Es triste, ―susurró Willow―. El único de nosotros con


padres reales, y nunca hablan.

Antes de que Cole pudiera responder, Blaise entró corriendo en


la habitación, con los ojos brillantes y resplandecientes mientras
agitaba una hoja de papel en el aire como un loco. ―¡Lo tengo!

―¡Infierno si! ―Cole saltó de la cama y corrió a arrebatarle los


documentos de la mano de Blaise y leerlos el mismo―. ¡Claro que
sí!―Repitió.

―¿Qué está pasando? ¿Qué es eso?

Cole miró a Willow, su corazón latiendo en su pecho. ―Tengo


algo para ti para que leas.
Blaise arrancó los papeles de la mano de Cole y corrió a
tumbarse junto a Willow en el colchón, empujando los archivos en
sus narices.

Rodando los ojos y riéndose, Cole se apresuró a reunirse con


ellos, metiéndose en la cama en el otro lado de Willow.

―Ese es mi nombre, ―dijo Willow mientras miraba fijamente a


las palabras en la página. Cole miró moviendo los labios,
pronunciando las palabras mientras leía―. Willow Taylor-
Cunningham, ―murmuró lentamente. Luego su cabeza se disparó,
y soltó un chillido estridente, luchando contra Blaise en el colchón y
devorando su boca en un beso hambriento.

―Gracias, ―susurró cuando finalmente llegó a tomar aire. Su


atención se dirigió a Cole, y saltó al otro lado de la cama,
empujando a Cole a su espalda y reclamando su boca también―. 183
Gracias, ―repitió.

―No tienes un apellido, y nosotros tenemos dos, así que


pensé que sólo podíamos dividir. ―Blaise se encogió de hombros
mientras sus mejillas se teñían de carmesí―. He hablado con el
anciano Winters, y él aceptó inmediatamente. Me dijo que te dijera
que lo llamaras si alguna vez necesitabas algo. Sólo queremos que
seas feliz.

Las lágrimas se agruparon en los ojos de Wilow, pero sonrió


tanto que Cole pensó que su rostro se partía en dos. ―Estoy más
que feliz. Esto es perfecto.

Willow prácticamente vibraba de emoción. Había estado


planeando durante toda la semana sobre cómo agradecer
adecuadamente a sus compañeros por todo lo que habían hecho
por él.

Tenía un apellido, una identidad real, y por sus compañeros,


en realidad sabía leer y escribir ese nombre.

Se merecían algo especial a cambio, y finalmente había


decidido el regalo adecuado.

―Entonces, ¿qué queréis hacer esta noche? ―Preguntó Blaise


mientras limpiaba los platos de la mesa y los llevó al fregadero―.
No hemos tenido una noche de cine desnudo en mucho tiempo.

―¡Sí! ―Exclamó Willow. Se mordió el labio y se sonrojó ante


su arrebato, una noche de cine desnudo encajaba a la perfección
con los planes que tenía para sus hombres.

Cole se rió entre dientes mientras se levantaba de su silla y


comenzó a ayudar a Blaise a limpiar la cocina. ―Una película
184
entonces. ¿Qué es lo que quieres ver, bebé?

Honestamente no le importaba la película, pero él no estaba


dispuesto a revelarlo por el momento. ―Voy a ir a buscar. ―Él saltó
de la mesa y prácticamente corrió hacia la sala de estar, quitándose
la ropa mientras se iba. Oyó reír a sus compañeros en la cocina,
pero los ignoró mientras se desvestía, agarró la primera película
que vio, y se apresuró a ponerla en el reproductor de DVD.

―¿Quieres palomitas? ―Llamo Cole desde la cocina.

―No, ¡simplemente date prisa! ―Willow cogió una de las


mantas del sofá de dos plazas y la extendió sobre la alfombra antes
de acostarse para estirarse en su espalda.

―Ya vamos. Simplemente mantén tu... ¡Mierda! ―Exclamó


Blaise mientras entraba en la habitación.

Willow palmeó su polla dolorida, acariciándola lentamente


mientras miraba fijamente a los ojos de su pareja. ―Te necesito,
gran tipo.

Blaise se despojó de su ropa en un tiempo récord y se dejó


caer sobre la alfombra, arrastrándose a Willow y cubriendo su
cuerpo más pequeño. ―Eres tan hermoso, ―susurró mientras lamía
un rastro húmedo hasta el cuello de Willow.

―No sé si te diste cuenta de esto, pero yo soy una especie de


cosa segura. Tal vez me puedas joder ahora, y hablaremos más
tarde.

Willow se retorció debajo de su amante, su cuerpo ardiendo de


necesidad.

―¿Muy impaciente?

―Sí, ―gruñó Willow. Lo que había comenzado como un


agradecimiento a sus compañeros se había convertido rápidamente
185
en un deseo de ser jodido y chupado hasta que se desmayara.

―Pensé que esto sucedía en la parte final de la película. ―Cole


se rió mientras entraba en la habitación y se despojaba de sus
ropas―. De todas maneras esto me gusta más.

―Hay un saco de terciopelo en la parte superior del armario,


―Willow jadeó mientras Blaise trabajaba por su pecho y mordía sus
pezones.

―Date prisa, Cole.

Cole se lanzó hacia delante del armario y regresó apenas unos


segundos más tarde, abriendo el saco de terciopelo negro y la
mirada fija en él con los ojos redondos. Su cabeza se levantó, sus
ojos se encontraron con Willow, y arqueó las cejas. ―Pequeño elfo
travieso, travieso. ―Él sonrió mientras se arrodillaba en el suelo y
volcó el contenido sobre la manta.

―Estoy tan contento de que le enseñáramos cómo hacer


compras en línea.

Blaise liberó el pezón de Willow y gimió mientras se inclinaba


sobre él para inspeccionar los juguetes. ―Kinky mocoso,
―murmuró en voz baja. Cogió el rollo de cinta de raso negro y lo
examinó―. Agradable.

Cole levantó la paleta forrada de terciopelo negro, dándole


vueltas entre sus manos colocándola contra su palma. ―Da la
vuelta, bebé.

Willow cumplió rápidamente, moviéndose de un tirón y


empujando hacia arriba sobre sus manos y rodillas. ―¡Joder!
―Susurró Cole, sus dedos acariciando hacia arriba sobre el fondo
de Willow.

―¿Ha tenido esto toda la noche?


186
―Sí, ―se quejó Willow cuando uno de sus compañeros tiró
suavemente del gran tapón trasero, entonces su agujero lo chupó
hacia adentro

―Vamos a jugar con la cinta más tarde, ―murmuró Blaise


cuando él la arrojó a un lado.

Willow hizo un mohín de decepción hasta que su gran Alfa se


movía al frente de él, su polla hermosa rogando por la boca de
Willow. Blaise no dijo ni una palabra, sólo palmeó la espalda de la
cabeza de Willow y urgió a su cabeza hacia adelante mientras
sostenía su polla de la base.

Willow gimió, buceó hacia adelante con entusiasmo para lamer


la cabeza llena de sangre, chasqueando la lengua por la ranura
para recoger las gotas de pre-semen. Blaise se estremeció por
encima de él, gruñendo profundo mientras empujaba sus caderas
hacia delante, frotando la corona de su polla sobre los labios de
Willow.
Tarareando su aprobación, Willow abrió rápidamente,
envolviendo sus labios alrededor de la carne caliente de su
compañero arremolinando la lengua sobre la cabeza de la
perfecta seta.

Su propia polla tensa latía, llorando en la punta cuando el culo


convulsionó alrededor del tapón de silicona en su canal. Empujando
su nariz en los rizos cortos de Blaise, tomó la cabeza esponjosa en
la parte posterior de la garganta, tragando su alrededor mientras
lavaba la cara inferior del pene de su amante con la lengua.

Una golpe de golpe aterrizó en su culo, enviando un


hormigueo por todo su cuerpo y lo que le hacia gemir todo el
cuerpo erecto en su boca.

Blaise gimió, haciendo puños sus manos en el pelo de Willow.

―Mierda, eso se siente bien, bebé. Amo a tu boca.


187
Cole le dio un manotazo de nuevo, el aterrizaje de la paleta
forrada de terciopelo en su otra mejilla esta vez. Otro golpe
violento, y luego otro y otro, Cole estableció un ritmo constante, el
culo de Willow remando suavemente mientras él tiró del tapón
trasero, Willow condujo fuera su mente con el placer.

Dejando deslizarse la erección de Blaise de su boca con un


sorbo travieso, echó la cabeza hacia atrás y gritó cuando sus bolas
se apretaron a su cuerpo y amenazaba con descargar. ―Que me
joda alguien, ya ―se lamentó él―. Oh, Dios mío, ¡por favor!

Blaise le acarició la mejilla, asintiendo una vez antes de


tumbarse en el suelo moviendo la cabeza entre los muslos de
abiertos de Willow.

Calor suave y húmedo rodeó su longitud palpitante, y Willow


gritó, dejando caer sus caderas empujando en la boca gloriosa de
Blaise.
Cole aterrizó un golpe violento final, y luego arrojó la pala en
el suelo mientras lentamente trabajó el juguete dentro y fuera del
túnel necesitado de Willow. ―Vente para nosotros, Willow, ―exigió
Cole y Willow no tuvo más remedio que obedecer cuando los
músculos de la garganta de Blaise se apretaron alrededor de la
cabeza de su pene.

Dejando caer su cabeza sobre el muslo de Blaise, gruñó su


corrida, derramando su semen en la boca de su amante. Blaise lo
ordeñó dándole una sonrisa maliciosa. ―Nuestro turno.

Blaise tiró a Willow a su espalda, quitando el juguete de su 188


culo y sustituyéndolo con su polla con un movimiento suave. Willow
gritó, azotando su cabeza hacia atrás y hacia adelante mientras
Blaise se hundió en la base y comenzó a empujar de inmediato.

No podía parar, no podía controlarlo. Por suerte, Willow parecía


estar allí con él, arqueando la espalda y levantándose,
encontrándolo golpe con golpe. Tan perdido en su deseo, que no
notó inmediatamente el movimiento de Cole detrás de él hasta que
su pequeña mano empezó a acariciar las mejillas musculosas de
Blaise.

Disminuyendo la velocidad de su ritmo, Blaise miró por encima


del hombro, encontrando la mirada de Cole, no pudiendo ignorar el
deseo en sus ojos verdes brillantes. ―Hazlo, ―susurró―. Jodeme,
bebé.

Tomando su palabra, Cole abrió la tapa de la botella que tenía


en la mano y recubrió rápidamente su polla y dedos. Blaise regresó
su atención a Willow, deslizándose dentro y fuera de él lentamente
cuando el dedo de Cole empujó contra su entrada.
El dedo violó el anillo de protección de los músculos,
deslizándose hasta el primer nudillo y moviéndose un poco antes de
empujar más adentro.

Blaise gimió, cerrando los ojos y dejando caer su barbilla a su


pecho.

¿Por qué había tenido tanto miedo de esto? Se sentía increíble.


Cole le extendió rápidamente, serrando su dedo dentro y fuera
hasta que los músculos se soltaron lo suficiente como para añadir
un segundo.

El ligero pinchazo de dolor sólo sirvió para enviar la necesidad


de Blaise a un punto de ebullición. ―Basta. Jodeme, ―exigió.

―Silencio, ―dijo Cole con fuerza―. No estas listo. 189


―Me gusta la quemadura, ―confesó Blaise―. Solamente
hazlo, bebé. Por favor. ―Incluso un macho Alfa grande como él no
estaba por encima de la mendicidad cuano la ocasión lo requería.

―Está bien, pero dime si te hago daño. ―Cole tiró


suavemente sus dedos del canal de Blaise y empujó entre sus
omóplatos.

Blaise se inclinó hacia adelante, cerniéndose sobre Willow y


permaneciendo inmóvil mientras esperaba a Cole. ―Te va a
encantar, ―susurró Willow―. Respira, gran tipo.

―Te amo, ―murmuró Blaise, capturando los labios de Willow


en un beso suave. Él siseó con la quemadura punzante cuando Cole
empujo hacia adentro, trabajando su polla gruesa pulgada a
pulgada, hasta que tocó fondo.

Sus bolas se revolvieron y su polla latía dentro del infierno


sedoso del cuerpo apretado de Willow. Maldita sea, él no iba a
durar mucho tiempo.
―Muévete.

Trabajando juntos, encontraron su ritmo, aumentando su ritmo


ya que todos ellos perseguían su propio clímax. La cabeza de Blaise
daba vueltas con el placer cuando él mismo trabajó entre sus
amantes, la conducción en el culo hambriento de Willow y
follándose a sí mismo en la longitud vibrante de Cole.

Muy pronto, su vientre se apretó, el relámpago corrió por su


espina dorsal, y Blaise echó la cabeza hacia atrás, rugiendo tan
fuerte como para sacudir las ventanas mientras se derramaba en el
túnel oscuro de su amante.

Willow lo siguió rápidamente, gimiendo mientras su culo se


cerró sobre la polla de Blaise en oleadas, y las cuerdas calientes de
semen brotaron de su hendidura, pintando su abdomen y pecho. 190
Cole empujó dos veces más y se quedó inmóvil, con la frente
dejándola caer sobre Blaise mientras él gruñía, abrasador calor
húmedo salpicaba las paredes interiores de Blaise. Ellos cayeron
juntos, respirando con dificultad y tratando de rebajar sus
pulesaciones .

Finalmente se separaron, se abrazan juntos en el suelo, Willow


en un lado, y Cole en el otro. Blaise envolvió a sus compañeros en
sus brazos mientras miraba al techo, dando gracias a quien lo
escuchara por concederle tanta felicidad.

―Gracias por no daros por vencidos, ―murmuró Blaise.

Willow le besó el pecho y se acurrucó más cerca. ―Nunca


sucedería. Tú eres mi final feliz.

―Simplemente no mantengan las cosas alejadas de mí o me


mientan y vamos a estar bien. ―Cole se coloco más cerca, dando
un casto beso en la mejilla de Blaise―. He tenido una vida de estar
engañado por personas que creía que me amaban. No puedo
soportarlo más.

―Prometo algo, de mis labios no saldrá más que la verdad.

―Lo mismo digo, ―dijo Willow mientras se apoyaba en un


codo para mirar a Cole―. Suavemente hablado o gritado en lo alto
con toda la fuerza de mis pulmones, yo nunca te voy a mentir.

―Gracias.

―Está bien, ―dijo Blaise jovialmente, con la esperanza de


aligerar el ambiente―. Ducha. Estamos sucios, y todavía tengo
semen saliendo se de mi culo.

Cole se rió entre dientes, pero Willow miró con tristeza, su


labio inferior sobresaliendo.

―Hey, ¿qué es todo esto?


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―No tuve la oportunidad de estar en el medio... otra vez.

―Bien, ―se sentó y Blaise miró de Cole a Willow― el primero


que llegue a la ducha tiene que estar en el medio.

Una gran cantidad de empujones, y risas se produjeron, ya


que cada hombre luchó para conseguir sus pies y ser el primero en
el cuarto de baño. Willow se liberó, revolviéndose sobre ellos
corriendo por el pasillo, riéndose como un loco todo el camino.
―¡Yo gane! ―Gritó.

Blaise miró a Cole y arqueó una ceja. ―Carrera por el fondo.

Fin
Gabrielle Evans creció en un pequeño pueblo en el sur de
Oklahoma. Se casó con amor de la secundaria, y el resto es historia
más o menos. Tienen dos niños muy activos y un muy nervioso
perro salchicha que la mantiene en constante movimiento. Por el
momento, Gabrielle aparca su coche en el norte-centro de Texas,
pero quién sabe lo que pasará mañana.

Gabrielle cree en el amor a primera vista y tomar riesgos. Le


gusta soñar y ver ideas que cobran vida en el empuje de los límites
de la sociedad "normal". Cuando no está escribiendo, por lo general
se la puede encontrar probando aquellas mismas fronteras. 192
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