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"Secretos movimientos que se realizan inadvertidos en lugares apartados de la mente, de la

anarquía imprevisible de las percepciones, de la sutil vida de la fantasía que se esconde bajo la
lupa, de esos devaneos sin rumbo que emprenden el pensamiento y el sentimiento, viajes aún no
hollados, que se realizan con la mente y el corazón, extrañas actividades nerviosas, murmullos de
la sangre, plegarias de huesos, toda la vida interior del inconsciente"

Buenos días, estimados miembros del jurado calificador, querido público que nos acompaña en
este día tan especial, mi nombre es: Axel Fernando Portillo Mendoza y con gran orgullo,
represento a la Escuela Secundaria Técnica #58, Prof. Florentino Domínguez Ordoñez,
perteneciente a la zona escolar 05, del Departamento de Secundarias Técnicas, con el tema:
“Transtornos alimenticios en el ser humano como resultado de los estereotipos”.

Según la Real Academia de la Lengua, un estereotipo es una imagen o idea aceptada comúnmente
por un grupo o sociedad con carácter inmutable, es decir, que no puede cambiar, entendiendo
que todo aquello que no encaje en el, es malo o incorrecto, esto ocurre en todas las áreas, pero
cuando hablamos del autoconcepto de un adolescente, cobra mayor importancia, pues no encajar
en estos estereotipos se convierte en motivo de discriminación, segregación o señalamiento.

En la actualidad, estos estereotipos son creados, aprobados y divulgados a través de las redes
sociales, tales como Instagram, Tik Tok, “X”, o Facebook, donde las personas pueden difundir ideas
sin ningún sustento científico, como ejemplo, tenemos “el poder de la sonrisa” de Bárbara de
Regil, que aspira a sustituir el trabajo de un profesional de la Psicología, o Zhanna D´Art, quien
daba consejos de comida vegana y en 2023 falleció por inanición.

El verdadero problema de estas personas, es la influencia que ejercen sobre los demás,
haciéndoles creer que el estereotipo que ellos representan, es el único correcto. Para la
investigadora Marta Jiménez García, el uso de redes sociales puede generar en los adolescentes
insatisfacción corporal, comparación social, preocupación por la apariencia, baja autoestima, uso
problemático de las redes sociales y uso de edición de fotografía o selfies.

Esto ocasiona un transtorno alimenticio, entendido como una disociación entre la realidad y lo real
tales como la bulimia, anorexia y vigorexia, por mencionar algunos, siendo la bulimia la distorsión
dela realidad que hace que las personas coman, se sientan culpables y empleen estrategias para
inducirse el vómito, evitando así subir de peso.

Por otro lado, tenemos la anorexia, transtorno que disocia la realidad de la imaginación, haciendo
que sin importar que alguien se vea delgada, ésta se vea a si misma como una persona con
obesidad, ocasionando que deje de comer hasta llegar a la desnutrición o la muerte.

La vigorexia es un transtorno opuesto a la anorexia, donde, sin importar que tan grande sea una
persona, se siente pequeña, haciendo que coma o haga ejercicio en exceso.

Pero también, existen otros transtornos derivados de los estereotipos actuales, por ejemplo, el
veganismo, que tiene que ver con la decisión de no consumir productos de origen animal negando
a su propio cuerpo el consumo de proteínas naturales, llevándolos al consumo de proteínas
artificiales que pueden ocasionar problemas en el hígado y los riñones.
De la misma forma tenemos el seguimiento de dietas de inanición las cuales afectan la salud
emocional e intelectual de las personas, llevándolas al colapso nervioso y haciendo que su
percepción de la realidad se vea alterada, tal como ocurre en el libro “Hambre ” de Knut Hamsut,
citado en el exordio de este discurso.

Por tal motivo, quiero presentar tres propuestas para enfrentar los transtornos alimenticios
asociados a estereotipos.

Primero. Las madres y padres de familia deben cuidar el contenido que sus hijos ven en redes
sociales así como las personas que siguen o que les presentan como ejemplos.

Segundo. Debemos crear una cultura de la salud alimentaria, que incluya visitar al nutriólogo en
lugar de creer en las dietas milagrosas.

Por último, la tercera, es dejar de celebrar conductas alimentarias que promuevan estereotipos
negativos.

Hoy tenemos miles de jóvenes que sufren trastornos alimenticios porque Instagram les dice que
no son hermosos, hoy decenas de personas hacen retos que ponen su vida en riesgo porque
youtube dice que es divertido, hoy las masas se vuelcan contra la opinión de una persona, porque
“x” les dice que solo ellos tienen la razón sumiéndonos en el universo distópico del novel de
literatura, sumiéndonos en el hambre de Hamsut en la sutil vida de la fantasía que se esconde
bajo la lupa, viajes que se realizan con la mente, extrañas actividades nerviosas, murmullos de la
sangre, plegarias de sus huesos.

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