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UAGRM

Facultad de Humanidades
Carrera de Psicología
Materia: Psicopatología I
Docente: Ma. Fátima Escóbar Nogales
Unidad III
Tema 3

APUNTES DE LA HISTERIA EN LACAN

INTRODUCCIÓN

Lacan retoma algunas elaboraciones de Freud, pero su perspectiva difiere


sensiblemente. Como signo de esta diferencia, se puede decir que para Freud la
histeria se ubica siempre en el campo de la psicopatología, es decir, como una
enfermedad: neuropsicosis, psiconeurosis o neurosis a secas, según el momento de
su elaboración. No es ésta la posición de Lacan, que llega a formularla al promediar su
enseñanza como una de las cuatro formas de discurso, es decir, de lazo social. Luego
como una de las modalidades de la subjetividad, distinguiendo de este modo la
estructura histérica de la neurosis histérica. Aunque mantiene una misma dirección en
su modo de concebir la histeria, Lacan formula progresivamente diferentes ejes y
perspectivas, los cuales varían según los conceptos predominantes en cada momento
de su elaboración teórica. En esta ficha teórica se presentan algunos de aquellos ejes
relativos a su primera enseñanza: la fragmentación corporal, la pregunta histérica, la
identificación viril y el deseo insatisfecho.

1. La fragmentación corporal en los antecedentes

Lacan no utiliza el concepto de conversión, que constituye el eje de la


conceptualización freudiana. Sin embargo, se puede considerar que Lacan recupera
esa referencia freudiana, pero en una perspectiva muy diferente, introduciendo la
noción de “fragmentación corporal”.

En los inicios de su enseñanza sostiene que: “El síntoma histérico, que es una
desintegración de una función somáticamente localizada (parálisis, anestesia, algia,
inhibición, escotomización), basa su sentido en el simbolismo organomórfico -
estructura fundamental del psiquismo humano según Freud-, que manifiesta a través
de una especie de mutilación la represión de la satisfacción genital”. (Lacan, La familia,
1953).

En una etapa más avanzada de su obra –que no nos ocupa en esta ficha teórica, pero
a fines de orientar la lectura de los estudiantes- Lacan lo expresa de esta manera: “…
una estructura, la del lenguaje […] recorta su cuerpo (de la histeria), y nada tiene que
ver con la anatomía”. (Lacan, Televisión, 1974).

2. La pregunta histérica: ¿qué es ser una mujer?

Esta es una pregunta que atraviesa los distintos momentos teóricos de la enseñanza
de Lacan, y parte del legado freudiano, de su pregunta sobre “¿qué quiere una
mujer?”.
En el Seminario III (1955-56) La psicosis, Lacan le dedicó a la histeria todo un
apartado en un seminario que era sobre las psicosis. En la clase 12, 13 y 14, de dicho
seminario, se dedica a la pregunta sobre qué es una mujer, articulada a la dialéctica
del ser y la falta en ser. Desglosa esa pregunta histérica para diferenciarla del
mecanismo de la psicosis. En la psicosis tenemos un no querer saber nada de la
represión, como efecto de la forclusión. En la histeria se trata de un no querer saber
a partir de formulaciones que, aunque se asemejan, son diferentes: ¿qué es una
mujer? y ¿qué es ser una mujer?

El fundamento teórico de esta pregunta, se encuentra en primer lugar en la disimetría


que existe entre los sexos en relación al falo, el único elemento simbólico de la
diferencia sexual en torno al cual giran los sexos: Tener y no tener el falo. Así, la
mujer accede al Edipo, identificándose imaginariamente al padre.

En segundo lugar, aquella pregunta tiene que ver con un defecto en lo simbólico, en
tanto no hay manera de nombrar el sexo femenino, si no es por el no-tener (pene, falo
imaginario), falta que provoca la pregunta misma. Así, la pregunta histérica se
centra alrededor de un significante que falta para nombrar lo femenino; de ahí el
enigma. Ese enigma es la pregunta ¿qué es una mujer?

Esta falta de un significante que nombre lo femenino, es lo que lleva a Lacan a realizar
una asimilación no equiparación entre la histeria y la psicosis. Lacan diferencia estas
estructuras (neurosis histérica y psicosis) a partir de que se haya inscripto o no en lo
simbólico el Significante Nombre del Padre, punto que no nos ocupa en esta ocasión.

A la altura del Seminario IV (1956-1957), La relación de objeto, Lacan aborda la


neurosis como una pregunta: por el ser, en la neurosis obsesiva; por el sexo, en
la histeria. “Esta pregunta adquiere en la histeria las formas siguientes — ¿Qué
supone tener el sexo que tengo? ¿Qué quiere decir tener sexo? ¿Qué significa que
pueda incluso preguntármelo? […]. Si la neurosis es pues una especie de pregunta
cerrada para el propio sujeto […] los síntomas se pueden entender como los
elementos vivos de esta pegunta articulada sin que el sujeto sepa lo que articula”.

Entonces, en la histeria, responder a la pregunta ¿qué es una mujer? la lleva a tomar


el costado de la identificación viril.

3. La identificación viril en la histérica

Esta problemática encuentra su raíz en la ausencia de un significante de la mujer,


carencia que impide que ésta acceda a la feminidad por medio de la identificación con
un significante, ya que no existe ninguno que se preste a tal función. “Sin embargo, la
desventaja en que se encuentra la mujer en cuanto al acceso a la identidad de su
propio sexo, en cuanto a su sexualización como tal, se convierte en la histeria en una
ventaja, gracias a su identificación imaginaria al padre, que le es perfectamente
accesible, debido especialmente a su lugar en la composición del Edipo” (Lacan,
1955). Esta cita de Lacan en su Seminario, La psicosis, muestra claramente cómo
este defecto estructural de una identificación simbólica específicamente femenina
resulta compensado en la histeria por una identificación imaginaria, que viene a
constituirse en punto de apoyo para la respuesta a la pregunta por el ser sexuado en
dicha estructura subjetiva: La histérica se identifica imaginariamente con el hombre
para, desde allí, intentar responder a la pregunta sobre qué es ser una mujer por
intermedio de la mirada masculina.
De esta manera, se delimita el concepto de identificación viril de la histérica como una
forma de identificación imaginaria que intenta remediar la falla de la
identificación simbólica: cómo el sujeto histérico se las tiene que rebuscar en el eje
imaginario para compensar esa falla identificatoria que dé respuesta a qué es ser una
mujer.

4. El deseo insatisfecho

Se trata de uno de los conceptos más difundidos de la elaboración lacaniana, que


caracteriza las distintas formas de neurosis por la prevalencia de una de las
modalidades estructurales del deseo: prevenido, en la fobia; insatisfecho, en la
histeria; imposible, en la neurosis obsesiva. El deseo se distingue de la demanda
porque no apunta a un objeto de satisfacción sino a otro deseo, es deseo de deseo.
Deseo del deseo del Otro.

Así: “…el deseo de la histérica no es deseo de un objeto sino deseo de un deseo,


esfuerzo por mantenerse frente a ese punto donde ella convoca a su deseo, el punto
donde se encuentra el deseo del Otro.”

Lacan subraya el hecho de que el deseo humano es histérico, puesto que es siempre
deseo del deseo del Otro. La histérica preserva y cultiva esta condición: mantener vivo
el deseo, que es posible a partir de su insatisfacción.

CONCLUSIÓN

La elaboración de Lacan acerca de la histeria, se pueden seguir por medio de una


secuencia de desarrollos teóricos formulados en diferentes momentos de su obra, pero
que se interrelacionan formando una red conceptual: la fragmentación corporal, la
identificación viril, el deseo insatisfecho, y otros más, que no fueron desarrollados en
esta ficha teórica, como las identificaciones en la histeria, el discurso de la histeria, el
goce de la privación y el amor al padre.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Lacan, J. (1938) “Los complejos familiares. En Otros Escritos, Buenos Aires, 2001.
2. Lacan, J. (1955-1956) El Seminario de Jacques Lacan. Libro 3: Las psicosis, Editorial
Paidós, Barcelona, 1984.
3. Lacan, J. (1956-1957) El Seminario de Jacques Lacan. Libro 4: La relación de objeto,
Editorial Paidós, Barcelona, 1994.
4. Lacan, J. (1957-58) El seminario, libro 5: Las formaciones del inconsciente. Paidós, Buenos
Aires, 1999.
5. Lacan, J. (1958) “La dirección de la cura y los principios de su poder”. En Escritos 2, Siglo
XXI, México, 1984.
6. Lacan, J. (1962-63) El seminario, libro 10: La angustia. Paidós, Buenos Aires, 2006.
7. Lacan, J. (1964) El seminario, libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del
psicoanálisis. Paidós, Buenos Aires, 1987.

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