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Puncionlumbar
Puncionlumbar
Alberto Torrieri*
Dr. Jorge Antonio Aldrete**
Propósito
Tabla I Aceptando la potencial magnitud de esta com-
Factores que predisponen a una punción plicación e incluyendo los factores que pueden
raquídea dificultosa causarla, podremos administrar el tratamiento
adecuado a cada caso en particular. Con tal
· Escoliosis (Figura 1)
propósito, desarrollamos un índice que refleja
· Osteoporosis (Figura 2)
no solo la dificultad presente, sino que la cuan-
· Obesidad (Figura 3)
tifica y relaciona con la ocurrencia de un déficit
· Cirugías previas en el raquis (Figura 4)
neurológico posanestésico.
· Espina bífida oculta (Figura 5)
Para cuantificar el grado de dificultad se identi-
· Deformidades del saco dural
ficaron cinco parámetros con distintas variables,
· Anquilosis espondilítica (Figura 6)
enumerados cuantitativamente, que al ser suma-
· Edad avanzada, >70 años (Figura 2)
dos daban una cifra que reflejaba la importancia
· Artritis reumatoidea (Figura 7)
del problema y definía si tal incidencia o magni-
· Canal estrecho (Figura 8)
tud podía ser la causante de un déficit neurológi-
· Poca experiencia3, 5, 7 e impericia del ejecutor6
co ocasionado por la punción. Con este objetivo,
· Estimación incorrecta de las referencias anatómicas que
se revisaron las fichas anestésicas de pacientes
facilitan el acceso al canal vertebral.14-18 (Figura 3)
que recibieron punciones raquídeas considera-
· Desconocimiento de la patología preexistente, quiste
das traumáticas, clasificándolas de acuerdo con
en la articulación facetaria (Figura 11)
el índice descrito a continuación y conforme a
· Estenosis vertebral.
los parámetros indicados en la Tabla II. Luego se
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Tabla II
COMPONENTES DEL ÍNDICE CUANTITATIVO
DE DIFICULTAD EN PUNCIONES INTRADURALES
Parámetro Cuantificación Valor
4 o más 2
Intentos 2o3 1
1 0
2 o más 2
Contactos
1 1
óseos
Ninguno 0
En más de 2 espacios 2
Espacio
En 2 espacios 1
intervertebral
En 1 espacio 0
Sangre 2
Líquido
Líquido sanguinolento 1
obtenido
LCR claro 0
2 o más 2
Parestesias 1 1
Ninguna 0
TOTAL
relacionaron los casos con la aparición de sínto- vesical durante cuatro meses. En la cara inter-
mas neurológicos y el impacto eventual que pro- na del muslo derecho persiste hipoestesia que
dujeron sobre la condición física del paciente, no ha variado desde la fecha de la operación,
enfatizando su condición neurológica. hace ya tres años.
Hecha la cuantificación utilizando el punta-
je propuesto, corresponde un valor de 4.
Casos representativos
Caso 1 Caso 2
Paciente de 32 años de edad, sexo femenino, Paciente de 74 años, sexo femenino, 85 kilos
1,69 m de altura y peso de 87 kg, estado físico de peso, 1,64 m de altura, obesa, fumadora e
ASA 2, a la que se indicó operación cesárea de hipertensa, estado físico ASA 3, programa-
urgencia por sufrimiento fetal. Se llevó a cabo da para reemplazo total de rodilla izquierda.
la punción en posición decúbito. En el quinto Se colocó a la paciente en decúbito lateral
intento en el espacio L3-L4 se obtuvo líquido izquierdo y se realizaron varias punciones a
LCR claro después de presentarse dos veces nivel L3-L4 que fracasaron por contacto óseo.
parestesias en la pierna derecha. Se inyecta- Al constatarse parestesias, se ejecutó otra
ron 12,5 mg de bupivacaína 0.5% y 25 mcg de punción en el espacio L2-L3, notándose la sa-
fentanilo. La intervención quirúrgica se realizó lida del LCR teñido con sangre y nuevas pa-
sin dificultad. restesias; se extrajo parcialmente la aguja y
En el posoperatorio, la paciente tuvo debi- se cambió su dirección obteniéndose LCR cla-
lidad motora en ambos miembros inferiores, ro sin parestesias, por lo que se procedió a la
más marcada en el lado derecho, con reten- inyección de 3 ml de bupivacaína isobárica al
ción urinaria que requirió mantener una sonda 0,5%. La paciente tuvo anestesia prolongada
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Figura 4.
Figura 7.
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• Los déficit neurológicos ocurrieron en los de la aguja; los anestésicos locales, por algu-
pacientes que presentaban enfermedad nas características fisicoquímicas (densidad,
neurológica previa a la anestesia raquidea11. baricidad, pH, capacidad de producir un blo-
• Las secuelas neurológicas de menor im- queo de conducción o acción detergente)20-23
portancia se encontraron en algunos pa- son capaces de originar daño funcional y/o
cientes con punciones difíciles, pero con anatómico a las estructuras neurales localiza-
recuperación aparente12. das en el raquis. Incluso, en algunos casos, la
Vandam13, años después, enfatizó que si las perforación dural con pérdida de LCR subsi-
parestesias ocurren durante los intentos de guiente puede resultar en una perturbación de
perforar la duramadre al tratar de iniciar una la dinámica normal alterando el delicado ba-
anestesia raquídea, ellas deben considerarse lance del proceso “producción-eliminación”
un motivo de alarma, ya que indican que una del LCR. Como lo anticiparon Macintosh y
o más raíces han sido traumatizadas, y reco- col.2 al enfatizar: “Los beneficios de cualquier
mendó no administrar el anestésico local. método de alivio del dolor acarrean una mor-
bilidad; el daño causado al paciente depende
Tezlaff14 y su grupo, afirmando lo dicho no solo del método, sino también del agente
por Vandam, notaron que la patología previa administrado y la falta de atención cuidadosa
aumenta la dificultad de acceso al canal ver- después de la inyección”.
tebral y que las parestesias ocurren más fre-
cuentemente debido a anormalidades estruc- Tales reflexiones han sido corroboradas
turales de la columna vertebral, algunas de las por el grupo que conduce el análisis de los
cuales están consignadas en la Tabla I. casos litigados ante los tribunales y que son
provistos a la Sociedad Americana de Aneste-
Aunque parezca inocua, la punción del ca- siólogos después del proceso jurídico. Ellos re-
nal vertebral puede considerarse una invasión presentan sólo una fracción del total de casos
a uno de los territorios más vulnerables y deli- litigados en EE.UU., y sugieren una tendencia
cados del organismo no carente de complica- que de ninguna manera se puede considerar
ciones; un traumatismo por la acción directa como incidencia. Las encuestas hechas por
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Como corolario, estamos de acuerdo con La presencia de uno o más de estos signos
Macintosh, Lee y Atkinson2, Tetzlaff14 y tam- puede considerarse como una advertencia so-
bién Vandam13, quienes medio siglo después bre la posibilidad de haber ocasionado una le-
de sus valiosas observaciones concluyeron sión, potencialmente causante de un déficit neu-
que no se justifica insistir obcecadamente en rológico temporal o permanente (síndrome de
abordar el espacio subaracnoideo cuando se cauda equina, mielitis transversa, aracnoiditis,
encuentran repetidos fracasos. Además, en etc.)12, 18, 19. La patología oculta puede también
concordancia con los mismos autores, insis- precipitar un síndrome de deficiencia neuroló-
timos en que la aparición de parestesias es gica, siendo el más común el de cauda equina,
un signo ominoso que puede convertirse en que a veces requiere intervención quirúrgica
un déficit neurológico permanente si surge urgente si se confirma un hematoma26-29.
una complicación por la administración sub- Barrios Alarcón, Aldrete y Cedrola17 nota-
siguiente de anestésicos locales de neuro- ron que la morfología variable y más pequeña
toxicidad sui géneris, sobre todo cuando se del espacio L5-S1 de pacientes geriátricos di-
perfora el epineurum de las raíces nerviosas ficulta el abordaje.
(parestesia) y consecuentemente se exponen
los delicados axones a concentraciones posi- Un índice mayor de 4 en la evaluación
blemente neurotóxicas20-23. cuantitativa debe ser considerado motivo de
alarma, indicando la necesidad de realizar una
Es evidente que las complicaciones neuro- vigilancia estrecha durante varios días en el
lógicas de la punción lumbar ocurren por el período posanestésico y un tratamiento.
trauma de la aguja y/o por los medicamentos
inyectados. Otra causa sería la entrada de Si la suma de los parámetros del paciente
sangre al espacio intradural, especialmente si es 3 o 4, se aconseja seguir 72 horas el curso
ha habido parestesia(s) anteriormente. posoperatorio para cerciorarse de la ausencia
Habiéndose asumido que ninguna de las de secuelas neurológicas.
circunstancias clínicas mencionadas en la Ta-
bla I estaba presente, para elaborar el índice
se procedió a realizar anestesias subaracnoi- Diagnóstico y conducta terapéutica
deas que supuestamente pudieran llevarse a De acuerdo con lo recomendado por Aldrete y
cabo sin dificultad. Sin embargo, no en todas Ghaly29, si la sintomatología perdura por 12 horas
las ocasiones las punciones fueron fáciles de y se sospecha una lesión, se recomienda seguir
realizar1, 2, 13 ni carecieron de efectos potencial- la siguiente conducta diagnóstico-terapéutica:
mente indeseables17-19. Debe evitarse la pro-
babilidad de una alteración de la dinámica del • Consulta neurológica urgente.
LCR al hacer una punción dural en pacientes • Resonancia magnética (con contraste) de
con quistes aracnoideos, síndrome de tumor la columna vertebral. Debe ser interpreta-
falso o hidrocefalia no patológica. da por un neurorradiólogo, ya que las le-
siones son a veces tan sutiles que pueden
Al respecto, se ha considerado la presen- pasar desapercibidas por un observador
cia de los siguientes signos de dificultad que no especializado31, pudiendo ser imposible
pueden indicar que una punción raquídea sea diferenciar un hematoma que requiere so-
traumática, situaciones éstas ya anunciadas lución quirúrgica inmediata29 de otra lesión
en los parámetros incluidos en el índice: que puede ser tratada clínicamente.
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