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En el rinc�n m�s apartado de la callejuela sombr�a,

se cruza un gato cojo con mirada melancol�a,


sus pasos son pausados, su andar es titubeante,
pero en su rostro cansado a�n brilla la esperanza constante.

Un callej�n es su reino, su trono un viejo muro,


all� reposa su cuerpo, bajo el sol o la luna en obscuro,
una cicatriz en su pata, marca de una batalla pasada,
pero su esp�ritu indomable a�n en la adversidad se alza.

300 palabras, apenas un suspiro en la eternidad,


para describir la valent�a de este ser en soledad,
un gato cojo, pero con el alma indomable y fiera,
que desaf�a las tormentas, que enfrenta la frontera.

Cada paso es un poema de superaci�n y coraje,


cada miau, una melod�a de resistencia y de viaje,
porque aunque cojo en su cuerpo, su esp�ritu es invicto,
y su mirada, un faro de luz en medio del conflicto.

En sus ojos se refleja la historia de mil batallas,


las calles son su escenario, las esquinas sus medallas,
y aunque cojee en la tierra, su alma vuela alto y libre,
un s�mbolo de perseverancia en un mundo que no admite bribes.

Gato cojo, guerrero de la noche y la penumbra,


tu historia silente resuena en la bruma,
cada callej�n es tu basti�n, cada paso tu proeza,
y en tu cojera encuentro la m�s pura fortaleza.

Que tu camino est� lleno de suaves caricias y de abrigo,


que encuentres en cada rinc�n un refugio amigo,
porque en tu cojera hay una lecci�n de humildad y de amor,
una ense�anza de que la verdadera grandeza est� en el interior.

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