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GRAN ENCICLOPEDIA ARAGONESA ABABUJ ARTIDOS Conceptos generates. Historia de ins fastituciones y del Derecho piblico Derecho ev. peee opr Organizacionespolitias y ales 21, Historin de is institcionesy de, Derecho publieo. Abonado ‘etos de Corte ‘Albarracn, Foero de ‘Alegaciones en derecho ‘Rusienca Real Baile Barén Brazos de Cores Caballeros Capitén General Consejo Consejo de Aragon (Corona de Aragon CCoronacion real, Cortes DDaroca, Fuero de Derecho de maltratar Derecho penal Derecho romano Diputscién det Reino Escaliar Exirico Foralstas Forixas Fuero eros de Ara Fueres y obserancias,recoplacién ‘Goneralidades ‘Gobemador Gobernador General Greuses Honore: das) Infanzones| nquiscion Jaca, Fuero de Tirados ‘uramento real 20. Derecho e instituciones ssa Sta de Aragén {ber huscorsn Tbertaes ito dela Cadena Lugarteiertes Maeate rcional Manifexacicn Mayoraceo Magerdomo Merino Meaauino Novation Nueva Plata, devetos de Obeerancas Ordenanea munisptes Paetsmo Padre de hurtanos Privilege i Union Prileg detox Vente Proves fortes Ry toro mayor Sobrarbe, Paeros de Sabreunires Teruel, Puro de Tomura Treado Uni y Concordia General Univeraiades Vasalo, Viesanciler Vian Virey Zeson ov Zaragors, Exatulos y Ordinacones aM Ciu- ABOGADO, experto o profesional encargado de la defensa de corporaciones y partculares fante tibunales y juzzados. Advocatus en la- tin, es conocido historieamente como aduoca- ddo'o razonador, ¥ si funcion como la de abo- ‘par, razonar 0 allegare. Desde 1247, al me. nos, puede ser nombrado para un dia, una hhora 0 para todo Jo que dure el pleito, yi so- breviene impedimento por muerte, enferme- dad, detencion u otra causa suficiente, puede Ser fustituido, Es costumbre del Reino que si ‘alguna de las partes por debilidad u otra cau- sano lo pide, los asistentes en el tribunal pueden inducile a pedirlo. En 1547 se limita 2 cuatro el nlmero de abogados que una per- ‘ona puede nombrar en una causa, para evie tar que la otra parte carezca de ellos, y si se tienen secretamente més del referido nimero, ccabe denunciarlo a los lugartenientes del Jus- ticia, Le corresponde en exclusiva Ja funcién de abogar, no siendo valido lo que alegue rectamente Ia parte, aunque esto lo establece lun fuero que cae en desuso. El juicio que pronuncia el juez debe acomodarse a las Ta- Zones expuesias por los abosados, por lo que &tos no pueden revocar aquellas una vez. que fl pleito ha sido aflanzado por la parte con- tratia, Desde 1461, el abosado esté obligado 4 abogar por el cliente en todas las causes, Salvo las interpuestas contra el padre o ma dre, hijos, nietos y otros descendientes y cola terales hasta el cuarto grado, Desde 1510, el bogado nombrado para la’causa principal ‘sta obligado a actuar también en las denun- fdas que puedan derivarse, especialmente, las 4 interponer contra los lugartenientes del Jus- ficia. El abogado no puede percibir nada de la parte contraria o realizar convenio con ella, Obligdndosele desde 1247 a que en esos casos pague el doble de lo recibido, ademas de ser privado de su oficiot como tampoco puede pretender parte alicuota de Jo que se litiga Desde el Decreto de Nueva Planta, I actua- cién del abogado en Aragon se acomoda a la Gel abogado en el Reino de Castilla. (J.L.A.} ACTOS DE CORTE, resoluciones o actua- Clones de las Cortes*, que preeisan 0 comple- ‘mentan Ja regulacian de los Fueros*. Con és- tos y con las Observancias* constituyen el De- echo nacional aragonés, que constituye un sistema juridico auténomo hasta el Decreto de Nueva Planta, Es menos solemne que el Fuero y de cardcter reglamentario, destinado ‘a resolver situaciones coneretas, fundamen: talmente, en materias de gobierno y policia ‘en lo que se distingue de aquél—-, y no tie ne cardcter consuetudinario —en lo que se di ferencia de le Observancia—. La iniciativa de su aprobacion puede corresponder al rey, a todos los brazos de las Cortes o a algunos de tos, total 0 parcialmente. Cuando la inicia- tive es del re), se hace constar el consenti- jento de los brazos mediante la formula ‘place @ las Cortes» (placet Curiae), en tanto ‘que, cuando la iniciaiva es de nobles, ciuda- des o villas, se hace constar el consentimiento Gel rey con la formula «place al sefior Rey> (placet domino Regi). La carta o documento ‘Que contiene el acto se inscribe en uno de los Tegistros de las cortes, distinguidos con una inicial, como registro’(tcgistrum) de B., de N., de F., 0 de E, por ejemplo. El primer acto de corte debe ser de 1360 0 1361, con Pedro IY (If de los Fueros), y parte de exte género legislativo se incluye entre los nnueve libros de los Fueros, siendo los mas im- pportantes los procedentes de las cortes de Ca- Tatayud de 1461, con Juan II, que resuelven dudas sobre los hijos de regnicolas nacidos fuera del reino y los nacidos de regnicolas dentro del teino, © sobre derechos del rey, como los Hamados derechos de coronacién eras de presencia o ausencia, y resuelven las Cuestiones de censales impuestos a judios y ‘sarracenos o probiben inquitir por el delito de tustira. El libro IX de tas Obsecvancias incluye diversos actos de cortes, uno de los cuales permite a Pedro Sanchez de Latras el maltra far a sus hombres, en tanto otros salvaguar- dan a caballeros e infanzones que se encuen- tran al servicio del rey o interpretan algtin fuero, como el que considera entre los bienes mucbies a los depésitos de vino y aceite. En tortes de Monzén de 1852-1553, el futuro Fe- fipe IT (de Aragon), encontrandose su padre fen Alemania, diputa personas para recoger Tos actos de corte, que no estan ya recogidos fen los Fueros y en las Observancias, envidn- ose un perito al Archivo Real, de Barcelona (@l actual Archivo de la Corona de Aragon), al no encontrarse resistros de cortes anterio- res a las de Carinena de 1357. La Comisién, {que da a conocer su trabajo de recopilacion en 14 de enero de 1554, esta inteprada, de parte del principe, por Miguel Clemente, pro- tonotario; Juan Vincencio de Marcilla, asesor del gobernador; Juan Pérez de Nuevos, abo- gado fiseal, y Miguel Anchias, abogado del fey; en tanto que, de parte del Reino, actian fray Juan Cueva, abad de Santa Fe; Domingo Pérez, candnigo de La Seo; Pedro Jerénimo Cerdin, sefior de Sobradiel; y Miguel Cortes, Viturién Tafalla y Jeronimo Seron, que per tenecen a los concejos de Zaragoza y Calata- yud. Los actos de corte se editan por Pedro Barnuz, el mismo impresor de la Revopilacion de los Fueros, y hay nuevas ediciones en 1584, 1608 y 164, que afaden nuevos actos, hasta gar a a ima, a de Sally Penén, ex ‘© Bibliogs: LaLINve Agapia, J: Los Fue- ros de Aragén; Libreria General, 2." ed., Za- ragoza, 1978. PEREZ MARTIN, A:: Legisla- ion y jurisprudencia en ta Espana del Anti- ‘uo Régimen; Universidad de Valencia, 1978. LAY ALBARRACIN, Fuero de —, ordenamiento juidico local de'la ciudad de Santa Maria de AAlbarracin y su Comunidad, en gran parte adaptacion del Fuero de Teruel*. El Privile- slo mas antiguo conocido es el de 7-VII-1260, ‘oncedide por dona Teresa Alvarez de Aza’ fra, sefora de Albarracin, quien alude a fue- ros'y buenas costumbres’ concedidas por su padre, don Pedro, y su abuelo, don Alvaro. Al repoblar la ciudad Pedro Ili en 1284, fe- cha en que la conguista a los Niiniez de Lara —sucesores de los Azagra—, concede la carta que se habia otorgado a la villa de Castel (tal ‘ez Castielfabib, villa situada entre Aragon y Castilla). Pedro’ IV ordena que los infanzo- nes, condes o potestades, tengan los mismos fueros y paguen las mismas penas 0 calofas aque los vecinos. La legislaci6n se adapta a la de Teruel, de forma que el Fuero de Albarra- cin es el Fuero de Teruel, conocido como fue- ros de Septilveda, y de Extremadura, la carta de poblacion de Castel y diversos privilegios reales. En 1598, juntamente con Teruel y lt villa de Mosquerdela, la ciudad de Santa Ma- ria de Allarracin y su comunidad se incorpo- ran alos Fueros generales de Aragon, renun- siando a su foralidad propia, © Bibliog.: Riva ¥ Gancia, C.: Carta de poblacién de la ciudad de Santa Maria de Al- barracin, segin el cédice romanceado de Cas- tie|existente en la Biblioteca Nacional de Ma- drid; Zaragoza, 1915. (U.L.A.) ALEGACIONES EN DERECHO, escritos en los que los abogades exponen en in pleito su version de los hechos y, sobre todo, las raz0- hes que justfican Iss pretensiones de sus Clientes. Son piblicas y partculares, drigidas Jas ultimas a asesorar al juez y consejeros de Ja CAmara del Consejo de la Audiencia. En 1583 se limita a dieciocho dis el plazo par cexponer las publicas, y a nueve el de las par feulares, a fin de que jueces y consejecos di pongan de més tiempo para decidir. Las pi blicas se han de exponer un mes antes del pla- 20 que los fueros conceden a los jueces para ‘entenciar las eausas, En 1646 se dispone que se entreguen por duplicado al relator de la causa, para que éste pueda entregar un ejem- plar a le parte contratia, Se imprimen durante los siglos vt al xvitt, constituyendo un gé 70 muy importante dentro de la literatura ju- ridica, Su nombre oficial es el de alegacidn en derecho, pero es denominada de diversas for- imas, como alegacion iuridicu y fora, alega- tion en Derecho y Fuero, alegacidn en defen- ‘s, alegatio iuris et facti, discurso y alegacton, informe legal, iustficacion luridica 0 respon- sum ad dubia in. processu. Algunas llegan hhasta los ciento treinta y tamtos articulos, con mas de cien paginas, y se redactan en caste- ano, empleando el latin algunas veces en la peticion © en clausulas de estilo. En ellas se invoca mucha doctrina, lo que se have & pie de pagina, o en los margenes, o en forma in- tercalada, (J.L.A.] AUDIENCIA REAL, érgano supremo y uni- versal de la administracion de justicia, que ejetee su funcion en nombre del rey y a costa del reino. Su vida puede haberse iniciado en al siglo xiv y su origen puede situarse en una Serivacion de Ia Cancileria real, cuando al canciller, vicecanciller 0 regente de la Canci- Ueria, se les ha docado de consejeros, docto: es u oidores letrados para auxliarles en la ‘administracion de le justicia, que han dado lugar a un consejo 0 audiencia. La presiden- cia corresponde al rey o, en su defecto, al lu garteniente general o al primogénito del rey, sgobernador general. Desde 1528, ausente de Zaragoza ol lugarteniente general o virrey, ac- tha el regente de la General Gobemnacién’'con el asesor; y, si virrey y regente de la General Gobernacidn estan ausentes, actia el asesor de la Gabernacion con los consejeros. La gran teforma o reparo de la Audiencia real tiene lugar en 1528, a [a que siguen otras de caracter parcial en 1533, 1564-65 y 1678, hasta producrse la mas radical, que es do, entre 1707 y 1711, se sustituye la Audien- cia real de los Austria por la flipista 0 bot- onica La naturaleza de la primera se manifiesta en 41528 al declararse que el vicecanciller, regente de la Cancilleria_y asesor del gobernador n0 pueden pronunciar sentencias sin el Consejo, ¥ tienen que juzgar segin la voluntad de 1a Imayor parte de él, decidiendo el presidente en ‘eago de empate; dado que en esa época el vi ‘ecanciller reside permanentemente en Ma- did, y, con independencia de la presidencia (oficial, la presidencia efectiva la desempeita el regente de la Cancilleia, figura principal de la Audiencia, al que sucede el consejero mis ‘antiguo en caso de estar aquél impedido; y ‘ue, aunque esté obligado a pedir consejo, no ‘est obligado a seguirlo cuando ¢s injusto. A su Tado aetGan cuatro consejeros, nombrados Por ol rey entre reanicolas de buena concien- fia, mayores de treinta altos, con prictica y iercicio profesional de seis afios, los cuales estan obligados a jurar los fueros y a asst {ods los dias dos horas para oir las causas y ‘dar consejo, En 156 una Sala de fo Criminal den- tho de la Resl Aud con cineo conseje- os, que han de (ener lat mismas cualidades de los que eolienden en las causas eiviles, y fganan quinienios ducados de salario —con ceargo a las Gencralidades, como todos los sa- laries de la Audiencia—. El consejero mis antiguo es quien preside ia nueva Sala, aun~ ‘que el lagarteniente general o virrey, regente de la General Gobernacion, vicecanciller, © regente de la Cancilleria 0 asesor de la Gober nnacion pueden estar presentes y ocupar el pri ‘mer lugar ‘A partir de ese momento se distingue entre los consejeros de [0 criminal y el Consejo de la Audiencia Real o Consejo Real, siendo Ios de menor categoria Jos primeros entre todos fos consejeros, a quienes en 1564 se autoriza para que puedan aceptar la condicion de lu- sarlenientes del Justicia. La Audiencia reside fen Zaragoza, salvo la voluntad del rey, la ce- lebracién de vortes generals 0 cl peligro de la peste —que, por ejemplo, en 1564 ha deter minado el traslado circunstancial a Carine- nna—, determinando siempre la residencia de la Aldiencia Ia det Consejo criminal Cuando el lusarteniente general o el regente de Ia General Gobernacion salen de Zaragoza rho pueden Hevarse sino un consejero, quien, slendo de lo eriminal, iene desde 1646 facul- ad para prender delineuentes halladas in fra gonii, o mediante apellido. En 1533 se prohl- be alos consejeros que salgan de la ciudad antes de que resuelvan los negocios, ni aun bajo pretexto de comisién o de insaculacion. Deciden por el sistema de mayoria, pudiendo facluar slo tres de los cuatro consejeras de lo civil cuando el cuarto muere, renuncia, es pri- vado del oficio o tiene otro impedimento le- gal, sin perjuicio de que entonees los diput dos del reino lo denuncien al vey para que Este proven nuevo consejero, dentro de un mes, extrayendo los propios diputados un nombre de la bolsa destinada al oficio de Iu- farteniente del Justicia cuando el rey no nom- brara, Desde 1564 se precisa causa leitima para pri- var del oficio a un consejero, sobre el que pe- san prohibiciones especiales, como abosar Galyo en causas fiscales 0 de Ja Santa Ingui- sicién), obiener offcios de la Diputacion (des- de 1547), ocuparse en empleos de gobernador © administrador de sefior de vasallos (desde 1678), o intervenir (desde 1533) en causas de consanguineos. Tambien pueden ser recusedos, (6 denunciados como sospechosos de parcial dad, por ejemplo, cuando el hermano actuara como abogado 0 procurador en la causa, ha~ biende de proponerse las sospechas dentro de los treinta dias de que el proceso estuviera dispuesto para sentencia, @ m0 ser que eon jt amento demostrara el recusante que fue des- ppués cuando vino en conocimiento de la La Audioncia real se transforma profunda- mente cuando en 1707 Felipe V dispone que se gobiemne y maneje como las Chancillerias de Valladolid y de Granada, y en 1711 se la ‘asimila a la de Sevilla, creandose una segunda Sala de lo civil y manteniendo los cinco aleal- des para lo criminal, El capitan general susti- tuye al anterior lugarteniente general o vitrey, aunque el presidente efectivo es el regente de la Audiencia, y cesa la obligacion de que los consejeros hayan de ser regnicolas. (J.L.A.] © Historia Moderna: La complejidad a la ‘que lleg6 el aparato administrative de una monarquia poseedora de varias entidades po- liticas tenia que suscitar, de modo inevitable, una seri¢ de Soluciones. En Ia segunda mitad del siglo Xv se agudiz6 el fenémeno, de tal modo que en et reinado de Fernando I de ‘Aragon —soberano de varios territories (sey dde Aragon en 1479)-- se comenzo a crear 0 Feesiructurar les organismos que impidieran cualquier tipo de descontrol. Entre los segun- ddos estaria la Audiencia real o Real Audien- tia, sega se denominaba en la época de Fol pe I (1556-1598). Los soberanos aragoneses Hlegarian a nombrar su /ocumtenens generals © virrey, con un caricter de permanencia “como en otros de sus Estados— mientras que a los cargos de cancille, vicecenciller y regente de la cancilleria se irlan uniendo dis- tintos dociores en Derecho conformadores de audiencias, que serian presididas por los cita- dos lugartenientes. Una audiencia perfeccio- rnada la encontramos en las cortes aragonesas de 1993, donde se establecid el correspondien- te consejo de juristas para asesorar a ls altos cargos indicados e incluso al Justicia de Ara- 6n, produciéndase, en 1510, la novedad de ue los consejeros deberian ser elegidos por insaculacion (los nombres de los candidatos se reflejaban en papeletas, que eran introdue cidas en sacos para su posterior sorteo) bia- nual y desde 1512 anual, siendo su interven ion 3 instancia de parte Enel reinado de Carios I (1816-1886) se reor- ‘ani esta audienciaen virtud de una dispo- Sicin foral emanads de las cortes celebradas en Monzbn y Zaragoza en 1528. Reparo de la Audiencia real. Para ejercer algin control so bre este organismo se disponia un procedi- tmiento de denuneia ante el Justicia de Ara gon —a quien ya no servirian de consejo— Hievado: por sus lugateniente, sorteados ex- clusivamente para Ta ocasion o bien por juris tas aragoneses de designacion real. En las Cortes de Monedn, en 1533, se intentaria sub Sanat algin defecto del sistema. Para supervi- sar alos miembros de la Audiencia, el monar~ ca designaria a dos lerados cade’ dos anos, disponiendose también una serie de plazos para los. distintos momentos del proced- mmiento, Una reforma en profundidad tendria ugar en 1564. La. Reo! Audienc se convierte en un tribunal mis anvplio para consepui la eficacia necesaria. Las inguietudes sociale y politicas on raices econémicas, proyectadas en el fe hémeno denominado bendolerismo, ctearian tal cantided de causis criminales qué el poder real veria neceseria una reforma de la Audien Gia, ya que las causasciviles se hablan retra- fado por la excesive cantidad y urgencia de igs criminales. El nuevo consejo se esructura- fia en dos sas: una de lo criminal, compues- {a de cinco letrados y la que existia en ese ‘momento, para ocuparse Gnicamente de las Cases ives Con esta organizacién legaria a fines de cen turla, como reffere Lupercio Leonardo de Ar- gensola (1604): «En ausencia de los reyes, ef reino de Aragon es goberado por un vireis asi le aman cominmente, aunque el rei, el fuero y él mismo, quando firma el titulo’ de su cargo, no se llama sino lugarteniente gene: ral, cuya jurisdiccign es tan larga que en el ti tulo que le da et rei, Ie dice en latin Alter nos. Este, aunque no tiene voto en las sentencis, todas las que se dan en la Real Audiencia sa” Jen a su nombre. Tiene cerca de su persona un consejo real dividido en dos salas: el uno aman consejo civil y el otro eriminal, y en cada sala hai cinco consejeros; en las dos el ‘mas preeminente se llama regente. Este tiene jurisdiccion fuera de los provesos y firma de Su mano y nombre las letras y provisiones or- dinarias, los otros consejeros no. El regente después de mediodia, todos los que no son de fiesta, va al palacio de la Diputacién y se asienta en su tribunal y da audiencia solemne- mente, en la qual, asentados, asisten los pro- ccuradores de las partes, alegando lo que les convient, y asi se van formando Tos procesos DIENTIAE GAYA UM ‘que dospués votan en el consejo. Al fin de la audiencia, el regente, por medio de un secre fario, que agui llaman eseribano de manda imiento, pronuncia las sentencias que tiene es critas, asi as civiles que él vord con los otros, {Quatro consejeros del consejo civil, como las Griminales, en que él no tiene vato sino en su fexecucion y en algunas sentencias que dicen Interlocutorias, que en audiencia hace de pa labra. Tiene el rei cdrcel piblica y combn, porque no se permite por lei carcel privada, porque todos los presos de qualquier calidad hhan de ser traldos en esta ciudad a esta carcel ‘oa la de los manifestados, si se valen del be- neficio de la manifestacion.» Ala funcién de tipo juridico de los conseje ros deben agregarse otras varias derivadas de su condicion de representantes del poder, como podian ser los informes enviados al so” berano dindole toda serie de detalles sobre Jos candidatos para los cargos municipales de Ja capital de Aragon. La Guerra de Sucesion desembocd en una si- mn adversa para el reino aragonés, aun ‘cuando la oposicion a la dinastia borbénica no fue undnime, dado que el partido francés tuyo sus valedores aragoneses. En. relacién con la Audiencia, y antes de coneluir ef con- flicto en Aragon, ya se dispuso que «la ‘Audiencia de Ministros que se ha formado para Valencia, y la que he mandado se forme para Aragén, s¢ manejen en todo y por todo como las dos Chancilerias de Valladolid: y Granada, observando literalmente las mismas regalias, leyes prdctieas, ordenanzas y cos tumbres que se Buardan en éstas, sin la menor dlistincion y diferencia en nada...» (Real De~ grein de 29-VL1707 y Real Céil de 7X 1700). Conquistado el reino de Aragon de modo de finitivo por el primer borbén, Felipe de An- jou, en 1711, y por Real Decreto de 3 de abril, se reesiructurd la Audiencia, que se compondria de un regente y dos salas: una ei= vil, con cuatro ministros, ¥ otra criminal, con cinco, edemis de un fiscal para ambas. Bn la sala del Crimen se fallarian las sentencias se- ii las leyes de Castilla; en la civil serian con- Sultadas las normas municipales aragonesas, limitadas por el rey a as6lo en Io tocante a los contratos, dependencias y casos en que yo in- terviniese con cualquiera de mis vasallos, en ‘cuyos referides casos y dependencias ha de jugar Ia expresada sala de lo Civil segin las leyes de Castilla» (Real Decteto de 3-1V- 1711), Ea real esolucion de 15-1X-1711 orde- 16 que la planta del organismo se adecuara a Ja de Sevilla: dos salas para fo civil en lugar dde una. En 1742 se suprimiria una de las cin- co plazas del Crimen para crear una segunda fiscalia, con lo cual quedaba cerrado el ciclo de castellanizacién, La creacion y posterior desarrollo, con su ins- titucionalizacion, de la Andiencia real en Ara g6n supuso para la monarquia el manteni- ‘mento de un control frente a dos insttucio- nes que en el siglo XVI habian adquirido una fntonomia peligrosa para la autoridad real: el Tusticiazgo ¥ Ia Diputacibn. En el momento critic —1592— la Audiencia ya no podria te- mer 1a competencia, puesto que se «neutral zabay a ambas, de’ ahi su eliminacin en el momento de ampliar su autoridad Felipe de Anjou y el mantenimiento de la Audiencia, {que asumid (odo el poder judicial, ademis de Tos aspectos legislativos ¥ ejecutivos que su presidente, el capitan general, le iba @ propor: ionar. La scastellanizacion» no afecté a to- ddos los componentes de la Audliencia, ya que siempre hubo aragoneses desempentando la funcion de jueces; no obstante, casi siempre se les vedaron las plazas clave’ de regente y fiscal: entre 1794 y 1807 se cont6 con un re gente valenciano y otro aragonés. Entrado el siglo xix, las reales audiencias se- rian sustituidas por las audiencias terrtoriae les, ya que las tesis burguesas referentes a la ssoberania nacional» habian desplazado el principio desde la monarquia para ponetlo a Bibliog.: Castin10 Genzor, Aw: BI Are chivo histbrico de la Real Audiencia de Ara sg6n} Madrid, 1955, LALIDE ABADIA, J: La ‘xobernacion general en la Corona de Aragén; Zaragoza, 1963. MOLAs RIBALTA, Pu: «Las audiencias borbénicas de la corona de Ara- gon», Estudls, $, Valencia, 1976. REDONDO. Veitemitias, G.: «La Real Audiencia de Aragon», Boletin Informative de la Diputa- cidn Provincial de Teruel, n.° $2, 1918. [GRY] BAILE (de baiulus, «encargado» en lat. me- jeval). Senorial o real, este dltimo, aunque itado en los fueros antiguos como juce ordi- nario, es oficial meramente ejecutivo, a quien corresponde perseguit le falsificacion de mo- heda ya los sarracenos fugitives, practicar onfiscaciones, recuperar tributos.y_multes ddebidas al rey, y tomar posesién para éste del tesoro y demas bienes sin duenio conocido, Debe ser araganés y el Privilegio general pro- Inide que sea adquirido el oficio por judto, Desde 1678, el baile de Caspe, de los Hospita- Jarios de San Juan, puede concurrir a las Cor- tes con el brazo de os prelados. (Administra- cidn® real.) ULAJ BARON, término que, en general, sucle de- signar en la Edad Media a un vasailo del rey, {ue se distingue por su alta posicion social y evonémica. Ahora bien, de una manera més testringida suele hacer referencia a. aquel se- for que ha recibido una honor’, tierra gene- ralmente, de manos del rey, en cuyo nombre la explota y gobierna y a cuya persona tiene Obligacién de asesorar, asi como de acompa- far en sus asambleas o curia® regia. Los ba- rones constituyen parte de fa alta nobleza del Reino, recibiendo asimismo la categoria y de- nominacién de ricoshombres®. La baronte, ue stele inciuirtierras y villas, seré el seno- fo de un baron, titulo que desde Ia baja Edad Media aragonesa tan sélo pueden osten- tar los nobles*. [Ag.U.A.) Se usa como equivalente de rico hombre, aunque puede distinguirse por proceder de los trescientos caballeros que, reuniéndose en las monianas de Ainsa y de Sobrarbe, dieron lu- sear a la eleccidm de reyes en Aragon. [J.L.A.] BRAZOS, los cuatro grupos de representan- tes en que se articulan las Cortes* aragonesas: ricoshombres, eclesisticos, caballeros ¢ in- fanzones, y universidades 0 «brazo teal CABALLEROS, conocidos eruditamente co- mo miles (en singular, miles), son guerreros a caballo 0 asimilados, a quienes se confiere la dignidad especial de ia milicia. Los primiti- vos caballeros aragoneses dan origen a los nobles o barones*, que son caballeros mag- ‘nos, en tanto que los dems son confundides, frecuentemente, con los infancones®, inte: igrantes de la baja nobleza, aunque se_distin- ven de ellos en cuanto que el caballero en- fgendra infanzon, en tanto que el infanz6n no 5 cabatlero hasta que no se le conflere especi ficamente la condicion de tal, lo que exige ‘una promocién previa, que realizan los mag: nates, y aun las ciudades desde fines de la Edad Media. Durante la expansion militar aragonesa con- fiere el derecho de ser sustentado ly su equipo militar con cargo a las tierras y dinero que el rey reparte entre los_ricashombres, pero esto y el rigor en que sélo el infanzén pueda ser promovido a caballero cede poste- lormente, y en 1461 se reconoce que también las cludadanos pueden ser promovidos, que en batalla puede conferise lz condicion a ‘quien no es infanzén, y que también bay ‘otros caballesos, que 10 son por poseer a su costa el equipo. La actuacién deshonesta da lugar a la degradacién, cortando el principe la correa que sujeta la espada, pero ello no pri- va de la condicién de infanzén, Caballeros ¢ infanzones constituyen el nicleo de uno de los brazos* en las Cortes, Su in- Auencia social es muy fuerte, especiaimente ‘en la Baja Edad Media, determinandose en 1265 que el nombramiento de Justicia haya de recaer en un caballero, Al abandonar la vida militar incorporarse ala vida ciudadana, es- Pecialmente desde el siglo XY, la figura del in- fanz6n-caballero es sustituida progresivamen- te por la del cludadsno, el jursta y otros asi- milados. (J.L.A.) Hist. Med.: Esta s clase socal de especial jmportancia en el desarrollo del reino de Ar 1g6n en la Edad Media. E! teritorio aragonés, ue surge en torno a un pequeno niicleo pire- fnaico, se ensanché considerablemente entre los siglos Xt y Xill, gracias a la reconguista: ésta necesitaba contar con combatientes a ea: boallo bien equipados. y, para conseguirlos, los reyes emplearon la mayor parte de las ren tas de tierras o dinero, que enlzegaban a sus bbarones 0 ricoshombres, a fin de que éstos les sirvieran en la guerra con determinado mime- ro de caballeros, cuya soldada acabo fijando- se en $00 sueldos. Muy pronto el rey forme también su propia mesnade, con caballeros a los que pagaba él directamente, Estos caballeros han recibido Ia investidura de armas —que los distingue de los no no- bles— constituian una worden», y, como ta- les, encarnaban los ideales morales y caballe- resc0s, a los que debian acomodar su conduc- ta, Los Fueros® de Aragén de 1247 senalan sus principales obligaciones, asi como el ritual por el que se procedia a degradar al indigno ero no todos los caballeros eran nobles. Co- mo en el resto de Espana, os fueros munici pales y los prvilegios de los reyes estimularon Ta creacidn de tina caballeria popular, sobre todo en las cludades de frontera, mediante In concesion de exenciones fiscales a quienes po- feyeran caballo y armas en condiciones de combatir. La importancia social de los eaballeros_ se Feflc}é en la vide politica, Junto con los in- Fanzones, formaron un cuarto brazo en las Cortes* de Aragon desde Jaime* IL. Seles re- servaron ciertos cargos, como el de Justicia de Aragon despues de las Cortes de Ejea de 1264. También se les reservaron, al menos ini cialmente, algunos cargos rmunicipales (como el de zalmedina de Zaragoza) y participaron en su regimiento (caso de Barbastro); pero, fen general, los municipios se les mostraron hostles, por ser un grupo privilegiado y no participar normalmente en las cergas munici- pales: se tiende a excluirles de los cargos Dblicos, siendo sustituidas, en el caso de Za- Fagoza, por los «ciudadanos honrades», que, por oira parte, obtuvieron el privilegio de ser armados caballeros. En otras comunidades*, como Calatayud y Daroca, se les hostigaba bajo cualquier pretexto, legdndose a veces a atrasar sus casas, [B.P.M.] CAPITAN GENERAL, magistratura supre- ‘ma en materia militar. Durante la época de los Ausirias su condicion se atribuye al virrey*, y en la época de los Borbones preside la Audiencia Real, desplazando a aquél HLA ‘+ Historia Moderna: Los Borbones institu- yen el cargo de capitin general como autor dad al frente de la Capitania General de Are {26n, division territorial de base militar orga- hizada por esta dinastia en el siglo xvii. Feli- pe V, por R.D. de 31V-1711, dispone que haya en cl reino de Aragon un comandante general, a cuyo cargo estaba el «gobiern0 mi litar, politico, econémico y gubernativon. Es. te comandanie general del reino de Aragon pasa a llamarse capitan general del reino de ‘Aragon a partir de 1722, siendo Lucas de Spinola el primero que es llamado asi en los reales decretos de 28 de agosto y cédula de 10 de noviembre, que lo nombran para el cargo. Desde entonces, la denominacién comandante general se reserva solamente pata los nombra- ‘mientos de caraeter interino, que se hacian linicamente en caso de ausencia, enfermedad ‘© muerte del capitan general. Y en 1800 se es tablece, ya con cardcter permanente, un se- gundo ‘abo o comandante militar para suplir Jas ausencias del titular, designandose para ello al mariscal de campo Francisco de Eguia, gobemador de la plaza de Jaca. El capitan 0 comandante general viene # asu. ‘mir semejantes funciones de los virreyes de la epoca austriaca. Son primordiales las de ca- rcter militar como jefe superior de las fuer- 22s armadas, con jurisdicion sobre los gober. rnadores militares de los partidas, Pero su autoridad se extiende a todos los Grdenes de la administracion territorial: ejerce el mando politico; en lo econdmico, preside la Junta 0 Tribunal del Erario; y es presidente nato de I Real Audiencia En la Audiencia, dnicamente se interesa_ en Tos asuntos administraivos y de orden publi- co. Ademas del titulo de capitan general, debia presentar nombramiento expreso de Ia Real Cémara para el cargo, y segiin ce dispu- So por una real cédula en’ 1717, debia pres- tar juramento de defender ef misterio de la Purisima Concepeiin y las leyes civiles de Aragén en el acto de la toma de posesién, Gue se celebraba en la Sala del Acuerdo. Ei Real Acuerdo (comision de miembros de la ‘Audiencia) constituye su cuerpo consultivo en los asuntos de gobierno, cuya actividad se ‘manifiestaen las consultase informes al rey 0 a su presidente, y en el conocimiento y acuer- do (autos acordados) sobre muy diferentes cuestiones que le competen: cumplimiento de disposiciones reales, nombramientos de ofi- cios en los partidos, régimen interno de la ‘Audiencia, ete. (Archivo de la Audiencia Te- torial de Zaragoza: Registros del Real ‘Acuerdo 1711-1802: 7, Libros de Acuerdos; 2. Libros de Consultas ¢ informes). Aunque ‘no interviene en los asuntos judiciales, las sentencias —provisiones— que se dictan van encabezadas con su nombre (Archivo Audien- cia Territorial de Zaragoza: Libros de RR. Provisiones 1588-1873). —CAPITANES ¥ COMANDANTES GENERALES DE ARAGON: J: Alberto Octavio, principe T’Serclaes de Tilly, primer comandante gene- ral del reino de Aragon; de 1711 a. 1714.2: Juan de Acuia, marqués de Casafuerte, te- niente general de los RR. Ejércites, coman- dante general del reino de Aragon de mayo de I7IS a enero de 1717, fue trasiadado a Ma- llocea. 3: Marqués de Lede; nombrado por R Deereio de 31-1-1717 comandante general del rein de Aragon, no lega a desempenar ef cargo. 4: Feliciano de Bracamonte, mariscal de campo, gobernador de la ciudad de Zara- for, comandante gener interno del reno fe Aragon; fue nombrado para desempeniar la interinidad desde el cese’ del marques de ‘Casafuerte hasta la llegada al reino del ya nombrada marqués de Lede, de marzo de 1717 a junio de 1718; pasd después a Barcelo na, 5: Marqués de Caylus, teniente general, ‘comandante general iterino del reino de Ara~ ‘gon de junio de 1718 a noviembre de 172 fue nombrado para suplir fas ausencias del reino del marques de Lede y de Feliciano de Bracamonte. 6: Desde noviembre de 1721 a diciembre de 1722 es presidente interino de la Audiencia Manuel de Orleans, conde de ‘Chari; no hay constancia del cargo como ca: pilin general. 7: Lucas de Spinola, mazqués de Alconcher y Villarejo, conde de Slrvela y de Valverde, margués de Santacara, gober~ rnador y capitan general de Aragén de diciem- bre de 1722 hasia su fallecimiento en 1750; durante su mandato permanecié ausente del Telno en numerosas etapas: en sus ausencias de 29-1V a 8-VII-1726, de enero a diciembre de 1727, de febrero a diciembre de 1732, de ANDO DEL. CAPITAN CENERAL BE ARAGON B81 ‘octubre de 1733 a 1736 y de diciembre ce 1738 a septiembre de 1739 no se nombra co- mandante interino, presidiendo la Audiencia, cn la primera, José Dubus, gentithombre de cchmara de entrada de S.M.; en las tres si- fuientes, el regente con los oidores, yen la &l- tima, José Vallejo, &: Jaime Miguel de Guz- man, marqués de la Mina, conde de Pecuela, teniente general, comandante general interin del reino de Aragon en ausencia de Spinola, ‘que reside en Madrid, de diciembre de 1732 a ‘octubre de 1733. 9: Alejandro Cecile, conde de Cecile, teniente general, gobernador y co- ‘mandante general in‘erino del reino de Aras g6n desde fines de 1736 o principios de 1737 hasta su muerte, en marzo de 1738, 10: Fran- cisco Pignatelli, mariscal de campo, gobern ‘dor y comandante general intetino dei reino de Aragon (20 recibid el nombramiento de presidente de la Audiencia, en la que pt el ao 1739 José Vallejo) de marzo 1738 a marzo 1740, 17: Lucas Fernando Patio, marqués de Castelar, teniente. general, co” ‘mandante general interino del reino de”Ara- gn de marzo de 1740 a noviembre de 1741. 12 Franciseo Pignatelli jerce de nuevo como comandanie interino desde noviembre de 1741; en la Audiencia preside el regente con los idores, 13: Luis Gonzilez de Albelda, marques de Cayro, mariscal de campo, gober~ nador y comandante general del reino de Ara- ‘g6n de enero de 1746 a mayo de 1751. 14: Lucas Fernando Patino, marques de Castelar, capitan general de los RR. Ejercitos, goberns dor y capitan general del ejercto y tropa del reino de Aragon, sucediendo a Spinola, de ‘mayo de 1751 hasta su muerte a principios de 1768; se eusert6, con liceneia del rey, a la Corte de marzo de 1784.8 junio de 1760. 15: Joaquin Montserrat, marqués de Crullas, ‘mariseal de campo, Comandante general Fino del reino de Aragon en eusencia del mar- qués de Casiclar, de mayo de 1754 a marzo. de 1760, 76: Wolfango José de Bournonille, conde de Flegnies, teniente general, goberna- or y capitan general del ejercito y reino de Aragon de septiembre de 1768 a noviembre fe 1769; en octubre de 1769 se ausentd con i cencia del rey, a la Corte, y exsa al ser s an RESPVESTA A VNAS CONSIDE. RACIONES POR ELS Capitan de Guerraheehas con Real jusifdcon, eames reas Sehucoes Senaimnssrneoeyeedgesde = 1 eee Eherecyunccen stants aera cae olga per ceric Eide nmin) are sieciatlpata ite tna Sree Raye ng re re ce rete hoe care ombrado por S.M. guardia de Corps; en oc- tubre de 1769, al ausentarse el conde de Fleg~ riles, Antonio’ Azlor, teniente general, se en ‘carga del mando politico de! reino, y en la ‘Audiencia preside et regente con los oidores 77: Antonio Manso Maldonado, teniente ge- feral, gobernador y capitan general de Ara- son, de teptiembre 1770 hasta su muerte en oviembre de 1778. 18; José de Gregorio y Mauro, marqués de Vallesantoro, teniente ge- neral, gobernador y capitan general cel ej to y reino de Aragon de junio de 179 hasta ‘su muerte en julio de 1784, 19: Miguel Jost Maria de la Cueva Belasco, dugue de Albur- ‘querque, teniente general, capitan general det ejercito y provincia del feino de Aragon de noviembre de 1792 a febrero de 1795; paso a Ia Corte y fue nombrado capitan de alabarde- ros, 20: José Antonio de Courten y Gonztlez, feniente general, gobernador y capitan gene ral del reino de Aragon de julio de 1795 a su muerte a fines de 1796. 27: Jorge Juan de Guillelmi y Andrada, teniente general, gober- ‘nador y capitin general del regimiento y reino ‘de Aragon de septiembre de 1797 a junio de 1808. En el periodo francés, Luis Gabriel de Suchet, conde del Imperio, Wega a ostentar, de 1809 % 1813, todos los poderes. 22: Jose Rebolledo de Palafox Melci, capitin general de los RR. Ejércitos, capitan general del tito y reino de Aragon de septiembre de 1814 ‘t octubre de 1815, 23: Luis Rebolledo de Pa: Tafox Mele, teniente general, capitan general del ejército y reino de Aragén de octubre de IBIS 8 marzo de 1820, Durante el periodo constitucional de. 1820- 1823, ef cargo tiene solo funciones militares. 244: Felipe Fleyres, mariseal de campo, gober- inador y capitan general del ejercito y teino de Aragon de mayo 1823 a diciembre 1823. 25 Pedro Le Gallois de Grimarest,teniente gene- ral, capitan general del ejército y reino de ‘Aragon de 28 de enero a 26 de mayo de 1824, 26: Carlos de Espana de Couserans, teniente general, capitan general del ejércto y reino de ‘Aragon de junio de 1824 a julio de 1825, 27: Luis Alejandro Procopio de Bassecourt, te rlente general, capitan general del ejército y reino de Aragon de julio de 1825 # enero de 1826, 28: Rafael Sempere, mariscal de cam- LUCAS FERNANDO. PATIO. SRS Pe AO Set Ss ee i ee po, de enero a febrero de 1826. 29: Felipe ‘Augusto Cahallero Leciement de Saint Mara, tenienic general, capitan general del ejército y feino de Aragon de marzo de 1826 « sep- tiembre de 1830. 30: Manuel Llauder, tenien te general, gobernador y capitin general del cejéreito y'reina de Aragon de septiembre a octubre “de 1830, 3/: Blas de Fournas. Labrosse y Gailhac-Lagardie, teniente gene- ral, gobernador y capitan general del ej y reino de Aragon de noviembre de 1830 a oc- tubre de 1832. 32: José de Ezpeleta, conde de Ezpeleta, mariscal de campo, gobermador y capitan general del ejéreito y reino de Ara- On, de octubre de 1832 a enero de 1835, Desde 1835, et capitén general en Aragon re- duce sus competencias a las propiamente mil tates, organizandose a fines del siglo XIX las regiones militares, que agrupan a diversas provincias, y pasando a ser, pues, el capitan eneral de la regidn. |A.X.E CONCESO (Hist. Med,), asamblea vecinal que interviene en la administracion® munic al, Hay que distinguir entre el primitivo con- Cilia, perduracion del conventus publicus vi ‘inorum de la Espatia visigoda, y el concejo municipal, con personalidad juridico-pabliea, y mayor 6 menor autonomia segin los distin tos municipios ‘+ Hist, Derecho: Es el concejo corporacién © universidad de vecinos y habitantes de-una ciudad, villa o lugar. De origen incierto, et Privilegio General le restituye la facultad de laborar sus propias ordenanzas, como tam- bign dispone que las ciudades y villas comprendidas en las honores de los ricos hombres se restablezcan al gobierno de éstos. ‘May variado en su organizaciOn, en el conce- jo s¢ distinguen organos individuales y colee- tivos. Entre los primeros u oficiales, los mas ‘importantes son el justicia 0 zalmedina® y los jurados, a los que siguen almotacafes, sindi- cs, mayordomos, clavarios y una serie de agentes, como cortedores, capdeguaytas, guat- {das y otros, en tanto entre los érganos colect- vos se encuentra el concejo abierto, cuando se trata de asamblea de todos los vecinos por tratarse de lugar pequefio, o el concejo, con ‘cejo de concejantes y denominaciones simila- tes, si est Integrado por una representacion vecinal reducida, Sélo los oficiales pueden ser reconvenidos cuando el concejo comete dato © maleficio, aclaréndose en 1578 que los con- teejos no deben contribuir a la defensa de sus oficiales, salvo el caso de que la acusaci6n na- tiera de mandato de la corporacion en tanto en 1381 se habla declarado que al emitise Hae mamiento piblico contra un concejo pre- texto de delito cometido por los oficiales, s0- Jo hasta diez vecinos podrian ser detenidos, correspondiendo al arbitrio del juez el dismi- ruir dicho nimero.. ‘= Bibllog.: EDo Quintana, A.: «Un muni- cipio arazonés en el siglo xvin; Anuario de Derecho Aragonés, 1949-50, pp. 39-237, LU- CAS ALVAREZ, M.: «Apuntes historicos sobre el municipio de Canfranen, Pirineas, Zarago- za, 1952, pp. 31-123. CANELLAS LOPEZ, A. “Zaragoza medieval (1162-1479)p; en Historia de Zaragoza, Zaragoza, 1976, pp. 197-430. FALCON, L.: Organtzacion municipal de Zara- ‘goza en'el siglo xv, con notas acerca de los drigenes del régimen municipal en Zaragoza; Zaragoza, 1978. (LLL:A.] CONSEJO DE ARAGON (Hist. Mod.). EL ‘Sacto Consejo Supremo de la Corona de Ara- ‘g6n (Sacro Supremo Consilio Aragoniae Co- ‘onae) es el maximo érgano de naturaleza ad- ‘ministativa en toda la Corona de Aragén, desde el momento de su aparicién en 149% hasta el de su desaparicion por el Decteto de Nueva* Planta, con escasa actividad politica dada la existencia del Consejo de Estado y del Consejo de Castilla, que dan lugar a que ab guna vez no sea considerado sino como Con Sejo de la provincia de Aragon. Mientras en Valencia, Baleares y CerdeRa es dreano judicial, en Catalufa sw intervenci6n judicial se reduce a cuestiones patrimoniales ¥ de interpretacion de privilegios, y en Arag6n todavia es menor, pues en 1626 se declara que Jo que trata son umaterias de estado, gracia, govierno, y guerra, y ninguno de justciay. Los que en la practica ocupan casi toda su ac- tividad son los asuntos de gracia, y dentro de estos, los de provision de oficios, pues, inelu- or crt pana ne Sacko Consé0 SUPREMO DE ARAGON: DOCUMENTOS eee s0, cuando ha tenido que intervenir mis deci- sivamente en las cuestiones politicas se ha transformado en otro organismo, como la Junta de la Governacién de los Reynos. EE origen se encuentra en el desarrollo de] Consejo creado por Pedro IV y constituido por el eanciller, el vicecanciler y el regente de la Cancilleria, io que indica un principio co: sayin con la Audiencia* Real, si bien sta se esarrolla en eada uno de los reinos, y como asesora de la cancilleria para los asuntos judi Ciales, mientras aquél es un consejo de todos los miembros de la Cancilleria y tnico para toda la Corona, dedicado preferentemente a I Administracion. Se erige presidido por el vieecanciller, dado que e) canciller es un ecle- sidstico al que para actuar le imposibiltan ine smpatibilidades de orden fisico y moral, A su lado, se encuentran seis regentes de la Can~ cilleia, es decir, dos por cada uno de los territorios peninsulares de le Corona, aparie de un abogado fiscal, cuatro secretarios y el tesorero general de la Corona, siendo Ia con- dlicign de rogence la suprema desde el punto de vista social por lo que se refiere a ia carte. ra judicial del reino, aunque esto no se ba vis- to acompanado siempre de superioridad eco- nomiea, dada la dificultad y carestia de la vi vienda en la Corte, es decir, en Madrid, don- de ha residido perimanentemente el Consejo. En 1622, la monarqula trata de sustitule el vie cecanciler por tun presidente perteneciente al festamento de los ade capa y espaday, sin la condici6n de nacimiento y domicilio en slgu- no de los terivarios de la Corona de Aragon, contra lo que protestan los reinos, consiguien do que en 1646 se restituya la presidercia al vicecancille, lo que continia sin intecrupcién haste 1692, en que la monarquia vuelve al sis- tema de presidentes. Este negocio, que et pro- pio Consejo considera «el mas grave que pus: fe oftecerse en los Reynos de la Corona de AAragonn, refleja Ia profunda crisis de la mo- narquia, en la que se mezclan contiendas po- litieas, Como la del centralismo ausiriaco y el ‘autosomismo estalano-aragonés; territoriales, como la de los reinos de Leén y Castilla, de tna pacte, y los de la Corona de Aragon, de tra: ¥ sociales, como la del extamento de la robleza frente al grupo profesional de los ju- ristas 0 togados, ya que la adscripcion al ccanciller representa la vinculacién a un jurista nativo de la Corona, en tanto la presidencia permite la designacién de nobles allenigenas fundamentalmente, castelanos— y, a. su vet, ello lleva consigo el que en un ease se ha- yan de observar las normas especiales de la Corona de Aragon, mientras que en el otro 10 que predomine sea Ia defenss de las regallas de la Corona. El nombramiento de presidente leva consigo también la posibilidad de ‘nombratlo en gobierno, es decir, en saci dde provisional y sin la remuneraci6n oficial, iidiendo recaer en personaje «de capa y es Dada, en lugar de tener que ser und de los Fepentes de le Cancilleria el susttuto, El regente de la Cancilleria del Consejo de ‘Aragon procede normialmente de la condicion DEY xIRRRREND D. Balzer kim el Cll ef 88 ni re ana Forma on qui ha’ de ir ob Consaie Real com de Ingato 7 et Cis oy ‘practi del Corpus ‘Con iorivo dela exeincion del Cots de regente de la Cancilleria o Regente de la ‘Audiencia Real, lo que supone el predominio e los juristas, pero la ausencia de funciones Jdiciales por lo que se refiere a Aragon ha eterminado en 1626 pretensiones del esta- ‘mento wde capa y espada», y en la segunda Iitad del siglo Xvi, si bien se observa la pre- sencia de juistas cflebres como Manter 0 co- ‘mo Juan Luis Lopez, puede apreciarse tam- bign el predominio de la nobleza a través de los titulos de condes y marqueses que osten- tan sus componenies, Oxr0 elemento fundamental det Consejo lo es el protonotario o secretario del mismo, pues esol que prepara la discusiOn de ls asuntos y gue los ejecuta, ademas de ser el elemento tuis permanente Fs posible que el Consejo se haya reunido tas veces en pleno, y otras en seacione, 0, Sabre todo, deniro de él parece haberse cons: fituido Oratnos especiales para materas deter- minadas 0 para. crcunstancas exraordina- fas, como Io demuestra una titulada Junta de Jas Materias de Aragon, que acti ea el pe- riodo de turbaciones ea’ Catalina en el siglo Kui, Aparte de itervenir en a provision de dficios, que a sido su actuacion principal, el ‘CONSEUO DE ARAGON (ana) 7VO SU SIDE EN CASTE. RYE Gath Sabketo WARBERAN: PDETALLE DE LA Fae eeabas vr sag ee Boletin@ Oficial. ee penne ne ‘GSO DB ARAGON 99639» ROLETIN OFICIAL OB Consejo de Aragon ha desplegado cierta acti- vidad politica, y en este sentido se he ocupa- do de'la austeridad en el gasto piblico con ‘motivo de los Funerals de los reyes y a coro- naciOn de los principes, la tramitaciGn de las ordenanzas municipales, la censura de libros, la proteccién de los franceses residentes en ei reino 0 la concordia entre los poseedores de lugares de moriscos y sus acreedores. (Arch vo del Consejo* Supremo de Aragon.) + Bibliog.: Risa, C.: Bl Consejo Suprema de Aragon en el reinado de Felipe II; Valen- ia, 1914, LALINDE ABADIA, J.: «El vicecan- ciller y la Presidencia det Consejo Supremo de Aragon; Anuario de Historia del Derecho pel, XXX, Mats 6, wp Hans A. CORONA DE ARAGON® (1137-1707), for- ma politica que resulta de la coordinacién del reino de Aragon y del principado de Catalu- fa, ast como de Su expansion ulterior por el Mediterraneo. En 1137 se celebra el matrimo- nio entre Ramén Berenguer IV (1137-1162), ‘conde de Barcelona y la infanta dofa Petro- nila, hija de Ramiro II el Monje, rey de Ara- ‘gon (1134-37), y de dofa Inés de’ Poitiers, en- ‘regando el suegro a su yerno el reino a modo dde dote, y renuneiando a disponer de él, con lo que el sefiorio (domrinatum) se transmite a la infanta, y el gobierno (principatum et us) se confiere al conde catalin, consolidandose la union en el hijo de ambos, Alfonso I (1182-96) La reunién de la titularidad det poder sobre los tervtorios de Aragon y de Cataluna en ‘unas mismas manos no supone la fusion nila pérdida de la autonomia de ambos, por lo ‘Que puede decirse que constituyen una forma Pluralista coordinada de poder, una ‘union ‘personal 0 una confederacién, en la que el ‘itulo superior por su dignidad corresponde a ‘Aragon —que es un reino, y, por tanto, su ti: {ular es ua rey—, lo que se confirma cuando Pedro Il (1196-1213) es coronado por el papa Inocencio II. Hasta 1410, en que fallece sin sucesion Mar- tin I el Humano (1396-1410), los reyes, en ‘cuanto sucesores de Ramon Berenguer IV, pertenecen a la que puede llamarse Casa de Barcelona, en tanto que, elezido tras el Com promiso* de Caspe Fernando I el de Ante- quera (1412-16), la dinastia gobernante es la castellana de los Trastimara, a la que sucede Ja Casa de Austria con Carlos 1, de Espaia (516-56). La sucesién en el trono se realiza conforme a la costumbre aragonesa, fijdndose erios principios en el Compromiso de Caspe; y cuando aquélla no se observa, como en el caso de Carlos Il, lega a provocar la guerra vil Hasta 1213, la politica aragonesa se desen- vuelve, preferentemente, en los teritorios ul- trapirenaicos, donde Aifonso Il obtiene en 1172 el Roselién y asegura la Provenza; pero partir de la primera fecha citada, en que Pedro I muere frente a Muret, aunque su hi jo Jaime 1 (1213-76) adquiere el seaorio de Montpellier de su madre, Maria de Mont- pellier, el interés se desplaza hacia el Medite- rraneo, una vez que se fijan los limites con Castilla tomando Ariza como punto de refe- rencia en el tratado de Aimizra® de 1244, y en dl tratado de Cobeil, eelebrado con Luis 1X de Francia, éste renuncia a Barcelona, Urgel, Besali, ef Rosellén, Ampurias, Cerdafa, Conflente, Gerona y Vieh, a cambio de que el monarca aragonés renuncie a todo el sur de Francia, incluido el condado de Provenza. La fijacion de limites se practica también entre los dos terrtorios integrantes de la jo- ven forma politica, pues al tratar de declarar- se en 1214 una trogua general en toda Catal. ‘a, se considera que ésta llega hasta ef Cinc yen 1244 se considera que en Cavalufa signi- fica tanto como desde ef Cinca hasta Salses, con lo que Létida, ciudad que ha acudido a las Cortes aragonesas, queda en Catalufa, y se rechazan las preterisiones aragonesas, que fran las de que la linea de separacion no fuera la del rio Cinca, sino la del rio Segre; aunque Monzin y Fraga, situadas a la de- recha del Cinca, permanccen aragonesas, 10 {que también se confirma en 1283 para el con- dado de Ribagorza hasta /a clamor de Alma cella. Los titulos en que se funda la expanstn cata lanoaragonesa por et Mediterraneo son los de reconquista, como en el caso de Mallorea y de Valencia; Ia alianca matrimonial, que per- mite a Pedro III la ocupacion de Sicilia; la concesi6n pomtificia, que autoriza a Jaime IL para dominar Coroega y Cerdenas y ta adop- idm, que erige a Alfonso V en protester y si ‘eesor de la reina Juana, en Napoles. El reino de Mallorca se reconquista en 1228, integrando como «islas adyacentes» a Menor ‘eve Ibiza, de las que la segunda se incorpora ‘en 1238 por conquista del arzabispo de Tarr gona, y la primera, en 1286, en los dias de Ale fonso IMT (1285-91). Por el mismo thiulo, Jaime L ocupa e} reino de Valencia entse 1232 ¥y 1245, que, como Mallorca, no se incorpora fia Aragon ni a Catalufa, sino que amplign Ja forma politica coordinad La conguista de Siva por Pedro IIL (1276- 85) en 1282 tiene jugar en virtud de que aquél acaudilla el movimiento gibelino en euanto ‘esposo de Constanza, hije de Manfredo, que hig regido la isla ea’ nombre de Conradino, nieto por linea bastarda de Federico II de Alemania, y frente a la casa francesa de An- jou, pero su hermano Jaime it (1291-1323) tiene que renunciar a ella en 1295 por el trata- do de Anagni, pasando 2 ser gobernada por una dinastia derivada aragonesa, hasta volver al tronco de la Corona de Aragon con Martin Ty, sobre todo, eon Fernando I. La concesion de Cércegs y Cerdeita a Jaime Hl por el misma tratado ha empezado a ser cconseguida por una expedicion de futuco Al- Fonso IV en 1323-24 a Cerdena, consoligan dose con Pedro LV; con Martin 1, que ha te- nido que sofocar rebeliones en 1391 y 1410, y con Fernando 1, sin que el éxito haya acom pallado los inteatos de dominar Coreeza, es- pecialmente realizados por Alfonso V (1416- 58) en 1420, Por su propia cuenta, los combatientes desocu- pads tras algunas de estas campanas, en espe ial Jos conoeidos como almogavares, Hegan a lominar los ducados de Atenas y de Neopatria entre 1311 y 1318, que Pedeo IV consigue in- corporat a la Corona en 1379, hasta 1388, por Jo que se refiere a Atenas, y 1390, por lo que se reliere a Neopatra, ya en los dias de Juan 1 (1387-96), Alfonso ¥, adopuado por la reina Juana de Napoles, ha entrado triunfante en este reino en 1442 frente a los angevinos, pero el reino ro se ha incorporado a la Corona, sino que hha pasado a una linea derivada, a'la muerte de aquel, hasta ser reconquistado por Fernan- do IK (1498-1516) en 1504, lo que ya no corres- pponde a expansién de la Corona de Aragon, pues unida éstaa la de Castilla tras la boda Ge Isabel y de Fernando en 1469, aquella se Gisuelve en la actuacidn de la Corona de Es- pana, dentro de la cual pierde importancia politica, hasta desaparecer con los Decretos de Nueva Planta, dados a partic de 1707. Dentro de los terrtorios nucleares, el reino de Mallorca ha sido el mas fluccuante, pues se hha separado del tronco al morir ‘Jaime t, reuniendose muevamente en 1285 y separin: dose otra vez como consecuencia del tratado dde Anagni, si bien ligada por lazos feudales, hasta reincorporarse definiivamemte en 1343 +44.con Pedro IV. La expansion valenciana ha sido catalano-aragonesa, participando activa: mense la nobleza de la primera nacionalidad, ‘vida de nuevos repastes de tierras. La parti- cipacin aragonesa ha sido mucho menor en el es(o de la expansion mediterranea, hasta ef punto de que una de las reivindicaciones det Privilegio General ha sido la de no tener que seguir al rey en fas empresas ultramarinas. Esa expansign ha sido, fundamentalmente, de signo catalan y a fin de faclitar un activo co- _mercio con los paises ribereos del Mediterra- nico y cont el Oriente proximo, a través de la conoeida como ruta de fas especias, dado que la importancia de éstas, tan deseadas por el Gccidente al clevarse ef nivel de vida, es lo ‘que ha atraido gran parte de la navegacién ¥ del comercio, dando lugar al desarrollo de los consuladas 0 representaciones mercantiles ue, asimismo, han asumido la actividad ju- dlicial entre los’ mercaderes. Ello ha implicado una actividad militar intensfsima, unas veces, Frente a Francia, poseedora de grandes intere” s¢s en el Mediterraneo, y frente al pontific do, que ha ayudado a aquella potencia; y ‘otras frente alas florecientes repliblicas it lianas, como Pisa, Venecia y, sobre todo, G&- La dificil situacion en que han colocado estas empresas los reyes, les han obligado a reali- ‘zar importantes concesiones a la nobleza y a los concejos, destacando documentos como el Privilegio General, los Privilegios de fa Unidn ‘0 el Recognoverunt proceres. El rey ha sido el lazo de unién de todos los terrtorios, que han disfrutado de Cortes y parlamentos pro- pios, aunque tambien han existido Cortes ge- nerales, en las que se han reunido aragoneses, catalanes, valencianos e, incluso, mallor- quines, Tambien se ha desarrollado alguna institucion comin, como es el eas0 de la Go bbemaci6n General, aunque ésta ve ha diversi= ficado después a través de diversos represen antes. El ordenamiento juridico ha sido diferenciado , incluso, ha cristaizado en sistemas de di- versa naturaleza, y asi, mientras Catalufa, donde e! principe y las Cortes han legislado & tuavés de consttulions, se ha abierto al De- echo comin, especialmente desde 1408, 10 {que también fa sucedido en Mallorca con an- terioridad y, en menor medida en Valencia, donde se ha legislado a través de furs; en Aragon se ha opuesto una notable resistencia al Derecho romano. Todavia mayor ha sido el contraste entse estos sistemas y el castellano, cuya fuerza expansiva se han visto obligados 4 suftir en a Edad Moderna, dando lugar a enfrentamientos violentos con la monarquia, sobre todo en Valencia y Aragon en el siglo Xvi, y en Cataluna en el siglo xvii, que no hat’ sido superados sino por la via de la fuer- za al advenimiento de los Borbones. * Bibliog.: GARCIA-GALLO, A.: «El derecho de sucesién del trono en Ia’ Corona de Ara- én»; Anuario de Historia del Derecho Espa- ‘Rol, XXXVI, 1966, pp. 5-187. GisENtz So- LER, AW! La Edad Media en’ la Corona de Aragon; Barcelona, 1944. Font Rivs, J. M. “Las instituciones de la Corona de Aragén en la primera mitad del siglo xv»; IV Congreso de Historia de la Corona de Aragén, Palma de Mallorca, 1955. LALINDE Apabia, J.: «Las instituciones de la Corona de Aragén en €l siglo xiv; VII Congreso de Historia de la Corona de Aragon, vol. Ul, Valencia, 1970, Pp. 9-52. REOLA, J.: Introducci6 a la historia de la Corona d’Aragé; Palma de Mallorca, 1969, Vincké, J: Staat und Kirche in Kata- lonien und Aragon wahrend des Mitelalters; Monster, 1931. U.L.A.] CORONACION REAL, acto litirgico que en la Edad Media solemnizaba el acceso al trono del nuevo rey, e implicaba la aceptacion de la corona y otros simbolos propios de la realeza, Jo que confiere 0 confirma el titulo de rey ¥ permite ostentar la corona real sobre el escu- do de armas. De origen visigodo, se difundio Iuego entre los francos, y posteriormente por toda Europa, llegando también a los reinos espafoles de Ta Reconquista ‘Como tal acto solemne, en Aragon no es at- terior a Pedro* II (se ignora la practica ante- rior), lo que resulta tardio en relacion a Cas- lla y ottos terttorios europeos (aunque mo- nareas como Alfonso* Il y otros llevan coro- nna, que deben adoptar cuando se casan 0 son armados caballeros, pasados los veinte afios, sin que conste que hayan sido alzados sobre ol pavés, a Ia manera navarra), En 1204, Pedro II viaja a Roma ¢ infeuda ef ino al papa (entonces Inocencio III); es de- cir, se declara su vasallo y se compromete a Dagarle doscientos cincuenta mancusos anuales =renovando en parte lo que habla hecho Sancho Ramirez en 1089, aunque éste se ha- bia encomendado s6lo personalmente, y com: prometido al pago de quinientos mancusos-—. Inocencio III autoriza que los sueesores de Pedro Il se coronaran del mismo modo, pero solictando en eada easo la corona a la Santa Sede. Los monareas posteriores no aceptaron esta situacién, Jaime* 1, aunque viaja a Roma, vuelve sin coronarse, poraue admite pagar los atrasos debidos, pero no quiere comprometer- S¢ a nada que reduzea el poder que ha con- ‘quistado con su espada; no logré que el papa aceptara sus condiciones, y murid sin coro- La coronacion se reanuda con Pedro UL (1276), pero dentro del reino y, aungue se rea- lice por la Iglesia, sin que se renueve la in- feudacion. Pedro Ill y Alfonso* Ill (1286) Drotestaron ante notario que no recibian Ia Corona de Roma, sino por derecho propio. Alfonso IV y sus sucesores, para borrar todo vestigio de supedicacion a los eclesiaticos, se colocaron Ja corona ellos mists, sin perma tir que lo hiciera el prelado oficante, rom- piendo asi una larga tradicion, Pronto fueron Imitados por otros reyes espafioles A partir de Pedro I, Ia coronacién se electiia ‘en Zaragoza, lugar designado por Inocencio MH, oficiando el metropolitan de Tarragona hhasta que le susttuy6 cl de Zaragoza, didcesis clevada en 1318 a arzobispado. Aunque algu- nos reyes protestan que pueden hacerlo donde uieran, aceptan coronarse en Ia ciudad que se considera cabeza del reino y de la Corona, ¥y esta coronacién se reflere a toda la Corona de Aragon, pues asisten representantes catala nes y de Ios restantes territorios de aquélla Pedro If no se intitula rey hasta que se coro- hha, aunque probablemente frente a Roma, y Porque se entienda que no renuncia a los de- rechos ala herencia total de Jaime I; y Alfon- 0 TI tiene que justticar ante los aragoneses cl que se llame rey antes de coronarse, para lo ‘que alega que ya se le disigen como tal, y ‘que, ademas, ya lo es de Mallorca, ‘SoRONACION: PECUMRTO DE REIVINDICACION DEL D- RENO Be CORSAACION POR FELIPE BE ANTON BN, A Pedro I le habia impuesto Inocencio 1 ‘manto y dalmatica, y ademas, corona, cetro, pomo y mitra. (No es cierta la leyenda de ‘que, colocando 1os pontifices la corona con Jos pies, el monarca aragonés, para evitar la hhumillacién, construyera la corona de pan biando, obligando asi al papa a emplear las manos.) En la eoronacién de Pedro Il se ha debido’ de observar un libro de ceremonial utilizado para los emperadores, en tanto que fen Ja de Pedro lil y Alfonso Ill se emplea tuno existente en el archivo biblioteca del ca bildo de Huesea, que resulta adaptacion de ‘fo, borgoitin, Con Alfonso II el rto se es- tructura claramente en uncidn, coronacién, recepcién de la orden de cabalieria_y presta cion del juramento mutuo entre rey y reino. Alfonso IV solemniz6 notablemente la cere- ‘moni, cuya ordenacién corrid a cargo de sus los, Ios infantes Pedro y Ramén Berenguer Su coronacion, celebrada en 1328, eanstituye tun verdadero espectéculo para el pueblo y los demas asistentes, que presencian, ante todo, la procesién entre el palacio de Ia Aljaferia y La Seo. El que ya tiene la condicion de arzo- bispo de Zaragoza practica la _uncién procedente de los vsigodos, con inspira- Gon en el Antiguo Testamento—, que con flere al rey un cardeter sagrado y fortaece asi su autoridad frente al reino, y aun frente ala Iglesia. En este sentido, hay que destacar que toda la coronacin tiene un sabor ecesiistico, Jo que se manifiesta en las vestiduras que s¢ imponen al rey, y en las que se observa una ‘evolucién: en tanto con anterioridad a Alfon: s0 TV se asigna al monarca el anfibalo —equi- valente a la casulla, gue es propia del sacer- dote—, aquél recibe la estola cruzada sobre el hhombro y la espalda, que es propia del diaco- hnado, condicién que'el rey puede elercerefee: tivamente y que, por tanto, no es meramente simbdlica como la del presiterado, Los reyes Se cifen ellos mismos la espada, e innovacion importante de Alfonso IV es, como se ha dicho, la de ponerse él mismo la corona, ges- to que sigue Pedro IV; é&te toma el cetro también por sf mismo, con lo que la interven cidn del arzobispo queda précticamente eli hada, aunque intente participar de alguna forma, por ejemplo, corrigiendo la coloca- ion de In corona, Renovados los ritos por Alfonso IV, ordené por escrito y amplié todo ello Pedro 1V, en cuya coronacion debe utilizarse otto libro de redactado con precipitacion, que tiene como aisclee e! aludido borgonen, ‘pero ue utiliza asimismo otro empleado para los emperadores. Este ceremonial es objeto de nueva redaction por el propio Pedro [V, mo- narea justamente conocido como «El Cere- ‘monioso», quien lo realiza, posiblemente, a través de’un eclesiéstico catalan en 1353, ¥ ‘que emplea los nuevos rituales que circulaban fen ese momento por Europa. En ese mismo aafo lo incorporé a sus Ordiaciones, const tuyendo uno de los ceremoniales mas comple 10s, imitade por Carlos V de Francia. Al atardecer de la vispera de la coronacién, se iniciaban os actos con una cabalgaia que partia del palacio de la Aljaferia* y recorria las calles que iban hacia La Seo, en medio de luminarias y otros signos de regoctjo popular. Todas las representaciones de los estamentos de los distintos reinos de la Corona, convoca- dos solemnemente por el rey para esta oca- sién, formaban en la comitiva, ordenados meticulosamente segin su dignidad, El rey ca- balgaba el iltimo, luciendo sus mejores galas, mientras el pueblo le aclamaba.gritando: «qAragon, Aragon!>. Ya en La Seo, pasaba la noche velando sus armas, si se hallaba con fuerzas para ello, ya ‘que habia de estar bien dispuesto al dia $i guiente para ofrecer a todos sus reins reuni dos la imagen sacralizada que la institucion pretendia. A la mafana siguiente, durante a mmisa solemne, tenia lugar la ceremonia princi- pal: el rey era ungido por el prelado oficiante, de modo similar al de los eclesidsticos en st fordenacién; luego recibia las insignias de la realeza: el veiro, el anillo, el pomo o esfera “insignia propia de los emperadores, que Inocencio I habia otorgado a los reyes de Aragén— y la corona, en la forma que se ha ‘explicado, Pedro IV reguld la coronacion de las reinas, que también son ungidas, aunque lunos dias'después de serlo los reyes. Cocluida la ceremonia livirgica, la comiti regresaba a la Aljaferia siguiendo el mismo dorden anterior, s6lo que el rey desfilaba alio- ra coronado, portando las demas insignias en sus manos. En el palacio se celebraba un ‘ebanguete politico», asi llamado porque esta- ba destinado a exaltar la institucion monar- uica ante los representantes de la Corona. El rey ocupaba un lugar apartado y solitario, mas clevado que el del resto de los comensa les, Los mas altos nobles de la corte desempe- ‘aban los antiauos oficios de Ia casa del rey: mayordomo, camarlengo, eopero, botellero, ventalle, etc. Durante varios dias ol rey tenia mesa puesta a cuantos del pueblo quisieran acudir. La coronacién de los reyes aragoneses es ef tema de uno de los libros mds destacados del cronista Jerénimo de Blaneas*, que ofrece un cuadro detalladisimo de las fiestas que se ce- lebran, y seuiin el cual, em el caso de la coro- nnaciom de Martin I, el arzobispo pregunta va: Flas veoes & los obispos si el rey tiene el real- ‘me, que significa la sucesién a los reinos de ka ccororia. La practica de la coronacién decay6 eon la introduccion de Ja dinastia Trastims 1a, siendo Fernando 1 el iltimo en celebrarla, fen el alo 1414, + Bibliog.: ScHnano, P.E.: «Die Kronung im Kathalanisch-aragonesischen Konigsreichy; Estudis Universitari Catalans, XXII, 1936, ppp. 377-598, PALACIOS MARTIN, B.: La coro: rnacion de fos Reyes de Aragon. 1204-1410; Valencia, 1975. [B.P.M. y J.L.A.]

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