Está en la página 1de 637

Acerca de este libro

Esta es una copia digital de un libro que, durante generaciones, se ha conservado en las estanterías de una biblioteca, hasta que Google ha decidido
escanearlo como parte de un proyecto que pretende que sea posible descubrir en línea libros de todo el mundo.
Ha sobrevivido tantos años como para que los derechos de autor hayan expirado y el libro pase a ser de dominio público. El que un libro sea de
dominio público significa que nunca ha estado protegido por derechos de autor, o bien que el período legal de estos derechos ya ha expirado. Es
posible que una misma obra sea de dominio público en unos países y, sin embargo, no lo sea en otros. Los libros de dominio público son nuestras
puertas hacia el pasado, suponen un patrimonio histórico, cultural y de conocimientos que, a menudo, resulta difícil de descubrir.
Todas las anotaciones, marcas y otras señales en los márgenes que estén presentes en el volumen original aparecerán también en este archivo como
testimonio del largo viaje que el libro ha recorrido desde el editor hasta la biblioteca y, finalmente, hasta usted.

Normas de uso

Google se enorgullece de poder colaborar con distintas bibliotecas para digitalizar los materiales de dominio público a fin de hacerlos accesibles
a todo el mundo. Los libros de dominio público son patrimonio de todos, nosotros somos sus humildes guardianes. No obstante, se trata de un
trabajo caro. Por este motivo, y para poder ofrecer este recurso, hemos tomado medidas para evitar que se produzca un abuso por parte de terceros
con fines comerciales, y hemos incluido restricciones técnicas sobre las solicitudes automatizadas.
Asimismo, le pedimos que:

+ Haga un uso exclusivamente no comercial de estos archivos Hemos diseñado la Búsqueda de libros de Google para el uso de particulares;
como tal, le pedimos que utilice estos archivos con fines personales, y no comerciales.
+ No envíe solicitudes automatizadas Por favor, no envíe solicitudes automatizadas de ningún tipo al sistema de Google. Si está llevando a
cabo una investigación sobre traducción automática, reconocimiento óptico de caracteres u otros campos para los que resulte útil disfrutar
de acceso a una gran cantidad de texto, por favor, envíenos un mensaje. Fomentamos el uso de materiales de dominio público con estos
propósitos y seguro que podremos ayudarle.
+ Conserve la atribución La filigrana de Google que verá en todos los archivos es fundamental para informar a los usuarios sobre este proyecto
y ayudarles a encontrar materiales adicionales en la Búsqueda de libros de Google. Por favor, no la elimine.
+ Manténgase siempre dentro de la legalidad Sea cual sea el uso que haga de estos materiales, recuerde que es responsable de asegurarse de
que todo lo que hace es legal. No dé por sentado que, por el hecho de que una obra se considere de dominio público para los usuarios de
los Estados Unidos, lo será también para los usuarios de otros países. La legislación sobre derechos de autor varía de un país a otro, y no
podemos facilitar información sobre si está permitido un uso específico de algún libro. Por favor, no suponga que la aparición de un libro en
nuestro programa significa que se puede utilizar de igual manera en todo el mundo. La responsabilidad ante la infracción de los derechos de
autor puede ser muy grave.

Acerca de la Búsqueda de libros de Google

El objetivo de Google consiste en organizar información procedente de todo el mundo y hacerla accesible y útil de forma universal. El programa de
Búsqueda de libros de Google ayuda a los lectores a descubrir los libros de todo el mundo a la vez que ayuda a autores y editores a llegar a nuevas
audiencias. Podrá realizar búsquedas en el texto completo de este libro en la web, en la página http://books.google.com
m
^m '.»::■>
•( i

■ •■■■.■.•••.:.-.-,: ■ ■ ■

^H
■ 'V' I <*'<>.-, •.•i'\'r ■ -"•,*>, y- «. , . ■ ■ ,'
■'<' :.!■.•'' V>,¿F ffil^V ''.¿.V

■ ■ • ^i ^i ■ ■ ■ ■

■ ■ ^H
■■-
■ ,!•>■',.,:'■ ■•■■;.,;.• : r

'.".;. W-V ?'/-'■' T "." •.1.7;' I

■ .■
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
BIBLIOTECA

AUTORES ESPAÑOLES.

TOMO VIGÉSIMOCUARTO.
BIBLIOTECA L

AUTORES ESPAÑOLES,

DESDE LA FORMACION DEL LENGUAJE HASTA NUESTROS DIAS.

COMEDIAS ESCOGIDAS ****r.

DE

FREY LOPE FÉLIX DE VEGA CARPIO,

JUNTAS ES COLECCION Y ORDENADAS

POR DON JUAN EUGENIO HARTZENBUSCH.

TOMO PRIMERO.

V«V*- «• e-i- - '...

MADRID.
IMPRENTA Y ESTEREOTIPIA DE M. RIYADENEYRA ,
SALON DEL PRADO, 8.

1853.
PROLOGO DE ESTA EDICIÓN.

Iba cayendo el sol, y acercábase á la peripecia última, precursora del desenlace,


una comedia que en un teatro de Madrid (ó corral, como solia entonces decirse ) repre
sentaban cuatro galanes , dos damas , un barba , dos graciosos , dos graciosas y otros
actores de clase inferior, ante una porción de espectadores, con sombrero calado,
como quienes encima de sí no tenían otra techumbre que la del cielo. Ya la primera
dama habia hecho su postrera salida con el mas rico traje de su vestuario : absorto su
amante del señoril porte de aquella mujer, que, siendo una humilde criada, sabia,
sin embargo, llevar el pomposo guardainfante, como si en toda su vida no hubiese
arrastrado otras faldas ; ciego de pasión y atrepellando los respetos debidos á su lina
je , se habia llegado á ella , y asiéndole fuera de sí la mano , le habia ofrecido la
suya. El galán segundo se habia opuesto resueltamente á la irregular y precipitada
boda ; pero al oir que la supuesta Isabel tenia por verdadero nombre el ilustre de
doña María Guzman y Portocarrero , y era , aunque moza de cántaro , parienta del du
que de Medina, su resistencia habia desaparecido. Hecha pues una gran reverencia
muda á la novia , se adelantó el actor á la orilla del tablado para dirigir esta breve alo
cución al público :
Aquí
Puso fin á esta comedia
Quien , si perdiere este pleito ,
Apela á Mil y Quinientas.
Mil y quinientas ha escrito :
Bien es que perdón merezca.
De las gradas y barandillas, de las ventanas y desvanes, de todos los asientos,
pero principalmente de los que llenaban el patio, hubo de salir entonces, entre ruido
sas palmadas, un grito unánime de admiración , de entusiasmo y orgullo nacional jus
tísimo, f ¡ "Vítor, Lope ! » clamaba aquella alborozada multitud una vez y otra ; < ¡Viva
el fénix de los ingenios/ ¡Viva Lope de Vega! »
¿Quién era Lope?
Frett Lope Félix de Vega Carpió, en el año de 1632, en que suponemos repetida con
el final preinserto La moza de cántaro, comedia escrita con diferente conclusión, á fines
de 1625, era un sacerdote septuagenario, caballero del hábito de San Juan, príncipe
déla poesía española, milagro de la naturaleza, pasmo del orbe.
ti PRÓLOGO.
A los once años habia escrito su primera composición dramática.
A los cuarenta y uno ya llevaba escritas doscientas treinta.
Seis años después habia doblado el número con exceso : contaba cuatrocientas
ochenta y tres.
De cincuenta y seis años era autor de ochocientas.
Dos años después tenia cien comedias mas, novecientas.
Cumplía sesenta y dos años , y lejos de menguar su fecundidad poética , escribía
mas comedias al año que nunca : no pasaban de mil y setenta las que tenia repartidas
por los teatros del reino hasta entonces ; mil y quinientas eran á los setenta. Cincuenta
y cuatro comedias por año habia producido en edad tan poco á propósito así para el
trabajo corporal recio como para tareas penosas del espíritu ; en solas veinte y cuatro
horas, mitad en un dia y mitad en otro , componía Lope un drama de dos mil y cuatro
cientos versos ó mas: agigantado y poco menos que increíble esfuerzo, que habia re
petido en su vida , no dos ni tres ni diez veces solas , sino mas de ciento.
Además de las mil y quinientas comedias , habian brotado de su inagotable pluma
unos cuatrocientos autos , diez novelas , diez poemas mayores y otros menores ; epís
tolas, églogas, entremeses, loas y otra multitud de composiciones, con las cuales
(aunque no en su totalidad) el impresor don Antonio de Sancha formó una colección
de veinte y un tomos en 4.°, que principió á publicarse en Madrid el año de 4776.
Si todas las obras de Lope se conservaran , ellas solas formarían mas de cincuenta y
ocho tomos como los de esta Biblioteca ; de catorce á quince , lo menos , se necesita
rían para incluir las que aun pueden hallarse. No cabe en nuestra Biblioteca tanto ; no
querrían nuestros lectores tal número de volúmenes de un autor mismo : nos es nece
sario escoger. Se darán pues tres tomos de comedias y uno de obras sueltas escogidas de
Lope, donde se procurará reunir lo mejor que compuso y lo quemas propiamente sirva
para conocer sus facultades en todos géneros y el desarrollo sucesivo de su numen
poético. En el último tomo irá un catálogo de todas las comedias de Lope, con una
breve noticia del argumento de las que he podido haber á las manos y quedan fuera
de la colección. Al catálogo acompañarán observaciones y noticias sobre varios dra
mas, y, sujeto en lo posible á orden cronológico, reparará la casi arbitraria colocación
que lleven las comedias en los tres tomos : al terminar el último sabré de esto algo
mas que ahora.
Una buena biografía de Lope haría muy al caso á este primer tomo de sus comedias
escogidas. Tiempo há que pensaba escribirla un autor de gran erudición é ingenio,
hábil, y felicísimo sobre todo , para buscar y hallarse á medida de su deseo cuan
tos documentos necesitare : imprudencia seria empeñarme yo en hacer como cual
quiera lo que otro puede como ninguno. Mientras el futuro biógrafo de Lope da á luz
su übra , súplala imperfectamente la que nos dejó el doctor Juan Pérez de Montal-
ban , agregándosele aquí algunas noticias tomadas del Diccionario de hijos ilustres de
Madrid, que escribió el diligentísimo don José Alvarez y Baena, y alguna también del
señor Adolfo Federico de Schack, autor de una historia excelente del teatro español,
PROLOGO. vn
publicada en Berlín ocho años há. Con la Fama postuma de Lope , obra de Montalban ,
su discípulo, con el bien razonado juicio acerca del Fénix de los ingenios que incluyó
en su Manual de literatura el excelentísimo señor don Antonio Gil de Zarate , y un ati
nado artículo del señor don Adolfo de Castro, sobre el carácter de Lope, que apareció
en las columnas del Semanario pintoresco , y se reproduce aquí, junto á lo demás que
va mencionado, tiene á mi entender el lector lo bastante para saber qué estimación se
hizo de Lope en su siglo y en el pasado , cómo se le aprecia en el dia y cuál concepto
debe merecer en todas las edades.
Veinte y siete comedias comprende este tomo , nueve con prólogo ó dedicatoria del
autor, que siempre nos dice allí alguna cosa útil de saber. La de El verdadero amante,
primera que doy, está dirigida por Frey Lope Félix á Lope de Vega, su hijo, y apa
rece impresa con la nota de primera comedia de nuestro autor. A pesar de tal califica-
don, debida simplemente al impresor que publicaba el tomo xiv de Lope , El verdadero
amante no es su primera obra dramática , sino la mas antigua de las que de él conoce
mos. Lope Ja compuso , según afirma él propio , cuando tenia los años que entonces
su hijo : este contaría sobre catorce años de edad cuando su padre le dedicaba El ver
dadero amante ; Lope no aguardó á su decimocuarto abril para producir su primera obra
escénica. tLas escribí de once y doce años,» dice en el Arte nuevo de hacer comedias.
Hubo, sí , de retocarla después , porque las primeras de Lope salieron divididas en
cuatro actos , y El verdadero amante aparece en tres , aunque se nota que el primero
contiene casi tantos versos como juntos los otros ; prueba de que al modificar Lope
este drama, refundió los dos primeros actos originales en uno.
El verdadero amante, además de ser uno de los primeros ensayos de Lope , reúne la
circunstancia de una extraordinaria rareza : yo , por lo menos , nunca la he visto sino
en el ya citado tomo xiv de Lope , de cuya colección de comedias en veinte y cinco ,
apenas se halla ejemplar completo en el mundo. En el mismo caso están El bobo del
colegio, La discreta enamorada, con cuyo argumento tiene no poca semejanza La es
cuela de las mujeres de Moliere , La corona merecida y El ausente en el lugar, una de
las fábulas buenas de Lope. Seis de las mas difíciles de encontrar sueltas van en este
tomo.
La estrella de Sevilla , La viuda valenciana , La noche toledana , La dama boba , Los me
lindres de Belisa, Quien ama no haga fieros, Lo cierto por lo dudoso y La moza de cántaro
eran muy conocidas del público desde que aparecieron refundidas en el teatro ; las
ediciones antiguas se habían hecho también muy raras.
De La niña de plata , El perro del hortelano , Las flores de don Juan , Los Tellos de Me
rmes y El premio del bien hablar hay varias ediciones modernas , pero faltas de trozos
y aun de escenas considerables , que se han restablecido en esta reimpresión , si
guiendo el texto autorizado por Lope, es decir, el de la colección suya, que inspec- .
cionó en la mayor parte. Así, de los veinte y siete dramas insertos en el presente vo
lumen, seis apenas eran conocidos, siete no se hallaban en el comercio de libros, y
otros seis solo aparecían incompletos y viciados. El tomo primero pues de las come-
Tin PRÓLOGO.
días escogidas de Lope de Vega , por el eminente mérito del autor y por los escritos de
que consta, debe merecerla atención del público.
Todas las comedias del tomo , á excepción de la primera y la última , van divididas
en escenas, por las razones, buenas ó malas, que alegué al reimprimir en parte el teatro
del maestro Tirso de Molina. No he respetado la ortografía de las ediciones antiguas ,
pero sí la doble pronunciación de algunos vocablos en aquel tiempo. Puntúo las cláusu
las y acentúo las vocales según hoy se estila; escribo, por ejemplo, haber en lugar de aver,
Zaragoza por Qaragoca, Juan en lugar de luán, nube en lugar de nuue; pero imprimo
unas veces de esto , de ello , de él, y otras del , dello y desto ; aquí decidle , allí decilde ; tan
pronto doctor, efecto, concepto, envidia, 'recibir y ahora, como dotor, efelo, conceto, m-
vidia, recebir y agora; descender y decender, adivinar y adevinar, perfección y perfecion,
ansí y asi, propio y proprio , escuro, obscuro y oscuro, etc., etc. De un modo y otro se
decia; de un modo y otro puede escribirse.
De lá corrección del texto no debo tratar : el de varias comedias aparece alterado ;
algunas correcciones he hecho, muchas he omitido porque no veia clara la enmienda.
La estrella de Sevilla, esa tragedia célebre, donde se admiran situaciones tan bellas
y tan felices rasgos, carece de sentido en varios pasajes, mutilados oprobiosamente :
supresiones ó añadiduras malhechas embrollan su desenlace de tal manera, que ape
nas se entiende la intención del autor. En La niña de plata , que debe ser obra de Lope
y otro, aparecen en el acto 3.° dos personajes con los nombres trocados. La segunda
parte de Los Tellos de Menéses , compuesta en el mismo año que La moza de cántaro ,
está escrita en estilo tan diferente, que en conciencia no se la debe tener por obra de
Lope ; en su totalidad no lo es de seguro. Sobre estos y otros semejantes puntos se ha
blará en las notas.
Reunir en tres tomos las mejores comedias de Lope y otras que son recomendables
por varios títulos es el fin que me he propuesto al emprender esta colección : no se me
pida mas. Lope, la mayor gloria de nuestro teatro, una de las mas grandes de Espa
ña, el poeta con mas facultades de tal que hubo en el mundo, merecía una edición
monumental y completa de sus obras , no este pobre y desmedrado rebusco : si puede
servir de algo á los que emprendan otras mejores, me daré por contento.
Los amigos que, tan generosos como siempre, me han facilitado sus libros para reim
primir ó cotejar algunas de las piezas incluidas en este volumen, los señores don Agus
tín Duran y don Aureliano Fernandez-Guerra y Orbe, reciban el sincero testimonio de
gratitud que les es debido. Mas cabal quisieran algunos eruditos á Lope : yo también ;
pero hágala yo , hágala otro, no ha de ser esta su postrera edición. Mientras se hable
castellano en el mundo , y aun después que nuestros sucesores dejen de hablarlo,
tendrá quien reproduzca sus admirables páginas el padre feliz, el portentoso creador
de la escena española.
FAMA POSTUMA
A LA VIDA Y MUEFITF

DEL DOCTOR FREY LOPE FÉLIX DE VEGA CARPIÓ,


ESCRITA POR EL DOCTOR JUAN PÉREZ DE MONTALBAN,

NATURAL DI MADRID T NOTARIO DEL SANTO OFICIO.

{Madrid, en la imprenta del Reino, año 1636. Reimpresa en lat Obras sueltas de Lope, Madrid, 1776, tomo xx.)

Félix de Vega y Francisca Fernandez, él hidalgo de ejecutoria y ella noble de nacimiento, y


vecinos entrambos de la ilustre villa de Madrid , fueron los felicísimos padres del doctor Frey
Lope Félix de Vega Carpió (A), portento del orbe, gloria de la nación, lustre de la patria, oráculo
de la lengua, centro de la fama, asumpto de la invidia, cuidado de la fortuna, fénix de los siglos,
príncipe de los versos, Orfeo de las ciencias, Apolo de las musas, Horacio de los poetas, Virgilio
de los épicos, Homero de los heroicos , Pindaro de los líricos, Sófocles de los trágicos y Terencio
de los cómicos ; único entre los mayores, mayor entre los grandes, y grande á todas luces y en
todas materias.
Nació en Madrid en casas de Jerónimo de Soto , en la puerta de Guadalajara , á 25 de noviem
bre, año de 562, dia de San Lope, obispo de Verona. Bautizóse en 6 de diciembre en la iglesia
parroquial de San Miguel de los Octoes, siendo cura el licenciado Muñoz, y padrinos Antonio Gó
mez y Luisa Ramírez, su mujer. A los dos primeros abriles de su edad, ya en la viveza de sus ojos,
ya en el donaire de sus travesuras, y ya en la fisonomía de sus facciones, mostró con los amagos lo
que después hizo verdad con las ejecuciones. Iba á la escuela, excediendo conocidamente á los de
más en la cólera de estudiar las primeras letras ; y como no podia por la edad formar las palabras,
repetía la lición mas con el ademan que con la lengua. De cinco años leia en romance y latin ; y
era tanta su inclinación á los versos, que mientras no supo escribir, repartía su almuerzo con los
otros mayores porque le escribiesen lo que él dictaba. Pasó después á los estudios de la Compa
ñía, donde en dos años se hizo dueño de la gramática y la retórica ; y antes de cumplir doce te
nia todas las gracias que permite la juventud curiosa de los mozos , como es danzar, cantar y traer
bien la espada , quizá porque sabia que tocaba al buen poeta la noticia destas tres artes , como lo
advierte Horacio en su sátira nueve, diciendo que los versos medidos tienen cierto parentesco con
los compases de los pies en el ejercicio de danzar, con el movimiento de las manos en la destreza
de las armas, y con la entonación de las voces en la armonía de la música.
Viéndose ya mas hombre, y libre del miedo de su padre, que ya habia muerto, ambicioso de
ver mundo y salir de su patria, se juntó con un amigo suyo, que hoy vive, llamado Hernando
Muñoz, de su mismo genio, y concertaron el viaje, para cuyo intento cada uno se previno de lo
necesario : fuéronse á pié á Segovia , donde compraron un rocin en quince ducados , que enton
ces no seria malo, por el valor que tenia el dinero ; pasaron á La-Bañeza , y últimamente á Astor-
ga, arrepentidos ya de su resolución, por verse sin el regalo de su casa ; y así , determinaron vol
verse por el mismo camino que llevaron ; y faltándoles en Segovia el dinero, se fueron entram
bos ala platería, el uno á trocar unos doblones y el otro á vender una cadena. Pero apenas el
platero (escarmentado quizá de haber comprado mal otras veces) vio los doblones y la cadena,
claro está, pensó lo peor, pero lo posible , y dio parte á la justicia , que luego vino y los prendió;
mas el juez , que debia de estar bien con su conciencia , habiéndoles tomado su confesión, y vien-g^v - ,-.
do que decían entrambos verdad, porque decían una misma cosa, y que su culpa era mocedadí»^- \\ -k
no delito, y en efetoquesu modo, su habito y su edad no daban indicios de otra cosa, les djra^»'í,'^«1
x LOPE DE VEGA CARPIÓ.
bertad , y mandó que un alguacil los trújese á Madrid y los entregase á sus padres con los doblo
nes y la cadena ; lo cual se ejecutó brevemente y á poca costa : tanta era entonces la justificación
de los ministros, que el dia de hoy, para ocho dias de pleito no hubiera harto en un patrimonio.
Luego que llegó á Madrid , por no ser su hacienda mucha y tener algún arrimo que ayudase á su
lucimiento , se acomodó con don Jerónimo Manrique, obispo de Avila, á quien agradó sumamen
te con unas églogas que escribió en su nombre, y con la comedia de La pastoral de Jacinto, que
fué la primera que hizo de tres jornadas, porque hasta entonces la comedia consistía solo en un
diálogo de cuatro personas , que no pasaba de tres pliegos , y destas escribió Lope de Vega mu
chas , hasta introducir la novedad de las otras ; para que sepan todos que su perfección se debe
solo á su talento, pues las halló rústicas y las hizo damas; y cuantos después acá las han escrito
(aunque alguno bárbaramente lo niegue), ha sido siguiéndose por esta pauta, como los que apren
den á escribir, que ponen la materia del maestro debajo del papel, para imitarle en el brioso des
empeño de los rasgos y en la perfecta forma de las letras. Los aplausos que se le siguieron con el
nuevo género de comedias fueron tales, que le obligaron á proseguirlas con tan feliz abundancia,
que en muchos años no se vieron en los rótulos de las esquinas mas nombres que el suyo, heroi
camente repetido. Mas pareciéndole que seria importante saber de raíz la filosofía, para no ha
blar en ella acaso (desgracia que sucede á muchos), hizo elección de la insigne universidad de
Alcalá , donde cursó cuatro años hasta graduarse , siendo el mas lucido de todos sus concurren
tes, así en las conclusiones como en los exámenes. Supo que estaba el señor duque de Alba en
Madrid , y vino á verle y á besarle la mano , de que se holgó su excelencia mucho , porque le ama
ba con extremo; y así lo mostró ofreciéndole su casa, y haciéndole, no solo su secretario, sino su
valido : favor que pagó Lope con escribir á su orden la ingeniosa Arcadia , enigma misterioso de
sugetos altos, desalumbrado en el rebozo de pastores humildes.
Perseveró .en esta privanza mucho tiempo, ya estando con su excelencia en Alba , y ya vinien
do á la corte á sus negocios , hasta que , enamorado de doña Isabel de Urbina , hija de don Diego
de Urbina, rey de armas y muy conocido en esta villa, hermosa sin artificio, discreta sin bachi
llería y virtuosa sin afectación, se casó con ella, con permisión de los deudos de entrambas partes.
Mas el desden de la fortuna , que siempre mira con ceño la quietud de las seguridades, desbarató á
Lope todas estas glorias : ¡qué mucho, si los méritos y las desdichas se dan las manos tan fácilmen
te ! Es pues el caso , que había en este lugar un hidalgo entre dos luces (que hay también crepús
culos en el origen de la nobleza como en el nacimiento del dia), de poca hacienda, pero de mu
cha maña para comer y vestir al uso , sin mas oticio que la asistencia en las conversaciones, don
de pedia barato con desahogo á título de decir donaires á los presentes y cortar de vestir á los que
no estaban delante. Supo Lope que una noche habia entretenido la ociosidad del auditorio á su
costa , y disimuló la descortesía , no por temor, sino por desprecio ; que hay hombres que aun no
merecen la ira del ofendido; mas viendo que porfiaba en su civil tema, cansóse , y sin tocar en la
sangre ni en las costumbres, que lo primero es impiedad y lo segundo despropósito, le pintó en
un romance tan graciosamente, que causó en todos risa, pero no escándalo; que en los versos es
critos sin odio y con buen gusto cabe el donaire , pero no la injuria. Picóse el tal maldiciente con
grande extremo; que hay hombres que apodan á todos, y en diciéndoles algo á ellos pierden el
juicio, y remitió su defensa á la espada, enviando á Lope un papel de desafío : lance de que salió
tan airoso, que dejó calificado su brio y enmendada la condición de su contrario (B). Este y otros
desaires de la fortuna, ya negociados de su juventud y ya encarecidos de sus opuestos, le obli
garon á dejar su casa, su patria y su esposa, con harto sentimiento; si bien se le templó la cor
tesana acogida que le hizo la ciudad de Valencia y sus ciudadanos mientras fué su huésped. Des
pués de algunos años que estuvo en los reinos , los afectos naturales de la patria, las floridas
riberas de Manzanares , objeto lírico de su pluma, y los justos deseos de ver su esposa, le restitu
yeron á sus brazos con tan destemplado contento , que se temió su vida en el mismo regocijo ;
que es tanto el melindre de nuestra salud , que peligra en el gozo como en la pena ; si no es que
fuese ensayo del dolor que le estaba esperando, pues dentro de un año (C) el agudo acero de la
muerte, que corta y deshace las mas firmes lazadas, se la quitó intempestivamente de los ojos;
golpe que le partió el corazón por medio , y que solo pudo hacerle sufrible el respeto á la mano
que le tiraba. Sucedió esta desgracia en ocasión de efectuarse la jornada de Inglaterra, que alen
taba el generoso brazo del excelentísimo señor duque de Medina-Sidonia , á cuya sombra se alis
tó de soldado, con ánimo de perder la vida, porque acabasen con ella sus congojas. Salió de Ma
PRELIMINARES. xi
drid, atravesó toda la Andalucía, llegó á Cádiz y pasó á Lisboa, donde se embarcó con un her
mano suyo que tenia alférez, y habia muchos años que no se vian; placer que también le duró
pocas horas , porque en una refriega que tuvieron con ocho velas de holandeses, le alcanzó una
bala y murió en sus brazos. Y como sea verdad que nunca viene un pesar solo, porque siempre
el que se padece es víspera del que ha de seguirse, sucedió tras tantos azares, que el viento (ti
rano principe de las provincias de Neptuno ) con una borrasca continuada malogró , á pesar de
la razón y de la justicia , el noble coraje de tantos esforzados leones , cuyo lamentable suceso vol
vió á Madrid á nuestro Lope mas aprisa que imaginó su ardimiento ; donde viéndose no muy so
brado, sirvió al marqués de Malpica de secretario, y luego con el mismo oficio al conde de Lé-
mos, que fué el último dueño que tuvo, y que le tuviera siempre, si no le cautivara la belleza de
doña Juana de Guardio, hija también de vecino de Madrid, con quien repitió el matrimonio , y de
quien tuvo varón y hembra , que es la mayor dicha que pueden tener los casados , porque el pa
dre quiere á la hija y la madre al hijo, cada uno encareciendo su amor y su gusto ; si bien á los seis
años murió Carlos, que era el primogénito, y quedó sola doña Feliciana de la Vega,, que hoy vive
casada con Luis de Usategui. Sintió la madre la falta de su hijo con tan verdadera fatiga, que
nunca volvió en su antigua salud, y á la primera enfermedad murió en ocho dias ; que una calen
tara sobre una pesadumbre, de derecho pide la mortaja (D). Quizá para mas bien de la difunta y
para mayor desengaño de Lope , que viendo en aquella profanada belleza desteñida la púrpura de
sus mejillas, ajada la nieve de su frente,' macilento el color de su semblante, quebrados los crista
les de sus ojos, traspilladas las perlas de sus dientes, helados los marfiles de sus miembros y des
conocidas las señas de sus facciones, se resolvió ano admitir tercero casamiento y á buscar nuevo
modo de vida humana que le asegurase la divina , para cuyo efeto dejó de raíz cuantos estorbos
k pudieran embarazar en el siglo. Retiróse de las ocasiones mas leves; trató solo del remedio de
su alma; solicitó el hábito de la sagrada orden Tercera, entró en la congregación del Caballero
de Gracia, acudió al servicio de los hospitales, ejercitóse en muchas obras de misericordia, visitó
el templo de Nuestra Señora de Atocha, de quien era muy apasionado, los sábados por voto y
todos los dias por devoción ; y últimamente , resuelto á lo mejor, se fué á Toledo y volvió sacer
dote. Confesóse generalmente. Dijo la primera misa en el Carmen descalzo, donde tenia su con
fesor. Hizo un oratorio en su casa, no solo curioso, sino rico, donde celebró todos los dias, me
nos los precisos de la parroquia y los que dispensaba al amor de una deuda religiosa que tiene
en las Trinitarias descalzas. Y sabiendo que habían hecho los sacerdotes naturales de Madrid una
venerable y santa congregación, cuyo fin es enterrar los clérigos que mueren pobres, vestir á
los desnudos, libertar á los presos y ayudar con dinero á los menesterosos, metió una petición
para ser admitido, que al punto se decretó ; y fué tan perfecto congregante, que jamás faltó á
entierro ni á ejercicio de caridad ninguno ; y así, con mucho e\ceso de votos le propuso la Con
gregación para capellán mayor suyo ; y quiso la suerte que de cuatro que entraron en ella sa
liese él solo, que, confesando su insuficiencia para tanto peso, admitió el cargo, abrazó á to
dos, y cumplió con sus obligaciones tan liberal como cuidadoso.
Con este concierto de vida pasó muchos años, viviendo siempre con tanta atención á su con
ciencia, con tanto respeto á su estado, con tanto despego al siglo, con tanto afecto a la virtud,
con tanto descuido de su vida y con tanto cuidado de su muerte, que parece la deseaba ó la
suponía muy cerca, porque con mucho tiempo hizo su testamento, en que dejaba, después de
las mandas precisas, por muestra de su amor y para memoria de su voluntad, al señor duque
de Sesa un retrato suyo de grande estimación y todos los papeles que se hallasen ; al secretario •
Juan de Pina, por su confidente mas antiguo, cincuenta cuerpos de libros de su estudio, que es
cogiese á su voluntad; á Alonso Pérez de Montalban, por amigo verdadero del alma, un cua
dro de nuestra Señora y san José, que llevaba al niño Jesús de la mano ; al doctor Francisco de
Quintana, por virtuoso, por docto y por muy apasionado suyo, un lienzo de la Fortuna que
navegaba el mar, puesto el pié derecho sobre una bola; al licenciado José de Villena, por so
licito en juntar sus obras para tenerlas como reliquias de tal ingenio, una lámina curiosa; á
don Luis Fernandez de Vega, por el deudo que tenían sus casas en la montaña, y porque siem
pre fué su amigo íntimo y le fió sus pensamientos, un relicario de Roma ; y á mí, por su alumno
y su servidor, un cuadro en que estaba retratado cuando era mozo, sentado en una silla y escri
biendo sobre una mesa que cercaban perros, monstruos, trasgos, monos y otros animales, que
los unos le hacían gestos y los otros le ladraban , y él escribia sin hacer caso dellos.
ni LOPE DE VEGA CARPIÓ.
No se fiaba de su salud , con ser tan buena , porque sabia que cualquier enfermedad tiene mas
peligro en los hombres muy sanos que en los muy achacosos. Fuera de que habia tenido de un
año á esta parte dos disgustos (como si para una vida no bastase uno) que le tenian casi rendido
á una continua pasión melancólica, que ahora nuevamente se llama hipocondríaca. Viéndole
Alonso Pérez de Montalban , su amigo , tan triste , le convidó á comer el dia de la Transfigura
ción , que fué á 6 de agosto ; y después de haber comido, estando todos tres discurriendo en va
rias materias, dijo que era tanta la congoja que le afligía, que el corazón no le cabia en el cuer
po , y rogaba á nuestro Señor que se la templase con abreviarle la vida , como fuese en servicio
suyo. Respondíle yo entonces : « No piense vuestra merced en eso; que yo confio en Dios y en la
buena complexión que tiene, que se le ha de acabar ese humor y le hemos de ver con la misma
salud de hoy en veinte años. » Y replicó con un género de ternura : « ¡Ay, Doctor! ¡plegué á Dios
que salgamos deste ! » No se engañaba , no ; que todas eran diligencias del corazón , que siempre
trata verdad á su dueño, y en estas ocasiones hace lo que los señores cuando caminan , que envian
los criados delante para que les tengan prevenido el aposento. Habia de morir Lope muy presto,
y su corazón, que, profeta, lo adivinaba, enviábale los suspiros adelantados porque tuviese los
desengaños prevenidos ; pues á 18 del mismo mes, viernes, dia de San Bartolomé, se levantó
muy de mañana, rezó el oficio divino, dijo misa en su oratorio, regó el jardin y encerróse en su
estudio ; á mediodía se sintió resfriado , ya fuese por el ejercicio que hizo en refrescar las flores, ó
ya (como afirman los mismos de su casa) por otro mas alto ejercicio, hecho tomando una discipli
na (costumbre que tenia todos los viernes en memoria de la pasión de Cristo nuestro Señor), y
averiguado con ver en un aposento donde se retiraba salpicadas las paredes y teñida la disciplina
de reciente sangre : así la virtud suele disimularse en los que son buenos, sin hacer ruido ni an
dar melancólicos ni mal vestidos ; que la virtud no está reñida con el aseo, que se queda en el
término de la modestia ; y si la mortificación es indicio de la santidad , también es instrumento de
paliar los vicios la hipocresía. Con sentirse indispuesto Lope , y tener licencia para comer carne
por un corrimiento que padecía en los ojos, comió de pescado; que era tan observante católico,
que hacia escrúpulo , aunque lo murmurase su achaque , de faltar á las órdenes de la Iglesia. Es
taba convidado para la tarde para unas conclusiones de medicina y filosofía, que defendió tres
días el doctor Fernando Cardoso, gran filósofo y muy noticioso de las buenas letras, en el semi
nario de los escoceses; y hallóse en ellas, donde le dio repentinamente un desmayo, que obligó á
llevarle entre dos de aquellos caballeros á un cuarto del doctor don Sebastian Francisco de Me-
drano, muy amigo suyo, que está dentro del mismo seminario , donde sosegó un poco, hasta que
en una silla le trujeron á su casa. Acostóse, llamaron los médicos, que, informados de que habia
comido unos huevos duros y unos fideos guisados, presumiéndole embarazado el estómago, le
dieron un minorativo para purgalle ; y luego, porque la calentura lo pedia, le sangraron, si bien
le descaeció la falta de la sangre, aunque no era buena. Pasó acaso por la misma calle el doctor Juan
de Negrete, médico de cámara de su majestad (que este título y sus aciertos son buenas señas de
su talento , de su ciencia y de su experiencia), y diciéiulole que estaba Lope de Vega indispuesto,
le entró á ver, no como médico, porque no era llamado, sino como amigo que deseaba su salud.
Tomóle el pulso, viole también la fatiga del pecho, reconoció la calidad de la sangre y previno el
suceso, diciéndole con mucha blandura que le diesen luego el Santísimo Sacramento, porque
servia de alivio al que habia de morir y de mejoría al que habia de sanar. « Pues si vuestra mer
ced lo dice (respondió Lope muy conforme), ya debe de ser menester; » y volvióse del otro lado
á pensar bien lo que le esperaba. Despidióse el Doctor, y advirtió que tuviesen cuidado con él, por
que estaba acabando. Con esto vino á la noche, con la solemnidad que suele, el Viático Santísimo
del cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, que recibió con reverencia y lágrimas de alegría, agra
deciéndole la visita, pues así le daba á entender que , como quien quiere honrar al huésped que
espera, le sale al camino y le acompaña hasta llevarle á su palacio, así su divina Majestad venia á
recibirle hasta dejarle en las celestes moradas de su eterna gloria. Quedó mas sosegado por dos
horas; pero luego se conoció el peligro evidente, y le trujeron el último remedio de la santa Ex
trema-unción. Recibióla, llamó á su hija, echóla su bendición, y despidióse de sus amigos, como
quien se partía para una jornada tan larga. Consolóse mucho con el maestro José de Valdivieso,
porque, ayudándole en aquella congoja, le dijo en pocas palabras muchas razones que le sirvie
ron de doctrina y de alivio. Preguntó por el padre fray Di;go Niseno, á quien quería y reveren
ciaba juntamente, por haberle tratado muchos años y haber leido todos sus escritos, y por el
PRELIMINARES. mi
padre maestro Juan Baptista de Ávila , de la compañía de Jesús ; porque quien en vida le advir
tió como docto de muchas cosas importantes á su salvación y á su crédito, mejor lo haria en la
muerte como religioso y como entendido. Mas no se logró su justo deseo, por estar entonces el
padre Niseno ausente y el padre Ávila enfermo en la cama. Encargó al señor duque de Sesa,
como á su dueño y su testamentario (que siempre le asistía sin^faltarle un punto) el amparo de
su hija doña Feliciana de la Vega ; aconsejó á todos la paz , la virtud y el cuidado de sus concien
cias; dijome á mí que la verdadera fama era ser bueno, y que él trocara cuantos aplausos había
tenido por haber hecho un acto de virtud mas en esta vida ; y volviéndose á un Cristo crucifica
do, le pidió con fervorosas lágrimas perdón del tiempo que habia consumido en pensamientos
humanos , pudiendo haberle empleado en asuntos divinos ; que aunque mucha parte de su vida
habia gastado en autos sacramentales , historias sagradas, libros devotos, elogios de los santos y
alabanzas de la Virgen Santísima y del Niño recien nacido en todas sus fiestas , quisiera que todo
lo restante de su ocupación fuera semejante á esto. Resignó en las manos de Dios su voluntad,
prometió no ofenderle jamás, aunque viviera muchos años, arrepintióse de haberle ofendido do-
lorosamente , confesó que era el mayor pecador que habia nacido en el mundo , hizo un acto de
contrición , en que tuvieron mas parte las lágrimas que las razones , llamó en su ayuda los san
tos de su devoción , invocó la piedad de la Virgen Sacratísima de Atocha , á quien pidió que,
pues habia sido siempre su valedora , que lo fuese también entonces , y pues tenia en sus brazos
al Juez de su causa, que intercediese por él al darle la sentencia. Dejáronle reposar un poco,
porque dio á entender que se fatigaba ; pasó la noche con inquietud, y amaneció el lunes ya le
vantado el pecho y tan débil , que la falta de la respiración no le dejaba formar las palabras ; si
bien tuvo siempre libres las potencias y muy pronto el sentido para responder á los que en aquel
aprieto asistían á sus últimas congojas, que eran siempre el señor duque de Sesa, el señor don
Rafael Ortiz, recibidor de la orden de San Juan ; don Francisco de Aguilar, el maestro José de
Valdivieso, el doctor Francisco de Quintana, el licenciado José de Villena, el secretario Juan de
Pina , don Luis Fernandez de Vega , Alonso Pérez de Montalban , su confesor, muchos religiosos
de todas órdenes, y el reverendísimo padre provincial fray Juan de Ocaña, que con su espíritu,
como de predicador tan grande , le esforzaba para que pasase aliviado aquel preciso y temeroso
trance. En efecto, oyendo salmos divinos, letanías sagradas, oraciones devotas, avisos católi
cos, actos de esperanza, profesiones de fe, consuelos suaves, cristianas aclamaciones y llantos
amorosos, los ojos en el cielo, la boca en un crucifijo y el alma en Dios, espiró la suya al eco del
dulcísimo nombre de Jesús y de María , que á un mismo tiempo repitieron todos.
Tratóse de su entierro, de que se encargó el señor duque de Sesa, como su dueño y albacea y
como tan magnánimo príncipe, y determinóse para el martes siguiente á las once. Repartiéronse
muchas limosnas de misas, que es la mas importante honra para el que yace. Convocóse todo el
pueblo sin convidar á ninguno ; vinieron cofradías, luces, religiosos y clérigos en cantidad; la
orden de los caballeros del hábito de San Juan , la de los terceros de San Francisco , la congrega
ción de los Familiares y la de los Sacerdotes de Madrid , compitiendo piadosamente sobre quién
habia de honrar sus hombros con llevar su cuerpo , y consiguiólo la venerable congregación de
los Sacerdotes. Empezóse el entierro según estaba prevenido ; y fué tan dilatado , que estaba la
cruz de la parroquia en San Sebastian, y no habia salido el cuerpo de su casa, con ser tanto el dis
trito y haber rodeado una calle (E) á petición de sóror Marcela de Jesús , religiosa de la Trinidad
descalza y muy cercana deuda del difunto, que gustó de verle. Las calles estaban tan pobladas de
gente, que casi se embarazaba el paso al entierro, sin haber balcón ocioso, ventana desocupada
ni coche vacio. Y así, viendo una mujer tanta grandeza, dijo con mucho donaire : « Sin duda este
entierro es de Lope, pues es tan bueno.» Iban con luto al remate del acompañamiento don Luis
de Usategui, yerno de Lope, y un sobrino suyo, en medio del señor duque de Sesa y de otros
grandes señores, títulos y caballeros. Llegaron á la iglesia, recibióles la capilla real con música.
Díjose la misa con mucha solemnidad , y al último responso , viéndole quitar del túmulo para lle
varle á la bóveda, clamó la gente con gemidos afectuosos. Depositóse en el tercero nicho por or
den del señor duque de Sesa, con permisión del doctor Baltasar Carrillo da Aguilera, cura pro
pio de la parroquia de San Sebastian , y con declaración de la justicia por el secretario Juan de
Pina. Vacióle en cera la cabeza Antonio de Herrera, excelentísimo escultor de su majestad, y
despidiéronse los amigos llorando la soledad que les hacia Lope, como quien echa menos una jo
ya que le han hurtado.
xiv LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Prosiguiéronse las honras hasta el novenario con la misma costa y autoridad de música y cera
que el primer dia , y dilatóse el funeral último ocho dias porque estaba ausente el padre fray Ig
nacio de Vitoria, y era el elegido para el sermón, con mucho gozo suyo y de todos los discretos,
que á una voz dijeron que tal orador merecia tal difunto, y tal difunto era digno de tal orador.
Entre tanto que se esperaba este gran dia, quiso la venerable congregación de los Sacerdotes
cumplir con los honores de su hermano amantisimo. Aderezóse la iglesia de San Miguel lo mejor
que se pudo , sin exceder las órdenes limitadas en la premática. Cubriéronse de luto los bancales
del coro , donde asistían los congregantes con sobrepellices , en compañía del licenciado José de
las Cuevas , su capellán mayor. Acudió gran número de gente , hasta no caber mas en la iglesia,
eon muchos señores que , á lisonja del señor duque de Sesa y á devoción de Lope , se convidaron
ellos mismos. Dijo la misa de pontifical don fray Gaspar Prieto, obispo de Algder y electo en El-
na, y predicó el sermón el doctor Francisco Quintana, de quien me holgara, si fuera posible en
mi amor, ser hoy su mayor enemigo, para ponderar sin sospecha de pasión alguna la pureza en el
lenguaje, la cordura en el asunto, la profundidad en los pensamientos, la ternura en las admi
raciones, y sobre todo, el hablar á propósito, cumpliendo siempre con su entendimiento y su vo
luntad; que cuando se juntan, todo se acierta. El lunes siguiente á las ocho de la mañana, con el
deseo de oir al padre Ignacio de Vitoria, estaba ocupada toda la iglesia, sin que faltase príncipe
grande , caballero entendido , cortesano curioso y hombre de buenas letras : unos llevados de la
obligación y otros traídos de la curiosidad. Vino la Capilla, cantó el introito, salió á decir la misa
el doctor don Cristóbal de la Cámara y Murga, obispo de Salamanca ; si bien el tumulto de la
gente ni dejó atender á la misa ni dio lugar á escuchar la música. Púsose en el pulpito el sutilísi
mo Agustino de nuestros tiempos con muy buena gana de hacer alarde , como lo hizo , de su vo
luntad, en alabanza de un varón tan famoso y en lisonja de un auditorio tan lucido. Mas fué tanto
el ruido de los mal acomodados, la inquietud de los que llegaron tarde, el cansancio de los que
fueron temprano, el aprieto de algunos y el calor de todos, que no dejó gozar umversalmente
de la doctísima oración ; si bien los- que la oyeron bastaron á informar á los demás de lo agudo
de sus conceptos, de lo extraño de sus novedades, de lo noticioso de sus letras, de lo gallardo
de sus acciones y de lo eminente de sus idiomas, y después lo harán á mejor luz los caracteres
de plomo, vaciado en la inmortalidad de la estampa. Al siguiente dia dispuso la piadosa cofradía
de los Representantes los honores funerales con tanto lucimiento como gasto. Vistióse de ponti
fical para celebrar el mayor sacrificio don fray Micael de Avellan, obispo de Siria. Cantó la ca
pilla real, como siempre, sin faltar ninguno de los mejores, con que hicieron la iglesia cielo; y
predicó el muy reverendo padre fray Francisco de Peralta , antorcha angélica de su sagrada re
ligión de Predicadores , y predicador tan felice en esta ocasión , que aun la muda retórica del
silencio no basta á ponderarle , porque oró tan á propósito de los méritos del sugeto , ten á me
dida del gusto de los señores, tan conforme al talento de los doctos, tan bastante al melindre
de los entendidos, tan copioso al afecto de los apasionados, y tan ajustado al genio de los vul
gares, que no pudiendo los unos y los otros sufrir tanto género de sutilezas sin pagárselas de
contado, introdujeron en el templo un género de ruido devoto y un linaje de rumor pondera
tivo, cuyas inquietas admiraciones empezaron en aplausos públicos y acabaron en Víctores di
simulados ; con que se dio fin á sus exequias , pero no á sus honras , pues ahora las harán eter
nas con sus elogios panegíricos los divinos Apolos de Manzanares , á imitación del Tracio Orfeo,
que á pié llevaba tras sí los montes con la dulcísima consonancia de sus himnos ; y yo, que mas
le quise, daré principio á sus loores para que los adelanten sonoros cisnes con voces mejor
aplaudidas y con plumas mas bien rizadas.
Fué frey Lope Félix de Vega Carpió... — ¡Oh, cómo parece que el nombre solo embaraza la
posibilidad de su ponderación! Mas ¿qué importa que se encoja el entendimiento por limitado, si
se descuella la voluntad por infinita? — Digo pues que fué nuestro insigne Lope de Vega el mas
favorecido y festejado de todo género de personas que nació en el mundo. Porque no hubo lega
do de su santidad, príncipe de Italia, cardenal de Roma, grande de España, nuncio del Pontí
fice, embajador de reino, título de Castilla, gobernador, obispo, dignidad, religioso, caballero,
ministro ni hombre de letras, que no le buscase y le diese su lado y mesa en reconocimiento pre
ciso de tan altas prendas. Las reales majestades Católicas siempre que le encontraban, como á
hombre superior á los otros , le miraban con mas atención ; y nuestro santísimo padre Urbano VIII,
que hoy vive, y viva eternos siglos, ya que no pudo verle por la distancia, quiso comunicarle por
PRELIMINARES. xv
la pluma, escribiéndole de su mano una carta muy amorosa y favorable , y dándole el hábito de
San Juan con titulo de doctor en teología. No hay villa , ciudad , provincia , señorío ó reino que no
baya solicitado su correspondencia. No hay casa de hombre curioso que no tenga su retrato, ó ya
en papel, ó ya en lámina, ó ya en lienzo. Vinieron muchos desde sus tierras solo á desengañarse
de que era hombre. Enseñábanle en Madrid á los forasteros como en otras partes un templo , un
palacio y un edificio. íbanse los hombres tras él cuando le topaban en la calle , y echábanle ben
diciones las mujeres cuando le vian desde las ventanas. luciéronle costosos presentes personas que
solo le conocían por el nombre. Escribiéronle varios elogios en su alabanza muchos varones gra
ves sin haberle visto, y laureáronle en liorna por solo, por único, por raro y por eminentísimo,
sin haber día ni hora que no tuviese ocasión alguna para su desvanecimiento, á no ser tan humil
de como prudente y tan desconfiado como modesto.
Fué el poeta mas rico y mas pobre de nuestros tiempos. Mas rico , porque las dádivas de los
señores y particulares llegan á diez mil ducados. Lo que le valieron las comedias, contadas á qui
nientos reales, ochenta mil ducados; los autos, seis mil; la ganancia de las impresiones, mil y
seiscientos, y los dotes de entrambos matrimonios, siete mil, que hacen mas de cien mil ducados;
fuera de doscientos y cincuenta de que le hizo merced su majestad en una pensión de Galicia ;
dentó y cincuenta de una capellanía que le cupo en Ávila por antigüedad de criado de don Jeró
nimo Manrique ; cuarenta de una casa pequeña que tenia junto á la calle de la Cruz ; trescientos
de una prestamera que le dio en un lugar suyo el excelentísimo señor duque de Sesa , su amigo,
su valedor, su dueño y su heroico Mecenas ; y mas cuatrocientos ducados para su plato, de mu
chos años á esta parte , porque le dijo que no quería escribir mas comedias ; sin otras liberalida
des secretas de tanta cantidad , que, hablando una vez el mismo Lope de las finezas del Duque , su
señor, aseguró que le habia dado en el discurso de su vida veinte y cuatro mil ducados en dine
ro : grandeza digna solamente de príncipe tan soberano , que con esto se dice todo. Y fué tam
bién el mas pobre, porque fué tan liberal, que casi se pasaba á pródigo, y tuvo tan encendida ca
ridad, que jamás le pidió pobre limosna en público ó en secreto que se la negase ; antes bien se
la daba doblada si era vergonzante, y si conocía que llegaba la necesidad á extrema , le vestía des
de el zapato hasta el sombrero.. Hacia en su oratorio muchas fiestas á los santos, y con mas vir
tuoso exceso la de Cristo nuestro Señor en su nacimiento, buscando para esto, no solo figuras co
munes, sino de costa, de novedad y de riqueza. Convidaba á los amigos, sin tasa en el regalo.
Gastaba en pinturas y libros sin reparar en el dinero ; y así , le vino á quedar tan poco de cuanto
tuvo, que apenas dejó seis mil ducados en casa y muebles. Fué hombre de mucha salud, porque
fué muy templado en los humores, muy suelto en los miembros, muy ágil en las fuerzas, muy
proporcionado en las facciones y muy ligero de pies y manos , y así estaba bueno siempre , por
que andaba mucho sin cansarse, y es el ejercicio el mas útil remedio de la naturaleza. Era dis
creto en las conversaciones, modesto en las visitas, atento en los actos públicos, importuno en
los negocios ajenos, descuidado en los suyos proprios, apacible con su familia, juglar con los
amigos, mesurado con los señores, generoso con los forasteros, galante con las mujeres y cor
tesano con los hombres ; si bien se cansaba mucho de los que regateaban el sombrero siendo el
tafetán tan barato , de los que tomaban tabaco habiendo de hablar con gente honrada , de los que
se teñían las canas quedándose con los años y con los achaques , de los que decían mal de las
mujeres sabiendo que nacieron dellas , de los que creian á las gitanas estando vestidos de negro,
y de los que preguntaban su edad á .los otros no habiendo de casarse con ellos.
Escribió él solo mas en número y en calidad que todos los poetas antiguos y modernos ; y si no,
pónganse sus obras (que no es dificultoso, pues todos las tenemos en las librerías) y las de Lope
en una balanza, y se verá la ventaja con la experiencia. Las comedias representadas llegan á mil
y ochocientas (F). Los autos sacramentales pasan de cuatrocientos. Los libros y papeles impresos,
muchos, como se verá en estos títulos : La Jerusalen conquistada, La Dragontea , La Arcadia , El
Peregrino, El patrón de Madrid, Los pastores de Belén, Im beatificación de san Isidro, El Certa
men, con comedias del mismo santo; La Filomena, La Circe, Las rimas humanas, Las rimas
sacras, Los triunfos divinos, Los soliloquios amorosos, La corona trágica de María Estuarda, La
Virgen de la Almudena, La Isagoge á las lecciones de los estudios reales de la compañía de Jesús, El
laurel de Apolo, El epítome de su vida, La Dorotea, El Burguillos, El huerto deshecho. Los desagra
vios de Cristo, La égloga de Eliso, en la muerte del reverendísimo padre maestro fray Hortensio
Félix Paravicino ; La fiesta nueva del palacio ó retiro nuevo, La égloga de Filis á la décima musa,
xvt LOPE DE VEGA CARPIÓ.
La égloga de Amarilis á la reina Cristianísima de Francia, El nacimiento del Principe nuestro se
ñor, La congregación de los Sacerdotes de Madrid, La égloga panegírica al serenísimo infante don
Carlos, que Dios tenga; Los elogios á la muerte de Juan Blas de Castro, La venida del excelentí
simo señor duque de Osuna á España , La Pira sacra, en la muerte del excelentísimo señor don
Gonzalo Fernandez de Córdoba ; unas Rimas nuevas que dejó para imprimir, y veinte y cuatro to
mos de comedias; que en todos son cincuenta cuerpos, sin los versos menores que hizo á parti
culares asuntos, porque no hubo suceso que no publicasen sus elogios (G), casamiento grande á
quien no hiciese epitalamio , parto feliz á quien no escribiese natalicio, muerte de príncipe á quien
no consagrase elegía , victoria nueva á quien no dedicase epigrama , santo á quien no celebrara
con villancicos, fiesta pública que no luciese con encomios, y certamen literario á que no asis
tiese como secretario para repetirle y como presidente para juzgarle ; sin otras muchas obras que
no salian en su nombre, cuya cantidad no tiene medida , porque aun la misma aritmética, si se em
peñara en contar sus versos , ó se rindiera á la prolijidad , ó como mercader que quiebra, hiciera
pleito de acreedores de sus números por no gastarlos ; pues el mismo Lope , con ser tanta su mo
destia, dijo de sí en un papel impreso cque salia toda su vida á cinco pliegos cada dia >; que, mul
tiplicados por su edad, hacen ciento y treinta y tres mil y doscientos y veinte y cinco pliegos, que
aun no parece posible en el estudio de muchos hombres. A que se añade ser tan atento , tan pru
dente y tan católico en cuanto escribía , que con ser tanto , nunca el desvelo cuidadoso de la In
quisición halló palabra, opinión, pensamiento ni sentido que calificarle.
No hubo escritor entre griegos, latinos, italianos y españoles que le igualase en tener todas las
circunstancias de perfecto poeta ; porque, miradas con atención sus obras, es fuerza confesar que
su blandura en los versos enamora, su agudeza en los pensamientos admira, su propiedad en los
atributos satisface , su noticia en las imitaciones suspende , su verdad en los avisos aprovecha, su
variedad en las materias deleita , y la facilidad con que todo lo hacia asombra ; pues aun la pluma
no alcanzaba á su entendimiento , por ser mas lo que él pensaba que lo que la mano escribía.
Hacia una comedia en dos días (H), que aun trasladarla no es fácil en el escribano mas suelto ; y
en Toledo hizo en quince dias continuados quince jornadas, que hacen cinco comedias, y las leyó
como las iba haciendo en una casa particular donde estaba el maestro José de Valdivieso, que fué
testigo de vista de todo ; y porque en esto se habla variamente , diré lo que yo supe por expe
riencia. Hallóse en Madrid Roque de Figueroa, autor de comedias, tan falto dellas, que estaba
el corral de la Cruz cerrado, siendo por Carnestolendas ; y fué tanta su diligencia, que Lope y yo
nos juntamos para escribirle á toda prisa una, que fué La tercera orden de San Francisco , en que
Arias representó la figura del Santo con la mayor verdad que jamás se ha visto. Cupo á Lope la
primera jornada y á mí la segunda , que escribimos en dos dias , y repartióse la tercera á ocho
hojas cada uno , y por hacer mal tiempo me quedé aquella noche en su casa. Viendo pues que yo
no podia igualarle en el acierto , quise intentarlo en la diligencia , y para conseguirlo me levanté
á las dos de la mañana y á las once acabé mi parte ; salí á buscarle , y hállele en el jardín muy di
vertido con un naranjo que se helaba ; y preguntando cómo le había ido de versos, me respon
dió : c A las cinco empecé á escribir ; pero ya habrá una hora que acabé la jornada , almorcé un
torrezno, escribí una carta de cincuenta tercetos y regué todo este jardin, que no me ha cansado
poco. » Y sacando los papeles , me leyó las ocho hojas y los tercetos ; cosa que me admirara si no
conociera su abundantísimo natural y el imperio que tenia en los consonantes.
Mucho es esto, pero mas es lo que se sigue ; perdonen los antiguos y tengan paciencia los mo
dernos. Alcanzó por sus aciertos un modo de alabanza, que aun no pudo imaginarse de hombre
mortal , pues creció tanto la opinión de que era bueno cuanto escribía , que se hizo adagio común
para alabar una cosa de buena decir que era de Lope ; de suerte que las joyas, los diamantes, las
pinturas, las galas, las telas, las flores, las frutas, las comidas y los pescados, y cuantas cosas
hay criadas se encarecían de buenas solamente con decir que eran suyas , porque su nombre las
calificaba. Elogio admirado de todos y merecido de ninguno ; si bien, mirado á buena luz, no es
nuevo; que ejemplar tiene, pero tan alto, tan superior y tan divino, que le añade lustre y crédito
casi infinito ; porque es Dios solamente quien dio ocasión primero á este género de encomio. Para
cuya ilustración se ha de suponer que los hebreos no usan de superlativos cuando quieren alabar
alguna cosa ; y así , es cierto que se valen del nombre de Dios para su realce. Dícelo David en el
salmo 39, pues para pintar unos montes los llama < montes de Dios i, sin dilatarse como poeta,
que lo fué divino, en encarecer su altura, sus verdores y su eminencia. Explican este lugar Belar
PRELIMINARES. xvii
mino, Arias Montano, Juan Bautista Folengio, Genebrardo y el padre Lorino, diciendo que en lla
marlos montes de Dios los llamó grandes, sublimes y superiores ; porque, siendo Dios su dueño,
su nombre solo sirvió de alabanza. El capítulo sexto del Génesis llama á unos hombres hijos de
Dios, y dice Oleastro que quiso con su nombre encarecer la grandeza en la estatura de aquellos
hombres ; y Eceqüiel, en el capítulo primero, para ponderar que unas revelaciones que Dios le
comunicó eran misteriosísimas, las llama visiones de Dios, como lo notan agudamente Nicolao de
Lira, la Glosa ordinaria, Tertuliano, Teodoreto, san Basilio el Grande, y con mas particulari
dad Cornelio á Lapide, que expresamente con Oleastro afirma que es frásis común de los judíos
para ponderar cualquiera cosa decir que es de Dios. De suerte que lo que en nuestra lengua es
hispanismo del nombre de Lope , podemos decir que fué primero hebraísmo del nombre de Dios
en la Escritura : honor para Lope grande , empero, á mi ver, para el señor duque de Sesa mucho
mayor. Paréceme, Señor excelentísimo (hablo con vuestra excelencia ahora, porque deseaba
mucho la ocasión presente) ; paréceme, Señor, digo otra vez, que tendrá por paradoja esta propo
sición , y no es sino verdad legítima, cuya prueba se verá calificada en tres razones, que hacen un
silogismo evidente. Todas las cosas l#enas fueron de Lope , esto nadie lo ignora ; Lope fué siem
pre todo de vuestra excelencia , esto todos lo saben ; luego vuestra excelencia es dueño de Lope
y de todo lo que le toca.La consecuencia es tan clara, que no necesita de prueba, porque ella se
está publicando á voces ; y así , para encarecer la persona de vuestra excelencia es ocioso repe
tirle lo clarísimo de su sangre, lo venerado de su valor, lo aplaudido de su entendimiento, lo
grande por tantos lados, lo imperioso por tantas jurisdicciones y lo amable por tan heroicas pren
das, sino llamarle dueño de Lope ; con que se excusan los demás títulos, pues esos y otros muchos
mas entran en el número de las cosas buenas : sea abono deste modo de ponderación el Espíri
tu Santo en el capitulo veinte y seis del Génesis y en el tercero del Éxodo, donde dice Dios, para
acreditarse con los incrédulos de su omnipotencia y darles á entender su deidad altísima , que es
Dios de Abraham. Admírase Cornelio á Lapide, explicando este lugar en sus Comentarios, de
que, pudiéndose llamar Dios de todas las criaturas, se satisfaga con que sepan que lo es de Abra
ham solamente; y responde el mismo Cornelio que era Abraham tan puro, tan virtuoso, tan
venerable, tan santo y tan bien querido, que le bastó á Dios para la reducción de aquellos infie
les y para la demostración de su infinito poder llamarse Dios de un varón tan justo. La aplica
ción es tan fácil y tan consecuente, que nadie puede huir la cara á su inteligencia; y asi, para
do malograr el tiempo, vuelvo á proseguir los elogios de nuestro Lope, que es lo mismo que
volver á las alabanzas de vuestra excelencia.
Tuvo un espíritu tan generoso y una inclinación tan noble de ilustrar su nación , su patria y
sus amigos, que hizo vanidad virtuosa de que no hubiese hazañoso príncipe, varón celebrado,
catedrático docto, predicador provecto, capitán valiente, pintor insigne, artífice famoso y poe
ta elegante, que no celebrase en sus escritos ;,si bien con todo esto no se pudo librar de emula
ciones; que hacer beneficios y hacer ingratos no son dos cosas; pues mientras vivió, á vueltas de
los honores que por otras partes granjeaba, siempre estuvo padeciendo sátiras de los maldicien
tes, detracciones de los ignorantes, libelos de los enemigos, notas de los mal intencionados,
correcciones de los melindrosos y invectivas de los bachilleres, con tanto extremo, que solo su
muerte pudo ser asilo de su seguridad , haciendo la lástima lo que no pudo recabar el mérito,
pues muchos de los que le lloraron muerto fueron los mismos que le murmuraron vivo ; bien
así como á Moisen los israelitas, que, según Oleastro, nunca le alabaron en vida; antes, en lu
gar de agradecerle los milagros, ya exprimiendo las piedras para apagar su sed insaciable, ya
haciendo calles en los páramos del mar para que pasasen seguros, y otros infinitos favores á
este modo, le tiraban piedras; y viéndole morir plañeron amargamente diciendo : c ¡ Ay tristes
de nosotros, 'que perdimos nuestro profeta santo! » Que no es novedad, aunque es desdicha,
haber menester morirse un hombre grande para hacerse bienquisto , y aun plegué á Dios que
así lo quede; que hay envidia tan terca, que conserva un odio sobre una muerte, y pasa el ren
cor de esotra parte de la vida. Pero ¿qué importa, si solo con dejarla en su afán, repetido sin
provecho, se castiga su destemplanza? Y mas hoy, que ha de estar viendo, aunque la pese, en fa
vor deste felicísimo héroe tantas glorias de pompas funerales , tantos honores de príncipes au
gustos, tantos aplausos de concursos nobles, tantos sufragios de corazones piadosos, tantas lá
grimas de afectos apasionados, tantos créditos de predicadores insignes, tantas inscripciones de
varones doctos, y tantos dulcísimos metros de diferentes Sénecas y Virgilios, que están virtuo
L-i. b
xvm LOPE DE VEGA CARPIÓ.
sámente quejosos de la fortuna porque ya no está pronto el jaspe, prevenido el mármol y apa
rejado el bronce, ó para la estatua, ó para la urna, ó para el sepulcro, ó para todo; que todo
lo merece quien nació para milagro de la naturaleza y murió para crédito de la posteridad. Y
si alguno hiciere escrúpulo de que este linaje de honores se haga con un hombre particular,
vuelva los ojos á las historias , haga memoria de las noticias y consulte las canas de la antigüe
dad , y verá en ellas cómo se festejaron los cadáveres de los singulares varones en otros tiem
pos. Por el cuerdo de Homero batallaron siete ciudades en sangrienta contienda ; y no solo le
edificaron templo todas, sino que Grecia le batió moneda, que se llamaba hornería, para memo
ria eterna de su nombre. Estando Alejandro sobre Atenas, determinado al último asalto, tuvo
nuevas de que dentro de la ciudad habia muerto Sófocles, poeta trágico, y que le querían en
terrar; y porque la asistencia del asalto no impidiese el último beneficio al poeta, suspendió el
orden que tenia dado por tres dias; y entrando después, derribando las casas, reservó la de
Píndaro por lo mismo, con las vidas de todos sus' deudos. Roberto, rey de Ñapóles, pidió al Pe
trarca recibiese de su mano el laurel de príncipe de los poetas de Italia. Honorio y Claudio, em
peradores, consagraron estatuas en el foro Trajano á Claudio, poeta elegantísimo. Roma man
dó colocar las cenizas de Enio. Domiciano sentaba á su mesa á Estacio , y Vespasiano hablaba á
todas horas con Valerio, y en su muerte les asistieron para honrallos. El emperador Elio Vero
estimó á Marcial de manera, que puso después de muerto su retrato entre los augustos empe
radores. Augusto César tuvo á Virgilio por su privado íntimo; y mandando el mismo poeta en
su testamento quemar su Eneida , no solamente lo excusó Augusto , sino que compuso nuevos
versos en su alabanza. Al insigne Camóens, único poeta, le hizo Lisboa solemnísimas honras. El
duque del Infantado fabricó capilla y urna al celebrado Juan de Mena en Guadalajara. Y lo que
es mas para el intento nuestro , el invictísimo emperador Carlos V, viendo una vez herido á Gar-
cilaso de la Vega, salió con su gente á defenderle. Y sabiendo en otra ocasión, de allí á mu
chos dias, que le habían muerto unos villanos enemigos nuestros, despeñándole de una torre
donde le tenian preso, puso sitio á la torre, y en entrándola, con ser tan piadoso, no dejó vivo
á ninguno dellos, en venganza del muerto, á quien estimaba por gran poeta.
Todo esto es verdad constante ; luego si Lope de Vega solo monta mas que todos los poetas
juntos, digno será del premio que merece cualquiera; y si es verdad también que muchos au
tores gastaron toda una vida en encarecer una virtud particular; como la grandeza en Alejandro,
la ciencia en Ptolomeo, la justicia en Numa Pompilio, la clemencia en Julio César, el ingenio
en Uiíses, el valor en Hércules, la poesía en Virgilio, la gravedad en Catón, la pobreza en Cu
rio, la verdad en Trajano, la paciencia en Augusto, la piedad en Antonino, la templanza en
Constancio, la humildad en Teodosio, ¿qué merecerá quien lo tuvo todo, siendo, como hemos
dicho, liberal, docto, justo, blando, ingenioso, constante, poeta, circunspecto, pobre, verda
dero, magnánimo, perdonador, templado y humildísimo? Pues si esto es así, y de mas á mas
murió tan prevenido de diligencias para su salvación , que hizo certidumbres nuestras esperan
zas (tales fueron sus resignaciones en la voluntad de Dios , tales las lágrimas que vertieron sus
ojos enternecidos, y tales los actos de contrición verdadera que pronunciaron sus labios afec
tuosos), ¿qué importa que la detracción blasfeme, que la calumnia brame , que la ignorancia
murmure, que el rencor informe, que el engaño porfíe, que la soberbia ladre, que el odio per
severe y que la envidia escupa veneno en lugar de saliva , si está de nuestra parte la verdad
dando voces, la fama publicando triunfos, las naciones previniendo lauros, los- reinos consul
tando estatuas, y toda la redondez del orbe erigiendo pirámides á su memoria, por el mas in
signe varón que han conocido y venerado entrambos mundos, el de Europa por la presencia y
el de América por la noticia? Y ¿qué importa, finalmente, cuantos émulos quiera introducir la
cavilación, si tiene Lope de su parte por defensa, asilo y sagrado la magnífica piedad de Feli
pe IV el Grande, imitador en todo del invencible Carlos V, su bisabuelo; por Mecenas al se
ñor duque de Sesa, su amigo y su valedor verdadero; y por piadosa madre á la ilustre villa
de Madrid , que siempre le trató con veneración , honrándole con aplausos en la vida "y aplau
diéndole con lágrimas en la muerte? ¿Qué mucho, si perdió en tres dias su mayor tesoro, que
dando sin el Apolo que alumbraba sus tinieblas, sin el Orfeo que suspendía sus sentidos, sin la
lira que cantaba sus hazañas, sin la pluma que repetía sus fiestas, sin el espíritu que celebraba
sus santos, sin la voz que pregonaba sus antigüedades, sin el ingenio que divertía sus pesadum
bres, y sin el hijo que la honraba con solo su nombre?
ADICIONES A LA FAMA POSTUMA.

y refugiarse en Valencia, en donde pagó Lope la fideli


dad de Claudio con igual beneficio de extraerle de la
Don José Antonio Alvarez y Baena, en su diccionario torre de Serranos, que es una de las cárceles de aque
histórico titulado Hijos ilustres de Madrid, dice (to lla ciudad , adonde le habían llevado sus travesuras. »
mo m, pág. 350) al principio de la biografía de Lope: (Alvarez y Baena.)
«Fueron sus venturosos padres Félix de Vega y
Francisca Fernandez , personas de conocida nobleza y
vecinos de esta villa , adonde sucesivamente los trajo «En el de \ 588, á tiempo que él (Lope) cumplía los
desde el valle de Carriedo, en que está el solar de Ve veinte y seis de su edad. » ( Alvarez y Baena. )
ga, en Asturias , á él el amor que, faltando á su fideli «El fruto de este matrimonio, una hija llamada Teo
dad, profesaba á una mujer hermosa , y u ella los celos dora, murió aun antes de cumplir un año. » Así resulta
que de este amor padecía. Sosegado el espíritu de am de un soneto y un epigrama latino , que se hallan en
bos esposos , vivieron pacífica y amorosamente , y lo las Rimas de Lope de Veca (parte i, soneto 178).
graron los frutos de tres hijos.» (Schack, Historia de la literatura y arte dramática
Lope, en la epístola titulada Belardo á Amarilis, en España, tomo u, pág. 170.)
que puede verse en la colección de sus obras sueltas, Las composiciones mencionadas son estas :
tomo primero , escribe los tercetos siguientes : SOIJETO.
Tiene su silla en la bordada alfombra Mi bien, nacido de mis propios males,
De Castilla el valor de la montaña. Retrato celestial de mi Belisa *,
Que el valle de Carriedo hispana nombra. Que en mudas voces y con dulce risa
Allí otro tiempo se cifraba España, Mi destierro y consuelo hiciste iguales :
Allí tuve principio ; mas ¿qué importa Segunda vez de mis entrañas sales;
Nacer laurel y ser humilde caña? Mas pues tu blanco pié los cielos pisa,
Falta dinero allí , la tierra es corta : ¿Por qué el de un hombre en tierra tan aprisa
Vino mi padre del solar de Vega : Quebranta tus estrellas celestiales?
Asi á los pobres la nobleza exhorta. Ciego llorando, niña de mis ojos,
Siguióle basta Madrid , de celos ciega, Sobre esta piedra cantaré, que es mina
Sa amorosa mujer, porque él quería Donde el que pasa al indio en proprio suelo
Halle maspresto el oro en tus despojos,
Una española Helena , entonces griega.
Las perlas, el coral, la plata Una...
Hicieron amistades, y aquel dia
Mas ¡ ay ! que es ángel, y llevólo al cielo! _
Fué piedra en mi primero fundamento
La paz de su celosa fantasía.
En lin, por celos soy. ; Qué nacimiento '
Imaginadle vos ; que haber nacido THEODORAE ORBIKAE SARC0P1IAGBS.
De tan inquieta causa fué portento. PATERNA 1KSCRIPTI0.

Hoc Urbinajacet saxo Theodora sepulta,


B. Quae Theodori almo martyris nata die.
«Víósc Lope con este motivo en la cárcel , de donde Exaclis nondum cumple uit mensibus annum
le sacó la astucia ó valor de Claudio Conde, á quien lla Quum petiit superas, non r editara, domos.
Cui monumento parens haec moestus uterque dicavit,
ma su íntimo amigo en la dedicatoria que le hace de
Angélicos cuelas dum cotit illa polo.
la comedia Buscar su propia desdicha , una de las de
la parte xv, y en la precisión de dejar ambos la patria, Au agrama de leat/el.
LOPE DE VEGA CARPIÓ.

I). E.
«Monta I lian dice que doña Juana sintió con tal ex « La carrera fué por la calle de Francos , la de San
tremo la muerte de su hijo, que nunca volvió á su an Agustín, que hace frente á las vistas del convento de
tigua salud, y á la primera enfermedad murió en ocho las Trinitarias Descalzas, y por donde pasó para que le
dias ; mas el mismo Lope, en la citada Carta de Belardo viese su hija Marcela; la de Cantarranas, la de León, la
á Amarilis, asegura que murió de sobreparto de la hi plazuela de Antón Martin y calle de Atocha. » (Alvarez
ja. No quiso exponerse á tercera pérdida, ó ya por ahor y Baena. )
rarse de sentimientos, ó ya porque doña María de Lu
F.
jan lo tuvo tan prendado, que no le dejó libertad para
ello, y prodigándole sus favores, consiguió los frutos «En la Égloga á Claudio, escrita por los años de
que pudiera haber adquirido lícitamente por el vínculo 1632, y en la conclusión de La moza de cántaro, se de
del matrimonio. En 1605 le dio una niña, que se llamó clara Lope autor de mil y quinientas comedias... Mon
Marcela, y en la temprana edad de quince años entró re talban en la Fama postuma le atribuye mil ochocien
ligiosa de coro, á 28 de febrero de 1621, en el convento tas... Pero según todos los fundamentos de la crítica,
de Trinitarias Descalzas de esta corte (nueve años des es de suponer que las comedias de Lope no pasaron mu
pués de su fundación), trocando el nombre de doña cho de las mil y quinientas ya dichas, pues sabemos
Marcela del Carpió en el de sor Marcela de San Félix ; que muchos años antes de su muerte cesó de escribir
profesó al año siguiente, y murió en 9 de enero de 1688 las ( Montalban lo dice así , muchos años J ) , y que ob
con excelente opinión. Las solemnidades de entrada y tuvo del duque de Sesa una pensión en resarcimiento
profesión las cuenta el mismo Lope en la epístola á don del perjuicio que tal resolución le ocasionaba. Después
Francisco de Herrera Maldonado, con estilo tan dulce y del año 1632 solo vivió Lope tres mas.» (Schack.)
patético, que enternece al mas yerto de corazón. Allí
dice que se adornó el templo de ricas telas y varias ri
quezas ; que fué la madrina de la desposada la marque Una Relación de la jornada de las entregas de las
sa de la Tela ; que asistió el marqués de Povar con la serenísimas señoras doña Ana , reina de Francia , y
guarda de su majestad, el duque de Sesa y otros se doña Isabel , princesa de España , hechas en los me
ñores ; que cantaron las letras, que él hubia compuesto, ses de olúbre y noviembre de este año de 161o, la cual
Florión, Poncey Valdés, célebres músicos y cantores de se halla manuscrita en la Biblioteca Nacional, estan
la real capilla ; y que predicó el padre maestro fray te H , número 50 , concluye así :
Hortensio Félix Paravicino : circunstancias en que se ve «En la jornada ha andado el famoso poeta Lope de
la general estimación que se había granjeado Lope de Veca , Pedro Mantuano y otros dos , tomando por me
todo el mundo. En el año de 1606, que fué el siguiente moria todo lo que pasaba para hacer historia dello : de-
al nacimiento de Marcela, tuvo otro hijo en la misma llos se sabrá todo lo sucedido.»
doña María de Lujan, que eri el año de 1620, en que se
celebró la justa poética ala beatificación de san Isidro, II.
no habia cumplido catorce años, é hizo la primera glo Así creo yo se deben entender aquellos versos céle
sa del certamen o.° con el nombre de Lope Félix el bres :
Mozo. Este se inclinó á la milicia, con sentimiento de
Que mas de ciento, en horas veinticuatro ,
su padre, que le encargó al marqués de Santa Cruz, Pasaron de las musas al teatro.
para que la aprendiese, y medrase á su sombra. A poco
después del referido certamen se embarcó , y asistió en Es decir, veinte y cuatro horas de trabajo, repartidas
algunas ocasiones que se ofrecieron contra holandeses en dos dias. En la comedia titulada La noche de San
y turcos, y murió á los quince años en un bajel que na Juan , puso Lope estos versos :
vegaba á la isla Margarita y se sumergió con toda la Hará Avendaño
genteque llevaba. Su padre lloró esta desgraciada muer Una comedia, que creo
te con la.mayor terneza en la égloga piscatoria Felicio, Es retrato desta noebe,
en cuyo título le llama Lope Félix del Carpió y Lujan, De cuyo confuso lienzo
dándole este último apellido de su madre. Montalban Tomó Lope la invención,
no menciona este hijo, llama deuda cercana de Lope á Y te ha estudiado y compuesto
Marcela , y le convierte el apellido religioso de San Fé En cinco días.
lix en el de Jesús. Esto seria sin duda por no descu * Lo que Montalban afirma (véase la pagina xv), es que Lopb
brir á quien lo ignoraba estas flaquezas de su amigo y dijo al duque de Sesa que «e quería escribir mas ctmciitu; pero
maestro, que luego se resolvió á dejarlas, mudando de no expresa Montalban que Lora dejase de escribir para el lealro.
vida y estado.» ( Alvarez y Baena. ) (Nota del Colector.)
JUICIO GENERAL DE LASOBRAS DE LOPE,
POR EL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON ANTONIO GIL DE ZARATE.

( Manual de Literatura , tegunda parte.)

Frey Lope Félix de Vega Carpió fué el escritor que gozó de mas fama en su tiempo y el in
genio mas portentoso que ha producido la naturaleza. Debió su inmensa popularidad , no solo á
la prodigiosa fecundidad de su pluma, sino también á que, apartándose del camino seguido por
¿us antecesores, y abandonando el culto exclusivo de la poesía erudita, no se desdeñó de escribir
para el vulgo , y fundó, al contrario, en esto sus principales laureles.
Fénix de los ingenios le llamó su siglo ; y con efecto tal nombre merece si se atiende á su rica
fantasía , á su variada imaginación , al don portentoso que tenia para acomodarse á todos los gé
neros y crear toda clase de invenciones, á la flexibilidad de su estilo, que á cualquier asunto se
acomodaba , que no conocía dificultades, siendo siempre puro , natural y fluido ; en fin , á su in
cansable laboriosidad , que , unida á su fácil vena , le hizo componer tal número de obras , que
apenas cabe en la imaginación sean el fruto de la vida de un solo hombre.
No hubo género de poesía en que no diese prodigiosas muestras de su fecundidad : desde la
composición mas corta hasta el poema épico, todos los recorrió, no siempre con acierto, es ver
dad, pero asombrando en todos. No obstante, el que mas ejercitó su pluma, el que le hizo ser
idolo de su siglo, el que le ha granjeado eterna fama, aun entre las naciones extranjeras , fué el
género dramático, de que en realidad debe considerársele como creador y padre, así en España
como en toda Europa.
Yíon efecto, aquí está su verdadero mérito ; porque, prescindiendo del valor intrínseco de sus
dramas, ello es que él creó una poesía popular en España, y apartándose de la servil imitación
de los antiguos, adivinó el drama de la edad moderna, é impuso á este género de composición el
verdadero carácter que en la actual civilización le corresponde. Hizo mas : introdujo en la poesía
popular el lenguaje poético que le faltaba , y con este servicio la sacó del estado de abatimiento
en que vacia, la hizo gustar hasta de los eruditos , fué ocasión fie que los buenos ingenios se de
dicasen también en lo sucesivo á ella y produjesen obras agradables á un tiempo al vulgo y á la
gente docta ; fin principal de toda buena poesía, pues sin él, ora queda oscurecida por falta del
conveniente adorno, ora es el patrimonio exclusivo de unos pocos, por no simpatizar con las ideas
e intereses generales.
Este feliz maridaje que hizo Lope de la poesía popular con la erudita, ennobleciendo aquella,
vulgarizando esta , es pues el mayor servicio que le debe nuestra literatura ; servicio que acaso
no se le ha tenido bastante en cuenta. Por él, aunque mas bien sentido que apreciado de sus con
temporáneos, logró aquella fama inmensa que le granjeó el aplauso de grandes y plebeyos, la
admiración de los extraños, las consideraciones de los reyes, las recompensas de sumos pontífi
ces ; y por él ejerció tanta influencia en la literatura de su siglo, así dentro como fuera de su patria.
t

Sin embargo, si llegó á lo sumo el aura popular de Lope durante su vida , después de su muertey '

■- #s
mi LOPE DE VEGA CARPIÓ.
cuando hubo desaparecido el asombro que causara su prodigiosa fecundidad, cuando otros poe
tas se presentaron en la escena, superiores á él en dotes dramáticos; cuando, en fin, principiaron
á cundir principios literarios mas ajustados á los preceptos de la antigüedad, y las obras de esta
se consideraron como los únicos modelos dignos de imitación , entonces las alabanzas se convir
tieron en vituperios , y no faltó quien quisiera confundir á tan grande hombre con los mas des
preciables dramaturgos. Injusticia fué esta mucho mas inexcusable que el desmedido aplauso que
se le tributara en vida. Al menos este se fundaba en un mérito real, en el prestigio que no puede
menos de acompañar al genio, en sus facultades portentosas, que si abusó de ellas lastimosamente,
el mismo abuso demuestra cuan grandes y poderosas eran. Libres ahora á la par de aquel pres
tigio y de toda preocupación nacida de doctrinas literarias , apreciamos á Lope en lo que vale y
juzgamos de su mérito con imparcial templanza.
Si consideramos solo el número de sus escritos, la historia literaria no presenta ejemplo
semejante de una fecundidad que parece fabulosa ; y aun cuando no tuviese otro mérito, su nom
bre viviría siempre en la memoria de los hombres, como uno de aquellos prodigios que la natura
leza no ofrece mas que una vez sola. No hubo género de poesía que no cultivase, desde el madri
gal hasta la oda, desde la égloga hasta la comedia , desde la novela hasta la epopeya: todo lo
recorrió y en todo dejó señales de su privilegiado talento. Se lee en el prefacio de un libro im
preso en 1604, que á la edad de cuarenta y dos años llenaban mas de veinte y tres mil hojas los
versos que hasta entonces había hecho para el teatro. En 1618 asegura él mismo que llegaban á
ochocientas las comedias que llevaba compuestas , y en 1620 á novecientas. Cuando en 1629 pu
blicó la vigésima parte de sus obras dramáticas, decia que le quedaba todavía tiempo para escri
bir hasta mil y setecientas. Por último, en 1635 , año de su muerte , afirman Pérez de Montalban
y el sabio don ¡Nicolás Antonio que ascendía á mil ochocientas el número de sus comedias. Estas
son en tres jornadas y en verso ; todas se representaron y la mitad se imprimieron. De ellas hubo
muchas que no le costaron mas que un día de trabajo, como él mismo lo asegura en estos versos :

Y mas de ciento , en horas veinte y cuatro , »


Pasaron de las musas al teatro.

A estas mil ochocientas comedias hay que añadir cuatrocientos autos sacramentales , un gran
número de intermedios, muchos poemas épicos , didácticos y burlescos ; epístolas, disertaciones,
composiciones sueltas é infinidad de sonetos. Se ha calculado que en los setenta años de su vida
le tocan á cada dia ocho páginas, y casi todas ellas de poesía. Sus escritos todos componen el nú
mero de ciento treinta y tres mil páginas y veinte y un millones de versos.
Facilidad increíble, mas asombrosa que envidiable si se reflexiona en los peligros á que arras
tra, y que extravió tan frecuentemente al mismo Lope.

Por lo que llevamos dicho hasta ahora acerca de los progresos que habia tenido nuestra escena,
se debe haber visto cuan incierta habia sido en su marcha, produciendo solo, ya farsas chocarre-
ras é indecentes , aunque á veces llenas de chiste y gracia , ya novelas dialogadas , en las que el
embrollo suplía la falla de interés, ya dramas monstruosos bárbaramente atroces, que aun no lo
graba sostener el lujo de poesía que se prodigaba en ellos. Cuando apareció Lope, teníamos mu
chas obras dramáticas; pero carecíamos todavía de un verdadero teatro. Se conocía que era pre
ciso seguir diferente rumbo que los antiguos; pero no se atinaba con el verdadero ; hacíanse en
sayos de todas clases, y ninguno correspondía al deseo general, ninguno acertaba con el verdadero
gusto de la nación : tal vez el pueblo bajo se solazaba con las groseras farsas que solían presen
társele , tal vez los esfuerzos de algunos para dar decoro á la escena con mas nobles argumentos
y mas culto lenguaje merecían los aplausos de las personas ilustradas ; pero no existía un espec
táculo que excitase á un tiempo las simpatías de todos, que gustase á todos sin distinción de cla
ses; que formase, en lin, un teatro nacional. Entre las toscas producciones de los unos y los es
fuerzos casi convulsivos de los otros, no se encontraba una obra de que un verdadero español
pudiese decir : « Hé aquí mi drama. •
Si se recuerdan los caracteres que hemos señalado á nuestra poesía para ser nacional , caracte
res deducidos tanto de las diferencias que distinguen la civilización moderna de la antigua , como
de las circunstancias políticas y religiosas de nuestro país, se verá que las obras dramáticas de
PRELIMINARES. • «m
que hemos hablado hasta ahora carecían de ellos casi absolutamente. Convenian todos en repe
ler la sencillez clásica ; pero no se reproducía en las comedias el esplritualismo de los tiempos
modernos, ni la caballerosidad española, ni el sentimiento religioso de la época. La risa ó la cu
riosidad podían quedar á veces satisfechas ; pero el alma permanecía del todo indiferente. Hasta
la poesía de tales obras no era la que se necesitaba : descuidada ó pretensiosa, ya le faltaba armo
nía, ya le sobraba estudio , careciendo de la gala , facilidad y soltura que halaga el oido , ó de
aquella metafísica propia del espíritu cristiano y caballeresco, que, si no siempre es clara é inte
ligible, arrulla al menos , produciendo una especie de arrobamiento indefinible y delicioso.
Todo esto provenia de no haberse aun verificado la unión tan necesaria de las dos literaturas
que, creciendo á la par en un mismo suelo y adoptando un mismo idioma, eran , sin embargo,
extrañas la una á la otra. Pero en medio de este apartamiento habían ido creciendo tanto las dos,
que, saliendo del estrecho ámbito en que ya no cabian, hubieron de acercarse, de ponerse en
contacto, y por último, de confundirse ; bien así como los círculos concéntricos que forman dos
piedras al caer en el agua, crecen, se ensanchan, se tocan y confunden. El momento era lle
gado de verificar este feliz enlace.
Mientras nuestra nación se encontraba reducida á estrechos límites , mientras las clases per
manecían apartadas con pocas comunicaciones entre sí , mientras la lengua era tosca y grosera,
pudieron y debieron caminar separadas, é indiferentes la una para la otra, la literatura popular
y la erudita , no echándose de menos entre los españoles ningún lazo común literario. Pero en el
momento en que formamos un gran pueblo, en que adquirimos influencia y preponderancia en
tre las naciones europeas , y en que nuestra lengua , desechando su rudeza , tomó asiento entre
las lenguas cultas, fué ya indispensable semejante lazo, y hubo de existir una literatura común á
todos y que en todos causase entusiasmo. Esta vez no fué la poesía la primera que tuvo semejante
gloria ; la prosa se le adelantó, y los libros de caballería, que acertaron á reproducir el espíritu de
la época, se granjearon las simpatías generales, siendo los primeros escritores que agradaron á la
vez agrandes y pequeños, á sabios é ignorantes, á nobles y plebeyos, á hombres y mujeres, y á
todas las edades. Pero los libros de caballería, reducidos á la lectura solitaria, destituidos de las
galas poéticas y de otras cualidades esenciales , tenian que caer y ceder el campo á otra literatura
mas variada , mas galana , mas amena , mas simpática , en fin , por estar destinada especialmente
¿agradar, no en el silencio del gabinete, sino en el bullicio de la sociedad, donde las sensaciones
fe comunican y excitan unas á otras, donde adquieren mayor intensidad con las muestras de pla
cer ó desagrado que arrancan ostensiblemente á todos. Tal fué la poesía dramática que sucedió
en abundancia y popularidad á los libros de caballería , pero que conservó muchas de las dotes
de estos mismos libros, tan gratos durante siglo y medio á la nación española , y sin las cuales no
era posible que ninguna literatura se generalizase entre nosotros.
La poesía popular, la erudita y los libros de caballería fueron pues los tres manantiales que,
después de haber corrido separados, se reunieron en un solo caudal para componer el inmenso de
nuestra poesía dramática. Esta gloria la tuvo Lope de Vega, que, dotado de extraordinarias facul
tades poéticas, llegó además en la ocasión oportuna de completar una revolución ya preparada.
Comprendiendo y abarcando las necesidades del espíritu nacional, hizo un todo completo de par
tes que estaban diseminadas, é inspirado por su genio y por el de la nación, inventó el verdadero
drama español, que, si existia como deseo y necesidad de todo el pueblo, carecía de formas con
que realizarse.
«Conoció Lope, dice el erudito-don Agustín Duran, que las reglas clásicas relativas á las uni
dades no eran esenciales mas que á cierto y determinado sistema de imitación, á cierta clase de
verosimilitud ; pero que, existiendo en la naturaleza otros medios de imitación y de verosimilitud
que en aquellos no cabian, ningún inconveniente resultaba de abandonarlas. Buenas, excelentes,
indispensables eran para las naciones bajo cuya civilización se crearon y en cuyas costumbres las
hallaron sus poetas ; pero en un pueblo meridional por excelencia , místicamente religioso, fer
viente de imaginación, que buscaba las impresiones íntimas del alma mas bien que las de tos sen
tidos, los efectos de la lucha de las pasiones, y no los resultados del fatalismo ; en un pueblo an
sioso de asuntos complicados , curioso de examinarse á sí mismo, lleno de fe para con los hechos
maravillosos y las enredadas situaciones, ¿cómo habían de bastar á interesarle las sencillas y
breves combinaciones que caben en un cuadro clásico ? Nuestro genio especial abarcaba un in
menso espacio poético; para tenerle suspenso y entretenido en el teatro necesitaba una historia
sxiv LOPE DE VEGA CARPIÓ.
entera , un poema épico completo. Poco nos importaba que el poeta corriese de oriente á occi
dente , que pasase de siglos á siglos ; pues como nuestro drama era una historia, y eso buscábamos
alli , volábamos en el teatro con el poeta como seguiamos en un libro al historiador. La curiosidad
que nos conducía á la escena, y nuestra imaginación , abarcaban las creaciones del ingenio ; y ya
en el cielo ó ya en el abismo, estábamos contentos si, como en la tierra, veíamos al héroe que con
hechos maravillosos, intrigas complicadas, combates íntimos de pasiones, cuestiones de punto
de honor, galantería, metafísica, acciones caballerescas y religiosas, nos reproducía á nosotros y
nuestros íntimos sentimientos. Y ni aun esto bastaba para construir el drama popular. En ello
ciertamente consistía su esencia ; mas para su parte de ornato exigía nuestro gusto y tendencia
natural que se revistiese de todos los tonos de la poesía ; necesitábamos , en fin , que la lírica , la
épica , la narrativa ostentasen todos los recursos en el teatro ; porque , acostumbrados á la gala,
riqueza y abundancia de nuestra hermosa lengua , los oídos españoles no podían renunciar, ni
aun en el drama, los encantos de sus variados y armoniosos sonidos.
• tNecesidades de tal tamaño y extensión no podían satisfacerse en el estrecho círculo que con
tenia la de los pueblos antiguos , ni tan encontrados y diversos elementos amalgamarse y colo
carse convenientemente dentro de él. Ya Juan de la Cueva, Virués y los Argensolas habían cono
cido la precisión de exceder tan cortos límites ; pero , como eran eruditos por fe , no lo hicieron
con la debida resolución. Luchando sus doctrinas académicas con la necesidad, fueron tímidos y
no se atrevieron de lleno á seguir el intento del pueblo ; por lo cual, en vez de inventar un siste
ma nuevo é independiente del antiguo clásico y con formas propias y originales , solo produjeron
monstruosos dramas, compuestos de elementos inconciliables.
• Al ingenio grande , audaz , eminentemente español de Lope estaba reservado comprender é
inventar un sistema dramático que fuese verdadera expresión de nuestras necesidades intelec
tuales y morales. Por inspiración ó por sentimiento íntimo, quizá mas que por estudio , halló el
drama español ; y formándolo con la quinta esencia del carácter indígena , le apropió además
cuanto no era incompatible con él y habíamos adquirido de los extraños. Cultivado el árbol de
nuestra poesía popular, creció magnifico y robusto hasta las nubes , y sus vigorosas ramas asom
braron la culta Europa. Modelo fué de ella casi un siglo entero, y sus mayores ingenios se alimen
taron de su sustancia para producir obras análogas en cuanto lo permitía la diferente índole de
las naciones para quienes escribían.
»Y no se crea, ya lo hemos dicho, que Lope se apartó voluntariamente de las reglas clásicas
por solo apartarse de ellas ; lo hizo sí para crear otro sistema , mas instintivo á la verdad que ra
zonado. No dejó á su país desierto de poesía nacional, ni produjo monstruos como los que le pre
cedieron. El drama popular y grosero que existia antes que el suyo también tomó una parte muy
esencial en su nueva creación, porque en él se hallaba el tipo característico del pueblo. Salió,
empero, de sus manos libre de la bárbara corteza que lo cubria, salió adecuado á los progresos
que se habían verificado en la cultura social. ¿ Qué diferencia enorme no se nota con efecto en
tre las sales groseras y el lenguaje de las antiguas farsas, si se comparan con las gracias oportunas
y decentes de Lope ? Y ¿qué diremos de la expresión noble y caballeresca de los amoríos intro
ducidos en sus dramas ? Esto es todo invención suya ; no existia en las farsas , si bien ya se halla
ba connaturalizado en las costumbres é introducido en la sociedad por la lectura popular de los
libros de caballería.
»Las reglas que los críticos dedujeron de las creaciones clásicas , y de que se apartó Lope, no
afectaban esencialmente las generales que constituyen la imitación de la bella naturaleza ; si de
estas se olvidara, jamás hubiera conseguido representar ni satisfacer las necesidades de un pue
blo , pues siendo ellas mismas esencialmente necesarias, son una parte del instinto con que el
pueblo concibe y siente la belleza. Por inspiración se apartó d& aquellas Lope, por inspiración
conservó estas , y por inspiración hicieron otro tanto los grandes poetas, que , dedicados á produ
cir, jamás se ocuparon en la crítica filosófica ni en escribir reglas, que á posteriori se dedujeron de
sus obras.
>E1 teatro de Lope de Vega es una prueba del mas extenso y sólido saber. La teología, la ju
risprudencia , la filosofía, las bellas artes, y hasta las mas mecánicas , todo lo abraza en él, nada le
era extraño ni peregrino. Allí está consignada toda la ciencia de su siglo y de su nación , allí sus
usos y costumbres , alli su fe y creencias religiosas , allí sus principios morales y políticos , allí
sus necesidades , gustos y placeres ; allí lo que contenia su originalidad ; y allí mejor que en la
PRELIMINARES. ixv
historia , que respeta y adula á los individuos, se pintaban con verdad en seres ideales atributos
que constituían entre el pueblo la idea de lo bueno y de lo malo , de lo útil y de lo dañoso , y has
ta el extravío que produce en los juicios humanos la constitución social y la educación. •
>E1 caos que desembrolló Lope de Vega para fundar el sistema dramático, hasta ahora mas bien
sentido que definido, fué inmenso. Las sencillas églogas de Juan de la Encina ; "las comedias, ya mas
cultas é ingeniosas, de Torres Naharro ; las farsas de Lope de Rueda , Timoneda y otros, incrusta
das de cuentos novelescos ; los dramas informes, hinchadamente épicos y gigantescos de Cueva,
Argensola y Virués, que olían todavía á la erudición del mal gusto ; el amor humano, asimilado al
místico y metafísico ; la gala, la riqueza y la tendencia melancólica de la poesía árabe , provenzal
é italiana ; las hermosísimas y variadas combinaciones métricas de los petrarquistas, introducidas
entre nosotros por Boscan y Garcilaso ; la gracia sencilla y tierna que caracterizaba nuestras can
ciones populares ; el tono épico , grave y solemne con que en nuestros romances heroicos ó de
historia se cantaron las glorias , los desastres y la constancia nacional ; la gala y brio descriptivo
de los romances moriscos y caballerescos : todo, todo existia ya, todo era popular en la civiliza
ción castellana á principios del siglo xvii. Solo faltaba una inteligencia superior que, abarcando
con una mirada sola este caos de elementos diseminados, y despojándolos de sus formas divergen
tes, supiese ponerlos en armonía para crear un todo conveniente, cuya belleza simpatizase con
las masas populares á quienes debia servir de instrucción , de moralidad , de placer y de recreo,
y á quienes , en fin, como un espejo se debia retratar para sí propias y para la posteridad.
iPues bien , el hombre que supo aproximar elementos tan distantes y edificar con ellos un mo
numento real é idealmente bello y armonioso fué Lope de Vega. Creó su drama, y creado, se lo
presentó al pueblo y le dijo : « Hé aquí tu poema ; hé aquí la verdadera creación que debes con
tinuar para ser sublime, para ser original é independiente ; porque esta obra , aunque salida de
mis manos, es propia tuya, porque se ha formado de tus leyes, tus costumbres, tu saber, tus
gustos, tus sentimientos, tus creencias , y en fin , de tu propia sustancia. Tú fuiste e,l mármol que
contenía la imagen de la belleza , y yo el artista cuya inteligencia comprendió dónde estaba ocul
ta y cuyo cincel la despojó de su corteza ; tú fuiste el diamante , yo el que le labré é hice compe-
tiren brillo con el sol. » La nación, atónita y embelesada, aceptó el presente del gran poeta y ciñó
sus sienes con inmarcesible corona de gloria, de gratitud y respeto, y la fama llevó su nombre y
sus obras inmortales á los otros climas. »
Para consumar tan grande obra necesitaba Lope ser lo que fué : un verdadero portento , un
monstruo de la naturaleza. El cielo habia reunido en aquel hombre extraordinario el genio de
muchos poetas juntos, prodigándole los tesoros de la imaginación y de la mas rica fantasía, el don
de inventar y de trazar cuadros infinitamente variados : facilidad , soltura , elegancia , claridad,
armonía, todo en él se reúne ; es un manantial que á todo basta y que jamás se agota. Su poesía
«por lo general dulce y fluida, como el agua limpiado una fuente pura, que fluye sin obstáculo
alguno ; su expresión deja pocas veces de ser clara , inteligible para todos y exenta de los defec
tos de culteranismo y mal gusto que afearon á muchos escritores de su época y la siguiente ; los
argumentos de sus dramas son variados y siempre felices, á pesar de ser tantos y tan prontamente
concebidos ; los caracteres de sus personajes, si no perfectos siempre en la ejecución , bellos en la
invención y con rasgos admirables que arrebatan ; el dialogo es fácil y animado ; una galantería
fina y culta sobresale en él , no ofendiendo nunca el decoro ; y por lo general descubre una sen
sibilidad viva y delicada que mueve é interesa, sin que le falte á veces tuerza y sublimidad , bien
<¡ue estas últimas cualidades son en él las que menos resaltan . •
Vemos pues justificado nuestro aserto de haber sido injustos para con Lope los que le han
achacado la corrupción de nuestro teatro , haciéndole causante del desarreglo y mal gusto que
reinó en la escena española á juicio de ciertos críticos. Lejos de esto, contuvo el desarreglo que
sus predecesores habian introducido, rectificando el gusto que andaba perdido entre las farsas
groseras de unos y los monstruosos engendros de otros. Mejoró infinito la parte relativa á la in
vención de la fábula. Unas veces se mostraba esta pobre, como en Rueda y Naharro ; otras pasaba
á ser desatinada y delirante por la aglomeración confusa de incidentes desligados entre sí , como
en Cueva y Virués. La fábula de Lope está llena de movimiento , de situaciones, de lances ; hasta
la exposición misma se hace en acción, y no en discursos, desterrándose la costumbre poco inge
niosa de las loas ó prólogos. A pesar de la multitud de lances, camina con mas claridad, con mas
arte en la disposición del argumento ; y aunque se halla lejos de ser perfecta , rectificada la anti
xxvi LOPE DE VEGA CARPIÓ.
gua confusión y la exageración ridicula , puede decirse que dio á la comedia mas regulares y sen
cillas formas.
Otra eosa que aquellos no conocieron fué la pintura de los caracteres, y á Lope se debe la
creación de esta parte tan principal de la poesía dramática, en la que sobresalió, señaladamente
cuando ponia en escena caracteres femeniles. Nadie ha descrito con mas verdad ni al mismo
tiempo con mas ingenio y, por decirlo así, con mas efusión del alma, la ternura y constancia del
corazón mujeril , el valor del bello sexo en las situaciones mas difíciles de la vida , y la disposición
á hacer los mayores sacrificios por el objeto amado. Su manera de sentir el amor y los celos está
expresada en las numerosas comedias de Lope con una variedad admirable , correspondiente á
las casi infinitas situaciones que inventó para describirla. En los demás caracteres, generalmente
hablando, observó la debida decencia. El lenguaje del padre anciano no escomo el del joven
amante , del monarca poderoso, del criado, del pastor, del villano. Nada de esto se veía en los
que le precedieron : cuando xnas, supieron trazar algunos caracteres generales, pero no los indi
viduales, que son los que la comedia requiere ; y fué tan notable la mejora que en esta parte in
trodujo , que él mismo se alababa de ella , diciendo con razón en su Égloga á Claudio :
Débenme ú mi de su principio el arle.

Pintar las iras del armado Aquiles,


Guardar á los palacios el decoro...
La furia del amante sin consejo,
La hermosa dama, el sentencioso viejo...
Describir el villano al fuego atento...
¿ A quién se debe , Claudio?

Tampoco sabian sus antecesores manejar el diálogo con verdad, gracia y'sollura. Algo se no
taba ya de esto en Lope de Rueda ; mas solo en la parte jocosa. Lope de Vega enseñó el modo de
hacer hablar entre sí á los interlocutores de todas clases con verdad, viveza y naturalidad, hu
yendo de los largos razonamientos, haciendo que las réplicas fuesen prontas, oportunas, ade
cuadas á la situación y al personaje. En suma, como ya hemos dicho, antes de Lope existían co
medias ; pero él creó el arte dramática.
Mas si esta arte le debió tanto , ¿hizo por ella todo lo que hubiera podido? ¿La llevó al grado
de perfeccion.de que era susceptible en su tiempo? A nosotros nos parece que no, y en esto ve
mos la gran culpa de Lope. Sin quitar al teatro español su originalidad, sin defraudarle de una
sola de las buenas cualidades con que supo dotarle, en nuestro juicio debió darle mas perfectas
formas é introducir en él un gusto mas depurado. El mismo lo conoció, se acusó de ello, y este
testimonio es mas poderoso que todas las excusas que se puedan inventar para disculparle.
Si tuvo grande inventiva, no fué tan afortunado en la composición ó disposición de la fábula, que
casi siempre es defectuosa , señaladamente cuando se aproxima el desenlace. Su genio le inspi
raba una buena idea ; poníase á trabajar, y generalmente empezaba bien, porque entonces le ani
maba la inspiración ; pero caminando sin plan y siempre deprisa, se iba extraviando y se cansaba.
Anadia escenas á escenas conforme se le ocurrían , aunque no tuviesen entre sí la conexión ne
cesaria : salían unas buenas, otras malas ; ya se cansaba, y su composición se resentía de la fatiga
ocasionada por el excesivo trabajo; ya por un nuevo impulso ó recobradas sus fuerzas , volvia la
inspiración, y era otra vez el inimitable Lope. Cuando llegaba el desenlace, el cansancio, la dificul
tad de atar tanto cabo suelto y de llevar á un fin común tan varios incidentes, el ansia de acabar,
le hacian echar mano de cualquier medio , y resultaba el final tan malo como buena habia sido la
exposición. Así , de todos los poetas dramáticos es el que tiene mayor número de escenas admi
rables y menor de comedias buenas. Esto consiste en que la invención pertenece al genio y es
hija de la inspiración ; pero la composición lo es del talento y del arte. Las escenas, los diálogos
y los versos se hacen dictando la musa de la fantasía ; pero la disposición y el enlace de las diver
sas partes del drama , de modo que camine artificiosamente á su fin , prepare la catástrofe y man
tenga al espectador siempre suspenso, esto requiere mucha meditación y gran detenimiento.
Estas últimas cualidades son las que le faltaron á Lope para ser perfecto , y su falta le precipitó
en grandes extravíos. Entregándose sin freno alguno á su lastimosa facilidad , demasiado pronto
á tomar la pluma, é impaciente por acabar, sacrifica el conjunto á los pormenores, y desgracia lo
esencial por los accesorios. Corre sin saber adonde marcha ni cuándo parará ; no se concede el
PRELIMINARES. xxvii
tiempo de respirar siquiera, y á lo mejor se queda sin aliento. Semejante al pródigo, derrama in
consideradamente sus tesoros, en vez de distribuirlos con cordura ; y en medio de tantas riquezas,
aparece muy á menudo pobre y miserable. Así, Lope para ser apreciado en lo que vale necesita
presentarse cargado con el inmenso caudal de sus obras : vistas juntas asombran y dejan anona
dado al que las contempla ; desmenuzadas, se pierde el prestigio, y no pocas veces causan extraño
desagrado. Se pueden comparar á un inmenso paisaje que desde lejos presenta imponentes ma
sas de árboles y montes , nubes y variados celajes : el conjunto sorprende y asombra ; pero inter
nándose en él se desvanece la ilusión , y á par de bellas flores , sombras agradables y fuentes de
liciosas, se encuentran sitios agrestes, rocas incultas, extensos eriales, cenagales inmundos ; y
por todas partes la maleza ahoga la vegetación, que de lejos parecía tan lozana.
Y no estuvo todo el daño en lo bueno que dejó de hacer, sino en el mal ejemplo que diera, sien
do imitado en sus defectos por la mayor parte de sus contemporáneos y sucesores. Como una de
las cualidades que en él mas sorprendieron fué su inmensa fecundidad , todos sus imitadores cre
yeron que no eran poetas dramáticos si no eran también fecundos, y diéronse todos á escribir
comedias á destajo, produciéndolas á cientos. Quedándose aun en esta parte muy atrás, no le aven
tajaron en las demás ; y excepto algunos pocos que indudablemente produjeron obras mejores
que las suyas, el vulgo de los dramaturgos escribió todavía con mas desarreglo y menos gusto.
Acostumbró además Lope á componer, no para el arte, sino para el pueblo únicamente y según su
capricho. Si es cierto que el poeta, y mas el dramático, tiene que escribir para el pueblo, también
lo es que no debe constituirse en servil adulador de sus gustos, con frecuencia depravados. El
cielo no le da el ingenio para esto solo , y es su obligación corregir lo que el buen gusto y la razón
desaprueban. El arte le ha de merecer también algún esfuerzo, y él está para perfeccionarlo ; que
la gran dificultad y la verdadera gloria consisten, no en agradar á la plebe á expensas del arte ; no
tampoco en sujetarse á este sin consideración á los gustos del pueblo, sino en atender á las dos
cosas juntamente , en hermanar estos dos fines indispensables y en vencer todos los obstáculos
que ofrece tan ardua empresa. Si Lope hubiera hecho esto, no se diria de él que ha escrito mil
ochocientas comedias ; pero tendríamos unas pocas que sabríamos de memoria.
Basta ya sobre las bellezas y los defectos de Lope de Vega y sobre la influencia que tuvo en el
teatro moderno. Contraigámonos ahora á hablar mas particularmente de sus comedias.
Estas se pueden dividir en varias clases :
1." Las de costumbres, en que mas sesacercóáTcrencio yá Plauto, é imitó acaso sobradamente
la licencia de los cómicos antiguos. Llamamos asi á las comedias en que se pintan los vicios de los
hombres en sociedad y se retratan sobre la escena ; pero, como en tiempo de Lope no podían cri
ticarse los vicios de ciertas personas y clases, hubo de limitarse á las mas abyectas y bajas, como
en el Rufián Caslrucho. En estas obras no es Lope tan culto y urbano como en las demás ; pero
afortunadamente tiene pocas.
2.* Comedias de intriga y amor, llamadas generalmente de capa y espada. En este género fué
original y mejor que en ningún otro. A él deben referirse muchas en que, aunque se introduzcan
reyes y emperadores, la fábula no versa sobre hechos históricos , sino sobre lances de amor y ce
los. Es también el que mas se cultivó por todos nuestros antiguos poetas dramáticos y en el que
tenemos mas riquezas.
3.* Comedias pastoriles, género que agradaba mucho á Lope y en que imitó el Aminta del Tas-
so y el Pastor Fido de Cuarini , pero dando mas complicación é interés á la fábula. Sobresalió en
él por las excelentes descripciones poéticas que admite. En todas las obras de Lope se ve el placer
con que describe las bellezas sencillas , las escenas hermosas de la naturaleza , las dulzuras de la
vida del campo y la sencillez de costumbres que es consiguiente á ella ; pero introdujo también
en estas comedias el mismo género novelesco que en las demás.
4." La comedia heroica ó de sucesos verdaderos ó creídos , tales como la historia de Bernardo
del Carpió. En las comedias de este género se observa en Lope mas celeridad que en otro alguno,
y se acercó mas á la manera de Cueva y Virués : muchas fueron comedias de circunstancias.
5.* La tragedia : puso el título de tragedia á algunas de sus composiciones porque el desenlace
era lastimoso , aunque la forma fuese la misma que en los demás dramas ; de modo que no hay
mas diferencia entre lo que él llama comedia y lo que tal vez intitula tragedia, que el ser en la pri
mera el desenlace feliz y en la segunda funesto.
6.* Las comedias mitológicas : por lo general son comedias de teatro.
xxviii LOPE DE VEGA CARPIO.
7.* Las de santos : también de apariencias teatrales, en las cuales estaba recibido que se in
trodujesen los demonios, saliendo por escotillón , y los ángeles por nubes. Estos dos últimos gé
neros por sí son ya bastante inferiores : el uno por ser de una creencia que no nos pertenece , y el
otro por acercar demasiado al auditorio los objetos de la suya. No tienen en Lope bastante mérito.
8.a La comedia filosófica ó ideal , en que se conoce la intención de desenvolver alguna máxi
ma de moral universal , género en que Lope se elevó apenas sobre la comedia de intriga , y que
Calderón llevó después á tan alto grado de perfección ; son pocas también las que tiene de esta
clase *.

Mucho habría que citar de Lope; pero es difícil elegir en tal cúmulo de obras. Sus comedias mas
nombradas, ó por lo menos las que mas se han conservado en el teatro hasta estos últimos tiem
pos, son : El anzuelo de Fenisa ; Obras son amores, y no buenas razones ; ¡ Si no vieran las mujeres !
Las flores de don Juan ; La esclava de su galán ; La moza de cántaro ; Querer su propia desdicha ;
Los milagros del desprecio ; El castigo sin venganza ; La estrella de Sevilla ; El premio del bien ha
blar ; Por la puente, Juana ; El mejor alcalde el Rey; Lo cierto por lo dudoso; El perro del hortelano;
La dama melindrosa ; Los Tellos de Menéses ; Amar sin saber á quién ; El acero de Madrid ; La ilus
tre fregona; La hei-mosa fea; El mayor imposible ; La boba para los otros y discreta para si. En el
prólogo del Peregrino en su patria puso Lope una lista de las comedias que habia publicado hasta
entonces.

Lope , que se ensayó en todos los géneros, no podia menos de imitar una de las obras que mas
celebridad tenían, y que, sin ser verdadera comedia, ofrecía sus formas, La Celestina. Hizo La-Do
rotea, que, como aquella, es una novela en diálogo; y aunque está léjosde igualarla, hubo de de
jar á su autor bastante satisfecho, puesto que hablando de ella dice : « Por ventura de mi lamas
querida.» Está dividida en cinco actos, que este nombre les da, y no el de jornadas, y escrita en
prosa con intercalación de bastantes composiciones poéticas. Como novela tiene poco interés y es
cansada de leer ; pero el lenguaje es bellísimo, y sobre todo los versos son de los mejores de Lope,
hallándose entre ellos sus famosas barquillas.

1 Debemos esta clasificación al profundo humanista y excelente critico , maestro incansable de la juventud , don Al
berto Lista y Aragón, cuyo fallecimiento, acaecido en 5 de octubre de 1848, llenó de luto á los verdaderos amantes de las
letras, quienes perdieron a su muerte un verdadero oráculo.
RELACION

ENTRE LAS COSTUMBRES Y LOS ESCRITOS DE LOPE DE VEGA,

POB EL SEÑOR DON ADOLFO DE CASTRO.

[Semanario pintoreteo español, núm. 13 del año 1851.)

«Con dos flores de un jardín, seis cuadros de pintura y algunos libros, vivo sin envidia, sin
deseo , sin temor y sin esperanza; vencedor de mi fortuna, desengañado de la grandeza, retirado
en la misma confusión, alegre en la necesidad , y si bien incierto del fin , no temeroso de que es
tan cierto. Con esta filosofía camino por donde mas me puedo apartar de la ignorancia, desviando
las piedras de la calumnia y las trampas de la envidia. »
Así describía su carácter el ingenioso poeta español Lope de Vega, en la dedicatoria que hizo de
su comedia El Alcalde mayor á cierto amigo residente en la ciudad de Méjico. Con tales costum
bres y cou tal manera de pensar, es claro que sus versos nacieron en la sencillez y tranquilidad
de animo , en la práctica de las virtudes , en el desprecio de las riquezas y en la admiración de
la hermosura.
Lope de Vega manifestaba sinceramente sus pensamientos. Por eso, mientras mas bellos son
los objetos que describe, los pinta con mayores encantos y atractivos. La inocencia de las aves,
los afectos de un amor puro , la belleza de una doncella, las galas de las flores, hijas del mayo , y
las mansas corrientes de los rios y de los arroyos , se hallan retratados en sus escritos con la sen
cillez de la verdad, con fluidos y suavísimos versos, y con palabras y frases mas suaves todavía.
En el vario discurso de su larga vida, así seglar como sacerdote , Lope de Vega se dejó regir
constantemente por el amor con que acataba la justicia, la razón , la virtud y la hermosura. Ni
la ira podia cegarle el entendimiento hasta el punto de vengar por medio de las armas las preten
sas injurias , ni la codicia desviarle de la honestidad de sus costumbres.
Salustio se quejaba de la corrupción de Roma y de la venalidad y ambición de los que desem
peñaban cargos en la república; pero tuvo que salir del Senado por sus vicios y por su insaciable
sed del oro , por bajos medios solicitado y adquirido. Lope de Vega celebraba la excelencia de
las virtudes y los encantos de un espíritu tranquilo en el reposo y en la contemplación de la na
turaleza , y ejercitaba en su vivir lo mismo que tan deliciosamente describía en sus obras poé
ticas.
El Salustio senador romano era muy distinto del autor de las admirables historias de la Con
juración de Catilina y de la Guerra de Yugurta. El Lope de Vega sacerdote español no se dife
renciaba del poeta que tan bien solia encomendar en sus escritos la sencillez de vida y el ejerci
cio de las virtudes.
Cuando seglar compuso una comedia intitulada El asalto de Maesíricht, para celebrar la victo
ria que recientemente habian adquirido las armas españolas en los Países-Bajos, donde corrían
entonces tantos arroyos de sangre, y donde tanta gente de nuestra nación iba á perecer en de
fensa de las ambiciones de la casa de Austria.
Acertó, ó mas bien tuvo el poco acierto de poner Lope de Vega , entre las personas que repre
sentaban en su comedia, un alférez de los que mas se habian distinguido en lapresa(como en aquel
tiempo se decía sin incurrir en galicismos) de la plaza de Maestricht. El actor encargado de reci
xxx LOPE DE VEGA CARPIÓ.
tar el papel era de ruin persona. Terminada la representación de la comedia con feliz suceso,
cierto hidalgo, muy descolorido y enojado, llamó aparte al bueno de Lope , y le dijo «que habia
sido muy mal término dar el papel del alférez (que era hermano suyo) á un comediante tan villa
no de talle y de tanta cobardía en las maneras, cuando su pariente tenia buena presencia y gen
til espíritu, según lo mostraban sus proezas» . Lope, al oir querella tan extraña, se excusó lo mejor
que pudo en tan inesperado trance. Pero el hidalgo no se satisfizo con sus excusas ; y así , le pre
vino que si no entregaba el papel á otro representante , desde luego se diese por desafiado. Lope,
hombre pacifico é inofensivo , al escuchar tales bravezas , ofreció cumplir lo que el hermano
del alférez tan vivamente solicitaba. Dio el papel á otro actor de buen rostro y mejor talle, y le
encargó que hiciese muchos ademanes de valiente, con lo cual se serenó el hidalgo, y en vez de
acuchillar al poeta, le envió unos regalos *.
Esta suavidad del carácter de Lope de Vega, en la edad viril y en un tiempo en que la educa
ción y las costumbres exaltaban los brios , permaneció igual aun en los dias de la vejez , cuando
los achaques , los desengaños de las vanidades del mundo y de la constancia de los amigos, y la
gran fama pudieran haber agriado su condición y encendido su orgullo.
tUn hombre iracundo y mal advertido desafió á Lope , hallándole en estado que ya los hábitos
eclesiásticos le excusaban la respuesta. Instó el que desafiaba, y empuñando la espada, enojado
mas con su silencio , le dijo : — Ea, salgamos fuera. — Vamos , dijo Lope, poniéndose con mucho
espacio el manteo; vamos, yo al altar á decir misa, y vuesamerced á ayudarme á ella. — •
Esto refiere fray Francisco de Peralta en un sermón predicado en las exequias de Lope , Ma
drid, 1635; obra bastante rara *.
Lope de Vega era ademas un hombre modelo de modestia. Ni los aplausos lo engreían ni la
estimación universal lo cegaba. Para él fueron tormentos irresistibles las honras merecidas que
le tributaban por su ingenio los reyes y los grandes.
Su íntimo amigo y compañero inseparable , el doctor Francisco de Quintana , autor de varias
novelas y poesías celebradas en aquel siglo, predicó también en otras exequias de Lope. En su
sermón, impreso igualmente en Madrid el año de 1635, hay curiosísimas noticias acerca del ca
rácter y costumbres de Lope de Vega. Ninguna de ellas ha sido conocida por los biógrafos de este
esclarecido ingenio, porque el original del elogio fúnebre de Quintana es de una rareza singular3.
Véase cómo describe un constante amigo de Lope su modestia : « Los príncipes, así eclesiásti
cos como seglares, le veneraron, y aun le desearon , quejándose de que no los visitase ; pero él se
portaba tan templadamente en estas honras , que á la queja de un príncipe grande , eclesiástico,
de que no le veia, respondió: — Yo viera mas veces á vuestra ilustrísima si me hiciera menos ho
nores cuando le veo.—Secretario fué en su juventud de dos príncipes grandes, y cuando estimaban
mas su persona, los dejó por huir de las lisonjas y estimaciones de sus familias; y estaba tan desen
gañado de este género de favores, que solia decir: —Aun á las figuras de los tapices de palacio tu
viera lástima, si tuvieran sentimiento.—Tan templado fué en esta parte, que, siendo así que murió
en el servicio de un generoso príncipe. .., y estando en estado que pudiera como amigo gozar de
sus favores, no quiso pasar por ello , sin estar primero escrito en los libros de los criados de su
casa. Cuando salia de la suya, llegaban mil diferentes personas á verle, conocerle y decirle va
rios encarecimientos de sus escritos, y con tanto aliento repelía estas estimaciones , que , después
de haberse cubierto su anciano rostro de vergüenza , introducía diferentes razones en orden á
que cesasen sus alabanzas; y si , no obstante esta diligencia, proseguían, dejaba la conversación,
teniendo por mejor parecer descortés que dejar de ser en tantos honores magnánimo. >
Este desprecio de la próspera fortuna y de las pompas mundanas , este ánimo igual , esta con
fianza en su grandeza , y esta modestia , hija de la sabiduría , descubren en Lope de Vega al poeta
eminente, cantor de las bellezas del mundo.
Lope al propio tiempo cumplía constantemente con las obligaciones que se habia impuesto, sin
que nada hubiese de bastante poderío para desviarlo del desempeño de sus palabras. Pertenecía
á una congregación destinada á socorrer á los sacerdotes pobres, á negociar su libertad cuando
gemían por los rigores de la contraria fortuna en tierras de infieles, y á sepultar de limosna á los
que fallecían sin haberes, y la cual en ninguna manera permitía que manos de seglares tocasen
' Lope refiere este suceso en una de sus novelas. (Nota del autor del articulo.)
1 Esta reimpreso en la Colección de las obran sueltas de LorE, tomo xix.
* Reimpreso en el tomo xix de las Obra* sueltas de Loi-e.
PRELIMINARES. hxi
á los difuntos eclesiásticos, c Ofrecióse enterrar, dice el citado amigo de Lope, en el hospital ge
neral á un sacerdote pobre, y vimos que Lope de Vega se quitó el manteo, y aunque se lo qui
sieron estorbar algunos por excusar este trabajo á sus años , entró en la sepultura , recibió pia
dosamente el cadáver, salióse fuera, y comenzó á cubrirle de tierra con el instrumento allí dipu
tado para este ejercicio. »
De este modo el gran Lope de Vega daba el admirable espectáculo de un hombre lisonjeado
por los aplausos universales, despreciando el orgullo y siendo vencedor de si mismo, sin que la
mucha edad ni las atenciones y cuidados de sus amigos pudiesen separarlo del camino de los que
él consideraba como deberes de su conciencia. '
Lope además fué notable por su caridad verdaderamente evangélica. En su casa siempre tenia
• puesta cantidad de dinero sobre la mesa, para que el criado no tuviese necesidad de pedirlo ni
tuviese mas que hacer que darla en llegando el pobre á la puerta » . Tal decia de la caridad de Lope
el citado Quintana.
Otra de las acciones notables de Lope en este punto está referida también por su íntimo amigo,
en las palabras siguientes : « Llegó una vez un sacerdote pobre. . . Llamó á la puerta , no habia en
casa quien respondiese, salió él mismo, y vio que el que llamaba, sobre pobre, sacerdote y ciego,
llevaba la indecencia de un asqueroso sombrero. Miró si tenia qué darle; no se halló con cosa
considerable , y llevado de su piedad , quitóse el sombrero que tenia en la cabeza, y púsoselo al
pobre. Súpose necesariamente este suceso , porque no pudo salir de casa con los amigos que le
asistían, testigos fieles de esta verdad , hasta que uno de ellos hizo diligencia para que le lleva
sen otro. »
Con esta condición tan afable, tan caritativa, tan generosa, pronta á ejercitar el bien, sensi
ble ante la desdicha lo mismo que ante la hermosura, acostumbrada á la sencillez de las costum
bres, llena de delicados afectos, no mancillada con los crímenes, Lope de Vega habia de escri
bir necesariamente versos de una suavidad extraordinaria, y ser uno de los pintores que han
sabido mejor retratar los encantos de la naturaleza.
En la rarísima comedia Mas vale salto de mata que ruego de buenos Lope describe de esta suerte
los tiernísimos afectos amorosos de un ganadero :

Por verte á li , Señora, La tórtola en el nido


Saldré cuando le corra las cortinas Y el escamoso pez en el anzuelo ,
Al rubio sol la aurora, El madroño teñido
Siguiendo sus pisadas peregrinas ; Con la escarcha que arroja el duro suelo ;
Y en viendo las estrellas, Que cosas semejantes
Solo las miraré por verte en ellas. Son en amor zafiros y diamantes.
Traeréte muchas veces
El conejuclo tímido y medroso ; Daré un golpe á tu puerta,
¥ viendo que me ofreces Y tú , que velarás por aguardarme
Gracias debidas á mi amor forzoso , Con una fe despierta ,
Con pecho mas sencillo Llegarás muchas veces á abrazarme ,
Te traeré el amoroso cabritillo. Y dirás, como amas :
•No des tan recio; que en el alma llamas.»

0 espíritu de Lope de Vega , acostumbrado á ejercitar la virtud y á hallar en todo bellezas, no


se contentaba solo con encontrarlas en los campos, en los jardines y en las selvas, ya en las de
licadas flores, ya en el cantar de las sencillas aves, ya en las mansas corrientes de los arroyuelps,
ya en las sombras y frescuras de las silenciosas florestas. Lope se traslada con el pensamiento á la
rústica casa de un labrador, y describe admirablemente y con un entusiasmo singular la riqueza
délos frutos naturales depositados en aquel albergue. Véase la descripción que se lee en su co
media intitulada El vaquero de Morana :

Algún año sea tan bueno Rompan del aire los filos
En tierras propias y extrañas , Las cañas de los barbechos,
Que seguemos con guadañas Y toque el trigo los techos
Como en los prados el heno; En las trojes y en los silos.
Vístase el prado librea No solo en siega, en vendimia
Con la yerba cada hora ; Os dé el cielo tal tesoro.
Vierta aqui su copia Flora, Que bagáis los vasos de oro
Y su abundancia Amallea; Que agora tenéis de alquimia.
XXXII LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Ya que en agosto repose, Coronen frutas de invierno.
Pisen para vuestras cubas Sirvan á vuestras familias
Vuestras gentes tantas uvas , ■ Costales de verdes nueces ,
Que lodo en mosto rebose. Para acabar tras los peces
Los viernes y las vigilias.
Y de manera se huelguen Higos también os reserve
Con las uvas vuestras casas , Esta campaña vecina,
Que aunque muchas hagáis pasas, Que afeitados con harina,
Muchas por los techos cuelguen. Enjugue el techo y conserve.
Matice estas huertas luego
Por los pezones y cabos La berengena morada,
Cubran con color pajizos La verde col , arrugada
Los melones invernizos Como pergamino al fuego.
De vuestra casa los clavos. Echad por mayor deleite
Sirvan colmos á montones En la postre vez alguna,
De membrillos ó granadas, En adobóla aceituna,
En vuestros techos colgadas. Y los quesos en aceite;
De dorados artesones. Que yo, siguiéndoos á vos,
Sin rectitud y gobierno Daré en mi rústico modo
De reales pesadumbres, Gracias al Dueño de todo;
Vuestras ahumadas techumbres Que dueño de todo es Dios.

Sin embargo, Lope de Vega , á pesar de la pureza de su alma, no manchada con los vicios que
afeaban las costumbres de sus contemporáneos, como buen autor dramático, supo retratarlas
admirablemente, incluyendo á todos, desde Felipe II, castigador de su hijo don Carlos y de
Juan de Escobedo, hasta las busconas y rufianes , que vivían de la estafa y en los mayores crí
menes.
Para describir la muerte de Juan de Escobedo., secretario de don Juan de Austria, dada por
Antonio Pérez de orden de Felipe II, y para afear la persecución que hizo este soberano ásu pri
vado por haber ejecutado sus disposiciones , compuso Lope de Vega su tragedia intitulada La es
trella de Sevilla. Tal se cree por algunos críticos en vista de la semejanza de los sucesos en ella
referidos con los que admiró el mundo durante el reinado de Felipe , y considerando que la ac
ción de esa tragedia se finge en el reinado de don Sancho el Bravo , tiempo del cual no se con
serva noticia alguna igual tocante á Sancho Ortiz ni á la familiaantigua sevillana de los Taberas.
También Lope en el reinado de Felipe III compuso otra tragedia con el título de El castigo sin
venganza , donde un duque ideal de Ferrara manda matar á su hijo por tener amores con su ma
drastra : acción en que la corte de Madrid vio retratado al príncipe don Carlos , á Isabel de Valois
y á Felipe II, según las voces que corrían entonces acerca de este suceso fuera de España. La
tragedia, al siguiente dia do su representación, fué prohibida.
Lope de Vega, para pintar la sociedad española de su tiempo, recorrió todos los estados, y al
fin , desde los palacios descendió á las vidas de las busconas en su comedia El anzuelo de Fenisa,
y á la de los bribones en El rufián Castrucho.
Pero, aunque Lope de Vega se dejase arrastrar de su deseo de describir las costumbres de su
siglo , y las describiese con negros colores , nunca fueron tales que igualasen al horror de ellas.
Por eso en todas las comedias de Lope , sean cuales fueren sus asuntos , siempre se ve al alma
pura de su autor en las bellas pinturas de la naturaleza y en la delicada expresión de dulcísimos
afectos.
En nada se puede contemplar mejor el candoroso espíritu de Lope de Vega que en el carácter
de las mujeres de sus comedias. Así como Calderón pinta las suyas infelices é impecables , pero
altivas, Tirso de Molina bellacas cuanto da de sí la malicia, y Montalban mas vehementes de lo
que permite la modestia ; Lope las retrata apasionadas y afectuosas con una ternura llena de en
cantos y atractivos.
Lope de Vega en sus escritos revela pues las bondades de su alma y la sencillez de sus cos
tumbres.
EL VERDADERO AMANTE,
PRIMERA COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ (1>,

DIRIGIDA A LOPE DE VEGA , SU HIJO.

Muundo un día el retrato de Vuestro hermano Carlos Félix, que, de edad de cuatro años, está"
en mi estudio , me preguntastes qué significaba una celada que , puesta sobre un libro en una
mesa, tenia por alma del cuerpo esta empresa :'Fata sciunt; y no os respondí entonces porque
me pareció que no érades capaz de la respuesta. Ya que tenéis edad, y comenzáis á entender los
principios de la lengua latina , sabed que tienen los hombres para vivir en el mundo , cuando no
pueden heredar á sus padres mas que un limitado descanso , dos inclinaciones : una á las armas,
y otra á las letras, que son las que aquella celada y libro significan con la letra , que en aquellos
tiernos años dice que el cielo sabe cuál de aquellas dos inclinaciones tuviera Carlos si no le hu
biera, como salteador, la muerte arrebatado á mis brazos y robado á mis ojos, puesto que á me
jor vida , dolorosamente , por las partes que concurrían en él de hermosura y entendimiento,
con esperanzas de que habia de mejorar mi memoria sobreviviendo á mis años, por la razón del
curso de la naturaleza, orden sujeta á los accidentes de la vida. Vos quedastes en su lugar , no sé
con cuál genio, cuya definición os darán Paúsánias y Plutarco cuando sepáis entenderlos, el
uno en los Acáteos , y el otro en la Vida de Bruto. Ni aun conozco la calidad de vuestro ingenio ;
quet san Agustín tuvo por felicísimo al que nacia con él, como en el libro cuarto de la Ciudad de
Dios lo siente el Santo ; y fué opinión de Cicerón y de Aristóteles la ventaja que hace al arte la
naturaleza, á quien afrenta Plinio pensando que la cultura de las artes se debe á la avaricia; bien que
casi siempre es verdad cuando no las estudia el gran señor y príncipe, y aun entonces puede ser
vanidad, y no virtud, como se ha visto en muchos. Mas ¿para qué os persuado con autores, cuando
aun estáis en los primeros rudimentos de la lengua latina? Cosa que no podéis excusar, aunque si
hubiera quien os enseñara bien la castellana, me contentara mas de que la supiérades; porque
he visto muchos que, ignorando su lengua, se precian soberbios de la latina, y todo lo que está
en la vulgar desprecian , sin acordarse que los griegos no escribieron en latin , ni los latinos en
griego ; y os confieso que me causa risa ver algunos hombres preciarse de poetas latinos, y en es
cribiendo en su lengua parecer bárbaros ; de donde conoceréis que no nacieron poetas, porque
el verdadero , de quien se dice que ha de tener uno cada siglo, en su lengua escribe y en ella es
excelente , como el Petrarca en Italia, el Ronsardo en Francia, y Carcilaso en España ; á quien
también deben sus patrias esta honra ; y lo sintió el celestial ingenio de fray Luis de León , que
pretendió siempre honrarla, escribiendo en ella, como también le sucedió á fray Luis de Grana
da, después de muchos sermones que hay suyos en la lengua latina; y en ella escribieron fray Fer
nando del Castillo , fray Agustín de Avila , el padre Ribadeneyra , el doctor Mariana , y otros exce
lentes ingenios, sus historias. No os desanimo para que con menos cuidado estudiéis esta reina de
las lenguas, tercera en orden á las del mundo, aunque mas común que todas; procuralda saber,
y por ningún éaso os acontezca aprenfler la griega , porque desvanecido, no digáis lo que algunos
que saben pocodellay de otras, por vendernos á gran precio la arrogancia de que la entienden; y
porque no sepáis lengua tan engendradora de soberbios, y que tan pocos pueden saber que la sa-
0
(I) De lo que en la dedicatoria dice el autor se infiere que no fué la primera , pues omite circunstancia de tanto bulto.
En el Arle nuevo de hacer comedias asegura que á la edad de doce , y aun á la de once años , ya las escribía.
\
2 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Leis, que un catedrático de griego, natural de Guipúzcoa, hallándose en su escuela de Alcalá asal
tado de improviso de muchos señores de la corté , oró en vizcaíno delante dellós, y fué tenido por
hombre insigne, hasta que un secretario de un príncipe, que era de la misma patria, deshizo el
atrevido engaño , diciendo que le había entendido. En una de aquellas famosas librerías de Sevilla
pidió el padre fray Luis de León una Biblia, si acaso la tenían, hebrea. Diósela el dueño, admirado
de que la pidiese, y mucho mas de vérsela leer en alta voz ; pero llevando consigo un sobrino suyo,
ingenio singular y del mismo hábito, pidió otro cualquiera libro, si acaso le tenían en la lengua
hebrea ; dióle el librero los salmos de David, de maravillosos caracteres y impresión del excelente
Plantino; y comenzando á leer disparates, porque ignoraba la lengua entonces , volvió fray Luisa
reprehenderle airada; á quien el sobrino dijo : c Déjeme vuesa paternidad; que para el señor li
brero tan hebreo es esto como esotro. » Vos me habréis entendido ; y en razón de la inclinación,
que fué el principio de esta carta, no tengo mas que os advertir, si no os inclináredes á las letras
humanas , de que tengáis pocos libros , y esos selectos , y que les saquéis las sentencias , sin dejar
pasar cosa que leáis notable , sin línea y margen ; y si por vuestra desdicha vuestra sangre os in
clinare á hacer versos (cosa de que Dios os Ubre ), advertid que no sea vuestro principal estudio,
porque os puede distraer de lo importante, y no os dará provecho. Tened en esto templanza; no
sepáis versos de memoria, ni los digáis á nadie ; que mientras menos tuviéredes desto, tendréis
mas de opinión y de juicio ; y en esta materia , y lo que os importa seguir vuestros estudios sin esta
remora, no busquéis, Lope, ejemplo mas que el mió, pues aunque viváis muchos años no llega
réis á hacer á los señores de vuestra patria tantos servicios como yo, para pedir mas premio, y ten
go, como sabéis , pobre casa, igual cama y mesa, y un huertecillo cuyas flores me divierten cuida
dos y me dan concetos. Libraréisos con esto de que os conozcan ; que por la opinión de muchos es
gran desdicha, y así tenia por jeroglífico un hombre docto deste tiempo un espejo en un árbol,
á quien unos muchachos tiraban piedras, con esta letra : Periculosus splendor. Yo he escrito no
vecientas comedias , doce libros de diversos sugetos , prosa y verso , y tantos papeles sueltos de
varios sugetos, que no llegará jamás lo impreso á lo que está por imprimir; y he adquirido ene
migos, censores, asechanzas, envidias, notas, reprehensiones y cuidados ; perdido el tiempo
preciosísimo, y llegada la non intellecta senectvs, que dijo Ausonio, sin dejaros mas que estos
inútiles consejos. Está comedia, llamada El verdadero Amante, quise dedicaros, por haberla escrito
de los años que vos tenéis; que aunque entonces se celebraba, conoceréis por ella mis rudos
principios ; con pacto y condición que no la toméis por ejemplar, para que no os veáis escuchado
de muchos y estimado de pocos: —Dios os guarde.
Vuestro Padre.

Nota. Esta pastoral ile El verdadero Amante, por ser el primer drama de Lope incluido en nuestra colección, se
reimprime sin división de escenas , para que vean los lectores de la Biblioteca en qué forma publicó el autor sus co
medias.
EL VERDADERO AMANTE.
FIGURAS DE LA COMEDIA.
JACINTO. PELORO. EREUSA.
DANTEO. Un sacerdote de la dio
ERGASTO. DÓRIDA. sa Jt NO.
MENALCA. DORISTO. FELICIO.
CORIDON. Pastores.
DELARDA. GLICERIO. Músicos.
EURISTO. AMARANTA. Alcaldes labradores.

Representóla RÍOS.

ACTO PRIMERO. DORISTO.


A la aldea nos volvamos.
Santo Apolo, ¿velo ó sueño?
¡ Ah Jacinto! ¿Desla suerte
¡Qué grande bien nos predijo! Sirves á tu nuevo dueño?
Si/e» JACINTO , músicos y pastores, SACERDOTE. ¡Oh dura imagen del sueño,
cea baile y fiesta, Y UN SACERDOTE. Pastores, de aquí partamos.. Sombra y color de la muerte!
¿Estás en ti?
PASTORES.
sacerdote. JACINTO.
Cese el baile y regocijo.
No suene rumor alguno Mi Danteo,
Hasta que á avisaros vuelva ( Vanse todos, queda Jacinto solo.) ¿Es posible que te veo?
En tiempo mas oportuno. JACINTO. DANTEO.
Pues llegamos á la selva ¿Permitirás levantarme, ¿Qué has tenido? ¿No estás bueno?
¡«grada á la diosa Juno, Falso amor, de aqueste suelo.
Cuyas manos vengativas Donde he venido á humillarme? JACINTO.
Tanto las nuestras altivas Pero si caí del cielo, Sí estoy , aunque bien ajeno
Castigan cuando se atreven, ¿Dónde puedo asegurarme? Del mayor bien que deseo.
One hasta los vientos no mueven ¡Ay pregunta sin provecho! DANTEO.
Las hojas destas olivas. Pues en el aire, sospecho, Anímate. ¿Qué has tenido?
cu pastor. Por donde amor me subió, ¿Estás dormido ó despierto?
En nada os disgustaremos, Mis esperanzas y yo
5i la gran Diosa permita Nos hemos pedazos hecho. JACINTO.
Que su selva despreciemos. ¿Que te casaste, Amaranta? Estoy despierto y dormido ,
;Hola! Cese el baile y grita. ¡ Muerto soy ! Estoy sano, estoy herido,
Estoy vivo y estoy muerto.
otro. Sale DANTEO. Tal me tiene mi dolor.
Pues lo mandáis, cesaremos. DANTEO.
SACERDOTE. danteo. (Sin ver á Jacinto.)
¡Oh Atalanta! Pues duerme y vela , pastor,
Todo» hincad la rodilla, Y cúrate y no te cura ,
Y con voluntad sencilla Préstame tus pies veloces,
Así tu Hipómenes goces, Y muere y vivir procura :
Mostrad que es nuestra intención Quizá le hallarás mejor.
' frecerle el corazón , Que en verte agora se espanta.
Déjame dar esta nueva ¿Estás burlando del tiempo?
Que por victima se humilla.
IDtKvbren ¡a diosa Juno en un tem A aquel verdadero amigo; JACINTO.
Eco , mis acentos lleva ; El se ha burlado de mi,
plo.) Detente, viento enemigo. Pues que ya ha llegado el tiempo
;0h santa Juno , que fuiste No la estorbes ; que ya prueba. Que del tiempo que perdí
Del alio Júpiter prenda ! Dile á Jacinto el dichoso , Estoy llorando sin tiempo.
Tú. que mas bella, venciste Que el rapacillo envidioso
A Palas en la contienda, En este punto le ha dado DANTEO.
Y á Venus fecureciste, El mas venturoso estado No mas; que tu queja entiendo.
Asiste á nuestro deseo. •Todo tu mal comprehendo :
Que tuvo pecho amoroso.
Por el despojo y trofeo Dile que se abrase y arda , A Belarda á amar te inclinas.
Qne se te ofrece este día, Que pene, padezca y muera, JACINTO.
1 venga en tu compañía Pues que le adora Belarda, Ni aun la ceniza adevinas
El sacro dios Himeneo. De toda nuestra ribera Del fuego en que estoy ardiendo.
Doristo con Amaranta La pastora mas gallarda.
Quieren tn yugo amoroso : DANTEO.
No es este amor, que provoca
Asiste pues, Juno santa. A una alma á volverse loca, No disimules conmigo.
T el lazo dificultoso Malicia que imaginé ; JACINTO.
Ife la coyunda levanta; Que de su boca losó, Por Dios , Danteo , que inoras
Y en tanto que se levante, Y lo sabrá de mi boca. Mi mal.
Cualquier agüero se espante Basta que me ha preguntado DANTEO.
De tu poderosa diestra : Quién es y en que punto precia
Si la corneja siniestra , Antes soy testigo,
El ser de zagal honrado, Y de su boca te digo
Si el buho noturno cante.— Y si el ganado desprecia,
M vuestras bodas pronuncia. §ue sé que á Belarda adoras,
O guarda ajeno ganado; porque mejor me creas,
—Aquella blanca paloma, Y he hecho lo que he podido
uoristo, tu bien anuncia. — Hoy me ha dado el cargo á mi
En decirle que ha tenido Para que la hables y veas,
La mano á tu esposo toma, (A la novio). Elección de mujer cuerda ,
', tu libertad renuncia. Y aun de su pecho entendí
Y que á mi cuenta se pierda Que gusta que la poseas.
» hay que temer fin prolijo. Por un ganado perdido. — • ¡ Brava ventura tuviste !
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
i
JACINTO. • EURISTO. , Tal me tiene, gozando el bien quegozo,
¿Qué dices? Que vivo como rey sin desearlo.
(Aparte. Quiérame disimular,
JACINTO. CORIDON.
Callando el suceso.lriste.)
¿Dónde la pudiste hablar? Si aquesto viera Furor debe de ser que te entretiene.
¿Adonde vella pudiste? Belarda , ¡qué burla hiciera Vuelve en tu seso, descuidado mozo.
¡Que soy amado me cuentas! De ver un pobre pastor MENALCA.
Con hazañas de señor! Coridon, por demás será buscarlo.
DANTEO.
DANTEO. Dichosamente supe aventurarlo.
Tanto, que alegre te asientas
En el trono del amor. Harto bien le pareciera, CORIDON.
Pues lo que el ser no te ofrece ,
JACINTO. Has por virtud alcanzado ; ¿Rey te juzgasqueriendo? ¡Gran locura!
Poco sientes mi dolor, Que tan bien el sol parece MENALCA.
Y gusto que no le sientas.— Si en un árbol resplandece , Pues dime , ¿qué ventura
¡Ay falsa! ¿Que te casaste? Como en un techo dorado. Tan próspera me aguarda
DANTEO. JACINTO. Como gozar el alma de Belarda?
¿Qué dices? Ya estoy bien. Vamos de aquí. Qué reino puede haber como sus ojos.
JACINTO.
EURISTO.
De quien tengo y tendré ricos despojos?
Que te engañaste ¿Mandas que vaya tras tí ? CORIDON.
En pensar que esa pastora JACINTO. ¿De manera que ya , Menalca loco,
Me quiera bien. Te habernos de llamar rey?
DANTEO.
Ya bien te puedes quedar.
EURISTO. MENALCA.
Y te adora. De contento.
Pues ¿no te he de acompañar?
JACINTO. CORIDON.
JACINTO.
¿Es cierto? ¿Y el titulo ha de ser rey de Belarda?
DANTEO.
No, mientras ande sin mi.
( Xanse Jacinto y üanteo.) MENALCA.
Es muy cierto. A titulo tan .alto un rey es poco.
EURISTO.
JACINTO.
¿Qué novedad es aquesta, No cabe en un pastor merecimiento.
Baste. Jacinto? ¿Qué nueva llama Que pobremente sus ovejas guarda ;
Sin falta , por mano ajena I 11 dios, podrá reinar; que en Dios no
La suerte mi vida guarda , Así tu pecho molesta ,
Que cuando entierras tu dama coridon. tbay r«na-
Y que se resuelva ordena, Júpiter, como hizo en Alcumena,
Con la gloria de Belarda , Sales vestido de fiesta?
De mi Amaranla la pena. ¿Es este acaso el tributo Podrá reinar, dejándola preñada.
Irémosla luego á ver. Del tierno llanto y del luto? Pasión desenfrenada
¿Son estas colores verdes Te rige el pensamiento.
DANTEO. De la esperanza que pierdes MENALCA.
Así quedó concertado. El mal sazonado fruto ?
¿Si acaso el dolor espanta? Y á tí de libertad ocioso intento.
JACINTO.
Mira , Señor, si te mucres, CORIDON.
Calan me quiero poner ;
Que me ha tenido enlutado Nunca la causa fué tanta , Vuelve en tu seso, cobra tu sentido.
De un desposorio el placer. Pues se ha casado Amaranla , MENALCA.
Y pues que tantos lo van , La prenda que tanto quieres. Ganado está muy bien cuando perdido.
Bien es que vaya galau.— Mírala en brazos ajenos ,
CORIDON.
¡En lisio! Y que de su gloria llenos...
— Mas convieneme que calle ; Pues quieres que así sea, dime, cuerdo,
Sale EURISTO. . Que suena gente en el valle, ¿Cómo podrás gozar mientras que vives
Y es Mcnalca cuando menos. (Tase.) Tu Belarda gentil?
EURISTO. MENALCA.
¿Qué mandas? Salen MENALCA tCORIDON. Viviendo en ella.
JACINTO.
MENALCA. CORIDON.
Presto ¿Conoces , dime , Condón , alguno
Trae volando á este puesto ¡ Cabrás dentro muy bien !
Pellico, banda y gabán. Que en todo el Tajo, y en el mundo todo, MENALCA.
Posea" tanto bien como poseo? Cabré en su acuerdo.
(Vafe Euristo.) Y no quiero decir pastor ninguno ;
DANTEO. Que fuera cortedad tan á mi modo CORIDON.
¿Desposorio te enlutó? Medir con la ventura mi deseo; En Gn , á todo engaño te apercibes.
JACINTO.
¿Viste algún rev, ufano del trofeo Bien ves que no podrás casar con e'Ia.
De haber ganado un reino, por ventura, Porque es humilde el nacimiento dolía
Sí ; porque envidia me alcanza En paz santa y segura Para tu generoso nacimiento1.
De ver que allí se cumplió Gozar su alegre estado?
De dos almas la esperanza, MENALCA.
Que para mi no llegó. Pues deste fuera yo tan envidiado, ¡Oh sumo atrevimiento !
Que trocara del reino lo mas rico Dime: ¿nació en la tierra?
DANTEO. Por un solo girón deste pellico.
Nuevo es eso para mí , CORIDON.
No la púrpura sacra y la corona
Que he estado fuera de aquí. Que ciñe al claro príncipe las sienes, En una choza junto aquella sierra.
Hoy vine á aquesta ribera. Mas llenas de soberbia que de gusto; MENALCA.
JACINTO. No la parlera fama, que pregona Y yo ¿dónde nací?
Para mí también lo fuera, Pequeños males como grandes bienes CORIDON. *
A no estar fuera de mi. En la boca del vulgo, torpe, injusto,
Diciendo á voces : « Principe tan justo Muy diferente;
Excedeenguerraypaz con igual mano Que eres de dioses y de ilustre gente.
Sale EURISTO.
A Numa y á Trajano ; » MENALCA.
EURISTO. Ni el ver su nombre eterno , La nobleza mayor, la mayor palma.
Aquí hay recaudo : bien puedes Se iguala á que yo pase el duro invierno No para en el pellico, llega al alma.
Vestirte. Y los calores del ardiente estío
JACINTO. Contento con el bien pequeño mió. Salen BELARDA tERGASTO.
Muestra el pellico. CORIDON.
Aquesto quiero que heredes; ¡ Qué tal te tiene amor ! belarda. (A Efgasto.)
Y de dueño no muy rico MENALCA. Vuélvete, Ergasto, á la fuente;
No esperes grandes mercedes. ¿Qué tal me tiene? Que al pié del verde laurel
EL VERDADERO AMANTE.
Que da sombra á su corriente, Y siendo tú mi esperanza... ■ ENALCA.
He perdido y puso en él «ENALCA. Bien me has dicho , bien me enseñas
Una ciula de la frenle. O merezco tu privanza , De mi empleo la ventura.
Corre. O de tu gloria me prftas. BELABDA. (.4/1.)
ER GASTO.
¿Tanto á todos me adelanto? Pues haz cuenta que lo sueñas ,
¿ Has miedo que se buya ? Sin falla de nri te burlas. Porque en balde te asegura
BELARDA. BELARDA.
Con palabras halagüeñas.
Búscala, por vida tuya. (Ap. No puedo decirte cuánto. ) Salen DANTEO v JACINTO.
ERCASTO. Pues ¿llamas pesadas burlas
Ya tarde parecerá; Verdades que pesan tanto ? dasteo. (Ap. d Jacinto.)
Que el sol la babrá hurlado ya ■ENALCA. ¡ Buen encuentro , á no se hallar
Para ceñírsela suya. Aqueste, que, á mi pesar.
No mas; que sin falta creo
COR1DON. Que de tu alma poseo Cada vez aquí le encuentro !
Tu Belarda es esta á fe. La rendida voluntad. JACINTp.
■ ENALCA. belarda. (Ap.) No tengo por buen encuentro
Y cuyos son los despojos El que comienza én azar.
Así parece verdad,
Del alma que la entregué. Aunque le engaña el deseo. Aanteo.
¿Cómo no pongo los ojos Pues á fe que aquesta vez
■ ENALCA.
Adoude estamiia su pié? Que ha de ser azar de cedro,
BELARDA. (A EtgttStO.)
¡Ob, Belarda, y cuan notable Pues tienes padre juez.
Se halla en ti la virtud !
; Al sol le llamas ladrón ! No hay vicio mas detestable jacinto.
¿Es esa buena razón? Que la injusta ingratitud. Si en tales azares medro,
ERCASTO. No porque en mis cosas hable ; Mas negro voy que la pez.
Como sus rayos dorados Que no quiero persuadirle ■ ENALCA.
De la luna son hurtados, Que para tanto rendirte Al fin , ¿dicesflue eres mia?
De los tuyos son... Han sido mis obras,parte ;
BELARDA.
BELARDA. Que si valgo para amarte.
No valgo para servirte. Y que en mi postrero día
6 Qué son? Tu nombre repetiré.
Que para tanlo valor
ERGASTO. ■ENALCA.
ÍJn príncipe ser quisiera,
Hurto los del sol. Y no tan pobre pastor. ¡Oh Belarda! A tanta fe
BELARDA.
BELARDA. (Ap.) Otro premio se debia ;
¿Mis rayos? Que poco valen palabras
En ese estado pudiera Donde apenas obras pueden ,
ERGASTO. Aborrecerte mejor. Y mas de un pastor de cabras ;
Tus rayos. MENALCA. Pero pues ellas no exceden ,
BELARDA.
¿Qué respondes? Gusto que el pecho me abras.
Pues ¿resplandezco? Mira tu retrato en él ,
BELARDA.
ERGASTO. Porque amor es pintor fiel ;
Tal , que si á verte me ofrezco , Que tu estado Solo te diferenció
Trueco la vista en desmayos , Es el mejor que han honrado En que allí blanda te vio ,
Y desmayado fallezco. Hoy las riberas jamás, Y aquí te pinta cruel.
Pues hoy el mas rico estás
BELARDA. BELARDA.
De cuantos guardan ganado ;
Basta ; que sabes hablar. Y si quieres como muestras, Muestra. ¿Qué es eso que veo?
ERGASTO. El mas rico de contento. Abre el pecho.
■ENALCA.
Ahora bien , \ ovia á buscar. ■ ENALCA.
No es ingrato :
BELARDA. (\p.) Excede el alma á las muestras , Daréle cuanto poseo ,
¡Oh cuánto el rústico tarda ! Porque á lo menos que siento Si va no has visto el deseo,
Me faltan palabras diestras. Que es el cerco del retrato.
ERGASTO.
Pero toda esta riqueza Mas este no lo verás,
Haz una cosa , Belarda, Ofrecida á tu belleza
Para que la pueda hallar. Porque no te obligue mas
Es un humilde caudal. A cumplille.
BELARDA.
BELARDA. (Ap.) BELARDA.
Acaba con tus enojos. Y para quererte mal 'A todo sales.
ERGASTO. No es muy pequeña pobreza. Buenos son estos corales.
Quiero, para que me alumbre, ¡Si supieses de qué suerte ■ENALCA.
Llevar, en lugar de antojos, Te aborrezco , aunque te engaño ! . . . Por estar donde tú estás.
t'n resplandor de la lumbre ■ ENALCA. Espera ; que ya los quito ,
De aquesos divinos ojos. Coridon , agora advierte Porque los goce ese cuello.
BELARDA. Si acierto á buscar mi daño BELARDA.
¡Qué necia filosofía! Y en procurarme la muerte. Será si yo lo permito.
Vete; que luz tiene el dia Mírame tan bien pagado ,
Con que la puedas hallar. Y tan del alma adorado ■ENALCA.
De tquella que de las almas No hay que replicar en ello.
ERGASTO.
Voyme por no te enojar, Tiene mas triunfos y palmas danteo. (Ap. á Jacinto.)
Parte de la vida mia. ( Vase Que el proprio niño vendado. ¿Has leido el sobrescrito?
BELARDA. CORIDON. jacinto.
(Ap. Mas ¡ de qué suerte me tienes , Digo que razón te sobra. Por cierto, ¡ á muy buen lugar
Que pasa de enojo á rabia !) Ama, pues tanto mereces, Me has traido á despeñar !
¡ Oh Menalca ! A tiempo vienes. Y pon tu intento por obra ; ¿Quién te dijo mi suceso?
Que si mucha paga ofreces^ MENALCA.
■ENALCA. Por una á ciento se cobra ;
Siempre al tiempo que te agravia Que puesto que merecieras ¡Qué bien te están!
Fuerza de ajenos desdenes, Prendas que igualar pudieras , BELARDA.
Para que mal me recibas. Lo que falta en igualarte , ¡ Bueno es eso!
BELARDA. Le sobra en lo que fué parte Bien los sabes alabar.
En falsa esperanza estribas, Para que tanto la quieras. Ya sé que tienen valor.
6 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
VERALCA. HENALCA. Y un tiempo Dafnes esquiva ,
Desde que ya tuyos fueron , No soy Corona la frente altiva
Le tendrán mucho mayor, Menos animoso que el. (Yate.) Del vencedor que te ama.
Pues parece que escogieron BEÍARDA. Toma , enemiga cruel ;
De tus labios el color. ¡Buena industria ! Ya se fué. — Y mira si be sido fiel,
Aunque les Laces agravio, Hola , pastor , bola , ce. * Y loque puedes conmigo,
Porque tan cerca del labio Pues para que mi enemigo
DANTEO.
Perderán la color suya ; Corones traigo el laurel.
Has hurtaránte la tuya. ¿Llámasmeámi? Toma, y ¡plega Dios, si alcanza
jacinto. (Ap.) BELARDA. En mi daño la venganza ,
Y á los dos. Que el laurel que le previenes
A fe que el pastor es sabio. Se le marchite en las sienes ,
JACINTO.
BELARDA.
Guárdeos el cielo. Como lo está mi esperanza ,
No sé qué te diese en pago BELARDA.
O que en fuego se resuelva ,
De este don , te certifico. O cuando al que te idolatra
Yá vos La suerte humana revuelva ,
II EN ALCA.
Parte de mi vida os dé. En los áspides se vuelva
Con poco me satisfago. JACINTO. Que mataron á Cleopatra !
BELARDA. No sino á vos de la mia ; Mas pues tan poco restauro,
Pero tú das como rico , Y no digo parte del I a ; Arda en su cabeza el lauro
Y yo como pobre pago. Que toda es vuestra , y podría , Como Hércules ardió .
jacinto. {Ap.) Si os preciáis de poseeua , En la camisa que dio
Bien lo sabe agradecer. Serlo el alma que os daría. A Deyanira el Centauro.
Por relación he sabido No traigo rosa ni flor,
BELARDA.
Que me habéis engrandecido Que no serán necesarias;
Espera: iréme á coger En darme nombre de vuestro. Que la corona de amor
Flores que traiga en la falda , No ha de ser de flores varias
BELARDA.
Para hacerte una guirnalda. Para«l constante amador.
Holgara veros tan diestro
MENALCA.
En el ser agradecido. Y pues Menalca se jala
Aquí la puedes bacer. Mas si de mi conocéis , De la firmeza que trata,
No quiero que te fatigues. Como yo de vos confio , Toma ; que bien sé , cruel ,
Condón irá por ellas. Lo que á mi alma debéis , • Que se la das de laurel.
BELARDA. En darme lo que es tan mió Porque te la dé de plata.
No quiero que asi me obligues ; ¿Quién duda que lo seréis? BELARDA.
Que veo mis dos estrellas JACINTO. Basta , Coridon , no mas.
Que con tu sombra persigues. Pues me abona ese valor, No me trates desa suerte.
DANTEO. Vos seréis mi fiador , CORIDON.
Por ti lo dice, Jacinto; (Ap. á él.) Y firmará la escritura Pues di, ¿qué excusa darás
Que te ha visto. El tiempo, que va procura De haberme dado la muerte?
CORIDON.
Darme otra deuda mayor. BELARDA.
Voyme.ypinto BELARDA. Vivo estás.
En tus faldas un abril. ( Vate.) Yo pienso que la tendréis, CORIDON.

DANTEO.
Y que debiéndoos yo á vos, Muerto dirás.
A fe que es harto gentil. También vos me deberéis. BELABDA.

jacinto. (Ap.) DANTEO. ¿Parécete que es razón


Y gentil el laberinto. Si tanto os debéis los dos , Que te quiera?
¡ Oh amor! ¿Faltábate mas? Con no pagar pagaréis. CORIDON.

Hoy me casas mi pastora; Cumplido se na mi deseo, Y sinrazón


Y esta que agora me das, Pues tan conformes os veo, No lo bacer.
Para que la olvide agora , De ausentes enamorados. BELARDA.

¡ Cerca de casal la estás ! JACINTO. Pues ¿por qué, di,


Trujo el fin de mis cuidados Cuando Menalca está aqui
danteo. (Ap. á Jacinto.) No me dices tu pasión ?
El nuevo bien que poseo.
Sentir nos tienen por ti. Hoy sale, aunque a su pesar, CORIDON.
BELARDA. (Ap.) Amaranta de mi alma , Porque te quiere , y me excede
¿Cómo le echaré de aquí? Y Belarda en su lugar En riquezas ; que ese es rey
Que he visto mi nueva gloria. Entra llevando la palma , A quien Dios se las concede,
HENALCA.
Pues perdí para ganar. i Y porque es del mundo ley
Hoy, Danteo, en nueva forma 1 Que muera el que poco puede.
Siendo tuya la Vitoria , Amor en mí se transforma ;
¿ Me das la guirnalda á mi ? Téngole , te certifico ,
No sé si el amor ordena. Aquel respeto que al rico
Mira que no es la corona Que esté suspensa la pena ,
Para la frente vencida ; Tiene el pobre, cuando acierta
Cosa que al vivir conforma. A tener nobleza muerta
Que el vencedor se corona.
BELARDA. Debajo de su pellico.'
BELARDA. Sé yo que te quiere bien:
Coridon viene. ¡ Ay de mi !
Aquesta vez tu homicida, Alli os podréis esconder. • ¿Tengo con mi mayoral
Menalca, te galardona.— De ponerme ten con ten ,
JACINTO.
¡ Ay Dios ! ; Qué león tan fiero , Siendo un humilde zagal
Arrimado a aquel sendero, Siempre, B <lanla , temí Que apenas se sabe quién?
Por aquel repecho entró ! Que lia I lia mas que temer.
BELARDA.
Matárame. BELARDA.
Al fin , ¿confiesas que es noble?
HENALCA. Mi suerte lo quiere ansí.
CORIDON.
Mi bien, no; (Escancíense los dos.) En lo exterior, al doble;
Que yo moriré primero. Que en lo interior, decir puedo
Pero ¿dónde fué? ¿Qué es del? Sale CORIDON, con un ramo de laurel Que tanto , cruel, le excedo
Espera ; que tras él voy. en la mano,. Cuanto la alta palma al roble.
BELARDA. CORIDON. BELARDA.
¡ Ay Dios ! No vayas tras él ; " Belarda , de aquesta rama , Al fin til , como menor,
Que te matará. Que agora laurel se llama , ¿Le respetas?
EL VERDADERO AMANTE.
CORIDON. Por vivo en el corazón , Que en el desposorio estamos.
Si respeto. Después que muerto le viste. BELARDA.
BELABDA.
Él goce de tus abrazos , Mil hermosuras verás.
Y á mi me haga pedazos ;
Pues ¿por qué no tendré amor Que no es decente que muera JACINTO.
A quien tü , como á mejor, En los brazos de una fiera La tuya solo esperamos.
Le guardas tanto respeto ? El que mereció tus brazos. ( Vase.) ( Vanse Jacinto y Dánico.)
Anda, vete; que estás ciego.
BELARDA.
COR] DON. Sale MENALCA.
¡ Qué bien se traza el engaño !
Eso, Belarda, no niego, ¡Hola, Jacinto!
Porque tu vista me mata. MENALCA.
¡Oh mas que la palma ingrato , Salen JACINTO y DANTEO. ¡Qué buena burla me ha» hecho!
Libre del cuchillo y fuego ! JACINTO. Qué en todo aqueste repecho
BELARDA. No puedo No hay león , ni sombra vi.
¿Ingrata llamado has Dejar de sentir mi daño, BELARDA.
A la palma? Porque fué tan cierto el miedo Ahora se fué dé aqui,
COTUDO*. Cuanto fué lu desengaño. Y casi me lleva el pecho.
Y creo yo ¿Qué te quiere este pastor? ¿Vístele?
Que tal como ella serás, BELARDA. MENALCA.
Pues no dio fruto jamás Quiere crecer tus amores. No , por mi fe.
Al dueño que la planto. JACINTO. * BELARD.A.
Yo fui en amarte el primero , ¿Qué importa que crezca amor, Pues aunque está en otro cabo,
Y del fruto desespero , Si tengo para un favor . En el pecho le guardé.
Pues me niegas el tributo, Cuarenta competidores? Ya sé que se me hace bravo ;
Y Tienes á dar el fruto ¿Enojante mis recelos? Pero yo le amansare.
Al pretendiente postrero. BELARDA. MENALCA.
BELARDA. Y aun me regalan en parte.
Vén acá. Si le desamas, Basta ; que burlas conmigo.
JACINTO.
¿Por qué siempre estás con í I ? BELARDA.
Si me ios das , pedirélos. Si burlo, será por él.
CORIDON. Celos pido antes de amarte.
MENALCA.
Porque , como tü le amas , BELARDA.
De ti gozaré por él ¿Que vino?
¿Son hijos de amor los celos? BELARDA.
Estas veces que le llamas. JACINTO.
Lo que á ti te enamoró , Vino, te digo,
Sus hijos dicen que son. Y aun otro león con él ,
Amor á amar me forzó ;
Quiere bien hasta que mueras; BELARDA. Que debe de ser su amigo.
Que basta que tú le quieras Pues ¿cómo nacen sin padre? MENALCA.'
Para que le adore yo. JACINTO. No mas burlas , mi Ilelarda.
¡Oh ingrata Belarda! Ponte No falta mucha afición , Ponmc el laurel ; que me aguarda
A querer un monte fiero, Que los cria como madre Doristo á su fiesta y boda ;
Y á darle el alma disponte; Al pecho de la razón. Y vén conmigo; que en toda
Ooe pues por un monte muero, BELARDA. Otra mayor se te aguarda.
Bien puedo querer á un monte. ¡ Bien i fe ! Toma , Danteo , BELARDA.
Pon en un monte tu amor , Tuerce esta guirnalda , en tanto
Tan inmoble á mi dolor ; Toma , y mira qué te pones;
Que hablamos de mi deseo; Que á fe que tefla tejió
Y harás que le adore y quiera , Teje aqueste laurel santo, Uno de aquellos leones.
Y ¡ojalá que un monte fuera, Por quien suspiró Penco,
. Y que no fuera un pastor ! Y con esta cinta le ata.
MENALCA.
Mas di me. ¿dónde se fué? Pues también lo seré yo
DANTEO.
¿ Aquí no quedó contigo? Después que tú me corones.
Que me place.
BELARDA. JACINTO.
( Vanse. )
Partióse ¡ay triste! y quedó ¿Y para quién?
Llorando, sin él , conmigo. BELARDA.
CORIDON. Para el pastor que me mata. Suena grita y baile de pastores, y sa
Sin fe te sobra la fe. JACINTO. len DORISTO v AMARANTA, novios;
Dime , ¿por qué se partió ? No, no sus hojas le den PELORO, padrino; EREUSA, ma
BELARDA. A quien las vuelve de plata. drina; DÓRIDA, pastora; ERGASTO,
Porque aqui me defendió Soy tan pobre, que permito. pastor. • '
De un león , y fué tras él. Que la goce , y me la quito ; EREUSA.
CORIDON. Porque un pobre tanto pierde ,
Que este laurel siempre verde Mejor están en lo bajo ,
¡León! Y ordénese alguna fiesta ;
BELARDA. Ya le volverá marchito.
Mal conservamos el bien ; Que ya , si el baile os' molesta ,
Furioso y cruel , Que es nuestra ventura tal , Descansaréis del trabajo,
Que deste monte bajó. Que cuando mucho nos den, Y pasaremos la siesta.
¡Ay Dios! ¿Si le ha de matar? Le convertimos en mal. Doristo, ¿estás bien sentado?
CORIDON. DANTEO. DORISTO.
Ten, Belarda , no me mates A Menalca siento. Júzgalo, pues tengo al lado
Con oirte lastimar; JACINTO. A mi dulce y cara esposa...
Que sangre te puedo dar ¿A quién? AMARANTA;
Con que la suya rescates. DANTEO.
Yo voy á hacer de manera En merecerte dichosa. .
Que viva , aunque si él muriera , A Menalca.
ÍACINTO.
Viviera yo; mas no es justo Salen JACINTO y DANTEO.
Que yo viva á tu disgusto, ■ Pues sus, vamos.
Y que tu gusto se muera. BELARDA. jacinto. (Ap. á Danteo.)
Sea de mi cuerpo triste ¿Y el verte? Ya llevo el color trocado. '
Sepultura este león , JACINTO. ¿Cómo he de poder hablar?
No de aquel á quien le diste Luego podrás;' Danteo, da el parabién.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
8
BASTEO. ! Errarás toda la vida. Que es señal de mi alegría.
Muy enhorabuena estén PADRINO. DANTEO.
La prez de nuestro lugar ¡Buenos estamos , por Dios , ¿Tú , Amaranla?
Y la hermosura también. Para jugar algún juego! AMAMANTA.
OORISTO. DORISTO. De la mia.
¡ Oh mi Danteo! En buen hora Bien dices : juegúese luego. DANTEO.
Vengas. Cabe mí te asienta. MENALCA. ¿Cuál es la tuya?
JACINTO. Alto ; inventaldo los dos. AMARANTA.
Años que pierdan la cuenta Mas no ha de ser levantado: Leonado.
Goces del bien que le adora . — Por eso mirad cuál va.
Y tú te logres contenta. (A Amaranto.) DANTEO.
DANTEO.
¿Tú, Jacinto?
AMARANTA. (Ap.) Yo os diré. Demos librea , JACINTO. ■
¡ Ah traidor! ¿Que aqui te vienes? Como se suele , al soldado. Aunque mi vida
DORISTO. CORIDON. Camina á puerto seguro.
Ea , deja los parabienes, Bien dice. Le visto de verde oscuro ,
Y siéntate cabe mi. DANTEO. Que es esperanza perdida.
Es de mucha ciencia. DANTEO.
jacinto. (Ap.)
¡Ay! Que adonde estás me vi, ERGASTO. ¿Tú, Ergasto?
Y en el lugar que me tienes. Sí, pero tiene primor; ERGASTO.

DORISTO.
Y en errando la color, La deslealtad ,
Que pague su penitencia. Por quien yo tan firme be sido ,
Ergasto , dale tu lado. Turquesado le ha vestido ,
MADRINA.
JACINTO.
A fe que es de regocijo. Color de mi lealtad.
Bien estoy aquí. Bien le podemos jugar. DANTEO.
ERGASTO. PADRINO. ¿Y tú, Peloro?
Dien puedes. Y no hay mas que comenzar , PELORO.
. JACINTO. Pues que mi mujer lo dijo. De oro,
(Ap. A ver mi muerte he llegado.) CORIDON.
Que es la color que me agrada
¡Oh Ergasto, tantas mercedes! Danteo tome la mano; DANTEO.
(Ap. ¡ Ay falsa , que te has casado ! ) Que suele ser el maestro. ¿Y tú, Menalca?
MENALCA.
Salen COR1DON v MENALCA. ' DANTEO.
Acudis al menos diestro. Encamada ,
CORIDON.
ERGASTO.
De aquella cruel que adoro.
Huélgome que fué mentira, Siempre te excusas en vano. DANTEO.
Y de hallarte aquí. Comienza ; que es tarde : acaba. Eso es sangrarte en salud.
HENALCA. . ¿De qué lo vistes, Belarda?
DANTEO.
¡Oh señores! Ea' pues.— Este cayado BELARDA.
El cielo os dé mil favores. Es , señores , el soldado , Yo le visto color parda.
ERGASTO. Que de vestirle excusaba. DANTEO.
Doristo, á Henalca mira. Coridon diga primero Es color de la virtud-
DORISTO. Su color. Bien está así : comencemos.—
¡ Oh Menalca , oh mayoral ! CORIDON.
¡Oh qué bien está vestido
Aquí sentaros podréis, Pues yo le visto Este soldado polido!
Aunque al humilde igualéis De lo que nunca me visto. Bravos colores tenemos.
Vuestro valor sin igual. DANTEO. A fe que ha de ir muy galán
Que te declares espero. A la guerra que se ofrece.
Sale BELARDA. CORIDON. ¡Oh qué gallardo parece!
' BELARDA. LYa no sabes que es de verde Todos mirándole van.
,:i esperanza que perdí , Buena es la pluma leonada.
No os quisiera perturbar
Tan buena conversación ; Que nunca me la vestí? AMARANTA.
Mas la mucha obligación DÓRIDA. Leonada.
Por fuerza me obliga áentrar. Que se pierde, que se pierde. DANTEO.
Gócense por muchos años. Y el borceguí
BANTEO. No es malo , porque es turquí ,
AMARANTA, Calla, Dórida.
¡Oh mi señora Belarda! Y tiene vuelta doblada.
DÓRIDA. .
Este lugar os aguarda. ERGASTO.
A fe mia.
Perdonad los ricos paños ; MENALCA.
Turquí.
Que es de campo el aparato. DANTEO.
Bien es que todos calléis ; Tardóse.
BELARDA. Que tarde le vestiréis
ERGASTO.
Y vqs palacio lo hacéis. Hablando en tiloso!'ia.
AMARANTA. O es verdad ó es juego. No hice.
DANTEO.
No cual vos lo merecéis, DANTEO.
Que tenéis de reina el trato. , Basta. Adelante.— El buen soldado
PADRINO.
Ereusa , ¿de qué le vistes ? Lleva jubón encarnado,
EREUSA. Porque lo negro desdice.
Cesen ya de cumplimientos. (Está Menalca embebido mirando á Be-
Siéntate, niña, y callad. De negro , color de tristes.
¿No veis que la soledad BANTEO.
larda.)
Hace iguales los asientos? ¿Tú, Dórida? EREUSA.
Siéntale. DÓRIDA.' Negro.
BELARBA. Color casto. DANTEO.
Ya estoy sentida... DANTEO.
Ya dije encarnado:
Sentada quise decir. ¿Tú, Doristo? Pague Menalca.
JACINTO. DORISTO. JACINTO.
Si has de hablar como sentir ; Colorado, . Es ansí.
• 9
EL VERDADERO AMANTE.
DÓRIDA. ELARDA.
DANTEO.
¡ Hola , Menalca , está aquí ! Blanca. ¿No ves que eso no es deceiite?
¡Hola , hola , embelesado ! DANTEO. PADRINO.
Tírale del brazo. Esmia, En el juego sí. Callad.
PADRINO. Porque lo negro me agrada. BELARDA.
¡Hola! MADRINA. Alto pues ; si es libertad ,
■EXALCA. Negro. A vuestra cuenta se asiente.
' ¿Qué es eso? Encarnado. DANTEO. JACINTO.
MOTEO. Y la cinta de oro Toma mi rústica mano ;
¡Bien! Es buena con la roseta. Baja tu cielo á mi sucio ,
ERGASTO. O mi suelo suba al ciclo
BELARDA.
No ha sido mala la treta. De tu cielo soberano.
So penitencíale den.
Pague Peloro, ¡ah Pclorcí (En dándole la mano, te pone Amaranta
BASTEO. él lienza en los ojos.)
¥ tú la mereces sola. PADRINO.
ÍAp. ¡ Ay Dios! No me abrases tanto,
MENALCA. ¿Pues?...
lasme muerto , hasme encendido,
Pues ¿ya no dije encarnado? MADRINA. Pues cual tcaro atrevido ,
Pague el señor padrino. Caigo en el mar de mi llanto.
DANTEO.
PADRINO. Cuando mi cuerpo mortal
Anda , loco, embebecido. .
Par diez queme descuidé, Se vuelva en ceniza poca,
■ EXALCA. Con los mozos que envié Este lugar de tu boca
Alto; penitencia pido. Por la Harina al molino. Quedará siempre inmortal ;
PADRINO. Que del tiempo*los agravios
DANTEO. No pueden hacerle guerra ,
Dénsela ; que ha confesado. Esa disculpa no abona. Pues no ha de volverse tierra
DANTEO. Mando , con su parecer , Lo que fué cielo en tus labios.)
Yo mando que aquel laurel Que Ereusa , su mujer...
Ponga á Jacinto, y que diga ■ENALCA.
PADRINO.
Que es mas digna su fatiga (Ap . i Qué es esto, cielo cruel ?
¿Qué? . Qué es esto, cielo inhumano?
De coronarse con él. DANTEO.
; Belarda besa su mano,
MENALCA. Le haga una mamona. Y yo le doy mi laurel !
No mandes eso. padrino. • Ya no lo puedo sufrir.)
DANTEO. Obedezco, aunque es mi daño. Adiós , señores ; que tengo
Perdona DANTEO. Mucho que hacer; luego vengo,
¥ obedece. Luego. (Ap. Si vuelvo á vivir.) (\a$e.)
¿Quién la sella?
■ ENAI.CA. PADRINO.
CORIDON.
No es razón; ¿Por qué Menalca se va ?
Que es un laurel de un león , Por Dios, yo.
Que me puso una leona. " PADRINO. BELARDA.
PADRINO. ¡Quépapirotemedió! Debe de tener qué hacer.
(Ap. ¡Oh hideputa picaño!) DANTEO.
Si ha de ser, ¿qué te detienes?
DANTEO. ¿Al juego no hay que volver?
MENALCA.
Adelante. Asi que, digo DÓRIDA.
Porque del indigno soy, Que el soldado lleva espada
Jacinto, el laurel te doy: No vuelvas ; que cansas ya.
Con la guarnición dorada. Amaranta , ¿por qué lloras ?
Corona tus dignas sienes.
PADRINO. AMARANTA.
JACINTO. ¡OGrézcole al enemigo !
Prosigue el juego adelante. No lloro.
Dorada , sesenta veces. ' DÓniDA.
■ENALCA. DANTEO. Pues ¿qué es aquesto?
Caro me cuesta la fiesta ; Y que va con tanto brío ¿Cómo ese lienzo te has puesto
Dura penitencia es esta. A entrar en un desafío , Para eclipsar jnis auroras?
BELARDA. Que se admiran los jueces. . Pase de presto el nublado ;
Mueve la planta gallarda Salga el sol , muéstrese el dia.
¥ a tu pecado importante. Con la caja al son gallardo AMARAKTA. •
«ENALCA. Con banda y grigüesco pardo...
— ¡Hola! ¿Qué digo, Belarda? Ciega estoy.
¿Pecado llamas mirar? DÓRIDA.
BELARDA. jAho! tenemos otro bobo.
Bien quedaría,
BELARDA. De vuestra luz eclipsado.
Si , porque engendra deseo.
¿Llámanme i mi? ¿Quién os pudo dar enojos?
ERGASTO.
■ENALCA. AHARANTA.
Prosigue ej juego , Danteo ;
¡Bueno es eso! Belarda, cuando pasó,
Que es esto nunca acabar.
(Ap. ¡Cielos, he perdido el seso ! ) Con su ropa me cegó.
DANTEO. Cogido os han con el robo.
Par diez , que él parte brioso (Ap. ¿Qué es esto? A Jacinto mira.) BELARDA.
Con el capotillo \erde, BELARDA. Cegaran antes mis ojos.
Claro oscuro... Digo , Señor , que perdi. ¿Fué cuando pedí la mano?
CORIDON. ■ENALCA. (Ap.) AMARANTA.
Verde, verde. ¿Que no mirándome á mí , Cuando la mano pediste.
DANTEO. Tan largo espacio se admira? Bien al descuido lo hiciste;
Pero matóme su mano.
¥ que el sombrero es vistoso DANTEO. Y solo os puedo decir
Con la pluma colorada... Yo le doy en penitencia Que del dolor es lo menos;
DORISTO. Que á Jacinto , aquel pastor. Que el tener mis ojos buenos
Colorada. Bese la mano. Estuvo en no la pedir.
DANTEO . MENALCA.
DANTEO.
Es alegría. | Oh rigor Jacinto, ¿enüendeslos celos? (Ap. áél.)
Y la blanca... De inadvertida sentencia!
10 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
. - BELABDA. Del temor que te acobarda : ¿Qué negocio desta suerte.
¡ Que no hay fiesta sin azar ! ¿Es bien que se le permita Pues lo que adora le quito?
dórida. (AAmaranta.) Tal liviandad á Belarda ,
;.Que te han Tenido á cegar Si á Jacinto solicita ? CORIDON.
Yo sé que por él padece ; Considerar te permito ;
De pura invidia los cielos? Mas no con rigor tan fuerte.
Que ansí tus ojos maltratan? Yo sé bien que te aborrece.
Mira , por cien cosas puedes
Que ansi tus ojos ofenden? MENALCA.
Animarte á esta hazaña
Prenda amor, pues ya no prenden; . Calla en mal hora, pastor; Para que contento quedes ;
Mate amor, pues ya no matan. 8lie la enfermedad de amor Y si atención me concedes ,
MADRINA. on el desengaño crece. Verás que el amor te engaña.
¡Qué! Presto se pasará Yo vengo desengañado Muerto Jacinto , es muy cierto
Ese dolor que la escuece. Desde aquel maldito juego,
Donde jugué de picado Que ha de ser aborrecido ,
DÓRIDA.
Tanto resto de mi fuego. Porque si un vivo está incierto
¿Y tan presto te parece Que estoy , de perdido , helado. De que es presente querido ,
Para quien se muere ya ? ?uiso amor que me picase ¿Qué puede esperar un muerto?
(Suena grita que viene un toro; vanse mis prendas empeñase ; MENALCA.
las pastoras, y juegan los pastores Comencé por mi laurel... Verdad ; mas el sentimiento
eon él, y derriba al padrino, que ha —¡ Mal fuego se prenda en él, Dura mucho.
de estar vestido de botarga.) Que las entrañas le abrase! CORIDON. ,
MADRINA. Su frente fingida y doble
Coroné del ramo noble Ni un momento;
¡ Ay triste ! ¡Y qué gran ruido ! Que el bien que se pierde junto
¿Si es el toro? Que fué digno de la mia, Solo dura hasta aquel punto
La que apenas merecía
COHIDON.'
Enebro, acebuche ó roble. Que es cierto su perdimiento.
El mismo es. ¡Ay triste! Que el seso pierdo Y esto es fácil de entender,
PADRINO. Cuando de aquel sueño vano Mirando el fácil sugeto
Guárdenle para después, Para la muerle recuerdo, Del pecho de una mujer,
Si está cansado y corrido. Y cuando de aquella mano , ?ue es pocas veces perfeto,
De aquella mano me acuerdo. nunca en el buen querer.
CORIDOIt.
Por la mano le gané, Y fuera desto, es mejor
Ya es tarde; él viene. Para que entienda tu amor;
Pues que primero la amé ; Pues si á matarle te animas,
DÓRIDA. Mas ¡triste! ¿qué me sirvió? Verá lo mucho que estimas
Amaranto, Queia mano me ganó
Huye por esa emboscada. Borrando el punto á mi fe. Su desden y tu favor.
¿Viste que le dio la mano, Y al fin no puedes dejar
AMAMANTA.
¡ Ay pobre ! Y que ella le dio su boca? De matarle en tiempo alguno;
MADRINA. Luego , según esto, es llano Y baste, para acabar.
Que él gano el bien que le loca , Que no ha de gozar ninguno '
I Ay triste! Lo que no puedes gozar.
DÓRIDA.
Y que yo la adoro en vano.
¡ Ay cuitada ¡Oh condición de mujer," MENALCA.

Vaya en tus pies Atalanta. Tan enseñada á jugar! Basta. No sé, te prometo,
Fortuna te hastie llamar, Qué furia , si no es Aleto,
(Sale el toro.) Pues gana el que ha de perder, Se me reviste en el pecho.
CORIDON. Y pierde el que ha de ganar.
Avive, señor Peloro. ' • Y'o estoy de ti satisfecho;
¡Ay Dios! ¡Qué mal te aconsejas, Solo te encargo el secreto.
PADRINO. Si ya de mi bien le alejas , Aqui te puedes quedar;
¡ Ah hosquillo ! vente á mi. Olvidada de mis obras ! Que hoy le tengo de acabar.
¿No ves el dueño que cobras Hoy no se ha de ver con vida :
ERGASTO.
Por el esclavo que dejas? Tanto puede la homicida
Venga acá, súbase aqui. Que me ha enseñado á matar.
CORIDON.
PADRINO.
Calla, mayoral. ¿Qué es esto? Voy á buscar ocasión
Vente á mi, torejo, loro. Para ejecutar mi intento. (Yate.)
¿Ansí desmayar te agrada?
CORIDON. Venganza, venganza presto. CORIDON.
t, Mas que coge al viejecito? MENALCA. Sus alas te ponga el viento
ERGASTO. A mi pasión obstinada A los pies, y al corazón
Ya ie cogió. Cualquier consejo es molesto. Su fuego el cuarto elemento.
PADRINO. Ya desde hoy mas en el mió
CORIDON.
¡Que me muero! Salga el fuego al hielo frió
¡Ay, que me rompe el braguero! Pues ¿cómo tendrás paciencia Que en lágrimas se resuelve,
Para ver en tu presencia Pues hoy tan aprisa vuelve
No me le rompas, torito. Que un hombre tan desigual Atrás su corriente el rio.
Trate tus cosas tan mal Fortuna, hoy vuelves atrás, ■
Como si fuera en ausencia? Pues en la mano me das
ACTO SEGUNDO. Qué aguardas desta liviana, . El bien que mi alma quiere;
Movida de un loco anlojo ? Si aqueste Jacinto muere
Si sufres de buena gana No puedo pedirte mas.
Salen MENALCA y CORIDON. Que hoy te haga aqueste enojo, Que si Menalca le mata ,
¿Qué esperas que hará mañana? Mientras el perdón se I rata ,
CORIDON. Si hoy inadvertida y loca Por fuerza se ha de ausentar;
¿Por eso, Mena lea , solo Con su hermosa boca toca Y yo me vengo á quedar
Te fatigas y entristeces , La mano de aquel villano, Solo con aquesta ingrata.
Si tú solo en nuestro polo Mañana hará que su mano
Tan divino resplandeces O su pié pise su boca. Sale ERGASTO.
Como en los suyos Apolo? Mira que pierdes honor
i Un villano te maltrata? Consintiendo tal bajeza. ERGASTO.
Un paslorcillo te mata? MENALCA.
¿Celos las prendas le dan , Fatigado me ha la cuesta ;
Aquel tiene mucho amor Pero ya he llegado al valle :
Cuya vida le darán 8ue no sale de nobleza »
Por lo que pesa de plata? Plega á Júpiter que halle
uando le tienta el rigor. De lodo buena respuesta.—
Cobra el amor que te quita Si á Jacinto doy la muerte, ¿EsCoridon? Es sin duda.
EL VERDADERO AMANTE. II
consol*. Aunque mejor acabado JACINTO.

¡Oh Ergasto! Seas bien venido. Que el de Doristo. Vé con Dios.


ERGASTO.
¿Dónde?... JACINTO.
ERGASTO. ¿Mejor? Con los dos quede. (Vase.)
Donde me ha Iranio Nunca me ponga el amor JACINTO.
Aquel que todo lo muda. En mas venturoso estado Por Dios , Belarda , que puede
coamoii. Con las prendas que mas quiero. Con su marido enterralla.
¿Por qué has dejado tu aldea? ERGASTO. ¿Qué piensa el padre hacer delta?
¿Cómo quedan los casados? Mejor tengáis la ventura , BELARDA.
ERGASTO. Pues que ya en la sepultura ¿Quelaentierre?
jAh Coridon! Mal logrados : Reposa. JACINTO.
No hay bien que seguro sea. BELARDA.
Ansí lo digo.
Ya sabes cómo Donsto ¿De qué manera? RELARDA.
Llevó á vivir á su hacienda ERGASTO.
Su esposa, su amada prenda. No ; mas casarla contigo,
Murió Doristo otro dia Para enterrarte con ella.
CORIDON.
De su boda desdichada. JACINTO..
Toda la mudanza he visto,
BELARDA. Antes en tierra extranjera
Y supe cómo te fuiste
Con el padre de Amaranta. ¿Es burla? Tenga incierta sepultura,
ERGASTO. Y á manos de mi locura
ERGASTO.
Fuera pesada. En vuestra desgracia muera,
Oye ; que desdicha tanta Murió en la presencia mia. Sin que aun en tiempos después
Jamás de tus ojos viste. En estos brazos pagó Mi cuerpo entierre la tierra
Murió el pastor de improviso. Lo que á la muerte se debe. Que tanta ventura encierra.
CORIDON.
JACINTO. Pisándola vuestros pies. —
¿Doristo es muerto? ¿Estáis burlando conmigo ,
¿De qué enfermedad tan breve? O merezco vuestros celos?
ERGASTO.
ERGASTO.
Si , muerto. BELARDA.

CORIDON.
De un desmayo que le dio. Saben , Jacinto, los cielos
¿Es cierto, Ergasto? BELARDA. Si estoy burlando contigo.
¡Brava desgracia por cierto, ¡ Oh traidor ! ¿Piensas que ignoro
ERGASTO.
Que me llega al corazón ! Que has adorado á Amaranta
Muy cierto. Con fe tan injusta y tanta
Llegó su punto preciso. ERGASTO.
Como yo la tuya adoro,
CORIDON.
El mió con mas razón Y que por verla casada
Tiene rasgado y abierto; Veniste á quererme á mi ,
Voyme.Ergasto. Que amaba á mi mayoral.
ERGASTO.
Para que tu alma ansí
JACINTO. Se entretuviese engañada?
¿Adonde vas? De suspenso, apenas puedo Bien á costa de mi fama „
CORIDON. Decir que sin alma quedo , Diré que de tí lo he sido:
Allá lo voy á decir. Con el temor de su mal. ¿Tan Dueña te he parecido
ERGASTO.
¿Siéntelo mucho Amaranta ? Para falta de tu dama?
BELARDA.
Eres hombre, haces tu oficio ;
Albricias podrás pedir Y el bien que perdiste allí ,
De las nuevas que les das. ¿Impórtate el sentimiento? Quisieras gana I lo en mi ;
¿Quién se huelga de su muerte? JACINTO. Que es su ordinario ejercicio.
CORIDON. Será justo su tormento, Al fln me engañaste, injusto;
No te importa ; queda adiós. ( Vase . Pues es su desdicha tanta. Que eres tan diestro en el arte,
ERGASTO. . Que me has obligado á amarte
ERGASTO.
No lo siente como debe, Mas de lo que fuera justo.
¿Quién os las pidiera á vos, Cantabas como sirena ,
Si se trocara la suerte? Porque casó á su desguslo ; Y estabas deshecho en llanto;
Algún pretendiente amigo Pero hace lo que es justo ¿Cómo, si penabas tanto ,
Habrá que albricias le dé. Y lo que á su honra debe. Disimulabas tu pena?
; Oh falsa, fingida fe, De su pena soy testigo. A fe que finges muy bien ;
Digna de eterno castigo ! JACINTO. Que grande amorjne has mostrado ; .
Con razón llamo fingida Siempre se debe á la muerte Mas estabas enseñado:
£1 alma de engañosllena , El llanto de cualquier suerte, Pocas gracias se te den.
Que pone en la muerte ajena Aunque muera un enemigo ; Anda, búrlate de mí.
La esperanza de su vida. Porque allí nos acordamos Vete y cásate con ella ;
Que nos falla aquella pena, Que para vengarme della,
Salen BELARDA y JACINTO. Y llorando por la ajena , Basta conocerte á tí.
Por nuestra muerte lloramos. JACINTO.
RELARDA.
BELARDA. ¿Adonde vas? Ten la planta.
¿Que tan de veras me quieres? Bien sabes disimular.— ¿Qué resolución es esta?
JACINTO. Di me, Ergasto, ¿qué ha de hacer BELARDA.
Que tan de veras te quiero, La viuda? Anda , vé por la respuesta
Que en tí vivo y por ti muero. ERGASTO.
A4u mujer Amaranta.
BELARDA. Quiere volver , ¿Quieres que á voces me queje?
¿Que por mi vives y mueres? Belarda , á nuestro lugar ; Déjame.
Kes yo... Mas oye ; que veo Que no quiere estar allí JACINTO.
Gente. Donde su esposo murió; No he de dejarte ;
JACINTO. Y á la casa que dejó Que ni la muerte no es parte
Me envía su padre á mí, Para que el alma te deje.
Hola, Ergasto! Porque ya con ella viene, ¡Ah gloria mia!
ERGASTO. Y quiere que la prevenga.
BELARDA.
¿Quiénes? Voyme pues , antes que venga,
Guárdeos el cielo, y después A ver el orden que tiene ; ¿Qué dices?
Remedie vuestro deseo, Que habrá menester miralla. ¿Yo gloria tuya? •
M COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
JACINTO. AMARANTA. BELARDA.
Y mi pena. Para todo me aflige y me acobarda También queremos sin él ;
BELARDA. Mi enemiga fortuna'; en todo muero. Mas no es esa la ocasión;
No mas, fingida sirena; jacinto. (Ap. á Belarda.) Que tenemos condición
Advierte que te desdices. Salgárnosle al encuentro, mi Belarda. Mas piadosa que cruel.
Vuelve á tu centro , camina. BELABDA. Y si lú , amiga , no amaras ,
JACINTO. Mejor es que te escondas; que no quiero Como sospecho, otro dueño,
Que aqui nos hallen juntos. No como burlas de sueño
Pues ¿cómo, si tú te vas? Su muerte cruel pasaras.
BELABDA. jacinto. Di la verdad: ¿quieres bien?
¿Piensas acaso que estás Pues tú llega ;
AMARANTA.
Con tu Amaranta divina? Que yo me escondo.
La verdad te hede decir.
; Ob falso ! Dios te haga mal. BELABDA.
Déjame; que te aborrezco. Escóndete primero. Quiero bien hasta morir.
{Escóndese Jacinto.) BELARDA.
JACINTO.
¿Es posible que merezco Puesto, Glicerio, que el dolor me niega Pues confiesas, dime á quién.
Que puedas decirme tal? Poderle dar el pésame debido , AMARANTA.
El alma diga lo que al alma llega.- ¿A quién, preguntas? No sé,
BELARDA. Seas después de aquesto bien venido Delarda , si telo diga.
Mira, imagina en el viento Con mi pastora mal lograda. Pero al fin eres mi amiga.
Los animales mas graves, amamanta. A Jacinto di mi fe.
Y dentro en el mar las aves , , ¡Oh amiga!
Y helado el cuarto elemento, BELABDA. (Ap.)
¡ Cuanto mejor no verte hubiera sido ! ¡ Ay desdichada de mi !
Primero que verme un punto
CLICERIO.
Asistir á tu presencia. AMARANTA.
¡Oh Belarda gentil ! siempre bendiga ¿Qué tienes?
JACINTO.
Tus verdes años el piadoso cielo. BELARDA.
Ese que tenga de ausencia, BELABDA.
Basta á dejarme difunto. ¡ Oh mi pastora !
Y en parte alivie tu mortal fatiga. He echado menos agora
Tuyo soy , muero por ti.
¿Dónde vas, señora mia ? CLICERIO. Una prenda que perdi.
De su parte me viene tu consuelo. Mas di adelante tu cuento,
BELABDA.
Huél gome que mi hija te haya visto ; Y dime: ¿querida fuiste?
No me voy; que no podría , Que no tiene sin tí prenda en el suelo. AMARANTA.
Cruel , si te llevo en mí. Ya tú sabes la muerte de Doristo ;
¿Posible es que has de dejarme? Pero porque mi hija te la cuente , Fuilo uq tiempo ; mas ¡ ay triste !
Posible es que has de casarte? Y yo tan mal sus lágrimas resisto, Que su fe se llevó el viento.
Posible es que has de trocarte? A ver me voy en tanto si mi gente BELARDA.
Posible es que has de olvidarme ? Mi casa me adereza. Ya la prenda pareció.
Jacinto, vesme á tus pies. BELABDA. AMARANTA.
Hálame , será mejor;
No aguardes, falso traidor, Vé en buen hora. ¿Qué era, Belarda?
Que yo me mate después. Siéntate aquf. BELARDA.
Por qué quieres que te vea ( Vase Glicerio.) Este anillo.
De'
'" ajeno dueño en los brazos? AMARANTA. De bailarle me maravillo ,
JACINTO. No mandes que me asiente. Y entre las dos se perdió.
Antes los haga pedazos BELABDA. jacinto. (Ap.)
Quien la muerte me desea. Sí , por tu vida. No ha estado malo el engaño.
Alza, Señora , del suelo, jacinto. (Ap. escondido.) BELARDA.
Y no des causa á la tierra ¡ Oh sabia engañadora ! Al fin , ¿qué piensas hacer?
Que mueva á Júpiter guerra ¡De qué manera quiere verle el alma , AMARANTA.
Viendo tan humilde al cielo. Por ver si está en la suya la que adora!
Si es verdad que pude amar, Nueva imaginación me pone en calma. Porfiar siempre hasta ver
Aunque no telo confieso, Juntos agora están mis dos sugetos : Del todo mi desengaño.
Como no fué amor de peso, ¿A cuál de entrambos le daré la palma? jacinto. (Ap.)
Púdolo el viento llevar. Mas¿quién podrá juzgarlos mas perfelos ¿Mas que se pierde otra prenda?
Era de un árbol mi amor; * Que yo, en mi proprio pecho conociendo BELARDA.
Amaranta para si La causa que es mejor, por los cielos ,
Cortó una imagen de mi, Pues el que amaba estoy aborreciendo , Y aun querrás con él casarte.
Tosca y de poco primor. Y adoro aquel que cuandoá mi memoria amaranta.
Llegue á tu mano divina, Llegó, aunque tarde, medejó muriendo? Solo eso es, Belarda, parte
Y artilicesin igual, Luego , del vencedor es la Vitoria. A que yo deje mi hacienda.
Perficionas de metal , ( Entre tanto que Jacinto está diciendo Y si la verdad te digo,
En mi lalwr peregrina. esto , están hablando solas quedo.) Vengo á tratarlo con él.
Sola te adoro , Belarda ;
BELARDA.
La mano en prendas te doy BELARDA.
Para ser tuyo. I ¿ Que desa suerte murió? ¡ Ay qué dolor tan cruel !
BELARDA. . AMARANTA. Yo muero ; tenme contigo.
Yo sov... Murió, amiga, desta suerte. AMARANTA.
—Gente viene: un poco aguarda. BELABDA. ¡Ay Dios! ¿Qué nueva ocasiou?...
Tan poco sientes su muerte, ¡Qué color tan amarillo!
Sale CLICERIO t AMARANTA, y cn Que liarlo mas la siento yo, jacinto. (Ap.)
CBIADO Sltyo. Pues á llorar me provoco, ¿Mas que tengo yo el anillo
Y tú estás de pasatiempo. Del dedo del corazón ?
GL1CEBI0.
AMARANTA.
Alabo mucho que de aquesta suerte amaranta.
Lleves con discreción, hija Amaranta, Conocile poco tiempo, ¡ Triste ! ¿Qué tengo de hacer?
De tu mando la temprana muerte Y ansí el sentimiento es poco.
Aquí podrás, pues tu desdicha es tanta I Igualo al tiempo el dolor , JACINTO.

Pasar mejor la pena que te aguarda Y esto no es de pecho ingrato ;' (Ap. Ahora bien, quiero llegar;
Que á nosotras solo el trato • Que no sufre el alma estar
De verle sin sazón corlada plauta i Nos obliga á mucho amor. Adonde la pueda ver.)
EL VERDADERO AMANTE. lo
¿Qué es esto , pastora hermosa? Que me precio de adoraros. ERGASTO.
¿Soy yo menester también? BELARDA. ¡Oh , pesia á quien me vistió !
■AMAR AMA. ¡ Oh Jacinto! ¿Aquí estuviste? Por aqui han andado celos;
¡Oh mi Jacinto ! Oh mi bien ! Que deben de ser los pelos
JACINTO. Del perro que la mordió.
JACINTO. Y til , que mi llanto triste Ella va tras sus cuidados,
(Ap. No me faltaba otra cosa.) Fué parte á resucitaros. Y dctenella quisiera ;
Dejemos eso , y tratemos BELARDA. Pero temí que me diera
De saber desta pastora... Cuatro palos muy bien dados.
Dios te lo pague.
AMARANTA. Bien estuviera casada
JACINTO. Con Jacinto; aunque no es tarde.
¿Que ven mis ojos agora
Día en que libres nos vemos? ¿Dóvas?
• JACINTO. BELARDA. Salen GUCERIO y FELICIO , padre
A mi casa ; que voy muerta. de Jacinto.
¿No te digo que me digas
Qué mal es este que veo? JACINTO.
FELICIO.
AMARANTA. Iré contigo.
Venid , ansí Dios os guarde,
BELARDA.
Ya te digo mi deseo , Glieerio, á nuestra posada;
Que es el mal de mis fatigas. Estoy cierta • Que para todos habrá.
¡Traidor ! ¿ansí me recibes ? Que mejor te quedarás.
GLICF.RIO.
Excusemos cumplimientos.
JACINTO. Téngolo á g^ran beneficio.
JACINTO.
¡ Hola Belarda ! ¡Ah , mi gloria ' A la mia iré , Felicio ,
¡Digo, digo! ¿Sin memoria? Iré, sin falta , contigo. Que desocupada está. —
AMARANTA. BELARDA. ¿Qué haces tú solo aquí?
No irás , si puedo, conmigo. ¿ Dónde está Amarantn ? ¿ Dónde?
Tarde , cruel , te apercibes.
Declarada es tu pasión , ¿Por qué te encoges? Responde
JACINTO.
Y mi muerte declarada. ERGASTO.
Aunque vayas por los vientos.
JACINTO. Rclarda , ¿que huyes de mi? Agora se fué... ¡ Ay de mí !
Estarás desengañada (Yante lo» dos.) Que no sé cómo te diga
Qne los sueños sueño son. De la manera que fue.
AMARANTA.
¿Cómo le daré remedio? ¿ Hay mal que como este sea ?
GL1CERI0.

A MAR ASTA. Hay piedra que sufra y vea ¿Cómo que se fué?
Parte á esa fuente .traidor , Tanto mal como yo vi? ERGASTO.
Por agua. ¡ Ay desdichada! ¿qué haré? No sé...
JACINTO. Celos y rabia mortal , Tanto el dolor me fatiga...
Busca mejor ¿ Daré voces con mi mal , — Que hay grande mal encubierlo; ,
Ornas conveniente medio. O con mi mal callaré? Y si licencia me das,
AMARANTA.
¡Ay fe de viento , en arena El principio y lin sabrás.
Firmada , y con agua escrita ! • G.L1CKM0.
¿Agua no podrás traella? ¡Pecho que el alma me quita,
JACINTO. Por dar tugar á la ajena ! Dilo; que me tienes muerto.
Deso de traer no trates. ERGASTO.
Porque en tanto no la males, Sale ERGASTO. Criáronse en este valle
Tiemblo de apartarme della. Amaranta con Jacinto,
AMARANTA. Vuestros hijos regalados.
AMARANTA.
¿Adonde vas? Desde pequeñuelos niños.
¿Tal maldad decir osaste? ERGASTO. Fué el amor con la ignorancia
JACINTO. Por ti vengo. Mezclando su fuego vivo ;
Agua no la he de traer; AMARANTA. Quisiéronse largo tiempo
Si con agua ha de volver, ¿Adonde vas? Di , traidor. . De amor casto y primitivo.
Yo lloraré la que baste. Casó Glieerio a Amaranta ,
Aunque tú le has dado enojos , ERGASTO. Como sabéis, con Dorislo,
Veré en aquesta ocasión ¡Yo traidor! Tan á su disgusto della ,
Si se cura el corazón AHARANTA. Que aun muerto piensa que es vivo.
Con lágrimas de los ojos. Téngolc amor : Agora , que libre está ,
AMAR ANTA. ¿Que te vas porque te tengo? Debe de amará Jacinto,
¿Cómo, estando yo delante, ERGASTO. (Ap.) Y sospecho que de celos
Pasa tan grande maldad ? Lleva perdido el juicio ;
fQué extremos hace de loca ! Porque va dando mil voces
¿Cuál hombre trata verdad? ¿Qué diablo llene? t
Cuál es verdadero amante? Por esos ásperos riscos.
AMARANTA. * Poned , Señor , el remedio , •
¿Qué ejemplo de ingratitud
Como este ha visto mujer? ¡ Oh qué bien ! Que está en manos de Felicio :
Aprended á bien querer; ¿Acá vienes tú también? Sosegaréis su furor
Que os importa la salud. Pues mira, calla la boca, Si se le dais por marido;
Y no digas que me voy, Que es mujer y tiene celos,
JACINTO.
A mi padre, cuando venga. Y hará cualquier desaliño.
¡ Ah mi señora , ah mi prenda ,
ERGASTO. GLICER10.
Ah mi dulce bien ! recuerda.
Tendréte... El diablo te tenga. ¡ Oh cielos poderosos ! ¿qué es aquesto?
AMARANTA.
¿Tan gran castigo me tenéis guardado?
(Ap. El seso quiere que pierda , AMARANTA.
¡ Oh mala hija! Adiós, señor Felicio;
Y que la venganza emprenda.) ¿Sabes quién soy? Que me parlo á buscarla , y os prometo
¡Ah falso! ERGASTO. De no volver sin su cabeza infame.
BELARDA.
¿Quién? F ELIGIÓ.
Gran mal me dio.
Cierto que he estado sin mi. AMARANTA. Teneos. ¿Adonde vais? Paso, Glieerio;
¿Quién soy? Que siendo ese traidor el instrumento ,
AMARANTA. Me importa refrenaros, como padre,
Soy el elemento quinto :
Y aun alguno que está aqui. Por eso á mi padre di Cuando no me bastara el ser amigo.
JACINTO. Que hasta los cielos me fui ¿No veis que vos también habéis pasado
Ese, sin falta, soy yo. A casarme con Jacinto. ( Vaie.) Por esta edad , y que pasamos todos?
u COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
¿De que os maravilláis? Mejor sería coridon. (A Menalca.) FELICIO.
Poner al caso el conveniente medio. ¿No entiendes ' ¿Es posible que el mundo te defiende?
Que no aguardar á publicar el caso. Lo que dice? ¿Que te consiente el cielo?
GLICEMO. MENALCA. MENALCA.
¿Qué remedio queréis? ¡Oh viejo triste! Su fe ofendes; Poco apoco.
¡ Oh mala hija , afrenta de mis canas I Antes Jacinto se queja , ¿Queréis berille?
FELICIO. O á lo menos se quejó , JACINTO.
Dejadme vos coger el rapacito ; De que se hubiese casado. Y aun matarme entiende.
Que yo le haré que pueda ser ejemplo. ERGASTO.
CORIDON.
No mas. Vamos , Glicerio, á lo que im- Vives, Menalca , engañado;
glicerio. [porta. Puedo asegu rarte vo ¿Por qué le maltratáis?
FELICIO.
¿Qué me puede importar sino casallos? Que en este punto Felicio Porque es uníoco,
Y Glicerio pretendían
FELICIO. Casarlos , porque temían Desvanecido, inobediente, y tiene
Pues ¿para qué tenéis la boca llena? Que ella perdiese el juicio. Mi mandamiento paternal en poco.
¿Quisierades que yo me convidara? CORIDON.
Sabe el falso traidor que me conviene
Porque tan rico sois y yo tan pobre... Casalle á mi contento, y descansado
En nuevo engaño te fundas. Ver que la muerte á mis espaldas viene;
GLICEMO. Apenas Doristo es muerto,
No , amigo ; que conozco la nobleza Y con saber que estaba lastimado
¡ Cuando ya tienes por cierto Por la propia mujer que quiero dalle.
Y el valor dése pecho. Al ün te pido Que tratan bodas segundas !
Medéstuhijo. Que fué de aquel Doristo mal logrado,
ERGASTO. Responde que no tiene aqueste valle
FELICIO.
Esto es, sin falla : yo voy Pastora que aborrezca en tanto extremo,
Yo te lo concedo; Con nuevas de la Vitoria. (Vate.) Y pone falta en su gallardo talle.
Y á fe que has de llevarle castigado.
MENALCA. JACINTO.
GLICEMO.
Pues vámosle á buscar. Vé con Dios. — Ya trueca en gloria Gallardo dice... Respondelle temo ;
Amor la pena en que estoy.— Que yo le hiciera conocer su engaño.
FELICIO.
Coridon, ¿qué dices deslio? FELICIO.
Vamos, y Ergasto
Se quede por aquí, por si vinieren. CORIDON. Calla , intratable bárbaro, blasfemo;
(Yante.) Que tu celoso tormento' Que yo te hiciera conocer tu 8año ,
ERGASTO.
Asegura el casamiento A no' valerle la acogida tanto.
¡Buena va la vejez con tanta flema Entre los viejos propuesto. MENALCA.
Tras la sangre colérica encendida, Casado Jacinto , quedas Por Dios, Jacinto, que te juzgo extraño,
Que corre ardiendo por los verdes años ! En la antigua posesión. Y que de tu propósito me espanto ;
De ayer viuda , tratan de casarla. MENALCA. Que si por tu Amaranta tantas veces
Pero querrán tratarlo solamente. Haz cuenta en esa ocasión Movió las selvas tu piadoso llanto,
Quiero disimular ; que viene gente. 8ue toda mi hacienda heredas, No sé por qué razones la aborreces,
oridon. Si me confiesas Cuando á tus esperanzas el efeto
Sale MENALCA v CQRIDON. Que son ciertas estas bodas , Mas deseado con el alma ofreces.
CORIDON. Pazcan tus ovejas todas Juzgúete siempre por pastor discreto,
¿Que no te ha sido posible La yerba de mis dehesas. Y pues loeres, dime, ¿en qué te fundas?
Hallar, Menalca , ocasión? Colma de mis limpias eras JACINTO.
MENALCA.
Tus trojes del rojo trigo , En otras esperanzas, te prometo.
Tales mis desdichas son , Y tenme ppr tan amigo ,
MENALCA.
Y su remedio imposible. Que para todo me quieras.
Toma , toma á manos llenas Pues cuando con razones me confundas,
Mas dame tú que le vea Confesare tu ingenio y mi ignorancia.
En parte un poco segura , El fruto de mis ganados.
Que no ha de haber desventura La fruta de mis cercados JACINTO.
Que como la suya sea. Y la miel de mil colmenas ; Muchas dijera; pero son profundas.
Aunque ver muerto á Doristo Que á mi Belarda me sobra. No quiero presumir con arrogancia
Me ha dado claro á entender coridon. (Ap.) De argumentar contigo; mas advierte
Que á Amaranta ha de volver. Y á mi mejor que tu hacienda , Lo que es en mis negocios de imporlan-
CORIDON.
Porque es del alma una prenda [cia.
Poco de su pecho has visto ; Que por ninguna se cobra. ¿Puede llamarse con razón la muerte
Que la tiene aborrecida. ¡Qué poco amor te enloquece ! Mas fiera suerte que la vida larga
Porque el enfermo amador Del que en casarse tuvo mala suerte?
MENALCA. ¿Iguala del infierno pena amarga,
Conoce el ajeno amor
¡ Ah buen Ergasto! ¿aquí estabas? Por el mismo que padece. • Ni de los varios elementos guerra ,
ERGASTO. Del mal casado á la penosa carga?
¡Oh Menalca! Sale JACINTO huyendo, y FELICIO tro* Si no lo niegas , mira ¡ cuánto yerra
MENALCA.
él con un cayado. Quien me quiere casar con mi enemiga!
¿Qué buscabas? CORIDON.
ERGASTO. FELICIO. ¡Ved las mudanzas que el amor encierra!
Una celosa perdida, ¿Ansí , traidor, infamia de los hombres, Agora para siempre , agora digo
Que se va tras sus antojos. Tal libertad me respondéis tan presto? Quees mudable el humanopensamienlo.
MENALCA. JACINTO. MENALCA.
¿Es Amaranta? Padre y señor .. De que la has adorado soy testigo.
ERGASTO. FELICIO. FELICIO. •
Ella es, No quiero que me nombres. Pues mira, con solene juramento,
Que lleva en ajenos pies
MENALCA. Por la sagrada Juno , te prometo
La misma luz de sus ojos.
Paso, señor Felicio. ¿Qué es aquesto? Que si en aquesto no me das contento ,
MENALCA.
¿A quién sigue? ¡ Con vuestro hijo tan injusto enojo ! Que nc-has de estar en públ ico ó secreto
ERGASTO.
FELICIO. Un punto mas en nuestro valle ; mira
A quien la deja ¿Injusto le llamáis? Santo y honesto. Que á tal estado te verás sujeto.
CORIDOX.
¿Pensáis que porque tengo solo un ojo, JACINTO.
¿Quiénes? Que no sabré sacarle, si me ofende? Pasaránse las furias de tú Ira ,
ERGASTO. JACINTO. Y tú verás que no es razón casarme,
Jacinto. Y yo también , si con razón me enojo. Y que lo que te dicen es mentira ;
EL VERDADERO AMANTE. i5
Verás que no es razón acompañarme , I Tanto las almas á su fuerza mueve. Y lo que el mió ha de ser:
Siendo lan pobre , con quien no es muy Los azadones y los cetros de oro Veréis en mi industria tal
MENALCA. ["Ca- Junta , como la muerte , en una liga ; Lo que es agudo en el mal
Condena el libre pecho á eterno lloro, El ingenio de mujer.
(Ap. Ahora será bien aventurarme.) Y aun á vivir en cuerpo ajeno obliga. Sabréis , y sabe todo aqueste valle ,
Jacinto , si eso temes , hoy te aplica Que fui querida del traidor Jacinto,
Justo remedio tu fortuna diestra. Sa/e AMARANTA. De quien ahora soy aborrecida ,
FELICIO. Con el extremo que de Clicia Apolo.
Espantóme de ver que no replica. AMARANTA.
Casáronme mis padres con Doristo,
¿De qué manera la ventura nuestra {Para si. Ya de su guerra mortal Para mi muerte y á disgusto suyo.
Se puede mejorar? Mis celos en paz estén , En el segundo día de mis bodas,
MENALCA.
Pues con las nuevas del bien Sabéis que de improviso quedó muerto,
Escucha, advierte, Se va templando mi mal.) Cosa que ha sido murmurada tanto.
Veris de mi nobleza alguna muestra. Pastores, ¿habéis por dicha Podéis los dos jurar que este Jacinto
Condolido de ver la pobre suerte Visto áGlicerio? Comunicaba con los dos mil veces
Desta pastora triste y mal lograda, MENALCA. Darle un veneno por casar conmigo;
¥ de vuestra amistad el nudo fuerte, ¡Oh pastora, Y yo de la traición daré querella.
Yo te daré una cédula firmada • A quien la fortuna ahora Pues como todos saben que me amaba ,
De darte mil cabezas de ganado Puso en la mayor desdicha ! Y ven mi esposo de improviso muerto,
El dia que contigo esté casada. Hemos por lo menos visto ¿Quién duda que no den crédito ál caso,
FELICIO.
Aquel tu ingrato pastor , Y preso le sentencien á la muerte?
Por quien te fuera mejor Podré yo entonces , con piedad fingida ,
Pastor, el mas gallardo que el dorado Que te viviera Doristo. Comoqueaquellomehainspiradoelrie-
Rio divino que sus campos riega Ya tú sabrás el concierto Decir que le perdono, si me ofrece [lo,
Tuvo jamás en su ribera ó prado , '
Aijiii— is pies, aquesos pies me entrega, De tus padres. AMARANTA. Que por el muerto me dará su vida,
Casándose conmigo , y esto antes
Besarelos mil veces. Que de la cárcel libremente salga.
Bien lo sé.
MENALCA.
MENALCA. MENALCA.
Padre, tente.
Mas no sabrás de su fe ¿Qué dices desto, Coridon?
FELICIO.
Que está por Belarda muerto. • CORIDON.
Hijo , llega también , conmigo llega. Aqui su padre trataba ¿Qué digo?
JACINTO. Su casamiento con él ; Que Dios me libre de mujer airada,
Yo quedaré , Menalca , eternamente Yo por mi , por ti y por él , Y no de la ponzoña de mil víboras.
Agradecido á tu valor divino; De mi hacienda te dolaba;
MENALCA.
Mas ya mi desventura no consiente Mas el traidor, que tan solo
Que Vuelva atrás del áspero camino , El bien dé Belarda precia , Solo pudiera de tu raro ingenio [co,
Por quien amor me lleva á dar el alma Mejores prendas desprecia Ser esta industria; y desdeaqui meofrez-
A quien hacer mi dueño determino. Que si fuera el dios Apolo. Si Coridon se anima á acompañarme,
Primero se verá del cielo en calma El padre corre tras él , Ponerte preso al falso tu enemigo.
El movimiento, y que el humilde olivo Pensando dalle la muerte : CORIRON.
Venza en altura á la ensalzada palma, Esta es tu suerte y mi suerte, ¿Si me ofrezco me dices? ¡Bueno es eso!
Que yo me muestre desleal y esquivo Mas que hasta ahora cruel. Impórtame seguirte en este caso ,
A las obligaciones infinitas [vivo. Sabes que á Belarda adoro, Y por ventura mas de lo que piensas.
Que debo á aquella por quien muero y Y temo, si él te dejase, Vamos á darle parte á la justicia;
¿Posible puede ser , estando escritas Que con Belarda se case, No sea que del valle se nos vaya
En medio de la frente, no se lean? Causa de mi eterno lloro. Con el temor del enojado padre.
FELICIO. ¡Mira en qué punto me tiene MENALCA.
¡Traidor, traidor! tu muerte solicitas. La fortuna que me sigue ! Pues vamos , Amaranta, y está á punto
Yo pienso hacer que hoy borradas sean AMARANTA. Para que des querella en avisándote;
Con sangre tuya. Aguarda , aguarda , ¿Tanto el cielo me persigue? Porque primero por el vulgo todo
[aguarda. ¿Cuál Dios á matarme viene? Conviene que el negocio publiquemos.
JACINTO. ¡Pobre de mi ! ¿Qué he de hacer Para después mejor mover á lástima.
Nunca tos ojos tal venganza vean. Sin mi adorado enemigo? AMARANTA.
( Yante los dos.) ¿Que tan mal está conmigo? Vamos; queen vuestras manos va mi vi-
CORIDON.
CORIDON. MENALCA. L"a-
El ánimo suspenso me acobarda, Tú lo podrás conocer.
Mas cuando adelante pase. Y la mia en las manos de Belarda.
Menalca , la extrañeza del suceso. Cree, si el traidor te deja , (Vanse, y queda Coridon solo.)
;Mira si es adorado de Belarda! Que no será con la queja CORIDON.
MENALCA. De que con otra se case , ¡Qué bueno me lleváis, amor tirano!
Calla; que estoy para perder el seso; O con Belarda á lo menos; . ¿Pareceos que he ganado en vuestras fe
Y asi en este punto determino Que yo le haré mil pedazos , rias?
Hacer un loco y temerario exceso. Y en sus brazos estos brazos Mirad ¡qué de traiciones hago en esto!
¡Que no me hiciera mi cruel destino Vendrán de su sangre llenos. Soy traidor á Jacinto porque muera ,
De lan humildes padres , que igualara Yo daré fin á su suerte. Soy traidor á Menalca, pues le vendo.
Desta Belarda el casamiento indino! AMARANTA. Siendo en su pecho verdadero amigo ;
Sospecho que con ella me casara... Soy traidor á Belarda , pues la adoro,
Y ann sin sospecho casaré con ella. Detente, no hagas tal;
Que no le quiero lan mal , Y la quito del alma lo que adora ;
CORIDON. Que le desee la muerte. Y sobre todo , soy traidor al cielo.
«Bailas? Mas podéis amenazalle Mas quien te conociere, amor tirano,
MENALCA. Con lo que dijere yo , Si sabe que es amor fuerza del alma.
¡Pluguiera á Dios que me burlara! Y á lp que nunca pensó Verá que no es posible de otra suerte ;
COR1DON. Con esta industria obligalle. Que, aunque eres niño, vences al mas
¿Ansí tan fácilmente se atrepella Mas temo que me faltéis. [fuerte.
Tanta nobleza? MENALCA. '

MENALCA. La vida falte primero.


Todo se le debe ¿Qué dudas?
AMARANTA.
A la excelencia de una cosa bella.
Es amor un océano que bebe Deciros quiero
Toóos los ríos sin guardar decoro: El remedio que tenéis,
i3 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
MENALCA. Creo que me espera ya.
ACTO TERCERO. Vamos; que la verdad hija es del tiempo. Vamos ; haré que te espere.
Con él se viene á descubrir. BELARDA.
alcalde 2.° ¡Ah cielos ! Perdida soy.
Salen los pastores á prender A JACIN Pues vamos. Danteo, como yo voy, ,
TO , y dos alcaldes villanos; entran {Yante , y queda tolo Danteo.) No vaya quien mal me quiere. ( Yate.)
por una puerta , y salen por otra, y
danteo. DANTEO.
AMARANTA. Padres fieros , rigurosos ,
Si el tiempo de la verdad
Es el padre y desengaño , No os acabáis de entender.
JACINTO.
Yo fio, que por tu daño ¡Buen medio queréis hacer
Saben los cielos la verdad del caso; Se descubra la maldad.— De dos extremos viciosos!
Y ellos , á quien ofende la malicia , ¡Pobre de tí, desdichado
Me librarán de vuestras manos lieras. Jacinto, mozo afligido, Sale JACINTO.
(Vate.) De enemigos perseguido
ALCALDE 1.a
Y de amigos envidiado! JACINTO.
¡ Que se nos fué el traidor ! ¡Qué cansado y muerto vengo!
HENALCA. Sale BELARDA. Vetigo del vivir cansado ,
¡Que se nos fuese, Y muerto porque he dejado
Entre cien hombres ! BELARDA. La vida en quien yo la tengo.
¿Cuándo las desdichas mias Un hombre veo. ¡ Ay de mí !
ALCALDE i."
Han de acabarse, Danteo? DANTEO.
Juro al sol que es fuerte. ¿Si tendrá fin mi deseo ,
¡Hi de puta . rapaz, y cuan ligero No huyas, Danteo soy.
O por lo menos mis dias?
Jugaba del bastón á todas partes ! ¿Qué embuste es este tan nuevo , JACINTO.
ALCALDE 2.° Tan riguroso y cruel , ¡Cielos! ¿Que contigo estoy?
No lo digas de burla , Bertolano ; [zo, Que urden al alma de aquel ¿Estamos seguros?
Que juro á non del sol que traigo un bra- Que apenas nombrar me atrevo? DANTEO.
De un palo que me dio, que en quince ¿Adonde estás, mi Jacinto? Si;
No será mucho no tomar la azada, [dias ¡Desventurada de mí! Que esta peña nos encubre ,
alcalde 1.° DANTEO. Y esta quiebra , que la parte ,
Alborotado vengo del caletre. No llores, Belarda, ansf, Del camino la mas parte
Por toda la semana me perdonen ; Aunque el natural destinto Hasta la senda descubre.
Que no daré sentencia de provecho. Obliga á los animales JACINTO.
AMARANTA. A sentir las cosas tanto ; ¡ Ay Danteo! ¿Y mi Belarda?
Porque el remedio, y no el llanto,
Señores, no os dé pena que él se vaya ; Previene ¿Como quedaba?
Que el cielo propio le traerá al castigo. ¡Qué bienelá fin de los males.
sufrir te enseñas, DANTEO.
HENALCA. Pues que ya por tu ocasión Muy buena.
Movido tiene á ira á todo el pueblo, Teñido en sangre el vellón JACINTO.
Viendo la muerte que el traidor ha dado Deja por zarzas y peñas ! ¿Siente mi pena?
Al buen Dorislo , cuya muerte siento. Ayer, que la humildad suya DANTEO.
DANTEO. Mas á su extremo llegó,
Paso, paso, Menalca ; que te mira Verter sangre le vi yo, ¿Tu pena?
El enojado Júpiter: no digas Sangre suya y sangre tuya ; Ni tiene fe ni la guarda. <
Que le mató Jacinto; que bien sabes Que á su cruel padre vi Vil:» , y no la hubiera visto;
Que le habéis acusado de malicia. Que recios golpes le daba , Que quizá fuera mejor
Y vi que el pastor se holgaba Dijome : «Vaya el traidor
HENALCA.
De verter sangre por ti. Que dio la muerte á Doristo,
Hablas adonde es fuerza que te salgas Echóle de su cabana Y cásese con su dama ;
Con lo que dices , rústico; mas cree Su padre , fiero enemigo , Que para siempre conmigo
Que no te alabarás. Y él llora á su propio amigo Acabo.»
ALCALDE i." Necesidad tan extraña. JACINTO.

Pues ¿qué es aquesto? No quieras mas del estado No mas, amigo;


; En las barbas de toda la justicia De sus cosas y las mias , , Que ya la muerte me llama.
Osastes levantar escarapela ! Pues hoy me dijo: » Há tres dias De la hambre y del trabajo
ALCALDE 2.°
Que no he comido bocado.» Casi estoy para espirar.
Espera ; que voy ahora Adiós ; que me voy á echar
Calla, Danteo; que habrás con enojo. De aqueste peñasco abajo.
¿Aoves quehay dos testigos con sus ties- A buscar algún sustento.
DANTEO.
l'an gordos comool puño cada uno? [los, BELARDA.

ALCALDE 1.°
¡Oh padre ingrato, avariento, ¿Adonde vas, ignorante?
Del bien que mi alma adora ! Que por quien la muerte pides
¡Verá la necedad ! Está probado Es la colúna de Alcídes,
Con una resma de papel escrito , DANTEO.
Voyme. Es la firmeza de Atlante.
¥ cómo y dónde se le dio el veneno , Es una roca batida ,
¡Y llámasle inocente! Mas albérchigos. BELARDA.
Es un acero perfeto ,
CORIDON.
Espera ; que conviene. Es un varonil sugeto ,
Pues le ha faltado su padre, Dispuesto á darte la vida.
i Qué se cansan en esto? i Ya no saben Que yo le sirva Oe madre
El amistad de aqueste y de Jacinto? Yo la vi , y tu mal la dije ;
Al que por mi no la tiene. Y no quieras saber mas
¿No saben que estos dos tienen un alma, Iréme á casa , Danteo,
Y en una voluntad viven sujetos? De que muy presto verás
Y buscaré qué le dar. La causa por quien te aflige.
Vamos en busca del traidor, que huye;
Que solo en este caso nos importa danteo • Dljela que me aguardase
El jurar la verdad. ¿Dónde le piensas hallar? Donde te suele esperar;
BELARDA.
Y asi , la voy á buscar,
ALCALDE 2.°
Porque adelante no pase.
Pues alto; vamos, Que me lo digas deseo, Escóndete.
Andemos estas huertas y cabanas; Si sabes adonde está. JACINTO.
Que si al traidor hallamos, ¡voto al soto, danteo. De la muerte
Que se ha de hacer un hecho que á ál- En la cueva que está enfrente Revivo en que muerto estaba.
[guien pese! Del álamo de la fuente, Esta vida me faltaba.
EL VERDADERO AMANTE. l->
Itanten . míe agradecerte. I ¿6i se me quiere morir? JACINTO.

Vé con Dios , y aquí la envía , ¿No respondes? ¡Oh mi Belarda,


Y dila que no se larde; JACINTO.
Por quien libertad aguarda
Que podrá venir tan tarde» ¿Quién me llama? De mi alma el cautiverio !
Que llore la muerte mía. ¿Cuál es aquel ignorante
BELARDA. Que no quiere conocer
DANTEO.
Una humilde esclava tuya. El valor de una mujer,
¡De la hambre y del trabajo Cuando es mujer semejante?
JACINTO.
No me puedo menear ! Yo , á lo menos , mientras viva
¡Adiós; que me voy á echar Mi vida se restituya
Cual vela muerta en la llama. Conoceréme deudor,
De aqueste peñasco abajo ! Y haré que mi tierno amor
Sopló la muerte y matóme ;
JACINTO.
Y aunque es verdad que mató, Tu nombre en el alma escriba.
¿Ahora demf te burlas? En el humo que quedó. Que de una mujer naci ,
¡Oh amigo fiel, de buen celo} Llegó tu luz , y encendióme. Y este ser del suyo tengo,
(Vane Danteo.) Vivo estoy, y ya deseo Y ahora , Belarda , vengo
¡Oné de suertes de consuelo Vida ; que si estuve aquí De nuevo á vivir por tí.
Me busca en veras y burlas!— Muerto porque no te vi , Hablen los que las ofenden ;
¿Triste ! que apenas , de hambre , Ya vivo porque te veo. Que yo diré a boca llena
Junto el uno al otro labio. Que de una mujer que es buena
BELARDA.
Muerte, ¿con tan vil agravio Mil cosas buenas se aprenden.
¡Oh prenda tan justamente
Cortas la vital estambre* De lo mejor de mi pecho! BELARDA.
La vida á la muerte iguale; ¿Cómo estás? Dime, ¿qué has hecho Come , come.
Que esta es baja á quien la tuvo Por tantos siglos deausente? JACINTO.
Tan alta , que dentro estuvo Mas ¡ay necia! ¿qué pregunto? ¿ No lo ves?
Del pecho que tanto vale. Toma , comienza á comer ; Bien me va de todo junto.
Muerte, aguarda; muerte, aguarda; Que causa debió de ser Como , respondo y pregunto.
No acabe mi vida ansí; De que te viese difunto.
Pues en Belarda viví, BELARDA.
Muera yo cuando Belarda. JACINTO. Gente suena.
Ko puedo tenerme. ¡ Av triste! ¿Con aquestos embarazos JACINTO.
Quiero sentarme. Cuidados, Tan bellos brazos cargaste? Mi padrees.
¿Que aun no descansáis sentados? BELARDA. ¡ Ay desdichado de mi !
Que ningún mal os resiste? Bien dices, bien me culpaste. Adiós, adiós. (Vase.)
Pues no os acaba este mal Teniendo sangre en los brazos ;
Que suele acabar mil males, Que era justo sacrificio Sale FELICIO.
En mí sois tan naturales De mi amor y celo honesto;
Cual ia hambre natural. Pero cuando falte aquesto, FEL1CIO.
Yo muero, amor inhumano. Y'o la ofrezco á tu servicio.
¡ Ah Belarda ! ¿Has de venir? ¡Ah traidor!
No temas perder tu padre ¿Huyes?
¿Que me tengo de morir Mientras te puedo valer.
Sin que te bese una mano? JACINTO.
BELARDA. (Ap.)
¡ Ah tirano amor!
Quiero empezar á comer, ¡ Esto te faltaba aquí !
Sale BELARDA. Pues cobro tan buena madre.
Este pan está mojado. FELICIO.
BELARDA. !' 1/ Salir, i
BELARDA.
Huye, traidor; que algún día
Iré cual dices, Danteo. A las manos me vendrás.
Pierde cuidado; que estoy Viniendo he mojado el pan : ¡Cómo, cómo! ¿Que aquí estás?
Diestra en este monte , y voy Quizá lágrimas serán ¡ Buena insolencia á fe mia !
Ahora con mi deseo, Que habrán en la cesta entrado. Pues , Señora , ¿es bueno eso?
Quede la mano me lleva Cómelas, Jacinto. ¿Pareceos bienio que pasa?
Y con su lumbre me guia. JACINTO. Ya como huésped de casa ,
JACINTO. ¡ Y cómo! ¿Traéis de comer al preso?
Suspiros del alma mia, Negra de buena es la salsa, ' Coged , coged lo que queda.
Llevadle la triste nueva, Cuando no se guisa falsa, DELARDA. •
Decid que muero. Porque entonces no la como. Yo lo haré así , padre ingrato
Lágrimas es manjar tal Del hijo del mas buen trato
BELARDA. (A¡>.)
Que la ventaja le den: Que hallarse en el mundo pueda.
¡Aydemil Verdaderas saben bien ;
Que mí Jacinto es aquel. Pero fingidas muy mal. FELICIO.
JACINTO. BELARDA.
Coged, coged.
No pensé , muerte cruel , BELARDA.
Tu propio serás testigo; .
Que tuvieras parte en mi. Come , come á tu placer. A lo menos
Pero pues ya me has deshecho, No es de lo que tú le has dado ,
JACINTO.
Y el verte no me acobarda , Como lo tienen sobrado
Es gran señal que Belarda No quiero ; que por comer Los hijos de padres buenos.
Me ha dejado de su pecho. Me pierdo de hablar contigo. FELICIO.
BELARDA. (Ap.) BELARDA. Coged , coged.
¿Dejado? Cuando tal sea , Basta ; que contigo estoy. BELARDA.
Yo dejaré de vivir. Come, come. Ya no hay mas.
JACINTO. FELICIO.
JACINTO.
¿Que me tengo de morir, Aunque no quiera, Pues ya que lo habéis cogido,
Y primero que te vea? Me obligas. ¡Oh quién bebiera!... Advertid bien el oído.
BELARDA.
Pero ¡ qué necio que soy ! BELAllDA.
Como es el manjar tan nuevo,
(Ap. ¡ Quién oyera con paciencia Olvidóme que me dan ¡ Qué poco advertido estás!
Las quejas que decir sabe ! En las lágrimas y el pan FELICIO.
Que en amor lo mas suave Agua y pan, que como y bebo.
Son los regalos de ausencia. ¿Parécete ingratitud
A fe que es nuevo el misterio. De un hijo que tengo honrado ,
Mas no lo puedo sufrir. Procurar con gran cuidado
Llegar quiero.) ¡Ah pastor mió! BELARDA.
; Ay triste ! ¡ Qué helado y írio ! Come, come. Su honra , vida y quietud ?
2
L-i.
18 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
V si el padre es bueno al fin , Hacienda con la mujer. ■
¿Parécete bien que cuadre CORIDON.
Si la tienes , ¿por qué dudas? ¿Justicia quieres hacerme ?
Hacer obras de buen padre
Al hijo perverso y ruin ? MENALCA. Yo ni te busco ni prendo,
Mas yo ¿ para que argumento i Oh padre ! Bien me aconsejas. Y mas en esLa ocasión ,
Con una rapaza amante, Vanas han sido mis quejas; Que ya tan poco aprovecha.
Mas ligera y inconstante Hoy mi propósito mudas. JACINTO.
Que la débil caña al viento ? Eapues, velo á tratar; Dado me has nueva sospecha.
Que si mal no me estuviera , Que cansado de andar ciego, ¿Hay novedad de traición?
Por los sagrados penates. Procurando mi sosiego , ¿Hase cerrado el proceso?
Que si... Ya lo quiero efetuar. ¿Deshízose la mentira?
BELARDA.
Da por mi mano la tuva ;
Que ya estoy de verlo loco. CORIDON.
Paso, no me trates, Mira lo que dices, tnira
Felicio, desa manera. FELICIO..
Que son palabras de peso,
Si respeto te he tenido, Pues espérame aquí un poco; Y lo que yo te aseguro
No te lo debo cruel ; Que yo te traeré la suya. ( Vase.) Es que nadie te persigue.
Respetóte por aquel HENALCA.
Que es y ha de ser mi marido. Esto es hecho ; no hay que hacer.
JACINTO.

FELICIO.
¿Quieres tú que yo me obligue
Sale CORIDON. A tenerte |ior seguro?
¿Tu marido? Antes le veas Tarde llegas.
De un león hecho pedazos.
CORIDOII. CORIDON.
BELARDA. i Oh Menalca ! ¿Dónde vas? Sí llegué.
Tú le verás en mis brazos , HENALCA. Pues ya se casa Belarda.
Y no como tú deseas. Ya , Coridon , no podrás JACINTO.
FELICIO. Mudarme de parecer. ¿Qué dices? Espera, aguarda.
¿A mi hijo? Sábete que estoy casado. ¿Que se casa? ¿Cómo, qué?
II C! ARDA. ¡ Belarda casada!
CORIDON.
¿Qué dijiste? ¿Casado? Muy bueno es eso. CORIDON.
¿Tu hijo? Mió dirás; A fe que medras de seso.
Y no esperes .verle mas, Sí,-
¿Cómo ó cuándo lo has soñado? O por lo menos se trata.
Viejo codicioso y triste ;
HENALCA.
Que á mi me cuesta á lo menos JACINTO.
El dolor que no me pagas. Llegado á querer casarme , ¿Con quién?
Vete con Dios , y no hagas ¿Hay pastora en este valle CORIDON.'
Tuyos los hijos ajenos. i Rica de hacienda y de talle ' Un hombre de plata
(Vase.) i Poderosa á despreciarme,
FEMCIO. La compra á peso de si.
Pues no hay pastor que sea tal ?
¡ Ay la loca , sienes de aire ! JACINTO.
CORIDON.
¿No veis qué notable exceso ? Conózcole por las señas.
Por Dios , que perdiera el seso , Tu malicia te engañó ;
Antes ninguno hallo yo CORIDON.
A no lo echar en donaire. Gente suena.
Descuide la bachillera; Para tu nobleza igual ,
Y se tendrá por dichosa JACINTO.
Que antes de velle en sus brazos ,
La fiera le hará pedazos, La que llegue á merecerte. Allí me voy. •
Y será mi mano fiera. MENALCA.
I Llama en pasando; que estoy
| Detrás de aquellas dos peñas.
¿Es eso de aquesa suerte? (Escóndese.)
S«te MENALCA. CORIDON. , CORIDON.
SI. ' Anda, vete.
HENALCA.
HENALCA.
A fo que siento el cansarme.— Pues Belarda es mi esposa. (Vate.) Sale FELICIO.
Pues, Felicio, ¿qué hay de nuevo?
CORIDON.
FELICIO. FELICIO.
¿Desa manera te vas?
A responderle me atrevo , Sin duda que es frenes!. Buena nueva ,
Pues que te atreves á hablarme. Yo me doliera de li , Menalca.
Di , mayoral , que bienquisto A no estar como tú estás. CORIDON.
Solías ser, ¿ qué te mueve Mas si acaso lo tratase, ¿No me conoces?
A decir que mi hijo debe Y Menalca lo supiese, FELICIO.
La muerte de aquel Doristo? No dudo que lo entendiese No, Coridon , ansí goces
¿ No sabes tú que es verdad , Cuando ya lo efeluase. La prenda que amor te deba.
Y no fué engauoso intento, ¿Que este por rico ha alcanzado Loco de contento vengo ,
Que no hacer el casamiento . Lo que apenas ha podido Y así no te conocí.
Fué sobra de voluntad? Jacinto el triste, que ha sido
Cree, mas que no te cuadre, CORIDON.
Tan sin culpa condenado?
A estas canas desdichadas, ¿De qué, Felicio?
A estas manos arrugadas , Sale JACINTO. jacinto. (Ap. escondido.)
Que al fin son manos de padre. ¡ Ay de mi !
Dame mi hijo. JACINTO.
Que cierta sospecha tengo.
HENALCA. (Ap. ¡ Oh interés , que tanto puedes !
„ .. , ¿Quéesesto? ¿Si es ida ó si aquí se está? FELICIO.

¿Estás loco por ventura? Fortuna, cánsate ya ; Partí en este punto yo


Que ya de lo justo excedes. Por Menalca á hablar la madre
FELICIO. De Belarda ; que su padre
Este es mi fiero enemigo,
No, mas por la desventura De quien me pienso vengar. Ya tú sabes que murió.
Kn que tu rigor me ha puesto. Solo está; quiérale hablar En efeto, fui á tratar
Si á Belarda quieres bien , En paz de fingido amigo ; Que se la dé por mujer,
Y por ser pobre la dejas, Que fío que no se atreva Y dióla mucho placer.
¿De qué , mayoral , te quejas? Solo á prenderme. ) ¡ Ah pastor ! Haráse, no hay que dudar,
¿Porqué te aflige el desden? ¿Ha cesado ya el rigor Hará se ese casamiento,
El rico no ha menester De aquella justicia nueva ? Y libraráme mi hijo.
Hacienda , sino su gusto ; . Solo estoy , no me defiendo. CORIDON.
El pobre, que busque es justo Llega, si quieres prenderme. Padre, cuando esto te dijo ,
EL' VERDADERO AMANTE. 10
¿Daba en la Teleta el viento? Que tal haya de sufrir. Me dijo : c Esta plata y oro
fíale que te ha engañado , Irme quiero á la justicia Para mi prenda se guarde;
Y dime , ¿qué parle es él Y decir que este traidor Que por su rara belleza,
A que de muerte cruel Al inocente pastor Valor y virtudes tantas,
Libre á un hombre condenado ? Ha acusado de malicia, Discreción y gentileza,
Y que vine á consentillo Sobre esta humilde riqueza
FELICtO.
Por su mucha diligencia, Pondrá sus hermosas plantas. »
¿Eso me dices , traidor? Y que mi propia conciencia — Dame esa mano , no huyas.
Pues si eso no fuera parle , Hoy me fuerza á descubrillo. Ata aquestas y las tuyas ,
Yo. su padre, ¿había de hablarle Y aunque á mí me den la muerte, Tu bello rostro levanta.
Con (anta amistad y amor? Porque también se la den , GLICERIO.
, Mu} bueno está! Yo he de hacer Pensaré que mayor bien
(jueen este dia le dé Llega tú, hija Amaranla,
La mano, palabra y fe No puede hacerme la suerte. Quizá le dará las suyas.
De que ha de ser su mujer. El casamiento se impida.
AMARANTA.
puédate parí» quien eres. (Yase.) Belarda ha de perdonar ,
Porque no se ha de casar Pues ¿cómo, hermana, tan brava
Sale JACINTO. Mientras yo tuviere vida. (Vasf.) Contra Menalca te muestras?
Dale aquesa mano, acaba;
COR1DON. Que bien sabes que yo estaba
No hay que dudar del concierto , Salen lo» dos alcaldes t MENALCA, Presente á ocasiones vuestras.
Yo sé que bien le has querido.
Jacinto. BELAKDA, GLICERIO, FEL1CIO y
JACINTO. MENALCA.
AMARANTA.
¿Es cierto? Ya me tiene aborrecido.
CORIDOS. ALCALDE i." Tú se lo ruegas en vano.
Muy cierto. ¿Deque sirve que os mostréis, AMARANTA.
¿Qué mayor probanza quieres? Señora Belarda, esqui\a, Menalca , dame esa mano ;
¿So le basta lo que has visto? Y que tanto os extrañéis Pierde esta vez de atrevido.
JACINTO. En cosa , que ansí yo viva , MENALCA.
Sí , Condón ; cierto es. Que ganáis y no perdéis?
¡A Menalca despreciáis, Vesla aquí. Mas oye, mira,
coRiDon. Que no la enojes.
Tu padre quiere después Y tan de veras juráis
Darte en lugar de Doristo. Que no seréis su mujer! AMARANTA.

Bravamente lo rodea. ALCALDE Í.' Aguarda.


JACINTO. Aun no quiere responder Ya templa el fin de su ira.
¿Para qué la importunáis? Dame esa mano, Belarda.
El cielo me vengue del ,
Y antes mi padre cruel FEL1C10. MENALCA.
Muerto en sus brazos me vea. Hija , si agora viviera Ves que se enfada y retira.
Y' presto me verá muerto , Vuestro muerto honrado padre , ¡Oh ! ¡mal haya el corazón
fties que Belarda se casa , Y asi tan rebelde os viera , Adonde tan sin razón
Y el fuego que á mi alma abrasa Mas fuerza que vuestra madre Ha vivido tigre hircana!
Saldrá por el lado abierto. En el negocio pusiera; ALCALDE 1.°
¡ Ay falsa! ¿Que el si le diste? Que, fuera de la riqueza, Por Dios , que me viene gana
Murieras sin darle el si. Tiene Menalca nobleza; De dalla un gran mojicón.
Mas yo , que te adoro á ti , • Y por solo emparentar, ¿Diz que no ha de responder?
Moriré porque le diste. ¿a mano le habéis de dar. ALCALDE 2."
Era de pecho mudado, ALCALDE 1."
Como al fin don de mujer, Esta es la primer mujer
El que me daba á comer, Ú os quebrarán la cabeza. Que he visto hogaño sin lengua.
¿Han mirado el zahareño ¡Voto al sol , que tengo á mengua
Pan en lágrimas bañado. Con que se está cabizbaja ?
; Y con quégusto comí Que andemos á su querer!
Las mentiras que fingiste! alcalde 2.° Cuando hable , hablará tanto
Oiro veneno me distó, Compadre , mi fe os empeño Que nos quiebre la cabeza.
Que yo á Doristo le di. Que en balde el casco trabaja,
¿Cómo ba de entrar en provecho Sí el alma tiene otro dueño. Sale JACINTO.
Manjar que el gusUyne estraga .' MENALCA.
: Ah ! mal provecho me haga JACINTO.
¿Es posible , ingrata fiera ,
Hasta que reviente el pecho. Que una palabra siquiera Ya llega el fin de mi llanto,
La muerte quiero buscarme- No me quieras responder? Ya de mi humilde bajeza
Pero en balde me faligo : GLICERIO.
Hasta el ciclo me levanto.
Veneno llevo conmigo , Hoy el amador de Abido
Que basta para matarme. Quizá Jo debe de hacer Se me confiesa rendido ,
Adiós , monte ; adiós , sombrío Como es la ocasión primera. Pues ya voluntariamente
Bosque, selvas, plantas, fuentes, Yo quiero llegarla á hablar.— Vengo á la muerte presente,
Siempre á mi dolor presentes , Belarda , tu entendimiento Sin ser de nadie oprimido.
Testigos del llanto mió. Me obliga á no te cansar Yo soy aquel Jacinto desdichado
Hoy acaban mis enojos. En dar palabras al viento , Que á"Doristo maté con el veneno;
Tristes de hoy mas quedaréis, Que se las suele llevar. Vengo del alto Júpiter forzado
Y sola esta vez vetéis Menalca es hombre perfeto, Adonde justamente me condeno.
Las lágrimas de mis ojos. ( I 'use.) Es rico, es noble, es discreto, Rendido estoy : alzad el brazo airado.
Y adora tu gentileza ,
COR1DON. MENALCA.
Y con toda esta nobleza
¡Qué lastimado me dejas! Sera tu esclavo sujeto. ¡Oh fiero monstruo, de maldades lleno!
¿Adonde te vas? No huyas; ¿No respondes?— Olro llegue Prendelde luego.
Que oyendo las quejas luyas. Que sea mas venturoso. BELARDA.
No me acuerdo de mis quejas.
¡Pobre de tí , pues también FELICIO. i Oh bien de mi deseo!
Pierdes el bien que perdí! Aunque el respeto me niegue , ¡ Oh cuántos años há que no te veo !
Pero mas pobre de mí , _ Yo llego, mas codicioso ALCALDE 1.°
Que siempre lo fui del bien. De que la mano me entregue.— ¡ Milagro ! ¡Hola ! ¿ No veis que tiene len-
¡Cómo! ¿Que he de consentir Hija , Menalca esta tarde ,
MENALCA. fe"3'
Que así Menalca secase? Como en tus amores arde,
Mostrándome su tesoro , Y brazos para dar á mi enemigo.
Antes un rayo me abrase,
20 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FELICIO. Los limites de amor, me obliga á todo. Sale CORIDON.
Hijo, ¿qué es esto? ■ENALCA.
ALCALDE 2." Pues que confiesa, condenar se puede. CORIDON.
¡ Cómo ! ¡ Que se venga „ , ¡A buen tiempo!
AMARANTA. ¿Qué justicia es aquesta inadvertida?
A nuestra misma casa el enemigo !
Oid ; que á perdonarle me acomodo, Paso, no le llevéis; que el alto cielo
MENALCA. Como en lugar de mi marido quede; Hoy mueve mi conciencia á que declare
No permitáis, Señor, que así le tenga. Que si él me le quitó, no está obligado La verdad deste caso.
Suelte los brazos ; dame su castigo. De darme mas de lo que me ha quitado. MENALCA. (Ap.)
ALCALDE 1." ALCALDE 1.°
Sed preso. ¿Qué es aquesto?
Vivas mil años. Ea, que esto es hecho. CORIDON.
JACINTO. Jacinto , dala aquesa mano tuya. Amaranta, movida de su pena,
Ya lo soy , morir deseo.
JACINTO. A Menalca y á mí nos ha pedido
BELARDA.
Primero mé verán pedazos hecho Que juremos que fué Doristo muerto
i Oh cuántos años l>á que no te veo ! A manos de Jacinto con veneno,
Que aquese casamiento se concluya.
MENALCA. Pensando que con miedo de la muerte
(.Híncase de rodillas su padre.)
Basta ; que toman como burla el caso. La recibiera por su amada esposa.
FELICIO. fcho? Aquesto es la verdad ; y aqui me mueve
GL1CERIO.
El cielo justo , que justicia pide,
¿ Por qué lloráis , Felicio , desa suerte ? ¿Tienes por dicha * de diamante el pe-
lA qué furia permites que atribuya Que no muera Jacinto.
FELICIO. Esa rusticidad? Dime: ¿estás loco? alcalde 1.°
Lloro en ver queel traidor tan pasoipaso ¿Verme á tus pies estimas en tan poco?
A la prisión se venga y á la muerte. ¡Extraño caso!
Hazlo, hijo, por lodo lo que debes ¿Enmudeces , Menalca? ¿No respondes?
HENALCA. A aquesta sangre que te dio la vida.
■ FELICIO.
Tanta es la rabia que de verte paso, JACINTO. Gracias te doy, ¡oh Júpiter inmenso!
Tanta es la pena que recibo en verte. .. Padre, puesto que el pecho 5 llanto mue- Que descubriste la verdad del caso.
-Fuera, Belarda...-que yopropioquiero' El alma persevera endurecida, [ves, Pase Amaranta y los traidores pasen
Ser de aqueste traidor cuchillo fiero. No lo he de hacer. Por el castigo que á mi hijo daban.
¿Qué le miráis atentos ? Vaya luego
A la cárcel. FELICIO. GLICERIO.
¡ Que á tal maldad te atreves ! Blanda la mano, buen Felicio; advierte
ALCALDE 1.° Mátenle luego. Que fué de amor la culpa.
Merece su delito
Que acabe el falso en encendido fuego, MENALCA. FELICIO.
Pues él confiesa cuanto veis escrito. Pague el homicida. ¿De amor dices?
BELARDA. Justicia pido al cielo y á la tierra.
AMARANTA.
¡Ay! No le lleven , esperad primero : ALCALDE 1.°
Paso; no le llevéis. Oid os ruego. No mas : este negocio está encontrado;
Uogaréseloyo, rogarle quiero —
Hablalle quiero. Por todo lo que debes á mis ojos, Y si pedis los unos y los otros ,
ALCALDE 1.° ■ A quien tan tiernas lágrimas les cuestas, Habernos de gastar nuestras haciendas,
Hablalle te permito. Te pido que te cases , pastor mió ; Y mas si de ciudad viene justicia.
AMARANTA. Que menas mal lo pasará mi alma Tomad mi parecer, señor Felicio,
Dime, Jacinto, ¿has muerto á mi marido? Viéndote vivo, aunque con otra vivas. Y demos á Jacinto su Belarda ;
„ . , , "C,KT0- [aquesto? Y en pago de.que son testigos falsos,
JACINTO. Casemos á Menalca y Amaranta ;
Yo le maté. ¡Oh falsa! ¿Tal me ruegas? ¿Qué es Que á Coridon, porque esto se sosiegue,
FELICIO. Solo un momento que de vida tengo Yo le daré á mi hija con mi hacienda.
Del todo soy perdido. ¿Hubo de darme al fin tal desengaño?
Debe de ser misterio de los dioses FELICIO.
IIyo, ¿por qué confiesas dése modo? Al Senado le enfadan cumplimientos.
¿Estás loco por dicha?1 Que no pueda morir hombre ninguno
Con engaiiodeque hay mujer constante. Ya nuestra historia declarada queda:
JACINTO. A voces pido muerte, muerte pido. Llévese cada cual su prenda amada ;
Amor, que excede Alto , de aqui me lleven. Que aquí se acaba la comedia nuestra ,
1 Acaso. A quien su autor, porel amor constante,
* Acaso. Lediópornombre¿7»frdfl</ero Amante.
EL MOLINO.
PERSONAS.

ALBERTO. MADAMA FLOR DE LIS, UN PAJE.


EL PRINCIPE ARISTIPO. LERIDANO, viejo. princesa.
EL REY , su padre. UN EMBOZADO.
MELAMPO. LAURA, Mía de Leridano. Soldados.
EL CONDE PRÓSPERO. TAMIRO. ARSELO.
VALERIO, caballero. Acompañamiento.
CELIA , duquesa. GALO. Gente.
Kt'FINO , caballero. TEODORA, su dama. Criados.

La escena es en España *.

Que es el halcón en efeto VALERIO.


ACTO PRIMERO. Que nuestra garza nos mata. ¿Porqué?
PRÍNCIPE.
Días há que lo pensé ;
Mas no lo creí del todo , Porque me es forzoso ;
Vhta exterior de la quinta de la duquesa Por no agraviar de algún modo Que mal se cura un celoso
Mi calidad y su fe. Con remedios de tercero.
Celia. Mas ya que la vi rendida Quiero que esta enfermedad
Dalle ella propia un papel , Ella se busque el remedio.
ESCENA PRIMERA.
Que á su fe la llamó liel, VALERIO.
EL PRÍNCIPE, VALERIO. Y á mi calidad fingida, Por mas que me ponga en medio ,
Yocreoloqueteini, Crece tu enojo.
VALERIO. Y creo lo que ha de ser. PRÍNCIPE.
Mejor viva vuestra alteza, VALERIO. Es verdad.
Que en eso acertado ha. ¿ Y qué pretendes hacer?
príncipe. • PRÍNCIPE. ESCENA n.
Valerio, déjame va; Hablalle, Valerio, aquí.
No me quiebres la cabeza. , EL CONDE PRÓSPERO , con dos cria
VALERIO. dos. — Dichos.
¡Vire el cielo , qne es el Conde ¿Hasle enviado á llamar ?
Preferido á mi valor! conde. (Aparte á sus criados. )
PRÍNCIPE.
VALERIO. Mirad que estéis avisados,
No tardará de venir.
Yo sé de Celia , Señor, Y no os apartéis de mí.
VALERIO.
Que » tu valor corresponde. criado 1.°
Engañado te han los celos ¿Y qué le piensas decir?
Que de Próspero fabricas. PRÍNCIPE.
: Cuándo en ej servirte á tí
Lo que pudiere escuchar, Hemos sido descuidados?
PRÍNCIPE.
Y lo que mi celo pida. CONDE.
Tarde medicina aplicas
A quien han muerto los cielos. VALERIO. Si acaso estoy en aprieto ,
No hay remedio que me cuadre. ¿Y será, en resolución?... Haced como hidalgos.
criado 2.°
VALERIO. PRÍNCIPE. Llega ;
; Perdido estás desa suerte ? Que deje la pretensión, Que si en tu ofensa se ciega ,
Oye. 0 le quitaré la vida. No ha de haber ley ni respeto.
PRÍNCIPE. VALERIO. conde. {Al Príncipe.)
Daréle la muerte , ¡Riguroso mal!
Por vida del Rey , mi padre. De un paje he sido avisado
PRÍNCIPE. Que aquí te viniese á hablar. '
VALERIO. Terrible. príncipe.
Si el conde Próspero fuera Celia me tiene intratable. Y en este mismo lugar,
El que la Duquesa amara, VALERIO. Conde, te espero enojado.
¿A qué efecto te engañara , Enfermo estás.
ni tanto favor te hiciera? conde.
PRÍNCIPE.
Que ella está en su libertad ¿Con quién, Príncipe?
Para amar y aborrecer. Incurable. príncipe.
VALERIO. Contigo.
PRÍNCIPE.
¡Fiero dolor! Porque há dias que te hallo
¿En condición de mujer PRÍNCIPE.
Afirmas la voluntad? Muy traidor para vasallo,
Insufrible. Y fingido para amigo.
Muéstrame , porque la quiero,
Buen rostro y agradecido; VALERIO. CONDE.
Mas es el Conde querido Mucho pierdes de tu punto Mal informado te tiene
Con este amor verdadero. En pedir al Conde celos. Quien te ha dicho mal de mi;
Es discreta , y agradece PRÍNCIPE. Y eso no nace de ti ,
De un príncipe el mucho amor, Yo los tuve : pedirélos Mas del que á tu lado viene.
Estimando a mi valor , Al Conde y al mundo junto. Y ¡vive el cielo!...
Si alguna vez se le ofrece ; VALERIO.
VALERIO.
Pero dale el alma grata Ya, Conde,
Al traidor Conde en secreto , Yo le hablaré.
PRÍNCIPE. Mal me pagas desa suerte
No quiero. Disculparte y defenderte.
1 No se expresa en qué punto.
22 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
CONDE. Y es fjierza que yo lo sea. - CRIADO 2."
¡ Defenderme ! ¿ Cuándo ? ¿ Adonde? ¿No bastaba ser mi gusto , Verás , si pasas de aquí ,
PRÍNCIPE. Stn que ya la ley lo impida , ' . Que tienen puntas agudas.
Basta , no mas. Y el no quitarte la vida ,
Por el pasado disgusto? PRÍNCIPE.
CONDE.
¡Infame, vil, mal nacido. ¡Cómo! ¡Al Príncipe!
Si el lugar Traidor, cobarde, sin ley!...
Donde ahora me has traído, criado 1.°
Es donde yo te he ofendido, CONDE. Eso no,
El me puede disculpar. A no ser hijo de nn rev, Que tú propio has confesado
Digan estas altas rejas, Yo te hubiera respondido ; Que eres nuestro igual.
Estas piedras y paredes, Mas tu afrenta no es afrenta , {Llévase el Conde á sus criados.)
Si por sus quiebras ó redes Porque es la misma justicia ;
Entraron jamás mis quejas. Aunque tu mucha malicia ESCENA III.
Diga Celia si en mi vida Tirano te representa ;
Puse en ella el pensamiento, Que si tú fueras mi igual , EL PRÍNCIPE, VALERIO.
Y el mismo viento, si el viento Cuerpo á cuerpo yo te hiciera..
Vio mi esperanza perdida. PRÍNCIPE.
VALERIO.
Diga un hombre si jamás ¿Qué hicieras? Tú has dado
Hablar me ha visto con ella. CONDE.
La ocasión.
PRÍNCIPE. PRÍNCIPE.
Lo que pudiera.
Pues no lo negara ella, Pagúelo yo.
PRÍNCIPE. Envaina, Valerio amigo ;
Si fuera el tormento mas; ¿Qué pudieras?
Que quien ya se ha confesado Que algún dia aquesta espada ,
Por escrito y por papel , CONDE. i aun luego , verás manchada
Mas se precia de fiel Mucho mal. De sangre de mi enemigo.
Que quien su fe le ha negado. PRÍNCIPE. ¡ Ah, traidor, conde villano!
Próspero , yo estoy celoso Y si yo fuera tu igual , Ah mal conde!
Con razón ó sin razón ; Como yo no fuera hombre... VALERIO.
Tú tienes obligación CONDE. Aquesta afrenta
De procurar mi reposo. Muchos tienen ese nombre , Está, Señor, á tu cuenta.
Pierda yo aquesta sospecha, Y son mujeres. Muera el Conde.
O tú perderás la vida. PRÍNCIPE. PRÍNCIPE.
CONDE. ¡Hay tal! ¡Ah falsa mano!
Esa será bien perdida , Ya estoy por bajarme á ser ¡Vive Dios , que en este muro
Si á tu servicio aprovecha. Quien eres y ser tu igual , Estoy por quebrar la espada!
¿Mándasme que desde aquí No mas que por ver el mal
No la hable ni la vea? Que tú me puedes hacer. ESCENA IV.
PRÍNCIPE. CONDE.
Mas firme quiero que sea Prueba. LA DUQUESA CELIA , TEODORA.
Asegurarme de tí. PRÍNCIPE. —Dichos.
CONDE. Digo que ya soy
Pues dime tu voluntad. Tu igual , y que nó soy rey , duquesa. (Ap. 6 Teodora.)
Y que sujeto A la ley Bajo, Teodora, turbada ;
PRÍNCIPE.
Como los demás estoy. Que el sol me parece obscuro.
Conviene á mi desengaño.
Conde, que por todo un año Mira agora lo que quieres ; VALERIO.
Te ausentes de la ciudadi Respóndeme mal ó bien. La Duquesa te ha sentido.
Vete á tu tierra en buen hora; CONDE. Pues que sale de la huerta.
Que estás pobre, y será bien ¿Ya no eres rey? PRÍNCIPE.
Que dejes la corte á quien PRÍNCIPE. Como el que sueña y despierta ,
Comienza á gastar ahora. Tengo, Valerio, el sentido.
Ya has mostrado bien quien eres ; No.
CONDE. DUQUESA.
A mi padre has obligado,
Con hombres acreditado, ¿Pues quién? Príncipe, ¿qué espada es esta?
Adorado de mujeres. Qué rigor, qué cuchilladas?
PRÍNCIPE.
Descansa un año siquiera , No están á verlas mostradas
Un hombre como tú eres. Paredes de dama honesta.
Cuelga la espada dorada ,
Haz un arrimo ó cayada CONDE. No es aqueste buen indicio,
De alguna caña ligera. ¿Y dices que soy villano , Si esperaban mis paredes
Y con esto , si aprovecha Infame, vil y traidor? Con vuestras muchas mercedes
El ponerlo yo á mi cuenta , PRÍNCIPE.
Ser un eterno edificio.
Crecerá tu estado y renta , ¡ Las piedras acuchilláis !
Y que lo diré mejor
Y menguará mi sospecha. Con esta espada en la mano. PRÍNCIPE.
CONDE. CONDE. ' No es muro que sufre vedras,
Si atento á solo mi bien Pues en cuanto dices , mientes ; Y así acuchillo las piedras,
Ese consejo me dieras , —Y recibe aqueste guante. Por ver si en ellas estáis ;
Ya pudiera ser que fueras Que á mi grave pesadumbre
PRÍNCIPE. Sois de pedernal tan fiero.
Obedecido también. ¿Habrá maldad semejante?
Mas como el tiempo procuras Que aun es menester acero
Para quererme hacer daño, CRIADO 2." Para haceros saltar lumbre.
He conocido el engaño Muera. A Valerio le decia ,
Con que matas y aseguras. [Desenvainan los criados del Conde y Cuando en estas piedras daba ,
Príncipe, con justa ley Valerio. ) Que mas difícil entraba
Tienes poder para honrarme; Amor donde amor no había.
CONDE. Y como el amor me fuerza ,
Mas no para desterrarme ; ' Aparta.
Que aun ahora no eres rey. Ensayo mi libertad
CRIADO 1.° A que en vez de voluntad
Conténtate que no vea No lo intentes.
Ni hable áColia jamás. Me aproveche de la fuerza.
PRÍNCIPE. DUQUESA.
PRÍNCIPE. ¡Con las espadas desnudas
Loco j atrevido estás, Según eso , no es amor
Estáis delante de mí! El que decís que tenéis.
EL MOLINO. 25
PRÍNCIPE. PRÍNCIPE. PRÍNCIPE.
Pues ¿cómo le llamaréis? Di , ¿cuándo? Déjame.
DUQUESA. DUQUESA. DUQUESA.
Tema, locura y furor. Agora. Otras veces
príncipe. PRÍNCIPE. Que os fuésedes os rogaba.
fíien al Fuego que me quema No, por Dios. PRÍNCIPE.
Se pueden dar Ules nombres. DUQUESA.- Valerio , el caballo. . . Acaba. i
DUQUESA. Señor... DUQUESA.
Bien digo yo de los hombres PRÍNCIPE. Señor... *
Que los más quieren por lema. Señora, ( Vanse Valerio y el Principe.)
Resístese una mujer Creedme que no le vi ;
De un hombre al primero ruego, Que pudo ser quv rondase , ESCENA V.
Y cuanto procura luego Como suele , vuestra huerta ;
No es amar , sino vencer. Mas no que junto á la puerta LA DUQUESA, TEODORA.
príncipe. Donde yo he estado llegase.
Nanea por sola porfía Mi malnabeis conocido TEODORA.
De sujetaros , Duquesa , Y mis celos alterado; ¿Qué te desvaneces?
He seguido aquesta empresa , Pero una nueva me han dado Déjale ir.
Ni para llamaros mia ; De que vuestro conde es ido. DUQUESA.
Sino porque él vivo fue_ Y así, me dará lugar, Calla , necia ;
Que agora me desatina Mientras dura aquesta ausencia Que np sabes lo que pasa.
Pira serviros me inclina , Que descanse la paciencia, Hoy se abrasará mi casa,
Y me abrasa loco y ciego. Tan enseñada á callar. Y he de ser otra Lucrecia.
Este amor no fué elegido DUQUESA. TEODORA.
Como cosa accidental ; ¿El Conde es ido? Pues ¿qué temes?
Aunque ha sido tanto el mal , PRÍNCIPE. DUQUESA.
Que fuera mejor fingido. Sin duda. Mala suerte,
Yo os amo, ¡y pluguiera á Dios DUQUESA.
Que este fuego que me quema Si el cielo no me socorre.
No fuera amor, sino tema, ¿Y adónde? TEODORA.
Y que venciérades vos ! PRÍNCIPE. ¿Cómo asi?
One yo os dejara de amar , Un camino largo. DUQUESA.
Como en mi mano estuviera , DUQUESA. (Ap.) Desde esta torre
Y mas cuando alguno hubiera ¡Ay! He visto agora mi muerte.
Como ahora cu mi lugar. PRÍNCIPE. TEODORA.
• DUQUESA. El secreto os encargo. ¿Tu muerte? .
¿Alguno, Principe? DUQUESA. DUQUESA.
PRÍNCIPE. Haced cuenta que soy muda. Mi muerte, pues ;
Alguno , (Ap. Mas no lo estarán los ojos, Porque vi al Conde sin duda
Y mas que yo cuando menos ; Que hablarán, pidiendo al cielo Toda la espada desnuda
Qne aunque soy bueno entre buenos , Con lágrimas el consuelo Contra el Príncipe.
Soy para con vas ninguno. De su luz y mis enojos. ) TEODORA.
¿Y entendéis que volverá? ¿Y después?
DUQUESA. PRINCIPE.
¿Has que vos? ¿Quién es? DUQUESA.
Imposible me parece. Y después á sus criados.
PRÍNCIPE. DUQUESA.
¿Quién es? TEODORA.
Quien , próspero de favor, Buena ocasión se os ofrece ¿En qué han parado?
Puso en el cielo su amor, Para aseguraros ya. DUQUESA.
Y tiene un rey á los piés. Segura tenéis la gloria Huyeron.
DUQUESA. Que amor os dará en ausencia. ¿Qué menos mal prometieron
;,EI conde Próspero? , • PRÍNCIPE. Los celos averiguados ?
PRÍNCIPE. ¿Qué importa , si la presencia
El Conde : Está fresca en la memoria? ESCENA VI.
, Para qué os hacéis de nuevas? Pero será flaca herida
DUQUESA. La que me puede ofender ; EL CONDE. — Dichas.
No es negocio para pruebas ; e aunque prenda , sois mujer ,
Pero mi valor responde , e en ausencia presto olvida. CONDE.
Y alegará de mi parte , duquesa. , ¡Celia! Celia!
l¡ue ha de ser rayo del cielo ¿Cómo os vais? DUQUESA.
Quien , fuera de U , en el suelo PRÍNCIPE. ¡Ay Dios! ¿Quién llama?
Mi- abrase y pueda agraviarte. Vame la honra CONDE.
¡ l)oé león tan bravo y fiero ! En apartarme de vos. Un muerto que vive en verte ;
(Jué Narciso tan hermoso! .duquesa. Que si descansa en la muerte,
(Jué Principe poderoso , La misma vida desama.
0 qué galán caballero ! ¿La honra? DUQUESA.
Anda ; que es impertinencia PRÍNCIPE.
Pedirme celos de un loco. Si, vive Dios. ¡Próspero!
CONDE.
PRÍNCIPE. duquesa. ¡Celia!
Que lo esté , Celia-, tan poco ¿Luego mi casa os deshonra V DUQUESA.
Desatina la paciencia. PRÍNCIPE. ¡Mi bien!
Dime tú que fuera él ; Lo que aquí me be detenido ¿Hay atrevimiento igual?
Que si yo loco estuviera , Me puede hacer mucho daño. ¿Puede ser mayor el mal ,
fuera , si de mi tuviera Cuando la muerte me dén?
Losxelos que tengo dél. duquesa.
(Ap. Por detenerle , le engaño. CONDE.
aqui ¡Mal conde , conde atrevido ! ) Por lo que dices entiendo
ICoude? Señor. Que todo el suceso sabes ,
24 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Y es Justo que tú te alabes i Mejor será que te vayas Sea cualquier caballero.
De lo que yo estoy muñendo. Fuera del reino unos días ,
No á tierras tuyas ni mias , duquesa.
DUQUESA. ¿Eso pides?
¿Qué has hecho? Sino á las ajenas playas ;
CONDE.
Oue mi palabra te doy
CONDE.
De no ser de otro muier; Eso quiero :
No pude mas ; Y aunque no te vuelva á ver, Así yo vuelva y te vea.
Que fué cólera y honor. Haz cuenta quetuya soy. DUQUESA.
DUQUESA. Tú lo has querido, tú mismo, Esa palabra te doy
No fué sino poco amor, Tú, Conde. (Llora.) Y esta cadena.
Con que la muerte me das. CONDE. CONDE.
¿Estabas loco? ¡Gentil consuelo! Este anillo
CONDE. Agora me cubre el cielo, Te doy pues.
Sf estaba ; Cuando estoy en el abismo. DUQUESA.
Que por ti sufrir debiera Esas lágrimas ¿por dicha Con recebillo
Cualquiera cosa que hiciera , Han de aplacar este fuego? Soy tu esposa, y viuda soy.
Pues un rey no me agraviaba. DUQUESA. CONDE.
Pero nada fué bastante ; No ; que lo encenderá luego Adiós.
Que para honrados enojos , El ajre de mi desdicha. DUQUESA.
La misma luz de los ojos Mas soy, Próspero, mujer,
Se ciega, si está delante. Vete por detrás
A quien es dado llorar. Deste cercado.
DUQUESA. conde. ' • TEODORA.
Y ya que á mf me has perdido, Yo te quisiera imitar ;
¿Cómo te quiere^ perder, Adiós, Conde.
Mas nunca lo supe hacer.
Traidor, en venirme á ver, ¡Al fin mandas que me vaya , CONDE.
Habiendo un rey ofendido? Y del reino me destierras! Teodora , adiós. Voyme.
Apenas se va de aqui , Quien paz tiene y busca guerras, TEODORA.
¡ Cuando te vienes tras él ! Que bien pierda y que mal haya. ¿Adonde?
CONDE. CONDE.
DUQUESA.
Estoy mas seguro del, Este es el postrer remedio... Donde no parezca mas. (Vate.)
Aquí donde le ofendi, Y que en llegando me escribas.
Que en huirme solicito : — ¿Será posible que vivas, ESCENA VIL
Pensará en su mal deseo Tanto mar y tierra en medio?
Que nunca se vuelve el reo . LA DUQUESA, TEODORA.
Donde cometió el delito. CONDE.
Si ; que al fin me mandas ir, TEODORA.
DUQUESA.
Y quien tal puede mandar, Enternecida me dejas. •
¿A qué vienes? Podrá sin vida quedar
DUQUESA.
CONDE. Y sin el alma vivir.
A morir. ¡Ah , tiempo mudable y vario !
DUQUESA. Es en balde y necesario
DUQUESA. Mira que há un hora y mas , Formar de tu agravio quejas.
Piensa en lo que has de hacer. Que de la huerta salí. ¿Qué triste suceso ha sido
CONDE. CONDE. El que mi bien ha quitado?
¿Qué tengo yo que perder, Pues di... Pártomedetl, Siempre el mas determinado
Pues que me mandas partir? ¡ Y tanta priesa me das ! Llora mas arrepentido.
Antes el tener perdida ¿Qué es esto, Celia, qué es esto? (Vanse.)
La vida, será mejor. ¿Hay alguna novedad?
DUQUESA. Mi bien, ya es mucha crueldad.
Pierde mi vida, traidor; DUQUESA. Sala del real Palacio.
8ue la llevas con tu vida, Huye, por Dios, huye presto.
uye, escápale. ¿Qué aguardas? Temo que te hallen aquí, ESCENA VIII.
CONDE. Y te maten á mis ojos.
Sola tu vida pudiera Para que en ver tus despojos EL PRÍNCIPE, VALERIO, ARSELO,
Hacer que Próspero huyera : Me maten sin hierro á mi. GALO.
Tú eres quien me acobardas. Que, como claro se infiere
Y este verme enflaquecer, Que el hijo que no ha nacido PRÍNCIPE.
Y que este temor me asombre Muefe en el vientre escondido , En todo voy siguiendo tu consejo ;
No es temer la muerte un hombre, Si acaso la madre muere; Que este conde, Valerio, es atrevido;
Mas amar una mujer. Asi matando tu vida ,' Y asi , será mny cierto que á deshora ,
¿Dónde me mandas que huva Quedará el cuerpo deshecho Disimulado bien , venga á hablarla ,
Mientras esta furia pasa? De la que tengo en mi pecho, Donde podrá venir á nuestras manos
Y morirán de una herida. Y al pago que merece su locura.
DUQUESA. Vete con Dios ; que yo espero
¿No hay de un amigo una casa? VALERIO.
Librarle con este brazo. Dado un pregón que mandas en la corte
CONDE. CONDE. Que quien te diere preso al conde Prós-
¿Y qué mejor que la tuya? Pues dame el postrer abrazo. Ledarásotrotantocomoéltiene, [pero,
DUQUESA. DUQUESA. Titulo , hacienda , villas y lugares ;
Serás luego descubierto Toma el abrazo postrero. • Por loco se tendrá el' que no lo diere.
(Que tiene ya los criados Ditto postrero esla vez; Pero para saber si acaso escribe
El Principe sobornados) , Que después de la partida A Celia , y la Duquesa le responde ,
Y á manos de alguno muerto ; Seré tu esposa. Es bien que pongas á los muros guardas;
Y como es aquesta huerta CONDE. Y en todas las que üenes escogidas ,
Mas aldea que ciudad, Eso pida De Arselo y Galo, que presentes tienes,
Y está en esta soledad El alma , que es el juez. Puedes hacer tan justa confianza
Tan guardada y encubierta , Mira que solo te encargo Como merecen dos soldados tales,
Cuando entrases allá dentro, Que si á dicha me olvidares , Hidalgos, belicosos y valientes. *
El salir es imposible, Y otro nuevo amor tomares CALO.
Y á mi honor es convenible En este destierro largo, Por tu valor, Valerio valeroso ,
Quitar ese mal encuentro. : Como el Príncipe no sea , Que siempre á tus hechuras favoreces,
EL MOLINO. 23
Póneanos do quisiere nuestro principe ; Iréme por no enojarte. Pero si no lo estoy, estoy prendada
Quem el pesado suefio de la noche RUFINO. A peligro de fama, vida y honra.
Ni aun otras mil prolijas circunstancias Bien haces en apartarte Tu hijoloestorba, de quien soy forzada,
Divertirán un poco nuestros ánimos. Pues pretende ver cierta mi deshonra :
Agora de su presencia. Estórbale, Señor, remedio mió,
ARSELO. PRÍNCIPE. Pues la ocasión legitima me honra.
Yo creo, gran señor, del buen deseo Iréme desesperado , Yo soy hija del conde Leonadio ,
Conque en aqueste caso te servimos, Por dar gusto á tu rigor, Viejo, y enfermo de servirte en guerras,
Que ha de llegar á colmo tu esperanza. Del mundo. Al fuego indiano y al flamenco Trio.
príncipe. RUFINO. Salien aquesto conquistadas tierras
Basque esto üo yo del valor vuestro, Calla, señor; Que tienes hoy por él , y tú lo sabes ;
Y la paga de todo es á'mi cargo. Que es padre , al un , aunque airado. Aunque de tu memoria lo destierras.
(Vanse Arselo y Galo.) (Mamé el Principe y Valerio.) Amor, que nunca vino en gruesasnaves,
Con salva ni alboroto , mas secreto ,
ESCENA IX. Hasta tomar del corazón las llaves;
ESCENA XI. Como somos iguales en efeto ,
EL PRÍNCIPE, VALERIO. A mí y al conde Próspero nos puso
EL REY, RUFINO ; después, UN PAJE. I De matrimonio el yugo mas perfeto.
PRÍNCIPE. Nunca á pedirme el Duque se dispuso,
REY. De miedo que tu hijo , como agora ,
¿Qué le parece, Valerio? ¡Oh mozo mal advertido , Hiciese la maldad de que le acuso.
VALERIO. Loco, vano, mal mirado,
A todos los vicios dado , REY.
Que si esto adelante pasa ,
Será de Celia la casa A ningún bien recogido! Refrenad esas lágrimas , Señora ;
Recogido monasterio. ¿Con qué acuerdo o qué consejo Que para tan honrados ojos bastan ,
Hace á un hombre tantos daños, Pues siempre mueve la mujer que llora.
PRINCIPE. En balde perlas tan hermosas gastan ,
Pues ¿por qué no ha de pasar? Cuvo padre muchos años
Me"ha servido , mozo y viejo? Si va no piensan quees de piedra el pe-
VALERIO. Y como tal le rinden y contrastan, [cho.
(Sale un paje.) Cuanto á lo de justicia, satisfecho
Porque llevo un presupuesto,
Que al Conde hallarás muy presto, PAJE. Estoy del Conde, cierto, y de mi hijo
tuquien te puedes vengar. ¡ Señor, aqui está una dama Creo lo queencubris, y yo sospecho.
Que quiere hablarte. Id norabuena ; que el dolor prolijo
príncipe. Que agora os atormenta y apasiona,
REY.
¿Qué dices de la Duquesa? Será muv presto gloria y regocijo.
¿Quién es?
VALERIO. Yo guardaré del Conde la persona
PAJE. De la manera que la propia mia.
Que disimula tan bien
Kl querer al Conde bien , Podraslo saber después; DUQUESA.
Que creo que no le pesa. Mujer del Conde se llama.
El cielo guarde esa real corona;
PRÍNCIPE. REY. Que en esa fe, como es razón, confia
Mi padre viene. , ¿Del Conde? Aquesta hechura de un leal vasallo,
PAJE. Que
VALERIO. v te sirvió, Señor, cuando podia. (Vase.)
Sospecho Si, mi señor:
Que va tu negocio sabe. Asi 4,0 dice, y cubierta
Pide para entrar la puerta. ESCENA XIII.
PRÍNCIPE.
Queme riña ó que me alabe. REY. EL REY, RUFINO.
Yo pongo al peligro el pecho. ¿Sola?
PAJE. RUFtttO.
ESCENA X. Sola. ¡ Gentil talle!
RUFINO. REY.
EL REY', RUFINO. — Dichos. ¡Grande amor! Gentil , y de mirallo
BEY. Me pretendí guardar.
Di que entre. RUFINO.
¿Qué es esto que han pregonado , (Vase el paje.) ¡Dichoso el Conde,
Conque alborotas mi corle? RUFINO. Pues solamente tiene de gozallo !
príncipe. Pues ¿no sabrás REY.
Cuando á tu valor importe, Si lo merece? No sea No hay palmo desde aquesta tierra adon-
¿Habré por ventura errado? Alguna grosera y fea. El contrapuesto mar del occidente [de
REY. REY. La cabeza del sol baña y esconde ,
i A mi valor puede ser En gracioso extremo das. Que no haya andadoy visto variamente;
Matar á Próspero ! Parécete que mujer Pero jamás, Rufino amigo, he visto
príncipe. Del conde Próspero acaso Tan bellos ojos , boca , ceja y frente.
Escucha; Ha de ser de á cada paso? RUFINO.
Que es mucha la culpa. RUFINO. ¿Hale agradado?
REY. Yo sigo tu parecer. REY.
¿Mucha? Tanto, que resisto
; Mucha amar á una mujer ! ESCENA XTJ. A toda fuerza el daño.
PRÍNCIPE. RUFINO.
¿Quién pudo haberte informado, LA DUQUESA. — EL REY, RUFINO. Pues ¿qué aguardas?
Que tal maldad te contó? REY.
DUQUESA.
REY. Mi reino te daré, si la conquisto.
Salte allá fuera. • Aunque hava sido grande atrevimiento
príncipe. Venir, excelso Rey, á tu presencia ; RUFINO.
Mas como de mujer el sentimiento ¡Tan presto tanto amor!
Eso no, Sea parle de justicia y de clemencia ,
Mientras estás enojado. Que en tu pecho real el cielo puso , REY.
rey. Me dieron para aquesto esta licencia. Ya me acobardas,
Salle allá fuera. - Estarás espantado y aun confuso Tirano amor, en ver cómo has podido
PRÍNCIPE. De ver que una mujer, y no casada . Romper del pechoy corazón las guardas.
A semejante hazaña se dispuso ; Como arruinada torre me has batido,
Paciencia.
20 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ
Al lin la barbacana me lias panado ; De tanta fuerza v poder,
Viejo en cabello fui , mozo en sentido. No hay desierto ni poblado I CONDE.
Noen baldeeslaba el Príncipe prendado; Donde me pueda esconder. ¡ ¿Y sois vos quien me ha burlado ?
Disculpa (¡ene de su mal , Rufino, Huyendo de mi linaje , | LACRA.
Pues está tan celoso y agraviado. Sin caballo ni sin paje , 1 Sacudios el salvado ,
SUPINO. Vengo ; quiero que se queden , Y veréis quien os burló.
; En qué rajo del cielo envuelto vino Por ver si esconderme pueden CONDE.
Ese fuego de amor que ya te abrasa ? Este bosque y este traje. Si esa mano me tiró ,
REY.
Que lejos de la ciudad Salvo estoy de mi cuidado.
O fué su hechizo, ó fué mi desatino. Sé yo que me van buscando;
Y con mas seguridad lacra.
¿Si es amor un espíritu que pasa ¿En salvado os ahogáis?
Por los ojos al alma y la sujeta , Aguí viviré llorando Cochino debéis de ser.
Como por el cristal el sol traspasa? Mi muerte y mi soledad.
Todo lo altera amor y lo quieta. Desde esta orilla del rio, CONDE.
Si del bosque me desvio, Mejor diréis en placer ;
RUFINO. Mis ojos contemplarán Que el mucho que en veros dais ,
Busca remedio, quilate de entmas. Donde los tuyos están , A lodos puede exceder;
Si es hechizo el amor, ravo ó saeta, Celia hermosa . cielo mió. Que á tanto bien es estrecho
Si á tal empresa el corazón animas, Desde aquí siquiera el viento El aposento del pecho.
¿Cual ocasión, di , siendo rey, te altera? Me traerá nuevas de tí ,
LACRA.
RET. Y podrá mi pensamiento I' Sacudios el salvado.
Poco el valor de la Duquesa estimas. Ir al lugar que perdí.
Con mas fácil movimiento. CONDE.
Si el Príncipe, mi hijo, que pudiera Conviéneme estar manchado
Con gentileza y años juveniles Aquí sobre esta cayada ,
Obligarla á que al Conde aborreciera, • El alma triste y cansada De la mano que loba hecho.
Es desdichado entre personas viles, Quiere descansar, si el peso LACRA.
Un pobre viejo como yo , ¿qué presta? Del pesar en ella impreso Sacudios.
Sufriere sin ser quebrada. CONDE.
RUFINO. Sed, cayada, fuerte palma...
Ulíses era astuto , v fuerte Aquiles. Bien estoy ;
—Pero probemos los dos Que yo sé que desta suerte
Noimpidas, Rey, tu voluntad dispuesta, A tener en una calma
Y haz al Conde buscar, y dale muerte Mas desconocido voy.
Cuerpo y alma , el cuerpo vos ,
Pues está tu ventura en eso puesta. Y yo, mientras vive, el alma. LAURA.
Y en habiéndole hallado desta suerte. ¿De quién?
Teniendo preso al Conde, por libralle (Échase sobre la cayada, y se duerme.) CONDE.
Se rendirá la fortaleza fuerte. De la misma muerte ,
ESCENA XV. Pues ya de la vida soy ;
REY.
Bien dices : yo pretendohacerbuscalle; LAURA, que sale del molino tras ME- Que esta señal conocida
Que por su libertad será la mia. Es vuestra ; que es de la vida
Y al Príncipe podemos engañalle. LAMPO, tirándole salvado. — EL Que me habéis dado con veros.
CONDE, dormido. LACRA.
RUFINO. Mas señal de molineros.
De tu valor y de tu ingenio fia. < LAURA.
Aguárdame, burlador. CONDE.
REY. ¿Sóislovos?
En eso solo mi remedio dejó. ■ ELAMPO. LACRA.
Vamos; que luego que se acabe el dia, Si me alcanzas. Y aquí nacida.
*.n achaque de ver al Duque viejo, LACRA.
Cual su largo servicio merecía, CONDE.
Alcanzarte
veré de aquestos ojos el espejo. Fuera lícito á mi honor ; ¿Sois hija del dueño?
(Vatise.) Que, según leyes de amor, LACRA.
Ventaja pudiera darte; No ;
Porque venciera á Atalanta El dueño es mas ancho y largo ;
Bosque , é inmediato i él un molino. Y á la amazona que espanta , Empero soy bija yo
Pues por los trigos corría, Del que lo tiene a su cargo,
Y en las espigas ponía Y por un año arrendó.
ESCENA XIV. De una en otra la planta. El dueño es dueño de brio :
EL CONDE, vestido de labrador. (Vase Melampo.) Son del duque Leonadio
Y de Celia , la duquesa ,
Desde el bosque hasta la presa.
CONDE. ESCENA XVI.
Fortuna , jamás cansada CONDE.
De mudar la humana vida, LAURA; EL CONDE, dormido. Son del mismo dueño mió.
Que dando, no diste nada, ¡Qué buen dueño y qué divino !
Porque es tu gloria fingida LAURA. No en balde el alma me inclina
V tu firmeza prestada ; ¿Qué hace aquel labrador A seguir este camino.
¿Dónde por estos desiertos Sobre la cayada echado? LACRA.
Guias mis pasos inciertos , ¡ Hola ! ¿Qué digo , señor? A verme vuelvo la harina :
Tan cerca ya de perdidos , ¡Qué lleno está de cuidado, ¿Qué mandáis para el molino?
Que llevo por los oidos Y qué falto de color!
Ya los pensamientos muertos' Sin duda al molino vino, CONDE.
Muerto voy, porque el traidor De algún pueblo convecino, Esperad.
Que me va siguiendo es fuerte , Y yo no le he visto entrar; LACRA.
Y vivo por el temor Mas quiérale despertar. ¿Qué me queréis?
De la vida y de la muerte; Desta vez me determino. CONDE.
Que no sé cuál es mayor. (Échale un puñado de harina ó salvado. ) Que una razón me escuchéis,
La muerte no la deseo, CONDE. Pues me tirasteis salvado.
Porque no goce quien creo ¡ Que me ahogo, santo cielo! LACRA.
Que es la vida que he perdido: ¡Socorro, ayuda, favor!
«¡lavida,porquehasido Si haré , si habéis despertado
£1 peligro en que me veo. LACRA. Del cuidado que tenéis.
Mas la muerte ha de vencer- No tengáis deso recelo. CONDE.
Que según seré buscado Despertad, buen labrador. Grande yerro hubiera sido.
Bajad los ojos al suelo. Aunque una noche de enojos
• EL MOLINO. ¿7

Ha de dormir el sentido, LADRA.


¿Qué dices? ¡Pues qué! ¿Llamaste Martin?
Habiendo ya el sol salido,
(pie salió con vuestros ojos. CONDE. CONDE.
Despierto estoy , y contento Que no eres fea, El mismo nombre.
De que una noche que os cuento Y que has de hacerme un placer. LADRA.
Soñaba que me ahogaba LADRA. Y en fin,
En un mar que navegaba , ¿En qué? ¿Quieres servir?
Donde todo el agua es viento , CONDE.
CONDE.
Y que cuando desperté En decirme tu nombre.
Al favor de vuestra mano , Y tan fiel
LADRA. Como Jacob por Raquel ,
rtierto próspero tomé. Todo el nombre y sobrenombre Si no se me muda al lin.
LADRA. Se encierra en Laura no mas.
Sucho habláis de cortesano. LADRA.
CONDE. No estoy de creerte un dedo-
CONDE.
¡Firme nombre! Pero vén ; que ya de amor
Nunca en ella puse el pié. LACRA. Es mensajero este miedo.
Vuestro padre ¿tiene aqui Y quejamos CONDE.
Alguien que le sirva? Halló verdadero un hombre. De mi bfen dirás mejor,
LAURA.
CONDE. Si en este molino quedo.
Si. Yo sé que si me quisieras , ( Vate Laura. )
come El mas verdadero bailaras ;
¡Cuantos? Y porque hablemos de veras, ESCENA XVII.
LADRA. Y sepas que en almas claras
Dos mozos tenia.; Hay palabras verdaderas, EL CONDE.
Pero fuese el otro dia En lugar del que se tue ,
El uno i casarse. A tu padre serviré, ¿Hay locura mas notable?
CONDE. Y te daré el alma á tí. Permita el cielo que hable
;Ah!¿si? LADRA. En tal punto al molinero,
De los dos te doy un si Que me acoja adonde espero
LADRA. Vida y muerte saludable ;
Y por mi mal. Por galardón de tu fe.
Si á mi padre servir quieres , Que aquí la harina y vestido
CONDE. Yo haré que te dé el partido Sé yo que me han de tener
¿De qué suerte? Que tú mismo le pidieres. De tal manera escondido.
LADRA. CONDE.
Que pueda hablar y ver
A los que me han perseguido.
Porque por dalle mi vida , Ese perdón , ó otro pido. A Celia veré también .
Gustó de darme la muerte. LADRA. Cuando las cosas estén
El mas firme amor se olvida ; En punto menos mortal ;
No hay cosa en el mundo fuerte. ¿Burlas?
CONDE. Que sin ella todo es mal,
CONDE. ¡Bueno! Y con ella todo es bien.
¿Pensastes casar con él? LADRA.
LADRA. ¿De adonde eres? ■
Pensélo.
CONDE.
CONDE.
De aqui soy , de Belmirar ;
ACTO SEGUNDO.
¡Ay suerte cruel! Aunque ya solo soy tuyo.
Moza ha habido en mi lugar LAURA. Portal del molino.
Con quien me pensé casar. Conozco bien el lugar.
LADRA.
CONDE.
ESCENA PRIMERA.
No hay esperanza fiel. Conocerán lo que es suyo
Pues ¿quedó por ella? MELAMPO, TAMIRO.
Los que me quieren matar.
CONDE.
LADRA. TAMIRO.
No, ¿Quién te busca? ¿Que es posible que ha llegado
Sino qne otro mayoral A Unto extremo con él?
Mas neo me la quitó. CONDE.

LADRA.
Esos tus ojos MELAMPO.

¿Y ese llamáis mucho mal , Me buscan el corazón , Digo que pierde por él
Si á pura fuerza os dejó? Y conozco que es razón ; El sentido, enamorado.
Que los que me dan enojos ,
¡ Ay de quien sufre sin ella '. Señora , tus ojos son.
TAMIRO.

CONDE. ¿Tan presto puso en olvido


LADRA. Lo que me quiso?
Por Dios , mol inera bella , Digo que me mueve á risa.
Que yo no le Horaria. MELAMPO.

LADRA.
CONDE. Es mujer:
Va no estoy como solía : Huyo de dalle ocasión Sabe amar y aborrecer.
Como eso él tiempo atrepella. A quien anda en mi pesquisa , TAMIRO.
Ya me alegro , taño y canto ; Porque ya el alma me avisa Bastante causa ha tenido ;
Ya no lloro, ni estoy triste, Que me miran á traición. Que en efecto á su pesar
Ni de memorias me espanto ; LAURA. ConDalisamecasé,
Que mal el daño resiste ¿Hablas conmigo? Y aquesta ocasión le fue
La pora fuerza del llanto. CONDE. Para poderme olvidar.
¿No me vistes cual retozo ¿Pues no? Ella amó desesperada :
Con el uno y otro mozo , No debo ponelle culpa.
LAURA.
Tirándoles el salvado? MELAMPO.
Aunque lo busco prestado , Ahora bien , quiero llevarte.
Doy muestras de risa y gozo. ¿Cómo te llamas? Bien le basta la disculpa
CONDE.
De ser por otro olvidada.
CONDE. (Ap).
¿Quién? ¿Yo? Mas conmigo no la tiene ;
Mucho sabe una mujer, Mas con tu ausencia debía
Por mas villana que sea , Del martes tengo harta parte , Agradecer la fe mia,
En materia de querer. Que sus desdichas me dio.

•'•7/»
28 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Y no á quien se la mantiene ; leridano. (Saliendo.) ESCENA IV.
Que dos años la he querido ,
Aborrecido por ti ; ¡ Oh galán ! EL CONDE , que tale y ve abrazados á
Vengáis muy enhorabuena.
Y era bien quererme á mi, LAURA y TAMIRO ; LERIDANO, ME
Y no á un hombre de hoy venido. TAMIRO.
LAMPO.
Pero al tin tu ingratitud, ¡ Oh nuesamo !
Teniéndola mas ahora, LERIDANO. CONDE.
Ha venido á que le adora Con gran pena ¡ Eso sí ! ¡ Bendígaos Dios !
A costa de mi salud. Todos los de casa están ; Dadle la recien venida.
TAMIRO. Que há un mes que de ti no saben. MELAMPO.
¿Cuánto lia que está en el molino? Al ün , como hombre casado, Quien bien ama, tarde olvida.
MELANPO.
Tus amos has olvidado : CONDE.
Poco mas habrá pasado De agradecido te alaben.— Bien se dirá por los dos.
De un dia que en casa ha entrado, ¿Cómo te va con tu esposa? TAMIRO.
Y á darme la muerte vino. TAMIRO. ¿Es este acaso Martin ,
TAMIRO. Bien, nuesamo, á su servicio. El mozo nuevo?
¿Cómo se llama? LERIDANO.
CONDE.

MELAMPO. ¿Es el holgar buen oficio? , Yo soy.


Martin. TAMIRO.
TAMIRO.

TAMIRO.
Aficionado os estoy.
¿De dónde es? Un mes es cosa forzosa. CONDE.
Y no me olvido de vos ; Soy velloso comoespin.
MELAMPO.
Que un costal os he traído
De lielmirar. De aceituna... TAMIRO.
TAMIRO.
¡Buen tal lazo!
LERIDANO.
¿Buen talle? CONDE.
MELAMPO.
¿Hasla cogido? Razonable.
El que basta á dar TAMIRO. Bien levanto un buen costal.
A mi vida amargo fin; Es del dote. ¿Queréis tirarme un real
El que pudiera dar celos , LERIDANO. O alguno que por vos hable?
No digo entre labradores, ¡Bien, par Dios! Dos pies os doy de ventaja
Pero entre aquellos señores Con barra ó piedra.
TAMIRO.
Que compiten con los cielos. TAMIRO.
Debajo de aquel saval, Y otro de buena bellota.
No bá un mes
Es un hombre tan fiien hecho, LERIDANO. Que á vos os diera yo tres ;
Que algunas veces sospecho Buena tu ventura sea. Ya no levanto una paja.
Que es persona principal. Haz porque Laura te vea CONDE.
Buen rostro , gran cortesía , Con sombrero y marquesota. ¿Tanto os heis debilitado
Gran músico de vihuela... En un mes de casamiento?
MELAMPO.
Ces danzar ! como en escuela...
o para envidia mia. Ya sale : no hay que aguardar. TAMIRO.

Tira la barra una legua, Menos valiente me siento ;


Que no hay señal que no borre, Que muda el tomar estado.
ESCENA III.
Y si alguna yegua corre , LERIDANO.
Parece viento la yegua. LAURA.— Dichos. Ahora bien, Martin , dejemos
Tiene fuerza como un toro , Las pláticas excusadas.
Ligereza como cabra , TAMIRO.
Las sacas ¿están cargadas?
Y gracia , que no hay palabra Laura mia ! CONDE.
Que no parezca de oro. LADRA. Seis en tres machos tenemos.
Cuando aquesto considero, ¿Para quién decís que son?
Yo propio á Laura disculpo. Tente afuera.
LERIDANO.
LERIDANO.
TAMIRO. Para Celia , la duquesa.
Si él es tal, yo no la culpo; De verte galán se altera.
CONDE.
Que hombre soy , y bien le quiero ; TAMIRO.
Y si por sola la fama De ir á la corte me pesa
¿No me quieres abrazar? En esta buena ocasión. —
Se deja de hombres querer,
Yo disculpo á la mujer LAURA. ¿Y tengo mas que hacer
Que por sus obras le ama. ¿Yo abrazar hombres casados? Que ponellas en su casa ?
Ten, Melampo, sufrimiento, LERIDANO.
LERIDANO.
Pues te deja por quien vale No mas. Hijos , ya se pasa
Mas que tú. Ea, muchacha... Hora y tiempo de comer.
MELAMPO. TAMIRO. Melampo , corre á decir
No hay mal que iguale ¡Qué! ¿No estoy Que tengan la mesa puesta.
A mi envidioso tormento. Mas seguro , pues lo soy ? MELAMPO.
Consuelo pudiera ser Olvida enojos pasados ; Haced á Tamiro fiesta.
Que por otro me dejara , Que con llaneza te quiero, LERIDANO.
Donde mas partes hallara Y dos cantarillas llenas Nunca dejéis de gruñir.
Y mas dignas de querer, De arrope y de berengenas
oí la envidia no me hiciera Te traigo , y un queso entero. (Vate Melampo.)
Tanta guerra en el sentido. Vamos, Tamiro ; que quiero
LADRA.
Hablarte despacio.
Al fin , ¿que te he de abrazar? TAMIRO.
ESCENA II. ¡ Ay ! mala rabia te dé. Vamos.
LERIDANO.— Dichos. TAMIRO. (yame Leridano y Tamiro.)
Abrázame ; que yo sé
leridano. (Dentro.) Cuándo te pude apretar. ESCENA V.
¿Que ya Tamiro es venido,? (Abrázanse.)
TAMIRO.
EL CONDE, LAURA.
Leridano es este : espera , LAURA.
No te vayas.
¿Qué tenemos? ¿Cómo estamos?
EL MOLINO.
CONDE. I ¿Quién duda que me acontezca Haz , si mi bien me deseas ,
Voymc. ' Otra mavor desventura? De suerte que no la veas.
LAURA. ¿Quién duda que me suceda CONDE.
Espera. Ifi que temo y adevino , (Ap. ¡No me faltaba otra cosa ! )
CONDE. Pues ya tiene en mi molino Voyme ; que están ya cargados
Desespero. Fortuna puesta su rueda? Los tres machos y el rocín.
Cásate, ingrato, en buen hora ; LACRA.
LUIRA. Que aunque es malo para mi ,
Vuelve, Martin , esos ojos, Ya de una vez aprendí Pues ñola mires, Martin ;
Que son la luz de los mios. • Lo que he de llorar agora. Lleva los ojos vendados.
Ya viuda de dos maridos t CONDE.
Mejor dijeras dos rios, Soy, primero que casada. Bien ciegos de harina van.
Que baD de llorar mis enojos. CONDE. Aunque todo es menester ;
LAURA. (Ap. ¡ Oh molinera pesada Que no me han de conocer
Ciertos
Sin cansa te has enojado. Para moler los sentidos!
Si ya me dejases ir ¿Qué tehombres
traeré? que alli•están.—
CONDE. A ver á Celia , mi bien... LAURA.
Dios sabe la que he tenido , Pero cese mi desden En duda estoy.
Pues á un hombre que has querido, Porque me deje partir. ) Tráeme un polido botin.
Entre tus brazos he hallado. , Ea , Laura , no haya mas ; CONDE.
Ya Tengo á experimentar, i No llores , cesen enojos , Adiós, Laura.
Aunque es con tan caro aviso, ¡ No falte el sol en tus ojos , LACRA.
Que lo que un tiempo se quiso, Con cuya luz me la das. Adiós, Martin.
Tarde se viene á olvidar. Mira que estoy de partida :
LAURA. No te quedes enojada. CONDE. (Ap.)
Deja, mi bien , de quejarte Mi Celia , que á verte voy !
LAURA, (Vanse.)
Bese fingido favor ; Mi bien , en lo que te agrada
Que solo ha sido su amor Está mi muerte ó mi vida.
Ensayo para adorarte. No me digas mas de un hombre
¿Piensas tú que le abracé De quien la muerte deseo ; Vista exterior de la quinta de la Duquesa.
De mi propia voluntad ? Que huvo desque lo veo ,
CONDE. Y blasfemo de su nombre. ESCENA VI.
¿Quién forzó tu voluntad? Como no muele el molino
LAURA. Con el agua que pasó , EL PRÍNCIPE , VALERIO.
Mi padre. Asi el amor que olvidó
CONDE. No vuelve al mismo camino. ' PRINCIPE.
¿Tn padre fué? Tuya soy : ya soy roas diestra , El Conde, en fin , Valerio, no parece,
Pues amé á'quien olvidase, Y este es de todos el mayor engaño,
LAURA. Para que cuando te amase, Pues la ocasionyel tiempo me le ofrece,
¿No ves que me lo mandó? Fuese en amarte maestra. Para alivio y remedio de mi daño.
CONDE. CONDE. VALERIO.
Tú pudieras excusallo. Mi Laura, todo lo creo. Puesto que amor las almas enloquece,
Al fin, quisiste abrazallo ; Véte, porque estoy de prisa. Y tiene con la muerte desengaño ,
No importa , pagúelo yo. Pues ya de mi fe te avisa Es entre gente sabia preferida
Siempre queréis las mujeres La fuerza de mi deseo , A sus mayores gustos honra y%ida.
A quien os deja y desprecia. Dime, ¿qué te he de traer Es Próspero discreto, como sabes ,
LAURA. De la corte? Ycréemequeha puestoen salvoel pecho,
No soy tan blanda , aunque necia. LAURA. Por tierra en postas , v por agua en naves
CONDE. ¿Que te vas? Y es buscaile intentallo sin provecho ;
Yo sé bien , Laura , quién eres ; CONDE. Y asi es mejor que con industria acabes
Que sin duda que te asió Bien ves que no puedo mas , Lo que np pueden fuerzas ni derecho,
Con montera y sayo nuevo. Y que luego he de volver. Y en ver que has admitido mi consejo,
Voy á llevar esta harina Tejuzgo en pocos años cuerdo y viejo.
LAURA. A casa de la Duquesa. Venga el Conde fingido , y por la puerta
:Por esas cosas me muevo ! LAURA. De Celia pase con sus guardas preso ;
bebo de ser niña yo. Que si aquesta prisión tiene por cierta ,
Mas me agrada tu capote Nunca de mandarte cesa No hay duda que de pena pierda el seso.
Lleno de harina y salvado Mi padre. Y como á veces el rigor concierta
Que su sayo agironado CONDE. Lo mas dificultoso de un suceso ,
De damasco y chamelote. Bien adevina , Finge matarle ; que si bien le quiere,
Pégame toda esa harina Si de mi servicio piensa Por velle libre hará cuanto pudiere.
En aqueste pecho y brazos. Que has de ser el galardón. Y por ventura (que es mujer) podría
Mi alma , con dos abrazos. LAURA. (Viéndolemuerto, pues creerá su muer-
CONDE. Hame dado el corazón Trocar por esperanza tan baldía [te)
Gracia tienes peregrina. Que te vas para mi ofensa. La posesión de amarle y de quererte.
(Abrázame.) CONDE. PRÍNCIPE.
{Ap. ¡Ah Celia! si aquesto vieras, ¿Cómo? ¡Bien hava aquel que sus secretos fia
¡ A qué risa te incitara ! ) LACRA. Del hombre sabio, pues acerba suerte
LAURA. Que alguna mujer Y estrella rigurosa mudar sabe [be !
Te lleva con tanta prisa. Con la experiencia y cienciacme en él ca-
1Ann no me vuelves la cara? ¿Es tiempo ya que aquel balcón de en-
¿Luego enojaste de veras? Fteciba luz con sus divinos ojos, [frente
CONDE. Bien el corazón te avisa Como las rojas luces del oriente,
Estoy muy sucio y trocado ; Que la voy, mi vida, á ver ; Del claro sol con sus cabellos rojos?
Otro dia me verás Que la Duquesa me llama , VALERIO.
Mas limpio , y me abrazarás, A quien esta harina llevo.
Si acaso vengo enfadado. LAURA. Paréceme que sí.
LAURA. ¿Y qué milagro tan nuevo , PRÍNCIPE.
Según yo tengo ventura Martin , que el alma te mueva? Llama esta gente
Dicenme que es muy hermosa: Con el Conde fingido y sus despojos ,
En amar quien me aborrezca ,
ro COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que sus pasos y estrépitos feroces Porser quien soy.envueslrohonradope- ESCENA XI.
A la puerta de Celia darán voces. VALERIO. [Cho.
VALERIO. Que me place, Señora. LA DUQUESA, TEODORA.
Ya vienen, comomandas; porque al pun- DUQUESA.
Los tuve, gran Señor, apercebidos. [to DUQUESA.
Pues ya salgo. Si no me fuera forzoso
PRÍNCIPE.
(Quitante de la ventana la Duquesa y Disimular mi tormento.
Pues pase cada cual al Conde junto , Teodora.) Hiciera mi pensamiento
Los cubos de las mechas encendidos. Algún electo furioso ,
VALERIO.
VALERIO.
Basta ; que tiene el corazón estrecho. Y fuera que ton mis manos
Verás del conde Próspero un trasunto , A hablarme baja , y de su pena infiero A aqueste vil mensajero
Y los soldados todos prevenidos , Que piensa que es el Conde verdadero. Diera la muerte primero,
No menos que de hoy entre dos luces , Y después á los Uranos ;
De picas y alabardas y arcabuces. ESCENA X. Que con una espada sola
Y la furia de mi pecho
ESCENA VII. LA DUQUESA y TEODORA , que salen Hiciera, Teodora, un hecho
de la quinta. —VALERIO. De verdadera española ;
Soldados, con m iiohbre embozado.— 8ue corazón tengo yo
Dichos. duquesa. (A Teodora.) on que el preso les quitara ,
¿Valerio dices que fué? Aunque el mundo lo estorbara ,
ex soldado. Y esto por...
TEODORA. TEODORA. •
Pase adelante el escuadrón formado,
Y téngase gran cuenta con el preso. Valerio me pareció. Aquesono: •
PRÍNCIPE.
VALERIO. No te lleve la locura
Hase hecho muy bien. Valerio amado , Ese fui, Señora; yo, Dése amor desesperado,
Quédate á ver el fin deste suceso. Y el que en la reja os hablé ; A que tanto bien guardado
¿Dónde está mi caballo? Y pues creo que estimáis Se pierda por desventura.
Al Principe mi señor, ¿No te acuerdas que en palacio,
VALERIO. Tanto ¡/orque os tiene amor, Y aun aquí, viniendo á verle,
Queda atado Como porque vos le amáis , Dijo el Rey que poseerte
En una encina de este bosque espeso. Y que os habéis de holgar El Conde con muchoespacio
(Vase el Principe.) De lo que gusto recibe, Tenia?
EL SOLDADO. Nuevas os doy que ya vive DUQUESA.
A la puerta de Celia nos paremos ; Con placer y sin i>esar. Dices muy bien:
Que es orden que del Principe traemos. DUQUESA. Excusado es el temor.
(Páranse con el preso.) ¿De qué suferte? El Rey me ha cobrado amor,
Y aun me desea también :
VALERIO.
ESCENA VIII. Yo sé que reino en su pecho,
Ese que veis Y que el Conde está seguro.
LA DUQUESA y TEODORA , que salen Llevar al justo castigo
á una ventana de la quinta.— Solda Es el Conde, su enemigo,
Cuyo delito sabéis. ESCENA XII.
dos, el embozado Y VALERIO, delan Ese es aquel conde falso ,
te de la quinta. Que os parece verdadero , EL CONDE ; y deteniéndolo, ARSELO
A quien presto ver espero y GALO.—Dichas.
, TEODORA. En un alto cadahalso.
Llega, Señora, llega por tu vida: Ese es aquel embaidor. CONDE.
Verás un escuadrón de gente armada. Que en la corte se alababa Déjeme entrar ; que yo juro
DUQUESA.
De que os hablaba y trataba Que en casa soy de provecho.
Ya vengo, del temor descolorida , Con mas palabras que amor. DUQUESA.
Y sobre el corazón la sangre helada. | Ese es aquel que muriendo ¿Qué es aquesto?
Dará vida á vuestra
¿Qué gente es esta, de crueldad vestida* Por cuya lengua y deshonrahonra,
ARSELO.
TEODORA. Murió, Señora , viviendo. Este villano,
L'n preso llevan. De quien veis que le atropella Que se burla con nosotros.
DUQUESA. Fué preso en la propia raya , DUQUESA.
i AJ> Teodora amada ! Atado el caballo á un haya, ¿Y sois las guardas vosotros
¿Si es el Conde? Y él durmiendo al tronco della ; Dése principe tirano?
TEODORA.
Y un pedreñal y una espada
Le quitaron que traia , ARSELO.
¿Qué dices? Con que dispierto podía Los dos somos sus criados.
DUQUESA. Defenderse poco ó nada ; DUQUESA.
Que sospecho Que es en extremo cobarde ; Pues ¿qué tenéis que mirar?
Ríen cierto que es el Conde. Y asi viene como veis ,
EL SOLDADO. Donde vivir le veréis GALO.

Bien se ha hecho. Hasta mañana la tarde. Los que aquí quieren entrar
( Voímc los soldados y el preso.) Ved si otra cosa mandáis ; Públicos y arrebozados.
Que en este bosque he dejado DUQUESA.
Al Príncipe, descuidado
ESCENA IX. De lo que escuchando estáis , Eso yo no lo sabia
Hasta que hoy me lo dijeron
LA DUQUESA v TEODORA , en ¡a ven Y voy a pedille albricias Los que probaron y vieron
tana; VALERIO, delante de la quinta. Del buen suceso. Vuestra grande alevosía ;
DUQUESA. Que á saberlo, yo hiciera
DUQUESA. Es razón , Que los dos fuérades guardas,
i Ah señor caballero! Y que sea el galardón Con las picas y alabardas,
VALERIO. Mayor que tú lo codicias. De alguna infame ramera.
Vé, Valerio , en htra buena : Volved á quien os envia ; ■
¿Soy en algo El cielo aumente tu bien. Que os haré cortar las piernas.
A vuestra señoría de provecho?
VALERIO.
duquesa. CONDE.
Los cielos , Celia , te den
Que me esperéis os ruego, si algo valgo, Mas gloria que al Conde pena. ( Vase.) Tú, Señora, ¿no gobiernas
Esta casa?
EL MOLINO. 31
DUQUESA. I DUQUESA. CONDE.
Si ; que es mia. . Si no lo fuera , No tengáis tanto , por Dios :
CONDE.
Fuera burla mi pasión. Pues está hablando con vos
Ahora le llevan preso El Conde.
¿Cómo á cualquiera que viene, . Un escuadrón de soldados. DUQUESA.
Con tanta curiosidad, ¿El Conde?
Como á puerta de ciudad , CONDE.
Le examinan lo que tiene , O van todos engañados, CONDE.
Que las manos me han metido O tengo perdido el seso. Sí.
En las alforjas y el pecho? DUQUESA. DUQUESA.
£1 Príncipe ¿qué te ba hecho Yo le vi roq estos ojos , Quedo,
Mientras que no es tu marido? Y le he llorado con ellos. Próspero, no te alborotes.
DUQUESA. CONDE. ¿Eres tú?
No dice mal el villano. No les deis, pues son tan bellos, CONDE.

ARSELO. Por tan poca causa enojos *, Yo soy, mi bien.


Dele haber examinado Que el Conde es buen caballero. Paso : mira que no estén
El miente; que no ba llegado Y sabrá volver por si. Los neblis sin capirotes.
A su topa nuestra mano. DUQUESA.
DUQUESA.
Y pues sabes la intención Estando preso , ¡ ay de mi ! Si yo no te abrazo y toco,
Con que esta puerta guardamos , De su salud desespero ; No he de creer que tú eres.
Ño te espantes que tengamos Y si cual tigre no he sido 1 CONDE.
Con todos cuenta y razón ; En saliendo de su cueva , I Abrázame, no te alteres.
Qneel Príncipe no pretende Cuandoel cazador le lleva i ¿Qué temes?
Enojarte, mas honrarte, Ej hijo recien nacido, DUQUESA.
Bascando en aquesta parte Es que el Rey y mi afición Espera un poco.
Quien te deshonra y ofende, Me han dado palabra y fe
One es el Conde ; que podría Que á Próspero gozaré ,
CONDE.
Con este mismo villano Aunque viviese en prisión. ¿Qué tienes?
Escribirte de su mano. DUQUESA.
CONDE. Fuite á abrazar,
CONDE.
El os debe de pagar Y dióme imaginación
Mejor diréis de la mia. Ese amor y justo oficio ,
En eso debe de estar. Que no eres tú.
Y del vuestro es gran indicio CONDE.
DUQUESA. Poneros conmigo á hablar; ¿Qué razón ,
Si eso andáis por inquirir, Que al fin, por tratar del Conde, Mi bien , te obliga á dudar*
Desde luego os podréis ir ; Me habéis tratado en expreso
Que no tenéis que buscar. De que le han llevado preso DUQUESA.

GALO.
Y que una cárcel lo esconde ; ¿Es tu rostro ese que veo?
¿Cómo asi? Y' no despreciáis mi traje, CONDE.
DUQUESA. Lleno de harina y pobceza. Aunque con máscara vengo
Porque no há una hora DUQUESA. De la harina que tengo,
Que ha pasado |>or aquí Tratar del Conde es riqueza , Próspero soy. . <
Preso. Para mi , de gran linaje. DUQUESA.
CONDE. CONDE. Yo lo creo :
¿Preso? Mi alma se determina
¿Es acaso vuestro esposo. A darle dos mil abrazos.
DUQUESA.
Que habláis como su mujer?
Yole vi. CONDE.
DUQUESA.
CONDE. No aprietes tanto los brazos ;
Eslo el Conde, y lo ha de ser , Que te pegarás la harina.
¿ El Conde preso , Señora? A pesar de un envidioso. DUQUESA.
ARSELO.
CONDE. ¿Qué traes, que no te aprieto,
Vamos de aquí, ¿qué aguardamos? ¿Quiénes?
A pedir albricias desto. Por mucho que lo procuro?
DUQUESA.
CONDE.
CALO. El Principe, y tiene
Dichoso el que se le ha puesto Envidia del Conde , y grande , Traigo va el pecho mas duro;
En las manos vivo. De ver que el Conde me mande , Que esta cubierto de un pelo.
Y que él á servirme viene. DUQUESA.
ARSELO.
Vamos. CONDE.
Bien has hecho. Pero dime,
¿Quién es el que va en prisión?
(Varue Anelo g Galo.) ¿Queréis que le mate yo ,
Que tengo en casa guardada CONDE.
De vuestro conde una espada? Engaños , Señora , son
ESCENA XIII. De ese rey que nadie estima,
DUQUESA.
Que por darte pesadumbre
ÉL CONDE, LA DUQUESA, TEODORA. ¡ ¿Quién ó cómo le la dio? Ha trazado aqueste enredo.
CONDE. DUQUESA.
CONDE.
i Estando yo en mi molino, ¿Adonde estás?
¿Dijístelo por burlarte Pasó huyendo á pié y cansado ;
fcso de ser preso el Conde? Que el caballo había dejado CONDE.
¿Conocistelo? ! Medio muerto en el camino. Donde puedo
DUQUESA.
Y por un vestido asi , Ver desde lejos tu lumbre.
Sí. Espada y capa me dio , Cual olro Leandro, estoy
CONDE. Y aquella noche durmió Desde el suelo contemplando
Conmigo. La torre que está alumbrando
¿Dónde? El sol, cuva cera soy.
DUQUESA.
DUQUESA. Por estar én lo que es luyo,
iR-sia casa y de otra parte. ¿Contigo? Que al fin estoy en sagrado,
CONDE.
CONDE. Tu molino me na guardado ;
Porque le tengo afición , Si. Que soy molinero suyo.
Me di si fué verdadera DUQUESA. El que le arrienda me tiene
Su prisión. Grande es el dolor del miedo. Por su mozo en este traje.
32 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DUQUESA. TEODORA. PRÍNCIPE.
¡ Que á tanto el amor te abaje ! ¡ Ay de mí, Señor, que viene . Temo , Valerio... {Ap. á él.)
CONDE. El Príncipe!
valerio. {Ap. al Principe.)
¿No es buena industria? CONDE.
Porfía.
DUQUESA. Ya no tiene PRÍNCIPE.
Solene. Otro remedio, Señora.
Mas no me conocerá , Ea , dame aquesos brazos.
¿Cómo, mi bien , has sufrido
Trabajo tan ordinario? Pues vos no me conocí stes. {Sale ei Conde , y púnese en medio.)
CONDE.
CONDE.
Poderoso fué el contrario ; ESCENA XIV. Nunca faltan embarazos.
Pero el amor le ha vencido. ¿Qué digo? ¡ Ah , Señora mia !
Y es molinero el amor ; EL PRINCIPE , VALERIO.— Dichos. PRÍNCIPE.
Que también dentro del pecho ¿Quién es este?
Un molino tiene hecho PRINCIPE. DUQUESA.
Para moler mi dolor. Alegre mis ojos tristes Un molinero
La piedra del pensamiento El sol que me alumbra ya. De casa.— ¿Qué quieres? di.
Con el agua de mis ojos, No os alteréis , Celia hermosa ,
Moliendo trigo de enojos, PRÍNCIPE.
Puesto que me aborrezcáis. ¿Qué puede quererte á ti ? ■
Hace harina de tormento. TEODORA.
De aquesta se cuece el pan CONDE.
Del dolor que me sustenta ; ¡Ah, molinero! ¿No os vais?
¿Fáltaos algo? Mas que vos pretendo y quiero.
Que cuando mas me alimenta ,
CONDE. VALERIO.
Es cuando menos me dan.
Y ofreciéndose ocasión , Cierta cosa. ¡Qué rústico es el villano!
Vine a verte , y me atreví ; TEODORA. CONDE.
Porque estaba ya , sin lí , Pues despachadla , y partios. Cuando en el macho subia ,
Sin fuerzas el corazón. Me vino á la fantasía
Un mes ha que no te veo ; ( \ase el Conde, y vuelve para escu Mi amo.
Y los dias que ha durado. char desde la puerta.) DUQUESA.
Treinta mil años ha estado PRÍNCIPE. ¿Quién?
En un infierno el deseo. Guerra piden vuestros ojos; CONDE.
Pero al fin , con la esperanza Pues me miran con enojos ,
De verte, Señora , aquí , Habrán de llorar los míos. Leridano ,
Y el estar cerca de tí, ¿Por ventura es la ocasión Que me mandó que os dijese
Puse á mi dolor templanza. La prisión del Conde? Lo que denantes no pude,
¿Has sentido mis trabajos? Porque el molino no mude
DUQUESA. Si acaso el rio creciese ;
DUQUESA. Y tanto, Y es que mandéis reformar
Cuando es tan justo el tormento, Que si no me acaba el llanto, La presa, que el agua bate ;
Morir presto el sentimiento "Piedra he vuelto el corazón. Que el rio al primer combate
Es de pensamientos bajos. PRÍNCIPE. Se la ha querido llevar.
Helos llorado y sentido ; Pues preso , ¿qué honor os quita? Esté mas firme , y no sea
Pero ya ligeros son , Causa que pierda el molino,
Pues que tu ausencia y prisión DUQUESA. '
Porque al segundo camino
Ha sido todo fingido. Ver lo que el mundo dirá. ' • Mas firme que antes la vea.
Mas di , ¿qué tengo de hacer? príncipe. {Ap.) Y dice que le escribáis
¿Iréme contigo agora? ¿Que así engañándome está? Las hanegas y la cuenta
CONDE. A mas cólera me incita. Del trigo que acá se asienta ,
No por (}i vida, Señora ; talerio. {Ap. al Príncipe.) Porque respuesta tengáis ;
Que sera echarme á perder. Di que le quieres matar. Que él escribirá también
Lo que le deben, allá.
DUQUESA. príncipe. DUQUESA.
Pues ¿qué haré? Ya, Celia, acierte ó no acierte, El mayordomo ¿no está
CONDE. Al Conde daré la muerte. Donde esas cuentas le den?
Disimular, DUQUESA. ¿Cómo me vienen , Teodora ,
Y creer que soy el preso ; Y yo la sabré vengar. Con esas cuentas á mi?
Pues consiste solo en eso TEODORA.
PRÍNCIPE.
Venirte yo á ver y hablar ;
Y aun seria buen engaño Mejor podrás eslorballa Este villano es así :
Que al Rey fueses muy sentida, Con solo hacer mi gusto. ¿No le conoces, Señora?
Para pediile mi vida , valerio. {Ap. al Principe.) DUQUESA.
Libre de peligro v daño ; Llega , y quítale el disgusto. Hermano , pues que asi es
Que asi se descuidarán , Sola está ; intenta abrazada. Que ya en mi casa no hay gente
Y yo mil veces vendré Que os entienda y os contente,
Donde esos cielos veré. PRÍNCIPE.
Y es la cabeza los pies ,
Que tinta gloria me dan. Bien sé, mi vida , que estáis Yo, que al fin os he entendido,
DUQUESA.
Muy enojada conmigo, La respuesta á cargo tomo,
Porque yo soy enemigo Haciendo de mayprdomo
Es de un ingenio discreto, De un hombre á quien adoráis.
Mi Próspero , la invención : El oficio no entendido.
Pero dadme aquestos brazos ; Y así, digo que digáis
Y'o lloraré lu prisión, Que si me hacéis este bien ,
Y la reiré de secreto. A vuestro amo y mi casero,
Yo haré que libre os le den Que lo que él quisiere quiero,
Iré al Rey, como me advienes, Donde le deis mil abrazos.
A pedir tu libertad , Como vos me lo mandáis ;
Y diré por la ciudad... DUQUESA. Y que no tenga temor
Que el rio la presa lleve,
{El Conde se suspende como que oye Príncipe, ¿qué atrevimiento Por mas que á romperla pruebe
ruido.) Es este? Suelta.
Su creciente y su rigor ;
VALERIO. Que tiene buenos cimientos
¿Qué escuchas? Qué te diviertes?
No quieras ; En la fe de quien la hizo ;
CONDE. Que las mujeres mas fieras
¿Qué ruido es este, Teodora? Y que no sea espantadizo
Tienen tierno el sentimiento. De solo sus pensamientos.
EL MOLINO. 33
Duerma en su cama , seguro Y tener por pasar la dulce gloria, [do; DUQUESA.
Que la presa lo estará ; Que es infiernoyaen mi, habiendo pasa- NoenBaldevuestro nombre es peregrino
Que no es vid que se caerá Que es gloria ver a Celia , y es inlierno De polo á polo , y vuestra cortesía
Marchita de roble duro ; Apartarme tan presto de su vista. Digna de un pecho de adoraros diño.
Que yo por liadora salgo. ¡Cuan pocofué, Rufinoamigo, el tiempo ¿A quién mejor el templo convenía
Andad con Dios , labrador , Que estuve contemplando su belleza ! Queáunreyque,demillaurosadornado,
Y mirad que ese temor RUFINO. Busca la paz, y guerra aborrecía?
Es mas villano que hidalgo. El tiempo que tuviste no fué poco ; Preso como ladrón , y maltratado
En lo que toca á la cuenta , Harto lugar tuviste de miralla , El Conde, mi marido, en el castillo
Cada din escribirá, Y aun de poder decir tu pensamiento. Con guardastieneelPrincipe encerrado.
Si hay buena memoria allá, Y es lo peor que su cruel cuchillo
REY.
Y lo (¡ue recibe asienta. Ya dicen que amenaza su garganta :
Y con esto , andad con Dios. Si no estuviera allí el Duque, su padre ; A vos le pido , Rey , á vos me humillo.
Aunque en presencia de su padre el Du-
CONDE.
No pude tanto detener los ojos , [que RET- [brama,
Vivas mil años , Señora , Que no hablase y diese larga cuenta Las piedras , cuanto mas hombres , que-
Con quien te habla y mira ahora. ( Yasc.) De k> que dentro el pecho aposentaba ; Duquesa,vuestrollanto,ymueveápena;
Que los ojos, Rufino amigo, suelen Y mas , con mas razón , quien tiene tanta.
ESCENA XV. Ser lenguas del amor, cuando la lengua Pero decidme : una amislad tan buena ,
Como seria daros libre al Conde ,
EL PRÍNCIPE, LA DUQUESA, TEO Está atada por miedo ó por el tiempo. Y negando mi sangre por la ajena ,
DORA , VALERIO. ¿Merece galardón?
ESCENA XVII.
PRÍNCIPE. DUQUESA.
UN PAJE.— Dichos. Por vos responde
Él lo dice por los dos.
Discreto el villano anduvo. PAJE.
El mismo bien que pretendéis hacerme,
Y el beneficio al premio corresponde.
teodoba. (Ap.) Una dama , Señor , en una silla ,
Cubierta toda de bayeta negra , REY.
Harto bien lo ha despachado.
DUQUESA.
Aunque el traje y edad no es de viuda , A quien tan liberal quiere entenderme,
Licencia aguarda para entrará hablarle. No es necesario declararme tanto :
El mayor gusto me ha dado
Si mandas, entrará. Yo creo que esperáis favorecerme.
Que en mi vida el alma tuvo.
La gente del Duque siento; REY. Vé, Rufino, al castillo; y entre tanto
Vuestra alteza me perdone. ¡Ay, Rufino amigo! Que el Príncipe no sabe" lo que intento.
El corazón me dice que esta es Celia , Aunque alas guardas todas causeespan-
príncipe. (Ap. á Valerio.) Al Conde saca libre, y al momento [to,
Que me viene á pedir el Conde preso,
Ya . Valerio , el sol se pone : Por cuya pena viste negro luto. — A mi y á Celia nos le trae.
¿Qué haré? Dile á esa dama que entre, quebien pue- RUFINO.
alerio. (Ap. al Principe.) Enriquecer mi alma con su vista, [de Ya parto.
Ten sufrimiento. (Vase el paje.) (Ap. Agora se descubre el fingimiento.)
DUQUESA. Rufino amigo , mucho quiere al Conde. De dar contento al Principe me aparto,
¿Mandas, Señor, otra cosa? RUFINO. Solo porque le tengas.
PRÍNCIPE. ¡Extraño sentimiento es el que hace! DUQUESA.
¿Que os vais? REY. Están grande,
(Vanse la Duquesa y Teodora.) ¡ Ah , Conde venturoso , que mereces Que ya por los sentidos lo reparto.
Tanta lealtad de tan hermoso pecho! ( Vase Rufino.) [de
VALERIO.
¿De qué estás cobarde? Un rey te envidia, y por tu humilde es- De hoy mas , Señor, tu majestad me man-
Trocarael suyo, y venturoso fuera , [tado Comoáesclava que compra en estepun-
Ásela el brazo. [to,
PRÍNCIPE. Pues la suma riqueza desle suelo
Ya es tarde. Es la beldad que á Celia ha dado el cielo. Pues es razón que con tus hierros ande.
REY.
VALERIO.
ESCENA XVIII. ¡Ay, Celia, que me tienes ya difunto!
¿N'o es mujer?
No te llames esclava, sino reina
PnÍNCIPE. LA DUQUESA, de luto.— EL REY, De un rey esclavo y de su reino junto.
Es muy hermosa, RUFINO. Para corona tus cabellos peina ;
Y una divina hermosura Que en elloscaerá bien, pues es tan justo
Obliga á tener respeto. DUQUESA.
Que reine en reinos, quien en almas reí-
VALERIO. Espejo y clara luz resplandeciente duquesa. [na-
Jamás el cobarde afeto Del antiguo valor de tus abuelos ,
De quien eres divino descendiente ; Dispuesta estoy, Señor, para tu gusto ,
Gozó de la coyuntura. Si al Conde me das libre.
Rey , á quien dieron los eternos ciclos
PRÍNCIPE. REY.
El alma mas real y generosa
Aquí mal la puede haber. Que cubrieron janiás humanos velos ; ¿En eso dudas?
Esta que ves , cual sombra lastimosa , DUQUESA.
VALERIO.
Poco vales para amor. A tus pies arrojada , es por su daño Mira que das al Principe disgusto.
Del Conde preso la viuda esposa. REY.
PRÍNCIPE.
Temo á Celia. REY. Así , Duquesa , á mi remedio acudas ,
VALERIO. Tu funesto espectáculo es extraño, Como te trae Rufino libre al Conde.
Anda , Señor ; Señora Celia : ¿necesario ha sido DUQUESA.
Que basta que sea mujer. Tan blancas tocas y tan negro paño Háblenme de placer las piedras mudas.
Para vencer un hombre ya rendido (Ap. ¡ Ah torre fuerte, que mi bien escon-
(Vanse.)
A lahennosura vuestra, áquienmealle- Combatida del agua que te baña ! ) [de,
Aunque sin luto, de dolor vestido? [go, ¿Adonde le hallaré? decid , adonde?
Y cuando no estuviera yo tan ciego , (Vuelve Rufino.)
Sala del real palacio. ¿Mi real palabra no bastara sola
Para daros al Conde libre luego? RUFINO.
ESCENA XVI. ¿Hase visto jamás crueldad tamaña?
Si en las necesidades se acrisola
EL REY, RUFINO. El oro de la fe , y aqueste ejemplo Hase visto rigor como el presente.
Os hace mas romana que española , En los cristianos limites de España?
RET. Pedid á mi valor que os labre un templo: ¡Oh Principe cruel! ¿Quién leeonsienle
Yo quisiera, Rufino, no haber ido, Seréis imagen de su altar divino, Al Principe tu hyo estas crueldades ,
Por no venir tan presto de su casa Porque osadoren como yo os contemplo. Dignas de seilas é inhumana gente?
L-i. 3
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
REY. ESCENA XIX. Mi pensamiento veo perseguirme,
¿Qué es aquesto , Rufino? Y siempre estoy en él mas engolfado ;
RUFINO. EL REY, RUFINO. De la causa del daño me han echado,
Las maldades Y' no veo camino por do irme.
Del fiero Domiciano y de Ezzelino RUFINO. Estámeelhien llamando, y voy huyen-
Mas parecen, Señor, antigüedades. En no aguardar razón está resuelta. Y huye de mi alma quien yo sigo, [do,
Al Conde lia muerto el Principe. REY. Pues me aborrece Celia , á quien yo amo.
¡Que no la detuvieras ! Quiero acabar conmi dolor muriendo;
REY. Y por darme la muerte cruel castigo,
¡Ah Rufino! RUFINO. No me quiere matar , porque la llamo.
¿Qué me dices? Fuera en vano ; Con el ausencia pensaba
RUFINO. Que va furiosa. Que el dolor se aplacaría:
Que queda el Conde muerto. REY. Por eso me desterraba ;
REY. ¡ Ah hijo inobediente ! Mas la memoria porfía ,
¿Quién ha hecho tan grande desatino? Abrase un rayo tu enemiga mano. Y el pensamiento no acaba.
Y'o no sé qué me haga , ó cómo intente Vuelvo, patria y padre, á verle,
normo. Remedio ya para mi mal , Rufino, Pues el pesar y mi suerte
El Principe tu hijo. Y para el alboroto de mi gente. Quiere que á esa mi homicida
REY. RUFINO. Le venga á dejar la vida
¿Es cierto? Para todo, Señor, habrá camino. En pago de darme muerte.
RUFINO. Mas oye un poco; que tu hijo viene. ¡Ah , si Valerio viniese,
Cierto. REY. Para que de aquella ingrata
DUQUESA. Algunas nuevas me diese,
;Aymfseradcmí!¿quéesIoqueescucho? Haria, si le viese, un desatino. Y de qué la corle trata!
Salga mi alma al corazón abierto. ¡Ah, Valerio, si le viese!
REY. ESCENA XX. Que con ti descansaría
Tenia ; que se desmaya. Alguna parle del dia ,
EL PRÍNCIPE.— Dichos. Si en mi puede haber descanso,
RUFINO, Pues con el gusto me canso,
Puede mucho PRÍNCIPE. Y me cansa el alegría.
La fuerza de un dolor. ¿Es verdad , mi señor, que tú mandabas Porque aqueste fiel criado
REY. Que soltasen al Conde libremente? En mi peregrinación
¡Con qué contrarios, REY. Me ha seguido y amparado,
Desesperado amor, batallo y lucho! ; A mis ojos pareces , fiero bárbaro ! Y ha sido el fuerte liordon
¡ Ah hijos, a los reyes necesarios, Quítate de mis ojos, mal nacido, Que siempre me ha sustentado.
V escándalo mil veces á los reyes, Incapaz de llamarte hijo mió. Mas ya siento entre estos robles
Rienescostosos, malesordinarios! [yes! Pues mira que te aviso y te prometo Su voz , que con ecos dobles
¡ Dichosos los que guardan pobres liue- Que si estás en la corte y á mis ojos. Todos los cóncavos suena.
¡ Tristes de aquellos que vasallos guar- Que la muerte que al Conde dar hiciste, Y¡ Oh consuelo de mi pena
ídan, Has de pagar con otra , y no con menos ; ejemplo de siervos nobles !
Pues tienen mas rigor en otras leyes! Y agradece que luego no lo hago.
Pues el dolor y mi desdicha lardan Vamos, Rufino ; deja esc cobarde. ESCENA II.
En acabar mi vida , no sospechen PRINCIPE. VALERIO.— EL PRÍNCIPE.
Que mis brazosse encogen y acobardan. Yo cumpliré, Señor, tu mandamiento.
Yo buscaré remedios que aprovechen (Vase el Rey.) VALERIO.
Para morir con esta propia mano,
Por mas que mis flaquezas lo desechen. ¿He sido en venir pesado?
¿Adonde tiene el Principe tirano ESCENA XXI. PRÍNCIPE.
Al Conde muerto, triste mensajero? EL PRINCIPE, RUFINO. ¡Oh Valerio! bien venido
RUFINO. Seas ; ¿cómo te has lardado?
En la plaza del fuerte mas cercano. RUFINO. VALERIO.
En una parte yace el cuerpo entero, Calla, Señor ; que es cólera de padre. Y, loque peor ha sido.
Y' en otra la cabeza destroncada Mañana estará blando y amoroso. De malas nuevas cargado.
Sobre un tapete negro. No te ausentes, sosiégate. PRÍNCIPE.
DUQUESA. PRÍNCIPE. ¿Malas nuevas?
¡Ay triste! Muero. No puedo. VALERIO.
RUFINO. (Vase Rufino.) Y harto malas.
Sus ropas la acompañan y la espada , Determinado estoy, pues cielo y suelo, PRÍNCIPE.
Que mas horrendo el caso pronostica. Amor, Ron
mi padre, Celia y mi fortuna
contra mi y procuran mi tormento, ¿Cómo asi?
duquesa. VALERIO.
¡ Oh principe cruel ! Oh mano airada ! De El
no hacer resistencia ni pedirles
daño que me causan lodos juntos. Patios y salas
¡ Ayalma hermosa ! desde el cicloaplica Irénic de la corte, y aun del mundo, De palacio hallé cubiertas
Tus divinos oídos á mi llanto. Donde jamás las nuevas de mi muerte La De postas, que me hizo ciertas
RUFINO. Puedan venirte, padre, pues la vida, fama con prestas alas.
¡Qué gran lealtad tu llanto significa! DejandoáCelia, dejoya perdida. (Vase.) PRÍNCIPE.
duquesa. [to. ¿De dónde vienen?
Aunque me cause el verte muerto espan- VALERIO.
A verte voy.porqueentn sangre envuelta De Francia.
Mejor pida justicia al cielo sanio. ACTO TERCERO. PRÍNCIPE.
REY. Serán de poca importancia.
Tenia. Cosían y visla rumor del uiolimi. Y'a sé las nuevas que son ;
RUFINO. Pero están del corazón
Espera, Señora. ESCENA PRIMERA. Una infinita distancia.
REY. EL PRÍNCIPE. • ¿Es eso del casamiento.
Tenia. Que de Francia se decia?
DUQUESA. El cielo está cansado de sufrirme, VALERIO.
Suelta. Y yo ile ir conlra él no eslov cansado ; Y con tanto fundamento.
¡Justicia, cielos, dcsle rey tirano! Mi padre, reino y Celia me han dejado. Que mañana antes del día
{ Vase. ) V yo no puedo déllos eximirme. Sale el sol de tu contento.
EL MOLINO.
33
PRINCIPE. CONDE.
CONDE.
¿Qué sol? Haréle de tal manera , Bien se os parece en la cara
VALERIO. Que me aborrezca y te quiera , Que sois hombre principal.
El de tu mujer, Y á darte á Laura me obligo.
PRÍNCIPE.
Que tu padre hizo traer , MELAMPO.
Yo os he visto en otra parte.
Y el de Francia te ha enviado. ¿A Laura?
CONDE. CONDE.
príncipe.
A Laura. Estaría de otro arte.
Pues será sol eclipsado,
Porque no la pienso ver. MELAMPO. príncipe.
No, sino de aquesa suerte.
VALERIO. Esos pies
Pnes ¿qué sirve que te apartes , Son dignos de aquesta boca. CONDE.
Si han despachado correos, CONDE.
Asi se espanta la muerte,
Que te basquen por mil partes? La mano bastará pues. Y la vida se reparte.
príncipe. MELAMPO.
príncipe.
Haz cuenta que esos deseos La mano y el alma. Era en cas de la Duquesa.
Nacieron , Valerio, en martes; VALERIO.
Que pues él me desterró CONDE.
Do Celia: ¿no la conoces?
Cuando matarme intentó , Toca;
No ha de hallarme cuando quiere; Que esa basta que me des. conde.
¥ el que culpa no tuviere , MELAMPO.
Nuesama , por Dios , es esa.
Que se sufra como yo. En fin , ¿que aborrecerás PRÍNCIPE.
VALERIO. A Laura? Y de quien lo dice á voces.
Pues ¿qué ha pecado Madama, CONDE. VALERIO.
Qne viene para tu esposa , Pienso hacer mas; Mas que le piden confiesa.
Y como á esposo te ama? Que si me la traes aqui , CONDE.
PRÍNCIPE. lluro que te quiera á ti.
¿Sois vos también su criado?
A Celia tengo por diosa, MELAMPO.
PRÍNCIPE.
A Celia mi alma llama. Lo que es imposible harás.
Apártate del camino; Mas por verte aborrecella Soy un hombre que le adora ,
Que sale deste molino En mi presencia, yo voy Y' soy un cautivo herrado.
Gente que baja á la presa. A traella. CONDE.
Estos son de la Duquesa : CONDE. ¡ Oxte , puto ! i A mi señora?
¿Como á sus pies no me inclino? Ve por ella. Vos saldréis descalabrado.
MELAMPO. PRÍNCIPE.
ESCENA III. Contento y pagado estoy Si tú supieras quién soy,
EL CONDE , MELAMPO. —Dichos. Solo en que te burles dolía. {Vate.) Dirías que lo merezco.
CONDE.
MELAMPO. ESCENA IV. Ya lo sé ; que al diablo os doy :
Entra en el bosque , Martin ; Y perdonad ; que os ofrezco
Que aquí me conviene hablarte. EL PRINCIPE , VALERIO. — EL CON Por el enojo en que estoy.
DE , distante de ellos. PRÍNCIPE.
CONDE.
¿No me dirás á qué fin? ¿Quién soy?
PRÍNCIPE. CONDE.
Pues no vienes á esta parte ¿No es ese, Valerio amigo,
Sin pensamiento ruin. Sois un engañado,
El molinero entonado Que os andáis embelesado
MELAMPO. Que, estando Celia conmigo, Por quien jurara yo aqui
Mal mi pasión adivinas , Entró á dalle aquel recado? Que me quiere mas á mí ,
Si tal locura imaginas ; VALERIO. Lleno de harina y salvado.
Otro es el mal que me ahoja , Dése cuento soy testigo. VALEniO.
y dígalo aquesta soga
¥ estas robustas encinas. PRÍNCIPE. Todos saben su rigor.
Pues lleguémosle á hablar : PRÍNCIPE.
CONDE.
Quizá nos sabrá informar ¿Cuánto habrá que allá no fuiste?
Dinie, ¿qué quieres hacer? Del estado de mis cosas.
CONDE.
MELAMPO. CONDE.
Lo que quiero es que le digas De entonces acá , Señor,
Desas carrascas hojosas Sola una vez.
A aijuella ingrata mujer, Siento las ramas turbar. PRÍNCIPE.
Que al fin de tantas fatigas {Ap. Mas ¡ay ! ¡ Extraño accidente !
Aun no me quiere querer, Tengo al Principe presente , Y esa, ¿vistes
Oue pues veo que te ha dado ¡Y no me hiela el temor!) Su divino resplandor?
El alma que me ha quitado, CONDE.
PRÍNCIPE.
Dile que en este cordel Antes no resplandecía;
Queda Melampo fiel Dios os guarde, labrador. Que un luto negro traia
Bien perdido y mal pagado. CONDE. Por un conde que murió.
COXDE. Bien venga la buena gente. PRÍNCIPE.
Deja , loco; suelta , necio. ¿Habéis errado el camino, Mas vivo está que no yo.
¡ Por eso quieres hacer O acaso tenéis que hacer
CONDE.
Al cielo tanto desprecio, Algo en aqueste molino?
Y tras la vida, perder ¡ Miren qué bellaquería !
PRÍNCIPE.
La joya de mayor precio ! i No venimos á moler.
PRÍNCIPE.

MELAMPO.
¿Viste acaso á quien hablaba?
CONDE.
Déjala. CONDE.
Bien molidos imagino.
CONDE. Con una carilamida ,
PRÍNCIPE. De un príncipe se quejaba,
Suéltala , digo. No lo adivináis muy mal ; Que quitó á un conde la vida ,
MELAMPO. Que quien anda y nunca para , ♦ Y socarrón le llamaba.
No haces oficio de amigo. Parece al molino igual. Echábanle maldiciones
56 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
Fnlre las dos á montones, CONDE. Dos años há que Melampo
Y para ayudallas bien ¿Ya no te digo que sí? Te ha querido sin favor,
A todas dije yo amen; PRÍNCIPE. | Enterneciendo su amor
Que digo las oraciones. Pues alto , vamos de aquí ; ] Monte , molinos y campo,
í lov que tengo de ir á vella i Este si que te merece,
Y llevalle cierta harina , Que en esa primera aldea Y á quien es justo que pagues ;
Pienso hablar á su doncella Habrá vestido. Y no acaricies ni halagues
Y pedille esta dotrina VALERIO. Quien te engaña y aborrece.
Para salvarme con ella ; Sea asi. Movióme á desengañarte
Que aunque ya yo estoy salvado, CONDE. Ver que matarse intentó ,
No estoy bien asegurado ; Vamos; que yo te aseguro Y que esta soga colgó
Que á fe que temblando estoy. Que con el traje, á lo escuro, De una encina por vengarte.
príncipe. (Ap. á Valerio.) No te conozcan. Y' asi , ha podido conmigo
Valerio, de vida soy. PRINCIPE. Tanto su pena y tormento,
Después de estar enterrado. Que le hice juramento
Y en fin , De no verme mas contigo.
VALERIO. ¿Quieres?... Ya , Laura , yo te aborrezco :
¿Cómo asi? CONDE. Créeme, y quiere á Melampo,
príncipe. A fe de Martin. En cuyas prendas estampo
Yo fabriqué PRÍNCIPE. Lo que yo de tí merezco,
El remedio mas seguro '¿Cierto? Porque no he de hablarte mas.
Que para hablada tendré. CONDE. LAURA,
En traje tosco y escuro Pues que se lo juro... No menos me prometía
Con este villano iré. (Vanse el Principe y Valerio.) La grande desdicha mia
VALEtlIO. Que el galardón que me das.
¿Quiéreste hacer molinero? ESCENA V. No quiero de ti quejarme ,
príncipe. Ni dar á entender que siento
Eso mismo hacerme quiero, el condl:. Perder un hombre de vienlo,
Y á su lado deste entrar, Que ha confesado dejarme.
Adonde la pienso hablar ¿Hase vistojamás igual suceso? Quéjome solo de mí ,
Y decille cómo muero. Hase visto desdicha semejante? Que con engaño te amé.
Mas no pienses, fortuna, que por eso conde. (A Melampo.)
VALERIO. A tus desdichas mudaré semblau '
Agrádame la invención. Queen Celiauobadehaberlani ¿Qué te parece?
Que conociendo al Principe se^ MELAMPO.
príncipe. (Al Conde.) Antes entiendo de su raro estilo No sé
Buen hombre, ¿no harás pqr mi Que le ha de herir, y por el niismol Con qué pagarte.
Cierta cosa? Solo de aquesto me resulla un daño, LADRA.
CONDE. Y es estorbarme el bien que yo tuviera ¡Ay de mi!
Si es razón , Hablandoá Celia, yenelmismoengaño Martin , que mejor dijera
Yo os lo ofrezco desde aqui. Que sus brazos toqué la vez primera. Martirio del pecho mió,
PRÍNCIPE. ¡Ah tiempo! á ti que toca el desengaño Martillo de hierro frió ,
Y yo esta en galardón. De cuanto encubre la mentira liera, Que rompe un alma de cera ,
(Dale una cadena de oro.) YElaquesta
fuego de la ténix presto imita ,
vida muerta resucita.
¿ Posible es que eres tan duro ,
Que divides á los dos,
CONDE. Salga, que es justo, del villano traje Que me dejas?...
¿Es de oro? Quien no nació de sangre de villanos; conde.
PRÍNCIPE. Reciba nuevo lustre mi linaje, Si , por Dios.
De oro fino. Tocando á Celia sus divinas manos ;
CONDE. No quieras que la espada tanto baje ¿Cierto?
Por Dios, si yerro el camino, Destos pérfidos bárbaros villanos ; CONDE.
Que de hierro me la dais ; Conténtate de ver, sin merecello, Pues que se lo juro...
Mas cuando me conozcáis, Su punta amenazando mi cabello.
Me daréis lo que adevino. LAURA.
PRÍNCIPE. ESCENA VI. ¿Y que estás determinado?
Hoy a ver aquesa dama ¿ Y que ya no me verás ?
En traje de molinero LAURA , MELAMPO. — EL CONDE. CONDE.
Iré contigo. laura. (A Melampo.) Ya no pienso hablarte mas;
CONDE. Pon en Melampo el cuidado.
¿Aqui dices que quedó? LAURA.
¿A nuesama? MELAMPO.
¡ Guarda ahuera, al matadero! Aqui entre aquestas carrascas ¿Eso intentas , mármol duro?
Eso alcahuete se llama. Estuvo oyendo mis bascas, CONDE.
PRÍNCIPE. Y sus desengaños yo. No he de escuchar tus enojos ,
¿Tú no ves que es rectitud LAURA. Por vida de ciertos ojos.
Hacer á un hombre amistad? Martin , ¿qué melancolía LAURA.
CONDE. Es aquesta que te ha dado? ¿Cierto?
Tal os venga la salud ; CONDE.
Que no es buena caridad CONDE. Pues que se lo juro... (Vase
Daros mi propia virtud. El haberte declarado
Pero porque estoy seguro El engaño que fingia. ESCENA VII.
Que callaréis conio un muro , LAURA.
Id dése traje á mudaros ; ¿Qué engaño? LAURA, MELAMPO.
Que yo me ofrezco á llevaros. CONDE.
PRÍNCIPE. Decir que amaba LACRA.
¿Cierto? A quien siempre aborrecí. Al fin el cruel se fué.
CONDE. LAURA. MELAMPO.
Puesqueyolojuro... ¿Tú me aborreces á mí? Aqui está quien te desea ,
PRÍNCIPE. Laura. ¿Quién habrá que crea
¿Que al fin harás que la vea? Y contigo me burlaba. Tu desengaño y mi fe?
EL MOLINO. 37
¿No miras el desconcierto 1 Solo en servirte y agradarte fundo Y cuando hacerme fuerza el Rey intente,
Que haces con él y conmigo , Lo que merezco, lo que soy y valgo, Todo es morir, y moriré primero.
Pues dejas un cierto amigo Y en que quieras hacerme tu segundo.
Por un enemigo cierto? I Jamás verás que de tu gusto salgo ; ESCENA X.
¡Por qué, ingrata , no me quieres, ! Sin ti no tengo en nada mi persona ,
Pues que conoces mi amor? Por ti pretendo yo merecer algo. EL PRÍNCIPE , de villano, con un costal
LACRA. Sola es esta humildad la que me abona, al hombro, y EL CONDE con él.—
(Ap. Para un hombre que es traidor Y la que puede enriquecer mi gusto, DlCUAS.
Poco valen las mujeres ; Si este amor, Celia, se me galardona.
Has pues este me dejó , ¡ Un muerto conde no te dé disgusto ; CONDE.

No se ha de burlar de mi ; I Pues se te ofrece un rey en lugar suyo , No tengáis miedo , Pascual ,


No se vengue en que perdí i Recíbele por él , pues es tan justo. Que se enoje la Duquesa ;
¡ Mi reino, Celia hermosa, será tuyo; Que no me quiere tan mal.
Por él lo que no estimó.
; Todo ha de estar debajo de tus plantas :
Fingirme quiero contenta, i Aguardándote un sí, callo y concluyo. PRÍNCIPE.
Y á quien aconseja, amar ; ¡ Oh hi de puta , cómo pesa !
tue con un diestro olvidar DUQUESA. Ofrezco al diablo el costal.
1 mejor come pimienta. ] Yo conozco, Señor, que me levantas DUQUESA.
El que mas presto olvidó . Del polvo de la tierra á tu grandeza,
¿Qué es esto?
Si ve que se le da poco, Y me dispones á grandezas tantas.
TEODORA.
Suele volver como loco Mas desto se te sigue la bajeza
De hacer á tu vasallo igual contigo; Los molineros.
A querer lo que dejó.)
Melampo, ya yo deseo Loque es para mi alma gran tristeza. DUQUESA.
Dar remedio a tu pasión, Con todo esto, no replico y digo 1 ¿Era ya tiempo de veros?
Porque tu mucha afición Cosa en contrario; mas decirte quiero CONDE.
Lo merece, cual lo veo. Lo trates con mi padre, y no conmigo; i Deténgase su mercé :
Habrá dos dias ó tres Porque en aquestos términos espero ! ¿ No ve que la ensuciaré
Que mi padre me hablaba Alegrarme, vestirme y componerme.
i Con los nuevos compañeros?
De que casarme trataba , BEY.
Como va tan viejo es ; DUQUESA.
, Vivo en tus ojos, en tu ausencia muero, Pues, Martin, ¿acompañado?
Y de Martin y de ti ! Aunque no quieras, Celia, socorrerme;
Me dijo que "yo escogiese ! Y pues que la venida de mi nuera CONDE.
El que mas gusto me diese; Será muy presto , por venir á verme. No lo he podido estorbar,
Pero no le he dado el si. Yo parlo á recibilla ; y bien quisiera Por mas que lo he procurado.
Vé á mi padre, y di que quiero Que se hiciese la boda con contento. DUQUESA.
Que tú seas mi marido, Dios sabe si por ti mejor la hiciera.
Pues lo tiene merecido Ya no te quiero abrazar.
En ti, Celia, estará mi pensamiento,
Tu fe y amor verdadero. En tí vivo y por tí: dame licencia, CONDE.
Cree que tu bien procuro , Pues que ya sabes lo que en partir siento. Por vos, Pascual, se ha enojado.
Y el remedio de los dos. PRÍNCIPE.
TEODORA. (.1/;.)
BE LAMPO.
Y lo que ella aborrece tu presencia ¡ Hola, Martin!
¡Es de veras? Lo sabe también Dios , y no lo sabes ; CONDE.
LADRA. ¿Qué me quieres?
Que al íin , amor añade y quita ciencia.
Si , por Dios. Ya tiene de su pecho otro las llaves : príncipe. (Ap. al Conde.)
HELAUPO. No hallarás entrada. Que pues que su amigo eres ,
¡Cierto? REY. Te allegues cerca , y le digas
LACRA. yuien soy.
¡Celia miaí
Pues que se lo juro... CONDE.
TEODORA. (Ap.)
■ ELABPO. A mucho me obligas;
Esfuerzo te dé amor para que acabes. Empero no desesperes ;
Dame , mi bien , esa mano Mientras mas se calienta , mas se enfria,
Por prendas de aqueste bien. Que yo llegaré en secreto,
Y apartarse de verla apenas osa, Y diré que eres un hombre
LADRA. Y ella verle presente no querría. Que la adora ; y en efelo
La mano y brazos también. REY. Servirá saber tu nombre.
helad po. ¡ Ay Celia de mi alma! Ay Celia hermosa ! PRÍNCIPE.
Amor, reviento de ufano. (Vase.) Que lo sabe te prometo.
LADRA. ESCENA IX. Pero habíala después:
Mi palabra le aseguro Dile que el Príncipe es ,
Que he de gozarte algún dia. LA DUQUESA, TEODORA. Y que la quiere hablar.
■ ELAMPO. CONDE.
DUQUESA.
¿Júraslo? Pues mira, deste lugar
LADRA. ¡Hay, Teodora , desdicha como aquesta? No pienses mudar los pies ;
Por vida mia. TEODORA. Que vo llegaré por tí,
MELAMPO. Eslov, Señora, helada y temerosa. Y tu nombre le diré.
¿Cierto? Veo (a voluntad del Rey dispuesta , PRÍNCIPE.
LADRA. Y veo al Conde que por tí padece, No me moveré de aquí ;
Pues que se lo juro... Y que dejalle es cosa maniliesta. Hecho una piedra estaré.
(Vanse.) DUQUESA.
CONDE.
Antes el sol , que agora resplandece , Aguárdale, y fia de mí ;
Se cierre con la noche , y en lo bajo Que nadie mejor desea
Del suelo aquella estrella que amanece; Que bueno el suceso sea
Sala en la quinta de Celia. Y en formas nuevas con igual trabajo, Deslas cosas en que andamos. —
ESCENA V11I.
Fortuna avara mudará las cosas, [Tajo, Pues , nuesama , ¿cómo estamos?
Mezclando al Ebro el Duero, el Mío al
Que el Conde y sus pasiones amorosas duquesa. (Ap. al Conde.)
EL REY, LA DUQUESA , TEODORA. ! Mi conde , ¿ quién esto crea ?
Se borren de mi alma eternamente,
REY. A pesar de sus manos rigurosas. ' Dime, ¿no es este traidor
Si , como aquí te ofrezco el alma mia , Porque el perfecto amor no me consiente El Príncipe?
Queá nadie quiera, pues al Conde quie- CONDE.
Mi reino y mi corona, todo el mundo
Darte pudiera, es cierta que lo baria. [ro; Sí, Señora,
3S COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Ya sabéis que os tiene amor. Loco Príncipe, y debida CONDE.
DUQUESA. A una dama recogida , Par Dios , Pascual , yo no veo
¿Qué es esto, Próspero, agora? Esta invención vergonzosa? Remedio, si ella os desama.
Si aqui fueras conocido ,
CONDE. PRÍNCIPE.
¿Pudieras darme la fama
Habla bajo y sin temor ; Que en este tiempo he perdido, Ni lo tendrá mi deseo.
Que este traidor me ha buscado Mientras que no soy tu dama ,
Para venir disfrazado, Ni tú mi propio marido? ESCENA XI.
Viéndome aquf el otro dia ; Deja ya las mocedades ;
¡ Sábelo Dios , Celia mia , Que si va á decir verdades , LERIDANO.— Dichos.
Si yo lo tengo llorado! Eres mas loco que cuerdo.
Pero al lin , no puedo mas, LERIDANO.
PRÍNCIPE.
Y le traigo á que te hable. Bien dirá agora nuesama
DUQUESA.
Cuando ves que el seso pierdo, Que vengo por jubileo.
¿Con razón me persuades?
¡Quién lo creyera jamás ! Yo conozco que estoy loco, CONDE.
CONDE.
Y que nace esta ocasión i Ah nuesamo! ¿Que acá estáis?
Es mi fortuna mudable. De solo tenerme en poco ; LERIDANO.
DUQUESA. Que priva de la razón Dadme, Señora , esos pies.
Dime, mi bien, ¿cómo estas? La pena á que me provoco. DUQUESA.
CONDE.
¿Qué esperas del Conde muerto? Casero, con bien vengáis, '
¿Tú no ves que es desconcierto Aunque ya se pasa un mes
En viéndote , bueno y sano. Amarle con tal pasión?
príncipe. (Ap.) ¿Es de piedra el corazón ? Que en esta casa no entráis.
¡ Oh lo que tarda el villano ! ¿Tienes diamante encubierto? ¿Cómo está el molino?
DUQUESA.
Ya la tierra le aprisiona : LERIDANO.

Yo estoy sin verte perdida. ¿De qué sirve voces dalle, Bueno,
Ni maltratar tu persona? Que siempre besa sus mauos.
CONDE. ¿Piensas de resucitalle Casa , huerta y jardin lleno
Ponte delante, mi vida , Como hace la leona? De mil alhelíes tempranos,
Y tomaréte la mano. Piensa, Celia , que jamás Con todo su campo ameno ;
DUQUESA. Le verás vivo. Mil almendros florecidos,
Vesla aquf. DUQUESA. Con los pimpollos cubiertos,
CONDE. De blanco y nácar vestidos,
No estás Tienen los ramos abiertos
Besalla quiero. En eso engañado poco ; Que penetran los sentidos.
príncipe. (Ap.) Yo le veo vivo y toco , Vayase su señoría
i Lo que tarda el molinero f Y pienso gozarle mas ; Por allá , si gusta, un dia ;
Que dentro de mi sentido, Que la habernos menester.
duquesa. Para gozalle en el cielo.
Con el contento de verte Tengo á Próspero esculpido. DUQUESA.
Se me olvida de mi muerte. ¿Hay en qué haceros placer?
PRÍNCIPE.
príncipe. (Ap.) LERIDANO.
Ya de esperar desespero. ¡Oh pecho de fuego y hielo,
Y de un fiero áspid ceñido! Desposo una hija mia.
CONDE. ¿Muerto el Conde, me aborreces? DUQUESA.
¿Cómo es esto? DUQUESA. ¿A Laura?
DUQUESA. LERIDANO.
Que estoy loca Y tanto te desvaneces,
Que aun vivo se representa , A Laura , Señora.
De ver que el Rey quiere' hacer
(Tanto el amor le provoca) Y me está tomando cuenta DUQUESA.

Suya propia tu mujer. Del hablarte tantas veces. ¿Y con quién?


Presente le tengo , digo. LERIDANO.
CONDE.
CONDE. Con un garzón
¿Eso tomas en la boca? Que bá dos años que la adora.
DUQUESA.
Principe , ya ¿no te cansas?
DUQUESA.
En esta locura ha dado ; PRÍNCIPE.
Digo que es justa razón.
Pero no te dé cuidado Por arduo camino sigo. Madrina soy desde agora.
Que el Rey haga , aunque mas valga , Muerte, ¿que no me descansas Mañana voy al molino,
Que el Conde que adoro salga Deste dolor enemigo? Tened bien puesta la huerta.
Del pecho que le ha guardado. CONDE.
LERIDANO.
CONDE. Ea , señora nuesama , Ella con su olor divino
Eso creo yo muy bien Sed menos brava por Dios , Hasta las llores despierta ,
De tu amor. Y amad un hombre que os ama. Y las tiende en el camino.
DUQUESA.
DUQUESA. DUQUESA.
Y del desden
Que le muestro á causa tuya. ¿Y sabéis, villano, vos, ¿Irás conmigo, Teodora?
Si le conviene á mi fama? TEODORA.
CONDE. ¿Podéis vos darme licencia,
Esto, mi bien, se concluya, Si casada me procura Será muy cierto, Señora ;
Por este traidor también. Otro marido en presencia? Es mi propio beneficio.
DUQUESA. LERIDANO.
CONDE.
En fin , ¿le he de hablar aquí? ¿Soy yo papá por ventura ? Hágame aqueste servicio.
CONDE. ¿No es aquesa impertinencia? CONDE.
Conviene , Señora , así. — DUQUESA.
i Contento estaréis agora.
Llegad , Pascual ; que por Dios , ¿Pareceos que tal ha sido LERIDANO.
Que he negociado por vos Querer al primer marido? ¿Quién es aqueste zagal?
Lo que no hiciera por mi.
PRÍNCIPE. CONDE.
PRÍNCIPE.
Si es muerto, aguardad que vor.^a. Un amigo de mi tierra.
¿Conoccsme, Celia hermosa?
DUQUESA. LERIDANO.
DUQUESA.
No se os dé nada que tenga En aquesta ocasión tal,
¿Parécete justa cosa, Mi amor trocado el vestido. Martin , el odio destierra.
EL MOLINO.
Si á Laura no quieres mal, En todo os hizo peregrina el cielo. RUFINO.
Romper tienes los zapalos. ¿Cómo ha venido la Princesa, Alberto? ¿Cuándo viene la Duquesa?
CONDE. ALBERTO. CONDE.
Todos bailamos á ratos , El mar le hizo, Señor, algunos dias Por esa senda atraviesa.
Y mas con esta madrina. El mal alojamiento que ella suele ; RUFINO.
LERIDANO. Mas, gloria al cielo, no fué nada todo.
Madrina tenéis de fama.
¿Diste cuenta de la harina? rey.
príncipe. (Ap.)
CONDE. Espantada estaréis, Madama hermosa,
Que el Príncipe no salga á recibiros ; Este es Rufino, criado
Servid á viejos ingratos. Del Rey : quiérome esconder.
Mas pensando que fuera la venida
LERIDANO. Por tierra, por la posta fué á buscaros. RUFINO.
¿Has llevado las carretas? Mas dentro de dos dias tendrá aviso, ¿Cuándo la boda ha de ser?
CONDE. Y dará vuelta , con deseo y gana CONDE.
Bien nos podemos volver ; De recibir aquesos dulces braeos. Agora está concertado.
Bien lo hacen las muletas. PRINCESA. RUFINO.
LERIDANO. Pésame & mi que mi señor el Principe A hablar la Duquesa voy :
¡Gran boda! Sin causa haya tomado este trabajo ; Quedad con Dios.
CONDE. Mas bien se vengará de nuestra burla
Con el deseo y gana de esperallo. CONDE.
Pienso romper
Seis pares de castañetas. (Habrá ruido dentro diciendo : Para , Él os guarde.
(Vanse.) para.) (Vase Rufino.)
REY.
ESCENA XV.
¿Qué gente esestaquecamina al bosque,
Vista exterior del molino. . Rufino amigo? EL PRINCIPE, EL CONDE.
RUFINO.
ESCENA XII. Aquestos son criados CONDE.
De la duquesa Celia , que esta tarde ¿De qué estuviste cobarde?
LA PRINCESA, ALBERTO, ACOM Se ha venido á aquestas caserías
PAÑAMIENTO. A ser madrina de una boda rustica príncipe.
De una hija de aqueste molinero. De que este sabe quien soy.
ALBERTO. Oye.
REY.
¿Qué os parece. Madama ,desta tierra? CONDE.
¿No os da contento su agradable vista , Y di , ¿será capaz aquesta casa ¿Qué quieres?
Las plantas del la fértiles y bellas, Esta noche de tan honrados huéspedes?
PRÍNCIPE.
Tanta diversidad de fruta y árboles? RUFINO.
Martin ,
¿No os admiráis de ver tanta grandeza? Ya entiendoal blanco, gran Señor, queti-
¿Adonde viene esa gente
PRINCESA. Y digo que la casa basta y sobra [ras, Del Rey?
Todas las cosas de la noble España A aposentar doblada gente en ella. CONDE.
Me agradan por extremo ; que no es poco REY. Si pasa la puente,
Para quien deja en Francia su regalo, Pues alto; huésped tiene la Duquesa, Irá de Celia al jardín.
Sus padres, sus abuelos y parientes. Y esa boda mejora de padrino. PRÍNCIPE.
ALBERTO. Haz que nos traigan de la corte presto
Dices la verdad , por Dios ;
Huelgo que bien os haya parecido, Lo necesario para aquesta noche ,
Que el Rey y su nuera van
Pues es forzoso que viváis en ella. Porque con otras fiestas mas solemnes
Madama Flor de Lis entre en mi corte. A la huerta.
PRINCESA. CONDE.
RUFINO. Y dormirán
En extremo, Señor, estoy confusa
De ver que basta la corte hemos llegado, Apercibida tienes la carroza ; Esta noche allí los dos ;
Sin que nadie nos haya recibido , Venga tu majestad. Que aqui se ha de ver su intento.
Ni el Príncipe. No sé cuál sea la causa. REY. PRÍNCIPE.
ALBERTO. Venid, Princesa, Huélgome ; que disfrazado
No os cause aquesto, Flor de Lis, disgus- Donde descansaréis aquesta noche, Veréla mujer que han dado
Que ha sido la venida de secreto , [u>; Y mañana dará lugar el dia Al Principe en casamiento.
Y puede ser que no lo haya sabido ; Para poder serviros con contento.
CONDE.
Si ya no fuese caso que ocupado (Vanse, y queda Rufino tolo.)
Es buena imaginación
Esté en cosa que importe , y que no pue- RUFINO.
Esa que el Príncipe tiene.
La causa se sabrá bien presto Hola, [da. Extraño es el pensamiento
Marcha á la corte... Mas ¿ qué gente es es- Del Rey en quedarse aquí j PRÍNCIPE.
[ta? Pero está lejos de si, Martin, la Duquesa viene.
ESCENA XIII. Y cerca de su tormento. CONDE.
Por gozar á la Duquesa , Ella y Leridano son.
EL REY, RUFINO.— Dichos. Sin quien no puede vivir,
Quiere en el cam|K) dormir ESCENA XVI.
Con la madama francesa.
Haced que lleguen luego esa carroza , LA DUQUESA, LERIDANO. —Dichos.
Para que á la ciudad volvamos juntos. ESCENA XIV.
PRINCESA. DUQUESA.
¡ EL PRÍNCIPE y EL CONDE, i ■ labra- ¿Que en esta huerta se entró
Déme tu majestad tus pies.
dores. — RUFINO. Sin licencia el Rey?
REY.
Mis brazos PRÍNCIPE. LERIDANO.
Os daré, mi Madama, con gran gusto, Grande alboroto lie sentido , Y quiere
Y' mi hijo también. i Martin, hacia nuestra casa ; Dormir en ella.
PRINCESA. I Dicen que la infanta pasa DUQUESA.
Esclava vuestra ; [eia, Que desde Francia ha venido. Si fuere
Que vengo como en prendas desde Fran- RUFINO. Mi gusto y lo quiero yo.
De la amistad que el Rey mi padre os de- I ¡ Ah molineros! LERIDANO.
ret. [be- CONDE. El huésped , Señora , es tal,
La discreción á la hermosura iguala. i ¿Quiéu llama? Que obliga á darle la huerta.
40 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DUQUESA. • PRÍNCIPE. (Ap.) Huerta del molino.
¿Quién es el que está á la puerta? No es fea la francesilla;
LERIDANO. Obliga á tonel lo amor. ESCENA XIX.
Martin , Señora , y Pascual. DUQUESA.
LA DUQUESA , embozada y vestida d ¡o
DUQUESA. Es esa merced , Señor , villano ; LERIDANO y los desposa
Pues , Martin , ¿ y todavía I Para el mejor de Castilla.
i Y el ser padrino conmigo dos y EL CONDE con alguna cente,
Sois de Pascual compañero? y salen cantando los del molino ; EL
I Donde la Princesa está ,
CONDE. ! Injusta cosa será; REY, LA PRINCESA , EL PRÍNCIPE.
Después que soy molinero , ' Solo á serviros me obligo.
Me muele de noche y dia. Ella será la madrina (Cantan.)
DUQUESA. Con vos, y yo os serviré. Esta novia se lleva la flor,
Pues sois molinero, amor, Que las otras no.
RET.
Y sois moledor. Bendiga Dios el molino
En nada contradiré Que tales novias sustenta;
PRÍNCIPE. Lo que Celia determina. Muela su harina sin cuenta
Yo creo PRINCESA. A costa de tal padrino.
?ue te muele mi deseo, A fe que dichosos fueron Estas muelen de lo fino
endurece mi dolor. Los señores desposados; Del trigo, que muele amor;
DUQUESA. Que padrinos tan honrados Que las otras no.
;. No puede hacerse la boda Pocos reyes los tuvieron. rey.
Sin Pascual, señor Martin? DUQUESA. ¡ Muy bueno es esto por Dios !
Mi señor el Rey ha sido ¡Oentil agüero y fortuna!
CONDE. ¿Esta novia no era una?
Es un grande bailarín, De quien yo recibo honor.
¿Cómo agora vienen dos?
Viene a revolvella toda. PRÍNCIPE, l.l/*.)
Cobrándole voy amor. leridano.
DUQUESA. Eran almendras partidas
Si él la piensa revolver, Harto bien me ha parecido.
Las que estas huertas criaban ;
Dentro habrá quien le castigue. REY. Que en una cascara estaban
PRÍNCIPE. ¡ Duquesa , haced que veamos Dos desposadas metidas.
Ya no hay cosa que me obligue ! Los novios , v trataremos Melampo y Martin se casan
A dejarte de querer. De que aquí los desposemos , Con las dos que son mis hijas,
Mas pues ya soy molinero, Y buen agüero tengamos; Pues honras y regocijas
Y no te ablando jamás, Que esta su boda lo es La boda.
Moler tengo hasta no mas De alguna que hacer espero. REY.
Aquese pecho de acero; DUQUESA. ¡Qué cosas pasan!
Que por mas que piedra seas, ÍAp. Acá se siente el agüero Este villano es discreto,
Es molino de diamante •ara tu gusto al revés.) Y viendo que soy padrino,
La firmeza de un amante Pues alto, casero amigo, No halla mozo en el molino
A quien la muerte deseas. Y vos, Martin, allá entremos, Que no le case en efeto.
DUQUESA. Y los novios sacaremos LERIDANO.
Si tú la diste también, Para que vengan conmigo ; En fin, Señor, ¿que gustáis
¿Qué mucho quererte mal ? Y mirad que habéis de nacer Que se hagan estas bodas
Cierto negocio por mi. Con gran alegría todas?
PRÍNCIPE.
Moler tengo pedernal LERIDANO. rey. ■
Con agua de tu desden. Haré , Señora , por ti Y otras muchas que traigáis.
Cualquier cosa. HELAHPO.
LERIDANO.
El Rey viene. DUQUESA. ¿Vuestra palabra real
PRÍNCIPE. Asi ha de ser. Obligáis, justo ó injusto,
Aquí me aparto; {Vanse todos, menos el Principe.) De no recibir disgusto?
Que quiero ver la Princesa. (Apártase.) REY.

ESCENA XVIII. En mi vida he visto tal.


ESCENA XVII. Digo que si.
PRÍNCIPE. (Ap.) LERIDANO.
EL REY, LA PRINCESA.-EL PRÍNCI Esto es hecho.
PE , LA DUQUESA. EL CONDE y LE Considero tan sin pena Venga un clérigo que os case.
RIDANO. A aquesta hermosa dama , REY.
¡ Que con gran razón se llama Mirad si hay alguien que pase;
RET. i Flor de lirio y azucena. Que le casaréis sospecho.
Quiero tanto á la Duquesa, Aquí si que mis cuidados Pero llamadme primero
Que á recibilla me parlo. Y amorosos desatinos La Duquesa; que sin ella
Por tan honrados caminos No es bien hacerlo.
DUQUESA. Serán mas bien empleados.
Beso vuestros pies supremos ¡Mal haya el tiempo que amé LERIDANO.
Y á vos, señora Madama : La ingrata que me aborrece! Por ella
Por mi vida , que sois dama Mujer sin fe no merece Voy como un viento ligero.
De peregrinos extremos. Que nadie la tenga fe. (Destápase la Duquesa.)
PRINCESA. Princesa del alma sola , REY.
Soy yo muy vuestra criada. Este es el Príncipe , este es : ¿Qué es lo que mis ojos ven?
Serás ahora y después
REV. DUQUESA.
Mi princesa y española.
A lo menos no diréis A<juí estoy arrepentido A Celia con su marido.
Que en esto no me debéis Del tiempo que me engañó : Rey, la palabra te pido.
Quedar, Duquesa , obligada , No llores mi ausencia, no ; REY.
l'ues que vengo á ser padrino, Que aqui tienes tu marido.
¡sabiendo que sois madrina. (Yase.) ¿Este es el Conde?
DUQUESA.
DUQUESA.
De merced tan peregrina También.
CONDE.
Hallo mi valor indino.
El conde Próspero soy,
EL MOLINO. 41
Que humilde estoy á tus pies; De mujer que tiene amor. MELAMPO.
Que vida ó muerte me des , En mi macho me lo ful.
REY.
Humilde á tus pies estoy. De comer, Señor, procuro,
En este traje he vivido , Paciencia: engañado he sido.
Huvendo el fiero ri^or Todos os habéis casado. Que es la perfeta hidalguía.
Deí Principe mi señor, Gozad vuestra mocedad ; REY.
A quien también perdón pido. Que bien veo que mi edad Renta os doy desde este dia.
REY.
Se excusa dése cuidado. MELAMPO.
¿Quién es aqueste villano? LAURA. ¿Cierto?
príncipe. ¡Ah señor Conde! , REY.

Tu hijo soy, que á tus plantas CONDE. Pues que se lo juro...


Pido de mis culpas tantas. ¡ Ah Señora ! CONDE.
Señor , tu perdón y mano. LAURA. Piedra de mi fuerte muro,
Annque estoy en este traje , Sabed que ya vuestro soy.
En que mi enojo me puso, ¿Érades vos el galán
Con la Duquesa me excuso Que tanta pena y afán DUQUESA.
De mi fingido viaje. Suele dar á quien le adora? Yo , Señor, mi mano os doy.
Todo, Señor, fué fingido, ¿Erais vos aquel perjuro CONDE.
El Conde muerto y mi ausencia; Contra la fe de los dos? ¿Cierto?
Que cerca de tu presencia MELAMPO. DUQUESA.
En este traje he vivido. ¿No lo has visto? Pues que yo lo juro...
Perdonad , esposa mia ,
CONDE. HEY.
Y dadme esa mano y brazos.
Sí por Dios. Yo lo mismo os aseguro ;
PRINCESA.
Y asi entrarnos bien podemos
De vuestra esclava son lazos, LAURA. Donde el casamiento haremos.
Que ios doy desde este dia. ¿Cierto? LAURA.
REY. CONDE. ¿Cierto?
Estoy de manera mudo , Pues que se lo juro... DUQUESA.
Que ño sé qué responder ; Pues que yo lo juro...
Y entre el pesar y placer LAURA.
Basta , que burla de mí. CONDE.
Lo que estoy mirando dudo.
¡ Ali, Celia, mucho has sabido! Yo fui dichoso con tino,
REY.
Pues que mi mal se remedia.
DUQUESA. Desde hoy los molineros — Y aquí acaba la comedia,
Hazañas fueron , Señor , Se tengan por caballeros. Gran senado, del Molino.
_ J
EL DÓMINE LUCAS,
COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ;

DIRIGIDA A JUAN DE PINA, SECRETARIO DE PROVINCIA Y SU MAYOR AMIGO.

Sirviendo al excelentísimo señor don Antonio de Toledo y Beamonte , duque de Alba , en la


edad en que pude escribir
La verde primavera
De mis floridos años,

oí contar alguna parte desta fábula , de cuyos principios habia sido testigo ; dando por autor de su
verdad, si tiene alguna, á un caballero valenciano, por apellido Borja, por ánimo Alejandro, y
por valentía de su persona otro español Alcídes : aficióneme al suceso , porque ya lo estaba al ca
ballero que digo, y escribíla en el estilo que corria entonces; hállela en esta ocasión pidiendo li
mosna como las demás, tan rota y desconocida cual suelen estar los que salieron de su tierra para
soldados con las galas y plumas de la nueva sangre, y vuelven después de muchos años con una
pierna de palo, medio brazo , un ojo menos, y el vestido de la munición sin color determinada :
hice por corregirla, y bien ó mal , sale á luz con el nombre del mayor amigo. Saben muchos que
lo es vuesamerced, y seria cansada la disculpa de no ofrecerle cosas mayores, mas dignas de su
ingenio; pero muchas veces no dan los hombres á lo que aman las cosas de mas precio, sino las
que mas estiman. Tenia yo en la memoria esta comedia por las causas que refiero , y porque re
presentándola Melchor de Villalba, hombre que en su profesión no tuvo quien le precediese, ni
habernos conocido quien le igualase, era por aquellos tiempos de las bien escuchadas , como ahora
se dice por las mujeres de las bien prendidas; y así, la quise poner en esta parte entre otras de mas
consideración, no sé si de mas gusto, y dedicándola al nombre de vuesamerced, calificarla lejos de
toda lisonja , que en tantos años de amor fuera locura ; y mas añadiendo á las amistades recebidas
tantas obligaciones, que solo le ha faltado á vuesamerced haber escrito la mitad de mis versos,
porque en las elecciones , disposiciones y pensamientos siempre le he debido la mejor parte , y con
su consejo, puesto en el papel con menos miedo la pluma ; que no quieren las cosas del ingenio ser
menos comunicadas que los edificios que se fabrican, si han de acertarse, mayormente deste gé
nero en que se ha de agradar á tanta diferencia de entendimientos, dificultad mayor que la de los
pintores, donde repara mas el vulgo en la alegría de las colores que en la simetría de las figuras.
En tres partes dividió Plutarco la amistad ; que á mi parecer ninguno con mas claridad y acerta
miento. Para amar los amigos, dijo que era necesario buen juicio (aquí entiendo en el escogerlos),
deleite en el conversarlos, y seguridad de su ánimo en las necesidades que se ofreciesen : todas
tres partes he hallado en vuesamerced confirmadas en tantas ocasiones, que como este amor co
menzó á los principios de la vida, tendrá la misma fuerza hasta los últimos fines de su término;
¡ludiendo decir, como Paulino á Ausonio :
Et cum solututcorporali carcere,
Terraque prolabero ,
Quo me locartt axe communis Pcter,
lllic (¡noque te animo geram.
Y donde quiera que esté
Mi espíritu, libre ya
De la cárcel eu que está ,
Vivo en él te llevaré.
Amigo y capellán de vuesamerced,
Lope de Vega Carpió.
EL DÓMINE LUCAS.

PERSONAS.
FLORÍANO , estudíame , LISANDRO, corregidor.
galán. LUCRECIA , dama. FABRICIO , galán.
LEONA RDA, dama. DORISTO, villano. PLÁCIDO, escribano.
ALBERTO, estudiante, ga UN MESONERO.
lán. ROSARDO, pa/a». LAVINO.
DECIO, capigorrón. NEBRO. dos pajes.
FULGENCIO, viejo. Crudos.

La acción pasa en Alba de Tórmes y en un cortijo.

FULGENCIO. Pero es un poco arrogante.


ACTO PRIMERO. No menos esta Alba espera Y no fué solo; que había
Cuando amanezca en su esfera Otros valientes con él.
Calle en Alba de Tdrmes, con vista de la El sol de tal sucesor ; FULGENCIO.

casa de Fulgencio. Que yo , con esta vejez , Ya por ellos y por él


Pienso esperar condado Fue regocijado el dia. —
De que aquel siglo dorado A casa habernos llegado :
ESCENA PRIMERA. Ha de volver otra vez.— Si entrar no queréis , adiós.
¿Que hoy no ha podido la fama FABRICIO.
FABRICIO, ROSARDO, FULGENCIO, Sacar de su olvido fiero
LUCRECIA , LEONARDA ; dos pajes, A la plaza un caballero , Quede, Fulgencio, con vos.
con hachas. Ni á la ventana una dama? Aunque me Jb abéis agraviado.
FABRICIO.
rosardo. (Ap. d Leonardo.)
FABRICIO.
Si es por hacernos afrenta Mi bien, ¿cuándo podré veros?
¡Extremada fiesta ha sido! A mi y á Rosardo , advierte LEONARDA.
ROSARDO. Que no pongas desa suerte Que lo deseo creed.
¡Bravo toro! Tu hija y sobrina en cuenta;
FULGENCIO.
LEONARDA. Que ellas solas en el suelo
Aquí le temo. ÍQue en otra parte es error) ¡Hola ! esas hachas volved
¿Y las suertes? )an mas luz y resplandor Con aquesos caballeros.
FABRICIO.
Que el sol y luna en el cielo. (A los dos pajes.)
ROSARDO. FABRICIO.
Por extremo.—
Y mas la que yo he tenido. Por Dios , que yo no salí Eso no habéis de mandar.
(Aparte d ella.) Por estar mi overo manco , FULGENCIO.
Dejando una suerte en blanco, Irán sin duda.
LUCRECIA.
Que á una negra prometí. ROSARDO.
¡Vos, Fabricio! ¿En qué? Y de Fabricio yo sé
Que por eso lo dejó; Eso no :
FABRICIO.
No he de llevar hacha yo.
En miraros, Porque, no saliendo yo,
Acompañaros y veros. A no salir le obligué. FABRICIO.

LUCRECIA. FABRICIO.
Ni yo la puedo llevar.
No puedo aqui responderos. Yo tenia mis jaeces FULGENCIO.

FABRICIO. En Salamanca prestados, Pues adiós. Entra adelante.


Ni yo dejar de obligaros.— Y estábamos disculpados (Vanse Fulgencio , Lucrecia, Leonar
¿Qué os parece des,te dia , Saliendo otras muchas veces. do y los pajes.)
Señor Fulgencio? Pero yo juro enmendallo,
Ofreciéndose ocasión. ESCENA II.
FULGENCIO.
FULGENCIO.
... ... Que está ¡Que hoy no saliese un rejón. FABRICIO, ROSARDO.
Alba diferente ya
De lo que en mi edad solía ; Ni un hombre solo á caballo! ROSARDO.
Que |xjr mi fe, que á esta fiesta Cierto que os he de reñir,
Pues no salir causa fué El viejo nos ha corrido.
Vi toda una corte aqui ,
Y que aquesta plaza vi Que un forastero y á pié FABRICIO.

Mas adornada y compuesta. Pudiese hacer y decir. ¡ Oh cuánta envidia he tenido


LUCRECIA. Al venturoso estudiante!
ROSARDO.
¡Qué soberbias cuchilladas
¿Mas que la corte? ¿Decis por el estudiante Que le daba al toro !
De Salamanca?
FABRICIO. ROSARDO.
FULGENCIO.
. , , , Sin duda; Y tales,
Que lo fué la que algún dia ¿Pues quién? Que no tuvieron iguales,
El viejo Duque tenia. - LUCRECIA. Y pueden ser celebradas.
FABRICIO. Bien anduvo. ¡Gallardos brazos!
El tiempo lo acaba y muda : ROSARDO. FABRICIO.
Fué hombre de gran valor. Anduvo bien; ¡Soberbios!
EL DÓMINE LUCAS. lo
Pues cada Tez que herían , ESCENA IV. Que cuatro pequeñas leguas
Poca resistencia hacian Que hay de Salamanca aqui,
Cuero, carne, hueso y nervios. FLORIANO, ALBERTO. Andaré" por verte á ti
Confieso mi envidia. Y dar á mis ansias treguas;
ALBERTO. Que eres al fin el descanso
ROSARDO.
Al fin , ¿que á tan gran belleza De mis penas, dulce Alberto,
Y yo Juzgas tu ventura corla? Y para llegar al puerto
Mi envidia y mis celos junios. Viento en popa y viento manso.
FLORIANO.
FABRICIO.
A otras fiestas he venido, Esto fué desdicha mía.
Pues en mi crecen por puntos Travendo determinado Alba mi sol ha de ser;
Los que su talle me dio. De decirle mi cuidado Que tras tanto anochecer,
Fuera de que yo entendí Para despertar su olvido. Espera el alma algún dia.
Que se le inclinó Lucrecia. Porque en efeto la adoro; ALBERTO.
ROSARDO. Pero nunca me atreví. Vé ordenando el testamento,
Si ; mas no anduvo tan necia ALBERTO. ítem mas, di lo que queda ,
Como yo á Leonarda vi ; Pues ¿á qué vienes aquí? Porque á cuerpo y alma pueda
Que aun aquí me quema y arde FLORIANO. Dar descanso y monumento.
De ver cómo le decia, ¿Qué es aquesto, mata-toros?
Cuando al toro acometía : No mas de á matar un toro.
Solo aficionarla espero. Todas aquellas fierezas
t ¡Yálate Dios ! ¡Dios te guarde ! » ¿Paran en esas tristezas
Y por eso entre la gente ALBERTO.
¡Muy bien tus brazos podrán , Y en aquesos tiernos lloros?
Tuvo tales opiniones. ¿Eres quien hoy como un Cid
Porque aquellas oraciones Pues en lugar de galán. Con el valor de tus brazos
¿A quién no hicieran valiente? La sirves de carnicero! Hizo aquel toro pedazos,
si ella á mi me deseara Si de Salamanca, adonde Sin gastar traición ni ardid?
Tal bien y buena opinión , Estudias, vienes aquí Pues ¿qué sentimiento es ese ,
No á un toro; á un tigre, a un león A descuartizarle ansi ,
¿Qué efeto esperas? Responde. Y mas donde está mi ayuda ,
Acometiera y matara. Que no hay cosa á que no acuda,
Si siempre embozado vienes ,
FABRICIO.
Que aun apenas te conoce, Aunque á estudio y amor pese?
Y Lucrecia, ¿qué decia. ¿Qué fruto quieres que goce No te quiero aconsejar,
Cuando Leonarda rezaba? De la esperanza que tienes? Aunque fuera lo mejor,
¿No viste lo que rogaba , ¿Qué papel te dio molestia? Sino esforzar este amor,
Y lo que al cielo pedia? Qué razones estudiadas, Y este delito ayudar.
¡Oh cuánto habernos errado Sino andar á cuchilladas Ya soy cómplice contigo :
En no haber salido al coso! Y á brazos con una bestia? ¿Qué es lo que piensas hacer?
ROSARDO. Cuando se enternezca así , FLORIANO.
¿No es este aquel venturoso? ¿Piensas que te ha de rogar, Ahora acabo de ver
FABRICIO. Y que en un corto lugar Que eres verdadero amigo.
¿Cuál? Puedes verla, y verle á ti? Pero es forzosa tu ausencia
ROSARDO. Tu amor, al fin, vitupero. Por dos imposibles grandes.
Aquel que va embozado. Porque á esta , para ser casta , ALBERTO.
Llamarse Lucrecia basta ,
FABRICIO.
Casto nombre v mal agüero. Ni lo quieras ni lo mandes;
Pues ¿en qué le conociste? ¿Hasme entendido, Floriano? Que perderé la paciencia.
ROSARDO. Floriano, ¿duermes? Mas ¿qué imposible no es sueño
En la capa con el oro , A un amor tan desigual?
FLORIANO.
Que mil veces sobre el toro ¡Yo! Si; FLORIANO.
Con el blanco acero viste. Que á tus razones dormí : Ser mujer tan principal ,
ESCENA III. Fuerza de amor inhumano ; Y ser lugar tan pequeño.
Que el alma , que está despierta ALBERTO.
FLORIANO v ALBERTO, embozado!, de A mil penas y pasiones, Antes por esa razón
estudiantes , muy galanes y con cue A la luz de tus razones Solo te echarás de ver.
llo* bajos.—Dicaos. Se duerme obstinada y muerta. FLORIANO.
Y porque es muy ordinario
De tu amor aconsejarme , Muy diferente ha de ser
FLORIANO.
8uiero ahora consolarme Mi nueva imaginación.
Desto, Alberto, no te asombres ; ALBERTO.
Que has después de hacer extremos. on este dolor contrario ;
Que todos tus argumentos ¿Cómo?
fabricio. (Ap. á Rosardo.) FLORIANO.
Aquí se han de resolver ;
¿Quieres que ahora probemos Que amor de amigo y mujer Aquí suelen venir
Si es tan bravo con los hombres? Son contrarios elementos. De Salamanca estudiantes.
ROSARDO. Tú me encaminas al bien , ALDERTO.
¿Y de un hombre ha de temer Y Lucrecia á tanto mal, ¿Qué estudiantes?
Quien rinde un fiero animal? Que hoy por medio desigual FLORIANO.
FABRICIO. Quiero probar su desden. Mendicantes,
Creed que una espada igual Lo mejor he conocido, ?ue vienen á Alba á pedir,
Mas miedo suele poner. Y lo peor aprobado ; destos uno he de ser,
Pero, pues es forastero, Ya soy áspid encantado: Con pobre traje y vestido.
Y que maüana se irá, En vano tientas mi oido.
A Salamanca te vé , ALBERTO.
Segura el alma estará
De sus celos y su acero. Y di que á Madrid me fui; Con risa te he respondido.
Porque yo me quedo aquí , Y bien, ¿qué piensas hacer?
ROSARDO.
Vos ; habeisle conocido? Por ver si hallarme podré. FLORIANO.
Llevarás esos criados, Hablalla y vella.
FABRICIO. A quien tendrás por mi cuenta , ALBERTO.
Anduvo tan embozado , Mientras á la suya asienta ¿Y no mas?
Que mientras mas fué mirado, Amor mis largos cuidados.
Menos conocido ha sido. FLORIANO.
Y di en escuelas por cierto
Pero vamos , que no importa ; Que vuelvo; y presto ha de ser, Y declararme con ella.
Que es esto mucha flaqueza. Si es cierto poder volver ALBERTO.
{Yante Fabricio y Rosardo.) Un hombre después de muerto; Y ese traje, para vella,
4fi COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
¿Adonde hallarle podrás? FLORIANO. DECIO. (Ap.)
FLORIANO. ¿Estudiante? ¿De á dó bueno? Si desta el cielo me escapa,
Decio, ese capigorrón DECIO. ¡Nunca mas á Alba á ver toros!
Que nos compra de comer, Salmanticense, Señor. floriano:
Vino á las fiestas ayer, §uítese la sotanilla
Y hoy le he visto en el mesón. FLORIANO.
Entra, Alberto, por tu vida, Sosegaos ; no hayáis temor, el sombrero.
Y cubrios; que hace sereno, DECIO.
Y á la plaza le enviarás.
Y es para el celebro malo. Que me place.
ALBERTO. Pero ¿de qué intento nace,
¿Quieres roballe? DECIO.
Siendo tan mala, el pedilla?
FLORIANO.
Tiene razón, en verdad. Ea, declare si es luaus.
FLORIANO.
No mas FLORIANO.
r»e la sotana raída, Quam artemf... ¿Qué facultad? Camine, capigorrón.
El ferreruelo y sombrero. DECIO.
DECIO.
ALBERTO. (Ap. Con el latin me regalo : Nudus salí del mesón ,
Entro pues. Ya voy cobrando el aliento.) Et illuc revertar nudus. (Yase.)
FLORIANO. Logicam nudio etsum ego
Entra, y no tardes. Compostellanus. ESCENA VII.
ALBERTO. FLORIANO.
Si sale, no te acobardes; ¿Gallego? FLORIANO.
Que darle esta espada quiero. (Vate.) DECIO. No se ha negociado mal ,
Máxime. Pues son estos los despojos
ESCENA V. FLORIANO. Que han de llevarme a los ojos
(Ap.. ¡Gracioso
. cuento!) De aquel ángel celestial .
FLORIANO. ¿A qué habéis aqui venido? Otros para ver sus damas
[fio Sacan libreas costosas,
SiamorsusBecbas,yel infiemoelfue DECIO.
Veni ad agitanaos lauros. En las cubiertas vistosas
Perdido hubieran, de mí pechoardieute, Manifestando sus llamas.
Para matar y atormentar la gente. Con otros dos bacalauros,
Que los habernos corrido. Ponen morado de amor
Fuego y flechas sacar pudieran luego. Y nácar de crueldad ,
Y si á Neptuno, que en mi llanto anego. FLORIANO. Carmesí de voluntad
Faltara el agua y la inmortal corriente, ¿Servís? Y pajizo de temor;
Hallara nuevo mar en la gran fuente DECIO. Y yo, con tanta firmeza.
De lágrimas, que ya me tienen ciego. Al hombre mas ruin Pongo á la luz de mi espejo
Y si al áspid soberbio é iracundo Que tiene toda la Europa : Un vestido negro y viejo,
Faltara la ponzoña de su aliento , Testigo esta pobre ropa. Porque es vieja mi tristeza.
La hallara de mi pecho en lo profundo. Pero es bien que el alma mia
FLORIANO.
Y si faltara al ave su elemento, Con algún consuelo quede;
Con mis suspiros sustentara el mundo ; ¿Y de qué?
DECIO. Que desta tristeza puede
Que soy ponzoña, fuego, mar y viento. Salir después mi alegría.
Curo un rocín
Y compro lo que manduca. Vamos pues; que hasta su vista
ESCENA VI. Ha de durar mi tristeza ;
FLORIANO.
Que si es cielo la pobreza,
DECIO, con una solanilla muy raida ¿Y dónde está? Hasta los cielos conquista. (l'ssf.)
y otra hecha pedazos debajo, y un DECIO.
mal sombrero y mol ferreruelo.— En el lugar.
FLORIANO, embozado. FLORIANO. Sala en usa de Fulgencio.
¿A qué ha venido?
decio. (Ap.) ESCENA VIII.
DECIO.
¡Qué hora para enviar
A un forastero á la plaza! A acabar LEONARDA, LUCRECIA.
Un padre que ya caduca.
FLORIANO. (Ap.) LUCRECIA.
FLORIANO.
Vil resolución y traza Al fin , ¿no le viste bien ?
Me manda amor intentar. ¿De dónde es?
DECIO. LEONARDA.
Uecioeseste.
decio. (Ap.) Es de Madrid. Digo que entonces le vi ,
Y que fué milagro en mí
¿Estaba loco FLORIANO.
Y rayo su luz también.
Hombre que tal enviaba? ¿Es caballero?
LUCRECIA.
Mas yo , que salí , lo estaba , DECIO.
No siendo el peligro poco. Eso es llano. ¡Qué! ¿te ha enamorado?
¿A quién he de preguntar? Sino que, siendo un villano, LEONARDA.
Que no hay un hombre en el suelo, Presume venir del Cid. No.
Ni una estrella en todo el cielo, FLORIANO. (Ap.)
LUCRECIA.
Por quien me pueda guiar. ¡A buen mozo, por mi vida. ¿Pues qué?
Pues yo ¡soy muy animoso! Doy de comer y salario ! LEONARDA.
No hay sombra que no me asombre , Bien me ha parecido.
Con imaginar que es hombre. — DECIO.
LUCRECIA.
¡Válgame Dios poderoso! Si no soy mas necesario ,
Hele aqui puesto delante, Da veniam que me despida , Peso mi parte he tenido;
O que de arriba cayó. Quia vado per pasteles, Que también tengo alma yo.
El ad tabernam cum bota. LEONARDA.
„ , FLOR1AXO.
¿Que gente? FLORIANO.
¿Eso me dices? Presume
Iréis la cabeza rota. Que le he de solicitar,
decio. (Ap.) (Ásele.) Y tengo de confesar
¡Díjeloyo! DECIO. ?ue me abrasa y me consume,
FLORIANO. Deten tus manos crueles; estará muy en mi mano ,
¿Qué gente? Que yo no tengo tesoros. Pues en Salamanca vivo.
DECIO. FLORIANO. LUCRECIA.
Un pobre estudiante. Arrojad luego la capa. Tu propósito concibo ;
EL DÓMINE LUCAS.
Pero es pensamiento vano ; ESCENA IX. FULGENCIO.
Que mi padre te ha I raido Aguardad: dároslo han.
A que Rosa rilo te vea, FULGENCIO.— Dichas. ¡Qué importuno sois! ¡Jesús!
En razón de que desea... —Vé tú por ello.
LEONARDA. FULGENCIO. (Ap.)
LUCRECIA.
Dito. Yo sé
LDCBECIA. Cómo esto se ba de tratar. Vovoy. (Vate.)
Hacerle tu marido. Lucrecia. (Ap. á Leonardo.) FULGENCIO.
Y esto está medio tratado , ¿Mas que ya te viene á hablar?.. . ¡Qué importuno sois, hermano !
¥ no te podrás volver ;
Que ha de quedar, dijo ayer, leonarda. (Ap. <í Lucrecia.) FLORIANO.

Escrito yefetuado. Lucrecia, ¿ qué le diré ? Con pan de tan bella mano,
FULGENCIO.
Por hoy satisfecho estoy.
LEONARDA.
¿No se ba de hacer con un si , Sobrina...
Y aqueste yo le he de dar? leonarda. ESCENA XI.
Pues quiéíosele negar, Tío y señor... UN CRIADO. —LEONARDA , FUL
Y podré librarme asi. FULGENCIO. GENCIO , FLORIANO.
LUCRECIA. Solo á buscarle he venido.
Mudable debes de ser. leonarda. CRIADO.
LIONA II DA. Ya la ocasión he sabido , Rosardo está en el jardín ,
Tú con «tremo lo eres , Y que me has hecho favor. Que viene á hablarte , Señor.
Pues hoy á un extraño quieres, FULGENCIO. FULGENCIO.
Queriendo á un amigo ayer. Deseo de tu remedio Que suba será mejor... (A Leonarda.)
LUCRECIA. Es , Leonarda , mi intención ; —Pero turbaráste , al Gn.
¡Yo i un extraño! Que la presente ocasión Voy, y estarás advertida
LEONARDA. Apenas se pone en medio; De que luego subirá.
¿No lo dices? Que con ser hija , no sé (Vase, y el criado.)
Si esto á Lucrecia deseo. LEONARDA.
LUCRECIA.
leonarda.
¡Yo querer ! ¿ Por qué razón ? A ver á mi muerte va.
ÍQue has visto en mi condición En la nobleza lo veo,
Que de la tuya heredé. FLORIANO. (Ap.)
'ara que te escandalices? Y yo espero ver mi vida.
¡He llorado? He suspirado? FULGENCIO.
¿V) he comido? No he dormido? Rosardo, que ya conoces... LEONARDA.
¿En qué mi honor he ofendido, Quiero irme á componer,
Ni á mis padres agraviado? ESCENA X. Ya que aqueste ha de subir;
¿Qué gracias he visto en él , Y mas quisiera morir
Sino que ayer mató un toro , FLORIANO. — Dichos. Que haberle de hablar y ver. ( Vase.)
Con una capa con oro ,
Mas fiero y robusto que él? floriano. (Llamando dentro.) ESCENA XII.
El ¿no es estudiante, prima, ¿Quién está acá?
Y resido en la ciudad? FULGENCIO. FLORIANO.
LEONARDA. ¿Qué importuno?... Amor, tiempo, ocasión , fortuna, cielo,
a —Al fin , Rosardo, que es hombre Veisme aquí pobre, que el sustentopido ;
LUCRECIA. De grande linaje y nombre... Amor me dio el sugeto enriquecido,
Pues ¿qué facilidad floriano. (Dentro.) En cuyas alabanzas me desvelo. [1°
A prelendplle te anima? Eltiempomediótiempo;ycon su vue-
Que hoy se irá , si ya no es ido. ¿Quién está acá?...
Esta ocasión presente me ha ofrecido.
(Ap. Basta ; que esta necia ba dado FULGENCIO.
Si la fortuna me ha favorecido,
En poner nuevo cuidado ¿No hay alguno ¿Quién debe al cielo loque yo en el suelo?
Adonde yo le he tenido; Que responda en esla casa? Ecbé la hacienda por salvar la vida
Que yo sé que es Floriano, ¿Algún criado? ¡Hola, gente! En tu piélago, amor, y llegué al puerto
Y viene al lugar por mí , LUCRECIA. Pidiendo, como pobre, la comida.
Aunque jamas lo entendí Ya es ido el impertinente. Ya de la vida estoy seguro y cierto :
De su lengua ni su mano ; Señor, adelante pasa. ¿Qué milagro me queda que te pida [to?
Pero sélo de sus ojos, Después dehaberle dadovidaáunmuer-
FULGENCIO.
Que hablan y escriben mas.)
LEONARDA.
Digo pues que te ha pedido
Por mujer este Rosardo , ESCENA XIII.
Tratando acaso estarás Que, como ves, es gallardo,
Darme ocasiones de enojos. Muy rico y muy bien nacido. LUCRECIA, con pan. —FLORIANO.
LUCRECIA. Trá'jete de Salamanca LUCRECIA.
¡Yo! ¿cómo? Para que, viniendo aquí...
LEONARDA. i ¡Hola, hermano!
(Sale Floriano con los vestido* que qitl
Dando á mi tio tú al capigorrón.) FLORIANO.
De mis desatinos cuenta. ¡ Mi señora !
FLORIANO.
LUCRECIA. LUCRECIA.
Quien así mi amor afrenta, ¿Quién está acá? ¿Estáis ahí?
Ño debe de ver que es mió. FULGENCIO. FLORIANO.
Oigo que saber quisiera ¿No hay ahí ¿No lo ve?
Nuevas dése hombre que darte. i Quien dé á ese pobre una blanca? No puedo mover el pié ,
LEONARDA. | Entra, hermano, entra en buen hora. Ni lucra posible ahora.
Solo eso, Lucrecia , es parte I Veamos qué nos queréis. LUCRECIA.
Para que ya no le quiera. i ¿Quién sois? ¿Estáis enfermo?
Yo le dejo desde ahora , FLORIANO.
FLORIANO.
Porque nanea una mujer Y'a , Señor, lo veis. Mortal. ' '.•
Has presto viene á querer El que vuestro auxi lio implora ,
Que cuando hay competidora. — Pauper escholasticiís, LUCRECIA.
Fulgencio viene. Que pide un poco de pan. Pues no se os echa de ver.
4H COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FLORIANO. LUCRECIA. A otra Lucrecia cual vo.
No lo querer entender ! Pues ¿qué os duele? De lo que es secretas faltas
Tengo por mala señal. FLORIANO. No tengo que confesar;
LUCRECIA. El corazón. Lo que es dolor, me hace dar
Muchas veces voces altas ,
Tomad , Dómine. LUCRECIA. Porque me duelen las muelas.
FLOBIAIIO. Comeos el pan.
FLORIANO.
¿Sabéis FLORIANO. ¡Alabado sea el Señor,
Que tenor quiere decir? Y'a lo como. Y mas con tanto favor
LUCRECIA. LUCRECIA. Como ahora me revelas !
Losé. (Ap. ¡ Notable es el estudiante ! Que, como si lo supiera.
FLORIANO. ¡Qué buena cara que tiene! ) Traigo una oración escrita
A quien ha de servir, ¡Ah, Dómine! De aquella santa bendita
¿Vos señor llamar queréis? FLORIANO. (Ap.) Que es su abogada primera.
Por buen agüero lo tomo , Y'a se viene. LUCRECIA.
Y ese nombre he de llamarme; Amor, camina adelante. ¿Es santa Polonia?
Que vos podéis confirmarme.
LUCRECIA. FLORIANO.
LUCRECIA.
¿Sois acaso bien nacido? Si;
Comeos el pan. Y como aquesta recéis,
FLORIANO.
FLORIANO. Si , en verdad ; pero quedé Salvoconduto tendréis
Ya lo como, Sin padre : al fin me apliqué Que no os duelan mas que á mi.
Y mejor diré lo beso, A las letras, que he seguido, ¿Sabéis leer y escribir?
Porque es tan bendito el pan , Y' me cuestan lo que veis ; LUCRECIA.
Que alma y cuerpo comerán Porque , si oficio aprendiera , ¿No basta saber leer?
De la dulzura del beso. Menos trabajo tuviera. FLORIANO.
LUCRECIA. LUCRECIA. Para ser noble mujer,
¿Vino ayer de la ciudad? Hombre honrado parecéis. Que es falta os puedo decir.
FLORIANO. FLORIANO.
Hablad vuestro padre honrado;
Que, si queréis, yo estaré
Vine, aunque no vi la fiesta , Dios se lo pague y le dé En casa , y os mostraré,
Por lo que ya me molesta Entero conocimiento ; Y á leer latin tirado.
Tan áspera enfermedad. Lo que mas ahora siento
Es que tan sin él esté. LUCRECIA.
LUCRECIA.
En verdad que conocí Yo entiendo que él gustará ,
¿Qué es su mal? A mi padre con criados. Y yo, amigo, en grande extremo.
FLORIANO. Que viven ahora honrados FLORIANO. (Ap.)
Calor es todo. Con la hacienda que perdí, Camor! ¿qué dudo? qué temo?
Y aun he visto un mayordomo o de mi parte está.
LUCRECIA.
Con no poca presunción . (Llora.)
¿Del hígado? LUCRECIA.
LUCRECIA. Pues estáis enfermo ansí ,
FLORIANO.
Cerca eslá. No lloréis. No os vais; que aqui comeréis;
FLORIANO. Y mientras le hablo , podéis
LUCRECIA. Es condición. Iros á asentar allí ;
¿No hay remedio? LUCRECIA. Que él es tan caritativo,
FLORIANO. Comeos el pan. Que os hará limosna y bien.
Alguno habrá. FLORIANO.
FLORIANO.

LUCRECIA. Y'a lo como ; Dadme vos los pies también


Pues cúrese. Y creed que ya prevengo Por la merced que recibo.
FLORIANO. Con esta epitima rica LUCRECIA.
¿De qué modo? La medicina que aplica ¿Cómo os llamáis?
LUCRECIA.
El tiempo al dolor que tengo. FLORIANO.
Es propiedad del veneno
Hablando al médico. Irse luego al corazón ; ¿Yo , Señora?
Y' así en aquesta ocasión Lúeas.
FLORIANO.
LUCRECIA.
Es rico. Va el pan de lágrimas lleno.
Porque la purga le mueva Idos á sentar,
LUCRECIA. Siempre se mezcla con él ; Lúeas: yo os haré llamar.
¿Y vos? Y asi, porque vaya á él FLORIANO. (Ap.)
FLORIANO.
Este pan , lágrimas lleva. ¡Oh prenda que el alma adora !
Pobre por extremo. LUCRECIA. Oh pan ! Oh esperanza mia!
LUCRECIA. Oh dichoso fingimiento!
¿Estudiáis filosofía ,
No importa. O qué es aquesto que habláis? LUCRECIA. (.4;>.)
FLORIANO.
FLORIANO. ¡Qué cara! Qué entendimiento!
Eso solo temo. FLORIANO. (Ap.)
Para que el alma entendáis
LUCRECIA. Alma , esfuérzate y porlia. (Yate.)
¿Moriréis? Hablar romance querría.
Pero, si aquí no hay lugar.
FLORIANO. Porque no digáis que he sido ESCENA XIV.
Remedio aplico. Ingrato al pan que he comido,
LUCRECIA. El pan os quiero pagar. LUCRECIA.
¿Cómo? ¿Tenéis algún dolorcillo
FLORIANO. O alguna secreta falla ? ¡Lo que ha podido moverme
El traer carta de favor!
Que jarabes tomo. LUCRECIA. Porque es gran despertador
LUCRECIA. ¡Bueno! la pregunta es alta; De la voluntad que duerme.
Ya es principio. Pero no me maravillo. ¡Qué buena presencia tiene!
Quizá el dómine tocó Seguramente camina.
FLORIANO.
Un paso de Celestina, Porque parece que inclina,
Bueuosson. En que da esta medicina Y que á los ojos se viene...
EL DÓMINE LÍ1CAS. ¿9 .
—Quiero !a oración leer FULGENCIO. Ene en esto tengo poder ,
De aquella béndila sania. ¿En qué con vos la perdí? orno en propia hacienda mia.
Lo que es la entrada me espanta. ROSARDO. ROSARDO.
Has prosa debe de ser. En que este papo me den Pues, Señor, desdé este dia
(Lee.) «No he tenido atrevimiento Las esperanzas del bien Es Lucrecia mi mujer.
> jara descubrirmi pecho, con el temor De aqueste negado si ; ¿Cómo no me dais la mano?
> le mi bajeza y tus méritos , hasta que Que, por vos asegurado. (A Lucrecia.)
> a enfermedad ba sido de muerte, y lan Me be atrevido, como necio, LUCRECIA.
«brioso el úllimo remedio, que por Hasta llegar al desprecio Detened la vuestra un poco. ,
> entura , por no perdella del lodo, te es Del no cierto y sí negado. ROSARDO.
cribo que soy Floriona, y que por tu
> usion he venido á aquestas tiestas á FULGENCIO. Juzgado me habréis por loco,
> iveoturar la vida, porque no la estimo Fuera justa vuestra queja, O por lo menos liviano.
ii asta saber si me la deseas. La tina Rosardo, si os prometiera Mas mirad vuestro valor
»;uarde el cielo, para que me la quites Lo que en mi poder tuviera , En cuánto á Leonarda excede,
»j me la des; que en tales manos todo Puesto que os ama y no os deja. Y veréis que me concede
tes vida.* Pero si esta dilación Bastante disculpa amor.
Es honesto proceder, FULGENCIO.
—¡Extremada es la oración, ¿En qué se puede ofender
Y el remedio singular! ¿Has por ventura entendido
Vuestro honor y mi opinión? Que es esta mi voluntad?
Y podría aprovechar Con Lucrecia , que es mi hija-,
Dicha con buena intención. Y de quien disponer puedo , LUCRECIA.
¡Qué discreto es Flonano Y donde respeto y miedo No tienes dificultad
tn el tercero que.envia ! Sufren que la mande y rija , Para ser obedecido ;
¡'tué santidad que fingía Hoy podréis quedar casado, Que eres mi padre en efeto. •
Hasta ponerla en mi mano! Cumpliendo mejor ansí ■Pero yo sé de Leonarda
Basta ; que de aqueste oficio Esa palabra que os di. Que este casamiento aguarda,
Dejó Celestina nietos, Y ama á Rosardo en secreto.
ROSARDO.
Y no con menos efetos Y' como ella no lo impida
Para engañar el juicio. Es cumplimiento excusado. Ni diga que está quejosa ,
Aquí no hay que resistir. Lo que ella no ha de aceptar, > Yo digo que soy su esposa.
Floriano es caballero ; Fulgencio, me prometéis.
FULGENCIO.
Yo le adoro y por él muero... FULGENCIO.
— ¡Qué gran falta es no escribir! ¡Justa respuesta!
¿P«r qué no, si vos queréis? _
Pero, pues principios tengo, ROSARDO.
ROSARDO.
Este hombre me na de enseñar. ¡ Escogida !
Eso ¿es cumplir ó engañar? Y'o'sé que dirá-que sea,
ESCENA XV. , FULGENCIO. Sin impedillo jamás.
Dadme esa mano, Rosardo, LUCRECIA.
FULGENCIO, ROSARDO.— De hacer este casamiento,
LUCRECIA. Y veréis si es fingimiento. Pues yo no pretendo mas
De ver que no lo desea.
ROSARDO.
ROSARDO.
¿Cierto?
De quererlo dilatar, FULGENCIO. Pues vámosla á hablar.
Fulgencio, enojado vengo; Cierto. • FULGENCIO.
Que parece que á mi amor . ROSARDO. Partamos.
No es buena correspondencia , . Pues ¿qué aguardo?
Después de lan larga ausencia, (Vase Rosardo.)
Desvanecerme el favor. (Ap. Que ya el amor a Leonarda
Se acabó con su desden , ESCENA XVI.
FULGENCIO. Y con ser mayor el bien
Fállaos en eso razón ; Que de Lucrecia me aguarda. FULGENCIO, LUCRECIA.
Que sabed que os quiere bien. Pero ¿cómo he de poder
Pero hay mujeres también Desenojar á Fabricio, • LUCRECIA.
Desta esquiva condición. Y dar tan contrario indicio Oye , Señor.
Que hay alguna que, si aqui De mi hidalgo proceder? FULGENCIO.
Le tratasen de marido, Mas también es grande error, ¿Qué me quieres?
Sin haberle conocido , Cuando todo es falsedad , LUCRECIA.'
Dirá treinta veces sí.— Guardar á nadie lealtad ,
Lucrecia... Y mas de interés de amor. Bien es que nobles mujeres
LUCRECIA. Mujer y diez mil ducados Firmary escribir sepamos.
No seré yo ¿A quién no disculparán? Aquel enfermo estudiante
Por quien eso vas diciendo. Que por menos que esto están Que ayer limosna pidió,
FULGENCIO. Mil necios desengañados ) A enseñarme se. ofreció
Señor, la palabra vuestra Mientras no pasa adelante.
Bien sabes que no le ofendo. Puesto que el mal lo detiene,
No es quien os ha de obligar
ROSARDO. A quererme ahora dar Permítele cnie se cure ,
Todo en esta casa es no. De quien sois tan clara muestra. Y que enseñarme procure.
¡Vos decis que no habéis sido Si acaso igual os parezco FULGENCIO.
Quien este trato tenéis , A vuestra imaginación , ¡A extremado tiempo viene!
Y vos, que ñola ofendéis! Para tan alta ocasión Denle en casa un aposento
FULGENCIO. Humildemente me ofrezco ; Donde se pueda curar.
Ni Leonarda te ha ofendido ; Que yo no os quiero forzado, LUCRECIA. v
Que este no, vo le aseguro, Sino voluntario en esto.
Y aquel sí no la ba engañado : LUCRECIA. {Ap.)
Y en el mió ¿podrá estar?
De vos estoy agraviado , ¡Airado cielo! ¿qué es esto? FULGENCIO.
Y de Leonarda seguro ; FULGENCIO. Podrá, si te da contento. (Yate.)
Que ella en esta dilación Por todo estoy obligado. LUCRECIA.
Ha hecho como mujer. Y si la palabra dada Confusa y turbada estoy,
ROSARDO. No cumplí en la prenda ajena, Entre dos extremos puesta.
Y vos debéis de volver La propia obligo á la pena Si dijese en mi respuesta
Por vuestra buena opinión. Como lianza pagada ; Que ya de otro dueño soy...
L-i.
80 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
¿Consentiré lo tratado?... A fe que es galán de fama, Se vaya el alma anegando.
¡Tal dije! ¡ En mi lengua cupo Y que tan hermosa dama Que este enemigo suceso
Cosa que el alma no supo ! Se emplea muy bien en él.. Que asi de casaros trata,
Obedeced , pues es justo , Poco hará si no me mata ,
ESCENA XVII. A vuestro padre, Señora; - ' Después de quitarme el seso.
Que no os va menos ahora Ya estoy aqui ; ya llegué
FLORIANO.— LUCRECIA. Que tener provecho y gusto ; A lo mas que pretendí;
Que por ser yo bien nacido , De la tempestad salí ,
FLORIANO.
Lo que es verdad aconsejo, Y en el puerto mé anegué.
■ Pues ¿qué habernos negociado"? Aunque á Floriano dejo
■ ¿llame señor recibido , ¡Pluguiera á Dios que muriera
Por vos perdiendo el sentido. Entre aquellas ondas bravas,
O ya de casa me voy? Pero él os dirá lo propio, Dulce amor, que levantabas !
LUCRECIA. Según es hombre de bien ; (¡Fiero olvido! ¡ausencia fiera!)
¡Oh Lúeas! muriendo estoy. Aunque por quereros bien Y no ahora que en el puerto
FLORIANO. Parece consejo impropio. Me veo favorecido,
¡Vos! ¿De qué? Rosardo es buen caballero , Cierto de mi bien perdido,
Notorio en este lugar, Y de mi remedio incierto.
LUCRECIA. Con quien os podéis honrar
Pierdo el sentido. Mejor que de un forastero. LUCRECIA.

FLORIANO. Floriano es advenedizo , Floriano, á quien ha visto


¿No se mitigó el dolor Pobre estudiante, aunque honrado, Tantas pruebas de mi fe,
Con esa oración que os di? Y que solo os ha obligado Poco importa que las dé
Lucrecia: Con lo que ayer veis que hizo", Con el llanto que resisto.
Cuando la recé, crei Que fué cosa para vos Huélgome que hayas probado
Que era acabado el rigor, Bien excusada en verdad , Los quilates de aquel oro
Y sentí tanto consuelo, Y para él necedad , Con cuyo valor te adoro,
Que no entendí que podía Si no lo remedia Dios. Y su fineza tocado.
Bajar el tiempo en un dia ¡Bueno es que al vuestro dejéis Y pues ya no hay qué decir
Mis esperanzas del cielo. Por un matador de toros ! Mas délo que visto has, •
Porque ese íu Floriano , • Qué respetos , qué decoros, O tú mi esposo serás,-
Que aquese papel te dio, mé obligación le tenéis? O tú me verás morir.
Es á quien le diera yo Jn papel que os ha enviado Mi padre quiere curarte,
De mujer palabra y mano : Con un pobre como yo : Siendo tú el médico mió,
¡Tanto como esto le quiero ¿Es mas que ésto? Porque de mi desvarío
Desde el punto que le vi! • Eres medicina y parte.
LUCRECIA.
Pero ya ¡ triste de mí! • Aquí tendrás aposento,
Amigo.no; Y aun dos creo que tendrás,
De gozalle desespero, Pero es mucho haberle amado.
Porque mi padre me fuerza Porque en mi alma estarás,
Y este amor es de tal suerte, Para ser huésped , de asiento.
A dar la mano á Rosardo. Que ya tu consejo es vano, Y pues que tiempo tenemos
FLORIANO. Porque en solo Floriano Para contar nuestras cosas,
Desde este punto acobardo Esta mi vida ó mi muerte. De las que son sospechosas
Todo el valor que me esfuerza*. Y no digas que naciste Las ocasiones quitemos.
¡Qué oigo , triste de mí ! Menos que como villano. Créeme que estoy corrida
LUCRECIA.
Pues aquí contra Floriano De no haberte conocido,
¿Qué dices? La amiga lengua moviste. Aunque es mas culpa el vestido
FLORIANO.
Yo tenia negociado Que el ser yo desconocida;
Queosqueiásedesaquí; • Que ya el alma me avisaba,
Que es caso extraño. Pero, pues sois contra mí, Si yo creerla quisiera;
LUCRECIA. Ya me habéis desobligado. Pero de cualquier manera,
Extraño para mi daño, No estaréis en casa un punto : En tu pensamiento estaba.
Pero nuevo para tí. A la de Rosardo, hermano; Ya es hora de ir á comer.
FLORIANO. Que aquí vive Floriano, Apercibe tinta y pluma ;
¿Qué es lo que piensas hacer? Y Rosardo está difunto. Que habernos de hacer la suma
¡Con qué suspensión y calma De un infinito querer ;
LUCRECIA. .
Me reprehende el grosero! Que esta ha de ser la cubierta
Resistir, aunque me mate. ¡Por cierto, gentil tercero Con que podremos hablar*
FLORIANO. Para flalle mi alma!
FLORIANO.
Es este el primer combate, ¿De Floriano dice mal,
Y sois , Lucrecia , mujer. Que no hay en la corte dama Dame esos pies á besar,
¿Cómo habéis de resistir, Que no lo quiera por fama Gloria de mi cielo abierta,
Si vuestro padre lo quiere? Y porque no tiene igual? A cuyo sol desde boy
LUCRECIA*
Pártete de mi presencia. Ofrezco un águila nueva,
Resistir cuanto pudiere, Aunque descubras el caso. Que en esos rayos se prueba
Y poder hasta morir. FLORIANO.
Para conocer quien soy.
Pues espacio me prometes,
FLORIANO. Dimina, domina, paso; No quiero ahora cansarte,
¿Es caballero ese hombre? Que es esa mucha licencia. Mas solamente avisarte
LUCRECIA. LUCRECIA. Que el casamiento no acetes;
Sí. Que yo te daré invención
FLORIANO.
¡Cómo! ¿no os puedo yo ecBar? Con ia que burles á todos.
¿Y es galán? FLORIANO.

LUCRECIA. ■ Detened ,- mi bien , la mano , Cuando falten nuevos modos,


Por extremo. Porque echáis á Floriano Morir es resolución.
FLORIANO. De su dichoso lugar.
Yo soy el que os ha querido; FLOniANO.
Agora de nuevo temo.
¿Cómo decis que es su nombre? Aquel vuestro eselave soy, Vivirás, pues que yo espero
De quien el alma, que os doy, Gozarte con mucho gusto.
LUCRECIA. Os habla al mejor sentido.
Rosardo. Yo aquel míe, siempre callando; LUCRECIA.
FLORIANO. Hable tanto con los ojos , Muy bien sabe el cielo justo
Ya caigo en él. Para que en un mar de enojo» Que eres mi amor verdadero.
EL DÓMINE LUCAS. 51
FLORIANO. Y le quiere para si, FULGENCIO.
Estaré este tiempo en calma. Floriano me quiere á mí. Espera. —
LUCRECIA. LUCRECIA. Leonarda, aquí está Rosardo,
Ya aperciben la comida. Codicia el talle y la renta ; A quien la palabra niegas.
FLORIANO.
Pero yo te quiero tanto, LEONARDA. (.1/1.)

Adiós, Lucrecia querida. Que no te le he de quitar. ¡Qué descuidado que llegas


LEONARDA. De que yo engañarte aguardo!
LUCRECIA.
Adiós , Dómine del alma. ¿Quién ha de poder turbar FULGENCIO.
Lo que ordena el cielo santo? Yo,' que por ti se la di,
El quiere que Floriano Si no te quieres casar,
Sea mi esposo: ya lo es. Mi hija le quiero dar.
ACTO SEGUNDO. LUCRECIA. LEONARDA.
Digo que luego le des Digo mil veces que si.
La fe, la palabra y mano. FULGENCIO.
ESCENA PRIMERA. A mi me sirve Fabricio, ¡Cómo sí! Pues ¿no decias
De quien yo seré mujer; Que procuraba tu daño?
LEONARDA, LUCRECIA. Has también has de entender '
Que te hago en esto servicio. LUCRECIA. (Ap.)
LEONARDA. ¡Oh qué bien que va el engaño!
Vuelve á decir, por mi vida , Y asi te vengo á avisar
De que á hablarte han de venir, LEONARDA.
Amada prima, ese cuento. . Y con instancia pedir Señor, múdanse los dias.
LUCRECIA. El si , que le has de negar. Hoy sale el sol, y mañana
¿Cuento? Y mira lo que te quiero, No quiere salir, y llueve;
LEONARDA. Que su traición te declaro. Y como el cielo se mueve,
Pues ¿no es fingimiento? (Ap. ¡Oh traza de ingenio raro! Mueve esta máquina humana.
LUCRECIA. ¡Qué bien engañarte espero! Hoy se abomina una cosa,
¡To fingida! Todo cuanto digo aqui Y mañana causa gusto :
■ LEONARDA. Floriano lo ha tratado, Yo he conocido que es justo
Tú Ungida. Y es un enredo extremado Ser, como digo , su esposa ,
Para que él me goce á mi.) Y aquesto respondo aqui.
LUCRECIA.
¿Porqué? LEONARDA. FULGENCIO.
LEONARDA. ¿Y qué traición puede haber? ¡Mirad lo que son mujeres!
Por darme á entender LUCRECIA. ROSARDO.
Que Floriano estaba aqui, Han concertado venir Leonarda, en fui , ¿que me quieres?
Y.nene á pedirme á mi Con Rosardo á concluir LEONARDA.
A Fulgencio por mujer. Que quieras ser su mujer,
Y detrás deste aposento Digo mil veces que sí.
LUCRECIA.
Hacer que esté Floriano, ROSARDO.
Leonarda, yo no lo be visto;
Pero dicen que lia llegado Para que tenga por llano Mira que me da Fulgencio
De hidalgos acompañado Que tratan su casamiento. á Lucrecia.
(Que es en el lugar bienquisto), Y como dirás de no LEONARDA.
V por mujer te pidió. A Rosardo, claro está Ya lo sé;
LEONARDA.
Que por si lo entenderá. Y aun esa la causa fué
LEONARDA. Para mover mi silencio.
¿Posible es que fué verdad?
Ansí pues, si diré yo FULGENCIO.
LUCRECIA.
Pues ¿qué es la dificultad? Desde una hasta mil veces. Bien os podéis ir de aqui.
' LUCRECIA.
(Ap. Envidia debió de ser.)
LEONARDA.
ROSARDO.
Que no le merezco yo. Pues eso es lo que has de hacer
Si quieres ser su mujer. ¿Confiesas ser mi mujer?
LUCRECIA.
Ya que á agradarle te ofreces. LEONARDA.
Deja esa humildad tan necia.
LEONARDA. Digo mil veces que sí.
LEONARDA.
¿Quién te lo dijo? Por el declarado engaño , ROSARDO.
Darte, prima, el corazón Esto no tiene remedio.
LUCRECIA. Es corta salisfacion. LUCRECIA.
Fabricio, LUCRECIA. (Ap. ¡Qué bravamente la incita!
Dándome bastante indicio
be lo que te estima y precia. ÍAv. ¡ Qué á mi contento la engaño ! ) El la mueve y solicita
tosardo y Fulgencio vienen : Por estar yo de por medio.) .
LEONARDA. Ya estaréis desengañados'
Yo aseguro que ya está
Y, prima , ¿qué ha respondido? Floriano donde oirá De que esta lo ha de impedir.
LUCRECIA. El pensamiento que tienen. LEONARDA.
Ni padre, de aficionado, LEONARDA. ¿TeDgo yo mas qué decir?
Tenia casi tratado... A lo menos , el contrario, ROSARDO. (Ap.)
LEONARDA. Porque pienso decir si. Hoy pierdo diez mil ducados.
Dilo.
Pero ¿qué se puede hacer,
LUCRECIA. ESCENA II. Sino acetar la mitad
Hacerle mi marido; Con quien muestra voluntad
Y creyendo que tu gusto ROSARDO, FULGENCIO.— Dichas. Y quiere ser mi mujer?
Agora otras cosas trata,
La respuesta le dilata, Fulgencio. (A Rosardo.) FULGENCIO.
Y no con poce disgusto. Como ella lo niegue aqui , En fin , ¿que callado habias
¿Qué testigo es necesario, Rara dar aquestas voces?
LEONARDA.
Pues hémele dado grande. Aunque palabra no hubiera? LEONARDA.
Digo que ese es gusto mió, ROSARDO. Mal las mujeres conoces,
Y no hay para qué mi tio Todas las que yo le he dado Si lo que aman les desvias.
En hacienda ajena mande; El viento las ha llevado. FULGENCIO. (Ap.)
Que si el yerno le contenta Bien puedes hablarla. Celos y envidia lo han hecho.

.->.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
LEO-URDA. Que, como fuera inmortal, LUCRECIA.
Vergonzosa estoy: adiós. [Vate.) Ni mi mal temiera mal , ¿Pensáis que se quejará?
FULGENCIO. Ni mi bien fuera mas bien. FLORIANO.
Dejad que pueda Floriano Vuestra fe parecerá,
¿Qué decís, Rosardo , vos? Él por sí reconocer •
ROSARDO. La distancia que ha de haber Que es tan blanca como él.
De lo divino á lo humano. Pero hay en medio un borrón ,
Que ha descubierto su pecho, Que amaros Fabricio fué.
Y que es forzoso el casarme. Sol es vuestro entendimiento
Que alumbra mi ceguedad , LUCRECIA.
FULGENCIO. Luna vuestra voluntad Otro, por mi vida, eché.
Pues Leonarda lo procura, Por el fácil movimiento ; FLORIANO.
Vamos á hacer la escritura ; Que aunque ahora está creciente,
Que quiero desobligarme Temo después la menguante. ¿Luego dos Fabricios son?
De la palabra que di. (Yase.) LUCRECIA. LUCRECIA.
LUCRECIA. Hoy estáis muy estudiante , Mancharé toda la plana ,
¿Ya en efeto libre quedo? Y cerca de impertinente. Si me vais tratando dél.
ROSARDO. Vamos á lo que hace al caso'; FLORIANO.
Mirad si serviros puedo. Que yo no puedo menguar; Quedará bueno el papel ,
Que soy luna en el llorar, Y escribiréisle mañana ;
LUCRECIA. Y soy sol cuando me abraso. Que yo os daré tinta, ¡ ay cielos !
Vos podéis mandarme á mi. FLORIANO. LUCRECIA.
(Vase Rosardo.) Si en esto os vine á ofender, ¿Cómo?
Ingeniosa traza ha sido Ríen es altivo mi celo ; FLORIANO.
Para remediar mi daüo, Que estando cerca del cielo, Porque estos enojos
Si no se sabe el engaño Era forzoso caer. La sacarán de mis ojos
Hasta hacerle mi marido. Por quinta esencia de celos.
Y creo que cierto es , LUCRECIA.
Aunque fuese descubierto, ¡Jesús !¿del cielo caistes? LUCRECIA.
Porque de un engaño cierto FLORIANO. No la dais por poco precio,
Resultan muchos después. Sí ; que vos sois celestial. Si por mi afición la dais.
LUCRECIA. FLORIANO.
ESCENA III. ¿Habeisos hecho gran mal? Razón es que ya escribáis;
Que yo sé que he andado necio.
FLORIANO, con escribanía y papel— No; que vos meFLORIANO. detuvistes ;
LUCRECIA.
LUCRECIA. Que es también del cielo oficio. Eso en estar de rodillas.
LUCRECIA. FLORIANO.
FLORIANO. Yo estoy como debo estar.
Desto de escribir tratemos. LUCRECIA.
¿Es hora ya de lición? FLORIANO.
LUCRECIA. Aquí materia tenemos , Solo me enseña á firmar,
De la tuya siempre es hora. Ya que de firme te humillas.
Y a mi me la da Fabricio, Estas letras .4, B, C,
FLORIANO. Que por la calle pasea Ayer las iba imitando.
Pues ¿qué hay de nuevo, Señora? Mientras escribiendo estáis. FLORIANO.
¿Es cierta mi perdición? LUCRECIA.
LUCRECIA. Si en esa materia habláis , Si las quieres ir juntando ,
Antes mi ventura es cierta- Haré yo la letra fea. Escribe.
Con la traza que me has dado. LUCRECIA.
FLORIANO. ¿Qué letra haré?
FLORIANO. ¡ Pues qué , si me da pasión ! FLORIANO.
¿Que en mi bien ha resultado? LUCRECIA. ¿Quieres escribir tu nombre?
LUCRECIA. - Callad ; que ya me avergüenzo. LUCRECIA.
La escritura se concierta ; FLORIANO. ¿Ya no te digo que sí?
Que aumenta la prisa el gusto. Escribid pues.
Pero he quedado celosa. . . FLORIANO.
De Leonarda , que es hermosa. LUCRECIA. Pues toma la pluma. Así.
FLORIANO. Ya comienzo. I Libre estoy ; mas no te asombre
¡Oh qué pensamiento injusto FLORIANO'. ! Ser fuerza tocar la mano.
Y falsa imaginación! Ya pasa. LUCRECIA.
Sentaos, porque no entre alguno ; LUCRECIA. Turbarásme si la tocas.
Que en tiempo mas oportuno Ya eché un borrón. FLORIANO.
Os daré satisfacion. FLORIANO. ¡ A qué gloria me provocas ,
LUCRECIA. Así su ventura sea. Cielo mío soberano !
Dejad vos el almohada; Mostrad... LUCRECIA.
Que no me habéis de servir. LUCRECIA. , ¿He de escribir ó escuchar?
floriano. {De rodillas en ¡a almohada.) Sí será, pues mengua. FLORIANO.
¿Celosa os queréis fingir? FLORIANO. Todo lo puedes hacer.
Eso de servir me agrada. Quitaréle con la lengua. LUCRECIA.
Creed que anda el alma agora LUCRECIA.
Mas humillada que el traje. Di qué letra he de poner.
O soy grande para paje, No ; que os quedará muy fea. FLORIANO.
O no me queréis, Señora. FLORIANO. Por L has de comenzar.
LUCRECIA. ¿Por qué, Señora? Mostrad. Lucrecia. {Escribe.)
Antes por lo que os estimo, LUCRECIA. Comienzo.
Mal de rodillas estáis. Dejalde ; que así me agrada ; FLORIANO.
FLORIANO. Porque no ha de estar manchada Una Fhas hecho.
Diré, si esto me estorbáis, Lengua que trata verdad.
?ue es por lo que á vos me arrimo, FLOR1AHO. LUCRECIA.
o estoy bien , y estoy tan bien , ¿Ha de quedarlo el papel? ¿F? Pues perdona, hermano ;
EL DÓMINE LÚCAS.
Que iba 4 poner Floriano , Hacer llana la escritura, ROSARDO.
Como le tengo en el pecho ; Y que no resulte error. ¡Hay locura semejante!
Y si Ltiereeta quería, Mi hija está aquí también , FULGENCIO.
Va toao ana cosa es. Y el dómine que la enseña.
FLORIANO. ¡Hola, Lúeas! ¿Quién es ese?
Deja esa letra , y después ROSARDO. LEONARDA.
Comienza, por vida mía. Creo que sueña. El estudiante.
Porque es uso en corte usado, floriano. (A Lucrecia.) ¿Para qué te admiras desto?
Cuando la carta se firma , Formad las letras mas bien. ¿Piensas que no lo he sabido,
Poner antes de la firma Y que has querido engañarme
La letra del nombre amado. FULGENCIO. Teniéndole, para hablarme ,
LUCRECIA. ¿No oyes que te estoy llamando? Detrás de un paño escondido?
FLORIANO. ¿Piensas, engañoso tio.
¿Luego la F está bien? Tu padre está aquí , Señora. Darle á tu hija Lucrecia?
FLORIANO. LUCRECIA. Pues cree que le desprecia,
Extremadamente está. Solo por saber que es mió.
¿Hay en que te sirva ahora? No me quites mi contento.
LUCRECIA. FULGENCIO. Con Floriano estoy casada.
La ¿he formado ya. ¿No ves lo que estoy tratando?
'floriano. PLÁCIDO.
Haz la P. Vé por Leonarda, tu prima. La escritura es extremada,
LUCRECIA. LUCRECIA. Y extremado el casamiento.
Y la C también. Ya voy por ella, Señor. Si ya con otro lo está,
(Vate.)
FULGENCIO. ¿Qué me mandan escribir?
floriano. Ahora podrá mejor . . FULGENCIO.
Haz la B... Decir que á Leonarda estima.—
LUCRECIA. ¿No me acabas de decir
¡Bien, á fe! No os vais vos ; que habéis de ser Que á Rósardo quieres ya?
En mi vida la escribí. Desta escritura testigo. (A Floriano.)¿Estás por ventura loca?
floriano. PLÁCIDO. LEONARDA.
Haz la E. Vaya, llame algún amigo; Ya supe vuestra intención,
LUCRECIA. Qué bien será menester. Y no Ira el coraron
¿Está buena? FI.OniANO. Las palabras de la boca.
El pastor estaba aqui. Escondióse Floriano;
floriano. FULGENCIO. Y por eso dije alli
SI. Una y mil veces que si ,
LUCRECIA. ¿A qué ha venido? Y le di palabra y mano.
El ojo un poco cegué; FLORIANO. ROSARDO.
fes ¿cómo podrá una ciega A llevar ¿Qué es esto? Qué furia es esta?
Dar ojos á quien le faltan? Recado de quesear. Deshonra mia, ¿qué dices?
floriano. ¿Quieres que le llame? ¿Cómo ahora te desdices
Tres letras solas te faltan. FUL'GENCIO. De aquella dulce respuesta?
A esa C otro punto llega. Si; ¿Qué es esto, enemiga mia?
. LUCRECIA. Que solo á que firme aguardo FULGENCIO.
; Linda letra es esta /, Leonarda lo que nos dijo, Lucrecia, ¿de qué está loca?
Que tiene poco que hacer ! Para partirme al cortijo. LUCRECIA.
(Vase Floriano.) Sospecho que la provoca
FLORIANO.
La .4 falta por poner. Alguna melancolía.
ESCENA V. Ella dió en triste después
LUCRECIA.
.Estibien? LEONARDA , LUCRECIA.— FULGEN Que la tratan de casar.
FLORIANO. CIO, ROSARDO, PLÁCIDO. FULGENCIO.
Bien está asi. Vuélvela, Rosardo, á hablar;
leonarda. (Ap. á Lucrecia.) Que amor ó locura es.
LUCRECIA. ¡Yo casarme con Rosardo ! ROSARDO.
(Cómo diceaqtii? ¿Quién, prima, lo concertó? Mi bien, ¿que se os ha olvidado
FLORIANO. LUCRECIA. Que vuestro marido soy?
Lucrecia. Tú misma lo prometiste. LEONARDA.
LUCRECIA. LEONARDA. Casada , Rosardo , estoy,
La firma en blanco he dejado. Fué por lo que me dijiste; Y tú dos veces casado.
FLORIANO. Que no por quererle yo. ¿A Lucrecia no te dieron?
Ta castidad bas firmado. ¿Para _qué vuelves á mí?
ROSARDO. ROSARDO.
LUCRECIA. Leonarda viene. No me dieron sino á tí ,
Fué la de Roma muy necia. LEONARDA. O tus palabras mintieron.
FLORIANO. He venido LEONARDA.
Dame el papel , por tu vida ; A saber lo que me quieres.
Que qniero guardar tu nombre FULGENCIO. Que ya supe vuestro enredo
Contra la visión de un hombre. Por quitarme mi marido,
Di que de Rosardo eres Y cómo estaba escondido...
Mujer, y él es tu marido ; ROSARDO.
ESCENA IV. lúe ya está aqui el escribano;
í firmaréislo los dos. ¿Quién?
FCLGESCIO, ROSARDO, PLÁCIDO. LEONARDA.
Dichos. LEONARDA.
,He de casarme con vos, Floriano.
plácido. (A Fulgencio.) Si lo estoy con Floriano ! ROSARDO.
La traía tengo entendida, ROSARDO. ¡Bueno quedo!
T sé qoe sois su tutor. ¡Cómo, cómo! LEONARDA.
FULGENCIO. FULGENCIO. • ¿Piensas que no sé muy bien
Plácido, aquí se procura ¿Qué es aquesto? Que por mujer me pidió?
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ROSARDO. Haladme, heridme, acabadme. LEONARDA.
¿Quién? Estas causas me han movido. Si.
LEONARDA. Ya, Señor, perdón os pido. LUCRECIA.
Floriano. FULGENCIO. Cansaste en vano ;
ROSARDO. Calla , enemigo. Soñaste el bien que esperabas.
Que soy yo. FLORIANO.
Floriano es mi marido.
FULGENCIO. FULGENCIO.
Matadme;
Loco te hará á tí también. Pero no he consentir ¡También! Perdido está todo.
Que aquí se ofenda al Señor. FLORIANO.
ESCENA VI. FULGENCIO. Y yo dése mismo modo
i Oh hipócrita de mi honor! Testigo de todo he sido.
FLORIANO , DORiSTO. — Dichos. Calla. FULGENCIO.

FLORIANO.
¿Qué Florianosson estos?
DORISTO. ROSARDO.
Por muchos años y buenos Hablando he de morir.
¿No me diréis qué han comido?
Todo á tu gusto suceda. ROSARDO.
FULGENCIO.
FLOHIAKO. ¿Qué os va á vos, Dómine, en esto? Unas setas que han traído
Ya por testigos no queda. FLORIANO. Algunos villanos destos.'
PLÁCIDO. Defiendo mi teología. Yo apostaré que tenían
Testigos es lo de menos. ROSARDO. Ponzoña y que los han muerto.
Mirad . Señor, que es locura : ¿Por qué causa? ROSARDO.
Curalda ; después se liará. FLORIANO. Eso es sin duda, eso es cierto,
FULGENCIO. Porque es mia, Y por eso desvarían.
Destono se trate ya; Y me la quitan tan presto. DORISTO.
Que quiero ponerla en cura.— PLÁCIDO. Yo las traje, y juraré
Rosardo, Lucrecia es vuestra : Que no tenían ninguna.
Para los dos servirán Este mozo es buen cristiano ,
Los testigos que aqui están.— Y habla como estudiante. PLÁCIDO.

Muestra la mano. No pase ahora adelante ¿ Eran de prado ó laguna?


La boda. DORISTO.
LUCRECIA.
¿Qué? Fulgencio. (A Floriano.) Del monte las arranqué ;
Calla, villano. Que junto á un roble nacían.
FULGENCIO.
Muestra. floriano. (Llorando.) PLÁCIDO.
¡Señor, no lo permitáis Cu ral I os será mejor.
LUCRECIA.
Por vuestro divino amor! Traigan triaca.
ÍCómo muestra! ¿Pues no hay mas FLORIANO.
le, en faltando, dar en mi? FULGENCIO.
¡ Hay mas gracioso doctor! Es amor.
FULGENCIO.
ROSARDO.
Lucrecia. (Ap. d Floriano.)
Esto me conviene asi. Mi bien , por triaca envían.
Si luego no se la das, Hermano , ¿de qué lloráis?
¡Vive Dios que te!... FLORIANO.
FLORIANO.
Bien la habré yo menester;
LUCRECIA. ¿No he de llorar un pecado Que harta ponzoña he tragado.
8 Detente ; Contra el Dómine y Maestro? LEONARDA. (Ap.)
ueese término no es hijo FULGENCIO.
e tu valor. Como á loca me han tratado,
FULGENCIO.
¿No es bajo temor el vuestro Y ellos lo deben de ser.
Por un tonto, mi criado?— FULGENCIO.
¿Quién te dijo Dale allí luego la mano. (A Lucrecia.) Entraos adentro los tres.
Que no es término decente?
FLORIANO.
Soy padre, y lo puedo hacer. LEONARDA.

LUCRECIA.
Señores , ¡ que es herejía ! Aunque hagas mas invenciones
ÍQue se ha casado este dia Y géneros de traiciones,
¡Ved á qué punto he llegado! lUcrecia con Floriano ! Floriano mi esposo es.
FULGENCIO. LUCRECIA.
FULGENCIO.
Esto ha dequedarfirmado. (ARotardo.) ¿Floriano? No lo creas,
Lucrecia es vuestra mujer.— ¿Otro Floriano? ¡Bueno !
Vos, Lúeas, y vos, Doristo, Algo han estos dos comido. Porque ha de ser mi marido.
FLORIANO.
Testigos desto seréis. . FLORIANO.
Floriano es su marido : Digo que testigo he sido,
FLORIANO.
Segundas bodas condeno. Y que sé que lo deseas.
Yo diré que, si lo hacéis, ROSARDO.
Es con la Tuerza que he visto ; LEONARDA.
Que es casamiento forzado, ¡ Buenos van con su locura !
Mientes, necio; que conmigo
Y contra la ley de Dios. Floriano está casado.
FULGENCIO.

FULGENCIO.
Yo voy á darles triaca.
PLÁCIDO.
¿Quién os roete en esto á vos, PLÁCIDO.
Bellaco , desvergonzado? ¡Ved la locura en que Ihan dado
La casada y el testigo! Si este frenesí se aplaca ,
¿Es esta la recompensa Volveré i hacer la escritura.
De haberos curado aquí? LUCRECIA..
(Yante.)
FLORIANO. (Ap. Ahora es buena ocasión
Señor, ¿en qué os ofendí? Para hacerme también loca ;
Que no poco me provoca
FULGENCIO. Tanto mal de corazón.) Cali*.
¿Esta no llamáis ofensa? ' ¿Quién te dijo á tí que estabas
FLORIANO. Casada con Floriano? ESCENA VIL
Soy estudiante, y estov,
A ley desto y de hombre honrado, TÚ.
ROSARDO.
A avisaros obligado, LUCRECIA. ¡Como se echa de ver que siempre huya
Y porque cristiano soy. ¡Yo! De cualquiera deseo el justo efeto ,
EL DÓMINE LUCAS. 53
Y qne lo aborrecido se concluye! ESCENA IX. LUCRECIA.
Que el hombre á lo contrarío está sujeto Yo... Señor...
De mi deseo de casar se arguye; FL0R1ANO, FULGENCIO y DORISTO, FULGENCIO.
Pues como no hay partido que no aceto , alborotados.— Dichos. Confiesa.
No hay casamiento que á su efeto llegue, Va mi honra y la tuya en remediallo.
Y todo quiere amor que se me niegue. FULGENCIO.
FLORIANO. (Ap.)
Tema parece ya tanta inconstancia. ¡Espadas ala puerta!
S'a de Leonarda soy, ya de Lucrecia. Huélgome que mis celos se averigüen ,
FLORIANO. Y que por mi los pida el mismo padre.
Pero tanta nobleza y tal ganancia
Con justa presunción se eslima y precia. Llega presto ; Ahora sabré yo lo que temia.
>"o procurar el bien es ignorancia , Que Rosardo y Fabricio se acuchillan. FULGENCIO.
Y es loco y sin razón quien le desprecia ; FULGENCIO. ¿Haslo pensado ya?
Que para casamiento en tierra propia Ténganse, caballeros. LUCRECIA.
En esta el cielo derramó su copia. FABRICIO. Voluntad tuve
Agradece De casarse con...
ESCENA VIII. Que es en la calle yenlugartan público; FLORIANO. (Ap.)
FABRICIO.— ROSARDO. Pero en el campo, como voy, te aguardo. ¡ Túrbase !
(Vase.) LUCRECIA.
fabricio. (Para si.) ROSARDO.
Y propósito...
No hay que fiar de lisonjero amigo Haz como caballero lo que has dicho. FULGENCIO.
Después que la verdad perdió su fuerza ; FLORIANO. ¿Hablóte alguna vez?
Y pues soy en mi mal parte y testigo, El puede irse ; pero vos, Rosardo, LUCRECIA.
A la venganza la opinión me esfuerza.— De aquesta casa no saldréis un punto.
Mas ¿no es este Rosardo, mi enemigo, Una ó dos veces.
Suevo Tarquino que á Lucrecia fuerza? DORISTO. FULGENCIO.
Sin duda que vengarme es justo celo, La puerta cierro ; que se llega gente. Y esto ¿por dónde fué?
Pues que a su puerta me le ofrece el cié- • (Éntrame en la casa.) LUCRECIA.
[lo.- Por la ventana.
¿Fuiste testigo , di , en aquesta puerta FULGENCIO.
De mis lágrimas, quejas y tormentos, Sala en casa de Fulgencio.
Estando para ti del pecho abierta ¿Hale tocado manos ó vestido?
Para los mas secretos pensamientos? ESCENA X. LUCRECIA.
.Qué es esto, di , que tu traición concierta Ni me tocó el vestido ni las manos.
En esta variedad de casamientos? FULGENCIO, FLORIANO, ROSARDO ,
FULGENCIO.
¿No era Leonarda tuya ? ¿ Cómo es esto, DORISTO.
¿Hate escrito?
fcme ya en Lucrecia el pensamiento lias FULGENCIO. LUCRECIA.
[puesto?
Casado estás ; que en Alba se murmura ; ¿Qué ha sido la ocasión? Verdad es que me ba escrito.
Vendido me has ; que á todos es notorio ; ROSARDO. FULGENCIO.
Mas primero verás tu muerte dura Mi casamiento. ¿Y respondido tú?
Que el clandestino y falso desposorio. FULGENCIO. FLORIANO. (Ap.)
Ni gozarás, si puedo, la perjura, ¿Cómo? • ¡Tened la, cielos;
Infame rama del linaje Osorio, ROSARDO. Que me mata si dice que le ha escrito !
Porque esta espada vengará mi agrario.
Por estorbarlo... FULGENCIO.
ROSARDO. Habla : ¿de qué te turbas?
FULGENCIO.
; Resolución de caballero sabio ! ¿Quién? LUCRECIA.
Oye primero mi razón , y entiende Como era
Que , aunque aqui respondiera bien la ROSARDO.
[espada , Fabricio. Dirigido á casarse...
FULGENCIO. FLORIANO. (Ap.)
Por tu amistad la lengua se defiende ;
Que miro al fin la voluntad pasada. Pues ¿qué le va á Fabricio? ¡Ella lo dice!
Quien á su amigo sin razón olende ROSARDO.
LUCRECIA.
Por falsa informacioncon lengua airada,
Mejor merece nombre de enemigo , Bien se entiende Con mucha honestidad, con mucho
[acuerdo,
Y' aquel que no le sufre no es su amigo. Sin que lo diga yo.
Dos papeles no mas he respondido.
Y pues que esas locuras te he sufrido , FULGENCIO. (A BoriStO.) FLORIANO. (Ap.)
Fabricio ; como amigo verdadero , Llama á Lucrecia. ¡ Matóme ! ¡ Muerto soy ! ¡ Ah celos , celos!
Que de Fulgencio importunado he sido (Vase Doristo.) ¡ Pluguiera á Dios que no se averiguara!
Con Luerecia , con ruego y con dinero ; FLORIANO. (Ap.)
Que ni la solicito ni la pido , FULGENCIO.
Ni te la quito á ti , ni yo la quiero. ¡ Oh cómo viene todo á mi propósito ! ; Dos papeles ! ¡ Mirad si la pendencia
Si dije si por ocasión"tan alta , FULGENCIO. Era sin ocasión! ¡Alto! Doristo.
Fué ajena fuerza , que no propia falta. ¿En qué funda Fabricio su locura?
ESCENA Xn.
FABRICIO. ROSARDO.
¡ Que sí dijiste!- ¡Que tan sin vergüenza El sabe la ocasión y quién la ha dado. DORISTO, criados.— Dichos.
Lo confiesas, traidor! FLORIANO. FULGENCIO.
BOSARDO. Aqui está mi señora con su prima. Lleven aquestas damas á la aldea ,
Habla mas quedo; No vivan mas en Alba solo un punto.
Que no habrá amor que tu locura venza, ESCENA XI. . (A los criados.)
Ni tanto atrevimiento sufrir puedo. Vé á aderezar el coche tu, Felino,
LUCRECIA, LEONARDA.— FULGEN Lleva recado de cocina y cama.—
FABRICIO. CIO, ROSARDO, FLORIANO.. No repliquen palabra : vayan luego.
Pues mete mano : véngate; comienza. (A Lucrecia y Leonarda.)
ROSARDO. FULGENCIO.
FLORIANO. (Ap.)
¿Debe de ser porque te tengo miedo? ¿Eran, Lucrecia, las locuras estas,
La ponzoña comida , la triaca , ¿Que celos no bastaban , cielo airado?
FABRICIO. El decir disparates á concierto, ¡También ausencia, y una muerte á otra,
Déjate de razones, vil cobarde ; El no darle las manos á Rosardo? Y para contrastar tan Daca vida!
Que tus satisfaciones llegan tarde. ¿Qué tienes con Fabricio? Dilo, acaba; LEONARDA.
(Echan mano.) Confiesa , perra. ¿Hete ofendido yo, que me destierras?
56 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FULGENCIO. Pero mas pobre estoy yo, . Aquí á mi huésped primero ;
Camina , no repliques. Pues lo que el cielo me dio, Y con una carta mia
LEONARDA. Quiere que tanto me cueste. Mi vestido pedirás.
¿Por qué causa? No hay pobreza que á la mia DECIO.
FULGENCIO
Pueda hacelle Competencia ;
¿Quién dudaqueerestómplicecon ella? . &•» *»»jj f^f™™ ' ¿Y esto bastará no mas?
FLORIANO.
LEONARDA. No le traigas si porfía ;
DECIO.
¿Son invenciones nueras, son por dicha Mas buenas señas pondré
Para quitarme todavía mi esposo? ¿ Hay algo acaso que dar De la arca en que le metió.
Pues todo he describirlo á Floriano. Á aqueste pobre estudiante?—
¡ Qué es lo que he visto delante ! DECIO.
DOBISTO. Fiador le daré yo.
FLORIANO.
¡ Qué poco efeto ha hecho la triaca ¡ Mas di : ¿adonde le traeré?
¿Hasta acá os habéis de entrar?
FULGENCIO. ¿No podréis desde allá fuera?... FLORIANO.
Vayanse luego. t Aquí : pregunta por mí,
DECIO.
LUCRECIA. Porque luego me le vista.
¡Esto faltaba, cielo! ¿Ya desconoces, Señor,
A tu antiguo servidor? DECIO.
DORISTO.
FLORIANO.
¿Adonde vas?
Callen ; que se holgarán de ver el campo FLORIANO.
Todo esmaltado de diversas flores , Yo hablara si os conociera.
De hacer el queso y de cuajar la leche, Donde asista
DECIO. Mas cerca al bien que perdí.
Los requesones y las blancas natas. Yo soy el desconocido... Voy, Decio amigo, á una aldea,
Yalláestó mi mujer, que las aguarda — Pero ya no puede ser, Adonde Lucrecia va.
Con mil regalos y con mil deseos. Pues mas vengo á conocer. DECIO.
(Vanse Lucrecia , Leonarda , Doristo y
los criados.)
FLORIANO. ¿Es lejos?
¿Y qué es? FLORIANO.
FULGENCIO. DECIO. Cerca será ,
Vos quedaréis aquí, dómine Lúeas, Mi propio vestido. Puesto que muy lejos sea ;
En guarda de la casa y desta gente. FLORIANO. Aunque siempre 01 decir
FLORIANO. Yo soy quien- te le quité Que es media legua no mas.
¿No estuviera mejor en el aldea Para hacer esta invención. DECIO.
Ayudando, Señor, á los pastores? j ,, , „
DECIO. ¿Allá en este traje vas?
Queyo también sé desto de hacer queso; . Amlí Dnrrt ta „fi„inn
Que en mi tierra lo vi diversas veces. l Aqul par0 w atici0n FLORlANO.
Fulgencio. FLOmm)
FLOR! Ansí me conviene ir
j No, porque adelante fué ; Para no ser conocido.
Aquí os be menester. | Que ¡Hinque el cuerpo venga á estar DECIO.
floriano. (Ap.) i Deshecho en ceniza y hielo, Guíente, Señor, los cielos.
Y aquí sin duda | Es como el noveno cielo , FLORIANO.
Me acabarán los celos y el ausencia. ' Que nunca puede parar. Casados ausencia ycelos ,
FULGENCIO. DECIO. ¿Qué han de engendrar sino olvido?
Vos, Rosardo, podéis venir conmigo, ¿Que al fin tú fuiste ladrón?
Mientras este negocio se averigua ; ( Vanse.)
FLORIANO.
Que de una y otra parte está muy cierto
Que los deudos querrán ponerse en ban- Dime, ¿dónde quedó Alberto?
rosardo. ['los. ' DECIO. Sala en casa de Fabricio.
Mientras que no hay agravios , no lo te- Estudiante queda, y cierto
Ma3vamosáSanJuan,porsicodicia[mas. De tu daño y perdición. ESCENA XV.
Meternos en la cárcel la justicia. FLORIANO.
(Vanse Rosardo y Fulgencio.) ¿No sustenta á mis criados? FABRICIO, NEBRO, LAVINO.
DECIO. NEBRO.
ESCENA XIII. Solo conmigo es cruel ; Yerras en llamarlo agravio,
FLORIANO. Que todos están con él Después de lo sucedido.
Bien puestos y acomodados,
Si alguno justamente quejas forma FABRICIO.
Y yo ando cuál me ves.
De su contraria estrella y de los cielos, No es tanto por lo que ha sido,
FLORIANO.
Consuélese en los suyos con mis duelos, Cuanto porque yo me agravio.
Y no se queje mientras no se informa. A muy buen tiempo has venido LAVINO.
Ya Circe de hom bre en piedra me tran's- Para despertar su olvido.
Desa suerte, el nombre trueca.
„ , . [forma: DECIO.
¿De qué suerte? FABRICIO.
Y aun fuera bien por no sentirmis celos;
?ue en efeto presentes sufrirélos, [ma. FLORIANO.
Todo me o'bliga á furor;
noen laausencia que al morirconfor- ?ue los negocios de amor
Escucha pues. raen la pólvora seca.
Bien puede ser de un hombre resisti- Hoy irás á Salamanca,
IJn contrario cruel y su violencia ; [do Y aquesto le has de contar. NEBRO.
Masnocuandoá traición como este em- Mejor pudieras formar
DF.CIO.
i . . th¡sle No estoy para caminar. Esas quejas de Lucrecia.
Loscelosporlosojosmehan venido; FABRICIO.
Pero por las espaldas el ausencia; FLORIANO.
Y lo que no se ve , no se resiste. ¿Cómo? Si ella á Rosardo desprecia,
# DECIO.
¿En qué la debo culpar?
ESCENA XIV. Estoy sin una blanca. LAVINO.

FLORIANO.
Ocasión habrán hallado.
DECIO.-FLORIANO. Pues el padre los desposa.
No te faltará dinero.
DECIO.
FABRICIO.
DECIO.
¿Quién está acá? Y sin él te he de servir. Es la que ha sido forzosa
floriano. (Ap.) La que el intento le ha dado ;
FLORIANO. §ue es en extremo avariento,
Pobre es este ; Pero escucha ; que has de ir es porque Rosardo es rico.
57
EL DÓMINE LUCAS.
uvmo. FCLGENCIO. FABRICIO.

Henos esa cansa aplico ¡ Esto escucho y á esto vengo ! Hombre hay que por tres doblones
Por sustancial fundamento; ¿Qué me habéis de hacer á mi? Jurará contra su padre.
lúe ros le igualáis en todo, FABRICIO. (Xan»e.)
Y en nobleza le excedéis. Pedir mi esposa con ellos.
FABRICIO.
FULGENCIO.
Como deudo respondéis. ¿Y qué fuerza tendrán ellos, Campo y vista exterior de la alquería
LAVINO. Si ha dado á Rosa ido el si? de Fulgencio.
Y aquí me bailaréis á todo, FABRICIO.
Y do hay en todo el lugar, La justicia os lo dirá. ESCENA XVIII.
Cuanto mas en el linaje,
Hombre que mas se aventaje, FULGENCIO. (Ap.) LEONARDA, LUCRECIA.
Y lo pueda sustentar. Menester es buena prisa,
NEBRO.
Porque ya aqueste me avisa LEONARDA.

De Lavino y aun de mí Que en otro |>oder está. No es mala la casería


Y porque llegue mas tarde , Para en el campo.
Estad seguro á lo menos. Luego á entregársela voy. ( Vate.)
■ FABRICIO. LUCRECIA.

Deudos y amigos tan buenos Es tan mala,


ESCENA XVII. Que solamente la iguala
Basta que vuelvan por mi.
La misma desdicha mia.
FABRICIO, NEBRO, LAVLNO.
LEONARDA. .
ESCENA XVI. Dame que fuera un palacio,
FABRICIO.
En grande peligro estoy : Que lo mismo pareciera.
FULGENCIO. — Dichos. No es bien que mi daño aguarde. ■ LUCRECIA.
¿Qué me aconsejáis en esto? Para un dia buena era ;
Fulgencio. (A Fabricio.) Mas no para tanto espacio.
NEBRO.
\ solas quisiera hablaros Y aun aquella labradora
Por satisfacer mi antojo ; Que este matrimonio impidas ,
Y que por mujer la pidas, Que allá tanto me agradó ,
Que no con pequeño enojo Solo en vella me enfadó
Vengo, Fabricio , á buscaros. Si no se la dan tan presto.
Por morar adonde mora.
Mas pues vuestros deudos sou FABRICIO.
LEONARDA.
los que ahora os acompañan, Los papeles no son tales
No creo qué aquí me dañan Que la obliguen, si no quiere. ¿Aquiteqdedas?
Testigos de mi razón. LAVINO.
LUCRECIA.

FABRICIO. Como el padre no la altere, Estoy


La que tenéis en quejaros , Bastan menores señales. Tan triste, que me ha de dar
Tengo en quejarme de vos , Vida hartarme de llorar.
NEBRO.
Y podrán muy bien los dos , LEONARDA.
Disculpándome, culparos. Busca algún falso testigo
Que diga que ella te dio Si te enfado, ya me voy;
¿Hay mas de que estáis quejoso Aunque de manera vivo ,
Que á vuestra hija serví? La palabra. Que, cuando aquí me quedara ,
FABRICIO.
¿En qné, Fulgencio, ofendí A llorar te acompañara.
Vuestra casa y trato honroso? Bien sé yo
Qué pudiera mi enemigo; LUCRECIA.
¿Puse acaso alguna escala?
¿Rompí ventanas ó puertas? Que él solo estaba presente Sola mas gusto recibo.
¿Eran pretensiones muertas? A nuestro requiebro y gusto. LEONARDA. • '
¿Soy igual á quien la iguala? toteo. Si asi te melancolizas ,
Pudiéndomela entregar, ¿Serálo de su disgusto? En la salud lo hallarás.
Como él acaso diría, FABRICIO. LUCRECIA.
¿No es mayor queja la mia
Si ya se la queréis dar? Esto es verdad llanamente. Con poco viento verás
¿Y no sabéis qué he pensado, El fuego entre las cenizas.
FULGENCIO. Por lo que puede interés?
¿Qné obligación me ha corrido leonarda. (Ap. yéndose.)
Que aquel dómine , ó lo que es ,
De daros mi hija á vos. Es para el caso extremado ; Aquí me quiero esconder . .
Porque lo queréis los dos, Que en lio , como hombre de casa , Por saber este secreto. (Escóndete.)
Porque la hayáis vos servido? Podrá jurar que lo vio. LUCRECIA.
Si yo la quiero casar ,
LAVINO. Solo valle, monte quieto,
¿Qué me importa vuestro amor? Ove una triste mujer;
Como eso el oro acabó,
FABRICIO. Como esos peligros pasa, Que si á escucharme te incluías,
Si ella quiere , ¿ no es error Como esas dificultades De su propia voluntad
Querérmela á mi , quitar Tiene llanas por el suelo. Se moverán á piedad
Por darla á quien no es tan bueno? Los duros robles y encinas.
FABRICIO.
FULGENCIO.
De un cruel padre me quejo,
Sí ; mas ¿cuándo tiene el cielo Para escurecer mi gozo
Cuando no fuera , podía. Encubiertas las verdades?
Esta ¿no es hacienda mia? Si este jura lo que ha visto, Con desatinos de mozo
¿Quien os melé en gusto ajeno? Que , pues es pobre , si hará , Y con intentos de viejo.
Dadme luego dos papeles Casarme por fuerza quiere.
Seguro el negocio está-.
Que de mi hija tenéis, Con tres doblones le embisto.
Si por dicha no queréis ESCENA XIX.
NEBRO.
Probar mis manos crueles;
Que, aunque caducas están, Pues ¿qué tiros le combaten FLORIANO, vestido degalan.—LVCKE-
Us da fuerza la razón. Para que no le derriben ? CIA, LEONARDA, oculta acechando.
FABRICIO.
FABRICIO.
Es vana esa pretensión , No habrá lealtad que no priven , FLORIANO. (Ap.)
Y las demás lo serán; Ni respeto que no maten. No he tomado mal la senda ,
Que los paneles que tengo NEBRO. Pues veo la dulce prenda
Información han de ser No hay remedio que mas cuadre t Que por otras manos muere.
Para lo que pienso hacer. Comoesle á tus pretensiones. Dicha ha sido bailarla sola .
58 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
LUCRECIA. LUCRECIA. Floriano trata de amores
¡ Jesús ! ¿qué hombre es este ? Tu esclava y rendida soy. Con Lucrecia , y aquí estaba.
FLOBIANO. (Se abrazan. Sale Leonardo.) FULGENCIO.
Soj LEONARDA. Sin duda que lo soñaba. '
Quien en la fragua de boy
Tu fingida fe acrisola. ¿Para aquesto te escondías? leonarda. (Llorando.)
LUCRECIA. LUCRECIA. (Ap.) ¡Aqui de Dios!...
¡Floriano! ¡Ay triste! Aquí está Leonarda. FULGENCIO.
FLORIANO. FLORIANO. No me llores.
I Enemiga mia! ¿Quieres que m« vaya? LEONARDA.
LUCRECIA. LUCRECIA. ¡Que me quitan mi marido!
¿Qué hábito es este? Aguarda. FULGENCIO.
FLORIANO. LEONARDA. ¡ Vive el cielo , de matarte ! « ,
El que es mió. ¡Qué buenas melancolías! DORISTO.
LUCRECIA. Tan triste, Leonarda, estoy, ¿Que no quieres sosegarte ?
¿Quién te incita á un desvario (Remedando á Lucrecia.) LEONARDA.
Tan grande? Que aquí me quiero quedar ¿Tú me tocas, atrevido? '
FLORIANO. Para hartarme de llorar.
Tu alevosía. FULGENCIO.
floriano. (A Leonarda.) Asilda ; que está furiosa.
LEONARDA. (Ap.) ¿No me conoce?... Yo soy...
¡Mirad sideciayo DORISTO.
leonarda. ¿Tú no ves que se resiste?
Que tenían escondido Con poco viento verás (Lo mismo.)
A Floriano mi marido! • . El fuego entre las cenizas. Fulgencio.. (A Doristo.)
LUCRECIA. —Si así te melancolizas, Ea, para-poco, embiste.
Floriano, ¿quién te engañó? Mil envidiosas tendrás. leonarda.
FLORIANO. floriano. ¡Loca! ¿hay semejante cosa?
Tú ¿no eres la que escribiste ¿No me conoce, aunque estoy . Por dar á tu hija esposo ,
Dos papeles, y juraste Con el vestido galano ? ¿Loca me haces á mí?
Que al fin á Fabrício amaste , leonarda. FULGENCIO.
Y esto á tu padre dijiste? ¿Qué espeso?
¡Traidor! ¿no eres Floriano? LEONARDA.
LUCRECIA.
Eso que dices , há un año ; floriano. El que estaba aquí.
Que es antes que yo te viese. El dómine Lúeas soy. FULGENCIO.
FLORIANO. LEONARDA. ¡ Oh frenesí lastimoso!
¿Y no es razón que me pese, En la cara lo pareces ; . ¿Quiénes?
Y mi fe se llame á encaño? Y sin duda que has fingido LEONARDA.
¿Tendré yo en tí con lianza Aquel infame vestido El dómine Lúeas.
Si olvidas para querer, Con que á engañarme te ofreces. LUCRECIA.
O será justo temer Mi tio ha llegado ya : ¡Mirad qué bien lo concierta!
Lo mismo de tu mudanza? Yo te asiré y tendré fuerte,
Para que le dé la muerte. FULGENCIO.
Mas no quiero ser ingrato,
Ni estar celoso de tí ; Milagro es que.no estés muerta
FLORIANO.
Que solo he venido aquí Por estas manos caducas.
Suelta. Llevalda luego de ahí.—
Para gozar este rato. LEONARDA.
Abrevia con esta ausencia ; Y tú apercibe ese coche, (A un criado.)
Sue si vuelves tarde, es cierto ¡Aquí, que se me va! Y lleguen á Alba á la noche.
aliarme sin seso ó muerto. ¡Fulgencio! ¡Señor! ¡Ah, gente! LUCRECIA.
LEONARDA. (Ap.) LUCRECIA. ¿Hay algo de nuevo? '
¿Para esto tengo paciencia? Mira, necia, que estás loca. FULGENCIO.
¿Qué deseo te provoca Sí.
LUCRECIA. Al alboroto presente ?
Ya sabes tú la razón LUCRECU.
" (Floriano huye.) ¿Qué es?
Que á mi viejo padre esfuerza
Para casarme por fuerza FULGENCIO.
Y vencer mi obstinación. ESCENA XX. Un pleito de Fabrício,
Deja que el destierro dure , FULGENCIO , DORISTO , criados. - Fundado en tus dos papeles,
Para honrarme, como sueles,
Pues de noche podrás verme; LUCRECIA, LEONARDA.
gue en la vida ha de ofenderme En dar tan honesto indicio.
uando casarme procure. Mas yo te daré á Rosardo
LEONARDA. Para vengarme de tí.
Y mira que te verán,
Si te detienes aquí. Floriano estaba aqui , LUCRECIA.
Y con Lucrecia abrazado.
floriano. Haz tu voluntad en mí,
FULGENCIO. Fe en que vivo yjey que guardo.
¿Y no merezco de ti
Algo porque estoy galán? ¡Ved la tema que há tomado ! FULGENCIO.
LUCRECIA. LEONARDA. Vencerásme dése modo.
A que te viese veniste, No es tema ; que" bien lo vi. LUCRECIA. (Ap.)
Y fíngeste muy celoso. FULGENCIO. ' Para tanto desvarío ,
FLORIANO. ¿Qué es esto, Lucrecia? Solo en el Dómine fio
¿No lo soy mas que tu esposo? Que dará remedio á todo.
LUCRECIA.
LUCRECIA. Es poco
Tú solo mi esposo fuiste. Lo que tiene que perder. * Equivale á Juro al cielo de matarte , j o ro
FULGENCIO.
que he pe matarle.
FLORIANO.
Ahora que limpio estoy, Tristezas deben de ser.
Bien puedes darme un abrazo LEONARDA.
Con un amoroso lazo. No estoy loca; tú estás loco.
EL DÓMINE LUCAS. SO
Si el propósito no mudas. Tenella asi no era justo.
ACTO TERCERO. LUCRECIA. FULGENCIO.
Ya espero yo tu martirio. Pues ¿qué haré contra su gusto?
Sala en casa de Fulgencio, en Alba de Tórmes. FULGENCIO. FLORIANO.
¡Qué! ¿santa pensabas ser? Tirano medio tomabas ;
ESCENA PRIMERA. Las carnes te he de poner Que no ha de ser el castigo
Como las hojas de un lirio. Igual en todas mujeres.
FULGENCIO, LUCRECIA, FLORIANO, Téumela , Lúeas , aquí. Yes bien que mires quién eres.
de dómine Lúcat. FLORIANO. FULGENCIO.

Yo la tendré con firmeza ; Pues ¿qué haré. Lúeas amigo?


FULGENCIO.
Que es bien que tanta dureza Dame, pues eres discreto,
¿Cómo que no has de casarte? Se me entregue solo á mi. Un consejo de tu manó.
LUCRECIA. FLORIANO.
FULGENCIO.
A ti de tí mismo apelo. Ásela bien desos brazos. (Vate.) Mal puede el enfermo al sano.
FULGENCIO. FULGENCIO.
FLORIANO.
No, sino al cielo; que el cielo ¡Mira por dónde se mete Como estudiante, en efeto.
Solo a tu remedio es parte. Tu padre á ser alcahuete FLORIANO.
Mira , enemiga, que importa ¿estos dichosos abrazos !
Que des la palabra luego. Mira , lo que yo hiciera ,
LUCRECIA. Si esta cuestión fuera mia ,
LUCRECIA.
Cuando me quite la vida Era dejar la porfía
Arroja mi cuerpo al fuego , (Que de su crueldad lo espero), De que á Rosardo quisiera ,
Saca el alma , el cuello corta , Yo estoy contenta ; que muero Y hacerle contra el honor
Y no me mandes casar , A buena coluna asida. Una gentil amenaza.
Cosa que tanto aborrezco.
¿Qué temes? FULGENCIO.
FULGENCIO. FLORIANO. ¿ Pues cómo?
¿Que esto de ti no merezco Tu pensamiento. FLORIANO.
Con poder ni con rogar? ( Vuelve Fulgencio con una cuerda.) Escucha lu traza;
Dame el ti. FULGENCIO. Que no es de poco primor.
FLORIANO. Di que á toda Alba dirás
Ata bien.
No se le des, FLORIANO. Que la has hallado conmigo,
Y verás lo que te .va. Atada está. Porque con este castigo,'
FULGENCIO. Lo que quisieres harás.
FULGENCIO.
Aconséjaselo ya , Métemela luego allá;
FULGENCIO.
Lucas; échate á sus pies. Que yo la daré tormento. Di: ¿dórate todavía
FLORIANO. La locura de las setas?
FLORIANO.
Señora , ¿que el si no deis ? Quiere , Señora , que es justo ,
FLORIANO.
Es cosa bien conocida A quien te digo que quieras. ¡Qué bien la traza interpretas !
Que os importa el alma y vida ; FULGENCIO.
LUCRECIA.
Que á tal peligro os ponéis.
Negáis con talcorazon Tú verás la fe que esperas , No hables mas.
Que es en balde mi consejo. Hasta morir por tu gusto. FLORIANO.
Mirad vuestro padre viejo , Y , para que esté mas fuerte , La industria mia
Y mirad mi obligación. De puntal me servirás-, Fué tomada de Tarquino
Haced , como mujer noble , Y por eso vas detrás Para obligar á Lucrecia.
Señora, lo que es tan justo. Para animarme á la muerte. FULGENCIO.
LUCRECIA.
( Yante Lucrecia y Floriano.)
Quien de estudiante se precia ,
No creas que de' mi gusto ¿Intenta igual desatino?
Fuerza ni ruego me doble. ESCENA II.
FCORUNO.
No tienes tú que advertirme,
Ni mi padre que mandarme ; FULGENCIO. Como esta Lucrecia es ,
Que es hacer , con avisarme , No es tan robusta sobre el alta sierra Y no se deja forzar ,
Que esté como roca Arme. La vieja encina , ni en la mar salada Quise este ejemplo tomar.
FULGENCIO. La roca, de los vientos contrastada, FULGENCIO.'

Yo haré de ti sacrificio , Opuesta siempre á su furiosa guerra , ¿Y qué resulta después?


Pues tan obstinada eres. Ni mas dureza aquella piedra encierra FLORIANO.
Esto es confesar que quieres Que eon la sangre suele ser labrada,
Que á su disgusto la mujer rogada , Que , por no ver su deshonra ,
Que venza el pleito Fabricio , Se casará con Rosardo.
Y casarte sin mi gusto. Aunque conozca que su gusto yerra.
En vano el hombre á la mujer desvia FULGENCIO.
LUCRECIA.
De su opinión rebelde, y la importuna Ahora bien, la prueba aguardó,
Si yo á Fabricio deseo , Al blando ruego y al desnudo acero ; Aunque se ofenda mi honra.
Del bien que presente veo Porque , si es por amor lo que porfía,
Me venga el mayor disgusto. FLORIANO. '
Contará las estrellas una á una
FULGENCIO. Y las arenas de la mar primero. ¿Qué honra pierdes , si esto pasa
Solamente entre tí y ella? •
¡Mirad qué buen juramento
A mi que presente estoy ! ESCENA III. . Cosa es que no ha de sabella
Ninguno fuera de casa.
floruno. (Ap.) FLORIANO. — FULGENCIO. FULGENCIO.
No es sino á mí ; que yo soy
Señor de su pensamiento. FLORIANO. Voy á ponerle ese miedo ;
Sin duda qne ya tomaste Que quiero intentallo todo. (Vate.)
FULGENCIO.
¿Estas resuella? Con Lucrecia nuevo acuerdo, FLORIANO.
Y ha sido parecer cuerdo. ¡ Oh, si hiciese deste modo
LUCRECIA.
FULGENCIO. Algún provechoso enredo ! —
. ¿Eso dudas? Gente siento en el portal.
Y tú ¿por qué la dejaste?
FULGENCIO.
FLORIANO.
Bien te puedes confesar;
Que te tengo de matar, Porque , como te tardabas,
co COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA IV. FABRICIO. Porque no te cojan vivo;
Deste oro os serviréis ; Pez ignorante y lascivo,
FABRICIO.-FLORIANO. Que aunque yo os lo vine á dar Con pies de cabra engañado ;
Por jurar y por hablar , Sol de invierno, que salió
FABRICIO. Ya os lo doy porque calléis. Para llover, muy hermoso;
Ce, Dómine, dos razones. FLORIANO.
Flor de almendro presuroso,
Que al primer aire cayó;
FLORIANO. Que no lo quiero. Guardaldo; Oro y moneda de pobre
(Ap. De mis celosas pasiones Que de albricias os lo diera , Envuelto en sucio sayal ;
Este es el original.) Si acaso yo le tuviera. Mujer propia y natural ;
¿Qué buscáis, señor Fabriciot _ FABRICIO. Que esta cifra baste y sobre.
FABRICIO. . Tomaldo , Lúeas , tomaldo. Ya mi pleito se acabo,
Dómine Lúeas, yo estoy FLORIANO. Y ya tus papeles dejo ,
Perdido, á fe de quien soy. Escuchad. Riñendo están Como pedazos de espejo
FLORIANO. Fulgencio y su hija. Que al muladar se arrojó.
Dello me babeis dado indicio. FABRICIO.
(Tira unas cartat y vate.)
¿No va el pleito bien fundado? Deseo
FABRICIO. Saber la causa. ESCENA VI.
Bien ; pero sois menester. FLORIANO. FLORIANO.
FLORIANO. Eso creo.
Yo, Señor, ¿qué puedo hacer? FABRICIO. Mejor de lo que pensaba
FABRICIO. Óyelas voces que dan. Ha sucedido el enredo :
Darme el bien que me han negadi Libre de los celos quedo
Que aqueste necio me daba.
FLORIANO. ESCENA V. ¡Oh papeles enemigos ! ,
Pues ¿está en mi mano? Bien á mi poder vengáis :
FABRICIO. FULGENCIO v LUCRECIA , dentro. Dejaos tomar, no me huyáis ;
Si. Dichos. Que hemos de ser muy amigos.
Veamos qué dice aquí.
FLORIANO.
¿Cómo? Fulgencio. (Dentro.)
FABRICIO. ¡Oh traidora ! ¿No te hallé ESCENA VII.
Que habéis de jurar Con el Dómine acostada?
Que aquí me habéis visto entrar. FABRICIO. DECIO. — FLORIANO.
FLORIANO.
¡Cómo, cómo!
DECIO.
Pues yo, Señor, ¿cuándo os vi? FLORIANO.
¡Qué! No es nada; Floríano, ¿puedo entrar?
FABRICIO.
Que solo una noche fué. FLORIANO.
Abrid la mano y callad. FABRICIO. Bien puedes, Decio , llegar,
FLORIANO.
¡Vos con Lucrecia! Y mi Alberto, si está ahí. —
¡ Vivil Dominas in casli» Quiero guardar los papeles.
FLORIANO.
Cura sanctís et eum angélit, Yo pues.
DECIO.
Que no haga tal maldad ! Entra, Alberto.
¡ Bien á Lucas conocéis ! FABRICIO.

FjBBJCIO.
¿Y esta por mujer pretendo?
¡Fuego de Dios! ESCENA VIII.
Acabad, dómine Lúeas.
ldcrecia. (Dentro.) ALBERTO, de camino.— FLORIANO,
FLORIANO.
No me ofendo DECIO.
AV iii tentationem me inducat; Que aquese esposo me des.
Basta las que me ponéis. Ese es igual para mi. ALBERTO.
FABRICIO. FABRICIO.
¡Oh Floriano!
Dejaos de hablar latín, ¡Mirad si ella lo confiesa!
Y tomad estos doblones. FLORIANO.
De que la pedí me pesa :
FLORIANO. Yo la dejo desde aquí. ¡Oh amigo! Oh mi propio hermano!
Tiempo es ya que me consueles.
Ruines son vuestras razones; Fulgencio. (Dentro.)
ALBERTO.
No sé yo si el dueño es ruin. ¿Por qué dejas á Fabricio?
Y de mí, aunque no valgo ¿Cómo es esto-que me escribes?
FLORIANO.
Nada en el traje en que estoy, Porque es mi mujer le deja. FLORIANO.
Creed que como vos soy Es que te quiero casar.
Tan caballero y hidalgo. FABRICIO.
ALBERTO.
Todo eLoro de la tierra Por cierto, ¡gentil pareja!
¡Con un mozo de servicio I ¿Adonde?
Que mi pobreza contraste, FLORIANO.
Os prometo que no baste, Dómine, ¿sois hechicero?
Si un siglo rite hiciese guerra. FLORIANO. En este lugar.
Tengo en esta ropa pobre No; soy hombre como vos. ALBERTO.
Un alma de oro tan rica. Fulgencio. (Dentro.) ¿Y es én la casa que vives?
Que lo que la vuestra aplica FLORIANO.
Puede convertir en cobre. Matarte tengo, por Dios.
Bellaco pleito tenéis, FABRICIO.
Adivinaste lo cierto.
Pues testigos sobornáis. Ni oirlá ni verla quiero.— ALBERTO.

FABRICIO. Quédate, infame mujer, ¿Cómo?


De bajo trato y servil, FLORIANO.
■Ya que en nada me ayudáis,
gue diste al hombre mas vil En ella hay una dama
Lúeas, mirad lo quehaceis. Hermosa, noble y de fama,
Callad la boca, y seamos, n tu persona poder.
Quédate, falsa murena, Rica sobre todo, Alberto,
Como antes, buenos amigos. Y por fama está perdida •
Que del profundo del mar
FLORIANO. Saliste ardiendo á buscar Por Floriano.
¡Sobornad ¡tos testigos! La culebra en el arena. ALBERTO.
¡ Buena sentencia esperamos ! Quédate, armiño enlodado Pues bien...
EL DÓMINE LUCAS. 61
FLORIANO. I A que vos le hayáis amado ESCENA X.
Esta me estorba también Y á su amor correspondido. —
El remedio de mi vida. ¿Voy bien? {Ap. á Floriano.) FULGENCIO.— LEONARDA,
Dirás que eres Floríano floriano. (Ap. á Alberto.) FLORIANO,
Y casaráste con ella : ¡Extremadamente! FULGENCIO.
Quedaré 70 libre della , LEONARDA.
Y. quedaras rico, hermano. Basta ; que no es posible que se ablande.
Mi tio, Señor, no quiso, LEONARDA.
ALBERTO. Cuando de vos tuvo aviso,
¡Bravas quimeras inventas! Que gozase el bien presente, Dejad, Señor, de atormentarla tanto.
FLORIANO. Sino esconderos de mi , FLORIANO.
Esta tu remedio es. Codicioso del valor Ofenderála mas mientras mas ande.
Que de vos cuentan , Señor ,
ALBERTO.
Y porque yo os quiero ansí ; (Vase Leonarda.)
¿Qué resultará después? Que la vista nunca fué FULGENCIO.
FLORIANO. Quien de vos me aficionó ; ¿A quién no da su pertinacia espanto?
¿Ahora el después me cuentas? La fama sí, que bastó Ni que yo como padre se lo mande,
Casémoste una por una ; Para que yo el alma os dé. Ni que le niegue por el cielo santo,
Que después, ¿qué hay que temer? Si gustáis, por vuestra quedo', Como si fuese yo su humilde hechura,
ALBERTO. A pesar deste tirano. Hallan remedio en condición tan dura.
Cosa me mandas hacer ALBERTO. FLORIANO.
Que á toda razón repüna. Ya os doy , Señora , la mano ¿Con quién quiere casarse?
Pero si nuestra amistad Con cuanto del alma puedo. FULGENCIO. ,
Jamás cosa nos negó , LEONARDA.
Eso me admira;
Y jo soy tú , ytú eres yo, Yo os recibo por mi esposo. Que á Fabricio me dice que aborrece.
Y entrambos de uno mitad ,
¿Como excederé tu gusto? FLORIANO. FLORIANO.
Muéstrame aquesa mujer. Yo soy de todo testigo , ¿Luego ya por Fabricio no suspira?
FLORIANO.
Y las dos manos bendigo..
FULGENCIO.
Y'a conozco que ha de ser LEONARDA.
¡Dichosa yo! Con nombralle á Fabricio se entristece.
En que ella ha venido al justo.
ALBERTO. FLORIANO.
ALBERTO.
¡Yo dichoso! ¿YáRosardo?
Si es la que sale , es extremo. FULGENCIO.
FLORIANO.
FLORIANO. Respóndeme con ira.
¡Extremado casamiento!
Esta, mi Alberto, es Leonarda. . FLORIANO.
' ALBERTO.
ALBERTO. Pues ¿á cuál de los dos el alma ofrece?
Alba es un corto lugar ':
¿Quieres que la hable? ¿Podré en él secreto estar? FULGENCIO.
FLORIANO. FLORIANO. A todos dice no con alma y boca.
Aguarda ; Bien podrás en mi aposento. FLORIANO.
No te turbes. Entra sin que visto seas
ALBERTO. Deste viejo escrupuloso. ¿Y qué imaginas deso?
Eso temo. ALBERTO.
FULGENCIO. »
Adiós. Que está loca.
ESCENA IX. LEONARDA.
Adiós , dulce esposo. ESCENA XI.
LEONARDA.— Dichos.
ALBERTO. ROSARDO. — FULGENCIO ,
LEONARDA. Mira que luego me veas. ( Vase.) FLORIANO.
En busca tuya me traes FLORIANO.
Todo el dia. Vete tú , Decio, al mesón , ROSARDO.
FLORIANO. Si la prisa que has dado por casarme ,
Y acudirás luego aquí.
Aquí estoy yo. Cumpliendo tu palabra y juramento ,
DECIO.
LEONARDA. Era para encubrir y deshonrarme,
Harélo, Señor, ansí. Fulgencio, de tu honra el detrimento,
¿Quién es, di, quien me engañó? FLORIANO. El cielo permitió desengañarme,
' FLORIANO. Punto en boca ; que es razón. Y á Fabricio tomó por instrumento!
¿Que en tus engaños no caes? DEC 10.
Que va diciendo tu maldad por Alba ,
Yo soy el que me vestí , La tuya con la suya haciendo salva.
Por burlarte , aquel vestido ; Cosida , Señor, la llevo. (Vate.) ¿Para aquesto forzabas á Lucrecia ?
Que el otro estaba escondido, FLORIANO. Para aquesto , traidor , la maltratabas?
Y luego con él me fui. Ya estás, Leonarda, casada. Mejor (¡lie tú su alma estima y precia ,
Llega , Floriano , acá ; ¿Qué me dices? ¿No te agrada? Pues al fin conoció que me engañabas.
LVseugañarásIa agora. LEONARDA.
¿Era de menos brios ó mas necia
ALBERTO., Es un gallardo mancebo ; Mi sangre y parentela , que afrentabas ,
Que dársela á Fabricio no querías ,
Dadme esas manos , señora Y no has de perder de mi Cumplir diciendo obligaciones mias?
Leonarda ; que tiempo es ya. La diligencia que has hecho. Por esta infame de tu hija loca ,
LEONARDA. FLORIANO. ¡Que á tu casa y hacienda fuego echaras,
¡Jesús! ¿Vos sois Floriano? Todo lo debo á mi pecho : Y que tu vida y honra fuera poca!
ALBERTO. En nada te sirvo á ti. FULGENCIO.
Yo soy , Señora , y aquel LEONARDA. Bien se conoce en tus razones claras
Que á vuestro tío cruel ¿Come? Que el vino ó la locura te provoca ;
Por vos le pedí la mano ; FLORIANO. Que solo en él ó en ella las hallaras.
Que ya Lúeas me escribió Que habeo Ubi gratiam ; ¿Qué dices de mi honra , ni qué vicio
Que á Lucrecia me ofrecía, Que servirte fué mi oficio ; De mi hija podrá decir Fabricio?
Y debeisle que este dia verum este beneficio ROSARDO.
Venga á visitaros yo. Mihi et Ubi et illi faciam. Fabricio oyó que tu hija castigabas [zns.
Aunque esto yo lo be debido
Como quien está obligado , Porque la hallaste en deshonestos bra-
62 COMEDIAS ESCOCIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FULGENCIO. A su hija que diría Tengan fin tan venturoso,
¿Con quién? Que conmigo estado había, Que añadas al ser su esposo
ROSAR DO. Y él mismo la vio dormir , Mas de doce mil ducados I
Con quien... Si no quería á Rosardo,
FLORIANO.
Porque el temor la venciese ;
FULGENCIO.
Y quiso Dios que lo oyese Leonarda tiene seis mil,
Comienzasyno acabas. Fabricio. Y seis millones quisiera ;
ROSARDO. ALBERTO.
Pero buena hacienda espera.
Con este , que yo hiciera mil pedazos. El suceso aguardo. ALBERTO.
Pues ¿qué dirás si esta maldad alabas? FLORIANO.
Ha sido invención sutil.
FULGENCIO. Hazla que entre á hablar conmigo.
A toda Alba lo ha contado, Estoy muy enamorado.
Nuestros cuellos se vean en dos lazos, Y vino Rosardo aquí
Rosardo, si el traidor no te ha mentido, Tal , que delante de mi FLORIANO.
Por quitarle á Lucrecia su marido. Le ha corrido y disfamado. ¿Ya el dios de amor te ha picado?
¿Con el Dómine dices? ALBERTO.
ALBERTO.
ROSAnDO. ¿Y paró?... Y á él mismo doy por testigo.
Si , con este. FLORIANO.
FLORIANO.
FLORIANO. En que los dos van Voy á escribir el papel
¡Conmigo! ¡Hay tal maldad! ¡Oh vil, infa- A hacer prender á Fabricio; Sobre la firma.
FULGENCIO. [n,e! Que infamalla es claro indicio ALBERTO.
Que es porque no se la dan.
La vida haré que la maldad le cueste. Bien haces :
ALBF.RTO.
¡Que porque no la doy me la disfame! El ha de hacer esas paces.
Paciencia el cielo ó su rigor me presta. Y tú ¿qué piensas hacer? Oblígala mucho en él.
FLORIANO. FLORIANO. (Vanse.)
¿Y no es mejor que a la justicia llame Probar que ha sido verdad.
Rosardo, pues que en esto es ofendido, ALBERTO.
Oentrambos?queerespadreyél marido. ¿Conquián? Piara.
FULGENCIO. FLORIANO. ESCENA XIII.
Vamos allá ; que importa el desagravio La dificultad
De una deshonra como aquesta mía. En lá probanza ha de ser. LISANDRO, corregidor; FULGENCIO,
ROSARDO. Pero mira : yo he guardado, ROSARDO, FABRICIO, NEBRO, LA-
Llévalo por justicia como sabio : Desde que enseño á Lucrecia , VINO.
En la verdad el sabio se con lia ; Un papel que el alma precia
Por tener su nombre amado. CORREGIDOR.
Y si quieres mejor vengar tu agravio,
No lo encomiendes á tu sangre fria ; Ella hizo aquesta firma Parecen mal en amistades hechas ,
Que yo la tengo como fuego vivo, {Le enseña la firma de Lucrecia.) Y en mi pfesencia es justo que se exen-
Y por propia Ta quiero y la recibo. No mas de para aprender ; Rosardo, las palabras injuriosas; [seo,
Pero ahora vendrá á ser Que esta persona representa el Duque,
FULGENCIO.
Lo que esta verdad confirma , (Señalando á si mismo.)
Dejemos por ahora las espadas ; Y es justo que en aquesto se interponga
Que los papeles para el vulgo importan, Porque puedo encima delta
Porque en las honras mal averiguadas Una cédula escribir, Su autoridad y la de aquesta vara ;
Discretamente las pa labras cortan : Y que es mi mujer decir. Que los buenos respetan la justicia,
Los que prueban verdades apuradas ALBERTO.
Y los malos no temen al castigo.
Las armas en sus términos reportan ; Averiguarse con razones puede
¿Qué importa si niega ella? El que la tiene de los dos en esto.
Y dan, para probar lo que penetras, FLORIANO.
La sangre manchas y la tinta letras. FULGENCIO.
Yo sé que no ha de negar. Yo digo que querello de Fabricio
ROSARDO.
Pues vamos; que quedaba en estepunto ALBERTO. Como disfamador de mi honra y casa.
La justicia en U plaza y el culpado. Si es así , no hay que receles. Porque no le he querido dar mi hija.
FLORIANO. FABRICIO.
(Yante Fulgencio y Rosardo.)
También de ciertos papeles ¿En qué te be disfamado , si á ti propio
FLORIANO. Oí decir lo que en la plaza dije?
¡Oh cómo se traza bien! Me tengo de aprovechar.
ALBERTO. FULGENCIO.
¿Quién imaginara tal?
Ya,soy á ülíses igual : ¿Son suyos? ¡A mí! ¿Dónde?
Su astuto nombre me den. FLORIANO. FABRICIO.
¿Qué haré para que esto pare Sí , suyos son ; En tu casa.
Y en mi provecho redunde? Pero escritos á Fabricio. FULGENCIO.
¡Oh amor! tu ciencia me infunde, ALBERTO. ¿Y dónde estaba.*,
Tu inmenso favor me ampare. Pues ¿cómo darán indicio Cuando en mi casa lo que dije oiste?
De que te tuvo afición ? FABRICIO.
ESCENA XII. FLORIANO. Entré á buscar á Lúeas, tu criado.
Porque diré que son mios. Ese que en casay fuera llaman Domine;
ALBERTO.-FLORIANO. Y él sabe bien que aquesto le decías
ALBERTO.
Con soberbias palabras á Lucrecia ,
FLORIANO. ¿Cómo á tus manos llegaron? Y en esto le presento por testigo.
¿Dónde, Alberto? FLORIANO.
FULGENCIO.
ALBERTO. Las suyas los arrojaron Pues yo quiero quedar por condenado,
Como vi Con iguales desvarios , Si el Domine dijere que lo ha oido.
Que sale el viejo de casa , Cuando creyó que yo había
Vine á saber lo que pasa. FABRICIO.
De su Lucrecia gozado.
FLORIANO. ALBERTO.
Bien puede ser que niegue, si por dicha
Grande mal hay. Teme tus amenazas , y conoce
No va muy mal ordenado. El bien que de tu casa ha recebido.
ALBERTO. FLORIANO.
ROSARDO.
¿Cómo ansí? Hoy será Lucrecia mía. Si lo sabe, no creas que lo niegue,
FLORIANO. ALBERTO. Porque es en tanto extremo buen cris-
Hice i Fulgencio decir ¡Plega á Dios que tus cuidados [tiano,-
EL DÓMINE LUCAS. 63
Que contra todos defendió tu parte FLORIANO. Esto es mentira y invención notoria.
El dia «rae me daban á Lucrecia. Cánones y leyes, ROSARDO.
Llamarle importa ; vayan á buscalle. Y soy por Salamanca licenciado." Pide , Señor, que prenda^ á Fabricio.
CORREGIDOR. [mo. CORREGIDOR. FULGENCIO.
Noes menester ; qu« ya se ofrece él mis- ¿Tú? Que prendas á Fabricio te requiero.
FLORIANO.
Yo. FABRICIO.
ESCENAXIV. ¡A mi! ¿Porqué?
CORREGIDOR.
FLORIANO.—Dichos Pues ¿cómo desa suerte vives , • FULGENCIO.
Sirves, pides por Dios y, sin paráfrases, Porque es invención tuya ;
FULGENCIO. Andas hecho bribón por las tabernas? Que te has aprovechado deste loco,
A buen tiempo has venido. FLORIANO. Y has hecho aquesta cédula fingida.
CORREGIDOR. Ninguno con verdad'podrá decirlo; FABRICIO.
No le hables; gue donde yo serví, pedí v me mandan, ¿Es menester prenderme para eso?
Que quiero examinarle yo primero.— s solamente en casa de Fulgencio; CORREGIDOR.
Dómine Lucas , puesto que viuistes Y para lo que fué, ya lo habéis visto; Ni yo puedo prendelle sin testigos.
Enfermo y pobre á casa de Fulgencio Que al fin estoy casado con su hija.
FULGENCIO.
Y de su mano socorrido fuistes ,. ROSARDO.
¿rad quenohay respeto que os obligue ¿Con Lucrecia ? Pues echa mano del infame Dómine ;
A que en daño del alma juréis falso, Que él dirá la verdad en el tormento.
Y que es el cielomas perfecto amigo, FLORIANO.
FLORIANO.
Padre y socorro y verdadero amparo. Su padre ¿no lo dice? Sea el tormento el de tu propia hija ,
FLORIANO. FULGENCIO. Aunque será el descanso de mi alma.
Pues ¿para qué es agora tanta arenga? ¡Yo lo dije, traidor! ¡ Fuera! Condéneme su lengua , y si ella dice
Declárate conmigo sin preámbulos ; CORREGIDOR.
Que aquesto no es verdad , pónme en un
Que sov tan ignorante como el hábito. Detente. [palo;
Yo sé que hay Dios y que es verdad in- FULGENCIO.
Que allf quiero morir pedazos hecho.
[meusa ; Déjame : pasaréle aquesta espada. CORREGIDOR.
Conozco su bondad y su justicia , FLORIANO.
Bien dice, bien.se allana. ¿Qué le pides?
Y que hay rey en la tierra que la ripre ,
Con jueces que gobiernan la república; Si así me pasas, ¿casai-ásme luego?
FULGENCIO.
Ásganle bien ; que puede, si va suelto,
Canilleros, hidalgos, ciudadanos, CORREGIDOR.
Meterse en San Esteban de camino.
ArtiOces mecánicos, y en todo Tengan respetoá la justicia todos.
Parael bien premio y para el malcasligo. CORREGIDOR.
FABRICIO.
CORREGIDOR. Ninguno ofenda al Dómine, ó presuma No es menester asille : yo le fio.
Pues á quien sabe y sabe lo que importa Que Fabricio y sus deudos le defienden. FLORIANO. [IC£.

Preciarse un hombre, como vos honra- FULGENCIO.


¡ Qué ! no me iré, aunque me echéis á pa-
[do, Ya no me quejo del ; pero es muy justo FULGENCIO.
De decir la verdad , sobra este prólogo , Que de vosotros todos forme queja , ¡Ay pobre viejo! •
¡Fabricio ha entrado hoy en vuestra ca- Que á un loco dais , en mi deshonra, cré- FABRICIO.
n.i ii'.u vi. tsa • floriano. [dito. Dómine , ¿ qué es esto?
Entró á buscarme. Si soy loco , no quiero ser creído ; FLORIANO.
CORREGIDOR. Mas Si de lo que digo doy probanza, Dómine desta casa seré presto.
¿Habló con vos? ¿Por qué no me tendrán por hombre (VflKÍÍ.)
FLORIANO.
Fulgencio: [cuerdo?
Un poco. Pues ¿qué probanza tienes, enemigo?
CORREGIDOR. FLORIANO. Portal de un mesón.
¿Qué oyó á Fulgencio que á Lucrcjci a di- 1 ¿De Lucrecia no basta aquesta cédula ,
floriano. Li° ' j Y dos papeles suyos amorosos ESCENA XV.
Que conmigo la halló. De letra ajena, aunque de propia nota, DECIO , UN MESONERO.
CORREGIDOR. Porque escribir entonces no sabia?
¿Cierto? FULGENCIO.

floriano. ¡Cédula de Lucrecia ! ¡Palabras tan afrentosas


Sin duda. FLORIANO.
Me habéis de decir á mt!
CORREGIDOR.
Esta presento, ■ESONERO.
¿Qué respondes? Lisandro, por mi abono ; y sean testigos ¿Qué es del vestido que os di,
FULGENCIO. Que se la doy y entrego. Medias, plumas y otras cosas?
Confieso que lo dije. CORREGIDOR. DECIO.
FABRICIO. Está seguro Cuando entré en vuestro mesón,
Pues ¿para qué de mí querellas? Que no te faltará. Muestra la firma. ¿No me vistes por criado
FLORIANO.
De Floriano?
FULGENCIO.. MESONERO.
Oye; La cédula leed. Habéis dado
Que eso es maldad; que fué invención CORREGIDOR. Muestras de fino ladrón.
[de Lúeas, Verdad es que os vi con él ;
Porque, haciendo á Lucrecia esta ame- Así comienza.
[naza, «que (Lee.) «Digo yo, Lucrecia Fulgencis, Pero va con él no estáis:
Hiciese con Rosardo el casamiento , siempre que me sea pedido por Cuatro días há que andáis
Temiendo el detrimento de su honra. «Lúeas de Madrid, estudiante que en En este lugar sin él.
«mi casa vive, me entregaré por su pro- Una carta me trajistes
CORREGIDOR. «pia mujer, sin para ello alegar cosa en Para que el vestido os diese ,
«Vfu.é tuyo el consejo ? «contrario, porque de mi propia volun- Y no querría que fuese
FLORIANO. " «tad hago este casamiento.— Lucrecia Fingida. .
No lo niego. ¡Fulgencio. > DECIO.

Fulgencio. [cuerdos Y vos ¿qué la hicistes?


CORREGIDOR*.
iPnes esto aconsejaba un estudiante! ¡Hay maldad semejante ! ¿Que hombres ■ESONERO.
¡Qué has estudiado? Puedan creer una maldad tan grande?. Guardada la tengo aquí.
u COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DECIO. Sala en casa de Fulgencio. —Llevaldos á vuestra casa.
Pues ¿de qué habéis colegido (Al Corregidor.)
Qu'e me he llevado el vestido? ESCENA XVI.
corregidor. (A Fulgencio.)
MESONERO. EL CORREGIDOR , FULGENCIO , R0- Honrad , Señor, vuestro yerno.
¡Qué necio en dároslo fui, SARDO, LUCRECIA, LEONARDA, FULGENCIO.
Sin lomar un fiador FABRICIO, FLORIANO. ¡Cómo, mi yerno! En eterno
O buena seguridad' Fuego primero me abrasa.
DECIO. FULGENCIO.
corregidor.
Que se lo he dado es verdad. ¡Traidora! ¡que esto confiesas! ¡Eso me habéis de decir!
MESONERO. LUCRECIA. ¿Pues eso se puede hacer,
¡Vos! ¿A quién? Digo que es Lúeas mi esposo. Si dijo que es su mujer?
DECIO. ROSAR DO. FULGENCIO.
A mi señor. Ya no os mostréis riguroso. No lo quiero consentir.
MESONERO.
CORREGIDOR.
A algún rapante que ya Las probanzas son expresas. ESCENA XVII.
Le tendrá en la percha puesto. ¿Es aduesta vuestra firma?
Confesad la verdad presto, DECIO, EL MESONERO.—Dicnos.
Y decidme dónde está. LUCRECIA.

DECIO. Digo , Señor, que lo es. MESONERO.


Digo que ya se le di. FLORIANO. Huélgome que hemos venido
MESONERO. Querella de mi después, Donde la justicia está.
Pues no habéis de Alba salido, Si ella lo dice y confirma. DECIO.
¡Y habéis llevado el vestido! CORREGIDO». No habéis de dar voces ya.
DECIO. Ellos están concertados. MESONERO.
Eso ¿os da sospecha ? LEONARDA. Yo he de cobrar el vestido.
MESONERO. Yo , si importa lo que digo, CORREGIDOR.
. Si. Afirmo que soy testigo ¿Qué es esto?
Hay quien dice que no hay dia De haberlos visto abrazados.' MESONERO.
Que en la taberna no os ve. CORREGIDOR. Un pleito, Señor.
DECIO. ¿Adonde? CORREGIDOR.
¿Qué importa si le llevé, LEONARDA.
¿Y aquí se ha de averiguar?
Y eso de vuelta seria? En el alquería,
¡Suelta, diablo! Cuando allá nos envió DECIO.

MESONERO.
Fulgencio. ¿Queréis, buen hombre, callar?
FULGENCIO.
óyete. CORREGIDOR.
Pensaba yo ¿No era en la audiencia mejor?
DECIO.
Que honrada hija tenia;
Suelta. MESONERO.
Pero , pues es tan infame
MESONERO. Que ella misma se condena , En mi mesón ha posado
¡Por el Duque, don Bribón, Quedándose en mi la buena, Floriano, el caballero
Que te deshaga la faz ! Su sangre aqui se derrame. Que deshizo el toro fiero
¡Vive Dios, que has de morir! Al pié de vuestro tablado.
DECIO. Dióme á guardar un vestido
Averigüémoslo en paz. ROSARDO.
Mientras á Madrid se fué.
MESONERO.
Y yo propio , si yo he sido El cual después entregue
Eso pido. Quien pensó ser su marido, Al que ahora traigo asido.
DECIO.
Pienso al traidor perseguir ; Pero he venido á entender
Que en faltando de mis ojos Que fué la carta fingida.
i Oh confusión! Esa vara á quien respeto,
Buen huésped, ¿tendrás secreto? • DECIO.
Le he de acabar, y en efeto
MESONERO. Satisfacer mis enojos. Esa es maldad conocida
Eso si : decid verdad , Y tú, que el lugar gobiernas, Y muy fácil de entender.
Y de quien yo soy fiad. ¿Permites esta traición? Y dígalo Floriano,
Pues aqui presente está. '
DECIO. CORREGIDOR.
CORREGIDOR.
¡Que he de decirlo en efeto! Hablad mas bajo.
¿Quién es?
MESONERO. rosardo. (A Floriano.) FLORIANO.
¿Dónde le habéis empeñado? ¡ Bribón ! Yo.
DECIO. Yo os he de cortar las piernas. DECIO.
Que no es eso lo que os pido. floriano. Pregunta ya
MESONERO. Suplico á vuesamerced Si le di el vestido , hermano.
¡Pues cómo! ¿Habeisle vendido? Siquiera me deje una. (Al metonero.)
rosardo'. MESONERO.
DECIO.
No os ha de quedar ninguna , ¡ Señor ! ¿Cómo estáis así?
Al mismo dueño lo he dado,
Sino que escondido está Ni vida , infame , ¡ creed !. . . DECIO.

En casa de una mujer. FLORIANO. Ya me dejaréis en paz. (Al metonero.)


MESONERO. ¡ Ea , no mas , hablador ! FLORIANO.

¿Si? Has téngolo de ver. Que si otra espada tuviera , Buen huésped , es un disfraz.
Echado á mis pies te hiciera FULGENCIO.
DECIO. Confesar tu loco error.
Venid con el diablo ya, ¡Este es Floriano!
ROSARDO.
Aunque seque ha de matarme, ¡Hay desvergüenza como esta!
MESONERO.
Sin deber por eso pena. ¿Esto á un villano escucháis? Sí.
Soltadme. 'FULGENCIO.
MESONERO. LUCRECIA.
¿Conoceisle?
I La industria es buena! ¿Qué ha de hacer si le afrentáis? MESONERO.
¿Pensábades engañarme? FULGENCIO. ' Y dos mil veces
(Yante.) ¡Y vos también, dama honesta!... Ha posado en mi mesón.
EL DÓMINE LUCAS.
LEONARDA. MESONERO. Aunque yo tengo por cierto ,
¡No está mala la invención ! A que me saquen los dientes. Según en él mismo estoy,
Que te azotasen mereces. (A Floriano.) ( Vate Leonardo.) Qu* yo Floriano sov,
FLORIANO. Ya espero, Señor, que cuentes Y que él es el mismo Alberto.
¿Por qué? (A Floriano.) Si contigo me casé,
LEONARDA. Tu vida, encubierta en vano. No creo que le he engañado ;
Por haber fingido FLORIANO.
Que soy caballero honrado
Que eres Floriano. ¿Qué hay en eso que decir Y alguna renta heredé.
Sino que ese propio soy , De Floriano soy primo ;
FLORIANO.
Aunque eu este traje esloy, Y asi, pues eres tú prima
Y lo soy. De Lucrecia , á mi me estima
LEONARDA.
Porque lo quise ungir? En lo mismo que la eslimo.
Después que el toro maté,
¿Cómo , si con él esloy En la plaza rebozado, LEONARDA.
Casada? A Decio, que es mi criado, Digo que ya soy contenta
FLORIANO. Este vestido tomé, De hacer tan buen casamiento,
Y con él me descubrí , Y perdono el fingimiento.
Engañada has sido.
Como habéis visto, á Lucrecia. FULGENCIO.
LEONARDA.
FULGENCIO. Ellos se han hecho la cuenta :
Señores, no es Floriano ; No hay mas tio ni respeto.
Que estoy casada con él. No la culpo yo de necia,
Si es verdad que pasa asi. LEONARDA.
FULGENCIO. Pienso que será tu gusto,
LUCRECIA.
Pues ¿en dónde está? ¿Qué es del? Ni me tengas por mujer Pues es negocio tan justo.
LEÓN ARDA. Que menos que á Floriano FULGENCIO.
Hoy me dio su prapia mano, Había de dar la mano. Eso yo te lo prometo.—
Y jóle be dado lamia, Y vos, Dómine , ¿-no habláis?
Y este trazó el casamiento. ESCENA XVIII. FLORIANO
CORREGIDOR. LEONARDA, ALBERTO.— Dichos, Yo os pido, Señor, perdón.
Pues ¿dónde está? alberto. (A Leonardo.) FULGENCIO. .
LEONARDA. Mejor es la bendición ,
¿Que aun no lo podéis creer? Por el favor que me dais.
En su aposento. corregidor. Abrazad á esos señores,
corregTdor. Ya vienen los dos aquí. Y dad la mano á esa dama.
¡Hartan gran bellaquería! leonarda. (A Alberto.) ROSARDO.
¡Que se fingiese Floriano No. Vos tenéis yerno de fama.
Con estos falsos testigos ! ALBERTO.
FABRICIO.
Fulgencio. Que soy Alberto yo; ¡ Extremado fin de amores !
¿Y' qué les han dado, amigos? Que Floriano me dio
Su nombre, Leonarda, á mf ; FULGENCIO.
ROSARDO. Aunque como la amistad Ya sois dómine de casa ,
¿Con qué les untó la mano? Ha sido tan verdadera, De mi hija y de mi hacienda.
MESONERO. Ser su mismo ser pudiera. FLORIANO.
Floriano digo que es, LEONARDA. A esto llega , dulce prenda ,
Caballero de Madrid. ¿Eso es cierto?' Quien tantos trabajos pasa.
ALBERTO. LUCRECIA.
CORREGIDOR.
;-V> ba sido malo el ardid! Esto es verdad, Merécelo mi afición.
Aunque también eso es llano ; FLORIANO.
leonarda. (Almetonero.) Que es tanto el amor que ves , El Dómine acaba aquí ,
Y ¿á qué te ofreces después, Que no sabemos quién es Y por todos y por mí
Si traigo aquí á Floriano? Alberto ni Floriano. Pide al senado perdón.

Pi
L-i.
tato ^>^É^
1 flltsati.
*ta,Uj^
LA VIUDA VALENCIANA,
COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,

miilGIDA A LA SEÑORA MARCIA LEONARDA.

Después que supe que vuesamerced habia enviudado en tan pocos años , que aunque las par
tes y gracias de su marido la obligaran á sentimiento , la poca edad la excusara , pues es aforismo
en los discretos mirar por lo que falta, y no por lo que dejan , me determiné á dirigirle eSta come
dia, cuyo título es La Viuda valenciana: no maliciosamente ; que fuera grave culpa dar á vuesa
merced tan indignos ejemplos. Discreta fué Leonarda (así lo es vuesamerced y así se llama) en
hallar remedio para su soledad , sin empañar su honor ; que como la gala del nadar es saber guar
dar la ropa, asi también lo parece acudir á la voluntad sin faltar á la opinión. Lo mas seguro es
no rendirla ; pero si pocos años, mucha hermosura, bizarro brío y ejercitado entendimiento dieren
tal vez oido á la lisonja de algún ocioso, no le estará mal al peligro haber leido esta fábula; que
esgrimiendo no se llama herida la que recibe otra, ni el músico merece este nombre si arrastran
do los dedos por las cuerdas no tañe limpio. Muchos se han de oponer á tan linda cátedra : perdo
nen los críticos esta voz linda; que Fernando de Herrera, honor de la lengua castellana y su Co
lon primero, nó la despreció jamás ni dejó de alabarla, como se ve en sus Comentos; pero pues
á vuesamerced no se le ha de dar nada del, ni de sus prólogos, ni de mí , ni de esta comedia,
volvamos al consejo; que de los maduros le han de tomar los agraces, ó no llegarán jamás á darle á
otros. Opuestos pues los altos para secretos gustos, los iguales para bendiciones públicas, será
fuerza que vuesamerced confusa consulte sus íntimas privanzas, si no lo fueren mas sus priva
ciones. Aquí es donde entra La Viuda valenciana, espejo en que vuesamerced se tocará mejor
que en los cristales de Venecia, y se acordará de mí , que se la dedico. No fué todo mentira; que
sino pasó á la letra, á lo mas sustancial no hice mas de darle lo verisímil, á imitación de las muje
res que se afeitan. Estoy escribiendo á vuesamerced y pensando en lo que piensa de sí con ojos
verdes, cejas y pestañas negras, y en cantidad cabellos rizos y copiosos, boca que pone en cui
dado los que la miran cuando se rie , manos blancas, gentileza de cuerpo y libertad de conciencia
en materia de sujeción, pues la señora muerte, en figura de redentor de la Merced, la sacó do
Constantinopla y de los baños de un hombre que comenzaba á barbar por los ojos y acababa en
los dedos de los pies. Oí decir que su madre del tal difunto era de Osuna, ó que al hacerse pre
ñada pensó en un cofre: la imaginación hace caso; no nos metamos con los filósofos, que creen
mas á las acciones del espíritu que á la naturaleza de la común herencia; él tenia estas gracias, y
por añadidura el mas grosero entendinúento que ha tenido celoso después que se usa estorbar
mucho y regalar poco. Suelen decir por encarecimiento de desdichados : « Fulano tiene mala som
bra. » No la tuvo mujer, tan mala desde que hay sol ; y siéndolo vuesamerced de hermosura, se es
pantaban muchos de verla con tan mala sombra. ¡Bien haya la muerte! No sé quién está mal con
ella, pues lo que no pudiera remediar física humana, acabó ella en cinco dias con una purga sin
tiempo, dos sangrías anticipadas y tener el médico mas afición á su libertad de vuesamerced queá
la vida de su marido. Puedo asegurarle que se vengó de todos con sola la duda en que nos tenia si
08 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
se habia de morir o quedarse : tanto era el deseo de que se fuese ; no porque él faltase , pues siem
pre faltó, sino porque habiendo imaginado que nos dejaba, fuera desesperación el volver á verle.
Cien creerá vuesamerced cuan lejos estaré yo de su oposición ; y así, debe creerme el deseo de
su bien, libre de interés humano; porque, ¿quién no admira tantas gracias, tanta hermosura y
celestial ingenio ? Si vuesamerced hace versos, se rinden Laura, terracina ; Ana Bins, alemana ; Sa
fo , griega ; Valeria , latina, y Argentaría , española ; si toma en las manos un instrumento, á su di
vina voz é incomparable destreza , el padre desta música, Vicente Espinel , se suspendiera atónito ;
si escribe un papel, la lengua castellana compite con la mejor, la pureza del hablar cortesano co
bra arrogancia, el donaire iguala a la gravedad, y lo grave á la dulzura; si danza, parece que con
el aire se lleva tras sí los ojos , con la disposición las almas, y que con los chapines pisa los deseos.
Mas ¿cómo soy yo tan atrevido, que donde todo es milagro ponga lunares con mi rudeza, y como
mal pintor, desacredite el original con la imperfección de mi retrato ? Vuesamerced repare en
mis deseos, de quien sacará mejor lo que no acierto á decir, que lo puede preguntar al espejo : per
donará á mi pluma, y en el del alma retratará mas vivo su entendimiento. — Dios guarde á vue
samerced. *
Su capellán y aficionado servidor,
Lope de Vega Carpió.
LA VIUDA VALENCIANA.
PERSONAS.
LUCENCIO,w<i¡0. CAMILO, galán. LISANDRO, oo/an.
LEONARDA , viuda mozí. FLORO , criado tuyo. ROSANO, cortesano.
URBAN, escudero tuyo, CELIA, dama. UN ESCRIBANO.
mow. OTÓN, galán. Criados.
1VUA, criada. VALERIO, galán. Alguaciles.

I.n acción pesa en Valencia.

No halla en los libros mal LEONARDA.


ACTO PRIMERO. Custosa conversación. ¡Jesús! Julia, no lo nombres.
Es cualquier libro discreto ¡ Asco me ponen los hombres;
(Que si cansa, de hablar deja), No me los nombres jamás.
Sala en casi de Leouarda. Es amigo que aconseja Tráeme la imagen acá
Y reprehende en secreto. Que compró de aquel pintor.
ESCENA PRIMERA. Al fin , después que los leo
JULIA.
Y trato de devoción.
De alguna imaginación ¡¡Pedirle quieres favor?
LEO.NAP.UA , con un libro; des Tentaciones te dan ya.
Voy castigando el deseo.
pués, JULIA. LEONARDA.
JULIA.
LEONARDA. ¿Y en qué materia leías? Calla , necia ; que la quiero
¡Celia! ¡Julia! ¿nomeois? Solamente para vella.
LEOUARDA.
. JULIA.
jclia. (Saliendo.) De oración.
Señora... JULIA. f, Y cómo diste por ella
LEÓN ARDA. ¿Quién no se goza Tanta suma de dinero? .
Loca, ¿en qué anuas? De ver que, tan bella moza, LEONARDA.

JULIA.
Tan santas costumbres crias? Por el pincel que le dan ;
¿Ver hablar en la ciudad Que el dueño me satisfizo
Ya vengo á ver lo que mandas. I)e tu mucho encerramiento , Que allá en la corte la hizo
LEONARDA. Cordura y entendimiento, Un famoso catalán.
Guárdame ese Fray Luis. Fama , honor y honestidad? JULIA.
JULIA. Dicen que el siglo dorado Vov. (Yate.)
Viéndole en esos traspasos , Nuevo estado ahora toma;
No será mucha lisonja ?ue has hecho á Valencia Roma , ESCENA II.
Apostar que de ser monja presente lo pasado;
Que en tí se encierra y anida LEONARDA.
No has estado dos mil pasos ;
Aunque, como me nombrabas Todo el bien que tiene el suelo,
Y que eres ángel del cielo No hay ya de qué tratar
A fray Luis cuando salí , Que servir áDios no sea :
En verdad que colegí En hermosura y en vida.
Los mozos están de forma, Bien así la vida emplea
Que todo un fraile me dabas. ?uien ve lo que ha de durar,
Que nadie á verte se atreve,
LEOUARDA.
Porque no hay quien no se eleve, error es que perseguida
No son para tu rudeza , Si de tu vida se informa. En esta edad guarde á un muerto
Necia, razones tan altas. Fe tan cierta, amor tan cierto,
LEONARDA.
JULIA.
Verdad viva y casta vida.
De todo, Julia querida , Pero en la dificultad
¡Qué mal encubrí las faltas Se sirva Dios ; que esa fama Escriben que está la gloria,
Que me dio naturaleza! Es de estopa fácil llama , Y eso se llama Vitoria ,
Que al no tener hermosura Antes muerta que encendida. Resistir la voluntad.
No añado la discreción. No procuro ser nombrada , Dejadme aquí , pensamientos;
LEONARDA. Ni comer, como Artemisa , No hay mas , no me he de casar.
Basta una buena razón Las cenizas que ya pisa
V una honrada compostura , La muerte con planta helada ; ESCENA III.
Julia, en cualquiera mujer; Ni ser la que el nombre toma
Que si de aguda se precia, De que de antojo murió , JULIA , con un cuadro. — LEONARDA-
Está muv cerca de necia , Porque á ver no se asomó
Taun devenirse á perder. El monstruo que entró por Roma ; JULIA.
Yo, después que me faltó Ni la que con el carbón Aun no le acertaba á hallar.
Mi Camilo, que Dios tiene, Pintó la sombra al marido, leonarda. (Aparte.)
Que a hacer el oficio viene Que tuvo , siendo partido ,
Ln igual veneración. Resistid , castos intentos.
Del alma que me llevó,
Como he dado en no casarme, ' Quiero ser una mujer, , JULIA.
Leo por entretenerme", Que como es razón acuda Vesleaquí.
No por bachillera hacerme Al título de viuda. (Dale el cuadro, que es un espejo.)
Y de aguda graduarme ; Pues á nadie he menester. LEONARDA.
Que á quien su buena opinión JULIA. (Ap. Cure mi olvido
Encierra en silencio tal, Que en fin ¿ no te casarás ? Las vanidades que dejo.)
70 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ
¿Qué es esto , necia? ; El espejo Y pues que he venido á verte Nace para nueva edad.
Por la imagen me lias traído! Cuando tú te has visto , advierte... ¡No sino venga un mancebo
Toma. —Y estemos solos los dos. Destos de ahora, de alcorza,
. JULIA.
LEONARDA. Con el sómbrenlo á orza,
Acábate de ver : Tio, si es de casamiento, Pluma corta , cordón nuevo,
Verás lo que has de llorar, Ni se miente ni se hable. Cuello abierto muy parejo,
No lo iludiendo cobrar, Puños á lo veneciano,
Si aquí lo dejas perder. LUCENCIO. Lo de fuera limpio y sano.
LEONARDA.
¡Que has de ser tan intratable, Lo de dentro sucio y viejo;
Toma allá. Con tan buen entendimiento! Botas justas, sin podellas
¿Escucharme no merezco? Descalzar en todo un mes,
¿Dónde un viejo honrado hablara, Las calzas hasta los pies,
ESCENA IV. Que, siéndolo, no escuchara El bigote á las estrellas ;
LUCENCIO.— Dichas. Cualquier hombre? Jaboncillos y copete,
LEONARDA. Cadena falsa que asombre,
LICENCIO. (Ap. Hoy tne enflaquezco. Guantes de ámbar, y grande hombre
No se le des. Si yo sé lo que me quieres, De un soneto y un billete ;
Pues (Juiso Dios que viniese ¿Por qué he de dejar cansarte? Y con sus manos lavadas
A tiempo que verte viese, LUCENCIO.
Los tres mil de renta pesque.
Tú , que á ti ni á nadie ves. Con que un poco se refresque
¿Que has de ser en esta parte Entre sábanas delgadas ;
¿Qué milagro, di, sobrina, Igual á tantas mujeres?
lis este de hallarte asi? Y pasados ocho dias,
¿Qué pertinacia es la tuya? Se vaya á ver forasteras ,
LEONARDA. (A Julia.) ¿Piensas que estas cosas son O en amistades primeras
Si hoy no me vengo de ti... Para tu buena opinión? Vuelva á deshacer las mias !
Son para que se destruya. Vendrá tarde, yo estaré
JULIA.
¿Cómo piensas conservarte, Celosa, dará mi hacienda,
Pues ¿vile yo entrar? Ya que tan resuelta vienes, Comenzará la contienda
LEONARDA. En el estado que tienes , Desto de si fué ó no fué.
Camina. Tantos años sin casarle? Yo esconderé y él dará ;
LUCENCIO. Es verdad que te han quedado Buscará deudas por mi ,
Bien tendrán canas de un viejo Tres mil ducados de renta ; Entrará justicia aquí ,
Con tu edad autoridad. Pero yo no pongo en cuenta Voces y aun coces nabrá ;
Lo que es vivir descansado No habrá noche, no habrá dia ,
LEONARDA. i (Que si esto te faltara ,
Juzgarás á liviandad Que la casa no alborote... '
j Gracias á Dios que me sobra), —Daca la carta de dote.
Hallarme con el espejo; Sino el verte empezar obra,
Que suele ser conocida —Soltad la hacienda , que es mi
De acabarse bien tan cara. —Entrad en esta escritura.
La mucha de una mujer ¿Adonde le esconderás
En irse y venirse á ver, —No quiero. — ¡ Ah si ! ¿ No queréis ?
De la envidia y vulgo vil , Yoos haré, infame, que entréis,
Después de una vez vestida. Aunque en un año y en mil
Y yo, conforme á mi estado, Si el brio de ahora os dura.—
No salgas de donde estás? Y que mientras mas me postro,
Hago en eso mas delito. Que con sol abras tu puerta , Me haga muy mas apriesa
LUCENCIO. Y cierres á la oración ; De dos títulos condesa,
A enojo siempre me incito Que los que mas linces son , Cocentaina y Puñoenrostro.
Con tu melindre extremado. No vean ventana abierta; Yo he dicho.
¿Es mucho que una mujer Que un átomo , que el sol mismo LUCENCIO.
Que ha de estar un dia compuesta , No entre en casa tan rara ,
Por si escura , y por ti clara , Acabado has
Vaya á ver si está bien puesta Como oración en latin.
La loca 6 el alliler? Cielo en parte, en parte abismo;
Que tengas dragones y argos LEONARDA.
¿Quién se lo dirá mejor,
Si está bien ó si está mal. . Mas que vellocino y fruta, Latin pudo ser el Un;
Que ese palmo de cristal? ¿Qué importa? La envidia astuta Mas romance lo demás.
Tiene lengua y ojos largos. Esto propuse aquel dia ,
LEONARDA.
Dirán que con el esclavo Y á ser varonil mujer,
¡Cómo disculpas mi error! Que dentro de casa tienes', Brasas había de comer,
LUCENCIO. A ser Angélica vienes, Y abrasar alma tan fría.
Eso fuera , á ser de aquellas Soberbia y infame al cabo; LUCENCIO.
Que junto á las celosías Y ofendido tu decoro. Sobrina, aquí se acabó.
Hacen colgar muchos días Mil que seguido te han , Desde aquí doy á los vientos
Su espejo, ó en medio dellas ; A Júpiter cisne harán , Todos cuantos* casamientos
Y así como están hablando O por dicha lluvia de oro. Me han hablado y busco yo;
Por de fuera á su galán , ¿Cuánto es mejor que te cases', ?ue tres á escoger traía,
El habla y meneos vari Y estas malicias excuses? ya solo he de pedir
En el espejo mirando ; LEONARDA. Que no demos que decir
Y el necio á quien satisface, Ya no habrá de que me acuses, De tu edad ni de la mía.
Por sí lo entiende y se admira ; Si no es que adelante pases. Mira por ti, pues te quedas
Y es el espejo á quien mira, No dirás que no te oí. En tan moza libertad ,
A quien la fiesta se hace. Dime, Lucencio, ¿es mejor Que es mucho que en tal edad
No eres tú la que le lleva A peligro de un error Tan segura vivir puedas.
A la iglesia y al sermón, Poner mi vida por tí? Cuando mires al espejo
Y fingiendo devoción, ¿A este daño me acomodas. Tu hermosura y pocos años ,
Se mira cuando se eleva. Si todos los que han escrito Tú verás cuántos engaños
Ni al beber haces agravio, Han reprendidp infinito Te dan los dos por consejo.
Con pico de aguamanil , Siempre las segundas bodas? Y Dios te lleve adelante
Porque la color sutil La viudez casta y segura Ese silicio y ayuno.
No se despegue del labio. ¿No es de todos alabada? LEONARDA. (Ap.)
No te quiero decir cosas , Si es de la envidia infamada. ; Qué viejo tan importuno !
Que á un viejo parecen mal, Este engaño poco dura ; LUCENCIO. (Ap.)
Desta regla universal ?ue al íin vence la verdad
De feas y melindrosas. ; Qué mujer tan arrogante!
vuela la buena fama , .(Vatue.)
Mírate, y guárdete Dios; Que es fénix que de su llama
LA VIUDA VALENCIANA. 71
Calle. OTÓN. Aunque el que he tenido puedo
Adviérlós Contar á los dos sin miedo,
ESCENA V. Que asi se habia deoir; Como palabra me deis
Que son tales sus antojos, Que los vuestros contaréis.
LISANDRO. Que habia, cuando se empieza LISANDRO.
[«riba A tratar de sus enojos, •
Rompe una peña el agua mando es- Por mi parte lo concedo.
Por lar}» curso en ella su corriente , De estar libre la cabeza OTÓN.
T á la segur del labrador ¿aliente Y descubiertos los ojos. Y yo por mi parte. •
Se humilla el pino y la arrugada oliva. Ño porque á verdad aspira ,
VALERIO.
De su fruto el caudal la palma altiva Que antes de ella se retira ; m
Mas porque son menester Oid,
Rinde, aunque larde, á la africana gente; Muchos ojos para ver Y el galardón de mi amor
Viene el novillo al yugo, y la serpiente Tan agradable mentira. Deste favor presumid.
A la voz del encanto se derriba. OTÓN.
Fabrica un escultor una figura [da, LISANDRO.
De un mármol duro, de una piedra hela- Bien á Otón seje parece Di, Valerio, tu favor.
Y viene á tener ser lo que no era ; Que por la hermosa viuda VALERIO.
Y por mas que mi amor vencer procura Se deshace y desvanece. Ya comienzo.
Una mujer hermosa y delicada. OTÓN.
LISANDRO.
Con ser mujer, está rebelde y fiera. Y de vos i pondremos duda Di.
Que os abrasa y enflaquece? VALERIO.
ESCENA VI. ¿Por qué rompéis á los cielos Advertid.—
Cuantas túnicas y velos A esta gallarda viuda
VALERIO, tin ver á—LISANDRO. Los astrólogos les ponen , Que tiene el alma de tigre,
Baja del monte el agua despeñándose, Porque con ella os abonen? Ln un coche vi una tarde
Y va de piedra en piedra entremetiéndo- VALERIO. Como tres mil serafines.
Y con venir como el cristal riéndose, [se; Declárense si son celos. Iba subiendo del sol.
Va por la tierra con el tiempo entrándo- Entraré yo de por medio Porque el sol iba á encubrirse',
[se. A quitarla pesadumbre, Aunque la cortina á veces
Mi mal, con beneficios aumentándose, Y dar algún corte y medio. Era a mis ojos eclipse.
Hace que vaya el alma consumiéndose, Hicele una reverencia,
LISANDRO. Y ella con algún melindre
Y del bien la esperanza entreteniéndo- Mas á entraros por su lumbre
Sin verle florecer está acabándose, [se, Por el último remedio , Sacó del estribo afuera
Amor me ve morir, y satisfácese Todos los pechos de un cisne.
Que dé la que vive aquí. Yo, creyendo que podia
Donde con tiempo y obras desmerécese; Mas ¡ ay ! que en Otón y en mí
Que es ola que en la mar se rompe y há- Es el alma enamorada En este favor asirme,
Jfcese. De mariposa turbada , Con mi guitarra en su calle
El bien y el mal para mi mal ofrécese ; Que habrá de morir allí. Me tocó san Juan maitines.
Pero en un punto el bien muérese y ña- Habia hecho una glosa;
ícese, VALERIO. Por mi mal la glosa hice.
Yluego la esperanza desparécese. ¿YoporLeonarda? Empecé á cantar mas tierno
LISANDRO.
Que un tiempo Piramo á Tisl'e :
ESCENA Vn. Vos, pues. «Socorre con agua al fuego»,
Fué lo primero que dije ,
¿Pensáis que está muy secreto Y lo postrero también ;
OTÓN , tin verá —VALERIO Lo que tan notorio es?
t LISANDRO.. Del socorro Dios os libre.
OTOIf. Si era agua limpia ó mezclada,
OTÓN. Finalmente, ¿que á un sugeto Dioscórides lo averigüe;
Halla con lengua , lágrimas y ruego, Queremos bien todos tres? Basta que toda la noche
Entre bárbaros, paso el peregrino, VALERIO. Gasté en limpiarme y reírme.
Guia por las montañas de Apenino, Ahora bien, porque lo es tal , LISANDRO.
Agua en la Libia , y en la Scitia fuego. Confesar no me está mal , Va el mió; pero es mejor ;
El aba rimo , en sus crueldades ciego, Y porque este casamiento Que en efeto fué favor,
Por sus tierras le da franco camino , Me ha dado algún pensamiento. Y el de Valerio pesar.
Halla en Arabia pan , en Persia vino, LISANDRO. OTÓN.
Y en los alarbes de África sosiego. ¡Gran mujer! Empieza pues á contar.
Corren el llanto y la alegría parejas, OTÓN. LISANDRO.
Y el cautivo en el moro de Marruecos No tiene igual.
Halla piedad entre cadena y rejas. Comienzo en nombre de amor.—
Y un áspid hecho de peñascos secos, LISANDRO. Por esta dichosa calle,
De mis cansadas lágrimas y quejas, Lo que Valerio pretendo. Desdichada en tanto extremo,
Aun no se precia de escuchar los ecos. OTÓN.
Donde mil penantes viven ,
Velando prendas de un muerto,
VALERIO. Yo lo mismo solicito. Llevaban unos ladrones,
i Lisandro ! VALERIO. Una noche escura , huyendo
LISANDRO. Si emprendéis lo que yo emprendo, Déla vecina justicia.
¡Valerio! ¿No os ofendo si os lo quito, De vino un famoso cuero.
VALERIO. O en quitármelo me ofendo? Al pasar ios desdichados ,
¡Otón! ¿Puédese esto componer? Las puertas de mármol vieron
LISANDRO.
Désta viuda mas dura ,
OTOS.
Muy bien se puede hacer. Y pusiéronle en lo hueco.
; Oh hidalgos! Los alguaciles y mozos ,
VALERIO. Ancle el pleito y la amistad. Embebecidos corriendo ,
Creo que junta OTÓN.
No vieron dónde quedaba
Amor la conversación. Competencia y voluntad El arrimado mancebo ;
LISANDRO.
No suelen juntas comer. Yo , que estaba en una esquina
Eso de amor se pregunta Pero habrá de ser asi ; Mirándolo desde lejos ,
A los que amantes no son. Que á todos está mejor; Apresuré luego el paso,
Ea, acabaos de cubrir; Si no es que haya alguno aquí Llevándome el aire en peso.
Que bien se puede decir Que tenga della favor. Llegando á la amada puerta ,
Aquesto de amor, cubiertos; VALERIO. Vi un bulto á mis ojos negro ,
Que no es Evangelio. No diré yo que yo fui , Con su capa y con su espada ,
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Mirando y hablando adentro.
Llegúeme á él , y metime LISANDRO. ¿Que ya no eres tú la helada,
Hasta la barba el sombrero, Yo me voy desa manera. La santa, la recogida?
Y dijele: « ¡ Ah gentilhombre! > OTÓN. LEONARDA.
Terciando el corto herreruelo. ¡Ay Leonarda hermosa y muda ! No me hables en tu vida,
Como no me respondía , LISANDRO.
Necia , no me digas nada ;
Saco la daga de presto, i Ay bellísima viuda ! Que todo será accesorio,
Y por el pecho á mi gusto Si me tengo de perder.
Hasta la cruz se la nieto. VALERIO.
• JULIA.
Dióme la sangre en el mió, ¡ Ay hermosísima llera!
Y vuelto á mi casa huyendo , No sé qué tengo de hacer
(Yante.) De los libros y oratorio.
Miro á una luz la ropilla , Pues ¿qué diráfray Lilis?
Y olia como un incienso. ¿Y aquellas cosas tan altas?
Tomo una linterna y parto , Vista exterior de ana Iglesia.
Y cuando á mirarle vuelvo, LEONARDA.
Hallo derramado el vino, ESCENA VIH. ¡Oh mujeres, cuántas faltas
Y el cuero midiendo el suelo. Hasta la prueba encubrís !
OTÓN.
LEONARDA, JULIA. Quien vio mi celo y mi pecho,
Si esos son vuestros favores, ¡Oh mancebo! antes de verte...
Heuiego de los amores. JULIA. —Pero el rigor de la muerte
Castigado han tu locura No es conmigo de provecho.
VALERIO. Los cielos.. No me tengo de casar.
Diga Otón el sujo , á ver. LEONARDA. Si el mundo está de por medio.
OTÓN. Y de tal suerte, JULIA.
¡Ah Tulio ! aqui he menester Que no me han dado la muerte Yo, Señora , sé un remedio.
Tus retóricos colores. Para mayor desventura.
Y pues que así me declaro, LEONARDA.
Cantaban la vez primera
Con su voz ronca los gallos. Créeme que algún hechizo ¿No te he mandado callar?
Respondiéndose muy lejos Este viejo astuto hizo Si no te hubiera criado,
Los del lugar y del campo, Contra mi helado reparo; La cara le deshiciera.
Cuando de nuestra viuda. Que llevarme aquesta tarde Vesme ardiendo, ¡v como fiera
Como un reloj concertado, A buscar mi vituperio Te burlas de mi cuidado !
La ventana con los ojos No carece de misterio. Pues remedio he de tener
Y la calle mido á pasos. Sin perder mi punto y fama ,
JULIA. Y he de aplacar esta flama
Estaba el cielo mas negro Dios de pensallo me guarde.
Que un portugués embozado, Cruel.
Y á esta causa erré la reja, Tan ignorante está él JULIA. '
Dos ventanas mas abajo. De lo que te ha sucedido, Todo puede ser.
Como ese mismo que ha sido
Vivia un buen zapatero Basilisco tan cruel.
Donde yo con gran cuidado ESCENA EX.
Puse los ojos, por ver ¡Malditos sus ojos sean,
La casa en que viven tantos; Que á la primer vista pueden URBAN. — Dichas.
Y vi en un balcón un bulto, Hacer que otros ciegos queden !
URBAN.
La mitad del cuerpo blanco; LEONARDA.
¡Oh ! ¡ Gracias á Dios que os hallo !
Y creyendo ser la viuda, Déjalos , Julia , que vean ; ¿ Hasta cuándo era el rezar?
Asi la requiebro y hablo : , Que es bien que tan buenos ojos ¿Queríadesos quedar
« Ángel , cuya alba es la toca No pierdan porque me vieron. Hasta la misa del gallo?
Y cuya estola el rosario , JULIA. En días de jubileo
Oid un secreto solo ¡ Por mi abuela, que te dieron No te querría servir.
Deste enamorado esclavo.» Muy aprisa los antojos! LEONARDA.
No lo hube dicho , señores , i Rabia en él!
Cuando el zapatero honrado, ¿Tan presto nos hemos de ir
LEONARDA. Uift tarde que el sol veo?
Que estaba en camisa al fresco ,
Dijo, un ladrillo tomando : No digas eso. URDAN.
Dios le guarde. ¿ Qué te va ?
« ¡ A mi mujer requebritos ! No sueles tú decir eso;
Por estas barbas , bellaco , JULIA. Que aun te ofende su arrebol.
fiue yo os conozca de dia; » ¡Ay Señora ! ¿adonde está
LEONARDA.
Y si al tirar no me bajo, Tu autoridad y tu seso? Ya quiero sol.
Con los polvos del ladrillo ¿Qué es de aquella gravedad
URBAN.
Me deja allí rociados, Con que hoy al turbado viejo
Como escudilla de arroz, Subiste al cielo el espejo Anda al sol.
Los sesos entre los cascos. De tu fama y castidad , jtjlia. (Ap. á Urban.)
VALERIO.
Y del melindre que hiciste Déjala ; que está sin seso.
De verte en el de<:rislal?
Los favores son iguales. ORIIAN.
Mas al fin , tratando veras, LEONARDA. ¿Deque? ¡Vélame san Blas !
Y dejando burlas tales, No-me predicas muy mal. LEONARDA.
¿No veis que estas tres quimeras JULIA.
Han de engendrar cien mil males ? Mira si está el coche á punte.
Calla ahora , no estés triste. URBAN.
OTÓN. Ello ¿ ha de ser tempestad,
Un consejo os quiero dar. O cosa para de asiento ? Ya, Señora, lo pregunto.
LEONARDA.
LISANDRO. LEONARDA.
¿Cómo? Estoy sin entendimiento Vuelve, necio. ¿Adonde vas?
OTÓN. Del mal de la voluntad. URBAN.
Que el pleito tratemos JULIA.
Por el coche del sol iba ,
Dejándonos de tratar. Para que al sol nos andemos.
Ahi falta una potencia :
VALERIO. Sangrarse dclln , y adiós. ESCENA X.
¿Queréis que no nos hablemos? LEONARDA.
OTÓN. Amor, ¡ esto podéis vos ! CAMILO , FLORO. — Dicnos.
Yo á ninguno pienso hablar,
JULIA. CAMILO.
encuéntrele adondequiera.
¿Qué hombre le agrada en Valencia ? ¡Gentil recado tenemos!
LA VIUDA VALENCIANA.
Dile tú que no me escriba. CAMILO. , Qué barba tan aseada !
FLORO. Camilo, y vivo á San Juan. Qué mano tan regalada !
No le rasgues , por el tiempo URBAN.
Parecióme nieve pura.
¿Sois noble? ¡ Qué cuerpo , que pierna y pié !
Que la amaste. Qué fabla , qué discreción !
c AHILO. CAMILO.
Bastantemente. Qué lindo dar de doblón !
Ya está hecho. Y ¡ qué afición le cobré
URBAN.
FLOBO. Cuando le vi relucir!
¿Que aun eso no es de provecho? Dígolo porque se asiente
LEONARDA.
Su buena gracia, galán.
CAVILO. Ahora bien , ya no es posible
FLORO.
Es cosa de pasatiempo. Sufrir el fuego insufrible
Yo Floro. De que me siento morir.
LEONARDA. URBAN.
Croan, ¿ves este mancebo? Amigos, grande flaqueza
Basta : yo vuelvo Os parecerá la mia ;
URRAN. A la iglesia. Pero mi pecho confia
Mu; bien. CAMILO. De vuestro amor y nobleza.
LEONARDA. Andad con Dios. Desde mis padres habéis
Pues llega el oido. Cofrades somos los dos. Servido siempre esta casa:
crban. (Háblate aparte.) (Vase Urban.) Yo sé al extremo que pasa
¿Casa y nombre? Ya. El amor que me tenéis.
ESCENA XII. Supuesto que no pretendo
floro. (A Camilo.) Casarme ni sujetarme,
No ha sido CAMILO, FLORO. Hoy habéis de remediarme,
Ese tu desden muy nuevo. Hoy mi vida os encomiendo.
Siempre con esa mujer FLORO.
En vuestra lengua y secreto
Esta aspereza tuviste. ¿Rezarás? Está mi opinión y fama.
CAMILO.
leonarda. URBAN.
Vamos, Julia. Hoy me resuelvo...
— ¡Vive Dios, que di un doblón O tu temor nos disfama ,
JULIA.
Al hombre por dos reales! O es de tu amor este efelo.
Vén. ¡Vive Dios, que si en un potro.
LEO.NARDA. (A/).) FLORO.
O con oro me engañasen ,
¡ Ay triste ! ¿Ahora con eso sales? Palabra no me sacasen
¿Si te he de volver á ver? Ya no tiene redención. Por eso ni por esotro!
(Vante Leonardo y Julia.) CAMILO. Fia de Julia y de mí ,
Entra ; que aun habrá reparo. Y di lo que hemos de hacer.
ESCENA XI. FLORO. LEONARDA. '
CAMILO , FLORO. — URBAN , reti Por eso te dijo allí Tú mi remedio has de ser.
rado de ellos. Que eres noble. Escúchame atento.
CAMILO. URBAN.
urban. (Ap.) ¡Olí pesia mi, Di.
;Por mi fe, bueno he quedado Que soy cofrade muy caro ! LF.O.NARDA.
A saber su casa y nombre (Vante.) Ya ves cómo anda alterada
Deste galán gentilhombre ! Con sus máscaras Valencia.
CAMILO.
URUAN.
No quiero amor ni cuidado. Sala en casa de Leonarda. Bien.
Estése Celia en su casa , LEONARDA.
Dé favor á quien quisiere , ESCENA XIII.
Pues con esta licencia,
Hable , si su gusto fuere, LEONARDA, JULIA , URBAN. Ponte una ropa extremada
Al que llega ó al que pasa ; Y una máscara , y camina
liusque un nuevo moscatel LEONARDA. A hablar aquese galán ,
A quien con celos engañe ; ¡Gentil industria tuviste, Y dile en disfraz, Urban,
Que ya á mi no hay qué me dañe , Urban ! Que una dama se le inclina,
Sino'es la lástima "del. Y que la hable tiernamente,
URBAN.
URBAN.
Soy flor de los hombres. Y que la podrá gozar
(Ap. Siempre fué bueno traer LEONARDA.
Como hoy te quiera esperar
Tintero y escribanía.) Del Real dentro en la puente.
¡Qué bien sus casas y nombres' Y si te dice que si,
(Saca tintero y papel , y se ¡lega á Ca En el papel escribiste!
milo.) Esta noche irás por él.
¿Que al hn Camilo se llama?
¡Al caballero! querria... ¿Eso mas tiene del muerto? URRAN.

CAMILO. URBAN.
Luego ¿bien ha de ver él
Hablad, ¿qué queréis? Sin duda el ser noble es cierto, Adonde vives y á mí ? .
URBAN. Aunque ignoramos su fama. LEONARDA.
Saber ¿Qué argumento como ver No ; que con máscara irás ,
Si acaso os habéis escrito Que en tan fácil ocasión Y para que nada note.
En el santo jubileo Por un real me dio un doblón? Le pondrás un capirote,
Por cofrade. JULIA. Con que á casa le traerás.
CAMILO. Liberal debe de ser. Entrará á escuras , y cuando
Antes deseo Cierto que fué gran nobleza. Se haya de ir, vuelto á poner,
Serlo , buen hombre , infinito, ¿A quién podrá conocer?
LEONARDA.
¿Qué se paga? Di , Julia : ¿qué no tendrá URBAN.
URBAN.
A quien tales gracias da Brava industria vas trazando.
Solo un real. La franca naturaleza? ¡Qué bueno vendrá el halcón !
CAMILO. URBAN.
Pero yo ¿en qué me detengo?
Veis aquí dos por los dos. Eso de gracia , no vi Parto.
Tomad. Jamás , por vida de Urban ,
LEONARDA.
ERRAN. Hombre mas bello y galán No tardes.
Recíbalo Dios. Desde el dia en que nací. URBAN.
El nombre y casa nombrad. ¡Qué rostro , que compostura ! Ya vengo. (Yase.)
7i COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
JULIA. » OTOS. Julia. (Ap. d su ama.)
¿Quién te dijo esta invención? Y Calvez Montalvo fué, Creo
LEONARDA. Con grave ingenio, su autor. Que te engañan.
Amor, que tiene á los pies Con hábito de san Juan LEONARDA.
A cuantos han estudiado. Murió en la mar, y yo muero Bien lo veo. (Ap. á Julia )
En mar mas profundo y fiero. —¡En mi casa tanta gente!
JULIA. LEONARDA.
Paréceme que ban llamado. VALERIO. (Ap.)
¿ Sois librero ó sois galán? ¿Acá está primero Otón?
LEONARDA. OTON.
Anda, vé, mira quién es. No se lo sabré decir. oton. (Ap.)
(Vate Julia.) Aqueste es la Galatea, ¿Que Valerio vino acá?
Que si buen libro desea, LEONARDA.
ESCENA XIV. No tiene mas que pedir. ¿Qué vendéis?
Fué su autor Miguel Cervántes, VALERIO.
LEONARDA. Que allá en la Naval perdió
[da Una mano, y pierdo yo... Vos lo veis ya:
¿Quéhabráqueuna mujer determiua- Vendo el mismo corazón.
No intente por su gusto? Qué tormento Calla, Julia, noLEONARDA. te espantes. (Ap. á ella.) LEONARDA.
La mudará del firme pensamiento? Mostrá. ¿Qué es este papel ?
Qué fuego , qué cordel , qué aguda espa ¿Qué perdéis?
lda? OTON. VALERIO.
¿Qué gigante con furia mas airada El alma y vida, El Adonis del Ticiano,
Intentará subir al firmamento, Y por otra Galatea Que tuvo divina mano
O qué Alcides con mas atrevimiento Mas cruel que fué Medea , Y peregrino pincel.
Al centro bajará con alma osada? Y menos agradecida. ¡ Oh quién este hubiera sido,
Efetos son de un niño poderoso LEONARDA. Cuando fué tan regalado!
Haber mi hielo con su ardor vencido, ¿Quién es este? Pues muero desesperado,
Y aquella fe de mi primero esposo. OTON. Y él murió favorecido.
Yo he sido como rio detenido, Es Espinel. Esta , por vida de Aurelio,
Que va , suelta la presa , mas furioso; Que es de las ricas y finas ;
Y es lo mas cierto que mujer he sido. LEONARDA. Que es de Rafael de Urbinas
¿Qué trata? Y cortada de Cornelio.
ESCENA XV. OTON. Esta es de Martin de Vos,
Solas canciones; Y aquesta de Federico.
JULIA.— LEONARDA; después,OT0X. Mas tiene lindas razones LEONARDA.
i Y hay graves versos en él.
JULIA. Quiso bien hasta morir; Mal á estas cosas me aplico.
No sé qué gente está aqui. Mas no del mal que yo muero. ¿ No traéis cosas de Dios ?
Que libros y estampas vende. LEONARDA. VALERIO.
LEONARDA. ¿ Sois galán ó sois librero ? Sí traigo. Aqui hay una estampa
Si es máscara ¿qué pretende? OTON. Del matrimonio, escogida.
JULIA. No se lo sabré decir. LEONARDA.
Yo sin máscara la vi. El Cancionero está aqui; Esc no espero en mi vida.
LEONARDA. Mas lleno de disparates. VALERIO.
Pues para que no parezca LEONARDA. Mal su estampa se os eslampa.
Que mi devoción se muere , De mal impreso no trates. Pues no sé vo por qué sea ;
Entre , y veamos qué quiere, OTON. Que hay mil que esperan un si...
O si hay qué comprar se ofrezca. Mejor impreso está en mi... Y por ventura está aqui
Un hidalgo que os desea.
( Va Julia á avilar y vuelve inmediata LEONARDA. Soy Valerio, aunque me veis
mente con
• una cesta.) Otón que trae libros en ¿El qué? Que esta máscara be tomado.
OTON. OTON.
OTON. Un eterno servir,
Dios guarde á vuesamerced, Un amar, un padecer. Pues ya va tan declarado,
Y le dé un gentil marido. A Oton delante tenéis.
LEONARDA. Soy rico y soy caballero,
LEONARDA. ¿ Es requebrar ó vender ? Y pierdo el seso por vos.
En que no lo haya querido OTON. LEONARDA.
Me ha hecho mucha merced. No se lo sabré decir. ¿ No hay aqui quien á los dos
OTON. JULIA. Les pague en mejor dinero?
¿Por qué, teniendo ese talle? ¡Hola!
LEONARDA. ' El estampero se ha entrado.
ESCENA XVII
Mostrad: ¿qué libros vendéis? ESCENA XVI.
OTON. Dos Criados.— Dichos.
Uno traigo que podéis ' VALERIO, en hábito de mercader, con criado 1."
Por poco precio compralle. estampas.—Dichos. Señora...
Mas es una historia mia , LEONARDA.
Y sois vos muy recatada. VALERIO.
LEONARDA. ¡ A la rica estampa fina! Al librero
: Qué cifra tan extremada ! LEONARDA. Y al que los papeles vende...
Julia, ¿note lo decía? (Ap.áella.) Mp.Mal mi sospecha adivina , OTON.
¿Quién es este? (A Otón.) O este trato es concertado ; Pues , Señora , ¿qué te ofende
OTON. Que el uno y otro galán , Pedirte nuestro dinero ?
Es El pastor Que este engaño concertaron , LEONARDA.
De Filida. Las máscaras se quitaron Ea , ¿qué aguardáis, criados ?
LEONARDA. En allegando al zaguán.)
Julia , ¿es esto conveniente VALERIO.
Ya lo sé. A mi encerramiento? Paso , no os alborotéis.
LA VIUDA VALENCIANA. 75

LfcONARDA.
URBAN.
En bablalla y en tocalla
ACTO SEGUNDO.
¿Libertades me vendéis?
¡Libros , por mí fe , extremados ! Habrá luz con que se vea.
Hola , cargaldos de palos. Si os pesare y os cansare , Campo y entrada a un puente. Es de noche.
No volváis.
VALERIO. CAMILO.
No harán tal ; que irnos sabremos. ESCENA PRIMERA.
No hay que repare
OTÓN. Mas que en el ir tan cubierto. CAMILO.
Ni esa afrenta sufriremos. URBAN.
criado 2.° Esa es la -ley del concierto. ¡ Buen ánimo , pensamiento
¡No están los gabachos malos! Mirad si hay mas que os declare. De temeridad vestido !
Al puesto habernos venido
CRIADO 1." CAMILO.
Donde vuestro atrevimiento
Con pastillas y perfumes ¿Que cubierto tengo de ir? Me lleva á vencer vencido.
Aguarda otro para entrar. ' URBAN. Entre el temor y el deseo,
, • CRIADOS." Y (lesa suerte, Carajlo, Con quien batallo y peleo,
Habéis de entrar y salir. Tantas veces quedo y voy,
Ea, empiecen a bajar. Que con estar donde estoy ,
CAMILO.
VALERIO. Otras tantas no lo creo.
¡Que en tal crueldad te resumes! ¡ Brava industria , bravo estilo ! ¿Qué sé yo si algún contrario,
LEONARDA.
URBAN. De invidía de verme noble ,
Todo lo habéis de sufrir. Me forja este trato doble,
Cerrad la puerta , y quien llama Donde sea necesario
CAMILO.
Traerá menos libertad. El sufrir espada ó roble?
¿ Y adonde os he de aguardar ?
VALERIO. ¡ Bravamente el cuello humillo,
URBAN. Como simple corderillo,
Julia, ¿no hay mas amistad?(Ap. della.)
A las tres podéis estar Que ser vendido no ve ,
JULIA. (Ap. á Valerio.) Del Real puesto en la puente; Que va él por su propio pié
Calla , no lo oiga mi ama. Y guardaos de llevar gente , Al carnicero cuchillo!
(Yante.) Porque no os lengode hablar. Mas yo jamás he entendido
CAMILO. Que haya hecho á hombre ofensa.
(Ap. ¿Por ver á Italia no pasa, Mal mi entendimiento piensa ;
O las naciones francesas, Que el que á ninguno ha ofendido,
Sala en casa de Camilo. Quien deja su patria y casa Bien camina sin defensa. •
Por las Indias portuguesas, Y mas, que aquel qué me ha dado
ESCENA XVIII. Y largos mares traspasa? Las nuevas deste cuidado
Me ha dicho que armarme puedo;
CAMILO ; URBAN, vestido de máscara. ¿Ño deja el otro su tierra Pero fué por darme miedo ;
Por ver la extranjera guerra?
Por una fiesta , ¿no hay mil Que and» siempre el miedo armado.
CAMILO.
Que están entre gente vil. Pero aunque vaya cual voy,
Máscara , juro por Dios 1 ¿De qué peligro me escapa,
Que grande empresa acometo, Donde el calor los enlierra ?
¿No está alguno al sol y al hielo, Si al fin los ojos me tapa?
Y sin saber quien sois vos. Que pues sin ojos estoy,
Esperando á ver salir
URDAN. El tímido conejuelo, Bien puede echarme la capa:
Camilo, aqueste secreto Y el pescador por asir J ¿Quién oyó jamás tal cosa?
Ha de ser entre los dos. El pez simple en el anzuelo? ¿Que una mujer tan hermosa ,
Pues yo, mozo y orgulloso , Que tanto á un hombre desea ,
CAMILO.
¿Qué me excuso temeroso No permita que la vea?
Pues me da el alma esa dama, De ver este encantamento?) ¡Qué fama tan vergonzosa!
¿So me tiara su fama? Camina ; que soy contento. V ¿qué sé yo si pensando
¿No pudiera yo servilla, Que abrazo algún ángel bello,
Yháblalia, vellayoilla, URDAN. A un demonio enlazo el cuello.
Y saber cómo se llama? Si,vais, vos seréis dichoso. Que á escuras anda volando
URBAN. CAMILO. Porque es indigno de vello?
No habernos de hablar en eso ; A la hora concertada ¡O que fuese alguna vieja,
Que en queriendo saber algo, En la puente me hallaréis. Ya sin pestaña ni ceja ,
Queda perdido el suceso. URBAN.
Con unos dientes postizos ,
Que me hiciese con hechizos
CAMILO. ¡Qué noche tan regalada Andar como simple oveja?
Juro por la fe de hidalgo Con aquel ángel tendréis! ;0 fuese alguna cuitada
Qoe me hacéis perder el seso. CAMILO. Herida del mal francés ,
Si yo tuviera enemigos , A lo menos encantada. Que me hiciese andar después,
Los cielos me son testigos URBAN. Por un hora de posada ,
Que era engaño claro y visto ; Muerto dos años ó tres?
Mas no hay hombre tan bienquisto Ella estará prevenida. Mas gente viene á la puente.
Ni que tenga mas amigos. Adiós.
CAMILO.
Fuera deso , estoy contento ESCENA II.
Qoe digáis que hasta el retrete Ya vuestra partida
Entre armado á mi contento , Aguardo. URBAN , de máscara y con un capirote
Y que lleve un pistolete. URBAN.
de bayeta en la mano.—CAMILO.
URBAN. Será muy presto.
Lleva uno, lleva ciento. CAMILO. (Ap.) URBAN.
Si no os falta habilidad , Yo he de saber lo que és esto , Solo está un hombre. ¿Qué gente?
Valor, gusto y voluntad , Aunque me cueste la vida. CAMILO.
Que el interés lo atrepella ,
Gozáis la cara mas bella ¿Es acaso aquel amigo?
Que tiene aquesta ciudad. URBAN.
CAMILO. Quien te sirve está contigo.
¿Qué importa que bella sea . CAMILO.
Si á escuras he de gozalla? ¡Que esto uu hombre cuerdo intente !
Antes presumo que es fea.
7G COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
URBAN.
URBAN. Que suele la santidad
¿Hay alguien que vernos pueda? Poneos el capirote. Ser flaca y descolorida.
CAMILO.
Las estrellas y la luna. CAMILO. Viuda tan regalada
¿Quién habrá que no me note Y que come descansada
URBAN. Ue loco? tres ó cuatro mil de rentó,
Mas que no Tele ninguna. URBAN. ii lan moza vive contenta,
¡Oh cuál aquel ángel queda! Jamás lo fuistes. A la media noche helada!
Dichosa fue tu fortuna. Que se encierre en lo postrero ,
CAMILO.
CAMILO.
Que tenga buena opinión,
¡ Aun de bayeta lo hicistes! I>i que trate de oración ,
No niego que es muy dichosa ; ¿ISo fuera de chamelote?
Mas sea fea ó hermosa, ¿Que importa, si el despensero
(Pone Vrban el capirote d Camilo ) Compra el pavo y el capón?
Para aborrecer y amar,
Si á escuras la he de gozar, ¿Hay mucho que andar? Ahora , yo no he de dormir
¿No es todo una misma cosa? URBAN.
Cien noches , y he de acudir
Gran rato. todas á su calle y puerta,
OBRAN.
CAMILO.
Y si alguno la despierta,.
¿Una misma? ¿ De qué suerte? ¡Vive Dios, que ha de morir!'
Un cuerpo grueso y perfelo Ahora llevadme al rio,
Y remojaréismeel brio. Ya el sufrir la escarcha helada ,
¿No hay mas gusto que despierte, Aunque aqui poco se usa ,
Que tocar un esqueleto URBAN. O el sueño, no se me excusa.
Como pintan á la muerte? Todo es verdad cuanto os trato. Piedra soy de su portada ,
Lo hermoso es como el olor, >o os enojéis, señor mió. Como si fuera Medusa. ( yase )
Que aquel natural valor
Se conoce , mira v huele ,• ESCENA III.
Por la suavidad que expele.
CAMILO. OTON.-Dichos. Sala en casa de Leonarda.
¿Soy herbolario ó doctor?
¿Qué me importan á mí olores» oton. (Para si.) ESCENA V.
Los ojos hacen gozar; Noche de estrellas vestida ,
Que aquel ver, causa el hallar Que mis pasos y mi vida LEONARDA, JULIA.
Suavidad en los amores, Guias á la sepultura ,
Y el conocer y el tratar. Vuélvete negra y obscura LEONARDA.
Que por lo contrario , el tieso Porque algún favor te pida. Las telas y terciopelos *
M*io yo á esa dama llego, ' Porque aunque al campo he salido No sé si están bien colgados.
Es en el deleite ifbal Donde debiera el sosiego JULIA.
A cualquier bruto animal. Templar este ardor tan riego, Están , Señora , extremados.
Algo mas anda encendido Vuelve, por tu vida , y velos.
URBAN.
Ese argumento te niego; • Con el desden de mi fuego.
LEONARDA.
Que ese en la imaginación » urran. (Ap. á Camilo.) En esa sala ¿está bien
labnca.un rostro no mas; Un hombre hemos encontrado • Aquesa tapicería?
Mas si tú despierto estás, Asidme de la pretina. JULIA.
Mirando con atención,
Mucho del vivo verás OTÓN. Tenerla el Virey podría ,
Hay ojos que en tales puntos ¡Hola ! ¿Quién va? Quién camina? Y aun el mismo Rey también.
Hacen fuego, y cuatro juntos CAMILO. (Ap.) LEONARDA.
¿Queeieloy tierra no ven? Yo vengo muy bien armado, ¡Qué á propósito es la historia '.
Camilo. Sin ojos , como gallina. Que es de Jacob el amor.
Algunos habrá que estén OTÓN. JULIA.
En ese tiempo difuntos, ¿No respondéis? Diversa dirás mejor
e-lia ¿es moza? cahilo. (Ap.) Del fin de tu presta gloria ;
URDAN.
. ,, Y° V"J' bueno. Que esperó catorce años
¿Nonasdevella? ¡Oh si descargase el trueno ! Lo que tú en Un hora tienes.
CAMILO. LEONARDA.
t URBAN.
¿Casada ó doncella en duda» Máscara soy. ¡ Plega á Dios que tantos bienes
¿bs viuda? ¿Es tal, que se muda No paren en tantos daños !
OTÓN.
fcn casada y en doncella Urban tarda. ¿Qué haremos?.
T otras veces en viuda? ¡Gentil loco!
JULIA.
URBAN.
URDAN.
Habernos bebido tin poco, Un poco puedes jugar.
Ni es viuda, ni casada,
«i doncella, ni violada Y andámonos al sereno. LEONARDA.
üe alguno que la desdeña. Echad, Señor, por aquí. (A Camilo.) No le debió de agradar.
CAMILO.
¡Ay triste !
CAMILO.
¡Oh san Blas ! sed en mi ayuda. JULIA.
Ilesa suerte será dueña
Entre algodones guardada (Vanse Urbano y Camilo.) No hagas extremos:
¡Valate Dios por señora, Que no es eso de creer
ni te acabo de entender ! De un mozo tan belicoso.
ESCENA IV.
(Ap. Engaño debe de haber LEONARDA.
¿Cosa que fuese esta ahora OTÓN. ¡Ay ! mira que en ser hermoso
Alguna hombruna mujer? Algo tendrá de mujer.
Pero ¿tan lindo era yo? ¡Bravamente el vino muda ! Cuanto mas que ¿qué Roldan
¡Oh que tentación me dio Y amor es lo mismo en mí Sufriera cubrirse así .
üe quitarle el rostro á este Por esta ingrata viuda. Y á escuras venir aqui?
Aunque la dama me cueste' ¿Posible es que pueda aquesta i Un mozo hidalgo v galán ,
Uue tan poco me costó ' Ser tan casta y tan honesta Un mancebo varonil,
Mas gran deseo me inflama, Y tan Artemisa en fe, No como otros mujeriles,
* este brío que hay en mi) Y que á tanto hidalgo dé Con quien fuera el mismo Aquüos
Amigo, vamos de aquí Un mismo no por respuesta? Ahora cobarde y vil !...
A ver esa escura dama No es posible : aqui hay maldad ,
JULIA.
De aquellas que nunca vi. Yo sospecho que es Ungida
La santidad de su vida ; Leandro, ¿no pasó el mar
Dos mil veces animoso?
LA VIUDA VALENCIANA. 77
LEONARDA. Fué en mi alma vuestra boca , AMILO.
¡No ves que eso es fabuloso. .. Que ha dado centellas puras. En tal sagrado de brazos
V después fie ver y hablar? Yesca ha sido el corazón , No podrán acometerme.
Ven la torre contra el viento Que era materia dispuesta, No |)or su miedo , por Dios .
l.uz le solian encender; Y el golpe fué la respuesta, (Que pues vine, no le tuve),
V aquí no la ha de tener Y la lengua el eslabón. Mano y deseos detuve ,
Deolro del mismo aposento. Tengo una luz encendida Mas por mandármelo vos.
Si dijeras el romano En el alma , que os ve y trata, ¡Que bello cuerpo tenéis!
Que en un hueco se arrojó , Si el aire no me la mata Qué traje y rico vestido!
del que el puente acometió, De veros escurecida. Con razón no he merecido
üel que se quemó la mano, No os vea yo como ciego Que en mi bajeza liéis.
Ana aquesto verdad fué. Dentro en la imaginación, ¡ Bravas telas y brocados !
Porque parece invención Bravos cuadros y pinturas !
JULIA.
Haber tinieblas y fuego. Pero todo queda á escuras
Pame albricia?. Si no es mi lianza buena , Con tales ojos cerrados.
LEONARDA. No se comience la historia : ¿Que no hay aqui quien me abone?
No lo creo. Y pues es limbo sin gloria , Quien me ama , ¿ no me lia?
JGLIA. Ño sea limbo con pena. LEONARDA.
Ea. Sed vos , para que yo os vea , El alma se le confia :
LEONARDA. Como pintor extremado, Vuesamerced me perdone;
Toma aquel manteo, Que aunque la noche ha pintado. Que cuando de su lealtad
Julia, que ayer me quité. Deja luz con que se vea. Mas experiencia se lenga^
JULIA.
Yo soy un hidalgo noble. Haremos que á casa venga
Que si cara á cara os trato, Con mas luz y claridad.
,Es aquel de oro y morado? Fio de mi honrado trato Siéntese, y no se alborote.
LEONARDA. Que os parezca bien al doble.
Dame la máscara presto, Esto he de alcanzar de vos. Camilo. (A Vrban.)
liorna la tuya. Ea, dadme aquesa mano. Si la caza no he de ver.
LEONARDA.
Tornadme , amigo , á poner
ESCENA VI. Pigüelas y capirote.
¿Mi mano? Tomad. Mas valdrá para estar quedo
CAMILO, con el capirote puesto; UR- CAMILO. No tener ojos ni oidos ,
BAN. — LEONARDA y JULIA , con Ya es llano Porque se van los sentidos
máscaras. Que lo concedéis , por Dios. Tras aquello que ver puedo.
jui.ia. (Ap. á Vrban.) En descubriendo el halcón
URDAN.
A fe que no es necio el hombre. Para que la caza vea,
Al puesto , Ya está cierta la pelea,
Camilo, habernos llegado. URDAN. Y es suyo aquel corazón.
CAMILO.
Bien habla. Pero aquí , después de vella
Pues escalera subi , JULIA. Con alguna claridad ,
Va estaré en el aposento. Por lindo estilo. Le quitan la libertad
LEONARDA.
De poder volver tras ella.
LEONARDA. Y aun hay otra condición
Dalde una silla al momento. Pues, por vida de Camilo... En esta caza encubierta ,
URDAN. CAMILO. Que va la perdiz cubierta,
Asiéntate. Ese es , Señora , mi nombre. Y descubierto el halcón .
CAVILO. LEONARDA.
¡Aqui de Dios, mi señora !
; Adonde ? Que no pienso que he hecho poco ¿Vos habéis de permitir
Que quien os merece oir,
URDAN. En daros luego mi mano. No os merezca ver ahora?
Aqui. CAMILO.
LEONARDA.
CAMILO. Digo que es bien soberano, Ahora bien, tráiganle aqui
Quién es aquella que habló? Digo que me vuelvo loco. Un poco de colación
URDAN. LEONARDA. Con que amanse el corazón.
Hi señora. Decid , ¿y pareceos bien? ( Vase Julia.)
LEONARDA. No me la apretéis. ¡Jesu!
Y vuestra esclava CAMILO. ESCENA VII.
Ks la que de hablar acaba. Esta mano es de Esaú, LEONARDA , CAMILO, URBAN ,
CAMILO. Y la voz no sé de quién.
,0b pesia quien me parió ! LEONARDA.
VA capirote me quito. Traigan luz por eso solo. ¿Qué colación , pesia á mí?
(Quítasele.) (Yase Julia.) ¿Cómo tengo de comella,
Par Dios , á escuras estoy. URDAN.
Si eso mismo se me abrasa?
LEONARDA. ¡Ah ! doyme á Dios con la casa ;
Ya se descubre el farol. ¿Que aun no hay una cara en ella?
Por eso licencia os dov,
Y se os perdona el doíito. CAMILO. ¿Qué lianzas me habéis dado
Dadme silla junio á él. Luz pido donde está el sol ; Para comer, satisfecho
Pero está eclipsado Apolo. Que no es veneno?
CAMILO.
¿Hay mas lindo encantamento? (Vuelve Julia con luz.) LEONARDA.

JULIA.
Este pecho
LEONARDA.
La hacha está aqui. Que me habéis enamorado.
¡Ay señor! con vos me asiento. CAMILO.
CAMILO.
CAMILO. Ligero argumentoháceis.
Por Dios, que es hecho cruel. ¿Qué es esto? Id á una tienda embozada,
Ya me enciende el corazón ¿Todos con máscara están? Y veréis si os lian nada
Amor sin luz , pues no ve* ; LEONARDA. Por mas que el pecho mostréis.
Qoe ha tocado en el deseo Tened las manos, galán ; Yo soy aquí mercader,
i-unio piedra el eslabón. Que aqui no ha de halwr mas que esto Vos quien rebozada llega :
'xiinoel nombre que está á escuras, : En llegando á querer verme, Luego bien la vida os niega
Y, para encender luz, toca , ' Os harán dos mil pedazos. El que no os merece ver.
78 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
LEONARDA. JULIA. URDAN.
Camilo, no os aflijáis En verdad que es muy leído. ■
Escucho. Esta va por mi.
De vernle esconder asf : URBAN. Camilo. (A Julia.)
Que hay partes, Señor, en mi No lo toméis tan policio ; Vos tendréis Iris por nombre.
Que vos ahora ignoráis. Que en verdad que es zanahoria
Yo os vi , y el alma os rendi Que es de Diana mensajera ,
De suerte , en cierto lugar, Entro, y la bebida saco. (Vate .) Y vos Mercurio.
Que no me excusé de dar CAMILO. LEONARDA.
Í*'in á mi cuidado asi. Donaire tiene por cierto. ¿Pudiera
Este remedio busqué Pero hagamos un concierto. Darse á todos mejor nombre?
Para que entréis donde estáis, LEONARDA. (A¡l.) URBAN.
Y para que no digáis i Es discreto y es bellaco. En fin, ¿que Mercurio á mí ?
Con quién ni en qué parte fué. Baco ¿no fuera mejor?
CAMILO.
Si pensáis que aquesto ha sido JULIA.
No tener crédito en vos. I Si esto pasa entre los tres ,
Bien quedará entre los dos I Que sois vos y estos criados, Escucha un poco, hablador.
Averiguado y reñido. I Para hablar o ser llamados, URBAN.
Joyas os daré en valor i Sin nombres, trabajo es. Escucho. Esta va por mi.
De" dos mil ducados. j Quiéraoslos poner Ungidos;
LEONARDA.
CAMILO.
Que yo así me entenderé.
Ya es tarde , y es bien que os Tais;
¿Buenas? 1 (Vuelve Vrban con ¡a bebida.) Que hablando no se ha sentido
LEONARDA.
URDAN. Tiempo y noche que han corrido.
i Bebed. CAMILO.
¡Hola ! Dame esas cadenas CAMILO.
Y ese brinco, dios de amor. ¿ Que al fin cubierta os quedáis?
Dame... Luego beberé.
LEONARDA.
URBAN.
CAMILO. Noches quedan , mi Camilo :
Bebed.
Paso, no pidáis JULIA. Esto por ahora baste.—
Eso; que me dais enojos. Están divertidos. Llévale donde le hallaste, (.4 Urban.)
Mas quisiera vuestros ojos ¡Hola! por el mismo estilo.
Que cuantas joyas me dais. URDAN.
URBAN.
Diéradesme esos zafiros, (Ap. Estos mozos confitados,
Y los rubíes y perlas Todo almíbar y jalea , Encajaos el capirote.
Desa boca ; que por verlas Que no hay ninfa que tal sea , CAMILO.
Pudiera con mas serviros. De boca y dedos mirlados , ¿ No os be de abrazar primero?
También hay oro en mi casa. Me hacen perder el seso.) LEONARDA.
Gracias á Dios , no soy pobre. Bebed. Sí por cierto.
CAMILO.
LEONARDA. CAMILO.
Deseo que mas os sobre i Mostrad : beberé. ¡ A h bien ligero!
Que de oriente á España pasa. ! UIUIVN. Paso.
Pero por señal de amor, I ¡Qué poco y qué á tiento fué! • ( Urban le pone el capirote. )
Esta sortija tomad, Diga, ¿y harále mal eso? URBAN.
Que en vos tendrá calidad. CAMILO. Alto sois de cogote.
CAMILO.
(Ap. Tras tanta plata , ¿qué espero?) LEONARDA.
Y esta en vos tendrá valor. No me muestren mas, Señora. Pues, necio, ¡así le lastimas!
Servios de que en mi nombre
La traiga esa blanca mano. urdan . (Ap. á Julia.) URBAN.
Haga melindres ahora , Nunca vos haréis buen son.
ESCENA VIII. Haráse después un cuero. ¡ Bendiga Dios el bordón,
Pues esta va por mi ama , (Bebe. Que dura por treinta primas!
JULIA, con la colación.— Dichos. Y esta, Camilo, por vos; Asid la pretina bien.
Esta, Julia, por los dos; CAMILO.
Que bien bebe quien bien ama. Adiós , señora Diana.
JULIA.
JULIA.
La colación viene. LEONARDA.
Escucha, ó vete de ahí ; ¡ A y ! ¡ cuánto tarda mañana !
CAMILO. Que nombres nos quiere dar Descubrome.
En vano Para podernos llamar. JULIA.
Viene : á fe de gentil hombre, URDAN. Yo también.
Que no tengo de comer. Entra á recogerte luego.
Escucho. Esta va por mi.
LEONARDA.
LEONARDA. (Yante.)
A lo menos el probar ¿Cómo me pensáis llamar? CAMILO.
No lo podéis excusar ; ¡ Bueno voy ! ¡ Ah ciego amor !
Que soy honrada mujer. CAMILO.

CAMILO.
! A vos os llamo Diana , URBAN.
l Y está la razón muy llana. ¿Y voy acaso mejor?
¿Es lo del veneno? ¿Quién manda rezar al ciego?
LEONARDA.
LEONARDA.
; Esa podéis declarar. (Vante.)
Si. CAMILO.
Por mi vida, que probéis.
¿No es luna y alumbra?
CAMILO. Calle.
LEONARDA.
Si ese juramento hacéis ,
Haya mil muertes aquí. Si. ESCENA IX.
Quiero tomar el veneno, CAMILO.
Que Alejandro del doctor; ¿No se escurecc y desdora? VALERIO , embozado.
Que donde la fe es mayor, t ■ . [cisles.
URDAN.
No le hace el daño ajeno. Sospechas, que al mas cuerdo euloque-
¡Oh que bien! Y en el mas escogido entendimiento
URBAN. JULIA. Representastes mas quimeras varias
¡Oh lo que sabe de historia ! Escucha ahora. Que la imaginación profunda suele
LA VIUDA VALENCIANA. - 78
Del pintor que diseña alguna máquina , Abren franca libertad. ALGUACIL.
0 el poeta que traza algún discurso, Viuda , va no hay quien crea Yo soy quien debo.
k Dónde lleváis mi loca fantasía Que estáis sin dueño secreto Vuesas mercedes ¿quieren compañía?
A desvelarse cuando todos duermen? Del alma , porque en efelo OTÓN.
Ya el estrellado carro con su guia Andáis triste y no sois fea.
Mujer bella , rica y moza Quedar nos cumple aqui.
Parece que se humilla á su descanso,
Y declinando van las seis hermanas, (Que basta libre y mujer) , ALGUACIL.
Con la que entre ellas vergonzosa vive; Yo no tengo de creer Pues adiós.—Vamos.
Y u>, solicitado de vosotras, Que no se regala y goza ; LISANDRO.
No como estrella estoy en luz ardiendo. Porque aunque mas me digáis, ¡Que siempre en todo juntos nos halla-
Mas como fuego del eterno abismo. Huyendo segunda boda , [mos!
Por donde dicen que encendido sale, Que sois angélica toda,
Doyme á Dios , si vos no amáis. (Vanse los alguaciles y el escribano.)
i uvas bocas jamás de darle cesan.
Haseme puesto, y no será por dicha, ( Ve d los dos.)
En la imaginación que esla Leonarda, ¿Que tan desvanecido hablase al aire, ESCENA XIII.
Entre aquellas imágenes y libros, Que apenas reparase en que podía
Ser escuchado destas-vivas sombras? OTÓN, VALERIO, LISANDRO.
Alguna tiene aparte á quien adora.
Noche, si está allá dentro algún dichoso, En fin , pared , no escapas sin oídos.
VALERIO.
Hazle salir, con dar lugar al alba. ¡Oh casa del mayor peso del mundo !
lias i como podre ye saberlo solo, Ya os arriman gigantes á la puerta , Otón es bravo arquitecto.
Siendoesta casa como un tiempo Tenas, Ya están vuestras colunas revestidas. OTÓN.
Quese ilustraba de cien puertas grandes? ¡Denocheguardasálas puertas! ¡Bueno! Y á Valerio ¿qué le falta?
tiente viene : tomemos esta esquina A feque adondetantasguardas ponen, LISANDRO.
De la portada , i ver dónde camina. Que nay escondido algún tesoro rico.
Si asisten al sustento de la casa , Para portada tan alta
(Retírase.) Las tres hicimos efecto.
Sirvamos todos de eslantales juntos.
ESCENA X. Y pues el irme es caso sin remedio. Pero túveos mil ventajas.
Hagan lugar; que yo me pongo en medio . VALERIO.
OTO.N, embozado; VALERIO, aun lado (Pónete entre Valerio y Otón.) Estar en medio son mil.
de la portada de la casa de Leonardo. OTÓN.
OTO».
ESCENA XII. Si no viene el alguacil ,
Cierta cuestión de amigos y parientes Todos nos hacemos rajas.
Alguach.es, UN ESCRIBANO.—Dichos.
Me ha detenido : perdonadme, calle, LISANDRO.
Y vos también , ventana venturosa , ALGUACIL. Consuélome , que lostres .
Si he tardado en venir á saludaros. Lindo salto se hizo en los del juego. Fuimos necios por extremo.
¡ Ah mi ventana ! ¡ Quién de vos supiera ESCMBAtlO. OTÓN.
Si ha salido por vos algún suspiro! Dar aquese nombre temo
Que entrado, yo aseguro que son tantos, ¡Y qué hermoso dinero se paraban ! A lo que locura es.
Que no son mas de abril las varias flores, ALGUACIL.
Pero cuando aqueso fuera ,
Ni las perlas que el alba entonces vierte. Aun esta casa tiene mas secretos; El mas necio fuistes vos,
; Cuántos fus colgados de esas rejas, Que se da de comer y entran mujeres. Que os metistes entre dos.
Que no merecen, de un cabello solo, Yo les haré una información que salten.
LISANDRO.
Piden al cielo que convierta en mármol Gente hay en esta puerta. ¿Quién va?
Aquella que de mármol tiene el pecho! Al Rey. [Ténganse Y entre ciento me metiera ,
También vos, puerta... — Mas ¿qué es OTÓN. Aunque fueran Rodamonles.
[esto? ¡Ay triste! Tenidos somos ; no nos meta OTÓN.
i Qué sombra es esta ó qué nueva coluna? La lanlerna en los ojos. ¡Ea,leon!
No en balde el corazón me lo decía, ALGUACIL. VALERIO.
Y esta noche el venir solicitaba. He de- verlos, No es-burlando;
¿Será por dicha aqueste el venturoso Y desarrebozarlos treinta veces. Que puede , como otro Orlando ,
Que de la viada posesión merece? VALERIO. Romper árboles y montes.
¿Quélediré?Queharé? ¡Viven loscielos, Mire que somos caballeros. LISANDRO.
Que se ha de conformar la arquitectura,
Y que han deestarlosmármolesiguales! ALGUACIL. La necedad en su punto
Creólo; Fué aquello del estampero,
{Colócase al otro lado de la puerta.) Masyohedeverlospormispropriosojos; Cuando Otón, hecho librero,
ESCENA XI. Que suelen engañarnos por momentos. Entró con Valerio junto.
Ea; que es ya... OTÓN.
LISANDRO, embozado. — VALERIO v LISANDRO. ¿Con máscaras no llegamos
OTÓN , cada uno á un lado de la Suplicóos quesea aparte. Hasta la puerta^
puerta. ALGUACIL. VALERIO.
lisandiío. No ha de ser sino aqui : por Dios, descú- Esperad ;
Viuda, asi os guarde Dios, fbranse. Que de aquella necedad
Que puesto á aquesa ventana . (Desembózame los freí.) Iguales partes llevamos ;
Le que hay de aqui á la mañana ¡ Señor Otón , Lisandro, y vos, Valerio! Que él vino de bohonero
Quisiera pasar con vos. ¿Los nombres no pudiérades decirme? Con mil rosarios allí ,
El sí que á todos negáis. OTÓN. Y no le abrieron.
Decidme ¿en qué no consiste? Convínome callarle. OTÓN.
Santa y moza, alegre y triste, LISANDRO. ¡Ai! ¿sí?
Zagala , no me agradáis. Y á mi y todo. Pues darle el parabién quiero.
Este ser vos tan discreta Mas yo me huelgo deste desengaño. LISANDRO.
Hace á mil necios pensar VALERIO. Pues si todo se ha sabido,
Que os debe de regalar Y yo he tenido por dichosa suerte Por necios todos quedemos,
Alguna prenda secreta. Saber asi lo que saber temía. Y el propósito mudemos
Para que esto no se vea, En quien la ocasión ha sido;
¿Qué importa que os encerréis , ALGUACIL.
Desa manera, ¿puedo estar seguro Quehabrá bien qué murmurar.
Si las veces que queréis VALERIO.
Vais y venís á la aldea? Que no he dado disgusto ?
Este campo y soledad , LISANDRO. Si va de murmuración,
Estas huertas y jardines , Antesquedamos Yo diré á qué vino Otón
S ni abrir á los maitines , En mucha obligación. Esta noche á este lugar.
80 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Fué á saber si aquesta puerta ESCENA XVI.
A alguu dichoso se abría. a Cauipo con huertas.
OTÓN. ESCENA XIV. CAMILO, FLORO.
A eso, por Dios, venia.
LUCENCIO , ROSANO. CAMILO.
LISANDRO.
Después de la primer noche ,
Téngolo por cosa cierta , LtICENCIO. Como te he contado, Floro,
Porque jo vine a lo mismo. Hela leido y entendido todo, En que , como halcón y ciego ,
VALERIO. Y' contiene que Ercino me da un yerno Ciego fui siguiendo á otro,
Yáml ¿qué pudo traerme Para Leonarda , encareciendo el modo Otras seis ó siete fui
Sino el ver lo mismo y verme De su nobleza, término y gobierno. Por el mismo estilo y modo .
En este celoso abismo? ROSANO.
Hasta que al fin la gocé,
Sin mas luz que de los ojos.
OTÓN. No le aventajan en la sangre el godo, No había pájaro destos
Ya que nos hemos hablado, Ni en gentileza de mancebo tierno Que de noche vuelan solos ,
Confórmese el amistad El mismo Adonis, Piramo y Narciso, Cuyos ojos no invidiase,
Contra la liera crueldad Ni el mas discreto en discreción y aviso. Por ver lo que á tiento adoro.
Deste ingrato pecho helado. Como el Gallego escribe, tañe v danza Hela cobrado afición,
De su deshonor tratemos , Como otro Julio, y porque mas le alabe, Sin ver mas que lo que toco •
Y que pierda la opinión. De retratar como Guzman alcanza De tacto, como los ciegos,
Aquella parte que á milagro sabe ; Que es peregrino negocio.
L1SANDRO.
Esgrime como el célebre Carranza, He hecho cosas por verla
¡ Oh qué bien ha dicho Otón ! Su oficio es secretario del mas grave (Que no pienses que soy corto).
¿Qué venganza tomaremos? Príncipe de la corte, donde vive Que hubieran enternecido
¿Pero sabéis qué he pensado, Con gallarda opinión. Un indio, un bárbaro, un monstruo,
Y nunca lo dije en duda? Ya fingiéndome morir
LUCENCIO.
VALERIO.
Asi lo escribe. Con suspiros y sollozos,
¿Qué? ¿Cuándo salistes de Madrid? Ya jurando de no vella
' LISANDRO. Con juramentos y votos.
ROSANO. Pero ni por mis ternezas.
Que tiene esta viuda Sospecho
Halan en casa encerrado. Ni por mis rabias y enojos,
Que habrá tardado solos cuatro dias. Se ha dejado ver ; y así ,
Ouc este no acudir á ver
Ninguna cosa de fuera , LUCENCIO. Estoy encantado y loco.
Si en casa no le tuviera, ¿Hay nuevas? FLORO.
¿Cómo se pudiera hacer? ROSANO. ¿ Cómo no ? ¡ Gracioso cuento !
Mujer sola , libre y rica , t No sé cosa de provecho. Lleva tú luz encendida.
Y que á tantos se ha negado , Pero mucho del caso te desvias; CAMILO.
A fe que hay algún criado ¡ Muéstrame en él mas descubierto el pe- Podráme costar la vida ,
Que al lado de noche aplica. ! Si acaso de mi crédito le fias ; [cho, Floro, aqueste atrevimiento;
Y entre los que tiene, Urban , j Y muéstrame esta viuda, porque el vella Que si Psiques vio al amor,
Que es bellacon y discreto, Me importa para darles nuevas della. A quien á escuras gozaba ,
Tengo sospecha en efeto Encargáronme mucho que la viese; Perdió la gloria en que estaba,
Que hace oficio de galán ; Que allá tiene gran fama de hermosura. Y negoció su dolor.
Porque no se aparta della , ! . LUCENCIO.
FLORO.
Y anda bien puesto y vestido , Eso podría ser si ella quisiese;
Siempre se burla atrevido, Pues ¿qué has de hacer encantado ,
¡ Mas es mas que su fama su clausura. Enamorado sin ver?
Y habla en secreto con ella. Y aunque de oirlo por ahora os pese.
CAMILO.
Sabed queeslaniujermasbronca y dura
¡Vive Dios ! que ahora he caido Que ha criado la sierra mas fragosa , Imitar á amor, y ser
Km una maldad tan clara. ' Supuesto que es discreta y que es ber- Sin ojos enamorado.
Vo le cortaré la cara, i [mosa. FLORO.
O no seré bien nacido. ; Há un mes y mas que ya no la visito, ¿No puedes llevar un yeso
¿Quién duda que esto es asi ? ' Sobre eslo de tratarle casamientos; Con que la puerta señales?
Que de mi enojo y suyo en esto quito CAMILO.
VALERIO.
! Malas palabras y desabrimientos ;
Yo soy de ese parecer; 1 Y si el de aquese hidalgo solicito. Tiene el hombre industrias tales,
Que cosas le be visto hacer Serán, sospecho, vanos pensamientos; Que me hace perder el seso.
De que sospechoso fui. Porque quien no se casa aquí en Valen- Fuera de la puerta estoy ,
Y desde aqui le prometo Menos hará para Madrid ausencia, [cia, Y dice que estoy en cas.-.
Una grande cuchillada. ¿ Con todo eso, diligencia haremos. FLORO.
Ll SANDRO. ¡ ROSANO. Un coche de damas pasa.
Dejad algo, si. os agrada, Mucho me habéis, Señor, desconsolado; CAMILO.
Para el dueño del secreto ; Pero será razón que lo intentemos, Y baja , á fe de quien soy,
Que también le he yo de dar Porque diga, aunque mal , que be nego- Del una hermosa viuda.
Dna en medio desas dos. lucencio. [ciado. FLORO.
OT0>\ ¡ Digo que ordenaré de que hoy la hable- Y no es mala la criada.
Amanecido ha por Dios. I [mos ;
¡Qué dulce es el mu/murar! Que siempre á Ercino estuve yo obliga-
vamos y hablémonos hoy. [do. ESCENA XVII.
VALERIO. ESCENA XV. LEONARDA t JULIA, con mantos.
En matarle me reporto. Dichos.
LISANDRO.
CAMILO, FLORO.—Dichos.
¡ Qué narices que le corto! floro. (A Camilo.) LEONARDA.
oton. ■ Prosigue, por tu vida, tan buen cuento, i Esta huerla es extremada.
; Qué cuchillada le doy! LUCENCIO. JULIA.

(Vanse.) Gente es esta : no emienda nuestro in- En ningún tiempo se muda.


[lento. LEONARDA.
(Vanse Lucencio y Rosana.) Julia , Camilo es aquel. (Ap. á ella)
LA VIUDA VALENCIANA. 61
JULIA. Tal duda en mi fe, Señora. No se me da , te prometo.
¡Ay, Señora! ja le vi. Si un ángel de hermosa fuese, Lo que por mi , Floro, á ellas.
CAMILO.
Y una romana en valor, Esta no vale dos clavos,
¿Hay algo en que os sirva aquí ? No es posible que el amor Ni cuantas puedes nombrar,
A mi imposible perdiese. Porque es querer comparar
LEONARDA. (Ap. á Julia.) Los reyes con los esclavos.
LEONARDA.
¿Hablaréle? Yo te digo que la mia
Si la viésedes, yo os juro
JULIA.
Que os trocase el desengaño. Es algún ángel sin duda.
Habla con él ; FLORO.
Que todo el campo csiá solo. CAMILO.
LEONARDA. Bien puedo estar dése daño ¿Tan mala era la viuda?
Yo os agradezco el favor. l'or muchas causas seguro; CAMILO.
CAMILO. Que con las manos la tiento, Asi, asi; pasar podia.
Débese a vuestro valor, Y la frente es extremada ; '
FLORO.
Como ¡.quesla luz á A|iolo. La nariz |ierlicionacla,
Y á ella misma os con. paro, Que es de un rostro el fundamento. A mí bien me pareció.
Porque es lo que mas deseo Los ojos son relevados, CAMILO.
De cuanto veo, aunque veo Que es señal que buenos son ; ¡Ah , Floro! si aquesta vieras,
Pocas veces, mi bien, claro. Todo esotro es perfección ; ¡ Qué bien que la encarecieras !
Pero en iin, la luz es cosa Cuello y pechos extremados.
Entendimiento y donaire , FLORO.
De tanta estima, que al suelo La viuda tomara yo.
No la ha darlo igual el cielo. Es locura hablar en ello ;
Después de naceros hermosa. Que no falta mas de vello
Para dar el seso al aire. ESCENA XIX.
LEONARDA. Pues ; una trisque tiene,
Nacho la luz estimáis, Y un Mercurio embajador ! CRBAN, ton la espada desnuda, reti
Para no ser ciego. No tiene el mundo valor rándose de OTÓN, LISANDIIO y
CAMILO. Cuando de su cielo viene. VALERIO.—Dichos.
Nace LEONAnDA.
De una falta queme hace, Vos sois extraño galán. URRAN.
Que no es bien que la sepáis. Nunca tal oí decir. ¡Tres hombres á uno solo!
LEONARDA. CAMILO. OTÓN.
Ello se entiende : ¿es de amor? Ni á nadie be visto sufrir ¡Muera el perro!
CAMILO. La escuridad que me dan.
URBAN.
Pues mas os espantaréis, Y aunque en parle mi alegría
Con este rigor se aniebla, ¿No me diréis qué ofensa os hice?
Si de mi dama sabéis
El diúuo resplandor. Mas quiero yo mi liniebla VALERIO.
Que alguno estima su dia. ¡Muera!
LEONARDA.
LEONARDA. CAMILO.
¿Es por encarecimiento ? Paso, señores , ténganse : ya basta.
¿Y cómo os llaman?
CAMILO.
CAMILO.
Si estar vo de por medio en cortesía
No, sino porque es Diana De caballero recebirse suele ,
Ta:i divina y soberana , Camilo. Camilo soy, y amigo soy de todos.
Que no la veo y la siento. LEONARDA.
floro. (A Urbon.)
. LEONARDA. Es justo saber el nombre
De un mas que Aniadis , de un hombre Ponte detrás.
¿Cómo, Diana? ¿La luna? BRBAN.
Que ama por tal estilo.
CAMILO. Vinieran uno á uno...
Ahora bien , por muchos años
La propia Vuestra Diana gocéis. OTÓN.
LEONARDA.
Pues no andáis bien; CAMILO. FJ tuvo en vos, Camilo, buen padrino;
Que esa mil vistas la ven ; Si vivo, no lo dudéis, Que es un lacayo vil , desvergonzado.
Has no la toca ninguna. A pesar de sus engaños. CAMILO.
CAMILO. LEONARDA. No haya mas, por mi vida; que por dicha
Pues yo la toco sin vella. Adiós, escuro galán. No os habrá conocido.
LEONARDA. CAMILO. VALERIO.
Sin duda os tengo por loco. El un rico esposo os dé. Basta y sobra
CAMILO. floro. (Ap. d Julia.) Quererlo vos.
. Sí, pues á escuras la toco, Diga : ¿hablarla no podré LISANDRO.
Y me be enamorado della. Esta noche en el zaguán? ¿Mandáis en que os sirvamos?
LEONARDA.
JDLIA. CAMILO.
Y esa luna ¿veos á vos? Vivo junto 6 la Zaidia. Quedo en obligación notable.
CAMILO. No quiera dama tan lejos. OTÓN.
Ella lo afirma , y es fe (\anse Leonardo y Julia.) Vamos.
Que cada dia me ve;
Mas yo no la veo, por Dios. (Vanse Otón , Lisandro y Valerio.)
ESCENA XVIII.
LEONARDA.
Pues os ve, no lo dudéis, CAMILO, FLORO. ESCENA XX.
Sino que está enamorada.
FLORO. CAMILO, URBAN, FLORO.
CAMILO.
Pienso que de mi se agrada. Hablado habéis como viejos.
¡ Qué ocasión esta , qué dia ! camilo. [hecho
LEONARDA. ¿ lJor qué no la requebrabas? Decid, hombre del diablo, ¿qué habéis
Y' en los efetos lo veis. Que es una viuda bella , A aquestos caballeros ?
¿Hay mujer por quien ahora Que andan mil muertos por ella. URBAN.
Ladejásedes? CAMILO. Buen Camilo, [juro
CAMILO.
¡En mi pensamiento estabas ! Después de echarme á vuestros píes, os
Me agravio Por ella ni otras mas bellas, Que ni en obra, palabra ó pensamiento
Deque ponga vuestro labio Respeto de mi sugeto, Les ofendí jamás.
L-i. 6
82 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
CAMILO. CAMILO. De las palabras y votos !
Pues sin ofensa , Tenme, por tu fe , con tiento; Pero son papeles rolos
¡Caballeros mataban en cuadrilla Que me has rasgado la capa. Que se entregan á los vientos.
Un hombre solo ! No es posible. CELIA. ¡Quien le oyó que no quería
URBAN. Ese corazón quisiera , Otra en el mundo!
Es cierto. Donde tal dureza cabe. JULIA.
Y puede ser que se hayan engañado, CAMILO. Y bien jura;
Ytenidome á mi por otro. Que dice de noche escura,
Ya fué para ti suave,
CAMILO. Y á tu voluntad, de cera. Y esta atiérrala de dia.
\ Creólo. Pero hay hombres que desean Mira, Señora, no creas
FLORO. No tener común el bien. Que sin dejarle mirar .
En gentil escampado os la juraban. Pero advierte que nos ven. Has de poder conservar
Un hora el bien que deseas.
CAMILO. CELIA. Por la vista entra el amor;
Vamos con él hasta su casa , Floro. Mucho teme que le vean. Que por las manos no puede.
URBAN.
Calle, no se le dé nada,
LEONARDA.
Hasta la puerta de la ciudad basta. Y amartelaráse ahora , ¿Yeloir?
Si no lo está , la señora JULIA.
FLORO. Que nuevamente le agrada.
A mi señor estáis bien obligado. Y cuando riñan un poco ' Eso se quede
Por celillos , bien sabrá Para un amante hablador.
urban. (Ap.) Sigue un hombre , oyendo hablar,
Si se lo debo , bien se lo he pagado. Dar satisfaciones ya.
Un rebozo, aunque ño vea;
CAMILO. Y en viendo que es mujer fea ,
Tú quieres volverme loco. Al diablo la quiere dar.
CELIA. camilo. (Á Celta.)
ACTO TERCERO. ¿Quién duda que le diría : Di , veamos , ¿qué te debo?
«Persigúeme esa mujer; Que yo te satisfaré.
Pero no la puedo ver, CELIA.
Calle. Por tu vida y por la mia ; Lo primero una gran fe ,
Y no hay de qué recelarte; Que es en nosotros muy nuevo.
ESCENA PRIMERA. Que haré que delante esté Luego con mucha lealtad
Viendo que te beso el pié?» No conocer otro gusto ,
CAMILO; CELIA, con manió.
CAMILO. Y en la mia muy al justo
CAMILO.
¿Quieres dejarme y cansarte? Vestirme tu voluntad.
Esto ¿no era ya acabado? Pasar mil noches al hielo ,
Calla y déjame. Esperándote á una reja ,
CFLIA. ESCENA II. Sufrir voces de una vieja ,
¿Que calle? Y aun ¡ay del brazo v del pelo!
LEONARDA y JULIA, con mantos. No te haber jamás faltado
CAMILO.
Dichos. Cosa que hayas querido.
Después iré.
CAMILO.
CELIA.
No hay después.
JULIA. Todo eso te he servido
Muy tarde y sola has salido. Con haberte regalado.
CAMILO. Algún dinero me cuestas,
LEONARDA.
¿Tan loca estás, que no ves, Por tarde que es , no ha venido Y galas... las que tú sabes.
Celia, que estás en la calle? Urban. CELIA.
CELIA. JULIA. ¡ Palabras , por cierto, graves ,
En la calle y donde quiera Mucho se ha tardado. Y en tu hidalga boca honestas!
Tengo por cuerda razón Pero ¿por qué no quisiste El cofre abriré ; no quiero
Que se entienda tu traición. El escudero de Clara? Cosa tuya. Venga Floro,
CAMILO.
Llévelo ; y aun darte en oro
LEONARDA.
Templa el enojo y espera. Eso que me has dado espero.
Por no velle aquella cara ¡ Hermosas galas en íin !
Hablemos de suerte aquí , Tan melancólica y triste. —■
Que quien pasa no lo entienda, tina triste basquiñuela ,
¡Ay Julia ! mas lo es mi suerte. Con dos fajuelas de tela,
Y suéltame ya.
CELIA.
JULIA. Un amargo faldellín...
¡Jesús' Señora, ¿qué has? — ¡ Qué sartas de perlas grandes ,
¿Qué prenda Qué cadenas me ponías !
Me tienes dada de tí? LEONARDA.
¡Ay Julia! Qué ricas tapicerías
Malas noches, malos dias, De las mejores de Flándes !
Palabras, celos y rabias; JULIA.
Qué casa que me has labrado,
Y aun de que ya no me agravias ¡Qué muerta estás! Con jardín , reja y balcón !
Nacen estas ansias mias; LEONARDA. Y tiénenlas mil, que son
Que, tan malo, te quisiera. ¿Y es mucho viendo mi muerte ? Esterillas de mi estrado.
Mira cuál estoy, traidor. ¿Con quién , ya que se me aleja ,
JULIA.
CAMILO.
Mira que no es tan de noche. Aqueste tiempo empleara ,
Ir allá será mejor. Calla, ó cúbrete la cara. Que á lo menos no quedara,
Vé , Celia', á casa y espera ; Todo aquesto se excusara , Ya que sin paga , sin queja?
Que hay mucho que averiguar, Si hubieras venido en coche. — Hallariasme muy rota ,
Y en la calle no estás bien. ¡ Ay, amarga , que ya veo Muy pobre, muy despreciada,
Fuera de que á mí me ven, De adonde el aire te vino! Cuando te di en casa entrada.
Y tengo que negociar. LEONARDA. (Ap. á Mia.)
LEONARDA.
CELIA.
Galardón es este diño ¿No ves cómo se alborota?
¡Tu á mi casa ! Pues no has ido De mi loco y mal deseo. ¡ Oh quién lo que hablan oyera !
En dos meses, ¿y tan loca ¡ Oh , quién no te conociera, JULIA.
Me ves , que crea tal boca Como tú á mi , pues asi , ¿No era mejor irte á casa ,
A corazón tan Ungido? Como no me ves á mi , Que no esperar de quien pasa
No , amigo ; que sí se escapa , Te gozara y no te viera ! Que alguno te conociera f
Será andarme tras el viento. ¡Fiad de los juramentos, Fuera desto, ya anochece.
LA VIUDA VALENCIANA. 83
LEONARDA. A mi obligación resisto. Esta noche llamarás
Eso y el estar tapada Si la viera como á vos, Aquel galán de la puente.
Hice que no importe nada. Y bella como vos fuera, URDAN.
JULIA. No dudo que la quisiera. Haréloliberalmente.
Vas son celos , me parece. LEOSARDA. LEONARDA.
En mi vida lo pensara , ¿Y de veras? Tú, Julia, cuenta tendrás
Que por Ules aventuras CAMILO. De la puertecilla falsa. .
Dama que se goza á escuras, Si , por Dios ,
Fuera con celos tan clara. Porque sois vos una perla ; URDAN.
CELIA. Y me he de cansar al cabo Tu tío en casa te espera.
¿Hombre yo? De ser de una dama esclavo, LEONARDA.
CAMILO. Que no me consiente el verla. ¡Bien ! Porque pena tan llera
Si, Celia, tú; i Por qué yo mi mocedad 1 No la comamos sin salsa.
i puess qt
que me be declarado , He de pasar , por su gusto , URDAN.
Déjame. Con este censo y disgusto Con él está un forastero
CELIA, Guardando su honestidad? De Madrid.
Ya estás dejado, Si teme ser descubierta LEONARDA.
¡lesú, qué maldad ! Jesú! Como otras que el vulgo infama, ¿A qué ha venido?
O estima tanto su fama, URBAN. .
CAMILO. Ponga un gigante á la puerta.
Santigúate con cien manos. LEONARDA. No sé.
LEONARDA.
CELIA. Vos lo habéis dicho muy bien ; ¡Cielos! dadme olvido,
;Con testimonios me dejas? Pero porque gente viene , Si aquesta noche no muero.
Quédate a Dios ; no mas quejas. Que os vais , Señor, me conviene. (Vanse.)
CAMILO. CAMILO.
Testimonios son bien llanos. Pues ¿tan presto tal desden?
{Vate Celia.) Por tenerme por mudable , Calle.
Sin duda , me despedís. ESCENA VI.
ESCENA OI. LEONARDA.
LEONARDA , CAMILO, JULIA. Que os vais digo : ¿ no me ois? LISANDRO y OTON , en traje de noche.
CAMILO. LISANDRO.
CAMILO. (Ap.) Voyme.viudilla intratable. (Vate.) Ya que la noche nos da
¿Es posible que se ba ido? Lugar á nuestra porfía,
LEONARDA. ESCENA IV. ¿Cómo, Otón, de pena os va?
Ce, le digo. OTON.
CAMILO. LEONARDA, JULIA. ¿No basta ser pena mia?
¿A mi embozadas? Con eso entendido está.
LEONARDA. LEONARDA. ¿Qué dolor al mió se iguala ,
No somos tan declaradas ¡Oh traidor ! ¿ Que no bastaba Pues á la cosa mas mala
Como esa necia lo ha sido. La ofensa que aquí me hacia, Me ha traído mi furor?
¿Es acaso la Diana Que requebrarme queria? LISANDRO.
Que dijistes en la huerta? JULIA. ¿Cómo?
CAMILO. De desengañarle acaba. OTON.
Mp. EstaTiudilla anda muerta No ba sido malo el sermón , A mi competidor
ror ser conmigo liviana.) Si le sabes entender. Hace favor y regala.
Suplicóos que os destapéis, LEONARDA. LISANDRO.
I'orque no lo parezcáis. Mejor me le supo hacer Cansada está la paciencia
LEONARDA. Que si viera la ocasión. De sufrir celos y agravios
Muda quedo. ¿ Que no supe Cuando es paz la competencia;
Huélgome que lo que amáis Hablar? Mas sabed que es de hombres sabios
Tan presto lo aborrecéis. JULIA. Esa cuerda diligencia.
CAMILO. Fué sermón muy alto. OTON.
Son esas divinidades LEONARDA. No estoy deso arrepentido,
Acá ciertas fantasías , Un súbito sobresalto Pero muy necio y corrido
Son unas noches sin dias , No hay sentido que no ocupe. De que quite aqüeste Urban
V unas mentiras verdades. Aquesta noche y no mas. A tanto mozo galán
Sn unos gustos inciertos Aunque por lo comedido, Galardón tan merecido.
V un buen manjar sin sazón, Verás como le despido. Yo soy un hombre arriscado ;
l na fiesta en confusión Y aunque hubiera cien Camilos
V unos sueños que son ciertos. JULIA. Para su defensa y lado,
Es andar de noche en huertas, Y deslo ¿qué le dirás? Una vez fuera los filos,
Es lo no visto fingir, LEONARDA. El volviera colorado.
t es contar y recibir ¿Yo le habia de hablar deslo? Este Camilo, ¿quién es,
hueros á luces muertas. ¡ Qué donosa necedad ! Que asi trata del arnés?
Si vos me queréis á mi , Bueno es tener respeto
Dormirá un poco Diana , ESCENA V. A un hombre; mas yo os prometo
Porque es noche sin mañana , Que me arrepentí después.
í se quiere mucho á sí. URBAN.—Dichas. LISANDRO.
Quiere que la amen por fe, No os pese; que aquesta puerta
Cual si cielo hubiera sido, CUBAR. No pienso que verse espere,
i es en efeto sonido No ha quedado en la ciudad Noche oscura ó clara, abierta ,
Que se oye y no se ve. Otra calle ni otro puesto. Que el que por ella saliere
LEONARDA. Dos veces á casa he ido , No vuelva la cara abierta. —
Sin duda que la habéis visto, Por si allá hubieras llegado. Este es Valerio , en el talle. -• .-■ . ■ -
I os habéis desengañado. LEONARDA. OTON. • - •
CAMILO. Harto bien te has disculpado Y fuera bueno dejalle • '/ . *y
Antes por no haber mirado, Un dia que á pié he salido. A que en un punto se armara^ ¡ .1/ íi
81 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA VIL VALERIO. Sala en casa de Leonarda.
¡Oh, qué tal es, pesia á mi ! ESCENA X.
VALERIO.— Dichos.
LISANDRO.
Pues yo comienzo el primero. — LEONARDA , LUCENCIO , JULIA.
VALERIO.
Mas que el enemigo entrara Mirando nuestros amores LEONARDA.
Por la boca de la calle. Y su grave competencia,
He presumido, señores, Yaya una hacha con mi tio.
OTÓN. Que Angélica está en Valencia JULIA.
A propósito responde. Con todos sus pretensores. Ya Rodulfo está con ella.
No me digas de Gradaso Vos sois Orlando el guerrero , LÜCEXCIO.
Ni del Orlandino conde , Y vos Sacripante fiero,
Que guardaran este paso ¿Qué necesidad hay della?
Yo Ferragud , bravo moro ;
Como los dos. Pero Angélica y Medoro LEONARDA.
LISANDRO. «La viuda y su escudero.» ¿Cómo que no , señor mió?
Sentóos. VALERIO.
Y otro criado también
Con espada os acompañe.
OTÓN. Escudero el mas honrado
Que salir de España pudo, LUCENCIO.
¿Dónde?
LISANDRO.
Que á tener has acertado ¿Quién ha de haber que me dañe?
En aquese puro suelo , El mas reluciente" escudo LEONARDA.
Cada cual en su herreruelo, De tus armas adornado ; Ya yo sé que os quieren bien.
Y á su lado la rodela. Una medalla hacer quiero,
Aunque pobre caballero, LUCENCIO.
VALERIO. De plata y de mil tesoros , Del hombre estoy muy contento;
Esta noche poco vela Do estén como el cinco oros Que parte bien despachado.
La blanca luna en el cielo. «La viuda y su escudero.» LEONARDA.
OTOS. OTÓN. Digo, tio, que me agrado
Andará como la viuda, En las celestes alturas , De hacer este casamiento ;
Con los cercos de humedad. Siendo Géminis su nombre, Que habiendo á mil propios sido
Es para llover sin duda. Hay un signo en dos figuras, Áspera, disculpa espero
Una mujer, otra hombre, ' En quer,er á un forastero.
LISANDRO.
¡No hubiera en esta ciudad Pegados en carnes puras. lucenCio.
Una hechicera barbuda! Yo no soy buen estréllelo; Ventura el hombre ha tenido.
Pero, por Dios verdadero, Ricas albricias le esperan
VALERIO. Que cada noche imagino En allegando á Madrid.
¿Para qué? Que están como aqueste sino
LISANDRO. «La viuda y su escudero. » leonarda. ( A Julia..)
Para que hiciera Que se aperciban decid.
VALERIO.
Que por treinta se muriera. ¡Hola! la puerta han abierto, JULIA.
OTÓN. Y Urban embozado sale. Ya esperan y desesperan.
Mejor para que olvidara OTÓN. LUCENCIO.
Un traidor, a cuya cara ¿Quién? Adiós.
Hoy un beneficio espera. VALERIO. LEONARDA.
VALERIO. Drban. Él- vaya contigo.
Una sátira le hagamos. OTÓN. (Vase Lucencio.)
OTÓN. ¿Es cierto? JULIA.
¡Vive Dios , que es gran bajeza ! Desesperándome estaba ;
Sin duda la deshonramos. Cierto. Que en la puerta falsa andaba
LISANDRO.
LISANDRO. No sé quién.
¡Oh pesia tal !
Teniendo tanta nobleza , ESCENA XI.
Mas corridos nos quedamos. ESCENA VIII.
OTÓN. IlOSANO , que sale embozado de casa URBAN.— LEONARDA , JULIA.
Las sátiras inventivas de Leonardo. —biciios. LEONARDA.
Que dan en las llagas viras
Son para la gente baja. Valerio. (Ap. á Lisandro.) Urban amigo,
¡ Que bien aquesto me encaja : ¿Cómo solo desa suerte
Llega y dale. Con la máscara en la mano?
« Nunca digas mal ni escribas ! » LISANDRO.
URBAN.
VALERIO. Basta aquesta.
Aquel decir mal , hermano , (Da una cuchillada d Resano.) Hay mucho mal.
No guarda ningún gobierno; ROSANO. LEONARDA.
Porque dicen, y es muy llano, ¡Ay! que me han muerto. ¿Cómo, hermano?
Que es chimenea en invierno De lo que pasó me advierte.
OTÓN.
Y sala baja en verano. Echad por esa esquina. URBAN.
Mejor será que cantemos , Ala puente del Real
O que de repente echemos LISANDRO.
En loor de los amantes. Bien se ha hecho. Llegué á las diez, donde atento
(Vanse los tres.) Ya me esperaba Cami lo ,
LISANDRO. El curso del agua huyendo.
¿Prestaréisme consonantes? ESCENA IX. Llegué á hablarle, y él alzó
OTÓN. ROSANO. De la baranda los pechos,
Mejor será que glosemos. Y cubriéndole los ojos ,
Abranmeaquesa puerta. ¡Aydemi triste! Yo fui el mozo y él el ciego.
VALERIO. La casa es grande, yllamosin provecho. | Entramos por la ciudad ,
¡Oh! vos sois un cancionero. ¿Aquí, viejo fingido, me trajiste? Hablando y encareciendo
LISANDRO.
Pretendientes lo han hecho. Hacer buen Yo tu hermosura y tu fama ,
Venga el verso. [pecho ; Y él su amor y sus deseos.
Que á una traición ningún valor resiste. Preguntábale si habia
OTÓN. ¡Qué gentil cuchilladaqueme han dado!
Diga así : En Valencia algún sugeto
¡Oh ! ¡ cómoá Madrid voy bien despacha- Que le agradase de dia
«La viuda y su escudero. » - (Vase.) [do! Mas que tu escuro aposento ;
LA VIUDA VALENC IANA. 85
Y él me contaba una historia Pero di , ¿quién ha de ir Tú debías de tener
De una mujer que de celos Mañana por tu guian? Anoche blanda la mano.
Le seguía y perseguía LEONARDA. VALERIO.
En calles, plazas y templos ; Julia, disfrazada, Urban , Cuando yo doy un revés ,
Cuando un alguacil llegó, Que de hombre se ha de vestir. Hasta el pescuezo no para.
Y al querer reconocernos , OTÓN.
La Teuda del dios de amor ■ JULIA.

Camilo se quita presto. ¿Y si algún hombre me topa? Cogiendo cabeza y cara ,


Llegó, y quien era le dijo, LEONARDA.
Queda abierto hasta los pies.
Dejándole satisfecho; Defenderá^ tu ciego. LISANDRO.
Pero no quiso rogalle JULIA. Estoy por dársele ahora.
Que me dejase cubierto. Del me temo. OTÓN.
La máscara me quitaron ; LEONARDA. Deteneos.
Camilo y todos me vieron ;
Bien que me dejaron libre , ¿Cómo? ESCENA XIII.
Qne mejor dijera preso. JULIA.
Camilo, en viéndome el rostro , Es fuego, URBAN. — Dichos.
Me dijo : «Amigo (riendo), Y conocerá la estopa.
Dejemos estas quimeras, (Yanse.) VALERIO.
Y vamonos descubiertos.» Urban, ¿dó bueno?
Yo entonces, como en los montes Calle. URBAN.
Acosado corre el ciervo , De priesa y cuidado lleno;
A Camilo dejo atrás , ESCENA XII. Que va á misa mi señora.
Y voy igualando al viento; OTÓN, VALERIO ; después, LISANDRO. OTÓN.
Y por calles desusadas ,
De aqueste triste suceso , VALERIO. ¿Quién? ¿Leonarda?
Conocido y afrentado, Dicen que ya se levanta. URDAN.
A darte las nuevas vengo. OTÓN. Há ya mil días
LEONARDA. Es un lirón en dormir. Que en cas de su prima estoy,
i Pobre de mí! ¡Tras un mal Lo que se tarda en vestir, V con ella vengo y voy.
Otro mayor! ¿Qué he de hacer? Valerio, es cosa que encanta. valerio. (Ap. á Lisandro.)
JULIA. VALERIO. ¡ Muy bien así le darías !
Tu valor ¿puede perder Acostóse pues temprano; LISANDRO.
Su condición natural ? Que anoche poco rondó. Sin duda , pues , que hay herido
Ahora el esfuerzo importa. (Sale Lisandro.) O forastero ó criado.
LEONABDA. LISANDRO. OTÓN.
No le hay en tal desconsuelo ; Esa á fe me desveló Tenga, pues se ha disculpado,
Que cuando castiga el cielo , Escudero y cirujano Perdón.
Acero v diamantes corta. OTÓN. LISANDnO.
Ahora bien : cualquier flaqueza ¿Aun os ponéis los botones? Mas yo se le pido.
Es notable en quien yo soy ; URBAN.
VALERIO.
Pero fabricando estoy
l'na aguda sutileza. ¿El cirujano os desvela? ¿Mandáis mas? Que voy de prisa.
Irban , por algunos días Buena burla; mas ¿creeréla? OTÓN.
A mi prima servirás , OTÓN. Dinos algo de tu ama.
Y por Valencia andarás Dejémonos de razones. URDAN.
Muy lejos de cosas mías. ¿Hubo quien nos conociese? Que es una Porcia en la fama.
Asi que, cuando te siga LISANDRO.
Este hombre , entenderá LISANDRO.
Que por ella viene y va. Era un desierto la calle. Ven acá.
VALERIO. URBAN.
JULIA.
¡Qué bien que se puso al dalle! Tocan á misa. (Vase.)
A mucho el honor te obliga.
OÍON.
URDAN.
Mas ¡ qué tan bien sucediese ! ESCENA XV.
Pues di : ¿quieres deshonrar ¿Fué en la cabeza ó la cara?
Tu prima? ¿No es desvarío? VALERIO, LISANDRO, OTÓN.
LISANDRO.
LEONARDA.
En todo pienso que hirió , VALERIO.
Irban , por este honor mió , Porque revés que doy yo, Fuese ; que es gran bellacon.
Todo se ha de perdonar. Hasta el pescuezo no para. OTÓN.
Caiga esa mancha en mi prima,
Y líbrese mi opinión. OTÓN. Sin duda su prima está
¡Válame san Jorge! Sola, si este no está alia.
URDAN.
VALERIO. LISANDRO.
¿Tu no ves que es sinrazón? Amen.
LEONABDA.
¡Oh vana murmuración!
OTÓN. Si aqueste su galán fuera,
Asi la fama se estima. Esto cuentan de Roldan. Sin el ni un hora pasara.
Si cuando te acuchillaban ¡Hola! ¡Hacia acá viene Urban! VALERIO.
Delante al otro ponías, VALERIO.
De quien favor recibías, Amando , es cosa muy clara.
Y los otros en él daban ; ¿Quién?
OTOS. LISANDRO.
Y si defender la mano Urban. Pues ¿no sabremos quién era
Al rostro es tan natural ,' LISANDRO. El que llevó el benelicio
Por parte mas principal , ¿Quién dices? Quién? Anoche? Y no por el boto,
No es pensamiento inhumano.— .
Recogeos , y mañana OTÓN. Sino por el filo.
A misa con ella irás ¡Hola! Urban es, y muy sano. VALERIO.
Al Milagro. VALERIO. Has roto
TOBAR. Míralo bien. Mas que un romano Fabricio.
OTÓN. Ya no preguntes quién sea;
Tú le harás Que ya no debe de ser.
Coa esla industria greciana; ¿Qué hay que ver?
86 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ
PUP<! (¿n-.nl* ^,SA!iDR0' í E°rqUe era° de r0CÍn mUerlO .
I ues téngolo de saber. | Nariz de jabón de sastre , Tu gusto, sin que tu honor
Quede manchado ó deshecho.
(Desnuda la espada.) Y barbuda por lo menos ;
OTÓN. La cabeza tuerta un poco , LEONARDA.

Basta que el filo se vea. Los hombros, Floro, sin cuello, Una mujer con amor
El anclar como de un ganso, Deshará todo el derecho.
LISANDRO. Muy á espacio y patiabierto. JULIA.
Sangre tiene : ¿qué dudamos? Quisiera empujarla entonces Cierto , que si las señales
VALERIO. Y dar con ella en el suelo ; Del secretario son tales
Por mi , Lisandro , lo creo. Pero al fin, desengañado, Como escriben , aunque en breve,
Vuelvo corrido en extremo. Que nada á Camilo debe.
OTÓN.
¿Dónde iremos ? FLORO. LEONARDA.
VALERIO.
¿Estos, Señor, han sido tus peligros? Mucho son en todo iguales;
¿Esto ponerte á una perpetua infamia? Pero lo visto era bueno.
A la Seo. ¡Asi tomaras luego mi consejo,
JULIA.
LISANDRO. Y rompieras un poco el capirote,
Mejor es que a San Juan vamos. O fuerza hicierasconlaespadaenmano! tOh , cómo el verte casar
Que no habían de matarte ni ofenderte. ¡n reino extraño y ajeno,
(Vanse.) Por la ciudad ha de dar
Todo fué muy galán aficionarte
De una camilla de damasco y tela , Un bravo estampido y trueno !
ESCENA XV.
Y de unos terciopelos y brocados. LEONARDA.
CAMILO, FLORO. Mas ¿qué piensas hacer? No importa, pues della salgo.
CAMILO.
FLORO.
La primer casa ESCENA XVII.
¿Tantas cruces te haces? Me ha de dar pluma y tintó, y con la có-
URBAN. — Dichas.
CAMILO.
Pues ¿qué quieres, Le he de escribir quiénes, y su mal tér-
Y quedará de lengua castigada ; [mino,
URDAN.
Viendo tan espantoso desengaño Para tus industrias valgo
Deste mi encantamento y aventura? Que gran castigo suele ser la lengua , Un mundo.
Y' mas cuando se vea conocida, LEONARDA.
FLORO. Y que pierde el mocito que engañaba.
¿Viste anoche muy bien el hombre? Urban, ¿con tal prisa?
FLORO.
URDAN.
CAMILO. ¿No me contabas tú que la tocaste, Ya me vio llevar á misa
Vilo Y que era moza muy briosa y cuerda, A tu prima aquel hidalgo.
Como te veo , Floro amigo , ahora ; Que hablaba con extremo y respondía?
V vilecon tal fuerza de deseos CAMILO.
LEONARDA.
De conocerle bien , quo desvelado Sin ojos, no me culpes ni me. corras.— ¿Y qué? ¿Puso buen semblante ?
Toda la noche estuve, con su imagen Urban queda con ella ahora en misa ; URBAN.
En la memoria como piedra impresa , Darásle este papel que he de escribille,
Con un rostro entre dos luces
Hasta que me dormí cansado al alba. Para que se le lleve como digo.
Puedo en la mesa retratarle al vivo, Se puso á vernos delante ,
Como se cuenta del famosoApéles. FLORO. Haciéndose cíen mil cruces,
¡Linda dama has gozado ! Que es salisfacion bastante.
FLORO. Y al salir me dio el criado
¿Y que hoy le has visto acompañar su * CAMILO. Aqueste papel cerrado
¿Burlas, Floro? Para que á tu prima diese,
Camilo. [ama? FLORO.
Pues ese es, Floro, el desengaño mió ; ¡Oh qué niña tan linda! Como si culpa tuviese.
Que como anoche conocí su cara , LEONARDA.
CAMILO.
V hoy le vi con aquesta buena dueña, Bien le habernos engañado. —
Lstoy desesperado. Como un oro. Muestra, á ver lo que le escribe.
(Vanse.)
FLORO. . URDAN.

Dime el cuento ¿Quién duda que le dirá


De suerte que lo entienda. Que de su gusto se prive?
Sala en casa de Leonarda.
LEONARDA.
CAMILO.
Estáme atento. ESCENA XVI. Dirá que corrido está ,
Yo salía del Milagro, Y cuan engañado vive. [dieces
Discursos varios haciendo LEONARDA , JULIA. (Lee.) «vieja de Satanás, que á siete
Sobre el suceso de anoche, »Te enamoras , y gozas con hechizos
Que fué notable suceso. JULIA. «De mozos por su mal antojadizos ,
Iba bajando las gradas , ¿Que al fin te has determinado «Con quien te haces niña y enterneces;
Cuando el escudero veo A querer un forastero ? «Hoy vi tu antigua cara con dobleces,
Con sereno y corto paso , LEONARDA. «Tiznadas cejas y canudos rizos ,
Rostro humilde, airoso cuerpo. Celos, Julia, me han forzado «Con la tuertó nariz, dientes postizos ,
Déla su mano traia Deste traidor por quien muero, «Y las hermosas manos de almüeces.
(Que así lo dicen los viejos), Y este mi honor estimado. «Desengáñeme, y dije muy corrido :
Una niña que ganaba «Adiós, señora Circe; á Lanzarote
JULIA. «Sirva de quintañona, y será moza.
Con cuatro quinces el juego.
No me dé mejores cartas ¿Y que saldrás de Valencia? «Dusqueotro necio, comoyo lo hesido,
En su vida el compañero, LEONARDA. «A quien ponga de noche el capirote;
Que los puntos desta diosa , Antes que con cierta ciencia «Que presto la pondrán una coroza. »
Diosa en años , diablo en gesto , Sepan mi secreto estilo, URBAN.
El cual era de un color Es bien dejar á Camilo, ¡Bravo fuego viene echando !
Tan pálido y macilento, Y balo de hacer el ausencia; Mas no hay que espantarse del.
Que el bronce no le igualaba Porque, según está impreso LEONARDA. •
Aunque de bronce era hecho. En el alma qne le di ,
La frente vellosa y chica Y yo me estoy lastimando ;
Julia amiga, te confieso Que no hay cosa en el papel
Blancos y pocos cabellos, Que verle y no hablarle aquí
Cejas tiznadas de hollín. Que no me deje abrasando,
Seria perder el seso. Porque hago dello honor.
Por la falta de los pelos:
JULIA.
«jos á escuras suaves , URDAN.
Por extraño modo has hecho Eres mujer, y en rigor
LA MUDA VALENCIANA. 87
Celos ahora , juzgo que es mal término; «Y no tengáis temor de que es engaño ;
No pueden sufrir ser feas. Sino porque el amor que te he tenido «Que al fin el que es mas fuerte poco
¿Corrido te has? Pensaba hacer de ti mejor empleo. [dura.
LEONARDA. Ello es tu gusto : no te contradigo. «Venid , Camilo, á ver mi fe tan pura;
No lo creas. Si está de Dios, el hombre no lo estorbe. «Que esta noche os darán el desengaño,
Vé por Celia á su caía, y hablaréla. »0 á lo menos la muestra dése paño,
JULIA.
«Que por su afrenta defenderse jura.
Pues ¿hay afrenta mayor? FLORO. «No soy quien vos pensáis; y así , de-
CUBAN. Mas cerca está, Señor. [seo,
¿Cómo afrenta? Si ese piensa CAMILO.
«Aunque cual siempre guardaré mi fa-
Que es esa vieja tu prima «Desegañaros, como ya comienzo, [ma,
De quien recibió la ofensa. ¿Cómo? «No penseisquehabeishechomalem-
LEONARDA.
FLORO. [pleo,
Está en casa; »Ni á Circe presumáis tener por dama ;
Por ventura amor me anima Que hoy vino á mi aposento. ■ «Que en todo os soy igual , y en algo o.»
A que me ponga en defensa. [venzo, i
CAMILO.
Y necio Camilo anda, Vé por ella. ¿Hay cosa igual? Aquesta es hechice-
Pues hoy conliesa tan dura 0 yo he perdido, Floro, mi juicio, [ra,
La que ayer sintió tan blanda. (Vase Floro.)
¡Extrañas cosas hace este amor ciego! ¿Con esto sale ahora nuevamente? [vos?
URDAN.
A mi por una vieja me trae loco, ¿Quiere enredarme con encantos nue-
Lo que es mal , presto asegura , Y aqueste Floro casa con mi amiga. Mas donde fué lo mas, lo menos vaya.
Y asi en hablar se desmanda. Pero esto estáme bien, pues me asegura Dame un jaco de presto.
¡Qué has de hacer? De que no me persiga. FLORO.
LEONARDA. Voy.
A su posada ESCENA XIX. CAMILO.
Yeesta noche; que me agrada Apriesa. —
Con otro mayor engaño FLORO, CELIA.— CAMILO. ¿Guardarquiere su fama? Aquesta noche
Daile un cierto desengaño. Luz tengo de llevar, si allá me matan.
FLORO.
IRBAN. Pónme en una lanterna una bujía.
Aquí esta Celia
Tú quedarás engañada. Y aqueste esclavo tuyo. FLORO.
(Vanií.) CELIA.
¿Muerta?
CAMILO.
El cielo sabe, Encendida, necio , mas cerrada
Señor, si vengo á hablarle con vergüen- De suerte que llevarla no se vea.
Sala en casa de Camilo. Pero para una cosa que es tan justa [za; ; Que aun quiere hacerse hermosa aques-
Espero tu favor. 6* (Vanie.) [tafea?
ESCENA XVIII.
CAMILO.
CAMILO, FLORO. Celia , yo pienso Sala en casa de Leonarda.
Que el cielo te lia mirado piadoso.
CAMILO. Pues á tu vida ha dado tal remedio. ESCENA XXI.
¿Eso me dices, Floro? Como es Floro mi amigo , y no criado. LEONARDA , LUCENCIO , JULIA.
Padre tendréis en mi y amparo todos;
FLORO.
Y el dia que os caséis te daré , Celia , LBCENCIO.
Bien sabia Sin vestidos ni alhajas, mil ducados- Hasta hoy no habia sabido,
Que habia, señor mió, de ofenderte ; Vuélvela ahora, Floro, á tu aposento.
Y sabe Dios lo que á mi alma cuesta Sobrina .aqueste suceso,
Darlictncia á mi lengua y á mi boca, CELIA. De que estoy, que pierdo el seso.
Para palabras de vergüenza poca. El cielo aumente esos gallardos años. LEONARDA.
Desde aquesta mañana , que me diste FLORO. ¡Y qué! ¿Un mal le han herido?
Aquel papel que al escudero diese, Dame, Señor, aquesos pies. LUCENCIO.
Anduve comenzando mil razones, ¿Cómo herido? Si no fuera
CAMILO.
I nunca pude pronunciar ninguna. En Valencia, no escapara;
Bien sé, Señor, que hacello fué mal tér- Levántale.
CELIA. Que es la cirujia muy rara;
[mino; Y asi , su salud se espera.
Mas quien es tan discreto, y ha leido Na hay principe como él. La noche que de aquí fué
Tantas historias, verá bienjpor ellas FLORO. Con las cartas que escribimos,
Que amor tiene disculpa en sus efetos Nadie le iguala. Esas albricias le dimos.
Coa solo ser amor. (Vanse Floro tj Celia.) LEONARDA.
CAMILO. Sin duda que hizo por qué.
Ya losé, Floro, ESCENA XX.
LDCENCIO.
Y do es esa la culpa que en U hallo. El jura que á nadie habló,
CAMILO ; después, FLORO.
FLORO. Ni sabe porqué le dieron.
Como yo vi que despreciaste á Celia , CAMILO. LEONARDA.
Y ella, Señor, se vio desamparada, Contento parte Floro, que es amante, ¿Y no se sabe quién fueron?
Por su consuelo entraba á visitarla ; Que su gusto escogió con muchos ojos.
Y visitóme amor de suerte el pecho, LUCENCIO.
¡Aydeaquel necio que le tuvo áescuras!
Que le dije mi intento, y di palabra ( Vuelve Floro. ) Diera por saberlo yo
De casarme con ella , cómo fuese , La mitad de mi hacienda.
Señor, tu gusto , y con licencia tuya. FLORO.
LEONARDA.
Ella desesperada que en su vida Con no haberse cerrado bien la noche, Y ¿no le hacéis regalar?
La volvieras á ver, y porque todas Aquel tu enmascarado está á la puerta.
LUCENCIO.
Oyen muy bien aquesto de casarse , Fulgencio me lo dijo y que este leas.
También me dio palabra y juramento. A casa le he de llevar,
Camilo. [caras? Y hacer que nadie lo entienda;
Ve si gustas debacermeun bien tan gran- ¿Que noquieren dejarme aquestas más-
En consideración de mis servicios , [de ¿Todavía esta vieja me persigue? Que es conveniente á tu honor.
Pues sabes que mis padres te criaron, ¿Hay recado de escribir ?
Y que he sido tu esclavo desde entonces. floro. Porque es razón advertir
Lee; veamos qué es lo que te escribe. A ese hidalgo y su señor.
CAMILO.
camilo. [ra; LEONARDA.
Floro , no pienses tú que á mi me pesa
Que te cases con Celia , y porque tengo , (Lee.) aCreersede ligero no es cordu- ¡Hola! poned unas velas
Habiendo sido Celia cosa mia , «Que suele resultar en propio daño ; Allá en mi cuadra.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
LUCENCIO. Que quien hizo aquel engaño, URDAN.
Yo voy. Otros muchos sabrá hacer. Yo voy volando. (Yate.)
{Vanse Julia y Lucencio.) LEONARDA. LUCENCIO.
Pues luz no la imaginéis. ¡ Esto pasa!
ESCENA XXII. CAMILO. ¿Cuando estoy, sobrina, en casa,
¿Eso es ya resolución? Tienes en casa enemigos?
LEONARDA. ¿Para qué escribir me hacías,
LEONARDA. Sí en este negocio andabas?
¡Que no me aprovechan hoy Aunque os pierda , está en razón
Con este viejo cautelas ! Que con luz no me gocéis. ESCENA XXV.
Cuando á Camilo he de ver, CAMILO.
¡Tengo aquesta sombra en casa ! Pues burlar á un caballero " URBAN, con VALERIO, LISANDRO,
Pero bien lejos dél pasa, Tampoco, Señora, es justo. OTON t FLORO. — LEONARDA,
Y yo le sabré esconder. Daros quiero un gran disgusto. LUCENCIO , CAMILO , JULIA.
ESCENA XXIII. Luz traigo , y veros espero.
(Descúbrela luz.) ¿Por qué un pueblo no llamabas,
JULIA.— LEONARDA ; después, CA Jesús! ¿No sois la viuda O media ciudad traías?
MILO y URDAN. Que yo tantas veces vi? URBAN.
JULIA. leonarda. (Cubriéndose el rostro con las Estaban casi á la puerta.
manos.)
Ya el viejo queda escribiendo. ¡Ay desdichada de mí! LUCENCIO.
LEONARDA. CAMILO. Ellos están bien llamados;
Urban sin duda es venido. Ya mi mal en bien se muda. Caballeros son honrados.
(Sale Urban, guiando á Camilo, qut Oigan cómo se concierta
LEONARDA. Que Camilo con Leonarda
trae el capirote puesto.) Ese ¿es término de hidalgo? Se ha de casar, y lo juran.
URBAN. CAMILO. VALERIO.
No dirás que no he traído Del rostro la mano alzad. Justamente lo procuran ,
Tu ciego. LEONARDA. El noble y ella gallarda.
LEONARDA. Hoy de mil tesoros llenos
En verle me ofendo. ¡Hay tal fuerza ! Hay tal maldad ! Os'haga el cielo á los dos,
CAMILO. ESCENA XXIV. Y gocéisos, ruego á Dios ,
Por muchos años y buenos.
¿Podréme ya descubrir? . LUCENCIO.— Dicuos. FLORO.
LEONARDA. En un dia mi señor
Llevaesas luces. LUCENCIO. Y yo nos hemos casado.
CAMILO. Leonarda, á tus voces salgo. LISANDRO.
¿Que aun dura (Camilo saca la espada.) Casamiento tan honrado
Eso de ser dama escura? ¿Cómo es aquesto? ¡Hombre aqui, Vuelve en olvido mi amor.
Ya no se puede sufrir. Y hombre con desnuda espada! Mejor que en reinos ajenos
Héme aqui que me descubro.— CAMILO. Y con el bien que tenéis,
¿Qué importa, si ciego estoy Estuvo siempre envainada , Estaréis donde os gocéis
Para el desengaño de boy? Y desnudóse por ti. Por muchos años y buenos.
LEONARDA. LUCENCIO. UI1BAN.
Por quien soy, de vos me encubro. Saca una luz, llama gente. ¿No me dan á Julia á mi?
Pero no saldréis de aqui , (Va Julia , y saca un hache.) LEONARDA.
Sin que vais desengañado, De hoy mas será tu mujer.
Y habeisme mucho agraviado LEONARDA.
Con pensar eso de mí. Señor, esto es hecho ya : OTON.
Y fue sin duda locura Poner silencio será El testigo vengo á ser,
No reparar en que ha sido Remedio mas conveniente. Aunque pretendiente ful.
La dama que habéis tenido Aqueste hidalgo es Camilo , Mas confiesjj que soy menos ;
Menos espantosa y dura. A quien tú conoces bien ; Y así , tan bien escogéis ,
Que no es un hombre tan ciego, Quiéreme bien , y también Que es bien que esle bien gocéis
Que asi sus manos le engañen, Yo á él por el mismo estilo. Por muchos años y buenos.
Para que le desengañen Si fuere voluatad tuya , LISANDRO.
Vanos pensamientos luego. Yo quiero ser su mujer.
Pero sois mozo en efeto, LUCENCIO. ¿Será la boda?
Y no poco confiado; Como estéis de un parecer, LUCENCIO.
Y ansí, en lo escrito y hablado Yo gusto que se concluya.— Mañana.
No habéis andadodiscrelo. Mas blando, señor armado; VALERIO.
Mas quiérooslo perdonar Que os conocí muy pequeño. ¿Tan presto?
No mas de por lo que os quiero. LUCENCIO.
CAMILO. CAMILO.
Disculpa daros espero, Vos sois mi padre y mi dueño. Conviene asi.
Si es que me pude engañar. Haced lo que os han rogado. CAMILO.
Pero-si luz no h:i di; haber, LUCENCIO. Pues bien es que acabe aquí
No procuréis desengaño ; Vé , Urban , y llama testigos. La Viuda valenciana.
LOS EMBUSTES DE CELAURO.
PERSONAS.
GERARDO , viejo. ENRIQUE, niño. SABINO, BELARDO.
LUPERCIO, «¡í hijo. CELAURO , gentilhombre. RISELO, criarlos. SIRENO.
FULGENCIA , dama. LEONELA , su hermana. ALFREDO, PIN ARDO.
ESTEBAN , niño. OTAVIO , caballero. FELICIO. ORSINDO.

La escena es en el Piamonte *.

¿Tú te pretendes casar Por eso no te la pido.


ACTO PRIMERO. Sin mi gusto? GERARDO.
LUPERCIO. ¿Cómo?
Escucha. LUPERCIO.
Calle. Porque me la has dado.
' GEIURDO.
ESCENA PRIMERA. GERARDO.
Di. ; Ah , cordero en el vestido,
GERARDO, LUPERCIO. LUPERCIO. Y en piel de lobo aforrado!
GERARDO. ¿Quién te ha dicho que me caso? Dime luego la verdad :
¡Traidor! ¿con una mujer GERARDO. ¿Quién es aquesta mujer?
Tan loca y pobre le casas? El pueblo , que es voz de Dios. LUPERCIO.
LUPERCIO. LUPERCIO. Mujer es de calidad.
Siempre para bien hacer No es su voz en cualquier caso, GERARDO.
Tienes las manos escasas, Ni es el pueblo un hombreó dos, Luego ¿haste casado?
Y largas para ofender. 0 una calle por quien paso. LUPERCIO.
Padre, el báculo reporta. GERARDO. Ayer.
GERARDO. ¿Cómo no? GERARDO.
¿Por qué, si me rompe y corta LUPERCIO.
¡Hay tan notable maldad !
Tu infamia el de mi vejez, Pruébolo. Justicia venga del cielo
Y yo sé bien que esta vez GERARDO. Sobre tí.
Volverle espada me importa? Di. LUPERCIO.
Y no ha estado mas tu vida LUPERCIO. Tente , Señor ;
Que en traer esta cayada , Si aquel que me envidia á mí Que no fué en esto mi celo
En vez de la espada , asida , Lo dice de malicioso, Mas que probar tu rigor.
Para la mano arrufada, Voz de Dios y de envidioso Yesme aquí echado en el suelo.
So para el lado ceñida. No puede ser. GERARDO.
LUPERCIO. GERARDO. ¿Que no lo has hecho?
¡Pluguiera á Dios que lo fuera , Es ansí. LUPERCIO.
Porque menos me afrentara Mas di : la justicia en Dios,
Cuando la muerte me diera, Quería ;
¿No es atributo? Pero ya que sé tu gusto ,
Y esta sangre de mi cara
Honradamente saliera ! LUPERCIO. Es tu'voluntad la mia :
Soy tu hijo y caballero. Sí es. Con ella mi gusto ajusto.
Cristianos somos los dos ; GERARDO.
GERARDO.
Y que esta temáis después Y yo te engendro este día.
Pues ¿qué tiene de grosero Es ejemplo para vos.
Que ano y otro la derrame? Hoy has nacido , Lupercio ;
GERARDO. Hoy, con solo obedecer,
LUPERCIO.
Pues Dios , para casi igar, Mi amor has crecido un tercio.
Porque es la del palo infame, ¿No suele á veces tomar Deja esa vana mujer
Y honrada la del acero. Los malos por instrumento? Y su lascivo comercio.
GERARDO. Luego es llano el argumento: Deja, hijo de mi vida,
¿Luego las leyes del duelo Justicia se han de llamar. El vano amor, y repara
Tocan á los padres? LUPERCIO. Que has de dejar ofendida
LUPERCIO. En cuanto á aquel ministerio. La sangre y virtud mas clara
Tocan GERARDO.
Que ha sido vista ni oida.
A cuantos boy cubre el cielo. Bien sé qué es tener pasión...
Pues aqueste vituperio Mozo fui... Pero ya basta
GERARDO. De mi honor por tu ocasión Su infame conversación.
Tus locuras me provocan Tiene esta misma razón , Juega, come, viste, gasta,
A honrar de tu sangre el suelo. Y yo en ti paterno imperio. Busca otra nueva pasión ,
LUPERCIO. Pero ¿ para qué dispulo Haz una gala costosa ,
Tn ira , Señor, contenta ; Contigo, si tengo en tí Rinde un caballo andaluz
Mas porque no esta á mi cuenta. Poder pleno y absoluto? Con la espuela rigurosa,
LUPERCIO. O con el presto arcabuz _
GERARDO.
Porque el padre y el señor, ; Qué tienes tú contra mí , El ciervo ó liebre medrosa.
La justicia y el mayor Si tu mandado ejecuto? ¿Qué quieres? Qué has menester?
So pueden hacer afrenta. GERARDO. ¿Quiérete coger cercado
Ames yo me vengo en tí Mi sangre. Por pobre aquesa mujer?
De la que me has hecho á mi , LUPERCIO. ¿Qué debes? Qué te han prestado?
Si un loco puede afrentar. La que has sacado, Qué es lo que empeñaste ayer?
1 Asi parece por unas expresiones que se hallan en el acto tercero; aunque de otras del primer acto pudiera inferirse que los princi-
pales personajes de la comedia son españoles.
90 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,
No tengas vergüenza ; dame Y no pendientes de seda , SABINO.
Esos brazos, y mi amor . Sino de tan blanco pecho ,
Desbaga el amor infame. Si en la mano le tuvieras ,
Que no hay nieve que no exceda ; Sospecho que del me dieras.
LBPEnCIO. Y lazo que es tan estrecho
No es bien que romperse pueda. LDPERCIO.
Deja que á tus pies , Señor,
Tu sangre en agua derrame. A la ocasión me refiero. (Alza la bolsa }
No mas perdición pasada ; ESCENA III. ¿Beberé?
Tabla nueva soy desde hoy : SABINO.
Escribe en mi. SABINO. — LUPERCIO. Ten , pesia tal.
¿Es bolsa?
GERARDO. SABINO. LDPERCIO.
No me agrada Basta , que has dado en la treta Pues ¿no lo ves?
Que seas papel. , De quien debe , pues te escondes ¿Estaráte el medio mal?
LDPERCIO. Cuando el pagar te inquieta. SABINO.
Pues soy Mal á la deuda respondes ,
Piedra en tus manos labrada. No es salisfacion discreta. Y aunque todo me le des.
Hoy prometiste llevar ¿Oro es?
GERARDO. LDPERCIO.
Esto que ahora te imprimo, Dineros para Fulgencia,
Y hasla mandado esperar Si.
Quiero que dure, pues es Sobre su misma paciencia, SABINO.
Mi honor el que solo estimo : Plazo que no ha de llegar. Rico metal.
No le venza el interés, Advierte que si es mujer,
Pues á tus gustos me animo. LDPERCIO.
En esta bolsa contados Y se sustenta de ver Fuera como oro potable.
Van ciento y veinte ducados, Tu talle á falta de todo,
SABINO.
Que son , y doce escudos, Que hay dos niños, que de un modo
Saben llorar y comer. Dime, Señor, ¿quién tedió
Dos reales y otros menudos , Su epíctima favorable ?
Por una deuda pagados. Avisa si ha de empeñarse
Espera : ¿quiéreslo ver? Otra basquina ó vaquero. LDPERCIO.
LDPERCIO. Del mismo palo salió
LDPERCIO. El antidoto admirable.
No, Señor, no es menester ; Si un triste quiere ahorcarse,
Nunca' falta un majadero Toma , y á la plaza irás,
Que así tu crédito afrentas. Donde de cenar traerás
Que le ayude á rematarse.
GERARDO. Con que excedas las comidas
SABINO. De Cleopatra.
Bien se ve , pues no los cuentas ,
Que no los has de volver. ¿Estarás muy triste? SABINO.
Gasta , huélgate y pasea , LDPERCIO. Eres un Midas.
Y mi bendición te alcance. Estoy, LDPERCIO.
LDPERCIO. Sabino , para matarme. Mido esta bolsa y no mas.-^-
Llorar me has hecho. SABINO. Camina.
GERARDO. ¡ Deso comeremos hoy! SABINO.
„, , ... ¿Hay quien vea ¿ Que no hay plata ? ¿Traeré un capón?
Tu humildad ? LDPERCIO. LDPERCIO.
LDPERCIO. Ni un adarme. Trae un pavo.
¡ Dichoso lance ! Ahora á venderme voy. SABINO.
GERARDO. SABINO. ¿Habrá perdiz?
¡ Que tus desatinos crea ! ¿ De qué estás tan descompuesto ? LUPERCIO.
Adiós. LDPERCIO. Con su pimienta y limón,
LDPERCIO. Desta manera me ha puesto Que es deste invierno el tapiz ,
Él te guarde... El buen viejo á puros palos. Y para el vino un jamón.
(Vase Gerardo.) SABINO. SABINO.
En verdad que no son malos, De lo de á dos pelos saco.
ESCENA II. Para no comer tan presto. LDPERCIO.
LUPERCIO. ¡ Oh ! que le acabe la gota.
LDPERCIO.
Yo en tanto á Fulgencia aplaco
Desta mi ausencia tardía.
Y guarde No, sino el mar de mi amor.
La vida del ángel mió. Cuando su campo alborota, SABINO.
¡ Qué miro ? Qué estoy cobarde? Esperaba su favor. ¡ Ah ! ¡ Cómo Venus se enfria,
¿Cómo este don no le envió ? SABINO. Si faltan Céres y Baco !
Que para amor todo es tarde. ¿Tras tanta brújula, sota? (Vanse.)
Corre con el pensamiento, ¿Qué hemos de hacer ?
Como tiene alas, amor.
Pero ¡hay tan gracioso cuento ! LDPERCIO.
Hay tal padre ! Hay tal rigor ! Morir. Sala en casa de Lnpercio.
Hay tan lindo casamiento ! SABINO. ESCENA IV.
Pues, señor viejo, paciencia ; ¡ Bueno !
Que vive Dios, que esta hecho, LDPERCIO. FULGENCIA, CELAL'RO.
Y que es vana resistencia A Italia me quiero ir.
De un determinado pecho SABINO.
CELADRO.
Castigo ni diligencia. Digo que el no haber- venido
Piensa un padre que no hay mas Y que se quede al sereno
Tu mujer y hijos... De lo que digo procede.
De cásate y no te cases ,
LDPERCIO. FDLGENCIA.
Y que no exceda jamás
Un hijo de estos compases ; O asir ¿ Tanto mi desdicha puede ?
Y amor no danza á compás. Algún vaso de veneno. CELADRO.
Es muy vieja esta pasión , SABINO.
Muchoen el querer lo has sido,
Con mil trabajos prolijos ¿Querrás brindarme? Porque si eres extremada
Para mas confirmación , LDPERCIO. En discreción y hermosura,
Y con dos hermosos hijos , No quiero Fué pensión de tu ventura
Sellos desta provisión , Sino bebérmele entero. Ser en amor desdichada.
LOS EMBUSTES DE CELAURO. 01
FULGENCIA. CELAURO. ESCENA VI.
¿Quemi Lupercio, Celauro, Rebozada ,
Quiere bien á otra mujer ? O como hombre disfrazada, LUPERCIO. — FULGENCIA .
CELAURO. Al descuido, desde afuera. LUPERCIO.
Su amistad quiero ofender FULGENCIA. Mi señora , en hora buena
Porque tu vida restauro. ¿A qué hora? Mis ojos merezcan veros ,
Digo, Fulgencia , que si , . CELAURO. Y se alegre el alma llena
Y que el no venir á casa Entre las doce De la luz desos luceros
Es que por ella se abrasa , Y la una la ha de hablar, De la noche mas serena.
V no se acuerda de tí. ■ Y como él acierte á entrar, Norabuena , mujer mia ,
FULGENCIA. Ten por cierto que la goce. Salga el sol de mi alegría,
¿De mi no se acuerda? Y si aquesto no te obliga Y para dar gloria al suelo ,
CELAURO.
A estimar mi voluntad , El aurora de mi cielo
Y su mucha deslealtad Abra las puertas al dia.
No. Ño te ofende y desobliga , Norabuena , mi Fulgencia ,
FULGENCIA. Desde allí me verás ir Vertiendo perlas y rosas
¿Qué dices, Celauro? Donde nunca mas me veas. Corra el alba sin licencia
CELAURO. FULGENCIA. Las cortinas temerosas
Digo Que haré lo contrario creas ; De la noche de mi ausencia.
Que no es Lupercio mi amigo Que no me quiero morir./ Norabuena yo merezca,
Después que tu fe rompió. Somos todas las mujeres Después que el sol amanezca,
; Jesús ! ¿ Quién imaginara De un humor tan bien dispuesto, Ver un ángel como vos,
ilue por viles ocasiones Que nos consolamos presto. Donde la imagen de Dios
A tales obligaciones Mas al vivo resplandezca ;
CELAURO. Y norabuena os lo diga ,
Pudiera volver la cara?
¿Esto es amor? Esto es fe? Basta decir que lo eres. No amiga en breve amistad ,
Esto es años de amistad? Está á punto prevenida; Mas mujer que á eterna obliga ;
Esto es gusto? Esto es lealtad? Que Alfredo vendrá por tí. Aunque si digo verdad ,
Esto en los hombres se ve ? FULGENCIA. Nunca mistes mas mi amiga.
Hombre soy , y desde aquí , ¿Que también lo sabe? Mil horas, y todas buenas,
Para que mejor te asombres , CELAURO.
Por mi gloria os dan mis penas.
Quiero estar mal con los hombres , FULGENCIA.
Quiero comenzar por mí. Si;
Que es testigo de mi vida. ¡Qué gracioso habéis llegado !
FULGENCIA. Las horas que habéis lardado
Ya sabes que los criados
Dame un poco de lugar Ño sé excusan al secreto , Me pagáis en horas buenas ;
Para que mi sentimiento Porque son para este efelo Y á quien sin verme se pasa,
Se pueda de mi tormento Enemigos no excusados. Hasta en cortesía escasa
Mas á la larga informar ; En fin , es hombre de bien. La gente de fuera imita ;
Que si del ansí te quejas, Que norabuena y visita
FULGENCIA.
i no ie importando á ti , Es muv de fuera de casa.
No sabré yo para mi Pues llama en siendo ocasión. ¿ Qué Habéis hecho tantos años ?
Las injurias que me dejas. CELAURO. Horas digo, perdonad.
En fin , j, dices que este hombre Él te hace á tí traición , LUPERCIO.
Quiere bien á otra mujer? Y yo á Lupercio también ; Son mis padres tan extraños,
CELAURO. Pero en fin mas te debia , Que anda su riguridad
y digo que lo has de ver, Y menos bien te ha pagado , A caza de mis engaños.
y saber su casa y nombre. Pues yo estoy por tí abrasado, Mi viejo dice que estoy
FULGENCIA.
Y el entre fuego se enfria. Casado con vos , mi bien.
Voyme : ¡ plega á Dios que sea,
Digo que es poca lealtad Fulgencia , para tu bien ! FULGENCIA.
De una mujer como yo , Dirá cuan indigna soy.
A quien Lupercio obligó FULGENCIA.
LUPERCIO.
Con su hacienda y voluntad , Celauro, aun el bien no es bien
Creer del esta bajeza Para quien no le desea. Dirá el alma que también
Sinremitillo á la vista. Por un cabello os la doy.
CELAURO.
Habla como padre , en fin.
CELAURO. Todas estas cosas dichas
Quien la costumbre conquista FULGENCIA.
Verás en dando las once.
Desmiente á naturaleza. FULCENCIA.
No habrá cosa mas ruin
El trato te hace estar Que yo en aqueste lugar.
Tan confiada del daño , El alma tiene de bronce
Quien quiere ver sus desdichas. LUPERCIO.
Pues no puede el desengaño Veneno suele sacar
Tu loco amor derribar. ( Yase Celauro. ) Un araña de un jazmín.
Si no juzgas por traición ESCENA V. Mal lo loma si le toco
Ser de Lupercio enemigo, En que es casamiento justo ;
Vén esta noche conmigo , FULGENCIA. Yo niego, y sosiego al loco,
Verás su loca afición. Porque lo que da disgusto
Verás que lo que se goza La mano pone en la caliente cama Se ha de tragar poco á poco ;
Se tiene en poco ó fastidia , Del áspid que el veneno ardiente espira, Y así, con no frecuentar
y que ha de engendrar tu envidia Desde cerca á las piedras flechas tira, Vuestra casa , como suelo ,
Celos de una hermosa moza. El vidrio quiebra y el licor derrama ; Pienso á mi padre engañar.
FULGENCIA. Su infamia dice al vulgo y á la fama, fulgencia. (Aparte.)
¿Que eso podré ver? Al hambriento león incita á ira ,
Al toro silba , al basilisco mira , Bien dijo Celauro. ¡ Ah cielo !
CELAURO. ¿Qué tengo mas que probar,
Al vivo fuego quiere asir la llama ;
¡Ycómo! • La jaula rompe al tigre y abre al loco, Que acá no quiere venir ?
Si es secreto que me fia. En el mar busca la perdida joya , lupercio.
FULGENCIA. Y escupe cuando menos á los cielos ; No le podrá persuadir
¡Notable paciencia mía ! La espada del contrario tiene en poco, Todo el mundo, si se enoja.
C) de burlas lo tomo? Y el caballo de Grecia lleva á Troya, FULGENCIA.
bien : ¿de qué manera Quita quiere averiguar sus propios ce
Podré verlo? llos. ¿Eso, Señor, os congoja ?
92 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
LUPERCIO. fulgencia. (Ap. á Celauro.)
¿Quién se lo podrá decir? BISELO.
Venga Alfredo. Sí,
FULGENCIA. celauro. (Ap. á Fulgencia.) Y digo que le hablé yo,
¡Qué ! No , mi bien , no , Señor ; Pues mira que has de callar. Yeloroylacenavi.
Mejor será desvelalle :
No venir acá es mejor. FDLGENCIA. FDLGENCIA.
Yo sé que cumplirlo puedo. Cree que es para otra parte,
lupercio. Porque cuando quiera hablar, Donde ya Lupercio vive.
Si ; porque desengañalle Atará mi lengua el miedo.
Es dar fuerza á su rigor. (Vanse Lupercio y Celauro.) ESCENA X.
Vendré de noche, y vendré
Secreto siendo de dia , SABINO.— Dichos.
Hasta que seguro esté. ESCENA VIII.
fulcekcia. (Ap.) FULGENCIA. sabino. (Dentro.)
Ya de la desdicha mia Eso dejarás aparte,
Bastantes pruebas hallé. lAy desdichada mujer Y lo demás apercibe.
¿ Esto hace un hombre ? ¿ Ansí Entre cuantas han nacido ! Si sabes del gusto el arte.
Paga un hombre á una mujer ? Lupercio, ¿esto vengo á ver? Capón y perdices asa,
LUPERCIO. La posesión de marido Y pon el pavo á lo fresco;
¿Qué decís? ¿Te ha enseñado á aborrecer? Que la mano mas escasa
FULGENCIA. Si marido vituperas Hoy hace un brindis tudesco
Pensaba en mí La que mis brazos le dan , A la gente desla casa. (Sale.)
Si era bien ausencia hacer Y otra que pierdas esperas, FULGENCIA.
Por algún tiempo de aquí. Mas te quisiera galán ¿Qué hay, Sabino?
Con mis hijos y licencia Para que amor me tuvieras.
Hoy muero sin duda alguna. sarixo.
Me iré donde vos mandéis, Soy veedor
A Zaragoza ó Valencia, Esta noche de una cena
Por cuatro meses ó seis, ESCENA IX.
Que quiere dar mi señor.
Que podré sufrir de ausencia ;
V creed que á esto me atrevo, RISELO. — FULGENCIA. RISELO.
Porque á casos Un prolijos , ¿Ves que para tí se ordena
No sin vos, con vos me muevo; RISELO. Toda esta gira y favor?
Que llevando vuestros hijos (Ap. Ya parece que nos mira FDLGENCIA.
En dos pedazos os llevo. Favorable la fortuna. ; Ay Riselo ! Ya lo entiendo.
V como ya para vos , Fulgencia está aquí y suspira : Como vio que tú le vías
Aunque para "mí ñ*o, es carga, Humedad tiene la luna. ) El oro distribuyendo,
Quiéroos dividir en dos ; Señora... Viene para fiestas mías
Que al fin la jornada es larga. FDLGENCIA.
Este convite fingiendo.
LDPERCIO. ¡ Oh Riselo amigo ! Dame tú que no le vieras,
¿Lloráis ? ¡ Oh qué bien , por Dios ! RISELO. Que nunca viniera acá.
Pues yo os prometo que es dia De qué estás triste? SABINO.
Para tener alegría. FDLGENCIA. ¡ Qué ! ¿ Tenemos ya quimeras?
ESCENA VII. No sé. RISELO.
RISELO. No sé, por Dios ; triste está.
CELAURO. — Dichos. LNo estaba agora contigo SABINO.
upercio ? No debe de ser de veras.
CELAURO. FULGENCIA. ¿Dióte cincuenta doblones
¿Está aquí Lupercio? Y de aquí se fué Lupercio en una bolsilla ?
LDPERCIO. Con su amigo y mi enemigo. FULGENCIA.
Estoy. RISELO. ¡ Bueno vienes de invenciones !
CELAURO. Alégrate ; que he topado Pero tal es la cartilla
Escucha. A Sabino, su criado, Donde te enseñan traiciones.
(Hablan ap. Celauro y Lupercio.) Hecho un rico despensero ; SARINO.
Que la flota del dinero
FULGENCIA. (Ap.) Ya debe de haber llegado. Veinte escudos me dló á mi,
Sin duda hoy Pavos, perdices, capones, De ciento y veinte que ahora
Se traza la muerte mía. Buena ternera y jamones Sacó al viejo , y yo los vi ;
Doblándole está al oido : Alegre estaba comprando, Y sé que dijo , Señora ,
Debe de ser el concierto Y comprándolo trocando Que eran todos para ti.
Entre los dos prevenido. Muy regalados doblones. Éa, desecha el recato,
Si esto escucho, si esto advierto, Porque mostrarte inhumana
¿Qué aguardo al mayor «enlido? FDLGENCIA. Parece en tu pecho ingrato
¿Si hablaré? Si le diré ¿Qué dices? Como quien niega que gana,
Mis celos á mi enemigo ? RISELO. Por no obligarse al barato.
LDPERCIO. Lo que te cuento. ¡ Linda cena le he Iraido !
Y para mañana un pavo
(4p.(fCWauro.Cuantomemandasharé' FDLGENCIA.
Pequeño, gordo y manido.
Que el peligro en el amigo ¡Ay triste!
Es la prueba de su fe.) FULGENCIA.
RISELO.
Fulgencia, adiós. ¡Qué! ¿No ha llegado? (Ap. Hoy de conocerte acabo
CELADRO. FDLGENCIA.
Cuan cierto, Celauro, has sido.)
¡ Ay de mí !
_ , Mi señora , Ni lo tiene en pensamiento ; SARINO.
Perdonad ; que no se excusa Que todo lo que ha comprado
A lo que vamos agora. Es con otro fundamento. Baste.
ldpercio. (Ap. a Celauro.) FULCENCIA.
RISELO.
Parece que está confusa. Yo le hablé, y es para ti; A ver voy
Que no es para el viejo , no. Esos regalos. (Vase.)
CELAURO.
(Ap. á Lupercio. Es que á lo que vas ic- FDLGENCIA.
¿Has de salir? * [nora.) ¿Queenefetotevíó?
LOS EMBUSTES DE CELAURO. 03
ESCENA XI. LUPERCIO. ESCENA XV.
¡ Nunca entre mil azares un encuentro!
SABINO, RISELO. FULGENCIA, LUPERCIO.
CELAL'RO.

SABINO.
¿ Qué perdéis? La verdad. FULGENCIA.
¿ Qué es eslo ? LUPERCIO. ¿ Para qué es tan espléndida comida?
Siempre la digo; LUPERCIO.
ÚSELO. Que de fanfarrias nunca he sido amigo. Para serviros , para vos , mi vida. .
De lodo mócenle estoy.
CELAURO. FULCENCIA.
SABINO.
¿ Perdéis seiscientos ?... ¿.Para servirme á mí? Pues¿4 qué efeto?
¡En qué confusión me ha puesto !
LUPERCIO. Rico sin duda estáis.
RISELO.
¡ Bueno ! Y cien escudos LUPERCIO.
Poco espantadizo soy ; De á once reales y de tres cuartillos ,
Que como conozco amantes , Antes muy pobre;
Recien nacidos, solos y desnudos, Que el rico á la miseria está sujeto,
Nunca sus enojos creo , *De miedo de mis manos , amarillos.
Porque son muy semejantes Y el pobre gusta que el sustento sobre.
A las lunas en que veo CELAURO. FULGENCIA.
Sus crecienles y menguantes. Con eso ya esta noche iremos mudos; Pues ¿ el dinero me tenéis secrejo?
Ellos llueven y hacen sol , Que es del gusto el perder cadena y gri-
lupercio. [líos. LUPERCIO.
Cuando les viene al capricho
El nublado ó arrebol. Si moneda de oro , plata ó cobre
No puede el interés perdido tanto ; Yo tengo en mi poder, Dios me destruya.
SABINO. Vos veréis que de alegre taño y canto.
¿Dónde decis que viven esas damas ? FULGENCIA.
Si: pero lo que me ha dicho
fio es bueno, á fe de español. (Ap. ¡ Hase visto maldad como la suya !)
CELAURO.
Eutra y mira en lo que entiende, ¿ Que no tienes dinero?
Todo se os ha olvidado con el juego.
Porqué es amor como duende, Por la que yo me abraso envivas llamas, LUPERCIO.
Que siempre escucha y acecha. Celoso el padre, pierde su sosiego ; Ni una blanca.
RISELO. Yo por guardar sus honras y sus famas, FULGENCIA.
Voy. A su ventana disfrazado llego ; ¿Ni hoy tu padre leha dadocien ducados?
SABINO. a El padre me conoce , y se ha corrido
LUPERCIO.
Mas ¿de qué la aprovecha , Deque leofenda quien su amigo ha sido.
Ella con el castigo ha confesado ¡ Sí , que es su mano liberal y franca !
Si Lupercio no la ofende?
Que es otro y no soy yo, y en esta prueba, ¡Allí los tiene para mi contados!
(Yate Riselo.) Queda para esta noche concertado Si entrara yo en la cueva en Salamanca,
Que como no sea yo mejor lo lleva. Y sacara seis diablos conjurados,
ESCENA Xn. No le sacara de un doblón arriba.
Llegad á la ventana disfrazado;
CELAURO, LUPERCIO.— SABINO. Que engaños en amor no es cosa nueva, FULGENCIA.
Y como el viejo vea el desengaño, ¿Asi viva mi Esteban?
CELAURO. Ño temeremos de su enojo el daño. LUPERCIO.
Desdicha ha sido, y para mi de suerte, LUPERCIO. Asi viva.
Por haberos sacado desta casa , Así lo entiendo , pues si aquesto pasa
FULGENCIA.
Que no es menos dolor el de la muerte: Como se traza , el padre se asegura.
Con tal rigor el corazón me pasa. ¿Que no os ha dado nada?
CELAURO.
LUPERCIO. LUPERCIO.
Y como antes entraré en su casa, [ra.
Menos , por vida vuestra , me divierte Que es lo que el alma de mi amor procu- ¿Qué es aquesto?
Que asi mi condición notéis escasa. FULGENCIA.
Celauro , yo he perdido , ya está hecho, ESCENA XIV. ¿Por vida de Enriquilo?
Y es ludo "sentimiento sin provecho.—
LUPERCIO.
Sabino... FULGENCIA.— Dichos.
SABINO. Y de vos propia.
Mi señor... FULGENCIA. FULGENCIA.
LUPERCIO. (Ap. La mano liberal , la vista escasa Miraldobien.
¿ Qué hay de Fulgencia ? Trae Lupercio en esta coyuntura.) LUPERCIO.
¿ Es acaso Celauro convidado? Verdad os digo en esto,
SABINO.
CELAURO.
Si palos, para dar, no es voz. impropia ;
La cena truje , y á mirarla es ida. Que por vuestra defensa , descompuesto
LCPERCIO.
Noes nuevoel verme en vuestra casahon- Su báculo, me ha dado tanta copia,
Parte y dile que salea á mi presencia ; Pero de buena gana lo aceptara, [rado.
A no tener qué hacer; y así , Fulgencia,
Que hoy me costáis la sangre deste lienzo.
Que ya espero tenella desabrida. Licencia os pido. FULGENCIA.
SABINO. ' .1;;. i
FULGENCIA. {Ap.) Mostrad.
También estotro viene de pendencia, ¡ Qué traidora cara ! LUPERCIO.
La vista en los bigotes escondida.
¡Oh amor! ¿Quién templará tus instru- LUPERCIO. Este es.
[mentos, Responde. [Muéstrale el pañuelo ensangrentado,
Siendo tus cuerdas locos pensamientos? FULGENCIA. que saca de la faltriquera.)
(Vate.) . Vos tenéis , Señor, licencia. FULGENCIA. (Ap.)
celauro. (Ap. á Lupercio.) ¡ Qué presto que me venzo !
ESCENA XIII. En fin, ¿aguardo? ¿Es posible que aquesto sea mentira?
lupercio. (Ap. á Celauro.) Es posible que en trato de diez años
LUPERCIO , CELAURO. Quepa maldad que así me mueva á ira?
En mi lemor repara, Amor, déjame estar en mis engaños.
CELAURO. Y no me hables secreto en su presencia.
Conozco ya la casa de Ricardo : LUPERCIO.
(Vase Celauro.)
Dijeosmil veces queno entraseis dentro; Vuélveme el lienzo, mi señora, y mira...
Que alU nadie se viste paño pardo. FULGENCIA. (Ap.)
LUPERCIO. ¿Qué me queréis , crueles desengaños?
Mi dinerillo en fin volvió i su centro. LUPERCIO.
CELAURO. ¡Qué divertida estás! El lienzo suelta.
Paiábades también á lo gallardo.
64 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FULGENCIA. LEONELA. Sibila en la discreción ,
Deja ; que el alma va en su sangre en- i No me dirás á qué efeto Y Fénix en la hermosura.
lupercio. [vuelta. Eres tercero conmigo Vila en efeto, Leonela,
No le laven , Señora , por tus ojos, De tu amigo? Y que enamorara juzga ,
Déjale por testigo cleste día. CELAURO*
No digo á un hidalgo noble,
FULGENCIA. Ser su amigo Pero a un villano de Asturias.
Y tener del buen conceto. Pasé gran tiempo callando,
Lavaránle mis lágrimas y enojos. Y entre estas penas y angustias,
Porque quiere amartelar
LUPERCIO.
Una dama con quien habla. Con ser yo quien me sufría,
Con esas perlas no, señora mia. Fué insufrible mi locura.
LEONELA. Lo que he dicho y lo que he hecho,
FULGENCIA.
¡Bien mi negocio se entabla , A quien ama lo pregunta ;
Antes, mi bien , con sus corales rojos, Si me pretendes casar ! Pero es labrar en un jaspe
Guardarlas en el lienzo amor podría, Mira , Señor, lo que haces. Con un vidrio una figura.
Y en memoria á los cielos ofrecerlas. Viendo pues que no tuvieron
CELAURO.
LDPERCIO. Leonela , tu bonor pretendo. Mis penas remedio nunca,
¡Qué rico lienzo de coral y perlas! Haz esto que te encomiendo ; Pretendo descomponerlos
FULGENCIA. Que asi mi amor satisfaces. Y dar principio á las suyas.
Quiero que Fulgencia vea
Vente á cenar, mi bien. LEONELA.
Que de otras mujeres gusta
LUPERCIO.
Vé con Dios ; que yo estaré El mas firme de los hombres,
En la ventana esperando. Y que á estas horas las busca ;
Soy tu marido.
FULGENCIA.
CELAURO. Que yo sé que aunque no olvide
Y yo á verle requebrando Amor que tanto bá que dura,
Habla bajo, no lo oiga algún criado; Dará gusto por venganza
Pues por tu padre tan secreto ha sido, Su ingrata dama traeré. A esta vida , sangre tuya.
Que nadie ha de saber que estas casado. LEONELA.
Si te parece traición ,
LUPERCIO.
¿Eso te debe de hacer Mira adonde el amor triunfa,
Que intentes eso tan ciego? A Egisto, Tarquino y Paria,
De no poder decirlo estoy corrido ;
Que mucho gana el bien comunicado. CELAURO. Que amarrados me disculpan ;
Cosas , Leonela , te niego Y ¡ plega á Dios que me vea
FULGENCIA.
Que un ciego las puede ver. En una galera turca,
Tu esclava soy. Si es vicio mi pretensión,
LEONELA.
LUPERCIO.
¿Quieres bien? Sino del amor la culpa!
i Jesús ! Amor lo ha hecho CELAURO. LEONELA.
FULGENCIA. (Ap.) Tengo perdida Las doce , hermano , han tocado :
Aun llevo el corazón fuera del pecho. El alma. Déjame que arriba suba
LEONELA.
Mientras que vas á llamarle.
(Vanje.)
Tn hermana soy: CELAURO.
Habla. ¡Oh hermana ! mi intento ayuda.
CELAURO. LEONELA.
Sala en casa de Leonela. Satisfecho estoy. Parte ; que en la reja espero.
LEONELA. CELAURO.
ESCENA XVI.
Pues di. Advierte que si te turbas,
LEONELA, CELAURO. CELAURO. Me puedes quitar la vida.
Escucha, por tu vida. LEONELA.
LEONEL!. En una casa de juego,
Extraña es esa invención. Quien ama todo lo duda.
Donde reina la fortuna
¿Que hable á Lupercio me mandas? Mas que en el mar y en palacio (Vanse.)
Celauro, ¿en que pasos andas? Entre lisonjas y burlas,
CELAURO. Hice amistad con Lupercio,
En pasos de mi pasión. L'n hombre en quien viven juntas Calle.
Cuantas gracias pensar puedes ;
LEONELA. ESCENA XVII.
Que es poco aunque pienses muchas.
¿ Y que él me ha de requebrar ? Pasados algunos dias,
CELAURO. De dos almas hizo una OTAVIO, ARISTO.
Haz esto por mi , Leonela. Amor, el trato ó la estrella
Que nuestros pechos ajusta. OTAVIO.
LEONELA.
Confióme sus secretos , Si supieras qué es celos,
Poner puedes una escuela Pareciéndole segura Yo sé que mi cuidado disculparas.
De fingir y de engañar. El arca en que los guardaba ; ARISTO.
CELAURO. Pero no hay fuerte ninguna. No lo quieran los cielos;
Vame en aquesto la vida. Llevóme á ver una dama... Que para no ver cosa con dos caras
LEONELA. No la consideres rubia : Hay muchas opiniones
Pues ¿ qué resulta en tu bien ? Asi te dé Dios contento, Que son aborrecibles los doblones.
Que harás á mi gusto injuria.
CELAURO. No pienses que de su rostro, OTAVIO.
Que la posesión me den Prestándome amor la pluma , ¿Celos tienen dos caras?
De una esperanza perdida. Quiero hacer vanas quimeras Dime de qué manera , por tu vida.
Haz , hermana de mis ojos. Con fabulosas pinturas. ARISTO.
Esto ahora por tu hermano. No robaré á los jardines Si en los celos reparas,
LEONELA. Entre los cuadros de murta, Verás bien que no haycosa mas fingida.
Que he de obedecerte es llano... Los jazmines y claveles ,
Oro al indio, plata al Fúcar. OTAVIO.
—Y que lo son mis enojos.
Pero mira , hermano mió , No diré que es sol ni imagen, Eso saber deseo;
Oue desdice á tu valor Venus clara ó blanca luna, Que entiendo menos cuando mas poseo.
Que yo muestre á un hombre amor. Sino que es una mujer ARISTO.
Que vi por mi desventara , Cuando un celoso quiere
CELAURO.
Del tuyo esto y mas confio. Itoca del mar en firmeza , Averiguar sus celos , luego llama;
Tigre de Hircania ea la furia , Pues por saberlos muere,
LOS EMBUSTES DE CELAURO. 93
Amigas ó criadas de su dama, Como la mesa para dos que se aman. Desuerte quehan de ser cuatro porfuer-
Y jurando secreto. Aquel hacer el plato, aquel partirle Pues cuatro adoses la mitad. [za.
Dice que importa para cierto efeto. Lo mas sabroso, y ver que si lo come OTAVIO.
No le han desengañado, [tierno, Parece que es def que lo da sustento, Hoy muero.
Cuando escondiendo el que mostraba No tiene igual con los tesoros de Indias. ARISTO.
Les muestra el rostro airado, CELADRO. Advierte el fin.
Y se convierte en furia del infierno : Dices muy bien ; que en esas ocasiones OTAVIO.
Ya ves aquí dos caras. Triuchan los ojos y hace salva el alma, El de mi vida espero.
OTAVIO. Pues que el saber que gusta deunacosa LEONELA.
Digo que por extremo lo declaras. Y el haberla buscado con cuidado , ¿Cómo , mi bien , no me habláis?
ARISTO.
Y ver que come en ella juntamente Que há rato que estoy aquí.
La voluntad con el sustento , creo
Pues si habla con su dama , Que puede de placer malar un hombre. LCPERCIO.
Verás que la regala y la requiebra , Porque no hay fuerzas en mi
Y que su bien la llama , LCPERCIO.
Hasta que vos"me las dais ;
Y está como una víbora ó culebra ¿No estoy bien empleado , por tu vida? Que como hasta que el sol sale
Oculta entre las Dores. CELACRO. Todo está mudo en silencio,
Estas ¿no son dos caras? ¿Eso preguntas? Es Fulgencia un ángel. No menos me diferencio ,
OTAVIO. No he visto yo virtud como la suya. Ni él mas que esos rayos vale.
¡ Qué mayores ! LCPERCIO.
Ya que me habéis hecho salva ,
ARISTO. Y decis que el sol espera ,
Ni has visto voluntad como la mia. Soy la calandria primera
Pues todo cuanto intentan ,
H-iblan , regalan , piensan , imaginan , CELACRO. Que canta en saliendo el alba.
fabrican , trazan , cuentan , Lomismoquieroque en oyendo áFlérida aristo. (Ap. á Otavio.)
Prometen , disimulan , determinan , Digas de mi firmeza y su hermosura. A fe que es hombre leido.
Todo tiene dos caras. La reja es esta: llega; que aquí aguardo. ¿No ves la comparación?
LCPERCIO.
OTAVIO. OTAVIO.
¿Luego téngolas yo. ¿Y saldrá con la seña? Leido habré su traición ,
ARISTO.
CELACRO. Que letra bastarda ha sido.
Que se ven claras. En el momento Alfredo. (Ap. á Fulgencia.)
¡No dejaste á Leonela Que con el pomo en la rodela toques. ¿No escuchas, Fulgencia bella,
Esta noche segura? (Llégase Lupercio á la reja.) A tu Lupercio ?
OTAVIO. otavio. (Ap. á Aristo.) FCLGENCIA.
Amor me abrasa. ¿Qué te parece desto, Aristo? No sé
ARISTO. ARISTO. Si al alma crédito dé,
Luego ha sido cautela Digo O al traidor que vive en ella.
Volver celoso á ver su calle y casa. Que sois casi poetas los amantes. ¡Que esto pasa? Que esto ven
Quien ama , ese confia. OTAVIO.
Los ojos? Que esto adoraba?
Hov con la vida se acaba ,
OTAVIO. ¿Parécete que es justo tener celos? Alfredo , el amor también.
Quien ama teme , cela y desconfia. Preven la espada. ¿Qué me tienes, honra infame?
ARISTO. ARISTO. Déjame vengar mi afrenta.
Amor es confianza. Mejor fuera el ánimo. ALFREDO.

OTAVIO. ¿Qué es lo que tu furia intenta?


Amor es miedo, y posesión medrosa ESCENA XIX. Oye, ¿quieres que le llame?
Después que el bien alcanza. ALFREDO ; FULGENCIA , en hábito de FULGENCIA.

aristo. [posa. hombre. — Dichos. No , amigo ; que aunque estoy loca,


Quien quiere esta en su centro, allí re- Guardo el rostro á mi opinión,
ALFREDO.
Reprimiendo el corazón,
OTAVIO.
Que viene ardiendo á la boca;
No hay reposo en quien ama ; Esta es la calle y esta es la ventana. Que si faltase esta luz,
Solicito es amor, temor se llama. FULGENCIA. Con una voz que daria ,
ARISTO. Un hombre está debajo de la reja. Del pecho se escaparía
Quien duda y teme, ofende Alfredo. [percio; Como bala de arcabuz.
La confianza de la cosa amada. S! es hombre, no lo dudes que es Lu celaüro. (Ap.)
OTAVIO. idas suele amor hacer de sombras hom- Todo se traza á mi gusto.
Temiendo la defiende ; fclgencia. (bres. Fulgencia se va inquietando.
Que del amor es el temor la espada. Señas hace. Muere, pues malas amando,
ALFREDO.
De celos , rabia y disgusto.
ARISTO.
Gente viene. ¿Hay bien que á mi bien se iguale?
Ya sale la señora. ¡Oh industria , cuánto aprovechas
OTAVIO.
Para fortunas deshechas,
Aquí espero. ESCENA XX. Donde la fuerza no vale!
ARISTO. lupercio. (A Leonela.)
LEONELA , que sale á una reja.—
Has ¿si fuese tu miedo verdadero? Dichos. Traigo contento el deseo
De una esperanza tan loca,
ESCENA XVIII. otavio. (Ap. á Aristo.) Que ya parece que toca
Lo que pienso que poseo.
CELAURO y LUPERCIO, en hábito de ¿Señas , Aristo? Cosa nueva es esta. Suplicóos que algún favor
noche. — Dichos. ARISTO. Confirme esta confianza.
Mas nueva me parece que ella sale. LEONELA.
lcpercio. OTAVIO.
Quisiera que te hallaras en la cena, Sí haré , por mi fe , si alcanza
Porque fué por extremo regalada. Matarle quiero. Tanto la mano de amor.
ARISTO. lupercio.
CELACRO.
Tente; que ha venido Con la vuestra me contento.
P»ra tí, por lo menos, lo seria. Bastantemente apercebido el hombre ;
WPEncio. Que uno está rebozado en esta esquina , LEONELA.

Ro lo digas de burlas ; que no hay cosa Y dos vienen ahora en retaguarda , Es imposible alcanzar.
00 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
OTAVIO. (Ap.) Lo que aqui en su ofensa pasa ; ESCENA XXI.
¡Que á tanto puede llegar Y mal guardáis vuestra casa
Un cobarde sufrimiento? Mientras andáis por la ajena. OTAVIO, ARISTO; LEONELA, ífl la
fulgencia. (Ap. á Alfredo.) LDPERCIO. reja.
ÍVes , Alfredo , cómo pide ¿Es mi hermano? otavio. (Llegando á la reja.)
.a mano al galán? FULGENCIA. ¡Ah Señora ! ¿Por quién son
ALFREDO. Soy quien soy. Las presentes cuchilladas ,
Si veo. Salid de la calle luego. O aquesta danza de espadas
lupercio. (ALeonela.) celauro. (Ap.) Hecha á vuestra devoción?
Pues yo mido mi deseo, Yo he de perder este juego, LEONELA.
Tú , Señora , tu amor mide. Si á remediarle no voy. ¡Ah , Señor, el que lo mira
Llega mi deseo á ti , ¡Ah celos , que no guardáis Y esta en la calle envainado !
Que va poreste favor; Palabra que prometéis! ¿Cuánto le cuesta el tablado?
Baje á mi tu mano amor, LEONELA. aristo. (Ap.)
Verás su medida ansí ; ¡Ah caballeros ! ¿ no veis
Aunque era mejor tu mano Gentiles pedradas tira.
Para esforzarme á subir; Que mi opinión infamáis? OTAVIO.
Pero ¿quién podrá medir aristo. (Ap.) Cuando riñen dos galanes
Lo divino por lo humano? Habia un competidor, De una dama tan Ungida ,
leonela. (Ap.) Y ya hay dos. No se ha de jugar la vida
¿No es bueno que sin amor LUPERCIO. Ni se han de hacer ademanes ;
Hablo á un hombre que no veo? Vamos de aqui. Y crea vuesamerced
lupercio. (Ap.) FULGENCIA. Que cuando mi causa fuera,
¿No es bueno que sin deseo A estocadas los cosiera
Estoy pidiendo favor? LUPERCIO. Yo solo en esta pared ;
Venid tras mi. Mas si con igual querella
OTAvio. (Ap. á Arista.) ¿Hay mas extraño rigor? Riñen sobre este lugar,
¿No es bueno , Aristo , que esté alfredo. (Ap. á Celauro.) Ventana quiero alquilar,
Aquí un hombre como yo? Y ver los toros en ella.
folgencia. (Ap. á Alfredo.) ¡A reñir van ! ¿Qué remedio? LEONELA.
¿No es bueno que le pidió CELAURO. ¿Es mi Otavio?
La mano? ¡Oh traidor sin fe! Alfredo , yo soy perdido, OTAVIO.
ALFREDO. Si aquesto queda entendido. Soy el diablo.
¿No es bueno que tú lo aguardes , (A untado riñen Fulgencio y Lupercio.
ALFREDO. LEONELA.
Pudiéndolo remediar? Otavio, Señor, espera.
OTAVIO. Vén, que riñen.
Déjame, Aristo, llegar; CELAURO. OTAVIO.
Que nunca hay celos cobardes. Ponte en medio. ¿Que espere? ¡Gentil quimera!
celauro. (Ap.) ALFREDO. LEONELA.
¿No es bueno que esloy contento Paso , señores. Oye, escucha. ¿Con quién hablo?
De ver á Fulgeucia ansí? FULGENCIA. ' ARISTO.
fulgencia. No hay paso. óyela , Señor.
Déjame llegará mi; OTAVIO.
Que me ahoga el sufrimiento. LUPERCIO. No quiero.
¿Quiénes?
ALFREDO. FULGENCIA. LEONELA.
Detente. Apartaos de ahí. Oye la satisfacion.
FULGEKCIA. LUPERCIO. ARISTO.
Déjame hacer. Dejalde pues. Oye, Señor, su razón.
(Llega arrebozada á Lupercio.) FULGENCIA. OTAVIO.
¡Ah caballero! ¿A quién digo? ¡Pesia á mí! Déjame tú, majadero.
LUPERCIO. De aquesta punta le paso. ARISTO.
¿Es amigo? CELAURO. Mira que está haciendo extremos.
FULGEKCIA. ¿No ve que esloy de por medio?
No-es amigo; OTAVIO.
Que vos no lo sabéis ser. Lleva , Alfredo ,'á ese galán. Ya no hay hablamos los dos.
LUPERCIO. ALFREDO. LEONELA.
Vamos, Señor. ¿No queréis?
¿En qué os ofendo? FULGENCIA. OTAVIO.
FULGENCIA. ¿Qué no harán. No.
En hablar Celos? ¡Oh mal sin remedio! LEONELA.
Esta mujer. (Vanse Fulgencio , y Alfredo sosegán Pues adiós;
LUPERCIO. dola. ) Que mañana nos veremos.
¡Estohabia! CELAURO.
¿Es vuestra? Echa tú por esta calle,
FULGENCIA. Y no os encontréis los dos.
Si fuera mía, ACTO SEGUNDO.
Yo la supiera guardar. LUPERCIO.
LUPERCIO. ¿Sabes quién es? Sala de una usa donde está hospedada
Pues ¿qué es lo que pretendéis? CELAURO. Fulgencia.
FULGEKCIA. No , por Dios.
LUPERCIO. ESCENA PRIMERA.
Que dejéis este cuidado ;
Que yo sé que estáis casado. ¡Qué buen mozo! CELAURO, ALFREDO.
LUPERCIO. CELAURO.
¡Gentil talle! ALFREDO.
¡Vos ! Pues ¿de qué lo sabéis? ¿Que tanto descompuso la pendencia
FULGENCIA. (Yanse Lupercio y Celauro.)
Dos voluntades que el amor tenia
Esto basta , y dame pena En tan estrechos lazos obligadas?
LOS EMULSTES DE CELALRO. 97
CEt ACRO. CELAl'RO. RISELO.
Lnctro que te partiste desta villa , Hice á mi hermana Ea, entrañas de hielo...
Amigo Alfredo, fué creciendo ei daño ; Que la viniese á ver y á persuadilla , FULGENCIA.
Porque entre los amantes las pendencias Y ha dormido con elía cuatro noches
Suelen durar, por ser tan pertinaces, Con envidia del mundo y de mi alma. ¿Muerto dice?
Purquequieren queel unorueguealotro. RIFELO.
ALFREDO. ¿Y eso dudas?
ALFREDO. • ¿Qué negocia ?
Yo los dejé en extremo desabridos, CELAURO. FULGENCIA.
Después, Señor, de los injustos celos. Que siga mi justicia. No, sino con otra dama,
¿Su|io, dime, Lupercio que era ella Muerto en sus brazos.
La que en hábito de hombre lo fué tanto, ALFREDO. alfredo. (Ap. á Celauro.)
Que osó reñir con él de cuerpo á cuerpoV ¿Dura el enojo? ¿Qué llama,
celauro. CEL lURO. Celauro , en hielo no mudas?
No lo supo Lupercio ni lo sabe, No ; que ya se hablan , CELAURO.
Porque yo le llevé tan divertido , . Y' se han de ir á su casa aquesta noche,
Antes aquello me enciende.
t>ue cuando vino á verla aquella noche, Para mis ojos y alma noche eterna. ALFREDO.
Lila estaba en la cania y sosegada. ALFREDO.
>íns como a mor no duerma bien con celos ¡Qué poca fuerza tus enredos tienen! ¿Eres loco?
Y sean los dos tan grandes enemigos, CELAURO.
Puesto , Alfredo , que pudre y hijo sean, Retírate , que sale.CELAURO. Soy amante.
Asi se los pidió de aquella dama , RISELO.
A-i enojada estuvo , asi ha llorado, ALFREDO. Lee, Señora, adelante.
'.ue Lupercio, movido á ira v cólera , Aqui me aparto. FULGENCIA.
1 uso las manos en su rostro hermoso, ' CELADRO.
luso las manos en el sol , Alfredo, Solo engañarme pretende.
(Hendió las estrellas de los ojos, Costarme tiene hacienda , vida y alma, {Lee.) «Si de mi quieres vengarte,
Emrecio la clara luz del dia ; O desta ingrata he de llevar la palma. «Mejor estarás aquí ;
Y como en los eclipses de ordinario «Pero no vengas por mi ,
Nusmuestreel sol aquel colorsangrienlo, ESCENA II: «Pues ya no puedo obligarte.
Singrepusoenel sol, sangrientoestuvo FULGENCIA ; RISELO, dándole un pa- «Vén por Esteban y Enrique,
£1 rostro á quien esta almaadoray teme. «Que lloran por ti, mi bien,
ALFREDO. pel.— CELAL RO y ALFREDO, reti «Y si allá hay otro , también
rados. «Le ruego le lo suplique.—
¡Vilame Dios! ¿(¿ue esa bajeza hizo? «TuLupercio.i)
CELAURO. RISELO.
RISELO.
No le culpes , Alfredo ; que unos celos Acaba , lee el papel. ¿Lloras?
Pedidos sin razón, de soso privan. FDLCEKCIA. FULGENCIA.
ALFREDO. No me porfíes, Riselo. No.
Razón tuvo Fulgcncia. RISELO. RISELO.
CELAURO. Por mi vida, que recelo ¿Pues qué?
Que te enflaqueces por él. FULGENCIA.
En el engaño; Ea, cesen los enojos, La vista penetra
Mas Lupercio inocente es de la culpa. Señora, de tantos dias.
ALFREDO. El rejalgar de la letra.
FULCENCIA. celauro. (Ap.)
¿No te pesa de haber con tus embustes Primero las manos mias
¡Jado ocasión para que aquellas manos Se vengarán en sus ojos. ¡ Qué buena disculpa dió !
Hjyan tocado temerariamente RISELO. RISELO.
En el sol, en el cielo, en las estrellas, Eso es en letra de estampa;
Del cabello , del rostro y de los ojos? Harto mas te vengas tú Que hay no sé qué humo en ella.
En los tuyos, con llorar FULGENCIA.
CELAURO. Perlas , que pueden comprar
Dios sabeque su daño me ha pesado, Las riquezas del Perú. ¿Qué mas estampa que aquella
Y que me cuesta lágrimas piadosas; Que en el corazón se estampa?
Pero¿qué quieres? que el camino eseste Lee; que le estás muriendo.
FULGENCIA. Y bien dices que Irae humo ;
De negociar mi bien, porquenohay otro Que es fuego con humedad.
Coa» sembrar discordia entresus almas. Ahora bien, leo por ti. RISELO.
ALFREDO. RISELO. Ten , mi señora , piedad.
¿Qué tienes negociado? ¿Y por tino? celauro. (Ap. d Alfredo.)
CELAD RO. FULGENCIA.
Yo por mi... Cual nieve al sol me consumo.
Que Fulgencia Soy muy tierna. ¡ Vive Dios, que el vil tercero
Dejó su casa y sus queridos hijos, Me ha de pagar estas paces!
Y como huyendo, vinoá ladeAndronio, RISELO.
Que, como sabes, es mi tio, adonde Asi lo entiendo. ALFREDO.
He comido y cenado aquestos dias , Como enamorado haces ;
FULGENCIA. Mas no como caballero.
Sustentando esta vida de sus ojos ; Dame que allá no tuviera
Que asi en la India se sustenta gente A Esteban y á Enrique. FULGENCIA.
De solo olor y solo de la vista, Dile áese hombre, Riselo,
Y no es mucho milagro para un ángel. RISELO. Dile á ese traidor amigo,
ALFREDO. Lee; Dile á ese falso enemigo,
¿Hasta hablado? Que Lupercio asi lo cree. ue de noble sufre el cielo...
FULGENCIA. ue venga luego por mi.
CELAURO. Él dice desta manera. RISELO.
Hela hablado y persuadido. (Lee.) <r Basta ya , señora mía , Dame esos piés.
ALFREBO. «De pesadumbres de un mes; FULGENCIA.
¿T qué responde ? «Que la venganza no es Parte.
CELAURO. «Amor, sino tiranía. BISELO.
Que a Lupercio adora. •Vén , mis ojos , vén , mi cielo ;
«Que si un hora tardas mas, Voy. (Vase.)
ALFREDO. «Cuando vengas me hallarás FULGENCIA.
¡Muy adelante estás! «Muerto.» ¡Celauro! ¿aquí esU-.s?
L-i.
os COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
CELAIRO. Con que me saque de tí. FULGENCIA.

Estoy, FULGENCIA. Entra, Riselo, y dirás


Cual sombra, siempre Iras ti.— ¿Yo te tengo? Espera un poco. A Leonela que me voy,
Vele , Alfredo. Y naciue manto.
CELAURO.
ai.frf.do.Mt>.) (Ycse Riselo.)
Bien dices que yo te tengo.
Mal se lucen,
Los enredos deste loco. (Yate.) ESCENA IV. ESCENA V.

ESCENA III. LUPERCIO , SA BINO , RISELO. LEONELA. — FULGENCIA , LUPER


—Dichos. CIO, CELAURO, SABINO.
FULGENCIA, CELAURO.
CEI.AURO.
lupercio. (Dentro.) LEONELA.
Loco de contento vengo. Aquí estoy,
¿Estás ya mas tierna? Y he sabido que le vas.
sabino. (Dentro.)
FULGENCIA.
Y yo de contento loco. Pero,, asi me guarde Dios,
Un poco. Que me pesa , aunque es tu gusto.
(Salen Lupercio. Riselo y Sabino.)
CELAURO. FCLC ENCÍA.
A esto siempre se reducen celauro. (Disimulando.) ¡ Oh mi Leonela !
Los enojos de quien ama. Puesta la mano , Señora ,
CELAURO.
Esta noche ¿vas con él? Sobre esta daga , te j uro ,
Por ser cruz , que es su amor puro, Esloes justo.
FULGENCIA. Ea , despedios las dos.
Y que Lupercio te adora.
Acúsame de cruel, Deja celos y quimeras, LEÓN El A.
Y en este papel me llama. Vete esta noche con él. Déjala cubrir siquiera.
CELAORO. lupercio. Pues Lupercio no porfía ,
¿Tanto un papel enternece? ¡ Oh amiíro noble y fiel ! ¿Qué quieres?
FULGENCIA. Dame esos brazos, ¿qué esperas? CEI.AURO.
No sé qué tiene de hechizo. CELAURO. Hermana mía,
CELAURO. ¡Oh buen Lupercio! Primero Lo que es amor considera.
Los has de dar á Fulgencia. Déjalos ; que tras pendencia
¡Maldiga Dios quien le hizo, Es gran gusto la amistad.
Une tan tierno te parece ! lupercio. FULGENCIA.
FULGENCIA. No sé si tengo licencia ; Cubierta estoy : perdonad.
Maldígate Diosa ti. Pero obedecerte quiero. (Arrodillase.)
Y asi , echándome á sus pies, LEONELA.
CELAURO.
No digo quien le escribió. Veré si sus manos gano , Adiós, hermosa Fulgencia.
Subiendo del pié á la mano, FULGENCIA.
FULGENCIA. Y de ella al brazo después ,
Para maldecirte yo, Y desde el brazo al abrazo, Mi Leoneja, adiós, y ved
Basta el papel. Y del abrazo... Que me habéis de ver.
CELAURO. LEONELA.
FULGENCIA.
¿Cómo ansí? ¿Pues no?
Prosigue ,
FULGENCIA. Porque tu hechizo me obligue CELAURO.
Porque cosa que ha tocado A ser de tus brazos lazo. Allá la llevaré yo.
Tal mano, queda su oleosa celauro. (Ap.) FULGENCIA.
A cuenta de mi defensa , ¡ Es posible que esto veo ! Haréisme mucha merced.
Como está un lugar sagrado.
FULGENCIA. LUPERCIO.
CELAURO.
¿Cómo has estado sin mi? Leonela y Celauro, adiós.
¡Oh pesia tanto rigor
Y mi loco sufrimiento! lupercio. LEONELA.

FULGENCIA.
Pregúntalo al alma en ti , Adiós.
Infierno de mi deseo. CELAURO.
¿Qué ofensa en tu daño intento Fué como el mundo en su caos
Por tener á un hombre amor? (Ap. á Fulgencia. Adiós, tigre hircana.)
Y sin forma , inanimadas —Por quedarme con mi hermana,
¿ Soy yo tu sangre , por d icha , Las materias , y varadas
Soy tu hermana ó tu mujer? No voy, Lupercio, con vos.
Sobre la tierra las naos ; FULGENCIA.
CELAURO. Como en el limbo el rapaz...
No ; pero debes de ser —Mas no es comparación buena; Vos quedáis bien ocupado.
Toda junta mi desdicha. Porque yo he tenido pena, LUPERCIO.
Pues vete , ingrata , en buen hora, Y fui de gloria capaz. — Vamos, señora enojada.
Aunque sea mal para mi ; Cual tórtola sin hallar SABINO.
Gózale , y goce de ti , Compañía alegre alguna ; La cena está aparejada ,
A pesar de quien te adora ; Como sin el sol la luna, Y el amor por convidado.
Que pues que no he merecido Y sin la luna la mar ;
Como el instrumento está FULGENCIA.
De ti una palabra buena,
Yo haré que rabies de pena, Sin la mano del que toca ; ¿Qué dice Enriquito?
Como yo rabio de olvido. Como Tántalo, á la boca SABINO.
FULGENCIA.
La fruta que se le va ; Llora
Tü, ¿qué me puedes hacer? Y como sin tí , mi bien , Por su mama y por su taita,
Que eres mi causa y mi forma , Que apenas con una gaita
celauro. (Saca la daga.) Quien me mueve y quien me informa.
¡Vive Dios, que estoy de suerte, Le puedo acallar, Señora.
Que estoy por darte la muerte,
SABINO. Vén , alegra aquella casa ;
Por siempre jamás amen. Entre el sol , la noche huya.
Y acabarme de perder! Acaba , vamos de aquí ; FULGENCIA.
FULGENCIA. Que me muero ya por veros
¿Estás loco? ¡ Para mi , Vamos, vamos.
Ln casa.
Para una mujer la daga ! LUPERCIO. SABIXO.

CELAURO. Hermosos luceros, ¡Aleluya!


SI , porque una puerta haga ¿Posible es que os ofendí ? Hoy brindo...
LOS EMBUSTES DE CELAURO. 9!)
BISELO. LEONELA. ESCENA VIII.
¿A quién? No me mandes que te diga
SABINO. Mas de que es un mármol parió. ARISTO, llorando.— LEONELA.
A Ganasa. CELAURO.
{Yanse Fulgencio , Lupercio y Sabino.) Para eso no es necesario ARISTO.

Haberle yo visto, amiga. ¡Triste del que vive amando!


ESCENA VI. Ya sé qué es mármol tan fuerte, Galeras perpetuas tiene. ■ '
Que me resiste y me mata. ¡ Ay de mí ! ¿Qué podré hacer
CELAURO, LEÓN ELA. Pero lo demás retrata , Sin mi señor, solo y pobre?
Y de otras cosas me advierte. ¿ Cuál otro hallaré en que cobre
LEONELA. Lo que en él vengo á perder?
LEONELA.
No dudo que habrás sentido , Basta decir que es bien hecha, LEONELA.
Colauro, aquesta mudanza, Limpia, conforme y igual. Alisto.;.
Porque, en lin , de tu esperanza ARISTO.
Riguroso viento ha sido. CELAURO.
Señora mia...
¿Qué te embelesas? Qué miras? Es hecha de un mármol tal,
LEONELA.
Ka, ya pasó la calle. Que ningún hierro aprovecha.
¡Hola! Quiero despertalle. Y el mayor mió es querer ¿ De qué te enjugas los ojos?
Ce lauro. Hacer en esta ocasión , ARISTO.
CELAURO. Sin ser yo Pigmaleon, Porque cifra mis enojos
¡Ay Dios! De un mármol una mujer. Mi desventura este dia.
LEONELA. LEONELA. LEONELA.

¿Qué suspiras? Debajo del pecho izquierdo ¿ Dónde queda tu señor?


Tiene un lunar peregrino. ARISTO.
CELAUnO.
CELAURO. ¿ Dices Otavio ?
Cual queda desvanecido .
El niño que volar vio Luna en cielo tan divino , LEONELA.
El pájaro que pensó ¿Por qué no hará loco un cuerdo? ¿Pues quién?
Coger durmiendo en el nido; ¿Qué color tiene?
ARISTO.
O como queda el villano LEONELA.
Viendo la liebre correr, Ya le ha muerto tu desden.
Muy buena, .
Que la pensaba coger Que parece en su blancura LEONELA.
En la cama con la mano; Como sangre en nieve pura , Mejor dijeras mi amor.
O como queda despierto Y clavel con azucena. ARISTO.
El que dormido soñaba Sale un cabello sutil ¿Qué amor?
Que en arca ó campo se hallaba De enmedio por tanto trecho. LEONELA.
A Igu n tesoro encubierto ; Que puede dar vuelta al pecho. El que le he tenido.
O quien por un nial suceso CELAURO. ARISTO.
Soñaba en cautividad
Cue ya estaba en libertad , ¡Hermoso lazo! Bien dices, pues ya es pasado.
Y despierto se halla preso ; LEONELA. LEONELA.
Asi yo en la posesión Gentil. Dime, ¿adonde queda?
Bol bien que estaba gozando, CELAURO. ARISTO.
Mi libertad vi soñando, Milagro, Leonela , fuera
Y despierto mi prisión. Ha estado
Que ose cómela de hielo Estos dias escondido,
Yo muero, hermana Leonela , No tuviera en ese cielo
Sin remedio de remedio, Y desta melancolía
Hastio que muerte me diera. Salió de consulla hoy
Aunque ponga do por medio Si no es en forma de espada
Toda Grecia su cautela. Irse á meter fraile.
Para matarme su brazo,
¡Desventurado! ¿que haré? Es á lo menos de lazo,
LEONELA.
Que ya se van á gozar. Y en mi cuello ejecutada. Estoy
LEONELA. ¿Qué haré, si en mi cielo veo Al cabo, por vida'mia.
Tienes razón de penar. Pronósticos de mi muerte ? Ea, señores, ámí.
Alabo , hermano, tu fe ; Mas yo pienso hacer de suerte ARISTO.
Que es la cosa que yo he visto Que ó yo muera ó mi deseo. Si no lo quieres creer,
Has digna de ser ainada. Quédale aquí ; que en mi mal Mañana le puedes ver.
CELAURO. Ya no hay remedio mayor LEONELA.
Y tú la mas envidiada Que pretender por traidor ¿Qué me cuentas?
De las que en ella conquisto ; Lo que pierdo por leal. (Vate.)
ARISTO.
Que al fin dormiste á su lado. Lo que vi.
LEONELA.
ESCENA VII.
LEONELA.
Si vieras partes tan bellas, LEONELA. Ea , que es cosa de risa.
Mas almas dieras por ellas
Que por lo exterior le has dado. ARISTO.
Menos lástima tuviera
CELAURO. A tu dolor inhumano, No , sino de llanto es ;
Si lo que es amor, hermano, Que , los ojos en los pies ,
Cuéntame , Leonela ruin , Le he visto ayudar á misa.
Algo de aquel ángel santo. Libre del mismo amor viera.
Pero tengo amor también, Este papel me dejó
LEONELA. Para que te diese.
Y conozco tu disgusto ,
¿Santo? No te alargues tanto, Aunque del me alegro y gusto, LEONELA.
Que toques en herejía. Pues me quitaste mi bien. Muestra.
CELAURO. Hablé á Lupercio por ti , ARISTO.
Mira, bien puedo llamar Y violo mi amado Olavio,
Que sentido deste agravio, ¡Qué amor, qué amistad la nuestra!
Ángel santo una mujer Sin tí, Señor, ¿qué haré yo?
Virtuosa , sin hacer Vive quejoso de mí.
Cosa digna de culpar. Pero ¿quién es el que viene LEONELA.
Vive en sí y fuera de si, Sollozaudo y suspirando? (Z,e«.)«Ingrata,puesyauenesotrogusto,
Y esto es mas de ángel que de hombre : «Cubra este cuerpo uii hábito de paño,
Luego en darle aqueste nombre «Que en inviernoy verano venga al justo,
No estoy yo fuera de mi. ¡/Lulo á mi amor y tiesta de tu engaño.
100 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
«Esto quiero que pueda mi disgusto, LEONELA. CELAURO.
»Y que aqueste papel , al lin de un año, Yo soy muerta. ¿No mas de honrados?
«Sea carta de pago y finiquito OTAVIO. OTAVIO.
»De nuestro amor.» — Bien breve viene
¿Tanto ha sentido el agravio? [escrito. No os alteréis. ¿Quemas?
LEONELA. CELAURO.
ARISTO.
¿Cómo no? Caballeros.
Ese papel lo confirma. OTAVIO.
¿No dice Otavio la firma? Con achaque de visita
A Fulgencia, iré a su casa. Eso es menos,
LEONELA.
OTAVIO.
Porque honrados dice buenos,
Mejor fuera fray Otavio. Que es punto deste compás.
Pero ¿es de veras? Cuando sepa lo que pasa,
Y este mi amor solicita , CELAURO.
ARISTO. ¿A qué enirastes en mi casa,
No estará muy agraviado
Tan cierto Que entre en su casa , si ha sido si sabéis que honrados son,
Como que contigo estoy. A titulo de marido. Y su virtud y opinión
LEONELA. ALFREDO.
Por buena moneda pasa?
¡ Ay, Otavio, que no soy ¿No sabéis que vive allí
¿Novenis? lina mujer que es mi hermana
Causa deste desconcierto! OTAVIO.
La culpa tuvo mi hermano, Y su hija?
Voy. OTAVIO.
Que me ha hecho hablar un hombre,
Y que mudándome el nombre, LEONELA. Cosa es llana
El me requebrase en vano, Vé á su lado. Que lo supe y que lo vi.
Solo por amartelar {Vanse.) Pero así me fué forzoso
Una mujer con cautela. Para el intento que emprendo.
ARISTO. CELAURO.
Ya no es posible , Leonela, Calle. ¿Cómo así?
Que lo puedas remediar. OTAVIO.

LEONELA. ESCENA XI. Porque pretendo


Servirla.
¿Cómo no? Iré dando voces, CELAURO.
Y de allí le sacaré, CELAÜRO.
Y que es mi esposo diré. ¿Qué?
Ya solo de mi engaño me sustento, OTAVIO.
ARISTO. Ya no tengo mas vida que ini engaño, Soy su esposo.
No podrás , asi te goces. Con este engaño mi tormento engaño; CELAURO.
LEONELA. Que es verdad el engaño en mi tormento. ¿Sábenlo mis padres? x
Pues si no , daréme muerte. Con engaño se alientael pensamiento,
Engañando su mismo desengaño; [ño, OTAVIO.

ESCENA IX. Y aunque este engaño ha sido por mi da- No.


El mismo engaño en engañarme siento. CELAURO.
OTAVIO. — Dichos. Mas ¿qué me quejo del engaño ¡ ay Pues es mal hecho.
Ltriste! OTAVIO.
OTAVIO. Si deste engaño tengo el alma asida,
Engaño que de muchos me divierte? No es,
Eso no , señora mía ; Si lo han de saber después.
Que solo mi amor quería Porque con este engaño se resiste
Ver si es el lujo tan fuerte. La fuerza del engaño de la vida, CELAURO.
Porque lodo es engaño hasta la muerte. ¡ Sin saberlo ellos ni yo !
LEONELA.
Meted mano, Otavio.
¡Jesús! ¿Que no es verdad? ESCENA XII. OTAVIO.
OTAVIO. Oid.
No. ALFREDO, ARISTO , OTAVIO.— CELAURO.
LEONELA.
CELAURO. No hay oir.
¿Cómo entraste? OTAVIO.
OTAVIO. ALFREDO.
Eso es furor.
Vi á tu hermano Aqui está Celauro. (Riñen.)
Salir fuera. OTAVIO.
LEONELA. Aquí ESCENA XIV.
Ese tirano Está Olavio , que ha venido
Nuestro disgusto causó. A ver en qué sois servido RISELO, LUPERCIO.— Dichos.
OTAVIO. De mis cosas y de mí. riselo. (Dentro.)
Todo lo tengo entendido.. CELAURO. Celauro riñe , Señor. .
Apártense los criados. LDPERCio. (Dentro. )
ESCENA X. OTAVIO.
Di, necio, que riñe el Cid.
Vete, Arislo.
ALFREDO.— Dichos. CELAURO. (Salen Lvpercio y Riselo desenvai
Y tú también. nando.)
Fuera digo.
ALFREDO. [Vanse Alfredo y Arista.) OTAVIO.
¿Es Otavio?
¡Cómo! ¿tres
LEONELA. ESCENA XIII. Para un caballero solo?
Alfredo viene. Este es fraude , engaño y dolo.
CELAURO, OTAVIO.
ALFREDO. (A OlaviO.) Yaldránme manos y pies. (Huye.)
Mi señor que hablaros tiene. CKLAURO.
OTAVIO. ¿Conoceisme? ESCENA XV.
Notable desdicha ha sido. OTAVIO. ARISTO t ALFREDO , que salen ri
Sin duda que entrar me vio. Sí , y muy bien. tiendo. — CELAURO , LUPERCIO ,
¿Adonde queda? CELAURO.
RISELO.
ALFREDO. ¿Y mis padres?>
OTAVIO. Ar.ISTO.
En la puerta
De Fulgencia. Son honrados. Tente, hombre.
LOS EMBUSTES DE CELAURO. 101
ALFBFDO. CELAURO. LUPERCIO.
Cuando riñe No es nada , á fe de caballero. Que no quiero preámbulos.
El amo, es son concertado LUPERCIO. CELAURO.
Para que baile el criado, Basta, Fulgencia...
Si es liombre que espada ciñe. No lo digáis; que bien sé yo que en esto LUPERCIO.
CELAURO. Lo que es nada es mi amor, para que ¡ Ay , cuánto lo temi !
Déjale, necio. [pueda CELADRO.
ALFREDO. Del vuestro merecer cosa tan fácil. Fulgencia, digo,
Huye, perro. CELAURO. Aunque há diez años que tratáis sus oo-
AR1STO. ¿Por eso os enojáis? La sustentáis , la regaláis. [sas,
¡Tantos á uno ! LUPEnClO. LUPERCIO.
CELAURO. ¡Ay triste!
Pues ¿no os parece
Dejalde. Que es bastante ocasión para enojarme? CELADRO.
ALFREDO. ; Esto se usa en amistad como esta? Quiere bien á este Otavio.
No lo llevará de balde, En dos amigos ¿hay secreto alguno? LUPERCIO.
Si con esta punta cierro. ¿Qué os he negado yo , no de mis obras, Eso es quimera.
(Arista huye.) Que ese fuera de amor pequeño efeto, Ni en mi vida le he visto por su calle.
Mas de mis pensamientos escondidos?
CELAURO.
ESCENA XVI. . CELAURO. Yo si , de dia y de noche , y aun alguna
SABINO, que sale desenvainando. — Querido amigo , amigo mió del alma , Le he hecho salir della á cuchilladas,
CELAURO, LUPERCIO, ALFREDO, De El negaros aquesto no procede De que es Alfredo buen testigo.
poco amor ni de que soy ingrato, LUPERCIO.
RISELO. Sino de ser negocio y causa vuestra. ¿Adonde
El amigo, Lupercio, que es honrado, O cómo la habla?
SABINO. A su amigo defiende con la espada ,
¡Fuera , bellacos L¿Qué es esto? Sin darle pesadumbre con la ofensa. CELADRO.
¡A Lupercio, mi señor! Esta os importa que yo calle. No hay cosa mas ciega
LDPERCIO.
Que un pobre amante. Basta , aquesto
LUPERCIO. lupercio. [basta.
Ten , majadero, el furor. ¡Bueno!
¿Dónde vas tan descompuesto? Tanto mas encendistes mi deseo, Prosigue, buen Celauro : ya te creo.
CELAORO.
Cuanto mi causa fué la defendida; CELADRO.
Que aunque los dos tengamos una cau- ¿Habían de llamarle por ventura
Paso; no lo oiga Fulgencia. Yo moriré si no la sé. [sa, Los dias ó las noches que se hablasen?
SABINO. CELAURO. LUPERCIO.
De cólera estoy perdido. No creo Bien dices : ciego estoy.
RISELO. Que puede ser , porque es de pesadum- CELAURO.
Como Santelmo has venido, lupercio. [bre.
Yo por tu gusto,
Acabada la pendencia. Esa es mayor. , Y temiendo el disgusto desle dia,
SABINO. CELAURO. ¡ Rogábale á esle necio que dejase
¿No ha quedado porahi Mirad , señor Lupercio, Su loca pretensión.
Alguna cosa fiambre? Que os va la honra en este desengaño. LDPERCIO.
LUPERCIO. LUPERCIO. ¿Qué mas hacías?
Vé, necio, á matar el hambre. Y en saberlo , Celauro , está mi vida , CELAURO.
Apartaos todos de aquí. Mi honra, gusto y salvación. Hoy, finalmente, yi que su criado
ALFREDO. CELAURO. Con un papel la hizo señas.
¿Si vuelven? Es cosa LUPERCIO.
LDPERCIO. Que tiemblo de decilla. ¿Dónde?
No volverán. LUPERCIO. CELAURO.
CELAURO. ¿Sois mi amigo? En la ventana.
Entraos allá. CELAURO. LUPERCIO.
RISELO. Si soy. ¡Bien!
A punto ponte. LUPERCIO. CELAURO. .
SABINO. Pues ¿qué dudáis? Llegué y quítesele,
Yo voy hecho un Rodamonte. CELAURO.
Y viniendo á cobralle el dueño infame,
Temo el suceso. Resultó la pendencia.
ALFREDO.
LUPERCIO.
Yo un Rugero. LDPERCIO.
SABINO. El papel muestra;
¡ Oh pesia tal ¡Sacad la daga , y dadme Que aun viéndole no creo que es posi-
Yo un Roldan. Por este corazón. celauro. [b'e<
(Jante Alfredo, ¡Úselo y Sabino.) CELAURO.
Aun no le he visto yo. (Dale un papel.)
ESCENA XVII. Ahora bien, sea;
LUPERCIO.
Que mi desdicha quiso que palabras
CELAURO, LUPERCIO. Hiciesen la pendencia antes de tiempo; Celauro , escucha.
Quejo, Lupercio, le llevaba al campo. (Lee.) «Este necio de Celauro,
LUPERCIO. LDPERCIO.
«Mi vida, me impide el verte;
¿Qué ha sido aquesto? «Mas hoy pienso con su muerte
No dilatéis, Celauro, con rodeos «Gozar ¿testa empresa el lauro.
CELADRO. Mi muerte, mi disgusto, mi deshonra. »No llores , que es sin provecho ,
Todo niñería. CELAURO. «Sino procúrame hablar;
LUPERCIO. Va de deshonra, muerte y de disgusto. «Sí, por vida del lunar
¿Por qué has reñido? —Sabed que las mujeres en el mundo «Que cubre tu blanco pecho,
Nacieron para ser destruicion suya ; «Cuyo cabello sutil
CELAURO.
Y que supuesto que hava muchas bue- «Es'lazo de mi prisión.»
Digo que no es nada. Virtuosas y santas, hay algunas [ñas, ¡ — No mas, no mas; señasson
LUPERCIO. !. Ingratas eñ extremo afamor nuestro, i De Fulgencia , infame y vil.
¿Nada, Celauro , y Unta pesadumbre? i Falsas , lascivas , locas y perjuras. No leo mas sus concetos ,
102 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Bastan estas señas ya ; LUPERCIO.
Que creo que las dará Legítima mi ventura.
Es que quiero asegurar Cuantas hoy tenéis amor,
lie otros mayores secretos. Tu sospecha mal nacida ;
i Ay de mí ! Verdad es todo. Tened envidia al favor
Quejurando por su vida, Que el cielo en esio me ha hecho ;
; Notable seña ! ¿ Qué dudo ? No se la quiero quitar.
Porque saberla no pudo, Que fuera del , no sospecho
Sin gozarla, de otro modo. CELAURO. Que puede haberle mayor.
¡ A y Fulgencia ! Ay enemiga ! Vamonos, y tu amor sella Y tú, mi bien y mi dueño ,
¿Estas tus lágrimas son ? Con que no vamos allá. ¡. Dónde estás , que estás sin mi ?
¡ Ay de mi sana intención! Ya no le tengo en empeño ,
LDPERCIO.
Ay de mi antigua fatiga! Yaeresniio, ya te.di
No podrá el alma, que está El alma en precio pequeño.
Ay de diez años de amor Abrasándose por vella.
Con tantas persecuciones! Vén á ver aquestos ojos ,
Ay de mis obligaciones CELAURO. De tu victima despojos ,
Fundadas en tanto error! Entretenerle es mejor. En cuyas niñas retratas
¡Tus señas otro hombre ! ¡Otro hombre Vamos á jugar. El talle con que me matas
De aquel cabello colgado. LDPERCIO.
Y' me das celos y enojos.
En que estuve aprisionado No puedo;
Con los hierros de tu nombre! Que de verla tengo miedo , ESCENA XX.
Tu lunar ó luna amengua Y de no verla mayor.
Su viva color leonada , LUPERCIO, tristísimo.—FULGENCIA.
CELAURO.
Ya de tu infamia eclipsada, ¿Verla? FULGENCIA.
Y menguada de tu mengua. LUPERCIO.
Oh , maldiga Dios mi boca , ¿Eres tú , Señor? SI , él es.
Impórtame infinito.
i> )ue así celebró esa luna ,
Ese lunar, si otra alguna CELAURO.
Dame esos brazos que adoro ,
Porque en tu prisión estés ;
Le jura , le besa y toca ! ¿ Eso Lupercio declara? Déjame asir el tesoro,
¡ Malditas mis manos sean , De toda el alma interés;
LUPERCIO.
Que se dejaron atar Que cual suele el avariento
Quiero ver si aquella cara Del cofre cada momento
De ese cabello al lunar, Pudo hacer este delito. (Vase.) Sacar el oro y contallo ,
En que otras manos se emplean !
Y mi desdicha también No menos avaro hallo
Sea maldita, enemiga, ESCENA XVIII. Contigo mi pensamiento.
Pues á maldecir me obliga Que aunque te tengo y poseo,
CELAURO. Si mil veces no te toco,
Lo que fué todo mi bien.
¡ Yo te amé , yo te adoré , < Si mil veces no te veo,
¿ Hay entrañas de león Pienso que te tengo en poco,
Yo estuve engañado así ! Mas crueles que las mias , Y que ya no te deseo.
CELAURO. Veneno en áspides frias , Eres nii tesoro , en quien
¡ Oh por Dios , vuelve ya en ti ! Ni en Grecia mayor traición ? Las armas de su hacedor
¿Hay mas furia en el abismo? Se ven esculpidas bien...
LUPEBCIO.
No es posible ; antes recelo — ¡ Ay! ¿que es aquesto, Señor?
Tarde ó nunca volveré. Que no ha hecho cosa el cielo Qué enojo es este y desden?
CELAORO. Como yo , sino yo mismo. ¡Vos el sombrero en los ojos!
¿ Ves cómo fuera mejor Amor , ¿ qué es tu pensamiento? ¡ Vos los ojos en el suelo ,
Dejarte estar con tu engaño? Mas ¿qué le pregunto yo, Que estos tienen por despojos!
LUPERQIO. Después que el alma te dio Decidme , por Dios del cielo ,
Su razón y entendimiento, Si tenéis conmigo enojos.
No entendí que el desengaño Pues querértela pedir
Viniera con tal rigor, Mi bien , alma desla vida ,
Es verme de mí distinto? ¿Qué os he dicho? Qué os he hecho?
No entendí que una mujer Ya estoy en el laberinto ,
Fuera tan mujer, Celauro. ¿No habláis?
O he de salir ó morir. (Vase.) LUPERCIO.
celauro. (Ap.)
Hoy mi perdición restauro. ¡Ah, mujer fingida,
Este la na de aborrecer. Áspid que entraste en mi pecho,
Sala en la casa de Lupercio Y estás en el alma asida !
LDPERCIO. Sanguijuela de mi honor,
Quédate aquí. ESCENA XIX. Que en él pegada , has sacado
CELAURO. Toda su sangre mejor;
No, por Dios; FULGENCIA. Fuego en nieve disfrazado,
Que querrás irla á matar. Pensamiento de traidor,
Cuánto, y con cuánta razón Amigo vil que te alejas
LDPERCIO.
Arrogante debo estar En viendo pobreza y quejas;
Bien se pnede asegurar Juzgúelo quien supo amar
Que hay una vida en los dos. Víbora que concebí",
Y tuvo salisfacion. Que para salir de mi
■CELAORO. Amo un hombre que es espejo El pecho abierto me dejas;
Dame la palabra aqui De hombres en talle y consejo , Rayo que me has abrasado
De no locarla. Con quien mil contentos gozo , Dejando sano el vestido;
LDPERCIO. Para mi regalo mozo , Enemigo perdonado,
Sí haré. Y para mi honra viejo. Ingrato que me has vendido,
CELAORO. Galán , discreto , aseado, Y deudo que me has negado;
Jura Limpio , apacible , animoso, Enmascarada homicida,
LDPERCIO. Liberal , cuerdo, alentado, Calentura lenta asida
Por Dios y su fe. De mi vida cuidadoso , Con tan tibio proceder,
Y de la suya olvidado ; Que no se echando de ver ,
CELAURO. Casado , aunque de secreto
Otro juramento di. Está acabando la vida ;
Conmigo , que fué el efelo Fuego secreto sin llama ,
LDPERCIO. Mas alto de voluntad, Que nunca de abrasar cesa ;
Pues por vida de la lumbre Cuando tuvo á su amistad Vil en obras , casta en fama ,
Destos ojos , que es Fulgencia. Mi entendimiento sujeto. Arpia en mi alegre mesa
Aunque ¿á cuál piedra tan dura Y Clitemneslra en mi cama;
CELAORO.
¡Juramento de conciencia! Dos hijos no enleruecíeían Mujer de quien este ser
De tan notable hermosura? Aun no quisiera tener,
¿Es ironía ó costumbre?
Que bastardos nunca hicieran Mujer que tan mal viviste,
LOS EMBUSTES DE CELAURO. 105
Que por ser mujer quisiste Tú con el desnudo acero, LTJPER.CIO.
Lejar de ser mi mujer... Hechos piedras los oidos, Los hijos no ; celestiales,
— Abreviemos de razones Inexorable y severo; Que el cielo los da y envía.
Sin hablar, sin preguntar Yo cual victima inocente, FULCENCIA.
Causas justas ni ocasiones ; Y el ángel que condolido Llevaos á Esteban , Señor...
Que esta daga ha de pasar Te está diciendo: « Detente,»
Aquí tus dos corazones : En mis entrañas metido, LUPERCIO.
El mió que está en el tuyo , Y á la ejecución presente. Aunque él mismo lo suplique.
Y el tuyo que esta en el mió. El te detenga , y Dios sea Vete, infamia de mi honor.
Concluye; que aqui concluyo. En mi guarda. FULGENCIA.
FULCENCIA. (Va él ú darla con la daga y se detiene.) Dejadme, Señor, á Enrique,
Si eso es justo, señor mió, UJPEBCIO. Que me cosió mas dolor.
Matadme, aquí estoy, no huyo. (Ap. ¿Qué temor Dejádmele , señor mió ,
Pero si acaso no es justo , Me detiene, que no vea Porque un retrato me quede
Decidme vuestro disgusto... La venganza de mi honor, De esa cara, talle y brio;
— Mas esta réplica es fea; Que es lo que el alma desea? Que e^te consolarme puede,
Que para que justo sea , ¡Oh amor, que en tener mi acero, Ya que os vais con tal desvio.
Basta ser de vuestro gusto. Como con alas estás.
Veis aqui el pecho , pasalde Eres ángel , aunque fiero! ESCENA XXIII.
De suerte que no toquéis Basta , que pudiste mas ;
Este inocente; guardalde, Basta ; obedecerte quiero. SABINO ,con los dos niños.— Dichos.
O heridme si vos queréis, Y pues que nadie ha sabido
Y por la herida sacalde ; Que con está estoy casado, sabino.
Que os juro, dulce Señor, ¡Qué obligación me ha corrido?
Que en mi vida os ofendí , # Aquí los niños están.
Qué leyes me han ohligadp
Si no es ofensa el amor ; De las que tiene un marido? LUPEBCIO.
Que el quereros mas que a mi Alto, dejalla es mejor.) Vente conmigo.
He obligaba á algún rigor. ; Hola , Riselo , Sabino ! SABINO.
Hoy salistes de mis brazos: Yo iré.
¡Por qué casos tan siniestros
Queréis hacerlos pedazos , ESCENA XXL FULCENCIA.
Pudiendo hacer de los vuestros Espérate y me verán ;
A mi cuello estrechos lazos? SABINO , RISELO. —Dichos. Que verlos yo no podré, ,
¡Qué os han dicho, mi señor, Según mis lágrimas van.
Dulce bien mió y mi vida , RISELO. Hijos, yo soy la mujer
Que con tanto desamor ¿Qué es lo que mandas , Señor? Del mundo mas desdichada.
.Me llamáis vuestra homicida, LUPERCIO. Vuestra madre solia ser;
Fe falsa y paz de traidor? En lo que hacer determino , Ya soy madrastra culpada,
Que de que vos me matéis , Será replicarme error; Y que no os tengo de ver.
Que soy vuestra humilde hechura , Porque, vive Dios, si al hecho Si acaso vivis, y acaso
Ningún agravio me hacéis; Que intento replica en nada Sabéis por quien esto paso ,
Siento por mas desventura Alguno, aunque sin provecho, Vengadme del , hijos mios.
Solo el ver que me afrentéis. Que la cruz de aquesta espada LUPEBCIO.
¿Queréismelo decir? Le sirva muriendo al pecho. ¡ Qué notables desvarios ,
LUPERCIO. Cuando en cólera me abraso!
SABINO.
Calla, ¿Pues, Señor, ¿qué ira es esta? Quítalos de ahí.
Calla, sierpe venenosa, FULCENCIA.
Que entre la yerba se halla, EUI'ERCIO.
Flor de adelfa, araña en rosa, Vaya , no haya mas respuesta. ¡Señor!
Con mas hierros que una malla. Traed á Esteban y á Enrique. —Ángeles, besadme.
No quieras saber lo que es; FULCENCIA. LUPERCIO.
Que no habrá muerte decente. Ea, nadie le replique. Suelta.
FULCENCIA. FULCENCIA.
sabino. {Ap.)
Alto, Señor, si asi es, ¡A mi con tanto rigor!
Dejadme, como inocente , Tragedia ha sidola fiesta.
( Yanse Sabino y Riselo.) LUPEBCIO.
Que me arrodille á esos pies.
Ya que todo se me niega , Suelta, adúltera, resuelta
Que cubráis mis ojos ruega ESCENA XXII. En la infamia de mi honor.
Con una toca mi boca ; FULCENCIA.
Pero no ha menester toca LUPERCIO.FULGENCIA. ¡Gracias á Dios , que ya sé
Mujer que ha estado tan ciega. Por qué es aqueste castigo!
LUPERCIO. FÜLCEHCIA. ¿Yo te he ofendido?
¡Que cubra me persuades ¡Y no podré yo saber, LUPERCIO.
Tus ojos? ¡ Oh error profundo ! Mi señor, dónde los llevan? Y no fué
Bien sallen sus liviandades , LUPERCIO. Ese lunar mal testigo
Que no hay ya toca en el mundo Del eclipse de tu fe.
Con que cubrir tus maldades. Donde no los has de ver.
FULCENCIA.
Esa loca es que me toca FULCENCIA.
Matarte y lavar mi honor, ¡Señor! ¡Enrique ¡ay! y Esteban! Pues oye.
LUPEBCIO.
Y si á toca me provoca , Partid con esta mujer.
Es para cegar a amor , No hay mas que oir.
UJPEBCIO.
Que esta sentencia revoca. FULCENCIA.
Porque aunque es ciego, es de arte Ya no ; que no lo eres mia. ¿Dónde vas?
Esle mi amoroso fuego , FULCENCIA. LUPERCIO.
Que para no perdonarle, Mi bien , mi señor... A un monte voy.
Ha de estar dos veces ciego,
LUPERCIO. FULGENCIA.
Porque una venda no es parte.
Desvia. Allá te quiero seguir.
FULCENCIA.
FULCENCIA. LUPEBCIO.
Tres estamos á este fiero
Sacrificio prevenidos; ¿No son bienes gananciales' Mataréte.
104 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
FÜLGENCIA. De Tisbe hizo pedazos animosa? Que al tiempo que yo frezaba ,
Muirla estoy. Que no haya miedo que entre La virtud vestida andaba ,
No he de volver a morir. En otra cueva que su mismo vientre. Y las personas desnudas.
LUPERCIO. Ahora, por la inquietud
Vuélvete. ESCENA U. Con que se alteran las vidas,
FÜLGENCIA. Van las personas vestidas ,
Señor... BELARDO, S1RENO, FELICIO.—FÜL Y desnuda la virtud.
LUPERCIO. GENCIA. SIRENO.
Detente ; BELABDO. Dejáos defllosofias.
Que aumentaré tu castigo. Par diez , que se ha de comprar BELARDO.
FÜLGENCIA. El sayuelo y la basquina , Padre , padre , yo no os quiero
¡Hijos, hijos! Aunque se venda la viña , Aqui para conséjelo.
LUPERCIO. O que no me he de casar. FELICIO.
¡ Ah insolente! FELICIO. No llegarás á mis dias.
FÜLGENCIA. No digo que no , muchacho, BELARDO.
A Dios pongo por testigo Son ' que sea conforme al dote. ¿Pensáis que son muchos daños?
Que estoy de culpa inocente. BELARDO. ¡Plega á las desdichas-mias,
¡Oh pesar de mi caí ote! Que no llegue á vuestros dias
Ya decís que estoy borracho. Y ¡¡ase de vuestros años !
¡Voto al sol y á treinta soles. S1REX0.
ACTO TERCERO. Que han de ser los mas polidos 1 ¡ Hola ! ¿quién va por aqui?
FELICIO. FELICIO.
Bosque cercano i un pueblo. . Ha de irse todo en vestidos? ; Aj Dios! ¿y qué puede ser?
¿Somos por dicha españoles? FÜLGENCIA.
ESCENA PRIMERA. SIBENO. Soy una triste mujer ,
Callad, Felicio, en buen hora, Que por serlo me perdí.
FÜLGENCIA. Dejad que su esposa vista. BELARDO.
FELICIO. ¡ Válame Dios ! ¿ De qué suerte ?
Desesperados pasos, Que la vista y la revista ;
¡Dónde lleváis tan léjos de la muerte, Que ya yo sé que la adora , FÜLGENCIA.
Después de varios casos, Y también sé que merece Un hombre que me sacó
Mi triste vida? Pues mi triste suerte, La muchacha cualquier cosa ; De mi casa , me dejó
Si no la pone en medio. Aqui en manos de la muerte.
No puede hallar á tanto mal remedio. Que , á la fe , es limpia y hermosa. Robóme, y en la espesura
Y tú, causa de todo, SIREN'O. Desta montaña quedé,
Lupercio mió, ¿dónde vas huyendo, Pues si es eso , ¿ qué os parece ? Donde hasta ahora no hallé
Sin advertir el modo ¿No es justo , pese á mi sayo , Ni el lugar ni la ventura.
Con que le van mis lágrimas siguiendo, Que se lo compre de seda? ¿Cómo se llama esta aldea?
Que ya mis píés se quedan FELICIO. SIRENO.
Atrás, pues no podrán cuando mas pue- ¡ Ved lo que el demonio enreda ! La que veis es San Germán,
Cual la tigre parida , [dan? BELARDO. Y por esta senda van
A quien el cazador los hijos lleva, Veuded mi buey. A Olavia y á Claridea.
Y en los hijos la vida,
Salgo furiosa de la oculta cueva , FELICIO. BELARDO.
Y voy al agua adonde ¿Cuál? Padre , ¿veis este vestido?
Entre la tierra y mar me los esconde. BELARDO. FELICIO.
Dias há que camino El bayo. Pues bien.
Por este monte en busca tuya , ingrato, FELICIO. HUMO.
Con tanto desatino , ¡ Hay tal locura ! ¡ El bavuelo ! Pups asi ha de ser.
Que de ninguna liera me recato; ¿Tal alhaja has de vender
Que no puede haber fiera Para dar á una mujer FELICIO.
Que iguale tu crueldad y tu carrera. Una basquiña y sayuelo? ¿Quiéreste echar á perder?
¡Dónde llevas, tirano, BELARDO. BELARDO.
Esos pedazos de mi sangre y vida , Pues bien , ¿ es el buey persona ? No , padre , ya estoy perdido.
Si ya tu propia mano ¡La comparación es linda! (Lleva a un lado á Fulgencio y la ha
No ha sido de las suvas patrícida, ¿No me sirve mas Lucinda , bla aparte.)
Y en parte los desmiembra, Que cuece , guisa y jabona?
\ cual Medea por la tierra siembra? Pabréisme acaso decir,
¡Oh qué dura venganza! smxNo. Dueña . que Dios os mantenga
¡Oh qué fiereza de hombre nunca vista! Y mas si es porque te ama, Mientras vuestro amante vent,a,
Y mas que la esperanza , Y* tú la tienes amor. Y en después hasta morir.
Por mas que á mis temores se resista, BELARDO. Qué os costó la ropa y saya?
Conoce que no puedo , ¡ SI , que un buey será mejor FDLCEXCIA.
Cobrar el bien de que desierta quedo. Para acostalle en la cama ! Para qué queréis sabello?
Pues ¿qué tarda la muerte, Padre , caminad ; que hoy quiero BELARDO.
Que no acaba una vida tan errada , Comprar sayuelo y faldilla
Pues no hay cosa que acierte, No me va tan poco en ello,
Ni alguna en que no viva lastimada? El mejor que halle en la villa. Cuando sabido lo haya ;
Y ¿en qué tendrá esperanza FELICIO. Porque sabed que me caso,
Quien desea su mal , y aun mal no al- Tú gastas bien tu dinero. Si no lo habéis por enojo,
i Posible es que no pueda, [canza? BELARDO. Y me ha venido en antojo
Ya que el dolor no pueda , el miedo En vuestro tiempo era bien Vestir la novia de raso.
Desta áspera arboleda [grave Vestir las novias de ¡niño. Este buen viejo es mi | adre,
Tanto en mis tuerzas, que mi vida aca- Sabed , padre, que este año Gran hombre de mi desprecio;
¿Quién dice que es flaqueza , [be? Se muda el paño también. Pero sabed que es un necio
Ni fué , nuestra común naturaleza? I»esde el vientre de su madre.
lAyDios! ¡qué gran rindo ! FELICIO. Diz que de paño no exceda,
1 Si fuese alguna fiera rigurosa Pues bien haces si le mudas; Que la seda viste el Rey;
Como la que el vestido Y yo con vender «n buey,
* Sino. Hago uua reina de seda.
LOS EMBUSTES DE CELAÜRO. 1(0
Querría saber de vos SADLNO. SABINO.
A qué os llega saya y ropa. i No lo dudes.
Y'otejuro
FULGENC1A. Que le han llorado bien aquestos ojos. GERARDO.
(,4/>. Mis desdichas van en popa.) FELINO. Dime lo demás.
¿Que te casas? Gerardo es este, el dueño déla hacienda. SARINO.

DELARDO. —Relirate, Sireno, entre estos árboles: Casóse,


Si , par Dios. No nos llame baldíos , como suele. Y vivia mas contento,
SIRENO.
Libre de tantos temores;
FCLGENC1A. Pero como á las espaldas
Vamos; que trae pesadumbre, y creo Del bien siempre el mal se esconde,
¿Sabes qué es el casamiento? Que este paje chismoso le ha traído
BK LAUDO. Algunas travesuras de Lupercio. Y el oro de la fortuna
I n buen dia , cena y baile, Se gasta, y descubre el cobre ,
( Yante Felicio y Sireno.) Comenzó un infame amigo
Y aun me sé que cierto fraile
I'ijo que era sacramento. ESCENA V. A traellos desconformes ;
Pero lo que fuere sea . De manera que á Lupercio
Cuando el hombre tiene amor, GERARDO, SABINO. Le dijo dos mil traiciones.
Nunca escoge lo mejor; La última fué de suerte,
GERARDO.
Que no hay ojos con que vea. Que el triste una triste noche
¿No me dirás la causa que fué origen ! Tomó sus hijos, y fuese
Ya les rogaba yo allá De aquesta desventura?
Que me la diesen á cata. Por lo oculto (leste monte.
SABINO. i Siguióle la triste dama;
.FULGENCIA. Tu dureza. ! Mas no es posible que cobre
Ropa tendrás mas barata', GERARDO. Sus hijos ni su esperanza ,
Y' en fin la tienes acá. Nete piden, Sabino, mis desdichas Ni ellos vuelvan ni ella torne.
DELARDO. Que las resuelvas tanto. Yo, que los iba siguiendo,
¿Cómo? SABINO.
Perdilos junto á la torre
Que esta montaña atalaya ,
FULGENCIA. Pues advierte.. Dando suspiros y voces,
Truécame el vestido GERARDO. Donde creo que ella ha muerto
Por alguno de sayal. Prosigue las obsequias de mi muerte. Por la maldad de aquel hombre,
DEI.ARDO. SABINO. i Y que Lupercio y sus hijos...—
Par Dios , que sois liberal. Después que de aquesta aldea 1 ¿Lloras?
GERARDO.
FULGENCIA. Pasó Lupercio á la corte.
Trocando en galas de hidalgo ¿ No quieres que llore?
Bien se ve en lo que he perdido. Parte, Sabino, olía vez ;
Las abarcas y el ca|>ole ,
RELARDO. Sacó el talle de la funda Llama mi gente y pastores,
Venios conmigo quedito, Masgallardo, airoso y noble Lleva toda aquesta aldea ,
Que os daré ropa y dinero; Que jamás tuvo mancebo Si no quieres que me arroje
Que es este viejo un parlero. De cuantos tiene el Piamonte. Desla peña en este rio,
FULGENCIA. Pusieron en él los ojos Que de mis lágrimas corre :
Muchas damas; pero vióse Ten lástima que estas canas
Vamos. (Ap. Hoy mi dicha imito. El suelo de yerba adornen.
Ya no hay temor que me rinda ; Que el amor es accidente,
Y que es gusto el que se escoge. ¡Ay mis hijos!
Segura podré pasar.) SARINO.
De todas amó á Fulgcnria ,
RELARDO. Que era á su gusto conforme; Quiera el cielo
Pardiobre, que ha de quedar Que parece, á ser posible, Que los halle , y tú los goces. {Vate.)
Hecha una reina Lucinda. Que las almas se conocen. GERARDO.
( Vanse Fulgencio y Belardo.) Mujer hermosa en extremo, ¡Cuan mal lo que del está
Y bien nacida , aunque pobre, Quieren impedir ios hombres!
ESCENA III. Secreta en sus libertades, Como la fortuna es vidrio,
Y' astuta en sus condiciones. Cuando mas luce se rompe.
FELICIO, SfRENO. Desde el dia que Lupercio ¡Ay Lupercio! Ay hijo mió!
Comenzó á decille amores, Piícs te llamo y no respondes,
FELICIO. Nació Lucrecia otra vez, Ni habrá bien que nome falte,
¿Fuese aquel , Sireno? Otra Porcia y Penelope. Ni habrá mal que no me sobre.
SIRENO. Comenzaron á quererse,
Si, Creciendo amor desde entonces, ESCENA VI.
Y se llevó la mujer. Tanto, que en edad de niño
Fué gigante en sus pasiones. FL'LC.ENCIA, en traje de serrana.—
FELICIO. Diez veces dio vuelta Febo , GERARDO.
¡Verá el diablo ! O discurrieron diez soles
SIRENO. Del Aries al Pez, y fueron rm.GEvciA. (Sin ver á Gerardo.)
Es Lucifer. Las lunas diez veces doce, Si á la desdicha valiera.
Mientras preso amor le tiene; Como la que yo he tenido,
FELICIO.
Que dicen que cuando coge, Mudar el traje y vestido
Asi, cuando mozo, fui. Abre una puerta de cera , Para que no conociera ,
Pero temo su salud ; Y cierra cuatro de bronce. ¡Cuan libre della quedara
Que aunque es la dama polida, Nacieron de aqueste trato De la manera que voy,
Asi sola y bien vestida Dos niños como unas flores; Pues apenas de quien soy
Arguye poca virtud. Llámanse Esteban y Enrique: Sola una parte declara !
Permita Dios que se logren. Troqué el vestido... ¡ Ay de mi,
ESCENA IV. Lupercio viendo á los ojos Que hablaba sin ver que habla
Sus hijos y obligaciones , Quien escucharme podia!
GERARDO , SABINO. — Dichos. Ellos dos y dos mil ellas, ¡Jesús! ¡ Cortesano aqui!
Quiere que la deuda cobren, Pero este debe de ser
GERARDO.
('.asóse con gran secreto, El señor de aquesta hacienda.
¿Queme cuentas, Sabino? Y cree que corresponde Aun no sé si hablarle emprenda.
SABINO. Esto á ser noble y cristiano, GERARDO.
Lo que oyes. Y lo contrario seopone. ¿Quién sois, hija?
GERARDO.
GERARDO. FUI. GEN CÍA.
¡Hay tan extraño caso! ¿Que se casó? Una mujer.
106 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
GERARDO. GERARDO. BELARDO.
¿Qué buscáis ? ¡Sucesos extraños! ¡Qué ! yo no tengo temor.
FULGENCIA. ¿Que le serviste? (.l/i. ¿Si habrá por adonde huya?)
Dueño, Señor; FULGENCIA. Dígame , por vida suya,
Que be perdido el que tenia, ¿Pues no? ¿Es ladrón ó salteador?
Quizá porque le servia LUPERCIO.
Con tal cuidado y amor. GERARDO.
Si vivís en esta aldea, Diz que se casó con ella. A ver aqueste vestido.
Servios de mi persona , DELARDO. (Ap.)
FULGENCIA.
Que mi desdicha me abona Merecíaselo ella. El me le quiere quitar.
Para que fiadora sea ; LUPERCIO.
GERARDO.
Que si me desamparáis , ¡Ay triste!
Según mi tristeza es fuerte, ¡Ay hija , que le engañó! BELARDO.
Luego me daré la muerte. Pasan de seis mil ducados No hay que mirar ;
Los que de renta tenia. Que en verdad que está polido.
GERARDO.
Pero contadme, hija mia, Y que para no mentir,
jAy hija! ¿Tan triste estáis? Sucesos tan desdichados. Para una novia se ha hecho;
FULGENCIA. FULGENCIA. Mas viénele un poco estrecho,
No tengo igual en el mundo. De aqui á casa , señor mió, Y llevóle á hacer abrir.
GERARDO. Os diré cuanto ha pasado. LUPERCIO.
Por triste quiero acogeros , GERARDO. ¿Quién te dio , villano, infame,
Por consolarme de veros Basta ; que al cielo han llegado Este vestido ?
Triste en mi dolor profundo. Los suspiros que le envió. BELARDO.
FUI.GENCU. Sin este consuelo os llevo ¡ Ay, Señor!
Luego ¿triste estáis? Por prenda suya también. Piedad.
GERARDO. FULGENCIA. (Ap.) LUPERCIO.
Estoy ¿Que este es padre de mi bien? ¿Qué piedad , traidor,
Perdiendo á gran prisa el seso , ¡Oh cielo , cuánto te debo! Sin que tu sangre derrame?
Del daño de un mal suceso. (Vante.) ¡ Que se ha hecho la mujer
FULGENCIA. A quien desnudaste?
Sin duda á mi centro voy. ESCENA VII. BELARDO.
¿Qué daño os ha sucedido? ¡Ay triste I
GERARDO'.
LUPERCIO. LUPERCIO.
He perdido un hijo honrado , Ásperos montes, de tinieblas llenos Di presto lo que la hiciste.
Por no haberle yo estimado Por resistir al sol con vuestras ramas , BELARDO.
O no haberle merecido. Cuevas de lobos, y leones camas, ¿Debimela de comer ?
Y porque Dios me depare De sierpes, basiliscos y venenos; LUPERCIO.
Lo que perdí , estoy contento Cielo, que con relámpagos y truenos
De ciaros acogimiento. Di presto , ó aquesta espada
Su intrincada maleza desenramas, Te hará otra lengua en el pecho.
fdlg encía. Y por entre estos robles v retamas BELARDO.
El os le traiga y ampare. Quieres herir los infernales senos ; I Ni la desnudé , ni he hecho
¿Es muy pequeño ? Aguas, que despeñadas de la suerte ! Cosa en que fuese agraviada.
GERARDO. Que el llanto mió, vaisporcomposrasos;
LUPERCIO.
Es ya hombre. Que no hay eslió que su yerba queme ;
Si no es este camino de la muerte, Pues ¿cómo hubiste el vestido?
FULGENCIA.
Decidme, ¿dónde van tan tristes pasos? BELARDO.
¿Cómo se pudo perder? Que quien desea morir, la vida teme. Señor, un novillo overo.
GERARDO. Celoso, insufrible y fiero,
Por una mala mujer, ESCENA VIII. Y de mi ganado huido,
Que tiemblo en decir su nombre. La mató en esta sendeja ,
FULGENCIA. DEL ARDO , ton el vestido de Fulgen- Y dos pastores y yo
¿Era en aqueste lugar? eia.— LUPERCIO. Luego al punto que espiró
La llevamos á la igreja ,
GERARDO. Y á mí me cupo del hato
RELARDO.
No , hija ; en la villa fué, Esto que veis.
Adonde yo le embarqué ¿Hase vido igual ventura ? LUPERCIO.
Para perderle en la mar. ¿Que asi me diese un vestido
Tan costoso y tan polido ? ¡ Que un novillo
Que si aqui en aquesta sierra , » La ha muerto!
Adonde yo lo he criado, Todo este mundo es locura.
Lucinda , que sayal viste, BELARDO.
Le hubiera siempre guardado ,
Menos peligros encierra. De aquesta seda se agrada, Entre este tomillo
Y estotra, á seda enseñada, La dio la vuelta del gato ;
FULGENCIA. Y aun en verdad que discierno
Quiere sayal pardo y triste.
¿Cómo, Señor, se llamaba? Esto es ya cosa entendida Distintamente su mal ;
GERARDO. Y averiguado argumento , Que aqui ha de estar la señal
Lupercio. Y es que nadie está contento Por donde la metió el cuerno.
FULGENCIA. Del estado de su vida. . LUPERCIO.
¡ VálameDios! ¡Oh , cuál se le ha de poner Suelta, ¡maldígate Dios! '
GERARDO.
Lucinda, aunque al viejo asombre! Villano , vil , ignorante ,
Hija, ¿conocéisle vos? LUPERCIO. O quítateme de delante ,
(Ap. Quiero pedir á este hombre Porque haré, si me replicas,
FM.GFNCIA.
Si trae algo de comer. ) Lo que Hércules cuando Licas
Si, Señor, con él estaba. De Deyanira su esposa
¡Buen hombre!
GERARDO. La camisa ponzoñosa
¿Cómo? DELARDO. Le trujo y le dio en presente.
FULGENCIA. ¡Válgame el cielo! BELARDO.
Servile diez años ¿Quién sois? Yo me iré tan brevemente ,
4111 en casa de Fulpencia, LUPERCIO. Que su merced no lo vea.
eso I loro en mi conciencia. Soy un peregrino.
¡Ay.ay! No temáis , no hayáis recelo. 1 Verso suelto entre aconsonantados.
LOS EMBUSTES DE CELAURO. 107
(Ap. ¿Que para tan poco sea, Adonde serán comidos Entrada de un pueblo.
Que asi me deje engañar? De algún oso ó tigre fiero,
Que este se me ha de quedar O si aqui me desespero, ESCENA XII.
Con mi vestido? ¡Hay tal cosa! La hambre podrá matados? LUPERCIO, con sosnuos.
¿.Qué hará mi Lucinda hermosa? Mejor será susténtanos
Bañará en agua el jardín, De aquestas silvestres frutas, '' LDPERCIO.
i Rosa, clavel y jazmín Y del agua destas grutas, Reliquias de aquel ángel, que ya pisa
De su rostro celestial. Áspera , fría y salobre, Con su dorada plántalas estrellas,
LUPERCIO.
Pasando esta vida pobre Mirando aqueste llanto con su risa,
¿Hay pena y desdicha igual En penitencia que abone Y los suspiros con que llego á ellas,
Como lo que miro y toco? El haber muerto á Fulgencia, No os espantéis si os traigo tan aprisa ,
Si puede haber penitencia Cubriendo de agua vuestras frentes be-
BELABDO. (Ap.) Que mi delito perdone.
Basta , que este , haciendo el loco, [llas;
Se queda coa el vestido. ESCENA X. Que no guarda mi vida mas la vuestra
En fortuna tan áspera y siniestra.
LUPEBCIO.
DELARDO, FELICIO, SIRENO, OR- Hijos , estas pequeñascaserias
Villano, ¿que no eres ido? SINDO, PINARDO. — LUPERCIO. Fueron de vuestro padre nacimiento.
BELABDO. Aquí gocé de mis primeros dias ,
Esperad ; que voy por gente. (Vase.) BEL ARDO. Libredelmalqueen los presentes siento.
Digo que me le quitó, Todas aquestas huertas eran mias,
ESCENA IX. Y que con él se me va. Y cuanto por aqui refresca el viento,
SIRENO.
Pues hoja sin ser mia no se mueve ,
LUPERCIO. Ni oveja arroyo destos prados bebe.
¿No sabremos dónde está? Mi padre^quiso que á la corte fuese
Trae diez , trae doce, trae veinte, BELARDO. Al apuntar de mi primero bozo,
Trae mil , trae el mundo todo, Entre eslas ramas quedó. Y el cielo quiso que á Fulgencia viese,
Porque ya yo estoy de modo OBSIXDO. La madre vueslraydemi honor destrozo;
Que no tengo qué temer. Eslos espesos castaños Y el amor quiso que á un traidor creyese,
¡Triste ! ¿ Qué habernos de hacer, Un ejército cubrieran. Libre y precipitado como mozo ,
Muerta aquella que solía lupercio. (Ap.) Para perder por tan ligera cosa ,
Ser alma por quien vívia Vosotros vuestra madre, y yo mi esposa.
Este espíritu cansado? Fstos villanos se alteran Llamemos pues, á ver si algún criado
Que aunque es verdad que afrentado Para aumento de mis daños.
Quiero del monis salir De los quecuandoestá mi padre ausente
Di en venirme como loco, Guardan su casa, nosdaun pan prestado
No la he querido tan poco, Con mis hijos al aldea; Ó de limosna en la ocasión presente.
Que aunque me agravia la olvide. Que ellos son causa que sea Cual pródigo á sus puertas he llegado;
¡Oh cielos! venganza pide Hoy mi enemigo el morir;
Que si hijos no tuviera , Pero guardo ganado diferente ;
La muerte de mi Fulgencia: Que sois vosotros mis corderos tiernos,
Por eso dadme paciencia , Que son del alma pedazos, Quejóse s de mis ásperos gobiernos.
O quitadme el sentimiento. 0 los matara en mis brazos,
Toro feroz y sangriento , O entre sus brazos muriera. (Vase.) ¡Ah de casa! Ah gente honrada!
¡Criados de buen señor !
Que mueras corrido en coso, ESCENA XI.
¿Cómo mataste celoso ESCENA XIII.
A quien yo no la di muerte, BELARDO , FELICIO , SIRENO , 0R-
Siendo mi celo mas fuerte , SINDO, PINARDO. FULGENCIA. — Dicnos.
Y el dueño de aquella ofensa?
¡Plega á Dios que en recompensa , PINABDO. fulgencia. (Dentro.)
De tu contrario vencido , ¡Pardiez , Orsindo! si él era ¿Quién está ahi?
Bramando vayas huido Salteador, no andaba á solas. LUPERCIO.
Entre esta ciega espesura ! Va que bandera enarbolas, ¡Qué furor!
¡Plega á Dios que la figura Forme escuadrón tu bandera : Puerta rica al fin , cerrada.
En que eres signo del cielo, No quede mozo ninguno ¡Ah Señora ! ¿Habrá por dicha
Caiga de su esfera al suelo, En San Germán que no venga. Para dos niños y un padre,
Y mil pedazos le haga! FELICIO. Si acaso haber sido madre
¿Qué habrá que me satisfaga , Como desto aviso tenga , Os mueve á ver su desdicha,
Cielos, Fulgencia perdida? No creo que falte alguno. Algún pedazo de pan?
¿Para qué quiero la vida ? Vendrá Peloro, Salido , fdlcencia. (Dentro.)
¿Hay alguno que la quiera? Nemoroso, Alfesibeo ,
¿No"hay un áspid , una líera? ¿Hijos decis?
Felinardo, Rosileo, LUPERCIO.
Mas ¿por qué me desespero? Pállalo, Ergastoy Claricio,
¿No me agravió? Pues ¿qué quiero? Que cada cual por el cuerno Hijos digo t
Qué pretendo? Qué me mata? Derriba al suelo un novillo. De madre muerta.
¿No lué á mis obras ingrata? BELARDO.
fulgencia. (Dentro.)
Pues ¿qué su muerte lamento? ¡ Ay amigo !
Mas ;ay! que sin fundamento Pardiez, que me maravillo
De vuestro engaño y gobierno. ¿Son los que con vos están?
Di crédito á un falso amigo,
Y sin parte y sin testigo Cuando este salteador LUPERCIO.

Quise pronunciar sentencia Tenga tres hombres , es todo. Estos, mi señora, son.
Contra la humilde Fulgencia, ORSINDO. (Sale Fulgencia con un panecillo.)
Porque no pudo agraviarme Pues andemos de ese modo fulgencia.
La que por solo buscarme Todo el monte al rededor ¡Cielos ! ¿Qué es esto que veo?
Perdió la vida y la fama. Hasta que con él topemos. LUPERCIO.
Parece que aquesta rama BELARDO.
Con sus brazos me convida ¡Ay Dios! ¿Si es de mi deseo
Orsindo ha dicho muy bien. Esta sombra ó ilusión?
Aquemequile la vida ¿Viene Pinardo?
Arrojando un lazo en ella. Esta ¿no es Fulgencia? ¡ cielos!
P1NARD0.
Perdi mi Fulgencia bella, ¿Cómo en casa de mi padre?
También.
Perdi juntamente el alma. Seguidme todos. fulgencia.
Pero ¿qué Vitoria y palma ORSINDO. ¡Hijos de mi alma!
Saco deste mal consejo, LOS NIÑOS.
Si mis tristes hijos dejo Sí haremos.
(Yante.) ¡Madre!
En esta cueva escondidos,
103 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA (.ARPIO.
FCtGZXCIA. ESCENA XV. Que tu noble- y casto pecho
Suelta , traidor. Me ha robado el corazón.
I.UPERCIO.
GERARDO. — FULGENCIA, sis hijos. Tú has de mandar esta hacienda;
Tus hijos la heredarán.
Soltarélos; GERARDO.
Y cree que me ha pesado FULGENCIA. (Ap.)
Que sea tu vida cierta , ¿Que un perdido hallar no pueda No dice mal ; que aquí están.
Aunque creyéndote muerta Quien guarda tanto ganado?
GERARDO.
Mil Ligrimas he llorado. ¡A y larga desdicha mia !
Terencia, ¿qué haces aquí? Tú serás mi amada prenda.
Muerta tú , pensó mi honra Voy agora á ver si hay nueva
Estar soberbia y altiva ; FULGENCIA.
De aquel perdido; tú en tanto
Pero aqui , viéndote viva , A dar este pan salí Guarda este secreto cuanto,
Vuelve á vivir mi deshonra. A un pobre que lo pedia. Terencia , á mi honor se deba ;
Y pues con haberte visto CERARDO. Que tú te verás señora
Vnelvoá ver mi deshonor, ¿Quién son estos niños? Destacasa. (Vate.)
Vanamente con mi amor FULGENCIA.
A liís maldades resisto. FULGENCIA.
Son Dios te guarde.
¿Tú con mi padre? Tú aqui?
i'ú viva? Tú labradora? Sus hijos, que aquí ha dejado
Por no caminar cargado. ESCENA XVI.
Tú en mi casa? Tú señora?
Tú darme limosna á mí? GERARDO. FULGENCIA y sus hijos.
;,Qué puede querer tu pecho ¡Qué Benjamín y Absalon !
Que agora á tu gusto cuadre, FULGENCIA.
FULGENCIA.
Sino deshonrar al padre, ¡Hay mas fortunas que aguarde!
Como al hijo, infame , has hecho? Son bonitos.
GERARDO. Mas ¿de qué me quejo agora?
Algún Sinon de su casa Que antes me ha venido bien
A ella trajo esta joya. Como un oro. Para hacer un nuevo engaño;
Como el caballo de' Troya, FULGENCIA. Que me ha enseñado mi daño
Qué ya la enciende y abrasa, A esta traza eran tus nietos. A hacer engaños también.
l'ues tus hijos, bien ha sido GERARDO. Yo quiero decir que sí
Dártelos , para que sean A este viejo en lo que intenta ;
Los soldados que pelean, Si ellos eran tan perfetos,
Mayores pérdidas lloro. Que ya se me representa
Y de tu vientre han salido. Que engaño á Lupercio ansí ;
Da ese pan á esas arpias, ¿A qué va el padre á la corte? Que como en torno de casa .
Que bien será de dolor ; FULGENCIA. Por' sus hijos ha de andar,
l'odrán pelear mejor, A ver sí un deudo que tiene Oirá á todos publicar
Que há que no comen . tres dias; Le socorre. Cómo su padre se casa;
Que yo me vuelvo, y quisiera GERARDO. Y sabiendo que es conmigo,
Haber hallado la muerte A tiempo viene, Ha de entrar por estas puertas ,
Primero que hablarte y verte. Que mas que el deudo le importe. Donde las del alma abiertas
FULGENCIA. Avísame,}' le daré, Acojan su dulce amigo.
¡Mi bien ! Por eslos niños no mas, Vamos para que lo emprenda,
I.UPERCIO. Cincuenta escudos. Hijos , y tened consuelo ;
Suelta. FULGENCIA.
Que yadice vuestro abuelo
Que habéis de heredar su hacienda.
FULGENCIA. Harás
Espera , espera, Como quien eres , á fe ; (Vanse.)
(Vate Lupercio apresuradamente.) Que es nombre que lia sido rico;
Y de un traidor confiado,
Se va triste y desterrado: Bosque.
ESCENA XIV. Yo por él le lo suplico. ESCENA XVII.
FULGENCIA y sus hijos. GERARDO.
Mayores cosas , Terencia, SIRENO, FELICIO, PINARDO, eonCE-
FULGENCIA. Son las que me has de pedir. LAL'RO, herido, ayudándole á an
¿Hay entre los fieros scitas , FULGENCIA. dar, t BELARDO, con la espada.
Caribes ó lotofagos , Y yo os tengo de servir
Ni en los abarimos lagos FELICIO.
De hoy mas con mas diligencia.
Crueldades mas inauditas? Andad, amigo.
GERARDO.
Hay hombre que quiera mas CE LAURO.
Ni que se parezca menos? Hija , si no pareciere , No puedo ;
Dime , cifra de venenos , Lupercio , quiero casarme, Que es esta herida mortal ,
¿Dónde huyes? Dónde vas? Porque no venga á heredarme Y la causa de mi mal
Pero vete donde quieras , Alguno que mal me quiere. La que me da mayor miedo.
Cazador acobardado , Y si tengo de escoger, Tengo á Dios muy ofendido;
Pues mis hijos he cobrado , Yo no he menester dinero ; Y asi , para el mal que siento
Como tigre en tus riberas. Mi gusto , Terencia , quiero, Os tomo por instrumento.
Anda, aborrece á diligencia, Y tu has de ser mi mujer.
BELARDO.
Si te ha cansado su trato ; FULGEXCIA.
Dad acá luego el vestido.
Que yo te prometo , ingrato , Besóos, mi señor, las manos
Que vuelvas á la querencia. Por tan singular favor; CELAURO.
Huye, y déjame con ellos; Pero fáltame valor, ¿Qué vestido?
Que ya sospecho que vas , Y son pensamientos vanos. BELARDO.
Villano, volviendo atrás GERARDO.
El que hoy aquí,
La cabeza para vellos. Terencia , para mis canas Ruin hombre , me habéis tomado.
Anda pues ; que si no sabes Esa virtud y gobierno CELAURO.
Quién son en esta ocasión, Tienen valor casi eterno.
Las llaves del alma son : En este punto he llegado
Tú volverás por las llaves. FULGENCIA. De la ciudad.
Hijos , pues os he cobrado, Damas habrá cortesanas SIRENO.
Duen Lupercio en vos me queda. En quien hagáis elección. ¡Eso si!
GERARDO. Estáis cercano á la muerte,
Terencia , elección he hecho; ¿Y negáis lo que es verdad?
LOS EMBUSTES DE CELAURO. 109
cei.auro- 1 BELARDO. CEiAtno.
Tened, pastores, [«edad Ese ramo No la limpies,
Do mi mal ás¡ ero y fuelle. Quiero qne tu horca sea. Si no quieres bebería , aunque es mas
Mirad (|ue es grande rigor ; [justo
PINARDO.
Acabadme de matar. Que le vengue de mi con ir corriendo
Pardiobre , con ella alinda. Desde mi boca hasta tus pies.
BELARDO. SIRENO. (Lupercio desala á Celauro.)
Luego ¿quereisme negar Y aun poco castigo ha sido. LUPERCIO.
Que no sois el salteador? ¿Qué dices?
11ELARDO.
CELAURO.
A él le mata el vestido, ¿He sido por ventura yo la causa
¿Yo salteador? Y á mí el amor de Lucinda. Úestas heridas por buscarme?
RF.J-ARDO.
( Vanse los villanos.) CELAURO.
El que agora El cielo
Un vestido me lia robado. ESCENA XVIII. Quiere que tenga vida hasta que sepas
CELAURO. Cómo por causa tuya me castiga.
Soy un caballero honrado, CELAUDO, atado. LUPERCIO.
Que en la ciudad vive y mora ;
Que en busca de uua mujer Fábricas de la tierra, polvo, nada, ¡Por causa mia !
Voy por el mundo perdido. Vano, mortal, caduco fundamento, CELAURO.
Esperanzas de viento , que en el viento Escucha atentamente ; _
RELARDO. Paráis al lin, en linde la jornada.
Dad acá luego el vestido. Que quiere Dios que la verdad tecuente.'
Máquina de soberbia levantada Sin saber que era tu esposa
FE1.1CIO. En las alas del loco pensamiento , La desdichada Fulgenci.i ,
Que te engañes puede ser. Razón dormida , ciego entendimiento, En ella puse los ojos,
Mira bien , hijo Delardo, Señora voluntad desenfrenada ; Y el corazón puse en ella.
Síes él quien te lo tomó. ícaro corazón , l'aetonte pecho, Descubrile mis deseos ;
BELARDO.
Que cara á cara al sol miró la suya , Pero su honrada vergüenza
llov nuestro laberinto se ha deshecho. Me arrojó de si mas fácil ,
¡Voto al sol , que me quitó ¡Oh justo Juez! ¿quién mirará la tuya!
Hasta el capotillo pardo! Qué el arco arroja las flechas.
Ya de la muerte llega el paso estrecho. Yo, con la de amor herido,
CELAURO. Piedad, Señor; que no hay adonde huya. Con celos quise vencerla ,
Mira, hermano, que le engañas; Llevándote á hablar la dama,
Que soy caballero noble. ESCENA XIX. Que fué mi hermana Leonela.
BELARDO. Hice que te oyese y viese;
LUPERCIO, sin ver á CELAURO. Pero puse al luego leña ,
¡Oh ! queos cuelguen de ese roble
Para que perdáis las mañas. Volviéndose contra mi
I.UPERCIO. Las mismas armas secretas.
P1NARDO. ¿Quésirvehuirde loque voy siguiendo? Después lingi lo que sabes,
Tú , ¿no sabes bien que es él? ¿Por qué aborrezco lo que mas adoro? Lupercio, deOtavioy de ella;
BELARDO. ¿Qué me finjo contento cuando lloro? Otavio , que de mi hermana
Coriio que vos sois Pinardo. Y ¿por qué sano si me estoy muriendo? Goza , y merece sus prendas.
¿Por qué, si soy culpado, reprehendo? Porque en su vida la vio;
PINAR DO.
Si pobre soy, ¿por qué desprecio el oro, Quédela caria las señas
Pues ¿ qué aguardáis ó qué aguardo? Dusco mi honor, y pierdo mi decoro, Mi hermana me las contaba,
Muestra, Sireno, el cordel. Y si vencido estoy, vencer pretendo? |>ue fué quien durmió con ella.
FKL1CIO. ¿Por quede loquebuseomasme alejo, Cuando vi que te seguia
No le ahorquéis, por vida uña, Y huvo degozarlosi lo toco? [ño? Por estos bosques y peñas,
Sino atalde en esa rama. Y si sé que esmi bien, ¿por qué meenga- Vine tras ella , pensando
BF.I.ARDO. Y si lo tengo ya , ¿por qué lo dejo ? Hacer á Fulgencia fuerza.
Perro , salteador de f:ima , Debe de ser porque el amor es loco, Pero en lo bajo que cubren
Hoy es de tu muerte el dia. Y cansado del bien , procura el daño. Retamas, brezos y adelfas,
Aquí atado quedarás, CELAURO. Me toparon seis villanos ,
Donde lieras ó hambre fiera ¡ Ah caballero! Dijera mejor seis fieras ,
Te acaben. LUPERCIO.
Y pidiéndome un vestido,
SIRENO. ¿Quién se queja? Con cayados y con piedras ,
A no que quiera Llamándome salteador,
CELAURO. Me han puesto desla manera.
Darte el vestido. Un hombre
BF.LARDO. LUPERCIO.
Casi en el mortal tránsito.
No hay mas. LUPERCIO.
¡Ay de mí triste! Celauro,
¡Voto á mi vida , Sireno , ¿Que es posible que lú seas
¡Oh qué lástima! La causa desta desdicha
Que le ba de comer un lobo! ¡Válgame Dios ! ¿ qué es esto?
(Maule á un árbol.) Y la ocasión de las nuestras?
CELAURO. ¿Que tú me hiciste el engaño
PINARDO. ¡ Cielo santo! Que tanta pena me cuesta ?
Aqui pagaréis el robo , ¿Es Lupercio? CELAURO.
Salteador de engaños lleno. LUPERCIO.
FELICIO,
Yo soy, Lupercio piadoso;
¿Es Celauro? , Y asi , mi maldad te ruega
Harto mejor os seria CELAURO. Desnudes aquesa espada
Decir adonde tenéis Soy el mismo. Y me atravieses con ella ,
El vestido. LDPBRCtO. Pava que , muerto á tus manos ,
BELARDO.
Abrázame, querido heTmano mió, Tú mismo vengues tu ofensa.
Aqui estaréis, Y dime la ocasión de tu desdicha. LUPERCIO.
Ladrón.
CELAURO. CELAURO. Celauro, yo no soy hombre
¡Ay desdicha mia! Desvíate de mí. De los que en muertos se vengan,
SIRENO.
LUPERCIO. Sino délos que perdonan
¿Porqué, Celauro? A quien su maldad condesa.
Vamonos luego al aldea, Tú has causado mi deshonra ;
V contémoslo á nueso amo. ¿Qué tienes tú para que yomeaparle?
Aguarda, amigo, y con aqueste lienzo Y yo tu muerte , aunque fuera
FELICIO.
Te limpiaré la sangre. Mejor excusarla , causo.
Camina pues.
no COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CABPIO.
celauro.
¿Tú m! muerte? ¡ Oh gloria inmensa! ESCENA XXI. LEONELA.
¿Cómo, Señor? Cómo, amigo? FULGENCIA.—Dichos. ¡ Ah mi Fulgencia !
Para que salga contenta FULGENCIA. r(0
El alma que le ha ofendido FULGENCIA. (Ap.) Dejadme, perros ; que Lupercioes muer-
En ver que á tus manos muera. ¡Con qué extraños pensamientos Furia soy , ya no soy Fulgencia ; afuera.
LUPERCfO. Este engaño se acomoda!
GERARDO.
Ese vestido, Celauro, LEO.NELA. ¡Hija de mis entrañas! no te mates.
Fué de la triste Fulgencia, ¿Es la novia ?
Que le llevaba á la villa FULGENCIA.
Un villano de la aldea. ESCENA XXIV.
Soy, Señora,
Quítesele yo, pensando Vuestra esclava.
Consolarme con sus prendas , SABINO. —Dichos.
Y él ha juntado esta gente, OTAVIO.
¡Gran presencia! SABINO.
Hijos de este monte v sierra,
Que teniéndote por mi, LEONELA.
Albricias, mi señor.
Te han dado muerte. ¡Fulgencia , amiga Fulgencia ! GERARDO.

CELAURO. fulgencia. (Ap. á Leonela.) ; Oh mi Sabino!


Yo era , Calla, mí Leonela , agora, ¿Qué albricias puede haber , Lupercio
Lupercio, el que merecía Y advierte al oído... sabino. [muerto?
La muerte que ya se acerca ; Lupercio vive, y viene á toda prisa
LEONELA.
Y pues lo permite Dios, A remediar la culpa que cometes
Llévame adonde merezca Di. En que con su mujer quieres casarte.
Decirle esta culpa y otras. OTAVIO.
GERARDO.
LUPERCIO.
A fe que es la novia hermosa. ¡Lupercio vive !
Vén , que mis hombros te llevan. GERARDO.
FULGENCIA.
Dios sabe con qué piedad Sentaos , mi querida esposa,
Soy de tu dj£dicha Eneas. ¡AyDios!
Y sentaos vos junto á mí.
SABINO.
CELAURO. {Siéntanse.) Lupercio vive;
Eres noble; aun no conoces
La carga infame que llevas. Que el herido es Celauro, y le han cura-
ESCENA XXII. Y no son las heridas de peligro. [do,
(Vanse.)
PINARDO. — Dichos. LEONELA.
¡ Celauro herido ! ¡Ay triste! que es mi
Sala en casa de Gerardo. PINARDO. sabino. [hermano.
Par Dios, nuesamo, que me pesa mucho No tengáis pena; que no son heridas
ESCENA XX. De traeros acá tan tristes nuevas, De peligro, cual digo.
Y en día de tan alto regocijo.
LEONELA, OTAVIO, de camino, OTAVIO.
GERARDO.
y GERARDO. A verle vamos.
¿Qué nuevas dices? SABINO.
GERARDO. PINARDO. Esperad ; que traerle á casa quieren.
De que honréis aquesta casa Que Lupercio es muerto
Estoy contento en extremo. A manos de unos fieros labradores , ESCENA XXV.
OTAVIO.
Que por salteador en este monte
Le mataron con palos y con piedras, LUPERCIO , desatinado. — Dichos.
Antes enojarla temo Y un hombre hasta el lugar le trujo en
Viendo lo que en ella pasa;
Que me han dicho que os casáis, Gerardo. [hombros. LUPERCIO.
Y estará ocupada toda. ¡Misero yo! ¿ qué escucho? Si no fueras, padre ingrato,
fulgencia. Mi padre, en esta ocasión
GERARDO.
Tomara satisfacion
Antes la casa y la boda ,, ¡Oh triste nueva ! De la maldad de tu trato.
En esta ocasión honráis; Afuera fingimientos y disfraces, ¿En qué ley cristiana ó mora
Porque según es secreta , Afuera enredos. ¡ Ay de ti , Fulgencia! Se usa que pueda ser
Hacer padrinos quería Fulgencia soy, Lupercio fué mi esposo; Casarte con mi mujer,
A los que en mi casería MuertoLupercio, ya Fulgencia esmuer- Como lo intentas ahora?
Está mi hacienda sujeta, Gerardo, ingrato padrede mi gloria, [ta.
Que son dos viejos honrados; GERARDO.
Esos niñosque ves son nietostuvos;
Pero, pues habéis venido , Mira por ellos, sírveles de padre ¡Hijo mió!
Seréis padrinos , que ha sido Mas noble que lo has sido de Lupercio, FULGENCIA.
Ventura de mis cuidados. En tanto que el cuchillo deste estuche I Esposo amado!
Y pues solo vais á ver Pasa este pecho y abre puerta al alma. LUPERCIO.
De vuestra hacienda el agravio GERARDO.
O el aumento, amigo Otavio, Desvia, falsa, engañosa.
Con vuestra hermosa mujer Tenelda, amigos. Gentede mi hacienda, FULGENCIA.
Deteneos aqui dos días. Salid todos aqui , tenelda todos.
Fué esta boda fabulosa
OTAVIO. Para darte algún cuidado.
ESCENA XXIII. Tu padre con ignorancia,
¿Qué dices, Leonela?
Y yo por traerte aquí ,
LEONELA. Pastores. — Dichos. Lo habernos trazado así ;
- Digo Que no hay cosa de importancia.
Que obedecer tal amigo GERARDO.
Son honras vuestras y mias. Hija , ya que me falta mi Lupercio, GERARDO.
Apadrinemos su boda. No pierda yo tu aiegre compañía. Desla manera ¿yo soy
GERARDO. Serás mi hija , herederas mi hacienda ; El engañado?
¡Hola ! sacadnos asientos. Tus hijos son mis nietos. FULGENCIA.
OTAVIO. Es forzoso.
¡ Hay desdicha GERARDO.
Que con esta , Leonela , se compare ! Pues quiero ser el quejoso ;
¡Ah señora Fulgencia! Que al fin de los dos lo estoy.
LOS EMBUSTES DE CELAURO.
FrLCFTOA. LEONELA. GERARDO.
No harás ; que los dos aquí Estoy, Lupercio , sin mi. Desde agora los señalo
Nos echamos á lus pies
Para que perdón nos des. ESCENA XXVI. Mil ducados de alimentos,
Y á vos por los fingimientos,
GERARDO. FELICfO, con los dos niños. — Dichos. Dos mil , sin algún regalo.
¡A un viejo engañar ansi! felicio. Doy quinientos á Sabino
LUPERCIO. Los niños están aquí. Con mi criada Armelinda.
Ea, Señor ; que aquí es justo LUPERCIO. FELICIO.
Adviertas si justo ha sido ¡Oh , mi Enrique! dadme un beso. ¿Y á Belardo con Lucinda?
Que haya á Fulgencia querido. GERARDO.
GERARDO. GERARDO.
Suelta ; que estos ya no son De la boda el pan y el vino;
Hoy alabo tu buen gusto. Tus hijos. Que hoy es dia en que restauro
Tu discutí a y mi perdón ' LUPERCIO. Mis hijos.
Llegan juntos, y las nuevas ¿Pues cuyos?
lie tu vida. CERARDO. FULGENCIA.
lupercio. (A Leonela.) Míos, Todos te alaban.
Que me debas Porque no aprendan tus bríos. LUPERCIO.
La de tu hemiario es razón. LUPERCIO. Aquí, Senado, se acaban
Yo le contare el suceso. Echales tu bendición. Los embustes iie Celauro.

.v.vV-'- " "•„}■


- '
.';V
V .A i ■ ■
LOS LOCOS DE VALENCIA,
COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,

DIRIGIDA AL MAESTRO SIMÓN XABELO.

Pregunta Aristóteles , doctísimo maestro, la causa por qué los hombres desean mas parecer
buenos , que serlo y no lo parecer, y responde él mismo que porque solus homo honoris est par-
ticeps , lo que también dijo en los Tópicos ; de que nace que cualquiera lo apetece ; pero la natu
raleza huye el trabajo. Virlutes autem non nisi labore conseqvimur. Y á este propósito trae Marco
Antonio Zimara las palabras del mismo filósofo en el primero de los Elencos : que la naturaleza
de los sofistas es desear mas parecer sabios, que serlo y no lo parecer. Notablemente cuadra con
algunos arrogantes desta edad este problema, que con ingenios bárbaros, cortos estudios ó
ningunos, quieren adquirir la opinión que no merecen; y pareciéndoles que los otros la consi
guen, escurecen sus vigilias con sus desprecios. ¡Terrible razón de estado de la envidia, pensar
que matando la opinión de los otros con improperios, suceden ellos en el mayorazgo de la fama,
que no se adquiere con violencia, detracción y envidia, sino con méritos , obras y trabajos , á quien
llamó Stobeo padres de la buena fama! Fué opinión de San Gregorio, que no era perfecto en sus
obras á quien contradecía la malicia de su lengua : Nec in sermone laudabüis qui hoc quod loquitur
opere non ostendit. Mas ; quién persuadirá á la calumnia , hará paces con la envidia , y humillará la
arrogancia? Cuando Platón dijo que el hombre recibe gloria de lo que sabe, sintió laque natu-'
raímente reconoce en sí y se sigue al virtuoso estudio, y esta jamás excedió las justas márgenes
de la humildad, fundamento de la mas alta sabiduría. Ya vuesamerced, por lo que ha vivido en
España y su corte , habrá conocido y visto lo que digo , y asimismo en muchos sabios y doctos de
sear mas serlo que parecerlo, si bien no huyendo el premio á sus desvelos , méritos y trabajos; y
otros , cuya ignorancia le quiere á pesar de la razón y del conocimiento ajeno, por quien dijo el
poeta toledano :
Si estuvieran contentos de si mismos,
No murmuraran del ingenio ajeno.
Verdaderamente halló üiógenes bien la semejanza destos hombres en las armas lustrosas y do
radas, pues non similia sunt interiora exterioribus. Si,el ánimo es cobarde y la arrogante aparien
cia cubre la interior ignorancia, señor maestro, creamos que son locos; y á este propósito lea
vuesamerced esta comedia, que tiene el mismo título, y sale á luz á la sombra de su clarísimo nom
bre , que en tan tiernos años solicita la espectacion de tan insignes frutos. Mas no la mire con los
ojos del arte que á las antiguas, griegas y latinas, terencianas ó aristofánicas , en cuyas lenguas
es tan docto como nos muestran sus escritos ; de quien raerá justo que yo hiciera aquí grandes
elogios; pero basta el de nuestro amigo :
Honrad , musas , á Simón ,
Que ha peregrinado á España
Como á Sicilia Platón ;
sino con la benignidad que ha mostrado siempre , honrando y defendiendo mis escritos de la
calumnia de algunos que, después de imitallos, los condenan, y cuyas objeciones no sirven mas
que de mostrar sus ánimos; porque necesse est (por opinión del filósofo) alteram partem contra-
dictionis esse veram.
Capellán de vuesamerced,
Lope de Vega Carpió.
L-i. 8
LOS LOCOS DE VALENCIA.
PERSONAS.
FLORIANO. RELARDO.
VALERIO. GERARDO. TOMÁS. CALANDRIO.
REINERO. VERINO. MARTIN. MORDACHO.
ERfFILA. LEONATO. LIIIKRTO locos y locas.
FEDRA. PISANO. LAIDA. Gente.

La escena es en Valencia.

FLORIANO. A imaginar el mal que le declara.


ACTO PRIMERO. Estadme atento. Hecho es en fin; no hay mas, no hay mas
Para poder mejor asegurarme [que os "diga.
De las contrarias' armas y violencia Industria vence al enemigo fuerte,
Arboleda a la entrada de Valencia, inmediata Que sin número salen á buscarme , Porque es de los peligros grande amiga.
al hospital de locos. Haciendo á la hambre infame resisten- Mas ¿cómo ó sobre qué le distes muerte?
Desde que á pié salí de Zaragoza [cia, FLORIANO.
ESCENA PRIMERA. Hasta que vi los muros de Valencia , Mátele en una calle de una dama.
Sin ver poblado mas que alguna choza, Donde le trajo mi contraria suerte.
VALERIO, FLORIANO. Donde cualque pastor partió conmigo
El negro pan que en soledades goza , VALERIO.
FLORIANO. Vengo como me veis, Valerio amigo; La mas parte de sangre que derrama
Acabo de llegar en este ponto. Que aun no tuve lugar de ver mi casa. El hierro que aliló nuestra malicia ,
VALERIO. VALERIO.
Causa, tirano amor, tu ardiente llama.
Por Dios , que estov de veros, Florlano, Solo quiero saber vuestro enemigo. FLORIANO,
Mas que vuestro color, muertoy difunto. ¿Quién es este hombre muerto? Con dos hombres, en forma de justicia,
FLORIANO. FLORIANO.
Arrodelados bien , quiso matarme
¡Ah buen Valerio! dadme aquesa mano. Si alguien pasa, Con muestras de tiránica codicia.
En vos está mi vida. Podráme suceder... Yo entonces, por poder mejor librarme,
En una calle angosta retíreme,
VALERIO. Y allí como un león vino á busearma
¿ De qué suerte? Mas como aquel que ya morir no teme,
FLORIANO. FLORIANO. Cruzando las espadas en estrecho ,
; Oh amigo en amistad , en sangre her- Nosé, por Dios. Tirándole un revés, arrodeléme ,
Vo he dado... [mano! VALERIO. Y en ese mismo ser, caminó al pecho
VALERIO. i Ah voluntad escasa! Con tal destreza entre el broquel y el
O no os fiáis de mí como primero, Que allí cayó difunto. [ brazo,
Hablad.
O hacéis hurla de mi. • VALERIO.
FLORIANO.
FLORIANO. ¡Extraño hecho!
Yo he dado... Ya me declaro. FLORIANO.
VALERIO. Sabed que he muerto al principe Reine- Presumo que la espada hasta el recazo
Decid. valerio. [ro- Pudiera entrar , segura de la suya ,
FLORIANO. Que por el hombro me pasó un pedazo.
Muerte. ¡Jesús! ¡Qué mal suceso!
FLORIANO.
Iluinie . porque es bien que luego huya
VALERIO.
El que ha salido bien de un mal suceso;
¿A quién? Extraño y raro. Aunque en contrario deslo el duelo ar-
FLORIANO. ¡Matar un caballero humilde y pobre [guya.
¿Óyenos alguien? Un sucesor de un reino ! Vi que era él en que lloró mi exceso ,
VALERIO. VALERIO. Diciendo: «¡Ay hombre triste ! ¿á quién
Nadie. El daño es claro, [has muerto?
Porque por mas industria que nos so- Mas no eres tú, sino mi poco seso.
FLORIANO. Un enemigo poderoso, es fuerza [bre, Yo soy el desdichado Reí... • Y es cierto
A un hombre, Que al lin del mundo á su enemigo co- Que entonces desmayé de tal manera.
Que por mi mal... FLORIANO. [Ore- Que mas que el Rei... estaba helado y
VALERIO. [yerto.
Si me desmaya el alma que meesfuerza,
Decildo; ¿qué os divierte? Quees solo vuestro amor, á quien acudo, Salí por una encrucijada afuera ,
floriano. rDre En mi garganta un vil cordel se tuerza. Puse en la vaina la mellada espada ,
Guando me veo de favor desnudo , Llena de sangre.queaunaquí me altera,
No os espantéis , Valerio, que me asom- Y antes que el alba amaneciese helada,
Del mas pequeño murmurar del viento. Y despreciar algunos por el vuestro,
¡ Me respondéis ansi ! Caminadas tenia nueve leguas:
VALERIO. rbre
VALERIO.
Tanto pica al temor la muerte airada.
iQuién es? Acabad vr, decidme el noni- Vuestro bien dudo. VALERIO.
FLORIANO. No porque rompa el lazo estrecho nues Si fueran por el golfo de las Yeguas,
Vendráme tanta gente en seguimiento, tro O por el extendido de Narbona ,
Que es justo de mi mismo recelarme. (Que ¡ojalá que mi sangre os libertara, Con el contrario me obligara á treguas;
VALERIO.
Que agora hierve en el lugar siniestro!) Mas no sé dónde esté vuestra persona
Mas porque el alma ve al temor la cara Segura de enemigos. ¿Quien podría
Mas muerto estáis que el muerto. Tan amarilla y fea, que la obliga Sacaros á la mas ardiente zona?
LOS LOCOS DE VALENCIA. 115
¡Mal haya la destreza y valentía !
¡Mal haya aquel valor y confianza ESCENA III. ERÍFILA.
¿Estás loco?
Que os puso tanta sangre y hidalguía! ERÍFILA, LEONATO. LEONATO.
No sé qué hiciera mas el gran Carranza,
A quien las armas en España deben Estuve loco ;
ERÍFILA. Mas no lo pude excusar.
Cuanta mayor destreza el arte alcanza. Él es un bello lugar.
Mil cosas efespíritu me mueven, ERÍFILA.
Mil imaginaciones que fabrico LEONATO. ¿Qué tiene aqueso que ver
A remediaros mi flaqueza atreven, [co... Yo no le he visto mejor. Con decir que por amarte
Que os quiero yo esconder, aunque soy ri- ERÍFILA. Estoy loca?¿Es agraviarte,
riojiuedo contra un rey aseguraros. Ventura habernos tenido . Por quererle, enloquecer?
—Todo es remedio vano cuanto aplico. En haber llegado á él. LEONATO.
—Pero escuchad ; que á veces son mas ¿Qué hará mi padre cruel? Yo entiendo tu corazón.
[raros
Los primeros conceptos de la idea. LEONATO. ERÍFILA.
¿Sabréis haceros loco y disfrazaros? Loque un hidalgo ofendido. ¿Quién mejor le entenderá
FLORIANO.
Huirá de verse en la plaza, Que el mismo que en él está
Por tener ai vulgo miedo, Por amor y por razón?
Y ¿qué me importa cuando loco sea ? Que señala con el dedo, A la fe, Leonato amigo,
VALERIO. Y con la lengua amenaza. Que esta ocasión es buscarme
Oid; que habéis de haceros tan furioso, Llamaiáte hija infame , Alguna para dejarme.
?ue todo el mundo por furioso os crea, Y á mi criado traidor. LEONATO.
iene Valencia un hospital famoso, ERÍFILA. Declárate mas conmigo.
Adonde los frenélicos se curan Loca , si sabe de amor , No te canses de mi ofensa ,
Con gran limpieza y celo cuidadoso.
Si aqui vuestros peligros se aventuran, Te aseguro que me llame. Si hav mas agravios que agualde:
Tras hombre bajo y cobarde ,
Y os encerráis en una cárcel deslas, LEONATO.
Piensa mas que digas , piensa.
Creed que de la muerte os aseguran; Confieso que fué locura
Que ¿quién ha de pensar que estáis en Querer á tu desigual ; Levántame que te dejo
De miedo del aire mismo.
[estas, Pero no me trates mal
Ni viéndoos preso, sucio y mal tratado, Ni agravies á mi ventura; ERÍFILA.
Con tanta paja y desventura á cuestas, Que el amor, que puso en mt ¿Qué furia del mismo abismo
Creer que sois un hombre tan honrado? Lo que ha podido agradarte, Te ha dado tan mal consejo?
FLORIANO.
Hace que pueda igualarte, ¿En qué , cómo ó para que
¡Oh cómo decis bien ! Solo eso puede* Porque ya no soy quien fui. Esas bajezas me dices?
Un hombre redemir tan desdichado. ERÍFILA.
¿ Cómo á mis ojos desdices
Las verdades de mi fe?
Pues dadme que una vez furiosoquede, Ese agravio , mi Leonalo, No pienso que hablas conmigo,
Que yo lo haré de suerte que os espante, Mió fuera , que un tuyo. O que por otra me tienes.
Si el fingimiento á la verdad excede. LEONATO.
LEONATO.
VALERIO. De tus palabras le arguyo.
Para fingir os basta ser amante. Esos ya no son desdenes ,
ERÍFILA. Sino desgracia y castigo.
¿Tan mal con ellas te trato? Habíame , Erifila , bien ;
ESCENA II. Que no estoy fuera de mí.
LEONATO.
ERÍFILA, con capotillo y sombrero; Tan mal, que muestras en ellas ERIFILA.

LEONATO, con botas.— Dichos. Que vienes arrepentida. ¿Yo digo tal ?
LEONATO.
ERÍFILA.
LEONATO. Sí.
Dejas el alma y la vida , ERÍFILA.
Esta , Erifila , es Valencia ; ¡Y formas agravio dellas!
La puerta es esta de Cuarte ; Si estas dos cosas te di ¿Yo?
Aquí dio Venus y Marte Cuando á mis padres dejé, LEONATO.
Una divina influencia. Una palabra que hablé Si.
Estos son sus altos muros, ¿Para qué te ofende ansí? ERÍFILA.
Y aqueste el Turia , que al mar Cuanto mas que ser locura Levántame eso también.
Le paga en agua de azar No ofende lo que tú vales. LEONATO.
Tributo en cristales puros.
Aquel es el sacro Seo , LEONATO. Bien parece, desleal,
Y este el alto Micalete. Amor entre desiguales Que por hombre me has tenido
Poco vale y menos dura. vil y bajo, que no ha sido
ERÍFILA.
Yo sé muy bien que el recato A tus méritos igual.
Ella es tal cual la promete Que muestras en mi contento Pues á tenerme el amor
Su grande fama al deseo. Es puro arrepentimiento. Con que al fin me has engañado,
¡Qué fértil! Nunca me hubieras negado
LEONATO. ERÍFILA.
Lo que tú llamas honor;
Por grande extremo. ¿ Yo arrepentida , Leonato? Pues ni lágrimas ni ruegos,
flouiano. (A Valerio.) ¿Eres menos de lo que eras Desiertos, ni soledades,
¿Es gente de fuera? Cuando yo el alma te di ? Para huir dificultades
¿ No eres mi criado? Te tienen los ojos ciegos,
VALERIO.
LEONATO. Porque á fe que si me amaras
Si; Como lo sabes fingir,
Apartémonos de aqui. Sí.
Que no supieras decir
ERÍFILA.
FLORIANO. En las cosas que reliaras.
Que no me conozcan temo. Pues ¿qué agravios consideras? ERÍFILA.
¿Encanásteme tú acaso
VALERIO.
Fingiendo lo que no fuiste? ¿No sabes que eso ha nacido
Al gue es administrador Todo lo vi. De solo ser yo quien soy ,
Podremos ir á buscar. Y que esta disculpa doy
LEONATO.
(Yante Floriano y Valerio.) Mientras no eres mi marido?
Bien lo viste; Lo que me has de agradecer,
Mas no el desprecio que paso. ¿ Eso me quieres culpar?
No tienes por qué negar ¿Qué mas te puedo yo dar
Que no me tienes en poco. Que palabra de mujer ?
tía COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Pues cuando á serlo viniera ERÍFILA. ERÍFILA.
Después de darte osle gusto , Pues vende aquestas manillas. ¡Al i entrañas!...
Siempre te diera disgusto LEONATO. LEONATO.
El ver que tan libre fuera ; Todas digo que las quiero. No te alfeñiques.
Que los hombres sois tan buenos,
Que por lo que persuadís , ERÍFILA. ERÍFILA.
En gozándolo , venís ¿Todas? Envaínala.
A tener su dueño en menos. LEONATO. . LEONATO.
Todas. Envainaréla.
LEO NATO.
ERÍFILA. Quédese para quien es. .
Cuando el bien que se pretende jAy amigo!
De tantos méritos pasa , ERÍFILA.
¿Quiéresme acaso dejar? Eso no. Traidor, espeía.
Después de gozado abrasa ,
LEONATO.
Si antes de gozado enciende. LEONATO.
Y el no liarte de mi Creo que te ha de costar Mira que...
No es por aquesa ocasión , Este hablar. ERÍFILA.
Sino ser todo ficción ERÍFILA.
Mi bien , ¡ conmigo ! Ya no me altera.
Cuanto me has dicho hasta aquí. ¿Qué se me da que me des?
Mira si estoy engañado Recalo mió, ¿qué es esto?
En el presente desprecio. Que otro dueño hemos tenido LEONATO'.
Las joyas y yo? Suelta.
ERÍFILA.
ERÍFILA.
Anda ya ; que estás muy necio. LEONATO.
No ha sido ¡ Ab traidor, enemigo!
LEONATO.
Sino tu amor deshonesto. Aguarda.
Bien dijeras desdichado.
Dame las joyas, infame. LEONATO.
ERÍFILA.
ERÍFILA. Que no hay que aguarde.
Pues ¿cómo, si te engañara, ¿Infame? ; Triste de mi ! ( Vate Leonato , y queda Enfila en un
Y Ungido amor tuviera, ¿Ansi te afrentas á Ü , jaboncillo y un manteo.)
Padres y patria perdiera , Marido?
Vida y honra aventurara?
¿No vestueugaño? LEONATO. ESCENA IV.
No me lo llame.
LEONATO. Deque preslo,*6 mataréla. ERÍFILA.
No sé. {Sara la daga.)
Mejor he visto tu engaño. ERÍFILA.
Déjasme al fin, de cobarde,
ERÍFILA. P6r no me llevar contigo.
¡Ay Dios! Sin duda te vas. ¿Qué menos infame hazaña
Venir hasta un reino extraño
Contigo, ¿es falta de fe? LEONATO. l)e un hombre bajo esperé ?
Muéstrelas todas. ¿Fuese el traidor? Ya se fué ;
LEONATO. Su soledad me acompaña.
ERÍFILA.
Ninguna cosa me agrada. ¡Triste de mi ! ¿Qué he de hacer,
Pienso que fué tu venida No hay mas. Sin bien y con tanto daño,
Mas de estar aborrecida Envaínala. Sora y enun reino extraño,
Que de estar enamorada. LEONATO.
Pobre, desnuda y mujer?
Cree que estoy en lo cierto. Envainaréla. ¡Buena el ladrón me dejó!
ERÍFILA.
Déme el sombrero y capote. Pero gran consuelo ha sido
¿Aborrecida , Leonato? ( Váyaselas dando poco ú poco.) Robarme solo el vestido ;
Ese si que es falso trato ERÍFILA. Que el alma no me robó.
Y desamor descubierto. ¿Sombrero y capote, amigo? Que si á mis padres dejé
¡ Yo aborrecida ! ¿ De qué? LEONATO.
Por un vil criado suyo,
Mis padres ¿no me casaban? No fué, amor, efecto tuyo;
No se alborote, la digo. Que á nadie en mi vida amé.
¿Que imposibles lo estorbaban ,
Mas que tu amor y mi fe ? ERÍFILA. Anles fué aborrecimiento
¿Tan malas prendas tenia, ¿Jío quieres que me alborote? De casarme á mi disgusto ,
Que ansí me desconfié? LEONATO.
Porque adonde falla el gusto,
Mira, amores, que agradé Si me replica , daréla. (Saca la daga.) No sobra el entendimiento.
Sin consejo le perdí
Tu alma , que es alma mia.
Deja esa tema en que das , ERÍFILA. Por excusar de matarme ,
Y vuélveme aquesos ojos. Mi bien , ;. castigo tan grave Y á la mar quise arrojarme ,
Si es verdad que los enojos Por una palabra? De donde agora salí.
El amor aumentan mas. LEONATO. La nave dejo perdida ,
LEONATO. Acabe. Y el áncora de esperanza ,
Entre la falsa bonanza
Dejemos amor, y dame ERÍFILA.
De aquel traidor prometida.
Esas joyas que guardaste Envaínala. Desnudo entre mil enojos
Cuando á Kequena pasaste. . LEONATO.
Sin alma el cuerpo salió ,
ERÍFILA. Envainaréla. Con el agua que le dio ,
Llama... ERÍFILA. Para que lloren mis ojos.
LEONATO. Yo vi tu boca de risa , ¿Qué he de hacer? ¡Pobre de mí!
¿Qué quieres que llame? Y vi mi fortuna en popa. Que en pensar adonde estoy,
Mejores que me las des LEONATO. A perder el seso voy,
Antes que entre en la posada. Quítese agora la ropa. Y el dolor me vuelve en mí.
ERÍFILA.
¿Dónde iré? ¿Qué me detengo?
¿Para qué?
ERÍFILA. rio es este pequeño indicio ;
¿La ropa? Mas no perderé el juicio,
LEONATO.
LEONATO. Quebá dias que no le tengo.
Para nonada. Y aun la camisa. Pues ¿qué dirá quien me viere?
Yo te lo diré después. ¡ Ay Dios ! gente suena ya. (Relime.)
ERÍFILA.
ERÍFILA.
Espérate , quitaréla.
¿Hase acabado el dinero? Pero mira...
LEONATO. LEONATO.
¿Para qué puedo pedillas? No repliques. {Saca la daña.)
LOS LOCOS DE VALENCIA. 117
ESCENA V. Están agora templados, ERÍFILA.
Y en casa sirven muv bien, ¿Qué?
VALERIO, PISANO, MARTINtTOMÁS, Piden limosna también , TOMÁS.
tinverú— ERÍFILA. Y saben hacer mandados. Estáte queda.
Tomás.
FISANO. TOMÁS. ERÍFILA.
Pnes él á mi cargo está , Señor. ¿Por qué? *
Yo be de hacer cuanto pudiere. PISANO. TOMÁS.

VALERIO. Ven acá. Quiérele abrazar


Agora será muy presto ERIFILA. (Ap.) ERÍFILA.
Para dalle medicinas. ¿Iréme? ¡Triste! ¿qué haré? Desvíate allá , grosero.
PISANO. PISANO. PISANO.
No son agora tan linas Sois muy buen hijo. Loca es sin falta.
Como cuando esté dispuesto. {Regálale lo cabe: a.) . TOMÁS.
Pero mucho habéis errado TOMÁS. j Llegad.
En no le dejar meter Si á fe ; ERÍFILA.
En la jaula , si ha de ser Mas murió mi padre ya;
Cuerdo el loco aprisionado. i ¿No hav en el mundo piedad ?
Y pues ya no tengo padre, j ¡Ah Señor, ah caballero!
VALERIO. No soy hijo. . Mirad que aquí me han robado
No estando agora furioso , PISANO. Por un extraño suceso.
Como es la luna en contrario, Y vos , Martin , MARTIN.
Ño ba-sido muy necesarjo; ¿Sois hidalgo?
Si lo está , será forzoso. Par Dios , que si h a sido el seso ,
MARTIN. Que harto poco os han dejado.
Y cuanto alegre le veis, Si algún ruin
Si le da maleucolia , ERÍFILA.
No pone falta en mi madre.
Se nos morirá en uu dia. , Tres mil ducados valían
PISANO. Las joyas que me robaron.
PISANO.
Este da en esta hidalguía ;
Desa suerte bien hacéis. PÍSANO.
Que es negocio de su tema.
¿Cómo se llama? Esle es el tema.
MARTIN.
VALERIO. TOMÁS.
¿Sabéis vos si el fuego quema? ¿Y llevaron
Beltran.
PISANO. La joya que pretendían?
PISANO.
Yo juraré que no enfria. erífila.
Y ¿de dónde es?
MARTIN. No , sino el diablo , que os lleve.
VALERIO.
¡Mira si lo jurará, TOMÁS.
De Toledo. Que quemaron á su agüelo ! ¡Hola, hola!
erífila. {Ap.) PISANO. VALERIO.
Si estos me ven , tengo miedo ¡Oh bellaco ! Deso apelo. Poned paz.
Que por loca nie tendrán .
TOMÁS. PISANO.
PISANO. ¡Ox! que apela. ¡Ah, Tomás!
Y ¿qué era su profesión? MARTLN. TOMÁS.
VALERIO. Tarde es ya.
Filosofía estudiaba. VALERIO. MARTIN.
PISANO. ¿Quién es aquella mujer? ¿Sabe aquesta á quien se atreve?
La flecba ¿fué desa aljaba? TOMÁS. ERÍFILA.
VALERIO, Santa Tisbe en el desierto, Péndreme agora á peusallo.
Y de un poco de afición. Que busca á su esposo muerto. MARTIN.
HSANO. erífila. (Ap.) Ténmela luego.
¿Eso anduvo por ahi? Ya me han echado de ver. ERÍFILA,
De suerte que el daño ha sido Quiero dar voces , diciendo ¿A qué fin?
Entre Platón y Cupido. Que me robaron aquí ,
Porque se duelan de mi .TOMÁS.
VALERIO.
Los que me fueren oyendo; Dile que eres san Martin.
Cada cual pudo por si; Porque ansí disculparé MARTIN.
yue el estudio y el amor Esta desnudez villana,
Suelen quitar el juicio. No soy sino su caballo.
Y en la piedad valenciana erífila.
PISANO. Algún remedio hallaré.
Ha de ser aqueste oficio Que no me pesara digo
MARTIN. El santo que dicesfueras;
Templado, y no con rigor ; ¡Hola mujer! ¿tienes padre?
Mas ¡ ay del gran estudiante Que si lo fueras, partieras
¿Fué bien nacido tu agüelo ? Tu media capa conmigo.
Cuando amor le toca el seso !
ERÍFILA. ¿Qué no queréis condoleros
VALERIO. De mi pena y desnudez?
Es de la ciencia el exceso ¡Justicia de Dios del cielo
Y santa María su Madre ! PISANO.
Mas locura en el amante, Antes iréis esta vez
Porque cuanto mas sabia , ¡Robarme un ladrón á mi
Tantas joyas y vestido! Donde ese bien pienso haceros.
Tanto mas sabe penar. Ea, asilda. ¿Qué aguardáis?
PISANO.
PISANO.
ERÍFILA.
No sé si es esto de amar A buen tiempo hemos venido.
¡A mi ! ¿Cómo ó para qué?
Locura ó filosofía. VALERIO.
¿Ves estos dos ? Parece loca. PISANO.
VALERIO. erífila. Ea pues.
ERÍFILA.
Bien los veo. I Ay de mí !
¡Que acabada de llegar. Llegad ; que á fe
PISANO. Que vos llevéis si llegáis.
Tal desgracia me suceda!
Eran grandes estudiantes, TOMÁS.
Y á peligros semejantes TOMÁS.
Los trujo el mismo deseo. 1 ¡A 1 1 mujer! Date á prisión , perra mora.
118 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
erIfila. Ya veo mi seso poco , LAIDA.
¿A prisión ? Pues ¿ soy yo esclava ? Pues que mi alma no toca Con la luna.
HSANO. En que es loca; mas si es loca, Cuando crezca tendrá alguna,
Asilda bien. ¿Que mucho que yo sea loco? Y entonces yo la tendré;
■Anm. Si el amante se trasforma Que va creciendo mi fe
Date, acaba. En lo amado , loco soy, Con el sol de mi fortuna.
Pues á una loca le doy
erIfila. El alma en que está su forma. FEDRA.
¿Asi remediáis quien llora? ¿Habrá caso mas extraño, Locos, en fin, sois los dos,
justa piedad es la fama Si aqui me vengo á perder? El con luna y tú con sol.
De las cosas de Valencia? Quiérela volver á ver; Curaos juntos.
pisano. . Que por ventura es engaño. LAIDA.
Esa piedad y conciencia Volver quiero al hospital, ¡PlegaáDIos!
Agora en vos se derrama. Porque en viéndome afligir, FEDRA.
O no me dejen salir, ¿Qué nación?
ERIFILA.
O allá me curen el mal. {Vase LAIDA.
Pues tras haberme robado ,
¿Quieres ponerme en prisión? Es español.—
Amor, remediadme vos.
PISÍNO.
Patio del hospital. FEDRA. .
Allá diréis el sermón
Del tema que habéis lomado. ¿Cómo español?
ESCENA VII. LAIDA.
ERÍFILA.
ÍNo fuera mejor prender FEDRA, LAIDA. Castellano. •
¡1 ladrón que me robó? FEDRA.'
FEDRA. También lo es el valenciano ;
PISANO.
De manera me porlias, A España tributo doy.
¿No veis la tema en que dio Que al patio en fin he bajado.
Aquesta pobre mujer? LAIDA.
LAIDA. Pues yo toledana soy,
MARTIN.
Ea , camina. . Culparás mis fantasías, Porque es mi amor toledano.
erIfila. Como quien á un loco ha dado
Prendas del cielo , aunque mías. ESCENA VIII.
¡Aydemf! Pues el administrador,
¡Robarme y aprisionarme! Que es tu tio y mi señor, FLORJANO , fingiendo el loco, con sh
(Llévanlu los dos locos en peso. ) Salió ya del hospital, sayo. — Dichas.
PISANO. No te parezca tan mal
Mañana podréis hablarme; Que yo te enseñe mi amor. floriano.
Que me importa el ir aqui. FEDRA. ¡Grillos á mi! ¿por qué ó cómo?
¿Que en fin quieres bien un loco? ¿Sois vos desta casa honrada
VALERIO.
El discreto mayordomo?
Id , Pisano, en hora buena, LAIDA. Seguidme pues, si os agrada ;
Y al buen administrador Amor, Señora, lo es, Veréis qué lágrimas tomo.
Le agradeced el favor Y no es amor si lo es poco. Que conmigo no es bastante
De lo que á Deliran ordena. FEDRA. El veros hacer gigante ,
Y déjatele sin prisión ¿Cosa que por él lo estés? Aunque me veis pastorcillo;
Mieuiras la furia le deja. Que os daré con un ladrillo,
LAIDA.
PISANO.
A vencelle me provoco. Y no turrón de Alicante.
SI haré; pero si se queja, FEDRA.
Jaula ha de haber. FEDRA.
Pues un hombre de hoy venido ¡Ay Laida! huyamos.
VALERIO. LAIDA.
Ya te ha quitado el sentido,
Y es razón. Bien se ve que te falló. Detente;
(Vase Pisano.) LAIDA.
Que con quien le enoja es bravo,
El talle que me engañó Y manso ordinariamente.
ESCENA VI. Bien cuerdo me ha parecido. FLORIANO.
No ha sido de verle hablar Aquí tenéis un esclavo,
VALERIO. La locura que me esfuerza, Cuerdo , humilde y diligente.
¡Muy buen lance echó mi suerte Sino de verle callar. No os alteréis , deteneos ;
En el suceso de hoy , FEDRA.
Que ni entre los indios feos
Pues desta ocasión estoy Ni en Etiopia nací;
Pues ¿cómo el silencio fuerza El amor me trujo aquí
Casi al punto de la muerte ! A querer y desear?
Llevé con temor no poco Por ejemplo de deseos.
Al hospital áFloriano, LAIDA. Soy un hombre que no soy.
Donde dejo un cuerdo sano, ¿No nos mueve una pintura Porque ser no es menester;
Y traigo un enfermo loco. Cuando es de extraña hermosura? Que sin ser, mejor estoy,
Después que vi la mujer Pues asi me mueve á mi. Y ansí, disfrazo mi ser"
Que agora llevan de aquí, A un mármol el alma di. Porque huyendo de ser voy.
O todo el seso perdi , FEDRA. Fui estudiante de desdichas,
O no tengo que perder. Principios son de locura. Y aprendí tantas , que dichas ,
■Jesús! ¡ que gran perfecion! ¡ A un loco mudo y de piedra No hay hombre mas desdichado;*
Bien dicen que es accidente Diste el alma! Aunque aqueste sayo ha dado
Lo que pasa fácilmente LAIDA.
Nuevo principio á mis dichas.
Por la vista al corazón. Quise bien una mujer
El alma di Entre discreta y hermosa.
¿Era mujer lo que vi A una piedra, hermosa Fedra.
O era algún ángel del cielo? Libre y de buen parecer;
FEDRA. Que á no ser ella piadosa,
¿Estoy en mí? Que recelo
Todo estoy fuera de mf. Medrarás , ¡ pobre de ti ! Yo no perdiera mi ser.
¿Por qué la dejé llevar, LAIDA. Daba entrada á toda gente;
Pudiéndolo resistir, Quien sirve á amor poco medra. Pero al mejor pretendiente
O hasta saber inquirir Yo le hice de corona;
FEDRA. Porque era cierta persona ,
Su patria, estado y lugar? ¿Es furioso? Que se la puse eu la frente.
LOS LOCOS DE VALENCIA. 119
FEDRA. FEDBA. Acordaos allá de mi,
¡A; , qué lástima lan grande, Extraños discursos hace. Si algún rato estáis ociosa.
Laida amiga ! Sin duda, Laida, que nace
LAIDA. De su claro entendimiento. ESCENA IX.
|Cómosi es! FLORIANO.
PISANO, TOMÁS, y MARTIN, con ERf-
FLOBIANO. ¿Quereisme dar un conlento
Con que requiescat in pace f FILA, anda. —FLORIANO.
Vuestra majestad me mande
Darme sus divinos pies , FEDRA. ERÍFII.A.
Porque entre los aires ande; ¿Cómo ansí? ¿Por qué me traíais ansí?
Que cierto que es un retrato FLORIANO. PISANO.
De aquel serafin ingrato
Por quien soj loco en Valencia. Dadme esa cinta, Estáte queda , furiosa.
Que de Apuleyo animal, EBÍFILA. i
FEÚRA. Las mismas rosas me pinta ;
¡Qué linda cara y presencia! Quizá será de mi mal • No lo soy ; que ya lo ful.
FLORIANO. La medicina sucinta ; TOMAS.

Mucho el corazón dilato; Será el antidoto solo Ya está en casa la hechicera.


Que á fe que temo por ¿1 , Deste mal , y vos mi Apolo , Pague la patente.
Si desembarcan fragatas , A quien deba mi salud. MARTIN.
Verme cautivo en Argel , FEDRA. Pague.
O en el rio y sin zapatas , ¿Que tendrá tanta virtud? EBÍFILA.
Entre el agua y el cordel. FLORIANO. ¡ Presa á mí desta manera !
Mirad que os digo verdades ; Será mi norte y mi polo.
No me descubráis ninguna. MARTIN.

LAIDA.
LAIDA. No es bien que la ley se estrague.
Mejor es esta encarnada. Pague luego.
Ya temo que del le agrades. FLOBIANO. TOMAS.
FEDHA.
¿Quién en mi mal os desvela , Pague ó muera.
¡Quién fuera , Laida , la luna La bella malmaridada? FLORIANO.
Uestas locas voluntades ! Pido azúcar y canela, ¿Qué gente?
LAIDA. ¡Y daisme paja y cebada ! MARTIN.

¿Luego ya le pagas dellas? LAIDA. Gente de paz.


FEDBA.
Siempre tuve este recelo. TOMÁS.

Solo quisiera crecellas FLORIANO. ¿Quién os mete á vos en eso ?


lin el punto que esta veo. A los recelos decildes EBÍFILA. {Ap.)
Que no levanten el vuelo, Y;i soy de seso incapaz ;
LAIDA.
Porque son alas humildes Que en lugar donde no hay seso
¿Qué vale un loco deseo V Para volar á mi cielo. Es la opinión pertinaz.
FEDBA. FEDRA. Alto; yo quiero ser loca,
Asegura de perdellas. Esta es mejor, porque es verde. Pues ya no hay otro remedio,
LAIDA. (Dale una cinta.) Aunque la causa no es poca,
Celos me dan tus razones. FLORIANO.
Y este furor viva en medio
Del daño que me provoca.
FEDBA. Sí , porque tal esperanza
En ningnu tiempo se pierde. PISANO.
Como estás loca, los tienes. Quédese aquí mientras vengo .
Quiero hacer una mudanza
FLORIANO. Que de la vuestra me acuerde. Y guardaos de hacella mal. (Vase.
Para celosas pasiones, FEDRA.
Ponerse aceite en las sienes ¿Cómo? ¿Del pasado amor? ESCENA X.
Y darse de mojicones;
O si no , sangre caliente FLOBIANO. FLORIANO, ERÍFILA, MARTIN,
De murciégalo en la frente ; De danzar diréis mejor. TOMÁS.
Que si a quitar pelos vale, Entendeldo allá no mas.
También lo que en ella sale LAIDA. FLORIANO. (Ap.)
Con el celoso accidente; Di tú que loca no estás. ¿Qué es lo que á mis ojos tengo?
Y si los celos son cuernos , FEDBA.
Para un rayo celestial
¿Quién hay que dellos se escape? Del sol la vista prevengo.
¡Vive amor, que son eternos , Calla , Laida , que es error. ¡Oh peregrina belleza ,
Por mas que Pan se los lape Estoy me a<| ni entreteniendo, Pobreza de mi ventura,
Con hojas de álamos tiernos! Y porque no se enfurezca, Y de los cielos riqueza ,
Esto del celoso abismo Mil disparates sufriendo. Corona de la hermosura ,
Ya ha pasado por mí mismo : FLORIANO. (Ap.) Bien de la naturaleza !
Oid ; que de cuernos tales Temo que bien me parezca , ¿Estoy conmigo ó sin mi?
Y de celos desiguales Porque sé que á Celia ofendo. TOMAS.
Quiero hacer un silogismo. * Aunque ya, Celia cruel, Pague luego.
Todo hombre que ama es celoso; Pues te pudiste trocar, MARTIN.
Todo celoso los tiene, Podrá mi pecho fiel.
Porque es al temor forzoso, Paga aquí.
Pues de imaginarlos viene ERÍFILA.
Aquel efecto enojdso ; Gente suena, ¿llanmc de hallar ¿Qué he de pagar?
Que de obra 6 pensamiento, Sola aquí , Laida, con él?
TOMÁS.
Es hacer torres de viento LAIDA.
Pensar que nadie se guarda, La patente.
No, Señora ; salte presto.
Si bien hay silla y alharda Subamos al corredor; ERÍFILA.
De menos ó mas tormento; Que no es pensamiento honesto. No la tengo.
Que una cosa es el temer, ( Yaii.ii1 las dos. ) FLOBIANO.
El que tiene posesión , i Ah buena gente!
Lo que puede suceder, FLORIANO.
MARTIN.
Y diferente ocasión ¡Con qué noche de dolor
Ser caso de padecer. Tan bello sol se me ha puesto ! ¿Habíais con nosotros?
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FLOMANO. Que es cifra del alta esfera, erífila.
Si. | El cielo os puso á los pies. Ea , denme un palafrén ;
¿Qué es lo que pedís? ; Si son el entendimiento, Que me aguarda Mandricardo.
TOMÁS.
El alma y divinidad
FLORIANO.
La entrada. Sus grados y fundamento,
De fuera esta la -beldad Denme á mi caballo y lanza.
FLORIANO. Y vacio el aposento. Y un vestido de mudanza
Por ella la pagaré, Hecho de todas colores,
erífila. (Ap.) (Ap. Pues dejo viejos amores,
Si esta sortija os agrada. Este loco desdichado
MARTIN.
Por una nueva esperanza.)
Es como un vaso dorado ERÍFILA.
Maestra , á ver. Que está lleno de veneno,
TOMÁS. Pudiéndole tener lleno Tonino tú de aquese estribo.
FLORIANO. •
Buena es á fe. Licor aromatizado.
MARTIN.
Pero con todo, confieso ¡Y cómo sí te tendré!
Que sin seso ule podría Que eres alma por quien vivo.
¿Va empeñada ó rematada? Quitar gran parte del seso. ERÍFILA.
FLOMANO.
floriano. (Ap.) ¡Oh ladrón ! ¿muerdésme el pié?
Como os diere mas contento. Dichosa prisión la mia, FLORIANO.
TOMÁS. Si el mismo amor está preso. Ladrón no ; que soy cautivo.
Vivas mil años, amén. Ya es esto darle sospecha.
ERÍFILA.
MARTIN. ERlFILA. (Ap.)
Avisa á todo el convento Quizá de verme parada, ¿Sabes que soy Doralice?
Que hoy hay fruta de sartén Que me da gusto sospecha. FLORIANO.
¥ almojábanas de viento. floriano. (Ap.) Tu hermosura me lo dice.
TOMÁS. ¿Qué aljaba tan alunada ¿Seré yo tu Mandricardo?
Por mi fe, que hay brava gira. Te dio, amor, aquesta flecha? ERÍFILA.

(Vanse Martin y Tomás.) ¿En qué, loco pensamiento, . De aquese si me acobardo,


Templaste la punta de oro? Aunque del me satisfice.
ESCENA XI. erífila. (Ap.) El otro tenia seso;
Será hablalle atrevimiento. No puede ser que tú seas.
FLOMANO, ERÍFILA. FLORIANO.
floriano. (Ap.)
ERÍFILA. ¡ Oh loca á quien cuerdo adoro, Que me falta te confieso ;
Que solo es loco el tormento! Pero cuando eli alma veas ,
¡Ay Dios ! ¿ qué tiene este loco, Verás un notable exceso.
y ue tan suspenso me mira? Si á mi me estuviera bien
FLOMANO.
Que supieras que soy cuerdo , ERÍFILA.

Yo lo fuera , á mirar poco Quizá me quisieras bien. Pregúntale á mi escudero


Loque cielo y tierra admira. ERÍFILA. Si ha venido aquí Rugero.
(.1/1. ¡ Ay de mi ! que me destruyo , (Ap. Como de un sueño recuerdo, FLORIANO.
Si la pienso hablar sin seso. ) Y vuelvo á dormir también. Aquí dice que llegó ,
ERÍFILA. (.1//.) ¿Soy yo la que de Leonato Y un poco de agua pidió
¿En qué pienso , que no huyo? Fui engañada, y sin recato En casa de un zapatero.
El miedo yo le confieso , Padres y patria dejé, ERÍFILA.
Mas el detenerme es suyo. Y arrepentida lloré ¿Cómo te llamas?
¡Qué buena presencia y talle! La bajeza de su trato?
' FLORIANO.
ÍÓh temor ! déjame hablalle, Pues ¿qué es lo que pienso aquí?
¿ Quien me trujo , ó cómo vine Bellran.
) déjame ir, voluntad.
floriano. (,(/;.) A estar tan fuera de mi? ERÍFILA.

; Di vina, hermosa beldad ! ¡Que un hombre loco me incline Pues ¿no eras tú don Roldan?
Hable amor, la lengua calle. Casi á llevarme tras si ! FLORIANO.
¿En qué pienso? Qué imagino ?
erífila. {Ap.) Sin duda que con razón Ycbmodellolegoce,
¡Extraña manera de hombre! Por otro igual desatino Hoy seré todos los doce
¿Que tanto bien te dio el cielo Me han traído á esta prisión Que á una mesa comen pan.
Con tal censo ? En que á ser loca me inclino. ERÍFILA.
floriano. (Ap.) ¿Qué dudo? Qué estoy pensando?) ¿Conoces á Calaínos?
El mundo asombre Loca soy. FLORIANO.
Ver la hermosura del suelo FLORIANO. Y fui mil veces con él
Abatida con tal nombre. (Ap. Ya está eclipsando A caza de golondrinos.
¡Que de tan alta hermosura Las dos estrellas su Curia.) ERÍFILA.
Fuese pensión tu locura ! ¡ Ay ! no hagas tal injuria
erífila. (Ap.) Al sol , que te está mirando. ¿Y á Sansoneto?
FLORIANO.
¡Que á tan perfecto edificio ERÍFILA.
Falte el mas divino oficio Yállrgel,
Loca soy, loca en efeto. Gran comedor de pepinos.
Que adornó su compostura !
FLORIANO.
floriano. (Ap.) ERÍFILA.
¡Que en tan hermoso aposento Cielo , estad sereno un poco. Era gente muy honrada.
No haya mas de voluntad , ERÍFILA.
FLORIANO.
Y que falte entendimiento ! ¡ Por mi fe , que estáis discreto ! Pues ¿dígote yo que no?
¡Oh mármol de gran beldad FLORIANO.
Sin agente entendimiento! ERÍFILA. (Ap.)
No estoy sino , en verte , loco , ¿Cómo este loco me agrada?
Oh imagen bella y notable Y serlo de hoy mas prometo.
De todo el mundo universo, O está en seso , ó estoy yo
Corruptible y generable! ERÍFILA. De mi seso enajenada.
Oh cuerpo en algo diverso Afuera, afuera. FLORIANO.
Del otro mundo, admirable ! floriano. (Ap.) (Ap. Parece que ha conocido
En dos partes de las tres ¿Qué aguardo? Que no me falta sentido.
Conforme á los otros es ; Estando loco mi bien , Cúmpleme disimular.)
Mas cu la parte tercera, ¿Para qué el sentido guardo? Quiero salir á cazar;
LOS LOCOS DE VALENCIA. 121
¿Hanme caballos traído , Y no , amigo , negocio como quiera , ¡ Oh amor, en qué peligros vive y muere
Los braquetes y sabuesos, Sino en que estriba de mi alma y vida Quien una vez probó la fuerza tuya!
Halcones y bajarles ? El gusto y la salud que me deseas. Déjame con mi loca , ó loco ó cuerdo;
EltÍFILA. FLORIANO. [do Que entonces seré loco si la pierdo.
Perros en trailla presos, ¿Qué es esto , buen Valerio? Hase sabi-
Y en pigüelas los neblíes. Qtie estoy por dicha en esta cárcel loco? ESCENA II.
FLORIANO. ¿Hay alguna desdicha en mi suceso?
FEDRA, lia ver d— FLORIANO.
Pues échenles sendos huesos; VALERIO.
Que quiero volaren fin. Yo soy, Floriano, el loco; yo soy loco; fedra. (Para si.)
Si hay azor , un francolín. Que tü con solo el hábito que tienes, Acá me vengo á buscar
ERÍFILA. Haces oficio de sagaz y cuerdo. Si hav quien dé señas de mi ;
: Malos años y mal mes! No se sabe hasta agora cosa tuya. Que dicen que me perdí
líenme el hilo portugués; Ni se sabrá tampoco, si los cielos En este mismo lugar.
Que quiero hacer un gaibin. No se conjuran en tu daño y mió. Y no es poco que me acuerde
FLORIANO. De quien vivo y por quien muero ;
Que menos memoria espero
ESCENA XII. Pues ¿qué es esto, Valerio? Qué suceso Adonde el seso se pierde.
Puede alterar tu cuerda compostura? Con tan extraño tormento
PISANO.— Dichos. ¿Quiénmudó tu color? Quién lia vencido El amor me ha combatido,
Tu raro entendimiento, y ha trocado Que ya no tengo sentido,
pisano. De su lugar lu corazón y el mió? Sino solo sentimiento.
Ya esta , Señora , vuestra saya á punto: VALERIO. De mi locura me espanto;
Entraos acá ; que quiero que se os prue- ¿No trajeron agora aquí una loca Que de oidas, aunque poco,
Yvos, Iteltran, no os alleguéis á ella; [be. Mas hermosa que el orden de los cielos, Creí que amor era loco,
Que sois muy gentilhombre y atrevido, Que los planetas y los elementos, Mas no que lo fuese tamo.
Y donde no gobierna entendimiento, Y que todo lo que es morlal criatura? Por sus dolores secretos
' Tiene mucho lugar el apetito. Conozco ya su rigor :
FLORIANO.
ERÍFILA. ¿Qué ha de dar un loco amor
¿Es cosa tuya , dime, aquella loca? Sino tan locos efelos?
¿Qué os viene deso á vos , barba de he-
FLORIANO. [r,'Je • VALERIO. Un loco, y por otra loco,
No es cosa mía ; pero yo soy suyo. Que es menos obligación , *
¿Qué os vienedeso ávos, cresta degallo? Me ha hecho camaleón
FLORIANO.
PISANO. Espera , vén conmigo á aquella sala , Cuando sus colores toco.
¿Ya me le defendéis? Huélgome dello; (Jue está desocupada y liene asientos, No sé qué tiene ¡ay de mí !
¿fue no os veréis con él hasta la tiesta Y dirásme despacio tu suceso. Que hechiza cualquier cordura.
De los benditos niños Inocentes. Mas ¡ ay ! ¿qué mayor locura
VALERIO. Que no ver que estaba aquí ?
ERÍFILA. ¡AyDios!
¡Mal año para vos! que yo soy libre, FLORIANO. FLORIANO. (Ap.)
Y puedo hacer de mí capote un trasgo ¿Suspiras? Ya que desla he de guardarme ,
Y de mi corazón unas alforjas. Y conozco «u intención ,
VALERIO. Quiero, huyendo su pasión.
PISANO.
Entra , acabad. ¡ Dueño! Pierdo el seso. Con mí pasión remediarme.
ERÍFILA.
Fingiréme menos cnerdo
De lo que otras veces íui.
Adiós, hermoso loco.
FEDRA. (Ap.)
FLORIANO. ACTO SEGUNDO. Por un loco estoy sin mí.
Divina loca , adiós.
¡ Qué injustamente me pierdo!
PISANO.
ESCENA PRIMERA. FLORIANO.
Poquito á poco.
(Llévase á Erffila.) ¿Habéis vislo por allá
FLORIANO. Una cosa que perdí?
ESCENA XIII. fedra.
Cansada eslar pudiera la fortuna Y ¿tú no me has visto á mí.
FLORIANO. De los muchos agravios que me ha he- Que ando en pena por acá?
Dejando ya sin resistencia alguna [cho,
Las Hacas fuerzas de mi débil pecho. FLORIANO.
Vétc despacio, pensamiento mío;
Que como otros se pierden por el viento, i Jamás que nuestro ruego la importuna Hermana , si andáis en pena ,
Por el mas bajo y asnero elemento, Dará sin muchos daños el provecho: Muy cierta tendréis la gloria.
A su pesar de la razón te guio. Libróme de la muerte , y de lal suerte. FEDRA.
Tú vas donde le lleva el albedrio Que agora estoy mas cerca de la muerte. ¡Oh palabra de Vitoria,
Caá fuerza de un primero movimiento, Yo vi los bellos y divinos ojos ,
Y yo lloro con cuerdo entendimiento Por donde amor vertió locura y fuego , De grandes misterios llena !
Las ansias de tu loco desvario. Y como mariposa, mis despojos FLORIANO.

Ño me aventures á tau loca empresa, A su amorosa lumbre arderse luego ; ¡Oh sabrosa berengena,
Pues no hay contento que esperar de un Y cuando me bastaran los enojos Membrillos y zanahoria.
[loco, De mí fiero mortal desasosiego, Que echó en arrope de Coria
Cuando á fallar entre los cuerdos viene. Quieren mis hados que el mayor amigo El poeta Juan de Mena!
Pesa lu daño, y tu provecho pesa : Sirva por instrumento á mi castigo. fedra. (Ap.)
Déjame en paz; (fue no es razón tampoco Valerio, que es de todo mi secreto
Archivo, amparo, defensor yasilo, ¡Qué preslo le vuelve el seso
Perder el seso por quien no le liene. Por esla loca , por el mismo efelo, El furioso frenesí !
Sigue de amor el amoroso estilo , FLORIANO.
ESCENA XIV. Y dice que le pone en lanío apríelo, ¿Sabéis deslo que perdí ,
Que su curso vital cuelga de un hilo, I Y os daré en hallazgo un queso?
VALERIO .— FLORIANO. Y que la lia de gozar, ó cuerda ó loca ; FEDRA.
Que amor ha menester cordura poca.
• VALERIO. Para esto dice que pedilla quiere, ¡ Pluguiera á Dios que supiera,
No me agradezcas ni a fineza tengas A titulo de que es parienta suya ; Como sé lo que has perdido,
Que tan aprisa tus visitas haga, Porque con el honor que se requiere Adonde está tu sentido,
Pues vengo agora con negocio propio . A su primero ser la restituya. Porqueyotelolrujera!
125 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FLORIANO. Pretende desbaratallo. Quiere hurtar la bendición
¿Haceislo por las albricias? Y son cosas tan pesadas A la hija verdadera!
¡ Oh hi de pucha golosa ! Amistad y bien querer , fedra. •
A ser vos la mas hermosa , Que adelante podría ser
Yo os dijera mis malicias. Que me entrase flux de espadas. Quiérome quitar de aqui ;
Pío diga algún disparate. (Yase.)
FEÚRA. FEDRA.
Pues esa que lú querías, En fin , ¿que tú aventuraste ESCENA IV.
¿Tiene mas merecimientos? Mi esperan za ?
FLORIANO. FLORIANO. FLORIANO, ERÍFILA.
Tiene de nieve y pimientos Y aun la mia. FLORIANO.
Los dientes y las encias. FEDRA.
Queríala, y aun la quiero, (Ap. No hay alcahuete que trate
Que ansí digo mas verdad, ¿Quieres otra? Mejor mi favor por mí.
Porque es de mi calidad FLORIANO. ¡ Oh celo , que el amor creces !
Y muere del mal que muero. Bienquerría, ¿Quién te llama hijo de amor?
Si no os pesa que la gaste; Su padre dirá mejor ;
FEDRA.
Que antes se alegran mis ojos , Que le engendras muchas veces.
i Por ella , loco , en efeto , Que en semejantes contiendas Negociado has mi remedio ;
Lo que te falta has perdido? Pueda yo dar tales prendas Mas ¿cómo se ha suspendido
FLORIANO. A mi señora en despojos. La que del alma y sentido
Cuando allí pierdo el sentido ¿Dónde está la cinta? Ha puesto su silla en medio?)
Soy en extremo discreto. * FEDRA.
¿Cómo calláis vos agora?
Mas no es lo que busco eso ; Aquí. ¿Qué melancolía es esa?
Otra cosa me ha faltado ; FLORIANO. ERÍFILA.
Que á fe que es bien empleado ¿En la frente? De haber hablado me pesa
Perder bien perdido el seso. Con la reina mi señora.
FEDRA.
¿Veisme con aquestas trapos? Lo uno uorque ya vos
Pues perdí... ¿No la ves? Pensareis que soy muy vuestra ,
FEDRA. FLORIANO. Y lo otro por la muestra
¿Que1, por mi vida? Pues quitáosla. Que me habéis dado los dos.
FLORIANO. FEDRA. FLORIANO.
Una borrica parida Mejor es Elvira , plega á los santos
Con una toca de papos. Que me la quites tu á mí. Que si yo la quiero bien,
fedra. (Ap.) FLORIANO. Que me mate una sartén
Ya desato la lazada. Con sus duelos y quebrantos,
¿Que esto no desenamore, Y si no soy Mandricardo
Sino que obligue a deseo? (Desátale una cinta de la cabeza.) Y esclavo de Doralice,
floriano. fedra. (Ap.) Por cosa que jamás hice
Hace el no seros muy feo ¡AyDios! ¿Si le abrazaré? Me vistan de paño pardo.
Que mi esperanza mejore; * ¿Si podré? Mas bien podré ; Como ella es mujer burlona
Que si bien os parecí , Que es loco, y no importa nada. Y criada en esta casa ,
Siendo tan cuerda mujer, floriano. Jugamos de pasa pasa ,
Uien lo puedo parecer Y hícele la mamona.
A quien me parece á mi. ¿Andaisme en las faltriqueras? Si otra cosa hemos tratado
¿Algo me queréis hurtar? Yo y aquesta chocarrera,
fedra.
¡Qué lindo ingenio tendría fedra. (Ap.) Luego en tu desgracia muera
Por la beldad natural, Aun no me atrevo á juntar Frita , cocido y asado.
Si curase deste mal ! Los brazos. ¡Oh amor! ¿qué esperas? ERÍFILA.

FLORIANO. Perro , ¿agora os hacéis bobo?


¿Ya habláis en fdosofía? ESCENA m. Asado os quiero también ,
Y aun tenéis mucha razón ; Y si no me sabéis bien,
Que el ingenio tiene aumento ERf FILA , con sayo de girones y una Os haré echar en adobo. -
Con el buen temperamento, caperucilla de loca.— Dichos. Luego que vine á esta casa
Y la buena complexión Puse los ojos en vos ,
Ayuda á su movimiento. erífila. Porque no me diese tos
Porque del alma , ya es llano No me desagradad lazo. El juego de pasa pasa.
Que ha de ser el cuerpo humano Iguales sois á lo menos; Mandricardo habéis de ser,
De sus obras instrumento. Por muchos años y buenos Aunque pese á Rodamonle,
Gocéis los dos el abrazo. FLORIANO. (Ap.)
FEDRA.
¡Erais vos el que quería ¡Oh amor! de por medio ponte
¿Qué hiciste de aquella cinta Ser mi esposo , Mandricardo?
Que de esperanza te di? Y enseña aquesta mujer ;
Desde agora me acobardo Dale agora su sentido,
FLOMASO. De lo, que pensado habia. Si á quien le tiene le quitas.
Perdíla luego que vi Y vos , casada secreta ,
La figura por la pinta ; Doncella de Dinamarca , erífii.a. (Ap.)
Que como no estaba ciego ¿Miráis si sois de la marca Amor, pues al cielo imitas ,
l)e amor ni de confianza, Con esta lanza jineta ? Enmienda á lo que has perdido.
Descarté aquella esperanza Si sois cuerda, ¿qué queréis Si esto no es naturaleza ,
Porque me entró mejor juego. Ser entre los locos loca? Dale su seso á este mostró.
„ , FEDRA. ¿Por qué tanto cuello y toca floriano. (Ap.)
i Qué te entró? Y tantas galas traéis?
Salí afuera , noramala ; ¡ Oh amor ! pon alma en un rostro
FLOHIANO.
Que tiene dueño este loco. Que es monstruo de la belleza ;
Una reina de oros, Haz que me escuche mi pena
Carta nueva en la baraja , FEDRA. Y que me entienda mi mal.
Que hace á mil reinas ventaja Elvira , poquito á poco. ERÍFILA. (Ap.)
Para ganar mil tesoros. ERÍFILA. Amor, un milagro tal
Aunque un diablo de un caballo Subios luego á la sala.
De por medio se metió, Vitoria es tuya, y no ajena ;
¡Valga el diablo la parlera , Haz que este loco me entienda,
Que con mas cartas que yo Y con qué poca ocasión Porque sepa agradecer.
LOS LOCOS DE VALENCIA. 123
FLORIANO. (Ap.) FLORIANO. FLORIANO.
Cielo, esta loca mujer Y tú á mí como el tocino ¡Ah puto viejo!
A tu poder se encomienda. Después del Sábado Santo. ¿La paz os parece mal? .
OÍFILA. (Ají.) ERÍFILA. (Ap.) PISANO.
Yo no quiero declararme El responde en mi lenguaje. Yo os haré una guerra tal,
Hasta ver si fiarme puedo. Válame Dios, ¿si no es loco? Que os escueza el salmorejo.
FI <ilil.\N<>. (Ap.) FLORIANO. (Ap.).
¡ Ah , Martin ! ; Hola , Tomás !
De aclararme tengo miedo FLORIANO. (.t/i.)
Esta es cuerda, y no lo es poco.
Hasta ver si puedo liarme. Desdichados hemos sido. •
ERÍFILA.
ERÍFILA. (Ap.)
Yo vengo de alto linaje. ESCENA VI.
Ansí loca, bien podré
Decille mis pensamientos. FLORIANO.
FLOHIAND. (Ap.) Yo también soy caballero, TOMÁS, MARTIN.— Dichos.
Loco diré mis tormentos , Con renta que allá en Paris
Vale mil maravedís, TOMÁS.
Aunque es bien cuerda mi fe.
Y ando ansi porque yo quiero. ¿Qué hay nuevo? Qué ha sucedido?
ERÍFILA.
ERÍFILA. PISANO.
Hola, buen hombre , ¿por dicba
Sabes tú lo que es amor? A mi me sacó un ladrón A fe que no se hablen mas.
De en casa de un padre hidalgo, Al señor echa unos grillos,
FLORIANO. Y á la dama unas esposas.
Y se me fué como galgo ,
Ahorcado esté el traidor Sin llevarme el corazón. erífila. (Ap.)
Al humo como salchicha.— Y porque me halló esla gente A serlo fueran dichosas ,
Deseo que engendra el ver ; Dando voces destocada , De los pies que han de sufrillos.
Pero es contrario sugeto, Me trajeron agarrada ¿Que han de aprisionar mi bien?
Porque el fin deste es su efeto, Al audiencia del Uniente.
Y de amor aborrecer. FLORIANO.
FLORIANO. Ponédmelo todo á mi;
erífila. (Ap.)
Pues yo dicen que maté Que jo tuve culpa,
¡Ay , amor, qué bien empiezas! lln principe de Aragón , ■
PISANO.
FLORIANO. Y por tan fuerte ocasión ¡Ah!¿si?
Deseo , en fin , de lo hermoso. En esta cárcel me entré.
Hago el loco , y guardo el cuello FLORIANO.
Dicen que hay dos, y es forzoso
£ue haya también dos bellezas, Del solivíanos a malo; A mi pues. Matusalén.
a hermosura corporal, Que mas quiero sufrir palo (£p. Quisiérame hacer furioso;
Y la otra intelectiva , Que uo perder el resuello. Pero temo la prisión.)
De quien el cielo te priva (Vuelven en si.) MARTIN.
Solo por hacerme mal , ERÍFILA. ¿No sabéis la condición
Pues te falta el ornamento ¿Dlceslo de veras? De aqueste hospital , mocoso?
Del alma mas necesario. ¿Cuándo habéis vos visto estar
FLORIANO. Los hombres con las mujeres?
ERÍFILA.
Calla, loco incierto y vario, Sí. PISANO.
Has que la luna y el viento. Y tú ¿dlceslo de veras? Llevaldos ya.
FLORIANO. ERÍFILA. FLORIANO.
Y á ti también ¿ no te toca Yo si. ¿Mas que quieres
La variedad de la luna? FLORIANO.' Llevarme á dar de cenar?
ERÍFILA. Pues, por Dios , que quieras, ERÍFILA.
En el cuerpo tengo alguna; Mi bien , dolerte de mi. ¿También me lleváis á mí?
Que en el alma no soy loca. Mira el amor que te tengo , PISANO.
FLOR UNO.
Pues que loca y sin juicio Lie val da ya, noramala.
Te digo el secreto indicio
Si á la Inna parecieras De que por tí á serlo vengo. ERÍFILA.
En amar al sol , de quien ¡Oh maldita martingala
Recibe luz , vida y bien , ERÍFILA. De las mas lindas que vi !
Ejemplo de amores fueras; Amigo , no soy Elvira , ( Vante todos , menos Pisano.)
Aunque si en el nacimiento Ni loca , como has pensado;
Con Mercurio la tuvieras , Que mi nacimiento honrado
Tan casta como ella fueras A mayor nobleza aspira. ESCENA VII.
En daño de mi tormento. Erílila fué mi nombre
Mas tú , que de amor preguntas , Hasta que llegase aquí : PISANO.
¿Conoces de su dolor ? Bien pdedes fiar de mí No me espanto que esta loca
ERÍFILA. Secretos que á ningún hombre; Tenga enamorado un loco;
Sé que es nuestro padre amor , Que yo te adoro y te amo , Que á un cuerdo que no lo es poco ,
Y todas las cosas juntas , Y soy tuya hasta la muerte. A dalle el alma provoca.
Y de la plática sé FLORIANO. Por ella traigo el cerbelo
Desde el punto que te vi ; Venturosa fué mi suerte ; Mas mudable que un molino:
Que antes desto conocí Suerte del cielo la llamo. ¡Oh amor! si eres desatino,
Por teórica mi fe. Dame, Señora, esos brazos. ¿Cómo eres dios en el cielo?
FLORIANO. ERÍFILA. Cuando cuentas y clarete
Luego ¿ alguna fe me tienes? Me habían de entretener,
Aun pienso que no soy dina. ¡Me viene amor á poner
ERÍFILA. (Ap.) Garceticas y copete !
Este ¿es cuerdo por ventura? ESCENA V. Perdida va la veleta ,
FLOnlANO. (Ap.)
PISANO.— Dichos. No hay que liar en la edad;
¿Tiene esta agora cordura? Que siempre es la voluntad
ERÍFILA. PISANO. Del apetito alcahueta.
Con todo, es tal mi pasión,
;. Agora á entenderme vienes? ¡Oh , mal garrote de encina Que por ventura la estimo.
bigo que me agradas tanto ( Que os haga el cuerpo pedazos!
Como la pimienta al vino. ¡No está malo!
12-i COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
ESCENA VIII PISANO. FLORIANO.
TOMÁS. — PISANO. Suspenso está mirando las estrellas.
No tenéis que temer; venid conmigo , A mf me importa mas que á ti el secreto.
TOMÁS. Daréos un regalo mientras llega TOMÁS.
Nuesrtmo, aquí está su primo, La hora de cenar. 1 Ya séqueaunquecreslocoeresdiscreto.
El vergueta de Aragón. LIBERTO. (Vase Floriano.)
PISANO. Basta el de veros.
¿Dices Liberto? En cuidado me ha puesto aquesle loco. ESCENA XII.
TOMÁS. (Vanse Pisano y Liberto.)
Ese propio. ERllTLA , con esposas.— TOMÁS.
PISA>0. ESCENA X. ERÍFILA.
Pues entre muy norabuena TOMAS. {Ap. Escapádome he, por Dios,
En su casa , aunque es ajena ; Aunque con esposas vengo;
Que al cuerdo es lugar impropio. No hay secreto en el mundo que lo sea. j Que aunque de hierro las tengo
Por esto dicen que la tierra ha dado 1 No es ninguna de las dos.)
ESCENA IX Con voto eterno esta palabra al cielo, ¿Qué hacéis por acá , Tomás ?
Y que tienen oidos las paredes. TOMÁS.
LIBERTO.— Dichos. Si agora este secreto me importara , Ya lo veis, buena mujer.
Librara mi persona de la muerte Si el viejo os echa de ver,
LinKRTO. La del hermano ó el amado amigo. A fe que os encierre mas.
No os quejaréis de que á Valenciavengo
Sin veniros á ver en apeándome. ESCENA XI. ERÍFILA.
PKANO. Ya ¿no me tiene sin manos?
Dadme esos brazos unaymuchasveces. FLORIANO, con grillo». —TOMÁS. ¿Qué quiere? Qué tengo? ¿Rabio?
LIBERTO. TOMÁS.
Dos veces á lo menos quiero dallos, FLORIANO. [V¡ven Pues por mi fe que hace agravio
Una por deudo y otra por amigo; {Para si. Bueno es tener amigos los que A los cielos soberanos ;
Que me precio de amigomasquedeudo. '' Mas Sujetos desle mundo á la miseria; Que de alguno eres estrella,
yo ¡triste de mi ! los he tenido Seguii tienes resplandor.
PISANO. Para solo mi mal y desventura. ERÍFILA.
Aqui tenéis, Liberto, aquesta casa, Aun habloen seso sin mirar quién oye.) Por solo aquese favor
Aunque parece maliciosa oferta; ¿Qué hay por acá , Tomás? Me bajo de la querella.
Pero si ella lo es, en este pecho TOMÁS. ¿Parézcole muy bonita?
Tenéis la voluntad pronta á serviros.
¿Qué negocios os traen á Valencia? ¡OhBeltranieo! TOMÁS.
¿Cómo va de pigüelas? ¿son pesadas? ¡Vive Dios, que estaba cuerdo,
LIDERTO. FLORIANO. Y que en verte, el seso pierdo,
¿No habéis sabido aquel suceso triste Echáronme, Tomás, los de la vieja, Poi que tu rostro le quita !
Del principe Reinero, hijo legitimo Como dicen algunosen Castilla ; ¿Quiéreste casar conmigo,
Del conde Arnolfo? Que fué una mala hembra, quemurién- Que soy?...
PISANO. Dejó de piedad su hacienda toda, [dose, ERÍFILA.
Por acá se ha dicho, Para comprar prisiones, á las cárceles. ¿Quién?
Aunque de algunos es tenido á fábula. TOVAS. TOMÁS.
LIBERTO. Iguales las tuviera el desdichado Gran turco soy.
¡Pluguiera á Dios, oh primo, quelofuera! Que ha muerto, según dicen, á Reinero, ERÍFILA.
Muerto es sin duda , y por desgracia Y le van á buscar por todo el mundo La fe y palabra te doy...
[muerto Con retrato que llevan de su rostro.
A manos de un varón de la montaúa , flobiano. [sabes? TOMÁS.
En cuyabusca vengo, entreotrosmuchos {Ap. ¡Válgame el cielo! ) Y tú ¿de qué lo ¿De qué?
Que á varias partes vamos repartidos. ERÍFILA.
PISANO. TOMÁS. De comerme un higo.
Un hombre de Aragón que del portero TOMÁS.
¿Quién duda que se haga diligencia? Es primo , según dicen , ha venido
¡Plega á Dios que le halléis! que á fe que En busca suya , y su retrato trae. Luego ¿no quieres casarte ?
[os fuese Llámase á lo que pienso... ERÍFILA.
Una prisión de crédito y provecho. Si hubiera cura, sí hiciera.
FLORIANO.
LIBERTO. ¿Cómo? TOMÁS.
Todos llevamos retratado el rostro ; TOMÁS. ;Que por un cura cualquiera
Que han hecho copias dél en Zaragoza Empieza Me pierda yo de gozarle !
Para que no se pierda por industria. Por flor, y lo demás se me ha olvidado. ERÍFILA.
PISANO. FLORIANO. ¿Sabes quién está ordenado
Holgárame de verle por extremo. ¿Dijo por dicha Floríano? De hacer este casamiento?
LIBERTO. TOMÁS. TOMÁS.
Presto podréis cumplir ese deseo. El mismo; ¿Quién?
Este es el matador. {Muestra un retrato.) Asi , asi , Floriano , que era un hombre ERÍFILA.
PISANO. De treinta años , un ano mas ó menos. Deliran.
¡Gentil presencia! FLORIANO. TOMÁS.
¿Cómo dicen las letras? Y ¿adónde fué? ¿Dieesloá liento?
LIBERTO. TOMÁS. ERÍFILA.
Floríano, Sin duda á ver la rasa ; Antes lo tengo pensado.
Mtalissuat veinte y nueve ó treinta. Que nadie viene aqui que no la vea. Llámamele por tu vida ;
PISANO. Que prima ha cantado ya,
FLORIANO. Y á los dos nos casará.
Mirado el rostro, me ha movido ¿lástima. Por Dios , que pienso ver ese retrato.
LIBERTO. Quédate aqui ; que voy en busca suya. Dámela mano. TOMÁS.
¿llanos visto por dicha aqueste loco? TOMÁS. ERÍFILA.
Que me importa la vida en el secreto. No digas que le"be dicho nada.
Está asida.
LOS LOCOS DE VALENCIA. !->:>
TOVAS. Que.no nos oyen ni hay quién. ESCENA XV.
Pues voy. ¿Es verdad que aquí han venido
ERÍFILA. Con tu retrato á buscarte? PISANO , LIBERTO.— Dichos.
Anda. FLORIANO.
L1CERT0.
(Vate Tomás.) Del alma quieren sacarte No me puedo detener ;
Este tu loco fingido. Que tengo mucho que hacer.
ESCENA XID. Pero no te cause pena;
PISANO.
Que de la suerte que estoy,
ERÍFILA. • Libre del peiigro voy ¿No os queréis servir de mí?
Que el rey de Aragón me ordena; LIBERTO.
Amor piadoso, Que no seré conocido , El haberos visto sobra,
Pues vuelas y no reposas , Tan loco y desfigurado. Y aquesta famosa casa.
Venga á ver sus tres esposas ERÍFILA.
El que me das por esposo. PISANO.
Venga aquel por quien tan grave Gran secreto me has fiado ; ¿Aquí estáis vos? ¿Esto pasa?
Conozco que me has querido.
Prisión en que estoy metida, Y pues deso estás seguro, FLORIANO.
Tengo por dichosa vida Hablemos en nuestras cosas. Siempre me hacéis mala obra,
Y por tormento suave. Y mas ahora que andáis •
Venga aquel por quien es poco FLORIANO.
Con esotro bel lacón
Que el seso y la vida pierda, ¿Que al fin te echaron esposas? Que busca mi perdición. ,
Por quien tengo el alma cuerda ¡Oh hierro dichoso y duro!
Oh hierro que has acertado ERÍFILA.
Y el entendimiento loco;
Que es tal aquella hermosura A ser prisión venturosa ¿Quién sois vos? ¿A quién buscáis?
Por quien vivo y por quien muero , En la parte mas herniosa LIBERTO.
Que para siempre no quiero Que el cielo á la tierra ha dado! Yo , hermana , vengo á buscar
Volver á mayor cordura. ¿Hate hecho alguna señal? Un famoso delincuente.
lia sido tan atrevido?
FLORIANO.
ESCENA XIV. ¿No está muy agradecido
De gozar de gloria tal? Sospecho que está presente,
FLORJANO.f/inaífa/acarfl.-ERÍFILA Mas no es posible que encarne; Y que no le habéis de hallar.
Que enternecido de ti, LIBERTO.
FLORIANO. (Ap.) Se habrá recogido en sí Lo postrero puede ser.
Bueno vengo desta vez Por no lastimar tu carne. ERÍFILA.
Con la máscara fingida : ¡Oh , quién ese hierro fuera
Por gozar de tal tesoro, ¿Qué ha hecho?
Bien parece que esta vida LIBERTO.
Es un juego de ajedrez. O por convertirse en oro
¡Oh cómo es mudable y vana ! Que tu mano enriqueciera ! Mató el tirano
Y. échase en esto de ver, ¡Que tal te traten por mí A un rey-
Aquesas carnes hermosas ! ERÍFILA.
Que una pieza blanca ayer
Puede ser negra mañana. ERÍFILA. ¿Y el nombre?
ERÍFILA. Manillas son, que no esposas, LIBERTO.
Deliran. Estas que sufro por tí. EsFloriano.
FLORIANO. Joyas son que amor me dio; ERÍFILA.
Elvira. No es bien que esposas las llames : Pues veis aquí su mujer.
ERÍFILA. Que no quiero yo que ames
Mas de una esposa , y ser yo. LIBERTO.
¿ A qué cíelo
Te has puesto ansí'! FLORIANO. Graciosa loca y hermosa.
FLORIANO. Si son joyas y manillas PISANO.

Mi señora, Que da amor á los amantes , Es perfeta por extremo.


Juego al ajedrez ahora , De perlas v de diamantes FLORIANO.
Porque es un juego discreto. Pienso algún tiempo cubrillas.
Bien parece que los dos ¡Hola! Vive Dios que os temo
Un rey con dos mil peones, Por esa gaita golosa ;
Siendo yo un caballo pobre , Solo uno somos ya ; Que en mi vida os ofendí
Me persigue hasla que cobre Que de dos hecho nos ha
Solo un cuerpo el ciego Dios; Mas de lo que agora veis ;
Su venganza en mis traiciones. Pero creo que traéis
Hoy me ha venido á buscar Pues viendo aquestos villanos
Que el preso uno solo es, Ciertas bulascontra mi.
A aquesta casa un aríil ,
Que con un jaque sutil A mí me hierran los pies , PISANO.

Un mate me quiere dar; Y á vos , Señora , las manos ; Esté es un gran estudiante
Y porque en mi mal se alegra, Que con esto quedará Que de amor enloqueció.
Ya de matarme resuelto , De pies y manos seguro FLORIANO.
De pieza blanca, me he vuello, Este preso, que yo os juro
Que aun muriendo no se irá. Y este un asno que tiró
Como veis , en pieza negra. Dos coces á un elefante.
ERÍFILA. .
ERÍFILA.
¿Que aquese aríil ha venido? Los que en los pies te pusieron
Tengo en las entrañas yo ; Estotra es una mujer
FLORIANO. Que estos que tu amor me dio , Que dice que la han robado,
Dicen que trae mi retrato, Corona de gloria fueron; Y en aquesta tema lia dado.'
Y por eso me recato Solo siento que mis brazos ERÍFILA.
Y vengo desconocido. No se pudiesen abrir,
ERÍFILA. Para en ellos recibir ¿Sabéíslo vos , bachiller?
Tus amorosos abrazos; ¿Qué tenéis que ver en eso í*
Ese juego ya me I lama Si me han robado i traición,
A que pierda mi sosiego. Mas como mi alma puede,
Imaginados los da. Con grillos tengo al ladrón ;
FLORIANO. Preso está.
FLORIANO.
:Y cómo ! si sois del j uego , FLORIANO.
Y no menos que la dama. El alguacil viene ya.
ERÍFILA.
Yo soy el preso.
Por eso ayudadme bien ;
¿Quieres que huya , ó me quede? LIBERTO.
Que estoy muy cerca de preso.
FLORIANO.
Por mi vida , que es hermosa ,
ERÍFILA.
i No importa ; quédate aquí. Y á compasión me ha movido.
Bien puedes hablarme en seso ;
120 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
erífila. LIBERTO. ESCENA XVII .
¿Qué es quesicosa, marido, Hora es que yo me vaya ;
Tres esposas y una esposa? Y antes que deje á Valencia , LAIDA.— Dichos.
floriano. • Volveré a vuestra presencia.
Las trévedes. FLORIANO. LAIDA.
ERÍFILA. Poco vale quien desmaya. De aguda puedo loarme.
¡Bien por Dios! Diz que traéis un retrato
FLORIANO. De cierto moro de Argel. Suelta 1la loca, ladrón.
Malo estaba de acertar. ERÍFILA.
ERÍFILA.
Yo me holgara harto con él, ¡Oh traidor! ¡Forzarme á mi!
ERÍFILA.
Anda , bellaco escolar, Y de miedo no lo trato. LAIDA.
Yo soy una y estas dos. LIBERTO.
Luego ¿él te forzaba?
FLORIANO. ¿Queréislo ver ? ERÍFILA.
¿Parécete que erré poco? FLORIANO. Si.
¿Cuyas son? que no me acuerdo. Sí , por Dios. FLORIANO.
ERÍFILA. LIBERTO. Fuerza fué del corazón.
Las dos son de'aqueste cuerdo, Pues veisle aquí descogido. LAIDA.
Y la una deste loco. (Entena el retrato.) Estudiante ó Satanás ,
PISANO. FLORIANO. Que esto debiste de ser,
Poco tiempo estará aquí ; ■ Pardiez, que está parecido, ¿Qué te ha hecho esta mujer,
Que es muy principal mujer. Aunque no os parece á vos. Que siempre con ella estás?
LIBERTO. Pues yo conozco á su dueño, FLORIANO.
Bien se deja conocer. Y sé muy bien dónde está. Hame dado un mojicón
FLORIANO. LIBERTO. Por medio de las entrañas;
Y tos ¿conoceisme A mi? Irme quiero; tarde es ya. Que ha tenido por hazañas
Matar un muerto á traición.
LIBERTO. FLORIANO. Y por Dios, que he de vengarme,
Ni os conozco , ni aun quisiera. ¿Qué me daréis si os lo enseño? Hasta que el suyo le vea.
FLORIANO. PISANO. ERÍFILA.
Pues á fe que os importara. Salir quiero á acompañaros. Ya ha visto lo que desea,
LIBERTO. LIBERTO. No tiene ya que buscarme.
Tenéis muy negra la cara. Eso no. LAIDA.
PISANO. Beltran , no la mires tanto;
FLORIANO.
Mas negro, á ser blanco, fuera. Dejadme un poco. Mírame á mi.
Vos seréis gavilán manco. (Vanse Pisano y Liberto.) FLORIANO.
Yate veo;
LIBERTO. ESCENA XVI. Pero llévame el deseo
De ser como soy me alegro. A que te dé con un canto.
FLORIANO, ERÍFILA.
FLORIANO.
LAIDA.
¿Sabéis por qué estoy tan negro? ERÍFILA. Asirte tengo la mano.
Porque no deis en el blanco. Ahora digo que estás loco. A fe que no has de ir tras ella.
ERÍFILA. FLORIANO. ERÍFILA.
Amarga está la librea. No os enturbiéis, ojos claros; ¡Oh , qué graciosa doncella
FLORIANO. Que no hay temer mal suceso Para de invierno y verano!
Soy, por no buscar cuartagos, En lugar que vos estáis, Mucho se os abrasa el pecho.
Loco de los reyes magos, Aunque el hábitodigais ¿Andáis en caniculares?
Y embajador de Guinea. Que imprime falta de seso. LAIDA.
Contra un rey no valen postas. ERÍFILA. ¿Que aun en verme no repares?
PISANO. El alma me has alterado. ERÍFILA.
Una nueva quiero daros , FLORIANO. Aun de burlas es mal hecho.
Elvira. Mi bien , en mi lo he sentido Quedaos con Dios, Mandricardo;
, ERÍFILA. Como quien el cuerpo ha sido Que me saben mal los celos.
Y yo presentaros Donde agora habéis estado; FLORIANO.
Estas que me están angostas. Que cual forma sustancial, ¿Cubrir piensa tales cielos
PISANO. Y yo materia en que vive, Aqueste nublado pardo?
A nuestro administrador De quien con acto recibe ¡Oh pesar de Rodamonte!
El pariente que sabéis, " Perfección lo que es mortal , ¿Que á Doralice me lleva?
Os pide. Luego sentí movimiento
Y me tembló el corazón. ERÍFILA.
ERÍFILA.
ERÍFILA.
Yo te cerraré la cueva.
¿Y esa tenéis
Ha sido en esta ocasión FLORIANO.
Por buena nueva, hablador?
Extraño tu atrevimiento. Cierra, y súbete en el monte.
PISANO.
Sabe Dios lo que lo siente FLORIANO. (Yante Enfila y Floriano.)
Quien gustaba de escucharos. Pues me libré deste mal , ESCENA XVIII.
Dice que quiere curaros ¿Sabes , mi bien , qué quisiera?
En su casa honradamente. ERÍFILA. LAIDA.
ERÍFILA. Ya te entiendo, y si pudiera
¡Mal año y mal mes , hermano ! No tuviera gloria igual. ¿Esto es posible? ¿ Hay dolor.
Antes que allá coma y duerma Que al que padezco parezca?
FLORIANO. ¡Que por un loco padezca
Mas me quiero estar enferma , Tu amorosa estimativa
Que curada de tal mano. Que á otra loca tiene amor!
Entiende mis intenciones Bien sé yo de qué ha nacido;
Tiene aquí tanta virtud De mis inciertas razones,
Una cierta voluntad , Que como juntos están ,
Con deseo de que viva ; Del verse y hablarse harán
Oue quiero mi enfermedad Pero yo te abrazaré,
Mas que alguno su salud. Hábito al alma y vestido.
Si no puedes abrazarme. Pues no , no ; que yo pondré ,
LOS LOCOS DE VALENCIA. 1iT
Metiéndome de por medio , A gozar de mi bien todo ! FEDRA.

En su locura remedio, ¡ Ay de quien le ha de perder! Como lo cuento.


Y el agravio de mi fe. LAIDA. LAIDA.
NO siento industria mejor ¡Hola, dueña, ah camarera!... Y ¿quién hizo elcasamiento?
Para poderme quedar FEDRA. FEDRA.
En este mismo lugar, El Papa.
Sino seguir su furor. ¡Oh quién tan loca estuviera!
Fingirme quiero furiosa, ¡Qué venturosa mujer ! LAIDA.

S" dar en un frenesí ; LAIDA. Has papahígo.


Que si me dejan áqui, Traedme unbúcarode agua FEDRA.
Seré cuerda venturosa. Y una niranja. ¿ Venis? Pues ¡qué! ¿pensó la fregona
Ea pues, ¿qué me detengo? FEDRA. (Ap.) Casarse ella con Beltran ?
(Vocea como loca.) Ya me admiran... LAIDA.
¡Hola, gente de palacio! LAIDA. ¡Ay! ¡A la reina de Oran
¿Cómo venís tan despacio? Dueña , ¿oís? lina dueña Quintañona!
Decilde al Rey que ja vengo. Ármense mis carabelas ,
Aparta aquesta carroza ; FEDRA. (Ap.) Y vayan por todas partes
Dadme vos, Duque, la mano; Los desatinos que fragua. Tendidos mis estandartes.
Hágame viento ese enano , Por mi fe , que estoy movida FEDRA.
Que por mi fe que me goza.— A seguir su buen ejemplo, ¡ Ah ! ¿Sí? Quebrarcos las muelas.
Bueno va aquesto hasta aquí. Porque dos cosas contemplo
Que entrambas me dan la vida. LAIDA.
ESCENA XIX. La una , que si estoy loca, ¡Las muelas á mí una dueña ,
Aquí me habré de quedar, Bastarda de su linaje !
FEDRA.— LAIDA. Donde podré negociar ¡Hola! Tráigame aquí un paje
Lo mas que mi alma toca. tina hacha de partir leña.
FEDRA. La otra , que estando ansí FEDRA.
Hola , Laida , ¿estás acá? Soy tan igual á Beltran , ¡Reina vos ! Mentís , villana.
LAIDA. Que con el me casarán,
Viéndome por él sin mí , LAIDA.
¿Laida? La Reina dirá. Pues verán que deste modo ¿Mentis? Toma un bofetón.
FEDRA. Se remedia mi locura. FEDRA.
;Qué nuevas traigo , ay de mí ! Ya comienzo. Adiós , cordura , ¡Bofetón á mi á traición!
LAIDA. Adiós, seso y honra y todo. Esperad , doña Avellana.
¿Nuevas? ¿Qué nuevas? LAIDA. (Áseme las dos.)
FEDRA.
Dueña, ¿cómo no venis?
Mortales. FEDRA. ESCENA XX.
LAIDA. ¿ Qué queréis , reina y señora?
GERARDO, VALERIO.— Dichos.
¿Hase algún reino perdido, LAIDA.
Ó Ilota de las que lian ido Aguardo mas há de un hora GERARDO.
A las Indias Orientales? Un poco de agua y anís. Entrad ; que quiero ver este ruido ,
FEDRA. FEDRA. Y luego trataremos mas de espacio
Mi padre rae envia á llamar Descuidóse el maestresala , A lo que habéis venido.
Para que parla á Segorbe , Y vertióse el escabeche. VALERIO.
Sin que remedio lo estorbe, LAIDA. Llegad presto;
Ni se pueda replicar. Úntenle el pecho con leche , Que una loca maltrata vuestra hija.
Recibió cartas mi lio Y denle con una bala. GERARDO. [la.
De que la vida le importa (Ap. ¿Qué es aquesto de mi ama , Sobrina, ¿qué es aquesto? Suelta, apar-
Hacer mi jornada corta. Que asi me llevad humor?) j A qué bajaste aqui? Porteros, hola,
LAIDA. fedra. (Ap.) Recoged esta loca , y si es furiosa ,
Que se alegre el reino fio. Seguir quiero este furor ; ¿Por qué razón la sacan de su cárcel?
FEDRA. Que el amor furor se llama. LAIDA.
¿Qué reino? laida. (Ap.) ¿Ya no me conocéis , hermano viejo?
LAIDA. ¡Si me entiende el pensamiento, GERARDO.
El que yo gobierno Y se ha burlado de mí? Laida, ¿eres tú?
Como absoluta señora. FEDRA. LAIDA.
FEDRA. Gran Reina , un paje eslá aquí Yo soy.
¿Estás loca? Que os quiere contar un cuento.
FEDRA.
LAIDA. LAIDA.
Y la bellaca
Estoy agora Si es paje de don Beltran , ¿Sabéis que está diciendo que es la Rei-
Cascando á mi madre un yerno. Decid que le den licencia.' Y que con don Beltran está casada, [na.
FEDRA. FEDRA. Siendo, como lo sabe Dios y el mundo,
¡ Ay Dios ! El seso ha perdido. ¿Aun osáis en mi presencia Ese picaño mi marido?
LAIDA. Nombrar ese ganapán? GERARDO.
Por eso el alma ha ganado. LAIDA. ¡Oh cielos!
FEDRA. ¿No está luego averiguado ¿Qué dices, Fedra?
Laida , ¿qué hechizo te han dado ? Que Beltran es cosa mia? s VALERIO.

LAIDA. FEDRA. ¡Vive Dios, Gerardo,


Por los ojos le he bebido. ¡Qué gentil bellaquería, Que están entrambas locas, sin juicio!
FEDRA.
Estando el otro casado 1 GERARDO. [tO?
Vuelve en tí. LAIDA. ¡ Válame Dios! Y ¿qué habrá sido aques-
LAIDA. ¡Casado! ¿Con quién? ¿Si les dieron por dicha algún hechizo?
Poneos del lodo. FEDRA. FEDRA.
Conmigo. No es hechizo el amor, sino hechicero.
FEDRA. ,
El hechizo es la gracia y hermosura;
¡Dichosa , que loca estás', LAIDA.
Y si queréis saber el que me han dado,
Pues aqui te quedarás ¿Contigo?
128 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Mirad el talle de Beltran, y luego escena xxi. | ACTO TERCERO.
Me juzgaréis por loca venturosa.
LAIDA. PISANO, MARTIN, TOMÁS.— Dichos.
A mí también me ha dado ese hombre
[hechizos. PISANO. Sala ó galería del hospital.
Si lo queréis saber, miradme el pecho, ¿Qué es , Señor, lp que se ofrece,
Que, de abrasado, está cenizas hecho. Que tanta prisa nos das ? ESCENA PRIMERA.
GERARDO. GERARDO.
GERARDO. — VERINO.
Por Dios, amigo Valerio, Esto , que el alma entristece.
Que tiene aquesta desgracia PISANO. VERINO.
Otra razón y misterio. Señora Fedra, ¿aquí estás? También es de peligro que,no«oma ;
LAIDA.
FEDRA.
Haced , Gerardo, con regalo ó fuerza
Yo soy la reina de Tracia , Aquí estoy : ¿qué le parece? Que reciba el sustento necesario.
Aunque tengo aquí mi imperio. GERARDO.
TOMÁS.
VALERIO. Desde que dio , Verino , en su locura ,
De manera estoy suspenso, ¿Hales dado la locura? Porque á Beltran le quiten que no vea,
Que pienso que esto es hechizo. LAIDA. No ha querido comer, ni bastan ruegos.
GERARDO. Pregúnteselo á Beltran. VERINO.
¡ Ay de mi ! Lo mismo pienso; GERARDO. Ansí parece que el color del rostro,
Aunque si el amor lo hizo, Yo las pondré presto en cura. Que es lo que acá llamamos atrofia ,
Sabed que es hechizo intenso. MARTIN. Por falta de sustento muestra pálido ;
En mal punto me trajistes Laida. Descaece el estómago por hambre ,
A esta casa ese Beltran. LAIDA. Y enfríase de forma , que se siente
VALERIO. ¿Qué quiere el rufián? Del cuerpo en todas las extremas partes.
¿Tan presto su amor hicistes? Daréisla á oler un poco de vinagre
PISANO. O algún caliente pan , que es gran re-
GERARDO. ¡Qué incierta es nuestra cordura! [medio,
¿No veis del talleque están» ¿ Cómo fué aquesto , Señor? O bañaréisla todos los extremos.
FEDRA. GERARDO. GERARDO.
Dailemos, que estamos tristes. ; Ay amigo! que no sé. También hadado en tal melancolía,
GERARDO. Ellas ""
as dicen que es amor. Viéndose presa, que su vida temo.
Creciendo va su porfía. PISANO. VERINO.
{Bailen.) Pues yo se le quitaré. Un poco la sentí de calentura ;
LAIDA. GERARDO. Viene también de humores melancóli-
Deligo , deligo, deligo... En tu mano está mi honor. Aqueste mal se llama catalépsis, [eos;
Con el furor y frenesí participe ;
GERARDO. PISANO.
Ea,asildas. Aunque mas propiamente los antiguos
¿Qué es esto, sobrina mía? Llamaron este mal de vuestra Fedra
TOVAS.
FEDRA. Eróles, que as un género de tristes
Que deligo de candeligo. Está queda. Que solo del amor están enfermos.
GERARDO.
FEDRA. El frenesí conturba los sentidos,
Llega, perro, y llevarás. Levanta en ellos furia y liera cólera ,
¡Oh , qué extraña fantasía! Hácese cuando acaso el que le tiene
llija, ¿quién te ha puesto ansí? MARTIN.
No hay quien llegárseles pueda. Percibe dentro en sí vanas imágenes.
FEDRA. GERARDO.
GERARDO.
Beltran, Beltran: ¿no lo entiende? Esas deben de ser las que han podido
Tenia- bien fuerte , Tomás.— Perdella por amores desle loco.
GERARDO. No hay dolor que aqueste exceda.
Beltran es, ¡triste de mí! VERINO.
VALERIO.
VALERIO.
Del frenesis escribe Posidonio
¿Cuándo me daréis mi loca? Que es hinchazón de las membranas.
¿Que un loco este fuego enciende? GERARDO. De la cabeza , con calor tan vivo [cerca
GERARDO. En encerrando esta gente, De fiebre aguda, que enajena el seso.
Sobrina... Lo que á quererla os provoca Pudiéranse aplicar muchos remedios;
FEDRA. Trataremos largamente. Pero si vos queréis que yo no os canse,
Quiquiriquí. FEDRA. Vuestra sobrina morirá sin duda,
Suéltame. Si le quitáis la vista deste loco.
VALERIO.
MARTIN. GERARDO.
Por mejor tengo encerrallas Pues ¿qué tengo de hacerpara juntallos?
Antes que nadie las vea ; Calla la boca.
Que el castigo ha de curallas. FEDRA. VERINO.
GERARDO. Digo que es Beltran mi esposo. Subirle donde está y entretenella
Con decir que muy presto haréis las bo-
Yo haré que bastante sea LAIDA.
Pues esta fué la tema de su furia; [das.
A curallas ó acanallas, Mentís; que yo soy su esposa. Porque sabed que la mujer al hombre,
Y pondré á Beltran de suerte VALERIO. Como la forma á la materia quiere.
Que tenga en su desventura Digo que es cuento donoso.
Por mas contento la muerte. GERARDO.
GERARDO. Mil veces be pensado, por volvella
VALERIO.
No hay cosa mas lastimosa A su primer sentido , contentalla
A tener Beltran cordura , Que es un amante furioso. Con fingir que la caso con el loco.
Fuera justo; pero advierte... VERINO.
f GERARDO. Ese es discreto y único remedio,
Que no tengo qué advertir: Sin revolver Galenos ni Avicenas.
El ha sido la ocasión. Nunca encerréis al loco melancólico,
¿No acabáis ya de venir? Sino sacalde á ver gustos y fiestas ,
FEDRA.
Y dalde vino, si beberlo quiere, [liras
Que desbaratan mucho aquellas som-
Si le ponéis en prisión , Los humos densos y vapores crasos ;
A fe que me he de morir. Que en efeto es humor árido y frió.
LOS LOCOS DE VALENCIA. 1Í9
Hoy, dia de los Santos Inocentes, VERINO. Y encerrado asegurara
Hace fiesta Valencia en esta casa , ¿Cómo? El miedo del corazón;
Que sellamaporra/e en nuestra lengua. FLORIANO. Aunque agravio mi fortuna ,
Sacalda á un corredor, a una ventana; «Guarda tu corazón , dice, y advierte Que está tanto en mi favor,
Vea la gente, alégrese, entreténgase; Que del mismo procede lo que es vida.» Que es poca fe mi temor,
y si os parece, aquesta misma tarde Mas los médicos grandes y íilósolbs, Si temo desdicha alguna.
Se finja el desposorio con el loco; Cual vos lo sois , la han puesto en el ce
Que por dicha la fuerza deste gusto lebro , ESCENA TV.
La volverá como primero estaba. , De donde todos los sentidos salen ,
GERARDO. Y proceden del alma las acciones. ERÍFILA.— FLORIANO.
En todo he de seguir vuestro consejo. Esta fuerza se vierte por el cuerpo,
Has esperad ; que está en el cuento el Vivificando con calor los miembros. ERÍFILA.
verino. ['obo- GERARDO. En tu busca andaba ya
¿De qué manera es eso? ' ¿Acierta en lo que dice? Para darte el parabién ,
VERINO.
Aunque el pésame me den
GERARDO.
De bien que tan mal me está.
Beltran viene. i Y cómo acierta !
Sin duda que este fué gran estudiante; | Mil años á Fedra goces,
Oue aun habla cuerdamente estando lo- ; Loco bienaventurado.
ESCENA II. Beltran. [co.— FLORIANO.
FLORIANO. i Aun de burlas me has picado.
FLORIANO. —Dichos. Señor. ERÍFILA.
VERINO. I ¿De burlas? Mal me conoces.
FLORIANO.
Pues vos sabéis qué es alma, I Esto mal se pudo hacer
Por Oios.de no salir aunqueme maten, Y en ella habéis dolores padecido, Sin dar tú consentimiento.
Y que sobre eso perderé la vida. Y por ventura son por esa misma FLORIANO.
GERARDO. Que en la vuestra decís que agora vive, Ya digo que en burlas siento
Beltran, ¿que es eso? En vuestras manos viva su remedio. Nombrarme aquesa mujer.
FLORIANO. FLORIANO. No te finjas muy sentida
Quieren que esta tarde Pues ¿qué ha tenido? De lo que ser burla sabes.
Al patio salga con los otros locos , VERINO. ERÍFILA.
Como si fuese yo loco como ellos. Nunca yo en cosas tan graves
Yo soy muy cuerdo , y tengo mas sentido Está la pobre Fedra
Me burlé en toda mi vida.
Oue vos, ni vos, ni cuantos hay en casa, Loca por vos , frenética y furiosa ,
Y morirá si no os casáis con ella. Casado estás.
\' no quiero salir donde me vean. Gerardo y yo lo habernos concertado: floriano.
GERARDO. Por eso estad á punto ; que esta tarde ! ¿Yo casado ?
Tiene mucha razón, ¡lióla! dejalde; Pienso que se ha de hacer el desposorio. ¿Qué dices?
Hartos habrá que pidan la limosna. FLORIANO. I ERÍFILA.
No le llevéis por fuerza , si él no quiere. ¿ De veras ó de burlas ? Ansí se dice.
floriano. [do? verino. (Ap. á Gerardo.) FLORIANO.
¿Quién es este buen hombre, seor Gerar-
¿Qué diremos? Pues ¿ cómo , si no lo hice?
verino. % GERARDO. ERÍFILA.
,,Ya te olvidas, Beltran , de los amigos?
Decid que burlas. Basta que esté concertado.
FLORIANO.
VERINO. FLORIANO.
¿Quién , quién , por vida mia 1
Burlas será todo; Ese concierto es verdad;
VERINO. Que no queremos mas de que se alegre. Mas es para entretenella ,
Soy el médico. FLORIANO. [CO, Porque ha dado en decir e.la
FLORIANO. Pues id; que yo me siento cuerdo un po- ?ue me tiene voluntad ,
¡Oh , señor licenciado , y cuánto huelgo Y pienso nacer muy bien el desposado. diz que con esta burla
De ver su reverendo personaje ! GERARDO.
Sanara del frenesí.
Que soy amigo de hombres virtuosos ERÍFILA.
Y que sepan el alma de las cosas ; Yo tengo para mi , según es sabio , [to.
Pero no que me entiendan la del pecho. Que hacemos de salir con nuestro inten- Que no ; burla es para mi ;
Beltran, quedaos aqui; que en siendo Que nunca el alma se burla.
VERINO.
[tiempo, FLORIANO.
¿Tú sabes lo que es alma? Yoosenviaré á avisar.—Varaos, Vetino. Mi bien , si es de otra manera
FLORIANO. FLORIANO. El concierto que se ha hecho,
Sé que es alma Aqui estaré para serviros. En tu lugar en mi pecho
Acto primero y perfección del cuerpo. Entre á vivir una fiera ,
VERINO.
VERINO. Maldiga amor mis venturas ,
Vamos, Trueqúese en guerra mi paz ,
¿Y sabes qué es tener pasión en ella? Porque lo necesario prevengamos. Y lleve el viento en agraz
FLORIANO. (Yante Gerardo y Verino.) Mis esperanzas seguras.
¡Y cómo si lo he visto en mis trabajos! Seas un sol para mi
Yauu tengo un alma yo dentro en la ESCENA III. Que no te miren mis ojos,
[mi», Y una tempestad de enojos
Por quien me faltan de pasar algunos. FLORIANO. Que me divida de ti.
VERINO. ¿Tal habías de creer
¿Alma en tu alma? Hoy es el dia que temo Deste tu sujeto esclavo?
FLORIANO.
Ser de alguno conocido, ERÍFILA.
Por la gente que ha venido Ahora de creer acabo
Alma dentro el alma. A verme por grande extremo. Que ya es Fedra tu mujer;
, VERINO. Quitáronnos las prisiones; Que quien da satisfacion,
¿Sabes tú en qué lugar el alma vive? Que es dia de libertad, Y con tantas veras viene,
En que toda la ciudad Es gran señal que no tiene
. FLORIANO.
Hace aquí sus estaciones ; Inocente el corazón.
Dentro en el corazón, dicen algunos, Pero por esta razón Si por burla lo tuvieras ,
Siguiendo al Sabio en los Proverbio». Hoy dobladas las tomara, Mucho menos lo juraras ;
L-H.
%»,
y%y %^Jk
£t
%w.
ISO COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Y pues en ella reparas, FLORIANO. Que en efeto es mi parienta,
No son burlas , sino veras. Dentro del alma me falta. Y no es bien dejarla ansí.
Mas yo ¿qué te pido á ti? ERÍFILA.
Gente y silla traigo aquí.
Qué me debes o te debo? ERÍFILA.
Qué te dejo ó qué me llevo? Busca las manos de Fedra.
Si hoy te dejo , ayer te vi. FLORIANO.
Por mí fe, que voy contenta.
¿De qué padres me sacaste? Las tuyas solas adoro. Sacadme, sacadme luego;
De qué tierra me trajiste? ¡Ves por ventura que lloro? Que no quiero estar á ver
¿Qué servicios me hiciste? Una fiesta que han de hacer;
ERÍFILA. Que es fiesta con mucho fuego.
¿Cuándo ó cómo me engañaste? No lo veo ; que soy piedra.
Muéslitrame acaso un papel, VALERIO.
O alguno tuyo me pide. FLORIANO.
¿No iréis vos conmigo , Elvira?
¿Quién nos junta ó nos divide? Mataréme.
ERÍFILA.
Por qué te llamo cruel? ERÍFILA.
ti'or qué te vedo el casarte? ¿Qué me importa? ¡Y cómo si dcllo gusto !
Agora sin duda creo FLORIANO.
Sois galán , vestís al justo ,
Que no sin culpa me veo ¿Eso dices? Y pierdo con vos la ira ;
En esta furiosa parte. ERÍFILA.
Que á fe que estaba enojada.
Desde aqui digo, Floriano, Mas, pues buen talle tenéis,
¿Eso haces? Vos me desenojaréis.
Que alzo la mano de ti.
FLORIANO.
FLORIANO.
floriano. (Ap.)
Si deso te satisfaces,
Pues póngala el cielo en mi , Cortaréme el cuello. ; Cuál es la mujer airada!
Si alzares de mi tu mano. ERÍFILA.
ERÍFILA.
Es verdad que há pocos días Esta tarde había de haber
Que nuestro amor comenzó ; Corta,
Para que muera la lengua Por acá unos desposados,
Pero el alma ya te vio Y celos averiguados
Por sombras y profecías. En que se formó tal sí.
Son malos de padecer.
Muchos años que se ven FLORIANO.
Un ojo quieren quebrarme;
Se hablan dos sin voluntad, ¡Yo st, mi bien , contra til Mas yo les quebraré dos;
Y en un dia de amistad Mira que hablas en tu mengua. Que tengo bríos , por Dios,
Se suelen dos querer bien. ERÍFILA. Para matar y matarme.
Si fueron nuestras estrellas Hazte allá , que viene gente. FLORIANO.
Las que nuestro amor conforman ,
Qué mucho que en lo que forman FLORIANO. Elvira, si acaso gustas
N
.'ios parezcamos a ellas?
Si en dos dias de deseo
Este es aquel mi enemigo. De salir de la prisión,
¿Por qué tomas ocasión
Mil años y mas se ven , ESCENA V. De lo que no te disgustas?
Mil años te quiero bien , Si esto te parece bien ,
Mil años há que te veo. VALERIO.—Dichos. No trates á nadie mal ;
Lo que no hace una vista , Que aquí queda el hospital
Muy tarde el tiempo lo hace. valerio. (Dentro.) Por siempre jamás amen.
Yo traigo gente conmigo, ERÍFILA.
erífiu. Con que irá bastantemente. Ea pues, ¿no vamos?
Muy poco me satisface FLORIANO.
Que te me hagas solista. VALERIO.
No me conquistes con ciencia ; Sin duda viene por ti. Vamos;
Conquístame con amor; ERÍFILA. Que á la puerta está la silla.
8ue un inocente es mejor ¡Pluguiese á Dios! FLORIANO.
ue toda vana elocuencia. FLORIANO. {Ap. Quiero callar y sufrilla ,
FLORIANO. ¿Y te irás? Para que no nos perdamos;
Si es ansí , grande es el mió: ERÍFILA. Que apenas habrá salido
Vuelve , amores, ese cielo ; ¡Bueno • Agora lo verás. Cuando luego se arrepienta.)
?ue tengo el alma de hielo , (Sale Valerio.) En fin ¿te vas?
ERÍFILA.
en el pecho el fuego frío. Valerio. (A Erifila.)
Como-te me has enojado, Y contenta.
De manera mortificas En busca vengo de ti.
FLORIANO.
La parte que vivificas, ERÍFILA.
Yo quedo triste y corrido;
Que estoy como muerto helado ¿Sois vos el embajador
Alza esas manos hermosas De mi tio el preste Juan? Y pues mas no puede ser,
A los brazos de tu esposo, Vayanse los que se han de ir;
VALERIO. Que si habernos de morir,
Pues ya el cielo piadoso ¿Cómo os va , amigo Beltran?
Te ha quitado las esposas. Tiempo habremos menester.
Vuelve, mi regalo y bien , FLORIANO. VALERIO.
A confirmarme en tu gracia. Pardiez, hermano , peor. Adiós, amigo Beltran;
ERÍFILA.
VALERIO. Que me importa sacar esta.
¿No sabéis cómo saqué Después vendré á vuestra fiesta.
Mal conoces mi desgracia, Licencia para sacar ERÍFILA.
Como nuevo en mi desden. A Elvira deste lugar?
¡ Yo manos á ti ! Queda con Dios, ganapán.
ERÍFILA. Decilde á la desposada
FLORIANO.
A fe que albricias os dé. Que no se me da un cuatrín.
Sin falta, FLORIANO. FLORIANO.
Que de tu piedad lo arguyo.
Dios sabe si yo me he holgado. A falta de un serafín ,
ERÍFILA. No es muy mala una empanada.
VALERIO.
Aparta. Quiero en mi casa curalla. ERÍFILA.
FLORIANO.
FLORIANO. Ella ¿no es Fedra? pues basta;
¡ Ah mi bien ! En fin, ¿que pensáis llevalla? Que algún alnado tendréis.
ERÍFILA. VALERIO. FLORIANO.
i Yo tuyo? En esta locura he dudo'; Vos os arrepentiréis,
LOS LOCOS DE VALENCIA.
1M
Señora doña Canasta. MORDACHO. LEONATO.
(Entrando y saliendo tea esta vaya.) La música es divina concordancia Acertaréis; que es pródigo en extremo.
F.RÍFILA. Deste mundo inferior y del angélico.
Anda , bellaco goloso , Todocuantohayen todo, todo es música: PISANO.
Música el hombre, el cielo, el sol, la lu- Mandadnos dar, oh ilustre caballero,
Que te han cogido por hambre. Alguna cosa para aquestos pobres.'
[na,
FLORIANO. Los planetas, los signos, fas estrellas; CARALLERO.
Calla vos, galgo fiambre, Música la hermosura de las cosas. Estos agora , amigo , ¿ están templados?
Que os escapáis de medroso Ut, sol, fa, sol, re, mi, fa, sol, re, ut.
PISANO.
ERÍFILA. CALANDRIO. Algunos dellos suelen ser furiosos,
Dalde allá mis besamanos ¿Vistes per aventura aqui la nave Que agora con el tiempo están tratables.
A vuestra doña Coneja. Que em Portugal chamaron Cagafogo, CABALLERO.
FLORIANO. Que arrqjava os piloiros por o venlo? ¿Quién es aqueste?
Idos con Dios , mansa oveja, Pois tal micoracao ternos suspiros
Del fogo co que amor minha alma en- PISANO.
Que vais en poder de alanos.
belardo. [cende. Aqueste es un gran músico,
(Vanse Erífilay Valerio./ Cuyo nombre es Mordacho, aunque fin-
Dos cosas, ó dos partes propiamente [gido;
ESCENA VL Ha de tener la poesía , y estas Que el que tuvoen su seso fué Lisandro.
Dicen que son dulzura con provecho.
Por eso Cicerón nos aconseja CABALLERO.
FLORIANO.
Que la oración no solo sea dulce, Y este ¿quién es?
Por el miedo de la vida Pero que tenga utilidad, que importa. PISANO.
He gustado de callar, LAIDA. Belardo fué su nombre :
Y ver en qné ha de parar Escribe versos, y es del mundo fábula
Esta loca arrepentida; Hermosos son de mi Beltran los ojos , Con los varios sucesos de sú vida ,
Que , según me tuvo amor, Graciosa boca y apacible lengua. Aunque algunos le miran que merecen
Efetos son de sus celos ¡Dichosa el alma que de oiría goza! Este mismo lugar con mejor titulo.
Estos miedos y recelos ; f0»*8- [pobres? Aquesta es Laida, una criada pobre
Que no hay amor sin temor. ¿No hay quien nos dé limosna á aquestos Del administrador; perdió el juicio
No me quise descubrir, Por un Beltran que aquí también le falta.
Porque agradar á Valerio Este y aquel están ya reducidos;
Es la fuerza del misterio ESCENA VIII. Aunque les falta alguna vez el seso.
En que tengo de vivir. CABALLERO.
Soledad me hace mi loca ; UN CABALLERO , de camino; LEO-
Pero ella volverá presto; NATO , de criado suyo. —Dichos. ¿Y este mancebo?
Que en el alma se me ha puesto PISANO.
Que es amor quien la provoca. CABALLERO. Es portugués famoso,
No quiero hacer sentimiento De las cosas, Leonato, mas notables Que, enamorado de una gran señora, [do,
Hasta ver si se declara , Que en aquesta ciudad insigne he visto, Perdióen Coimbra clseso,yporelmun-
Sino ver en lo que para Después que ando por ella rebozado, Cual otro Orlando , fué peregrinando;
El fingido casamiento. (Vate.) Es aqueste hospital, obra famosa [nen; Paró en este lugar, y esta mas cuerdo.
Entre las mas óue aqueste nombre tie- CABALLERO.
ESCENA VII. Que aunque el de Zaragoza lo sea tanto, ¡Gracias á Dios ! y dénselas mil veces
Que pienso que con él competir puede, Aquellos quede aquestemal se escapan.
PISANO, con un azote; LAIDA, TO Este puede á su lado alzar la frente
BELARDO.
MÁS, MARTIN, BELARDO, MOR- Por una de las siete maravillas Pocos por esa parte se las dieran;
DACHO, CALANDRIO j/otroslocos. Que la piedad en este mundo ha hecho. Aunque de todo es bien darle iníinltas.
LEONATO.
CABALLERO.
PISANO.
Es obra digna de ciudad tan bella, ¿Por qué, Belardo?
Pasen delante, y pónganse por orden, Y sin habella visto me pesara
Sin hacer ni decir cosa que enfade, BELARDO.
De haber dejado sus labrados muros: Porque en este tiempo v
Porgue alegren la gente que los vea, Fuera de que la dama que te he dicho,
Y den liberalmente la limosna. Dicen que en esta casa estaba loca , No me daréis un hombre tan perfecto,
TOMÁS. Y de vella en extremo me holgaría. Que no haya hecho alguna gran locura,
Y vos podéis juzgar por vuestro pecho
¿Nosabe qué hade hacer?Estarsequedo CABALLERO. Lo que conozco yo por vuestra frente.
Y llevar el azote poco á poco. Déjame ver de espacio aquestos locos. CABALLERO.
mahtim. rnos ham PISANO. ¡Jesús ! ¿Es este hombre quiromántico?
¿Hay quién nos dé limosna? Hay quién ¡Ah señor gentilhombre! PISANO.
Alguna caridad á aquestos pobres?
LEONATO. Fué muy buen estudiante, como dicen,
BELABDO. feos? Y no mal matemático y astrólogo.
¿Mandáis algo?
¿Hay quién les dé limosna á aquestos lo- LAIDA.
PISANO.
MORDACHO.
Saber quién es aqueste caballero. ¡Que esté Beltran agora descuidado
Ut, sol, fa, sol, re, mi, sol.fa, re, ut. De que por él estoy en este punto l
LEONATO. CALANDRIO.
CALANDRIO.
Eu tenho já determinado em ludo No lo sabré decir, aunque le sirvo ; Coimbra me matou e deu vida.
Que minha dama falle co seu pai , Porque há dos días, y no mas, que es- ¡Oh montes de Coimbra , fermoseados
E que se faca o desposorio aínda, [tando De la inmortal belleza de aquel corpo,
Porque me morro e tudo me disfaco. En el Aseo ocioso entre otros mozos , Em que vive hum espirito tad grave! '
Me habló, y llevó consigo á su posada.
BELARDO. Dice que es de Aragón , y no otra cosa ; MORDACHO.
Ese verso es tomado del Petrarca, Mas bien se ve que es noble en su pre Ningún motete iguala á La Susana,
Y corresponde muito con Ovidio. sencia, Digan lo que dijeren cuantos cantan.
laida. (Ap.) Fuera de que en su trato lo conozco ; CABALLERO.
Todo fué comenzar esta locura; Que yo , como lo vei s , soy castellano. Extraños son los temas que han tomado.
Que apenas juraría que estoy cuerda : PISANO. PISANO.
Tanto puede en las cosas la costumbre. Pedirle quiero, si mandáis, limosna.
Veos tan inclinado á gustar dello», . .
43Í COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que si queréis gozar aquesta tarde Fué el remedio que le hice. GERARDO.
Del acto mas curioso que habéis visto, Muy poco entiende Galeno Eso creo yo que están ,
Os llevaré donde podáis gozarle. De curar la voluntad , Hija , los que vos tenéis.
Porque es una enfermedad FEDRA.
CABALLERO.
Que se cura con veneno ;
Serime de grandísimo regalo ; 8ue aunque le solemos dar ¿Cómo aqui no me traéis
Y enseñadme la casa muy de espacio ; on otras cosas templado, Al buen viejo don Beltran?
Que de limosna os m and oveinte escudos . Aqui se ha de dar mezclado
PISANO. En muerte que ha de sanar. ESCENA XI.
Pagúeos el cielo caridad tan grande. GERARDO.
Sabed , Señor, que un noble caballero, Y de Laida , mi criada , EL CABALLERO, LEONATO, PISA-
Que es administrador en esta casa, ¿No hay esperanza de bien? NO. —Dichos.
Trujo con su mujer una sobrina, VERINO.
Extremo de cordura y de belleza , CABALLERO.
Y esta se enamoró de tal manera Pondréla en cura también, Con vuestra licencia , en fin ,
De un locodesta casa, que hoy ha estado Después de Fedra curada. A ver esta fiesta vengo.
Cerca de dar el alma á quien la hizo. Hacelda luego llamar.
GERARDO.
Por consejo del médico se hace GERARDO.
De burlas, de los dos el desposorio; Por grande merced lo tengo.
Y póngase esto en efeto.
Porque, como ella ha dado en esta tema, Ya mandé que de secreto FEDRA.
Con esta industria piensan aplacalla: La hiciesen aqui bajar. ¿Quién es aqueste rocin?
Será cosa de ver y nunca vista. GERARDO.
VER1N0.
CABALLERO. [je gusto ¡Hola ! haced que sillas saquen ,
¿Es esta que viene?
Por Dios, que me habéis hechoungran- O bancos , porque no ocupen ,
Vamos , y recoged á los amigos ; Y haced que se desocupen
Que yo daré lo prometido. ESCENA X. Cuantos hoy la furia aplaquen ;
MUÑO. Que no hay boda si no hay gente.
PISANO , FEDRA. — Dichos. (Vate Pisano.)
Vamos ;
Que vuestra caridad suple por todo. PI&ANO.
FEDRA.
Ea, señores, entren sin ruido, Pardiez , que tenéis razón.
Porque andará el azote si le hacen. Entrad ,
Y estad con mucho cuidado, ¡Hola! haced dar un pregón
LAIDA.
Porque entienda el desposado Desde oriente hasta poniente;
A ver voy á Beltran. ¡ Hola , escuderos ! Que le tenéis voluntad. Que si es de los Doce Pares
Guiad esa carroza hacia palacio. Don Beltran, como decís,
FEDRA. Llegue la nueva áParis
CALANDR10.
Y Beltran ¿adonde está? Con botones y alamares.
¡Oh! d'hoje per diante, hermosa Llsida, Su hermano es el rey Pepino ,
GERARDO.
Por vosso amor conquistaran mis máos T Calaínos su madre ,
Tuda la India é costa de Guinea. Hga , agora le traeremos. YLanzarotesupadre,
MORDACHO. FEDRA. Cuando de Bretaña vino.
No vale todo el tono una seminima. Luego ¿aqui nos casaremos? (Vuelve Pisano con algunos locos, que
TOMÁS. GERARDO. traen y colocan bancot en el patio.)
Todo este mundo es locot. El cura aguardamos ya. PISANO.

MARTÍN .
PISANO. Ya están aqui los asientos.
Y encubiertos. Un hidalgo aragonés, GERARDO.
Que veinte escudos ha dado
BELARDO.
De limosna, me ha rogado, Siéntese vuesamerced .
¡Oh musas, musas! ¿Quién oshizonueve, Señor, si tu gusto es , CABALLERO.
Si mas de nueve mil son los poetas? Le dejes ver esta tiesta. Aquí basta.
Mas no os pese; que son los buenos pocos, GERARDO.
VERINO.
Y los que escriben mal , necios ó locos.
Entre quien quisiere á vella; ¡Hola! traed
{Yante.) Que no es cosa de importancia. Sillas.
FEDRA. CABALLERO.

Si yo hago esta ganancia, Cesen cumplimientos.


Patio del hospital. Yo os daré barató della. FEDRA.
(Yate Pisano.) Y yo ¿no me he de sentar?
ESCENA IX. GERARDO. ¡Hola ! tráiganme un estrado.
Pues hija , sosiega un poco, VERINO.
GERARDO, VERINO. Y de quien eres te acuerda. Id vos por el desposado.
GERARDO. FEDRA.
PISANO.
De suerte, señor doctor, ¿Cómo puedo yo estar cuerda Pues yo le voy á llamar. ( Yate.)
Ha sido vuestro consejo, Mientras me falta mi loco?
FEDRA.
Que alegre y contenta dejo GERARDO.
A nuestra enferma de amor. Pues después de estar casada, ¡Oh , buena pascua os dé Dios ,
Apenas del casamienlo ¿No piensas volver en ti? Que os vais doliendo de mi!
Mi voluntad entendió, FEDRA. GERARDO.
Cuando habló, comió y bebió Digo que si , si, si, sí;
Con excesivo contento. ¿Daisme la palabra aqui
Que este mi mal todo es nada, Que habéis de volver en vos?
VERINO. Alborotóse la mar
FEDRA.
El ver su tema cumplida , Con un poco de tormenta,
Que fué con Beltran casalla , Y mi nave anduvo atenta Si yo me veo casada,
Ha sido resucitalla Solo á poderse salvar. Luego cesará el enredo;
Y darle segunda vida. Vio desde lejos el puerto, Mas sabed que tengo miedo
Con yerbas Ovidio dice Y hasta llegar no paró ; Que toda esta fiesta es nada.
Que el amor no es medicable; Todas las jarcias perdió , Pero guardaos de engañarme,
i ansí , lo mas saludable Y hasta el casco quedó abierto. Y de aquesta burla hacerme ;
LOS LOCOS DE VALENCIA. 133
One 4 te quehabeis de perderme GERARDO. ESCENA XHI.
Por donde pensáis ganarme. No, no, hija, por mi vida;
GERARDO. Yo buscare quien lo sea. VALERIO, ERlFILA, EL CABALLE
¿Tú no ves que es desatino FEDRA.
RO, FEDRA, LAIDA, GERARDO,
Presumir que yo te engaño? ¿Han visto la relamida? VERINO, LEONATO, FLORIANO,
fedra. LAIDA.
VALERIO.
Yo sé que os pesa mi daño ; Callad vos , cabra Amaltea , ¿Que en efecto has porfiado
Has decid , ¿qué es del padrino? La de la barba fingida ; Hasta que hast llegado aquí?
VERINO.
Que á fe que si agora os dan
Al bellaco deBeltran, erífila.
Dad , Señor, licencia vos Que mañana no sea vuestro. No vengo huyendo de ti ,
A ese hidalgo , vuestro paje. Sino á buscar mi cuidado.
FEDRA.
CABALLERO. GERARDO.
Haréos echar un cabestro,
A la boda baceis ultraje ; Marquesa de Marinan. ¿Qué es esto?
Que jo lo seré , por Dios. FLORIANO. VALERIO.
VERINO. Esta loca es ,
Callad , y tened respeto
No , no ; basta que él lo sea. A vuestro marido, loca. Que , como si fuera brasa *
CABALLERO. Vuelve huyendo de mi casa.
FEDRA.
¡Hola ! Leonato. Llegando al umbral los pies.
¿No he de hablar?
GERARDO.
LEONATO. FLORIANO.
Elvira , ¿cómo te vienes?
Señor. ¿Vos? ¿A qué efeto? ¿Del remedio huyendo sale»?
CABALLERO. Coseos luego la boca
Con un poco de hilo prieto. erífila.
Ya eres padrino. Porque allá estaban mis males,
FEDRA.
LEOICATO. Y dejaba acá mis bienes.
He temor ¿Son esos vuestros regalos? Pensé poderlo sufrir,
De vestirme la librea; RELARDO. Y un grande engaño pensé;
Porque es un mal pegajoso , No gruñáis, que os hacéis viejo. Que con solo que llegué ,
Y entre locos no hay cordura; FLORIANO.
Llegué á punto de morir.
Aunque tan bella locura VALERIO.
Me tiene el seso invidioso. ¿Estos os parecen malos?
FEDRA.
No me ha bastado razón ,
FEDRA. Y al fin tras ella me vengo.
¿Quién sois vos, que sois padrino? ¿Queréis callar, Perotejo?
erífila.
FLORIANO.
LEONATO. ¿No veis que razón no tengo,
Cn hidalgo toledano. ¿Que calle? Daréos mil palos. Sino locura y pasión ?
FEDRA.
FEDRA. Este es efecto de celos ,
¡Pues cómo! ¿A vuestra mujer? Que la paz de amor destierra ,
¿Estáis de los cascos sano? Porque no han dado á la tierra
FLORIANO.
LEONATO. Mavor castigo los cielos.
¿Vos lo habiades de ser? No'tengais <le mí esperanza,
Blando estoy con el camino ;
Pero bien puedo servir. FEDRA. Que por Bellran me perdí.
Luego ¿no esta averiguado? leonato. (Ap.)
FEDRA.
Tocad ; que sois hombre honrado. FLORIANO. ¡Jesús! ¡Erífila aqui!
Como no esta deseado, ¿Hay tan extraña mudanza?
VERIHO. Sabed que hay mucho que hacer. VALERIO.
Aqui viene el desrosado. GERARDO. ¿Por Beltran? Sin duda alguna
GERARDO. Ea, dejad disparates. Que este loco es hechicero.
Salgárnosle á recebir. FLORIANO. FLORIANO.

Antes de aqueso no trates, No os enojéis, compañero,


ESCENA XTJ. Porque verdades diremos. Pues que no hay razón ninguna ;
Que yo ¿qué ofensa os he hecho?
Lóeos, que talen de dos en do»; MAR MORDACHO.
ERÍFILA.
TIN, TOMÁS, BELARDO, CALAN- ¿Queréis que nos soseguemos?
DRIO, LAIDA, MORDACHO, y de Que parecemos orates. Y dime, ¿estás ya casado?
trás PISANO, con FLORIANO de la VERINO. FLORIANO.

mano, vestido de desposado, d lo gra Muy bien ha dicho Mordacho. Sí, Elvira: ¿no ves al lado
cioso.— El CABALLERO, FEDRA, CALANDRIO. El alma de aqueste pecho.
GERARDO, VER1NO , LEONATO. ¿Vos queréis que folixemos, ERÍFILA.
Pois que contente me acho? ¿Que te has casado, traidor?
GERARDO. MORDACHO. FLORIANO.
Siéntense los dos aqui , Pardiez, Calandrio, bailemos, Cáseme , como te fuiste ,
Y Laida será madrina. Si quiere aqueste gabacho. Y porque me aborreciste ,
LAIDA. GERARDO. Teniendo á Valerio amor;
Antes vo mismo os lo ruego. Con quien , desde aquí te digo
¿Madrina me hacéis á mi? Que te vuelvas , porque es justo
Volveréme a la cocina, Manda*d que nos toquen luego ,
Y ayudaranos Belardo. Que á tus parientes des gusto.
¡Por el dia en que nad t
Baste que sufra los cuernos, BELARDO.
ERÍFILA.
Sin padecer dos infiernos De pesado me acobardo ; ¿Que te has casado, enemigo?
En penar y consentir. Pero no diréis que os niego. FLORIANO. (Ap.)
VERINO. • {Hacen estos una máscara de locos, ' , Ella piensa que es de veras.
Detente. vanse en acabando. ) ERÍFILA.
LA1»A.
¿Que va, traidor, fementido,
Quiérame ir ; Para siempre le he perdido?
Que tengo los ojos tiernos.
ftí COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Perro, yo te liaré que mueras. FLORIANO.
VERINO.
No piense que ha de gozarte
Nadie , pues yo te perdí. De ti la vida recibo. Cosa es para que estén ,
Que tu muerte me quitó. Los que le tienen , sin seso.
floriano. (Ap.) Pero dime , ¿de qué suerte Pero decid, Floriano,
¿Cosa que esta diga aquí Fué suceso tan extraño? ¿Quién es Elvira, esta loca?
Mi historia parte por parte? REINERO. LEONATO.
En [FILA. Eso á mí solo me toca ,
Mi muerte ha sido un engaño.
¿Piensas, traidor Floríano, Si me quiere dar la mano;
Con ese sajo fingido?... FLORIANO.
Que yo soy criado suyo,
FLOBUNO. ¿Engaño? pues ¿cómo? Y de su padre lo fui.
(Ap. ¡Vive Dios , que soy perdido ! ) REINERO. GERARDO.
Ta, ta. Pues ¿cómo ha venido aquí?
Advierte.
ERÍFILA. Amando á la hermosa Celia, LEONATO.
Desvia la mano. A quien tú también amaste, De decirla verdad huyo.
Haciéndole falso loco, De Aragón corona y gloria Yo , señores , la saqué
¿Encubrir de aquesta suerte Por hermosura y linaje ; De en casa de un padre honrado,
Del gran Reinero la muerte? Después de las muchas fiestas Tan hidalgo y estimado,
GERARDO.
Que hice en su misma calle, Cuanto después os diré.
Torneos de á pié famosos, Aquí la truje á Valencia,
¿De Remero? Espera un poco. De galas y de plumajes; Donde el ánimo perdí ,
¡Traidor! ¿ Tú eres Floriano, Sortijas llenas de cifras, Porque á su padre temí ;
El que mataste á Reinero? Con invenciones iguales , Y ansí, hice del la ausencia.
FLORIANO. En que las letras decían Las joyas que le tomé ,
Callad, que es loca. (Ap. Yo muero Lo mas que las almas saben; Tres mil ducados valdrán;
Desla vez. ¡Oh amor tirano! Muchos loros , en que hice ?ue todas juntas están ,
¡Mal haya el que su secreto Suertes, venturas y lances, sin falta las daré.
Descubre á mujer ninguna !) Y cuyo arrugado cuello Halláronla dando voces,
GERARDO.
Hizo'mi espada dos partes; Y por loca la trujeron ,
Y de algunas gentilezas, Donde estos amores fueron
Gian bien me dio la fortuna. En que á todos fui agradable, Tan grandes como conoces.
Las albricias te prometo. Sino es á la ingrata Celia, Dame , Entila , perdón;
Asilde todos muy bien. Que vive para matarme, Que este es tu nombre , y no Elvira.
PISANO. Pues cuando puse mas bien GERARDO.
¡Oh traidor! ¿Con este engaño Al caballo el acicate, El es suceso que admira,
Quieres remediar tu daño, Si decían :< Dios te guie , >
Ella , « Un estribo te arrastre;» Y me pone en confusión.
Y que la muerte nos den? ¿Casaránse, según eso?
Salí á rondarla una noche
GERARDO. Harto escura , porque salen FLORIANO.
Yo de Valerio me quejo , Entonces á ver su lumbre Eso no; que la ha querido
Que ha sido quien me engañó. Los murciégalos amantes , Valerio , por quien yo he sido
VALERIO. Y'o con espada y rodela , Libre de peor suceso.
Ser su amigo me forzó Y con un broquel un paje , El se casará con ella.
A darle ayuda y consejo. Aunque sin este venían VALERIO.
Otros dos con dos montantes. Es forzar la voluntad
CABALLERO. Aquel paje del broquel
Si no ha hecho mas delito Traía mi nombre y traje, Con el rigor y amistad
Que dar á Reinero muerte . A quien tú diste una herida, Que vuestro gusto atrepella.
Soltalde. Pero vuestras voluntades
De que ya difunto yace. Están conformes; y ansí,
GERARDO. Yo mandé que de los otros No es bien apartar por mi
Pues ¿de qué suerte? Nadie siguiese el alcance, Tan estrechas amistades.
Sino que el muerto del suelo
CABALLERO.
Levantasen al ¡lisiante. FLORIANO.
¡Oh cielo sanio y bendito! Hice que por la ciudad En mayor obligación ,
¡Cuántas maravillas son Fama de mi muerte echasen , Valerio, me habéis echado,
Las que salen de tu mano! Moviendo a piedad las piedras Pues dos vidas me habéis dado
¿Conócesme, Floriano? De una desgracia tan grande, En esta loca prisión.
FLORIANO. Por ver si se condolía Dame esa mano, mi bien;
¿Es sombra ó es ilusión? En la muerte de mis males, Que todo ha sido fingido.
La que jamás en la vida . Recíbeme por marido,
CAP i LERO. Tuvo lástima notable. Y por ta esclavo también.
Yo soy, no te cause espanto. Lastimó la triste nueva ERÍFILA.
Al viejo Conde mi padre ,
FLORIANO.
Haciendo mil diligencias La mano y el alma y todo,
¡Príncipe ! ¿que no eres muerto? Por hallarte y por hallarme; Dueño de mi libertad.
VALERIO. Porque hice que en secreto REINERO.
¿Es Reinero? Al paje muerto enterrasen, En tan gran solenidad
CABALLERO.
Y partí de Zaragoza Justo es que se cumpla todo.
Otro dia por la tarde. Valerio, pues ya sabéis
El mismo. Aquí he sabido que Celia guien es Fedra , y quién ha sido
VALERIO. Por mí grandes llantos hace; 1 casamiento fingido,
¿Cierto? Y ansí, pienso volver vivo Gusto que vos le acabéis.
CABALLERO (Ó REINERO).
Donde cíe nuevo me mate. Quiero que os caséis con ella.
Porque el Conde mas se alegre, VALERIO.
Yo soy; no te admires tanto. Conmigo quiero llevarte;
Sue es cien Heve un muerto á un loco A tener Fedra sentido ,
VALERIO.
ue tan bien fingirlo sabe. Fueras, Principe, servido,
Pues Señor, ¿no te mató Y yo dichoso en querella.
Floriano? FLORIANO.
FEDRA.
REINERO.
Por tan extraño suceso En eso no hay que culparme;
No, pues vivo. Gracias al cielo se den. Que aunque por ti le perdí ,
LOS LOCOS DE VALENCIA. 133
Yo sé también que os holgáis. Que me has parecido bien ;
Solo ser loca finprt Y ansi , por mujer te pido.
Para con Beltran casarme. LAIDA.
LAIDA.
Si gastas, yo soy dichosa. Pues ¿piensan que yo soy loca,
GERARDO. Señores casamenteros? Y voá tí por mi marido;
Que me contentas también.
Hija , iqne tienes sentido? GERARDO.
REMERO.
VALERIO. ¿Que aun falta mas?
De aquestos tres casamientos
Digo que soy tu marido. LAIDA.
Yo quiero ser el padrino ,
FEDRA. Falto haceros Porque este suceso es diño
V yo, Valerio, tn esposa. Una oración grave y poca. De iguales merecimientos.
VERINO. VERINO. Y iremos á Zaragoza,
Pues ¿qué es esto? Floriano.vosyyo.
¿Hay enredo semejante?
FLOR1AICO.
VALERIO. LAIDA.
Haber fingido Hoy vive quien os mató,
Según eso, loca mia, Y vivo , Señor, os goza ;
Mia sois. Este loco frenesí Que es cuento de que habrá pocos.
mu. Por ver si pudiera ansí
Gozar del bien que he perdido. REINERO.
¿Cuya podría, Solo les pido en estrenas
Sino de tan loco amante? Tan buen fin seguro estoba.
Me vuelvan a lo que fui.
Huélgome que vos seáis FLORIANO.
Tan principal caballero. LEONATO.
Y aun si me quieres á mí , Aquí , Senado , se acaba
VALERIO. El hospital de los locot.
Y de lo mucho que os quiero Podrás remediar tus penas ;
LA ESTRELLA DE SEVILLA.
PERSONAS.

EL REY DON SANCHO EL FARFAN DE RIBERA , alcalde BUSTO TABERA. DON MANUEL.
BRAVO. mayor. ESTRELLA, dama. CLARINDO.flraetflí».
DON ARIAS. DON GONZALO DE ULLOA. TEODORA. UN ALCAU)E.
DON PEDRO DE GUZMAN, FERNÁN PÉREZ DE MEDINA. MATILDE. Acompañamiento.
alcalde mayor. DON SANCHO ORTIZ. DON ÍNIGO OSOÍUO. Criados. Músicos. Gente.

La escena es en Sevilla.

FARFAN. ¿ Cómo limitas y tasas


ACTO PRIMERO. Con su lealtad v su gente Sus celajes y arreboles?
Sevilla en tan alta empresa Y di ¿cómo en tantos soles
Le servirá á vuestra alteza ', Como fueron, no te abrasas?
Solón del alcázar. Ofreciendo juntamente DON ARIAS.
ESCENA PRIMERA. Las vidas *. Doña Leonor de Ribera
DON ARIAS. Todo un cielo parecía ;
EL REY, DON ARIAS, DON PEDRO DE Asi lo siente Que de su rostro nacia
GUZMAN, FARFAN DE RIBERA De vos el Rey y de vos : El sol de la primavera.
Satisfecho de los dos RET.
REY. Queda , y de vuestro deseo. Sol es, si blanca no fuera,
Muy agradecido estoy RET. Y á un sol con rayos de nieve
Al cuidado de Sevilla, Todo, Sevilla, lo creo Poca alabanza se debe,
Y conozco que en Castilla Y lo conozco. Id con Dios. Si en vez de abrasar, enfria.
Soberano rey ya soy. (Vanse los Alcaldes.) Sol que abrasase querría,
Desde hoy reino, pues desde hoy No sol que helado se bebe.
Sevilla me honra y ampara ; ESCENA II.
§ue es cosa evidente y clara DON ARIAS.
es averiguada ley EL REY, DON ARIAS. La que te arrojó las rosas,
Que en ella no fuera rey, DON ARIAS. Doña Mencia se llama
Si en Sevilla no reinara. ¿Qué te parece, Señor, Coronel.
Del gasto y recibimiento, De Sevilla?
RET.
Del aparato en mi entrada, RET. Hermosa dama ;
Si no la dejo pagada, Parecido Mas otras vi mas hermosas.
No puedo quedar contento. Me ha tan bien, que hoy he sido DON ARIAS.
Tendrá mi corte su asiento Las dos morenas briosas
En ella ; y no es maravilla Solo rey.
DON ARIAS. Que en la siguiente ventana
Que la corte de Castilla Estaban, eran doña Ana
De asiento en Sevilla esté ; Mucho mejor,
Mereciendo tu favor, Y doña Beatriz Mejia,
Que en Castilla reinaré Hermanas , con que aun el dia
Mientras reinare en Sevilla. Señor, te parecerá
Cada dia. Nuevos resplandores gana.
DON PEDRO.
RET. RET.
Hoy sus alcaldes mayores Claro está Por Ana es común la una ,
Agradecidos pedimos Que ciudad tan rica y bella, Y por Beatriz la otra es
Tus pies, porque recebimos Viviendo despacio en ella, Sola como el fénix, pues
En su nombre tus favores. Mas despacio admirará. Jamás le igualó ninguna.
Jurados y regidores DON ARIAS.
Ofrecen con voluntad DON ARIAS.

Su riqueza y su lealtad, El adorno y sus grandezas La buena ó mala fortuna


Y el Cabildo lo desea , De las calles, no sé yo ¿También se atribuye al nombre?
Con condición que no sea Si Augusto en Roma las vio, RET.
En daño de tu ciudad. Ni tuvo tantas riquezas. En amor (y no te asombre)
BET. RET. Los nombres sonsextrañeza,
Yo quedo muy satisfecho. . Y las divinas bellezas, Son • calidad y nobleza
i ¿Por qué en silencio las pasas? AI apetito del nombre.
DON PEDRO. * Tampoco alteza es consonante de em DON ARIAS.

Tus manos nos da á besar. presa. La blanca y rubia...


1 Aquí aparece incompleto y viciado el REY.
RET. texto en la única y rarísima edición antigua
Que en recebirme habéis hecho que se halla de esta preciosa composición. No digas
Como quien sois ; y sospecho Los versos quinto, sexto y sétimo de esta dé Quién es esa : la mujer
Que á vuestro amparo he de hacerme cima se leen alli de este modo : Blanca y rubia vendrá á ser
Rey de Gibraltar, que duerme Las vidas. Mármol y azófar ; y obligas,
Descuidado en las colunas; ARIAS. Como adelante prosigas,
Y con prósperas fortunas Asi lo siente, y satisfecho A oírlo7 que me da pena.
Su majestad de los dos
Haré que de mi se acuerde *. Queda de vuestro deseo. s Con dice en la edición antigua.
< Falta in verso á esta dirima. Donde se ve que sobran algunas palabras en <> Coa dice aqui también en la edición an
' Acuerde no es consonante de hacermey el primero o en el segundo de estos versos, tigua.
duerme. y falta un* entero. ' La dice en la edición primitiva.
1M COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Una tí de gracias llena , ¿Qué orden, don Arias, darás ESCENA IV.
Y en silencio la has dejado ; Para que la vea y hable ?
Que en sola la blanca has dado, ARIAS. FERNÁN PÉREZ DE MEDINA.—
Y no has dado en la morena. Esa estrella favorable, Dichos.
; Quién es la que en un balcón A pesar del sol, verás.
V.
Yo con atención miré,
Y la gorra le quilé
A su hermano honrar podrás; FERNÁN.
Que los mas fuertes honores Pienso, gran Señor, que llego
Con alguna suspensión? Baten tiros de favores. Tarde á vuestros altos pies ;
¿Quién es la que rayos son Favorécele ; que el dar, Besarlos quiero, y después...
Sus dos ojos fulminantes, Deshacer y conquistar REY.
En abrasar semejantes Puede imposibles mayores.
A los de Júpiter fuerte, Fernán Pérez, con sosiego
Si tú le das y él recibe, Los pies me podéis besar;
Que están dándome la muerte, Se obliga; y si es obligado,
De su rigor ignorantes? Que aun en mismanos está
Pagará lo que le has dado; El oficio, y no se da
Una que , de negro, hacia Que al que dan, en bronce escribe.
Fuerte competencia al sol , Tal plaza sin consultar
Y al horizonte español REY. Primero vuestra persona
Entre ébano amanecía. A ll.imarle te apercibe , Y otras del reino importantes ,
Una noche, horror del día, Y dar orden juntamente Que siendo en ellos allantes,
Pues, de negro, luz le daba, Cómo la noche siguiente Serán rayos de Archidona.
Y él eclipsado quedaba; Vea yo á Estrella en su casa; Id, y descansad.
Un borrón de la luz pura Epiciclo que me abrasa DON GONZALO.
Del sol, pues con su hermosura Con fuego que el alma siente. Señor,
Sus puras lineas borraba. ( Yase don Ana».) Este memorial os dejo.
DON ARIAS. ESCENA 111. FERNÁN.
Ya caigo, Señor, en ella. Y yo el mió, que es espejo
REY. DON GONZALO DE ULLOA, con luto. Del cristal de mi valor ;
En la mujer mas hermosa —EL REY. Donde se verá mi cara
Repara, que es justa cosa. Limpia, perfecta y leal.
DON GONZALO.
GONZALO.
Aon arias. Déme los pies vuestra alteza.
Esa la llaman la Estrella También el mío es cristal
REY. Que hace mi justicia clara.
De Sevilla. Levantad, por vida mia.
REY. [yante Don Gonzalo y Fernán.)
Día de tanta alegría
Si es mas bella ' ¿Venís con tanta tristeza?
Que el sol, ¿cómo así la ofende ESCENA V.
DON GONZALO.
Sevilla? Cómo no entiende
Que merece su arrebol Murió mi padre... DONARÍAS, BUSTO TABERA.—
Llamarse Sol, pues es sol REY. EL REY.
Que vivifica y enciende? Perdí DON ARIAS.
DON ARIAS. Un valiente capitán.
Aquí, gran Señor, está
Es doña Estrella Tabera DON GONZALO.
Busto Tabera.
Su nombre, y por maravilla Y las fronteras están BUSTO.
La llama Estrella Sevilla. Sin quien las defienda.
REY.
A esos pies
REY. Turbado llego, porque es
Y Sol llamarla pudiera. Si. Natural efecto ya
Faltó una heroica persona, En la presencia del Rey
DON ARIAS. Y enternecido os escucho.
Casarla su hermano espera Turbarse el vasallo; y yo,
En Sevilla como es justo. DON GONZALO. Puesto que esto lo causó,
Señor, ha perdido mucho Como es ordinaria ley,
REY. La frontera de Archidona ; Dos veces llego turbado,
Se llama su hermano... Y puesto, Señor, que igual Porque el hacerme, Señor,
DON ARIAS. Ño ha de haber en su valor, Este impensado favor,
Busto Y que be heredado el honor Turbación en mí ha causado.
Tabera, y es regidor De tan fuerte general, REY.
De Sevilla, cuyo honor Vuestra alteza no permita Alzad.
A su calidad ajusto. Que no se me dé el oficio ROSTO.
Que ha vacado. Bien estoy así;
REY.
REY.
¿Y es casado? Que si el Rey se ha de tratar
Claro indicio Como santo en el altar,
DON ARIAS. Que en vos siempre se acredita. Digno lugar escogí.
No es casado; Pero la muerte llorad
Que en la esfera sevillana De vuestro padre, y en tanto REY.
Es sol, si estrella es su hermana ; Que estáis con luto y con llanto, Vos sois un gran caballero.
Que estrella y sol se han juntado. En mi corte descansad. busto.
REY. DON GONZALO. De eso he dado á España indicio;
En buena estrella he llegado Con la mesma pretensión Pero conforme á mi oficio,
A Sevilla : tendré en ella Fernán Pérez de Medina Señor, los aumentos quiero.
Fuerte favor, si es tan bella Viene, y llevar imagina REY.
Como la deseo; ya Por servicios el bastón ;
Todo me sucederá Que en fin adalid ha sido Pues yo los puedo aumentar.
Muy bien, con tan buena estrella. Diez años, y con la espada BUSTO.

• El resto de esta décima se lee en la edi Los nácares de Granada Divinas y humanas leyes
ción antigua asi : De rubíes ha teñido ; Dan potestad á los reyes;
Y por eso adelantarme Pero no les dan lugar
SI es mas bella Quise. A los vasallos á ser
Que el sol, i como asi la ofende?
Mas Sevilla no se entiende, REY. Con sus reyes atrevidos,
Mereciendo su arrebol; Verémeenello; Porque con ellos medidos,
Llamárase sol, pues es sol Que supuesto que he de hacello, Gran Señor, deben tener
Que vivifica j enciende. Quiero en ello consultarme. Sus deseos; y asi, yo,
LA ESTRELLA DE SEVLLA. 131
Que exceder las leyes veo, •Pide en este memorial BUSTO.
Junto á la ley mi deseo. >EI bastón de general Por ello los pies te pido.
RF.T. >De los campos de Archidona.» REY.
¿Cuál hombre no deseó RET. Daréla , Busto , marido
Ser roas siempre? Decid los vuestros. Que á su igual no desmerezca.
BUSTO. BUSTO.
Y decidle que he de ser
Si á mas fuera , No sé Padrino y casamentero,
Cubierto me hubiera hoy; Servicio aquí que decir, Y que yo dotarla quiero.
Pero si Tobera soy, Por donde pueda pedir, BUSTO.
No ha de cubrirse Tabera. Ni por donde se me dé. Ahora quiero saber,
rey. (Aparte con don Aria*.) Referir de mis pasados Señor, para qué ocasión
Los soberanos blasones, Vuesa alteza me lia llamado;
¡Notable filosofía Porque me ha puesto en cuidado.
De honor! Tantos vencidos pendones
Y castillos conquistados, REY. '
don arias. (Ap. con el Rey.) Pudiera ; pero, Señor, Tenéis, Tabera, razón.
Capricho el primero Ya por ellos merecieron Yo os llamé para un negocio
Sin segundo. Honor; y si ellos sirvieron, De Sevilla, y quise hablaros
RET. No merezco yo su honor. Primero, para informaros
Yo no quiero, La justicia, para sello, Del ; pero la paz y el ocio
Tabera, por vida mía, Ha de ser bien ordenada, Nos convida : mas despacio
Que os cubráis hasta aumentar Porque es caridad sagrada Lo trataremos los dos. ,
Vuestra persona en oficio, Que Dios cuelga de un cabello. Desde hoy asistidme vos
Que os dé deste amor indicio ; Dar este oficio es justicia En mi cámara y palacio.
Y asi, os quiero consultar, A uno de los dos aquí ; Id con Dios.
Sacándoos de ser Tabera, Que si me le dais á mi, BUSTO.
Por general de Archidona; Hacéis, Señor, injusticia. Los pies me dad.
Ene vuestra heroica persona Y aqui en Sevilla, Señor, RET,
era rayo en su frontera. En cosa no os he obligado ;
Que en las guerras fui soldado, Mis dos brazos, regidor,
BUSTO. Os daré.
Pues yo. Señor, ¿en qué guerra Y en las paces regidor.
BUSTO.
Os he" servido? Y si va á decir verdad,
Fernán Pérez de Medina Tanto favor
RET.
Merece el cargo ; que es dina No entiende mi actividad.
En la paz De la frontera su edad. ( Ap. Sospechoso voy : quererme,
Os hallo, Busto , capaz Y á don Gonzalo podéis, Y sin conocerme honrarme,
Para defender mi tierra ; Sue es mozo y cordobés Cid , Mas parece sobornarme,
Tanto, que ahora os prefiero acer, Señor¡ adalid. Honor, que favorecerme.) (Vate.)
A estos que servicios tales RET.
Muestran por sus memoriales, ESCENA TI.
Que aquí en mi presencia quiero Sea pues lo que queréis.
EL REY, DON ARIAS.
Que leáis y despachéis. BUSTO.
Tres pretenden, que sois vos Solo quiero (y la razón
Y estos dos: mirad qué dos Y la justicia lo quieren) El hombre es bien entendido,
Competidores tenéis. Darles á los que sirvieren Y tan cuerdo como honrado.
BUSTO. Debida satisfacion. DON ARIAS.
(Lee.) «Muy poderoso Señor: Don Gon- RET.
Destos honrados me enfado.
>zalo de Ulloa suplica á vuestra alteza Basta ; que me avergonzáis ¡ Cuántos, gran Señor, lo han sido,
>le haga la merced de la plaza de capi- Con vuestros buenos consejos. Hasta dar con la ocasión !
»tan general delasfronterasdeArchído- BUSTO. Sin ella , son destos modos
»na, atento que mi padre, estándole sir- Son mis verdades espejos ; Todos cuerdos ; pero todos
»viendo mas tiempo de catorceaños, ha- Y asi, en ellas os miráis. Ño en todas, Señor, lo son.
>ciendo notables servicios á Dios por RET. Aquel murmura hoy de aquel
>vuestra corona, murió en una escara- Sois un grande caballero, Que de otro ayer murmuró;
tmuza. Pido justicia, etc.» Y en mi cámara y palacio Que la ley que ejecutó,
—Si de su padre el valor Quiero que asistáis despacio, Ejecuta el tiempo en él.
Ha heredado don Gonzalo, Porque yo conmigo os quiero. Su honra en una balanza
El oficio le señalo. ¿Sois casado? Pone ; en otra poner puedes
RET. BUSTO. Tus favores y mercedes,
Leed el otro « . . Gran Señor, Tu lisonja y tu privanza.
Soy de una hermana marido, REY.
busto. (Lee.)
«Señor, Y casarme no he querido Encubierto pienso ver
«Fernán Pérez de Medina, Hasta dársele. Esta mujer en su casa, >
•Veinte años soldado ha sido, RET. Que es sol, pues tanto me abrasa,
»Y á vuestro padre ha servido, Mejor Aunque estrella al parecer.
•Y serviros imagina Yo, Busto, se le daré. Viva yo, y diga Castilla .
«Con su brazo y con su espada, ¿Es su nombre? Lo que quisiere decir ;
>En propios reinos, y extraños. RUSTO.
Que, rey ciego, he de seguir
>Ha sido adalid diez años A la Estrella de Sevilla.
Doña Estrella.
t De la vega de Granada, (Yante.)
REY.
>Ha estado captivo en ella A Estrella, que será bella ,
«Tres años en ejercicios No sé qué esposo le dé
«Curios ; por cuyos oficios, Sala en casa de Busto Tabera.
>Y por su espada-, que en ella Sino es el sol.
BUSTO. ESCENA VII.
«Toda su justicia abona,
Solo un hombre, DON SANCHO, ESTRELLA, MATIL
Señor, para Estrella anhelo;
< Edición antigás : Que no es estrella del cielo. DE, CLARINDO.
RET.
REY. DOX SANCHO.
Leed el otro memorial.
BUSTO. Yo la casaré, en mi nombre, Divino ángel mió,
(Lee.) Muy poderoso Señor. Con hombre que la merezca. ¿Cuándo seré tu dueño,
Í40 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
Sacando deste empeño DON SANCHO. Y bien casada tu hermana,
Las ansias que te envío? Quiero El tenerle es cosa llana.
¿Cuándo el blanco roció Hablarle, porque muero Mas no cumples con la ley
Que vierten mis dos ojos, Lo que amor le entretiene. De amistad, porque debias
Sol que alumbrando sales Decirle al Rey que y
En conchas de corales. [jos, CLARINOO.
De que ha formado amor los labios ro Busto Tabera viene. Casada tu hermana"
Con apacibles calmas [mas? BUSTO.
Perlas harás que engasten nuestras al- ESCENA VIII. Andaba
ESTRELLA. Entre tantas demasías
Si como mis deseos BUSTO.— Dichos. Turbado mi entendimiento,
Los tiempos caminaran, Que lugar no me dió alli
Al sol aventajaran BUSTO. A decirlo.
Los pasos giganteos, ¡Sancho amigo!... DON SANCHO.
Y mis dulces empleos ESTRELLA. Siendo así ,
Celebrara Sevilla, ¡ Ay! ¿Qué es esto? ¿No se hará mi casamiento?
Sin envidiar celosa, DON SANCHO. BUSTO.
Amante venturosa. ¿ Vos con melancolía ? Volviendo á informar al Rey
La regalada y tierna tortolilla, Que están hechos los conciertos
Que con arrullos roncos BUSTO. Y escrituras, serán ciertos
Tálamos hace de los huecos troncos. Tristeza y alegría Los contratos; que su ley
DON SANCHO. En cuidado me han puesto. No ha de atrepellar lo justo.
¡ Ay cómo te agradece Entrate dentro, Estrella.
ESTRELLA. SANCHO.
Mi vida esos deseos! Si el Rey la quiere torcer,
Los etéreos trofeos ¡Válgame Dios ! El tiempo me ntropel la. ¡Quién fuerza le podrá hacer,
De la fama apetece (Yante Ettrelln y Matilde.) Habiendo interés ó gusto?
Mi alma, y se te ofrece. BUSTO.
ESTRELLA. ESCENA IX. Yo le hablaré y vos también,
Yo con ella la vida , DON SANCHO , BUSTO , CLARINDO. Pues yo entonces, de turbado,
Para que viva en ella. No le dije lo tratado.
SANCHO. BUSTO. DON SANCHO.
¡ Ay, amorosa Estrella, Sancho Ortiz de las Roelas... Muerte pesares me dén.
De fuego y luz vestida ! SANCHO. Bien decía que en el tiempo
ESTRELLA. ¿Ya no me llamáis cuñado? No hay instante de firmeza,
¡Ay, piadoso homicida! BUSTO. Y que el llanto y la tristeza
SANCHO. Un caballo desbocado Son sombra de pasatiempo.
¡Ay, sagrados despojos, , Me hace correr sin espuelas. Y cuando el Rey con violencia
Norteen el mardemis confusos ojos! No Sabed que el Rey me llamó, Quisiere torcer la ley...
clarindo. (A Matilde.) sé por Dios para qué; BUSTO.
Que aunque se lo pregunté, Sancho Ortiz, el Rey es rey:
¿Cómo los dos no damos Jamás me lo declaró. Callar, y tener paciencia. (Vate.)
De holandas y cambrayes Hacíame general
Algunos blandos ayes, De Archídona, sin pedillo;
Siguiendo á nuestros amos? Y á fuerza de resistillo, ESCENA X.
SANCHO. No me dió el bastón real. DON SANCHO, CLARINDO.
¿No callas? Hizome al fin...
CLARINDO. DON SANCHO. DON SANCHO.
Ya callamos. En ocasión tan triste, [miento?
¡Ay, hermosa muleta (Ap. á Matilde.) Que todo eso es Proseguid alegría.
;
¿Quién, paciencia tendrá , quien sufrí-
De mi amante desmayo! Decid la melancolía, Tirano, que v'eniste,
■ATILDE. Y la tristeza decid. A perturbar mi dulce casamiento,
¡ Ay hermoso lacayo. Con aplauso á Sevilla,
Que al son de la almohaza eres poeta! De su cámara meBUSTO. ha hecho.
Ño goces los imperios de Castilla.
CLARINDO. Bien de don Sancho el Bravo
¡ Ay mi dicha ! DON SANCHO. Mereces el renombre; que en las obras
También es gusto. De conocerte acabo,
MATILDE. BUSTO. Pues por tu crueldad talnombreeobras;
¡Ay dichoso! Al pesar Pero Dios las humilla.
CLARINDO. Vamos. De Sevilla salgamos;
No tiene tantos ayes un leprosa. Vamos á Gibraltar, donde las vidas
DON SANCHO. (Ap.) En su riesgo perdamos.
DON SANCHO. Que me ha de costar CLARINDO.
¿Qué dice al fin tu hermano? Algún cuidado sospecho.
BUSTO. Sin ir allá las damos por perdidas.
ESTRELLA. DON SANCHO.
Que hechas las escrituras Díjome que no casara
Tan firmes y seguras, A Estrella, porque él quería Con Estrella tan bella,
El casamiento es llano, Casarla, y se prefería, ¿Cómo vengo á tener tan mala estrella?
Y que el darte la mano Cuando yo no la dotara, Mas ¡ ay, que es rigurosa ,
Unos días dilate A hacerlo y dalla marido Y en mi son sus efectos desdichados !
Hasta que él se prevenga. A su gusto. CLARINDO.
DON SANCHO. DON SANCHO. Por esta estrella hermosa
Mi amor quiere que tenga Tú dijiste Morimos como huevos estrellados ;
Mísero fin, si el tiempo le combate. Que estabas alegre y triste; Mejor fuera en tortilla.
Hoy casarme querría; . Mas yo solo el triste he sido. DON SANCHO.
Que da el tiempo mil vueltas cada dia. Pues tú alcanzas las mercedes, No goces los imperios de Castilla.
ESTRELLA. Y yo los pesares cojo.
Si el tiempo se detiene, Déjame a mi con tu enojo, (Yante.)
Y tú el gusto tener puedes ;
Habla á mi hermano. Que en la cámara del Rey,
141
LA ESTRELLA DE SEVILLA.
I ret. (Ap. con don Arias.) Aunque son para tus gracias
Calle. Limitadas las riquezas.
Gran resistencia Que su voluntad admitas ;
ESCENA XI. i Nos hace. Que si la admites y premias,
don arias. (Ap. con el Rey.) Serás de Sevilla el sol ,
EL REY, DON ARIAS, acompañamiento;
Llevarle importa; Si has sido hasta aquí la estrella.
después, BUSTO. ! Que yo quedaré con ella, Daráte villas, ciudades.
Y en tu nombre la hablaré. De quien serás ricahembra,
REY.
ret. Y daráfe á un ricohombre
Decid cómo estoy aquí. Por esposo , con quien seas
Habla paso, no te entienda ;
DON ARIAS.
Que tiene todo su honor Corona de tus pasados
Ya lo saben, y á la puerta Este necio en las orejas. Y aumento de tus Taberas.
A recibirte, Señor, ¿Qué respondes?
DON ARIAS.
Sale don Busto Tabera. ESTRELLA.
El peso las romperá. ¿Qué respondo?
(Sale Busto.)
RET. Lo que ves. ( Vuelve la espalda.)
BUSTO.
Basta; no quiero por fuerza DON ARIAS.
¡Tal merced, tanto favor! Ver vuestra casa. Aguarda, espera.
¿En mi casa vuestra alteza ? BUSTO. ESTRELLA.
RET. Señor, A tan livianos recados
Por Sevilla asi embozado En casando á doña Estrella , Da mi espalda la respuesta. (Vase.)
Sali , con gusto de verla , Con el adorno que es justo
Y me dijeron, pasando, La verá. ESCENA XIII.
Que eran vuestras casas estas, DON ARIAS.
Y quise verlas ; que dicen Esos coches llega. DON ARIAS, MATLLDE.
Que son en extremo buenas. RET.
DON ARIAS.
BDSTO. Ocupad, Busto, un estribo. (Ap. ¡Notable valor de hermanos!
Son casas de un escudero. BUSTO. Los dos suspenso me dejan.
RET. A pié, si me dais licencia, La gentilidad romana
Entremos. He de ir. Sevilla en los dos celebra.
BUSTO. RET. Parece cosa imposible
Señor, son hechas El coche es mió , Que el Rey los contraste y venza;
Para mi humildad, y vos Y mando yo en él. Pero porfía v poder
No podéis caber en ellas; DON ARIAS.
Talan montes, rompen peñas.
Que para tan gran señor Ya esperan Hablar quiero á esta criada;
Se cortaron muy estrechas, Que las dádivas son puertas .
Y no será bien notado Los coches Para conseguir favores
RET.
En Sevilla, cuando sepan De las Porcias yLucrecias.)
Guien al alcázar. ¿Eres criada de casa?
Que á visitarme venís.
BUSTO. (Ap.) MATILDE.
RET.
Muchas mercedes son estas ; Criada soy ; mas por fuerza.
No vengo , Busto, por ellas ; Gran favor el Rey me hace:
Por vos vengo. ¡Plegué á Dios que por bien sea! DON ARIAS.
BUSTO.
(Vanse.) ¿Cómo por fuerza?
Gran Señor, MATILDE.
Notable merced es esta ; Que soy
Y si aquí por mi venís, Sala en casi de Busto. Esclava.
No es justo que os obedezca ; DON ARIAS.
Quesera descortesía ESCENA XII.
¿Esclava?
Que á visitar su rey venga ESTRELLA, MATILDE ; después, DON MATILDE.
Al vasallo, y que el vasallo
Lo permita y lo consienta. ARIAS. Y sujeta,
Criado y vasallo soy, Sin la santa libertad,
Y es mas razón que yo os vea , ESTRELLA. A muerte y prisión perpetua.
Ya que me queréis honrar, ¿Qué es lo que dices, Matilde? DON ARIAS.
En el alcázar ; que afrentan ' ■ATILDE. Pues yo haré que el Rey te libre,
Muchas veces las mercedes, Que era el Rey , Señora. Y mil ducados de renta
Cuando vienen con sospecha. (Sale don Arias.) Con la libertad te dé,
RET.
DON ARIAS.
Si en su servicio te empleas.
¿Sospecha? ¿De qué? El era, MATILDE.
BUSTO. Y no es mucho que los reyes Por la libertad y el oro
Dirán, Siguiendo una estrella vengan. No habrá maldad que no emprenda.
Puesto que al contrario sea, A vuestra casa venia Mira lo que puedo hacer;
Que vemstes á mi casa Buscando tanta belleza ; Que lo haré , como yo pueda.
Por ver á mi hermana; y puesta Que si el Rey lo es de Casulla , DON ARIAS.
En buena opinión su fama, Vos de la beldad sois reina. Tú has de dar al Rey entrada
Está á pique de perderla ; El rey don Sancho, á quien llaman En casa esta noche.
Que el honor es cristal puro , Por su invicta fortaleza
MATILDE.
Que con un soplo se quiebra. El Bravo el vulgo , y los moros
Porque de su nombre tiemblan, Abiertas
RET.
Esa divina hermosura Todas las puertas tendrá,
Ya que estoy aquí , un negocio Vio en un balcón , competencia Como cumplas la promesa.
Comunicaros quisiera. De los palacios del alba , DON ARIAS.
Entremos. Cuando en rosas y azucenas Una cédula del Rey
RUSTO. Medio dormidas las aves , Con su firma y de su letra,
Por el camino La madrugan y recuerdan, Antes que entre te daré.
Será, si me dais licencia; Y del desvelo llorosa, MATILDE.
Que no tengo apercebida Vierte racimos de perlas.
La casa. Mandóme que de Castilla Pues yo le pondré en la mesma
Las riquezas te ofreciera , Cama de Estrella esta noche.
i Oitenlm dice lt edición antigua
US COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DON ARIAS.
REY.
¿A qué hora Busto se acuesta? Vén, don Arias, á ordenalla; El amor
■ATILDE. Que no dudaré en firmal la, Me alienta á tan alta empresa ».
Al alba viene a acostarse. Como mi amor lo atrepella.
MATILDE.
Todas las noches requiebra; DON ARIAS.
Que este descuido en los hombres Busque tras mi vuestra alteza*
¡Buena queda la esclavina, Lo escuro del corredor.
Infinitas honras cuesta. A fe de noble !
DON ARIAS. REY.
( Vanse.)
Y ¿á qué hora te parece Recelo ESCENA II.
Que venga el Rey? Que me vende el sol del cielo
■ATILDE. En la Estrella de Sevilla. DON MANUEL, BUSTO, DON ÍNlGO
Señor, venga
A las once; que ya entonces BUSTO.
Estará acostada. Esta es mi posada.
ACTO SEGUNDO. DON IÑIGO.
DON ARIAS.
Lleva Adiós.
Esta esmeralda en memoria Calle. BUSTO.
De las mercedes que esperas. Es temprano para mi.
(Vanse.) ESCENA PRIMERA. DON MANUEL.
EL REY, DON ARIAS y MATLLDE, á la No habéis de pasar de aqui.
Salón del alcázar. puerta de casa de Busto. BUSTO.
Basta.
ESCENA XIV. ■ATILDE. DON IÑIGO.

DON fNlGO OSORIO, BUSTO t DON Solo sera mas seguro; Tenemos los dos
Que todos reposan ya. Cierta visita que hacer.
MANUEL, con llaves doradas.
REY BUSTO.
DON MANUEL. ¿Y Estrella? * " ¿Qué os pareció Feliciana?
Goce vuestra señoría ■ATILDE. DON MANUEL.
La llave y cámara , y vea Durmiendo esti , En el alcázar mañana ,
El aumento que desea. Y el cuarto en que duerme, oscuro. Amigo , en esa mujer
BUSTO. REY. Hablaremos; que es figura
Saber pagalle querría Aunque decillo bastaba , Muy digna de celebrar.
A su alteza la merced Este es, mujer, el papel, (Vanse don Manuel y don Iñigo.)
Que me ltfice sin merecella. Con la libertad en él ;
DON IÑIGO. Que yo le daré otra esclava ESCENA III.
Mucho merecéis, y en ella A Basto.
Que no se engaña creed DON ARIAS. BUSTO.
ti Rey. El dinero y todo Temprano me entro á acostar.
BUSTO. Va en él. {Mirando el portal de su casa.)
Su llave me ha dado, ■ATILDE. Toda la casa está obscura.
Puerta me hace de su cielo; Dadme vuestros pies.
Aunque me amenaza el suelo, ¿No hay un paje ? ¡ Hola , Lujan ,
Viéndome tan levantado ; don arias. (Ap. al Rey.) Osorio, Juanico, Andrés!
Que como impensadamente Todas con el interés Todos duermen. ¡Justa, Inés!
Tantas mercedes me ha hecho, Son , Señor, de un mismo modo. También ellas dormirán.
Que se ha de mudar sospecho REY. ¡Matilde! También la esclava
El que honra tan de repente. Divina cosa es reinar. Se ha dormido : es dios el sueño,
Y de los sentidos dueño.
DON ARIAS.
ESCENA XV. (Éntrase en su casa.)
¿Quién lo puede resistir?
DONARÍAS.— Dichos. BEY.
AI fin , solo he de subir, Sala de casa de Busto.
DON ARIAS.
A recoger, caballeros; Para mas disimular.
ESCENA IV.
Que quiere el Rey escribir. DON ARIAS.

DON MANUEL.
¿Solo te aventuras hoy? EL REY, MATILDE; después,
Vamos pues á divertir REY. BUSTO.
La noche. Pues dime, ¿en qué me aventuro?
(Vanse Busto , don Iñigo y don Ma Y cuando 110 esté seguro , ■ATILDE.
¿Conmigo mismo no voy? Pienso que es el que llamaba
nuel. ) Mi señor. ¡ Perdida soy!
ESCENA XVI. DON ABIAS. BEY.

El REY. -DON ARIAS. {Dónde aguardaré? ¿No dijiste que venia


Al alba?
BEY.
REY.
Desviado de la calle,
■ATILDE.
¿Que sus luceros En parte donde te halle. Desdicha es mia.
Esta noche he de gozar, (Sale Busto, y el Rey se embota.)
Don Arias? DON ARIAS.
BUSTO.
DON ARIAS. En San Marcos entraré. ( Vase.) ¡Matilde!
La esclavina REY. ■ATILDÉ.
Es extremada. ¿A qué hora Busto vendrá? [Ay Dios ! Yo me voy.
BEY.
Castilla ■ATILDE. rey. (Ap. d ella.)
Estatuas le ha de labrar. Viene siempre cuando al alba No tengas pena.
. DONARÍAS.
Los pájaros hacen salva ; (Vase Matilde.)
Una cédula has de hacella. Y abierta la puerta esta
Hasta que él viene. * * Otra reí empresa por consonante de
I nitela.
LA ESTRELLA DE SEVILLA. US
ESCENA V. Tal defecto , pues sabéis Deste villano ofendido
Que sacras y humanas leyes Voy ; pero vengarme espero. (Vate.)
EL REY, BUSTO. Condenan á culpa estrecha UN CRIADO.

BUSTO.
Al que imagina ó sospecha Huyó quien tu afrenta trata.
Cosa indigna de los reyes.
¿Quiénes? BUSTO.

REY.
REY. Seguidle, dadle el castigo...
f Ap . ¡ Qué notable apurar de hombre ! ) — Dejadle ; que al enemigo
Un hombre. Hombre, digo que el Rey soy. Se ha de hacer puente de plata.
BCSTO.
¡ A estas horas hombre BUSTO. Dadle una luz á Matilde ,
En mi casa ! Diga el nombre Menos crédito te doy ; Y entraos vosotros allá.
Porque aqui no viene el nombre (Dámela , y vanse los criadot.)
REY.
De rey con las obras , pues
Aparta. Es el Rey el que da honor ; ESCENA VII.
BUSTO.
Tú buscas mi deshonor. BUSTO, MATILDE.
No sois cortés ;
Y si pasa, hade pasar rey. (Ap.)
Este es necio y descortés : BUSTO.
Por la punta desla espada;
Que aunque esta casa es sagrada, ¿Qué he de hacer? (Ap. Esta me vende, que está
La tengo de profanar. BUSTO.
j Avergonzada y humilde.
REY. (Ap. El embozado | La verdad he de sacar
Es el Rey , no hay que dudar. Con una mentira cierta.)
Ten la espada. Cierra de golpe esa puerta.—
BUSTO. Quiérole" dejar pasar, Aquí os tengo de matar :
¿Qué es tener, Y saber si me ha atrenlado Todo el caso me ha contado
Cuando el cuarto de mi hermana Luego; que el alma me incita
Desta suerte se profana? La cólera y el furor; El Rey.
MATILDE.
Quién sois tengo de saber, Qus es como censo el honor,
Ü aquí os tengo de matar. Que aquel que le da , le quita. ) (Ap. Si él no guardó
Pasa , cualquiera que seas , El secreto , ¿cómo yo ,
REY.
Y olía vez al Rey no infames, Con tan infelice estado,
Hombre de importancia soy; Ni el Rev, villano, te llames Lo puedo guardar?) Señor,
Déjame. Cuando haces hazañas feas. Todo lo que el Rey te dijo
BUSTO. Es verdad.
Mira que el Rey , mi señor,
En mi casa estoy , Del África horror y espanto, BUSTO.
Y en ella yo he de mandar. Es cristianísimo y santo, (Ap. Ya aquí colijo
REY. Y ofendes tanto valor. Los defectos de mi honor.)
Déjame pasar: advierte La llave me ha confiado ¿Que tu al fin al Rey le diste
?ue sov hombre bien nacido, De su casa , y no podía Entrada ?
aunque á tu casa he venido , Venir sin llave á la mia MATILDE.
No es mi intención ofenderte, Cuando la suya me ha dado. Me prometió
Sino aumentar mas tu honor. Y no atrepelléis la ley; La libertad; y asi, yo
BUSTO.
Mirad que es hombre en efeto : Por ella , como tú viste,
¡El honor asi se aumenta ! Esto os digo , y os respeto Hasta este mesmo lugar
Porque os ungisteis el Rey. Le metí.
BEY.
Y de verme no os asombre BUSTO.
Corre tu honor por mi cuenta. Fiel , aunque quedo afrentado; Y ¿sabe Estrella
BUSTO. Que un vasallo esta obligado Algo desto?
Por esta espada es mejor. A tener respeto al nombre. MATILDE.
Y si mi honor procuráis, Y sin mas alropellallos Pienso que ella
ÍCómo embozado venis ? ' Contra Dios y contra ley, En sus rayos á abrasar
lonrándome , ¿os encubrís ? Asi aprenderá á ser rey Me viniera , si entendiera
Dándome honor, ¿os tapáis? Del honor de sus vasallos. Mi concierto.
Vuestro temor os convenza , REY. BUSTO.
Como averiguado está ; Ya no lo puedo sufrir; Cosa es clara ;
Que ninguno que honra da, Que estoy confuso y corrido. Porque si acaso enturbiara
Tiene de dalla vergüenza. ¡Necio! Porque me he Ungido La luz, estrella no fuera.
Meted mano, ó ¡vive Dios, Ser el Rey, ¿me dejas ir? MATILDE.
Que os mate ! Pues advierte que yo quiero,
REY. No permite su arrebol
Porque dije que lo era, Eclipse ni sombra oscura ;
¡Necio apurar! Salir de aquesta manera; {Mete mano.) Que es su luz brillante y pura,
BUSTO. Que si libertad adquiero Participada del sol. »
Aquí os tengo de malar, ! Porque aquí rey me llamé, A su cámara llegó;
O me habéis de matar vos. ! Y en mi respetas el nombre, Y dándome este papel,
(Mete mano ) 1 Porque te admire y te asombre, Entró el Rey, y tú tras él.
REY. En las obras lo seré.
Muere, villano; que aqui BUSTO.
(Ap. Diréle quien soy.) Detente;
Alíenlo el nombre me da ¿Cómo? ¿Este papel te dio?
Que soy el Rey.
BUSTO. De Rey, y él te matará. MATILDE.

Es engaño. BUSTO. Con mil ducados de renta


¡El Rey procurar mi daño, Solo mi honor reina en mi. Y la libertad.
Solo , embozado y sin gente! BUSTO.
(Riñen.)
No puede ser ; y á su alteza (Ap. ¡Favor
Aquí , villano, ofendéis, ESCENA VI. Grande á costa de mi honor!
Pues defecto en él ponéis , ¡Bien me engranece menta ! )
Criados , con luce»; MATILDE.— EL
Que es una extraña bajeza. Vén conmigo.
¡El Rey había de estar REY, embozado, BUSTO. MATILDE.
Sus vasallos ofendiendo! ¿Dónde voy?
De nuevo en esto me ofendo; criados.
BUSTO.
Por esto os he de malar, ¿Qué es esto?
rey. {Ap.) Vasa que te vea el Rey;
Aunque mas me portieis ; Que así cumplo con la ley
Y ya que á mi me ofendáis, Escaparme quiero
Antes de ser conocido. Y obligación en que estoy,
Ño en su grandeza pongáis
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
MATILDE. Victorioso, y no vencido, ¿No me conoces? No sabes
¡A; desdichada esclavilla! Y hoy en Sevilla le dan, Quién soy? En mi boca ¿has visto
busto. (Ap.) Por gallardo y atrevido, Palabras desenlazadas
Si el Rey la quiso eclipsar, El lugar primero; que es Del honor con que las r¡¡o?
Fama á España ha de quedar De militares escuelas Porque si no has visto nada
De la Estrella de Sevilla. El sol. Que me pueda ser indicio ,
(Yante.) REY. ¿Qué delito puede haber?
Su nombre ¿cómo es? BUSTO.
DON ARIAS. Sin ocasión no lo digo.
Calle <|ue sale al alcázar. Sancho Ortiz de las Roelas,
Y el Cid andaluz después. ESTRELLA.
¿Sin ocasión?
ESCENA Vni. REY.
DDSTO.
Ese al momento me llama , ¡Ay, Estrella!
EL REY, DONARÍAS. Pues ya quiere amanecer. Que esta noche en casa...
REY.
donarías.
ESTRELLA.
Esto al fin ha sucedido. Vén a acostarte.
Dito;
DON ARIAS.
REY. Que si estuviere culpada ,
Quisiste entrar solo. ¿Qué cama, Luego me ofrezco al suplicio.
Arias, puede apetecer ¿Qué hubo esta noche en casa?
, RET. guien está ofendido y ama? BUSTO.
Ha andado se hombre llama al momento.
Tan necio y tan atrevido , Esta noche fué epiciclo
DON ARIAS.
Que vengo, amigo, afrentado ; Del sol ; que en ella esta noche
Que sé que me ha conocido. En el alcázar está Se trocó de Estrella el signo.
Metió mano para mi Un bulto pendiente al viento.
ESTRELLA.
Con equivocas razones, REY.
¿Bulto dices? ¿Qué será? Las llanezas del honor
Y aunque mas me resistí, No con astrólogo estilo
Las naturales acciones DON AMAS.
Se han de decir: habla claro,
Con que como hombre naci , No será sin fundamento. Y deja en sus zonas cinco
Del decoro me sacaron REY. El sol ; que aunque Estrella soy,
Que pide mi majestad. Mira quién es. Yo por el sol no me rijo.
Doy sobre él; pero llegaron DON ARIAS.
Con luces, que la verdad BUSTO.
Dijeran que imaginaron, La esclavina, Cuando partía la noche
Si la espalda no volviera, Con el papel en las manos. Con sus destemplados giros
Temiendo ser conocido; REY. La campana de las Cuevas,
Y vengo desta manera. ¡Hay tal rabia! Lisonja del cielo empíreo,
Lo que ves me ha sucedido DON ARIAS. Entré en casa , y tope en ella ,
Arias , con Busto Tabera. ¡Hay tal mancilla! Cerca de tu cuarto mismo,
REY.
Al Rey solo y embozado.
DON ARIAS.
Pague con muerte el disgusto ; Mataré á los dos hermanos , ESTRELLA.
Degüéllale, vea el sol Si se alborota Sevilla. ¡Qué dices !
Naciendo el castigo justo, BUSTO.
DON ARIAS.
Pues en el orbe español Mándale luego quitar, Verdad te digo.
No hay mas leyes que lu gusto. Y con decoro y secreto Mira, Estrella, á aquestas horas
También se puede enterrar. ¡A qué pudo haber venido
REY.
rAsf se pierde el respeto! El Rey a mi casa solo,
Matarle publicamente , Si por Estrella no vino !
Arias , es yerro mayor. Tabera no ha de quedar.
Matilde con él estaba;
DON ARIAS.
(Yante.) Que á los pasos y al ruido
Causa tendrás suficiente; Salió , porque entonces era
?ue en Sevilla es regidor, Sabio lince el honor mió.
el mas sabio y mas prudente Sala en casa de Busto. Metí mano, y «¿Quién va?» dye :
No deja, Señor, de hacer Respondió : « Un hombre ; » y embisto
Algún delito, llevado ESCENA IX. Con él ; y él , de mí apartado,
De la ambición y el poder. §ue era el Rey, Estrella , dijo;
BUSTO, ESTRELLA. aunque le conocí luego,
REY.
Es tan cuerdo y tan mirado, ESTRELLA.
Hiceme desentendido
Que culpa no ha de tener. ¿Qué es esto? En conocerle; que el cielo
Darme sufrimiento quiso.
BUSTO.
DON ARIAS. Embistióme, como rey
Pues hazle, Señor, matar Echa ese marco. Enojado y ofendido ;
En secreto. ESTRELLA. Que un rey que embiste enojado,
REY. Apenas el sol dormido Se trae su valor consigo.
Eso si: Por los balcones del alba Salieron pajes con luces;
Mas ¿de quién podré fiar Sale pisando zafiros, Y entonces , por no ser visto ,
Este secreto? ¡Y me levantas del lecho, Volvió la espalda, y no pudo
DON ARIAS.
Solo, triste y afligido! Ser de nadie conocido.
Confuso estás y turbado. Conjuré la esclava ; y ella,
De mi. Dime, ¿has visto algún delito Sin mostralle de Dionisio
REY. En que cómplice yo sea? Los tormentos, confesó
No te quiero aventurar. ROSTO. Las verdades sin martirio.
DON ARIAS. Tú me dirás si lo has sido. Firmada la libertad
Pues yo darte un hombre quiero, Le dio en un papel que hizo
ESTRELLA.
Valeroso y gran soldado, El Rey, cabeza al proceso
¿Yo ? ¿ Qué dices ? ¿ Estás loco? En que sus culpas fulmino.
Como insigne caballero, Dime si has perdido el juicio.
De quien el moro ha temblado Saquéla de casa luego,
¡Yo delito ! Mas ya entiendo Porque su aliento nocivo
En el obelisco fiero Que tú lo has hecho en decillo,
De Gibraltar, donde ha sido No sembrara deshonor
Pues solo con preguntallo, Por los nobles edificios.
Muchas veces capitán Contra mi lo has cometido. Cogíla á la puerta, y luego,
LA ESTRELLA DE SEVILLA. 148
Puesta en los hombros , camino DON SANCHO. DON SANCHO.
AI alcázar, y en sus rejas No es mucho que yo , Señor, ; Señor !
La colgué por su delito ; Me turbe, no siendo aqui Siendo Roela y soldado,
Que quiero que el Key conozca Retórico ni orador. ¿Me quieres hacer traidor?
Que hay tirulos contra Tarquinos. REY.
¡Yo muerte en caso pensado!
Esto me ha pasado, Estrella ; Cuerpo á cuerpo he de matalle,
Nuestro honor está en peligro : Pues decid , ¿ qué veis en mí ? Donde Sevilla lo vea ,
Yo he de ausentarme por fuerza, DON SANCHO. En la plaza ó en la calle ;
Y es tuerza darte marido. La majestad y el valor. Que al que mata y no pelea,
Sancho Ortiz lo ha de ser tuyo; Y al lin , una imagen veo Nadie puede dísculpalle ;
Que con su amparo te libro De Dios, pues le imila el Rey; Y gana mas el que muere
Del rigor del Rey, y yo Y después del , en vos creo. A traición , que el que le mata ;
Líbreme pongo en camino. A vuestra cesárea ley, Y el vivo, con cuantos traía
ESTRELLA. Gran Señor, aquí me empleo. Su alevosía reíiere.
¡ A y Busto! Dame esa mano rey. REY.
Por el favor infinito ¿Cómo estáis? Matadle como queráis;
Que me has hecho. DON SANCHO. Que este papel para abono
BUSTO. Nunca me he visto De mí firmado lleváis,
Hoy has de ser, Tan honrado como estoy. En que consta que os perdono '
Y asi , Estrella , te apercibo , REY.
Cualquier delito que hagáis.
Su esposa : guarda silencio , Pues aficionado os soy , Referidlo. (Dale elpapel.)
Porque importa al honor mió. ( Vase.) Por prudente y por bienquisto. DON SANCHO.
ESTRELLA. Porque estaréis con cuidado, Dice así :
¡Ayamor! y ¡qué ventura! Codicioso de salter (Lee.) «Al que ese papel advierte,
Ya' estás de la venda asido; Para lo que os he llamado, «Sancho Ortiz , luego por mí
No te has de librar. Mas ¿quién Decíroslo quiero, y ver »Y en mi nombre dadle muerte;
Sacó el lin por el principio, Que en vos lengo lin gran soldado. «Que yo por vos salgo aquí ;
Si entre la taza y la boca —A mi me importa matar i>\ si os halláis en aprieto,
Un sabio temió el peligro? (Vate.) En secreto á un hombre, y quiero «Por este papel firmado
Este caso conliar «Sacaros del os prometo. —
Solo de vos; que os preGero » Yo el Reí/. »— Estoy admirado
Salón del alcázar. A todos los del lugar. De que tan poco concelo
DON SANCHO.
Tenga de mi vuestra alteza.
ESCENA X. ¡Yo cédula ! Yo papel!
¿Está culpado? ¡ Que ! Mas en vos que no en él
BEY.
EL REY, con dos papeles; DON ARIAS. Confia aqui mi nobleza.
Sí está. Si vuestras palabras cobran
DON ARIAS. DON SANCHO. Valor (píelos montes labra,
Ya en la antecámara aguarda Pues ¿cómo muerte en secreto \ ellas cuanlo dicen obran,
Sancho Ortiz de las Roelas. A un culpado se leda? Dándome aqui la palabra,
REY. Poner su muerte en efeto Señor, los papeles sobran.
Todo el amor es cautelas ; Públicamente podrá Romped lo, porque sin él
Ya la piedad me acobarda. Vuestra justicia , sin dalle La muerte le solicita,
En este papel sellado Muerte en secreto; que así Mejor, Señor, que con él ;
Traigo su nombre y su muerte, Vos os culpáis en culpalle , Que en parte desacredita
Y en este, que yo líe mandado Pues dais á entender que aquí Vuestra palabra el papel. (Rómpele.)
Matarle : de aquesta suerte Sin culpa mandáis matalle. Sin papel , Señor, aqui
El quedara disculpado. Si ese hombre os ha ofendido Nos obligamos los dos,
Hazle entrar, y echa á la puerta En leve culpa, Señor, Y prometemos asi ,
La loba, y tú ño entres. Que le perdonéis os pido. Yo de vengaros á vos ,
REY.
Y' vos de librarme á mf.
DON ARIAS. Si es asi, no hay quehacer
¿No? Para su procurador, Cédulas , que estorbo han sido :
nEY. Sancho Ortiz, no habéis venido, Yo os voy luego á obedecer;
No ; porque quiero que advierta Sino para dalle muerte ; Y solo por premio os pido
Que sé este secreto yo Y pues se la mando dar Para esposa la mujer
Solamente; que concierta Escondiendo el brazo fuerte, Que yo eligiere.
La venganza mi deseo Debe á mi honor importar REY.
Mas acomodada asi. Matarle de aquesta suerte. Aunque sea
DON ARIAS.
¿Merece el que ha cometido
Ricafembra de Castilla
Voy á llamarle. ( Vase.) Crimen laesae, muerte? Os la concedo.
DON SANCHO.
REY.
DON SANCHO.
Ya veo, En fuego.
Amor, que no es este en mi REY. Posea
Alto y glorioso trofeo. ¿Y si crimen laesae ha sido Vuestro pié la alarbe silla ;
Eldesle?... I I mar los castillos vea
ESCENA XI. DON SANCHO.
Gloriosos y dilatados,
Y por sus climas helados...
DON SANCHO. — EL REY. Que muera luego, _ i
A voces , Señor, os pido ; REY.
don sancho. Y si es así , la daré ,
Señor, á mi mismo hermano, Vuestros hechos excelentes,
Vuestra alteza á mis dos labios Y en nada repararé. Sancho, quedarán premiados.
Les conceda los dos pies. En este papel va el nombre
REY.
REY.
Dadme esa palabra y mano. (Dale un papel.)
Alzad ; que os hiciera agravios. Del hombre que ha de morir ;
Alzad. DON SANCHO.
DON SANCHO. Y en ella el alma y la fe. < Verso que se halla en la edirion hecha
Señor... REY. en Boston . año (le 1X40, y mi se Ice en la
rey. (Ap.) impresión anticua <|ue nos sirve de original.
Hallándole descuidado * Kalta un verso que cousuene. con exce
> Galán es. Puedes matarle. lentes:
L-i. 10
w COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Cuando lo abráis no os asombre; Mas con el miedo y gusto DON SANCHO. (.)/).)
Mirad que he oido decir Me olvidaba del Rey , y no era justo. Y yo desdicha en hallaros,
En Sevilla que es muy hombre. Ya está el papel abierto. Porque me buscáis aquí
DON SANCHO. Quiero saber quién ha de serel muerto. Para darme vida á mi ;
Presto , Señor, lo sabremos. (Lee.) «Al que muerte habéis de dar, Pero yo para mataros.
«Es, Sancho, á Busto Tabera.» DISTO.
BEY. —¡Válgame Dios! ¡ Que esto quiera!
Los dos, Sancho, solamente ¡Tras una suerte un azar ! Ya, hermano, el plazo llegó
Este secreto sa hemos. Toda esta vida es jugar De vuestras dichosas bodas. -
Ko hay que advertiros ; prudente Una carleta imperfeta, DON SANCHO. <Ap.)
Sois vos : obrad , y callemos. ( Vate.) Mal barajada, y sujeta Mas de mis desdichas todas,
A desdichas y a pesares ; Decirte pudiera yo.
ESCENA XII. Que es toda en cientos y azares ¡Válgame Dios! "¿Quién se vio
l.omo juego de carteta. Jamás en tanto pesar?
CLARINDO.— DON SANCHO. Pintada la suerte vi; ¡Que aquí tengo de matar
Mas luego se despintó , AI que mas bien he querido!
CLARINDO. Y el naipe se barajó Que á su hermana haya perdido!
¿Había de encontrarte Para darme muerte á mi. Que con todo be de acabar !
Ciiandonuevastandulcesvengoá darte? Miraré si dice asi... BUSTO.
Dame, Señor, albricias Pero yo no lo leyera Ya por escritura estáis
De las glorias mayores que codicias. Si el papel no lo dijera. Casado con doña Estrella.
Quiérele otra vez mirar.
DON SANCHO. DON SANCHO.
(Lee.) «Al que muerte habéis de dar,
¿Agora de humor vienes? «Es, Sancho , á Busto Tabera.» Casarme quise con ella ;
CLARINDO. ¡Perdido soy ! ¿Qué he de hacer? Mas ya no, aunque me la dais.
¿Cómo el alma en albricias no previenes? Que al Rey la palabra he dado... BUSTO.
(Dale un papel.) ¿Conoceisme? ¡ Así me habláis !
Y á su hermana he de perder-
DON SANCHO. DON SANCHO.
Sancho Ortiz , no puede ser.
¿Cuyo es este ? Viva Busto. — Mas no es justo Por conoceros, aquí
CLARINDO. Que al honor contraste el gusto : Os hablo, Tabera, asi.
De Estrella, pía. Muera Busto , Busto muera.— BUSTO.
Que estaba masque el sol hermosa y be- Mas detente, mano fiera; Si me conocéis, Tabera,
Mandóme que te diera Viva Busto, viva Busto. ¿Cómo habláis de esa manera ?
Ese papel , y albricias te pidiera. —Mas no puedo con mi honor DON SANCHO.
Cumplir, si á mi amor acudo;
DON SANCHO.
Mas ¿quién resistirse pudo Hablo porque os conocí.
¿De qué?
CLARINDO.
A la fuerza del amor? BUSTO.
Morir me será mejor, Habréis en mi conocido
Del casamiento , O ausentarme, de manera Sangre, nobleza y valor,
Que seha de efectuar luego al momento. Que sirva al Rey, y él no muera. Y virtud, que es el honor;
DON SANCHO. Mas quiero al Rey agradar. Que sin ella honor no ha habido.
¡Qué dices! La alegría [mia? (Lee.) «Al que muerte habéis de dar, Y estoy, Sancho Ortiz, corrido...
Me ha de matar. ¿Que Estrella ha de ser «Es, Sancho, á Busto Tabera.» DON SANCHO.
El hermoso lucero ¿Si le mata por Estrella Mas lo estoy yo.
Del alba ¿os para mi? Del sol espero El Rey, que servilla trata?...
BUSTO.
Que los dorados rayos Si , por Estrella le mala :
En abismos de luz pinten desmayos. Pues no muera aquí por ella. ¡Vos! ¿Deque?
{Lee.) « Esposo , ya ha llegado Ofendelle vdefendella DON SANCHO.
«El venturoso plazo deseado : Quiero.—Mas soy caballero, De hablaros.
»Mi hermano va á buscarte Y no he de hacer lo que quiero , BUSTO.
«Solo por darme vida y por premiarte. Sino lo que debo hacer. Si en mi honra y fe
«Si del tiempo te acuerdas, Pues ¿qué debo obedecer? Algún defecto advertís,
«Búscale luego, y la ocasión no pierdas. La ley que fuere primero. Como villano mentís,
«Tu Estrella. »— ¡Ay forma bella! Mas no hay ley que á aquesto obligue. Y aquí os lo sustentaré. (Melé mano.)
¿Qué bien no he de alcanzar con tal es- Mas si hay ; que aunque injusto el Rey, DON SANCHO.
Avisa al mayordomo [trella? ¿Qué has de sustentar, villano?
De la dichosa sujeción que tomo, A él después Dios le castigue. (Ap. Perdone amor; que el exceso
Y que saque al momento Mi loco amor se mitigue ; Del Rey me ha quitado el seso,
Las libreas que están para este intento Que, aunque me cueste disgusto, Y es el resistirme en vano.)
En casa reservadas, Acudir al Rey es justo :
Y saquen las cabezas coronadas Busto muera , Busto muera , (Riñen.)
Mis lacayos y pajes Pues ya no hay quien decir quiera : BUSTO.
De hermosaspesadumbresde plumajes. «Viva Busto, viva Busto.» ¡Muerto soy! Deten la mano. (Cae.)
Y si albricias codicias, Perdóname, Estrella hermosa; DON SANCHO.
Toma aqueste jacinto por albricias; Que no es pequeño castigo ¡ Ay , que estoy fuera de mi,
Que el sol también te diera, Perderte y ser tu enemigo. Y s"in sentido te beri! ■
Cuando la piedra del anillo fuera. ¿Qué he hacer? ¿Puedo otra cosa? Mas aqui, hermano, te pido
CLARINDO.
ESCENA XIV. Que ya que cobré el sentido,
Vivas masque la piedra, Que tú me mates á mi.
A tu esposa enlazado como hiedra; BUSTO.— DON SANCHO. Quede tu espada envainada
Y pues tanto te precio, En mi pecho; abre con ella
Vivas, Señor, masañosquenoun necio. BUSTO. Puerta al alma.
(Yase.) Cuñado, suerte dichosa BUSTO.
He tenido en encontraros. A doña Estrella
ESCENA XIII. Os dejo, hermano, encargada.
i Falta «i osla décima on verso que con- Adiós. (Muere.)
DON SANCHO. suene con dado. DON SANCHO.
s Falla un verso : don Candido María Tri
gueros , que retundió esla comedia, lo su Rigurosa espada,
Buscará Busto quiero; plió cod este : Sangrienta y fiera homicida,
Que entre deseos y esperanzas muero. Es obedecerle ley. Si me has quitado la vida, •
LA ESTRELLA DE SEVILLA. ifí
Acábame de matar, Esto, Señor, es ser rey, I Dámela, y toma por ella
Porque le pueda pagar Y esto. Señor, es no sello. 1 Este diamante.
£1 alma por otra herida. Entendello y no entendello CLARINDO.
Importa, pues yo lo callo. Partida
ESCENA XV. Yo lo maté, no hay negallo ; Esta por medio la piedra :
Mas el por qué no diré: Será de melancolía;
Los dos alcaldes mayores DON PEDRO Otro confiese el porqué,
Que los jacintos padecen
DEGUZMANyFARFANDE RIBKRA, Pues yo confieso el matallo. De ese mal, aunque le quitan.
y OTROS CABALLEROS. — DON SAN {Llévamelo y vanse.) Partida por medio está.
CHO ; BUSTO, muerto. ESTRELLA.

DON PERRO.
¡ No importa que esté partida;
Sala en casa de Rusto. ; Que es bien que las piedras sientan
i
jQué es esto? Deten la mano. Mis contentos y alegrías.
DON SANCHO.
ESCENA XVII. ¡Ay venturoso dia!
I Esta, amigos, ha sido estrella mia!
¿Cómo, si á mi Yida he muerto? ESTRELLA, TEODORA.
FARFAN. TEODORA.
¡Hay tan grande desconcierto! ESTRELLA. Gran tropel suena en los patios.
DON PEDRO.
No sé si me vestí bien. CLARINDO.
iQué es esto? Como me vestí de prisa.
Dame, Teodora, ese espejo. Y ya la escalera arriba
DON SANCHO. Parece que sube gente.
TEODORA.
He muerto á mi hermano. ESTRELLA.
Soy un Cain sevillano, Verle, Señora, en ti misma
Puedes, porque no hay cristal ¿Qué valor hay que resista
Que vengativo y cruel, Al placer?
M-ité un inocente Abel : Que tantas verdades diga.
Véisle aquí ; matadme aquí; Ni de hermosura tan grande ESCENA XIX.
Que pues él muere por mí, Haga verdadera cifra.
Yo quiero morir por él. ESTRELLA. LOS DOS ALCALDES MAYORES , COTl CENTE
Alterado tengo el rostro que trae el cadáver de Busto. — Di
ESCENA XVI. Y la color encendida. chos.
TEODORA. estrella.
DONARÍAS.— Dichos.
Es, Señora, que la sangre Pero... ¿qué es esto?
DON ARIAS. Se ha asomado á las mejillas
DON PEDRO.
¿Qué es esto? Entre temor y vergüenza,
DON SANCHO. Solo á celebrar tus dichas. Los desastres y desdichas
Se hicieron para los hombres;
Un fiero rigor ; ESTRELLA.
Que es mar de llanto esta vida.
One tanto en los hombres labra Ya me parece que llega, El señor Busto Tabera
Una cumplida palabra Ruñado el rostro de risa , Es muerto.
Y un acrisolado honor. Mi esposo á darme la mano ESTRFTLA.
Decidle al Rey mi señor Entre mil tiernas caricias.
fue ticen los sevillanos ¡Suerte enemiga!
Ya me parece que dice
Las palabras en las manos. Mil ternezas, y que oidas , DON PEDRO.
Como lo veis, pues por ellas Sale el alma p"r los ojos, El consuelo que aqui os queda,
Atrepellan las Estrellas Disimulando sus niñas. Es que esta el (ieio homicida,
Y no hacen caso de hermanos. j Ay venturoso dia ! Sancho Ortiz de las Roelas,
DON PEDRO. iisia ha sido, Teodora, estrella mia. Preso, y del se hará justicia
Dio muerte á Rusto Tabera. . TEODORA.
Mañana sin falla...'
Parece que gente suena. ESTRELLA.
DON ARIAS.
¡Hay tan temerario exceso! Cayó el espejo. De envidia, {Álzale.) Dejadme, gente enemiga ;
El cristal, dentro la hoja, Que en vuestras lenguas traéis
DON SANCHO. •
De una luna hizo infinitas. De los infiernos las iras.
Prendedme, llevadme preso ; ¡Mi hermano es muerto, y le ha muerto
Que es bien que el que mata muera. ESTRELLA.
¿Quebróse? Sancho Ortiz ! ¿ Hay quien lo diga ?
¡Mirad qué hazaña tan fiera Hay quien lo escuche y no muera?
Me hizo el amor intentar, TEODORA.
Piedra soy, pues estoy viva.
Pues me ha obligado á matar, Señora, si. ¡Ay riguroso dia!
Y me ha obligado á morir, ESTRELLA. Esta, amigos, ha sido estrella mia.
Pues por él vengo á pedir Ríen hizo, porque imagina Pero si hay piedad humana,
La muerte que el me ha de dar ! Que aguardo el cristal, Teodora , Matadme.
DON PEDRO. En que mis ojos se miran. DON PEDRO.
Llevadle á Triana preso, Y pues tal espejo aguardo, El dolor la priva,
Porque la ciudad se altera. Quiébrese el espejo, amiga ; Y con razón.
DON SANCHO.
Que no quiero que con él, ESTRELLA.
Este de espejo me sirva. ¡Desdichada
¡Amigo Busto Tabera !...
Ha sido la estrella mia!
FARFAN. ESCENA XVIII. ¡Mi hermano es muerto.y leba muerto
Este hombre ha perdido el seso. Sancho Ortiz! ¡El quien divida
DON SANCHO.
CLARINDO, muy galán.— Dichas. Tres almas de un corazón!...
Dejadme llevar en peso, Dejadme; que estoy perdida.
clarindo.
Señores, el cuerpo helado, Ya aquesto suena, Señora, DON PEDRO.
En noble sangre bañado; A gusto y volatería; Ella está desesperada.
Que asi su atlante seré, Que las plumas del sombrero FARFAN.
Y entre tanto le daré Los casamientos publican.
La vida que le be quitado. ¡Infeliz beldad!
A mi dueño di el papel, DON PEDRO.
DON PbDRO. Y diónie aquesta sortija Seguidla.
Loco está. En albricias.
DON SANCHO. ESTRELLA. CLARINDO.
Yo, si atropello Pues yo quiero Señora...
Mi gusto, guardo la ley. Feriarte aquesas albricias. ' Verso incompleto.
148 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESTRELLA. REY. Que aun rayos del sol no eran
Déjame, ingrato, No se habrán visto en el mundo A mis ventanas comunes.
Sangre de aquel fratricida. j Tales dos hoinbresjamás. Nuestra hermandad envidiaba
Y pues acabo con todo, Cuando su valor confundo, Sevilla, y todos presumen
Quiero acabar con ia vida. Me van apurando mas. Que éramos los dos hermanos
¡Ay riguroso dia ! De mi parte le decid Que á una estrella se reducen.
Esta ha sido, Teodora, estrella mía. Que diga por quién le dio Un tirano cazador
La muerte y le persuadió Hace que el arco ejecute"
A ello, y le prevenid El fiero golpe en mi hermano,
Que declare, aunque sea yo. Y' nuestras glorias confunde.
ACTO TERCERO. Si no confiesa al momento, Perdí hermano, perdí esposo :
En un teatro mañana Sola he quedado, y no acudes
Dará á Sevilla escarmiento. A la obligación de Rey,
Salón del alcázar. Sin que nadie te disculpe.
DON ARIAS.
ESCENA PRIMERA. Voy pues. Hazme justicia, Señor ;
( Vanse los Alcaldes y don Arias.) Dame el homicida, cumple
EL REY, los dos alcaldes, DONARÍAS. Con tu obligación en esto ;
Déjame que yo le juzgue.
DON PEDRO. ESCENA II.
Confiesa que le mató ; REY.
Has no confiesa por qué. DON MANUEL. — EL REY. Sosegaos, y enjugad las luces bellas,
REY.
Si no queréis que se arda mi palacio;
DON MANUEL. Que lágrimas del sol son las estrellas,
¿No dice qué le obligó? Doña Estrella pide Si cada rayo suyo es un topacio.
FARFAN. Para besaros las manos Recoja el alba su tesoro en ellas,
Solo responde : « No sé.» Licencia. Si el sol recien nacido le da espacio,
DON PEDRO. REY. Y dejad que los cielos las codicien ;
Es gran confusión. ¿Quién se lo impide? Quenoesrazonqueaquísedesperdicien.
REV. DON MANUEL.
Tomad esta sorlija, y en Triana
Y ¿no Allanad el castillo con sus señas :
Gran Señor, los ciudadanos. Pónganlo en vuestras manos, sed tirana
Dice si le dio ocasión ? REY. Fiera con él de las hircanas peñas,
DON PEDRO.
¡Bien con la razón se mide! Aunque á piedad y compasión villana
Señor, de ninguna suerte. Dadme una silla, y dejad Nos enseñan volando las cigüeñas:
DON ARIAS. Que entre ahora. „ [bre'
¡Temeraria confusión ! DON MANUEL. Quees bien quesean, porque masasom-
FARFAN. Voy por ella. (Vase.) Aves y fieras confusión del hombre.
Dice que le dio la muerte ; rey. ESTRELLA.
No sabe si es con razón. Aquí, Señor, virtud es avaricia...1
Solo confiesa malalle Vendrá vertiendo beldad;
Como en el cielo la estrella Que sien mí plata hubiera yorohubiera,
Porque matalle juró. Luego de mi cabeza le arrancara,
Sale lias la tempestad.
DON ARIAS. Y' el rostro con fealdad oscureciera,
Ocasión debió de dalle. (Vuelve don Manuel.) Aunque enbrasasardientes le abrasara.
DON MANUEL. Si un Tabera murió, quedó un Tabera;
DON PEDRO.
Dice que no se la dio. Ya está aqui. Y si su deshonor está en mi cara,
Parece asi su arrebol Y'o la pondré de suerte con mis manos,
REY.
El sol gallardo y gentil, Que espanto sea entre los mas tiranos.
Volved de mi parte á hablalle, Aunque por verano el sol
Y decidle que yo digo (Vanse todos, menos el Rey.)
Vierte rayos de marfil.
Que luego el descargo dé;
Y decid que soy su amigo, ESCENA IV.
Y su enemigo seré ESCENA in.
En el rigor y castigo. EL REY.
ESTRELLA, acompañamiento.—
Declare por qué ocasión Dichos. Si á Sancho Ortiz le entregan , imagino
Dio muerte á Busto Tañera, Que con su mano misma ha de malalle.
Y en sumaria información estrella. ¡Que en vaso tan perfeto y peregrino
Dé del delito razón Cristianísimo don Sancho, i'ermite Dios que la fiereza se halle!
Antes que de necio muera. De Castilla Rey ilustre, ¡Ved loque intenta un necio desaliño!
Diga quién se lo mandó Por las hazañas notable, Yo incité á Sancho Ortiz: voy á libralle;
Y por quién le dio la muerte, Heroico por las virtudes : Que amor que pista púrpura de reyes,
O qué ocasión le movió Una desdichada estrella A su gusto no mas promulga leyes.
A hacello; que desta suerte Que sus claros rayos cubre ( Vase.)
Oiré su descaigo yo; Deste luto, que nii llanto
O que á morir se aperciba. Lo ha sacado en negras nubes,
DON PEDRO. Justicia á pedirte vengo; Prisión.
Eso es lo que mas desea. Mas no que tú la ejecutes,
El sentimiento le priva, ESCENA V.
Sino que en mi arbitrio dejes
Viendo una hazaña tan fea, Que mi venganza se funde. DON SANCHO, CLARINDO, músicos.
Tan avara y tan esquiva. No doy lugar a mis ojos,
Sin juicio está. Que mis lágrimas enjuguen , DON SANCnO.
REY. Porque anegándome en ellas, ¿Algunos versos, Clariudo,
¿No se queja Mi sentimiento no culpes. ■ÍSo has escrito á mi suceso?
De ninguno? Quise á Tallera, mi hermano, CLARINDO.
FARFAN. Que las sacras pesadumbres ¿Quién, Señor, ha de escribir
No, Señor : Ocupa, pisando estrellas l'eniendo tan poco premio?
Con su pesar se aconseja. En pavimentos azules. A las fiestas de la plaza
REY.
Como hermano me amparó, Muchos me pidieron versos,
¡ Notable y raro valor ! Y' como á padre le tuve :
La obediencia y el respeto Y viéndome por las calles,
FARFAN. En sus mandamientos puse.
Los cargos ajenos deja, Vivía con él contenta, ' Verso suelto entre dos octavas : debe
pertenecer i alguna que se omitió en la edi
Y así se culpa no mas. Sin dejar que el sol me injurie; ción antigua, no sabemos por qué.
LA ESTRELLA DE SEVILLA. 149
Como si fuera maestro Aquí á. voces lo confieso. DON SANCHO.
De cortar ó de coser, Buscad bárbaros castigos, Yo soy quien soy ,
Me decían : « ¿No está hecho Inventad nuevos tormentos, Y siendo quien soy, me venzo
Aquel recado?» Y me daban Porque en España se olviden A mí mismo con callar,
Mas prisa que un rompimiento. De tálaris y Majencio. Y á alguno que calla afrento.
Y si qué comer tuviera. FARFAN. Quien esquíen es, haga obrando
Excediera en el silencio Pues sin daros ocasión Como quien es ; y con esto ,
A Anaxágoras, y burla ¿Le matasteis? De aquesta suerte los dos
De los latinos y griegos DON SANCHO. Como quien somos haremos.
Ingenios hiciera. Yo le he muerto : DON ARIAS.

ESCENA VI. Esto confieso, y la causa , Eso le diré á su alteza.


Pues tan callada la tengo, DON PEDRO.
Los alcaldes, DON ARIAS.— Dichos. Si hay alguno que la sepa,
Digalo ; que yo no entiendo Vos, Sancho Ortiz, habéis hecho
BOX PEDRO. Por qué murió; solo sé Un caso muy mal pensado,
Entrad. Que le maté sin saberlo. Y anduvisteis poco cuerdo.
CLARINDO. DON PEDRO. FARFAN.
Que Tienen, Señor, sospecho Pues parece alevosía Al cabildo de Sevilla
Estos á notificarle Matarle sin causa. Habéis ofendido, y puesto
La sentencia. DON SANCHO. A su rigor vuestravida ,
DON SANCHO.
Es cierto Y en su furor vuestro cuello.
Pues de presto Que la dio , pues que murió. (Vanse los Alcaldes y don Arias.)
Decid vosotros un tono. (A los músicos.)
DON PEDRO. ESCENA VII.
¡ Agora sí que deseo
Morir, y quiero cantando ¿A quién?
Dar muestras de mi contento ! i DON SANCHO. DON SANCHO, CLARINDO.
Fuera de que quiero dalles A quien me ha puesto
En el estado que estoy, CLARINDO.
A entender mi heroico pecho,
Y que aun la muerte no puede Que es en el último extremo. ¿Es posible que consientas
En él obligarme á menos. DON PEDRO. Tantas injurias?
CLARADO. ¿Quién es? DON SANCHO.
DON SANCHO. Consiento
¡Notable gentilidad !
¿Qué mas hiciera un tudesco, No puedo decirlo , Que me castiguen los hombres
Llena el alma de lagañas Porque me encargó el secreto; Y que me confunda el cielo,
De pipotes de lo añejo? Que como rey en las obras, Y ya , Clarindo, comienza.
■tísicos. (Cantando.) He de serlo en el silencio. ¿No oyes en confuso estruendo
Y para matarme á mi , Bramar los aires , armados
Si consiste en el vivir Basta saber que le he muerto, De relámpagos y truenos?
Hi triste y confusa suerte. Sin preguntarme el por qué. Uno baja sobre mi
Lo que se alarga la muerte , Como culebra, esparciendo
Eso se alarga el morir. DON ARIAS.
Círculos de fuego aprisa.
CLARINDO. Señor Sancho Ortiz , yo vengo
CLARINDO.
j Gallardo mote han cantado! Aquí , en nombre de su alteza ,
A pediros que á su ruego Pienso que has perdido el seso.
DON SANCHO.
Confeséis quién es la causa (Ap. Quiero seguille el humor.)
A propósito y discreto. Deste loco desconcierto : DON SANCHO.
músicos. (Cantan.) Si lo hicisteis por amigos ,
Ko hay vida como la muerte ¡Que me abraso !
Por mujeres ó por deudos,
Para el que vive muriendo. CLARINDO.
O por algún poderoso
DON PEDRO. Y grande de aquestos reinos. ¡ Que me quemo!
¿Ahora es tiempo, Señor, Y si tenéis de su mano DON SANCHO.
De música? Papel , resguardo ó concierto ¿Cogióte el rayo también ?
(Vanse los músicos.) Escrito ó firmado, al punto CLARINDO.
Lo manifestéis , haciendo
don sancho. Lo que debéis. ¿No me ves cenizas hecho?
Pues, ¿qué tiempo DON SANCHO.
DON SANCHO.
De mayor descanso pueden ¡Válgame Dios!
Tener en su mal los presos? Si lo hago,
No haré , Señor, lo que debo. CLARINDO.
FARFAN. Sí , señor.
Decidle á su alteza , amigo,
Cuando la muerte por horas Que cumplo lo que prometo ; Ceniza soy de sarmientos.
Le amenaza, y por momentos Y si él es don Sancho el Bravo, DON SANCHO.
La sentencia ésta aguardando Yo ese mismo nombre tengo.
Del fulminado proceso, Ya estamos en la otra vida.
Decidle que bien pudiera
¿Con música se entretiene ? Tener papel ; mas me afrento CLARINDO.

don sancho. De que papeles me pida , Y pienso que en el infierno.


Soy cisne, y la muerte espero Habiendo visto rompellos. DON SANCHO.
Cantando. Yo maté á Buslo Tabera ; ¿En el infierno, Clarindo?
FARFAN. Y aunque aquí librarme puedo , ¿En qué lo ves?
Llegado ha el plazo. No quiero, por entender
CLARINDO.
don sancho. Que alguna palabra ofendo.
Rey soy en cumplir la mía, En que veo,
Las manos y pies os beso Y lo prometido he hecho; Señor, en aquel castillo
Por las nuevas que me dais. Y quien promete, también Mas de mil sastres mintiendo.
¡ Dulce dia á mi deseo ! Es razón haga lo mesmo. DON SANCHO.
DON rEDRO. Haga quien se obliga hablando, Bien dices que en él estamos;
Sancho Ortiz de las Roelas, Pues yo me he obligado haciendo. Que la soberbia está ardiendo
Vos ¿confesáis que habéis muerto DON ARIAS. Sobre esa torre, formada
ABusloTabera? Si en vuestra hoca tenéis De arrogantes y soberbios. ■
don sancho. El descargo, es desconcierto Allí veo á la ambición
Si, Negarlo. Tragando abismos de fuego.
150 COMEDIAS ESCOGIDAS EE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
CLARÍN' DO. CLARINDO. Idos, Sancho Ortiz, con Dios,
Y mas adelante está Salios presto; Y advertí..! que uso con vos
Una, legión de cocheros. Que este lugar no es de honrados. De clemencia y de piedad.
DON SANCnO. Asidle, llevadle preso Idos con Dios; acabad.
Si andan coches por acá, Al otro mundo , á la cárcel Libre estáis. ¡ Y os detenéis!
Destruirán el inüerno. De Sevilla por el viento.— ¿Qué miráis? Qué os suspendéis?
Pero si el inüerno es, ¿Cómo? —Tapados los ojos , Tiempo pierde el que se tarda :
¿Cómo escribanos no remos? Para que vuele sin miedo.— Id , que el caballo os aguarda,
Ya está tapado.— En sus hombros En que escaparos podéis.
CLARINDO. Dineros tiene el criado
Al punto el Diablo Cojuelo
No los quieren recebir Allá le ponga de un salto. — Para el camino.
Porque acá no inventen pleitos. ¿De un salto? Yo soy contento.— DON SANCHO.
DON SANCHO. Camina , y lleva también Señora,
Pues en él pleitos no hay, De la mano al compañero.— Dame esos pies.
Bueno ba de ser el inüerno. (Da una vuelta, y déjale.) ESTRELLA.
clarínDO. Ya estáis en el mundo, amigo. Id ; que ahora
¿Bueno?» Quedaos á Dios.— Con Dios quedo. No es tiempo.
Allí está el tirano honor, DON SANCHO. DON SANCHO.
Cargado de muchos necios ¡Dios dijo! Voy con cuidado.
Que por la honra padecen. CLARÍN DO.
Sepa yo quién me ha librado,
DON SANCHO. Sí, Señor ; que Porque sepa agradecer
Quiérome juntar con ellos.—» Este demonio , primero Tal merced.
Honor, un necio y honrado Que lo fuese, fué cristiano ESTRELLA.
Viene á ser criado vuestro , Bautizado, y es gallego Una mujer
Por no exceder vuestras leyes.— De Cal-de-írancos. Vuestra aficionada soy,
Mal , amigo , lo habéis hecho , DON SANCHO. Que la libertad os doy,
Porque el verdadero honor Parece Teniéndola en mi poder.
Consiste ya en no tenerlo. Que de un éxtasis recuerdo. Id con Dios.
¡A mí me buscáis allá , ¡Válgame Dios! ¡Ay Estrella, DON SANCHO.
Y há mil siglos que estoy muerto! Qué desdichada la tengo
Dinero , amigo , buscad"; No he de pasar
Sin vos ! Mas si os perdí, De aquí , si no me decís
Que el honor es el dinero. Este castigo merezco.
¿Qué hicisteis? — Quise cumplir Quién sois ó no os descubrís.
una palabra. —Riendo ESCENA VIII. ESTRELLA.
Me estoy : ¿palabras cumplis? No me da el tiempo lugar.
Parecéis majadero; EL ALCAIDE, y ESTRELLA , con el
DON SANCHO.
Que es ya el no cumplir palabras manto echado.— Dichos.
Bizarría en este tiempo.— La vida os quiero pagar,
Prometí matar á un hombre, ESTRELLA. Y la libertad también.
Y le maté airado , siendo Luego el preso me entregad. Yo he de conocer á quien
Mi mejor amigo.— Malo. ALCAIDE.
Tanta obligación le debo,
Para pagar lo que debo,
CLARINDO. Aquí está, Señora , el preso, Reconociendo este bien.
No es muy bueno. Y como lo manda el Rey,
ESTRELLA.
En vuestras manos lo entrego. —
DON SANCHO.
Señor Sancho Ortiz, su alteza Una mujer principal
No es muy bueno. Nos manda que le entreguemos Soy, y si mas lo pondero,
Metedle en un calabozo , A esta señora. La mujer que mas os quiero,
Y condénese por necio. — 1 ESTRELLA. Y á quien vos queréis mas mal.
Honor, su hermana perdí , Señor, Idos con Dios.
Y ya en su hacienda padezco. — Venid conmigo. DON SANCHO.
No importa. DON SANCHO. No haré tal,
clamndo. (Ap.) Agradezco Si no os descubrís ahora.
¡Válgame Dios! La piedad , si es á matarme, ESTRELLA.
Si mas proseguir le dejo, Porque la muerte deseo. Porque os vais , yo soy. (Descúbrese.)
Ha de perder el juicio. ESTRELLA. DON SANCHO.
Inventar quiero un enredo. (Da voces.) Dadme la mano y venid.
¡Señora !
DON SANCHO. CLARINDO. (Ap.) ¡Estrella del alma mía !
¿Quién da voces? Quién da voces? ¿No parece encantamiento? ESTRELLA.
clarindo. ESTRELLA. Estrella soy que te guia ,
Da voces el Cancerbero, Nadie nos siga. De tu vida precursora.
Portero deste palacio. — CLARirtDO. Vete; que amor atrepella
¿No me conocéis? Está bien. La fuerza asi del rigor ;
DON SANCHO. (Yante Estrella y don Sancho.) Que como te tengo amor,
Sospecho ¡Por Dios, que andamos muy buenos, Te soy favorable estrella.
Que sí. Desde el inüerno á Sevilla, DON SANCHO.
CLAR1NDO. Y de Sevilla al inüerno! ¡Tú resplandeciente y bella
Y vos ¿quién sois? ¡Plegué á Dios que aquesta Estrella Con el mayor enemigo!
Se nos vuelva ya lucero ! Tú tanta piedad conmigo!
DON SANCHO. (Vanse.) Trátame con mas crueldad ;
Un honrado. Que aquí es rigor la piedad ,
CLARÍNDO.
Porque es piedad el castigo.
Campo. Haz que la muerte me den;
¿Y acá dentro No quieras tan liberal
Estáis? Salid , noramala. ESCENA IX.
(ion el bien hacerme mal ,
DON SANCHO. ESTRELLA , cubierta con el manto; Cuando está en mi mal el bien.
¿Qué decís? DON SANCHO. ¡Darle libertad á quien
Muerte á su hermano le dio !
* O sobra tsta palabra , o faltan un hemis ESTRELLA. No es justo que viva yo ,
tiquio y un terso. Ya os he puesto en libertad. Pues él padeció por mí ;
LA ESTRELLA DE SEVILLA. 131
Que es bien que te pierda asi, ESTRELLA. Y el Pontífice romano
Quien tal amigo perdió. No lo tengo. Con censuras me alropellaí
En libertad desta suerte, DON SANCHO. La parle de mi sobrino
Me entrego á la muerte fiera , Piedra soy. Vendrá á esforzar por ventura,
Porque si preso estuviera, Y su amparo la asegura.
ESTRELLA.
¿Qué hacia en pedir la muerte? Falso mi intento imagino;
¿Estás en tí? También si dejo morir
ESTRELLA. DON SANCHO.
A Sancho Ortiz, es bajeza.
Mi amor es mas firme y fuerte ; En mi honra estoy, ¿Qué he de hacer?
Y así, la vida te doy. y te ofendo con vivir. DON ARIAS.
DOS SANCHO. ESTRELLA.
Puede tu alteza
Pues yo á la muerte me voy , Pues vete , loco , á morir ; Con halagos persuadir
Puesto que librarme quieres ; Que á morir también me voy, A los Alcaldes mayores,
Que si haces como quien eres, (Xante por distintos lados.) Y pedilles con destierro
Yo he de hacer como quien soy. Castiguen su culpa y yerro,
ESTRELLA. Atrepellando rigores.
¿Por qué mueres? Salan del alcázar. Pague Sancho Ortiz : asi
Vuelves, gran Señor, por él,
DON SANCHO.
ESCENA X. Y ceñido de laurel,
Por vengarte. Premiado queda de tí.
ESTRELLA. EL REY, DONARÍAS. Puedes hacerle, Señor,
¿De qué? General de una frontera.
DON SANCHO. REY.
REY.
De mi alevosía. ¡Que no quiera confesar Bien dices; pero si hubiera
ESTRELLA.
Que yo mandé darle muerte! Ejecutado el rigor
Es crueldad. DON ARIAS. Con él doña Estrella ya,
DON SANCHO. No he visto bronce mas fuerte; A quien mi anillo le di,
Es valentía. Todo su intento es negar. ¿ Cómo lo haremos aquí?
ESTRELLA.
Dijo al lin que él ha cumplido DON ARIAS.
Su obligación , y que es bien Todo se remediará.
Ya no hay parte. Que cumpla la suya quien Yo en tu nombre iré á prendella
DON SANCHO. Le obligó comprometido. Por causa que te ha movido,
Amor es parte. REY. Y sin gente y sin ruido
ESTRELLA. Callando quiere vencerme. Traeré al alcázar á Estrella.
Es ofenderme. DON ARIAS. Aquí la persuadirás
DON SANCHO. Y aun te tiene convencido. A tu intento, y porque importe,
Es amarle. Con un grande de la corle
REY. Casarla, Señor, podrás;
ESTRELLA. El cumplió lo prometido.1 Que su virtud y nobleza
¿Cómo me amas? En confusión vengo á verme Merece un alto marido.
DON SANCHO. Por no podelle cumplir REY.
Muriendo. La palabra que enojado ¡ Cómo estoy arrepentido,
Le di. Don Arias, de mi flaqueza!
ESTRELLA. DON ARIAS.
Antes me ofendes. Bien dice un sabio que aquel
Palabra que has dado Era sabio solamente
DON SANCHO. No se puede resistir, Que era en la ocasión prudente,
Viviendo. Poique si debe cumplilla Como en la ocasión cruel.
ESTRELLA.
Un hombre ordinario, un rey Vé luego á prender á Estrella,
Le hace entre sus labios ley , Pues de tama confusión
Óyeme. Y á la ley todo se humilla.
DON SANCHO. Me sacas con su prisión ;
No hay que decir. REY. Que pienso casar con ella,
ESTRELLA.
Es verdad , cuando se mide Para venirla á aplacar,
Con la natural razón Un ricohombre de Casulla;
¿Dónde vas? La ley. Y á poderla dar mi silla,
DON SANCHO.
DON ARIAS. La pusiera en mi lugar;
Voy á morir, Es obligación. Que tal hermano y hermana
Pues con la vida te ofendo. El vasallo no la pide Piden inmortalidad.
ESTRELLA. Al Rey; solo ejecutar, DON ARIAS.
Vete y déjame. Sin vello y averiguallo, La gente desta ciudad
DON SANCHO. Debe la ley el vasallo; Obscurece la romaua. (Vase.)
No es bien. Y el Rey debe consultar.
Tú. esla vez la promulgaste ESCENA XI.
ESTRELLA.
En un papel; y pues él
Vive y líbrate. La ej cuto sin papel , EL ALCAIDE.—EL REY.
DON SANCHO. A cumplille te obligaste
No es justo. La ley que hiciste en mandalle ALCAIDE.

ESTRELLA.
Matará IlustoTabera; Déme los pies vuestra alteza.
Que si por lu ley no fuera, REY.
¿Por quién mueres? Él no viniera á malalle.
DON SANCnO. Pedro de Caus, ¿qué causa
REY.
Por mi gusto. Os trae á mis pies?
Pues ¿he de decir que yo ALCAIDE.
ESTRELLA. Darle la muerte mandé ,
Es crueldad. Y que tal crueldad usé Señor,
DON SANCHO. Con quién jamás me ofendió? Este anillo con sus armas
El cabildo de Sevilla , ¿No es de vuestra alteza?
Honor tambicn.
Viendo que la causa fui , REY.
ESTRELLA. Si:
Arias, ¿qué dirá de mí?
¿Quién te acusa? Y ¿qué se dirá en Castilla, Este es privilegio y salva
DON SANCHO. Cuando don Alonso en ella De cualquier crimen que hayáis
Tu desden. Me está llamando tirano , Cometido.

M
K2 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ALCAIDE. Muchas veces la aventaja. REY.
Euéá Triana, Regidor es de Sevilla Farfan de Ribera, estaba
Invicto Sefioi', con él Sancho Ortiz, si es el que falta Con pena de que muriera
Una mujer muy tapada, Regidor ; uno piedad Sancho O rtiz ; mas ya se trata
Diciendo que vuestra alteza Pide, si el olro venganza. De que en destierro se trueque
Que le entregase mandaba FARFAN. La muerte, y será mas larga ,
A Sancho Orliz. Consulté Alcaldes mayores somos Porque será mientras viva.
Tu mandato con las guardas De Sevilla, y" hoy nos carga Vuestro parecer me falta ,
Y el anillo juntamente; En nuestros hombros, Señor, Para que así se pronuncie.
Y lodos que le entregara Su honor y su confianza. FARFAN.
Me dijeron : dile luego ; Estas varas representan
Pero en muy poca distancia Cosa de mas importancia
A vuestra alteza; y si tratan Mande á Farfan de Ribera
Sancho Ortíz, dando mil voces, Mal vuestra planta divina,
Pide que las puertas abra Vuestra alteza, sin que en nada
Ofenden á vuestra estampa. Repare ; que mi lealtad
Del castillo, y como loco, Derechas miran á Dios ,
«No he de hacer lo que el Rey manda,» Y si se doblan y bajan, En servirle no repara
Decia, y «quiero morir; En cosa alguna.
Miran al hombre, y del cielo,
Que es bien que muera quien mata.» En torciéndose, se apartan. REY.
—La entrada le resistí ; En fin, sois
Pero , como voces tantas BEY. Ribera, en quien vierte el alba
D;iba, fué abrirle fueiza. No digo que las torzáis, Flores de virtudes bellas
Entró, donde alegre aguarda Sino que equidad se haga Que os guarnecen y acompañan.
La muerte. En la justicia. Id con Dios.
REY. DON PEDBO. (Vase Farfan.)
No he visto gente Señor,
Mas gentil ni mas cristiana La causa de nuestras causas ESCENA XV.
Que la desta ciudad : callen Es vuestra alteza : en su fíat
Bronces, mármoles y estatuas. Penden nuestras esperanzas. EL REY.
ALCAIDE.
Dadle la vida, y no muera,
Pues nadie en los reyes manda. Bien negocié.
La mujer dice, Señor, Dios hace los reyes , Dios Hoy de la muerte se escapa
Que la libertad le daba, De los Saúles traslada Sancho Ortiz, y mi promesa
Y que él no quiso admitilla , En los humildes Davides Sin que se entienda se salva.
Por saber que era la hermana Las coronas soberanas. Haré que por general
De Busto Tabera, á quien De alguna frontera vaya,
Dio la muerte. REY.
Entrad, y ved la sentencia, Con que le destierro y premio.
BEY.
Mas me espanta Qué da por disculpa, y salga
Al suplicio Sancho Ortiz, ESCENA XVI.
Lo que me decis agora.
En sus grandezas agravian Como las leyes lo tratan. Los ALCALDES.—EL REY.
La mesma naturaleza. Vos, don Pedro de Guzfnan,
Ella, cuhhIo mas ingrata Escuchadme una palabra DON PEDRO.
flabia de ser. perdona, Aqui aparte.
(Vase Farfan.) Ya está, gran Señor, firmada
Le libra ; y él, por pagarla La sentencia, y que la vea
El ánimo generoso, Solo vuestra alteza falla.
Se volvió á morir. Si pasan ESCENA XIII.
REY.
Mas adelante sus hechos, EL REY, DON PEDRO.
Darán vida á eternas planchas. Habrá la sentencia sido
Vos, Pedro de Caus, traedme DON FF.DR0.
Como yo lo deseaba
Con gran secreto al alcázar De tan grandes caballeros.
Pues, ¿qué es
A Sancho Ortiz en mi coche, Lo que vuestra alteza manda? FARFAN.
Excusando estruendo y guardas. Nuestra lealtad nos ensalza.
REY.
ALCAIDE. REY.
Dando muerte á Sancho, amigo
Voy á servirte. ( Vase .) Don Pedro, no se restaura (Lee.) «Fallamos y pronunciamos
La vida al muerto ; y querría, «Que le corten en la plaza
ESCENA XII. Evitando la desgracia »La cabeza.»—¡ Esta sentencia
Mavor, que le desterremos Es la que traéis firmada !
UN CRIADO. — EL REY; después, los A Cibraltar ó á Granada, ¿Así, villanos, cumplís
ALCALDES. Donde en mi servicio tenga A vuestro rey la palabra?
Una muerte voluntaria. ¡Vive Dios!
¿Qué decís? FARFAN.
Aqui DON PEDRO. Lo prometido
Ver á vuestra alteza aguardan Que soy don Pedro Con las vidas, con las almas
Sus dos alcaldes mayores. De Guzman, y á vuestras plantas Cumplirá el menor de lodos
BEY. Me tenéis. Vuestra es mi vida, Como ves, como arrimada
Vuestra es mi hacienda y espada. La vara tenga; con ella,
Decid que entren con sus varas. Por las potencias humanas,
(Vase el criado.) REY.
Por la tierra, por el cielo,
Si yo puedo, á Sancho Ortiz Dadme esos brazos, don Pedro Que ninguno dellos haga
He de cumplir la palabra, De Guzman ; que no esperaba Cosa mal hecha ó mal dicha.
Sin que mi rigor se entienda. Yo menos de un pecho noble.
Id con Dios : haced que salga DON PEDRO.
(Salen los dos alcaldes.)
Luego Farfan de Ribera. Como á vasallos nos manda;
DON PEDRO. Mas como alcaldes mayores,
(Aj>. Montes la lisonja allana.)
Ya, gran Señor, sustanciada ( Vase don Pedro.) No pidas injustas causas;
La culpa, pide el proceso l. ue aquello es estar sin ellas,
La sentencia. ESCENA XIV. Y aquesto es estar con varas,
REY. Y el cabildo de Sevilla
Sustanciadla: FARFAN. — EL REY. Es quien es.
Solo os pido que miréis, _ REY.
Pues sois padres de la patria, FARFAN. Bueñoestá. Basta;
Su justicia, y la clemencia Aqui á vuestros pies estoy. Que todos me avergonzáis.
LA ESTRELLA DE SEVILLA. 153
Se logren, la vida acepto, ESTRELLA.
ESCENA XVII.
Aunque morir deseaba. Que se haga
DON ARIAS , ESTRELLA. —Dichos. REY.
Vuestro gusto. Suya soy.
DO" AMAS.
Id con Dios. DON SANCHO.
FARFAN. Yo soy suyo.
Ya está aquí Estrella. Mirad, Señor, REY.
REY. Que asf Sevilla se agravia,
Don Arias, Ya ¿qué falta?
Y debe morir.
¿Qué he de hacer? Qué me aconsejas DON SANCHO.
Entre confusiones tantas? rey. (A don Arias.) La conformidad.
¿Qué haré, ESTRELLA.
ESCENA XVIII. Queme apura y acobarda
Pues esa
Esta gente? Jamás podremos hallarla
EL ALCAIDE, DON SANCHO, CLA- DON ARIAS.
ViViendo juntos.
R1NDO.—Dichos. Hablad. DON SANCHO.
REY.
ALCAIDE. Lo mesmo
Sevilla, Digo vo, y por esta causa
Ya Sancho Orliz eslá aquí. Maladme á mí, que fui causa De la' palabra te absuelvo.
DON SANCHO. Desla muerte. Yo mandé
ESTRELLA.
Gran Señor, ¿por qué no acabas Matalle, y aquesto basta
Con la muerte mis desdichas, Para su descargo. Yo te absuelvo la palabra ;
Con tu rigor mis desgracias? DON SANCHO. #
Que ver siempre al homicida
Yo maté a Bustos Taltera ; De mi hermano en mesa y cama
Solo
Haladme, muera quien mata. Ese descargo aguardaba Me ha de dar pena.
Haz, Señor, misericordia, Mi honor. Kl lley me mandó DON SANCHO.
Haciendo justicia. Matarle ; quejo una hazaña Y ámi
REY. Tan liera no cometiera, listar siempre con la hermana
Aguarda. Si el Key no me lo mandara. Del que maté injustamente,
¿Quién te mandó darle muerte? REY.
Queriéndolo como el alma.
DON SANCHO. ESTRELLA.
Digo que es verdad.
Un papel. Pues ¿libres quedamos?
FARFAN.
REY. DON SANCHO.
Así
¿De quién? Sevilla se desagravia ; Sí.
DON SANCnO. Que pues mandasteis matalle, ESTRELLA.
Si hablara Sin duda os daria causa. Pues adiós.
El papel, él lo dijera; rey. - DON SANCHO.
Que es cosa evidente y clara ;
Mas los papeles rompidos Admirado me ha dejado Adiós.
Dan confusas las palabras. La nobleza sevillana. REY.
Solo sé que di la muerte DON SANCHO. Aguarda.
Al hombre que mas amaba, Yo á cumplir salgo el destierro, ESTRELLA.
Por haberlo prometido. Cumpliéndome otra palabra Señor, no ha de ser mi esposo
Mas aqui á tus pies aguarda Que me disteis. Hombre que á mi hermano mata.
Estrella mi muerte heroica, REY. Aunque le quiero y le adoro. ( Vate.)
Y aun no es bastante venganza.
Yo la ofrezco. DON SANCHO.
REY.
DON SANCHO. Y yo, Señor, por amarla,
Estrella, yo os he casado No' es justicia que lo sea. ( Vate.)
Con un grande de mi casa, Yo dije que aquella dama
Mozo, galán, y en Castilla Por mujer habías de darme REY.

Principe, y señor de salva ; Que yo quisiera. ¡ Grande fe !


Y en premio desto os pedimos, REY. nov ARIAS.
Con su perdón, nuestra gracia, Asi pasa. ¡Grande constancia!
Que no es justo que se niegue. clarinüo. (Ap.)
DON SANCHO.
ESTRELLA. Mas me parece locura.
Pues á doña Estrella pido,
Ya, Señor, si estoy casada, Y aqui á sus divinas plañías REY.
Vaya libre Sancho Ortiz. El perdón de mi error pido. Toda es{a gente me espanta.
No"ejecutes mi venganza.
ESTRELLA. DON PEDRO.
UON SANCHO.
Sancho Ortiz, yo estoy casada. Tiene esta gente Sevilla.
¿Al Gn me das el perdón
DON SANCHO.
Porque su alteza te casa ? REY.
ESTRELLA. ¡Casada! ' Casarle pienso y casarla
ESTRELLA.
Sí, por eso te perdono. Como merece.
DON SANCHO.
Sí. clarindo. .
DON SANCHO.
¿Y quedáis asi vengada Y aqui
>e mi agravio? ¡Yo estoy muerto! Esta tragedia os consagra
ESTRELLA. REY. Lope, dando á La Estrella
Y satisfecha. Estrella, esta es mi palabra. De Sevilla eterna fama,
Rey soy, y debo cumplirla : Cuyo prodigioso caso
DON SANCHO. Inmortales bronces guardan.
Pues porque tus esperanzas ¿Qué me respondéis?
LA DISCRETA ENAMORADA.
PERSONAS.

BELISA , viuda. HERNANDO , criado. FINARDO , gentilhombre.


FENJSA , su bija. LEONARDO, criado. FULMINATO, criado.
EL CAPITÁN BERNARDO. GERARDA , dama. LISEO.
LUCINDO, ik/¡í;<?. DOKISTLO, gentilhombre. FABIO. — Criados.

La escena es en Madrid.

jCon mis ojos vas rinendo! lücindo. (A Gerarda.)


ACTO PRIMERO. ¿En qué te dan ocasión? Asi es razón que te nombres.
BELISA. gerarda.
Por ser santa la estación, Galán de palabras vienes.
Calle. Voy tus ojos componiendo.
Y no recibas enojo ; LUCINDO.
ESCENA PRIMERA. Que doncellas y hermosuras Ando al uso.
BELISA y FENISA , tapadas. Son como las criaturas, fenisa. {Aparte.)
Que suelen morirse de ojo. Este es Lucindo.
BELISA.
Hay mancebete en Madrid , «
Que si te mira al ¡soslayo, GERARDA.
Paja los ojos al suelo, Hará el efecto del rayo. Luego ¿preciaste de lindo?
Porque solo has de mirar
FEMSA. LUCINDO.
. La tierra que has de pisar.
El efecto me decid. ¿De lindo? Donaire tienes.
FEMSA.
¡Qué ! ¿ No he de mirar al cielo? BELISA. Precióme de hombre.
Abrasarte el corazón , FEMSA. (Ap.)
BELISA. Dejando sano el vestido.
No repliques , bachillera. ¡Aydeml!
FENISA. • Locamente imaginé
FEMSA. Ya sabes tú que no he sido Poner en hombre la fe ,
Pues i no quieres que me asombre? De tan tierna condición. Que con el alma le di ,
Crió Dios derecho al hombre BELISA. No habiendo nacido del
Porque el cielo ver pudiera; Decia tu abuela honrada La pretensión de mi amor.
Y de su poder sagrado Que una doncella altanera GERARDA.
Fué advertencia singular, Kra en la calle una Mera
Para que viese el lugar Para un amante hablador
De cazadores cercada. Soy en las tretas cruel ;
Para donde fué criado. Piérdese cuando balaban,
Los animales , qu^ el cielo Que conmigo no hay chacota,
Ríndese cuando suspiran ; Por vida del gusto mió.
Para la tierra crió, Que cuantos ojos la miran.
Miren el suelo ; mas yo Con untas flechas la clavan. LUCINDO.
¿Por qué he de mirar al suelo? De tus locuras me rio.
FEMSA.
BELISA. Pues ¿cuándo se ha de casar GERARDA.
Mirar al cielo podrás Una mujer nunca vista? ¡Qué gato de algalia azota!
Con solo el entendimiento ; BELISA. Por su vida , que no saque ,
Que un honesto pensamiento liso no ha de ser conquista; Con arrobas de rigor,
Mira la tierra no mas. Que es imposible acertar. Un adarme de mi amor.
La vergüenza en la doncella FENISA. LUCINDO.
Es un tesoro divino :
Con ella á mil bienes vino, Pues ¿qué ha de ser? Tu rigor mi amor aplaque ;
Y á dos mil males sin ella. BELISA. Que alabarte una mujer
Cuando quieras contemplar Buena fama Quepasabajuntoátí,
En el cielo , en lu aposento De virtud y de nobleza. No haciendo malicia en mi,
Con mucho recogimiento, FENISA. ¿Qué delito puede ser?
Tendrás , Fenisa , lugar. Donde falta la riqueza Y ya te dije que tú
Desde allí contemplarás Mucho la hermosura llama; Eras mi querida prenda.
De su grandeza el proceso. Que ya no quieren los hombres GERARDA.
FEMSA. Sola virtud. Vaya á poner esa tienda
No sov monja , ni profeso BELISA. A fas Indias del Perú.
Las liciones que me das , Pues ¿qué? Todas esas niñerías
Y si para atormentarme FENISA. De cuentas y de espejuelos
Me trajiste al jubileo, Hacienda. Para bobas son anzuelos;
Mas cumplieras tu deseo No conmigo argenterías.
Pudiendo en casa encerrarme. ESCENA II. Oro macizo de amor
Dejárasme con diez llaves. Me han de dar , no plomo, & mi.
LUCINDO, GERARDA t HERNANDO,
BELISA.
que se quedan á un lado de la calle, fenisa. (Ap.)
¿Extremos haces agora? distantes de— BELISA y FENISA. ¿Que á quien no sabe de mi
FENISA. Amase con tal rigor?
Pues ¿no he de sentir. Señora , gerarda. (.4 Lucinda.) Que no me conozca este hombre,
Que por momentos me acabes? Que soy lu querida prenda? Y que me muera por él?
isa COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA III. HERNANDO. FENISA.
Recelo ¿Qué es, Señor, lo que mandáis
DORTSTEO, FINARDO. — BELISA y Que esta vecina Fenisa.
FENISA , á un lado; LDCINDO, GE- Pero tiene una giganta LDCINDO.

RARDA t HERNANDO , al otro. Por madre ; que es emprender Este lienzo se os cayó.
A Irlanda. fenisa.
finardo. (A Doristeo.) fenisa. (Ap.) ¿A mí ? sospecho que no.
Por aqui la vi con él. Nunca mujer Pero esperad.
DORISTEO. Se puso á locura tanta. (Desenfáldase toda, y descúbrese)
Y ¿es galán? ¡A un hombre que no me ha visto, LDCINDO.
. FINARDO. Ni se acuerda si nací ,
Quiero bien! ¿Qué buscáis?
Es gentilhombre.
LDCINDO. FENISA.
DORISTEO. Si tengo en la manga el mió.
¿Si son estos? Nunca la vi.
FINARDO. fenisa. (Ap.) BELISA.
¡ Qué mal mi inquietud resisto! ¿Qué es eso?
Estos son.
¿Cómo le daré ocasión FENISA.
GERARDA.
Para que el rostro me vea? En esta no está.
¿Ve aquel mancebo que viene? Amor mucosas rodea... DELISA.
LDCINDO. — Todas sin remedio son. ¿Qué es eso?
Sí veo. HERNANDO. FENISA.
GERARDA. Si vieses esta doncella, El lienzo me da.
Pues aquel tiene Te doy palabra, Señor, BELISA.
De mis veras posesión. Que olvides tu loco amor, Pues ¿es tuyo?
Cuanto te dije es fingido ; Porque es sabia , honesta y bella.
Cuanto te quise es burlando. Aunque no sé que he pensado ldcindo. (Ap.)
Voyme ; que me está aguardando. De tu padre... Gentil brio.
{Pásase á Doristeo.) LDCINDO." fenisa.
LDCINDO. . ¿De mi padre? Kso es lo que ando mirando.
¿Qué haré? HERNANDO.
En esta no está tampoco.
HERNANDO.
Pero quiza con su madre HERNANDO. (Ap.)
Mosquetazo ha sido. Casarse tiene pensado, Volver puede un hombre loco
ldcindo. (Ap. á Hernando.) Y aun es mas puesto en razón. Aquel mirar suave y blando.
¿Quitaréle la mujer? LDCINDO. FENISA.
¿Acuchillaréle, Hernando? ¿Casarse mi padre agora? Miraré las faldriqueras.
HERNANDO. BELISA.
HERNANDO.
¿Quiéresla? Habla ^mira á esta señora , Acaba.
LDCINDO. FENISA.
Que es de rara perfección.
Estoyme abrasando, Ya me doy prisa.
LDCINDO.
HERNANDO. No está aqui.
Llevóme el alma Gerarda,
Agua sera menester. Celos me tienen sin mi. BELISA.
¡0u« nadie merezca amor ¿Qué quieres que mire aqui? Vamos , Fenisa.
Sino es las libres mujeres! FENISA.
HERNANDO.
gerarda. (A Doristeo.) Esta hermosura gallarda. Ni en estotra está.
Digo que mis ojos eres. BELISA.
LDCINDO.
DORISTEO.
No hav vista en hombre celoso; ¿Qué esperas?
Templando vas mi rigor. Todo le parece mal. FENISA. '
Como acompañarte vi ¿Tiene unas randas?
Este galán majadero, fenisa. (Ap.)
Preciado de caballero, Ya he pensado traza igual LDCINDO.
Notable enojo sentí ; A mi designio amoroso. Si tiene.
Mas en ver que le has dejado, Pasaré junto á Lucindo , FENISA.
Brazos y gracias te doy. Dejaré el lienzo caer, ¿Y encaje?
Y al dármele, podrá ser LDCINDO.
Mire el alma que le rindo;
GERARDA.
Que siá los ojos me mira, ¿No lo miráis?
Vén conmigo. Verá toda el alma en ellos. BELISA.
DORISTEO. HERNANDO. Despacio en la calle estáis,
¿Adonde? Mira aquellos ojos bellos, Donde todo el mundo viene.
GERARDA. Donde amor de amor suspira. FENISA.
Al Prado. DELISA. Pues ¿quiere vuesamerced
(Vanse Gerarda , Doristeo y Finardo.) Vamonos , hija ; que es hora Que lleve lo que no es mío?
De recogernos a casa. LDCINDO.
ESCENA IV. HERNANDO. Señora, de vos lefio.
DELISA , FEMSA , d un lado; LUCIN Ya junto á nosotros pasa ; FENISA.
Mira su belleza ahora. Haceisme mucha merced.
DO t HERNANDO, al otro. (Pasan Belisa y Fenisa, y esta deja caer ¿Tiene un poco descosido
LDCINDO.
el lienzo.) De una randa?
¿Fuéronse? • LDCINDO. LDCINDO.
HERNANDO. Cn ángel me ha parecido. Sí , sospecho.
Con mucha prisa. • HERNANDO.
FENISA.
No te aflijas ; que es martelo. El lienzo se le cayó. ¿A qué lado?
LDCINDO. LDCINDO. BELISA.
¿Quién es aquella ? Quedo, daréseleyo. Es sin provecho.
( A Iza el lienzo, y se dirige 6 las damas.) LDCINDO.
1 Falla un verso para la redondilla. Que volváis el rostro os pido. De vos sospecho que ha sido.
LA DISCRETA ENAMORADA. 157
HERNANDO.
Por la mujer y el amor
BEXrSA. Agora decir podia. .
Señor, dejadnos pasar. Mujeres libres , Señor, Son como lelas de araña ,
Poned el lienzo en la pila Son siempre las mas queridas ,
Y aun iba á decir perdidas, Pescan moscas, débil gente ;
Del agua bendita Pues han perdido el honor. Mas no el animal valiente,
fenisa. (Ap.) Llórala mujer honrada Que las rompe y desmaraña.
Afila, El siempre injusto desden Afréntate de que yo
Amor, tu flecha al tirar. Del hombre que quiere bien ; Te enseño el vivir.
BELISA. Y á él no se le da nada, LL'CINDO.

Vamos.. Porque sabe que ha de estar No seas


FENISA. Pudriéndose en su aposento ; Pesado : mientras me veas
Yo voy. Pero cuando el pensamiento Donde el amor me enlazó,
(Hace que se va, y luego vuelve.) Se pone aquí , no hay burlar; De aquella tela de araña
Que apenas con los enojos Soy mosca.
HERNANDO.
Sacarás de casa el pié, HERNANDO.
jNo es hermosa? Cuando consolada esté ¡Y qué mosca. ..tcl!
LUCINDO. Con mil hombres á tus ojos. LUCINDO.
Celos , ¿por qué me cegáis? LUCINDO. Ya soy pez simple y fiel
fenisa. (Volviendo.) Por eso el amor no dura Del cebo de aquella caña.
¡Ah, Señor! Un libres, sino en honradas. Vamos, volveréis á ver;
LUCINDO. HERNANDO. Que me ha picado en el dedo
¿Qué me mandáis? Cuelgan de celos y espadas Del corazón.
FENISA. Hombres de poca cordura , HERNANDO.

Advertiros de una cosa. Quiero decir poca edad. Tengo miedo,


Si de aqueste lienzo acaso Ya espero verte algún dia Que algo te ha de suceder.
Parece mas cierto dueño ; Lejos de aquesta porfía LUCINDO.
Que mi palabra os empeño Y cerca desta verdad. A ver vuelvo mis enojos.
(Ap. Iba á decir que me abraso) LUCINDO. HERNANDO.
Que no sé cierto si es mió ; Hartas causas me retiran.
Diréis que vivo en la calle ¡ Jesús ! qué necios desvelos !
HERNANDO.
De los Jardines... LUCINDO.
HERNANDO. (Ap.)
Una mujer libre y loca Dióme pimienta de celos;
Es como mona , que coca Voy á beber por los ojos.
¡Qué talle! A los niños que la miran;
Qué gracia! Qué rico brio! Pero cuando llega el hombre (Vanse.)
FENISA. Que tiene gobierno y palo,
Enfrente del capitán Espúlgale con regalo ,
Bernardo Lucindo. Y no hay voz que no le asombre. Sala en casa de Belisi.
LUCINDO. A los mozos sin consejo
El mismo Las mujeres hacen cocos, ESCENA VI.
Porque son niños y locos;
Es mi padre. No al hombre maduro y viejo. BELISA, FENISA.
FENISA. (Ap.) Ya te ha visto en los anzuelos ;
i Ay dulce abismo Y aunque no puede sacarte , BELISA.
Donde abrasándome están! Alarga cuerda , con darte ¿Haste quitado tu manto?
BELISA. Celos, celos y máscelos. TENISA.
¿Estás loca? LUCINDO. Quitado, Señora, está.
FENISA.
¿Qué he de hacer? BELISA.
Ya me voy ; HERNANDO.
Que aqueste hidalgo decia Pues toma ese manto allá.
Buscar, Señor,
Que es mi vecino. FENISA.
Una bella contracifra. De tu cólera me espanlo.
BELISA. . . ■
LUCINDO.
¡Porfía! ¡ Válgame Dios! ¿qué te hago?
¿Luego el amor se descifra? Con cualquier cosa le ofendo.
Vamos. HEBNANDO.
FENISA. (Ap.) BELISA.
¡Qué perdida estoy! Sí. ¿Tú piensas que no te entiendo?
LUCINDO.
(Vanse ¡as dos.) Yo tengo mi justo pago.
¿Con qué? Si yo te cerrase en casa,
HERNANDO.
ESCENA V. Pocas veces me dalias
Con otro amor. Estos disgustos.
LUCINDO, HERNANDO. LL'CINDO. FENISA.
HERNANDO.
No tratemos de eso agora ; Los (lias
Vamos á ver en qué para. Que esto por milagro pasa,
¿Qué te parece?
LUCINDO. HERNANDO. Que al fin son de un jubileo,
¿Ves como es cosa muy clara Tan caros me han de costar,
Que es bella, Que le tengo de rogar
Cortés, discreta y gallarda; Que con celos le enamora?
Mas quiero bien a Gerarda, ¡ Qué bien, Lucindo, un discreto Que me encierres.
Y vase el alma tras ella. Cañas de pescar las llama! BELISA.
Celos es suelo traidor. Pescan honra, hacienda y fama, No lo creo.
Resbaladizo, de suerte , Aunque cañas en el'elo.
¿No te afrentas que una cosa FENISA.
Que hará caer al mas fuerte ¿Deque te quejas de mi.
En los lodos del amor. Que á todo viento blandea,
Para derribarle sea Que siempre me andas rinendo?
Terrible cosa es mirar
lina mujer desdeñosa Enemiga poderosa? BELISA.
Hablar otro hombre celosa, A tu hacienda pone cebo, De tu libertad me ofendo.
Cuando se quiere vengar. De celos hace sedal ; FENISA.
Aunque mi amor fuera poco, Pues ¿cabe que en hilo igual
Cuelgue un discreto mancebo? ¿Libertad?
Que poco debe de ser, BELISA.
Ver tan libre una mujer Lo que aquel sabio decia
Por las leyes, muy mejor Yo ¿no lo vi?
Bastaba á volverme loco.
458 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA
CARPIÓ.
FEMSA.
FEMSA. Porque en eso imaginé,
¿Qué mancebo me pasea
Destos que van dando el talle? Golpes siento. Señoras, que me la daban ;
Qué guijas desde la calle BELISA. : Fuera de que el ser vecino
Meurroja, porque le vea? Mira, Fenisa, quién llama. Desde que vine de Flándes,
Qué seña me has vislo hacer [Llégase Fenisa á mirar por la reja.) Me alienta á cosas mas grandes.
En la iglesia ? Quién me sigue, FENISA. BELISA.
Que á eslar celosa te obligue? Por enlre la reja vi (Ap. Lo que me quiere imagino.)
iQué vieja me vino á ver? El capitán tu vecino. Agravio se nos hiciera.
Qué billetes me has hallado Si vuestra merced no entrara,
ton palabras deshonestas? DELISA. Y en esta casa mandara
Qué pluma para respuestas, Ya loque quiere adivino. Como si en la suya fuera.
Qué tintero me has quebrado? FENISA. Llega esas sillas, Fenisa.
8ué cinta, que no sea tuya ¿Ya lo sabes? ¿Cómo ansí? (Siéntase el Capitán.)
comprada por tu mano?
Qué chapín, qué toca? BELISA. CAUTAS.
Há dias que da en mirarme. Vosotros salios allá.
BELISA. Creo que me quiere bien ;
8 En vano (A sus criados, que se van.)
uieres que mi honor te arguya, Yo le he mostrado desden ,
BELISA.
orne quejo de que sea Y querrá en bodas hablarme.
Y por tu vida, Fenisa , Pena, Fenisa, me da (Ap. i ella )
Verdadera la ocasión. Que me cogiese de prisa.
Que no me estuviese mal ;
FEMSA. Que es un hombre principal. ¿Está bien puesta esta loca?
Pues, ¿qué es esto? FENISA.
FENISA.
BEL ISA. Perdona, madre, esta risa. Nunca mejor te la vi.
„. . Prevención. BELISA.
Mi honor el tuvo desea. BELISA.
¿Dequéteries? ¿Tengo alegre el rostro?
Querría que te guardases
Deso mismo que me adviertes, FEMSA. FEMSA.
Y que á esas puertas mas fuertes De ver Si.
Nuevos candados echases. La santidad que tendrías BELISA.
femsa. {Ap.) Cuando mas moza serías, ¿Parécete que provoca?...
Tanto me podrás guardar... Que ejemplo debió de ser FENISA.
En casa, en calle, y en templo. Si, madre.
■■LISA. De llamar el capitán
¿Qué dices? ' BELISA.
¿Esos barruntos te dan? ¿A qué?
FEMSA. Tomar quiero el buen ejemplo,
Que haré tu gusto'; FEMSA.
Pero cánsame disgusto BELISA.
Loca, es un hombre muv rico, A devoción.
Tanto gruñir y encerrar.
¿Fuiste santa, por tu vida, Y esta casa está sin hombre : BELISA.
En tu tierna edad ? Seráte padre en el nombre. ; Maldita seas, amen!
Nunca me has querido bien.
BEL1SA. I FEMSA.
Ful ejemplo I Que me escuches te suplico. fexisa. (Ap.)
En casa, en calle y en templo, I ¿ Es para guardarme á mi? ¡Oh santas de privación !
De una mujer recogida. Cuando no pueden comer,
¡ BELISA. Les pesa de ver con dientes
Los ojos tuve con llave. ¡ No es otra mi prevención
• Que ver en casa un varón A las otras. ¿Que esto intentes?
FEMSA. No me espanto; eres mujer.
¿Cómo te casaste ? Que te guarde y bonre á ti.
BELISA.
B ELISA. FENISA.
Hoy me descuidé en ponerme
El cielo Pues cásame á mi primero, Un poquito de salud.
Vio mi virtud v mi celo; Y guárdeme mi marido.
Que el cielo todo lo sabe. FEMSA.
BELISA.
No tengas tanta inquietud.
FEMSA. Cuando se hubiera ofrecido,
Mi lia me dijo i mi Lo hiciera, y hacerlo espero. BELISA.
Que hacías mil oraciones, ¿Cómo?
FEMSA. FEMSA.
Y andabas por estaciones. Yo en los términos te arguyo.
BELISA.
Tu galán se duerme.
BELISA.
¿Yo para casarme? BELISA.
Este guardará tu honor. Ahora bien, voy á sentarme.
FENISA.
FEMSA FEMSA.
Si; ¿No me guardara mejor
Y mil viernes ayunabas , La vergüenza de su amor
A un padre del yermo igual;
Mi marido que no el tuyo? Te dará, madre, color.
Y haciendo esto, es señal BELISA. (Siéntase Belisa.)
Que casarte deseabas. Hijo tiene, y ser podría BELISA.
DELISA. Concertar esto también. Ya, Señor, podéis hablarme.
Nunca tal imaginé. 1 FEMSA. (Ap.)
CAPITÁN.
Miente, por tu vida y mia ; II Ay, mi Lucindo v mi bien !
Que antes monja ser quería, j Belisa, el ser vecino (que en efeto,
¡ Quién viese tan dulce dia ! Me obliga á reparar en vuestra casa)
i sin gusto me casé.
ESCENA VII. De su virtud me ha dado buen cunéelo.
FEMSA. Veo tarde y mañana cuanlo pasa;
Pues ¿cómo fuiste celosa EL CAPITÁN BERNARDO, muy galán, Tras esto ¿é de coro su nobleza,
De mi padre, que Dios haya? Como suele informarse quien se casa ;
con su gorra de plumas, espada y da
BELISA. ga, como capitán d lo anticuo; FUL Y como la virtud y la belleza
Porque no hahia jova ó saya Sean despertadores del sentido,
MINATO y OTRO CRIADO. — DlCUAS Aunque duerme la edad con mas pereza,
Plata en casa, ni otra cosa,
Sue no diese á cierta dama, Yo me he animado á daros un marido
j CAPITÁN. Tal como yo, que tengo menos años
acia aquel sentimiento ' Como en salirse tardaban,
Por vosotras. De los que habréis, de verme, conocido;
La licencia no aguardé; Sino que esto de andar reinos extraños
LA DISCRETA ENAMORADA. 189
Con las armas, dormir en la campaña, Mas á la fe.) Madre mia, {Ap. á ella.) Juntando á tus hebras de oro
Caminos, velas, militares daños, Pensé qué fuérades vos Estos cabellos de plata ,
Correrla posta áFIándes desde España La novia del Capitán. Supliré en regalo y galas
Consumen la robusta gallardía i BELISA. Los defectos de la edad.
Que los floridos años acompaña. FENISA.
Lejos sus intentos van ,
Dios haya á Carlos Quinto, que decia Y estoy corrida , por Dios. Con tu honor y calidad.
Que la posta y la mar le envejecieron, Señor, mis años igualas.
FENISA. {Ap.) Deja la humildad aqui ,
Cuando apenas cuarenta y seis cumplía.
Yo nací el año de sesenta, y fueron ¡Ay sueño de mi afición ! Pues ya soy tuya.
El Duque y la Duquesa mis padrinos, ¡Qué bien , pues que me engañé CAPITÁN.
Cuyas Albas tal luz á España dieron. Por vuestras burlas , diré
Que los sueños sueños son ! ¿Soy tuya
Heme bailado en jornadas y caminos, Dijiste?
Que si fuera de bronce me acabaran, i BELISA. FENISA.
En fln, señoras, somos hoy vecinos. Fenisa , aunque estoy corrida , Si , ya no es suya
Mucho los viejos una casa amparan ; De haber pensado casarme, Quien se ha de llamar de ti.
Los mozos son polilla de la hacienda, No lo estov de imaginarme CAPITÁN.
[ran. De tu verde edad vencida.
Que unos á andar comienzan, y otros pa- Discreta eres ; procura ¿Otro favor? ¡Pesia tal!
Mi edad no es bien vuestra virtud ofen da; Persuadirte á lo que ves. ¡No fuera en Flándes aquesto,
[mo, Para que se echara el resto
FENISA. Con un festín general !
§ue estoy muy ágil , fuerte, como y duer- Si á tu edad vence interés ,
sé á un caballo gobernar la rienda, 1 A mi edad vence hermosura. Torneo habia de haber,
[fermo; Por vida del Capitán ;
Yo pienso que en mi vida he estado en- Los viejos , que habéis gozado Y si licencia me dan ,
Solo mano enemiga me ha sangrado, i Vuestros años , atendéis En Madrid le pienso hacer.
Y un desafio público en Palermo. ! A lo que gozar podéis FENISA.
Ese hijuelo que tengo es bien criado, Con avariento cuidado. Suplicóos , por vida mía,
Mañana le darán una bandera, Queréis regalo, dinero, La corte no alborotéis.
Y un hábito le tengo negociado : Descanso y ociosidad ,
Y envidiando nuestra edad, CAPITÁN.
No dará pesadumbre. Esto pretendéis primero. Haré lo que me mandéis ,
femsa. {Ap.) Desobedecerte fuera Dulce esposa y prenda mia;
¡ A Dios pluguiera Cosa indigna á mi virtud; Mas si no fuera por vos...
Que ya estuviera en casa ! Pero fáltame salud. FENISA.
CAPITÁN.
El término considera, Un poco tengo que hablaros.
Finalmente , Y pídele por un mes , CAPITÁN.
Se irá Lucindo por momentos fuera. Mientras se concierta todo. Yo mucho que regalaros.
Supuróos pues, Belisa, humildemente BELISA. FENISA.
Que me deis á Feoisa vuestra hija; Yo lo sabré hacer de modo Mil años os guarde Dios.—
Que yo pienso dotarla honestamente, Que muchas gracias me des. Yo no sabia que era vuestro hijo
Para que ella gobierne, mandey rija {Llégate á hablar al Capitán.) {Ap. a él.)
La poca hacienda que ganó mi espada, FENISA. (Ap.) Lucindo, un caballero que solía
Si no es que mi cansada edad la aflija ; Discreta he sido en decir Entrar en vuestra casa algunas veces.
Que muy presto verá que no es cansada . Que este casamiento aceto , Mi madre me lo dijocuandoentráhades;
BELISA. Pues de mi amor el efeto Y pues es vuestro hijo y vos mi esposo,
¡A mi hija. Capitán, Puedo por él conseguir, Que lo seréis, si Dios fuere servido,
Me pide vuestra merced ! Que si luego le negara Y me diere salud para gozaros...
CAPITÁN. Y con disgusto se fuera , CAPITÁN.
Tarde á mi Lucindo viera, ¡Qué palabras tan dulces ! Por Dios vivo,
Y tendré á mucha merced, Tarde á mi Lucindo hablara. Que el sol de aquella boca de claveles
Si esas manos me la dan. Con entrar su padre aquí, La nieve de las canas me derrite.
fenisa. (Ap.) Habrá comunicación . FENISA.
¡Triste de mí ! ¿ Qué es aquesto ? {Hablan á tola* el Capitán y Belisa.) Digo, Señor, que importará atajarle
Pensé que á mi madre amaba, CAPITÁN. La loca pretensión con que me sirve.
Y que ya Lucindo estaba Todas esas cosas son
A mi remedio dispuesto. CAPITÁN.
De gran gusto para mí. ¿Mi hijo os sirve?
Sueño fué mi fantasía El termino acepto, y digo
En una ocasión tan alta. Que un mes la quiero esperar. FENISA.
Pues la gloria que me falta, Pero déjamela hablar. Si el servirme fuera
Soñaba yo que teni a . Con la cordura y cortesía licito
FENISA. (Al).) A una mujer de mis iguales prendas ,
BELISA.
¡Qué notable intento sigo! No me quejara con melindres vanos;
Pensé que vuestro deseo
A quererme se inclinaba. CAPITÁN. Quenuncameprecié de gusto hipócrita.
Nunca desa discreción , CAPITÁN.
CAPITÁN. En Madrid tan celebrada,
No, Belisa. Pues ¿cómo os sirve?
Salió , mi Fenisa amada,
BELISA. Mas cuerda resolución. FENISA.
Alegre estaba... Tu virtud he confirmado ; Con papeles locos,
Y lo estoy de lo que veo. Que no apetecer tu edad Por manos de terceros, que á mi casa
—Hija , ya ves su intención. Muestra bien la calidad Vienen con mil achaques y invenciones.
FENISA. De ese pensamiento honrado. Echando mis amigas por terceras;
(Ap. La fe que tuve en mi bien Seré de hoy mas , pues me honra Y en todo aquesto, ni por pensamiento
Me hizo tener también Tanto el saber que te igualo, Se le acuerda tratar de casamiento.
Alegre mi corazón. Un padre de tu regalo CAPITÁN.
Mas como era fe engañada Y un alcaide de tu honra. Es loco el mozo : perdonalde , os ruego;
Del sueño que imaginé , Y dándome Dios salud , Sue vo saldré fiador que no os enoje
Fe falsa y ungida fué , Esta misma barba anciana e aqui adelante.
Fe traidora y fe burlada , Servirá de barbacana
FENISA.
Fe de un sueño que dormia; Al fuerte de tu virtud.
Y si soñada ha de ser, Y si esta nieve no trata Pues que ya es mi hijo,
Bien el juvenil decoro, Os suplico. Señor , que cuerdamente
Yo juro de no creer
ICO COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Le digáis que me quejo desle agravio, Eslá muy puesto en razón ; LUCINDO.
Y fiólo de vos , pues sois tari sabio Pero que el ser muy querido Ir al Prado han concertado.
CAPITÁN. Descuido engendre y olvido,
HERNANDO.
Dejadmeesecuidado. El cielo os guarde. Efeclos bastardos son.
Tú fueras mejor , á fe.
—Bel isa , yo le he dicho á mi Fenisa LUCINDO.
Tus mismos celos te han dado.
Que pienso regalarla, y que no quiero El sale , y ella se ha puesto
Vida por otra cosa : á Dios te queda; A la ventana. DORISTKO.
Que yo volveré á verte; pero advierte HERNANDO. ¿Qué me mandáis mas?
Que me has de dar licencia para verte. Querrá GERARDA.
BE LISA. Verle galán y dispuesto. Serviros.
Guárdete el cielo. DORISTEO.
{Vate el Capitán.) ESCENA X. Adiós.
FINARDO.
WmSTEO , que sale con FINARDO de
ESCENA VIII. ¿No nos quiere nada ?
casa de GERARDA, la cual se asoma
DORISTEO.
BELISA, FENISA. á su ventana. — Dichos. ¿Puedo irme?
BELISA. GERARDA. (Ap.) FINARDO.

Gran ventura ha sido, Lucindo en la calle está. Podéis iros.


Fenisa , la que el cielo nos ha dado. LUCINDO. (Yanse Doristeo y Finardo.)
FENISA. ¡Tantas desdichas! ¿Qué es esto? ESCENA XI.
¿Estás contenta? DORISTEO.
BELISA. ¿No es gallarda? LUCINDO y HERNANDO, en ¡acalle;
¿No lo ves? FINARDO. GERARDA , en la ventana.
FENISA. Es extremada.
LUCINDO.
Sospecho ¡Qué discreta y qué cortés !
Que disimulas el pesar que tienes. ;.Que no he sacado la espada,
DORISTEO. Haciéndome tantos tiros?
BELISA. Todo en su talle me agrada. ¡ Pues ¡vive Dios, que he de darte
¿Cómo? finardo. {Ap. á Duristeo.) | Celos, por ver si con celos
FENISA. Puedo á quererme obligarte,
¿Si es este Lucindo?
Porque quisieras tú casarte. Ya que no quieren los cielos
DORISTEO.
BELISA. Que pueda amaudo obligarte!
El es.
Malicia tuya. Vén. FINARDO.
HERNANDO.
femsa. (Ap.) ¿Si viene á sacar la espada? ¿Cómo se los piensas dar?
i Ay mi Lucindo! DORISTEO.
LUCINDO.
Si no me entiendes con aqueste enredo, Quiero esta noche llevar
No eres discreto ni en Madrid nacido ; Venga á lo que mas quisiere ;
Yo sé que es aborrecido. Al Prado alguna mujer,
[nes, Adonde me pueda ver
Mas si me entiendes, yá buscarme vie- GERARDA. Hablar, requebrar y amar.
Tú naciste en Mad rid , d iscrecion tienes. (Ap. Celoso está ; desespere ;
HERNANDO.
(Yante.) Que por desdenes y olvido
Vo sé lo que un hombre quiere. Y ¿quién ha de ser?
Mas para picarle mas, LUCINDO.
Quiero hablar con Doristeo, No sé.
Calle. A quien no quise jamás ; BF.RNANDO.
ESCENA IX. Que por abreviar rodeo, Hallarla será imposible.
Y por sallar vuelvo atrás.)
¡Ah, caballero! LUCINDO.
LUCINDO, HERNANDO. No importa.—Yo te pondré
LUCINDO.
LUCINDO.
Un manto...
¿Es á mí? HERNANDO.
Aun no sale aquel galán. GERARDA. Doña Terrible
HERNANDO. No os Hamo, Señor, á vos. Me podrás llamar.
¿Qué es salir? Está despacio. DORISTEO. LUCINDO.
licindo. ¿Y á mí, Señora? Si haré.
Mis celos no me le dan. GERARDA. HERNANDO.
HERNANDO. A VOS Si. ¿Estás loco?
Es esta casa un palacio ; LUCINDO. LUCINDO.
Mostrándosele estarán. ¿No ves aquello ? Pues ¿qué importa?
En solo ver niñerías HERNANDO. (Ap. A illúllllu.) HERNANDO.
Hay dos semanas cuteras. ¿No importa, si topo acaso
Andarán las galerías... Por Dios,
Que es infamia estar aquí. Gente de palabras corta?
—Mejor esté yo en galeras,
Que la sirviera dos días. LUCINDO. LUCINDO.

LUCINDO. Buscaremos invención Saldré yo muy presto al paso.


Si en galeras de Gerarda Para que entienda que vengo Hernando, la voz reporta.
Anda al remo este dichoso Aqui con otra ocasión. Llega, y habla esa mujer.
Que agora en salir se tarda, Pregunta si vio unas damas.
gerarda. (A Doristeo.)
No sé vo cuál envidioso Salir esta noche tengo; HERNANDO.
A la ribera le aguarda. Acompañarme es razón. Bien dices, déjame hacer.
¡Ay de mi, Hernando, que quiero DORISTEO.
Pues no agradas poique amas,
Una mujer diestra, astuta, ¿Dónde iréis? Celos serán menester.—
De amor vano y lisonjero, GERARDA.
¡Ah , mi señora Gerarda !
Despejada y resoluta, Pienso que al Prado. GERARDA.
Y con una alma de acero ! Venid por mí. ¿Eres tú , Hernando?
HERNANDO. DORISTEO. HERNANDO.
Que el amor cause aticion Yo vendré. Yo soy.
LA DISCRETA ENAMORADA. 101
GERARDA. HERNANDO. Rompe esas puertas.
Tengo que hacer. Tu padre. HERNANDO.
LCCINDO. Aguarda.
BERNARDO
Oye , aguarda. ¡Válgame el cielo! LCCINDO.
GERARDA. ESCENA XII. Sal aquí , infame Gerarda.
¡ Por tí en la ventana estoy ! HERNANDO.
HERNANDO.
EL CAPITÁN. — LUCINDO, HER Con mas tiento ; espera un poco.
Eres discreta y gallarda.
NANDO.
GERARDA. CAPITÁN.
ESCENA XIII.
¿Qué quieres? Todo hoy ando en busca tuya. GERARDA.— LUCINDO, HERNANDO.
HERNANDO. LUCINDO.
Saber querría Lo que me quieres recelo ; GERARDA.
En qué casas deslas vive Que no es mucho que lo arguya ¡Golpes en mi casa , loco !
Cierta doña Estefanía , De mi inquietud y desvelo. LCCINDO.
Porque un loco no me prive Pero advierte, padre mió. ¿Qué respeto me acobarda ,
De la ración deste día ; Que querer una mujer Que no te quito la vida?
Que me la mandó seguir, No es en mi edad desvario,
GERARDA.
Y la perdí por mirarte. Antes señal de tener
Generoso talle y brío. ¡Daguita ! ¡ Oh , qué lindo cuento !
GERARDA.
¡Oh qué gracioso Ungir ! Si es porque no es muy honrada... LCCINDO.

Dígale á su Durandarte CAPITÁN. .Tú con mi padre, fingida.


Que me suelo yo reír ¿Cómo que honrada no es? í, as tratado casamiento?
De tretillas tan groseras. Lengua en escorpión bañada , GERARDA.
¡Ah, mi señor Beltenébros ! (A Lucinda.) ¿Mereces besar sus pies. La tracilla es escogida.
i Para qué son las quimeras? Ni aun tierra dellos pisada? Si para volver acá
Trueque celos en requiebros ; LCCINDO. Buscas embustes, Lucindo,
Llegúese , hablemos de veras. Estoy con enojo ahora Ese ¿en qué razón está?
¿De qué se finge valiente, De mil celos que me ha dado. LCCINDO.
Si está, de verme, temblando? Con un hombre ó dos que adora. ¿Por qué en mirarte me rindo?
Muestre el pulsa; ¿á ver la frente? CAPITÁN. Por qué no te mato ya?
¡Jesús , que se esta abrasando ! ¿Qué dices de hombre adorado, ¿No viste á mi padre aquí?
¡Qué temerario accidente ! Y tan principal señora? Pues él me ha dicho , cruel,
¡Hola ! lleva á aquel celoso Pero diráslo por mi , Que para matarme á mí,
Dos tragos de agua de azar. A quien debe de adorar. Quieres casarte con él.
HERNANDO. (A/J.) LCCINDO. GERARDA.
Macacao. ¿Que también te quiere á tí? ¿Yo , que en mi vida le vi?
GERARDA.
CAPITÁN. ¿Dióte la industria este necio
¡Cuento donoso! Para tener ocasión
¿El me viene á amartelar? ¿No la merezco agradar?
LCCINDO.
De hablarme?
LCCINDO.
Corrido estoy. Sí, Señor. HERNANDO.
CAPITÁN. Menos desprecio;
HERNANDO.
¿Mascas el si? Que no es aquesto invención ,
Yo furioso. LCCINDO. Sino verdad.
¿Conoces algún poeta? GERARDA.
LDCIHDO.
Pésame que hables con ella ;
Que es mujer que á veinte trata. No hablar recio.
¿Para qué?
CAPITÁN. HERNANDO.
HERNANDO.
Para enviar ¡Tu lengua pones en ella, ¿Por qué no? Con la verdad
Una sátira en receta Porque de celos te mata. Hable bajo la mentira,
A esta bruja, ó hazle dar Siendo tan noble doncella! La verdad con libertad.
Una hermosa cantaleta. ¡Vive Dios , que si no fuera GERARDA.
Haya pandorga esta noche ; Por no dejar de casarme, Tu desvergüenza me admira.
Yo compraré los cencerros , Que una estocada te diera ! LUCINDO.
Aunque basta el alba trasnoche. LUCINDO.
Y á mí tu temeridad.
Haya sábanas v entierros, i Casarte? Eso si es matarme. ¿Cuándo viste al padre mió?
Campanillas , nacha y coche. Padre ,.Señor, considera... ¿Dónde te habló?
¡Vive Dios!... CAPITÁN.
LCCINDO. GERARDA.
¿Qué debo considerar? ¿Qué es aquesto?
Calla, ignorante. LUCINDO.
¡Ah mi bien , ah mi Gerarda! ¿Hay mas loco desvario?
Que es una mujer de amores. LCCINDO.
GERARDA.
capitán. (Ap.) ¿Posible es que has descompuesto
¿Llamas? (Vate.) Dado me ha que sospechar...
LCCINDO. Sus canas con ese brío?
— Pero póneme temores Demonios sois las mujeres.
¿Quitaste delante? Por estorbarme el casar.
—¿Adonde te vas? Aguarda, Como el que con los espejos GERARDA.
Oye la voz de tu amante. Puestos al sol da en los ojos ¡Muy ángeles son los hombres!
¿Para qué es matarme ansí ? Al que viene desde lejos , Lucindo, ¿ para qué quieres
HERNANDO. Quiere el necio darme enojos Disfrazar con estos nombres ,
¿Vive Estefanía aquí ? Con estos vanos consejos. Que por mis desdenes mueres?
LCCINDO.
Mas quiero volverla á hablar, ¿Qué padre es este? ¿No adviertes
Y decirle esta respuesta; Que entiendo tus invenciones?
¿Quieres callar, bestia? Que me ha dado qué pensar. ( Vate.) LCCINDO.
HERNANDO.
HERNANDO. ¡Plegué á Dios tan mal aciertes
NO. ¿Qué te parece 7 En casarte , ya que pones
Por aquí pienso que entró. LUCINDO. Mi vida entre tantas muertes,
LCCINDO. Por esta Que le viva dos mil años
¡Mi bien , duélete de mi ! Mujer hoy me he de matar. El viejo por quien me dejas
L-i. II
102 COMEDIAS ESCOCIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
En tantas penas y daños, Dijístemc mil infamias CAPITAN
Y á quien por ojos y orejas De aquel ángel de Fenisa , Quila , necio.
Le has dado hechizos y engaños ! Hija de Belisa honrada ; LUCINDO.
¡Plegué á Dios!... Mas ¿qué inhumanas Voylas á hablar, y por poco Advierte.
Malíliciones puedo hacer Saliera, traidor, sin cara;
Mas que verte las mañanas , Que caída dé vergüenza. CAPITAN.
Como sierra , amanecer No era menester cortarla. Guarda. {Yase.)
Con la nieve de sus canas? Yo tengo mujer mas noble ,
¿Qué mas que ver un anciano Que tu madre. ESCENA XVI.
A tu lado hermoso y tierno , LUCINDO.
De tu belleza tirano? ¿ De quién hablas? Ll'CINDO, HERNANDO.
¡Qué gentil hielo en invierno,
Y que espantajo en verano ! CAPITAN. LUCINDO.
Adiós , madrastra cruel ; De Fenisa. ¿Qué es esto, triste de mi ?
Que presto, estando con él , LOCINDO. ¡Testimonios me levanta
Te pesará el ver en vano Pues, Señor, Antes que su rostro vea !
Que te bese yo la mano , Fenisa es doncella, y basta; HERNANDO.
Y que tú la boca á él. Que la que yo te decía , ¿No es aquesta aquella dama
¡Jesús, qué mala elección! Es Gerarda, cortesana,
Que vive en este balcón. Que te miró tiernamente
GERARDA. Cuando el lienzo de las randas ?
Hernando, ¿es esto lie veras, CAPITAN.
O vuestras quimeras son ? ¿Qué tiene que vér Gerarda LUCINDO.
Con Fenisa? La misma.
HERNANDO. LUCINDO. HERNANDO.
¡Ojalá fueran quimeras! Yo, Señor, Pues que me maten
GERARDA. En aquesta calle estaba Si no es enredo que traza.
Ya entiendo vuestra intención. Cuando me reprehendiste Enamorada de ti.
Oisteisme concertar De que amaba aquella dama. LCCINDO.
Ir al Prado aquesta noche, CAPITAN. ¿Qué me cuentas?
Y queréismelo estorbar. HERNANDO.
Pues por Dios que ha de haber coche, Otro.enredo habrás pensado
Con aquella buena cara Lo que pasa.
Y quien nos venga á cantar. De tu criado. Yo leí cuatro renglones
Piquen por hacerme gusto HERNANDO. En sus ojos, de una carta,
En casa de Estefanía. Que al darte el lienzo escribió
LUCINDO. ¿Yo enredo? A tu ausente pecho y alma.
Mataréle. Siempre piensas que te engañan ; Dejóle caer adrede ,
GERARDA. Propia condición de viejos. Si la vista no me engaña,
¡ Ay Dios, qué susto ! ( Vate.) CAPITAN. Y lo que á tu padre dice
Niega , Lucíndo, que amas Deque la escribes y cansas,
ESCENA XIV. A Fenisa. Es decirte que la escribas,
LUCINDO. Y que por las rejas bajas
LUCINDO, HERNANDO. ¿Yo, Señor? Vengas á hablarla de noche.
■ERRANDO. CAPITAN. LUCINDO.
Entróse. , , ¿Luego tampoco la cansas Cosas me dices extrañas.
LUCINDO. Con papeles y alcahuetas? HERNANDO.
¿Cerraste, arpia? Pues en este punto acaba
¡Mal haya amor tan injusto! De decirme que antenoche, ¿Qué se pierde en que las praebes?
Abre esta puerta, mi bien. Por aquella reja baja, LUCINDO.
—Acecha por esta llave (A Hernando ) Muy tiernodellegaste
Enfrente tu aposento.
á hablarla.
No se pierde, Hernando, nada ;
Si sus criadas se ven. gue esa doncella podría ,
HERNANDO. LUCINDO. on su bellísima cara ,
¡Qué bien engañarle sabe ! : Yo papeles! ¿Yo alcahuetas? Con su rico entendimiento,
Yo por reja ni ventanas? Con su voluntad esclava,
luctndo. Hernando... Desamartelarme el pecho,
Matarme sabe también. CAPITAN. Despicarme de Gerarda.
HERNANDO. ¡Qué buen testigo! Vámosla á hablar esta noche :
Al viejo ha desvanecido Falsos ojos, lengua falsa, Que si es verdad que me llama
Para darte mas enojos. Falsa la cara y la boca, Con esta industria que dices,
Falso el pecho y falsa el alma. Es la cosa mas gallarda
LUCINDO. Pues mira lo que le aviso : Que ha sucedido en el mundo.
Liviano en extremo ha sido ; ¡Vive el cielo, que si pasas HERNANDO.
Mas ¿qué no podrán tus ojos, Por su puerta, ni la miras, Mucho importa enamorada,
Dulce Argel de mi sentido? Ni por la reja la llamas. Asi por dejar del todo
ESCENA XV. Que para siempre jamás Esta fementida ingrata,
Has de salir de mi casa ! Como porque nos perdemos
CAPITAN. — Dichos. LUCINDO. Si el viejo otra vez se casa.
Escúchame. Y si se quiere casar,
CAPITAN. CAPITAN. ¿Qué cosa mas acertada
¿Estáste aqui todavía? ¿Para qué? Que con Belisa, su madre
LUCINDO. fiesta bellísima dama?
LUCINDO. LUCINDO.
Pues ¿eso, Señor, te espanta? Escúchame una palabra. Si me quiere, Hernando mió,
Si con la mujer que adoro, CAPITAN.
En esos años te casas, Te mando ropilla y calzas.
¿Es mucho que me despida ¿Qué palabra? HERNANDO.
Deslas puertas y ventanas, LUCINDO. Bien puedes dármelas luego.
Si mañana han de ser tuyas, Que le digas
Y hoy su dueño me llamaban? Que si ha de ser mi madrastra, LUCINDO.
No comience antes de serlo, Pues con discreción tan alta
CAPITAN. Pues aun agora lo tratas, Supo engañar á dos viejos
Pienso que te has vuelto loco. A hacerme tan malas obras. De edad y experiencia tanta ; '
LA DISCRETA ENAMORADA. 103
Y enamorada de quien Mas como por su desden HERNANDO.
Apenas le vio la cara, he los vuestros me retiro, Sin extremos;
Ha dicho su pensamiento , De amor suspiro; Que te podrá conocer.
Y se le ha entendido el alma , Y cuando no os veo,
Bien la podemos llamar LUCINDO.
Suspira por mí el deseo.
La discreta enamorada. ¿Está en su regazo?
ESCENA II. HERNANDO.
¡ Y cómo !
LUCINDO, HERNANDO.—Dicho?. LUCINDO.
ACTO SEGUNDO. lucindo. (Ap. 6 Hernando.)
Celos por los ojos tomo ,
Y el alma comienza á arder .
Dijeron que llevarían ¡Oh veneno , que desalmas
El Prado de San Jcróuimo. — Es de noche. Quien cantase. La vida con tus enojos ,
HERNANDO'. " Siendo la copa los ojos
ESCENA PRIMERA. Ellos serán , Donde le beben las almas,
DORISTEO y FINARDO, en hábito de Pues aquí cantando están. Nunca yo viniera acá !
noche; GERARDA, con rebociño y LUCINDO. HERNANDO.
sombrero ; LISEO , FABIO. Ni cantan mal ni porfían. Vamonos de aquí, Señor.
HERNANDO. ¿No es aquel ángel mejor,
DORISTEO.
Cesaron , como las aves Que esperándonos está ?
Notable frescura. Luego que alguno se aceren. LUCINDO.
FINARDO. LUCINDO. ¿Cuál ángel?
HERNANDO.
Extraña. Llega y míralos mas cerca.
GERARDA.
Fenisa bella.
HERNANDO.
LUCINDO.
Mucho de sus fuentes gusto. Plegué á Dios, Señor, que acabes
De ser necio. No estoy para hablar agora
DORISTEO.
LUCINDO. Con ángeles.
No hay sitio de tanto gusto, HERNANDO.
Gerarda bella, en España. Si no es hora
Para hablar con mi Fenisa, Si te adora ,
GERARDA.
¿Qué importa, pues todo es risa? ¿No será justo querella?
¡Qué lindas tazas! LUCINDO.
HERNANDO.
DORISTEO.
Celos rierí, y amor llora. Esa peligro no corre;
Famosas. Yo paso á lo caballero Que como es amor primero ,
GERARDA. Por delante; espera aquí. Estará, como otra Hero,
Con perlas brindando están. Aguardándome en la torre;
LUCINDO. Pero esta que está en los brazos
DORISTEO. Yo aguardo. Deste venturoso amante,
¡Qué liberales que dan (Pasa Hernando embozado por delante Si me descuido un instante ,
Sus aguas claras y hermosas ! de los sentados, y vuélvese adonde Haráme el alma pedazos.
¿Haste holgado de venir* quedó su amo.) ¿Traes el manto?
GERARDA. FINARDO. HERNANDO.
Basta venir á tu lado. ¿Qué mira ansi ¿Pues no?
LUCINDO.
DORISTEO. Este necio majadero?
Sentémonos. DORISTEO.
Póntele.
HERNANDO.
FINARDO. Algo debe de buscar Gran mal recelo.
Todo es Prado. Que de casa se le fué.
LUCINDO.
DORISTEO. GERARDA.
Asi se suele decir. Canta solo. Haz saya del herreruelo.
¿Templaron vuesas mercedes? LISEO. HERNANDO.

uno. Cantaré. ¡ Yo mujer ! ¡Tu dama yo !


La prima se me bajó. GERARDA. LUCINDO.

GERARDA. Si ; pero no has de templar. A esos árboles te vé,


Subilla. Hernando. (Ap. á su amo.) Y de mujer te disfraza.
DORISTEO. HERNANDO.
En la voz la conocí.
Eso digo yo. LUCINDO.
Voy ; mas temo que esta traza...
FABIO. LUCINDO.
¿Comienzo? ¿Luego es Gerarda?
Vé, majadero.
HERNANDO. .
DORISTEO. HERNANDO.
Empezar podéis. Sin duda. Yo iré;
FABIO. LUCINDO. Mas defenderme te toca ,
¿Qué diremos? ¡Ay! Y si hacerlo no quisieres,
HERNANDO. No te espantes si me vieres
DORISTEO.
¿ Es menester ayuda ? Con la barriga á la boca. ( Vase.)
La de Lope,
Por vida del buen Liseo. LUCINDO.
ESCENA III.
LISEO. Y el otro ¿es su galán?
La del suspiro y deseo. HERNANDO. LUCINDO, enpié y lijos de GERARDA,
• FINARDO. Si. DORISTEO , FINARDO , LISEO Y
A fe, que hay bien donde tope. LUCINDO. FABIO, sentados.
¡Triste de mi!
músicos. (Tocan y cantan.) LUCINDO. rnesl
HERNANDO.
Cuando tan hermosa os miro, i Qué mal se cura amor con invencio-
De amor suspiro, ¿Qué tenemos? Qué vano error sobresanar la herida,
¥ cuando no os veo, ¿Date por ventura el parto?
Si en las muertas cenizas escondida
Suspira por mi el deseo. LUCINDO. La viva lumbre al corazón le pones!.
Cuando mis ojos os ven. Mientras mas de tí me aparto, Celos , desdenes , iras , sinraaonvs
Van á gozar tanto bien; Mas me acerco. Tienen el alma alguna vez domriita:
P "

% '**»
i6l COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Mas ¿ qué letargo habrá que no despida Pero el mucho amor que os tengo ESCENA VI.
La fuerza de celosas prevenciones? A mas me puede obligar.
¡Oh celos ! con razón os han llamado LUCINDO, GERARDA, HERNANDO.
LUCINDO.
Mosquitos del amor, de amor desvelos:
El humo de su fuego os ha engendrado. Señores, ¿quieren cantar? GERARDA.
¿Qué importa que se duerma un hom- Hernando. (Con voz de mujer.) ¡ Ah mi señora !
[bre (¡oh cielos!), ¿Déjanlo porque yo vengo? Hernando. (Con vos femenil.)
De pesadumbres del amor cansado, GERARDA. (Ap.) ¿Esa mí?
Si con sus voces le despiertan celos?
Lucindo es este. ¡Ay de mí ! GERARDA.

ESCENA IV. Verdad sin duda seria Veros y hablaros deseo.


Que aquella dama quería. HERNANDO.
HERNANDO, con un manto puesto, y la Por quien preguntar le vi. ¡Verme y hablarme ! ¿Por qué?
capa por taya.— LUCINUO ; y en el Celos que pensé ungidos
GERARDA.
proscenio, GERARDA, DOR1STEO, Me han salido verdaderos.
i Ay, amores lisonjeros, Porque soy vuestra vecina.
FINARDO, FABIO yLISEO. De engaño y traición vestidos! HERNANDO.

HERNANDO. (A¡). Ú Lucilldo.)


Entendídomeha la letra, ¡Jesús , qué extraña mohína !
Herido me ha por el filo,
¿Vengo bien ? Vengóse del mismo estilo.
GERARDA.
LUCINDO. ¿Desto solo os enfadé?
Vienes tan bien, HERNANDO. (Ap. á Lucinda.) HERNANDO.
Que espero que bien me vaya. Va se altera y inquieta : Hace notable calor ;
HERNANDO.
¿Qué te parece el jarabe? Vamos, Lucindo, de aqnl.
LUCINDO.
¿Qué te parece la saya? LUCINDO.
LUCINDO.
Que hace su operación. Mi bien, enfaldarse ansí
Muy bien. GERARDA. Parece mucho rigor.
HERNANDO. (Ap. ¡ Qué bien sabe dar pasión ! Descubrios á esa dama.
¿Y el manto? Qué mal el tomarla sabe !) Pues Dios os dio tal belleza ,
LUCINDO. Por vida de Doristeo, Y esa hermosa gentileza
Que un poco de agua traigáis. Tiene en la corle tal fama.
También. Descubrid los ojos bellos,
DORISTEO.
HERNANDO. Den envidia y den amor.
¿No voy muy apetecible? Y traeré con que bebáis ; HERNANDO.
Que regalaros deseo.
LUCINDO.
Entreteneos aqui No estoy agora de humor,
Vamos. Ni está enjuto el llanto en ellos ;
HERNANDO.
Mientras voy por colación. Que los traéis hechos mar
¿Llevo malos bajos? GERARDA. De celos de esa Gerarda,
LUCINDO. Que vais solo no es razón. Que me dicen que es gallarda.
Llega. FINARDO. LUCINDO.
HERNANDO. ¿Acompañaréle? ¿Gerarda os los puede dar?
En notables trabajos GERARDA. No sé de qué los tenéis.
Me pone tu amor terrible. Sí; ¡ Plegué á Dios que si la quiero.
(Acércame á los otros cinco.) Que aqui quedan los amigos. Que para el mal de que muero
DORISTEO.
Nunca remedio me ciéis !
FINARDO. Plegué á Dios que si la estimo ,
l'n galán con cierta dama Pues vamos. Nunca merezca estos brazos,
Hacia donde estamos viene. DORISTEO. Ni á mis amorosos lazos
GERARDA. Venid. Den vuestros muros arrimo!
¡ Gentil brio y arte tiene ! FINARDO. Plegué á Dios que si la amare,
A fe que es ropa de fama. Nunca mi ventura poca
Adiós. Goce de esa dulce boca,
DORISTEO.
(Vanse Doristeo y Finaría.) Ni por mi bien se declare!
¿Cómo?
GERARDA. Plegué á Dios que si la viere,
Dióme el buen olor. ESCENA V. Jamás me vea con vos.
DORISTEO.
Ni nos casemos los dos !
CERARDA, LUCINDO, HERNANDO, GERARDA. (Ap.)
Tomó pastilla al salir.
FINARDO.
LOS MÚSICOS. ¿Que esto sufra? Que esto espere?
Pastilla y Prado es decir GERARDA. (Ap.)
HERNANDO. .
Que es dama... ¡ Ay Dios! ¡qué de maldiciones!
DORISTEO.
Muérome porque las dos GERARDA. (Ap.)
Quedásemos sin testigos.
¿De qué? Todas vengan sobro mí,
LISEO.
FINARDO. Si mas te sufriere aquí ,
De amor. ¿ Queréis que cantemos? Traidor, tantas sinrazones.
GERARDA. HERNANDO.
DORISTEO.
A tu lado toma asiento. No. Dicenmeque vais allá,
Antes merced recibiera Y estoy muy descolorida.
v GERARDA. En quedar sola.
¡Qué de golpe se lia asentado! fabio. (Ap d Liseo.)
LUCINDO.

FINARDO.
Pues tomad color, mi vida ;
Algo espera. Que á vos os adoro ya.
Debe de tener pesado LISEO.
Lo que es el quinto elemento. GERARDA.
Lindamente los echó. No será, infame, en mis dias.
lucindo. (A Hernando.)
fabio. (Embiste á Hernando.)
Bella doña Estefanía, Pues no estorbemos, Liseo.
¿Qué os parece esta frescura? LUCINDO.
LISEO. ¿Cómo ansí le has descompuesto?
■errando. (Con voz dentujer.)
Fué mucha descompostura Fabio , venid por aquí. HERNANDO.
Venir aqui sin mi lia ; ( Vanse los músicos.) ¡ A Estefanía! ¿Qué es esto?
LA DISCRETA ENAMORADA. IGo
GF.RAHDA. La causa deste rigor. GERARDA.

Y ;'i cuarenta Estefanías. Celos , por tu vida , han sido. Sola estaba.
No seas tirano, vén;
LOCUIDO. Vén , Lucindo ; vén , mi bien. •
Déjala, Gerarda. Los músicos...
LUCINDO. GERARDA.
HERNANDO. En efeto ¿ me has querido? Libres sou.
¡Ay cielo! GERARDA. FINARDO.
¡A una mujer como jo! Siempre te quise , mis ojos. ¡Que no hubiese colación !
GERARDA. LUCINDO. ¡Y en el verano se alaba
Matarla tengo. Yo haré que sangre te cueste... Madrid , para quien trasnoche
LUCINDO. Sin cotas ni sin broqueles ,
Eso no : ESCENA VIII. Que tiene nieve y pasteles ,
Huye. Vino y dulce á media noche !
HERNANDO. HERNANDO, ya en su traje.— Dichos. GERARDA.
Mi muerte recelo. ( Vate.) Tarde llegara el favor ;
HERNANDO.
Que no estoy buena.
ESCENA VII. ¿Qué sacri6cio es aqueste?
DORISTEO.
LUCINDO.
LUCINDO, GERARDA. Sospecho
El haberme dado enojos. Que este fresco mal te ha hecho.
GERARDA. HERNANDO.
GERARDA.
¿Qué mujer es esta, perro? Si Lucindo quiere hacer Mas me ha dañado el calor.
LUCINDO. Una venganza gallarda ,
Y Gerarda el golpe aguarda, doristeo. (A Finardo.)
Una mujer que me adora,
Y eso que tú has hecho agora El ángel vengo yo á ser. ¿Entiendes de estrellas?
Ha sido un notable yerro; ¿Qué es esto, Señor? FINARDO.
Que es señora principal, LUCINDO. Sé
Y te ha de costar la vida. ¡Oh Hernando! Que el carro ha de estar allí
GERARDA. Seas mil veces bien venido. Para amanecer.
DORISTEO.
¿Puede ser ya mas perdida, HERNANDO.
Que viéndome en tanto mal? Dos horas ando perdido, ¡Ah'.sl.
Déjame pasar. Todo este Prado buscando ; Pues ya muy alto se ve.
LDCINDO. Que en casa han echado menos Vamos, y descansarás.
Detente; A esta dama. ¡Qué amigos!
FINARDO.
Que á quien me aborrece á mi , LUCINDO.
Nunca licencia le di Pocos hay buenos.
Otra seria.
De hablarme tan libremente. HERNANDO.
GERARDA. (Ap.)
CERARDA. Cuando tú me quieres menos,
¿Luego no es Estefanía? Lucindo, te quiero mas.
¿Yo te aborrezco, mi bien?
LUCINDO. (Vanse.)
LUCINDO.
Ha habido rayos y truenos.
¿Tu bien soy?
HERNANDO.
GERARDA.
¡ Ay prenda mia! ¿Es Gerarda? Calle.
LUCINDO.
Cuanto te dije Ungía, ESCENA X.
Y cuanto hablaba también. ¿ No lo ves?
Aborrezco á Dorisleo; HERNANDO.
LUCINDO t HERNANDO.
Solo te adoro, Lucindo : Déjala, ¡triste de mi!
De nuevo el alma te rindo. Que te ponen culpa á tí. HERNANDO.
• LUCINDO. LUCINDO. Tan consolado vienes, que presumo
¡Cielos! ¿Qué es esto que veo? Gerarda , hablemos después. Que no te acuerdas ya de aquella loca.
GERARDA. GERARDA. LUCINDO.
En prenda de que tú eres Oye. No lo digas de burlas.
Mi verdad, vente conmigo. LUCINDO.
HERNANDO.
LUCINDO. No hay remedio. ¿Quién ha hecho
Mucho os alienta el castigo ; GERARDA. Milagro tan notable en tu sentido?
Como bestias sois, mujeres. Aguarda. LUCINDO.
Ahora bien : ya se acabó, HERNANDO. (.-1/). « LUCittdO.) La confianza de que soy querido.
Yo adoro en Estefanía. Grande valor has tenido. ¡Bendiga el cielo la invención, la traza,
CERARDA. LUCINDO. La hora, el movimiento, el manto, el
¿Por qué me dejas, luz mia? El saber que soy querido Los celos , los disgustos ! [Prado,
LUCINDO. Me ha despicado , Gerarda. HERNANDO.
Porque tu noche llegó. ( yante los dos. ) Y ¿no dices
Que bendiga también á Estefanía?
GERARDA.
ESCENA IX. Pues en verdad , que aun traigo las seña-
Vén conmigo hasta mi casa. De algunos mojicones de Gerarda. [les
LUCINDO. DORISTEO, F1NARDO.— GERARDA. LUCINDO.
No hay remedio. La ventana han abierto; espera, aguarda.
GERARDA. DORISTEO.

¡Que esto veo! Desgracia ha sido, por Dios, ESCENA XI.


El no haber ya tienda abierta.
LUCINDO.
Presto vendrá Doristeo, FINARDO. FENISA, en la ventana. — Dichos.
Que es el que agora te abrasa. Quebrada queda una puerta.
GERARDA.
fenisa.
gerarda. (De rodillas.)
De rodillas, mi señor, Cansado os habéis los dos. ¡Ali , caballero !
Que vayas quiero pedirte, DORISTEO. LUCINDO.
Porque allá quiero decirte ¿Sola estabas? ¿Quién llama?
166 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FENISA. Y era justo pensamiento; I No me eche menos mi madre.
Llegad quedo. Una mujer. Mas viéndole porfiar, LUCINDO.
Vine á ver lo que ya veo. Pide licencia á mi padre
HERNANDO.
Ftnisa debe de ser, FENISA. Para verte.
Que habrá dejado la cama. Conocéis mi buen deseo. HERNANDO.

FF.MS.V. LDCINDO. La luz crece.


Vuestro nombre me decid El conocerle es pagar ; LDCINDO.
Antes que os empiece á hablar. Que tras el conocimiento Dame alguna prenda tuya
De una deuda , pagar sobra. Con que me vaya á acostar.
ldcindo. (A Hernando. ) Pero si se pone en obra
Mira no echemos azar. De mi padre el casamiento , FENISA.

HERNANDO, i ¿Qué tal vendré yo á quedar? A mi me quisiera dar.


Todos duermen en Madrid, FENISA. HERNANDO.
Hasta el viejo Arias Gonzalo. No creáis que ellos lo puedan ; Dile, Señor, que concluya.
LDCINDO. Que los dos que los heredan FENISA.
Lucindo, Señora, soy, Son los que se han de casar. Truécame esa cinta. ( Echa un litton.,
Que de vos quejoso estoy, Mal conocéis lo sutil LDCINDO.
Si esta queja no es regalo. De una rendida mujer.
¿Sabéis que del capitán ¿A qué?
LDCINDO.
Bernardo soy hijo? FENISA.
Discreta debéis de ser A deseos. >
FENISA. Y de ánimo varonil. HERNANDO.
Sí. Bien se ha visto en la invención. Bueno está.
LDCINDO. FENISA. LDCINDO.
¿Sabéis que en mi vida os vi? Pues hasta agora no es nada. Todos los tienes allá.
¿Cómo soy vuestro galán? LUCINDO. FENISA.
¡Yo, Fenisa, os solicito! La discreta enamorada Adiós. (Retírate.)
Yo os escribo mil papeles !
Yo á estas rejas y verjeles Llamaros será razón.
La casta defensa os quito ! FEMSA.
ESCENA XII.
Yo os desvelo con paseos Perdóneme vuestro padre; LUCINDO, HERNANDO.
Y terceras os envió ! Que del me pienso valer.
FENISA. Para daros a entender LDCINDO.
No os enfaden, señor mió, Lo que no quiere mi madre. ¿Fuese?
Mis amorosos rodeos. Cuanto deciros quisiere , HERNANDO.
Ni me habéis solicitado, Será quejarme de vos,
Y veremonos los dos Ya se fué.
Ni habéis cansado mis rejas, LDCINDO.
Ni son verdades mis quejas, Por donde posible fuere.
Cuando os riña, estad atento, . ¡Gran ventura!
Supuesto que me he quejado.
Jamás escrito me habéis , Que son recaudos que os doy. HERNANDO.

Ni por vos nadie me habló ; LDCINDO. Di que estás


En lo que esto se fundó, Digo, Señora, que estoy Enamorado.
Pues venis, vos lo entendéis. En el mismo pensamiento. LUCINDO.
No halló mi recogimiento FENISA.
¿Pues no?
Cómo decir mi pasión ; Asi sabréis lo que pasa HERNANDO.
Amor me dio la invención , Desta puerta adentro vos , ¿Y Gerarda?
Y vos el atrevimiento. Casándonos á los dos LDCINDO.
Vuestro padre me ha pedido ; Cuando él piensa que se casa ; Ya pasó.
Mas yo naci para vos , Que ya estaremos casados HERNANDO.
Si algún dia quiere Dios El día que se descubra. ¿Cómo?
?ue os merezca por marido, LUCINDO.
el hacerle mi tercero LDCINDO.
No os parezca desatino ; Quiera el amor que se encubra Lo que oyendo estás.
Que es cuerdo, viejo y vecino, El fin de nuestros cuidados. Es bella , es noble, es gallarda.
Y os quiere como yo os quiero. —Y dad orden como os vea, HERNANDO.
Este camino busqué Pues no os falta discreción. ¡ Brava cólera española !
Para que sepáis mi amor ; FENISA. LDCINDO.
Solo os suplico , Señor, He pensado otra invención Mas precio esta cinta sola
Que agradezcáis tanta fe. Para que el remedio sea ; Que mil almas de Gerarda.
Y si mi hacienda y mi talle, Y es que diré á vuestro padre
Puesto que mas merecéis, [Yante.)
Que os envié á que toméis
Os obligaren... Mi bendición , y vendréis
LDCINDO. Sin que se enoje mi madre.
No echéis Pero tratadme verdad , Zaguán de casa de Gerarda.
Más favores en la calle. O desengañadme aqui.
Sembrarla de almas quisiera ESCENA XIII.
LDCINDO.
En esta buena fortuna , El alma , Señora, os al DORISTEO, GERARDA.
Porque palabra ninguna Por fe de mi voluntad.
Menos que en alma cayera. Preguntadle allá si os quiero. DORISTEO.
A mi ventura agradezco ¿Para qué es tanto desden ,
HERNANDO.
Saber, mi bien , que os agrado; Sino decirme verdad ?
Que bien sé que no he llegado Señor, advertid que al alba
A pensar que lo merezco. Hacen las calandrias salva, Hombre soy , y hombre de bien ;
El dia , mi bien , que os vi Y está muy alto el lucero. Habíame con libertad :
De aquel santo jubileo, En cas deste mercader ¿Quieres á Lucindo bien?
Despertastes el deseo ; Una codorniz cantó , GERARDA.
Nunca mas con él dormí. Con que á tu amor avisó Pensé que no le quería ,
Mi poco merecimiento De que quiere amanecer. Y anoche...
Que entendiese me impedia FENISA. DORISTEO.
Lo que mi padre decia , Vete, mi amor ; que amanece; Pasa adelante.
LA DISCRETA ENAMORADA. 167
GERARDA. GERARDA. Me caso , viejo en efeto.
¡Su marido! Mayor daño ¿Quién duda que le parezca
Quiso la desdicha mia Mejor, y que le dé pena
Que fuese un desden bastante Es el que me viene agora.
Ver que á mi edad se condena
A encender nieve tan fria. DORISTEO.
Donde sin gusto padezca?
¿No viste aquella mujer Pues ¿hay otro desengaño? Fuera de eso , es mal consejo •
Que se sentó junto á mi? CERARDA. Que venir aquí le mande ;
DORISTEO. ¡Bien vivirá quien le adora , Que á vista de un hijo grande
Lucindo debió de ser Si le casas ! Parece un hombre mas viejo.
El que la trujo. DORISTEO. Ya comienzo á estar celoso ;
GERARDA. (Ap. ¡Caso extraño!) No entrará otra vez acá.
Es ansí. Pues ¿puede ser de otra suerte? ESCENA XV.
DORISTEO. GERARDA.
Eso me basta saber. Dame primero la muerte. LUCINDO, FULMINATO.— BELISA,
¡Ay , Gerarda , cuánto pueden DORISTEO.
EL CAPITÁN, FENISA. '
Unos celos! Vete de aquí. FULMINATO.
GERARDA. gerarda. (Yéndose.)
Muerta estoy. ¡Nunca hablara! Aquí el alférez está.
En fuerza al amor exceden ; LUCINDO.
DORISTEO.
No hay desden , mi fe te doy, (Ap. ¡ Cielos , que fui tan dichoso !
De que triunfando no queden. ¡Con mi hermana! ¿Quién pensara Aquí mis ojos están. )
Estudiado parecía Una venganza tan fuerte? Señor...
Lo que Lucindo decia , Buscar á Finardo quiero, CAPITÁN.
Y lo que ella preguntaba ; Para que á Lucindo saque (Ap. De enojo estoy lleno. )
Supe al fin que se llamaba Donde, pues es caballero, Para danzar eras bueno.
Esta dama Estefanía , O saquemos el acero ,
i O casándose me aplaque. LDC1NDO.
Y que es mujer principal ;
Que un criado, á un rayo igual , ' Hoy muere si no se casa . ¿Cómo?
¡Oh vil hermana ! ¿Esto pasa? CAPITÁN.
Vino á decir que en su casa
La echaron menos. Mas, justa ley me condena ; Eres cierto y galán.
Que no anda bien en la ajena LUCINDO.
DORISTEO.
Quien ha de guardar su casa. ¿No me mandaste venir?
¡ Que pasa (Vanse.)
Por mi una desdicha igual ! CAPITÁN.
Pero es dicha : ¿cómo dices Besa la mano á tu madre.
Que esa dama se llamaba? LUCINDO.
GERARDA.
Sala en casa de Belisa.
Yo voy.
¿Hay de qué te escandalices? ESCENA XIV. CAPITÁN.

DORISTEO. ¡Qué presto!...


Pensando en el nombre estaba BELISA, EL CAPITÁN, FENISA,, LUCINDO.
De esa mujer que maldices. FULMINATO. Mi padre...
GERARDA.
FENISA. (Ap.)
FENISA.
Estefanía decia. Ya me comienzo á reir.
Hacedme aqueste placer, LUCINDO.
DORISTEO. Para mayor regocijo:
Que vea yo vuestro hijo, Como á madre que sois mia,
¿Estefanía? Me manda ¡oh bien soberano!
Pues su madre vengo á ser.
GERARDA. Que os bese esa hermosa mano.
Esto pasa. CAPITÁN.
CAPITÁN.
DORISTEO. Digo que tenéis razón. ¡Qué superflua cortesía!
¡Buena venganza seria. FENISA. La mano basta decir;
Si porque he entrado en tu casa, Pues todo queda tan llano. ¿Para qué es decir hermosa?
Diese Lucindo en la mia! Venga á besarme la mano LUCINDO.
GERARDA. Y á tomar mi bendición. Quiere mi boca dichosa
¿Cómo? BELISA. Este epíteto añadir.
DORISTEO.
Ya sois dueño desta casa; FENISA.
Una hermana que tengo , Venga vuestro hijo acá.
Estefanía se llama. Hablan ansí los discretos.
CAPITÁN.
GERARDA. BELISA.
Digo que á veros vendrá ; ¿De eso recibís disgusto?
Ella es. Que ya sabe lo que pasa.
DORISTEO. CAPITÁN.
—Fulminato...
¿Cómo detengo FULMINATO. Levántate ; que no gusto '
La defensa de mi fama , Señor... Que beses con epitetos.
Y del traidor no me vengo? BELISA.
CAPITÁN.
GERARDA.
Corre, Dejalde , no seáis extraño;
El la sirve , porque un día Llama al alférez mi hijo. Bese la mano á su madre.
Dijo que se vengaría FULMINATO. LUCINDO.
Ueste agravio. Voy. iVate) Señor, siendo vos mi padre,
DORISTEO. FENISA. (Ap.) No resulta en vuestro daño.
Y lo cumplió; Que le llamasen dijo : CAPITÁN.
Porque anoche me contó Todo el cielo me socorre. No me llames padre aqui.
Que fué al Prado Estefanía. Hoy te verán estos ojos LUCINDO.
Alto, mi honor es perdido. En esta casa , mi bien.
Vete en buen hora, Gerarda... Llamo madre á una señora
capitán. (Ap.) Tan moza , y ¡ á vos agora
GERARDA. Aunque le muestre desden , Os pesa que os llame ansí!
Mas que quisiera he sabido. Me ha dado el llamarle enojos.
CAPITÁN.
DORISTEO. Es calan, mozo y discreto,
Y dirá acaso entre si Adonde la edad no sobre ,
Que si mi deshonra aguarda. Padre , dulces letras son ;
Hoy ha de ser su marido. Que no le caso, y que á mí
1C8 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,
Mas á un viejo, no es razón , Que me besó la mano, por si es cosa ESCENA XVI.
No siendo ermitaño ó pobre. Que importa darle luego la respuesta!
Acaba, besa la mano. belisa. (Al Capitán.) BELISA, FEN1SA, EL CAPITÁN,
FF.N1SA. (.4jB.) Escuchadme á esta parte dos palabras. FULMINATO.
¡ Que me veo en tanto bien ! femsa. [tad0i FENISA.
LUCINDO. (Lee.) « Mibien, mi padre tiene concer- No tengo mal ninguno, por tu vida.
Dadme esa mano, por quien »De celos deque has dichoque te quiero,
De mano esta suerte gano. CAPITÁN.
» Enviarme a Portugal ; remedia , amo- Así lo creo yo.
(Ap. á ella. Ten, mi vida , este papel.) fres, FENISA.
(Métele un papel en la mano.) «Esta locura , ó cuéntame por muerto :
«Esto escribí, sabiendo que venia ¿Fuese mi hijo?
femsa. (Ap.)
Ya le tengo. «A besarte la mano; á Dios te queda, CAPITÁN.
LUCINDO. >Y quiera el mismoqiie gozarte pueda.» Tu hijo se fué ya.
Y dadme aquí (Ap. ¿Hay desdicha semejante? FENISA.
Vuestra bendición ; que en mi Hay celos con tal locura?
Así Dios me dé ventura , Mil males tengo.
Tendréis uu hyo fiel. BELISA. fio!
Que he de hablarle aquí delante.)
CAPITÁN. ¿Quieres verle? Beatriz, ¡hola, ven pres-
—Lucindo, el papel leí;
¡Hijo fiel ! mas ¿que quiere (Ap. á Lucindo.) FENISA.
Comprar algún regimiento? No me haga el cielo este mal , No quiero , por tu vida.
LUCINDO. (Ap.) Que vayas á Portugal , CAPITÁN.
¡Qué gloria en los labios siento! Ni que una hora estés sin mi ; • Aquel grosero
FEMSA. Y si dicen que mejor Debió de daros causa á la caula.
Dios te bendiga y prospere. Vive en él su desvario , No ha de estar en mi casa un punto solo,
Dios te dé mujer que sea Vive en mi, Lucindo mío, Ni entrar en esta mientras tengo vida.
Tal como la bas menester; Que soy Portugal de amor. BELISA.
En efeto, venga a ser LUCINDO. ¡Qué poco amor tenéis á vuestro hijo!
Como tu madre desea. ¡Ay Dios! ¿Quién pudiera hablarte? Que os prometo que es gentil mancebo,
Dios te dé lo que a este punto Quién abrazarte pudiera ? Y que le miro yo con tales ojos ,
Tienes en el corazón ; femsa. Que si en mis mocedades me cogiera ,
Quien te da su bendición , Yo sabré hacer de manera Holgara de tenerle por marido.
Todo el bien te diera junto. fenisa. (Ap.)
Dios te haga , y sí seras , Que me abraces.
Tan obediente á mi gusto, LUCINDO. Asile la ocasión por el copete.
Que jamás me des disgusto, ¿En qué parte? CAPITÁN.
Y que a nadie quieras mas. FEN1SA. ¿Este loco os agrada?
Dios te haga tan modesto, Fingir quiero que caí ; FENISA.
Que queriendo estos envites, Tú me irás á levantar, Escucha, madre.
A tu señor padre quites Y me podrás abrazar.
Esta pesadumbre presto. BELISA.
LUCINDO. Como sois capitán, la casa es guerra.
(Señala en el pecho.) Tropieza.
Y te dé tanto sentido Todo es escucha.
FEMSA.
En querer y obedecer, CAPITÁN.
Caigo. ¡Aydeml!
Que le pueda yo tener. Tal me la dan celos.
Como en lugar de marido. (Cae; Lucindo ¡a abraza para levan
tarla.) fenisa. (Ap. á tu madre.)
CAPITÁN. El papel que te-dije, no es vestidos,
CAPITÁN.
¿Qué libro matrimonial Ni me le dio Bernardo.
Te enseñó esas bendiciones? ¿Qué es aquesto?
BELISA.
Acaba , abrevia razones. LUCINDO.
¿Qué me cuentas?
femsa. (Ap.) Tropezó FEMSA.
Celos tiene. Mi señora madre aquí,
lucindo. (Ap.) Y yo levantóla ansí. Lucindo me le dio.
¿ Hay cosa igual? CAPITÁN. BELISA.

FEMSA. Y levantóla ansí yo. ( Sepdralot.) Pues ¿qué te escribe?


Una palabra , madre de mis ojos. —Salte de aquí noramala. FEMSA.
(Habla aparte Fenita con tu madre, y LUCINDO. Una cosa que á risa ba de moverle.
el Capitán con Lucindo. ) Pues cayendo ¿ es cortesía?... BELISA.
BELISA. BELISA. No me tengas suspensa.
¿Qué quieres? ¿Haste hecho mal , hija mía? FENISA.
FEMSA. CAPITÁN.
Al fin, me dice
¿Ves este papel? Que se quiere casar.
Despeja luego la sala. BELISA.
BELISA. LUCINDO.
Sí veo. ¿Con quién?
Yo me iré. FENISA.
FEMSA. CAPITÁN. Contigo.
Pues es memoria de vestidos mios , Vete al momento. BELISA.
Que el Capitán me ha dado ; yo querría ¡Conmigo! ¿Qué me cuentas?
Leerle , y no quisiera que él lo viese , LUCINDO.
Porque no me tuviese por tan loca ¿Ansí me arrojas? FEMSA.
Que pensase queestimoen mas las galas CAPITÁN. Lo que pasa.
Que noel marido; por tu vida, madre, Dice que le pareces en extremo ,
Que le entretengas. Camina. Y que esa gravedad , esa cordura
lucindo. (Ap.) Le agrada mas que yo á su padre agrado.
BELISA.
¡Ay mi Fenisa divina! Dice mas : que con este casamiento
Que me place. Ay divino entendimiento ! Se juntan las haciendas, de manera
femsa. (Ap.) Ay discreción extremada ! Que los hijos de eulranibosquedanricos.
_ . . . ¡Aycielo! Por vos se puede entender Si supieras leer, mil cosas vieras;
¡Qué industria halle para leer agora Lo que puede una mujer Mas dice que le pidas que no trate
El papel que me dio Lucindo, al tiempo Discreta y enamorada. ( Vate.) Enviarle á Portugal ; que antes le mate.
LA DISCRETA ENAMORADA. 1C9
FENISA. LUCINDO.
BELISA.
¿Qué es ir á Portugal? Hija, las hijas Ser padre os dará cuartana. ¿No me mandaste tú que le besase
Cuerdas y honradas, todo el gusto suyo Sosegaos. La mano como á madre? ¿Es porventura
Ponen en solo dársele á sus padres: CAPITÁN. Porque llamé su blanca mano hermosa?
Ya sabes que soy moza , y que en efelo No puede ser. capitán. [blanca.
Estaré mas honrada con marido , Yo le tengo de buscar. (Vate.) Hermosa entonces , y ahora hermosa y
¥ marido que así te logres, hija , ¡Qué lindo bellacon te vas haciendo!
Que me lleva, los ojos en mirándole. ESCENA XVIII.
LUCINDO.
¡Qué cortés ! qué galán ! Qué lindo talle!
FENISA. Cosas te enfadan de Un poco tomo, [lio
fenisa. [puede? Que es ponerte á la sombra de un cahe^
Si esto pasa, i qué hará quien mandar ¡Qué bien le he dado á entender ¡VálgameDios! ¿En quéte ofendo lanío?
BELISA.
Dónde el papel ha de hallar! CAPITÁN.
¿Qué dices? Que le quiero responder, ¿No es nada , si Fenisa me ha contado
FEMSA.
Para que quede advertido Que anoche hiciste en su ventana ruido,
Que le estorbes la partida. Que con mi madre he trazado Y que entre el suelo della y de la reja
Que diga que es su marido , Le pusiste un papel?
belisa. [noche Para que quede estorbado
¡Partida! ¿qué partida? Haz que esta LUCINDO.
El camino prevenido.
Me venga á hablar Lucindo de secreto. Que mi madre hará por él ¿Yo?
Que se impida la tormenta CAPITÁN.
FEMSA. Tú , villano.
Vete, y déjame hablar con mi marido. Desta partida cruel ;
Porque si mi bien se ausenta, LUCINDO.
belisa. (Ap.) [porta ; Todo se pierde con él. ^¡ase.) Pues di que te le dé ; que si mi letra
¡Que me cogió á descuido! Mas no im Tuviere ese papel...
ponerme quiero menos largas tocas ; CAPITÁN.
Consultare el espejo. ¡Ay mi Lucindo! Calle. Detente un poco;
Si tú me quieres, cuanto soy te rindo. Que si es ajena , mayor mal sena.
* {Vate.) ESCENA XIX. LUCINDO.
HERNANDO, LUCINDO. Hernando. (Ap. til.)
ESCENA XVII. HERNANDO.
HERNANDO. Señor.
EL CAPITÁN.—FEMSA.
¿Que todo eso ba pasado? LUCINDO.
CAPITÁN. LUCINDO.
¿Oyes?
Milngro,Fenisa,fué, Si me vieras HERNANDO.
Dejarnos solos Belisa ; De rodillas , Hernando , á mi Fenisa , Ya lo entiendo.
Y pues que nadie nos ve, Que era imagen bellísima dijeras. Sin duda que papel quiere escribirte,
Dame, gallarda Fenisa, Y que te avisa que á buscarle vayas
HERNANDO.
Tus manos. Entre la reja y la ventana.
No lo dudes, muriérame de risa.
FEKISA. CAPITÁN.
LUCINDO. Escucha;
¡Bien por mi fe!
Mucho os preciáis de galán. Si á Tántalo en el agua consideras, Que pasa alguna fronte , y no querría
Verás que ya le tengo por divisa ; Se dijese en Madrid mi casamiento.
CAPITÁN. Porque si aquel ni fruta ni agua loca,
Si celos enojo dan , (Hablan bajo.)
Yo vi su boca y no llegué á su boca.
Dame la mano de amigos. HERNANDO. ESCENA XXI.
FENISA.
¿No te bastó la mano? DORISTEO, FINARDO.— Dichos.
No me atrevo sin testigos.
LUCINDO.
CAPITÁN. DORISTEO.
Templó el fuego
Presentes , Señora , están Arrimando la nieve de su mano , Hablando está con su padre.
Celos, amor y deseo. Porque salió á la boca el alma luego, FINARDO.
FENISA. Hecha un volcan de amor, por agua en Pues apártale; que importa.
Con justos celos , Señor, ivano. doristeo. (A Lucindo.)
De vuestro Lucindo os veo. ¿Qué me dirás cuando á la boca llego? Una palabra os quisiera.
CAPITÁN. HERNANDO. LUCINDO.
¿Prosigue en tenerte amor? ¿Mordístela? Estoy con mi padre agora;
LUCINDO. Pero sepamos lo que es
FENISA.
Y aun me cansa. No sé ; ¿mármol indiano, Buscarme con (anta cólera;
Cristal de roca , quieres que mordiese? Que después habrá lugar (Atupadre.)
CAPITÁN.
¿No basta, si es imagen, que la bese? De responderos á solas.
Yo lo creo.
HERNANDO. (Apártase á hablar con Lucindo.)
FENISA.
Tu padre. CAPITÁN.
Anoche senil ruido LUCINDO. ¿Qué quieren estos, Hernando?
A la reja , y dióme un miedo, Calla, y déjale que pase.
Queme privó de sentido. HERNANDO.
Levantóme como puedo, Amigos son.
ESCENA XX. CAPITÁN.
Sin luz no acierto el vestido,
Topo el manteo en efelo , EL CAPITÁN.— Dichos. Serán cosas
Salgo á la reja, y en ella... Del juego.
— ¿De qué estáis tan inquieto? CAPITÁN. HERNANDO.

CAPITÁN. ¡Qué cabizbajo en viéndome te pones! Así lo sospecho.


Es cólera , esposa bella , Como si no me vieses. CAPITÁN.
De ese rapaz indiscreto. LUCINDO. Nunca del resultan pocas.
FENISA. Si pensase doristeo. (A Lucindo.)
Y entre la reja y ventana Que contigo ese crédito tenia , Sin tener obligación ,
Hallo en lo hueco un papel. No á Portugal, basta el Japón me iría. Ni conoceros (que sobra
CAPITÁN. CAPITÁN. Para no guardar la cara
Éso ya es cosa inhumana. Pues no te admires ; que peor le tienes. Que un hidalgo no os conozca) ,
Hoy seré un león con él. ¿No te avisé que es mi mujer Fenisa? i Puse en Gerarda los ojos.
170 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
LUCINDO. CAPITAN. Notifícale luego la partida ,
Si es esa la queja sola , i Si es desafio? Cálzate botas.
Yo os doy desde aquí á Gerarda. HERNANDO. HERNANDO.
DORISTEO. Habla esos hombres. Cásate primero.
No es esa. CAPITAN. CAPITAN.
LUCINDO. ¡ Ah señores! creo, No quiero dar lugar á que lo impida ;
Pues ¿cómo? ¿Hay otra? Si no me engaña de mi sangre el brío, Que sirva al Rey, y no á Fenisa, quiero.
DORISTEO. Que de reñir los dos tenéis deseo. No ba de entrar en Madrid mas en mi vi-
Otra tan grande, que creo Sabed que aquel hidalgo es hijo mió ; HERNANDO. f^S-
Que solo el ver me reporta Y pues va solo , y dos con armas veo , Que templarás aquese enojo espero.
Aqni vuestro anciano padre. Yo iré con él , y dos á dos podremos
LUCINDO. Probar los corazones que tenemos. CAPITAN.
Engaños son de esa loca. Soldados fuimos va los dos en Flándes; Daréte, vive Dios, con la de Juanes.
Fui capitán, y él fué mi alférez : vamos. ¡Oh , qué lindo soy yo para truhanes!
DORISTEO. FINARDO.
Vos, de picado de ver Lo9 dos irán á que servir los mandes;
Que á vuestro amor me anteponga , Que es bien que de soldados te sirva-
Habéis pensado vengaros [mos. ACTO TERCERO.
Quitándome á mi la honra. De boy mas serán, Señor, amigos gran
Servido habéis á mi hermana ; ices;
Y ella mal sabia y bien moza , Que aunque porunoscelosle buscamos, Calle en que vive Belisa. — Es de noclie.
Fué anoche con vos al Prado. El nos aseguró que no servia ■
LUCINDO. La daaia que este hidalgo presumía. ESCENA PRIMERA.
¡Extraña invención de historia! Ya sabemos quién es á quién pasea , LUCINDO, con capa con oro, y plumas;
Ni conozco á vuestra hermana , Y Fenisa nos dijo que se llama.
Ni trato vuestra deshonra , CAPITAN. HERNANDO.
Ni sé , por Dios , vuestra casa. ¿Cómo? ¡Fenisa!
FINARDO. LUCINDO.
FINARDO. ¿Que mi padre les contó
La tercera es sospechosa. En fin , como desea yue era su esposa , y no mia?
¡Vive Dios , que os ha engañado ! Casarse , y que á esta sola adora y ama.
DORISTEO. HERNANDO.
CAPITAN. ¿Que siendo yo Estefanía,
¿Cómo engañado , si nombra Antes su muerte á vuestras plantas vea. Ande en estos cuentos yo?
A Estefanía , mi hermana ,
De un indiano muerto esposa ? DORISTEO. LUCINDO.
LUCINDO. ¿Mandáisnos otra cosa? El nombre ha dado á entender
Ya entiendo todo el engaño. CAPITAN. Que es su hermana á Doristeo.
La dama , Señor, fué otra , Que esa dama HERNANDO.
Con quien me pienso casar; Tengáis por mujer mía ; que no suya. Tan ciego á tu padre veo.
Que porque aquesta celosa doristeo. (Ap. áFinardo.) Que le ha de echar á perder.
Por el nombre no supiese El cobarde mintió. Pienso que van á buscarte ;
Quién era antes de las bodas , FINARDO. Que de Fenisa el amor,
La puse el nombre primero Dirán que ha sido temor
Que me vino á la memoria ; La culpa es tuya. Y término de escaparle.
Que lo mismo fuera Inés , DORISTEO. ¿Para qué se lo decias?
Francisca , Juana ó Antonia. ¡Viveelcielo, que sirve á Estefanía! LUCINDO.
Esto es la verdad , por Dios. FINARDO. Para asegurar un hombre.
DORISTEO. Disimula y busquémosle. No entendiendo que aquel nombre
Pues siendo verdad notoria , DORISTEO. Se le acordara en sus días.
Para satisl'acion mia , El soldado HERNANDO.
Aunque decirlo vos sobra , Se fué de aquí de pura cobardía. ¿Piensas ir á Portugal?
Holgaré que me digáis finardo. [do!
El nombre de esa señora. LUCINDO.
LUCINDO. ¡Que este es hijo de unpadre tanhoura- ¿Cómo , si mi bien me avisa
Porque habéis de ver muy presto (Vanse Doristeo y Finardo.) Deque su madre Belisa
Que conmigo se desposa, Ha de remediar mi mal?
Fenisa, Señor, se llama. ESCENA XXIII. HERNANDO.
Esta quiero, ella me adora; EL CAPITAN, HERNANDO. ¿Fuiste á la reja?
La calle de los Jardines LUCINDO.
Es la esfera donde posa , CAPITAN. ¿ Pues no?
Y yo soy vecino suyo. ¡Que sirva este traidor la esposa mia,
Récelo mi padre toma , HERNANDO.
Y yo querría dejarle; Con quien casarme tengo concertado , Y ¿hallaste el papel?
Dadme licencia. Y que se alabe que ha de ser su esposa!
HERNANDO. LUCINDO.
DORISTEO. ¿Posible es que lo dijo? ¡ Extraña cosa ! Estaba
Estas cosas Donde á mi padre avisaba ,
Hace el honor. Perdoirad. CAPITAN. Cuando á mi padre engañó.
Mil años gocéis la novia. Alto; pónle su ropa en la maleta. Hállele al fin en la reja ,
(lase Lucinda.) No ha de quedar aquí ni solo un día ; Leile , y dice que luego
Camine á Portugal. Me finja de amores ciego
ESCENA XXII. HERNANDO. (Ap.) De su madre.
No fué discreta HERNANDO.
EL CAPITAN, DORISTEO, FINARDO, La industria de Lucindo. ¿De la vieja?
HERNANDO. CAPITAN. LUCINDO.
¿Hay tal porfía ? De la misma.
CAPITAN. De noche por las rejas la inquieta ; HERNANDO.
¿Dónde va aquel ? Ilesó su mano, y dijo: «madre mia,» ¡Extraño caso!
HERNANDO. Y quizá dijo «esposa » entre los labios. LUCINDO.
No sé. No se pueden sufrir tantos agravios. Pues mas me ha mandado hacer.
LA DISCRETA ENAMORADA. 171
HERNANDO. Que quiero á Lucindo hablar. La tierna edad de Fenisa ,
¿Yes? FENISA.
Yo, como mozo, os adoro
LUCINDO. ¿De qué sabes que ha venido? Por ese grave decoro.
Pedirla por mujer. FENISA.
BELISA.
HERNANDO. Muñéndome estoy de risa.
Veo dos hombres parados
¿Por mujer? Mirando nuestro balcón. HERNANDO.
LUCINDO. Esas tocas reverendas,
FENISA.
Habla mnspaso; Ese estupendo monjil ,
§ue ha de salir al balcón , Bien conoces , ellos son ; Ese pecho varonil , x
acaso te puede oir. Que hacen señas embozados. - Testigo de tantas prendas ;
Voyme , y Dios te dé ventura... Ese chapín enlutado.
HERNANDO.
— Mas dame licencia un poco Que del pié los puntos sabe,
Solo pudiera impedir De hablar á Hernando.
Tu partida esta invención.1 Que pisa el suelo , mas grave
¡Discreta mujer! BELISA. Que un frison recien herrado,
Es un loco. Esa bien compuesta voz ,
LUCINDO. FENISA. Ese olor, de amor espuela ,
Notable. Agrádame su locura, Que es azúcar y canela
HERNANDO. Y téngole que decir De aquestas tocas de arroz ;
¿Y piensas con ella hablar? Un recado al Capitán. Esos antojos al lado,
BELISA.
Para encubrir los de enfrente;
LUCINDO.
Ese manto , en que consiente
Tú has de estar en mi lugar, Vé á esotra reja. Ser el amor manteado;
Para que contigo bable. {Retirase Fenisa.) Esa encarnada nariz,
Fingete Lucindo, y yo , HERNANDO. Donde amor destila y saca
Mientras hablas á Belisa, Ya están Ámbar, mirra y tacamaca,
Estaré con mi Feuisa; Donde nos pueden oir. Mas que el Arabia feliz ;
Que asi el papel me avisó. En fin, tocas , pies, frison,
LCCINDO.
HERNANDO. Nariz , monjil , manto , antojos ,
¿Qué hablaré? Fenisa se fué de allí. Voz , chapin , son á mis ojos
LUCINDO. HERNANDO. Selvas de varia lición.
Cosas de amor. Su madre la despidió. LUCINDO.
HERNANDO. BELISA. ¿Escuchástelo?
Mucho sabe esta doncella ; ¿Sois Lucindo? FENISA.
Mil veces pienso si es ella... HERNANDO. Sospecho
LUCINDO. No soy yo , Que ha de entender el engaño.
¿Quién? Después que vivís en mi ; LUCINDO.
HERNANDO. Pero soy el que os adora En que yerre está mi daño ,
La doncella Teodor. Con el alma que le dais, Y en qué acierte mi provecho.
LUCINDO. Pues mi humildad levantáis Pero dime , prenda mia ,
Iloy quiero probar tu seso. A vuestro valor, Señora. ¿Qué ha de ser de nuestro amor,
Veamos cómo requiebras —¿No va bueno? (Ap. á Lucindo.) Si de ti con tal rigor
tsta vieja. LUCINDO. Este padre me desvia?
HERNANDO. ¡ Pesia tal , No te descuides , mi bien ;
Que hablas con gran discreción ! Que apresura mi partida.
Hoy me celebras
FENISA.
Por único. HERNANDO.
LUCINDO. Estoy hecho un Cicerón. No tengas pena , mi vida ,
Yo confieso Ni esos miedos te la den ;
Que por inferior me nombre BELISA. Que mi madre loca y vana
A tu ingenio, si la engañas. Puesto que parece mal , Está por tu amor de modo,
Lucindo , que una mujer, Que pondrá remedio en todo.
HERNANDO.
Que en íin de Fenisa es madre, LUCINDO.
Mis telas son telarañas. La case con vuestro padre
¿Qué importa ser gentilhombre, Y á vos os venga á querer, Sí; mas la boda cercana ,
Si faltan galas? Que en efeto sois su hijo ; Me amenaza , como ves ;
LUCINDO. Llegado á que me queráis , Y si él se llega á casar,
Pues bien... Yo confieso que me dais ¿Cómo podrás remediar
HERNANDO. Un juvenil regocijo. Mi ausencia , y muerte después?
¿Es posible que os agrado A la fe, que aunque es tan cierto
Dame esa capa con oro. Que eres discreta y sutil ,
LUCINDO. Y que os parezco tan bien? Que no halles modo entre mil
Diérate, Hernando, un tesoro. Para dar la vida á un muerto.
Toma el sombrero también. ESCENA III.
FENISA.
HERNANDO. Si soy tuya, si nací
FENISA, que sale d otra reja; BELI
Tú podrás ponerte el mió. SA, en /aprim«rare/a;LUCINDOT Para ti sola , y si estoy
( Cambian de capa y sombrero.) Cierta que como yo soy
HERNANDO , en la calle. Tuya , tu lo eres de mi ,
LUCINDO.
A fe que quedo galán. fenisa. (En voz baja.) Da "traza cómo salgamos
HERNANDO.
Destos padres enemigos.
¡Cé, Lucindo! Hacienda tienes y amigos;
:Ah Lucindo, cómo dan LUCINDO. Adonde quisieres vamos.
Los vestidos talle y brío! ¿Quién es? Discreta y enamorada
LUCINDO. fenisa. Me sueles Lucindo hacer;
Quedo; al balcón' han salido. Quien Mas ya solo quiero ser
El alma y vida te ha dado. Mujer y determinada.
ESCENA II. Llega, mientras entretiene LUCINDO.

FENISA t BELISA , que salen auna re A la loca de mi madre Si tienes resolución


ja alta. — Dichos. Tu criado. De que te saque de aquí ,
HERNANDO. Animo me sobra á mí
BELISA. Si mi padre, Para igual ejecución.
Dame, Feuisa, lugar; Como viejo , á querer viene Esta noche, gloría mia,
172 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Joyas y vestidos coge, BELISA.
Y aunque tu madre se enoje, DORISTEO.
¡Qué menudo hacerte espero! No lo entiendo.
Te sacaré á mediodía ;
Que no temo de mi padre HERRANDO.
GERARDA.
- Él mal que me pueda hacer. No será peor la gana. ¿ Cómo no ?
FENISA. BELISA. Si pensó que la cuestión
Si voy á ser tu mujer, ¿Menudo comes? Era por Fenisa allí,
Máteme después mi madre. HERNANDO.
i No fué sutil invención
Hacerla su mujer?
D ELISA. No pudo
¿Que tiene determinado Ponerse ese gusto en duda , DORISTEO.
Enviarte á Portugal ? Porque quien sirve á viuda , Si,
Se obliga á comer menudo. Tienes , Cerarda , razón ;
HERNANDO.
LUCINDO.
Pero mi celoso honor
No he visto locura igual Aun quiere desto mas prueba.
Como en la que el viejo ha dado. Gente pasa. ¡ Cé !
Dice que adoro á Fenisa , GERARDA.
BELISA.
Que la sirvo y solicito , También la pide mi amor.
¿Quién llama?
?ue el sueño y quietud le quito, DORISTEO.
HERNANDO.
sigo en saliendo á misa ; Esta sospecha me lleva
Y de celos me destierra. Hernandillo, mi criado, De un temor á otro mayor.
Que allá con Fenisa ha hablado.
BELISA. GERARDA.
BELISA.
Mi cien, y ¿quereisla vos? ¿Quieres que los dos sepamos
¡Lindo picaro!
HERNANDO. Si es verdad que ama á Fenisa ?
HERNANDO.
¡Yo á Fenisa ! ¡ Plegué á Dios DORISTEO.
Que aqui me trague la tierra, De fama.
Diceme que pasa gente. Si quiero.
Que me maten seis villanos Adiós. GERARDA.
fin su heredad ó su aldea , A su casa vamos.
BELISA.
Porque no hay muerte que sea
Mas infame que sus manos ; El , mi bien , os guarde. DORISTEO.

Plegué á Dios que un arcabuz LUCINDO. ¿ Cuál ignorancia te avisa


Probándole me traspase, Pues pasa gente y es tarde , Que si le quiere digamos?
O que una espada me pase Adiós. GERARDA.
Desde la punta á la cruz , FENISA. ¿Digo yo que sea ansi? *
Si en mi vida tuve intento ¡Ay mi gloria ausente! DORISTEO.
De amalla ni pretendella , — ¡Qué bien que la has divertido!
Ni jamás hablé con ella Pues ¿cómo?
De amor ni de casamiento! HERNANDO. CERARDA.

LUCINDO.
Famosamente la hablé. Yo entraré huyendo. *
Muy bien lo puede jurar. LUCINDO. DORISTEO.

BELISA.
Vén tras mi. Pero ¿qué fué ¿De quién has de huir?
Satisfecha estoy, mi bien. Aquello que le has pedido? GERARDA.

HERNANDO.
HERNANDO. Detí,s
Un menudo. Que eres mi esposo diciendo. *
Dejando aquesto también ,
¿Tienes algo que me dar? LUCINDO. Sacarás la daga...
Porque en dándome un enojo , ¿Y eso pudo DORISTEO.
O en jurando alguna cosa , Pedir tu lengua, grosero? Bien.
Me da una hambre espantosa ; HERNANDO. GERARDA.
Soy preñada con antojo. Tú negocias por entero, Pondrános en paz su gente;
BELISA.
Yo negocio por menudo. Quedarémealli también.
«Gana tienes de comer? {Yante.) Donde á Fenisa le cuente
Que quiero á Lucindo bien,
HERNANDO.
V que por él me matabas;
Rabio, por Dio;. Que te llame, y en secreto
Sala en casa de Cerarda.
BELISA. Te diga lo que dudabas.
Todo es malo ESCENA IV. DORISTEO.
Cuanto hay en casa ; un regalo ¡Gentil industria! En efeto
Mañana te quiero hacer. DORISTEO, GERARDA. De mujer.
¿Qué conserva comes bien ? GERARDA.
Que soy en dulces notable; GERARDA.
De guindas es razonable , Sosiega el pecho celoso; ¿Su ingenio alabas?
Y de perada también. Que yo sabré si es verdad. DORISTEO.
Duraznos es extremada. DORISTEO.
¡Oh mujeres!
¿Qué conserva haré? GERARDA.
Sospecho que temeroso
HERNANDO. De alguna temeridad, Y españolas...
Un menudo A que obliga un caso honroso, DORISTEO.
Con su perejil ; que dudo Dijo que el nombre lingia, Camina.
Que la haya tal , bien lavada. Y fué á tiento Estefanía, GERARDA.
Porque su padre en mi daño Si estamos solas,
BELISA. Ella dirá la verdad.
Me dijo por desengaño
¿Deso gustas? Pues hallaste Cómo á Fenisa servia. DORISTEO.
La limpieza , la sazón
Y el buen gusto. GERARDA. Mujeres con voluntad
El padre acaso pensó Son como la mar con olas.
HERNANDO. Que á Fenisa amabas... (Vanse.)
„ Cosas son DORISTEO.
fcn que el tuyo conformaste, ■ 1 1 4 rjua cuarteta entre quintillas.
bnviamele mañana. ¿Yo?
GERARDA.
LUCINDO.
iHay villano tan grosero? Y para en paz os poner,
Dijo que era su mujer.
LA DISCRETA ENAMORADA. 173
FKN1SA. (Ap.) GF.RARDA.
Sala en casa de Bclisa. ¡ Ay Señora ! que estoy temblando toda.
A ti poco te ha burlado,
ESCENA V. Si burla te quiso hacer; ¿Dónde me podré ir?
Pero á mi, que me engañó FENISA.
EL CAPITÁN, FENISA, BEL1SA. Fingiendo amarme de veras... No tengáis miedo.
CAPITÁN. BELISA. Contadme vuestro mal.
Sí supiera vuestro intento, ¿Qué dices? GERARDA.
FENISA. Si haré, si puedo.
No le echara de mi casa.
Que no creyeras Yo soy, gallarda señora,
BCLISA. Lo que este viejo contó ;
Yo os he dicho lo que pasa. Una mujer desdichada ;
Que con los celos que tiene Aunque esto ya lo sabéis,
CAPITÁN. Finge dos mil desatinos. Pues lo veis en mi desgracia.
Huélgome del casamiento ; BELISA. Nací en Burgos, ciudad noble,
Daros quiero el parabién. ¡Por qué notables caminos Y mis padres, que Dios haya,
MELISA. A ciarnos enojo viene! Me trajeron á la corte
Si mi bien camino va, Gente se nos entra acá. Niña en los brazos del ama.
El paramal me dará FENISA.
Criáronme con regalo,
Quien me ha dado el parabién. Y de mi talle ó mis galas
Dejóse abierta la puerta. Rendido el hombre que veis.
CAPITÁN. BELISA. Me pide con grandes ansias.
Si vo estuviera avisado j Bien hará lo que concierta , Casáronme á mi disgusto;
De'que Lucindo os quería Si otra mujer tiene ya ! En fin, sobreestar casada
(Que en opinión le tenia De la manera (pie digo,
De hombre menos asentado), ESCENA VII. Carga el peso desta infamia.
Yo propio tratara aquí, Vinie, sin gusto con él,
Behsa, del casamiento; GERARDA, huyendo de DORISTEO, ¡a Mil veces determinada
Que es dar á mi bien aumento daga demuda.— Dicuas. Para quitarme la vida.
Que nos troquemos ansí. FENISA.
Casado con quien es madre GF. BARDA. No digáis tal.
De mi bien , como conlio ¡Favor, señores! Socorredme presto; GERARDA.
De vos misma, el hijo mió Que me mata este bárbaro tirano.
Vengo yo á tener por padre ; Esto pasa.
doristeo. [tera? FENISA.
Y Fenisa, mi mujer ¿Quién te ha de dar favor, infame adúl- Pues, por desdicha ninguna ,
Y vuestra hija, tendrá
Padre en Lucindo; y dará BEL1SA. ¿Dice una mujer cristiana
A lodo el mundo placer Tened, Señor; no la matéis , os ruego. Que se ha de quilar la vida?
La discreción del trocar FENISA. GERARDA.
Las edades por los gustos. Paso, Señor: ¿porqué ledaisla muerte? Señora, experiencia os falta.
DELISA. GERARDA. No sabéis lo que es tener
Dado me habéis mil disgustos ¡Yo adúltera, Señor! En la mesa y en la cama
En pretenderle ausentar ; lln enemigo de (lia,
Y no os descuidéis en ir BELISA. Y de noche una fantasma.
Donde el camino estorbéis. Tened la mano, Mas mi desesperación
FESISA.
Respetad esas tocas norabuena. Fué en este medio templada
doristeo. Con la vista de un mancebo.
Gran rigor usado habéis. Soldado y sol dado al alma.
Si no mirara esa presencia noble,
CAPITÁN. De vuestra calidad notorio indicio, Era un alférez galán,
No me supe resistir. El corazón le hubiera atravesado. Por quien por puntos les daba
FENISA. A las niñas de mis ojos
GERARDA.
¿Fué celos, por vida mia, Alferecía sin causa ;
Y matáraste en él ; que en él te tengo. Que en la mala compañía
Del destierro la ocasión?
DORISTEO. Del marido que me daban,
CAPITÁN. Pensé que con un alférez
¡Ahora amores , falsa, vil, perjura!
Celos de su vida son ; ¡Ahora hechicerías! ¡Vive el cielo!... Pudiera sufrir las faltas.
Que un» cierta Estefanía Pagóme la voluntad,
Le trae de manera ciego, FENISA.
Acabad, si queréis ; que venís loco, Y con obras v palabras
Que le han querido matar Marchamos diez y seis meses,
Dos hombres deste lugar, Y algún demonio revestido en celos Llevándose amor las armas.
Y le matan sino llego. Os debe de mover la lengua y manos. Mas como en marchando amor
■ELISA. belisa. (A Doristeo.) Toca la envidia las cajas,
Pues ¿quiere á alguna mujer? No habéis de estar aquí, por vida mia. Ovó el bando mi marido
fenisa. {Ap.) [sentó; Y'los tiros á su fama.
¿Qué es lo que escucho? ¡Ay de mi! Venid ; que os quiero hablar en mi apo- Comenzó á tener sospechas;
Descansaréis de vuestro mal conmigo. Puso un espantajo en casa,
CAPITÁN. Para que el pájaro huyese
* DORISTEO.
A sí entonces lo entendí ; Que al hortelano burlaba.
Mentira debe de ser. Yo os quiero obedecer, y referirle,
No me acordé que le amáis. Aunque traiga mi infamia á la memoria. Busqué medios por vecinos,
Hubo puertas y ventanas,
Perdonad: que por él voy. (Vate ) BELISA. Porque cuando quieren dos,
Pues con mi hija quedará esta dama. Fácilmente se baraja._
ESCENA VI. ¿Qué nombre tiene? Mas para abreviar. Señora ,
DORISTEO. Con mi amor y mi esperanza,
BEL1SA, FENISA.
Estefanía se llama. No ha faltado quien me ha dicho
Que el ver mi marido en arma
SELISA. (Yante Delita y Doritteo.) Hizo á Lucindo mudar
Confusa, Fenisa, estoy. (Que así el alférez se llama)
FENISA.
ESCENA VIII. El alma y el pensamiento
Mi pensamiento imitáis. FENISA, GERARDA. Adonde agora se casa
BELISA. Con una Fenisa, dicen,
FENISA. A quien de discreta alaban ;
Si tiene alguna mujer, Que (míen la alaba de hermosa,
¡ Buen lance habernos echado! De gran peligro os ha librado el cielo.
m COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Dicen que á su rostro agravia. Mirad que os ba de quitar
He perdido tanto el seso, lucindo.
El honor. Dulce prenda
§ue he salido de mi casa, fenisa. ,
buscado de tal suerte Del alma, ¿á qué blanco tiras?
Perded el miedo. ¿Hay alguien con quien cumplir?
Este ingrato que me agravia ,
Que hoy, como veis , mi marido GERARDA. ¿No es hora ya de salir.
Me ha topado disfrazada; Ya , Señora, que me puedo Como anoche concerté?
Que pensaba hallarle aquí; De mi marido librar, FENISA.
Que aquí vivequien me mata, Dadme licencia; que quiero ¿Con quién el concierto fué?
¿Conocéis en esta calle Irme en casa de una hermana. Eso me vuelve á decir.
Esta dama, hermosa dama? FENISA. LUCINDO.
¿ Sabéis quién es por ventura ¿Querréis verme? ¿No me hablaste anoche?
La que mis desdichas causa? GERARDA.
Que ya que de mi marido FENISA.
Tomé puerto en vuestra casa, Cosa es llana. Sí.
Tras el remedio del cuerpo, Ser muy vuestra amiga espero. LUCINDO.
De vos espero el del alma. ¿Hay puerta falsa? Lo que concertamos di.
FENISA. FENISA.
FEMSA.
¿Que Lucindoos quiere bien? Si habrá, Que te cases con mi madre,
Si por Lucindo salis. Pues yo lo estoy con tu padre.
GERARDA.
GERARDA. LUCINDO.
¿Conoceisle?
FENISA.
¡Qué bien, Señora, decís! ¿Con tu madre? Eso fingí.
Adiós. FENISA.
¡ A Dios pluguiera • FENISA.
Que ni yo le conociera, Ya no puede ser fingido.
Niélámí! Presto; que os verá. Testigos hay que has tratado
GERARDA. gerarda. (Ap. yéndose.) Ser de mi madre marido.
¡Ni vos también! Famosamente he sabido LUCINDO.
¡ Cosa que á tiento haya dado De Lucindo el pensamiento, ¿Luego tú me has engañado?
Con la causa de mi mal ! Y su gusto y casamiento FENISA.
FENISA.
Por notable estilo impido. El engaño tuyo ba sido.
¡Bella mujer, lindo talle! De mino hay que pretender ;
El vuestro no ha sido igual Muñéndome voy de celos.
Al mal que me habéis causado. §ue soy mujer de tu padre,
Guardad á Lucindo, cielos ; mi madre es tu mujer.
Yo soy Fenisa, ¡ ay de mi ! Que he de matarle en la calle. {yase.)
Engañada de ese ingrato, LUCINDO.
Que no sabiendo su trato, ESCENA IX. ¿Cómo mi mujer tu madre?
Mucho del alma le di. Demonio debes de ser.
Yo soy con quien de secreto FEMSA. ;.No te acuerdas que tú fuiste
Su casamiento trató, La que primero me quiso?
Porque no pensaba yo Salga del alma aquel violento rayo Tercero á mi padre hiciste,
Tanto mal en tal sugeto. Que la dejó como ceniza fría , Mi padre me dio el aviso,
Pero pues á tiempo estoy, Porque parezca la esperanza mia Y te hablé donde quisiste.
Y mi honor salvo, creed Palma sobre las nieves de Moncayo. En orden á nuestro intento
Que agradezco la merced, [mayo Fingimos el casamiento.
Y que de mano le doy. Ya estaba en flor, cuando en mitad de ¿Qué me dices de tu madre?
Hoy con su padre me caso, El hielo derribó su lozanía; ■ [día FENISA.
Por solo hacerle pesar; Que cuando muda el tiempo, basta un Yo soy mujer de tu padre,
Que le tengo de abrasar Para que su verdor trueque en desmayo. Esto es verdad y esto siento.
Con el fuego en que me abraso. [ños, Si mi madre no te agrada,
Y pues que vos le queréis , No mas gustos deamor, que son enga- Mas señora, mas honrada
Gozadle por largos años. Que llevan la razón por los cabellos ; Que tu dama Estefanía,
GERARDA. No sufra el alma tan injustos daños. Vete á buscarla, y porfia;
¿Que vos me hacéis tantos daños , No quiero bienes va, por no perdellos ; Que es dulce la fruta hurtada.
Y que vos muerto me habéis? Mas ¿como olvidare con desengaños, Mas guarda; que su marido
Que vos os llamáis Fenisa? Si dicen que se aumenta amor con ellos? Te busca.
LUCINDO.
FENISA.
ESCENAS. En lo que has hablado,
Estad segura que ya Celosa te he conocido.
Lucindo vuestro será. LUCINDO.— FENISA. Sin duda te han engañado
GERARDA. Con ese nombre fingido.
Mi desengaño os avisa. LUCINDO.
Mi lacayo Hernando fué
Es el hombre mas traidor, Con la determinación, Una noche Estefanía;
Mas mudable v lisonjero Bella Fenisa, de ser Que así al Prado le llevé.
Que ha visto el mundo. En tan dichosa ocasión No dilates , fénix mia ,
Tu esposo, y tú mi mujer,. El galardón de mi fe;
FENISA.
Que nombres seguros son," Que si he visto á Estefanía,
No quiero He tenido atrevimiento La vida me quite el cielo,
Mas desengaños, amor. De llegar á tu aposento,
Adiós, gustos atrevidos. Fálteme el sol, falte el dia ,
Y dejo un coche en la calle, Sepúlteme vivo el suelo,
¿Vuestro nombre? Que de ese gallardo talle Y pierda tu luz , luz mia.
GERARDA. Viene á ser alojamiento. Mira que te han engañado,
Estefanía. Vén , sin poner dilación , Porque Hernando disfrazado
Al coche, fénix divina ; Ha sido la Estefanía.
FENISA.
Porque en aquesta ocasión
Bien su padre me decia , Te quiero hacer Proserpina FENISA.
No eran sus celos fingidos. Deste abrasado Pluton. Conozco tu alevosía ;
Ya sabia vuestro nombre, ¿Qué te suspendes? Qué miras? Tarde, Lucindo, has llegado,
Ya sé todo lo que pasa. Y no me bagas perder
GERARDA.
FENISA. El respeto ; que has de ser
No admitáis en vuestra casa , ¿No quieres que me suspenda? Antes de un hora mi padre ;
Pues que sois cuerda, tal hombre ; ¿Qué dices? ¿Burlas? ¿Deliras? Que al marido de mi madre
¿Con quién hablas? Debo por padre tener.
LA DISCRETA ENAMORADA. \r¿
FENISA. FEMSA.
LUCINDO. ¿A quién?
¿Qué dices? Hay amores casados;
BELISA.
FENISA. No era bueno para mí.
Lo que has oído. ¿Quién es una Estefanía A Lucindo.
LUC1.NDO.
A quien Lucindo queria ? FENISA.
¿Tienes seso? HERNANDO. ¡Bien!
fenisa. ¿Hasta acá llega el enredo? ¿Que de Lucindo son celos?
El que le falta. FENISA. BELISA.
lccisdo. ¿Qué enredo? Y á mí me los dan también.
O tú ó yo le hemos perdido. HERNANDO. FENISA.
FENISA. Decirte puedo Pusieron en paz los celos
Eso si , da voces , salta ; Que fui yo esa dama un dia. Su verdad y mi desden.
Que ya vendrá mi marido. FENISA. (Ap. Perdí gallarda ocasión
L1XINDO. ¿Tú esa dama? De gozarle á mi contento;
Mas no fallará invención.
¡Válgame Oios! HERNANDO. Hoy será mi casamiento
FENISA. Disfrazado En casa y con bendición.)
Valsa pues. Con un manto, estuve al lado Madre, no estés divertida.
LUCIXDO. De cierta dama. En efelo Después que esta cautelosa
¿Mataréme? Di celos, y esto secreto, Mujer, falsa y atrevida,
FENISA. No sepa que lo he contado. Vino sin vida, celosa.
Necedad. Que mi señor la queria Para quitarnos la vida,
LUCINDO.
Antes que os viese; y después Ha estado Lucindo aquí
Os juro, señora mia, Y me ha dicho que te adora.
Pues ¿qué haré? Que un tigre á sus ojos es,
FES1SA. BELISA.
Aunque se cansa y porfía ;
Casarle. Que anda perdida y celosa. ¿Es cierto?
LUCINDO. FENISA.
FENISA. Esto pasa ansí.
iVe»
Como fué mi amor verdad , Sin dúdame han engañado. Pero diceme, Señora,
Y lu liviandad lo es? HERNANDO. Que hablando á su padre en ti
¿Ves cómo vine por Ü, Yo sé que no hay otra cosa Le halla muy desabrido
Y que como hombre cumpli Que le dé en Madrid cuidado En que sea tu marido,
Lo que anoche concerté? Sino vos, Fenisa hermosa. Y que es forzoso en efeto
Ves cómo mujer te hallé, Mas ¿qué le diré? El casaros de secreto.
Y no mujer para mí ? FENISA. BELISA.
Ves cómo es bien empleado No sé; Siempre lo tuve entendido.
Todo cuanto mal decimos Que viene mi madre aquí. No quisiera el capitán
De vosotras? Ves que he estado. Que su hijo se casara ,
Conforme el concierto hicimos, Huye.
HERNANDO. Porque murmurar podrán
Prevenido y confiado? Por allí me iré. (Vate Que el viejo goza esa cara,
Pues ¡plegué á Dios que te veas, Y que á Lucindo me dan.
Y tan presto, arrepentida, —Pues mi marido ha de ser.
Que tú mi venganza seas! ESCENA XII.
FENISA.
Que en lo que toca á mi vida , BELISA — FENISA.
Será lo que tú deseas. El dice que en lu aposento
Goza á mi padre ; que es padre , Te quiere esta noche ver.
B ELISA.
Y es mejor que yo en efeto, Ya, Fenisa, despedí BELISA.
Puesto que menos le cuadre; Aquel hombre. ¿Qué sientes de eso?
Que vo seré tan discreto , FENISA. FENISA.
Que la mujer trueque en madre ; • ¿Qué siento?
Que pues mi padre me envia Y ¿cómo fué?
A Portugal, porque tal BEUSA. Que allí serás su mujer.
Delito en quererte hacia, No sé si podré, de risa, BELISA.
Me pasaré á Portugal Contarte lo que ha pasado. Trázalo, pues anochece.
Por la libertad, que es mía. (Ya*e. FENISA. FENISA.
FENISA. De todo, madre, me avisa. Vele á prevenir, y calla.
¡ Ay Dios! detente Señor... ' BELISA. BELISA.
—Pero no, que es cauteloso. *
Vaya esta vez el traidor. 5 De verte se ha enamorado. Mi ventura me enloquece ;
FENISA. Por no darte queenvidialla,
ESCENA XI. ¿Tan presto? No digo lo que me ofrece.
BELISA.
Voy a perfumarlo todo
HERNANDO.— FENISA. Y que este con grande aseo.
Escucha, Fenisa;
Que te quiere por mujer. FENISA.
HERNANDO. Hazlo, madre, de ese modo.
Oye, escucha. , FENISA.
(Vate Belisa.)
FENISA. ¿Siendo casado? ¡ Qué bien mis bodas rodeo,
¿Que haces señas? * BELISA. Y el nuevo engaño acomodo!
HERNANDO. Es enredo
¡Tan tibia en esta ocasión! 5 Que esta mujer quiso hacer. ESCENA. XIII.
¿Cómo ese rigor me enseñas? 6 FENISA.
¿No vino Lucindo aquí, Que son celos tengo miedo. EL CAPITÁN.— FENISA.
Según me dijo, por ti? BELISA.
FENISA. CAPITÁN.
Celos debieron de ser. ¿Es mi Fenisa?
Ya estamos desconcertados. Contóme que concertaron
HERNANDO. Que se hiciese su marido, FENISA.
¿Cómo? Porque los dos sospecharon , Soy quien le desea.
Él que su hermana ha servido, ¿Adonde está Lucindo? Que mi madre
4 1 3 « s G seis versos de dos quintillas i Ya quiere efetuar el casamiento.
completas. Y ella que aquí le engañaron...
170 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
CAPITAN. ¿Hasla por dicha gozado?
¿Qué casamiento? Que te veo muy mirlado. I Hame dicho que te diga
FENISA. Rondes esta noche allí.
LUCINDO. ¿Haráslo ansí?
El suyo con el mió. Y aun muerto me ves también.
CAFITAH. [minos; LUCINDO.
Bien dice, y no aguardemos á mas tér- ¿Hablas de veras? HERNANDO. Señor, si :
Que ya los dos tenemos corta vida. Mandármelo tú me obliga.
FENISA. LUCINDO. CAPITAN.
Yo estoy, Señor, también desengañada Llegué Pues yo vengo muy de prisa.
De que no era Lucindo el que venia Para saca lia de allí, Armate, y guárdele Dios. ( Vate.)
De noche a mi ventana. Y de manera la vi,
Que dando voces bajé. ESCENA XVI.
CAPITAN. Volví el coche, y los amigas
¿Qué me cuentas? Se volvieron á su casa. LUCINDO, HERNANDO.
FENISA. HERNANDO.
Hoy supe que era un cierto amigo suyo; Pues ella toda se abrasa, LUCINDO.
Y asi, quiero que vayas á buscarle, Hoy nos casamos los dos.
Y le digas que ronde aquesta noche Y estos ojos son testigos...
HERNANDO.
La puerta desta casa con Hernando ; LUCINDO. ¿Cómo?
Porqueanoche á las diez, por la ventana ¿Cómo? LUCINDO.
Del huerto entró el amigo que te digo, HERNANDO. Ya entiendo á Fenisa.
Y á la puerta llamó de mi aposento. De celos crueles. Quiere que entre á su aposento
Levantéme, pensando que mi madre LUCINDO. Por el huerto.
Venia á visitarme, y si no cierro, HERNANDO.
No dudes que sucede una desgracia. Dices bien ;
CAPITAN. HERNANDO. Y que ella estará también
¡Hay maldad semejante! ¡Vive el cielo, De Estefanía. Allí con el mismo intento.
Que be de ser yo quien ronde ! LUCINDO. Mas los celos la han picado ;
FEMSA. . Que esto dure todavía ! Hoy se cumplen tus deseos.
No me aflijas, como sueles; LÜCINDO.
No, mis ojos; Que todo nace de amor.
Que en ese tiempo habéis de estar con- ¡ Por qué notables rodeos
capitan. [m'g° Tu padre. HERNANDO. A mi remedio he llegado!
¿Adonde? Vento á armar, porque has de entrar
FENISA. LUCINDO. Al huerto y guardar la puerta.
En mi aposento, de secreto. No importa nada. HERNANDO.
CAPITAN. ESCENA XV. Beatriz es dama encubierta;
Dadme esas manos. Pero allá la pienso bailar.
FENISA. CAPITAN. — Dichos. (\ante.)
Advertid que quiero
Que vengáis muv galán y rebozado, CAPITAN.
Y que os nagais la barba ; que no gusto Bien aprestas la jornada. Calle.
De verla de esa hechura ; que en electo LUCINDO.
Pareceréis mejor mas atusado. Mañana me voy, Señor. ESCENA XVII.
CAPITAN. CAPITAN.
Quien para tanta gloria se previene. DORISTEO, FINARDO.
No dudéis que vendrá galán del todo. Con ¡Bueno es eso! Estás casado
La barba haré cortar a vuestro gusto, Belisa, y vaste luego! Fl NARDO.
Pues hacerse la barba es muy de novios; LUCINDO. Yo no sé si le llame desengaño [do,
V yo
Y Vil lo
1ft he
hulla eo«» vuestro
de ser — Eso ha sido burla y juego. El que de vuestra hermana habéis teni-
Pues veo que resulta en vuestro daño,
FENISA CAPITAN. Viniendo de Fenisa tan rendido.
Ya es muy tarde, Yo sé que tomas estado; DORISTEO.
Hablad á vuestro hijo. Pero que sea ó no sea,
Ya te quedarás aquí. Hizo Gerarda aquel enredo extraño.
CAPITAN. Entré fingiendo que era su marido;
El cielo os guarde. LUCINDO. Pero en viendo á Fenisa, quedé luego
(Yante.) ¿Por qué? Ciego del rayo de su ardiente fuego.
CAPITAN. Estuve con sil madre en su aposento;
Porque ya entendí Y si verdad os digo, dije el caso,
Sala en casa del Capitán. ?uién á Fenisa desea , Y pedile á Fenisa en casamiento.
ESCENA XIV. aun es grande amigo tuyo. FINARDO.
LUCINDO. Estas son sus ventanas; hablad paso.
LUCINDO, HERNANDO. También te habrán engañado. DORISTEO.
LUCINDO. CAPITAN.. ¡ Ay divino y dichoso alojamiento
Arrepintióse. Ya Fenisa me ha contado De la décima musa del Parnaso,
Que fué todo engaño suyo. De la mujer mas bella, y fénix solo.
HERNANDO. Que en su giro veloz ha visto Apolo !
¿Qué dices? Dice que anoche pasó
Por la pared de la huerta FINARDO.
LUCINDO. Cierta persona incierta , Y ¡qué! ¿os pensáis casar?
Lo que oyes. Y á su aposento llegó :
HERNANDO. Llamó, salió á abrir, y viendo DORISTEO.
No lo creas. El engaño, cerró. Si ella me quiere.
LUCINDO. LUCINDO. FINARDO.
Ni til mudanzas que veas. ¿Es gente principal?
Extraño DORISTEO.
HERNANDO. Hubiera sido el engaño.
Son retóricos matices CAPITAN. De virtud tanta,
Para encarecerme el bien. Dio voces, y fuése huyendo. Que la doncella á las demás prefiere,
Y la madre, Finardo, es una s "
LA DISCRETA ENAMORADA. 177
FINARDO. DORISTEO.
ESCENA XIX.
¿Qué hacienda üene? Hoy habernos sido espias.
DOBISTEO. LUCINDO, HERNANDO.-DORISTEO, Mas mira ¡ qué casa aquesta!
Sea la que fuere, FINARDO. Tres hombres tienen allá.
Virtud en dote á todos se adelanta. GERARDA.
De su recogimiento y virtud quiero LUCINDO.
¿Tres hombres?
Hacer, Finardo , el dote verdadero. Pies , en mi amor os tened. 4
FINARDO.
DORISTEO.
Y aun treinta habrá.
ESCENA XVIII. ¿Echó escala ?
FINARDO. GERARDA.

EL CAPITÁN, con barba diferente, Y suben ya. * ¡A fe que es Fenisa honesta!


muy hecha, en hábito de noche; FUL Llama con una invención ,
DORISTEO. Para que quién son sepamos.
MINATO.— Dichos. ¿Qué casa es esta? FINARDO.
FINARDO.
capitán. (A Fulminato.) Fuego, que hay fuego digamos.
No sé.
Ya puedes volverte á casa. Que es fuerza es lo mas seguro, DORISTEO.

FiNAnuo. (Ap. á Doristeo.) Pues por la puerta y el muro Y no con poca razón.
Gente pasa. Tanto enemigo se ve. FINARDO. (A VOCeS.)

DOROTEO. DORISTEO. ¡Fuego, fuego!


Y encubierta. ¿Suben los dos? DORISTEO.
FINARDO. FINARDO. ¡Fuego!
Creo que para á la puerta ; Asi pasa. GERARDA.
Que de la puerta no pasa. DORISTEO. ¡ Fuego !
FULMINATO. Muchas mujeres habrá.
¿Mandas que te aguarde aquf, FINARDO.
ESCENA XXI.
O que llame otros criados? Pues mas gente viene ya ; RELISA, y luego, FENISA y LUCINDO.
CAPITÁN. Que aun no está llena la casa.
No; que aquellos embozados —Dichos.
Vienen á guardarme á mí. ESCENA XX. belisa. (Dentro.)
Entro: vuélvete. ¡Fuego en mi casa ! ¡ Ah , criados!
FULMINATO.
GERARDA, en hábito de hombre.—
¿Quién son? DORISTEO, FINARDO. DORISTEO.
¡Fuego!
CAPITÁN. GERARDA. belisa. (Dentro.)
Lucindo y Hernando. (Éntrase.) (Ap. Por ver si aquél mi enemigo ¡Ah vecinos honrados!
FULMINATO. Viene á rondar por aquí, ¡Fenisa, levanta luego!
Quiero Salgo de mi casa ansi , fenisa. (Dentro.)
Hablarlos. Con mi amor y sin testigo. ¡Fuego, madre!
No creo que me he engañado ;
FINARDO. DORISTEO.
El y su Hernando serán
Entró. Los que en esta esquina están. Que se abrasa
DOBISTEO. ¡A qué buen tiempo he llegado!) La casa.
¿Eres tú, cruel? lucindo. (Dentro.)
¿Qué espero?
DORISTEO. Luces de presto.
FINARDO.
¡Gran virtud ! Gran religión ! ¿Quién va? ESCENA XXII.
GERARDA.
FULMINATO.
Yo soy, Lucindo. EL CAPITÁN, BELISA, LUCINDO,
¿Es menester compañía ? FENISA, HERNANDO, con una ha
DORISTEO.
FINARDO.
¿Quién? cha encendida. — GERARDA, DO
Pase adelante , galán. RISTEO, FINARDO.
GERARDA.
FULMINATO.
Yo. CAPITÁN.
Perdonen...
DORISTEO.
DORISTEO. ¿Fuego en la casa?
¿EsGerarda? belisa.
Perdón le dan. GERARDA. ¿Qué es esto?
FULMINATO. Tuya , no ; lucindo.
Que por otros los tenia. ( Vase.) De Doristeo soy ya.^
DORISTEO.
¿Fuego en casa?
DORISTEO.
Yo soy ese Doristeo. fenisa.
¡Corrido estoy , vive Dios ! ¿Fuego en casa?
GERARDA.
FINARDO. HERNANDO.
¡Qué gran dote es la virtud ! ¡Tú ! Pues ¿qué buscas aqui?
¿Dónde, Señor, está el fuego?
DORISTEO.
DORISTEO. GERARDA.
Tal les dé Dios la salud. A ti te busco.
GERARDA. Entre vosotros está;
FINARDO.
¡Tú a mí! Pero nadie lo verá,
Pues quedo. Estando el honor tan ciego.
DORISTEO. FINARDO. ¡Dentro de una casa honrada
¿Cómo? Con un mismo intento os veo. De una mujer como vos,
Tú por Fenisa venias , Hay dos hombres !
FINARDO.
Y tú por Lucindo vienes. DORISTEO.
Otros dos. DORISTEO. ¿Cómodos?
Es sin duda. Y aun tres.
GERARDA. HERNANDO.
Razón tienes. ¡Hermosa empanada!
BELISA.
i s Dos versos sueltos entre dos redon
dillas : deben faltar oíros dos. Yo con mi marido estoy.
L-i. 12
178 COMÍODIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
CAPITÁN. Aunque mis contrarios sean , FENISA.

Y yo estoy con mi mujer. Juzguen , Señor, nuestra causa. Y el alma.


¿No es mejor qué el padre mió, CAPITÁN.
BEL1SA.
Con esta señora honrada , Dadme vos también la vuestra.
Otro pensé yo tener. Que es madre de mi mujer,
CAPITÁN. Se case , pues que se igualan BELISA.

De otra que aborrezco soy. En méritos y en edad , Dais honra y remedio á entrambas.
BELISA.
Y que como"nuestras almas, HERNANDO. (.4p.)
¿Cómo es aquesto , Fenisa? Los dos juntemos los pechos? Para tan viejo rocin
Habla , y perdona , Gerarda. Cualquiera silla le basta.
FENISA.
GERARDA. GERARDA.
Con Luc indo me he casado. Aunque celosa venia , Los dos me acompañaréis.
BELISA. La razón , Lueindo , es tanta ,
DORISTEO.
Pues ¿ cómo me has engañado? Que con los dos asesores
Mas ya lo dice tu risa. Que a este pleito me acompañan , Llcvarémoste á tu casa.
CAPITÁN. Digo que tu padre sea CAPITÁN.
Di, Lueindo, ¿á un padre noble De Belisa , y que esta dama Hernando, avisa en la mia
Los buenos hijos engañan? Te goce , amen , muchos años. Que allá cenan estas damas.
DORISTEO.
LUCINDO. HERNANDO.
Señor, yo adoro á Fenisa , La sentencia está bien dada ,
Y yo la confirmo. Para en uno sois, por Dios.
Y ella , como ve_s , me paga. LUCINDO.
Cuanto contigo trató FINARDO.
Son enredos que buscaba Y yo. Si es para muchos la farsa ,
Para casarse conmigo ; LUCINDO.
Mi amor lo diga, y dé fin
Los que presentes se hallan , Dame esa mano. La Discreta enamorada.
EL BOBO DEL COLEGIO,
COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,

DIMGIDA AL LICENCIADO DON LORENZO VAN DER IIAMMEN Y LEÓN.

Desigual paga de mi obligación, desigual título á un hombre tan discreto, y desigual lugar al que
vuestra merced tiene en mi opinión es el ofrecerle esta comedia ; pero igual la voluntad á las deu
das, y igual la escuela donde sucede el alma desta fábula á los estudios de vuestra merced, y igual
mi conocimiento de su ingenio al deseo de servirle. Leí el Secretario, obra tan digna suya, con la
atención y gusto que merecía (que no hay pasar deste encarecimiento); y deseando que salga
á luz, le suplico no sea de los que esperan á dejar sus obras en el peligro de los amigos, en la me
moria de los olvidos, ó en el hurto de los ambiciosos de honra con las vigilias ajenas. El libro es
tal, que si algo le puede hacer sospechoso, es mi aprobación, ya sea por mi amor, ya por mi igno
rancia ; y cierto que el confesarla no es lo que llamó san Agustín hermosa templanza, sino tenerla
por cierta. Si se hallara en el mundo un secretario como vuestra merced le pinta, pensáramos
que podia haber un Ciro como le describe Jenofonte ; pero justo es poner tan altamente sus vir
tudes y partes para que sepan los que lo son á qué grado pueden llegar, y las que han menester
para ser perfetos ; que no porque piense el Filósofo en sus Físicos que aquel lo es cui nihil deest,
quedan excluidos los que de aquel todo tienen las mayores partes. Las de un insigne poeta me
holgara mucho que describiera vuestra merced; aunque no sé de qué podia servir á muchos, que
con solo un limitado natural se atreven á imaginarse perfetos. ¡ Bien haya el que repartió los jui
cios de los hombres, pues no hay uno que quisiese trocar el que tiene , ni conocer que hay otro !
Cuidado causa esta milicia, que es como batallón intestino, alojado en nuestros oidos, aunque nos
pese. ¡ Dichoso quien se retira á sí ! Que para saber esto, también es soledad la corte como el aldea ;
y en un carmen de esa insigne ciudad pueden los deseos acompañar á un hombre con los ejér
citos de Jérjes. Vuestra merced lea esta fábula , con la noticia que tiene de que en aquel célebre
Colegio nunca falta un bobo ; esto sin malicia, pues no pasa á sus dueños; que fuera de allí, bien
sé que no falta; pero es mas lejos de las ciencias y mas cerca de la ignorancia.

Capellán de vuestra merced,


Lope de Vega Carpió.
EL BOBO DEL COLEGIO.
PERSONAS.
DONJUÁN. MARÍN, tocayo. LISARDA. REINEL.
TRISTAN. FULGENCIA. CELIA. FARIO.
OCTAVIO. RISELO. FERMÍN, lacayo. GERARDO.
ÜARCERAN. LUCINDO. CHINCHILLA, escudero. RODRIGO.— Músicos.

La escena es en Salamanca y en Valencia.

DON JUAN. Cosas de sufrir? ¿Qué dudo.


ACTO PRIMERO. Pues dime, ¿qué puedo hacer? Que no me doy muerte aquí?
TRISTAN. TRISTAN.
Calle en Salamanca. Si fueras cuerdo, don Juan , Su tía , en fin , á Valencia
Vieras que cualquiera ausencia , Llevó en un coche A Fulgencia.
ESCENA PRIMERA. Pues era mujer Fulgencia, DON JUAN.
DONJUÁN, TRISTAN. ¿No era segura?
DONJUÁN.
¡Demonio fué para mi !
¡ Oh tia , nuevo Pluton,
DON JUAN. ¡Ay, Tristan, Que en ese coche camina
No me consueles, Tristón; Que pintan muy ciego á amor! Con la bella Proscrpina
Que daré voces al cielo. TRISTAN. Que me abrasa el corazón !
TRISTAN. Sola en casa de su hermano, Tristan, ¿hay cosa en la Üerra
Pues ¿qué has de hacer sin consuelo Que vive á lo cortesano , Que se pudiera excusar
En tal desdicha, don Juan? Seguro de su valor, Como una tia , ó que dar
A sus deudos parecía, Pueda á un hombre mayor guerra?
DON JUAN.
Formando deslo querella , ¿Qué es esto que llaman tia?
Matarme , perder la vida , Que á una principal doncella Di , Tristan , ¿quién lo inventó.
En que mi pena consiste ; Ni era bien ni convenia. ¿Por dónde en el mundo entró
Porque una cosa tan triste Entrábanle á visitar Tan grande desdicha mia?
Mejor estará perdida. Mil caballeros mancebos ¿Hay mar que mas naves sorba
Hoy me han llevado á Valencia Y estos generosos nuevos Que una lia de parientes ?
El aliento en que respiro, Que aquí vienen á gastar ¡Qué tiene de inconvenientes!
La misma luz con que miro, La primer sangre y la plata ¿Qué no enfada? Qué no estorba?
Del alma la misma esencia , Primera del avariento Padres y hermanas se mueren ;
El movimiento con quien Padre, eu cuyo pensamiento Siempre queda alguna tia ,
Se sustenta el corazón, Mas el aiflor se dilata Que nos deshace y porfía
Mi propia imaginación Que los esperados cursos. Contra lo que todos quieren.
Y mis discursos también; Aquí espadas negras luego El primer lio del mundo
Hoy la junta y armonía O naipes eran su juego; Fue Caín ; mira ¡quién son !
Que para vivir iguales Aquí sus largos discursos Pero basta una razón
Los instrumentos vitales Sobre aficiones y votos ; En que sus malioias fundo,
Con tal concierto tenia. Aquí cenas y meriendas, Y es que á todos los villanos
Hoy no soy ; y si algo soy , En que se alargaban riendas, Llaman tios, siendo gente
Es una sombra de mi , Y aun iban los frenos rotos. Maliciosa, impertinente,
Un retrato del que ful. Y aunque Fulgencia no estaba Debajo de hábitos llanos-
TRISTAN. Presente á aquestas locuras, En confianza de un tio
¿Hoy, dices? Juraré , si tú lo juras , O de una lia avarienta,
DON JOAN. Que á este tiempo no rezaba ; Llena de hacienda y de renta , ■
Luego ¿no es hoy? Sino que por los resquicios Pasa un sobrino hambre y frió ;
TRISTAN.
Miraba el que , mas galán , Y después de noventa años
Dalia , como tú , don Juan , (Que vive mucho una tia).
Ha un mes que falta de aquí De haberla mirado indicios. Suele darlo á quien le hacia
Kulgencia , y ¡ hoy te parece ! Esto es cosa natural ; Un presente y mil engaños.
DON JOAN. Y así , fué justo el llevarla Vén conmigo ; que yo haré
Si lo mismo se padece , Adonde puedan guardarla ; Con que en Valencia la vea ,
Hoy es ayer para mi ; Que aquí la guardara mal Si mi padre no rodea
Hoy es, aunque pase un mes, Un mozo hermano , brioso , Lo que ayer imaginé ;
Si en la misma pena estoy; Lleno de amigos, que todos, Que se muere por casarme.
Que lo que atormenta hoy, Aunque por diversos modos, TRISTAN.
Tan hoy como entonces es. Y el mejor mas cauteloso , Mejor será ya olvidar.
Allá me estaba en mi aldea , Venían por la doncella,
Que mi mal no presumía, Como moscas á la miel. DON JUAN.
Aunque el alma me decia Vino su lia , y con él Si puedo el alma forzar,
Que no hay bien que firme sea ; Habló largamente en ella ; Podré á deiarla esforzarme.
Vine á Salamanca á ver Y aunque resistió, no pudo (Vanse.)
Lo que no veré jamás. Negar tanto la razón,
Muerto soy. Que no la diese.
TRISTAN. DON JUAN.
¡Gracioso estás! Estas ¿son
EL BOBO DEL COLEGIO. 1S1
Una calle de Valencia. Mil aves la lengua humana MARIN.
Porque están entre la gente. ¿Ojos dormidos?
ESCENA II. MARIN. Malo.
Aunque es Julio tu pariente , GARCERAN.
GARCERAN, MARIN. Y su mujer castellana , Porque á mis sentidos
GARCERAN. Que suelen fiarse mas, Despertase el corazón.
Para ser tan nuevo amor, Mira bien cómo te portas, MARIN.
No ha sillo el favor pequeño. Cómo alargas , cómo acortas Esto de dormir los ojos
Desde este punto el compás ; Cuando no quieren hablar,
Porque ya podría ser Suele en un alma causar
Enseña , á ver. Que se enfadasen de ti. Mil amorosos antojos.
GARCERAN. GARCERAN. — Pero ¿no es esta?
Ya le enseño. Como ella me quiera á mi, GARCERAN.
¿Qué puedo , Marín , temer ? Ella es.
¿Flor? Sin visitarla no puedo MARIN.
GARCERAN. Conquistar su voluntad ;
SI. Que se engendra la amistad , De Predicadores viene.
MARIN. Perdiendo al respeto el miedo. GARCERAN.
¡Buen agüero, flor! Hov entré segunda vez ¡Qué lindo talle que tiene !
GARCERAN. En"su sala, y vi, Marín... MARIN.
¿Por qué? MARIN. Con tales ojos la ves.
MARIN. ¿Mas que dices serafín,
Por que es esperanza Y que su Cándida tez ESCENA III.
De fruto. La comparas á los ampos LISARDA t FULGENCIA , con mantos;
GARCERAN. Que de la nieve descienden ,
Dices verdad; Cuando por enero emprenden UN ESCUDERO.— Dichos.
Pero la facilidad Igualar montes y campos? FULGENCIA.
Con que una dicha se alcanza , Mas que dices que tenia Mucho madruga el calor,
Suélese también tener Por mejillas dos claveles? Señora tia, en Valencia.
En perderse. GARCERAN.
MARIN. LISARDA.
No podrá, ¿Burlaste ya , como sueles? Es esta tierra, Fulgencia ,
Si ella te ha mirado ya, MARIN. De mas templanza y mejor.
Y es tan principal mujer. El amor todo es poesia. ESCUDERO.
GARCERAN. De cuando yo fui gorrón , ¡Y cómo si es mas templada!
No sé queme haya mirado; Que llaman aquí en Valencia Líbreme Dios de Castilla.
Sé que desde que llegó Machucas , esta sentencia FULGENCIA.
A Valencia , he sido yo Aprendí de Cicerón, ¿Es mala tierra , Chinchilla ?
Quien la ha mirado y buscado. Que dijo que la poesia
Fué notable dicha mia Era de amores un monte, ESCUDERO.
Posar de mi casa en frente Hablando de Anacreonte : Es por todo extremo helada.
Su lio , y ser mi pariente. Tan dulces versos hacia. Cuando á Salamanca fui
MARIN. GARCERAN. Con cartas de mi señora
Yo la vi , y para pintalla (Pienso que era por agora),
¿No es castellana su tia? Me pensé quedar alli.
GARCERAN. Poeta quisiera ser; No es tierra para viudos.
SI, Marín ; que se casó Mas para no la ofender, Vale Dios que cierta bola
Con aqueste deudo mió. No quiero agora alaballa. Con un licor, que una gota
Llegué , y mirando el tocado , Puede hacer hablar los mudos,
MARIN. Dije á hurto en voz sutil : A mi lado se acostaba,
La moza es de lindo brío. «Con razón ha sido abril Y pasábamos el frió.
¡Bien baya quien la parió! En Valencia celebrado;
GARCERAN. Pero esta vez ha venido marín. (Aparte á Garceran.)
No le faltará mi amen. Su azar de donde es el hielo.» Verás el ingenio mió.
MARIN. MARIN. GARCERAN.
¡Pesia á tal , y qué ojos tiene ! Si ; que el castellano suelo Llega pues.
Es por el hielo encogido; MARIN.
Pues ¡pico! Espera.
GARCERAN. Y los naranjos de allá
¡ Ay , Marín , que viene Se tienen entre algodones , GARCERAN.
De donde se estudia bien! Con tiendas y pabellones, Acaba.
Por el hielo que les da. MARIN.
MARIN. Son los de acá mas corteses; Mientras la tia entretengo,
Pues ¿pégase á las mujeres Los de allá , si no te ríes , Podrás con Fulgencia hablar.
Algo de los estudiantes, Son como guadamecíes,
O son con ellos pasantes Que sirven solos tres meses. GARCERAN.
De sus cursos? Pero ¿ qué te respondió ? Hov quiero experimentar
GARCERAN. Qué ingenio en mi casa tengo.
Necio eres. GARCERAN. marin. (A Lisarda.)
Salamanca encierra en si Dióme aquesta flor de «zar. Mil años te guarde el cielo.
Todo lo bueno del mundo ; MARIN. LISARDA.
Es un Liceo segundo, ¿Azar para comenzar? ¡Oh Marin! ¿Adónde vas?
Atenas se cifra allí. GARCERAN. GAncERAN. (Ap. d Fulgencia.)
De su luz el resplandor
También en las casas da , Eso dije entonces yo ; ¿Puedo hablarte?
Como donde el fuego está Pero ella , abriendo la rosa , FULGENCIA.
Alcanza en torno elcalor. O las hojas del clavel. No podrás.
Donde la sabiduría Mostró á lo falso por él Ya sabes lo que recelo.
Está en su trono , Marín , Una risa vergonzosa , CARCERAN.
¿Quién ha de ignorar? Que en fin Y durmiéronsele al son
Vemos hablar cada dia Los ojos... Marin engaña á tu tia.
182 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEG & CARPIÓ.
FÜLGENCIA. Que habiendo pedido ayer, MARÍN.
¿Y si parla el escudero? También hoy vuelve á pedir. Importan á mil saludes.
GARCERAN. LISARDA. Dame un instante atención.
Como eso puede el dinero. Cesa ya; que es infinito LISARDA.
FÜLGENCIA. El proceder por enfados. ¿Qué es aquello ? ¿Es Garceran?
Chinchilla... MARÍN. MARÍN.
ESCUDERO.
Por amorosos cuidados Sí; que dándole estarán
Señora mia... Me enflaquezco y debilito. La primera bendición.
fülgencia. (Ap. á Chinchilla.) El remedio que me dio lisarda. (A Fulgencio.)
Mirad qué os da Garceran. Un astrólogo es notable...
—Mas porque de veras bable, Pues ¿ tú hablas de esa suerte?
GARCERAN.
Todo aquesto sucedió, FÜLGENCIA.
Padre, todo aquesto es nada , Lisarda hermosa, ¿dirélo? El lienzo se me cayó ,
Id mañana á mi posada. A mi amo Garceran , Que Garceran le alcanzó.
ESCUDERO. A quien de honesto y galán LISARDA.
No hay mancebo tan galán , Dio tantas partes el cielo. ;Bien!
Señora , en toda Valencia. Solicitante mil damas ; FÜLGENCIA.
Si os casárades con él , Y él es tan casto, Señora, ¿Es delito de muerte?
Yo os doy palabra por él Que sus amores ignora ,
Y solo atiende á sus famas. LISARDA.
Que os adorase , Fülgencia.
Codicíale la hermosura Estaque de mi decía, Entra en casa ; que hay acá
De toda aquesta ciudad. A Garceran hechizó , Muy diferente recato.
GARCERAN.
Porque no correspondió GARCERAN.
Al amor que le tenia. La llaneza con que os trato,
Allí, padre, os retirad. , Dicen que el desasosiego Esta licencia me da;
ESCDDERO. Que trae el pobre señor Que soy deudo y soy vecino.
No hay sino llamar al cura , De los hechizos de amor
LISARDA.
Y Dios os haga dichosos. Y este conjurado fuego ,
Se le quitará si halla Entra adentro.
FÜLGENCIA. FÜLGENCIA.
Fuerza del oro en rigor. Una mujer recogida ,
De inculpable y limpia vida , Esto pasó.
GARCERAN. Tal , que pueda el mundo honralla LISARDA.
Mas fuerza tiene el amor Por su honesta castidad , Lo que Marín me contó ,
En esos ojos hermosos. Y en ayunas le bendice Tengo yo por desatino.
MARÍN.
Siete mañanas. MARÍN.
Como digo , no se halló , LISARDA. ¿No quieres que le bendiga?
Lisarda , á mi mal remedio, ¿Quién dice, LISARDA.
Aunque puse de por medio Marín, esa necedad?
Cuanto Galeno alcanzó. ¿Por qué le ha de bendecir,
MARÍN. Ni yo tengo de sufrir
Dijome cierta mujer ¿Necedad? Por Dios, Lisarda ,
Que estaba hechizado, y creo Que esto en Valencia se diga?
Que no hay en toda Valencia ■
Que si es hechizo un deseo, Mayor hombre. Da licencia, MARÍN.
Hechizos deben de ser. Aunque el decillo acobarda, ¿No? Pues yo haré que mañana
LISARDA. A Fülgencia, tu sobrina, Amanezcan á esa puerta
Gordo estás para hechizado. Que bendiga á Garceran. Mil pobres.
LISARDA.
MARÍN. LISARDA.
¿Y es cosa cierta?
No es hechizo que enflaquece; El verte medio truhán
Apenas me determina MARÍN.
Que amor que no se merece Tenia por cierta y por llana.
Corre despacio y templado. Para enojarme contigo.
Lo que enflaquece es deber, MARÍN.
Mira si es mejor sufrir
Es fiar y es confiar; Que bendiga á Garceran.
En cosas de caridad ,
Mujer que quiere mandar, Tu virtud y santidad LISARDA.
Que basta decir mujer. ¿Quiere enojarse conmigo? (Ap. Ahora bien , estos darán
El servir á ingrato dueño, ¿Esa es la buena opinión A Valencia qué decir
El pleitear con razón , Que leda toda Valencia? Sí no consiento en su ruego.)
El forzar la inclinación, LISARDA.
Garceran venga , no mas.
El poco sustento y sueño , MARÍN.
El andar en opiniones Pues ¿por qué ha de echar Fülgencia
La honra , que hartos padecen ; A un nombre su bendición? Ahora si que darás
Los estudios enflaquecen , ¿Partes pueden concurrir, A sus hechizos sosiego,
Y las largas pretensiones. Marín , en una doncella , Si entra dentro.
Enflaquece el intentar, Ni por casta ni por bella, FÜLGENCIA.
Y el sufrir terse sujeto Para poder bendecir? Yo ¿qué sé
Aun necio, que por discreto MARÍN. De lo que te enoja a ti?
Le quieren canonizar. Si está la virtud en ser LISARDA.
También enflaquece oir Doncella casta y hermosa ,
Malos versos , cantar mal , ¿Parécete á ti que es cosa Venid cuando no esté aqui
Y al que era ayer vuestro igual , Que no puede suceder? Julio. ¿Entendéis?
Hoy mandar y hoy presumir. LISARDA.
GARCERAN.
Enflaquece una visita, De los hechizos oi Yo vendré.
Si no os da mucho contento ; Que todos son cosas tales. {Vanse Lisarda , Fülgencia y el escu
Un noble lleno de viento ,
Que á nadie el sombrero quita ; MARÍN. dero.)
Un lindo, todo alfeñique, Si sabes que son iguales,
Hecho mujer con bigotes , ¿Por qué te quejas de mí? ESCENA IV.
Y unos ciertos marquesotes ¿No sabes tú las virtudes
Que os hablan por alambique; De una doncella en ayunas? GARCERAN, MARÍN.
El ver aun tonto reir, LISARDA. GARCERAN.
Y el querer á una mujer, Di ; á ver si sabes algunas. ¿Qué es esto, Marín?
EL BOBO DEL COLEGIO 18")
MAM*. Que apenas hay para ti. ESCENA VI.
Ahora Esta es rica , y con su dote
Vivirás con nias sosiego. DON JUAN, TRISTAN. — Dtcnos.
De mi ingenio ¿qué (liras?
Siete mañanas podrás GARCERAN. TRISTAN.
Hablar con esta señora, Lo que es silencio te ruego, Hablando los dos están.
Consintiéndolo su lia. Marín , porque nadie note DON JUAN.
GARCERAN. Que ya de b ulgencia soy.
¿Qué dices? ¡Buena libertad , por Dios!
MARÍN.
MARÍN. OCTAVIO.
Ya sabes tú mi lealtad.
Lo que ha pasado. Ya nos han visto á los dos.
GARCERAN.
GARCERAN. CELIA.
Agradeced , voluntad , ¿Quién es?
¿Siete mañanas? El noble dueño que os doy. OCTAVIO.
MARÍN.
MARÍN. Tristan y don Juan.
Yo he dado
En la mayor picardía ¡Adiós, rapante nación! • ■ DON JUAN.
Que se puede imaginar. GARCERAN. ¿Qué es esto? ¡Octavio! ¿Tú aquí?
GARCERAN. ¡Ay divina castellana! Y tú , Celia , ¿ esto tratabas?
¿Cómo? MARÍN. OCTAVIO.
MARÍN. Cuando tú en mi casa entrabas .
Madruga mucho mañana ;
Dije que en Valencia Que has de ir por su bendición. ¿Preguntábate eso á tí?
Muchas hacen diligencia DON JUAN.
Para poderte engañar ; (Xante.)
Mas que tú, de puro honesto, Yo nunca tu hermana hablé.
Resistes á su aOcion , OCTAVIO.
Y una deltas con pasión 1 Sala en Salamanca en casa de don Juan. El venirte yo á buscar
Te ha hechizado y descompuesto ; ¿Puede dar que sospechar,
Mas que un remedio te dan : ESCENA V. Si de paso pregunte
Bendecirte una doncella. A tu hermana cómo estaba?
GARCERAN. OCTAVIO, CELIA. DON JUAN.
¿Y ha de ser ella? CELIA.
SI la enviaste á Valencia
MARÍN.
Por recatos de tu ausencia
Después que mi hermano vino, Y alguno que la miraba ,
Con ella Ando con este recalo. ¿Parécete que no son
Puedes hablar, Garceran. OCTAVIO. Los demás tan cuidadosos?
Porque en saliendo su tio,
Puedes, con esta invención, Yo , Celia, menos le trato , OCTAVIO.

Venir por su bendición. Por mas que á su amor me inclino, Esos recatos celosos
Después que faltó en mi casa De solos mis deudos son.
GARCERAN.
El juego y conversación. Mas si te parece á tí
De tus embustes me rio. Que ha sido justa advertencia ,
CELIA.
E lio va como ha de ir : Como yo envié á Fulgencia ,
Fulgencia me muestra amor. ¿Si ha entendido tu afición , Envía á Celia de aquí ;
MARÍN.
Y sabe ya lo que pasa? Que si venirte á buscar,
Pues ¿qué te ha dicho. Señor, OCTAVIO. Como á buscamrie venias ,
Si es que se puede decir ? Recelóme de Tristan ; Te pone esas fantasías ,
GARCERAN. Que andan juntos estos dias. Ya no te quiero obligar
CELIA.
Ni tenerte por amigo.
Que me quiere responder;
DON JUAN.
Que licencia le pedí Yo sé que i las prendas mías
Para escribirla. Tiene respeto don Juan ; Pues ¿qué me puedes querer ?
MARÍN. Y si de algo está celoso, OCTAVIO.
Es porque si quiso bien Que me la des por mujer.
¡Eso si! A tu hermana , hará también
Y pare en ser tu mujer. Mira qué presto lo digo.
Ese argumento forzoso,
Ño mas esas bellaconas Si tú me miras á mi ;
DON JUAN.
Que te gastan cuanto tienes. Y mas después que á Valencia No niego , Octavio, que es justo ,
¡Vivirás si te entretienes Has enviado & Fulgencia, Y que en ello ganaremos ;
Con semejantes personas! De que está fuera de sí ; Pero si un trueco no hacemos ,
Ama y sirve una doncella Y no querrá que me veas , No podré hacerte ese gusto.
Para servicio de Dios, Pues no hay donde se esquitar. OCTAVIO.
Pues que lo estaréis los dos ¿Cómo?
En casándote con ella. OCTAVIO.
DON JUAN.
¿Hay locura de un mancebo No la envié por Densar Que me des tu hermana ,
Oomo verle andar perdido (Y esto es razón que me creas) Y que la traigas aquí.
Tras una tiestas , que ha sido Que me importaba guurdalla ,
De mil ignorantes cebo , Pero porque solo estoy. OCTAVIO.
Muy pagado de sufrir Y por disculpa te doy, Bien me atrevo á darte el si
Otros cuarenta galanes? , Siendo justo acreditalla, Y hacerte escritura llana.
Ya esconderse por desvanes, i La llaneza y la verdad Pero traella no puedo,
Ya por corrales huir 1 Con que siempre te he servido. Menos que estando casado ;
Del alguacil y escribano... CELIA. Que con eso disculpado
Y después, muy flaco y tierno , De pedirla á Julio quedo ;
Quejarse por el invierno , Confieso, Octavio , que ha sido Pues diré que en Salamanca
Pelarse por el verano. Cosa que mi voluntad Podrá estar con mi mujer.
Pues ¿qué, si es alguna vieja Pudo rendirá la luya;
DON JUAN.
Con cabellos de azafrán , Porque si no procedieras
Tan casto , lo que perdieras, Con eso te quiero hacer
De las que polvillos dan , Mi sangre y mi hacienda franca ;
Ni quería barba ni ceja? De mi condición se arguya.
Que venida aquí Fulgencia ,
Sirve este ángel , eso sí ; Mi hermana negociará
No gastes mal esta herencia, Su voluntad.
Tan limitada en Valencia,
18 i COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
OCTAVIO. Ver el agua y no temella : Si Julio sabe que yo
Ella está, ¡Gran fiesta para mujer ! Lo sufro, me na de matar.
Como sabes , en Valencia , Es apacible su gente,
Y no de muy buena gana , Es en extremo amorosa. FULGENCIA.
Aunque es la tierra lan bella ; Pues ¿quiéresme tú quitar
LISARDA.
Yo me partiré por ella , La gracia que Dios me dio?
Para como estoy celosa ,
Y la traeré con tu hermana. Me pesa que te contente ; LISARDA.
don juan. (A Celia.) Que decir bien de un lugar ¿Cómo gracia?
Dale la mano. Tan presto, me da sospecha. FULGENCIA.
CELIA. FULGENCIA.
En bendecir.
El concierto Estás á tus celos hecha , LISARDA.
Que habéis hecho me ha obligado, Con que me quieres culpar. Ahora lo confirmo mas,
Aunque con pecho turbado , Yo digo bien de Valencia Pues que de su parte estás.
A no mostralle encubierto. Por si misma. FULGENCIA.
Mi mano es esta. LISARDA. No lo acabes de decir.
TRISTAN. Y ¿quién llegó Di , ílarin , á Garceran
Yo os doy Cuando el coche se apartó Que venga al instante á casa ;
A los dos el parabién , De nuestra gente , Fulgencia? Que la gracia se me pasa,
Pues que me alcanza también FULGENCIA.
Y no le aprovecharán
Por lo que tan vuestro soy. ¿Piensas tú que yo le vi? Mis bendiciones después.
OCTAVIO. LISARDA.
LISARDA.
Para serviros será. ¿Hay libertad semejante?
Luego también ¿no le hablaste?
DOS JUAN. MARÍN.
FULGENCIA.
De Celia el dote es tan claro , Ya está Garceran delante.
Que en decirle no reparo. Lo poco que tú escuchaste,
Al que me habló respondí. ESCENA IX.
OCTAVIO.
LISARDA.
Ese en su virtud está. Tú veniste á defenderte GARCERAN.— Dichos.
DON JOAN. A este reino donde estas ;
Venid ; comeréis conmigo, GARCERAN.
Pero pienso...
Y Tristan se quedará , Ya estoy , Señora , á tus pies,
FULGENCIA.
Por amigo, y porque va Pidiendo la bendición.
Es el mas cierto testigo. No hables mas; fulgencia. (Ap. d Garceran.)
Que me enojas desa suerte.
TRISTA». Que yo en Salamanca ful Haz que me quieres besar
Ninguno de vuestro bien Espejo de honestidad , La mano, y podréte dar
Mayor contento recibe. Y seré en esta ciudad Un'papel.
octavio. (A Celia.) Lo que tú sabrás de mi. garceran. (Ap. á Fulgencia.)
Ya no hay quien de vos me prive. ¡Linda invención!
ESCENA VIII. Pero advierte que también
CELIA. Traigo del de ayer respuesta.
Ni á mí de tan alto bien; MARÍN.— Dichas. LISARDA.
Aunque hace resistencia
Al gozo deste placer MARÍN.
¿Hay insolencia como esta?
lin pesar. ¿Estás aquí? ¿Qué es lo que mis ojos ven?
OCTAVIO. LISARDA. fulgencia.
¿Cuál? ¿No me ves? Dios, Garceran , te bendiga.
CELIA. ¿Cómo te entras desa suerte? garceran.
El saber MARÍN. Dame , Señora , la mano.
Que os habéis de ir á Valencia. Licencia tengo de verte, LISARDA.
octavio. Y vengo á que me la des ¿La mano?
No temáis; que sabré ser Para que le dé Fulgencia MARÍN.
Tan galán , que alcance al ir A Garceran , mi señor, Pues eso es llano ;
El mal de verme partir Su bendición. Que la bendición le obliga.
Al bien de verme volver. LISARDA.
LISARDA.
(Vante.) ¿Hay rigor, Y ¿qué le ha dado? .
Hay crueldad y impertinencia
Como la deste lacayo? MARÍN.

FULGENCIA.
La ofrenda ,
Valencia. —Sala en casa de Lisarda. A modo de feligrés.
Pues ¿qué importa que bendiga Mas óyeme ; que después
A un hombre, si el mal le obliga Tomarás de todo enmienda.
ESCENA VII. A tanta pena y desmayo?
LISARDA.
LISARDA, FULGENCIA. LISARDA.
Pues ¿ delante de los dos
¿No importa que hables con el? Te pones?
FULGENCIA.
FULGENCIA. MARÍN.
Todo , Señora , me agrada ;
Cierto que es bella ciudad , Hablo en su salud no mas. Oye una cosa ,
De notable majestad , MARÍN. La mas nueva y prodigiosa
Y hermosamente cercada. Extraña , Señora, estás , Que ha visto el mundo , por Dios.
Parece toda unjardin; Y con Garceran cruel. LISARDA.
Ricos edificios tiene; Después que su bendición Alcahuete , ya te entiendo.
A ser á mis ojos viene Esta señora le ofrece , MARÍN.
La mejor que he visto, en fin. De sus males convalece. Eso es poco y mal hablado.
Es de linda vista el mar, LISARDA. Mas oye lo que ha pasado;
Y tan cerca de sus muros, ¿Hay semejante invención? Que es un caso tan horrendo ,
Que á no estar de si seguros ¿Qué santidad has hallado Que han de temblar cuantos viven.
Pudiéralos alterar. En Fulgencia , mi sobrina , LISARDA.
Hame dado gran placer Que sirva de medicina
Ir en el coche por ella , Ya sé que me engañas ; mira
A un caballero hechizado ? Que me provocas á ira.
EL BODO DEL COLEGIO. 185
MARÍN. OCTAVIO.
ESCENA XI.
De las damas se reciben ¿Qué dices?
Por favor los bofetones; OCTAVIO , de camino ; FERMÍN. -Lt FULGENCIA.
Pega , bien tienes en qué. SARDA, FULGENCIA. Que no es razón
LISARDA. Que tan aprisa me lleves.
¿Mas que has de hacer que te dé. FULGENCIA. OCTAVIO.
Si delante te me pones? (Dale.) ¡Jesús, hermano! ¿En Valencia? Tú cumplirás lo que debes,
MARÍN. OCTAVIO. Conforme á tu obligación.
¡Dr.sme, y dices que darás ! Tales son las ocasiones. FULGENCIA.
¿Volver a darme pretendes? Mas primero que te abrace, Lleva , Señora , á mi hermano
Pero mientras mas me ofendes, Me ha de dar su bendición A descansar.
Pienso que me quieres mas. Mi tia. OCTAVIO.
LISARDA. Si es vergüenza ,
ESCENA X. Mejores son Haz, Fulgencia, que la venza
Unas que Fulgencia hace. El estilo cortesano;
FERMÍN, de camino.— Dichos. Dale la tuya , que ya Que esas dudas y temores
Tendrás bien hecha la mano. Ya son para las aldeas.
FERMÍN.
FULGENCIA. LISARDA.
¿No hay un hombre en esta casa, Vén , sobrino , si deseas
0 no es por ventura aquesta? ¿Qué venida es esta, hermano?
¿Es á verme? No será ; Descansar destos calores;
LISARDA.
Que no te debe mi amor Y créeme que agradezco,
¿Qué grita y qué gente es esta? Finezas tan de galán. Aunque á Fulgencia he perdido ,
fulgencia. (Ap. á Garceran.) Que tenga noble marido.
OCTAVIO.
Mira , mi bien , lo que pasa. ¿Cómo mis tios están? FULGENCIA. (Ap.)

FERMÍN. Yo en extremo me entristezco.


LISARDA.
¿Vive Julio aquí? Julio está mucho mejor OCTAVIO.

LISARDA. De sus achaques , y yo No le pesa , aunque parece


Sí vive. Como me ves. ¿ Vienes bueno? Que lo siente de otro modo.
OCTAVIO. LISARDA.
FERMÍN.
¿Es vuesamerced Lisarda? Bueno, y de contento lleno; Suceda , sobrino , todo
Que tu vista le aumentó, Como Fulgencia merece ;
LISARDA.
Y el hallar buena á mi hermana , Que me huelgo, porque acá
Yo soy. Se excuse una bendición
FERMÍN.
Causa de aqueste camino.
Que me puso en confusión.
Su licencia aguarda FULGENCIA.
OCTAVIO.
Y para entrar se apercibe Que me has casado imagino.
Un caballero que llega OCTAVIO. Allá también la tendrá.
De Salamanca. No fué tu esperanza vana. —Fermín.
FERMÍN.
FULGEXCIA. Pero queda concertado,
( Ap. ¡ Ay de mi ! ) Y yo desposado ya Señor.
¿Mi hermano? Con quien dos veces hará OCTAVIO.
FERMÍN. Tu marido mi cuñado. Parte luego,
Señora , si. (Vase.) FULGENCIA. Y busca y concierta un coche, .
LISARDA. ¿Desposado estás? Porque sota aquesta noche
Tendré en Valencia sosiego.
¡Oh mocedad siempre ciega! OCTAVIO.
¿Qué lia de hacer si aquí los ve? FERMÍN.
Sí, hermana; Que no falle estoy muy cierto.
FULGENCIA. Que ya con Celia lo estoy.
Tia , detrás de aquel paño LISARDA.
FULGENCIA.
Podrán estar. ¿Tanta prisa?
¡Bueno ! El parabién te doy. OCTAVIO.
I.ISARDA.
LISARDA. Y ¿no es forzosa?
Este daño
No me dirás que no fué No pensé que castellana LISARDA.
Avisado y aun temido. Me ganara por la mano;
Pensé casarte en Valencia. ¿Amores son de tu esposa?
GARCERAN.
OCTAVIO. OCTAVIO.
Señoras , ¿qué importa verme? Estoy en su ausencia muerto.
Ya no diréis que Fulgencia
LISARDA. No puede estar con su hermano. (Vante Octavio, Lisarda y Fermín.)
Darle sospecha á tenerme Por ella vengo, Lisarda.
Por lo que jamás he sido. LISARDA. ESCENA XII.
Métanse los dos allí ; Bien lo echaba yo de ver.
Que luego que entre se irán. FULGENCIA.
. OCTAVIO.
MARÍN. [do!
De don Juan eres mujer. ¡Qué poco dura el bien aun desdicha-
Temblando voy, Garceran. Que por momentos te aguarda. Qué cortas son las horas que le tiene ,
GARCERAN. Apenas me desposé , Pues con la prisa que á su casa viene ,
Entra, gallina. Cuando hizo que por ti Mas es huésped partido que llegado !
MARÍN. Tomase la posta. ¡ Ay, Garceran , para perdido hallado!
¿Yo? FULGENCIA. ¡Qué imposible paciencia nos conviene!
GARCERAN.
Y di, Parece que la suerte el mal previene
¿Cómo sabes que yo iré? Para que corra trasel bien que ha dado.
Sí. Aun apenas misdichasfueron dichas,
OCTAVIO.
(Yante Garceran y Marín.) Cuando fortuna se desdice dellas,
. LISARDA.
Como es para tu remedio , Trocándolas en penas y desdichas.
Y' quieres bien á don Juan. ¡ Ay Dios ! ¡ Cuan mejor fuera no lene-
En estas cosas me pones
Por tos locuras, Fulgencia. FULGENCIA. (Ap.) [llas!
¡Ay, cielos, que Garceran Que al desdichado, si le vienen dichas,
lista ahora de por medio! Es para la desdicha de perdellas.
^86 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEC A CARPtO.
ESCENA Xni. Ni de su lumbre me sirvo ; Que de todas mis acciones,
Todo es confusa tiniebla. Mis potencias y sentidos,
GARCERAN, MARÍN — FULGENCIA.
MARÍN. Sola esa prenda me dejas.
GARCERAN. Mira que este mozo altivo MARÍN.
Delente , Fulgencia , un poco. Es hermano de Fulgencia , Aunque es también desatino
Y de Lisarda sobrino ; Tomarse tanta licencia
FCLGENCIA.
¿No eres ido? Y que si siente tus voces , Un lacayo tan intrínseco,
Por su honor y el de su tio Por ser el último bien ,
GARCERAN.
Ha de hacer un disparate. Aunque t« manche el vestido,
No be podido,
Aunque de verme tu hermano - FCLGENCIA. Te suplico que me abraces.
Me puse á tanto peligro. Garceran , en este sitio FCLGENCIA.
¿Qué es esto ? ¡ Ay cielo! ¿ A qué viene? Te vi , te quise y te amé;
Y en el mismo me despido Marin , seamos amigos ,
Que aunque lo tengo entendido, Y acuérdale á Garceran
Es tan incrédulo amor. De ti , tan firme , que todo
Lo que te he dicho confirmo. Lo mucho que me ha debido
Que no quiere , como has visto , Por este amoroso abrazo.
Porque estaba en medio un paño, Ya puede ser que don Juan
Dar crédito á los oídos. Viniese á ser mi marido, MARÍN.

FCLGENCIA.
Puesto que sabrás muy presto ¡Ay Dios ! quién fuera contigo,
Lo mucho que le resisto ; Por gozar en Salamanca
¿Qué te puedo yo decir. Pero poderte olvidar, Los aires del Tabladillo!
Si escuchaste lo que dijo? No lo creas en mas siglos
A Salamanca me vuelve , Que han de vivir nuestras almas FCLGENCIA.
Y ha de ser tan de improviso , Y tristezas van conmigo, Adiós, Garceran.
Que aunque ha sido atrevimiento Que me quitarán la vida GARCERAN.
Quedarte aquí , lo he tenido Antes que llegue á los riscos
Por notable dicha mía, Adiós.
Que del alto Guadarrama
Para hablar, mi bien , contigo Encubren nieves y pinos. (Vase Fulgencia.)
Estas últimas palabras. Escríbeme , Garceran ,
GARCERAN. Y verás cómo te envió ESCENA XIV.
«Qué dices? Mil almas en cada letra.
FCLGENCIA. GARCERAN, MARÍN.
GARCERAN.
Que te suplico Haz cuenta que ya te escribo;
Tengas memoria de mi , Que Marin irá y vendrá MARÍN.
Pues con lágrimas la pido ; Por la posta este camino Sal presto; que anda ruido,
Que aunque en ojos de mujer Mas veces que tiene rayos Y pienso que Julio viene.
Son fáciles, yo te digo El sol que en tu frente miro. GARCERAN.
Que salen del corazón.
GARCERAN.
MARÍN. Marín , ponte de camino ;
Yo iré , Señora , y vendré , Que lia mucho que estoy ausente.
¡Ay, Fulgencia , que no quiso
Mi fortuna que durase Como navio de aviso, MARÍN.
Tu bien mas tiempo conmigo, Por el mar de vuestro amor, De tus locuras me rio.
Del que ha sido menester Todos los lienzos tendidos. Vase Fulgencia mañana ,
Para llorarle perdido ! Ya iré picando alazanes, Y apostaré que has escrito
¿Que te llevan de Valencia? Ya melados, ya morcillos, Mil cartas eu tu memoria.
Que te he de perder, y vivo? Ya bayos , ya machos rucios ,
Que no es desla casa, incendio Ya zainos y ya mohínos. GARCERAN.

Ll aire de mis suspiros? No se habrá visto estafeta . ¡Qué mal conoces mis bríos !
Que no doy voces? Que estoy?... De los yanaconas indios , Haz cuenta, Marin, que entrambos
Que vaya con mas presteza A Salamanca partimos.
FCLGENCIA. Desde Chacona A Tampico. MARÍN.
Advierte, Garceran mió, Cuando estés en Salamanca ,
Que aunque de muchos dolores Seré arriero de libros ¿Tú á Salamanca?
Se descansa dando gritos, De vuestras cartas de amor; GARCERAN.
En este importa el silencio Y por no ser conocido , Yo, pues.
Tu vida y mi honor. Me fingiré licenciado ; Pon tres ó cuatro vestidos
GARCERAN. Que yo sé que por lo lino En una maleta luego.
No ha sido Me ha dado borla Segovia. MARÍN.
Este suceso desdicha , GARCERAN.
Ni respondo ni replico.
Ni fuerza del hado impío, Mi bien , aunque es desvario
Ni influencia de los cielos, GARCERAN.
Tomarse tanta licencia
Ni mudanzas de los signos, Un hombre que es tan indigno , Adiós, amada Valencia,
Ni oposición de la luna , Por ser el último bien Hermosos campos Elisios;
Ni otro sangriento prodigio; Dame un abrazo. Que voy siguiendo mi sol
Sino rayo acelerado FULGENCIA.
A los castellanos frios.
Que sobre nosotros vino, MARÍN.
Para abrasar hasta el alma Ya he dicho
Las potencias y sentidos. Que he de ser tuya. Eso es menos/ Adiós , dulce malvasla ,
¿Dónde vas? Dónde me dejas? (Abrasante.) Congretc , liipocrás, mariscos:
¿Es posible que han tenido GARCERAN.
Que voy siguiendo á mí amo
Tan tristes y ásperos fines Al Tórmes salamanquino ,
¡Ay Dios! quién fuera contigo! Donde sin ser estudiante,
Tan regalados principios ? ¿Acordaráste de mí ,
¿Que no te han de ver mis ojos? Me den algún beneficio.
Que con un amor tan limpio
MARÍN. Te he querido en solo un mes
De tu locura me admiro. Loque pudiera en mil siglos?
Advierte,' Señor, que estás FCLGENCIA.
Donde, si fueres sentido, Por esos brazos lo juro;
Nos han de quitar la vida. Pero yo también te pido
GARCERAN. Que de mí tengas memoria.
Marin , ya estoy sin juicio. GARCERAN.
Ni discurre la razón, Fulgencia , Dios me es testigo
EL BOBO DEL COLEGIO. 187
No, Fulgencia, por cuñada. DON JUAN.
ACTO SEGUNDO. Y estad cierta que venis No , por Dios , sino pesar
Donde hasta el alma os darán ; De perder vuestro valor.
Que no vivís con don Juan ; FULGENCIA.
Sala en casa de Octavia, en Salamanca. Con vuestro hermano vivís. Yo os tengo , don Juan , amor;
Ni él , ni yo , ni el que os adora , Has no me puedo casar
ESCENA PRIMERA. Por fuerza os quieren casada. Con la priesa que he venido.
FULGENCIA. Esperad, que bien podéis,
CELIA, FULGENCIA. Vos sois mi hermana y cuñada , Por un mes , no os moriréis :
Y mi amiga y mi señora, Este de término os pido ,
FULGENCIA. Y con vuestra compañía Para ver lo que me escriben
Con ese nombre de hermana Recibo yo mucho honor. De Valencia.
Mucho mas me enriquecéis. DON JUAN.
CELIA. ESCENA II. Vuestro soy.
Grande tristeza traéis, DON JUAN.— Dichas. FULGENCIA.
Presto fuistes valenciana. Con esto , don Juan , me voy ;
Pues acuerdóme que aquí don juan. (A Fulgencio.) Que pienso que me aperciben
No os hallábades tan mal. Esta vez me dijo amor , El cuarto en que he de vivir ,
FDLGEKCIA. Que sola hallaros podría ; Y quiero verle asear.
Es mi patria natural ; Creile, por lo que tiene DON JUAN.
Que en Salamanca nací. De adivino, y vine á veros. ¿De espacio queréis estar?
Y esta tristeza es cuidado Dadme , divinos luceros, FULGENCIA. (ÁJI.)
Del que mis Líos tendrán. La luz , que del sol os tiene
Tan cerca , que me abraséis. Apriesa pienso morir. (Vase.)
CELIA.
Pensaba yo que don Juan FULGENCIA.
ESCENA III.
Mucho os" hubiera alegrado; Desviad , don Juan , los brazos ;
Que le debistes amor , Que anticipáis los abrazos DON JUAN, CELIA.
Y no le mirastes mal. Que en esperanza tenéis.
DON JUAN.
FULGENCIA. DON JUAN.
De un hombre tan principal ¿No he de ser vuestro marido? ¿Qué es esto?
CELIA.
Siempre lo tuve á favor. FULGENCIA.
Y muy contenta he venido Ya ¿no lo ves?
De saber vuestro concierto; Pues por eso es bien , don Juan , DON JUAN.
Que no merezco por cierto Que os tema como á galán , Di , hermana , ¿ qué ha de ser esto ?
Tan noble y galán marido. Tan cerca de arrepentido. ¡Bien que esperaba tan presto,
Has no puedo por ahora DON JUAN. Hoy se me dilata un mes!
Determinarme á casar. Yo os vi mas tierna en Castilla. CELIA.
CELIA. FULGENCIA. Melindres son valencianos;
¿Qué es lo qne os puede faltar, No lo he perdido en Valencia. Allá los aprendería.
Si no es contento , Señora? DON JUAN. DON JUAN.
FULGENCIA. ¡Bravas mudanzas de ausencia ! Los estilos, Celia mia,
Salud ; qne en ella consiste FULGENCIA. Son allá muy cortesanos.
El tener, Celia , contento. De ausencia, ¿qué os maravilla? No creas que es aprendido;
CELIA. Natural debe de ser.
DON JUAN.
¿Salud os falta? Sien ir, estar y volver CELIA.
FULGENCIA. Dos meses no habéis estado... Querrásete encarecer
Esto siento , Por el nombre de marido.
FULGENCIA.
Y sin ella vengo triste. Todas nos hacemos graves
Montes se hubieran mudado, En tocando en este nombre.
CELIA. Cuanto mas una mujer. DON JUAN.
Si lo ha causado el camino, DON JUAN.
No será , Fulgencia, nada. Tu marido Octavio es hombre
Luego ¿mudada venis? Del buen estí lo que sabes :
Has pienso que os desagrada ,
O es malicia que imagino , FULGENCIA. No se burlará con él ;
Haber venido á mi casa ; Vos ¿no decís que lo veis? Mas sí esto adelante pasa,
Que soy cuñada en efeto. DON JUAN.
Octavio por ti se abrasa,
Con burlas no me matéis; Muéstrate, Celia, cruel.
FULGENCIA. No te vea alegre un hora
?ue eso me alegra os prometo; Que pienso que lo iingis. Hasta hacer mi casamiento.
mirad que andáis escasa A vuestro hermano le he dado
De la merced que os merezco, A mi hermana, aunque era justo, CELIA.
Sin mi gusto ; que ese gusto ¿Yo fingiré descontento,
Si tal sospecháis de mí. Tuve en el vuestro , y liado Que sé que Octavio me adora?
CELIA. Que él se obligó de hacer cierto DON JUAN.
Si os veo venir aquí , Lo que tratamos los dos. ¡Ay, que muero por Fulgencia!
Donde alma y casa os ofrezco , FULGENCIA.
Y que estáis sin alegría , CELIA.
Y que á don Juan no miráis, ¿Y fué? Efectos de ausencia han sido.
DON JUAN.
¿No he de pensar que os halláis DON JUAN.
Sin gusto en mi compañía? Casarme con vos.
Algunas yerbas de olvido
FULGENCIA. Debió de hallar en Valencia.
FULGENCIA.
Pues si yo os doy la razón , ¿Hálleme yo en el concierto? (Vanie.)
Señora Celia , no es justo ¿Qué firma tuvistes mía?
Que atribuyáis á disgusto DON JUAN.
Cosas que del cielo son. Entre honrados caballeros
CELIA. Remitense á los aceros
No os quiero humilde forzada ; Las palabras.
Pero si me hacéis merced , FULGENCIA.
Por hermana me tened , ¿Valentía?
Í88 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
i
Villafuertes, noble casa ; Y Aristóteles se honraran
* Sila en un mesón de Salamanca. Yáñez, Enriquez, Ovalles, De oponerse á quien las rige ;
ESCENA IV. Guzmanes , de claras armas, Y si el amor no me engaña,
Y Manriques. No pienso yo que el Imperio,
FABIO, de camino; REINEL, degorrón; GARCERAN. Cuando á su elección se hallan
GARCERAN , MARÍN. ¡Brava cosa! Los principes electores,
FABIO.
Ya con mitras, ya con armas,
FABIO. Resplandece en mayor vista
Esta máquina levantan Que cuando ocupan sus gradas
Este llaman el mesón Al cielo cuatro colegios
Del Estudio. Tantas borlas de colores
Que aquí los mayores llaman : Verdes, azules y blancas,
GARCERAN. El Viejo, el del Arzobispo, Carmesíes y amarillas;
Aunque no vengo De Cuenca y Oviedo, y basta Porque este jardín esmalta
A estudiar, desde hov le tengo Que uno de los cuatro diga La madre Universidad,
Por posada.— ¡ Hola, Chacón ! Para saber que se igualan. Naturaleza del alma.
MARÍN.
Tiene el de la Madaleua, Tiene iglesias parroquiales,
Señor. Que los que digo acompaña, ■ Que para alabarlas basta
GARCERAN.
Verdes, y Santa Maria , Decir que todos sus curas,
Santo Tomás y el de varias Que han de ser de sangre hidalga,
La ropa acomoda. Lenguas, con Monte Olívete, Son capel lañes del Rey ;
MARÍN. Sin otros. Y puesto que en dar se alargan
Llave de aquel aposento GARCERAN. Trecientas puertas á Tébas
Me lian dado. ¡Oh Fabio! para. Las historias ó las fábulas,
fabio. (A Garceran.) ¡ Qué de personas famosas, Once Salamanca tiene,
Mucho contento Qué insignes, qué celebradas, Que con mayor arrogancia
Traje la jornada toda , Ya en los consejos del Rey, Su muro antiguo ennoblecen,
Señor Clarindo, hasta aquí; Ya en las religiones santas Pues puede decir España
Que por vuestra compañía Habrán salido de ahí ! Que há tres siglos que por ellas
Me pesa que llegue día FABIO.
Entra muda la ignorancia,
En que os apartéis de mi. Y sale con mil laureles
Vuelvo a cursar, como veis; Antes, Clarindo, contara Docta, ilustre, eterna y sabia.
Mis padres tengo en Madrid. Sus flores á abril, sus frutos Hay un hermoso hospital
A junio, á enero su escarcha, De Santa María la Blanca,
GARCERAN. Su arena al Tórmes, al sol Donde se curan reliquias
Yo he de ir á Valladolid. Sus átomos, que bastara De las flaquezas humanas,
A cinco dias ó seis A referirte los hombres Y el General, cuyo nombre
Que descanse en Salamanca. Que dellos dan gloria á España. Da á entender de lo que trata.
¿Dónde entre tanto os veré? Las órdenes militares Hay una gran cofradía ,
FABIO.
Con otros cuatro la ensalzan, Que de Roque Amador llaman ,
Que son, Santiago, San Juan, De hijosdalgo conocidos.
Agora, por Dios, no sé ; Alcántara y Calatrava.
Que con esta feria franca Hay los padres de la patria
El del Rey al de Santiago (Ya entendéis) , los regidores,
No me quiero declarar, Llaman ; es insigne fábrica,
Por holgarme cuatro dias. Cuya nobleza bastaba
A quien hace reverencia A honrar provincias y reinos;
GARCERAN. Tórmes, besando sus plantas. Y si de escuchar le cansas,
. Por ciertas tristezas mias Los monasterios famosos Acabaré con decir
No salgo á ver el lugar. Son tan notables, que pasan Un colegio que me falta,
Id con Dios, y holgaos en él. Los límites que el ingenio Que se llama el de los mudos.
Puede hallaren su alabanza. Este es una sala baja
FABIO.
Oido habrás en Valencia Junto á la cárcel ; mas tiene
Luego ¿verle no pensáis? De San Esteban la fama, Sus dos puertas á la plaza.
GARCERAN. Cuya capilla mayor Aquí arrimados los cueros
De noche, si me lleváis Justamente se compara Del vino de partes varias
A divertirme por él. Con el dia mas hermoso, Hasta que se distribuye,
• FABIO.
Si en ella se encierra el alba; Calla entonces, después habla
Dejais de ver un lugar Del santo humilde que dicen TabemillayTabladilIo
Que fué de Cristo la estampa; Tienen por tierras extrañas
De los famosos de España. Del que escribió la Ciudad Tal fama, que no me excusa
GARCERAN. De Dios con tanta elegancia ; De que en esta cifra vayan.
Tal grandeza le acompaña. Del que á golpes de una piedra La provisión no te alabo,
FABIO.
Llamaba en el pecho al alma ; Porque has de experimentarla
De Vicente, de Bernardo, Los dias que ver mereces
Pues yo os le quiero cifrar. De la Compañía sacra
Yace en el sitio que veis La divina Salamanca.
De aquel dulcísimo nombre
Mirándose Salamanca Que los inliernos espanta; GARCERAN.
En los cristales del Tórmes, Trinidad, Carmen, Merced Hay unos hombres aquí.
Cuyas celebradas aguas Amigo Fabio, y trataban
Garcilaso pinta bien Y otras órdenes descalzas.
Insignes son los de monjas , Con el huésped una cosa
En aquella égloga rara Que me dio gusto escucharla.
Que ha eternizado*n el mundo Santa Isabel, Santa Clara ,
Santa Maria de las Dueñas, Oye, por tu vida.
El nombre del duque de Alba.
De mayorazgos ilustres La Penitencia, Santa Ana, FABIO.
Tiene las siguientes casas : Carmelitas y agustinas , Di.
Rodríguez de las Varillas, Y otras que para contarlas
Era menester el dia. GARCERAN.
Zúñigas, Monroves, Randas, El colegio que aquí llaman
Solises, Paces, Bonales, La iglesia mayor se alaba
Sosas, Manzanos, Anayas, De ser en las maravillas El Viejo, dicen que tiene
Vázquez, Herreras, Broclieros, La mayor, que no la octava. Constitución , que se guarda
Pimenteles, Flores, Arias, Hay tres escuelas que exceden Inviolablemente, y es
Coronados y Godíncz, Las de Grecia y las de Italia, Que esta sabia ilustre casa
Ordóñez, Juárez, Abarcas, De tan divinos maestros Sustente un simple.
Maldonados y Pereiras, Y cátedras adornadas, FABIO.
Que Escoto, Hipócrates, Baldo Es verdad.
EL BOBO DEL COLEGIO. 189
GARCERAN. MARÍN. El haberme aborrecido
Notables cosas con taban ¿Pruebas mi paciencia, ó tratas Y vivir con descontento;
De los bobos que han tenido. ¡ Tu deshonra con mi muerte? Mas no me cuadra ninguno.
Y aunque pienso que en Valencia
GARCERAN.
FABIO. Se pudo prendar Fulgencia,
Suelen tener mucha gracia. Si me replicas palabra, Y mudable amar á alguno,
garceran. ¡Vive Dios!... En dos meses no podia
MARÍN. Venir tan triste de allá
Entre sus cuentos graciosos, íBeññor... Como en Salamanca está ;
Dicen que ahora les Taita. Y es necia sospecha mia.
GARCERAN.
FABIO.
Marin, TRISTAN.
Debe de ser ; roas ¿qué importa? Ciego es amor: no repara Antes no, porque el amor
GARCERAN. En la vida ni en la muerte . Mas fuerza al principio tiene;
No me importa ; mas espanta En la honra ni en la infamia. Que es como rio que viene
Que falte un bobo en el mundo Cuando Ovidio y otros pintan Hasta la mar con furor,
Para que adelante vaya A Júpiter que tomaba, Y luego se pierde allí.
Tan santa constitución, Ya de cisne, ya de toro DON JUAN.
Que por sustentarle es santa. Ya de fuego, formas varias,
Esto quisieron decir; Pues si Fulgencia quisiera,
FABIO.
Que para hablar á sus damas ¿No escribiera?
Malicia es esa. Se transforman los amantes. TRISTAN.
GARCERAN. Ponte un sayo y capa parda, Sí escribiera.
No es. Y dirás que eres mi tio. DON JUAN.
FABIO. MARÍN. Pues creed, Tristan, de mí
Reine!. Y con ese talle y cara, Que he hecho mi diligencia.
RE1NEL. ¿Han de creer que eres bobo TRISTAN.
Señor. Hombres doctos?
FABIO.
Vendrá con particular.
GARCERAN.
¿Tengo cama? DON JUAN.
Tantos andan
REINEL. De esa manera, Marin, Aquí nadie puede entrar.
Sábanas echaba ahora Por las ciudades de España, TRISTAN.
Una entre gallega y galga, Que antes quitará la duda. Deso está triste Fulgencia.
Que con la santa limpie/.a MARÍN. DON JUAN.
Tiene inmortal repugnancia. Pues ánimo, á la batalla ; Su hermano intenta alegralla.
FABIO. Que para todo los cielos Hoy traerá música aquí.
Quedad, Clarindo, con Dios. Me dieron ingenio y maña.
¿Qué nombre te han de llamar? ESCENA VDT.
GARCERAN.
GARCERAN.
El os guarde. OCTAVIO, FERMÍN.— Dichos.
■ARIA. Pablos.
MARÍN.
Edad muy larga. El nombre me agrada. OCTAVIO.

(Vanse Fabio y Reinel.) Y ¿de qué lugar? ¿Vendrán presto?


GARCERAN. FERMÍN.
ESCENA V. De Coria. Señor, sí.
MARÍN. OCTAVIO.
GARCERAN, MARÍN.
Camina, y estudia gracias. Aunque pienso que can talla
MARÍN. GARCERAN. Ha de ser enlrlstecella...
Desesperado he que aqueste Por lo menos por el nombre DON JUAN.
Cesase sus alabanzas ; Seré agradable á mi dama. Si música le traéis,
Que yo no entiendo á qué efeto (Vanse.) Justa sospecha tenéis;
En este sucinto mapa Que es de los efelos della
Ha querido reducir Añadir tristeza al triste.
Todo lo mejor de España. (Vase Fermín.)
Ya con nombre de Clarindo Sala en casa de Octavio.
TRISTAN.
(Y yo de Chacón) te hallas, Ella y Celia juntas vienen.
Sin saber lo que has de hacer, ESCENA VI.
Oarceran, en Salamanca.
¿Cómo sin ser conocido DONJUÁN, TRISTAN. ESCENA VIII.
intentas ver á tu dama? DONJUÁN. CELIA, FULGENCIA.— DON JUAN,
Y ¿qué ha de ser de nosotros? Esto que os digo responde, OCTAVIO, TRISTAN.
GARCERAN. Y' da en aquestas tristezas.
Marin, lo que preguntaba TB1STAN. FULGENCIA.
Deste bobo del Colegio ¡Qué bien á vuestras firmezas Mis males remedio tienen ;
A Fabio, no era sin causa; Pero en la muerte consiste.
Que dicen que aqueste bobo Ese desden corresponde!
CELIA.
Tiene en las casas entrada DON JUAN.
De todos los caballeros, Estoy tan desesperado, La mayor enfermedad
Y' aun estiman que en sus casas Como de Octavio quejoso. Llaman la melancolía,
Entre el Bobo del Colegio. Porque no admite alegría
TRISTAN.
Busca dos sayos y capas Y anda á buscar soledad.
Que os cumpla será forzoso Vuelve en tu acuerdo, Fulgencia,
De labradores groseros, La palabra que os ha dadd.
Y pues que bobo le falta Mira que está aquí mi hermano.
Al Colegio, allá me lleva ; DON JUAN. DON JUAN.
Que yo , ungiendo ignorancia, Mientras Fulgencia, Tristan , Que yo la entristezco es llano,
Quiero ser aqueste simple; No dispusiere de si, Pues toda su diligencia
Pues si el traje me disfraza, Mas que de Octavio, de mí Ha puesto en huir de mí.
Podré entrar con libertad Queja mis celos tendrán.
FULGENCIA.
Tardes, noches y mañanas Por mil caminos intento
A ver y hablar á Fulgencia. Saber de qué ha procedido No soy yo tan descortés,
490 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Ni vuestro término es MÚSICO. Toda esta casa ha de ser
Para trataros ansí. Aunque en Salamanca vive Juego y fiestas desde hoy.
Mi enfermedad ha crecido El poeta que esto escribe,
Con preguntarme la causa. No es bien que esa queja formes, FOLGENCIA.

Porque es de Valencia, y tiene Cantad ; que á fe de quien soy,


DON JOAN.
La música esta influencia Que me dais mucho placer.
No saber de qué se causa Pero no ha de ser aquí ;
Toda la culpa ba tenido. Allá eu Valencia.
Hacia el jardín nos entremos.
Y no os espantéis que sea FULGENCIA. '
En esto tan porfiado ¿En Valencia? MÚSICO.
El que con tanto cuidado MÚSICO.
Cantando, Señora, iremos.
Vuestra vida y bien desea ; De allá la influencia viene FULGENCIA.
Que á lo menos me debéis • Con que estos versos distila. ¿Será de Valencia?
Que mil que tuviera, os diera
Porque se disminuyera FULGENCIA. MÚSICO.
La tristeza que tenéis. Con eso tan dulces son. Si.
¿Tienes del otra canción? (Cantan.) En el Grao de Valencia,
ESCENA IX. Noche de San Juan,
MÚSICO.
Una letrilla. Todo el fuego que tengo
FERMÍN. — Dichos. Truje de la mar.
FULGENCIA.
Pues dila. (Vanse.)
FERMÍN.
músicos. (Cantan.)
Los músicos han venido. Naranjitas me lira la niña
octavio. En Valencia por Navidad; Calle.
Diles que pueden entrar. Pues áfe que si se las tiro,
( Vase Fermín.) Que se le han de volver azar. ESCENA XI.
TRISTAN.
CELIA. GARCERAN, ya con sayo de colores y
Todos os podéis sentar. No vi en mi vida poeta
Con tanto azar. polainas; MARÍN, de labrador.
FULGENCIA. (Ap.)
DON JOAN. GARCERAN.
¡Oh qué mal cubre el olvido Si jugara, ¡ Qué presto me recibieron !
Un desatinado amor ! Poco pienso que ganara.
¡Ay Garceran ! si en ausencia MARÍN.
De solo un mes de Valencia MÚSICO. Tales gracias les dijiste.
Usas de tanto rigor, Es metáfora secreta GARCERAN.
¿Qué esperanza vive en mi? De ciertos ramos de azar ¿Fingí bien?
¿Gsestoloquedecias, Que de su jardín cogió.
MARÍN.
Lo que escribir prometías, FULGENCIA.
¥ lo que esperé de ti ? Tan bien fingiste ,
Cantad ; que os escucho yo. Que mil sospechas me dieron
¿Tienes allá por ventura Que ya babias hecho otras veces
MÚSICO.
Otro dueño? Si tendrás; Esta figura del bobo.
Que el no pensar verme mas Ya volvemos á cantar.
Tu mudanza me asegura. (Cantan.) A una máscara salí, GARCERAN.
Y páreme ásu ventana; Tú verás que á todos robo
Amaneció su mañana, La voluntad.
ESCENA X. Y el sol en sus ojos vi. MARÍN.
Músicos.— FULGENCIA, CELIA, DON Naranjitas desde allí Tú mereces
JUAN, OCTAVIO, TR1STAN. Me tiró para favor ; Ser bobo del Gran Sofi.
Como no sabe de amor;
Piensa que todo es burlar; GARCERAN.
I'N MÚSICO.
Pues á fe que si se las tiro. Y tú del Gran Turco lio.
Aquf, Octavio, nos tenéis; Que se le han de volver azar. MARÍN.
Mirad qué es lo que mandáis. Naranjitas me tira, etc. ¿Qué te parece del brio
OCTAVIO. FULGENCIA. Con que el villano lingi?
Que hoy Anfiones seáis Gracia tienen estas cosas Bien ganáramos partido
De aquesta piedra que veis. De Valencia. Los dos en una comedia.
Cantad para que se mueva ; DON JOAN. GARCERAN.
Que es fundamento del muro
De todo el bien que procuro. Si tendrán. La nuestra llega á la media :
celia. (Ap. á Fulgencio.) Favor al amor le pide
músico. • Para la postrer jornada,
Oid una letra nueva. Celos has dado á don Juan.
Que es el gusto de la acción.
(Cantan.) Claros aires de Valencia, FULGENCIA.
MARLN.
Que dais á la mar embales, Mis tristezas son forzosas.
A sus verdes plantas ¡lores Lo que me ha dado alegría Aun te queda la ocasión
Yá sus naranjos azares. Ya me vuelve á entristecer. De hablar con tu prenda amada,
Huéspedes frescos de abril, Con lo demás, que ha de ser
TRISTAN.
Instrumentos de sus aves, De gusto y de habilidad.
Valencia debe de ser Hoy causarás novedad ;
Campanilas del amor Toda su melancolía.
Que despertáis los amantes. Paciencia habrás menester.
OCTAVIO.
Llevad mis suspiros, GARCERAN.
Aires suaves, En esta ocasión quisiera Un bobo muchos hará.
Al azar de unas manos Ser un principe.
MARÍN.
Que en ellas nace. CELIA.
Pues á fe que si anduvieran'
fülcencia. ¿Aquéefeto? De colores los que fueran
Mucho me habéis alegrado ; OCTAVIO. Para vestírsele ya,
Muy linda es esa canción. Con el poder, te prometo Que hubiera mas de color
DON JOAN.
Que tales fiestas hiciera, Que de negro, á lo que cutiendo.
Que mi hermana se alegrara ;
Si ; pero en esta ocasión Y con lo poco que puedo,
Mas hubieran acertado Si pobre gastando quedo,
Si celebraran el Tórmes. He de ver en lo que para.
EL BOBO DEL COLEGIO. 191
GERARDO.
Su hermano, que la tiene prometida
ESCENA XII. A don Juan, su cuñado, en casamiento :
Nueva. Yo pienso que le baria un gran servicio
BISELO, GERARDO. — Dicnos. RISELO. Si este bobo á su casa le llevase.
Extraña.
BISELO. RISELO.
GARCERAN.
Que me declaréis pretendo ¿Tencisme por nóvalo, mentecatos? No dudo que en extremo se alegrase;
Eso que decis , mejor. Pues el mundo está lleno de novatos. Que tal vez las tristezas de un discreto
GKRAADO.
Suele alegrar un ignorante.
RISELO.
Pues desto ¿no hacéis conceto? GERARDO.
¿Qué nuevo bobo es este? Pablos,
marin. (Ap. a GarceSan.) ¿Queréis venir conmigo a cierta casa
MARÍN.
Estos arguyen. Es del Colegio. Donde os darán de merendar?
GARCERAN. No le hagan mal , señores, por su vida; GARCERAN.
¿Qué haré? [c¡a, Si tienen
MARÍN.
Caten que es mi sobrino en mi concien- Allá muchos buñuelos y pasteles
Y que há tan poco tiempo que le traje, Y algunas manecillas de ternera,
Disimular. Que no le oso dejar. Pardiez que vaya allá de buena gana.
GARCERAN.
GERARDO. GERARDO.
O diré ¿Cómo es tu nombre? Todo eso y mas habrá.
Un disparate en efeto.
GARCERAN. GARCERAN.
GERARDO.
Digo que de los cuerpos celestiales ¿Dice á mi? Pues vamos, tio.
GERARDO.
Han dudado, Riselo, los antiguos MARÍN.
Vtrüm sint anímala an non. Si. No me parece mal.—Garceran, oye.
GARCERAN. (Ap. a su amo.)
MARÍN.
Escucha. Pablillos, y mi tio GARCERAN.
GERARDO.
Se llama Juan Vicario, y es hermano
[mana, ¿Qué sientes?
Los que pensaron que animados eran, MARÍN.
Imaginaron que efectivamente De mi padre, y mi madre no es su her-
Sino mi madre, y yo soy hijo suyo; Que ahora es bien á los principios
Su movimiento procedía del ánima. Acreditarle de apacible.
[vengo
RISELO. gue me hubieron en casa; y aunque GARCERAN.
Pues eso la verdad lo contradice; on mi tio, mi tio no es mi padre , Vamos,
Que ni vegetativa, sensitiva, Ni mi madre tampoco, sino lio. Con tal que en esa casa merendemos.
Ni racional virtud existe en ellos. Que le viene de zaga por alcurnia. GERARDO.
GERARDO. Mas todos somos muy polida gente,
Y yo vengo á estudiar á Salamanca; Pues seguidme los dos.
Si por agentes intelectuales,
Inteligencias digo movedoras, Que diz que tengo de ser presto cura garceran. (Ap. á Marín.)
Animados parecen, no me espanto. Y me han de graduar de bobalbrum. ¡ Ay cielo santo!
MARÍN.
¿Si acaso en esta casa hallaré nuevas
RISELO.
Señores, no le piquen por su vida ; DemiFulgencia?
Esas inteligencias no se juntan
A los orbes celestes, como al cuerpo Que si se enoja es un demonio suelto. MARÍN.

Se junta por unión formal el alma GARCERAN.


Siendo gente noble,
Y sustancial información. Callad, tio ; que yo, de dos la una, [za. No se puede esconder.
■ '■
Metoun ladrillo a un hombreen "- cal>e
la "íbr GARCERAN.
GERARDO.
Repugna Pero á aquestos borrachos , que decían Así lo creo, '
A la intelectual naturaleza Del cielo, que no han visto , disparates, Y donde no, la hallara mi deseo.
Angélica , como es patente y claro , Les quiero pescudar una conseja. (Vanse.)
Cum materia componere rem unam. RISELO.
Porque entre el alma racional, Riselo, Pues ¿entendiste tú lo que tratábamos?
Y la naturaleza ilustre angélica Sala en casa de Octavio.
Hay esta diferencia, que es unible GARCERAN.
El alma al cuerpo, quamvisetiampossil ¡Y cómo si entendí los lengromentos! ESCENA XIII
Separalim subsistiré, y nacida ¿No dijistes que el cielo era una cosa
Con el sola una cosa componerse; Que por sus diligencias se movía, CELIA, FULGENCIA.
Pero poder naturaleza angélica Y que andaban por él algunas ánimas?
Al cuerpo ó la materia ser unible, GERARDO. FUI.GENC1A.
Nequáquam; porque solo per se nata Persuadida de tu amor
Kst subsistens. ¡ Oh qué gracioso bobo !
GARCERAN.
Y de un desprecio, que es cosa
RISELO. Que una pasión amorosa
Pues ¿cómo se le junta? Pues, borrachos, Suele volver en furor,
;Cómo llamastes desalmado al cielo, Y por vengar el rigor
GERARDO. Si está hirviendo de ánimas, que esgro-
Júntase al orbe que se mueve , y tócale Del mal término y grosero
[ria, De un villano caballero,
Solo con su virtud, y no se puede Que algunas de ellas han estado en Co-
Decir que el cuerpo celestial tiene alma, Indigno de mi firmeza,
iiisf.lo. triaí Hoy, Celia, de mi tristeza
Mas que la nave que moverse vemos,
Porque hay dentro el piloto que la rige. El tonto es gran persona. Que sepas la causa quiero.
Hasta agora no podia
RISELO. Gerardo. {Ap. a Riselo.) Este mi mal declarar,
Bien habéis declarado lo que os dije. Visitando Porque un incierto esperar
marin. (Ap. á Carceran.) A Octavio , que es un grande amigo mió. Engañada me tenia ;
Para que te acredites mayormente Vi, Riselo, su hermana... Ya sospecho Pero hame dado osadía
Conestudiantes, llega ahora y habíalos. Que habéis visto su hermana. Su ingratitud de manera,
RISELO. Que como quien ya no espera,
CARCERAN.
Ya la he visto. Diré con desconfianza
Que estáis diciendo necedades, ¡hola! Que mereció mi mudanza
GERARDO.
GERARDO. Perderse en su misma esfera.
¡Qué figura! Está de unas tristezas tan al cabo, CELIA.
RISELO. Sue anda buscando músicosy haciendo
il fiestas solo á efeto de alegrarla Yo te confieso, Fulgencia.
Notable.
192 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que tn tristeza entendí, FULGENCIA.
Porque enamorada vi ¿Agravio? DON JUAN.
Que tepartiste á Valencia, DON JUAN.
Poco há que estaba aquí.
Y con dos meses de ausencia GARCERAN.
De tal manera volviste, Señora, si.
¿Es esta la dama?
Que á don Juan aborreciste, FULGENCIA.
Y mataste de pesar Don Juan, pues he conocido MARÍN.
Cuantos te vieron estar Vuestro valor en quererme, Sí.
Tan melancólica v triste. No quiero mas defenderme ; GARCERAN.
¿Qué te pudo suceder, Vuestra soy y vuestra he sido. ¡Hola, aho! mirad que rabio;
Que tan presto te mudaste? Licencia con esto os pido; Por eso mandad sacar
FULGENCIA. Que he dicho mas que pensé. La merienda.
Desconfiar (que esto baste) DON JUAN. GERARDO.
Celia, de volver á ver Pues ¿no os agradeceré La tristeza
A don Juan , y ser mujer. Siquiera tanto favor? Que oprime tanta belleza
Vi un caballero galán, FULGENCIA.
Nos ha obligado á sacar
Cuyo nombre es Garceran ; Este del Colegio Viejo,
Bastará pagar mi amor. Que es pieza de Rey.
Quísome bien con pasión, Que vuelve á ser el que fué. {Yasc.)
Escúchele una razón, GARCERAN.
Y unas tras otras se van. ESCENA XV. Y VOS,
Al principio no entendí ¿Sois, que mal os haga Dios,
Que hiciera mas de escuchar DONJUÁN, CELIA. La enferma del sobrecejo?
Para poder aliviar ¿Para qué os entristecéis,
El mal que saqué de aquí; DON JUAN. Con esos años y cara?
Pero tal sirena oí, Eres bien, volando vas.—
Que llorando me engañó : MARÍN.
¿Qué es esto, Celia? En lo que dices repara.
Cierto fué que se burló.
Pues no he visto letra suya. CELIA.
GARCERAN.
Mudanzas; Reparad vos, si queréis ;
CELIA. Pero, pues el viento alcanzas,
Que toda la culpa es tuya ¿Para qué preguntas mas? Que aun yo no he visto el azar
Juraré, Fulgencia, yo. Mas si palabra me das, De las huertas de Valencia.
Si presto no te rindieras, Te diré lodo el secreto. CELIA.
¡Cuan mejor te aseguraras! DON JUAN.
Allá bien curan de ausencia.
FULGENCIA. Como quien soy lo prometo. GARCERAN.
¿Qué importan palabras raras CELIA.
También saben enfermar.
Ni de burlas ni de veras? Soy tu hermana y soy mujer; CELIA.
El, con todas sus quimeras, Que á no callar nuestro ser No soy yo la que estoy triste.
Solas palabras me debe. Dicen que nació sujeto. GARCERAN.
CELIA. Fulgencia quiso en Valencia, ¿No? Pues ¿quién?
Y amor ¿ no es nada ? Y fué amada de un galán, CELIA.
FULGENCIA.
Cuyo nombre es Garceran ; Soy su cuñada.
Hizo de Valencia ausencia.
_ ,, , Ese en breve Y vuelve á querer Fulgencia CARCERAN.
Saldrá del alma tirana, A lo que quiso primero. Y estáis con este casada?
Como frío de terciana.
DON JUAN. DON JUAN.
CELIA. No ; que yo soy quien resiste
Golpe me has dado tan fiero,
¿Tienes guardada la nieve? Que si con celos se olvida, Las tristezas desa dama.
Presto quieres; pero ¿luego Harán que toda mi vida GARCERAN.
Truecas amor en desvío? Aborrezca lo que quiero. Harto trabajo tenéis.
FULGENCIA. ¿Cómo podré ya casarme A la cuenta la queréis,
Es como me viene el frió Con tan mudable mujer? Y ella sin cuenta os desama.
Después del calor del fuego. CELIA. DON JUAN.
CELIA. ¿Qué importa un fácil querer? Esa fué verdad de loco.
Que á querer vuelvas te ruego DON JUAN. GARCERAN.
Mi hermano, pues que podras. Importa poder matarme. Echad acá la mujer;
FULGENCIA. ¿ Cómo podré confiarme? Que la tengo de morder
Agora le querré mas, CELIA.
Solo porque os tiene en poco.
Que tengo este desengaño. Luego ¿habrá muchas doncellas DON JUAN.
Que de querer y querellas ¿Cómo te llamas?
ESCENA XIV. Se escapen en verdes años? GARCERAN.

DONJUÁN.— Dichas. DON JUAN. ¿Yo?


Pues ¿por qué lamenta engaños DON JUAN.
DON JOAN. Quien pone esperanza en ellas? Sí.
No camines tanto, engaño ; ESCENA XVI. CARCERAN.
Que va la esperanza atrás. ¡ Mal año si lo dijese,
Mira que no puede ser GARCERAN, MARÍN, RISELO, GE V alguno me conociese
Que le alcance, aunque es de viento; RARDO.—Dichos. De los que andan por ahí '.
Porque sigue el pensamiento MARÍN.
De una mudable mujer. MAMN. Pablos, Señor; y yo soy
FULCENCIA. Mira que vayas con seso. Su lio, y es Juan Vicario
El eco me hace creer GARCERAN.
Mi nombre de calandario.
Que os vais quejando de mi. Pues si yo seso tuviera, Que para moslralle, estoy .
DONJUÁN. ¿Pensáis que en esto anduviera, En el Colegio con él,
La razón lo dice así , Mortero con ajo y queso? Las oraciones.
Y el. amor, que no es tan sabio, DON JUAN.
RISELO.
Que sepa callar su agravio. Aquí
¿Está aquí el señor Octavio? Viene la que es para mi
EL ROBO DEL COLEGIO. 193
Por todo extremo cruel. MARIN. GARCERAN.
Hilo con tos boberias Ten prudencia. Y yo también, á la fe,
Y con tus simples razones, GARCERAN. Aunque no me desmayé
Pues no bastan discreciones, Que es el desmayo adivino Porque me riñó mi tio.
Pablos, las congojas inias. De verme loco, Marín. Hola, tristísima dama,
Uile que core mi mal. Catadnos acá, y catad
GARCERAN. MARIN. Cuál vamos por la ciudad :
Si es sarna, yo sé un iiigftcnte Señora, aunque labrador, Tal sabe hacer quien bien ama.
Con que el mal se os acreciente, Yo sé un salmo. No os espantéis otra vez
Y os lleven al hospital. celia. De ver un bobo, aunque fuera
¿Tú? Como yo, porque si hubiera
GERARDO. Pesquisidor ó juez
Pablos, tos quedáis adonde MARIN. Deste delito en el mundo,
Os sabrán regalar bien. El mejor. La cárcel fuera mayor,
Quedad con Dios. CELIA. Y mentecatos de amor
GARCERAN. Dile. Tienen el lugar segundo.
Digo amen. MARIN. Solo tuve por agüero
RISELO. Ya limpio el magin... Lo que aqueste me mandó,
—Pero habéis de estar aparte. Porque os quiere como yo ;
Por si esta dama se esconde Que bien sabéis vos que os quiero.
Viéndonos aqui, nos vamos. ¿Volverá? Dice que no le queréis,
DON JOAN. De que algo estoy consolado ;
Diré á Octavio esta merced. Si. Que lo que me habéis costado
GARCERAN. CELIA. Es razón que lo estiméis.
¡Hola ! por acá volved. Llega y di. ¿Cómo os llamáis?
marin. (Ap. d Fulgencia.) FOLGENCIA.
RISKLO. ¿Yo? La Firme.
¿Cuándo? Garceran, loco por tí , GARCERAN.
GARCERAN. Fulgencia, viene á buscarte. ¡Plegué á Dios que lo seáis !
El domingo de Ramos. Esta en el Colegio Viejo Buena estáis si firme estáis,
(Yanse Riselo y Gerardo.) Disfrazado en bobo. Como agora se confirme.
FOLGENCIA. FOLGENCIA.
ESCENA XVII. ¡Ay Dios! Presumiendo ingratitud,
FULGENCIA.— CELIA, GARCERAN ¿Habló? CELIA. Cerca de mudarme estuve.
DON JUAN, MARIN. Salió el sol, pasó la nube.
GARCERAN. GARCERAN.
FOLGENCIA. Mal conocéis vos Templado habéis el laúd.
Con vergüenza vuelvo á veros. Aquel salmo ó salmorejo. DONJUAN.
DON JUAN. marin. (Ap. á Fulgencia.) Si el simple os enoja, haró
Estaréis arrepentida. Advierte que aunque es locura, Que se vaya.
Es nacida de tu amor. FOLGENCIA.
GARCERAN. Antes me alegra.
Hola, mujer relamida, ESCENA XIX. GARCERAN.
«Por qué no amáis á Gaiféros? Pues, señor cara de suegra,
FULGENCIA. DON JUAN, con agua.— Dichos. ¿Sabe cómo le daré?
¡Jesús! DON JOAN.
DJN JOAN. DON JOAN.
¡ Ay Dios ! Esta es el agua. ¿Qué me darás?
GARCERAN. GARCERAN. GARCERAN.
¿Qué le hadado? Pesadumbre.
Mejor DON JUAN.
DON JOAN. Tengan mis cosas ventura Ahora bien, quiéreos dejar;
Fulgencia se desmayó. Quela ha de beber Fulgencia. Que á Celia tengo que hablar.
CELIA. DON JOAN. GARCERAN.
Tal sobresalto le dio ¿Porqué, Pablos? Pues nunca Dios os alumbre ,
Ver este simple á su lado. GARCERAN. Por mas preñado que estéis
MARIN. Porque ya De deseos y de antojos.
No es feo que obligue á extremos. Lágrimas beber podra, CELIA.
CELIA. Agua de azár de Valencia.
Id, don Juan, mandad sacar Dad el agua á Juan Vicario. folgencia. (Ap. á Garceran.)
Un poco de agua de azár. MARIN. ¿Que te ven mis ojos?
GARCERAN. ¡Malos años para vos! MARIN.
Naranjos somos, lloremos. GARCERAN. Quedo, paso; que os perdéis.
DON JUAN. Pues sus, dénos á los dos... CELIA.
Voy por agua. (Vate.) Aguardiente y letuario. Bien quedas entretenida.
GARCERAN. DON JOAN. Luego á verte volveré.
Traed vino. ¿Qué tenéis, Fulgencia mia? DON JOAN.
FOLGENCIA. ¡ Desmayo , Celia ! ¿ Qué fué ?
ESCENA XVIII. CELIA.
Lo que tener no pensé. Melindres.
FULGENCIA, desmayada, CELIA , DON JUAN. DON JUAN.
GARCERAN, MARIN. ¿Es mal? ¡Bien, por mi vida!
FOLGENCIA. GARCERAN.
celia. Tcia Ya el mal olvidé, ¿Nosevarf?
¡Fulgencia ! ¡ Ah hermana ! Ah Fulgen- Como vi que el bien venia. MARIN.
garceran. (Ap. á Marín.) DON JOAN. Aguarda un poco.
¡Ay, Marín, ay! Aqui estoy; vos sois bien mió. (Yanse Celia y don Juan.)
L-i. 13
1M COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CABPIO
ESCENA XX. El lugar que amor os da, OCTAVIO.
¿No veis que se correrá ? ¡Gracioso simple!
FULGENCIA, GARCERAN, MARÍN. Advertid que hay gente afuera,
Y que os fallará ocasión. FULGENCIA.
MARIS. Extremado.
Cierra, hijo. GARCERAN.
Obliga á tenerle amor. .
GARCERAN. No hará con este disfraz.
GARCERAN.
¡Ay prenda amada! FULGENCIA.
Si yo le tengo mayor,
FULGENCIA. Si en esto estás pertinaz. ¿Qué mucho que haya obligado?
Tente ; que estoy enojada Aquestos mis brazos son.
OCTAVIO.
De verte , mi bien, tan loco. GARCERAN. Dice cosas en razón.
GARCERAN. Y estos, Señora, los míos. GARCERAN.
¿Los brazos me niegas? MARÍN. No creáis mis bohenas
FULGENCIA. Bendígaos el cielo, amen. Antes después de los dias
Si. GARCERAN. Que os hurte la bendición.
¿Por qué has hecho esta locura?
Agradéceme, mi bien , OCTAVIO.
GARCERAN.
Estos locos desvarios. Vamos á comer, hermana.
Porque tu mucha hermosura
Me tiene fuera de mí. FULGENCIA.
ESCENA XXI. Coma el huésped con nosotros.
FULGENCIA.
OCTAVIO. — Dichos. GARCERAN.
¿Cómo podré yo ser tuya,
Si te quitas elnonor? O con ellos ó con otros,
GARCERAN. OCTAVIO.
Siempre me sobra la gana.
Pero de mi historia toda
Como á tu gracia y mi amor ¿ Está aqui mi hermana? No cantarán villancicos
Esta hazaña se atribuya. GARCERAN. Hasta que coma los picos
FULGENCIA.
Y yo, De las roscas de la boda.
Quítate, por Dios, mi bien, Que la abrazo , aunque no quiera. OCTAVIO.
Ese traje tan extraño. Entra ; que tengo que hablarte
OCTAVIO.
GARCERAN. ¿Quién eres? Del contento de don Juan.
Eso no, porque este engaño GARCERAN. GARCERAN.
Me desengaña también. Quien antes era. Yámi tio ¿no darán
FULGENCIA. Que del tejado cayó. De mis buenas dichas parte?
En traje de caballero, FULGENCIA. OCTAVIO.
i No puedes servirme? Pablos es mi grande amigo. ¿Es ese buen labrador
GARCERAN. Que es del Colegio, y le quiero Tu tio?
No, Mucho. MARÍN.
Porque no te veré yo GARCERAN. Pues ¿no lo ve?
Cuando quiera y como quiero. Y yo ando al retortero, Yo le truje y le asenté
Con el hábito que ves, Por esto que hace conmigo. En el Colegio, Señor ;
Entraré y saldré en tu casa ; ¿Sois vos su hermano? De donde esperó" que presto
Y sin saber lo que pasa , OCTAVIO. Saldrá á ser hombre de bien.
Fulgencia, tu miedo es, (Vanse Octavio y Fulgencia.)
¡Buen lance habernos echado Yo soy.
Aventurando el honor! Alegra mucho á mi hermana.
Que si le tuviste amor GARCERAN. ESCENA XXII.
Y me has, Fulgencia, olvidado, Tan sana os la doy mañana,
No querrás que yo te vea Como yo con verla estoy. GARCERAN, MARÍN.
Aprisa y con libertad. FULGENCIA. GARCERAN.
FULGENCIA. Mucho me he holgadocon él. Todo nos sucede bien.
No hay, Garceran, necedad, GARCERAN. MARÍN.
Quede mas quilates sea
Que la de un discreto. Por eso vine yo acá; Hoy la fortuna te ha puesto
Que bien me estaba yo allá ; Donde puedes desear.
GARCERAN. Pero en fin vine por él. GARCERAN.
i Ay cielos! OCTAVIO. Que me conserve deseo.
FULGENCIA. ¿Por mí has venido? MARÍN.
Esverdad que este es don Juan,
A quien por dueño me dan... GARCERAN. Bien haces el bobo.
¿Pues no? GARCERAN.
GARCERAN. ,
Si él no fuera, no viniera; Creo
No eran sin causa mis celos. Que me trajo la mollera , Que habernos hoy de engañar
FULGENCIA. Y sin seso me dejó. Algún discreto.
Dios sabe lo que me debes, Secóse todo el azar MARÍN.
Garceran. Luego que faltó el abril ; ¡ Qué efetos
GARCERAN. Descuídeme del candil Tan propios de la ambición !
Pues siendo así, Y quémeseme el pajar. Porque ya los bobos son
Déjame sin honra aquí, Como vi que no quedó Quien engañan los discretos.
Y mi paciencia no pruebes; Esperanza de provecho.
Que quien llega á estas locuras , Puse á la fortuna el pecho, GARCERAN.

También se sabrá matar. Que este albornoz me vistió, Hoy levanto un templo egregio
Aconsejóme mi tio Al amor.
FULGENCIA. Viniese á estudiar acá. MARÍN.
No te quiero aconsejar. Aunque hace calor allá, ¡ Qué bien harás!
GARCERAN. Y acá tememos el frió. Y su puerta honrar podrás
Mas ¿de tu amor me aseguras? Pero todo se hará bien, Con las armas del Colegio.
Y yo saldré graduado,
MARÍN.
Sí estimáis desta manera Como vos me deis el grado,
Y yo os hurte la sartén.
EL BOBO DEL COLEGIO. 193
CELIA. GARCERAN.
ACTO TERCERO. Si ella adora en Garceran, Yo, si queréis.
Caballero de Valencia, CELIA.
¿Cómo quieres que se case Si la carta le liáis
Con mi hermano? Á su lio deste bobo,
ESCENA PRIMERA. OCTAVIO. Que ha dado ya en estudiar,
OCTAVIO, CELIA. ¡Y de mi hermana ¿Quién mejoría puede dar?
Dices cosa tan liviana ! GARCERAN.
OCTAVIO.
¡Vive el cielo, que la abrase ! ¿La oveja le dais al lobo?
GARCERAN.
Aun para ser tu galán CELIA.
Es ese mucho rigor, ¡Oxte, puto!
CELIA.
En hábito de estudiante
Y que tengas mas amor, Sirve en Salamanca ya,
Aunque es tu hermano, á don Juan. Yo sé bien Y en los principios está ,
Advierte que soy marido, Que porque en Valencia vio Según dicen, adelante.
Y que en posesión estoy. A Garceran, á quien dio Dalde dineros y parla.
Su fe y palabra también,
CELIA.
A mi hermano trata ansí. octavio.
Si pesadumbre te doy, GARCERAN.
La carta voy á escribir.
Pon la venganza en tu olvido ; ¡ Ri de pula , ruin mujer ! CELIA.
Demás que solo te ofendo Y yo á ayudar á decir
En estar triste. OCTAVIO.
Fulgencia ¿pudo querer Lo que es de esencia en la carta.
OCTAVIO.
Ni hablar ningún hombre alli? (Yante Celia y Octavio.)
Y ¿es poco,
Si basta á volverme loco CELIA.
ESCENA III.
Cuando tu gusto pretendo? Pues ella me lo ha contado;
Vuelve, Celia, esposa mia, Bien sabré yo lo que digo. GARCERAN.
A tu contento y placer ; GARCERAN.
Que es prudencia en la mujer No queráis mejor testigo. ¿Dónde me llevas, pensamiento loco.
Mostrar al hombre alegría. OCTAVIO.
De una desdicha en otra hasta la muerte?
¿Nunca ha de faltar un triste? ¿Por qué medio tan áspero y tan fuerte
Cuando Fulgencia lo estaba, ¿Eso en Valencia ha pasado? Cortos principios de mis dichas toco?
Tú alegre ; y cuando ella acaba GARCERAN. Si con mi desbonorno te provoco,
La tristeza en que la viste, ¿Eso en Valencia pasó ? Y el verte en tanto mal no te divierte,
Comienza la tuya en casa. OCTAVIO. Acaba de matarme de otra suerte,
CELIA. ¡ Fiad honor de mujer ! Si te parece que padezco poco.
Advierte que no hay música sin pausa:
Ella no tuvo ocasión ; GARCERAN. Descansa un poco porque tome aliento,
Yo sí. ¡Fiad cosas de comer Si lo permite de tu amor la causa.
OCTAVIO. De pajes! Pero note acobardes, pensamiento;
Pues ¿por qué razón , OCTAVIO. Que mas vale tu mal por quien le causa,
Si no es porque no se casa?... Pensaba yo Que verme libre del dolor que siento..
CELIA.
Que la llevaba su lia
Para guardarla mejor, ESCENA IV.
¿Qué mayor, pues no cumplís ¡ Y hame quitado el honor !
Vuestras palabras los dos? MARÍN, en hábito de capigorrón.—
GARCERAN.
¿Hay tan gran bellaquería? GARCERAN.
ESCENA II.
OCTAVIO.
«Xrin.
GARCERAN.— Dichos. Y ¿quién es el Garceran? En tu busca vengo.
GARCERAN.
GARCERAN.
GARCERAN. Será un hombre como yo; Aquí
¡Bueno me ponéis, por Dios ! Hombre que si la pescó, Siempre, Marín, me hallarás.
Pues esperad, pues huis ; Buenas noches.
Que si yo cojo dos láñenos, CELIA.
■AUN.
A Roma iremos por todo.— Un galán ¿Cómo al Colegio no vas?
¿Qué baceis los dos deste modo, Mas bien nacido que rico. Que se me quejan de ti.
Desocupando los ranchos GARCERAN.
GARCERAN.
Donde os puso el casamiento? Sí, porque si rico fuera Quedóme en aquesta casa
Siempre mujer y marido Como noble, no sufriera Por actos de posesión,
Han de tener en el nido, Que le pongáis tanto hocico. Y porque ya mi pasión
Como palomas, asiento. A tales extremos pasa.
Muy cuerdos estáis. ¿Qué es esto? OCTAVIO.
Desde aquí á Fulgencia veo,
¿No estáis con gusto? ¿Hay celera? Iré á Valencia y haré Ya desnuda, ya vestida.
OCTAVIO.
Que no la escriba ni engañe. Cuelga en su vista mi vida,
Pablos, allá fuera espera. GARCERAN. Y la suya en mi deseo.
Si queréis que os acompañe, Ella pues, como me ve
GARCERAN. Sobre esas mesas quedar,
Porque allá le halléis, yo iré.
¿Vos también estáis compuesto ? octavio. Busca con qué me pagar
OCTAVIO. La firmeza de mi fe.
Mataréle sobre el caso. Levantase de mañana
Yo no soy el enojado. GARCERAN. (A hacerme este bien sospecho),
GARCERAN.
Sobre el caso ó sobre el queso, Y ya el cuello, el blanco pecho,
Luego ¿vos dais en celosa? Pardiez, hacelde un proceso Me muestra por la ventana.
CELIA. De versos de Garcilaso.' Deja que al descuido esté
La manga de la camisa,
Es muy diferente cosa. CELIA.
Por donde el brazo divisa
OCTAVIO. Mejor es que le escribáis Quien desde abajo la ve.
Celia, yo no estoy culpado Con propio y le amenacéis. Yo, mas bobo que mi traje
De que no quiera Fulgencia octavio. Con el sol que me amanece,
Desposarse con don Juan. ¿Quién irá? Le digo que me enloquece,
106 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Y hago al pensamiento paje. TRISTAN. i Y díccme Garceran
Va y viene con mH recaaos ; Atento este bobo está. Que aproveche el tiempo ansí,
Pagados pienso que son : I Y estále perdiendo aquí,
DON JOAN.
Mira si tengo razón. i Donde mil penas le dan.
Escribir el papel quiero,
MARÍN.
Y que se le lleve un paje. I Ay Valencia de mis ojos !
Piensan los enamorados ¡ Ay plaza de la Olivera !
TRISTAN. ¿Quién por el aire te viera ,
Que los que los ven son ciegos.
¿Cosa que des á entender Yo os le ayudaré á notar. Para templar sus enojos?
Lo que nos venga á poner DON JUAN.
En nuevos desasosiegos? A Fulgencia me ha de dar, ESCENA IX.
GARCERAN. O he de abrasar su linaje.
Entra, Marín, por tus ojos, (Yante.) RISELO, GERARDO, LUCINDO. -
Y mira lo que hace allá ; MARÍN.
Que hay desdichas por acá, ESCENA VI.
Que me hacen dar mil enojos. RISELO.
A Celia dijo Fulgencia GARCERAN. En tu busca venimos.
Que aborrecía á don Juan MARÍN.
Por amar á Garceran, ¿Qué es esto, cielos? ¡Ya trata
Caballero de Valencia. Don Juan de matar á Octavio, ¿Quién os dijo
No sé si fué por locura, Que tiene el ver por agravio Que estaba por acá?
O para echarme á perder. Que su gusto se dilata! GERARDO.

MARÍN.
¿Para las once en la puente? Las amistades
Pues basta ; que amigo habrá Que en esta casa á ti y á tu sobrino
¡Oh secretos en mujer! Que al camino le saldrá, Os hacen con regalos tan notables.
GARCERAN. Porque se excuse la gente.
Por ellas ninguno dura. MARÍN.

MARI*. ESCENA Vn. Pues ¿qué se ofrece?


Voy. RISELO.
GARCERAN. MARÍN.—GARCERAN. Holgamos esta noche,
Dile que espero aqui, Porqueel señor Lucindo es grande an>¡-
Y que escriben a Valencia GARCERAN.
Y tiene prevenido gira y cena. [go,
Que yo les deje á Fulgencia. ¿Qué hay, Marín? LUCINDO.
MARIS. MARÍN.
Dicenmedel honor, donaire y gusto
¿Que til se la dejes? Salir quería, Del señor licenciado Juan Vicario
GARCERAN.
Y no salió por don Juan. Tantas cosas aquestos caballeros,
Si. GARCERAN. Que quiero conocerle. Toque.
MARÍN.
Peor nuestras cosas van MARÍN.
De lo que yo te decia. Toco.
¿Cómo, si con ella estás? Rúscame luego un vestido, RISELO.
GARCERAN. Capa y espada.
Y ¿cómo la dejaré? MARÍN. Yo digo que la tiesta será buena
Vendí En este modo.
MARÍN.
En Gn, eso le diré. Los tuyos , para que ansí MARÍN.
Fueses menos conocido ; Dé vuarcé la traza.
GARCERAN.
Que estaban en el mesón RISELO.
Y que la espero dirás, Dando sospecha.
i Ay de mí, que ya no puedo A la puerta de Toro hay cierta ninfa
GARCERAN. Que se nos hace á todos del Parnaso,
vivir sin ver lo que vil
(Vate Marín.) Es verdad. Y entre las cantaletas y matracas
MARÍN. Que merecen sus ascos y melindres.
ESCENA V. Mas yo tengo en la ciudad Me ha parecido que llevando á Pablos
Amigos, que algunos son Vestido de galán, se le dejemos ,
DON JUAN , TRISTAN.— GARCERAN. Hombres de bien y galanes. En figura de principe reciente
Entra, y verás á Fulgencia, En la Universidad , á solas.
TRISTAN.
Que está llorando tu ausencia MARÍN.
Esto se ha de hacer asi, Con divinos ademanes.
Y muera Octavio. ¡Bueno!
GARCERAN. Cuádrame la invención ; pero el vestido
DON JUAN. ¿Adonde se ha de hallar?
¡ Ay, Marín ! qué mal agüero !
Hablad quedo. MARÍN. LDCINDO.
TRISTAN. ¿Agüero? Yo le he traído
El bobo está aqui, no importa. GARCERAN. Para de noche, de Sevilla, bueno.
GARCERAN. (Ap.) Llorare! sol, MARÍN.
¿A Octavio quiere matar ? ¿Es poco? Pues yo voy á sacarle como un trueno.
MARÍN.
DON JUAN. GERARDO.
Yo le he de desafiar, A fe de español,
Que eres lindo majadero. ¿Dónde le vestiremos?
Porque vea lo que corta
La espada con el agravio (Vase Garceran.) RISELO.
En el amigo mayor; En mi casa.
Que me ha ofendido el honor ESCENA VIII. MARÍN.
Con aqueste engaño Octavio. MARÍN. Pues no sepa ninguno lo que pasa.
TRISTAN.
Amor, ¿en qué han de parar LUCINDO.
Pues escribilde un papel
Para las once en la puente, Tus enredos y quimeras? ¡ Qué gracia será ver vestido á Pablos !
Y llevad alguna gente , Ya, Tórmes, en tus riberas MARÍN.
Por si lo fuere con él. Otra vez vuelvo á estudiar.
Vesme aqui de licenciado, La ninfa se ha de dar á treinta diablos.
DON JUAN. Siempre pensando en latin, (Yante.)
JEso no; que es caballero, Habiendo sido un rocín
Y yo sé que solo irá. Los piensos de mi cuidado.
EL BOBO DEL COLEGIO. 197
ESCENA X. En los ecos de tu habla Sin esto , me has de firmar
Dulcemente divertido ! Dos cartas para Valencia.
FULGENCIA, GARCERAN. Cuántas descomodidades GARCERAN.
De estudiantesdescorteses Bien dice su reverencia ;
GARCERAN.
He padecido en dos meses, Y yo las he de llevar.
Sufriendo tantas crueldades!
Pues ¿qué te pudo obligar El picarme cada dia, OCTAVIO.
A decirle tu secreto? A que apenas respondí... En ellas has de decir
FULGENCIA. Pero estábalo de tí, Que á Garceran aborreces.
Desconfiar ; que en efeto Y de nadie lo sentía. GARCERAN.
Causa me pudiste dar. Agora , ; muy tibia sales ¿Mas que os dov pan como nueces
Con que te quieren forzar, Si tal la hacéis escribir?
GARCERAN.
Y á un caballero dejar
Fiaste poco de mi. Estas infames señales FULGENCIA.

FULGENCIA. De tu crueldad! Pues, Fulgencia , Yo haré cuanto tú quisieres ;


Carceran, tardaste un mes, Con mi lengua he de morir ; No me digas vituperios ;
Y ya tú has visto después Lo que soy ne de decir Que por eso hay monasterios
Lo que ba pasado por mi. Antes que vuelva á Valencia. Para amparar las mujeres.
Cuando á Celia le conté Aquí te dejo el vestido , Y yo me sabré vengar
Aunque el engaño no dejo , De Celia y de tí. (Vate.)
Que te amaba, Carceran, Como culebra el pellejo
Fué agradecida á don Juan OCTAVIO.
Por tanta firmeza y fe , Entre dos piedras metido, No importa;
De alma y condición tan dura.
Y de ti desconfiada ; —Octavio, Celia, don Juan, (A voces.) Que á la larga 6 á la corta
Pero luego que veniste, Con don Juan te lias de casar.
Ya mis resistencias Tiste, Oid ; yo soy Carceran.
GARCERAN.
Y que al fin no estoy casada. FULGENCIA.
¡Hay tan extraña locura! ¡Malos años para vos!
GARCERAN.
No te desnudes. ¿Que.es esto? Que se ha de casar conmigo.
¿Casada babias de estar,
GARCERAN.
Y vivo yo? ESCENA XII.
Carceran soy.
FDLGENCIA.
FULGENCIA. RODRIGO.- GARCERAN, OCTAVIO.
Si la fuerza Vuelve en ti.
A un desatino me esfuerza, GARCERAN. RODRIGO.
¿Podrélo yo remediar?
Don Juan la palabra pide Garceran soy. ¿Está aquí Octavio?
FULGENCIA.
A mi hermano, y él á mi ; OCTAVIO.
Celia vive mal por mi, jAydemí!
Que vienen. Vístete presto; Rodrigo,
Y Octavio la boda impide. ¿Qué quieres?
Ya dice que á un monasterio Que mi palabra te doy
Mañana la llevarán. De ser tuya hasta la muerte , CARCERAN.

s Qué puedo hacer, Caroeran, Y que fué probarte advierte. ¿Quéesesto?¡AyD¡os!


Si mi hermano tiene imperio CARCERAN. RODRIGO.
Para casarme y forzarme? ¿Probarme? Vestido estoy. Este papel que te diese
GARCERAN. Me dio mi señor don Juan.
¿Agora estamos ahi? ESCENA XI. GARCERAN.
¿Desto me ha servido aquí OCTAVIO.— Dichos. ¿Escriben , y en casa están?
El venir á deshonrarme?
¿Mas que quieres que me quede RODRIGO.
octavio.
En el Colegio de veras? ¿Quién daba voces aquí, No me dijo que volviese
¿Quién pensara que dijeras Con la respuesta.
Que Octavio forzarte puede? Llamándose Garceran?
OCTAVIO.
¿Es eso lo que decias FULGENCIA.
i'
'n Valencia, castellana,
Cuando el alma valenciana
Aquí los que ves están.
Yo estoy quejosa de U.
Pues vete.
(Vate Rodrigo.)
Pensaba yo que tenias? octavio. Quejas serán.
¡Mal haya yo , que creí ¿Demi?¿Porqué? CARCERAN.
Palabras de una mujer, Es sin duda.
FULGENCIA.
Para venir a perder (Ap. Dice que á la puente acuda.)
La honra y la vida ansi ! Porque has dado
En creerá tu mujer, OCTAVIO.
Bien te dije que temia ,
Y era justo mi temor; Que desde Adán viene á ser ¡Breve y sangriento billete!
Que traías el amor, A todo el mundo vedado. Pues ¿don Juan me desaüa?
Fulgencia , á tierra muy fria. Las voces que daba aquí Parentesco y amistad
Allá amaste en tiempo breve ; Es decir que Garceran ¿Permiten tanla crueldad f
Pero acá , para mi mal , Dice que fué mi galán. Pues ni por su valentía
Volviste a tu natural , GARCERAN.
Ni por su razón, Octavio
Y está cubierto de nieve. Y yo, cuando las oi. Quedará en mala opinión.
¡Rueño quedaré sin tí Dije que era yo también ; Pésame que ya no son
Y con aquestas colores, Y lo digo, y es verdad; Las once.
Ya de vergüenza mayores, GARCERAN.
Que andando por la ciudad ,
De ver que el honor perdi ! Aunque me ven , no me ven. Haced como sabio,
Yo tome propia figura Garceran soy , aunque os pese. Si acaso estáis de pendencia ,
De lo que he venido á ser; ¿No soy yo vuestro galán ? Y calaos las once mil. .
Que tal es quien por mujer Luego yo soy Garceran. OCTAVIO.
Ca vida y honra aventura.
¿Qué no be pasado por ti? OCTAVIO. ¡Oh hermana! Oh Fulgencia vi
Que á ser tu cielo , Fulgencia , Fulgencia , tu engaño cese. ¡Nunca fueras á Valencia ! (Vate.)
Ganara por penitencia O con don Juan , mi cuñado , CARCERAN.
Lo que por Luzbel perdí. Has de amanecer casada ,
O dar causa mas honrada Concertóse el desafío;
¡Cuantas noches he dormido
Desta suerte en una tabla, Que hasta aquí á los tres has dado. Que es honrado caballero. 'J

3!¿
,
IOS COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA XIII. Es mi esposo , y no galán , Para mañana en escuelas!
Como vosotros le hacéis.
MARÍN. — GARCERAN. Y háceme ser atrevida GERARDO.
Lo que conmigo lo estáis , Para Teodora es muy presto;
MARÍN.
Y ver que los tres me dais Porque andarán sus galanes
Mas há de un hora que espero Tan cruel y áspera vida , Por su calle á solaviento,
Para hablarte, dueño mió. Que sois del alma enemigos Y es menester hacer hora
GARCERAN. Mas fuertes que ella los tiene. Porque no erremos el juego.
¿Has buscado con cuidado Octavio á ser mundo viene , Marín.
El vestido? Lleno de falsos amigos; Pienso que en el Tabladillo
MARÍN. Tú , la carne , que manida Algunos nos conocieron ,
El se ha venido. Por la sangrede tu hermano , Y que nos siguen i longe.
GARCERAN.
Me tientas que dé la mano RISELO.
Pues ¿de qué manera ha sido? A una mano aborrecida ; Dalles , si llegan á vernos ,
Pues si el demonio es don Juan ,
MARÍN. Las obras mira. Seis pares de cuchilladas.
Cuatro amigos me han rogado Pablos, ¿serás para ello?
CELIA.
Que te dejase vestir Ya tarda
GARCERAN.
Para burlar una dama ; De llegar tu ángel de guarda. ¡Pesia tal! Juro á mi sayo
Que hay una cena de fama. Venga el señor Garceran , Que si le mondo el hollejo,
GARCERAN. Y líbrete de nosotros. Que no hay en treinta estoriantes,
No estoy yo para reir. Para que corle, pescuezos.
FULGENCIA.
MARÍN.
MARÍN. Pues si vendrá ; que alas tiene. No sabemos qué hora es.
¿Qué tenemos? ¿ Hay mareta ? CELIA. ¿Hay quien conozca del cielo?
GARCERAN. Justo castigo me viene LUCINDO.
Y aun fortuna habrá , Marin. De emparentar con vosotros, ■Por allí he visto á Saturno.
MARÍN.
Locos, necios, ignorantes.
RISELO.
¿Anda á la orilla el delfín , FULGENCIA.
Dadle al diablo; que es un puerco,
O qué viento la inquieta? Quedo, Celia, poco á poco. Mortífero y desabrido ;
GARCERAN. CELIA. Porque ti nascitur foetus
El más cruel huracán Don Juan en darme fué loco Ipso dominante, ó muere,
Que sus ondas levantó A villanos semejantes. O vive falto y contrecho.
A las estrellas. FULGENCIA. Naciendo en .el mes octavo,
MARÍN. Sé que eres necia en extremo , Morir las criaturas vemos,.
■ Pues yo Y" no quiero responder. Porque allí reina Saturno ,
Piloto soy, Garceran. Y vivir en el seteno.
CELIA.
LUCINDO.
GARCERAN. Soy de tu hermano mujer,
Oye la historia. Mas, vén ; Y ninguna lengua temo, Yo con Júpiter nací ,
Sabrásla por el camino. Ni me quiere Garceran. Que mis nueve meses tengo.
¿Vos, Pablos?
MARÍN. FULGENCIA.
GARCERAN.
Si no hay mareta de vino, Confieso que sois mas buenos , No sé, par Dios;
No puede parar en bien. Por mi honor; pero á lo menos Que solamente me acuerdo
(Vanse.) No ha de gozarme don Juan. De que mi madre y la burra
( Vanse.) Parieron á un mismo tiempo,
ESCENA XIV. Y muñéndose mi madre,
A la burra me pusieron ,
CELIA, FULGENCIA. Calle. De cuya leche salí
Con aqueste entendimiento.
FULGENCIA. ESCENA XV. GERARDO.
Muy necia, Celia, anduviste,
Y muy cuñada conmigo. RISELO, GERARDO, LUCINDO, MA La hora se ha de saber
Por el norte.
CELIA. RÍN; GARCERAN, muy bizarro, con RISELO.
Yo usé , Fulgencia , contigo capa, espada y broquel; los músicos, Allí esta Venus,
Lo mismo que tú quisiste. con instrumentos. Temperans Mariis malitiam
Pues nada te pregunté Con su femenino aspecto.
De lo que á tu boca oí, RISELO. Es paraninfo del sol,
¿Por qué te quejas de mí Por Dios , que vestido Pablos , Llámase á las tardes Héspero,
Si el secreto no guardé? No pudiera conocerlo Como lo dijo Virgilio
Cuando tú , desconfiada Ningún hombre en Salamanca. En sus bucólicos versos :
De ver mas á Garceran , GARCERAN. ¡te domum saturae , venit
Me dijiste que á don Juan ¡ A la fe que vengo bueno ! Hetperus, ite capellae.
Estabas mas inclinada , No me lo quiten , señores , garceran. (Ap. (i Marín.')
¿Cómo no echaste de ver Hasta hacer mi casamiento.
Que te podías mudar, ¡ Oh , si me pudiese ir,
Y él volverte á conquistar, GERARDO. Mientras se divierten estos,
Como ya debe de ser? Luego tú ¿quieres casarte? Al plazo del desafío!
Si ya por cartas estáis GARCERAN.
MARÍN.
En los amores pasados, Y concertado lo tengo; Quiero para entretenerlos
Y por dicha concertados, Sino que se mete agora (Ap. ú Garceran.'
Y de secreto os casáis, El demonio de por medio, Esforzar lo que comienzan. —
¿Qué ofensa te pude hacer?1 Y no sé en qué ha de parar. Dime , estudioso Riselo ,
Ya que del cielo tratamos ,
FULGENCIA. RISELO. ¿Cual es la causa que vemos.
Celia , no te culpo en nada , Ahora bien , dejemos esto , Cuantas naciones se saben ,
Porque añadiste cuñada Y demos con él en casa Tantos ingenios diversos?
A condición de mujer. De Teodora. ¿Es el cielo el que lo causa?
Desengañaros podéis LUCINDO.
Tú y don Juan que Garceran RISELO.
¡Bravo cuento Las influencias del cielo
EL BOBO DEL COLEGIO. 199
Vencen los hombres , ni hay patria Si han probado sus aceros GARCERAN.
Donde algún sabio no hallemos. La mayor dificultad. Halarme con vos primero
Mira en la Scitia á Anacársis, Has no pienso que han venido; Que llegue Octavio.
Plinio refiere unos versos Porque mi mucho cuidado DON JUAN.
En sus epístolas , tales. He ha traído anticipado
Que como el escultor diestro Aunque el menos ofendido. Yo espero
Hace de cera una imagen Con aqueste tafetán Á Octavio.
Formándola con los dedos, GARCERAN.
Haré mucho en andar bien ;
Asi las artes con docta Que si los ojos no ven- Haladle en mi.
Mano forman los ingenios. Pero ¿si es este don Juan? DON JUAN.
La razón , dentro del hombre , El es sin duda. ¿Para qué , si estáis casado
Como lo dijo Galeno , Desde Valencia, y Fulgencia
De usu partium, libro primo, ESCENA XVII. Os trujo á vos de Valencia?
Comprehende los sujetos GARCERAN.
De las artes; lo que dijo DON JUAN.— GARCERAN.
Julio Firmico no creo , Vos sois caballero honrado ;
Porque fué por alabar DON JUAN. Y como yo os conociera ,
Sus astrólogos efetos , (Ap. No ha sido Tanto respeto os guardara ,
Dándoles á los planetas Octavio muy perezoso , Que á cualquier hombre matara
Las causas de los sucesos. Siendo cual soy el quejoso , Que en Valencia la quisiera.
Pero si quisieres ver Pues que primero ha venido. No lo supe ; ya me quiso ,
De mil naciones y pueblos Es principal caballero, Ya con ella me casé.
La calidad , y en España Y habrá sentido el papel. DON JUAN.
La condición que tenemos, Uien será acercarme á él , Que yo no os la quitaré ,
Del uso de astrologia Y hablarle en esto primero. ) Desde esle punto os aviso ;
Leerás á Levinio Lemnio. ¿Es Octavio? Y por ese buen respeto
(Durante esta relación se ha escapado GARCERAN. Y la razón que tenéis ,
Garceran sin que le vean. ) No, don Juan. Cuando descubierto estéis ,
DON JOAN. Solicitarla os prometo ,
GERARDO.
¿Cómo no ? Pues ¿qué es aquesto? Y teneros por amigo.
Si nos salimos á holgar, GARCERAN.
¿Para qué hablamos en esto? GARCERAN.
Lleve el diablo á los astrólogos , Un hombre que ocupa el puesto. ¿Daisme esa palabra?
Y á mi , si á ninguno creo. SON JUAN.
DON JUAN.
Pablos, Pablos, ¿creeislo vos? Y ¿quién es? Sí.
LUCINDO. GARCERAN. GARCERAN.
¡Ah , Pablos ! ¿Qué es del ? Qué es esto? Soy Garceran. ¿Cumpliréisla?
DON JUAN.
RISELO. DON JUAN.
¿Garceran? No la di
¿Dónde está vuestro sobrino ? Jamás , el cielo es testigo,
■aun. GARCERAN.
Que no la cumpliese.
¡Vive Dios , que no le veo ! El mismo soy, GARCERAN.
RISELO. Que de Valencia he venido.
DON JUAN.
Adiós.
Pues ¿cómo se pudo ir? DON JUAN.
MARÍN. Si de Octavio habéis sabido
Lo que concertamos hoy , Pues ¿ dónde vais?
¿Has que se volvió al Colegio GARCSRAN.
Porque le viese el Retor? Ha sido término injusto.
GARCERAN. A Valencia.
GERARDO.
A mi no me ha dicho nada ; DON JUAN.
Ellofué descuido nuestro, Luego ¿dejais á Fulgencia?
Por hablar en disparates. Que yo estaba en mi posada
Y supe vuestro disgusto , GARCERAN.
LCCINDO. Y quise ganar á Octavio
¡Por Dios, quesería muy bueno No ; que habernos de ir los dos. (Vase.)
Por la mano, pues por mí DON JUAN.
Topar quien le desnudase ! Le desafiáis aquí ,
Que ningún vestido tengo Y satisfacer mi agravio. ¿Hay suceso tan extraño?
Que estime como el que lleva, ¿Es hombre, es fantasma , es sombra?
DON JUAN. Pues ya se declara y nombra ,
GERARDO. Luego ¿Tristan me ha vendido?
Vamos á buscarle presto. ¿Para qué dura mi engaño?
GARCERAN. Si Fulgencia se ha casado ,
■ardí. Yo no conozco á Tristan. ¿Por qué Octavio me entretiene?
Sin duda al Colegio es ido. DON JUAN. Un hombrea la puente viene.
LUCINDO. ¿Que estáis aquí , Garceran?
Nunca ba sucedido menos ESCENA XVIII.
GARCERAN.
A quien las estrellas mira , OCTAVIO.— DON JUAN. .
Y se descuida del suelo. Y de Fulgencia marido.
(Vanse.) DON JUAN.
OCTAVIO.
¿Marido sois de Fulgencia? Perdonadme si he tardado;
GARCERAN. Que voces de vuestra hermana
Entrada al puente. Ella lo dirá por mi ; Con Fulgencia me han tenido
Que á este efecto la serví Casi fuera de sentido.
ESCENA XVI. Desde que vino á Valencia. DON JUAN.
GARCERAN , con una mascarilla de DON JUAN. Si cuando yo esta mañana
tafetán negro, levantada sobre la ¿Quereisos desembozar? Os escribí aquel papel
falda del sombrero. GARCERAN. Supiera vuestras quimeras , ■
Yo me holgara de poder. No tomara tan de veras
garceran. DON JUAN. Las quejas que puse en él.
Esta es la puente del Tórmes Luego ¿no os tengo de ver? Encubrís á Garceran
Y la hora concertada ; En vuestra casa, casado.
GARCERAN. Que aqui ba venido, embozado
Que ella y mi fortuna airada
Parece que andan conformes. Cuando me dejéis casar. El rostro de un tafetán ;
Extremada soledad DON JUAN. Contaisle mi desafio ,
Para honrados caballeros, ¿Qué era vuestro intento aquí? Y por eso os detenéis;
900 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Y agora , que ya le reis FULGENCIA. Haránte mi< epigramas,
Desoirá parte ilel rio, Mi bien tarda , y amanece. Visitaránte las damas ,
¡Venís de nuevo á engañarme! MARÍN.
Iremos al Puche, al Grao,
OCTAVIO.
¡Nunca le diera el vestido ! Rañaráste en aiguarrós,
Yo no sé lo que decis ; ¿Si se han muerto él y don Juan ? Y mas limpia que un jazmín ,
Y con la espada venís , Serás valenciana, en fin.
FULGENCIA.
No con la lengua, á matarme. FULGENCIA.
Ni conozco á Garceran , Lo que es mal siempre es lo cierto. ¡Ay, Marin , pluguiera á Dios!
Ni sé mas de que mi hermana (Sale Garceran.)
Habló en él esta mañana , GARCERAN. ESCENA XX.
Y esta es la verdad , don Juan ; Garceran vive , no es muerto.
Y porque somos cuñados CELIA.— Dichos.
FULGENCIA.
No me arrojo á un desatino.
Señor mió, ¡tan galán! CELIA.
DON JUAN.
GARCERAN. ¿Tan pronto te has levantado?
Pues digo otra vez que vino , ¿Parézcoos mejor asi? MARÍN.
Con los ojos embozados ,
Para matarse conmigo FULGENCIA. Huye, Señor.
Lo que sois me parecéis. GARCERAN.
Garceran.
OCTAVIO. ¡Que noche dado me habéis ! Ya me voy. (Vate.)
Bien puede ser ; CELIA.
GARCERAN.
Mas no que pudo tener Vos amanecéis en mí , ¿Qué es esto?
Conocimiento conmigo; FULGENCIA. ,
Como el alba entre las flores.
Porque quien esto dijere... FULGENCIA.
Aquí hablando estoy
DON JUAN. Con el señor licenciado ,
¿Qué hay de Octavio y de don Juan? Que sus estudios me cuenta.
Verdad es que él lo negó, GARCERAN.
Preguntándoselo yo ; MARÍN.
Pero dice que le quiere Ya sospecho que vendrán Como digo, estoy opuesto
Fulgencia , y que es su marido De si mismos vencedores ; A una cátedra.
Desde que estuvo en Valencia. Que yo dispuse el suceso FULGENCIA.
Para aplacarlos asi.
OCTAVIO.
Primero que entrambos fui , ¿Tan presto?
Si Garceran , por Fulgencia Con otro intento , os confieso ; celia. (Ap.)
Kn Salamanca escondido, Pero sucedió mejor. ¡ Hombre aquí! No me contenta.
Sabe todo lo que pasa FULGENCIA. MARÍN.
Y ella misma se lo cuenta , ¿Deso poco te alborotas?
Lejos estoy de su afrenta Luego ¿ya los dos sabrán
Que estás aquí, Garceran? Con exceso se la llevo
Ni de saber que se casa. De lo añejo á lo que es nuevo ,
HARIN.
DON JUAN. Por mas de cuarenta bolas.
Necio has andado, Señor. Mi lección de oposición
Veo que tenéis razón ;
GARCERAN. Tiene á Salamanca loca.
Y pues ya sabéis de mi
Que Garceran está aqui, ¿Qué quieres? Cánsame el traje,
Y que los conciertos son Y el Colegio está mohíno ESCENA XXI.
Dar hermana por hermana , De lo poco que me inclino,
Como no sabe mi ultraje , DON JUAN, OCTAVIO, TRISTAN.—
Vuélvase la espada pluma. FULGENCIA , CELIA , MARÍN.
A asistir y estar en él ;
OCTAVIO.
Sin esto, al bien que deseo
¿Pleito» Me parece que es rodeo, DON JUAN.
DON JUAN.
Y que nunca llego á él. Puesto que la causa es poca ,
SI. Determínate, bien mió, Grandes los efetos son.
OCTAVIO.
A ser tú loca por mí, TRISTAN.
Nadie presuma Pues yo lo he sido por ti ¿Ya tan de mañana están
Que su justicia es tan llana. Al aire , al calor y al frió. Estas damas levantadas?
DON JUAN. Vente conmigo á Valencia , OCTAVIO.
Entre tanto no tendréis Huz una bazaña de amor. Andan desasogadas
A Celia. FULGENCIA. De nuestras cosas , Tristan.
OCTAVIO. Temo... TRISTAN.
¿En eso os vengáis? GARCERAN.
Grande merced me habéis hecho
DON JUAN. ¿Qué temes? En llamarme.
Lo mismo que me quitáis , FULGENCIA. DON JUAN.
Eso mismo sentiréis. Mi honor. Tu prudencia
OCTAVIO. GARCERAN. Lo merece.
¿Soy culpado? No tienes amor, Fulgencia. OCTAVIO.
DON JUAN. Di, Fulgencia,
MARÍN.
No os condena Ea , Señora , ¿qué aguardas? ¿Cómo con tan falso pecho
La culpa ; mas no os disculpa Si á este loco quieres bien , Kncubres á Garceran ,
Ser de Fulgencia la culpa, A Valencia vamos : vén; Y tienes atrevimiento
Para no sufrir la pena. Que no hay mar , montes ni guardas. De tratar su casamiento
(Vanse.) Desde aquí á Madrid habrá Y despreciar á don Juan?
Lindas posadas secretas; ¡Vive Dios , que si no fuera
Que yo conozco las tretas Por ser en esta ciudad
Sala en casi de Octavio. Con que en el mundo se va. Fábula, que una crueldad
Desde Madrid á Toledo, Con tu desatino hiciera!
ESCENA XIX. Dulce cosa, tierra mansa; ¿Tú eres mi hermana ?
Pues desde Toledo á Almansa DON JUAN.
FULGENCIA, MARÍN ; después, GAR- ¿Qué puede ponerte miedo? No quiero
CERAN. Pues en entrando en ma térra, Que hagas demostraciones,
¡ Cap de llus! ais bordegats, Octavio, con tus razones
MARÍN. Borinots castellanals, De pecho enojado y fiero.
¿Qué puede haber sucedido, Nafrarles la gaita esquerra. A Celia me he de llevar;
Pues que ninguno parece ? Casarásle , habrá sarao , Tristan depósito sea.
EL BOBO DEL COLEGIO. 201
OCTAVIO. La mas hermosa serrana Que á mi me dijo un discreto
De la Sagra de Toledo, Que nacieron los poetas
Antes , don Juan , que lo vea , De la falta del dinero.
Mas fuerza lo ba de mandar. Por quien amor fuera mulo
De mejor gana que cesto. TRISTAN.
DON JOAN. Pues si es noble , aunque sea Dobre,
OCTAVIO.
Tü no has cumplido el concierto: No es tiempo de desatinos. ¿Qué importa? Demos un medio,
Fulgencia es de Garceran. Pues don Juan dio su palabra
■ OCTAVIO. GARCERAN.
Para aqueste casamiento,
Muéstramele tú , don Juan , Si yo atinara al remedio, Y con buen gusto de Octavio
No fuera desatinado. Iré á buscarlo y traerlo.
Encubierto ó descubierto;
Que á tal hora , y en la puente , TRISTAN. OCTAVIO.
Bien pudo ser ilusión. Señores, alguno demos; Por mi , si gusta don Juan ,
DON JUAN.
Que no es razón que esto pase A serle amigo me ofrezco.
Entre tales caballeros. , DON JUAN.
Yo sé que verdades son .
DON JOAN. Yo , que lo consiento digo.
CELIA.'
El medio es llevarme á Celia. GARCERAN.
Y yo sé que está presente ;
Y agora se fué de aquí OCTAVIO. Pues alto, cásenme luego.
Con muchas plumas y galas. Si yo sin la vida quedo. CELIA.
octavio. (A Fulgencia.) GARCERAN. Desvíate , bestia , allá.
Medea, queá Circe igualas, i Tale, tate, borrachones; GARCERAN.
¿Adonde le tienes? Di, Tate , tate , majaderos ; Calla vos, urraca en zuecos;
Que ¡ vive Dios ! que le mate. Que helo , helo por do viene Que yo he de ser Garceran ,
FULGENCIA.
Garceran con un recuero ; Si ninguno quiere serlo.
La barba trae crecida TRISTAN.
Yo solo este hombre hablé. Y el sayo con mil remiendos. Di , Fulgencia , dónde está ,
MARÍN.
FULGENCIA. Y acábense estos enredos.
Yo soy , Señora ; á la fe Don Juan , ¿por qué á Celia llevas? FULGENCIA.
Que es lo demás disparate.
DON JOAN. Yeisle ahí.
CELIA.
Porque fué nuestro concierto octavio.
Aunque el rostro no le vi , Que tú fueses mi mujer. ¿Quién? ¿Pablos?
Yo se que era Garceran , FULGENCIA.
GARCERAN.
Y por extremo galán. Si:
¿Y si ya no puedo serlo? Yo , que ya lo digo en seso.
ESCENA XXII. DON JUAN. Garceran soy, veisme aquí,
GARCEBAN, en hábito del tobo, como l Y Eso aguardo de tu boca; Y el que anoche los aceros
anoche, si bien me acuerdo, Quiso sacar con don Juan.
antes. — Dichos. Dije á Garceran (ese hombre Vi en Valencia el bien que espero ,
Que ya se llama tu dueño, Con vuestro gusto, este dia ;
GARCERAN.
l'or verle tan comedido, Quitáronmele tan presto,
(Ap. Aquí se trata de mi.) Tan galán y Un discreto , Que con desesperación,
¡Hola , borrachos! ¿Qué es esto? Oue me dijo que si acaso Loco le vine siguiendo.
¿Tan de mañana os juntáis? Entendiera mis deseos , Parecióme disfrazarme
Si es que almuerzo concertáis, No solo no te quisiera, Por poder hallar mi centro;
Aqui estoy ; sacadle presto. Mas (pie al mas amigo y deudo Dióme el Colegio esta ropa,
¿Fáltaos algún convidado? Matara si lo intentara) Y el amor me dio el consejo.
DON JUAN. Que á su justo casamiento ¿Qué respondéis?
Si, Pablos ; un Garceran. Ayudaría aquel dia DON JUAN.
GARCERAN.
Que le viese descubierto. Que sea suya
Pues yo soy : par Dios , don Juan , TRISTAN. Por muchos años y buenos.
Que ando, cual veis, disfrazado. j Esperad una palabra. GARCERAN.
Mil veces le digo á Octavio GARCERAN. Dame , Señora , esos brazos ,
Que esta Fulgencia me dé ; ! Oigan al señor Borrego , Pues sabes que 106 merezco.
Que aunque bobo , yo sabré j Dará su alcaldada aqui. FULGENCIA.
Poner en paz vuestro agravio. TRISTAN. ¡Qué me cuestas , Garceran !
octavio. I Fulgencia , ¿en qué topa esto? GARCERAN.
Ea, Fulgencia, declara ' Garceran ¿es hombre noble? Ninguna cosa te debo.
Lo que hay en esto al momento. FULGENCIA. MARÍN.
¿Adonde esta Garceran ? Tan noble , que sé muy cierto Conózcanme á mi, señores.
FULGENCIA. Que con ser valencia ilustre OCTAVIO.
Señores , niegue á los cielos Kn antiguos caballeros,
?ue aqui la tierra se abra Ninguno mas limpia sangre. ¿Eres caballero?
MARÍN.
me sepulte en su centro GARCERAN.
Si he visto mas que este bobo , Menos.
Para menudo era bueno. OCTAVIO.
Ni otro busco ni otro quiero , TRISTAN.
Ni con otro hablé jamas Pues ¿quién?
Eu cosa de casamiento. Pues ¿ qué falta á Garceran? MARÍN.
Con él me entretengo aqui... FULGENCIA. Cerca de caballo;
¿No es verdad que me entretengo Ventura. Tan cerca , que con el pecho
Contigo , desde que vine , TRISTAN. Suele tocar mis espaldas.
En amorosos requiebros? Y ¿quemas? octavio.
GARCERAN. FULGENCIA. ¿Lacayo?
Pues que jura y no revienta, 6 MARÍN.
Dinero.
Bien podéis todos creerlo. De medio á medio.
GARCERAN.
Y dice mucha verdad , Esto hice por mi amo.
Porque tambieu yo la tengo Por esa faUilla sola GARCERAN.
En lugar de mi mujer. Hay en el mundo escuderos , Mi hacienda tendrás en premio ,
Sabe Dios lo que padezco Dueñas , pajes y lacayos , Porque demo6 con mis bodas
Desde que una vez la vi O liciales v hombres buenos , I Fin al Bobo del Colegio.
En casa de un pastelero , Y poetas "hay también;
LA NOCHE TOLEDANA.
PERSONAS.

FLORENCIO. LUCINDO. AURELIO.


BELTRAN. RISELO. BELARDO.
JULIO: CERARDA. FINEO , caballero.
UN HUÉSPED ó MESONERO. LUCRECIA. TORIBIO.
EL CAPITÁN ACEBEDO. CELIO , su criado. UN ESCBIBANO.
EL ALFÉREZ CARRILLO. LISENA. Dos alguaciles. —Gente.

La escena es en Toledo.

BELTRAN. Una lición para olvido


ACTO PRIMERO. Vé, Julio, y con discreción. .. Ni una treta para engaños?
JULIO.
Es posible que no ves
De la manera que llego
Voy con laquea tí te sobra. {Vase.) A jugar de amor el juego,
Sala ó patio de un mesón. Con mas alas en los pies
ESCENA II. Que le pintan á Mercurio,
ESCENA PRIMERA. Y con mas llave en la mano
FLORENCIO, BELTRAN. Que estaba el templo de Jano?
FLORENCIO, BELTRAN, JULIO.
FLORENCIO. FLORENCIO.

FLORENCIO. Mi soledad fuerzas cobra, A mi condición injurio


No habiendo conversación ; Cuando no guardo lealtad,
Veré la iglesia mayor. Beltran, á cualquier mujer.
BELTRAN.
Que en dejándome, Beltran,
Entra Granada y su historia BELTRAN.
Pues quítate las espuelas. A hacer mártir la memoria Dolías querrás aprender,
FLORENCIO. Donde mis celos están. Que tratan siempre verdad.
Si es que importa , quitarélas ; BELTRAN.
¡Oh cuitado moscatel !
Si no, patéceme error, ¿Tenemos ya tabarreras? FLORENCIO.
Pues habernos de pasar ¿Agora quieres volver ¿Es falta de entendimiento
A dormir aquesta noche A memorias de mujer, Ser firme de pensamiento,
A Illescas. Causa de tantas quimeras? O tener nobleza en él?
BELTRAN.
Dala al diablo treinta veces ; BELTRAN.
Hoy se va un coche, Que así nos puso á los dos, Yo soy de amor un fullero ;
Que el sol le puede invidiar Que aun aquí temo , por Dios , Que al juego de los amores,
Para salir en su oriente, El rigor de los jueces. Aunque mas le den favores,
Después que el otro quebró Siempre gana el lisonjero.
FLORENCIO.
Faetón, cuando no llegó En baraja desatada
Con su carrera á occidente. El mió me da mas pena
Que la herida de aquel hombre. Que otro primero jugó,
FLORENCIO. ¿Porque he de perderme yo,
BELTRAN.
De damas debe de ser. Ni en la que está cercenada?
¿ A quién habrá que no asombre Si la que conmigo juega
BELTRAN. Tu le, de fealdades llena? Los encuentros me seuala,
Y hermosas, á fe de hidalgo, ¡ Con mujer que te obligó ¿Parécete á tí que es gala
Si yo tengo voto en algo A celos v á cuchilladas Ser yo su gallina ciega?
Desto que llaman mujer. Tienes fe! Bien empleadas Con fulleras tan taimadas
FLORENCIO. . Fueran en tí ; que en él no. Que nos corren como á toros,
Tu voto en esta materia Atiende con mas concierto, Pues siempre se toman oros,
No es para feas ni hermosas : Florencio, en este lugar ; Y siempre nos dan espadas ,
Siempre hablas de sus cosas Que por dicha puede estar Yo, como sé sus derrotas,
Conforme te va en la feria. Aquel caballero muerto ; De tal manera he jugado,
¿Estaban ya de camino? Y que cuando no lo esté, Que tengo en lo tripulado
No es negocio un desafío Mas de setecientas sotas.
BELTRAN. Que se ha de quedar tan frió,
Del coche las vi apear. Aunque tan honrado fué ; ESCENA ni.
FLORENCIO. Porque la Cnancillería
¿Sabes tú de qué lugar No sufre burlas allá. JULIO.— Dichos.
El coche á Toledo'vino? FLORENCIO.
BELTRAN. Si muerto ó sí vivo está , julio.
Un mesón mas adelante Ya fué, Beltran, suerte mia. A una criada llegué
Ueste, presumo que están. ¿Cómo haré que el corazón De aquellas damas, Señor,
Rompa la eslampa que impresa Que a ver la iglesia mayor
FLORENCIO.
Tiene amor? . Iban , si no me engañé,
Pues vaya Julio, Beltran, Y dijome que á Toledo
Si te parece importante, IiELTRAN.
Venían desde Madrid.
Y sepa dónde caminan ; Con darte priesa
RELTRAN.
Porque si á Madrid se van , A no perder ocasión.
Conversación llevarán, ¿Es posible que en seis años Si son de Madrid, el Cid,
Si a conversación se inclinan. De amistad no has aprendido Vive Dios, les tendrá miedo;
,20* COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que vienen de soledad ' , FLORENCIO. No le traiga su deseo
Después que el alma faltó ¿Qué haremos? Donde nuestro gusto impida ;
Que la discreción le dio, Que quien pregunta no yerra. Que también me agrada á mi
Kl despejo y libertad ; Esta ciudad generosa.
BELTRAN.
Y querrán hablar de modo
Que matarán el primero Estamos hoy sin comer. LUCRECIA.
Que topen. Da un doblón á ese lacayo, Allí va una dama hermosa.
FLORENCIO.
Y partirá como rayo... GERARDA.
Seguirlas quiero FLORENCIO. Y un hombre gallardo allí.
Por darte contento en todo, ¿Adonde?
LUCRECIA.
Y para ver de camino BELTRAN.
A Zocodover... ¡Qué buen manto!
Esta famosa ciudad.
O al rollo de Ecija... y luego GERARDA.
JULIO.
Comprará un par de capones, ¡Qué buen aire!
Las espuelas os quitad. Pues ya no habrá perdigones; CELIO.
BELTRAN. Y poniéndolos al luego, La gallardía advertid.
Bien dices, porque imagino Se asarán ; y estando asados,
GERARDA.
Que ellas á la iglesia van, Comerás en esta tierra,
Y porque es bien que las veas. Si quien pregunta no yerra. Dios te perdone, Madrid,
Aunque me pesa que seas ¡ Qué tuviste de donaire !
FLORENCIO.
Sin las espuelas galán, Donaires tienes cansados. CELIO.
Porque siempre el que es discreto ¿No tengo de preguntar» Yo sé que aquí parecéis
Se las debiera poner... * Muy bien por lo ballenato,
BELTRAN.
Y que en la iglesia gran rato
FLORENCIO.
Pues ¿estamos en la China? Os miraron mas de seis,
¿Espuelas? pues ¿á qué efeto? FLORENCIO. Que me dijeron á mi
Ahora bien, Julio, camina. Algunas cosas.
BELTRAN.
HUÉSPED. LUCRECIA.
Y aun dos pares.
Yo iré con él á comprar. ¿De veras?
FLORENCIO.
FLORENCIO. CELIO.
Buen decir. ¡Y cómo!
BELTRAN.
Merced me haréis.
GERARDA.
Dos , Florencio , ha de llevar, BELTRAN.
Ser forasteras
Las unas para alcanzar, De aqui á un rato Lo merece siempre ansi ;
Y las otras para huir. Volveremos á comer. Que van tras la novedad
FLORENCIO. FLORENCIO. Los hombres con desatino.
¿Qué mujer hará favor ¿Que otra mujer voy á ver? LUCRECIA.'
A un hombre tan de camino? ¡AyLisena! Mucha gente de camino
BELTRAN.
BELTRAN. He visto por la ciudad.
¡Ay mentecato!
Es un sainete divino (Vanse.) GERARDA.
Que llama á tener amor. Todos vienen á la fiesta.
La mujer siempre apetece CELIO.
Aquello que se le va, Estos , forasteros son.
Porque lo que en casa está, Calle.
Como á seguro, aborrece.
¿No has visto un ave enjaulada, ESCENA V. ESCENA VI.
Que no da tanto contento
Gomo la que va en el viento, GERARDA y LUCRECIA, de camino, FLORENCIO , BELTRAN. — Dichos.
Libre, hermosa y despenada? con capotillos y sombreros; CELIO.
Pues así vienen á ser Florencio. (A Beltran.)
Los hombres ya de camino : CELIO. En las armas y blasón
Porque se van, Imagino La fiesta se dilató, El milagro manifiesta.
Que los emprenden coger. Aunque á todos ha pesado. BELTRAN.

FLORENCIO. GERARDA. La misma Reina del cielo,


Ahora bien ... — ¡ Huésped ! ¿La fiesta se ha dilatado? Dando á Alfonso premio honroso
De su ingenio milagroso
LUCRECIA. Y su católico celo,
ESCENA IV. ¿Que no es el miércoles? Tomó por armas la iglesia.
CELIO. FLORENCIO.
EL HUÉSPED.— Dichos. No. Con razón prima se llama,
GERARDA.
HUÉSPED. Mas digna de eterna fama
¿Qué pesadumbre se iguala? Que la maravilla Efesia.
Señor.. Pues ¿cómo se ba descompuesto?
FLORENCIO. ¡Qué sagrario, qué tesoro,
¿Habrá de comer? CELIO. Qué reliquias y grandezas!
Dfcese que está indispuesto Qué de fuentes, qué de piezas.
HUÉSPED.
Don Pero López de Avala, Qué de ricas joyas de oro!
Sí habrá. Un gran caballero, hijo beltran. (Aparte á Florencio.)
FLORENCIO. Del conde de Fuensalida. Quedo; que son estas dos
¿Qué hay agora? LUCRECIA. Las forasteras gallardas.
HUÉSPED. No te pese, por tu vida, Llega y habíalas : ¿qué aguardas?
No hay acá, Que se alargue «I regocijo; FLORENCIO.
Puesto que fuera mejor, Que me parece Toledo Donaire tienes, por Dios.
La costumbre de la tierra Muy bien, y cuanto se tarda ¿No hay mas de llegar y entrar,
Donde venís; mas podremos La fiesta, tanto, Gerarda, Como en casa que se alquila?
Traer de todo. Me alegro mas.
BELTRAN.
GERARDA.
« La corte había pasado a Valladolid. Ea pues, la lengua afila,
* Falla un verso. Ouizá diría : Tengo miedo Corta la pluma de hablar,
Que sepa nuestra venida Pon los ojos para ver
«Al seguir una mujer.» Aquel locodeFineo; En cierta forma compuestos ,
LA NOCHE TOLEDANA. 203
Hazme tres ó cuatro gestos, LUCRECIA. FLORENCIO.
Para que pueda escoger. s¡; Ocasión quiero buscar
Serena el rostro, endereza , Que el brio y vestido son Para hablarlas.
El cuerpo, limpia el zapato, Al uso de aquella tierra. BELTRAN.
Finge vergüenza y recato, GERARDA.
Volviendo atrás la cabeza , Llega.
Bien puede el mozo hacer guerra.
Frisa el pelo de la frente, FLORENCIO.
Pasa á la barba la mano, LUCRECIA.
Voy.
Y muy tierno y cortesano Pues no es malo el bellacon. Medio enamorado estoy.
Llega con la voz doliente, FLORENCIO. BELTRAN.
Y jugando del vocablo, ¡ Oh qué bello serafín !
Diles alguna razón Amor, comer y rascar,
BELTRAN. Todo en el principio estriba.
A quien por solo un doblón
Suelen hablar con el diablo. De los de pesuña y zanca. Florencio. (A Gerarda.)
', FLORENCIO.
FLORENCIO. Si es que puede un forastero...
¡Gentil moza!
Extraño estás hoy, Beltran. BELTRAN. BELTRAN. (Ap.)
BELTRAN. Y la potranca ¿Hay tan grande majadero?
¡Bien haya mi gusto, amen! No es mala, á fe de rocin. GERARDA. (Ap.)
En pareciéndome bien , GERARBA. ¡ Gallardo mozo, así viva !
No miro si soy galán,
Sino compro, si es mediana, No he visto en esta ciudad FLORENCIO.

Un corte de primavera Hombre de tan buen despejo. Hablar á una forastera...


O catalufa ligera, LUCRECIA. GERARDA.
Y esto de muy mala gana. ¿Ni el que dejas? Aunque noble y principal ,
Enviólo con un paje ; GERARDA. Siendo el forastero tal...
Y cuando es de lo parejo, Ni el que dejo. BELTRAN.
Envió perdiz, conejo, Todo es moneda forera.
LUCRECIA.
O cosas deste linaje.
Y lo que sueles gastar No hay ley en la voluntad. FLORENCIO.
En pulirte y componerte Pues la sombra con quien viene Suplicóos, señora mia.. .
(Oye y la lición advierte), No me desagrada á mi. BELTRAN.
Gasto en dalle de cenar. FLORENCIO. Señora, no le escuchéis ;
FLORENCIO. En cuantas he visto aquí Que ya cansada estaréis
¿Todas han de ser ansi? Ninguna su talle tiene. De tanta forastería.
beltran. BELTRAN. Tenia talle, por Dios,
¿Ni Lisena? De no parar en un año.
2 A quién pesa que le den ? FLORENCIO. LUCRECIA.
Dime tú en el mundo , ¿á quién?
Ni Lisena. ¡ Oh cómo es negro el picaño !
FLORENCIO.
BELTRAN. BELTRAN.
¿No hay nadie?
BELTRAN.
¡Eso si, cuerpo de tal! Mucho me parezco á vos.
FLORENCIO. FLORENCIO.
' Escúchame.
LORENCIO.
Tenlo por buena señal. ¿Que aun en las cosas de veras
l)i. BELTRAN. Tus burlas has de mezclar?
Ya lo tengo por muy buena. BELTRAN.

El médico está mirando . Pues la hermana compañera... ¿Tan de veras es llegar


Cuándo el de á ocho le encajas ; FLORENCIO. A hablar á dos forasteras?
El letrado cuándo bajas ¿Parécete bien? Diga, señor forastero. '
La mano al párrafo, dando; BELTRAN. FLORENCIO.
El juez cuándo le toca Noáfe; Déjame por Dios, Beltran. *
La parte del denunciado; Mas ¿cuánto va que es ó fué beltran. (A Lucrecia.)
El procurador no ha dado Desta guitarra, tercera? Beltran me llamo, ¿es delito?
Paso hasta que el plus le toca ; ¡Qué ojos!
• El que escribe, solo atiende LUCRECIA.
FLORENCIO.
Cuándo sacas el doblón ; Que por muchos años sea.
Cualquiera negociación Bellos. En la puente de Alcolea
BELTRAN. ¿Tomastes el sobrescrito?
De solo el dinero pende.
El que viene á ser tu amigo, Y escasos ¿Llevastcs la delantera
Si nunca le has dado nada, De hacer á ninguno bien. A los ciento y veinte ciegos?
Culpa tu amistad honrada FLORENCIO. BELTRAN.
Y deja de andar contigo. ¿Qué sientes dellos? ¿No dije que éramos legos
El que se pone á mirar, BELTRAN. Para gente bachillera
No está mirando aquel rato Que ven De la que en Madrid nacía? —
Si es flux, sino el barato Una bolsa á treinta pasos. Vamonos de aquí, Florencio. (Ap. á él.)
Aguarda que le has de dar.
FLORENCIO. FLORENCIO.
¿Quién ha hecho algún placer,
Que no espere el galardón? Poco te deben, Beltran, Ten un momento silencio,
Pues la misma condición Las mujeres. Por tu vida ó por la mia ;
Tiene cualquier mujer. BELTRAN. Que me agrada esta mujer.
Llega dando, y llegarás Antes tanto, BELTRAN.
Siempre en ocasión tan buena, Que apagármelo... A mi esotra no me agrada.
Que excusando mucha pena, FLORENCIO. FLORENCIO.
Lo que quisieres harás. Me espanto ¿Por qué?
FLORENCIO. Del crédito que te dan. BELTRAN.
Si yo te creyese á Ü, BELTRAN. Saco poco ó nada ,
Lindas locuras haria. Todo lo que les he dado Y sabe muy bien volver.
GERARDA. (Ap. Ó LUCteátt.) Me lo deben muy debido,
¡Buen talle, por vida mia ! Porque mal tomado ha sido, i * Dos versos sueltos entre dos redondi
¿Sisón andaluces? Y es deuda lo mal tomado. llas : tallan, lo menos, otros dos.
206 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FLORENCIO. Si llega mañana aquí
Si no tenéis, por ventura , Hacedme pariente á mi ;
Mi gente y un alazán, Decid que soy vuestro hermano.
Quien en aquesta ocasión Saldré á la plaza galán.
Os sirva, y la condición • GERARDA.
De vuestro estado es segura, GERARDA.
En el parentesco gano...
Suplicóos que me mandéis, Y ¿qué es lo que haréis por mi? —Pero tracémoslo ansí ;
Si es que la fiesta esperáis , FLORENCIO. Que pues que vos queréis ser
Que busque en qué la veáis Aunque tienen por leones Mi hermano, habéis de guardar
Con el gusto que veréis ; A los toros dé Ja rama, Como mi hermano el lugar
Que no soy tan pobre aquí , Y sé que es cierta la fama, Que él supiera defender.
Que no pueda en un balcón Gastaré cuatro rejones FLORENCIO.
Prometeros colación. En sus cuellos arrugados. Digo que el partido aceto,
Lucrecia. (A Beltran.) LUCRECIA. Y que guardaré de mí
Yél ¿qué me promete á mi? Y vos ¿no saldréis por mí? La belleza que en vos vi,
BELTRAN. Teniéndoos justo respeto.
BELTRAN.
Si acaso desde el mesón Desde aquí soy vuestro hermano ;
Si llegan mañana aquí Si algo hiciere contra vos,
En que estoy se puede ver, Con un frison mis criados,
Senora, á Zocodover, De mi mano entre los dos
Palabra os doy... de no enlrar Os defenderá mi mano.
Allí tenéis un balcón; • En la plaza en todo el dia.
Mas pensar que quien aquí GERARDA.
LUCRECIA.
Casas ni raices tiene, Pues con esa condición
Y con los muebles se viene, ¡ Gallardo, por vi da m ia ! Entraré en Vuestra posada.
Ha de hacer lances en mí, BELTRAN. (Ap. Basta, que el hombre me agrada :
Es cosa de disparate. Nunca me pongo á jugar Si es amor, principios son.
Con quien no tiene dinero ; ¿Qué puedo en esto perder?
LUCRECIA.
Cierto que sois descortés. Nunca con el poderoso ¿No me sabré yo guardar?
Truje pleito, aunque forzoso, Pero ¿qué puede fiar
BELTRAN. Ni desenvainé el acero. De si misma una mujer?)
No soy hombre de interés ; Nunea del mar me crei,
Solo de gusto me trate. FLORENCIO.
Nunca por vado pasé,
Ni con loco me burlé, Beltran, aquestas señoras
gerarda. (A Florencio.) Han de ir á nuestra posada.
Aceto el ofrecimiento , Ni con amigo esgrimí.
Por ver que esa cortesía Nunca he rogado á villano, reltran. (Ap. á Florencio.)
No es lisonja ni osadía, Ni he hecho por mal nacido, ¿Está hecho el precio?
Sino honrado nacimiento. Ni desquité lo perdido, FLORENCIO.
Vuestro talle da á entender Ni dejé pájaro en mano,
Ni dije a nadie malicia , _ , ¿Que en nada
Que me puedo confiar, Tendrás silencio dos horas?
Porque es lo mismo que obrar Ni con secreto escuché,
Un hidalgo prometer. Ni gusto á nadie quité, BELTRAN.

Y ya no es por ver la fiesta, Ni acuchillé la justicia. En casa del mercader,


Sino por veros a vos. Ni dije á nadie su falta Del joyero ó del platero,
Adonde alguno lo oyese, Deja un hombre al compañero
Florencio. (Ap. á Beltran.) Ni vi loro, que no fuese (Mientras precio quiere hacer)
Eslo es hecho. En la ventana mas alta. A la puerta de la tienda,
beltran. LUCRECIA.
Y cuando sale y se jimiau,
¡Bien, por Dios! Vos tenéis gracioso humor. Esto mismo se preguntan.
FLORENCIO. FLORENCIO.
BELTRAN.
¡Vitoria! Así me parió mi madre. Qué hay aquí que compre ó venda?
BELTRAN. BELTRAN.
FLORENCIO.
¿Cuánto te cuesta? Señora, un honrado padre Este par de catalufas.
FLORENCIO. Me ha dado aqueste valor. Buena vista y poco tomo.
Una ventana no mas De Granada soy, y della (Alto.) Ea, yo soy mayordomo:
Y un poco de colación. A Madrid iba seguro Habrá paños, habrá estufas,
BELTRAN. De perderme, porque os juro Habrá temerario plato.
Y¿quién te ha dicho que son? Que me parecéis tan bella Gastemos esos doblones,
Y me dais tan dulce guerra, Aunque el amor en mesones
FLORENCIO.
Que tardaré mas que Ulíses Suele comprarse barato ;
En la calidad eslás. O que la sangre de Anquíses, Que cuando desta ocasión
BELTRAN. En dar la vuelta á mi tierra. Salga tu hacienda medrada,
Pensarás que del anzuelo Decidme vuestra posada ; Volveremos á Granada,
Ya cuelga alguna lamprea , Que pues sola habéis venido, Tú el pródigo y yo el lechon.
Y será algún tollo. Y mi buena dicha ha sido FLORENCIO.

FLORENCIO.
Que de nadie estéis guardada, Señoras, Beltran es hombre
O yo me pasaré allá , Deste humor: del os servid;
Sea. O vos adonde yo estoy. Que á fe que aprendió en Madrid
BELTRAN.
GERARDA. El buen humor como el nombre;
Que te ha de engañar recelo. Que dejando estos donaires
. Con algún recelo voy.
FLORENCIO. Es hombre para las veras.
FLORENCIO.
¿Cuál mujer, Beltran, cuál dama BELTRAN.
Pudo ser que hombre engañase. ¿Qué pensamiento os le da?
Los dos somos forasteros, ¡Qué se intentan de quimeras,
Que manchada no quedase Cuando anda el seso en los aires !
En las obras ó en la fama? Aquí nadie nos conoce :
Dt'jamela ver, desvia ; Dejad que siquiera goce. ¿Con qué invención han de enlrar
Mientras aquí estáis, de veros. En la posada?
Que aquella rara belleza
Es efeto de nobleza. FLORENCIO.
GERARDA.
Como de la luz el dia.— Dije en Madrid que venia Eso es llano :
Señora, ese talle y brío A II leseas, á mis parientes. Yo diré que soy su hermano,
De tal manera me allana, Y que la vine a buscar
FLORENCIO. Para llevarla á Granada,
Que no digo la ventana,
Mas por vuestro gusto y mió, Injustos inconvenientes Y que ella partió también
Estorban la dicha mia. I Para buscarme.
LA NOCHE TOLEDANA. 207
BELTRAX. BELTRAX. Seguro podéis tener ,
¡Oh qué bien! De que no toca interés. Su tratamiento y regalo.
Digo que es traza extremada, (Yante.) AURELIO.
Que á todas las aventajo, Asi de vos lo confio.
Pues viene á ser esta vez HUÉSPED.
El mesón Aranjüez , Sala del mesón. Seré padre si sois tio.
gue junta á Jarama y Tajo,
ESCENA VII. AURELIO.
n fin, ¿eres ya su hermano ?
Ya por su padre os señalo.
FLORENCIO. LISENA, en hábito de labradora; Cumplid vuestra obligación.
¿No lo ves? AURELIO. HUÉSPED.
beltran. (A Lucrecia.) ¿Adonde vais?
Y yo ¿qué soy AURELIO.
AURELIO.
Devnesamerced? ¿Que aqui te quieres quedar, •
Lisena, en este mesón? A Madrid.—
LUCRECIA. Que es bien nacida advertid,
Estoy LISEXA. Aunque por cierta ocasión
Por asentalle la mano. Es, Aurelio, la ocasión Ha venido á tal pobreza.
¿El mi pariente? Como la pude pintar. HUÉSPED.
No quiero pasar de aquí,
BELTRAX.
Pues, como ves, disfrazada En ella se echa de ver;
¡Pues qué! Sirviendo en esta posada, Mas la virtud ha de ser
¿No puedo ser su pariente, Ninguno repara en mi. La verdadera riqueza.
Siendo hidalgo, y decendiente El huésped me convidó (Vase Aurelio, y el huésped le sigue.)
De un rey mago? A servirle viendo el traje
LUCRECIA.
Humilde, y tosco lenguaje ESCENA X.
¡ Bien á fe! Que estaba fingiendo yo.
BELTRAX. Así á la ocasión la frente, JULIO. — EL HUÉSPED.
Pero ya sé la ocasión Y con él me concerté, JULIO.
De que no lo quieres ser. Aurelio, mientras no sé
De aquel mi adorado ausente. Entre, seor huésped.
LUCRECIA.
¿Yes? Porque, como esta ciudad HUÉSPED.

BELTRAX.
Es paso á tantas ciudades, ¿Qué hay?
Por no te detener Y siempre las novedades JULIO.

En buscar dispensación. De alta ó baja calidad Aquellas damas.


Llegan (porque ya son leyes Que en esotro mesón mas adelante
GERARBA. De fama y tiempo ligero) Se apearon de un coche, son las mismas
¿Cómo os llamáis? A las posadas primero Que á buscar á Madrid iba mi amo;
FLOREXCIO. Que á las cortes de los reyes. Que la una es hermana, y la otra prima.
¿Yo? Florencio. Sabré lo que hay en Granada , Hanse pasado acá, y es necesario
¿Y vos? Y en Madrid lo que hay sabré, Que aderecen las camas de esa sala,
GERARDA.
Donde mi Florencio fué. Y otra para un criado, porque quieren
Gerarda. AURELIO. Quedarse á ver las fiestas.
BELTRAX.
La industria poco me agrada ; HUÉSPED.
Pero de tu entendimiento Sea en buen hora.
Decid , Podré en aquesta ocasión — ¡ Hola , Toribio , Inés !
¿Cómo os llamáis? Fiar la rara invención
LUCRECIA. De encubrir tu pensamiento. ESCENA XI.
Advertid,.. El huésped sale : repara
En que te ha de conocer. TORIBIO.— Dichos.
BELTRAX.
LISEXA.
Un hora os daré silencio. TORIBIO.
LUCRECIA.
Mal sabes lo que es mujer. ¡Tan noramala
Yo tengo el nombre de aquella , AURELIO. Hubo fiestas de toros en Toledo !
Ejemplo de castidad. Semiramis lo declara. Que á fe que lo paguemos bien nosotros.
Querer su hijo fingiendo, nUÉSPED.
BELTRAX.
Tanto imperio gobernó. ¿Qué aposentos están desocupados?
Si : mas no será verdad LISEXA.
Que la guardéis como ella. TORinlO.
Gobernar agora yo La sala del balcón y tres de arriba.
GERARDA. Solo un corazón pretendo.
Celio... HUÉSPED.
CELIO. ESCENA VIH. ¿La del segundo corredor?
Señora... TORIBIO.
GERARDA.
EL HUÉSPED. — Dichos. Bien dices :
Mi ropa HUÉSPED. La sala adonde estuvo aquel indiano
Mnda luego á la posada' Siquiera para que veas Y el aposento del rincón.
Deslos hidalgos. La casa que has de servir. HUÉSPED.
FLOREXCIO. Arriba puedes subir, Pues alto:
Robada Inés, si verla deseas; En esa del balcón estén las damas.
Hoy llevo la bella Europa. Que también habrá qué hacer. TORIBIO.
Dadme la mano. lisexa: Venid conmigo.
GERARDA. Tío Aurelio, adiós. JULIO.

Esta es. AURELIO. Vamos.


BELTRAX. Adiós. (Vanse Toribio y Julio.)
¿Y la vuestra? (Vase Lisena.) HUÉSPED.
LUCRECIA.
ESCENA IX. Estos dias
Esta es la mia. Aun piensoqueel alcázar fueraeslrecho;
BELTRAX. EL HUÉSPED, AURELIO. Quetodoel mundo acude á ver las fiestas.
Fria está ¡Inés! ¿Qué digo? ¡Inés! Ellaeshermosa.
LUCRECIA. HUÉSPED. No habrá en Toledo cosa mas famosa.
¿De qué está fria? Como si fuérades vos , (Vase.)
203 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
ESCENA XII. ESCENA XHJ. Cayendo en varias cabezas
EL CAPITAN ACEBEDO y EL ALFÉ Alegrías ó tristezas,
LISENA. — EL CAPITAN, EL AL- I Como Ia suerte alcanzaba.
REZ CARRILLO , de camino ; des FÉREZ. Sin duda á mala ocasión
pués, EL HUÉSPED. Llegué, por irme de espacio ,
LISENA. Pues pidiéndole un palacio,
ALFÉREZ. En esta sala de enmedio Me ha dado aqueste mesón.
Buena posada. Puede entrar el capitán. (Apártate de los dos.)
CAPITAN. CAPITAN.
Y quieta. CAPITAN.
Si la que decis me dan. Alférez... (Ap. i él.)
ALFÉREZ. En casa hallé mi remedio. ALFÉREZ.
Mañana lo estará mas. ¡Gentil moza! ¿Sois por dicha ¿Qué hay?
capitak. (A un criado, que está dentro. Hija del huésped, Señora?
De aqui á un rato quitaras LISENA. CAPITAN.
La funda desa jineta , No, Señor ; soy labradora, En mi vida
Y saldremos por Toledo. Natural de mi desdicha, Tal placer me habéis de hacer
Como hablar á esta mujer.
(Sale el huésped.) Que es un lugar bien desierto,
huésped. (Ap.) Donde nacen á morir ALFÉREZ.
Los que vienen á servir. Un ciego os verá la herida.
Nunca nos Taita un soldado. CAPITAN.
CAPITAN. CAPITAN.
No lo merecéis por cierto ; Decilde que si conmigo
Pues, huésped, ¿habrá recado? Que debiérades mandar, A Italia quiere pasar.
HUÉSPED. Si aquel que lo pudo hacer Que la sabré regalar,
Si, gracias á Dios; bien puedo No os obligara á nacer Y deslo vos sois testigo.
En mi casa aposentar En ese estéril lugar. ?ue la vestiré de tela,
Toda vuestra compañía. ALFÉREZ. la bordaré de modo.
ALFÉREZ. i Hay tal moza de mesón ! Que sea de perlas todo.
La de agora bien podría. ALFÉREZ.
CAPITAN. ¿Y Marcela?
HUÉSPED. ¡ Hay labradora tan bella ! CAPITAN.
¿Vaislaihacer? ALFÉREZ. No hay Marcela.
CAPITAN. ¡Que aquestos se sirvan dclla! Decilde que le daré
Voyla á buscar. Locos y bárbaros son. Un manteo tan galán ,
HUÉSPED. CAPITAN. Que gaste el oro á Milán
¿Adonde? Venid acá, por mi vida ; Desde la cintura al pié.
CAPITAN. Volveros quiero á mirar. Decilde que de una extraña
Tela le haré una gorguera,
A Ocaña, pues, voy. LISENA. 8ue valga mas que si fuera
¿Qué hay de Cestas? Digo que podéis entrar, ran capitana de España.
HUÉSPED. Porque es la sala escogida. Y también quiero advertiros
¡Bravas fiestas! CAPITAN. Que para que valga tanto,
CAPITAN. Y vos mas que no la sala, Le haré de soplillo el manto
En ocasiones como estas Aunque del Alcázar fuera.— De soplos de mis sospiros.
No hay hombre , á fe de quien soy, Alférez, ¿qué pareciera Y en señal de mis prisiones.
Que no procure mostrar Con alguna honesta gala Una cadena tan bella.
La fe que debe á su rey. Labradora tan hermosa? Que tenga la de Marsella
Menos gruesos eslabones.
HUÉSPED. ALFÉREZ. Para telas y cojines
Sois noble, y es justa ley. Una dama, un seratin. Mil piezas juntas desata;
¿Qué cosa puede alegrar CAPITAN. Di que en fas minas de plata
Mas á un español que ver Que en una mina tan ruin Haré bañar sus chapines.
Nacer un principe á España? < Haya piedra tan preciosa?— Y por la fe de español.
ALFÉREZ. Cómo os llamáis? Si no es amor lo que digo,
Pienso que en la tierra extraña LISENA. Que ha de caminar conmigo
Fiestas se deben de hacer. En los caballos del sol ;
Yo, Señor, Y que en no viendo serenos
CAPITAN. Con perdón me Hamo Inés. Sus ojos, porque te asombres,
En las Indias Orientales ALFÉREZ. ?ue me mate con mil hombres,
Y Antárticas las habrá ; Donaire ó malicia es. esto será lo de menos.
Pero no es mucho, si allá
Son vasallos naturales. CAPITAN. ALFÉREZ.
En los reinos extranjeros Y el mió parece amor. Yo voy.
Habrá justo regocijo. ¿Cómo? qué fortuna airada CAPITAN.
ALFÉREZ. Trajo, Inés, tu condición Dios te guie.
Dios guarde ese sol, que es hijo A servirá un mesón? ALFÉREZ.
De tan hermosos luceros. LISENA. Inés,
Id, huésped, á procurar Porque nunca acierta en nada. Oye aparte.
Que pongan las mesas luego. OI cantar en mi aldea LISENA.
HUÉSPED. Que la fortuna tenia ¿Qué mandáis?
Voy. (Vase.) On árbol , donde ponia ALFÉREZ.
CAPITAN. El bien que el mundo desea ; El que ves...
¿Habrá un poco de juego? Y que en las ramas colgadas LISENA.
Estaban joyas, banderas, Que prosigáis
ALFÉREZ. Libros, honras, armas lleras, Aguardo.
Si hubiere con quien jugar. Dineros, sogas, espadas, ALFÉREZ.
En fin, todo estado humano; En fin, el que ves...
« 1.H 1F? ftí J,csCnís Felipe IV. Nació en Debajo estaba la gente, (Ap. á Lisena.)
Valladoliü á 8 de abril de 1605. Y la fortuna insolente Es el mayor fanfarrón
Con una vara en la mano. Que hay desde Flándes aqui.
Con ella en el árbol daba, El te lia visto, y yo te vi.
LA NOCHE TOLEDANA. 203
LISENA. A cuchilladas, por Dios, Sin quedar cosa en Toledo.
Tendréisme mucha anción. En servicio de la una. FLORENCIO.
ALFÉREZ. RISELO. Regálense por mi vida ;
Jamás este bombre trató ¿Hay guarda? Que estoy...
Mujer que no la azotase, LUCINDO. BELTRAN.
Y las joyas le quitase. Poca ó ninguna ; No me digas mas.
LISENA. Aunque se llegaron dos, FLORENCIO.
Al parecer forasteros, Pongan la mesa.
Por esos me muero jo. Y las han acompañado.
ALFÉREZ. RISELO. BELTRAN.
Yo soy un hombre muy tierno, Aquí hay un galán soldado. Hoy verás
Gran recalador, llorón , LUCINDO. Una espléndida comida.
Tan fácil de condición , Para principio les doy
Que sin freno me gobierno. Y no de malos aceros.— De Juanelo el artificio.
No pido celos, no guardo, ¡ Jesús, señor Capitán ! FLORENCIO.
No me enojo, no hago lieros, ¿Vos en Toledo? ¿Que siempre has de estar de vicio?
Juego y sóbranme dineros. CAPITAN. BELTRAN.
LISENA. ¿Pues dónde? ¿Qué quieres? Deste humor soy.
Sois soldado y sois gallardo. Esta grandeza os responde. Galanes hay.
En fin ¿tengo de escoger? LUCINDO. FLORENCIO.
ALFÉREZ. ¿Qué hay del Marqués? Dices bien,
Eso te vengo á rogar. CAPITAN. Y que parecen soldados.
LISENA. Fuése á Oran. CAPITAN.
5 yo lo voy á pensar. LUCINDO. Basta á amigos tan honrados
Mañana podéis volver. Ya me acuerdo.
(Vate.) Que la voluntad les dén.
CAPITAN. LUCINDO.
ESCENA XIV. Con él fué Yo siempre me llego á ella
Don Lorenzo, nuestro amigo. Mejor que á la mesa.
EL CAPITAN, EL ALFÉREZ. LUCINDO. CAPITAN.
CAPITAN. ¡Qué bueno venis ! Yo os digo Vamos,
¿Fuese? Que se os luce y que se os ve - Porque esas mozas veamos.
ALFÉREZ. El regalo déla corte. RISELO.
¿No lo ves? ¡Grandes fiestas! La una en extremo es bella.
CAPITAN. CAPITAN. (Yante el Capilan , Lucindo y Riselo.)
Pues bien, La ocasión FLORENCIO.
¿Qué dijo? Es grande. En este mesón Estos se van á comer ;
ALFÉREZ. ¿Qué puede haber que os importe? Nosotros ¿no comeremos?
Que yo le habia LUCINDO. BELTRAN.
Parecido bien. Siguiendo á dos forasteras, Como tanto amor tenemos,
CAPITAN. Desde la iglesia he venido. Sustentémonos de ver.
Sí baria. CAPITAN. Voy á hacer que aquel bergante
ALFÉREZ. Solo he sentido el ruido. Traiga lo que hubiere luego. ( Yase.)
Y que conmigo también LUCINDO.
Iría á Italia y á Flándes. Agradóme tan de veras ESCENA XVII.
CAPITAN. Una deltas, que he de hablalla ,
Tú ¿quiéresla? Si vos espaldas me hacéis. FLORENCIO; despuét, EL HUÉSPED,
ALFÉREZ. CAPITAN. dentro.
¿Para qué? Bien seguras las tenéis, FLORENCIO.
CAPITAN. Si amor os deja gozalla. Tuve vista, y, estoy ciego ;
¿Con qué pensamiento fué? Y para hablalla mejor, Era amado, y soy amante.
Comeréis aqui conmigo; Extraños efetos hace
ALFÉREZ. Que bien se sufre á un amigo. El ciego amor cuando quiere :
De que hará cuanto le mandes. LUCINDO. Donde un fuego apenas muere,
Habíala ; que me decía Yo soy vuestro servidor. Otro mayor fuego nace.
Que era muerta por soldados ; Pero al revés ha de ser : ¡Huésped, hola! Huésped, hola!
Que durarán tus cuidados A mi casa habéis de ir. Haced traer agua á manos.
Menos que durare el dia.
Pero dice que la lleves CAPITAN. huésped. (Dentro.)
Como paje. No puedo de aqui salir. ¿Dónde están estos villanos?
CAPITAN. LUCINDO. Vé, Inés, pues tú sirves sola.
¡Vive Dios, ¿Por qué? FLORENCIO.
Que habernos de andar los dos CAPITAN. Con razón agua he pedido ;
Como el miércoles y el jueves! Por cierta mujer. Pero si está el fuego dentro,
¡Pesia á tal, que es como un oro! LUCINDO. Iráse metiendo al centro
{}'ate el Alférez.) Pues alto; con vos me quedo. Del corazón encendido.
En lavándome las manos.
ESCENA XV. ESCENA XVI. ESCENA XVIII.
LUCINDO, RISELO.—ELCAPITAN. FLORENCIO t BELTRAN, á un lado.—
LUCINDO. A otro, EL CAPITAN, LUCINDO y LISENA , con plato, jarro y toalla. —
RISELO. FLORENCIO.
En este mesón entraron.
RISELO. FLORENCIO. LISENA. '
¿Tan de veras te agradaron? ¿Hubo qué comer, Deliran? ¿Qué voces dais? Yeisme aquí.
LUCINDO. RF.LTRAN. FLORENCIO.
Prometí matar un toro Loque hubiere Ies darán. ¿Sabéis qué fuego hay en mi,
14
210 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPíO.
Y qué pensamientos vanos ? Como son mis daños ciertos ; De comida , y me ha valido
Echad, por ver sí templáis Que á fe que el amante mió Para no perder la fama ;
Por la mano el corazón.— Que no me ha guardado fe. Que dando con su hermosura
¿De qué es tanta suspensión? Dulces cosas de comer ,
FLORENCIO.
¿Qué tenéis? Qué me miráis? Echad agua. No reparastes en ver
LISENA. (Ap.) LISENA. La mesa.
¡ Cielos ! ¿no es este Florencio? ¿Para qué, LUCINDO.
FLORENCIO. (Ap.) Estando el fuego tan frió?— Y fuera locura;
¡Cielos! ¿no es esta Lisena? Otra mujer quiere ya. Porque donde el alma come.
FLORENCIO.
El cuerpo es razón que ayune.
LISERA. (Ap.)
¡ En tanto gozo tal pena ! El remedio suele ser; CAPITÁN.
Que para mal de mujer, ¿Vos queréis que la importune
FLORENCIO. (Ap.)
Purga de mujer se da ; Y que esto á mi cargo tome?
¡ En tanto bien tal silencio ! Aunque esta será triaca. ALFÉREZ.
lisera. (Ap.)
¡Ah traidor! ¿Damas aquí? LISENA. De aquí á las fiestas, no creo
¿Tan presto tanta mudanza? ¿Mujer con mujer? ¡ qué bueno ! Que habéis de tener lugar; '
FLORENCIO.
Que muy poco le ha de dar
FLORENCIO. (Ap.) La guarda con que la veo.
Hoy pierdo, amor, la esperanza Sí ; que como son veneno,
De gozar el bien que vi. Una con otra se saca. RISELO.
lisena. (Ap.) LISENA. Debajo de que es hermano,
Lavaos ; que aun no podréis, No ha de ser tan codicioso;
Quiero negar que yo soy, Que no es amante celoso
Aunque no puedo negar. Aunque os diese yo mi llanto, Ni marido cortesano.
FLORENCIO. Lavaros, mi señor, tanto, Esta tarde se irá á ver
. . ¡Lisena en este lugar! Que limpio y salvo quedéis. La ciudad.
Oes
) está loca ó yo lo estoy , FLORENCIO. LUCINDO.
O la fortuna está loca, Dadme el paño. ¡ Quiéralo el cielo !
O el tiempo perdió el juicio. LISENA.
Hasta saber con qué indicio CAPITÁN.
De amor en mis celos toca, Veisle ahí. Mas corto levanto el vuelo,
Tengo de negar quien soy, FLORENCIO. Con el temor de caer. . ,
Aunque mas me llore y diga.) ¿ Quién os trujo á este mesón ? Nunca pongo el pensamiento
¿Há mucho que estáis, amiga, LISENA.
Donde tenga fuerza alguna
Aquí en casa? El tiempo ni la fortuna,
El decirme el corazón Ni pueda llevarle el viento.
lisena. Que estaba su dueño aquí.
Habrá que estoy ¿Vos estáis enamorado
Cosa de un año y un mes. FLORENCIO. Desta dama de Madrid? ,
Y ¿si es ya de otra? LUCINDO.
FLORENCIO.
Echad agua. , LISENA. Perdido estoy.
Los dos CAPITÁN.
LISENA.
Sabremos mudar de prendas. Advertid
Que me place. En la bajeza que he dado.
FLORENCIO.
FLORENCIO. Ni yo camino en el mar
¿Un año? Id á hacer vuestras haciendas. Ni en el viento, ni al sol miro,
LISENA. LISENA. Ni por el fénix suspiro,
Ahora lo hace. Quedad con Dios. Ni estrellas quiero alcanzar;
FLORENCIO. FLORENCIO. Ni me matan seda ó tela,
Y ¿cómo os llamáis? Id con Dios. Ni artificio, ni cabellos
Rizos , ni anda el auna en ellos ,
LISENA.
Como anda el viento á la vela.
Inés. Solamente me parezco
FLORENCIO. ACTO SEGUNDO. A vos , en que hoy me ha nacido
Hermosa sois. En casa este amor, que ha sido
LISENA.
Palio del mesón. Legítimo.
Yo solia LUCINDO.
Parecerlo á algún mudable. ESCENA PRIMERA. No os ofrezco
FLORENCIO. Ser padrino de ese amor,
Si se mudó, razonable EL CAPITÁN, EL ALFÉREZ, LUCIX- Hasta saber el sugeto;
Causa ese galán tendria. DO, RISELO. Y si no importa el secreto, •
Tendrélo á mucho favor.
LISENA. CAPITÁN.
Los hombres luego que olvidan, CAPITÁN.
Perdonad ; que en un mesón Los soldados no podemos
Dicen que causa íes dan. No puede haber mas regalo.
FLORENCIO.
Amar con secreto, y ser
LUCINDO. Constantes en el querer;
Sin ella, firmes están , Al de Atalante le igualo. Que estas dos faltas tenemos.
Aunque mil almas les pidan. Apenas entra el soldado
CAPITÁN.
LISENA.
Si es la mesa el corazón. Con las medias de color.
El que yo digo , tomó ¡Qué atrevida es la amistad! Calzón de extraña labor,
Por excusa ciertos celos. Sombrero rico emplumado ,
ALFÉREZ. Ligas con oro, zapato
FLORENCIO. .
Los inciertos culparélos; Amor es atrevimiento. Blanco, jubón de Milán,
Pero si son ciertos, no. RISELO. Cuando ya todos están
Donde sirve el cumplimiento Murmurando su recato.
LISENA.
Yo pienso que eran inciertos. No asiste la voluntad. Llevan colores y brío .
LUCINDO.
Los ojos , y en galas solas
FLORENCIO. Mas jarcias y banderolas
Pensáis en vuestro favor. ¿Qué os pareció de la dama Que por la barra el navio.
De Madrid? Pues ¿constancia en el querer?
LISENA.
CAPITÁN. ¿Cómo puede ser constancia?
Yo sé que es cierto mi amor,
Que os ha servido Ya está en Flándes , ya está en Francia ,
LA NOCHE TOLEDANA.
El ausente, ella mujer... CAPITAN. (Ap.) CAPITAN.
—¡Bien haya mi condición ! Ya tengo el alma turbada; ¿A barrer?-
RISELO. Respeto , por Dios , me ha puesto. LISENA.
Solo de oítos hablar ¿Pues cómo yo , que atrevido Aquel palacio.
He venido á sospechar Andando con el marqués CAPITAN. '
Que hay duende en este mesón. De Santa Cruz, y después Manos hermosas, por Dios,
Y si es ansí , no penséis Con el Archiduque, be sido Que otro instrumento os conviene.
Que sois el doliente vos Del turco y del rebelado LISENA.
I ie ese dolor ; que por Dios, Flamenco , rayo en la guerra ,
Que hay mas de cuatro y de seis. Y' en propria y ajena tierra (Ap. ¡Cielo, mi enemiga viene!
Soy por quien soy respetado, Mi remedio espero en vos.
CAPITAN. Temo una flaca mujer, Valedmc, industria, ayudadme,
Por vida del capitán , Moza que sirve un mesón? Cielos ; que no quiero amor.)
Que sospecho , y sin sospecho, Mas de amor efetos son , Id en buen hora,. Señor.
Que ha de entrarme en mal provecho Que es niño, y dios en poder. CAPITAN.
Kl ser hoy de Inés galán ; ¿Quién sino amor ha burlado Oye, Inés.
Porque ninguno la ve • Libros v armas? Quién ha sido LISENA.
Que no piense que ya es suya. El que tuertes ha vencido Señor, dejadme;
ALFÉREZ. Y sabios ha derribado? Que viene Gerarda aquí.
Inés es como aleluya , Amor poderoso«s. CAPITAN.
No hay verso donde no esté. LISENA.
Pero ya es del Capitán ¿No acabáis? Pues ¿vendrásme á ver?
Esta empresa. . capitán; LISENA.
RISELO. Quiérete un poco. Sí haré.
Y es razón. LISENA. CAPITAN. (Ap.)
CAPITAN. Decildo. ¡Vitoria! Vine, llegué,
Eso no ; que en un mesón CAPITAN. Vencí á Inés, á Inés vencí.
No ha de haber solo un galán. Vuélvome loco ;
Sirvan lodos , y ella escoja. Yo te lo diré después. ESCENA m.
LÜCI500. (Ap. ¿Hay tal temor? Hay tal fuerza GERAfiDA.—LISENA.
A rio vuelto , señores , De amor? ¿Qué temo? Qué aguardo?
Ganancia de pescadores. ¿Soy yo el que , fuerte y gallardo, GERARDA.
CAPITAN. Anima, acomete, esfuerza?
¿También á vos se os antoja? ¿El que asalta al escuadrón, ¿Con quién das voces, Inés ?
A la galera, al navio? LISENA.
LOCINDO. Amor, ¿ dónde está mi brío? ¡Oh mi señora Gerarda !
No; pero el que hablare á Inés, ¿Qué has hecho á mi corazón? Con ese necio, que aguarda
Tercie por mi con Gerarda. vuélvemelo : ¿tú no ves Lo que de otro dueño es.
CAPITAN. Que soy soldado de amor?) Persuadirme pretendía
Inés viene: aquí me aguarda. LISENA. Que esta noche visitase
LCCINDO. ¿Qué es lo qué queréis, Señor? Su aposento.
Adiós. CAPITAN. GERARDA.
CAPITAN. Un poco te quiero , Inés. Que intentase
Hablemos después. LISENA. Tu amor con descortesía,
(Yante el Alférez, Lucinda y Riselo.) ¿Qué puede ser que os obligue Fué culpa; mas no lo es
A suspenderos asi ? Quererte , siendo tu gusto ;
ESCENA H. Antes parece muy justo
CAPITAN. Quererte lodos, Inés.
LISENA. — EL CAPITAN. Verte , Inés. LISENA. .
LISENA. Si eso hubiérades tratado,
lisena. (Sin ver al Capilhn.) ¿Qué veis en mi? Rendida de algún dichoso,
Andan mis males por volverme loca, CAPITAN. Ya fuese galán , ya esposo.
Como si yo negase que lo he sido; Yo callo, y amor prosigue ; Que os hubiese conquistado,
Andan mis bienes por cubrir de olvido Y espantóme que no des ¿Seria entonces razón
Lo que confiesa el alma por la boca; En que quien te ve, te adora. Que otro que os persiguiese.
Andan mis penas por deci rqúe es poca LISENA. La misma noche quisiese
La que por tal sugelo he padecido; ¿Hay mas? La misma conversación?
Y mis agravios, como lo lian sentido, • CAPITAN. GERARDA.
Dicen que la venganza, al honor toca; Si.
Andan mis celos por que amor intente LISENA. Eso, Inés, no puede ser;
Alguna sinrazón , viendo que puedo ; Que es de comunes mujeres ;
Anda mi amor porque de aquí me ausen- Decildo agora. Y' si guardar honra quieres,
Anda él con artiticios en Toledo ; [te. CAPITAN. Uno solo has de querer. .
Mas es andar y andar; que finalmente Yo te lo diré después. LISENA.
He de anegarme entre el amor y el miedo. LISENA. Tengo mi palabra dada
CAPITAN. ¿Cuándo ó cómo? De ser de cierto galán ,
¡Ah, señora Inés! CAPITAN. Y también el Capitán
LISENA. Si tú vienes 8uiere ocupar la posada :
¿Quién es? Esta noche á visitarme, osa que no puede ser.
CAPITAN. Sabré mejor declararme. GERARDA.
Un hombre, un huésped de casa. lisena. (Yéndose.) Notable placerme has hecho
LISENA. ¡Bien por Dios! En descubrirme tu pecho.
Pase en buen hora , si pasa. CAPITAN. LISENA.
CAPITAN. ¿Qué prisa tienes? Sois mujer, y soy mujer.
L'n poco te quiero , Inés. LISENA. ¿Qué queréis? Flaquezas son.
LISENA. ¿Cómo puedo estar despacio GERARDA.
Si es muy poco , diga presto ; Adonde hay tanto que hacer? Dimela verdad , Inés: \-.
Que ando, como ve, ocupada. Suelte; que voy á barrer. ¿Ha sido amor ó interés? tj'; ,
212 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
LISENA. El galán que ha de tener LISENA.
Dos deditos de afición. , • Aquesta noche mi lado. Señora , á hacer voy las camas.
GEIURDA. Pues ni el mió ó su decoro
GERARDA.
¿Aficionado lebas? Me han detenido, por Dios,
Sino el ver que os toca á vos Mejor dirás si las llamas
USENA. Lo que yo, Gerarda , adoro. Llamas de infierno.
¿Soy piedra? lisena. (Ap.)
GERARDA.
CERARDA. Bien siente.
¡A mi en aqueste mesón !
Pensé que amor Quiérome quitar de aquí
Se trataba á lo señor, LISENA.
Y dar lugar á sus celos.
Y andaba entre ellos no mas. A vos.
GERARDA. Florencio. (A Gerarda.)
No creí que en los mesones
Hallaba el amor posada. ¿Quién es? Guarden tu vida los cielos.
LISENA. GERARDA.
LISENA.
AI amortal vez le agrada Vuestro hermano. Como la guarden de ti.
Dejar calzas por calzones. GERARDA.
(Hablan bajo Florencio y Gerarda.)
Suele enfadar el faisán, ¿Mi hermano? Es buen cortesano, BELTRAN.
Suele la vaca dar gusto ; Te dirá alguna invención. Oye , Inés.
Que no hay vestido mas justo LISENA.
LISENA.
Que aquel que nuevo le dan. ¿Qué quiere?
Si del ver nace el amor, Si soy la que las saetas BELTRAN.
Y de privación deseo, De amor pudiera guardar, 1 Escuche.
En los que caminan , creo ¿No pudo alguna tocar Bien la quiero... ya me entiendn.
Que será mas el rigor. Su pecho?—¿Qué te inquietas?
Qué tienes? LISENA.
GERAnDA.
GERARDA.
No puede ser.
Tú á lo menos disculparas BELTRAN.
Cualquiera deseo, Inés; ¿Qué he de tener?
Mi hermano es hombre. ¿Cómo?
Que es muy justo que le des ,
LISENA.
Si en tus méritos reparas. LISENA.
Mas , pues me has declarado Es ansí. Hay duende.
Lo mas , que es decir que quieres , GERARDA- BELTRAN.
Y que el galán que prefieres ¿Que te quiere tanto? Y la daré...
Tendrá esta noche tu lado, LISENA.
LISENA.
Dime cuál de los dos es : ¿Qué?
Ansi logres tu deseo. Si,
Si bien me supo querer. BELTRAN.
LISENA. Un estuche.
GERARDA.
Muy cuidadosa te veo ; LISENA.
Yo te lo diré después. ¿Que esta noche ha concertado
Verte? Barbero debe de ser.
GERARDA.
LISENA. BELTRAN.
Vuelve,.detente y advierte
Que solo es este cuidado Y con tanta afición , Muy su servidor sí soy. (Vate Lisena.)
Gusto de ver si has echado Que en prendas que de amor son ,
El dado con buena suerte. Esta sortija me ha dado. ESCENA V.
¿Quién , por mi vida? Y no mientas. Y aunque tan pobre me ves,
Cree de mis pensamientos FLORENCIO.—GERARDA.BELTRAN.
LISENA.
Que á tales atrevimientos
(Ap. Bien se traza mi invención.) No me moviera interés. FLORENCIO.
¿En amores de mesón Amor me mueve; que estoy ¿Cómo en tu desgracia estoy?
Saber secretos intentas? Perdida. GERARDA.
No te lo niego por mí ; GERARDA.
Que confesar que ha de ser Di tú cójpo soy mujer.
Gran bien me has hecho. BELTRAN.
Es lo mas que puedo hacer (Ap. Y hoy saldrá de mi pecho
En esta ocasión por ti. Su amor , á fe de quien soy ; ¿Qué tenemos? ¿ Hay capote?
Por honra del caballero, Y no será grande hazaña Hay ceño? Hay capa aguadera?
Gerarda , te encubro el nombre. , Que hoy salga quien hoy entró.) FLORENCIO.
GERARDA.
LISENA. (Ap.)
No ha un hora que tu bien era.
Pues ¿qué pierde ningún hombre? Bravamente lo sintió. BELTRAN.
LISENA. No hay paz que no se alborote,
Su calidad considero; ESCENA IV. Si entran de por medio celos.
Y que nunca en el sayal ¿Cuánto va que estás , Gerarda ,
Suele estar envuelto el oro FLORENCIO, BELTRAN.- Dichas. De la fregona gallarda •
Sin que pierda su decoro. Con principios de recelos?
GERARDA. DELTRAN. Yo holgaría de saber '
No sientas de ti tan mal ; Cosa , vive Dios, extraña , Si deste enojo soy parte ,
Que si el mismo amor posara , Y que si yo no la viera , Porque puedo asegurarte
Inés , en este mesón , No la creyera á ninguno. Con que vive en mi poder.
Pudiera con afición Florencio. (Ap. á Beltran.) Este concierto hemos hecho
Rendirse á tu hermosa cara. Siempre que vamos los dos
Aquí están las dos. Algún camino; y por Dios,
Y como se suele dar
A la huéspeda el dinero beltran. Que te hablo abierto el pecho.
Que lo guarde, considero Si alguno El ha de hablar cuantas damas
Que amor te diera á guardar Me contara esta quimera , Le ofrecieren sus personas ,
Las flechas de sus despojos, Lo tuviera á bernardina. Yo con todas las fregonas
Aunque de rayos son hechas;- ¿Que esta es Lisena, Florencio? Que nos hicieren las camas.
Que para guardar sus flechas, • Asi que, Inés me ha tocado.
FLORENCIO.
Eran muy propios tus ojos. Y es de mi juridicion,
Quedo, Beltran , con silencio. Y al rededor del mesón
LISENA. BELTRAN. Cinco leguas.
Lisonjas os ha enseñado Quien ama y se determina , GERARDA.
El deseo de saber No habrá cosa que no intente. Si has pensado,
LA NOCHE TOLEDANA. 21D
I'.etlran, que en Madrid liay bobas, FLORENCIO. Aunque mejor lo tomara
Y que el tiempo y la fortuna Calla , Beltran ; que si vuelves De esos brazos en el cuello
Ño dejaron cosa alguna, Por ellas, ha de pensar FLORENCIO.
Mucho en sus leyes inovas. Que es mi gusto. Son de amor la firma y sello,
Imagina que es Madrid , BELTRAN. En que obligarse declara.
En la tempestad que fué, ¿He de callar, (Abrazante.)
Como el arca de Noé. Cuando á callarte resuelves,
BELTRAN. Tocándome en las dos niñas ESCENA VI.
Mas como el arca del Cid , De los ojos? ¡Vive Dios,
y ue en vez de oro tiene arena. Que hay fregonas mas de dos LISENA.— Dichos.
Sin las bordadas basquinas ,
GERARDA. Sin el manto soplonesco , LISENA. (Ap.)
De cada género tiene Sin el garbo ni el chapín, ¡Ay de mi!
Dos animales. Con el tranzado garbín , BELTRAN. (Ap.)
BELTRAN. Y el delantal blanco y fresco, Lisena es ,
Mas viene Que van vendiendo cuajada Delante ponerme-quiero.
A estar de animales llena ; Mas que nieve y que tomillo , (Pénese Bellrandelante, fingiendo que
Que los conejos del Parque Porque aquel amor sencillo no la conoce.)
Se suben hasta San Juan. Es lo que al buen gusto agrada!
¿Qué faldellín de persona Inés, ¿que en fin soy barbero?
GERARDA. Grave iguala en nieve y flores ¿Que en fin soy barbero, Inés?
Cosas que en el arca están , Al ver en paños menores LISENA.
Es justo que el tiempo embarque. Una candida fregona? Déjame pasar, desvia.
Hay dos discretos, dos necios, ¿Para qué puede ser bueno
BELTRAN.
Dos ricos, dos mendigantes, Al mando ni al galán
Dos sabios , dos ignorantes , Brindalle con solimán, Un abrazo me has de dar.
Dos altos , dos bajos precios, Que es en efeto veneno? LISERA.
Dos tües , dos señorías , GERARDA. Déjame, Beltran , mirar
Dos grandes y dos pequeños , Beltran , yo digo que Inés Celos por tu celosía.
Dos gordos y dos cenceños, Y otras fregonas de aquí Déjame, pues me conoces.
Dos palomas, dos arpias , Serán pavos para ti ; BELTRAN.
Dos legos , dos estudiosos , Pero mírales los pies; ¿Celosía yo? ¿Y qué tal?
Dos jardines, dos desiertos, Que yo conozco un discreto De ébano de Portugal.
Dos con ojos v dos tuertos , Que ésa rueda deshacía
Dos sucios y dos curiosos , LISENA.
Luego que los pies les vía, ¡Beltran !
Dos damas y dos fregonas, Que es espantoso defelo.
Para que en pasando el agqa, BELTRAN.
Cuando pinta algún pintor ¡Inés!
Haya sin ir á la fragua Al demonio, ya después
Aquellas mismas personas. Que ha hecho el rostro, en los pies
LISENA.
Tú , Beltran , no has de pensar I Pone el quién es, como autor. Daré voces.
Que soy de las bobas jo : I Pues ¿qué piensas tú que son BELTRAN.
Florencio no me engañó ; i Fregonas? Diablos pintados. ¿Qué importa que tú las des? .
Pero quísome engañar.
BELTRAN. LISENA.
Y si es que las ocasiones
Le dan las damas, sin duda Esas llevan mis cuidados , Ya no importa. ¡Triste caso!
yue, pues de dama se muda , | Y no damazas de don. BELTRAN.
Trocastes juridiciones. GERARDA. Gerarda,guárdameelpaso;(v4p.de//a.)
Ya Florencio en tu afición | Al tinte huele, Beltran, Que quiero abrazar á Inés.
Tiene tanta señoría , ; Quien tiñe ; al olio el pintor, GERARDA.
Que como cnancillería | A la pesca el pescador,
Se entra en tu juridicion. Abrázala; que aquí estoy.
El que curte al cordobán , Mas págame en otro tanto.
Dile que siendo galán Las fregonas al fregado.
De las damas , que no es just» LISENA. (Ap.)
BELTRAN.
Que fregonice su gusto, De lo que sufro me espanto.
Pues es tu oficio, Beltran; ¿Y no es pastilla mejor Florencio. (A Gerardo.)
Que Inés no es lugar que cae Oue el artilicial olor,
Cinco leguas del mesón , El melindre y el cuidado? ¿Eresmia?
Ahora bien , cuando de todas GERARDA.
Pues de tu juridicion
Hoy á la suva la trae. Digas mal , déjame á Inés. Tuya soy.
Esta noche na concertado GEBARDA. LISENA.
Tener su lado de Inés, ¿Que en fin , Beltran , tuya es?' ¡Tuya soy!
Y por prenda , si lo es , BELTRAN.
BELTRAN.
Una sortija le ha dado. ¿Que tú eresmia?
Pues quien me ha de amar i raí Y esta noche son las bodas.
LISENA.
No ha de tener pensamientos GERARDA.
No digo á tí.
De tan bajos fundamentos, ¿Cómo, sí ella me ha contado BELTRAN.
Ni ha de humillarlos así. Que mi hermano la requiebra ?
Quien tanta gala pregona, ¿Cómo no?
Y me llama su mujer,
BELTRAN. «Tuya soy «dijiste.
Una estrella no ha de ver, Florencio, ¡el cuento celebra! LISENA.
Cuanto y mas una fregona. ¡Que soy su hermano ha pensado ! Yo
¡Jesús! ¡Qué asco! Qué infame FLORENCIO. Lo que escuché repelía.
Gusto! Qué sucio deseo! Si tu hermano dijo , advierte Déjame pasar, Beltran.
Qué vil amor! Qué trofeo Que piensa que lo es Beltran. GERARDA.
Tan bajo! GERARDA. Florencio, tú eres mis ojos.
BELTRAS. Mal en hombre tan galán LISENA.
Quedo, no llame Pensamientos desa suerte ¡Tú eres mis ojos!
Vuesamerced tales nombres Pudieran caber. Yo digo
BELTRAN.
Al buen gusto de Beltran ; Que engañada me enojé ;
Porque es creencia en que están Y si en tu disgusto hablé, ¿Qué enojos
Muchos muy discretos hombres. Humilde espero el castigo. Tus ojos no quitaran ?
214 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
¡Tú eres mis ojos, me dices ! ' BELTRAN. Pintara eu una señora
LtSENA. Pues cuando el sol se le va , Cuanto el cielo puso ea él ;
No soy Inés. í ¿Quién encubre cuanto está Si le dieran los colores
BELTRAN. Debajo del ? Luego yo El sol , las piedras preciosas ,
Loca estás. * Soy aquí su semejante. Los cristales y las rosas,
¿Cómo que no eres Inés? 3 La noche , que es capa y manto , Y el divino olor las flores;
Florencio. (A Gerardo.) Llama á su silencio santo ; Si el entendimiento, aquellos
Las manos encubre el guante , Espíritus celestiales,
Sola te quiero. Al cuerpo encubre el vestido , Si los labios, los corales,
GERARDA. El zapato cubre el pié, Y verter perlas por ellos,
Y lo creo, El dosel al Rey, que fué No me pudiera obligar
Porque lo merezco yo. Majestad de su apellido; . A un escrúpulo , á una drama
LISENA. La bolsa cubre el dinero, De amor! ¿Yo, Lisena dama?
¿Sola te quiero? (Ap. Eso no, El retrato la cortina, Yo querer tierno y amar?
Cuando yo, traidor , te veo.) A los diamantes la mina , Yo escribir borracherías?
¡Sola te quiero! La cubierta al marinero; Yo andar con cintas y enredos?
BELTBAN.
El solimán los defetos Yo con celos? Yo con miedos?
De la cara de las damas... ¡Ah santas fregonas mias.
Mi Inés , Si esto es ansí , ¿ por qué infamas Volved por vuestro derecho!
¿Que en fin solo me has querido? A quien encubre secretos? ¡ Vive Dios ! si me afrentaras
LISERA. Con cuantos nombres hallaras,
LISENA.
Deliran , que pierdo el sentido. Si me pasaras el pecho,
Lisena soy , ¿no lo ves? ¿Cómo, Beltran , cuatro días
De ausencia á Florencio han puesto Si me hicieras una afrenta
Florencio. (A Gerardo.) De tal suerte, y descompuesto Pública , si me escribieras
Sin ti no vivo. Las obligaciones mías? Libelos , no me ofendieras
LISENA. ¿Cómo , Beltran? ¿No era ayer Mas, ni quien mi agravio intenta,
(Ap. ¿Eslq sufre La que en Granada le vi Que con decirme que quiero
El cielo ? ¡ Oh rigor eterno ! Llorar mas tierno por mí Mujer de manto. Es verdad
¡Oh celos, color de infierno, Que la mas tierna mujer? Que me muestra voluntad,
Llama azul de piedra azufre ! Cómo, Beltran , un hidalgo Y respondo lisonjero ;
¡Sin ti no vivo ! Llora y miente, vende, infama Pero ¿yo interés ni amor?
BELTRAN. Una mujer que lo llama Quédate con Dios, Lisena ;
¿Es posible Su bien? Que me has dado mucha pena. ( Vate.)
Que sin mí no vives ya? BELTRAN. LISERA.
LISENA. De juicio salgo / Oye, espera. ¿Hay tal rigor?
De los requiebros de allá Con ver lo que Beltraneas. ¡Desdichada suerte mía!
Soy, Deliran , eco invisible. Lisena, sí lie de dejar Todo me deja. ¿Qué haré,
Respondo al postrer acento De llamarte Inés', y hablar Pues va no hay cosa que esté
A la voz de aquel Narciso , En las cosas que deseas, En el lugar que solía?
Que en aquesta fuente quiso Oye , y mira que le has dado ¡Ah traidor, que disimulas!
Volver mi espíritu en viento. Para mudanza ocasión; Yo conozco bien tus tretas.
BELTRAN.
Que mudanzas siempre son
Como el son que se lia tocado. ESCENA VIH.
¿Qué fuente ? ¿ Cómo? ¿ No ves ¡ Cuerpo de tal ! La mujer
Que no hay fuentes en Toledo? Que quiere no dé lugar EL ALFÉREZ; FINEO, de camino.—
GERARDA. A que otro la pueda hablar. LISENA.
Varaos, mi bien. ¿Cómo pueda hablar? Ni aun ver.
(Vanse Florencio y Gerardo.) Sírvele Estado, y tú gustas fineo. (.4 un criado que ettd dentro.)
Del servicio y del favor ; Haz que guarden las maletas ,
ESCENA VII. Y tras ser competidor Y den recado á esas muías.
(Cosas en buen trato injustas), alférez.
USENA, BELTRAN. Preciase de bravo, y viene
A echarnos ya de su calle; Cuando as vi pasar, Fineo,
LISENA. Y quieres que el otro calle Apenas os conocía.
¡Buena quedo! Las ocasiones que tiene. FINEO.
BELTRAN. Viene huyendo de Granada Habeisme hecho cortesía
Sosiégate un poco , Inés. Por ti , y á sus padres deja; Y pagado mi deseo
Y tú con graciosa queja En llamarme.
LISENA. Dices que has sido olvidada. alférez.
Al fin, infame alcahuete, ¿Qué respondes?
Capa y manió de los dos, ¡Bueno estáis!
Se me escaparon por vos. LISENA. No pasa dia por vos.
BELTRAN.
Que aunque hubiera FINEO.
Dado á Florencio ocasión, Pues no es gusto ; que por Dios
¿Yes mal oficio ir á Huele? Porque en fin , sus celos son
No hay cosa demás primor Que hay mas mal del que pensáis.
Autores de esa quimera.
Que ser alcahuete ó capa, El venir.como he venido, ALFÉREZ.
Mayormente cuando lapa Infamando mi linaje, ¿Hay gusto como encontrarse
Gustos y celos de amor. Y el servir en este traje. Dos amigos caminando?
Los árboles ¿no son buenos? La culpa hubiera vencido. FINEO.
LISENA. ¡ Ah Deliran ! Di tú que viste Y ¿dónde vais?
Buenos son. A la amiga de Cerarda, ALFÉREZ.
BELTRAN. Moza de Madridgallarda,.
Pues ¿quién encubre Y á Florencio persuadiste, Voy gastando
Mas que un bosque , hasta que octubre Porque hallaste gusto aquí; Tiempo que no ha de cobrarse.
Seca sus troncos amenos? Y no digas que yo he sido Voyá hacer gente.
El cielo ¿es bueno? Causa de su injusto olvido. FINEO.
LISENA. BELTRAN. ¿Con quién?
¿Pues no? No me conoces tú á mí. ALFÉREZ.
¡Vive Dios, que si el pincel El capí tan Acebedo
1 - 5 Tres versos suellos entre redondillas. De naturaleza agora Me lleva consigo.
LA NOCHE TOLEDANA. 213

F1NE0. LISENA. Los diques en medio el agua ,


Puedo Ninguno gusto me da. (Yate.) Contra su curso excesivo.
Llego en fin á Aranjüez ,
Daros de eso el parabién ; FINEO. Paso el palenque , y admiro
Que es gran amigo, y un hombre Tenéis estragado el gusto. En la huerta Totipela
De valor. Tantos árboles distintos:
ALFÉREZ. ESCENA IX. ! Cermeños, melocotones,
Albérchigos y membrillos ,
FLNEO.
EL ALFÉREZ , FINEO. Avellanos y nogales,
Peros, duraznos y guindos.
Hay mil cosas que sepáis. ALFÉREZ. ! Veo la puente del Tajo;
ALFÉREZ. ¿Es buena? i Tajo , que el nombre latino ,
Va no-hay cosa que me asombre. FINEO. A pesar del fiero moro ,
FINEO.
Como mil perlas. ! Conservó por tantos siglos;
ALFÉREZ. Por cuya causa en su iglesia ,
¿No nos darán aposento ? I Toledo en aljibes frios
Ya estamos solos ; decid
LISENA. Lo que os saca de Madrid. Le deja entrar, como á hidalgo ,
Aquí eslá dellos la llave. ¿Son fiestas? De cuatro costados limpio.
FINEO. FINEO. Por la calle de Toledo
No vengo á verlas. (Que asi se llama), partimos
¡Brava fregatriz! Aquel estanque, ó mar Tonta.
ALFÉREZ. ALFÉREZ.
ALFÉREZ.
Suave. Pues ¿á qué?
FINEO. ¡¿Mar Tonta?
fineo. (Ap. al Alférez.) FINEO.
Sigo una dama.
¿Déjase asir? Es su nombre mismo.
ALFÉREZ. Muchos , tenidos por sabios ,
ALFÉREZ.
Es un viento. ¿Haos engañado? ,;t en sus ondas sumergidos
Al Capitán ba vencido: FINEO. \ convertidos en cisnes,
No quiere salir de aquí ; Tal vez. Los confiados por lindos ,
Hase liado de mi, Que venia á Aranjiiez Los que pasean , los que fian ,
Y estoy por ella perdido. Echó entre sus deudos fama. Los graves y los remisos,
Veremos aquí los toros ; Salí, seguíla, y busqué Los que casan pobremente ,
Que ba de ser Gesta famosa, Sus huertas. Los avarientos y ricos ,
ALFÉREZ. Los mordaces, los que enfadan ,
FINEO. Los cortos y los prolijos.
Y ¿estaba en ellas?
¡Bella labradora ! ALFÉREZ.
FINEO.
ALFÉREZ. Cisnes son de la mar Tonta
No.
Hermosa ALFÉREZ. Mil pretendientes anfibios.
Y limpia como mil oros. Mil cosas cuentan dellas. FINEO.
FINEO. FINEO.
¡Notable es aquel palacio !
Si la quiere el Capitán Lo que yo he visto os diré. ¡Edificio peregrino!
Y el Alférez , yo querría Galerías, salas , cuadras,
Grandes maravillas tiene Mármoles y jaspes lisos,
Servir en su compañía. El católico Filipo, La capilla y corredores ,
ALFÉREZ. Aumentadas en España , Y aquel retablo divino
No sé , por Dios , si os querrán ; De su abuelo y padre invicto ; Del Ticiano, y el reloj
Que es hosca como un novillo. Y si maravillas fueran De tan notable artificio;
FINEO.
Personas como edificios , Las huertas de los franceses ,
Diera primero lugar Donde, de murta vestidos ,
¡Ah , mi reina ! ¿De qué eslá A sus soberanos hijos.
Triste? Mil músicos 'vi tañendo,
Ei templo del Escurial Imagen de los de oficio ;
LISENA. Maravilla octava ba sido ,
En eso, ¿qué leva? Que no tienen mil que cantan
Desde nuestro polo al austro , Alma , gusto ni sentido. •
FIÍiEO. Y del ocaso á Caliste. Vi mil galeras de yerba ,
Quiere el alférez Carrillo , Tienen Toledo y Segovia Toros , perros , cocodrilos ,
Tan tierno á vuesamerced , Dos alcázares altivos, Pájaros y cazadores ,
Que , como amigo , querría Madrid su rico palacio, Culebras y basiliscos ;
Merecer su cortesía , De pintura y cuadras rico ; La huerta de las moreras ,
Y que me hiciese merced. Pero dejando estas cosas, Donde con soberbios picos
LISENA.
Dadme por un rato oido , Vi coronados pavones ,
Y veréis á Aranjiiez, Llenos de plumajes ricos.
Este aposento es famoso. Puesto que es mapa su sitio.
¿Sois salo? A la no acabada puente
A Vaciamadrid llegué; Fui del Tajo cristalino ,
FINEO. Dios me libre de haber ido
Solo he de estar. Y al embocada del agua ,
A Vaciamadrid de noche; Caracol y laberinto.
LISENA. Que no le tengo por limpio. A la casa de las vacas
Yo le voy á aderezar. Allí vi el rico palacio Ful con igual regocijo,
FINEO.
Con linda vista de rio ; Y por doce verdes calles
Perdone la casa antigua , A la plaza vuelta dimos ,
¡Qué gallardo talle! Ruina del tiempo antiguo ; A cuya sazón pasaron
ALFÉREZ. Que mejor saben las damas Siete camellos asirlos,
Airoso.— Su mala traza y abrigo. Que en España , aunque son de Asia ,
Y antes , ninfa , que os entréis , Partí á Arganda , y vi la quinta Están sirviendo á Filipo,
Me decid de qué estáis triste. Del Embajador ; prosigo , ?ue es rey de Jerusalen ,
LISENA. Y en San Martin de la Vega muestra que cuarto ó quinto,
De que hay hombres. Duermo. Librará la Ciudad Santa
ALFÉREZ. Y el gran sepulcro de Cristo.
FINEO.
Aténgome al del vino. Vide al fin , tras destas cosas ,
Si consiste Las bodas de los dos rios ,
En alguno que queréis , FINEO.
Que no os paga como es justo , A la barca de Bayona Porque allí son para en uno
Escoged ; que otros habrá. Madrugo, y atento miro Sin firma del Arzobispo.
2IG COMEBIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
No os encarezco las fuentes , Que al mar de Austria se remita , Para mi desdicha- aquí!
Ya en mármoles , ya en castillos, Pues el nácar Margarita Si me ve , soy muerta , Inés.
Los tiros de agua , las burlas , Pare una perla en España. » LISENA.
Ninfas , sátiros y niños ; FIREO.
Y aquellas calles de flores, ¿Por qué , siendo vuestro hermano
Donde iba á hacer ejercicio El tercero y el primero Florencio?
La serenísima Infanta ', Tienen mas dificultad. GERARDA.
Entro á descalzarme. Ya encubro en vano
Primavera desle sitio ,
Que adonde puso los pies, ALFÉREZ. Mi desdicha: no loes.
Puesto que fuese el estío, Entrad; LISERA.
Nacieron rosas de nácar, Que hablando á Inés os espero. ¿Y eslo por dicha el que viene?
Como de Venus se dijo. (Vate Fineo.) (Jue estáis muy emparentada. .
Allí está el blanco jazmín GERARDA.
Y el oloroso junquillo , ESCENA X. Soy , Inés , muy desdichada;
Con la pálida relama , Diferente deudo tiene.
El adonis y el Darciso; LISENA.—ELALFÉREZ. Esta noche has de esconderme ;
Allí el pinte azul y rojo. Que este sin duda se irá
La salvia , el cárdeno lirio, ALFÉREZ.
El alelí como jaspe. ;.\li , mi Inés ! ¿No quiere ser Por la mañana.
Los claveles y el cítiso ; Vuesamerced cosa mia? LISERA,
Y el agua que asierra piedras , LIBERA. (Ap.¿Siya
"Y ciertos pájaros indios, : Para mi melancolía Quiere el amor socorrerme?)
Con dos borlas coloradas Venis ! Dejadme barrer. Yo tengo en el corredor
Sobre unas gorras de rizo, Desocupada una cuadra ,
Que llaman zaidas sin ser ALFÉREZ. Que para secreto os cuadra ;
Descendientes de moriscos. Inés , que, como el aurora, En ella estaréis mejor.
Pero ¿qué me meto en aves, Pudieras barrer estrellas , Por de fuera os cerraré ,
O sus diferencias pinto , rúes en esas manos bellas Y en dando el tiempo lugar,
Ni en proseguir el retrato Tal luz el cielo atesora, Os llevaré de cenar.
Del segundo paraíso? Vente conmigo á la guerra. LUCRECIA.
Baste dar fin á esta cifra Toma las armas, Inés,
Y verás... ¿Diráslo Inés?
Con decir que fué edificio LISERA.
De aquel soberano , padre LISERA.
Del nieto de Carlos Quinto. Quedo; después, No podré;
Cuando la noche se cierra , Que me va en callar la vida.
ALFÉREZ.
Me podéis venir á hablar, LUCRECIA.
Puesto me habéis mas deseo. Que ya sabéis mi aposento ; La nuestra queda en tu mano.
Seis días no pasarán Que de dia no consiento
Sin verle. LISENA.
Ni doy á nadie lugar, Entrad quedo.
FIREO.
Porque el huésped no querría ( Vante Gerardo y Lucrecia.)
Puesto que están Que supiese esta flaqueza.
En él los bronces que veo
Y los mármoles que os digo , ALFÉREZ. ESCENA XIII.
No estaba mi dama en él. Hoy á tu mucha belleza
Dejé , Alférez , el verjel , Igualas tu cortesía. LISENA ; luego, LUCINDO y RISELO.
Y el camino á llléscas sigo, Hado de tu palabra,
Donde tampoco la hallo. Voy á rogar á los cielos LISERA.
Supe esta fiesta de acá, Cierren al dia los velos , ¡ Oh soberano
Y vengo á ver si aquí está , Y que nunca el sol los abra. ( Vate.) Cielo, esperanza cumplida !
Con lo que yo siento y callo; (Salen Lucindo y Rítelo.)
Que os prometo que estoy loco. ESCENA XI. RISELO.
ALFÉREZ. Yo la hablé de vuestra parte,
LISENA.
Ahora bien , dejad la pena; Y dijo que la hablaría.
Que hay ocasión harto buena Nunca Dios te dé salud , Aqui está Inés.
Para divertirla un poco. Ni á ese necio capitán. LUCIRDO.
En ese aposento entrad ; ¡Buenos mis negocios van! ¡Inés mia!
Quitaos espuelas y botas ; Arded, celosa inquietud, LISERA.
Que desembarcan mil flotas Matadme el pecho , romped ,
De damas en la ciudad, Por Dios, que ando á buscarte.
Salga el llanto por los ojos,
A ver la famosa fiesta; Destílense mis enojos, LUCIRDO.
Que hay rejones y lanzadas ; Arded , corazón , arded. ¿Cómo has hablado á Gerarda?
Y las penas ocupadas Arded , triste corazón , LISERA.
Siempre son menos molestas. Para que siendo alquitara , A las dos , Lucindo, hablé
Naturaleza, por varía, Vierta el agua por la cara Por los dos.
Mas hermosa suele ser: Venenos de su pasión. RISELO.
También dicen que ha de haber Arded sin cesar de arder,
Una justa literaria; Discreción fué.
Y aunque es mi muerte abrasarme,
Y pues picáis de poela , Yaledme vos con matarme , LUCIRDO.
Al premio escribir podéis. Pues yo no os puedo valer. Y ¿qué responden?
FIREO. LISERA.
¿Qué sugelos? ESCENA XII. Aguarda.
ALFÉREZ. Que aquesta noche os quedéis
Mas de seis. GERARDA , LUCRECIA.— LISENA. A dormir en el mesón ,
FIREO.
Y os harán conversación
GERARDA. Desde las doce á las seis.
¿Hay glosa? ¡Oh Inés! ¡gran mal!
ALFÉREZ. LUCIRDO.
Y un pié que aprieta: LISERA. ¿A dormir ? Pues ¿de qué modo?
«De Dios es insigne hazaña ¡ Ay de mí ! LISERA.
¿Qué os puede haber sucedido? Dándoos aposento yo ;
1 Ana Maurieia, i la sazón de cuatro afios. GERARDA. Que Gerarda lo trató
primogénita de Felipe III. ¡Un forastero ha venido fie aquesta manera todo.
LA NOCHE TOLEDANA. 217
Huésped , con hombres que del mundo
FINEO. (Ap.)
RISELO. [saben
Pues no habernos de' dormir ¿Posible es que en un mesón Que han sido tan de bieny tan de hecho,
Sin en su aposento entrar, Hava tan bella mujer? Bien puede un hombre honrado decla-
Donde quiera habrá lugar. Mas nuestro común placer huésped. [rarse.
USENA.
Aumenta la estimación.
Las cosas bajas , hermosas , ¿En qué os puedo servir?
Pues los dos os podéis ir ; Tienen vil precio y estima; FLORENCIO.
Y al Capitán rogaréis Hasta declarar la eñíma Estadme atento.
Que os convide á cenar. Solo se estiman las cosas. Yo di en Granadaáun hombre ciertahe-
BISELO.
lisena. (Ap.) [rida,
Vamos. De que á peligro estuvo de ser muerto;
LUC1NDO.
Mil cosas he prometido ,
Y para esta noche todas ; Requisitoria dicen 'que ha venido.
¡Gallarda noche esperamos! ¿Quién será de aquestas bodas Para salir de la ciudad es tarde.
LISERA. líl celebrado marido? ¿Hay en casa aposento donde pueda
Mañana me lo diréis. El Capitán ya me aguarda , Esconderme esta noche?
(Vanse Litando y Riselo.) Y el Alférez ya me espera , HUÉSPED.
Y aquí dice que le quiera Este de enfrente
ESCENA XIV. Este galán de Gerarda. Tiene á la Concepción unas ventanas,
A Lucindo y á Riselo O al Carmen , si queréis ; que sin peligro
F1NEO. — LISENA. He prometido á las dos. Daréis en un tejado de otra casa ,
¡Noche, remedialdo vos! Y della en un corral , y desté al campo.
freo. (Sin ver á Litena.) ¡Tended , noche , el negro velo ! Por donde entrar podréis al monesterio.
¡Cosas extrañas suceden! Que puesto que hasta mañana
FLORENCIO.
Algunas parecen sueños Solo tengo de lugar,
Tales , que los mismos dueños A fe que se han de acordar Pues alto ; en vuestro amparo meconQo.
Menos entenderlos pueden. De la Noche Toledana. BELTRAN.
Vine siguiendo á Gerarda Huésped , ¿es este salto peligroso?
Con muy celosa pasión , HUÉSPED.
Y vide en este mesón
Es muy fácil , por Dios.
Una villana gallarda,
Que me ha puesto mas antojos
ACTO TERCERO. BELTRAN.
Que á un caballo desbocado , Por eso, digo;
Con que no poco he templado ESCENA PRIMERA. Que no soy muy ligero , y pues el cielo
La furia de aquellos ojos. No me dio cara de ángel , no querría
Esta noche por lo menos FLORENCIO, JULIO, BELTRAN. Hurtalles el oficio.
Quiero ver... Pero aqui está. FLORENCIO.
LISENA. FLORENCIO. Abrilde, huésped.
(Ap. Este es quien buscando va ¿Qué dices, Julio? HUÉSPED.
Aquellos ojos serenos.) JULIO.
¿No agrada á vuesamerced ¡Inés! ¿Oyes, Inés?
Que os conviene, digo,
El aposento? Salir de la ciudad , porque en la plaza ESCENA III.
fineo.
Vi un receptor de la chancilleria
Por Dios, Preguntar por Florencio de Granada. LISENA. -FLORENCIO, BELTRAN,
Que harto mas me agradáis vos. EL HUÉSPED.
BELTRAN. [gTO,
LISENA.
Haceisme en eso merced. Sin duda que aquel hombre está en peli-
0 que ya no le tiene, ó será muerto. LISENA.
FINEO. Requisitoria viene tras nosotros. En comenzando
Sola esta noche he de estar A dar en mi , no sabes otro nombre.
FLORENCIO. ¡Válame Dios , ¿no llamarás á otra?
En Toledo.
LISENA. Malo será para los dos , si agora ¿Parécete que estoy poco cansada
Ansi lo creo. De la ciudad salimos. De guisar á mil huéspedes la cena?
BELTRAN. HUÉSPED.
FINEO.
¿Por qué causa, Abre aquel aposento.
Quiéreos contar un deseo. Siendo, cual ves, las nueve de la noche,
LISENA. Y haciéndola tan lóbrega y oscura? LISENA.
Voy á guisar de cenar. ¿Cuál?
FLORENCIO.
FINEO. Porque podrá toparnos la justicia, HUÉSPED.
Esta noche ¿no tendréis Que ya estará avisada , y el ser ¡tarde ¡Qué espacio!
Lugar para que os lo cuente? Es lo mas peligroso. Muestra esas llaves.
LISENA. LISENA.
BELTRAN.
No está aquilasuya.
¡Jesús! ¡Y aunque fuesen veinte! Llama al huésped,
HUÉSPED.
FINEO. (Vase Julio.)
Pues, Inés, ¿ dónde estaréis? FLORENCIO.
¿Cómo que no?
LISENA.
LISENA. Al fin del dia , al comenzar la noche , Perdióse.
En pasando á la cocina , Es eltiempo de todos mas seguro ;
Que como entonces se recogen lodos, HUÉSPED.
A mano izquierda es mi estancia. Aquí está. Presto.
FINEO.
Es mas la confusión, el trato y gente,
LISENA.
Es la señal de importancia. ESCENA II. ¿Para quéquicres este? AUÍ¿nobayotros?
LISENA.
A lo seguro camina. EL HUÉSPED , JULIO.-FLORENCIO, Este ha de ser, HUÉSPED.
rapaza , no replique. —
Mas yo fio mas de vos , BELTRAN. Entrad , que camas hay ; y si sinüeredes
¡Ved lo que en el mundo pasa ! (Ap. alo» dos.)
Pero no entiendan en casa , julio.
Señor, que hablamos los dos. Que llama la justicia, á la ventana,
El huésped está aquí. Y dad con vuestros cuerpos en elCár-
Id ; que á las doce sin duda FLORENCIO.
Entrará en vuestro aposento Salte allá fuera.— FLORENCIO. I"16"-
Este humano pensamiento Fiad, huésped , de mí que lo agradezco.
Que de pensamientos muda. (Yate Julio.)
218 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
BELTRAN: Mas ¿quién duda que se hablen? Cuarto de la posada ron ventanas i nu
Esto del salto llevo entre los ojos. Que alguno ha de hacer ruido , tejado.
HUÉSPED. Y el otro ha de preguntare.
Yo iré entre tanto á ver si algunoatisha. Ya por la respiración , ESCENA VI.
Dirá con recelos tales
BELTRAN. (Ap.) (YltK.) FLORENCIO y GERAKDA, á oscuras,
Florencio: «¿Quién está ahi?»
¿Que tengo de sallar? Con alterado semblante; despué», BELTRAN.
Florencio. (Ap. i Beltran.) Gerarda , oyendo su voz ,
Entra , si quieres. ¿Cómo es posible que aguarde? FLORENCIO.
BELTRAN. Que anticipan á la lengua Apenas puedo creer
Por Dios, Florencio, quesi está muvalto, Eos brazos de los amantes. Que eres tú, bella señora,
Pues ¿cómo, desdichas mias , Aunque el alma que te adora
Que te he de ver primero dar el salto. Me ha dado luz para ver.
(Yuitsc losilus.) •• Queréis que os sufra , y que pase
Porque se gocen los dos? GERARDA.
Mas yo haré que no se alaben. ¡Ay Florencio! ¿de qué suerte
ESCENA IV. Agora os haré pedazos-, En este aposento entraste?
Puertas que mal fuego abrase , Sin duda á Inés sobornaste.
LISENA. Porque sea con mi muerte ¡Oh, cuánto me alegra el verte!
¿A quién habrá sucedido Sansón deste templo infame. ¿Eres tú? Apenas lo creo.
Desventura semejante? ¡Caed, caed, matadme, (Sale Beltran.)
Pues cuando estaba segura Pues di las llaves, y ocasión tan grande
Que Florencio y Gerarda se gozasen ! DELTRAN.
De que me ofendiese nadie , ¡Ce, Florencio! ¿Dónde estás?
Y esta noche , en que mis celos
Temí que fuesen verdades , ESCENA V. FLORENCIO.
Encerraba á mi enemiga, Quedo. ¡Qué voces que das !
Sin ser posible estorbarme, EL CAPITÁN.— LISENA.
GERARDA.
Dentro del mismo aposento ¡Beltran !
Los mete el huésped infame. CAPITÁN.
¡Ah , seora Inés ! DELTRAN.
Aunque no; que esta inocente, Ni te hallo ni te veo.
V que están dentro no sabe. lisena. (Ap.)
Yo misma fui la ocasión GERARDA.
Esto solo Por aqui , vén por aquí.
Para que alli dentro entrasen , A mi desdicha faltaba. ■
Por estar yo mas segura , capitán. BELTRAN.
Trayendo siempre las llaves. ¿No sabes lo que ha pasado?
Sin duda que fué temor Apenas la noche entraba
Por donde se ausenta Apolo , En un rincón he topado
De la justicia ; y por darles Otra sombra.
Aposento, que en fin tiene Cuando esperé que vinieras.
Has tardado, y son las diez. GERARDA.
Por donde a sagrado escapen , ¿Cómo así?
Los ha juntado á los cuatro, LISENA.
De mi desdicha ignorante. ÍAp. ¿No se acaban de una vez BELTRAN.
Juntos están , ya están juntos ; •esdichas que son tan fieras? Ella hacia mí se venia ,
Lugar tendrán de gozarse. ¿Qué le d ¡re ? Pero ¡ ay cielos ! Tentando por la pared;
¡Celos, amor, matadme , ¿Si será bien?... Si será; Yo , Gerarda , con la red
Pues di las'l laves y ocasión tan grande Este antidoto dará De la cama me encubría.
Que Florencio y Gerarda se gozasen ' Al veneno de mis celos.) Púsome en la limpiadera,
¡ Válame Dios ! ¿ Cómo vivo Capitán, este aposento Digo , en la barba , la mano...
Imaginando mis males, Quisiera desocupar; No sé si parezco alano;
Cuanto y mas viendo presentes Que no hay en otro logar, Mas (lijóme si lo era.
Desvenldras tan notables? Y solo un remedio siento. Descuidóse hacia la boca
¡Florencio y otra mujer! Un dedo ; apreté, y está
capitán. Llorando.
¡Y que esto á mis ojos pase! ¡Vive Dios! si fuera el muro
¡Que estén en un aposento, i
Que se gocen , que se abracen , De Ambéres ó de Mastrique... GERARDA.
Que lo sepa , que lo vea , LISENA. 2
Que lo consienta , que calle, Quedo; la industria se aplique ; ¿Estaba loca?
Que no dé voces al cielo, Que es ir á lo mas seguro.
Que no diga disparates, Venid comigo, y diréis ESCENA VII.
Que no llegue como loca , Que la justicia está aquí. - LUCRECIA. — Dichos.
Y aunque fueran da diamante, CAPITÁN.
No rompa estas puertas viles, ¿Disfrazaréme , ó ansi? LUCRECIA.
Que no entre y no los mate ! ¡Maldito seas, Deltran !
¡Celos, amor, matadme, LISENA.
Pues di las llaves, y ocasión tan grande Mejor es que os disfracéis. ¡Qué pesadas burlas tienes!
Que Florencio y Gerarda se gozasen ' CAPITÁN. BELTRAN.
Traidor Florencio, yo soy Vamos pues ; que si gustaras Quedo, y mira cómo vienes.
Lisena ; si por dejarme, Que á coces , por tu contento LUCRECIA.
Te disculpas con mis celos, Derribase el aposento.... ¿Adonde están?
¿Por qué de engaños te vales? LISENA. BELTRAN.
Siempre te guise, cruel ; Aquí están.
fio me ensenes á olvidarte. Creólo; mas ¿no reparas
Tú fuiste mi amor primero; Que te dolerán los pies? LUCRECIA.
No be querido después ni antes CAPITÁN. ¡Qué oscuridad de aposento!
¡Ay cielo! temblando estoy. Por Dios , que tienes razón. GERARDA.
¿Si habrán venido á encontrarse? lisena. (Ap.) Mi bien, ¿cómo entraste en él?
Si se habrán ya conocido? ¡Qué soldado fanfarrón !
Si ella querrá que la abrace? FLORENCIO.
Si callarán escondidos, capitán. (Ap.) Seguí una suerte cruel
Porque Gerarda no sabe ¡Qué fresca y qué limpia Inés! Con no esperado contento.
Quien entra , y de que es Gerarda (Yanse.) En el revés del azar
Está Florencio ignorante ? Está el encuentro pintado ;
¡Ah terrible contusión !
1 "- Faltan dos hemistiquios.
LA NOCHE TOLEDANA. 219
Sale el sol tras el nublado , LUCRECIA. ¡ Que la vida es del amigo.
La tormenta allá en el mar. ¡Perdidas somos las dos ! 1 ¿Hav quién la quiera tomar
Huyendo de un receptor GERARDA.
De dos la una?
De "Granada, le pedí ¿Si fué del huésped malicia? FLORENCIO.
Al huésped... ¡Qué azar!
FLORENCIO.
BELTRAN.
Saltemos. Salto. (Salta por la ventana.)
¿No es eso aquí, BELTRAN. BELTRAN.
Florencio, notable error? Dios vaya contigo.
Necios son galán y dama Yo ¿cómo puedo?
Cuando á solas se preguntan. ¡Ah noche , que eres mi dia ! GERARDA. (A I.HCrccitl.)
¿No ves tú cómo se juntan ¡Venturosa suerte mia , Abre, y hallaránnos solas.
Callando Tajo y Jarama? Y mi venida á Toledo! BELTRAN.
FLORENCIO.
FLORENCIO. Saltaré antes.
Ni preguntes cómo entramos , ¿Agora burlas, Beltran? LDCRECIA.
Ni cómo estabas acá ; ¡Pesar de quien me parió ! ¡Buen gobierno!
Sino , pues que el tiempo ya Saltemos. BELTRAN.
BELTRAN.
Nos junta , no le perdamos. ¡Que quiera un hombre al infierno
¡Venturosa suerte mia , Pues ¿puedo yo? irse haciendo cabriolas!
Y mi venida á Toledo ! FLORENCIO.
{Salla Beltran , y abre Lucrecia la
¡Oh noche! llamarte puedo. Los tejados cerca están. puerta.)
Pues gozo el sol , claro día. BELTRAN.
¡Noche bella toledana!
Las noches áticas, digo, ¿Soy yo gato , que he de andar ESCENA IX.
Pierdan su fama contigo, Por los tejados, Florencio?
Pues tan hermosa Diana FLORENCIO. LISENA. — GERARDA , LUCRECIA.
Aquesta noche me alumbra. Salta, Beltran , con silencio. LISENA.
BELTRAN. BELTRAN. Sosegaos; que ya se han ido.
Deja las exclamaciones ; ¿Con silencio he de saltar? GERARDA.
Nunca á lo escuro , razones ¡Vive Dios, que se ha de hundir ¿Quién era?
El que es discreto acostumbra. Conmigo medio tejado ! LISENA.
LUCRECIA. FLORENCIO. Alguaciles son,
Tú , por no decirme á mí , Acaba , no seas pesado. Que buscaban un ladrón.
Del t rau , cosas que no sientes , Salta ; que quieren abrir. GERARDA.
Juzgas por impertinentes BELTRAN. ¡Qué pesadumbre he tenido!
Amantes que hablan ansí. Pues si yo fuera ligero , LISENA.
BELTRAN. ¿Ya no hubiera yo volado ¿Saltó Florencio?
Lucrecia, si yd supiera Por maromas, y ganado
Que loque dicen amantes Gran cantidad ¿le dinero? LUCRECIA.
Eran cosas importantes, FLORENCIO. Saltó.
Huchas también te dijera ; Salta. GERARDA.
Pero son todas mentiras. BELTRAN. Por esos tejados van.
Si sol te llamo, ya ves ¿Soy perro, que salto
Que miento, pues el sol es LISENA.
Macho, y tú mujer te miras. Por el rey de Francia? ¿Sintiólo mucho Beltran ?
Pues luna , es hacerte agravio ; FLORENCIO.
LUCRECIA.
Que es gran falta el ser mudable Sí. En extremo lo sintió.
Y húmeda. Pues cuando hable BELTRAN. Pero ¿quién los trujo aquí?
Del fénix, muy á lo sabio, Pues voy delante de ti. LISENA.
Es darte tanta nariz. —¡ Vive'Dios, que está muy alto!
Pues decir que eres diamante Haz cuenta que el perro salta Yo , por haceros placer ;
Es hacerme pujavante Por la mala tabernera. Y de suerte supe hacer.
De los tus pies de perdiz. Que eché el alguacil de aquí.
FLORENCIO.
Pues decir que eres coral GERARDA.
Es hacerte algún rosario ; Gran gente suena allá afuera. Buena suerte hemos tenido.
Pues nieve, es grande contrario BELTRAN.
LUCRECIA.
Del gusto , y crueldad mortal ; La cárcel no está tan alta.
Pues plata , no la hay agora ; Creo que es menor el daño Envíalos á llamar,
Pues oro, a peligro éstas De irme á la cárcel á pié. Para que vuelvan á entrar.
De cercenarte : no hay mas FLORENCIO.
LISENA.
De que te adoro , Señora. Salla, acaba. Luego , en cesando el ruido ,
BELTRAN. Se volverán al mesón.
ESCENA VIH. Saltaré. Tú en mi aposento estarás ,
¡Vive Dios, que eslás extraño! Y á solas con él tendrás ,
EL CAPITÁN, dentro.— Dichos. ¡Noche bella toledana ! Gerardo , conversación ;
Pierdan su fama contigo Y Lucrecia , en el de enfrente
capitán. (Dentro.) Quiero que á solas esté.
Abran aquí. Las noches áticas.
GERARDA.
FLORENCIO. FLORENCIO.
¿Digo ¿Dónde mi Florencio fué?
Golpes dan. LISENA.
BELTRAN.
Que nos prendan ?
BELTRAN. ¿Sientes mucho verle ausente?
La hora llegó menguada. Cosa es llana ; GERARDA.
¿Es vara ó pomo de espada? Que soy pesado, por Dios, ¡Ay Inés! haz de manera
FLORENCIO. Para danzar saltarelo. Que le goce.
Llega á la puerta, Deliran. FLORENCIO. LISENA.
capitán. (Dentro.) Pues yo ya sallo. Vén conmigo.
Abran aquí á la justicia. BELTRAN. GERARDA.
BELTRAN. Yo apelo... Como á mi estrella te sigo;
¡A la justicia , por Dios ! —Pero sallemos los dos ; Tráeme el sol que el alma espera.
COMEDIAS ESCOGIDAS- DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
LISENA. FLORENCIO. FINEO.
Digo que hasta la mañana Morderte perro es seda sobre seda. Otro huésped embozado
Podréis al seguro hablar. BELTRAN. Ronda de Inés el terrero.
( .l/i. A fe que se han de acordar No quiso respetar al parentesco; Irme con descuido quiero,
De ¡a Noche Toledana.) Que perro soy, aunque parezco hidalgo. Para no le dar cuidado ;
(Yante.) Que él se quitará de aquí. ( Vate.)
FLORENCIO.
ALFÉREZ.
¡Cruel noche , por Dios!
Otro huésped aqui estaba,
BELTRAN. Que por ventura esperaba
Vista de tejados.
Si yo creyera Lo que Inés me ofrece á mí.
ESCENA X. Al buen humor que tengo, escarmentara Pero en viéndome se fué.
De enamorarme. No hay de qué tener recelos;
FLORENCIO, BELTRAN. FLORENCIO. Que en mesón no ha de haber celos, '
FLORENCIO. Amor ¿qué culpa tiene? Aunque el amor me los dé.
¿liaste hecho mal? BELTRAN.
Amores en Toledo son muy buenos, ESCENA XIII.
BELTRAN.
Si son de dia , pero no de noche ;
No tongo hueso sano. Que hay cuestas espantosas y ladrillos, EL CAPITÁN.— EL ALFÉREZ.
FLORENCIO. Hombresdeldiablo,avispas,perros, pul- CAPITÁN.
¿Adonde estamos? Tejados, gallineros y alguaciles, [gas, Negra, desaseada, descompuesta ,
BELTRAN. voces. (Dentro.) Desaceitada noche1, deslucida
¿Puedo vosabello? Ladrones son. ¡Ladrones! De manto , y de cabellos esparcida.
¿Hay mapa de tejados en el mundo? BELTRAN.
Envidiosa del sol, con sombra opuesta;
Hay carta que señale rumbo ó línea Remisaen bienesy en traiciones pres-
De chimeneas ni de caballetes? Estoes bueno. Adúltera, ladrona y homicida, [ta.
Hay Tolomeo ni otro algún cosmógrafo FLORENCIO. Disfrazada , cobarde y atrevida ,
Que trate de azoteas ? ¡Oh, pesia tal! la casa se alborota. Del ganado terror, del lobo fiesta ;
FLORENCIO. una voz. (Dentro.) Por tus mismas traiciones te conjuro,
Esta casa Dame aquesearcabuz, suelta ese perro. Miedos, engaños, laberintos, celos.
Me parece mesón. Que me dejes gozar lo que procuro.
BELTRAN.
Asi te canten buhos y mochuelos,
BELTRAN. Por mi lo dice ; ya me sabe el nombre; Y igualen con el sol hermoso y puro
V eslo sin duda ; Conocido nos han. Tu negro curso los piadosos cíelos.
Porque lo son las desta acera todas FLORENCIO. ALFÉREZ. (Ap.)
Desde la Concepción al Carmen. Por aquí abajo, Un huésped se ha levantado,
FLORENCIO. En la caballeriza nos entremos , Y' de Inés el aposento
Creo Y en saliendo algún huésped nos iremos. Mira curioso y atento.
Que es palomar aqueste ó gallinero. (Yante.) capitán. (Ap.)
BELTRAN.
Por la manóme han ganado.
Yo pienso que en algún tejado tiestos ¿Quién este huésped será?
Hay alguna colmena. ¿Si por dicha aguarda á Inés?
Patio del mesón.
FLORENCIO.
ALFÉREZ. (Ap.)
Y no de abejas, ESCENA XI. ¿Si es el Capitán? Él es.
Sino de aleves zánganos ó avispas ,
Que la cara, las piernas y las manos FINEO. capitán. (Ap.)
Me tienen hechas criba. ¡Aquí el Alférez está!
Noche , pues te llamaron los poetas
BELTRAN. Escura y negra máscara del dia , ESCENA XIV.
En las narices Cúbreme á mi con la liniebia fría ,
Me ha dado un avispón un picotazo, Como al planeta de oro que respetas. FINEO.— Dichos.
Que me ha hecho elefante , vive el cielo. A tus aras ofrezco las bayetas
FLORENCIO. Mas blancasqueel flamenco suelo envia, FINEO. (.4/).)
¿Si estaremos mejor con las gallinas? Si de la bella Inés, tu luz y mia , Por ver si aquel hombre es ido ,
Dejas que goce en horas tan secretas. Otra vez al puesto vengo. —
BELTRAN.
El mesón de Atalante y sus encantos ¡ Muy buena ventura tengo !
Dalas al diablo ; porque entraba apenas, Están en este, donde me han traído
Cuando cerró conmigo el señor gallo , Basta, que dos han venido.
Para que en él sucedan otros Untos. ¿Cosa que vengan aqui
Creyendo que robarle quise alguna, Haz, noche, como á Síquis y Cupido,
Y me ha sacado un ojo con el pico. Con el mismo pensamiento?
Sábanas y frazadas de tus mantos , El uno me mira atento ,
FLORENCIO. Y dormirán mis celos en tu olvido. Y el otro se viene á mí.
¿Estoy muy sucio? Quiero , por disimular,
BELTRAN. ESCENA Xn. Volverme á entrar otra vez. (Va*e.)
Estás como un estiércol. EL ALFÉREZ.— FINEO. CAPITÁN. (Ap.)
FLORENCIO. rm0S? Muchas piezas de ajedrez
¿Qué es aquello primero donde entra- ALFÉREZ. Comienza Inés á entablar.
Noche, quedasdescanso á cuanto vive Pienso que sus pensamientos
BELTRAN. Son sacar de la talega
Y al son de arroyos y de fuentes duermes;
Una pocilga , de donde he sacado [to. Tú, que madres solicitas aduermes , Los huéspedes con que juega ,
Tal cantidad depulgas , que estoymuer- Cuando sus ojos Argos apercibe ; De todos los aposentos.
FLORENCIO. Tú , cuyo manto azul el cielo escribe- ¿Si está el Alférez picado?
Escapar de aquel perro fué milagro. De figuras é imagines inermes , Que si no es mi fantasía ,
Asi jamás de su humedad enfermes, A toda la compañía
BELTRAN.
Ni el tiempo de sus céliros te prive ; Inés ha desaliado.
Yo, á lo menos, no fui tan venturoso. Sin duda que todos salen.
Porque goce, primero que te huyas,
FLORENCIO.
De Inés, corona de tus luces bel las , Otros dos viniendo van ;
¿Mordióte? Haz que me miren con piedad las tuyas; Que rendido el capitán,
BELTRAN.
Que ansi la suya gozaré por ellas, Poco los soldados valen.
Traigo menos libra y media Si no es que por invidia de las suyas
De carne dcsla izquierda panlorrilla. Contrarias se me vuelvan tus estrellas.
LA NOCHE TOLEDANA. 221
ESCENA XV. De amantes desatinados ! FLORENCIO.
Húmido patio, ¿qué es esto? ¿La una? Y aun las tres son.
LUCINDO , R1SELO. — EL CAPITÁN, ¿Estos robles producís ? . BELTRAN.
EL ALFÉREZ. capitán. (Bajo.) No; que ya salido hubieran
LUCINDO.
¡Ce, Inés! Las siete hermanas Cabrillas,
Noche serena,dulce,hermosayclara... alférez. (Bajo.) Y del cielo en las orillas
¡Hola, Inés! ¿Ois? Trepando al norte subieran.
BISELO. ¡Tres horas dos pobres hombres
Noche escura, cruel, fiera, enojosa... LISENA. (Ap.)
En una caballeriza,
¡Qué ciertos vienen al puesto! Haciendo mil pulgas riza
LUCINDO.
No hay ave simple, engañada , En sus cuerpos !
Encúbreme en tus alas amorosa. Como el hombre, á nuestro celw.
RISELO. A hablar ninguno me atrevo. FLORENCIO.

Cúbreme, noche, a sombra de tu cara. FiNEO. (Bajo.) No las nombres


LUCINDO. ¡Inés bella ! Pulgas ; demonios las llama.
Mi pensamiento con tu mano ampara. lucindo. (Bajo.) BELTRAN.

RISELO. ¡Inés amada! Pulga vi yo que tenia


Hazme Tarquino de Lucrecia hermosa. ¿Qué digo? ¡Inés! Tenazas con que mordía.
LISENA. FLORENCIO.
LUCINDO.
Dame á Gerarda, noche venturosa. (Ap. Ahora bien, ¡Linda noche!
Mala noche han de llevar; BELTRAN.
RISELO. Que todos se han de trocar,
Tu curso, noche, en mis venturas para. El amor sabe con quién. ¡Linda cama!
LUCINDO. Pero para recogellos , FLORENCIO.
Noche , tú sola amores satisfaces. Industria será forzosa.) ¡Enamoraos en Toledo
¿Hay tal descuido? Hay tal cosa? De las mozas del mesón !
BISELO.
(Va voces.)
Noche, tú eres de amor cifra sucinta. BELTRAN.
¡Fuego, fuego, fuego!... (Ap. En ellos.)
LUCINDO. Noches toledanas son.~
Tú la vergüenza y el desden deshaces. ESCENA XVIII. FLORENCIO.
RISELO. Sosiégate.
Danos el bien que tu silencio pinta... EL HUÉSPED. — Dichos. BELTRAN.

LUCINDO.
¿Cómo puedo?
huésped. FLORENCIO.
Y en tus aras pondremos , si lo haces... ¿Por qué das voces , Inés?
RISELO.
¿Porqué?
LISENA. BELTRAN.
Carbón...
LUCINDO.
A la cocina, Señor. ¡Con pulgas cebadas!
Ébano... CAPITÁN. (Ap.) Cada una vale dos.
BISELO.
Ofrezco al diablo el amor. (Vate.) FLORENCIO.

Mirra... alférez. (Ap.) ¡Terrible noche , por Dios !


LUCINDO. Voyme, y volveré después. (Vase.) Trocara las cuchilladas
Con el que en Granada está ,
Lápiz... lucindo. (Ap. á Biselo.) Si estos ministros envia.
RISELO.
, Tinta. Vén, y volveremos luego. BELTRAN.

LUCINDO.
(Vanse Lucindo y Biselo.) Si aquel huésped no salia ,
Gente, Riselo, hay aquí; (Ap.áél.) fineo. (Ap.) Hoy nos quedamos allá.
Florencio y Deliran serán. Esta mujer desalina. ( Vase.) Pues mas mal me vino á mi.
FLORENCIO.
ESCENA XVI. huésped.
Oscura está la cocina. ¿Cómo?
BELTRAN.
FINEO. — Dichos. LISENA. Al salir, de la puerta
FINEO. (Ap.)
Calle , Señor. — ¡ Fuego, fuego! En la aldaba larga , tuerta,
¡Bueno, por Dios ! Cuatro están, ( Vañse.) Todo este muslo me asi ,
Y por dos solos me fui. Y allá me dejo el un lado
Pues no me quiero volver ; Del calzón, y traigo acá,
A esperada me resuelvo; Calle. De la forma que está allá ,
Que hallaré tantos, si vuelvo, El hierro que está estampado.
Que no podamos caber. ESCENA XIX. FLORENCIO.
Cinco somos, ¡cosa extraña! No vengo muy bueno yo ,
Notable es de Inés el brio ; FLORENCIO , BELTRAN. Porque una muía , al salir,
Que sin duda es desafio Sin que le fuese á pedir,
BELTRAN.
Conforme al fuero de España. De tal manera me dio ,
Tres donde los pies estampo , i Huye. Que traigo rota una pierna ;
Y aun cuatro quiso que fuesen , FLORENCIO. Y de aquella puerta baja ,
Y que si cinco saliesen, ¿Deque sirve ya? En el madero que ataja
No piensa huirles el campo ; BELTRAN. El umbral , sin la linterna ,
Y para mayor hazaña , ¡Ventura habernos tenido ! Tal golpe, Beltran, me di,
A todos campo aplazó, Que á no ser en el celebro ,
Y las armas les midió. FLORENCIO. Nariz y frente me quiebro ,
Conforme al fuero de España. ¡Famosa la noche ha sido! Y vengo fuera de mí.
De todos estos llamados, BELTRAN. ¡Válgate el diablo el amor !
¿Quién ha de ser escogido? Si ha sido; ¿qué hora será? ¡Nunca mas noche en Toledo!
BELTRAN.
ESCENA XVII. FLOBENCIO.
Por Dios , que tienes razón ; Gente es esta.
LISENA.— Dichos. I Que aun no es la noche pasada. FLORENCIO.

LISENA. (Ap.) BELTRAN. Tengo miedo


¡Vélame Dios! ¡qué han salido La una pienso que es dada. Que aun nos falta lo mejor.
222 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
BELTRAN. FLORENCIO. ! Ya deseóla mañana,
¿Qué harémos? Señores , menos codicia ;
FLORENCIO. j Por ver en qué ba de parar.
No hay qué mirar. I BELTRAN. (Ap.)
Ya es imposible alguacil 1.°
Huir. Por Dios , que me he de acordar
Diga el nombre. De la Noche Toledana.
ESCENA XX. FLORENCIO. (Vanse.)
Don Fernando es mi apellido.
Dos alguaciles, UN ESCRIBANO, ALGUACIL i.°
gente , de ronda. — Dichos. Y el que con él ha venido
¿Quién es ? . Patio del mesón.
ALGUACIL \.° FLORENCIO.
¿Quién va? Cierto gentilhombre. ESCENA XXI.
FLORENCIO. ALGUACIL 1.° LISENA , GERARDA , LUCRECIA.
¿No lo ven? ¿El nombre?
ALGUACIL 1.° FLORENCIO. GERARDA.
¿Quién son? Marzal se llama. Pues"¿para qué nos vistes desta suerte'
FLORENCIO. ALGUACIL 1.°
Dos bomhres de bien. LISENA.
¿De dónde son? Entra en este aposento con silencio;
ALGUACIL 1.° FLORENCIO. Que en él estáFIorencio: eso me advierte.
¿A estas horas? No es posible. De Jaén.
BELTRAN. LUCRECIA.
Luego ellos no lo serán. ESCRIBANO. Luego ¿del Cármen vino ya Florencio?
Eso está dicho muy bien. LISENA.
ALGUACIL i.°
A la justicia se tengan. BELTRAN. Florencio es muy ligero, Beltranfuerlc,
Florencio. (Ap. áBeltran.) Y apenas de Sansón los diferencio.
¿Qué es lo que quieren de mí? Volvieron á subir por el tejado,
¿Cosa que a prendernos vengan? ESCRIBANO. Y eu sus dos aposentos se han entrado.
reltran. ¿Cómo os llamáis? GERARDA.
Pues no dudes que vendrán. BELTRAN. \' ¿aquí está mi Florencio?
FLORENCIO. ¿Yo? Tomé. LISENA.
Múdate el nombre. Tomico mi nombre fué ; Habla mas quedo;
BELTRAN. Tomé después que crecí. Que andan desvanecidos mil galanes.
Si haré ; ESCRIBANO. Finge que eres Inés , entra sin miedo ,
Y tú no digas el tuyo. ¿Qué sois deste caballero? Y no cruja el Chapín los tafetanes;
ESCRIBANO. BELTRAN. 8ue te espera el mancebo mas gallardo
¿Huir queréis? Su lacayo solia ser; ue en Granada nació.
BELTRAN. Y ya soy su botiller. GERARDA.
Yo no huyo; Enjerto en su despensero. ¿Qué me acobardo?
Cansóme de estar en pié. ESCRIBANO. La palabra me dió de ser mi esposo.
ESCRIBANO. ¿Cómo se llama? LISERA.
Tráípnle una silla aquf. BELTRAN. Él tela cumplirá.
¿Que gente? Don Blas. (Éntrase Gerardo.)
FLORENCIO. ESCRIBANO.
Dos forasteros. ¿De dónde es? ESCENA XXII.
ESCRIBANO. BELTRAN. LISENA, LUCRECIA.
¿Qué ejercicio? De Talayera.
FLORENCIO. ALGUACIL i." LUCRECIA.
Caballeros. Asildos. Dime, Inés bella,
ESCRIBANO. BELTRAN. ¿AdóndeesláBeltr,in?Oueaquelgracioso
¿Caballeros? ¿Cómo ansí? Pues ¿quéos altera? Donaire me ha rendido, ó fué mi estre-
Pues ¿dónde á tal hora van ? ALGUACIL i.° LISENA. ["••
BELTRAN. Esa relación no mas. En aquel aposento, deseoso
A la posada. ¡ Picaños , ladrones viles ! De merecer tu voluntad ; que en ella
ALGUACIL 1." ESCRIBANO. Consiste de un amante el bien mas alto.
Y ¿de dónde Estos son de la cuadrilla LUCRECIA.
Vienen? De aquel hurto de Sevilla. Por dicha, ¿hízose mal?
alguacil 2." (Ap. al Escribano.) ALGUACIL I." LISENA.
Turbado responde. Sí; pero poco sutiles. ¿ De qué ?
Estos, ladrones serán ; Tomé dice el bellacon,
Apartadlos. Y el otro dice Marzal. LUCRECIA.
ESCRIBANO. Vayan á la cárcel real. Del sallo.
Decis bien. FLORENCIO. LISENA.
Este asid , y apartad este. Entra; que bueno está, pues le desea.
(Sepáranlos.) ALGUACIL 1." Mas por si te escuchare algún curioso,
BELTRAN. (Ap.) Vaya el ladrón. Finge que eres Inés , porque no sea
ALGUACIL 2." Deslustrado tu nombre generoso.
¡Plegué á Dios que no nos cueste
Has de lo pasado , amen! Que ha de ir mañana á galeras. LUCRECIA.
¡Mala noche por tejados, ¡Brava prisión hemos hecho! Como toda esta noche se pasea
desvanes y palomares , BELTRAN. (Ap.) Este patio por ti , será forzoso.
Caballerizas, pajares; Que nos azotan sospecho. LISENA.
Pulgas , coces y bocados FLORENCIO. (Ap.) De que os llamen Inés tengo avisados,
Por huir de la justicia; ¡Hay mas extrañas quimeras! Lucrecia , á vuestros dos enamorados.
Y al cabo venir á dar LUCRECIA.
Con ella! ¡Gentil azar! < Falla un verso. ¿Que no dirán jamás el nombre nuestro?
LA NOCHE TOLEDANA. 22T.
LISENA. Cuando arrebatoáun corchapin la hoja, ¡ ESCRIBANO.
Ni vosotras. Y lo mismo Beltran : dilo ; que creo Vístase , acabe.
LUCRECIA. Que cuanto me ha pasado se me antoja. huésped. (Dentro.)
Ya sé lo que me importa. BELTRAN. Ya voy.
Quédate á Dios. (Vase.) ¿Qué es menester en esto mas rodeo? ¡Qué dichoso en mozos soy!
A cintarazos cada cual se arroja Todo es comer y desorden.
ESCENA XXIII Hacia el Alcázar; mas con gran ventaja, ¿Quiénes? (Asómase auna ventana.)
Puesto que aquel nos sigue, aquel ataja. alguacil 1.°
LISENA. Damos los dos en una zanja abierta ,
Y pasa la justicia por encima , La justicia es.
¡ Oh sol ! si el rayo vuestro Tan ciegos, por un lado, que fué cierta HUÉSPED.
De mis enredos el discurso acorta, La libertad, que el hombre taniocsUma. Pues ¿ qué quiere antes del dia?
La vana industria del ingenio diestro Salimos, y llegamos á la puerta
Será la tela que la muerte corta ; alguacil 2."
Mas yo espero que el alba matizada Deste mesón , á deshacer la enima. ¿Qué huéspedes tiene?
Me verá de sus flores coronada. ¿Qué hay de las damas? HUÉSPED.
Yo triunfaré del enemiga mió , [ño; LISENA. Habia
Pues que sudamahedado alpropiodue- Entra ; que te aguarda Anoche , de Madrid tres ,
Que en la verdad de mi firmeza tío A tí Lucrecia aquí, y á tí Gerarda. Dos de Granada , un soldado ,
Que le despierte del injusto sueño. FLORENCIO. Y pienso que un capitán.
¡Oh fuerza de mujer ! Oh industria ! Oh Voy. Adiós ; que pues tú la causa diste, ESCRIBANO.
[brio, Gerarda es ya mi dueño.
Que de una noche el término pequeño Llame luego donde están.
LISENA.
De suerte á sus desdichas acomoda, HUÉSPED.
Que excede al curso de la vida toda ! Entra mas quedo. (Ap. ¿Si se habrán ido á sagrado
Yo, sin perder aquel honor que debo Iré por ella ; que mi amor resiste Por donde los avisé ? )
A los mayores de quien vengo honrada, A tu crueldad con el valor que puedo. Vístanse todos, señores.—
Con nueva industria , con engaño nuevo, BELTRAN. ¿Hajalgo?
Tengo toda esta gente sosegada ; En fin, ¿por ella vas? alguacil 1.°
Mas primero dará su lumbre Febo LISENA. Los dos mayores
Que esté su pretensión desengañada , • Si voy. ¡Ay triste! Ladrones...
Porque todos me esperaB de mil modos,
BELTRAN. HUÉSPED.
Y están cerrados yengañados todos, [to?
Golpes sientoen la puerta. ¿Qué esaques- ¿Si para aquí la noche de Toledo? ¡Buen lance eché!
¿Hay nuevo mal? Hay nueva desventura? lisena. (Ap.) alguacil 2.°
No para aquí; que con mayor engaño_ Que han venido á esta ciudad.
ESCENA XXIV. Comienza el vuestro , y cesará mi daño. ESCRIBANO.
BELTRAN, FLORENCIO.—LISENA. (Vanse.) ¿No se acaban de vestir?
HUÉSPED.
beltran. (Dentro.) Ya todos quieren salir.
Abran aquí. Calle y vista exterior del mesón.
(Quítase de la ventana el Huésped y
LISENA. abre después la puerta.)
ESCENA XXV.
¿Quién llama? alguacil I.0
flore.vcio. (Dentro.) Los alguaciles, EL ESCRIBANO, Abrid las puertas. Entrad.
Abre, Inés, presto. gente ; después, EL HUÉSPED. (Entran en el mesón los alguaciles,
LISENA. ALGUACIL T.°
Escribano y gente.)
La voz es deFlorencio. ¡Ohgran ventura! Digo que entraron aquí ,
Yo voy á abrir. — Y que esta puerta se abrió.
(Abre y salen Florencio y Beltran.) ALGUACIL 2." Patio del mesón.
¡ Señor, tan descompuesto! El ruido sentí yo.
ESCENA XXVI.
FLORENCIO. ESCRIBANO.
¡Oh noche, la mas áspera y escura Yyo los golpes sentí. EL CAPITÁN, los alguaciles, EL ES
Que he tenido en mi vida ! Llama. CRIBANO , EL HUÉSPED, gente;
LISENA. alguacil 1." después, EL ALFÉREZ.
¿De qué suerte? ¡Ah de arriba!
FLORENCIO. alguacil 2.° capitán.
Con mil peligros de prisión y muerte. ¡Ah de casa! ¿Es muy gran delito acaso
Referirte las coáas que he pasado escribano. Esperar una mujer
Era esperar en este patio el dia. No responden. ¡Linda cosa! Que ahora acabo de ver
Vengo muerto , perdido y quebrantado , Pasar del umbral el paso?
Y Beltran casi en brazos me traia. huésped. (Dentro.) alguacil 2."
Dilo, Beltran. ¡Inés!
ALGUACIL 1." Salga esa mujer acá.
BELTRAN. (Sale el Alférez.)
El huésped reposa.
Después de aquel tejado, ALFÉREZ.
Y de otras circunstancias que tenia , alguacil 2."
Venimos á parar en esta calle, El no sabrá lo que pasa. Yo soy el que estoy aquí...
Llenos de polvo , y lo demás se calle. ALGUACIL i." capitán.
Topónos la justicia ; yo no puedo Decis verdad ; que es honrado ; Alférez, ¿vos erais?
Decirle mas ; Florencio lo prosiga. Y como venga al mesón ALFÉREZ.
Respondimos, turbados con el miedo ; La gente honrada , el ladrón ■ Si.
Que miedoal hombre mas honradoobli- Sera en su traje estimado. CAPITÁN.
Y entre dos alguacilesde Toledo, [ga; Solo conocen aquí
Y otra gente que agarra sin ser liga, Por el vestido al que viene. ¡Gracioso el engaño está!
Nos llevan á la cárcel por ladrones. alguacil 2.° ALFÉREZ.
LISENA. El huésped disculpa tiene. Aquí me dijo que entrase
■Extraño mal , extrañas ocasiones"! ¡Que se os escapase ansí ! Inés ; que aquí la hallaría.
FLORENCIO. huésped. (Dentro.) capitán.
Tero apenas las cuatro calles veo, ¡Inés, Toribio! ¿No hay orden? Y á mi también que vendría ,
224 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
Y que callando esperase ; I ESCRIBANO. HUÉSPED.
Y puesto que entrar sentí , ¿Otra mujer? ¿Inés también? Bueno es esto.
Callé hasta ver quién entraba. HUÉSPED.
alguacil 2.° CAPITAN.
¡ Ay de mi ! ¡Buenos Inés nos ha puesto!
¿Es esta ínés vuestra esclava? ESCRIBANO.
HUÉSPED. BELTRAN.
Hágase santo después. Capitán, ¿á vos también?
No; que ayer la recebf.
HUÉSPED. , ALGUACIL 1.°
alguacil 2.° ¿Qué mujer decis? Salga aquesta Inés aqui ;
¿Quién son estos caballeros ? FINEO. ?ue me muero ya por ver
HUÉSPED. Inés; an espantosa mujer.
Alférez y Capitán. Que entró á verme , y está aqui. HUÉSPED.
ESCRIBANO. ¿Es delito una fregona Pues ayer la recebí;
Y los demás, ¿no abrirán? Con un hombre que camina? Que si hubiera cuatro días ,
CAPITAN. Ayer la hablé en la cocina. A la gente que juntara ,
De risa me caigo en veros , (Sale Gerarda.) Zocodover no bastara.
Alférez: ¿vos me buscáis? ALGUACIL i."
ALFÉREZ. ¿Fregona con tal persona? ESCENA XXX.
Y vos ¿ me esperáis á mi? GERARDA. FLORENCIO. — Dichos.
De Florencio soy mujer ;
ESCENA XXVII. Yo con mi marido estoy. FLORENCIO.
FINEO. ¿Tantas voces y porfías
LUCINDO, saliendo de uno de los cuar ¡Gerarda! Para cosa tan segura ,
tos.— Dichos; después, LUCRECIA. GERARDA. Si es Gerarda mi mujer?
LUCINDO. ¿Quién es? GERARDA.
¿Qué es lo que quieren aqui? FINEO. Eso ¿cómo puede ser?
■ ALGUACIL 1." Yo soy ; FLORENCIO.
Ver quién sois y dónde vais. ¿Cómo aquí te vengo á ver? Como mi amor lo procura.
LUCINDO. ¿Eres Fineo ? ¿No veis que Gerarda soy?
Esta dama es mi mujer ; FINEO. FLORENCIO.
Y asi , yo con ella estoy. Pues ¿quién?
HUÉSPED. ÍLuego otra mujer ha sido
¿Qué mujer? GERARDA. .a que por vos he tenido?
De vergüenza no te miro. GERARDA.
LUCINDO. FINEO. En el mismo engaño estoy;
. Su esposo soy, De tu deslealtad me admiro. Que yo soy ya de Fineo.
Convertido desde ayer. —
Salid , señora Gerarda. GERARDA. FLORENCIO.
(Sale Lucrecia.) Yo de la tuya también. A mí me ha engañado Inés.
LUCRECIA. FINEO. GERARDA.
Lucrecia soy yo, Beltran. Inés me ha engañado ansí. Y á mi también.
LUCINDO. GERARDA. HUÉSPED.
Soy Lucindo. También á mí me engañó. Salga pues;
HUÉSPED. ALGUACIL 2.° Que pienso, si no la veo,
Que debe de ser la mia ,
i Buenos van! Todo Inés lo concertó. Según es su grande enredo.
La burla ha sido gallarda. ESCRIBANO.
LUCRECIA. Venga Inés. ESCENA XXXI.
Beltran me dijo que aqui (Llaman á otra puerta.)
Me esperaba. ¡ Hay tal maldad ! LISENA.— Dichos.
alguacil 1.°
LUCINDO. ¿Quién está aqui ? LISENA.
Yá mi Gerarda. Yo soy ; que vine á Toledo,
ESCRIBANO. ESCENA XXIX Siguiendo mi fantasía,
En verdad Y no Inés , como pensáis ,
Que está bueno todo ansí. BELTRAN y RISELO.— Dichos. Sino Lisena , mujer
ALGUACIL 1.° Del valor que podéis ver.
BELTRAN. Si á los dos lo preguntáis.
Abranse esos aposentos. Par Dios, donaire tenéis. Siguiendo vine á Florencio,
¿Qué es esto , huésped? ¿Desa suerte me abrazáis? Celosa de su mudanza,
HUÉSPED. RISELO. En traje de labradora.
No sé. Si vos á abrazarme entráis, Le hallé en aquesta posada:
¡Vive Dios , que me acosté Serví , como veis , en ella ,
Libre tiestos pensamientos , ¿Qué es lo que de mi queréis? Donde vi que desta dama ,
Y que Inés debe de ser BELTRAN. Pagándome ingratamente ,
Algún demonio ! Yo por Lucrecia os tenia. Tenia cautiva el alma.
ALGUACIL 2." RISELO. Valíme , como mujer,
Y yo á Lucrecia esperaba. Del ingenio.
Abran presto. ALGUACIL i."
¿Quién os dijo que aquí estaba?
ESCENA XXVin. BELTRAN. ¡Cosa extraña!
Huésped , ¿hay mas gente?
F1NE0.—Dichos; después, GERARDA. ¿Quién os dijo que vernia ? HUÉSPED.
RISELO. No;
FINEO. Inés fué. Sola esta gente hay en casa.
Con tanta furia , ¿qué es eslo? BELTRAN. alguacil 1.°
Hombre soy, y ella mujer. Y á mi también. ¿Es alguno destos hombres?
LA NOCHE TOLEDANA.
ALGUACIL 2.^" FLORENCIO. BELTRAN.
Este parece en el habla ; Y á mi Yo á Riselo.
Mas dicen todos que son Lisena. ALFÉREZ.
Caballeros de Granada; • ALGUACIL 2." Eso no; guarda la cara.
Y pues que son caballeros, Pues eso basta.
Escúchenme dos palabras. Dénse las manos aqui Florencio. (A los alguaciles.)
«Son estas damas iguales Con fe y palabra jurada , Vucsas mercedes sevengan
A su valor? O á la cárcel juntos vengan. Hoy á cenar á esta casa ;
ALGUACIL 1." Fimo. Llevarán cincuenta escudos
Todos callan. Yo doy la mano á Gerarda. Para principio de paga.
ALGUACIL 2." LUCINDO. alguacil 1."
Si son iguales les digo. Yo á Lucrecia. Mil años todos se gocen.
raso, FLORENCIO. BELTRAN.
A mi Gerarda me iguala. Yo á Lisena , ¡ Bueno .' la vida nos tasan.
Y cumpliré la palabra. FLORENCIO.
LUCINDO. CAPITAN. Aqui da , Senado noble ,
A mi Lucrecia. Yo al Alférez. Fin la Noche Toledana.

L-i.
LA CORONA MERECIDA,
COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,

DIRIGIDA A DOÑA ANGELA VERNEGALI.

¿A quién se podía dedicar mas justamente La Coronamerecida, que á quien merece tantas cuan
tas virtudes la adornan, donde se verifica que si las cosas convienen con los nombres, el que le
dieron á vuesamerced no fué sin causa ? Diferencias de coronas tenia Roma cuando premiaba la
virtud militar de sus soldados: así las tienen las gracias y virtudes , no de los árboles de Marte,
sino de aquellas que con diversas flores dan las musas, aun en las naciones bárbaras, porque
la virtud es de la naturaleza del sol, que haciendo de la fama cielo, discurre el mundo. La se
gunda parte de mis Rimas di á luz con el nombre de vuesamerced, poniendo á la puerta un án
gel que supliese con su respeto lo que faltó mi pluma; y de entonces, ni mis sucesos me han
dejado continuar el agradecimiento en público, ni tuvo cosa digna de tan alto ingenio; mas vien
do agora que el sugeto desta comedia era la historia de una señora tan celebrada por La Corona
merecida, que con ella dio honor á España, gloria á su nombre, y nombre á sus descendientes,
valiéndome mas del título y de la hazaña que de lo que de mi parte pudiera con otro ingenio
servirle de ornamento, quise, atrevido, dedicar á vuesamerced mas el nombre desta dama que
mi estudio ; y así, le suplico afectuosamente reciba La Corona merecida de mano de las musas , en
tanto que de sus mismas virtudes se las ofrezcan mayores mis deseos. Dios guarde á vuesamerced.

Su capellán ,
Lope de Vega Carpió.
LA CORONA MERECIDA.
PERSONAS.
KL REY DON ALFONSO VIH. UN ESCUDERO. SALISÜ, alcalde villano. Villanos.
DON IÑIGO, conde. DOÑA SOL. AGÓN, reñidor villano. Danzantes.
DON MANRIQUE. DOÑA ELVIRA. UN SACRISTÁN. Acompañamiento.
DON PEDRO DE LARA. LUCINDA. VIVAR. Damas.
DON ALVARO. BELARDO, alcalde villano. ORDOÑO. Músicos.
MADAMA LEONOR. UN LACAYO. UN PAJE.

La acción pasa en Burgos, en una aldea y en Toledo.

i Que imaginado me mata.— i Porque dé vida á los ojos


ACTO PRIMERO. Vámosla, amigos, á ver; | Quien mata por los oídos.
Que disminuye el placer ¡ (Vanse.)
La gloria que se dilata.
Salón en el alcázar de Diirgos. DON IÑIGO.
ESCENA PRIMERA. Con justa imaginación Plaza de nn pueblo 4 cnatro leguas de Burgos.
Formas , Señor, en tu idea
EL REY DON ALFONSO VIII, DON PE Un ángel , que después sea ESCENA II.
DRO DE LARA, DON MANRIQUE, De la misma proporción.
EL CONDE DON IÑIGO. REY. BELARDO , SALISO, AGÓN.
No solo será la fama
REY. Igual al vivo; mas veo , SALISO.
¿Qué nuevas hay de mi esposa? Que ha deencender mi deseo Mira, Belardo, que" echáis
don Iñigo. En mas verdadera llama. A perder lodo el Concejo;
Dice el regidor Alejo i
Que nueve leguas está DON PEDRO.
Que todo el pueblo empeñáis.
De Burgos. Tiempo tienes de llegar Gastar lo que es necesario
REY. Antes que entre, si ahora partes. Es bueno , por buenos modos ;
¿Diecseya REY. Pero empeñarnos á todos
Que es hermosa? Sus encarecidas partos Es negocio temerario.
DON IÑIGO. Me obligan á anticipar Celébrese á maravilla
Y muy hermosa. Estas vistas con razón. La venida de la Reina ;
nEY. ¿Qué vestidos tomaremos? Que en fin en las almas reina,
Es inglesa y es Leonor. DON IÑIGO. Como en Burgos y en Castilla ;
Si al sol encubrir queremos , Pero querer que quedemos,
DON MANRIQUE. Por gastar vos los ducados,
Y es divina maravilla. Nubes necesarias son ;
Aunque pienso que si nace Toda la vida empeñados
DON PEDRO.
Tu sol, y la luna ves, Los que de propios tenemos,
No habrá tenido Castilla Que es fuerza que luz le des, Eso no es de buen alcalde.
Señora de mas valor. ■ Como el del ciclo lo hace. BELARDO.
REY.
DON PEDRO. ¿Queréis vos, por vuestra vida,
¿Dónde llegan á comer? Que una reina tan lucida
Si te disfrazas galán , Viniese á vernos de balde?
DON MANRIQUE. Luego te han de conocer;
Cuatro ó seis leguas de aquí. Pero puédeste poner ¡Voto al sol , que he de empeñar
Una montera y gabán , Las dehesas y los pozos ,
REY. Y hasta las mozas y mozos
¿Estará esta noche allí? En forma de labradores. Casados y por casar !
DON MANRIQUE.
Como que á las fiestas vamos. Si viene el Rey de Toledo
Habrá por fuerza de ser, REY. A Burgos, adonde está,
Pues entra en Burgos mafiana. Ya por disfraz comenzamos; Pudiendo casarse allá .
REY. No es mala señal de amores. Y estarse en su casa quedo,
Agora, Iñigo, loes; Deseo amarla por Dios , Solo por liemos servicio,
Y pues las leguas son tres Por quién es y por mi gusto. ¿Quien dejará de empeñar
O cuatro, y la tierra esllana, DON IÑIGO. Cuanto pudiera topar?
Gusto me daria, embozado, Es deseo noble y justo ; AGÓN.
Que eu un coche... Que sois un alma los dos. Calla ; que estáis sin juicio.
DON IÑIGO. REY. ¿ No bonda lo que ya estaba
Pues alto, saquen el coche; Prevenido?
¿Querrás vella?
Que no se echará de ver. BELARDO.
REY.
Será vella, si es tan bella, DON MANRIQUE. Regidor,
r meza de desposado. Y es bien ; que puedes volver Cumplir cosas del honor
Mudado el traje, podremos A Burgos aquesta noche. No es lo que la hacienda acaba.
fcn la plaza desa aldea , Esta reina es extranjera :
REY. ¿Qué escribirá de nosotros
Ver, sin que nadie nos vea,
bus alabados extremos, Muero por ver á Madama A su tierra, si vosotros
Esa nieve, ese coral, Antes que entre en la ciudad, La tratáis desa manera?
8
Ese oro de Ingalaterra , Por saber si la beldad Y ¿ es bueno que de un lugar
ue ha de enriquecer mi tierra Se conforma con la fama. Que cien vecinos encierra ,
on su valor celestial , Vamos á mudar vestidos ; Se diga en Ingalaterra
Cumplamos estos antojos, Que do sabemos gastar
LA CORONA MERECIDA. 328
Ni empeñar lo que topamos , Una boca colorada , agón. (ABelardo.)
Cuanto y mas nuestras haciendas? Digna de ser comparada Digo que tenéis razón ,
SAL1SO.
Con los pies de las perdices. Pues es honra desta tierra
No quiero con vos contiendas. Dientes , cual cristal de roca : Que se le baga un presente.
No sé cuantos, que era lejos; BELARDO.
AGÓN.
Pero sé que eran parejos Pues vámoslo á negociar.
¿No sobraba juncia y ramos? Y que estaban en la boca.
SALISO.
BELARDO. Era rojo su cabello ,
No son las Gestas honradas Y , si no me eugaño , estaba Y ¿quién se lo ha de llevar?
Dé la menor aldegüela , En la cabeza, que daba BELARDO.
Si no hay grana y lentejuela , Luz al sol puesto cabe ello. El Cura es hombre insolente,
Arroz , y danza de espadas. Tan blanca era su garganta, Y le dirá un buen sermón.
La danza está en el lugar ; Que pidió un poco de vino REGIDOR.
Y cuando pese á los dos , Tinto, y como en cristal lino, ¿Qué habernos de presentalle?
La Reina es mejor que vos, Lo vi por blancura tanta
Descender hasta los pechos, SALISO.
Y los ha de ver danzar.
Que, sí vinieran desnudos, Cuanto en el suelo se halle ,
AGÓN.
Fueran de Medusa escudos Desde el durazno al melón ;
Ello va ya de borrasca. Contra amorosos despechos. Aunque no sé bien si ingleses
SALISO. Y por estas soberanas Son muy amigos de fruta.
Dejalde; que es un erizo. Partes , en un fatordon BELARDO.
AGÓN. Canté dos kiries al son Si el presente se ejecuta ,
Ya que la danza se hizo , De las mejores campanas. Tendrán que comer dos meses.
¿De qué sirvió la tarasca? BELARDO. (Vanse Belardo , Saliso y Agón.)
BELARDO. Par Dios , Mendo , que podéis ,
Yo la hice , y no hagáis fieros , Por la gloria deste dia , ESCENA V.
Aunque os pese hasta los codos , Ser sacristán en Turquía.
¡Qué hermosa vista tenéis ! DONA SOL, LUCINDA , EL ESCU
Porque á los ingleses todos
Ha de coger los sombreros. Jamás con ese mirar, DERO.
Mirad si soy buen alcalde. Por mas que su dueño asista ,
Se os pierde pollo de vista, LUCINDA.
SALISO.
Ni tinaja del lugar. ¡Cuáles andan los villanos
¿Sigúese algún interés? Pues ¿mozas? No hay ballestón Con la entrada de Madama!
BELARDO. Del tiempo del Cid que acierte DOÑA SOL.
Que vendiéndolos después, Como vos. Es Castilla , adora y ama
Sale la tiesta de balde. SALISO. Sus señores soberanos ;
Si desa suerte Vence sin duda en lealtad
ESCENA III Veis , Mendo, cierto lechon Todas las demás naciones.
Se me perdió el otro dia : " ■ ESCUDERO.
UN SACRISTÁN.—Dichos. ¿No me diréis dónde está? ;No lo dicen los pendones
sacristán. (Saliendo.) SACRISTÁN. De Roma? En buena verdad
Sube presto á repicar, Entre los tres estará , Que nunca César bastó
Benito; que ya se acerca. Si ser tan grande podia. Á sujetar sus montañas.
BELARDO.
Quédense los muy camellos; DOÑA SOL.
Que me voy á repicar ¿Ya comenzáis con hazañas?
¿Qué hay, Mcndo? ¿Viene muy cerca? Un kirie que haga bailar
SACRISTÁN. A Ires asnos como ellos. (Yase.) ESCENA VI.
Media legua del lugar. BELARDO.
SALISO. Este sí que es ballestero. EL REY, DONÍ3IGO, DON MANRIQUE
¿De dónde la viste, Mendo? AGÓN. y DON PEDRO , todos de labradores.
SACRISTÁN. Ahora bieu , ¿qué se ba de hacer? — Dichos.
Dende la tórrela vi. (Rebózanse doña Sol y Lucinda.)
BELARDO. ESCENA IV.
REY.
¿Es hermosa? DONA SOL, vestida de labradora; LU
SACRISTÁN.
Digo que se me salió
CINDA, UN ESCUDERO.— BELAR De los dedos como arena ,
A la fe, sí. DO, SALISO, AGÓN. Y entre la gente que habia,
SALISO. Se me escapó.
¡Ved lo que le está diciendo ! escudero. (A doña Sol.) DON MANRIQUE.
Mas de media legua viene Desde aquí la puedes ver, Bien podría;
Del lugar. Señora mía , primero Que estaba la iglesia llena.
BELARDO. Que entre en la iglesia á rezar ;
BEY.
¡Bueno, por Dios! Porque es de tal condición ,
Que antes va á hacer oración Yo la tengo de buscar.
AGÓN.
Que entre en casa del lugar. DON PEDRO.
¡Qué pregunta! ¿Deque provecho ha de ser?
doña sol.
BELARDO.
No pienso que, disfrazada , REY.
¿Sabéis vos Aquí seré conocida. De amar el principio es ver,
La vista que esotro tiene?— Y el lin de amar es gozar.
LUCINDA.
¿Es muy blanca?
SACRISTÁN.
Descubierta , por tu vida , DON PEDRO.
Lo mismo que rebozada. Pues ¿esto quieres, Señor,
Era tan bella, No habiéndola apenas visto?
DOÑA SOL.
Y dio de suerte en mirarme ,
Que estuve para arrojarme Cortesanos han venido. REY.
Desde la torre por vella. LUCINDA. Confieso que no resisto '
Unos ojos verdes claros Note conocen , Señora, Este principio de amor;
A los dos lados tenia Pues los que vienen ahora Que es lo que pretendo en fin ,
De las narices, que hacia Aun no saben si has nacido. Por deleitarme, pensar
Con ellos dos mil reparos. Unos son de Ingalaterra, Que del cielo puedo hallar
Entre la barba y narices Y otros de Toledo son. En la tierra un seralin.
250 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
don íñigo. (Ap,) —Mas tiene cubierto el velo. Que hablando á tu hermano estemos.
Es mozo el Rey ; no me espanto REY. DOÑA SOL.
Que le agrade una mujer; Tente , Iñigo , no te atrevas ; Aun no sabes lo que intenta.
Pero pésame de ver Que son arrogantes pruebas LUCINDA.
Que ahora le agrade tanto. Quitar la cortina al cielo. ¿Cómo?
REY. Mas la inocencia te salva DOÑA SOL.
Si os dijese, caballeros , De no ver que en su arrebol ,
Cuando se levanta el sol , Por el Rey me habla.
Desta bella labradora
Corre la cortina el alba. LUCINDA.
La gracia y luz que atesora -
En dos hermosos luceros, DON ÍSigo. Pues si ese negocio entabla,
Y aquel donaire de hablar Tan de veras te ha tocado , Di que le tome á su cuenta. •
Con que del peligro avisa Que será bien procurar DON IÑIGO.
Por una boca de risa Que dé á tu gusto lugar, ¿Habeislo ya conferido?
Tan al compás del mirar, Y quede ese amor templado; DOÑA SOL.
Bastaría mi afición Que mil que por eso mueren, A Sancha se lo conté,
Para despertar la vuestra. Luego olvidan su pasión , Y me dijo en buena lié
DON MANRIQUE. Porque ven la imperfecion Que era el Rey un mal marido ,
Harto en la tuya se muestra De aquellas cosas que quieren. Pues habiendo de gozar
Su divina perfecion. ¿Quieres que la hable ? De su madama Leonor,
Pero á todos maravilla REY. Quiere enflaquecer su amor,
Que una humilde labradora « . ' Parte, Y á lo que debe faltar.
Te olvide de ver ahora fñigo, y di cuál me veo. ¡Pardiez , á mucho se atreve !
Una reina de Castilla. DON IÑIGO. Oecid que estime su nombre;
Ansí de España lo seas, En sabiendo tu deseo , Que no le tendrán por hombre,
Y con atributo igual Esos píes querrá besarte.— Si no hace loque debe.
De Navarra y Portugal (Llégase á doña Sol.) DON ÍÑIGO.
Y de Aragón la poseas. Dios os guarde, labradora. Mira, labradora hermosa ,
Que diviertas ese gusto ; Que puede ser tu ventura
Que la Reina , mi señora , DOÑA SOL.
Y á vos, señor labrador. Tan grande , que estés segura
Se acerca. De ser de nadie invidiosa ;
DON PEDRO. DON IÑIGO. Que según se maravilla
Una labradora ¿Conoceisme? El Rey de verte mirar,
Que enloquezca á un rey no es justo. DOÑA SOL. Temo que te ha de quedar
Dejémosla de seguir ; No, Señor, Un infante de Castilla.
Vuelve á la iglesia, Señor. Ni os he visto mas que ahora. DOÑA SOL.
RET. DON IÑIGO. ¡Oh , pues seria importante
Fué agüero ser labrador ¿Ni á los que vienen conmigo? Llamarme en mi aldea ahora
Y el tosco traje vestir, DOÑA SOL. La señora labradora,
De lo que me ha sucedido, Madre del señor Infante!
Sin duda , y es justa ley ; No los he visto jamás.
¡Gentil fama! ¿No lo ve?
Que no la lia seguido el Rey, don íñigo. (Ap. á doña Sol.)
DON ÍÑIGO.
Sino el labrador vestido. Pues el que está allí detrás
Y pues él no ba de pasar Es el Rey. Aquf tengo yo una hermana ,
De aquesta imaginación, doña sol. Que por hermosa y lozana ,
Ni de Madama es razón ¿Quién? De la ciudad la saqué,
Que mepueda deslumhrar, Y en su casa le hablarás.
DON íñigo.
No será muy gran flaqueza El que os digo.
DOÑA SOL.
Ejecutar un deseo , ¿Y si á vuestra hermana topa
Movido del bien que veo doña sol. Este rey , y es tan de estopa,
En su celestial belleza. Hinca, Sancha, la rodilla, Que se vuelve á encender mas?
Esta es pobre labradora... Date en los pechos. DON IÑIGO.
Gozarla y dejarla. DON ÍÑIGO. Eso no ; que la he guardado
DON íSigo. Teneos ; Del so) , aunque Sol se llama,
¡Bien! Que os quieren ciertos deseos Porque no queme su fama ,
Y aborrecerla también ; Hacer reina de Castilla. Y de Burgos la he sacado. (
Que todo acaba en un hora, doña sol. Cerraréla en un retrete.
Y es condición de los hombres. No se burle , palaciego ; DOÑA SOL.
REY. Que no son bestias acá. Pues ¡qué! ¿querrías, hermano,
Quedo, por Dios. Véisla allí. DON ÍÑIGO. (Descúbrese.)
DON MANRIQUE. Por poco tiempo será : Si el Rey es mozo y liviano,
¿Es la que nos dices? Lo que tarde en ver un ciego. Ser dése sol alcahuete?
nEY. DOÑA SOL. DON IÑIGO.
Sí. Y eso ¿ es poco? ¡Jesús! Sol, ¿tú eres?
DON MANRIQUE. (Apártase á hablar con Lucinda.) DOÑA SOL.
Pues no temas , no te asombres. don íñigo. [Ap.) Yo soy.
¿De qué te has descolorido? ¿Que es posible DON IÑIGO.
¿Qué te ha dado esta mujer? Que esto haya agradado al Rey? Cúbrete.
RET. Como en el gusto no hay ley, DOÑA SOL.
¿Qué mas hechizos que ver? Es un bárbaro terrible. Ya estoy cubierta. (Cúbrese.)
DON MANRIQUE.. doña sol. (A¡i. á su criada.) DON IÑIGO1.
Luego ¿basilisco ha sido? Basta, Lucinda; que aquel Solo advierte que á la puerta
REY. Que allá en la iglesia me habló De mi deshonor estoy.
No; porque es su condición Era el Rey, que se vistió, No soy de aquellos que pueden
Matar mirando, y morir Con los que vienen con él, Infamar sus deudos.
Si le miran. En el traje que traemos, DOÑA SOL.
DON Iñigo. • Por ver antes á su esposa. Bien;
Quiero ir LUCINDA. Ni yo soy mujer también
A ver tanta perfecion... Sí; pero es graciosa cosa Para que infamados queden.
LA CORONA MERECIDA. 23»
Vé seguro , y desengaña Que mereció vuestro amor, De aquesta vez te retira
Al Rey. Gracia y privanza algún dia. Donde apenas de pié humano
DON ÍÑIGO. REY. Haya estampa.
Conozco tu pecho.— ¿Cuya, Iñigo? DOÑA SOL.
(Vate al Rey.) DON ÍÑIGO. Si mi hermano
¡Buen viaje habernos hecho! Señor, mia. Con estos ojos me mira ,
REY. REY.
¡Ay de don Alvaro, amigos!
¿Cómo, Iñigo? ¿Vuestra, Conde? ¡Ay de mi ventura corta !
DON ÍÑIGO. DON ÍÑIGO.
¡Muerta soy !
ESCUDERO.
Es cosa extraña. SI , Señor.
La voz reporta;
BEY. REY.
Que hay testigos y enemigos.
¿Habrásete defendido? Acabóse ; no haya mas. Y no prevengas tu mal ;
DON PEDRO. ¿Vive aqui? Que ya se le habrá olvidado,
¡Qué ! ¿Diria á un rey de no? don Iñigo. Estando tan ocupado
DON MANRIQUE. Cuando yo fui Con la persona real.
A Toledo, no entendí DOÑA SOL.
Tendrá temor. Que os viera en Burgos jamas ,
DON ÍÑIGO. Vé, Lainez, y en la aldea
Y de Burgos retiróla Busca á don Alvaro luego.
Pienso yo A esta aldea.
Que otra la raion ha sido. REY.
ESCUDERO.
REY. ¿No es casada? Ten , mi señora , sosiego
¿Cómo? Mientras el mal no lo sea ;
DON ÍÑIGO.
DON ÍÑIGO. Que no será menester
No , Señor , mas concertada , ¡ Buscalle.
Es mujer principal , Y si gustáis , casaréla.
Que se disfrazó por ver DOÑA SOL.
REY.
La Reina. ¿Por qué razón?
REY. Si yo fuere necesario , , ESCUDERO.
Haré lo que me es forzoso. ( Vase.)
¿Eso pudo ser? Porque darás ocasión
¿Qué os parece? ¿Hay cosa igual? DON MANRIQUE.
Que el Conde lo pueda ver.
El Rey se va vergonzoso. LUCINDA.
DON MANRIQUE. DON ÍÑIGO. •
Gran ruido suena; sin duda
Pienso que se disfrazó Mi honor le ha sido contrario. Entra madama Leonor.
Por verte , pues que te vio. DON PEDRO. DOÑA SOL.
DON PEDRO. Sigámosle. Temo un poderoso amor,
DON MANRIQUE.
Tanto mejor, si es señora ; Porque hasta los montes muda.
Que será digna de tí. Será sueño,
DON IÑIGO.
Viendo su esperanza vana. ESCENA VIII.
Sí ; bien lo pudiera ser, DON Iñigo. (Ap.) Villanos, danzantes, con espadas; BE-
Como fuera su mujer. Si hoy puedo casar mi hermana , LARDO, SALISO, AGÓN.— Dicuos.
REY.
No amanecerá sin dueño.
Tope en otro el mal cercano UNO DE LA DANZA.
¿Tanto vale? De un poderoso atrevido ;
DON ÍÑIGO. Ea; que hoy no ha de quedar
Porque en habiendo marido , En nuestros cuerpos pedazo.
Señor, si. No toca infamia al hermano.
OTRO.
REY. (Ya ¡i se don Iñigo , don Manrique y
Pues si Castilla tenia Anda , hijo, alarga el brazo.
don Pedro.)
Mujer de mi igual valor, SALISO.
Y segura de mi amor ESCENA VII. No hay mas que verlos danzar.
En su hermosura vivía , BELARDO.
¿Para qué me aconsejastes DONASOL.LUCINDA, el escudero.
¡ ¿Va adelante la tarasca?
Que enviase á Ingalaterra?
DOÑA SOL. SALISO.
DON IÑIGO.
Sin duda le declaró, I Va con un palmo de boca.
Señor, en eso no yerra Lucinda , que era su hermana. UNO.
Castilla. LUCINDA.
REY. i Vuela.
Que lo dijo es cosa llana , OTRO.
Todos errastes. Pues el Rey no prosiguió. Corre.
DON IÑIGO. DOÑA MOL UNO.
Hay de la sangre real INO debe de ser muy cuerdo. Salta.
Mujeres; mas no tan cerca. Pues tal intenta en tal dia. OTRO.
Madama , Señor, se acerca, Mas ¿que ha de ser culpa mia , Toca.
Y aquesto parece mal ; Y tú verás lo que pierdo? AGÓN.
Que los hijos de los reyes Mas ¿que ha de decir mi hermano ¡Ved los sombreros que masca!
Ño es bien que tengau'vasallos Que yo he dado la ocasión ,
Parientes , no por no honrallos , DOÑA SOL.
Trocando mi estimación Mirad ¡con qué la recibe
Que fueran injustas leyes ; Por este disfraz villano?
Mas por no tener iguales La pobreza desta aldea!
Como si pudiera ser Aqui mi hermano me emplea
Donde errcino se [¡osea ; Que yo imaginar pudiera
Que es bien que nadie lo sea Mientras en la corte vive.
Que desla suerte viniera Pero pues tengo paciencia,
be las personas reales. El Rey á ver su mujer.
REY.
Y no replico á su gusto,
¿Cuánto va que hay monasterio Ni alejarme mas es justo ,
No me iré sin que primero Y perpetua reclusión , Ni lo será mi obediencia.
La disfrazada villana Y que me llama ocasión
BELARDO.
Diga quién es. De su infamia y vituperio?
DON ÍÑIGO. Cuánto va que no doy señas Habladla,Saliso,vos,
Es hermana , De las bodas que se hacen? Que tenéis mejor caletre.
Gran Señor, de un caballero LUCINDA. SALISO.
No dudes que te amenacen Pues ¿quién hay que mas penetre
i Falla un verso. De las montañas las peñas. Que vos?
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
ACOtl. REY. REY.
Ninguno, par Dios. Doña Sol me agrada mas, Llegado á que ansi lo vea ,
BELARDO. Porque me abrasó de amor. Dos cielos sus ojos son,
Yo ¿queréis que ánimo lenga? DON PEDRO. Dos mil soles sus cabellos.
SALISO,. Mírala desde esta parte, Perlas y coral la lioca,
Ea, Belardo, acabad; Y mira loque merece. Sus manos cristal de roca,
Decidle á su majestad REY. Claveles sus labios bellos.
Que muy en buena Lora venga , Como un ángel me parece ; Es de un cisne su garganta
Mas no es posible que aparte En blancura y en color,
Y no os turbéis. Sus pechos cárcel de amor,
BELARDO. De Sol la imaginación. Con grillos de nieve tanta.
Daisme grita. Esto , Pedro , es dar la palma
Pero el Cura ¿no pudiera?... ESCENA X. A la razón, que es querella;
MUSO. Acompañamiento, y detrás, MADAMA Mas llegado á estar sin ella ,
Allá en la iglesia la espera Doña Sol me lleva el alma.
Con la cruz y agua bendita. LEONOR, muy bizarra. — Dichos. SALISO.
BELARDO. uno. Ea , que se quiere ir;
Pues ¿quiérela conjurar? ¡Plaza á su alteza ! Hablad , si la habéis de hablar.
sai iso. SALISO. BELARDO.
No sé , por Dios ; cruz sacó Ea , Alcalde , Temblando estoy de llegar;
El sacristán , y encendió Llegad ; la mano besalde. Mas par Dios que ha de salir.—
Dos velas en cada altar. Reina muesa de Castilla ,
Quedo; que la gente viene. Salud y gracia: sepades
Turbado estoy. Que aunque habéis visto ciudades ,
ACON. SALISO. Nunca habéis visto esta villa.
¿Si nos ha visto? Y es razón. No lien cerca ni arrabal ;
BELARDO. REY. Por eso no hay luminarias ;
No sé. Basta , don Pedro; que aquí Pero aquí vino Pedro Arias ,
ACON. Está doña Sol. Vuestro quillotro real ,
Mirad que entréis con buen pié. DON PEDRO. Y mos suplicó y rogó ,
Señor, De vuestra parte , barrer
ESCENA IX. Las pertenencias ayer,
Mira á madama Leonor, Y el camino se allanó.
EL REY, DON PEDRO.—Dichos. Que está como un sol alii. Dábanme todos consejo
REY. REY. Que os trajese á la memoria
¡Ay don Pedro! el sol que miro Aquella famosa historia
¡Huen talle, don Pedro, tiene! Es doña Sol ; que Leonor, Del pródigo y san Alejo ;
DON PEDRO. Si tiene algún resplandor. Pero no lo quiera Dios ;
Bueno, y muchas veces bueno; Es del sol por quien suspiro. Que vos sabéis el suceso.
Tórnala á ver desde aquí. Ya miro la majestad No habernos hallado queso
REY. De una reina y su grandeza; Para quien viene con vos;
Estoy, desde el sol que vi , Pero miro la belleza Mas hay garbanzos tostados ,
De ver el del cielo ajeno. Desta divina humildad , Y no falta vino y pan,
DON PEDRO. Y miro adonde estuviera Ni para vos faltarán
Calla, Señor, no te acuerdes. Mejor el cetro y corona. Arroz ni patos asados.
DON PEDRO. Con otra fruta y legumbres.
REY. Señor, no aciertas, perdona, A este tiempo semejante.
¡Con qué notables mudanzas En, hablar de esa manera. Un hijo tengo estudiante ,
Marchitó mis esperanzas ! ¿Cuál ángel, en la pintura Que me da mil pesadumbres.
Aun no llegaron á verdes. De un lienzo, perlicionara Querría que obispo fuese ;
DON PEDRO. El pincel como su cara? Que ya lo fué de San Blas ;
Señor, el Conde es un hombre REY. Y pues que no es para mas.
A quien has de hacer merced. Mira esta rara hermosura , La presente es bien que cese,
REY. Y verás que no hay pintor Y no de rogar á Dios
jAy, esperanzas , creced , Que á retratarla se atreva , Por su esquilencia real .
Que aun no merecéis el nombre! Porque es maravilla nueva Seis de junio , porte un real ,
Como tras amor terrible De las del cielo de amor. Año doscientos y dos 1 .
El imposible llegó, DO/Í PEDRO. LEONOR.
Creció amor, porque intentó Mira aquella compostura ¡Notable oración! — Pedilde (A uno.)
Igualar al imposible. Y celestial armonía. Que la escriba y me la dé.
Un rey ¿no puede?... ¿Yo soy REY. UNO.
Rey de Castilla? Siempre el que es grande se ve
DON PEDRO. Mira el sol que alumbra el día , En oir al que es humilde.—
En las cosas Y mira la noche escura. Escribildo, Alcalde, todo,
Graves y dificultosas, DON PEDRO. Y daréiselo á su alteza.
En ninguna duda estoy ; Mira el norte donde mira BELARDO.
Mas en estas, que ya son Castilla su gran señora. No lo tengo de cabeza ;
De tan diferente ley , REY. Como puedo lo acomodo. #
Alfonso, no reina el Rey, Mira tú mi norte agora , Pero yo lo llevaré.
Porque reina la razón. Y que el del cielo se admira. LEONOR.
DOÑA SOL. DON PEDRO. La iglesia ¿está lejos?
El Rey ha vuelto. ¡ Ay de mi ! Mira si estas luces bellas UNO.
LUCINDA. Sonde diamante mejor. Poco.
Retírale, no nos vea. REY. LEONOR.
DON PEDRO. Mira las Indias de amor, Caminad.
Los ojos , Señor, emplea Que tienen minas de estrellas. {Yase la Reinaysu acompañamiento.)
En quien es digna de ti ; DON PEDRO. * El casamiento de Alfonso VIII de Casti
Que ya madama Leonor Mira aquí lo que es razón , lla con Leonor de Inglaterra se veriticú cu el
Llega al puesto donde estás. Cuando otra cosa no sea. alio de Cristo 1170, era de 1ÍU8.
LA CORONA MERECIDA. 233
Que no se gana en un hora. ¡Hablando á Sol ! ¿Qué es aquesto ?
SALISO. Pero ya se van del puesto.
Volveráos loco. DON PEDRO. Sol habrá dado ocasión.
RELAMO. El Rey no se atreve á hablaros. (Vanse el Rey y don Pedro.)
¡Lindamente lo encajé ! DOÑA SOL.
Suplicóme que lo escriba. En eso se ve que es rey , ESCENA XIII.
Seguidla ; á la iglesia va Pues guarda al Conde esa ley.
SALISO. DON PEDRO. DOÑA SOL, DON fSlGO, LUCINDA,
En tanto que llega allá , Sf ; pero intenta agradaros, EL ESCUDERO.
Digan todos ¡viva! Y es quien es. DON IÑIGO.
VILLANOS. DOÑA SOL.
¡Viva! Yo soy quien soy. Sol para mi honor nublado,
DON PEDRO. ¿Cómo aqui parado estás ,
( Vanse los aldeanos y danzantes.) Pues sin milagro jamás
Todo su reino os promete. Pudo estar el sol parado?
ESCENA XI. DOÑA SOL. Mas pues alargas el dia ,
Cuando al Rey por rey acete, Sin duda debe de ser
EL REY, DON PEDRO, DOffA SOL, Lejos de su reino estoy. Para que pueda vencer
LUCINDA, EL ESCUDERO. DON PEDRO. El que vencerte porfía.
Mirad que erráis en no errar. Dejóme el Rey con engaño,
RET. Volvió el Rey para engañarte ;
Don Pedro, el no replicar DOÑA SOL. Y tú en esta misma parte
Es el servicio mayor; Yo acertaré no acertando. Estás buscando mi daño.
Solo el gusto del señor. DON PEDRO. No fies en lo forzoso ;
Bien ó mal, se ba de mirar. Vuestro sol se va eclipsando. Que mal podrás detener
DON PEDRO. DOÑA SOL. Con defensa de mujer
El consejo en el privado Vos me habéis hecho eclipsar. Un hombre tan poderoso.
Es ley de buen caballero ; DON PEDRO. Pero yo pondré remedio
Un privado lisonjero Soy tierra entre el Rey y vos. A la amorosa malicia ,
Es un veneno dorado. Como temor de justicia ;
Yo cumplí mi obligación; DOÑA SOL. Que es lo mejor tierra en medio.
Lo que intentas no lo apruebo; Si sois tierra , os desengaño; DOÑA SOL.
Pero lo que mandas, debo Que os ha de alcanzar el daño Dirás que yo soy culpada ,
Poner en ejecución. Del eclipse. Y que con el Rey hablé;
Yo parto. DON PEDRO. Que le llamé y le incité ,
REY. ¡Bien, por Dios! Libre , loca y despeñada.
Yo espero aqui. No porfío. Y aun dirás que no su esposa
don pedro. (A doña Sol.) DOÑA SOL. Le trajo aquí de Toledo ,
Si acaso me conocéis , Acertaréis; Sino yo ; y aun tengo miedo
Suplicóos que me escuchéis, Que es de necios porfiar. Que no digas otra cosa.
Y uo os encubráis de mi. ( Vuélvese don Pedro al Rey.) Pues mal tu sangre conoces;
REY. Que si rey del mundo fuera ,
DOÑA SOL. No llegara ni pudiera...
Que os conozco negar puedo; ¿Podréla, don Pedro, hablar?
Pero no que no he sabido DON PEDRO. DON IÑIGO.
Que hayáis con el Rey venido Mejor es que la dejéis, Quedo, Sol ; no demos voces.
A Burgos desde Toledo ; : Gran Señor, por vuestra vida; DOÑA SOL.
Que aunque el traje oculta al hombre, ' Porque no hay cosa tan loca A que le tocara un rayo
Aqui el hombre se declara. j Como una mujer que toca Deste sol ; que su temor
DON PEDRO. En discreta y presumida. Solo pone á su calor
Yo soy don Pedro de Lara. Habla de vos de la suerte Nieblas con tan vil desmayo.
DOÑA SOL. Que si fuera el alma el traje. DON IÑIGO.
Ya os conozco por el nombre. REY. No te alteres.
DON PEDRO. Como el traje fué el lenguaje, DOÑA SOL.
Hoy ;,babeisal Rey hablado? Pero mas dulce que fuerte. ¿Cómo no?
Su hermano lo habrá causado; DON IÑIGO.
DOÑA SOL. Esto el tiempo lo ha de hacer.
Hoy hablé al Rey. Óyeme hasta el fin.
DON PEDRO. ESCENA XII. DOÑA SOL.
Hoy venia Prosigue.
DON ISlGO.— Dichos. DON ÍÑIGO.
A ver su mujer.
DOÑA SOL. don fÑico. (Sin ver al Rey.) No es menester que te obligue,
Si haria , Tanta gente para ver Sol , el ser tu hermano yo,
Desde Burgos disfrazado. La nueva Reina ba llegado, Ni el ser hijos de quien sabes,
Que al Rey no he podido hallar. Ni nietos de quien oiste;
DON PEDRO. Porque la virtud consiste
Al Rey habéis muerto. REY. En los pensamientos graves.
DOÑA SOL. Si á quien soy no desdijera , Satisfecho estoy de ti ;
¿Yo? A hablarla, don Pedio, fuera. Pero sé la condición
DON PEDRO. DON PEDRO. Deste hombre.
De una flecha queda herido. Bien puedes; llégala á hablar.— DOÑA SOL.
DOÑA SOL. Tente ; que el Conde ha venido. ¿Por qué razón
¿Era yo Dólfos Bellido, REY. Quieres persuadirme así ?
Que al rey don Sancho mató? Haz como que no le ves , DON IÑIGO.
DON PEDRO. Y vénte tras mi. Porque pongamos remedio
¡Pluguiera á Dios que a Zamora DON PEDRO. Al poder ; que pues volvió ,
Conquistara! Después Amortiene.ydélséyo
Podrás hablarla escondido. Que si viese el mundo en medio ,
DOÑA SOL. don íñico. (Ap.) Su esposa , su obligación ,
Y ¿puede ser? El Rey y don Pedro son... Su reino , cuanto en él ves ,
Porque hay ciudad y mujer
25-i COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Lo pondrá todo á los pies Fué causa deste recalo. LUCINDA.
Por salir con su intención. La limpieza de mi trato Dad lugar,
DOÑA SOL. Conoced en qtie á esos pies Señor, á vuestros criados.
No prosigas. Todo eso Rindo la espada y las manos.
ESCUDERO.
¿Se reduce á reducirme DON ÍÑIGO.
A un monasterio? Mas llano os quiero también ; Y á mí , que os doy parabién ,
Que me ha dicho no sé quién Como á quien en vuestro bien
DON IÑIGO. Tantos pasos tiene dados.
Mas Urme Que somos ya medio hermanos.
Si es ansí, de aquesta espada DON ALVARO.
Pretendo el fin del suceso.
Hablemos mas claro, hermana. Y del pecho estaréis cierto A todos daré la vida ,
Enemigos que has tenido Que no estará, sin ser muerto, Y el alma daré á mi Sol,
Me han escrito , no que has sido A vuestro lado envainada. Nunca el oriente español
En cosa alguna liviana , DON ALVARO.
Vio el alba tan bien vestida.
Pero que te quiere bien ¿Quién , señor Conde , me hacia ¿Es posible que me veo
Un hombre tu igual y mió. Tanto bien y honor ahora? ¿Con vos , viendo vuestro hermana
Si esto es así , yo confio Que os tomo esta blanca mano?
DON IÑIGO. ,
Que le quieres tú también ; ¿Conocéis la labradora ? DOÑA SOL.
Porque á su primero amor Esto ha podido el deseo.
Corresponden las mujeres DON ALVARO.
DON ÍÑIGO.
Con mas fuerza ; y si tú quieres , Conozco al sol por el dia.
Es doña Sol , vuestra hermana. La partida será breve ,
La tierra en medio, mejor Y el desposorio; que es justo
Es casarte ; que casada , DON IÑIGO.
Que sea luego.
El Rey no podrá quitarte Y vuestra mujer también ; DON ALVARO.
A tu marido , y es darte Que yo os doy el parabién
Eso mismo quete agrada. Con voluntad limpia y llana, Ese-es mi gusto.
Y cuando tal haya sido Y á ella licencia doy DON ÍÑIGO.
La violencia de su mano, Para que os dé mano y brazos. (Ap. Temor de Alfonso me mueve.)
Mejor podrá que tu hermano, DON ALVARO.
Sea dentro de seis dias ,
Defenderte tu marido. Que de Burgos volveré;
Suspended , Sol , los abrazos, Que casado el Rey , podré
DOÑA SOL. En que tan dichoso soy; Acudir á cosas mías.
Habiéndote declarado Que me ha puesto en confusión
Conmigo desa manera , Darme tanto bien tan presto. DON ALVARO.
Fuera error que yo dijera , DOÑA SOL.
Sea como vos gustáis. —
Conde, que te han engañado. Pues ¿hay que dudareneslo? Venid, mi Sol.
Don Alvaro me ha servido , DOÑA SOL.
DON ALVARO,
Seis papeles tengo del ; Solo os muestro
Toda tu ofensa es papel ¿Esto es verdad ó es traición ?
Conde , ¿ qué os dicen de mí ? El alma.
De la mano de un marido. DON ALVARO.
Entró con los pies que ves; DON IÑIGO.
Siendo tan vuestro ,
Que si esto no pretendiera , Sol vuestro amor me ha contado. Sol , ¿para qué me abrasáis?
Luego que el compás perdiera, Ando en palacio ocupado,
Le hiciera cortar los pies. Voy con el Rey desde aquí ; ( Vanse doña S'i, don Alvaro , Lucinda
Disfrazado vino aquí; Pensé que era cosa hecha, y el escudero.)
Que es muy propio no haber paz Y por eso me arrojé. ESCENA XV.
En los dias de disfraz, DON ALVARO.
Aunque la habrá para mi. Luego, ¿bien, Conde, podré DON ISIGO.
VayaLaínez, que sabe Asegurar mi sospecha?
Adonde está. Agora Alfonso procure,
DON ÍÑIGO. Solicite, intente , quiera ;
don í.vigo. (Al escudero.) ¿De qué la podéis tener? Ponga yo á Sol en su esfera,
Corred presto. Sois mi igual , ó sois mejor; Y él en la conquista dure.
Ni le diera á tal valor No hay que vivir temeroso
ESCENA XIV. Valor el de tal mujer. Deste género de afrenta ;
DON ALVARO. Que ya corre por la cuenta
DON ALVARO.— Dichos. Sol , ¿ qué es esto ? Que estoy loco. De don Alvaro, su esposo.
DOÑA SOL.
Mas si es de una mujer bella
DON ALVARO. (Ap.) Vidrio el honor que trabaja ,
La ofensa fué en este puesto, Ver que mi hermano se va , ¿Quién pone el vidrio en la caja,
Y aqui quiero que se acabe. Y querer, pues aqui está , Si después se quiebra en ella ?
Y es el término tan poco ,
ESCUDERO.
Que me deje acompañada.
Ya , Señor, no es menester;
DON ALVARO.
Don Alvaro viene aquí.
DON ALVARO. (Ap.)
A todos beso los pies; ACTO SEGUNDO
Que estriba en tanto interés
Turbóse el sol para mi , Mi indignidad atajada.
Porque era sol de mujer. Calle en el pueblo.
A Iñigo pido perdón,
Conocí al Rey disfrazado , Y á vos la mano de esposa. ESCENA PRIMERA.
Y he visto que el Rey la habló. Hoy en su centro reposa
¿Qué es aquesto?— ¡ Triste yo! Mi abrasado corazón. EL REY, DON PEDRO y DON MANRI
¡Con su mismo hermano he dado! QUE, de noche.
DOÑA SOL.
don íñigo. Mirad que estáis desposado ; DON PEDRO.
Esperad , si sois servido , No digáis lo que otros suelen.
Don Alvaro; no empuñéis Segura estará la aldea
DON ALVARO. De que el galán mas honrado
La espada , si no sabéis
Que me tenéis ofendido ; Cuando tantos me consuelen , De Castilla, disfrazado
Que en tal caso la conciencia Quedaré, Sol , disculpado. Sus viles calles pasea ;
Es la que rige al temor. Dadme vos. Conde, á besar Y segura estará Sol
La mano como señor De que en noche tan escura
DON ALVARO. Y padre. Venga á buscar su luz pura
No conoceros , Señor, DON ÍÑIGO. El mejor cielo español.
Y salir de una pendencia Quiere mi amor
Con un caballero inglés , REY.
Que os abrace. Segura estará de mi
. LA CORONA MERECIDA. 235
Quien sol? una vez me vio; REY. ESCENA II.
Pero no lo estaré yo Bien dices; porque en efeto DON 1SIGO, dentro.— EL REY, DON
Si sola una vez la vi. Mas para tener dolor PEDRO y DON MANRIQUE, en la calle.
Presto, amor, el alma encantas, Mueve el mas necio amador
Aunque á la razón le pese. Que el tercero mas discreto. don íñigo. (Dentro.)
¡Que sola una vez la viese, Don tñigo ¿quedó allá?
x que me matase tantas ! DON MANRIQUE.
Alzad las mesas , y venga
Hoy no le he visto en palacio. Música.
. DON MANRIQUE.
REY.
¿Posible es que tanto daño REY. ¡Válgame Dios!
Causó de una vista amor, Pues vamonos mas de espacio ; ¡Cómo música á las dos!
Aunque la vieras , Señor, No esté por ventura acá. DON PEDRO.
Cuino á Bersabé en el baño? Dado me ha en el pensamiento,
Si hoy lodo el dia ha faltado , Puede ser, Señor, que tenga
Que á ver á su hermana ha estado. Huéspedes.
Lo que no agrada y convida , REY.
Don Manrique, en el instante DON MANRIQUE.
Que el nómbrelo ve delante, Ruido en su casa sicnlo. ¡Una mujer
No agrada en toda la vida. Por casar! Manrique, no;
REY.
El verdadero veneno Si no es que Iñigo volvió ,
¿Ruido tan tarde? Mira Y fiestas la quiere hacer.
. Es el que hace luego estrago Que ya todos dormirán.
Tanto con tomar un trago DON MANRIQUE.
DON MANRIQUE.
Como todo el vaso lleno. Sin duda has dado en lo cierto;
Despiertos , Señor, están , Porque viendo que acomodas
DON MANRIQUE. Y hay tantas voces , que admira. Tu partida , hechas las bodas ,
¿Cómo, Señor, la grandeza DON PEDRO. Tornó , del cansancio muerto ,
Deslos seis famosos dias, Iñigo es bravo español ; Hoy en casa de su hermana ,
Las comunes alegrías , Con doña Sol tendrá voces Y la regocija ansí.
La sin par rara belleza De celos. DON PEDRO.
De la Reina mi señora , REY.
Seis noches de ti gozada , El rumor crece.
Mal le conoces.
Y en su cara ver cifrada Es, como es casa del sol , REY.
Toda Castilla en un hora ; Que ya quiere amanecer; ¡ Ay de mi!
Saraos, fiestas, torneos, Y ese ruido , al sacallos , Toda mi esperanza es vana.
Juegos de cañas y toros , Deben de hacer los caballos DON MANRIQUE.
Libreas , galas , tesoros , Que allá le quieren poner. Un hombre sale de allá.
Sortijas , moles, trofeos , DON PEDRO.
Arcos , versos , epigramas, ESCENA III.
Fuentes fingidas .jardines , ¡Qué bien lo encareces todo!
Música , voces, clarines, Todo el amor es poesía.
DON MANRIQUE.
UN LACAYO , borracho, con una espa
Comedias, galanes, damas, da desnuda.— EL REY, DON MAN*
Nofueron parle á que baste Por lo que miente , podia
A divertirle otra cosa Ser poeta amor. RIQUE , DON PEDRO.
De una mujer, aunque hermosa, REY.
LACAYO.
Que sola una vez miraste ? ¿De qué modo?
Tantas imágenes juntas ¿Piensan que todo está hecho?
DON MANRIQUE.
¿No pudieron algún dia Pues si saco el -pié derecho...
Amor dice que suspira don Manrique. {Ap. al Rey.)
Borrar de tu fantasía Y abrasa ; miente en rigor.
Una sola? Que se hiela dice amor, Este, Señor, lo dirá.
nEY. Cuando á su dama no mira; LACAYO.
Bien preguntas; También miente. Dice luego ¡Oh , qué bonito soy yo
Mas como un homhre que atento Que llora en ausencia tanto, Para tú con tú conmigo !
Solo ver su rostro trata, Que crece el rio su llanto , DON PEDRO.
Aunque el espejo retrata Y abrasa el mundo su fuego. ¡Amigo!
Lo que hay en el aposento , Pues ¿quién ha visto creciente LACAYO.
En el alma y sus dispuestas Con lagrimas de amador? ¿Quién es amigo?
Partes, espejo luciente, Dice que está muerto amor,
Y está vivo; también miente. DON PEDRO.
Miraba á Sol solamente.
Sin reparar en las fiestas. Jura de amar lo que mira , Yo soy amigo.
DON MANRIQUE. Mil siglos, de enamorado ; LACAYO.

Altamente has declarado Y en habiéndolo gozado , Yo no.


No vuelve ; luego es mentira. Juro á Dios nó dar la mano ,
Tu enamorado deseo. Ansíprosigue,yansi Aunque el Rey me la pidiese.
Miente también el que escribe , Hágase allá, no le pese;
Mi rostro en su espejo veo , Y mas si en pobreza vive. Téngase todo cristiano.
De lo demás descuidado. REY. ¡Es cosa de burla dar
Y pues, dejando á mi esposa, De qué manera me di. A un hombre una bofetada?
Oso esta noche venir, DON MANRIQUE. DON MANRIQUE. {Al ReiJ.)
Si no puedo á ver, á oir
Esta sirena engañosa; Dando siempre en versos vanos Desnuda tiene la espada ,
Bien sé que mi amor infieres. A su dama un eran tesoro. Y apenas acierta á hablar.
Hacen sus cabellos oro , REY.
DON PEDRO.
Bruñida plata sus manos , Desvíate en esas dudas
¿Qué fuerzas, qué edad , qué honor, Perlas sus hermosos dientes,
Qué santidad y valor De espada y lengua turbada ;
Coral su boca , esmeraldas Que la mujer y la espada
No han derribado mujeres? Sus ojos ; hasta en sus faldas
Sigue tu empresa , si estás Son peligrosas desnudas.
Ponen auroras y orientes. DON PEDRO.
En ese eslado , y sosiega ; REY.
Que á veces lo que se niega , El debe de haber bebido —
Es lo que atormenta mas. ¡Ojalá que este mi amor, ¡Ah, gentilhombre!
L'ama , y ruega á esta mujer; Manrique , fábula fuera !
LACAYO.
Que los ruegos del amante DON PEDRO.
¡, Quién es?
Suelen romper el diamante El ruido persevera.
Sepamos lo que es , Señor. ¿Es castellano ó inglés ?
De la mas dura en querer.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
DON PEDRO. DON MANRIQUE. Mas siendo fuerza,
Algún inglés le ha ofendido.— Oya , hermano. Anima el alma, el corazón esfuerza.
Tenga la espada , y advierta... LACAYO.
LACATO. REY.
Ya lo entiendo; Dime , don Pedro de Lara ,
Cuando se vierta ¿qué importa? Ya sé que está previniendo ¿De qué temerosa cueva ,
:Oh , cuánto el aire conforta Armas dobles el contrarío. Donde vio el rey don Rodrigo
Que sale por esta puerta ! DON MANRIQUE. Lanzas y alarbes banderas;
DON PEDRO. Pronuncie bien. De qué aposento de Circe,
Oiga: jo seré el padrino. LACAYO. Como el capitán de Grecia ;
LACAYO. Pues no hay fieros De qué selva , como Alcides ;
Hanme dado un bofetón... Conmigo. Fuera embozados; De qué infierno , como Eneas ;
DON PEDRO. Que á dos mil hombres armados De qué Libia , engendradora
Tuvieron poca razón. Esperaré solo en cueros. De monslros y de culebras ;
DON MANRIQUE. De qué India', donde admire
LACATO. Alejandro tantas fieras ,
Con un hueso de tocino. Y tan en cueros , que temo Sales tan turbado y triste
DON PEDRO. (Al Bei/.) No se resfrie. A apercebir mi paciencia,
Por Dios, Señor, que no había LACAYO. Que en el estado en que estoy.
Entendido su desgracia. No haré ; Es imposible tenella?
REY. Que aunque en cueros me quede, Mas siendo fuerza ,
¿Qué tiene? Bien sabe Dios que me quemo. Si amor desmaya, la razón esfuerza.
DON PEDRO. DON MANRIQUE. DON PEDRO.
Vino. Don íüigo ¿está acostado? Vi una mesa , rey Alfonso ,
REY. LACAYO. Luego que llegué á la puerta,
¡ Oh , qué gracia ¿Quién le mete á nadie en eso? Con un grande aparador,
Habíale , por vida mia. DON MANRIQUE. Vestido de ricas piezas.
Pregunta qué es la ocasión ¿Hay en casa algún suceso? Gran cantidad de criados,
Deste ruido. Unos salen, otros entran,
DON PEDRO. LACAYO. Estos con platos vacíos,
Oya , hermano. A mí me han descalabrado; Y aquellos con fuentes llenas.
Pero he muerto mucha gente. Cuál en la dorada copa
LACAYO. DON MANRIQUE. El vino oloroso lleva.
¿Es inglés ó castellano? No hay sacalle una palabra. (Al Uey.) Con la toalla en el hombro
DON PEDRO. — Oya , hermano; éntrese, y abra Y el agua en la mano izquierda ;
Dígame por qué razón Esta' puerta solamente. - Cuál con las hachas delante,
Hay en casa este ruido. LACAYO. Lleno de imperio , gobierna
LACAYO. Ábrala Dios, que la hizo. Pajes con diversos platos ,
Porque no se han acostado. Llenos de frutas diversas.
don Manrique. (Al Rey.) Parecióme que era el fin
DON PEDRO. No está el hombre de provecho. De aquella abundante cena ,
Muy buena razón me ha dado. LACAYO. Y dándome tu cuidado
LACAYO. Cinco traiciones me ha hecho Licencia , sin su licencia ,
¿No ve que no se han dormido? Este perro advenedizo. A la puerta de la cuadra
DON PEDRO. DON MANRIQUE. Llegué , donde vi una mesa ,
Qué es la causa, le pregunto. La señora doña Sol Que Cleopatra á Marco Antonio
¿Duerme ya? No puso con tal riqueza.
LACAYO. Estaba el conde don Iñigo
Don fñigo , el sacristán , LACAYO. Sentado en la cabecera ,
Lainez y Sol están , Yo lo declaro. Y al lado derecho estaba
Y todo el proceso junto. Siendo noche, ¿no eslá claro Doña Sol , como el sol bella.
DON PEDRO. Que ha de estar durmiendo el sol? No reparé en el vestido
¿Que don Iñigo está en casa? rey. (A don Manrique.) Ni en los diamantes y perlas;
REY. néjale, quilate acá ; Que donde lucen sus ojos,
Esa ¿es la fiesta? No dirá cosa que importe. Éscurécense las piedras ;
LACAYO. LACAYO. Mas á mi me parecieron
Estos lacayos de corte Mas galas que para fiestas.
Escogida. Mas tiestas que para hermana ,
rey. (Ap. á don Pedro.) Luego presumen que está Y no hermano el señor dellas.
Abierto eslá ; por tu vida, El hombre fuera de sí. Estaba un mozo gallardo
Que entres á ver lo que pasa. Afuera... Junto á Sol , que su belleza
DON PEDRO. REY. Parece que le pedia
¿Y si me ven? Guárdate dél. Sol para abrasar la tierra ,
REV. LACAYO. Deshaciéndose en sus ojos
No verán. Que no temo yo broquel. Como si fuera de cera ;
¡Qué cuchillada le di ! Que hav almas que se derriten.
(Vase.) Si
DON PEDRO. da ef sol de rostro en ellas.
Yo haré lo que mandas. No compuesto como huésped ,
REY. ESCENA V. Ni ella puesta como dueña ,
Entra. DON PEDRO. -EL REY, DON MAN Se regalaban los dos
( Don Pedro entra en casa de don tñigo.) Y se miraban apenas,
RIQUE. Sino con la libertad
ESCENA IV. DON PEDRO. Que los casados se ceban ,
No sé por dónde te diga A imitación de palomas
EL REY , DON MANRIQUE , EL LA Lo que vi desde esa puerta ; Que el primer nido comienzan.
CAYO. Que pienso que no tendrás Alzaron la mesa en fin ;
Para escucharlo paciencia; Y dando el Conde licencia ,
LACAYO. Que según tienes el alma, A su cuello echó los brazos,
Cosas un cristiano encuentra Del nuevo sol que te quema, Como vid al olmo envuelta.
Que en la Cartilla no están, No estarás para sufrir Mostró las perlas con risa
Ni aun en todo el Calendario. Nuevas , Alfonso, tan nuevas; Sol , v él mirando las perlas ,
Pense que hablaban de oído ;
LA CORONA MERECIDA. 2r>7
Mas si algo hablaron fué en ellas. Y todo un reino esta piedra , Con la pena de esperar?
Besóla como marido. Fuera, como ahora es, tuyo. Cenó á las ocho, y son ya
BEY. DON MANRIQUE. Las cuatro.
¿Qué dices, don Pedro? Espera. Beso los pies de tu alteza. DOÑA ELVIRA.
DON PEDRO. REY. Las horas pasan
Ella debió de esperar ; Mañana escribo la carta. Por los gne amando se abrasan ,
No yo, que estaba á la puerta. Vengan las postas. Mas apriesa.
REY. DON MANRIQUE. LEONOR.
¿Que la besó? No creas ¿Dónde está?
DON PEDRO. Que te ha dañado el casarse, DOÑA ELVIRA.
¿Que lo dudas? Para lo que ahora intentas. Yo pienso que descansando.
REY. REY. No pienses tanto una cosa ;
¿Que hay un hombre que merezca Vamos; que me da cuidado Que vendrás á ser celosa ,
Aquella angélica boca? Que me eche menos la Reina. Y morir imaginando.
DON MANRIQUE. Llaman hijos del amor
DON PEDRO. Los celos , y son sus nietos ;
Angélica ó no , él la besa. Con el primer punto suello, Que por los mismos efetos
REY. No hay brio en mujer ni en media. Se ve la causa mejor.
Agora es fuerza perder REY. Amor la imaginación
El alma con la paciencia. , \y Sol ! ¿ que es fuerza Engendra , y ella los celos ;
Sin duda que la casó Qiie tú me olvides y que yo te quiera? El amor es de los cielos,
Iñigo , porque no fuera (\anse.) Y ellos del infierno son.
Un rey señor de aquel mar, LEONOR.
Donde nacen tantas perlas. Vuelve á llamar, doña Elvira,
La traza ha sido del Conde; Salón del alcázar de Burgos. Los músicos.
El Conde , Manrique , muera. DOÑA ELVIRA.
DON HANRIQDE . ESCENA VI. Bien harás
Mira , Señor, que te engañas , MADAMA LEONOR, DOÑA ELVIRA. En divertirte , y podrás ,
Y advierte que amor le ciega. Porque ya el alba nos mira. {Vate.)
No puede el Conde en seis dias , LEONOR.
Pues siempre ha estado en tus Gestas, ESCENA VII.
Hacer este casamiento ¿No dicen que está en palacio ?
A efeto de darte pena. DOÑA ELVIRA. LEONOR.
Concertado lo tendrá Si estará. Tu amor me admira.
Para en viniendo á esta tierra. LEONOR. Amor, amor, ¿por qué tellaman gloria,
Y ; cuánto te está mejor!... Quiero apriesa, doña Elvira, Siendo forzoso, amando, el masquerido
REY. O quiéreme el Rey de espacio. Vivir con celos y temer olvido ,
¿Cómo? DOÑA ELVIRA. Afrentoso blasón de tu Vitoria?
DON MANRIQUE. Como es tan grande el camino Entras á los principios de tu historia
Que casada sea. De un casamiento , es muy loco Con dulcísimos pasos al senlido ;
REY. Quien no se va poco á poco. Mas, el estilo del hablar perdido,
¿Por qué? A la mitad ofendes la memoria.
LEONOR. ¡Oh , qué duro capitulo los celos ,
DON MANRIQUE. Como apriesa desatino. Y aquel imaginar ajenos gustos,
Porque la podrás DOÑA ELVIRA. Quitando á la verdad confusos velos!
Gozar. En seis dias... Y si se liande temer, juslosó injustos.
REY. LEONOR. Vuélvete, amor, tus gustos á lus cielos;
¿Cómo, si se queda Pues ¿quién duda Que no quiero tu bien por tus disgustos.
En esta aldea , y me voy, Que es mas furioso el rigor
O á la montaña la lleva? En los principios de amor? ESCENA VIII.
DON MANRIQUE. Después se templa ó se muda.
Yo daré un remedio. DOÑA ELVIRA. DOÑA ELVIRA, músicos. — LEONOR.
REY. Puede ser que su salud DOÑA ELVIRA.
¿Cuál? Retire de vuestra alteza Los músicos han venido;
DON MANRIQUE. Al Rey, y tanta belleza Y mas, que tienen templado.
Escrí bele , aunque te pesa , Causa de á tanta inquietud. LEONOR.
A Iñigo el parabién... No hagamos mas diligencia.
REY. Por ventura está acostado. No dudes que han acertado,
Para mal del novio sea. LEONOR. Y que mi ventura ha sido;
Jamás hombre enamorado Que á un inquieto corazón
DON MANRIQUE. Se fué sin pedir licencia. Oír templar un instrumento
Y di que por su servicio, DOÑA ELVIRA. Es darle mayor tormento
Quieres que á servirte venga Y doblalle la pasión.—
Este marido de Sol , Nunca los maridos son Cantad algo , si sabéis ,
Y á tu persona le acerca. Galanes lan prevenidos , De celos.
Dale un oiicio en tu casa , Porque los tiene dormidos UN MÚSICO.
Que á su persona convenga: La segura posesión. Quien no lo sabe
Traerá la suya á la corle , Ya en casa están , ya no están;
Y podrás entrar en ella ; Tienen gusto y no lo tienen , No sabe de amor.
Que servicios , y de un rey , Porque cuando quieren vienen , LEONOR.
Conversación y asistencia , Y en no queriendo se van. Sea grave.
Ruegos , terceros, papeles. Hablo á vuestra alleza aqui (Ap. ¡ Ay celos ! ¿qué me queréis?)
Joyas , honras y promesas , Con lenguaje de casada , (Siéntanse las damas, y cantan los mú
Haráo por fuerza [ra. Y no de reina, obligada sicos.)
Que un duro mármol se convierta en ce- De verla alligir ansi.
• BEY. LEONOR. MÚSICOS.
Vuéltome has el cuerpo al alma. ¿No me pudiera avisar Ahora sabréis de celos, corazón;
Si este diamante valiera , De cualquier cosa que hiciera , Que si pensáis que son celos,
Don Manrique , seis ciudades, Para que yo no estuviera Infiernos del alma son.
238 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA IX. I Y á favor y a cortesía Que vos? Quién caballos? Quién ,
' El no os haber acostado , Cuando las damas le ven
EL REY, DON PEDRO, DON MANRI Creedme que me ha pesado En las calles y en las salas ,
QUE.— Dichos.. Que me aguardéis hasta el dia. Lleva tantas bendiciones, «
Yo me entro.-Adios, caballeros. ( Yase.) Y en ellas tantos deseos?
REY. Yo pensé que estos trofeos ,
¡Música ahora ! ESCENA X. Vitorias , triunfos, blasones,
DONA ELVIRA. Eran mios desde el dia
El Rey viene. LEONOR, DOXA ELVIRA , DON MAN Que me pedistes licencia
REY. RIQUE, DON PEDRO, músicos. Para servirme. Paciencia.
¿Qué es esto , señora mia ? Sois hombre; la culpa es mia.
LEONOR.
don Manrique. (Ap. d don Pedro.) DON PEDRO.
Enfado lleva.
Esperaros hasta el dia ¿Toda una noche, Señora?
La que sin vos no le tiene. DON PEDRO. Por mí no creáis que fuera
REV. Notable. De noche , donde no hubiera
¿Que no os habéis acostado? doña elvira. (Ap. d la Reina.) De amanecerme esta aurora.
LEONOR. ¿Quieres que á uno destos hable? Para estar en el terrero
LEONOR.
Hasta que el sol me llamara,
Sin vos ¿cómo? Si el vuestro me despertara
¿Cómo?
DON PEDRO.
DOÑA ELVIRA.
(Que es vuestra la luz que espero),
¡Extraño amor! Toda la noche estuviera
(Ap. Yo pienso que esta Leonor Los días primeros Desvelado; no por ver
Mas viste azul que leonado.) Dio en servirme, y me ha mostrado Lamas hermosa mujer
Amor. Que en toda Rúrgos hubiera.
REY.
LEONOR.
Como el alba hermosa y pura , Sacóme el Rey , fui con él
Pues habíale, y sabe A la aldea qne él contó ;
Con música amanecéis. Dónde fué el Rey. Que cierto sol le llevó ,
LEONOR. ( Vanse la Reina y los músico».) Que nunca amanece en él ;
Noche soy ; que me tenéis Y es porque en otro anochece,
Con tan larga ausencia escura. ESCENA XI. Con quien está desposada.
Dorad con nuevo arrebol
Nubes de agua engendradoras, DOÑA ELVIRA.
DOÑA ELVIRA , DON PEDRO , DON
Pues en venir á estas horas MANRIQUE. Mentira tan bien formada
Tenéis condición de sol. Algún crédito merece.
REY. don pedro. (Ap. á don Manrique.) DON PEDRO.
Cuando lo fuera , por Dios, Hoy la llave. No tenga de vida un hora
Que muy nuevo lo parezco, Don Manrique, el Rey me ha dado; Si no es el Rey el galán,
Si en dos albas amanezco, Mirad si importa agradar Y si á olios negocios van
Que son la del cielo y vos. A los reyes en su gusto. Mis pensamientos, Señora.
Dos albas y dos orientes. DON MANRIQUE. Y aun los suyos son en vano,
En las Indias y en España , Fuera de que hacello es justo , Y será su intención vana ;
El sol dora y acompaña ; Es camino de medrar. Que es de don Iñigo hermana ,
Pero en cielos diferentes. Que llaman el Castellano,
DOÑA ELVIRA.
Mal puedo en el vuestro solo Hombre de tanto valor.
Lo que él en dos cielos hace. Con vuestra licencia , quiero Que aun el Rey no le hace ofensa.
LEONOR.
A don Pedro hablar.
DOÑA ELVIRA.
DON MANRIQUE.
Acostaos, mi bien; que nace Pues ¿qué es lo que Alfonso piensa
Con invidia vuestra Apolo ; Señora,
Vos la tenéis desde ahora. Con ese imposible amor?
Que habéis venido cansado. En el corredor le espero; DON PEDRO.
rey. (Ap. á don Pedro.) Y mirad si hay otra cosa Mocedades.
¿Quién le ha dicho donde fui? En que os sirva esta merced. DOÑA ELVIRA.
DON PEDRO. DOÑA ELVIRA. Pues ¿ahora
Si no ha enviado tras tí , Que soy muy vuestra creed. Es tiempo de mocedades?
Nadie puede haberla hablado. (Vase don Manrique.) DON PEDRO.
REY.
Nunca con las majestades
Mi bien , yo fui á ese lugar ESCENA XII. Me pongo en puntos. Señora.
Denoche, porque temia Yo te he dicho la verdad ;
Al sol ; que el sol me podía DOÑA ELVIRA, DON PEDRO. Y te suplico no creas,
En cuatro leguas matar. Si hacerme merced deseas,
Fui , pensando ser padrino DON PEDRO.
Ofensa en mi voluntad ,
De una dama de un privado ¿Qué mandáis, Elvira hermosa? Que es la que en mi pecho reina.
Que tengo , y llegué cansado ; ¿Posible es que se ha ofrecido
DOÑA ELVIRA.
No os di cuenta , porque vino En que os pueda servir yo?
Tarde el aviso. {Ap. Por Dios, DOÑA ELVIRA.
Tu mismo valor me abona.
Que la verdad le confieso Don Pedro , adiós , y perdona ;
La Reina no los pidió, Que está esperando la Reina.
Porque se temple con eso, Y yo á vos celos os pido.
Y descansemos los dos ; ¿Pareceos bien , es.bien hecho DON PEDRO.
Que no hay gusto como hablar Que quien me ha dicho que soy Dame un favor.
Del agravio al agraviado , Su dueño , y por él me estoy DOÑA ELVIRA.
Cuando él está descuidado Ep lo mejor de su pecho, Mi deseo
De que le puede agraviar.) Toda la noche galán Y esta cinta.
Pero fué tan encubierto, Ande por Rúrgos perdido? DON PEDRO.
Que pienso que me han burlado, Pero sois recien venido ,
Porque ya estaba acabado ¿Aun eso mas?
Veros y hablaros querrán. Esta noche la verás
Cuando yo supe el concierto. Tenéis mil aficionadas
Venid conmigo , y creed En las plumas del torneo.
De la fama entre los moros, (Vanse.)
Que aunque de noche , estoy loco Y de haber dado á los toros
Del sol , con darme tan poco ; Estos dias mil lanzadas.
Mas aunque tenga á merced ¿Quién ha sacado las galas
LA CORONA MERECIDA. 259
De su desposorio el dia.
Sala en casa de don iüigo, en la aldea. La carroza y la litera
Y por dicha yo me engaño; Que de Toledo traia,
ESCENA XIII. Que el Rey trocará el amor Y algunos de mis criados.
En virtud ; que es gran señor, DON ALVARO.
DOÑA SOL, DON ÍÑIGO, DON ALVARO. Y no puede hacer gran daño. . Vuestros servicios pasados
Y algo se ha de confiar Fueron mi dote este dia.
DON ALVARO. De una mujer tan discreta, Vamos, Sol ; que ya tenemos
¿Carta tenéis ? ¡ Brava cosa ! La virtud no está sujeta Concertada la partida,
don íñigo. Ni á la tierra ni á la mar Porque el alma agradecida
En la iglesia me la (lió Ni á todo el poder humano. A tan gran señor mostremos.
Un hidalgo que envió. Esta es mujer virtuosa, Bien estaba conocido
Su montero de Espinosa ; Que al furor de ser hermosa Que á quien á tal sol llegara,
Y quiero albricias pediros Lleva la rienda en la mano. Cualquiera rey estimara
De la parte que os alcanza.. doña sol. Como de Alfonso lo he sido.
DON ALVARO. Mirad , Conde, qué ha de hacer Dirá quien ve lo que pasa,
Don Alvaro. Que ansí á levantarme prueba,
Si no acetáis la esperanza Y dejuntoalsolmelleva
Y. el deseo de serviros, DON ÍÑIGO.
Para servirle en su casa.
Mi mayorazgo tomad , Hermana mia, Vamos, y poneos gallarda,
Supuesto que todo es poco. Partirse este mismo dia _ Porque el Rey eche de ver
¿Ya por la parte que os toco Con vos, que sois su mujer, Que supe elegir mujer,
He ha honrado su majestad? Y besar al Rey la mano. Y qué camarero aguarda.
don Iñigo. DOÑA SOL. DOÑA SOL.
Por lo que vos merecéis , ¿Y después? ; Ha dicho mi hermano ya
Señor don Alvaro, es llano; DON IÑIGO. Cómo habéis de entrar, Señor?
Que no porque sois mi hermano. Servir después ; DON ÍÑIGO.
DON ALVARO. Que es el mayor interés Que sea presto es mejor,
Vos lo que gano sabéis. De un hidalgo castellano. Y antes que se sepa allá,
DOÑA SOL. DON ALVARO. Para no dar ocasión
Dejemos los cumplimientos, No sé dónde mi alegría A tantos deudos y amigos,
Y esa carta nos leed. l'uede caber en mi pecho. Ni á tantos falsos testigos
DONÍÑIGO. El alma es corta, y estrecho De mi perdida opinión.
Aun no iguala la merced Mi valor; la sangre mia DOÑA SOL.
A vuestros merecimientos. No alcanza; mi entendimiento Vamos ; que va no hay en mí
( Lee. ) « He sentido, como es razón , Ciega mi vista ; mi lengua Voluntad ; vuestra es : partamos.
•quenome hayáis dado parte del casa- Teme de caer en mengua DON ALVARO.
amiento de vuestra hermana , sabiendo En tanto encarecimiento. Gran señor á servir vamos.
•cuan á mi cuenta estaba honraros; pero Sola mi memoria pueda
apara que entendáis lo que va del amor Tener la que es justa ley, (Vanse don Iñigo y don Alvaro.)
»del señor al del criado, hago á don Alva- Pues de servir á mi rey
»ro, vuestro cuñado, mi camarero ma- Tanta memoria me queda. ESCENA XIV.
»yor, ansi por sus méritos comjo por sa (Hablan bajo don Alvaro y don tñigo.) DOÑA SOL.
tisfacer vuestros servicios ; y pues yo doña sol. (Ap.)
apongo casa, es razón tenga cerca de mi ¡ Ay, cómo me dice el alma, ¡Qué alegre parte! ¡Aydetl!
apersona tales caballeros enella:á quien Alfonso, que son fingidas Mil veces me manda amor
•doy el parabién. —Diososguarde.— El I Estas honras mal nacidas, Decir lo que el Rey intenta ;
"Rey.* I Que ponen la nuestra en calma ! Pero es linaje de afrenta
DON ALVARO. No llamas sin ocasión Probar á nadie el valor.
¿Quédccis? A don Alvaro á tu casa ; Donde hay amistad jurada,
DON IÑIGO. Si el Conde por esto pasa. Por ver lo que el otro piensa,
Esto que digo. Bárbaros los hombres son. No se ha de decir la ofensa
DON ALVARO. ¡ Ay mi bien ! temo tu muerte. Ni se ha de probar la espada.
No te llaman á servir; Callar tengo prometido
¡Yo camarero mayor ! Cuanto pueda suceder:
¿Si te llaman á morir?
DON IÑIGO.
Desdichada fué mi suerte. Seré la primer mujer
Basta ; que el Bey , mi señor. Querrá el Rey quitar tu vida Discreta con su marido.
Es bueno para enemigo. De enmedio de su deseo;
Nunca , estando muy contento , Y será mayor rodeo
Mis servicios ha pagado; De su esperanza perdida. Salón del alcázar de Dúrgos.
Y ahora , estando enojado Vive tú, que has de vivir
Del secreto casamiento En mi alma eternamente. ESCENA XV.
(En que conozco que erré, Si estuviese de tí ausente,
Pues licencia no pedí), Y no pudiese morir. LEONOR , DOÑA ELVIRA.
Nos ha honrado a vos y á mi. ¿Si le diré lo que pasa? LEONOR.
DON ALVARO. No ; que es fuerza obedecer
Al Rev, pues no puede hacer Extremada vida es esta;
Sol, ¿qué es aquesto? Pero no hay de qué me espante
DOÑA SOL.
Menos que entrar en SU casa.
Pues callar, ¡ qué crueldad ! Que á la noche se levante
No sé. Pero ¿qué crueldad mayor Quien salido el sol se acuesta.
Servicios son de mi hermano, Que anticipar deshonor ¿Es hoy, Elvira, el torneo?
Que los ha pasado' en vos A una inocente lealtad ? DOÑA ELVIRA.
Por enojos de los dos. Vamos; que yo haré de suerte, No, Señora ; que ha dormido
don Iñigo. (Ap.) Pidiendo remedio á Dios, El Rey como quien ha sido
¿Qué intenta el rey castellano? Que sea igual en los dos. Galán sobre tal deseo.
ÍQué es esto? Mas ¿que me estoy Como la vida , la muerte. Pagado te ha con el dia
íeshaciendo? Qué he de hacer? DON ALVARO. Lo que la noche faltó.
De don Alvaro es mujer; ¿Iré bien desta manera? LEONOR.
Ni es mia ni suyo soy. i Si el Rey, Elvira, pagó,
DON ÍÑIGO.
La sangre que mia tenia , Señal es que me debía
Y de mi padre heredó, Iréis por extremo bien ,
Su marido la cobro, Y podéis llevar también • Amores.
210 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ
DONA ELVIRA. LEONOR.
LEONOR.
Debía, bien dices. Si él lo ha dicho, cosa es clara. ¿Cómo os va?
LEONOR. ¿Cómo podrá remediarse? REY.
De mi ofensa es lo que digo. DOÑA ELVIRA. Como con vos,
DOÑA ELVIRA. Mostrándole al Rey amor; Que sois mi sol y mi esfera.
Sf ; pero con el castigo Que tú gozas y él desea. (Ap. Miento ; que mejor me fuera
Del agravio te desdices. Pero no lias de hacer que crea Con la que viene, por Dios.)
;.Qué es tanto tiempo tener Flaqueza de tu valor. LEONOR.
En los brazos al que agravia? LEONOR.
Gran merced de vos recibo.
LEONOR. ¿Cómo? Sois mi luz.
REY.
Es venganza en mujer sabia, DOÑA ELVIRA.
Cuando es la propia mujer ; Vos sois mi estrella.
En dárselo á entender ; (Ap. ¡Oh si Ilpgara ya aquella
Que si aborrece el marido, Que en viendo mujer celosa, Por quien e»toy muerto y vivo!)
¿Qué castigo ni qué lazos No hay para los hombres cosa,
Cómo tener en los brazos leonor. (Ap. á doña Elvira.)
Y mas si es propia mujer,
Lo que tiene aborrecido? Que los desaliñe tanto, ¿Voy bien?
DOÑA ELVIRA.
DOÑA ELVIRA. Y obligue á cualquier desprecio.
De cualquier manera acierta LEONOR.
Es el propio modo.
La que le regala en ellos ; Venccrásle.
Amor con celos es necio. LEONOR.
Que no se alcanza sin ellos De que ya callo me espanto.
Lo que en ellos se concierta. No lo creo.
DOÑA ELVIRA.
Retirarse con los celos REY. (Ap.)
Y dividir el estado, Pues cuéntate por perdida. Si tarda el bien que deseo,
Es libertad del casado, LEONOR. Declararéme del todo.
¥ de la casada duelos; ¿Es esa la del aldea?
Que ella en soledad le llora, ESCENA XVII.
DOÑA ELVIRA.
Y él se alegra en compañía. DON MANRIQUE. —Dichos.
¿Cuál otra quieres que sea ?
LEONOR.
• LEONOR. DON MANRIQUE.
Llegarse á quien se desvia
Mucho del amor, desdora. Pues ya estamos de partida: Don Iñigo el conde pide
Tibieza en Alfonso, Elvira, Quedaráse en Burgos ella, A vuestra alteza licencia.
Tan al principio, no es bueno. Yirémeá Toledo yo; rey. (Ap. d don Pedro.)
O vino á mi pecho ajeno, Y ¿ cuál hombre se ausentó, ¡ Que topase en la presencia
U otra causa le retira. Que no olvide á la mas bella? De la Reina!
Ya se duerme si le hablo, DOÑA ELVIRA. DON PEDRO-
Y tan helado se junta, Esa verdad te concedo. ¿ Qué te impide?
Que mil veces me pregunta Si á cortes quiere llamar DON MANRIQUE.
Una razón y un vocablo. El Rey, cuando quiera hablar Tu camarero mayor
Pues quien"no escucha en la cama Burgos, hablará Toledo. Viene con él.
Donde hay tal silencio, Elvira, LEONOR. LEONOR.
O tiene amor con mentira, ¡ Oh qué contento me has dado!
O en otra parte la dama. ¿Habéis hecho
Trato estas cosas, amiga , Camarero?
Como el alma de mi pecho. ESCENA XVI. REY.
Satisfecho
DOÑA ELVIRA. (A/1.) De la nobleza y valor
EL REY, DON PEDRO.— Dichas.
¿Posible es que á quien me ha hecho De un caballero asturiano,
Tanta merced, no le diga rey. (Ap. á don Pedro.) Deudo del rey de León
La causa de su tristeza? ¿ Que don Alvaro ha venido? Y mió , por ocasión
Desleal soy. De ser Iñigo su hermano...
DON PEDRO.
LEONOR. Digo, que le dio su hermana
Toda su casa ha traido. Doña Sol en casamiento.. .
¿Qué decías?
DOÑA ELVIRA.
REY. Y por ver en este intento
Que pongas, Señora, espías ¿De quién viene acompañado? La nobleza castellana,
Estos dias á su alteza, DON PEDRO. Hice, Señora, elección
Porque ha dado en ser galán El Conde viene con él. De don Alvaro Lain,
De una recien desposada. Que es benemérito, al fin.
REY. Entre muchos que lo son.
LEONOR. La Reina, Pedro, está aqui. LEONOR.
¿Por tu vida? , DON PEDRO. ¿Es esta Sol, doña Elvira, (Ap. á ella.)
DOÑA ELVIRA. ¿Qué puede entender de mí? La que dices?
Todo es nada. Bien sabes que soy fiel. DOÑA ELVIRA.
Muy en el principio están ; LEONOR. Sí, Señora.
Mas será bien alajalle. Señor mió... LEONOR.
LEONOR. REY.
Luego ¿irá á Toledo ahora?
¿Quien es? i Oh mi señora ! DOÑA ELVIRA.
DOÑA ELVIRA. LEONOR. Lo que te,he avisado mira.
Doña Sol se llama, ¿Cómo os halláis? LEONOR. (Ap.)
Hermosa y bizarra dama, REY. i Triste de mi ! muerta soy.
De divino rostro y talle. Como quien
Yo veré tu discreción Tiene en vos I040 su bien. ESCENA XVni.
Si disimulas. (Ap. Digo, en la que viene ahora.)
LEONOR.
DON ÍÑIGO, DON ALVARO, ÜOÑK
LEONOR.
¿De quién SOL, ACOMPAÑAMIENTO. — DlCIIOS.
¿ Habéis descansado?
Sabes que la quiere bien?
REY.
DOÑA ELVIRA.
La mas sutil invención. I Que el alma en vos descansó.
Sf; DOÑA SOL. (Ap.)
Que pudiera imaginarse I (Ap. ¡ Igual descansara yo ! Qué turbada
Hice á don Pedro de Lara. En esta que viene aqui!) * > Faltan un verso y un hemistiquio.
LA CORONA MERECIDA. 211
De verme en palacio estoy ! Voy á acompañar la Reina ; Vencer amor con engaños.
DON IÑIGO. Vcdmc después. Porque es cobarde y desnudo ;
DON IÑIGO. (.4;).) Apolo á Dafne Penea,
Dadme, Señor, esas manos. A Porcia el cónsul Octavio,
DON ALVARO. Tiemblo. Uno solo y otro sabio :
Y á mi esos pies , gran Señor. DOÑA SOL. (Ap.) ¿Qué habrá que posible sea?
REY. Temo. Dióse Sofroma la muerte,
Mi camarero mayor, LEONOR. (Ap.) Huyendo al príncipe Decio;
Alzad. Yo me abraso. Hizo Baldrací desprecio
DOÑA ELVIRA. {Ap.) rey. (Ap.) De Otón , de la misma suerte;
Yo me quemo. Viendo que el padre la emplea
¡Ay consejos vanos! En hombre que no la amó,
leonor. (Ap. á doña Elvira.) . LEONOR. (Ap.)
Fara llorando cegó :
¿Esto tengo de sufrir? Celos viven. ¿Qué habrá que posible sea?
. DOÑA ELVIRA. REY. (Ap.) Si Dula con una toca
Señora, haz pecho español. Amor reina. ' Se dejó matar primero;
REY.
(Vanse los reyes.) Si á Hipólito en el mar fiero
DON IÑIGO. Le despedazó la foca,
Reina, haced sentar á Sol. Y sj Espurina se afea
Vamos, Sol.
DOÑA SOL. don Alvaro. El rostro con mil heridas,
Señor, yo os vengo á servir. . Contento estoy. Y se quitara mil vidas,
LEONOR. (Vanse doña Sol, don higo y don Al ¿Qué habrá que posible sea?
Sentaos, Sol. varo.) Si Cíane y Medulina
REY. A sus padres degollaron,
DON MANRIQUE. Porque, ciegos, las gozaron,
Sol, sentaos ;
La Reina lo quiere ansi. El Rey se abrasa. Del vino, que á amor inclina;
LEONOR. (Ap.) don primo. Si no pudo Estenobea
Basta ; que estamos aquí A Sol mira. Vencer á Belerofon,
Ni aquel romano á Damon,
Celos y amor en saraos. DON MANRIQUE.
¿Qué habrá que posible sea?
REY. ¿Qué os ha dicho doña Elvira?
DON PEDRO.
A don Alvaro cubriera, DON PEDRO.
tñigo, a no ser criado : Que muy en su gracia estoy. Verdad es que tu paciencia,
Mucho en verle me he pagado. DON MANRIQUE.
Gran Señor, tiene la culpa ,
DON IÑIGO. Bella es Sol. Aunque es bastante disculpa
Señor, quisiera que fuera DON PEDRO.
Una honrada resistencia.
El mayor César del mundo, Un año y mas, desde el dia
De un ángel copia. Que en la gran Toledo entraste,
Porque tuviera valor DON MANRIQUE. Vencer á Sol procuraste
Para serviros, Señor; Mucho temo que este sol Con el ruego y la porfía ;
Pero en su lealtad lo fundo. A nuestro rey español Y con ser verdad ansi
No es muy rico caballero; Nos le ha de hacer de Etiopia. Que dos solsticios pasó,
Pero su antigua nobleza Nunca este sol acabó
Sangre ha dado á vuestra alteza. De querer hacerle en ti.
REY. En los ejemplos que das,
Darle con que viva espero. ACTO TERCERO. Con que su alabanza intentas,
Sea, Sol, para bien vuestro Griegas y romanas cuentas ;
El casamiento. Pero españolas jamás
DOÑA SOL. A príncipes poderosos
Salón del alcázar de Toledo.
Señor, Hicieron ese holocausto
Vos solo tenéis valor, ESCENA PRIMERA. De sus vidas : por un casto
Vos solo sois el bien nuestro. Hallarás dos mil viciosos.
REY. EL REY, DON PEDRO. REY.
Reina, dalda el parabién. Don Pedro , ya tuvo hermana
Sol merece que la honréis. DON PEDRO.
Algún castellano rey,
LEONOR. Pues Hércules sujetó Que á un bárbaro de otra ley
Yo sé que el bien que tenéis , Las estinfálidas aves, La dio con fuerza tirana ;
Sol, es de lodos el bien. Y pues Jason en las naves Y resistiendo al marido ,
Goceisos por muchos años. El mar furioso allanó ; Que bajase, mereció,
Pues á la sierpe Lernea, Del cielo un ángel , que dio
DOÑA SOL. El fiero toro y dragón Temor al moro atrevido.
Esos vuestra alteza viva, Trajo á humilde sujeción,
Y mil coronas reciba Ni menos merece gloria
¿Qué habrá que imposible sea? Por sus mujeres España ;
De otros mil reinos extraños. Los griegos con sus engaños, Que hay muchas, como esta hazaña,
REY. Por aquella hurtada joya, Dignas'dc eterna memoria.
Aposenten en mi casa Rindieron la antigua Troya Mas cuando ninguna hubiera,
A don Alvaro. Con paciencia de diez años. Doña Sol sola bastara
LEONOR. (Ap.) A la corriente Lctea Para que Roma callara
Esto es hecho ; De Orfeo detuvo el son ; Y Atenas enmudeciera.
Si la lengua calla, el pecho Jérjes abrió el monte Aton: Yo muero al cabo de un año
Hoy como Troya se abrasa. ¿Qué habrá que imposible sea? Que la vi , y de suerte muero,
Irme es mejor. (Levántate.) En el romano teatro Don Pedro, que mas la quiero
REY. Conoció un león á un hombre; Mientras mas me desengaño.
De Semiramis el nombre Mi camarero mayor
¿Dónde vais? Rompió los muros de Balro;
LEONOR. Hice á un montanés hidalgo,
A Jason venció Medea, Que si me ha servido en algo
¿No basta para visita A Aníbal venció Sagunto,
De criados? Alejandro al mundo junto : Y merece mi favor.
DON PEDRO. (Ap.) ¿Qué habrá que imposible sea? Otros en la tiera guerra
Del rey de León , mi tio,
¿Qué le incita? REY. A quien debo el reiuo mió
REY. A Penélope no pudo, Y posesión desta tierra,
Muy bien venidos seáis. En ausencia de veinte años, Y aun la vida , que pequeño
L-i. 16
242 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Niño quitarme intentó, Que quizá la eclipsarás. LEONOR.
Hallara mas dignos yo, Sabe Dios que estoy corrido Como tanto al sol andáis ,
Y menos amor enseño : De aconsejarte tan mal ; i Qué mucho que la tengáis
Todo á efelo de obligar Mas veo á mi rey mortal , indispuesta cada dia !
' A una mujer, y no puedo. Enfermo, loco y perdido, REY.
DON PEDRO., Y procuro su salud. (Ap. Algo madama Leonor
Mas presto pudo á Toledo REY. De doña Sol ha sabido.)
Otro Alfonso conquistar, ¡Ay Pedro! no digas eso, Poco. Señora, he salido
Con ser lal su fortaleza. Tu lealtad , tu amor confieso, Al sol... Mas diré mejor
REY. Tu piedad y tu virtud . Que al sol de vuestra belleza
¿Qué causa puede tener Eres mi amparo ; no pares, Tanto me suelo poner,
igualar esta mujer Pues ves que ayuda me das. Que de eso podría ser
La crueldad y la belleza? DON PEDRO. El dolerme la cabeza.
DON PEDRO. Como esas cosas verás LEONOR.
La que te he dicho mil veces : Mientras á Sol no gozares ; No es mi sol el que os ofende,
Querer tanto á su marido , Mas dame tú que te ame Que ese apenas os calienta ;
Pues no le pone en olvido Y que pase amor por tí, Otro mas bajo lo intenta ,
Lo mucho que tú mereces. Que luego dirás de mi Y mas sobre vos se extiende ;
REY.
Que be sido tercero infame. Que como tan bajo está ,
«Será ausentarle de aqui REY. Alcanza mas á ofenderos;
Algún remedio? Pedro, bien puedo decir Que mal puede daño haceros
Que es de poco entendimiento El que por alto se va.
DON PEDRO.
Quien castiga el pensamiento REY.
Ninguno. Y ofende lo por venir. Si es bajo , aseguróos yo
REY. Vete á vestir esos moros , Que no os ofenda una tilde.
¿Pues no ha de haber, Pedro, alguno Finge esas cartas, y luego Ni ofende sol que es humilde
Para.dolerse de mi? Saquea, rompe y pon fuego Rey que el vuestro mereció.
¿Ha de morir un rey vuestro A mi riqueza y tesoros. LEONOR.
A manos de la hermosura Tú no eres el cauteloso ,
De una mujer, que es tan dura , Sino el que me da remedio; Quejaisos de la cabeza,
Como en mis desdichas muestro? Tú eresla virtud en medio, Y por eso había pensado
Y yo el extremo vicioso. Que es de andar asoleado.
DON PEDRO.
Ansí agradezco tu celo, REY.
Si tú pudieras poner
En peligro de la vida Que cuando falle á tu amor. Engañóse vuestra alteza ;
A don Alvaro, rendida Muera á manos de un traidor. Que aunque es el tiempo en sus leyes
Vieras su esquiva mujer; DON PEDRO.
Igual, mas son las calores
Que es cierto que por libralle. Que vivas le pido al cielo. Del sol para labradores
Aventurara su honor ; Aquí aguarda ; que en un punto Que para frente de reyes.
Y ansí, prendelle es mejor Y esto está bien hasta aqui,
Verás los moros y el pliego. Si no es desafio español
Que no intentar ausenlalle. REY.
Sabe Dios lo que me pesa Porque nos partan el sol.
Vén presto.
De ayudarte en este engaño ; DON PEDRO.
LEONOR.
Pero considero el daño Gran parle me toca á mi,
De no salir con tu empresa ; Haz cuenta que llego Aunque me juzgáis ajena,
Que eres mi rey en el'eto. A I bien que pretendes junto. ( Vase.) Del sol que hiere á los dos.
REY. Porque, aunque os abrasa á vos.
ESCENA II. Soy yo quien siente la pena.
¿Con qué causa podré yo
Prendelle, si no la dio EL REY.
En público ni en secreto? ESCENA IV.
¿Enviarle no es mejor. ¿Quién es amor? Infierno de la vida. DONÍÑIGO.DON ALVARO.— Dicnos.
Como David hizoá Urias?... ¿De quién nace? Del ciego atrevimiento.
DON PEDRO. ¿De qué vive? El favor es su alimento. DON IÑIGO.
Mucho, Señor, te desvias ¿Qué fuerza tiene? Estar al alma asida. Los caballos han llegado
De la luz. de tu valor. ¿Da muerte amor? Amores homicida. Que envia el rey cordobés,
No quedó ese ejemplo escrito ;. Da vida amor? Mezclada con tormento. Y de todos ellos es •
Para darte esa advertencia ; ¿Dóndeasiste?Enelciego entendimiento. El mas gallardo el melado.
Imita su penitencia , Pues ¿algo tiene amor? Gloria ungida. De telas de plata tinas
Y no imites su delito. ¿Qué tiene bueno amor? A Igun secreto. Las cubiertas con mil franjas,
REY.
Todo lo vence amor, griegos y godos. Y de hechuras de naranjas.
Pues ¿qué industria me darás Nadie se escapa , el mundo está sujeto. Borlas á las cuatro esquinas.
Para prendelle? ¿Con qué engaña el amor? De varios Verlos podrá vuestra alteza
[modos. Desde aqueste corredor.
DON PEDRO. ¡Ob amor! vuelve por ti; dime, ¿áqué
Vestir [efelo REY.
Dos moros, que han de venir Todos te infaman y te buscan todos? El moro muestra valor
Cuando tú en consejo estás Y agradecida nobleza.
En otra ocasión y dia , ESCENA III. ¿Son los doce queme escribe?
Con una carta imitada , DON ÍÑ1G0.
Que Almanzor, rey de Granada, LEONOR— EL REY. Sí , Señor.
Has de decir que te envia ; REY.
Y con ella otra también, LEONOR.
Dad el melado
Que de don Alvaro tenga ¿Cómo se halla vuestra alteza? A don Alvaro.
Firma falsa , y que contenga REY. DON ALVARO.
L'na traición. Mejor, mi bien , me he sentido. Obligado
REY.
LEONOR. Queda el que de ti recibe
Dices bien. ¿ Durmió bien? Caballo de tanta estima ,
DON PEDRO. REY. A emplealle en una hazaña.
Con esta le prenderás, Ríen be dormido LEONOR. (Ap.)
Y al querer darle la muerte, Duéleme algo !a cabeza, ¡Con qué lisonjas le engaña!
Vendrá doña Sol de suerte, Y entretenerme querría. Con qué favores le anima!
LA CORONA MERECIDA. 2ir,
¡Pobre marido, inocente DON PEDRO. DON MANRIQUE.
De la traición deste ingrato! Gran Señor, jen qué reparas? Suya parece, Señor.
Mas quiero hablar con recato ; don íñigo. (Ap.) DON ÍÑIGO.
Que quien ama luego siente Misterio la carta tiene. A mi también, (Ap. Esto es hecho.)
A quien de su amor mormura. don Alvaro.
LEONOR.
REY.
Señor, ¿de qué os alteráis? Mi letra habrá contrahecho
Bien está empleado en vos , REY. Y mi firma algún traidor.
Pues que conmigo, por Dios , Don Alvaro... Y á quien dijere que es mia,
Tenéis la opinión segura. DON ALVARO. Osaré decir que miente,
don Alvaro. Gran Señor... Y manda que lo sustente
A la'merced que me hacéis En campo á tercero dia.
REY.
Quede tñigo obligado, ¿Tú le has escrito á Almánzor ?
REY.
Como fiador abonado Donde tu letra es testigo ,
De que pagado seréis ; DON ALVARO. ¡Traidor! en tu infame hazaña,
Que yo no basto por mi , Pues ¿eso me preguntáis?. No importa el fuero de España,
Siendo la misma humildad. REY. Ni se ha de entender contigo.
REY. Almánzor me escribe aquí —Llevadle preso.
Yo os tengo gran voluntad. Estacarla... don Alvaro.
DON ALVARO. Señor,
ESCENA V. Movimiento Déjame siquiera ver
Ni primero pensamiento La carta.
DON PEDRO, DON MANRIQUE.— LOS Tuve de escribirle. DON ÍÑIGO. (Ap.)
REYES, DON ÍNIGO, DON ALVARO. nEY. ¿Que puede ser
¿Ansí? Que es don Alvaro traidor?
DON PEDRO. No lo creo.
don Alvaro.
Dos moros están aquí. Sí , Señor. Yo ¿para qué VIVAR.
REY. Tengo de escribir á un moro? Un mensajero
¡Son, Pedro, los que han traído REY.
Cristiano llegó á Granada
De Córdoba los caballos? Lee esta carta. Con esta carta, sellada
Porque luego saldré á hablallos. (Don Alvaro la mira.) De tu mismo camarero.
Si es este ó no , no lo sé.
DON PEDRO. don Alvaro. Habló al Rev en gran secreto,
Eso, Señor, no he sabido. El Dios que adoro De que resultó elefeto
Estos de Granada son, Y de quien vivo en su fe, Que en tu presencia se ve.
Y traen cartas de su rey. Como cristiano primero, REY.
REY. Y luego como quien soy, Mira lo que dice el moro.
Aunque de diversa ley Mande á la muerte que hoy
Me llegue al punto postrero, don Alvaro.
Y de bárbara nación ,
En fin son embajadores. Si tal escribí , ni puedo Leeré la carta , Señor.
Dadnos sillas , y entren luego. — Imaginar lo que sea. (Lee.) «Por otra , rey Almánzor,
Y que los oigáis os ruego. (A la Reina.) rey. (Leyendo otra carta.) •Que te ha dado Maniloro,
¿Es posible que se crea •Sabes que tengo deseo
LEONOR. •De dar á Alfonso la muerte ,
Haceisme dos mil favores. De un cristiano tal enredo? •Y la corona ponerte
¡ Qué es lo que mis ojos ven ! •Que en su indigna frente veo.
ESCENA VI. DON ÍÑIGO. •Y espanta tu remisión ,
Señor, ¿mi cuñado escribe •No sé si diga tu miedo,
VIVAR y ORDONO , vestidos de moros. Al rey Almánzor? •Pues llegar hasta Toledo
— Dichos. REY. •Puedes en esta ocasión.
No vive •El Rey alcalde me ha hecho
vivar. Seguro aun quien hace bien. •Del alcázar; esta parte
Alfonso, que guarde el cielo Dou Alvaro, ¿qué es aquesto? •Puedo , en llegando, entregarte,
Para bien de tus cristianos , don Alvaro. •Que es mas que entregarte el pecho
Después de besar tus manos... Pues ¿puédolo yo saber? •Daré en rehenes , si quieres,
rey. •A doña Sol, mi mujer...»
DON IÑIGO. (Ap.) —¿De qué me sirve leer,
Alzaos , amigos , del suelo. ¡ Ah hermosura de mujer ! Ni que tu á matarme esperes?
vivar. ¡En cuánto daño me has puesto ! Esta es letra contrahecha.
El granadino Almánzor... Todo viene por aquí. Yo no la he escrito.
REY. REY. REY.
Tomad asiento primero.— Lee esa carta. ¡Traidor!
¡Qué bien finge el escudero! don Alvaro. Para disculpar tu error
(Ap. á don Pedro.) Ya leo. Ninguna cosa aprovecha.
DON PEDRO. (Lee recio.) «Mil días há que deseo ¿Qué os parece , Leonor mia ,
Es otro Ulíses , Señor. •Que sepas mi amor de mí, Desta maldad?
•Y llegando la ocasión , LEONOR.
VIVAR.
•Verás si aquesto es verdad ,
Aqueste pliego te envia. •Pues yo te guardo lealtad , Que merece
REY. •Y tus vasallos traición. Pasar por lo que este ofrece,
¿Tenéis algo que tratar? •Don Alvaro, camarero Quien de tales hombres fia.
•Tuyo, esta carta me escribe.» ¿Tú eres , caballero , infame
VIVAR.
—Señor, el cielo me prive A tu rev? á quien te alzó
Engrandecer y alabar - De la tierra?
Tu grandeza y cortesía, De vida...
V" decirte que apercibe REY. don Alvaro.
Para tu esposa un presente, ¡Oh mal caballero! ¡ Que oiga yo
Que hasta el fénix del oriente, No prosigas; que esta carta Que esto su alteza me llame ,
Que solo en el mundo vire , Tuya es , la firma es tuya. Siendo la misma inocencia !
Pienso que en él te previene ' DON PEDRO. ¡Ahinvidia!
Entre tantas cosas raras. LEONOR.
Muestra á ver. La letra es suya.
{Lee para sí el Rey.) Ansí las líneas aparta. Llevadle luego.
2U COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DON f ñk;o. nET. rey.
Déjamele hablur, te ruego. Vos no sois aquí culpado. Lícito es que viva un rey que mucre.
REY. DON IÑIGO. DON PEDRO.

Habla ; yo te doy licencia. Antes yo la causa he dado: Excuse de morir el Rey, y viva.
don íñigo. (Ap. d don Alvaro.) Creerán lo vuestras altezas; RET.
Porque si yo no tuviera Las pasiones del alma ¿no le excusan?
Don Alvaro , ya he caído Lo que tuve por mi mal,
En la razón por que has hecho Nunca sucediera tal , DON PEDRO.
Esta maldad, que es despecho Ni don Alvaro muriera. ( Yase llorando.) Luego ¿ya la razón no puede nada?
De haberte el rey ofendido. RET.
LEONOR.
Pero ¿qué importa su ofensa , ¿Qué puede la razón si está sujeta?
Si de parte de tu esposa Llorando va.
Casta , honesta y virtuosa, RET. DON PEDRO.

Hay tan segura defensa? No lo entiendo. No puede estar sujeto el albedrío.


I'. I la es un ángel, y ha hecho LEONOR. REY.
Lo que pudo la romana Piadosa soy ; yo me voy. ¿Nuncahassabido tú lo que amor puede?
De mas valor ; que es mi hermana , RET. DON PEDRO.
Y soy alma de su pecho. Por prender á Sol estoy. Ya sé que puede amor lo que la ira
Soy Iñigo , que por honra Y otras pasiones naturales nuestras ,
LEONOR.
Me' llaman el Castellano, Que se pueden sufrir y resistirse ;
Y hermana de tal hermano De que la prendáis me ofendo.
No lo hagáis, por vida mia. Pero ¡ ay de quien se deja llevar dolías !
No puede hacer tal deshonra
Echaráslo bien de ver. REY. RET.
En que si te deshonrara, Por vos la doy libertad; Pesado estás, habiéndome tú puesto
Nunca el Rey te castigara Que á fe que desta maldad En aquesta invención.
Respeto de tu mujer. Alguna parte tendría. DON PEDRO.
don Alvaro. (Vase la llana.) Harto bien dices,
¿Que el Rey pretende á mi esposa? —Id , Manrique , y en la torre Y esto es lo mismo que te dije.
don íñigo. De Visagra le poned.— REY.
¿No lo sabias? Moros, yo os haré merced ; ¿Cómo?
Ya veis el tiempo que corre. DON PEDRO.
don Alvaro. Venidme mañana á ver. Que ya dices que yo la culpa tengo.
No, hermano. VIVAR. RET.
don Iñigo. Mahoma , Señor, le guarde. Pues ¿para qué me matas y me animas?
Mal hablé. (Vanse Vivar y Ordofto.)
don Alvaro. DON PEDRO.

No ha sido en vano don Alvaro. (Ap.) Porque negar no puedes que te engaña
Esta traición cautelosa. Cuando el sol arde, hace alarde La luz de la razón, que no conoces,
Quitarme quiere la vida. De nubes para llover. En viéndote perdido de remedio.
Sol , notable desventura
DON IÑIGO.
Me vino de conocerte. ESCENA VIII.
¡Qué arrepentido he quedado i Que el cuchillo de mi muerte
De habértelo dicho ! Se alilase en tu hermosura ! UN PAJE. — EL REY , DON PEDRO;
don Alvaro. Mas, pues nos hemos amado, después, DOÑA SOL t EL ESCUDERO.
Has dado Hagamos , Sol , una cosa :
Luz á un alma que , ofendida Yo muero por ser tú hermosa , PAJE.
De confusión, 110 acertaba Muere tú por ser yo honrado. Doña Sol viene aquí.
A salir de aqueste enredo. (Don Manrique se lleva d don Alvaro.) DON PEDRO.
Esa es la causa. ¿Qué puedo ¡Mira si obra!
Hacer? Hoy mi vida acaba. ESCENA VII. Fingete grave.
Sol , Iñigo , es virtuosa, REY.
Yo lo sé ; mas los casados EL REY, DON PEDRO. Fingiréme piedra ;
Son mil veces desdichados Mas no podré. Di que entre.
Que tienen mujer hermosa. DON PEDRO. (Vase el paje.)
Dame esos brazos, y di A compasión me mueve. Ahora creo
A Sol que muero por ella ; REY. Que voy derecho al fin de mi deseo.
Mas que me holgara de vella ¿De qué modo (Salen doña Sol y tu escudero.)
Menos bella para mi. Puede moverte á compasión don Alvaro? DOÑA SOL.
Suelen los que aman decir
Que los mata, ó lo procura, DON PEDRO. No te pido con lágrimas mi esposo,
De su dama la hermosura , Nohabiendode morir, temblando quedo Ni que de mi dolor tengas mancilla,
Y todos suelen mentir; El fin deste suceso ; que es muy propio Invito rey, Alfonso poderoso.
Pero yo, aunque injusta ley, De la mentira no tener salida Alta rama del tronco de Castilla ;
Diré con verdad forzosa Sin mucho deshonor de quien la intenta. Porque si en los delitos es forzoso
Que por ser Sol tan hermosa, REY. [humilla.
Me ha dado la muerte un rey. Debajo de que todo va fundado Cuando el que pide al que ba de dar se
En que viva tu rey , ¿ de qué te afliges? Como sé que en don Alvaro no cabe.
DON IÑIGO.
DON PEDRO.
Vengo contenta de que el Rey lo sabe.
Hago testigo-este llanto Don Alvaro, Señor, es caballero
Con que me has enternecido Quisiera que vivieras de otra suerte. De vuestra casa y sangre, decendiente
(Porque en mi vida be sentido rey. . De Lain Calvo, aquel juez primero
Ninguna desdicha tanto), Consígase mi gusto, que estoy loco, Que ansí estimó la castellana gente.
Que ese dia moriré; Y no repares en el ün ; que nunca ¿Porque ha de dar á un bárbaro tan Cero
Pero yo espero eu el cielo Fué valiente jamás quien el ün mira. La corona real-de vuestra frente,
Que tendrá tu mal consuelo, DON PEDRO. Habiéndole vos hecho mil mercedes?
Pues que tu inocencia ve. No sé si escucharán estas paredes; [ro.
Muestra valor, pues le tienes. Por eso son los mas valientes locos ,
Porque no consideran la salida. Has noloharán ; y ansí, hablarémoscla-
(Apártase de él.) Bien seque estraza vuestra, Alfonso no-
RET.
— Señor, mi hermano está aquí ; [ble,
Y pues á pagarme ansí El Reyes preferido á cualquier subdito. Viendo que á vuestros liros me reparo,
Mis largos servicios vienes , j DON PEDRO. Querer queansí mi honor su mármol do-
Corta á los dos las cabezas. ¡ Al Rey conviene solo lo que es lícito. [ble.
LA CORONA MERECIDA. 2tó
No hay contra un rey, si no es del cielo, DOÑA SOL. Matóse encendiendo el fuego,
[amparo. Eso pretende. En que se deshizo luego
¿De qué sirve ser palma ni ser roble, ESCUDERO.
Por honra de su marido.
Si el viento del poder, cuando se enoja, No hay cosa que no se rinda. LUCINDA.
Hojas y ramas por el suelo arroja? El alma la pondrá miedo.
DOÑA SOL.
Rindome á vos: guardad á mi marido, ESCUDERO.
Y venid á mi casa ; que ya quiero ¿Qué decís?
Hueel fuerte vencedor goce al vencido, ESCUDERO. Yo pienso que, aunque cristiana ,
on el secreto que de vos espero. Que me ha espantado Euerrá, como la romana,
El ver que te hayas rendido. sr Lucrecia de Toledo.
Allí podéis entrar desconocido:
Basta que os acompañe un caballero; DOÑA SOL. LUCINDA.
Que yo sé bien quehabiéndomegozado, La vida de mi marido ¿Quieres que vaya á mirar
Pagar no puedo lo que os be costado. Me ha forzado y me ha obligado. Muy quedito lo que intenta?
Acabaréis con tantas pretensiones, ( Vate el escudero.) ESCUDERO.
Y acabaré con tantas amenazas; LUCINDA. Vé, Lucinda, con gran cuenta,
Yo dejaré las vanas dilaciones, ¿Es posible que intentase Por si se quiere matar.
Y vos las falsedades y las trazas. El Rey tan gran testimonio? LUCINDA.
Ni quitéis á mi esposo las prisiones, Voy ; que aunque tenga cerrado.
DOÑA SOL.
Porque mi honor se escape de las plazas , Daré mil voces al cielo.
Y no entienda la Reina, mi señora, Cosa que traza el demonio,
Qne á su cama real naci traidora. ¿En qué quieres que parase? ESCUDERO.
Venid, Alfonso, gozaréis por fuerza ¡Cuan desdichada nací! Yo con la puerta en el suelo, ,
Una mujer de piedra, un mármol frió, Triste fué, Lucinda, el dia Aunque caduco y turbado.
A quien la honra sin amor esfuerza , Que á buscar la suerte mia (Vase Lucinda.)
Que está en la vida del esposo mió. De donde sabes salf. —¡Triste de mi! ¡ cuántas cosas
Si no hay razón que deste intento os tuer- ¡Nunca madama Leonor Nacen de un injusto amor !
Ni tiene libertad vuestro albedrio, [za, Viniera de Ingalalerra,
Tiempo vendrá que le paguéis al doble Para desventura y guerra ESCENA XII.
Tan gran ofensa á Dios y á un hombre De mi vida y de mi honor !
rey. [noble- ¿Quién pensara tanto mal? EL REY, DON PEDRO. — EL ESCU
Y si esto había de ser, DERO.
Espera, Sol, espera. ¡Nunca yo fuera mujer
{Yante doña Sol y el escudero.) De un hombre tan principal! (Está oscura la sala)
Oozárameel Rey entonces,
ESCENA IX. Y no donde ahora escrita DON PEDRO.
La infamia que solicita Entra quedito, Señor.
EL REY, DON PEDRO. Quede eternamente en bronces. REY.
Las carnes me están temblando. Dadme esas manos hermosas.
DON PEDRO. (Vuelve el escudero con una hacha en
ESCUDERO.
No des voces; cendida.)
Que llegarán á oidos de quien sabes. Soy," Señor, el escudero.
ESCUDERO.
REY. REY.
Señora, el hacha está aqui. i . . . . ¡Ah hermano mió!
¿Desa manera mi amistad conoces? DOÑA SOL.
¿Dónde está Sol?
DON PEDRO. ¡Ay cielos! volved por mi, ESCUDERO.
¡Graves palabras ! Pues veis que os estoy llamando.
Con gran frío.
RET. ESCUDERO.
REY.
En extremo graves. ¿Es para que al Rey alumbre
Cuando suba? Andad , decid que aqui espero.
DON PEDRO.
DOÑA SOL. ESCUDERO.
Pues da lugar, Señor, á que la goces, Voy, Señor. (Vasc.)
Y te da como á rey su honor las llaves, Necio estás;
Que un ciego no ha de ver mas REY.
Déjate de buscalla y persuadilla.
REY. A escuras que con la lumbre. « De la pasión,
Le ha dado algún accidente.
¡Quién la pudierahacer reina en Castilln! Dame el hacha.
ESCUDERO. DON PEDRO.
¿Es posible, don Pedro, qne ha rendido
Esta fiera mujer su altivo pecho? ¿Para qué? Como por fuerza consiente,
DON PEDRO. DOÑA SOL. Tendrá mucha alteración.
Quedaos entrambos aquí. Con su gusto una mujer.
Tanto pudo el amor de su marido : Presto á la traición se arroja ;
Mira si fué la industria de provecho. ESCUDERO.
Mas sin él , mucho se enoja,
REY ¿Dónde vas, Señora, ansí? Porque no le ha de tener.
Mudémonos, don Pedro, de vestido ; DOÑA SOL.
8ue quiero, á su disgusto, á su despecho, Dios lo sabe y yo lo sé. ESCENA XIII.
ozarla, despreciarla y obligarla. (Ap. ¡Él me valga !) {Vate.
DON PEDRO.
LUCINDA, EL ESCUDERO.-EL REY,
ESCENA XI. DON PEDRO.
Vendrá á quererte cuando tú i dejarla.
(Vanse.) EL ESCUDERO , LUCINDA. LUCINDA.
LUCINDA. Solo dice mi señora
¿Dónde irá? Que esperéis, Señor, aqui...
Sala en casa de don Alvaro, en Toledo. ESCUDERO. REY.

No lo sé. Temblando estoy. Salios todos.


ESCENA X. LUCINDA.
LUCINDA.
Que ansí
DOÑA SOL, EL ESCUDERO, LUCINDA. Todo es desventuras hoy. Quiere hablarte.
ESCUDERO. REY.
DORA SOL. Matarse quiere. Sea en buen hora ;
Toma este manto, Lucinda ; LUCINDA.
Mas partid entre los dos
Y tú una hacha presto enciende. No hará. Esta cadena y diamantes.
LUCINDA. ESCUDERO.
¿Viene el Rey ? Lo mismo cuentan de Dido.- • Verso incompleto.
«10 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCUDERO. Porque tu salud guardaba , DON ALVARO.
Mas que la gozaras antes. Y porque mi propio esposo ¿Para soltarme
LUCINDA. Huye de mí. Con tal facilidad, mandó prenderme?
Dios te guarde. REY.
DON MANRIQUE.
REY. Con razón.
Guárdeos Dios. ¡Extraña y fea pensión Dice que ha sabido que fué envidia
(Vame don Pedro y los criados.) Para un rostro tan hermoso ! De alguno á quien quitastes la privanza,
Suele tras haber gozado Y que fingiendo vuestra letra misma ,
ESCENA XIV. Un hombre de su contento, Ha enviado estas cartas á Granada,
Ver del arrepentimiento De donde el moro al Rey se las envia.
EL REY.
La espada y el rostro airado. DON ALVARO.
¿ Hay cosa que se iguale en las pasiones Pero es al revés aqui , ¡Que ya lo entiendo todo, don Manrique!
De un nombre al fin humano á que está Y contra mi pensamiento; Bien sé que en los palacios hay envidia,
„ . • (junto? Porque el arrepentimiento Y que la envidia es hija de la corte,
¿Que sientes hoy, mi alma, te pregunto, Primero que el gusto vi. Y que los que del Rey fueron espejo,
Después de tantas penas y ocasiones? ¡Ah sol el mas eclipsado Están mas cerca de quebrarse de ojo ;
Ya llega el fin de tantas pretensiones, Que de sangre ha visto el suelo, Que como la mujer con el aliento
Que me tuvieron sin morir difunto ; Nunca te quitara el velo Éscurece al cristal cuando se mira ,
Pues aunque es de la guerra amor tra- El desdeñoso nublado ! Ansí al privado donde miran todos.
' [sunto, ¡Falsa cadena dorada , DON MANRIQUE.
Mas valen que las armas las traiciones. Roja adelfa venenosa ,
¿Vencí ! Vitoria ! La ciudad es mia. Espada sucia y mohosa , Yo siempre imaginé vuestra inocencia.
Ya se canta la paz, la guerra cesa, Con la guarnición dormía ! don Alvaro.
Y suspende el furor la artillería. ¡Ob castigo á la memoria Aun no la sabéis bien.
Mas con todo , confieso que me pesa, Que le imaginó tan tierno , DON MANRIQUE.
Aunque llegó de mi Vitoria el día. Cuerpo hermoso ! Oh fiero infierno ,
Haber vencido por traición la empresa. Con apariencia de gloria! Iñigo viene.
¡Casa famosa desierta .
ESCENA XV. Con excelente portada ! ESCENA XVIII.
DOÑA SOL, LUCINDA, coa el hacha. ¡Oh pared negra y borrada ,
— EL REY. Con tela de oro encubierta ! DON IÑIGO.— Dichos.
Oh dulce imaginación ,
DOÑA SOL. Con el suceso siniestro! DON IÑIGO.
Sea vuestra majestad Oh imagen de pintor diestro, Dadme esos brazos.
En hora buena venido. Que de cerca es un borrón ! DON ALVARO.
REY. Voyme, pues ha permitido
¿Qué mejor que recebido, Dios , aunque le ofenda á él ¿Dónde con tal prisa?
Mi Sol, de tu voluntad? Con intención tan cruel , DON ÍÑICO.
Perdona las invenciones No ofendiese á tu marido. Solo á buscaros, para que al momento,
De amor, si te persuades Bien en encubrirte hacías; Aunque sea no entrando en vuestra casa,
, Que no han bastado verdades, Pero admiróme que hagas Pidáis licencia al Rey para volveros
Y te han vencido traiciones. Medicina de tus llagas. A Burgos, á la aldea ó la montaña.
DOÑA SOL.
Con que has curado las mias. i la.se.) DON ALVARO.
Señor, yo no resistiera ESCENA XVI. Bien pienso que acertáis; pero decidme,
A vuestro invicto valor, ¿Hay novedades mas de que guardarme
Lleno de aficioo y amor, DOÑA SOL, LUCINDA. De la fuerza del Rey?
Si para servirle fuera ; DON ÍÑICO.
Que siempre le estimé ansí LUCINDA.
En este punto
Todo el favor que me hacia ; Celébrese tu valor, La Reina me llamó con gran secreto,
Pero no le agradecía, i Gran Señora, en todo el mundo, Y me dijo que sabe lo que pasa ,
Por las faltas que hay en mi. i Que no ha de tener segundo, Del loco pensamiento de su esposo;
Mas viendo que ya es forzoso, ¡ Ni le ha tenido mayor.
La que soy, y como estoy, ¿Es posible que has sufrido Que aunque me dijo poco, entendí mu-
Llana posesión os doy, Con esta hacha ardiendo ahí , Sale al teatro para ver las tiestas [cho.
Como si fuera mi esposo. Haberte abrasado ansí , Esta mañana con real aplauso :
Y ¡ plega á Dios que no sea Y del pié al cabello herido? No pude darle cuenta del suceso ;
Causa del mal que sospecho! Pero conviene que á las tiestas vaya
DOÑA SOL. En todo caso vuestra amada esposa.
Que los brazos , cuello y pecho Llévame á curar, amiga ;
Quiero que primero vea. DON Alvaro.
Que me muero de dolor.
Estoy llagada de fuego, LUCINDA.
¿Cómo es posible, si á la Reina enfada?
Que há que tengo casi un año , DON IÑIGO.
Por cuyo peligro v daño ¡Que á tanto obliga el honor'
DOÑA SOL.
Por la misma razón; y porque entienda
A mi mando no llego ; La invidia quemi hermana no se escon-
Que aunque bizarra y vestida Tanto á quien le tiene obliga. Como quien vive libre y inocente, [de,
Me veis , y tan adamada, LUCINDA.
Soy manzana colorada , don Alvaro.
¡Piensa el Rey que tienes fuego!
En el corazón podrida. Decismuy bien ; hablad á don Manrique.
DOÑA sol. \
Mire estos brazos su alteza , Fuego tengo, fuego ha sido. DON ÍÑICO.
_, (Desatórelos.) Oue no lo digas te pido, A las obligaciones que os tenia ,
Llenos de la sangre y llagas. Y que me cures te ruego. De nuevo añadiré la de don Alvaro.
REY.
(\anse.) Contóme la merced que le habéis hecho.
¡ Quedo , quedo ! No me hagas DON MANRIQUE.
Mas asco. ¡ Oh falsa belleza !
Quita estos paños sangrientos, Yo fui su preso , y á él v á vos os pido
Que el estómago me mueven. Calle. Me perdonéis la falta del regalo.
¡Cuántas hermosuras deben ESCENA XVII. DON IÑIGO.
De tener estos cimientos ! ¿Vais á palacio ?
¡Ved lo que yo deseaba ! DON ALVARO , DON MANRIQUE. DON MANRIQUE.
Ved por lo que me perdia ! DON MANRIQUE. Voy.
DOÑA SOL. Mandóme el Rey de la prisión sacaros DON ÍÑICO.
Señor, yo me defendía Con aqueste papel. Pues juntos vamos.
LA CORONA MERECIDA. ¿J7
DON ALVARO. DON IÑIGO. Por mil siglos tu alabanza
Luego rae partiré si al Rey hablamos. Habla, Sol , di la verdad. Contra la muerte y la envidia!
Callen romanas y griegas ,
(Vanse.) doña sol. (De rodillas.) Porcia , Evadne y Artemisa ;
Reina mia de Castilla , < Que tú sola á todas llevas
Que á serlo vengas de España , Laureles, palmas y olivas.
Salón dispuesto y adornado para ver anas Oye á una noble mujer España queda obligada
tiestas. En defensa de su fama. A la virtud peregrina
Que tú con el pié me arrojes, De tu casto y noble pecho,
ESCENA XIX. Gran Señora , destas gradas. Por quien ganó tanta estima:
Me obliga públicamente Castilla dirá tus loores,
Por un lado , con música , salen LA A que te diga la causa; Sol hermosa, Sol divina,
REINA , con corona, y dabas ; por Que Luzbel cayó del cielo Desde la cuna del sol
otro salen EL RE Y ¡/acompañamiento; Por soberbia y arrogancia ; Hasta la cama en que espira ;
después, DOÑA SOL , DON IÑIGO y Pero no es justo que yo
Del tuyo inocente caica.
Que tú nuevo sol has sido
Con aquella hacha encendida,
DON ALVARO. Salió de Rúrgos su alteza Otro Faetón en el carro ,
Cuando venisle. Madama, Para abrasarle á ti misma.
LEONOR. A verte, á una pobre aldea, Yo me quito esta corona ,
Ya se pueden comenzar Donde yo tenia mi casa. Porque es razón y justicia
Las Gestas. Vióme primero que á ti , Que corone tu cabeza
REY. Y contento de mi gracia , Como á reina de Castilla.
No hay para mi Solicitóme en secreto... Y porque el famoso hecho
Fiestas como vos. Los presentes ¿por qué callan? En memoria eterna viva
LEONOR. Casóme mi hermano apriesa ; De tu resistencia honrada
Aqui Tan apriesa , que no estaba Y de mi corona rica ,
Tome doña Ana lugar. Apenas casado el Rey , Tú y cuantos de ti desciendan ,
Y mis bodas celebradas. Dejen de su casa antigua
(Siéntase una dama á los pies de la Rei Súpolo , y dióle este oficio ;
na. — Salen doña Sol, don Alvaro y Y aunque imaginé la causa , El apellido, pues hoy
don tñigo.) Tu virtud los apellida ,
Callé , porque mi marido Y por aquesta corona ,
UON ALVARO. No sospechase la infamia. Se llamen desde este dia
Ya están los Reyes sentados. De Burgos vine á Toledo ; Coroneles para siempre.
DON ÍÑIGO. Un año habrá que me cansa REY.
Y la coronada Reina Con terceros , con promesas ;
Pero no le importa nada. Cuanto ha dicho , el Rey confirma.
Hoy entre las damas reina, Doy á la Reina mis brazos,
De su sol rayos dorados. Solo le valió la industria ,
Pues con una carta falsa Por lo que en esto me obliga ;
DON ALVARO.
Le prendió , por la sospecha Don Alvaro los dé á Sol ,
¿Sentaráse Sol allí? De los moros de Granada. Y yo les doy cuatro villas.
don Migo. Yo, por librar mi marido, Y crea mi camarero
Por fuerza se ha de sentar.— Al Rey llamé, y con una hacha , Que desta fuerte conquista
Toma , Sol , aquel lugar. Metida en un aposento , Ha ganado mas honor.
(Va doña Sol á sentarse d los pies de la Desnuda sobre la cama, DON ÁI.TARO.
Reina, y esta le da con el pié.) Gasté la media en mi cuerpo, Señor, yo lo tengo á dicha ;
Cubriéndome de mil llagas , Que bien se ve que en el sol ,
LEONOR.
Cuva sangre sale ahora Que es una cosa tan limpia ,
¿Tú te sientas junto á mí , Por los pechos y las mangas.
Infame, baja mujer? No puede caber la mancha
Entró el Rey, mostréle el cuerpo, De alguna pasión indigna.
DON ALVARO. Diciéndole que yo estaba
REY.
¡Triste de mi ! ¿qué es aquello ? Enferma de mal de fuego ,
REY. Mostrando el pecho mil ansias. Abrazadme , caballeros.
¡Señora! Huyó el Rey , como si viera DON IÑIGO.
LEONOR. De noche alguna fantasma , Aquí perdiera la vida ,
Yo puedo hacello, Jurando de aborrecerme Si otra cosa resultara.
Por lo que podéis hacer. Con la vida y con el alma.
Si por hecho tan honrado REY.
(Arremete á echalla.) Soy digna de tu desgracia , Para mayor alegría,
don Alvaro. Las gradas , Señora , es poco , Coman conmigo á mi mesa.
Mire vuestra majestad Arrójame de tu alcázar. DON PEDRO.
Que es mi mujer, y que soy... LEONOR. Y aqui es justo que se pida
doña sol. (Ap.) ¡Oh mas que mujer famosa ! Perdón , Senado, y se acabe
¿De qué tiemblo? Muda estoy. Dígate la fama, diga La Corona merecida.
EL AUSENTE EN EL LUGAR.

PERSONAS.
AURELIO, viejo. SABINA, criada. LISARDO.
FELICIANO, caballero. UN PAJE.
FISBERTO, erifldo. OCTAVIO, su hijo. ELISA, dama.
MAESE JUAN. PAULA, criada. Músicos.
CARLOS, caballero. Criados.— Gente.
ESTEBAN , criado. LAURENCIA, dama. MARQU1NA.

La escena es en Toledo.

Que no venga á misa aquí. SABINA.


ACTO PRIMERO. ¿Há mucho que sirves?
Su paje?
Y ¿será el señor
PAULA.
Si. PAULA.
Calle. SABINA.
En el blanco das.
Y ¿ qué casa , Paula , es esta? SABINA.
ESCENA PRIMERA. ¿Quieres recio?
PAULA.
ELISA , LAURENCIA , PAULA i SABI Muy honrada y principal. PAULA.
NA, con mantos; MAESE JUAN v Estoy perdida.
SABINA.
SABINA.
MARQUINA. ¿Hay madre?
PAULA.
¿Págate?
ELISA. PAULA.
Pues si la hubiera , Landre le dé;
Mándeme vuesamerced; A misa también viniera.
Que le quedo aficionada. Que se va tras cuantas ve.
LAURENCIA.
SABINA. Mas ya que sabes mi vida ,
¿Tienes buen dueño? ¿Cómo no me dices algo
Yo á serviros obligada. De lo que hay allá también?
PAULA.
Por mu; vuestra me tened. Tu señora ¿quiere bien?
¡Y qué tal!
ELISA. SABINA.
De hoy mas ser devota quiero SABINA.
¿Hay mas hijos? Quiere bien á cierto hidalgo.
Desta iglesia. PAULA.
LAURENCIA. PAULA.
Un mancebo, Criado tendrá.
Guárdeos Dios; SABINA.
Que yo , por veros á vos , Que es un retrato de Elisa ,
Me lo prometí primero. Mi señora. Y criado
SABINA. Que se arremete á pariente.
ELISA.
¿Ha estado en misa? PAULA.
¿Bellas manos, por mi vida!
Fuera de lo natural , PAULA. ¿Quiéresle apretadamente?
¿Qué hacéis en ellas, si es tal No; porque en él fuera nuevo SABINA.
Nuestra amistad, que no impida Acompañar á su hermana. Sí , pues nunca le he soltado.
Que me deis aquestas muestras? Allá sigue un monasterio , PAULA.
LAURENCIA. Adonde cierto misterio Yo nunca soy tan leal; (Bajanlavoz.)
¡Qué graciosas niñerías! Es deste león cuartana. Dellos aprendo mudanza.
Creo que habláis en las mias. SABINA. maese juan. (A Marquina.)
Porque os alabe las vuestras ; ¿Es Elisa tan honesta La sal al agua no alcanza.
Que con mas razón pudiera Como parece? MARQUINA.
Preguntaros qué os ponéis. PAULA. Dicen que es el mayor mal
ELISA. Si.áfe. El servir, ala vejez.
¿Es porque negar queréis SABINA. MAESE JUAN.
Lo que os suplico? ¿No tiene algún no sé qué? ¿Qué os dan , en fin, de ración?
LAURENCIA. PAULA. MARQUINA.
Eso fuera Tu misma te das respuesta.
Usar de término injusto Es vergüenza ; cosas son
Un no sé qué la desvia Que no pasaran en Fez.
A la amistad profesada. De la quietud de su estado ;
No suelo ponerme nada ; MAESE JUAN.
Pero con mucho cuidado
Pero á veces tengo gusto De su honor, por vida mia. ¿Pan y dos reales?
De ponerme... Oíd aparte, MARQUINA.
SABINA.
(Bajan la vos. Yo fuera
Si le leñéis de sabello. ¿Quién duda que será gala
Y amor para casamiento? Príncipe.
paula. (A Sabina.) MAESE JUAN.
PAULA. ¿Quitaré el medio?
Digo que me huelgo dello ;
Que vendré mañana á hablarte. En honesto encerramiento MARQUINA.
La mas recogida iguala.
SABINA. Aun eso fuera remedio
SABINA.
No ha de faltar ocasión , De toda mi casa.
¿Tú , á la cuenta , no estarás
Pues nuestras amas han hecho Sin otro poco de amor? MAESE JUAN.
Amistad , de que á mi pecho Hiciera
Pagues tan justa alicion. PAULA. '
Juramento que era gente
Fuera deslu , no habrá fiesta Si tengo.
2o0 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que os trataba como á padre. MARQUINA. i FELICIANO.
■ARQCINA. Yo os iré á buscar allá. Di presto.
Después que murió su madre MAESE JUAN. LAURESCIA.
Se vive miseramente. Gente que pasa.
No, no; por Dios, que he de ir
MAESE JUAN. Para veros componer. FELICIANO.
A ninguno faltan duelos; ¿A qué hora suele ser? Con ellas sé que has estado ;
Que si yo no me valiese MARQUINA. Contado me lo ha Fisberto.
De otras cosas , y anduviese A todas podéis venir.
Con mil penas y desvelos LAURENCIA.
Buscando algún dinerillo, ■AESE JUAN. Gente principal por cierto;
Muriera , no lo dudéis. Ello ¿untaisos antes? No hay de qué tengas cuidado.
MARQUISA. MARQUINA. FELICIANO.
Pues ¿en qué os entretenéis? No. Díceme que por tres horas
MAESE JUAN. No habéis dejado de hablar ;
MAESE JUAS. Y no suele ese lugar
No falta algún remendillo. Pues ¿ cómo os apercebis?
Darle á las que son señoras.
MARQUISA. MARQUINA.
Vos lo veréis si venis. LAURENCIA.
Por san Payo , maese Juan , ¿Qué quieres? Somos mujeres,
8ue si yo no me valiera MAESE JUAN.
Presto amistad confirmamos,
e otras cosas, que estuviera Y ¿ podré aprenderlo yo?
Y las vidas nos contamos.
Como mis padres están. MARQUISA.
FELICIANO.
MAESE JUAN. A la fe, si vos queréis.
Fácil en tus cosas eres.
¿Sabéis vos algo también? Que en menos de un año os haga
Dirías nuestros amores.
Poeta con tanta llaga.
MARQUISA. LAURENCIA.
Sé una cosa. ■AESE JUAN. Huélgome de hablar en tí.
MAESE JUAN. Pierna de pobre me hacéis.
Mas quedaos con Dios, Marquina; FELICIANO.
V ¿qué es la cosa?
Que se han despedido ya. Y ella ¿qué te dijo á ti?
MARQUISA.
LAURESCIA. (.1 Elisa.) LAURENCIA.
Es un poco vergonzosa;
Mas vame con ella bien. Por esa receta irá , Otras historias mayores.
Después de comer, Sabina ; Prometíla al despedirme
MAESE JUAN. Y Dios os guarde mil años. Que te enviaría allá ;
¿Curáis exquisitos males ? Que quiere verte.
ELISA.
MARQUISA. FELICIANO.
Peor. Adiós , señora Laurencia.
LAURENCIA. „ . . ¿Y podrá
MAESE JUAN. De visita recibirme?
¿Lleváis recaditos? Sentir tengo vuestra ausencia.
ELISA. LAURENCIA.
MARQUISA. Irás con un papel mió,
Esos no fueran delitos. Ea , por mi vida , engaños.
Fingiéndote mi criado.
MAESE JUAN. LAURENCIA.
fisberto. (A Sabina.)
¿Suele valer esto reales ? ¿Engaños? ¡Guárdeme Dios!
Y ella , diga, ¿cómo ha estado?
MARQUISA. SABINA.
Paula , adiós. SABINA.
Y entra al nombre de escudero Hábleme con menos brío ;
Por la puerta de la hambre. PAULA.
Adiós , Sabina. Que estoy un poco celosa.
MAESE JUAN. Laurencia. (A Feliciano.)
Quedo: ¿baceis medias de estambre? ELISA.
Dámela mano, Marquina. No me puedo detener.
MARQUINA. FELICIANO.
Ahora bien , decirlo quiero; MARQUINA.
¿Qué habéis hablado las dos , En fin , ¿la tengo de ver?
Pero, hablando con perdón.
Sabed que yo soy poeta... Que así os habéis detenido? LAURESCIA.
ELISA. Verás una dama hermosa.
MAESE JUAN.
¿Poeta? Cosas de mujeres son. FELICIANO.
MARQUISA. (Vanse Elisa, Paula y Marquina.) Guárdete, Señora, el cielo.
Tan mala seta , fisberto. (A Sabina.)
Que os puede dar compasión. ESCENA II. Adiós, reina.
■AESE JUAN. FELICIANO, FISBERTO. — LAUREN SABINA.
¿Deso lloráis? CIA , SABINA , MAESE JUAN. Estoy sin gusto.
MARQUINA. (Vanse Laurencia, Sabina y Maese
¿No queréis fisberto. (Ap. á Feliciano.) Juan.)
Que lo sienta? Llegaste á buena ocasión.
MAESE JUAN. FELICIANO. ESCENA ni. .
No, por Dios; No poca ventura ha sido. —
Que conozco mas de dos , Detente un poco , Laurencia ; FELICIANO, FISBERTO.
¿Mas de dos? y aun mas de seis, Asi Dios te haga dichosa
FELICIANO.
Que se holgaran de sabello. Como gallarda y hermosa.
Vos ¿ no estáis examinado? ¡Gallardo talle!
LAURENCIA. FISBERTO.
MARQUINA. ¡Qué graciosa impertinencia! Es al justo
Eso es ello , ¡ mal pecado ! Pudisteme ver aqui De un ángel cifra y modelo.
MAESE JUAS. Todo el dia, y cuando vienes
De tu gusto, me detienes. . FELICIANO.
Pues qué, ¿castigan por ello? Merece, Fisberto, amor;
MARQUINA. FELICIANO. Y este amar en esperanza ,
Nuestras amas se van ya ; Agora , por Dios , sali ; Mientras el bien no se alcanza ,
Veámonos,y os diré Que me ha detenido en casa Hace la causa mayor.
Lindas cosas. Persona de obligación. ¡Qué bien pisa ! Qué bien lleva
¿Quién son estas damas? El cuerpo f
MAESE JUAN.
LAURENCIA. FISBERTO.
Allá iré.
Son... ¡Gentil donaire!
EL AUSENTE EN EL LUGAR. 251
Toda la mujer es aire ; Destos á quien dio fortuna Nunca temas hombre pobre.
No es mucho que bien se mueva. Sangre , y sustancia ninguna ; FISBERTO.
FELICIANO. Es nobleentre carne y cuero. Cuando entendimiento sobre ,
Una gallarda mujer FELICIANO. Se ha de temer, y aun temblar.
§ue pisa con aireybtio, ¡Misera cosa, y bajeza FELICIANO.
s como ver un navio Del alma, aunque honor le sobre. ¿Quieres tú que piense yo
Que lleva viento á placer. Vivir en cuerpo tan pobre ! ¡jue sirve á Laurencia?
Son los chapines la quilla , FISBERTO.
Las sayas las obras muertas, FISBERTO.
Si la virtud es riqueza , Si.
Con las jarcias que cubiertas Solo es rico el que la tiene.
Salen de la verde orilla ; FKMC1ANO.
El pecho es árbol , los brazos FELICIANO. Pues no nos vamos de aqui.
Mesaría , la gavia el cuello, Todos lo dicen ansí FISBERTO.
Velas locas y cabello , Cuando son pobres , y á mí ■
Como de perlas me viene ; Aquel si convierte en no ;
Del viento prisión y lazos. Que en aquellas rejas mira
Y como llevando viento Pero alaban la virtud ,
Que es blasón de la nobleza , Muy diferente lugar.
Parte con gala y donaire , FELICIANO.
Y no puede andar sin aire , Y procuran la riqueza
Que el aire es su movimiento ; Con toda solicitud. Sigúeme.
Ansí la mujer sin él FISBERTO. (Vanse Feliciano y Fisberto.)
Escomo un navio en calma, Este mancebo es galán ,
Porque en la mujer es alma Aunque ser pobre se suena ; ESCENA V.
El aire , y se mueve en él. Porta cintillo y cadena,
Viste raso y gorgueran , CARLOS , ESTEBAN.
FISBERTO.
Harto bien la comparaste , Y tal vez á"la bayeta CARLOS.
Bien sabes su calidad ; Remite la mejor gala. Quiero esperar.
Mas conforme á su humedad FELICIANO. Aqui, Esteban, te retira
En las aguas la fundaste. ¿Piensas , Fisberto , que es mala? Hasta ver si Aurelio sale.
Por lo que toca á mudanza FISBERTO. Mas ¿quién es aquel mancebo?
Y á inquietud , le viene bien ; No ; que es de los pobres treta. ESTEBAN.
Por el navegar también ¡Oh , bien haya su inventor.
No poca parte le alcanza ; A decirte no me atrevo
Que hizo honrados y galanes, Lo que busca y lo que vale ,
Que es navio la mujer, A pesar de gorgueraues Por no darte p'esadumbre.
Con quien en Indias se trata , Y de la seda mejor!
Que oro, piedras , perlas, plata, CARLOS.
Suele cargar y traer. FELICIANO. Lo que vale bien lo veo,
Ninguna cosa sin alma Si diera titulo acaso , Lo que busca su deseo
Tanto imita al cuerpo humano ; Atributo ó epíteto Lleva delante una lumbre
Habla , anda, duerme, es liviano, Un poeta en un soneto Que lo dice á cuantos viven
Ya corre , ya vive en calma ; Destos que pica el Parnaso, En la calle donde estamos
Ya tiene el tiempo en bonanza , A la señora bayeta , ESTEBAN.
Ya con la tormenta incierto, ¿Cómo te parece á tí Si mil veces la pasamos,
Y hasta llegar á su puerto , Que la llamara? Tantas los dos nos reciben.
Le animan fe y esperanza. FISBERTO. Es este mozo un hidalgo ,
FELICIANO. Siámi Perdóneme Dios si miento ,
De las burlas te has pasado Me recibiera esa seta , Compuesto de nada y viento ;
A lo moral. Muy ilustre la llamara, Agora sabrás si es algo.
FISBERTO. FELICIANO. Dióle ejecutoria el oro ,
Es verdad ; ¿Por qué razón , muy ilustre? De galán , de cuatro abuelos ,
Tal vez de una liviandad FISBERTO.
Y de ingenio, que los cielos
Se sigue un mote pesado. Dan por divino tesoro.
Por la gala , por el lustre , No hay trencellín de diamantes
Y por ser cosa tan rara. Que se acabe en otro nombre ,
ESCENA IV. FELICIANO. Ni tiene la corte un hombre
CARLOS v ESTEBAN, quedándose dis ¿Rara? Cuyos coletos y guantes
tantes de— FELICIANO t FISBERTO. FISRERTO. Espiren olor igual;
Si; porque el valor Porque andan en competencia
CARLOS. De un hombre es no depender Los jazmines de Valencia
¿Qué te dijo? De nadie, ni tener ser Y el ámbar de Portugal.
ESTEBAN. De otro igual ni otro mayor. Las cadenas han perdido
Que se iba Y esto hace la bayeta, .Invención y esmalte en él ,
Su padre á la quinta luego. Que no admite compostura , Y de noche no hay verjel
CARLOS.
Cuchillada, apreusadura. Como su galán vestido.
Ni está á guarnición sujeta. Tiene, como iglesia , temos
Pues cese del alma el fuego Ella se está guarnecida , De todas festividades ,
Que de su quietud la priva; Ella tiene sus labores; Con bravas curiosidades
Cobren su perdida fuerza Y ansí , es de grandes señores Y pensamientos modernos.
Mis sentidos , pues verán, Venerada y admitida. Tiene gala de desden ,
Si agora lugar les dan , FELICIANO. De celos y de favor.
La gloria que los esfuerza. De esperanza , de temor,
Demos vuelta á las ventanas
ESTEBAN.
De Laurencia ; que yo sé Y de posesión también.
Bien te puedes prevenir, Que este galán todo es fe , i No hay almendro por bebrero
Carlos , á un grande favor. Y que tardes y mañanas, Que no se rinda á sus plumas;
CARLOS. Con bayeta ó sin bayeta , 1 1 nvidia el mar con espumas
No sale de nuestra calle. I La margen de su sombrero.
Ríen me lo debe el amor ¡ Y sobre todo , le viste
Por tanto amar y sufrir. fisberto.- i El alma tanta arrogancia ,
Feliciano. (A su criado.) ¿Date cuidado su talle , | Que no hay mujer de importancia
¿Quién es este? O el ser su gala discreta? j Que no pretenda y conquiste.
FISBERTO. FELICIANO. No le falta entendimiento
Un caballero I En conquista de casar ; Destoque llamar solía
232 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Un discreto argentería , ESTEBAN.
Que brilla y que luce al viento. No tiene
OCTAVIO.
No sé lo que quiere anuí , Moza , por casar y hermosa ,
Mas negro algún borceguí. ¿Tendrá algunos pretendientes?
Porque esta calle es ef centro
De Venus, y viven dentro CARLOS.
AURELIO.
Muchas diosas. ¿Hay dote? Haber mi hacienda perdido
ESTEBAN. En Cádiz, la causa ha sido
CARLOS.
Seis mil ducados. Destos locos accidentes.
¡ A y (le mi! Tras ella vive Laurencia , Ella estuviera casada.
¿Quién duda que esa fantasma , Mujer de linda presencia ,
Compuesta como quimera , Padres y hermanos honrados. OCTAVIO.
A mi Elisa adore y quiera? ¿Has sentido de su parte
CARLOS.
ESTÉ DAN.
Cosa que pueda enojarte?
Retírate; que han salido
Aqni se alfeñica y pasma , Aurelio y su hijo. AURELIO.
Aquí pica y aqui tiende No, Octavio ; que aun ciño espada.
ESTEBAN.
La discreta arquitectura OCTAVIO.
De su endiosada figura. Van Algo has visto , pues que tratas
A la quinta.
CARLOS.
CARLOS.
De Elisa con pesadumbre.
¿Sabes tú si la pretende ? ¡Qué galán! AURELIO.
ESTEBAN. Es de aquestos ojos lumbre.
ESTEBAN.
No puedo certiGcallo ; Es para el campo el vestido. OCTAVIO.
La calle el testigo sea: ¿De quién , Señor, te recatas?
Tal veza pié la pasea, ESCENA VI. Despide á quien da ocasión.
Tal vez la pasa á caballo. AURELIO.
Trae consigo un bellacon, AURELIO, OCTAVIO.—Dichos. Ninguno ocasión me ha dado.
Entre valiente y gigante, OCTAVIO.
Que no hay cosa que no espante. AURELIO.
¿No quiso venir Elisa? ¿Hanle dado algún recado?
CARLOS. ¿De casa ó de fuera son?
Los celos gigantes son. OCTAVIO.
AURELIO.
¿Cómo se llama? No, Señor; que no anda buena. No es mas de ver en su edad
ESTEBAN. AURELIO. Que importa darle marido.
Fisberto. ¿Tiene acaso alguna pena? OCTAVIO.
CARLOS. OCTAVIO. Algo has visto ó has oído
¿Qué damas viven aqui? Antes con alegre risa Que ofenda su honestidad.
ESTEBAN. A todo me respondió. AURELIO.
Algunas conozco y vi : ADRELIO. Elisa tiene valor,
De la que es estoy incierto. Pues avisa los criados. Aunque ya vive sin madre,
Allí vive una viuda, OCTAVIO.
Para asegurar á un padre
De ojos por enviudar, Ya están todos avisados. Que le tuviera mayor.
Que es lindo censo al quitar: No es mas de que honestamente
Puede ser que á verla acuda. cárlos. (Ap. á Esteban.) Se mostrara agradecida
Enfrente está una doncella , ¿Hanme visto acaso? A algún amor.
Rubia como un alemán, ESTEBAN. OCTAVIO.
Que no hay oro de Milán No. Por mi vida .
Que se compare con ella. CÁRLOS. Que lo pintas cuerdamente.
A tres casas , la casada Pues vamos adonde vea ¿Qué llamas agradecer?
Menos casada que vi. El dueño de aquestos ojos, AURELIO.
CARLOS. La gloria de mis enojos Mirar con honesto fin
¿Hay duende? Y eibien que el alma desea. De que puede ser en fin
ESTEBAN. ESTEBAN. De quien la mira mujer.
Pienso que si , Hasta que todos se partan, Mas si le digo verdad ,
Porque es mudable, aunque honrada. No es razón. El hombre no me contenta.
CARLOS. CARLOS. OCTAVIO.
¿No se estima? Vén por aqui. Si el decírmelo te ausenta
ESTEBAN. (Vanse Cárlos y Esteban.) Del pueblo á la soledad ,
Si se estima ; Ya que me lo has declarado ,
Mas hay amor de mujer ESCENA VII. A casa puedes volver.
Cuyo trato viene á ser AURELIO.
Como el juego de la esgrima; AURELIO, OCTAVIO. ¿Qué causa podré tener?
Que cuando picados ves OCTAVIO.
ADRELIO.
Algunos mozos de cuenta, Di que la gota te ha dado.
Para entrar donde uno asienta Destelugar.yaundemí,
Están aguardando tres. Justos cuidados me apartan ; AURELIO.
Alejóme, Octavio, del Hame dado todo un mar,
CARLOS. Solo para descansar. ¿Y una gota he de decir?
Esa no es estimación OCTAVIO.
OCTAVIO.
De ese hidalgo. Mucho tienes que sentir,
¿No es tu casa en el lugar
ESTEBAN. De las buenas que hay en él ? Y me has dado que pensar ;
En esta acera Yo pensé que el alegría Y_ viene mal á mi intento,
ílay una imagen de cera, Del campo te lleva allá. Si no ha sido prevención
Como los milagros son. De tu cuerda discreción ,
AURELIO.
CARLOS. Tratarme su casamiento.
Cuidado Elisa me da ;
¿Es descolorida? Pensar en su bien querría. AURELIO.
ESTEBAN. ¿Cómo?
OCTAVIO.
Sí. - OCTAVIO.
Pues Elisa virtuosa Porque yo querría
CARLOS. ¿Qué cuidado puede darte? Tratarte de otro.
Linda hermosura , si viene AURELIO.
Con ojos negros. AURELIO.
Tengo mucho que contarte. ¿De quién?
EL AUSENTE EN EL LUGAR.
Porque yo pueda mudarme. ESTEBAN.
OCTAVIO.
Miniarme para casarme ; ¿Quién la ha dicho mis delitos?
Mió. Que no mudarme en querer. PAULA.
AURELIO.
¿Casaste también? ELISA. Esa cinta del sombrero ,
OCTAVIO.
Pues yo te juro , mi bien , ¿Le parece al majadero
?ue el tiempo ni la fortuna , Que no son mil sobrescritos?
¿No puede ser?
AURELIO.
entre la muerte también , ESTEBAN.
Derriben esta coluna , Paula , por ver tu crueldad,
Bien podría. Por mas golpes que le den ;
¿Guíate virtud ó amor? Encarnada la compré.
Porque son temores vanos PAULA.
OCTAVIO. La muerte ni mil tiranos
Entrambas cosas. A quien te ha de amar después. Eso ¿es cierto?
ESTEBAN.
AURELIO. CARLOS.
Esto es verdad.
¿Quiénes? Pedirte quiero los pies. PAULA.
OCTAUO. ELISA.
Pues démela.
Algunas veces la ves. Agravíaránse las manos. ESTERAN.
AURELIO. CARLOS. Sí daré,
¿Es Laurencia? Esas tantas veces beso, Como hagamos amistad.
OCTAVIO. Cuantas en esas razones PAULA.
Si, Señor. Hay letras ; y te confieso No es poderosa el ausencia
Que de mis obligaciones Ni la muerte á no quererte ;
AURELIO. Va se rinde el alma al peso.
No escoces mal : ansi fuera Solo te hará competencia
¡Ay Elisa! ¿que ni ausencia Una cosa.
La elección de Elisa. Vamos ; Ni muerte harán competencia ESTEBAN.
Pues sin campo, en campo entramos A tu amor?
De una batalla tan fiera. ELISA.
Eso me advierte.
PAULA.
octavio. Sola una cosa
¿Es á Elisa desigual En el mundo es poderosa : De mi padre la obediencia.
Ese mancebo que mira? De mi padre la obediencia. ESTEBAN.

AURELIO. CARLOS. ¿Padre tienes tú también?


El ser pobre me retira ; Tu padre ¿puede mandarle PAULA.
Que en lo demás es su igual. Que me olvides? Jure que me qu iere bien .
V casamiento nacido ELISA. ESTEBAN.
Por gusto de una mujer, No podrá , Ponme, Paula , en el verano
De milagro suele ser Carlos, mandarme olvidarte; Al pié de un peral enano ,
Acertado. Que en lo que en el alma está, Cuyas ramas sombra den,
OCTAVIO. Solo el cielo tiene parte ; Con una bota que sea
Estoy corrido. Pero podráme mandar De Illana , y un pemil tierno
AURELIO. Que no me case contigo. Con hebras de taracea ,
Remedio habrá. CARLOS. O ponme á una chimenea
¡Gentil manera de amar! En el rigor del invierno
OCTAVIO.
ELISA.
Con una ollaza podrida ;
Cuerdo eres. Y si de ti me olvidare,
AURELIO.
Cuanto es de mi parte obligo ; Si no me duermo, esta vida,
No tengo mas que te dar. Después de mi muerte , pare
Hoy veré con experiencia Estos ojos tuyos son,
Si puede mas la obediencia Estas manos y este pecho ; Donde tú fueres servida.
Que el amor en las mujeres. A cualquiera posesión
(Yante.) Del alma tienes derecho ; ESCENA IX.
Que mi amor te ha dado acción. MARQUINA.— Dichos.
Pero en llegando á que diga
Sala en casa de Aurelio. Mi padre: «De otro has de ser, » MARQUINA.
Vana fué nuestra fatiga. Un criado de Laurencia
ESCENA VIII. Por fuerza me has de perder. Pide licencia: ¿entrará?
Como quien lo ajeno obliga. ELISA.
ELISA, CARLOS, PAULA , ESTEBAN. CARLOS. ¡ Jesús ! ¡ qué poca advertencia !
No querrá el cielo , Señora , CARLOS.
CARLOS. Que llegue tan fuerte dia,
Apenas pude esperar Por el alma que te adora. ¿Dónde está?
MARQUINA.
Que de la villa saliese. esteran. (Ap. á Paula.) En la sala está.
ELISA. ¿De qué es la melancolía ? elisa. (A Cárlot.)
Ya estaba para espirar ; PAULA.
Ño hay nave que padeciese ¿Quieres que le dé licencia?
¿Quién le mete en eso agora?
Tanta tormenta en el mar. CARLOS.
ESTEBAN.
Pero advierte , Carlos mió , ¿Quién es Laurencia?
Que no es bien que á desvarío ¿No me puedo yo meter? ELISA.
Juzgues esta libertad , PAULA. Una dama
Si miras mí voluntad , Ni él ni su ánima. Con quien hoy he estado en misa.
Como de tu amor confio. ESTEBAN.
CARLOS.
CARLOS. Advierta Toma el recado.
¿Libertad te ha parecido Que me suelen responder
ELISA.
Que pueda en tu casa entrar Con respéqueto.
Quien ha de ser tu marido? PAULA.
Antes llama
Estoy cierta El paje.—Y tú , amigo, aprisa,
ELISA.
I Que en su vida me ha de ver. (Yate Marquina.)
El tiempo suele mudar
Grande amor en grande olvido. ESTEBAN.
Ponte detrás desta cama ;
¿Soncelazos? Que será descortesía ,
CARLOS. Cuando á visitarme envía,
PAULA.
No hay cosa , fuera de ser Que el paje no pueda entrar.
Mudable tu parecer, Ni aun celitos.
234 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
CARLOS.
FELICIANO.
MARQUINA.
Y Esteban , ¿dónde ha de eslar? ¿Que otro quiere? De amor no me maravillo ,
ELISA. , FISBERTO. Mas de que queráis decillo
Contigo. ¿Por qué no, Por fuerza. Salios , que es tarde.
CARLOS. ai se ha de casar con el ? FELICIANO.
Adiós, prenda mia. FELICIANO. No quiero.
(Escóndeme Carlos y Estiban.) Confieso que es liviandad ; MARQUINA.
Pero , por Dios , que me agrada ¿No? Pues aguarde.
ESCENA X. Su talle y su honestidad. FELICIANO.
ELISA. ¿Qué traeréis ?
FELICIANO, FISBERTO, MARQUINA
Inquieta estoy y turbada, MARQUINA.
—ELISA, PAULA. Señor, desta novedad ; La del perrillo.
FELICIANO.
Que no entran hombres aquí.
Id con Dios. ESCENA XI.
Dadme esas manos.
FELICIANO. AURELIO, OCTAVIO.— Dichos.
ELISA.
No sé, por Dios,
¿Quiénes? Cómo be de salir. AURELIO.
FELICIANO. ELISA. ¿Tan ocupada estás, que no respondes
Un hombre en quien hoy hablasles. Yo sí.— Ni tu ni los criados desta casa?
ELISA. Muéstrales , Paula , á los dos ¿Qué es esto?
¿Qué es aquesto? La puerta. FELICIANO. (Ap.)
MARQUINA. PAULA. ¡Vive Dios , que soy perdido!
Lo que ves. Venid tras mí. OCTAVIO.

ELISA. FELICIANO. ¡ Hombre en tus aposentos !


¿Por paje, Señor, entrastes? Teneos ; no tan aprisa. AURELIO.

FELICIANO.
PAULA. Hombre y hombres.
Quiero enseñaros la puerta. Pero deten la espada.
Y lo soy á vuestros pies.
¿No quedó ansí concertado, FELICIANO. OCTAVIO.
Que yo os trújese un recado? Antes para entrar á Elisa, ¿Eso me mandas?
ELISA.
La quisiera ver abierta. AURELIO.

Es verdad. PAULA.
Espera, hasta saber á qué te obligan.—
¿Requiebros? Cosa de risa. ¿Qué hacéis aquí? (A Feliciano.)
FELICIANO.
ELISA.
Feliciano. (Turbado.)
. Pues paje soy; Señor... quise... y llegando...
¥ si el recado no os doy , Ea , Señor, salid luego.
Es porque me habéis turbado. Cuando... no sé... mas yo...
FELICIANO.
OCTAVIO.
ELISA. Que me permitáis os ruego
Si el veros, para saber Ver un momento esta casa. ¿Qué aguardas?
AURELIO.
Que está Laurencia empleada , FISBERTO.
Como principal mujer. Señor... Tente;
En persona tan honrada Que no todas las veces se remedia
Feliciano. (Ap. á su criado ) La honra con la espada.
Y de tan buen parecer, La mujer me abrasa.
Fué el recado del concierto , ELISA. (Ap.)
Que le recibo os advierto; FISBERTO.
¡Hay tal desdicha!
Y á Laurencia responded ¡Linda estopa ! AURELIO.
Que me ha hecho gran merced FELICIANO. No en vano á la cordura y á la furia
FELICIANO. i Inmenso fuego! Pintaron un mancebo y un anciano;
¿Parézcoosbien? Entreten esa criada. El mozo con las manos pretendiendo
ELISA. fisberto. (A Paula.) Arrancar una cola de un caballo.
¿Quiere oir tres mil razones? Jamás pudo, y cayó rendido en tierra;
Sí por cierto Diga , señora entonada. El viejo , cerda á cerda, poco á poco ,
FELICIANO.
PAULA.
La vino á deshacer.
Miradme de espacio. OCTAVIO.
¡Oh , qué lindos gigantones !
ELISA.
FELICIANO.
Pues ¿qué pretendes
Aquí En tanta desventura sin la espada?
No tenéis que me agradar; ¿Porqué, mi bien, tan airada?
AURELIO.
Allá le diréis que os vi , ELISA.
¿Quién sois, hidalgo?
Y que le quiero enviar Mirad que es descortesía. —
Otro que me agrada á mí ; Marquina... FELICIANO.
Que pues se me ha descubierto MARQUINA. Soy un caballero.
Hasta enseñarme á quien ama , Señora mia. AURELIO.
No es bien que tenga encubierto ELISA.
¿El nombre ?
Lo que yo adoro , á esa dama. ¿Qué me habéis traído aquí? FELICIANO.
Feliciano. (Ap. á Fisberío.) Feliciano.
MARQUINA.
Como de un sueño despierto. ¿No hablaste á Laurencia? AURELIO.
No he visto mayor belleza. ¿Vuestro padre?
ELISA.
FISDERTO. FELICIANO.
Sí. Lisandro.
¿Nunca habías visto á Elisa? MARQUINA.
AURELIO.
FELICIANO. Pues de su parte venia. —
Nunca vi su gentileza. Caballero, no es razón Conocile. ¿Sois casado?
Que procedáis deste modo. FELICIANO.
FISBERTO.
No soy casado.
No es de las que hizo aprisa FELICIANO.
OCTAVIO.
La varia naturaleza. Padre, efetos de amor son.
Aquí detuvo el pincel , A buen Un camina todo. ¿Qué preguntas?
Hizo, deshizo, quitó , ELISA. (.1//.)
AURELIO.
Todo el arte puso en él. ¿Hay tan notable ocasión ?. Calla ;
Que voy sacando cerdas á la afrenta.
EL AUSENTÉ EN EL LUGAR.
AURELIO. Que quieren forzarte el alma.
OCTAVIO.
¿Qué respondes?
S¡esláenformadebesiia,nomeespaTita. Mis brazos quiero daros. v ELISA.
AURELIO. FELICIANO.
Yo los milis. Carlos mió...
¿Sabéis acaso que esta casa es mía? Mió no , que hablé turbada...
AURELIO.
FELICIANO. Carlos tuyo , y mió un tiempo ,
A no saber que es vuestra aquesta casa, Vamos en casa de mi hermano. Que para mi muerte basta ,
No hubiera puesto yo los pies en ella. FELICIANO. Cuando palabra te di
Vamos. De ser tuya, ¿quién pensara
AURELIO.
fisberto. (Ap. á guamo.) Que hallara un Sansón tan fuerte
Pasaos allí. El templo de mi esperanza?
FELICIANO. (Ap.) ¿Que te casaste?
Yo pierdo aquí la vida. FELICIANO. Aqueste mancebo ciego
A las colunas se abraza
AURELIO. Sí. De mis pensamientos hoy ,
Di .Elisa , que mejor dijera Elicia , FISBERTO. Y á lodos juntos nos mata.
¿Quién es este mancebo? ¿Qué hará Laurencia? Entre cuantos imposibles
ELISA. FELICIANO. Tu imaginación hallara
El que él ha dicho. Lo que hice yo. Para olvidarte, mi bien ,
AURELIO. FISBERTO.
Ni hacer de mi amor mudanza,
La obediencia de mi padre
¿Cómo entró aquí? ¿Qué fué? Fué , como ves , reservada :
ELISA. FELICIANO. En llegando á que es mi dueño ,
Con un recado falso Tener paciencia. Cesa el gusto , el amor para .
De Laurencia , su dama. (Vanse Aurelio, Feliciano, Octavio, El me dio este ser que tengo;
OCTAVIO. Fisberto y liarquina.) A la sombra de sus alas
(Ap. ¡Vive el cielo, He vivido : no es razón
Que estees el mismo que Laurencia adc- ESCENA XII. Ser á tanta deuda ingrata.
Y por quiensov aborrecido!) Padre, [ra, Si aquesto se desconcierta ,
Si no casáis á Elisa y Feliciano, CARLOS, ESTÉBAN.-ELISA , PAULA. O tu ingenio y amor hallan
No tengo honor. Remedio con que se impida ,
AURELIO. CARLOS. Aquí está Elisa.
Detente, que estás loco.— Si se tardan un momento, CÁRI.0S.
Elisa , que haya entrado honestamente Fiera Elisa, mas ingrata ¿Qué llamas
Este mancebo aquí , no lo tratemos; Que á las manos que la siembran «Aquí está Elisa»? Mujer,
Que de tus pensamientos yo lo creo. La verde y soberbia palma, Que es el nombre que declara
Sovpadre,tengounhijoqueámicrédito Sospecho que como mina Mejor la mudanza vuestra;
Sucederá mañana. No repliques Por la boca reventara Porque sois muerte y mudanza.
A cuanto vieres que mi honoremprende. El alquitrán que en el pecho Si Elisa estuviera aquí,
Me estaba abrasando el alma. Cumpliérame su palabra.
ELISA.
Cuando vi que Feliciano No está en si ; pero está en mi ,
Si yo fui desdichada, si mi estrella Te hablaba , te enamoraba ,
Me puso en ocasión de tantos daños, Como infierno que me abrasa.
Mil veces para salir Este fué concierto tuyo ,
El tiempo te dirá qué culpa tengo. Puse la mano á la espada ; Todo concertado estaba ;
AURELIO. Pero viendo que tu honor. El hablar hov á Laurencia
Caballero , yo os hallo en esta casa , El de tu padre y tu casa No ha sido, Elisa , sin causa.
Y en el mismo aposento de mi hija. Se pusiera al blanco vil En tu cama me pusiste
No os hago fuerza , porque no era justo Del vulgo , que errando enclava , A que viese mi desgracia.
Por hallaros aquí , casaros luego ; Detuve mi justo enojo. ¡Mal hava fe que pretende
¿Queréis ser su marido? ; Qué mal hice ! pues fué causa Gloria ele cielo de cama !
Feliciano. (Ap. á Fisberto.) Que Aurelio y Octavio entrasen, Trujístcme á que lo viese.
¿Qué diremos? Hija de uno , v de otro hermana, ¡Oh , qué bien me desengañas!
FISHERTO. Donde por cobrar su honor Tuya la cama , león yo ,
Yo pienso que le engañan; que si dices Bajaron mis esperanzas Que á sus pies dorados brama,
Que no quieres casarte, han de matarte. Del cielo de tus favores Camaleón vengo á ser,
Si quieres defenderte , mete mano ; Al infierno de mis ansias. Pues el día que te casas
Quizásaldremos .aunque no hayapuerta. ¡Cuántas veces presumí Vengo á sustentar de viento
Que lo que via soñaba , Tantas esperanzas vanas.
FELICIANO. Y que sin duda dormia,
¿Quién dudaqueestarán todascerradas? Pues me escondiste en tu camar Don Fernando de Toledo
Hace gente. Afuera, España.
FISBERTO. Mas limpiándome los ojos , No mas patria , no mas vida.
Puesdiquesi ; que habrádespués reme- Y despertándome el alba Todo, contigo, me falta.
Si esto no fuere cosa de tu gusto, [dio, Del día de mis desdichas, Iré á morir ; ¡ plega á Dios
FELICIANO. Y el tocar tu engaño al arma , Que en la primera batalla
Señor, yo gano tanto en ser «sclavo , Conozco que estoy despierto ; Una pistola me borre .
Que.no esposo, de Elisa, vuestra hija, Porque, aunque en sueños, me espanta Tu rostro, Elisa, del alma.
Que alabo la piedad del justo cielo Que por quien no fuera yo ¡Obediencia dices! ¿Cuándo
Queos trujo en ocasión que aquí me ha- Tantas desdichas pasaran . Amor obediencia guarda
[llásedes ; Mas ya que ha traído el tiempo Ni á padre , ni á honor, ni á esposo,
Aunqueosprometo que es lavez primera_ La prueDa de tus palabras , Ni al cielo?
No te castigue el amor ELISA.
AURELIO. [cho Que has hecho sus firmas falsas;
Espera, repara...
Pues porque no penséis que me aprove- No diga mi amor, Elisa,
CARLOS.
De la ocasión agora, id en buen hora, Que cuando me diste tantas ,
Y pcnsadlo de espacio en vueslra.casa ; Torres en el viento hacías, Tú ¿vienes conmigo?
Que puesto que soy pobre, rico he sido, Y escribías en el agua. ELISA.
Y no es mi hacienda, no, tan limitada , Mientras van á sus conciertos, No.
Que no os importe; aunque el valor de Vamos á mi casa honrada , CARLOS.
Hace muchas ventajas á su dote. [Elisa O a las del juez del cielo Pues, loca , ¿por qué me llamas?
FELICIANO. Que las voluntades casa. ELISA.
Porque veáis con cuánto honor procedo Soy tu primero marido ,
Si pudiera , Carlos mió ,
En vuestra estimación , venid conmigo, Tú mi mujer; pues ¿qué aguardas? Yo fuera; he nacido honrada,
Y haremos los conciertos y escrituras. ¿Cómo te detienes? Mira
236 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
¿Qué dirá el mundo de mi? A Feliciano , Sabina. FELICIANO.
Piensa algún medio. SABINA. Un temor.
CARLOS. Gloriosa estás de querer LAURENCIA.
Quien ama Hombre tan galán. ¡Temor conmigo! ¿Deque?
V piensa , no tiene amor , LAURENCIA. ¿Viste á Elisa?
O el que tuvo se le acaba. Inclina FELICIANO.
Hanle hablado en casamiento, A amarle á cualquier mujer. Ya la vi.
Palabra que os arrebata SABINA.
El seso : ¿ quién duda .Elisa , LAURENCIA.
Que á este son basas mudanza? Tienes , Señora , razón ; ¿Con suspiro?(
Dios te haga tan dichosa , Que cuando pienso en Fisberta , FELICIANO.
Se
De me
Que aquella misma mañana baña elincendio
corazónencubierto ■
De la noche de tu boda un cierto ¿Suspiré?
Te traigan de Flándes cartas ¡Agradable suspensión, LAURENCIA.
En que digan que soy muerto. Que no deja á mis sentidos Si, mis ojos. ¿Fué por mí?
ELISA. Lugar de volver en mi ! FELICIANO.
Escúchame una palabra. LAURENCIA. Del alma á tus ojos fué.
CARLOS. Amando están divertidos. LAURENCIA.
Ohras quisiera escuchar ; No dirá Elisa que fui ¡Válanie Dios ! ¿Dónde has ido?
Que palabras todo es nada. ( Vasc.) Sirena desusoidos.
Habrá visto en Feliciano FELICIANO.
PAULA. Que lo menos le conté, A ver á Elisa.
Esteban , ¿qué dices desto? Pues con atrevida mano LAURENCIA.
ESTEBAN. En corto mapa cifré ¿Y de allá
Todo un cielo soberano. Esta tristeza lias traído?
¿Quién duda que está invidiosa ¿No está buena ?
De verme tan venturosa? FELICIANO.
No mas España cruel, SABINA. Buena está.
No mas vida , no mas patria. No hará , porque quiere bien. LAURENCIA.
Arrieros van á Flándes, LAURENCIA. Algo has visto ó has oido.
Allá me lleven sus cargas ; ¿Parecerále tan bien ? ¿No le dijo que te quiero,
Y si te casares... SABINA. Que te alabo , que te adoro
PAULA. Y que te estimo?
Oye. ¡Qué necedad tan famosa!
ESTEBAN. LAURENCIA. FELICIANO.
De aquí á mil años te traigan Quiero mucho. Si espero
Nuevas de que el Draque es muerto, SABINA. Para guardarte el decoro,
ü el rey Chico de Granada. (Vase.) Tus deseos Que es mas rigor considero.
Conozco. Laurencia , yo he visto á Elisa
ELISA. Porque tú me lo mandaste.
Parte, Paula, y llama á Carlos. LAURENCIA. Entre en su mismo aposento,
PAULA. Pues no te espantes Libre de tantos pesares.
Señora , desta ventana Que encarezca mis empleos. No había hablado con ella
Le daré una voz. SABINA. Dos palabras , cuando el padre
ELISA. Los hijos y los amantes Y Octavio entraron diciendo
Camina. No pueden parecer feos. Y haciendo mil disparates ;
—Pasos sieuto. Que como deben de andar
PAULA. Sospechosos , esta tarde
No irá léjos ; que quien ama, LAURENCIA. Fingieron aquella ausencia
Cuanto sale mas furioso , Y' ellos son ; Para que Carlos entrase.
Tanto mas despacio para , Que en los amorosos casos, Halláronme en su lugar...
Porque se aleja del centro, Quien espera con pasión — No permitas que te canse
Y lleva violenta el alma. (Vase.) Siente trasladar los pasos Con decirte sus locuras
Desde el suelo al corazón. Y amenazas desiguales.
ESCENA XIII. SABINA. Basta saber que sali...
ELISA. Pienso que le has engañado. —¿Cómo lo diré?
LAURENCIA. LAURENCIA.
¡Ay.fuerte obligación ! Ay, honra, asi- Tuvo el encaño habrá sido. No tardes;
A la virtud de un generoso pecho ! [da Mi bien y el luyo han llegado. Que me matas.
La justa resistencia que habéis hecho FELICIANO.
En tanto amor, me costará la vida. ESCENA XV.
No sé si ya me siento arrepentida ; ¡ Ay Laurencia !
Que contra amorno hayfuerza deprove- FELICIANO, FISBERTO. — DicnAS. ¡Casado!
Perosaldrá del alma á su despecho [cho; LAURENCIA.
Cuando al honor la posesión le impida. F1SBERT0. Calla.
¡Casada yo sin ti ! ¡ Triste suceso ! ¡Sabina! FELICIANO.
Imaginallo solo me desalma ; SABINA. ¿Que calle?
Pero ya que en el alma estás impreso , ¡Fisberto amado! ¡Pluguiera á Dios que pudiera !
El tendrá los despojos, tú la palma ; j Triste viene tu señor. LAURENCIA.
Que quien tiene en Argel el cuerpo preso, FISBERTO.
Tendrá por puntos en su tierra el alma. Pues ¿qué razón hay bastante
(Vase.) No sé qué pena se tiene. A hacerte casar por fuerza?
LAURENCIA. FELICIANO.
¿No me hablas? Solo en su aposento hallarme.
Sala en casa de Laurencia. FELICIANO. (Ap.) LAURENCIA.
ESCENA XIV. ¡Qué rigor! ¿Estabas desnudo?
LAURENCIA, SABINA. SABINA. FELICIANO.
¡Qué descolorido viene ! ¿Yo?
LAURENCIA. LAURENCIA. LAURENCIA.
Deseo en extremo ver ¿Qué te enmudeceV I Pues ¿por qué un rigor tan grande?
EL AUSENTE EN EL LUGAR.
FELICIANO. FISBERTO. Si estorbas que esta mujer,
Porque se dan h entender ¡Qué linda traza de amante! Cárlos, se llegue á casar.
Que soy quien entra y quien sale ¿Amas, y pides dineros? CARLOS.
A deslustrar su nobleza FELICIANO. No hay tratar deso; es partida
Y deshonrarles su sangre. ¿Sabes tú lo que es casarse? Tan cierta , que antes de un mes
Las escrituras se han hecho. Me verá el país de Arlués.
LAURENCIA. FISBERTO.
¿Qué dices? Sé que es carga. ESTEBAN.
FELICIANO. FELICIANO. ¿Por tu vida?
Con penas tales, Pues si es carga, CARLOS.
Que no se podrán romper, Dineros y bestia , y ande. Por mi vida.
O es decirles que me maten. ESTEBAN.
LAURENCIA. Confiésote que pensaba
¡Válame Dios ! ¿Eres tú Que era máscara de celos.
Quien eso dices? ACTO SEGUNDO. CARLOS.
FELICIANO. No vuela el ave i los cielos ,
La cárcel Ni la flecha de la aljaba
Ni la muerte, ¿me pudieran Sala en casa de Cárlos. Puesta en el arco , ni el rayo
A lo que has visto forzarme, De la nube, como yo
Si no fuera alguna estrella , ESCENA PRIMERA. Parto á Flándes.
(luya influencia es bastante ESTÉBAN.
A que con quien nunca vi , CÁRLOS yESTÉBAN.c»» botat, etpue- Luego ¿no
Por fuerza un hombre me case? las y plumas. Tendrá fuerza algún desmayo,
Y no es este el daño solo ; Lagrimilla ó papel tierno?
Que el venir agora á hablarte CARLOS. CARLOS.
También es otro dolor ¿ Está todo prevenido? ¿De unos ojos tan crueles,
Para que lautos me acaben. ESTEBAN. Lágrimas, ni mas papeles
Octavio , ya le conoces , No hay cosa por prevenir. De tales manos? ¡Que infierno!
Quiere que contigo trate CARLOS. Pues ¿de tal pecho desmayo?
Que te cases con él. En fin , i me puedo partir? ¡Fuego del cielo!
LAURENCIA. ESTÉBAN. ESTÉBAN.
Calla. Si , pues no te dan partido. Por Dios,
FELICIANO. CARLOS. Que si llora solas dos ,
Esto me dijo en la calle. ¿Cómo ha salido esta gala ? Que el ave , la flecha , el rayo
LAURENCIA. Se detengan y se queden.
Todo lo entiendo : ya sé ESTEBAN. CARLOS.
Que Elisa vino á engañarme. Como de tu gusto, en fin. Llamaron.
Concierto de todos fué. CÁRLOS. ESTÉBAN.
FELICIANO. ¿Come, Esteban , el rocin? Dirás que son
Espera. ESTÉBAN. Sus criados.
LAURENCIA. Comiendo queda en su estala. CARLOS.
¿En quién? CARLOS. ¿No es razón?
FELICIANO. ¡Buen nombre ! Bien se autoriza. ESTÉBAN.
En mis males. ESTEBAN. Ni es razón , ni son , ni pueden.
LAURENCIA. Como á Flándes nos partimos, Estaráles ya bailando
Déjame saber mi muerte. (Vate.) Los soldados no decimos, La boda eñ el cuerpo a todos,
Como aqui, caballeriza. Y de diferentes modos
FELICIANO. Comida y galas buscando ;
Escucha. CARLOS. ¡Y quieres que á verle vengan!
FISBERTO. ¿Salen estas plumas bien? cárlos. (Asomándose.)
Furiosa parte. ESTEBAN. Digo que son , majadero.
FELICIANO. Que pareces un virote. ESTÉBAN.
Tenia , Sabina. Pero di , mi matalote ¿Tú lo ves?
SABINA. ¿ Ha de ir á Flándes también ? CARLOS.
No puedo. (Vate.) Que tiene talle, por Dios ,
De quedarse á hacer la cuenta A su escudero •
FELICIANO. Aquí en la primera venta. Y á Paula.
¿Qué he de hacer? CARLOS. ESTÉBAN.
FISBERTO. ¡Qué! Bien andarán los dos. Pues alto ; tengan
No te acobardes; Las bestias en compañía Las puertas de par en par.
Que alguna industria ha de haber. Andan mus. CARLOS.
FELICIANO. ESTEBAN. Abre , borracho.
¿Quieres que de veras hable? Es pensamiento ESTÉBAN.
FISBERTO. Tomado del casamiento, ¿Tú eres
¿Pues no? Que andan de noche y de día. El bravo? ¿Tú á Flándes quieres
FELICIANO. Mas , por Dios , que aunque vestido Partirle?
Pues, por Dios , que Elisa... Y'a de camino te vea, CARLOS.
FISBERTO. Y á mi con esta librea Déjala entrar.
Dilo. A lo flandesco lucido.
Que no creo que de Illéscas ' ESTÉBAN.
FELICIANO. Has de pasar. ¿Yo papel de tales manos ,
Me parece un ángel. CARLOS. Lágrimas de tales ojos?
FISBERTO. ¿Cómo no? Mas como de esos enojos
El dote es poco. Tiene amor por tierra llanos.
ESTEBAN. CÁRLOS.
FELICIANO. Como te conozco yo ,
Y muy poco. Y sé las truchas que pescas. Abre , ¡ maldígate Dios!
Si algo mas al dote añaden , Para mi, tú quieres ciar (Va Estiban á abrir.)
Yo soy marido de Elisa Martelo de ausencia , y ver Ya está abierto, y ya han entrado.
L-l. 17
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA II. CARLOS. Vamonos de aqui , Marquina.
(Lee.) « Si una mujer principal ,
MARQUINA, PAULA.— Dichos. «Porque á su padre obedece , MARQUINA.

«Carlos del alma , merece Vamonos; que está furioso.


PAULA.
«Que vos la tratéis tan mal , PAULA.
;01i qué gallardo soldado ! •Sea en buen hora, bien mió, No te espantes ; que un celoso
. ESTEBAN. 11 Aunque para mi no es buena ; Con el dolor desatina.
¿Uno solo? ¿no ves dos? «Que os agradezco la pena , MARQUINA.
PAULA. «Y mil gracias os envió. ;, Quién le podrá resistir?
¿ Dónde bueno desla suerte? «Que como me ha de matar Vamos. Esteban , adiós.
«De vuestra ausencia el dolor,
CARLOS. ESTEBAN.
«Mientras mas peno, Señor,
A Flándes, amiga , voy. «Mas me queréis obligar. Está adorando en los dos ,
PAULA. «¡Oh qué bien be conocido, Y quiere fuerzas fingir.
¡Jesús! por reírme estoy. «Mi bien , lo que tengo en vos, PAULA.
Déjame despacio verte. «Sabiendo tan bien los dos ¿Tú no me verás primero
CARLOS. «Lo que vos meriabeis debido ! Que te ausentes?
Bien dices; porque jamás «No quiero yo que no os vais ; ESTEBAN.
Me volverás, Paula , á ver. «Mas no sea tan aprisa ;
«Que aun no está casada Elisa, Allá iré.
¿Qué Lace Dios de esa mujer? PAULA.
«A quien vos decis que amáis.
PAULA. ¿Vas á caballo ó á pié?
«Hacedme merced, mis ojos,
¿Esa mujer ya no es mas? «Que nos veamos primero ; ESTEBAN.
CARLOS. «Que con vos descansar quiero Voy con este majadero
Nunca el nombre le ha venido «De tantas penas y enojos. En un camello persiano.
Como en aquesta ocasión. «Esta noche habrá lugar.— Allá nos despediremos.
Mujeres dicen que son «Vuestra Elisa, aunque me maten.» HARQI INA.
Las que ya tienen marido; —¿Que esto escriban , que esto traten
Y ella, pues que tiene dos, Manos que á otro se han de dar? Vamonos, Paula, ¿qué hacemos?
¿Hay traición, hay ungimiento Mira que en el viento vano
Mas mujer debe de ser; Anda desle mozo el seso.
Que para el mundo es mujer Como este?
De otro, y mia para Dios. PAULA.
Mira los gestos que hace.
¡Ay, padre, ay, Paula, ay, amigos! PAULA.
¿De qué es traición?
Nadie mejor mi razón CARLOS.
Adiós. De sus celos nace.
Sabe, pues de mi pasión Pues ¿trae el papel razón MARQUINA.
Son vuestros ojos testigos. Que impida su casamiento? Temblando voy, te confieso.
Cásese Elisa , bien hace ; ¿No ves que me dice aquí
Obedezca , como dice , (yante Paula y Marquina.)
Que me vaya , y que no quiere
A su padre : Dios bendice Detenerme?
Quien tan obediente nace. ESCENA DI.
PAULA.
Cuanto á mi , no hay que tratar, CARLOS, ESTEBAN.
Paula ; consolado estoy. Quien le oyere
No la he de ver, ya me voy. Jurará que adora en ti.
¿Puede ser cosa mas tierna? ESTEBAN.
PAULA. Mal has andado en tratar
CARLOS.
Pegado se te ha el hablar Esta gente desle modo :
Tan resuelto y consolado ¿Esto es tierno? Es fuego, es ira,
Es embeleco, es mentira. Elisa es culpa de todo ,
Del hábito soldadesco. Della te debes quejar.
Ese es estilo fiandesco. PAULA. No viene Paula á ofenderte ,
CARLOS. ¿Qué mal humor te gobierna? Ni ella es parte á que se case.
Bien dices; ya estoy soldado,- Si Elisa no te adorara , CARLOS.
Y de manera lo estoy, Ni escribiera bien ni mal.
¡ Oh qué mal fuego te abrase !
fue la palabra de estar CARLOS.
¿A Elisa nombras?
t n Flándes no he de quebrar , Como es mujer principal , ESTEBAN.
Piula , si en el aire voy. En su término repara.
¿.> qué bueno es la venida? Tras esto, no le ha movido Advierte
Amor (que bien se ve aqui) , Que si no es que loco estás ,
PAULA.
Sino lástima de mi , A lo menos lo pareces.
A traerte este papel.
Viéndome quedar perdido. CARLOS.
CARLOS. Que aun no está casada Elisa , Pena á mis penas ofreces,
Contará su boda en él. Dice aquí : ; fuego de Dios ! Celos á mis celos das.
PAULA. Pagaréisme, papel, vos ESTEBAN.
Contará su triste vida. Palabras de tanta risa. ¿No era mejor responder
CARLOS. PAULA. Que esta noche á verla irias?
Vuélvele, Paula, por Dios. No le rasgues.
CARLOS.
Lelra de Elisa es veneno. CARLOS.
¿Fuéronse?
PAULA.
Ya está hecho ; ESTEBAN.
Que me abrasaba la palma.
Léele, acaba. Así quisiera algún alma , Habrá cuatro dias.
ESTEBAN. Así quisiera algún pecho. CARLOS.
¡ Oh qué bueno! PAULA. Quiérolos bacer volver.
¿Melindres? Luego ¿ no responderás ? Parte á llamarlos.
CARLOS. ESTEBAN.
CARLOS.
Venislosdos, Yo voy.
Y quiéreos tener respeto. ;, Responder ? Vete de aqui ,
O haré Jo que del en tí. CARLOS.
ESTEBAN.
PAULA. Déjalos.
¡Lindo achaque! ¿En mi? ESTEBAN.
■ARQUINA. CARLOS. Ya me estoy quedo.
Tú verás Vete. CARLOS.
Que Elisa no puede mas , PABLA. Mas llámalos; que no puedo
Pues eres , Carlos , discreto. Loco estás.— Vivir si sin verla estoy.
EL AUSENTE EN EL LUGAR. 250
ESTABA*. CARLOS. Elisa; que deste modo
Voy volando. Si. Te podrás vengar en todo
CARLOS. ESTEBAN.
De cuantos te han agraviado.
Auii(|iii! te diga ¿Cómo? ¿De noche? Pon los ojos tiernamente
En Carlos; que tú verás ■
Que vayas, te has de estar quedo. CARLOS.
ESTEBAN.
Qué dolor á Elisa das ,
De dia. Y lo que tu ingrato siente.
Que enloquezcas tengo miedo, ESTEBAN. LAURENCIA.
Si unto el dolor te obliga. ¿ De dia ? ¿ Con qué invención ?
CARLOS.
Elisa , de Feliciano
CARLOS. Contenta, ¿qué ha de sentir,
¿Que no respondí que iría? Vén conmigo. Ni Feliciano, de oir
Animo tuve y valor. ESTEBAN. Que quiero á Carlos?
Porque es cómo negro amor,
Todo entono y fantasía. Efetos son SABINA.
Mas ¿ cómo sufrir podré De amor. ¡Qué en vano
El no verla?—Parte luego, CARLOS. Gasta un discreto el consejo
Y llama á Paula. ¿Estás ciego? ¡Ay, Elisa mia! Con quien está j>ert¡na¿ !
¿Estás sordo? ¿Oyes? (Vanse.) Haz lo que te digo en paz ;
Que amor es como el espejo ,
. ESTEBAN.
Que cuando se compra nuevo
No sé. Salí en casa de Laurencia. No agrada ni satisface ,
ÍNo me mandaste no hacer Hasta que el rostro se hace.
,o que me mandases? ESCENA IV. LAURENCIA.
CARLOS. Luego si á quererle pruebo,
Si. LAURENCIA , SABINA.
¿Vendrá á parecerme bien ,
ESTEBAN. LACRENCIA. Aunque agora no me agrade?
Pues yo te obedezco ansi. ¿Cómo quieres que sosiegue, SABINA.
CARLOS. sabina , en tanto dolor ? A querer te persuade;
Ya que no me pueden ver, SABINA. Que si tus ojos se ven ■
Cojamos estos pedazos ¿Es posible que el amor Cada dia en los de Carlos ,
De aquel rompido papel. De un hombre ingrato le ciegue Tú vendrás á estar segura
ESTEBAN. A tanta descompostura? Que retratan tu hermosura ,
¿Agora adoras en él? LADRENCU. V por lo mismo á adorarlos.
Si no fuera amor mi mal , LACRENCIA.
CARLOS.
; Oh letras, rasgos y lazos Dices bien ; mas es igual Ahora bien , dime verdad ,
Le aquella mano divina ! A la furiosa locura. ¿Hale sucedido á ti?
No se curan amor y ella : ■ SABINA.
ESTEBAN.
Paula vuelve. Si sabes remedio , di , Estoy por decir que sí ;
CARLOS.
Cómo me vuelvas en mi. Porque tuve voluntad
Y él al suelo. SABINA. A quien tan mal me paco,
Queriendo tú salir dolía. Que en Fisberto la mudé,
ESTEBAN. Y que ya le amaba hallé
Amor se deja curar.
Pues no es. Si es el enfermo obediente. Cuando el otro me buscó.
CARLOS.
LAURENCIA. LAURENCIA.
¡Maldiga el cielo Luego ¿vinote á buscar?
Tu condición ! A tu mano diligente
ESTEBAN. Hoy me quiero sujetar. SABINA.
Imagina Di ; que quiero obedecer Picóse y volvió.
Que es entretener a un loco La cura en que me pusieres. LAURENCIA.
Ciencia, humor, industria y flema. SABINA. ¿Qué espero?
Haz lo que muchas mujeres , Amor es tretas : yo quiero
CARLOS.
Pues eres también mujer. Amar, ó fingir amar.
¿Es celos , Esteban , tema Mas ¿cómo habernos de hacer
Para estarlo un hombre poco? LAURENCIA.
Para que Carlos me entienda?
Estos papeles quisiera ¿Qué he de hacer? Que puede ser que le ofenda
Juntar. SABINA. Si le comienzo a querer.
ESTEBAN. El mismo amor SABINA.
Yo sé cómo. Poner en otro sugeto. Finge que te ha dicho un hombre
CARLOS. • LAURENCIA. Que es astrólogo , y que quieres
El cielo ¡Fuerte remedio! Saber, como otras mujeres,
Te dé en tus males consuelo. SABINA. Señas, trato , vida y nombre
ESTEBAN. Discreto, Del que ha de ser tu marido.
Escucha. El mas breve y el mejor. El negará, tú dirás
CARLOS. LAURENCIA.
Que lo sabes, y que estás
¿De qué manera? Cierta de lo que has oido.
Si amor fué en mi natural , Darásle luego la mano: •
ESTEBAN. ¿ Qué podrá un amor violento? Creo de su discreción
Llevándolos al molino SABINA. §ue aproveche la ocasión,
Del papel , majados luego, Ocupar el pensamiento que no la dé de mano.
Volverán á hacer el pliego. Y ir entreteniendo el mal. De aquí la tendréis los dos
CARLOS. LAURENCIA. Para que el juego se entable.
¡ Hay tan cruel desatino ! ¿ A quién tengo de querer? LAURENCIA.
¿Y las letras? ¿ No hay mas de decir yo quiero? Carlos es hombre notable :
ESTEBAN.
SABINA. Consuelo me das, por Dios.
Pues si allí Toma , Sabina , tu manto.
La letra quedar pudiera, A quien tu amante primero
Haga de celos arder. Vele á hablar, habla con él.
Molino y.emprenta fuera.
LAURENCIA. SABINA.
CARLOS.
Hoy veré á Elisa. ¿Quién? Escríbeme tú un papel.
ESTEBAN. SABINA. LAURENCIA.
¿TÚ? El mismo que ha dejado De mi libertad me espanto.
260 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Pero amor me da licencia Y el valor que viendo estás. No pude excusar hablaros.
?ue con discreción me cure, FELICIANO. Suplicóos me perdonéis.
que el remedio procure
Que me muestra la experiencia Mientras que lo trato mas, AURELIO.
Y el desengaño me avisa. Mas , Fisberto , me resfrio. Aqui una silla tenéis.
¿Querráme Carlos? No porque de su hermosura
OCTAVIO.
No esté en extremo contento;
SABINA. El modo del casamiento En esta podéis sentaros.
Sospecho Me ha parecido locura. ELISA. (Ap.)
Que ha de quererte, á despecho ¡Bueno es que yo venga aqui ¡ Cielos , qué es esto que veo !
De las traiciones de Elisa. Solo á ver una mujer , PAULA.
(Yante.) Y que mia lo ha de ser ¡Ay Señora ! ¿á qué vendrá? (Ap. delta.)
No mas de porque la vi ! FELICIANO.
FISBERTO. Fisberto , Carlos se va. (Ap. á él.)
Sala en casa de Aurelio. Si te hallan en su aposento,
Y es gente tan principal , FISBERTO.
ESCENA V. No sé t¡ue procedan mal. Saber la causa deseo.
FELICIANO. CARLOS.
AURELIO, OCTAVIO, FELICIANO, Antes que en mis cosas hable,
FISBERTO , ELISA Y PAULA. Fisberto, la burla siento.
¡Vive Dios , que he sospechado Desto que aqui viendo estoy,
Que , codiciando mi hacienda , Parabién , Señor, os doy.
AURELIO.
Me han hecho comprar la prenda elisa. (Ap. á Paula.)
Toda la ciudad me ha dado Al primer precio que he dado! ¡ Qué atrevimiento !
De la boda el parabién. ¿Nunca has visto los roperos, PAULA.
FELICIANO. Que á quien su calle pasó,
A mi es bien que me le den, No mas de porque miró , Notable.
Pues tanto bien he ganado. Ya le ha de costar dineros? CARLOS.
OCTAVIO. i Que le llaman y le tiran , Gocéis, señor Feliciano,
Y le fuerzan á comprar? De la que tan vuestra es ya.
No sé cómo se ha sabido ,
Señor, en tiempo tan breve. Pues asi me hacen casar. FELICIANO.
AURELIO. FISBERTO. Para serviros será.
Como Feliciano debe Mira , Señor, que te miran. Aurelio. (Ap. á tu hijo.)
De ser bienquisto y querido , Habla á tu esposa , no des ¡Buen mozo!
Esta en los ojos de todos. Ocasión para que entiendan OCTAVIO.
Que te pesa. Es muy cortesano.
OCTAVIO.
FELICIANO. CARLOS.
Las escrituras sospecho • Aunque se ofendan ,
§ue también su parte han hecho , Y vos, mi señora Elisa,
Digo que es poco interés. Mil años el desposado.
cuéntase de mil modos. Si yo esta mujer pidiera ,
ELISA.
AURELIO. Bien es que me contentara.
Como quisiere se cuente. Los que me habéis deseado
FISBERTO. Viváis.
Ya es mi yerno Feliciano. Si Aurelio con mas se hallara, CARLOS.
FELICIANO. No dudes que mas te diera. Porque estoy de prisa
Todos saben lo que gano. Está de suerte perdido, No encarezco la elección
ELISA. (Ap.) Que aun á la hacienda de Octavio "ue en amar habéis tenido
Yo me pierdo eternamente. Sé yo que ha hecho agravio , n hombre tan bien nacido.
Puesto que él lo ha consentido, Suplicóos me deis perdón.
AURELIO. Por tener tan buen cuñado.
Tráigannos sillas aquí. ELISA.
FELICIANO. Si en eso tengo de qué,
OCTAVIO. ¡Seis mil ducados á mi ,
Sillas hay. Yo os perdono.
Que con mas renta naci
fisberto. (Ap. á tu amo.) Que este dote que me ban dado ! CARLOS.
Ya estás casado. ¿ Qué dirán cuantos lo saben ? Dios os guarde.
Digo, Aurelio (porque es tarde,
FELICIANO. FISBERTO. Que ya las postas dejé '
¡Qué necio, Fisberto, he andado! Que has escogido mujer Puestas á punto), que yo
FISBERTO. Que de un rey lo puede ser, Voy áFlándes: el dinero
Luego ¿ arrepiénteste? Para que todos te alaben. Que tengo, entregaros quiero;
FELICIANO.
Porque en plata me le dio
ESCENA VI. Un mercader de Toledo,
Sí.
FISBERTO.
UN PAJE. —Dichos: detpuét, CARLOS Y no le puedo llevar.
y ESTEBAN. elisa. (Ap. á Paula.)
Pues ¿antes del desposorio Este me viene á matar.
Te muestras arrepentido? PAJE. PAULA.
FELICIANO. Un caballero está aqui , Disimula. ,
Siento él saber que haya sido Queá mi señor quiere hablar. ELISA.
A todo el mundo notorio , AURELIO. ¿Cómo puedo?
Pues ya estamos empeñados
En no deshacer lo hecho. Dile que bien puede entrar. CARLOS.
(Vate el paje.) Para algún correspondiente
FISBERTO. De los que en Flándes tenéis ,
OCTAVIO.
Que te ba de estar bien sospecho. ¿Si es parabién? Cédula darme podéis,
FELICIANO. AURELIO. O pues voy forzosamente
Pocos son seis mil ducados. Creo que si. Por Francia , para cualquiera
F1SRERTO. (Salen Cárlot y Etléban , de soldados.) Lugar.
AURELIO.
No es mal dote con Elisa; CARLOS.
Que te aseguro por Dios , Fuera dicha mia ,
Por estar tan de camino , Si el crédito que tenia ,
Que la piden mas de dos , Como lo veis en el traje ,
Como dicen , en camisa. Agora en Flándes tuviera,
Aunque me dijo este paje Poderos, Señor, servir.
Tiene entendimiento y brío, Lo que en veros imagino , Ya ese tiempo se acabó.
EL AUSENTE EN EL LUGAR. 961
CARLOS. Y esta injusta deslealtad BLISA.
Mi desdicha lo causó. Blasona que es obediencia ; Una carta os quiero dar.
ELISA. Yo , por no verlos andar (Vase Esteban.)
A no ser fuerza partir Siempre juntos , del lugar
Esta urde , yo os dijera Hago , como veis , ausencia. ESCENA VII.
8uien para Flándes ó Francia ■ Voy á Flándes, donde ruego
s lo diera con ganancia. Al cielo que me traspase ELISA, AURELIO , FELICIANO , OC
Una bala , porque abrase TAVIO , PAULA , FISBERTO.
CARLOS. Un fuego con otro fuego.
¡Pluguiera á Dios que pudiera Y para ser desta suerte paula. (Ap. á su ama.)
Detenerme , mi señora ! No tengo mas que llegar, No sabes disimular.
ELISA. Pues yo me pondré en lugar ELISA.
Deteneos, por vida mía. Que el menos diestro me acierte.
Paula, quisiera poder.
Feliciano. (Ap. á Fiiberto.) ELISA.
AURELIO.
¿Es este el que la servia? Extraña resolución Pensó aqueste gentilhombre
FISBERTO. La vuestra me ha parecido. Que trato en Flándes tenia.
Pienso que el partirse agora Para partiros no ba sido
Legitima la ocasión ; FELICIANO.
Mace de verla casada. • Sí, Señor, si pensaría.
Que el amigo que decís ,
FELICIANO. Por dicha no os ofendió, AURELIO.
Si por el tanto la quiere, Si obediencia le forzó , ¿ Carlos decis que es su nombre?
No se vaya, sino espere. Como vos mismo advertís. FELICIANO.
FISBERTO. Demás desto , no habéis hecho
¿Son celos? Diligencia por cobrar Carlos se llama.
Aquel perdido lugar AURELIO.
FELICIANO.
A la trocada. Que tuvistes en su pecho ; ¿Porqué?
Porque no faltaran medios, FELICIANO.
Elisa. (.4 Cárlot.) Noches , puertas , cartas , rejas ,
¿Tan forzosa es la partida, Si lo que gastáis en quejas, Sacóle el Emperador
Que no os podéis detener? Gastárades en remedios. De pila.
AURELIO.
CARLOS. Y ¿qué señales mas grandes ,
Aunque encarecéis la costa , ¡ Extraño favor !
Impórtame no perder, Pero ¿ dónde y cómo fué ?
Si me detengo, la vida. De que amastes por la posta ,
Pues las tomáis para t laudes? OCTAVIO.
ELISA.
Muy colérico amador ¿ No ves que se está burlando
¿Qué os puede haber sucedido? Debéis de ser. Feliciano?
CARLOS. AURELIO.
FELICIANO.
Una desgracia tan fuerte, Él se entiende , Yo entendí
8ue aunque el partirme es mi muerte , Y ¿quién de entender se ofende 8ue era de veras. Aquí
a sido el mejor partido. De una mudanza el rigor? s podéis quedar hablando,
ELISA. Ni sé yo para qué es bueno En tanto que voy á ver
El deseo de saber Mudarse ni hacer traición , Un caballo que he comprado.
Es en las mujeres tal , Ni á los que inocentes son OCTAVIO.
Que el dolor de vuestro mal Darles celoso veneno. Dejemos al desposado,
He obliga como á mujer. Mas para injustas mudanzas Padre , pues ya lo ha de ser,
¿ Puedo saber la ocasión ? Hizo el cielo las ausencias , Donde con menos recato
CARLOS. Por no andar en diligencias Hable un rato con su esposa.
SI os sirvo en que la sepáis, De celos y de venganzas.— AURELIO.
Oídme, porque tengáis Partid, Carlos, bien hacéis; Bien dices: pues se desposa
De mi dolor compasión.— Dad á ese amigo en castigo Mañana , que hoy hable un rato.
Yo tuve en este lugar El iros ; que si es amigo, (Yante Aurelio y Octavio.)
Un amigo que servia ¿Qué mas venganza queréis?
De alma al cuerpo en que vivía ; fisderto. (Ap. i tu amo.) ESCENA VIII.
Que nos pudo amor juntar. No te declares ansí.
Y era tanto nuestro amor, ELISA , FELICIANO , PAULA , FIS
FELICIANO.
Que el tiempo de estar ausentes , BERTO.
Los menores accidentes Todos tres nos entendemos.
Eran despecho y furor. ' ESTEBAN. FISBERTO.
Comunicábamos j un tos Señor, ya es tarde : ¿qué hacemos ? Señora Paula , pues ya
Los menores pensamientos , CARLOS. Nuestros dueños se han casado,
Hablándonos por momentos, Dices bien , vamos de aqui.— Yo quedo muy obligado,
Regalándonos por puntos. Dadme, señores, licencia. Y vuesamerced lo está ,
A veces jurarle oí A que de la misma suerte
Que ser mi cuerpo quisiera , AURELIO.
Nos queramos bien los dos.
Porque siempre en él viviera El cielo os llevé con bien. PAULA.
Sin apartarse de mi. OCTAVIO.
Pero á que esto me ofendiese Estoy agora , por Dios ,
Y os vuelva , Carlos, también Poco menos que á la muerte.
Llegar mi alicion solía, Con salud de aquesta ausencia.
Y ser yo el cuerpo quería , Déjame ; que se me va
Para ser el que muriese. (Vate Cárlot.) Cierta cosa de los ojos ,
Pues entre aquestas finezas ELISA. Que me ba de causar enojos.
(¿Quién creerá tal sinrazón?) ¡ Ah gentilhombre ! FISBERTO.
Hizo tan cruel traición ESTEBAN. Luego ¿ deso triste está ?
A este amor, á estas ternezas, Señora. PAULA.
Que fué lo menos dejarme; Elisa. (Ap. á Esteban.) ¿ No le parece ocasión?
Y de suerte me dejó , FISBERTO.
Que á ser del su cuerpo yo, Si boy no fuere la partida ,
Me muriera por vengarme. Yenidme á ver, por mi vida. . Teníala por mujer
Hizo con otro amistad , ESTEBAN. De otra estima.
A quien siempre aborrecí ; Mi dueño dice que agora ; PAULA.
Dioie el alma en que viví ; Mas yo le haré detener. Puede ser.
363 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FISBEBTO. FISBERTO. El ISA.
Mal gusto. A Feliciano he mirado,
PAULA.
Iba tan celoso y ciego ,
Y no habla con su esposa. Que no ha de querer volver.
j Por qué razón? PAULA. PAJDXA.
FISBERTO. Ni ella con él. ¡ Brava cosa ! Si hará ; que te adora el hombre.
Es aquel hombre de aquellos FISBERTO.
Que se llaman en la corte ELISA.
Figuras. ¡Buen principio de casado! — Honor, ya por vuestro nombre
PAULA.
. , (Ap. A tu amo.) Hice cuanto pude hacer ;
¿Qué es esto? Pues ¿cómo estás Perdonad , y dad licencia
De hablar acorte : Sin hablar á Elisa ansi? .
¿ En qué le parece dellos? A mi amor.
FELICIANO. PAULA
FISBEBTO.
Como ella no me babla á mi, ¿Adonde irás?
Todo hombre cuya persona No quiero enfadarla mas.
Tiene alguna garatusa, ELISA.
FISBERTO. De Laurencia fio mas.
O cara que no se usa,
O habla que no se entona ; ¿Sois los novios de Hornachuelos? PAULA.
Todo hombre cuyo vestido Eso es, comed, desposado, Pues cerca vive Laurencia.
Es flojo ó amuñecado , —¿No come ella?
(Yante.)
Todo espetado 6 mirlado, FELICIANO.
Todo efetero ó fruncido ; Estoy turbado,
Todo mal cuello ó cintura , Ni sé si es amor ni celos.
Todo criminal bigote, Para amor, no se lo debo, Sala en casa de Laoreneia.
Toda bestia que anda al trole, Para celos es temprano.—
Es en la corle figura. Dad licencia á Feliciano, (A Elisa.) ESCENA X.
PADLA.
Que cierto negocio llevo
Para palacio forzoso. LAURENCIA, SABINA.
Con malos ojos miró
Al soldado, por los suyos. ELISA.
LAURENCIA.
FISBEBTO. Vos , mi señor, la tenéis. Presto , Sabina , le hallaste.
A mirarle con los tuyos, FELICIANO.
SABINA.
¿Fuera galán? Suplicóos que me mandéis ,
Como á esclavo y como á esposo, De en cas de Aurelio salia.
PAULA.
¿Por qué no? Algo en que conozca yo LAURENCIA.

Eso que figura llama , Que el serlo vuestro estimáis. Y ¿dijote que vendría ?
Es un mocito en efeto , ELISA. SABINA.
Entre bellaco y discreto, Pan» que de mi os sirváis. Habléle como mandaste ,
Que de todo tiene fama. Licencia ese nombre os dio. Y leyendo tu papel,
Con la mano en el registro Id en buen hora , v creed Viene perdido de risa.
Hace una guitarra hablar, Que estimo tanto favor. LAURENCIA.
Y con la espada callar FELICIANO. Pues baja , y ábrele aprisa.
A todo mortal ministro.
Es por lo agudo un milagro , Es muy propio del valor SABINA.

Y entre engañosas quimeras, Hacer a humildes merced. Esteban viene con él.
Tiene las burlas v veras (Vanse Feliciano y Fisberlo.) LAURENCIA.
Como pemil gordo y magro. No es Esteban de importancia.
Es poeta de donaire ESCENA IX. SABINA.
Para seguidillas solas ; Ellos entran.
Danza , y con mil cabriolas ELISA, PAULA. LAURENCIA.
Dará de coces al aire. Tiemblo toda.
Por lo que es noble vo salgo , PAULA.
Sillas y estrado acomoda.
No hay que mirarle a los pies: Ya que Feliciano es ido,
Un don Diego Ordóñez es; Te quiero reñir, Señora , ESCENA XI.
Que aunque pobre, es buen hidalgo El haberle hablado agora
FISBERTO. Con rostro tan desabrido. CARLOS, ESTEBAN.— Dichas.
Hablas, Paula, con pasión ; Ya sé que nace de ver
Que este hombrecillo es un mico. Que Carlos se vaya á Flándes ; LAURENCIA.
Pero en desdichas tan grandes
PAULA. Es el valor menester. ¿De camino? •
Reportorio le suplico ¿ En qué piensas ? Vuelve en ti. CARLOS.
Con los que difuntos son. Voy á Francia,
ELISA.
FISBERTO.
Y en ninguna cosa veo
¡Ay Paula! Mi bien se va. Cuan desconocido estoy,
¿Cómo difuntos? ¿Estará en las postas ya? Como en que digáis que soy
PALLA. PAULA. Cosa que apenas la creo.
Ausentes; . Presumo, Elisa, que si. ¿ Quién , Laurencia . os ha engañado
Que si presente estuviera... ELISA. LAURENCIA.
FISBERTO. Pues ¿qué haré yo, que me muero? Estoy de vuestra partida
Le diera... La vida me ha de costar. Tan helada , que en mi vida
PABLA. PAULA.
Me he visto en mayor cuidado.
¿Con qué le diera? ¿ Cómo ó por qué causa os vais?
Bien lo puedes estorbar. ¿Es por celos esta ausencia?
FISBERTO. ELISA. Que ya, sin saber Laurencia
Con este pomo en los dientes. Paula , remediarlo quiero. La ciencia que profesáis,
PAULA. Vaya en buen hora el honor, Adivina la ocasión.
¡Pomo! ¡Jesús! ¿es de azar? Si es que algún remedio sabes. CARLOS.
FISBEBTO. PAULA. Para con vos, lo he fingido.
Por temer á Feliciano. .. Como eso contigo acabes , Por dar pena á quien ha sido
Me ha parecido el mejor La causa.
PAULA.
Dejar esta casa luego, LAURENCIA.
Bueno está , baje la mano; Y irle á la de alguna amiga,
Que no es libro de cantar. Tenéis razón.
Donde yo que estás le diga. Y con saber que no os vais
EL AUSENTE EN EL LUGAR. 203
Carlos , tan contenía quedo , . LAURENCIA. ESTEBAN.
Que diera albricias. Y aun pienso que á vos os pesa. . Vuestro concierto
CARLOS. CARLOS.
Habernos visto los dos.
No puedo Pesábame ; pero ja A mi Paula me ha dejado.
Pensar por qué me llamáis Que desta mano me asi, Si me quieres, aquí estoy.
Para consultar conmigo La que por celos perdí , SABINA.
Vuestras bellas manos boy. Hoy la venganza me da. ¡Ay, mi Esteban , tuja soy!
¿ Quién os ha dicho que soy LAURENCIA. LAURENCIA.
Quien buenas venturas digo, ¿Qué decís? Carlos, verdad te he contado.
Teniéndola yo tan mala? CARLOS. Yo te comienzo á querer
LAURENCIA. Que aquí se ve Por venganza y por furor;
Carlos, no me lo neguéis; Que vengaros intentáis Pero acabará en amor,
Que bien sé que lo sabéis, Con otro hombre. . Y en que seré tu mujer.
Y que ninguno os iguala. LAURENCIA. CARLOS.
CARLOS. ¿Y vos pensáis Cuando no fueras quien eres,
Esteban. Que si lo intento podré ? Por vengarme te adorara.
ESTEBAN. CARLOS.
Tuyo he de ser.
Señor... (Ap.áil.) Ya lo estoy aquí mirando, LAURENCIA.

CARLOS. Y me parece que sí. Pues repara


¿Qué es esto? LAURENCIA.
En que mi honor consideres.
CARLOS.
ESTEBAN. Miraldo en vos ; porque en mi
Ya está mirado. ¿Llamaron?
¡Qué desatinado estás, LAURENCIA.
Pues conocido no has . CARLOS.
Pienso que sí.
Lo que esta pretende en esto! En vos, ¿cuándo?
Como á Feliciano amó, LAURENCIA.' ESCENA XIL
Que por Elisa la deja , Antes que os diese ocasión
Y tú della tienes queja , Para adivinar mi gusto. MAESE JUAN.— Dichos.
Pues que por él te dejó , CARLOS.
Con este achaque ha querido Que hablemos aparte es justo. MAESE .SAN.
Que juntéis venganza y celos. Aquí está Elisa, Señora.
LAURENCIA.
CARLOS.
Hablemos. CARLOS.
No han hecho animal los cielos CARLOS. (Ap) ¡ Elisa aquí !
Tan agudo y entendido. ¡Brava invención! LAURENCIA.
ESTEBAN.
{Bajan la voz.) ¡ Elisa agora !
Toma la mano á Laurencia, ESTEBAN. CARLOS.
Y lo que piensa adivina , Y ella , señora Sabina , Sabe que te ofende á tí ,
Mientras le digo á Sabina i No sabe que soy criado Y querráse disculpar.
Otro poco desta ciencia; Del astrólogo? LAURENCIA.
Que en amarla tomarás
Gran venganza de los dos. SABINA. ¿Qué haré? Qué es fuerza esconderte.
CARLOS.
¿Ha tomado CARLOS.
Algo de aquella dotrina? Esconderme fué mí muerte;
Dien me aconsejas, por Dios.— Porque deseo saber
No quiero negaros mas (A Laurencia.) Mas de mil cosas. Mas no se puede excusar.
Lo que desta ciencia entiendo ; ESTEBAN.
LAURENCIA.
Pero ha de ser condición Ponte detrás dése paño.
El silencio, que es razón , Yo soy (\ase Maese Juan.)
Porque en extremo me ofendo Tal, que mil vueltas le uov.
De que entiendan que adivino. Mas quiero darle á entender CARLOS.
Que en Valladolid había Amor niño, ¿qué ha de hacer?
LAURENCIA.
Un astrólogo estudioso, Juega, y juega al esconder,
A todo , Carlos , me allano. Que un pronóstico famoso Cuando mas descubre el daño.—
CARLOS. Todos los años bacía. Ponte, Esteban, á este lado;
Dadme , Señora , la mano. Este tenia un criado , Veamos esta invención.
LAURENCIA.
Que todo al revés de aquel , ESTEBAN.
Veisla aqui. Escribía otro papel , No es mucho , si toros son ,
Y era siempre el acertado. Que andemos siempre en tablado.
CARLOS.
Murió el astrólogo en tin , {Escóndense Carlos y Esteban.)
i Favor divino! Y el criado no escribió ,
Hago la cruz y la beso. Y á quien se lo preguntó ,
LAURENCIA. Confesó que era un rocín, ESCENA XIII.
Quedo , ¿ la mano besáis ? Y que acertaba después ELISA, PAULA. — LAURENCIA, SA
CARLOS.
Que al amo contradecía ; BINA ; CARLOS y ESTEBAN , ocultos.
Que alquimia y astrología
La cruz no mas. Se han de entender al revés. ELISA.'
LAURENCIA. SABINA.
Bien entráis. Porquedemí tendrás, Laurencia hermo-
Nuestros amos , me parece Formada justa queja, no he querido [sa,
CARLOS. Que con gran contento están. Valerme de otra casa, ni á otra amiga
¡Jesús! ¡qué extraño suceso! ESTEBAN. Descubrir el secreto de mi honra.
Aqui se ve claramente Vengarse los dos querrán. Dirás que me he casado con tu esposo,
Que un hombre en extremo amáis, SABINA.
Dirás que le he quitado á Feliciano :
De quien mal pagada estáis. Mi padre me forzó , mi humilde pecho
Ansí en el mundo acontece. Por su obediencia aventuró su gusto.
LAURENCIA.
ESTEBAN. Determinóme á ser hija obediente ;
¡ Qué ingenio !
CARLOS. También tenemos los dos Verdad es que forzada obedecía ;
Es cosa evidente. De qué vengarnos. Mas viendo que mi bien se parte áFIín-
Esta raya que atraviesa, SABINA. Por no me ver casar, y tan aprisa, [des
Es queotra mujer llegó, Fisberta Que ya queda en la posta , mis entrañas
Y este galán os quitó. Me deja. Se han de manera enternecido, y tan o
261 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,
Pudo el ver en sus ojos una lágrima, CARLOS. LAURENCIA.
Que loca, sin honor, sin alma vengo ¡Ah, cielos, Si son mentiras lo verás mañana,
A pedirte que envíes quien le llame; Que se me muere aquel cisne! Primera monición de nuestras bodas.
Que aquí en lu oasa le daré la mano, ¡Ay, cuan dulcemente canta!
Y eternamente quedaré por suya. OCTAVIO.
Déjame que resucite
LAURENCIA. Aquella fénix de amor. Feliciano, yo estoy sin seso: vamos
Elisa mia , ya acordaste tarde. Donde me informe si verdad nos dice.
ELISA.
Carlos se fué; yo vi pasar las postas , ¿Cómo los cielos permiten FELICIANO.
Y desde estas ventanas , admirada, Que viva Elisa muriendo , Digo que es ido Carlos por la posta.
Le pregunté la causa por que hacia Cuando Cárlos se despide? LAURENCIA.
Tan súbita jornada , y respondióme : Pero verá el mundo agora Digo que está muy cerca de mi Cárlos.
«Por no aguardar que goce Feliciano, Que si es Píramo, soy Tisbe.
Laurencia amiga, el bien mayor que lu- ¡Oh notable imposible! OCTAVIO.

[ve.» ¿Que es ido Cárlos y que Elisa vive? Vamos por Dios; que yo sé dónde vive.
Diciendo ansí, cubrió los ojos Carlos FELICIANO.
De un lienzo, y con dolor picó la posta, ESCENA XIV. Vamos , porque sosiegues ; mas vo creo
De suerte que pasó cual suele el rayo, . . (Ap. á Octavio.)
Que apenas de la vista se percibe. OCTAVIO , FELICIANO.— Dichos. Que por dar pesadumbre, por dar celos
ELISA. Laurencia finge lo que no es posible. '
¿Que es ido Carlos y que Elisa vive? octavio. (Dentro.) OCTAVIO.
; Desvenlurada de mi 1 Mis partes has de hacer como cuñado. ¡ Ay triste yo si fuese verdad esto !
¡Tan tarde á buscarle vine! LAURENCIA. ¡ De qué cielo he caido á tanta pena,
Alma loca, pies cobardes, Elisa , este es Octavio , y tu marido Cuando mas la esperanza sostenía
¿Quetan poca prisa os distes? Viene con él ; atápate y escóndele. La vida que guardé para Laurencia!
¿Qué obediencia fué la mia? ELISA. FELICIANO. (Ap.)
El alma ¿no nació libre? No voy menos picado y afligido ;
Dios ¿no me dio libertad? ¡Válame Dios !
Pues ¿qué es lo que dije y hice? LAURENCIA. Que no la quiero menos. ¡Qué vénganla
¿Adonde hallaré mi bien ? Poneos las dos los mantos. Ha lomado de mí si fuese cierto !
¿Por dónde podré seguirle? ELISA.
sabina. (Ap. á su ama.)
¡Cielos ! Si el alma me deja , Aquí detrás me escondo. Con una piedra misma los has muerto.
El cuerpo ¿de qué me sirve? (Entrante Elisa y Paula donde están (Vanse Feliciano y Octavio.)
¡ Oh notable imposible!
¿Que es ido Carlos y que Elisa vive? Curios y Esteban. —Salen Feliciano
y Octavio.) ESCENA XV.
¡Plega á Dios que si vol viere,
Donde mi padre me obligue OCTAVIO.
CÁRLOS, ELISA, ESTEBAN y PAU
A obedecerle jamás, ¿Porquécausa, LA , saliendo de donde estaban ocul
Que antes la vida me quite! Laurencia , se escondieron estas damas?
Vé , amiga , y di que soy muerta, tos ; LAURENCIA , SABINA.
LAURENCIA.
Di á mi padre que me viste Vienen de Atocha y por aquí se entraron; CARLOS.
Hacer pedazos : ¿qué aguardas? Que vienen por tocar, y las mujeres Detente , y no seas extraña ;
PAULA. No quieren que las vean en bosquejo. Que me quitaré la vida.
Señora , tarde te afliges ; Mas ¿ qué es la causa de que en esta casa
ELISA.
Advierte... Tengas esta licencia, Feliciano?
Detente tú, y no me toques ;
ELISA. FELICIANO.
Porque daré voces.
¿Qué he de advertir? Yo, Laurencia , no pienso que tuviera
CARLOS.
PAULA.
Atrevimiento devenir á verte, *
Menos que por hacerte este servicio. Mira
Mira... No cree Octavio que te tengo hablado ; Que soy tu Cárlos, mi bien.
ELISA. Soy su cuñado y obligado amigo, ELISA.
¿Qué quieres que mire? Su bien deseo, y lo será muy grande ¿Tú mi Cárlos?
PAULA. Para los dos que con mi Elisa vivas. CARLOS.
Laurencia , ayúdame. Concluyamos aqueslo si le agrada , Si , mi Elisa.
Pues de sus partes todo el mundo tiene
LAURENCIA. ELISA.
Tanta satisfacion : ¿qué me respondes?
¿Cómo? Tú mi muerte, tú mi infierno ;
LAURENCIA. ' Que tú mi bien es mentira.
ELISA.
Que estoy casada.
¿Que no le he de ver? ¡Ay triste! CARLOS.
FELICIANO. ¿Eres tú, Elisa del alma,
¿Que le dije que se fuese?
Que pudieron dividirse Tú, ¿con quién? La que á buscarme venias,
Dos almas que juma el cielo? LAURENCIA. Como la cierva las aguas.
¡Ah Carlos! ¿dónde te fuiste? Con Cárlos. De la ardiente yerba herida?
¡Oh notable imposible! OCTAVIO. Pues ¿cómo, si me has hallado,
¿Que es ido Carlos y que Elisa vive? ¿Qué Cárlos? Huyes de mí?
cárlos. (Ap. á Esteban , donde están LAURENCIA. ELISA.
eicondidos.) ¿No conoces á quien digo? Mas me incitas
No puedo sufrir, Esteban , OCTAVIO.
Con ver que negar no puedes
Aunque mas celos me animen, El Cárlos que conozco es ido á Flándes. El amor que me debías.
Ni las lágrimas que llora Cuando yo vengo á buscarte,
FELICIANO. Alma , fama , honra y vida
Ni las palabras que dice. »
Salir quiero. Dice muy bien Octavio, ese mancebo Perdidas , ¡ te hallo escondido
ESTEBAN.
Tomó la posta agora. Adonde yo me escondía
Tente un poco. LAURENCIA. De mi hermano y de mi esposo!
Fué fingido No mas: hoy verás á Elisa
CARLOS.
Porcosas que le importan ; mas locierto Casada con Feliciano.
Que me tenga no es posible. Es que Cárlos, Octavio, es mi marido, CARLOS.
¿No ves que me está adorando? Y'o soy mujer de Cárlos. Mi bien, escucha.
ESTEBAN. FELICIANO. ELISA.
Va que sabes que es tan firme ¿A Mu,c"
í.™ quién piensas,
|>iL-iraai, i>o ingas
Véngate, ensánchate. No digas
Laurencia , que das celos con mentiras? \ Palabra ; que no hay disculpa.
EL AUSENTE EN EL LUGAR. 565
FISBERTO. FISBERTO.
¡Oh qué graciosa partida! Gente por la calle ha entrado.
¡Qué lindas postas á Klándes ! ( Yate.) Porque estando escrito,
CARLOS.
Es en ley de hombres delito, FELICIANO.
Y infamia en el que es honrado., Rebózate.
:Elisa, Elisa divina, Cuando la palabra dieras FISRERTO.
Dulce Elisa' de mis ojos , ¿No es mejor
Estrella y luz de sus niñas! Solamente, Feliciano,
En posesión de villano Entrar en cas de Laurencia?
ESTEBAN. Quedaras si la rompieras, ••■>, FELICIANO.
Fuese , no te canses mas.— Cuanto mas una escritura. Es tarde para visita.
Aguarda, Paula querida,
FELICIANO. FISBERTO.
Paula , Paula de mis ojos, Eso fué en tiempos atrás; '■*
Lagaña de sus orillas, Pues desta puerta te quita ;
Ove. Que agora, ¿dónde hallarás No obligues que la paciencia
PAULA. ' Fe ni palabra segura? De Octavio se vuelva en furia.
Vayase el picaño .;'.," La firma, el prometimiento. FELICIANO.
Con la señora Sabina , Son como nubes ó espumas; ¿Qué me puede hacer Octavio?
Pues que le escondió en su casa. ( 1 ate.) Porque palabras y plumas FISBERTO.
Dicen que las lleva el viento.
CARLOS. Sentir de Elisa el agravio
FISBERTO.
Dame licencia que siga Y satisfacer su injuria.
Esta cruel. Esas plumas y palabras
LAURENCIA. No son las que á ti te obligan , ESCENA II.
Oye, Carlos. Porque estas prenden y ligan ,
Cuando bien los ojos abras. CARLOS t ESTEBAN, en traje de no
. CARLOS.
El amigo que promete che.— Dichos.
Tu discreción me permita Por palabra ó por papel
Que la detenga. {Vate.) Ser a su amigo fiel
ESTEBAN.
SABINA. Desde una vez hasta siete , Mira que hay gente en la calle.
Oye , Esteban. Y no lo cumple, no importa ;
El principe ó el señor CARLOS.
ESTERAN.
Haréle el rostro una criba. ( Vate.) Que promete hacer favor, Arrímate por ahí.
Y en la ocasión se reporta, ESTEBAN.
LAURENCIA. Mal hace ; mas es costumbre ; Dos hombres están aqui.
¡Dueñas habernos quedado! El juez y el escribano CARLOS.
¡ Oh qué mala aslrologia ! Que os promele dar la mano,
Mas yo buscaré remedio; ¿De qué talle?
Y os da después pesadumbre,
Que quien ama y solicita , ESTEBAN.
No es del honor detrimento .
Todo cuanto quiere alcanza. Que os haga prender después , De buen talle.
SABINA. Ni es maravilla , pues es CARLOS.
Luego ¿ya Carlos te pica? Vara sutil, pluma al viento; Mas ¿ si fuese el desposado?
LAURENCIA. Que pretendiendo el que ama ESTEBAN.
Si te digo lo que siento, Escriba y diga mil cosas , ¿Quieres que le dé un paseo?
Quien bien ama , tarde olvida. Y otras tantas fabulosas CARLOS.
Mi Terdad es Feliciano , Al mismo amante la dama,
Es negocio que se usa; Ver tu buen pecho deseo.
Si me le dejase Elisa.
Que un sastre, que un oficial ESTEBAN.
Mienta, es cosa natural, Voy.
Porque con mentir se excusa ; CARLOS.
Pero que habiendo firmado Vé alerta y embozado ;
ACTO TERCERO. Una escritura algún hombre, Pon de manera la capa
En infamia de su nombre Que no te estorbe al broquel,
La niegue, no es hecho honrado ; Porque hay antuvión cruel.
Calle. Demás de que le podrán Si ven que un hombre se escapa.
Por justicia convencer. ESTEBAN.
ESCENA PRIMERA.
FELICIANO. Ya estoy en mortal postura.
FELICIANO, FISBERTO. En cosas que entra mujer CARLOS.
Mayor licencia nos dan; Camina ; que aqui te espero.
F1SBERT0. Que hasta dar un hombre el si {Vate Ettéban á Feliciano y Fisberto.)
¿Eso le dijiste? Delante de un sacerdote.
No hay quien de infame le note fisrerto. (Ap.á Feliciano.)
FELICIANO.
Ni fuerce á cumplirlo ansí. Aqui viene un caballero ;
Sí. Ya sabes que es ordinario Encubrirte bien procura.
Este medio imaginé. El no hacerse un casamiento. FELICIANO.
Con que fuera le dejé
Del casamiento y del si. FISBERTO. ¡ Oh cómo viene arrogante !
FISBERTO. Que le hayas dejado siento. FISBERTO.

¿En efeto le pediste FELICIANO.


El parece, ó es malicia,
Cuatro mil ducados mas? Dirán que soy hombre vario Espía de la justicia,
Pues ¿cómo volviste atrás Destos que vienen delante.
Y fundado eñ interés;
La palabra que le diste? Pero á lo que ves me esfuerza ESTEBAN.
FELICIANO. Querer casarme ñor fuerza , ¿Quién son?
Que es muy mal hecho. FELICIANO.
Celos de Laurencia son.
Decid vos primero
FISBERTO. FISBERTO.
Quién sois, que lo preguntáis.
Señor, en tu honor repara. No es,
ESTEBAN.
FELICIANO. Pues dejaron el concierto
En tus manos, aunque viste ¿No me ven?
Mas vale vergüenza en cara FELICIANO.
Que mancilla en corazón. Que hallado en su casa fuiste.
Despacio estáis.
FISBERTO. FELICIANO.
¿Quién sois?
No pienso que has acertado. Ya estás muy necio, Fisberto. ESTEBAN.
FELICIANO.
No ha de apretar al señor Soy un caballero.
¿Por qué? Te esa manera el criado.
266 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FELICIANO. ESCENA IV. ELISA.
Pues ¿por qué os toca saber Pues ¿á qué te deja á ti?
Quién so; o cómo me llamo? ELISA y PAULA, que salen á una ven CARLOS.
ESTEBAN. tana.— CARLOS y ESTEBAN, en la A despachar lo que lleva.
Porque lo manda mi amo. calle, embozadot. ELISA. (Ap.)
(Ap. Creo que lo eché á perder.) ELHA. *V Basta ; que le engaño, y prueba
Feliciano. (Ap. á Fisberto.) ¿Aquí dijo que vendría ■ Carlos engañarme á mi.
Justicia es esta, camina ; Carlos. (Ap.)
Que aunque son principal gente, Esteban á hablarte agora? ¡Qué lindo picón le he dado!
El que sale impertinente PAULA. Que piensa que estoy ausente.
Al mas cuerdo desatina. Esto me dijo, Señora, ELISA. (Ap.)
fisberto. . Hoy, que le hablé á mediodía. Este piensa llanamente
Cierto que es tenerla en poco, ELISA. Que su ausencia me ha picado,
Siendo de tan alto precio , Gente á nuestra puerta veo. Y véole desde aquí.
Porque es la vara en un necio Que soy tú quiero fingir. CARLOS.
Palo en ciego, espada en loco. PAULA. Ahora bien, ¿qué le diré?
{Yante Feliciano y Fitberto.) ¿No le sabré yo decir Porque mañana me iré.
Lo que tú tienes deseo ? ELISA.
ESCENA ni. ELISA. Lo que quisieres le di ;
Desvíate ; que ya llega.— Que yo sé que mi señora,
CARLOS, ESTEBAN. ¿Es Esteban? Viendo que quiere á Laurencia,
CARLOS. No solo siente su ausencia,
ESTEBAN. Y tú acaso Pero que me dijo á mi
¿Qué te parece? ¿Eres Paula? Que mañana se casaba.
CARLOS. ELISA. (Ap.) CARLOS.
¿Qué has hecho? ¡Extraño caso! ¡Fuego del cielo en Elisa !
ESTEBAN. ¡Oh cuánto amor puede y ciega! ¡ Oh qué bien dice esa prisa
En la voz he conocido Con la que á Carlos amaba!
Llegué como un paladín A Carlos.
A estos hombres, porque en fin ¡Plega al cielo que casada
CARLOS. (Ap.) Quede con tan mala estrella,
Importa mostrar buen pecho,
Y (líjeles : c Caballeros Elisa es esta; Que se haya dicho por ella
(Y por mostrarme cruel Que la voz lo manifiesta, La bella malmaridada!
Hice sonar el broquel Aunque la voz ha fingido. Plega al cielo que su esposo
Con los temidos aceros), ELISA. Sea siempre perseguido
Yo he menester esta calle, Esteban, ¿dónde ha quedado De un cobarde bien nacido
O matarlos á los dos. — Aquel tu dueño cruel? Y de un bajo poderoso !
Tomalda, Señor, por Dios, Mas ¿qué pregunto por él , Que el bien nacido cobarde
Dijo aquel de mejor talle, Si sé donde le has dejado ? Compra y busca algún traidor,
Y dejadnos ir en paz.— Estará con su Laurencia. Y el humilde con favor
Vayanse, dije, á sus casas Tú entre tanto á verme vienes. Hace mal temprano ó tarde.
Y acuéstense.» ¡Plega al cielo!...
CARLOS.
ELISA.
CARLOS. ¡Buena disculpa te tienes. Poco apoco;
El mundo abrasas. Después que sabes su ausencia! Que es mucho, señor lacayo.
¡Oh cuánto encubre un disfraz! Carlos nunca tuvo amor,
Ni aun pensamientos de amar CARLOS.
ESTEBAN.
A Laurencia. Soy Carlos, soy furia y rayo.
¿Qué es lo que habernos de hacer? Soy... ¿Qué soy? Basta ser loco.
ELISA.
CARLOS. ELISA.
Si á negar
¿No dices que has concertado Obliga tanto furor ¡Carlos! Pues ¿no estaba ausente
Hablar con Paula ? , Lo que se sabe que es cierto, Porque á Laurencia no amaba ?
ESTEBAN. Lo que se ve , ¿ qué será ? CARLOS.
He pensado CARLOS. Ausente de Elisa estaba,
Que te podrán conocer. Ya que ella casada está , Puesto que estaba presente ;
CARLOS. Y tú quieres á Fisberto, Que ausencia es como el olvido.
No harán ; que estaré escondido. ¿Para qué pueden ser buenos Ausente está el olvidado ;
Aunque mucho mejor fuera Los celos á sangre fría ? Mas tú, que me has escuchado,
Que vo ser tú me fingiera , ELISA. Dile que mi muerte ha sido,
.Y hablara á Paula atrevido. Ni ella lo está, ni aun querria, Hile que es fiera cruel ,
ESTEBAN. Ni yo á Fisberto á lo menos ; Dile que es ira del cielo,
¿No podré decirle yo Pero Carlos á Laurencia Dile que no tiene el suelo
Lo que tú le has de decir? Bien sabemos que la adora. Hoja, pluma, flor, papel
Mas ligera ni mudable.
CARLOS. CARLOS.
Dile...
No lo sabrás tú sentir. ¿Cómala adora, si agora ELISA.
¿Abrió la ventana? Emprende tan larga ausencia? Paso ; que soy yo.
ESTEBAN. ELISA.
CARLOS.
Abrió. ¡Que! No se irá. Ya el alma te conoció.
CARLOS.
CARLOS. Luna veloz, mar instable.
Apártate, como que eres ¿Cómo no, Hasta agora no tenia
Yo, que estoy allí arrimado. Si esta tarde se ha partido? Pensamiento de partirme;
ELISA. Que soy hombre, que soy firme,
ESTEBAN.
Habla como yo, embozado, ¿Carlos es ido? Y era verdad mi porfia.
CARLOS. Pero agora desde aqui
Ya que ser lo que soy quieres.
Ya es ido. Pienso salir del lugar.
(Embozante.) ELISA. Peroquiérome vengar.
¿Se partió? Oye.
CARLOS. ELISA.
Ya se partió. Lo que quieres di.
EL AUSENTE EN EL LUGAR.
cárlos. CARLOS. ¿En qué os hace agravio?
Estos tus papeles son , No hay palabra á quien las quiebra. MARQUINA.
Tus retratos y cabellos; (Vate.) En nada.
Ni yo iré con ellos, ni ellos PAULA. ELISA.
Conmigo en esta ocasión. ¡Esteban, Esteban! ¿ Aun no acabáis de buscar?
ESTEBAN. ESTEBAN. MARQUINA.
Tente, Señor. Cebra ¿Quién es?
CARLOS. Salmonada como trucha, PAULA.
¿Tú me tienes? Quinóla soy sin descarte. (Vate.) Mi señora es, ■
ESTEBAN, Que está en la ventana.
Porque te has de arrepentir; ESCENA V. ■ARQUINA.
Que no has de poder vivir. ELISA y PAULA, en la ventana. Admira
Si á hallarte sin ellos vienes. Su cuidado.
Que por lo demás, no hay cosa PAULA. PAULA.
Mas discreta que rasgallos, Fucronse. El papel mira.
Por no ver después tocallos ELISA. MARQUINA.
Una mano escrupulosa ,
Sue sin ver sus mocedades Si no supiera Vesle aquí junto á tus pies.
irá que son desatinos. Que no es esta la primera paula. (A tu ama.)
Porque siempre en los vecinos Que se queda y que se parte, ¿Rasgólos todos aqui
Se ven mas las liviandades. Perdiera el seso; mas creo Cárlos cuando se partió?
Da ese retrato al demonio ; Que no se irá del lugar.
ELISA.
No diga algún mentecato PAULA.
Si.
?ue adoras en un retrato, Tanto partir y quedar MARQUINA.
te ponga un testimonio Fué siempre de amor rodeo.
Parece el cielo nublado, Naipes solo hallo yo.
En ocasión de perderte.
cárlos. (Ap. d Estelan.) Que no acaba de llover. PAULA.
¿Tienes un papel ahí? ELISA. ¿Cómo?
Eso que pudo romper, MARQUINA.
Fingiré que los rompi.
Me ha dado, Paula , cuidado. Naipes.
ESTEBAN.
Buena industria. Llama á ese viejo, y deciende PAULA.
Con una vela á la calle, ¿Naipes?
GARLOS. Y porque ninguno halle MARQUINA.
Amor me advierte. Mi letra, el papel enciende ; Si.
ESTEBAN. Que puede ser que mi hermano
O mi padre entiendan esto. PAULA.
Si á darte otra cosa vengo
Tan buena, no has de enojarte. PAULA.
Mira no sea el retrato,
Que está en naipe.
CARLOS. Yo bajo i llamarle presto. MARQUINA.
No haré. ELISA.
ESTEBAN. La que ves,
Yo espero. La sota de bastos es.
Pues es«:ucha aparte. PAULA.
Diez ó doce naipes tengo. Jugó, perdió y dio barato.
Esperas en vano. (Vate.)
PAULA.
CARLOS.
¿Naipes? ESCENA VI. Mira que el revés será.
ESTEBAN. MARQUINA.
Son para encajar, ELISA , á la ventana. Por acá no hay otra cosa.
Si necesidad se ofrece. .[tan,
¡ Qué propioes en amor, como lo can- PAULA.
CARLOS. Ir y quedarse, y con quedar partirse ! ¡Hay industria mas graciosa ?
Muestra. ¡Oh cuántos pensamientos quieren irse, Mira si por dicha está
ESTEBAN. Queal primer paso del partirse espantan! Entre ellos algún papel.
Lástima parece. Los pies con el agravio se adelantan MARQUINA.
CARLOS. A la tierna piedad del despedirse; La guarnición está aqui
Estotros puedes guardar. — Mas sueleamoralmismoagravio asirse, Del as de espadas.
Elisa, hoy te dejo rota, Y sentarse donde ellos se levantan. PAULA.
Si amor es un colérico accidente, ¿Que ansí
Hoy rompo... No puede hacer efetos de cobarde;
ESTEBAN. (Ap. dsu IU110.) Nos burle aqueste cruel ,
Que es fuego, es ira, es furia, es rayo ar Costándonos tantos lloros?—
Y pudiera ser, ríbenle. Vuelve estas espaldas blancas.
Si fuera mala mujer, Mal huye quien de amor se abrasa y ar-
Y rompes alguna sota. [de; MARQUINA.
CARLOS. Que como amor se precia de valiente, Vuelvo.
Vuelve la' espalda á su enemigo tarde. PAULA.
Tu retrato, que es razón,
Por tigura, que del alma ¿Es papel?
Te rompe ausencia y desalma, ESCENA VII. MARQUINA.
La emprenta del corazón. Son las ancas...
Rasgo estos falsos papeles MARQUINA t PAULA, latiendo d la PAULA.
De la manera que miras, calle. —ELISA , en la ventana. ¿De quién?
Para rasgar las mentiras MARQUINA.
Que escribir y decir sueles. ■ARQUINA.
Del caballo de oros.
Kasgo amores y locuras ¿No me dejaras vestir?
Y encarecimientos vanos. • PAULA.
PAULA.
¡Ay, quién tuviera en las manos Brujulea aquestos dos.
¡ Qué bueno para la prisa
Esas tus entrañas duras! Que nos está dando Elisa ! MARQUINA.
Mas no qniero enternecerme Este el dos de copas es.
Ni quiero volver á hablarte; HA*. QUINA.
¿Qué bestia podrá sufrir PAULA.
Partirme quiero y dejarte. ¿Que no hay papel?
• ELISA. Tan extraño madrugar?
PAULA. MARQUINA.
Oye, mi bien, vuelve á verme. ¿No lo ves?
Una palabra me escucha. Si ella está ya levantada,
SC8 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
PAULA. uise, Octavio, intentar tanta locura. No hay defensa de provecho.
Notable enredo, por Dios. Casárase mejor con Cirios ella, Muchos tratan de casarse,
ELISA. Pobre en efeto, pero bien nacido, Que no llega á ejecución. . •
¿Qué es eso, Paula? Y que hoy presumo yo queadora en ella. ELISA
( PAULA. OCTAVIO. Cuando es no mas de tratarse.
Ha rompido Puestú ¿quépiensasque la causabasido No suele quedar razón
Este amador de ventaja, Para irse á Flándes? Para que puedan quejarse ;
Por vengarse, una baraja. AURELIO. Mas cosa tan receñida,
ELISA. Este casamiento Tan hecha, tan admitida
La baraja de Cupido De Feliciano debe de haber sido. De amigos y (te parientes,
billetes dicen que son. Llama á Elisa, digámosle su intento. ¿Cómo, di, Aurelio, no sientes
OCTAVIO. Que me ha de costar la vida?
PAULA. Pues bien creerás que no son
Esla tiene, en mi conciencia, ¿Estará levantada? Nacidas estas razones
De su majestad licencia. AURELIO. De tenerle yo afición.
ELISA. Sí ; que sale AURELIO.
No ha sido mala invención. Paula vestida ya de su aposento. Con verte triste me pones,
Entrate, Paula, á acostar. OCTAVIO. Elisa, en mas confusión.
PAULA. Con el espejo entró. ¿Qué puedo yo hacer en esto,
¿Cómo acostar, si amanece? AURELIO. Si este mancebo se ha puesto
ELISA. Pues entra, y dale Que En tener el dote en mas
¿Esyaeldia? La nueva del deshecho trato nuestro. tu virtud?
■ARQUINA. OCTAVIO. ELISA.
El dia, y crece. Yo voy. Bien podrás
(Yate.) Tomar un partido honesto.
ELISA. AURELIO. Dale deso que ha pedido
Ansí me pienso quedar. (Yase.) ¿Qué pena habrá que á tanta iguale: La mitad.
paula. (A Marquina.) Si a Octavio los deseos no le muestro AURELIO.
Ya no sois mas menester. Que de vengarme tengo deste agravio, No ha de querer.
Es porque estoy en elsufrillos diestro;
MARQUINA. Porque esmejorquenoperderá Octavio. Dalo todo.
Pues á componer me voy.
PAULA. ESCENA IX. AURELIO.
¿Qué tenéis que escribir hoy? ¿Tú has sabido
ELISA, OCTAVIO.- AURELIO. Lo que he perdido?
«ARQUINA. ELISA.
Nunca me falta que hacer. El perder
Un villancico á un mezquino ¿Qué dices? ¿No es hacienda?
Que no mira por su cusa, OCTAVIO.
Y corrige lo que pasa Que no te casas; AURELIO.
En casa de su vecino. Que pide otros cuatro mil Hacienda ha sido.
PAULA. Sobre los seis. ELISA.
No os prendan. elisa. (Llorando.) Pues diferente valor
MARQUINA. ¡Hombre vil! Tiene el honor.
La torre es alta. OCTAVIO. AURELIO.
Seguro estoy del papel , Elisa, ya en eso pasas Pues ¿qué honor
Pues no le prenden á él, Del ánimo varonil. Pierdes?
Que es el que tiene la falta. Qué" se te da de perder ELISA.
(Yante.) Jn hombre que mas estima Decir que me deja
El oro que tal mujer? Por algún defeto.
AURELIO. AURELIO.
Salí en usa de Aurelio. Pues, Elisa, ¿ansí me anima Es queja
Tu discreto proceder? De poca fuerza en rigor.
ESCENA VIII. ¿Llorando vienes á verme. Yo no tengo ese dinero,
Cuando tu consuelo espero? Si no vendo basta la casa
AURELIO, OCTAVIO. En que vivo.
ELISA. ELISA.
AURELIO. Si acaba de sucederme En mal tan fiero,
No me consueles, porque no es posible. Tanto mal, rigor tan fiero, La casa, la hacienda abrasa,
OCTAVIO. Que ha de acabarme y perderme, Y guarda el honor primero.
¿Es posible que tanto entendimiento ¿Qué te espanta el sentimiento? AURELIO.
No pueda hallar remedio convenible? ..Piensas que teAURELIO. ha de fallar
Tiene Octavio parte aquí.
AURELIO. Mas honrado casamiento? ELISA.
Nii.gu n remedio en mis desd ¡chas siento. ELISA. Octavio es hombre, y por mi
¡Que agora pida cuatro mil ducados, Se quedará sin hacienda.
Lleno todo el lugar del casamiento! El ver mi honor murmurar, OCTAVIO.
ÍEstos tienes por términos honrados? Señor, solamente siento. Digo que se empeñe y venda
os que miran el oro, y no la esposa, ¿Qué dirán todos de mí,
Sino que de un hombre fui Mi hacienda, Elisa, por ti.
Suelen después vivir desesperados. Por defetos despreciada ? Yo iré á buscar en la guerra
OCTAVIO. AURELIO. La muerte ó la vida. '
Pienso, Señor, quedeLaurencia hermo- ELISA.
Debe de estar prendado Feliciano, [sa No será persona honrada Hermano,
Y que esta ha sido treta cautelosa. Quien lo presuma de ti.
Déjale estar; que tiene de villano ELISA. Tuya soy, mi rostro hierra.
Algo, que por la corte se murmura. ¿Cómo no, si estando hecho, . OCTAVIO.
AURELIO. Y cerca de ejecutar. Por casar á Feliciano,
El por lo menos es hombre liviano. Queda, como ves, deshecho? Quedaré pobre en mi tierra ;
¡ Mal haya la sospecha mal segura AURELIO. Ap. Que lo que yo gano aquí
Que tuve de mi Elisa ! pues por ella 5s, que si él queda casado,
Contra el rigor popular Me queda Laurencia á mi.)
EL AUSENTE EN EL LUGAR.
AURELIO. El venir mi amor agora Aprestemos la jornada,
lúe Octavio sea soldado A traerte el desengaño? Pues queda desengañada,
'or darte remedio á ti LAURENCIA. Y yo de su engaño cierto.
!.s cosa puesta en razón ; ¿Tú desengaños á mi? Bien te dije yo mil veces
las yo ¿con qué viviré? Que era todo falsedad
FELICIANO. Que mujer trate verdad.
ELISA. Luego ¿pueden ser mayores? LAURENCIA.
'adre, a mi honor v opinión FISDERTO. ¿Qué mejor trato mereces?
Vhora remedio se dé, Laurencia, porque no ignores
?ues los importantes son; FELICIANO.
Jue vos viviréis conmigo. Que lodo ha sido por ti, Quédate, Laurencia, adiós.
Yo quiero satisfacerte.
Al RELIO'. Ya el casamiento cesó, LAURENCIA.
Miora bien, pues quieres darte Y quien ayer te ofendió, ¿Vasede veras?
A quien ha usado contigo Hoy vuelve rendido á verle. FELICIANO.
Ese término, no es parte Ya queda todo acabado ; ¡ Qué bien!
Ver que á ser pobre me obligo No tienes mas que temer. LAURENCIA.
Para no dar tu belleza LAURENCIA. ¿A Flándes?
A quien con tanta bajeza Pues ¿puédese deshacer FELICIANO.
Ha tratado tu valor, Jurado, escrito y firmado? ¿Pues no?
Y hombre en fin que puso amor,
No en ti, sino en tu riqueza. FISRERTO. SABINA.
Yo digo que soy contento De común consentimiento ¿Y también
De pasar lo que me queda Se deshizo. Fisberto?
De vida en un aposento LAURENCIA. FISBERTO.
Pobre, porque hacerse pueda, Luego ¿ya También.
Elisa, tu casamiento. Cárlos seguro podra SABINA.
Si quien comienza á vivir, Proseguir su pensamiento? ¿Los dos?
Como Octavio, esta animoso, FISBERTO. FISBERTO.
Yo, tan cerca de morir, Cirios se fué ayer ; no creo Los dos, pues que tú nos dejas.
¿Por qué he de estar temeroso, Que le verá Elisa mas.
Sino esforzarme y sufrir? SABINA.
Vé, Octavio, y di á tu cuñado LAURENCIA. ¿ No vesjque es tierra muy fria ?
Que á los seis mil, cuatro añado, ¿Cierto? FISBERTO.
Y que diez mil le daré. FELICIANO. Llevar desta se podría,
OCTAVIO. Basta; que me das Sabina, algunas pellejas.
Y'o voy. Celos por lindo rodeo. SABINA.
ELISA. Cárlos es ido, ¿qué quieres?
LAURENCIA. ■ No, sino algunas albardas.
El cielo te dé, ¿Que Cárlos sin verme es ido? LAURENCIA.
Por el remedio que has dado Quiero parecer mujer.
A mi honor, tan larga vida, FELICIANO.
Que alcances los casamientos ¿Fingirás que le has querido? FELICIANO.
De tus nietos. FISRERTO. (A Laurencia.) ¿En qué, Laurencia?
AURELIO. En dia que las mujeres LAURENCIA.
Si ofendida Pueden vengarse de quien En creer.
De los bajos pensamientos Les dió celos, no hay tratar FELICIANO.
De quien no fuiste querida, De que sabrán perdonar, Si de mi fe te acobardas,
Me pones en tal rigor, Y mas si buscarlas ven. ¿En quién la tendrás?
Que niegues será mejor Laurencia, pues Feliciano LAURENCIA.'
Que abrevie el cielo mis años. Tus celos ha satisfecho,
Vuelve su amor á tu pecho, ¿Que soy
Tú veris mis desengaños Y no le abrases en vano. Por quien has dejado á Elisa?
De los engaños de amor. Deja de decir que quieres FELICIANO.
(Vante.) A Cárlos ausente ya; Mi bien, todo es burla y risa.
Háblate, pues ves que está Esta palabra te doy
Rendido. De ser luyo hasla la muerte.
LAURENCIA. LAURENCIA.
Sala en casa de Laurencia. ¡Qué extraño eres! Diga mal della.
ESCENA X. Vayase á buscar á Elisa ; FELICIANO.
Déjeme estar en mi casa. No es justo;
LAURENCIA. FELICIANO, FISBER FELICIANO. Que es mujer. .
TO, SABINA. Da celos, castiga, abrasa, LAURENCIA.
Mátame, véngate aprisa. . Déme este gusto.
LAURENCIA. Pues ¡vive Dios que he de ser FELICIA.NO.
¿Que te atrevas desa suerte Otro Cárlos, y irme á Flándes! Pues ¿querrásme?
A entrar donde esloy? fisberto. (A Laurencia.) LAURENCIA.
FELICIANO. Habíale. Mucho.
Laurencia, LAURENCIA.
¿Quién podrá hacer resistencia . No me lo mandes. FELICIANO.
A un enemigo tan fuerte? Advierte.
FISBERTO. Digo que es necia y que es fea.
Y yo no viniera aquí ¡Qué temeraria mujer!
Si no le hubiera obligado. LAURENCIA.
Mira que está reventando No digas mas, tuya soy.
LAURENCIA. Por llorar.
¿Cómo, habiéndote casado? LAURENCIA. (Abrázame.)
FELICIANO. Descanse un poco. FISBERTO.
No me he casado por ti. FISBERTO. Y yo, ¿voyme ó no me voy?
LAURENCIA. ¿Quieres qüe se vuelva loco? SABINA.
¡Por mi! ¡Qué gracioso engaño! FELICIANO. ¿ Cómo quiere que le crea?
FELICIANO. Deja de estarla rogando;
¿Engaño llamas, Señora, No le digas mas, Fisberto; Porque te quiero.
270 COMEDIAS ESCOCIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
SABINA. Loquees palabra,quejamásla guardan, SABINA.
¿Elámi? Lo que es espada, que no ven ni ciñen, ¿Y Esteban también?
FISBERTO.
Piensan que lodo... LAURENCIA.
Pnes ¿no ves que estoy mortal? LAURENCIA. También.
SABINA. . . Ya lo entiendo lodo. CÁItLOS.
Dígame de Paula mal. Yaséqueesley entrehomhres la palabra.
Ya sé que con espadas se delienden. Dios te guarde.
FISBERTO. Vete con Dios y cásate. LAURENCIA.
¿Queríame? Carlos mió,
FELICIANO.
SABINA.
Pues oye. ¿No eras partido?
igo que si. CARLOS.
LAURENCIA.
FISBERTO.
Oigo que es un estropajo. ¿Quélengoyaqueoir? Veteen buenhora; Fingí
Que te aguarda la novia , y se resfria. Partirme ; ya te nditili
SABINA. De mi loco desvario.
FELICIANO.
Y yo que soy tuya. Si pudiera excusarlo, sabe el cielo Pero agora lo estoy mas,
FISBERTO. Que túfueras mi dueño.—Vén, Octavio. Porque se ba desconcertado
Tente ; El casamiento tratado,
Que siento en la sala gente. octavio. (Ap.) De que albricias me darás
Mia serás, Laurencia, aunque te pese. Por Feliciano, y yo á tí
SABINA.
Bien dices, hablemos bajo. (Yante Feliciano y Octavio.) Por Elisa.
FISBERTO. • LAURENCIA.

ESCENA XI. Sabina, ya tú sabes que danzamos De tu engaño


Los criados al son de nuestros dueños. Viene á resultar mi daño;
OCTAVIO.— Dichos. ElvuelveáElisa.yyomevuélvoáPaula; Que agora se van de aqui
Dios sabe que me pesa. Feliciano y su cuñado,
OCTAVIO. SABINA. Tan vueltos á concertar,
Un paje luyo que en la calle espera Yo lo creo. Que esta noche ha de quedar...
Me dijo, Feliciano, queaqui estabas, ¡Maldiga Dios la loca que se arroja CARLOS.
Y con licencia de Laurencia, quiero A quereros, bellacos, socarrones! No me lo digas.
Hablarle dos palabras. FISBERTO. LAURENCIA.
LAURENCIA. Tienes razón ; pero por vida mia. Casado.
Como sean Que os sabéis desquitar famosamente CARLOS.
En mi presencia, yo la doy, -Octavio. El dia que tenéis la vuestra en fren le.
OCTAVIO. (Vate.) Pues ¿ danle lo que pedia?
LAURENCIA.
Poco importa, Laurencia, que las sepas. ESCENA XII. Es rico: en nada reparan.
FELICIANO.
LAURENCIA, SABINA. CARLOS.
Frosigue, Octavio, y ili loquemequieres.
Hoy mis esperanzas paran,
OCTAVIO.
SABINA. Si alguna en mi amor tenia.
Firmados los conciertos y escrituras Feas habernos quedado. Hasta perderse una cosa,
Del casamiento de mi Elisa y tuyo, Parece que da dolor;
Pediste nuevamente, Feliciano, LAURENCIA.
Pero perdida, es menor,
Que á los seis mi) ducados se añadiesen Perdiendo el juicio estoy, Porque ya el alma reposa.
Otros cuatro: mi padre, alborotado, Pues que tal venganza doy No quiero hacer desatinos,
Se enojó de aquel término; mas viendo Después de haberme vengado. No quiero decir tampoco
Lo que pierdeen perderte, y loquegana ¡Qué mal acuerdo tomé! Despechos de amante loco,
En ganarte, ba hecho cuenta con su ha ¡Oh quién esto adivinara, Y de un hombre honrado imitaos.
cienda, Y á Feliciano le hablara Pues Elisa se consuela,
Y halla que puede darte lo que pides, Como al principio le hablé! Quiérome yo consolar.
Ayudándose un poco de la mia. Somos mujeres, no hay duda ;
La que mas piensa qué sabe, LAURENCIA.
Por mi te ofrece los diez mil ducados,
Y para aquesta noche tiene juntos Tiene el corazón sin llave Y yo aprender á callar,
A todos sus amigos y parientes. Y toda el alma desnuda.' Carlos, de tan buena escuela.
Vente conmigo, y bésale las manos; Pero sobre todo siento Si te consuelas de Elisa,
Que ya queda la novia componiéndose, Que Carlos se haya partido; De Feliciano lo estoy.
Y toda nuestra casa alborotada. Que piensoque hubiera sido CARLOS.
FELICIANO.
Contracifra de su intento. Sus firmas al viento doy
¿Qué dices desto? ¡ Oh cómo soy desdichada! Con mucho contento y risa.
Sin remedio estoy; ¿qué haré? Ya sus papeles cancelo,
LAURENCIA.
SABINA. Sus obligaciones rasgo.
¿Yo? Pues ¿á qué efe to ¿Que Carlos en fin se fué
Me pides parecer? LAURENCIA.
Para tan larga jomada? Basta ; que este amor es trasgo.
FELICIANO.
También yo pierdo con él Ya es de fuego, ya es de hielo,
Laurencia hermosa, Mi poquito de venganza.
Estas son cosasdehonra,ydetal suerte, Ya eslá aqui, ya no está aqui,
Que si dijese no, no pongas duda LAURENCIA. Ya asoma por otra parte.
De que nuestros linajes se perdiesen, Ya no me queda esperanza Carlos, si yo quiero amarte,
Y que en mi vida... De poder tomarla del. ¿Querrás tú quererme á mi?
CARLOS.
LAURENCIA.
ESCENA XIII. Eso rogarte querría,
Paso, no prosigas.
¿Quieresdecirquepordiez mil ducados Y que esta noche embozados
CARLOS, ESTEBAN.— Dicius. Vamos á ver los casados.
No dejarás á Elisa?
LAURENCIA.
FELICIANO. Carlos. (Ap. á tu criado.)
Pues ¿tú piensas Laurencia nos dirá bien ¿Qué mayor venganza mia?
Que me mueve interés? Cómo ha sido el desconcierto. Yo me pondré de disfraz.
LAURENCIA. CARLOS.
SABINA.
¿Y no está claro? ¿Es Carlos? Yo iré á tu lado también.
FELICIANO. LAURENCIA. sabina. (A Estiban.)
Laurencia,las mujeres,que no entienden Carlos es, cierlo. Y él ¿quiere quererme bien ?
EL AUSENTE EN EL LUGAR. 271
ESTEBAN. UN MÚSICO. | CARLOS.
Es un trasgo esle rapaz. Es la letra de Marquina. I Bizarra la novia está.
Ya conserva lo que topa. No sé si os ha de agradar. LAURENCIA.
Ya pone en mortal destierro. MARQUINA. ¿Tú no ves que me das celos t
Ya da con mano de hierro, Puédela el Sofi cantar. CARLOS.
Ya da con mano de estopa. OCTAVIO. No han hecho cosa los cielos
Pero rogarte querría ¿Qué verso? • • Que iguale contigo ya.
Que me tuvieses amor. MARQUINA. ESTERAN.
SABINA. Cientopesina.
(Ap. Hoy me vengo de un traidor.) ¿No ves á Paula gallarda?
AURELIO. SABINA.
Tuja soy. No la cantéis ; que no habrá
ESTEBAN. ¿Quiéresme dar pesadumbre?
Noche en que pueda caber.
¿Que lú eres mia? CARLOS.
MARQUINA.
CARLOS.
Hachas podéis encender. ¿Qué aguardan?
Yo, Laurencia, estoy cansado LAURENCIA.
De sufrir competidores, Lo que es costumbre.
De ver amigos traidores ESCENA XV.
A la bendición se aguarda.
A mi mesa y á mi lado. UN PAJE. — Dicnos; después, FELI CARLOS.
Todo es envidia y mentira, Esteban... (Ap. i él.)
Todo es tratar con engaño, CIANO , FISBERTO y gente.
ESTEBAN.
Quien mas puede hace mas daño :
Dichoso el que se retira. paje. Señor...
Contigo lo quiero estar. Aqui Feliciano está. CARLOS.
LAURENCIA. AURELIO. Por Dios,
Y yo ser tuya, mi bien. ¿Viene acompañado? Que de mirarla me muero.
CARLOS. PAJE. ESTEBAN.
Pues yo soy tuyo también. Viene Tente firme.
LAURENCIA. Con sus deudos. CARLOS.
La mano quiero obligar. AURELIO. Considero
Entre pues. Qué gloria tendrán los dos. «
CARLOS.
Vén conmigo. (Llégase el paje á la puerta, y salen Fe ESTEBAN.
LAURENCIA. liciano, Fisberto y gente. ¿Qué gloria podrán tener.
Voy contigo. FELICIANO. Que á dos días no sea inlierno?
{Vanse los dos.) Dame, Señor, esos pies. CARLOS.
ESTEBAN. AURELIO. Yo le tomara, y eterno,
Sabina, yo estoy cansado Mi pecho estos brazos tiene. Al lado de tal mujer.
De ser paje mesurado OCTAVIO. ESTEBAN.
Del señor hijo podrigo. Aqui están también los mios. ¿Cuál dices?
Yo me quiero retirar, FELICIANO. CARLOS.
Dame esa mano. El de casado.
SABINA.
¡Oh hermano!
OCTAVIO. ESTEBAN.
Soy luya. ¿Que no el de fuego?
Hablad vuestra esposa.
ESTEBAN.
FELICIANO. CARLOS.
Para que esto se concluya Eso no,
Y nos podamos casar. Dad licencia, Elisa hermosa,
Vén conmigo á ver á Paula. A que os diga desvario» ; Aunque aquí le tengo yo
Que á los desposados dan En mis entrañas cifrado.
SABINA.
Licencia para ser necios. ESTEBAN.
¿A quién te parezco? Di. ELISA. Considera una mujer
ESTEBAN. A tu lado al acostar,
Hoy queréis ganar dos precios,
AOrlana. ¿Yyoáti? De discreto y de galán. A tu lado al levantar,
SABINA. AURELIO. Y al mismo, lado al comer ;
Al mismo Amadisde Caula. Sentaos, por mi vida, aquí Luego otra noche á tu lado,
(Vanse.) Hasta que venga Lisardo. Si el pié alargas, mujer topa,
Si quieres tirar la ropa ,
OCTAVIO. Mujer te gana el cuidado;
Aqueste lugar os guardo. Si echas un brazo, mujer;
Sala en casa de Aurelio. Vos solo estáis bien aqui. Si miras, á mujer miras.
FELICIANO. En mujer das si respiras,
ESCENA XIV. Besóos mil veces las manos; Y aun te sabrá responder.
AURELIO, OCTAVIO, ELISA, muy ga- Que como hermano me honráis. Considérala también
■ ¡larda, de novia; MARQUINA, mú ¿Por qué, Señora, calláis? Con dos mil imperfecciones,
ELISA.
Que no caben en razones
sicos, CRIADOS. Ñi en boca de hombre de bien ;
La lengua espera alas manos ; Y verás que esta Diana,
AURELIO. En tomándolas diré
Llegad las sillas.—Tú, querida Elisa, Que hoy como el sol maravilla,
Lo que siento, y antes no. Por cualquiera fregoncilla
Ocupa esta almohada. Querrás trocarla mañana.
(Siéntanse.) ESCENA XVI.
OCTAVIO.
Ya pareces CARLOS, LAURENCIA, SABINA t ES ESCENA XVII.
Novia en estar turbada y vergonzosa. TEBAN ; ellas con capotillos y som LISARDO.— Dichos.
AURELIO. breros , y ellos embolados.—Dichos.
De la virtud es hija la vergüenza. LISARDO.
MARQUINA. [lio' carlos. (A Esteban.) Gocéis los novios mil años,
Quien no tiene vergüenza, ¿québientie- Embózate como yo. Mi querido hermano Aurelio,
AURELIO. LAURENCIA. Y ellos os gocen á vos
¡A qué buen tiempo llegué! Con daros hermosos nietos.
Cantad alguna letra mientras viene.
279 COMEDIAS ESCOGrDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Aurelio. ¿Tú has osado entrar aqui? Y el término deste hidalgo.
¡Oh Lisardo ! ¿ viene ya ESTEBAN.
El señor dotor? FELICIANO.
Aquel principe encubierto Señora...
LISARDO. De pluma y cintillo de oro ELISA.
Ya entiendo Es Carlos. Calla , grosero.
gue se quedaba aprestando : ELISA.
evantaros podéis luego; AURELIO.
¿Quién dices? Hija, mira lo que pierdes.
Que do tardará un instante. ESTEBAN.
, (Todos en pié.) ¡Bueno! ELISA.
FELICIANO. ELISA.
Señor, si este hidalgo pierdo,
Mil años se hace el momento ¿Cuál Carlos? Tú ganas diez mil ducados.
De tocar tu hermosa mano. ESTEBAN. AURELIO.
Bella Elisa. ¿Cuál? Carlos Quinto, ¿Cómo?
CARLOS. Aunque mas quisiera el sexto. ELISA.
(Ap. ¡Oh fieros celos!) ELISA. Porque esposo tengo
¿No sabrás tú hacer, Esteban, (Ap. á ti.) Dile que de aqui se vaya , Que sin dineros me quiere.
Aqui agora algún enredo Dile que se salga luego. OCTAVIO.
Con que no puedan casarse? ¿Adonde está?
ESTEBAN. (Ap.)
ESTEBAN. ELISA.
¿Cómo enredo? Resolvióse. ( Yase i su amo.)
CARLOS. Yo le veo.
CARLOS. AURELIO.
Un fingimiento. ¿Qué hay, Esteban?
ESTEBAN.
i Es acaso el embozado ?
ESTEBAN.
Ea, que todo está hecho. ELISA.
¿Son á propósito aquí Desembózaos, caballero.
CARLOS.
Unas cuchilladas?
Besarte quiero en la cara. CARLOS.
CARLOS.
ESTEBAN.
Carlos soy.
¡Bueno! Ten á las barbas respeto, ELISA.
ESTEBAN. Si no quieres que los dos ¿Quiéresme?
¿Con quién tengo de reñir? Parezcamos en el beso, CARLOS.
CARLOS. Tú á Ganasa y yo á Tristulo. Si.
Conmigo. CARLOS. ELISA.
ESTEBAN. ¿Qué es lo que dice en efeto? La mano.
¿No eres mas necio? . CARLOS.
ESTEBAN.
Pondránnos estos en paz, El alma y el pecho.
Vendrán dos grifos de aquestos Que te vayas y no pares
LAURENCIA.
Que llaman campo una sala Diez leguas deste aposento.
¿Para aquesto me trujiste,
Y desafio un teneos, . CARLOS.
Carlos?
Llevaránnos á la cárcel, Mal te hagan mis desdichas.
CARLOS.
Haránnos tanto proceso, ESTEBAN.
Cumplo lo que debo.
Y entre tanto los dos novios Siempre esas albricias medro. FELICIANO.
Cenarán diez huevos frescos, AURELIO.
Dormirán en seis colchones, ¿Es Laurencia?
Para que quede entendido,
Y nosotros al sereno. Antes, hijos, que os casemos, LAURENCIA.

CARLOS. Que esta es vuestra voluntad, Soy Laurencia.


Pues llega, y dilc : «Señora , El si de los dos espero. FELICIANO.
Aqui está Carlos. » ¿Queréis, Feliciano, á Elisa? Mas venido al mejor tiempo
ESTEBAN. FELICIANO. Del mundo. Dame esa mano.
Si puedo Si, Señor. LAURENCIA.
Yo llegaré por detrás ; AURELIO. Tengo dueño.
Ten tú cuenta, como herrero, ¿Es cierto? FELICIANO.
Que mientras los fuelles soy, FELICIANO. ¿Cómo dueño?
Pongas en la fragua el hierro. Cierto. LAURENCIA.
AURELIO. AURELIO. ¿Quiéresme, Octavio?
Aqui pudieran tomarse ¿Vos, Elisa, á Feliciano? OCTAVIO.
Las manos ; que después desto, ELISA. ¿Pues no?
Viniera lo que esperamos, No, Señor. FISBERTO.
Y fuéranse nuestros deudos. AURELIO. ¡ Bueno quedas !
LISARDO. ¿Qué dices? FELICIANO.
Muy bien dice Aurelio. ELISA. Bueno quedo.
ESTEBAN.
Esto. SABINA.
Elisa, (Ap.iella.) AURELIO. Luego ¿yo seré de Esteban ?
Elisa, ¿qué digo? Pues ¿ cómo públicamente ESTEBAN.
ELISA. Dices que no? Mejor es que de Fisberto,
¡ Ay cielos ! ELISA. Porque soy de Paula yo.
T.STÉBAN. Porque puedo. AURELIO.
Quedo. ¿Si le quiero no preguntas? ¡Qué valor!
ELISA. Pues digo que no le quiero; FISBERTO.
¿Quiénes? Que hombre que en dinero mira,
Y que se vendió por precio, Famoso hecho.
ESTEBAN.
¿No lo ves? Mas parece bestia que hombre, FELICIANO.
Y bestia ¿para qué es bueno? Ahora bien ; seré padrino,
ELISA.
¿Quién? En seis mil ducados era Ya que otra cosa no llevo.
ESTEBAN.
Del casamiento el concierto; CARLOS.
Pidió otros cuatro, v si dije El Ausente en el lugar
Eslebanico. Que se los diese Aurelio, Se queda en él, y contento
ELISA. fué porque públicamente Da Un, y os pide perdón
¡Oh perro! Supiesen lo que merezco, De sus faltas y sus celos.
LA NINA DE PLATA.
PERSONAS.
DOROTEA , la Niña de Plata. DON JUAN. FÉLIX , hermano de Dorotea. Moros.
TEODORA, lia suya. CHACÓN, lacayo. MARCELA, dama. Criados.
DON ENRIQUE, infante. ZULEMA. LEONELO. Gemte.
EL MAESTRE DE SANTIAGO ALÍ. UN ESCUDERO. Músicos.
DON ARIAS. EL VEINTICUATRO , pa UNA ESCLAVA. Acompañamiento
EL REY DON PEDRO. dre de don Juan. UN PAJE.

La escena es eu Sevilla.

DOROTEA. De sus armas , de su brio,


ACTO PRIMERO. Yo te confieso que yo De su regalo y riqueza ,
Soy aficionada á Enrique. Todo se acaba y remata
TEODORA.
Con que la Niña de Plata
Calle. Es cifra de su grandeza.
¿Quién hay que á tanto valor
Su pensamiento, su amor DON ENRIQUE.
ESCENA PRIMERA.
Y su esperanza no aplique? Oí de su discreción
DOROTEA t TEODORA , en un balcón. Y gentileza en Castilla.
ESCENA II. MAESTRE.
TEODORA.
Acompañamiento , EL INFANTE DON No hay mas qué ver en Sevilla.
Por aquí dicen que pasa ENRIQUE v EL MAESTRE DE SAN DON ENRIQUE.
El infante don Enrique.
DOROTEA.
TIAGO, de camino; DON JUAN, gen Los dos , Maestre , al balcón
te. — Dichas. Hagamos lo que es tan justo;
Pues bien es que signiiique Que cuando de aquesta dama
Tanto placer nuestra casa. maestre. (A don Enrique.) No lo mandara la fama ,
Haz , por tu vida , colgar ¿Qué os parece la ciudad? Lo hiciera por vuestro gusto.
Aquel tapete de seda ; Teodora. (A Dorotea.)
Que aunque es tan pobre, y no pueda DON ENRIQUE.
Unaotava maravilla; Haz reverencia al Infante.
Las riquezas igualar
DOROTEA.
De tanto noble vecino , Pero con decir Sevilla
Mostrará nuestra afición. Se dice todo. Guarde Dios á vuestra alteza.
teodora. (A una esclava que está dentro MAESTRE. DON ENRIQUE.
de la casa.) Es verdad. En viendo tanta belleza,
Cuelga , Inés , este balcón. DON ENRIQUE. No hay que pasar adelante.
— Pero ya dicen que vino. ¿Cómo esta calle se llama? MAESTRE.
Gran música y alegría MAESTRE. No os detengáis ; que después
Suena en la Puerta Real. » De las Armas. Habrá mejor ocasión ;
DOROTEA. DON ENRIQUE. Que aguarda el Rey, y es razón
¿Vendrá el Rey? Con razón ; Ir á besarle los pies.
TEODORA. Mas pienso que de amor son, (Vanse el Infante, el Maestre, acompa
Con tanta bizarra dama ; ñamiento y gente.)
Llévanse mal.
Y son las mas peligrosas,
DOROTEA.
Si esta calle es de sus armas ; ESCENA III.
Pues no le aconsejaría Que mas que á cien hombres de armas
Que en Sevilla se quedase; Temo unas manos hermosas. DOROTEA i TEODORA , en el balcón;
Que es don Pedro muy severo. ¿Quién es la de aquel balcón? DONJUÁN, en la calle.
TEODORA. MAESTRE.
DON JUAN.
Enrique es gran caballero , Una dama cuya fama
Y puede ser que envidiase Décima musa la llama , Sirena debéis de ser,
El Rey la mucha afición Por ingenio y discreción ; Bellísima Dorotea ,
Que le muestran cada día Cuarta gracia , por tener Pues donde hay tanto que vea ,
Castilla y Andalucía. Tantas , que á las tres la añaden , A un rey hacéis detener.
DOROTEA. Por que no se persuaden Ya no se puede pasar
Que otra mayor puede haber ; La calle en que lo habéis sido,
Rigurosa condición Sin ir atado el sentido
Tiene el rey don Pedro, tia. Cleopatra por gentileza
Y Venus por hermosura , Del oir y del mirar ,
TEODORA.
Porque competir procura Al árbol de la prudencia ,
No fuera tan riguroso, Con su talle y su belleza. Como Ulises le llevó.
A no vivir sospechoso ; En ella en fin se retrata DOROTEA.
Pero crece cada dia Una imagen del deseo. Cuando hubiera sido yo
El temor de sus hermanos. ¿'Qué sirve tanto rodeo? Sirena de la presencia
DOROTEA. Esta es la Niña de Plata De un rey de tanto valor.
Como no son de su madre , Que habréis oido en Castilla, Resultaba en vuestra gloria ,
Sino de solo su padre, Porque tanta perfecion Don Juan, pues que mi Vitoria
Pareceránle tiranos Es monstruo y admiración Hace la vuestra mayor;
De las honras que les dio Y grandeza de Sevilla. Porque quien tanto'riiidió
Y los estados que tienen. Cuando tratan de su rio , A quien rinde á quien decis,
TEODORA. De su alcázar eminente , Mas merece, si advertís
Ya me parece que vienen. De sus calles, de su puente, Que él es mío , y vuestra yo.
L-i. 18
874 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DON JUAN. DQN JUAN.
ESCENA IV.
Con licencia de Teodora, Que está
Os querría responder. CHACÓN.— DON JUAN. Muy tierna y enamorada ;
TEODORA. Que siempre me ha de querer,
Harto quisiera poner cn^cON. Aunque la venga á tener,
Fin á este amor desde agora , ¡Qué bravamente ha lucido Como casada, olvidada.
Si no viera tan perdida Manto y sombrero andaluz ! Mas como su entendimiento
Y tan loca á Dorotea ; Locos van los castellanos, Es tan notable, Chacón ,
No porque la culpa sea Sevilla , en ver tu grandeza ; Creo que estas cosas son
De vuestro amor merecida , Blanco ha sido tu belleza Un discreto cumplimiento.
Mas por ver que no ha querido De mil pensamientos vanos , Cortesanos han venido ,
Vuestro padre el Veinticuatro , Cual suele nuevo zaguán Dorotea es celebrada ,
Rogado una vez y cuatro Verse escrito de carbón. Hoy, hermosa y despejada,
De quien sabéis que lo ba sido , DONJUÁN. Contra mis celos ba sido
Que os caséis con mi sobrina ; En tales días, Chacón , Retrato de su balcón :
Pues no habiendo de ser vuestra , ¿Los amos solos se van ? Todos la vieron, y hablaron
La misma razón os muestra, CHACÓN.
Con los ojos , y enviaron
Por mas que amor desatina , Recados al corazón.
Lo que pierde nuestra casa Perdona ; que me cegó Principios son de olvidar
Honor y reputación. El concurso de la gente , Dejarse en público ver;
Y un forastero valiente Que esconderse una mujer
DO.\' JUAN. Que echando juncia llegó.
Su avarienta condición „ Es alta señal de amar.
Con el cual palabras tuve No dudes , los castellanos
Como sabéis , no me casa , De rumbo y temeridad ,
Por ser pobre Dorotea ; Por la fama han de servilla.
Entre cuya tempestad
Y preténdeme casar Cerca de asentarle estuve CHACÓN.
Donde me venga á comprar Dos mojadas de antuvión ; Mil damas tiene Sevilla ,
Con oro una necia y fea. Mas llegó la cofradía Que á tus pensamientos vanos
Mas yo , que en el corazón De la sangre , y de la mia Pondrán entonces remedio.
Tengo una mina de plata Templaron la tentación. Dos mil veces te he rogado
Que me enriquece y me mala , Ahogóse finalmente Que dejes este cuidado
Si las del alma lo son , La cólera en tinto y blanco; Y que pongas tierra en medio.
Estoy tan determinado, Que anduvo medroso y franco Amas una cosa que es
Que antes de un mes ha de ser Conmigo y la demás gente. Espíritu , entendimiento,
Dorotea mi mujer, Decia bien un mohíno. Eco, acento, pensamiento,
Con el dote mas honrado Que estas pendencias habladas Serafin , donde no hay pies ;
Que llevan las que lo son , Eran castañas asadas, Oro sutil, si de Tíbar ,
Que es virtud y entendimiento ; Que todas paran en vino. Un junco , mimbre ó taray, '
Que esto que perder consiento DON JUAN. Un aljófar, un cambray,
De vuestro honor y opinión , Un alfeñique , un almíbar,
Es á cuenta de la mu ; ¡ Quién estuviera de humor
Para oir tus valentías! Un extremo en filigrana,
Y no hay en qué reparar, Un dije , un hilo de pita ,
Pues se viene á restaurar CHACÓN.
Y un familiar que te incita
De mi casamiento el dia. ¿Qué tenemos? En un confite de mana ;
TEODORA. DON JUAN. Finalmente, una mujer
De vuestra parte , don Juan , Estos dias Que llamó, por engreilla ,
' No hay mas que pida el deseo. Anda como loco amor. Niña de Plata Sevilla ,
Eso y mucho mas os creo ; CHACÓN.
Semanas debe de haber.
Que de vuestra parte están ¡Cuerpo de tal ! Si quisieras
La inclinación y el amor; Como demonio dirás; tifia mujer para todo ,
Porque el dia que se suelta , Para polvo y para lodo ,
Pero de un avaro viejo , No hay libertad tan resuella,
La codicia y el consejo , Para burlas , para veras ,
Mas de hacienda que de honor. Que no se le rinda mas. Destas de rúa y camino ,
Con esto me voy de aquí ; ¿ Han venido aquestos celos Sin melindre, sin milagro,
No quiero que nadie vea De Castilla , por ventura? Que tienen su gordo y magro,
Que si habláis con Dorotea, DON JUAN. Como pemil de tocino ;
Pasa delante de mi. ( Yate.) Bien pudiera la hermosura, Mujeres que duran mas
DOROTEA.
Admiración de los cielos , Que un zapato de baqueta,
Don Juan , bien dice mi tia. Dárselos al mismo sol. No vieras en esta seta
Ya que vuestro padre os casa , No son celos, es desden. Tus pensamientosjamás; *
No es justo que en esta casa , CHACÓN. Que mejores son mostrencos.
Aunque es mas vuestra que mia , Luego ¿no te quieren bien? Mas ya que desto te incitas ,
Tan públicamente habléis. Melindre, á fe de español. ;, No ñas visto en unas cajitas
Lo que es el recato os ruego : Pero sangraste en salud. Unos bol i tos flamencos?
Al Alcázar vamos luego , Pues asi imagino yo
DON JUAN.
Y allá , mi bien , me veréis ; Esas damas delicadas :
Por abundancia de gusto Son buenas para miradas.
Que yo haciéndole á mi honor No me quejo ; que no es justo; Mas para jugadas no.
La salva , pues es tan justo , Mas traigo justa inquietud ¡Buen bolazo, que es mollina.
Os quiero bien por mi gusto , De que mude Dorotea Pesia tal ! y estese en pié,
Y os tendré perpetuo amor. De intento en esta ocasión , Aunque un manchego le dé
Que os caséis , que no os caséis , Pues mi padre sin razón Con una bola de encina.
Que me olvidéis ó queráis, Le niega lo que desea,
•Que aqui os estéis ó que os vais , Porque en esto ha respondido DON JUAN.
Me escribáis ó me olvidéis ; Que es pobre, aunque muy honrada. ¡Ah, Chacón! ya fué mi suerte.
Que si no sois mi marido , Y aunque se muestra obligada Si mi padre, por dinero,
No ha nacido de quien sea A I amor que la he tenido , No quisiere lo que quiero.
En el mundo Dorotea. Temo que viendo que ya Ten por segura mi muerte.
Vuestra soy y vuestra be sido. ( Vate. ) No es posible el casamiento , Niña de Plata ha de ser
DON JUAN. Ha de mudar pensamiento. De mis ojos, esto es cierto.
Señora , mi bien , mi luz. . . CHACÓN. CHACÓN.
—Fuese el sol ; su noche he sido. Pues ¿qué responde? A Dios ruegas por ser tuerto.
LA NIÑA DE PLATA. 275
DON JDAX. j Principio y fin, como precioso anillo, No por eso llegó donde podía ,
¿Cómo'? I Doña Sol de Guzman dijo su esfera: Porque un órgano mismo, menos diestro
CHACÓN. De tela de oro y de diamantes era. Le tañe un sacristán que un gran maes
¿No lo echas de ver? La de lo verde (y con razón se atreve tro.
Si esa nina que te mata, A lo verde su rostro) es por quien vela No aboga el que jamás vio las escuelas
Quieres que en tu vista asista, Desnudo amor entre su blanca nieve. Como aquel que inventó los textos mis-
t '.uando uno no tiene vista , MAESTRE. Ni cura la mujer ó el sacamuelas [mos,
Se pone niñas de plata. Su nombre di. Que á Hipócrates no vio los aforismos.
DON ARIAS. DON ARIAS. ■
DON JUAN.
Vén al Alcázar conmigo ; Doña Casilda Vela. Señor, injustamente te desvelas.
Que allá me dice que va. De grande ingenio y de estatura breve, No iguala Dorotea los abismos [racio;
Vestida de color flor de canela , Del arte de escribir, no á Homero, á Ho-
CHACÓN.
Estaba en un balcón doña Teodora Escribe á uso de corte y de palacio. —
Colgado y vistoso está. Enríquez: no era sol; maseraaurora. Pero entre algunas que á mirar las salas
Voy al Alcázar contigo. Doña Ana Téllez carmesí vestia , Del Alcázar vinieron , serafines
DON JOAN. Y nácar doña Juana de Arellano ; Desta ciudad , aunque les faltan alas,
Pues quedo , y no te alborotes , Raso color de mar doña María La Niña está, Señor, en sus jardines.
Y aquella sierpe la riña. Núñez , y doña Laura Altamirano
CHACÓN. De turquí ; celestial , doña Mencía ESCENA VI.
¡ Oh ! válate Dios por niña ! De Rojas, cifra del tesoro humano ; DOROTEA y TEODORA, con mantos,
¡Quién la diera veinte azotes ! Doña Luisa Cerón morado y palmas ,
Cera que alumbra á amor y arde en las UN ESCUDERO.— Dichos.
(Vanse.)
[almas ;
DON ENRIQUE. .
Doña Leonor Cabrera de leonado,
Y doña Inés de Zúñiga y Fonseca ¡Oh blanca Niña, queentunieve igualas
Jardín del Alcázar. Azares, azucenas y jazmines,
De plata sobre raso naranjado ,
Que al fruto del azar las flores trueca; Y el carmesí de la color hermosa
ESCENA V. A la pura vergüenza de la rosa !
Doña Francisca de Padilla y Prado,
DON ENRIQUE, EL MAESTRE, DON Vestida de tabl de rosa seca- Tu fama me robó desde Castilla
ARIAS. Mas va la vista en un balcón retrata La memoria, y aquí me roba el alma.
La niña celestial, Niña de Plata. DOROTEA.
DON ENRIQUE. DON ENRIQUE. ¿Eso causa á su alteza maravilla?
Ninguno lo sabrá como don Arias. El Maestre se rie , y por mi vida DON ENRIQUE.
MAESTRE. Que no sé yo por qué. Allá me hirió y aquí metiene en calma.
Es caballero noble de Sevilla. MAESTRE. DOROTEA.
DON ARIAS. Malicia es esa, Famosa es la Giralda de Sevilla ,
Aunque sus maravillas sean tan varias, Que aunque la celebráis, estáis sin vida. La del escudo, el cáliz y la palma :
Esa fuera mas alta maravilla. DON ENRIQUE. Por la fama pudiera y la grandeza
Las regiones remotas y contrarias, Que reparéis en que la vi me pesa. Su alteza enamorarse de su alteza.
El mar innavegable, cuya orilla Alabástesla vos de entretenida , ' DON ENRIQUE.
Jamás áncora vio ue nave nuestra , Y de que hasta la envidia la confiesa Volved: ¿no pasáis de aquí?
De sus grandezas el aplauso muestra. Por única entre damas de Sevilla , DOROTEA.
HAESTRE. Décima musa .octava maravilla. Antes me quiero volver,
No os pide Enrique que digáis las cosas DON ARIAS. Porque si yo vengo á ver,
Que en muchos libros no cupieran; pide Cuandoel Maestrearan Señor.la alabe, Ya no hay mas de lo que vi. , •
Que le digáis quién fueron las hermosas Puede con gran razón ; que Dorotea DON ENRIQUE.
Damas con quien el sol sus rayos mide. Es la sibila de Sevilla , y sabe Pues ¿qué es lo que á ver venistes?
DON ARIAS. Cómo ha de parecemos que lo sea.
DOROTEA.
Lasque hoy vistas devos fuerondichosas, Sabe las burlas y el estilo grave ;
Con quien el cielo términos divide Llamáronla de plata porque crea Las riquezas de allá arriba ,
Y la jurisdicion de nuestras vidas , Quien oyere este nombre, que retrata Y aquí el jardín que cultiva
Son estas, aunque en cifra referidas : Una pieza bellísima de plata. De esmeraldas y amatisles
Es la de blanco y plata doña Elena , Canta y compone éVi puntodiestramente El cielo con mil primores,
PorquienllorarsegundaTroyaaguardo, A cinco voces. Y en vos hizo todo fin. »
Eue con vestido blanco, de morena DON ENRIQUE. DON ENRIQUE.
e precia. ¿Y no á dos? ¿Cómo?
DON ENRIQUE. DOROTEA.
DON ARIAS.
¿Qué apellido? No, cierto. En el talle el jardín,
DON ARIAS. Pinta como el mas célebre y valiente, Y en el ingenio las flores.
El de Fajardo. Danza con gala y con igual concierto, DON ENRIQUE.
Aquella en su hermosura Madalena, Escribe versos con tal gracia... ¿Hay tal niña? Hay tal tesoro?
Mas que en su penitencia, deoroy pardo, MAESTRE. Muy necio fué quien os trata ,
Era Ramírez. Tente; Nina, por Niña de Plata.
DON ENRIQUE. Que cuando en esta diferencia advierto, DOROTEA.
Fuéralo si al cuello Que los escribe una mujer y un loco , ¿Porqué?
Desatara las trenzas del cabello. El arte de escribirlos tengo en poco. DON ENRIQUE.

DON ARIAS.
DON ENRIQUE. Porque sois de oro»
Doña Ángela de Vargas, de azul y oro, Maestre, esto de hablar en consonancia DOROTEA.
Tanto parece á Angélica la Relia , Y juntar de los versos la armonía , Antes anduvo discreto ;
Que aunque no conocemos el Medoro , No es la sentencia, el arte y la elegancia Que á haberme de oro llamado,
Mil Orlandos furiosos hay por ella. Con que se adorna y viste la poesía. Naciera en siglo dorado ,
La de lo negro con real decoro , Muchos la escribirán con ignorancia, Y fuera vieja en efeto.
Queera en escura noche blanca estrella, Padeciendo las musas tiranía ; [ñas, De plata fué cortesía,
Doña Leonor del Águila ; ya sabes Pero estos no son hombres, que son mo- Porque es un siglo después.
Que el águila es la reina de las aves. Muertos, en fin, por parecer personas.
DON ENRIQUE.
La de pajizo, que con mil memorias Algún desvanecido pensamiento
El vestido bordó de cañutillo, Probó á hacer versos , no acertó, y porfía, Verdad lo que dicen es,
Dina de dulces versos y de historias, Como miró incapaz su entendimiento , Maestre, por vida mia.
Que no es entendimiento la poesía. El ingenio es milagroso:
Se llama doña Brígida Carrillo ; Yo soy desde hoy su galán.
Por no tener sus conocidas glorias Si alguno la escribió sin fundamento,
270 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DOROTEA. DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE.
Mirando, Señor, están. A todo digo que salgo. ¿Saldrá la Niña?
DON ENRIQUE. ESCUDERO.
ESCUDERO.
¿Es por dicha algún celoso? Pues vuestra alteza , Señor,
Crea que soy Cueva, Arjona , No sé...
DOROTEA. —Ello ¿ no es encamisada?
Nolengo á quien dar enojos; Méndez , López, Juárez , Fáñcz ,
Benavídes, Santibáfiez, DON ENRIQUE.
Mas como con pocos trata , Buena , y con galas crueles.
Oigo decir que la plata Córdoba, Enríquez, Cardona,
La codician muchos ojos. I Sánchez , Vázquez v Lovola : ESCUDERO.
Vuestra alteza dé licencia , i Cuesta en mi tierraj Señor, En oyendo cascabeles ,
Porque á alguno no le sobre. | Un dedo el papel mayor... Yo la doy por asomada. (Vase.)
Que vuelva mi plata en cobre. DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE. ¿Cómo? ESCENA VIII.
Como vos me deis paciencia... ESCUDERO.
DON ENRIQUE, EL MAESTRE, DON
.DOROTEA. Por mi firma sola.
ARÍAS.
¿Para qué? DON ENRIQUE.

DON ENRIQUE. Creo que sois bien nacido , MAESTRE.

Para sufrilla. Y en la persona se os ve. El viejo es alia figura.


ESCUDERO. DON ENRIQUE.
DOROTEA.
Luego ¿ya sois mi galán? Por desdicha el servir fué Entrémonos á vestir;
¡Ay Jesús! y ¿qué dirán Quien pudiera ser servido. Que ya por venios salir
Las señoras de Sevilla ? ¡Mal pecado! en la montaña La noche el carro apresura.
Vamos, tia ; que el Infante Tuvo mi ühiipln
Tnvn abuelo un pücüp
casar MAESTRE.
Habla de recien venido. Que le pudiera envidiar El Rey ¿estará vestido?
Para granja el rey de España
Teodora. (Ap. á Dorotea.) DON ARIAS.
MAESTRE.
Discreción hubiera sido De su cólera lo creo.
Que pasaras adelante. No lloréis; tomad consuelo,
Como hidalgo bien nacido. DON ENRIQUE.
(Vanse las dos.) ¿ Sois de solar conocido ? Hoy me ha nacido un deseo.
ESCUDERO. MAESTRE.
ESCENA VII. Niño pintan á Cupido.
Zapatero fué mi abuelo.
DON ENRIQUE, EL MAESTRE, DON DON ENRIQUE. DON ARIAS.
ARIAS, EL ESCUDERO. Bien conocido solar. Su madre sabrá crialle.
(Ap. El viejo es precioso humor.) MAESTRE.
don Enrique. (Al escudero.) ¿Coméis bien? ¡ Bueno vas, por vida mia !
Una palabra, buen viejo. . ESCUDERO. DON ENRIQUE.
esccdero. Bebo mejor. Niña, alcanzarte querría ;
Uuena vuestra vida sea. DON ENRIQUE. A correr voy á tu calle.
DON ENRIQUE. Para todo os quiero dar. (Vanse.)
¿Servís vos ¡i Dorotea? Veis aqui cinco doblones ,
¿Sois de los de su consejo ? Todos cinco son de a cuatro.
ESCUDERO. ESCUDERO. Habitación de don Juan.
Escudero suyo soy. Con ellos soy veinticuatro.
DON ENRIQUE. Oid cinco bendiciones. ESCENA IX.
¿Quién la visita? — Diosos dé salud. DON JUAN , CHACÓN.
DON ENRIQUE.
ESCUDiíRO.
Quisiera Muy bien. DON JUAN.

Que su alloza conociera ESCUDERO. Vísteme esa cota luego ;


Quién es la casa en que estov. Siempre tengáis buena fama , Que es noche de regocijo.
El sol no ha entrado ni tiene" Buena mesa y buena cama , • CHACÓN.
Licencia de entrar en ella. Y buena mujer también. Algún ángel te lo dijo.
DON ENRIQUE. DON ENRIQUE. De tales noches reniego.
Adonde la luz es ella, ¿La tercera? DON JUAN.
Rien hace el sol si no viene. ESCUDERO. Las noches délas desgracias
¿Podréla yo visitar? Plata en mano, Un discreto las llamó.
¿Querréisle dar un recado? Con las armas de Castilla. CHACÓN.
ESCUDERO. DON ENRIQUE. Al hombre que la inventó
No le hubiera pronunciado, ¿La cuarta? Se deben honras y gracias.
Cuando me hiciera matar. ESCUDERO. En cayendo una cuitada
DON ENRIQUE. Casa en Sevilla. Que traigo en el trato vil ,
DON ENRIQUE. Me calo las once mil.
Esto habéis de hacer por mí ;
Que si os echare de casa , ¿La quinta? DON JOAN.
Quien á mejor lugar pasa , ESCUDERO. Ella es defensa extremada.
Medra y no pierde. Nieve en verano. No hay lado, no hay amistad
DON ENRIQUE. Mas fuerte.
ESCUDERO.
¿Cuándo me vendréis á ver? CHACÓN.
Es ansí. Y'o sé, Señor,
Que el Rey mi hermano ha venido.
DON ENRIQUE.
ESCUDERO.
Otra mejor.
Haré al Rey que alcaide os haga DON JUAN.
Del alcázar. Mañana , y no me despido.
¿Cuál mejor?
ESCUDERO. DON ENRIQUE.
CHACÓN.
Con portero Haréisme mucho placer ; Un aposento.
Me contento. Mas primero Y la librea os daré , DON JUAN. '
Que de mí se satisfaga , Que esta noche he de sacar.
Es verdad ;
Corre peligro mi honor ; ESCUDERO.
Pero habiendo de salir,
Que soy muy gentil hidalgo. Por allá podéis pasar. Famoso amigo es un jaco.
LA NIÑA DE PLATA. 2"
CHACÓN. DON JUAN. Fueran ó reales ó barras.
Cuando dos azumbres saco. Advierte, Niña en mis ojos la hiciera.
Puedo al diablo resistir. Si no piensas vanos casos , No se trate desto mas.
¿Quieres espada ó estoque? Que no tengo yo en mis pasos Yo te caso con dos mil
Cosa que este me concierte. Ducados de renta.
DON JOAN.
DON JCAN.
Estoque para broquel. VEINTICUATRO.
Eres tú muy concertado. ¡Oh vil
CHACÓN.
Ya sé dónde entras y sales. Fortuna !
Hay mayor peligro en él , VEINTICUATRO.
Como el contrario se emboque. DONJUÁN.
Mis pasos son tan iguales , Con esto harás
Yo, si no llevo recado Casi cinco mil y aun seis.
Para el tajo y el revés, Que el liw es santo y honrado.
Esta es noche peligrosa :
Voy en cueros. VEINTICUATRO.
No tengo por justa cosa
DON JOAN. ¿Santo y honrado? Sin duda Que en sus peligros andéis.
Ansí es , vas á rezar á la Antigua. Entrad ; que desde el balcón
Si hubo cena y le han brindado. DON JUAN. Podréis ver la encamisada ,
CHACÓN. Pues pregunta y averigua Si de Holanda mas delgada
¡Remoquelico ! Ahora bien, Si hay juego donde yo acuda, Las de esa niña no son.
¿ Dónde va tu valentía ? Ni otra cosa deshonesta. Ea : ¿qué me están mirando?
DON JCAN. Sola una calle paseo Entren dentro.
Chacón , a mi niñeria De una mujer, que deseo CHACÓN.

Y á mi gigante desden. Con buen ün. ¿Hablas de veras?


CHACÓN. DON JUAN.
CHACÓN.
Loco estás. ¡Linda respuesta! ¿ A qué doncella dijeras
DON JUAN. VEINTICUATRO. Lo que te estoy escuchando ?
No hay en Sevilla Es muy linda. VEINTICUATRO.
CHACÓN.
Niña de tal perfecion. Ea pues.
CHACÓN.
Pues querer DON JUAN.
Para matrimonio santo Obedecerte
Paree* que al corazón Mujer que merece tamo,
La echaste por zapatilla. Quiero. Ya voy, vé delante.
Y que ha de ser su mujer,
Ahora bien , yo solo debo , ¿Puédelo ningún cristiano VEINTICUATRO.
Que te cuadre ó no te cuadre, Tener por injusta cosa? Es á tu vida inportante. (Vasc.)
Seguirte el humor. VEINTICUATRO. DON JUAN.
DON JUAN.
Con mujer pobre y hermosa Mas lo parece á mi muerte.—
¡Mi padre! Y bachillera, es en vano ; Chacón, por. el azotea . ,
Porque mientras yo viviere, Podré sallará la casa
ESCENA X. Don Juan no se ha de casar. De don Luis ; las armas pasa. (Yase.)
EL VEINTICUATRO.— Dichos. DON JUAN. CHACÓN.
¿A qué tengo de aguardar? Quiera Dios que por bien sea ;
VEINTICUATRO. ¿Qué es lo que mandas que espere? Que temo que por burlalle
¿Adonde bueno, mancebo? ¿Soy doncella, que he de estar Caigamos sin resistencia ,
DON JUAN. Aguardando en mi labor Como gatos en pendencia ,
Señor, ya lo ves, es noche A que tú tengas humor Desde el tejado á la calle. ' (Vasc.)
De encamisada y de luces. Para quererme casar?
Castellanos y andaluces... Si te gastara tu hacienda
VEINTICUATRO.
Con alguna mujercilla ;
Si anduviera por Sevilla Salón del Alcázar.
Y en un caballo ó un coche Como caballo sin rienda ;
¿No salieras mas seguro? Si tú me hubieras librado ESCENA XI.
DON JUAN. De dos muertes ó de tres ,
Ríñeme ya , como sueles. Si no pusiera los pies DON ENRIQUE, DONARÍAS.
VEINTICUATRO. Menos que en lugar sagrado ;
Si fuera mi desconcierto DON ENRIQUE.
¡Jacos, estoques, broqueles,
. Y Chacón!... De mil mohatras perjuras , No está acabado el vestido ,
CHACÓN.
Haciendo veinte escrituras Y el Rey, gran prisa.
Para cuando fueras muerto ; DON ARIAS.
Su bien procuro. O quien me las socorriera , .
¡Con lindos regalos vienes! Señor,
Buscara con fingimiento Fué poco el tiempo.
VEINTICUATRO. A real y medio por ciento,
Si el que yo pienso tuvieras... DON ENRIQUE.
Y otros enredos hiciera ;
CHACÓN. Si plata acaso tomara , El amor,
¿Dónde estuviera? El marco á cómo quisiera De hoy en el alma nacido,
Quien el dinero me diera, Y de hoy en ella tan viejo
VEINTICUATRO.
Y al mismo se lo entregara ; Como si de un siglo fuera ,
En galeras. Si te vendiera la tuya , Me da prisa de manera ,
CHACÓN. O hurtara joya ó cadena Que me ha faltado consejo.
Pues ¿en qué opinión me tienes? A mi hermana , y por tu pena El que me diste tomé,
VEINTICUATRO. Disimulara la suya; Y con industria he llamado
Del alcahuete mayor Fuera yo el hijo querido, A su hermano.
Que puso mitra en cabeza. Anduviéraste tras mi. DON ARIAS.

CHACÓN. VEINTICUATRO. Has acertado.


¿De quién? Todo lo que has dicho aquí, DON ENRIQUE.
VEINTICUATRO. I Menos lo hubiera sentido Poco, don Arias, podré,
Deesa buena pieza. Que casarte sin mi gusto. O tendré entrada en su casa
i Bien sé lo que allá se trata : De aquesta niña que adoro.
DON JUAN.
i De aquesta Niña de Plata
No tengo de quién , Señor. Nace todo mi disgusto. DON ARIAS.

VEINTICUATRO. Si ella como el nombre fuera , Ella es de plata ; hazla de oro ,


Ya sé tus pasos. I Y aquellas gracias bizarras Y tú verás lo que pasa.
278 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA XII. I ESCENA XIII. DOROTEA.

FÉLIX, ÜN CRIADO.— Dichos EL CRIADO. —DON ENRIQUE, DON NO; que aventuras mi honor
Y tu vida. Aqui detrás ,
ARIAS, FÉLIX. Mientras se vuelve , estarás ;
CRIADO.
Aquf está Félix , señor, CRIADO.
Que tiene un poco de amor,
Hermano de Dorotea. Y es noche de luminarias.
Ya está el vestido,
DON ENRIQUE. Y lo demás que llevas , prevenido. DON JUAN.
Entra, Chacón.
Que muy bien venido sea.— DON ENRIQUE.
CHACÓN.
(Vase el criado.) ¿Estilo el Rey?
CRIADO.
A no ser
Llegad , no tengáis temor. Hermano...
FÉLIX. Y el Gran Maestre. DON JUAN.
DON ENRIQUE.
¿Quién no le ba de tener en la presencia Acaba...
De un principe tan alto y generoso? Félix, (Escóndame don Juan y Chacón.)
Con cuidado be venido, pareciéndome Veámonos mañana.
Cosa muy nueva que importarle pueda FÉLIX.
ESCENA XV.
El servicio de un hombre tan humilde. Guarde el cielo
DON ENRIQUE.
Tus años, gran Señor ; que yo y mi her- FÉLIX.—DOROTEA.'lNES.
Rogarémos á Dios eternamente
Félix, á mí me han dicho que en Sevilla Que tus estados y tu vida aumente. [mana
FÉLIX.
No hay hombreque conozca los caballos El placer
Como vos, y que en casa habéis criado DON ENRIQUE.
Y el seso, cosas contrarias,
Un potro que de Córdoba os trujeron, ¡Ab, si! ¿Cómo se llama? No me han de dar, Dorotea ,
Que es excelente cosa. Yo querría FÉLIX. Lugar de hablarte con él ;
?ue le feriemos , esto lo primero; •Dorotea. (Vate.) Que caber mi dicha en él
lo segundo, que con gran cuidado DON ADÍAS. Es imposible que sea.
Ocho ó diez me busquéis para Castilla. ¿Qué vas trazando?
DOROTEA.
FÉLIX.
DON ENRIQUE. ¿Hante dado algún favor,
Pienso que hay otro Félix en Sevilla ; Junto materiales l'ai>el , cinta , abrazo ó puertas?
Que yo, Señor, ni sé ni tengo gusto Para aqueste edificio de mi gusto. FÉLIX.
De caballos ni potros; quemuriendo Mal con mi gusto conciertas;
DON ARIAS.
Mis padres , y harto pobres por fianzas , Que no es negocio de amor.
Dejaron una hija casi en pelo Ya el escudero y el hermano tienes.
DOROTEA.
En el pesebre humilde de mi casa, DON ENRIQUE.
Que CQn necesidad y honor se cria ¡Ay, Arias, por aquella niña ingrata ¿Pues qué?
Debajo del amparo de su tía. Daré un gigante de la misma plata ! FÉLIX.
Otro debe de ser del nombre mió (Vanse.) Por yerro, un criado
El que tiene ese potro y que conoce Del Infante me llamó ,
De caballos, Señor; que solo tengo Porque imaginó que yo
Esto que os digo y veinte 6 treinta libros, Era algún Félix que fia dado
A que soy en extremo aficionado ; Sala en casa de Dorotea. En criar potros y hacer
Que un pobreen ellos hal la sus jardines, Estudio en caballos : fui ,
Sus casas , sus caballos y sus galas. ESCENA XIV. Desengáñele de mi ,
DON ENRIQUE. DOROTEA, DON JUAN, CHACÓN, Y dile , hermana , á entender
INÉS. Que á ti sola te tenia
Basta; quese engañó por vuestro nombre En mi casa, tu belleza,
El queel recado os dio. Masvueslro talle Tu virtud y tu pobreza ;
Y buen entendimiento me ha obligado, DOROTEA.
Y fué tal la dicha mia ,
Yaqueos llamaron, quede vosmesirva. ¿ Cómo te has entrado aquf ? Que desde hoy soy su criado ,
¿Es casada esa hermana? DON JUAN. Y te quiere remediar.
FÉLIX. Porque hallé la puerta abierta. Yo voy, hermana, á llevar
Si lo fuera, DOROTEA. A las fiestas mi cuidado;
No estuviera, cual dije , en otro amparo. ¿No sabes tú que esta puerta No quise verlas sin verte
Es doncella discreta y virtuosa ; Es para mi esposo? Y esto de paso contarte.
Que lo menos que tiene es ser hermosa. El parabién vengo á darte
DON JUAN.
DON ENRIQUE. De nuestra dichosa suerte,
Si, Porque también me le des.
¿Por qué no la casáis? Y por eso intento yo, Voy por mi requiebro. Adiós ;
FÉLIX. Como tu esposo , él ganar No te acuestes ; que los dos
Porque po tengo Puerta que me la ha de dar Tenemos que hablar después. ( Vate.)
Lo que tan recebido tiene el mundo , Adonde ninguno entró.
DOROTEA.
Pues ya no es dote la virtud ; que todo No me muestres, Dorotea ,
Se ha reducido á plata y á dinero; Desden , por Dios te suplico ; ;. Hay historia semejante?—
Y con poderla dar toda de plata, Que si eres pobre y soy rico, Bien puedes salir.
No es plata de virtud la quese trata. Amor quiere hacer que sea (A don Juan, y ¿l tale.)
DON ENRIQUE.
El medio destos extremos
El casarnos , que es virtud. ESCENA XVI.
Estas, don Arias, son las cosas justas
A que debe acudir el justo príncipe. DOROTEA. DON JUAN, CHACÓN— DOROTEA,
¡Qué lástima, qué pena que me ha dado Estoy con grande inquietud. INÉS ; después, gente, dentro.
El ver pobre un hidalgo tan honrado !— INÉS.
Quedaos en mi servicio ; que yo quiero ¡Ay, Señora! DON JUAN.
De hoy mas haceros bien y remediaros. DOROTEA. De aquí
FÉLIX. ¿Qué tenemos? Dirás mejor, ó de mi ,
Tus generosos pies beso mil veces. INÉS. Si ya te sirve el Infante.
DON ENRIQUE.
Tu hermano. DOROTEA.

Yo miraré el oficio que convenga Dorotea. (A don Juan.) ¡ El Infante á mi ! ¿Por qué ?
Con vuestra calidad. Tú lo has querido. ,DON JUAN.
¡ En qué confusión estoy ! En el Alcázar te habló.
DON JUAN. DOROTEA.
¿nay mas de decir que soy Lo que mi hermano contó,
Claramente tu marido? Ni lo entiendo ni lo sé.
LA NIÑA DE PLATA. 270
DON JUAN. El uno es rey por lo menos , REY.

¡ A)-, Dorotea ! no es yerro , Y los otros dos también , Ella muestra algún disgusto.
Si eres á mi amor ingrata , . Pues que son sus dos hermanos, maestre.
Imaginar que tu plata El Maestre y don Enrique. Por su opinión le tendrá.
Para mí se vuelve en hierro. , DON JUAN.
DON ENRIQUE.
¿Qué es esto? ¿A qué quieres que lo aplique? Si vuestra alteza viniera
DOROTEA. DOROTEA. Con mas espacio , me holgara
¡Gracioso estás! Deja pensamientos vanos. Que Dorotea cantara,
Dame culpa de tu pena. ESCUDERO. Y demostración hiciera
CHACÓN. Agua piden, y han subido De muchas gracias que tiene.
Señor, la música suena. • Por ella. REY.
DON JUAN. DON JUAN. Eso quiere mas lugar;
¡Celos principes me das! Los mismos son. Allá la podéis llevar
uute. Escóndete aquí , Chacón. Para la fiesta que viene.
Señora, ¡la encamisada! CHACÓN. DON ENRIQUE.
¿Los cascabeles no escuchas? Paréceme que has venido ¡Qué tal será para mí!
dorotea. (A don Juan.) A jugar al escondite. (Vuelve el escudero con un barro de
Nunca de palabras muchas DON JUAN. agua, y paño.)
Fué satisfacion honrada. ¡Y dice que es testimonio! ESCUDERO.
En pocas digo que estoy CHACÓN. El agua es esta.
De esas culpas ignorante. í Al rey don Pedro, el demonio REY.
(Dentro ruido de caicabeles.) I Que le dijera venite. ¡ Bizarro
una voz. (Dentro.) \ (Vuelven á esconderse don Juan y Gentilhombre!
Gallardo pasa el Infante. Chacón.) maestre.
DOROTEA. ¿Cómo en barro,
Bien ves que á verle no voy. ESCENA XVIII.
Señora, se bebe aquí?
DON JUAN. EL REY , DON ENRIQUE y EL MAES DOROTEA.
A lo que pasa en la calle TRE, con sayos de fiesta, plumos, Lo poco que se contrata
Estás atenta , y no á mi. botas y espuelas.-DORÓTEA, INÉS. No da para mas valor ;
una voz. (Dentro.) Que en esta casa , Señor,
Dios te guarde. REY. Sola yo soy la de plata.
OTRA. ¿Sabéis vos que nos darán REY.
¿Es el Rey? Agua en esta casa? Brindara con vos á Enrique,
OTRA.
MAESTRE. A ser vuestra boca taza.
Si. Aquí MAESTRE.
voz. (Dentro.) La pediremos. Bien se pudiera dar traza
Enrique es de mejor talle. DOROTEA. Como á la boca se aplique.
DON JUAN.
Si a mí DOROTEA. •
Vuestras altezas me dan La traza , Señor, condeno ;
Ea , no estés tan inquieta ; Titulo de mar de España ,
Vele á ver. Poique taza de mujer
Daréles agua que sobre ; Sin su gusto , suele ser
DOROTEA.
Pero si no , soy tan pobre , Sospechosa de veneno.
Mira, don Juan... Que aun agua no me acompaña.
REY.
voz. (Dentro.) DON ENRIQUE.
El Maestre es muy galán. ¡Bien dicho, por vida mia!
Siéntese aquí vuestra alteza , Dovle esta cadena , y doro
DOROTEA. Descanse un poco por mi. Aquella plata con oro.
Que aunque no soy muy discreta , rev. (Ap. á don Enrique.) MAESTRE.
Siento tus atrevimientos. ¿Sabes quién es esta? ¡Qué ingenio!
Donde hay honra y opinión
DON ENRIQUE. DON ENRIQUE.
Nunca los principes son
Para iguales casamientos. Sí. ¡ Qué bizarría !
Yo estoy contigo , y allá REY. REY.
Pasa la fiesta en la calle ; Gran discreción, gran belleza.— Por qué os llamaron, deseo
Si tiene bueno ó mal talle Ea, venga el agua luego. Saber, en toda Sevilla,
No lo habernos visto acá. DOROTEA. De plata. ¿ Es por maravilla
Estima aquesta quietud. Yo voy. De las gracias que en vos veo?
DON JUAN. DON ENRIQUE. DOROTEA.
Si estimo; mas estoy loco. Eso no. No, Señor ; mas porque he sido
Todo me parece poco,. dorotea. (Ai escudero.) De muchos solicitada ;
Y conozco tu virtud. Escalante, Y por estar obligada
Traed agua al señor Infante. Del honor, con que he vivido,
ESCENA XVII. (Vase el escudero.) Enfermé de pensamiento;
Y temiendo que amor mata,
UN ESCUDERO. — Dichos. don Enrique. (Ap. d Dorotea.) Quise ofrecerme de plata
Quedaos vos á darme fuego. Al templo del casamiento.
ESCUDERO.
REY. MAESTRE.
¿Con este descuido estás? ¿Qué tiene Enrique, Maestre? (Ap. del. ) ¡Bien, por el hábito santo
DOROTEA. De Santiago!—Yo traía
maestre.
¿De qué he de tener cuidado? Estas reliquias, que habia
Antojos desta mujer.
ESCUDERO.
REY.
Estimado siempre en tanto.
Tres reyes se han apeado Que á mi hermano no las diera;
En nuestro zaguán, no mas. ¿Tan presto? Y á Dorotea las doy.
maestre.
CHACÓN. REY.
Dicen que al ver
Ni fueron mas á Belén. No es menester quien le muestre i Vamonos. ,
ESCUDERO. Por dónde al alma se va , i DON ENRIQUE. (Ap.)

Reyes son , si son tan buenos ; A la voluntad y al gusto. Confuso voy.


2S0 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
REY. DOROTEA. La espalda con muchos palos. [Vase.)
Pero primero quisiera ¿Tú? CHACÓN.
Que nos dijera esla dama DON JUAN. Fuese.
Cuál le agrada de los tres
Por mas galán. Sí. . DON JUAN.
DOROTEA. ¡Ah fiera!
MAESTRE.
Muestra el pulso. CHACÓN.
> Justo es.
DON JUAN. ¡Ah puerco espin!
DOROTEA.
¿Tú mi mano? DON JUAN.
Preguntádselo á la fama. ¿Tú me la llegas á asir? Vuélveme todas mis prendas.
RET. Daréte mil puñaladas.
CnACON.
Vos nos lo habéis de decir. DOROTEA. Llamemos un alguacil.
DOROTEA. ¿Sin confesión?
DON JUAN.
Que me place, si es forzoso. DON JUAN.
El galán mas poderoso ¡Mi muerte, Chacón , celebras
Fuiste, en fin, Con burlar y con reir !
Para poder competir Mujer.
Es el Rey ; el mas valiente CHACÓN.
DOROTEA.
Para de noche en la calle. ¿No sabes que las mujeres
¡Qué! ¿pensaste que era
El Maestre ; el que del talle Albahaca ó toronjil? Son como vidrio sutil?
Se precia mas justamente DON JUAN.
DON JUAN.
Es Enrique ; y si yo fuera ¡Oh cruel Niña de Plata ,
Digna de tanto interés, ¿Asi pagas mis deseos?—
Corazón, ¿esto sufrís? Y de piedra para mí !
Uno que fuera los tres Pues si fueres Anajarte,
Para mi gusto quisiera. Ojos, demonio se ha vuelto
Quien tuve por serafín. Ifis soy.
REY. CHACÓN.
DOROTEA.
¡Notable mujer! Las tres de la noche han dado, ¿Eres gentil?
MAESTRE. Corazón , ¿y no dormís? DON JUAN.
Famosa. CHACÓN.
¡Venga la muerte, venga contra mi!
DON ENRIQUE. Ea; que son muchas burlas Que para desdichados no es vivir.
Estas memorias le doy. Para quien muere por tí.
DOROTEA. Consuélale y dile que esto
Pienso que obligada estoy No se pudo resistir
A decir muy vergonzosa: Por ser violencia de un rey, ACTO SEGUNDO.
Tendréla de vuestra alteza Y no te burles ansi;
Lo que tuviere de vida. Que supuesto que sé yo,
De loque fui matachín , Calle'.
REY. Que cuando amor es carnero,
Ella es gallarda. Celos son su perejil ,
ESCENA PRIMERA.
MAESTRE. No es justo darle ocasión MARCELA , con manto; FÉLIX.
Escogida. A que un hombre como un Cid
REY.
Llore como una doncella. FÉLIX.

Para de plata, ¡gran pieza! DOROTEA. Huélgome de haberte hallado


Chacón , ¿en qué le ofendí ? En cal de Francos: ¿qué esperas?
( Vqnse el Rey y sus hermanos.)
MARCELA.
1 CHACÓN.
Creyéralo, como fueras
ESCENA XIX. Habíale , acaba.
DOROTEA.
O veinticuatro ó jurado.
DON JUAN, CHACÓN. — DOROTEA Félix , el ánimo luyo
¡Ah mi bien! Bien conocido le tengo.
INÉS. Volvedme esa cara , oid. A comprar chapines vengo,
DON JUAN. Que por momentos destruyo.
DON JUAN.
¿Qué tengo de oirle, fiera?
Para que no digas que es Si mas me vieres aquí, FÉLIX.
Acaso ahora el venir Todo el cielo me persiga. Alabo tu discreción;
Tres príncipes á tu casa. ¡ Conmigo trato tan vil! Que viendo las prendas mías.
Salgo comenzando ansi. No dijiste que venias
DOROTEA.
Dorotea, yo te quise, Por tela , raso ó gurbión,
Cuando mi engaño creí , ¡Cómo vil! ¿Esa es palabra, No por Holanda ó Cambray,
Como al alma; mis intentos Loco don Juan , para oir No por cortes milaneses.
Ya los supistes de mi. Una mujer como yo? Puntas y encajes franceses ,
Pensé que mi mujer fueras; Si tú, ni cosa por tí , Que por estas tiendas hay.
Pero viéndote servir Vuelve á esta casa jamás, A chapines te humillaste:
De reyes y de maestres.. . Ni en calle , iglesia, en jardín Concierto haremos los dos ,
Donde estuviere , me vieres , Porque parece , per Dios ,
DOROTEA. ■ Yo haré...
Acábalo de decir. Que mi bolsa consultaste.
DON JUAN. Por la discreta humildad.
Infantes, otro que tale. ¡Ah mi vida! Advertid Añado á chapines guantes ;
DON JUAN. Que lo dije con enojo. — Que dan cosas semejantes
Bien haces ; dilo por mí, Chacón , ruégala por mí. Galanes de voluntad.
Porque yo estoy de manera... CHACÓN. MARCELA.
DOROTEA. Ea, Señora...
Por tu vida , que te engañas;
¿ Mas que vienes á decir: DON JUAN.
Que no te brindo á chapines;
«Venga , venga la muerte contra mi ; Llega mas , Voy con diferentes fines,
Que para desdichados no es vivir»? Llega mas. Que verás si me acompañas;
CHACÓN. Que el gastar tantos agora
DON JUAN.
¿Burlaste cuando me muero ? Temo un chapín. — Es buscar casa.
Señora, ¡misericordia!
DOROTEA. FÉLIX.
¿Tú te mueres? (Vase Dorotea.) Dejaste
Inés... : La tuya porque pensaste
DOS JDAN. INÉS. Poder vivir con Leonora.
Si. Haréle medir Dos de diversas naciones,
LA NIÑA DE PLATA. 281
Marcela , vivir podrán MARCELA. Yo llamo con mas razón ,
Juntos ,'juntos vivirán Yo la quisiera ocupar Pues del alma la recibo,
Dos tigres y dos leones, En ocasión semejante, Mi libertad redención.
Un hidalgo y un villano, Mientras junto á la Alameda La amorosa enfermedad
Y dos poetas en paz, Una me deja un letrado En salud se me ha trocado ,
Cosa extraña y incapaz Que han proveído. , La cárcel en libertad;
De trato y concierto humano; FÉLIX.
Que á dármela se han juntado
Y dos damas no podrán He pensado La Merced y Trinidad.
Vivir juntas , siendo hermosas ; La merced de un desengaño ,
Que todo el tiempo que queda La trinidad del acuerdo
Que envidiosas y celosas Será mucha discreción
Eternamente andarán. De trespotencias, que el daño
Que ahorres ese dinero. Miraron donde me pierdo
■ÁRCELA. MARCELA. En el Argel de mi engaño;
Añade, si es una dellas Si tienes las llaves, quiero Que á desengañarme del ,
Necia. Pasarme luego. Con la Trinidad que digo,
FÉLIX.
FÉLIX. Vino la Merced á Argel ;
No es poco Leonora. Estas son. Mucho pudieron conmigo,
MARCELA. MARCELA. Que estaba prendado en él.
Preciase muy de señora , Vamos los dos. Despertó mi entendimiento
Compite con las estrellas. FÉLIX. A mi memoria dormida ,
FÉLIX. Luego al punto Y dando consentimiento
¿No sabes cómo mi hermana Haz que la ropa te pasen. La voluntad ofendida ,
A la casa se pasó Fué trinidad en mi intento.
MARCELA.
Que tú dejaste , aunque yo Y en librarme convenidos,
Si algunos hombres se hallasen, De limosnas de mis daños ,
La vivo de mala gana ? Podrá venir todo junto.
MARCELA.
Para cobrar mis sentidos,
FÉLIX. Di por rescate dos años,
¿A la casa que dejé? A traértelos me ofrezco. Aunque ya estaban perdidos.
FÉLIX. La casa en el dueño gana. ¡Oh santa Merced ! yo adoro
A la misma. MARCELA. La tuya y mi redención.
MARCELA.
Donde ha vivido tu hermana , ¡Oh libertad , gran tesoro,
¿No es mejor Félix, vivir no merezco ; Por que no hay buena prisión ,
La suya? Mas no quiero ser ingrata Aunque fuese en grillos de oro !
FÉLIX.
Al bien que los dos me dan. No mas Argel , pues engaña
Fué cierto humor La razón. Vamos, deseo;
FÉLIX.
(Que otra ocasión no la sé); Que ha sido librarme hazaña.
Que siendo en la misma calle Con mas razón te tendrán ¡Gracias á Dios que me veo
Y peor casa, fué locura. A tí por niña de plata. Entre cristianos de España!
MARCELA. LEONELO.
MARCELA.
Debe de probar ventura; De su valor soy despojos ; Vuestro discurso, don Juan
Que es lástima que aquel talle Y aunque su sombra he de ser, (Sicomovoslodecis,
Ño halle un rico marido ; Yo me contento con ser... Y este desengaño os dan,
Que hay casas que topa en ellas. FÉLIX. En el alma lo sentís),
FÉLIX. Dilo. Os hace un cuerdo galán.
MARCELA. Ya por ejemplo os contemplo
¿Casas hay contra doncellas?
Nunca lo he visto ni oido. Niña de tus ojos. Del desengaño en el templo :
Notables supersticiones {Vanse.) ¡Dichoso vos, á quien hiela,
Tenéis todas las mujeres. Pues lo que abrasa y desvela
MARCELA.
Os sirve de claro ejemplo!
Sala en casa de don Juan. Pero guardaos bien del daño
Así nacimos: ¿qué quieres? Que suele hacer en quien ama
FÉLIX. ESCENA II. La pena de un desengaño;
Has valían los balcones Que es una secreta llama
Con las macetas que deja DON JUAN, LEONELO. De mas rigor que el engaño.
De claveles y verduras, DON JUAN.
Pensaréis que no queréis;
Que un jardín. Y cuando orimagineis
Como os lo cuento ha pasado. Mas libre en mas confianza ,
MARCELA.
LEONELO. Iréis á darle venganza,
Tristezas puras:
Con razón della se aleja. El ha sido extraño cuento. Y á sus puertas lloraréis.
Pruebe otra casa , otras mil , DON JUAN. DON JUAN.
Hasta que halle casamiento. Pues nadie me lo ha contado ; ¡Plegué al ciclo que ese dia ,
FÉLIX. Que yo en su mismo aposento O primero que le vea
Necedad. Lo vi , corrido y turbado. Para tal desdicha mía,
MARCELA. Cabestrillo el Key le dio , El fin de mi vida sea!
Diré otras ciento; Reliquias le dio el Maestre; Tanto un desengaño enfria.
Mas si el ingenio sutil Pero el Infante mostró Yo quise mientras crei
De tu hermana Dorotea Mas amor. Que me querían : lletsué
LEONELO.
De aquella casa se muda , Donde lo contrario vi ,
Claro está que no la ayuda No hay mas que muestre. Y de la suerte olvidé,
Para que dichosa sea. ¿Quién su memoria olvidó? Que se olvidaron de íní.
FÉLIX. DON JUAN. No mas , no mas , niña ingrata ,
Cuatro meses nos fallaban , Memorias le dio el Infante, Pues que ya tu edad de plata
Marcela, del alquiler. Con que yo pasé la mía Se ha vuelto en hierro.
MARCELA.
Un mundo mas adelante. LEONELO.

¿Habeisla arrendado? LEONELO. El valor


FÉLIX. Un desengaño de un dia Se muestra en rendir á amor.
Ayer Es redención de un amante. DON JUAN.
Ciertos hombres la arrendaban DON JUAN. Cualquiera traición le mata.
Que vienen con el Infante, Si los redimidos son
Y no se la quise dar. El enfermo y el cautivo,

niB<
mu..
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA III. LEONELO. ESCENA V.
Luego ¿es verdad en efeto
UN PAJE. — DON JIJAN, LEONELO; Que hace versos? CHACÓN. — Dichos.
después, UN ESCUDERO. DON JUAN.
CHACÓN.
Estos sí. [pretendas ¿ Está mi señor aquí ?
PAJE. (Lee.) « Ingrato* dueño mío , aunque
Aqui de la señora Dorotea Matarme con rigores y desdenes, DON JUAN.
Un escudero quiere hablarle. Y sin oir las partes me condenes , ¿Qué hay, Chacón?
DON JUAN. Quiero que mi verdad y amor entiendas. CHACÓN.
Dfle «Mas no es razón que sin razón me Escucha.
Que se vaya con Dios v que me deje , [ofendas; DON JUAN.
Porque crea Leonelo lo que digo. \ pues en otros gustos te entretienes, Di.
Y de mi honor mayores prendas tienes, CHACÓN.
LEONELO. Triunfa también desas humildes pren-
Eso , don Juan , no es justo , ni conviene Quiere , sirve, alaba , adora
»Cesen,porvidamia,losenojos; [das. La niña de Bercebú,
Al trato de tan noble caballero. Que príncipes conmigo son quimera,
Recebid el recado en cortesía. Que pasando por su calle...
Sueño del gusto, engaño de los ojos. —Mas mejor es que lo calle.
DONJUÁN. i Y cuandocomo piensas los rindiera,
DON JUAN.
¿Por voshede hacer cosa tan mal hecha? ¿Qué pierdes en tenellos por despojos,
Pues á tus pies con ellos ine pusiera?» Pues , necio , ¿ no sabes tú
LEONELO. Que una razón comenzada
Poneldo por mi cuenta ; que yo os juro LEONELO.
No se puede dilatar?
Que no lo sentis mucho. ¡ Notable humildad ! No hay gracia Pues no supiste callar.
DON JUAN.
Que uo tenga esta mujer. Habla.
DON JUAN. CHACÓN.
Dile que entre.
(Retirase el paje , y tale el escudero.) De tantas pudo nacer No importa , no es nada .
Su desdicha y mi desgracia. DON JUAN.
ESCUDERO.
Este papel me ha dado mi señora. LEONELO. Habla digo.
El soneto es amoroso, CHACÓN.
(Da d don Juan un papel y una caja.) Y muestra bien ser de dama.
¿Cómo con esa cara le recibes? En cuatro dias
Pero ¿cómo, cuando os llama, Que no habernos parecido
DON JUAN. Estáis tan tibio y celoso? Por su calle, hay tanto olvido
No la tengo mejor para papeles En esa caja ¿os envía De pasadas niñerías ,
De quien se deja visitar de principes. Vuestras prendas? Que agora acabo de ver
ESCUDERO. DON JUAN. A su puerta con mil cargos
Solías tú con palio recebirme, Por cobrar De ropa dos carros largos.
Mandarme regalar, darme aguinaldo ; Las suyas; que es engañar ¡Ah falsa , ah fiera mujer!
Ya te veo de suerte , que no quiero . Con regalo y cortesía. Vieras sillas, colgaduras,
Pedirte aquellas calzas y ropilla Yo las enviaré, cruel. Camas doradas , tapices ,
Que me mandaste. Ya conozco: amantes Colchas de seda...
LEONELO.
Son como arroyos que lloviendo corren, Abrilda, á ver. DONJUÁN.
Tras si lo llevan todo con la furia , ¿Qué dices?
DON JUAN.
Y en cesando, no dejan mas de piedras. CHACÓN.
Mas no quiero culparte, á mi me culpo; ¿Qué es aquesto?
Vidros, tarimas, pinturas,
Que siempre he sido desdichado en cal- LEONELO.
Hasta asadores , morillos
don ji'an. I>as- i Cómo? Y aderezos de cocina.
IdosconDios;que estoy cou pesadumbre. DON JUAN.
DON JUAN.
Decid á la señora Dorotea Otras prendas ha puesto; Bien el dueño se adivina.
Que con Chacón responderé. Mas estas , dice el papel.— ¿Son celos para sufrillos?
¡ Las reliquias del Maestre ¿Pareceos que viene bien "
ESCUDERO. Y memorias del Infante
„ No quiero Me envía! Con este papel , Leonelo ?
Parecer, en cansaros, escudero. ( Vase.) LEONELO.
LEONELO.
Digo que me libre el cielo
¡Dichoso amante! De sus embustes.
ESCENA IV. ¿Qué mas fe queréis que os muestre?
DONJUÁN.
DONJUÁN, LEONELO. DON JUAN.
Hasta del Rey la cadena ¿Que den
Licencia un honrado hermano
LEONELO. Viene aqui. Y una lia semejante
¿Cómo no abrís el papel? i LEONELO. A que tan libre el Infante,
DON JUAN. | Tal desengaño Sin otro respeto humano ,
Como ya el tiempo pasó ! Bien ha disculpado el daño Cubra de sus telas de oro
Que diera mil besos yo ! De la recebida pena. Casa que con tal limpieza
A cualquiera letra del. I Id á ver á Dorotea Tuvo el honor por riqueza
Humilde y agradecido. Y la virtud por tesoro?
LEONELO. ¡ Ah, vil interés, que puedes
DON JUAN.
Acabad ; que estáis muy necio. Hazaña discreta ha sido; Rendir la virtud y honor !
DON JUAN. Pero no sé si la crea. ¿No estaban , niña , mejor
Leerle quiero por vos. Desnudas esas paredes?
LEONELO.
i. No supiera yo vestillas
LEONELO. Eso es grande ingratitud. De seda, sin ser infante?
Por mi y por vos ; que por Dios, Enojareme con vos. No he visto amor semejante.
Que es ese mucho desprecio. DON JUAN. ¡ Camas, tapices y sillas !
don juan. (Abriendo el papel.) Digo que iremos los dos: ¡ Bravo amor ! De asiento están.
¡Bueno es esto! Tal es la fuerza y virtud CHACÓN.
LEONELO. Desta dulce encantadora. Cuando vi los asadores,
¿Cómo ansí? Me salieron mas colores
DON JUAN. Que á un ave que asando van.
El papel es un soneto. ¡Ah perros! dije entre mí ,
¿ No era mejor un marido
LA NINA DE PLATA. 283
Que todos los venenos , que le dieron Traigo cincuenta alfombras , que en la-
Noble , rico y bien nacido? Muchosnombre de hermano de la rouer- [bores
"DON JUAN. ¡Ohcuántosásusnianosperecieron, [te. Compiten con las nubes de los ciclos,
Chacón , mejor es ansí. De que se ven tan míseras memorias ! Al tiempo que las sombras son mayores.
Pues yo no pienso morirme , Oh cuántos de su triunfo esclavos fue- Traigo dos cajas de listados velos
¿Quien hay en todo el lugar ¿Está en Castilla esa mujer? [ron! De amarillo , de nácar, de morado,
Con quien la pueda picar, MAESTRE.
De flor de malva y de color de celos;
Y yo alegrarme y reírme ? Las glorias YUndigno solamente de'tu lado
LEONELO. De amor siempre consisten en violencias, En cuchillo de monte damasquino,
un cinto de lobo tachonado ,
En su misma calle vive De que testigos son tantas historias.
Marcela. Los desdenes, Señor, las resistencias Que por las cerdas del color marino,
Sale tan bien el oro y los diamantes,
DONJUÁN. De aquella dama que una noche viste Que deslucen desnudo el temple fino.
Tienes razón. (Que dijera mejor impertinencias), Esto , con otras cosas semejantes ,
¿Conócesla tú , Chacón ? Tan mal Enrique y sin valor resiste, Te presenta mi rey por obediencia,
Que se deja morir de puro amante ,
Ni duerme ya, de despechado y triste. Para que á tu grandeza le levantes.
CHACÓN.
A escribilla te apercibe ; REY.
Que es una dama gallarda, REY.
Bien debe vuestro rey correspondencia
Que sabrá bien despicarte , ¿Hay lástima , hay suceso semejante? Justa á mi grande amor, moros honra-
Y to la he visto mirarte, ¡ En dos dias de amor ! filos,
Y sé que há dias que aguarda MAESTRE.' Que le he puesto en tan alta préminen-
Que le digas que deseas Verdad te digo, Venci sus enemigos, que postrados [cia.
Visitarla. Y que de plata es niña de diamante. Yacen ante sus pies , y en paz procuro
DON JOAN.
REY. Conservar con mi fuerza sus estados.
Yo querría Esta noche los dos iréis conmigo ; Agradezco el presente, y aseguro
No verla agora de dia. Que yo se la traeré tan blanda y tierna, Las treguas por los años del concierto.
LEONELO. Si con regalos de quien soy la obligo , ALÍ.
Pues ¿no es mejor que la veas? Que viva Enrique, á quien tan mal go- Tú solo has sido su defensa y muro.
DONJUÁN. La razón natural de su albedrío. [bierna El queda de tu amor y amparo cierto,
No ; porque aquella cruel DON ARIAS. Y por nosotros á tus pies se inclina.
No vea que á rogar voy. Piensa ganarla niña fama eterna REY.
Sino que admitido soy. Con mostrar al Infante mas desvio Maestre...
LEONELO. Que si fuera su igual : tanto se precia MAESTRE.
Bien dices: rasga el papel , Del casto honor. Gran Señor...
Y del oro que te envia REY. rey. (A¡>. á él.)
Haz un presente á Marcela , ¡ Extraño desvario! Agora advierto
Para que el golpe le duela, La casadas imiten á Lucrecia, Que sabiendo este moro medicina
Si se le viere algún dia. En resistirse digo , no en matarse ; Con la curiosidad que estos la saben,
DON JOAN. Que en esto todos dicen que fué necia. Que con yerbas es cosa peregrina ,
Si verá ; que á San Antón ÍQue tal quimera pudo levantarse Podrá ser que curándole se acaben
A misa las tiestas van. ,a noche de la máscara , Maestre? Las tristezas de Enrique. #
LEONELO. MAESTRE. MAESTRE.
¡ Linda venganza , don Juan ! No puede el pobre Enrique repararse ; Ser podría,
DON JOAN.
No hay hombre á quien alegre el rostro O no será razón que los alaben.
Esta noche tú y Chacón don arias. [muestre. REY.
Iréis conmigo ; que quiero Ya están aquí los moros de Granada. Moro...
Liberal del oro nacerme, REY. ZCLEUA.
Porque se arroje á quererme. ¿Y será menester quien los adiestre? Señor...
LEONELO. REY.
DON ARIAS.
Notable venganza espero. Bien saben nuestra lengua. De gran melancolía
Tengounhern anoenlermo, á quien ado-
CHACÓN. Y que le cures deste mal querria. [ro,
Yo quiero ser tu alcahuete, ESCENA VII.
ZULEMA.
Y si te acierta á agradar ZULEMA, ALl, moros.— Dichos. Pondré en darle salud , á fe de moro,
Marcela , bien puedes dar
Con la niña en Tagarete. La diligencia que verás.
ZULEMA.
(Vanse.) ALÍ.
En tu sagrada Bien puedes
Frente pongan los cielos mil laureles, Fiarle de Zulema.
Ganados por los filos de tu espada.
REY.
Salón del Alcázar. El alcaide , Señor, de los donceles
Con la embajada de Mahomad venia, Si un tesoro
ESCENA VI. Moro de lo mejor de los Gómeles ; Me cuesta su salud , quiero que quedes
Pero llamóle Alá casi en el dia Del amor que le tengo satisfecho.
EL REY, EL MAESTRE, DON ARIAS. Que entrara por Sevilla si viviera. ZULEMA.
El Rey, que ha de la ciencia mia, En mandarme, Señor, me haces merce-
REY. Partir me hizo ; pero ya no era alí. tu
¿Adonde está mi hermano? Tiempo de medicinas ; que la muerte curas notables en Granada ha hecho,
MAESTRE. Nunca vuelve á envainar laespada liera. Y adivinado cosas por las manos
No está bueno; Murió , y en vez de Zaide vengo á verte, Que hacen temblar el mas robusto pe-
Sue desde ayer le ha dado una tristeza, Trayéndote las treguas confirmadas , REY. LCh0-
ue de todo placer le tiene ajeno. Y la obediencia á rey tan alto y fuerte.
REY.
Con ellos treinta yeguas alheñadas , Juicios para mi son cuentos vanos.
Con dos potros al lado cada una, Ve, Maestre, y enséñale mi Enrique.
¿Al Infante tristeza? Y con inanias de grana encubertadas. MAESTRE.
MAESTRE. No se parece en el color ninguna, Vén conmigo.
La belleza Y todas en las alas se parecen ; [na . ZULEMA.
De una mujer le tiene desta suerte, Que corren mas que el tiempo y la fortu- Los cielos soberanos
Preciada de su honor y su nobleza. Adargas y jinetas las guarnecen , Guarden tu vida.
REY. Cuyos campos ocupan mascolores [cen. (Von»« el Maestre y lodos los moros.)
Maestre , es el amor tanto mas fuerte Que en los verdes de abril cuando Üore-
284 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA VIII. Te dije que este don Juan DOROTEA.
Era un Gngido galán ! ¿Pasaráslo tú por mi? •
EL REY, DON ARIAS. Bien Jo que tienes mereces. (Vate Teodora.)
Solamente pretendía
RF.Y.
Tu deshonor, no casarse ; ESCENA X.
En tanto que este aplique Pretendió desobligarse,
Remedios á su amor ó A su accidente, Vio tu firmeza y la mía , DOROTEA.
Don Arias, y su vida pronostique, Y con tan poca ocasión
Por otra parte quiero yo que intente ;Ay triste! ¡cuan necia di
Como entrar aquí el Infante, Mi libertad á un tirano !
El interés curar á esta señora Muy á lo celoso amante ,
De la dureza que en el pecho siente. ¿Qué mas he podido hacer
Finge mal de corazón. Que darle satisfacion?
DON ARIAS. No quiso mas de una sombra Yo mudé casa, en razón
¿Cómo? Para huir de obligaciones. De pretenderme esconder
REY. En que muy necia le pones. A los ruegos del Infante ,
_ En la calle de las Armas mora ; DOROTEA. Promesas y montes de oro;
Son señas de su casa dos balcones ¿Sombra , si de un rey se asombra ? Por el sujo y mi decoro
Azules , que al salir el sol los dora. ¿Qué sabes tú si ha sabido He sido un Arme diamante.
Si á mano izquierda como vas le pones, Las diligencias' que ha hecho? Yo le escribí y le envié
Te llamarán las flores y claveles Las joyas: ¿cómo su trato
TEODORA.
Que encubren de su dueño las traiciones. Con uñ desden tan ingrato
Llévale pues seis pares de doseles Si no han sido de provecho,
¿De qué se muestra ofendido? Paga mi amorosa fe?
(Así llaman aquí las colgaduras), No es posible. Subir quiero
Con cuadros que envidiarlos pueda Apé- Que solo el mudarte aqui Al balcón ; que podrá ser
Acompaña doseles y pinturas [les ; Porque de tí no supiese , Me venga esta noche á'ver ;
De dos piezas de tela y terciopelo. Le obligaba á que te diese
Salisfaciones á ti. Que bien creerá que le espero.
DON ARIAS. El no responderme abona
El oro ablanda basta las peñas duras. DOROTEA.
Que para verme se apresta,
REV. De eso está tan olvidado. Porque no hay mejor respuesta
Llévale mil escudos (que recelo Que aun no sabe que aqui vivo. Que de la misma persona. ( Vate.)
Que es pobre esa mujer) y dos cadenas TEODORA.
Que valgan otros mil. Pena de verte recibo
DON ARIAS. Con tan injusto cuidado. Calle en que están las casas de Dorotea y
Cayó en el suelo. Y esta noche mucho mas ; Marcela.
Que con la pena que tienes,
' REY. ESCENA XI.
A la reja vas y vienes,
Como es Enrique nuevo en estas penas, Pero sin provecho vas ;
No sabe que las damas quieren oro ; Que don Juan entretenido DON JUAN, LEONELO ; CHACÓN, á lo
Que no viven de sangre de las venas. En casa de alguna dama, bravo.
Con él le curaré mejor que el moro. Eso que debe á tu fama leonelo. (Señalando la cata en que vi
(Yante.) Tendrá ya puesto en olvido. vió Marcela.)
¡ Bien te casarás agora!
Esta es , don Juan , la casa de Marcela ;
DOROTEA. Mas pienso que te inclinas con mas gusto
Sala en la nueva casa de Dorotea Pues ¿qué he perdido? A la de aquella niña en quien la tienes
TEODORA. Porque despuésqueentramos en la calle,
ESCENA IX. Todo es mirar sus puertas y balcones.
Opinión.
DOROTEA, TEODORA. DOROTEA. DON JUAN.

Ea , comience un sermón. No te espantes, Leoncio, que se vayan


TEODORA.
Vayase á acostar, Señora. Al hábilo los ojos, que tenían,
Tengo, por recien mudada , Baste mi pena: ¿qué quiere? Y mas viendo tan cerca aquella casa.
En esta casa temor. Donde está una mujer, que á ser de pie-
TEODORA.
DOROTEA. Ynode plata, mereciera de oro [dra,
Todo nace del rigor Aun no lia venido tu hermano. Estatuas por divina.
De tu condición cansada. DOROTEA. CHACÓN.
Pues ya no tienes por quien ¿No sabes ya cuan liviano Ya tenemos
Estar celosa de mi, Por Marcela vive y muere? Memorias de la niña: ¡buenos vamos!
Porque con mudarme aquí, No sabes ya que boy le ha dado Pues porque se te quiten los bostezos
Todo se mudó también. La casa en que hemos vivido ? Con que Suspiras ya, como borrico
Después que el Infante entró TEODORA. Que ha conocido el prado de su aldea ,
En la casa que dejamos , Harta desvergüenza ha sido; Quiero decirte lo que vi esta tarde.
Y después que nos mudamos, Dios sabe que me ha pesado. DON JUAN.
Nunca mas don Juan me habló. DOROTEA. ¿Qué? por tu vida.
¿Qué es hablarme? Ni aun pasar
La calle. Pues ¿qué daño se te sigue, CHACÓN.

TEODORA.
Si ya no vives allí? Que en su casa entraba
¿Son celos del? Vete á acostar. Don Arias, gran privado del Infante.
TEODORA. Llevaban dos criados ricas piezas
DOROTEA. De telas de oro, y otros dos dineros
Hoy en un tierno papel , Eso si.
¿•Es posible que te obligue En cantidad , al un joyas de príncipe.
Tía , le quise obligar Propuse no decírtelo; mas viendo
A nuestra amistad pasada , Un desden á tales celos ?
Querrás muy loca esperar ?ue te enterneces viéndote en su calle,
Y con tal satisfacion , que es contra tu honor volver á verla,
Que mereciera perdón . A ver si te viene á 'hablar.
Quise con este desengaño darte
No estando con él casada. DOROTEA.
De tu desdicha y su mudanza parte.
Pero ni me ha respondido , Esos serán tus consuelos. DON JOAN.
Ni al criado preguntado Vete con Dios; que á tomar
Nuevas de mi . El fresco voy al balcón. Confiésote, Chacón , que enternecido
De memorias pasadas, me llevaba
TEODORA. TEODORA. El alma á las ventanas de esa fiera,
Tu cuidado Para fuego de afición Y que pudiera ser que me rindiera ;
Merece tan justo olvido. No hay aire fresco en la mar. Mas ya con este santo desengaño.
¡ Ah sobrina ! ¡cuántas veces Tú te cansarás en vano. Con este saludable advertimiento ,
LA NINA DE PLATA.
Para siempre de verla me despido. DOROTEA. Desde una vez que os hablé,
No mas, no mas: afuera, pensamiento. ¡Jesús! ¿qué buscáis aquí? Pasando acaso a Triaua,
Si algunoestaba en mí, quecomo espíritu DON JUAN.
Tapada en un barco.
No queria salir á tanto apremio, Días bá que os busco á vos. DON JUAN.
No se defienda á la violencia santa Echad
Ueste conjuro que Chacón me ha dicho. DOROTEA.
La cinta.
¿ No es esta la ventana de Marcela ? ¿A mí? Engañaisos, por Dios; DOROTEA.
Tira una china, llama. Aquesto es hecho.Que no me ñuscáis á mi.
Si vuestra Niña de Plata Tomad y atad. {Echa la cinta.)
LEONELO.
Os ha hecho algún desden , Entrarán por la ventana,
Si va á decir verdad , yo te queria O vos (con celos también Y vos , joya demás precio ,
Conducir á tu niña , imaginando De que nuevos gustos trata) Por esa puerta otro dia.
Que te hacia lisonja ; que un amante La queréis amartelar DON JUAN.
Suele siempre negar lo que desea, Tan enfrente que lo vea , En esta caja os envia ,
Y quiere que le nieguen lo que quiere ; Soy yo muy necia y muy fea , Marcela, un amante necio
Mas viendo que ya tiene don Enrique Y antes la podréis vengar. Los ricos despojos de oro
Posesión tan pacifica en su casa , Id con Dios ; que no soy buena De aquella Niña de Plata.
Oigo, que ni la busques ni la nombres. Para dar celos conmigo. {Ata con la cinta la caja.)
DON JUAN. {Ap.) DON JUAN. DOROTEA.
Abrasándome estoy de puros celos. Oid , oid. Quien bien ata bien desata.
Quiero disimular. Paciencia ¡oh cielos! DOROTEA. Creed , mi bien , que os adoro.
¡Ay amigo! donjuán. .
ESCENA XII. A estas horas anda en pena. Subid quedo.
Vaya, llame, llore, diga DOROTEA.
DOROTEA, saliendo al balcón.— Di Que se casara con ella. Gente viene.
chos , en la calle. DON JUAN. {Sube la caja.)
Si sabéis , Marcela bella , Perdonad , mientras que pasa ,
DOROTEA. {Ap.) Por el honor desta casa. {Vate.)
Tres hombres hay en la calle ; Lo que á olvidarla me obliga ,
Mirando el balcón están: Mirad que soy caballero.
DOROTEA.
ESCENA XIII.
O es deseo de don Juan ,
O lo parece en el talle. Luego ¿tratáis de olvidalla? FÉLIX.— DON JUAN, LEONELO,
Sin duda es él, que celoso DON JUAN. CHACÓN.
No quiere llegar á hablarme. No; que olvidalla era honrada ,
DON JOAN. Pues confiesa que primero FÉLIX. {Ap.)
Todo fué determinarme. Tuvo amor quien olvidó. ¿Que siempre esta calle tiene
Amor, ya estoy en el coso ; DOROTEA. Gigantes por las esquinas?
Muera del engaño el toro, Pues ¿nunca la habéis querido? don juan. (.1 Leonelo.)
Si el desengaño le mata. DON JUAN. ¿Cómo Chacón ha dejado
Kindetc , Niña de Plata , Quien la ha puesto en tanto olvido, £asar aquel embozado?
Ríndete á Marcela de oro. ¿Cómo dirá que la amó? LEONELO.
CHACÓN. De miedo: ¿no lo adivinas?
DOROTEA.
Eso si , juega al Tentoy, Eso es mentira. ¿Cómo te fué con Marcela?
Y embida tres piedras mas. don juan.
DON JUAN.
don juan. (A Dorotea.) Todas las joyas le di.
Esperad.
Si oyendo , Marcela , estás Hoy me ha escrito este papel , LEONELO.
Que desde aquí tuyo soy, Y me ha enviado con él , ¿Las joyas?
Abre ese balcón y advierte... Para mas seguridad , DON JUAN.
DOROTEA. {Ap.) Unas joyas que le dieron . Sí.
¡ Ay triste ! Aqueste es don Juan , El Rey y los dos Infantes : LEONELO.
Que de Marcela galán , Si el dar prueba los amantes , ¿Todas?
La requiebra desta suerte. Y amores las obras fueron, DON JUAN.
Sin duda que no ha sabido Para que vos entendáis Sí;
Que á su casa me he mudado. Lo que la estimo, un listón Que amor sin alas no vuela.
El viene á verla engañado : Echad por ese balcón ,
Puesto que al sol le pidáis LEONELO.
Ventura notable ha sido. ¿Y tomólas?
Fingirme quiero Marcela ; Del cabello que os enlaza ,
Y atadas en él, veréis DON JUAN.
Quietóme desengañar. Con la mano.
don juan. (A Leoncio y Chacón.) Si quiero que las gocéis.
DOROTEA. LEONELO.
En las rejas oigo hablar;
Los dos os poned envela No me disgusta la traza. ¿De qué suerte?
Guardando esas dos esquinas. Pero ¿qué os mueve á desprecio DON JUAN.
LEONELO.
Tan grande? A su balcón
Ponte á esa esquina , Chacón. DON JUAN. Las subió con un listón :
Echad el listón ; Esto es negociar, hermano.
CHACÓN. Mañana soy dueño aquí ,
Que aun de hablar desta ocasión
Habla , y venga un escuadrón ; Me afrento y tengo por necio. Y á la niña doy martelo.
Yo basto á treinta gallinas. DOROTEA. FÉLIX. (Ap.)
DON JUAN. Besóos las manos, don Juan , Estos andan con recelo ,
Marcela, Marcela, ce. Por las joyas; y aunque siento Pues que se encubren de mt.
Dorotea. {Fingiendo la voz.) Que es liviandad de mi intento Quiéreme entrar á acostar,
¿Quién llama? Tomar joyas de un galán Pues traigo llave. {Abre y éntrate.)
DON JUAN. Tan recien venido á verme,
Por sola satisfacion ESCENA XIV.
Un nuevo galán. De que es cierta esa afición ,
DOROTEA. Y asegurarme á perderme , DON JUAN , LEONELO , CHACÓN .
¿Es por ventura don Juan ? Quiero tomarlas; que á fe
DON JUAN.
DON JUAN. Que deseaba este día ,
Porque en el alma os tenia Oye , espera.
Ventura el hallaros fué.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
LEONELO. Y en parte está disculpado. DON ARIAS.
¿Qué quieres? ¿Eso te altera? Mas las joyas que le ha dado El Rey mismo está allí, que por ti viene.
DON JUAN. Fué gran ñioscatelerfa.
Pero él las sabrá cobrar, MARCELA.
¿Ncviste aquel hombre entrar? ¡Tanta merced, Señor!
LEONELO.
Haciendo alguna invención.
¡Y cómo! DON JUAN.
rey:
DON JUAN. Llama á esa puerta , Chacón. Vente conmigo;
Que esto puede la vida de un hermano.
Pues ¿dónde entró? LEONELO. (Vanse el Rey, Marcela, el Maestre y
LEOXELO. ¿Mejor no fuera llamar don Arias.)
¿ Dónde? En casa de Marcela. Ala de Marcela, di,
Y sacarle de los brazos DON JUAN.
DON JUAN.
El galán á cintarazos? Leoncio , el Rey es este , y Dorotea
¿Hay tan notable cautela ? Se va con él.
DON JUAN.
LEONELO. LEONELO.
jLinda cabeza! Eso sí.
¿Cautela , don Juan? Cuando la quisiera hien, ¿En qué le has conocido?
DON JUAN. Perderme fuera razón. DON JUAN.
¿Pues no? Llama á esa puerta , Chacón. En el traje, en el talle, en mi desdteba.
LEONELO. CHACÓN.
Sin duda que es el otro don Enrique.
No , porque si este era el dueño , ¡ Con qué gracioso desden ¡Malo estaba de ver! ¡Yo soy perdido!
Por fuerza habrás de callar. Te ha de recebir la Niña, CHACÓN.
DON JUAN. Viendo que á rogarla vas! ¿Quieres que acuchillemos estos reyes?
Ya me ha pesado de dar DON JUAN. DON JUAN.
Las joyas , mi fe te empeño. El amor me obliga á mas. Hablas, gallina, en cosas imposibles.
¡Pesia tal con la!... ¿Qué se me da que me riña? ¡Ay Diosf ¡ cómo pretende asir el viento,
LEONELO. LEONELO. Parar el sol y detener los rayos,
Detente. Quedo; que viene gente por la calle. Cuando abrasando las confusas nubes
Rompen el aire con horribles truenos,
CHACÓN. CHACÓN.
Quien piensa en la mujerponerfirmeza!
¿Qué tenemos? ¿Hay quislion ? Tres hombres son, Señor, arrodelados. Pues no me he demorir. Animo, amigos.
DON JUAN. DON JUAN. Volvamos á las rejas de Marcela;
Basta ; que he dado , Chacón , ¿Deque tiemblas, gallina?Sean cuarenta. Que solo desquitarme me consuela.
Mis joyas livianamente LEONELO.
A la dama desta casa. ESCENA XV. Bien dices : por ventura habrá salido
CHACÓN.
EL REY, EL MAESTRE, DON ARIAS, El galán, y entraremos á conversa;
¡Bien! Que canta un poco, y tiene dos esclavas
DON JUAN.
en hábito de noche. — Dichos. Que bailan por extremo y bufonizan.
Y apenas se las df, hey. (Acércanse d la casa que habitó Mar
Cuando entrar un hombre vi. Gente hay aquí. cela.)
¡Hay tal maldad ! ; Esto pasa! MAESTRE. DON JUAN.
CHACÓN. ¿Qué importa que haya gente? Tiro esta piedra. ¿Abrieron?
¿Díjote que no entraría , BEY. CHACÓN.
Si se las dabas? Preciado está el Maestre de valiente. No se acuestan
DON JUAN. DON ARIAS. En esta casa hasta que sale el alba.
No. ¿No tiene obligación?
C1IACON.
REY.
ESCENA XVII.
Pues, Pues yo os prometo DOROTEA, saliendo á la reja. —DON
Demás de que eso no es Que aunqu e soy rey yreserva rme esjusto,
Traición ni descortesía , Que me saben tan bien seis cuchi I ladas JUAN, LEONELO, CHACÓN.
¿No es justo que entre el primero, Como al bravo mejor de aquesta tierra.
Si es el platero? DORÓTE K.
DON ARIAS. ¿Quién llama?
LEONELO.
¡Y cómo si se sabe de experiencia ! DON JUAN.
¡Buen trato! Mas quisiera topar con treinta bravos Don Juan soy, Marcela mia.
DON JUAN. Que a vuestra majestad sin conocerle. Dorotea. (Fingiendo la voz.)
No lo entiendo. REY.
CHACÓN. Tú debes de hacer hora en esta calle;
¿Está avisada esta mujer que vengo Y como tu ocupada Dorotea
Al que hace el plato Para ser su escudero?
Llaman las damas platero. Debe de estarlo , en tanto te entretienes
DON ARIAS. Inquietando mis puertas y ventanas.
DON JUAN.
„ ,. , , En dando un silbo, (Chacón se aparta á un lado.)
Pues si tengo de sufrir Saldrá á la puerta.
Que entre un hombre como yo DON JUAN.
Donde el desden me forzó , ' REY. Marcela mia , la verdad te digo.
Mas que el amor, á venir, Pues ¿qué aguardas?Silba. Yo vine á despicarme , amartelado
Mejor es sufrir á un rey don arias. (Llegándose á la casa don De los celos cíe aquella ingrata niña,
Donde tengo gusto: vamos de vivió Dorotea.) Si de mis ojos, ya de mis enojos.
A Dorotea , y suframos Miraba aquellos hombres. Volvióme amor á requerir sus puertas;
De amor la tirana ley. REY.
Llegó (decirlo quiero ) el Rey, y al punto
No me replique ninguno ; Que hicieron una seña , Dorotea
Silba, acaba. Salió á la puerta , y del acompañada ,
Que mas quiero á Dorotea don arias.
Con gusto y rey , que á quien sea Silbé.—Salió. Y el Infante también , si allí venia ,
De otro , y yo sin gusto alguno. Se fueron al Alcázar. Mira agora
En esta resolución ESCENA XVI. ¡ Qué doncella serví para casarme !
Reventó mi amor celoso. ¡De quién fié mis locos pensamientos!
¡Guardaos; que corre furioso! MARCELA , con sombrerillo y reboci Ábreme ; que ya estoy desengañado.
LEONELO.
llo, saliendo déla casa donde vivió Mi hacienda te daré, todo soy tuyo.
¿Qué dices desto, Chacón? (Ap. á él.) Dorotea.— Dichos. Robaréal Veinticuatro, por Dios vivo.
Mañana te daré dos' mil escudos.
CHACÓN. MARCELA. DOROTEA. r,|(1
Que esto ya me lo sabia , Las señas esperaba. Quedo,quedo,donJuan;quesihecalla-
LA NINA DE PLATA. 2S7
Mas cuando tocas tanto al honor mió , LEONELO. Que tiene toda Sevilla.
Quiero que de tu error te desengañes. Vén , Chacón. músicos. (Cantan.)
¿No conoces mi voz? ¿ Tan ciego vives? CHACÓN. Caminad, suspiros,
Dorotea soy yo, no soy Marcela ; ¿Qué tenemos?¿Hay tinieblas? Adonde soléis,
Marcela es la que el Rey lleva consigo. LEONELO. Y si duerme mi niña,
Aquí vivió Marcela ; que esta casa ¿Por qué lo dices? No la recordéis.
Por huir del Infante vivo agora , DON ENRIQUE.
Y esa Marcela, en la que yo vivía. CHACÓN.
Óyeme bien, y mírame á la cara ; Si hay lamentaciones ¡Extremada, y mas que buena!
No me afrentes mañana por Sevilla ; Y escuridad , ¿qué quieres que te diga ? ¡Linda letra!
Que soy mejorquetú.y en honra puedo LEONELO. MÚSICO.
Decir que puedo competir conmigo ; La Niña está enojada por Marcela. ¿Esta te agrada?
Quenonaymashonraquelaqueyo tengo. CHACÓN.
DON ENRIQUE.
Testigos estas joyas que me ñas dado, Pues déle un tres , y cesarán las riñas ; Niña dormida y guardada
Pues que yo te las di por no tenellas; Que es antiguo remedio para niñas. Fué la causa de mi pena.
Que quiero mas desnudas mis paredes ¡Excelente, linda cosa!
Y vestido mi honor, que á treinta infantes. {Vanse.) ¿Quién la hizo?
Vete , villano, vete con Marcela ; MÚSICO.
Sigúela donde va: para ti es propria ; Yo, Señor.
Que los hombres quereísquien os abrase; Salón del Alcázar.
Porque con malas obras andáis finos, DON ENRIQUE.
Y en amándoos pagáis con desatinos. ESCENA XIX Agora diste en mi humor.
DON JUAN.
Con niña es letra famosa.
DON ENRIQUE , melancólico; «tísicos, MÚSICO.
Quedo, quedo, señora Dorotea; CRIADOS.
Que esos blasones fueran .muy bien di- ¿Esto llamas novedad?
Y los oyera yo de buena gana , [chos, DON ENRIQUE.
Sin niña y madre no hay letra.
Cuando no hubiera visto ¡ ah santo cielo! Cantad otra, por mi vida; DON ENRIQUE.
Entrar un hombre con su misma llave Quees esa muy enfadosa. Esta el alma me penetra.
Por esas puertas. UN MÚSICO.
Cantad, que duerme, cantad.
DOROTEA. La de Cleopatra es famosa.
Y eso ¿quién lo niega? DON ENRIQUE.
ESCENA XX.
Entró mi hermano; que mi hermanopue-
[de Vaya. ¿Es nueva? UN CRIADO. — DON ENRIQUE, músi
Entrar sinque mi honor manchadoque- MÚSICO. cos, criados; después, EL MORO
Y para que lo veas , vive el cielo [de. Es nunca oida. ZULEMA.
(Que otra vez no te he dicho tal palabra), (Cantan.) El blanco y nevado pecho, CRIADO.
Que has de entrar en mi casa y has de Posada del dios Cupido...
don jdan. [hablarle. DON ENRIQUE.
El moro , á quien hoy mandaste
No mas ; mataisme el oido. Aquella figura hacer, .
No, mi vida, no es justo, yo lo creo, Dice que te quiere ver.
Sino que yo te adore, y que tú muestres MÚSICO.
DON ENRIQUE.
Tu generosidad en perdonarme. Que es triste el tono sospecho.
Vesiue aquí de rodillas á tus rejas. EDtre.
DON ENRIQUE. (Sale Zalema con un papel.)
Dorotea. [hora; No topa en eso. —A buen tiempo llegaste.
¿Perdonarte?¡Oh québien! Vete en buen MÚSICO. ZULEMA.
Que Marcela saldrá por la mañana, ¿Es secreta Dame esos pies.
Hermosa , linda , colorada y fresca , La causa? DON ENRIQUE.
Y le darás tu hacienda y tus regalos, [so DON ENRIQUE.
Robando al Veinticuatro, á quien vo pien- No es razón
Fué porque llama Que de esa manera estés.
Escribir un papel de tus maldades ; A los pechos de esa dama
No piense que conmigo vas gastando ¿Qué hay de la (¡gura?
Mesón de amor el poeta.
Eso que ron la rabia y la cautela ZULEMA.
MÚSICO.
Le pensabas robar para Marcela. (Vate.) Quees
Esta escucha. Contraria á tu pretensión
DON ENRIQUE.
ESCENA XVIII. Venus, que á la Luna mira
Quiero oilla. Con grande malicia opuesta ,
DON JUAN, LEONELO; CHACÓN, re MÚSICO. Y con Marte manifiesta
tirado. Si no te agrada , perdona. Que por un hombre suspira
(Cantan.) Por los cafiosde Carmona De su calidad igual.
DON JUAN.
Por do va el agua á Sevilla... Los dos se miran de trino;
DON ENRIQUE. Después que tu alteza vino ,
Mi bien, espera ; espera, niña mia, Por celos se traían mal.
Hermosa plata, limpia, tersa, pura, No mas. Aqui muestra el sol que un dia
Lustrosa mas que suele estar la nieve MÚSICO.
Pues ¿qué te da pena Sola contigo estará;
En los extremos de los altos montes. Pero libre quedará
Mi vida , escucha , ó mataréme. De aquesta leira , Señor?
Su honra de tu porfía.
DON ENRIQUE. •
LEONELO. Pero retírate mas ;
Advierte Cantalda á algún aguador. Que aunque de aquesta mujer (Ap. á él.)
Que despiertas las gentes. ¿Eslásloco? Para algún enfermo es buena. Miré tu amor, puede ser,
DON JUAN. MÚSICO. Aunque tan seguro estás ,
¿Habéis oido lo que aqui ha pasado? Tú lo estás; oye, te ruego. Que haya visto algunas cosas
DON ENRIQUE.
Que son de mas importancia.
LEONELO.
DON ENRIQUE.
Y ¿no es mejor que aquella sea Marcela, Esta enfermedad no fragua
Y sea Dorotea tan honrada? Amor con deseos de agua ; ¿Cómo?
Hidrópico soy de fuego. ZULEMA.
DON JUAN.
MÚSICO. Tú has de hacer por Francia
Tienes razón ; y por mirar su honra , Dos jornadas peligrosas,
Quiero dejar la calle; que mis voces Cantemos una letrilla ;
Huyendo del Rey tu hermano.
Pueden ser causa de que alguna pierda. Que podrá ser agradarte. DON ENRIQUE..
Vamos al muro; que sus duras piedras DON ENRIQUE.
Se moverán, Leonelo, al llanto mió. Ni aun las letras serán parte, ¿Qué dices, que adora en mi?
288 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ZULEMA. DON ENRIQUE. MARCELA
Agora , Enrique , es ansi ; ¿Es Dorotea? ¡ Desprecio extraño :
Que también Nerón romano MAESTRE. Pues aunque un rey me tripula
Cinco años gobernó Y me descarta enojado.
Su república de suerte, | La misma.
Que una sentencia de muerte DON ENRIQUE.
Yo sé que para su runfla
Con mil lágrimas firmó. Me quisiera algún vasallo.
¡ Fuera , criados ;
Séneca del se admiraba; ¡ Despejad la cuadra luego.
Pero matóle después ; ( Vanse los criadas y músicos.)
Y esta blandura que ves i Tú , moro astrólogo falso ,
En Pedro , ya el curso acaba. ! Mira ¡qué presto mentiste! ACTO TERCERO.
A doña Leonor, tu madre, Pues sin trinos ni cuadrados ,
Ha de matar. I Sextiles ni oposiciones,
DON ENRIQUE. Me traen el bien que aguardo. Calería del Alcázar.
¿Estás loco? ZULEMA. ESCENA PRIMERA.
ZULEMA. i ¿Eso es cierto?
Esto que te digo es poco ; DON ENRIQUE.
EL REY, DON ARIAS.
Que á don Alonso , su padre, ¿No lo ves? REY.
Pienso que no perdonara ,
Si en esta ocasión viviera. ZULEMA. ¿Que no era aquella la dama
Tú lo verás cuando muera Haré mis libros pedazos, Por quien Enrique padece?
Tu hermano el Maestre. Si fuere verdad. DON ARIAS.

DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE. La historia, Señor, merece
Para, Despeja. Verso y prosa , nombre y fama.
Para , astrólogo cruel , Di que entre , y déjame , hermano. Todas las joyas se dieron
Para esas locas mentiras. MAESTRE. A Marcela por engaño.
ZULEMA. Voy á decírselo. REY.

Enrique , ¿ desto te admiras? ( Vanse el Maestre y el moro.) ¡Notable suceso!


Pues tú has de matarle á él. DON ENRIQUE. donarías.
DON ENRIQUE. ¡Cielos! ¡Extraño!
¡Yo á Pedro! No lo tengáis por agravio. RET.

ZULENA.
Perdonad ; que amor me fuerza. ¡Qué mal empleadas fueron !
Dejad que roben mis brazos don arias.
Y has de quedar Aquesta imagen de plata ,
Rey pacífico en Castilla. Aqueste raro milagro A no ser merced deTcy,
DON ENRIQUE. Del templo de la hermosura , Que no se puede quitar,
¿Sueñas? Como otro Páris troyano. Se las hiciera tornar.
REY.
ZULEHA.
¿Qué te maravilla? ESCENA XXII. Eso ni es razón ni es ley.
Sus hijos no han de heredar ; Por su lance las ganó :
Que han de morir en prisión. MARCELA. — DON ENRIQUE. Háganle tan buen provecho,
Como de Enrique sospecho
DON ENRIQUE.
MARCELA. Que daño igual le causó.
Vete, moro, enhorabuena ; Encareciéndome el Rey, DON ARIAS.
Que quien aumenta la pena Señor Infante, que cuando
No merece galardón. Mayor pienso que es su daño
Vuestra alteza entró en Sevilla Que el provecho de Marcela.
¿Hay tan grandes desatinos? Con tantas fiestas y aplauso, Creció el amor la cautela ,
Me vio en un balcón... Y la pena el desengaño;
ESCENA XXI. DON ENRIQUE. Pero tendrá buen remedio.
EL MAESTRE.— Dicnos. ¿Qué es esto? REY.
MARCELA. Eso deseo saber.
MAESTRE. Y que de amor y cuidado don arias.
¿Está aqui Enrique, mi hermano? Estaba enfermo... Dos cosas quiere poner
DON ENRIQUE. DON ENRIQUE. Del mar (leste amor en medio.
Aqui estoy , hermano mió. ¿Quién eres? rey.
MAESTRE. MARCELA. ¿La primera?
Echa fnen los criados ; La que, agradecida tanto, don arias.
Que el Rey y yo te traemos Rompo la vergüenza justa , El interés.
Para tu mal... Atropello el honor casto , REY.
DON" ENRIQUE. Por dar remedio á tu vida. ¿Y la segunda ?
Habla paso. DON ENRIQUE.
don ARIAS.
MAESTRE. ¡Maestre , Maestre, hermano,
Hola! ¿Qué mujer es esta? Una tía.
Un Hipócrates divino , REY.
Un Galeno soberano, MARCELA.
Una yerba de Tesalia , Señor, Marcela me llamo. Cualquiera dellas podría
Una epítima, un reparo . DON ENRIQUE.
Dar con el mundo á sus pies.
Y un alkérmes de los cielos Es el interés , don Arias ,
¿No eres la Niña? Alta confección de Alkérmes,
En un cristalino vaso.
MARCELA. Por mas que del gusto enfermes,
DON ENRIQUE.
¿Qué niña? Compuesta de cosas varías;
¡Ay Maestre ! ¿Qué me dices? Pero aunque es tan poderoso,
DON ENRIQUE.
Que no hay remedio en mis daños , Asegurarte podría
Fuera de unos bellos ojos , Pues ¿cómo con este engaño
l Pensasles curar á amor? Que es alta cosa una tía
Fuera de unos blancos brazos. Para el caso mas dudoso.
I ¡Criados , hola, criados!
MAESTnE. | Llevad de aquí esta mujer ; Notables cosas se acaban
Esos mismos que deseas , i Que me muero , que me abraso. En casa de una parienta.
Esos están aguardando Crecido habéis mi locura. DON ARIAS.
Que estés solo. ¡Muerto soy! (Vas*.) Luego ¿buen remedio intenta?
LA NINA DE PLATA.
REY. TEODORA. TEODORA.

Cuantos escriben le alaban. ¿Mil años?Malicia es esa. Cuando te alejes


Pero ¿qué tratáis con ella? De los que tengo rae pesa ^ Desta esperanza imposible,
don adías. Los que me faltan recelo. En un mes ó en quince dias
Que le venga a hablar aquí. DON ARIAS. Se le olvidará Teodora *.
REY.
Los que te deseo digo ; DON ENRIQUE.
Que no hablo en los que tienes. Si así me tratas. Señora,
Y ¿qué responde? ¿Cómo vienes? Hoy será el fin de mis dias.
donarías. TEODORA. Duélele de mí, que estoy
Que si. Con mil bienes. A la muerte.
REY. TEODORA.
DON ARIAS.
Todo el oro lo atrepella. Hoy cobras un grande amigo. ¿Pena en ti?
donarías. TEODOR*. DON ENRIQUE.
Es el mas dulce tirano No lo seré poco suya, ¿No soy hombre?
De la voluntad. Si este contento le doy. TEODORA.
REY. Pero ¿ sabe bien quién soy ? Señor, si.
No creo DON ARIAS. DON ENRIQUE.
Que hay imposibleal deseo, De su sobrina lo arguya ; Pues ¿qué quieres si hombre soy?
Si lleva plata en la mano. Que si pintara un pintor
La Niña se liará muy santa , TEODORA.
Al honor, virtud divina, ¿Lloras?
Y irán horras tia y sobrina. Con pintar á tu sobrina DON ENRIQUE.
don arias. Dijeran que era el honor.
Rompe la cnerda mas lina , Pero ya viene el Infaute. Estoyme muriendo;
Si el interés la levanta. No duermo, como, ni vivo.
TEODORA.
REY. ESCENA III-
No lo dejes de la mano. Extraña pena recibo;
Pide lo que es menester ; DON ENRIQUE.—Dichos. De verte penar me ofendo.
Que al fin la Niña es mujer, DON ENRIQUE.
Poco mas que viento vano. DON ENRIQUE. Remedíame.
No te espanten sus razones Sea mil veces bien venida TEODORA.
Ni te engañe un rostro honrado; Mi amiga la mas querida, ¿Cómo?
Que rompe un nuevo obligado Mi joya , perla , diamante , DON ENRIQUE.
Mil viejas obligaciones. Mi antidoto del veneno Escucha :
don arias. Que amor me dio por los ojos , Yo casaré tu sobrina.
Como eso saben hacer La gloria de mis enojos
Y el sol mas claro y sereno, TEODORA.
Cuando hay tierra de por medio. La honra es prenda divina.
La luz de mi confusión
{Yate el Rey.) Y el bien del mal que padezco , DON ENRIQUE.
A quien los brazos ofrezco La fuerza del oro es mucha.
ESCENA II. Por señal del corazón. TEODORA.
TEODORA \ con manto; UN ESCUDE ¿Cómo viene? Cómo está
Mi señora Dorotea * ? ¿Qué le darás?
RO.— DON ARIAS. Y ¿cómo haré yo que crea DON ENRIQUE.

Teodora. (Al escudero.) Que lo es de mis prendas ya? Ríen podrá


Estimo mas su salud Casarse: seis mil ducados.
No bay para el amor remedio Que la del Rey, vive Dios. Y no te cause cuidados
Como querer no querer. Arias , ¡qué veces los dos Que el secreto se sabrá;
Pero si no hay discreción Hablamos en su virtud ! Que no será la primera
En saberse reportar, ¿Qué te he dicho desla amiga ? Que lleve el honor en plata.
Dos caminos suelen dar ¿De qué manera la quiero? TEODORA.
Fin al amor.
ESCUDERO.
DON ARIAS. Agora, á su honor ingrata
Todo lo sabe. Y á su opinión verdadera.
¿Cuáles son? Tendrá con mucha ocasión
TEODORA.
TEODORA. Nombre de Niña de Plata.
El oro entre desiguales , Ya espero
Que des lugar á que diga DON ENRIQUE.
Como aquí lo intenta Enrique, Siquiera alguna razón Mi bien, mi remedio trata ,
Cuando el que yo pienso aplique; En que parezca que siento... Ten de mi mal compasión.
Y el casamiento entre iguales. No le faltará marido
DON ENRIQUE.
escudero. (Ap. á Teodora.) Con estos seis mil ducados ;
i Deja todo cumplimiento; Porque yerros tan dorados
Habla bajo; que ha salido I Que en lio cumplimientos son.
Don Arias al corredor. Presto se cubren de olvido.
] Dime qué tienes pensado ¿Qué piensas hacer por mi?
TEODORA. ! De mi salud, pues don Arias
Y el corredor destc amor TEODORA.
I Te habló.
También don Arias lo ba sido. TEODORA. Ahora bien, dame el dinero,
DON ARIAS. Mil cosas contrarias No por quererlo primero ;
I A tu gusto y á mi estado. Que esta bien seguro en tí ;
Mil años te guarde el ciclo. Mas por no volver después
', Puesto me has en confusión,
Mirando tu mocedad; Por el precio de mi honor.
1 En este aclo el autor equivocó los nom ' Mas también mi calidad DON ENRIQUE.
bres de la tia y la sobrina , aplicando cons
tantemente a aquella el de Dorotea, y lla ; Da voces á la opinión. Que me place.
mando a esta Teodora. El impresor (ó algún ¡ Repórtate si es posible.
rumien antes que él) trató de remediar el DON ENRIQUE. i Dorotea dice la Impresión ; pero la pa
descuido; pero enmendando los nombres, ¡Oh , mi bien , no me aconsejes labra señora, en que termina el verso si
estropeó los versos. La edición común de La guiente , prueba que el autor escribió Teo
Niña de Plata es una refundición de la pre Tanto mal !
sente : en ella está corregido este cambio de dora. Lo mismo sucede en otros pasajes de
nombres y hay también otras enmiendas este acto. Entienda el lector que los nom
acertadas ; pero no parecen de mano de Lo * Teodora puso el impresor ; pero el con bres de Dorotea y Teodora, fuera del diálo
pe. De todos modos, creemos que no es su sonante crea del siguiente versu manillcsta go van bien puestos ; en el diálogo están
yo el acto tercero de La Niña de Plata. que el autor escribió Dorotea. equivocados.
L-i. 19
200 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
TEODORA. I Llanto, voces y crueldad , Toda la multitud de los criados
Pues, Señor, I Esa misma resistencia El cuerpo, y inclinándole, es forzoso
Para que seguro estés, Pondrá en mi pecho valor, Que los cuartos traseros estén fuera.
A su hermano de Teodora Porque como es rayo amor, Y estar toda una sala en tal postura
Con recado falso envía Muestra en lo fuerte violencia. Es peligroso en tiempo de castañas,
Donde no venga hasta el dia, Vén á tomar el dinero ; Y no puede beber limpio, ni es justo
Pues en lin te sirve agora. Aqui en mi cámara está, Que toda la familia y coliseo
Yo me acostaré temprano Y en escudos bien podrá Estén haciendo entonces el guineo.
Y recogeré la gente; Llevártelo el escudero , LEONELO.
Tú puedes seguramente, Y si no, quien tú quisieres ; Déjate desos locos desatinos,
En dejando el Rey tu hermano, Que á su hermano, yole haré Y despierta á tu amo.
Ir con aquestas tres llaves, • Que nos deje.
CHACÓN.
Que de aquí á la noche harás TEODORA. (Ap.)
Que le imiten, y abrirás. Siempre fué ¡Ah señor amo!
Mujer quien rindió mujeres. ¿Qué tienen esas rejas?
DON ENRIQUE.
DON JUAN.
Muestra. DON ENRIQUE.
TEODORA. Arias, bien se ha negociado. (Ap. á él.) Mármoles tienen de queHierro tienen,
están asidas.
La puerta que sabes, DON ARIAS.
Que es de la calle, con esta. CHACÓN.
Lindo dinero le cuesta. Ea , ¿mas que se suelta la poesía,
DON ENRIQUE. DON ENRIQUE.
¿De qué son estotras dos? Y que encajas aqui cualque soneto?
Mi vida compro. DON JUAN.
TEODORA. DON ARIAS.
Estáme atento. Si entendiera acabarle, comenzárale.
Si es esta, CHACÓN.
DON ENRIQUE.
Poco dinero costó. Pocos saben, Señor, cómo se acaban;
Por Dios, escudero. (A Teodora.)
Que ya es la noche molesta. Y asi, verás sonetos milagrosos,
TEODORA.
¿Habémonos de ir? Que entran con obeliscos y pirámides,
La puerta del corredor TEODORA. Marfil, ebúrneo pecho, fuentes líquidas,
Con esta llave abrirás. Mirad Y vienen á parar desustanciados.
DON ENRIQUE.
Que el silencio es santa ley. DON JUAN.
Dime, mi bien, lo demás. ESCUDERO. ¿Has sido tú poeta?
TEODORA.
Pienso que ha de darte el Rey CHACÓN.
La mitad desta ciudad. Cuatro Teces :
Junto á la sala, Señor,
Sobre la mano derecha. (Yanse.) La primera me dieron muchos palos;
Verás un cancel, que allí La segunda vinieron cuatro curas
Hay una lámpara. . A conjurarme por maligno espíritu ;
Calle. La tercera me echaron de la calle
DON ENRIQUE. Por apestado y hombre contagioso;
AÜ ESCENA IV. Y la cuarta, á la fe, gané unos guantes
Vaya mi estrella derecha. Con un soneto.
TEODORA. DONJUÁN, LEONELO, CHACÓN. DON JUAN.
¿A mi? Luego ¿á mi me quieres? LEONELO. Dile por tu vida.
DON ENRIQUE. En fin, venimos á tu centro antiguo. CHACÓN.
Hablo, porque tú me guias. Después de dar mil vueltas á Sevilla. ¿Tendréis paciencia?
TEODORA. ' DON JUAN. DON JUAN.
Si de mi no te desvias, De dia no me atrevo á los umbrales ' Sí.
Despertarás mis mujeres. De la niña ingratísima que adoro, CHACÓN.
Lleva linterna, y enciende Porque no entienda que á rogarla vengo; Va de soneto.
En la lámpara que digo; Pero de noche este consuelo tengo.
Entra el cancel... y el postigo . LEONELO.
CHACÓN.
Que á mano izquierda deciende, Di el sugeto.
Es de mi aposento, el cual Después que vimos que era todo engaño, CHACÓN.
Por de dentro cerraré, Y que es Teodora tan constante y urme, En el mesmo está el sugeto.
Para que aunque voces dé, Bien nos parece que á su casa vengas ; Un soneto me manda hacer Violante,
Todas las oigamos mal. Pero venir, y con humildes ojos Que en mi vida me he visto en tanto aprie-
Pásala cuadra, y enfrente Adorar estas rejas y balcones, Catorce versos d icen que es soneto ; [to;
Verás durmiendo á Teodora; ' Y hacer á cada balaustre dellos Burla burlando van los tres delante.
Que una criada que adora Masreverenci asquea un señorque bebe, Yo pensé que no hallara consonante,
Está por cierto accidente Parécenos extraño desatino. Y estoy á la mitad de otro cuarteto ;
Hoy en casa de su madre; DON JUAN. Mas si me veo en el primer terceto, ,
Que no fué poca ventura. ¿No lo es mayor comparación tan necia? No hay cosa en los cuartetos que me és-
Allí la tendrás segura, CHACÓN. [pante.
Y cuanto á tu gusto cuadre ; , Mas pienso quelo son losque las hacen. Por el primer terceto voy entrando,
('orno el ánimo no sea LEONELO.
Y parece que entré con pié derecho,
Vista primera de amante; Pues fin con este verso le voy dando.
Que hay hombre eomo un gigante, ¿Mas que tenemos entretenimiento? Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
Que aunque mil espadas vea, CHACÓN. Que voy los trece versos acabando;
Por todas ha de romper, No sé ; yo digo en esto lo que siento. Contad si son catorce, y está hecho.
Y puesto en una ocasión, LEONELO. LEONELO.
Le da frió de cicion Pues , bestia , ¿no es razón y policía ¿Cuyo pudiera ser tal desatino?
De mirar una mujer. Que se baga reverencia y cortesía? DON JUAN.
DON ENRIQUE. CHACÓN. Déjale hablar ; mi pena se entretenga
Yo quedo bien instruido La reverencia es justa, pero en tiempo. De cualquiera manera.
De la casa y de las llaves ;
Cuanto al ánimo , ya sabes LEONELO. CHACÓN.
Que estando el muro rendido, ¿Y en la bebida no? Mas me holgara
La misma facilidad CHACÓN. De irme á acostar que entretener dos lo-
Hace cobarde al soldado; De ningún modo. DONJUAN.' • í00*-
Pero donde habrá cuidado, Cuando bebe el señor, verás que baja ¿Hay cuerdos con amor?
LA NINA DE PLATA. 291
CHACÓN. CHACÓN. DOROTEA.
Sin amor, pocos. Diga Teodora agora que es honrada, Pues ¿por dónde entraste aquí'.'
DON JOAN. Entre cuatro paredes encerrada. DON ENRIQUE.
Vo me muero de amor. DON JUAN. Con estas llaves entré,
CHACÓN. ¡Válgame el cielo! De tu tía las compré,
Y yo de sueño. CHACÓN. Seis mil ducados me cuestan,
DON JUAN. Valga, y lleve presto. Y seiscientos mil se aprestan ,
Yo me tengo la culpa : fui celoso, DON JUAN.
Si pagas tan firme fe.
Por lo menos, de un ángel de los cielos. Romper quiero las puertas. DOROTEA.

CHACÓN. LEONELO.
¡ Mi lia!
DON ENRIQUE.
Extrañas sabandijas son los celos. Don Juan, tente;
Que sin duda el que ha entrado es el In La misma.
DON JOAN.
¿Has los tenido tú? fante, DOROTEA.
Porque este rebozado es el Maestre. Advierte
CHACÓN.
Vamonos de la calle , por tu vida ; Que es noble.
¿No eres mas tonto? Que no es esta ocasión para perderte.
DON ENRIQUE.
¿No ves que son los celos como sama, Dios quiere que esto veas con tus ojos,
Que ninguno se escapa de tenerla? Para que des buena vejez, que es justo, Amor me convierte,
Como á Júpiter, en lluvia :
LEONELO. A los padres que tienes, tan honrados, Cree que esta color rubia
¡Hermosa necedad ! Casando con tu igual ; porque bien sabes La mas honesta divierte.
CHACÓN. Que aunque es noble la Niña, no merece Recogida en su aposento,
Mayor es esa. Que te iguale, con tales niñerías. A todo ha dado lugar.
LEONELO. DON JUAN. Ten de mi mal sentimiento ;
La sama es mal de niños, y los celos ¿Cómo igualar? Leonelo, loque lio visto Voces no ban de aprovechar,
Es mal mas ordinario en viejos. De tal manera me ha desengañado, Que ha de llevarlas el viento.
CHACÓN.
Que hago al cielo voto y juramento Hasta en la calle está gente,
Dime, De no ver en mi vida aquestas puertas. ?ue á nadie entrar dejará,
¿Estas puertas? ¿Qué dije? Ni esta calle. ambien tu hermano está ausente :
¿Cómo pintan á amor? Camina por ahí. Todo prevenido está.
LEONELO.
LEONELO. DOROTEA.
Niño. ¡Famoso acuerdo! Detente, Infante, detente.
CHACÓN.
Pues, sabio, DON JUAN. Desvíala luz de mi,
Si amor es niño, amor los celos tiene : Tanta pena ¿qué loco no hará cuerdo? No me veas.
• DON ENRIQUE.
Luego los celos son lo que yo digo. LEONELO.
LEONELO. Chacón, ¿qué te parece? Yate vi
Cuando durmiendo te hallé.
Chacón, no quiero disputar contigo. CHACÓN.
Tu voluntad conquisté;
DON JUAN. Que no es mucho Pero no la merecí.
¿Que ofendiese yo un ángel, que perece Que esto haga una niña; mas no mandes Por eso ha sido forzoso
Entre cuatro paredes por honrada? Que sufra enredos de mujeres grandes. Valerme de mi poder.
CHACÓN.
(Vante don Juan, Leonelo y Chacón.) DOROTEA.
Yo creo en Dios. MABSTRE.
No fué valor generoso.
DON JUAN. Despacio pienso que estará mi hermano. Para una flaca mujer
¿Qué dices? Vamos, don Arias, un momento al rio ; Te has mostrado poderoso.
CHACÓN.
Que lia de llegar un coche a sus orillas ¡ Ah vi I sangre de mi tia !
Con una de las siete maravillas. ¡ Ah pobre , engañado hermano ,
Que estornudo,
Y creo en Dios. DON ARIAS. Por su falsa alevosía!
Seguro puedes ir por mas de un hora, DON ENRIQUE.
ESCENA V. Yaun pienso quepodrás hasta el aurora. Ya te lamentas en vano.
MAESTRE. Mira que se acerca el dia :
DON ENRIQUE , EL MAESTRE y DON Verás una mujer, no tan discreta Basta lo que has peleado;
ARIAS, de noche.— Dichos. Como Dorotea, pero mas hermosa. Que el mas honrado soldado
DON ARIAS. Suele rendirse á partido ;
DON ENRIQUE. Que si el tiempo le ha rendido,
La puerta es esto. No son buenas mujeres tan discretas.
No pierde nada el honrado.
MAESTRE.
MAESTRE. ¿Qué mas pretendes hacer?
Llega. Anda ; que buenas son para poetas. Procura escapar la vida,
DON E.NRIQUE. (Yante.) Si el honor no puede ser.
Dame, don Arias, la linterna. DOROTEA.
DON ARIAS. ¿Parézcote muy rendida?
Toma. Cuarto de Dorotea. DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE. ESCENA VI. Dígalo cualquier mujer.
Quedaos adiós. DOROTEA.
{Dirígete á la puerta de cesa de Do DOROTEA, en manteo, con una ropa
rotea.) debajo del braso; DON ENRIQUE, Mátame, y viéndome muerta,
con una linterna. Se te quitará el amor.
leonelo. (Bajo d don Juan y Chacón.) DON ENRIQUE.
¿Adonde va esta gente?
DON ENRIQUE. Pienso que aun no estás despierta.
DON JUAN.
¿Adonde huyes de mi? DOROTEA.
La puerta de Teodora abre aquel hombre. DOROTEA. ¿Que para vencer mi honor
CHACÓN.
¡Dorotea! ¡Elvira! ¡Inés! Te dio mi sangre la puerta?
¿Aquel hombre la puerta de Teodora? DON ENRIQUE. DON ENRIQUE.
(Abre el ñey , y éntrate.) No des voces, vuelve en ti. Teodora, no es tiempo ya
LEONELO.
DOROTEA. De perderle.
'Abrió y entró, por Dios. ¿Quién eres? DOROTEA.
DON JUAN. DON ENRIQUE. Solo pido
¿Qué es esto, cielos? Ya ¿no lo ves? Que me escuches.
202 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DON ENRIQUE. Y fué perdiendo el amor No se adelantara el mió.
¿Quién podrá? El respeto á los altares. Pero ya que sé que quieres ,
DOROTEA. Apretéle el casamiento, Yo preguntaré quién es ,
Un hombre tan bien nacido, Y él se lo dijo á su padre, Y será tuyo, pues eres
Pienso que obligado está. Hombre rico y veinticuatro, Tan firme en tanto interés;
Defcuena opinión y sangre. Cosa bien nueva en mujeres.
DON ENRIQUE. Como supo mi pobreza, , Yo te prometo casarte,
He llegado por quererte ¡Oh Enrique! pensó matarle; Aunque se interponga el Rey
Hasta la muerte. Aunque en la sangre bien pienso Para que venga á rogarte,
DOROTEA. Que fuéramos harto iguales. Aunque mujer de tal ley
Yo haré En fin, para divertirle. Mas honra que puede honrarte.
Tu gusto. Quiere el viejo que se case Si cuentan de Cipion
DON ENRIQUE.
Con una mujer mas rica Que volvió por la opinión
Que de codiciosas partes. De aquella hermosa mujer,
Di de esa suerte. Con esto celosa y triste, España le ba de tener;
DOROTEA. Fingi, Señor, retirarme ; Que en ella todos lo son.
Mata la luz. Que aprietan mucho desdenes Si con las bijas de Darío
DON ENRIQUE. Donde ha habido voluntades. Fué Alejandro al nombre igual,
No osaré. No fueras tú mal tercero Fué á su fama necesario;
DOROTEA. Con tu amor para abrasarle; Yo he sido mas liberal.
Pues ciérrala. Que donde hay competidor Si es amor mayor contrario.
DON ENRIQUE. No hay boda que se dilate; Algún tiempo me darán
Cierro. (Cierra la linterrta Mas liase alterado todo, Nombre de Cortés galán
Como eres un mar tan grande ; Las historias de Sevilla ;
DOROTEA. De suerte, que mi barquilla Mas soy por padre Castilla,
Advierte. Se anega en tus tempestades. Y soy por madre Guzman. ( Vate.)
El din que con el rey El sabe lo que me quieres,
Don Pedro, tu hermano; entraste Mi resistencia no sabe ; ESCENA VII.
En esta ciudad famosa Por tí mi remedio pierdo
De Sevilla, ilustre Infante, ÍQue yo supiera obligarle), DOROTEA.
Años habia que un. hombre Y mas agora que estas ¡Enrique, Infante, Señor!...—
Pasaba esta misma calle Donde Dorotea infame . Fuese. ¡Qué notable hazaña
Con mil honestos deseos, De mi h'onor y de sus puertas En hombre que tiene amor!
Para obligarme bastantes. Te ha dado, Enrique, las llaves. Pero es muy propio valor
Miróme con tales ojos, Bien sé que mi resistencia De un hijo de un rey de España.
Que pudieran bien entrarse Ya no puede ser que baste ¿Hase visto maravilla
Por el corazón mas duro, A la traición que me han hecho Que mayor que aquesta sea?
Si Dios le hiciera diamante. Por el interés infame; ¡Plega al cielo que Sevilla
No le quise bien muy presto ; Mas como Roma ha tenido Coronar su frente vea
Que después de mil combates La matrona venerable Por príncipe de Castilla!
Mis ventanas consulté Que ha honrado con su laurel Y'a por la escalera baja,
Con palabras semejantes: A la castidad triunfante, Aunque con mayor ventaja
« Hierros destas rejas duras. Haz tu gusto, pues no puedo Por la de la fama sube.
Piedras que servís de engastes, Defenderme ni libracme ; Ya el alba en dorada nube
Mármoles de aquesta puerta, Que también tendrá Sevilla Romper la noche trabaja.
¿Querré bien? Aconsejadme. » Una mujer que se mate. Quiero despertar la fiera
Y parecióme que un dia Que con las viles me iguala ,
Me dijo un hierro: « ¿Qué haces, DON ENRIQUE.
Por el interés que espera ;
Si me ves enternecido Teodora, yo le he escuchado Que no hubiera mujer mala
Solo de oirle quejarse?» Con atentó y tierno oido : A no haber buena tercera.
Las piedras me respondieron : El amor me has reportado, Pero bien será cerralle,
« A suspiros semejantes El brazo me has detenido, Porque, si vuelve, no halle
Ya nos volvemos en cera ; Y el corazón lastimado. La ocasión que puede asir,
No podremos sustentarte.» Contásteme que quisiste Si se vuelve á arrepentir
Los mármoles me decían : Un hombre, y de verle trisles Con los aires de la calle. (Vate.)
« Donde los que miras nacen, Con tal lástima te oi,
No habrá tan duras entrañas, Que vengo á tener de tí
Si te resistes de amarle.» La que de mi no tuviste.
Creilos, tú vele amor, • Habitación de don Joan.
Bien me pudiera vengar
Trujóme un papel un paje , De tus desdenes , Teodora ; ESCENA VIH.
Entróme por casamiento Pero llegar á mirar
(Que no hay cosa que nos halle Mujer que por otro Hora EL VEINTICUATRO, LEONELO.
La voluntad mas dispuesta ¿A quién no basta á templar?
Para cualquier disparate), No me has quitado el amor LEONELO.
Respondí tan desdeñosa, (Que nunca amor es mayor ¿Tú me atribuyes las locuras suyas?
Que pudiera, á no adorarme, Que cuando es tenido en poco) ; VEINTICUATRO.
Mudar de imaginación Pero has vuelto cuerdo á un loco, Su padre soy, Leonelo , no te espantes.
Y ponella en otra parte; Dando materia al valor. LEONELO.
Pero amor, que, verdadero, Toda estás en mi poder,
Sufre y calla hasta vengarse, Mucho me espantan las palabras tuyas:
Y esto basta á darme nombre ; Eslo es acompañar locos amantes.
Le dio para mis desdenes gue rendirse á su querer
Paciencia y valor notable. Pero de mi verdad quiero que arguyas
s mas Vitoria del nombre Que no lo hiciera en pasos semejantes,
Con esto alcanzó de mi Que no el gozar la mujer.
Venir una noche á hablarme : A no temer que un hombre poderoso
En efeto, has confesado Mostrara su poder en un furioso.
En medio estuvo una reja ; Que estás sujeta á mi gusto,
Pero no para escucharle. Dios sabe que á don Juan he reportado
Con que ya estoy reportado ; Los pasos oeste loco pensamiento ,
Sus tiernas quejas oi. Queá quien se rinde, no es justo
Sus amores y humildades ; No hacerle partido honrado. Y con buenos consejos estorbado
Porque en los principias son Y ba sido gran desvario De la Niña de Plata el casamiento. ,
Muy humildes los amantes. Sospecho que por mí no está casado.
No haberme dicho el desvio
Esta noche trujo muchas : Que ya por tu amor arguyo, VEINTICUATRO.
Crecieron las amistades, Porque á haber sabido el tuyo, Si intentara don Juan tal casamiento .
LA NINA DE PLATA. 293
Yo buscara un esclavo á quien le diera Y tengan altos respetos. Don Juan , esta mujer! ¡Bendito sea
Mi hacienda, ó mecasara, ó me muriera. Pero , Señor, ¿qué ocasión El primero renglón que le escribiste!
Cásese con mi gusto, y le prometo A tanta humildad os mueve? ¡Oh Niña de mis ojos , que á tenellos
Hacerle veinticuatro de Sevilla , DON ENRIQUE.
El alma, en los del alma la pusiera!
Con tales alimentos , que en efeto Concertados quedamos de que luego
Cumplir un rey lo que debe : Vamos los dos donde esto se concierte.
Has envidia le tengan que mancilla. Deudas las palabras son.
DON JUAN.
LEONELO. Yo la he dado á aquel criado
Don Juan es mozo agora, aunquees dis ?ue agora conmigo viene , ¡Oh cuánto la codicia desalina!
creto. una hermosa hermana tiene , Cuando yo os suplicaba , padre mió,
De ponerla en noble estado. Que con Teodora pobre me casárades
ESCENA IX. Y queriéndola cumplir, (Que entonces era pobre y virtuosa),
Me quise informar primero No fué posible ni aun oir nombrarla ;
UN CRIADO.— Dichos. De algún mozo caballero Y agora que es Teodora infame yrica,
A quien pudiese elegir. Y un hábito os prometen de Santiago ,
CRIADO.
Supe que un hijo tenéis , ¡Ponérmele queréis de san Benito!
De don Enrique, infante de Castilla, Pienso que el nombre es don Juan , VEINTICUATRO.
Esta un criado aquí. Muy galán , y su galán ; ¡Teodora infame y rica !
VEINTICUATRO. Que esto por vos lo sabréis. DON JUAN.
¿Qué es esto? Daré veinte mil ducados No le obliga
LEO MELÓ.
De dote á aquesta doncella , Al Infante la deuda de su hermano,
Creo Aunque en las virtudes della Sino la de la honra, que la debe.
Que debe de cansarle su deseo. [des Van mas de cien mil guardados. Anoche vio Leonelo que entró Enrique
Querrá, por dicha, queádonJuanleman- Sin estos , le daré cuatro En su casa á las doce ; y fuera desto ,
Que no pase la calle de la Niña. Para joyas á Teodora , A Chacón envié cerca del alba ,
§ue es pobre en extremo agora ; Y vio cómo salia , y que en la calle
VEINTICUATRO.
para vos, Veinticuatro , Le esperaban don Arias y el Maestre.
Luego ¿quiérela él? Me da mi hermano el Maestre veinticuatro. (A Leoncio.)
LEONELO. Un hábito de Santiago. ¿Tú viste entrar á don Enrique?
Celos tan grandes Con esto mi deuda pago.
LEONELO.
Lo muestran bien. VEINTICUATRO. En todo
VEINTICUATRO. No sé , Señor, cómo os muestre Dice don Juan verdad.
Querrá que á don Juan riña. Debido agradecimiento. veinticuatro.
Dile que entre , Adrián. DON ENRIQUE. ¿Y tú le viste,
(Vate el criado.) Con ir después á palacio, Chacón, salir al alba?
LEONELO. Donde tratemos despacio CHACÓN.
Por Dios , que andes La forma del casamiento. Ya quería
Con él como quien eres. ¿Respondéis que sí? Correr la noche su cortina lóbrega,
VEINTICUATRO.
VEINTICUATRO. Y aparecer la luz del alba candida ,
Cuando ciña Señor, Como dicen poetas en esdrújulos ,
La espada que dejé, verás mi pecho. Mil veces digo*que sí. Cuando salió de ver la Niña el Príncipe,
DON ENRIQUE. Dejándola preñada de dos cónsules.
LEONELO.
Quedaos con Dios. Yo cumplí , veinticuatro. [bitos
Será de Ju valor heroico hecho. Pues , hijo , aunque me dieran tantoshá-
Félix, mi deuda en rigor.
Cuantos la religión darme pudiera,
ESCENA X. FÉLIX.
Y la dotara Enrique en las dos Indias,
Mil veces beso tus pies. Para Chacón no la tomara.
FÉLIX. — EL VEINTICUATRO , LEO Mi hermana voy á avisar.
NELO; después, DON ENRIQUE. chacón.
(Vanse don Enrique y Félix.) ¡Cómo!
FÉLIX.
VEINTICUATRO. ¿No hallaste otro mas tristey desdichado?
Véme , Leonelo, á llamar DON JUAN.
El Infante , mi señor,
En persona quiere hablarte. A don Juan. Esto te digo estando enamorado.
LEONELO.
VEINTICUATRO. VEINTICUATRO.
Ya ¿no le ves? Darte quiero mis brazos , y con ellos
No tengo en mi casa parte
Donde quepa tal favor; Mi bendición. Mas vamos á palacio,
ESCENA XI. Donde al Infante con honrada excusa
Peropudiendo llamarme
Su alteza , es mucha llaneza... DON JUAN , CHACÓN. — EL VE1NTI Padre decir que estabas tú casado
Cuando lo prometí, no lo sabiendo.
FÉLIX. CUATRO, LEONELO.
DON JUAN.
Mira que llega su alteza.
DON JUAN. Yo llevaré mujer, como tú quieras.
VEINTICUATRO.
Quiero por la tierra echarme. Viendo, Señor, entrar á don Enrique, VEINTICUATRO.
Tanta pena me dio , que si pudiera , ¿Fingida?
(Sale don Enrique.) Me fuera en este punto de Sevilla. DON JUAN.
¿Qué es esto , invicto Señor? ¡ Infantes te visitan ! ¿ Qué te quieren ? Sí ; que no ha de ser de veras.
DON ENRIQUE. VEINTICUATRO. VEINTICUATRO.
Veinticuatro , aunque os espante Huélgome de que estés tan ignorante; Pues Leonelo y Chacón serán testigos.
La visita de un Infante , Que, por lo menos, me darás albricias. CHACÓN.
Bien cabe en vuestro valor. La Niña es tu mujer. Para falsos, yo tengo cuatro amigos.
VEINTICUATRO.
DON JUAN. (Vanse.)
Tomad , Señor, esta silla , ¿De qué manera?
Porque en mi linaje quede
VE1NTICBATR0.
Por armas, que envidiar puede Salón del Alcázar.
La nobleza de Sevilla. Cásala de su mano don Enrique,
Dejaréla vinculada Por pagar los servicios de su hermano; ESCENA XII.
En mi mayorazgo honrado, Dale de dote veinte mil ducados ,
Sin cuatro para joyas, y el Maestre, EL REY, DON ENRIQUE, EL MAES
Con un telliz de brocado ,
Y en blanca plata aforrada. Su hermanodel Infante, ineda un hábito, TRE , DON ARIAS.
Sabrán mis hijos y nietos Cosa tan deseada de mi pecho, RET.
Que estuvistes vos aqui , Y que á mis enemigos dará envidia.
¡Bendita sea la hora que miraste, En viéndole, presumí
Para que se honren ansí
294 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA
De lo que estaba doliente. CARPIÓ.
DON ENRIQUE.
ESCENA XIII. Quiero, generoso Enrique,
Rendiréisme fácilmente, 1 Honor y gloria de España ,
DOROTEA, TEODORA , EL ESCUDE Venir á dar mi disculpa
■ Si sois los dos contra mi.
RO.— Dichos. De no cumplir la palabra
', MAESTRE. Que, ignorante del suceso ,
• Él es el mejor galán REY Como a rey te di en mi casa.
Que trató cosas de amor. Seas , Teodora , bien venida ; Tu me mandaste que diese
Cuéntanos este suceso, Para Teodora , á quien llama
RET.
Porque pierde Enrique el seso Niña de Plata Sevilla
¡Qué gentil don Galaor! De que vengas ofendida. Por el valor de sus gracias ,
DON ENRIQUE. ¿Como fué f¿Qué sucedió? A mi hijo por marido ,
Basta ; que vaya me dan. ¿Tembló? ¿Lloró? ¿Tuvo frió? Diciendo que la dotabas
RET.
Para preciarse de brío , Para pagar á don Félix
Mucho me ha pesado, Enrique, Mucho crédito perdió. Su servicio.
Que seas tan para poco. DOROTEA. DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE.
Suplico á tu majestad Verdad clara.
Que estime en mucho al Infante
¿Queréis que me vuelva loco? Por el mas cortés amante VEINTICUATRO.
MAESTRE. Que ha tenido voluntad. Veinte y cuatro mil ducados
¡Que un hombre se sinitique Mire que no vengo aquí , De dote le señalabas,
Perdido de enamorado, Como presume, á quejarme. Y á mi un hábito.
Y que le den la ocasión RET.
DON ENRIQUE.
Sin gigantes, sin dragón, ¿A qué vienes? Es ansí ,
Sin pasar el mar á nado , Aunque su virtud bastaba.
Sin escala puesta al muro, DOROTEA.
VEINTICUATRO.
Sin fuerte competidor, , A casarme.
Sin alcaide del honor, Aceté luego el partido,
RET.
Y todo el campo seguro ; ¿A casarte? Y en tus generosas plantas
Que no temiese marido , Puse mi boca ; y contento ,
DOROTEA.
Hermano, padre ó criado; A don Juan , que ausente estaba ,
Señor, sí. Busqué y dije su ventura ;
Que haya con su llave entrado, Pero él respondió: « Una dama
RET.
Y todo el mundo dormido; ¿Cosa que fuese con él ?
, Y que en viendaá quien buscaba Que conoces, es mi esposa ,
Se le hiele el corazón , DOROTEA.
Con obligaciones tantas ,
Y que pierda la ocasión No soy tan loca , Señor; Que he de morir ó cumplidas. »
Que los cabellos le daba ! Que solo quiere mi honor — Entristecióseme el alma ;
Mira , Enrique, desde hoy mas [bres. °-ue vuelva el suí° P°r él ■ Y para que no creyeses
No hables con hombres ni entre hom- Que á mi palabra faltaba ,
Ret. Los traigo á los dos.
DON ENRIQUE. Mas confuso estoy agora.
Enrique, aquesto declara. DON ENRIQUE.
Maestre, mas viles nombres
Merezco que aquí me das ; DON ENRIQUE.
¿Qué dices?
Pero yo se que no ha sido Presto verás en qué para , VEINTICUATRO.
Flaqueza. Que es en casarse Teodora. Lo que me pesa y me pasa.
RET. RET. DON ENRIQUE.
Pues ¿qué? ¿Con quién? ¿Tú eres don Juan?
DON ENRIQUE. DON ENRIQUE. DON JUAN.
Valor. Ya viene con quién. Si , Señor.
RET. RET. DON ENRIQUE.
Virtud es, teniendo amor, Menos lo entiendo , por Dios. ¿Casado estabas?
El haberle resistido ; - MARCELA.
Mas querer hacer virtud ESCENA XIV.
Lo que entonces fué flaqueza, Repara ,
EL VEINTICUATRO, DONJUÁN, MAR Señor, en que esto es mentira ;
No lo crea vuestra alteza Que soy de don Félix dama ,
Así Dios le dé salud. CELA, LEONELO, CHACÓN. -Di
chos ; después, FÉLIX. El hermano de Teodora ;
DON ENRIQUE. Que no sabiendo que tratas
Mire vuestra majestad veinticuatro. (Hablando aparte d los De casarla con don Juan ,
Que entonces lo mismo hiciera, que vienen con él.) Me sacaron de mi casa
Si una dama le pidiera Juntos lleguemos los dos. Para disculpar su engaño
Con las dos manos piedad. Y no hacer lo que les mandas.
RET.
don jdan. RET.
Anda, Enrique, no procures Llegue Marcela también. Pues , Veinticuatro , ¡ á los reyes
Hacerte valiente agora. veinticuatro. (A don Juan.) Que honrar sus vasallos andan,
DON ARIAS.
Después de besar sus pies, Estos engaños se hacen !
Aquí ha llegado Teodora. Di cómo estabas casado, ¡Así los reyes se engañan !
Y que á Marcela obligado , Si Enrique casar quería
MAESTRE. La mano es bien que le des. A Teodora , ¿ no bastaba ,
¿Mas que viene á que la cures? DON JUAN. Para que os viniera bien ,
RET. No conozcan á Marcela , Ser mi sangre y vos ser nada?
¡Teodora! pues ¿á qué efeto? Y se entienda la invención. ¡Vive Dios , que desde aquí
A los dos en esa plaza
MAESTRE. DON ENRIQUE. Han de cortar la cabeza !
¿Mas que se viene á quejar El novio y su padre son. VEINTICUATRO.
De la fuerza? RET. Señor, escucha la causa ,
RET. Mas tu intención me desvela. Pareceráte piadosa.
¿Qué es forzar? (Sale Félix.) Anoche don Juan estaba ,
Antes la tuvo respeto. Con los que presentes miras,
VEINTICUATRO.
Pues está su majestad A la puerta desta dama ,
Presente, haciéndole salva, Y vio que con una llave
J Entró el Infante en su casa ;
LA NIÑA DE PLATA. 20:
MARCELA.
Y que salió con el 'lia Y Dios puso las espaldas,
Sabe el Maestre y don Arias. Juro que esto .pasa ansí : Ya estás casada.
Honra me obligó , Señor. Y miente quien desta dama Ruega á Félix que me quiera.
Piense ó crea lo contrario. FÉLIX.
DON EMUQl'E.
DON JOAN. Yo , Marcela , aunque no haya
Pues va tanto le declaras ,
Diré verdad , vive el cielo , Señor, que lo digas basta Infantes que te aseguren
Poniendo mano á la espada , Para que el mundo lo crea , Poniendo mano á la espada ,
Con la cual sustentaré Y mas el que tanto gana , Digo que soy tu marido.
De sol á sol en campaña* Pues en efeto la adora. CHACÓN.
A mi igual y á todo hidalgo VEINTICUATRO.
Todos se aleVan y casan;
Que es Teodora tan honrada , Llega pues, don Juan, ¿qué aguardas? Perezca el pobre Chacón.
Que ninguna hay en Sevilla Ni quiero para tu dote Nunca nadie le dé nada.
Que sea mas, ni en España. Mas que su virtud y gracia , DON JUAN.
Que entré es verdad ; mas compré Ni mas hábito en mi pecho
Con oro y pasos la entrada , Que una nuera tan honrada. Yo te mando mil escudos.
Y sin que ella lo supiese, BEY. CHACÓN.
Llegue anoche hasta su cama. ¿Cómo no? Si dio el Infante ¿Son de paciencia ó de pasta?
De sus lágrimas temblé; Veinte y cuatro mil , añadan DON JUAN.
Y escuchando sus palabras , Otros tantos que doy yo. Del nombre de mi mujer.
Me dijo toda la historia MAESTRE.
Que entre ella y don Juan pasaba. REY.
Matarse quiso ; detuve Pues no es razón que se vaya En llegando dona Blanca ,
Su brazo ; y viendo que tanta Sin mi ofrenda. Aunque soy pobre, Los dos seremos padrinos.
Firmeza merece premio , Dos villas le doy. DON JUAN.
Allí prometí casalla. RET.
Aqui la comedia acaba
Aprovechóme el valor, Aguarda ; Llamada el Cortés galán.
Y quise mas ganar fama Que i su padre quiero hacer
De hombre que supo vencerse DOROTEA.
Alcaide de nuestro alcázar.
(Que es el mayor lauro y palma), MAESTRE.
¿Cómo?
Que dar rienda al apetito. DON JUAN.
Y asi , en esta cruz sagrada , Hábito con encomienda Y la Niña de Plata-
Adonde la mano pongo, Le mando.

-fllSSSfúf
LA DAMA BOBA.
PERSONAS.
UN ESTUDIANTE. CLARA.
LAURENCIO. MISENO. UNMAESTRO DE ESCRIBIR.
OCTAVIO. F1NEA.
DUARDO. OTRO DE DANZAR.
TURIN. NISE.
FEN1SO. j CELIA. UN CRIADO. — Músicos.
LiSEO. PEDRO.

La escena es en Mascas y en Madrid.

Ha de llegar, cuanto pueda, TURIN.


ACTO PRIMERO. Antes. Es natural ;
TURIN. Pero esa hermosa Finea ,
Muy atrás se queda Con quien á casarte vas ,
Portal (le una posada en lllcscas. Con el repuesto Marín ; Comerá...
Pero ya traigo qué comas. LISEO.
ESCENA PRIMERA. LISEO.
Dilo.
TURIN.
L1SEO v TURIN, de camino. ¿Qué traes? No mas
TURIN.
De azúcar, maná y jalea...
LISEO. Ya lo verás. Pasaráse una semana
¡Qué buenas posadas! LISEO. Con tres puntasen el aire,
TURIN. Dilo. De azúcar.
TURIN. LISEO.
Frescas.
¡Cuarda! ¡Gentil donaire!
LISCO. LISEO.
No hay calor. TURIN.
turin. Necio estás. ¿Qué piensas dar á su hermana?
Cuartos y ropa TURIN. LISEO.
Tienen fama en toda Europa. ¿Desto pesadumbre tomas? A Nise, su hermana bella,
LISEO. LISEO. Una rosa de diamantes ,
;Famoso lugar llléscas! Pues ¿para decir lo que es?.. ■ Que asi tengan los amantes
No hay en todos los que miras TURIN. Tales firmezas con ella ;
Quien le iguale. Hay á quien pesa de oir Y una cadena también
TURIN. Su nombre ; basta decir Que compite con la rosa.
Aun si supieses Que tú lo sabrás después. TURIN.

La causa... LISEO. Oigo decir que es hermosa.


LISEO. Entretiénese la hambre LISEO.
¿Cuál es? Con saber qué ha de comer. Mi esposa parece bien ,
TURIN. TURIN.
Si dov crédito ala fama;
Dos meses De su hermana nada sé ;
Pues sábete que ha de ser... Pero basta que le dé
De guindas y de mentiras. LISEO. Lo que mas se estima y ama.
LISEO. Presto. TURIN.
Como aquí , Turin , se juntan TURIN. De un macho , con guarniciones
De la corte, de Castilla, Tocino fiambre. Verdes y estribos de palo,
De Andalucía y Sevilla, LISEO. Se apea'un hidalgo.
l 'nos á otros preguntan , Pues ¿á quién puede pesar LISEO.
Unos de los otros cuentan , De oir nombre tan hidalgo?
Y entablan discursos largos Malo,
Turin , si me has de dar algo , Si la merienda me pones.
De provisiones y cargos , ¿ Qué cosa me puedes dar
Cosas que el vulgo alimentan.— Que tenga igual á ese nombre?
¿No tomaste las medidas? ESCENA II.
TURIN.
turin. UN ESTUDIANTE, decamino.—Dichos.
Esto y una hermosa caja.
Una docena tomé
De imagines, con la fe LISEO. estudiante. (Dentro.)
Que son de España adquiridas, Dame de queso una raja ; Huésped , ¿habrá qué comer? (Sale.)
Por milagrosas en todo , Que nunca el dulce es muy hombre.
LISEO.
- Cuanto en aquesta ocasión TURIN.
Las tiene la devoción Seáis , Señor, bien llegado.
Esas liciones no son
De España. ESTUDIANTE.
De galán y desposado.
LISEO. LISEO.
Y vos en la misma hallado.
Pues dése modo. Aun agora no he llegado. LISEO.
Lleguen las postas y vamos. ¿A Madrid?
TURIN.
TURIN. ESTUDIANTE.
Las damas de corte son Déjele ayer,
¿No has de comer? Todas un lino cristal ,
LISEO. Transparentes y divinas. Cansado de no salir
Esperar Con pretensiones cansadas.
LISEO.
A que guisen es pensar LISEO.
Que á media noche llegamos; Turin, las mas cristalinas Esas van adjetivadas
Y un desposado, Turin, Comerán. •
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Con esperar y sufrir. LISEO. Tiene muchas flores de oro.
Holgara, por ir con vos, Contemplo de sangre igual
Lleváramos un camino. NISE.
Dos cosas tan desiguales ; Bien las merece Heliodoro,
ESTUDIANTE. Mas ¿cómo en dotes lo son?
Si vais á lo que imagino , Griego poeta divino.
Que hermanas, era razón
Nunca lo permita Dios. Que los tuvieran iguales. CELIA.
LISEO. ESTUDIANTE.
C"«la? Pues parecióme
No llevo qué pretender; sa.
Oigo decir que un hermano NISE.
A negocio hecho voy. De su padre le dejó
¿Sois de ese lugar? Esta hacienda , porque vio Es que hay poesia
ESTUDÍAME. Que sin ella fuera en vano En prosa.
Casarla con hombre igual CELIA.
Sí soy.
A su noble nacimiento , No lo sabia : ,
LISEO. Miré el principio y cánseme.
Luego ¿podréis conocer Supliendo el entendimiento
La persona que os nombrare? Con el oro. NISE.
ESTUDIANTE.
LISEO. Es que no se da á entender,
Es Madrid una talega Él hizo mal. Con el artificio griego ,
De piezas, donde se anega ESTUDIANTE. Hasta el quinto libro, y luego
Cuanto su máquina pare. Antes bien , porque con esto Todo se deja entender
Tan discreta vendrá á ser Cuanto precede á los cuatro.
Los reyes, Roques y arliles
Conocidas casas tienen, Como Nise. CELIA.
Los demás que van y vienen TURIN. En fin ¿es poeta en prosa?
Son como peones viles. ¿Has de comer? NISE.
Todo es allí confusión. LISEO. Y de una historia amorosa
LISEO. Ponme lo que dices presto... Digna de aplauso y teatro.
No es Octavio pieza vil. —Aunque ya puedes dejallo. Hay dos prosas diferentes,
ESTUDIANTE. ESTUDIANTE.
Poética e historial :
Si es quien yo pienso , es arfil La historial , lisa y leal,
¿Mandáis, Señor, otra cosa? Muestra verdades patentes
Y pieza de estimación. LISEO. Por frasi y términos claros ;
LISEO. Serviros. La poética es hermosa ,
Quien yo digo es padre noble (Vase el Estudiante.) Vana , culta , licenciosa
Dedos hijas. Y oscura en ingenios raros :
ESTUDIANTE. ESCENA III. Tiene mil exornaciones
Ya sé quién ; Y retóricas figuras.
Pero dijérades bien LISEO, TURIN. CELIA.
Que de una palma y un roble. Pues de cosas tan obscuras
LISEO.
LISEO. ¿Juzgan tantos?
¿Cómo? ¡Qué linda esposa !— NISE.
ESTUDIANTE. Ponte , Turin , á caballo ;
Que ya no quiero comer. No le pones,
Que entrambas lo son ; Celia, pequeña objeción ;
Pues Nise bella es la palma , TURIN. Pero asi corre el engaño
Finea un roble sin alma Ten paciencia , pues no es hecho. Del mundo.
De discurso y de razón. LISEO.
Y aun pienso que oi contar •no me ha de matar sospecho, ESCENA V.
Que la casaba. oi es necia y propria mujer.
liseo. (Aparte áTurin.) FINEA, UN MAESTRO DE LEER.
TURIN.
¿No escuchas? Dichas.
Como tú no digas si,
ESTUDIANTE. ¿Quién te puede cautivar? finea.
Verdad es que no habrá muchas
Que la puedan igualar
LISEO. Ni en todo el año
Verla ¿no me ha de matar, Saldré con esta lición.
En el riquísimo dote ; Aunque es basilisco en mi?
Mas ¡ ay de aquel desdichado CELIA.
Que espera una bestia al lado ! TURIN. Tu hermana con su maestro.
Pues mas de algún marquesote , No, Señor. NISE.
A codicia del dinero, LISEO.
¿Conoce las letras ya?
Pretende la bobería También advierte
Que, siendo tan entendida CELIA.
Desta dama, y á porfía
Hace su calle terrero. Nise , me dará la vida , En los principios está.
LISEO.
Si ella me diere la muerte. MAESTRO.
(Ap.Yo llevo lindo concierto.) (Vanse.) Paciencia , y no letras, muestro.
A gentiles vistas voy. (Ap. á Turin.) ¿Qué es esta?
FINEA.
turin. (Ap. á su amo.) Sala en casa de Octavio, en Madrid. Letra será.
Disimula.
MAESTRO.
LISEO. ESCENA IV. ¿Letra?
Tal estoy, (Ap. i Turin.) FINEA.
Que apenas á hablar acierto. — NISE, CELIA.
En fin, Señor, Nise ¿es bella Pues ¿es otra cosa?
Y discreta? NISE. MAESTRO.
ESTUDIANTE.
¿Dióte el libro? ¡No sino el alba ! (Ap. ¡ Qué hermosa
CELIA. Bestia!)
Es celebrada
Por única , y deseada , Y tal , que obliga FINEA.
Por las partes que hay en ella, A no abrille ni tocalle. ¡Ab,si,ya,ya,ya,ya!
De gente muy principal. NISE. £.1 alba debe de ser,
LISEO.
Pues ¿porqué? Cuando andaba entre las coles.
CELIA. MAESTRO.
¿Tan boba es esa Finea?
Por no ensuciadle , Esta es K: los españoles
ESTUDIANTE. Si quieres que te lo diga.
Mucho sentís que lo sea. j No la solemos poner
En candido pergamino En nuestra lengua jamás.
LA DAMA BOBA. 299
MAESTRO. NISE.
Usanla macho alemanes Quiere el padrenuestro
Y flamencos. Aprende á deletrear.
FINEA.
(bale una palmeta, v ella echad correr Que aprendamos.
tras él.) FINEA.
¡Qué galanes Ya yo sé
Van todos estos detrás! FINEA.
¡Oh perro! ¿Aquesta es palmeta? El padre nuestro.
MAESTRO.
NISE.
Letras son estas también. MAESTRO.
Pues ¿qué pensabas? No digo
F1NEA. Sino el nuestro , y el castigo
FINEA. Por darte memoria fué.
¿Tantas hay?
MAESTRO. Aguarda. (Le embute.) FINEA.
Veinte y tres son. CML1A. Póngame un hilo en el dedo ,
FINEA. Ella le mata. Y no aquel palo en la palma.
MAESTRO.
Ahora, vaya de lición; CELIA.
Que yo la diré muy bien. Ya tarda ¿Mas que se te sale el alma
Tu favor, Nise discreta. Si lo sabe?
MAESTRO, i
NISE. FINEA.
¿Qué es esta? ¡ A tu maestro! ¿Qué es esto?
FINEA.
Muerta quedo.
MAESTRO. ¡ Oh Celia ! no se lo digas ,
¿Esta? No sé. Ténganla ahí. V verás qué te daré.
MAESTRO. FINEA.
¿Y esta? Mame dado ESCENA VII.
FINEA. Causa.
No sé qué responda. NISE. CLARA.— Dichas.
MAESTRO. ¿Cómo?
FINEA. CLARA.
¿Y estotra? Hame engañado. Topé contigo, á la fe.
FINEA. NISE.
MAESTRO.
¿Aquella redonda? Ya , Celia , las dos amigas
Letra. ¿Yo engañado?
NISE. Se han juntado.
MAESTRO. CELIA.
Dilo presto.
¡Bien! A nadie quiere
FINEA.
FINEA. Mas en todas las criadas.
Estaba aprendiendo aquí
Luego ¿acerté? La letra bestia ylaK... CLARA.
MAESTRO.
NISE.
Dame albricias tan bien dadas
¡Linda bestia! Como el suceso requiere.
La primera sabes ya. FINEA.
FINEA.
FINEA.
¡Ah, si, si, si! ¿De qué son?
Bestia, por Dios, se llamaba; Es verdad , ya la aprendí — CLARA.
Pero no se me acordaba. Sacó un zoquete de palo , Que ya parió
Al cabo una media bola, Nuestra gata la romana.
MAESTRO. Pidióme la mano sola ,
Esta es R... y esta es I. ¡Mira qué gentil regalo! FINEA.
FINEA. V luego que la tomo , ¿Cuándo, Clara?
Toma , y zas, el palo asienta , CLARA.
Pues si tú lo traes errado...
Que pica como pimienta, Esta mañana.
celia. (A Nise.)
¡ Con qué pesadumbre están ! Y la mano me abrasó. FINEA.

MAESTRO.
NISE. ¿Parición el tejado?
Cuando el discípulo ignora, CLARA.
Di aquí: B, a,n,ban. Tiene el maestro licencia
FINEA.
No.
De castigar. FINEA.
¿Dónde van? FINEA.
MAESTRO. Pues ¿dónde?
¡ Linda ciencia ! CLARA.
¡Gentil cuidado! MAESTRO. En el aposento;
FINEA. Aunque me diese , Señora , Que cierto se echó de ver
Que se van ¿no me decías? Vuestro padre cuanto tiene, Su entendimiento.
MAESTRO. No he de dalle otra lición. ( Vate ■■' FINEA.
Letras son , míralas bien. Es mujer
Diaqui:B,e, n,ben. ESCENA VI. Notable.
FINEA. CLARA.
¿Adonde? NISE, FINEA, CELIA. Escucha un momento.
MAESTRO. Salia por donde suele
CELIA.
Adonde en mis días El sol, muy galán y rico,
No te vuelva mas á ver. Fuese. Con la librea del rey,
NISE.
Perdiendo el juicio estoy. Colorado y amarillo ;
No tienes razón. Andaban los carretones
FINEA.
Sufrir y aprender conviene. Quitándole el romadizo
¿Vén , no dice? Pues ya voy. FINEA. Que da la noche á Madrid...
MAESTRO. Pues las letras que allí están , Aunque no sé quién me dijo
Es imposible aprender. Yo ¿no las aprendo bien? Que era la calle Mayor
¡Vive Dios, que te be de dar Vengo cuando dice ven , El soldado mas anüguo ,
lina palmeta ! Y voy cuando dicen van. Pues nunca el mayor de Flándes
FINEA. ¿Que quiere, Nise, el maestro, Presentó tantos servicios.
¿Túámí? Quebrándome la cabeza Doruiian las rentas grandes,
MAESTRO. Con tan, bin, bon? Despertaban los oficios ,
Muestra la mano. CELIA. (.1/1.) Tocaban los boticarios
FINEA. Ella es pieza Sus almireces de pino,
De rey. Cuando la gala de casa
Hela aquí.
300 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Comenzó con mil suspiros FENISO.
A decir : « ¡Ay, ay, ay, ay , ESCENA IX.
Que quiero parirj marido ! » ¡Profundos
LAURENCIO, DUARDO, FENISO — Conceptos!
Levantóse Hociquimocho, LAURENCIO.
Y fué corriendo á decirlo Dichas.
A sus parientes y deudos, Mucho se esconden.
Que deben de ser moriscos ; duaroo. DUARDO.
Porque el lenguaje que hablan , Aquí, como estrella clara , Tres fuegos, que corresponden,
En tiple de monacillos, i A su hermosura nos guia. Hermosa Nise , á tres mundos ,
Si no es jerigonza entre ellos, FENISO. Dan fundamento á los otros.
Ni es español ni latino. Y aun es del sol su luz pura. NISE.
Vino una gata viuda , Rien os podéis declarar.
DUARBO.
Larga y compuesta de hocico DUARDO.
(Sospecho que era su abuela). ¡Oh reina de la hermosura! Calidad elementar
De negro y blanco vestido. FENISO. Es el calor en nosotros ,
Trujóle cierta manteca, ¡OhNise! La celestial es virtud
Desayunóse, y previno LAURENCIO. Que calienta y que recrea ,
En qué recebir el parto; ¡Oh señora mia! Y la angélica es la idea
Hubo temerarios ¿ritos. Del calor.
No es burla : parió seis gatos, NISE.
Caballeros... NISE.
Tan remendados y lindos, Con inquietud
FENISO.
Que pudieran , á ser pías , Escucho lo que no entiendo.
Tirar el coche mas rico. Esta vez
DUARDO.
Regocijados bajaron De un soneto de Duardo , El elemento en nosotros
Délos tejados vecinos, Por vuestro ingenio gallardo,
Caballetes j terrados , Os hemos de hacer juez. Es fuego.
NISE.
Todos sus deudos y amigos : NISE.
Lamicol , Aramizaldo , ¿Entendéis vosotros?
¡ A mí , que soy de Finea
Marfuz, Marramao, Miscito , Hermana y sangre ! DUARDO.
Tumbahnllin con Piel de zorra, El claro sol que estáis viendo
LAURENCIO.
Rabicorto, Zapaquildo; En el cielo, fuego es,
Unos vestidos de blanco, A vos sola , Y luego el entendimiento
Y otros de negro vestidos , Que sois Sibila española, Seráfico ; pero siento
Y otros con ropas de martas , No Cumana ni Eritrea ; Que así difieren los tres :
En cueras y zapatillos. A vos, por quien ya las gracias Que el que elementar se llama,
De negro vino a la fiesta Son cuatro y las musas diez , Abrasa cuando se aplica ,
El gallardo Golosino, Es justo haceros juez. El celeste vivifica,
Luto que mostraba entonces NISE. Y el sobreceleste ama.
De su padre el gaticidio. Si ignorancias, si desgracias NISE.
Cuál la morcilla presenta , Trujérades á juzgar, No discurras, por tu vida ;
Cuál el pez , cuál el cabrito, Erajustalaelecion. Vete á escuelas.
Cuál el gorrión astuto, FENISO. DUARDO.
Cuál el simple palomino. Vuestra rara discreción , Donde estás,
Trazando quedan agora , Imposible de alabar. Lo son.
Para mayor regocijo. Fué justamente elegida. NISE.
En su gatesco senado, Oid , Señora , á Duardo.
Correr cañas cinco á cinco. Yo no escucho mas,
Vén presto ; que si los ves , NISE. De no entenderte corrida.
Dirás que parecen niños, Vaya el soneto : ya aguardo, Escribe fácil.
Y darás á la parida Aunque de indigna, corrida. DUARDO.
El parabién de los hijos. duardo. (Lee.) Platón
«La calidad elementar resiste A lo que en cosas divinas
FINEA. Escribió, puso cortinas;
No me pudieras contar Mi amor, que á la virtud celeste aspira ,
Y en las mentes angélicas se mira , Que tales cual estas, son
Cosa para el gusto mió Matemáticas figuras
De mayor contentamiento. Donde la idea del calor consiste.
»No ya como elemento el fuego viste Y enigmas.
CLARA. El alma, cuyo vuelo al sol admira ; NISE.
Camina. Oye, Laurencio.
Que de inferiores mundos se relira
FINEA. A donde el seraliu ardiendo asiste. (Hablan aparte.)
Tras tí camino. «No puede elementar fuego abrasar- feniso. (A Duardo.)
(Vanee Fineay Clara.) La virtud celestial, que vivifica, [me; ¡ Ella os ha puesto silencio.
Invidia el verme á la suprema alzarme.
ESCENA VIII. DUARDO.
«Que dondeel fuego angélico me apli-
¿Cómo podrá mortal poder tocarme? ca, Temió las cosas obscuras.
NISE , CELIA. Que eterno y fin contradicion implica.» FENISO.
NISE. Es mujer.
NISE. DUARDO.
¿Hay locura semejante? Ni una palabra entendí.
DUARDO.
La claridad
CELIA. Es á todos agradable,
Y Clara es boba también. Pues en parte se leyera, Que se escriba ó que se hable.
Que mas de alguno dijera nise. (Ap. á Laurencio.)
NISE. Por arrogancia : «Yo si.»
Por eso la quiere bien. La intención ó el argumento ¿Cómo va de voluntad?
CELIA. Es pintar al que ya llega , LAURENCIO.
La semejanza es bastante ; Libre del amor que ciega Como quien la tiene en ti.
Aunque yo pienso que Clara La luz del entendimiento, NISE.
Es mas bellaca que boba. A la alta contemplación Yo te la pago muy bien.
NISE.
De aquel puro amor sin fin , No traigas contigo á quien
Con eso la engaña y roba. Donde es fuego el serafín. Me eclipse el hablarte, asi.
NISE. LAURENCIO.
Argumento é intención Yo , Señora , no me atrevo,
Queda entendido. Por mi humildad, á tus ojos;
LA DAMA BOBA. 301
Que dando en viles despojos Denme pues las doce á mi ,
ESCENA XI. Que soy pobre, con mujer,
Se afrentó el rayo de Febo ; _ Que dándome de comer,
Pero si quieres pasar LAURENCIO.
Al alma, hallarasla rica Es la mejor para mí.
De la fe que amor publica. Hermoso sois sin duda, pensamiento, Doyme á entender que poniendo
NI SE.
Y aunque honesto también, con ser her- En Finea mis cuidados,
Un papel te quiero dar ; [moso, A cuarenta mil ducados
Pero i cómo podrá ser Si es calidad del bien ser provechoso, Las manos voy previniendo.
Una parte de tres, que os faltó siento. Esta , Pedro, desde hoy
Que destos visto no sea? Nise con un divino entendimiento Ha de ser la empresa mía.
LAURENCIO. Os enriquece de un amor dichoso ; PEDRO.
Si en lo que el alma desea Mas sois de dueño pobre, y es forzoso Para probar tu osadía,
Me quieres favorecer. Que en la necesidad falte el contento. En una sospecha estoy.
Mano y papel podré aqui Si el oro es blancoy centro del descanso, LAURENCIO.
Asir juntos atrevido , Y el descansodel gusto, yo os prometo ¿Yes?
Como finjas que bas caido. Que tarda en navegar con viento manso. PEDRO.
{Déjate Nise caer.) Pensamiento, mudemos de sugeto ; Que te has de arrepenlir,
NISE.
Si voy necio tras vos, y en ir me canso, Por ser necia esta mujer.
Cuantío vengáis tras mí seréis discreto.
¡Jesns! LAURENCIO.
DUARDO. ¿Quién ha visto de comer,
ESCENA XII. De descansar y vestir,
¿Qué es esto?
NISE. PEDRO. -LAURENCIO. Arrepentido jamás?
Cai. Pues esto viene con ella.
PEDRO. PEDRO.
{Laurencio da la mano á Nise para le
vantarla, y ella le entrega un papel.) ¡Qué necio andaba en buscarte A Nise discreta y bella ,
Fuera de aqueste lugar ! Laurencio, ¿dejar podrás
Laurencio. {Ap. á Nise.) Por una boba ignorante?
LAURENCIO.
Con las obras respondiste.
Bien me pudieras hallar LAURENCIO.
NISE.
Con el alma en otra parte. ¡Qué ignorante majadero!
Esas responden mejor ; PEDRO. i No vés que el sol del dinero
Que no hay sin obras amor. ' Va del ingenio adelante?
Luego ¿estás sin ella aqui?
LAURENCIO.
LAURENCIO. ,
El que es pobre, ese es tenido
Amor en obras consiste. Por necio, el rico por sabio.
Ha podido un pensamiento No hay en el nacer agravio,
NISE. Divertir mi movimiento Por notable que haya sido,
Laurencio mió, á Dios queda.— Desde mi fuera de mí.
Duardo y Fe ni so, adiós. Que con oro no se encubra ,
¿Nunca has visto la saeta Ni hay faltó en naturaleza ,
DUARDO. Del reloj , que en un lugar Que con la mucha pobreza
Y tanta ventura á vos Firme suele siempre estar, No se aumente y se descubra.
Como hermosura os conceda, Aunque nunca está quieta , Yo tengo de enamorar
(lame Nise y Celia.) Y tal vez está en la una , A Finea.
Y tal en las doce está? PEDRO.
Pues ansí mi alma ya , He sospechado
ESCENA X. Sin hacer mudanza alguna Que á un ingenio tan cerrado
Deste puesto en que me ves , No hay puerta por donde entrar.
LAURENCIO, DUARDO, FENISO. Desde Nise que ha querido
A las doce se ha subido , LAURENCIO.
Que es número de interés. . Yo sé cuál.
¿Qué os ha dicho del soneto PEDRO.
PEDRO.
Nise? Yo no , por Dios.
LAURENCIO.
Pues ¿cómo es esa mudanza?
LApRENCIO.
LAURENCIO.
Que es muy extremado. Clara, su boba criada.
Porque la saeta soy,
DUARDO. Que desde la una voy PEDRO.

Habréis los dos murmurado ; Por lo que el círculo alcanza. Sospecho que es mas taimada
Que hacéis versos en efeto. Señalaba á Nise... Que boba.
LAURENCIO.
LAURENCIO. PEDRO.
Sí. Demos los dos
Ya no es menester hacellos En enamorarlas.
Para saber murmurallos; LAURENCIO.
PEDRO.
Que se atreve á censurallos Pues ya señala á Finea.
Quien no se atreve á entendellos. Creo
PEDRO. Que Clara será tercera
DUARDO.
¿Eso quieres que te crea ? Mas fácil.
Los dos tenemos qué hacer; LAURENCIO. LAURENCIO.
Licencia nos podéis erar. ¿P¿>r qué no, si hay causa? De esa manera
FENISO.
PEDRO.
Seguro va mi deseo.
Las leyes de no estorbar DI. PEDRO.
Queremos obedecer. LAURENCIO. Ellas vienen ; disimula.
LAURENCIO.
Nise es una hora hermosa ; LAURENCIO.
Malicia es esa. Fiuea las doce son , Harélo, si está en mi mano.
FENISO. Hora de mas bendición , PEDRO.
No es tal. Mas descansada y copiosa. ¡Que ha de poder un cristiano
La divina Nise es vuestra , A las doce el oficial Enamorar una muía?
O por lo menos lo muestra. Descansa , y bástale ser
LAURENCIO.
LAURENCIO.
Hora entonces de comer,
Tan precisa y natural. Buena cara y talle tiene.
Pudiera , á tener igual. Suiero decir que Finea PEDRO.
{Ymise Duardo y Feniso.) ora de sustento es, Asi fuera el alma.
Cuyo descanso , ya ves
Cuánto el hombre le desea.
302 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
ESCENA XIII. CLARA.
Son ios espíritus nuestros; Si os vals, ¿cómo?
FINEA, CLARA.— Dichos. Porque el alma que yo tengo, {Vase Pedro.)
LAURENCIO. A vuestro cuerpo se pasa.
ESCENA XIV.
Agora ¿Tanto pasa el que se casa?
Conozco , hermosa Señora, FINEA, CLARA.
Que no solamente viene pedro. (A Clara.)
El sol de las orientales Con él , como os digo, vengo FINEA.
Partes, pues de vuestros ojos Tan muerto por vuestro amor. ¿ Has visto , Clara ,
Sale con rayos mas rojos Que aquesta ocasión busqué. Lo que es amor? ¡Quién pensara
Y luces piramidales. CLARA. Tal cosa !
Y si agora , que salís , ¿Qué es amor? que no lo sé. CLARA.
Tan grande fuerza traéis, PEDRO. No hay pepitoria
Al mediodía ¿qué haréis? ¿Amor? Locura, furor. Que tenga mas menudencias
FINEA. De manos, tripas y piés.
Comer, no como decis Pues ¿loca tengo de estar? FINEA.
Vos, pirámides ni peros, PEDRO. Mi padre , como lo ves ,
Sino eosas provechosas. Es una dulce locura, Anda en mil impertinencias.
LAURENCIO. Por quien la mayor cordura Hame querido casar
Esas estrellas famosas, Suelen los hombres dejar. Con un caballero indiano ,
Esos nocturnos luceros En comenzando á querer, Toledano ó sevillano.
He tienen fuera de mi. Enferma la voluntad Tres veces me vino á hablar,
FINEA. De una dulce enfermedad. Y esta postrera sacó
Si vos andáis con estrellas, CLARA. De la caja un naipecito,
¿Qué mucho que os tengan ellas No me la mandes tener ; Muy repolido y bonito,
Arromadizado así? §ue no he tenido en mi vida Y luego que le miró,
Acostaos siempre temprano , Me dijo : «Toma, Finea,
ino solo sabañones. Este es tu marido; » y fuése.
Y dormid con tocador. finea. (A Laurencio.) Yo, como en fin no supiese
LAURENCIO. Agrádanme las liciones. Esto de casar qué sea ,
¿No entendéis qlie os tengo amor LAURENCIO. Tomé el negro del marido,
Puro, honesto, limpio y sano? Tú verás, de mí querida, Que no tiene mas de cara.
FINEA. Cómo has de querer así ; Pero dime, amiga Clara ,
¿Qué es amor? Que es luz del entendimiento ¿Qué importa que sea polido
LAURENCIO. Amor. Este marido ó quien es ,
FINEA. Si todo el cuerpo no pasa
¿Amor? Deseo. Lo del casamiento De la ropilla ? que en casa
FINEA. Me cuadra. Ninguno sin piernas ves.
¿De qué? LAURENCIO. (Ap.)
LAURENCIO. Y me importa á mí Digo que tienes razón.
De una cosa hermosa. FINEA. Veamos, ¿tiénesle ahí?
FINEA. Pues ¿llevaráme á su casa , (Saca Finea de la manga un retrato
¿Es oro? Es diamante? Es cosa Y lendráme allá también ? un naipe.)
Destas que muy lindas veo? LAURENCIO. ¡Buena cara y cuerpo !
LAURENCIO. SI , Señora. FINEA.
FINEA. Si;
No, sino de la hermosura Y' eso ¿ es bien? Mas no pasa del jubón.
De una mujer como vos , LAURENCIO. CLARA.
Que , como lo ordena Dios , Y muy justo en quien se casa.
Para buen fin se procura. Luego ¿este no podrá andar?
Y esta, que vos la tenéis , Vuestro padre y vuestra madre ¡ Ay , los ojitos que tiene !
Engendra deseo en mi. Casados fueron ansi : FINEA.
FINEA. De eso nacistes. Señor con Nise.
Y yo ¿qué he de hacer aquí, FINEA.
Si sé que vos me queréis? ¿Yo? ¿Si viene
LAURENCIO. LAURENCIO. A casarte?
Quererme. ¿No habéis oido Sí. FURA.
Que amor con amor se paga? FINEA. No hay casar ;
Cuando se casó mi padre, ?ue este que se va de aquí
FINEA. ¿No estaba yo allí tampoco? iene pierna y tiene traza.
No sé yo cómo se haga ; CLARA.
Que en mi vida no he querido, * LAURENCIO. (Ap.)
Ni en la cartilla lo vi, ¡Hay semejante ignorancia! Y mas que con perro caza ;
Ni me lo enseñó mi madre ; Sospecho que esta ganancia Que el Pedro me muerde á mi.
Preguntarélo á mi padre. Camina á volverme loco.
CLARA. ESCENA XV.
LAURENCIO.
Esperad ; que no es a n si. Tu padre pienso que viene. OCTAVIO, NISE. — Dichas.
FINEA. LACRENCIO.
Pues ¿cómo? Adiós , acordáos de mi. octavio. (Ap. d Nise.)
LAURENCIO. FINEA. Por la calle de Toledo ,
Que me place. Dicen que entró por la posta.
Destos mis ojos NISE.
Saldrán unos rayos vivos (Vase Laurencio.)
Como espíritus visivos , CLARA. Pues ¿cómo no llega ya?
De sangre y de fuego rojos , ¿Fuése? OCTAVIO.
Que se entrarán por los \ PEDRO. Algo por dicha acomoda.
FINEA. Si, Temblando estoy de Finea.
No, Señor; arredro vaya Y seguirle me conviene. NISE.
Cosa en que espíritus haya. Tenedmc en vuestra memoria. Aquí está , Señor, la novia.
LA DAMA BOBA. 503
OCTAVIO. OCTAVIO. octavio. (A Finea.)
Hija, ¿no sabes?... Calla, loca. ¡Qué enfadosa
ItlSE. (Ap.) Sentáos, hijos , por mi vida. Que estás hoy! Calla, si quieres.
No sabe ; LISEO. finea. (A Liteo.)
Que esa es su desdicha toda. Turin... Aun no habéis dejado gota.
OCTAVIO. TURIN. Aguardad , os limpiare.
Ya está en Madrid tu marido. Señor... OCTAVIO.
FINEA. liseo. (Ap. ó Turin.) Pues ¿tú le limpias?
Siempre tu memoria es poca. ¡Linda tonta! FINEA.
¿No me le diste en un naipe? OCTAVIO. ¿Qué importa?
OCTAVIO. ¿Cómo venis del camino? liseo. (Ap.)
Esa es la figura sola , LISEO. Media barba me ha llevado.
Q ue estaba alli retratada; Con los deseos en hoja , Lindamente me enamora.
ue lo vivo viene agora. Que siempre le hacen mas largo. octavio. (Ap.)
FINEA. ¿Hay padre mas desdichado?
ESCENA XVI. Ese macho de la noria Quiero , pues no se reporta ,
Pudieras haber pedido , Llevarme de aqui á Finea.
CELIA, OCTAVIO, NISE , FINEA, Que anda como una persona. liseo. (Ap.)
CLARA ; luego, LISEO y TURIN. MSE. Tarde el descanso se cobra,
CELIA. Calla, hermana. Que en tal desdicha se pierde
Aqui esta el señor Li seo, FINEA. OCTAVIO.
Apeado de una posta. Callad vos. Entrad adentro vosotras
OCTAVIO. OCTAVIO. A prevenirle la cama.
Mira, bija, que has de estar Aunque honesta y virtuosa , FINEA.
Muy prudente y muy señora.— Es Finea deste humor. La mia pienso que sobra
[Salen Liseo y Tarín, de camino.) LISEO. Para los dos.
Llegad sillas y almohadas. Turin , ¿trajiste las joyas? octavio. (Ap. d Finea.)
LISEO. TURIN. ¿Tú no ves
No ha llegado nuestra gente. Que aun no están hechas las bodas? '
Esta licencia se toma Entra dentro.
Quien viene á ser hijo vuestro. LISEO. FINEA.
OCTAVIO. ¡ Qué de olvidos se perdonan Que me place.
Y quien viene á darnos honra. En un camino á criados! NISE.
LISEO. FINEA. Vamos, hermana.
Agora, Señor, decidme ¿Joyas traéis? FINEA.
Cuál de las dos es mi esposa. turin. (Ap.) Adiós, ¡hola!
FINEA. \' le sobra
Ya ¿no me ve? De las joyas el principio , (VanseNise, Finea, Clara y Celia.)
LISEO. Tanto eljo se le acomoda. liseo. (Ap.)
Bien merezco OCTAVIO. Las del mar de mi desdicha
Los brazos. Calor tenéis. ¿Queréis algo? Me anegan entre sus ondas.
finea. (A Octavio.) ¿Qué os aflije? Qué os congoja? OCTAVIO.
* Luego ¿no importa ? LISEO. Yo también , hijo , me voy
OCTAVIO. Agua quisiera pedir. Para prevenir las cosas,
Bien le puedes abrazar. OCTAVIO. Que para que os desposéis
FINEA. Haráos mal el agua sola ; Con mas aplauso me tocan.
Traigan una caja. El cielo os guarde. (Vase )
Clara... (Ap. á ella.)
CLARA. (Vase Celia.) ESCENA XVIU
Señora... FINEA.
FINEA. I A fe, LISEO, TURIN.
Aun agora Si como venis agora ,
Viene con piernas y pies. | Fuera el sábado pasado, LISEO.
CLARA. Q ue hicimos yo y esta moza No sé
L n menudo... De qué manera disponga
Esta ¿es burla ó jerigonza? NISE.
FINEA. Calla, hermana. Mis desdichas. ¡ Ay Turin !
El verle de medio arriba FINEA. TURIN.
Me daba mayor congoja. Mucha especie : es linda cosa. ¿Quieres quitarte las botas?
octavio. (A Liseo.) LISEO.
Abrazá á vuestra cuñada. ESCENA XVII. No , Turin , sino la vida.
LISEO. ¿Hay boba mas espantosa?
No fué la fama engañosa. CELIA, con una caja y agua.—OCTA TURIN.
Que habló de vuestra hermosum. VIO, NISE , FINEA , CLARA , LISEO, Lástima me ha dado á mi,
NISE. TURIN. Considerando que ponga
Soy muy vuestra servidora. CELIA. En un cuerpo tan hermoso
LISEO. Aquí está el agua. — Comed. , El cielo un alma tan loca.
Lo que es el entendimiento LISEO. LISEO.
A toda España alborota. El agua sola provoca, Cuando estuviera casado
La divina Nise os llaman : Porque con su risa dice Por poder en causa propia ,
Discreta sois como hermosa , Que la beba y que no coma. Me pudiera descasar.
Y hermosa con grande extremo. La ley es llana y notoria ;
finea. (A su padre.) FINEA. Pues concertando mujer
Pues ¿cómo requiebra esotra, El bebe como una muía. Con sentido, me desposan
Si viene á ser mi marido? TURIN. Con una bestia del campo
¿No es mas bobo? ¡Rnen requiebro! Con una villana tosca.
504 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
turin. DUARDO. Suelen enfermar los sabios.
Luego ¿ no te casarás ? No siempre vence el deseo FENISO.
LISEO. £1 codicioso interés. Ella viene.
¡Mal haya la hacienda toda, FENISO. DUARDO.
?ue con tal pensión se adquiero De Nise la enfermedad
con tal censo se cobra ! Y con razón
Ha sido causa bastante. Se alegra cuanto la mira.
Demás que aquesta mujer.
DUARDO.
Si bien es hermosa y moza ,
¿Qué puede parir de mí , Ver á Finea ignorante ESCENA II.
Sino tigres, leones y onzas? Templará su voluntad.
NISE, CELIA.—Dichos.
TUMI*. LAURENCIO.
Ese es engaño, pues vemos Menos lo está que solia. nise. (Ap. á Celia.)
Por experiencia notoria Temo que amor ha de ser Mncho la historia me admira.
Mil hijos de padres sabios Artificioso á encender
Piedra tan helada y fria. celia.
Que, de necios, los deshonran. Amores pienso que son ,
DUARDO.
LISEO. Fundados en el dinero.
Es verdad ; que Cicerón Tales milagros ha hecho
En gente rustica amor. nise.
Tuvo á Marco Tulio en Roma , Nunca fundó su valor
Que era un caballo, un camello. FENISO. Sobre dineros amor ;
TURIN. No se tendrá por menor Que busca el alma primero.
De la misma suerte consta Dar alma á su rudo pecho.
DUARDO.
Que de necios padres suele LAURENCIO.
Señora , á vuestra salud
Salir una fénix sola. Amor, señores, ha sido Hoy cuantas cosas os ven
LISEO. Aquel ingenio profundo Dan alegre parabién,
Turin, por lo general , Que llaman alma del mundo, Y tienen vida y quietud ;
Y es consecuencia forzosa , Y es el dotor que ha tenido Que como vuestra virtud
Lo semejante se engendra. La cátedra de las ciencias, Fué sol que las alumbró ,
Hoy las palabras se rompan, Porque solo con amor Mientras ella se eclipsó,
Rómpanse letras y firmas; Aprende un hombre mejor También lo estuvieron ellas;
Que ningún tesoro cobra Sus divinas diferencias. Que hasta ver vuestras estrellas,
La libertad. Aun si fuera Ansí lo sintió Pintón, Fortuna el tiempo corrió.
Nise... Esto Aristóteles dijo; Mas como la primavera
TURIN. Que como del cielo es hijo , Sale con pies de marfil,
¡Oh qué bien te reportas! Es lodo contemplación. Y el verde velo sutil
Dicen que un hombre enojado Della nació el admirarse , Tiende en la alegre ribera ,
Que colérico se arroja , Del admirarse nació Corre el agua placentera ,
Si le ponen un espejo El filosofar, que dio Cantando los ruiseñores,
Que represente su sombra , Luz con que pueda fundarse. Y van creciendo las flores ;
En mirando en él su imagen Todo es ciencia artificial , Así vos salis, mostrando
Se templa y desapasiona. Y á ainorse ha de agradecer; Vuestra salud , y sembrando
Asi tú, comb tu gusto Que el deseo de saber En campos de almas amores.
Miraste en su hermana hermosa Es al hombre natural.
FENISO.
(Que el gusto es cristal del alma , No dudo ya que á Finea ,
Pues su libertad pregona), Como él la comience á amar, Ya se rien estas fuentes,
Luego templaste tu ira. Le deje amor de enseñar, Y son perlas las que dieron
Por imposible que sea. Lágrimas, con que sintieron •
LISEO. Vuestros cristales ausentes;
Es verdad , porque ella sola FENISO.
Ya las aguas sus corrientes
El enojo de su padre , Está bien pensado así ; Hacen instrumentos claros
Que, como ves, me alborota , Y su padre tendrá intento Para poder celebraros ;
Me puede quitar, Turin. Por dicha en el casamiento Todo se anticipa á veros,
Que ame y sepa. Y todo intenta ofreceros
TURIN.
¿Que no hay que tratar desoirá? DUARDO. Con que procure alegraros.
Y yo de aquí, Pues si con veros hacéis
LISEO.
Infamando amores locos, Tales efetos agora
Pues ¿he de trocar la vida En limpio vengo á sacar Donde no hay almas, Señora,
Por la muerte temerosa , Que pocos saben amar Mas de las que vos ponéis,
Y por un demonio un ángel ? En lugar que saben pocos. En mí ¿que efetos haréis
TUMI».
LAURENCIO. Este venturoso dia,
Digo que razón te sobra ; ¡Linda malicia! Visto con tanta alegría.
Que no está el gusto en el oro; FENISO.
Después de tantos enojos,
Que son el oro y las horas Siendo vos luz destos ojos,
Muy distintas. Extremada. Siendo vos alma en la mia?
DUARDO.
LISEO. LAURENCIO.
Desde aqui Difícil cosa es saber.
A estar enfermo llegué
Renuncio la dama boba. LAURENCIO.
El tiempo que no os serví ;
Si ; pero fácil creer j Que fué lo mas que sentí,
Que sabe el que poco ó nada. Aunque sin mi culpa fué.
FENISO. ; Yo vuestros males pasé.
ACTO SEGUNDO. ¡Qué divino entendimiento Como cuerpo que animáis;
Tiene Nise ! Vos movimiento me dais,
DUARDO. Yo soy instrumento vuestro;
Sala que da i un jardín , en casa de Octavio. Que en mi vida y salud muestro
Celestial.
ESCENA PRIMERA. FENISO. Todo lo que vos pasáis.
¿Cómo, siendo necioel mal, Parabién me den á mí
LAURENCIO, DUARDO, FEMSO. Ha tenido atrevimiento i De la salud que hay en vos,
Para hacer tales agravios ' Pues que vivimos los dos
LAURENCIO. De tal ingenio y desprecios? Con la que mostráis aquí;
En fin , se ha pasado un mes, Solamente os ofendí,
LAURENCIO. Ya que la disculpa os muestro,
Y no se casa Liseo.
Porque de sufrir á necios I En que este mal que fué nuestro
LA DAMA BOBA. 305
Solo tenerle debia, Y en un mes, y aun algo menos, ESCENA V.
No vos, que sois alma mia ; Es su creciente y menguante.
Yo si , que soy cuerpo vuestro. Tú en la tierra, y de Madrid, LAURENCIO, LISEO.
NISE.
Donde hay tantos vendábales LAURENCIO.
Pienso que de oposición De intereses en los hombres,
No fué milagro mudarte. ¡Qué airada!
Me dais los tres parabién. ¡Ay, Laurencio, qué buen pago LISEO.
LAURENCIO. De fe y amor tan constante ! Espánteme que te trate
Y es bien, pues lo sois por quien Yo enfermé de mis tristezas, Con esos rigores Nise.
Viven los que vuestros son. Que son bien terribles males ; LAURENCIO.
NISE. Por regalos tuyos tuve Pues, Liseo, no te espantes;
Divertios, por mi vida, Engaños, mentiras, fraudes; Que es defeto en los discretos
Corlándome algunas flores Pero pues tan duros fueron , Tal vez el no ser afables.
Losaos, pues con sus colores Di que me diste diamantes.
Dile, Celia, lo que has visto. LISEO.
La diferencia os convida
Désejardín, porque quiero CELIA. ¿Tienes qué hacer?
Hablar á Laurencio un poco. Ya, Laurencio, no te espante LAURENCIO.
dcardo. (Ap.) De que Nise , mi señora , Poco ó nada.
guien ama y sufre, ó es loco Desta manera te trate : LISEO.
necio. Yo sé que has dicho requiebros Pues vamonos esta tarde
feniso. (Ap.) A Finea. Por el Prado arriba.
LAURENCIO.
¿Tal premio espero? LAURENCIO.
diluido. (Ap.) ¿Que levantes, Vamos
No son vanos mis recelos. Celia , tales testimonios? Donde quiera que tú mandes.
CELIA.
FENISO. (Ap.) LISEO.
Tú sabes que son verdades ; Detrás de los Recoletos
Ella le quiere. Y no solo tú á mi dueño
DUARDO. Quiero hablarte.
Ingratamente pagaste ,
Yo haré Pero tu Pedro , el que tiene LAURENCIO.
Un ramillete de fe, De tus secretos las llaves, Si el hablarme
(Ap. Pero sembrado de celos.) Ama á Clara tiernamente : No es con las lenguas que dicen ,
(Vanse Duardo y Feniso.) ¿Quieres mas que te declare? Sino con las lenguas que hacen
LAURENCIO.
(Aunque me espanto que sea) ,
ESCENA III. Dejare caballo y pajes.
Tus celos han sido, Celia,
LISEO.
LAURENCIO, NISE, CELIA. Y quieres que yo los pague. Bien puedes. (Vase.)
¡ Pedro á Clara! ¡Yo á la boba !
LAURENCIO.
NISE.
Yo voy tras ti.
Ya se han ido. ¿Podré yo, Laurencio, si la enseñaste,
Nise, con mis brazos darte ¿De qué te quejas de aquello ESCENA VI.
Parabién de tu salud? En que de necio no caes?
Astrólogo me pareces; LAURENCIO.
NISE. Que siempre de ajenos males ,
Desvia, fingido, fácil, Sin reparar en los suyos, ¡Qué celoso y qué arrogante!
Lisonjero, engañador, Largos pronósticos hacen. Finea es simple : sin duda
Falso, inconstante, mudable, ■Oh quién os oyera juntos! De haberle contado , nace ,
Hombre que en un mes de ausencia Debéis de hablar en romances, Mis amores y papeles.
(Que bien merece llamarse Porque un discreto y un necio Ya para consejo es tarde ;
Ausencia la enfermedad) No pueden ser consonantes. Que deudas y desafíos,
El pensamiento mudaste. Ahora déjame, Laurencio. A que los honrados salen ,
Pero mal dije en un mes, LAURENCIO. Para trampas se dilatan ,
Porque puedes disculparte Señora... Y no es bien que se di laten . (Vase.)
Con que mi muerte creíste ;
Y si mi muerte pensaste, ESCENA IV. ESCENA VII.
¡Con gentil atrevimiento L1SEO. — Dichos.
Pagaste el amor que sabes. FINEA, UN MAESTRO DE DANZAR.
Mudando el tuyo en Finca! liseo. (Ap.)
LAIRENCIO. Esperaba tarde MAESTRO.
¿Qué dices? Los desengaños; mas ya ¿Tan presto se cansa?
NISE. No quiere amor que me engañe. FINEA.
Pero bien haces. NISE. Sí;
Tú eres pobre y ella rica, Suelta. Y no quiero danzar mas.
Tú discreto, ella ignorante; LAURENCIO.
MAESTRO.
Buscaste lo que no tienes, No quiero.
Y lo que tienes dejaste. LISEO.
Como no danza á compás,
Discreción tienes, y en mi ¿Qué es esto? Hase enfadado de si.
La 1 1 lie celebrabas antes FINEA.
NISE.
Dejas cou mucha razón ; Dice Laurencio que rasgue Por poco diera de hocicos
Que dos ingenios iguales Unos versos que me dio, Saltando. Enfadada vengo.
Ño conocen superior, De cierta dama ignorante; ¿Soy yo urraca , que andar tengo
Y por dicha imaginaste Y yo digo que no quiero. Por casa dando sálticos?
Que quisiera yo el imperio LAURENCIO. Un paso, otro contrapaso...
Que á los hombres debe darse. Tú podrá ser que lo alcances Floretas, otra llórela...
LAURENCIO. De Nise: ruégala tú. ¡ Qué locura !
MAESTRO.
¿Quién te ha dicho que yo he sido LISEO.
En un mes tan inconstante? Si algo tengo que rogarte , ¡Qué imperfeta
NISE. Haz algo por mis memorias, Cosa! ¡En un hermoso vaso
Y rasga lo que tú sabes. Poner la naturaleza
¿Parécete poco un mes? Licor de un alma tan ruda ,
Yo te disculpo, no hables ; NISE.
Con que ya salga de duda
Que la luna está en el cielo Dejadme los dos.
Sin intereses mortales, (Vate, y Celia la sigue.) Que no es alma la belleza !
20
L-i.
300 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FINEA. FINEA.
Maestro... Yo os juro , aunque nunca ingrata , ¿Y el papel?
MAESTRO. Que no hay mayor mentecata CLARA.
Señora mía... En todo el mundo que yo. Libre quedó ,
FINE*. MAESTRO. ! Como el santo de pajares.
Traed mañana un tamlx nil . El creer es cortesía. [ Sobraron estos renglones,
MAESTRO. Adiós ; que soy muy cortés. ( Vase .) Donde hallarás mas razones
Ese es instrumento vil , Que en mi cabeza aladares.
ESCENA VIII. Mas bien se podrá leer.
Aunque de mucha alegría. Toma y lee.
FINEA. FINEA.
Que soy mas aficionada CLARA.— FINEA.
Yo sé poco.
A cascabeles confieso.
CLARA. CLARA.
MAESTRO.
¿Danzaste? Libre Dios de un fuego loco
Es muy de caballos eso. FINEA. La estopa de una mujer.
FINEA. ¿Ya no lo ves?
Haced vos lo que me agrada; Persíguenme todo el dia ESCENA IX.
Que no es mucha rustiqueza Con leer, con escribir,
El traellos en los pies ; Con danzar, y todo es nada ; OCTAVIO.— Dichas.
Harto peor pienso que es Solo Laurencio me agrada.
Traellos en la cabeza. octavio. (Dentro.)
CLARA. Yo pienso que me canso en enseñarla :
MAESTRO. ¿Cómo te podré decir
( \p. Quiero seguille el humor.) Ni el leer ni el danzar aprender puede,
Una desgracia notable? Aunque está menos ruda que solía.
Yo haré lo que mandáis. FINEA. (Sale.)
FINEA. Hablando, porque no hay cosa FINEA.
Id danzando cuando os vais. De decir dificultosa ¡Oh padre mentecato y generoso!
MAESTRO. A mujer que viva y hable. Bien seas venido.
Yo os agradezco el favor ; CLARA. octavio.
Pero llevaré tras mi Dormir en dia de fiesta ¿Cómo mentecato?
Mucha gente. ¿Es malo?
FINEA. FINEA.
FINEA.
Un pastelero, Pienso que no; Aquel maestro de danzar me dijo
Un sastre y un zapatero , Aunque si Adán se durmió , Que era yo mentecata , y enójeme;
¿Llevan la gente tras si? Buena costilla le cuesta. Mas él me respondió que este vocablo
Significaba una mujer que riñe ,
MAESTRO. CLARA. Y vuelve luego con amor notable;
No; pero tampoco ellos Pues si nació la mujer Y como vienes tú riñendo agora ,
Por la calle haciendo van De una dormida costilla , Y has de mostrarme amor en breve rato,
Sus oficios. Que duerma no es maravilla. Quise también llamarte mentecato.
FINEA.
FINEA. OCTAVIO.
¿No podrán, Por eso vengo á entender, Pues, hija, no creáis á todos hombres.
Si quieren V Solo por esa advertencia ,
MAESTRO.
No digáis ese nombre; que no es justo.
Por qué se andan tras nosotras FINEA.
Podrán hacellos; Los nombres , y en unas y otras
Mas yo no quiero danzar. No lo haré mas ; mas diga , señor padre,
Hacen tanta diferencia ; ¿Sabe leer!
FINEA. Que si aquesto no es hablilla, OCTAVIO.
No entréis mas aquf. Deben de andar á buscar
Su costilla , y no hay parar Pues ¿eso me preguntas?
MAESTRO.
Hasta topar su costiila. FINEA.
No haré. Pues tome por su vida , y este lea.
FINEA. CLARA.
Luego, si para el que amó OCTAVIO.
No quiero andar en un pié, ¿Este papel?
Ni dar vueltas ai bailar. Un año y aun mas, muy bien
Le dirán los que lo ven, FINEA.
MAESTRO. Si , padre.
Que su costilla topó.
Ni yo enseñar las que sueñan OCTAVIO
Disparates atrevidos. FINEA.
•Oye, Finea.
FINEA.
A lo menos los casados.
CLARA.
(Lee.) «Estoy muy agradecido á la
No importa ; que los maridos «merced que me haces , aunque be pa-
Son los que mejor enseñan. Sabia estas. >sado toda esta noche contemplando tu
MAESTRO. FINEA. «hermosura.» (Rásgale.)
¿Han visto la mentecata? Aprendo ya; FINEA.
FINEA.
Que me enseña amor quizá ¿No dice mas?
Con liciones de cuidados. OCTAVIO.
¿Qué es mentecata , villano?
MAESTRO.
CLARA. No dice ; y justamente
Volviendo al cuento , Laurencio Lo que falla rompí ¿Quién te leba dado?
Tened , Señora , la mano. Me dio un papel para tf.
Es una dama que trata FINEA.
Con aspereza y rigor Póseme ahilar... ¡Avdemi! Laurencio , aquel discreto caballero
A quien la sirve... ¡Cuánto provoca el silencio ! De la academia de mi hermana Nise ,
Puse en la estopa el papel , Que dice que me quiere por extremo.
FINEA. Y como hilaba al candil,
¿Eso es? OCTAVIO.
Y es la estopa tan sutil ,
MAESTRO. Prendióseme el copo en él. (Ap. De su ignorancia mi desdicha temo.
Puesto que vuelve después Cabezas hay disculpadas ¿Esto trujo á mi casa el ser hermosa
Con mansedumbre y amor. Cuando duermen sin cojines , Nise? ¡ El galán, el lindo, el oloroso,
Y sueños como rocines , El afeitado , el limpio y el curioso ! )
FINEA. ¿ Hate pasado mas con este acaso?
Que vienen con cabezadas.
¿Es eso cierto? Apenas el copo ardió , FINEA.
MAESTRO. Cuando , puesta en él de pies, I Ayer en la escalera , al primer paso,
¿Pues no? Me chamusqué, ya me ves. Me dio un abrazo.
LA. DAMA BOBA. 307
OCTAVIO. CLARA. ESCENA XIII. .
(Ap. ¡ En buenos pasos and a A tus palabras atenta,
Mi pobre honor por una y otra banda ! De tus mudanzas me admiro. OCTAVIO , TURIN. — Dichos.
La discreta con necios en concetos, Parece que te trasformas
Y la boba en amores con discretos. En otra. octavio.
A esta no hay llevarla por castigo , [so.) FINEA. Turin, ¿aquesta dices que es pendencia?
Y mas, que lo vendrá á entender su espo- En otro dirás. turin.
Hija, mirad que estoy muy enojado. CLARA. Conocieron de lejos tu presencia ,
No os dejéis abrazar: ¿entendéis, bija? Es maestro con quien mas Y habrán disimulado.
FINEA. Para aprender te conformas. OCTAVIO.
No lo haré mas; y cierto que me pesa , FINEA. ¡Oh caballeros!
Porque me pareció muy bien el hombre. Con todo eso, seré ¿Solos aqui?
OCTAVIO. LISEO.
Obediente al padre mió ;
Solo vuestro marido ha de ser digno Fuera de que es desvario Como Laurencio ha sido
De esos abrazos. Romper la palabra y fe. Tan grande amigo mió desde el dia
CLARA.
Que llegué á vuestra casa ó á la mia ,
ESCENA X. Salímonos entrambos mano á mano
Yo haré lo mismo. A tratar nuestras cosas igualmente.
FINEA.
TüRI.V — Dichos. OCTAVIO.
No impidas Deesa amistad me huelgo extrañamente,
turin. El camino que llevabas. Aquí vine á un jardín de un grande ami-
En tu busca vengo. CLARA. [po;
octavio. ¿ No ves que amé porque amabas, Y me, holgaré dequeos volváis conmigo.
¿Qué hay, Turin? Y olvidaré porque olvidas? LAURENCIO.
tuhin. (Ap. d Octavio.) FINEA. Vamos á acompañaros y serviros.
Que á matarse van al campo Harto me pesa de amalle ; octavio. (Ap. á Turin.)
En este punto mi señor Liseo Pero á ver mi daño vengo, Turin, ¿porqué razón mehasengañado?
Y Laurencio, un hidalgo marquesole, Aunque presumo que tengo
De olvidarme de olvidalle. turin.
Que desvanece á Nise con sonetos. Porque en viéndote habrán disimulado,
octavio. [discretos, (Yanse.) Y porque en fin las mas de las pendencias
(.i/>. ¿Qué importa que los padres sean Mueren por madurar; que á no ser esto,
Si les falla á los hijos la obediencia? No hubiera mundo ya.
Campo.
Liseo ¿habrá entendido la imprudencia OCTAVIO.
De ese Laurencio, atrevidillo y loco, ESCENA XII. Pues di , ¿tan presto
Y que sirve á su esposa? ¡Caso extraño! Se pudo remediar?
¿Adonde irán? LAURENCIO, LISEO. TURIN.
turin. LAURENCIO. ¿Qué mas remedio
Irán, si no me engaño, Antes , Liseo , de sacar la espada , De no reñir que estar la vida en medio?
Hacia los Recoletos agustinos. Me decid la ocasión que á esto os obliga. (Yante.)
OCTAVIO.
* LISEO.
Pues vén tras mi. ¡ Qué extraños desati Pues bien será que la razón os diga.
ban** Oetoio y T«rm.) [nos!
LAURENCIO. Sala en casa de Octavio.
Liseo, si son celos de Finea,
ESCENA XI. Mientras no sé que vuestra esposa sea, ESCENA XIV.
Bien puedo pretender, pues soy primero.
FINEA, CLARA. NISE, FINEA.
LISEO.

CLARA. Disimuláis, á fe de caballero, NISE.


Parece que se ba enojado Pues tan lejos andáis del pensamiento De suerte te has engreído ,
Tu padre. De amar una mujer tan ignorante. Que te voy desconociendo.
FINEA. LAURENCIO. FINEA.
¿Qué puedo hacer? Antes de que lo diga no os espante; De que eso digas me ofendo.
CIARA.
Que soy tan pobre como bien nacido , Yo soy la que siempre be sido.
Y quiero sustentarme con su dote.
¿Por qué le diste á leer Y que lo diga ansi no os alborote ,
NISE.
El papel? Pues que vos , dilatando el casamiento , Yo te vi menos discreta.
FINEA. Habéis dado mas fuerzas á mi intento ; FINEA.
Ya me ha pesado. Y porque cuando llegan obligadas Y yo mas segura á tí.
CLARA. A desnudarse en campo las espadas, NISE.
Ya no puedes proseguir Se han de decir verdades llanamente; ¿Quién te va trocando asi?
La voluntad de Laurencio. Que es hombre vil quien en el campo Quién te da lición secreta?
FINEA.
liseo. [miente. Otra memoria es la tuya :
Clara , no la diferencio Pues yo os prometo de ayudaros tanto, ¿Tomaste la anacardina?
Con el dejar de sentir. Que venga á ser tan vuestra como creo. FINEA.
Yo no sé lo que esto ha sido LAURENCIO. Ni de Ana ni Catalina
Después que el hombre me viú , Y yo con Nise haré por bien , Liseo , He tomado lición suya.
Porque si es que siento vo , Lo que veréis. La misma que ser solia
El se ha llevado el sentido. liseo. Soy, porque solo he mudado
Si como , imagino en él ; Pues démonos las manos, Un poco de mas cuidado.
Si duermo , le estoy soñando ; Y no como fingidos cortesanos, NISE.
Y si bebo , estov mirando Sino como si fuéramos de Grecia , ¿No sabes que es prenda mia
En agua su imagen del. Adonde tanto el amistad se precia. Laurencio?
¿No fias visto de qué manera
LAURENCIO. FINEA.
Vuelve un espejo a quien mira
Su rostro, que una mentira Yo seré vuestro Pilades. ¿Quien te empeñó
Le hace forma verdadera? LISEO. A Laurencio?
Pues lo mismo en ella miro Yo Oréstes. NISE.
Que el cristal rae representa. (Abrásame.) Amor.
308 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
t FINÍ A. FINEA. ESCENA XVI
¿A fe? ¿Vcslelú?
Pues yo le desempeñé, LAURENCIO. NISE.— Dichos.
Y el mismo amor me le dio. Yo no, jamás. NISE.
NISE. FINEA. ¡Oh qué bien!
Quitaréle dos mil vidas, Mi hermana me ha dicho aqui FINEA.
I folia dichosa. Que no has de pasarme á mi
FINEA. Huélgome , Nise , también ;
Por el pensamiento mas. Que ya no me dirás nada.
No creas Por eso , allá te desvia , Ya Laurencio no me pasa
Que si á Laurencio deseas, Y no me pases por él. Por el pensamiento á mi;
De Laurencio te dividas. LAURENCIO. Ya los ojos le volví,
En mi vida supe mas Piensa que ya estoy en él, Pues que contigo se casa.
De lo que él me dijo aqui : Y echarme fuera querria. En el lienzo los llevó,
Eso sé y eso aprendí. Y ya me ha desabrazado.
FINEA.
NISE.
También ha dicho que en mi LAURENCIO. (Ap. i Nise.)
Muy aprovechada estás. Pusiste los ojos. Tú sabrás lo que ha pasado
Desde hoy mas no ha de pasarte Con harta risa.
Por el pensamiento. LAURENCIO.
FIXEA. Dice nise. (Ap. á Laurencio.)
Verdad : no lo contradice Aquí no.
«i Quién? El alma, que vive en tí. Vamos los dos al jardín ;
NISE. Que tengo bien que riñamos.
FINEA.
Laurencio.
FINEA.
Pues tú me has de quitar luego LAURENCIO.
Los ojos que me pusiste. Donde tú quisieres vamos.
Dices muy bieu.
¿No volverás á enojarte? LAURENCIO. (Vanse Nise y Laurencio.)
NISE. ¿Cómo, si en amor consiste?
FINEA. ESCENA XVII.
Si los ojos puso en ti,
Quítelos luego. Queme los quites te ruego FINEA.
FINEA. Con'ese lienzo de aquí ,
Que sea Si yo los tengo en mis ojos. Ella se le lleva en fin.
Como tú quieres. LAURENCIO. ¿Qué es esto que me da pena
NISE. No mas: cesen los enojos. De que se vaya con él?
(Pónete el lienzo en los ojos.) Estoy por irme tras él.
Finea , ¿Que es esto que me enajena
Déjame á Laurencio á mi. FINEA. De mi propria voluntad?
Marido tienes. ¿Están en mis ojos? No me hallo sin Laurencio.
FINEA. LAURENCIO. Mi padre viene : silencio.
No creo Si. Callad , lengua; ojos, hablad.
Que reñiremos las dos. FINEA.
NISE. Pues quita luego los lujos, ESCENA XVllI.
Quédate con Dios. Que no han de estar en los mios. OCTAVIO. — FINEA.
FINEA. LAURENCIO. (Ap.)
Adiós. ¡Qué graciosos desvarios! OCTAVIO.
(Vase Nise.) FINEA. ¿Adonde está tu esposo?
¡ En qué confusión me veo ! Ponlos á Nise en los suyos. FINEA.
¡Hay mujer tan desdichada! ¿Devástelos en el lienzo? Yo pensaba
Todos dan en perseguirme. LAURENCIO. Que lo primero en viéndome que hicie-
Si , Señora : ¿no lo ves? Fuera saber de mi si te obedezco, [ras,
ESCENA XV. OCTAVIO.
FINEA.
LAURENCIO.— FINEA. Laurencio , no se los des ; Pues eso ¿á qué propósito?
Que á sentir penas comienzo. FINEA.
LAURENCIO. Pues mas hay; que el padre mió ¿Enojado
(Ap. Detente en un punto firme, Bravamente se lia enojado No me dijiste aqui que era mal hecho
Fortuna veloz y airada , Del abrazo que me has dado. Abrazar a Laurencio? Pues yo agora
Que ya parece que quieres LAURENCIO. Que me desabrazase le he rogado,
Ayudar mi pretensión . Mas ¿que hay otro desvario? Y el abrazo pasado me ha quitado.
¡ Oh qué gallarda ocasión ! ) FINEA. OCTAVIO.
¿Eres tú, mi bien? ¿Hay ignorancia tal? Pues dime, bestia,
También me le has de quitar,
FINEA. No me ha de reñir por esto. ¿Otra vez le abrazabas?
No esperes, LAURENCIO. FINEA.
Laurencio, verme jamás : Que no es eso :
Todos me riñen porü. ¿Cómo hade ser? Al principio fué hecho aquel abrazo.
FINEA. Alto el brazo derecho de Laurencio,
LAURENCIO.
Pues ¿qué te han dicho de mi ? Siendo presto. Y agora levantó , que bien me acuerdo,
¿No sabrás desabrazar? Porquefuesealrevés,elbrazoizquierdo.
FINEA.
Eso agora lo sabrás. LAURENCIO. Luego desabrazada quedo agora.
¿Dónde está mi pensamiento? El brazo derecho alcé octavio. (Ap.)
Entonces, muy bien me acuerdo : Cuando piensa que sabe, mas ignora.
LAURENCIO. Ahora alzaré el izquierdo ,
¿Tu pensamiento? Ello es querer hacer lo que no quiso
Y el abrazo desharé. (Abrázala.) Naturaleza.
FINEA. FINEA. FINEA.
Si. ¿Estoy ya desabrazada? Diga, señor padre,
LAURENCIO. LAURENCIO. ¿Cómo se llama aquello que se siente
En tí; Pues ¿no lo ves? Cuando se va con otra lo que se ama?
Porque si estuviera en mí, OCTAVIO.
Yo estuviera mas contento. Esc agravio de amor celos se llama.
LA DAMA BOBA. 309
F1NEA. ESCENA XX. ESCENA XXI.
¿Celos? DUARDO, PENISO, PEDRO.— Dichos. OCTAVIO, NISE.-FINEA.
OCTAVIO.
Si: ¿tú no ves que son sus hijos? pedro. (Ap. á Duardo y Fenito.) NISE.
FINEA. Finca y Laurencio están Hablando estaba con él
El padre puede dar mil regocijos, Juntos. Cosas de poca importancia.
¥ es muy hombre de bien; mas desdicha- DUARDO. OCTAVIO.
Delque'lan malos hijos ha criado, [do Y él fuera de si. Mira, hija, que esas cosas
octavio. (Ap.) Laurencio. (Ap. á Duardo y Feniso.) Mas deshonor que honor causan.
Luz va tomando ya ; por cierto creo Seáis los tres bien venidos MSE.
Que si amor la enseñase, aprendería. A la ocasión mas gallarda Es un honesto mancebo
FINEA. Que se me pudo ofrecer; Que de buenas letras trata ,
¿Con qué se quita el mal de celosía? Y pues de los dos el alma Y téngole por maestro.
OCTAVIO.
A sola Nise discreta OCTAVIO.
Con desenamorarse, si hay agravio, Inclina las esperanzas,
No era tan blanco en Granada
Que es el remedio mas prudente y sabio. Oid lo que con Finea Juan Latino, que la hija
¿Dónde tu hermana está? Para mi remedio pasa.
DUARDO.
De un veinticuatro enseñaba ;
FINEA. Y con ser negro y esclavo ,
Junto á la fuente En esta casa parece, Porque era su madre esclava ,
Con Laurencio se fué. Según por los aires andas , Del claro duque de Sesa ,
Que te ha dado hechizos Circe : Honra de España y de Italia ,
OCTAVIO.
¡Cansada cosa! Nunca sales desta casa. Vino á casarse con ella;
Aprenda noramala á hablar su prosa, LAURENCIO. Que gramática estudiaba ,
Déjese de sonetos y canciones. Yo voy aquí con mi ingenio Y la enseñó á conjugar
Allá voy á romperles lasrazones. ( Vase.) Haciendo una rica traza En llegando al amo ama»;
FINEA.
Para hacer oro de alquimia. gue asi llama al matrimonio
¿Por quién en el mundo pasa PEDRO. 1 latín.
Esto que pasa por mi? La salud y el tiempo gastas. NISE.

¿Qué vi denantes? Qué vi , Igual seria , Señor, De eso me guarda


Que ansi me enciende y abrasa? Casarte, pues todo cansa, Ser tu hija.
Celos dice el padre mió De pretender imposibles. FINEA.
Que son. ¡Brava enfermedad! LAURENCIO. ¿Murmuráis
Calla, necio. De mis cosas?
ESCENA XIX. PEDRO. OCTAVIO.

LAURENCIO. — FINEA. El nombre basta ¿Aquí estaba


Para no callar jamás; Esta loca?
LAURENCIO. Que nunca los necios callan. FINFA.
(Ap. Huyendo su autoridad, Laurencio. (Ap. á Finea.) Ya no es tiempo
De enojarle me desvio ; Si dices delante destos De reñirme.
Aunque en parte le agradezco Cómo me das la palabra NISE.
Que excusase los enojos De ser mi esposa y mujer, ¿Quién te habla?
De Nise. Aquí están los ojos Todos los celos se acaban. OCTAVIO.
A cuyos rayos me ofrezco.) finea.
Señora... ¿Quién te riñe?
¿Eso no mas? Yo lo haré. FINEA.
FINEA.
LAURENCIO.
Estoy por no hablarte Nise y tú.
Pues tú misma á los tres llama. Pues sabed que agora acaba
Porque te fuiste con Nise.
LAURENCIO.
FINEA. De quitarme el amor todo
No me fui porque yo quise. Duardo , Feniso , Pedro , Laurencio, como la palma.
Yo doy aquí la palabra OCTAVIO.
FINEA. De ser esposa y mujer
Pues ¿por qué? ¿ Hay alguna boberia ?
De Laurencio. FINEA.
LAURENCIO. FENISO.
Por no enojarte. ¡Cosa extraña! Díjome que se quitaba
FINEA.
El amor con que le diese
LAURENCIO.
De su mujer la palabra ;
Yo estoy celosa de ti , ¿Sois testigos desto? Y delante de testigos
Porque ya sé qué son celos ; LOS TRES. Se la he dado ; y ya estoy sana
Que su digno nombre ¡ay cielos! Si. Del amor y de los celos ,
Me dijo mi padre aquí ; LAURENCIO. Que tanta pena me daban.
Mas también me dio el remedio.
Haz cuenta que ya estás sana OCTAVIO.
LAURENCIO.
Del amor y de los celos Esta , Nise , ha de quitarme
¿Cuál es? Que tanta pena te daban.
FINEA. La vida.
FINEA. NISE.
Desenamorarme ,
Y así podré sosegarme , Dios te lo pague , Laurencio. ¡ Palabra dabas
Quitando el amor de enmedio. LAURENCIO. De mujer á ningún hombre!
LAURENCIO. Venid los tres á mi casa ; ¿Tú no ves que estás casada?
Pues eso ¿cómo ha de ser? Que tengo un notario allí. FINEA.

FINEA.
DUARDO. Para quitar el amor,
El que me puso el amor Pues ¿con Finea te casas? ¿Qué importa?
LAURENCIO. OCTAVIO.
Me le quitará mejor.
LAURENCIO. Sí, Duardo. ¡Locura extraña!
Otro mejor puede haber. DUARDO. No entre aqui Laurencio.
FINEA.
¿Y Nise bella? nise. (Ap.ásu padre.)
¿Cuál? LAURENCIO. Es yerro
LAURENCIO. Troqué discreción por plata. Que él y Liseo la engañan,
Los que vienen aqui (Yante Laurencio, Duardo, Feniso Y aquesta traza han tomado
Al remedio ayudarán. Pedro.) No mas de para enseñarla.
510 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
OCTAVIO.' NISE. ESCENA H.
¡Oh! pues con eso yo callo. Quiérame quitar de aquí; .
Que de manera me trata CLARA. — FINEA.
FINEA.
¡Oh ! pues con eso nos tapas Amor, que diré locuras. CLARA.
LISEO. En grande conversación
La boca.
OCTAVIO. No os vais ¡oh Nise gallarda! ' Están de tu entendimiento.
Vén allá dentro. Que después destos favores,
FINEA.
(Ap. ¡ Qué descanso de mis canas ! ) i Quedara sin vida el alma.
MSE.
Huélgome que esté contento
(Yante Octavio y Finio.) Mi padre en esta ocasión.
H1SE. No puedo menos. (Vate.).
CLARA.
Hame contado Laurencio Atribuyen al amor
Que han tomado- aquesta traza ESCENA XXIV.
De Liseo este milagro.
El y Liseo por ver LAURENCIO , LISEO. FINEA.
Si aquesta rudeza labran, ■
Y no me parece mal. En otras aras consagro
LISEO. Mis votos , Clara , mejor.
ESCENA XXII. ¡Aquí Laurencio ha sido el maestro.
Estabas á mis espaldas! . CLARA.
LISEO.— NISE. LAURENCIO.. Como Pedro lo fué mió.
Agora entré. FINEA.
LISEO. LISEO.
Llíate contado mis ansias Luego ¿á ti De verlos hablar me rio
aurencio, discreta Nise? Te hablaba y te requebraba, . En este milagro nuestro.
Aunque me miraba á mí , CLARA.
NISE.
¿Qué me dices? ¿Sueñas ó hablas? Aquella discreta ingrata? Gran fuerza tiene el amor.
LISEO. LAURENCIO. Catedrático divino.
Palabra me dio Laurencio Liseo, aquesta es discreta;
No podrás, si no la engañas, ESCENA III.
De ayudar mis esperanzas.
Viendo que las pongo en ti. Quitarle del pensamiento OCTAVIO, MISENO.— Dichas., •
NISE.
Él imposible que aguarda ;
Porque yo soy de Fmea, hiseno. (Ap. á Octavio.)
Pienso que de hablar t& cansas'
LISEO. Yo pienso que es el camino
Con tu esposa , ó que se embota
En la rudeza que labras Si mi remedio no trazas , De su remedio mejor.
El cuchillo de tu ingenio, Cuéntame loco de amor. Y ya, pues habéis llegado.
Y para volver á hablarla LAURENCIO. A ver con entendimiento.
Quieres darte un filo en mi. Déjame el remedio y calla; A Finea , que es contento
LISEO. Porque burlar un discreto Nunca de vos esperado,
Verdades son las que trata Es la mayor alabanza. A Nise podéis casar
Mi amor, Nise; no mentiras. Con este mozo gallardo.
Escúchame. OCTAVIO.
NISE. Vos solamente á Duardo
¡Qué inconstancia, ACTO TERCERO. Pudiérades abonar.
Qué locura, error, traición Mozuelo me parecía
A mi padre y ¡i mi hermana! Destos que se desvanecen,
Id en buen hora , Liseo. ESCENA PRIMERA. A quien agora enloquecen
LISEO.
La arrogancia y la poesía..
FINEA. No son gracias de marido
¿Desta manera me pagas Sonetos: Nise es tentada
Tan desatinado amor? ¡Amor, divina invención, De académica endiosada,
NISE. De conservar la belleza Y á casa los ha traído.
Pues si es desatino, basta. De nuestra naturaleza , Quién la mete á una mujer
Accidente ó elección ! 'on Petrarca y Garcilaso,
Co
ESCENA XXIII. Extraños efetos son Siendo su Virgilio y Taso
Los que de tu ciencia nacen , Hilar, labrar y coser?
LAURENCIO.— Dichos. Pues las tinieblas deshacen , ; Ayer sus librillos vi ,
Pues hacen hablar los mudos ,. I Papeles y escritos varios;
LAURENCIO. (.1//.) Pues los ingenios mas rudos Pensé que devocionarios,
Hablando está con Liseo : Sabios v discretos hacen. Y desta suerte leí :
Si Liseo se declara , No há dos meses que vivia « Historia de dos amantes,
Nise ha de entender sin duda A las bestias tan igual , Sacada de lengua griega,
Que mis lisonjas la engañan. Que aun el alma racional Rimas de Lope de Vega,
Sospecho que ya me ha. visto. Parece que no tenia : Galatea, de Cervantes;
NISE. Con el animal sentía . El ¡amores de Lisboa,
¡Oh gloria de mi esperanza !' Y crecia con la planta ; Los pastores de Belén,
La razón divina y santa Comedias de don Guillen
LISEO. Estaba eclipsada en mi , De Castro, Liras de Ochoa,
¿ Yo vuestra gloria , Señora ? Hasta que tus rayos vi, Cien sonetos de Liñan ,
NISE. A cuyo sol me levanta. Y de Herrera el divino
Han me dicho que me tratas Tú desataste y rompiste Canciones , El peregrino ,
Con traición; mas no lo creo; La escuridad de mi ingenio, El picaro de Guzman ,
Que no lo consiente el alma. Tú fuiste el divino genio Canción que Luis Vélez dijo
LISEO. gue me enseñaste , y me diste En la academia del duque
¡Traición, Nise! Sien mi vida a luz con que me pusiste De Pastrana, Obra* de Luque,
Mostrare amor á tu hermana, En el lugar en que estoy : Cartas de don Juan de Arguijo... >
Me mate un rayo del cielo. Mil gracias , amor, te doy, Mas ¿qué os canso? Por mí vida,
Pues me enseñaste tan bien , Que se los quise quemar.
LAURENCIO. (Ap.) Que dicen cuantos me ven HISENO.
Es conmigo con quien habla Que tan diferente estoy.
Nise, y presume Liseo Casalda, y veréisla estar
Que le requiebra y regala. Ocupada y divertida
LA DAMA DOBA. 311
En el parir y el criar. A las dos llama á lición. TURIN.
OCTAVIO. OCTAVIO. A ser dejar de querer
¡Qué gentiles devociones! Él viene á buena ocasión. A Nise, fuera el mejor.
Si Duardo hace canciones , Vaya un criado á llamar LISEO.
Bien los podemos casar. Los músicos, porque vea El mismo, porque Finea
MISENO. Liseo á lo que ha llegado Me ha de vengar de su agravio.
Es poeta caballero; Finea. turin.
No temáis, bará por gusto (Vase el criado.) No te tengo por tan sabio.
Versos. Que esa discreción te crea.
OCTAVIO.
ESCENA VI. Y no ha de ser el casarse
Con mucho disgusto OCTAVIO, NISE, FINEA, LISEO, MI- Por vengarse de un desden ;
Que nunca se casó bien
Los de Nise considero. • SENO, CLARA. TURIN; luego, EL Quien se casó por vengarse.
Temo , y en razón lo fundo , CRIADO, EL MAESTRO DE DAN Porque es discreta Finea ,
Si en esto da , que ha de haber
Un don Quijote mujer ZAR, y músicos. Y porque el seso cobró
Que dé que reír al mundo. (Pues de Nise no sé yo
liseo. (Ap.) Que tan entendida sea),
ESCENA IV. Amor engañado, Será bien casarte luego.
Hoy volveréis á Finea; LISEO.
NISE , LISEO , TURIN — Diciros. Que muchas veces amor. Miseno ha venido ; qul ;
liseo. (Ap. á Nise.) Disfrazado en la venganza , Algo tratan contra mi.
Hace una justa mudanza
Trátasroe con tal desden , Desde un desden á un favor. turin.
Que pienso que he de apelar (Sale el criado.) Que lo mires bien te ruego.
Adonde sepan tratar liseo.
Mis obligaciones bien. CRIADO.
Pues advierte, Nise bella, Ya los músicos venian. No hay mas: á pedirla voy.
Que ya Finea es sagrado ; (Salen los músicos y el maestro de tdrin.
Que un amor tan desdeñado danzar.) El cielo tus pasos guie ,
Puede hallar remedio en ella. OCTAVIO. Y del error te desvie
BISE. Muy bien venidos seáis. En que yo por Celia estoy.
Liseo , el hacerme fieros (Vase Liseo.)
liseo. (Ap.)
Fuera bien considerado ¡ Que enamore amor á un hombre
Hoy, pensamientos , vengáis Como yo ! Amor desatina.
Cuando yo te hubiera amado. Los agravios que os hacían.
LISEO.
¡Que una ninfa de cocina,
OCTAVIO. Para blasón de su nombre
Los nobles y caballeros Nise y Finea... Ponga: «Aquí murió Turin,
Como yo, se han de estimar ; NISE. Entre sartenes y cazos » !
No lo indino de querer. Señor...
NISE. ESCENA VIII.
OCTAVIO.
Poner freno a la mujer Vaya aquí, por vida mia ,
Es poner limite al mar. LAURENCIO, PEDRO.-TURIN.
El baile del otro dia.
Extrañas quimeras son ;
Que amor, como es acídente , (Cantan los músicos, y bailan Nise y LAURENCIO.
Tiénese donde se siente. Finea.) Todo es poner embarazos
No donde fuera razón. LISEO. Para que no llegue el Un.
LISEO. Todo es mudanzas amor. PEDRO.
Eso , Señora , no es justo , MAESTRO. Habla bajo; que hay escuchas.
Y no lo digo con celos, Gallardamente por cierto. LAURENCIO.
Que pongáis falta á los cielos MISERO. ¡Oh, Turin!
En la bajeza del gusto. Dad gracias á Dios, Octavio, TURIN.
A lo que se hizo mal , Que os satisfizo este agravio. Señor Laurencio...
No es bien decir: t Fué mi estrella.» OCTAVIO. LAURENCIO.
¡USE. (Ap. á Miseno. Tratemos nuestro con- ¿Tanta quietud y silencio?
Yo no pongo culpa en ella De Duardo con Finea.) [cierto TURIN.
Ni en el curso natural ; Hijas, yo tengo que hablar. Hay obligaciones muchas
Porque Laurencio es un hombre FINEA. Para callar un discreto,
Tan hidalgo y caballero, Y yo muy discreto soy.
Que puede honrar... Yo nací para agradar.
octavio. (Ap.) LAURENCIO.
LISEO.
Paso. ¿Quién hay que mis dichas crea? ¿Qué hay de Liseo?
HISE.
(Vanse todos, menos Liseo y Turin.) TURIN.
Quiero A eso voy.
Que reverenciéis su nombre. ESCENA VII. Fuese á casar.
PEDRO.
LISEO. LISEO, TURIN. ¡Buen secreto!
A no estar tan cerca Octavio. . .
TURIN.
OCTAVIO. LISEO.
¡Oh Liseo! Turin... Está tan enamorado
LISEO. turin. De la señora Finea ,
Señor, ¿qué me quieres? Si no es que venganza sea
¡Oh mi señor! De Nise , que me ha jurado
mise. (Ap.) LISEO. Que luego se ha de casar ;
¿Que se ha de tener amor Quiérote comunicar Y es ido á pedirla á Octavio.
Por fuerza? ¡ Notable agravio ! Un nuevo gusto. LAURENCIO.
tomín. Podré yo llamarme á agravio.
ESCENA V. Si es dar
TURIN.
UN CRIADO.— Dichos. Sobre tu amor pareceres ,
Busca un letrado de amor. Él no os pretende agraviar.
LISEO. LAURENCIO.
CRIADO.
El maestro de danzar Yo he mudado parecer. Las palabras ¿suelen darse
312 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Para no cumplirse? ¿Qué libro esperaba yo Acuden á su regalo
Timar. De tus manos? ¿En qué pleito Con amores, con requiebros.
No. Habías jamás de hacerme Y esperando el mayorazgo,
LAURENCIO.
Información en derecho? Tras tantos regalos hechos,
Inocente te quería , Sale una hembra que corta
De no casarse la dio. Porque una mujer cordero La esperanza á sus deseos.
TURIN. Es tusón de su marido , Según eso, si esperaron
Él no la quiebra en casarse. Que puede traerle al cuello. Hijo varón , y hembra vieron ,
LAURENCIO. Hable la dama en la reja , Antes de nacer fingimos.
¿Cómo? Escriba , diga concetos LAURENCIO.
nntffl. En el coche, en el estrado, Es evidente argumento ;
Porque no se casa De amor, de engaños, de celos; Pero yo veré si sabes
Con la que solia ser, Pero la casada sepa Hacer, Señora , tan presto
Sino con otra mujer. De su familia el gobierno , Mudanza de extremos tales.
LAURENCIO.
Porque el mas discreto hablar
No es santo como el silencio. FINEA.
¿Cómo es otra? Mira lo que ha resultado Paso ; que viene Liseo.
TURI¡». De trasformarse tu ingenio, LAURENCIO.
Porque pasa Pues va á pedirte ¡ ay de mi! Aqui me quiero esconder.
Del no saber al saber, Para su mujer Liseo. FINEA.
Y con saber le obligó. Liseo te quiere bien ; Ya llega.
¿Mandáis otra cosa? El se casa ; yo soy muerto. LAURENCIO.
LAURENCIO. ¡Nunca, plegué a Dios, hablaras! Sigúeme, Pedro.
No. FINEA. PEDRO.
TURIN. ¿De qué me culpas , Laurencio? En grandes peligros andas.
Pues adiós. (Vase.) A pura imaginación LAURENCIO.
Del alto merecimiento
ESCENA IX. De tus partes , aprendí Tal estoy, que aun no lo siento.
El que tú dices que tengo. ( Yanse Laurencio y Pedro.)
LAURENCIO, PEDRO Por hablarte supe hablar,
Vencida de tus requiebros; ESCENA XI.
LAURENCIO. Para responderte escribo; LISEO, TURIN.— FINEA.
¿Qué puedo hacer? No he tenido otro maestro
Lo mismo que presumí Que amor; amor me ha enseñado; LISEO.
Y tenia sospechado Tú eres la ciencia que aprendo. Yo lo dejo concertado.
Del ingenio que ha mostrado, ¿De qué te quejas de mi? TURIN.
Se viene á mostrar aqui. LAURENCIO. Al fin estaba del cielo
Como la ha visto Liseo De mi desdicha me quejo ; Que fuese tu esposa.
Discreta , la voluntad Pero, pues ya sabes tanto,
Ha puesto en la habilidad. LISEO.
Dame, Señora , un remedio. • (Ap. Aqui
PEDRO. FINEA.
Y en el oro algún deseo. Está mi primero dueño.)
El remedio es fácil. ;, No sabéis , señora mia ,
Cansóle la bobería , Cómo ha querido Miseno
La discreción le animó. LAURENCIO.
¿Cómo? Casar á Duardo y Nise,
Y cómo yo también quiero
ESCENA X. FINEA.
Que se bagan nuestras bodas
Si , porque mi rudo ingenio, Con las suyas?
F1NEA. — Dichos. Que todos aborrecían , FINEA.
Se ha Irasformado en discreto.
FINEA. Liseo me quiere bien; No lo creo ;
Clara , Laurencio , me dio Con volver á ser tan necio Que Nise me ha dicho á mi
Nueva de tanta alegría. Como primero le tuve , Que está casada en secreto
Luego á mi padre dejé; Me aborrecerá Liseo. Con vos.
Y aunque ella me lo callara, LISEO.
LAURENCIO. ¿Conmigo?
Yo tengo quien me avisara ,
Que es el alma , que te ve Pues ¿sabrás fingirte boba? FINEA.
Por mil vidrios y cristales, FINEA.
No sé
Por donde quiera que vas , Sí ; que lo ful mucho tiempo ; Si érades vos ó Oliveros.
Porque en mi memoria estás Y la tierra donde nacen ¿Quién sois vos?
Con memorias inmortales. Saben andarla los ciegos. LISEO.
Todo este grande lugar Demás desto, las mujeres ¿Hay tal mudanza?
Tiene cubierto de espejos Naturaleza tenemos
Mi amor, juntos y parejos, Tan pronta para fingir, FINEA.
Para poderte mirar. Ya con amor, ya con celos, ¿Quién decis? que no me acuerdo.
Si vuelvo el rostro allí, veo Que antes de nacer fingimos. Y si mudanza os parece ,
Tu imagen; si á la otra parte, LAURENCIO.
¿Cómo no veis que en el cielo
También ; y así viene á darte Cada mes hay luna nueva?
¿Antes de nacer?
Nombre de sol mi deseo ; LISEO.
FINEA. ¿Hay tal locura?
Que en cuantos espejos mira
Y fuentes de pura plata , Yo pienso TURIN.
Tu bello rostro retrata, Que en tu vida lo has oido. ¿Qué es esto?
Y tu imagen bella mira. Escucha.
LISEO.
LAURENCIO.
LAURENCIO. ¿Si le vuelve el mal pasado?
¡Ay, Finea! A Dios pluguiera Ya estoy atento.
FINEA.
B
Que nunca tu entendimiento
Llegara, como ha llegado,
FINEA.
¿Daisos por vencido?
Cuando estamos en el vientre
A la mudanza que veo ! De nuestras madres , hacemos liseo. {Ap.)
Necio me tuvo seguro, Entender á nuestros padres, Creo
Y sospechoso discreto, Para engañar sus deseos, Que era locura su mal.
Porque yo no le quería Que somos hijos varones ; FINEA.
Para pedirte consejos. V asi verás que contentos Guárdanlas para remiendos
LA DAMA BOBA. 315
De las que salen menguadas. Que era de daros el alma , Pero no quisiera ver
¿Veis ahí que sois uq necio? Ño pudo tener efeto , Cuñado tan regalado.
LISIO. Quedad con Dios. fedro. (Ap. d Finea.)
Señora , mucho me admiro FINEA. Tu hermana escuchando.
De que ayer tan alto ingenio Soy medrosa FINEA.
Hostrásedes. De las almas, porque temo ¡Ay cielos!
mu Que de tres que andan pintadas Vuélvome á boba.
Pues , Señor, Puede ser la del infierno. LAURENCIO.
Agora ha llegado al vuestro; La noche de los difuntos Eso importa.
gue la mayor discreción No saco, de puro miedo, Voyme.
s acomodarse al tiempo. La cabeza de la ropa. nise. (A Laurencio.)
L1SE0. liseo. (Ap.) Los pasos reporta.
Eso dijo el mayor sabio. Ella es loca sobre necio, LAURENCIO.
TURIN.
Que es la peor guarnición : ¿Qué quieres? ¿Vendrás con celos?
Decirlo á su padre quiero.
Y esto escucha el mayor necio. (Vanse Liseo y Turin.) NISE.
LISEO. Celos son para sospechas ;
Volved , mi señora , en vos , ESCENA XH. Las que trato son verdades.
Considerando que os quiero LAURENCIO.
Por mi dueño para siempre. LAURENCIO, PEDRO. — FINEA. ¡ Qué presto te persuades
FINEA.
FINEA.
Y de engaños té aprovechas!
¿Por mi dueña, majadero? ¿Qué te parece? ¿Querráste casar ansí
LISEO. Levantando un testimonio ,
LAURENCIO. Y de aqueste matrimonio
¿Asi tratáis un esclavo Muy bien : Echarme la culpa á mí?
Que os da el alma? Que has dado el mejor remedio Y si te quieres casar,
PUTEA. Que pudiera imaginarse. Déjame. (Vase.)
¿Cómo es eso? FINEA. NISE.
LISEO. Sí ; pero siento en extremo ¡Qué bien me dejas!
Que os doy el alma. Volverme boba , aun fingida ; Vengo á quejarme , ¿y te quejas?
FINEA. Y pues fingida lo siento, ¿Aun no me dejas hablar?
¿Qué es alma? Los que son bobos de veras PEDRO.
¿ Cómo viven ? Tiene razón mi señor.
LISEO.
LAURENCIO. Cásate y acaba ya. (Vase.)
¿Alma ? El gobierno del cuerpo.
No sintiendo.
FINEA. ESCENA XIV.
PEDRO.
¿Cómo es un alma? Pues si un tonto ver pudiera
LISEO.
NISE, FINEA, CELIA.
Su entendimiento á un espejo,
Señora , ¿No fuera huyendo de si? NISE.
Como filósofo puedo La razón de estar contentos ¿Qué es aquello?
Difinirla , no pintarla. Es aquella confianza CELIA.
FINEA. De tenerse por discretos. . Que se va
¿No es alma la que en el peso FINEA. Pedro con el mismo humor.
Le pintan á san Miguel ? Habíame, Laurencio mió, Y aquí viene bien que Pedro
LISEO. Sutilmente , porque quiero Es tan ruin como su amo.
También á un ángel le vemos Despicarme de ser boba. NISE.
Con alas ; pero él en Un Ya le aborrezco y desamo.
Es espíritu. ESCENA XIII. ¡Qué bien con las quejas medro!
FINEA. Pero fué buena invención
NISE, CELIA.— LAURENCIO, FINEA
Yo os creo. Anticiparse á reñir.
¿Andan las almas? v PEDRO, sin verlas.
CELIA.
LISEO. nise. (Ap. á Celia.) ¿Y el Pedro? ¡ quién le vio ir
Las almas Siempre Finea y Laurencio Tan bellaco y socarrón !
Obran por los instrumentos , Juntos: sin duda se tienen s nise. (A Finea.)
Por los sentidos y partes Amor ; no es posible menos. Y tú , que disimulando
De que se organiza el cuerpo. CELIA. Estás la traición que has hecho ,
FINEA. Yo sospecho que te engañas. Lleno de engaños el pecho.
¿Longaniza come el alma? NISE.
Con que me estás abrasando,
turin. (Ap. d su amo.) ¿Piensas que le has de gozar?
Desde aquí los escuchemos.
¿Por qué te cansas? (Escóndeme.) FINEA.
LISEO. ¿Tú me has dado pez á mi ,
LAURENCIO.
No puedo Ni sirena1, niyofuí
¿Qué puede, hermosa Finea, Jamás contigo a la mar?
Pensar sino que es locura. Decirte el alma , aunque sale
TDRIN.
Anda , Nise ; que estás loca.
De si misma , que se iguale CELIA.
Pocas veces de los necios A lo que el alma desea?
Se hacen los locos , Señor. Allá mis sentidos tienes : ¿Qué es esto?
NISE.
LISEO. Escoge de lo sutil , Á tonta se vuelve.—
Pues ¿de quién? Presumiendo que en abril Á una cosa te resuelve. (A Finea.)
Ttnun. Por amenos prados vienes.
Corta las diversas flores, Tanto el furor me provoca,
De los discretos, Porque en mi imaginación Que el alma te he de sacar.
Porque de diversas causas Tales los deseos son. FINEA.
Nacen efetos diversos. ¿Tienes cuenta de perdón?
NISE.
LISEO.
Estos, Celia, ¿son amores, (Ap. á ella,) i Nise no ha mentado peí, ni sirena, ni
¡ Ay, Turin ! vuélvome á Nise. O regalos de cuñado?
Mas quiero el entendimiento cosa parecida : quiza falte nn» redondilla
Que toda la voluntad.— CELIA. después del verso con que mt alai abra
Señora , pues mi deseo, Regalos deben de ser ; sando.

.■ >^
3M COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA
CARPIÓ.
MSE. ESCENA XVI.
Téngola de tu traición , A la justicia me voy.
Pero no de perdonar. LAURENCIO , PEDRO. -Dicnos. ( Vanse Octavio y Miseno.)
¿El alma quieres quitarme, I NISE.
Con quien el alma vivía? PEDRO.
Vén , Celia , tras mí ; que estoy
Dame el alma que solia , Contento en extremo estás. Celosa y desesperada.
Traidora hermana , animarme. LAURENCIO.
(Vanse Kise y Celia.)
Mucho debes de saber, ¡invención maravillosa!
Pues del a|ma me desalmas. LAURENCIO.
CELIA. H los dos tras él, por Dios;
FINEA. Ya Laurencio viene aquí. No me suceda un disgusto.
Todos me piden sus almas : OCTAVIO. FENISO.
Almario debo de ser. Laurencio, cuando labré Por vuestra amistad es justo.
Toda soy hurtos y robos. Esta casa, no pensé
Montes hay donde no hay gente Que academia instituí, DUARDO.
Yo me iré á meter rerpiente. Ni cuando á Nise criaba , Mal hecho ha sido, por Dios.
MISE. Pensé que para poeta , FENISO.
Que ya no es tiempo de bobos. Sino que á mujer discreta ¿Ya habláis como desposado
Dame el alma. Con las letras la inclinaba. De Nise?
Siempre alabé la opinión DUARDO.
ESCENA XV. De que á la mujer prudente Piénsolo ser.
Con saber medianamente ( Yante Duardo y Feniso.)
OCTAVIO, MISENO, DUARDO , FENI- ^e sobra la discreción.
SO, PEDRO. — Dichas. No quiero mas poesías, ESCENA XVII.
Los sonetos se acabaron,
OCTAVIO. Y las músicas cesaron ; LAURENCIO, FINEA, PEDRO; des
¿Qué es aquesto? Que ya son pocos mis dias. pués, CLARA.
FINEA.
Por allá los podéis dar,
LAURENCIO.
Almas me piden á mí. Si os faltan telas y rasos ; Todo se ha echado á perder.
¿Soy yo purgatorio? Que no hay tales Garcilasos Nise mi amor le ha contado.
Como dinero y callar. Diroe , ¿qué habernos de hacer,
kise. Este venden por dos reales,
SI. Y tiene tales sonetos Si á verte no puedo entrar?
FINEA. Elegantes y discretos, FINEA.
Pues procura salir prestó. Que vos no los haréis tales. No salir.
OCTAVIO.
Ya no habéis de estar aquí. LAURENCIO.

¿No mediréis la ocasión Con ese achaque, id con Dios. ¿Dónde he de estar?
De vuestro enojo ? LAURENCIO. FINEA.
Y es muy justo , como vos Yo ¿no te sabré esconder?
FINEA.
Me deis mi mujer á mi. LAURENCIO. •
m io Querer ¿Dónde?
Aise.á fuerza del saber, OCTAVIO.
Pedir lo que no es razón. ¿Qué mujer os tengo yo? FINEA.
Almas, sirenas y peces LAURENCIO.
Yo tengo un desvaa
Dice que me la dado a mf. Finea.
Famoso para esconderte.—
¡Clara!...
OCTAVIO. OCTAVIO.
¿Hase vuelto aboba? ¿ Finea ? (Sale Clara.)
LAURENCIO. CLARA.
MSE. Mi señora...
Aqui
Sf. Hay tres testigos del si FINEA.
OCTAVIO. Que há mas de un mes que me dio. Advierte
Pienso que tú la embobeces. Que mis desdichas están
OCTAVIO.
DUARDO. ¿Quién son? En tu mano : por secreto
¿No decian que ya estaba LAURENCIO.
Lleva á Laurencio al desván.
Con mucho seso? , Duardo, Feniso CLARA.
OCTAVIO. Y Pedro. ¿Y á Pedro?
FINEA.
¡Aydemií OCTAVIO.
También.
nise. ¿Es esto verdad?
CLARA.
No quiero hablar claro. DUARDO.
Ella de su voluntad , Galán ,
OCTAVIO. Camine.
Octavio, dársele quiso.
Di. LAURENCIO.
MSE. OCTAVIO. Yo te prometo
Todo su daño se acaba ¡Hay tal cosa! Que voy temblando.
Con mandar expresamente PEDRO.
FINEA.
(Pues como padre podrás, ¿No bastaba ¿Deque?
Y aunque en todo, en esto mas, Que mi señor lo dijera ? PEDRO.
nies tu honor no lo consiente) OCTAVIO. Clara , en llegando la hora
Que Laurencio no entre aquí. Que como simple la diera De muquir, di á tu señora
.„, , octavio. A un hombre que la engañaba, Que algún consuelo me dé.
¡Como! No ha de valer. Di, Finea, CLARA.
MSE. ¿No eres simple? Otro cenará peor.
Porque él ha trazado FINEA. Vamos.
Uue esta no se haya casado , Cuando quiero. PEDRO.
Y que yo te enoje á ti. OCTAVIO. ¿Yo al desván? ¿Soy gato?
OCTAVIO.
Y ¿cuando no? (Vanse Laurencio , Clara y Pedro.)
Pues eso es muy fácil cosa. FINEA.
No. ESCENA XVIII.
MSE.
En paz tu casa tendrás. OCTAVIO. .
„ ¿Qué espero? FINEA.
Mas cuando simple no sea, ¿Por qué de imposible trato
Con Liseo está casada : Aqueste mi loco amor?
LA DAMA BOBA. 513
En llegándose á saber OCTAVIO. Si no te casas , Señor,
Una voluntad , no hay cosa Tente, loca , ¿dónde vas? Te han de decir mas de siete :
Mas triste y escandalosa FINEA.
«¡Miren la bobada!»
Para una honrada mujer. Padre, yo voy á esconderme. LISEO.
Lo que tiene de secreto, Vamos ;
OCTAVIO.
Eso tiene amor de gusto. Que mi temor se resuelve
Hija, Liseo no importa. De no se casar á bobas.
ESCENA XIX. FINEA.
TON!.
No yerra quien obedece; Que se case me parece
OCTAVIO.— FINEA. Que no me ha de ver jamás A bobas quien sin dinero
octavio. (Dentro.) Sino quien mi esposo fuere. (Vase.) En tanta costa se mete.
Harélo, aunque fuera justo (Yante.)
Poner mi enojo en efeto. (Sale.) ESCENA XXI.
FINEA.
OCTAVIO, LISEO.TURIN. ESCENA XXIII.
¿Estás ya desenojado?
OCTAVIO. LISEO. FINEA, CLARA.
Por los que rae lo han pedido. ¿Qué es esto? FINEA.
OCTAVIO.
FINEA. Hasta agora bien nos va.
Perdón mil veces te pido. No sé, por Dios;
Ella ha dado en esconderse CLARA.
OCTAVIO. De los hombres, porque dice No hayas miedo que se entienda.
i Y Laurencio? Que la engañan fácilmente. FINEA.
FINEA.
LISEO. ¡Oh cuánto á mi amada prenda
Aquí ha jurado En gentil locura ha dado. Deben mis sentidos ya !
No entrar en la corte mas. ¿Dónde está Laurencio? CLARA.
OCTAVIO.
OCTAVIO. ¡Con la humildad que se pone
¿Adonde se fué? Fuese En el desván!
FINEA.
A Toledo. FINEA.
A Toledo. LISEO. No te espantes;
OCTAVIO. Muy bien hizo. Que es propia casa de amantes,
¿Volverá? OCTAVIO. Aunque Laurencio perdone.
FINEA.
Y tú ¿por ventura crees CLARA.
No tengas miedo Vivir aqui sin casarte? En el desván vive bien
Que vuelva á Madrid jamás. Porque el mismo inconveniente Un matador criminal ,
OCTAVIO. Hay de que tú entres aqui. Cuya muerte natural
Hija , pues simple naciste, LISEO. Ninguno ó pocos la ven.
Y por milagro de amor ¡Bien mi término agradeces ! En el desván un preciado
Perdiste el pasado error, Vengo á casar con Finea , De lindo, y es un caimán;
¿Cómo á ser boba volviste? Forzado de mis parientes, Pero tiénele el desván ,
FINEA. Y hallo una simple mujer. Como el espejo, engañado.
¿Qué quiere, padre? A la fe, ¿Que la quiera , Octavio, quieres? En el desván el que canta
De bobos no hay que fiar. Con voz de carro de bueyes,
OCTAVIO.
Y el que viene de Muleyes ,
OCTAVIO. Tiene razón achacosa ; Y á los godos se levanta.
Pues yo lo he de remediar. Pero es limpia , hermosa, y tiene Finalmente...
FINEA. Tanto doblón , que podría FINEA.
¿Cómo , si el otro se fué? Doblar el mármol mas fuerte. Espera un poco;
OCTAVIO.
¿Querrías cuarenta mil Que viene mi padre aqui.
Escudos con una fénix?.
Pues te engaitan fácilmente ¿Es coja ó manca Finea?
Los hombres , en viendo alguno ESCENA XXIV.
Es tuerta? Y cuando lo fuese,
Te has de esconder; que ninguno ¿Hay falta en naturaleza OCTAVIO , MISENO , DUARDO, FENI-
Te ha de ver eternamente. Que con oro no se afeite? SO. — Dichas.
FINEA.
LISEO.
¿Adonde? Dame á Nise. duardo.
OCTAVIO.
OCTAVIO. ¿Que eso le dijistes?
En parle secreta. No há dos horas OCTAVIO.
FINEA. Que Miseno la promete Si;
¿Será bien en un desván A Duardo en nombre mió. Que á tal furia me provoco.
Donde los gatos están ? Y pues hablo claramente , Pidióme resueltamente
¿Quieres tu que allí me meta? Hasta mañana á estas horas Que con Nise le casase;
OCTAVIO. Te doy para que lo pienses, Dijele que no tratase
Adonde te diere gusto, Porque de no te casar, De tal cosa eternamente,
Como ninguno te vea. Quiero que en tu vida entres Y asi estoy determinado.
Por las puertas desta casa , MISENO.
FINEA.
Que tan enfadada tienes.
Pues alto, en el desván sea. Haz cuenta que eres poeta. ( ^'ase.) Oid; que está aqui Finea.
Tú lo mandas , será justo. OCTAVIO.
Y advierte que lo has mandado. ESCENA XXII. Hija, escucha.
OCTAVIO. FINEA.

Una y mil veces. LISEO.TURIN. Cuando vea ,


Como me lo habéis mandado,
LISEO.
ESCENA XX. Que estáis solo.
¿Qué me dices? OCTAVIO.
LISEO.TURIN.— Dichos. Tl'RIN.
Espera un poco;
Que te aprestes, Que te he casado.
LISEO. (Ap.) Y con Finea te cases,
Si quise Porque si veinte mereces , FINEA.
Con tantas veras á Nise , Porque sufras una boba ¡Que nombres
Mal puedo haberla olvidado. Te añaden los otros veinte Casamiento donde hay hombres!
310 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
OCTAVIO. Para la boba seria. FINEA.
Luego ¿tiénesme por loco? TURIN. Pues, padre, ¿de qué se enoja?
FINEA. ¡Qué bien que comen las bobas! OCTAVIO.
No, padre; mas hay aquí CELIA. Traidora, ¿no me dijiste
Hombres , y voyme al desván. Eso fuera , á no haber sido Que el dueño de mi deshonra
OCTAVIO. Para saberlo curiosa. Estaba en Toledo?
Aqui por tu bien están. Corrí tras ella y cerró FINEA.
FENISO. La puerta. Padre,
Vengo á que os sirváis de mi. OCTAVIO. Si aqueste desván se nombra
TOTEA. Pues bien, ¿qué importa? Toledo, verdad le dije.
¡Jesús, Señor! ¿no sabéis CELIA. Alto está ; pero no importa ;
Lo que mi padre ha mandado? ¿ No importa , si en aquel suelo, Que mas lo estaba el alcázar
Como si fuera una alfombra Y la puente de Segovia ,
MISENO. Y hubo .1 iianclos que á él
Oid ; que liemos concertado De lasque la primavera Subieron agua sin soga.
Que os caséis. En prados fértiles borda, Él ¿no me mandó esconder?
TOTEA. Tendió unos blancos manteles, Pues suya es la culpa toda.
Gracia tenéis. A quien hicieron corona ¡Sola en un desván ! Mal año ,
No ba de haber hija obediente Dos hombres , ella y Finea? Ya sabe que soy medrosa.
Sino yo : voyme al desván. OCTAVIO.
¡Hombres! Buena va mi honra. OCTAVIO.
MISERO. ¿Conocístelos? Cortaréle aquella lengua ,
Pues ¿no es Feniso galán ? CELIA. Rasgaréle aquella boca.
F1NEA. No pude. MISENO.
Al desván, señor pariente. NISE. Octavio , vos sois discreto.
(Vanse Finen y Clara.) Mira bien si se te antoja, Ya sabéis que tanto monta
Celia. Cortar como desatar.
ESCENA XXV. OCTAVIO. OCTAVIO.
No será Laurencio, ¿Cuál me aconsejáis que escoja?
OCTAVIO,MISEN0, DUARDO.FENISO. MISENO.
Que está en Toledo.
NARDO. DUARDO. Desatar.
Vuestra desdicha he sabido, Reporta , OCTAVIO.
Y siento, como es razón. Señor, tu furia : los dos Señor Feniso,
FEN1S0. Lo verémos. Si la voluntad es obra,
OCTAVIO. Recebid la voluntad.
Y yo que en esta ocasión Y vos, Duardo , la propia.
Haya perdido el sentido. Reconozcan Ya Finea se ha casado ;
OCTAVIO. La casa que han injuriado. ( Vast.) Nise también se conforma
Que ya era cuerda entendí , ESCENA XXVII. Con Liseo , que me ha dicho
Y estaba loco de vella. Que le quiere y que le adora.
MISENO. NISE, LISEO, MISENO, TURIN, DUAR- DDARDO.
¡Qué lástima! DO, FENISO, CELIA. Si fué, Señor, su ventura,
DDARDO. Gocen los que el premio gozan
Nise bella DDARDO. De sus justas esperanzas.
Con Liseo viene aquí. No suceda alguna cosa. LADRENCIO.
MSE. {Ap. Todo corre viento en popa.)
ESCENA XXVI. No hará ; que es cuerdo mi padre. ¿Daré á Finea la mano?
NISE, LISEO, TURIN.— Dichos; des FENISO. OCTAVIO.
pués, CELIA. Cierto que es divina joya Dásela, boba ingeniosa.
El entendimiento. LISEO.
mse. (Ap. á Liseo.) LISEO. ¿Y yo á Nise?
Es doblar la voluntad OCTAVIO.
De mi alicion. Siempre Vos también.
LISEO. Yerra , Duardo , el que ignora.
DCARDO. TURIN.
Templa agora, ¿ Y la Clara socarrona
Bella Nise, tus desdenes ; De eso os podréis alabar, Que llevaba los gazapos?
Que se va amor por la posta Nise, pues en toda Europa CLARA.
A la casa del agravio. No tiene igual vuestro ingenio. Mandómelo mi señora.
(Sale Celia.) LISEO. TURIN.
CELIA. Con su hermosura conforma. ¡ Oh cuál los engullirían !
¡Señora!... PEDRO.
NISE. ESCENA XXVIII. Y Pedro, ¿no es bien que coma
¿Qué hay? LAURENCIO, con la espada desnuda; De Algún hueso, como perro,
CELIA. la mesa destas bodas?
Una cosa FINEA, ásusespaldas;PEmO,CLX-
Que os ha de causar espanto. RA; OCTAVIO, tras ellos.—Dichos. Clara es tuya.
OCTAVIO. OCTAVIO. nise. (A Turin.)
Di lo que es. Mil vidas be de quitar Y tuya Celia.
CELIA. A quien el honor me roba. TURIN.
Yo vi que agora LAURENCIO. Será mi bota y mi novia.
Llevaba Clara un tabaque Detened la espada , Octavio. DDARDO.
Con dos perdices, dos lonjas , Yo soy, que estoy con mi esposa. Vos y yo solos quedamos ,
Dos conejos , pan , toallas , Dadme acá esa mano hermosa.
Cuchillo , salero y bota. DDARDO. FENISO.
Seguíla y vi que al desván Tenéos, Octavio.—¿Es Laurencio? Al Senado la pedid,
Caminaba. OCTAVIO. Si nuestras faltas perdonan ;
OCTAVIO. ¿Quién pudiera ser agora , ~iue aquí para los discretos
Celia loca , Sino Laurencio, mi infamia? •a fin la Comedia boba.
LOS MELINDRES DE BELISA.

PERSONAS.
TIBERIO. ÜN ALGUACIL. PRUDENCIO. i FLORA.
LISARDA. UN ESCRIBANO. FELISARUO. I UN ESCUDERO.
ELISO. BELISA. CARRILLO. I Alguaciles.
FABIO. CELIA. DON JUAN. l Cuatro lacayos.

La escena pasa en Madrid.

Codicia, si tú quisieras , El lindo... aunque no lo es


ACTO PRIMERO. A mas de seis pretendientes. Ninguno dellos con ella;
LISARDA.
A todos faltas les pone.
TIBERIO.
¿Con dos hijos?
Sala en casa de Lisarda. TIBERIO. Pues Belisa me perdone;
Y con doce. Que aunque es tan discreta y bella.
ESCENA PRIMERA. Ño se ha de desvanecer
LISARDA.
En arrogancias injustas.
LISARDA, TIBERIO. Mal tu pecho me conoce. LISARDA.
TIBERIO.
Tiberio, si hablarla gnstas,
TIBERIO. Tú negarás lo que sientes. Y quieres darla á entender
En Gn, ¿se ha quitado el lulo? LISARDA. Esta locura en que ha dado.
LISARDA. I ¿Qué es negar? Cien mil ducados Hoy está hermosa y gallarda,
Há mas de un año la muerte Mi marido me dejó ; Que ciertas vistas aguarda:
De su padre. Mas con dos hijos, que yo Habíala.
TIBERIO. Pienso ver pronto casados; TIBERIO.
Desa suerte Y recogerme á la aldea i Estov enojado,
Podremos decir que es fruto Con una esclava no mas Y á fe que se ha de casar
De la tristeza el contento. Y un escudero. De mi mano, aunque no quiera.
LISARDA. TIBERIO.
LISARDA.
No lo será para mi, Pues das noy cuatro novios espera ;
Que tal marido perdí. En lo que es razón que sea, No sé si le han de agradar.
TIBERIO.
¿Cómo vas tan descuidada
En que se case Belisa, TIBERIO.
¡Oh qué inútil sentimiento ! ¿De cuatro en cuatro la piden?
Pues que ya su edad te avisa,
LISARDA. Y el ser de mil conquistada? LISARDA.
¿Inútil? Pues ¿no es razón Que don Juan al fin es hombre.
Que llore su compañía Pica el dinero, Tiberio.
LISARDA.
Una mujer que tenia TIBERIO.
Tanto amor y obligación? ¿Cómo puedo yo casar Métase en un monasterio.
¿No sabes tu que aun las aves A Belisa, y dónde hallar
Dan ejemplo, pues que muda Un hombre tan gentil hombre,
Y con partes tan notables ESCENA II.
Una tórtola viuda
Su canto en quejas suaves, Como imaginadas tiene? BELISA t FLORA, sin reparar en -
Y no se vuelve á casar TIBERIO.
LISARDA t TIBERIO.
Si una vez su esposo pierde, ¿En ese humor se entretiene?
Ni se sienta en ramo verde? LISARDA.
TIBERIO. Hay mujeres incasables,
Pues ¿dónde se va á sentar? Las celosías impiden
Que dan en serian curiosas, Que no veas bien la calle,
LISARDA. Que se les pasan las vidas Pues dices que el del overo
En un espino, en un ramo En andar desvanecidas No era galán caballero,
Seco. Y á todo el mundo enfadosas. Bizarro y de lindo talle.
TIBERIO. Y tardando en escoger,
BELISA.
Desa imitación Lo mejor suelen pasar,
Y andan después á rogar. Flora, aquellas celosías
Coma tortolillas son Los ojos me han afrentado.
Las que deste nombre llamo ; TIBERIO.
FLORA.
Que asi Dios me dé salud, Luego ¿piensas que ha de ser
Que pienso que se han sentado Belisa desa manera? ¿Cómo?
Sobre espino por estrado, LISARDA. BELISA.
Tal es su grande inquietud. Pues ¿ha hecho el Cielo cosa En las niñas me han dado
Ño paran en todo el dia. Mas cansada y melindrosa, De palos.
LISARDA. Ni hombre que apetezca y quiera? FLORA.
Eso no me toca á mí; A codicia del dinero, ¡Qué niñerías!
Y es que jamás pretendí, Del entendimiento y talle , BELISA.
Tiberio, otra compañía. Es una lonja esta calle
Del ginovés caballero. Como los ojos llegué
TIBERIO.
Del indiano portugués, A sus palos, ellos fueron
Pues en verdad que pudieras ; Tales, que al fin me los dieron ;
Que bien moza has enviudado, Del papelista, el letrado,
El viejo rico, el soldado, Pero luego me vengué.
Y con hacienda que ha dado
G18 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FLORA. ! Te están sirviendo y amaudo. TIBERIO.
¿De qué suerte? BELISA Siéntate, Lisarda, aquí.—
BELISA. Tríeme luego la lalior; Tú, sobrina, junio á raí.
Del estuche No me vean tan ociosa. BELISA.
Saqué un cuchillo, y les di
De puñaladas allí. FLORA. i Oh cuánto el sentar enfada
¿Quieres las randas? Entre borlas de colores !
FLORA.
BELISA. TIBERIO.
¿ Quién hay que tal gracia escuche ? Es cosa
¿Mataste la celosía? La causa esperando estoy.
Cansada, aunque es de primor;
BELISA.
BELISA. Y entre tantos majaderos
Hice á lo menos lugar Hay uno que me ha quebrado Porque presumo que estoy
Por donde pude mirar Las manos. ¡Ay! queme han dado, Sentada en cuatro doctores.
Quien por la calle venia. Flora, dolores Un lieros, TIBERIO.
Mas presto vino el castigo ; Que no los puedo sufrir. ¿Cómo va de casamiento?
Pues en vez del caballero, FLORA. BELISA.
Pasó... Mira que aun no te he traído Mal, tio: nadie me agrada.
FLORA. La almohadilla. TIBERIO.
¿Quién? BELISA. ¿Qué es lo que dellos te ofende?
BEL1SA. ?¿ No has oido BELISA.
Un aceitero. ue no has de contradecir?
ráeme una banda al momento Tener mil faltas.
FLORA.
¿Y mirúslele? En que descanse la mano. TIBERIO.

BELISA. (Vase Flora.) ¿Qué faltas?


Eso digo: lisarda. (Ap. d Tiberio.) BELISA.
Que le miré, y me manchó Persuadida será en vano. Un letrado me traían
El vestido. tiberio. (Ap. d Litarán.) Calvo.
FLORA. TIBERIO.
¿Tan grande imposible intento?
¿Pues podía, —Sobrina... ¿Qué importa la calva?'
Tú detrás de celosía, BELISA. BELISA.
Y él en la calle? Señor... Cuando yo fuera mujer
BELISA.
TIBERIO.
Espiritual y santa,
¿Pues no? Y para vencer la carne,
Mírame bien. A fe. Gran enemigo del alma ,
Que sales del lulo hermosa. Quisiera una calavera
FLORA.
¿De mirar
BELISA. ener de noche en la cama,
El que va aceite vendiendo A lo menos deseosa Lindamente me venia
Te Las manchado? De servirle. Un hombre al lado con calva.
TIBERIO. LISARDA.
BELISA.
Bien se ve Era muy rico.
Así lo entiendo. Que andas de boda. BELISA.
Vestido me puedes dar,
Y este harás luego vender. (Vuelve Flora.) Ya quise
LISARDA. Asir la ocasión ; estaba
FLORA.
Hola, Flora, Sin copete por la frente,
Mira que muy limpio está. Y volvióme las espaldas.
¡sillas y dos almohadas.
BELISA. U SARDA.
FLORA.
Necia, ¿no te he dicho ya La banda es esta. ¿Porqué dejaste al maestre
Que daño me suele hacer De campo?
Quererme contradecir? BELISA.
BELISA.
¡Jesús! ¡Qué fiero accidente! Pesadas ¿No es casi nada
Hacen las tocas agora.
FLORA.
Toma allá ; que puede darme Faltar un ojo?
¿Cómo? LISARDA.
BELISA.
Mas cansancio que provecho.
¿Qué importa,
Este pulso, esta frente FLORA.
Pues se le pone de plata?
Mira, estoy para morir. Sillas hay aquí.
BELISA.
¡ Qué terrible calentura ! BELISA.
Sospecho Yo te diré la ocasión.
FLORA.
No pienso contradecirte Que vienes á predicarme. LISARDA.
En mi vida ; que servirte TIBERIO. Dila.
Mi amor y lealtad procura. Pues ya si oírme procuras, BELISA.

De rodillas te suplico Toma almohada. Si este hombre jurara


Me perdones. FLORA. < Como á mis ojos te quiero >,
BELISA. Yo voy Y le costaba el de piala
Ya cesó Por ella. Dos reales, en otros tantos
La calentura. TIBERIO.
Mi amor y vida estimaba.
FLORA. Tu padre soy. Fuera deso, no podía
Llamarme mis ojot.
¿Quedó BELISA. LISARDA.
Calor alguno? No la traigas de verduras; Calla.
BELISA. Que ayer de sentarme en ella
BELISA.
Tantico; Mal de estómago me dio.
Pero ya se va aplacando. ' (Vate Flora.) Pues llamarle yo mi ojo,
flora. (Ap. d Belita.) Era ser negra.
TIBERIO.
TIBERIO.
Tu madre y tu tio. ¿Lo verde te resfrió? ¡ Oh qué gracia!
BELISA. BELISA.
LISARDA.
, . ¡AyDios! Málanme las yerbas della. ¿Qué dirás del portugués?
¿A dos me nombras? (Vuelve Flora.) BELISA.
FLORA. FLORA. Que en el pecho y las espaldas
Los dos Aquí tienes almohada. Se ha de poner el cilicio.
LOS MELINDRES DE BELISA. r.!9
L1SARDA. LISARDA. Vamos á misa, muchacha,
! No hay remedio de cobrar Y despídanse esos novios.
No te entiendo.
«ELISA. ! Los dos mil ducados. TIBERIO.

Aquellas barbas TIBERIO. ¿Dónde irás tan de mañana?


Negras, cerdosas y espesas, Basta ; LISARDA.
Era ponerme en la cara , Que olvida su obligación, A San Jerónimo iré.
Y aun en la boca, un cilicio, Y como á mujer te trata. BELISA.
Y en la lengua una mordaza. ¡ LISARDA. ¡Ay! no, madre.
LISARDA. Un año habrá que murió LISARDA.
i Y aquel caballero rico Mi marido, y que no acaba ¿Por qué causa?
De aquel lugar de la Mancha? De pagarme; y si be callado, BELISA.
BELISA. Es por la amistad pasada, Tiene á los pies un león,
Tenia grandes los pies. Y la que tiene de nuevo Que siempre que entro me espanta ;
LISARDA.
Con donjuán, mi hijo. Y una vez, madre, no dudes
¿Esa es falta de importancia? TIBERIO. Que ha de saltarme á la cara.
BELISA.
Vayan, LISARDA.
Y sáquenle prendas. Puesno nos pongan el coche ;
No, madre; que sobra era, ALGUACIL. Que á San Miguel á pié basta.
Y temí, si se enojaba.
Que era sepultarme en losa Vamos; BELISA.

Cubrirme de una patada. Que no está lejos su casa. Y ¿no es nada el de los pies,
Vile algo negras las uñas; ( Xanse el escribano , el alguacil Junto al peso de las almas?
Y no pretendo en mi casa y Flora.) TIBERIO.
Cernícalo de uñas negras. No vendré á verle en mi vida.
LISARDA.
ESCENA IV. FLORA.
¿Y ñolas tenia blancas LISARDA , BELISA , TIBERIO ; des Los novios, Señora, aguardan.
El caballero francés? pués, FLORA. " BELISA.
BELISA. ¡Jesús, y qué alteración !
No quiero yo ser madama TIBERIO. Hola, dame un vidrio de agua.
Ni llamar mosiur mi esposo. Yo también me quiero ir. (Vanse.)
LISARDA. LISARDA.
Pues dime, ¿en qué hallaste falta Belisa está desmayada.
En don Luis, mozo y galán , TIBERIO.
Sala en casa de Eliso.
Cuyos pechos esmaltaba ¿Qué tiene? ESCENA V.
Un lagarto de Santiago? BELISA.
BELISA. Imaginé, ELISO, FABIO.
Calla, madre ; que me espantas. Como lo vi con la vara,
¿No dicen que las mujeres Que me sacara los ojos. FABIO.

A sus maridos abrazan? TIBERIO.


Intenta, por tu vida, el casamiento;
Con un lagarto en el pecho, Que es rica, bien nacida y muy hermosa.
Ojos no, mas prendas sacan.
En mi vida le abrazara. (Sale Flora.) ELISO.
TIBERIO. FLORA.
Belisa tiene extraño pensamiento
Sobrina, llámase asi En no agradarse de ninguna cosa :
Cuatro novios por lo menos Cada dia en la corte hay nuevo cuento
Aquella cruz colorada, Aguardan.
Que es espada, y no es lagarto. Desla dama cansada y enfadosa,
LISARDA.
Porque son sus melindres, postresy an-
BELISA. ¿Dónde? Alivio de cansados caminantes. [tes
Bastaba la semejanza FLORA. Verdad es que mil cosas le levantan.
Para matarme de miedo. En la sala. Costumbre de los cuentos, que en efeto
¡Jesús! LISARDA. Van creciendo contados ; que adelantan
TIBERIO.
¿Quién son? Todos cuantos los cuentan un conceto.
¿Mas que le desmayas? FLORA. Todosloshombresdicequela espantan,
Pues, sobrina, si ninguno Fabricio. Ni ella le quiere necio ni discreto,
Te agrada, y la edad se pasa Si es alto, porque sobra de lo justo,
BELISA.
Como la flor, tiempo viene Si es bajo, porque Taita.
A quien le tiene y te aguarda, Ya be visto
FABIO.
En que después se arrepiente. A Fabricio. ¡Lindo gusto!
TIBERIO.
LISARDA. ELISO.
¿Llaman? ¿En qué te cansa
Un hombre desechó porque tenia
FLORA. Fabricio? Un lunar en la cara, y por bermejo
BELISA.
Sí. A un caballero.
■ LISARDA. En barba y cabeza FABIO.
Mira quien llama. Tiene ciertas moscas blancas,
Y cuando ya hay tantas moscas, Mas razón tenia.
Es que el verano se acaba. ELISO.
ESCENA III. ¿Porqué?
FLORA.
FABIO.
UN ALGUACIL y UN ESCRIBANO. El otro es médico. Por lo que dicen del pellejo.
Dichos. BELISA.
ELISO.
¡Lindo!
alguacil. Con médico siempre en casa, Mirando un n'ovio muy galán un dia,
Siempre entramos sin licencia. Pensaré que estoy enferma. Dijo, viéndole limpio como espejo :
TIBERIO. Frió me da de cuartanas. « Mas que dormir con este mentecato,
Tiemblo... Ti, ti, ti... ¡Jesús! Quierocomer,que es bueno para plato.»
Siempre la tienen las varas.
ALGUACIL.
Hola, llévame á la cama. FABIO.
tiberio. (Ap. i Lisaráa.) En Alcorcon pudiera hacer Belisa
Los términos han pasado : Un desposado, que es famoso el barro.
Mira si quieres, Lisarda, Si no fuera mi sobrina,
Que saque prendas á Eliso. La diera dos bofetadas. ELISO.
LISARDA. Asi le tuvo Eva : burla y risa
TIBERIO.
1 No lo oiga, ¡triste de mí ! Hace del mas galán, del mas bizarro.
¿Con Eliso en pleito andas?
520 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA VI. FABIO. El mar y el fuego, el hielo y la canícula,
Yo seré Ulises á tus cantos mágicos;
KELISARDO, que sale con la espada Cerraba las dos puertasQue aun apenas
de la calle, Pues solo vemos en tu acción ridicula
destituía.—Üicnos. Cuando veo que llega la justicia. Principios dulces para fines trágicos.
Llamaron, y yo haciendo que no oia,
FELISABDO.
Cerré para decíroslo. ESCENA X.
¿EsláaqufEliso?
FELISARDO.
ELISO.
¿Qué haremos? EL ALGUACrL, EL ESCRIBANO, FA
¡ Oh Felisardo ! ELISO.
BIO.—ELISO.
FELISABDO. Esta casa no tiene parte oculta,
Aprisa; Ni menos de salir ventana ó puerta. ALGUACIL.
Que aun caballero... Pudiera vuesamerced
FABIO. Tener estilo debido
ELISO.
Señor, bien estarán en mi aposento. A quien es.
¿Qué dices? ELISO. ELISO.
FELISABDO. En caso de buscar hombre por muerto,
Navarro No dejarán rincón que no le miren, No lo he sabido,
Y que le tengo creed.
Pienso que he muerto . acompañando a Y mucho mas,no habiendo abierloluego. Cuentas de hacienda intrincada
Que venia del Pradocon Aurelia. [Celia, Divierten, y yo no soy
Salieron de mañana á pasearse; CELIA.
Salí; siguiólas este caballero ; ¡Ay triste yo! Portero en mi casa.
Volvieron, y él detras, y sin quitarse ELISO. ALGUACIL.
De paso á fuente, á lo de bravo y fiero. No os aQijais, Señora. Estoy,
Llegaron las criadas á enfadarse; FELISARDO.
Por ser de una casa honrada.
Que no lo estaba yo poco primero. Dos horas á vuestra puerta,
Hablóle, respondió, vino derecho, Intentemos siquiera alguna industria. ¡Y sale vuestro criado
Miróle, alzó, metíme, ya está hecho. ELISO. Muy dormido y enfadado!
Huyeron las mujeres, di la mano Yo tenia en mi casa dos esclavos : ELI 50.
A Celia, y queda... Pedro, que á los caballos asistía, La bestia ahora despierta ;
ELISO.
Porque era ya cristiano bautizado ; Que no sale mas temprano
¿Dónde? Y Zara, una esclavina granadina : [bos De la cama ;— y, por mi vida ,
Los dos podéis fingiros, porque entram- Que este descuido no impida
FELISARDO. Están en la heredad. Tú, Felisardo,
A vuestra puerta. Vé á la caballeriza, y en la cuerda El estilo cortesano
Digno de quien sois. Decid
ELISO. Que atraviesa de la una á la otra parte, Qué es lo que mandáis.
Mctedla presto. Hallarás el vestido que las fiestas
ALGUACIL.
FELISARDO. El esclavo se pone; y tú, Señora,
En la cocina el que se pone Zara. ¡Muy bien!
¡Celia, Celia! Eso diréis que también
Tú toma la almohaza, tú los platos,
Y no seréis de nadie conocidos. Es estilo de Madrid.
ESCENA VII. ¿No os acordáis que se os hizo
FELISARDO.
CELIA.— Dicnos. Por Lisarda ejecución?
Yo voy.
ELISO.
CELIA.
CELIA.
Y yo á lo mismo. ¡ Ah si! tenéis gran razón.
¡Hermano! (\anse los dos.) En fin, ¿no le satisfizo
FELISARDO. Ningún concierto?
FABIO.
Aquí estarás segura y encubierta. ALGUACIL.
CELIA.
Ya nos quiebran Pasó
La puerta. La oposición, como veis ;
Pues ¿dónde vas?
ELISO. Ningún término tenéis,
FELISARDO.
Antes me espanto de la flema Porque todo se cumplió.
Al Carmen. Con que llaman, buscando un delincuen- Prendas os vengo á sacar.
CELIA. [te. ELISO.
Es en vano Baja, y di queyo estaba en mi escritorio, No tengo qué responder:
Quedar aquí sin tí , menos que muerta. En papeles y cuentas ocupado,
Si nchaypeligroaquí, ¿porqué te alejas? Y que nadie hasta agora los ha oido. Lisarda lo puede hacer.
Y si aun aquí le hay, ¿ por qué me dejas? Y detente en hablar lo que pudieres , ESCRIBANO.

ELISO. Porque tengan lugar para vestirse. Licencia nos podéis dar.
Biendice. Cierra, Fabio.nuestra puerta; FABIO. ELISO.
Que á mas peligro vais por tantas calles. Yo voy, y quiera el cielo que suceda Entrad ; que Fabio os dará
FABIO. Tan felizmente, que burlados queden. Mi plata y tapicería ;
Yo voy. (Vase.) ELISO.
Y si falta (que podría),
ELISA. Por su desdicha conocerlos pueden. Satisfacion se os hará
Aqui estará Celia encubierta, Con otras prendas.
(Vase Faino.)
Y tú, mientras remedio busquesó halles. ESCRIBANO.

CELIA. ESCENA IX. Muy bien.


Bien dice, mientras algo se concierta ; Vamos.
Que dos mancebos de gallardos talles, . ELISO. ( Yanse el alguacil, el escribano
Que me vieron venir, no dirán nada. y Fabio.)
ELISO.
Tirano amor, cuya opinión temática
No teínas; que no harán si es gente lion- Nos muestra bien la librería histórica, ESCENA XI.
Escura ciencia en lengua metafórica
[rada. De la esfinge de Tébas enigmática : ELISO.
ESCENA Vin. ¡ Dichoso el que se queda en tu gra-
[mática, Yo estaba engañado.
FABIO.— Dichos. Y no llega á tu lógica y retórica, Basta, que siendo el buscado,
Pues el que sabe mas de tu teórica, Y el perseguido también,
¡Gran desdicha! Menos lo muestra en tu experiencia prá- Pense que era Felisardo.
[tica! Mas bien es que estén asi,
ELISO. Mies igualas , amor, en tn matricula Por si los conoce aquí;
¿Qué dices? Los sabios y los bárbaros sal váj icos, Que mi deuda presto aguardo
LOS MELINDBES DE BELISA. 321
Remediarla con dinero, ¿Qué hará después con enojos? ALGUACIL.
Que espero en fin deste mes. Muy bien despedido va; Eso es mucho ; mas yo sé
Tomé el consejo después Que vi la figura en él Que lo hará por tí y por mi,
Que fuera mejor primero; Del rey don Pedro el Cruel, Y que en caso de vendellos,
Porque si hubiera pedido Que en Santo Domingo está. Gustará de hacerte gusto.
A Belisa por mujer, LISARDA. LISARDA.
Pienso que pudiera ser ¿Y el que anteayer te ofrecí? Cualquiera precio es muy justo,
De sus melindres marido; belisa. . Aunque muy grande, por ellos.
Que toda mi cobardía ALGUACIL.
Nació de su condición. ¡Ay, Jesús!
Entrar quiero, que es razón, LISARDA. Yo tengo qué hacer : el cielo
A ver esa hacienda mia ; No te alborotes. Te guarde.
LISARDA.
Que tiempo habrá de pedir BELISA.
A Belisa y de trocar Veme después ;
Muy caídos los bigotes. Que tuya esta casa es.
La deuda en deudo, y pagar Sobre la boca le vi.
Con el mismo recebir; Imaginé que seria ALGUACIL.
Que es la hacienda poderosa. O perro de agua ó salvaje, Que no tendremos, recelo,
Pero bien es menester O que estaba algún potaje Necesidad de vender
Para sufrir y tener Sorbiendo por celosía. Prendas.
Una mujer melindrosa. (Vase.) Bien tiene, si come leche, LISARDA.
Con que poderla colar. Asi lo imagino.
LISARDA. ALGUACIL.
Sala en casa de Lisarda. Pues ¿quién te ha de contentar? Adiós.
FLORA.
(Vanse el alguacil y el escribano; li
ESCENA XII. sarda, Belisa y Flora se quedan ha
Un marido en escabeche.
blando entre si.)
LISARDA, BELISA, FLORA.
ESCENA XIII. ESCENA XV.
LISARDA.
Este hombre es un pincel, EL ALGUACIL, EL ESCRIBANO. - LISARDA, BELISA , FELISARDO,
¿Por qué no te ha de agradar? Dichas. CELIA, FLORA.
BELISA.
escribano. FELISARDO. (Ap.)
Cuando te quieras casar,
Elige alguno como él ; Hízose todo muy bien. ¡Qué extraño camino
Que á mi no me satisfizo. ALGUACIL. De desdicha, aunque ha de ser
Bien se ha hecho. Para mas remedio mió!
LISARDA.
Que en aqueste traje y casa,
j Por qué? LISARDA.
Mientras esta furia pasa,
BELISA. ¿De qué modo? Estar guardado confio.
Porque allí contó ALGUACIL. Pero ¿cuándo historia alguna
Una pendencia, y mostró... Depositado está todo, De cuantas ha visto el mundo
LISARDA. Y pídeme que te den Dio capitulo segundo
i Qué mostró? Dos prendas vivas á ti, Al libro de la fortuna?
BELISA. Que por fuerza le saqué. ¿ Hay suce so mas gallardo?
Un puño postizo. LISARDA.
¡Que un hombre que hoy en Madrid
¿Prendas vivas? Era mas noble que el Cid
LISARDA.
Y mas libre que Bernardo,
¿Eso importa? ALGUACIL.
Se vea esclavo y sacado
BELISA. Por mi fe, Por prenda de ejecución,
Hombrequeáml, Que en toda mt vida vi No con mavor dilación
Señora, me ha de querer, Dos tan gallardos esclavos. Que lo que' habernos tardado
¿Postizo le ha de traer? LISARDA. En vestirnos Celia y yo,
Y cuando le traiga asi , Hasme hecho gran placer. Sin morato, sin jafer,
¿Ha de ser tan descuidado, ALGUACIL. Y sin poder responder
Que por hacerse valiente A estos hombres sí ni no?
Se le caiga, cuando cuente El uno es mujer. Yo estoy como loco aquí :
Las cuchilladas que ha dado, LISARDA. No sé en qué podré parar.
Con el puño de la espada, ¿Mujer celia. {Ap.)
El puño de la camisa? Herrada? Si me pudiera quejar,
LISARDA. ALGUACIL. Cielo contrario, de tí,
Esos melindres, Belisa, No tiene clavos ; Por el traje en que me veo,
Me tienen ya muy cansada. Pero puédelos poner Pues él me diera licencia, i
No sé á quién te has parecido ; En cualquiera libertad.— Perdiera aquella paciencia
Que yo no fui melindrosa. Hola, Pedro y Zara, entrad. Que ya te pido y deseo.
BELISA. LISARDA. No puedo de mi quejarme.
El ser yo limpia y curiosa ¡Bizarros! Nohay mas que ver. Pues lo que me ha sucedido,
¿Por melindres has tenido? Engaño, y no culpa , ha sido.
LISARDA. ESCENA XIV. Mas ¿que podrá resultarme?
¿Qué daño puede venirme?
Pues dime que no lo fué Todo es servir ocho días.
No querer al caballero FELISARDO v CELIA, de esclavas.
Dichos. BELISA.
Toledano.
BELISA. Bien dices; y tú podrás
Darte espero alguacil. Hablarle.
LISARDA.
La razón. Yo los saqué, porque creo
LISARDA. Que un gran servicio te hago. Si él está firme,
Yo no la sé. LISARDA.
Yo le haré con el dinero
Que los deje, aunque no quiera. —
BELISA. Daréle carta de pago,
Tenia grandes los ojos, Tal gracia en los moros veo, Esclavo...
FELISARDO.
Y algo el mirar espantado : De los dos mil, y aun á ti
Si asi mira enamorado, Albricias, porque los dé. Señora.
L-i. 21
»2 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
LISARDA. Cura de su coche agora Quiere librarse de amor;
Espera. Los caballos, y á él un bayo. Cuál con mayores porfías,
FELISARDO. FELISARDO. En otro gusto, Señor,
¿Qué he de esperar si esto espero? ¿Hijo tiene? Pasa sus melancolías.
FLORA. Plinio dijo que se echase
LISARDA.
Y muy galán. Un amador ( ¡ qué molestia ! )
¿Tu nombre? Adonde se revolcase
FELISARDO.
FELISARDO. Una muía , y que una bestia
Pedro me llamo. ¿Anda fuera? Así otra bestia imitase;
FLORA. Mas esto fué por mostrar
LISARDA.
Está en la cama. Que era una bestia quien ama ;
¿Cristiano? Ronda de noche una dama, No porque puede quitar
FELISARDO. Y no madruga don Juan ; De aquella bestia la cama
SI, por la gracia Las doce le dan en ella Esta enfermedad de amar.
De Dios , aunque por desgracia Los mas dias ; tú tendrás Mas yo digo que el pedir
Mia te tengo por amo. Dueño , si en la casa estás, Es el remedio de amor.
LISARDA. Hermano desa doncella , DON Jl'AN.
¿Pésale de estar aquí? Que es ángel en condición ,
Y yo te regalaré ; ¿Dónde has oido decir
FELISARDO.
Que tu talle obliga á fe Eso de Plinio?
No. (Ap. Porque mas me pesara. Y buena conversación. , CARRILLO.
Si allá en la cárcel pagara De todo tengo las llaves. Señor,
Lo que no te debo á ti.) ¿Bebes vino? ¿ Comes , di , Hanse dado á traducir
LISARDA. Tocino? Tantos hombres que carecen
¿De dónde eres? FELISARDO. De ingenio , que ya sabemos
FELISARDO. Pienso que sí , Los tontos lo que encarecen
De Granada ; Porque naci donde sabes ; Los sabios, y merecemos
Aunque en Madrid he nacido Si no es que se me ha olvidado Los nombres que ellos merecen.
De esclara, que hubiera sido Desde anoche que cené. Yo le tengo traducido ,
Reina, á no ser desdichada. FLORA.
Y aun á Horacio y á Lucano.
El hijo de Carlos Quinto, DON JOAN.
¡Oh , qué regalos te haré !
Don Juan de Austria , cautivó CELIA.
¿Esos hombres has leído?
A mi madre, y nací yo, CARRILLO.
De la Alpujarra distinto, Si has de ser tan regalado ,
Alaba, Pedro, á los cielos. Pues si están en castellano,
Donde ella fué natural , ¿Qué dificultad ha sido?
V un caballero español , FELISARDO.
Ya mi alazán latiniza.
Limpio y galán como el sol. Oye, Celia. Allá están.
CELIA.
LISARDA. DON JOAN.
¡Qué lástima! ¿Hay cosa igual? Nohayoir. Huélgome al fin ;
¿Y tú , esclava? felisardo. ( Ap. a Celia.) Que estos que el mundo eterniza,
CELIA.
Todo lo podré sufrir; Buscan á Horacio en latín,
Pero no sufrir tus celos. Y esta en la caballeriza.
Yo me llamo
Zara , y bautizarme quiero ; ( Vanse. ) ¡Que un lacayo te ha leído,
Soy de Oran , y estarlo espero Divino Horacio!
Si vuelvo á ver á mi amo, CARRILLO.
Antes, Señora, de un mes. Habitación de don Juan en casa de Lisarda. Yo he sido ;
BELISA. Mas en verdad que me espanto
Aquí también , si tú quieres. ESCENA XVII. De que tú te estimes tanto
Por cierto , hermosas mujeres Por el latín aprendido ;
Tiene Oran. DON JUAN , con una ropa , desabrocha Porque de cuantos es vista
do , poniéndose los botones ; CAR Con la capa y con la espada
LISARDA.
RILLO. Tu persona latinista ,
Esta lo es.— Siempre en libros ocupada ,
Flora, muestra la cocina Dicen que eres romancista.
DON JUAN.
A Zara , y lo que ha de hacer.
Tú puedes venir á ver ¿Ensillaste? DON JDAN.

Cierto novio. CARRILLO. ¿Luego el ingenio y la ciencia


Ya lo está ; Son los bonetes y grados
BELISA. Por Sigüenza ó por Valencia?
Pero es hora de comer.
¡Qué mohína! DON JUAN. CARRILLO.
( Vanse madre é hija. ) ¿Habrá misa? En los vulgos engañados
CARRILLO. Consiste la diferencia.
ESCENA XVI. Misa habrá. ¿Espada? luego idiotismo;
DON JOAN. ¿Bonete? luego letrado.
CELIA, FELISARDO, FLORA. DON JDAN.
¡Qué cansado vine ayer!
FLORA. CARRILLO. ¡Qué gracioso silogismo !
Ea , Zara , vén conmigo. — Con razón te cansas ya. CARRILLO.
Tú , Pedro , visitarás DON JUAN.
Ya está en el vulgo asentado.
La caballeriza. En pidiéndome dinero, DON JUAN.
FELISARDO. Luego me desmayo y muero. ¡Oh qué cansado hispanismo !
¿Hay mas CARRILLO.
Lipsio con capa y espada
Esclavos? Fama inmortal tiene y goza ;
Muchos escriben remedios Persona fué celebrada
FLORA.
No. De amor, poniendo por medios Don Iñigo de Mendoza ,
La ausencia por mas ligero, Que ha dejado á España honrada.
FELISARDO. A quien se sigue el olvido ;
No lo digo Mil ejemplos te trajera
Otros los libros , la caza, Con que el vulgo me entendiera ,
Por no servir. Él pleito, el entretenido Si aquí con el vulgo hablara.
FLORA. Juego ; y todos dando traza
CARRILLO.
Un lacayo De divertir el sentido.
Del hijo de mi señora" Cuál con las hechicerías ¿liaste de lavar la cara?
LÜS MELINDRES DE BELISA. 7>23
DON JUAN. DON JUAN. Retrátenme vuestras bellas
Llama á Flora.i. ¿Quémanosla merecieran? Niñas ; que bien puedo en ellas^
CARRILLO. Mas si el alma se lavara , Decir que en el sol me vi.
Un poco espera. (Vase.) Mas á propósito fueran. Atad.
Dame esa toalla , Flora , CELIA.

ESCENA XVIII. Aunque no podrá limpiar ¿No está bien así?


Lo que deja impreso agora. DON JUAN.
DON JUAN. Esclava que puede honrar A vuestras claras estrellas
La mas principal señora , Se lo quiero preguntar.
Ciencia es saber,que con ingenio y arte Id por el cuello.
Alcanza un hombre, no manteoy bonete; CELIA. ESCENA XX.
Que si toda en los hábitos se mete, Yo iré. {Vase.)
Tendrán las muías en la ciencia parte. FEL1SARDO.— Dichos.
DON JUAN.
César siguió con alta espada á Marte;
Sus comentarios no ha cubierto el Lete; Vé, Flora, & dársele. FELiSARDO. (Ap.)
Que quien tiene dos veces treinta y siete, FLORA. ¡Bueno es aquesto por Dios!
¿Quien le quita que de uno se descarte? Voy. Si aqui pudiera cortar,
Yo he vistoá Cicerón con un sombrero, DON JUAN. Tanto montara en los dos
Y á Jenofonte armado : ¡ letras santas, No vuelvas acá. Cortar como desatar.
Bien os puede tener un caballero! DON JUAN.
FLORA.
¡ Oh tu, que por los ojos te adelantas ! ¿Quién está ahí?
Si Apolo tiene pluma y Marte acero , No haré. (Vase.)
FELISARDO.
Junta á los dos en experiencias tantas. DON JUAN.
Con gusto de verla estoy ; Yo, Señor.
ESCENA XIX. DON JUAN.
Algo á solas le diré.
Nunca esta esclava le vi Pues ¿quién eres?
CELIA , con un jarro y un plato, y FLO A Eliso; sin duda creo FELISARDO.
RA, con una toalla.— DONJUÁN. Que él la guardaba de mi, Un esclavo,
Porque el ajeno deseo Que hoy te sirve por favor
CELIA. Debió de juzgar por si. De la fortuna , que alabo
Aquí tienes agua y plato. ¡Oh cuánto lo habrá sentido, Por conocer tu valor.
FLORA. Si acaso le tiene amor! Fui de Eliso , y ya soy tuyo...
Toalla tienes aquí. Desdicha notable ha sido. Mas ni soy luyo ni suyo,
DON JUAN". ( Vuelve Celia con un cuello en un la- Ni sé a quién he de servir,
Flora... baque ó salva.) Tanto , que puedo decir:
FLORA. CELIA.
Esclavo soy, pero ¿cuyo?
Por prenda vine á tu hacienda,
¿De qué es el recato ? Aquí está el cuello, Señor. De una ejecución; mas ya
DON JUAN. DON JUAN. A tanto pasa otra prenda ,
Nnncaesta criada vi. — Y aquí , Señora , el rendido. Que conmigo en prenda está,
¿Vos servís? ¡ Oh tiempo ingrato! Ese es cuello, ponello Que puede ser que te prenda.
(A Celia.) Podéis por argolla en mi. Mi amo esta esclava amó;
FLORA. Aunque bastaba un cabello; Vi que á tu pecho llegó,
Mejor, Señor, lo dirás Y este el cuello que os rendí. Y no es bien que á ti se junte ;
Cuando sepas que es esclava. CELIA. Pero aunque me lo pregunte ,
DON JUAN. ¿Burlaisos? Poneos el cuello. Eso no lo diré yo.
DON JUAN.
¡Esclava, Flora! ¿Eso mas? DON JUAN.
FLORA. No fuera hierro el asiento; (Pénesele.) Buen talle de esclavo tienes ,
Pero va por vos le siento. Y leal me has parecido ,
En casa de Eliso estaba. Pues que tan celoso vienes.
¿Nunca la viste? Hierros en las trenzas hay.
FELISARDO.
DON JUAN. CELIA.
Yo pensé que era cambray. Zara, buen principio ha sido;
Jamás. Bien tu desdicha entretienes.
FLORA. DON JUAN.
CELIA.
En prendas que le han sacado ¡Qué engañado pensamiento!
De una deuda , la han traído. CELIA.
¿Tú me riñes?
FELISARDO.
DON JUAN. Y si vuestros hierros son ¿Por qué no?
Solo el habernos pagado Trenzas, con facilidad
Con ella , disculpa ha sido Podréis romper la prisión. Señor me mandó que yo
Del haberle ejecutado. Te riñese, y puedo hacello,
DON JUAN. Pues hago en reñirte aquello
¡Bella esclava! Prisión déla voluntad Que cuyo soy me mandó.
CELIA. Está en la imaginación. DON JUAN.
Desdichada No acierto á atarme la trenza ;
Diréis mejor, hasta agora Ponédmela vos, llegad. No la riñas, por mi vida ,
Que os sirvo. Llegad , no tengáis vergüenza ; Esclavo ; que no es culpada ;
DON JUAN. Atadme la libertad , Y en tanto que aqui resida ,
; Qué bien pagada Que á ser tan vuestra comienza. Aunque es de Eliso comprada ,
Deuda! Echad agua, Señora. Llegad , ataréis el cuello. Haz cuenta que fué vendida.
Yo soy su dueño.
FLORA. CELIA.
FELISARDO.
¿Tanto la esclava te agrada? Porque el serviros obliga, Y yo ¿cuyo?
DON JUAN. Lo haré, pues os sirvo en ello.
¿Has visto alguna en tu vida Pero ¿quién habrá que os diga , DON JUAN.

Mas hermosa? Echad mas agua; Aunque yo acierte á ponello, Mió también.
Echad mas , si sois servida , Si está el cuello bien ó mal? FELISARDO.

Porque se temple la fragua Voy por espejo. ¿Ya soy tuyo?


De vuestro fuego encendida. DON JUAN. Mas debo temer, Señor,
¿Hay tales ojos? Eso no ; De mi primer poseedor
CELIA. Porque no habrá espejo igual Que no diga que soy suyo.
Pudieran Como ese rostro , en que yo Zara estuviera mas bien
Dar agua si aquí faltara. Miro tan limpio cristal. En la cocina que aquí.
r>iM COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
CELIA. FELISARDO.

Y tú curando también ¿Y eso no quieres que sienta? ACTO SEGUNDO.


Tus caballos. CELIA.
felisardo. (Ap. á Celia.) No ; porque luego que entraste ,
Sala en casa de Lisarda.
Por tí á mi Como era vidrio y se quiebra ,
En sus pesebres me ven. Cesó el espejo. ESCENA PRIMERA
celia. (Ap. á Felisardo.) FELISARDO.
Y á mí por tí entre los platos, Mejor BELISA, FLORA.
Sin que me regale Flora. Dieras, Celia , por respuesta
¡Villano ejemplo de ingratos ! Que la mujer es espejo , FLORA.
DON JUAN.
Y que del dueño en ausencia ¿En qué tiene de parar
No haya mas , por Dios , agora ; Hace la misma lisonja Tanta tristeza y disgusto?
Oue los dos sois dos retratos A cualquier rostro que llega. BELISA.
De hidalga y noble lealtad. CELIA. Ya , Flora , todo mi gusto
Servid alegres, creed Deja esos celos injustos , Se ha convertido en llorar.
Que os tengo gran voluntad, Deja , por mis ojos , deja Ya mis melindres cesaron ,
Y que os he de hacer merced. En tanto mal niñerías. Ya mi arrogancia paró ;
FELISARDO. FELISARDO. El cielo me castigó ,
Si Zara trata verdad, Siento , Celia , que lo sean ; Y los hombres se vengaron.
Yo la tendré en lo que es justo. Que si tú en las niñas tuyas Tonino lástima ; que estoy
Retratas prendas ajenas, Para matarme.
DOW JUAN.
A misa voy ; que es muy tarde. (Vate.) Niñerías son que pueden
FLORA.
Hacer gigantes ofensas. No diga
Mas, porque en tales desdichas Tal tu entendimiento.
ESCENA XXI. No es bien que hablemos en quejas , BELISA.
CELIA, FELISARDO.
Dime, mi bien, ¿qué he de hacer Amiga,
En las muchasque nos quedan ? Por pasos tan tristes voy ,
FELISARDO.
¿Quieres, dime, que esta noche Que es imposible vivir;
Nos vamos donde no sea Porque en tanta desventura ,
Presto mudaste de gusto. La fortuna poderosa Es el callar mi locura
CELIA. A hacernos burlas como estas? Determinarme á morir.
¿Sientes , asi Dios te guarde , Quieres que de aquí te saque? ¿Qué tardo? ¿ En qué me detengo ,
De veras este disgusto? CELIA. Que no doy fin á mi vida?
FELISARDO. Sabe Dios si lo quisiera ; FLORA.
¿Soy piedra yo? Soy diamante Pero ponemos á Eliso ¿Tú de ti misma homicida?
O soy amante? Soy"fiera En notable contingencia ; BELISA.
O soy hombre? Soy hidalgo Que como estamos en nombre
O soy la misma bajeza? De esclavos, que diga es fuerza A darme la muerte vengo,
¿Tú dos mil leguas de un hombre Lisarda que él nos esconde , - Flora , con tanta ocasión ,
Cuánto mas ; quién lo creyera ! O nos buscarán por ella. Que cuando en lo que la fundo
La distancia que se pudo Mejor es que mientras pasa Venga á conocer el mundo,
Dividir con una trenza? La furia , aquí te entretengas; Dirán que tengo razón.
¿Tú dando lazos y nudos Que para estar escondidos, Yo he de matarme : tú , Flora ,
Al cuello de otra cabeza Ninguna casa como esta. Después de muerta, podrás
Que la mia , para hacerlos Fuera desto , de mis padres Mirar mi pecho , y verás
En mi garganta de cuerda? Seré buscada , y apenas La causa que callo agora ;
¡Ay Celia bella! Saldré en mi traje á la calle, Porque escrita en un papel ,
Ni fe en la mar, ni en la mujer firmeza. Cuando conocida sea. Como el que muere por bando ,
¡Tú, recien venida aquí Y para mí , ¿qué mas gloria La llevare al pecho cuando
Para ser última prueba Que estar adonde merezca Me mate hierro ó cordel.
De amor en tan gran desdicha Él nombre de esclava tuya? Pensando estoy , triste vida ,
Que merece fama eterna , Vuestro fin : si con espada,
FELISARDO.
En los brazos!... Quedaré muy desangrada ,
Bien, Señora, me aconsejas. Mal puesta y descolorida ;
CELIA. Allí he visto los criados Si en cordel , quedaré fea ,
¿En qué brazos? Que están poniendo la mesa: La lengua gruesa , y torcida
FELISARDO. Vete, Celia , á la cocina; La boca ; que sin herida
Déjame, no me detengas. Que podrá ser que nos vean. No hay muerte que tierna sea.
CELIA.
CELIA. Con veneno , me pondré
Yo pondré en una toalla , Negra y hinchada ; sangrada,
Pues ¿es bien tratar en burlas Si acaso hurtarle me dejan , Es muerte á Séneca hurtada :
En tiempo de (antas veras? Algún regalo que comas.. . Dulcemente moriré;
Vuelve , y mira dónde estamos , Que será cosa famosa
Pues en nuestra misma tierra —Pero no ; que se me acuerda
Que Flora lo hará mejor. Morir en filosofía;
Tú eres esclavo y yo esclava ; Y de muerte de sangría
Que si de mi honor recelas FELISARDO.
Ofensa tuya es locura , Nunca te he visto tan necia. Quedaré limpia y hermosa.
Y para mi honor la ofensa. Ea , llámame un barbero.
CELIA.
Por ti, Felisardo mió. Diré que quiero sangrarme,
Quien ama teme. Y después podré quitarme
Soy esclava ; tus quimeras FELISARDO. La venda hasta el fin postrero.
Me trajeron á servir :
Si sino , ¿de qué te quejas? Quien ama Vé, Flora, véme por él.
Salí con otra criada Cree. FLORA.
A dar agua á quien quisiera CELIA. ¿Qué dices? ¿Estás en tí?
Dar veneno ; es hombre y mozo , ¿Qué quieres que crea? BELISA.
Dijome palabras tiernas ; FELISARDO. Matarme tengo...
Que es la ocasión ligera , Que te adoro, mi Celia ; FLORA.
Pólvora el hombre, y la mujer centella. Que las desdichas crecen las firmezas.
Mandó que trújese el cuello , ¡ Aydemi!
Truje el cuello , até las trenzas ; BELISA.
Hizomc espejo , fui espojo. Si lardas , con un cordel ,
LOS MELINDRES DE BELISA.
O alguna encendida brasa, Donde hubiese el ángel Pero poco valen :
Como Porcia... Que venciendo pintan ¡ En estas prisiones
FLORA. Sierpes infernales. El amor alcalde
Viendo á San Cristóbal Castiga con muerte
Si lealtad , Forma de gigante , Resistencias tales.
Si amor, si tratar verdad , Me dieron mil veces Ni duermo ni como,
Si haber nacido en tu casa , Desmayos mortales. Ni sé qué se traen
Pueden merecer saber Jamás en la pila , Estos pensamientos
La causa de tus enojos, Aunque con los guantes , Y dificultades.
Ellos y mis tristes ojos Tome agua bendita , Yo, que burla hice
Te obliguen. Temiendo anegarme. De hombres semejantes ,
BELISA. Nunca salí fuera Quiero un esclavillo ;
No puede ser. Que el aire sonase ; Mas no diga nadie:
FLORA. Y si me cogía «Desta agua no bebo; >
Pues si no, juntemos vidas El aireen lajcalle. Que los tiempos hacen
Y acábenos una muerte. Daba dos mil gritos: Humillar soberbias,
BEL1SA.
« ¡Que me lleva el aire! » Subir humildades;
Nunca he visto loros, Truecan los melindres
Si te obligas que una suerte De miedo que sallen, En sucesos graves,
Nos iguale en dos heridas. Aunque yo tuviese Enriquecen chicos ,
Aquí te diré mi mal. Mil rejas delante. Empobrecen grandes.
FLORA. La puente de piedra , ¡Mal haya quien hizo
Yo te lo prometo. Con ser Manzanares Leyes desiguales,
BELISA. Rio tan pequeño, Que lo peque el gusto,
Escucha. No hay orden que pase. Y el honor lo pague!
Verás que la causa es mucha , Para entrar en coche, FLORA.
Y á mi desventura igual. Mil reliquias hacen ¿Qué podré yo responderte?
En Madrid nacida , Escolta á mi cuerpo, Corrido mi gusto vi
Flora, como sabes, Cruces y señales. De lo que pasa por tí ,
No comí en mi vida Que callo por no ofenderle ;
Por regalo y gusto Ciruelas de fraile,
De mis ricos padres , Pero no puedo negarte
Porque dicen muchos Que ha sido extraña locura.
Me crié en sus brazos Que en el cuerpo nacen ;
Con amores tales, Caracoles, menos, BELISA.
Que aun hablaba en niña ¿Deja de ser la hermosura
Pudiendo casarme. Porque nunca barren
En su a posen tico Hermosura en cualquier parte?
Llovían las Indias Sus necesidades. ¿Dejará de ser diamante
Indias Orientales, Jamás consentí Él (pie lo nació en la mina,
Adonde tenia Que me tome el sastre Porque esté en la mano indina
Mi padre dos males Medida á vestido , O porque le cubra el guante ?
En su casa y cofre. Porque no me abrace. Mas,álacuenta,siáti
Perlas y diamantes , Nunca el zapatero Lo que á mi me sucedió ,
Plata para gastos , Lo que calzo sabe ; No quiero culparle yo
Y oro para engastes. Zapatos de un punto Para disculparme á mí.
Con esto y quererme Lo que haré será matarme.
Gastaban gran parte Y de dos me hace,
Hasta diez y seis , FLORA.
En mis nuevas galas, Mejores buscar remedio.
En mis ricos trajes; Porque no se alaben
Que don Juan , en tin , Que saben mis puntos BELISA.
Como era estudiante , Curiosos galanes. Pues ¿hay sin la muerte medio
No gastaba en libros, Ño quise en mi vida Con que poder remediarme?
Lacayos y pajes Jugará los naipes. FLORA.
Lo. que yo en espejos, Porque la espadilla
Me hiela la sangre. Echarle de casa luego.
Pastillas y guantes.
Con estas' locuras Mas i por qué te digo BELISA.
Fui tan arrogante , Las cosas que sabes , Hale cobrado afición
Que nunca pudieron Y que no es posible Mi madre, y la privación
Casarme mis padres. Que mi lengua baste ? Podrá acrecentar mi fuego.
Treinta mil ducados, Yo,enefeto,Flora, FLORA.
Que en parte me caben Con melindres tales , Pues hazle herrar ó azotar :
Desta gruesa hacienda , Desechando á tantos Aféale de manera
Mas que no mis partes , Caballeros graves , Que le aborrezcas.
Obligan los hombres Ricos, gentilhombres,
Nobles, principales, BELISA.
Que por muchas nacen ¿Qué fielra
A venir á verme. Con hábitos muchos ,
Muchos con bastantes Puede aborrecer y amar?
Verme y conquistarme.
Yo, con la locura Cargos en la guerra FLORA.
De hacienda Luí grande , Y oficios reales, Piensa que á esa esclava adora,
Y quizá engallada Poniendo mil faltas Si desamartelan celos.
De mi ingenio y talle. A cuantos me salen. .. BELISA.
He dado en melindres, No sé si lo diga No han hecho salsa los cielos
En melindres tales, Antes que me mate , De amor, como celos, Flora.
Que fui de la corte Porque no me afrenten
FLORA.
Fábula notable. Desatinos tales...
— Pero ya que es fuerza , Pues algo has de hacer.
Di en decir un tiempo
Que tenia de carne ÍDe qué estoy cobarde? BELISA.
Las manos y rostro; Jn esclavo adoro , Morir.
Lo demás de imagen ; Prenda que á mi madre FLORA.
Que cual ves las visten Trajo un alguacil ; Mira el alma.
Solo por el talle, Dios se lo demande.
No es de burlas, Flora. BELISA.
Sin piernas y cuerpo, Esa razón
Con bultos iguales. Yo quise guardarme:
Di en uo ir á misa Diligencias hice ; Sola vence la pasión
326 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Con que desprecio el vivir. FELISARDO. La merced y el gran favor
Quiero tomar tu consejo, Es verdad ; Que me has" hecho.
Y hacer este esclavo herrar, Mas no tengo libertad LISARDA.
Como quien quiere quebrar, De decilleuna razón. Mas me debes
Por no mirarse, el espejo. ¿Qué hay por allá de la herida? Que piensas.
FLORA. ¿Ño podre salir de aquí? FELISARDO.
Tu madre. ¿Murmurase que yo fui? Palabras breves
BELISA. ELISO. Son las señales de amor.
Apártate allí. Aun tiene el hidalgo vida ; LISARDA.
(Vanse.) Pero está muy peligroso. Yo te quiero como á mi.
No salgas de donde estás,
Porque á peligro pondrás FELISARDO.
ESCENA II.
La tuya. Mil veces beso tus pies.
ELISO, LISARDA. FELISARDO.
¡ Caso espantoso ! • ESCENA V.
LISARDA.
ELISO.
No tienes que replicarme ; CELIA.— Dichos.
Los esclavos has de darme „ Este es el mejor sagrado.
Aunque vienes contra mi. FELISARDO. LISARDA.

EL1SO. ¿Buscan á Celia? ¿Es esta Zara?


¿Tras haberme ejecutado , ELISO. FELISARDO.
Me quitas con tal disgusto También. Ella es.
En lo que tengo mi gusto? ¿Cómo le va á Celia? LISARDA.
LISARDA. FELISARDO. Zara , ¿qué quieres aqui?
Eres caballero honrado , Bien, CELIA.
Y te obliga el ser mujer. Aunque con algún cuidado A Pedro vengo á llamar ;
ELISO. De una criada que aquí Don Juan, mi señor, le llama.
Yo tengo que te pedir, Se pierde por regalarme.
LISARDA.
Y asi te quiero servir ELISO. Id presto.
Con hacerte este placer. ¿Celos? celia. (Ap. á Felisaráo.)
Pero advierte que son tres FELISARDO.
Los esclavos que te doy. Hoy quiso matarme. ¿También mi ama
Si me ven contigo asi , Te comienza á regalar?
LISARDA.
Daremos que sospechar. FELISARDO.
¿Cómo? ¿Otros celos?
ELISO. ELISO.
CELIA.
Porque yo lo soy; ¿Sales de casa?
Y el cómo sabrás después. FELISARDO.
Pues ¿qué quieres,
Si tú me das la ocasión?
LISARDA. Muy poco. ■ LISARDA.
Si es acaso pensamiento ELISO.
De casarte con Belisa, Adiós. (Vase.) ¡ Bueno ! ¿ aquí conversación?
Ya su condición te avisa. felisardo. (Ap. á Celia.)
ELISO. ESCENA IV. \ Oh , Celia, qué extraña eres ! ( Vase.)
Sé que un imposible intento; CELIA.
Pero tú lo tratarás LISARDA. — FELISARDO. A Pedro le pregunté
Con ella asólas. lisarda. (Dentro.) Si hoy ensenarme quería
LISARDA. La oración del otro dia.
Si yo te provoco,
Si haré. Belisa , á tanto pesar , ■ LISARDA.
Por allí estaba , y se fué. No hayas miedo que en mi vida ¿No la sabes?
ELISO. Te trate de casamiento. (Sale.) CELIA.
Habíala en esto no mas, —Pedro. No la sé.
Pues sabes mi nacimiento, FELISARDO. LISARDA.
Porque en aquesta ocasión Señora... Flora te puede enseñar.
Saques en la ejecución LISARDA. Vete, perra, á la cocina.
Las prendas del casamiento. Mi intento, celia. (Ap.)
LISARDA. Que voluntad conocida Esta también se le inclina ;
Ya Pedro y Zara son mios. No te parezca , deseo Mas yo me sabré pagar. (Vase.)
A hablar á Belisa voy. De esclavo haberte comprado.
ELISO. FELISARDO. ESCENA VI.
Dispuesto á sufrir estoy ¿Comprado me has?
Sus notables desvarios. LISARDA. LISARDA.
{Vase Lisarda.) Hoy te ha dado
Eliso , y boy te poseo. ¿Qué pensamientos son estos,
ESCENA III. ¿No te lo dijo? Que de un esclavo me han dado?
FELISARDO.
Ni es decente mi cuidado,
FELISARDO.— ELISO. Ni ellos parecen honestos.
Temió Agrádame con extremo
FELISARDO. Mi sentimiento , que es justo. Su talle, su lengua y cara...
¡Eliso del alma mia ! LISARDA. —¡ Qué liviandad ! Amor, para,
ELISO. ¿No estás conmigo con gusto? Tente; que perderme temo.
¡Mi querido Felisardo! FELISARDO.
¿Cómo va? Muy grande le tengo yo ESCENA VII.
FELISARDO. De servirte; mas Eliso
Es en fin dueño primero. BELISA.— LISARDA.
Tu vista aguardo,
Como las aves al día , LISARDA.
BELISA.
En esta obscura prisión. Mal pagas lo que te quiero. Sabiendo que Pedro es tuyo
ELISO. FELISARDO. Y que le compraste á Eliso,
¿Prisión can Celia? De que agradezco te aviso Vengo á darte cierto aviso.
LOS MELINDRES DE BELISA.
TIBERIO. TIBERIO.
LISARDA.
Pues ¿es vuestro esclavo? Mira que por darla gusto,
Será algún melindre luyo. Y impedir tanto disgusto,
BEMSA. LISARDA.
Será la letra fingida;
Dícenme que es fugitivo : Aun de comprarle no acabo, Que á los dos quiero pintar
Hoy has de mandar herrallc. Y ¿ya tengo de mostrar Los clavos con una tinta
LISARDA.
Tan gran crueldad con él? Que luego se quite.
TIBERIO.
¿Herrar, Belisa, aquel talle? FELISARDO.
BELISA.
Ya sabéis su condición ; Pinta
¿Qué importa? ¿No es de un cautivo? Pero porque no es razón Loque se pueda torrar,
Hacer acto tan cruel, Y llámame esclavo tuyo.
LISARDA. Fingir podéis que le herráis ;
TIBERIO.
Tengo lástima á la cara ; Que con un clavo fingido
Ño merece hierro en ella. Habréis con los dos cumplido, Aguárdame, Pedro, aquí. (Vase.)
BELISA. Pues á ninguno agraviáis ;
Que también es cosa fuerte ESCENA XI.
¿Parécete á tí muy bella?
Darla tanta pesadumbre,
LISARDA.
Si es de vuestros ojos lumbre. CELIA.—FELISARDO.
(Ap. Mucho el alma se declara.)
LISARDA.
¿Qué me puede parecer CELIA.
De un esclavo? Pues ¿puédense hacer de suerte, ¿Fuese ya Tiberio?
BELISA. Que parezcan verdaderos? FELISARDO.
Pues consiente TIBERIO.
Si.
Herrarle. Con mucha facilidad. CELIA.
LISARDA. LISARDA.
¿Qué hay de Lisarda?
Es inconveniente ¡Que á cualquiera liviandad
FELISARDO.
Para volverle á vender, Me ha de hacer Belisa fieros !
Como quien hace tapices Ahora bien ; quede á tu cuenta Que huyo,
Con sus armas. Fingir los hierros. Por tu gusto, de Lisarda.
BELISA. TIBERIO. CELIA.
¿Perderás Sí haré, ¿Y de Belisa?
FELISARDO.
El esclavo? Porque esta loca no dé
LISARDA. En hacernos una afrenta. Una cosa
Importa mas El viene. , Bien nueva y dificultosa.
Herrarle, como tú dices. (Vase Lisarda.) CELIA.
Haz melindre, por tu vida, Dimela de presto.
De herrar una buena cara. ESCENA X. FELISARDO.
BELISA.
FELISARDO.-T1BERIO. Aguarda.
Si en no darme gusto para, La desdicha que nos sigue
En cosa que yo te pida, TIBERIO. Nos confirma por esclavos.
El aborrecerme á mí ¡Oh Pedro! CELIA.
Por querer á tu don Juan, ¿Cómo?
FELISARDO.
Presto tus ojos dirán FELrSARDO.
Si como don Juan naci.— {Yéndose .) ¡Oh señor!
Que hoy nos ponen clavos.
Ahreme, Flora, esa cama, TIBERIO.
Vé presto, llama el barbero, CELIA.
¿Cómo va en la nueva casa?
Sángreme luego, hoy me muero Pues ¿qué puede haber que obl igue
FELISARDO.
¡Hola! al físico me llama.— Bien, gracias á Dios, se pasa : A tal desatino?
Presto verás si hoy acabo Todos me tienen amor. FELISARDO.
Vida que tengo por tí , Haber
TIBERIO.
Si es mejor perderme á mí Dado en aquesto Belisa.
Que herrar la cara á un esclavo. (Vase,.) De Lisarda yo lo juro; CELIA.
Pero de Belisa no, De quién eres los avisa.
ESCENA VIII. Pues te manda herrar, y yo
Por su gusto lo procuro, FELISARRO.

LISARDA. Aunque me pesa en extremo. Ya no será menester,


FELISARDO.
Porque con clavos fingidos
¡Hay tan extraña mudanza! ¿Cómo herrarme? ¡ Vive Dios, Nos han de herrar á los dos,
Quien de ver dar una voz Que si lo intentáis los dos , Y viénenos bien , por Dios ,
Llamaba delito atroz, Siendo yo leal, que temo Para no ser conocidos;
¡Tanto atrevimiento alcanza, Que os quite á entrambos la vida ! Que Eliso me dijo aquí
Que quiere herrar el mas bello Que nos andan á buscar.
TIBERIO.
Esclavo que el mundo vio ! Lo mismo manda á la esclava. CELIA.
O la condición trocó Si acertamos en errar,
O es interesada en ello. FELISARDO. De veras me hierre á mi
¡ Hay tal locura y crueldad ! Aquí la invención se acaba. Quien por tí pusiere clavos
Yo soy, yo soy homicida (A voces.) A un rostro que ya los tiene
ESCENA IX. Del navarro caballero. En el alma de quien viene
Venid ; que escondido estoy. La estampa.
TIBERIO.—LISARDA. TIBERIO.
¿Qué dices? ESCENA XII.
TIBERIO. FELISARDO.
Aunque el ver desmayos tales Que el hombre soy DONJUÁN, CARRILLO, «tu ser visto
No son indicios mortales, Que con el desnudo acero de— CELIA y FELISARDO.
Mueven, Lisarda, á piedad. Di la muerte á aquel hidalgo.
No he visto jamás tan muerta TIBERIO.
don jüan. (Ap. d Carrillo.)
A Belisa : ¿qué ha tenido? ¡ Que estos esclavos
Loco le vuelve el pesar No se han de apartar jamás !
LISARDA. De herrarle. No te han de herrar.
Una necedad ha sido, FELISARDO.
CARRILLO.
Que de su humor desconcierta. Son letra y tildé, son nombre
Ha dado en que se ha de herrar Esperad ; que luego salgo
Donde aventure la vida. Y firma.
Pedro.
338 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ
DON JOAN ESCENA XIII. j lisarda. (A Carrillo.)
El es gentil hombre. ¿Tú estás aqui?
CARRILLO. DONJUÁN, CELIA, CARRILLO.
CARRILLO.
Y aun es discreto. carrillo. (Ajo.) Mucho te espantas de mí.
DON JUAN". . Algo ha de hacer este perro. LISARDA.
¿Eso mas? DON JDAN. ¿No quieres que espante un loco?
CARRILLO.
Advierte, Zara, que es yerro DON JUAN.
Holgaríasle de habla! le. Volverme á desprecios loco. Deja á Carrillo, Señora ;
DONJUÁN. CELIA. Que tengo que hablarle.
Si ; mas no me puedo holgar ¿Puedo, si no soy cristiana, LISARDA.
De verle con Zara hablar, Quererte?
Si es discreto y de buen talle. Di.
DON JDAN.
CARRILLO.
FELISARDO. Dame tu fe
Pues aquí nadie nos ve, Nunca tan Carrillo fui
En teniéndola. En tus manos como ahora.
(Atraíanse.) CELIA.
Bien me puedes abrazar. DON JDAN.
Si haré;
Pero no de ser liviana. Este esclavo que tienes en tu casa.
CELIA.
Es mas galán que esclavo : falta es esta
Siempre te has de anticipar DON JDAN. Mas que el vino; que amor su furia vence;
A mis deseos. Pues ¿qué es lo que harás por mi? Ymasqueel ser ladrón; queel amor roba
DON JDAN. CELIA. Las almas, que es robar su hacienda al
¿Qué fué? Ser tu mujer. [cielo;
CARRILLO. DON JDAN. Mas es quehuir.porqueestehuirpudie-
Que se abrazaron los dos, Es deshonra Y perderse el valor; y amor espera, fra,
Me parece , en castellano. De un caballero. Espera hasta que pierda honor y vida,
CELIA. Después de estar la libertad perdida:
DON JOAN.
Y ¿es honra Y asi, juzgo que es juslo que le vendas;
¿Por qué la abrazas, villano? Queparaesclavoen finlesobranprendas.
Mia que me rinda á ti?
celia. (Ap. áFelisardo.) LISARDA.
DON JDAN.
¿Viónos don Juan? Eres esclava. ¿Que le venda, don Juan?
FELISARDO. CELIA. DON JUAN.
Si , por Dios. Tú fueras Que luego al punto
DON JDAN. Lo mismo á estar en Argel. Le vendas; y pues yo te lo aconsejo.
¿Tú en casa tan principal, DON JDAN. No me preguntes mas. Vuélvele áElíso,
Perro, haces esto? En el tuyo estoy. Y di que solo quieres esta esclava.
FELISARDO. CELIA.
Si no quieres venderle en otra parte.
Señor, Si en él, LISARDA.
Si piensas que es esto amor, Como dices, estuvieras, Ahora bien ; si conviene que le venda,
El luyo lo piensa mal ; No tuvieras libertad O que le vuelva á Eliso, vayan juntos
Que porque me dijo aqui Para quitarme el honor. El esclavo y la esclava ; qué no quiero
Que bautizarse quería, Tener esclava tan hermosa y bella; [ce,
Lo que á cristiano debía DON JDAN.
Queamores masque el vino, pues le ven-
Hice en abrazarla ansí. A mi oblígame el amor. Y mas queelhurto, pueslasalmasroba,
Si bajar pudiera el cielo, CELIA. Y mas que huir, pues el amor espera
Sospecho que la abrazara ; Y á mi mi sangre y lealtad ; A que se pierda vida, hacienda y honra.
Pues lo que el cielo intentara , Que soy allá mas honrada DON JUAN.
Disculpa tiene en el suelo. Que tú aqui. La esclava no te enoja ni deshonra.
DON JDAN. DON JDAN.
LISARDA.
Vete ala caballeriza, Detente, espera.
Perro. Pues ¿en qué me deshonra á mí un es-
CELIA.
felisardo. (Retirándose.) don joan. [clavo?
Es el vencerme quimera,
Perdona, Señor. Menos que estando casada. (Vase.) En abrazar la esclava , por lo menos.
Ser yo cristiano ¿es error? CARRILLO. LISARDA.
(Don Juan habla bajo i Celia.) Cerróse. ¿Vístelo tú?
CARRILLO. DON JDAN. DON JUAN.
La palabra atemoriza. Pensando estoy Yo vi que se abrazaban,
Hola, Pedro. Que si esta es noble en su tierra, Y Carrillo lo vio.
En lo que dice no yerra. LISARDA.
FELISARDO.
Allá fué lo que aqui soy.
¿Qué me quieres? ¡Qué buen testigo!
CARRILLO.
CARRILLO. CARRILLO.
Tu madre.
Ser cristiano es gran bondad ; Yo vi cruzar los brazos, y tocarse
Pero es mucha cri stiandad ESCENA XIV. Paloteado en las espaldas tanto,
Abrazar á las mujeres. Que solo les faltó, como flamencos,
Vete, y advierte que aquí LISARDA. — DON JUAN, CARRILLO. El decirse al toarfróleque, frileque '.
Las esclavas no se abrazan. Lo que es la paz de Francia fué notable.
LISARDA. Como suelen tal vez mansas palomas
FELISARDO.
(Al>. Aun de burlas es Envainarse los picos uno en otro,
Y si amo y lacayo trazan Cosa que me da pesar
Gozarlas, ¿úsase? Y decirse requiebros en el cuello...
Hacer á los dos herrar.) LISARDA.
CARRILLO. ¿Es don Juan? Celos deben deser.donJuan. ¿No tienes
Si. DON JUAN. Mujeres por allá bellas y libres?
FELISARDO. Dame esos pies. Deja esta mora, que en efeto es mora;
¿SI? pues espérate un poco. (Yase.) LISARDA. No trates de vencerla ; que es delito
Hoy ¿qué has hecho? Que nospuede costar hacienda y honra;
DON JUAN.
Que el enojo de Pedro, con reñille.
Ain . Salí un poco l Vrolyk, trohjk, alegre o alegremente:
AI Prado. fórmula de saludo.
LOS MELINDRES DE BELISA. 5*J
FELISARDO.
Con no dejar que soba, ni que pase DON JUAN.
De aquestos corredores, se castiga. Amor licencia me ha dado. ¡En buen enredo ¡ ay de mi !
CELIA.
Nos ha puesto amor cruel !
BON JOAN.
Pero ya saldremos del ;
Pues á mi no la crueldad Que no haber peligro aqui
¿Fuese? De tu madre. Me obliga á sufrir que sea
CARRILLO.
DON JUAN. Tu bello rostro afrentado.
Con los dos pies y los chapines. ¡Es gran razón! CELIA.
DON JOAN. Puesto me has en condición ¿Por qué , mi bien , si hoy me ha dado
¿Este gusto me da mi madre? De hacer una liviandad. Amor su firma y librea ?
CARRILLO. Rosas puras, esperad ; Hoy soy tuya ; que lo ven
Calla; Que voy hacer que esta afrenta
De vuestra hermosura sienta Todos miscinco sentidos ;
Que también eres tú terrible en esto. Alégrense los oidos ,
¿Porqué quieres que venda á Pedro, un Quien os deslustra y marchita ;
Y será sentencia escrita La boca y manos también.
[hombre Porque olvidos ni destierros
Tan cuerdo, tan discreto y gentil hom- De quien vuestra muerte intenta.
Puedan negar tus despojos,
[bre? Vén, Carrillo. Desde su alcázar los ojos
CARRILLO. Están mirando los hierros.
ESCENA XV. ¿Dónde vas? ¿Qué sientes tú de los tuyos?
CELIA, herrada en el rostro. — DON DON JUAN. FELISARDO.
JUAN, CARRILLO. Casarme tengo con ella ; Que me corro que no sean
Que si antes era tan bella , Como los tuyos desean ,
CELIA. Ahora herrada lo es mas. Siendo estampa de los suyos.
Apelo desta crueldad CARRILLO. También mis ojos los ven ,
Al supremo autor del cielo, No es cristiana ; no podrás. Y mi boca los alaba,
Pues no ha de haber en el suelo DON JUAN.
Y aun una pendencia brava
Ni remedio ni piedad. Hay entre los dos también ;
Podré dar pena á Lisarda. Que de los clavos , por ser
DONJUÁN.
CARRILLO. Tuyos, están tan preciados
¿Qué es esto? ¡ Hay mayor maldad ! La afrenta ¿ no te acobarda? Los ojos , que ya de honrados ,
¡Vive Dios, que sospechaba Suyos los quieren hacer.
DON JUAN.
Mi madre que á Zara amaba, La boca dice que están
Y que en el rostro la herró, No hay cobarde en siendo loco.
Mas cerca , y que suyos son ;
Porque aborreciese yo CARRILLO. Pero en tan dulce cuestión
Lo que del la me agradaba ! Oye , advierte, aguarda un poco. Los mismos hierros podrán
¿Es esto verdad? DON JUAN. Poner paz , si los juntamos.
CELIA. Dame los brazos, y iréme.
Amor con ira no aguarda.
Síes. (Vanse don Juan y Carrillo.) CELIA.
DON JUAN. Amor llega, el alma teme.
Mi ral o bien. ESCENA XVI. (Abrázame.)
CARRILLO.
¿Qué lo dudas? CELIA. ESCENA XVIIL
¿Qué te turbas y demudas?
Suyo es el daño que ves ; Creido lleva don Juan BELISA, FLORA.— Dichos
Que tú, porque mas estés Que estos hierros son de veras,
Sosegado de tu amor, Y son fingidas quimeras BELISA.
Antes recibes favor De celos que en ellas dan. ¡ A muy buen tiempo llegamos!
En afearle la cara ; Felisardo es tan galán , ¿No te fian dicho , perro , á tí
Que por ventura llegara Que en cualquier traje enamora; Que no subas solo un paso
A mas peligro tu honor. Belisa , Lisarda y Flora De la escalera?
DONJUÁN. Le quieren de una manera : FELISARDO.
Déjame mirar, Carrillo, ¿Quién de un melindre creyera No paso
Aquellos dos, cuyas rosas Tan grande mudanza agora? Sin causa: á pedir subí
Mancharon las rigurosas Cosas que son menester,
Manos (bien puedo decillo), ESCENA XVII. Que aqui me las han de dar.
8ue corte un fiero cuchillo BELISA.
que en Argel ate un moro. FELISARDO, herrado en el rostro.
Cielo rosado que adoro, Y ¿es menester abrazar?
CELIA. FELISARDO.
¿Qué cometas negras son
Las que con tal sinrazón FELISARDO. Somos marido y mujer.
Eclipsan tus rayos de oro? BELISA.
Esas rosas encarnadas ¿Estás aqui?
CELIA. ¿Desde cuándo?
Han dado tan negro fruto,
¿No me ves? FELISARDO.
Que es mirar el sol con luto
Verlas de negro eclipsadas ; ¿Cómo te subiste acá? Desde el punto
Pero pues están bañadas FELISARDO. Que á los dos nos han herrado ,
De tinieblas, cese el dia Amor licencia me da, Hierros habernos juntado
Que de su oriente salía : Sus alas puso á mis pies. Porque se ande todo junto.
Venga la noche y la muerte, ¡Qué bien los hierros te están ! BELISA.
Y acábense de una suerte CELIA. Pues ¿puede un hombre cristiano
Su luz y la vida mia. Son en tu nombre , bien mió ; Casarse con una mora?
Quien en tan blanco papel Aunque ha hecho un desvario, FELISARDO.
Tales letras escribió, Por verme herrada, don Juan. Ya es cristiana , pues agora
No imaginaba que yo Está el serlo en vuestra mano.
Tengo de poner en él FELISARDO.
¿Cómo? Su bautismo y ^Sarniento
El alma, para que del Podéis hacer en un dia.
Salga aquel hierro estampado CELIA.
Llega , no te dé cuidado , BELISA.
Pienso quees de suerte
Estampa ese hierro en mi. Su sentimiento , que ya ¿Quieres tú?
CELIA.
CELIA. A si mismo se dará ,
Si no á su madre , la muerte. Yo bien querría;
¿Cómo te llegas asi?
530 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que mi noble nacimiento BELISA. Tú muy celoso de mi ,
Se emplea en Pedro muy bien ; Pues algo intenta mi amor Y yo, ingratísimo, á tí
Que es por parle de si) padre Que temple estas ansias Qeras. Por todo el extremo fiel.
Caballero, y por su madre , ¿Cómo tocaré una mano Mas yo sí los he tenido
Aunque mora , lo es también. Deste esclavo? Justamente, porque soy
BEL1SA. FLORA. Tan ofendida.
Éntrate, infame, allá dentro.— ¡Linda cosa! FELISARDO.
Tú, perro, bájate allá. ¿Eras tú la melindrosa? Yo voy,
CELIA. BELISA. Celia, en el traje fingido
Pues ¿esto enojo te da? Es todo melindre en vano Cumpliendo mi obligación ;
Cuando llega amor por fuerza. No te ofendo en otra cosa.
BELISA. Esta necia melindrosa
Entra , bárbara. Haz , Flora , alguna invención ;
No se pierda la ocasión. Dijo en aquesta ocasión
CELIA. Que de picarla un mosquito
FLORA.
Ya entro. (Vase. / ¡Brava locura te esfuerza ! Estaba para expirar ;
Mandáronmela llevar...
Finge un desmayo, y haré
CELIA.
ESCENA XtX. Que en brazos té lleve allá.
Ni aun tocarla te permito.
BELISA.
BELISA, FELISARDO, FLORA. Notable invención será.— FELISARDO.

¡Jesús! ¡Ay Jesús! Pues si está como la ves,


BELISA. ¿Tengo de dejarla aqui?
FLORA.
Y tú, ¿qué aguardas aquí? CELIA.
FELISARDO.
¿Qué fué?
Para darme gusto , sí ;
Ver si templas el rigor. BELISA.
Pero no si el tuyo es.
BELISA.
Picóme un mosquito un dedo; ¿Yo habia de verte en los brazos
Y como si fuera un rayo, Otra mujer?
Templarse pudiera amor, Toda me muero y desmayo. (Cae.)
Si caber pudiera en tí. FELISARDO.
Vén acá, Pedro. FELISARDO. Está muerta.
FELISARDO.
¿De un mosquito? CELIA.
Señora... FLORA. ¿Muerta?
BELISA.
(Ap. ¡Lindo enredo!) FELISARDO.
¿Qué quieres? ¿Ya no sabias Pues ¿ no es cosa cierta ?
¿Sentiste mucho el herrarte? Sus melindres? Ya está muerta. CELIA.
FELISARDO.
Por ser el rostro la parte
FELISARDO. Llévala, y hazla pedazos
¿Muerta? Dése corredor.
Quemas el respeto bonora, FLORA.
Que mas la vista venera. FELISARDO.
Ten por cosa cierta
Dios sabe si lo he sentido , Que no vuelva en cuatro dias. Bien fuera ;
Y mas sabiendo que ha sido Tómala en brazos; que yo Porque tanto me aborrece,
Por quien honrarme pudiera. No la podré levantar. Cuanto adora y encarece
BELISA. Su madre ; que si boy quisiera ,
FELISARDO. Pienso de su hacienda toda
¿Piensas que soy yo? ¿Yo la tengo de llevar Pudiera ser tesorero ,
FELISARDO. En brazos? Y hacerle un engaño espero.
Pues ¿quién? FLORA. CELIA.
BELISA. Pues ¿por qué no? Mal nuestro bien se acomoda.
Don Juan. FELISARDO. ¡Ay Felisardo! Ya herrados,
FELISARDO. Alto ; yo haré lo que mandas. ¿Qué podemos acertar?
De celos será. (Levanta á Belisa.) Qué fin el tiempo ha de dar
BELISA. FLORA. A casos tan desdichados?
El dolor ¿pasóse ya? Y yo iré á ver si alguien viene. (Vase.) FELISARDO.

FELISARDO.
FELISARDO. ¿Ahora contemplas eso?
Notable desmayo tiene. ¿No ves que me estoy cansando?
¡Pluguiera á Dios que también
El de la afrenta pasara! Ahora bien ; quiero ser andas, CELIA.
Y llevar aquesta muerta. Suéltala , y vente callando
flora. (Ap. á Belisa.)
A tratar nuestro suceso
Tente; que te vas perdiendo. ESCENA XX. A mi aposento ; que ya
BELISA. No preguntarán por ti.
Vame, Flora, suspendiendo CELIA. —FELISARDO , teniendo en FELISARDO.
La hermosura de su cara. brazos á BELISA. Alto ; yo la dejo aquí.
FLORA.
CELIA. CELIA.
¿Agora hermosa? ¿Adonde vas desta suerte? Vamos.
BELISA. FELISARDO.
FELISARDO.
Los clavos Esta imagen de la muerte, Sin sentido está.
Son lunares que hermosean ( \anse Celia y Felisardo.)
Lo que otros rostros afean De aliento y vida desierta ,
De menos bellos esclavos. Llevo á echar sobre su cama;
Que Flora me lo mandó , ESCENA XXI.
¡Que castigasen los cielos
Mis melindres desta suerte! Porque aquí se desmayó ,
Y es en efeto mi ama. FLORA.— BELISA, inmóbil, como sin
Que un esclavo me dé muerte, sentido.
Y una esclava me dé celos ! CELIA.
¡Ay, Flora , qué mal consejo A lo menos porque ya
Me diste! que estando herrado , Debes de quererla bien.
Al bien la puerta he cercado. FELISARDO.
Aunque con pena y con celos ,
Al fin he dado lugar
FLORA. Mejor los cielos me den A que puedan acabar
Por eso te lo aconsejo ; Vida. ¿No ves cómo está? Tantos melindres los cielos.
Que pudiera ser que hicieras CELIA. Quien cuantos hombres miraba
Alguna afrenta á tu honor. ¡AbFelisardo cruel! Melindrosa despreció,
LOS MELINDRES DE BELISA. 531
¡Con un esclavo vengó Pero engañóme, diciendo BELISA.

A quien ofendido estaba , Que un esclavo que le hurtó, Yo he visto , Carrillo , indicio
Y sin mirar su bajeza Allí le trajo á esconderlo. De que Pedro quiere huirse ;
Le quiere tomar la mano ! BELISA. Sin esto , su atrevimiento
belisa. {Levantándose.) ¿Jubón de tela? Llega á entrar al aposento
¿Qué estás murmurando en vano, De Zara , y no es de sufrirse.
FLORA. Parte á un herrero , y harás
Si sabes la fortaleza Y muy fina. Una argolla y un virote.
De aquel poderoso amor? BELISA. CARDILLO.
FLOBA. ¿Si es aqueste caballero,
¡Jesús , Señora ! ¿Aquí estás? Pues eso no te alborote,
V por alguna desdicha Señora ; que ayer no mas
BELISA. Vino á tan triste suceso? Este regidor vecino
Dame la mano, y sabrá9 FLORA. A un esclavo le quitó :
La causa. Si por los hierros no fuera , Iré á pedírsele yo.
FLORA. No lo dudara. BELISA.
¡Extraño rigor! BELISA. Échasele de camino ,
¿Que aun no te llevó de aquí , ¿Qué haremos? Con favor de los criados
Dejándote yo en sus brazos? FLORA. De casa.
BELISA. Disimular. CARRILLO.
¡Ay , Flora , que aquellos lazos BELISA. Traeré de enfrente
No se hicieron para mi ! Si ; mas mira Un lacayo mny valiente,
Luego que adentro te fuiste, Que se han de huir, y que quedo De bigotes engomados ,
Y yo llegada á su pecho, Perdida , y mas desde agora , Hombre de mas libertad
Iba , como quien le adora , Que es Felisardo , y no Pedro. Que un cochero.
Dando rienda al pensamiento, FLORA. BELISA.
Ya tocándole la mano , Para estorbar que se vaya , Parte presto ;
Ya llegando el rostro al cuello , Mal puedo darte consejo. Que yo viviré con esto
Como que el mismo desmayo BELISA.
En mayor seguridad ,
Era destas cosas dueño, Mientras vengo á conocer
Entró Zara, y de mi amor Ya yo le sé. Si es Pedro ó si es Felisardo.
FLORA.
Celosa remora siendo , {Vase Carrillo.)
Detuvo la nave mia , ¿Cuál?
FLORA.
Que llevaba en popa el viento. BELISA.
Yo tenia entre sus brazos Escucha. El fin del suceso aguardo.
El cuerpo , pero en el suelo Llámame á Carrillo presto. BELISA.
Los pies ; y aunque me pesaba P* fuerza lo ha de tener.
De ver de los dos los celos, ESCENA XXII.
Agradecía mi agravio; ESCENA XXIII.
Y por estar en su pecho , CARRILLO.—Dichas
Rogaba á Dios que durasen LISARDA, DON JUAN, TIBERIO.—
Los enojos que me dieron. FLORA. BELISA, FLORA.
¿Quién vio de amor, quién oyó Él llega, por excusarme.
Tal laberinto y enredo. BELISA.
LISARDA.
Como que yo con fingido ¿Libertades á mí? Pues por el siglo
Desmayo estuviese oyendo Amor le trujo á mi ruego. De vuestro padre , que veáis mny presto
Los mismos celos que daba . CARRILLO. (.1/1.) La venganza que tomo de vosotros.
A quien le tuvo por cierto , A qué ha de llegar la furia TIBERIO.
Y descubrió á voces claras De amor? ¡Qué buenos están Hermana , reportaos ; don Juan es mozo
Los mas extraños secretos De su obediencia don Juan , Y en fin es vuestro hijo.
Que hay en fábula ni historia? Y Lisarda de su injuria !
LISARDA.
FLORA. La madre llora y promete
Casarse por casligalle , No es mi hijo.
¡ Ay, Señora! ¿qué dijeron? Y él con la esclava , por dalle BELISA.
BELISA.
Mas pena. ¿Qué es aquesto , don Juan?
Ella le llamaba á él FLORA. DON JUAN.
Felisardo , que no Pedro ; ¿Qué hay, alcahuete?
Y él á ella Celia. Vuestras quimeras ;
CARRILLO. Que mi madre te pone á tí la culpa.
FLORA.
¡Oh secretaria cruel ¡Quién herrara una esclava tan hermosa?
¿Cómo? De la ninfa melindrosa , En crueldades pararon tus melindres.
BELISA. La que se alcorza y endiosa, BELISA.
Celia , que no Zara. La que viendo en un papel Pues ¿ qué te importa á ti ?
FLORA. Un san Jorge dibujado , DON JUAN.
¡Ay, cielos! De la sierpe se espantó !
Mucho me importa ;
FLORA.
BELISA. Que es mi mujer.
En fin , en sus relaciones , Mira que está aqui. LISARDA.
En sus quejas, en sus miedos, BELISA.
¡Oh infame! ¿de tu boca
Yo entendi, si no me engaño, Si yo, Salen tales afrentas de tu sangre?
Que no son esclavos estos. Carrillo, hubiera mostrado TIBERIO.
FLORA. Melindre viéndote á ti,
¿Qué sierpe mas espantosa? Dícelo con enojo ; que no es hombre
Ese es engaño notorio. Don Juan que ha de afrentar nuestro li
CARRILLO.
BELISA. óos jijar. [uaJe-
¿Engaño , Flora? Perdona , que esto no es cosa
Que arguye malicia en mi , De veras hablo, tio.
FLORA.
Y pruébame en tu servicio TIBERIO.
A no serlo, Si quieres ver lo que soy. Calla, loco.
¿Cómo dejaran herrarse? BELISA. LISARDA.
Cómo sufrieran los hierros? Hazme un placer. Pues alto; si don Juan se determina
Aunque el otro dia vi , A quererse casar con una esclava ,
CARRILLO.
Al entrar en su aposento Yo me quiero casar con un esclavo.
De Pedro, un jubón de tela ; Aqui estoy.
332 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
La mitad de la hacienda es mía
ESCENA XXV. Comoá bárbaro despojo*
TIBERIO. ¡Virote á un esclavo honrado,
¡Bueno! CARRILLO, FELISARDO , los lacayos. Y que apenas tuyo es!
También eres tú loca : ¿qué te espantas ¿ Qué le pondrás de aquí á un mes?
Que don Juan te parezca? FELISARDO.
LISARDA.
L1SARDA. Llegad , perros.
Mi hija es loca , y ha dado
_ No hay cordura carrillo. En aqueste desatino,
Con hijos atrevidos, deslenguados n <• j „ Luego ¿piensas Temiendo que se ha de ir;
Y inobedientes. Hoy haremos cuenta : Defenderte? Mas tú la puedes reñir.
No piense que le toca su legitima
Tan entera el villano; que en un año FELISARDO. ELISO.
Me ha gastado en sus deudas, en sus ga- Solo siente ¡ Por Dios , Lisarda , que vino
Mi valor que sois ruin gente , A lindo dueño el esclavo,
Y en sus placeres deshonestos, cinco, No las afrentas y ofensas. Del regalo que tenia!
¿Cinco?y aunmas de siete mil ducados. (Andan d mojicones y ásenle, y en fin Pues tu sabrás algún dia
DON JOAN. '
en el suelo , le ponen el virote.) Quién es.
Si pensabas casarte y pretendías Sois muchos.— Al iin caí. LISARDA.
Desampararnos, sin enredos puedes lacayo 2.° Su virtud alabo,
Casarte con quien ya tendrás trazado ; Ríndete, perro, Mahoma. Y doy la culpa á Belisa.
Que yo y mi hermana viviremos juntos FELISARDO. (Ap.) ELISO.
Con mas honra que estamos en tu casa. Cielos , ¡ quien me adora toma ¿Es melindre herrar un hombre.
TIBERIO. Tanta venganza de mi! Que si supieras su nombre,
Salte allá fuera ya; que es desvergüenza. lacayo 3.° Aunque su talle te avisa ,
¿Asi tratas las tocas de tu madre? Ea, perrazo , está quedo. Te movieras á piedad?
DON JOAN.
Pero vé porque la riñas.
lacayo i."
Respeto en vos las canas de mi padre. Remacha bien. LISARDA.

, (Vase.) Pondréle entre las dos niñas


carrillo. De los ojos.
ESCENA XXIV. Bien está ; ELISO.
Que no se le quitará
FEL1SARD0, y tras ¿l, CARRILLO y A dos tirones. A quien tan bien lo merece ;
cuatro lacayos.— LISARDA, BELI- FELISARDO. (Ap.) Que algún dia...
SA, TIBERIO, FLORA. Hoy puedo LISARDA.
Decir que llegó mi mal Pues ¿quién es?
FELISARDO. Al extremo que podía.
ELISO.
¿Esto se puede sufrir? lacayo I.0 (A Carrillo.)
Esto es bien hecho? Yo sé que sabrás después
Ya sabe que hoy es el dia Lo que quien ama padece.
TIBERIO. De ser franco y liberal.
LISARDA.
¿Qué es esto? CARRILLO.
En gran confusión me pones.
FELISA ROO. Cuélense en esa taberna.
Llevaré veinte aceitunas; ELISO.
¿No basta el haberme puesto
Estos hierros sin huir, Que no ha de ser en ayunas. No hay que preguntarme mas ;
Sino que mandáis echarme lacayo 2." Presto, Lisarda, sabrás
Argolla y virote á mi? Notables trasformaciones.
Yo serviré de linterna.
lisarda. (Ap.)
LISARDA. (Vanse Carrillo y los lacayos.) ¡Oh amor! si fuesen verdad
Yo no lo mandé.
Las sospechas que he tenido ,
BELISA. ESCENA XXVI. Hoy á este esclavo fingido
Yo sí. Declaro mi voluntad. ( Vase.)
FELISARDO.
FELISARDO.
Pues ¿en qué puedes culparme? ¡Cruel amor! ¡tan fieras sinrazones ESCENA II.
BELISA. Tras tanta confusión , tras pena tanta !
Madre , el esclavo se va ; ¿De qué sirve la argolla á la garganta CARRILLO.— ELISO.
Yo lo sé de Zara. A quien jamás huyó de tus prisiones?
¿Hierro por premio das á mis pasiones? CARRILLO.
LISARDA.
Dueño cruel , tu sinrazón espanta : No sé quién puede sufrir
¡Ah perro! El castigo á la pena se adelanta , Una mujer tan cansada.
Hiérrenle: ¿no viene el hierro?
Y cuando sirvo bien , hierros me pones. ELISO.
CARRILLO.
¡Gentil laurel.amor! ¡buenosdespojos! ¿Qué hay, Carrillo?
A punto el virote está ¡Y en un sugeto á tus mudanzas firme,
Y la valerosa gente. Hierro , virote , lágrimas y enojos ! [me CARRILLO.

LISARDA. Mas pienso quehasquci'ido persuadir- Poco ó nada :


Echádsele al fugitivo. Que , trayendo los hierros á los ojos, Nada se puede decir
No pueda de la causa arrepentirme. Aquello que solo es viento ;
LACAYO 1.°
Los melindres viento son.
¡Hola , Sancho! Por Dios vivo, ELISO.
Que dicen que es muy valiente.
No lo son á mi pasión,
LISARDA. Aunque el viento es elemento
Herralde , y vamos de aqui. ACTO TERCERO. Que en fuego suele mudarse,
FELISARDO. Y dése viento es mi fuego.
¡ Qué notable confusión ! ESCENA PRIMERA. CARRILLO.
TIBERIO. Pésame que estés tan ciego.
No me parece razón ELISO, LISARDA. ELISO.
Herrarle. Puesto que bastara á helarse
LISARDA.
BELISA. , En sus melindres amor,
Pues á mí si. Reporta , Eliso, el enojo. Por ser de su fuego hielo ,
(Vanse las mujeres y Tiberio.) ELISO. Yo me abraso y me desvelo.
' ¿En qué guerra le ganaste, CARRILLO.
. Lisarda , que le trataste Si yo no fuera , Señor,
LOS MELINDRES DE BELISA. 533
Por Tiberio tan aprisa , eliso. (Sin ver d don Juan.) ESCENA VI.
Lindas cosas te contara. ¿Tú eres
Noble, tú amigo , tú honrado? LISARDA.— DON JUAN.
BUSO.
¿Son de Belisa? don jdan. LISARDA.
CARRILLO. ¡Eliso mío! ¿De qué es la ventura y bien?
Repara ELISO. DON JUAN.
En que la niña Behsa, ¡Don Juan! De que los cielos me den
La que un confite de mana DON JDAN. Una esperanza segura ;
Parte en dos para comelle, ¿Qué esclava es esta que aquí De que fui Pigmaleon ,
Y á quien un dia vi bacelle, Pues se me ha vuelto mujer
De solo ver una rana, Trajiste?
ELISO. , La que fué de piedra ayer,
Dos sangrías en un hora, Para mi honor y opinión.
Ha dado en unos desmayos , ¡Bueno!
Madre , yo estoy ya casado ,
Sue , como el sol por sus rayos , DONJUÁN.
No me preguntéis con quién ;
uestran que este esclavo adora. ¡Ay de mi! Que yo sé que os está bien ,
En estando desmayada, ELISO. Si Eliso no me ha engañado.
Le han de llamar o morirse ; Apercebid , madre mía ,
Y esto viene á resumirse (Ap. Todos parece que están
Contra mi honor de concierto.) Joyas y casa á una nuera ,
En que la niña alcorzada Que si el sol hijos tuviera,
Toma la mano al esclavo ; Dirás que le agrada.
DON JUAN.
Preciarse della podria.
Que dice que el corazón Ya descansaréis , Señora ,
Siente sosiego en razón Yunto, Del cuidado de mi estado,
De las uñas. Que de que viva me espanto Ya el cielo mujer me ha dado;
EL1SO. Un hombre después de muerto. Ño me preguntéis agora
Mucho alabo ¿ Quiéresmela dar á mi? Quién , para qué , ni por qué ;
La virtud de Pedro en ser ¿Quiéresmela á mi vender? Que el quién , es el bien que vi ;
De Belisa medicina , eliso. • El para qué, para mi;
Si no es que á querer se inclina (Ap. Mi venganza viene á ser Y el por qué , porque la amé.
Lo que no puede querer. Cierta y breve por aqui.) Y ha de ser desta manera.
CARRILLO. ¿Quiereslabien? El cómo y cuándo se acabe :
¿Por qué no? ¿No es hombre? DO* JUAN. El cómo," como amor sabe ,
ELISO. En mi vida Y el cuándo, cuando Dios quiera.
81; Me he visto en tan triste estado ; (Vate.)
Que en fin, aunque esclavo, es hombre. Tanto , que tengo pensado , ESCENA VII.
CARRILLO. Si de quien soy se me olvida ,
Viéndola á mis ruegos fuerte, LISARDA.
Pues si no lo estorba el nombre,
Esta seguro de mi, Hacerla propia mujer,
Y en acabando de ser Qué enigmas, qué desatinos
Que he visto en él que la adora ; .Ion estos? Qué loco error
So
Aunque finge estar cansado Mi mujer, darme la muerte,
O irme donde jamás De los consejos de amor?
De verse siempre ocupado Pero todos son caminos
En curar esta señora. Visto de algún hombre sea.
Para conocer que son
Mas es hombre , y es querido , ELISO.
Estos esclavos fingidos.
Ella hermosa y él mancebo : Ya que en servilla te emplea Pensamientos atrevidos ,
No picar en tanto cebo Amor, por quien loco estás , Tomemos resolución.
Tan de bestia hubiera sido, Solo te puedo advertir Este esclavo es caballero :
Que la uña que tocara Que es mujer tan principal , ¿Qué aguardo , pues que le adoro?
Le fuera de mas provecho. Que no naciste su igual.
Mas ¿no miras lo que ha hecho DON JUAN. ESCENA VIII.
Esta á quien la fénix rara ¿No es turca?
Urraca le parecía, BELISA, furiota; CELIA t FLORA, te
ELISO.
Y el mas galán, sayagués? niéndola.-LISARDA.
ELISO.
Lo que es decir
Quién es, has de perdonarme ;
Castigo del cielo es. Basta decirte que aciertas
EELISA.
CARRILLO. Si el casamiento conciertas. Llamadme ese perro moro ,
¡Qué bien un hombre decía De quien mi remedio espero.
DON JUAN.
Que no hay elección mas fea Presto, presto ; que me aprieta
¿Con ella puedo casarme? Fuertemente el corazón.
Que en la mujer melindrosa!
ELISO.
Pero ¿mandas otra cosa? LISARDA.
ELISO. Por no te decir quién es , ¿Qué es esto?
Adiós. Me voy. CELIA.
CARRILLO. DON JUAN. Aquella pasión ,
Adiós. (Vase. Espera. Que la oprime y la sujeta
ELISO. A los desmayos que ves.
ESCENA III. BELISA.
No puedo ;
ELISO. Que tengo á la lengua miedo, Llamad á Pedro , enemigas.
Y yo te hablaré después. ( Yate. ) LISARDA.
¿Que se crea Hija, ¿de qué te fatigas?
De un hombre honrado y amigo ESCENA V ¿Qué es esto?
Esta traición? ¿Esto aguardo BELISA.
En galardón , Felisardo? DONJUÁN. ¿No veis lo que es
¿Tal traición usas conmigo? Esta fuerza del sentir
i Es posible que olvidado No en vano yo te adoraba , Y este forzoso callar?
De Celia , mi dama quieres? ¡Oh prenda del alma mia!
CELIA.
Pues el alma me advertía
ESCENA IV. De aquello que yo ignoraba. A Pedro voy á llamar.
¿Hay tal bien? Hay tal ventura? BELISA.
DON JUAN —ELISO. No tú ; Flora puede ir.
FLORA.
don juan. (Al salir.) Pues yo voy. (Vate.)
¿Que aquí quedaba?
Ó3i COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA IX. Tu engaño me maravilla. FELISARDO.
¿Qué tengo yo, que la curan ¡Qué lástima!
LISARDA, BELISA, CELIA. Mis uñas? ¿Soy la gran bestia? BELISA.
CELIA. (Ap.) LISARDA. Tenia dellos.
¡QueFelisardo ¿Esto te causa molestia? FELISARDO.
Guste de que viva aquí ! FELISARDO. Mayor la tengo de mi,
BELISA. ¡Gentil medicóos procuran! Por vos con este virote.
Madre, duélase de mi. ¿A quien cura los caballos BELISA.

LISARDA. Remiten vuestra salud?— Pues eso no te alborote ;


¿Qué tieues? LISARDA.
Que yo le traigo por tí.
BELISA. Tienes tú grande virtud. ¿Qué dije? ¡ Jesús! ¿Qué es esto?
La muerte aguardo. Ea, bien podéis dejallos. Loca estaba, necia estoy.
¡ Qué desgracia! Muerta soy;
LISARDA. (Vate Celia y ocúltase.) Aprieta esa mano presto.
¿Qué sientes ? —Acude, Flora , á tu hacienda; FELISARDO.
BELISA. Que á hablar con Tiberio voy.
Un no sé qué Desmayóse. ¡Hay cosa igual!
(Vase Flora.) Vergüenza debió de ser.
Que me da en el corazón ,
Con una cierta pasión celia. (Ap. escondida.) Fácil está de entender
Que se siente y no se vé. Cielos, escondida estoy. La calidad de su mal.
Tengo en él un arador Haced que este enredo entienda. Pero ¡ triste yo! ¿qué haré?
Que me escarba y hace mal , Qué remedio le he de dar?
Como un granito de sal, ESCENA XI. ESCENA XII.
Y aun sospecho que es menor.
Tengo el corazón tan niño, BELISA, FELISARDO. CELIA.— FELISARDO; BELISA, des
Que llora de cualquier cosa... mayada.
—Madre mia , madre hermosa, FELISARDO."
Oiga , mire que la riño Ea, pues ya estoy aquí , CELIA.
De que no me ha regalado. ¿Qué he de hacer? Bien la puede remediar
LISARDA. BELISA. Vuesamerced.
¡Triste! ¿Qué te puedo hacer, Dame esa mano. FELISARDO.
Si el corazón ha de ser FELISARDO. Yo, ¿por qué?
Con epítimas curado? CELIA.
Gasta mi hacienda en jacintos, ÍAp. Bien te entiendo, amor tirano;
'ero ¿qué quieres de mi? Porque quien le dio la mano,
En perlas, oro y corales. Adoro á Celia, aborrezco ¿Qué puede negarle ya?
BELISA. Este melindre y enfado.) FELISARDO.
¿No ve que son estos males Ya la mano os he tomado. ¡ Qué necio tu amor está !
De los que piensa distintos? BELISA. (Ap.) CELIA.
Hágame , madre , una cuna,
Donde mezca el corazón , Válgame amor; que enmudezca Necio sf ; mas no liviano.
Porque duerma en la pasión FELISARDO. ¡Ah, Felisardo! ¿qué es esto?
Que me aflige y importuna. Corrido estoy que toméis Pues no creas que ne de estar
Cómprenle un vaquerito Mano tan áspera , y callos, Donde me puedas picar
Y unos zapatos dorados, Que de almohazar seis caballos Tan libre y tan descompuesto.
Dele confites pintados. La tienen como la veis. Don Juan me quiere ; yo haré
Que hoy en sus brazos me veas.
LISARDA. BELISA.
FELISARDO.
¿Estás loca? Con ella descanso, Pedro.
BELISA.
Sin culpa matar deseas
FELISARDO. Quien por la tuya se ve
Hable quedito ; Pues si os hago bien, Señora, En tantas persecuciones.
Que pensará que es el coco. ¿Cómo este virote agora Esta loca melindrosa
CELIA. Por el bien que os hago medro ? Anda , mi bien, codiciosa
Será el corazón primero ¿Por qué me tratáis así, De que entienda sus razones ;
Con zapatos y vaquero. Si vuestro médico soy? Y es que sin duda ha sabido
(Ap. ¿Hay tal melindre?) BELISA. O sospecha lo que soy :
Porque si te vas, me voy Forzado con ella estoy,
ESCENA X. Hasta la muerte sin tf. Médico violento be sido.
FELISARDO.
Aquí me tomó la mano ,
FLORA, FELISARDO. — Dichas. Y este diamante que ves
¿A cuál esclavo sin culpa Me puso en ella : no estés
FEL1SARD0. Clavos y virote han puesto? Conmigo enojada en vano ;
Estoy loco. BELISA. Que yo , como en fin despojos
FLORA. ¡Jesús ! apriétame presto, Que de su vana locura
Ten paciencia ; que has de ser Y no me pidas disculpa. Rinde el alma á tu hermosura.
Médico desta doncella. Aquí, aquí... ¡Quégran dolor! Hoy le presento á tus ojos.
FELISARDO. FELISARDO. Toma el diamante, mi bien.,
¿Téngome de andar tras ella, ¿Qué tiene vuesamerced? Y vete ; no vuelva en sí.
Teniendo tanto que hacer? BELISA. CELIA.
¡ Por mi fe, que estamos buenos ! Deseos de hacer merced ¿ Que yo me vaya de aquí?
¿Quién limpiará los caballos? A quien ni aun pide favor. ¡Bueno ! Aunque el mundo me den.
LISARDA. Toma tu diamante allá.
FELISARDO.
Solos podemos dejallos. ¿Cómo es eso? FELISARDO.

celia. (Ap.) BELISA. Pues ¿quieres que yo me vaya?


Yo me esconderé á lo menos. No sé á fe. celia. *
LISARDA. Pénenseme unas cositas Sf ; que si amor la desmaya,
Siéntate en aquesta silla. — En los ojos tamañitas, En ti la piedra hallará ,
Y tú, Pedro, llega á hablalla. Que apenas el sol las ve ; Y en mí el mayor desengaño.
Y estas se me entran por ellos, FELISARDO.
FELISARDO.
Y con dulce alteración Pues voyme ; que es ley en mi
¿Cómo podré yo curalla? Pellizcan el corazón. Tu voluntad. (Yate.)
LOS MELINDRES DE BELISA. 335
BELISA. Como ha visto, en mi poder. Hay tal envidia! Ojos bellos.
(Ap. ¡Esto oí? CELIA. Tomad venganza en los míos ;
¿Qué aguarda mi loco engaño? Pues bien , ¿qué quieres hacer? Poned me esta espada al pecho;
Fuera digo.) Muerta soy. Veisla aquí, matadme, dadme
CARRILLO.
CELIA. Mil muertes, yo las merezco.
Eso agora lo verá.
¿Qué tienes, señora mia? Desnúdese. CELIA.

BELISA. CELIA.
Señor, dejadme pasar;
¡Oh nube de mi alegría ¿Estás en tí? Que tengo á Lisarda miedo.
Y del sol que viendo estoy ! CARRILLO.
Dejadme por Dios, Señor;
¡Madre, madre! ¡Flora! ¡Gente Porque si os hallan en esto,
Galga , agradezca que plugo Y á mí con vos sin testigos ,
Desla casa! ¡Hola, criados! A su dicha , que un verdugo Habrá testimonios nuevos.
Tuviese tan noble en mí. Dejadme ir á la cocina ,
ESCENA XIII. Y concluya ; que ha de haber Dejadme.
LISARDA , FLORA , CARRILLO.- Azote y tocino ardiendo. DON JOAN.
CELIA, BELISA. CELIA. Espera.
¿Tú eres hombre? CELIA.
LISARDA. CARRILLO. No puedo. (Vase.)
¿Qué es esto, tristes cuidados? Asi lo entiendo.
¿lis melindre ó accidente? CELIA. ESCENA XVI.
BELISA. ¿Y sabes que soy mujer?
No es melindre. CARRILLO.
DON JUAN.
LISARDA.
Eso agora lo veremos. ¡ Hay tal crueldad ! Mas ¿qué mucho
Pues ¿qué ha sido? Desnude. Que huyáis de verme, pues llego
BELISA. CELIA. A tiempo que un vil lacayo ,
Ahora veréis quién son (Ap. Tiempo es de hablar.) Obedeciendo al imperio
Esclavos , y si es razón ¡Felisardo! De una mujer que es mi madre ,
Darle el castigo que os pido. CARRILLO. Intente tal sacrilegio
Itien conocéis el diamante Eso es cansar A la imagen que criaron
Que compré en los cien escudos... Los aires haciendo extremos. Con tal perfecion los cielos?
CARRILLO. CELIA. Pues mi mujer ha de ser,
Di mas ; que nos tienes mudos ¡Felisardo , esposo mío ! Yo os desengaño, y tan presto,
En suspensión semejante. CARRILLO.
Que os espantéis y tengáis
BELISA. Por imposible el remedio.
Su esposo está con Mahoma.
Estando aquí desmayada , Acabe.
Zara á mi muño llegó , ESCENA XVU.
Y el diamante me tomó. ESCENA XV.
CARRILLO.
LISARDA, TIBERIO.— DON JUAN.
¡Oh perra disimulada! DONJUÁN.— Dichos.
TIBERIO.
A ver la mano. DON JOAN . Don Juan, ¿qué es esto que dices?
LISARDA.
• ¿Tú, Zara, Aunque vaya á Roma , DON JOAN.'
Veréis si en mi error porfió ; Oid lo que estoy diciendo ,
Agora das en ladrona? Y yo sé muy bien quien es. Pues sois los dos á quien boy
CELIA.
CELIA. Prestar reverencia debo.
Señora... Aqui dejastes un hombre
CARRILLO.
¡Donjuán! ¡Señor!...
DON JUAN.
(Que á no se escapar tan presto,
Calla , perrona. El llevara el justo pago
¿Qué es aquesto? De su loco atrevimiento)
FLORA.
¡Ladrona! ¿quién tal pensara? CARRILLO. Para que azotase á Zara ;
LISARDA.
Cuando lo sepas, verás Pero advertid que no quiero
Que causa y licencia tengo. Que ponga nadie las manos
;.Qué disculpa puedes dar ? El diamante que tu hermana En mi mujer.
BELISA. Compró ayer de aquel platero, LISARDA.
Si á Carrillo no la entregas, Le hurtó la perra que miras, ¿Qué es aquesto ?
Si por su perdón me ruegas, La de los ojos honestos :
Si no la mandas pringar, DONJUÁN.
Hanme mandado azotalla,
Cuéntame por muerta luego. Y yo, como ves... Que es mi mujer.
LISARDA. DON JUAN. TIBERIO.
Carrillo... ¡Oh perro! ¡Cuan mejor
CARRILLO. ¿A un ángel? (Saca la espada.) Fuera, don Juan, llamar luego
Señora... Quien al Nuncio te llevara !
CARRILLO.
LISARDA. DON JOAN.
Tente, Señor.
A tí Si es ángel, no tengas duelo; No estoy loco, no, Tiberio.
La entrego. Porque si espíritus son , TIBERIO.
CARRILLO. Y están , como ves , sin cuerpo , Pues ¿puede tales razones
Déjame á mi. Mal pude yo hacerle agravio. Decirlas un hombre cuerdo?
CELIA. DON JOAN. Rapaz, loquillo, ignorante ,
¡Señora!... Villano , matarte tengo. Estaba por darte...
BELISA. CARRILLO. DON JOAN.
Ponía en un fuego. ¡Tiberio, Lisarda, Flora , Quedo.
(Vansc Lisarda, Belisa y Flora.) Belisa! (Huye.) TIBERIO.
CELIA. Para sacarte vergüenza ,
ESCENA XIV. Dejaldeos ruego; Pues no la tienes en ellos ,
CELIA, CARRILLO. Que era en el'eto mandado. Con la mano en los carrillos.
DON JOAN. DON JUAN.
CARRILLO. Por vos. Señora, le dejo. Habíame con mas respeto;
Ya vuesamerced está , ¡ Hay tal maldad ! Hay tal furia ! Que si no fueras mi lio...
33C COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
TIBERIO. i Y yo de veras me caso, | BELISA.
¿Tú á mí? i Porque si al alma yo creo ,
(Vate don Juan.) Los melindres considero
¿Quién duda que es Felisai Con que he vivido hasta aquí ;
] Este que parece Pedro ? ( Vase.) Pero si por castigarme
ESCENA XVIII.
Amor esto permitió ,
ESCENA XX. Será resistirme yo
LISARDA, TIBERIO
BELISA, FLORA. Dar armas para matarme.
LISARDA. Mas ¿sabes lo que has de hacer
Déjale, te ruego; BELISA.
Cuando Pedro venga aquí,
Que s! él se quiere casar Saca unas velas aquí. Para que yo pueda así
Con una esclava, yo quiero Esta vergüenza romper?
FLORA. Fingir que al despabilar
Casarme con un esclavo. Ya las prevengo, Señora.
TIBERIO.
Las velas, mataste alguna
¿Qué dices? ( Vase y vuelve con luces.) FLORA.
LISARDA. BELISA. Sí; mas ¿la otra?
Vengarme tengo. Arrastra un bufete, Flora. BELISA.
Mi hacienda le quiero dar : FLORA. Ninguna
Hoy me casaré con Pedro ; ¿Quieres escribir? Luz con luz ba de quedar ;
Que ya no puedo sufrir BELISA.
Que la del entendimiento
De don Juan atrevimientos, Tengo de cegar también ,
Y melindres de Bel isa. „ . . Noy sí, Para que pueda mas bien
Porque si mis pensamientos Decille mi pensamiento.
TIBERIO. Quiero al papel remitir, Pero retírate aquí;
Tan necia estás como ellos. ¿Qué pluma basta á escribir
Pero quiérate decir Tan extraños sentimientos ? Que estos los esclavos son.
Para los dos un remedio, (Pénense en el hueco de un balean a
FLORA. otro paraje donde no se las ve.)
Con que templarás su furia ¿Cómo fué aquello de Zara,
Y puedes ponerles miedo. Que tanta pena te dio?
LISARDA.
ESCENA XXI.
BELISA.
¿Cómo? CELIA, FELISARDO. — BELISA
TIBERIO.
Fingi desmayarme yo ,
Porque el alma se animara , t FLORA, ocultas.
En la corte, Lisarda, Y cuando me dio la mano ,
Vive un cierto caballero , Púsele el diamante en ella. FELISARDO.
Cuyo nombre es Felisardo, Esta determinación ,
Parecido en tanto extremo FLORA.
¿A Pedro? Celia , me provoca así.
A este Pedro, esclavo tuyo, CELIA.
Que si los juntasen , creo BELISA.
Que los que mas los conocen Sí ; que por ella Detente y míralo bien.
No pudiesen conocellos, Pudo entenderme el villano. FELISARDO.
A tener vestido igual ; Mas no me quiso entender, Yo me quiero declarar;
Y pues los clavos de Pedro Pues que, saliendo celosa Que no es razón esperar
Son fingidos, y el virote Esa esclava rigurosa , A que alguna vez te den
Puede quitarlo y ponerlo, Ese demonio o mujer, El castigo que hoy querían ,
Hazle vestir ricamente Que escondida nos miraba , Y que un lacayo villano
En tu casa de secreto, Aquel diamante le dio, Ponga en los ojos la mano.
Y di que te viene á ver Imaginando que yo, Que en luz al sol desafian.
Conmigo, que trato desto ; Flora, desmayada estaba. CELIA.
Y ungiendo la escritura Yo con los justos enojos Míralo mejor primero.
Del tratado casamiento, Que de su amor recebí , FELISARDO.
Pondrás temor á tus hijos, Que ella me le hurtó fingí ,
Y rienda al uno en deseos, Por desagraviar mis ojos. ¿Qué tengo ya que esperar,
Pero no lo quedé bien Si me acaban de contar
Y al otro en tantos melindres. Que el navarro caballero
Del castigo prevenido.
LISARDA. Hoy salió á misa de herido,
Bien me parece el consejo; FLORA. Como suelen las de parto?
Pero podrán conocer Don Juan la culpa ha tenido Y fuera deso, estoy harto
A Pedro. Para que no se le den. De las penas que he sufrido.
TIBERIO. Pero mira que has errado Como mal , duermo peor,
Pues eso quiero. En pensar que Pedro entiende Traigo este virote aquí ,
Porque pensarán también Tu amor, pues que se defiende ; Que á no ser esto por ti ,
Que con engaño secreto Que lo que le has declarado Era insufrible rigor.
Das á un esclavo tu hacienda. Ño ha sido mas que por señas; Ayer ¡ mira qué vergüenza !
Y en amores desiguales , Me hicieron ir hasta el rio.
LISARDA.
Si no eliges medios tales
Si ; pero importa primero Que le previenes y enseñas ,
CELIA.
Instruir á Pedro en todo. No vendrá en conocimiento Mira, Felisardo mió,
TIBERIO. De tu amor. Que la fortuna comienza
Voyle á hablar. BELISA.
Por un adverso suceso ,
Y después se siguen mil.
LISARDA. Si vo supiese, Confieso que el traje es vil ,
Parte, Tiberio. Flora, que esté Pedro fuese Y tus trabajos confieso ;
(Vase Tiberio.) Quien tengo en el pensamiento, Pero considera en mi
Pienso que me atrevería No menos pena y dolor.
ESCENA XIX. A decirle en el rigor
FELISARDO.
Que estoy de celoso amor.
LISARDA. FLORA.
Pues ¿será sufrir mejor?
Siempre de la luz del dia CELIA.
¡Cielos! Sin saber por dónde, Huye la vergüenza noble. Diceme el alma que si. —
A hallar mi remedio vengo. Noche es ya ; la oscuridad Saltedela sala luego; (Ap. d Felisardo)
Sospecho que aqueste esclavo Para toda libertad Que está allí Belisa.
Ks el mismo caballero. Suele dar licencia al doble. BELISA.
Ellos me casan de burlas Habíale sin luz, y di:
Con aqueste Ungimiento ; Espera,
«Pedro, yo soy, yo te quiero.» Pedro.
LOS MELINDRES DE BELISA. 537
FELISARDO. Porque quien mata no avisa. TIBERIO.
Tengo qué hacer fuera. Con estotra encenderé. ;La mano yo! ¿para qué?
CELIA. BELISA. FELISARDO.
Espera. Aguarda, y te enseñaré No te enojes , pues no fué
FELISARDO. Cómo se avisa. (Apaga la otra luz.) El enojarte en mi mano.
Temblando llego. FLORA. TIBERIO.
belisa. (Viendo venir i Lisarda.) ¡ Oh qué risa! (Alto. ¡Hola! Velas.)(Ap ¿Quéesaquesto?)
No le vayas ; que después La vela has muerto también. Tu voz, Lisarda, y razones (Ap. á ella.)
Que no ésté n>¡ madre aqui, LISARDA. Desconozco.
Tengo que hablarte. ¿Qué es esto? belisa. (A tu madre.)
CELIA. TIBERIO. ¡En qué ocasiones,
¡ Ay de mí! A escuras estamos. Mi bien , mi vergüenza has puesto!
FEi.tsARDo. (Ap. á Celia.) LISARDA. Dame una mano.
¿Cómo? LISARDA.
¿Qué tienes? FLORA. Y las dos.
celia.
¿Ya no lo ves? Las velas matamos felisardo. [A Tiberio.)
Por avisarlas mas bien. ¿Que la mano no me das?
FELISARDO. lisarda. (Ap.)
Dirás que celos. TIBERIO.
CELIA. Esta es Famosa ocasión Velas, ¡hola!
Para llegarme á mi esclavo.
¿Soyyo belisa. (Ap.) ESCENA XXIII.
De piedra? Hoy de declararme acabo,
FELISARDO. CARRILLO, con un hacha, alumbrando
Piensa , mi bien , Hoy le digo mi afición.
Oue aunque mil mundos me dén , FELISARDO. (Ap.) á DON JUAN. — Dicuos.
Diré á todo el mundo no. Mientras que velas encienden, CARRILLO.
A Celia quiero acercarme. ¿Adonde vas?
ESCENA XXII. celia. (Ap.) DON JUAN.
LISARDA, TIBERIO. — Dichos. Pues nadie puede estorbarme Voy como un loco, por Dios...—
De los que mi mal pretenden, ¿QÜé hacéis todos desle modo?
lisarda. (Ap. d Tiberio.) Quiero acercarme á mi bien . TIBERIO.
Esto dicen. (Van poco ápnco, Belisa á su mndre, Lumbre estamos esperando.
TIBERIO. Celia i Flora,yFelitardoá Tiberio.) belisa. (Ap.)
Es don Juan lisarda. (A Belita. bajo.) ¡Con mi madre estaba hablando!
Mozo; no me maravillo. ; Ah, mi bien! ¿queréis oirme? Basta ; que lo he dicho lodo.
LISARDA. belisa. (Bajo á Lisarda.) usarda. (Ap.)
Pues mas me ha dicho Carrillo. Pues ¿qué quiere amor tan firme, A mi hija he declarado
TIBERIO. Sino que lo oigáis también ? Que quiero á mi esclavo bien,
¿Cómo? felisardo. (Bajo d Tiberio.) Y ella me ha dicho laminen
LISARDA. ; Ah, mis ojos! no le enfades Que tiene el mismo cuidado.
De concierto están Desta loca pretensión. FELISARDO. (Ap.)
El y sus locos amigos tiberio. (Bajo é Felisardo.) Basta ; que á Tiberio hablaba ,
De robar la esclava. ¿Dicesme á mi esa razón? Y requiebros le decia.
flora. (Ap. á Belita.) FELISARDO. tiberio. (Ap.)
Agora Luego ¿no te persuades? Lo que entonces no entendía ,
Es imposible. Señora, TIBERIO. Pues ser Lisarda pensaba,
Hablarle; que hay mil testigos. Era que Pedro el esclavo
belisa. Yo bien creo que don Juan Me estaba diciendo amores.
Calla ; que bien sabe amor Hará cualquier desatino.
FELISARDO. celia. (Ap.)
Dar á los extremos medio. ¡ Oh noche, madre de errores !
FLORA. Los de Belisa imagino Ahora de ver acabo
Pues ejecuta el remedio, Que mayor pena me aan. Que dije amores á Flora.
Porque le tenga el dolor. celia. (Bajo d Flora.) lisarda. (A don Juan.)
belisa. {Alto.) Fn fin , mi vida , ¿que das ¿ A qué vienes como griego
Flora... En darme celos? A poner á Troya fuego?
FLORA. flora. (Bajo d Celia.) non JUAN.
Señora... ¿Quién es? Dame mi mujer. Señora ;
celia. * Que la tengo de llevar
Esas velas ¿Quién es? Luego ¿no lo ves? Esta noche donde veas
Avisa. Que si casarte deseas.
FELISARDO. (Ap.) En gracioso engaño estás. También me quiero casar;
Al despabilar CELIA. Que está mas puesto en razón.
Llama esta loca avisar. No la bables, por mi vida. lisarda.
flora. (Ap.) < FLORA. Vé , Flora , y encierra á Zara.
El amor todo es cautelas. ¿A quién no tengo de hablar? don jian. •
(Apaga una lux. ¿Encerrar?
BELISA. belisa. (A tu madre.) TIBERIO.
¿Hatastela? No me osaba declarar ; Oye y repara.
FLORA. Mas ya no hay cosa que impida
Decirle mi pensamiento. DON JOAN.
Por cortalia ¿Quién repara con pasión?
Baja , la vela maté. LISARDA.
BELISA. Sabe Dios lo que be pasado lisarda.
¿Que esto uo sabes? Por haber disimulado Tú también , Pedro, con Flora
La fuerza de mi tormento. Guarda á Zara.
FLORA. FELISARDO.
No sé felisardo. (A Tiberio.)
¿Quiéresuie dar una mano? Que me place
Arisalla v sé maulla,
L-k
338 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Porque esto que don Juan hace DON JUAN. Las burlas se han vuelto veras.
Es cosa injusta, Señora. Infame, ¿acaso quieres que te matet Ya no soy madre mimosa,
DON JUAN. Ya no lloro ni me acabo;
CARRILLO.
¿Vos también, perro? Con esta luz ¿no ves tu disparate! , Aunque fuese de un esclavo ,
retísARDO. Será mas honesta cosa.
DON JUAN.
Yo soy Amor es luz. Quiero , pues que moza soy,
Perro de sola esta huerta , Tener quien mire por mí :
CARRILLO.
Y mientras guardo la puerta Hacienda tengo.
Y por su defensa estoy, Confieso; pero mira BELISA.
Aunque por las tapias' sea , Queesta hacha alumbra con aquesta cera
Y se alimenta della ; y luego mira Es así;
Ni entraréis ni cogeréis Que, volviendo su llama hacia la tierra, Pero oídme.
La fruta que pretendéis, La misma cera por quien esta vive LISARDA.
Y ese loco amor desea ; Es de quien muerte y confusión recibe.
8no tengo sembrada en ella Oyendo estoy.
na tan verde esperanza, DON JUAN. BELISA.
Que veréis en mi venganza Filósofo lacayo, ¡ vive el cielo Madre, la mi madre,
Lo que pienso hacer por ella. Que te corte las piernas! Vé delante. Quejaisos de mi
Si el perro cuando le agravian CARRILLO. i Que sov melindrosa :
No hay dueño de que se acuerde, ¿Qué luz podrá alumbrar un ciego aman- La verdad decís.
Vos veréis qué perro os muerde , (Vanse Carrillo y don Juan.) [te? Melindres tenia ,
Porque amor con celos rabia. Con ellos nací ;
tiberio. (Ap. á Lisarda.) Pero son en mozas
{Flora y Felisardo se llevan i Celia.) Ruena ocasión , Lisarda , me parece Flores en abril.
Para hacer tu Ungido casamiento. Mas vos , mi señora ,
ESCENA XXIV.
LISARDA. Que podéis decir
DON JUAN, TIBERIO, LISARDA, Parte y harás que Pedro se transforme Ln las hidalguías
BELISA, CARRILLO. En Felisardo, y que á las vistas venga ; Del nieto del Cid ;
Que yo haré que mis hijos se sosieguen. Y que al seis y al siete
DON JUAN. (Sean siele mil)
TIBERIO.
Dejadme que esta loca desvergüenza Yo voy ; que conocerle es imposible Os ha entrado el as,
Castigue en este bárbaro villano. Sin clavos, sin viróle, y en el hábito Aunque lo encubrís;
TIBERIO. Bizarro que le tengo prevenido. ( Vase.) Trocáis las edades,
Don Juan,detente,y mira que no es justo Y sois loque fui.
Que á la sangre, á las canas y al consejo Por trocar en gualas
ESCENA XXV. i La toca y monjil.
Pierdas respeto.
Si al ébano negro
DON JUAN. LISARDA, BELISA. 1 Que en la frente os vi ,
Yo no he sido viejo; ' Ponen va los tiempos
Túhassidomozo.y sabesqueamor pue- LISARDA.
Lazos de marfil ,
En tierna edad hacer estas locuras; [de (.-tp.Con este engaño engañaréáTiberio; Liviandad parece
Y yo no sé de tus obligaciones Queélpiensaqueámishijos doy castigo, Que os caséis ansí,
El estrecho camino en que me pones. Y es que quiero casarme con uñ hombre Y antes de casarme ,
LISARDA. Que solo tiene ya de esclavo el nombre. ) Pensamiento vil ,
No le respondas; déjale por loco. ¿ Sabes dónde fué Tiberio ? Decis que es venganza.
DON JOAN. BELISA. | ¡Ay, madre! advertid
Dame, madre, mi esposa. ¿Fué por la justicia acaso? . Que , pues bostezáis ,
BELISA. LISARDA. Señal que os dormís.
Las flaquezas vuestras
Aunquehecallado, Pues ¿no sabes que me caso? Me cargáis á mí ;
Nomehafaltado,hermano,elsentimien- ¿No has entendido el misterio? Tenéis carne y hambre .
Debido á semejante atrevimiento, [to BELISA.
Buscáis perejil.
¿Qué esposa te han de dar? ¿Tu te casas? La yerba del prado
DON JUAN. • LISARDA.
Os hizo gruñir;
Zara es mi esposa. Esta noche Relinchastes, madre,
BELISA.
Vendrá á vistas ; ya le espero. Oyólo el rocín.
¿Zara? ¡Una esclava! BELISA. No pongáis achaques
DON JUAN.
Y ¿quién es? Al viernes aquí;
Pues que yo la pido,
LISARDA. Beberéis el agua ,
Yo sé quién es. Un caballero. Pues coméis anís.
BELISA.
Ya va Tiberio en el coche Queréis compañía,
Para venirse con él. Medrosa vivís ,
Pues si otra cosa sabes Porque no hay maleta
De lo que desta turca saben lodos, BELISA.
¿ Es martelo que nos das? Que esté sin cojín.
Procede mas discreto, y como noble Aquellos barrites
Harás tus diligencias allá fuera. LISARDA.
Que decis de mi,
DON JUAN. ¿Martelo? Ya lo verás , Os han opilado,
Si os traigo aquí quien lo que digo os diga, i Si no le tengo por él. Quereisos morir.
¿Queme diréis? Daisme terribles enfados Garabato sois
TIBERIO. Con vuestros locos antojos, Que al gato decis,
Si alguno, como tenga Quereisme sacar los ojos Con la boca zape.
Crédito, nos dijere el desengaño, Después que os tengo criados. Con los ojos mis.
Y pareciere justo que te cases Teneisme muy acabada , Parecéis hormiga;
Con mujerque en la cara tieneun hierro, Tú con hacer mol ¡minios , La vejez, en fin ,
Yo mismo quiero dártela esta noche. Comiendo yeso y barrites , En alada os vuelve;
DON JUAN.
Siempre opilada y sangrada; Daréis que reir.
Parte, Carrillo, y llama á Eliso.Aguarda; Y aquel necio inobediente Parabién os doy,
Vamos los dos; que hasta su padre mismo Con pedir galas, cadenas , Si ha de ser ansí;
He de traer aquí. Y verter á manos llenas Mas miradlo bien ,
El oro , que no se cuente. Y esto solo oíd :
CARRILLO. Juego, caballos, rameras, Si es viejo y sois vieja ,
Señor, ¿qué intentas? Y agora querer casarse... Juntaréis allí
Mira por Dios que tu linaje afrentas. —Pues todo vino i acabarse; Dos sierras heladas :
LOS MELINDRES DE BELISA. 539
i Qué triste vivir! BELISA. FELISARDO.
Si es mozo y sois vieja , Pedro, el esclavo de casa. ¡Qué lástima!
Madre , presumid TIBERIO. BELISA.
Que seréis maroma, ¿Estás loca? Mucha pasas
Como él volatín, , Haciendo burla de mi.
Que á pies por momentos BELISA.
Os ha de medir, Y tú también.
Para dar mil vueltas ¿Cómo con Pedro se casa ESCENA XXVIII.
Al aire sutil. Mi madre?
Con hacienda vuestra TIBERIO.
CELIA, con manto, y gallardamente
Comeré perdiz , Míralo bien ; vestida; c.\ escudero. — Dichos.
Vestirá de tela Que aqueste es un caballero
Algún serafín. Que se llama Felisardo. celia.
Haránle su Adonis Pienso que á buen tiempo vengo.
RELISA.
Diosas de Madrid, TIBERIO,
Que vuelven peón Mirarle de espacio quiero. Esta dama es la madrina.
El mejor arfil. Él es sin duda: ¿que aguardo?
FELISARDO.
Esto os digo al alma; TIBERIO.
Pero vosa mi, fiuardado este asiento os tengo;
Mírale mejor primero; Aunque por prenda divina,
Que á quien quiere hacer, Que Pedro es esclavo herrado
¿Qué sirve decir? Mas el del alma os prevengo.
En el rostro.
LISARDA.
BELISA.
ESCENA XXVI. Aqui, Señora, os sentad.
Dices bien...
Mucho me has desengañado... BELISA.
TIBERIO, FELISARDO, muy (¡alan, qui Esta ¿no es Zara la esclava?
tados virote y clavo».—Dichas. Aunque puede ser también
Que se los haya quitado. Pues, perra...
TIBERIO. TIBERIO.
TinERtO.
Seguro podéis entrar ; ¿Cómo, si en la carne están? Esa loca atad.
Que á mi me han dado licencia. Mira que es eso locura, CELIA.
FELISARDO.
Y que por tal te tendrán. ¿Quién es señora tan brava?
Aun no me atrevo a llegar. LISARDA.
ESCENA XXVII. No la escuchéis, perdonad;
TIBERIO.
Pero entrad con advertencia Que de puro melindrosa
FLORA, CARRILLO.— Dichos. Le dan estos accidentes.
De que os habéis de llamar
BELISA.
Felisardo. FLORA.
FELISARDO. (Ap.) Así Dios me dé ventura, Esta ¿no es Zara? ¿Hay tal cosa?
¡Extraña cosa! Como es el novio galán. Pues. Zara, ¿por qué consientes,
Mi propio nombre me dice Siendo tú de Pedro esposa,
CARRILLO. Que con mi madre se case?
Que me llame. No he visto en toda mi vida
LISU1DA. CELIt.
Cara á la de nuestro esclavo
Aquí es forzosa Tan propia y tan parecida. ¿Que de melindres perdió
La paciencia. El seso?
BÍ.L1SA.
BELISA. BELISA.
Esto desdice Flora... ¡Que aquesto pase!
FLORA.
A tu opinión generosa. No sería mujer yo,
Viéndolo estoy, y no creo Señora... Si dellos no me vengase.
Que te casas. BELISA. Perros, ¿qué es esto?
TIBERIO. (Ap. Hoy acabo FELISARDO.
Ya ha venido Esta paciencia ofendida.) Criados,
Tu esposo. —Este ¿no es Pedro? ( Ap. á Flora.
Tened esa loca allá.
tielisa. (Ap.) FLORA.
BELISA.
Cielos, ¡ qué veo! Señora,
¿No es este Pedro? ¡Mi madre y Pedro casados!
Mucho le parece.
FELISAnDO. BELISA.
Aunque he sido ESCENA XXIX.
Flora,
Guiado de mi deseo, Vé á llamar á Pedro luego. DONJUÁN, PRUDENCIO, ELISO, al
Quiero decir que mi amor
Trujo ese raro valor.
FLORA. guaciles. — Dichos.
Verá que este es Pedro un ciego.
LISARDA. Pienso que tu madre adora DON JUAN.
Mil veces seáis bien venido; La gallardía y valor La casa de boda está ;
Que yo la dichosa he sido Desle esclavó, y que le engaña. Entrad, seréis embozados.
En mereceros, Señor. BELISA. (A Felisardo.) felisardo. (Ap. á Celia.)
TIBERIO. Perro, si te tiene amor : Tápale, Celia. ¡Ay de mí!
Siéntense los desposados. Mi madre, y tan loca hazaña ¡ Tu padre viene por ti.
BELISA. Cabe en su" perdido honor, ELISO.
Tiberio... (Ap.dél ) No pienses que has de afrentar ¿Adonde está Felisardo?
TIBERIO. Mi sangre ; que á mi me toca FELISARDO. (Ap.)
¿Qué es lo que quieres? Matarte.—Dadme lugar.
FELISARDO.
Eliso es este: ¿qué aguardo?
BELISA.
UN ALGUACIL.
¿Es verdad que están casados? ¿Qué es esto?
¿Quién es Felisardo aquí?
TIBERIO. LISARDA.
FELISARDO.
Casados no, no te alteres ; Una hija loca,
Mas pienso que concertados. i Que hoy no se pudo encerrar. Yo soy: ¿qué es lo que queréis?
BELISA. Hola, llevadla de aqui. ALGUACIL.
Pues este ¿no es Pedro? BELISA. ¿Es este?
TIBERIO. Yo no soy loca ; tú sí, ELISO.
¿Quién? Que con un perro te casas. El mismo.
540 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,
FELISARDO Hoy te has casado conmigo, Se templa, viendo burladas
¿Tú, Eliso, FELISARDO. Mi madre y hermana ; y digo,
Traes la justicia? ¿Yo contigo? Pues Eliso es caballero,
ELISO.
BELISA. Que á Belisa le suplico
Y es justo ¿Luego no? Le dé la mano.
Castigo de un falso amigo. Flora y Carrillo lo han visto. BELISA.
FELISARDO. Eso es justo.
ELISO.
¿Yo falso? Perdón del desden le pido,
ELISO. Pues ¿cómo, villano, niegas Y á Celia del tratamiento ;
Pues ¿no se ve, Lo que han visto dos testigos? Que Felisardo, pues vino
Si habiendo yo pretendido LISARDA. Hoy al fin de su deseo.
A Belisa por mujer. Esos no dicen verdad ; Ya no sentirá el castigo.
Te casas, como se ha dicho Que Belisa lo ha fingido Y si prisión ha de haber.
Y como se ve en el traje? De envidia de que es mi esposo ; Quiero servirle y serviros
FELISARDO. Y asi, te la doy, Eliso, Con mi hacienda.
¿Yo? Para que tu esposa sea. ALGUACIL.
ELISO. Porque Felisardo es mió. Ya, señores.
Pues ¿quién sino tú mismo? CELIA. Aquel caballero herido
Y para mas desengaño
De tu traición , ¿no es indicio Quedo, señoras ; que yo {Descúbrete.) Está bueno ; solo resta
Le tengo por mi marido. Hacer á los dos amigos.
Haberte dejado en forma
De esclavo, herrado y vendido, Yo soy la propia mujer, FELISARDO.
Para que no te prendiesen Y él lo diga. Vaya Tiberio y negocie
Por el pasado delito, FELISARDO. Que venga á sernos padrino.
Y hallarte en traje de novio, Asilo digo. TIBERIO.
Tan galán, vistoso y rico? PRUDENCIO. El vendrá y yo lo seré
FELISARDO.
¿Es Celia? De Flora y del buen Carrillo.
Si hallaras que eso es verdad, DON JUAN. LtSARDA.
Por el tiro te permito
fiue la espada que me mate La misma es. Y yo, pues no me he casado,
Saques de mis propios tiros. PRUDENCIO. Dando á servirles principio,
BELISA. Pues, don Juan, perdón os pido Doy fin.
¿Porqué niegas, Felisardo, De la palabra que os di. BELISA.
Lo que ha de ser como ha sido? DON JUAN. Si es i mis melindres,
Coamigo estás ya casado. Todo el sentimiento mió Senado, perdón os pido.
EL PERRO DEL HORTELANO.
PERSONAS.
DIANA, contiena de fíelflnr. FABrO , su gentilhombre. ANTONELO , lacayo.
TEODORO , su secretario. EL CONDE FEDERICO. FURIO.
MARCELA, I EL CONDE LUDOVICO. LIRANO.
DOROTEA, \ de tu cámara. RICARDO , marqués. CELIO, criado.
ANARDA, 1 TRISTAN, lacayo. CAMILO.
OTAVIO, su mayordomo. LEONIDO, criado. UN PAJE.

La escena es en Ñapóles.

ESCENA IV. DIANA.


ACTO PRIMERO. Vos sois muy lindo gallina.
OTAVIO.— DIANA. FABIO.

OTAVIO.
¿Qué querías?
Sala en el palacio de la Condesa. DIANA.
Aunque su voz escuchaba, ¡Pesia tal!
ESCENA PRIMERA. A tal hora no crcia Cerrar con él y inatalle.
Que era vuestra señoría
OTAVIO.
TEODORO t TRISTAN , huyendo. Quien tan aprisa llamaba.
DIANA.
Si era hombre de valor,
; fuera bien echar tu honor
TEODORO. ¡Muy lindo Santelmo hacéis! Desde el portal á la calle?
Huye, Tristan, por aquí. ¡Bien temprano os acostáis!
DIANA.
TRISTAN. ¡Con la flema que llegáis!
¡ Qué despacio que os movéis ! ¡De valor aquí! ¿porqué?
Notable desdicha ha sido.
Andan hombres en mi casa OTAVIO.
TEODORO. A tal hora , y aun los siento I ¿Nadie en Ñapóles te quiere,
¿Si nos habrá conocido? Casi en mi propio aposento Que mientras casarse espere,
TRISTAN. (Que no sé vo dónde pasa Por donde puede te ve?
No sé ; presumo que si. Tan grande'insolencia , Otavio); i No hay mil señores que están.
{Vanse.) Y vos , muy á lo escudero , Para casarse contigo,
Cuando yo" me desespero, Ciegos de amor? Pues bien digo,
Ansí remediáis mi agravio? Si tü le viste galán ,
ESCENA II. Y Fabio tirar bajando
OTAVIO.
DIANA. Aunque su voz escuchaba, A la lámpara el sombrero*
A tal hora , no creia DIANA.
;Ah gentilhombre! esperad. Que era vuestra señoría Sin duda fué caballero
Teneos, oid: ¿qué digo? Quien tan aprisa llamaba. Que, amando y solicitando ¿
¿Esto se ba de usar conmigo? DIANA. Vencerá con interés
Volved , mirad , escuchad. Volveos ; que no soy yo : Mis criados; que criados
¡Hola! ¿No hay aquí un criado? Acostaos; que os hará mal. Tengo, Otavio, tan honrados.
¡Hola! ¿No hay un hombre aquí? OTAVIO.
Pero yo sabré quién es.
Pues no es sombra lo que vi, Plumas llevaba el sombrero,
Ni sueño que me ha burlado. Señora... Y en la escalera ha de estar.
¡Hola! ¿Todos duermen ya? ESCENA V. Vé por él. M Faino.)
FABIO.
ESCENA III. FABIO.— Dichos. ¿Si le lie de hallar?
DUNA.
FABIO. — DIANA. fabio. Pues claro está , majadero;
No he visto tal. Que no habia de bajarse
FARIO. Como un gavilán partió. Por él cuando huyendo fué.
¿Llama vuestra seüoria? DIANA.
FABIO.
DIANA. ¿Viste las señas? Luz , SeBora , llevaré. ( Vate.)
Para la cólera mia FABIO.
Gusto esa flema me da. ¿Qué señas? ESCENA VI.
Corred , necio , enhoramala , DIANA.
Pues merecéis este nombre,
Y mirad quién es un hombre ;, Una capa no llevaba DIANA, OTAVIO.
Que salió de aquesta sala. Con oro?
FABIO. DIANA.
FABIO.
Cuando bajaba Si ello viene a averiguarse ,
¿Destosáis? La escalera... No me ha de quedar culpado
DIANA. DIANA. En casa.
Caminad, ¡ Hermosas dueftas OTAVIO.
Y responded con los pies. Sois los bombees de mi casa ! Muy bien harás;
FABIO. FABIO. Pues cuando segura estás ,
Voy tras él. A la lámpara tiró Te han puesto en este cuidado.
DIANA. El sombrero y la mató. Pero aunque es bachillería,
Sabed quién es. Con esto los patios pasa , Y mas estando enojada,
Y en lo escuro del portal Hablarte en lo que te enfada ,
FABIO.
¡Hay tal traición, tal maldad! {Vate.) Saca la espada y camina. Esta tu injusta porfía.
342 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
De no te querer casar No, por vida de Diana, DOROTEA.
Causa tantos desatinos, Hasta saber lo que ha sido. Pi me pusieses en medio
Solicitando caminos Llama esas mujeres todas.
Que le obligasen á amar. De mi! llanas, no podré
{Vate Fabio.) Decir que, fuera de U,
DIANA.
Hablar con nadie los vi
¿Sabéis tos alguna cosa ? ESCENA VIII. Que en aquesta casa esté.
OTAVIO. DIANA.
Yo, Señora , no sé mas DIANA, OTAVIO. ¿No te han dado algún papel?
De que en opinión estás ¿ Ningún paje ba entrado aquí ?
OTAVIO.
De incasable cuanto hermosa.
El condado de Beltlor Muy bien la noche acomodas. DOROTEA.

Pone á muchos en cuidado. DIANA.


Jamás.
DUNA.
Del sueño, Otavio , me olvido
ESCENA VII. Con el cuidado de ver Apártate allí.
FABIO. — Dichos. Un hombre dentro en mi casa. márcela. (Ap.áAnarda.)
OTAVIO. ¡ Brava inquisición !
FABIO. Saber después lo que pasa ANARDA.
Con el sombrero he topado ; Fuera discreción , y hacer Cruel.
Mas do puede ser peor. Secreta averiguación. DIANA.
DIANA. DIANA. Oye i Anarda.
Muestra. ¿Qué es esto? Sois, Otavio, muy discreto; ANARDA.
FABIO. Que dormir sobre un secieto ¿Qué me mandas?
No sé. lis notable discreción. DIANA.
Este aquel galán tiró. ¿ Qué hombre es este que salió?. .
DIANA.
ESCENA IX.
ANARDA.
¿Este?
OTAVIO.
FABIO, MARCELA, DOROTEA, ANAR- ¡Hombre!
No le he visto yo ÜA.— Dichos. DIANA.

Mas sucio. Pesia sala; — yyo


fabio. Sé los pasos en que andas"
FABIO.
Las que importan he traido; ¿ Quién le trajo á que me viese?
Pues este fué. Que las demás no sabrán ¿Con quién habla de vosotras?
DIANA. Lo que deseas , y están ANARDA.
¿Este hallaste? Rindiendo al sueño el sentido.
FABIO. Las de tu cámara solas No creas tú que en nosotras
Pues ¿yo había Estaban por acostar. Tal atrevimiento hubiese.
De engañarte? ¡Hombre, para verte á ti,
ANARDA. (4p.) Había de osar traer
OTAVIO.
De noche se altera el mar, Criada tuya, ni hacer
¡Buenas son Y se enfurecen las olas. Esa traición contra ti !
Las plumas! No, Señora, no lo entiendes.
fabio.
FABIO.
Él es ladrón. ¿ Quieres quedar sola ? DIANA.

OTAVIO.
DIANA. Espera, apártate mas;
Si. Porque á sospechar me das.
Sin duda á robar venia. Salios los dos allá. Si engañarme no pretendes,
DIANA.
fabio. (Ap. d Otavio.) Que por alguna criada
Haréisme perder el seso. ¡Bravo examen! Este hombre ba entrado aquí.
FABIO. ANARDA.
OTAVIO.
Este sombrero tiró. El verte, Señora, ansí,
Loca está. Y justamente enojada ,
DIANA.
FABIO. Dejada toda cautela ,
Pues las plumas que vi yo,
Y tantas, que aun era exceso, Y sospechosa de mí. Me obliga á decir verdad ,
¿ En esto se resolvieron ? (\anse Otavio'y Fabio.) Aunque contra el amistad
FABIO.
Que profeso con Marcela.
Como en la lámpara dio, ESCENA X. Ella tiene á un hombre amor,
Sin duda se las quemó , Y él se le tiene también ;
Y como estopas ardieron. DIANA, MARCELA, DOROTEA, Mas nunca he sabido quién.
Icaro ¿al sol no subia , ANARDA. DIANA.
Y abrasándose las plumas, Negarlo , Anarda , es error.
DIANA. Ya que confiesas lo mas ,
Cayó en las blancas espumas
Del mar? Pues esto seria. Llégate aquí', Dorotea. ¿Para qué niegas lo menos?
El sol la lámpara fué , DOROTEA. ANARDA.
Icaro el sombrero ; y luego ¿Qué manda vuseñoria? Para secretos ajenos
Xas plumas deshizo el luego, diana. Mucho tormento me das,
Y en la escalera le hallé. Que me dijeses querría Sabiendo que soy mujer;
DIANA. Quién esta calle pasea. Mas basta que hayas sabido
No estoy para burlas, Fabio. DOROTEA.
Que por Marcela na venido.
Hay aquí mucho que hacer. Bien te puedes recoger;
Señora, el marqués Ricardo, Que es solo conversación ,
OTAVIO. Y algunas veces el conde
Tiempo habrá para saber Y há poco que se comienza.
Paria. DIANA.
La verdad. DIANA.
DIANA. La verdad responde ¡ Hay tan cruel desvergüenza !
¿Qué tiempo, O tavio! De lo que decirte aguardo , ¡Buena andará la opinión
Si quieres tener remedio. De una mujer por casar !
OTAVIO.
¡Por el siglo, infame gente,
Duerme agora ; que mañana DOROTEA. Del Conde mi señor!...
Lo puedes averiguar. ¿ Qué te puedo yo negar ? ANARDA.
DIANA. DIANA. Tente,
No me tengo de acostar, ¿Con quién los has visto hablar? Y déjame disculpar;
EL PERRO DEL HORTELANO. 543
Que no es de fuera de casa Para atarlos, porque estén ESCENA XI.
El hombre que habla con ella , j En su pensamiento quedos.
Ni para venir á vella Mas ¿ para qué me preguntas DIANA.
Por esos peligros pasa. Niñerías?
DIANA. DIANA. Mil veces he advertido en la belleza,
En efeto ¿es mi criado? Tú á lo menos Gracia y entendimiento de Teodoro,
Bien te huelgas., Que á no ser desigual á mi decoro,
ANARDA.
MARCELA.
Estimara su ingenio y gentileza.
Si , Señora. Es el amor común naturaleza;
DIANA. No me pesa ; Mas yo tengo mi honor por mas tesoro;
¿Quién» Porque de Teodoro entiendo Que los respetos de quien soy adoro ,
ANA R DA.
Que estos amores dirige Y aun el pensarlo tengo por bajeza.
A fin tan justo y honesto , La envidia bien sé yo que ha de que
Teodoro. Gomo el casarse conmigo.
DUNA. darme ;
1 El secretario ? DIANA. Que si la suelen dar bienes ajenos ,
Es el fin del casamiento Bien tengo de que pueda lamentarme.
ANARDA.
Honesto blanco de amor. Porquequisiera yoque¿ por lo menos,
Yo ignoro ¿ Quieres que yo trate desto ? Teodoro fuera mas , para igualarme,
Lo demás ; sé que han hablado. MARCELA. O yo, para igualarle, fuera menos.( Vate.)
DIANA.
; Qué mayor bien para mi !
Retírate, Anarda, allí. Pues ya .Señora , que veo ESCENA XII.
ANARDA. Tanta blandura en tu enojo
Muestra aquf tu entendimiento. Y tal nobleza en tu pecho, TEODORO, TRISTAN.
DUNA.
Te aseguro que le adoro ,
TEODORO.
Porque es el mozo mas cuerdo,
(Ap. Con mas templanza me siento, Mas prudente y entendido, No he podido sosegar.
Sabiendo que no es por mí.) Mas amoroso y discreto, TRISTAN.
Marcela... Que tiene aquesta ciudad.
MARCELA.
Y aun es con mucha razón ;
DIANA. Que ha de ser tu perdición
Señora... Si lo llega á averiguar.
Ya sé yo su entendimiento,
DIANA.
Del oficio en que me sirve. Dijeteque la dejaras
Escucha. MARCELA.
Acostar, y no quisiste.
MARCELA. TEODORO.
Es diferente el sugeto
¿Qué mandas? (Ap. Temblando llego.) De una carta , en que les pruebas Nunca el amor se resiste.
DIANA. A dos títulos tu deudo, TRISTAN.

¿Eres tú de quien fiaba De verle hablar mas de cerca , Tiras; pero no reparas.
Mi honor y mis pensamientos? En estilo dulce y tierno, TEODORO.
Razones euamoradas. Los diestros lo hacen ansí.
MARCELA.
DIANA.
Pues ¿qué te han dicho de mi, TRISTAN.
Sabiendo tú que profeso Marcela , aunque me resuelvo Bien sé yo que si lo fueras,
La lealtad que tú mereces? A que os caséis, cuando sea El peligro conocieras.
Para ejecutarlo tiempo , TEODORO.
DIANA.
¿Tú lealtad? No puedo dejar de ser
Quien soy, como ves que debo ¿Si me conoció?
MARCELA.
A mi generoso nombre ; TRISTAN.
¿En qué te ofendo? Porque no fuera bien hecho No y si ;
DIANA. Daros lugar en mi casa. Que no conoció quién eras,
; No es ofensa que en mi casa , (Ap. Sustentar mi enojo quiero.) Y sospecha le quedó.
Y dentro de mi aposento, Pues que ja todos lo saben, TEODORO.
Entre un hombre á hablar contigo ? Tú podrás con mas secreto j Cuando Fahio me siguió
MARCELA.
Proseguir ese tu amor; ¡ Bajando las escaleras,
Que en la ocasión vo me ofrezco : Fué milagro no matalíe.
Está Teodoro tan necio , A ayudaros á los dos;
Que donde quiera me dice Que Teodoro es hombre cuerdo, TRISTAN.
Dos docenas de requiebros. Y se ha criado en mi casa ; ¡ ¡Qué lindamente tiré
DIANA. Y a ti , Marcela , te tengo | Mi sombrero á la luz!
¿Dos docenas? ¡ Bueno á fe! La obligación que tú sanes, TEODORO.
Bendiga el buen año el cielo, Y no poco parentesco. Fué
Pues se venden por docenas. MARCELA. Detenelle y deslumbralle,
MARCELA. A tus pies tienes tu hechura. ¡ Porque si adelante pasa ,
Suiero decir que, en saliendo No le dejara pasar.
DIANA.
entrando , luego á la boca Vete. TRISTAN.
Traslada sus pensamientos. MARCELA. Dije á la luz al bajar :
DUNA. Mil veces los beso. « Di que no somos de casa ;>
¿Traslada? Término extraño. Y respondióme: «Mentís.»
DUNA.
Y ¿qué te dice? Alzé y liréle el sombrero;
Dejadme sola. ¿Quedé agraviado?
MARCELA. anarda. (Ap. á Marcela.) TEODORO.
No creo I ¿Qué ha sido?
Que se me acuerda. Hoy espera
DIANA.
MARCELA. Mi muerte.
: Enojos en mi provecho. . TRISTAN.
Si hará. DOROTEA. Siempre decis
MARCELA. Esas cosas los amantes
¿ Sabe tus secretos ya ?
Una vez dice : «Yo pierdo Cuando menos pena os dan.
MARCELA.
El alma por esos ojos ;» TEODORO.
Otra : «Yo vivo por ellos ; Sí sabe, y que son honestos.
Pues ¿ qué puedo hacer, Tristan ,
Esta noche no he dormido , (Marcela, Dorotea y Anardahacen tres En peligros semejantes?
Desvelando mis deseos reverencial i la Condesa, y se van.)
En tu hermosura. » Otra vez TRISTAN.
Me pide solo un cabello Dejar de amar á Marcela ,
zu COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Pues la Condesa es mujer TEODORO. ESCENA XIII
Que si lo llega á saher, ¡ Qué grosero cirujano!
No te ba de valer cautela Qué rustica curación ! DIANA. — Dichos.
Para no perder su casa. Los remedios al fin son
TEODORO. Como de tu tosca mano.
Y ¿no hay mas sino olvidar? Médico impírico eres; Teodoro..
No has estudiado, Tristan. TEODORO. (Ap.)
TRISTAN.
Liciones te quiero dar Yo no imagino que están La misma es.
De coma el amor se pasa. , Desa suerte las mujeres, DIANA.
TEODORO.
Sino todas cristalinas. Escacha.
Como un vidro trasparentes. TEODORO.
¿Ya comienzas desatinos?
TRISTAN. A tu hechura manda.
TRISTAN.
Con arte se vence todo : ¡Vidro! SI , muy bien lo sientes , TRISTAN. (Ap.)
Oye, por tu vida, el modo Si á verlas quebrar caminas; Si en averiguarlo anda,
Por tan fáciles caminos. Mas si no piensas pensar De casa volamos tres.
Primeramente has de hacer Defetos, pensarte puedo. DIANA.
Resolución de olvidar, Porque ya be perdido el miedo Hame dicho cierta amiga
Sin pensar que bas de tornar De que podrás olvidar. Que desconfia de si ,
Eternamente á querer; Pardiez , yo quise una vez, Que el papel que traigo aquí
Que si te queda esperanza Con esta cara que miras, Le escriba : á hacerlo me obliga
De volver, no habrá remedio A una alforja de mentiras, La amistad , aunque yo ignoro
De olvidar; que si está en medio Años cinco veces diez ; Teodoro, cosas de amor ;
La esperanza, no hay mudanza. Y entre otros dos mil defetos , Y que le escribas mejor
,, I 'oí- qué piensas que no olvida Cierta barriga tenia. Vengo á decirte, Teodoro.
Luego un hombre á una mujer? Que encerrar dentro podia , Toma y léele.
Porque, pensando volver, Sin otros mil parapetos, TEODORO.
Va entreteniendo la vida. Cuantos legajos de pliegos Si aquí ,
Ha de haber resolución Alquil escritorio apoya , Señora , bas puesto la mano,
Dentro del entendimiento. Pues como el caballo en Troya Igualarle fuera en vano,
Con que cesa el movimiento Pudiera meter cien griegos. Y fuera soberbia en mí.
De aquella imaginación. ¿ No bas oído que tenia Sin verle, pedirte quiero
i No has visto faltar la cuerda Cierto lugar un nogal. Que á esa señora le envíes.
De un reloj , y estarse quedas Que en el tronco un oficial
Con mujer y hijos cabia , DIANA.
Sin movimiento las ruedas? Léele.
Pues desa suerte se acuerda Y aun no era la casa escasa?
Pues desa misma manera, TEODORO.
El que tienen las potencias, Que desconlíes
Cuando la esperanza falta. En esta panza cupiera
Un tejedor y su casa. Me espanto: aprender espero
TEODORO.
Y queriéndola olvidar Estilo que yo no sé;
Y la memoria ¿no salta ÍQue debió de convenirme), Que jamás 'traté de amor.
Luego á hacer mil diligencias, )ió la memoria en decirme DUNA.
Despertando el sentimiento Que pensase en blanco azar. ¿Jamás, jamás?
A que del bien no se prive? En azucena y jazmín. TEODORO.
TRISTAN. En marfil , en plata , en nieve, Con temor
Es enemigo que vive Y en la cortina , que debe De mis defetos , no amé ;
Asido al entendimiento, De llamarse el faldellín, Que soy muy desconfiado.
Como dijo la canción Con que yo me deshacía.
DIANA.
De aquel español poeta; Mas tome mas cuerdo acuerdo,
Mas por eso es linda treta Y di en pensar, como cuerdo. Y se puede conocer
Vencer la imaginación. Lo que mas le parecía : De que no te dejas ver,
Cestos de calabazones , Pues que te vas rebozado.
TEODORO.
¿ Cómo ? Baúles viejos, maletas TEODORO.
TRISTAN. De cartas para estafetas, ¡Yo, Señora! ¿Cuándo ó cómo?
Pensando defetos, Almofrejes y jergones ; DIANA.
Y no gracias; que olvidando, Con que se trocó en desden Dijéronmeqne salió
Defetos están pensando , El amor y la esperanza , Anoche acaso, y te vio
Que no gracias , los discretos. Y olvidé la dicha pajiza Rebozado el mayordomo.
Ño la imagines vestida Por siempre jamas amén ;
Que era tal , que en los dobleces TEODORO.
Con tan linda proporción Andaríamos burlando
De cintura , en el balcón ( Y no es mucho encarecer)
De unos chapines subida. Se pudieran esconder Fabio y yo, como solemos.
Toda es vana arquitectura; Cuatro manos de almireces. Que mil "burlas nos hacemos.
Porque dijo un sabio un (lia DUNA.
TEODORO.
Que á los sastres se debía Lee, lee.
En las gracias de Marcela TEODORO.
La mitad de la hermosura. No bay defetos que pensar.
Como se ha de imaginar Estoy pensando
Yo ñola pienso olvidar. Que tengo algún envidioso.
Una mujer semejante ,
Es como un disciplinante TRISTAN. DUNA.
Que le llevan á curar. Pues á tu desgracia apela , Celoso podría ser.
Esto sí ; que no adornada Y sigue tan loca empresa. i.ee , lee.
Del costoso faldellín : TEODORO. TEODORO.
Pensar defetos, en fin. Toda es gracias : ¿qué he de hacer? Quiero ver
Es medecina aprobada. Ese ingenio milagroso. [ba sido,
Si de acordarte que vias TRISTAN.
(Lee.) «Amar por ver amar, envidia
Alguna vez una cosa Pensarlas hasta perder Y primero que amar estar celosa
Que te pareció asquerosa, La gracia de la Condesa. Es invención de amor maravillosa,
No comes en treinta días; Y que por imposible se ba tenido.
Acordándote, Señor, >De los celos mi amor na procedido.
De los deretos que tiene. Por pesarme que , siendo mis hermosa,
Si á la memoria te viene, No fuese en ser amada tan dichosa .
Se le quitará el amor. Que hubiese lo que envidio merecido.
EL PERRO DEL HORTELANO. 3W
»Estoy sin ocasión desconfiada , I Se sube por nuestros cuerpos. Cuándo... pero va me acuerdo:
Celosa sin amor, aunque sintiendo: ' No debe de poder mas. | Anoche andaban en rasa
Debo de amar, pues quiero ser amada. DIANA.
| linos murciélagos negros ;
»Ni me dejo forzar ni me defiendo ; ¿Juega? El sombrero les tiraba,
Darme quiero á entender sin decir nada : TRISTAN.
I Fuese á la luz uno (Julios ,
Entiéndame quien puede; yo me entien- ¡Pluguiera a los cielos! I Y acerté , por dar en él ,
DiAiu. [d0-* Que 4 quien juega, nunca faltan , 1 En la lámpara , y tan presto
Desto ó de aquello, dineros. Por la escalera «odé,
¿Qué dices? Que los dos pies se me fueron.
TEODORO. Antiguamente los reyes
Algún oficio aprendieron , DUNA.
Que si esto es Todo está muy bien pensado ;
A propósito del dueño. Por si en la guerra ó la mar
No he visto cosa mejor ; Perdían su patria y reino. Pero un libro de secretos
Mas confieso que no entiendo Saber con qué sustentarse : Dice que es buena la sangre
Cómo puede ser que amor ¡Dichosos los que pequeños Para quitar el cabello
Venga á nacer de los celos , | Aprendieron á jugar ! í I ¡esos murciélagos digo);
Pues que siempre fué su padre. Pues en fallando, es el juego Y haré yo sacarla luego ,
Un arte noble que gana Si es cabello la ocasión ,
DUNA.
Con poca pena el sustento. Para quitarla con ellos.
Porque esta dama, sospecho Verás nn grande pintor, tristan. {Ap.)
Que se agradaba de ver Acrisolando el ingenio, ¡Vive Dios , que hay chamusquina,
Este galán, sin deseo: Hacer una imagen viva, Y que por murciegalero
Y viéndole ya empleado Y decir el otro necio Me pone en una galera!
En otro amor, con los celos Que no vale diez escudos: DIANA. (Ap.)
Vino á amar y á desear. Y que el que juega , en diciendo
. ¿Puede ser? ¡Qué traigo de pensamientos!
«Paro», con salir la suerte,
TEODORO. ; Le sale á ciento por ciento. ESCENA XV.
Yo lo concedo ; DIANA.
Mas ya esos celos , Señora , FABIO, y detpui», EL MARQUÉS RI
En fin, ¿no juega? CARDO y CELIO.— DIANA.
De algún principio nacieron , TRISTAN.
Y ese fué amor ; que la causa
No nace de los efetos , Es cuitado. FARIO.
Sino los efetos della. I DIANA. Aqui está el marqués Ricardo.
DIANA. ! A la cuenta será cierto DIANA.
No sé , Teodoro: esto siento ¡ Tener amores. Poned esas sillas luego.
TRISTAN. (Salen Ricardo y Celio , y vante Fabi*
Desta dama, pues me dijo
Que nunca al tal caballero ¡ Amores '. y Triítan.)
Tuvo mas que inclinación , ¡Oh qné donaire! Es un hielo. RICARDO.
Y en viéndole amar, salieron 0IANA. Con el cuidado que el amor, Diana ,
Al camino de su honor Pues un hombre de su talle. Pone en un pecho que aquel lin desea
Mil salteadores deseos. Galán . liscrelo y mancebo, Que la mayor dificultad allana ,
Que le han desnudado el alma ¿No tiene algunos amores El mismo quiere que te adore y vea :
Del honesto pensamiento De honesto entretenimiento? Solicito mi causa , aunque por vana
Con que pensaba vivir. TRISTAN. Esta ambición algún contrario crea ,
TEODORO. Yo trato en paja y cebada , Que dando mas lugar á su esperanza,
Muy lindo papel has hecho: No en papeles y requiebros. Tendrá menos amor que confianza.
Yo no me atrevo á igualarle. De dia te sirve aquí ; Está vuseñorla tan hermosa,
DUNA.
Que está ocupado sospecho. • i me estar buena el mirarla me asegura;
Que en la mujer (ves bien pensa.lacosa)
Entra y prucbaí DIANA.
La mas cierta satnd es la hermosura ;
TEODORO. Pues ¿ nunca sale de noche ? Que en estando gallarda, alegre, airosa,
No me atrevo. TRISTAN.
Es necedad , es ignorancia pura , >
DIANA. No le acompaño ; que tengo Llegar á preguntarle si está buena,
Haz esto, por vida mia. Una cadera quebrada. ¡ Que todo entendimiento la condena.
TEODORO.
DIANA. ' Sabiendo que lo estáis , como lo dice
¿De qué, Tristan? La hermosura, Diana, y la alegría,
Vusifioria con esto De mi, si á la razón no contradice.
Quiere probar mi ignorancia. TRISTA!».
Bien te puedo Saber, Señora, cómo estoy quema.
DUNA.
Aqnl aguardo: vuelve luego. Responder lo que responden DIANA.
Las mal casadas, en viendo 1 Que vuestra seño; ia solenice
TEODORO. I Lo tiue en lulia llaman gallardía _
Cardenales en su cara
Yo voy. (ttwe Del mojicón de los celos: | Por hermosura , es digno pensamiento
DIANA. * Rodé por las escaleras.» De su buen gusto y claro entendimiento.
Escucha, Tristan. DIANA.
I Que me pregunte como está , no creo
Que soy tau dueño suyo , que lo diga.
¿Rodaste?
ESCENA XIV. TRISTAN. RICARDO.
Por largo trecho. Quien sabe de mi amor y mi deseo
DIANA, TRISTAN. Con las costillas conté El fin honesto, á este favor se obliga.
Los pasos. A vuestros deudos inclinados veo
TRISTAN.
DIANA. Para que en lo tratado se prosiga :
A ver lo que mandas vuelvo. Solo falta , Señora , vuestro acuerdo.
Con vergüenza destas calzas; Forzoso es eso.
Si ala lámpara, Tristan, Porque sin él las esperanzas pierdo.
Que el secretario , mi dueño , Si , como soy señor de aquel estado
Anda salido estos dias ; Le tirabas el sombrero.
Que con igual nobleza heredé agora ,
Y hace mal un caballero. TRISTAN. (Ap.)
\ Lo fuera desde el sur mas abrasado
Sabiendo que su lacayo ¡Oxte, puto! ¡Vive Dios, A los primeros paños del aurora ;
Le va sirviendo de espejo , Que se sabe todo el cuento! Si el oro , de los hombres adorado ,
De lucero y de cortina , DUNA. Las congeladas lágrimas que llora
En no traerle bien puesto. ¿ No respondes ? El cielo, ó los diamantes orientales
Escalera del señor, TRISTAN. ?ue abrieron por el mar caminos^ales,
Si va a caballo , un discreto , uviera yo , lo mismo os ofreciera ;
Nos llamó , pues á su cara Por pensar
m COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE TOGA CARPIÓ.
Ynodudeis, Señora , que pasara TEODORO. DIANA.
Adonde el sol apenas luz me diera, ¿Burlaste?
Como á solo serviros importara : Pues allá
DIANA. Le guarda . aunque bien será
Fin campañas de sal pies de madera ¡Pluguiera á Dios! Rasgarle.
Por las remotas aguas estampara ,
TEODORO. TEODORO.
Hasta llegar á las australes playas, j Qué dices?
Del humano poder últimas rayas. ¿Rasgarle?
DIANA.
DIANA.
DIANA. i Que de los dos,
Creo , señor Marqués , el amor vuestro ; El tuyo vence , Teodoro. SI;
Y satisfecha de nobleza tanta , Que no importa que se pierda ,
Haré tratar el pensamiento nuestro, TEODORO. Si se puede perder mas. (Vate.)
Si el conde Federico no le espanta. i Pésame, pues no es pequeño
. Principio de aborrecer ESCENA XVIII.
RICARDO.
| Un criado, el entender
Bien sé que en trazas esel Conde diestro, Que sabe mas que su dueño. TEODORO.
Porque en ninguna cosa me adelanta ; | lie cierto rey se contó
Mas yo fio de vos que mi justicia i Que le dijo á un gran privado : Fuese. ¿Quién pensó jamás
Los ojos cegará de su malicia. •i Un papel me da cuidado, De mujer tan noble y cuerda
Y si bien le he escrito yo , Este arrojarse tan presto
ESCENA XVI. I Quiero ver otro de vos , A dar su amor á entender?
TEODORO.— DIANA, RICARDO, ¡ Y el mejor escoger quiero. > Pero también puede ser
1 Escribióle el caballero, Que yo me engañase en esto.
CELIO. Y fué el mejor de los dos. Mas no me ha dicho jamás,
Como vio que el Rey decia Ni á lo menos se me acuerda:
TEODORO.
Que era su papel mejor, «Pues ¿qué importa que se pierda
Ya lo que mandas hice. Fuese, y dijole al mayor Si se puede perder mas ? >
RICARDO. Hijo, de tres que tenia : Perder mas, bien puede ser
Si ocupada i «Vamonos del reino luego; Por la mujer que decia...
vusenoria esta , no será justo Que en gran peligro estoy yo.» — Mas todo es bachillería,
Hurtarle el tiempo. ¡ Ll mozo le preguntó Y ella es la misma mujer.
DIANA. La causa , turbado y ciego ; Aunque no; que la Condesa
No importara nada, [ Y respondióle : « Ha sabido Es tan discreta y tan varia.
Puesto que á Roma escribo. El Rey que yo sé mas que él;» Que es la cosa mas contraria
— Qué es lo que en este papel De la ambición que profesa.
RICARDO.
Me puede haber sucedido. Sirvenla principes hoy
No hay disgusto DIANA. En Ñapóles, que no puedo
Como en dia de cartas dilatada Ser su esclavo. Tengo miedo
Visita. No , Teodoro ; que aunque digo
Que es el luyo mas discreto , Que en grande peligro esloy.
DIANA.
Es porque sigue el conceto Ella sabe que á Marcela
Sois discreto. De la materia que sigo ; Sirvo, pues aquí ha fundado
RICARDO. Y no para que presuma El engaño y me ha burlado...
En daros gusto.— Tu pluma que, si me agrada . — Pero en vano se recela
Celio, ¿qué te parece? (.|p. a él.) Pierdo el estar confiada Mi temor, porquejamás
De los puntos de mi pluma. Burlando salen colores. •
CELIO.
Que quisiera Fuera de que soy mujer ¿Y el decir con mil temores,
Que ya tu justo amor premio tuviera. A cualquier error sujeta , Qu? se puede perder mas?
(yante Ricardo y Celio.) Y no se si muy discreta , ¿Qué rosa, al llorar la aurora .
Como se me echa de ver. Hizo de las hojas ojos,
ESCENA XVII. Desde lo menos , aquí Abriendo los labios rojos
Dices que ofendes lo mas; Con risa á ver cómo llora,
DUNA , TEODORO. Y amando, engañado estás, Como ella los puso en mi ,
Porque en amor no es ansí; Bañada en púrpura y grana ;
DIANA. Que no ofende un desigual Oque pálida manzana
¿Escribiste? Amando , pues solo en tiendo Se esmaltó de carmesí?
TEODORO. Que se ofende aborreciendo. Lo que veo y lo que escucho ,
Yo lo juzgo (ó estoy loco)
Ya escribí. TEODORO.
Para ser de veras poco,
Aunque bien desconfiado; Esa es razón natural;
Mas soy mandado y forzado. Mas pintaron á Faelonte Y para de burlas mucho.
Y á ícaro despeñados, Mas teneos, pensamiento,
DIANA. Que os vais ya tras la grandeza ,
Muestra. Uno en caballos dorados , Aunque si digo belleza ,
TEODORO. Precipitado en un monte;
Y otro , con alas de cera, Bien sabéis vos que no miento;
Lee. Que es bellí sima Diana ,
DIANA. Derretido en el crisol Y en discreción sin igual.
Dice así : [dia fuera, Del sol. ,
(Lee.) «Querer por verquerer, envi- DIANA.
ESCENA XIX.
Si quien lo vio, sin ver amar no amara, No lo hiciera el sol
Porquesi antes de ver.no amar pensara, Si , como es sol , mujer fuera. MARCELA. -TEODORO.
Después no amara, puesto que amar vie- Si alguna dama quisieres
[ra. Alta , sírvela y confia ; MARCELA.
» Amor, que lo que agrada considera Que amor no es mas que porfia : ¿ Puedo hablarle ?
En ajeno poder, su amor declara; Ño son piedras las mujeres. TEODORO.
Que como la color sale á la cara, Yo me llevo este papel ;
Que despacio me conviene Ocasión tal
Sale á la lengua lo que al alma altera. Mil imposibles allana;
»No digo mas , porque lo mas ofendo Verle. Que por tí , Marcela mia ,
Desde lo menos, si es que desmerezco TEODORO.
La muerte me es agradable.
Porque del ser dichoso me defiendo. Mil errores tiene.
■ÁRCELA.
• Estoqueentiendosolamenteofrezco; DUNA.
Que lo que no merezco no lo entiendo, No hay error ninguno en él. Como yo te vea y hable,
Por no dar á entender que lo merezco. » Dos mil vidas perdería.
TEODORO. Estuve esperando el dia,
. DIANA. Honras mi deseo ; aquí Como el pajarillo solo;
May bien guardaste el decoro. Traigo el tuyo. Y cuando vi que en el polo
EL PERRO DEL HORTELANO. 347
Que Apolo mas presto don, MARCELA. ESCENA XXI!.
Le despertaba la aurora , Confírmalo.
Dije : «Yo veré mi Apolo.» TEODORO. DIANA , TEODORO.
Grandes cosas han pasado ; Con los brazos,
Que no se quiso acostar Que son los rasgos y lazos DIANA.
La Condesa hasta dejar De la pluma delam'or, En fin , Teodoro , ¿ tú quiere*
Satisfecho su cuidado. Pues no hay rúbrica mejor Casarte?
Amigas que han envidiado Que la que firman los brazos. TEODORO.
Mi dicha con deslealtad , Yo no quisiera
Le han contado la verdad ; ESCENA XX. Hacer cosa sin tu gusto ;
Que entre quien sirve, aunque veas ' Y créeme, que mi ofensa
Que hay amistad , no la creas , DIANA. — Dichos. , No es tanta como te han dicho;
Porque es ungida amistad. | Que bien sabes que con lengua
DIANA.
Todo lo sabe en efelo; | De escorpión pintan la envidia;
Que si es Diana la luna , Esto se ha enmendado bien. i Y que si Ovidio supiera
Siempre á quien ama importuna , : Agora estoy muy contenta; ! Qué era servir, no en los campos,
Salió y vio nuestro secreto. ¡ Que siempre á quien reprehende i Ño en las montañas desiertas
Pero será , te prometo, ! Da gran gusto ver la enmienda. Pintara su escura casa;
Para mayor bien, Teodoro; ] r\o os turbéis ni os alteréis.
Que aquí habita y aquí reina.
8ue del honesto decoro TEODORO.
DIANA.
on que tratas de casarte ; Dije , Señora , á Marcela
Le di parte , y dije aparte Que anoche salí de aquí Luego i no es verdad que quieres
Cuan tiernamente te adoro. Con tanto disgusto y pena A Marcela?
TEODORO.
Tus prendas le encarecí , 1 De que vuestra señoría
Tu estilo, tu gentileza ; Imaginase en su ofensa Bien pudiera
Y ella entonces su grandeza Este pensamiento honesto Vivir sin Marcela yo.
Mostró tan piadosa en mi , 1 Para casarme con ella, DIANA.
Que se alegró de que en ti Que me he pensado morir ; Pues d íceme que por ella
Hubiese los ojos puesto, Y dándome por respuesta Pierdes el seso.
Y de casarnos muy presto Que mostrabas en casarnos TEODORO.
Palabra también me dio. Tu piedad y tu grandeza, Es tan poco.
Luego que de mí entendió Dile mis brazos; y advierte Que no es mucho que le pierda ;
Que era tu amor tan honesto. Que si mentirte quisiera , Mas crea vuseñoría
Yo pensé que se enojara No me faltara un engaño ; Que , aunque Marcela merezca
Y la casa revolviera , Pero no hay cosa que venza, Esas finezas en mí ,
Que á los dos nos despidiera Como decirla verdad, No ha habido tantas finezas.
Y á los demás castigara ; A una persona discreta.
Mas su sangre ilustre y clara, DIANA.
DIANA.
Y aquel ingenio en efeto Pues ¿ no le has dicho requiebros
Tan prudente y tan perfeto, Teodoro , justo castigo Tales, que engañar pudieran
Conoció lo que mereces. La deslealtad mereciera A mujer de mas valor ?
¡ Ob , bien haya amén mil veces De haber perdido el respeto TEODORO.
Quien sirve á señor discreto! A mi casa ; y la nobleza
Que usé anoche con los dos Las palabras poco cuestan.
TEODORO. Ño es justo que parte sea DIANA.
¿Que casarme prometió A que os atreváis ansí ; ¿Qué le has dicho, por mi vida?
Contigo? Que en llegando á desvergüenza ¿Cómo, Teodoro, requiebran
MARCELA. El amor, no hay privilegio Los hombres á las mujeres?
Pues ¿pones duda : Que al castigo le defienda. TEODORO.
Que á so ilustre sangre acuda? í Mientras no os casáis los dos, Como quien ama y quien ruega ,
TEODORO. (.4p.) : Mejor estará Marcela Vistiendo de mil mentiras
Mi ignorancia me engañó. ¡ Cerrada en un aposento; Una verdad , y esa apenas.
; Qué necio pensaba yo I Que no quiero yo que os vean
DIANA.
ifue hablaba en mí la Condesa! 1 Juntos las demás criadas,
I Y que por ejemplo os tengan Si; pero ¿con qué palabras?
De haber pensado me pesa
Que pudo tenerme amor ; ¡ Para casárseme todas.— TEODORO.

Que nunca tan alto azor ' ¡Dorotea! ¡ah, Dorotea! Extrañamente me aprieta
Se humilla á tan baja presa. Vuseñoría. «Esos ojos
ESCENA XXI. (Le dije), esas niñas bellas,
MARCELA.
Son luz con que ven losmios;
¿Qué murmuras entre ti? DOROTEA. — Dichos. Y ÜS corales y perlas
TEODORO. i Desa boca celestial... >
DOROTEA.
Marcela , conmigo habló ; Señora... DIANA.
Pero no se declaró DIANA. ! ¿Celestial?
En darme á entender que fui TEODORO.
El que embozado salí Toma esta llave,
Y en mi propia cuadra encierra Cosas como estas
Anoche de su aposento. : Son la cartilla , Señora,
A Marcela ; que estos dias
MARCELA.
Podrá hacer labor en ella.— 1 De quien ama y quien desea.
Fué discreto pensamiento , No diréis que esto es enojo. DIANA.
Por no obligarse al castigo DOROTEA. Mal gusto tienes, Teodoro.
De-saber que hablé contigo, No te espantes de que pierdas
Si no lo es el casamiento; i ¿ Qué es esto, Marcela? (Ap. á ella.)
Que el castigo mas piadoso MARCELA.
Hoy el crédito conmigo,
' Porque sé yo que en Marcela
De dos que se quieren bien Fuerza ! Hay mas defetos que gracias,
Es casarlos. 1 De un poderoso tirano ; Como la miro mas cerca.
TEODORO. Y una rigurosa estrella. Sin esto, porque no es limpia,
Dices bien , I Enciérrame por Teodoro. ' No tengo pocas pendencias
Y el remedio mas honroso. DOROTEA. ¡ Con ella... Pero no quiero
i Cárcel aquí no la temas, ' Desenamorarte della ;
¿ Querrás tú ? Y para puertas de celos ; Que bien pudiera decirte
TEODORO. ! Tiene amor llave maestra. Cosas... Pero aquí se quedan
Seré dichoso. ( Vatue Marcela y Dorotea.) Sus gracias ó sus desgracias;
MS COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que yo quiero que la quieras, Escríbeme algún papel No pienso que tardarán ;
Y que os caséis en buen hora. Que á este propósito sea, Que conozco al capellán ,
Mas pues de amador (e precias, i Y queda con Dios ¡ Ay, Dios ! (Cae.) Y es mas breve que es razón.
Dame consejo, Teodoro, Caí. ¿Qué me miras? Llega, FEDERICO.
Ansi á Marcela poseas. Dame la mano.
Para aquella amiga mia, ¡ Ay si la pudiese hablar!
TEODORO. LEONIDO.
Que há dias que no sosiega El respeto
Se amores de un hombre humilde Siendo tú su primo, es cosa
Porque si en quererle piensa, Me detuvo de olí ecella. Acompañarla forzosa.
Ofende su autoridad; DIANA. FEDERICO.
Y si de quererle deja, ¡Qué graciosa grosería! El pretenderme casar
Pierde el juicio de celos : ¡Que con la capa la ofrezcas ! Ha hecho ya sospechoso
Que el hombre, que no sospecha TEODORO. Mi parentesco, Leonido ;
Tanto amor, anda cobarde. Asi cuando vas á misa Que antes de haberla querido.
Aunque es discreto, con ella. Te la da Otavio. Nunca estuve temeroso.
TEODORO. DIANA. Verás que un hombre visita
Yo, Señora, ¿sé de amor? Es aquella Una dama libremente
No sé por Dios cómo pueda Mano que yo no le pido, Por conocido ó pariente,
Aconsejarle. í Y debe de haber setenta Mientras no la solicita ;
DIANA. i Años que fué mano, y viene Pero en llegando á querella,
i Amortajada por muerta. Aunque de todos se guarde,
¿No quieres. Menos entra, y mas cobarde,
Copio dices, á Marcela? ! Aguardar quien ba caído
A que se vista de seda, Y apenas habla con ella.
No le has dicho esos requiebros? Tal me ha sucedido á mi
Tuvieran lengua las puertas, I Es como ponerse un jaco
j Quien ve al amigo en pendencia; Con mi prima la Condesa ;
Qne ellas dijeran... Tanto, que de amar me pesa,
TEODORO. ! Que mientras baja, le han muerto.
Demás que no es bien que tenga Pues lo mas del bien perdí,
No hay cosa Nadie por mas cortesía. Pues me estaba mejor vella
Que decir las puertas puedan. 1 Aunque melindres lo aprueban, Tan libre como solia.
DIANA. Que una mano, si es honrada.
Ea, que ya te sonrojas, ESCENA IL
Traiga la cara cubierta.
Y lo qué niega la lengua, TEODORO. P.ICARDO t CELIO , que te qvedan le
Conuesas con las colores. I Quiero estimar la merced jos de — FEDERICO t LEONIDO.
TEODORO. Que me has hecho.
Si ella te lo ba dicho, es necia. CELIO.
DIANA.
Una manó le tomé, A pié digo que salía,
Y no me quedé con ella, Cuando seas Y alguna gente con ella.
Que luego se la volví; Escudero, la darás RICARDO.
No sé yo de qué se queja. Kn el ferreruelo envuelta;
Que agora eres secretario : Por estar la iglesia enfrente,
DIANA. Con que te he dicho que tengas Y por preciarse del talle ,
Si ; pero hay manos que son Secreta aquesta caída, Ha querido honrar la calle.
Como la paz de la Iglesia, Si levantarte deseas. (Vase.) CELIO.
Que siempre vuelven besadas. ¿No has visto por el oriente
TEODORO. ESCENA XXIII. Salir serena mañana
Es necísima Marcela. El sol con mil rayos de oro.
Es verdad que me atreví , TEODORO. Cuando dora el blanco toro
Pero con mucha vergüenza, [Purdo, Que pace campos de grana
A que templase la boca ¿Puedo creer que aquesto es verdad? (Que así llamaba un poeta
Con nieve y con azucenas. Si miro que es mujer Diana hermosa. Los primeros arreboles)?
Pidió mi mano, y la color de rosa, Pues tal salió con dos soles.
DIANA.
i Al dársela, robó del rostro el miedo. Mas hermosa v mas perfeta,
ÍCon azucenas y nieve? Tembló, yo lo senti: dudoso quedo. La bellísima Diana,
luelgo de saber que tiempla ¿Qué haré? Seguir mi suerte venturosa; La condesa de Belllor.
Ese emplasto el corazón. Si bien, por ser la empresa tan dudosa, RICARDO.
Ahora bien , ¿qué me aconsejas? Niego al temor lo que al valor concedo. Mi amor te ha vuelto pintor
TEODORO. Mas dejar á Marcela es caso injusto; De tan serena mañana ;
Que si esa dama que dices. Que las mujeres no es razón que esperen Y hácesla sol con razón ,
Hombre tan bajo desea, De nuestra obligación tanto disgusto. Porque el sol en sus caminos
Y de quererle resulta Pero si ellas nosdejan cuando quieren Va pasando varios sinos.
A su honor tanta bajeza, Por cualquiera interés ó nuevo gusto, Que sus pretendientes son.
Haga que con un engaño. Mueran también como los hombres mue- Mira que allí Federico
Sin que la conozca, pueda [ren. Aguarda sus rayos de oro.
Gozarle.
CELIO.
DIANA.
¿Cuál de los dos será el toro
Queda el peligro ACTO SEGUNDO. A quien hoy al sol aplico?
De presumir que lo entienda.
RICARDO.
¿No será mejor matarle?
TEODORO. Calle. El por primera afición.
Aunque del nombre se guarde;
De Marco Aurelio se cuenta ESCENA PRIMERA. Que yo, por entrar mas tarde,
Que dio á su mujer Faustina, Seré el signo del león.
Para quitarle la pena. EL CONDE FEDERICO , LEONIDO. FEDERICO.
Sangre de un esgrimidor :
Pero estas romanas pruebas FEDERICO.
¿Es aquel Ricardo?
Son buenas entre gentiles. ¿Aquí la viste? leo \ IDO.
DIANA. LEONIDO. Él es.
Bien dices; que no hay Lucrecias, Aquí entró, FEDERICO.
Ni Toréalos ni Virginios , Como el alba por un prado, Fuera maravilla rara
En esta edad ; y en aquella I Que á su tapete bordado Que deste puesto faltara.
Hubo Faustinas, Teodoro, La primera luz le dio ; LEONIDO.
Mesalinas y Popeas. Y según la devoción , Gallardo viene el Marqués.
EL PERRO DEL HORTELANO. 340
Que os detengo y os provoco ; Si, subida á tanta altura,
Federico. Esas mariposas precia.
No pudieras decir mas, Porque si el intento es loco,
De los dos lo mismo escucho. TRISTAN.
Si tú fueras el celoso. Aunque donde el premio es mucho, Léele, por vida mía,
LEOMDO. El atrevimiento es poco. Aunque ya estés tan divino;
¿Celos tienes? , Y si por disculpa dais Que no liace desprecio el vino
FEDERICO. Queesiulinitoel que espero, De los mosquitos que cria ;
¿No es forzoso? Averigüemos primero, Que yo sé cuando Marcela ,
De alabarle me los das. Pensamiento, en qué os fundáis. gue ilamas ya mariposa,
LEOMDO.
Vos á quien servís amáis : ra águila caudalosa.
Diréis que ocasión tenéis ,
Si á nadie quiere Diana , Si a vuestros ojos creéis ;
TEODORO.
¿De qué los puedes tener? Pues, pensamiento, decildes El pensamiento, que vuela
FEDERICO. Que sobre pajas humildes . A los mismos cercos de oro
De que le puede querer ; Torres de diamante hacéis. Del sol, tan baja la mira,
Si no me sucede bien, Que auu de que la ve se admira.
Que es mujer.
Quiero culparos a vos; TRISTAN.
LEOMDO.
Sí. mas tan vana, ! Mas teniéndola los dos. Hablas con justo decoro ; '
Tan altiva y desdeñosa, No es justo que culpa os den ; Mas ¿qué haremos del papel?
Que á todos os asegura. Que podréis decir también TEODORO.
Cuando del alma os levanto, Esto.
FEDERICO.
Y de la altura me espanto TRISTAN.
Es soberbia la hermosura. Donde el amor os subió, ¿Rasgástele?
LEOMDO. Que el estar tan bajo yo TEODORO.
No hay ingratitud hermosa. Os hace á vos subir tanto. Si.
CELIO. Cuando algún hombre ofendido,
TRISTAN.
Diana sale, Señor. Al que le ofende deliende,
Que dió'la ocasión se entiende : ¿Porqué, Señor?
RICARDO. Del daño que os ha venido, TEODORO.
Pues tendrá mi noche dia. Sed en buen hora atrevido ; Porque ansi
CELIO. Que aunque los dos nos perdamos, Respondí mas presto a él.
¿Hablarásla? Esta disculpa llevamos: TRISTAN.
RICARDO. Que vos os perdéis por mí, Ese es injusto rigor.
Eso querría, Y que yo tras vos me fui. TEODORO.
Si quiere el competidor. Sin saber adonde vamos.
Id en buen hora, aunque os den Ya soy otro ; no te espantes.
Mil muertes por atrevido ; TRISTAN.
ESCENA III. Que no se llama perdido Basta ; que sois los amantes
El que se pierde tan bien. Boticarios del amor;
DIANA, OTAVIO, FABIO; y detrát, Como á otros dan parabién Que, como ellos las recetas ,
MARCELA , DOROTEA y ANARDA, De lo que hallan , estoy tal, Vais ensartando papeles.
con mantos. — Dichos. Que de perdición igual Recipe celos crueles,
Os le doy ; porque es perderse Agua de azules violetas.
Federico. (A Diana). Tan bien, que puede tenerse Recipe un desden extraño,
Aquí aguardaba con deseo de veros. Envidia del mismo mal. Sirupi del borrajorum.
MAN*.
Con que la sangre templorum,
ESCENA V. Para asegurar el daño.
Señor Conde, seáis muy bien hallado. Recipe ausencia : tomad
RICARDO.
TRISTAN. — TEODORO. Un emplasto para el pecho ;
Y yo, Señora, con el mismo agora Que os hiciera mas provecho
A acompañaros rengo y á serviros. TRISTAN.
Estaros en la ciudad.
diana. Si en tantas lamentaciones Réci pe de matrimonio :
Señor Marqués, ¿qué dicha es esta mía? Cahe un papel de Marcela, Allí es menester jarabes,
¡Tanta merced ! Que contigo se consuela Y tras diez dias suaves
RICARDO. De sus pasadas prisiones, Purgallecon antimonio.
Bien te le daré sin porte ; Recipe tignum celeste.
Bien debe á mi deseo Que Capricornius dicelur:
Vuseñorla este cuidado. Porque á quien no na menester ,
Nadie le procura ver, Ese enfermo morietur.
fedeAico. (.4 su criado.) Si no es que paciencia preste.
A la usanza de la corte.
Creo Cuando está en alto lugar Recipe que de una tienda
Que no soy bien mirado y admitido. Un hombre (y ¡qué bien lo ¡mitas! ), Joya ó vestido sacabis :
LEOMDO. ¡ Qué le vienen de visitas Con tabletas conforlabis
Habíala; no te turbes. A molestar v á enfadar! La bolsa que tal emprenda.
FEDERICO. Pero sí mudó de estado. A esta traza, finalmente,
Como es la fortuna incierta, Van todo el año ensartando.
¡Ay, Leonido! Llega la paga: en pagando,
Quien sabe que no gustan deescuchalle, Todos huyen de su puerta O viva ó muera el doliente,
¿Deque teadmirasque se turbe y calle? Como si fuese apestado. Se rasga todo papel.
¿Parécete que lavemos Tú la cuenta has acabado,
{Yante.) Bu vinagre este papel? Y el de Marcela has rasgado
TEODORO.
Sin saber lo que hay en él.
Contigo, necio, y con él TEODORO.
Sala del palacio de la Condesa. Entrambas cosas tenemos.
Muestra ; que vendrá lavado, Ya tú debes de venir
ESCENA IV. Si en tus manos ha venido. Con el vino que otras veces.
(Lee.) « A Teodoro, mi marido.» TRISTAN.
TEODORO. ¿Marido? ¡ Qué necio enfado! I Pienso que te desvaneces
Qué necia cosa! Con lo que intentas subir.
Nuevo pensamiento mío, tristan. TEODORO.
Desvanecido en el viento, Es muy necia. Tristan, cuantos han nacióla;' "'
Que con ser mi pensamiento, Su ventura uan de tener 5^/ ,, V;
TEODORO.
De veros volar me río, No saberla conocer »~í '',..;
Parad, detened el brío, Pregúntale á mi ventura

!i>tt
%//r,^
380 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
Es el no haberla tenido. En peligros tan extraños? ESCENA Vin.
O morir en la porfía, Si tú de mi intento estás,
O ser conde de Bel flor. No tratemos deslo mas. MARCELA, DOROTEA.
TRISTAlt. Para excusar tantos daños.
César llamaron , Señor, ■ARCELA. ■ARCELA.
A aquel duque que traía ¿Qué dices? ¿Qué sientes desto?
Escrito por gran blasón : TEODORO. DOROTEA.
€ César o nada ; » y en lin Que estoy dispuesto No sé ;
Tuvo tan contrario el Tin, A no darlé mas enojos Que á hablar no me atrevo.
Que al On de su pretensión A la Condesa. «ARCELA.
Escribió una pluma airada :■ ■ARCELA.
«César ó nada, dijiste, ¿Not
Y todo, César, lo fuiste. En los ojos Pues yo hablaré.
Pues fuiste César y nada.» Tuve muchas veces puesto DOROTEA.
El temor desta verdad. Pues yo no.
TEODORO. TEODORO.
Pisos tomo, Tristan, la empresa, Marcela, queda con Dios. ■ARCELA.
Y haga después la fortuna Pues yo si.
Lo que quisiere. Aquí acaba de los dos DOROTEA.
Ei amor, no el amistad. Mira que fué
ESCENA VI. ■ARCELA. Dueño el aviso, Marcela,
¡Tú dices eso, Teodoro, De los tapices que miras.
MARCELA T DOROTEA , sin reparar A Marcela ! ■ARCELA.
en — TEODORO t TRISTAN. TEODORO. Amor en celosas iras
DOROTEA. Yo lo digo; Ningún peligro recela.
Que soy de quietud amigo, A no saber cuán altiva
Si á alguna V de guardar el decoro Es la Condesa , dijera
De tus desdichas le pesa. A la casa que me ba dado Que Teodoro en algo espera,
De todas lasque servimos 151 ser que tengo. Porque no sin causa priva
A la Condesa, soy yo. ■AltCELA. Tanto estos dias Teodoro.
■ARCELA. Oye, advierte. DOROTEA.
En la prisión que me dió, Calla ; que estás enojada.
Tanjusta amistad hicimos, TEODORO.
Y yo me siento obligada Déjame. ■ARCELA.
De suerte, mi Dorotea, ■ARCELA. Mas yo me veré vengada...
Que no habrá amiga que sea ¿De aquesta suerte Ni soy tan necia, que ignoro
Mas de Marcela estimada. Me tratas? I.as tretas de hacer pesar.
Anarda piensa que yo TEODORO.
No sé cómo quiere a Fabio. ¡Qué necio enfado! (Vate: ESCENA IX.
Pues dolía nació mi agravio ; FABIO. — Dichas.
Que á la Condesa contó ESCENA VII.
Los amores de Teodoro. FABIO.
DOROTEA. MARCELA, DOROTEA, TRISTAN. ¿Está el secretario aquí?
Teodoro esta aquí. MARCELA.
■ARCELA. ■ARCELA. ¿Es por burlarte de mí?
¡Mi bien!... ¡ Ah Tristan, Tristan ! FAOIO.
TEODORO. TR1STAI*. Por Dios, que le ando á buscar;
Marcela, el paso deten. ¿Qué quieres? Que le llama mi señora.
■ARCELA. ■ARCELA. MARCELA.
¿Cómo, mi bien, si te adoro, ¿Qué es esto? Fabio, que sea ó no sea ,
Cuando á mis ojos le ofreces? TRISTAN. Pregúntale á Dorotea
TEODORO. Una mudancita: Cuál puse á Teodoro agora.
Mira lo que haces y dices; Que á las mujeres imita ¿No es majadero cansado
Que en palacio los tapices Teodoro. Éste secretario nuestro?
Han hablado algunas veces. ■ARCELA. FABIO.
¿ 1 o qué piensas que nació ¿Cuáles mujeres? ¡Qué engaño tan necio el vuestro!
Hacer figuras en ellos? TRISTAS. ¿Querréis que eslé deslumhrado
De avisar que detrás dellos Unas de azúcar y miel. De lo que los dos traíais?
Siempre algún vivoescuchó. ¿Es concierto de los dos?
Si un mudo viendo malar ■ARCELA.
A un rey su padre, dió voces, Dilc. MARCELA.
Figuras que no conoces, TRISTAH. ¿Concierto? ¡Bueno!
Pintadas sabrán hablar. No me digas nada; FABIO.
■ARCELA. Que soy vaina desta espada, Por Dios,
¿Has leído mi papel? Nema de aqueste papel, Que pienso que me engañáis.
Caja de aqueste sombrero, MARCELA.
TEODORO. Fieltro desle caminante, Confieso, Fabio. que oí
Sin leerle le he rasgado; Mudanza deste danzante, Las locuras de Teodoro ;
Que estoy tan escarmentado. Dia deste vario hebrero, Mas yo sé que á un hombre adoro.
Que rasgué mi amor con él. Sombra deste cuerpo vano, Harto parecido á ti.
■ARCELA. Posta de aquesta estafeta, FABIO.
¿Son los pedazos aquestos? Rastro de aquesta cometa, ¿A mí?
TEODORO. Tempestad deste verano ; MARCELA.
Sí, Marcela. Y finalmente, yo soy Pues ¿no te pareces
■ARCELA. La uña de aqueste dedo. A ti?
Y ya ¿mi amor Que en cortándome, no puedo FABIO.
Has rasgado? Decir que con él estoy. {Vate.)
Pues ¡á mí, Marcela!
TEODORO. ■ARCELA.
¿ No es mejor Si te hablo con cautela,
Que vernos por puntos puestos Fabio ; si no me enloqueces,
EL PERRO DEL HORTELANO. 3S1
Si tn talle no irte agrada. ANARDA. Que en no queriendo amar aborreciete!
Si no sov tuya, mi Fallió, Los dos que de aqui se van Oh quién pudiera hacer, oh quién hicie-
Máteme'e! mayor agravio, Ciegos de tu amor están; [ra
Que es el querer despreciada. Tú en desdeñarlos, excedes Que en no queriendo amar aborreciera'.
FABIO. La condición de Anajarte, ANARDA.
Es engaño conocido, La castidad de Lucrecia; ¿ Qué te dice la canción?
O tú te quieres morir, Y quien á tantos desprecia... ¿ Ño ves que te contradice?
Pues quieres restituir DIANA. DIANA.
El alma que me has debido. Ya me canso de escucharte. Bien entiendo lo que dice;
Si es burla ó es invención , ANARDA. Mas yo sé mi condición,
¿A qué camina tu intento? ! ¿Con quién se piensa casar? Y sé que estará en mi mano,
DOROTEA. ¡ ¿No puede el marqués Ricardo, Como amar, aborrecer.
Fabio, ten atrevimiento ! Por generoso y gallardo, ANARDA.
Y aprovecha la ocasión; I Si no exceder, igualar Quien tiene tanto poder
Que hoy le ha de querer Marcela I Al mas poderoso y rico? Pasa del límite humano.
Por fuerza. Y la mas noble mujer
FABIO. ¿También no lo puede ser ESCENA XIII.
Por voluntad De tu primo Federico?
Fuera amor, fuera verdad. ¿Por qué los has despedido TEODORO.—Dichas.
DOROTEA. Con tan extraño desprecio?
TEODORO.
Teodoro mas alto vuela ; DIANA.
Fabio me ha dicho, Señora,
De Marcela se descarta. Porque uno es loco, otro necio, Que le mandaste buscarme.
FABIO. Y tú, en no haberme entendido,
Mas, Anarda, que los dos. diana.
Marcela, á buscarle voy. Horas hi que te deseo.
Bueuo en sus desdenes soy. No los quiero, porque quiero,
Si amor te convierte en carta, Y quiero porque no espero TEODOnO.

El sobrescrito á Teodoro, Remedio. Pues ya vengo á que me mandes,


Y en su ausencia denla a Fabio. ANARDA. Y perdona si he tallado.
Mas yo perdono el agravio, ¡Val ame Dios! DIANA.
Aunque ofenda mi decoro, ¿Tú quieres? Ya has visto estos dos amantes...
Y de espacio te hablaré. DIANA. Estos dos mis pretendientes.
Siempre tuyo en bien ó en mal. (Yate.) ¿No soy mujer? TEODORO.
ANARDA. Si, Señora.
ESCENA X. SI, pero imagen de hielo, DIANA.
MARCELA , DOROTEA. Donde el mismo sol del cielo Buenos talles
Podrá tocar y no arder. Tienen los dos.
DOROTEA. DIANA. TEODORO.
¿Qué has hecho? Pues esos hielos, Anarda, Y muy buenos.
MARCELA.
Dieron todos á los pies DIANA.
No sé; estoy tal, De un hombre humilde. No quiero determinarme
ANARDA. Sin tu consejo. ¿Con cuál
Que de mi misma no sé.
Anarda ¿no quiere á Fabio? ¿Quién es? Te parece que me case?
DIANA.
DOROTEA. TEODORO.
Si quiere. La vergüenza me acobarda, Pues ¿qué consejo, Señora,
Que de mi propio valor
MARCELA.
Tengo : no diré su nombre ; Puedo yo en las cosas darte
Pues de los dos Basta que sepas que es hombro Que consisten en tu gusto?
Me vengo ; que amor es dios Que puede infamar mi honor. Cualquiera que quieras darme
De la envidia y del agravio. Por dueño, será el mejor.
ANARDA.
DIANA.
ESCENA XI. I Si Pasife quiso un toro, Mal pagas el estimarte
| Semiramis un caballo, Por consejero, Teodoro,
DIANA, ANARDA. — Dichas. Y otras los monstros que callo
' Por no infamar su decoro, En caso tan importante.
diana. (Ap. d Anarda.) I ¿Qué ofensa te puede hacer TEODORO.
Esta ha sido la ocasión; Querer hombre, sea quien fuere? Señora, en casa ¿ no hay viejos
No me reprehendas mas. DUNA. Que entienden de casos tales?
ANARDA.
Quien quiere, puede, si quiere, Ótavio, tu mayordomo,
La disculpa que me das Como quiso, aborrecer. Con experiencia lo sabe,
Me hu puesto en mas confusión. Esto es lo mejor : yo quiero Fuera de su larga edad.
Marcela esta aquí, Señora, No querer. DIANA.
Hablando con Dorotea. ANARDA. Quiero yo que á tí te agrade
diana. ¿Podrás? El dueño que has de tener.
Pues no hay disgusto que sea DIANA.
¿Tiene el Marqués mejor talle
Para mí mayor agora.— Podré; Que mi primo?
Salte aria fuera, Marcela. Que si cuando quise amé , TEODORO.
MARCELA. No amar en queriendo espero. Sí, Señora.
Vamos, Dorotea, de aquí. (Tocan dentro.) DIANA.
(Ap. Bien digo yo que de mi ¿Quién canta? Pues elijo al Marqués: parte, •
O se enfada ó se recela.) ANARDA. Y pidele las albricias.
(Yanse Marcela y Dorotea.) Fabio con Clara. (Yante la Condesa y Anarda.)
DIANA.
ESCENA XII. ¡Ojalá que me diviertan! ESCENA XIV.
DIANA, ANARDA. ANARDA. TEODORO.
Música y amor conciertan
ANARDA. Bien ; en la canción repara. ¿Hay desdicha semejante?
¿Puédole hablar? (Cantan dentro.) Hay resolución tan breve?
DIANA. ¡Oh guien pudiera hacer, oh quién hi- Hay mudanza tan notable?
Ya bien puedes. [ciese ¿Estos eran los intentos
332 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que tuve? ¡Oh sol, abrasadme TEODORO.
Las alas con que subí, Mejor es esperar que no perderse ¡
Pues, Tristan, agora vino Que suelealguna vez, pensando helarsu
Pues vuestro rayo deshace Ese tornasol mudable,
Las mal atrevidas plumas Amor, coa los remedios encenderse.
Esa veleta, ese vidrio,
A la belleza de un ángel! i Ese rio junto al mar,
TEODORO.
Cayó Diana en su error. Marcela...
i Que vuelve atrás, aunque es rio; ■ÁRCELA.
¡Oh, qué mal hice en liarme ¡ Ksa Diana, esa luna,
De una palabra amorosa! I Esa mujer, ese hechizo, ¿Quién es?
¡Ay! ¡cómo entre desiguales ! Ese monstro de mudanzas, TEODORO.
Mal se concierta el amor ! Yo soy.
. Que solo perderme quiso
Pero ¿es mucho que me engañen Por afrentar sus Vitorias; ¿Asi te olvidas de mí?
Aquellos ojosa mi,
Y que dijese me dijo MARCELA.
Si pudieran ser bastantes
Cuál de los dos me agradaba; Y tan olvidada estoy.
A hacer engaños á Ulises?
Porque sin consejo niio Que á no imaginar en ti
De nadie puedo quejarme,
No se pensaba casar. Fuera de mí misma voy.
Sino de mi. Pero en fin
Quede muerto, y tan perdido, Porque si en mi misma fuera,
¿Qué pierdo cuando me falte?
Haré cuenta que he tenido > Que no responder locuras Te imaginara y te viera ;
rué de mi locura indicio. Que para no imaginarte,
Algún acídente grave , I Oijome, en lin, que el Marqués
Y que mientras me duró, Tengo el alma en otra' parle,
Imaginé disparates. Le agradaba, y que yo mismo Aunque olvidarte no quiera.
Fuese á pedir las albricias. ¿ Cómo me osaste nombrar?
No mas; despedios de ser.
Oh pensamiento arrogante, TRISTAN. Cómo cnpn en esa boca
Conde de Bel flor; volved Ella en fin ¿tiene marido? Mi nombre?
La proa al antigua margen ; TEODORO.
TEODORO.
Queramos nuestra Marcela; El marqués Ricardo. Quise probar
Para vos Man ela baste. Tu firmeza, y es un poca,
Señoras busquen señores; TRISTAN. i.'u.- no me ha dado lugar.
Que amor se engendra de iguales ; Pienso Ya dicen que se empleó
\ pues en aire nacistes. ?ue, á no verte sin juicio, Tu cuidado en un sugeto
Quedad convertido en aire; porque dar adición Que mi amor sostituyó.
2ue donde méritos faltan, No es justo á los afligidos, MARCELA.
os que piensan subir, caen. Que agora te diera vaya Nunca, Teodoro, el discreto
De aquel pensamiento altivo Mujer ni vidrio probó.
ESCENA XV. Con que á ser conde aspirabas. Mas no me des á entender
TEODORO. Que prueba quisiste hacer ;
FABIO.— TEODORO. Si aspiré, Tristan, ya espiro. Yo le conozco, Teodoro :
TRISTAN. linos pensamientos de oro
FABIO. Te hicieron enloquecer.
¿Hablaste ja con mi señora? La culpa tienes de todo.
¿ Cómo te va ? ¿ No te salen
TEODORO.
TEODORO. Como tü los imaginas?
No lo niego; que yo he sido No te cuestan lo que valen?
Agora,
Fahio, la bable, y estoy con gran conten- Fácil en creer los' ojos No hay dichas que las divinas
Porqué ya la Condesa mi señora [to, De una mujer. Partes de tu dueño igualen?
Rinde su condición al casamiento. TRISTAN. ¿Qué ha sucedido? Qué tienes?
Los dos que viste, cada cual la adora ; Yo te digo Turbado, Teodoro, vienes.
Mas ella, con su raro entendimiento, Que no hay vasos de veneno ¿Mudóse aquel vendaba!?
Al Marqués escopió. A los mortales sentidos, Vuelves á buscar tu igual ,
FADIO. Teodoro, como los ojos O te burlas y entretienes?
De una mujer. Confieso que me holgaría
Discreta ha sido.
TEODORO. Que dieses á mi esperanza,
TEODORO.
De corrido. Teodoro, un alegre dia.
Que gane las albricias me ha pedido ;
Masyo, que soy tu amigo, quiero darle, Te juro, Tristan, que apenas TEODORO.

Fabio, aqueste provecho : parle presto, Puedo levantar los mios. Si le quieres con venganza,
Y pídelas por mi. Esto pasó, y el remedio ¿Qué mayor, Marcela mía?
Es sepultar en olvido Pero mira que el amor
FABIO. El suceso y el amor. Es hijo de la nobleza :
Si debo amarte, No muestres Unto ligor;
TRISTAN.
Muestra la obligación en que me has Que es la venganza bajeza
¡Qué arrepentido y contrito
[puesto. Indigna del vencedor.
Voy como un rayo, y volveré á buscarte, Has de volver á Marcela ! Venciste: yo vuelvo á tí,
Satisfecho de ti, contento deslo. TEODORO.
Marcela ; que no salí
Yalábeseel Marqués; quehasidoempre- Presto seremos amigos. Con aquel mi pensamiento.
De gran valor rendirse la Condesa, [sa Perdona el atrevimiento.
(Vate.) ESCENA XVII. Si ha quedado amor en Ó.
ESCENA XVI. No porque no puede ser
MARCELA , sin reparar en— TEODO Proseguir las esperanzas
TRISTAN.— TEODORO. RO y TRISTAN. Con que te pude ofender ,
Mas porque en estas mudanzas
tristan! márcela. (Para tí.) rne¡ Memorias me hacen volver.
Turbado á buscarte vengo. ¡Qué mal que fintea mor quien nole ti e- Sean pues estas memorias
¿Es verdad lo que me han dicho? Quémalpuedeolvidarseamordeunaño, Parte á despertar la tuya,
TEODORO.
Pues mieutras masel pensamiento enga- Pues confieso tus Vitorias.
¡Ay, Tristan ! verdad será, Mas atrevido á la memoria viene! [ño, MARCELA.
Si son desengaños mios. Pero si es fuerza y el honor conviene, No quiera Dios que destruya
Remedio suele ser del desengaño Los principios de tus glorías.
TRISTAN. Curar el propio amor amor extraño;
Ya, Teodoro, en las dos sillas Sirve , bien haces, porfía,
Quenoes poco remedio el que entretiene. No te rindas ; que dirá
Los dos batanes he visto Mas ¡ay! que imaginar que puede Tu dueño que es cobardía.
Que molieron á Diana ; [amarse Sigue tu dicha ; que ya
Pero que hubiese elegido, En medio de otro amor, es atreverse Voy prosiguiendo la ñiia.
Hasta agora no lo sé. A dar mayor venganza por vengarse. No es agravio amar á Faino,
EL PERRO DEL HORTELANO. 335
Pues me dejaste, Teodoro , TRISTAN. Que tus agravios me den
Sino el remedio mas sabio ; Por mf quiero que le dés La muerte.
Que aunque ei dueño no mejoro, La mano esta vez, Señora. TEODORO.
Basta vengar el agravio. TEODORO. Hoy de nuevo fundo,
Y quédate á Dios ; que ya ¿Cuándo he dicho yo á Marcela Marcela, mi amor también ;
Me cansa el hablar contigo; Que he tenido á nadie amor? Y si te olvidare, digo
No venga Fabio, que esta Y ella me ha dicho... Que me dé el cielo en castigo
Medio casado conmigo. El verte en brazos de Fabio.
TEODORO. TRISTAN.
Es cautela MARCELA.
Tenia, Tristan; que se va. Para vengar tu rigor. ¿Quieres deshacer mi agravio?
TRISTAN. MARCELA. TEODORO.
Señora, Señora, advierte No es cautela ; que es verdad. ¿Qué no haré por tí y contigo?
Que no es volver á quererte
Dejar de haberte querido. TRISTAN. MARCELA.
Disculpa el buscarte ha sido, Calla, boba.—Ea llegad. Di que todas las mujeres
Si ha sido culpa ofenderle. ¡ Qué necios estáis los dos ! Son feas.
Oyeme, Marcela, á mi. TEODORO. TEODORO.
MARCELA. Yo rogaba ; mas por Dios, Contigo, es claro.
¿Qué quieres, Tristan ? Que no he de hacer amistad. Mira qué otra cosa quieres.
TRISTAN. MARCELA. MARCELA.
Espera. Pues á mí me pase un rayo. En ciertos celos reparo ,
TRISTAN. Ya que tan mi amigo eres ;
ESCENA XVIII. No jures. Que no importa que esté aquí
márcela. (Ap. á Tristan.) Tristan.
DIANA, ANARDA. — TEODORO, MAR Aunque le muestro TRISTAN.
CELA, y TRISTAN , sin verlas. Enojo, ya me desmayo. Bien podéis por mí,
Aunque de mi mismo sea.
DIANA. (Ap.) TRISTAN. MARCELA.
¡Teodoro y Marcela aquí! Pues tente firme. Di que la Condesa es fea.
ANARDA. (Ap. á la Condesa.) DIANA. (Ap.) TEODORO.
Parece que el ver le altera ¡ Qué diestro Y un demonio para mí.
Que estos dos se hablen ansi. Está el bellaco lacayo!
DIANA. ■ARCELA. MARCELA.
Déjame , Tristan ; que tengo ¿No es necia?
Toma, Anarda, esa antepuerta, TEODORO.
Y cubrámonos las dos. Qué hacer. Por todo extremo.
(Ap. Amor con celos despierta.) TEODORO.
(Ocúltanse Diana y Anarda.) Déjala, Tristan. MARCELA.
MARCELA. TRISTAN. ¿No es bachillera?
Déjame, Tristan, por Dios. Por mí, vaya. TEODORO.
anarda. (Ap. á Diana.) TEODORO. Es cuitada.
Tristan á los dos concierta, Tenia. diana. (Ap. á Anarda.)
Que deben de estar reñidos. MARCELA. Quiero estorbarlos ; que temo
DIANA. Vengo , ?ue no reparen en nada,
El alcahuete lacayo Mi amor. aunque me hielo, me quemo.
Me ha quitado los sentidos. TRISTAN. ANARDA.
TRISTAN. ¿Cómo no se van ¡ Ay, Señora ! no hagas tal.
Ya ? Que a ninguno detengo. TRISTAN.
No pasó mas presto el rayo, MARCELA.
Que por sus ojos y oidos Cuando queráis decir mal
Pasó la necia belleza ¡Ay, mi bien ! no puedo irme. De la Condesa y su talle,
Desa mujer que le adora. TEODORO. A mí me oid.
Ya desprecia su riqueza; Ni yo, porque no es tan firme * DIANA.
Que mas riqueza atesora Ninguna roca en la mar. ¿Escuchalle
Tu gallarda gentileza. MARCELA. Podré desvergüenza igual?
Haz cuenta que fué cometa Los brazos te quiero dar. TRISTAN.
Aquel amor. Vén acá, Lo primero...
Teodoro. TEODORO.
DIANA. (Ap.) Y yo á los tuyos asirme. DIANA. (Ap.)
¡ Brava estafeta TRISTAN. Yo no aguardo
Es el lacayo ! Si yo no era menester, A lo segundo ; que fuera
TEODORO. ¿ Por qué me hicistes cansar? Necedad.
Si ya anarda. (Ap. á la Condesa.) MARCELA.
Marcela, á Fabio sujeta, ¿Desto gustas? Voyme, Teodoro.
Dice que le tiene amor, DIANA. (Adelántanse Diana y Anarda; Mar
¿Por qué me llamas, Tristan? Vengo á ver cela hace una reverencia á la Con
TRISTAN. Lo poco que hay que íiar desa, y se va.)
¡ Otro enojado ! De un hombre y una mujer. tristan. (Ap.)
TEODORO. TEODORO. ¡La Condesa!
Mejor ¡ Ay ! ¡ qué me has dicho de afrentas ! TEODORO. (Ap.)
Los dos casarse podrán. TRISTAN. ¡La Condesa!
TRISTAN. Yo he salido ya, con veros DIANA.
ÍTú también? ¡Bravo rigor! Juntar las almas contentas ; Teodoro...
-:i acaba, llega pues, Que es desgracia de terceros TEODORO.
Dame esa mano, y después No se concertar las ventas. Señora, advierte...
Que se hagan las amistades. MARCELA. TRISTAN. (Ap.)
TEODORO. Si te trocare, mi bien, El cielo á tronar comienza :
Necio, ¿ tú me persuades? Por Fabio ni por el mundo, No pienso aguardar los rayos. ( Vase.)
L-i. 23
351 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA XIX Pues yo sé que le murmuran MARCELA.
De mí casa hasta las piedras. Ya voy.
DIANA , TEODORO, ANARDA. TEODORO. FADIO'.

DIANA. Ya el papel está cerrado ; Pues dile que ha venido


Anarda, un bufete llega. Solo el sobrescrito resta. Nuestro nuevo señor y su marido.
Escribiráme Teodoro > DUNA. (Vase Marcela.)
Una carta de su letra , Pon, Teodoro, para tí ;
Pero notándola yo. Y no lo entienda Marcela; ESCENA XXIII.
TEODORO. (Ap.) Que quizá le entenderás
Cuando de espacio le leas. RICARDO , FABIO.
Todo el corazón me tiembla.
¿Si oyó lo que hablado habernos? {Vanse la Condesa y Anarda.) RICARDO.
diana. {Ap.) Id, Fabio, á mi posada ; que mañana
4 Bravamente amor despierta ESCENA XX. Os daré mil escudos y un caballo
Con los celos á los ojos. De la casta mejor napolitana.
¡Que aqueste amase á Marcela, TEODORO ; y luego, MARCELA.
FABR).
Y que yo no tenga partes TEODORO. Sabré, si no servillo, celebrado.
Para que también me quiera ! ¡ Hay confusión tan extraña ! RICARDO.
Que se burlasen de mí ! ¡Que aquesta mujer me quiera Este es principio solo ; que Diana
TEODORO. {Ap.) Con pausas, como sangría, Os tiene por criado y por vasallo,
Ella murmura y se queja : Y que tenga intercadencias Y yo por solo amigo.
Bien digo yo que en Palacio, El pulso de amor tan grandes! FADIO.
Para que á callar aprenda, (Sale Marcela.) Esos pies beso.
Tapices tienen oidos, ■ÁRCELA. RICARDO.
Y paredes tienen lenguas. ¿Qué te ha dicho la Condesa , No pago ansí; la obligación confieso.
anarda. Mi bien? que he estado temblando
Este pequeño he traído, Detrás de aquella antepuerta. ESCENA XXIV.
Y tu escribanía. TEODORO.
DIANA. Díjome que te quería DIANA.— Dichos.
Llega, Casar con Fabio, Marcela ;
DIANA.
Teodoro, y toma la pluma. Y este papel que escribí
Es que despacha a su tierra ¡Vuseñoría aquí !
TEODORO. {Ap.)
Por los dineros del dote. RICARDO.
Hoy me mata ó me destierra.
MARCELA.
Pues ¿no era justo,
DIANA. Si me enviáis con Fabio tal recado,
Escribe. ¿Qué dices?
TEODORO.
Y que después de aquel mortal disgusto,
TEODORO.
Me elegís por marido y por criado?
Di. Solo que sea Dadme esospiés; que de manera el gusto
DIANA. Para bien, y pues te casas , De ver mi amor en tan dichoso estado
No estás bien Que de burlas ni de veras Me vuelve loco, que le tengo en poco.
Con la rodilla en la tierra ; Tomes mi nombre en tu boca. Si me contento con volverme loco.
Ponle, Anarda, una almohada. MARCELA. ¿Cuándo pensé, Señora, mereceros,
TEODORO. Oye. Ni llegar á mas bien que desearos?
Yo estoy bien. TEODORO.
diana. [deros.
DIANA. Es tarde para quejas. (Vase.) No acierto, aunque lo intento; á respon
Pónsela, necia. do he enviado á llamaros! O ¿es burla-
TEODORO.
ESCENA XXI. ricardo. [ros'
(Ap. No me agrada este favor MARCELA. Fabio, ¿qué es esto?
Sobre enojos y sospechas ;
Que quien honra las rodillas, No, no puedo yo creer FABIO

Cortar quiere la cabeza.) Que aquesta la ocasión sea. ¿ Pude yo traeros


Yo aguardo. Favores de aquesta loca Sin ocasión agora, ni llamaros,
DIAXA. Le han hecho dar esta vuelta ; Menos que de Teodoro prevenido?
Que él está como arcaduz, DIANA.
Yo digo ansí. Que cuando baja , le llena Culpa, Ricardo, de Teodoroha sido.
TEODORO. {Ap.) Del agua de su favor, Oyóme anteponer á Federico
Mil cruces hacer quisiera. Y cuando sube, le mengua. Vuestra persona , como primohermano
(Siéntase la Condesa en una silla alta: ¡Ay de mi ,Teodoro ingrato , Y caballero generoso y rico,
ella dicta y él va escribiendo.) Que luego que su grandeza Y presumió que os daba ya la mano.
Te toca al arma, me olvidas! A vuestra señoría le suplico
DIANA.
Cuando te quiere me dejas, Perdone aquestos necios.
f Cuando una mujer principal se ha Cuando te deja me quieres.
ideclarado con un hombre humilde, es ¿Quién ha de tener paciencia? RICARDO.
lío mucho el término de volver á hablar Fuera en vano
» con otra ; mas quien no estima su for- ESCENA XXII. Dará Fabio perdón, si no estuviera
xtuna, quédese para necio.» Adonde vuestra imagen le valiera.
TEODORO. RICARDO, FABIO.— MARCELA. Besóos los pies por el favor, y espero
¿No dices mas? Que ha de vencer mi amor esta porfía.
DIANA.
RICARDO. (Vase.)
Pues ¿qué mas? No pude, Fabio, detenerme un hora. DIANA.

El papel, Teodoro, cierra. Por tal merced le besaré las manos. ¿Pareceos bien aquesto, majadero?
FADIO. FABIO.
anarda. {Ap. i Diana.)
¿Qué es esto que haces, Señora? Dile presto, Marcela, á mi señora ¿Por qué me culpa á mí vuseñoría?
Que está el Marqués aquí. DIANA.
DIANA.
MARCELA. (Ap.) Llamad luego á Teodoro. (Ap. ¡Qué lice-
Necedades de amor llenas.
Celos tiranos, Este cansado pretensor venia , fío
ANARDA. Cuando me matan celos de Teodoro ! )
Celos crueles, ¿qué queréis agora ,
Pues ¿ á quién tienes amor? Tras tantos locos pensamientos vanos? fabio. (Ap.)
DUNA. FARIO. Perdí el caballo y mil escudos de oro.
¿Aun ne le conoces, bestia? ¿No vas? (V««)
EL PERRO DEL HORTELANO.
ESCENA XXV. Un átomo desta raya. DIANA.
Enfrena cualquier deseo; No quiero
DIANA. Que de una mujer, Teodoro, Mas de hablaros en las mías.
Tan principal, y mas siendo FEDERICO.
¿Queme quieres, amor? Y:i ¿no tenia Tus méritos tan humildes.
Olvidado á Teodoro? ¿Qué me quieres? Basta un favor muy pequeño Quisiera venir á tiempo ,
Pero responderás que tú no eres. Que os hallara con mas gusto.
Para que toda la vida
Sino tu sombra, que detrás venia, [fía? Vivas honrado y contento. DIANA.
¡Oh celos! ¿que no hará vuestra por- TEODORO.
Gusto, Federico, tengo ;
Malos letrados sois con las mujeres , Que aquestas son niñerías.
Pues jamás os pidieron pareceres Cierto que vuscñoria Entrad y sabréis mi intento
Que pudiese el honor guardarse un dia. (Perdóneme si me atrevo) En lo que toca al Marqués. (Vate.)
Yo quiero á un hombre bien; mas se me Tiene en el juicio á veces,
[acuerda Que no en el entendimiento , ESCENA XXIX
Queyosoymary que es humilde barco, Mil lúcidos intervalos.
Yqueescontra razón queel marsepier- ¿Para qué puede ser bueno FEDERICO, FABIO, TEODORO.
[da. Haberme dado esperanzas
En gran peligro, amor, el alma emhar- Que en tal estado me han puesto , FEDERICO.
Mas si tanto el honor tira la cuerda, [co; Pues del peso de mis dichas Fabio... (Ap.áil.)
Por Dios, que temo que se rompa el arco. Caí , como sabe , enfermo FABIO.
Casi un mes en una cama. Señor...
ESCENA XXVI. Luego ¿qué trata mas desto FEDERICO.
Si cuando ve que me enfrio Yo sospecho
TEODORO, FABIO. — DIANA. Se abrasa de vivo fuego, Que en estos disgustos hay
Y cuando ve que me abraso Algunos gustos secretos.
fabio. (Ap. i Teodoro.) Se hiela de puro hielo?
FABIO.
Pensó matarme el Marqués; Dejárame con Marcela.
Pero, la verdad diciendo, Mas viénele bien el cuento No sé, por Dios. Admirado
Mas sentí los mil escudos. Del perro del hortelano. De ver, señor Conde, quedo
No quiere , abrasada en celos , Tratar tan mal á Teodoro;
TEODORO. Cosa que jamás ha hecho
Que me case con Marcela ;
Yo quiero darte un consejo. Y en viendo que no la quiero , La Condesa mi señora.
FABIO. Vuelve á quitarme el juicio, FEDERICO.
¿Cómo? Y á despertarme si duermo. Bañóle de sangre el lienzo.
TEODORO. Pues coma ó deje comer ; (Vanse Federico y Fabio.)
El conde Federico Porque yo no me sustento
Estaba perdiendo el seso De esperanzas tan cansadas;
Porque el Marqués se casaba. Que si no, desde aquí vuelvo ESCENA XXX.
Parte, y di que el casamiento A querer t!onde me quieren. TEODORO.
Se ha deshecho, y te dará DIANA. [quieres,
Esos mil escudos luego. Eso no, Teodoro : advierto Si aquesto no es amor, ¿que nombre
FABIO. Que Marcela no ha de ser. Amor, que tengan desatinos tales?
Voy como un rayo. En otro cualquier sugeto Si así quieren mujeres principales,
TEODORO. Pon los ojos ; que en Marcela Furias las llamo yo; que no mujeres.
Camina. No hay remedio. Si la grandeza excusa los placeres
TEODORO. Que iguales pueden ser en desiguales,
(Yate Fabio.) ¿Por qué, enemiga, de crueldad te vales,
¿No hay remedio?
ESCENA XXVII. Pues ¿quiere vusiñoría Y por matar á quien adoras, mueres?
Que, si me quiere y la quiero, ¡ Oh mano poderosa de matarme!
DIANA, TEODORO. Ande á probar voluntades? ¡ Quién te besara entonces, manohermo-
¿Tengo yo de tener puesto , Agradecidoal dulce castigarme! [sa,
TEODORO. Adonde no tengo gusto , No te esperaba yo tan rigurosa ;
¿Llamábasme? Mi gusto por el ajeno ? Pero si me castigas por tocarme ,
DIANA. Yo adoro á Marcela , y ella Tú sola hallaste gusto en ser celosa.
Bien ha hecho Me adora, y es muy honesto
Ese necio en irse agora. Este amor. ESCENA XXXI.
TEODORO. DIANA.
¡ Picaro, infame ! TRISTAN.- TEODORO.
Un hora he estado leyendo
Tu papel , y bien mirado , Haré yo que os maten luego. TRISTAN.
Señora , tu pensamiento, TEODORO.
Siempre tengo de venir
Hallo que mi cobardía ¿Qué hace vuseñoría ? Acabados los sucesos.
Procede de tu respeto ; DIANA. Parezco espada cobarde.
Pero que ya soy culpado Daros, por sucio y grosero, TEODORO.
En tenerle , como necio , Estos bofetones.
A tus muchas diligencias ; ¡Ay.Tristan!
TRISTAN.
Y así, á decir me resuelvo ESCENA XXVIII.
Que te quiero, y que es disculpa Señor, ¿qué es esto?
Que con respeto te quiero. FEDERICO, FABIO. —Dichos. ¡Sangre en el lienzo!
Temblando estoy, no le espantes. TEODORO.
DIANA.
fabio. (Ap. á Federico.) Con sangre
Teodoro, yo te lo creo. Tente. Quiere amor que de los celos
¿Por qué no me has de querer, FEDERICO. Entre la letra.
Si soy tu señora y tengo Bien dices, Fabio ; no entremos. TRISTAN.
Tu voluntad obligada , Pero mejor es llegar.— Por Dios ,
Pues te estimo y favorezco Señora mía, ¿que es esto? Que han sido celos muy necios.
Mas que á los otros criados ? diana. TEODORO.
TEODORO. No es nada : enojos que pasan No te espantes ; que está loca
Ese lenguaje no entiendo. Entre criados y dueños. De un amoroso deseo ,
DIANA. FEDERICO. Y como el ejecutarle
No hay mas que entender, Teodoro , ¿Quiere vuestra señoría Tiene su amor por desprecio,
Mi pasar el pensamiento Alguna cosa? Quiere deshacer mi rostro ,
356 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Porque es mi rostro el espejo Que te siento y no te entiendo, RICARDO.
Adonde mira su honor, Pues no entiendo tus palabras , ¿Y que le dio bofetones?
Y véngase en verle feo. Y tus bofetones siento. FEDERICO.
TRISTAN. Si no te quiero te enfadas,
Señor, que Juana ó Lucía Y enojaste si te quiero; El servir tiene ocasiones ,
Cierren conmigo por celos , Escríbesme si me olvido, Mas no lo son para mí ;
Y me rompan con las uñas Y si me acuerdo te ofendo ; Que al poner una mujer
£1 cuello que ellas me dieron; Pretendes que yo te entienda, De aquellas prendas la mano
Que me repelen y arañen Y si te entiendo soy necio. Al rostro de un hombre, es llano
Sobre averiguar por cierto Mátame ó dame la vida ; Que otra ocasión puede haber.
Que les bice un peso falso , Da un medio á tantos extremos. Y bien veis que lo acredita
Vaya : es gente de pandero, DIANA.
El andar tan mejorado.
Demedia de cordellate ¿Hícete sangre? RICARDO.
Y de zapato frailesco ; TEODORO. Ella es mujer y él criado.
Pero que tan gran señora Pues ¿ no? FEDERICO.
Se pierda tanto el respeto Su perdición solicita.
DIANA.
A si misma, es vil acción. La fábula que pintó
¿Adonde tienes el lienzo?
TEODORO. El filósofo moral
No sé, Tristan: pierdo el seso TEODORO.
De las dos ollas, ¡qué igual
De ver que me esta adorando, Aquí. Hoy á los dos la vistió !
Y que me aborrece luego. DIANA.
Muestra. Era de barro launa,
No quiere que sea suyo La otra de cobre ó hierro ,
Ni de Marcela; y si dejo TEODORO. Que un rio á los pies de un cerro
De mirarla, luego busca ¿Para qué? Llevó con varia fortuna.
Para hablarme algún enredo. DIANA. Desvióse la de barro
No dudes : naturalmente Para que esta sangre quiero. De la de cobre, temiendo
Es del hortelano el perro. Habla á Otavio, á quien agora Que la quebrase : y yo entiendo
Ni come ni comer deja , Mandé que te diese luego Pensamiento tan bizarro
Ni está fuera ni está dentro. Dos mil escudos, Teodoro. Del hombre y de la mujer,
TRISTAN. TEODORO. Hierro y barro, y no me espanto,
Contáronme que un doctor, ¿Para qué? Pues acercándose tanto,
Catedrático y maestro, DIANA. Por fuerza se han de romper.
Tenia un ama y un mozo Para hacer lienzos. (Vate.) RICARDO.
Que siempre andaban riñendo. La altivez y bizarría
Reñían á la comida, ESCENA XXXIII. De Diana me admiró ,
A la cena , y hasta el sueño Y bien puede ser que yo
Le quitaban con sus voces; TEODORO , TRISTAN. Viese y no viese aquel dia ;
Que estudiar, no habia remedio. Mas ver caballos y pajes
Estando en lición un dia, TEODORO. En Teodoro, y tantas galas ,
Fuéle forzoso corriendo ; Hay disparales iguales! ¿Qué son sino nuevas alas?
Volver á casa , y entrando TRISTAN. Pues criados, oro y trajes
De improviso en su aposento, No los tuviera Teodoro
Vio el ama y mozo acostados ¿Qué encantamentos son estos?
Sin ocasión tan notable.
Con amorosos requiebros, TEODORO.
FEDERICO.
Y dijo : i ¡ Gracias á Dios, Dos mil escudos me ha dado.
?ue una vez en paz os veo! » TRISTAN.
Antes que desto se hable
esto imagino de entrambos, Bien puedes tomar al precio En Ñapóles, y el decoro
Aunque siempre andáis riñendo. Otros cuatro bofetones. De vuestra sangre se ofenda ,
Sea ó no sea verdad,
ESCENA XXXII. TEODORO. Ha de morir.
Dice que son para lienzos , RICARDO.
DIANA.— Dichos. Y llevó el mió con sangre. Y es piedad
TRISTAN. Matarle, aunque ella lo entienda.
DIANA.
Teodoro... Pagó la sangre, y te ha hecho FEDERICO.
Doncella por las narices. ¿Podrá ser?
TEODORO.
TEODORO.
Señora... RICARDO.

TRISTAN. (Ap.)
No anda mal agora el perro, Bien puede ser;
Pues después que muerde, halaga. Que hay en Ñapóles quien vive
¿Es duende
Esta mujer? TRISTAN. De eso,"y en oro recibe
DIANA.
Todos aquestos extremos Lo que en sangre ha de volver.
Solo vengo Han de parar en el ama No hay mas de buscar un bravo,
A saber cómo te hallas. Del doctor. Y que le despache luego.
TEODORO. " FEDERICO.
TEODORO.
Ya ¿no lo ves? ¡Quiéralo el cielo! Por la brevedad os ruego.
DIANA. RICARDO.
¿Estás bueno? Hoy tendrá su justo pago
TEODORO.
ACTO TERCERO. Semejante atrevimiento.
Bueno estoy. Federico. ( Viendo venir d TrUtan
DIANA. y otros tres.)
¿Y no dirás : Calle. ¿Son bravos estos?
«A tu servicio?»
ESCENA PRIMERA. RICARDO.
TEODORO.
No puedo Sin duda.
Estar mucho en tu servicio , FEDERICO, RICARDO; CELIO, dis FEDERICO.
Siendo tal el tratamiento. tante de ellos. El cielo ofendido ayuda
DIANA. Vuestro justo pensamiento.
¡ Que poco sabes ! ¿Esto vistes?
TEODORO. FEDERICO.
Tan poco, Esto vi.
EL PERRO DEL HORTELANO. 337
ESCENA II. FEDERICO. FEDERICO.
¿No respondéis? El bellacon, ¡qué bravo talle tiene!
TRISTAN , vestido de nuevo ; FURIO, TRISTAN. (Vanse Federico, Ricardo y Celio.)
ANTONELO, L1RANO.— Dichos. Estaba imaginando TRISTAN.
FDRIO.
Si vuestra señoria está burlando Avisar á Teodoro me couviene.
Pagar tenéis el vino en alboroque De nuestro modo de vivir ; pues vive Perdone el vino greco y los amigos.
Del famoso vestido que os han dado. El que reparte fuerzas á los hombres, A casa voy; que está de aqui muy lejos.
Que no hay en toda Ñapóles espada Mas este me parece que es Teodoro.
ANTONELO. [to. Que no tiemble de solo el nombre mió.
Esobiensabe el buenTristanqueesjus- ¿NoconoceisáHéctor?Puesno hayHéc- ESCENA IV.
TRISTAN. Adonde está mi furibundo brazo ; [tor
Digo, señores, que de hacerlo gusto. Que si él lo fué de Troya, yo de Italia. TEODORO.—TRISTAN.
LÍBANO. FEDERICO. [m0S.
TRISTAN.
Bravo salió el vestido. Este es. Marqués. «I hombre que busca-
TRISTAN. Por vida de los dos , que no burlamos ; Señor, ¿adonde vas?
Sino que si tenéis conforme al nombre TEODORO.
Todo aquesto El ánimo, y queréis matar un hombre, Lo mismo ignoro;
Es cosa de chacota y zarandajas, Que os demos el dinero que quisiéredes. Porque de suerte estoy, Tristan amigo,
Respeto del lugar que tendré presto. Que no sé dónde voy ni quién me lleva.
Si no muda los bolos la fortuna , TRISTAN.
Solo y sin alma, el pensamiento sigo,
Secretario he de ser del secretario. Con docientos escudos me contento, Que al sol me dice que la vista atreva.
URANO. Y sea el diablo. ¿Ves cuánto ayer Diana habló conmigo?
Mucha merced le hace la Condesa RICARDO. Pues boy de aquel amor se haliótannue-
A vuestro amo, Tristan. Yo os daré trecientos, Que apenas jurarás que meconoce, [va,
TRISTAN. Y despachalde aquesta noche. Porque Marcela de mi mal se goce.
Es su privanza, TRISTAN. TRISTAN.
Es su mano derecha, y es la puerta El nombre Vuelve háciacasa ; queá los dos importa
Por donde se entra á su favor. Dejemos Del hombre espero y parte del dinero. Que nonos vean juntos.
Favores y fortunas, y bebamos. RICARDO. TEODORO.
FORIO. ¿Conocéis á Diana, la condesa ¿De qué suerte?
En este tabernáculo sospecho DeBelflor? TRISTAN.
Que hay lágrima famosa y malvasia. TRISTAN. Por el camino te diré quien corta
TRISTAN. Y en su casa tengo amigos. Los pasos dirigidos á tu muerte.
Probemos vino greco ; que deseo RICARDO. TEODORO.
Hablar en griego, y con beberlo basta. ¿Mataréis un criado de su casa? ¡ Mi muerte ! Pues ¿por qué?
Ricardo. (Ap. á Federico.) TRISTAN. TRISTAN.
Aquel moreno , del color quebrado , Mataré los criados y criadas La voz reporta,
Me parece el mas bravo, pues que todos Y los mismos frisones de su coche. Y la ocasión de tu remedio advierte.
Le estiman, hablan y hacen cortesía.— RICARDO.
Ricardo y Federico me han hablado,
Celio... Pues á Teodoro habéis de darla muerte. Y que te dé la muerte concertado.
CELIO. TEODORO.
TRISTAN.
Señor. ¿Ellos á mí?
RICARDO. Eso ha de ser, señores , de otra suerte, TRISTAN.
De aquellos gentilhombre? Porque Teodoro, como yo he sabido, Por ciertos bofetones
Llama al descolorido. No sale ya de noche, temeroso El amor de tu dueño conjeturan ,
Por ventura de haberos ofendido. Y pensando que soy de los leones
celio. (A Tristón.) Que le sirva estos días me han pedido :
¡Ah, caballero'! Que á tales homicidios se aventuran,
Dejádmele servir, y yo os ofrezco Tu vidame han trocado á cien doblones,
Antes que se entre en esa santa ermita, De darle alguna noche dos mojadas,
El Marqués, mi señor, hablarle quiere. Con que el pobreto in pace requiescat, Y con cincuenta escudos me aseguran.
tristan. (A sus amigos.) Y yo quede seguro y sin sospecha. Yo dije que un amigo me pedia
Que te sirviese, y que hoy te serviría,
Cantaradas, allí me llama un principe: ¿Es algo lo que digo? Donde mas fácilmente te matase,
No puedo rehusar el ver qué manda. FEDERICO. A efeto de guardarte desta suerte.
Entren, y tomen siete ú ocho azumbres, No pudiera TEODORO.
Y aperciban dos dedos de formache,
En tanto que me informo de su gusto. Hallarse en toda Ñapóles un hombre
Que tan seguramente le matara.
¡Pluguiera á Dios que alguno me quitase
La vida, y me sacase desta muerte !
ANTONELO. Servilde pues, y asi al descuido un dia TRISTAN.
Pues despachad aprisa. Pegalde, y acudid á nuestra casa. ¿Tan loco estás?
TRISTAN. TRISTAN. TEODORO.
Iré volando. Yo he menester agora cien escudos. ¿No quieres que me abrase
{Vanse Fuño, Anlonelo y Lirano.) RICARDO. Por tan dulce ocasión ? Tristan, advierte
ESCENA IU. Cincuenta tengo en esta,boIsa; luego Que si Diana algún camino hallara
Que yo os vea en su casa de Diana , De disculpa, conmigo se casara.
RICARDO, FEDERICO, TRISTAN, Os ofrezco los ciento, y muchos cientos. Teme su honor, y cuando mas se abrasa,
CELIO. TRISTAN.
Se hiela y me desprecia.
TRISTAN.
Eso de muchos cientos no me agrada.
TRISTAN. Vayan vusiñorías en buen hora; [ros, Si te diese
¿Qué es lo que manda vuestra señoría? Queme aguarda Mastranzo, Roinpe-mu- Remedio, ¿qué dirás?
RICARDO. Manodehierro.Arfuz y Espanta-diablos; TEODORO.
El veros entre tanta valentía Y no quiero que acaso piensen algo. Que á tí se pasa
Nos ha obligado al conde Federico' RICARDO. De Mises el espíritu.
Y á mí, para saber si seréis hombre Decís muy bien: adiós. TRISTAN.
Para matar un hombre. FEDERICO. Si fuese
TRISTAN. (Ap.)
¡ Qué gran ventura! Tan ingenioso, que á tu misma casa
Un generoso padre te trajese,
¡Yiveel cielo,
Que son los pretendientes de mi ama, RICARDO. Con que fueses igual á la Condesa,
Y que hay algún enredo! Fingirquiero. A Teodoro conlalde por difunto. ¿No saldrías, Señor, con esta empresa?
338 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
TEODORO. Con esta ocasión, te pido I Allá me llevas á mí.
Eso es sin duda. Licencia para irme á España. TEODORO.
DIANA. Quede vuestra señoría
TRISTAN.
El conde Ludovico, Será generosa hazaña Con Dios. (Tase.)
Caballero ya viejo, habrá veinte años De un hombre tan entendido;
Oue enviaba á Malta un hijo de tu noro- Que con eso quitarás ESCENA VIII.
K [bre, La ocasión de tus enojos,
Que era sobrino de su gran maestre. Y aunque des agua á mis ojos, DIANA.
Cautiváronle moros de Biserta , Honra á mi casa darás.
Que desde aquel bofetón ¡Maldita ella sea,
Y nunca supo del, muerto ni vivo. Pues me quita que yo sea
Este ha de ser tu padre, y tú su hijo, Federico me ha tratado
Como celoso, y me ha dado De quien el alma quería!
Y yo lo he de trazar. Para dejarte ocasión. ¡ Buena quedo ya sin quien
TEonono. Vete á España ; que yo haré Era luz de aquestos ojos !
Tristan, advierte Que te den seis mil escudos. Pero sientan sus enojos :
Que puedes levantar alguna cosa TEODORO.
Quien mira mal, llore bien.
Que nos cueste á los dos la honra y vida. Ojos, pues os habéis puesto
Haré tus contrarios mudos En cosa tan desigual,
(Vanse.) Con mi ausencia. Dame el pié. Pagad el mirar tan mal ;
DIANA. Que no soy la culpa desto.
Sala del palacio do la Condesa. Anda, Teodoro. No mas. Mas no lloren ; que también
Déjame ; que soy mujer. Tiempla el mal llorar los ojos ;
ESCENA V. TEODORO. {Ap.) Pero sientan sus enojos :
TT. ODORO , TRISTAN. Llora; mas ¿qué puedo hacer? Quien mira mal, llore bien.
Aunque tendrán ya pensada
DIANA.
TRISTAN. La disculpa para 'todo;
A casa hemos llegado. A Dios te queda; En On, Teodoro, ¿te vas? ?ue el sol los pone en el lodo,
Que tú serás marido de Diana TEODORO. no se le pega nada.
Antes que den las doce de mañana. Si, Señora. Luego bien es que no den
(Vase.) DIANA. En llorar. Cesad, mis ojos.
ESCENA VI. Espera... Vele... Pero sientan sus enojos :
Oye. Quien mira mal llore bien.
TEODORO. TEODORO.

Bien al contrario pienso yo dar medio ¿Qué mandas? ESCENA IX.


A tanto mal, pues el amor bien sabe DIANA.
Que no tiene enemigo que le acabe No, nada ; MARCELA.— DIANA.
Con mas facilidad quetierra en medio. Vete. MARCELA.
Tierraquiero poner, pues que remedio, TEODORO.
Si puede la confianza
Con ausentarme, amor, rigor tan grave, Voyme. De los años de servirle
Pues no hay rayo tan fuerte que se alabe DIANA.
Humildemente pedirle
Oue entró e"n la tierra, de tu ardor reme- (Ap. Estoy turbada.
[dio. ¿Hay tormento que inquiete Lo que justamente alcanza,
A la mano te ha venido
Todos los que llegaron á este punto. Como una pasión de amor ?) La ocasión de mi remedio,
Poniendo tierra en medio te olvidaron ; ¿No eres ido? Y poniendo tierra en medio,
Que en tierra al lin le resolvieron junto. TEODORO.
No verme si te he ofendido.
Y la razón que de olvidar hallaron , Ya , Señora ,
Es, que amor se condesa por difunto, DIANA.
Me voy. , (Vane.)
Pues que con tierra en medio le enterra DIANA.
¿De tu remedio, Marcela?
ron. ¿Cuál ocasión? Que aquí estoy.
¡Buena quedo agora! MARCELA.
ESCENA VII. ¡Maldígate Dios, honor!
Temeraria invención fuiste, Dicen que se parte hoy,
DIANA.— TEODORO. Por peligros que recela,
Tan opuesta al propio gusto. Teodoro á España, y con él
DIANA. ¿Quién te inventó ? Mas fué justo, Puedes, casada, enviarme,
¿Estás ya mas mejorado Pues que lu freno resiste
fie tus tristezas, Teodoro? Tantas cosas tan mal hechas. Pues no verme es remediarme.
DIANA.
TEODORO. (Vuelve Teodoro.)
¿Sabes tú que querrá él?
Si en mis tristezas adoro. TEODORO.
MARCELA.
Sabré estimar mi cuidado. Vuelvo á saber si hoy podré
No quiero yo mejorar Partirme. Pues ¿pidiérate yo á tí,
De la enfermedad que tengo, DIANA.
Sin tener salisfacion,
Pues solo á estar triste vengo Remedio en esta ocasión ?
Ni yo lo s'é ,
Cuando imagino sanar. Ni tú, Teodoro, sospechas DIANA.
¡Bien hayan males que son Que me pesa de mirarte. ¿ Hasle hablado?
Tan dulces para sufrir, Pues que te vuelves aqui. MARCELA.
Que se ve un hombre morir, 'TEODORO.
Y' él á mí,
Y eslima su perdición ! Pidiéndome lo que digo.
Solo me pesa que ya Señora, vuelvo por mí,
Que no estoy en otra parte ; diana. (Ap.)
Esté mi mal en estado, ¡Qué á propósito me viene
Que he de alejar mi cuidado Y como me he de llevar,
Vengo para que me des Esta desdicha!
De donde su dueño está.
A mi mismo. MARCELA.
DIANA. DIANA. Ya tiene
¡Ausentarte! Pues ¿porqué? Si después Tratado aquesto conmigo,
TEODOnO. Te has de volver á buscar, Y el modo con que podemos
Quiérenme matar. No me pidas que le dé. Ir con mas comodidad .
DIANA. Pero vele; que el amor diana. (Ap.)
Lucha con mi noble honor, ¡ Ay necio honor! perdonad;
Si harán. Y vienes tú á ser traspié. Que amor quiere hacer exiremos.
TEODORO. Vete, Teodoro, de aquí ; Pero no será razón ,
Envidia á mi mal tendrán, No le pidas, aunque puedas; Pues que podéis remediar
Que bien al principio fué. Que yo sé que si le quedas, Fácilmente este pesar.
EL PERRO DEL HORTELANO. 359
■ÁRCELA. Busca un griego mercader. Ejecutaron su amor,
¿No tomas resolución? LUDOVICO. Y creció de suerte en ella,
Di que entre. Que se le echaba de ver,
DIANA.
No podré vivir sin tí , (Avisa el paje y salen Tristan y Furio Con cuyo lemor se ausenta
con traje griego.) Teodoro, y para parir
Marcela, y haces agravio A Serpalilonia deja.
A mi amor, y aun al de Fabio, TRISTAN.
Catiborralos, mi padre,
Que sé yo que adora en tí. Dadme esas manos, No sintió tanto la ofensa
Yo te casaré con él ; Y los cielos soberanos, Como el dejarle Teodoro.
Deja partir á Teodoro. Con su divino poder, Murió en efeto de pena,
■ÁRCELA. Os den el mayor consuelo Y bautizamos su hijo ;
A Fabio aborrezco ; adoro Que esperáis. Que aquella parte de Armenia
LUDOVICO. Tiene vuestra misma ley,
A Teodoro.
diana. Bien seáis venido. Aunque es diferente iglesia.
(Ap. ¡Qué cruel Mas ¿qué causa os ha traído Llamamos al bello niño
Ocasión de declararme! Por este remolo suelo? Terimaconío, que queda
Mas teneos, loco amor.) TRISTAN. Un bello rapaz agora
Fabio te estará mejor. De Conslantinopla vine En la ciudad de Tepécas.
A Chipre, y della á Venecia Andando en Ñapóles yo
MÁSCELA. Mirando cosas diversas ,
Señora... Con una nave careada
De ricas telas de Persia. Saqué un papel en que traje
DIANA.
Deste Teodoro las señas ,
No hay replicarme. ( Vate.) Acordéme de una historia Y preguntando por él,
Que algunos pasos me cuesta ;
ESCENA X. Y con deseo de ver Me dijo una esclava griega
A Ñapóles, ciudad bella, Que en mi posada servia :
MARCELA. Mientras allá mis criados « ¿Cosa que ese mozo sea
Van despachando las telas, El del conde Ludovico? »
¿Quéintentan imposibles missenlidos, Vine, como veis, aquí, Dióme el alma una luz nueva,
Contra tanto poder determinados? Donde mis ojos confiesan Y' doy en que os he de hablar ;
Sue celos poderosos declarados Su grandeza y hermosura. Y por entrar en la vuestra,
aran un desatino resistidos. LUDOVICO.
Entro, según me dijeron,
Volved, volved atrás, pasos perdidos, En casa de la condesa
Que corréis á mi fin precipitados; Tiene hermosura y grandeza De Belflor, y al primer hombre
Arboles son amores desdichados, Ñapóles. Que pregunto...
TRISTAN.
A quien el hielo marchitó floridos. LUDOVICO.
Alegraron el alma las colores Asi es verdad. Ya me tiembla
Que el tirano poder cubrió de luto ; Mi padre, Señor, en Grecia El alma.
Que hiela ajeno ariior muchos amores. Fué mercader, y en su trato, TRISTAN.
Y cuando de esperar daba tributo, El de mas ganancia era Veo á Teodoro.
¿Qué importa la hermosura de las flores, Comprar y vender esclavos ;
Y ansí, en la feria de Azléclias LUDOVICO.
Si se perdieron esperando el fruto ? ¡ A Teodoro !
(Vase.) Compró un niño, el mas hermoso TRISTAN.
Que vio la naturaleza,
Por testigo del poder El bien quisiera
Sala en casa del conde Ludovico. Que le dio el cielo en la tierra. Huirse; pero no pudo ;.
Vendíanle algunos turcos, Dudé un poco, y era fuerza,
ESCENA XI. Entre otra gente bien puesta, Porque el estar ya barbado
EL CONDE LUDOVICO, CAMILO. A una galera de Malla Tiene alguna diferencia.
Que las de un bajá turquescas Fui tras él, asile enfin,
CAMILO. Prendieron en Chafalonía. Hablóme, aunque con vergüenza ,
Para tener sucesión , LUDOVICO. Y dijo que no dijese
No le queda otro remedio. Camilo, el alma me altera. A nadie en casa quien era,
Porque el haber sido esclavo
LUDOVICO. TRISTAN. No diese alguna sospecha.
Hay muchos años en medio, Aficionado al rapaz, Dijele : «Si yo he sabido
Que mis enemigos son, Compróle y llevóle á Armenia, Que eres hijo en esta tierra
Y aunque tiene esa disculpa Donde se crió conmigo De un Ululo, ¿porqué tienes
El casarse en la vejez. Y una hermana. La esclavitud por bajeza?
Quiere el temor ser juez, LUDOVICO. Hizo gran burla de mi ;
Y ha de averiguar la culpa. Amigo, espera, Y yo, por ver si concuerda
Y podría suceder Espera ; que me traspasas Til historia con la que digo.
Que sucesión no alcanzase, Las entrañas. Vine á verle, y á que tengas, '
Y casado me quedase; TRISTAN. (Ap.) SI es verdad que este es tu hijo,
Y en un viejo una mujer Con tu nielo alguna cuenta ;
Es en un olmo una hiedra, ¡Qué bien entra! O permitas que mi hermana
Que aunque con tan varios lazos LUDOVICO.
Con él á Ñapóles venga,
La cubre de sus abrazos, ¿Dijo cómo se llamaba? No para tratar casarse,
El se seca y ella medra. TRISTAN. Aunque le sobra nobleza;
Y tratarme casamientos Teodoro. Mas porque Terimaconío
Es traerme á la memoria, LUDOVICO. Tan ilustre abuelo vea.
Camilo, mi antigua historia ¡ Ay cielo ! ¡ qué fuerza LUDOVICO.
Y renovarmis lormentos. Tiene la verdad deoirte! Dame mil veces lus brazos;
Esperando cada dia Lágrimas mis canas riegan. Que el alma con sus potencias
Con engaños á Teodoro, Que es verdadera tu historia
TRISTAN.
Ventéanos lia que le lloro. En su regocijo muestran.
Serpal¡tonia,mi hermana,
ESCENA XII. Y este mozo ( ¡ nunca fuera ¡ Ay, hijo del alma mia,
Tan bello ! ) con la ocasión Tris tantos años de ausencia •
UN PAJE ; y después, TRISTAN lie la crianza, que engendra Hallado para mi bien!
v FUltlO.— Dichos. El amor que todos saben, Camilo, ¿ qué me aconsejas?
Se amaron desde la tierna ¿Iré á verle y conocerle?
PAJE. Edad ; y á deciseis años, CAMILO.

Aquí á vuestra señoría De mi padre en cierta ausencia, ¿Eso dudas? Parte, vuela,
360 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Y añade vida en sus brazos Mas lugar en el peligro ESCENA XVI.
A los años de tus penas. De dejar en una puerta,
LUDOVICO. Con el armenio turbante, CELIO.— FEDERICO, RICARDO.
Amigo, si quieres ir Las hopalandas greguescas.
CELIO.
Conmigo, será mas cierta
Mi dicha; si descansar, ESCENA XV. ¿ Hay caso mas extraño y fabuloso?
Aquí aguardando le queda; FEDERICO.
Y dente por tanto bien RICARDO, FEDERICO.— TRISTAN. ¿Qué es esto, Celio? ¿Dóndevas? Deten-
Toda mi casa y hacienda ; celio. Pe.
FEDERICO.
Que no puedo detenerme. Un suceso notable y riguroso
TRISTAX.
Digo que es este el matador valiente
Que á Teodoro ha de dar muerte segura. Para los dos. ¿ No veis aquella gente
Yo dejé, puesto que cerca, Qne entra en casa del conde Ludovieo?
Ciertos diamantes que traigo, RICARDO. [te
RICARDO.
Y volveré cuando vuelvas. ¡Ah hidalgo! ¿ansí se cumpleentre la geu- ¿Es muerto?
Vamos de aqui, Mercapónios. [cura, CELIO.
FUBIO. Que honor profesa y que opinión pro- Que me escuches te suplico.
Vamos, Señor. Lo que se prometió tan fácilmente?
A darle van el parabién contentos
TRISTAN. TRISTAN. Dehaber hallado un hijoque ha perdido.
Bien se entrecas Señor...
FEDERICO.
Ricardo. [lentos,
El engañito. Pues ¿qué puede ofender nuestros in-
FDRIO. ¿ Somos nosotros por ventura
De los iguales vuestros? Que le naya esa ventura sucedido?
Muy bónis. CELIO.
TRISTAX. TRISTAN.
Sin oírme, ¿No importa álossecretos pensamientos
Andemis. Que con Diana habéis los dos tenido,
{Yante Tristan y Furto.) No es justo que mi culpa se confirme.
Yo estoy sirviendo al misero Teodoro, Quesea aquel Teodoro, su criado,
CAMILO. Hijo del Conde?
Que ha de morir por esta mano airada;
¡Extraña lengua I Pero puede ofender vuestro decoro FEDERICO.
LODOVICO. Públicamente ensangrentar mi espada. El alma me has turbado.
Vente, Camilo, tras mí. Es la prudencia un celestial tesoro, RICARDO.
(Yante.) Y fué de los antiguos celebrada ¿Hijo del Conde? Pues ¿de qué manera
Por única virtud : eslén muy ciertos Se ha venido á saber?
Que le pueden contar entre los muertos. CELIO.
Calle. Kstáse melancólico de dia, Es larga historia,
Y de noche cerrado en su aposento; Y cuéntanla tan varia, que no hubiera
ESCENA XIII. Que alguna cuidadosa fantasía Para tomarla ni tiempo ni memoria.
Le debe de ocupar el pensamiento.
TRISTAN , en el portal de una cata, Déjenme á mi; que una mojada fría FEDERICO.
cuya puerta está cerrada; F LIRIO, Pondrá silencio á su vital aliento; ¡A quién mayor desdicha sucediera !
delante de la puerta. Y no se precipiten desa suerte ; RICARDO.
Queyosécuándole bededar la muerte. Trocóse en pena mi esperada gloría.
tristan. (Abriendo un poco la puerta.)
Federico. [acierta. FEDERICO.
¿Trasponen? Paréceme, Marqués , que el hombre Yo quiero ver lo que es.
PUMO.
Ya que le sirve, ha comenzado el caso. RICARDO.
El viejo vuela, No dudéis, matarále.
Sin aguardar coche ó gente. Yo, Conde, os sigo.
RICARDO. CELIO.
TRISTAN.
Cosa es cierta. Presto veréis que la verdad os digo.
i Cosa que esto verdad sea, Por muerto le contad.
Y que este fuese Teodoro? ( Yante.)
FEDERICO.
FURIO.
Hablemos paso.
¿Mas si en mentira como esta TRISTAN. Sala del palacio de la Condesa.
Hubiese alguna verdad ? En tanto que esta muerte se concierta,
TRISTAN. Vusiñorias ¡ no tendrán acaso ESCENA XVII.
Estas almalafas lleva; Cincuenta escudos?Quecomprarquerría TEODORO , de camino; MARCELA.
Que me importa desnudarme, Un rocín, que volase el mismo día.
Porque ninguno me vea RICARDO. MARCELA.
De los que aqui me conocen. Aqui los tengo yo. Tomad, seguro En fin, Teodoro, ¿te vas?
FURIO. De que, en saliendocon aquesta empre- TEODORO.
Desnuda presto. Lo menos es pagaros. [sa, Tú eres causa desta ausencia ;
TRISTAN. ' TRISTAN. Que en desigual competencia
¡Que pueda Yo aventuro No resulta bien jamás.
Esto el amor de los hijos! La vida, que servir buenos profesa. MARCELA.
FURIO. Con esto, adiós; que no m e vean , procuro, Disculpas tan falsas das
¿Adonde te aguardo? Hablar desde el balcón de la Condesa Como tu engaño lo ha sido ;
TRISTAN. Con vuestras señorías. Porque haberme aborrecido
Espera, FEDERICO. Y haber amado á Diana
Sois discreto. Lleva tu esperanza vana
Furio, en la choza del olmo. Solo á procurar su olvido.
FURIO. TRISTAN.
TEODORO.
Adiós. (Yate.) Ya lo verán al tiempo del efeto. (Yate.) ¿Yo á Diana?
ESCENA XIV. FEDERICO. MARCELA.
Bravo es el hombre. Niegas larde,
TRISTAN. RICARDO. Teodoro, el loco deseo
Astuto y ingenioso. Con que perdido te veo
¡ Qué tesoro llega De atrevido y de cobarde :
Al ingenio! (Soledla calle.) Aqui debajo FEDERICO.
Cobarde en que ella se guarde
Traigo la capa revuelta , ¡Qué bien le ha de matar! El respeto que se debe;
Que como medio solana RICARDO. Y atrevido, pues se atreve
Me la puse, porque hubiera Notablemente. Tu bajeza á su valor;
EL PERRO DEL HORTELANO. 361
Pero mucho antes cayó, LUDOVICO.
Que entre el honor y el amor
Hay muchos montes de nieve. Y agora salir querría. Pues el cielo
Vengada quedo de ti, TEODORO. Me ha dado á conocer el hijo mió
Aunque quedo enamorada , Yo me voy, señora mia ; Después de mil fortunas que ha pasado.
Porque olvidaré vengada; Yo me voy, el alma no. DUNA.
Que el amor olvida ansí. Sin ella tengo de ir, Con justa causa, Conde, me habéis dado
Si te acordares de mí, No hago al serviros falta, Tan buena nueva.
Imagina que te olvido Porque hermosura tan alta LUDOVICO.
Porque me quieras ; que ha sido Con almas se ha de servir. Vos, señora mia,
Siempre error que suele hacer ¡Qué me mandáis? Porque yo Me habéis de dar, en cambio de la nueva,
Que vuelva un hombre á querer, Soy vuestro. El hijo mió, que sirviéndoos vive,
Pensar que es aborrecido. DIANA. Bien descuidado deque soy su padre.
TEODORO. ¡Qué triste dia! ¡Ay, si viviera su difunta madre!
¿Qué de quimeras tan locas, TEODORO. DIANA.
Para casarte con Fabio ! Yo me voy, señora mia ; ¿Vuestro hijo me sirve? ¿Es Fabio acaso?
MARCELA. Yo me voy, el alma no. LUDOVICO.
Tú me casas ; que al agravio DIANA. No Señora, no es Fabio; que es Teodoro.
De tu desden me provocas. ¿Lloras? DIANA.
TEODORO.
ESCENA XVIH. ¡Teodoro!
No; que me ha caído LUDOVICO.
FABIO.— Dichos. Algo, como á tí, en los ojos. Sí , Señora.
DIANA. TEODORO.
FABIO.
Deben de ser mis enojos. ¿Cómo es esto?
Siendo las horas tan pocas
TEODORO. DIANA.
Que aquí Teodoro ha de estar,
Bien haces, Marcela, en dar Eso debe de haber sido. Habla, Teodoro, si es tu padre el Conde.
Ese descanso á tus ojos. DIANA. LUDOVICO.
TEODORO. Mil niñerías te he dado, Luego ¿es aqueste?
Note den celos enojos Que en un baúl hallarás ; TEODORO.
Que han de pasar tanto mar. Perdona, no pude mas. Señor Conde, advierta
Si le abrieres, ten cuidado
FABIO.
De decir, como á despojos Vuseñoria...
En fin ¿te vas? De Vitoria tan tirana :
LUDOVICO.
TEODORO. No hay qué advertir, hijo,
« Aquestos puso Diana Hijo de mis entrañas , sino solo
¿No lo ves? Con lágrimas de sus ojos. »
FABIO. El morir en tus brazos.
anarda. (Ap. á Dorotea.)
Mi señora viene á verte. DUNA.
Perdidos los dos están. ¡Caso extraño!
ESCENA XIX. DOROTEA.
ANARDA.
¡ Qué mal se encubre el amor ! ¡Ay, Señora! ¿Teodoro es caballero
DIANA, DOROTEA.ANARDA.—Dichos. ANARDA. Tan principal y de tan alto estado?
DIANA.
Quedarse fuera mejor. TEODORO.
Manos y prendas se dan. Señor, yo estoy sin alma , de turbado.
¿Ya, Teodoro, desta suerte?
TEODORO.
DOROTEA. ¿Hijo soy vuestro?
Alas quisiera en los pies, Diana ha venido á ser LUDOVICO.

Cuanto mas, Señora, espuelas. El perro del hortelano. Cuando no tuviera


ANARDA. Tanta seguridad , el verle fuera
DIANA.
Tarde le toma la mano. De todas la mayor. ¡Qué parecido
¡Hola! ¿Está esa ropa á punto? DOROTEA. A cuando mozo fui !
ANARDA. TEODORO.
O coma ó deje comer.
Todo está aprestado y junto. Los pies te pido,
fabio. (Ap. á Marcela.) ESCENA XX. Y te suplico...
Enlin ¿se va? LUDOVICO.
MARCELA. LUDOV1CO, CAMILO.— Dichos. No me digas nada;
¡Y tú me celas! Que estoy fuera de mí. ¡Qué gallardía!
LL'DOTICO. Dios te bendiga. ¡Qué real presencia!
diana. (A Teodoro.) Bien puede el regocijo dar licencia ,_ Qué bien que te escribió naturaleza
Oye aquí aparte. Diana ilustre, á un hombre de mis anos En la cara , Teodoro , la nobleza !
TEODORO. Para entrar desta suerte á visitaros. Vamos de aquí ; vén luego , luego toma
Aqui estoy DIANA. Posesión de mi casa y de mi hacienda ;
A tu servicio. Señor Conde, ¿qué es esto? Vén á ver esas puertas coronadas
DIANA. De las armas mas nobles deste reino.
LUDOV1CO.
Teodoro, Pues ¿vos sola TEODORO.
Tú te partes, yo te adoro. No sabéis lo que sabe toda Ñapóles? Señor, yo estaba de partida á España ,
TEODORO. Que en un instante que llegó la nueva, Y asi me importa.
Por tus crueldades me voy. Apenas me han dejado por las calles , LUDOVICO.
DIANA. Ni he podido llegar á ver mi hijo. ¿Cómo á España? ¡Bueno!
Soy quien sabes : ¿qué he de hacer? DIANA. España son mis brazos.
TEODORO. ¿Quéhijo?Que no te entiendoel regocijo. DIANA.
¿Lloras? LUDOVICO.
Yo os suplico,
DIANA.
Señor Conde, dejéis aquí á Teodoro
¿Nunca vuseñoria de mi historia Hasta que se reporte , y en buen hábito
No;quemehacaido Ha tenido noticia, y que há veinte años Vaya á reconoceros como hijo ;
Algo en los ojos. Que enviaba un niño á Malta con su Lio, Que no quiero que salga de mi casa
TEODORO. Y que le cautivaron las galeras Con aqueste alboroto de la gente.
¿Si ha sido De Alí Bajá? LUDOVICO.
Amor? DIANA.
DIANA. Sospecho que me han dicho Habláis comoquien sois tan cuerdamen-
Dejarle sientopor un breve instante; [te.
Sí debe de ser ; Ese suceso vuestro.
5(12 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Mas porque mas rumor no se levante, «Yo me voy, señora mia , ESCENA XXIII.
Me iré , rogando á vuestra señoría Yo me voy, el alma no?»
Que sin mi bien no me anochezca el (lia. TEODORO.
FEDERICO, RICARDO.—DIANA.
DIANA. ¿Burlas de ver los favores
Palabra os doy. RICARDO. -
De la fortuna? En tantos regocijos y alborotos
lodovico. DIANA.
¿ No se da parte á los amigos ?
Adiós, Teodoro mió. Haz extremos. DIANA.
TEODORO. TEODORO.
Tanta
Mil veces beso vuestros pies. Con igualdad nos tratemos , Cuanta vuseñorias me pidieren.
LUDOVICO. Como suelen los señores, FEDERICO.
Camilo, Pues todos lo somos ya. De ser tan gran señor vuestro criado
Venga la muerte agora. DIANA. Os las pedimos.
CAMILO. Otro me pareces. DIANA.
i Qué gallardo TEODORO.
Yo pensé, señores,
Mancebo que es Teodoro ! Creo Que las pedis (con que licencia os pido)
ludovico. Que estás con menos deseo: Ue ser Teodoro conde y mi marido.
Pensar poco Pena el ser tu igual te da. (V'we.)
Quiero este bien , por no volverme loco. Quisiérasme tu criado , RICARDO.
(Vante Ludovico y Camilo.) Porque es costumbre de amor ¿Qué os parece de aquesto?
Querer que sea inferior
FEDERICO.
ESCENA XXI. Lo amado.
DIANA.
Estoy sin seso.
RICARDO.
DIANA, TEODORO, MARCELA, DO Estás engañado; i Oh , si le hubiera muerto este picaño !
ROTEA , ANARDA , 1'ABIO. Porque agora serás mió ,
Y esta noche he de casarme FEDERICO.

DOROTEA. Contigo. Veisle, aquí viene.


Danos á todos las manos. TEODORO.
No hay mas que darme : ESCENA XXIV.
ANARDA.
Bien puedes, por gran señor. Fortuna, tenté. TRISTAN.—FEDERICO, RICARDO.
DIANA.
DOROTEA.
Confio TRISTAN. (Ap.)
Hacernos debes favor. Que no ha de haber en el mundo Todo está en su punto.
MARCELA. Tan venturosa mujer. ¡Brava cosa ! ¡que pueda un lacaiiéro
Los señores que son llanos Vete á vestir. Ingenio alborotar a toda Ñapóles !
Conquistan las voluntades. TEODORO. RICARDO. •
Los brazos nos puedes dar. Iré á ver Tente , Tristan , ó como te apellidas.
DIANA. El mayorazgo que hoy fundo, TRISTAN.
Apartaos , dadme I ugar ; Y este padre que me hallé Mi nombre natural es Quita-vidas.
No le digáis necedades. Sin saber cómo ó por dónde.
FEDERICO.
Déme vuestra señoría DIANA.
¡ Bien se ha echado de ver !
Las manos , señor Teodoro. Pues adiós, mi señor Condo.
TRISTAN.
TEODORO. TEODORO.
Adiós , Condesa. Hecho estuviera,
Agora esos pies adoro, A no ser conde de hoy acá este muerto.
Y sois mas señora mia. DIANA.
RICARDO.
DIANA. Oye.
TEODORO.
Pues ¿ eso importa ?
Salios todos allá ; TRISTAN.
Dejadme con él un poco. ¿Qué?
DIANA.
Al tiempo que el concierto
MARCELA. Hice por los trecientos solamente,
¿Qué dices, Fabio? (Ap.áél.) ; Qué ! Pues ¿ cómo? ¿A su señora Era para malar, como fué llano,
Asi responde un criado? Un Teodoro criado , mas no conde.
FABIO.
TEODORO. Teodoro conde es cosa diferente, [te;
Estoy loco. Está ya el juego trocado ,
dorotea. (Ap. á Anarda.) Yes menester que el galardón se aumeo-
Y soy yo el señor agora. Que mas cosía tendrá malar un conde
¿Qué te parece? DIANA. Que cuatro ó seis criados, que están
anarda. Sepa que no me ha de dar [muertos,
Que ya Mas celitos con Marcela , Unos de hambre y oíros de esperanzas,
Mi ama no querrá ser Aunque este golpe le duela. Y no pocos de envidia.
El perro del hortelano. TEODORO. FEDERICO.
DOROTEA. No nos solemos bajar ¿Cuánto quieres?
¿ Comerá ya ? Los señores á querer Y mátale ésta noche.
ANARDA. Las criadas. TRISTAN.
Pues ¿no es llano? DUNA. Mil escudos.
DOROTEA. Tenga cuenta RICARDO.
Pues reviente de comer. Con lo que dice. Yo los prometo.
(Yanse Marcela, Fabio, Dorotea y TEODORO. TRISTAN.
Anarda.) Es afrenta. Alguna señal quiero.
DIANA. RICARDO.
ESCENA XXII. Pues ¿quién soy yo? Esta cadena.
TEODORO. TRISTAN.
DIANA , TEODORO. Cuenten el dinero.
Mi mujer. (Yase.)
IMANA. FEDERICO.
DIANA.
¿No le vasa España? No hay mas que desear : tente, fortuna, Yo voy á prevenillo.
TEODORO.
Como dijo Teodoro , tente , tente. TRISTAN.
Yoá ni alai 1 1'.
¿Yo? ¿Oyen?
DIANA.
RICARDO.
¿Nodicevuseñoria: ¿Que? ¿ quieres mas?
EL PERRO DEL HORTELANO. 363
TRISTAN. DIANA. ESCENA XXVII.
Todo hombre calle. Habla, Teodoro, aunque sea LUDOVICO, FEDERICO, RICARDO,
(yante Ricardo y Federico.) Mil veces contra mi honor. CAMfLO.FABlO, MARCELA, ANAR-
TEODORO.
DA , DOROTEA. — Dichos.
ESCENA XXV. Tristón , á quien hoy pudiera
Hacer el engaño estatuas , Ricardo. (Dentro.)
TEODORO.—TRISTAN. La industria versos , y Creta Queremos acompañar
TEODORO. Rendir laberintos, viendo A vuestro hijo.
Desde aquí (e he visto hablar Mi amor, mi eterna tristeza, (Salen Ludovico, Federico, Ricardo,
Con aquellos matadores. Sabiendo que Ludovico ¡as damas y los criados.)
Perdió un hijo, esta quimera
TRISTAN. Ha levantado conmigo , FEDERICO. (A LudoviCO.)
Los dos necios son mayores Que soy hijo de la tierra, La bella
Que tiene tan gran lugar. Y no he conocido padre Ñapóles está esperando
Esta cadena me han dado, Mas que mi ingenio, mis letras Que salga , juntó á la puerta.
Mil escudos prometido Y mi pluma. El Conde cree lddovico. (A Teodoro.)
Porque hoy le mate. Que lo soy; y aunque pudiera Cou licencia de Diana ,
TEODORO. Ser tu marido , y tener Una carroza te espera ,
¿Qué ha sido Tanta dicha y tal grandeza , Teodoro , y junta, á caballo,
Esto que tienes trazado'? Mi nobleza natural De Ñapóles la nobleza.
Que estoy temblando, Tristón. Que te engañe no me deja , Ven , hijo , á tu propia casa
TRISTAN.
Porque soy naturalmente Tras tantos años de ausencia;
Hombre que verdad profesa. Verás adonde naciste.
Si me vieras hablar griego , Con esto, para ir a España
Me dieras , Teodoro, luego Vuelvo á pedirte licencia; DIANA.
Mas que estos locos me dan. Que no quiero yo engañar Antes que salga y la vea ,
¡Por vida mia , que es cosa Tu amor, tu sangre y tus prendas. Quiero , Conde , que sepáis
Fácil el gregecizar! Que soy su mujer.
DIANA.
Ello en lin no es mas de hablar; LUDOVICO.
Mas era cosa donosa Discreto y necio has andado:
Discreto en que tu nobleza Detenga
Los nombres que les decía : La fortuna , en tanto bien ,
Aztéclias, Catiborratos, Me has mostrado en declararte ;
Necio en pensar que lo sea Con clavo de oro la rueda.
Serpalitonia , Xipatos, Dos hijos saco de aquí ,
Atecas, Filimoclia... En dejarme de casar,
Pues lie hallado á tu bajeza Si vine por uno.
Que esto debe de ser griego ,
Como ninguno lo entiende, El color que yo quería ; FEDERICO.

Y en fin , por griego se vende. Que el guslo'no está en grandezas, Llega ,


TEODORO.
Sino en ajustarse al alma Ricardo, y da el parabién.
Aquello que se desea. RICARDO.
A mil pensamientos llego Yo me he de casar contigo;
Que me causan gran tristeza , Darle , señores, pudiera
Y porque Tristón no pueda Déla vida de Teodoro;
Pues si se sabe este engaño , Decir aqueste secreto.
No hay que esperar menos daño Hoy haré que cuando duerma, Que celos de la Condesa
Que cortarme la cabeza. Me hicieron que á este cobarde
En ese pozo de casa (Por Tristón.)
TRISTAN. Le'sepulten. Diera , sin esta cadena ,
¿Agora sales con eso? TnisTAN. (Saliendo.) Por matarle mil escudos.
TEODORO. Guarda afuera. Haced que luego le prendan ,
Demonio debes de ser. DIANA. Que es encubierto ladrón.
TRISTAN. ¿ Quién habla aquí ? TEODORO.

Deja la suerte correr, TRISTAN. Eso no; que no profesa


Y espera el lin del suceso. ¿Quién? Tristón, Ser ladrón quien á su amo
TEODORO. Que justamente se queja Defiende.
De la ingratitud mayor RICARDO.
La Condesa viene aquí. ¿No? Pues ¿quién era
Que de mujeres se cuenta.
TRISTAN.
Pues ¡siendo yo vuestro gozo , Este valiente fingido?
Yo me escondo; no me vea. (Ocúltase.) Aunque nunca yo lo fuera , TEODORO.
En el pozo me arrojáis! Mi criado ; y porque tenga
ESCENA XXVI.
DIANA. Premio el defender mi vida,
DIANA.—TEODORO; TRISTAN, oculto. ¡Qué! ¿lo has oído? Sin otras secretas deudas,
TRISTAN. Con licencia de Diana ,
DIANA.
No creas Le caso con Dorotea ,
¡No eres ido á ver tu padre , Pues que va su señoría
Teodoro? Que me pescarás el cuerpo.
Casó con rabio á Marcela.
TEODORO. DIANA.
RICARDO.
Una grave pena Vuelve.
Me detiene ; y finalmente, TRISTAN. Yo doto á Marcela.
Vuelvo á pedirte licencia ¿Que vuelva? FEDERICO.
Para proseguir mi intento DIANA. Y yo
De ir á España. Que vuelvas. A Dorotea.
DIANA. Por el donaire te doy LDDOVICO.

Si Marcela Palabra de que no tengas Bien queda


Te ha vuelto á tocar al arma , Mayor amiga en el mundo; Para mi , con hijo y casa ,
Muy justa disculpa es esa. Pero has de tener secreta El dote de la Condesa.
TEODORO.
Esta invención , pues es tuya. TEODORO.

¿ Yo Marcela ? TRISTAN. Con esto , Senado noble ,


DIANA. Si me importa que lo sea , Que á nadie digáis se os ruega
Pues ¿ qué tienes ? ¿ No quieres que calle? El' secreto de Teodoro,
TEODORO. TEODORO. Dando , con licencia vuestra ,
Escucha. Del Perro del hortelano
No es cosa para ponerla Fin la famosa comedia.
Desde mi boca á tu oído. ¿ Qué gente y que grita es esta ?
EL ACERO DE MADRID.
PERSONAS.
LISARDO, BELTRAN, TEODORA, tía de Belisa.
criados. MARCELA, dama.
RISELO, , SALUCIO,
OTAVIO, caballeros. LEONOR, esclava. Músicos.
GERARDO, I PRUDENCIO, viejo. Criados.
FLORENCIO, BELISA , su hija.

La escena es en Madrid.

Cordura en andar de espacio, TEODORA.


ACTO PRIMERO. Modestia en que solo veas ¿ A qué vuelves la cabeza ?
La misma tierra que pisas. BELISA.
belisa. Pues ¿no te parece que es
Calle. Ya hago lo que me enseñas. Advertencia muy discreta
TEODORA. Mirar adonde cai ,
ESCENA PRIMERA. Para que otra vez no vuelva
¿ Cómo miraste aquel hombre?
LISARDO, RISELO. A tropezar en lo mismo?
BELISA.
TEODORA.
LISARDO. i No me dijiste que viera ¡ Ay! mala pascua te venga,
Desde aqui la podéis ver. Sola la tierra? Pues dime : Y ¡ cómo entiendo tus mañas !
Aquel hombre ¿ no es de tierra ? ¡Otra vez ! ¿Y dirás que esta
RISELO.
TEODORA. No miraste al manee hito ?
Notable ha estado la iglesia.
LISARDO.
Yo la que pisas te digo. BELISA.
BELISA. Es verdad.
Este dia de la Cruz
Ponen cuidado en la Gesta. La que piso va cubierta TEODORA.
De la saya y los chapines. ¿Y lo confiesas?
RISELO.
TEODORA. BELISA.
Si viérades á Sevilla ,
Lo dijérades de veras. ¡Qué palabras de doncella ! Si me dio la mano allí ,
LISARDO.
Por el siglo de tu madre, ¿ No quieres que lo agradezca?
Que yo te quite esas tretas. TEODORA.
Ya he sabido que ese dia ¿Otra vez le miras?
Celebran por excelencia. Anda ; que entrarás en casa.
Ya sale... y sale el aurora ; belisa. BELISA.
Que esta grada en que pasean ¿Yo? Oh , lo que harás de quimeras !
Es la prisión de la noche TEODORA. (Vanse las dos.)
En columnas y cadenas. Luego ¿no le hiciste señas?
Cantad , lisonjeras aves BELISA. ESCENA HI.
De las jaulas de esas rejas;
Calles de Madrid, volveos Fui á caer, como me turbas
Con demandas y respuestas, LISARDO, RISELO.
Prados y alfombras de seda.
Caballos de aquestos coches , Y miré quién me tuviese. RISELO.
Como animales y fieras , RISELO.
Ya traspusieron la calle.
Haced regocijo al alba , Cayó : llegad á tenerla. LISARDO.
Que sale vertiendo perlas. lisardo. (Dando la mano d Belisa.) ¡ Ay de mí !
RISELO. Perdone vuesamerced RISELO.
¡ Qué bien pintada mañana ! El guante. ¿ Quién es aquella
LISARDO. TEODORA. Arpia que la acompaña?
Es todo amante poeta. ¡Hay cosa como esta! LISARDO.
RISELO. BELISA. Una tía , que pudiera
Pues , por Dios , que son las doce; Besóos las manos, Señor; Ser agüela de la envidia ,
Que a mas de las once y media Que si no es por vos , cayera. Porque es entre fraila y dueña ,
Acabaron el sermón ; LISARDO. Águila de medio arriba ,
Y si vuestra dama bella De medio abajo culebra.
Viene á ser alba á las doce, Cayera un ángel , Señora, Todos mis intentos muda,
Harto mas parece Gesta ; Y cayeran las estrellas Ni hablarla ni verla deja ;
Y" si porque sale es alba , A quien da mas lumbre el sol. Escribir es imposible :
Ya por lo menos no es fresca ; TEODORA. Con mas ojos que Argos vela.
Que á las doce y tres de mayo, Y yo cayera en la cuenta.—
Antes secará las yerbas. Id , caballero , con Dios. ESCENA IV.
LISARDO. LISARDO.
Quedo, por Dios. Esta es. Él os guarde... (Ap. Y me deGenda BELTRAN. — Dichos.
De condición tan extraña.) BELTRAN.
ESCENA II. TEODORA. Aguardé que te apartases
BELISA i TEODORA, con mantos. Ya caiste: irás contenta De aquella Circe cruel ,
De que te dieron la mano. Para que cierto papel
—Dichos. A diamantes me feriases ,
BELISA:
teodora. (A Belisa.) Y tú lo irás de que tengas Y es de balde aunque me dieras
Lleva cordura y modestia : Con qu« pudrirme seis dias. Por cada letra un diamante.
5Cfi COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ
LISARDO. Pues hay alma que los pida. [lia, LISARDO.
¿Es burla, Beltran? (¿ee.)«Mientrasduermela envidia desla En medio de tener
BELTRAN. «Y la esclavilla si despierta vela, Puesta en su punto la cura ,
¿Delante «Te escribo á media noche, lumbre mia: Hará la cura locura
De Riselo burla esperas? «Y pues vivir no puedo sin cautela, Con que me echará á perder.
Lo menos he referido. «Oye dos cosas que el amor piadoso
BELTRAN.
Tal favor viene con él , «Para nuestro remedio me revela.
Que la funda del papel «Yo voy fingiendo , mi querido esposo, ¿Yo? ¿Pues tiene Dios criado
Se vale lo que te pido. «Que estoy descolorida y opilada , Disimulo como el mió?
(Muéstrale un guante.) «Para engañar un padre" tan celoso LISARDO.
Al salir me vio Belisa ; «Y una tia tan mal intencionada. Dijeras mulo, y yo fio
Hízome con una estrella «Busca un médico amigo que me vea, Que lo hubieras acertado.
Señas , tan linda , que en ella »Y avísale de todo, si te agrada. BELTRAN.
Vieras del alba la risa. «Este dirá qué solo quien pasea Prueba , intenta.
Llegó á la pila del agua , «Con el acero aqueste mes de mayo RISELO.
Fingió quererla tomar, «Sana de aqueste mal , porque lo crea.
«Yo fingiré también algún desmayo: No temáis;
Y volviéndome á mirar , Que Beltran tendrá mas seso
(¡Mira el enredo que fragua!) «Daráme los jarabes de livianas Viendo que importa al suceso.
Metió un papel en un guante «Cosas.aunquemiamornotemeunrayo.
«Saldré con este achaque las mañanas, LISARDO.
Y de la cruz le colgó,
Como perdido; a quien yo «Tal veza Atocba,alPradoylalal Soto; Ahora bien : los dos estáis
«Que por tí juzgaré las cuestas llanas. Dése parecer, yo digo
Luego me puse delante. Que sea. Vente á vestir.—
« Mió es , » dije á la gente «Y por si aqueste velador piloto
«De mi nave medrosa va conmigo, Pero ¿quién ha de decir
Que á tomar agua llegaba; Que le envia?
Y el sol , que ya caminaba , «No te espantes del hábito devoto.
Volvió la luz á su oriente. «Llévate al lado algún discreto amigo, RISELO.
Rióse de la presteza «Y dile que con ella finja amores; Algún amigo.
Y gracia con que tomé «Quizá me dejará que hable contigo. LISARDO.
El guante. «Esto me enseña amor, que mis temores ¿De quién?
LISARDO. «Vence con su poder ; que amar aprisa RISELO.
Muestra , y diré «No sufre espacio : si los hay mejores , Del padre.
Que ha igualado á su belleza «Dime tú los remedios.—Tu Belisa.»
¿Qué te parece? LISARDO.
Su divina discreción. Eso no,
RISELO.
BELTRAN. Sino amiga de Belisa ,
Pues ¿ no lo agradeces mas ? Que creo A quien hoy la misma en misa
Que su amor y discreción Su enfermedad le contó.
LISARDO. No tienen comparación
A este guante deberás Sino es su mismo deseo. RISELO.
Calzas, ropilla y jubón. ¡Lindo remedio! Vamos.
BELTRAN. LISARDO.
LISARDO.
¡Oh milagro soberano Todas las razones
Extremado. Te pienso hacer estudiar.
Y de ningún hombre oido ! Pero ¿dónde habrá dotor
¡Que un guante hiciese un vestido, Que ayude á mi justo amor? BELTRAN.
Siendo olicio de la mano ! ¿Mas que me vengo á quedar
RISELO.
Y el papel , ¿ qué das por él ? Con doctor de opilaciones?
Justamente habéis dudado.
LISARDO. Aunque mas amigo sea , (Vanse.)
Camisas por él tendrás. Ninguno lo querrá hacer,
BELTRAN. Aunque le conste el saber
¡ Oh , papel , que has hecho mas El buen fin que se desea. Sala en casa de Prudencio.
Que un molino de papel , Es el médico el oficio
Y tan semejante fuiste , De mas confianza. ESCENA V.
Que os quedáis los dos parejos , BELTRAN.
Pues lodos mis lienzos viejos Amor PRUDENCIO, OTAVIO, de camino;
Limpios y nuevos hiciste ! Dio el medio y dará el doctor. SALUCIO , con fieltro g maleta.
LISARDO. LISARDO.
Guante, si con vos no hago PRUDENCIO.
¿ Tienes perdido el juicio ? Dadme otra vez los brazos como deudo;
Locuras , es porque quiero
Ver este papel primero : BELTRAN. Que la primera vez fué como amigo.
Perdonadme si no os pago Ponedme á mí , si queréis , OTAVIO.
El ser cubierta importante Un hábito doctoral; Una y mil veces, mi señor Prudencio;
Deste precioso favor. Que yo sé que no haré mal Que miro en vos el rostro de mi padre.
Pobre estaba , pues amor Lo que los dos pretendéis.
Un poco sé de lalin PRUDENCIO.
Pidió limosna en tal guante.
Pero ¿qué mucho que en él De los recipes , y haré ¿Con salud queda en fin ?
Venga el papel que me envia , Con esto poco que sé OTAVIO.
Pues allá también cubría Que tenga salud. Para serviros.
Una mano de papel? LISARDO. —Lleva tú la maleta á la posada,
Y pues por ella le gano, En fin, Salucio.
Y de mano tanta fe , Has de encajar tus locuras, PRUDENCIO.
Con justa causa diré Beltran, en toda ocasión. ¡Qué posada ! ¿Tal agravio
Que es pliego de aquella mano. RISELO. Queréis hacer á nuestra casa, Otavio?
BELTRAN. Por Dios , que tiene razón : ¡Hola, Leonor! ¿No hay un criado en casa?
Encareces con razón Amor es lodo aventuras.
La mano por su hermosura Entre estos encantamentos ESCENA VI.
Y su fe , pues te asegura Ejecuta un disparate.
Que es papel del corazón. LEONOR. — Dichos.
LISARDO.
Lee, Señor, por tu vida. ¿ No ves que es este un orate ? LEOSOR.
LISARDO. Destruirá mis pensamientos. i Qué mandas?
Leo , poniendo en mis ojos RISELO. PRUDENCIO.
De tanto amor los antojos, ¿Cómo? Toraaluego aquesa ropa,
EL ACERO DE MADRID. 367
BELISA.
Y llama esa muchacha y á su tía. BELISA. (Ap.)
Di que está aquí su primo. Bien dice ; que amor lo es , Siento una gran soledad
Que mi opilación ba sido. De hablar y tratar con gente.
LEONOR.
Allegóme a la ventana,
Muestre , amigo. PRUDENCIO.
Y aunque mucha gente veo,
SALUCIO. Sospecho que está opilada. No está allí lo que deseo ,
Quien á vuestra merced da la maleta, OTAVIO. Y quítaseme la gana.
Le diera... ¡Qué lástima y compasión! Aqui , sobre el corazón ,
LEONOR. PRUDENCIO. Se me ponen mías cosas ,
Diga. Agora es buena ocasión Que me quitan enfadosas
SALUCIO. De curarla. La vital res|iiracion.
Cuando algu quiero gozar,
Toda la estafeta. TEODORA.
Se pone en la vista mia
(Vanse Leonor y Saludo.) Que no es nada. Una cosa como lia ,
OTAVIO.
Pienso que será peor Que no me deja mirar.
Ponerla en cura. Digo como tía grande
Bien me parece este lugar.
BEUSA. Y como viva persona ,
PRUDENCIO.
Es cifra Si acaso Que me cansa y apasiona
De todo lo mejor que tiene España. Tuvieras á cada naso De que no mirar me mande ;
Danle gran majestad aquestas calles , Este desmayo y dolor, Que no siendo con intento
Y el aire saludable que las baña A fe que no'lo dijeras. De ofender á Dios jamás,
Es el mas importante cortesano. Desto de no mirarás
ESCENA IX. No sé que haya mandamiento.
OTAVIO.
Tras esto la opilación ,
¡Notables edificios! LEONOR, SALUCIO, y después, LI- Que esto me suele causar,
PRUDENCIO. SARDO y BELTRAN.— PRUDENCIO, Tampoco me deja hablar,
Vanse haciendo. BELISA , TEODORA , OTAVIO. Y apriétame el corazop.
Querría hablar y no puedo;
ESCENA VII. fias agora espero en Dios
LEONOR. Que tengo de hablar por vos,
TEODORA, BELISA.— PRUDENCIO, El doctor entra, Señor. Si desopilada quedo.
OTAVIO. PRUDENCIO. BELTRAN.
Llega otra silla , Leonor. Aquí hay mucho que decir ;
TEODORA.
lisardo. {Ap. á Beltran.) Mas no da el tiempo lugar.
Dadme , Señor, las manos. Mira que has de hablar de veras. Yo haré que podáis hablar
OTAVIO. {Sale Beltran de médico , con gorra. Y honestamente reír.
¡Oh, Señora! capa, guantes y sortijas; y Lisardo Al subir cuesta, escalera
PRUDENCIO. con él de acompañante.) O otra cosa , ¿qué sentís?
Vuestro sobrino regalad , Teodora.— BELTRAN. BELISA.
Tu primo abraza tú. Dios guarde á vuestras mercedes. Siento ahogarme.
REL1SA. ¿Qué es de la enferma? BELTRAN.
Seáis bien venido. TEODORA. ¿No subís
OTAVIO. Aqui está. Ligera?
Vos , mi señora , con el mismo hallada. LISARDO. {Ap.)
BELISA.
Por vuestro esclavo metened.queesjus- ¿Por dónde amor no entrará , ¿ Cómo ligera ?
belisa. P0- Lince de tantas paredes? BELTRAN.
Por mi señor os tengo. BELTRAN. Ahora bien ; pues vos podréis
PRUDENCIO. Doña Inés , cierta señora Muy presto , y tan solo quiero
Tan buen huésped A quien en misa contó Que por agora el acero
Ha de honrar esta casa muchos días. Su mal Belisa, me habló Cuatro mañanas toméis ,
Entrando en su casa agora ; Y os salgáis á pasear
OTAVIO.
Al Soto , Atocha ó al Prado ;
Según la voluntad con que entroen ella Que tiene del mismo mal Pero con mucho cuidado
Y la merced tan grande que recibo, Una niña.— El pulso venga.
De que el sol no os ha de dar ;
Ya no me pesa del temor que todos BELISA. Porque allá Galeno dice
He pusieron en esto del despacho ; Yo le aseguro que tenga Que cuando acero tometur,
Que dicen que en la corte los que vienen En él bastante señal ; Sol in capite non detur,
Por un mes á negocios, si salieron Porque se me alborotó Que á la cura contradice.
De su casa mancebos y lozanos , Después que entró , mucho mas. lisardo. {Ap.)
O se quedan en ella ó vuelven canos. lisardo. (Ap.) ¡Maldígate Dios, amén!
ESCENA VIH. Si tú desa suerte estás, Si estos supiesen latín ,
Gloria mia, ¿qué haré yo? Yo soy perdido.
LEONOR.— Dichos. A fe que si me tomara BELTRAN.
El pulso á mí , que él me viera Y en fin ,
LEONOR. Con calentura tan fiera, Mañana comienza bien ;
A la puerta está un doctor Que los dedos se abrasara. Porque ayer fué oposición ,
Que me dice que te diga BELTRAN. Y dice el dotor Laguna
gue le envía cierta amiga Venga esotro pulso ; que este Que per opposita luna
e mi señora , Señor. Ya nos dijo la verdad. Non fíat lilla emisión.
PRUDENCIO. prudencio. lisardo. (Ap.)
Di que venga en hora buena. ¿Si tendrá necesidad , ¿Otra locura? ¡ Ay de mí!
{Vate Leonor.) Señor doctor, que se acueste ? BELTRAN.
OTAVIO. BELTRAN. Sin esto , desde este día
¿Doctor? ¿Hay enfermo en casa? Sospecho que fuera bien ; No habrá la melancolía
. PRUDENCIO. Mas no es agora razón : De que os lamentáis aquí,
Presto llegará ocasión , Porque yo os quiero enviar •' .
No es nada ; pero si pasa Músicos , y por agora ■'•..•'
Adelante, dará pena. En que el jarabe le den. Esta sortija , Señora , .-.i • •
Belisa , de haber comido Cuénteme agora qué siente,
Deste barro portugués. . . Y dígame la verdad. De grande virtud , prestjnw _>:.
.,,..■
-f-

MJSífí'
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Pero también advertid Trajo la ciencia estudiada. Porque ser leal á quien
Que sin prenda no la doy, PRUDENCIO. No la ha guardado en su vida ,
Porque es , á fe de quien soy , Hágase esta noche el agua, Es necedad conocida ,
Ajena. Teodora , por vida mia , Y no vengarse también.
PRUDENCIO.
Porque antes que salga el dia... Riselo sigue su gusto ;
¡Jesús! Decid Sigue el tuyo , y no seas loca.
BELISA.
Qué prenda queréis por ella. MARCELA.
i Qué bien mi engaño se fragua!
BELTRAN. No pienso mover la boca ,
PRUDENCIO.
Basta esa vuestra , Belisa. Aun para darle disgusto.
Salga esta niña hacia el Prado Del hombre la libertad
PRUDENCIO.
Con Leonor ; que bastará. No se sujeta á opinión ,
Quítatela , niña , aprisa.
TEODORA. Y en la mujer es blasón
BELISA.
¿Sola con Leonor irá? De su honra la lealtad.
¿Que hay tanta virtud en ella? Vaya con ella un criado , Por si misma la mujer
OTAVIO. Y yo iré también con ella. Está á ser buena obligada ,
¿ Es uña de la gran bestia , belisa. (Ap.) Porque ser casta forzada
Señor dotor? ¡Perdida soy! No se debe agradecer.
BELTRAN.
OTAVIO.
Cuando por vengarme ansí ,
No , Señor ; Si queréis Venganza en mi honor hiciese,
Que otra halláramos mayor, Que la acompañe , tendréis ¿Quién duda , si le perdiese ,
Sin dar buscarla molestia. Ün escudero. Que la tomaba de mí ?
Esta es de cierto animal PRUDENCIO.
Demás que no eres testigo,
Que á las mujeres adora , Florencio , tan abonado ,
Y esta es la causa que agora No es ella, ?ue crea yo que haya usado
Resulta en efeto igual. Otavio , tan gran señora , an mal término conmigo.
Que ese escudero merezca. Si tú de tu voluntad ,
LISAnDO. (Ap.) Vamos adonde os ofrezca
En esto anduvo discreto. Movido de un noble celo ,
Esta humilde casa agora, Me dijeras que Riselo
Bien mi sortija le dio , No el aposento que os debe,
Bien la suya le tomó. No me guardaba lealtad,
Pero el de su voluntad. Algún crédito te diera;
BELTRAN. OTAVIO. Mas si tú me solicitas ,
Mañana salga en efeto, Para darme calidad , Bien es razón que permitas
Después que tome hasta media Vuestra misma sangre os mueve. No darte crédito.
Escudilla reposada (Vanse Teodora, Belisa, Prudencio y FLORENCIO.
Del agua bien acerada ,
Que desopila y remedia, Leonor.) Espera.
Con el ir á pasear, ESCENA XI. MARCELA.
Todas las opilaciones; ¿ Qué me puedes tú decir
Que á la larde bendiciones OTAVIO, SALUCIO. Que no sea todo en razón
Pienso que me habéis de echar. De tu loca pretensión?
Señor licenciado , mire (A Lisardo.) OTAVIO. FLORENCIO.
Este pulso desta dama. — ¡Ay, Salucio, qué mujer ¿Qué has de perder por oír?
Es estudiante de fama ; Para propia !
Llegue pues , no se retire. MARCELA.
SALUCIO.
Esta un poco vergonzoso , Mas ¿qué no podré perder?
Si la estima Todas las que se han perdido
Como es agora pasante. Tu amor, ponía para prima ;
(Lisardo toma el pulso d Belisa.) Fué solo de haber oido ,
Que no es difícil de hacer Porque á nacer la mujer
LISARDO. Al instrumento deseo; Sin oidos, mas segura
Algo está febricitante , Que una prima es consonancia Por vuestro mar caminara.
Intercadente y dudoso. Notable.
FLORENCIO.
'Ap. ¿Hay tan grande atrevimiento OTAVIO.
■orno decir bernardinas ?)
(.1 Si es de importancia , Eso fuera si te hablara
Ser para sacarla Orfeo, En tu ingenio y hermosura ;
BELTRAN.
Haré, Salucio, lo mismo. Quiérate hablar solamente
A ciertas damas vecinas En abono de mi honor :
Voy á ver. SALUCIO. Sabrás á quien tiene amor
LISARDO. (.l/i.) Poco espanto me dará ; Riselo distintamente.
¡ Qué gloria siento! Que cualquier amante está Después que tiene amistad
prudencio. (Dando dinero á Beltran.) A las puertas del abismo. Tan estrecha con Lisardo ,
Sírvase vuesamerced, OTAVIO. Un caballero gallardo
Y perdone. De penas pierde el recelo. De su traza y de su edad,
BELTRAN. Aunque en su fuego me abraso ; Traen requiebros los dos
No haré tal. Que si con ella me caso , Cerca de San Sebastian ;
Pienso estar á las del cielo. Que allí las flechas les dan,
lisardo. (Ap. d Beltran.) Aunque ninguna por Dios.
¿Tomástelo? (Vanse.)
Allí o á la Trinidad
BELTRAN. Van dos señoras á misa ,
i Pesia tal ! Calle. Una que llaman Belisa ,
Dios guarde á vuesamerced. Cuya hacienda y calidad
( Vanse Lisardo y Beltran.) ESCENA XII. Hace por dicha "temer
A Lisardo en esta villa ,
ESCENA X. MARCELA, FLORENCIO. Aunque es hidalgo , el pedilla
A su padre por mujer.
PRUDENCIO, TEODORA, BELISA, FLORENCIO. Es moza cuyo despejo ,
OTAVIO, LEONOR, SALUCIO. Que guardes esa lealtad Rostro , galas y tocado
Es muy conforme á quien eres; No viene mal consultado
PRUDENCIO.
Que es honra de las mujeres Cada dia con su espejo.
¿Quedas algo consolada? Cuando tienen voluntad ; Sale de la iglesia haciendo
Pero es menester que el hombre Mil caireles con el manto;
BELISA. Pague en la misma moneda; Pisa firme , esgrime , y cuanto
Hame dado gran consuelo; Que si no, muy necia queda, Va mirando va rindiendo.
Que parece que del cielo Y no merece otro nombre. La otra dicen que es tia ,
EL ACERO DE MADRID.
Mujer de mejor asiento, Deste mi sol , el del cielo. RISELO.
No de aquel entendimiento RISELO. No me parece que tiene
Que parece argentería. Antes no saldrá si sabe De tu cuidado pesar.
Hay fondo y conformidad Que es sol y que fuera está. LISARDO.
De su prudencia y buen trato , Terrible cosa es mirar
Con un hábito beato BELTRAN.
Aquel si viene ó no viene.
Que le causa autoridad. Las aves le cantan ya
Mas no sé si la anasaya A Belisa en voz suave: RISELO.
(Que no sé si es estameña) «Mañanicas floridas Mientras penas, como sueles,
Tiene desta noble dueña Del mes de mayo Y ella el levantarse traza,
Los pensamientos á raya ; Recordad á mi niña , Vaya Beltran á la plaza
Porque la veo mirar No duerma tanto. » De Antón Martin por pasteles ;
A Biselo atentamente , LISARDO.
Que mientras que se regale
Como á hurto de la gente, Nuestro estómago almorzando,
Campos de Madrid dichosos, Estarás tú contemplando
Ya ai salir y ya al entrar. Si sois de sus pies pisados;
Ayer al salir de misa, Aquel si sale ó no sale.
Fuentes, que por ver la huerta
Las dos pasaron delante, Del Duque subís tan alto LISARDO.
Y puso en la pila un guante El cristal de vuestros ojos , Bárbaro estás.
No sé á qué efeto Belisa ; Que asomáis los blancos rayos RISELO.
Pero sé que un picaron , Por las verdes celosías, Libre estoy.
Lacayo enjerto en truan , Muros de sus verdes cuadros ;
Que sirve al diebo galán LISARDO.
Hermosa alfombra de flores, Es para el entendimiento
Ya de ventor, ya de halcón , Donde tejiendo y pintando
Le tomó disimulado , Amor divino sustento.
Está la naturaleza
Y á los dos se le llevó. Mas há de cinco mil años ; RISELO.
MARCELA. Arroyuelos cristalinos, Pues yo al cuerpo se le doy ;
Aun no imaginaba yo Ruido sonoro y manso, Que es lo que aprovecha y vale.
Que era tanto mi cuidado. Que parece que corréis, LISARDO.
¿En eso entiende Biselo, Tonos de Juan Blas cantando, Yo no, porque en mis deseos,
Y el amistad de Lisardo Porque va corriendo aprisa, A un favor tras mil empleos ,
Vino á parar? Ya ¿qué aguardo? Y ya en las guijas despacio, No hay manjar que se le iguale.
Castigue su engaño el cielo. Parece que entráis con fugas, BELTRAN.
Al principio imaginé Y que sois tiples y bajos ; Allí vienen tres mujeres.
Que era tu aviso liccion ; Recordad á mi niña,
Que una olvidada afición No duerma tanto. LISARDO.
Es sospechosa en la fe , RISELO. ¿Tres? ¿Adonde?...
Y es el camino ordinario Aves, que vais por el viento, BELTRAN.
De quien ama con desden Ya del sol clarificado, En la Carrera.
El decir que quiere bien Sobre sus plumas tendiendo LISARDO.
A otra mujer su contrario ; Vuestros vistosos penachos ; ¿Son ellas?
Mas agora que los cielos Las que asomáis por los nidos BELTRAN.
Me declaran la verdad , Las cabezas gorjeando,
No es ofender mi lealtad Aquí me espera.
Y las que ya en altas ramas LISARDO.
Tener de la suya celos. Dais buenos días al prado';
ÍOh , traidor! ¡"Que por el gusto Trigos, que con amapolas Lince en mis cuidados eres.
le un amigo que acompaña , Y mil amarillos lazos Mas detente ; que ella viene.
Pague mi amorosa hazaña Sois un tapiz de verduras BELTRAN.
Con este indigno disgusto ! Sembrado de papagayos ; Ella es sin duda, Señor.
Pues no ha de pasar asi. Alamos verdes, á quien LISARDO.
¿Sabes la casa? Con tantas hojas y ramos ¿Puede haber mayor favor
FLORENCIO. Vistió de alegre librea , De cuantos el amor tiene?
Pues ¿no? A pesar de octubre, mayo;
MARCELA. Para que la niña venga, ESCENA XIV.
Ten conmigo. Que está esperando Lisardo,
Becordad á su tía, TEODORA, BELISA y LEONOR, con
FLORENCIO. No duerma tanto. sombreros de plumas y las ropas le
Bien sé yo
Que le hallarás por allí. vantadas al uso de Madrid, ó en chi
MARCELA.
Tabernas de san Martin, nelas con listones.— Dichos.
Generoso y puro santo ,
Si mujer de confianza Que ya ponéis reposteros
Ha de hacer algún error, TEODORA.
Como acémilas de Baco ; Mientras mas te voy diciendo
No será interés ni amor. Cajones, que ya os cubrís
Dios nos libre de venganza. Que á los hombres no te allegues;
Con el pan de leche blanco; Que mires y no le ciegues,
( Vanse.) Franceses, que pregonáis Porque ciega el amor viendo,
Aguardiente y letuario; Mas te acercas y te allegas;
Carretones de basura , Y si en allegarte das,
Paseo del Prado. Que vais las calles limpiando; .Mariposilla serás,
Bopcros, que amanecéis Quemaráste si te ciegas.
ESCENA XIII. Con solícito cuidado,
Sin ser procesión del Corpus, BELISA.
LISARDO v RISELO , con capas de co Las tiendas entapizando; ¡ Válgame Dios, y qué extraña
Y vosotros, aires fríos, Condición que se le ha hecho!
lor, bizarros; BELTRAN. No me ha de ser de provecho,
Que dais tos y resfriado,
LISARDO. Romadizo y otras cosas Si tu rigor me acompaña,
¡Oh , cómo tardan , Riselo! A los que salen sudando ; Ni el acero ni el paseo.
¿Qué he de hacer? Porque despierte á la lia, Ves que el doctor me mandó
Y ella á Belisa, si acaso Que viese gente, y que yo
RISELO. Cumpliese cualquier deseo ;
Duerme descuidada agora
Amor te valga. De que la aguarda Lisardo, Ves que á mi melancolía
LISARDO. Recordad mi fregona, ¡ Es aqueslo conveniente ,
Temo que , de envidia , salga , No duerma tanto. Y apártasme de la gente.
L-i. 24
570 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
LISARDO. BELISA. LEONOR.
¡Agora sf que es de dia, ¿Esto te enfada también? Desmayóse esta señora.
Agora si que salió Los cielos, tia, me den LISARDO.
A estos campos el aurora! I Con tus enfados paciencia. ¿Aquí en este punto?
TEODORA. TEODORA.
LEONOR.
Luego ¿dejaréte agora Pues ¿ piensas que no entendí
Hablar con los hombres yo? Con los árboles que hablaste? Agora.
Tocad sus manos.
BELISA. BELISA.
LISARDO.
Pues ¿con quién tengo de hablar? Pues malicias sospechaste. , ¡Qué frías!
¿Con las bestias? ¡Discreción!... TEODORA.
TEODORA.
TEODORA. Y ¿dónde hay laurel aquí? ¿Por qué las ha de tocar?
Para aquesta opilación BELISA.
Te mandó el doctor andar. En San Jerónimo hay tantos,
LEONOR.

BELISA. Que puedo hablarlos ansí. Porque con la alteración


Y ver gente y hablar gente , Se sosiegue el corazón.
TEODORA.
Y andar con gente, mejor. Y ¿ veslos tú desde aquí?
LISARDO.
¿No es esto verdad , Leonor? Cubrios luego los mantos, ÍAp. ¡ Hay mas bien que desear!)
LEONOR. Y demos la vuelta á casa ; 'ondréle aquesta sortija
Y ¡cómo si es conveniente! Que ya entiendo tus maldades, Al dedo.
Y ¡cómo si es de importancia BELTRAN. (Ap.)
Va se tus enfermedades,
A tanta melancolía ! Ya sé todo loque pasa. Basta ; que en paz
TEODORA. Ya sé tus opilaciones. Amor con este disfraz
Ya sé el agua de tu acero. Viene á jugar la sortija.
¡Qué buen testigo! Esta fría
Fuente, cuya consonancia Decirlo á tu padre quiero : LISARDO.

Basta para "desechar Todas fueron invenciones. ¿Hay en qué poder traer
Del alma toda tristeza, Cúbrete presto. Agua de la fuente?
Mira, ¡y con cuánta belleza BELISA. LEONOR.
Sube hasta querer entrar ¡Eso si! Si;
Por ese verde aposento Riñe, riñe, no repares Que un búcaro trae aquí.
Del jardin del Duque, y mira En que me das mil pesares : {Sáquele de la manga un barro.}
Las blancas perlas que tira, Yo me moriré por ti. RISELO.
Bota en pedazos, al viento! Enciérrame con mi mal, .
¡ Mira estos árboles verdes Máteme melancolía, Deso debe de nacer
Que le hacen toldo y dosel, Para mi no salga el dia, Todo el mal que la atormenta. —
Para que debajo del Sea todo tiempo igual. Parte á la fuente, Beltran.
De ningún dolor te acuerdes! ¡Plega á Dios que antes de un mes (YaieBeltran.)
Habla con ellos ; que asi En otro hábito me vea
La soledad perderás. Llevar donde me desea ESCENA XV.
BELISA. Tu rigor, para que estés
Lindos consejos me das. Contenta de ver mi vida LISARDO , TEODORA , RISELO , LEO
Y ¿responderánme? Donde á Dios pidiendo estás; NOR; BELISA, desmayada.
Que enterrada aun no dirás
TEODORA.
Que estaré bien recogida! LISARDO.
Si. Plega á Dios que crezca el mal, Mientras por el agua van ,
BELISA. Y reviente el corazón, Para que el dolor no sienta,
Señores árboles, yo Y que en aquesta ocasión Quiero decirle al oído
Muy buena intención traía Me dé una gota coral! Unas palabras notables.
De decir la pena mia Plega á Dios!... (Habíala al oido.)
A quien la causa me dio. LEONOR.
TEODORA.
Para aqueste desafío Esto has querido.
Del campo, donde ya espero, Mírala ya desmayada. Sí, sí ; como tú las hables,
El pecho armé con* acero Ella cobrará el sentido.
LISARDO.
Para dar un filo al mió ; ¿CayóBelisa? RISELO.
Mas para la impertinencia RISELO.
Puso Dios virtud, Señora,
De quien no me deja hablar, En las piedras, cuanto mas
Desde hoy mas le pienso armar Alterada En las palabras.
Desta forzosa paciencia. Está su tia. ¿Qué ha sido?
TEODORA.
Toda la noche pasé LEONOR.
Jamás
Esperando la mañana ; ¿Ves aquí lo que has causado Pensó ver esto Teodora.
Pero fué esperanza vana, Con tu mala condición? ¡Hay insolencia fundada
Pues sin hablar me quedé. TEODORA. En tanta fuerza y razón !
Suplicóos, árboles verdes, ¿Qué le he dicho?
?ue me tengáis por fiel, belisa. (Despierta.)
á ti , mi verde laurel , LEONOR. ¡ Qué dulce consolación !
Que de mis males te acuerdes. Que es ficción : RISELO.
LISARDO.
Bastante ocasión le has dado. ¿Habló?
¿Fingido debe de ser
Harélo sin duda ansi. Mal que encarece un doctor TEODORA.
Lo mismo te pido yo . Tan grave ? — ¡ A h , Señor , Señor ! Si, después de hablada.
TEODORA. TEODORA. BELISA.
¿Qué es eso? ¿Qué es lo que quieres hacer? Parece que una abejita,
BELISA. LEONOR.
Cuyo tierno pico adoro,
El árbol habló. , Con un susurro sonoro,
¡ Ah, señores! ¿tiene alguno Que todos mis males quita,
TEODORA. Sortija de corazón? Un panal de miel sabrosa
¿El árbol? TEODORA. En el oido me hacia.
BELISA. Esta es mejor invención. TEODORA.
Señora, sí. LISARDO. ¿Abeja? Alano seria,
TEODORA. (Ap. No mas temor importuno.) Traidora, en tu oreja ociosa.
¡Hay tan notable insolencia! ¿Qué es esto, señoras mias? ¡Hay desvergüenza como esta !
EL ACERO DE MADRID. 371
Ll SARDO. De las cartas la cubierta, LEONOR.
Sentaos con ella, Señora ; Donde está la cortesía. ¿Cómo?
Que no es bien que suba agora Yo la adoro, fraila mia. BELTRAN.
Ese pedazo de cuesta. Por la parte descubierta. He curado un cuartago
Sentaos vos, señor Riselo, TEODORA. . Que, después del de Santiago,
Junto á ella, y yo estaré ¡Qué notable tentación! Con que le suelen pintar,
Junto á esta dama, porque ¡Ay ! qué mal hombre que está ! No tiene bestia Madrid,
(Que no lo permita el cielo) Dios le alumbre. Hágase allá. Aunque no las tiene malas, .
Si se desmayare, pueda Como él ; fáltanle unas alas.
RISELO.
Volverla á hablar al oido. TEODORA.
Los de amor preñados son.
TEODORA.
Bien dice : Con bien me alumbre. Si sois libre me decid.
Esto, Belisa, has querido. Sepa que me da un antojo. RISELO.
¡Qué buena tu honra queda! TEODORA. ¿ Tan encogido os parezco ?
BELISA.
Por su vida, que me enojo. TEODORA.
Calle, tia de mis ojos; RISELO. No digo , sino si acaso
{Siéntanse los cuatro.) ¿Esto le da pesadumbre? No sois casado.
Que el doctor manda que vea RISELO.
Gente. ESCENA XVI. Aunque caso ,
TEODORA. Jamás casarme merezco.
Y ¿manda que esta sea? BELTRAN, con el búcaro de agua.— Si yo hallase una mujer
{Comienza Riselo /l entretener la tia, y Dichos. De gobierno como vos...
Lisardo y Belisa hablan de oido.) TEODORA.
RISELO. BELTRAN. Eso encoinendaldo á Dios,
No reciba deso enojos Aqui viene el agua. Porque Dios lo puede hacer.
Vuestra merced: oiga acá. . LEONOR. riselo. {Ap.)
TEODORA. Calla, Sal quiere este huevo.
¿Qué quiere vuesamerced? ■ Y siéntate junto á mí. belisa. {Ap. d Lisardo.)
RISELO. {Siéntase Beltran.) El sol
Quiero que me haga merced BELTRAN. Entra furioso, mi bien ;
De escucharme. Luego ¿derramóla? Y porque dure también,
TEODORA. LEONOR.
Y no haya algún arrebol,
Es menester dar lugar
Acabe ya. Si: A la razón: vete agora,
RISELO. Que ya se dan la batalla Y habla primero á Teodora.
Ese monjil de estameña, Sos a dos.
LISARDO.
Hábito beato y grave ; BELTRAN.
¿Y la braveza Bien le ha sabido el hablar.
Ese donaire suave, Riselo, vamos de aqui ;
Que hará manteca una peña ; De la tía? Que es muy tarde.
Esa dulce gravedad, LEONOR.
RISELO.
Ese claro entendimiento, Ya cesó.
Ese honroso fundamento Adiós, mi gloria.
BELTRAN.
De virtud y honestidad ; Y ¿cómo estamos tú y yo ? (Levántanse.)
Esos ojos regalados, LEONOR.
Teodora. (Ap. d Biselo.)
Tan estrellas de mi empleo, Y ¿tendrá de mí memoria?
Que cuando ayuna el deseo, ¡A fe que es él buena' pieza!
Se los da amor estrellados ; ¿Parécele, diga, bien • riselo.
Esa boca ilustre y bella, Como habló con Catalina? Hasta olvidarme de mi.
Coral, sangre y pura rosa, BELTRAN. TEODORA.
Que jamás na hablado cosa Habléla por tu vecina, No habrá salido del Prado,
Que no la echase por ella ; Y por tu amiga también. Cuando todo se le olvide.
Esa nariz rubicunda, LEONOR. riselo.
Que por única nariz Que no quiero esa amistad. Mal vuestro descuido mide
Merece hacerle un telliz Los lejos de mi cuidado.
Que le sirviese de funda ; {Vuelve la tia la cabeza, uve abra
Esa bien puesta garganta, zarse Lisardo y Belisa.) TEODORA.

Donde desa toca el punto TEODORA. Véngame siguiendo agora,


Tiene al amor todo junto ¿Qué es eso? ¡ Oh qué lindo ensayo ! Y nuestra casa sabrá.
Con la argolla á la garganta ; LISARDO. lisardo. (Ap. á Riselo.)
Esos pechos, á quien paga Apuntábale el desmayo, ¿Qué hay de Teodora?
Pechos amor, cuando juega Y túvela. riselo.
Del vocablo, y con que ciega, TEODORA. Que está
Tira, prende, mala y llaga, Como un mazapán Teodora.
Me tienen muerto de amor. ¡Qué piedad!
RISELO. TEODORA.
TEODORA.
Dejaldos hablar; que son Vén, muchacha, por aquí.
¡ Jesús ! No pase adelante.
¿Cómo á mujer semejante Mozos, y bien podría ser BELISA.

Habla en amores. Señor ? Fuesen marido y mujer. ¿Vas enfadada?


Levantaréme. ¡ Ay Dios mió I TEODORA. TEODORA.
¿Es esto lo que hoy recé? Ya entiendo la opilación. ¿Deque?
RISELO. LEONOR. riselo. (Ap. á Lisardo.)
Deténgase y la diré ¡Maldito seas ! ; Qué bien Lindamente la engañé.
Que tiene un gallardo brío. Ser dolor ungiste allí. lisardo.
TEODORA. BELTRAN.
¡Amor, Vitoria! Vencí.
El hábito ¿no le espanta ? ¿Parecíte bien ansí?
No mira que está bendito? LEONOR.
RISELO. Y desta suerte también.
Terrible es el sobrescrito ; BELTRAN.
Mas siempre el amor levanta Sábete que sé curar.
572 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
SALUCIO. ESCENA II.
ACTO SEGUNDO. Ya por el tuyo lo siento.
Has si tanta bizarría DELTRAN, de médico.— Dichos.
Y ese volver desde el Prado
Sala en casa de Prudencio. Cual lirio en perlas bañado beltran. (Dentro.)
Y rosa de Alejandría, Dios sea en aquesta casa.
ESCENA PRIMERA. No vienen con ocasión OTAVIO.
De la enfermedad que dice , El doctor.
OTAVIO, SALUCIO. ¿ Qué importa que la matice SALUCIO.
El pincel de tu afición?
OTAVIO. El bel I acón.
OTAVIO.
Un hombre determinado OTAVIO.
Es incapaz de consejo. Necio, en volviendo de andar, ¿Qué dices?
¿No ha de venir encendida? SALUCIO.
SALUCIO.
SALUCIO. Que todos son
Yo, Señor, no te aconsejo.
Nunca está descolorida De una pasta y una masa.
OTAVIO.
Ni la veo desmayar, (Sale Beltran.)
Ni es oficio de criado ; Sino es cuando hablar la quieres ;
Eso lia de hacer el amigo. Que pienso que tu afición
BELTRAN.
El superior y el que es viejo. Es toda su opilación. ¿No está, Señor, levantada
SALUCIO. Esa niña?
OTAVIO.
No es querer darle consejo OTAVIO.
Maliciosa bestia eres.
Hablar de tu bien contigo. Poco habrá
SALUCIO.
Tu prima es bella mujer, Que vino del campo.
Y en sangre la misma tuya. Si yo veo la beata, # BELTRAN.
La de la manga y rosario,
OTAVIO.
La del pardo escapulario Ya
Si la diferencia es suva, Y la Concepción de plata, Andará mas descansada. -
¿Qué puede Olavio perder? Que la culpaba y reñía, OTAVIO.
SALUCIO. Después que saíe, contenta, Provecho lé van haciendo
,No me ha parecido á mi ¿Qué quieres, Señor, que sienta? Los jarabes.
Que vive en la honestidad OTAVIO. BELTRAN.
De mujer de calidad, ¿Cómo, Salucio? ¡ En su tía Es gran cosa:
Y que nació para ti. Osas tú poner la boca ! Aquella hinchazón acuosa
OTAVIO. En una santa ! Va gastando y deshaciendo.
¿Cuánto va, que has de obligarme SALUCIO.
Dale la vida ver gente.
A hacer algún desatino? No sé OTAVIO.
SALUCIO. Si es santa. Yo, mi señor, no he dormido
Ya del tuyo lo imagino. OTAVIO.
Esta noche. ' .
Quiero dejarte y guardarme. ¡ Cuan bien se ve BELTRAN.
OTAVIO. Que el demonio te provoca! ¿Qué ha tenido?
Pues ¿cual hombre hablar osara Dolíame el otro dia OTAVIO.
En un ángel?... La cabeza, y solamente Cierto enfadoso accidente.
SALUCIO. Bendecirme, de repente BELTRAN.
Tiene pies Me quitó el mal que tenia. El pulso, por vida mia,
En que descubre lo que es. Y ¡osas hablar!...- . Que no está muy sosegado ;
OTAVIO.
SALUCIO. Mas esto mas se ha causado
En lo que dices repara. Pues á mí De pura melancolía
La otra noche me bendijo, Del alma y el pensamiento
SALUCIO. Y ciertas cosas me dijo Que de corporal pasión.
Digo que aqueste salir Rezando, que no entendí ; Algo parece afición.
Cada mañana ,'me enfada. Y doliéndome de vicio OTAVIO. (Ap.)
OTAVIO. Una muela, tal anduve ; Qué divino entendimiento !
A mi, Salucio, me agrada De todas juntas, que estuve
BELTRAN.
Verla del campo venir Para perder el juicio.
. Cual rosa de Alejandría: OTAVIO.
(Ap. Este majadero muere
Tales colores sacó Por Belisa, y nos persigue.)
Ese es milagro. Quien algún deseo sigue,
Luego que el alba rompió
La prisión en que vivia. SALUCIO. ' Mas poco á poco le espere ;
¡Oh ! ¿cuál lirio aljofarado Sin duda, Que del alma las pasiones
Puede el roclo dejar, De los que Mahoma hacia, Se suelen comunicar,
Como ella suele mostrar Pues lo que en una dolia, Y del I as causas tomar
El rostro en sudor bañado? A todas juntas lo muda. Las exteriores acciones.
¿Hay cosa como el despejo OTAVIO. Así lo dijo Avicena,
Del sombrerillo y el manto? Antes porque te faltó Ornando anima eontristatur,
La fe. quiso castigarte , Corpus máxime gravatur.
SALUCIO.
Y aquel dolor aumentarte, Y importa dejar la pena.
Nunca la he mirado tanto. otavio. (Ap.)
Que de una en todas te dio.
OTAVIO. Y toma resolución Tiene un ingenio divino.
Yo si ; que el alma le dejo De no hablar en esto mal ; BELTRAN.
Cada vez (y atener, mil) Que es mujer muy principal,
En los cabellos revueltos, Haga que cuezan romero,
Y en Un mis parientas son. Ruda y tomillo salsero
Que, ya atados , y ya sueltos, Fuera de que por mujer
Adorna un velo sutil. En media azumbre de vino,
Quiero pedir a Belisa. Y átenselo en un tobillo ;
Pues en viendo la chinela ,
De listones enlazada, SALUCIO. Que podrá dormir mejor.
De su pié reja dorada, ¿Tan aprisa? SALUCIO.
Donde estando preso vuela, OTAVIO. También yo tengo, Señor,
No hay tan cuerdo entendimiento Tan aprisa. Cierto mal : ¿podré decillo?
Que no trajese después SALUCIO. BELTRAN.
Todo el seso en tales pies. No te quiero responder. Podéis.
EL ACERO DE MADRID. 373
SALUC10. BELISA. Palabra de ser fiel ;
Siento aquestos dias, Después que tomo el acero Y aunque no sientas de mí
Después que en Madrid estoy , Y me salgo á pasear, Los méritos que él merece , i
Un descontento, que doy No siento ya aquel pesar Mi persona le encarece.
En grandes melancolías. De no gozar lo que quiero. BELTRAN.
Nada me parece bien ; . Hallóme muy aliviada Harélo, Teodora, ansi.
Todos me son importunos. De aquella melancolía ; Arrima la hipocresía
BELTRAN. Que ya mi señora tia Y la parda beatitud,
¿Tenéis dineros? No es mal acondicionada. Porque en tanta juventud
Ya no riñe su merced. Mas fuerte sangre se cria. ■
SALUCIO.
Ningunos. TEODORA. Traza que estos dos pichones
Y yo ¿cuándo te reñí ? Hagan su nido en tu casa;
BELTRAN. Que si su padre los casa,
BELISA.
Pues procurad que os los den. Tu vida en remedio pones.
Vos sois hombre mal contento, En otro tiempo la vi Gozarás de un caballero
Y aun algo murmurador. Hacerme menos merced. Como Riselo, tan grave,
TEODORA. Tan dulce, honesto y suave.
otavio. (Ap.)
Este ¿es demonio ó doctor? Tú, sobrina, ya has dejado, TEODORA.
Andando, tu opilación, Sabe Dios lo que le quiero.
Y yo en la misma razón
ESCENA III. La'tengo de haber andado. < BELISA.

Debióseme de pegar ; Tia, como ella solía


TEODORA; BELISA, como que se le Y como opilada estoy, Reñirme , puedo yo agora
vanta. — Píenos. A nadie, a fe de quien soy, Reñirla. ¿No ve, Señora,
Pienso reñir ni culpar. ?ue es alma también la mia,
BELISA. BELTRAN.
que tengo yo que hablar
Mas aliviada me siento. Con Beltran?
¡ Qué buena cosa seria TEODORA.
TEODORA. Que tu mal se le pegase!
Tienes razón.
Aquí está el doctor. BELISA.
Es nueva mi opilación,
BELISA. Dios quiere que el mal se pase Y tengo mas que curar.
¡Señor!... A vusté, señora tia, BELISA.
BELTRAN. Porque sepa lo que son
Aquestas opilaciones. Dile, Beltran, á Lisardo...
¡Jesús, niña, y cómo estas TEODORA.
Hoy á mi gusto ! No hay mas. BELTRAN.
¡Famoso talle y color ! Yo le haré en breves razones Calla; que tu padre viene.
Dame ese pulso. Excelente. Que pierda la opilación.
Muestra esa mano. ¿Hay un criado? ESCENA V.
BELISA. SALUCIO. PRUDENCIO, OTAVIO.—Dichos.
¿Qué haces? Aquí estoy.
BELTRAN. PRUDENCIO.
BELTRAN.
Una higa, y que me abraces. Vaya á la botica luego ¿La misma enfermedad tiene ?
(Hace una higa con la mano de Belisa.) Por un manojo de espliego. Otra pesadumbre aguardo.
OTAVIO.
Aun no hay señal dé accidente. SALUCIO.
Digo que volando voy. ( Vate.) Así lo dijo el doctor.
BELISA.
BELTRAN.
¿A quién la tengo de dar? TEODORA.
Muestra el pulso.
BELTRAN. Pues ¿qué es lo que quiere hacer?
PRUDENCIO.
Désela al señor Otavio. BELTRAN.
¿Qué tenemos?
BELISA. El efeto lo dirá. BELISA.
¿De gentilhombre? Vuesamerced nos dará (A Otavio.)
Lugar, y podrá volver Anda este mal por extremos.
OTAVIO.
Dentro de un instante aquí. PRUDENCIO.
Es agravio Por Dios, que temo, Señor,
OTAVIO.
Que os hacéis: haced sacar Que ha de darme á mi también.
Un espejo, y esa cara ¡Jesús ! Señor, yo me voy. (Vase.)
BELTRAN.
Mirad, y dádsela á ella.
Porque á una cosa tan bella ESCENA IV. Estará muy presto buena ;
Su mismo amor la matara. No hay que tener desto pena :
BELISA, TEODORA, BELTRAN. Esto que digo le den,
BELTRAN.
Y adiós ; que tengo una junta. ( Vase.)
Hoy ¿dónde has andado?
BELTRAN.
BELISA. ESCENA VI.
Fui ¿Fuese?
PRUDENCIO , TEODORA , BELISA,
Hasta la Casa del Campo,
En cuyas Dores me estampo, Sí. OTAVIO; después, LEONOR.
Y un hora me duermo allí. beltaan. (Ap. á Teodora.) PRUDENCIO.
Parecióme que soñaba, • ¿Sabes quién soy? '
Al son de una fuente pura, Con lo que se quita el mal
TEODORA. ¿Te ha dado á Ü?
Que un ángel en hermosura, Desde ayer te conocí.
Talle y discreción me hablaba ; Ya sé quién eres, Beltran ;
TEODORA.
QueYnil cosas me decia, Si es igual
Jurando tenerme amor, Ya sé todo el íingimiento, La sangre, hermano, y se junta,
Y por Dios, señor doctor, Y que eres el instrumento ¿Qué mucho que me haya dado
Del amor deste galán. ■
Que el alma me enternecía. Y pues ha querido el cielo De andar coi ella?
Quiso abrazarme también, Castigar mi gravedad (Sale Leonor.)
Y desperté. Y aquella severidad, LEONOR.
BELTRAN. Con adorar á Riseló, Aquí están
Aquel jaral», Hoz buen oficio con él. Los músicos.
Como es tan blando y suave, Dilc que mire que soy TEODORA.
Alegra la sangre bien. Mujer noble, y que le doy ¿Entrarán?
374 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
PRUDENCIO. prudencio. BELISA.
A muy buen tiempo han llegado. \ Basta, no.digas Todo lo que dijo oí.
Otra palabra ya Belisa es tuya. Tia, mi muerte procura;
ESCENA VII. Tu padre soy, bien puedo yo casarte. Tia, daréme la muerte.
OTAVIO. Tia, si me tiene amor,
Músicos. — Dichos. No lo es tanto, Señor, tu hermano. ¡ Si sabe que esle dolor
prudencio. Es tan penetrable)- fuerte;
un MÚSICO. Si ya ha visto de experiencia
Hoy el doctor nos mandó Mira
Alegrar esta señora. Cuándo quieres que hablemos mas de !i Lo que saber no solia,
Mire que he de perder, lia,
[espacio;
PRUDENCIO. Que están aquestos músicos presentes Mirevida La con la paciencia.
que Lisardo es ya
Mas lo ha menester Teodora. Y ellatambién: no quiero que lo entien- Mi honor,
.EL MÚSICO. otavio. [<!*■ mi vida, mi ser.
¿Cómo? Esta tarde podremos hablar solos. TEODORA.
PRUDENCIO. Belisa, no es menester,
El mal se le pegó. PRUDENCIO. Cuando de por medio está
ÍAp. Enfadado, y con razón, A Atocha nos irémos paseando. Todo mi bien en Riselo,
¡stoy de mi hermana. Hoy quedo Véte agora ; que quiero que Teodora Mas de mi propio interés.
Sospechoso : eslo es enredo.) Sepa su voluntad. Antes que á Otavio le dés
MÚSICO. otavio. La mano, permita el cielo...
. Escuchad esta canción. Llevarme quiero BELISA.
(Cantan.) ¿Vina del color quebrado, Los músicos.—Señores, yo querría No lo jures : no se enoje,
O tienes amor 6 comes barro. Oírlos con espacio en mi aposento. Y nos venga un mal suceso.
Niña que, al salir el alba us músico. TEODORA.
Dorando los verdes prados, Vamos donde mandáredes.—Señora, Perderé, sobrina, el seso.
Esmaltan el de Madrid Adiós . Haz que luego se te antoje
Dejazmines luspiés blancos; BELISA. Ir al campo, al Prado, al Soto,
Tú, que vives sin color, El cielo os guarde. Finge mil melancolías,
■ Y no vives sin cuidado, OTAVIO. Pasa las noches y dias
O tienes amor ó comes barro. Adiós, Teodora. En me temerario alboroto.
Que salgas tan de mañana (Vanse Otavio , los músicos y Leonor.) Yo declaro, sobrina.
ion tal cuidado, me espanto; ¡Vivan Lisardo y Riselo! —
Estoy por decir, por ti: ESCENA VIH. ¡ Leonor !
Eso que comes no es barro.
Pues madrugas y no duermes, ESCENA X.
¥ andas por mayo en el campo, PRUDENCIO, TEODORA, BELISA.
O tienes amor ó comes barro. LEONOR. — Dichas.
TEODORA.
prudencio. (Jp.) [sejan ¿Por qué se va nuestro sobrino? LEONOR.
¡Oh cuánto á un hombre avisan y acon- PRUDENCIO. Señora...
Las canciones suaves y poesías, Creo TEODORA.
Para enseñar los hombres inventadas ! Que se le pegan ya vuestras tristezas: ¿Dirélo?
No en balde seiiiventaron lascomedias, Es toda aquesta casa opilaciones. BELISA.
Primero en Greciaqueen Italia y Roma. Mas oye, hermana, asi le guardeel cielo.
Allí se ven ejemplos y consejos, Traza, ordena y imagina
Porque son de la vida los espejos. {Hablan aparte.) Lo que quisieres de mí.
Ya puede ser que esta muchacha mia TEODORA. TEODORA.
Estuviese opilada de deseos; ¿Es por ventura que casar intentas Quiero escribir un i
Que no están ya los tiempos de manera Esta muchacha? A Riselo, porque en él
Que puedan descuidarse con las hijas PRUDENCIO. Sepa cuanto piensa aquí
Los padres que profesan honra y fama. ¿Lo que dije oiste? Prudencio, y porque mañana
Ya fué otro tiempo, que con años treinta TEODORA. Con Lisardo esté en el Prado,
Llamaban niña una mujer, y andaba En verte hablar á solas con Otavio, Donde quede concertado
Jugando con los mozos en cabello. Dar con la esperanza vana
Mas hoy, por los pecados de los hombres, Presumí que tratabas de casarla. De aqueste Otavio en el suelo,
Cierta señal de que se acaba el mundo, PRUDENCIO. Aunque tenga mas poder;
De diez años aspira á casamiento, No quiero mas de que su intento sepas. Que tú serás su mujer,
A trece es madre, y á veintiuno abuela. TEODORA. Como me quiera Riselo.
Yo quiero, con ejemplo destos músicos, No teniendo salud, ¿quieres casarla? BELISA.
Casar mi hija , que es el mejor medio Pregúntalo al doctor, sabe primero Y ¡cómo si te querrá!
Para desopilalla ; y á fe mia, Si será bien. Déjame besar tus piés.
Queno ha venido Otavio, si él la quiere, PRUDENCIO.
A mal tiempo. Casarla es buen acero. TEODORA.
OTAYIO. Dile que yo la caso con Olavio. Este es mi propio interés.
¿Qué estás contigo hablando? Leonor á llevarle irá-;
TEODORA. Que si no lo entiendo mal,
prudencio. (Ap. á Otavio.) Yo lo haré así. No quiere mal al doctor.
Decia, Otavio, yo que los poetas PRUDENCIO. BELISA.
Nos están avisando por momentos Yo sé que no la agravio. También es mujer Leonor,
El modo de vivir á lo seguro ,
Que entre aquella dulzura de la música (Vase.) Y Leonor quiere á su igual.
Nos dan mil aforismos y sentencias. ESCENA IX. Vén y escribe, por tu vida ;
Danme deseos de casar mi hija. Mi desdicha le encarece.
OTAVIO. TEODORA, BELISA. TEODORA.
¡ Ojalá que tuvieras tal propósito ! Voy. (Vate.)
Que una dispensación poco costara. TEODORA. ESCENA XI.
PRUDENCIO. ¡ Grande mal, gran desventura!
¿Hablas de veras? BELISA. BELISA, LEONOR.
OTAVIO. ¿Cásame mi padre? BELISA.
Tan de veras hablo, TEODORA. Leonor, ¿qué te parece
Que después que la vi . . . Sí. Desta hipócrita Ungida?
EL ACERO DE MADRID. 373
LEONOR. BISELO. Apostaré que la allanas.
Que aunque le dio pesadumbres ¡Cuánto malme ha venido de irconligo! riselo. (Llamando.)
Mientras no suj>o querer, (Retírame.) ¡Ah de casa!
Has de tener bien que hacer
En enmendar sus costumbres. ESCENA XIU. ESCENA XV.
BELISA.
FLORENCIO y GERARDO, sin reparar MARCELA , á una ventana.— Dichos.
Tuvo al principio templanza ;
Pero en fin vino á caer ; en— LISARDO v RISELO. MARCELA.
Que al son de amor no hay mujer
Que no haga una mudanza. Florencio. (A Gerardo.) ¿Quiénes?
Parece que se ablanda. RISELO.
(Yante.)
GERARDO. Yo.
¿Quién lo duda? HARCELA.
Calle. Asiste; que asistiendo, estoy seguro ¿Yo no mas? ¡ Grande palabra !
Que has de rendirla. . RISELO.
ESCENA XII. FLORENCIO. Abre, mis ojos.
La porfía muda MARCELA.
LISARDO, RISELO. El áspero rigor de un monte duro.
Como Riselo á verla un mes no acuda, ¿Que abra?
ÚSELO. BISELO.
No dudes que tendré lo que proeuro.
Anda desesperada, y justamente, Luego ¿no has de abrirme?
Con estos celos que le doy, Marcela GERARDO.
Riselo quiere bien á su beata. _ [ta. MARCELA.
LISARDO. No.
Ya es mercader , que en estameñas Ira-
¿De quién lo sabe? Tratar solia en telas y diamantes ; riselo. (A Lisardo.)
niSELO. O se ha perdido, ó quiere andarlo todo. ¿Qué os parece?
De la misma gente. FLORENCIO.
La fama es ave y por los aires vuela. lisardo.
Pues yo pienso con prendas semejantes Abre, Señora ;
LISARDO. Hallar, Gerardo, á mi remedio el modo. Mira que vengo yo aquí.
Desdicha ha sido. Y porque en el amor son importantes,
MARCELA.
RISELO. Mas que ser Salomón , Narciso y Godo,
Errados venis.
Y grande inconveniente Hov de Guadalajara en la gran puerta,
Para seguir la empresa que os desvela; Haréunempleoenloquesiempreacier- LISARDO.
Porque por vos cualquiera cosa haria, geraudo. i**' ¿Yo?
Hasta perder la misma sangre mia; ¿Qué sacarás? MARCELA.
Masa Marcela, vive Dios, Lisardo, [ble. FLORENCIO. Sí;
Que aunque quiera, no puedo ni esposi- Catorce ó quince varas Que no vive aquí Teodora.
Ando con vos de visitarla tardo, Cerca de San Sebastian
Y por venganza, que es mujer terrible, Del mejor terciopelo de Toledo
Vive esa dueña de honor,
Aun marquesole, aun moceton gallardo YO un de
corte de Milán de llores raras
rica labor, si hallarle puedo ; Con su poco de color
Ha dado franca entrada su imposible Con esto v cien doblones de á dos caras, Y sus tocas de azafrán.
En casa, donde.al sol que la pasea No pienso á la de nadie tener miedo. Es mujer de escapulario
Puso el honor dragones deMedea. Con mas botes de virtudes,
Mandadme acometer cien escuadrones, GERARDO. Aguas, yerbas y saludes
Mandadme detener los altos vuelos Cuadróme. Que hay en cas de un boticario.
De las aves, que tocan los balcones FLORENCIO. Es, diferenciando el centro
De la luna, y se estrellan en los cielos; Es linda cosa, en estos tiros, De aquella exterior esfera ,
Y' no sufrir en estas ocasiones Trocar en seda y oro los suspiros. Ermitaña por defuera
De Marcela rigor, de un hombre celos; (Vanse Florencio y Gerardo.) Y demonio por de dentro.
Que servir á Teodora sin mi gusto, Nunca sin imagen viene ;
Por el vuestro, Lisardo, fuera justo; ESCENA XIV. Mas es de la Concepción ,
Pero verme olvidado de Marcela, Adonde hace oración
Celoso de Florencio, y desdeñado, LISARDO , RISELO. Cierto devoto que tiene.
No lo puedo sufrir. Su santidad ha llegado
LISARDO. RISELO. (Que bien se puede decir)
Ya se rebela Mucho he sufrido por tí. A que va se va á vivir
Tu cielo, amor, contrario a mi cuidado. LISARDO. A Atocha, al Solo y al Prado.
Celos os da Marcela con cautela, No es ocasión de perderte ; Tiene una niña á que ensena
Por lo que de Teodora le han contado ; Que bien puedes de otra suerte Todas estas devociones ,
Vos lo tomáis de veras, y de modo, Remediar que no entre aquí. Con ciertas opilaciones.
Que si vos la dejais, lo pierdo lodo. Que anda en vísperas de dueña ;
RISELO. Tan blanda, aunque toma acero,
¡Pluguiera á Dios, Riselo, que yo hubiera Sí ella está determinada,
Otro amigo llevado'. Que no hay cera que la iguale.
¿Qué remedio puede haber? Habla, mira, escribe y sale
RISELO. LISARDO. A ver cierto caballero.
Yo me holgara , ¿Posible es que una mujer Esta hallarán donde digo;
O que para serviros libre fuera. Esté ya tan olvidada? Porque aqui solo hallarán
¿Abrieron? Llama ; que siendo forzoso, Mujer que quiere galán
LISARDO. Yo le diré la verdad. Que menos quiera á su amigo.
Sí. RISEI.O. (Quitase de la ventana.)
RISELO. Paréceme una ciudad,
Mi muerte se declara. Muro, foso y contrafoso. ESCENA XVI.
Florencio es este. De allá sale. Paréceme va, Lisardo,
LISARDO. Que aquesta puerta ha de ser LISARDO, RISELO.
Espera. Tan fuerte, que es menester
No le has de hablar. Para rompella un petardo. RISELO.
RISELO. Parécenme las ventanas ¿Entróse?
LISARDO.
Mi desventura es clara. •Troneras llenas de tiros.
LISARDO.
¡No, sino el alba,
LISARDO. Cuando andaba entre las coles 1
El hombre no es culpado, no es tu amigo. Con menos de dos suspiros
570 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
BISELO. «Yo, mi bien, te quiero bien, MARCELA.
Alba para mí, y aun soles. » Y lo procuro estorbar ; Cuando yo á buscarle fuera,
LISAHDO. «Que con él se ha de casar, Era bien satisfacerme ;
La intención, Riselo, os salva. »Y yo contigo.» Mas si él piensa hablarme y verme,
No temáis, pues que no habéis RISELO. Ha de ser desta manera :
Hecho ofensa á esta señora. ¿Con quién? Que me ha de llevar mañana
Llamad, decid que á Teodora BELTRAK. Adonde el acero toma
En vuestra vida veréis ; Conligo dice. Esa fraila de Mahoma ,
Que ya ni quiero á Belisa RISELO. Esa galga con cuartana,
Ni en mi vida la veré. Envuelta en manta de jerga ;
¿Conmigo? Y le ha de decir allí
RISELO.
LISARDO. Que muere, que pena aquí,
Esperad; que aunque se fué
Tan furiosa y tan aprisa, ¡Ay, Riselo! echa de ver Come, viste, vive, alberga,
Sin que perdáis vuestro bien Que hallarás otra mujer, Y que ha sido todo engaño
He de procurar el mió. — Y no hallarás otro amigo. Cuanto le ha dicho hasta agora.
¡Ande casa! RISELO. LISARDO.
' LISARDO. Lo mismo te digo yo. ¡Medraré por Dios, Señora ,
Es desvarío. LISARDO. Con ese buen desengaño !
RISELO. Yo quiero á Belisa mas. , , ¡Bien se hará mi casamiento
¿No responden? Tú en la posesión estás Con Belisa de ese modo,
LISARDO. De tu deseo, y yo no. Cuando mi edificio todo
RISELO. No tiene otro ju mi a me tito !
No habrá quién. Tú ¿ no ves que es gran crueldad
RISELO.
Espera: hablaré con ella, Echarme á perder así?
¡Ah de casa! Y diréle la verdad ;
Por dicha, por tu amistad MARCELA.
Sufrirá burlarme della. — Piérdame Riselo á mí ;
ESCENA XVII. Que mas le va en tu amistad;
¡Ah Marcela! Ah mi señora!
BELTRAN.— Dichos. Oye una palabra. Que á mí , pues él me desecha ,
No faltará quien me estime.
BEI.TRAN. ESCENA XVIII. RISELO.
En busca vuestra MARCELA , que sale de tu casa. — Eso hace que me anime
Ando mas ha de dos horas. A proseguir mi sospecha.
Dichos. ¡Ah, Marcela! bien se ve
v LISARDO.
¿Dirás, Beltran, que esta ignoras? RISELO.
Que aqueste achaque has buscado,
Pues habiendo asegurado
BELTRAN. ¡Ah cielo! Con tanta verdad mi fe,
Este papel traigo. MARCELA. Y sabiendo que es ficción
LISARDO. ¿Ya no te he dicho, Riselo, Todo el amor de Teodora ,
Muestra. Que no vive aquí Teodora? Y que mi alma te adora ,
BELTRAN. RISELO. Sales con esta invención.
No es para ti; que Leonor Oye, mi bien, y sabrás ; Oh ! ¡cómo te ha estado bien,
Me le dio para Riselo. La verdad. Para que entre y salga aquí
MARCELA.
Florencio, y tratarme á mí
RISELO.
Con este injusto desden ,
De Teodora. ¡ Buen consuelo! ¿Verdad en tí? El hacer yo la amistad
Abre, Marcela. RISELO. Que en esto á Lisardo hago!
BELTRAN. Lisardo, mi amor le di. Tú has dado, Marcela , el pago
¡Ah, Señor! MARCELA. Que merece mi verdad.
RISELO. ¡ Qué buen testigo me das ! Entre Florencio en buen hora.—
Que no hay señor ; quita allá. LISARDO.
Vamos, Lisardo; que ya
LISARDO.
Querer de veras será
Marcela, Teodora fué Loque fué burla en Teodora.
Lee, Riselo, por Dios. De aquel mi amoroso encanto ¡Vive Dios , que no has de verme
RISELO. El gigante, y entre tanto En tu vida mas !
¡ Bien me aconsejáis los dos ! Que le defendió, no entré.
Pedí á Riselo venciese MARCELA.
Si acaso acechando está Y yo
Por la ventana Marcela, Con amor su hipocresía.
Esto con ella ílngia ¿Moriréme de eso?
Y el papel me ve leer...
Para que lugar me diese. RISELO.
LISARDO. Sucedió con gran ventura.
Para picarla, ha de ser No.
Si la engaña, ¿qué te ofende? MARCELA.
La mejor treta y cautela. MARCELA.
Lee, no seas tan tierno. Pues ¿qué mal piensas hacerme?
¿No se entretiene y pretende? RISELO.
RISELO.
LISARDO. El tiempo te lo dirá. —
¿Qué no haré por ti, Lisardo?
Sí, pero ¿á cuál hermosura? Vén , Lisardo.
LISARDO.
MARCELA. LISARDO.
Ver abrir el cielo aguardo.
Quita allá ; que cualquier cosa, Espera un poco.
BELTRAN. Aunque fea y despreciada, RISELO.
Yo ver abrir el infierno. Si es mui;ho tiempo tratada, No hay esperar.
riselo. (Lee.) Viene á parecer hermosa.
Yo no entiendo esas quimeras ; MARCELA.
«Otavio pide á Belisa
i Por mujer, a Mil cosas hay, si te burlas, Vete, loco.
LISARDO. Que se comienzan de burlas, RISELO.
Muerto soy ya. Y que se acaban de veras. ¿Loco? Muy cuerdo soy ya.
riselo. (Lee.) Id en buen hora los dos: Teodora tiene secretos
«Y Prudencio se la da.» De mi no os podéis quejar; Que me despiquen de ti.
Que yo no voy á buscar MARCELA.
LISARDO. A Riselo.
¿Tanto mal y tan aprisa? Y Florencio ¿para mí
RISELO. No sabrá algunos concetos?
(Toma la carta y lee.) ¡ Bien por Dios ! Vayase vuesamerced
EL ACERO DE MADRID. 577
Con su egipciaca señora , Que con no la ver dos dias, En nuestro cielo español ,
"Y mire que desde agora Os ha de buscar, Riselo. No digas que no es de dia
Me hagan los dos merced RISELO.
Después que ha salido el sol.
De no llegar á esta calle; Por verme tierno , recelo SALUCIO.
Porque donde entra Florencio Burla de las ansias mías. Luego ¿quiéresla seguir?
Ha de haber honra y silencio , (Sale á la ventana Marcela.) OTAVIO.
Y lo merece su talle. Tengo unos pocos de celos,
MARCELA.
• BISELO. Y tras el sol quiero ir.
¿Oye, Señor? A los dos
¡Esto sufro! Fuera digo. (Saca la daga.) Advierto que son engaños ; SALUCIO.
Mataréla. Porque si se está dos años, ¿Celos tienes en los cielos
MARCELA. No le buscaré , por Dios. ( Vate.) De ver al albareir?
¡AyDios! (Vase.) LISARDO. OTAVIO.
LISARDO. Oye. Si los tuvo Endimi'on
Detente. RISELO. De la luna , al fin mujer,
Escucha. ¿Por qué con mas afición
ESCENA XIX. BELTRAN. No los puedo yo tener
Grandes necios Del sol en esta ocasión?
LISARDO, RISELO, BELTRAN. Los dos con Marcela estáis; Todas aquestas mañanas ,
Que en fin ocasión le dais Que tan de mañana asoma
BELTRAN. Para mayores desprecios. El sol por estas ventanas ,
Entróse y cerró. Habla y escribe á Teodora ; Es el acero que toma
Que aunque blasone , verás Armas contra mí tiranas.
RISELO.
Si llora y lo siente mas Armado de acero sale
; Que intente Contra mí el sol de los cielos;
Tal desvergüenza conmigo ! Que lo ríe y burla agora.
Y aunque en armas no le iguale ,
Las puertas le romperé. márcela. (Asomándose.) Contra el poder de mis celos
LISARDO. ¿Oye, señor picaron? Ninguna fuerza le vale.
Por Dios , que mires su honor. No haya miedo que ansí sea, Yo voy á ver dónde va ;
Aunque un siglo no me vea ; Que después que en nombre está
BELTRAN. Que tengo honor y razón. ( Vase.) De mi esposa , este cuidado ,
¿Qué es lo que intentas, Señor? Justo ó injusto, me ha dado.
BELTRAN.
RISELO. A caballero nos tira : SALUCIO.
Estov sin seso; no sé. Arma detrás, y dispara. Con justa causa te da.
De la una parte el amigo RISELO. Al principio te advertí.
Mayor que tuve en mi vida Bien puede ser que este acero
A seguirle me convida , La ventana la repara:
Su desenfado me admira. No se vista contra tí.
Y finalmente le sigo;
■Por otra, aquesta mujer, Pues de aquesta vez me voy. OTAVIO.
Que adora el alma tres años... LISARDO. Saberlo, Salucio , quiero.
En extremos tan extraños % Bien harás ; que es mucho enfado. ¿Salieron?
¿Qué medio podré tener? SALUCIO.
RISELO.
LISARDO. Hoy á Marcela he dejado : Pienso que sí.
El medio es dejarme á mí , Mira si tu amigo soy. OTAVIO.
Pues á mi no me perdéis ; (Vanse.) Pues déjalas trasponer,
Que mas vuestro me tendréis Y en su seguimiento vamos.
Con lo que ha pasado aquí. SALUCIO.
RISELO. Sospecho que te han de ver.
Eso no , por mil mujeres , Sala en casa de Prudencio.
OTAVIO.
Aunque reviente , aunque muera. ESCENA XXI. íío harán ; que hay yerbas y ramos ,
Pero ¡que esta injusta (miera , Y yo me sabré esconder.
Viendo que á Belisa quieres, OTAVIO; SALUCIO, vistiéndole. SALUCIO.
Y que tinjo con su lia ,
Escaparse por aquí ! — Aun no llevan escudero.
OTAVIO.
Abre, fuera. OTAVIO.
Dame la capa y la espada. Sigúeme ; que saber quiero
LISARDO.
SALUCIO. Si tiene algún desafío
¿Estás en ti? Ponte la trenza del cuello. Quien sale con tanto brío
¿Quieres espejo? Al campo llena de acero.
ESCENA XX. OTAVIO. (Vanse.)
MARCELA , á la ventana. — RISELO, Me enfada ,
LISARDO y BELTRAN, en la calle. En no siendo el ángel bello
De mi esposa y prenda amada.
El Prado.
SALUCIO.
MARCELA.
¿Qué capa? . ESCENA XXII.
¿Oye, amigo? OTAVIO.
RISELO. LISARDO, RISELO y BELTRAN , con
La de color.
¡Ah, prenda mia! capas de color.
SALUCIO.
MARCELA.
¿Dónde vas tan de mañana?
A esa su dama encubierta , Mira que el alba , Señor, LISARDO.
A esa su fraila Teodora , Aun no llama á la ventana Frescos vientos de Madrid ,
Voy á escribir que me adora Con el primer resplandor. Que las mañanas y tardes
Y que me quiebra la puerta. Venis de las altas sierras
OTAVIO.
(Quítase de la ventana.) Habla bajo; que he sentido A refrescarle y bañarle ,
RISELO.
Que Belisa se levanta , Traed de sus pardas nubes
Acabóse; yo soy muerto, Y su dulce voz oido: Algunos toldos que tapen
Ella está determinada. No por diligencia tanta Estos tapetes de flores,
Pierda el favor pretendido. Que al alba las hojas abren.
Y aunque entre rojo arrebol Venid bañados de aljófar,
Dejalda; que está enojada. O destas fuentes tomadle ,
Y de una cosa os advierto : El alba apenas se ria
378 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ
Con que mojando las plumas , MARCELA. Mientras que Belisa guste ,
Bañéis en perlas el aire ; A mí me mató el acero Le doy de qué os pueda hablar.
Que si crece el sol que sale, Porque á la sazón que ardia, Ayer le cerré mi puerta ;
Volveráse la niña, dirá que es tarde. Se templó en el agua fría Fué á verme y hallóla así;
BISELO. Y mudó el temple primero. A sus lágrimas abrí.
Vientos , que habéis levantado sai. i cío. (.4 su amo.) De milagro no estoy muerta ;
Tan extrañas tempestades Dos damas vienen allí. Que hubo daguita y querer
En el mar de mis amores, Pienso que las tuyas son. Romper una celosía.
Que me anegan sus pesares; MARCELA.
Y aunque mil firmas teuia,
Vientos, que con la fortuna Si son vuestras , mi pasión Y puedo ser su mujer ;
Misma , de amigo tan grande , Y la vuestra andan allí Por serviros , y que vea
De la calle de Marcela En el yugo de los celos Madrid (que lo nuevo agrada)
Me trajisles á su calle; Arando enojos, sembrando Una hipócrita casada,
Vientos, por quien ya perdí Penas; y pues van llegando, Le dejo que os hable y vea.
Que me vea y que me hable: Asi os remedien los celos, Esto me ha traido al Prado ;
Templad la furia del dia, Que me las dejéis hablar. No contiene mas la historia :
Y en pardas nubes bañalde; Aquí gracia y después gloria.
Que si crece el sol que sale , OTAVIO.
TEODORA.
Volveráse la lia, dirá que es tarde. Bien podéis ; que yo no tengo ¡Qué mal habéis predicado!
BELTRAN. Licencia de hablarlas. Y advertid que ni Lisardo
Vientos, que en Madrid soléis Habló jamás con Melisa,
Llevar de sus sucias calles ESCENA XXIV. Como algún necio os avisa ,
Mas liquidámbar y algalia De quien la venganza aguardo ;
Que hay en treinta Portugalés; TEODORA, BELISA, LEONOR, por Ni el hábito que profeso
Pues sois tan claros y puros , un lado; por otro, LISARDO, RJSE- Es para burlas de amor.
Que no hay cosa que'le dañe, LO v BELTRAN.— Dichos. Porque bien sabe el Señor
Respeto de vuestra fuerza Cuan lejos va el alma deso.
Amorosa y saludable, BELISA. El encamine la vuestra
Cubrid con un garabito , Vengo A su servicio.
Hasta que su furia pase, Llena de enojo y pesar MARCELA.
La cara del sol , y en Indias De lo que habernos tardado.
Tenga la fiesta con Dafnes ; ¡ Oh qué bien !
Que si crece el sol que sale ,
TEODORA. Que ya os conozco, y también
Volveráse mi tollo , dirá que es tarde. Allí están: hablarlos puedes. El me lo cuenta , y rne muestra
MARCELA. (A las llllllltíS.) Vuestros muy necios papeles.
(Vanse.) Dios guarde á vuesas mercedes, TEODORA.
Que así vuelven cielo el Prado. Vos lo sois tanto, que fuera
ESCENA XXIII. Mejor que oido no hubiera
BELISA.
Mejor se dirá por vos Disparates tan crueles.
MARCELA, tapada; OTAVIO, SA- Alguna debéis de ser
LlICIO. Y ese tallazo gallardo.
Destas de guadamecí.
RISELO.
MARCELA.
■Abcela. Una tapada , Lisardo , (Ap. d él.)
Se llega á hablar con las dos. ¡Jesús! ¡Vos habláis ansí!
Suplico á vuesamerced Aun no lo puedo creer.
Me deje ir sola. LISARDO.
Besad la tierra , rezad
OTAVIO.
¿Quién será? Un rosario. .
RISELO. BELISA.
Quisiera No sé ; sospecho
Solo que se descubriera , Quedo, quedo;
Y me hiciera gran merced. Que estorbo nos ha de hacer. Que á no tener justo miedo
MARCELA.
BELISA. De otra mayor libertad ,
No me puedo descubrir ; No me puedo detener; Yo castigara la vuestra.
Que vengo á ver cierta cosa. Que traigo acero en el pecho. MARCELA.
Suplicóos me deis lugar. Paso, señora Belisa.
OTAVIO.
MARCELA.
¿Estáis por dicha celosa? Tengo que hablar, reina mía, ESCENA XXV.
MARCELA. Con vuestra señora tia.
Mis celos vengo á seguir. TEODORA. FLORENCIO, GERARDO.—Dichos.
OTAVIO. ¿ A mí me queréis hablar ?
Encontrado nos habernos ; Florencio. (A Gerardo.)
MARCELA.
Que á lo mesmo vengo yo; Por dónde vino me avisa.
A vos.
Y pues amor nos juntó ", TEODORA.
GERARDO.
Las desdichas nos contemos. ¿ Sobre qué ? ¿No ves el perro de muestra?
MARCELA. FLORENCIO.
MARCELA.
Yo/vengo á ver si aquí viene Alto, Riseloeslá allí:
Un hombre á ver una dama Allí enfrente
Ciertos hidalgos están. No estará la perdiz lejos.
Que toma acero , y que es fama TEODORA.
Que alguna blandura tiene. TEODORA.
Ya los veo. Tomaré vuestros consejos ;
OTAVIO.
MARCELA. ll.ii clii, Marcela, ansí.
Yo vengo á ver si otra sale
A pasear cierto acero, Aquel galán. BELISA.

O á hablar algún caballero. Que la mira tiernamente, ¿ Cómo hablas de esa suerte?
Es mi marido. • Teodora. (Ap. á Belisa.)
MARCELA.
TEODORA. ¡ Ay, Belisa ! he visto á Otavio.
¡ Que asi el amor nos iguale ! Pues bien ,
Que así nos mate á los dos riselo. (Ap. á Lisarda.)
Guárdeosle Dios ; que es gallardo.
Con un mismo acero ! ¿Quiénes, Lisardo, tan sabio,
MARCELA. Que á sufrir celos acierte?
OTAVIO.
Sé que da gusto á Lisardo Agora acabo de ver
„ El mió Fingiendo quererla bien; A Florencio: y la señora
Me mata de agudo y frió. Yo porque tenga lugar
¿Cómo os hiere y mata á vos? Que está hablando con Teodora ,
De hacer mejor este embuste , Marcela debe de ser.
EL ACERO DE MADRID. 379
Tu negocio va perdido A los aires de Madrid,
ESCENA XXVI. Porque en las nubes aguarde ;
Y el mío está por el suelo. Que si crece el sol que sale ,
L1SARDO. BELISA, TEODORA , LEONOR, OTA Volveráse la niña , dirá que es larde.
¡ Habrá mas fortunas, cielo ! VIO y SALUCIO, en un lado; enotro,
MARCELA. LISARDO , RISELO y BE LTRAN .
Pues con esto me despido;
Que allí he visto un caballero,
RISELO. ' ACTO TERCERO.
Y con él me quiero ir. No me detengas, Lisardo.
LISARDO.
TEODORA. Sala en casa de Prudencio.
No tengo mas que os decir Pues yo sufro que esté Otario
De que ser muy vuestra espero. Con Belisa desta suerte , ESCENA PRIMERA
Sufre tú.
MARCELA. RISELO.
PRUDENCIO, TEODORA.
¡Florencio mió! ¿Puede haber muerte
FLORENCIO. Que se compare á mi agravio? PRUDENCIO.
Señora , ¡ Nunca yo viera á Teodora ! Hoy he sabido del curial de Roma
Mira que está allí Riselo. teodora. {A Belisa.) ?ue la dispensación , Teodora , vino ,
MARCELA. Vamos á ver estas fuentes , la pienso tener antes que coma.
Solo por ti me desvelo. Si cansada no te sientes. TEODORA.
riselo. (.4p.) belisa. {Ap. á su lia.) Abrevió tu cuidado su camino.
¡Vive el cielo, que le adora! No podrán todas agora PRUDENCIO.
¿Esto tengo de sufrir? Templar mi fuego. Cuando una cosa del honor se toma
otavio. (.4 Saludo.) TEODORA. A cargo, y mucho mas por tal sobrino,
Pues á nadie habla mi esposa , Yámí, Todo se abrevia, facilita y hace.
Paréceme justa cosa ¿Qué templanza me da el cielo? TEODORA.
Irla á hablar. i Es bien hecho que Riselo . Merece amor.
Me haya engañado por tí? PRUDENCIO.
SA LUCIO.
BELISA. Del que le tengo nace.
Bien puedes ir. ¿No puede ser que , celosa , Estov de que se acerque el casamiento,
OTAVIO. Haya esta mujer mentido? Por vivir de Belisa descuidado,
¡Belisa mía ! TEODORA. Con Otario, Teodora , muy contento;
BET.ISA. Ni él ha de ser mi marido , Pero hame puesto un miedo en grancui-
¡Señor!.... Ni tú de Lisardo esposa. teodora. [dad0-
lisardo. {Ap. á Riselo.) {Vanse Teodora, Uelisa, Qtavio, Leo ¿Cómo?
ñor y Saludo.) PRUDENCIO.
¡ Qué bien á entrambos nos fué !
¿Es su primo aquel? Si miro esta muchacha atento,
riselo. ESCENA XXVII. Después de haberla, como ves, curado,
Con mas opilación que antes la veo;
No sé ; Que no está sana de sus males creo.
Solo siento mi dolor. LISARDO, RISELO, BELTRAN.
¿ De qué ha servidoel médico, el jarabe,
SALUCIO. RISELO. El paseo, el acero y las mañanas
Señora Leonor... ¡ Buenos habernos quedado ! De todo un mes? O el médico no sabe,
LEONOR.
O son al mal las medicinas vanas:
' LISARDO.
No me parece el médico hombre grave.
Amigo... ¡Gentil madrugada ha sido! Tras esto, á mil señoras cortesanas
SALUCIO. Aun con Beltran no he podido Que por Belisa me preguntan , digo
¿Al campo tan de mañana? Dar á Leonor un recado. Su nombre. . . Esto es hablar claro conü-
LEONOR.
BELTRAN. No le conoce nadie , ni en la corle [go.
¿Que aun no me pudo este agravio Hay médico Bdtran : yo con aquesto,
Tomo acero. Perdonar ? Basta , silencio. Por lo que al bien de nuestro honor im
SALIXIO. porte,
RISELO.
Pues, hermana, Mas bien los ojos en Belisa he puesto ;
No tenga aceros conmigo , ¡Juntos Marcela y Florencio!
Y si no es que haber ido me reporte
Que soy muy su servidor. LISARDO.
Con ella tú , cuyo consejo honesto ,
BELTRAN. {Ap.) ¡Juntos Belisa y Utavio! Severidad y santidad son ciertas,
¡Buena mañana de mayo, BELTRAN. Dijera mil malicias encubiertas.
Que aun trajo el primo un lacayo ¡Juntos Leonor y Salucio! Crece la opilación, y opilaciones
Para que hablase á Leonor! • RISELO.
No están jamás en rostros colorados.
FLORENCIO. ¿ Con mi enemigo , traidora? Opilada y color...
TEODORA.
Vén , Marcela ; por aquí LISARDO.
Entrarás á ver la huerta ¿Con un extraño, Señora? ¿En eso pones
Del señor Duque. BELTRAN.
Tu pensamiento?
MARCELA. PRUDENCIO.
Vil , ¿con un hombre tan sucio? Hablemos declarados.
¿Está abierta? RISELO. Yo he sospechado destas estaciones
FLORENCIO. ¿Que requebrándose van Sotos, huertas, paseos, quintas, prados,
Llega ; que pienso que si. — Marcela y Florencio? , Que alguna vez que te dormiste, herma-
Llama al alcaide, Gerardo. LISARDO. Dejó Belisa el coro de Diana, [na,
GERARDO. ¡AhDios! Madrugabas, Teodora, y desvelada
Yo voy. (*'<we ¡Que vayan juntos los dos! Eu lo fresco del campo dormirías ;
MARCELA. {Ap.) ¿Qué me aconsejas , Beltran? Que en lo demás, si tu virtud me agrada,
Te lo dirán las alabanzas mías.
¡ Cuan bien , justo cielo , BELTRAN.
Me vengaste de Riselo! Oíd. TEODORA.

{Vanse Marcela y Florencio.) LISARDO. La blanca edad, á quien la verde enfada,


Di presto. Y siempre pone á su inocencia espías,
BELISA. Siempre Prudencioes maliciosa, y pien-
En la mayor bondad mayor ofensa, [sa
El sol arde: Belisa, de tu hermana acompañada,
Una exclamación decid
380 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
¿Pudiera en solo un átomo ofenderle? Mis devociones , ¡traidores! Manzanares claro,
Juzga del cielo la armonía parada, Y á vuestros locos amores Fuimos sin sospecha.
Sin que su movimiento la concierte ; Di mas lugar que quisiera. Ella con Riselo
Dormidos luna y sol , y la estrellada - Oratorios y rosarios Por las alamedas
Máquina fija en la coluna fuerte Troqué en papeles , tan necios Se apartaron juntos
De sus dos ejes ; que antes que pudiera Cuanto muestran los desprecios Un tiro de piedra... ■
Dormir Teodora, el tiempo se durmiera. Y ven los fines contrarios. — No de piedra, tia,
PRUDENCIO. Luego traté de casarme Tiro de ballesta,
Galla ; que hay varas de Mercurio sabio Yo , que del mundo el imperio Pues amor entonces
Que aduermen ojos de Argos veladores. Por el menor monasterio Disparó sus flechas.—
No trocara sin trocarme. Beltran can Leonor,
TEODORA.
Veis aquí de qué sirvió : Sobre- la ribera.
No los hubiera en mí para tu agravio; Yo sin Riselo engañada, En los escondrijos
Mis ojos fueran siempre vencedores. Y aun pienso que tú burlada. Que las zarzas cercan ,
PRUDENCIO. ¡ Ay, si me engañase yo! En blancas toallas
Conmigo mismo no moviera el labio BELISA. Ponían la mesa
En materia de honor ; á los mayores Tía de mis ojos, . Para que almorzasen
Se perdonan mil'cosas , y contigo Escúcheme atenía , Las pobres enfermas.
Hablo como al mayor deudo y amigo. Pues de mis desdichas Lisardo entre tanto,
Por la dispensación partirme quiero, Le han dado .sospechas. Porque no riñera ,
Y efetuar el casamiento, hermana. Aquel mancebito Solo me decia
Si no le estorba aqueste negro acero. Que me vio en la iglesia Palabras honestas ;
¡Nunca saliera la primer mañana ! De San Sebastian, Pero como estaban
(Vase.) Me tiró mil flechas : Las flores risueñas
TEODORA. Dellas con los ojos , Llenas de rocío ,
Corrida estoy. Lo mismo considero Deltas con terceras, Del aurora fresca,
Que está Betisa , y no es sospecha vana. Unas en palabras Por aquestos lados
Y otras en promesas. La frescura misma
Pienso que me burló con el anzuelo Se me entró de suerte ,
De los amores falsos de Páselo. A la Trinidad,
Porque me valiera. Como yo soy tierna,
Me fui desde entonces Que mi opilación
ESCENA II. Creció de manera ,
Domingos y (¡estas.
Debió de ser ángel , Quejamás me he visto
BELISA. — TEODORA. Tan pesada y necia.
Pues se vino á ella ,
BELISA. Y para mirarme La dispensación
Se puso mas cerca. Mal venida sea ;
Aguardando estaba aquí Que quien ama á otro,
A que mi padre se fuese. De carne nacimos.
No somos de piedra ; Todo ¡o desprecia.
TEODORA. Si las siguen mucho , Suplicóle, tia,
¡Ay, sobrina ! no te pese Ríndense las (ieras. Dilate las liestas,
De que esto te diga ansi. Del bronce mas duro, Hasta ver si acaso
Tu padre está sospechoso Si al fuego le llegan , Este bulto mengua.
De verte mas opilada Hacen mil figuras Por lo menos, tía-,
Tras el acero... ó la espada Por la blanda arena. Cinco meses sean ;
De nuestro honor generoso. De un mármol que nace Que bien habrá cuatro
Vino la dispensación , Dentro de una sierra, • Que pisé las yerbas.
Y conmigo se declara Hacen una ninfa TEODORA.
En que dice que repara De una fuente bella: ¿ Con qué paciencia , Belisa ,
En tu negra opilación. ¿Qué mucho , Señora , Podrá escucharte Teodora?
Y no es mucho, porque yo Que se muestre tierna ¡ Con eso vienes agora!
Casi en lo mismo reparo. A ruegos de un hombre BF.LISA.
¿Qué tienes? Habíame claro, . La mayor flaqueza? Tia , amor tratado en misa
Dime si amor te burló. Por poder hablarle Será en servicio de Dios.
Los hombres saben muy bien (¡Nunca yo pudiera!) Lisardo será mi esposo.
Negociar con humildad , Me lingi opilada ,
TEODORA.
Fingen grande honestidad , Pálida y enferma.
Solo quieren que les den Hizo el caballero ¿ Cómo , siendo ya forzoso
Una mano', pero asida , Que á curar viniera No hablaros jamas los dos-?
No se les suelta la presa Deliran , su lacayo, La dispensación vpnida ,
Hasta que el honor confiesa Mi amorosa pena; Y Otavio hasta aqui engañado,
Que está la guarda perdida. Y que aquel su amigo Harán que tu padre airado
Informóse del doctor, Fingiese quererla , Os quite á los dos la vida.
Y no hay tal doctor Beltran , Poique nos dejase BELISA.
De que sospechas le dan Proseguir la empresa. Pues ¿puédome yo casar
Que se atreven á tu honor. Diérame un jarabe Con aqueste inconveniente?
Solo le ha tenido á raya De coral y perlas TEODORA.
Ver que yo contigo fui ; El doctor fingido ,
Mas dice que me dormí , Y con oro á vueltas. No ; mas medio conveniente
Pensaba mi padre ¿Cómo te puede faltar?
Y que no importa que vaya.
¡ Oh qu,é mal lo piensa ! BELISA.
Y en esto tiene razón ;
Que harto dormida vivia Que lomaba acero, ¿Qué medio puedo tener?
Cuando la sirena oia Api» y otras yerbas. TEODORA.
Del mar de mi perdición. Salí lodo el mayo, Dilatar el casamiento,
¡Buen sueño los dos me echastes Cuando el alba alegra Y en pariendo, en un convento
En Riselo! bien dormí Las primeras flores Tu libertad recoger,
Mientras liviana creí De la primavera , Adonde sirviendo á Dios
Lo que los tres concertastes ! A Atocha y al Prado', Hagas penitencia desto.
Bien sé que porque os reñía En cuyas carreras
BELISA.
Con tan loco desatino. Bullian los aires
Me apartastes del camino ' Con las hojas nuevas. Yo negociaré mas presto
De la virtud que seguía. Un día que al Soto, Que nos juntemos los dos ,
Dejé luego (¡ay! ¡nunca fuera!) El Soto que riega Y entre tanto ungiré
EL ACERO DE MADRID.
Tal dolor de corazón , RISELO. Este enredillolosdos?
Y de aquesta opilación Llamad ; que no hay golpe ahí ¿Qué pesar me puede hacer ;
Tantos extremos haré , Que no sienta el corazón. Que está el cuitado temblando?
Que padrey primo me dejen ¿Sale? RISELO.
Por cosa inútil. LISARDO. ¡ Qué bien dices , confirmando
TEODORA. Si, chapines son. Que ya no debes de ser
Quien ama RISELO. Mi fuego , pues tiemblo á tí!
Y aventura vida y fama , En el alma lo sentí. Que si á tí me calentara,
No quiere que le acqnsejen. Claro está que no temblara.
Hazlo que quisieres ; yo ESCENA IV. MARCELA.
No pienso ayudarte mas. MARCELA.—Dichos. No lo entiendes bien ansí.
BELISA. Tiemblas del hielo, Riselo,
Yo sé, tia, que lo harás. MARCELA. Que has visto en mí para tí ;
TEODORA.
¡Jesús! ¿Quién llama? Quiénes? Porque, habiendo tanto en mí,
Yo sé , sobrina , que no. LISARDO. Es fuerza temblar del hielo.
Yo soy, Marcela. Mas ¿cómo vuelves acá,
BELISA. Si no soy tu fuego yo ?
MARCELA.
Si no lo hicieres, diré Cuénteme el caso. ¿No halló
Que tú fuiste la tercera ¡Oh Lisardo! Loque imaginaba allá? ,
Para que yo me perdiera. ¿ Dónde queda aquel gallardo? ¿No me dijo que tenia
TEODORA. LISARDO. Teodora grandes secretos
¿ Qué dices ? ¿Preguntas por lo que ves? Para despicar discretos?
BELISA. MARCELA. ¿Qué ha sido, por vida mia?
Que por ti fué. ¡Ah si! No le habia visto. ¿Hallólatonta?¿Quévió?
¿Qué buena venida es esta ? ¿No es limpia? ¿Qué le ha pedido?
TEODORA.
¡ Vosotros aquí ! ¿ Cánsale el verse querido ?
¿Comienza ya la locura? ¿Quédefetillos la halló?
LISARDO.
BELISA.
La fiesta ¿Es flaca , es mal hecha , es fria?
¡ Qué terrible opilación ! Pasada... • Cuénteme todo el suceso:
Parece que el corazón MARCELA.
Ya soy buena para eso.
Salir del pecho procura. (Ap. Apenas resisto lisardo. (Ap.)
Llámenme luego un doctor. La risa ; que no hay contento ¡Qué notable picardía!
TEODORA. Como ver un loco amante Dios nos libre del estado
Al fin, te ayudo. Con invención semejante En que está agora Riselo.
BELISA. Declarar su pensamiento.) MARCELA.
Querría.. . ¿Qué hay de la fiesta pasada? ¿No habla?
LISARDO. RISELO.
TEODORA.
¿Qué tienes? Que un bizarro pretensor (Ap. ¡Que quiso el cielo
De vuestro amor (que á su amor Que un socarrón despejado,
BELISA.
Por dicha habéis dado entrada), Atrevido picaron,
Señora tia. En una conversación Burlador de cuantas via ,
De aquí aquí tengo el dolor. Mostró un papel de Riselo, Se halle atajado este dia
(Vanse.) Haciendo burla , y recelo A manos de su traición ! )
Que puede ser ocasión ¿Soy yo? Sospecho que no ,
De una desgracia notable. No es posible , hasme trocado.
Calle. ¡Ay, Marcela! Hoy has vengado
Merced á los dos haréis
ESCENA III. De que los demás me deis Mil mujeres.
LISARDO, RISELO. Y que en esto no se hable; MARCELA.
Que no es razón que de un hombre ¿Yo?
RISELO. Como Riselo , y que ha sido RISELO.
Cuando mas pienso que estoy, De vos tan favorecido ,
Lisardo , libre y contento , Tú.
Y que ya tuvo este nombre , MARCELA.
Y que deste pensamiento Anden papeles asi ;
Mas lejos huyendo voy. Que de amor no le hay discreto ¿Yo?
Entonces de los cabellos Fuera del mismo sugeto. RISELO.
Me arrastra, y sin resistencia MARCELA. Tú pues.
Del alma , con mas violencia MARCELA.
Vengo á sus puertas por ellos. Lisardo , ¡esa treta á mi!
¡ Yo papel suyo , que ya Luego ¿mil mujeres
Si esta fuera una mujer Hasta memorias quemé ! Le quieren? Hanle engañado.
Menos diestra y entendida , Majadero confiado ,
Pasara segura vida ; Eso ya pasó , ya fue ;
Y pues acabado está , ¿ Con eso engañarme quieres ?
Pero ¿ cómo puede ser, No estás seguro de mi ,
Si apenas le doy enojos , ¿Para qué puede ser bueno
Volverlo á resucitar? ¡Y de mil lo estás !
Cuando de aquel mismo estilo
Ya me ha herido por el filo riselo. (Ap.) LISARDO.

Con un Florencio en los ojos? La mujer me ha de matar. Es mas


¿Cómo la veré? que muero, Estoy de cólera lleno : Tu rigor quemil: ya estás
Si os digo verdad. El juego me ha visto. ¡ Ah cielo! Vengada ; esto basta ansí.
¡Qué poco sabe un rendido ! Por no te dar pesadumbre
LISARDO.
LISARDO.
Nunca mas habló á Teodora.
Muy bien ; Marcela , el hombre te adora,
Que conmigo su desden Bien sabes que te ha querido Tú eres de sus ojos lumbre.
No tendrá rigor tan fiero. Y que te quiere Riselo. Hágase aquesta amistad
Dejadme á mí negociar; No te digo que le quieras , Con protestación...
Que en mis cosas sois discreto, Mas que sus prendas no des ,
Y no te quejes después MARCELA.
Y yo en las vuestras.
RISELO. Si esta burla para en veras ; No quiero ,
Efeto Que si le aprietas , por Dios , Si no me jura primero
Que te haga algún pesar. Que me ha de tratar verdad.
De amor.
LISARDO. MARCELA. RISELO.
Yo quiero llamar. • ¿Acabáis de concertar ¿Cuándo yo no la traté?
382 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Cuándo tu esclavo no fui ? RISELO. Portal de casa de Prudencio.
MARCELA. En mi vida
Hinque la rodilla aquí, Vi desgarro como el tuyo. ESCENA VIL
Y diga ansí... MARCELA. BELTRAN, de criado; LEONOR.
BISELO. Ahora bien ; yo os quiero dar BELTRAN.
Sí diré. De merendar á los dos. No quiero satisfaciones.
MARCELA. LISARDO. ¡Vive Dios , que el forastero
Tuyo soy. ¿Tienes algo? Es el que priva !
RISELO. MARCELA. . LEONOR.
Tuyo soy. Sí , por Dios. No quiero
LISARDO. RISELO. Gastar contigo razones ,
Mira Pues dame de merendar ; Que eres un desatinado
Que eso parece conjuro. Que bá tres días que por tí til-llegando á estar celoso.
MARCELA. Solo he comido un capón, BELTRAN.
Asegurarme procuro. Seis conejos y un jamón. Ladrón de casa es forzoso
LISARDO. MARCELA. ■ Que tope lo bien parado.
Tu imperio, Marcela, admira. Con eso vienes ansí. Este lacayo de Otavio
• MARCELA. RISELO.
Vive en tu casa , Leonor ;
¿Estoy flaco? Cobrándole vas amor,
Ahora bien , bese la mano. Bien me lo dice mi agravio.
MARCELA.
RISELO. En el Prado ¿no le vi
Estás perdido.
¿ Mas que quieres , como mona , Hablar, Leonor, con Salucio ?
No comen mas seis tudescos.
Que te haga buzcorona? LEONOR.
RISELO.
LISARDO. ¿Yo con un hombre tan sucio?
Solo treinta huevos frescos
Abrácense, y quede llano BELTRAN.
Para dormir he sorbido.
Por ciento y un año en paz ,
Hormiguillos y almendradas Todas lo decis ansí.
Gomo la paz de Valencia.
No tienen número. Yo estuve á todo presente,
[Abrázame.) Y por testigo te aplico
MARCELA.
RISELO. La fuente del Abanico:
Bien.
¡Qué me cuestas de paciencia , Mira si es harto corriente.
Bellísima pertinaz ! RISELO.
LEONOR.
Olvídanseme también...
¡Plega á Dios que si le quiero,
ESCENA V. MARCELA. Que jamás tenga ventura !
¿Qué? ¿Ese andrajo, esa basura?
FLORENCIO, GERARDO.— Dichos. RISELO.
BELTRAN.
Florencio. (Ap. á Gerardo.) Tres ó cuatro empanadas. ¡Ay, Leonor, que es forastero,
MARCELA. Y no hay forastero malo !
A buen tiempo hemos llegado.
¡Mirad lo que hay que fiar! Porque en efeto se va ,
GERARDO.
RISELO. Y asi lo poco que da
La amistad se confirmó. Se tiene por mas regalo.
Pues ¿cuál amante lo fué ,
FLORENCIO.
Que por celoso que esté, LEONOR.
Por testigos nos llamó Se acostase sin cenar? ¡ Ay, Beltran , que mi señor
De que ya se ha confirmado. (Vanse Marcela, Lisardo y Riselo.) Y Otavio vienen allí !
GERARDO.
ESCENA VI. BELTRAN.
No hay que fiar en amantes Súbete arriba.
De largo trato y costumbre. FLORENCIO, GERARDO. LEONOR.
lisardo. (A Marcela.) GERARDO. ¡ Ay de mí !
No ha de haber mas pesadumbre. Feos habernos quedado. BELTRAN.
RISELO. FLORENCIO. Temblando estoy de temor.
Tocas, medias, cintas, guantes Pues yo he pensado un remedio , ( Vate Leonor.)
Te quiero dar, prenda mia, Que , si de mi mal no es medio ,
Mañana en cas de la Hermosa, Es para quedar vengado. ESCENA VIII.
Y de una tela vistosa... GERARDO. PRUDENCIO, OTAVIO, SALECIO.
MARCELA. ¿Cómo? —BELTRAN.
Téngase ; qu e eso seria FLORENCIO.
Gasto excesjvo. PRUDENCIO.
Este Lisardo adora
RISELO. ABelisa... ¡Un hombre en el portal !
Mi bien , GERARDO. OTAVIO.
Yo gusto des to. Así es verdad. Llega, Salucio,
FLORENCIO.
Mira quien está allí.
MARCELA.
Y por amor ó amistad PRUDENCIO.
Yo no.
Oiga lo que quiero yo. Este Riselo á Teodora. Con estos celos
Quiero pedirla á Prudencio Yo propio miraré quién es el hombre.—
RISELO. '
Por mujer, y tú también ¿Qué buscáis, gentilhombre , en esta ca-
¿Qué quiere ella que la den?
Pide á Teodora. BELTRAN. [■"
MARCELA.
GERARDO. Señor, pasaba cierto forastero
Doce varas de estameña Harto bien. • De mi tierra , y estoy no bien vestido ,
Para un hábito Francisco,
FLORENCIO. Y quísele esperar aquí escondido.
Con que me suba en un risco
A ser fraila berroqueña , Pues con cuidado y silencio; . otavio. (Ap. d él.)
Y un poco de tafetán ^ue yo les daré un pesar Prudencio...
Para cierto escapulario. ;on que me dejen la presa. PRUDENCIO.
Pero será necesario, GERARDO. Ola vio...
Si lo que pido me dan, Venganza terrible es esa. OTAVIO.
Pedir á Teodora el suyo, FLORENCIO.
Para que por su medida O yo he perdido el seso,
Amor enseña á vengar. O es aqueste el doctor que visitaba
Me le corten. (Yanse.) ABelisa, mi esposa.
EL ACERO DE MADRID. 383
PRUDENCIO. PRUDENCIO. BELTRAN.
i Santo cielo! ¡Ay hija ingrata! Siempre aqueste premio dan
Pues ; el doctor en hábito lacayo! —Trae un hacha y tocino. ( A Saludo. ) A los que son como soy.
BELTRAN.
Yo fui no mas de tercero;
BELTRAN.
Mas como ha llegado el fallo,
¿Soy yo negro? No
¿Mandáis alguna cosa? habiendo yo sido el gallo ,
PRUDENCIO. OTAVIO. ' Estoy en el gallinero.
Oid un poco. Mas te quiero por padre que por suegro. BELISA.
¿No sois vos el doctor ? (Vanse.) ¿Cómo te han subido ahí?
BELTRAN. BELTRAN.
Ya caigo en ello. Halláronme en el portal
Tengo un hermano aquí que me parece. Sala en casa de Prudencio. Con Leonor.
Somos de la montaña y gente pobre ; BELISA.
Servia en Salamanca al doctor Soria , ESCENA IX.
¡ Qué desigual
Aprovechóse bien y graduóse BELISA , TEODORA.
Por un colegio y vínose á la corte. Desdicha !
Súpelo en Cangas, vine á que un • hiciese BELTRAN.
TEODORA. Mucho lo fui.
Algún bien ; y mirándome Un roto.
Negó que era su hermano, y yo, afligido, Ya por la dispensación Conocieron que yo era
Metiine , como veis , lacayo. Otavio y tu padre fueron. Él doctor que te curaba ;
PRUDENCIO.
BELISA. Y puesto que yo negaba
Tia , si entonces le dieron Con invención que pudiera
Y ¿cómo Servir en una comedia.
Tanta pena al corazón ,
Se llama ese doctor? Cuando venga ¿qué será ? Adonde solo se entiende
BELTRAN. Perder pienso los sentidos. Lo que el poeta pretende
Beltran se llama. TEODORA. Para dos horas y media,
PRUDENCIO. Amando ¿qué mas perdidos? No me aprovechó ; y ansí
Me ataron , y á este aposento
¿Y vos? Por mi mal lo supe ya. Me suben á dar tormento.
BELTRAN. BELISA. Doleos las dos de mi.
Beltran también , porque nosotros ¿Cómo, si en esta ocasión BELISA.
De aquel famoso ciego descendimos Mi padre quiere obligarme,
Que llevó por la puente de Alcolea ¡Perdidas somos, Teodora!
Puedo, Teodora , casarme? Todo se descubre.
Los ciento y veinte ciegos. ¡ Ay terrible confusión !
¿Será bien decirle á Otavio TEODORA.
otavio. (Ap. i Prudencio.)
El estado de mi mal? ¡ Ay cielo !
No me agrada. No digasIodeRiselo,
—Mas soy mujer principal ,
PRUDENCIO. Y mucho mi honor agravio. Beltran.
Ni á mi tampoco. ¿ Hablaré algún religioso BELTRAN.
OTAVIO. Que lo diga al padre mió? ¿Cómo no, Señora?
. Sea verdad , que el hábito —Mas temo algún desvario ¿ No ves que soy un gallina?
Mucho de lo que vi le diferencia ; De su pecho riguroso. TEODORA.
Mas ¡vive Dios, que el rostro, el habla, el ¡Oh , nunca á Lisardo viera! Él me ha de echar á perder.
Que son del doctor mismo! • [talle ¡ Nunca Beltran me curara !
Nunca el acero tomara!
PRUDENCIO. Nunca á Manzanares fuera! ESCENA XI.
Pues, sobrino, Que donde van á lavar
Yo quiero hablar con vos distintamente. Cuanto una corte se viste , LEONOR—Dichos.
Mi sangre sois , y no mi yerno agora. Allí , honor, manchado fuiste.
Aunque ha venido ya bula y licencia, TEODORA. LEONOR.
Sospechas traigo de mayor enredo. ¡Ay, Señora! ¿Qué has de hacer?
Sacad la espada , y tú las manos ata Ya ¿de qué sirve llorar?
A ese villano. (A Saludo.) BELISA. Tu remedio determina ;
Que Otavio y tu padre airado
BELTRAN. ¡Oh , malditos los papeles , Un hacha encendiendo están
Las ternuras , los amores ! Para pringar á Beltran.
¡A mi! ¿Por qué, señores? Oh lisonjeros traidores !
OTAVIO. Oh amigos falsos, crueles! BELTRAN.
No despegue los labios , si no quiere ¿Qué será agora de mí? ¡Que muera un hombre pringado,
Una lengua de acero , señor médico. No mas de por ser doctor !
ESCENA X. Cuando yo astrólogo fuera ,
PRUDENCIO.
Esa pena mereciera ;
Por el acero que le dio á Bel isa, BELTBAN, asomándose i una ventana Mas no por curar de amor.—
Mereciera la paga con acero. Belisa , de mí te duele.
alta interior. — Dichas.
SALUCIO. BELISA.
Estése quedo el bellacon. BELTRAN. ¿Cómo te podré librar?
OTAVIO. Ce, Belisa ; ce , Teodora. LEONOR.
Advierte BELISA. Por la puerta no hay tratar.
Que no está bien en el portal ; arriba ¿Quién nos llama ? BELTRAN.
Le puedes encerrar en tu aposento ; BELTRAN. Pues ¿dónde quieres que vuele?
Que quiero examinarle. Yo , Señora. ¿Nunca leíste la historia
BELTRAN. TEODORA. Pe Fernán González?
¿Por qué causa ¿Quién t BELISA.
Me tratáis desta suerte? BELTRAN. Si.
OTAVIO. Beltran. BELTRAN.
¡Oh falso médico! BELISA. ¿Y de la infanta que allí
PRUDENCIO. ¡Beltran aquí! Ganó tan alta memoria?
Di á quién sirves , villano. BELTRAN. BELISA.
SALUCIO. Aqui por mi mal estoy. Ya sé que con un vestido
Vaya arriba, TEODORA. De mujer librarle pudo;
¡ Tú en nuestra casa , Beltran ! Pero ponértele dudo.
Señor doctor fingido.
su COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
LEONOR. PRUDENCIO.
Aquí una llave he traído Ríen puede entrar. ¿Por qué sacáis las espadas,
Que hace á aquel aposento. Pero su nombre me di. Y con tan feas razones
BELISA. SALUCIO. Nos tratáis en vuestra casa ?
Pues quedaos las dos aquí ; Florencio. OTAVIO.
Que he de sacarle dealli , PRUDENCIO. Ajjora sabréis lo que es.—
Aunque fuese por el viento. No le detengas, Ve presto, Salucio, llama
( Vase Belisa , y retirase Beltran de la Ni el hacha mates: será Al dotor fingido.
ventana.) Para acompañarle. SALUCIO.

ESCENA XII. SALUCIO. i Voy. (Vase.)


Ya ESCENA XVI.
TEODORA, LEONOR. Entra.
TF.ODOIU.
ESCENA XV. PRUDENCIO, OTAVIO, FLORENCIO,
¿Dónde aquella loca es ida? FLORENCIO, GERARDO.— Dichos. GERARDO.
LEONOR. PRUDENCIO.
FLORENCIO.
Adonde la fuerza amor. En hora buena vengas. Algún suceso os engaña
TEODORA. ¿Qué novedad es aquesta? A que nos tengáis por otros.
Mejor dijeras su honor. ¡ Tú , Florencio , en esta casa !
PRUDENCIO.
Que importa mas que la vida. FLORENCIO.
Luego, ¿no es tuya la traza
LEONOR. Con razón te lo parece ; Para engañar á Belisa,
Y aun á tí , porque dirá Mas mi padre , que Dios haya , Recogida un tiempo v casta,
Lo que sabe de Riselo. Que fué tan amigo tuyo, Y á la hipócrita Teodora ,
De una edad y de una patria , Con el que aqui te acompaña ?
ESCENA XIII. Me dejó la obligación ¿De fingir la opilación
De servirte. Que ya en cuatro meses anda ,
PRUDENCIO, OTA VIO.—Dichas. PRUDENCIO.
Y que un lacayo ó Reltran ,
prudencio. (Ap. á Otavio.) ¿Qué es la causa Con gorra y con guantes de ámbar,
Que lo han sabido recelo. De venirme á ver de noche? Se finja doctor, y mande
Mas aquí Teodora está. FLORENCIO. Que salga por las mañanas
OTAVIO.
Que la vergüenza á la cara Al Prado , con el acero
Si ha de dar por fuerza voces, Pusiese este velo negro. Que vida y honra me pasa?
¿Quién duda que han de saber Aqui conmigo te aparta. FLORENCIO.
Todo lo que se ha de hacer? PRUDENCIO. Este que traigo ceñido,
Cualquiera cosa que quieras , A mí me pase hasta el alma ,
PRUDENCIO.
Seguramente la traía Si tal hice.
Ya es de noche : ansí le goces , Delante de Otavio, que es OTAVIO.
Que dejes hasta que sea Hijo de mi hermano.
Mas tarde la ejecución. ¿Cómo no?
FLORENCIO.
OTAVIO. ESCENA XVII.
Reviéntame el corazón, Estaba
Necio por no conocerle ; SALUCIO.— Dichos.
Que la venganza desea. Que ser vuestra sangre basta.—
Ecba tu hermana de aquí.— Tenedme por vuestro.
(Recio.)Tá, Leonor, vé á tus haciendas. SALUCIO.

( Vase Leonor. ) OTAVIO. El hombre que preso estaba


. Yyo (El doctor digo ó lacayo),
PRUDENCIO.
Lo mismo os ruego. Sin duda alguna almohaza
Teodora , puesto que entiendas Las muías de los demonios,
Lo que no entiendo de tí , FLORENCIO.
Quien ama Porque ni parece en casa ,
Déjame solo un momento. Ni se sabe de tu hija.
TEODORA.
Dicen que tiene licencia
De hablar sin arengas largas. OTAVIO.
Haz tu gusto , y ¡ plega á Dios Este caballero y yo, ¿De Belisa? Otra desgracia.
Que no os resulte á los dos Que es Gerardo ele Navarra, PRUDENCIO.
En mas pena y sentimiento! Que está haciendo en esta corte ¿Mi hija falta con él?
PRUDENCIO. Los negocios de Tafalla , SALUCIO.
Vé con Dios , santa ; que ya Hemos visto algunos dias,
Se sabe tu hipocresía. Y muchos oido en fama , Beltran y tu hija faltan.
TEODORA. La hermosura y la virtud PRUDENCIO.

Quien habla en la honra mia , De lielisa v vuestra hermana ; Dame esa espada , sobrino ;
En la de fuera ¿q*ué hará? Y aunqueíiubiera los terceros Octavio, dame esa espada.
¿Así te despeña Otavio, Que era justo; porque agravia Matar á mi hermana quiero.
Con años locos y pocos? Quien ama á su mismo amor OTAVIO.
Si por sí mismo no habla , ¿Qué culpa tiene tu hermana?
PRUDENCIO.
Como veis, venido habernos.
Vete , y déjanos ser locos. FLORENCIO.
PRUDENCIO. Señores , ¿queréis que os diga
TEODORA. No digáis mas ; que quien pasa
¿Tú eres noble? Tú eres sabio ? ( Vase.) Tan adelante en las obras. Quién todo este daño os causa?
Pues sabed que el uno dellos ,
No lo ha de hacer en palabras. — , Que me ha quitado una dama ,
ESCENA XIV. Veis aquí, Otavio, los dos Me obliga á venir aquí
SALUCIO.— PRUDENCIO, OTaVIOÍ Que mi honrada casa infaman ; A quitarle , por venganza ,
Que como al doctor ven preso, A Belisa desta suerte.
SALUCIO.
Hales temblado la barba. — Venid antes que se vayan ;
Cuando estaba apercebida Cierra esas puertas , Salucio. Que yo os diré dónde están.
El hacha , á la puerta llama OTAVIO. OTAVIO.
Un hidalgo, cuya fama Muy bien has dicho. No salgan ¡ Caso extraño !
Es agora conocida Sin que averigües primero PRUDENCIO.
En toda la corte. Abrí ; El autor de tanta infamia. i Cosa extraña!
Que no lo pude excusar. GERARDO. FLORENCIO.
¿Ha de entrar? Señores, ¿qué es lo que hacéis? ! Seguidme.
EL ACERO DE MADRID.
PRUDENCIO. Los que con Lisardo están BELTRAN.
¿Quién es? MARCELA. En mi casa muchas veces.
FLORENCIO. Mujeres celos me dan. LISARDO.
Seguidme. ¿Cosa que Teodora sea? ¡Que haya aqui tantos jueces!
PRUDENCIO. RISELO. MARCELA. (Ap.)
Sobrino , tomemos armas. ¿Teodora habia de ser, ' ¿Es posible que resisto
OTAVIO. Hermana de un hombre grave? Mi celosa condición
Prudencio, con tanto acero MARCELA. Sin descubrir esta dama?
Embotarán las espadas. Como de esos graves sabe belisa. (Ap.)
( Vanse.) Amor humildes hacer. Dirá después que me ama
RISELO. Lisardo: ¡oh linda aticion!
Calle. Hablando está con Lisardo. Mirad si está entretenido
No tengas celos de mí. Con el lacayo enmantado.
ESCENA XVIII. lisardo. (A Beltran.)
MARCELA.
BELISA , con capa , espada , sombrero ¿Quién viene con ella? Señora , ¿dónde os he hablado?
y vaquero; BELTRAN, de mujer y RISELO.
Donde me habéis conocido ?
con manto. Aqui BELTRAN.
"relisa. Está un mancebo gallardo. ¡ Ay ! qué desconocimiento !
¡Oh , lo que la noche encubre! márcela. (A Belisa.) LISARDO.
BELTRAN. ¡Ah , gentilhombre ! ¿quién es Mucho lo debo de ser.
Gallarda vienes , por Dios. Esta encubierta señora? BELTRAN.
BELISA. BELISA. Yo os he dado de comer
Trocado habernos los dos ¿Soncelitos? Mil veces.
El ser que el hábito cubre. lisardo.
MARCELA.
BELTRAN. ¡ Extraño cuento !
De Teodora.
Yo llevo gentil galán. ¿Vos á mí?
BELISA.
BELISA. BELTRAN.
No es tan ligera de pies. Sí , y aun por mí
Yo llevo famosa dama.
MARCELA. Soléis andar á caballo ,
BELTRAN.
Pues ¿quién es aqucsla dama Y aun otras cosas que callo,
Aquí está Lisardo. Con quien habla este galán? Por no descubrirme aqui.
BELISA. BELISA. Por vos cierto padre viejo
Llama; Doña Constanza Beltran. No há un hora que me pringaba.
Que no te conocerán. LISARDO.
MARCELA.
BELTRAN.
¿Cómo? ¿ Sois negra ?
Tú has de llamar; que yo no. BELISA. BELTRAN.
BELISA. Este nombre se llama. Soy vuestra esclava.
¡ Ah si ! que soy el que guardo. Es mujer de tanto punto , Dióme una dama el consejo
¡Ah de casa! ¡Ah , seor Lisardo! Que si sale , lleva mas De que me viniese así ,
ESCENA XIX. De algún caballo detras. Porque si no, ya tuviera
MARCELA.
La panza como una cera.
LISARDO, RISELO. — BELISA.de LISARDO.
hombre; BELTRAN, de mujer. La cantidad os pregunto.
BELISA.
¡AyDios! ¡quién se hallara allí!
lisardo. {Dentro.) BELTRAN.
¿Llamaron? Pesará catorce arrobas.
MARCELA. (Ap.) ¿Cómo hallar? Burla pesada
biselo. (Dentro.) Os pudiera suceder.
Si. No es muy bobo el escudero;
Mas desengañarle quiero LISARDO.
lisardo. (Saliendo.) Por Dios , que debéis de ser
Que no esta hablando con bobas.
¿Quiénes? La bella malmaridada.
BELISA.
belisa. (Embozada.) ¿Tenéis marido?
Si os digo la cantidad ,
Yo. Un cuarterón mas ó menos , BELTRAN.
LISARDO. Si allí
¿En qué os engaño?
¿Quién busca á Lisardo? lisardo. (A Beltran.) Os halláis , Dios me confunda
BELISA.
Tan buenos Si no os pegan una tunda
Aquí Ojos descubrid , mostrad De las mas lindas que vi.
Os espera cierta dama. Los dos. LISARDO.
LISARDO. BELTRAN. En obligación estoy
¡ Dama á mi ! ¿ Cómo se llama? ¡ No , sino los tres ! A lo que por mi pasáis ;
BELISA. LISARDO.
Mas como no os descubráis,
Eso no me toca á mi. Desobligándome voy.
¿No podéis ser tuerta?
Habladla y sabréis quién es. BELTRAN.
BELTRAN.
LISARDO. ¡ Ay, Señor, qué disfavores
¡Ay Dios! Tan notables que me hacéis!
¿Es Leonor?
LISARDO. Por Dios , que no me dejéis ,
beltran. (Fingiendo voz de mujer.)
¿No me conoce? Ea , descubrid los dos. Si habéis de tomar amores ;
BELTRAN. Y pues tan bien os serví
lisardo. Las mañanicas de mayo ,
Vuesamerced no se emboce. ¡Jesús ! Tiempo habrá después.
Si habéis de tomar lacayo,
¿Cómo ha venido? LISARDO.
No dejéis por otro á mi.
BELTRAN. ¿No sabré yo la ocasión
LISARDO.
En los pies. Por que venis á buscarme?
BELTRAN.
¿Es Beltran?
ESCENA XX. BELTRAN.
¿Qué puedo mas declararme?
R1SELO, MARCELA.— Dichos, Digo que os tengo afición. Pues ¿no lo ves?
riselo. (Ap. á Marcela.) LISARDO. LISARDO.
Déjame, mi bien, que vea Pues ¿adonde me habéis visto? ¡ Hay tan extraña novela !
L-i. 25
386 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
BELTRAN. GERARDO. Pudiéndolo yo decir,
Calla , y burlaré á Marcela ; No hay que llamar; que á la puerta Que es el mejor desengaño?
Que hay grandes cosas después. — Deben de estarle aguardando. FLORENCIO.
¡Ah, señor Riselo ! prudencio. Habla pues ; que , como sepa
RISELO. ¿ Quién va ? Que es tu gusto, estoy pagado
¿Ami? LISARDO. De mi amor y mis deseos.
BELTRAN.
¿Quién pregunta quién? MARCELA.
A vos pues. PRUDENCIO. A Riselo doy los brazos.
riselo. (A Marcela.) Un hombre noble agraviado. RISELO.
Con tu licencia. LISARDO. ¿ Estás contento?
MARCELA. (Ap.) ¿ Es Prudencio ? FLORENCIO.
PRUDENCIO.
¿Tendré con esto paciencia? Sí estoy. (A Beltran.)
Y sin prudencia.
riselo. [A Beltran.) ¿ Eres por dicha Lisardo ? OTAVIO.
Ya que habéis venido aquí , , LISARDO.
Señora, desembózaos.
Que os descubráis os suplico, BELTRAN.
Porque aquella dama os vea. Yo soy , Señor. ¿ A quién buscas?
PRUDENCIO.
¿A las mujeres por qué?
beltran. OTAVIO,
No puedo. A ti te busco .villano.
riselo. LISARDO.
Porque una mujer buscamos.
¡ Villano á mí ! Si no fueras BELTRAN.
¿Porqué?
De tu edad... Pues sepan que yo soy hombre.
beltran.
PRUDENCIO. PRUDENCIO.
Soy fea. Este es el doctor lacayo.
riselo. El que es hidalgo
No hace infames los hombres OTAVIO.
No hay fea con tan buen pico. De mi sangre y de mis años. ¿Malaréle?
BELTRAN. PRUDENCIO.
LISARDO. ■
Aun no lo sabéis muy bien ; ¿ Qué te hice yo en mi vida? No ; que importa ■
Que no me habéis visto hablar. Que viva.
PRUDENCIO. OTAVIO.
MARCELA. ,
¿Parécete poco agravio , Pues j tú con manto !
ÍAp. ¿Téngome yo de matar Después de haber á mi hija ,
'orque estos hablando estén?) Di luego dónde llevaste
Como á ignorante , engañado, A mi prima, ó por los labios
Fuera digo, j Vive Dios , Y con el hngido acero,
Que os habéis de descubrir ! Te haré tomar el acero
En las mañanas de mayo, Que á uuestras honras has dado.
BELTRAN. Puesto mi honor por el suelo,
BELTRAN.
¿A mí se me ha de decir Como salteador del campo ;
Tal desacato por vos ? Habiendo al doctor ungido Quedo, señores.
¡ A la niña , á la beata , Preso, y sabiendo su engaño, PRUDENCIO.
A la fraila del cordón ! Sacarla él mismo? Pues oje : ¿ Qué es quedo ?
¡ Ay Jesús , qué tentación ! Caballero soy honrado ; BELTRAN.
¡Que me tira , que me mata , Yo no he de traer justicia , Aunque me hagáis mil pedazos ,
Que me destoca ! La que tengo son mis manos. No diré dónde la tengo,
MARCELA. Para ti bien basto yo , A fe de pobre asturiano,
¿ Quién eres ? Y para Riselo Otavio ; Si no me dais la palabra
Para los que están contigo', De que á Lisardo , mi amo ,
BELTRAN.
Beltran soy. Bastan Florencio y Gerardo. Se la daréis por mujer.
Y si trajeres mas gente. PRUDENCIO.
MARCELA.
Aquí me sobran criados , Eso es forzoso , y yo gano ;
¡ Beltran ! Y yo solo basto á todos.
BELTRAN.
Que bien sabe mi sobrino
LISARDO. Que quien loma acero en mayo ,
Pues ¿quién? Si en servirla os hice agravio , No estará para mujer
LISARDO. Por la parte de ser pobre Hasta los unes de marzo.
A mi me burló también. (Que en las demás os igualo) , BELTRAN.
RISELO. Yo os daré satisfacion Pues esta es Belisa.
Demonio en las burlas eres. Dando á Belisa la mano ;
OTAVIO.
Cúbrete ; que viene gente. Mas ¡vive Dios, que no sé
Dónde ó cómo la lia llevado ¿Quién?
MARCELA.
El hombre que vos prendistes ! BELISA.
Meteos bien en el portal. OTAVIO.
Yo soy, que á tus pies aguardo
LISARDO. Pues , Lisardo , si estáis salvo Perdón.
Acá vienen. Del cometido delito, PRUDENCIO.
RISELO.
Dad lugar á que, mirando Antes que te mire,
Algún mal La casa , os dejemos libre. Dale á Lisardo la mano ;
Temo. Hue á la santa que tu amor
LISARDO.
BELTRAN. ubrió del hábito pardo ,
Eso no puedo negarlo. Yo le daré un monesterio.
No huyas , detente. FLORENCIO. BELTRAN.
ESCENA XXI. Señor, mírense primero ¿Y á Leonor?
Los que miráis embozados. PRUDENCIO.
PRUDENCIO, OTAVIO, FLORENCIO, RISELO. Tengo pensado
GERARDO, SAL U CIO, ¡y criados ar Yo soy Riselo , y quisiera , Dársela á un doctor fingido.
mados.—Dichos. Florencio, en lugar hallaros Con esto á mi casa vamos ,
Que os dijera si es bien hecho... Adonde cenando juntos,
FLORENCIO. FLORENCIO. Queden en paz los agravios.
Esta es la casa. Y yo también tiempo aguardo LISARDO.
GERARDO. En que os diga si es Marcela Aquí acaba la comedia
Aqui están. Vuestra. En vuestro nombre. Senado ,
FLORENCIO. MARCELA. Del Acero de Madrid.
Llama á esa puerta , Gerardo. ¿ Para qué es cansaros , Bésaos las manos Belardo.
AL PASAR DEL ARROYO.
PERSONAS.
JACINTA, i DON LUIS. ANTÓN.
TERESA, [labradoras. BENITO. MENDO, t/¿e,/'<>.
DORENA, ' PASCUAL. GUZMAN.
LIS \I¡I)A, ¡lama. LAURENCIO. UN HORTELANO.
ISABEL , criada. SILVIO, criado. Labradores.
DON CARLOS. MAYO , criado. Músicos.

La escena es en Barajas y Madrid.

Hasta que llegue la fiesta. Por decreto celestial


ACTO PRIMERO. Aunque ya el tiempo me vale ; Esto quieren las estrellas ,
No porque el torno solar Y yo lo que quieren ellas.
Dias y noches iguale, BENITO.
Campo de Barajas. Mas porque á ver vendimiar Nunca su Autor las crió
Tal vez a las viñas sale. Para forzarnos ; que yo
ESCENA PRIMERA. PASCUAL. Bien puedo librarme dellas.
JACINTA, TERESA. Vendrá á matar labradores ; JACINTA.
Mas siendo alegre dolor Pues ¿ cuál es tu inclinación ?
JACINTA. El amor en sus rigores , BENITO.
En mi vida tuve amor. En parte es hacer favor,
Benito, el matar de amores.— Quererte.
TERESA. Pero ¿no es Jacinta aquella? JACINTA.
Para ser tan entendida , BENITO.
O fuerza ó padece.
Mucho admira tu rigor. Teresa , su grande amiga , BENITO.
JACINTA. A la fe , viene con ella. No puedo.
Yo paso mejor mi vida. Pero déjame que diga JACINTA.
TERESA. Que es de sus rayos estrella. Luego ellas son
La sola no es la mejor. JACINTA. Quien fuerzan al que aborrece ,
JACINTA. ¿Qué hay, Benito? Como al que tiene afición.
BENITO.
El que dio su voluntad , BENITO.
Ya no goza libertad ; Dafne esquiva. No dices bien , porque yo
Luego vivir en prisión Amo, y el amar es bien,
PASCUAL.
No parece discreción , Y al bien nadie resistió ;
Teresa... Pues siendo mal el desden,
Sino pura necedad. TERESA.
TERESA.
Tú has de resistir, yo no.
Pascual, hermano... JACINTA.
No ha dado el cielo á la tierra JACINTA.
Otro bien como el amor : Forzándome á aborrecer
Todos los bienes encierra. ¿Qué se trataba? El cielo á lodos los hombres,
JACINTA.
BENITO. Resistir á su poder
Asi viva Fuera locura.
Mas antes todo el rigor, La luz de ese soberano BENITO.
Toda la discordia y guerra, Sol , que al sol de rayos priva,
Y el mas soberbio enemigo. ¡ Que nombres
Que de un monstro se trataba , Fuerza tu mismo querer!
TERESA. De cuya pintura brava Deja la vana aspereza
Antes su descanso y paz. Tiembla, Jacinta, la villa; Con que me tratas así ;
JACINTA. Que si hay dellos maravilla, Que ofende tanta belleza
Yo le huyo. Tú eres maravilla ola va. Como el cielo puso en ti ,
TERESA. Monstros son tus bellos ojos , Tan bárbara rustiqueza.
Yo le sigo. Contradiciéndose en ellos Escoge en todo Barajas
JACINTA.
Las paces y los enojos, El mozo de mas ventajas,
Tan bellos, que al ir á vellos O algún criado del Conde ,
Yo pienso estar pertinaz. Llevan el alma en despojos. Si mas á tu humor responde
TERESA. ¿Qué monstros hay en el suelo La seda que no las pajas.
Y yo esperar tu castigo. Como ver sus luces puras Toma ejemplo en la azucena,
Dar fuego entre nieve y hielo, Que de granos de oro llena
ESCENA II. Con que parecer procuras Al aurora resplandece ,
Cielo , mas airado cielo? Y que marchita anochece
PASCUAL, BENITO, sin ver d—JACIN ¿Cuándo ha de llegar el día Llena de tristeza y pena.
TA v TERESA. Que á algún dichoso himeneo Mira los lirios al alba ,
Rindas tu helada porfía? Cuando al padre de Faetón
BENITO. Que verte de otro deseo , Hacen los pájaros salva ;
Esto que digo me cuesta. Si es imposible ser mia. Que no en balde á la ocasión
PASCUAL. JACINTA. Pintaron desnuda y calva.
Tú pasas vida inhumana. Benito , si cada cual Si cuando verte no quieras ,
BENITO. Sigue bien su inclinación , Piensas que te han de querer,
Ño haces bien en sentir mal Yerras loca , necia esperas ;
Y con un no por respuesta, Que en bellezas de mujer
Sin sol toda la semana , De mi esquiva condición.
OOo COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Pasan las horas ligeras. Que supuesto que te vea , ISABEL.
JACINTA. Como dices , no querer, Ni hay para qué mirar mas.
"Va tu mucha libertad No es posible que lo crea ; LISARDA.
Coa mi paciencia se mide ; Que es condición de mujer ¿ Es coche aquel ?
Que es dar, aunque haya amistad , Negar lo que mas desea.
ISABEL.
Consejo á quien no le pide, (Vanse.)
Bachillera necedad. Buena estás.
Para lo que jo profeso , LISARDA.
No es mi soledad exceso , Tengo el pensamiento en él.
Mezquina mi condición , Madrid. Sala en casa de don Luis. Isabel.
Pues que ya la inclinación Coche pienso que ha parado.
De mi aspereza contieso. ESCENA IV.
Mas precio en el soto ó selva LISARDA.
Seguir de Atalanta el paso, LISARDA, ISABEL. Antes en mi pensamiento
Sin que al oro el rostro vuelva Anda mas que el mismo viento.
Hasta que el sol al ocaso ISABEL.
En oro ó sangre se envuelva ; ESCENA V.
Esto responde al papel.
Y en aqueste manantial , DON CARLOS, muy galán, de camino;
Que riega con varías venas LISARDA.
El prado, á un jardín igual , Muestra ; que ya estoy turbada. MAYO— Dichas.
Ver retozar las arenas ISABEL.
MAYO.
Con los golpes del cristal ; Si ya estás desconfiada ,
Mas precio coger las flores , ¿Qué temes que venga en él ? ¿Sin licencia te has entrado?
De quien la naturaleza Demás, que ya son excesos DON CARLOS.
Y el cielo fueron pintores, Tanto cuidado y temor. Cuando la vengo á pedir,
Y que ciñan mi cabeza LISARDA. ¿Cómo la puedo tomar?
Las cintas de sus colores ; Desconfianzas de amor Y no me vengo á mudar,
Mas precio ver susurrando No mejoran los sucesos. Aunque me vengo á partir.
Las avejas codiciosas , LISARDA.
Su arquitectura formando, (Lee.) «En mi enfermedad hice una
•promesa á san Diego ; y asi, me parto á ; Jesús ! Carlos, ; tan galán
Y en estas selvas quejosas A cosas de devoción !
Los ruiseñores cantando ; «Alcalá : holgárame que hubiera en ella
«qué traeros ; pero como su trato es es ¿ A tan divina estación
Que tus penas y cuidados , Cosas tan humanas van?
Amores ciegos y locos , tudiantes, no pienso que serán á pro-
«pósito para regalaros. Pasaré con el ¡ Plumas , colores ! ¿Qué es esto?
Buenos solo imaginados , «coche por vuestra puerta, para llevar Don Carlos, no me agradáis.
Donde hay dichosos tan pocos, A diverso intento vais
Y tantos son desdichados. «mas presentes vuestros ojos en esta au-
«sencia.» Con esas galas dispuesto ;
( Yase , y sigúela Teresa.) ISABEL.
Sino que a imitar venís ,
Temiendo mi desconsuelo ,
ESCENA III. Donaire tiene el papel. Al arco hermoso del cielo,
LISARDA. Y tras las aguas salis ;
BENITO, PASCUAL. Y tiene tanto donaire, Que las disculpas mejores
Que le ha de llevar el aire , Es serenar de mis ojos
benito. (Mirando á Jacinta marcharse.) Y al mismo dueño con él. Las tempestades de enojos,
A tanta resolución ISABEL. Vuelto en arco de colores.
Y furia , yo no aconsejo ; Yo me acuerdo que algún dia Pero mas que de un abril
Que donde hay obstinación , Fuera reliquia , colgado Vuestro campo, Carlos , es,
Sirve el mas cuerdo consejo Del cuello. Pues en el del cielo hay tres ,
De espuela á la ejecución. LISARDA. Y vos venis con tres mil.
Mucho en casarte acertaras ; No se ha pasado DON CARLOS.
Que mal tu belleza empleas. La misma necia porfía ; Si añadís las que me salen
Si en selvas y aguas reparas , Pero un disgusto de amor Al rostro de que os quejéis ,
Después que casada seas, Al mas tierno pensamiento Bien decís ; ni aun hallaréis
Serán tan verdes y claras. Obliga á desabrimiento, Arco ó campo á quien se igualen.
No hay bien que pueda llamarse Y el enojarse á rigor. Mas como naturalmente
Bien , faltando compañía ; Vuelve á coger los papeles ; Todas las mujeres son
Que es fuerza comunicarse. Que , asi rotos como están , Quejosas , su condición
PASCUAL. Mis celos eslimarán Nunca dice lo que siente.
Deja esa vana porfía ; Sus desengaños crueles. Aquí no hay de que tener
Que es ignorancia cansarse. ISABEL. Celos : yo voy á cumplir
Después en otro lugar Bien dicen que es niño amor, Lo que , llegando á morir,
Podrás á Jacinta hablar Pues lo mismo que tú has hecho Después de Dios, pude hacer ,
Y merecer sus favores ; Suelen hacer con despecho Que fué rogar á su santo,
Que no andan bien los amores ¥ con infante furor ; Por cuyo medio cobré
En cestos de vendimiar. Que aunque pidiéndole están Salud.
Mira cómo tus criados Con notable desconsuelo , LISARDA.
Cogen racimos opimos , Arrojan el pan al suelo, ¿ Niego yo que fué
De que van carros cargados , Si no les dan presto el pan. Justo, ni me alargo á tanto?
Para colgar de racimos ¿Qué haré de aquestos pedazos? Mas pienso yo que san Diego
Tantos lagares lavados ; Sayal pardo se vistió ,
LISARDA.
Que si no fué con ventaja Y no muy nuevo ; que yo
La cosecha deste agosto, En esta manga los pon ;
Que si del alma lo son, Bien sé que era pobre y lego.
Agora en todo Barajas Y como ir á visitar
Con la abundancia del mosto Bien andarán con los brazos.
Espera. ¿Qué dice aquí? A un hombre en una prisión
Rebosará» las tinajas. Con galas no era razón,
Ea pues, vamos de aqui. ISABEL. 0 algún muerto acompañar
BENITO. Tú propia enciendes tu fuego. Con plumas hasta el entierro ,
Vamos.—Y ¡ plegué á los cielos, LISARDA. Paréceme que no vais
Pues no te dueles de mi , En esta parte: San Diego A propósito.
Que quieras con tantos celos ¡Buen agüero para mi ! DON CARLOS.
Como yo tengo de ti ! No miro mas, Isabel. Vos dais ,
AL PASAR DEL ARROYO.
Lisarda , en un grande yerro , En cambio de mas amor. Y á ofrecerme también para serviros ;
Pues no voy á visitar LISARDA. Que estoy aficionado á vuestro nombre.
Preso ni muerto , pues vive Pues asi sobre ella veas DON LUIS.
En Dios , adonde recibe La encomienda de mas fama , Bésooslasmanospor merced tan grande;
Parabién , que no pesar. Como mientes; que quien ama Que yo lo estoy del vuestro desde un día
Pues quien goza lauta gloria, No da disgustos. Que en la carrera os vi con aire tanto,
Con colores se ha de ver. DON CARLOS. Que pudieran en Córdoba envidialle :
LISARDA. No creas Y así , os suplico que de aquí adelante
Ya sé que habéis de vencer. Que te lo dé mi partida. Os sirváis desta casa como propia. ,
DON CARLOS. Acabóse , no me voy. DON CARLOS.
Será la primer Vitoria; Ya no me voy. Lo mismo os pido yo ; que de la mía
Pues no tengo cosa en mi LISARDA. Habéis de ser de aquí adelante dueño.
De que vos no hayáis triunfado. Necia estoy ; ■ayo. (Ap. á Isabel.)

{Hablan bajo.) Mas confieso que en mi vida ¿Qué te parece desta polvareda
HAYO. Cosa me ha dado temor Que levantó tu ama ?
Y ella (que en fin ha callado) Como es aquesta jornada. ISABEL.
DON CARLOS.
i Qué es lo que dice de mi ? Que se usan
Si se visten los criados Digo que ya está acabada. Mil amistades desta misma traza,
Lo que los amos desechan , LISARDA. Adonde el ofendido y agraviado
¿Cómo tan mal se aprovechan No , Carlos , no , mi señor ; Queda con las ofensas obligado.
Desta verdad sus cuidados? Que solo con que digáis , DON LUIS.
De las sobras de los celos Solo con verme afligir,
Que su ama gasta aquí , Que ya no os queréis partir, ¿Qué caballero es este que conozco,
i No hay un retal para mí ? Ya quiero yo que os partáis. A cuya información partís agora?
ISABEL. Amor entre los amantes DON CARLOS.

¿Comparaciones de cielos Tiene aquesta condición. (Ap. Si digonombreconocido.ymiento,


Presumía el lacayon ? DON CARLOS. Destruyo la invención ; mas acertado
Sus amores son indinos : Vanos los temores son Será decir un nombre que no haya.)
Los de Carlos son merinos, En jornadas semejantes. Yo pienso que es muy vuestro conocido
Y los suyos burdos son ; Que temáis me maravilla Don Nofre de Canaria.
Que susrequiebros , en fin , Desde Madrid á Alcalá. DON mis.
Están por gente de plaza , ¿ Qué Toledo en medio está , Ni á mi oído
Impresos con almohaza Qué Granada ó qué Sevilla? Llegó jamás su nombre.
En las ancas de un rocin. LISARDA. DON CARLOS.
MATO. Luego sin celos, quien ama, Si por dicha
Luego ¿ hav celos de ramplón , ¿ No teme peligros fieros ? No le tenéis por limpio, ¿de qué sirve?...
Y requiebros de obra gruesa ? DON CARLOS. DON LUIS.

ISABEL. Pues la venta de Viveros Por esa cruz y por la desta espada ,
Los amores que él profesa ¡ Es canal de Bahama , Que os engañó, don Carlos, quien os dijo
Comedias de vulgo son , La Bermuda ó las Sirenas , Que conozco á don Nofre de Canaria.
Deslas de grandes patrañas Donde hay peligros tan grandes; DON CARLOS.
Imposibles, y ruido, O son los bancos de Flándes , Pues yo jurara que con él un día
A quien les lia sucedido De Jarama las arenas? Os vi jugar en casa de un amigo.
Lo que á los juegos de cañas , He de topar de aquí allá
Mas que estudiantes y aldeas? DON LUIS.
Que van á ver las libreas , ¿Qué señas tiene ese hombre?
Y no lo que han de jugar. LISARDA.
Parte , mi bien , como creas DON CARLOS.
MAYO.
Que quedo sin alma ya. Es alto y flaco,
Pues di , ¿cómo me has de hablar, De color macilento, y barbirrubio,
Si no es que no lo deseas? ISABEL.
¡ Ay, Señora ! Tu hermano. Un poco calvo ; pero gran soldado ,
ISABEL. Que por la guerra el hábito le han dado.
Lisarda hablará en discreto DON CARLOS.
DON LUIS.
Con Carlos , yo en necio á tí. ¿Qué remedio?
Vuelvo á decir que no le vi en mi vida.
MAYO. LISARDA.
DON CARLOS.
Una necedad me di. Piénsale tú ; porque esconderte es cosa,
Como mas sospechosa , peligrosa. Hoy ha de ser forzosa mi partida :
ISABEL. Dadme licencia ; que volviendo, os juro
Que me guardes un secreto. ESCENA VI. De veniros á ver con mas espacio.
MAYO. DON LUIS.
Pues ¿no le sabré guardar? DON LUIS.— Dichos. Yo acudo algunas veces á Palacio;
ISABEL. Que tengo un pleitccilloenel Consejo,
DON LUIS. Y nos podremos ver todos los días.
Tú ¿no eres criado? ¿ Búscanme á mí , Lisarda , por ventura DON CARLOS.
MAYO. Aquestos caballeros?
Sí. Señora, ¿qué mandáis?
LISARDA.
LISARDA.
ISABEL. No hay en casa
Pues basta. Otra persona á quien buscar pudieran. Que os guarde el cielo,
Como el señor don Carlos es del hábito, Y que os traiga con bien.
MAYO.
Ahora bien ; á tí Envíale el consejo de las Ordenes don cárlos. (Ap. á Mayo.)
i Cómo te tengo de habí ar ? A cierta información de un caballero, ¿ Qué te parece?
Que si tú en necio me hablas , Y dice que al partir, y aun en el coche, MAYO.
No te he de hablar en discreto. Le dijeron que tú jurar podrías, Que fué toda la traza necesaria.
lisarda. (A don Carlos.) Por conocer sus padres ; y asi , viene ¿Dónde hallaste á don Nofre de Canaria,
A informarse de tí , como me ha dicho. Tan alto , desvaido y vayandino ?
Frivolas son , te prometo ,
Cuantas disculpas entablas. mayo. (Ajo.) don CARLOS.
Pagas mi amor con rigor. ¿ Hase visto embeleco semejante? Bien llevo que reír todo el camino.
DON CARLOS. DON CARLOS. (Yanse don Cárlos y Mayo.)
Por esta cruz de Santiago, Con esta información vine á buscaros ;
Lisarda, que te le pago Que es cosa que meimportasumamente,
nno COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA VII. Por ella quiero ir, y has de ir conmigo, SILVIO.
Para que de tí venga acompañada. Pues bien puedes prevenirte.
LISARDA , DON LUIS , ISABEL. Pero no han de saber quién es. BENITO.
LISARDA.
DON LUIS.
De la música y la mar.
Pues dime, Oigo decir que entristecen
i Honrado caballero , por Dios vivo! ¿Has de traerla aquí? Mucho mas los que lo están.
LISARDA. DON LUIS. PASCUAL.
Un poco hablé con él , y me parece Mientras que viene Los ojos te alegrarán
De buen entendimiento. La orden en que llevarla me mandare, Que solo bien te parecen.
DON LUIS. Y que la mudes tú traje y lenguaje.
BENITO.
Desta traza LISARDA.
¿Sabes tú qué han de venir?
Quisiera yo , Lisarda... ¿En qué lugar está?
PASCUAL.
LISARDA. DON LUIS.
Al baile nunca faltaron.
¿Qué? Barajas. BENITO.
DON LUIS. LISARDA.
Hoy mis penas intentaron ,
Un cuñado. Bueno, Pascual, morir ó vivir.
LISARDA. El traje solo podrá ser mudarle ; PASCUAL.
¡Sin duda que te trae desvelado Que en lo demás , la lengua de la corte
Este cuidado á tí ! Tiene juridicion por cinco leguas, ¿Cómo?
Y Barajas está dos leguas solas. BENITO.
DON LUIS.
¿Qué dia quieres ir? Con su padre hablé,
Pues , por tu vida , Y por mujer la pedi.
Que si agora vivieran nuestros padres, DON LUIS.
PASCUAL.
No les diera ventaja en el deseo Pase la entrada
De tu remedio. De nuestra serenísima princesa. ¿Mas que te dijo que si ?
LISARDA. LISARDA. BENITO.
Basta; yo lo creo. ¿Tienes ventanas ya? Pero nó creo Hasta agora no lo sé,
Mándente á ti jugar á la pelota, Que serás tan galán : allá tus damas Porque es tan prudente el viejo,
Y de noche á las pintas , y mudarte Merecerán balcones para verla. Que término me pidió.
Del hábito galán que traes de dia , DON LUIS. PASCUAL.
En el tabí ele plata y medias blancas , Tú tienes los mejores de la corte. Él viene. i
Tomar sombrero con la falda vuelta, BENITO.
LISARDA.
Asida del corchete de diamantes , Hablaréle yo.
Cadena v otras galas semejantes ; Doyte mis brazos.
PASCUAL.
Y venir a dar golpes, y á acostarse DON LUIS.
Habrán entrado en consejo
Cuando ya quiere el alba levantarse, A comer nos vamos. El y su hija por dicha.
Y pedir de comer á las dos dadas , LISARDA.
Rinendo sobre el cuello á mis criadas ; Gran principióme has dadoenlas venta-
Que no acordarte, Luis, de mi remedio, ESCENA X.
don luis. [ñas-
Porque esas son las cosas que ol vi dadas
Tienes, del mar de tu rigor en medio. Yo te daré los postres en casarte. ( Vase.) LAURENCIO.— Dichos.
DON LUIS.
Dejemos quejas ¡oh Lisarda mia! ESCENA VIII. BENITO.

Comunes entre hermanos, cuanto injus- Laurencio , el cielo te guarde.


Que tú verás si mi cuidado es solo [tas; LISARDA, ISABEL. ¿Qué hay de mi dicha esta tarde?
Esas galas que dices y esos pasos. Bien dijera mi desdicha.
Nunca ponéis en cuenta las mujeres LISARDA. LAURENCIO.
Aquello de sentaros al espejo Isabel.. Benito , de tus méritos seguro
Con tanta multitud de redomillas, ISAREL. Y del valor de tus honrados padres ,
Que no hay pintor que tenga mas colores; Mi señora... No dudes de que diera á tu esperanza.
El tiempo que gastáis en hacer mudas, LISARDA. Con dulce posesión , tan dulce efeto.
El dinero en vestidos y tocados , Bien se ha hecho. Eres, para ser mozo, hombre discreto ;
De enriquecidas tiendas inventados : ISABEL.
No te falta dinero ni limpieza
Pues con vuestras cabezas á su viento, (Que noes pequeño bien limpia riqueza);
Levantan mercaderes hasta el cielo Amor es un Juanelo en artificios. Bienquisto, liberal y generoso,
Casas , que tantas tienen por el suelo. LISARDA. Digno de ser en esta villa esposo
Ya parecéis Sibilas, ya Cleopatras, Carlos se fué , yo pierdo mil juicios ; De la mujer mas bella que la habita ;
Ya romanas , ya griegas, ya flamencas : Pero, pues su partida no me agrada , Mas si Jacinta, ingrata, solicita
Finalmente... No ha de ser por mi bien esta jornada. Que mi memoria y sucesión se acabe,
LISARDA. Y por ventura algún secreto sabe,
No mas. ¡Nunca yo hablara! Y solo de vivir sola se precia, [precia ?
Digo que no me cases en tu vida. Campo de Barajas. ¿Qué puedo hacer, pues todo amor des-
Ya eslámi imperio en ruegoconvertido.
DON LUIS.
ESCENA IX. BENITO.
Si tú me riñes , es razón que sepas
Que doy satisfacion de mis costumbres; Conozco su rigor, lloro su olvido;
Mas yo "te casaré luego que acabe DORENA, SILVIO, PASCUAL, BENI Mascomonunca el pensamiento humano
Una encomienda de un amigo mió. TO, ANTÓN, LABRADORES, MÚSICOS. Está lirme, Laurencio, en un propósito-,
Y vemos que del cielo las mudanzas
LISARDA. PASCUAL. Mudan también las cosas de la tierra ;
¿ Qué amigo y qué encomienda ? Famoso baile se ordena ; Por si tu hija , vanamente esquiva,
DON LB1S. No hay lugar que tenga igual Mudare del propósito que tiene
El conde Fabio, Con Barajas. (Que en la mujer no suele ser muy firme) ,
De quien yo fui tan regalado en Nápolés, DORENA. Quiero de tu palabra prevenirme.
Me escribe que es ya muerta la Condesa : ¿Es Pascual? No son los pensamientos rios caudales
No dejó hijos, y llevar querría Que siguen un camino eternamente ,
DENITO.
Una que tuvo aquí de unos amores, Y van entre dos márgenes corriendo
Que la dejó á criar en cierto pueblo , i Acá están Silvio y Dorena. Con ley precisa al mar; que bien podría
Adonde vive , sin saber quién sea. PASCUAL. Volver atrás, Laurencio, su porfía.
Yo tengo ya las señas, y una cédula Si tú vienes á cantar, Loquehoy se aborreció, mañana se ama;
Para cobrar aqui dos mil ducados. | ¿Quién ha de faltar á oirte? Y quien huye, tal vez persigue y llama:
AL PASAR DEL ARROYO. 391
Con la necesidad , lo injusto es justo ; JACINTA. La chacona á las sonajas
Que no tiene color ni ley el gusto. Yo te oí mas de una vez Y el villano al tamboril.
LAURENCIO. Decir que no me podias ¿Qué moza desecharía
Allí , Benito , un poco te retira ; Casar : pues si esto decías, Un mozo de tal donaire.
Que ella viene bizarra at baile. Yo te establezco juez Que da de coces al aire ,
De la causa de los dos. Y d volar le desafia?
BENITO.
A lo menos mas sutil ,
Advierte LAURENCIO.
Cuando baila se hace rajas ,
Que están mis esperanzas á la muerte. Tuve una esperanza incierta , La chacona á las sonajas ,
Que ya presumo que es muerta. Y el villano al tamboril.
ESCENA XI. JACINTA. besito.
Pues bien , perdónela Dios. Pudiérate ver bailar
JACINTA, TERESA.— Dichos. Pero dime , ¿qué secreto La misma hermosa Princesa.
En aquesto puede haber?
JACINTA.
LAURENCIO.
TERESA. De haber bailado me pesa,
En no decirle á mujer Si es que te pude agradar.
Acá están los bailadores. Quiero parecer discreto.
No hay lugar desocupado. De casamiento naciste , BENITO.
JACINTA. No eres parto de la tierra , Esto llamaras favor
Los ojos me han ocupado Alma que ese cuerpo encierra Cuando mas discreta fueras.
Otras distiutas colores ; De carne y sangre se viste. JACINTA.
Que Benito estaba alli , Jacinta , casados son Mejor, Benito, dijeras
Y con mi padre trataba Todos los mas animales ; La que te tuviere amor ;
Esto que hoy no le escuchaba. En las palmas orientales Pero si gusto le di ,
TERESA. Dicen que hay hembra y varón ; Yo me quiero despicar •
Pues ¿quieres hablarle? No dan dátiles opimos , Con darte aqueste pesar.
Sino es que los dos se ven ; BENITO.
JACINTA.
Pero como cerca estén , No lo será para mi.
Si.— Nacen dorados racimos.
(A Laurencio.) Aquellas palomas van Ya es noria mi pensamiento ;
Casadas á hacer sus nidos, Mas tales vasos alcanza ,
Cansados te habrá dejado Los vacíos de esperanza ,
Este necio los oidos ; Los peces mas escondidos Y los llenos de tormento.
Que amantes aborrecidos Casados también están. Pues en tal desconfiar,
Cansarán un monte helado. Mira la salvaje cierva Y luego en tal padecer,
Son como enfermos , que cuentan Seguir alegre su esposo , ¿Qué males puedo temer?
A todos su enfermedad ; Mira el novillo celoso Qué bienes puedo esperar?
Que es peso la voluntad Peinar con los pies la yerba.
De quien descansar intentan. Todo ama : no es razón JACINTA.
¡Qué te habrá dicho de mí! Que no quieras bien lo que eres ; Teresa , escucha.
LAURENCIO. Pero mientras no quisieres, teresa. (Ap. á Jacinta.)
No has de tener perfecion. {Vase.) Crueldad
Hija , los extremos son
lina incierta imperfecion , Usas con aqueste mozo.
ESCENA XII.
Como la que miro en ti. JACINTA.
No te quisiera , si digo JACINTA, TERESA, DORENA, BENI De esas crueldades me gozo;
Verdad , ver descaminar TO, PASCUAL, ANTÓN, labrado Yo nací sin voluntad.
De ingenio tan singular res, MÚSICOS. TERESA.
Y de su consejo amigo. Guárdate del refrancillo
Si muchas hijas tuviera , TERESA. Del agua no beberé.
Amara tu condición ; Enojado va contigo.
Mas si en tí la sucesión JACINTA.
JACINTA. Esta mañana pensé
De mi sangre aumento espera ,
. Pierde la injusta porfía Valiente sermón me ha hecho. (Ahora bien , quiero decillo)
De tu vano entendimiento ; TERESA. Ir á Madrid para ver
Darás con tu casamiento Y ¿hahrá sido de provecho? La entrada de la Princesa.
Aumento á la sangre mía. Que el pretensor es mi amigo. ¿No irás conmigo, Teresa?
Elige en toda Barajas JACINTA. TERESA.
El mas rico labrador; Mientras cosas tan discretas Sí ; pero ¿cómo lia de ser?
Que el negar tiempo al amor Me decia , yo pensé Mas ya sé lindo remedio. —
No son discretas ventajas. Si por dicha me dejé Benito...
En la edad dispuso el cielo , En casa las castañetas. BENITO.
Hija , tiempo para amar ; Aquí las traigo. — Ea , Gil , ¿Hay algo en mi bien?
Quien no le lia dado lugar, Toquen, y de baile vaya.
El alma tiene de hielo. TERESA.
TERESA. Así los cielos te den
Tú lo mirarás mejor:
Tanto de tu ingenio fio, Hoy he perdido una saya. Para tu desdicha un medio,
Asi por ser gusto mió , SILVIO. Que pongas un repostero
Como por pagar á amor ¿Qué va? En tu carro, y que nos lleves
El censo que los mortales JACINTA. A Madrid.
Le deben , y hasta las fieras ; La del tamboril. BENITO.
Porque , como amar no quieras , (Tocan , cantan y bailan.) Como tú apruebes
Serán a tu-pecho iguales. músicos. (Cantando.) Lo que esta dice...
JACINTA. ¡ Oh qué bien que baila Gil JACINTA.
No es fiereza , padre mió , Con los mozos de Barajas, No quiero.
' No dar al amor lugar. La chacona á las sonajas BENITO.
LAURENCIO. Y el villano al tamboril!
¡ Oh qué bien, cierto y galán. Haz, Jacinta, tan feliz
Es condición singular, Mi dicha , á mi amor responde ;
Y aunque labrador, me rio Baila Gil, tañendo Andrés1.
Opone en fuego los pies, Que al mayordomo del Conde
De todos cuantos lo son ; Pediré un rico tapiz ,
Que las singularidades , O al aire volando van.
No hay mozo que tan gentil Y á las muías las pondré
Cuando no son vanidades , Jáquimas de mil colores,
Arguyen imperfecion. Agora baile en Barajas,
392 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Y de alfombras de labores DON CARLOS. BAYO.
Las estacas cubriré. ¡Vive Dios, que fué milagro Pues ¡loroaqui!
En almohadas labradas Mi paciencia en tanto enojo;
De seda sentada irás ; hortelano. (Dentro.)
Que el darle una cuchillada ¿ Qué hiciera mas en el coso ? (Sale)
Desde allí me abrasarás, Fué, saliendo, mi propósito!
Si de abrasarme te agradas. Apártense, caballeros ;
Haz esto, Jacinta mia : MATO. Que viene por esos olmos
Seré en tu fuego crisol , A lo menos, de san Diego, Ün toro, que han pei'seguido
Llevaré á Madrid el sol , De quien eres tan devoto ; De Madrid algunos mozos,
Por si hiciere pardo el dia. Que caer sobre las piedras En la vacada que tiene
Yo sé que su Regimiento Era peligro notorio. La villa en aquestos sotos,
Me lo sabrá agradecer, Yo en el agua parecía Para las fiestas que agora
Porque máscara y llover Tortuga echada en remojo, Hace de cañas y toros
ÍCómo puede dar contento? A lo menos bacallao. A la princesa de España.
ré, como sobre apuesta , Pardo atún, ó bayo tollo. DON CARLOS.
Diciendo en mi carro nuevo : No en balde temió Lisarda. ¿Toro agora tan furioso?
«Fuera , apártense ; que llevo DON CARLOS.
HORTELANO.
El sol para aquesta fiesta.» Un corazón amoroso ¿Cómo furioso? Por Dios,
Ea , voy á uncir. Es adivino del daño. Que los hortelanos somos
JACINTA. Mayo, que padece el otro. De aqueste arroyo en las huertas
Teresa , MAYO. Bastantemente animosos,
En dos pollinos iremos ; ¿Para qué me llamas Mayo? Y que ha dado, por silbarle,
Que mas á placer veremos DON CARLOS. Con algunos de nosotros
A la divina Princesa. Pues ¿qué nombre? Muy lindas vueltas agora.
Sombreros con plumas bellas BATO.
BATO.
En tocas de argentería , ¿Por silbar? Por eso poco?
Manteos con bizarría, Abril lluvioso.
Tal como yo estoy en agua , ¡Cuál era para comedias
Sartas, perlas como estrellas. Ese toro valeroso!
Ea, vamos. Tomara en vino un bizcocho.
DON CARLOS.
Que hay picaro que de un silbo
TERESA.
Deja uñ compañero tonto.
¡Qué porfía! Mira si ha sacado el coche.
HORTELANO.
BEMTO. MATO.
Allí le ayudaban todos; Aquí estaréis mas guardados.
Óyeme , Jacinta , aguarda. Porque es un torillo hosco.
JACINTA.
Pero entienden poco de agua, Cual suele un recien casado
¡, Alfombrita sobre albarda? Y todos se ayudan poco. A pocas noches de novio;
¡Famosa caballería! don Carlos. Herrado de las dos puntas,
músicos. (Cantando.) Mojáronseme las cajas. Arrugado y negro el rostro,
¡Oh, qué bien que baila Gil, mayo. Corto de cuello y de pies,
Con las mozas de Barajas, Sembrado está el campo en torno Ancho v hundido de lomo.
La chacona d las sonajas, De alcorzas y peladillas , Después de mil rejonazos,
Y el villano al tamboril! Y todos hacen su agosto. Con que da bramido» roneos.
Un reguilero de plumas
(Vanse.) DON CARLOS.
Le ofende el hocico romo.
; Media legua de Madrid Del jardin del Condestable
Tal desgracia ! Estos hidalgos briosos
MAYO. Salieron hoy á caballo.
Camina deMadridá Alcalá, orillas del arroyo Es fiero monstro Como galeras en corso :
Abroiiigal. Este arroyito que miras , Bien lo han hecho ; mas, de seis,
Y paso tan peligroso, Vuelven tres caballos solos;
ESCENA XIII. Que cuentan del mil desgracias, Y aun algunos gorgueranos
Traiciones, muertes y robos. Se han guarnecido de lodo.
DON CARLOS, MAYO. DON CARLOS. ¡Oh! hele allí.
Alto; saquemos la ropa. MAYO.
DON CÁIIL0S.
Esta vez no cumplo el voto; ¡Pesia tal!
Milagro de Dios ha sido. Que ya con tantos azares Levantando viene el polvo
HATO. Me da la jomada asombro. Con los pies basta las nubes,
Todas las piernas me ha roto. Alcalá de noche ha sido Y á testeradas los chopos.
DON CARLOS.
Siempre lugar temeroso : DON CARLOS.
No hay duda, él iba borracho. A Madrid me vuelvo. Mayo. Espera, por Dios ; que vienen
(Silbos y grita dentro.) Pasando agora el arroyo
MAYO. ¿Qué grita es esta?
Tal es el ano de zorros. Dos labradoras.
BAYO.
Rogamos á Dios por santos MATO.
( A los viejos decir oigo) ; Esos mozos ¥ á fe
Mas no por tantos, que ya Que deben de haber sacado Que no son de malos rostros.
Valga el vino á diez y ocho. El coche del agua en hombros. El partea los dos pollinos.
Branigal es nombre "antiguo ¡San Diego! San Blas apóstol!
Desle endemoniado arroyo : ESCENA XIV. DON CARLOS.
De hoy mas, le 1 1 amo braguero; Con una ha dado en el suelo.
En llegando, me le pongo. UN HORTELANO.— Dichos. MATO.
DON CARLOS.
noRTELANO. (Dentro.) Y aun por eso dijo el otro
¡ Jesús mil veces ! ¿Tenia Que á la que bien hila y tuerce.
Seso, Mayo, este demonio? ¡Guarda el toro! Aparta, aguarda. Bien se le parece.
¡Hay tal cochero en el mundo! DON CARLOS.
¿Dónde llevaba los ojos? DON CARLOS.
¡ Volcar el coche en el agua ! ¿Qué dicen de toro? ¿Cómo
«AYO.
BATO. Dejaré que muera allí?
Bajó la cuesta furioso, ¿Cómo? Espérame, infame toro.
Y tropezando en las piedras , DON CARLOS. (Saca la espada, y vase.)
Volvióse á un lado, y vaciónos. De un toro.
AL PASAR DEL ARROYO. 593
ESCENA XV. Por no haber visto la entrada Parece que quién venía
De la divina Isabel, Iban delante diciendo.
MAYO, EL HORTELANO. Princesa de España hermosa , ¿Cómo sabré yo pintaros
Del Cuarto Felipe esposa. Tan grande acompañamiento,
MAYO. Digna de engastarse en él ! ' Ignorante labrador,
A mi no hay que me esperar. Soy hombre, al fin, de labranza; Que de solo el campo entiendo ?
¡Voló á mi sayo, Pascual, No sé quién eran los grandes;
HORTELANO.
Que estoy, aunque hablando mal, Solamente decir puedo
Discreto sois. Por hablar en su alabanza! Que nadie en tan gran lugar
MAYO. Mas lo que entiendo advertid, Puede llamarse pequeño.
No soy bobo. Para mas grandeza suya. Verdad es que conocí ,
HORTELANO. ANTÓN.
Pascual, al Conde mi dueño,
i Qué cuchillada le ha dado! Cuéntanos, por vida luya, Con vestido regidor.
Lo que ha pasado en Madrid. Entre muchos caballeros :
¿No le ayudáis vos? Aquel insigne Zapata,
HAYO. DENITO. Cuyos blasones excelsos
No oso ; San Jerónimo del Prado, Tomó de los pies del sol,
Que tengo tan poco pulso, Que, cansado del desierto, Aunque son blancos y negros.
Que no sé partir un hongo. A ser palacio de Reyes Al Conde, en lin, de Barajas,
HORTELANO. Subió su merecimiento, Como á señor conociendo,
Las dos piernas le ha cortado. Vestido de luminarias, Me divirtió de los otros.
Como de estrellas el cielo PASCUAL.
HAYO.
(Que por sus torres antiguas De que le alabes me alegro;
Debían de ser de corcho. Lugar sus almenas dieron), Que al fin es nuestro señor,
HORTELANO. Dio, Pascual y Antón, la noche Y hijo de padre tan bueno,
La mujer en brazos saca. Ames de entrar en su centro Que su famosa memoria
MAYO. Este planeta divino, Vivirá siglos eternos.
Pensé que sacaba el loro. A su grandeza aposento.
El sol, viendo que en Madrid BENITO.
HORTELANO. Entraba Isabel, corriendo También conocí al Mendoza,
¿Quién es este caballero? Cortinas de varias nubes Ilustrlsimo sugeto
Que pienso que le conozco. A su rostro y rayos bellos, Para versos de Virgilio,
MAYO. Dejó todo pardo" el día, Para excelencias de Homero.
Yo os lo escribiré maTiana; «Pues entra Isabel (diciendo)', ANTÓN.
Que andamos de [irisa todos. No he menester salir yo ; El duque del Infantado,
Porque dos soles, daremos Benito, á los extranjeros
ESCENA XVI. Tanta luz, que por ventura Está diciendo quién es.
Piense el concertado tiempo, BENITO.
DON CARLOS, con JACINTA en los bra O que ella viene á ser sol, Pues con él amanecieron
zos; TERESA.—Dichos. O que della envidia tengo.» Los rayos de un Alba, clara
Rajó, en fin, acompañada Por sus heroicos abuelos,
DON CARLOS. Este divino lucero Por sus generosos padres,
Animo, bella aldeana. Hasta las casas del Duque Cuyas grandezas hicieron
(Como al ocideute vemos Que en las de Alejandro y César
HORTELANO.
La luna en serena noche, Callen el latino y griego.
Desmayóla el alboroto. Del espléndido ornamento Hablando en el duque de Alba,
MAYO. De sus brilladoras luces), Volví la cara á un mancebo
Y no habrá menester agua ; Del Norte á su lumbre opuesto, Que estaba alabando al duque
Que lia rato que está en remojo. Las Hélices, las dos Osas, De Sesa y Soma, diciendo i
DON CARLOS. El Carro v la blanca Venus. «Aquí se cifró la gloria
Al coche quiero llevarla. Allí la Villa aguardaba, De los Córdobas, que dieron
Cerca de un arco del cielo, Honra á España, fama al mundo,
TERESA.
Porque allí se apareció, Y al Rey Católico reinos.»
Haréis un hecho famoso, Y estuvo en dos horas hecho.
Señor, en darle la vida. Pero dejé de escucharle,
De un palio de blanca lela Pascual y Antón, os prometo.
MAYO. Diez y seis varas abrieron Por ver un príncipe, en quien
¿Eso llevas? lina generosa calle Puso las partes el cíelo
DON CARLOS. Al sol, porque fuese dentro. le mas grandeza y valor
Calla, loco; Los vestidos qne llevaba Que en muchos siglos se vieron.
Que algo á mis ojos les debo. El ¡lustre Regimiento Ya sabéis (pie yo no soy
MAYO.
Eran conformes al día, Pretendiente lisonjero;
Que no hay mas encarecerlos; Porque mas precio una flor
¿Cuándo? Y ya sahefsque Madrid De un huertecíllo que tengo,
DON CARLOS. Excede, como en el celo, Que cuantas riquezas cubren
Al pasar del arroyo. A muchas grandes ciudades Los doseles de sus techos.
En ríquezasy deseos. No daré tan solo un paso
Formaron por dos hileras Por cuantos diamantes bellos
Las dos guardas, paralelos Fueron pedazos del sol,
ACTO SEGUNDO. Al planeta que traía Que de sus rayos cayeron ;
Luz á nuestro esperto suelo. Pero á dar justa alabanza
Los bizarros españoles A grandes mereeimieiítos,
Y los gallardos tudescos Mi natural condición
Plaza de Barajas. Llevaban sobre amarillo, Me obliga, sin otro premio.
ESCENA PRIMERA. Blanco y rojo terciopelo. Que vi pues tan gran señor,
Allí sus' dos capitanes Otra vez á decir vuelvo
BENITO, PASCUAL, ANTÓN. Y sus tenientes hicieron (El de Lerma y Denia digo),
El lugar, orden y plaza Con que digo cuanto puedo.
PASCUAL. Que se fué siempre siguiendo. Mas porque ofenderse puede
¡Que por tan breve jornada, Atabales y trompetas, Que villano tan grosero
Tan ignorante baya sido ! Del mismo color cubiertos, Ose el tomarle en la boca ,
BENITO. * La entrada de la Princesa en Madrid faé La sello con el silencio.
,i 19 de noviembre de 1615. ' i Y porque, después de ver
¡ Oh, lo que os habéis perdido
591 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Reyes de armas y maceros, En romper capas con oro, BENITO.
Uso de Castilla antiguo, Trató á mi Jacinta mal,
Con reales instrumentos, | ¿Que Jacinta es gran señora?
Hasta derribarla al suelo,
Vi debajo de aquel palio Al pasar el arroyuelo LAURENCIO.
La flor de lis de los cielos, Que llaman de Brañigal. ¿Cómo he de poder, si agora
La soberana Princesa , ¡Aydemí! No ha venido á su lugar?
Por quien dimos igual peso LISARDA. PASCUAL.
De estrellas, de sol, de perlas, Vaya Benito á buscalla.
Que con Isabel nos dieron. Si por amor
Pintaros de qué manera La habéis, buen hombre, escondido, BENITO.
Iba aquel ángel haciendo Justa disculpa habrá sido; Presto pienso que os la diera.
Cielo el palio, es dar á un vidrio Mas no carece de error. Si del corazón pudiera,
Todo el resplandor de Febo. Considerad que mi hermano Como la tengo, sacalla.
Si os pintara su vestido, No se irá de aquí sin ella.
Pudiera cualquier discreto LAURENCIO. ESCENA III.
Decirme : ¿En eso ocupaste Puesto que será el perdella
Los ojos tan breve tiempo? Mi muerte, tened por llano JACINTA, TERESA.—Dichos.
¿No era mejor ocuparle Que os he tratado verdad.
En ver el rostro, el cahello, Aquí hallaréis labradores JA CINTA.
Las manos, la compostura, Desla villa, los mejores, ¿Gente de la corte á mí?
El aire gentil del cuerpo? Que os dirán mi calidad.—
Benito, Pascual, Anión, TERESA.
Pues á la fe, que paré
Mas en su belleza atento. ¿Soy hombre yo de invenciones? Y un caballero y su hermana.
Que en vestidos y diamantes, BENITO. ANTÓN.
Y en el palafrén, soberbio Pues tú ¿das satisfaciones , Perdida , que hoy tanto gana.
De verse con tanta dicha ; Laurencio, de tu opinión ? Mirad que os buscan aquí.
Porque, á tenerle, sospecho Señores, de aquí partió LAURENCIO.
Que, desvanecido y loco, Jacinta á Madrid; no ha vuelto ; Hija, á quien ya no podré
Perdiera el entendimiento. De buscarla estoy resuelto ; • - Dar ese nombre, pues tienes
Sus damas iban después Que he de ser su esposo yo. Otro padre, ¿cómo vienes
Con galanes, que quisieron Esto del arroyo y toro De aquesta suerte?
Ver hablar francés á amor, Averiguaré lo que es, JACINTA.
Y castellano al deseo. Porque há dos años, y aun tres,
La calle Mayor pasaron, Que sus desdenes adoro. * No sé ;
La Princesa bendiciendo, Que según ha sido el mal.
Mas ¿ para qué la queréis? Bien puedo decirlo asi.
De ventanas y balcones, DON LUIS.
Cuantos verla merecieron ; DON LUIS.
Porque pienso que llevó, Buen hombre, cesad de hablar; ¿Es esta?
Mas que perlas y cabellos, Que no os habéis de casar LAURENCIO.
Almas y ojos aquel dia. Con Jacinta, ni podéis.
Jacinta es hija de un hombre Señores, sí.
En sus muchas gracias puestos.
Nohle, que por ella envía. DON LUIS.
PASCUAL. Muestra á su nobleza igual
BENITO.
¿No nos dices de la puerta Aunque la bajeza mía La hermosura y gentileza.
De Guadalajara ? No tenga de noble el nombre, LISARDA.
BENITO. Bieu la puedo merecer. Dad los brazos á los dos,
Hicieron LISARDA.
Y guarde mil años Dios
En ella un arco de seda, Tan extremada belleza,
Y los insignes plateros, Dejad eso, labrador; Señora doña Jacinta.
Una calle toda de oro, Que ni entendéis su valor,
Ni le podréis entender. JACINTA.
Ostentación de sus pechos. ¡Cuál diablo de don! ¿Qué es esto?
Y advertid que esta pintura LAURENCIO.
Es solamente bosquejo; A la fe, que me le han puesto
Benito, cesa de hablar; Con alliler ó con cinta.
Que nadie gasta colores Que estas son cosas lan altas, ¿Tan en bu -na hora fuimos
Si do hay agradecimiento. Que será descubrir faltas Las dos á Madrid, Teresa?
El pretenderla igualar.
ESCENA II. Señores, la relación DON LUIS.

LISARDA, DON LUIS; LAURENCIO, Vuestra y las cartas son ciertas. ¿Destoos pesa?
con una carta. — Dichos. Un coche llegó á mis puertas JACINTA.
Añoshá; pasados son. Mas me pesa
LAURENCIO.
Aquesta niña traía ; Del peligro en que nos vimos.
Cuanto decis es verdad, Mi mujer la recibió, LAURENCIO.
Y conocida esta letra. Y el dueño me retirió
Hasta el alma me penetra Hija, vos no lo sois mía;
Que por bautizar venía. Mirad que vienen por vos.
El pensar mi soledad. Dejáronme buen dinero,
Lo que hasta agora encubrí, De dividirnos los dos
Porque á Italia se ausentaba, Llegó, con mí muerle, el dia.
Es fuerza que se descubra. Y supuesto que tardaba, Lágrimas son... Estoy viejo...
DON LUIS. Fué en efeto caballero. ¡Bien me pagan la crianza
Sí ; pero no que se encubra Siempre acudió por Madrid Con mi muerte !
La prenda que vive aquí. Con lo que fué menester;
JACINTA.
Ya no hay que disimular. Masen lin, por no saber
El Conde quiere su hija. Nombre que darle, advertid ¿Qué mudanza
Que porque al cuello Iraia Es esta?
LAURENCIO.
Pues ¿no queréis que me aflija Un san Jacinto de oro LAURENCIO.

De que falte del lugar? Y diamantes, el decoro Ser vos mi espejo,


A Madrid fué á ver la entrada Le guardé que le debía , Y haberos quebrado aquí.
De la'señora Princesa ; Y Jacinta la llamé. JACINTA.
Si su tardanza me pesa, DON LUIS. ¿Otro padre tengo yo?
Será disculpa excusada. Pues esa misma Jacinta LAURENCIO.
Demás, que dicen que un toro, Que vuestra piedad me pinta, Sí, hija, el que os engendró ;
De unos mozos perseguido. Y en esta carta se ve, Que yo solamente fui
Vengado, puesto que herido, ■ Me habéis, buen hombre, de dar . El que con vos ha pasado
AL PASAÍ! DEL ARROYO-
Los trabajos que sabéis. BENITO. Dos leguas son , todo es calle ,
Allá en Italia tenéis Que ya es muerta. ¿Hay mar, hay montes de hielo?
Quien me dejó su cuidado; PASCUAL.
MAYO.
Que estos caballeros vienen ¿No queda alguna luz? No; pero hay un arroyuelo.
Por vos : á Madrid iréis Que el diablo puede pasalle.
BENITO.
Con ellos, donde tendréis DON CARLOS.
Los vestidos que convienen Cerró la puerta.
No le infames; que le debo
A mujer tan principal. PASCUAL.
Haber visto una mujer
Padres tenéis señoría, Quien vive, espere bien. Cuyos brazos pueden ser
Quejo era vos, bija mia, BENITO. Laureles del rojo Febo;
Y vos envuelto en sayal. Ya el bien es ido. Tal, en fin, que de Lisarda
Tierno estoy, tengo razón. Apenas memoria tengo.
PASCUAL.
Dios os haga venturosa.
{Vate, y con ¿IBenito, Pascual y Antón.) ¿Qué puedes tú perder? MAYO.

BENITO. Yo, Señor, con gusto vengo;


ESCENA IV. Lo que he sufrido. Solamente me acobarda
El venir á este lugar
PASCUAL.
JACINTA, LISARDA, DON LUIS, A tratar cosas de amor
¿Qué puedes tú ganar? En casa de un labrador,
TERESA.
BENITO. Donde no puede faltar
LISARDA. Pena tan cierta. Mozo de siega y vendimia ,
No lloréis, Jacinta hermosa, PASCUAL. Robusto como del campo ,
Aunque es justa obligación ; ¿Nunca tuviste alguna gloria? Y su Roldan ó Melampo ,
Que aqui estaremos los dos Con su carranca de alquimia ;
BENITO. Perrazo, que cuando ladra ,
El tiempo que vos gustéis, Incierta. Ya tiene á un hombre en el suelo ,
Y cuando vais, si queréis, PASCUAL.
Irá Laurencio con vos. Con presas como un anzuelo ,
Alienta el corazón. Que hasta el ánima taladra.
DON LUIS.
BENITO. Pero con esta invención
No se ha de hacer cosa aquí Estoy perdido. Que tienes imaginada,
Que vuestro gusto no sea. Ño hay que temer.
PASCUAL.
JACINTA. DON CARLOS.
El sufrir es valor.
Asi es justo que lo crea, Todo es nada ,
BENITO.
Y esto habéis de hacer por mi,
Que es estar algunos dias No hay resistirme. Mayo, en habiendo afición.—
Dios os guarde.
En Rarajas, por el llanto PASCUAL.
BENITO.
De mi padre, y hasta tanto Los males tienen ün. Su mercé
Que dispongo cosas mias. BENITO. Venga muy en hora buena.
Entrad porque descanséis, Son inmortales. DON CARLOS.
Y contaréisme quy;n soy.
DON LUIS.
PASCUAL. Traigo...
Con ellos has de amar. RENITO.
Palabra, Jacinta, os doy » Hablad , no tengáis pena.
De que iréis cuando querréis. BENITO.

LISARDA.
Soy roca firme. DON CARLOS.

PASCUAL. Habeisme de hacer merced.


Un coche tenéis aqui.
JACINTA.
Pretende pues. BENITO.
BENITO. Vete en buen hora, Pascual.
No me le nombréis, Señora ;
Que pienso que paso agora No hay méritos iguales. PASCUAL.
El peligro en que me vi ; PASCUAL. Adiós, si estorbo.
Aunque por cierto que debo Pues ¿qué piensas hacer? BENITO.
A un caballero la vida. BENITO. Ya sabes
Teresa. (Ap. á Jacinta.) Pascual, morirme. Que hablando personas graves,
Calla; que vienes perdida. PASCUAL.
Testigos parecen mal.
JACINTA. Pues qué ¿cura el morir? PASCUAL.
No puedo, amiga, aunque pruebo. BENITO.
Rien sé que es no estorbarás
(Vanse Jacinta y Teresa.) Todos los males. Mandamiento cortesano. (Vase.)
LISARDA.
¿No tiene buen parecer ESCENA VI. ESCENA VII.
Nuestra bella labradora? DON CARLOS, MAYO. — Dichos.
DON LUIS.
DON CARLOS, BENITO, MAYO.
No ve el sol en cuanto dora mayo. (A su amo, distantes-los dos de los
. labradores.) BENITO.
Tan peregrina mujer.
(Vanse él y Lisarda.) Este es aquel labrador: Hablad ; que aunque soy villano ,
Ya que no te has excusado Es en lo exterior no mas.
De venir mal disfrazado, DON CARLOS.
Habíale luego, Señor. Antes estoy informado
Vista exterior de una huerta de Barajas, DON CARLOS. De vuestra mucha nobleza ;
fuera del pueblo. Que sangre donde hay limpieza
Mavo, si Jacinta bella
Me trajo el alma tras si , Dora el mas humilde estado.
ESCENA V. ¿Cómo puedo estar en mi ¿No os llamáis Benito?
BENITO, PASCUAL. Mientras que no vuelvo á vella? BENITO.
Pasaba Leandro un mar, Sí.
PASCUAL.
Rompiéndole con sus brazos , DON CARLOS.
Por llegar á los abrazos Pues de Madrid vengo huyendo.
¿Qué tenemos de amor? De quien le pudo obligar;
BENITO. Ya en olas altas, ya en bajas, Anoche herí...
Pierdo el sentido. Una y muchas veces fué : BENITO.

Pues ¿por qué un pasaré Ya lo entiendo ;


PASCUAL.
Desde Madrid a Barajas? No hay mas que decirme á mí.
Pues ¿qué hay de tu esperanza ?
39G COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DON CARLOS.
Soy Zapata , y soy pariente ESCENA VIII. Demás, que si al caballero
Del Conde.; seque tenéis Que hoy á mi huerla ha venido
Una huerta... MENDO. — BENITO. Favor y consejo pido,
BENITO.
Consejo y favor espero.
■INDO. Si en calidad no hay ventajas,
Y vos podéis Pascual me ha dicho que estás Y mi loco amor poília ,
Defenderos fácilmente Con una tristeza extraña. O Jacinta será mia ,
En la casa que allí tengo. O se ba de perder Barajas. ( Vate.)
BENITO.
DON CARLOS.
Pascual, padre, no te engaña,
Pienso que me han de buscar. Y en mí verás lo demás. ESCENA X.
BESITO.
MENDO. DON LUIS, LISARDA, ISABEL.
Será solo en el lugar. ¿Qué te importa el casamiento
DON CARLOS. De Jacinta? DONLDIS.
Del Conde informado vengo BENITO. Yo he dado en esta locura.
§ue sois hombre de valor, En esa edad
que ayudarme podéis. LISARDA.
No reina la voluntad ;
BENITO. Mas puede el entendimiento. Desde Madrid lo temí.
No se engaña, y lo veréis Pero, padre , en esta mia , DON LC1S.

Presto, el Conde mi señor. ¿Qué consuelo puede haber Lisarda , en mi vida vi


Para dejar de querer Tan extremada hermosura.
DON CARLOS,
Lo que Jacinta querría ? LISARDA. .
Si me visto de hortelano, Dicen que es hija...
¿Podré estar en esa huerta? Tú eres lindo Galaor:
MENDO. No ves mujer que no quieras.
BENITO.
¿De quién? Mas dime, hermano, ¿es de veras
Y seguro; que á su puerta BENITO. Tener.á Jacinta amor?
No ha de llegar hombre humano.
De un conde napolitano ; DON LL1S.
DON CARLOS.
Yo soy un pobre villano. Si es hija del conde Fabio ,
¿Tendréis vestidos, por dicha , MENDO. Y ya por fuerza heredera ,
Para mí y este criado? Será justo que la quiera ,
Tú eres mas noble también ;
BENITO. Y llegada esta ocasión , Seré en pretendella sabio.
No soy pobre, y soy honrado , Estoy, Benito, en efeto, Si la tengo de llevar
Con pensión de una desdicha. Por romper para un secreto A mi casa , estando allí ,
DON CARLOS. Las puertas del corazón; ¿No es mejor que para mf
¿Cuál es la huerta? Que no es mayor calidad La intente solicitar?
BENITO. La suya. Habíala, hermana, y dirás
Que por ella estoy 'perdido :
Esa es; BENITO.
Cosa tan justa le "pido ,
En ella entrad mientras voy. Padre , no creas ,
Por lo bien que me deseas , Que negarla no podrás.
DON CARLOS.
Engañar mi voluntad ; Yo me retiro á esa huerta ;
Mayo , de ventura soy. Llévamela sola allá;
BENITO.
Que si piensas remediarme Quizá el amor me dará
Y con mentiras valerme,
¿Quién es Mayo? Será por dicha encenderme Para estos principios puerta.
MAYO. Con lo que piensas helarme. Pió examines aliciones;
Cierto mes. Porque es una ley amor
MENDO. Tan bárbara, que en rigor
BENITO. Hijo, buen padre te dio * No la averiguan razones.
Pensé que era vuestro nombre. Tu fortuna, y no extranjero, Yo veré si tengo en tí
MAYO. Sino español caballero; Tanta sangre como pienso.
No , hermano. Que no soy tu padre yo. LISARDA.
DON CARLOS.
Deudo en esa casa tiene; Yo lo haré.
Las armas de su blasón
Si fuera ingrato No perdieron opinión
DON LUIS.
Jamás á tan noble trato... Por lo que á tocarlas viene. Pondrás un censo
BENITO. Esto basta para tí, Perpetuo, Lisarda, en mí. ( Vate.)
No prosigáis; que no hay hombre Y no me preguntes mas. ESCENA XI.
Que tenga vuestro apellido, BENITO.
Que no pueda ser dechado La vida me quitarás, LISARDA, ISABEL.
De nobleza. Oh padre , en dejarme así.
DON CARLOS. LISARDA.
MENDO.
Este cuidado Para mis cuidados , es
Me quiere mas escondido. No soy tu padre ; que yace El de mi hermano extremado.
A la huerta voy. Adiós, En Madrid en la capilla
Despacio hablaremos luego. Del Conde. ISABEL.
BENITO. De hal>er don Carlos tardado ,
mayo. (Ap. á su amo.) Es bien que con él estés,
No se entabla mal el juego, No es maravilla
Que mientas : de tu amor nace. Pues ya pasó de novena
Pues disfrazados los dos , La jornada de Alcalá.
No hay que temer al lugar. Oye, padre, dime el nombre.
MENDO. LISARDA.
DON CARLOS. Si en ella, Isabel, está ,
De noche salir podremos Déjame ; que ya me pesa
Adonde á Jacinta hablemos. De haber hablado. (Vase.) No á lo menos con mi pena.
Esta es Jacinta.
mayo. ESCENA IX.
Por tí se podrá cantar : ESCENA XII.
« Hortelano era Belardo BENITO.
De las huertas de Valencia; JACINTA, TERESA.— Dichas.
Si ha de haber hambre, paciencia; Aquí cesa
Embutir lechuga y cardo.» Mi ser, pues que soy mas hombre.
Animo pues, pensamientos; Ya estoy
{Yante don Carlos y Mayo.) Que si es aquesto verdad , Con humos de cortesana.
Amor en mi calidad LISARDA.
Hará menos fundamentos. Oigo decir que Diana
AL PASAR DEL ARROYO. 397
(Que á Ovidio inclinada soy) | Joyas y curiosidades? | MAYO. (Ap.)
Es Luna y es Proserpina ; TERESA. , Mas quisiera que un alano
Vos también seréis agora Creciendo las calidades , | Del Rastro me la mordiera.
Cortesana y labradora; Serán las galas forzosas. LISARDA.
Ysi Venus, seréis trina. Compra de aquí niñerías. Mayo, ¿eres tú?
JACINTA. JACINTA. MAYO.
No me habléis de esa manera ; Buen hombre, llegaos acá. Yo soy Mayo ;
Que no lo entiendo, por Dios. mato. (Ap.) Mas tantas mayas me cercan ,
Bájaos á mi campo vos. I Sola con Teresa está. Que he de mayar como gato.
Pues no subp á vuestra esfera. LISARDA.
JACINTA.
L1SARDA. ¿Cómo estás desa manera?
Yo tengo un poco que hablaros , : ¿Qué vendéis?
MATO. MAYO.
Y en una huerta ha de ser. Carlos supo que aquí estabas ,
Locas porfías
JACINTA.
De un ciego amante abrasado. Y con este hábito y cesta
Yo os tengo de obedecer, Me mandó venirle á hablar.
JACINTA.
Y como á mi dueño amaros. LISARDA.
¡Mayo! ¿eres tú?
L1SARDA.
MATO.
¿Ya está en Madrid?
Pienso que mi hermano intenta Y tan florido , MATO.
Hacerme vuestra cuñada. Que una huerta me ha tenido Allá queda,
JACINTA. En almendro transformado. Triste de no haberte hablado.
Si es burla, será extremada. Yo vengo, como me ves , LISARDA.
LISARDA. A decirte que está aquí Porque aquestos no lo entiendan.
Esa humildad me contenta. Don Carlos. Vén aquesta noche á hablarme,
Ya deseo que os vistáis. JACINTA. Aguardaréte á la puerta ;
Para que soberbia estéis. ¿Es cierto? Que dé todo lo que pasa
JACINTA. HAYO. Le quiero dar larga cuenta.
Siempre humilde me hallaréis, Si. ¿Traesme carta?
MAYO.
Y mas si vos me mandáis. JACINTA.
LISARDA. Amante bizarro es, En la posada
Y paga al justo mi amor. La dejo; pero traeréla
Voy á hacer que allá nos lleven Esta noche. Adiós, Señora.
Algo con que regalaros. MATO.
ISABEL.
.JACINTA. En la huerta de Benito
Me ha dado por sobrescrito Mavo, escucha.
¿Qué mas que veros y hablaros , MAYO.
Aunque con las fénix prueben? Que está vuelto en labrador ;
Porque le ha dado á entender Cuando vuelva. (Vate.)
(Vanse Lisardaé Isabel.)
Que fugitivo ha venido LISARDA.
De la corte, y se ha querido Ya nos podemos partir :
ESCENA XIII. De su persona valer. Prevenida está merienda
JACINTA, TERESA. Dice que es deudo del Conde , Y algún entretenimiento.
Y en esto dice verdad : jacinta. (Ap. á Teresa.)
JACINTA.
Benito, por amistad, Teresa , cuando esta sepa
En su enramada le esconde. Que quiero bien á don Carlos ,
¿Qué te dice el casamiento? Vele á ver, con un gabán ¿Qué importa?
TERESA. Y un escardillo en la mano ; TERESA.
Que no te estuviera mal Porque en forma de hortelano Solo que tenga
Con hombre tan principal , No le conozca Galvan. Envidia de tu bueil gusto.
Si aquel nuevo pensamiento JACINTA.
No te tuviera tan loca. lisarda. (Ap. d su criada.)
Iré sin duda esta tarde. Isabel, ¡brava fineza!
JACINTA.
ESCENA XV. Carlos á Mayo me envia.
Teresa , en mi vida amé :
ISABEL.
Castigo y muy j usto fué ,
Que á amor por agravio toca. LISARDA, ISABEL. — Dichos. Habrá sentido tu ausencia.
¡ Oh, qué bien me lo decias! JACINTA. (Ap.)
LISARDA. ¡Ay Carlos!
Mas dime, ¿á quién no obligara
Hazaña tan noble y rara Y ¿qué compra? LISARDA. (Ap.)
En tantas desdichas mias? ISABEL. ¡ Ay Carlos mió!
Pues sacarme desmayada No lo sé. Ya estoy besando tus letras.
Y dejar de ir á Alcalá , LISARDA. (Vanse.)
Por llevarme donde ya Lo que fuere pagaré;
Fui curada y regalada No estéis, Jacinta, cobarde,
De sus hermanas hermosas, ¿Qué traéis? Huerta de Benito.
¿A quién no pudo obligar? MAYO.
TERESA. Tocas famosas ESCENA XVI.
Carlos es digno de amar Y cintas de mil maneras.
Por sus prendas generosas ; (Ap. ¡Cielos! ¿qué es esto? Por Dios DON CARLOS, de hortelano.
Mas ya que has de ir á su casa Que ó tengo el mosto en la testa,
De don Luis, no habrá remedio 0 que es aquesta Lisarda.) Amor, que siempre barajas
De verle. Señora , aquí un poco espera ; Los bienes y males ciego ;
JACINTA. Que voy hasta la posada : Ya tienes casa de juego ,
Siempre halla un medio Verás unas cajas llenas Ya das naipes en Barajas.
Quien de ciego amor se abrasa. De varias curiosidades : Jugadores de ventajas
El Escarraman , la Venta, Son tus manos, que estos dias
ESCENA XIV. Y hasta El pasar del arroyo. Ganan las potencias mias ;
JACINTA. (Ap.) Pues en efeto te vales ,
MAYO, de buhonero. — Dichas. ¡Ay Dios! si de eso me acuerdas. Amor, de barajas tales
Cuéntame por desmayada. Para tales fullerías.
mato. LISARDA. Amor, ¡de quién te acompañas
¿Hay quien compre lindas cosas, Buen hombre, escucha á la oreja. Para perder y ganar,
398 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Pues solo en el barajar De la que esperáis distinta ,
Echo de ver que me engañas! Fiados á buen pagar,
Pues de huerta os vuelve en prado. Que son después al cobrar
No son honradas hazañas Creced , los verdes cogollos,
Ver de Lisarda la suerte , Mas duros que fueron antes.
Porque al pasar de sus plantas Luego hay casa con balcones ,
V barajarla de suerte Esmalten colores tantas.
Que llegue la deJacinta , Luego hay destierros y vueltas ;
Figura que con su pinta DON CARLOS. Pero en vueltas y revueltas
Pudiese darme la muerte. ¡Qué buen año de repollos! Cogen muy lindos doblones.
¿Por qué tomas mis cuidados Pues lo que es el perejil Asi será la mujer
En Barajas tan á pechos , Picará como mostaza. Que vuestra hermana llamáis,
Pues jugar con naipes hechos, (Ap. Mayo tarda con la traza; Con que á Jacinta engañáis ,
No es, amor, de hombres honrados? Primero ha llegado abril.) Que era labradora ayer;
Si así los tienen cortados DON LUIS. Y vos , que ayudáis al caso ,
En Barajas de pesares , ¿Sois el dueño desta huerta? Seréis el galán primero.
Ganarás cuanto repares , BENITO. DON LUIS.
Pues en ellas juntos vi, Y muy vuestro servidor. No sé, villano y grosero,
Los encuentros para tí, Aunque el traje labrador Cómo el alma no te paso.
Y para mí los azures. Mal con el vuestro concierta. ¡ Hay malicia semejante!
Barajas, y alzo por mano, Por Jacinta os vi venir, ¡Vive Dios, que estoy!...
Puesta en Madrid la mitad ; Y aunque lo tuve á pesar, BENITO.
Pero con tu habilidad Como al señor del lugar
Ha sido remedio en vano. Teneos,
Os quiero y debo servir. Y en la huerta entreteneos ,
Poco en tus barajas gano, Estoy ya medio casado Pues sois de Jacinta amante ,
Pues juego temiendo ausencia Con ella ; que si hay ventajas Que agora habláis con ventajas.
En Barajas sin licencia , Del uno al otro en Barajas, Traer mi espada es razón,
Adonde vengo á probar Mi hacienda las lia ganado. Y conoceréis quién son
La mano para ganar, Suplicóos humildemente Los mancebos de Barajas. (Vate:,
Y si perdiere , paciencia. ¡Vuestra boda concertéis ,
Y á Jacinta la rogueis ESCENA XIX.
ESCENA XVII. Que me trate blandamente;
Que no habrá mes en el año DON LUIS , DON CARLOS.
DON LUIS. — DON CARLOS. Que os falte mi obligación ,
Desde la fruta al lechon, DON LUIS.
DON LUIS. Mejor que la seda y paño. . (Ap. Sin duda alguna está loco
Buen hombre , que Dios te guarde , Desde aquí sois mi padrino, De amor de Jacinta bella ;
Y en verde hortaliza aumente, Desde aqui sois mi señor. Mas ¿qué mucho , si por ella
¿No sabes que todo oriente DON LUIS. Es ya mi seso tan poco?)
Viene á tu huerta esta tarde? Hablad bajo, labrador ; ¡Hola! Tú, que cabizbajo
No sabes cómo Jacinta Que aun sois de nombrarla indino. Limpias tu verde hortaliza ,
Viene á cubrilla de flores, Es muy principal señora, Oye.
Que son sus pies las colores Y espera mejor marido. DON CARLOS.
Con que abril los prados pinta? El dimuño os atiza.
¿Conócesla ? Dime nuevas BENITO.
Es engaño conocido ; Dejadme con mi trabajo;
De su hermosura y valor. Que no me entiendo de amor.
DON CARLOS. (Ap.)
Que Jacinta es labradora,
Y como tal se crió ,
Cuando barajas, amor, Y en su bautismo mi padre ESCENA XX.
Todo lo tiras y llevas. (Si es mi padre) fué el compadre
Este es don Luis. ¿Qué es aquesto? Que de pila la sacó. MAYO. — Dichos.
don ujis. Ella ha de ser mi mujer : MATO. (Ap.)
¿No respondes, labrador? Mirad si aquesto es verdad ;
Y si no, el libro mirad. Allí mi señor está.
DON CARLOS.
DON CARLOS.
Estoy cavando , Señor ; DON CARLOS.
Que me va la vida en esto. (Ap. Mayo viene ; pero ya
¡Oh , lo que este año ha de haber Se ha llevado abril la flor.)
Que venga Jacinta aquí De pepinos y borrajas !
Y la tengáis afición , ¿Qué hay, compañero ? ¿ Tenemos
DON LUIS. De lo dicho alguna traza?
Me ha causado admiración. Buen hombre , cierto señor
Nunca en Barajas os vi ; ¿Concertaráse la fruta?
Pero mejor os dirá Con secreto y con temor ¿Irán á Madrid las cargas?
Mi amo lo que queréis, La trajo niña á Barajas. Que hay otro marchante acá ,
Pues en las eras que veis Enfedeslo, la veréis. Que diz que viene á comprarla.
Todo mi remedio está. Vestida hermosa y gallarda , HATO.
Que á la fe que me conviene Ir con ini hermana Lisarda, Hortelano era Belardo
Tener todo aqueste dia Si duda en esto ponéis, De las huertas de Barajas ;
Mas trabajo que solía. Donde en Madrid vivirá , Que los trabajos obligan
Conforme á quien es , casada. A lo que el hombre no basta.
DON LUIS.
¿Es este mozo que viene BENITO. Pasado el hebrero loco,
Él dueño de aquesta huerta? Ya entiendo , no ignoro nada : Siembra para mayo trazas ;
¡A buenas deshonras va! Mas ninguna lleva flores :
DON CARLOS. Aires de Madrid lo causan.
Va sé que hay ciertas mujeres
Y de los mozos mejores Que en viendo una moza hermosa, Todos soplan hacia acá ;
De Barajas. Con su maña cautelosa No hay sino bajar la cara ,
La prenden con alfileres Mientras soplan estos cierzos
ESCENA XVIII. Un doña Tal de (inzuían , Que vienen de las montañas.
De Toledo ó de Mendoza , DON CARLOS.
BENITO.— Dichos. Haciendo á una humilde moza Ya lo entiendo, compañero,
Bastarda del preste Juan. Y que engaño la esperanza ,
BENITO. Dan en la corte con ella, Porque quien la pone en huertas ,
Sabed , flores', Donde por la novedad O le falta el sol ó el agua.
Que os traigo una nueva cierta. No hay colmena (esto es verdad) No sé qué habernos de hacer,
La primavera ha llegado Con mas avispas en ella. Si tantos marchantes andan
Anticipada en Jacinta , Luego la cubren diamantes, Para tan poca hortaliza.
AL PASAR DEL ARROYO. 590
HATO. Se ha de excusar de enviarla. ESCENA XXIII.
Volver á Madrid mañana , DON CARLOS.
JACINTA , DON CARLOS, TERESA ,
Donde hay huertas sin peligro, ¡ Extraña historia , por Dios ! ISABEL, MAYO.
Y entre melones y habas ISABEL.
Se venden nabos gallegos ¿Y tú , Mayo , no me hablas? (Ap. á él.) DON CARLOS.
Y bereogenas zocatas.
Ño quiero huerta con noria , TERESA. ¡Ah, Jacinta!
Adonde las bestias sacan ¡ Ah , señor Mayo ! ¿ Así olvida JACINTA.

Agua, tapados los ojos. A las amigas? ¡Ah, mi esperanza!


HATO. DON CARLOS.
DON CARLOS.
¡ Ay, Mayo! Al amor retratan. Son tantas, Mira cuál estoy por tí.
Que no sabe un hombre á quién
HAYO. JACINTA.
Vuelva aquesta hermosa cara.
; Ay, abril , que viene agosto , Ya sé , mi bien , lo que pasas.
ISABEL.
Y cuanto siembras abrasa ! DON CARLOS.
¿Conoces á Mayo tú?
En fin, ¿á la corte vas ?
ESCENA XXI. TERESA.
JACINTA.
Pues ¿no?
JACINTA, TERESA, LISARDA, ISA HATO.
Del tiempo han sido mudanzas.
BEL.— Dichos. Teresa , repara {Ap. á ella.) DON CARLOS.
En que me echas á perder. En fin, ¡señora te han hecho!
LISARDA. TERESA. JACINTA.
No seas, Jacinta , esquiva; Cuando llevo de Barajas Ya ves lo que me importaba
Allí mi hermano te aguarda. Pan á Madrid , muchas veces Igualar tu calidad.
JACINTA. Voy á venderle á su casa. DON CARLOS.
Por ti le hablaré , Señora. ISABEL. Con tu hermosura la igualas.
LISARDA. Pabló bien su señoría. ¿Cuándo partis á Madrid?
Entre tanto que le hablas , JACINTA. JACINTA.
Me quiero yo entretener Señor don Luis , con la salva Partirémonos mañana.
Entre estas yerbas y plantas , Debida á vuestro valor, DON CARLOS.
Hablando con su hortelano. Digo que fué mas temprana Teresa , ¿no has de ir allá ?
jacinta. (A don Luis.) Esa vuestra voluntad TERESA.
Aquí me ha dicho Lisarda De lo que pide la causa. Pues ¿podré quedar sin ama?
Los favores que me hacéis. Ahora vamos á Madrid,
Y yo voy á vuestra casa. DON CARLOS.
DON LUIS.
El tiempo y lugar es vuestro. En tí mi remedio fio.
Si favorece quien ama , JACINTA.
Bien decis ; porque os adoro. DON LUIS.

lisarda. (A don Carlos.) Con esa dulce esperanza El alboroto me ataja ;


Vivirán mis pensamientos. No puedo aquí detenerme.
¡Ah , buen hombre!... El que trabaja. DON CARLOS.
Entreten una mujer. JACINTA.
No digo que os doy palabra, Acuérdate que me matas ,
¿Qué siembras, dime, qué cavas? Y de que estuviste muerta
Sino que el tiempo dispone
DON CARLOS.
Cualquier cosa que se trata. En mis brazos desmayada.
Escardando estoy, Señora, JACINTA.
Por sacar las yerbas malas, DON LUIS.
Que causan daño á las buenas. Servicios, Jacinta , obligan ; ¿Dónde?
DON CARLOS.
lisarda. Tarde ó luego premio alcanzan.
Al pasar...
¿La cabeza no levantas? JACINTA.
Dame una lechuga de esas. ESCENA XXII.
No lo digas ,
DON CARLOS.
BENITO , con la espada desnuda y un Que me pasas las entrañas.
¿Estáis acaso preñada? gabán revuelto al brazo.—Dichos. (Vanse don Carlos, Jacinta y Teresa.)
Tomad.
LISARDA.
¡ Carlos ! (Ap. á él. ¿Qué es aquesto?) benito.
ESCENA XXIV.
Caballero de la corte,
DON CARLOS.
Que, vestido de arrogancia,
Señora , tu amor lo causa. Venis á quitarme el bien MAYO, ISABEL.
LISARDA. Que solicitan mis ansias,
Mayo me dijo , mi bien , Y puesta para un desnudo HAYO.
Que agora en Madrid quedabas. Mano á la cobarde espada , Y ella, ¿cuándo va á Madrid?
DON CARLOS. Decis que me mataréis, ISABEL.
Por cogerte de repente , Haced la huerta campaña ; Cuando quisiere mi ama.
Le dije que le engañara. Que no soy desigual vuestro ,
HAYO.
¿A qué habéis venido aquí? Aunque el saval me disfraza ;
Que soy caballero noble , ¿AcordarásedeMayo? '
LISARDA.
Y sangre de los Zapatas. ISABEL.
Venimos por esta dama. ¿Qué me miráis? Aquí estoy. Como fuere la labranza.
DON CARLOS. DON LUIS.
HAYO.
¿Dama aquella labradora? ¿Hay desvergüenza, hay infamia Junto á Brañigal espero ,
LISARDA. Como la deste villano? {Desenvaina.) Porque al pasar de sus aguas.
Es de un conde hija bastarda , Afuera. ISABEL.
Gran amigo de (Ion Luis , (Éntranse acuchillando.)
Cuando pasaron á Italia. No digas mas.
LISARDA.
HAYO.
Por cartas viene por ella ; ; A mi hermano matan ,
Que ha de tenerla en su casa Carlos! Al remedio voy. ' ¿Qué la aflige?
Hasta que llegue ocasión ; DON CARLOS.
ISABEL.
Mas yo pienso que es llegada , Temo que algún toro salga.
Porque desde que la vio , Señora , no tengo armas,
Y ese villano es mi dueño. HAYO.
De tal manera se abrasa,
Que, casándose con ella, (Vase Lisarda.) ¿Es muy medrosa?
400 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ISABEL. LISARDA.
BENITO.
IlllillitO. I Que deis licencia Presto veréis qué alegre le ponemos.
MAYO. Que venga á vuestra presencia. (Vanse don Luis y Benito.)
Pues ¿oye? Con esta espada DON LUIS.
ISABEL.
Yo le desjarretaré ¿Está en Madrid '!
Por la mitad de la panza. Valor de tu piedad , Señora , ba sido
LISARDA. Pacificar aquestos dos extremos.
Aqui está. LISARDA.
DON LUIS. Es , Isabel , el labrador honrado.
Pues entre ; que ya tendrá ISABEL.
ACTO TERCERO. Pesar, como yo paciencia. Y en talle y brio para ser mirado.
(Vase Guzman.)
ESCENA IV.
Sala en casa de don Luis , en Madrid. ESCENA III.
BENITO. — DON LUIS, LISARDA, JACINTA , ya vestida de dama, mug
ESCENA PRIMERA. ISABEL. bizarra—LISARDA, ISABEL.
BENITO. JACINTA.
DON LUIS, GUZMAN. Para pedir perdón... Dijéronme que querías
Hablarme á solas un rato.
DON LUIS.
!>0N LUIS. LISARDA.
Bellísima está Jacinta Alzaos del suelo. Ya sabes tú lo que trato,
Con el cortesano traje. BENITO. Jacinta , por tantos dias.
GUZMAN.
Vengo, Señor, tan triste y vergonzoso, {Vase Isabel.)
Pues no lo pierde el lenguaje. Que al valor vuestro del castigo apelo. Mi hermano te quiere bien ,
DON LUIS.
DON LUIS. Y esto de Italia le enfada :
Vos sois, Benito , un mozo valeroso. No estarás mal empleada
Es una cifra sucinta : En su persona. También
Parece que el cielo pinta BENITO.
De ofenderos me dio tal desconsuelo, Que me respondas quería
Todas las luces en ella : Sí ha de tener esperanza.
Si cortesana, tan bella, Al punto que dejé de ser celoso ,
Tan bella , si labradora , Que á mi padre pedí que negociase JACINTA.
Que de una suerte enamora, Que humildemente á vuestros pies me El tener desconfianza
Y estoy muriendo por ella. [echase. Ya sobra de cortesía.
GUZMAN.
Habló con mi señora, que, advertida Y porque sepas de mí
De mi arrepentimiento, os ha forzado. Lo que mi desden causó ,
Con razón la quieres bien ; Escucha , y sabrás que yo
Aunque estando ya en tu casa , , DON LUIS.
No tengo la culpa.
No se cómo sufre y pasa No me desagradaron en mi vida
Tu amor su injusto desden. Los hombres del valor que habéis mos- LISARDA.

DON LUIS.
Valiente mozo sois. [Irado. Di.
Téngala yo donde estén BENITO. JACINTA.
Mis cuidados obligando No se me olvida Salí de Barajas
Su desden , sirviendo , amando ; Algo de lo que tuve ejercitado. Un lunes, tirano
Que amando y sirviendo, creo DON LUIS.
Por la vecindad
Que vencerá mi deseo. No me pesara de tener conmigo Del martes aciago,
De ver codiciosa
GUZMAN. Un hombre como vos. La entrada y los arcos
¿Cuándo? BENITO. Que á la gran princesa
DON LUIS. Agora digo De España trazaron ,
El amor sabe cuándo. Que castigáis con eso mi locura. De Madrid deseos ,
GUZMAN. Pensé que era Jacinta labradora ; De su amor cuidados,
No la he visto hablar en ti Y como al labrador es cosa dura Cifra del que tienen
Con el gusto que quien ama. Si el hidalgo sus cosas enamora , Todos sus vasallos.
DON LUIS.
Hice tan desigual descompostura. Teresa, mi amiga,
Mas cuando conocí que era señora , Me iba acompañando ,
No pienso que me desama , Caí de su valor á mi bajeza ; No en coches ilustres
Si no se muere por mi. Queno hay distancia de mayor grandeza. Ni en villanos carros ,
GUZMAN. DON LUIS. Porque dos pollinos
Mi señora viene aqui. Allí os cobré afición, y si mi casa Eran , entoldados
Os puede ser en algo de provecho , De alfombras, literas
ESCENA II. Quedaos en ella. En que caminamos.
■ BENITO. Sombreros con plumas,
LISARDA, ISABEL.— Dichos. Sayuelos bizarros,
Tanta merced pasa Sartas y corales ,
Del corto espacio de mi humilde pecho. Cintas y rosarios ,
LISARDA.
LISARDA. Basquinas de seda ,
Á pediros un favor Ya os quiero concertar. Ricos pasamanos,
Vengo con algún temor. . Manteos con oro,
BENITO.
DON LUIS. Todo fué prestado.
Pues ¿qué se os puede ofrecer Mi amor sin tasa Casi legua y media
Donde vos podáis temer Merece la merced que me habéis hecho. Del amor tratamos,
Un agravio de mi amor? LISARDA. Riendo yo entonces
LISARDA.
Benito ha de serviros de hortelano ; Lo que estoy llorando ;
Mendo , hermano , un viejo honrado , Que os importa el jardín este verano. Que todas sus flechas
Padre de aquel atrevido DON LUIS. No le aprovecharon,
Que en Barajas... Si él quiere , desde aqui le doy partido. Para que rompiese
BENITO.
Mi pecho de mármol.
DON LUIS. Labradores mozos
Ya he sabido, ¿Jardín tenéis? A perder llegaron
Lisarda , que os han rogado. DON LUIS. Por mi amor el seso ;
Ya le tengo perdonado. Entrad y le veremos; Pero todo en vano.
¿Qué queréis? Aunque por mi descuido está perdido. Noches de San Juan,
AL PASAR DEL ARROYO. m
Me colgaban ramos Para adivinar mejor lisarda. (Ap. á don Carlos.)
De juncia y verbenas , El alma de amor se vale ; Y cuando desmayada aquella rosa
Trébol y mastranzos. Que no hay Sibila que iguale Os prestaba su nieve , y esa noche
No era amanecido , A una alma llena de amor. Al rayo de ese sol iba volviendo ,
Cuando todo el mayo Qué haré? Qué medio hallaré Y estándole diciendo
En el horno ardia , >onde no ha de hallarse medio?
í)oi Amores al oido,
De su amor burlando. Mas si el morir es remedio, Cobró con las palabras el sentido ,
Si lloraba alguna Remedio en morir tendré. ¿Era barro también?
Por su amor ingrato , JACINTA. DON CARLOS.
No era mas mi amiga, Bien pienso que habéis sentido ¡Cuento bizarro!
Riendo su engaño. El haberme declarado. LISARDA.
Pasando un arroyo...
No sé cómo basto LISARDA. Masal pasararroyos siempre hay barro.
A nombrar, Lisarda , Notable pena me has dado. Pensaba verla agora confiado ;
Quien causó mis daños... JACINTA. Hallóse la invención : pues engañóse ;
Linde de una viña , Lo menos habéis oido ; Que agora me la llevo á mi aposento.
Estaba un hidalgo , Porque me dijo Teresa DON CARLOS.
Caballero, digo, Que estando yo desmayada... Lisarda mia , ¿quién os ha engañado?
Caballero honrado. LISARDA. LISARDA.
Dióle para el pecho ¡ Ah, perro! ¿Yo soy tuya?
Su espada Santiago, Basta , no me digas nada;
Y para los ojos Que aun de lo dicho roe pesa. DON CARLOS. (Ap.)
El amor sus rayos. Derribóse
Su coche aguardaban ESCENA V. De mi edificio el fuerte fundamento.
El y su criado: LISARDA.
Volcó en unas piedras ; DON CARLOS, DON LUIS, MAYO,
No le dará contento
Que es terrible el paso. ISABEL. — Dichas. Esta vez la señora.
El arroyo arriba , Mire cómo la habla quien la adora.
Por lomas cercado DON CARLOS. Y ella le quiere bien ; ¿entiende, entien-
De viñas y huertas Si antes supiera yo que vuestra casa , DO» CARLOS. [de*
Y de álamos altos, Señor don Luis, tal huéspeda tenia,
Venia un torillo Antes para servirla me olreciera. Ya lo entiendo , ya sé que la pretende.
Bravo y enojado, LISARDA.
lisarda. {Ap.)
Si son los valientes Este es el fuego que mi pecho abrasa. Vamos, Jacinta.
Con mujeres bravos. don Carlos. (Ap.) DON LUIS.
Cerró con nosotras ; ¿Tú este bien me quitas?
Mas nuestros caballos Esta es la nieve que mi pecho enfria.
LISARDA.
Fueron como pollos JACINTA. (Ap.)
En viendo al milano. Este es el sol de mi dichosa esfera. Impórtame que vengas.
Cal sobre el agua , DON luis. JACINTA.
Cubrióme un desmayo , Avisaros quisiera ; Vamos luego.
Bajó el caballero, Y soy tan encogido, Adiós, señor don Carlos.
Y metiendo mano , Que hasta que os vi no pude. lisarda. (Ap. á Jacinta.)
Cortóle las piernas ¿Es aqueste?
DON CARLOS.
Y sacóme en brazos.
Púsome en su coche (Ap. Estoy corrido.) . JACINTA.

Con muchos regalos. Vuesamerced me tenga porsuesclavo. El mismo.


Desperté en Madrid ; (A Jacinta.) lisarda.
En su casa entramos, lisarda. (Ap.) ¡Buena lanza solicitas!
Secáronme en ella Aqui la vida y la paciencia acabo. JACINTA.
Sus hermanas, dando JACINTA. ¿Conócesle?
Aliento á mi vida, Yo soy, Señor, muy vuestra servidora. LISARDA.
Y á mi mal reparo. lisahda. (Ap.) ¿Pues no?Tu amor es ciego.
En aquellos dias (Ap. Paciencia, celos,el amor os preste.)
Me obligó don Carlos; ¡Cómo el no conocerle disimula! ¿Que don Carlos es este?
Que este nombre tiene DON CARLOS.
JACINTA.
El que adoro y amo. Mayor me parecistes que la fama. ¿ Tal hombre no te agrada?
Por mi fué á Barajas , JACINTA.
LISARDA.
Por mí fué hortelano, Es porque estoy en esta casa agora.
Por mi se olvidó El talle si , con esa roja espada ;
De antiguos cuidados. DON LUIS. Mas serás desdichada , si le quieres;
Que fino me adora No pienso que don Carlos os adula. Que me dicen que burla mil mujeres.
Me jura llorando; lisarda. (Ap.) (Vanse Lisarda y Jacinta.)
Si no se lo creo , ¡Qué mal ¡ay celos! encubrís la llama!
Que me pase un rayo; DON CARLOS.
ESCENA VI.
Y mas como agora Es muy gallarda dama DON CARLOS, DON LUIS, MAYO,
En sangre le igualo ; Mí señora Lisarda :
Con que es imposible ISABEL.
Dejar de casarnos. La señora Jacinta...
Esto que te lio , LISARDA. ■ATO.
No sepa tu hermano ; Es muy gallarda ; ¿Qué tenemos, Isabel? (Ap. á ella.)
Que en el mismo dia Y mas, cuando al pasar del arrojuelo, ISABEL.
Me iré con don Carlos. Vino el torillo y derribóla al suelo. Vaya el picaño lacayo.
LISARUA. (Ap.) DON CARLOS. MAYO.
¿Puede haber otra mayor Pues ¡cómo! ¿ha sucedido alguna cosa? Pues di , ¿no era yo tu Mayo,
Desventura que la mia? LISARDA. Y tú mi fresco vergel ?
¡Ay, que no en balde lemia Sábenloliasta las muías de algún coche, ISABEL.
Esta jornada mi amor! ¿Y hacéisos vos de nuevas?
Desde que á don Carlos vi , Allá con la barajeña
Mis males adiviné, (Don Luis habla bajo i Jacinta.) Que en el estribo llevó,
"Y aquello que después fué , DON CARLOS. Hable el picaro; que yo
Entonces pasó por mí. No lo entiendo. Soy cortés y madrileña.
L-i. 20
402 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
NATO. Demás, que me quiere bien, No muda especie en rigor.
¿Ballenato no dirá ? Y yo le pienso escribir. Sino el lugar desigual.
ISABEL. DON CARLOS. DON CARLOS.
Con mucha honra, belitre. Esto no es mas de advertir. Tenéis tal entendimiento
HATO. DON LUIS. Para en el campo criado ,
Mala pipa de salitre Y hacerme merced también. Que me habéis siempre admirado.
Te vuele. BENITO.
ISABEL. ESCENA VIII. Nace de mi nacimiento ;
Soy nieve ya. (Vase.) Y hablando con vos, es bien
BENITO.— Dichos. Que en lengua discreta sea ;
ESCENA VII. Cuando en el campo me vea ,
BENITO.
Hablaré en necio también.
DON CARLOS, DON LUIS, MAYO. ¿No habéis visto que pretende
Tres ó cuatro caballeros El vulgo en las cosas altas
Te aguardan en el jardin. Poner muchas veces faltas,
DON LUIS.
¿ Que os pareció de Jacinta?
DON LUIS. Porque es lengua que no entiende ;
No os vais , porque tengo , en fin , Y que en hablandole en necio ,
DON CARLOS. Con que puedo entreteneros, Celebra lo que entendió?
Que es prenda digna de vos. Y gusto de hablar con vos. Pues de aquesta suerte yo
DON LUIS. DON CARLOS. De entrambas lenguas me precio.
Adoro en ella, por Dios. Yo me estaré por aqui. Hablo discreto con vos,
DON (JARLOS. Y necio con mis iguales ;
(Vase don Luis.) Que aunque lenguas desiguales.
Es tan ajena y distinta
Del traje de labradora , Me importa saber las dos.
En que me dicen que estaba ESCENA IX. Finalmente , yo querría
Cuando no se imaginaba Que agora vos me ayudéis.
Tan bien nacida y señora , DON CARLOS, BENITO, MAYO. DON CARLOS.
Que á los que nunca la vimos, Pues ¿qué es lo que pretendéis
Parece que siempre fué BENITO. Con tan honrada porfia?
Esto que agora se ve. ¿Ya no os acordáis de mí? BENITO.
DON LUIS. DON CARLOS. Casarme.
Por ella á Barajas fuimos Nunca me olvido , por Dios, DON CARLOS.
Lisarda y yo, y ese día Porque sé la obligación
La vi con tantas ventajas , En que pone á un hombre honrado ¿Qué me decís?
Que presumí que en Barajas Quien le ayuda en el cuidado ¡Con mujer tan principal ,
Las selvas de Arcadia via , De un peligro en ocasión. Y competidor igual
Y en Jacinta labradora BENITO.
Al ilustre don Luis!
La diosa que, en blanco velo, Para ser hombre de bien BENITO.
Es luna hermosa en el cielo , Y merecer este nombre, Si vos me ayudáis y dais
Y en la tierra cazadora. Cinco cosas en un hombre Palabra, con un secreto ,
Y pues ya con vos profeso, Han de concurrir también : Veréis posible el efeto
Don Carlos , tanta amistad , Primero, tratar verdad, De lo que dudando estáis.
Y no ignoráis la verdad Y vestir honestamente , DON CARLOS.
Deste notable suceso, Sustentar su casa y gente Yo os la doy por esta cruz ,
Sabed que quiero casarme , En honra y autoridad ; Como caballero honrado.
Y al conde Fabio escribir En los públicos lugares BENITO.
Que se digne de venir, Estar grave , cuerdo , honesto...
Si fuere su gusto , á honrarme ; —Nunca en hombre descompuesto Este hombre que me ha criado
Pues me dijo que tenia Si es hombre ó bestia repares ; Comenzaba á darme luz
Pretensiones en la corte. Porque la descompostura De mi noble nacimiento :
DON CARLOS. En el público lugar, Échelo entonces al aire,
Siempre lleva errado el norte A picaros se ha de dar; Pareciéndome donaire
8uien tiene al amor por guia, Que no á quien honra procura.— Y cosa sin fundamento;
onozco la calidad La quinta , Carlos , también Mas dándome estos papeles ,
Es el ser agradecido ; Toda la verdad leí,
De Jacinta ; mas ¿qué hacienda, Y vos podéis verla aqui
Para hacelía vuestra prenda, Que si es ingrato , ha perdido
Tenéis con seguridad? Kl nombre de hombre de bien. Con mis desdichas crueles.
¿Ha de heredar el estado Pienso que no lo será Yo soy hijo natural
De su padre por ventura? Vuestra nobleza conmigo. De don Esteban Zapata ,
Caballero de Madrid,
DON LUIS. DON CARLOS. Sangre antigua, ilustre y clara.
La hacienda de su hermosura Yo seré tan vuestro amigo El modo con que en secreto
Me tiene mas obligado. Como el efeto dirá ; Me criaron en Barajas,
Pero, como natural Que quien su casa me dio No es para aqueste lugar;
Jacinta , y que fué su madre Cuando fugitivo fui , Solo os diré que me espantan
Mas principal que su padre , Tendrá en la mia y en mí Tantas peregrinaciones
Aunque él es muy principal Lo que entonces mereció ; Desde la primera barca;
(Porque , en efeto , murió Y que hayáis aquí venido, Que asi se llama la cuna
En posesión de doncella , Y no á mí casa , me pesa. Del mar de la vida humana.
Y aun me dicen que con ella BENITO. Según esto , bien podré ,
Fabio, al morir, se casó, Esa mi amorosa empresa , Con madre calificada.
Muerta la Condesa ya), Don Carlos , me trae perdido. Como yo sé quees la mia ,
Forzosa heredera es. DON CARLOS. . ■ De lo noble ele los Vargas ,
DON CARLOS. Pues ¿queréis bien todavía Pretender una mujer
Mayor el peligro está ; A tan principal señora? Que en las fortunas rae iguala ,
Que si os casáis sin su gusto, En el modo de nacer
Por ventura, de enojado , BENITO. Y en la rústica crianza.
Tomará de nuevo estado. El alma no es labradora , Que pues en un tiempo mismo
Y amar lo que amé porfia ; Lo que tan secreto estaba,
DON LUIS. Que si de un barro á un cristal Como veis, descubre el cielo,
Es ya viejo y no es robusto; Pasasen algún licor, No debe de ser sin causa.
AL PASAR DEL ARROYO. ¿03
DON CARLOS. Con lo que me has dicho solo DON CARLOS.
Apenas puede, Benito, Hoy para siempre se acaba. Dadme, Señora, lugar
Hallar el alma ocupada DON CARLOS. Para dar satisfacion ;
Lengua dispuesta , la lengua Muy delgado, hermano, eres : Que el mas airado juez
Palabras, ni las palabras A tales hombres despachan Oye al preso alguna vez.
Estilo que signifique Por mujeres á Alcorcon , LISARDA.
Mi admiración; que no bastan Que de barro se las hagan,
Alma , palabras y lengua A Estremoz ó á Talavera, ¿Es esta la devoción
A poder significarla. Cuando han de ser vidriadas. Y promesa de san Diego?
Pero mira Yo que dices; No se casan con melindres Bien servido quedaría.
Que don Esteban Zapata Los que tan ciegos se casan ; DON CARLOS.
Fué mi padre; y siendo ansí Que es como beber en bota , Oidme, Lisarda miá.
Lo que estos papeles tratan , Que lo que viene, eso tragan.
Tú vienes á ser mi hermano. LISARDA.
BENITO.
BENITO.
¿Que os oiga?
Pues, Señor, yo he de beber,
jTu hermano ? Si Dios el seso me guarda,
DON CARLOS.

DON CARLOS. En un cristal de Venecia. Escuchadme os ruego.


Es cosa tan clara DON CARLOS. LISARDA.
Como los rayos del sol ; Muchos be visto, que andan LQué tengo ya que escuchar ?
Y en duda, Benito, abraza A buscar cristalerías a novena me agradó ,
Este pecho ; que si tienes . En que beber honra y fama ; Que hasta el arroyo llegó ;
Su sangre, yo sé que el alma Y pasado el primer ano, Pero no pudo pasar.
Me lo dirá con las señas , Los lleva un mozo á dar agua Vuélcanse en tales caminos
Y el corazón con las ansias. Con un cabestro á un pilón , Los coches por la intención ,
BENITO. Donde las dejan tan claras Y acuden á la oración
Siempre me avisaba el mió , Como suele el unicornio Dos ninfas en dos pollinos..
Pues sabes lo que te ama Con la virtud de sus armas. Alfombrita de color,
Desde el punto que le vi. Pero mira que te digo Jáquimas rojas á listas, '
Que entrambos en esta casa Con borlas como legistas ¿
DON CARLOS.
Nos habernos de casar. Si hay algún asno doctor.
No hay duda, con señas tantas: Sombreros, plumas, manteos
Por mi hermano te confirmo. ' BENITO.
Y rebociño con oro...
BENITO.
¿Entrambos? —Y luego salir un toro
DON CARLOS. A despartir el torneo. — •
Yo sé que en estas probanzas
Hallaras que fué mi padre, Sí. Cortarle la media cola ,
Carlos, el que tuyo llamas. BENITO. Sacar la tal del arroyo,
DON CARLOS.
i Cosa extraña! Y ponerla sobre un poyo
Hermano, de aquestas nuevas Lisarda viene. De vallico y amapola;
Solo las albricias Cuitan. DON CARLOS. Darle coche, y como enjaula,
Rióme yo de los hombres Pues vete. Gorjear bachillerías,'
8ue un caballo, que una espada, Parecen caballerías
ESCENA X. Del mismo Amadis de Gaula.
na pintura , una joya
Para su regalo guardan ; Mas esto que yo temí ,
LISARDA, ISABEL.—Dichos. Y que en efeto pasó ,
Lo bueno, hermano, ha de ser
Para el amigo que os ama , ISABEL.
Pase; que no digo yo
Para lo que bien queréis , Que no es bien que pase ansí ;
Aqui están . Pero que vuesamerced
Como aquella historia encarga lisarda. (Ap.áltabel.)
De Apeles y de Alejandro, Venga á requebrarla acá ,
Espera y calla. Eso no lo mandará.
Que hasta los niños la cantan.
Pues asi será la nuestra. BENITO. Si nos ha de hacer merced ;
La cosa mas estimada Yo haré el ramillete luego; Que basta que ya pasemos
§ue yo he tenido es Jacinta , Mas de violetas moradas ; Porque á doña labradora
Que agora no hay otra flor. Quiera y solicite agora , ■
desde hoy con manos francas
Te la doy; pero advirtiendo DON CARLOS.
Sin que aposento le demos;
Que si con ella te casas , Que ya ve que no es razón.
Por ser flor de amor me agrada.
Yo he llegado hasta sus labios (Vase Benito.) DON CARLOS.
Cuando estuvo desmayada, ¿Burlas, Lisarda? Eso ¿es justo?
Al pasar aquel arroyo"; ESCENA XI. Y ¿que te parezca injusto
Pero esto no es de importancia Cumplir con mi obligación?
Entre hermanos, pues lo somos. El librar un caballero ■'
LISARDA, DON CARLOS, ISABEL,
BENITO.
MAYO. De peligro una mujer,-
Yo te agradezco que hagas Y una jornada temer
Conmigo tan grande exceso. LtSARDA. Hecha con tan mal agüero,'
DON CARLOS. Quisiera , mal caballero Y dar la vuelta á Madrid ,
Y indigno desta señal , ¿Ha sido tan gran delito?
Haz cuenta que es darte el alma. ¿Quién te ha dicho, quién te ha escrito
No ser mujer principal ,
BENITO. Tal disparale?
Para en estilo grosero
Pues no, hermano, no la quiero; Reñir con vos muy de veras; LISARDA.
3ue es historia muy cansada Que después de ser ingrato, ¿Es el Cid
Ver que al pasar del arroyo, Quien usa grosero trato Vuesamerced por ventura,
Te llegue á la Iraca el agua. Merece injurias groseras. Amadis ó Esplandían ,
La mujec (|ue ha de ser propia ¡Todavía estáis aquí , Los que obligados están
Ja de estar en una caja , Con desvergüenza tan clara A emprender loda aventura?
^omo el gusano de seda, Enamorando en mi cara! ¿Pasó Urganda por allí?
lasta ser paloma blanca. DON CARLOS. ¿Qué le dijo la doncella
>i fuiste abeja en su rosa , De Dinamarca?
}ue buen provecho te haga; Pues ¿vos me tratáis ansí?
DON CARLOS.
}ue lo que no fué posible LISARDA.
olvidar con la mudanza ¿Cómo tengo de tratar Por ella '
)e su traje, ni acabaron Un hombre que me ha engañado , Nolo intenté; fué por mí ;
Sus desdenes y desgracias, Habiéndole yo adorado? Que esto debo al ser quien soy.
m COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
LISARDA. ISABEL. JACINTA.
Y el haberla regalado ¿No es razón? Siendo yo tan bien nacida ,
¿Cómo queda disculpado? MAYO. ¿Para qué me dais por mengua
DON CARLOS. ; Brava determinación ! No ser noble mi crianza?
La misma disculpa doy. Fuerte pleito comenzamos. (Vase.) Pero me quiero volver
Pero si quieres quedar Donde nadie pueda hacer
Satisfecha que te adoro, ESCENA XIV. Traiciones á mi esperanza.
Da lugar con tu decoro Úsase allá mas verdad :
Que pueda esta noche entrar JACINTA , LISARDA , ISABEL. ¡ Oh bien haya un verde prado,
En tu aposento, y ordena Adonde sirven de estrado
Como lo entienda tu hermano: JACINTA. Llaneza y seguridad !
Verás si te doy la mano. ¿No me dirás lo que ha sido Oh bien haya un aposento
' LISARDA.
Darte don Carlos los brazos? En quien es tapicería
Buena industria , Isabel. LISARDA. La limpieza y la alegría ,
Jacinta , aquellos abrazos Que es donde vive el con tentó!
ISABEL. No sé quién me trajo á mi,
Buena, No se hubieran admitido ,
Cuando no fuera por tí ; Aunque la vida me importe,
Yjustasatisfacion. Porque á don Carlos hablé, A esta noria de la corte.
LISARDA. Y medió palabra y fe LISARDA.
Pues yo digo que así sea , De no hablarle mas por mí ; ¿Ya es noria la corte ?
Como mi hermano lo vea. Que le dije que mi hermano JACINTA.
DON CARLOS. Ya te llamaba mujer,
Y que no era justo hacer Sí;
Pues esa es mi pretensión. Donde por calles y fuentes
LISARDA.
Por un amor loco v vano
Burla á tan grau caballero. Son arcaduces los coches ,
Con eso te doy los brazos. Que los dias y las noches
JACINTA. Reciben y vacian gentes.
DON CARLOS.
Y yo, Señora, me voy. Pues no sé yo qué razón ;. Hacen aquí todo el año
Te puso en obligación Mas que andar alrededor
ESCUNA XII. De no respetar primero Unos tras otros?
La justa fidelidad
JACINTA. — Dichos. A mi secreto debida.
LISARDA. Eslábades con el paño
JACINTA.
¿No ves tú que es preferida Donde bailaba Antón Gil
No importa, no ; que yo soy. La sangre á toda amistad? Con las mozas de Barajas
DON CARLOS.
JACINTA. La chacona á las sonajas
No hay en aquestos abrazos Ha sido cosa muy necia ; Y el villano al tamboril.
Cosa que cause sospecha. Que ha de ser don Carlos mió, ¡Válate Dios por discreta!
LISARDA. Si sé hacer un desvario. Perdida estaba la corte,
Si la hay ó no, discreción LISARDA.
A no venir este norte
Tiene Jacinta. Por la ordinaria estafeta.
Sois de condición muv recia,
JACINTA. JACINTA.
Como há poco que dejasteis
En razón La que Barajas os dio. eaquí mas de engañar
Desospecha está deshecha JACINTA. la uno atender
Con haberte declarado A loque puede coger
Mi secreto. Antes de vos diré yo
Que mi valor barajasteis. Para aumentarse y medrar?
DON CARLOS. Hay aquí mas de vivir
Adiós, señoras ; Pero ¿qué se me dá á mí,
Si haré lo que yo quisiere? Apriesa, y sacar de noche
Que pasan ya ciertas horas Un gran difunto en un coche
A que me llama un cuidado. LISARDA.
Sin acabar de morir,
LISARDA.
Hará lo que le dijere Y apenas por la mañana
Oid, Carlos. Mi hermano. Preguntar nadie por él?
JACINTA.
DON CARLOS. (Vanse Jacinta é Isabel.)
¿Qué mandáis? ¿Su hermano? LISARDA.
LISARDA.
lisarda. (Ap. á don Carlos.) ¡ Oh filósofa cruel
Entraos en el aposento Sí.
JACINTA.
Y académica villana!
Del jardinero. El mundo viene á enmendar.
Pues ¿qué le debo á su hermano?
DON CARLOS. Cuando ya el mundo se acaba.
¿A qué intento? LISARDA.
Lo que su padre mandó.
LISARDA. ESCENA XV.
A que esperéis y no os vais. JACINTA.

DON CARLOS.
¿Qué padre? DON LUIS. — LISARDA.
LISARDA.
Yo voy á esperar allí. ( Vase .)
El que Dios la dio.
DON LUIS.
ESCENA XIII. JACINTA.
Mi padre es aquel villano. ¿Qué es esto, hermana?
LISARDA, JACINTA, ISABEL, MAYO. LISARDA.
LISARDA.

A lo menos le parece Que estaba,


HAYO. De pnro enojo y pesar
i Qué le dice este concierto? En la fuerte condición.
f A no tenerte respeto).
JACINTA.
ISABEL. Por hacer un disparate.
Que yo lo mismo le advierto. Este engaño, esta traición , DON LUIS.
Justamente la merece
MATO. El tener yo confianza ¿Qué hay, en fin?
Pues ¿voy á esperarla? De quien no tiene valor. LISARDA.
ISABEL. LISARDA. Que no le trate
SI. El vuestro será mayor # De tu amor. Tú eres discreto:
HIATO. Por vuestra noble crianza. Aborrece á quien te olvida.
Y en Gn, ¿nos determinamos Y... componed vuestra lengua; DON LUIS.
A casarnos? Que estáis ya muy atrevida. Mal conoces un desprecio.
AL PASAR DEL ARROYO. 405
LISARDA. LISARDA.
ESCENA XVI.
De decir verdad me precio. Mira, y yo te lo diré.
DON LUIS. JACINTA, TERESA, PASCUAL, LAU JACINTA.
Alargue el cielo la vida. rencio y otros labradores. — Contigo á saberlo iré.
LISARDA. Dichos. (Vanse Lisarda y Jacinta.)
Esta mujer quiere bien. TERESA. DON LUIS.
DON LDIS. Los instrumentos locad Quedaos vosotros aquí ;
¿A quién? Para alegrar á Jacinta. Que pues es anochecido,
LISARDA. Laurencio. (A Jacinta.) No quiero que allá volváis;
No sé... Que loque nos presentáis,
¿No conoces por la pinta Para todos se ha traído.
DON LUIS. La gente de tu ciudad?
LAURENCIO.
Muerto soy. JACINTA.
LISARDA. ¡Padre mió ! Mi amor obligado os queda,
A don Carlos. LAURENCIO.
Para que esta noche pueda
Despacio á Jacinta hablar.
DON LUIS. Ya no sé
Cierto estoy. Cómo ese nombre me cuadre. (Vase don Luis.)
LISARDA. JACINTA.
ESCENA XVII.
¿Porqué? Vos habéis de ser mi padre.
DON LUIS. LAURENCIO. LAURENCIO, PASCUAL, TERESA
Por ver su desden. Con el alma lo seré. y LABRADORES.
Y él, ¿quiérela? JACINTA.
LISARDA. LAURENCIO.
¿Qué hay, Teresa? Qué hay, Pascual?
(Ap. Va de juego.) , Pascual , ¿no está muy hermosa?
TERESA.
Don Carlos me quiere á mi. PASCUAL.
DON LUIS.
Estás, Jacinta, de modo,
Que parece perlas todo ¡ Ay de quien perderla siente !
¿A ti, hermana? Cuanto era antiyer sayal. TERESA.
LISARDA. No ve el sol por el oriente
PASCUAL.
A mí. Dice la verdad Teresa : Tal jazmín revuelto en rosa. •
DON LUIS. En perla estás trasformada ; LAURENCIO.
Si 4 ti Y asi, te hacemos entrada Traigo en la imaginación
Te quiere, por Dios te ruego Como al fin nuestra princesa. Que don Luis la quiere bien.
Que te cases muy aprisa ; A la fe, detalle estás, TERESA.
Pues desconfiando asi , Que has hecho la corte aldea,
Jacinta me querrá a mi. Como casados estén,
Porque, aunque mas corte sea, Dios les dé su bendición.
LISARDA. Eres lú cielo, que es mas.
¿Aprisa? Un présenle te traemos. (Vanse.)
DON LUIS. JACINTA.
Mi amor te avisa. Si es mi padre, bueno es.
LISARDA. Patio de la casa de don Luis, rodeado de cor
LAURENCIO.
¿Será mucho de aquí á un año? redores. Es de noche.
Como ese nombre me des,
DON LUIS. Bien pagados volveremos. ESCENA XVIII.
¿Burlas? Sírvete de una ternera „
LISARDA. Y seis pares de capones, BENITO, en hábito de caballero, con
¿Y medio? Tres cabritos, dos (echones... capa de oro y sombrero de plumas;
DON LUIS. DON LUIS. después, LALRENCIO, PASCUAL,
Tampoco. Eso parece que espera TERESA y labradores.
LISARDA. Alguna boda, Laurencio.
¿Cuatro meses? LAURENCIO. benito. (Ap.)
DON LUIS. Dios lo sabe. Mas cantad, A no ser Carlos mi hermano,
Estoy loco. Y á mi Jacinta alegrad, Tuviera alguna sospecha
LISARDA. Mientras yo lloro en silencio. Da haberme vestido así.—
¿Un mes? (Tocan , cantan y bailan.) ¡Ay Cielos! ¿qué gente es esta?
Parecen de mi lugar.
DON LUIS. labradores. (Cantando.) (Salen Laurencio, Pascual, Teresa y
¿Qué mayor engaño? Al pasar del arroyo labradores. Benito se recata de ellos.
LISARDA. Del atornillo _
PASCUAL.
¿Una semana? Las memorias del alma
DON LUIS. Se me han perdido. Si han de aderezar la cena,
Ni un día. Al pasar del arroyo Vamos á dar el presente.
LISARDA.
De Brañigales, LAURENCIO.

¿Esta noche? Me dijeron amores Antón quedó con las cestas.


DON LUIS. Para engañarme. PASCUAL.
Sí, por Dios. Pero con perderme Deseo hablar á Benito,
Gano yo tanto, Que, llevando mal la ausencia
LISARDA. Que al amor perdono
Pues búscanos á los dos, De Jacinta, vive en casa.
Tan dulce engaño. LAURENCIO.
Si tanto tu amor porfía ; Al pasar del arroyo
Que hallarás en mi aposento De Canillejat, Pues vamos, para que tengan
A Carlos honestamente. Viime el caballero; Nuestros pollinos recado,
DON LUIS. Antojos lleva. Y el carro que trajo Esteban.
Dame esa mano. LISARDA. ( Vanse todos, menos Benito.)
LISARDA. ¡Qué cansada impertinencia!
Tanto arroyo no cantéis ; ESCENA XIX.
Detente ;
Que gente de fuera siento. Que una tempestad haréis BENITO.
Que se anegue la paciencia.
JACINTA. Ya se han quitado de aquí.
Pues ¿qué te va en esto á tí? No sé para qué concierta
406 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Don Carlos aquesta noche Que quien entra, como dices,
Esta amorosa quimera ; Mejor el nombre. Da voces.
Desta suerte en casa ajena,
Pues estando, como está , Mas Dado viene en plomo GUZMAN.
La casa de gente llena, Que en acero. ¿No quieres el hacha?
Cosa en que estriba el secreto DON LUIS. DON LUIS.
Temerariamente intenta. ¿Qué sospechas? Muestra.
¿Qué es aquesto, escura noche?
GUZMAN. GUZMAN.
Mas gente. Amor, ¿en qué piensas,
Cuando por tales peligros Que trae algún arcabuz. ¡Ladrones, ladrones!
Llevas voluntades ciegas ? don cárlos. (En el corredor.) DON LUIS.
En aquella puerta suena, Dame,
ESCENA XX. Mayo, el aire de algún silbo. Guzman, aquella rodela.
MATO. GUZMAN.
DON CARLOS y MAYO, rebozados. Si fuera puerta trasera, ¿No es mejor la parte-sana.
BENITO. Pudiera ser sospechoso. Pues hay tanta parte enferma?
DON CARLOS.
Entra.
De todo estás prevenido.
DON CARLOS. ESCENA XXV.
Voy; que amor me enseña.
HATO. LAURENCIO , PASCUAL , TERESA
No haya miedo que me duerma ; (Éntrase.) y LOS LABRADORES. — DlCHOS.
Qué aquí me convierto en lince.
ESCENA XXIII.
don cárlos. (Ap. á Mayo.) LAURENCIO.
Aqui hay gente. ISABEL, en una ventana del corredor. ¡ Ladrones á tales horas!
MAYO. — DON LUIS v GUZMAN, en el pa PASCUAL.
Pues tú llega; tio ; MAYO, en el corredor. ¡ Mueran los ladrones, mueran !
Que yo no aprendí á esgrimir, TERESA.
Porque me dijo mi agüela ISABEL. (Ap.) ¿ Esto es dormir en la corte?
Que excusar las pesadumbres El que está en el corredor, LAURENCIO.
Era la cosa mas diestra. Pienso que es Mayo.
Como estas cosas sustenta.
. DON CARLOS. mato. (Ap.)
DON LUIS.
i Quién va? Quien queda
BENITO. Solo y en tan gran peligro, i Aquí, amigos y criados !
¿Quién en esta casa ¿A qué escapatoria apela? ¡Aquí! Todos á esta puerta.
Se toma tanta licencia, ¡ Que diese á un galo en los pies GUZMAN.
Que lo pregunta embozado? El cielo tal ligereza, Entra ; que luego desmayan.
DON CARLOS. Que desde un tejado á otro
¿Es Benito? Una pelota parezca, ESCENA XXVI.
RENITO. Y que un hombre como yo
¿Es Cárlos? Un costal de arena sea ! BENITO , embozado; con LISARDA. —
DON CÁRLOS. ISABEL. Dichos.
i Ah hidalgo!
Muestra MATO. LISARDA.
Agora el valor, hermano,
Que de nuestra sangre heredas. ¿Quién es quien llama? Paso : ¿qué furia es aquesta ?
Este es aquel aposento: ISABEL. No es ladrón el que está aquí ;
Abierta hallarás la puerta. ¿Oye? Llegúese mas cerca. Que es mi marido.
Haz lo que te dije. ¿Es Mayo? DON LUIS.
BENITO. MATO. -Que sea
Voy. Y aun mayadero. Por muchos años y buenos;
Si errare, lu culpa sea. (Vase.) Pero que miremos deja
ISABEL.
El aposento en que duerme
Mayo de mis ojos, entra. Jacinta.
ESCENA XXI. MAYO. GUZMAN.
¿Es Isabel? La puerta cierran.
DON CÁRLOS, MAYO. ISABEL.
DON LUIS.
MATO.
¿No me ves? No hay que cerrar ; que pondré
¿Quién era el hombre? MAYO. Fuego á las puertas.
DON CARLOS.
Y ¿dices que entre?
Mi hermano. ISABEL. ESCENA XXVII.
BATO. No temas.
DON CÁRLOS, embozado, con JACINTA.
Temo que Guzman nos vea ; MATO.
Que mira bien á Isabel. Sosiega aquesa perrilla , — Dichos.
DON CARLOS.
Que gruñe como una suegra.
JACINTA.
Pues ya no es tiempo que temas ; ISABEL.
Espera ;
Que la determinación Entra, necio. (Quitase de la ventana.) Que yo estoy con mi marido.
Es quien da ventura y fuerza MATO.
En los peligrosos casos. DON LUIS.
Claro está; ¡Marido!
(Suben á un corredor.) Porque si discreto fuera,
Nunca yo entrara á casarme. JACINTA.
ESCENA XXII. Hoy seré perro entre puertas. (Éntrase.) Y pienso que quedan
Mas adentro otros casados.
DON LUIS y GUZMAN, rebozados, en ESCENA XXIV. (Éntrase don Luis.)
el patio. — Dichos. PASCUAL.
DON LUIS y GUZMAN, en el patio. ¡ Mirad lo que el tiempo ordena,
don LUIS.
Pues se ha vuelto palomar
Haz que todos se prevengan, GUZMAN. Casa de tanta nobleza !
Porque sirvan de testigos. Ya están dentro del toril.
GUZMAN. DON LUIS.
Y de que ayudarnos puedan ; A nosotros nos viniera
AL PASAR DEL ARROYO. 407
ESCENA XXVIII. Que tanto amor agradezcas,
¡ Que se atreva Carlos, basta que tu hermano,
DON¡Ll)IS, echando afuera á MAYO Un villano á tal maldad! Si ser tu hermano confiesas...
y á ISABEL.—Dichos. BENITO.
DON CARLOS.

Ya es tiempo, don Luis, que sepas Eso os mostraré probado.


DON LUIS.
¡Vive Dios, que he de vengar Que soy caballero noble. LAURENCIO.

De aquesta suerte mi afrenta ! Hijo soy de don Esteban, Y aquí hay testigos que sepan
Y de don Carlos hermano. Esa historia.
MAYO. DON LUIS.
DON LUIS.
¡Aquí de Dios , que me matan Quien oye cosas como estas, En fin, Jacinta,
Por marido de la vera! Mejor es que pierda el seso. ¡Te pierdo!
DOS LUIS. JACINTA.
LISARDA.
Lisarda, dos hombres veo No te parezca
Con espadas y rodelas, ¡ No es don Carlos ! Yo soy muerta. Ingratitud, sino amor.
Y entrambos arrebozados: DON LUIS.
DON LUIS.
Uno, de quien tú confiesas ¿Con quién probarás, traidor, Lo que los cielos conciertan,
Que es tu marido, y que serlo, Esa fingida nobleza? ¿Por qué lo impiden los hombres?
Estando en mi casa, es fuerza ; BENITO. Jacinta, hoy quiero que veas
Otro, al lado de Jacinta, No soy traidor , que soy noble : Que fué mi amor* verdadero... —
Cosa en el concierto nueva. Don Carlos será la prueba. Y tú, Lisarda, que sepas
—Caballeros, esta sangre Que quien quiere hacer traición,
DON LUIS.
Nunca se manchó de alrenta : Siempre alcanza parte della.
Digan quién son. ¿Dónde está Carlos?
JACINTA.
Los casamientos se hagan ;
LISARDA. Que yo, pues ha de ser fuerza,
Mi marido Aquí. (Descúbrele.) 8uiero con mas discreción
Es don Carlos; que no fuera DON LUIS. asarme con la paciencia.
Con menos honra en tu casa Pues ¿cómo desta manera BENITO.
La afrenta de que te quejas. Se pagan las amistades? Aquí la comedia acaba,
(Desemboza á Benito.) Criados, mueran. Cuya historia verdadera
BENITO. LISARDA. Pasó al pasar del arroyo :
liaste engañado, Lisarda. No mueran ; Los que quisieren lo crean.
Benito soy. Que si yo no tuve dicha
LAS FLORES DE DON JUAN,
Y RICO Y POBRE TROCADOS.

PERSONAS.
LA CONDESA DE LA FLOR. EL MARQUÉS ALEJANDRO UN ESPADERO.
™Pm' 1 criados del Mar- UN MORO.
DOÑA COSTANZA. EL VIREY.
DOÑA INÉS. RÓSELA, ( . rutilÍoJ i«* U¡1 MOZO.
CELINDA, \damtu- LAURINO, , Un paje.
DON JUAN.
DON ALONSO , su hermano. GERMÁN, lacayo de don Juan ALBERTO, [pescadores. Músicos.
DON LUIS. OTAVIO, I criados de don PISANO, I Moros.
DON FRANCISCO. CAMILO, ) Alonso. UN MERCADER. Alabarderos.
LEONARDO, capitán. DURANGO, escudero. UN PLATERO. Oeste.

La escena es en Valencia.

OTAVIO. El calcetero , Señor.


ACTO PRIMERO. Esta bien se ve que es suya. DON ALONSO.
ESPADERO. Al juego de la pelota
Lo menos las letras son. Di que las lleve esta tarde ,
Sala en casa de don Alonso. O que un instante se aguarde.
DON ALONSO.
OTAVIO.
ESCENA PRIMERA. Ella da satisfacion.
ESPADERO.
¡Lo que brilla y alborota
Y mucho mas siendo tuya. Una tiesta de San Juan !
DON ALONSO, OTAVIO; después, DON ALONSO.
CAMILO. Cortará un hombre.
OTAVIO.
¿Salen bien los capitanes?
DON ALONSO. PLATERO.
Es famosa.
¿Está acabado el vestido? ESPADERO.
Mañana hay bravos galanes,
OTAVIO. Porque de joyas lo van.
Cortará en el mismo viento
Las calzas faltan, no mas. La bolsa de un avariento , DON ALONSO.

DON ALONSO. Aunque no hay tan dura cosa. ¡Qué bien parece en Valencia
¡ Qué descuidado que estás ! DON ALONSO.
Ir al mar sus compañías !
PLATERO.
(Sale Camilo.) Pues no lo diréis por mi ;
CAHILO. Que no gasto mal mi hacienda. Alegres son estos días.
DON ALONSO.
El espadero ba venido. (Vase.) ESPADERO.
Antes hacéis que se extienda , Importa su diligencia.
ESCENA II. Señor, vuestra fama ansí ; Porque los moros de Argel
Que aunque sois gran caballero Sepan que se ha de guardar
Con este cuidado el mar,
UN ESPADERO y un mozo , con una es- Y acabado de heredar, Y que hay gigantes en él.
Mas grande os hace el gastar
padaydaga dorada.—DON ALONSO , Liberalmente el dinero. Despacha , Otavio , á los dos :
OTAVIO. Lo que te pidieren da.
ESPADERO.
ESCENA ni. OTAVIO.

Aquí está la guarnición. CAMILO , y después, UN PLATERO. Maestros, entren acá.


ESPADERO.
DON ALONSO. — Dichos.
Vengáis, maestro, en buen hora. Mil años os guarde Dios.
CAMILO. PLATERO.
ESPADERO.
¿Está á tu contento agora ? El platero quiere verle. Veáis con aquestas galas
DON ALONSO. Muchos días de San Juan ;
DON ALONSO. Que en esos años serán
Está á mi satisfacion. ¡Cómo luce el dinerillo!
( Vase Camilo y sale el platero.) De tus pensamientos alas.
¿No está en extremo dorada , ( Vanse Otavio, el espadero, el platero
Otavio? PLATERO. y el mozo. )
OTAVIO. Aquí traigo el cabestrillo.
Bien merecía DON ALONSO. ESCENA IV.
La hoja esta cortesía. Muy bueno está desta suerte. EL CAPITÁN LEONARDO, DON LUIS,
Sácala. PLATERO. DON FRANCISCO.—DON ALONSO,
ESPADERO.
¿Están los esmaltes bien? CAMILO ; OTAVIO vuelve después.
¡Linda! DON ALONSO.
DON ALONSO. LEONARDO.
A mi gusto agora están ,
¡Extremada! Porque desta suerte van Aun no se habrá levantado,
ESPADERO. Descubriéndose también Si anoche salió á rondar.
¡Vive Dios, que es un diamante! Los diamantes , y mejor DON ALONSO.

DON ALONSO.
Se casan las dos colores. Bien me suelo levantar
(Vuelve Camilo.) La noche que no he jugado ;
Aun el diamante es común ;
Que espada de Sahagun CAMILO. Que esa es ronda para mí
No ha de tener semejante. Seis muestras trae mejores Que hasta el alba me desvela.
410 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE
VEGA CARPIÓ.
DON LUIS.
DON LUIS.
¿Vistes anoche á Rósela? ¿Jugaréis?
No dan pesadumbre. LEONARDO.
DON ALONSO.
DON ALONSO. Si jugaré.
Anoche á Rósela vi ;
Has cánsame, vive Dios, ¿Son muy bobas? DON ALONSO.
El verla entre tantas viejas , DON LUIS. ¿ Pintaremos ?
De mis agüeros cornejas. Ni por lumbre DON LUIS.
DOW FRANCISCO. DON ALONSO. No.
¿Muchas os parecen dos? Pues ¿qué intentan? DON ALONSO.
DON ALONSO. DON LUIS. ¿Porqué?
Cuando Dios las repartiera Casamiento. DON LUIS.
Entre la tierra y el mar, DON ALONSO. Porque es tarde, y nos darán
Habia para cansar ¡Guarda la cara! Las pintas mala comida.
Otros mil mundos que hubiera.
DON LUIS. DON FRANCISCO.
LEONARDO.
A los bobos. La polla podéis jugar.
Una república habia
DON FRANCISCO. DON ALONSO.
Que grandes perros criaba
A quien los viejos echaba. Hazte acá , necio. Como la suele pelar,
DON LUIS. A la polla nos convida.
DON ALONSO.
Pues muy bárbara seria ; ¡ Braveza ! LEONARDO.
Aunque todas son consejas. DON ALONSO. Ea , que polla ha de ser.
DON LUIS. En tocándome esa pieza , DON FRANCISCO.
Son caracteres parejos , Brinco, sallo, y doy corcovos. ¿Dea cómo?
A y o; que dijo viejos, LEONARDO. DON LUIS.
Y habia de decir viejas. A la noche habéis de ver A doblón.
DON FRANCISCO. De cierta viuda al fresco , DON FRANCISCO.
Un hombre viejo es muy grave Con mas color que un tudesco,
Muy venerable , y provoca " El inmortal parecer. ¡ Braveza !
DON ALONSO.
A respeto : al fin le toca DON LUIS.
La confianza , la llave , Entrémonos á la pieza
¿De ese vocablo le vales? Donde solemos comer.
La dignidad, el oficio,
Y todo lo que es gobierno ; DON ALONSO. ¡Hola! Naipes.
Mas una vieja... Cierto amigo de sus famas, CAMILO.
Las que há dias que son damas ,
DON ALONSO. Las llama las inmortales. Aquí están.
¡En qué infierno LEONARDO.
LEONARDO.
Os metéis , de puro vicio ! Quien burro hiciere , que pague.
Algo tiene esta señora
Yo solo puedo quejarme ; De aquesa inmortalidad , DON LUIS.
Que para llegar á ver Porque compite su edad De juego que el gusto estrague ,
A Rósela, he menester Con la historia de Zamora. Dios os libre , capitán.
En mil viejas anegarme. Pero la buena alegría LEONARDO.
Una me pide el vestido , Del rostro, y el estirados,
Otra el regalo , otra quiere Yo bien tomara los dados ;
Dinero seco , otra muere Cubre ciertos perigallos Mas quiérome entretener.
Por contarme lo que ha sido : Que la edad antigua cria. {Vanse don Alonso, Leonardo, do%Lm
Su hermosura , sus galanes ; DON LUIS. y don Francisco.)
Que don Gazmio la sirvió, ¿uue
tQué tenemos een romance OTAVIO.
h perigallos?
Por ..... r
Y que don Diablo se entró Estos aqui han de comer.
Allá por unos desvanes. LEONARDO. CAMILO.
Cuentos tan impertinentes, Las quiebras No hay platos aderezados.
Que sin sentido me deja. Que hace el rostro.
OTAVIO.
LEONARDO. DON FRANCISCO. Haz que añadan dos ó tres :
¡Qué cosa es ver una vieja Si celebras Dos carne y uno pescado.
Con mas historia que dientes! Mujer que va dando alcance
CAMILO.
DON FRANCISCO. A la cuarentigia edad ,
¡Desdichado del que pasa Como si fuese escritura , Voy.
Lisarda es alta figura : OTAVIO.
Por mil viejas á su gustó!
Allá esta noche cenad , Di que tengan cuidado.
DON AL0NSQ.
Y os dará en donaire y brio , (Vase Camilo.)
Solo en nombrallas me asusto. Aseo, gala y limpieza Extráñala vida es
DON LUIS.' Lo que le falla en belleza. De un mozo rico y soltero.
No muy lejos de su casa ¡ Qué desfrenado que corre !
DON ALONSO.
Hay unas mozas famosas : De vuestras trazas me rio.
Caza que yo descubrí. ESCENA V.
lisas damas ya pasadas
DON ALONSO. ¿Para qué las quiero yo? DON JUAN , con vestido de bayeta, ga
¿Hay para lodos? Que no sé quién las llamó lán , aunque pobre ; GERMÁN —
DON LUIS. Difuntas embalsamadas. OTAVIO.
No y sí. Vamos al vuelo y paremos
DON ALONSO.
Donde quisiere la caza. DON JUAN.
¿Son hermosas? ( Vuelve Otavio.) Si agora no me socorre.
DON LUIS. DON FRANCISCO. ' Irme de Valencia quiero.
Muy hermosas. Dad en lo presente traza. GERMÁN.

DON ALONSO. DON LUIS.


Mal pasarás sin tener
¿Cantan? Paréceme que juguemos. Un vestido de galán
DON LUIS.
Para el dia de San Juan ,
DON ALONSO. Si es que ya se puede hacer.
Ni por pensamiento. Por mí, aquí estoy.
DON JUAN.
DON ALONSO. DON FRANCISCO.
¿;Piden? Déme mi hermano el dinero,
Capitán, Si es que me le quiere dar
LAS FLORES DE DON JUAN. 111
[Que es mas fácil conquistar DON JUAN. OTAVIO.
En la China un reino entero) ; Pues es ya mucha crueldad. .. ¿Vos también , picaño, habláis?
Que esta nocbe basta. Tan buen padre y madre fueron GERMÁN.
gernan. (l/i. á don Juan.) Los que esta sangre me dieron , El nombre que me llamáis ,
Aquí Como á él la suya. Me viene muy bien á mí ;
Está el mayordomo. OTAVIO. Pues que le tiene don Juan ,
DON JUAN. Es verdad ; Porque su hermano lo quiere.
Aguarda. Pero aun hay causas mas grandes. OTAVIO.

GERMÁN.
Quisiera (y fuera mejor) Don Juan , esto se refiere
Don Alonso, mi señor, A que es orden que me dan.
¿Qué tiemblas? Qué te acobarda? Que os fuérades vos á Flándes , Yo hablaré por vos en esto ,
DON JUAN. Donde al cabo de seis años Y si él lo manda , se hará. ( Vane.)
La desdicha en que nací.— El Rey un hábito os diera.
Señor Otavio... DON JUAN. ESCENA VI.
otavio. * No me habléis desa manera.
Don Juan... DON JUAN; GERMÁN.
OTAVIO.
DON JUAN. Allá , en los reinos extraños, DON JUAN.
¿ Qué hace mi hermano ? No están los segundos mal ; ¿ No ves con lo que se va ?
OTAVIO. Si en la patria , pues nacieron GERMÁN.
Juega. Después. Descolorido te has puesto.
GERMÁN. (Ap.) DON JUAN. DON JUAN.
¡ A qué lindo tiempo llega ! Los primeros ¿fueron Cuando te llamó picaño,
DON JUAN.
De sangre mas nalural Quise la espada sacar,
¿Con quién ? Para que sean los reyes, Y de sus carnes corlar,
Y sus esclavos los otros ? Con que le vistieras , paño.
OTAVIO.
OTAVIO. ¡ Hay desvergüenza como esta !
Con el capitán No lo juzguemos nosotros : Hay estado de hombre honrado ,
Leonardo, con don Luis Que á tal punto haya llegado ,
"Y don Francisco. Esto disponen las leyes. .
No quisiera vuestro hermano Ni escuchado tal respuesta !
DON JUAN. Veros ocioso en Valencia. « Yo hablaré por vos en esto,
¿Son dados? DON JUAN. Y si él lo manda, se hará.»
OTAVIO. GERMÁN.
¿ Oféndele mi presencia ?
Juego es de mil ducados, ¿Tanto le gasto? Este sirve en fin , y eslá
Sien los tantos advertís, OTAVIO.
A la obediencia dispuesto.
Aunque es polla la que juegan. Terrible cosa es oir
En mi mano A un escudero cruel ,
DON JUAN.
Quisiera yo que estuviera : Que , preciado de fiel ,
¿Esa escudo? Ya sabéis vos mi deseo. Suele un señor consumir :
OTAVIO.
DON JUAN. « Esto me tiene mandado :
Es á doblón. ¿A Flándes? ¡Lindo rodeo! No puedo desto exceder ;
DON JUAN. Ya sé yo lo que él quisiera ; Es orden ; no puedo hacer
Muy entretenidas son. Que me quitaran allá Mas de lo que está ordenado ;»
OTAVIO. La vida de un mosquetazo, Y otras frialdades asi ,
También pican , también ciegan. Por quitarle el embarazo Espeladas en un palo.
DON JUAN.
Que conmigo tiene acá. DON JUAN.
¡ A que un hábito pretenda No hubiera sido muy malo
Quisiera , señor Otavio , Me envía !
Que para vestir me deis ; Que se acordara de mi ,
Que ando agora... ya me veis... OTAVIO. Dándole algunos , Germán.
Y es de don Alonso agravio ¿Y es maravilla? GERMÁN.
Que salga'un hermano suyo DON JUAN. Desapasiona , Señor,
Tal en día de San Juan ; Ese ingenio , ese valor,
Pues ¿hame dado ropilla Que como niños están
Que yo pobre y él galán , Adonde el hábito extienda?
Lo que han de decir arguyo En paños de la fortuna ;
¿ Es cruz de saludador, Deja que el tiempo los crie.
De verle y de verme á mí ; Que en la calle he de ponella?
Que para"tanta riqueza , vaya él á prelendella , DON JUAN.
Es notable la pobreza Que podrá honralla mejor ; ¿ Habrá tiempo en que confie
En que me trae. Que no es bien que hábito en mí De mi mal mudanza alguna?
OTAVIO. Parezca cruz en rincón. GERMÁN.
Es ansi ; Juega el tanto de á doblón , Conténtale con que el cielo
Pero él me tiene ordenado ¡Y deja á su hermano ansi! Te ha hecho gallardo y sabio.
Que aun para medias no os dé ¿Fuera mucho de barato La pobreza no es agravio.
Siu avisarle. Vestirme para San Juan ? ¡ Vive Dios , que me consuelo
DON JUAN. Cuando él anda tan galán, Cuando voy detrás de ti ,
¿Por qué? ; Es conmigo tan ingrato ! Y dicen : « ¡ Qué talle y cara !
¡, Soy algún bastardo echado Para Pascua ¿no decia ¡ Que este mozo no heredara,
A la puerta de su casa ? Que á mi y á un pobre criado, Y no aquel tonto!»
Soy fallo de entendimiento? Que me sirve por, honrado, DON JDAN.
Soy hombre sin fundamento? Dos vestidos me daria ? ¡ Ay de mí !
¿Deshonróle yo? Y en San Juan roto me veis.
GERMÁN.
GERMÁN.
OTAVIO. ¡ Ay del turco , y ay de quien
Esto pasa. Aquí lindo lugar tiene , Lleva la fortuna en popa,
« Si para Pascua no viene , Si en algún escollo topa ,
DON JUAN.
A San Juan me aguardaréis.» O da la barca vaivén !
¿Qué bajezas hago yo? Pardiez, señor mayordomo,
¿En queríalas compañías Ríete ; y para olvidarte,
Que es terrible este señor, Juega tú también un poco.
Me ha visto andar estos dias ? Puesto que hermano mayor,
DON JUAN.
OTAVIO. Y que yo no entiendo cómo
Esto , don Juan , me mandó. A su hermano trata ansí. ¿ Yo ? ¿ Qué ó con quién ? ¿ Estás loco ?
412 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
GERMAN. GERMAN.
Dineros tengo que darte. Gentil flema ! Y yo he sido
Ves aquí de la ración Hasta en los de naipes pobre.
No sé cuántos dinerillos. ¡Lindo ensayo ! ¿Hay caballo por ahí?
DON JOAN. El aprende en buena escuela. DON JUAN.
Pobreza y tristeza , grillos CELINDA. ¿Cuándo tuve yo caballo?
De la edad dicen que son. Por vida tuya , Rósela ,
Quiero estar pobre , y no triste : CELINDA.
De dos males el menor. Que juega con su lacayo. Turbada estoy de miraUo.
GEMIAN. ROSELA. ROSELA.
Ea , siéntate , Señor. Tan divertidos están , Pues yo le hablaré por ti.
Celinda , que no nos ven. (Llégate á ellos.)
DON JUAN. CELINDA.
Donaire, por Dios, tuviste. ¿ Quiéreme vuesamerced ,
Pues ¿con quién he de jugar ? ¡ Que en tan bajo punto estén Señor don Juan, dar barato?
Las cosas desle galán GERMAN. 'Ap.)
Por la crueldad de su hermano! ¡Damas!
Conmigo. DON JUAN.
DON JUAN. ¿Renunció? DON juan. (Ap.)
¿Contigo? GERMAN. ¡ Pesia al tiempo ingrato !
GERMAN. No renuncié ; ROSELA.
Si. Que siempre espadas jugué , Si ganáis , haced merced
DON JOAN. Y esta me queda en la mano. A dos servidoras vuestras.
ÍQué hará quien me viere aqui DON JUAN. DON JUAN.
ugar contigo ? Seis bazas hice. Por Dios, señoras tapadas,
GERMAN. GERMAN. Que me piden engañadas ;
Callar. Si no , díganlo las muestras.
Yo tres. ; Solas en Valencia son
Como el sacar los aceros ROSELA. De mis cosas peregrinas ?
Con el que diere ocasión , ¡Que un hombre tan principal
Asi el jugar es razón GERMAN.
Con quien trajere dineros. Trate á su hermano tan mal ! Pienso que son tus vecinas.
DON JUAN. CELINDA. DON JUAN.
Entra por una baraja ; Lástima por cierto es. Pues si es burla, no es razón.
Que no pocas hay allá. GERMAN. CELINDA.
GERMAN. Déme cartas. Antes somos forasteras.
Aqui la baraja está , ROSELA. DON JUAN.
Y el jugador de ventaja. ¿ Juegan plata ? Pues forasteras ó no,
DON JUAN. CELINDA. Barato les daré yo,
¿En el pecho la traías? Ni aun cobre pienso que vi. Sea de burlas ó de veras.
GERMAN. ROSELA. Tomen lo que entre los dos
Pues ¿hay almilla ni grana Don Juan se entretiene asi. Tenemos. Bien hay tres reales ;
De mas provecho? Mañana Es pobre, y con pobres trata. Mas no sé si están cabales ;
Te la pongo: no te rías. CELINDA. Pero les prometo á Dios
DON JUAN. ¿ No tiene gallardo talle? Que es mas que darles mi hermano
Tres mil escudos.
Arrastra el lm fute aqui, ROSELA. CELINDA.
Y en las dos sillas sentados , Y extremado entendimiento.
Juguemos nuestros cuidados , Creed
Por ver si los pierdo así. CELINDA. Que me hacéis mayor merced.
El verle tan pobre siento. GERMAN. (Ap. á su amo.)
GERMAN. ROSELA.
¿A qué habernos de jugar ? ¿Tomáronlo?
Yo no me atrevo á miralle. DON JUAN.
DON JUAN. CELINDA.
Al triunfo. Con la mano.
GERMAN. A este hombre quisiera yo , GERMAN.
Barajo y doy. Y me vendiera por él. (Ap. A fe que son cortesanas.
(Siéntanse á jugar.) ROSELA. ¡ Pobre Germán , hoy no cenas !)
¿ Quiéres que hablemos con él ? ¡Tres reales! (Ap. á don Juan.)
ESCENA VII. GERMAN. DON JUAN.
La malilla. ¿Esto condenas?
ROSELA t CELINDA, con mantos.- CELINDA. GERMAN.
DON JUAN t GERMAN Jugando. ¿Por qué no? ¡ Qué busconas tan humanas!
ROSELA. DON JUAN. CELINDA.
¿Pierdo acaso de quien soy Serviré con esta sota. Don Juan , vos nos habéis dado
Porque le vengo á buscar? ROSELA. Barato...
celinda. (Ap. á Roseta.) Tómalo por mal agüero. DON JUAN.
Tápate bien ; que hay aqui CELINDA. Cuanto tenia
Quien te puede conocer. Nunca , Rósela , si quiero, Os di ; que la suerte mia
ROSELA. Eso que ves me alborota. No pinta mejor mi estado.
¿Juegan? GERMAN. Creed que si mundos fueran
CELINDA. ¿Hay oros? Llenos de diamantes y oro ,
Era pequeño tesoro
Sí. DON JUAN. Para que mis manos dieran.
ROSELA. A quien le sobre. CELINDA.
¿Quién puede ser? GERMAN. Estamos agradecidas ,
CELINDA. Oros juego. De suerte...
¿ Es don Juan , su hermano ? DON JUAN. DON JUAN.
ROSELA. No he tenido Tendréis por loco
SI. Oro en mi vida. Quien esto da.
LAS FLORES DE DON JUAN. «3
CELINDA. CELINDA. LEONARDO.

Que son poco ¿Cómo sin amor? Mal hacéis en tratarle desta suerte.
Mil mundos de almas y vidas DON JUAN. don alonso. [mano?
Para poderos pagar. Condición debe de ser. Vayase á Flándes ; ¿qué hace aquí mi her-
Desta bolsillo os servid. (Vante Ruselti y Celinda.) Sirva , pretenda, como lo hacen otros.
DON Jl'Aíi. Venga con dos balazos , aunque traiga
Mucho me corro. ESCENA VIII. El cuerpo en dos muletas, y esté cierto
CELINDA.
Que le traeré en carroza y daré galas ;
DON JUAN, GERMÁN. Pero en Valencia haciendo picardías...
Advertid
DON LUIS.
Que esto se puede lomar. GERMÁN.
Después que un hombre le ha dado Noquiero que digaisquelascostumbres
A una mujer cuanto tiene. Las dos se han entrado allá. De don Juan no son buenas.
Con cien escudillos viene , DON JUAN. DON ALONSO-
Que es de lo que me ha pesado; Éntrense donde quisieren. ¿ Buenas ?
Pero si otra vez nos vemos, GERMÁN. DON LUIS.
No faltarán otros tantos. ¿ Quién serán ? Tanto,
donjuán. (Ap. á Germán.) DON JUAN. Que es tenido por hombre virtuoso.
¿Tomarélos? Sean quien fueren. DON ALONSO.
GERMÁN. Yo tengo dineros ya Tal tenga la salud quien eso dice.
Toma cuantos Para salir mas gafan DON LUIS.
Te dieren. ¡ Lindos extremos ! Que el sol, de San Juan el dia.
Otavio me ha pedido que os suplique
DON JUAN. GERMÁN. Vistáis á vuestro hermano; que mañana
Tomaré, señora mia , ¡ Qué dicha ! Es día de salir como segundo
A cambio de voluntad DON JUAN. De vuestra casa.
Este dinero, y fiad No como mia. DON ALONSO.
Que vuelva el doble algún dia ; GERMÁN. Gracia tiene Otavio.
Que agora quiero poner Siendo mañana San Juan,
Pleito de mis alimentos. DON LUIS.
¿ Cómo te harán el vestido ? ¿Erró mucho en echarme por tercero?
CELINDA.
DON JUAN.
Pagad vos mis pensamientos , DON ALONSO. '.
Que es lo que yo he menester. Como eso puede el dinero. No lo he de hacer, á fe de caballero.
Vestirme de blanco quiero.
DON JUAN.
GERMÁN.
(Vene.)
Descubrid, por vida mia, De blanco saldrás lucido ;
De ese cielo alguna estrella. Pero ¿habrá en los cien escudos?..
RÓSELA. ESCENA X.
DON JUAN.
No lo hayáis todo con ella ;
Que también parte querría Con las sortijas si habrá. DON JUAN, LEONARDO, DON LUIS,
De vuestro agradecimiento. GERMÁN. DON FRANCISCO , GERMÁN.
DON JUAN. ¡ Cuál tu hermano quedará
De quien me regala soy. V sus amigóles ! DON FRANCISCO.
DON JUAN. En hablándole en esto, se apasiona.
RÓSELA.
Yo estas sortijas os doy Mudos. LEONARDO.
Con el mismo pensamiento. GERMÁN. Pienso que tiene envidia á su persona.
don juan. (Ap. á Germán.) Pero advierte que no excusas DON LUIS.
De vestirme á mí también ;
¿Tomarélas? Di , Germán. Porque solo no vas bien. Bien la puede tener.
GERMÁN.
DON JUAN.
gkrman. {Ap. á su amo.)
¡ No , sino el alba ! Si puedes , Tu hermano es ido.
Invoca , Germán , las musas.
Desnúdalas. DON JUAN.
GERMÁN.
don JUAN. Hablar quiero con estos caballeros. —
Mil mercedes ¿Díceslo por estas damas? ¿Quién de vuesas mercedes ha perdido?
Me hacéis. Pues ¿no era mió el dinero?
LEONARDO.
DON JUAN.
RÓSELA.
Vestirte de nuevo quiero. Todos hemos ganado, y solamente
Vos sois tan galán , Vuestro hermano ha perdido.
Que entre damas de buen gusto GERMÁN.
DON JUAN.
Os habían de dar galas. Eres Juan , gracia te llamas. No me pesa.
DON JUAN.
Solas están estas salas; ESCENA IX. DON FRANCISCO.

No hay quien os vea , y es justo Barato os quiero dar.


Que los rostros descubráis. DON ALONSO, LEONARDO, DON DON LUIS.

RÓSELA.
LUIS, DON FRANCISCO.—Dichos. i Yo haré lo mismo.
Eso no ; tened la mano. LEONARDO.
Prenda soy de vuestro hermano. ' DON ALONSO. Y yo también, aunque he ganado poco.
GERMÁN.
No sé, por Dios, quién son. DON JUAN.
LEONARDO. Parece que limosna os he pedido ;
Si á don Alonso buscáis,
Entrad ; que jugando está , ¿Para qué es eso? Y tal estoy, que pienso que la pido.
Y lo dado esquitaréis. Perder y levantaros no es sin causa, Yo he menester que el capitán Leonardo
don juan. (A Celinda.) Y no sabiendo vos picaros, poca. Un caballo me preste, porque quiero
Vos , que no lo sois , podéis DON LUIS. Salir al Grao el alba de mi nombre.
Descubriros. Pues á fe que lo estábades , y tanto, Leonardo. [ofrezca,
Que menos que las damas que vinieron, Yo os daré el blanco , y siempre que se
CF.LINDA.
No fuera el mundo parle á levantaros. Están él y otros dos para serviros.
Tarde es ya.
DON FRANCISCO. don juan. [de.
A quien deseastes ver,
Que os haga , don Juan , favor. Vuestro hermano está aquí. Besóos las manos por merced tan gran-
DON JUAN. DON ALONSO. No me atrevo á pedírsele» mi hermano,
¿Celos? ; Linda figura '. Porque conmigo ha dado en ser tirano;
414 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Y atrévome á pedírosle, seguro [hecho. DOÑA INÉS.
De la merced que siempre me habéis ¿Siempre habéis de estar bebiendo? Y ser alba de San Juan.
DURANGO.
LEONARDO.
DURANGO. Pues si de burlas están.
Ya estáis de lo que os quiero satisfecho. De aquesta salada balsa Digan, y tendréles mano.
DON LUIS. ¿Puede tal cosa decirse? DOÑA COSTANZA.
Don Alonso tendrá dos convidadas , Bien puede el agua reírse, Coche de música viene ;
A lo que pienso, y no querrá testigos ; Pero será risa falsa. Que hay grande grita y ruido.
Yo convido á Don Juan. Mas cuando se rie el vino, Casi en el mar se han metido;
DON JUAN. Ríese de corazón; Será porque mejor suene.
Que sus alegrías son
Besóos las manos. Que en él se embarque un tocino. ( Grita y alegría dentro.)
DON LUIS. ¿Qué armada en vínose anega?
Y á los demás también. Qué flota en él se perdió? ESCENA XII.
LEONARDO. CONDESA.
Por mí, yo aceto. Aquí me sentara yo. músicos, dentro.— Dichos.
DON FRANCISCO. DOÑA COSTANZA. música. (Cantan dentro con sonajas. .
Y yo, porque comamos juntos. Hola, aquella alfombra llega.
Salen de Valencia
DON luis. (El paje extiende una alfombra.) Noche de San Juan
Vamos. DOÑA INÉS. Mil coches de damas
GERMÁN. (Ap.) [nelo
Bello sitio el desta puente. Al fresco del mar.
Dios me ha venido á ver ; que en el t¡-
DOÑA COSTANZA. condesa.
Comiera mucho hueso, palo y pelo.
Remata dentro del mar. Bien responden las orillas.
{Vanse.)
DURANGO. doña costanza.
Desde aquí po leis mirar El eco aprende á cantar.
Playa y muelle de Valencia ; mar en el fondo Toda Berbería enfrente. DURANGO.
y buques. CONDESA. Por Dios, que estoy por bailar.
Anoche se viera bien ; Según hace el son cosquillas.
ESCENA XI. Que en Argel luces habría. ■ música. (Dentro.)
LA CONDESA DE LA FLOR, con capa DOÑA INÉS. ¡ Cómo retumban los remos,
con oro y sombrero con plumas; DOÑA ¿Sabéis vos la Berbería? Madre, en el agua,
COSTANZA y DOÑA INÉS, con ca DURANGO. Con el fresco viento
potillos y sombreros ; DURANGO, un Y aun la he pisado también. De la mañana!
PAJE. DOÑA INÉS. DURANGO.
¿Cómo? ¿Decendeis de moros? Harto mejor retumbaran ,
condesa. {Dentro.) DURANGO.
Al fresco vino sutil,
Parad el coche, parad ; ¡Arre allá! Soy montañés; Los remos de un buen pemil.
Que al muelle subir queremos. Mas fui dos años ó tres , ¡ Oh nunca de agua cantaran !
doña costanza. (Dentro.) Por novillos ó por toros , música. (Dentro.)
Muy poco lugar tendremos ; A las galeras de España. Despertad, señora mia ,
Que hay gente de la ciudad. DOÑA INÉS.
Despertad,
doña inés. (Dentro.) ¿Por delito? Porque viene el alba
No importa; lugar darán. DURANGO.
Desertor san Juan.
(Salen.) ¿Otracañita? condesa.
doña costanza. Era el capitán Zurita Caballeros van viniendo...
i Hay tal vista ! Mi pariente. A caballo algunos van.
tOÑA INÉS. DOÑA INÉS.
CONDESA.
¡Hay tal frescura ! ¡Cosa extraña! ¿Correrán?
DURANGO.. DOÑA COSTANZA.
DOÑA INÉS.
Añade al mar hermosura Pues yo de veras lo tomo. No correrán.
La mañana de San Juan. DOÑA INÉS. CONDESA.

DURANGO.
Pues si Zurita consiente Algunos voy conociendo.
Tales mañanas como estas Que seáis vos su pariente, DOÑA COSTANZA.
Andan moros por aqui. ¿Qué mucho que seáis palomo? Don Francisco y Don Luis
CONDESA.
DURANGO. Son los de pardo y morado.
¿Vísteslos vos? Argel, Túnez y Bugia condesa. .
Hacia aquella parte están, ¿Quién es aquel de encarnado?
DURANGO. Adelante Mostagán,
Yo los vi. Siguiendo de Oran la via. doña INÉS.
Más de guerra que de fiestas; Luego Melilla y Bocmar, El capitán Don Dionís.
Mas por esto el Grao se guarda , Fez queda dentro, y enfrente Galán viene de pajizo
Y andan por él estos dias Aquel estrecho eminente Don Alonso.
Tan lucidas compañías Que llaman de Gibraltar. DOÑA COSTANZA.
Haciendo cuerpo de guarda. Está heredado. •
DOÑA INÉS.
Llegan cerca de Valencia, CONDESA.
Y dan vaya á los soldados. Y la sierra de las monas,
¿No cae cerca de ahí? Al galán de lo leonado
DOÑA COSTANZA. Mi color le satisfizo.
DURANGO.
Buenos barcos.
No suelen hablarme á mí DOÑA INÉS.
DOÑA INÉS. Otras tan nobles personas Trompetas hay en el mar.
Extremados. Desa suerte, y he servido DURANGO.
ToJo tiene diferencia. En Castilla y Portugal. Moros son de Berbería.
CONDESA. DOÑA INÉS. CONDESA.
Las aguas se están riendo. Yo no lo he dicho por mal. ¿Qué dices?
DURANGO. CONDESA. DURANGO.
Mejor se riera el vino, Muy presto os habéis corrido,
Con un pemil de tocino. Vusiñoría
Para ser tan cortesano, Se puede segura estar ;
LAS FLORES DE DON JOAN. 413
Que no llegarán aquí , Que entre la risa no tenga ESCENA XVI.
Ni á pieza estar osarán. Dél lástima, y de su hermano
DOÑA INÉS. Queja. Gente; y luego, DURANGO. — Dichos.
No hay mañana de San Juan DOÑA COSTANZA.
Que estos do vengan asi. ¡ Qué gallardo viene, gente. (Dentro.)
El blanco, y blanco el caballo! ¡ Gran lealtad !
ESCENA XIII. DOÑA INÉS. uno. (Dentro.) >
Si tuviera que vesti rse, ¡Suceso extraño!
Moros, en dos fragatas , tocando trom Yo sé bien que mas de cuatro
petas y cajas. — Dichos. Tuvieran envidia de él. Aqui ayuda.
otro. (Dentro.)
ün MORO. CONDESA. Vivo está.
¡ Ah cristianos de Valencia, Enviémosle un recado. (Sale Durango.)
Los que estar holgando al Grao DOÑA COSTANZA. DURANGO.
El mañanica de Juan ! ¿Cómo? ¡Cuán mejor que de Alejandro
Escuchalde el que te hablamos. CONDESA. Este caballo merece
Yo ser Ce! i n de Marrócos, Agora lo veréis. Sepulcro de jaspe y mármol!
Y en Castilia haber estado DOÑA COSTANZA.
Cautivo de un cristianilio CONDESA.
ue liamar hijo de galgo, Por el muelle viene entrando. ¿Qué es eso, amigo?
8 scapamus de! prisión, DOÑA INÉS. DURANGO.
Gracias, Mal» una. melagro ; ¿Burla quieres hacer dél? Señora,
Que valemos setecientos, CONDESA. Apenas di tu recado,
E costamos mil ducados. ¿Qué importa? Escuchad, Durango. Cuando poniéndole espuelas,
Por todo el bon tratamento , Decid á don Juan de Fox Batió al caballo los lados.
Os envió este regalo. — Que le ruego, ó le rogamos, Corrió al puente, y dél cayó
Despara, démosles grita. ! Que por ese puente al mar Furioso en el mar, que, alzando
TODOS LOS MOROS. Ponga espuelas al caballo. Blancas espumas al cielo,
¡ Ah veliacos, ah veliacos! DURANGO. Tiró al sol vidrios quebrados.
¡ Ahgalinias, pecarilios! Pues ¿ha de correr el otro? Mas dentro de breve tiempo
vivir torco mochos anios. El y don Juan asomaron
(Disparan los moros; contéstanles des ¿No veis que en llegando al cabo,
Ha de caer en el mar, Por el agua las cabezas,
de tierra , y viran de bordo.) Y podrá hacerse pedazos? Uno hablando, otro bufando.
Con la boca y las narices
ESCENA XIV. CONDESA. Agua arrojaba el caballo;
Haced vos lo que yo os digo. Don Juan voces animosas,
LA CONDESA, DOÑA COSTANZA, ¿No entendéis qué nos burlamos?
DURANGO.
A su cerviz abrazado.
A la orilla con el hombre
DOÑA INÉS, DURANGO , ra paje. Yo voy. (Vase.) Salió el caballo nadando,
Donde algunos pescadores.
CONDESA. ESCENA XV. Que estaban atando un barco,
Presto la espalda volvieron. Ayudados de otra gente,
DOSA COSTANZA. LA CONDESA, DOÑA COSTANZA, A sus chozas le han llevado,
Tal pieza les dispararon. B DOÑA INÉS, el paje. §ue están de la orilla cerca,
DOÑA INES. allí le están desnudando.
Retumbando queda el mar. CONDESA. CONDESA.
DURANGO. Con esta ocasión. Hacedme placer, amigo,
Brava grita nos han dado. Veréis cómo viene á hablarnos. Que volváis á visitarlo,
¡No estuviera aquí un marqués DOÑA COSTANZA. Y de mi parte le deis
De Santa Cruz, un gallardo Este herreruelo aforrado
¿No es lásti ma que sea pobre Para que se abrigue agora ;
Conde de Niebla, un don Pedro Un hombre tan bien hablado Que cuando á casa volvamos,
De Toledo, un Oria, un Carlos! Y de tan linda persona? Yo le enviaré qué se vista.
DOÑA COSTANZA. CONDESA. DURANGO.
Vuelve, Condesa, los ojos. El cielo no le hace agravio ; Dios te guarde. Voy volando. (Vate.)
CONDESA. Que es suyo, y dalo a quien quiere;
¿Quién es aquel de lo blanco? Que no puede ser forzado. ESCENA XVII.
DOÑA COSTANZA. A un poore hará gentilhombre,
Apostaré que es don Juan. Y á un feo discreto y sabio. LA CONDESA, DOÑA COSTANZA,
(Suenan dentro cascabeles y ruido de DOÑA INÉS , el paje.
CONDESA. un golpe en el mar.)
¿Quién? ¿Qué es aquello? CONDESA.
DOÑA COSTANZA. DOÑA COSTANZA. ¡Hola, cochero!
De don Alonso hermano. Que corrió, DOÑA COSTANZA.
CONDESA. Luego en dándole el recado, ¿No quieres
¿Aquel pobre caballero, Y como remata el puente Gozar del fresco?
Que, envuelto en bayeta, ha dado En el mar, hombre y caballo CONDESA.
En ser tumba de su alma? Se han sumergido en sus ondas.
DOÑA COSTANZA. Hame dado
CONDESA. El suceso pesadumbre.
El mismo. El hecho ha sido gallardo; DOÑA COSTANZA.
CONDESA. (Levántahse.) Pues ¿qué quieres?
¡ Notable caso! Mas no quisiera, si muere,
¿Quién le ha dado de vestir? Habérselo yo mandado. CONDESA.
DOÑA INÉS. DOÑA INÉS. Que nos vamos.
Quizá lo pidió prestado. Que morirá no lo dudes. DOÑA COSTANZA.
CONDESA. CONDESA. Tienes razón de estar triste.
No hay vez que venir le vea, Pues anegaréme en llanto, Si muere don Juan...
Envueltos los pobres brazos Como él en agua del mar. CONDESA.
En el pelado herreruelo Pensando
Que fué bayeta y es raso, Que me burlara con él,
416 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Me ba pesado de su daño. DURANGO. PISANO.
DOÑA inés. Vos no me conoceréis , Ya con la ropa os espero.
¿Qué importa que muera un pobre? Tal vuestros ojos están. (Retírame los pescador es.)
¿Tú no miras que es sacarlo DONJUÁN.
Del purgatorio del mundo? Sí conozco ; que vos fuistes ESCENA XXI.
CONDESA. Quien el recado me distes.
Ser la causa importa , y tanto, DURANGO. DON JUAN, GERMÁN.
Que estoy en la obligación La condesa de la Flor
De atender á su regalo ; Está muy triste, Señor, DON JUAN.
Y si , como soy condesa De la locura que hicisles; Las desdichas de don Juan
De la Flor, aunque mi estado Que ella lo dijo, por dar El se las dice primero :
Está en Italia, una dama Ocasión á que con ella Desde el punto que salí
Fuera humilde... Allegáredesá hablar; Este suceso temí.
DOÑA COSTANZA. Y pésale que por ella GERMÁN.
Dilo. Corriésedes basta el mar. Quisiera darte un consejo,
CONDESA. Para que sepa, me envia, Ni de cuerdo ni de viejo,
Callo, Cómo estáis, y con dolor Pero de quien te ama si.
Porque nunca de imposibles Del daño que haber podría,
DON JUAN.
Se pagan hechos gallardos. Este herreruelo. Señor,
Que trajo su señoría. Agora ¿qué puede ser?
( Vanse.) Abrigaos luego con él , GERMÁN.
Que está muy desconsolada. Que sirvas esta condesa.
DON JUAN. DON JUAN.
Cabafia de pescadores í la orilla del mar. Hallaré la vida en él ; ¿Estás loco?
Que ia triaca extremada GERMÁN.
ESCENA XVIII. Tiene ponzoña cruel,
Que de víboras se saca; ¿No es mujer?
DON JUAN, mojado; GERMÁN, LAU Y así , será mi triaca DONJUÁN.

RINO, ALBERTO y PISANO. De la mano del veneno. Es tan imposible empresa


DURANGO. I
Como ver el hielo arder
ALBERTO. Y ¿cómo estáis? Y helar el fuego, Germán.
Sin asco podéis dormir GERMÁN.
DON JUAN.
Un rato en aquesta cama. Y ¿qué se pierde en servilla?
De agua lleno,
DON JUAN. DON JUAN.
Aunque ya el frió se aplaca.
No me tenéis que advertir. Y aquesta capa, os prometo, Que por loco me tendrán.
GERMÁN. Que muerto me diera vida, GERMÁN.
Pensará que gana fama Como lo dice el efeto. Acuérdate desta orilla
En no quererla admitir.— DURANGO. En que te advierto, don Juan.
Mira que es bastante el susto. Ella se vuelve afligida, DON JUAN.
DON JUAN. Y vos respondéis discreto. Necio, es Hipólita hermosa
Germán, déjame; que gusto Esto la voy á decir. De sus padres heredera,
De enjugarme el agua ansi. DON JUAN. Titulo, y forzosa cosa
GERMÁN. Decilde que por servir Que sea, en suprema esfera,
¿Quiéreste morir aquí? Persona de su valor, De mayor planeta esposa.
DON JUAN. No tuvelá la mar temor, Pídenla muchos señores
Necio, no me des disgusto. Ni le tuviera al morir. De Castilla y de Aragón.
Que como aquel á quien luego GERMÁN.
GERMÁN.
Roma mil estatuas fragua , ¿Qué importa decirla amores ,
¿Disgusto te puede hacer Con mas valor y mas ciego ,
Quien procura tu salud? Si los pensamientos son,
He sido Mucio de agua, Cuanto mas altos, mejores?
DON JUAN. Como él de tierra y de fuego. DON JUAN.
Yo sé que no es menester. Y que quedo muy contento
De pensar que la he servido ¿Y si tanto me enamoro.
GERMÁN.
Con solo mi pensamiento, Que cuando sin ella quede.
No quiere la juventud Luego que tocó mi oido Me muero, me abraso y lloro 1
Ni obedecer ni temer. Su gusto y su mandamiento. GERMÁN.
LAURINO. Que aunque no somos los dos ¿Ser al contrario no puede?
A mí, que se muera luego. Iguales, como veis vos, DON JUAN.
PISANO. Si también me lo mandara, ¿Qué calidad, qué tesoro
Ya puede llegarse al fuego. Del Micalete me echara, Tengo yo, para emprender
GERMÁN.
Como del puente, por Dios. La condesa de la Flor?
Comiénzate á desnudar. DURANGO. GERMÁN.
Voy presto ; que se ha de holgar Ese talle ; que es mujer,
DON JUAN.
De la salud que tenéis, (Vase.) Y suele un poco de amor
Asi me podré enjugar. Tales milagros hacer.
GERMÁN.
ESCENA XX. DON JUAN.
Que no seas loco te ruego. Confieso que me has hurtado,
DON JUAN , GERMÁN , ALBERTO, Puesto que he disimulado,
ESCENA XIX. LAURINO, PISANO. El pensamiento, Germán.
Desde aquí soy su galán.
DURANGO , con la capa de la Condesa. ALBERTO.
GERMÁN.
—Dichos. Ya el fuego os viene á llamar.
Desde aquí soy su criado.
LAURINO. Suda el susto del morir,
DURANGO. Bien será que os desnudéis ; Y daréle dos liciones
¿Está aquí el señor don Juan? Que el agua os puede malar. De cómo la has de servir.
GERMÁN. DON JUAN. DON JUAN.
Aquf está ; ¿qué le queréis? Entrad, amigos; que quiero En laberinto me pones
Y mas fresco que galán. Hablar un poco á Germán. Que es imposible salir.
LAS FLORES DE DON JUAN. «7
Verle siempre tras el coche, Que hiciera iguales amor!
ACTO SEGUNDO. Y que de día y de noche Vamonos, doña Costanza,
Detenga á mi calle el aire. En casa de Inés un poco ;
No voy á parte ninguna Verás á don Juan, que loco
Sala en casa de la Condesa. Adonde no esté don Juan ; Sigue su vana esperanza.
Y cierto que él es galán, Ce, Durango, ¿estáis aquí?
ESCENA PRIMERA. Pero de humilde fortuna; '
Y que me da compasión , ESCENA II.
LA CONDESA, DONA COSTANZA. Y le quisiera vestir,
Cuando le veo seguir DURANGO.— Dichas.
DOÑA COSTANZA. Tan lucida pretensión.
Desic parecer estoy. DOÑA COSTANZA.
DURANGO.

CONDESA.
Yo os juro que si don Juan, Sí, mi señora, aquí estoy.
¿Que á don Alonso tratáis Condesa, á mi me quisiera, CONDESA.
Desa manera ? Que así pobre le admitiera, Pongan el coche.
DOÑA COSTANZA. Has que á su hermano galán; DURANGO.
¿Pensáis Porque sus defetos son Yo voy.
Que de las mujeres soy Del hado, con él tij»¡o, CONDESA.
Que por casarse no miran Y los de su loco hermano ¿Está don Juan por ahí?
La calidad del sugelo? De su misma condición.
CONDESA.
Ese, porque mas no puede, DURANGO.
Es pobre; esotro lo ha sido Pues ¿cuándo deja don Juan
Amar y tener respeto, No mas de porque ha querido, De estar mirando tus rejas? (Vate.)
De andar juntos se retiran. Y así es justo que lo quede. DOÑA COSTANZA.
DOÑA COSTANZA. ¿Es posible que no miras Ten lástima de sus quejas.
Pues sepa vusiñoria A donjuán con a lición? CONDESA.
Que yo le pienso tener,
Para no venir á ser CONDESA. No puedo ; que escribirán
Necia y casada en un dia. Das tormento al corazón Al señor mi desposado.
Don Alonso me agradó, Con sospechas de mentiras. DOÑA COSTANZA.
Su deseo agradecí ; Confieso, pues hoy has hecho ¿Cuándo dicen que vendrá?
Y todo lo aborrecí Juez tu curiosidad,
Que le tengo voluntad ; CONDESA.
Cuando él la causa me dio. De camino queda' ya.
Y no una, sino mil, Has no me pasa del pecho.
Siendo el hombre mas perdido Don Juan me parece bien, DOÑA COSTANZA.

Que esta ciudad ha tenido,- Roto y pobre como está ; ¿Hasle visto?
Y de condición mas vil. Su amor ocasión me da CONDESA.
Toda su hacienda ha jugado A no mostrarle desden ; Retratado.
Y dado á mujeres tales, Pero el ver que es imposible
DOÑA COSTANZA.
Como dirán las señales Ser mió, ni suya ser
(Que no siendo su mujer, ¿Qué tales sus gracias vienen?
Que en la salud le han dejado. No se da medio posible ; CONDESA.
Sus lugares ha vendido,
Y come de aquel valor : Y serlo, es mucho mayor), Yo no lio de retratos,
Decidme, ¿es digno de amor Por mas que el amor exceda, Porque son estelionatos.
O de ser aborrecido? Para que correr no pueda Que venden lo que no tienen.
¿Será bien que pague yo Tiene la rienda á mi amor. (Vante.)
De mi dote estas locuras? DOÑA COSTANZA.

CONDESA. Discurres prudentemente;


Que donde el intento es vano, Sala en casa de don Alonso.
Yo os deseo mil venturas ; Llevar la rienda en la mano
Que tales desdichas no. Es prevención excelente. ESCENA in.
Eso, Costanza, ignoraba,
Supuesto que algo sabia El i háblate algunas veces? DON ALONSO, DONLUIS, LEONARDO.
De la vida que traía ¿Qué te dice?
Y lo mucho que jugaba. CONDESA. DON LUIS.
Has que estuviese en estado Si es hablar Si vos gastáis desatinadamente,
Que hasta sus lugares vende, Un siempre humilde mirar No es justo que os quejéis de la fortuna.
Eso no, porque me ofende Con el talle que encareces, DON ALONSO.
Aun de haberlo imaginado ; Mil veces habla don Juan; ¿Noquereis, Don Luis, que me lamente
Que solamente por II Pero con la lengua no. De ver que no me ayude en cosa alguna?
i su persona inclinada, DOÑA COSTANZA.
N'o le aborrecí, cansada Pues que habla muy bien sé yo.
LEONARDO.
De las crueldades que oí Sois en el juego un bárbaro impaciente,
Que con su hermano don Juan CONDESA. Y en vuestros gustos , no hay mujer, no
Osaba en toda ocasión , Y yo que no le darán [hay luna
Hombre de otra condición. Desigualdad y pobreza Que tantas menguas y crecientes tenga:
DOÑA COSTANZA.
Licencia mas que á mirar ; ¿Qué bien queréis que por los dos os
i Y no añades tu galán ? Que siempre la dan á hablar DON ALONSO. LVen6a?
La arrogancia y la riqueza. Otros suelen ganar, y cuando menos,
CONDESA. Y como hablar de discretos Tienen la dicha y la desdicha á días.
Don Juan, porque le envié Con efetos siempre ha sido,
Los regalos que supiste, Y no le deja el vestido DONLUIS.
Por la enfermedad que viste, Que pueda hablar con efetos, El juego ha sido infamia de mil buenos.
í que por mi causa fué, A los ojos les remite DON ALONSO.
:<in loca satisfacion Cuanto la lengua dijera , Poco ha dañado las costumbres mias.
De pensar que yo le quiero, Si hablar de mano pudiera. LEONARDO.
Siendo tan pobre escudero, DOÑA COSTANZA.
He da á entender su aíicion. De sus iras están los libros llenos,
Y veces estoy corrida . ¡ Que la fortuna les quite Tragedias que engendraron sus porfías;
Je ver que un galán tan roto A los hombres de valor No hay cosa que deslustre tanto un hom-
'.ause en Valencia alboroto, Desta manera las alas! [bre;
siendo de su amor servida. CONDESA. y no juego, es ya su propio nom-
í á veces tomo á donaire ¡Cuántos, tiempo, desigualas, [bre.
L-i. n
418 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DON LUIS. ESCENA IV. Ha sido, Juan, el que hoy habló contigo.
Jugar tasadamente lo que puede
Un hombre que procura, estando ocioso, OTAVIO.—DONALONSO, DON LUIS, Y ¿tienes eso ya determinado?
LEONARDO ; después DON JUAN r DON JDAN.
Un rato entretener, se le concede ;
Mas no su hacienda, vida y su reposo, GERMÁN. . Y que saldré pasados cuatro días.
Mi que perdido para siempre quede, OTAVIO. DON ALONSO. [do.
Hecho afrenta del vulgo licencioso, Un coche está á la puerta. Pues vécon Dios ; que allá podrás, solda-
Vendiendo hasta las cosas vinculadas, DON ALONSO.
Perder los brios que en Valencia crías.
De sus honrados padres heredadas. DON JDAN.
Lps lugares que vos habéis vendido ¿Con qué gente?
Con los infames naipes y los dados, otavio. [te. Dinero he menester; hoy te lo han dado. ..
En la conquista (leste reino han sido Tres damas, don Francisco y un valien- DON ALONSO.

De vuestros ascendientes conquistados DON ALONSO.


; Dinero yo, don Juan !
Con sangre que les dio tal apellido, Vamos al Grao. DON JDAN.
Con lanzas, con espadas, con soldados; LEONARDO. ¡Pues qué! ¿querías
No con las de papel, con bastos y oros , Tracemos esta tarde Que fuese de aquí a Flándes sin dinero'
En que expendido habéis tales tesoros. Hablar á orilla de la mar un poco. ¿Noves quesoy tu hermano, y caballer >
No diréis a lo menos que yo he sido (Salen donjuán y Germán. VaseOtavio.) DON ALONSO.
De los amigos que á perderse avudan ¿Qué has menester?
El que va caminando á ser perdido, don jdan. (sin ver á su hermano.)
¿No quieres que el ser pobre me aco- DON JDAN.
Y que en faltando, deamistades mudan;
Siempre á todo vendré, como he venido, gerhan. [barde? Lo menos mil ducados.
Cuando todos os falten, y no acudan Ni te detengo aquí ni te provoco. DON ALONSO.
A las obligaciones que íes dieron don juan. [aguarde, ¿Hay desvergüenza igual?
Los beneficios que de vos tuvieron. ¿Qué es lo que quieres que en Valencia DON JOAN.
Mas ¿cómo dejaré, si me he preciado Del vano amor de la Condesa loco, Nunca entre iguales
Siempre de ser leal y verdadero, Y sin tener con que mi cuerpo cubra, He conocido yo desvergonzados.
De deciros que vais tan engañado, Por mas que á todos mi pobreza encu
Y á vuestra perdición corréis ligero? DON ALONSO. [les?
Si algún remedio tiene lo pasado, mbra? ¿Pues no te bastan, di, quinientos rea-
Máteme en Flándes la impelida bala
Es que agora guardéis este dinero Del polvo ardiente en bélico ejercicio, DON JDAN.
En que vuestros esladosse han vendido: Y no en Valencia amor, que se regala Si los echas al naipe ó á los dados
DON ALONSO.. Entre la seda, el ámbar, oro y vicio. En una mano, y en jornadas tales
Molesto amigo sois. Para salir haremos una gala Que le infaman á tí , para jornada
Que diga en los colores el oficio: Que te ha de honrar ¿qué es mil duca-
DON LUIS.
Con esto dejaremos la Condesa. . ' [dos? Nada.
No soy fingido. ¿Nacimos, don Alonso, por ventura
GERMÁN. l)e un padre y una madre, á que tú vivas
DO» ALONSO.
¿No veis que concertado el casamiento Que aciertas digo, y digo que me pesa. Con tal arreglo y tal descompostura,
De Costanza, que ya llamo mi esposa, DON JDAN. Que de ninguna libertad te privas;
He de mudar de vida y pensamiento, Hoy han de dar dineros á mi hermano, Y yo con tal pobreza y desventura,
Y que podré, pues es rica y hermosa ? Germán, destos lugares queha vendido: Por mil necesidades excesivas.
¿Cuántos con desfrenado atrevimiento Hablarle quiero, y no perder en vano Que á tus esclavos venga yo á envidia-
Corrieron por la senda licenciosa El tiempo, que jamás vuelve, perdido. Quecuranyregalantuscaballos? [líos,
De la gallarda mocedad , que es fuego, Salgamos del poder deste tirano. ¿Quinientos realesdasáun hombre hoo-
Y en llegando á casar pararon luego? GERMÁN.
[rado?
No vuela por el aire la cometa ¿No miras que está aquí? De limosna eran buenos, no debidos
Con tantos resplandores encendida. A un hermano que quiere ser soldado
Como la tierna edad corre inquieta, ' DON JUAN.. Porque tú no le sueldas los vestidos.
De la caliente sangre persuadida; ¿Si nos ha oido? DON ALONSO.
Ni fenece más frígida v quieta GERMÁN. Es tan anejo el ser desvergonzado
Exalacion ardiente, que la vida - Sí hará ; que el rico al pobre solamente Al ser pobre, que piensan atrevidos
De un mozo libre, y sus locuras todas, Oye lo que murmura del ausente. Todos los que lo son, que se les debe
A los umbrales santos de las bodas. DON ALONSO. Lo que con esta haré que alguno lleve.
Yo seré así, y el dote puesto en renta
Mis lugares irá desempeñando ; ¿Quiénes? Leonardo. [hermano.
Que en mozo es gala, y en casillo afrenta, DON JUAN. ¡La espada ! No es razón ; que es vuestro
El ir su hacienda y vida disipando : Yo soy. DONALONSO.
El hombre que ha pasado sin tormenta DON ALONSO. ¡ Vive Dios, que es un picaro!
El mar de juventud , guárdese cuando ¿Qué quieres? DON JDAN.
Llegue al de la vejez ; que, las edades DON JDAN.
No digo
Trocando, en ella hará mil mocedades. Quiero hablarte. Que mientes; que lo soy por ser tirano
LEONARDO. don Alonso. [nencias? Quien quiere usar esta crueldad con-
Reformad vuestra casa de criados1. ¿Qué tienes tú quehablarme? ¿Imperti- [migo:
DON ALONSO. DON JDAN. Masguardabien que no la pongas mano:
No puedo descaecer,' hasta casarme, Escucha y lo sabrás. Que si la sacas, á mostrar me obligo
Del honor que he tenido. Que el picaro eres tú, pues estos brazos
DON ALONSO.
Te harán vestido y carne mil pedazos.
DON LUIS. Di presto. DON ALONSO.
Qué engañados DON JDAN.
Dejadme, capitán; don Luis , dejadme.
Viven todos los mozos! Aparte
Quisiera hablar. DON JDAN.
DON ALONSO.
Es cansarme. DON ALONSO. Pues ¡ vive Dios, que si le dejan !...
DON mis. Y yo comprar paciencia. DON LD1S.
Mas honra y casa han menester casados. Acaba de decir. Creo
DON JDAN. Que debéis de estar loco.
DON ALONSO.
¿Venís i entretenerme ó á matarme? Por no enfadarte, DON ALONSO.
Y como dices tú, con insolencia, Perdonadme;
A Flándes quiero irme. Que he de matarle.
DON ALONSO. DON JDAN.
Buen amigo De hambre, yo lo creo.
LAS FLORES DE DON JUAN. 419
DON ALONSO. DON JUAN. DON FRANCISCO.
Don Juan...Dejolas armas. Escuchadme. Oye una habilidad. Que os canso sospecho.
DON JUAN. GERMÁN. DON ALONSO.
Si decís que os morís ; que eso deseo. Prosigue. Antes os tengo que hablar.
DON ALONSO. DONJUÁN. DON FRANCISCO.
Si entráis mas en mi casa, dos lacayos Advierte. ¿En razón de qué?
Os han de hacer pedazos. Yo sé hacer flores con primor notable
DON ALONSO.
DON JUAN.
(Que lo aprendí de cierta hermana mia) ,
En razón
¡Bravos rayos! Hasta imitar romero saludable De aquella resolución
(Que es el mayor primor y gallardía),
DON ALONSO.
La pálida retama, la admirable Del casamiento tratado.
Si llegáis á esla puerta , vive el cielo... Angélica, el rosal de Alejandría, DON FRANCISCO.
DON JOAN. El clavel carmesí, la azul violeta, Mas ¡qué propio de un picado!
Cuando yo fuera Lázaro, llegara , La azucena y la candida mosqueta. DON LUIS.
De perros y avariento con recelo. Haré mil flores : tú podrás llevallas Los mismos efetos son.
DON ALONSO. PorValenciaá vender hasta que el cielo
DON ALONSO.
Miradme, infame, bárbaro, á estacara. Dé fin á nuestras vidas... ¡Vive Dios, que he de probar
GERMÁN.
DON JUAN. Si casándome es posible
Mirarla pensé yo por mi consuelo ; Remediallas Aborrecer el jugar !
Mas no tan loca, desigual y avara. Puede tu habilidad.
DON FRANCISCO.
Vete con Dios; que espero"que algún dia DON JUAN.
¿Qué medio mas convenible
Dé premio el cielo á la paciencia mia. . No tiene el suelo Donde no basta el jurar?
LEONARDO. Flores que yo no sepa retratallas : Tendréis luego otro cuidado
Dejadle ya. Soy de un jardín particular modelo. De la familia y los hijos.
DON ALONSO. Vén, compraremos rebotín y seda.
DON ALONSO.
En una horca espero GERMÁN.
Ocúpenme y sean pesados.
Ver este libre mozo. El ingenio no hay cosa que no pueda. DON FRANCISCO.
DON LUIS. (Vanse.) Antes con mil regocijos,
Basta. Vamos. Y libre de mil cuidados.
(Vanse don Alonso, don Luis y Leo ESCENA VI. ¿Qué es ver una honrada cara
nardo.) Y dos hijos á una mesa?
DON ALONSO, DON LUIS.DON FRAN
ESCENA V. DON ALONSO.
CISCO.
DON JUAN, GERMÁN. Aquí mi discurso para,
DON LUIS.
Aqui mi locura cesa,
GERMÁN. Y deste asilo se ampara.
Si vos volvéis á jugar Válgame contra mi edad
¿Estás contento? Y perdéis cuanto tenéis,
DON JUAN. Acabado de avisar El freno del casamiento. —
Id presto, Francisco, hablad
Si ; que estarlo quiero. Que no juguéis, ¿qué queréis? A doña Costanza.
GERMÁN. finos? ¿Queréis por fuerza ganar?
¿No sabéis lo que difieren DON FRANCISCO.
¿Por qué, Señor, pues como ves queda-
Los que esa ventura adquieren, Siento
DON JUAN.
Y que el juego y la poesía Que os hago en esto amistad,
Porque salimos de un tirano fiero, Se enfadan de la porfía, Y por esto voy.
Y de su cautiverio nos libramos. Porque vienen cuando quieren? DON ALONSO.
GERMÁN. El que versos quiere hacer, El cielo
Y ¿qué habemosde hacer de doceá una? Y buena dicha en ganar, Os pague tan grande bien,
DON JUAN. No piense que ha de poder, O tragúeme vivo el suelo
Dar una higa y cuatro á la fortuna. Por picarse y porfiar, Si mas jugare, y á quien.
GERMÁN.
Ni ganar ni componer. (Vate don Francisco.)
Mejor, don Alonso, fuera
Buen animo. Señor ; que cierta dueña Ir al Grao.
Te acogerá en su casa, que es honrada, DON ALONSO.
ESCENA VII.
Y algún amor sospechoque me enseña.
No pensé DON ALONSO, DON LUIS.
DON JUAN. ' Que el juego, don Luis, creciera :
Eso es por lo que toca á la posada. Jugué, piquéme, llegué DON LUIS.
GERMÁN. A que mil mundos perdiera.
Por dar barato á Lisarda, Dése juramento apelo,
Pues para una comida tan pequeña Y vuestra lengua no exceda ;
Gomo en aquesta casa le fué dada, Tomé el dado. Porque un discreto decia
Yo me pondré á peón de alguna obra ; DON LUIS. Que no hay adonde se pueda
Que con tres reales para entrambos so- El capitán Conocer la gallardía
Allí trabajaré todos los días, . [bra. Hizo una suerte gallarda. Como en quien perdiendo queda.
Y te traeré dinero. DON FRANCISCO. DON ALONSO.
DONJUÁN.
Aqui las damas están, ¿Hay quien no lo sienta ?
No hay hermano Y el coche y merienda aguarda. DON LUIS.
Como un amigo. DON ALONSO.
GERMÁN.
No;
¿Habéis vos jamás comido, Mas saber disimular
Tente. ¿Qué porfias? Que hayáis tan lindo dinero Con la prudencia nació.
DON JUAN. En cuatro manos perdido? DON ALONSO.
Si no me das los pies, dame la mano. Que lleven las damas quiero,
Ya que á mi casa han venido; Poco supo de jugar
GERMÁN.
Pero que en llegando al mar, Quien ese aforismo os dio.
Detente pues. ¡Pesia tal ! la condición
Las echen dentro.
DON JUAN. De los hombres no es igual
Espero que las mias DON FRANCISCO.
En sentir lo que es razón,
Me podrán sustentar: verás que gano Esto es hecho. Y mas si de causa igual
Con que los dos comamos. Las ninfas quiero tornar. Los ciclos no lo son.
CERMAN. DON ALONSO. Vamos á la platería ;
¿De qué suerte? Volved. Algo que vender hallé.
420 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO
DON LUIS. Para querer dos; que ha sido, Un ave en aqueste punto!
¿Y el juramento que habia Por pobre, de una galán. DOÑA COSTANZA.
De abrirse, el suelo? DOÑA INÉS. ¡Por vuestra vida,'€ondesa,
, DON ALONSO. No os causa mucho donaire Que es lacayo de don Juan !
¿Juré? - El ver cuál se anda iras vos? DOÑA INÉS.
DON LUIS. CONDESA. Y las flores son de seda.
¡ Bueno vais , por vida mia ! Donaire y aire, por Dios , condesa. (Ap. d las damas.)
DON ALONSO. Porque siempre le da el aire. ¿Si es invención para hablarme?
Don Luis, esto solo os ruego : ¿A quién no moverá á risa
Que no tengáis por constante Verle en pascua con bayeta? DOÑA COSTANZA.
Mas que la nieve en el fuego, DOÑA INÉS. La vergüenza no lo muestra;
El juramento de amante Si; pero buena es la treta Antes el le habrá dejado,
Ni de hombre que pierde al juego De buen zapato y camisa. Y sirve á alguna florera.
( Yante.) Lo demás es niño en faja. CONDESA.
DOÑA COSTANZA. No me espanto ; que tendría
Voces en la calle dan, Con don Juan comida y cena
Que flores vendiendo van. Tan inciertas, que es disculpa.
Sala en casa de dolía Inés. condesa. (.4 un criado que está dentro.) Por necesidad DOÑA COSTANZA.
¡ Hola ! Por las flores baja. ledeia.—
ESCENA VIH. ¿Es monja, amigo Germán ,
LA CONDESA, DOftA INÉS, DOÑA ESCENA IX. Quien hace flores tan bellas?
,¡ Bendiga el cielo sus manos!
COSTANZA. DOÑA INÉS.
DURANGO.— Dichas.
DOÑA INÉS. No pueden las verdaderas
La visita os merecí DURANCO. Ser mas lindas.
Por hurtarme el pensamiento, Yo, Señora, estoy aquí. CONDESA.
Aunque obligada me siento. CONDESA. ' Solo harán
DOÑA COSTANZA. Id presto. En el olor diferencia.
No me la debéis á mi ; Dinos algo. ¿Por qué callas?
DURANCO. GERMAN.
Que la Condesa trazó Como un cohete. {Vate.) Una mentira y quimera
El venir las dos a veros. DOÑA INÉS.
CONDESA. Os quise decir, señoras,
Cada cual su ramillete Si diera el tiempo licencia :
Quise, Inés, entreteneros, Tiene en presente de mi , En esto suspenso estuve ;
Porque Celia me contó Por ver si con esto excuso Mas desatando la lengua
Que andáis con ciertas tristezas. El daros de merendar. A la verdad, os suplico
DOÑA INÉS. CONDESA. Estéis un instante atentas.
Algo venís á saber: ; Buen modo de regalar ! Hoy el cruel don Alonso,
Curiosa debéis de ser Si no es galán , es al uso. Con fieros y voces fieras.
De las ajenas finezas. La visita no es sangría. Echó á don Juan de su casa :
CONDESA. ¡Gran prueba de su paciencia !
Malicia es esa. ESCENA X. Llévele á una pobre choza
DOÑA COSTANZA. De una mi comadre vieja.
Y ¡qué tal! DURANGO ; y luego, GERMAN. — LA Que dice que me ha criado :
CONDESA. CONDESA, DOÑA INÉS, DOÑA COS Recibióle en fin en ella.
Dljelequele daría
Si hablare en cosa de amor, TANZA. De comer cuando pudiera
Que merezca el disfavor DURANGO. Pleitear sus alimentos
De haber juzgado tan mal. El hombre ha subido ya.— 0 salirse de Valencia.
DOÑA COSTANZA. Llegad, y oslascomprará ; (A Germán.) Que Quiso saber cómo, y dije
Advierta vusiñoria en las fábricas ó cercas,
(Sale Germán con un tabaquillo de (lo De peón me alquilaría
Que si de amor no ha de ser, ra de teda.) Para dar ladrillo ó piedra.
No queda en que entretener Mas llamadla señoría. (Ap. á Germán.) Respondió que no era justo,
Tan largo y ocioso dia, GERMAN. (Ap.) Mas que comprásemos seda
O porque solas estemos, Y rebotín ; que él sabia
O por no admitir galanes. ¡ Ay, cielos, dónde he subido!
CONDESA. Volverme á bajar quisiera. Imitar (as flores bellas.
No pensé que en esta casa Comprárnosle; y como/veis,
Si es por solos ademanes. Estuviese la Condesa. Ha comenzado por estas
Que es lo mas que en esto vemos, Irme quiero. ¿Qué lo dudo? Que llevo á vender agora.
Yo serviré de galán. CONDESA. Entré aqui (que no debiera)
DOÑA INÉS. ¿Por qué se va el hombre? Porque no pensé que estaba
Si ; mas ¿de cuál de las dos? Mi señora la Condesa,
CONDESA. DURANGO. Donde con este azafate
De entrambas; porque, por Dios, Espera, Me viera agora venderlas.
Que asi al propio me verán ; Florero. ¿ De qué te cubres? Asi, Dios, bellas señoras ,
Pues una sola , no sé GERMAN. Tan alta dicha os conceda , *
Quién la quiera y sirva. Amigo, tengo vergüenza. Que la hermosura y la dicha
CONDESA. Se igualen en competencia,
DOÑA COSTANZA. Que no digáis á don Juan ,
Yo ¡Hola, buen hombre! detente. Ni de burlas ni de veras,
Sé quién la adora. GERMAN. Que me habéis visto, ó sabéis
CONDESA. ¿Qué quieren que me detenga? De mi boca ni la ajena
Yo no. CONDESA. Que él ha hecho aquestas flores;
DOÑA COSTANZA. Dadnos flores. ¿ Qué os turbáis? Que me cortará las piernas ;
Licencia, y yo lo diré. DOÑA COSTANZA. Que mientras mas pobre está,
¿De qué jardín son? Más estima su nobleza.
CONDESA. Con esto, si sois servidas,
No babeis de decir don Juan ; GERMAN. (Ap.) Mandad que me dén licencia ;
Que ese no tiene vestido ¡No fuera Que estoy temblando.
LAS FLORES DE DON JUAN. m
CONDESA. Merece el si. A doña Inés nuestra condesa Hipólita.
Detente. DOÑA COSTANZA. DON JUAN.
j Hay tal lástima ! No hay ninguno. Pues ¿no bastaba, necio, ser la casa
DOÑA COSTANZA. - DON FRANCISCO. De doña Inés?
¡ Que sea Bien decís ; que solo es uno GERMAN.
Tan bárbaro don Alonso! Que queréis, y os quiere bien. Si habia de guardarme
CONDESA. Licencia os pide de veros De todas las señoras que conoces,
¡Qué bien dices! No le quieras, Con Ululo de marido. ¿A quién querías que las flores venda?
ta, señoras, tomad. DOÑA COSTANZA. don juan. [las
¡ Hola ! el azafate llega ; No poca licencia ha sido : ¡Malditas sean las flores, que aun de bur-
Comprar tenemos las llores. Con ella podéis volveros ; Me dan por fruto penas tan de veras!
• DOÑA INÉS. Y decid que no soy yo , ¡Que siembre flores yo de lienzo y seda,
Yo compro aquestas violetas , Cual piensa , universidad , Y que me dén cosecha de pesares,
Y le doy estos escudos. Que doy licencias. Y en cada grano, de pesar millares!
DOÑA COSTANZA. DON FRANCISCO. ¡Hay vergüenza como esta ! Aquí parece
Yo por estas azucenas Mirad Que escucho con la risa que se burlan ;
Le doy estos. Que es bien mirar mucho un no.Y me salen al rostro mas colores
CONDESA. DOÑA COSTANZA. Que hay deltas diferencias en las flores.
Las demás Mas hay que mirar un si , No te quiero culpar, culpo mis dichas.
Para mi quiero que sean. ¡ Que quien seda sembró, coja desdichas!
Que es el que obliga y cautiva ;
Guardad, Durango, estas flores. ¿Que haré? ¡triste de mí ! Peronoimpor-
Que nunca hay no que se escriba ,
Tomad , Germán ; que pudieran Y el sí mil veces le vi. El dineroque traes vieneáliempo; [ta.
Dar otro fruto si el tiempo Que nos pondrá en camino. Adiós, Va
No helara las manos deltas. DON FRANCISCO. lencia.
GERMAN. Dirélo de esa manera. Adiós, honrados pensamientos míos,
DOÑA COSTANZA. O si queréis venir conmigo á Flándes ,
Mil veces beso las tuyas. Haréisme mucha merced. Venia, donde veréis fuegos tan grandes.
CONDESA. DON FRANCISCO. Que si el mar no os consume , puedan
Si hiciere mas, me las lleva Dios os guarde. [ellos ;
A casa, por ver si en tantas Mas no podrán entrambos deshacellos.
Alguna esperanza siembra. DOÑA COSTANZA. GERMAN.
Y ¡ojalá pudiera ser!... Esto creed. ¿ A Flándes quieres ir?
GERMAN. (Yate don Francisco.) DON JUAN.
¿Qué, Señora? CONDESA. Pues ¿cómo quieres
CONDESA. ¡ Quién mil abrazos te diera iQue delante de Hipólita parezca?
Que dijeras DOÑA COSTANZA. Mal conoces burlaudo las mujeres ,
Que estaban tan naturales, ¿Haste holgado? Ni hay hombre que mejor se la merezca.
Que han engañado una abeja. CONDESA. cerman. ,
GERMAN. ¿No lo ves? Mira que pienso que dichoso eres ;
Loco de contento voy. DOÑA COSTANZA. Porque me dijo : <¡ Espero que florezca
Los cielos, señoras bellas, Pues basta. Alguna destas flores.*
Os dén mas años de vida DON JUAN.
Que en los escudos hay letras. ESCENA XII. Disparate.
(Vanse Germán y Durango.) ¡ Flores de seda y tierra de azafate !
DOÑA COSTANZA. DURANGO. — LA CONDESA, DOÑA Vistámonos al punto de soldados,
Triste estás. INÉS, DOÑA COSTANZA. Si alcanzare á los dos el dinerillo,
CONDESA. O por lo menos vamos emplumados ,
Estoy de suerte DURANGO. Medias bandas y plumas de amarillo.
Con don Alonso, que á ser La mesa aguarda GERMAN.
Hombre... Con la merienda. ¿Quieres que lo probemos á los dados?
DOÑA COSTANZA. CONDESA. DON JUAN.
¿Qué habías de hacer? Es gallarda Puesyo¿puedo ganar? Tiemblo de oillo.
CONDESA. En sus descuidos Inés. GERMAN.
Dijera darle la muerte, DOÑA INES. Si temes la fortuna, es mujer, basta ;
Si no creyera de ti Las criadas hecho habrán Que quien no la temió , no la contrasta.
Que le tienes afición. Alguna mala crianza.
DOÑA COSTANZA. CONDESA. ESCENA XIV.
Mátale ; que no es razón Después te diré , Costanza ,
Qlie le [lerdones por mi. Mil lástimas de don Juan. DON ALONSO , DON FRANCISCO.
( Vanse.) — Dichos.
ESCENA XI.
don francisco.
DON FRANC1SGO. — LA CONDESA, Plaza. ¿Qué os tengo de decir, si esto os respon-
DOÑA COSTANZA, DOÑA INÉS. DON ALONSO. [de ?
ESCENA XIII. En declinando de su estado alegre ,
DON FRANCISCO. Don Francisco, la suerlecon un hombre ,
Antes de pedir licéncia , DON JUAN, GERMAN. No para hasta acabarle y destruirle.
Hallé quien me la ha de dar ; CERMAN.
Mas á quien trata en casar, DONJUAN.
Nunca se le niega audiencia. A no tenerle obligaciones tantas, Tu hermano.
Yo vengo por solo un si , Te quitaba la vida. ¿ Estabas loco? DON JUAN.
Si cuyo fué me entendió. ¿ Olicio de mujeres delicadas , Pues ¿qué temes? Esta plaza
DOÑA COSTANZA. Dijiste que yo hacia , á la Condesa ? Es de Predicadores , no es su puerta.
Yo tengo que dar un no , GERMAN. GERMAN. [ses,
Si viene el recado á mí. Bien sabe Dios, Señor, lo que me pesa. Con todo eso, es bien que el verle excu-
DON FRANCISCO. Entré ignorante ; que no soy astrólogo, Porque según estáis , es gran prudencia ,
A vos viene ; mas de quien Ni pude prevenir que visitaba Huir las ocasiones.
422 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DON /DA!». Me ha hecho el mayor agravio DDRANGO.
Porque quiero Que un enemigo pudiera.
Comprar alguna cosa con que irme , Sin ella quedo perdido ; Por Dios,
Me voy ; que por lemor, no le dejara. Que no quiere ha respondido Que he de morir de un sarao :
Al cabo de tu concierto. Siempre dellos y del Grao
GERMÁN. Traigo romadizo y tos.
A quien enfada , se ha de huir la cara OTAVIO. Salen á las tres ; que vengo
[Yante don Juan y Germán.) ¿Cierto, Señor? Lleno de mil desventuras.
DON ALONSO. condesa. .
ESCENA XV. No es tan cierto ¿Tenéis mujer?
DON ALONSO , DON FRANCISCO Haber sin dicha nacido. DDRANCO.
OTAVIO. Mujer tengo.
DON FRANCISCO. No sé qué respuesta darte. CONDESA.
Tan gran resolución no vi en mi vida. DON ALONSO. ¿Celos?
DON ALONSO.
Yo si ; que en tantos cuidados, DDRANGO.

No tengo que esperar ; perdido quedo, VéQuiero dejarla y dejarte. No digáis locuras.
Y hasta perder el seso tengo miedo. , y despide mis criados, DOÑA COSTANZA.
Di que vayan á otra parte De que es hermosa os prevengo ;
DON FRANCISCO. [bre Doude tengan mas ventura ;
Pues yo os prometo que la hablé tan li- Ya no tengo qué les dar. Que yo la vi cierto día,
Aunque tuve respeto á la Condesa , Y es moza.
OTAVIO.
Como si menos calidad tuviera. CONDESA.
Oye, Señor. Por vida mia,
DON ALONSO.
DON ALONSO. Que debéis andar celoso.
¡ Pesar de mi fortuna, siempre adversa
A todos mis intentos! ya no tengo ¿ Quién procura DDRANGO.
En qué esperar, ni qué perder, perdida De mujer, sino es pesar? ( Vate.) Aunque viejo, soy airoso ;
La que fuera el remedio de mi vida. La edad no me desconfia.
Tangranmudanza,¿quién la habrá cau- ESCENA XVII.
CONDESA.
[sado? DON FRANCISCO, OTAVIO. ¿Tendréis mil años?
Sin duda que de mí la han informado!
DDRANGO.
La perdición ha sido de mi hacienda OTAVIO.
Ocasión de perder tan alta prenda. ¡ Mil años '.
Él tiene poca cordura. ¿ Soy del tiempo de'Noé ?
Quien ama ayer, Francisco , y hoy des- Don Francisco , ¿ qué es aquesto ?
De loquequisotuvoinfamefama. [ama, CONDESA.
DON FRANCISCO.
DON FRANCISCO. ¡ Qué celos tendréis !
Que se perdió la esperanza
¿ Pensáis que os faltarían enemigos? Que en su dote se había puesto. DOÑA COSTANZA.

DON ALONSO. Extraños.


OTAVIO.
¡Yo enemigos! Pues ¿quién? ¿No quiere doña Costanza? DDRANGO.

DON FRANCISCO. ¿Yo celos ? ¿ De qué ó por qué ?


DON FRANCISCO.
Los mas amigos. No , pues lo dijo tan presto. CONDESA.
DON ALONSO. ¿ Na hay en mujeres engaños ?
OTAVIO.
¿Los mas amigos? ¡ Buenos habernos quedado ! DDRANGO.
DON FRANCISCO. Quien en la mujer y el dado No lo niego ; mas por eso,
Si ; porque, acabado Puso esperanza , ¿qué espera? Que estoy sin celos confieso ;
El dinero, las fiestas, los convites, Que si no hay buena mujer,
( Vanse.) Es imposible tener
Los beneficios y otras cosas tales ,
Se vuelven enemigos los amigos. ESCENA XVIII. Seguro el honor y el seso.
DON ALONSO. CONDESA.

Y bastan mis desdichas por testigos : LA CONDESA , DONA COSTANZA y ¿Hay remedio para ver
No las quiero aguardar, ni verlas quiero, DOÑA INÉS, con mantos, T DU- Si los hijos de un celoso
Por no decir ó nacer un disparate ; RANGO. Son suyos ?
Antes pienso ausentarme de Valencia. DDRANGO.
CONDESA. Dijome ayer
DON FRANCISCO.
I lo] gara me que no fuera Un hombre un cuento donoso,
Agora es necesaria mas prudencia. Tarde. Con que se puede saber.
DDRANGO.
ESCENA XVI. CONDESA.
El tiempo está nublado, ¿Cómo?
OTAVIO. — Dichos. No es dia de ir á la mar : DDRANGO.
Entren si quieren rezar ; Un cierto labrador,
Que no ha de ser todo fiestas. Cuya mujer que paria,
0TAV1O.
Aqui vienen ya , Señor, CONDESA. Nunca estaba sin amor,
La condesa de la Flor, Las demandas y respuestas De sus hijuelos tenia ,
Doña Inés, doña Costanza, Suelen , Costanza , dañar: Que no eran suyos, temor ;
En fin , toda tu esperanza : En esa resolución Y queriendo averiguar
Llega , haránte algún favor. Se cifró tu desengaño. Si era cierta en el lugar
Del coche se han apeado ; DONA COSTANZA. De su mujer la opinión ,
Que entrar en Predicadores Pienso que fué discreción, Halló una cierta invención.
Quieren. Y de mi pasado engaño CONDESA.
DON ALONSO. Pido á los tiempos perdón. ¿Cómo?
¡Gracioso criado! DOÑA INÉS. DDRANGO.
OTAVIO. ¿No sabe vusiñoría Mandóse castrar;
Licencias se dan mayores Cómo hay sarao mañana? Porque con esto pensaba
A un casamiento tratado. CONDESA. Que si su mujer paria,
Llega ; que es buena tercera Huélgome , por vida mía : Sabría si le engañaba.
La Condesa. Una gala castellana DOÑA COSTANZA.
DON ALONSO. En élestrenar querría. Costosa invención seria.
Calla, Ola vio; Durango , ¿ no sabéis vos CONDESA.
Que en este punto esa fiera Desto del sarao ? SI ; mas seguro quedaba ,
LAS FLORES DE DON JUAN.
Y vos lo podéis hacer. Ni que se esté ; pero cuando Seguia un gran pensamiento ,
DURANGO. Un hombre de bien intenta Ha de morir sin dejarlo ;
Yo tengo seguridad Seguir
i con ánimo honrado Y que en amores y guerras
De la fe de mi mujer. Unheróico pensamiento , (Que se parecen entrambos) ,
CONDESA. Ha de morir sin dejarlo ; No pudiendo huir con honra ,
Que amor es como la guerra ; Se há de morir peleando ;
Si tenéis enfermedad , Que siendo mas los contrarios , Y añadió tales palabras...
Aun puede ser menester. Y imposible huir con honra , DON JUAN.
ESCENA XIX. Basta morir peleando. Ya las estoy escuchando.
Y añade estas dos palabras. ' GERMAN.
GERMAN, de soldadillo, con una pluma GERMAN. « Nunca buena dicha aguarde
y la valona, y en cuerpo.—Dichos. Ya , Señora , las aguardo. El que se va de cobarde.!
CONDESA. DON JUAN.
GERMAN. «Nunca buena dicha aguarde ¿ Qué sientes de eso ?
Aquí dijo que esperase , El que se va de cobarde.» GERMAN.
Porque á hacer concierto vamos, Vamos, señoras , de aquí.
Para de aquí á Vinarrós , GERMAN. Que quiere
Con quien nos lleve á caballo ; Que esperes , y quiere tanto ,
Que después al mar le queda Yo lo diré. Que se lo viera en los ojos
De nuestras desdichas cargo ; DOÑA COSTANZA. Un ciego.
Que el mar, en largos caminos , ¿Cómo vamos? DON JUAN.
Es posta de desdichados. CONDESA. ¡ Suceso extraño !
CONDESA. Llena de enojo y pasión. ¿La condesa de la Flor?
¿No es aquel Germán? DOÑA COSTANZA. GERMAN.
doña costanza. Quieres bien y andas burlando. Y aun de tus flores tratamos ,
El mismo. CONDESA. Y me dijo que en el fruto
Eras muy estéril campo.
CONDESA. ¿Yo quiero bien? Palabras son estas, digo,
Germán , ¿ dónde tan bizarro ? DOÑA COSTANZA. Para esperar dos mil años.
GERMAN. ¿ No lo ves ? De mi consejo , esperemos ;
Esta vez va no me pesa, ■ CONDESA. Por lo menos no partamos
Bellas señoras , de hablaros ; ¡ A un pobre ! Hasta ver si se declara.
Que si bien no voy muy rico , DOÑA COSTANZA. DON JUAN.
Voy al Un como soldado. Si , mas gallardo. Hay en amor mil engaños ;
CONDESA. Mas si , como el Dante dice,
¡ Como soldado ! ¿Qué dices? CONDESA. Amor á ninguno amado,
GERMAN. No lo creas. Que no amase perdonó ;
Cansado don Juan , mi amo, DOÑA COSTANZA. Y el Petrarca , entre sus raros
De tantas necesidades, No hay señal Versos, que no hay corazón
Y crueldades de su hermano, De amor mayor que negarlo. Dé tan duro bronce ó mármol ,
Viendo que sus alimentos ( Vanse las damas y el escudero.) Que no se ablande ó se mueva ,
Es imposible cobrarlos, Rogando, llorando , amando ;
Porque don Alonso ya Ya puede, Hipólita bella ,
Despide hasta sus criados, ESCENA XX. Haber el luyo tocado.
Por mujeres y por juego , Mujer eres , muchos días
Por banquetes y por bravos , DON JUAN.— GERMAN. Me ha visto al sol abrasado ,
Que le han puesto en mas extremos A los hielos de la noche ,
Que el de los dos , pues nos vamos ; GERMAN. Al furor de mis contrarios ,
Ir á Flándes determina ; ¿Eres tú, Señor? Asistir á tus umbrales,
Y de aquel oro , comprando , DON JOAN. Seguir el dorado carro
Que de limosna le distes Yo soy. De tu sol , su pura luz ,
Por las flores de sus manos , Como un indio , idolatrando.
GERMAN. Algün efeto habrán hecho
Estos pobres vestidillos , ¡ Oh , si llegaras ! Tantos amores y agravios :
Vine á buscar dos caballos DON JUAN. No mira amor en riquezas;
Que nos lleven hasta el puerto : Desnudo suelen pintarlo.
Déle Dios á sus trabajos. Temblando Yo me quedo á proseguir
CONDESA. Estuve de solo verla. El intento comenzado ,
¡ Que don Juan se va esta tarde ! GERMAN. Hasta que sepa del tuyo
* doña costanza. (Ap. á la Condesa.) Roto y desnudo has osado
Verla y seguirla otras veces ;
Que con este amor te canso.
La color se le ha mudado. Y agora , galán, bizarro, GERMAN.
CONDESA. Lleno de plumas y airoso, Bien has dicho y bien has hecho.
(Ap. d doña Costanza. Confiésote que ¡ Tiemblas de verla ! Adiós , plumillas de gallo :
Déjame hablar al lacayo.) [me pesa. DON JUAN. ¿Qué Flándes hay como ver
Germán , gran resolución Pensando A tu señora en tus brazos?
Ese tu dueño ha tomado. En que la pierdo, Germán , DON JUAN.
• ¡A Flándes! La lengua y piés se me helaron. Espero en Dios que algún dia ,
GERMAN. GERMAN. Germán amigo, veamos...
Pues ¿qué ha de hacer? GERMAN. •
¿No es mejor que de un balazo Pues en tu vida pudieras Dilo, y en buen punto sea.
Dé fin á tantas desdichas , Llegar con ánimo tanto.
Y le entierre suelo extraño, DON JUAN. DON JUAN.
Q ue verse en la patria pobre , ¿Cómo? El rico y pobre trocados.
T an pobre , que haya llegado GERMAN.
A hacer con sus manos ñores , Asi como le dije
Sin ser primavera ó mayo? Que te vas desesperado ,
CONDESA. Quedó como flor del sol
Quien hace flores sin fruto , En ausencia de sus rayos.
Ño se tenga por buen campo. Dijome que te dijese
No le digo que se vaya I Que quien con áuimo honrado
424 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Un vestido de camino
ACTO TERCERO. Mas de un dia.
Para que este milanés
Nos de ciertos pasamanos?
GERMÁN.
DON JUAN.
Calle. Algún vecino Forasteras parecéis ,
Le ha traído mas de un mes. Pues la historia no sabéis
ESCENA PRIMERA. DON JDAN. De dos perdidos hermanos;
A ese le diera yo Mas os juro que en mi vida
DOÑA COSTANZA t la condesa, Del volver la bienvenida. Cosa nadie me pidió
con mutilas. GERMÁN. Que se la negase yo.
¡ Brava dama ! En fin, haré que los pida
DOÑA COSTANZA. DON JUAN. Este mozo al mercader,
¿Cómo habéis dejado el coche? Y bien vestida. Y si él me quiere fiar,
CONDESA.
Cosa que en este lugar
GERMÁN.
Impórtame el ir asi. Mas que imposible ha de ser
En viéndote se tapó. (Y mas gue estoy de camino),
DOÑA COSTANZA. CONDESA. Con la tienda os serviré.
Muy melancólica os vi ¡ Ah, caballero! (Llégase á una tienda.)
En el sarao de anoche. DON JDAN. ¡Ah, señor Laurencio!.
CONDESA.
¿Es á mi? doña costanza. (Ap. á la Condesa)
Triste no, mas pensativa. CONDESA. Fué
DOÑA COSTANZA. Pues ¿quién es el caballero? Pedírselos desatino;
¿Que un hombre como don Juan DON JUAN. Que se ha de ver en vergüenza.
iieso anoche el mas galán ! Si ha de topar en dinero, condesa.
CONDESA. Ninguno hallaréis aquí. ¿Por qué, si yo estoy aquí?
¿Es lisonja? CONDESA.
DOÑA COSTANZA. ¿ Con ese talle sois pobre? ESCENA 111.
Asi yo viva ,
Que lució mas su pobreza DON JUAN. LAURENCIO. — Dichos.
Que la riqueza mayor. Bachillera parecéis.
Oidla causa y sabréis. LAURENCIO.
CONDESA. ¿Mandáis algo?
CONDESA.
Yo estoy bien necia de amor
Por su pobre gentileza. Deseo que el bien os sobre. don JUAN.

DON JUAN. Aunque de mí...


DOÑA COSTANZA.
Gracia con hacienda alguna doña costanza. (Ap. á la Condesa)
Deque no os puedo culpar, Siempre se oponen las dos ,
Hipólita, os aseguro. Mas ¡qué turbado comienza !
Porque alma y cuerpo da Dios , DO>( JUAN.
CONDESA. Y la hacienda la fortuna. No os habéis jamás servido ,
De que estoy corrida , os juro , La fortuna es desatino , Os soy muy aficionado.
De lo que vengo á intentar. Y Dios ya sabéis quién es. Estas damas me han mandado,
DOÑA COSTAUZA. condesa. (Ap. á dona Costanza.) Puesto que su engaño ha sido,
¿Cómo? ¿Qué te parece? Que les dé unos pasamanos
CONDESA. Y unos cortes de Milán ,
doña costanza.
Querría saber, Y, por vida de don Juan
Para cierto pensamiento, ¿No ves
Qué entendimiento? glostrad, Laurencio, esas manos),
Si iguala el entendimiento e pagaros del primer
Al exterior parecer ; CONDESA. Dinero que me han de dar
Que si me ha de despicar Es divino. Para partirme.
De don Juan alguna cosa , DOÑA COSTANZA.
LAURENCIO.
Costanza , estoy sospechosa ¡ Qué presto te contentó !
Que ha de ser oírle hablar. Afrentar
CONDESA. Queréis lo mucho que os quiero.
DOÑA COSTANZA. Llevaba yo buen deseo.— Si lo pidiera el Virey,
A tu mucha discreción ¿Vais de camino? (A don Juan.) No lo llevara mejor.
Podrá ser que no contente ; DON JUAN. condesa. (Ap.)
Mas cierto que entre la gente Yo creo
Tiene don Juan opinión. Todos le tienen amor.
Que ninguno mas que yo. Laurencio. (A las damas.)
Habíale; que vesle aquí.
CONDESA.
CONDESA. ¿Qué ha de ser esto?
Pues ¿adonde camináis?
Tápate, por Dios, muy bien. CONDESA.
DON JUAN. Oiga, rey :
DOÑA COSTANZA.
Voy tras el sol. Esos cortes de Milán
Su Acates viene también , CONDESA. Que el señor don Juan añade
Y me ha de caber á mí. (Que á esto me persuade
¿Estáis loco?
DON JUAN.
Verle tan cortés galán),
ESCENA II. De no estarlo. Y de pasamanos rizos ,
CONDESA. Cuarenta varas.
DON JUAN, GERMÁN. — Dichas.
No haréis poco LAURENCIO.

DON JOAN. Si al sol, Señor, alcanzáis. Yo voy.


Sí andamos en el lupar DON JUAN. (Éntrase en la tienda)
Tanto tiempo de soldados , Alcanzarle es imposible;
¿ No hemos de ser muy notados? Con mirarle me contento, ESCENA IV.
GERMÁN.
Porque basta el pensamiento ,
Ya damos qué murmurar. Si es la empresa inaccesible. LA CONDESA, DOÑA COSTANZA.
Ayer dijo un marquesole CONDESA. DONJUÁN, GERMÁN.
Destos que habrán con espuma , ¿Quereisnos decir quién es?
Al verte con tanta pluma : DON JUAN.
DON JUAN.
« ¿Cuándo sale este virote?» Crédito tengo, aunque soy
No me dan tanta licencia. Pobre.
DONJUÁN. condesa. ' CONDESA.
Desairada cosa es Y ¿tomaréisla en su ausencia , Sois rico de hechizos.
LAS FLORES DE DON JUAN. ¿25
Pasamanos os pedí ,< La casa le he de fiar, DON JUAN.
Y cortes me dais demás. Los hijos y la mujer; ¡Ay si lo dijera!... '
DON JUAN. Que la virtud ha de ser CONDESA.

Lo que me piden , jamás Riqueza en cualquier lugar. ¿Quién?


El darlo me agradecí , ¿Hay cosa de mas eslima DON JUAN.
Sino lo que no me piden. Que ver este caballero
Justar, ó con el acero , La Condesa.
CONDESA. CONDESA.
En el torneo, en la esgrima?
De la suerte fué rigor Y en los actos militares, Adiós, don Juan.
Que no seáis gran señor. Cuando en la plaza se ven , (Vanse.)
DON JUAN. ¿ Hay cosa que no haga bien ?
Gracias tiene singulares. ESCENA VII.
Mis desventuras lo impiden :
.Buen camino y buena estrella Mal he hecho en alaballe; EL MARQUÉS ALEJANDRO , LUCIO,
Mi fortuna me enseñaba. Que es oficio de tercero. ( Vase.)
CELIO t RUTIUO.
CONDESA.
No es la fortuna tan brava ESCENA VI. ALEJANDRO.
Cuando el valoría atropella. Aunque medió contento Barcelona,
Germán. (A (bma Custanza.) LA CONDESA, DONA COSTANZA, Valencia me ha agradado sumamente.
Y ella, señora tapada, DON JUAN , GERMÁN. LUCIO.
Diga, ¿qué figura es? Bellísima ciudad ; pero quisiera
¿Es dueña de negros pies CONDESA. Que llegaras, Señor, con gallardía ;
O es doncella mesurada? Dos palabras, caballero. Que son muy principales los señores
¿No podrá un pobre soldado Vuestra cortesía y talle Y caballeros desta tierra, y suelen
Alcanzar de sus granzones? Me obligan á grande amor : En las cosas de honor ser Alejandros.
DOÑA COSTANZA. Esta noche os quiero hablar. ALEJANDRO.
Pues ¿qué quiere? DON JUAN. De serlo yo en el nombre me contento.
GERMÁN. Habeisme de perdonar, ¿Cómo pude venir de otra manera ,
Sus faciones , Porque el divino valor Habiendo de venir á la ligera ?
Si no todas, por un lado. De la señora que sigo Demás, que laCondesa no me haescrito
No me da lugar á ofensa. Mas ha de cuatro meses, y no quiero
DOÑA COSTANZA.
condesa. {Ap. á doña Costanza.) Venir tan fanfarrón, si se ha mudado,
i No era ayer vuesamerced Que vuelva mas corrido que pagado.
Lacayo, si bien me acuerdo? ¡ Qué firme galán !
DOÑA COSTANZA. RUT1LIO.
GERMÁN.
¿Si piensa , Bien hace en esto vuestra señoría ;
Lacayo, mas no tan lerdo , Que mejor es llegar humildemente ,
Que otras no me bagan merced, Quién eres?
CONDESA. Hasta saber de la Condesa el pecho.
Si no tan buenas , mejores ,
Aunque no con tanta seda. (Ap. d doña Costanza. Lo mismo digo.., CELIO.

DOÑA COSTANZA.
Mas pienso que se turbara.) ¿Quién es esta señora, te suplico
Mirad, don Juan, que esa empresa Que me digas, pues tanto la encareces?
Pues tenga la mano queda. Ya sé yo que es la Condesa ; ALEJANDRO.
GERMÁN. Y todo en el viento para , Vespasíano Gonzaga, que en Valencia
¡ Por Dios, quehay bravos olores! Porque aguarda cada dia Un tiempo fué virey, trajo á sus padres,
¡ Brava cazoleta ha habido! Cierto marqués siciliano Porque eran deudos suyos ; nació Hipó-
Mal leva del natural A quien ha de dar la mano. En aquesta ciudad, ymüerlos ellos, [lita
Quien de olor artificial DON JUAN. De tres años estuvo en la Zaidia ,
Baña el cuerpo y el vestido. Ya sé que la suerte mía Monesterio tan célebre en España.
No merece su valor; De allí salió después para casarse;
ESCENA V. Mas ¿qué importa que se case, Puesto que ha sido en esto tan prolija,
Que me hiele ó que me abrase , Como heredera de tan gran estado,
LAURENCIO, con unos papeles atados. Para que la tenga amor? Quenunca,aunquedemuchosfuéservi-
— Dichos. CONDESA. Se ha querido casar. [da,
Y ¿si os quiero para daros CELIO.
laurencio. Un recado de su parle? Está guardada
Aquí viene todo, y bueno , DON JUAN. Para solo Alejandro esta ventura.
Si ha venido de Milán. Eso sí, y á cualquier parte ALEJANDRO.
CONDESA. Iré á serviros y á hablaros. Aun afora no sé si está segura.
Oid. CONDESA. Recójase la ropa y los criados ,
LAURENCIO. En casa de doña Inés , Para que lo mejor que sea posible
Decid. A las diez, por el jardín. Se pongan todos, porque luego quiero
condesa. (Ap. á Laurencio.) (Hacen las dos que se van, y vuelven.) Peuir licencia para verla.
A don Juan , DON JUAN. RUT1LI0.
Que está de vergüenza lleno, Ellas se van. En todo
No pidáis nada; que yo GERMÁN. Tendremos el cuidado necesario.
Soy mejor que habéis pensado. ¿A qué fin ALEJANDRO.
Por probarle me he burlado. Te quieren hablar después? Si en estas vistas tengo buena estrella ,
¿Sabéis de piedras? CONDESA. ¿ Quién casó con mujer tan rica y bella ?
LAURENCIO. (Vanse.)
Oid.
Pues ¿no? DON JUAN.
CONDESA. ¿Qué es lo que mandáis?
Guardad aqueste diamante; Jardín de casa de dolía Inés.— Es de noche.
CONDESA.
Que yo os enviaré el dinero. No nos habéis de seguir. ESCENA VIII.
LAURENCIO- DON JUAN.
Ni vuestro diamante quiero DOÑA INÉS, DONA COSTANZA ,*3$§4*A1
Por allí me quiero ir, Y LA CONDESA.
Ni otra prenda semejante ; Pues que vos por aquí vais.
Que mas estimo servir
A un hombre como donjuán CONDESA. CONDESA. W3¡
Que cuanto vale Milán; Sois en extremo galán , La merced que me habéis hecho
Y si volvéis á pedir, \ pareceisme muy bien. Me hace tan atrevida.
426 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
DOÑA INÉS. Melindres, bachillerías, Solamente en la belleza
En mi casa sois servida Son gratias viejas y frías. De Hipólita.
Por dueño delta y del pecho. DON JUAN. CONDESA.
CONDESA. Muchos galanes mancebos La pobreza
Fingiros tenéis criadas; Han dado agora en hablar Os hace desvanecer.
Que la noche da lugar; Esto que llaman pausado. DONJUAN.
Que me quieren ayudar CONDESA. Pobre ó no, yo me contento
Las estrellas disfrazadas. Cuatro veces me han sangrado Con ser rico deste bien.
DOÑA COSTANZA. Solamente de escuchar. (Hablan bajo.)
¿Cuándo no lo somos vuestras ? DON JOAN. GERMAN.
CONDESA. Cierto que es cosa sin precio Hablemos acá también.
Cumplimientos excusad. Un discreto. Pues que nos dan este asiento.
DOÑA INÉS. CONDESA. ¿Son criadas desta dama
Notable es la voluntad ¿Soislo vos? Vuesas mercedes?
Que á este caballero muestras. DON JUAN. doña més.
CONDESA. No, por Dios; que entre los dos Como él
Como es pobre, doña Inés , Yo tengo de ser el necio, De su amo.
Todas estas pruebas hago ; Porque no os puedo querer ; GERMAN.
Que pues de un pobre me pago , Mas si Condesa no hubiera, (Ap. A lo cruel :
No me he de quejar después. Estad cierta que os quisiera Más bajo.) Y ¿cómo se llama?
Pasar tiene por crisol , Por tan galán proceder. DOÑA INÉS.
Pues que me han de murmurar. condesa . ¿Yo? Doña Tigre.
DOÑA COSTANZA. Dios os pague la intención. GERMAN.
¿La noche te ha de casar? Si la Condesa os hablara, ¡ Mal año !
CONDESA. ¿Quéhiciérades? Y mas sí parida está;
Si; mas con el mismo sol. DON JUAN. Que dicen que correrá
¿Yo? Temblara. Tras el cazador un año.
ESCENA IX. condesa. ¿Y ella? A ver.
Pues ¿qué es vuestra pretensión? DOÑA COSTANZA.
DURANGO; después, DON JUAN don JUAN. Doña Serpiente.
r GERMAN. — Dichas. Quererla hasta que me muera. GERMAN.
CONDESA. ¡ San Jorge !
DURANGO. DOÑA COSTANZA.
Aquel caballero ha entrado. Dios os harte de querer. Mi nombre digo.
CONDESA. Pues en verdad que es mujer
Que si os hablara os quisiera. GERMAN.
Pues' retiráos vos allá. DON JUAN. Si no se burlan conmigo
( yase Durango, y salen don Juan y Ger ¿A mí? Por verme tan inocente,
mán.) CONDESA. Digo yo que su señora.
don jdan. (Sin ver á nadie aun.) Según la casa se entabla,
A VOS. Sellamará doña Diabla.
¿Dónde aquella dama está? DON JUAN.
DOÑA COSTANZA. DOÑA COSTANZA.
No lo creáis. Ese nombre tiene agora.
¿Quién va? Es angélica, es divina,
DON JDAN. Trasparente , cristalina ; GERMAN.
Un hombre y su criado. Mujer que si la miráis, ¿Cómo les va de ración?
DOÑA COSTANZA. Suspirarais por ser hombre, ¿Ahorran pan? Mas, serpientes
Allegáos á aquel jazmín, i Ay de mi humilde fortuna ! Comeránse hasta las gentes
Y hallaréis esa mujer. CONDESA. En buena conversación.
Yo estoy ya medio comido.
GERMAN. 01 contar que á la luna, DOÑA INÉS.
Y yo, ¿qué tengo de hacer? Porque la empresa os asombre,
¿No mas de ser matachín? Ladraba un perro, y le hacía ¿Para qué se puso en medio?
Grandes fieros : ¿si sois vos? GERMAN.
DOÑA COSTANZA. Por ver si hallaba remedio
Estaréis entre las dos. DON JUAN.
No me quitaréis, por Dios, Para estar mejor vestido.
GERMAN. Con eso de mi porfía ; Apriétenme, denme seda.
Amargamente me irá. Que también Endimion Vístanme una vez con oro.
CONDESA. Fué querido de la luna, DOÑA INÉS.
¿Quién va? Con más humilde fortuna. Apriétele, amigo, un toro.
DON JOAN. CONDESA. DOÑA COSTANZA.
Quien no sabe ya ¿Nn veis que fábulas son ? Tenga la persona queda,
Si sois vos ni quién sois vos. Mas buen ánimo tened ; Y el medio como virtud.
CONDESA. Que es mujer, y ser podría GERMAN.
Por lo menos, soy mujer Vencerla vuestra porfía. ¿ Son los extremos viciosos ?
Que os quiere bien. DON JUAN. ' DOÑA COSTANZA.
DON JOAN. Haceisme mucha merced. No son sino virtuosos,
Y yo un hombre CONDESA. Asi Diosle dé salud.
Que apenas tengo más nombre Ella gana ; que por Dios, Acérqueée deste lado.
De que soy hombre de bien. Que es fea y no muy discreta. DOÑA INÉS.
¿Cómo se ha de hablar aqui? DON JUAN. ¡ Qué fealdad tan atrevida !
CONDESA. Levántame. GERMAN.
Asentados ; que hay espacio. CONDESA. No he estado en toda mi vida
DON JUAN. Quedo. Mejor que agora acostado.
¿No hay cosa de cartapacio? DON JUAN. DOÑA COSTANZA.
CONDESA. ¿Es treta, Jure de no pegar nada.
En mi vida le aprendí. O me enfadaré con vos ? DOÑA INÉS.
Eso, ni vocablos nuevos, Si os he de hablar, ha de ser No granice, majadero.
LAS FLORES DE DON JUAN. 427
GERMÁN. Delante de tanta luz. En que tuviese firme confianza
)e un cabo me cerca Duero, DOÑA COSTANZA. Mas que en los cursos de la blanca luna.
i de olro Peñatajada ; Doña Costanza, que os quiero Cual el principio fué, tal fin me alcan
í tajadas dije bien, Por lo que Hipólita os quiere. za;
>ues dos y de carne son. Que el mar, el juego, amor y la fortuna
DOÑA INÉS.
No piensan que lo son, sin la mudanza.
Y yo también : ¿ no merezco
ESCENA X. Que me conozcáis á mí?
OTAVIO.
¿Para qué te lamentas de fortuna,
)URANGQ. — LA CONDESA, DOÑA DON JUAN.
Teniendo culpa tú de tus excesos?
INÉS, DOÑA COSTANZA, DON JUAN ¿Es doña Inés? DON ALONSO.
t GERMÁN. GERHAN.
No hay cosa, Otavio. de mayor cuidado
(Ap. ¡Bueno quedo, Al que baja de un alto á humilde estado,
m rango. (A su ama.) Que como á viles fregonas Como el ver que cualquiera se le atreva .
«ñora, en esta ocasión Las he tratado! Hoy perezco.) OTAVIO.
'erdóneme tu desden. Señoras, denme perdón ;
Que mi corto entendimiento Y añade que tener paciencia deba.
CONDESA.
Cómo os entrasteis así? No juzga de cosas grandes. DON ALONSO.

DOÑA COSTANZA. Ya sin criados, sin hacienda y honra


DURANGO.
¡ Buena, Germán, me habéis puesto ! (Que es vínculo la honra de la hacienda) ,
>drque dicen que ba venido Va sin vestidos, ni tener de dónde
Iquel marqués tu marido. DOÑA INÉS.
Pueda alcanzar un misero sustento,
CONDESA. Y á mí ¿dejóme en borrón? ¿Que debo hacer? Y por tu vida, Otavio,
Cómo marido? CONDESA. Que no me digas ya mas culpas mias;
DURANGO. Señoras, solo tratemos Que no se han de afligir los afligidos.
Esto oí. De que no nos halle el alba OTAVIO.
Tratando mi casamiento. En tanto mal, en desventura tanta,
(Levantante.) Amor es hoy el juez
CONDESA.
Que ya tienes el agua á la garganta,
Con ejecútete luego. ¿Que remedio mayor que tus amigos?
ío no tengo otro marido DON JUAN. Sean del mal como del bien testigos.
„>ue el señor don Juan. ¿Es posible, gran Señora , DON ALONSO.
DOÑA COSTANZA. Que pudo mi pensamiento ¿No has leidoen Ovidio queen el tiempo
¿Qué es esto? Asir los rayos del sol? De la felicidad acuden muchos,
CONDESA. CONDESA. Y que en la adversidad le dejan solo?
í so marqués siciliano, Vuestros méritos han hecho, Pues ¿cómo pensaré que habrá remedio
Juo viene á su casamiento. Don Juan, que desprecie á cuantos Para mi mal, en falsas amistades?
DON JOAN. Su riqueza me han propuesto. otavio. [justo.
Yo, Señora, ¿porqué causa Esto solo me debéis. Prueba, Señor; que sin probar no es
He de ser marido vuestro? DON JUAN.
DON ALONSO.
En vuestra casa no entré Y la misma vida os debo. Yo sé que no han de darme cosa alguna.
Por gusto, ni amor que os tengo. CONDESA. Amigos son de próspera fortuna.
Daré voces ; que es engaño. Vamos todos á mi casa;
CONDESA.
otavio.
Porque quiero que cenemos Pareces al hidalgo de quien cuentan
Y que es muy grande os confieso. Juntas, por mas regocijo. Que tenia un amigo, y en la furia
Yo soy la Condesa. DOÑA COSTANZA. De su amistad se retiró á su casa ,
DON JUAN. ¡Hola! El coche. Y no le habló por mas de un año entero,
¿Quién? DURANGO. Ni aun le quitaba, en viéndole, el som-
CONDESA. Voy ligero. {Vate.) Picado el otro, diligencias hizo [brero.
La Condesa ; que no quiero don juan. (A Germán.) Con otro amigo por saber la causa.
Marqueses, condes ni duques , El tercero le dijo que era cosa [dalo ;
¿Qué te parece? Que en todo aquel lugar causaba escán-
Sino un pobre tan discreto,
Tan prudente, tan galán GERMÁN. Que dijese la causaporquehabía [do.
Y tan firme caballero. Que ha sido, Dejado la amistad de un hombre honra-
Ya sois conde de la Flor, Señor, tu padrino el cielo. Porque satisfacion pudiese darle;
i es este mi amor tan cierto, DON JUAN. Y después de preguntas y respuestas,
Que boy he liablado al Arzobispo, ¿No me llamas señoría ? Que el discursó duraron de una tarde,
De quien ya licencia lengo, Le dijo asi : t Sabed que por entonces
GERMÁN. Se me ofreció un camino, y que Fulano
Para que nos den las manos Bien dices : ya estás electo;
Esta noche. Tiene un rocin que estima y quieremu-
Pero bien es aguardar Propuse de pedírsele ; mas viendo [cho.
DON JUAN. La bendición, y el tí quiero, Que, por quererle, había de negármele,
¿Cómo puedo, Que éntrelas "y la/, No le pedí : mirad si tengo causa.»
Ni dando á la lengua el cargo, Cabe un no si muda el tiempo. El olro replicó : « Pues sin pedirle,
Ni á los ojos por el suelo, (Vante.) Por solo imaginar que os le negara,
Daros, heroica Señora , ' ¿Le habéis quiladoel habla ? —Y¿no os
Debido agradecimiento? [parece
Las lágrimas se me vienen. Calle. (Le respondió el hidalgo) que es muy
A los ojos, y os prometo [justo,
Que en mí compráis un esclavo. ESCENA XI. Si habiá de negármele? » De suerte
CONDESA. DON ALONSO y OTAVIO, pobret. Que, sin probar el amistad del otro,
Esto puede un hombre cuerdo ; Tuvo mil quejas y enojado estuvo, .
Que quien ama, sirve y calla, DON ALONSO. Como las tienes tú de tus amigos;
Merece tan justo premio. Quien no supo del mal , dice un poeta, Que, no habiendo probado sus verdades,
¿¡Cómo no me conocisteis? Que no merece el bien- y yo podría Te quejas de sus falsas amistades.
DON JUAN. Decir que quien el mal no conocía , DON ALONSO.
De deslumhrado, de ciego. Tendrá el alma con él mas inquieta.
Ñohayvidahumanaámasdolorsujeta ¿Tengo de avergonzar mi rostro, Otavio?
DOÑA COSTANZA. OTAVIO.
Que la que del descanso que tenia
Y á mí ¿conoceisme ya? Vino á tan bajo estado,.que no hay día Papeles se inventaron para eso, [pidan,
DON JUAN. Que miserable fin no le prometa. Que, por blancos que son , aunque mas
Apenas, porque no os veo* No puse mi esperanza en cosa alguna No se ponen entonces colorados.
¿28 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DON ALONSO. LUCIO. Pobre á su puerta en tal dia ?
¿Qué pediré? Corred pues. ¡ Ah cielos , qué gran castigo !
OTAVIO. DURANGO. Su bien au i enla mi mal.
Poquito, cien ducados; Don Juan de Fox, el galán, (Vanse don Alonso y Otavio.)
Porque si pides mucho, das excusa, Es su esposo.
Y poco, pones ánimo de darlo ; ESCENA XV.
LUCIO.
Que quien volver no puede lo que pide,
No lo podrá alcanzar si no se mide. ¿Qué don Juan? ALEJANDRO, LUCIO, CELIO , RUTI
ALEJANDRO. LIO, GERMÁN, DURANGO.
ESCENA XII. Escudero descompuesto,
Decid que yo estoy aqui. ALEJANDRO.
ALEJANDRO, muy galán ; LUCIO, CE DURANGO.' (Ap- Puesto que á respuesta igual
LIO, RUTILIO. — Dichos. Muy compuesto caballero, De lo que usaron conmigo
Respóndole que no quiero. Me obligaba este suceso,
ALEJANDRO. Disimular es mejor.)
don alonso. (A Otavio.)
Pregunta, Lucio, si la calle es esta. i Oyes lo que pasa allí ? Id en buen hora. Señor.
lucio. fileros! OTAVIO. GERMÁN.
Yo sé bien que es la calle. — ; An caba- Tu hermano llamó su esposo. A todos parece exceso ;
(AdonAlonsoy Otavio.) Pero, parézcalo ó no,
¿Es la de los Mascones esta calle?' DON ALONSO.
Posesión está tomada,
DON ALONSO. [He.
El escudero ha bebido. Como quien no dice nada,
La misma.—El forastero es de buen ta- ALEJANDRO. Y sacado en limpio yo ;
[Ap. á Otavio.) Decid que soy su marido, Que ayer con tanto retal,
OTAVIO. Presto, escudero enfadoso. Parecían mis faldetas
Extranjeros parecen. DURANGO. Borrador destos poetas
DON ALONSO. Desenfadado señor, Que escriben sin natural. ( Vate.)
Pienso que durmiendo están (Dentro) ; Hola ! ese capón subid
Por tu vida, [can. Para el Conde mi señor.
Que preguntes quién son y lo que bus- Doña Hipólita y don Juan (Vase Durango.)
El primer sueño de amor;
otavio. (A Celio.) Que anoche se desposaron.
¿Quién es, hidalgo, aqueste caballero? DON ALONSO. ESCENA XVI.
CELIO. ¡ Cosa que fuese verdad !
El marqués Alejandro se apellida : ALEJANDRO.
ALEJANDRO, LUCIO, CELIO,
Es siciliano, y viene de secreto RUTILIO.
A casarse á Valencia, y informado ¡ Porfla en su necedad !
Que la condesa de la flor vivía DURANGO. ALEJANDRO.
O vive en esta calle, viene á vella. Antes ellos porfiaron. Daré lugar al furor.
OTAVIO. Entrad adentro y decid...
Esa es la casa, y ella la mas bella ESCENA XIV. —Pero no, venid conmigo;
De cuantas damas boy Valencia tiene. Que no sé de qué manera
GERMÁN, muy galán.— Dichos. A tan mudable y ligera
CELIO.
Mujer se ha de dar castigo.
Por fama y por pincel perdido viene. — GERMÁN. ¿ Quién es aqueste don Juan?
Señor, esta es la casa. (Al Marqués.) ¿Qué es aquesto?
LUCIO.
otavio. (A don Alonso.) DURANGO. Presto, Señor, lo sabremos.
Este es el novio Veis ahi
De la condesa Hipólita. ALEJANDRO.
Dónde viene el mayordomo. Amigos tengo ; hoy veremos
DON ALONSO.
don alonso. (A Otavio.) Cómo palabras se dan.
Es gallardo.
¡Gracias á Dios! que al necio de mi her- Ya mas de veras lo tomo ; CELIO.
Le quitara del loco pensamiento [mano ¿Es este el lacayo? ¿Qué disculpa irán trazando?
Ser fábula en Valencia por servilla. OTAVIO. ALEJANDRO
ALEJANDRO. Sí. Que las letras de mujer
i Oh casa de la ota va maravilla! ALEJANDRO. Olas del mar suelen ser.
(Llaman.) Caballero, ¿sois por dicha Que las va haciendo y borrando.
Destacasa?
(Vanse.)
ESCENA XIII. GERMÁN.
Sí, Señor,
DURANGO.— Dichos. Y por dicha la mayor
Que ha sido escrita ni dicha. Sala en casa de la Condesa.
DURANGO.
ALEJANDRO.
¿Quién está acá? ¡Coa qué priesa ¿Podré hablar á la Condesa? ESCENA XVII.
Nos vienen á visitar!
GERMÁN. LA CONDESA v DON JUAN, de novias;
LUCIO.
Pienso que no se han vestido él con capa y gorra, y ella con un ves
Id, camamila, 4 ganar . Ella y su nuevo marido.
Albricias de la Condesa ; tido entero ; después, DURANGO.
ALEJANDRO.
Decid que está aqui el Marqués,
Que de Sicilia ha venido. ¡Marido! DON JUAN.
DON ALONSO. ¿Tan presto vusiñorfa
DURANGO. No hay alta empresa, Quiere enseñarme á vivir?
¿Quéjnarquéses? Otavio, dilicullosa CONDESA.
LUCIO. Al esperar y al sufrir. Aun me queda que decir.
Su marido. Quiero irme, por no oir DON JUAN.
DURANGO. Una historia tan dichosa,
Y de tanta envidia mia. Pues no mas , por vida mia ;
¿Su marido? Que corre sangre el amor
LUCIO. OTAVIO. Para hablar de esa manera.
Corred presto. Espera á ver si es don Juan. CONDESA.
DURANGO. DON ALONSO. Antes agora sois cera ,
¿Estáis loco? Necio , y de mi ¿qué dirán, Y imprime el sello mejor.
LAS FLORES DE DON JUAN. 429
DON JUAN. DON JUAN. ESCENA XX.
Yo pienso tan obediente ¿ Para qué le traen , Señora ? LA CONDESA.
Estar siempre á vuestros ojos , CONDESA,
Que antes de daros enojos Abriré , y veréislo agora. Casáronme mis ojos , mis oidos ,
Quitarme la vida intente. DON JUAN.
Mi voluntad , mi propio entendimiento,
CONDESA.
¿Flores tenes dentro? Dando con la razón consentimiento
¡Hola! El consejo de todos mis sentidos;
CONDESA. No tan precipitados ni atrevidos,
(Sale Durango.)
DURANGO.
Si. Que los cegase un loco pensamiento ;
Estas son aquellas flores Que antes en este mar del casamiento
Señora... Que soliades hacer, Los ha embarcado el alma prevenidos.
CONDESA. Y Germán trajo á vender. Amor, yo te agradezco las porfías
Traed DON JUAN. Con que tantos dulcísimos engaños
El cofrecillo que os di. Haréisme salir colores. Rindieron boy las altiveces mias.
D'JRANGO.
CONDESA.
Y cuando deste bien resulten daños,
Yo voy por él. (Vase.) Por el placer de los primeros dias,
DON JOAN.
Aquí las he de guardar, Te perdono el pesar de muchos años.
Y quisiera en un diamante ;
¿Cofre? Porque si sois arrogante, (Vate.)
CONDESA. Os las tengo de enseñar ;
SI. Que basta para castigo
Que veáis en lo que os vistes; Calle.
DON JUAN.
¿ No basta tanta merced? , Porque viendo lo que fuistes, ESCENA XXI.
¿Qué es lo que darme queréis? Seréis humilde conmigo.—
Tomad , y llevadle allá. DON ALONSO v OTAVIO , embozado».
CONDESA.
Pues ¿tenéis necesidad? (Vate Durango.) DON ALONSO.
DON JUAN.
DON JUAN. Irme quiero del lugar ;
Con vos no. ¡Buen espejo me habéis puesto! Un hora no aguardo en el.
CONDESA.
OTAVIO.
Decid verdad. ESCENA XIX. Respuesta ha sido cruel.
DON JUAN.
ION ALONSO.
Vos lo que digo sabéis. GERMÁN.— LA CONDESA,
El papel quiero rasgar :
CONDESA. DON JUAN. ¿Qué tengo yo que esperar ?
Hablad, Conde mi señor : Estos pedazos hiciera
En casa hay harto dinero. GERMÁN.
Al capitán, si pudiera,
DON JUAN. No os quisiera ser molesto, Y á los demás que escribí.
Vos probaréis lo que os quiero, Y es fuerza : sabed que está ¡ Cien ducados ! ¡ Ay de mí !
Como yo vuestro favor, Alejandro , por lo menos, No hay amistad verdadera.
En lo que os diré. En Valencia. Cuando Luciano pintó ,
' CONDESA.
DON JUAN. Otavio , los siete ejemplos
Pues ¿quién es? De amigos que á siete templos
Decid. De la amistad consagró,
CONDESA.
DON JUAN. ¿Fueron fábulas ó.no?
Los lugares qué ha empeñado ¿En Valencia está el Marqués?
OTAVIO.
Mi hermano, vendido o dado,.. GERMÁN.
Y con mas rayos y truenos En Grecia , en aquella edad ,
CONDESA. Teníase la amistad
No digáis mas , advertid. Que una nube de verano. Por excelente blasón ;
Hoy todos se quitarán : DON JUAN. Pero en la nuestra lo son
Traigan á vuestra presencia ¿Quién es? Que yo no lo sé. La mentira y falsedad.
De la tabla de Valencia CONDESA. DON ALONSO.
Cuanto allí tengo , don Juan. El novio que tripulé. ¿Qué haré ? Que por no tener
DON JUAN. DON JUAN. Que vestir, de noche salgo ,
Hay otras joyas también ¿Aquel marqués siciliano? Y de su capa me valgo,
Que don Alonso empeñó. GERMÁN.
Por no poderme poner
CONDESA.
Él mismo, y mil envidiosos Con esta á dejarme ver
Pues quítenlas luego. De tu bien ,'que va juntando, A la clara luz del dia.
¡ Yo , que partirla solia ,
DON JUAN. Hacen cabeza de bando. Y aun darla á todos entera ,
Y yo, DON JUAN. Vengo ya desta manera !
Por tal merced , por tal bien , Son enemigos forzosos ; ¡ Mal haya la suerte mia !
Besaré esos pies. Que á gran bien no ha de faltar Mal hava el juego villano,
CONDESA. La envidia. Yo quiero ir Tan hijo de la fortuna ,
Teneos ; A ver si puedo impedir Que tiene su rueda y luna ,
Que no me habéis conocido. Lo que comienza á intentar ; Y su volante en la mano !
DON JUAN.
?ue deudos y amigos tengo , Mal haya el gusto tirano
Herradme en el rostro os pido. mas si rico me ven , De tanta libre mujer !
?ue á darles y hacerles bien , ¿Qué tengo , Otavio , de hacer
CONDESA. que no á pedirles vengo ; Para salir de Valencia ?
Nunca hierran mis deseos , Que al rico todos acuden , OTAVIO.
Ni quiero yo , Conde , herrar Como al pobre desamparan.
Donde tan bien acerté ; Escúchame con paciencia ;
CONDESA. Que bien la habrás menester.
Sellar si; mas yo diré Si en el interés reparan ,
Adonde os quiero sellar. Dicen que el Conde tu hermano...
Yo haré que el intento muden. DON ALONSO.
ESCENA XVIII. Hacienda tenéis : gastad ,
Gastad , Conde mi señor. ¡ Conde mi hermano !
DURANGO. — LA CONDESA, OTAVIO.
DON JUAN.
DON JUAN. Compráis con tanto favor Está atento.
La vida y la libertad. DON ALONSO.
DURANGO.
El cofrecillo esta aquí. (Vantt don Juan y Germán.) ¿ Podré tener sufrimiento ?
430 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO
OTAVIO. GEMAS. DON TOAN.
Prueba. Caballeros, ¡Señor mió de mi alma!
DON ALONSO. ¿Qué es lo que rondan y aguardan? — ¡Vos á mis piés! Yo á los vuestros.
Intenlarélo en vano. (Ap. á don Juan. Son del marqués Ale Entrad , esta es vuestra casa.
OTAVIO. Desvíate allá ; no traigan [jandro, ¡Vos en la calle á estas horas !
Es tan gallardo y humano , Alguna oculta pistola.) GERMAN. (A OlaviO.)
Que después que se casó , DON ALONSO. ¿No puede hablar?
Ningún nidalgo llegó Si necesidad son armas, OTAVIO.
A pedirle alguna cosa , No poca nos ha traido
Que con mano piadosa. .. Esto basta
A las puertas desla casa. Para ver...
DON ALONSO. ¿Dónde está el señor don Juan? DON JUAN.
No digas mas. ¿Quién es?
OTAVIO. don juan. {Llegándose d don Alonso.)
¿Cómo no? Don Juan de Fox , que se llama otavio. (Desembozándote.)
DON ALONSO. Conde de la Flor, soy yo. Otavio.
Pues , ignórame , ¡ yo había , DON ALONSO. don JUAN.
Aunque de hambre muriese, ¿ Pues de qué , Señor, te guardas ? Otavio , no digas nada.—
l)e pedirle que me diese DON JUAN. Venid , hermano , conmigo.
Cosa alguna , á quien solía De un cierto Alejandro nuevo, DON ALONSO.
Nogal le la hacienda mía, 8ue me aseguran que anda Mi señor, los ojos hablan.
Ni dalle tanta venganza ! on cuidado de matarme. ( \anse don Juan, don Alonso y Otavti)
¿ Esa vergüenza te alcanza ?
¿Tienes seso? DON ALONSO. ESCENA XXIII.
OTAVIO. Nunca los que avisan matan.
Escucha un poco. DON JUAN. GERMAN.
DON ALONSO. ¿Quién sois vos? ¡Agora mi señor! ¡Lindo!
La hambre te ha vuelto loco. DON ALONSO. ¡Ah tiempo, cuántas mudanzas
OTAVIO. Un caballero Vas haciendo en los discursos
Y á ti la desconfianza. De noble y clara prosapia , De nuestras vidas humanas !
Llegan de noche á su puerta Que ha venido á no tener Que don Juan su hermano albergue
Muchos hidalgos honrados , Mas que aquesta pobre capa. En necesidad tan clara,
Hacia lo obscuro embozados, Quiere irse á Flándes ; y viendo Es imitación de Dios ,
8ue estos días está abierta, Que la fortuna voltaria Noble hazaña , heróica v santa ;
on sus criados concierta Os ha puesto en tal estado Mas aquel mayordomillo
Quiten la luz , y al pasar, (Que unos ensalza, otros baja), Que la ración nos quitaba ,
Por lo menos suele dar Viene á pediros limosna ¿Por qué ha de venir aqui? . (Vase.)
A cada hidalgo un doblón ; Para hacer esta jornada.
Y si le dan mas razón , DON JUAN. ESCENA XXIV.
A cuatro suele llegar. Esa, señor caballero, DURANGO. — GERMAN.
Llega ; que la escuridad Daré yo de buena gana.
Te ha de encubrir. Pero si esta es invención, DURANCO.
DON ALONSO. Y al henchiros de oro y plata ¿Qué alboroto es este que anda?
¡ Ay de mí ! Las manos, me henchís el pecho GERMAN.
OTAVIO. Del plomo de alguna bala , ¿Cómo?
Habla una palabra allí, No será la culpa vuestra. DURANGO.
Y verás que su piedad Hacedme merced , y tanta , Dicen que el Virey
En esta necesidad Que aquí solamente entréis... Prendió con toda la guarda
Te socorre. DON ALONSO. Al Marqués.
DON ALONSO. ¿Adónde? GERMAN.
Estoy temblando ; DON JUAN. ¿Al Marqués?
Mas si el cielo va trazando A la primer sala. DURANGO.
Que este se vengue de mi , DON ALONSO. Sí,
Llega. Porque dijeron que andaba
OTAVIO. No puedo donde haya luz ; Para matar á don Juan.
Gente viene allí. Porque si me veis la cara ,
En vez de darme limosna, GERMAN.
DON ALONSO. Me atravesaréis la espada. La casa está alborotada.
Él es , con un hombre hablando. DON JUAN. (Miran adentro.)
La Condesa mi señora
ESCENA XXII. ¡ Yo á vos ! Pues ¿ qué me habéis hecho? Sale á la primera sala.
DON JUAN v GERMAN, con espadas des DON ALONSO. (Ap.) DUBANGÓ.
nudas y broquele». — Dichos. Las lágrimas se me saltan. Y sus amigas con ella.
DON JUAN. (Éntrase.)
DON JUAN. Tomad de mí, caballero,
¿ Gente dices en la puerta? Si lo sois, esta palabra,
GERMAN. Que aunque fuérades mi hermano, Sala en casa de la Condesa.
Y mirando á las ventanas. Que es la cosa mas ingrata
DON JUAN. Que Dios ha hecho en el mundo, ESCENA XXV.
¿ Si son galanes, por dicha, Estas venas me rasgara LA CONDESA, DOÑA INÉS T DONA
De Inés y doña Costanza? En viéndoos pobre ; que yo COSTANZA.
Que como son esta noche Lo he sido tanto en su casa ,
De Hipólita convidadas, Que en viendo un pobre , si es noble, DOÑA COSTANZA.
Para ver si pueden verlas Se me rasgan las entrañas. Con razón estás turbada,
Querrán rondarme la casa. DON ALONSO. Si quieren prender al Conde.
¿Quién vá? ¿Cómo sufrirán las mias. Aunque al Conde, ¿por qué causa?
DON ALONSO. Hermano, tales palabras? CONDESA.
¿ Qué es aquesto , Otavio? Yo soy don Alonso , yo , Hasta hacer las amistades ,
¿Con dos desmidas ( Que vengo á darte venganza. Podrá ser que preso vaya ;
Nos reciben? Vesme aquí á tus pies, don Juan. Mas don Juan , ¿qué culpa tiene ?
LAS FLORES DE DON JUAN. 431
doSa imís. Llega el Virey.
Y ¿no es mejor que las hagan , DON JOAN. Decid.
Y los bandos se sosieguen? ¡El Virey! DON JUAN.

ON ALABARDERO. (Dentro.) La fortuna es varia.


ESCENA XXVI. La historia de don Alonso
Plaza, caballeros, plaza.
DON JUAN, DON ALONSO, ya bien (Salen el Virey; el marqués Alejan A toda Valencia es clara ;
vestido, y OTAVIO.—Dichas. dro, alabarderos y criados.) Yo bajé cuando él subía ,
Y cuando yo subo él baja.
CONDESA. La Condesa y yo le habernos
DON JOAN.
¡Vuestra excelencia , Señor, Desempeñado su casa ,
Estará muy descuidada
Vueseñoria ; pues sepa En esta casa ! Sus lugares y sus joyas,
Que , si trajo convidadas , VIRET. Y hablado á doña Costanza
Yo le traigo un convidado. A guardarla Para que su esposa sea.
CONDESA.
Como amigo y como deudo. DON ALONSO.

Quien vuestra prisión aguarda , CONDESA. Palabras, Conde, me faltan


¿Qué descuido tener puede? Siendo de vos amparada, Aun para pagar con ellas.
DON JUAN.
A nadie puede temer. , VIRET.

¡Mi prisión! VIRET. ¡ Noble y generosa hazaña !


CONDESA. Esta por visita valga , DON JDAN.
El Vii ey trata En que os doy el parabién ; Si el señor Marqués se sirve
De asegurar al Marqués, Y porque di la palabra De llevar mujer á Italia ,
Y le prendió con su guarda. De hacer vuestras amistades , Mi señora dona Inés
Y el señor Marqués se vaya Está en él bien empleada.
DON JOAN.
Muy en buen hora á Sicilia-
Eso nos está muy bien...' ALEJANDRO.
Don Juan de Fox...
—Y mejor que honre esta casa De sus partes tengo nuevas,
DON JOAN.
Don Alonso mi señor. Y su persona me agrada.
' i¿Qué me manda
CONDESA. VIRET.
i»??
Vuestra excelencia
¡Vuestro hermano! ¡ Dicha extraña! Pues dense las manos todos ,
VIREY.
DON ALOINSO. Y quedarán confirmadas
, Que luego
Déme vuestra señoría Las amistades con deudo.
Se den las manos.
Los pies. DON JDAN.
ALEJANDRO.
ESCENA XXVII. Aquí la comedia acaba
Bastaba
De Las flores de don Juan.
Mandarlo vuestra excelencia ,
GERMÁN, y después, EL VIREY, ALE Y ser gusto destas damas. CONDESA.
jandro , alabarderos ij criados. — Vusiñorla se engaña ;
DON JUAN.
Dichos. Que El rico y pobre trocados,
Ya , Señor, que estáis presente , Dice su autor que se llama.
CERMAN. Y haciéndonos merced tanta ,
Con mil alabardas Suplicóos que me escuchéis.
QUIEN AMA NO HAGA FIEROS,
COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,

DEDICADA

Á DON JORGE DE TOBAR VALDERRAMA,


alcaide de la fortaleza de Competa y oficial principal de Jorge de Tobar, su padre, del consejo de su majestad,
y su secretario de Estado, cámara y patronazgo real de Castilla.

Por dos cosas principales se dirigen á los hombres que lo son los cuidados de los estudios y los
trabajos del ingenio : ó por celebrar sus virtudes y dar (siendo tales los escritos) alguna inmor
talidad á sus nombres, ó porque á la sombra de su protección, ellos la alcancen ; en que parece
que corre el interés de entrambos. Cansados están ya los oidos desta proposición en tantos libros;
mas, como es uno el intento, no es mucho que sean las razones identidades. Si yo quisiera cele
brar las excelencias que en vuesamerced puso el cielo, así de su generoso nacimiento como de
su natural valor, persona y cortesía, hiciera sospechosa la dirección desta comedia, y fuera ma
yor que el presente el papel con que le envió ; de suerte que me está mas bien la segunda inten
ción que la primera, poniendo á la sombra de la luz de su valor y entendimiento el discurso de
esta fábula, tanto por honrarla de su favor, cuanto por agradecer los que he recibido siempre
del señor Jorge de Tobar, su padre , persona tan digna de la confidencia de los papeles de estado
.y de mayores lugares, si á mayores puede aspirar la pluma, acompañada de tanta virtud y con
fianza, en los reinos y sucesiones de tales príncipes; luciendo su verdad, integridad y celo entre
los excelentes ministros que ha tenido esta monarquía; dicha grande del imperio, pues cuando
dijo Plinio que tenia necesidad de amigos la fortuna del Príncipe , yo siempre entendí que hablaba
de los ministros , fundamento de su conservación , en que está la dificultad , pues el suceder es por
naturaleza. Alabo, entre otras partes, su cortesía, rara en los hombres de lugares eminentes; y no
soy solo en estimar esta virtud con tanto extremo, pues escribiendo Cicerón por Marco Fabio á
Celio , fiel mayor entonces, entre las partes de que le alaba, dice que era cortés y comedido. Yo,
por lo que tengo advertida esta modestia suya tantos años , digo con Ovidio :
Hule igitur meritas grates, ubicumque licebit,
Pro la ni mansueto pectore semper agam.
Que mirando muchas veces á vuesamerced, me parecía justamente que no podia ser de otro ori
ginal tal ejemplo de modestia, afabilidad y cortesía: no menores causas que para amarle, para
osar dirigirle esta imitación de un amante al uso destos tiempos , la furia con que le ausenta la
fuerza del agravio, y la invención con que le vuelve la tibieza que imagina, cuando con mas pa
ciencia no le llaman : puede ser que este carecer de la posesión sea amor propio por la falta que
hace el deleite á la costumbre ; así, fué opinión de Aristóteles que el hombre naturalmente con
mas afecto se ama á si mismo. Vuesamerced lea los que este discurso tiene, para que juntamente
queden corregidos y honrados , lo primero con la lima de su gran juicio , y lo segundo con su
nobleza y virtud, tan conocida y estimada, que solo hablar en ella me pueden culpar por atre
vimiento. Dios guarde á vuesamerced como deseo.
Su capellán ,
Lope de Vega Carpió.
Lh. 28
QUIEN AMA NO HAGA FIEROS

PERSONAS.
DON FÉLIX, caballero. MARCELO , ni criado. DONA JUANA , dama.
GASTON,*» criado. FINEO , casamentero. INÉS, criada.
LISARDO , novio. DONA ANA, dama. Criados.
EL CONDE OTAVIO. FLORA, «a madre. Un escudero.

La escena es en Madrid.

De una madre y de una lia , GASTON.


ACTO PRIMERO. Que, enfadando nocheydia, Mucho debes á doña Ana.
Acaban dos mil paciencias. DON FÉLIX.
Habitación de don Félix. ¿Has alguna vez tenido Ponte el vestido mañana
Dama con cuñado? Que me dió el Conde.
ESCENA PRIMERA. DON FÉLIX.
DON FÉLIX, GASTON. No. GASTON.
GASTON. Por él
GASTON. Te beso mil y quinientas
¡Dichoso tú! porque yo Veces, como apelación ,
¿Cuánto me has de dar por él? Desdichadísimo he sido Manos que tan francas son.
DON FÉLIX. En materia de cuñados. DON FÉLIX.
Pesarle á plata es lo mas. DON FÉLIX. Y boca y alma contentas
GASTON. Amor es siempre importuno , Este papel donde puso
¡Buenas albricias me das , Y querría que ninguno Las suyas.
Si es ud pliego de papel ! Se metiese en sus cuidados. GASTON.
DON FÉLIX. Todo estorba á los que quieren ; Vuélveste loco
Yo le doy lo que se lleva Padres, hermanos, sobrinos , Con el favor.
Desde Italia aquí, Gastón : Hasta vecinos.
GASTON. DON FÉLIX.
Si tantas las leguas son , Oye un poco ;
¿Qué quieres mas que te deba ¿Vecinos? Que hasta verle estoy confuso.
De traer este papel Esos son los que relieren (Lee.) «Mi bien.»
De cuatro calles de aqui? Toda una historia de amor;
GASTON. 0 uc, no atendiendo á su casa , GASTON.
Luego ¿no cuentas que ful V en lo que en las otras pasa. ¡Oh qué linda entrada!
Con tal peligro por el? DON FÉLIX. don félix. (Lee.)
Si la estafeta trujera Eso es general error. t Mi Señor. »
Sola una carta, ¿tomara GASTON. GASTON.
Lo que de plata pesara , No se acostará un vecino Otro favor.
O mayor porte quisiera? Hasta ver al otro entrar, dos félix. (Lee.)
Y cuando lia v un sepan cuantos , Si allí se pensase helar. «Mi madre es mujer de honor,
Por quien piden tanta suma, DON FÉLIX. »Yo en extremo lecatada :
ÍEsla el valor en la pluma De cualquier desgracia es dtno. •»No habrá remedio de hablar,
Peso que ha pesado á tantos), •Si no es con una invención.»
) en la sustancia , que obliga GASTON.
Al otro que le firmó? Yo conozco una mujer, GASTON.
DON FÉLIX. Adonde un galán hablaba , De oro es buena.
Pues ¿heme obligado yo ? Que toda la noche estaba DON FÉLIX.
GASTON. A una ventana , por ver En ocasión
Y por escuchar los toques ; Que aquí no tiene lugar.
Quien ama, á todo se obliga. Y obligóle, descompuesta, GASTON.
Dos cosas oi decir A traer una ballesta
A un cortesano hablador Y disparalle bodoques. A Garci-Sanchez pedia
Que ha de hacer un amador. Mas ella, con la flaqueza Un sacristán que le hallase
DON FÉLIX. De escuchar, ó la porfía, Una invención que sacase
¿Y son? Cada noche se ponía Su manga de cruz un dia.
GASTON. Un caldero en la cabeza , Pero, viéndole el calzón
Gastar y sufrir. Con que el galán que tiraba Roto, y en pedir prolijo,
Hacia tanto ruido, «Saca unas calzas, le dijo,
DON FÉLIX. Y será buena invención.»
Todo es malo; pero yo Que despertaba al marido , Y si tú la has de sacar,
De buena gana gastara ; Y á la señora llamaba. Regalo ó vestido sea ;
Sufrir no. DON FÉLIX. Que á su madre, aunque áspid sea ,
GASTON. Yo, por ver- caza tan nueva , Podrá templar y ablandar.
Sufrir, repara Con arcabuz la tirara. don félix. (Lee.)
Que agravios y celos no. GASTOS. «Y la invención me parece ,
DON FÉLIX, ¿Qué importa? También buscara •Que te pongas de camino,
Pues ¿qué? Algún morrión á prueba. »Y le finjas su sobrino.»
GASTON. DON FÉLIX. GASTON.
Las impertinencias Ahora bien , dame el papel. i Oh cuánto amor enflaquece !
QUIEN AMA NO HAGA FIEROS.
don féi-ix. (Lee.) GASTON. De que te dijese allí :
tDi que eres de la montaña ; ¿Huérfano quieres que sea? «Si esta agua ponzoña fuera ,
»Que padres y señas van Pero ¡tuviera dineros, Tal unicornio la hiciera
íEn esa memoria.» O estuviera en gran lugar , Epítima para mi»?
GASTON. De la fortuna accidentes , - ¡Unicornio !
«Harán Que me salieran parientes DOÑA ANA.
Los diablos esta maraña? Mas que tiene arena el mar! ¿Eso te enfada?
Pero cierta vieja un dia (Vanse.) INÉS.
Dicen que los engañó . Díjolo por la blancura.
DON IÉL1X. FLORA.
Ponte de camino. Sala en casa de Flora. ¡Blancura! Necedad pura.
GASTON. DOÑA ANA.
¿Yo? ESCENA II. Antes necedad aguada.
DON FÉLIX. DONA ANA y FLORA, quitándose los Extraña cosa es un FLORA.
¿Tienes botas? mantos; INÉS. necio.
GASTON. DOÑA ANA.
Si tenia ; FLORA. Antes cosa natural.
Mas viendo que es el beber Toma esos mantos, Inés. FLORA.
Camino mas pasajero. DOÑA ANA. Nombre tan universal
Trocando cuero por cuero , ¿De qué vienes tan mobina? Me espanta y pone en desprecio.
Dellas me deshice ayer.' Mil cosas son necesarias,
DON FÉLIX. FLORA. Y á su tiempo las hallamos ,
¿Y fieltro? Con el dedo se adivina Y aun á veces las buscamos
GASTON. Lo que con los ojos ves. Y fallan en partes varias ;
¿Tan gran señor INÉS. ■ Pero un necio, adonde quiera
Te sueñas, que has de llevar Enfádanla parlatorios. Le hallaréis á todas horas.
Lacayo con tieltro? DOÑA ANA. DOÑA ANA.
DON FÉLIX. Pues eso no es culpa mia. Mucho tu opinión desdoras
Es dar FLORA. En condición tan severa.
A mi persona valor. Para doncellas se había FLORA.
GASTON. De dar licencia á oratorios. Si en la calle, allí le halláis;
No hay donaire para mi DOÑA ANA. Si en la iglesia-, allí también ;
Como un lacayo en verano Es por aquellos corrillos Si en la comedia...
Con fieltro. DOÑA ANA.
DON FÉLIX. INÉS. ¡Oh, qué bien
Tu blanca mano Claro está. Su centro, madre, les dais!
Estuvo, Señora, aquí : FLORA. Que, como de ingenio son
Mil veces beso el papel. Las cosas-que allí han de ver,
Basta ; que eres blanco ya Cualquiera quiere lener
GASTON. Destos locos mozalbillos. De que le tiene opinión.
El papel y los dichosos DOÑA ANA. FLORA.
Se parecen. ¿Espantaste deque miren ¿Adonde un necio no está?
DON FÉLIX. Una mujer por casar? ¿En qué ocasión, en qué fiesta?
¡ Qué enfadosos FLORA. DOÑA ANA.
Donaires! Ya estás cruel. Mirar no; mas remirar... ¿Tanto un necio te molesta?
GASTON. DOÑA ANA. FLORA.
Sonle en todo muy parejos Pues ¿qué importa que remiren, Notable péna me da
Los pobres que ya son graves Si yo no miro á quien mira? Que en cuanto se dice y trata
Que el papel, si"no lo sabes, FLORA. Haya tanta cantidad.
Se hace de trapos viejos.
Bésale; que podrá ser Yo ¿no te vi con el manto DOÑA ANA.
Que haya estado en hospitales. Hacer caireles? ¿Qué quieres? La necedad
DON FÉLIX. DOÑA ANA. Anda agora muy barata.
Los tiempos no son iguales ; Que tanto
Ya no es noy lo que era ayer. Me aprietes, madre, me admira. ESCENA III.
GASTON. • FLORA.
Mas antes siempre es lo que era , Una mujer ha de oslar FINEO.— Dichas.
Porque todos locos son. En misa como una imagen ,
DON FÉLIX. Porque con esto se atajen FINEO.
¿Qué linda fué la invención Los que la quieren mirar. Paz en esta casa sea.
Del papel ! DOÑA ANA. FLORA.
GASTON. Madre, de mi parle es tal Bien venga el señor Fineo.
La ofensa, que me la quita ¿Qué tenemos de los novios?
¡Nunca lo fuera! El tomar agua bendita.
DON FÉLIX. FLORA. DOÑA ANA.
Ahora bien, cesa de hablar; Fingetc muy venial. Este no dirá que es necio.
Pongámonos de camino. Pues á fe que al bachiller FINEO.
GASTON. Que agua contigo tomó, En verdad que con cuidado
Tú ¿qué has de ser? Que quizá le diera yo Diligencias voy haciendo
DON FÉLIX. Su necedad á entender. Para que este seralín
En el agua santa ¿hay hombre Tenga un rico casamiento.
Yo, sobrino. Que loque otra mano? FLORA.
GASTON. DOÑA ANA. Ya le acaban las camisas.
Y yo, ¿no he de emparentar? Espanta, FINEO.
DON FÉLIX. Señora, el verte tan santa. Córrome que trate deso.
Si gustan de majaderos, FLORA. Hágase nuestro negocio.
Pues los hay de tu librea. ¿No quieres tú que me asombre Que después hay hurlo tiempo.
456 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FLORA. Por entender una ley ESCENA IV.
Anda esta niña estos dias, Tomó un orinal, y en medio
Sabe Dios cuánto lo siento , Del verso, hallando el sentido , FLORA, DOÑA ANA, INÉS.
Con vaguidos de cabeza. . Dio con él sobre un Digesto , FLORA.
doña ana. (Ap.) Y haciéndote mil pedazos , En fin, doña Ana, Lisardo
Del corazón por lo menos. Dijo : Sic inielligendum. Me agrada, y verle pretendo.
FLORA. DOÑA ANA.
DOÑA ANA.
No se aplica á la labor. Dios me libre desa gente. No lo miras con los ojos.
No quiero libros; que quiero
DOÑA ANA. (Ap.) Hombre para mi con alma FLORA.
lias me aplico á los deseos. Y con libre entendimiento. ¿No? Pues ¿con qué?
FLORA. FLORA. DOÑA ANA.
Y no come por un pollo. .¿Un moceton es mejor Con los dedos.
FINEO. O mocetonto? FLORA.
¿No la riñe ? DOÑA ANA. Mira quién llama.
FLORA. A lo menos INÉS.
No hay remedio. Conmigo hablará en romance , Ya suben.
FINEO. Que es lengua con que me entiendo. FLORA.
Oiga lo que he negociado. ¿Piensas tú que los que saben Y ¿quién son?
• FLORA.
Letras, todos son discretos? INÉS.
Ya le escucho. Pues cree que hay en latiu
Muy gentiles majaderos. Dos forasteros :
FINEO. Criado y amo parecen.
Lo primero , FLORA.
DOÑA ANA.
Un mancebo de Granada Eso sí : venga el perfil ¿Entraréme en mi aposento?
Cierto amigo me ha propuesto. De uno de aquestos mozuelos
gue rizan los aladares FLORA.
Es hijo de un Veinticuatro.
FLORA. on molde á fuego. De forasteros no importa.
¡Bueno! ¡Lindo! FINEO.
ESCENA V.
FINEO. Y ¡ qué fuego !
Y ¡cómo bueno! Ya dan muñecas también. DON FÉLIX, de camino, galán, y GAS
Pero tiene un defetillo. FLORA. TÓN , graciosamente vestido. — Di
flora. . Si lo son, no será nuevo. chas.
En el pero vi el defeto. FINEO. don VÉLIX.
FINEO. Si va á decir la verdad Guarde vuestra vida el cielo.
Es sordo. (Que otra vez te traté desto), ¿ Sois Flora acaso?
DOÑA ANA. Lisardo me agrada mucho , FLORA.
¡Ay, madre! ¡Jesús! Que es honrado caballero Yo soy.
¿Sordo? Y de razonable hacienda. • DON FÉLIX.
FLORA. FLORA. Los brazos...
No te admires deso; Verle y hablarle deseo. • FLORA.
Que antes dicen que el marido FINEO. Pues ¿á qué efecto?
Fuera dichoso en efeto Yole traeré cuando gustes... DON FÉLIX.
Siendo sordo, por no oir —Y voyme. 'Yo soy don Juan.
Tantas voces, tantos celos. FLORA. FLORA.
FINEO. Guárdete el cielo. ¿Qué don Juan?
No dicen que es mucho. INÉS. DON FÉLIX.
FLORA.
¡Ah, señor Fineo! Señora, .un sobrino vuestro,
¿Cómo? FINEO. Hijo de Alvaro Velarde
FINEO.
¡Oh, Inés! Y de doña Juana Tello.
Que bien entiende en poniendo INÉS. FLORA.
Ona trompeta de plata
Al oido. ¿Tan coja soy, que no tengo Ya el alma me lo decia,
DOÑA ANA.
De hallar un marido yo? Y con golpes en el pecho
FINEO. El corazón.
¡Lindo cuento! doña ana. (Ap. á Init.)
FINEO.
Tengo un honrado mancebo.
INÉS. • Bien cayó.
Otro me habló por un hombre ¿Oficial? (Abrazante.)
Extranjero. FINEO. INÉS.
DOÑA ANA.
No es oficial. Famosamente lo han hecho.
¡Ay! No. ¡extranjero! INÉS. DOÑA ANA.
FLORA. Pues arrimóle. ¡ Qué bizarro está don Félix!
¿Porqué? FINEO. INÉS.
DOÑA ANA. ¿Tan presto?
Porque pasa mal Y Gastón ¿es barro?
INÉS. DON FÉLIX.
La voluntad á otro reino. No quiero gente de leva ,
FINEO.
Vengo
Que se remita al paseo Con un disgusto notable.
Por un famoso letrado Y esto de andar á la droga ,
He habló anteayer Filiberto. FLORA.
Sino marido de asiento.
• DOÑA ANA. ¿Disgusto?
FINEO. DON FÉLIX.
¿Tiene muy larga la barba? Calle; que yo la daré Pasando el Puerto,
FINEO. Para asiento un zapatero. Se le cayó una maleta
Mucho. Que de estar en la banqueta A este mozo, que es un necio,
DOÑA ANA. Se le pega á los griguescos. {Vate.) Donde traía las cartas
Pues vayase á un yermo, De mis padres.
FINEO. FLORA.
Es hombre tan gran letrado , ¡Mal suceso!
Que entre sus libros suspenso, ¿Venia otra cosa allí?
QUIEN AMA NQ HAGA FIEROS. «7
DON FÉLIX. A ser aqui cortesano; Pensé querer, forzándome mi estrella;
No hará falta, aunque era lienzo. Que diz caca son discretos. Pero ver á doña Ana bien nacida , •
FLORA. FLORA. Virtuosa y rica, y como veis% doncella
Porque vos sois carta viva ; ¡La simplicidad del hombre! De tanta gracia y hermosura, ha hecho
Porque retratada veo ¡ Ab, montaña ! á Dios le ruego Un incendio la nieve de mi pecho.
A mi hermana en vuestro rostro. Que no me muera sin verte. No lo dudéis : tal gracia y hermosura
No ha menester mas dote.
DON" FÉLIX. GASTÓN.
Cuando era yo mas pequeño FINEO.
Vivirá siglos eternos.
La parecí mucho mas ; Asi lo creo ;
( Vase Flora, y detiene don Félix d doña Pero en aquesta edad será cordura
Con la barba mas parezco Ana.)
A mi padre. • Llevar el dote en ancas del deseo.
DON FÉLIX. Pasóse el tiempo y la inocencia pura ,
FLORA.
Asi es verdad. , Aguarda. Cuando nunca se vio mejor manteo
ESCENA VI. Que de bayeta ó frisa, y que la grana
DOÑA ANA. Era la mayor gala cortesana.
¿No ves, Inés, el efecto (Ap. á ella.) •DON FÉLIX, DOS A ANA, INÉS, ¡Mal año ! agora en solas guarniciones
Que hace la imaginación? Un dote de otro tiempo va cifrado ,
INÉS.
GASTÓN. Y aquestas son las ciertas ocasiones
Aquel socarrón contemplo DOÑA ANA.
Del honor mal perdido y peor guardado.
En forma de montañés. Lisardo, antojos son las aficiones ,
Tengo temor. • Amor á muchos se perdió casado ,
FLORA. DON FÉLIX. Venga el dinero luego; que en el mundo,
Ahora bien, don Juan, ya es tiempo Ya no hay de qué, porque creo Si no es lo principal, es lo segundo.
Que conozcáis vuestra prima. Que tengo lisonjeada LISARDO.
DON FÉLIX. La fortuna y grato el cielo. Amor que solo estima el bien que espera,
¡Jesús, y qué ángel tan bello! DOÑA ANA. A la imaginación desnudo asiste.
Dadme, Señora, los brazos. ¡Qué bien has disimulado ! FINEO.
DOÑA ANA. (Ap. á él.)
DON FÉLIX. Eso de amor es bárbara quimera ;
¡Y como, Félix, que quiero En tu casa por lo menos Si se resfria el trato, amor le viste.
Dártelos mil veces. Estoy, y soy primo tuyo. LISARDO.
DON FÉLIX.
DOÑA ANA. Doña Ana, al fin, es única heredera.
Calla. Haz cuenta, querido dueño , FINEO.
doña ana. Que has hecho un engaño á Circe ,
¿Que calle? En eso no presumo que consiste ;
A Medea, á Ulíses griego. Porquees tan moza y tan gallarda Flora,
don félix. GASTÓN. Que se puede casar, si quiere, agora.
Importa. Y ella , ¿cómo está conmigo? Pues ¡québuenoseráqueeldia primero
DOÑA ana. Que riña con su yerno os amenace !
INÉS.
No puedo. Con nunca visto contento LISARDO.
GASTÓN. . De tenerte tan presente. Cásese , para, como el bien que espero,
Y yo ¿á quién he de abrazar? CASTOR. Un dia , un hora , un cuarto , un punto
ÍNo tengo aquí parentesco Importa tanto, que creo fineo. [abrace.
ion nadie? Que en no estando un hombre así ,
INÉS.
¿Quereislaver?
Un signo que anda paciendo LISARDO.
Diga, ¿no viene Se le pondrá en la cabeza.
De su tierra mas discreto? La vida menos quiero.
INÉS.
GASTÓN. FINEO.
Ltrego ¿no hay fe? Pues hoy serán las vistas, y amor trace
Por eso vengo á la corte, GASTÓN.
Por eso á la corte vengo Que se concluya, pues os viene al justo.
A darme un filo rabioso De tinteros. LISARDO.
En tantos entendimientos ; Que habia de estar quien ama No hay mas riqueza que casarcon gusto.
Porque dicen que hay aquí Siempre á la vista del pleito,
Como mano de reloj ( Vante.)
Unos ciertos discreleros
Que hablan en jerigonza. Sobre las letras del cerco ,
Dijo un sabio, y dijo bien ,
flora.
Pues de hora en hora acudiendo, Sala en casa de dolía Juana.
Mi donjuán, entremos dentro ; Habia de dar mil vueltas
Que quiero que descanséis ; Desde los ojos al pecho.
Que en descansando, hablaremos ESCENA VIII.
INÉS.
De nuestras cosas un ralo. DOf?A JUANA, MARCELO; después,
DON FÉLIX.
Mejor, como el reloj mismo,
Hubiera dicho. EL CONDE.
Tia y señora , no vengo CASTOS.
Tan apriesa ; que en la corte ¿A qué efecto? DOÑA JUANA.
Acomodarme pretendo Di le al Conde, tu señor.
Si hubiese algún dueño tal... INÉS.
Porque con dar, y dar siempre , Que yo estoy desocupada.
FLORA. MARCELO.
Hay aquí famosos dueños. Asegurara sus celos.
(Yanse.) La carroza está parada
Ahora bien ; yo tengo amigos , Aguardando ese favor.
Tú buena gracia : yo espero
Acomodarte; entretanto DOÑA JUANA.
Aqui tendrás aposento. Calle. Pues pídele albricias del ,
¿Quién viene contigo? Si te parece que es grande..
ESCENA VII. MARCELO.
DON FÉLIX.
Un mozo LISARDO, FINEO. Y aún haré que me las mande
Que saqué del campo. Antes que me advierta del.
FLORA. FINEO. (Sale el Conde.)
Haremos Habléla en vos, y estuvo agradecida ; CONDE.
Diligencia para entrambos1. Que ya leñéis buena opinión con ella. Ya es tarde; que ya he subido.
GASTÓN. LISARDO. MARCELO.
Yo, Señora, también vengo No tuve amor, Fineo, ni en mi vida Ya las albricias perdí.
438 COMEDIAS ESCOGIDAS DE.LOPE DE VEGA CARPIÓ.
CONDE. DOÑA JUANA. DOÑA JUANA.
No Harás, aunque al bien que vi , ¡Jesús! Niña, llega acá ; Llamalde, pues no hay que espere
Por mi hallazgo se las pido. Verátesu señoría. Mejor ocasión que agora.
DOÑA JUANA. DOÑA ANA. (Ap. Celos, tened el rigor;
¿Tan perdido os presumís? Vergüenza, Señor, tenia. Que no tengo tanto amor
CONDE.
Para tenerlos de Flora.
CONDE. Siempre al Conde le be mirado
Pues no es encarecimiento ; Bien de vuestra parte está , Con ojos de desigual.)
Que sola erí mi entendimiento Pues que da rosas tan bellas
Por luz del alma vivis. conde. (Ap.)
A esas mejillas hermosas. De un serafín celestial
DOÑA JUANA. ¿Quién pensara que sus rosas Doña Ana es-propio traslado.
No tiene locura amor Nacieran en las estrellas?
Como es el encarecer. En verdad, señora Flora , ESCENA XI.
CONDE. Que es muy linda aquesta dama.
Siendo locura el querer, ¿ Qué nombre? DON FÉLIX, GASTÓN. — Dichos.
FLORA.
Será el decirlo mayor.
DOÑA juana. .
Ana se llama. DON FÉLIX.

¿Cómo habéis hasta hoy estado? CONDE. Déme vuestra señoría


CONDE.
A nadie perdona agora. Los pies.
CONDE.
Con esperanzas de veros ; ■árcelo. (Ap.)
Que no hay vivir sin teneros : Jugó el Conde, mi señor, ¡ Buen talle, -por Dios !
Con esto engaño el cuidado. Del vocablo. ¡Triste caso ! No sé yo cuál de los dos
Pero vos no habréis tenido Servir al otro podía.
CONDE.
Esa memoria de mí. Alzaos del suelo, don Juan ;
(Ap. Si el amor se topa acaso , Que en mi tendréis un amigo.
doña juana. Acaso he topado á amor.) . DON FÉLIX.
No , porque no la perdí. Ferias con vuestra licencia
La quiero dar. Afuera he sido testigo
ESCENA IX. FLORA.
Desta merced.
CONDE.
Bien podéis;
UN ESCUDERO.— Dichos. Mas no las que vos queréis ; ¡Qué galán!
Que en estas hay diferencia. Qué gentilhombre y bien hecho!
ESCUDERO. Buen primo tenéis, doña Ana.
CONDE.
Aquí, Señora, ha venido DOÑA ANA.
Flora con su hija bella. Pues ¿tenéis que me pedir?
FLORA.
¿Pareceos bien?
CONDE. DOÑA JUANA.
Sí, Señor.
¿Estorbo yo? , CONDE. Cosa es llana.
DOÑA JUANA.
¡ Dicha notable ! CONDE. (Ap.)
No, Señor. Doña Ana me ha satisfecho.
FLORA.
(Vase el escudero.)
Antes nos haréis favor, ¿Daisme licencia que hable? doña juana. (Ap.)
Y holgaréis de bablalla y vella; CONDE. Don Juan es mozo galán ;
Que tiene, aunque en tierna edad , Dádmela vos para oir. Si el Conde mira á doña Ana ,
Un gallardo entendimiento. FLORA.
Por vida de doña Juana ,
Que he de mirar á don Juan.
De la montaña ha venido
ESCENA X. CONDE.
Hoy un sobrino que tengo ;
Y pues á tal tiempo vengo, Flora me ha dicho las partes
FLORA, DOÑA ANA. — DOÑA JUANA, Que le recibáis os pido Que tenéis.
EL CONDE, MAKCELO. En vuestra casa, Señor. DON FÉLIX.

CONDE. Flora es mi Lia,


flora. (A un criado, al salir.) Y aun decir madre podía.
Volved el coche al momento. ¿Cómo se llama?
FLORA. ' doña juana. (.1/).)
DOÑA JUANA. ¡ Oh, qué bien fleches repartes ,
Don Juan
¡Jesús.' ¡Tanta brevedad ! De Velarde, y tan galán , Amor, en toda ocasión !
FLORA. Que merece este favor. Dale de doña Ana al Conde ;
No estáis sola. DOÑA ANA.
Dejarásme las que esconde
Don Juan en mi corazón.
CONDE. Yo también os lo suplico. CONDE. '
No seré CONDE.
Visita pesada yo. De hoy mas me podéis servir.
Para terceros tan buenos , DON FÉLIX.
DOÑA JUANA. O él habia de ser menos ,
Eso aseguro. O yo mas noble y mas rico. Dichoso en extremo soy.
FLORA. CONDE.
DOÑA ANA.
Un. Yo no.) Venid conmigo.
Mas ¿quién es? .Vos no podéis ser mejor ;
■ DOÑA JUANA. El lo será á vuestro lado. DON FÉLIX.

CONDE. Yo voy
Yo os lo diré: Yo quiero ser su criado; Adonde podré decir
El conde Otavio, si habéis Don Juan será mi señor. Que recibo nuevo ser.
Oído su gran valor. CONDE.
DOÑA JUANA. (Ap.)
FLORA.
No me agrada esta humildad : ¿Quién es este gentilhombre?
Que me perdonéis, Señor, (Por Gastón.)
Os ruego. Amor anda por aquí ,
CONDE.
Si no es que lo hace por mí , DON FÉLIX.
Sabiendo nuestra amistad. Ya no ha de tener mi nombre;
No merecéis Solo el vuestro ha de tener.
FLORA.
Perdón, pues no habéis errado.
Por muy vuestro me tened. Si vueseñoria quiere CONDE.

FLORA.
Verle, afuera le dejé. Quiero á los dbs recibiros.
CONDE. DON FÉLIX.
Haceisme tanta merced ,
Que me habéis puesto en cuidado. Mucho de verle holgaré. Téngolo á mucha ventura.
QUIEN AMA NO HAGA FIEROS.
GASTOS. INÉS. FLORA.
Soy, Señor, añadidura Parécelo en el olor. No entiendo.
De don Juan, para serviros. , FINEO. DOÑA ANA.
CONDE. ¿Huelen los novios? No importa.
INÉS. FLORA.
Hombre, parecéis muy sano.
Mejor Pues ¿no te agrada?
GASTÓN.
Los suelen oler después. DOÑA ANA.
Albricias os diera yo ; Agora, Señora, es presto;
Que un albéitar que me vio No tiene mala persona.
fie bailó manco de una mano. ¿Son aquestos sus criados? i No nos miran á nosotras
FINEO. Hasta el mismo pensamiento?
CONDE. Pues también tenemos alma.
¿Qué érades en vuestra tierra? Los mismos.
INÉS. FLORA.
GASTÓN. Las bijas, los ojos ciegos ,
¡Bien adornados!
Hidalgo no mas. Cosa que no poco abona; Han de querer lo que quieren
CONDE.
Que los criados, Fineo, Sus madres.
¿No mas? Son portada del Señor. DOÑA ANA.
GASTÓN. FINEO. ¡ Lindo consuelo
Y ¿es poco? Del coche es este rumor. Para quien ha de dormir
CONDE. Con un hombre tanto tiempo !
INÉS.
Bueno serás LISARDO.
Para la guerra. Que vienen mis amas creo.
Turbado estoy ; mas no es mucho :
GASTÓN. Tan cerca del sol me veo ,
¿Qué guerra? ESCENA XIV. Que bien puede por los ojos
CONDE. Cegarme el entendimiento.
La de servir. FLORA , DOÑA ANA. — Dichos. Señora Flora, estas cosas
GASTÓN. Trató conmigo Fineo ;
FLORA. Aqui no hay que tratar mas
¿Qué mayor? Cansada vengo. De firmar nuestros conciertos.
conde . doña ana. No quiero dote ; que bastan
¿Tu nombre? Yo pajas; Los grandes merecimientos
GASTÓN. De doña Ana, mi Señora.
Peio á gran velitura tengo
Gastón me llamo, La comodidad del primo. FLORA.
Muy bueno para mi amo,
Si es bueno ser gastador. flora. Mucho ese amor agradezco.
DOÑA JDANA.
¡ Qué gallardo caballero! INÉS.
Es muchacho el conde Otavio. Mi señor, don Juan Velarde
Vamos al jardín primero.
¡Qué! ¿Os vais?
DOÑA ANA. Ha venido.
Todos te agradan : no creo DOÑA ANA. (Ap.)
FLORA.
Que has tenido quietos ojos. Y mi contento.
Tenemos que hacer.
FLORA.
DOÑA JUANA. ESCENA XV.
¿Qué llamas ojos quietos?
¿Cuándo nos hemos de ver?
DOÑA ANA. DON FÉLIX, GASTÓN. —Dichos.
FLORA.
Hbnestos quise decir.
Yo por momentos lo espero. DON FÉLIX.
FLORA.
(Yante todos, menos doña Juana.) ¿Qué caballero es aqueste?
Pues ¿ en qué no son honestos ?
ESCENA XII. ¿Es vengarte del sermón? LISARDO.
DOÑA ANA. ¿ Quién es este caballero?
DOÑA JUANA. ¿Malicias? FLORA.
FLORA. Este es don Juan, mi sobrino.—
Si en un carcax doradoestán metidas. Este es, sobrino, mi yerno.
Amor, tus flechas ,biensevequeátiento, Yo las confieso.
LISARDO.
Ciego, las sacas, con diverso intento FINEO.
Del que después se mira en las heridas. Aqui está el señor Lisardo. Téngame vuesamerced
Quitas sin vista diferentes vidas; Por cuñado.
FLORA. DON FÉLIX.
Y como las esparces por el viento , Por todo extremo me huelgo.
Y el blanco no se ve del pensamiento, ¿Qué es aquesto?
Por eso quieres y por eso olvidas. LISARDO. DOÑA ANA.
Tirando asi, no hay alma que resista Pues holgaos con esa dama , Quiere mi madre casarme.
Las duras puntas de'tus flechas fieras, Y será por todo extremo. (Ap. d él. Que viene este majadero
Porque el mundo contigo se resista. INÉS. (Ap.) A Tas vistas tan vistoso.
¡Oh si con vista, dulceamor, nacieras, ¡Espantosa necedad! Como allá dicen los ciegos.)
Y acertaras las almas con la vista! FINEO. DON FÉLIX.
Mas no fueras amor si la tuvieras. (Ap. ¿Esto tenemos agora?)
(Vate.) ¡Vive Dios, que es buen agüero!
El casamiento se hará; Señor Lisardo, tratemos
Que ya el desposado es necio. Desto á solas vos y yo.
Sala, en casa de Flora. FLORA. LISARDO.
Siéntese vuesamerced. De buena gana. (Ap. á él. Fineo.)
ESCENA XIII. LISARDO. FINEO.
LISARDO, FINEO, INÉS, criados. Sabe Dios lo que me siento. ¿Qué dices?
LISARDO.
INÉS. (Ap.)
FINEO.
¿Mas que le mata el albarda? Que no me agrada
¿Aun no han venido de fuera? Aquesto del parentesco.
FINEO. (Ap.)
INÉS. FINEO.
Mas que no para hasta ciento. ¿Con celos entras? No aciertas;
No, Señor; mas ya vendrán.—
¿Es novio aqueste galán (Ap. d Fineo.) FLORA. Que las mujeres que vemos
Que á mis señoras espera? ¡ Mira qué buen talle tiene ! Con mal de madre preñadas ,
FINEO. DOÑA ANA. Hasta parir no hay remedio.
¿No se ve que novio es? Hombre parece. Asi tú, si le casases
440 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Con celos, era muy cierto LISARDO.
Que para toda la vida ESCENA XVII.
Fueras casado con celos. ¡ De aquel Osorio habréis la historia oído.
GASTÓN, INÉS. Que vio caer el hombre cuarto á cuarto ;
( Vanse Flora, Usardo, Fineo y los cria
dos.) i Lo mismo á mi temor le ha sucedido ;
GASTOS. Con que de amor el pensamiento aparto.
ESCENA XVI. ¿Cómo estamos ella y yo? Hase formado un hombre repartido
ISÉS. A mis ojos, de suerte que me parto
DOÑA ANA, DON FÉLIX, GASTÓN, Y ¿cómo leva de juego Para siempre de en casa de doña Ana ;
INÉS. A él? Que no será temor ni sombra vana.
GASTOS. COSDE.
DOS FÉLIX. Jugando á la argolla ¿Nomediréisquién Iiayque maslaquie-
¡ A buen tiempo, por Dios, Ana , Dijo que estaba Cisneros ,
Este parentesco lias hecho ! LISARDO. [ra?
Cuando le llamó su amo,
¡Bien quedaré Con ser primo, Y él respondió : «Yo voy luego ; Satisfacer mis celos solo puedo ,
Si este gallardo mancebo Que poco me falta ya : Los vuestros no, pues basta q ue os refiera
Con ser tu marido sale ! Va á doce, y dos bocas tengo.» Quedivididodesteintentoquedo. [pera;
uoSa ana. ¿Quién duda que los criados Querelda,Conde,ó quien mi ausencia es-
Mejor de mi amor lo pienso ; Del desposado moderno Que de casa rme sosegado el miedo ,
Porque primero vendrá Tendrán á vuesamerced No me importa saber el mas dichoso;
Todo el firmamento al suelo, Llena la testa de viento? Que no lo seréis vos si estáis celoso.
Tendrá la envidia quietud , ¿Qué paje barbón la mira? (Yase.)
Paz la soberbia, honra el miedo, ¿En qué lacayo gallego
Sol la noche, amor templanza , Ha puesto los oji-diablos ? ESCENA II.
Pena el bien, gloria el infierno , INÉS.
Que deje yo de ser tuya. Caígase un cesto de peros , DON FÉLIX, GASTÓN.— EL CONDE,
DOS FÉLIX. Tengan dineros los sanos , MARCELO.
Así de tu amor lo creo; Tengan salud los enfermos ,
Mas no temo tu firmeza ; Sepa bien el beber frío , DOS FÉLIX.
Sola mi desdicha temo ; Pasen mis años de ciento, ¿Era Lisardo este?
Y cuando esto desconciertes, Cuando yo no fuere tuya. CONDE.
Como es forzoso, no tengo gastos. • El mismo era.
Para qué vivir. ¿Qué piensas Pues voy contento con eso ; DOS FÉLIX.
Que hay por segundo suceso? Que, como nunca decís Pues ¡Lisardo contigo!
doña aña. Verdad en los juramentos,
Al revés te vendrá todo. COSDE.
¿Qué puede haber?
DOS FÉLIX. ISÉS.
Hele quitado
Adiós, Durango. Su gusto de casarse.
Este Conde, DOS FÉLIX.
Que las dos me dais por dueño , GASTÓN.
Desde que entré en su carroza Adiós, Duero. Aunque él quisiera,
(Privanza en criado nuevo) No pienso que quedara efetüado.
ISÉS. A Flora le pedí que deshiciera
Hasta que llegó á su casa, Leandro quise decir.
No cesó solo un momento Lo que entre ellos estaba concertado ,
De alabarme tu hermosura GASTOS. Por dar vida á tu amor.
Desde la planta al cabello , Yo Ero ; mas ya no acierto ; COSDE.
Y decirme que si gasta Que, como no sé nadar, Ya estaba muerto
Su estado y el de sus deudos , Siempre á la orilla me quedo. A manos de ese bárbaro concierto.
Has de ser suya. DOS FÉLIX.
doña asa. Esto sé que me debes, y que hago
¿Qué dices? Todo lo que es posible por tu parte,
dos féi.ix. ACTO SEGUNDO. Y que con mil quimeras satisfago
Que vengo perdiendo el seso. Esta objeción de no poder casarte.
DOÑA ASA. COSDE. rg0,
Sala en casa del Conde.
Igual puedo yo perderle , Yo sé, don Juan, que con mi amor te pa-
Pues que de celos le pierdo ESCENA PRIMERA. Y esperoen obras, que es razón .pagarte.
De dona Juana. El quitar á doña Ana el pensamiento
DOS FÉLIX. EL CONDE, LISAKDO, MARCELO. Deste mal prevenido casamiento.
¿De quién? Y pues has comenzado en mi servicio
CONDE. Con tal felicidad , para obligarme [ció.
DOÑA ASA. Vos haréis como noble caballero Hoy has de hacer también un nuevo ofi-
De quien al Conde, su dueño, En dejar de casaros con doña Ana. DON FÉLIX.
Sje pareció en la mudanza , LISARDO. Ya la dificultad está en mandarme.
Pues él la olvidó tan presto ,
Y ella por quererte á tí. Después que vi las sombrasqueos refie- CONDE. .
Propuse el fin á mi esperanza vana, [ro, Yo amaba á doña Juana...
DOS FÉLIX.
COSDE. DON FÉLIX.
Con esto estaremos buenos.
Yo la quise, Lisardo, y yo la quiero ; Tuve indicio
DOÑA ASA. Ya sabéis que el poder todo lo allana, Bastante dése amor.
Yo lo que no fuere tú , Si bien guardando siempre su decoro.
Por todo extremo aborrezco. COSDE.
LISARDO.
DOS FÉLIX. Ya sé la fuerza y el valor del oro. Enamorarme
Y yo lo que tú no fueres. Pudo doña Ana , y olvidarme della.
Es el oro, Señor, la quinta esencia
DOÑA ASA. Del poder de la tierra : donde él toca, DOS FÉLIX.
Vén al jardín, y hablaremos. No queda honor, edad, fuerza y pruden- No fué accidente , sino ser mas bella.
Mientras mi madre y Lisardo Uno vence, olro priva, otro provoca, [cía: CONDE.
Hacen tan necio concierto. Allá tuve también otra advertencia , Para que doña Juana me dejase ,
DOS FÉLIX. Con que mi voluntad , ó mucha ó poca, Quema que tratases de servilla.
Si él sale con lo que intenta, Quedó, si no resuelta , al fin templada. Porque, ocupada en ti, se le olvidase.
Yo le tendré por discreto. CONDE. DOS FÉLIX.
( Yanse doña Ana y don Félix.) Pues ¿es masque demí doña Ana amada? Pues ¿cómo sabes que podré remulla ?
QUIEN AMA NO HAGA FIEROS. 4SI
CONDE. DOÑA JUANA. ESCENA V.
Si casarse contigo imaginase, No"me lo parece á mi. DON FÉLIX, GASTÓN.— Dichas.
Presumo que era fácil reducilla : DOÑA ANA.
Por lo menos , oyendo casamiento , En fin ¿ le olvidaste? DON FÉLIX.
No hay mujer que no aplique el pensa DOÑA JUANA. ¡Mi prima y señora!
miento. doña ana.
Si te quieres casar, yo te prometo Ya
Dote que te enriquezca ; si engañalla, Tan fuera del alma está (Ap. ¿Qué podré callar agora?
No siendo de tu gusto , hasta su efeto Como yo lo estoy de mí. Qué amor no acaba en tragedia?)
Podrás de mil promesas suslentalla. Hazme" tan grande placer Mira , primo, que está aquí
Ya me entiendes, don Juan ; títeres dis- (, ¿Placer dije? Bien dijera Mi señora doña Juana.
[creto : Mejor) de hacer que me quiera, don FÉLIX.
Si doña Juana lia dado en visitalla. Pues tú lo podrás hacer; Con los rayos de doña Ana ,
Por ventura dé celos á doña Ana: Que , como tu sangre en fin , Que me deslumhran , no os vi.
Será mi pretensión incierta y vana. Solicitarás mejor DOÑA JUANA.
Mas de tu amor fingido entretenida^ El principio de mi amor
Y de mi esperanza el fin. Disculpado estáis, don Juan.
O que fuese , pues puede , verdade#, DON FÉLIX.
No habrá esperanza que mi gusto impi- doña ana. (Ap.)
DC* FÉLIX. l('a> Esta ha venido á matarme. Prima , aquí tengo que hablaros.
Ello no es fácil ; mas servirte espero. ¡ Ay, celos! ¿qué me queréis? DOÑA ANA. (Ap.)
¿No basta que me los deis, ¿Qué sirve buscar reparos
CONDE.
Amor, con desconfiarme , Si tantos celos me dan?
Yo sé que en esto me darás la vida.— Sino que yo misma sea don félix. (Ap. á doña Ana.)
Marcelo, ver aquella ingrata quiero. Quien me mate y solicite Prima, el Conde mi señor,
MARCELO. Mi muerte? Que ¡nunca mi señor fuera !
Ya tienes á la puerta la carroza. DOÑA JUANA.
Quiere que á su dama quiera
CONDE. Bien se permite Para proseguir tu amor ;
Lo que amor teme , la esperanza goza. Que en nuestra amistad se vea Que dice que doña Juana
{Vanse el Conde y Marcelo. Esta fineza de amor. No estorbará , entretenida ,
DOÑA ANA. Su deseo, y que la vida
ESCENA III. Digo que yo le hablaré Daré á su esperanza vana.
Para que "estime tu fe ParéCeme obedecer.
DON FÉLIX, GASTÓN. Y conozca tu valor. Como tu gustes , su gusto,
DOÑA JUANA.
Pues no le dará disgusto
DON FÉLIX. Lo que por burla ha de ser ;
Conoceré tu amistad. Que pues de mi estás segura
¿Qué te parece deslo?
DOÑA ANA. i Que con el alma le adoro,
GASTÓN.
Que es forzoso Segurísima estar puedes. Y de guardarte el decoro
Dar gusto al Conde. DOÑA JUANA. Nuevamente amor te jura ,
Harásme dos mil mercedes. No importará que la diga
DON FÉLIX.
DOÑA ANA.
Dos fingidos disparates.
Pues ¿querrá doña Ana, DOÑA ANA.
Después de ser tercero cauteloso, [na? Y él ¿sabe tu voluntad?
Que quiera, aunque lo finja, á doña Jua- DOÑA JUANA.
¡Que desta suerte ine trates!
Mis ojos, que lengua son DON FÉLIX.
GASTON.
No hay discurso, Señor, tan amoroso, Del alma , dicho le han ¿Qué causa tu enojo obliga?
Tan frágil es la condición humana , Muchas veces á don Juan DOÑA ANA.
Que no importe tal vez darle á cautela La fuerza de mi alicion. Pues tú, don Félix, ¡á mí
Celos , que son de amor famosa espuela. DOÑA ANA. Hacer tercera me quieres
No siempre se lia de amar como tú quie- Pues ¿va á tu casa? De tu gusto !
DON FÉLIX. tres- DON FÉLIX.
DOÑA JUANA.
Cuandoguardauleallad.amor lo manda. Acompaña Las mujeres
GASTÓN. Al Conde. Luego os alteráis asi ;
Yo sirvo al Conde, aunque soy
Yo conozco, Señor, á las mujeres : DOÑA ANA.
Quien sabes : tú lo trazaste;
La que se queda atrás , con celos anda. Será por verle. Y aunque en esto me obligaste ,
Sosiégala diciendo que te mueres, (Ap. Declarado se lia mi muerte.
Si muda amor ; si en celos se desmanda, ¡Falso amor! ¡Traición extraña! Por ti sin descanso estoy.
Ya es fuerza , no hay qué enmendar ;
Inquiétala , y obliga á mil desvelos ; ¡ Ah , don Félix , cuántas veces • Porque se suele decir
Que amor se hace gigante con los celos. listo de tu amor temí!) Que cuando servir, servir,
( Vanse.) Y él ¿nunca te dijo á ti Y cuando mnndar, mandar.
Lo mucho que tú mereces? Esto el Conde me ha mandado:
DOÑA JUANA. Si paso porque te quiera,
Sala en casa de Flora. Hasta agora me requiebra Por conservar la quimera
Con palabras generales. De la invención que has buscado,
escena iv. DOÑA ANA. Pasa tú porque le diga
Pues va con principios tales , Dos necedades agora
doSa ana, doña juana. A esta engañada señora ,
Haz cuenta que se celebra
Tu dichoso casamiento. Y que esta burla prosiga ;
DOÑA JUANA. Que lodo ha de resultar
DOÑA JUANA.
Esta ha sido la ocasión , En tenerte mas amor.
Doña Ana , de. visitarte. Ese es el fin á que aspiro.
DOÑA ANA.
DOÑA ANA. DOÑA ANA. (Ap.)
Antes será lo mejor.
En fin , ya por esa parte Por lo imposible suspiro ; Pues yo te daré lugar,
Salgo de la obligación. Llevó mi esperanza el viento. Que muv de veras la quieras ;
DOÑA JUANA. DOÑA JUANA. Que aunque dices que te burlas ,
Toda la tiene don Juan, Él viene. ¡Ay, Ana '..Remedia Tal vez se comienzan burlas
Tu primo, á mi grande amor. Mi mal. Que acaban en muchas veras.
DOÑA ANA. Anda, Félix; vesla allí :
Pues ¿no es el Conde mejor, Dile amores, haz tu gusto ;
Mas discreto y mas galán? Que no me d;.rá disgusto
442 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Lo que te da gusto :i ti. Sola mi muerte procuro. DON FÉLIX.
¿Para qué es bueno engañarme, doña ana. (Ap. al Conde).
Sino tratarme verdad ? En fin , gustas de perderme ;
Si la tienes voluntad, Advierta vueseñoría Pero tú dirás que ganas.
¿ De qué sirve atormentarme? ?ue doña Juana está allí , DOÑA ANA.
¿Hame de faltará mi murmurará de mí. ¿Qué pierdo si te he perdido?
Algún gusto despreciado, CONDE.
DON FÉLIX.
Donde poner el cuidado Ya prevenido tenia Tienes razón : poco ó nada.
Que no halla lugar en ti? A don Juan que la enamore.
¡Gracia tienes! Y ¡qué tal DOÑA ANA.
DOÑA ANA.
Chillarte , Félix , quisiera , Con todo, llegalda á hablar. ¿Cómo sufres que al jardín
Si esta dama no entendiera (Ap. Muérome por estorbar Lleve un galán á tu dama?
Que ya te quiero tan mal ! Que hablen.) DON FÉLIX.
¿Qué me miras? Como es tan grande mi amor.
don Félix. (Ap.)
DON FÉLIX. No he sentido que se vaya.
Por mas que dore Pero tú ¿cómo le dejas
¡ Qué extrañeza ! Doña Ana el favor que ha hecho
Qué bárbara condición ! Sí ,|pmo pienso , le amas ,
Al Conde , no ha de poder OuWl jardin vaya con ella?
¡ Con qué extraña imperfección En muchos tiempos volver
Os hizo naturaleza! Como la tuve á mi pecho. ¿No ves que amor quiere guardas ,
¿No ves tú que es conservar Y que de las ocasiones
Nuestro amor este cuidado ? conde. Resultan cosas extrañas?
Pues señora dnña Juana , DOÑA ANA.
DOÑA ANA.
¡ Ya Un olvidada ! (Llegando i ella.)
¡Lindo azúcar has buscado ! Como es tan grande mi amor,
DOÑA JUANA. No he sentido que se vaya.
Pero no me has de engañar ;
Que está debajo el veneno. Creo
Que os debe mayor deseo ESCENA VIII.
DON FÉLIX.
La hermosura de doña Ana.
El Conde. Con esto , no os espantéis FLORA , que sale quedo.—Dichos.
DOÑA ANA. Si me retiro de vos. DON FÉLIX.
A buena ocasión. CONDE. ¡Qué mal término tuviste'!
( Vase hacia el Conde.) En este jardín los dos
DOÑA ANA.
Hablemos , si vos queréis ; Pues ¡ tú en mi término hablas ,
ESCENA VI. Porque tengo que contaros
Un casamiento. Villano, vil!
EL CONDE. — Dichos. FLORA.
DOÑA JUANA. (Ap.)
CONDE. ¿Qué es aquesto?
¿Tales mis venturas son , ¡ Si fuese DON FÉLIX.
Con don Juan , y amor me diese
Aunque dellas vine ajeno? Tanto bien ! Tu madre: voyme. ( Vate.
¡Señora!... CONDE.
DOÑA ANA. ESCENA IX.
Quiero obligaros. —
Aqui, gran señor. Habla entre tanto, don Juan, (Ap. á él.) FLORA , DOÑA ANA.
Tenéis vuestra esclava. (Ap. Quiero Con doña Ana en mi favor.
Vengarme.) FLORA.
DON FÉLIX.
DON FÉLIX. (Ap) ¿En qué andas?
Yo voy á hablarla , Señor, ¿Piensas que ya no te entiendo?
De celos muero, Pues tanta ocasión me dan.
Que son cuartanas de amor; DOÑA ANA.
Que la piedad de los cielos, (Yanse el Conde y doña Juana.) Vén á matarme.
Viendo que era amor león , FLORA.
Por templar su condición ESCENA VII. ¿Tú tratas
Le dio cuartanas de celos. De villano á don Juan ?
CONDE.
DON FÉLIX, DOÑA ANA.
DOÑA ANA.
Deseoso me tenia DOÑA ANA. Si.
Vuestra ausencia. ¿Pensarás que estov va muerta FLORA.
DOÑA ANA. Porque hablaste á doña Juana? ¿Si dices?
No se ve ; DON FÉLIX.
DOÑA ANA.
Porque nunca donde hay fe Y tú porque hablaste al Conde ¿Dcquéteespantas?
La presencia se desvia. ¿Qije debo de estar sin alma? FLORA.
DON FÉLIX.
DOÑA ANA.
¿No me he de espantar de ver
(Ap. Esta se quiere vengar, Si le hablé , señal seria Que le quieras bien , ingrata
Y al Conde favorecer: Que tengo lengua. A Lisardo, al Conde, á todos
Pues el reñir suele ser Cuantos te quieren?
Recebir, doña Ana . y dar, DON FÉLIX.
DOÑA ANA.
Demos todos, y el amor No habla
Ayude al que ínas pudiere ; Quien ñola tiene, v á mi Acaba ;
Que si yo vencido fuere , No pienso yo que me falta. Que todo es quimera tuya.
Al fin saldré del temor.) FLORA.
DOÑA ANA.
(Vase á doña Juana.) ¡ Qué le dirías de amores ! ¿Quimera el quererle llamas?
¿Qué soledad es aquesta ? Qué de engañosas palabras! En tanto pesar me huelgo
DOÑA JUANA. Qué de mentiras de hombres ! Que has descubierto la hilaza.
Faltar vuestra compañía. DOÑA ANA.
DON FÉLIX.
DON FÉLIX. La mentira , cosa es clara Hilárasme tú mejor.
Allegar me detenia Que nombre de mujer tiene. FLORA.

La duda de esa respuesta. DOÑA ANA.


Basta necia ; necia , basta .
DOÑA JUANA. La verdad es cosa llana DOÑA ANA.

Quien puede estar tan seguro Que también tiene ese mismo. ¿Tan mal te parece á tí
De lo mucho que merece, DON FÉLIX.
Que yo estuviera casada
¿Qué teme? ¿Estás contenta? Con mi primo? ¿No es mi primo
Don Juan hijo de tu hermana ?
DON FÉLIX (Ap.) DOÑA ANA. ¿Pierde por su padre acaso?
Amor me enloquece ; Y pagada. ¿No es Velarde? No es Sarabia?
QUIEN AMA NO HAGA FIEROS. 443
No le dieron , como á ti , DOÑA JUANA. LISARDO.
Su principio las montañas? A quien para casamiento Vamos ; que desta vez-serán seguras,
FLORA. Me propones. Como en el juramento se repare.
Y de la dispensación , CONDE. ( Vanse Flora y Lisardo.)
Si ese disparate entablas , ¡ Cosa extraña !
Sos mil ducados ¿es barro? ¿A donjuán? ESCENA XII.
¡PlegaáDios!... DOÑA JDANA.
iioñ v ANA. A don Juan quiero ; DON FÉLIX, GASTÓN, que se quedan
Tente, no hagas Que á un mismo tiempo tu alma retirados.— DO$A ANA, INÉS.
Disparates. Y la mia concertó
FLORA. Un amor y una mudanza ; DOÑA ANA.
¿Morderé? . Porque yo quise á don Juan ¿Qué fin han de tener mis desventuras?
DOÑA AMA. Y tú quisiste á dona Ana. Pero ¿qué desventura habrá que pare
No muerdas , puesto que rabias ; CONDE. Sino es en mí?
Que porque salgas de pena , Gran bien me has hecho: en albricias DON FÉLIX.
Si estas cosas te la causan , Te mando una joya rara ¿Qué es esto Inés? (Ap. á ella.)
Yo quiero querer... Que de Italia me trujeron , INÉS.
FLORA. Donde verás las tres parcas ,
Por cien diamantes mas duras ¿Qué quieres?
¿A quién? Que por las vidas que acaban. El tiempo, el son, mudanzas las mujeres.
DOÑA AMA. DON FÉLIX.
DOÑA JUANA.
A mi primo. Ya sabe don Juan mi amor, ¿Lisardo aquí otra vez?
FLORA.
¡Oh fiera! Oh falsa! Y yo le be dado esperanza. INÉS.
CONDE. Pues ¿no lo miras?
. DOÑA ANA.
Luego ¿bien podré valerme GASTÓN.
A Lisardo decir quise; De ti para con doña Ana? Habíala por tu vida cuerdamente.
Mas vase tal vez el alma DOÑA JUANA.
Tras la lengua , porque amor DOÑA ANA.
En cualquier cosa resbala. Tú verás , si con don Juan ¿Eres don Félix tú? ¿Deque te admiras.
FLORA.
Me ayudas para que salga Pues ocasión me has dado suficiente?
¿Que tú á Lisardo querrás? Mi casamiento á luz presto , Si tú á casarte en otra parte aspiras ,
Lo que mi cuidado alcanza. ¿Es milagro que vo lo mismo intente?
DOÑA ANA . ¿No sabesque no hay gustos ni placeres
CONDE.
Señora, á Lisardo llama ; ¿Puédome ya prometer Que olviden la venganza en las-mujeres?
Que hoy me casaré con él. Algún bien ? DON FÉLIX.
FLORA. DOÑA JUANA. Prima, pero ya no prima ,
¿Cumplirás esa palabra? Sirve y aguarda ; Y si prima, falsa y tal ,
DOÑA ANA. Que hay ocasiones de amor Que en mis bienes suena mal ,
Tú lo verás. Que es buena la confianza. Pues á dejarme se anima ,
FLORA. I ( Vante.) ¿Qué pecho habrá que reprima
Y tú en mi La fuerza de tu mudanza ,
Tanto amor y afición tanta , ESCENA XI. Que al honor y al alma alcanza?
Que boy, hoy quiero que á la puerta ¡Ah! ¡cómo se echa de ver
De Guadalajara vayas , LISARDO , FLORA, DOÑA ANA , INÉS. Que pasas , como mujer,
Y saques por cuenta mia Del amor á la venganza!
Dos joyas y cuatro galas. FLORA. Si te dije que queria
DOÑA ANA. Mucho, Lisardo, estimo tu venida. De burlas á doña Juana ,
Porque eras mi luz , doña Ana ,
Ya he sacado yo una joya. LISARDO. Como lo es el sol al dia ,
FLORA. Agradeces mi amor injustamente: ¿Qué ofensa hacerte queria,
¿Qué joya? , Una gran voluntad . aunque ofendida , Pues antes era defensa
DOÑA ANA.
Vuelve con poca fuerza fácilmente. Del Conde , cuyo amor piensa .
Cierta venganza. FLORA. Tu ingrato pecho pagar?
Siempre fué la hermosura perseguida ; Pero quien quiere olvidar,
(Vanse.) La justicia es mi hija claramente : Bien sabe fingir la ofensa.
Quiérenla todos, si igualmente pasa , ¡Qué buena paga de amor!
ESCENA X. Y ninguno la quiere por su casa. Tarde y mal , pues nunca el mal
El Conde nos promete mil quimeras , Llegó tarde. ¡ Qué mortal
EL CONDE, DONA JUANA. Y da como esperanza de casarse ; Veneno ! Qué vil temor!
DOÑA JUANA.
Y esperanza aun entera , y mil enteras ¿Yo ser á tu fe traidor?
Pocas veces se ven ejecutarse Yo mudarme? Mas ¿qué digo,
Eso me parece bien. De otros asi ; mas tú lo consideras , Si tu esposo y mi enemigo
CONDE. Y ella , pues es razón debe excusarse. Me han de vengar hoy aquí ,
Cuando un hombre se declara Si nació para ti, ¿qué nos cansamos, Pues yo quedo muerto en ti
Adonde debe respeto Cuando en un parecer los tres estamos? Y él queda vivo contigo ?
Por obligaciones tantas, LISARDO. DOÑA ANA. .
¡ Grande amor ó gran flaqueza ! El Conde me llamó , dijome el Conde Poco á poco ; que es locura
DOÑA JUANA. Mil invenciones y temores vanos. Pensar que nadie ha de ser
Pues Conde , ya que á la cara FLORA.
Tan suyo , que pueda hacer
De la verdad el rebozo ¡Qué mal á su nobleza corresponde ! Desprecios á la ventura.
Le quita tu amor, descansa Mas tiene amor sin ojos y aun sin manos. La voluntad mas segura ,
De mi temor y respeto. Si es discreta y fué dichosa ,
Sirve y pretende á doña Ana ; LISARDO. Ha de estar mas sospechosa ;
Que yo también quiero bien. Sin ojos, Flora, ceguedad responde, Que quien ama no ha de amar
CONDE.
Así le pintan griegos y romanos; [gas, De burlas, para matar
¡ Ahora si que me tratas Pero sin manos no ; que han de ser lar- Un alma siempre celosa.
Como amigo , ahora si Para que pueda darle el oro á cargas. ¿Qué querías que yo hiciera,
Que la verdad se levanta FLORA. Si dices que has de querer?
De la opresión en que estuvo! Ahora vamos á hacer las escrituras, ¿Puédele yo el alma ver?
Pero ¿sabré yo á quién amas? Y ruin sea esta vez por quien quedare. ¿Es tu pecho vidriera?
iU COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ
No hay burla mas verdadera DOÑA ANA. FLORA.
Que llegarse amor burlando ; ¿De qué historia de Zamora , Sospecho
Que el amor lisonjeando Señor primo , sacó el reto? Que no serán de importancia.
Entra mejor sin recelo ; •DON FÉLIX.
Porque el trato es como anzuelo, GASTÓN.
Que pesca el alma callando. No importan burlas , doña Ana , Como me voy. me confieso.
¿Había yo de aguardar En verdaderos sucesos : Primeramente, una noche,
A lo que pudiera ser, Lo que juro cumpliré , De tu despensa (ya tiemblo)
Y que hablando de querer, Si el mar, la tierra y el fuego Descolgué cuatro chorizos
Te supieras tú guardar? Y todos los vientos juntos Y una pierna de carnero.
La ocasión ha hecho errar Se me pusiesen en medio. Las tres azumbres de vino
Muchos que no lo creyeron , DOÑA ANA. Por que azotaron al negro,
Que mas santos que tu fueron : ¿Todos los vientos? Yo me las bebi también.
Luego, Félix , no presumas DON FÉLIX. FLORA.
Que te servirán lus plumas Camina , déjate deso. .
Con que los otros cayeron. Y todo
Cuanto es poder y no es cielo, GASTÓN.
DOX FÉLIX. De no verte eternamente Échame tu bendición ;
Disculpas tu liviandad Mientras en tu casa... Que espero , Flora , en el cíelo
Con lo que está por venir. FLORA. Que has de obispar algún día.
DOÑA ANA. Pienso , FLORA.
Nunca ha sido el prevenir Don Juan , que te has vuelto loco. ¿Qué dices?
A lo menos necedad. DON FÉLIX. GASTÓN.
DON FÉLIX. Pon , Gastón , mi ropa presto ; Que siempre es bueno
El mudar tu voluntad Esos papeles recoge , Recebir la bendición de lo
Bien se ve que no es honor. Saca esas maletas luego. De los que lo son por cierto,
doña ana. Hoy me parto á la montaña: Aunque no sean obispos ,
El casarme, ¿qué mayor? Déme el valle de Carriedo Porque después pueden serlo.
DON FÉLIX.
En sus celes sepultura ; A mi señora doña Ana
Lloren mis padres. No hablo, porque la veo
¿Tal dices? ¡Plega á los cielos Con las manos eñ los ojos. —
Que nunca te falten celos FLORA.
Y siempre te sobre amor! ¿Qué es esto? Tú , Inés , pues bien los merezco ,
¿Hay tan grande libertad? ¿Adonde vas de ese modo? Dame tus abiertos brazos.
¿Esto se sufre á mis ojos? ¿ Es justo que su remedio INÉS.

doña ana. Quieras quitar á tu prima? En fin ¿te vas?


Félix , con menos enojos ; DON FÉLIX. GASTÓN.
Que es esa mucha amistad. Tia, ya no mas , ya es hecho. ¿Cómo puedo
DON FÉLIX. Yo he llegado á declararme : No irme?
¿Fiaste de mi lealtad ? No te espantes ; que estoy muerto: INÉS.
Cúlpate á ti , que formaste
DOÑA ANA. La ingrata por quien me pierdo. Dios te encamine.
Ni aun de mi pienso liarme. ¿Para esto vine á la corte, GASTÓN.
DON FÉLIX. V á tu casa para esto? Y á ti te libre de perros.
No has acertado en dejarme ; ¿Para esto me diste en ella FLORA.
Que en llegando á no querer, ' Con tanto amor aposento? Álzalos ojos, doña Ana,
¿Qué piensas que puedo hacer ¡Doña Ana se ha de casar! Alza los ojos del suelo.
Sino vengarme ó matarme? Otra vez le ruego al cielo ¡Lágrimas tú!
GASTÓN.
Que si volviere á tu casa DOÑA ANA.
Señor, ten por Dios cordura. Me pase... Pues ¿qué quieres,
GASTÓN.
INÉS. Pues ya se va cuanto quiero?
Calla. Y cuando no fuera así,
Señora , ten mas acuerdo. DON FÉLIX.
DOÑA ANA.
¿A ser tu sangre no debo
No quiero. Estas lágrimas?
Déjame , necia. GASTÓN. FLORA.
GASTÓN.
¿Voy á poner las maletas? No digo
Señor, DON FÉLIX. Que no llores, que aun yo tengo
Advierte... Como cera el corazón ;
DON FÉLIX. • Pues ¿eso dudas?
GASTÓN.
Pero que tengas consuelo ;
Déjame , necio. Que en haciéndose la boda,
Harélo Con la bendición del cielo,
ESCENA XIII. Con lágrimas de mis ojos. Querrás bien á tu marido
(Vase don Félix.) Como otras muchas lo han hecho.
FLORA. — Dichos. DOÑA ANA.
\ ESCENA XIV. Desconfio, madre mía.
FLORA.
FLORA.
¿Qué es esto ? ^ Otra vez pendencia ! FLORA , DOÑA ANA , GASTÓN, INÉS. La cosa de mas contento
DON FÉLIX. En la mujer son las galas,
Hago al cielo juramento , DOÑA ANA. Destas, dos mil te prometo.
Y á cuantas luces sagradas ■ Él se fué. . DOÑA ANA.
Son guarnición de sus velos , FLORA.
Madre, las galas y joyas
A la patria en que naci , ¿Qué es esto? No bastan, porque es lo menos
A mis padres y á mis deudos ,
A mis amigos...
GASTÓN. Para pasar tanta vida
Celos. Al lado de un hombre necio.
FLORA. Dame tus pies y perdona ( Vanse.)
Delente. Los pesares que te he hecho.
DON FÉLIX. FLORA.
No me detengas. - Yo te perdono, Gastón.
FLORA. GASTÓN.
Si quiero. ¿Sábeslos todos?
QUIEN AMA NO HAGA FIEROS. un
Sala en tasa del Conde. Los duelos con pan dorados. LISARDO.

DON FÉLIX. i ¿De qué lo estás? Consuélate conmigo.


ESCENA XV.
No hay, Gastón, sino partir. DONA ANA.
EL CONDE, MARCELO. GASTÓN. Con el agua ala boca,
CONDE. ¿No te alegra este dinero? ¡Me pides que hable!
LISARDO.
Dos cosas son bien notables. DON FÉLIX.
Ya no estoy para sentir ; Que te dejo digo
MARCELO.
Porque gozarlos no espero, Por loca y por ingrata, [trata !
La boda se vuelve á hacer, ¡Mal haya, amor, quien con verdad te
Y se va don Juan. Como el que quiere morir.
(Vate.)
CONDE. GASTÓN.
No hables ¡Mil ducados! ¿No estás loco? ESCENA XIX.
Jamás en loor de mujer ; ¡Pese al alma de un judío!
Porque todas son mudables. don félix. FLORA.—DOÑA ANA.
MARCELO. Ya todo lo estimo en poco.
Pero partamos con brio. FLORA.
Todas no ; que hablas con ira ;
Que es lo mas que dicen dellas, Celos, yo mismo os provoco ; ¿Qué voces son aquestas?
Engaño, burla y mentira. Que todo aqueste accidente, DOÑA ANA.
CONDE. Es hasta pasar la puente. Que he despedido, madre, el desposado
Quien pone esperanza en ellas, GASTÓN. En medio de las fiestas,
¿Qué piensa? De qué se admira? La puente de amor son celos. Y que se va de aqui desesperado.
¡Qué bien dijo Sanazaro, Paga el portazgo en consuelos, FLORA.
Que sembraba en el arena, Y pasarás felizmente. ¿Porqué?
Y que araba el viento claro... DON FÉLIX. DOÑA ANA.
MARCELO. ¿Cómo tengo de poder Porque no veo
Mas vale sola una buena Olvidar hoy, si amé ayer? El bien que adoro, el dueño que deseo.
Que el mundo. GASTÓN. ¡ Ay madre ! Ay madre mia! [ave!
CONDE. ¡Tuviera yo mil ducados! ¿Cuánto estará de aquí? ¡ Quién fuera un
Es ejemplo raro. Y una higa á los cuidados ¿Qué leguas en un (lia
MARCELO. De la mas linda mujer. Anda una posta? Pero bien lo sabe
¿Raro? Sin comparación {Vante.) Mi loco pensamiento,
Mas las que son buenas, son. Que va tras él acompañando el viento.
¿ Habrá mi bien parado?
CONDE. ¿En qué venta estará? ¿Si corre agora?
Creólo; estoy enojado : FLORA.
Terrible ocasión me han dado,
Y náceme hablar la ocasión. Sala en casa de Flora. ¿Que con vida he quedado,
Bien sé yo que una mujer Viéndote loca ya?
Virtuosa puede ser ESCENA XVIII. DOÑA ANA.
Corona de una ciudad ; Mire, Señora,
En muchas hay variedad. DONA ANA, LISARDO. Don Juan es su sobrino:
MARCELO. ¿Qué culpa tuve yo si á verla vino? #
Es que les falta el poder ; DOÑA ANA. FLORA.
Mas que varío un hombre sea, No tienes que cansarme; Acabóse, esto es hecho.
¿No es fealdad? Que ya estoy con intento diferente. Vente á acostar,doña Ana ,que estás loca.
ESCENA XVI. Ya no quiero casarme. DOÑA ANA.
LISARDO. Lleno de fuego el pecho.
DON FÉLIX, de camino; GASTÓN. Ni yo tengo paciencia suficiente Ya ni dormir ni descansar me toca.
Dichos. Para tanta locura, FLORA.
" don félix. Ni hay palabra en mujer, ni fe segura. Perdiendo estoy el seso.
Vueseñoria DOÑA ANA. ¿Haydesdichatan brava? Hay talsuceso?
Me dé los pies, porque vea ¿Quién dice que la tengas?
§ue viene el mal en un dia Vete con Dios, Lisardo, vete luego, ESCENA XX.
que el bien siempre rodea. Y eternamente vengas
Señor, mi padre me escribe A esta casa. INÉS.—Dichas.
Que queda para morir, lisardo. [fuego
CONDE. ¡Qué honor, qué amor! ¡Oh! INÉS.

Sola esa carta prohibe En quien pone esperanza Apenas puedo de risa
El detenerte, y sufrir En la esfera mayor de la mudanza ! . Darte un recado, Señora.
El alma el mal que recibe. ¿Para qué me llamabas? FLORA.
DON FÉLIX.
Yo ¿no estaba de ti tan descuidado ¿Viene el Conde por ventura?
Yo lo quisiera excusar ; Como de mí lo estabas? Buscaré dónde me esconda.
Para tanta deshonra ¡me has llamado!
Pero mi pobre hacendilla ¿De qué estás ofendida? ■ INÉS.
Mal se podrá gobernar; Mas debeslo de estar de ser querida. Que no es el Conde.
?ue costó mucho adquirilla, FLORA.
es un honrado solar. Basta ; que soy el coco :
A cualquiera desden de tus amantes, Pues ¿quién?
conde. (A Marcelo.) Teniéndome en tan poco INÉS.
Haz que le den mil ducados. Como se ve por burlas semejantes, Dos hidalgos en dos postas.
Vente conmigo, don Juan. Venga Lisardo, ¡ah cielos! FLORA.
DON FÉLIX. Y á todos cause con casarse celos.
¿Quién?
Vivas los años doblados Concertemos, doña Ana, INÉS.
De Néstor. Que esto pase por burla, y no de veras ;
[yame el Conde y Marcelo.) Don Juan y su criado.
Que yo vendré mañana,
Y otras mil veces que casarte quieras, DOÑA ANA.
ESCENA XVII. A hacer el fingimiento Toda el alma me alborotas.
DON FÉLIX, GASTÓN, De aqueste malogrado casamiento. FLORA.

GASTÓN. DOÑA ANA. Por el siglo de mi padre,


Por Dios, que van ■Déjame; que estoy loca. Que nos han de volver locas.
446 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DOÑA ANA. De tu carta ejecutoria? GASTÓN.
¿Burlaste, Inés? ¡Ay, sobrino, cómo entiendo
inés. Que la causa desto es otra ! Pero eres lu, y está rota.
¿Qué es burlarme? Pero sea lo que fuere, Hagamos las amistades,
Ya entran. Achaque quieren las cosas. Si en estrado y alhonibra
DON FÉLIX. Te sientes, y a la ventana
ESCENA XXI. ; Yo! plega á Dios!... Tengas papagayo y mona.
FLORA. INÉS.
DON FÉLIX y GASTÓN, en cuerpo.— No lo jures. Digo que yo te perdono.
Dichas. .
DON FÉLIX. GASTÓN.
GASTÓN. Tú verás si un ave torna Dame aquesa mano.
¿"De qué te enojas? Con mas presteza que yo, INÉS.
DON FÉLIX.
Por mas que los aires rompa, Toca;
Si la ejecutoria veo. Que cuando hay vergüenza en ellas,
¡ Jesús ! Jesús ! Qué descuido !
¡Los papeles que me importan FLORA. Achaque quieren las cosas.
Honra y vida, y por lo menos En noche escura y lluviosa
Donde está mi ejecutoria! No corras postas, sobrino ;
Sobrino, duerme y no corras;
FLORA.
¿Qué es esto, señor sobrino?
Vente á descansar; que en fin ACTO TERCERO.
Achaque quieren las cosas. (Vate.)
DON FÉLIX.
Sala en casa de dofia Juana.
Este demonio, que acorta
Mi vida con sus descuidos. ESCENA XXII.
ESCENA PRIMERA.
DOÑA ANA. (dp.)
DON FÉLIX, DOÑA ANA, GASTÓN, LISARDO , DOÑA JUANA.
Temblando me tiene toda.
INÉS.
DON FÉLIX.
DOÑA JDANA.
; La ejecutoría olvidada. En fin, ¿que se fué don Juan?
DO,N FÉLIX.
Que es todo mi amparo y honra,
Me deja en el aposento! ¿No me hablas? LISARDO.
¡Vive Dios! DOÑA ANA. Celos de mi casamiento ,
GASTÓN. ¿Qué he de hablar? Aunque todo ha sido viento ,
Tenle, Señora. ¿Soy tu ejecutoria agora? ■ Notable pena le dan.
DON FÉLIX. DON FÉLIX. DOÑA JDANA.
Estaba en Villacastin, Eres alma por quien vivo, Y ¿que era primo y galán
Y con 1% ocasión forzosa Eres mi bien y mi gloria. De doña Ana?
De ser el lugar behetría, ¿Casásteteya? LISARDO.
Que noble o no, tanto monta, DOÑA ANA. Desta suerte
De mi ejecutoria trato No sé. Don Juan al Conde divierte;
Con tres ó cuatro personas Que cuanto trató contigo
DON FÉLIX.
Que estaban en la posada, Fué engaño de falso amigo ,
Si te llamabas mi esposa, Áspid, arsénico y muerte.
Y dice con linda sorna ' ¿Cómo te has casado? ¡ Ay cielo!
El picaro, el ganapán, El áspid entre las flores
Venga el dichoso que goza Mata al villano inocente ,
Que se le olvidó. Tus manos ; déme la muerte,
GASTÓN.
Como en cristal el ardiente
Si bien el gozarte sobra. Arsénico á los señores ;
Reporta DOÑA ANA. La muerte con sus rigores
La cólera. Y todo aqueso que dice, Asada con pies de lana
DON FÉLIX.
¿Lo dice la ejecutoria? Nuestra flaca vida humana :
Pues , picaño, Tal vino á quitar la vida.
No se os olvida la bola, DON FÉLIX.
SI, mi bien. En su hermosura escondida ,
Ni para vuestros regalos La variedad de doña Ana.
La bien prevenida alforja, DOÑA ANA. Yo, Señora, arrepentido
¿Y mi ejecutoria sí? ¡Válgame Dios, De mi amor y su rigor,
FLORA. Qué hidalguía tan famosa!— Quise conducir mi amor
Ten la espada rigurosa. Entra, Gastón, por la caria. A las aguas del olvido.
GASTÓN. DON FÉLIX. Del tiempo que la he querido
Llega tú, pues eres ángel , ¿Qué carta? Pido á tu gracia perdón ,
Si le acuerdas de la historia DON» ANA. Dando por satisfacion
Del sacriücio. ¿De la memoria Sus engaños tan mal hechos ;
Se te olvida á lo que vienes ? Que todos los nobles pechos,
DOÑA ANA.
No sé Achaque quieren las cosas. (Vase.) De engañar fáciles son.
DOÑA ANA.
Si me conoce. GASTÓN.
GASTOS. Brava vaya nos van dando ! Antes te quiero creer
Que quererle.
Y le adora. DON FÉLIX.
LISARDO.
DOÑA ANA. Voy á ver si la apasionan La venganza
Viniendo de tanta ausencia, linos deseos rendidos
Puede ser que no conozca Por unos ojos que lloran. (Vase.) En amor todo lo alcanza.
DOÑA JDANA.
Los que le habernos servido. INÉS.
Y á él ¿qué se le ha olvidado? Venganza debe de ser.
GASTÓN.
¿Ausencia llamas seis horas? ¿Es escarpín? LISARDO.
GASTÓN. Quise esta ingrata mujer,
FLORA.
Repórtale ya, sobrino ; Una moza Que á don Juan tanto ha querido ;
Que estaba en aquesta casa Pero, el engaño entendido,
Que es ya tarde, y si alguien ronda, Pagó, Señora, tu amor ;
Pensará lo que él quisiere; A manera de pelota.
Y es la vecindad de forma, Que la venganza mayor
INÉS. Es pasar de amor á olvido.
Que daremos que decir. ¿No es él hida'go también ? Yo la amaba con lealtad
En fin, ¿iú vienes á posta, No viene á buscar lajoya En tanto que me engañaba;
Digo por la posta, en busca De su ejecutoria? " " . Que, como verdad trataba ,
QUIEN AMA NO HAGA FIEROS. 447
Juzgué su amor por verdad; DOÑA ANA. INÉS.
Has viendo su falsedad , Cuando se atrevió tu fe Abonado.
Y de los dos el concierto, A solicitar mi olvido. GASTÓN.
Quedó todo descubierto , DON FÉLIX. ¿Hay tachas que me poner?
Y como loco mi amor;
Que los celos son dolor Celos en gente discreta DOÑA ANA.

Que liará dar voces á un muerto. Siempre fueron disculpados. Mas que cabellos.
DOÑA ANA. GASTÓN.
DOÑA JUANA.
Con celos nunca se olvida; Cuando son celos honrados, Señora,
No es posible que lo estés. De que el alma se inquieta. Cuánto don Félix te adora
LISARDO. DON FÉLIX. Ha confirmado el volver.
Si es agravio, tú ¿no ves ¿Hay celos sin honra ? Desenójate, por Dios;
Que no hay cosa que mas pida DOÑA ANA.
Que ya bastan cuatro dias
Vengcnza tan merecida? De vuestras melancolías.
Si. Ea, ¿qué os miráis los dos,
DOÑA JUANA. DON FÉLIX. Si os morís por abrazaros?
Si no van tus pensamientos ¿Cuáles? Acerca á dona Ana, Inés.— •
Mas queá la venganza atentos , DOÑA ANA. Y tú mueve ya los pies.
Ni cases ni hagas mudanza ; Los que piensan mal INÉS.
Que nunca por la venganza De una persona leal.
Son buenos los casamientos. Acabad de concertaros;
DON FÉLIX. Que don Félix dirá al Conde
LISARDO.
Engañaste. Que se volvió del camino
No tienes ya qué temer; Porque un hombre propio vino ,
DOÑA ANA.
Que son comenzar á amar, En que su madre responde
Señora, en otro lugar. ¿Cómo asi? Que ya está su padre bueno.
Principios de aborrecer ; DON FÉLIX.
DOÑA ANA.
Y en siendo tú mi mujer, Porque no puede haber celos
¿Por qué ha de faltarme el trato i Pobre de cualquier mujer,
Que piensen bien, porque son Que siempre habernos de ser
Que á nadie ha salido ingrato? Temor. Vasos de vuestro veneno ,
DOÑA JUANA. DOÑA ANA. Blanco de vuestros enojos
Porque aunque en mis brazos sea , La satisfacion Y centro de vuestros celos!
Quien los que amaba desea , Ha de quitar los recelos ; DON FÉLIX.
Tendrá en el alma el retrato. Y los celos han de ser
Tras esto, palabra di Por eso os dieron los cielos
Tales, que callarlos pueda l'osesion de nuestros ojos ,
De casarme con don Juan El que los tiene, y no exceda Llave de nuestros sentidos ,
Al Conde. Del crédito que ha de haber Imperio de nuestros pechos,
LISARDO. De las prendas del honor. Dudosos ó satisfechos ,
Las que se dan , DON FÉLIX. Amados ó aborrecidos.
Bella driña Juana , asi , Como no los has tenido , DOÑA ANA.
Muy pocas veces las vi Culpas mi error.
Llegar hasta el cumplimiento; Yo te abrazo , y. lo deseo.
DOÑA ANA.
Que basta ser casamiento DON FÉLIX.
Para empezar á mentir, Nunca ha sido A no ser tan pertinaz...
Pues el eco ha de decir, Grande sin celos amor. GASTÓN.
Tras el casamiento, miento. DON FÉLIX.
¡Oh, gracias á Dios; que en paz
DOÑA JUANA. Pequeño el tuyo seria Como gente honrada os veo!
Ahora bien, yo he de informarme Por esa misma razón. Déme su merced á mi
Desta ausencia y deste enredo, DOÑA ANA. Los brazos.
Donde verás lo que puedo. Celos tuve ; pero son INÉS.
En pudiendo asegurarme. Como en causa tuya y mia. También le abrazo.
LISARDO. Y bien te acuerdas que fueron
Mucho quisiera emplearme Principio de nuestro daño. ESCENA III.
En quien vengarme pudiera. DON FÉLIX.
DOÑA JUANA. Ya, mi bien, el desengaño . DONA JUANA.— Dichos.
En casa de Flora espera. De mis verdades te dieron ;
LISARDO. (Ap.) ¿A qué puede tu belleza DOÑA JUANA.
Celos, á muchos casáis ; Ni mi grande amor llegar, No me desagrada el lazo.
Pero no me arrepintáis, Que á obligarme á confesar doña ana. (Ap. d don Félix.)
Pues es menos mal que muera. Que tuve, en volver, flaqueza?
Al Puerto, mi bien, llegué; ¿Es la tal?
(Vanse.) DON FÉLIX.
Pero no pasé del Puerto,
Porque de tu olvido cierto, Pienso que si.
•En su nieve me abrasé. DOÑA JUANA.

Sala en clsa de Flora. Apenas á Guadarrama Pícenme que estás ausente,


Vi la cumbre, cuando vi Y ya tan presente estás ,
Mi' cierta muerte si allí Que nunca te ausentarás
ESCENA II. No hallaba paso mi llama. Del bien que tienes presente.
Busqué el achaque que ves, DON FÉLIX.
DON FÉLIX, DOÑA ANA, GASTÓN, Y el rostro vuelto á la torre,
INÉS. Dije á Gastón : «Pica, corre, Dijéronte la verdad :
Hasta que en Madrid estés; Yo llego agora á Madrid.
DON FÉLIX. Queme dejo el alma allá, DOÑA ANA.
No es de noble el castigar, Ejecutoria d*l cielo»... Si os estorbo, me advertid ;
Ni la venganza hidalguía. —Y aun olvidada recelo, Mas quiéroos dejar: hablad.
DOÑA ANA. Pues en tu pecho lo está. DOÑA JUANA.
Es mucha la ofensa miu. Ya vine, ya he confesado Antes yo debo de ser
DON FÉLIX.
Que no he de vivir sin tí.— La que estorbo.
I Gastón, ¿no es aquesto ausi? DOÑA ANA.
Quien no sabe perdonar
No diga que es bien nacido. DOÑA ANA. No lo creas.
Y yo ¿cuándo te agravié? i ¡Qué buen testigo! (Yante doña Ana y Inés.)
•US COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA IV. DOÑA JUANA. DOÑA ANA.
Digo que si. ¿Tienes vergüenza en la cara?
DON FÉLIX, DOÑA JUANA, GASTÓN DON FÉLIX. GASTÓN.
¡ ¡Gastón! Que viene el Conde repara.
DONA JUANA. : GASTÓN.
DOÑA ANA.
Don Juan, bien venido seas. Señor... Esto me fallaba agora'
don Félix. ( Ap. á Gastón. )
gasto:». (Ap.)
¿Cómohabia
Esta nos echa á perder. Doña Ana de recebirme? ESCENA VI.
DON FÉLIX. ¡Oh, qué mal hice en venirme !
No sé si soy bien venido ; No en vano me resistía. EL CONDE, MARCELO.—DON A ANA.
Ya me quisiera tornar. Con el Conde está casada. DON FÉLIX , GASTÓN.
DOÑA JUANA. • GASTÓN.
¿Cómo lo puede dudar El que quiere y se resiste , CONDE.
Quien es tan bien recebido? En otro gusto consiste. ¿Tan presto vino don Juan?
• DON FÉLIX. DON FÉLIX. DON FÉLIX.
¿Es malicia? Que hallara, Gastón, mudada Para serviros, Señor.
DOÑA JUANA. Una mujer en ausencia CONDE.
No lo sé. De un año, y aun.de un mes, vaya ; ¡Oh amigo! —
Si pueden mentir los ojos... Mas que mudado se haya Todo es amor. (Ap. á Marcelo.)
En seis horas, no hay paciencia. márcelo. (Ap. al Conde.)
DON FÉLIX.
No es bien , Señora, que enojos GASTÓN. Y mas, que juntos están.
Aquel abrazo te dé; ¿Seis dices? ¿ Deso le espantas?] CONDE.
Porque ¿cuál recien venido Pues tu ingenio ¿no adivina Si estarán.
No le merece? Que son casas de la China , MARCELO.
Compuestas de piezas tantas, Disimulando
DOÑA JUANA.
Que en un hora un caballero Harás aquesto mejor.
Es asi; Muda á otro barrio su casa?
Pero al partirte de aquí Pues así esta gente pasa conde. (A don Félix.)
Ni al venir le he merecido : Su casa al barrio primero. ¿Cómo te has vuelto?
Al partir, por no saber Preguntaron á un letrado DON FÉLIX.
Que de Madrid te partias ; Cómo firmeza tendría
Y al volver, porque tenias Señor...
Una mujer, v aquel dia , márcelo. (Ap. al Conde.)
Los brazos que vengo á ver. Después de Haberlo estudiado,
De suerte que ni venido Dijo, mil libros leidos, ¿ No ves que se está turbando?
Ni partido te he gozado ; Y advirtiendo en sus antojos : DON FÉLIX.
Que á pecho tan apartado «Como naciera sin ojos Una carta recebí
Nunca le hicieron partido. Y tapados los oídos.» Con un propio , en que ya estaba
• DON FÉLIX. Mi padre bueno.
DON FÉLIX.
Yo soy lo que prometí , Ahora bien ; hasta saber CONDE.
Y tú sin causa celosa ; Si esto es asi ó no es asi , Pensaba
Mi prima es deuda forzosa , Disimulemos aquí. No verte tan presto aqui.
Y cuando yo me partí
GASTÓN. DON FÉLIX.
No me daban mas lugar,
Ni me pude detener. Y aun mudos podemos ser. Los deseos de servirte
DON FÉLIX. Me han vuelto.
DOÑA JUANA.
Doña Juana , si casada CONDE.
Disculpas de aborrecer Bien se parece.
Nunca las admite amar ; Doña Ana está con el Conde,
Mas ya, don Juan, que has venido , La misma razón responde MARCELO.
Asegura mis temores , Que está muy bien empleada. Que lo agradezcas merece.
Pues las obras son amores, ■ Ello ha sido su ventura ; CONDE.
Y la palabra te pido. La mía contigo sea ,
Que es es lo que el alma desea Tengo, don Juan , que decirte
DON FÉLIX.
Y lo que mi honor procura. Una grande novedad :
En hablando al Conde, haré, Que me caso con doña Ana.
DOÑA JUANA.
Con su licencia (que es justo), márcelo. (Ap.)
Señora mia, tu gusto ; Ahora sí que procedes Bien dicho. •
Porque su gusto no sé ; Como hidalgo montañés ;
DON FÉLIX.
Que no querría que hubiese Y así , quiero que me des
Los brazos que me concedes , (Ap. Esperanza vana,
Reliquias de aquel amor ¿Qué aguardáis? Desesperad.)
Que te tuvo. Ya por ser recien venido,
Ya porque mi dueño eres. Huélgome yo de tener
DOÑA JUANA. Tal señora.
DON FÉLIX.
¡Qué temor CONDE.
Tan sin propósito es ese ! Por lodo , pues tú los quieres. Yo pudiera
Adora el Conde en doña Ana , (Abrázala.) Buscar mi igual ; mas no hubiera
Casarse quiere con ella. ESCENA V. En todo el mundo mujer
DON FÉLIX. De su virtud y valor.
■DOÑA ANA. - Dichos. Por señora la tened.
¿Qué dices?
DOÑA JUANA. DOÑA ANA. DOÑA ANA.

Que ya atropella ¡ Bien á fe ! Por tal favor y merced


Aquella arrogancia vana Beso vuestros pies , Señor.
DON FÉLIX. {Ap.)
Con que fué Luzbel de si, Yo soy perdido.. DON FÉLIX.
Y de sí mismo cayó. Dadme , Señora , las manos.
DOÑA ANA.
DON FÉLIX. DOÑA ANA.
Muchos años os gocéis.
¡Casarse el Conde! Alzaos, don Juan.
DOÑA JUANA.
DOÑA JUANA.
Para servirte serán ; GASTÓN. (Ap.)
Pues ¿no? Que ya es mi dueño don Juan. ¿Qué es aquesto*
DON FÉLIX. Y pues que ya lo sabéis , DON FÉLIX. (Ap.)
¿Sábeslo? Voy á visitar á Flora. (Vafe-) ¡ Ah, cielos!
QUIEN AMA NO HAGA FIEROS.
DOÑA ANA. (.1/).) i Por excelencia le llaman. DON FÉLIX.
Vengúeme presto. No quedé con mucha hacienda : Buscar venganza
DON FÉLIX. (Ap.)
Ser moderada fué causa 1 De una mujer que me ha muerto
De venir á la ligera ¡ Con obras y con palabras.
No eran mis recelos vanos. A Madrid , centro de España. " (Vanse ¡os dos.)
CONDE. Un hábito pretendía, FLORA.
Vamos un poco al jardín. Que mis aumentos trataba , ¿Hay suceso, ni le ha habido,
DONA ANA. Cuando amor en la Merced , Que tenga comparación
Oyendo misa una pascua, Con tan extraña invención?
Aquesta mano os aguarda.
( Da la mano al Conde ; y ruase ella, él Me la hizo de que viese
La hermosura de doña Ana.
Notable venganza ha sido.
y Marcelo. ) Vila , perdi los estribos
De! sentido, llegué á hablarla. ESCENA IX.
ESCENA VIL Túrbeme; que si hay estrellas,
En un instante se ama. DONA ANA.— FLORA.
DON FÉLIX, GASTÓN. Debióle de suceder
Lo mismo; porque, turbada, FLORA.
DON FÉLIX.
Cogieron sus ojos rosas ¿Hay mujer de tal ventura ,
¿Qué respeto me acobarda . De su bellísima cara. Si llega á efeto mi bien?
De no procurar mi lin ? Pregunté quién era, y fui DOÑA ANA.
¿ Cómo no d igo , Gastón , Siguiéndola hasta su casa ,
Mis desventuras á voces» ¿Qué hay, Señora?
Donde , como flor del sol ,
CASTON. Hizo oriente sus ventanas. FLORA.
Ya lo que es poder conoces , Merecí que recibiese En tu desden
Y juntamente qué son Mis suspiros, sin palabras, Mi dicha estuvo segura.
Las mujeres , si hay revuelta Después escritas, después : Bien haya el primero dia
De celos de su galán: Dichas y después juradas. Que amaste á don Félix!
Baile de a cuatro, que están Tras tanto después (que en fln, DOÑA ANA.
Con otro hombre á cada vuelta. Para mas después guardaba ¿Qué?
DON FÉLIX. Amor las penas de entonces), FLORA.
Me escribió, por darme entrada Ya sé quién es, ya lo sé,
Que no me digas consuelos ; En su casa, que fingiese
Que nunca los hombres sabios El venir de la montaña , Y sé que no soy su üa.
Los dan para los agravios ; Ya me ha dicho la invención :
Que en los agravios no hay celos. Y llamarme don Juan , Flora, Celos son grandes parleros ;
Daré voces. De Velarde y de Sarabia. Que son valientes, de fieros,
GASTÓN.
Dije que era* tu sobrino , Puesto que cobardes son.
Fingiendo que de tu hermano Ya sé que don Félix es
Oye un poco. Las carlasse me perdieron De Córdova y de Cardona.
DON FÉLIX. Al pasar por Guadarrama.
Detenerme es desvarío. DOÑA ANA.
Acomodásteme , Flora,
Para mayor abundancia ¿Luego el ser quien es abona ,
ESCENA VIII. De la propuesta invención Madre , la historia que ves?
Y de la fingida traza. FLORA.
FLORA. — Dichos. Con el conde Otavio, á quien Por mi bien le aborreciste ,
Sirvo, como ella lo manda. Ana , y al Conde niraste.
FLORA. Al cabo de mil sucesos, Pues para tí padre hallaste,
¿Qué es esto, sobrino mió? Comienzan , Flora , mis ansias ; Y á mí marido me diste.
DON FÉLIX. Que no hay fortuna de amor Ya estamos los dos casados ,
¿Ya no lo ves ? — Estoy loco. Sin principio de bonanza, Que él me tiene voluntad ;
FLORA. Ni bonanza que no tenga Y no es , hija , liviandad ,
La tormenta á las espaldas; Sino partir los cuidados
¡Loco, sobrino! ¿De qué? Que no las tiene seguras Del gobierno de la casa ,
DON FÉLIX. Aun de sí mismo quien ama. Y' que asista un hombre en ella,
¿Quieres escucharme? Quiérese el Conde casar Porque sin él la atrepella
FLORA. Con ella; y ventura tanta Cualquiera viento que pasa.
Si. No quiera Dios que la pierda ¿Qué picaro no se atreve
DON FÉLIX.
Porque yo venga á inquietarla. A una viuda así sola ,
Cásese doña Ana, es justo; Pues por mas que se acrisola ,
Oye, por tu vida. Que no es mucho que sus gracias No cumple con lo que debe ?
PLORA. Suban á ser señorías , Tengo pleitos; es forzoso
Di. Pues que son señoras de almas. Un nombre que enlienda en ellos.
gastón. (Ap. á su amo.) Yo he puesuren razón mi amor; DOÑA ANA.
¿Qué quieres hacer? Y con algo de venganza ¿Saldrás fácilmente dellos,
DON FÉLIX.
(Que un pensamiento ofendido Si los gobierna tu esposo?
Todo es trazas y amenazas), FLORA.
No sé.— Quiero casarme" contigo;
Yo soy, generosa Flora , Porque tus prendas son tantas, Son cosas muy fastidiosas
Caballero de Granada... Tan claro tu entendimiento, Estas deudas de tu padre.
— Has de escucharme hasta el fin Y tu nobleza tan clara , Hombre importa.
Sin responderme palabra. — Que no habrá quien no me estime DOÑA ANA.
Don Félix es mi apellido, Por prudente ; que mi casa ¡Ay madre, madre!
De Córdova , y de la casa Ha menester tu gobierno, Achaque quieren las cosas.
De los marqueses de Priego; Y la del Conde te aguarda ; FLORA.
Que no menos que su hermana Porque siendo suegros suyos ,
Fué mi madre, si bien era Sin esto , mi soledad ,
Haz cuenta , Flora , que mandas Y el verme de noche aquí
Natural, que no bastarda ; Su estado y que él favorece
Pero ser Córdova , Flora , Con esclavos, es en mi ,
Mis pretensiones honradas. Masque honor, temeridad.
Por cualquiera parte basta Esto te digo en secreto,
Para tener honra un hombre, Si quisiese algún ladrón
Grandeza , opinión y fama : Allá consigo lo trata ; Tomar esa poca plata,
Son los Córdovas , Cardonas Que yo sé que es tu remedio. De aquesta gente que trata
Y Aragonés sangre clara, gastón. (Ap. á su amo.) De escalar cualquier balcón
Donde hubo un hombre, que el Grande ¿Qué has hecho? Y dar garrote a una reja,
I -i 29
430 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ
¿Qué remedio nos quedaba? Agora que solo está.
Hija , la mujer mas brava ESCENA XIII.
Es en fin humilde oveja. márcelo. (Ap. al Conde.)
No hemos de estar temerosas EL CONDE, MARCELO.—DOÑA JUA Su madre viene.
Que un bellaeo nos taladre NA. conde. (Ap.)
Las puertas. CONDE. No habrá
doña ana. Es medio acertadísimo, Marcelo, Quien de matalle me aparte.
¡Ay madre, madre! (Ap.dél.) FLORA.
Achaque quieren las cosas. El fingir que me caso con doña Ana. A hablar á vueseñoría
FLORA. MARCELO. Vengo con mucho contento.
Con esto, si viene aquí, Es en mujeres el mejor anzuelo;
Anímale al casamiento. ( Vase.) Ninguna deja de picar en vana. conde.
Ese me falta, aunque intento
ESCENA X. DOÑA JUANA. Tener contento algún dia.
i ¡Oh Conde, mi señor! guárdete el cielo. FLORA.
DOSA ANA. CONDE. Quiero decirle un secreto
Buenas noches, pensamiento; ¿Adonde bueno,- hermosa doña Juana? Como á mi yerno y señor.
Que ya no hay luz para mi. DOÑA JUANA. conde.
Mas ¿cómo pueden ser buenas A daros parabién del casamiento ; Como á tu amigo es mejor,
En las camas regaladas, Que el pésame os viniera mas á cuento. Cuya lealtad te prometo;
Si no hay blandas almohadas CONDE. Que eso de yernos es cosa
Cuando son duras las penas? Por celestial influencia
¡Hay desatino como este ! ¿Es por la calidad ? Malquista con la paciencia ,
Yo, celosa , al fin pensé DOÑA JUANA. Y con el gusto enfadosa.
Venganza que honrosa fué , Ninguna os debe Lo que es suegros y cuñados
Aunque la vida me cueste; Una mujer hidalga y bien nacida, Es república insufrible.
Pero don Félix ¿qué intenta Y que por lo que tiene de ser rosa , FLORA.
Si con mi madre se casa? Vino bien que naciese en Espinosa.
Mas es por tenerme en casa ; Mas si esta rosa , aunque tan linda, fuese Luego ¿ya será imposible
Que es potro en que me atormenta. Cogida al alba de extranjera mano, Que vivamos concertados?
Querráme dar mala vida , ¿Seria bien que ya marchita y seca conde.
Padrastro me querrá ser. A las vuestras viniese? Pues si tú me quieres dar
CONDE.
Esa tu marchita rosa ,
ESCENA XI. Los monteros de Espinosa
¡ Extraño caso ! ¡. Cómo la podrán guardar?
DOÑA JUANA.— DOÑA ANA. Doña Juana, ¿qué dices? Si son celos
Mios ó de don Juan, ¿por qué me matas, No la guardaste, ó quisiste
No la guardar de su primo ,
DOÑA JUANA. (Ap.)
Y mi desdicha sin razón dilatas? Y ¡á mi honor, que tanto estimo,
Bien puede un hombre temer DOÑA JUANA. Su deshonor ofreciste!
Una mujer ofendida , Don Juan.su primo,essugalan, desuerte Pues ¡ vive Dios!...
Y esté muy cierto don Juan Que casas con mujer que en tu criado FLORA.
Que, entendida su invención, Ha puesto hasta en las obras su cuidado. ¡ Qué engañado
Me ha de dar mas ocasión CONDE. De algunos celos estás!
Que sus recelos me dan. ¿De qué lo sabes tú? conde.
DOÑA ana. (Ap.) DOÑA JUANA. ¿Yo engañado?
Esta es mi fiera enemiga , De lo que he visto ; FLORA.
Aunque mi madre lo es mas : Pues, fuera de señales evidentes, Aquí verás
No pienso verla jamás; Le vi darle sus brazos. La presunción que le han dado ;
Que hasta verla me fatiga. Porque este no es mi sobrino.
CONDE.
Della comenzó mi daño,
¡Vive el cielo, CONDE.
Ella causó mi dolor.
Por ella entró con rigor Que no hay de quién fiar! — ¿Qué haré, Y' eso ¿no es mucho peor?
En mi alma el desengaño. márcelo. [Marcelo? FLORA.
Dejad, engaños, mi pecho; ¿Quién te ha de aconsejar? No, Conde, sino mejor.
Que ya la desconfianza CONDE. Este caballero vino
En mi perdida esperanza Vete, Señora; De Granada á pretender
Tan grande escarmiento ha hecho. Que yo sabré tomar venganza agora Un hábito.
Bien me pudiera casar Del criado traidor que me ha ofendido. conde.
Con Félix; mas, temerosa ¿Qué amistad
De vivir siempre celosa , MARCELO.
Me haces en dar calidad
Su placer llamo pesar. Agora, Señor, pienso que escondido A quien has dado mujer?
Ya no se atreve mi pecho Estaría en su casa aquestos días,
FLORA.
A dar lugar á su amor, Y que fingió el camino para eso.
No he dado tal.
Porque es tanto mi temor, DOÑA JUANA.
CONDE.
Que huyo de mi provecho. Así porque decir verdad profeso ,
Decir pudiera mi engaño Como por lo que debo á tu persona , Luego ¿ en él
Y dar mi amor á entender; Quise desengañarte. No has á doña Ana empleado?
Pero no quiero querer CONDE.
FLORA.
Con el miedo de mi daño. (Vase.) Agradecido, No , pues tengo concertado
De no te haber amado perdón pido. De casarme yo con él.
ESCENA XII. ( Vase doña Juana.) CONDE.
MARCELO. ¿Túconél?
DOÑA JUANA. FLORA.
Siempre tuve, Señor, este recelo.
Doña Ana está recelosa ; CONDE.
Pues ¿por qué no?
Ya no me habla , y de mf CONDE.
Morir tiene este bárbaro, Marcelo.
Se guarda porque" entendí ¿Engáñasme?
Toda la historia amorosa. ESCENA XIV. FLORA.
Pues presto los dos verán De concierto,
Qué puede el agravio mió. FLORA. — EL CONDE , MARCELO. Como á mí , Señor, te advierto.
Él Conde es este, en quien fio FLORA. (Ap.) CONDE.
La venganza de don Juan. Bueno será darle parte, Pues daré esta noche yo,
QUIEN AMA NO HAGA FIEROS.
Porque se case contigo, En la vista los reflejos? CONDE.
Seis mil ducados de albricias. Pues viendo lejos, Gastón, No es decente á tu persona
FLORA. La luz de doña Ana bella , El casamiento que dices,
Pues, Olavio, si codicias De deslumhrado con ella , Aunque tu palabra rompas ;
Ser lau liberal conmigo, Me puse en tal confusión. Que bien se que lo tinglas,
Yo me contenió con dos. GASTÓN. Primo don Félix , con Flora ,
CONDE. El Conde está aquí. Como con doña Ana yo ,
Aunque en el valor me sobra.
No puede baber desengaño DON FÉLIX.
Pero estoy casado ya ,
Que satisfaga mi daño Señor... Y esperopresto la novia
Como casaros los dos. — CONDE. Mas bella que ha visto el sol
Marcelo, ¿ puedo creer Don Juan, si es este lu nombre , Desde que baña la aurora.
Lo que dice Flora? Yo he sabido que eres hombre Liberal seré contigo ;
MARCELO. De prendas y de valor. Porque quiero que dispongas
Si, Ya no hay de qué recatarte; Tú con el tuyo mi gusto.
Y él acierta, en cuanto á mí , Que Flora me ha dicho aquí Haz que noslas llamen. — ¡ Hola!
En tan prudente mujer. Quién eres. Esas damas. — Tú, don Félix ,
CONDE. DON FÉLIX. Finge ser el novio agora.
Cuál era de todo el mundo Porque temí , MARCELO.
El mas discreto, quería Aunque inocente, enojarte, Ya vienen todos, Señor.
Saber un rey, y aquel dia Le dije que era sobrino GASTÓN.
Dante, en las Tetras profundo , Del marqués de Priego. Flora ha dejado las tocas,
Le dijo que el mas discreto CONDE. Y viene con lechuguillas.
Fué Demócrito, aquel sabio, Aguarda. Ño dudes que, á venir sola,
Sin bacer á nadie agravio , Temo para mi que fuera
Mas prudente y mas perfelo ; DON FÉLIX.
Y era porque se reia Ya sin razón me acobarda La mas hermosa de todas.
De todo cuanto pasaba ; La fuerza de mi destino. ESCENA XVI.
Que si Heráclito lloraba , Don Félix es, gran Señor,
Fué necia fdosofía. de Córdova y de Cardona LISARDO y FINEO, acompañando á
Ciento y veinte años vivió Mi nombre. DONA ANA y DOÑA JUANA, con ves
Demócrito con su risa ; CONDE. tido» enteros; y de la mano deFineo,
l"l llorón se dio mas prisa; Bien lu persona FLORA , con lechuguillas y galas, r
Que á sesenta no llegó. Concierta con tu valor. INÉS, detrás.— Dichos,
MARCELO. Eso me encubrió, pensando lisardo.
Pues¿qué quieres ser agora? Que el decir tu calidad
T'orciera mi voluntad , Por padrino me traían
CONDE. Desta boda ; pero ignoran
Un Demócrito, de ver Como ya se va trazando.
Dame esos brazos ; que soy Queestábades vos aquí,
Que busque don Juan mujer... Y en ocasión tan dichosa.
( Ap. Y que se le antoje Flora. ) Primo luyo.
CONDE.
DON FÉLIX.
MARCELO. Serélo de buena gana ,
Esto de los casamientos Tus pies beso;
Que mas honrado con eso Y vendrán á ser tres cosas :
Es cosa para reír ; Casamentero y padrino
Y' asi, se ven dividir , Que de mis padres estoy.
Y pues que la fuerza es mucha , Y velado en una sola.
Como dicen, por momentos. Comienzo por la primera.
Esto te ha estado muy bien : Y el parentesco no es poco, -
Oye á un hombre de amor loco. caston. {Ap.)
Cásese Flora en buen hora. ¡Bravos pares de palomas!
CONDE.
CONDE. Mas las unas son torcaces ,
Entra á componerle, Flora , Bien puedes.hablar.
Y palominos las otras.
Y avisa á don Juan también; DON FÉLIX.
CONDE.
Que esla noche quedarán Escucha.
Firmadas las escrituras. Dos años há, conde Olavio, Haced cuenta que echó suertes.
Que sirvo á doña Ana hermosa , A doña Juana le toca
FLORA. Lisardo; lio hay replicar.
Pues tanto honrarme procuras , \ otros tantos que ella dice
Iré á buscar á don Juan, Que mi pensamiento adora. DOÑA JUANA.

Y guarde elcielo lu vida. (Vase.) El recato de su madre Yo soy, Señor, venturosa.


Nos dio, guardando su honra , LISARDO.
CONDE.
La invención para engañarla, ¡ Qué dicha como la mia !
Ya estoy, Marcelo, contento, Que ya le ha sido notoria.
Pues aqueste casamiento CONDE.
El servirte fué invención
Toda mi sospecha olvida. Para desvelar á Flora , Doña Ana será mi esposa ,
Y el ausentarme fué celos Si no hay nadie que lo impida.
Por las concertadas bodas. DON FÉLIX.
ESCENA XV.
Tenerlos de doña Juana Yo lo impido, y que antepongas
DON FÉLIX y GASTÓN, sin reparar en Tanto á doña Ana alborota ,
Que por ellos ha fingido
Mi amor al tuyo.
CONDE.
—EL CONDE y MARCELO. Que le quiere bien. Perdona ; ¿Hay testigos?
Que no se agravia el valor GASTÓN.
GASTÓN. Porque en otro su amor ponga
¿Perdiste el seso? Una mujer ; que esas causas , Ya llegan tres por la posta ;
O gusto ó cielo las obra. Pero lodos con mil lachas.
DON FÉLIX. •
Creyendo,lu casamiento, CONDE.
No sé ;
Pero lo cierto seria Fué tal mi llama celosa, ¿Qué sabe Gastón?
Que entonces no le tenia. Que por tenerla á los ojos GASTÓN.

GASTOS.
Y atormentar su memoria , Que á solas
Con Flora quise casarme. Los he visto hablar mil veces.
Desdicha nolable fué.
CONDE. CONDE.
DON FÉLIX.
¿No has vislo luz desde lejos ¿Das licencia que responda? ¿Y Inés?
DON FÉLIX. INÉS.
Que los ojos encandi la ,
Porque parece que aula Di, Señor, lo que quisieres. Que doña Ana a lora
452 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
A don Félix ; que don Juan Que si celos apasionan , El pensamiento.
Es nombre que no le toca. Yo me vi muerto por él. FLORA.
CONDE. CONDE. Tú has hecho
Es verdad , porque es mi primo La información va famosa ; Esta invención.
Córdova , Aragón , Cardona , Mas lomemos juramento DONA ANA.
Priego, Aguilar. A doña Ana. ¿Yo, Señora?
GASTÓN. doña ana. GASTÓN.
Y Montilla , ¿Dónde agora Vuesamerced se desnude
; Pesia al alma de la loca ! Pondré la mano? Las lechuguillas de novia.
CONDE. DON FÉLIX. Pues ya no se haceel partido
Diga su dicho Fineo. En aquesta , Como'juego de pelota,
F1NF.O. Que la vuestra , esposa , os toma. Y denme por novia á Inés.
Diréle solo en la loa FLORA. INÉS.
De las partes de don Félix , Eso no ; que has de ser mió. Inés se te rinde.
Que sé que son generosas. DON FÉLIX.
GASTÓN.

CONDE. Tuyo soy, discreta Flora , Toca;


¿Qué sabe Lisardo? Pues soy de tu bella hija. Y' sepa el señor Senado
Que aquí se acaba la historia
l.ISARDO. CONDE. De Quien ama no haga fieros ;
Sé Flora , esto es hecho ; reporta Que á mas venganza provocan.
LO CIERTO POR LO DUDOSO.
COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,

DEDICADA

AL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON FERNANDO AFÁN DE RIBERA ENRIQUEZ,


duque de Alcalá, adelantado mayor de la Andalucía, marqués de Tarifa , conde de lo» Motare» y señor
de la casa de Ribera.

Hice elección desta comedia entre las doce desta parte, para ofrecer á vuestra excelencia al
gún rústico fruto de nuestra humilde Vega, debido tributo á la sagrada Ribera del mar Océano,
porque pasa en Sevilla, su dichosa patria, y porque, como en España no tienen (d) preceptos, no
ofenderá su grave juicio en todo género de letras, así la disposición de su contexto como el or
nato de sus versos , que en esta ocasión tanto'temor pone á todo ingenio científico ; que á los vul
gares en cualquiera calidad, no hay que tener respeto. Debiera Apolo hacer concilio de sus musas
y definir qué estilo debemos usar ahora .para quietud de los elevados y singulares ; que así se
llaman los que , malcontentos de la verdad de la lengua , cuanto agradados de su vanidad y locu
ra , penan en diferentes lugares como las almas. Teofrasto Paracelso pone notables diferencias
de hombres, después de los comunes á la naturaleza, en todos los elementos: undenas, silvas, gno
mos, pigmeos, salamandras; y no se acordó de los del aire, porque no habia entonces este linaje
de poetas. Yo no sé qué ideas son estas ; deben de ser las de Platón , que no se pueden difinir, co
mo sintió Aristóteles : Nec demonstrationem recipere, et ita vanae. Constituyeron algunos el natural
principio de todas las cosas en el caos (eran gentiles); del quisieron que procediesen la materia,
la forma, los elementos, á quien otros añadieron los átomos: no fuera sin causa poner entre ellos
este género de versos , pues á la claridad del sol no se les halla mas que confusión y aire. Dice
contra el Tasso la Crusca que se entienden sudando sus conceptos, por haberlos envuelto en
tanta variedad de figuras ; y que los poemas han de tener, con lo provechoso, lo deleitable, y que
con lo deleitable no puede estar la fatiga, y que la que se siente en leer su Gofredo, no solo es
fatiga, sino enojo y martirio; Avendosi sempre a combatiere con gli stravaganti ed intempestivi
gheríbizzi deü' autore (en castellano no tenemos esta voz; que fantasía no es tan significativa).
Esto sintieron del Tasso : ¿qué haremos en España de los que tan lejos viven de igualar este varón
insigne , poeta y filósofo , y no escritor de plática (2), como los médicos impíricos ?
En el ánimo, Señor excelentísimo , estala mente, en la mente el juicio, la sagacidad, la soler
cia y el ingenio ; divídele el Constanciaro en su Retórica en dos cualidades : Quaedam sunt com-
moda , dice , et quaedam incommoda ; commoda ut acumen et celeritas ingenii et memoria (y en es
tas facilidad y firmeza), quas res eruditio comitatur atque doctrina. Entre las cosas que pone al
segundo género son la rudeza , la tardanza , las flacas fuerzas del ingenio, la poca erudición y
(1) Las comedias.
(2) Práctica. *
-454 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
doctrina. Yo bien estoy con que los frutos de los estudios salgan tarde ; pero después de tarde,
rudos, torpes, tibios y ineruditos, no lo apruebo. Si el remedio del corto natural se ha de fundar
en la escuridad y bárbaro estilo, ¿para qué escribe el que ha de fatigar al que le ha de leer, pues
solo su engaño le obliga ó su presunción le desvanece? No es esta la diferencia del hablar natural
ó figurado, ut in sermone latino : poco -ornato de la oración poética seria llamar naturalmente á
los ojos, el sentido con que vemos; pero en el figurado basta llamar á Aristóteles lumen Graeciae,
á la juventud flos aetatis, manusá la potestad, y caput al principio, con otros lugares tópicos don
de hay tantas diferencias y tropos ; y aun desto, modicus et opportunus.usus ; que asi se ilustra la
oración, como quiere Fabio Quintiliano. Ne inusitata et usu remota in orationem ingeras, dijo el
Ticinense; puesto que la peregrinidad sea vicio de los españoles, como refiere Grinito, y lo con
firma la inconstancia de sus trajes, barbas y cabellos; pero sacar de su naturaleza á la retórica,
y que no sea su difinicion arte de bien decir, sino de lenguaje bárbaro, ¿qué facultad lo permite ?
Qué nación lo sufre? Si agora preguntaran á Guillelmo Budeo cuándo había de ser el dia de ma
yor confusión, no respondiera aquel donaire, sino que en el tiempo que escribiesen los hombres
para no ser entendidos. Pues luego ¡el modo de las reprensiones, con tantas libertades y con
vicios, obligando á los hombres acostumbrados á la alabanza á tratar, por volver por el propio
honor, del vituperio ajeno! ¡Oh vano error ! Oh suma ignorancia! Oh soberbia fantástica! Oh pre
sunción intrépida !
Lloraban á Hermolao enfermo en Roma aquellas dos estrellas de Florencia, Pico Mirandulano
y Angelo Policiano, y dice Crinito, alabándolos y culpando á Platón y á Jenofonte : Animi parvm
liberi et insinceri esse, invidiae magis quám doctrina concederé.
Si hubiéramos de proponer un alto ejemplo de los que sin envidia saben (que claro está que
quien sabe no envidia) , ¿quién fuera como vuestra excelencia, que desde la primera edad se
consagró á las ciencias , como destinado á tan grandes virtudes , que le han hecho por si mismo
mas lugar en la fama que la generosa ascendencia de sus clarísimos progenitores , que en tantos,
tan admirables y suntuosos edificios, lustre y inmortal ornamento de Sevilla, dejaron las cenizas
de tal fénix? A quien podíamos decir lo que de aquel ave sagrada al sol dijo Lactancio , aplicando
las selvas orientales á las riberas del Bétis :
Antistes nemarum et luci veneranda sacerdos,
Et sola arcanis conscia , Phaebe , tuis.

Pues no hay facultad de que no tenga conocimiento y particular estudio , en el mejor que ha
juntado príncipe en Europa : docto en la lengua síra , hebrea, caldáica y griega, cuando de sola
la latina, en que es tan eminente, pudiera honrarse cualquiera profesor suyo. Pues si entre las
sinopsis que en algún modo contienen principio, da el filósofo al esplendor, dignidad y autoridad
la nobleza, ¿qué hará ilustrada de tan sublimes virtudes y insignes letras? ¡Oh feliz siglo!

Capellán de vuestra excelencia,

Lope Félix de Vega Carpió.


LO CIERTO POR LO DUDOSO.

PERSONAS.
EL REY DON PEDRO. MENDO, criado. TEODORA.
EL CONDE DON ENRIQUE. EL ADELANTADO. JUSTA.
EL MAESTRE DE SANTIAGO DONA JUANA. Soldados.
RAMIRO , criado. DONA INÉS. Acompañamiento.

La escena es en Sevilla y extramuros.

REY. Al Conde de presumido ;


ACTO PRIMERO. Maestre, en anocheciendo Que cuanto bueno hay en él
Todo es igual ; que aquel manto Vence con sentir de sí
Cubre y escurece cuanto Tan humilmente.
Orillas del Guadalquivir. Casas a un lado. Están nuestros ojos viendo. REY.
¿No ves un campo de flores Ansí
ESCENA PRIMERA. Con olor y sin color? Lo pienso y lo dicen del.
Ansí de noche el olor ¿Qué has hecho, en fin?
EL CONDE DON ENRIQUE Diferencia á los señores. DON ENRIQUE.
t RAMIRO , de noche. do» Enrique. (Ap. & Ramiro.) Escuchado
Este es el Rey. Voces, guitarras, panderos,
DON ENRIQUE. RAMIRO. Sonajas, locuras, fieros,
¡Hermosa playa! Y tu hermano Y con el que traigo al lado
RAMIRO. El Maestre. Probado á cuatro valientes
En su orilla DON ENRIQUE. El pecho.
Mil bellas ninfas están. Huyamos del : REY.
DON ENRIQUE. Basta, que priva con él. No hay en España
Es la noche de San Juan RAMIRO. Tal brio. ¿Quién le acompaña,
Y la fiesta de Sevilla. Quiérele bien. Para que ser loco intentes?
Todo en esta gran ciudad DON ENRIQUE. DON ENRIQUE.
Es en extremo perfeto. No es en vano. Ramiro viene conmigo.
RAMIRO.
REY. REY.
Y todo ese gusto efeto Dos hombres se han embozado Esojuráraloyo.
De tu misma voluntad. De nosotros ; mira , Mcndo , RAMIRO.
A mas, que es el bien mayor,
Y vives donde está el bien. Quién son. ¿Tengo yo culpa?
MENDO.
DO* ENRIQUE. REY.
Que es el Conde entiendo.
Dale su parte también Pues ¿no?
rey. (Llegándose al Conde.)
A quien causó tanto amor. RAMIRO.
Enrique , ¡ tanto cuidado ! Basta, Señor; que contigo
{Cantan, tocan y bailan dentro.) ¿De raí te guardas?
RAMIRO. No me puedo acreditar.
DON ENRIQUE.
¿Cantan? Señor,
REY.
DON ENRIQUE.
Antes pensé que tú eras Conozco tu loco humor.
Ansí lo parece, El que guardarte quisieras. RAMIRO.
Y aun bailan. Dos cosas dieron , Señor,
REY.
RAMIRO. A la disculpa lugar,
Mulatas son. Mal pagas mi justo amor.
¿Adonde vas por aquí? Apenas siendo formado
Cuanto alegra su canción , El mundo-
Su negro luto entristece. DON ENRIQUE.
REY.
{Cantan dentro con sonajas.) Ya ¿no lo ve vuestra alteza?
Y ¿vienen á ser?
REY.
Bio de Sevilla , ¡ Ociosa tu gentileza
RAMIRO.
; Cuan bien pareces El hombre con la mujer,
Con galeras blancas A estas horas ! Y el señor con el criado.
Y remos verdes! DON ENRIQUE.
Norabuena dijo Adán
Señor, sí ; Que la mujer le engañó ;
ESCENA II. Porque debe de ser tal , Que desde que la culpó ,
Que no sé adonde ocupalla. Todos la culpa la dan.
EL REY DON PEDRO , EL MAESTRE REY. Pues luego , todo señor
DE SANTIAGO y MENDO , de noche. Mas pienso que es estimalla ¿ No ha errado cuando el criado
— Dichos. Porque no conoce igual. Es el que ha errado?
RET. DON ENRIQUE. REY.

¡ No he visto cosa mejor ! Por Dios , Señor, que he salido Tú has dado
MAESTRE. Solo á escuchar disparales Fria disculpa á tu humor.
Esta noche. Ahora bien , llévame , Enrique ,
Humilla tal vez el gusto Donde nos entretengamos,
Lo sabroso , aunque no es justo MENDO.
Ya que desla suerte estamos.
Si toca al debido honor. No le trates
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DON ENRIQUE. ; Pues taf imagino yo REY.
No sé, por Dios, cómo aplique Que un rostro fingido queda , (Ap. Mas me mata, mas me abrasa.)
A tu grandeza las cosas '■ Aunque en la plaza se venda. Y el posible ¿no sabremos?
Desla noche , si no pones Ello parece clavel ;
Pero no nació con él ; DON ENRIQUE.
El gusto en las oraciones
Y respuestas fahu losas 1 Que te compró de la tienda. Sí , Señor; que le tenemos
En que han dado las doncellas , Cerca.
REY.
Haciendo casamentero Eso sucede en algunas. RET.
A san Juan. ¿Mucho?
RAMIRO.
RAMIRO. DON ENRIQUE.
Dijo un sabio reverendo
Deciros quiero Que eran , en anocheciendo , Esta es su casa.
La causa, y volver por ellas. Todas las mujeres uuas. REY.
REY. REY.
Llamad.
¿Cómo? Habló del cuerpo , no dio DON ENRIQUE.
RAMIRO. Lugar al alma. Llama tú , Ramiro.
¿No enseña el cordero? DON ENRIQUE. RAMIRO.

REY. Epicuro ¡Ah de casa! En el portal


SI. Debió de ser. Mi cuya está. ¡Pesia tal !
RAMIRO. Daré por silbo un suspiro.
RAMIRO.
Pues deso han presumido Pues yo os juro
Que pueden tener marido ; Que Plutarco lo escribió. ESCENA III
Que ser manso es lo primero. REY. JUSTA. — Dichos.
REY. Cánsanme filosofías ,
¿Qué loco á este loco excede ? — Y de la mujer desprecios: JUSTA.

Mendo, ¿sabes tú las casas Los feos, pobres y necios Luego que el son conocí , •
Donde con tu dueño pasas Luego las hacen arpías ; Sali , Ramiro , al reclamo.
Algunas noches? Que quien puede ronquislallas RAMIRO.
MAESTRE.
Y las merece agradar, Di á Teodora que mi amo
Nunca acaba de acabar El conde Enrique está aquí.
No puede , De alahallas y de honrallas.
Gran Señor, Mendo decir Por Dios , que donde no están JUSTA.
Cosa que tu gusto sea. Que no hay gusto ni alegría, Andamos tan ocupadas,
REY. Ni del hombre compañía Que si excusarlo pudiera ,
¿No hay una discreta fea Como la que ellas le dan. No la pesara.
Adonde podamos ir? Lindas enfermeras son RAMIRO.

MENDO. De alma y cuerpo. Ya espera ,


Todas están ocupadas , DON ENRIQUE. Justa , y las doce son dadas :
Digo la mas parte deltas : Asi es verdad, No le quites la ocasión
En su oración las doncellas A no tener vanidad Del provecho que os prometo.
Y en su hechizo las casadas. Su mudable condición. JUSTA.
RAMIRO. REY. Eres discreto en efeto.
Lo que dice Mendo apruebo ; ¿Adonde hay un hombre igual? RAMIRO.
Que una destas que sé yo , MENDO.
Siempre los que os dan lo son.— ■
Ün orinal me pidió Y eso en la mujer ¿qué impide? (VaseJutta.)
Donde ha de echar cierto huevo Ya va Justa á referir
RAMIRO.
Luego que las doce den , Tu venida á su señora.
Y allí ha de ver grandes cosas. Bello animal si no pide;
Si pide , bravo animal. REY.
DON ENRIQUE.
REY. ¿Es muy hermosa Teodora?
¡Bravas mentiras!
Ahora , Enrique , alguna quieres ; DON ENRIQUE.
REY.
Deja sus desigualdades. No te lo sabré decir;
Famosas. DON ENRIQUE. Que en mirando sin amor
MAESTRE.
Temiendo sus libertades , No pongo tanto cuidado.
¡Mal fuego las queme, amén ! Huyo de algunas mujeres. (Vonsc.)
¡Qué mal saben emplear REY.
La fiesta de tan gran santo! Di la verdad.
REY. DON ENRIQUE. Sala en casa de Teodora.
No hay cosa que pueda tanto Hay respeto.
Las mujeres infamar ESCENA IV.
REY.
Como valerse de hacer TEODORA y JUSTA; luego DON ENRI
Hechizos. Por mi vida.
DON ENRIQUE. QUE y RAMIRO, EL REY, EL MAES
RAMIRO.
Si has jurado TRE y MENDO.
Hechizos son, Tu vida , estaré obligado
Como afeites , ilusión A preferirla al secreto. TEODORA.
Del rostro de la mujer. Tengo , Señor, dos amores: No habrá tiempo reservado
La edad tierna es el aurora : Uno posible al deseo , Para el Conde mi señor.
Alli , ¿qué mujer se afeita ? Y otro imposible, que creo (Salen don Enrique y Ramiro. )
La misma llor la deleita , Por fe de honestos favores. DON ENRIQUE.
La misma edad la enamora. Teodora...
REY.
Mas como va entrando el dia , TEODORA.
Fingidas luces previene, (Ap. El imposible me mata
Porque las propias no tiene I)e celos del Conde. ¡ Ay cielos! Famoso Enrique ,
Que en el aurora tenia. ¿Cómo sois tan necios ,"celos , Honor de Castilla...
Allí también entra hacer Que se cansa amor si os trata?) DON ENRIQUE.
Hechizos y necedades, ¿No dirás del imposible? ¿Estás
Para vencer voluntades DON ENRIQUE. Ocupada? ¿No querrás
Que no pudiera vencer. El imposible, perdona ; Que una cosa te suplique?
¿ No veis un clavel de seda , Porque no hay en su persona TEODORA.
Y otro que clavel nació? Cosa para mi posible. Para ti no puede haber
LO CIERTO POR LO DUDOSO. 4¿7
Disculpa ni ocupación. REY. Conmigo en esta ocasión ,
(Salen el Rey, el Maestre y Ramiro em ¿Y Enrique? . O lo estorbaría el Rey.
bozados.) TEODORA. DOÑA INÉS.
¿Quién los embozados son? Vendrá á buscaros Pues ¿por qué lo ha deestorbar?
DON ENRIQUE. Y á veros amanecer ; DOÑA JUANA.
Dos que te vienen á ver. Que aquí cerca se llegó Porque se quiere casar ;
A llamar quien entretenga Que no hay en Castilla ley ,
TEODORA.
A vuestra alteza. Que el casamiento le impida
¡ A verme á mi !
don enrique. (Ap. á Teodora.)
REY. Con la hija de un vasallo.
Que venga DOÑA INÉS.
Mis hermanos Luego decid.
El Rey y el Maestre : advierte Yo , por tus méritos , callo
Que los agrades de suerte , TEODORA. Si es dicha ó no ser querida
Que incites sus reales manos. No sé yo De un rey para casamiento ;
Y para darte lugar, Adonde fué el Conde. Que el señor Adelantado
Me quiero ir. REY. Mayor no iguala su estado,
TEODORA. ¡Bien! Igual á su nacimiento ;
Eso no ; (Ap. ¡Vive Dios , que me ha engañado! Pero no puedo excusarme
Que estimo en mas verte yo ¡Lindamente me ha dejado!) De decirte que es locura
Que cuanto me pueden dar. Maestre, conmigo vén ; No conocer tu ventura.
DON ENRIQUE. (Ap. d él. Que aquestas bachillerías DOÑA JUANA.

Vame la vida en que aquí Son licencias mas que iguales. ) Bien pudiera disculparme
Un rato los entretengas. MAESTRE. Con pintar la condición
Pues ¿qué sospechas, que sales De amor ; pero yo sospecho
TEODORA.
Tan triste? Que, aunque lo ignore tu pecho,
Como á verme después vengas , No tu ingenio y discreción.
Yo lo haré, Conde , por tí. REY.
Desdichas mías. Alguna historia has leido
DON ENRIQUE. De mujeres que han amado.
Esa palabra te doy.— MAESTRE.
DOÑA INÉS.
Ramiro... Tú ¿puedes ser desdichado? Siempre amor fué disculpado,
RAMIRO. REY. De necio no, de atrevido.
Señor... ¿No es desdicha tener celos? DOÑA JUANA.
DON ENRIQUE. MAESTRE. Pues ¿cómo es necio ini amor?
Camina. No , Señor , cuando los ciclos ¿No es del Rey hermano el Conde?
(Yante don Enrique y Ramiro. ) De tanto bien te han dotado. DOÑA INÉS.
RET. Otra razón te responde,
ESCENA V. Si nadie puede enojarme, Huera del propio valor.
EL REY , EL MAESTRE , TEODORA, Yo me quiero entristecer.
(Ap. ¡Qué pueda Enrique tener
DOÑA JUANA.

JUSTA, MENDO. ¿No le sobra entendimiento ,


Licencia para engañarme ! ) Brío ni talle? ¿Estás loca?
REV.
(Yanse el Rey, el Maestre y Mendo.) DOÑA INÉS.
La mujer se nos inclina ; ESCENA VI. A tí , que amor te provoca ,
¿Si sabe, hermano, quién soy? Te falta conociniiento ;
Teodora. (Al Maestre.) TEODORA, JUSTA. Que yo, que no juego y miro,
Descúbrase vuestra alteza. Lo puedo entender mejor.
^TEODORA.
Aunque su sol me deslumbre; ¿Qué es esto?
DOÑA JUANA.
Que no ofenderá su lumbre JUSTA. Y sabrás de su valor
Tocar mi humilde bajeza. Ya ¿no lo ves? Cuan justamente suspiro,
MAESTRE. Celos de Enrique. Y que de mi amor y del
No soy yo el Rey ; ese sol Puede el cielo tener celos.
TEODORA.
Decid allí que se os muestre. DOÑA INÉS. (Ap.)
Es verdad Digo mal de Enrique , cielos ,
TEODORA. Que la mayor majestad
Sois, si no sol , gran Maestre , Pone el amor á sus pies. Y estoy muriendo por él.
El mejor rayo español.— DOÑA JUANA.
Que entretuviese quena
Señor , allí dice un rayo (Al Rey- Al Rey. Como no te he de pedir
Que sois vos el sol. JUSTA. Consejo, no importa nada
RET. "El Rey le entendió. Que no te agrade ; él me agrada.
Teodora , DOÑA INÉS.
TEODORA.
Sed vos de ese sol aurora. Perdí lo que él me advirtió ¿Quién te podrá persuadir?
TEODORA. Que su alteza me daria. DOÑA JUANA.

De tanta luz me desmayo. JUSTA.


Hice en efeto este altar
Guárdeos el cielo, y (-astilla A san Juan, robé las flores
Celos ¿á quién guardan ley? Al jardín, y á los mayores
Por largos años os goce. TEODORA. _ Naranjos su blanco azahar.
REY.
Que dellos me queje es justo ; Trajeron del Alameda
¿Qué hacéis, ya dadas las doce? Que al Rey le quitan el gusto, Los olmos que ves aqui ,
TEODORA. Y á mí la gracia del Rey. Con que la sala por mi
Decir mañana á Sevilla ( Vanse. ) Transformada en selva queda.
Que á tal hora amaneció. Perfuman el aire olores ,
RET. Y entre yerbas circunstantes,
Es noche toda de tiesta. Sala en casa del Adelantado. Al san Juan cubren diamantes,
Los arcos ungidas flores ,
TEODORA. ESCENA VII. Sin las que son sin violencia
Quien esta noche se acuesta , Olorosa maravilla ,
Gusto ó salud le faltó. DONA JUANA, DOÑA INÉS.
Porque no envidia Sevilla
REY. DOÑA JUANA. Los jazmines de Valencia.
¿Sabéis cantar y tañer? Hice esta santa oración Mas débense de agradar
TEODORA. Para saber, prima mia , Mas corazones que altares ,
Si, Señor. ¿Queréis sentaros? Si el Conde se casaría Pues cutre tantos azahares
458 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Pienso que me sale azar. Y' asi obligada quedáis. Mejor que con ver y oir
Recé ; pero nunca oi , Queriéndoos los dos á vos. Y callar.
Por mas que se lo suplique. Pues os quiero por los dos, RAMIRO.
Si ha de ser el conde Enrique Que por los dos me queráis. Y'alo sabia,
Mi esposo. DOÑA JUANA. Aunque de tu entendimiento
ESCENA VID. Enrique, si al Rey hablé Solamente procediera
Con palabras generales , Razón, Señora, que fuera
DON ENRIQUE, RAMIRO.— Dichas. Cuando sus manos reales De tan grave advertimiento.
Humildemente besé Y dices bien ; que el hablar
DOS ENRIQUE. Luego que vine á Sevilla , Se enseña en modos suaves
Señora , si. ¿Qué celos puedes tener, A los hombres y á las aves ;
DOÑA JUANA. Y mas si se ha de volver Mas no se enseña á callar.
Dentro de un mes á Castilla ? ¡Lástima grande , qué venga
¿Quién tan cerca respondió? Que es digno de ser amado Nuestro erj-or á que nos den
DON ENRIQUE. Te confieso , por señor, Escuelas para hablar bien,
Yo , que os estaba escuchando. Por rey y por su valor, Y que el callar no las tenga !
DOÑA JUANA. Y por haberme estimado Si rey fuera, instituyera
¿Ya sois eco? Con lo mas que puede ser. Cátedras para enseñar
Pues no puede hacer quien ama A callar.
DON ENRIQUE.
Suspirando. Mas fineza por su dama DOÑA JUANA.
Que querella por mujer. Pues el callar
DOÑA JUANA. Mas ya que sin conocelle Estimas de esa manera,
¿Estorbarálo el Rey? Puse en tí todo mi amor, Mira el peligro en que estamos
DON ENRIQUE. Conoceré su valor; Enrique y yo, pues es ley
No. Pero no para querelle. De hijodalgo...
DOÑA JUANA.
Que esta fe no ha de faltar
Sino es porque falte en ti ; ESCENA X.
Pues ¿quién? Que el amor que reina en mí
DON ENRIQUE. No es rey que da su lugar. DOÑA INÉS.— Dichos.
Vos, si le queréis. DON ENRIQUE. DOÑA INÉS.
DOÑA JUANA.
Juana divina , en tu dia ¡Ay prima! El Rey.
Sois eco de voz celosa , Solamente sucediera
Pues él responde una cosa DON ENRIQUE.
Tanto bien á quien te espera ¿Qué haré?
Y vos muchas respondéis. Con tan honrada porfía. DOÑA JUANA.
DON ENRIQUE. Logres tus años, que agora
Cumples, con tan altos bienes , Detrás de los ramos
¿No os parece que es razón? Que este altar de san Juan tiene,
DOÑA JUANA.
Como las gracias que tienes ,
De que el amor se enamora ; Te esconde.
Déjanos, Inés, aquí. Que vo vengo á celebrallos DON ENRIQUE.
DOÑA INÉS. (Ap.) Contigo, aunque mas quisiera Estos, celos son.
Los celos , con ser en mi Que el tiempo solo pudiera DOÑA JUANA.
Tan rigurosa pasión , Pasar por ti sin contallos. Yo no le he dado ocasión ;
No me deja amor gozar ; Y ¡ojalá, pues sin engaños Basta, que á buscarme viene.
Que aun celosa , ver quisiera Tanto de mi amor confias , (Escóndeme don Enrique y Ramiro.)
La causa , si amor me diera Por mi pasaran los dias
Para gozarla lugar. Y tú cumplieras los años! ESCENA XI.
¡Oh terribles desconsuelos! Tu virtud el medio sea
Oh nunca visto rigor, En que mi descanso viva : REY, EL MAESTRE, MENDO— DONA
Que aun no dejas á mi amor No soy rey ; que amor no estriba JUANA, DOÑA INÉS; DON ENRI
Que pueda hartarse de celos! (Vate.) En reinos que no desea , QUE t RAMIRO, escondidos.
Sino solo en voluntades :
ESCENA IX. ¡ Desta eres reina ! REV.

DON ENRIQUE, DOÑA JUANA, DOÑA JUANA. No se enojará, Maestre,


RAMIRO. ¿Quién viene Pues da la noche licencia,
Contigo? Y el ver tan curioso altar.
DOÑA JUANA. DON ENRIQUE. DOÑA JUANA.
Mucho, Conde, me ha pesado Quien solo tiene ¡Jesús, Señor! ¿Vuestra alteza
Que del Rey estés celoso. Parte en estas amistades. — Honrando esta humilde casa?
DON ENRIQUE. Llega y besarás, Ramiro , De hoy mas se pondrá á sus puertas.
Un señor tan poderoso A la Condesa ios pies. Para mas este blasón ,
¿A quién no ha de dar cuidado? DOÑA JUANA. Aunque están honradas ellas
Con tan diferentes ojos ¿Es Ramiro? Del que le han dado mis padres ,
Se mira un rey, que no sé Y traerá de las fronteras
RAMIRO.
Como queréis vos que esté El que sirviéndoos está.
Sin celos y sin enojos. Él mismo es. BEY.
Puesto que en sangre le iguale , Como á una deidad te miro. Si habláis en que por su ausencia
Si tiene mi pretensión , Y aunque á bajeza tan poca Osé entrar en vuestra casa,
¿Quién no ha de hacer elección Tu pié generoso inclines , Volveréme á salir della ;
De quien mas puede y mas vale? Sella con cinco jazmines , .
Condesa ilustre, mi boca. Que estimo al Adelantado
Tanto mi amor le pretiere, En la paz como en la guerra,
Que si posible me fuera Darásme mas confianza
De alabarle ; que ya sé Adonde me sirve agora.
No quereros , no os quisiera , DOÑA JUANA.
Siquiera porque él os quiere. Que, tocada de tu pié,
Y aunque quiero con temor, Podrá hablar en tu alabanza. Que de esa suerte engrandezca
Y con esperanza muero, DOÑA JUANA. Vuestra alteza la alegría
Porque os q u ¡era como os quiero , Mejor, Ramiro, quisiera Que tengo dé verle en ella ,
Le quisiera dar mi amor. Que aprendieras á callar, Es deshacer la merced
Pero si ño puede ser, Si no io sabes; que hablar Que nos ha hecho en quererla
Su amor tomaré á mi cuenta ; Sabes que sabe cualquiera. Honrar esta noche.
Y pues quereros intenta, Y' pues el Conde se fia MAESTRE.
Por los dos quiero querer. De ti, no puedes servir Ansí
LO CIERTO POR LO DUDOSO. 439
Será justo que lo entiendas. El Conde por las riberas REY.
¿Quién es aquesta señora? Desta ciudad generosa Como él quiera
DOÑA JUANA. Mas fáciles garzas vuela. Hacerme pleito homenaje,
Es de mi sangre la prenda Allá andará con sus galas.. Pues su inocencia contiesa,
Mejor : doña Inés, mi prima. (roca dentro un relojillo.) De dejar la pretensión...
REY. MAESTRE.
DOÑA INÉS.
Déme los pies vuestra alteza. Paso. ¿Qué es esto que suena? Enrique, di que la dejas.
Reloj de pecho es, por Dios : DON ENRIQUE.
REY. Las tres dio.— Maestre , llega, Señor, mas quiero Car
¡Gallarda dama! Llega Meudo ; que detrás Mi destierro de mi ausencia,
MAESTRE. Deaquesos álamos suena. Que mi amor de mi deseo;
No es poco DOÑA JUANA. Que ausente, no habrá que temas,
Que junto al sol lo parezca.— Paso. Señor ; que en sus ramas Y estando présenle si ;
Y pues va le tienes, dame (Áp. al Rey.) Le puse, porque me diera Y no sé yo corno puedas
De dos la menor estrella. Nuevas de las doce en punto. Ni tú perder esos celos
RET. MAESTRE. Ni yo olvidar esta puerta.
Sírvela, si te da cusió, Pues si eslando yo presente,
Gente hay aqui. Tienes presente la pena;
Porque de venir le tengas REY.
A ver el ángel que adoro. Estando ausente, conmigo
Pues no lemas. También tu pena se ausenta.
MAESTRE. MENDO. Quiérela llevar de aquí ,
Desde hoy para mi lo sea. Dos hombres son. Para que no me suceda
DOÑA INÉS. REY. Que en un pecho tan leal
Gallardo es el Rey. Pues ¿qué aguardas? Un reloj tan falso venga ;
DOÑA JCANA. O los mata, ó salgan fuera. Porque en las horas de amor,
Galán. (Don Enrique y Ramiro salen de donde Como dio tres, dará treinta ,
estaban escondidos.) Si para acortar mi vida
DOÑA INÉS.
DON ENRIQUE.
Una vez se desconcierta.
Cuando hombres humildes fueran No quiero que me descubra ,
Los tres hermanos, por si Ten la espada. El Conde soy, Señor, su traidora lengua,
No hay cosa que no merezcan. Que sin que nadie me viera Pues que confesó el cobarde
DOÑA JUANA. Me puse entre aqueslas ramas, Por dalle trato de cuerda.
Yo con solo el Conde estoy Para responder por ellas Estaba enseñando el alma
Notablemente contenta : Alguna cosa á estas damas. Silencio á sus tres potencias ,
Escoge tú de los dos. REY. Y él pensó que le decia
DOÑA INÉS. Y no fué mala respuesta , Que eran las tres de su muestra.
No tengo yo por discreta A no dármela el reloj —Pero admiróme de ver
La que quiere porque escoge ; De una mentira tan cierta. Que te pese de que quiera
Que la aucion verdadera DON ENRIQUE. A doña Inés, pues pensaba
Ella se viene á los ojos Antes el reloj me-abona, Que era doña Juana bella,
Cuando ellos menos lo piensan. Y mi verdad desempeña , Señor, á quien lú querías.
REY. Pues te quiso señalar REY.
Por cierto que está la sala Las horas de mi inocencia; Luego ¿quieres que no entienda
Hecha un oráculo en selva , Porque si después sabias Que quieres á doña Juana?
Como de la antigüedad Lo que agora, no dijeras DON ENRIQUE.
Celebran tantos poetas. Que me escondía de tí, Si á doña Juana quisiera,
¿Habéis hecho la oración? Pues no hay causa por que sea. Ella volviera por mi;
¿Qué oistes, después de hacerla, Y aun no pienso que fue dar Y pues calla, es bien que sepas
Á quien por la calle pasa? Horas, sino hacerse lengua Que doña Inés es y ha sido
Y decir : « Aqui está el Conde; » Y ha de ser mi amada prenda. ( Vase.)
DOÑA JUANA. Para que tú lo supieras.
No somos, Señor, tan necias; DOÑA JUANA.
Pero ya es costumbre antigua , Por lo menos, bien creeréis ESCENA XII.
No porque en ella se crea. Que se entró sin mi licencia.
REY. EL REY, DOÑA JUANA, EL MAESTRE,
REY. DOÑA INÉS, MENDO, RAMIRO.
¿Por qué no me distes parte
Del altar, para que os diera No creeré sino el agravio
Algo que poner en él? Que me manda amor que crea.—
Sal, Enrique, desta corte, Ramiro...
DOÑA JUANA. No estés el San Juan en ella, RAMIRO.
Por no hacer capilla vuestra Pues me das tan mal San Juan.
Tan pobre casa. Señor, i.
DON ENRIQUE.
REY. REY.
Razón es que te obedezca , Escucha :
¿ Por qué , Sí esto has pensado de mí.
Si quiero enterrarme en ella? Dile á Enrique que no sea
MAESTRE. Este destierro de burlas,
Pero ya será de Enrique.
Señor, si el Conde creyera Pues es mi enojo de veras ,
DOÑA JUANA.
Que te habia de enojar... Y que por ningún suceso
No pienso yo que apetezca REY. En Sevilla le anochezca.
El Conde lo que pensáis.
Déjame, Maestre. RAMIRO.
REY.
MAESTRE. Ya sabes tú, gran Señor.
Señora, hablemos de veras. Llega, Su respeto y su obediencia.
¿Há mucho que no le vistes? Enrique, y pide perdón Yo te aseguro que hoy
¿Qué criada , qué doncella Corramos veinte y dos leguas
Os respondió, por lisonja, A su alteza.
DON ENRIQUE. De aqui á Córdoba la llana.
A las oraciones hechas, REY.
Que seria vuestro Enrique? Sí pidiera,
Maestre, á caber en mí Toma este diamante ; espera.
DOÑA JUANA.
Solo un alomo de ofensa. RAMIRO.
No le he visto, ni pudiera Vivas mas años, generoso Pedro,
Imaginar que pensara MAESTRE.
Señor, no se vaya Enrique ; Que vivir suelen los que poco importan,
Esas cosas vuestra alteza. Y en las montañas donde no los cortan-
Yo aseguro que á estas horas Hazlo por mi.
460 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
La vitoriosa palma, el verde cedro.
Tus manos , por quien hoy diamantes
MAESTRE. Pues vemos que á veces
¿Qué le diré? Por su sombra sola
[medro, DOÑA JCANA. El cuerpo se siente!
A tales versos mi Pegaso exhortan, [tan)
Que en él (si no es que envidiasme repor- No sé, por Dios. ¡Oh cuántos criados,
Verás cómo el Parnaso desempiedro. Porque los esperen.
MAESTRE.
Al viejo tiempo tu fortuna estafe , Descubren sus dueños
Pues yo sé Guardando broqueles !
Tu caballo del mar al viento pique. Que no es de mujer prudente Caballos y coches
Tu armada en otro mundo velas zafe. No levantar á la frente Parados enfrente,
La fama al bronce el labio elernoapli- Corona que os pone al pié. (Yate.) Dicen á quien pasa
Desde el muro de Fez al Aljarafe, [que
Y desde Castilleja á Mozambique. Quién los entretiene.
ESCENA XV. El galán discreto
(Vate.) Avisado quede
DOÑA JUANA, DONA INÉS. Que la misma luna
ESCENA XIII. Puede conocerle. '.
DOÑA JUANA.
EL REY, EL MAESTRE, DONA JUANA, Confusa estoy. No hay amor con gusto,
DOÑA INÉS, MENDO. Si viene á saberse ;
DOÑA INÉS.
Que vecinos linces
Cotí razón. Penetran paredes.
BEY.
DOÑA JUANA. ¡Mal haya el reloj!
¡Valiente humor ! ¡Qué de cosas me combaten ! Nunca mas acierte
MAESTRE.
DOÑA INÉS. A tocar campanas
Peregrino. Ya ¿qué puede haber que traten Que mi gusto entierren.
HET. Tu ignorancia y tu pasión, Él nombre de Enrique
¿Estaréis muy triste? Que no sea perdición Tres silabas tiene :
De tu honor y de tu casa? Tu nombre le dijo
doña juana. Con tocar tres veces.
¿Yo? Si Enrique se va, y se casa
En Castilla, ¿qué fias de hacer, Mas ¿por qué me alargo?
HET.
Perdiendo un rey? No sea que intente
Si su ausencia os lastimó , El Rey mi desdicha,
Saldrá mi amor al camino ; DOÑA JUANA. Si volviese á verte.
Que, puesto que es desatino Soy mujer : Si he de verle muerto,
Deciros que tengo celos , Todo me hiela y me abrasa. Mas te quiero ausente :
Han llegado mis desvelos Veo á Enrique desterrado, Dichosas te gocen,
A ponerme en un crisol , Veo enamorado al Rey, Desdichas te pierden.
Donde los tengo del sol , Veo que en amor no hay ley, Mucho se entra el día;
Y me dan celos los cielos. Ni ausente firme cuidado. Ya no le detiene
Tales son ya mis antojos, Un poder determinado La noche en su cárcel,
Que de mí mismo los tengo, Estorba lo que no alcanza ; Sus tinieblas vence.
Cuando á retratarme vengo Un ausente la mudanza Vense ya los montes,
En las niñas de esos ojos. Teme y olvidar procura. De nubes y nieves
No os c!én mis penas enojos; ¡ Oh amor sin parle segura! Vestidos v blancos,
Basta que las tenga yo ; Ya eres temor, ya esperanza. Y los prados verdes;
Y pues amor obligó DOÑA INÉS. Las flores se miran
A penas á majestades, Olvidar es lo mejor. En las claras fuentes,
Agradeced mis verdades, Doña Juana, al Conde ausente ; Las aves les cantan
Mis merecimientos no. No aguardes que el Rey intente Requiebros alegres.
Y si sabéis que entre buenos Cosa que ofenda tu honor. Ya le dice el alba
No hay ingratitud jamás, (Ap. Como me muero de amor Al sol que se apreste;
No pierda yo por ser mas De Enrique, aconsejo olvido.) Que hay medio camino
Lo que otros ganan por menos. De oriente á poniente.
Volved los ojos serenos ESCENA XVI. ¿Qué me estás mirando?
Al triunfo de esos despojos ; Conde , ¿qué me quieres?
Si os da el ser quien soy, enojos, ENRIQUE, RAMIRO.-Dichas. Vele, conde Enrique;
Reinad vos, y yo pondré Mira que amanece.
La corona en vuestro pié. RAMIRO.
DON ENRIQUE.
Como el alma en vuestros ojos. Ea, todo va perdido.
Si yo imaginara
(Yante el Rey y Mendo.) DON ENRIQUE. Que tales desdenes
Falla por perderme á mi. Oyera á tu boca,
ESCENA XIV. DOÑA JUANA. No volviera á verte.
No fué mucho engaño
DOÑA JUANA, EL MAESTRE, DONA ¡ Jesús ! ¿ Quién se ha entrado aquí? Mirando quien eres,
INÉS. DON ENRIQUE.
Pensar que podia
Enrique soy, ó lo he sido. Volver á perderte.
MAESTRE.
DOÑA JUANA. Ya le habla perdido;
Mal habéis hecho en callar, ¿Cómo te has entrado, Mal hice en que vieses
Señora, en esta ocasión ; Conde, de esa suerte, Otra vez perdido
Que aunque desprecios no son, Sin ver el peligro . Tu olvidado ausente.
Se suelen imaginar. Que tan cerca tienes? ¡Extraña desdicha.
Y'o no os puedo aconsejar : Mira que no hay Que antes que partiese
Mi hermano es el Rey, y el Conde Burlas con los reyes ; De los mismos ojos,
También ; la razón responde Porque despreciados Ausente me cuentes!
Que es mejor á toda lev- Muestran lo que pueden. Pero si el ausencia
Querer en público á uñ rey Mal San Juan me diste Mace que amor cese,
Que no á un conde que se esconde. Con venir á verme ; Tú me has olvidado
Mirad que es notable error No fui yo culpada Antes que me ausente.
No conocer la fortuna ; De que el Rey le viese. Finges mi peligro.
Porque suele vez alguna ¡Malhaya el galán, Mi muerte encareces :
Mudar en odio el favor. Que al tiempo que viene ¡Graciosa disculpa.
DOÑA JUANA. A ver de secreto Si hay graciosa muerte!
Decid al Rev mi señor, La dama que quiere. Al Rey enojado
Maestre... Ni aun su sombra trae, Poderoso temes.
LO CIERTO POR LO DUDOSO. 461
Airado le excusas, DOÑA INÉS. Pensó Aliatar, pensó valiente el moro
Amante le absuelves ; No me parece crueldad , ¡Oh generoso Principe ! que habia
Tienes mil razones, Pues irse es fuerza. De volver á Granada con el oro
Y todas me advierten DOÑA JUANA.
Que á su africano rey llevar solia ;
De que tú me guardas ; Y fuera de dejar tanto tesoro,
Es verdad : Perdió mil hombres él, que no quería
Pero es de quererle. Confieso que fuerza es;
Por sol te adoraba, Menos que aquel tributo que hoy lamen-
Pero también ha de ser España , con dolor de tanta afrenta, [ta
No pude esconderme ; Que me dé su ausencia muerte ;
Que aunque no tocara Después de aquella célebre Vitoria ,
Porque no hay cosa mas fuerte En que á caballo, con la roja espada.
El reloj tres veces , Que amor, si escierlo, en mujer. (Vase.) Se vio el Patrón de España, queenmemo-
Le hicieras de sol
Para que me viesen ; A eterno feudo la dejó obligada ; [ria
ESCENA XVIII. No se ha visto mayor ni de mas gloria,
Con todo, maldigo
Su artificio breve, Pues hasta Dinadamar de Granada ,
DOÑA INÉS. Siguiendo los vencidos africanos,
Su inventor primero,
Sus ruedas, sus ejes; Llegaron los caballos castellanos.
Animo, corazón, flaca esperanza,
Las letras le infamen, Bien le podéis decir al sufrimiento REY.
Las cuerdas le aprieten. Que ya puede tener atrevimiento, Adelantado, yo no sé qué pueda
Las saetas pasen , Y que con el vivir todo se alcanza. Daros en premio, qué razón , qué estado:
Los volantes vuelen ; Comenzar en las cosas la mudanza, Permitid que lugar se me conceda
Sus necias campanas, Y tener los sucesos lin violento, Para salir de estar tan obligado.
Que hablan cuando quieren, Al mas desesperado pensamiento Hija tenéis que vuestra casa hereda;
A su muerte toquen Le suele dar mas vida y confianza. Yo haré por ella que quedéis honrado,
Cuando no lo piense, No hay á los revés resistencia humana : Antes que salga de la gran Sevilla,
Pues hizo un enredo El Rey tiene supremo señorio, Al igual de los Reyes de Castilla.
Portátil, que fuese Que la mayor dificultad allana. También vuestra sobrina generosa
Postadela vida, Pues si el lo muestra, como yo confio, Alcanzará destos favores parte ,
Funda de la muerte, No gozará de Enrique doña Juana ; Pues es tan bien nacida como hermosa.
Correo del tiempo, Queja mediceamorqueEnriquees mió. Y agora descansad , cristiano Marte.
De los gustos huésped, ADELANTADO.
Que hasta los bocados Señor, en vuestra empresa vitoriosa
Quiere que nos cuenten. Así levante el cielo el estandarte,
Finalmente, dices ACTO SEGUNDO. Que apenas quepa con sus orbes solos
(Mas en finalmente El nombre vuestro en los opuestos polos.
Dices cuanto sabes. (Vase , y con él sus soldados.)
Muestras cuanto quieres)
Que me quieres vivo, Campo. ESCENA III.
Para que otras lleguen
A gozar dichosas ■ ESCENA PRIMERA. EL REY, EL MAESTRE.
La dicha que pierdes :
¡Cómo te deslumhran EL ADELANTADO, soldados. REY.
Esos rayos reyes! ( Tocan cajas.) Todas aquestas Vitorias ,
¡Qué presto me dejas! Maestre , añaden valor
Qrué presto me vendes! ADELANTADO. Al empleo de mi amor.
Pues doyte palabra La cosa mas alegre que en la vida MAESTRE.
(Y aun si esto me crees, Permite al ser mortal humana gloria, Yo pienso que destas glorias
La doy á tus ojos, Es la patria del hombre, tan querida Solo estimas el tener
A mi amor aleves, Después alguna próspera Vitoria. Mas disculpas tus antojos.
Cuando mas los quiero ) Salir del mar, en que la vio perdida,
De que eternamente 0 á los amigos referir la historia RET.
Otro dueño tengan Del cautiverio, no es de tanto ejemplo Jamás culparé á mis ojos,
Los que tú aborreces. Como ofrecer una bandera al templo. Si viene á ser mi mujer.
Yo me iré á Castilla, Tenemos, desde el tiempo de Rodrigo, MAESTRE.
Donde si viviere, Siglo infeliz por la traidora Cava, Ni pareciera razón ,
Te dirán que he sido En nuestra misma casa al enemigo, Si has de casarte en España.
Ejemplo valiente Y la que fué señora vive esclava. REY.
De lealtad injusta. Es hoy Granada pertinaz testigo,
Pues no lo mereces Aunque en ella parece que se acaba ¿A quién , Maestre, acompaña
Mas que por hermosa , La soberbia del bárbaro africano. Mas generoso blasón?
Pues en esto excedes Y si mis antecesores
UN SOLDADO. En España se casaron ,
A mi mismo amor. Tal freno tiene en tu valor cristiano.
Y porque amanece, Y iguales casas hallaron
Como tú lo dices. Al valor de sus mayores,
Adiós para siempre. (Vase.) ESCENA II. ¿Qué tengo yo que temer?
¿En qué me puedeu culpar?
dona JUANA. ¿Qué ejemplo debo buscar?
EL REY, EL MAESTRE.—Dichos.
¡Enrique, Enrique! MAESTRE.
RAMIRO. REY. En fin , ¿será tu mujer?
Ya es tarde. Al son de vuestras cajas he querido, REY.
¿Mandas algo? Adelantado primo, adelantarme,
Y venir, como veis. Hoy la pienso ver.
DOÑA JUANA.
MAESTRE.
Di, Ramiro ADELANTADO.
Al Conde, por quien suspiro, Podrás,
Habéis lucido Con el achaque de ver
Que aguarde. Mis armas como el sol.
Ramiro. A su padre.
REY. REY.
Ya no hay qué aguarde. Llegad á darme
(Vase.) j Los brazos. ¿Quéhede hacer,
Maestre? No puedo mas.
ESCENA XVII. ADELANTADO.
Merece el Adelantado
A mi amor favorecido, Este honor y ella también.
DOÑA JUANA, DONA INÉS. i Bien os adelantáis por él á honrarme;
MAESTRE.
DOÑA JUANA. 1 Que los servicios de valor pequeño
¿No es esta crueldad, Inés? Los hace grandes el amor del dueño. ¿Tengo yo de querer bien
462 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA OARPIO.
A su prima?
REY. ESCENA V. ¿Te parece que le estima?
Si le lia dado JUSTA, á la ventana. — Dichos, TEODORA.
Sangre , como dicen , si ; A mí la razón me anima ,
Si no le la ha dado , no. justa. Y el saber nuestro sugeto.
¿Quién llama? Quién está ahí? DON ENRIQUE.
MAESTRE.
No pienso que me mató. RAMIRO. ¿Sois muy mudables?
Mi reina, dos olvidados. TEODORA.
REY.
Pues no la quieras por mí ; JUSTA. No sé
Que amor no es bien que se trate ¿Dos, quién? Si eso toca en ser mudables.
Menos que como es el mió , RAMIRO.
RAMIRO.
Que ruego, peno y poríio , Dos mal informados Decir quiero interesables ;
Y gusto de que me mate. Del camino de Castilla, Por el ejemplo se ve.
(Vanse.) Que volvemos á Sevilla
Por postas de desterrados. TEODORA.
JUSTA. ¿Qué mujer tan necia fué ,
Calle. ¡ Válate Dios por Rami ro ! Que no escoja lo mejor?
(Éntrase.) DON ENRIQUE.
ESCENA IV. Alguna que tenga amor.
RAMIRO.
DON ENRIQUE, RAMIRO. ¡ Qué notable admiración ! TEODORA.
¡Ay Enrique! El mundo lodo
DON ENRIQUE. ESCENA VI. Se gobierna de ese modo.
¿Qué te cansas en reñirme? TEODORA. —Dichos. DON ENRIQUE.
RAMIRO.
Teodora. (Dentro.) No donde reina el valor.
A grande mal le resuelves. ¿Qué es esto? TEODORA.
DON ENRIQUE. justa. (Dentro.) Echa por donde quisieres,
¿Muy grande? Dos hombres son, De lo mas alto á lo bajo,
RAMIRO. Que de mirarlos me admiro. Y' hallarás mucho trabajo.
¡A Sevilla vuelves! Teodora. (A la ventana.) RAMIRO.
DON ENRIQUE. Verdad , si no es en mujeres.
Pues ¿qué puedo hacer? ¿Morirme? ¡Ay, cielos! al Conde miro.
DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE.
RAMIRO.
Paso, Teodora , si ignoras Ahora bien , aunque lo eres ,
¿No era mejor tener lirme, Mis sucesos. Me quiero fiar de ti
Y proseguir el camino? TEODORA.
Y ser tu huésped aquí.
DON ENRIQUE. TEODORA.
Sé que adoras
¿Qué camino ó desaliño, A la mujer mas querida Para tan grande señor
Si salia luego amor, Del Rey, y que está tu vida... Será la casa menor.
Como suele el salteador, DON ENRIQUE. DON ENRIQUE.
A saltear al peregrino? No la hay mayor para mí.
¡Qué tarde mi vida lloras!
RAMIRO. ¿Qué hay de nuevo en la ciudad TEODORA.
¡Que vuelva un señor atrás Después que yo me parlí? Entra , y honra mi humildad.
De lo qué juró primero!
TEODORA. DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE.
Que no se acuerdan de tí. No me llamarás ingrato.
En resolución , me muero , (Éntranse don Enrique y Teodora.;
RAMIRO.
Ramiro ; no puedo mas.
En mujer no es novedad. justa. (A la ventana.)
RAMIRO.
Y ya que en Sevilla estás , TEODORA. Y él ¿no vien.e?
¿Quién por una majestad RAMIRO.
¿Qué piensas hacer?
No trueca una señoría ? Con recato.
DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE. justa.
No veo Pues ¿de qué es la gravedad?
De quien fie mi deseo ; No hablen , Teodora mía,
Que todos me han de vender. Tus celos, si es que los tienes. RAMIRO.

RAMIRO. TEODORA. Mas es cierta enfermedad.


Teodora... Pero es mujer. ¡Qué notable ausente vienes ! JUSTA.
Poco en sus secretos creo. DON ENRIQUE. Y ¿no puedo yo sabella?
DON ENRIQUE. Pues ¿hay ausencia de un dia? RAMIRO.
Engañaste; que mejor RAMIRO. La ausencia fué culpa della.
Saben callar que los hombres. Pues lo dice, bien lo entiende. JUSTA.
RAMIRO. TEODORA. La posta debió de ser.
No les han dado esos nombres Para decirte verdad , RAMIRO.
Los peligros del honor. Solo sé que en la ciudad Mucho tiene de mujer.
DON ENRIQUE. El amor del Rey se extiende :
JUSTA.
Yo dije al Rey mi señor A doña Juana pretende,
Y dicen que por mujer ; ¿Cómo?
Que desterrado saldría ; RAMIRO.
Pero no que no querría. Que yo no puedo saber
¿Quiebro el destierro? Pues bien ; Si ella le quiere ; mas creo Que muele y desuella.
¿Habrá mas de que me den Que podrá tan gran deseo (Éntranse.)
La misma pena ese dia? Almas de hielo encender.
Esta palabra le di; Y si tú sabes de amor,
Que no de no amar á Juana. Conocerás que presente, Sala en casa del Adelantado.
Cuanto mas estando ausente,
RAMIRO.
Es fuerte competidor ESCENA VII.
Esta es, Señor, la ventana Un rey de tanto valor,
De Teodora: ¿llamo? Tan gallardo pretendiente, EL ADELANTADO, DOÑA JUANA, DO
DON ENRIQUE. Y tan valiente. NA INÉS.
Sí. DON ENRIQUE. ADELANTADO.
(Llama.) En efeto Esto del Rey conocí;
LO CIERTO POR LO DUDOSO. 463
Pero no lo entiendo bien. DOÑA INÉS. DOÑA JUANA.
¿Sabes tú lo que es? La fortuna te ayudó , Prima, aunque yo descpnfio
DOÑA JUANA. Pues con Enrique quedaras De que con el Conde pase
También Pobre y humilde, aunque es ley Mas adelante el amor,
Es enigma para mí. De amor ; pero con el Rey, No del todo le olvidé;
ADELANTADO.
¿Qué mayor bien desearas? Que es fuego que ayer se fué ,
DOÑA JUANA. Y aun no ha dejado el calor.
Pienso que quiere casaros Loca has sido en declararte
Con sus dos hermanos. Prima , yo me determino :
Con esforzarme á dejar Antes de saber de mi
DOÑA INÉS.
A Enrique , podré olvidar Que ya sin celos de ti
Vienes Este loco desatino. A Enrique pudiera darte ;
Tan humilde, cuando tienes Los deseos dan contento Y necia en no conocer
Al Rey, con hechos tan raros , En tanto que son posibles; Que me habias de obligar
Puesto en mas obligación , Pero en llegando a imposibles, Con esos celos á amar;
Que pienso que desentiendes Se van del entendimiento. Que es condición de mujer.
Lo que entiendes; con que ofendes El Rey, cuando no tuviera De suerte que si volviese ,
Tu valor y tu opinión. Mas de ser rey, ¿á qué amor A querer á Enrique yo,
ADELANTADO. No deshiciera el rigor? Tuya será, mia no,
Pues ¿qué quieres tú que entienda? ¿Qué peña no enterneciera? La culpa que en ello hubiese.
¿Que el Rey se quiere casar? Cuanto y mas siendo galán , ¿No supieras aguardar
DOÑA INÉS. Entendido, fuerte, hermoso, A verme mas despicada?
A pié y á caballo airoso ; Que de ayer enamorada,
¿Porqué no lo has de pensar, No era posible olvidar.
Si tienes tan alta prenda ? Que la noche de San Juan ,
Que le vi, me pareció El decirte del Rey bien
ADELANTADO. Es primer paso de amor,
Que era ingratitud no amalle.
Ahora bien , aunque podia , No el último ; que es rigor
DOÑA INÉS.
Si no trae de tierra extraña Que mis deseos estén,
Mujer , casarse en España Sin duda es de mejor talle De sola un hora de ausencia,
El Rey, y en la sangre mia , Que el Conde. De Enrique tan olvidados ;
No lo quiero yo entender; DOÑA JUANA. Que aun van con él mis cuidados
Porque si después no fuera, ¿Cieno? Como estaban en presencia.
Mas pesar, In,es, tuviera DOÑA INÉS. Si algún intento tenia
Que entonces me dio placer. Pues ¿no? De amar al Rey, le he perdido
Soy quien sabes , he servido DOÑA JUANA.
Con saber que tú has querido
En paz y en guerra años largos, Gozar lo que yo quería.
Y los más honrosos cargos Pues desde hoy mas , prima mia , Pierde de amarle el cuidado;
Que hay en (".astilla be tenido ; ¡Viva el Rey! Que con el tiempo sabré
DOÑA INÉS.
Pero hasta ver declaradas Cuando avisarte podré
Las dudas que agora veo, Viva mil años, Que tengo á Enrique olvidado. ( Vase.)
Solo os diré que deseo Y acábense los engaños
Veros muy bien empleadas. (Vase.) De esa lu loca porfía. ESCENA IX.
Y pues ya quieres querer
Al Rey,"y dejar á Enrique, DONA INÉS.
ESCENA VIII. Bien será que le suplique ,
Pues has de ser su mujer, Saca en el marzo agricultor moderno
Un deseo que he tenido Verde naranjo en apacible dia ,
DONA JUANA, DOÑA INÉS. Secreto, viendo tu amor. Viendo que de los peces se desvia
DOÑA JUANA.
El sol, que vuelve á su principioeterno.
DOÑA JUANA. Mas vuelve al fin el riguroso invierno,
No he querido, Inés, decir ¿Tiénesle á Enrique? Y así la primavera desafia,
A mi padre la intención DOÑA INÉS. Que toda aquella verde fantasía
Del Rey. El mayor Rinde á las ramas, desmayado y tierno.
DOÑA INÉS. Que cupo en mortal sentido. ¡ Ay, débil esperanza , que así fuiste!
Pues ¿por qué razón? Ño me osaba declarar, Pues cuando le saqué (que no debiera)
Juana , por no darte enojos ; Al sol de la mudanza que tuviste,
DOÑA JUANA.
Y aunque mil veces mis ojos En vez de la esperada primavera ,
Porque no pueda argüir Te lo pudieron contar, Volvió el invierno riguroso y triste,
De su ausencia en la frontera Decíales : « No miréis; Para que yo sin esperanza muera.
Cosa indebida á mi bonor. Que es de mi prima y señora
DOÑA INÉS. El Conde ; y pues que le adora , ESCENA X.
¿Cómo te va del amor Respetalde y no le améis.»
Mas ellos, inobedientes RAMIRO, de buhonero, con una arquilla
De Enrique?
A la razón , le miraban al hombro. — DOÑA INÉS.
DOÑA JUANA.
Amor q ue no espera , Tan tiernamente , que daban RAMIRO.
Mucho liempla del deseo, Señas de amor evidentes. ¿Hay quien compre alguna cosa
No porque ya le olvidé, Cuando, viendo mis tristezas, De las que tiene esta caja?
Mas porque no le veré La causa me preguntabas;
Cuando llorando me hallabas, (.4p. Mi notable atrevimiento,
En mi vida. O en ¡guales aspeiezas; Mi locura temeraria
DOÑA INÉS. Cuando no quería vestirme Favorezca la fortuna.)
Asi lo creo. A las mas precisas fiestas, DOÑA INÉS.
"V aciertas en olvidalle, Y sola tú mis respuestas Pues, amigo, ¿hasta la sala
Pues se mejora tu amor Pudieras , prima , sufrirme; Os entráis desta manera?
En hombre de mas valor, Era verte con favores RAMIRO.
Mas entendimiento y talle. De Enrique ; y muerta de celos , Traigo, bellísima dama ,
DOÑA JUANA. Pedia siempre á los cielos Mil cosas que me compréis,
Si hasta que yo me casara, El fin de vuestros amores. De Flándes , Italia y Francia :
El Rey, Inés ,' no entendiera Cumplióse tan gran deseo Primeramente...
Nuestro amor, vo prefiriera Sin daño tuyo, Señora , DOÑA INÉS.
A Enrique, y al Rey dejara. Y por eso quiero agora , ¡ Jesús!
Pero si ya le entendió, Pues querer al Rey te veo,
Y le destierra de si , Que le pidas que me case RAMIRO.

¿Qué esperanza queda en mí? Con Enrique, pues ya es mió. ¿Qué mira? ¿De qué se espanta?
4ftt COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DOÑA IXÉS. Que por dicha hará su letra ) Con cuidado , que le tiene
¡ Ramiro! Efeto en dureza tanta , Vuestra alteza desta casa.
RAMIRO. Pues sabes que los ausentes RET.
Inés de los cielos, Por ellas se quejan y hablan.
¿Puedo hablar? No escondáis la carta.
RAMIRO.
DOÑA IM:'S. DOÑA INÉS.
¿Que no podré verla yo?
Estoy turbada. Es cosa
doña inés. Que quisiera declararla
¿Cómo le has entrado aquí? No podrás hasta mañana , A mi rey y mi señor,
RAMIRO. Porque está escribiendo al Rey. Gloria nuestra y sol de España ,
A la bella doña Juana RAMIRO. Si se me diera el lugar.
Traigo del Conde , mi amo... ¿Al Rey tan presto? rev. (.1 Mendo.)
doña INÉS. ¡Hola! Despejad la sala. —
DOÑA INÉS.
Habla de presto. Esto pasa. Tú , Maestre, afuera espera.
RAMIRO.
RAMIRO.
( Yanse el Maestre y Mendo.)
Esta carta. ¡ Plega al cielo que los dedos
DOÑA INÉS. Que el Conde marfil llamaba , ESCENA XIII.
Muestra, darésela yo. Se vuelvan piedra ; la tinta
RAMIRO. Sangre, la pluma una daga , EL REY, DONA INÉS.
¿No será posible hablarla? El papel!...
DOÑA INÉS. DOÑA INÉS.
doña inés.
Deja el papel. Señor, tu grandeza es tanta ,
¿Qué es hablarla? Tú eres muerto, A quien tu piedad , tu ingenio
Si te conocen en casa Mira que en vano te cansas;
Que el Rey es muy gentil hombre, Divinamente acompaña ,
RAMIRO. Que me obliga á suplicarte
Y cuando no, el serlo basta.
¿Qué hay del Rey? Aquí me dijo mi prima Mi remedio , que esta carta
DOÑA INÉS. Que hacia al Conde ventaja ; Te dirá mejor que yo
Sus pretensiones , Que andaba á caballo airoso, Y con mas vivas palabras.
¥ no pocas esperanzas. Y á pié con notable gracia. RET.
RAMIRO. Pero vuelve , como digo , Pues ¿quieres tú que la lea?
¿Admítele? Mañana. DOÑA INÉS.
DOÑA INÉS. RAMIRO. Sí , Señor, porque cifrada
Claro está. ¿Cómo mañana? Toda mi historia está en ella ,
RAMIRO. Yo me vuelva , si volviere, Guardando el rostro á mi fama.
¿Claro está? Discreto con arrogancia, REY.
DOÑA INÉS. Rico aforrado de necio, Aquesta letra es del Conde.
Pues ¿qué pensabas? Pretensor sin esperanza ,
Valiente sin enemigos , DOÑA INÉS.
RAMIRO. Viejo en años y sin canas, Sí , Señor.
Ayer salimos de aquí, Desgraciado con envidia REY.
Y ¡ hoy puede haber tal mudanza ! Y envidioso con desgracia, Escucha.
DOÑA INÉS. Músico con mala voz , DOÑA INÉS. (Ap.)
¿Que quieres? Vive quien vence. Danzador con malas patas,
Jugador con poca dicha , Para
RAMIRO.
Casado con mucha fama ; A la fortuna la rueda,
Lástima tengo á quien ama. Y finalmente, me vuelva Amor; que me importa el alma.
¡Fuego en las!... Mujer ( aunque muchos andan
ret. (Lee.) ■

DOÑA INÉS. Que lo quieren parecer) , «Hoy he llegado á Sevilla; que las
Quédale en las. Si acá volviere mañana. (Vase.) «ansias de verte me volvieron de Cór-
RAMIRO. »doba; estoy escondido hasta qoe la
Pues si ya me entiendes , basta. ESCENA XI. «noche me dé lugar; aguárdame, se-
» ñora mía , en la puerta por donde so-
DOÑA INÉS.
DONA INÉS. »lias hablarme; que tú serás mi mujer,
¿Qué había de hacer, ausente »ó yo perderé la vida.»
Enrique 1 ¡ Qué bien me va sucediendo ! ¡ Extraño caso ! Luego el conde Enriqne
RAMIRO. ¡ Cómo se ve que se pasa ¿No amaba á doña Juana?
Abrasarle el alma , A mi lado la fortuna ! DOÑA INÉS.
Como lo ha hecho. ¡ A y del Conde! Amor, leamos la carta :
Que á cada paso que daba , A mi me sirve
Veamos qué dice Enrique Desde la vez primera que á Sevilla
Decía : «¿Quedará, Ramiro, A su venturosa dama. (Ábrela y lee.) Le trajo vuestra alteza de Castilla.
La divina doña Juana?
¿Hablará con doña Inés? ESCENA XII.
REY.
¿Llorará? — ¿No es cosa clara? » ¿Qué dices?
Decía yo, tan gran necio EL REY, EL MAESTRE , MENDO. DOÑA INÉS.
Como él , pues tal pensaba : La verdad. •
« ¡ Ay, Ramiro ( respondía ) , — DONA INÉS, fin verlo».
REY.
¡Quién de su divina cara
Bebiera agora las perlas MAESTRE. : Viven los cielos.
Que de las estrellas bajan , Nadie sabe que has venido. Que porque sea verdad te den mis celos
Para templar este fuego !> RET.
La corona que tengo ! Y si lo fuera ,
—¡Oh qué graciosa templanza, De cuanto cubre la suprema esfera.
Venir en secreto es causa.
Haberse rendido al Rey I MAESTRE.
DOÑA INÉS.

DOÑA INÉS. Señor, el Conde, como ves, me adora ,


Aquí está , Señor, su prima En esa carta.
Oyes, loco, vete y calla; Leyendo un papel.
Que no sabes dónde estás. RET.
REY.

RAMIRO. Pensamientos mios ,


Aguarda. Haced fiestas á nuevas semejantes.
Vuélveme luego la carta; ¿Podremos saber, Señora,
No quiero que se la des. ¡ Oh vana presunción de los amantes!
Ese secreto? ¿Que Enrique te ama á ti? Pues ¿cómo
DOÑA INÉS. DOÑA INÉS. 0 noche de San Juan no me dijera [el dia
Vete sin hablar palabra ; No estaba Que por tí se cubrió de aquellos ramos?
LO CIERTO POR LO DUDOSO. 463
DOÑA INÉS. Quiero consultar con vos Disimular las mujeres.
Porque dio doña Juana en estimarle. Quién será , pues á los dos Yo voy á decir que crea
Y 'en quitármele á mí , y así fué justo Nos toca honrarle también. Que no tuviste intención^- •
No pretender contradecir.su gusto , Bien conocéis, ó por fama De darla al Conde, en rajón •
Sino solo querernos de secreto. O por vista , quién podría De que tu amor la desea.
Callaba entonces, como, al fin, discreto, Merecerle. Y está , Señor, advertido
El Conde por mi honor; y así, ha venido DOÑA JUANA. Que esta noche has de casarme.
Donde por mas seguro está escondido. No seria REY.
Esta noche , cual dice , vendrá á verme. Poco dichosa la dama. A mí me importa, ó dejarme
Si tú quieres, Señor< honrarme, hacer- Y .pues que ya vuestra alteza. Morir, pues tan necio he sido.
El mayor bien y asegurar tu gusto , [me En su consejo me ha dado DOÑA INÉS. ■
Cásame con Enrique , pues es justo ; Lugar, y en el que es de estado Esa carta has de mostrar
Que el Conde, aunque me quiere, no me Está su "mayor grandeza ; A Enrique.
[quiere Mirando bien qué mujer KT.
Para mujer, si bien por mí se muere. Puede merecer al Conde,
El vendrá aquesta noche, como dice. Por fuerza haré
La misma razón responde
Hazle casar por fuerza , que bien pue- Que te quiera. . .
Que sola yo puedo ser.
Para que mas asegurado quedes, [des, Déme vuestra alteza á mi DOÑA INÉS.

rey. , A su hermano; que bien creo Ya no sé


Yo debo al valeroso Adelantado Que tiene el mismo deseo , Mas de temer y esperar. {Vate.)
Mayores cosas, si mayores puedo. Pues me lo pregunta así ;
Deja venir á Enrique"; que esta noche Porque , si no le tuviera ESCENA XVI.
La mano te dará. De que él en mí se empleara ,
Claro está que no me hablara EL REY. • ' ..
DON* INÉS.
Ni ese consejo pidiera.
¡ Piega á los cielos ! Que honrar al Adelantado ¡Conque justa razón á la esperanza
REY. Puede vuestra alteza ansi , Dieron nombre de flor, pues que la imita
Vitoria , amor; que ya se van los celos. Y darme también á mí En que tan brevemente se marchita,
Lo que tanto he deseado ; Que tiene entre las hojas la mudanza!
Porque, volviendo por él , Lustrosas perlas á la aurora alcanza,
ESCENA XIV. Y de vos desengañada , De matizados círculos escrita ;
No puedo estar empleada. Belleza que la noche solicita
DONA JUANA. — Dichos. Perdonad , mejor que en él. ( Vate.) Para perder su ardor en sn templanza.
Sembraba yo, porque la tierra nueva
DOÑA JUANA» • # . , ESCENA XV. Me prometió de amor ricos favores ;
Sea, Señor, vuestra alteza- jAy loco engaño, de miseelos prueba!
EL REY, DOÑA INÉS. ¿Deque sirve sembrar locos amores,
Muchas veces bien venido. \ Sí viene un desengaño que se lleva
REY. REY. Arboles, ramas, hojas, fruto y flores?
La dicha que hoy he tenido ¿Entiendes esto? {Vate.)
Venciera mayor grandeza. DOÑA INÉS.
Ya estaba de'vos quejoso. Yo sí.
DOÑA JUANA. Sala en casa de Teodora.
REY.
El Maestre me dijo agora
Quise saber si quería ESCENA XVII.
Esta merced.
A Enrique. •
REY. DOÑA INÉS. DON ENRIQUE, RAMIRO.
Ya , Señora , • Presumiría
Despidió mi amor celoso DON ENRIQUE.
Que faltaba amor en ti.
Las sospechas que tenia. . ¿Qué dices?
REY. RAMIRO.
Carta de mi hermano es esta.
No fué por esa ocasión ; Esto que escuchas.
DOÑA JUANA.
Que si desa suerte fuera , DON ENRIQUE. ■ .
Harán mis deseos, fiesta Antes que del Conde hiciera
A las nuevas deste-dia. Con tanto gusto elección , ¡Válgame Dios !
REY. Quejárase de mi fe RAMIRO.
De Córdoba me escribió. Y de mi poca lealtad : Valga y lleve.
DOÑA JUANA. • Si va á decirte verdad, DON ENRIQUE. '
¿Lleva salud» Necio desengaño fué. ¿Doña Juana quiere al Rey?
¡ Ah ! que nunca, desengaños,
REY.
Fuistes buenos en amor; RAMIRO.
Salud lleva. Que el desengaño mejor Al Rey doña Juana quiere,
DOÑA JUANA. {Ap.) Causa mayores engaños. O por pasiva, es querido
Quiere el amor que me atreva , Parte á hablarla , sin que des De dona Juana el Rey.
Pero los respetos no. A «nlender que estoy corrido DON ENRIQUE.
REY.
Üe lo que me ha respondido; Siempre
Que yo te diré después Que algún bien me quieres dar,
(Ap. Hacerla quiero un engaño.) ' Lo que ha de hacer mi desprecio ; Desta suerte le encareces.
Como ya. Señora , es justo
Y dila que.no entendí Dime lo que ha respondido,
Comunicaros mi gusto
Que presumiera de mí No me males ni atormentes,
Después de aquel desengaño, L'n pensamiento tan necio. ■ Como sueles, mi Ramiro.
Sabed que el Conde me escribe
Que no la quise ofrecer RAMIRO.
Grandes arrepentimientos
De los necios pensamientos Al Conde, pues mi deseo Necio amor te desvanece.
De que ya Gm lejos vive. No diera su mismo empleo, Yo no he visto á doña Juana ,
Pídeme'perdon, y dice Si me viera aborrecer. Sino á doña Inés, y advierte
Que le case de mí mano , Que si son celos de mí , Que ella fué quien me lo dijo ,
Que le estime como hermano, Los adoro como á cielos ; De lástima que te tiene.
Y como rey le autorice. Que si hay amor donde hay celos ,
Tendrá amor si se los di ; DON ENRIQUE.
Yo, que, por asegurar ¡Peseá doña Inés!
Mis celos , no puedo hacer Con lo demás que sintieres
Cosa mas justa .mujer A propósito á mi honor. RAMIRO.'
Le quiero á Enrique buscar; DOÑA INÉS. Embido
Y porque sin vos no es bien, Poco saben con amor Otras tres doñas Ineses.

L-i. 30
466 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DON f. muquí:. DON ENRIQUE. Porque, volviendo de verte,
Díñalo por burlarte. De amor. Ángel de mi perdición ,
RAMIRO. RAMIRO. Y de dar mil parabienes
No te entiendo ó no me entiendes. Razón tienes ; A tu amor, á tu mudanza ,
Teme, Señor, no seas necio, Porque, si verdad te digo, A tu dicha y á mi muerte ,
Teme; que el discreto teme. Dando un papel de alfileres Pienso volverme á Castilla.
DON ENRIQUE. A una dueña en los umbrales RAMIRO.
¡Doña Juana al Rey! De una sala, la vi enfrente... Señor, excusa, si puedes,
RAMIRO.
¿Dirétecómo? El verla, por el peligro,
¡ Por Dios , DON ENRIQUE. Si acaso alguno te viese ,
Que desesperarme quieres ! Si, amigo. Y porque si desdeñosa
Si, hermano ; piadoso vuelve Te respondiese, no aumentes
DON ENRIQUE. Tus celos, y algo le digas
A curar á quien has muerto.
Las señoras ¿hacen eso? Que mas desdicha nos cueste.
RAMIRO.
RAMIRO. DON ENRIQUE.
El seso, Señor, ¿quién puede ?
Si, Señor ; porque los reyes Estaba aquella señora No puedo excusar, Ramiro ,
Son los mayores señores. Como el aurora amanece , Ver á doña Juana. Denme
DON ENRIQUE. Dando luz al mismo sol, Una rodela y un jaco.
Mira que no son mujeres. Aunque del la suya tiene ; ' RAMIRO.
RAMIRO. Los cabellos en sortijas ; ¡ Bravo amor !
Sisón. Y pues es naturalmente , DON ENRIQUE.
Bien haya el platero cielo
DON ENRIQUE. Que tales sortijas vende ; Bien lo merece ;
Pues ¿de qué lo sabes? Los ojos... no quiero'estrellas, Que si por el Rey me deja ,
RAMIRO. Que es cosa baja, y ofenden Acierta, y es bien que acierte.
De que paren. Tantos ojos estrellados ,■ • Mejor es que yo mi hermano.
Sino decir que parecen ¡Muera yo! ¡Viva quien vence!
DON ENRIQUE.
" Bestia, lente; Dos breves cielos de amor, (Vanse.)
Que mé quitarás la vida. Adonde gloriosamente
RAMIRO.
Penen las almas.
¿Tengo yo la culpa? DON ENRIQUE. Talle.
DON ENRIQUE. ¿Qué dices?
¿ En gloria quieres que penen? ESCENA XVIII.
Pierde ,
Loca esperanza, el color ; RAMIRO. EL REY; EL MAESTRE t MENDO,
Y del luto de mi muerte Si ; que destos disparates de noche.
O de lo azul de mis celos Altamente se encarecen
Esmalta sus hojas verdes. Los amorosos engaños. REY.
RAMIRO.
Pero déjame que llegue Ya le digo que viene arrepentido
A pintar aquellas cejas, De haberme dado enojo, po'r guardalle
No esmaltes hojas, por Dios, Pobladas de pelos breves Secreto á Inés.
Ni poetices desa suerte , Y sutiles, que á los ojos MAESTRE.
Sino vamos al remedio. Eran divinos doseles.
DON ENRIQUE.
Extraña cosa ha sido.
No las comparo á los arcos , ¿Que quiere álnes?
¿Sábeslelú? Porque los arcos celestes REY.
RAMIRO. No tienen pelos ni cubren
Dos, tres, veinte. Los ojos que algunos quieren ; Y ha de rondar su calle
Que si luna y sol son ojos , Que le case con ella me ha pedido ;
DON ENRIQUE. Y ¡ vive Dios , que tengo de casalle !
Como son tan diferentes,
Uno solo, y presto. Fuera tuerto el cielo á estar Porque , fuera de ser buen casamiento.
RAMIRO. Juntos en su hermosa frente. Importa al mió declarar su intento.
¿Presto? ¿Quieres que pinte la boca? Vaya Mendo á avisalla.de mi parte,
DON ENRIQUE. DON ENRIQUE.
Para que eslé á la puerta prevenida.
Si, Ramiro. MENDO.
¿Sabrás?
RAMIRO. RAMIRO.
¿ Diréle que aquí estás ?
Posta, y vete. Ni supiera Apeles, re;.
DON ENRIQUE. Ni pensó naturaleza Diselo aparte.
Por bestia entraste : en efeto , Criar una rosa en nieve. ( Vase Mendo.)
Remedio tuyo. Parece que jwr respeto
RAMIRO. De las perlas de sus dientes, ESCENA XIX.
No deben Les puso el cielo, Señor,
Los hombres mas á sus padres Dos cortinas de claveles. EL REY, EL MAESTRE.
Que á las postas, porque suelen DON ENRIQUE.
MAESTRE. fdV
Librarlos de mil peligros ; Muerto estoy; no digas mas.
Mas yo rio quiero deberles ¿Que Inés, Señor, de Enrique fué servi-
RAMIRO.
Nada, porque me maduran ¡Bien hayan los portugueses^ REY.
El tamboril muchas veces. Que á esto llamaron boquina! Esto puedo, Maestre, asegurarle ,
DON ENRIQUE. Que parece que convierto Y que en su ejecución meVa la vida.
¡Ay, doña Juana! ¿es posible Los deseos en jalea. MAESTRE.
Que con mudanza tan breve DON ENRIQUE. Mucho á la hermosa doña Juana quieres
Pagas un amor tan justo? Presumo que me entretienes REY.
Pues aun yo no estaba ausente... Porque no sienta mis males. Corona puede ser de las mujeres.
¡Jesús! Deseos,¿quéquereis?¿VerIa? Pues Tamo=
RAMIRO.
RAMIRO. Es verdad: eso pretende A verla. Tarda Enrique: bien podemos.
¡San Blas! Mi rústico ingenio, Conde, ¿Quécliráns¡meven'íMas¿quédudamos.
DON ENRIQUE. Porque temo... Amor, cuando lancetea el bien tenemos"
Ya que en segura posesión estamos ,
Yo me muero. DON ENRIQUE. Sin efeto es andar por los extremos. —
RAMIRO. Ya ¿qué temes? Maestre, aquí me aguarda, y si viniere
¿Deque? Pon á punto esos caballos; El Conde, buz de manera que meespere.
LO CIERTO POR LO DUDOSO. 467
MAESTRE. Por su destierro y ausencia Y perdona , que te acercas
Iráse si me ve. Toda la noche y el dia. Y quieres sacar la espada.
REY. ¿Cómo no me dais respuesta , REY.
Pues dame aviso ; Í)on Tello, Maestre, hermano? Dame la espada.
Que amor me fuerza, y mátame el deseo. RAMIRO. (Ap.) DON ENRIQUE.
(Vase.) Ya se acerca, ya le pega. Ahí le queda
ESCENA XX. REY. Envainada ; que no quiero
Hombre, ¿quién eres? responde. Que de otra manera sea.
DON• ENRIQUE,
EL MAESTRE. RAMIRO.— DON ENRIQUE. REY.
No se espante vuestra alteza Eres traidor.
Que no responda. (Desembózase.) DON ENRIQUE.
RAMIRO.
BEY. Soy tu hermano.
Ninguno como tú tan recio quiso. Nunca mi madre fué reina;
¿Es Enrique?
DON ENRIQUE. Pero fué tu padre el mió.
Bien lo dice el peligro en que me veo. DON ENRIQUE.
REY.
No sé si serlo quisiera ,
RAMIRO.
Pues te doy tantos enojos , Enrique, no me enternezcas.
¡ Con qué temor aquesta calle piso ! Que, como dices, intentas Vuelve.
IMIN ENRIQUE. DON ENRIQUE.
Casarme por fuerza aqui.
¿Que me olvidaste, Juana? No U> creo. REY.
No puedo , Señor ;
¡ Ay engaños de amor! Muero de olvido, Es porque tú lo deseas , Que no quiero que me veas
Y no puedo creer que estoy perdido. En las manos sin espada , '
Y á doña Inés lo has escrito ; Y en los ojos con flaqueza.
MAESTRE. (Ap.) Que yo conozco tu letra.
Este es Enrique, aquel es su privado. (Vanse don Enrique y Ramiro.)
DON ENRIQUE.
Voy á llamar al Rey; eme no es cordura A doña Juana escribí ;
Llegarle á hablar.si se ha de lmir.( Vase.) Y si doña Inés enreda ESCENA XXIII.
Desatinos por privanza , EL MAESTRE, MENDO.—EL REY.
ESCENA XXI. No cumple , aunque quien es sea ,
La obligación de su sangre. REY.
DON ENRIQUE, RAMIRO. ¡Hay tal suceso!
REY.
DON ENRIQUE. MAESTRE.
Yo he dado Pues ¿cómo el destierro quiebras
De que me diste palabra? ¿Qué es esto?
Poco dichoso fin á mi ventura. MENDO.
Rejas, yo soy un hombre desdichado, DON ENRIQUE.
Que aun la vida no tengo en vos segura : No la di de no quererla , Gran Señor, ¿de qué te quejas?
Doleos de mi ; que donde se endurecen Y es muy conforme al amor REY.
Lasalmas,aun los hierros seenternecen. Que los desterrados vuelvan Toma , Mendo , aquesa espada.
RAMIRO. (Ap.) De noche á hacer pur sus damas MENDO.
Rejas, el diablo, que hace mas enredos Estas honradas linezas. ¿Tuviste alguna pendencia?
Queun hombre sin dineros, me hatraido Si yo viniera de dia , REY.
Donde, si no me escapo á puros credos, Donde Sevilla me viera ,
No solo fuera mal caso , Id delante y lo sabréis.
¡Qué tardeme verá quien meha parido ! ¡ Maldiga el cielo estas puertas ,
Pues no son de gallina aquestos miedos. Pero fuera desvergüenza.
Desterrado que de noche O maldiga mi desdicha!
Moros he muerto, capitán he sido ; Que no está la culpa en ellas.
Mas enojos de un rey, y siendo tales, Viene á sus cosas , no quiebra
A Aquiles volverán á sus pañales. El destierro si no es
DO* ENRIQUE.
Que viene á rosas mal hechas ;
Porque en efelo ya guarda ACTO TERCERO.
¡Ay Juana de mis ojos tan amada! [da? Respeto á quien "le destierra ;
¿Porquéhasqueridoenflorcdrtarmivi- Y' la noche es confusión
RAMIRO. <: I;'. , De cosas malas y buenas.
¡AyDios! ¡quiénesluvieraenla posada, Sala en casa del Adelantado.
REY.
V llevaran los diablos la venida!
¿Tengo yo de medir á un rey la espada , Si es respeto á la justicia , ESCENA PRIMERA.
Que llega, cuando quiere sin medida, ¿Qué es el Rey?
DON ENRIQUE. DONA JUANA; TEODORA, disfrazada.
De un reino á otro, y solo Dios le juzga?
Justicia. TEODORA.
ESCENA XXII. REY. Esas flores que vendía
Espera. Entre listones y locas,
EL REY. — Dichos. Pues ¿conmigo no has topado? Flores , por fingidas , pocas ,
REY. (Ap.) DON ENRIQUE. Aunque lo ha sido la mia,
No hay orden que á quererme la reduzga. Es cosa, Señor, tan nueva Son mentiras para veros
Topar con un rey de noche , Y verdades para hablaros
DON ENRIQUK. (Ap.)
Que en mi vida se me acuerda De quien ha sabido amaros ,
Gente viene ; rebozarme Ue quien no sabe perderos.
Quiero. ¿Cosa que el Rey sea? Haberlo oido.
REY. DONA JUANA.
RAMIRO. (Ap.)
Yo ¿soy Luego vos ¿no sois florera?
Ya comienzan á venir, El Rey?
i Ay del necio que quisiera TEODORA.
DON ENRIQUE. No, Señora ; que en mi casa
lln censo sobre mi vida! El Conde esta vida pasa , ■
REY.
Conozco á tu alteza
Por mi supremo señor. Y persuadiros quisiera.
(Ap. El Maestre está á la puerta.) No se atrevió , por el Rey ,
Maestre, ¿ha venido Enrique? REY.
Que ya prevenida queda Date preso. A venir Ramiro aquí;
Doña Inés, y ¡vive Dios DON ENRIQUE. Puesto que del entendí
En mil cadenas Que cumpliera con la ley
Que hoy se ha de casar por fuerza ! De hijodalgo castellano
Entré á hablar á doña Juana , Me tiene tu obligación ;
Y hase enfadado, muy necia, Pero no es justo que quieras En morir por su señor.
De que la viniese á ver. Prenderme tú ; que los reyes , DOÑA JBANA.
Bien dije yo que desea Y mas en cosas pequeñas, No hay aqui tanto rigor
Al Conde, y que está llorando No prenden por sus personas. Como él imagina en vano,' -
468 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
TEODORA.
Que piense no os espantéis
TEODORA. Yerro de la lengua , en fe
Que estoy sin culpa creed. {Vase.) De que ofenderte desea ;
Que ya tiene posesión
El Rey de vuestra afición , Que cuando tu nombre nombre
ESCENA II. Por venganza al despedirle,
Pues su peligro sabéis.
Yasí, por servirle yo, ¿Cómo puedo yo decirte
DOÑA JUANA. Mas aírenla que tu nombre?
Vine disfrazada asi ;
Que el saber lo que hay en mí' Enrique? yo no quiero aventurarme Vele , Enrique ; que eres hombre ,
Este consejo le dio. Por tu ocasión, ni pormiamor perderme: Y esta hazaña tuya es.
Dice pues que sois cruel Si tú sabes, traidor, aborrecerme, DON ENRIQUE.
Mas que cuantas han nacido, ¿Por qué no sabré yo de tí vengarme? ¿Tú dices queá doña Inés
Y que con el Rey ha sido ¡Ay, que me cuesta mucho el apartaf- Escribí?
Trato desterrarle á él. [me DOÑA JUANA.
Que el interés de reinar De la ocasión con que quisiste verme ! Pues ¿no es asi?
Os ha movido , no amor ; No me veas, cruel ; que es ofenderme — DON ENRIQUE.
Aunque escoger lo mejor Señora, yo me voy.—Vuelve á matarme. No, Señora, sino á tí.
Bien os puede disculpar ; —Oye, mi bien: ¿quépierdesen oirme?
Porque ya en el mundo es ley —Pierdo el honor y al Rey.—Verdad le Ramiro presente está.
Que en sus voluntades reina ; RAMIRO.
[trato.
Y que pues que ya sois reina , —Por eso de tu amor quiero partirme. Quién crédito no teda,
Le pongáis bien con el Rey. —Amor celoso olvida, como ingrato ; ¿Daráme crédito á mí?
Que le pidáis el perdón Mas no podrás.—Sí haré; porque el mas Yo te truje aquel papel ,
De su enojo, y no el destierro;- [firme Tu prima me le tomó.
Que el volver tiene por yerro , A manos de otro amor le acaba el trato. DON ENRIQUE.
Pues ya no tiene ocasión. Pues ¿cuándo la quise yo
Que con sola la respuesta ESCENA III. Para regalarme en él?
Que me habéis de dar, se irá Si guiso engañar con él
A Castilla , pues ya está DON ENRIQUE, RAMIRO. Al Rey, nolo sé ; mas creo
Vuestra voluntad dispuesta —DOÑA JUANA. Que nació de tu deseo :
A querer y á no querer. Concierto debió de ser,
Cuando disculpada estáis; DON ENRIQUE. Porque tú puedas hacer
Pues mejor es que seáis No me tengas. En el Rey mas alto empleo.
Su reina que su mujer. RAMIRO. El Rey merece agradarte,
. DOÑA JUANA. ¿Dónde vas?' Mejor empleada estás ;
Por serlo vos no he tomado DON ENRIQUE. Que lo que aquí siento mas
Vuestra venida sin gusto ; A perderme. Es que quieras disculparte.
Mas por lo que fuera justo, RAMIRO.
Pero amarle no era parte
Mucho me hubiera enojado. Para venderme eon él.
¿ Tiene el mundo como Enrique ¿Estás en tí? Pues pensando que el papel
DON ENRIQUE. Tu prima te hubiera dado,
Mayor traidor?
TEODORA. Pues si yo estuviera en mí , Vine á tu puerla embozado .
¿Qué decis? ¿Amara á una ingrata mas? Y di por tu culpa en él.
DOÑA JUANA. Partirme de ti . ¿qué vale,
DOÑA JUANA.
¿Qué es esto? ¿Quién es? Si vuelvo á Sevilla luego,
¿Para qué me persuadís Como por la cuerda el fuego "
Que á sus engaños aplique DON ENRIQUE.
Vuelve á Ja parte que sale?
Los oidos , que ya tengo ¡Quiénes! Mejor es que el fin iguale
Como el áspid al encanto, ¡ Oh , qué pregunta extremada ! Al principio en que nací.
Pues en despreciarle tanto, ¿Que ya estás tan olvidada, Yo quiero morir aqui :
Menos que es justo me vengo? Que nie ves y no me ves? Sepa el Rey que aqui me tiene ,
Sirve el Conde aqui á mi prima ; Pues yo le diré quién soy. Máteme ; ¿por qué no viene,
Hablarla de noche intenta, DOÑA JUANA. Si quisiere vengarse en mi?
Haciendo á mi amor afrenta, ¡[Válgame Dios , qué locura ! DOÑA JUANA.
8ue hasta el honor me lastima;
alié yo al Rey embozado ; DON ENRIQUE. ¡Enrique ¡Enrique!
Lloro yo porque á Castilla Soy una alma que procura RAMIRO.
Se parte, ¡y está en Sevilla El pecho en que ya no estoy. Señor,
Muy de espacio enamorado ! Soy un hombre que solías ¿Qué es esto?
Decilde que si pretende Decir, Señora , que amabas,
DON ENRIQUE.
La gracia del Rey por mí , Cuando menos eslimabas
Que el amor las monarquías. ¿Tú no lo ves?
Que ¿por qué me engaña ansí, ¿Yo he querido á doña Inés,
Pues su mismo honor ofende? Soy quien tuvo tal ventura ,
Que si al Rey hablé, él medió Que mereció de tus labios Ni tuve en mi vida amor?
La causa...— Y no repliquéis; Seguridades de agravios , Pase un villano traidor
Que estáis donde no sabéis. Si hay cosa en mujer segura. Mi pecho si tal pensé,
Soy el que perdió por tí Tal servi ni tal hablé ;
TEODORA. Ni puede ser en lugar
Su rey , su hermano , su dueño ,
No tengo la culpa yo; La noche para tí sueño , Donde tú estabas entrar
Porque el Conde , en confianza Y desvelo para mi. Otra hermosura, otra fe.
Del pasado amor, me ha hecho Soy cometa que pasó No lo digo por moverte;
Disfrazar á mi despecho, Por el cielo, si se debe Que no te pienso mover,
Y contra alguna esperanza ; Tal nombre á hermosura breve Ni quererte , ni querer
Que aunque no es mi calidad Que adonde nació murió. Que me obligues á quererte;
La vuestra, he querido al Conde. Soy finalmente... Mas porque no quiero verle
DOÑA JUANA.
DOÑA JUANA.
Disculpada en mis agravios.
Eso también corresponde No mas; DOÑA JUANA.
A su mucha libertad. No pases de finalmente , ¡Conde!
Id con Dios, y agradeced Pues un fin tan indecente DON 'ENRIQUE.
Que os dejo salir así. A tantos favores das; No muevas los labios ;
TEODORA. Porque ya no me dirás ,, Que después de agravio cierto ,
Señora... Enrique, cosa que crea... Nunca vuelven á concierto
DOÑA JUANA. —¿Enrique dije? No sea Los amantes ni los sabios.
Salios de aquí. Favor nombrarte ; que fué Estos tus papeles son ,
LO CIERTO POR LO DUDOSO. • 469
Con esta encarnada cinta : DON ENRIQUE. (Que sin celos no puede ser quereros),
¿Quién dio veneno con tinta , Quiérese ir. Para tenerlas suspendiera el veros,
Sino mujer y traición? RAMIRO. Pues el penar por vos fuera obligaros.
Romperá pues mi razón ' ¡Buen dormir! Quereros sin costarme aventuraros
Razones tan engañosas. Si ella se quisiera ir, Era quererme á mi , y era ofenderos ;
doña juana. ¿Quién se lo habia de estorbar? 8ue mas quiero obligarosy perderos,
No hagas , Enrique, cosas Pues mira que la mujer ue, sin quereros obligar, gozaros.
De que te bas de arrepentí r ; Sabe sufrir mas que el hombre. Glorias solas de amor amor condena ;
Que aunque se vuelve á escribir, . DON ENRIQUE.
Penas quiero por vos ; que la memoria,
Ño salen tan amorosas. Si asiste á solas glorias, es ajena.
Como mi mujer sé nombre , Penar amando es la mayor Vitoria,
DON ENRIQUE. Di que la quiero querer.
Déjame. Y si amor es amor por lo que pena,
DOÑA JUANA.
RAMIRO. Por teneros amor, no quiero gloria.
Claro está que lo ha de ser. DON ENRIQUE.
Asi Dios me guarde... doSa juana. ¿Qué juzgas?
DON ENRIQUE.
Conde, si estoy satisfecha RAMIRO.
Eres reina: ¿qué he de hacer? De mi pasada sospecha, Que os doy por buenos.
DOÑA JUANA. Seré tu esposa. doña inés. {Acercándoseles.)
Créeme. DON ENRIQUE. Y yo, que estaba escuchando,
DON ENRIQUE. No sé Digo lo mismo.
No puede ser. Qué satisfacion te dé , DON ENRIQUE.
DOÑA JUANA. Si mi verdad no aprovecha. 1 Pudieras,
i Por qué, Conde? Señora, haberlo excusado,
DON ENRIQUE.
ESCENA IV. Como el decir que lá carta
Porque es tarde , DOÑA INÉS, sin ser vista.—Dichos. Es para tí, pues es llano
Y es razón que me acobarde Que Ramiro te la dio
De mi rey justo respeto. Para doña Juana.
doña INÉS. (Ap.)
DOÑA JUANA. DOÑA INÉS.
¡Qué es esto que viendo estoy !
Y ¿ si ser tuya prometo , Enrique es este. ¡Qué en vano Estando
Cuando esté desengañada? A dos que se quieren bien Bien descuidada , llegó ,
DON ENRIQUE. Estorba ningún contrario! Don Enrique, el Rey, tu hermano;
Serás de mi tan amada Oir quiero desde aquí Y yo , por no le decir
Como mereces, y aun mas... Qué pueden estar hablando Verdades que siente tanto,
—Pero en efeto serás Con tan grande atrevimiento. Fingí que era para mi.
Del Rey ; que estás obligada. DOÑA JUANA. DOÑA JUANA.

DOÑA JUANA. Firma , Conde, de tu mano Harto bien le has disculpado.


A quien se hace de rogar Esa verdad. RAMIRO.
Y me desprecia , no es bien DON ENRIQUE. El Rey viene.
Que mis deseos le den • Oye. DOÑA JUANA.
Ocasión , sino lugar. DOÑA JUANA. No hay remedio
Voyme á no ver, á olvidar D¡; Sino esconderte.
Que he querido bien al Conde. Que yo haré luego otro tanto. DON ENRIQUE.
RAMIRO.
RAMIRO. Aqui aguardo.
¿Dónde vas, Señora? Y yo quiero ser juez, DOÑA JUANA.
DOÑA JUANA. Que no soy apasionado ¿Oyes?
■ ¿Dónde? De ninguno de los dos. DON ENRIQUE.
Voy, Ramiro, á no querer DOÑA INÉS. (Ap.)
Sí.
Al Conde. DONA JUANA.
Y yo testigo en mi daño.
RAMIRO. ¿Llevas reloj?
DON ENRIQUE.
No puede ser, Si yo las flechas del amortuvie/a, DON ENRIQUE.
Si el Conde te corresponde. De vos á todo el mundo enamorara , Nú vengo tan descuidado ,
Mira ; qué celos aquellos Y en torres de diamantes os guardara , Que de la pasada burla
Y que mirarte á traición! Porque después de amaros nadie os vie- No tenga el alma temblando.
¿No le ves el corazón , Que Unto me quisiérailes hiciera, [ra. Mas doña Inés queda ahí ,
Por los ojos, todo en ellos? Que de otro ningún bien se os acordara; Que me servirá de mano,
DOÑA JUANA. El pensamiento á una cadena atara, Señalando dónde estoy
Tiénesme por los cabellos; Y la imaginación os suspendiera. En las letras de mis daños.
RAMIRO. Y si pudiera yo, con una llave (Escúndeme don Enrique y Ramiro.)
No tengo tal ; que tú eres Cerrara al tiempo el curso presuroso ESCENA V.
Quien te tienes, porque quieres En esa dulce juventud suave ,
Tenerte. Porque jamás en ese rostro hermoso DOÑA JUANA, DOÑA INÉS.
DOÑA JUANA. La edad pusiera cosa menos grave ,
Mal me conoces. Ni yo pudiera ser menos dichoso. DOÑA INÉS.

RAMIRO. RAMIRO. En mala fama he caído ,


No te irás, asi te goces. ¡Valiente, por Dios! ¡Ansí! Porque quise remediaros;
De lo que entiendo me agrado; Mas ¿que mejor premio tiene
DOÑA JUANA. Quien sirve pechos ingratos?
No aquello del ser sin ser,
Mal conoces las mujeres. Por el ser del ser formado , Pero la palabra os doy,
RAMIRO. Y el ser«del ser que no fuera , Para solo aseguraros,
No lo eres tú ; que ángel tienes De que el vulgo hace milagros ; De ayudar vuestros amores.
Por nombre, y por hermosura. Y todos son disparates DOÑA JUANA.
DOÑA JUANA. En bernardinas fundados; Mira que viene: habla paso.
.Qué es lo que Enrique procura , Que si lo que se oye aprisa ,
rtamiro, que me detienes? Ello se oyera de espacio, ESCENA VI.
ramiro. (A Enrique.) Mas de cuatro se corrieran
De lo que aqui celebraron. EL REY. — Dichas.
fu , ¿qué quimeras previenes,
DOÑA JUANA. REY.
}ue no llegas á gozar
y¿ dicha deste lugar? Cuando sin penas yo pudiera amaros Habiendo dado cuenta, hermosa Juana,
470 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
A mi reino de aqueste casamiento , ¡Ay doña Juana! Ay Señora! DON ENRIQUE.
Y informado de cosa que es tan llana Por premio de mis locuras, ¿Preveniste los caballos?
Como tu generoso nacimiento , De mis ansias , de mis celos , RAMIRO.
Todo con gusto á obedecer se allana ' De mis agravios y injurias,
Y aprueba mi amoroso pensamiento; Dame esas lágrimas solas , Pues¿iráste?
Que las partes del noble Adelantado Perlas desas luces puras. DON ENRIQUE.
Le hacen temido y igualmente amado. Para consuelo en mi muerte , No se excusa.
Está para esta noche prevenida: Y porque mejor descubras ¿Tengo yo de ver mi muerte?
Será mi desposorio celebrado ; Los ojos que no he de ver. ¿Cómo quieres tú que encubran
Y si no quieres tú que aquí resida , DOÑA JUANA.. Mis celos tanto dolor ?
Luego verás á Guadarrama helado. ' Toma , y mira que me excusa, RAMIRO.
Que como tengo en ti mi propia vida Enrique , tan grande fuerza.— ¡Oh! ¡cuánto, Señor, deslumhra
Y el reino de mi amor depositado, Una corona de oro!
Adonde tu quisieres, allí sea Vamos, Inés.
DOÑA INÉS. DON ENRIQUE.
La corte , donde yo te goce y vea.
DOÑA JUANA. ¡Qué profunda Hoy la sentencia pronuncias,
Divina Juana , á mi muerte ;
Señor, siempre que tú á mi padre pue- Tristeza! (Ap. Mas ¡qué alegría Hoy mi sufrimiento apuras.
Honrarle solicitas: Diosteguarde. [des, De su dolor me resulta ! ) Ya no hay lugar donde pueda
Mas con él solicita esas mercedes (Vanse las dos.)
Estar mi persona oculta.—
Quelequieres hacer; que estoy cobarde. Pica , Ramiro , á Castilla.
RET. .ESCENA VIII. Todo me congoja y turba.
Yo gusto que á tratar tus cosas quedes. RAMIRO.
Aunque no importa el prevenirlas tarde. DON ENRIQUE , RAMIRO. Animo, Señor.
Voy a hablar a tu padre.
RAMIRO. DON ENRIQUE.
DOÑA JUANA.
¿Hallémonos de morir? Ya voy.
Muchos años ¡Qué mal quien no quiere juzga
Vivas. ¿No respondes? De amor ! —■ Adiós, gran Sevilla ,
RET. DON ENRIQUE.
Adiós, señora perjura ,
Para servirte. * ¿Qué preguntas? Que por verte reinar pones
DOÑA JUANA. (Ap.) RAMIRO. Tu vida en tan vil fortuna.
¡Hay mas engaños! ¿Ha de haber exclamaciones? Beso tu lienzo.
(Vate el Rey.) ¿Quieres invocar las musas? RAMIRO.
¿Habrá décimas al lienzo? ¿Están ya.
DON ENRIQUE. Di , las lágrimas enjutas?
ESCENA VII. ¡Cosa extraña ! DON ENRIQUE.
RAMIRO. Si.
DON ENRIQUE , RAMIRO. —DOÑA RAMIRO.
¡Cosa injusta!
JUANA, DOÑA INÉS. ¡En lindo dinero paga * Pues lo mismo en mujer
Amor! Y ¡á qué coyuntura Las penas de ausencia duran.
DON ENRIQUE. Te dan un lienzo de perlas! (Vanse.)
Di agora que tenga vida. DON ENRIQUE.
DOÑA JUANA. Suban mis lágrimas, suban ESCENA IX.
Y ¿tendrála quien te escucha? Al cielo de amor, y pidan
Justicia. EL REY, EL ADELANTADO, MENDO.
DON ENRIQUE.
No me descubrió el reloj ; RAMIRO. ADELANTADO.
Mayor fué mi desventura. Es razón. No sé con qué razones , Rey supremo.
Si en la noche de San Juan DON ENRIQUE. Estas visitas pueda yo pagaros.
Sus horas mi muerte anuncian , Es mucha. RET.
Allí tocaron campanas ,
Y aqui fué mi sepultura. RAMIRO. Cubrios, Marqués.
Ya ¿qué esperanza me queda, ¿Digo jo que no? ADELANTADO.
Si la posesión es suya , DON ENRIQUE. Honraisme con extremo.
Pues que viene á ser verdad ¿Qué fiera REY.
Lo que basta agora fué duda? India, qué bárbara turca, Marqués de Cádiz, siempre yo he de hon-
¡Mal haya amén el papel , No le respondiera al Rey: adelantado. [raros.
Pues desde entonces procuras «Casada estoy »?
Mi muerte, por un engaño ¡Tantas mercedes !
RAMIRO.
En una inocencia justa ! No presumas
RET.
¡Esta noche! ¡Extraño caso! Que esto de reinar es cosa (Ap. Declararme temo.)
¡Bravo amor, terrible furia , Que por amor se aventura. Deseo cuanto puedo adelantaros.
Loco deseo y poder Cuanto mas alta ha nacido Porque habernos de serpa rien tes presto.
Sin resistencia ninguna! Doña Juana , mas la encumbran ADELANTADO.
Nací de rey; mas ¿qué importa? Sus altivos pensamientos. Doshermanos tenéis : yo estoy dispuesto.
No hay fuerza contra la suya.
DON ENRIQUE. RET.
Rey poderoso y mi hermano,
¡ Que de respetos se juntan ! Pues ¿cómo llora? Camina, Mendo, y de secreto llama
¿Qué me aconsejas? Qué haré? RAMIRO.
Al Arzobispo: dique presto venga.
DOÑA JUANA. De industria. MENDO.

Primero que se concluya Dijo un sabio que jamás Voy á servirte. Cierto que esta dama
El casamiento que dice, Le falta á mujer alguna , • Merece que lugar tan alto tenga. ( Yate.)
Verás mi muerte. Ni lágrimas para engaños,
DON ENRIQUE.
Ni para errores excusas. ESCENA X. •
DON ENRIQUE.
No cumplas EL REY, EL ADELANTADO.
Con lágrimas á la mia ; En ángel no puede haber
Que, pues ya lloras, la anuncias. Llanto fingido. REY.'
¿Qué agüero como llorar RAMIRO. Vuela tan presto la parlera fama ,
Las estrellas? Restituya Si ayudas Que porque algún instante se detenga ,
Rayos á tu sol el lienzo, Tu misma pena , ¿qué quieres? Pretendo, Adelantado , de secreto
Si las coge ó las enjuga. Ríen haces, pues la disculpas. Hacer un casamiento.
LO CIERTO POR LO DUDOSO.
ADELANTADO. Si tu esposo ha de ser, al gran Maestre. La ofrece el Rey.
Sois discreto. ■ (Yate.) DOÑA JUANA.
REY.
ESCENA XIII. ¿Qué he de hacer?
Quiero casar a vuestra hermosa Juana Esto es á mas no poder. —
Se mi mano, Marqués , y con un hombre DOÑA JUANA, ELVIRA. Toma, Elvira, aquella fuente. —
Tan bueno como yo. Decid al Rey mi señor,
ADELANTADO. ELVIRA.
Maestre... No digáis nada.
Todo lo allana Mas decid... Estoy turbada...
Lleno de cuidado veo
Vuestro valor. ¿Podré saber el nombre? A tu padre y mi señor. MAESTRE.

REY. DOÑAJDANA.
¿Qué os turba?
Basta que le veáis. Él trata cosas de honor, DOÑA JUANA.

ADELANTADO. Yo trato de mi deseo. Tanto favor.


Mucho se humana ELVIRA.
Decilde...
MAESTRE.
Vuestra grandeza. Ya no es tiempo de tratar
Mas que en tu dicha, Señora. ¿Qué le diré?
REY.
DOÑA JUANA.
No hay por qué os asombre. DOÑA JUANA.
Elvira, si amaba agora , Que venga á verme.
ADELANTADO.
¿Tan bueno como vos? ¿Agora puedo olvidar? MAESTRE.

ELVIRA. Yo voy.
REY.
Confieso que el Conde es hombre MENDO.
Será muy cierto.
Adelantado, oid lo que ns advierto. Galán; mas, á toda ley. Maestre, confuso estoy. (Ap. i él.)
Al hombre que viniere de secrelo El Rey es rey, y es el Rey En los ojos se le ve
A vuestra casa . le daréis á Juana ; Muy galán y gentilhombre ; Que no le agrada el reinar.
Que el Arzobispo viene al mismo efeto. Pues cuando fueran iguales , MAESTRE.
No pierda amor lo que el silencio gana. Le pudieras elegir. Temo que anda el Conde aquí.
Hablalde y estimalde; que os prometo DOÑA JUANA. MENDO.
Que no hay en la corona castellana No suele amor presumir Esta mañana le vi.
Hombre como él, y mi mayor amigo. De preciar cetros reales. MAESTRE.
ADELANTADO. ELVIRA.
Calla; que importa callar.
Guárdeos el cielo. Tu intento me maravilla , (Vanse el Maestre y hiendo.)
REY. Mal á tu valor responde.
Lo que puedo os digo. ( Vate.) DOÑA JUANA. ESCENA XV.
¡ Ay Elvira! ¿Estará el Conde
ESCENA XI. Muchas leguas de Sevilla? DOÑA JUANA, ELVIRA.
ELVIRA.
EL ADELANTADO. DOÑA JUANA.
¡Bien te enmiendas i Bien serás
¡Tan bueno como el Rey! No fueronvanos Mujer del Rey dése modo ! Muestra, Elvira, la corona.
Mis pensamientos, pues será forzoso DOÑA JUANA.
ELVIRA.
Que el uno venga á ser de los hermanos Ahora olvidémoslo todo , ¿Qué quieres hacer?
Que tiene, elque ha deser de Juana espo- Pues que no puede ser mas. DOÑA JUANA.
[so. Hablalla. .
Cualquiera en estos reinos castellanos
Tiene opinión de. principe famoso ESCENA XIV. ELVIRA.
En letras y armas, y podrá cualquiera ¿Cómo hablalla?
Hacer mi casa como el sol la esfera. EL MAESTRE, MENDO, con un azafate
DOÑA JUANA.
¡ Oh si fuese tan grande mi ventura , cubierto.— Dichas.
Y preguntalla
QuefueséEnrique! ¡Oh si viniese el Con- Si amor su desprecio abona.—
MAESTRE.
A honrar mi casa! .[de Corona ilustre, perdona ;
Ya, Señora, como á quien
Es su mujer, os envía Que te quiero aventurar.
ESCENA XII. El Rey... Bien sé que me han de culpar ;
DOÑA JUANA. (Ap.)
Pero díceme mi amor
DOÑA JUANA, ELVIRA.— El ADE Que ofenderé tu valor
¡Ay desdicha mia! Si amando llego á reinar.
LANTADO. MAESTRE. ¡Cuántas traiciones se han hecho
Un presente. Por tí ! Cuántas crueldades !
DOÑA JUANA. (Ap.) DOÑA JUANA. ¡Qué vidas, honras, ciudades
En tanta desventura, ¿Para quién? Has abrasado y deshecho !
Con llamar á la muerte, no responde. MAESTRE. Enrique se fué, y sospecho
elvira. (Ap. á dona Juana.) Para vos, reina y señora Que de mí y de tí quejoso :
¿Es posible que dicha tan segura De Castilla. En estado tan penoso ,
Como te ofrece la fortuna, adonde DOÑA JUANA. ¿Si te podré despreciar?
Señora de Castilla y reina seas, ¡Para mí, Pero ¿quién ha de dejar
Ingrata al cielo deshacer deseas? Maestre ! Lo cierto por lo dudoso?
DOÑA JUANA. MAESTRE.
Amor primero, perdona;
¿Eso te espanta, Elvira? ¿Es maravilla Señora, si : Que estoy dudosa de tí;
Que amor desprecie el bien? Tanto mi hermano os adora. Mas no perdones, si á mí
Tu misma culpa me abona.—
ADELANTADO. DOÑA JUANA. Toma, Elvira, la corona ;
¡Oh hermosa Juana ! Descubrilde. No quede el Conde<]uejoso.
¿Sabes por dicha tú si está en Sevilla MAESTRE. Diga el interés celoso
El conde Enrique? Aquesta es Que hay mujer que supo amar,
DOÑA JUANA. De Casulla la corona , Perder un reino, y dejar
Sé que esta mañana Digna de vuestra persona. Lo cierto por lo dudoso.
En desgracia del Rey se fué á Castilla. DOÑA JUANA. .
¡ La corona ! ESCENA XVI.
ADELANTADO.
Salió en efeto mi esperanza vana ; MAESTRE. EL REY. — Dichas.
Aunque es razón que el mismo amor le A vuestros pies , RET.
[muestre, Cuanto y mas á vuestra frente, Después de haberte enviado,
472 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Hermosa Juana, el valor Mira que es sangrarme á pausas. Tendrá su servicio á dicha.
Destas bodas, de mi amor DOÑA JUANA. Quiero escribir al momento.—
Y de mi poder cifrado , Siendo mi culpa tan poca , ¡Elvira!
En la corona que has visto , Digo, Señor, que me asió
De que señora serás Enrique... ESCENA XVIII.
Y mia, sin lo demás REY.
Que de los moros conquisto , ELVIRA.— JUANA.'
El Maestre me avisó ¿Y bien?
Que me querías hablar ; DOÑA JOANA. EI/VIRA.
Y el alma en otro lugar Y llegó Señora...
Confusas nuevas me dio : (O fué por yerro) á la boca ; doña juana.
Porque también me previno Que acaso hablarme quería ,
Mi hermano de que turbada Y la mucha obscuridad Elvira',
Lerespondistes. Obligó á su autoridad Yo estoy en gran confusión :
A tanta descortesía. Vuela por papel y tinta ;
DOÑA JUANA.
Ves aquí pues Ja razón Que quiero escribir á Enrique ,
Fiada , Pues no es menos que la vida
Pedro, en tu valor divino, De no haber podido ser
Tu mujer. La que le va en este aviso.
En tu grande entendimiento ELVIRA.
Y generoso valor, REY.
Te quiero decir mi amor Dame á entender Pues, Señora, no le escribas ;
Con notable atrevimiento. Que es todo, Juana, invención. Que entre la gente que ha entrado "
Enrique , ya tú lo sabes , Pero lo que fuere sea. (QueHa fama presto avisa),
Me sirvió ; correspondí No es ido Enrique á Castilla; Vi un hombre con una capa
A su amor; mas siempre di Que yo sé que está en Sevilla, De color que me decia :
«■Elvira, Elvira.» Llegué,
Pasos honestos y graves. Y que enojarme desea.
Ni una palabra indecente, Parece que es cosa fea Juzgando á descortesía
Ni un papel que á mi valor A un hombre de mi valor Llamarme de aquella suerte ,
Solo un átomo de honor Porfiar contra tu amor, Y vi que era el Conde.
Quitase, vio eternamente. Y que necios y discretos DOÑA JUANA.
Y asi el haber diferido Dirán que no son efetos Mira
Amarte y corresponderte Del alto y debido honor. Que te has engañado.
Tiene ocasión, y mas fuerte Pero yo, que. ya ofendido ELVIRA.
De lo que habrás presumido. Y celoso estoy de modo , .
Que los ojos cierro á todo , ¡ Bueno !
Escucha.. Pero no sé De su ruego enternecida,
Cómo te diga este caso ; Enamorado y corrido , Le he metido en mi aposento.
Que aunque sucedido, acaso Ni á los necios he temido
Ni á los discretos tampoco; DOÑA JUANA.
Menos colores me dé.
Los hombres , siempre atrevidos, Antes mas bien me provoco Luego ¿no se fué á Castilla ?
Aunque cuando enamorados , A satisfacer mi injuria; ELVIRA.
En ocasiones turbados. Que no hay venganza sin furia Sí, Señora ; pero ha vuelto ;
Las lloran arrepentidos , Ni amor sin punta de loco. Que estas celosas partidas
Tal vez sin mirar respetos Esta noche haré matar Son pelotas que amor saca
Atrepellan el temor. A Enrique, y muerto, podré Con la furia de una riña ,
REY.
Casarme, pues no tendré Y celos de la otra parte
Yo voy, Juana, ó va mi amor, En qué pueda reparar. Se las vuelven con mas prisa.
Haciendo varios concetos Vivo no me he de casar, . DOÑA JUANA.
De su engaño y de tu honor. Claro está, porque viviera
El deshonor que me diera ¡Jesús ! ; En Sevilla el Conde ,
Habla pues, no me atormentes ; Y que no solo en Sevilla,
Que ya sé que hay acidentes El haberse anticipado
Al lugar que reservado Sino que en mi propia casa !
En los sucesos de amor..
A solo su dueño espera. ELVIRA.
DOÑA ji w.v. Dice que celos y envidia
Si en el suceso reparo ,
Palabras ando á buscar Veo, aunque no lo procuro , Le traen, para olvidarte,
Y retóricas colores , Que fué mentira á lo escuro A verte casar.
Aunque las mías menores Y desengaño á lo claro. DOÑA JUANA.
Me salgan á disculpar. Pero, aunque caso tan raro Porfías
Bajaba hablando conmigo Sea mentira porque siga De un loco amor. Voy á velle.
Enrique por la escalera Otro intento, y no prosiga
De palacio... No quisiera ELVIRA.
En el de casarme ansí ,
Tratar aquesto contigo. Habérmelo dicho á mi Pues mira cómo le miras.
¿Quieres que lo escriba? A la venganza me obliga. DOÑA JUANA.
REY. Muera Enrique, porque muerto Antes á reñirle voy,
No; Me casaré con viuda ,. Y á que se vaya.
Que el tiempo que has de tardar, Si el amor pusiere duda ELVIRA.
Es imposible esperar En la verdad del concierto : No escribas
Ni tener paciencia yo. Con esto, aunque descubierto. Su muerte. ■
DOÑA JUANA.
Quede lo que has referido, .
DOÑA JUANA.
Tú y yo no habremos perdido
Bajando por la escalera... Honor, pues en tal suceso Su vida estimo ,
—No sé yo qué sentenciado Serás viuda de un beso, Porque es alma de la mia. (Va»e.)
La sube con mas cuidado. Como otras de su marido. (Vase.)
REY.
ESCENA XIX,
Acaba por Dios. ESCENA XVII.
DOÑA JUANA.
DONA JUANA. EL ADELANTADO.— ELVIRA.
Espera.
REY. ¡Señor, Señor! Esto es hecho. ADELANTADO.
Mayor enojo me causas. Pero Enrique va á Castilla : En aquesta confusión
DOÑA JUANA.
Escribirle es acertado Al Rey he visto, y no veo
Que su camino prosiga Ni la prenda que deseo
Ya lo comienzo á contar. A Francia ó Ingaiaterra. Ni darme satisfacion. —
REY. Pero no : mejor seria Doña Elvira, ¿dónde va
¿Cuándo piensas acabar? A Granada; que el rey moro Tu señora? .
LO CIERTO POR LO DUDOSO. 473
ELVIRA. Usas de tanto rigor ? Id por él. — ¡Cielos ! ¿ Qué es esto?
Tan con ruso Mira que sus pocos años ADELANTADO.
Todo está , que se dispuso Le disculpan , y esta ofensa Yo voy, Señor. (Vase.)
Para no aguardarte ya, No es tuya. REY.
Y pienso que se recoge . ( Vase . ) REY.
¿Es encanto?
Yo sé que cuando ¡ Casado el hombre ! ¿ Qué hombre ?
ESCENA XX. Sepas la razón , Maestre,
DOÑA INÉS. (Ap.)
EL ADELANTADO. Disculparás este caso.
MENDO.
Mis esperanzas llegaron
El Arzobispo ha venido, Al postrer punto.
Aquí está, Señor, su prima, REY.
El Rey está desabrido ; Y por ventura esperando
¿Qué puede haber que le enoje? Ala Reina mi señora. ¿Qué haré?
tiente de fuera se junta, REY. ESCENA XXV.
La de casa está turbada , Doña Inés...
Llorosa la desposada , EL ADELANTADO; DON ENRIQUE, con
DOÑA INÉS.
Loque sabe me pregunta. DOÑA JUANA , RAMIRO.— EL REY,
Todos hablan de secreto, Señor...
EL MAESTRE, DOÑA INÉS, MEN
REY.
Y á todos estoy mirando. DO, ACOMPAÑAMIENTO.
De tantos
ESCENA XXI. Parabienes no he querido ADELANTADO.
Hacer, sin el tuyo, caso. Yo sé que estoy disculpado
DOÑA INÉS. — EL ADELANTADO. ¿Qué es esto? Con que al Rey obedecí.
DOÑA INÉS. Llegad á sus p'iés entrambos.
DONA INÉS. Soy tan de casa, REY.
(Ap. Diré lo que estoy dudando , Que le tengo reservado ¿ Es Enrique?
Pues es disculpado efeto Para mejor ocasión. DON ENRIQUE.
De mis celos la venganza.)
¿ Cómo descuidado estás , REY. Sí , Señor,
Cuando á tus hazañas das Bien dices, si dilatando Y á tu servicio casado
Fin de tan baja mudanza? Se van agora las bodas ; Por mano del Arzobispo,
Encerrado en su aposento Mas, llama al Adelantado; Y porque tú lo has mandado;
De Elvira está el Conde. Que tengo que le decir. Que yo, Señor, no quería.
DOÑA INÉS. (Ap.) Solo vine rebozado
ADELANTADO. A ver tu boda , y me dijo
¿Quién? El Rey lo sabe: ¿qué aguardo?
El Adelantado, estando
REY.
' DO.ÑA INÉS. Oculto en un aposento ,
Enrique. Todos se turban. ¿Qué es esto? Que era tu gusto.
ADELANTADO. O todos ven mis engaños , REY.
¿Sábeslo bien? O yo los engaño á todos. No hallo
MAESTRE. Respuesta á tan gran desdicha,
DOÑA INÉS.
Si , pues lo he visto. La novedad lo ha causado , Fundada en tan necio engaño. —
Pues con secreto pretendes Adelantado, ¿qué es esto?
ADELANTADO. Lo que fuera bien mas claro ADELANTADO.
¿A qué intento? Y á gusto de todo el reino. ; No me dijistes que , hallando
DOÑA INÉS. REY. Un hombre esta noche aquí ,
ÍEso preguntas? ¿No sabes Confieso que yerro , y hago De secreto y disfrazado ,
a ocasión ? Si ha sido amor, Una cosa sin razón , Que es tan bueno como vos?...
¿No es preguntármelo error? Que no la entiendo y la trato. Pues si hallo á vuestro hermano
ADELANTADO. MENDO. Y le caso con mi hija,
Doña Inés , en cosas graves El Adelantado viene. ¿Con otro tal no la caso?
Y de los reyes , silencio. (Vate.) REY.
ESCENA XXIV. Adelantado, vos fuisles
ESCENA XXII. Dos veces adelantado :
EL ADELANTADO. - Dichos.
DOÑA INÉS. La una por vuestro oücio,
REY. La otra en adelantaros
¿Qué silencio he de tener, ¡Oh fuerte honor castellano! A casar a don Enrique.
Si no es que de ser mujer , ' ADELANTADO. A lo hecho no hay reparo.
Amando, me diferencio? ¿Qué me manda vuestra alteza? Yo le perdono, y confirmo
¡Oh amor! ¿Para qué me obligas REY.
El casamiento.
A hacer cosas tan mal hechas? Primo, que me deis los brazos.
DOÑA JUANA.
En los tiempos que hay sospechas ¿Está prevenido ya Tus años
Es bien que tus celos digas ; Lo que os dije? Prospere el cielo, Señor.
Pero no cuando hay agravios. RAMIRO.
Mas ¿quién tendrá discreción ADELANTADO.
Mirad cuánto ¿Podré pedir un agravio?
Cuando quiere el corazón
Servir de lengua á los labios? Os quiero, que ya está hecho. REY.

REY. No pidas nada, Ramiro;


ESCENA XXIII. Toaos quedáis perdonados.
ADELANTADO. RAMIRO.
EL REY, EL MAESTRE , MENDO,
Ejecutado , Nunca te fallen dineros.
ACOMPAÑAMIENTO. — DOÑA INÉS.
Señor, vuestro advertimiento : REY.
rey. (Ap. al Maestre.) Hallé el hombre y le he casado. Pon , doña Juana , en un cuadro
A Castilla á lo que digo REY. De tus armas mi corona ,
Va don Ñuño despachado ; ¿Qué hombre? Y porque la has despreciado,
Matarále en el camino, „ ■ ADELANTADO. Esté pintada al revés.
Si acaso va caminando. Por el secreto. DON ENRIQUE.
Por toda Sevilla van El hombre que os digo callo ; Aquí se acaba , Senado,
Don Arias y don Gonzalo Pero si se ha de saber,, Lo cierto por lo dudoso :
Con gente, por si está en ella. Iré por él. Si lo queda de agradaros
MAESTRE. REY. El autor, será lo cierto ,
¿Cómo, Señor, con mi hermano ¡Caso extraño!— ' Y lo dudoso el engaño.
EL MEJOR ALCALDE EL REY.
PERSONAS.
SANCHO. FELICIANA. f DON ENRIQUE.
DON TELLO. JUANA. BRITO.
CELIO. LEONOR. PELAYO.
JULIO. DON ALFONSO VII DE LEÓN FILENO.
ÑUÑO. Y CASTILLA. Guiados. — Villanos.
ELVIRA. EL CONDE DON PEDRO. Acompañamiento.

La escena es ;n León, en un pueblo de Galicia y en tus cercanías.

¡ Ay Dios! ¿cuándo será el día Si por ventura estuvieras


ACTO PRIMERO. (Que me tengo de morir) En vísperas de marido?
Que te pueda yo decir : SANCHO.
« Elvira , toda eres mía? » Eso ¿cuya culpa ha sido?
Campo i orillas del Sil. ¡Qué regalos te daria!
Porque yo no soy tan necio ELVIRA.
Que no te tuviese en precio, Tuya, álafe.
ESCENA PRIMERA. Siempre con mas afición ; SANCHO.
SANCHO. Que en tan rica posesión ¿Mia?No.
No puede caber desprecio. Ya te lo dije , y te habló
Nobles campos de Galicia , El alma, y no respondiste.
Que, á sombra destas montañas, ESCENA II. ELVIRA.
Que el Sil entre verdes cañas ¿Qué mas respuesta quisiste,
Besar la falda codicia, ELVIRA. — SANCHO. Que no responderle yo?
Dais sustento á la milicia SANCHO.
De flores de mil colores ; ELVIRA.
Aves que cantáis amores , (Ap. Por aquí Sancho bajaba , Los dos culpados estamos.
Fieras que andáis sin gobierno, O me ha burlado el deseo. ELVIRA.
l Habéis visto ¿ímor mas tierno A lafequealli le veo; Sancho , pues tan cuerdo eres ,
En aves , fieras y flores? • Que el alma me le mostraba. Advierte que las mujeres
Mas como no podéis ver El arroyuelo miraba Hablamos cuando callamos.
Otra cosa , en cuanto mira Adonde ayer me miró. Concedemos si negamos :
El sol , mas bella que Elvira, ¿Si piensa que allí quedó Por esto , y por lo que ves ,
Ni otra cosa puede haber ; Alguna sombra de mi? Nunca crédito nos des,
Asi , habiendo de nacer Que me enojé cuando vi Ni crueles ni amorosas;
De su hermosura , en rigor, Que entre las aguas me vio. ) Porque todas nuestras cosas
Mi amor, que de su favor ¿Qué buscas por los cristales Se han de entender al revés.
Tan alta gloria procura ; Destos libres arroyuelos, SANCHO.
No habiendo mas hermosura , Sancho , que guarden los cielos , Según eso , das licencia
No puede haber mas amor. Cada vez que al campo sales? Que á Ñuño te pida aquí.
¡Ojalá , dulce Señora, ¿HasJiallado unos corales ¿Callas? Luego dices si.
[}ue tu hermosura pudiera Que en esta margen perdí? Basta : ya entiendo la ciencia.
Crecer, porque en mí creciera SANCHO. ELVIRA.
El amor que tengo agora ! Hallarme quisiera á mi ,
Pero, hermosa labradora, Sí; pero ten advertencia
Que me perdi desde ayer; Que no digas que yo quiero.
Si en ti no puede crecer Pero ya me vengo á ver,
La hermosura , ni el querer Pues me vengo á hallar en ti. ' SANCHO.
En mí ; cuanto eres hermosa ELVIRA. Él viene.
Te quiero, porque no hay. cosa ELVIRA.
Que mas pueda encarecer. Pienso que á ayudarme vienes
A ver si los puedo hallar. El suceso espero
Ayer las blancas arenas Detrás de aquel olmo.
Deste arroyuelo volviste SANCHO.
SANCHO.
Perlas, cuando en él pusiste ¡Bueno es venir á buscar
Lo que en las mejillas tienes ! ¡Ay Dios!
Tus pies, (us dos azucenas ; ¡Si nos juntase á los dos !
Y porque verlos apenas ¿Son achaques ó desdenes? •
Albricias, ya los hallé. Porque si no , yo me muero.
Pude, porque nunca para,
Le dije al sol de tu cara , ELVIRA.
(Escóndese Elvira. )
Con que tanta luz le das, ¿Dónde?
Que mirase el agua mas, SANCHO. ESCENA III.
Porque se viese mas clara. En tu boca , á la he ,
Lavaste , Elvira , unos paños , Y con extremos de plata. NUNO, PELAYO.—SANCHO, distante
Que nunca blancos volvías; ELVIRA. de ellos.
Que las manos que ponias Desvíate.
Causaban eslos engaños : huno. (A'Pelayo.)
SANCHO.
Yo detrás deslos castaños Tú sirves de tal manera,
Te miraba con temor, ¡ Siempre ingrata Que será mejor buscar,
Y vi que amor por favor Ala lealtad de mi fe! Pelayo , quien sepa andar
Te daba á lavar su venda : ELVIRA. Mas despierto en la ribera.
El cielo el mundo defienda; Sancho, estás muy atrevido. ¿Tienes algún descontento
Que anda sin venda el amor. Dimetú: ¿qué mas hicieras, En mi casa?
i 76 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
PELATO. ñoño. No es tanta de mi ingenio la rudeza ,
Dios lo sabe. Bestia, vete de aquí. Que mas que la virtud me mueva el dote.
ÑUÑO. SANCHO. ÑUÑO.
Pues hoy tu servicio acabe ; Pues ya su nombre Hablar con tus señores no es bajeza ,
Que el servir uo es casamiento. Supiste y su nobleza , no presumo Ni el pedirles que te honren te alborote;
PELATO. Que tan honesto amor la tuya asombre. Que él y su hermana pueden fácilmente,
Antes lo debe de ser. Por Elvira me abraso y me consumo. Sin que esto, Sancho, á mas que amor se
ÑUÑO. PELAYO. sancho. [note.
Los puercos traes perdidos. Hay hombre queelganadotrai tan fraco, Yo voy de mala gana ; finalmente ,
PELATO.
?ue parece tasajo puesto al humo ; Iré , pues tú lo mandas.
Donde lo están los sentidos , o cuando al campo los cochinos saco. . . ÑUÑO.
¿Qué otra cosa puede haber? ÑUÑO. Dios con esto,
Escúchame : yo quijera . ¿Aquí le estás, villano? ¡Vive el cielo!... Sancho, tu vida y sucesión aumente.
Emparentante... PELATO.
Vén, Pelayo, conmigo.
ÑUÑO. ¿Habro de Elvira yo, son « del barraco? pelayo.
Prosigue SANCHO. Pues ¿tan presto
De suerte, que no me obligue Sabido pues, Señor, mj justo celo... Le diste á Elvira , estando yo delante?
Tu ignorancia... PELATO.
NCÑO.
PELATO. Sabido pues, Señor , que me resquie- ¿No es Sancho mozo, noble y bien dis-
Un poco espera ; noño. [bra... pelato. [puesto?
Que no es fácil de decir. No le tiene el aldea semejante,
¿Tiene mayor salvaje el indio suelo?
HUNO. Si va á decir verdad ; pero en efeto
SANCHO. Fuera en tu casa yo mas importante,
De esa manera , de hacer
Será difícil. El matrimonio de los dos celebra. Porque te diera cada mes un nieto.
PELATO.
PELAYO. (Vanse Ñuño y Pelayo.)
Ayer Cochino traigo yo por esa orilla...
Me dijo Elvira al salir : ÑUÑO.
ESCENA IV.
t A fe , Pelayo , que están Ya la cabeza el bárbaro me quiebra.
Gordos los puercos.» PELATO. SANCHO; despuét, ELVIRA.
ÑUÑO. Que puede ser maeso de capilla,
Pues bien , Si bien tiene la voz desentonada , SANCHO.
¿Qué la respondiste? Y mas cuando entra y sale de la villa. Sal , hermosa prenda mia ;
PELATO. RUÑO.
Sal, Elvira de mis ojos.
Amén, ¿Quiérelo Elvira? (Sale Elvira.)
• -ELVIRA..(Ap.)
Como dice el sacristán. SANCHO.
RUÑO. De mi amor pagada, ¡ Ay , Dios! ; Con cuántos enojos
Pues ¿qué se saca de ahí? Me dio licencia para hablarle ahora. Teme amor y desconfía !
•PELATO. ÑUÑO. Que la esperanza prendada ,
Ella será dichosamente honrada , Presa de un cabello está.
¿No lo entiende?
Pues sabe las virtudes que atesora , SANCHO.
ÑUÑO.
Sancho, tu gran valor, y que pudiera Tu padre dice que ya
¿Cómo puedo? Llegar á merecer cualquier, señora. Tiene la palabra dada
PELATO. PELATO. A un criado de don Tello :
Esto por perder el miedo. Con cuatro ó seis cochinos que toviera, ¡ Mira qué extrañas mudanzas !
SANCHO. (Ap.) Que estos parieran otros , en seis años ELVIRA.
¡ Oh , si se fuese de aquí ! Pudiera yo labrar una cochera. No en balde mis esperanzas
PELAYO. ROÑO. Colgaba amor de un cabello.
¿No ve que es resquiebro , y muestra Tu sirves á don Telia en sus rebaños, ¿Que mi padre me ha casado,
Querer casarse conmigo? Es señor desta tierra,' y poderoso . Sancho, con hombre escudero?
ÑUÑO. En Galicia y en reinos mas extraños : Hoy pierdo la vida , hoy muero.
.¡Vive Dios!... Decirle tu intención será forzoso, Vivid , mi dulce cuidado ;
Asi porque eres , Sancho , su criado , Que yo me daré la muerte.
PELAYO.
Como por ser tan rico y dadivoso. SANCHO.
No te lo digo , I tara te alguna parle del ganado;
Ya que fué ventura nuestra, Paso; que me burlo, Elvira.
Porque es tan poco el dote de mi Elvira, El alma en los ojos mira ,
Para que tomes collera. Que has menester estar enamorado. Del los la verdad advierte ;
RUÑO. Esa casilla mal labrada mira Que, sin admitir espacio,
Sancho , ¡ tú estabas aquí ! En medio de esos campos, cuyos techos Dijo mil veces que sí.
• SANCHO. El humo liñe porque no respira. ELVIRA.
Y quisiera hablarte. Están lejos de aquí cuatro barbechos...4
Diez ó doce castaños... Todo es nada1, Sancho , no lloro por tí ,
ÑUÑO.
Si el señor desta tierra no te ayuda Sino por ir á palacio;
Di.— Con un vestido ó con alguna espada *. Que el criarme en la llaneza
Pelayo, un instante espera. Desta humilde casería,
SANCHO. Era cosa que podía
(Apartante de Pelayo.) Pésame que mi amor pongas en duda. Causarme mayor tristeza.
SANCHO.
pelato. {Ap.) Y quees causa justa advierte.
Ñuño , mis padres fueron como sabes , ¡ Voto al sol, que se casa con Elvira! SANCHO.
Y supuestoque pobres labradores, [ves. Aquí la dejoyo; mi amor se muda.
De honrado esulo y de costumbres gra- ¡Qué necio amor me ha engañado!
PELATO.
SANCHO. Vivid , mi necio cuidado;
¿Qué mayor interés que al que suspira Que yo me daré la muerte.
Sancho, vos que sabéis cosas de amores, Por su belleza darle su belleza , Engaños fueron de Elvira,
Decir una mujer hermosa y rica [res : Milagro celestial que al mundo admira? En cuya nieve me abraso.
Aun hombre quees galán comounasfro- ELVIRA.
«Gordos están los puercos.,» ¿noiniflca < Sino.
Que se quiere casar con aquel hombre? ' 5 * Estando este troio escrito en terce Sancho, que me burlo, paso.
SANCHO.
tos, falta un verso que consuene con earte- El alma en los ojos mira ;
ehos y lechos, y otro que consuene con nada Que amor y sus esperanzas
¡Bien el requiebro al casamiento aplica! y espada. Me han dado aquesta lición.
EL MEJOR ALCALDE EL REY. 477
Su propia difinición DON TELLO. No hay persona que lo empida.
Es que amor todo es venganzas. No lo hace mal Gala'or. SANCHO.
SANCHO. julio. Bien dices : de casa son
Luego ¿ya soy lu marido? Es un famoso lebrel. Los que con ellos están.
ELVIRA. CELIO. PELAYO.
¿ No dices que está tratado? Ya mi señora y tu hermana Tú verás lo que te dan.
SANCHO. Te ha sentido. SANCHO.
Tu padre, Elvira, me ha dado ESCENA VI. Yo cumplo mi obligación. —
Consejo ( aunque no le pido) {Pasan la verja.)
Que á don Tello , mi señor, FELICIANA —Dichos. Noble, ilustrísimo Tello,
Y señor de aquesta tierra , DON TELLO;
Y tú ; hermosa Feliciana ,
Poderoso en paz y en guerra , Señores de aquesta tierra ,
?uiere que pida favor ; ¡Qué cuidados Que os ama por tantas causas,
aunque yo contigo, Elvira, De amor, y qué bien pagados Dad vuestros pies generosos
Tengo toda la riqueza De mi son , oh Feliciana, A Sancho, Sancho el que guarda
Del mundo (que en tu belleza Tantos desvelos en vos ! Vuestros ganados y huerta ,
El sol las dos Indias mira ) , FELICIANA. Olicio humilde en"tal casa.
Dice Ñuño que es razón Yo lo estoy de tal manera , Pero en Galicia, señores.
Por ser mi dueño : en efeto, Mi señor, cuando estáis fuera. Es la gente tan hidalga ,
Es viejo y hombre discreto, Por vos , como sabe Dios. Que solo en servir al rico
Y que merece opinión No hay cosa que no me enoje; El que es pobre no le iguala.
Por ser tu padre también. El sueño , el descanso dejo : Pobre soy , y en este oücio
Mis ojos, á hablarle voy. Nó hay liebre, no hay vil conejo Que os he dicho , cosa es clara
ELVIRA. Que fiera no se me antoje. Que no me conoceréis ,
Y yo esperándolo estoy. DON TELLO. Porque los criados pasan
En los montes de Galicia , De ciento y treinta personas ,
SANCHO.
Hermana , no suele haber Que vuestra ración aguardan
¡Plega al cielo que me den Y vueslro salario esperan ;
El y su hermana mil cosas l Fieras , puesto que el tener
Poca edad Aeras codicia. Pero tal vez en la caza
ELVIRA. Salir suele un jabalí Presumo que me habréis visto.
Basta darle cuenta desto. De entre esos montes espesos , DON TELLO.
SANCHO. Cuyos dichosos sucesos Si he visto , y siempre me agrada
La vida y el alma he puesto Tal vez celebrados vi. Vuestra persona , y os quiero
En esas manos hermosas. Fieras son, que junto al anca Bien.
Dame siquiera la una. Del caballo mas valiente , SANCHO.
ELVIRA.
Al sabueso con el diente Aqui por merced tanta
Suelen abrir la carlanca. Os beso los pies mil veces.
Tuya ha de ser : vesla aqui. Y tan mal la furia aplacan,
SANCHO. DON TELLO.
Que , para decirlo en suma,
¡Qué puede hacer contra mí , Truecan la caliente espuma ¿Qué queréis?
Si la tengo, la fortuna? SANCHO.
En la sangre que le sacan.
Tú verás mi sentimiento, También hay oso que en pié Gran Señor, pasan
Después de tasto favor ; Acomete al cazador Los años con tanta furia ,
Que me ha enseñado el amor Con tan extraño furor, Que parece que con cartas
A tener entendimiento. Que nuichas veces se ve van por la posta á la muerte,
(Yanse.) Dar con el hombre en el suelo. Y que una breve posada
Pero la caza ordinaria Tiene la vida á la noche,
Es humilde cuanto varia , Y la muerte á la mañana.
Patio ó enverjado delante de la quinta de doi Para no tentar al cielo. Vivo solo , fué mi padre
Tello en Galicia. Es digna de caballeros Hombre de bien , que pasaba
Y principes, porque encierra Sin servir; acaba en mí
ESCENA V. Los preceptos de la guerra , La sucesión de mi casa.
He tratado de casarme
DON TELLO, de caza; CELIO, JULIO. Y ejercita los aceros ..
Con una doncella honrada,
Y la persona habilita.
DON TELLO. FELICIANA.
Hija de Ñuño de Aibar,
Tomad el venablo allá. Hombre que sus campos labra,
Como yo os viera casado , Pero que aun tiene paveses
CELIO. No me diera ese cuidado. En las ya borradas armas
¡ Qué bien le has entretenido! Que tantos sueños me quita. De su portal, y con ellas
JULIO. DON TELLO. De aquel tiempo algunas lanzas.
Famosa la caza ha sido. El ser aquí poderoso Esto y la virtud de Elvira
DON TELLO. No me da tan cerca igual. (Que así la novia se llama)
Tan alegre el campo está , FELICIANA. Me han obligado : ella quiere,
gue solo ver sus colores No os estaba aqui tan mal Su padre también se agrada;
s fiesta. De algún señor generoso Mas no sin licencia vuestra;
CELIO. La hija. Que me dijo esta mañana
DON TELLO. Que el Señor ha de saber
¡ Con qué desvelos Cuanto se hace y cuanto pasa
Procuran los arroyuelos Pienso que quieres
Reprender no haber pensado Desde el vasallo mas vil
Besar los pies a las flores! A la persona mas alta
En casarte , que es cuidado
DON TELLO.
Que nace con las mujeres. Que ¡le su sarario vive ,
Da de comer á esos perros, Y que los reyes se engañan
Celio , asi te ayude Dios. FELICIANA.
Si no reparan en esto ,
CELIO.
Engañaste , por tu vida ; ?ue pocas veces reparan,
Bien escalaron los dos • Que solo tu bien deseo. o, Señor, tomé el consejo,
Las puntas de aquellos cerros. ESCENA VII. Y vengo , como él lo manda ,
julio. A deciros que me caso.
SANCHO t PELAYO , fuera de la DON TELLO.
Son famosos. verja. — Dichos,
CELIO. Ñuño es discreto , y no basta
Florisel pelayo. (A Sancho.) Razón á tan buen consejo.—
Es tieste campo la flor. I Entra ; que solos los veo , Celio...
478 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.

Señor..
DON TELLO. Sala en casi de Nono.
Pues ya los rayos desmaya
DON TELLO. El sol, y entre nubes de oro ESCENA X.
Veinte vacas Veloz al poniente baja.
Y cien ovejas darás Vete á prevenir la boda ; ÑUÑO, SANCHO.
A Sancho , á quien yo y mi hermana Que allá iremos yo y mi hermana.—
• Habernos de honrar la boda. ¡Hola! Pongan la carroza. ÑUÑO.
sancho. * SANCHO. ¿Eso don Tello responde?
¡Tanta merced! Obligada llevo el alma SANCHO.
pelato. Y la lengua , gran Señor,, Esto responde, Señor.
¡Merced tanta! Para tu eterna alabanza. (Vate.) ÑUÑO.
SANCHO. Por cierto que á su valor
¡ Tan grande bien ! ESCENA VIII. Dignamente corresponde.
PELATO. SANCHO.
¡ Bien tan grande ! DON TELLO , FELICIANA , PELAYO , Mandóme dar el ganado
SANCHO.
CELIO , JULIO. Que os digo.
¡Rara virtud! ÑUÑO.
FELICIANA.
PELA YO. Mil años viva.
En fin , vos ¿no os casaréis,?
¡Virtud rara! SANCHO.
PELATO.
SANCHO. Y aunque es dádiva excesiva ,
¡Alio valor! Yo , Señora , me casaba Mas eslimo haberme honrado
Con la novia desle mozo. Con venir á ser padrino.
PELATO.
Que es una lumpia zagala ,
¡ Valor alto ! Si la bay en toda Galicia ; ÑUÑO.

SANCHO. Supo que puercos guardaba , Y ¿vendrá también su hermana?


■¡Santa piedad! Y desechóme por puerco. SANCHO.
. PELATO. FELICIANA. También.
¡Piedad santa! Id con Dios , que no se engaña. ÑUÑO.

DON TELLO. PELATO.


Condición tan llana
¿Quién es este labrador Todos guardamos , Señora , Del cielo á los hombres vino.
Que os responde y acompaña? Lo que... SANCHO.

PELATO. FELICIANA. Son señores generosos.


Soy el que dice al revés ¿Qué? ÑUÑO.
Todas las cosas que habrá. PELATO. ¡Oh , si aquesta casa fuera ,
SANCHO. Lo que nos mandan Pues los huéspedes espera
Señor, de Ñuño es criado. Nuestros padres que guardemos. (Vase.) Mas ricos y poderosos
Deste reino, un gran palacio!
PELATO.
Señor, en una palabra , ESCENA IX. SANCHO.

El pródigo soy de Ñuño. Esa no es dificultad :


DON TELLO, FELICIANA, CELIO, Cabrán en la voluntad ,
DON TELLO.
JULIO. Que tiene infinito espacio.
¿Quién? Ellos vienen en efeto.
PELATO. FELICIANA. ÑOÑO.
El que sus puercos guarda. El mentecato me agrada, ¡Qué buen consejo te di!
Vengo también á pediros celio. (A don Tello.) SANCHO.
Mercedes. Ya que es ido el labrador.
DON TELLO.
Cierto que en don Tello vi
Que no es necio en lo que habla , Un señor todo perfelo;
¿Con quién te casas? Prometo á vueseñorfa Porque , en quitándole el dar,
• PELATO. Que es la moza mas gallarda Con que á Dioses parecido,
Señor, no me caso ahora ; Que hay en toda Galicia , No es señor ; que haberlo sido
Mas , por si el diabro ine engaña , Y que por su talle y cara, • Se muestra en dar y en honrar.
Os vengp á pedir'terneros , Discreción y honestidad Y pues Dios su gran valor
Para si después rae faltan; Y otras infinitas gracias, Quiere que dando se entienda,
Que un astrólogo me dijo Pudiera honrar él hidalgo Sin dar ni honrar no pretenda
Una vez en Masalanca Mas noble de toda España. Ningún señor ser señor.
Que tenia peligro en toros, FELICIANA. ÑUÑO.
Y en agua tanta desgracia , ¿Que es tan hermosa? ¡Cien ovejas! ¡ Veinte vacas!
Que desde entonces no quiero CELIO. Será una hacienda gentil ,
Casarme ni beber agua , Si por los prados del Sil
Por excusar el peligro. Es un ángel.
DON TELLO. La primavera los sacas.
FELICIANA. Pagúele Dios á don Tello
Bien se ve, Celio , que hablas
Buen labrador. Con pasión. Tanto bien, tanto favor.
DON TELLO. CELIO. . SANCHO.
Humor gasta. Alguna tuve; ¿Dónde está Elvira , Señor?
FELICIANA. Mas cierto que no me engaña. ÑUÑO.
Id , Sancho , en buen hora. — Y tú DON TELLO. Ocuparála el cabello
Haz que á su cortijo vayan Hay algunas labradoras O algún locado de boda.
Las vacas y las ovejas. Que , sin afeites ni galas , SANCHO.
SANCHO. Suelen llevarse los ojos, Como ella traiga su cara,
Mi corta lengua no alaba Y á vuelta dellos el alma ; Rizos y gala excusara ;
Tu grandeza. Pero son tan desdeñosas, Que es de rayos del sol toda.
DON TELLO.
Que sus melindres me cansan. ÑUÑO.
¿Cuándo quieres FELICIANA. No tienes amor villano.
Antes las que se defienden SANCHO.
SANCHO. Suelen ser mas estimadas.
Con ella tendré, Señor,
Amor me manda (Vanse.) Firmezas de labrador
Que sea esta misma noche. Y amores de cortesano.
EL MEJOR ALCALDE EL REY. 479
nuno. Señor, que conmigo habraba. DON TELLO.

No puede amar altamente DON TELLO. (Ap. Por Dios , que siento abrasarme.)
Quien no tiene entendimiento ; ¿Cómo os llamáis? ¿Cómo la novia se llama?
Porque está su sentimiento LEONOR.
PELAYO.
En que sienta lo que siente. ¿Yo? Leonor. Pelayo , Señor.
Huélgome de verte asi. ÑUÑO.
Llama esos mozos; que quiero PELAYO.
¿No quieres
Que entienda este caballero (Ap. ¿Cómo pescuda por ellas , Callar? Habla á las mujeres ,
Que soy algo ó que lo fui. Y por los zagales no?) Y cuéntaste tú por dama.
SANCHO.
Pelayo, Señor, soy yo. Elvira es , Señor, su nombre.
Pienso que mis dos señores DON TELLO. DON TELLO.
Vienen , y vendrán con ellos. ¿Sois algo de alguna deltas? , Por Dios que es hermosa Elvira,
Deje Elvira los cabellos, PELAYO. Y digna, aunque serlo admira ,
Y reciba sus favores. Sí , Señor; el porquerizo. De novio tan gentilhombre.
DON TELLO. ÑUÑO.
ESCENA XI. Marido digo ó hermano. Zagalas, regocijad
ÑUÑO. La boda.
DON TELLO, y criados; PELAYO, DON TELLO. (Ap.)
JUANA, LEONOR y villanos.—Dichos. ¡Qué necio estás! ¡Rara hermosura!
SANCHO.
DON TELLO. ¡Qué villano! ÑUÑO.

¿Dónde fué mi hermana? PELAYO.


En tanto que viene el Cura,
A vuestra usanza bailad.
JUANA. Así mi madre me hizo.
Entró JUANA.
SANCHO.
Por la novia. La novia y madrina vienen. El Cura ha venido va.
SANCHO. DON TELLO.
¡Señor mió!... Pues decid que no entre el Cura.
ESCENA XII. (Ap. Que tan divina hermosura
DON TELLO.
¡Sancho! FELICIANA, ELVIRA.—Dichos. Robándome el alma está.)
SANCHO. SANCHO.
Fuera desvarío FELICIANA. ¿Porqué, Señor?
Querer daros gracias yo , Hermano, hacedles favores; DON TELLO.
Con mi rudo entendimiento, Y ¡ dichosos los señores • Porque quiero,
Desta merced. Que tales vasallos tienen! Después que os he conocido ,
DON TELLO.
DON TELLO. Honraros mas.
¿Dónde está SANCHO.
Vuestro suegro? Por Dios', que tenéis razón.
¡ Hermosa moza ! Yo no pido-
ÑUÑO. Mas honras , ni las espero , .
FELICIANA.
Donde ya Que casarme con mi Elvira.
Tendrán sus años aumento Y gallarda.
DON TELLO.
Con este inmenso favor. ELVIRA.
Mañana será mejor.
DON TELLO. La vergüenza me acobarda,
SANCHO.
Dadme los brazos. Como primera ocasión.
Nunca vi vuestra grandeza. No me dilates, Señor,
NDÑO. Tanto bien ; mis ansias mira,
Quisiera ÑUÑO.
Y que desde aquí á mañana
Que esta casa un mundo fuera , Siéntense sus señorías. Puede un pequeño accidente
Y vos del mundo señor. Las sillas son como mías. Quitarme el bien que presente
don tello. {A Juana.) DON TELLO. (Ap.) La posesión tiene llana.
¿Cómo os llamáis vos, serrana? No he visto mayor belleza. Si sabios dicen verdades ,
PELAYO. ¡Qué divina perfección ! Bien dijo aquel que decia
Pelayo , Señor. Corta ha sido su alabanza. Que era el sol el que traia .
¡ Dichosa aquella esperanza Al mundo las novedades.
DON TELLO.
Que espera tal posesión! ¿Que sé yo lo que traerá
No digo Del otro "mundo mañana?
PELAYO.
A vos. DON TELLO.
PELA YO. Dad licencia que se siente
Sancho. (Ap. ¡Qué condición tan villana!)
¿No habraba conmigo? Quiérole honrar y hacer fiesta ,
DON TELLO.
JUANA.
Sentaos. (Ap. á Feliciana.)
A vuestro servicio, Juana. Y el muy necio , hermana mia ,
SANCHO. En tu presencia porfia
DON TELLO.
¡Buena gracia! No, Señor. Con voluntad poco honesta. —
PELAYO. DON TELLO. Llévala, Ñuño, y descansa
Aun no lo sabe Sentaos. Esta noche. ,
Bien ; que con un cucharon , ÑUÑO.
SANCHO.
Si la pecilga un garzón, ¡ Yo tanto favor, Haré tu gusto.
Le suele pegar un cabe , Y mi señora presente ! (Vanse don Tello, Feliciana y criados)
■Que le aturde los sentidos-; (Ap. Esto no parece justo.
FELICIANA.
Que una vez , porque llegué ¿De qué don Tello se cansa?)
A la olla , los saqué Junto á la novia os sentad ; ELVIRA. (Ap.)
Por dos meses atordidos. No hay quien el puesto os impida.
Yo no quiero responder
don tello. (A Leonor.) DON TELLO. (Ap.)
Por no mostrar liviandad.
¿Y vos? No esperé ver en mi vida ñuño. (A los novios.)
PELAYO. Tan peregrina beldad.
No entiendo su voluntad
Pelayo , Señor. PELAYO.
Ni lo que pretende hacer.—
DON TELLO. Y yo ¿adonde he de sentarme? Es señor. —Ya me ha pesado
No hablo con vos. ÑUÑO. De que haya venido aquí. ( Vate.)
PELAYO. Allá en la caballeriza SANCHO.
Yo pensaba , Tú la fiesta solemniza. Harto mas me pesa á mi ,
480 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Aunque lo he disimulado. La hermosa Elvira y el viejo. SANCHO.
PELAYO. CELIO. Advierte que estando dentro
¿No hay boda esta noche? Toda la gente se fué No te has de dormir.
«¡ANA. Con notable descontento PELAVO.
No. De ver dilatar la boda. No haré ;
PELATO. DON TELLO. Que ya me conoce el sueño.
¿Porqué? Yo tomé, Celio, el consejo SANCHO.
JUANA. Primero que amor me dio ; Yo saldré cuando del alba
No quiere don Tello. Que era infamia de mis celos Pida albricias el lucero;
PELATO. Dejar gozará un villano Mas no me las pida á mi,
Pues don Tello ¿puede hacello? La hermosura que deseo. Si me ha de quitar mi cielo.
f JUANA. Despu.es que della me canse,
PELA YO.
Podrá ese rústico necio
Claro está, pues lo mandó. (Vase.) Casarse ; que yo daré ¿Sabes qué pareceré
PELATO. Ganado, hacienda y dinero Mientras estás allá dentro?
Pues ¡ antes que entrase el Cura Con que viva ; que es arbitrio Muía de doctor, que esta
Nos ha puesto impedimiento! De muchos , como lo vemos Tascando á la puerta el freno.
(Vate y siguenle los demás villanos.) En el mundo. Finalmente , SANCHO.
Yo soy poderoso , y quiero. Llamemos.
ESCENA XIII. Pues este hombre no es casado, PELAYO.
Valerme de lo que puedo. Apostaré
SANCHO, ELVIRA. Las máscaras os poned. Que está por el agujero
CELIO. De la llave Elvira atenta.
SANCHO. ¿Llamaremos? SANCHO.
Oye , Elvira. DON TELLO. Llego, y llamo.
ELVIRA.
¡Ay, Sancho! Siento Si.
Que tengo poca ventura. {Llaman.) ESCENA XVII.'
CRIADO.
SANCHO. ÑUÑO.—Dichos.
Ya abrieron.
¿Qué quiere el Señor hacer,
Que á mañana lo difiere? ÑUÑO.
ELVIRA.
ESCENA XV. Pierdo el seso.
Yo no entiendo lo que quiere. ELVIRA. — DON TELLO, (CELIO y ¿ Quién va?
(Ap. Pero debe de querer.)
criados, etn mascarillas ; después, ÑUÑO.
SANCHO.
NUNO. Un hombre.
¿Es posible que me quita
Que esta noche ¡ ay , bellos ojos! ELVIRA. SANCHO.
Tuviesen paz los enojos Entra, Sancho , de mi vida. ¿Es Ñuño?
Que airado me solicita? CELIO. ÑOÑO.
ELVIRA. ¿Elvira? ¿Es Sancho»
Ya eres , Sancho, mi marido. ELVIRA. SANCHO.
Vén esta noche á mi puerta. Si. Pues ¡tú en la calle! ¿Qué es esto?
SANCHO. UN CRIADO. {Ap.) ÑUÑO.
¿Tendrásla , mi bien , abierta? ¡Buen encuentro! ¿Qué es esto dices?
ELVIRA. ( Apoderante de Elvira. ) SANCHO.
Pues ¿no? ELVIRA. Pues bien,
SANCHO. ¿No eres tú , Sancho? ¡ Ay de mil ¿Qué ha sucedido? Que temo
Mi remedio ha sido; ¡Padre! Señor! Ñuño! ¡Cielos! Algún mal.
Que si no , yo me matara. ¡ Que me roban , que me llevan ! ÑUÑO.
ELVIRA. DON TELLO. Y aun el mayor ;
También me matara yo. Caminad ya. (Llévanla.) Que alguno ya fuera menos.
SANCHO. ñuño. (Dentro de la casa.) SANCHO.
El Cura llegó y no entró. ¿Qué es aquesto? ¿Cómo?
ELVIRA. (Lejos.) ÑUÑO.
ELVIRA.
¡Padre! Un escuadrón de armado»
No quiso que el Cura entrara. Aquestas puertas rompieron,
DON TELLO. ( LéjOS.)
SANCHO. Y se han llevado...
Tápala esa boca.
Pero si te persuades SANCHO.
A abrirme, será mejor ; (Sale Huno.)
ÑUÑO. No mas;
Que no es mal cura el amor Que aquí dio fin mi deseo.
Para sanar voluntades. ÍHija! ya te oigo y te veo ;
(Vanse.) 'ero mi» caducos años ÑUÑO.
Y mi desmayado esfuerzo , Reconocer con la luna
¿Qué podrán contra la fuerza Los quise ; mas no me dieron
Calle en que está la casa de Ñafia. De un poderoso mancebo? Lugar á que los mirase ;
Que ya presumo quién es. Porque luego se cubrieron
ESCENA XIV. (Sigue á los robadores.) Con mascarillas las caras,
Y no pude conocerlos.
DON TELLO, CELIO, criados. ESCENA XVI. SANCHO.
¿Para qué, Ñuño? Qué importa?
DON TELLO. SANCHO t PELA YO, de noche. Criados son de don Tello,
Muy bien me habéis entendido. A quien me mandaste hablar.
SANCHO. ¡Mal haya, amén, el consejo !
CELIO.
Voces parece que siento En estevalle hay diez casas,
Para entenderte, no creo En el valle, hacia la casa
Qué es menester, gran Señor, Y todas diez de pecheros.
Del Señor. Que se juntan a esta ermita :
Muy sutil entendimiento. PELATO. No ba de ser ninguno dedos.
DON TELLO. Habremos quedo, Claro está que es el Señor,
Entrad pues ; que estarán solos No mos sientan los criados. Que la ha llevado á su pueblo ;
EL MEJOR ALCALDE EL REY. 481
Que él no me (leja casar SANCHO. DON TELLO.
Ks el indicio mas cierto. ¡ Ay que me muero de amor Pues dime, ingrata,
Pues ¡es verdad que hallaré V estoy rabiando de celos! ¿Cómo el basilisco mala
Justicia fuera del cielo, Con solo llegar á ver?
Siendo un hombrepoderoso ELVIRA.
Y el mas rico deste reino !
¡Vive Dios, que estoy por ir... Ese es solo un animal.
A morir! que no sospecho ACTO SEGUNDO. DON TELLO.
Queá otra cosa... Pues ese fué tu hermosura.
ÑUÑO. ELVIRA.
Espera, Sancho. Sala en la quinta de don Tello. Mal pruebas lo que procura
PELAYO. Tu ingenio.
¡Voto al soto, que si encuentro ESCENA PRIMERA. DON TELLO.

Sus cochinos ei> el prado. ¿Yo pruebo mal?


Que aunque haya guarda con ellos, DON TELLO, ELVIRA. ELVIRA.
Que los he de aped rear ! ELVIRA.
El basilisco mortal
ÑUÑO.
¿De qué sirvo atormentarme, Ma'a teniendo intención
Hijo, de tu entendimiento Tello, con tanto rigor? De malar; y es la razón
Procura valerle ahora. Tan clara, que mal pedia
¿Tú no ves que tengo honor, Matarle, cuando le via
SANCHO. Y que es cansarte y cansarme? Para ponerte afición.
Padre y señor, ¿cómo puedo? DON TELLO. Y no traigamos aqui
Turne aconsejaste el daño, Basta; que das en matarme, Mas argumentos, Señor.
Aconséjame el remedio. Con ser tan áspera y dura. Soy mujer y tengo amor:
ÑUÑO.
ELVIRA. Nada has de alcanzar de mi.
Vamos 6 hablar al Señor Volverme, Tello, procura DON TELLO.
Mañana ; que yo sospecho A mi esposo. ¿Puédese creer que así
Que, como fué mocedad, DON TELLO. Responda una labradora?
Ya tendrá arre|«Mil¡miento. Pero confiésame ahora
Yo fio, Sancho, de Klvira, No es tu esposo.
Ni uu villano, aunque dichoso, Que eres necia en ser discreta ;
Que no haya fuerza ni ruegos Digno detai.ta hermosura. Pues al verte tan perfeta.
Que la puedan conquistar. Mas cuando yo Sancho fuera, Cuanto mas, mas me enamora.
SANCHO. Y él fuera yo', dime Elvira, Y ¡ojalá fueras mi igual !
Yo lo conozco y lo treo. ¿Cómo el rigor de tu ira Mas bien ves que lu bajeza
¡ Ay que me muero de amor! Tratarme tan mal pudiera? Afrentara mi nobleza,
A y que me ahraso de celos! Tu crueldad ¿no considera Y que pareciera mal
¿A cuál hombre ha sucedido Que esto es amor? Juntar brocado y sayal.
Tan lastimoso suceso? ELVIRA. Sabe Dios si amor me esfuerza
¡ Que trújese yo á mi casa Que mi buen intento tuerza ;
Kl fiero león sangriento, No, Señor;
Que amor que pierde al honor Pero ya el mundo trazó
Que mi candida cordera Kstas leyes, á quien yo
Me robara ! ¿listaba ciego? Kl respeto, es vil deseo ;
Y siendo apetito feo. He de obedecer por fuerza.
Si estaba ; que no entran bien
Poderosos caballeros No puede llamarse amor.
Amor se funda en querer t ESCENA II.
En las casas de los pobres
Que tienen ricos empleos. Lo que quiere quien desea ;
Que amor que casto no sea, FELICIANA.—Dichos.
Paréceme que su rostro
Lleno de aljófares veo Ni es amor ni puede ser. FELICIANA.
Por las mejillas de prona. DON TELLO.
Perdona, hermano, si soy
Su honestidad defendiendo. ¿Cómo no? Mas piadosa que quisieras. —
Paréceme que la escucho, ELVIRA. Espera, ¿de qué le alteras?
¡Lastimoso pensamiento! ¿Quiéreslo ver? DON TELLO.
Y que el tirano la dice Anoche, Tello, me viste:
Mal escu hados requiebros. ¡Qué necia estás!
Pues ¡tan presto me quisiste,
Paréceme que á sus ojos Que apenas consideraste FELICIANA.
Los descogidos cabellos Qué Tué lo que deseaste; Necia estoy;
Haciendo están celosías Que es en lo que amor consiste ! Pero soy, Tello, mujer,
Para no ver sus deseos — Nace amor de un gran deseo ; Y es terrible lu porfía.
Déjame, Ñuño, matar ; Luego va creciendo amor Deja que pase algún dia ;
<}ue todo el sent do pierdo. Por los pasos del favor Que llegar, ver y vencer
¡ Ay que me muero de amor! Al lin de su mismo empleo; Ño se entiende con amor.
Áy que me abraso de celos! Y en ti, según lo que veo, Aunque César de amor seas.
NUÑll. No es amor, sino querer DON TELLO.
Tú eres, Sancho, bien nacido: Quitarme á mi todo el ser ¿Es posible que tú seas
¿Qué es de lu valor? Que me dio el cielo en la honra. Mi hermana?
SANCHO. Tú procuras mi deshonra, FELICIANA.

Recelo Y yo me he de defender. ¡Tanto rigor


Cosas que, de imaginadas. DON TELLO. Con una pobre aldeana !
Loco hasta el alma me vuelvo, Pues hallo en tu entendimiento, [Llaman dentro.)
Sin poderlas remediar. Como en tus brazos , defensa, ELVIRA.
Enséñame el aposento Oye uu argumento. Señora, doleos de mi.
De Elvira. ELVIRA.
FELICIANA.
PELAYO. Piensa Tello, si hoy no dijo si,
Y a mí, Señor, Que no ha de haber argumento Podrá decirlo mañana.
I>a cocina ; que me muero Que venza mi firme intento. Ten paciencia ; que es crueldad
De hambre, que no he cenado , DON TELLO. Que los dos no descanséis.
Como enojados se fueron. ¿Dices que no puede ser Descansad, y volveréis
ÑUÑO. Ver, desear y querer? A la batalla.
Entra, y descansa basta el dia; ELVIRA. DON TELLO.

Que no es bárbaro don Tello. Es verdad. ¿Es piedad


L-,. 31
483 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Quitarme la vida á mi? Yo, solo labrador en la campaña, ; Me tiene Tello escondida.
(Llaman.) Y en el gusto del alma caballero,
Y no tan enseñado á la montaña, sancho.
FELICIANA. ¡ Esposa, mi bien, mi vida !
Calla ; que estás enojado. Quealgunaveznojuegueellinipioacero,
Elvira no te ha tratado, Oyendo nueva tan feroz y extraña , DON TELLO.

Tiene vergüenza de tí. No fui, ni pude, labrador grosero ; ¿Esto has hecho contra mi?
Déjala estar unos días Sentí el honor con no le haber tocado ; SANCHO.
Contigo en conversación, Que quien dijo de si, ya era casado. ¡Ay, cuál estuve por ti!
Y conmigo, que es razón. Salí á los campos, y a la luz que excede
A las estrellas, que miraba en vano , NONO.
ELVIRA.
A la luna veloz, que retrocede ¡ Ay, hija! ¡cuál me has tenido!
Puedan las lágrimas mías Las aguas y las crece al Océano, El juicio tuve perdido.
Moveros, noble Señora, « ¡ Dichosa, dije, tú, que no te puede DON TELLO.
A interceder por mi honor. Quitar el sol ningún poder humano, Teneos, apartaos, villanos.
{Llaman.) Con subir cada noche donde subes, SANCHO.
FELICIANA. Aunque vengan con másearaslasnubes!» Déjame tocar sus manos;
Sin esto, advierte. Señor, Luego, volviendo á los desiertos prados, Mira que soy su maridó.
Sue debe de haber una hora Durmiendo con los álamos de Alcídes
DON TELLO.
ue están llamando á la puerta Las yedras vi con lazos apretados,
Y con los verdes pámpanos las vides. ¡ Celio, Julio ! Hola, criados,
Su viejo padre y su esposo, Estos villanos matad.
Y que es justo y aun forzoso «; Ay! dije, ¿cómo estáis tan descuida-
Que la hallen los dos abierta ; Y tú, grosero, ¿cómo no divides, [dos? FELICIANA.
Porque si no entran aquí, Villano labrador, eslos amores, Hermano, con mas piedad ;
Dirán que tienes á Elvira. Cortando ramas y rompiendo flores?» Mira que no son culpados.
DOX TELLO.
Todo duerme seguro. Finalmente, DON TELLO.
Todos me mueven á ira.— Me robaron, Señor, mi prenda amada, Cuando estuvieran casados,
Elvira, escóndete ahí , Y allí me pareció que alguna fuente Fuera mucho atrevimiento.
Y entren esos dos villanos. Lloró también y murmuró turbada.
Llevaba yo ¡cuan lejos de valiente!
ELVIRA. Con rota vaina una mohosa espada; ESCENA VI.
¡Gracias á Dios, que me dejas Llegué al árbol mas alto, y á reveses
Descansar! CELIO, JULIO, criados.—Dichos.
Y tajos le igualé á las bajas mieses.
DON TELLO. No porque el árbol me robase á Elvira, DON TELLO.
¿De qué te quejas, Mas porque fué tan alto y arrogante, Matedlos.
Si me has atado las manos? Queá las demáscomoá pequeños mira: SANCHO.
( Vase Elvira. ) Tal es la fuerza de un feroz gigante. Yo soy contento
FELICIANA. Dicen en el lugar (pero es mentira, De morir y no vivir,
¡Hola! Siendo quien eres tú) que, ciego amante Aunque están fuerte el morir.
De mi mujer, autor del robo fuiste, ELVIRA.
ESCENA III. Yqueen tu misma casa la escondiste.—
Ni vida ni muerte siento.
CELIO. — DON TELLO, FELICIANA. « ¡Villanos ¡dije jo, tened respeto :
Don Tello, ini señor, es gloria y honra SANCHO.

celio. (Dentro.) De la casa de Neira, y en efelo Escucha, Elvira, mi bien;


Señora... Esmipadrinoyquienmisbodashonra.il Yo me dejaré matar.
FELICIANA. Con esto, lú piadoso, tú discreto, ELVIRA.
Llamad No sufrirás la tuya y mi deshonra ; Yo ya me sabré guardar
Esos pobres labradores. — Antes harás volver, la espada en puño, Aunque mil muertes me den.
Trátalos bien, y no ignores A Sanchosu mujer, su hija á Ñuño.
DON TELLO.
(AionTello.) DON TELLO.
¿Es posible que se estén
Que importa á tu calidad. Pésame gravemente, Sancho amigo, Requebrando? ¡Hay tal rigor!
De tal atrevimiento, y en mi tierra ¡Ah, Celio, Julio!
ESCENA IV. No quedará el villano sin castigo
JULIO.
Que la ha robado y en su casa encierra.
ÑUÑO, SANCHO.—DON TELLO, Su] icit i tú y sabe qué enemigo, Señor...
FELICIANA. Con loco amor, con encubierta guerra, DON TELLO.
Nos ofende á los dos con tal malicia ; Matadlos á palos.
NUNO.
Que,si se sabe, yo... te haré justicia...— CELIO.
Besando el suelo de tu noble casa Y á los villanos que de mi murmuran
(Que de besar tus pies somos indinos) , Haré azotar por tal atrevimiento.— Mueran.
Venimos á decirte lo que pasa. (Los criados echan á palos á Xuño t
Idos con Dios. Sancho. )
Si bien con mal formados desatinos. sancho. (Ap. á Ñuño.)
Sancho, señor, que ron mi Elvira casa, don tello. (A Elvira.)
Dequienlosdoshabiaisdeser padrinos, Mis celos se aventuran.
En vano remedio esperan
Viene á quejarse del mayor agravio ÑUÑO. Tus quejas de mi furor.
Que referirte puede humano labio. Sancho, tente, por Dios. Ya pensamiento tenia
SANCHO. SANCHO. De volverle ; y tan airado
Magnánimo Señor, á quien las frentes Mi muerte intento. Estoy en ver que has hablado
Humillan eslos montes coronados DON TELLO.
Con tan notable osadía,
De nieve, que bajando en puras fuentes. Sabedme por allá los que procuran Que por fuerza has de ser mía,
Besan tus pies en eslos verdes prados : Mi deshonor. O no he de ser yo quien fui.
Por consejo de Ñuño y sus parientes, SANCHO.
FELICIANA.
En tu valor divino confiados. ¡Extraño pensamiento! Hermano, que estoy aqui.
Te vine á hablar y ti; perli licencia, don tello.
Y honraste mi humildad con lu presencia. DON TEL1.0.
Haber estado en esta casa, creo Vo no sé dónde está ; porque, á sabello, He de lorza] la ó mata] la.
Que obligue tu valor á la venganza Os la diera, por vida de don Tello. FELICIANA.
De caso tan atroz, ¡norme y feo. ¿Cómo es posible libralla
Que á la nobleza de (n nombre alcanza. ESCENA V. De un hombre fuera de si?
Si alguna vez amor algún deseo (Vanse.)
Trujo la posesión ,i tu esperanza , ELVIRA.— Dichos.
Y al tiempo de gozarla la perdieras, ELVIRA.
Considera, Señor, lo que sintieras. Sf sabe, esposo ; que aqui
EL MEJOR ALCALDE EL REY.
Vista exterior de la quinta de don Tello. ÑOÑO. Échame tu bendición.
Hijo, vamos al remedio. ñuño. . •
ESCENA VII. El rey de Castilla, Alfonso, Hijo, pues eres discreto,
Por sus valerosos hechos, Habla con ánimo al Rey.
CELIO, JULIO y criados; luego, ÑU Reside agora en León. SANCHO.
ÑO t SANCHO. Pues es recto y justiciero,
Parte allá y informarásle Tú sabrás mi atrevimiento.—
julio. (Dentro.) Desie agravio ; que sospecho Parlamos.
ÑUÑO.
Ansí pagan los villanos Que nos ha de hacer justicia.
Tan grandes atrevimientos. SANCHO.
Adiós, mi Sancho.
celio. (Dentro.) ¡ Ay Ñuño ! lenco por cierto SANCHO.

Salgan fuera de palacio. Que el rey de Castilla Alfonso ¡Adiós, Elvira!


criados. (Dentro.) Es un principe! perfeto ; PELATO.
Salgan. Mas ¿por dónde quieres que entre Adiós, puercos.
(Salen huyendo Sancho y Ñuño.) Un labrador tan ¿rosero? ( Vanse.)
¿Que corredor de palacio
sancho. Osará mi atrevimiento
Matadme, escuderos. Pisar? Qué portero, Ñuño,
.¡No tuviera yo una espada! Permitirá que entre dentro? Sala en la quima de don Tello.
RUÑO. Allí, á la lela, al brocado,
Hijo, mira que sospecho Al grave acompañamiento ESCENA IX.
Que este hombre te ha de matar, Abren las puertas, y tienen
Atrevido y descompuesto. Razón, que yo lo contieso; DON TELLO, FELICIANA.
SANCHO.
Pero á la pobreza, Ñuño, DON TELLO.
Pues ¿será bueno vivir? Solo dejan los porteros
Que miren las puertas y armas, ¿Que no pueda conquistar
ÑUÑO.
Y esto ha de ser desde lejos. Desla mujer la belleza?
Mucho se alcanza viviendo. Iré á León y entraré FELICIANA.
SANCHO. En palacio, y verás luego Tello, no hay que porfiar;
¡Vive Dios, de no quitarme Cómo imprimen en mis hombros Porque es tanta su tristeza,
De los umbrales que veo, lie las cuchillas los cuentos. Que no deja de llorar.
Aunque me maten ! que vida Pues ¡andar con memoriales, Si en esa torre la tienes,
Sin Elvira no la quiero. Que tome el Rey ! Santo y bueno ! ¿Es posible que no vienes
ÑUÑO. Haz cuenta que, de sus manos, A considerar mejor
En el olvido cayeron. Que, aunque le tuviera amor,
Vive, y pedirás justicia ; Volveréme habiendo visto Te habia de dar desdenes?
8ue rey tienen estos reinos , Las damas y caballeros, Si la tratas con crueldad,
en grado de apelación L:i iglesia, el palacio, el parque, ¿Cómo ha de quererle bien?
La podrás pedir al cielo. Los edilicios ; y pienso Advierte que es necedad
Que traeré de allá mal gusto Tratar con rigor á quien
ESCENA VIII. Para vivir entre tejos, Se llega á pedir piedad.
Robles y encinas, adonde DON TELLO.
PELAYO — ÑUÑO , SANCHO. Canta el ave y ladra el perro. ¡Que sea tan desgraciado,
No, Ñuño, no aciertas bien. Que me vea despreciado,
PELATO. ÑUÑO. Siendo aquí el mas poderoso,
Aqui están. Sancho, yo sé bien si acierto. El mas rico y dadivoso!
SANCHO. Vete á hablar al rey Alfonso ; FELICIANA. ■ '
¿Quién es? Que si aqui te quedas, pienso No te dé tanto cuidado,
PELATO. Que te han de quitar la vida. Ni estés poruña villana
Pelayo, SANCHO. Tan perdido.
Todo lleno de contento, Pues eso, Ñuño, deseo. DON TELLO.
Que os viene á pedir albricias. ÑUÑO. ¡Ay Feliciana!
SANCHO. Yo tengo un rocín castaño, Que no sabes qué es amor,
¿Cómo albricias á este tiempo? Que apostará con el viento Ni has probado su rigor.
PELATO. Sus crines contra sus alas. FELICIANA.

Albricias, digo. Sus clavos contra su freno. Ten paciencia hasta mañana;
SANCHO.
Parte en él, y irá Pelayo Que yo la tengo de hablar,
Eu aquel pequeño overo A ver sí puedo ablandar
¿Deque, Que suele llevar al campo. Esta mujer.
Pelayo, cuando estoy muerto, DON TELLO.
SANCHO.
Y Ñuño espirando?
Por tu gusto te obedezco.— Considera
PELATO.
Pelayo, ¿irás tú conmigo Que no es mujer, sino fiera,
A I Inicias. A la corte? Pues me hace lauto penar.
ÑUÑO.
PELATO.
Prométela plata y oro,
¿No conoces á este necio? Joyas y cuanto quisieres :
Y tan contento Di qué la daré un tesoro;
PELATO. De ver lo que nunca he visto, Que á dádivas las mujeres
Elvira pareció ya. Sancho, que los pies te beso. Suelen guardar mas decoro.
SANCHO. Dicenme acá, de la corte, Di que la regalaré,
¡Ay padre! ¡Si la habrán vuelto! Oue'con huevos y torreznos Y ddequelu daré
¿Qué dices, Pelayo mío '.' Empiedran todas las calles, Un vestido t:i ii guian.
Y tratan los forasteros Que gaste el oro á Milán
PELAVO.
Como si fueran de Italia, Desde su cabelloal pié.
Señor, dice todo el puebro De Flándes ó de Marruecos.
Que desde anoche á las doce Dicen que es una talega Que si remedia mi mal.
Está en casa de don Tello... Donde junta los trebejos La daré hacienda y ganado,
SANCHO. Para jugar la fortuna, Y que si fuera mi igual ..
Tantos blancos como negros. FELICIANA.
Maldito seas, amén.
PELATO. Vamos por Dios á la corte. ¿Posible es que diga tal?
Y que tienen por muy cierto sancho. . DON TELLO.

Que no la quiere volver. ' Padre, adiós, punirme quiero. Si, hermana ; que estoy de suerte
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que me tengo de dar muerte, l'EI.AVO. RET.
0 la tengo de gozar, Mucho tienen los reyes del invierno, Al punto
Y de una ve/, acabar Que hacen temblar los hombres. Tinta y papel. Llegadme aquí ana silla.
Con dolor tan grave y fuerte.
FELICIANA. SANCHO. (Siéntate el Rey y escribe.)
Voy á hablarla,' aunque es en vano. Señor... CONDE.
DON TELLO. RET. Aqui está todo junto.
¿Porqué? Habla, sosiega. SANCHO.
FELICIANA. ' SANCHO. ( Ap. Su gran valor espanta y maravilla.)
Porqué una mujer Que el gobierno Al Rey hablé, Pelayo. (Ap. del.)
Que es honrada, es caso llano De España agora tienes... PELATO.
Que no la podrá vencer RET. El es hombre de bien, voto á mi sayo.
Ningún interés humano.
Dime quién eres y de dónde vienes. SANCHO.
BOU TELLO. ¿Qué entrañas hay crueles
SANCHO.
Vé presto, y da á mi esperanza Para el pobre?
Alivio ; que si no alcanza Dame á besar tu mano,
Porque ennoblezca mi grosera boca, PELAYO.
Mi fe lo.que ha pretendido, Los reyes castellanos
El amor que le be tenido Príncipe soberano ;
Se ha de trocar en venganza. ?uesi mis labios, aunque indignos, toca, Deben de ser angeles.
(Vaiut.) o quedaré discreto. SANCHO.
RET. ¿Vestidos no los ves como hombres na-
¡Con lágrimas la bañas! ¿A qué efeto? pelato. [nos?
SANCHO. De otra manera había
Salón en el palacio del Rey en León. Mal hicieron mis ojos; Un rey que Tello en un tapiz tenia,
Mas propuso la boca su querella , La cara abigarrada
' ESCENA X. Y quieren darla enojos, Y la calza caída á media pierna,
Para que, puesta vuestra mano en ella, Y en la mano una vara,
EL REY DON ALFONSO Vil, EL CON Diera justo castigo Y un tocado á manera de linterna,
DE DON PEDRO, DON ENRIQUE, A un hombre poderoso mi enemigo. Con su corona de oro,
ACOMPAÑAMIENTO. Y un barboquejo, como turco ó moro.
RET.
Yo pregúntele á un paje
Esfuérzale y no llores ; [picia, Quién era aquel señor de tanta fama.
REY.
Que aunqueen mí la piedad es muy pro- Que me admiraba el traje;
Mientras que se apercibe Para que no lo ignores,
Mi partida á Toledo, y me responde Y respondióme: a El rey Baúl se llama. »
También doy atributo a la justicia.
El de Aragón, que vive Di quién te hizo agravio ; [bio. SANCHO.
Ahora en Zaragoza, sabed, Conde, Que quien al pobre ofende, nuncaes sa- ¡Necio! Saúl diria.
Si están ya despachados PELAYO.
Todos los pretendientes y soldados ; sancho. '
Son niños los agravios, Baúl, cuando á Badil matar quería.
Y mirad si hay alguno
También que quiera hablarme. Y son padres los reyes: no te espantes SANCHO.
Que hagan con los labios , David su yerno era.
CONDE.
En viéndolos , pucheros semejantes. PELAYO.
No ha quedado
Por despachar ninguno. ret. (Ap.) Si ; que en la igreja predicaba el Cura
DON ENRIQUE. Discreto me parece. Que le dio en la mollera
Un labrador gallego he visto echado Primero que se queja me enternece. Con una de Moisen lágrima dura
A esta puerta, y bien triste. SANCHO. Al gigante que olía.
Señor, yo soy hidalgo, SANCHO.
REY.
Pues ¿quién á ningún pobre la resiste? Si bien pobre : mudanzas de fortuna, Golías, bestia.
Id, Enrique de Lara, Porque con ellas salgo PELATO.
Y traedle vos mismo á mi presencia. Desde el calor de mi primera cuna. El Cura lo decia.
(Vate don Enrique.) Con este pensamiento, REY.
Quise mi igual en justo casamiento; Conde, esa carta cerrad.—
CONDE. Mas, como siempre yerra
¡Virtud heroica y rara! ¿Cómo es tu nombre, buen hombre?
Quien de su justa obligación se olvida,
Compasiva piedad, suma clemencia ! Al señor desla tierra. sancho:
ÍOh ejemplo de los revés, Que don Tello de Neira se apellida, Sancho, Señor, es mi nombre,
livúia observación de' santas leyes! Con mas llaneza que arte. Que á los pies de tu piedad
Pidiéndole licencia, le di parle. Pido justicia de quien,
Liberal la concede, En su poder confiado,
. ESCENA XI. Y en las bodas me sirve de padrino; A mi mujer me ha quitado,
Mas el amor, que puede Y me quitara también
DON ENRIQUE, SANCHO, PELA YO La vida, si no me huyera.
-EL REY, EL CONDE, ACOMPA
Obligar al mas cuerdo á un desatino.
Le ciega y enamora, REY.
ÑAMIENTO. Señor, de mi querida labradora. ¿Que es hombre tan poderoso
No deja desposarme, En Galicia?
DON ENRIQUE. Y aquella noche con armada gente
Dejad las azagayas. sancho.
La roba, sin dejarme Es tan famoso,
SANCHO. Vida que viva, protección que intente, Que desde aquella ribera
A la pared, Peíayo, las arrima. Fuera de vos y el cíelo, Hasta la romana torre
l'EI.AVO.
A cuyo tribunal sagrado apelo. De Hércules es respetado :
Con pié derecho vayas. Que, habiéndola pedido Si está con un hombre airado,
Con lágrimas su padre y yo, tan fiero, Solo el cielo le socorre.
SANCHO. Señor, ha respondido,
¿Cuál es el Rey, Señor? El pone y él quila leyes;
§ue vieron nuestros pechos el acero ; Que estas son las condiciones
DON ENRIQUE. siendo hidalgos nobles, [bles. De soberbios infanzones
i,„ . . Aquel que arrima Nuestros hombros las ramas de los ro- Que están lejos de los reyes.
La mano agora al pecho. RET. CONDE.
SANCHO. Conde... La carta está ya cerrada.
Bien puede, de sus obras satisfecho. CONDE. REY.
Pelayo no te asombres. Señor., Sobreescribidla á don Tello
EL MEJOR ALCALDE EL REY. 485
De Neira. Te guarden. CELIO.
SANCHO. ( Vanse el Rey , el Conde , don Enrique Asi vivas muchos años ,
Del mismo cuello y el acompañamiento. ) Que veas lo que te quiere.
He quitas, Señor, la espada. PELAYO. DON TELLO. '
REY. ¡Hola! — Tómelos. Di que entre ; que aqui le aguardo.
Esa carta le darás, SANCHO.
Con que te dará tu esposa. ¿Dineros? ESCENA XIII. '
SANCHO. PELAYO.
De tu mano generosa Y eq cantidad. SANCHO, PELAYO.—Dichos.
¿Ha; favor que llegue á mas? SANCHO.
REY. ¡ Ay, mi Elvira! Mi ventura SANCHO.
¿Veniste á pié? Se cifra en este papel ; Dame , gran Señor, los pies.
SANCHO.
Que pienso que llevo en él DON TELLO.
Libranza de tu hermosura. ¿Adonde , Sancho , has estado ,
No, Señor ;
Que en dos rocines venimos (Vame.) Que há dias que no te he visto?
Pelayo y jo. SANCHO.
PELATO. A mi me parecen años.
Sala en la quinta de don Tello. Señor, viendo que tenias
Y los corrimos
Como el viento, y aun mijor. Esa porfía en que has dado,'
Verdad es que tiene el mió ESCENA XII. O sea amor á mi Elvira ,
Unas mañas no muy buenas: DON TELLO, CELIO. Fui á hablar al rey castellano, -
Déjase subir apenas, Como supremo juez
Echase en arena ó rio, CELIO.
Para deshacer agravios. . '• ■
Corre como un maldiciente, Como me mandaste , fui DON TELLO. ■
Come mas que un estudiante, A saber de aquel villano, Pues ¿ qué dijiste de mi ?• .■
Y en viendo un mesón delante, Y aunque lo negaba Ñuño, SANCHO.
O se entra ó se para enfrente. Me lo dyo amenazado. Que habiéndome yo casado, .
REY. No está en el valle; que há dias Me quitaste mi mujer.
Buen hombre sois. Que anda ausente. DON TELLO.
PELAYO. DON TELLO.
¡Tu mujer! Mientes, villano.
Soy en fin ¡Extraño caso! ¿Entró el Cura aquella noche?
Quien por vos su patria deja. CELIO. ■ SANCHO.
REY. Dice que es ido á León. No , Señor ; pero de entrambos
¿Tenéis vos alguna queja ? " DON TELLO. Sabia las voluntades.
PELAYO. ¡ A León ! DON TELLO.
Si, Señor, deste rocín. CELIO. Si nunca os tomó las manos ,
REY. Y que Pelayo ¿ Cómo puede ser que sea
Digo, que os cause cuidado. Le acompañaba. Matrimonio?
DON TELLO. ■ SANCHO.
PELAYO.
¿A qué efeto ?
Hambre tengo : si hay cocina Yo no trato
CELIO. De si es matrimonio ó no ;
Por acá...
REY. A hablar al Rey. Aquesta carta me ha dado.
¿Nada os inclina DON TELLO. Toda escrita de su letra.
De cuanto aqui veis colgado, ¿En qué caso? DON TELLO.
Que á vuestra casa llevéis? El no es de Elvira marido. De cólera estoy temblando.
Para que yo le haga agravio. (Lee.) < En recibiendo esta, daréis á ese
PELAYO.
Cuando se quejara Ñuño, «pobre labrador la mujer que le habéis
No bay allá dondejionello : Estuviera disculpado;
Enviádselo á don Tello, «quitado, sin réplica ninguna; y adver-
Pero ¡Sancho! »Ud que los buenos vasallos se conocen
Que lien desto cuatro ó seis. CELIO. »léjos de los reyes , y que los reyes nun-
REY. Esto me han dicho >ca están lejos para castigar los ma
¡ Qué gracioso labrador ! Pastores de tus ganados; ntos.—£/ Rey.»
¿Qué sois allá en vuestra tierra? Y como el mozo es discreto, Hombre, ¿qué has traído aqui?.
PELAYO. Y tiene amor, no me espanto SANCHO.
Señor, ando por la sierra, Señor, que se haya atrevido. Señor, esa carta traigo
Cochero soy del Señor. DON TEI.LO. Que me dio el Rey.
REY. Y ¿no habrá mas de en llegando DON TELLO.
¿Coches bay allá? Hablar á un rey de Castilla? ¡Vive Dios,
CELIO. Que de mi piedad me espanto!
PELAYO.
Que no; Como Alfonso se ha criado ¿Piensas, villano, que temo
Soy quien guardo los cochinos. En Galicia con el conde Tu atrevimiento en mi daño?
Don Pedro de Andrada y Castro, ¿ Sabes quién soy ?
REY. No le negará la puerta , SANCHO.
( Ap. ¡Qué dos hombres peregrinos Por mas que sea hombre bajo , Si, Señor;
Aquella tierra juntó, A ninguD gallego. Y en tu valor confiado ,
Aquel con tal disciecion, (Llaman dentro.) Traigo esta carta, que fué ,
Y este con tanta ignorancia! ) DON TELLO. Ño, cual piensas, eu tu agravio,
Tomad vos. (Dale un bolsillo. Sino carta de favor •
Celio,
pelayo. m Mira quién está llamando. Del señor rey castellano , -
No es de importancia. ¿No hay pajes en esta sala? Para que me des mi esposa.
REY. CELIO. DON TELLO.
Tomadlos , doblones son.— ¡Vive Dios, Señor, que es Sancho, Advierte que, respetando
Y vos la carta lomad, (A Sancho ) lisie mismo labrador La carta , a tí y al que viene
Y id en buen hora. De quien estamos hablando! Contigo...
SANCHO. DON TELLO. PELAYO.
Los cielos ¡ Hay mayor atrevimiento! ¡San Blas! San Pablo!
486 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
DON TELLO. PELAYO. Tú serás César romano ,
No os cuelgo de dos almenas. De que nos la hubiera vuelto, Para perdonar á quien
PELAYO. Cuando la hubiera gozado. Pide a tu clemencia real
Sin ser dia de mi sanio, (Vanse.) Justicia.
Es muy bellaca señal. • REY.
DON TEI.LO. Dime tu mal ,
Salid luego de palacio, Y advierte que te oigo bien ;
Y no paréis en mi tierra ; ACTO TERCERO. Porque el pobre para mí
Que rs haré malar á palos. Tiene cartas de favor.
Picaros, villanos, gente sancho.
De solar liumilde y bajo , Salón del palacio del Rey. La tuya , invicto Señor,
¡Conmigo!... A Tello en Galicia di,
PELAYO. ESCENA PRIMERA. Para que , como era justo ,
Tiene razón ; EL REY, EL CONDE, DON ENRIQUE. Leida Me diese mi prenda amada.
Que es mal hecho haberle dado y no respetada ,
Ahora esta pesadumbre. Causóle mortal disgusto ;
DON TELLO. El cielo sabe. Conde , cuánto estimo Y no solo no volvió,
Villano, si os lie quitado Las amistades de mi madre. Señor, la prenda que digo ,
Esa mujer, soy quien soy , Pero con nuevo castigo
CONDE. El porte delta me dió;
Y aqui reino en lo que mando, Estimo Que á mí y á este labrador
Como el rey en su Castilla; Esas razones , gran Señor , que en todo Nos trataron de tal suerte.
Que no deben mis pasados Muestras valor divino y soberano. Que fué escapar de la muerte
A los suyos esta tierra ; RET. Dicha y milagro, Señor.
Que á los moros la ganaron. Mi madre gravemente me ha ofendido; Hice algunas diligencias ,
PELATO. Mas considero que mi madre ha sido '. Por no volver á cansarte;
Ganáronsela á los moros, Perq ninguna fué parte
Y también á los cristianos, ESCENA II. A mover sus resistencias.
Y no debe nada al Ruy. Hablóle el Cura, que allí
DON TELLO. SANCHO, PELAYO.—Dichos. Tiene mucha autoridad ,
Yo soy quien soy... Y un santo y bendito abad
PELAYO. (Ap.) pelayo. (Ap. á Sancho.) Que tuvo piedad de mi,
¡ San Macario! Digo que puedes llegar. Y en San Pelayo de Sámos
SANCHO. Reside ; pero mover
DON TELLO. Ya , Pelayo, viendo estoy Su pecho no pudo ser.
Y por aquesto no lomo A quien toda el alma doy, ■ Ni todos juntos bastamos.
Venganza con propias manos. Que no tengo mas que dar : No me dejó que la viera.
¡Dar á Elvira ! ¡ Qué es a Elvira!— Aquel castellano sol, Que aun eso me consolara ;
¡Maladlos! Pero dejadlos; Aquel piadoso Trajano, Y asi , vine á ver tu cara ,
Que en villanos es afrenta Aquel Alcides cristiano Y á que justicia me hiciera
Manchar el acero hidalgo. Y aquel César español. La imágen de Dios, que en ella
PELATO. PELAYO. Resplandece, pues la imita.
No le manche , por su vida. Yo . que no entiendo de historias REY.
( Vanse don Tello y Celio.) De Cides , son * de marranos , Carta de mi mano escrita...
Esto mirando en sus manos, —¿Mas que debió de rompeUa?
ESCENA XIV. Mas que ticn rayas, Vitorias. SANCHO.
SANCHO, PELAYO. Llega y á sus piiés le humilla, Aunque por moverle á ira
Resa aquella huerte mano. Dijera de si algún sabio.
SANCHO. sancho. No quiera Dios que mi agravio
¿Qué te parece? Emperador soberano. Te indigne con la mentira.
PELATO. Invicto rey de Castilla , Leyóla y no la rompió ;
Que estamos Déjame besar el suelo Mas miento , que fué rompella
Desterrados de Galicia. De tus piés, que por almohada Leella y no hacer por ella
SANCHO. Han de tener á Granada Lo que"su rey le mandó.
Pierdo el seso, imaginando Presto con favor del cielo, En una tabla su ley
Que este no obedezca al Rey Y por alfombra á Sevilla, Escribió Dios: ¿no es quebrar
Por tener cuatro vasallos. Sirviéndoles de colores La tabla el no la guardar?
Pues ¡vive Dios!... Las naves y varias flores Así es mandato de Rey ;
PELATO. De su siempre hermosa orilla. Porque para que se crea
Sancho, tente; ¿Conócesme? Que es infiel , se entiende así ;
Que siempre es consejo sabio , REY. üue lo que se rompe allí,
Ni pleitos con poderosos Pienso que eres Basta que el respeto sea.
Ni amistades con criados. Un gallego labrador REY.
SANCHO. Que aquí me pidió favor. No es posible que no tengas
Volvámonos- á León. sancho. Buena sangre, aunque te afligen
Yo soy, Señor. Trabajos , y que de origen
PELATO. rey. De nobles personas vengas.
Aqui los doblones traigo No te alteres. Como muestra tu buen modo
Queme dió el Rey: vamos luego. De hablar y de proceder.
SANCHO. SANCHO. Ahora bien , yo he de poner
Dirélelo que ha pasado. Señor, mucho me ha pesado De una vez remedio en todo.—
¡Ay, mi Elvira! ¡ Quién le viera! De volver tan atrevido Conde...
Salid , suspiros, y en tanto A darte enojos; no ha sido CONDE.
Que vuelvo, decid que muero Posible haberlo excusado. Gran Señor...
De amores. Pero si yo soy villano
PELATO. En la porfía , Señor, Enrique...
Tú serás emperador,
Camina, Sancho; DON ENRIQUE.
Que este no ba gozado á Elvira. < Deben de faltar versos: no se pondría Señor..
SANCHO. Lope a escribir endecasílabos para hacer so REY.
lo estos seis.
¿De qué lo sabes, Pelayo? * Sino. Yo he de ir i Galicia ;
EL MEJOR ALCALDE EL REY.
Que me importa hacer justicia. .. Y el ser que tengo me has dado.
—Y aquesto no se publique. Vista exterior de la quista de don Tello. Es fuerza haber heredado
CONDE. La nobleza que te doy.
Señor... ESCENA ni. Verdad es que este tirano
REY. Ha procurado vencerme ;
i Qué me replicáis? NUNO , CELIO. Yo he sabido defenderme
Poned del Parque á las puertas Con un valor mas que humáno;
Las postas. ÑOÑO. Y puedes estar ufano
CONDE. En fin, ¿que podré verla? De que he perder la vida
Pienso que abiertas i CELIO. Primero que este homicida
Al vulgo se las dejais. Podréis verla: Llegue á triunfar de mi honor,
Don Tello, mi señor, licencia ha dado. Aunque con tanto rigor
REY. . NIÑO. Aquí me tiene escondida.
Pues i cómo lo han de saber , ¿Qué importa, cuando soy tan desdicha- nuSoi
Si enfermo dicen que estoy Ya del extremo celoso,
Los de mi cámara? celio. [do?
No tenéis qué temer; que ella resiste Hija , el corazón ensancho.
DOS ENRIQUE. ELVIRA.
Soy Con gallardo valor y valentía
De contrario parecer. De mujer, que es mayor cuando porfía. ¿Qué se ha hecho el pobre Sancho,
REY. ÑUÑO. Que solía ser mi esposo?
Esta es ya resolución. Y ¿podré yo creer qué honor mantiene ÑUÑO.
No me repliquéis. Mujer queen supoderun hombre tiene? Volvió á ver á aquel famoso
CELIO. Alfonso, rey de Castilla.
CORSE. ELVIRA.
Pues sea Pues es tanta verdad , que si quisiera
De aquí á dos dias , y vea Elvira que su esposo Celio fuera, Luego ¿no ha estado en la villa?
Castilla la prevención Tan seguro con ella me casara ÑUÑO.
De vuestra melancolía. Como si en vuestra casa la tuviera. Hoy esperándole estoy.
REY. ÑUÑO. ELVIRA.
Labradores... ¿ Cuál decis que es la reja? Y yo que le maten hoy.
SANCHO. CELIO. ÑUÑO.
Gran Señor... Hácia esta parte Tal crueldad me maravilla.
REY. De la torre se mira una ventana , ELVIRA.
Ofendido del rigor, • Donde se ha de poner, como me ha dicho. Jura de hacerle pedazos.
De la violencia y porfía ÑUÑO. ÑUÑO.
De don Tello, yo en persona Parece que allí veo un blanco bulto , Sancho se sabrá guardar.
Le tengo de castigar. Si bien ya con la edad lo dificulto.
CELIO. ELVIRA . '
SANCHO. ¡Oh , quién se pudiera echar
¡Vos, Señor! Seria humillar Llegad.que yo mevoy; porque si os viere, De aquesta torre á tus brazos!
Al suelo vuestra corona. No me vean á mi , que lo he trazado,
De vuestro justo amor importunado. ÑUÑO.
rey. (A Sancho.) (Vate.) Desde aquí con mil abrazos
Id delante, y prevenid Te quisiera recibir.
De vuestro suegro la casa, ESCENA IV. ELVIRA.
Sin decirle lo que pasa , Padre , yo me quiero ir ;
Ni á hombre humano, y advertid ELVIRA , á una reja de una torre.— Que me buscan : padre, adiós.
Que esto es pena de la vida.
SANCHO. NUNO. ÑUÑO.
Pues ¿quién ha de hablar, Señor? No nos verémos los dos;
ÑUÑO. Que yo me voy á morir.
rey. (A Pelayo.) ¿Eres tú, mi desdichada (Éntrase Elvira.)
Escuchad vos, labrador. Hija?
Aunque todo el mundo os pida ELVIRA.
Que digáis quién soy, decid ¿Quién , sino yo, fuera ? ESCENA V.
Que un hidalgo castellano, ÑUÑO.
Puesta en la boca la mano Ya no pensé que te viera , DON TELLO.—NUNO.
Desta manera... advertid... No por presa y encerrada,
Porque no habéis de quitar Sino porque deshonrada DON TELLO.
De los labios los dos dedos. Te juzgue siempre en mi idea ; ¿Qué es esto? ¿Con quién habláis?
PELAYO. Y es cosa tan torpe y fea ÑUÑO.
Señor, los tendré tan quedos, La deshonra en el honrado, Señor, á estas piedras digo
Que no osaré bostezar. Que aun á mi , que el ser te he dado, Mi dolor, y ellas conmigo
Pero su merced, mirando Me obliga á que no te vea. Sienten cuán mal me tratáis ;
Con piedad mi suficiencia . ¡ Bien el honor heredado Que , aunque vos las imitáis
Me ha de dar una licencia De tus pasados guardaste , En dureza, mi desvelo
De comer de cuando en cuando. Pues que tan presto quebraste Huye siempre d •! consuelo,
REY. Su cristal tan estimado! Que anda á buscar mi tristeza ;
No se entiende que has de estar Quien tan mala cuenta ha dado Y aunque es tanta su dureza ,
Siempre la mano en la boca. De sí , padre no me llame; Piedad les ha dado el cíelo.
SANCHO. Porque hija tan infame DON TELLO.
Señor, mirad que no os loca (Y no es mucho que esto diga) Aunque mas forméis , villanos ,
Tanto mi bajeza honrar. Solamente á un padre obliga Quejas, llantos é invenciones,
Enviad , que es justa ley, A que su sangre derrame. La causa de mis pasiones
Para que haga justicia, ELVIRA. No ha de salir de mis manos.
Algún alcalde ¿Galicia. Padre, si en desdichas tales Vosotros sois los tiranos ,
REY. Y en tan continuos desvelos, Que no la queréis rogar
Los que han de dar los consuelos Que dé á mi intento lugar;
El mejor alcalde el Rey. Vienen á aumentar los males, Que yo, que la adoro y quiero,
(Vanse.) Los mios serán iguales ¿Cómo puede ser, si muero,
A la desdicha en que estoy , Que pueda á Elvira matar?
Porque si tu bija soy, ¿Qué señora presumís
488 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,
Que es Elvira? ¿ Es mas agora Que un poderoso en su tierra ,
Üe una pobre labradora ? Sala en casa de Nuflo. Con armas, gente y dinero,
Todos del campo vivís; O ha de torcer la justicia,
Mas pienso que bien decís, ESCENA VII. O alguna noche durmiendo,
Mirando la sujeción Matarnos en nuestra casa.
Del humano corazón ; SANCHO, PELAYO, JUANA.
Que no hay mayor señorío PRLATO.
Que pocos años y brío, ¿Matar? ¡ Oh qué bueno es eso !
JUANA.
Hermosura y discreción. ¿Nunca habéis jugado al triunfo?
Los dos seáis bien venidos, Haced cuenta que don Tello
ÑUÑO.
SANCHO. Ha metido la malilla;
Señor, tos decís muy bien. No sé cómo lo seremos; Pues la espadilla traemos.
El cielo os guarde. Pero bien sucederá,
• DON TELLO. SANCHO.
Juana, si lo quiere el cielo. Pelayo , ¿tenéis juicio?
Si hará, PELAYO.
Y á vosotros os dará pelayo. (Ap.)
Si lo quiere el cielo, Juana , Olvídeme de los dedos.
El justo pago también. Sucederá por lo menos...
ñuño. (Ap.) —Que habremos llegado á casa...— SAXCHO.
¡Que sufra el mundo que estén Y pues que tienen sus piensos Lo que habéis de hacer. Señor,
Sus leyes en tal lugar, Los rocines , no es razón Es prevenir aposento.
Que el pobre al rico ha de dar Que envidia tengamos dellos. Porque es hombre muy honrado.
Su honor, y decir que es justo! PELATO.
JUANA.
Mas tiene por ley su gusto Y tan honrado, que puedo
Y poder para matar. (Vase.) ¿Ya nos vienes á matar? Decir...
DON TELLO. SANCHO.
SANCHO.
Celio... ¿Dónde está Señor?
¡Vive Dios, villano!...
JUANA.
PELAYO.
Yo creo
ESCENA VI. Que es ido á hablar con Elvira. (Ap. Olvídeme de los dedos.)
Que no hablaré mas palabra.
SANCHO.
CELIO.—DON TELLO. Pues ¿déjala hablar don Tello? ÑUÑO.
Hijo, descansa ; que pienso
JUANA.
CELIO. Que te ha de costar la vida
Señor... Allá por una ventana Tu amoroso pensamiento.
De una torre , dijo Celio. SANCHO.
DON TELLO.
SANCHO. Antes voy á ver la lorre
Lleva luego
Donde te be mandado á Elvira. ¿ En torre está todavía ? Donde mi Elvira se ha puesto ;
CELIO.
PELAYO. Que como el sol deja sombra ,
No importa; que vendrá presto Podrá ser que de su cuerpo
Señor, lo que intentas mira. Haya quedado en la reja;
Quien le haga...
DON TELLO. Y si , como el sol traspuesto ,
SANCHO.
No mira quien está ciego. No la ha dejado , yo sé
CELIO.
Advierte, Pelayo... Que podrá formarla luego
Que repares bien te ruego; pelato. (Ap.) Mi propia imaginación. ( Yete.)
Que forzalta es crueldad. Olvídeme de los dedos.
DON TELLO. JUANA. ESCENA IX
Tuviera de mi piedad , Ñuño viene.
Celio, y yo uo la forzara. ÑUÑO, PELAYO, JUANA.
CELIO. ESCENA VIII. ÑUÑO.
Estimo por cosa rara ¡Qué extraño amor!
Su defensa y castidad. ÑUÑO.— Dichos.
JUANA.
DON TELLO.
SANCHO. Yo no creo
No repliques á mi gusto ¡Señor mió!... Que se baya visto en el mundo.
¡Pesar de mi sufrimiento!
ÑUÑO. ÑUÑO.
gue ya es bajo pensamiento
1 sufrir tanto disgusto. Hijo , ¿cómo vienes ? Vén acá, Pelayo.
Tarquino tuvo por gusto sancho. PELATO.
No esperar tan sola un hora , Vengo Tengo
Y cuando vino la aurora Mas concento á tu servicio. Qué decir á la cocina.
Ya cesaban sus porfías ; ÑUÑO. ÑUÑO.
Pues ¿es bien que lautos dias ¿De qué vienes mas contento. Vén acá pues.
Espere á una labradora ? PELAVO.
SANCHO.
CELIO.' Luego vuelvo.
Traigo un gran pesquisidor.
Y ¿esperarás tú también ÑUÑO.
PELATO.
Que te den castigo igual ? Vén acá.
Tomar ejemplo del mal Un pesquisidor traemos , PELATO.
No es justo, sino del bien. Que tiene... ¿Qué es lo que quiere?
SANCHO. ÑUÑO.
DON TELLO.
Mal ó bien , hoy su desden , Advierte, Pelayo... ¿Quién es este caballero
Celio, ha de quedar vencido. pelavo. {Ap.) Pesquisidor que trae Sancho?
Ya es lema , si amor ha sido; Olvídeme de los dedos. PEI.ATO.
Que aunque Elvira no es Tamar, ÑUÑO. El pescador que traemos.
A ella le ha de pesar, ¿Viene gran gente con él ? Es un... (Ap.'Dios me tenga en buenas.)
Y á mi vengarme su olvido. Es un hombre de buen seso ,
SANCHO.
( Vame.) Dos hombres. Descolorido, encendido,
Alto, pequeño de cuerpo,
ÑUÑO. La boca por donde come,
Pues yo le ruego , Barbiruhio y barbinegro;
Hijo, que no intentes nada; Y si no lo miré mal ,
Que será vano tu intento; Es médico ó quiere serlo;
EL HEJOR ALCALDE EL REY. 480
Porque, en mandando que sangren , REY. Gomo ruedas de salmón.
Aunque sea del pescuezo... La información quiero hacer. BEY.
ÑUÑO. ÑUÑO. Diga lo que sabe desto.
¿Hay bestia eomo este , Juana? Descansad, Señor, primero; FILENO.
Que tiempo os sobra de hacella. Señor, yo vine á tañer,
ESCENA X. REY. Y vi que mandó don Tello
Nunca á mí me sobra tiempo. — Que no entrara el señor Cura.
BKITO.—Dichos. ¿Llegustes bueno, Pelayo? El matrimonio deshecho,
PELAYO.
Se llevó á su casa á Elvira,
tarro. Donde su padre y sus deudos
Señor Ñuño, corra presto, Si , Señor, llegué muy bueno. La han visto.
Porque á la puerta de casa Sepa vuesa señoría...
REY.
Se apean tres caballeros REY.
De tres hermosos caballos , ¿Qué os dije? ¿Y vos , labradora?
Con lindos vestidos nuevos, PELAYO.
PELAYO.
Bolas, espuelas y plumas. Póngome el freno, Esta es Leonora de Cuelo,
ÑUÑO. nerc Hija de Pero Miguel
¡Válgame Dios, si son ellos! De Cueto; de quien fué agüelo
REY. Ñuño de Cueto, y su lio
Has ¡pesquisidor con plumas! Gracias á Dios, bueno vengo. Martín Cueto, morganero
FELÁYO. Del lugar, gente muy nobre;
PELAYO.
Señor, vendrán mas ligeros ; A fe que he de presentalle , Tuvo dos lias que fueron
Porque la recta justicia , Brujas, pero há muchos años ,
Cuando no atiende á cohechos, Si salimos con el pleito,
Un puerco de su tamaño. Y tuvo un sobrino tuerto.,
Tan presto al concejo vuelve , El primero que sembró
Como sale del concejo. SANCHO.
Nabos en Galicia.
ñuño. Calla , bestia. REY.
PELAYO.
¿Quién le ha enseñado á la bestia Bueno
Esas malicias? Pues sea puerco
Como yo, que soy chiquito. Está aquesto por ahora.—
PELAYO. Caballeros, descansemos,
REY.
¿ No vengo Para que á la tarde vamos
De la corte? ¿ Qué se espanta? Llamad esa gente presto. A visitar á don Tello.
( Pelayo se llega á la puerta y llama.) CONDE.
ESCENA XI. Con menos información
Pudieras tener por cierto
EL REY, EL CONDE Y DON ENRIQUE, ESCENA XII. Que no te ha engañado Sancho;
dé camino; SANCHO.—Dichos. BRITO, FILENO, JUANA, LEONOR. Porque la inocencia destos
Es la prueba mas bastante.
sancho.
—EL REY, EL CONDE, DON EN
rey. (Ap.á Ñuño.)
Puesto que os vi desde lejos, RIQUE, NIÑO , SANCHO, PELAYO.
Haced traer de.secreto
Os conocí. BRITO.
Un clérigo y un verdugo.
REY. ( VanseeIRey, el Conde y don Enrique.)
¿Qué es, Señor, loque mandáis?
Cuenta, Sancho, (Ap.áél.)
ÑUÑO.
Que aquí no han de conocernos. ESCENA XUI.
ROÑO.
Si de los valles y cerros
Han de venir los zagales, SANCHO, NUNO, PELAYO, JUANA,
Seáis, Señor, bien venido. Esperaréis mucho tiempo.
REY. LEONOR, BRITO, FILENO.
REY.
¿Quién sois? Estos bastan que hay aquí. ÑUÑO.
SANCHO. ¿Quién sois vos?
Es Ñuño, mi suegro. Sancho... (Ap.áél.)
BRITO.
SANCHO.
BEY. Yo, Señor bueno,
Estéis en buen hora , Ñuño. Só Brito, un zagal del campo. Señor...
ÑUÑO.
ÑUÑO. PELAYO.
Mil veces los pies os beso. Yo no entiendo
De casado le cogieron Este modo de juez:
REÍ. El principio, y ya es cabrito. Sin cabeza de proceso
Avisad los labradores REY. Pide clérigo y verdugo.
Que no digan á don Tello ¿Qué sabéis vos de don Tello SANCHO.
Que viene pesquisidor. Y del suceso de Elvira? Ñuño, yo no sé su intento.
ÑUÑO. BRITO.
ÑUÑO.
Cerrados pienso tenerlos La noche del casamiento Con un escuadrón armado
Para que ninguno salga. La llevaron unos hombres Aun no pudiera prendello ,
(Sandio habla á Brilo y á Juana , y se Que aquestas puertas rompieron. Cuanto mas con dos personas.
van.) BEY.
SANCHO.
Pero, Señor, tengo miedo Y vos ¿quién sois?
Que traigáis dos hombres solos; Démosle á comer; que luego
JUANA. Se sabrá si puede ó no.
Que no hay en todo este reino
Has poderoso señor. Señor, Juana, ÑUÑO.
Has rico ni mas soberbio. Su criada , que sirviendo ¿Comerán juntos?
REY.
Estaba á Elvira, á quien ya
SANCHO.
Sin honra y sin vida veo.
Ñuño, la vara del Rey Yo creo
BEY.
Hace el oficio del trueno, Que el juez comerá solo ,
Que avisa que viene el rayo : Y ¿quién es aquel buen hombre? Y después comerán ellos.
Solo, cómo veis, pretendo PEI.AYO.
ÑUÑO.
Hac»r por el Rey justicia. Señor, Fileno el gatero; Escribano y alguacil
ÑUÑO. Toca de noche á las brujas Deben de ser.
En vuestra presencia veo Que andan por esos barbechos , SANCHO.
Tan magnánimo valor, Y una noche le llevaron , Eso pieuso. ( Vase.)
Que, siendo agraviado, tiemblo. De donde trujo el asiento
490 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA
CARPIÓ.
NüífO. | Para entrar y ver lo que es.
Juana... REY.
JUANA. CELIO. Pues un alcalde decid
Señor...
Temí que Ñuño después De su casa y corte.
De verme entrar se enojara;
ÑOÑO. Que á lodos nos quiere mal. celio. (Túrbase.)
Adereza Iré,
Ropa limpia , y al momeólo FELICIANA. Y ese nombre le diré.
Matarás cuatro gallinas Quiero avisar á mi hermano ;
Porque tiene este villano BEY.
Y asarás un buen torrezno. En lo que os digo advertid.
Y pues estaba pelado , Bravo ingenio y natural.
Tú, Celio, quédate aquí (Vase Celio.)
Pon aquel pavillo nuevo
A que se ase también, Para ver si alguno viene. (Vate.) CONDE.
Mientras que baja Fileno CELIO. Parece que el escudero
A ia bodega por vino. Siempre la conciencia tiene Se ha turbado.
Este temor contra si, ENRIQUE.
PELAYO.
¡Voto al sol , Ñuño, que tengo Demás que tanta crueldad El nombre ha sido
Al cielo pide castigo. La causa.
De comer hoy con el juez ! SANCHO.
ÑUÑO. Ñuño ha venido;
Este ya no tiene seso. ESCENA XVI.
{Vate.) Licencia, Señor, espero
PELAYO. EL REY, EL CONDE, DON ENRIQUE Para que llegue , si es gusto
Solo es desdicha en los reyes Y SANCHO, que aparecen al otro lado Vuestro.
Comer solos , y por eso déla verja.—CELIO. BEY.
Tienen siempre al rededor Llegue , porque sea
Los bufones y los perros. BEY.
En todo lo que desea
{Yante.) Entrad y haced lo que digo. Parte , de lo que es tan justo,
Como del pesar lo ha sido.
CELIO.
¿Qué gente es esta? ESCENA XVII.
Patio en la quinta de don Tollo. Pared ó verja BEY.
en el fondo. ÑUÑO, PELAYO, JUANA y villanos,
Llamad.
ESCENA XIV. (Llaman; abre un criado, y pasan alpa fuera de la verja. — EL REY, EL
tio el Rey, el Conde , don Enrique y CONDE, DON ENRIQUE, SANCHO.
ELVIRA, huyendo de DON TELLO ; Sancho.)
FELICIANA, deteniéndole. SANCHO.
SANCHO.
Este, Señor, es criado Llegad, Ñuño, y desde afuera
ELVIRA. De don Tello. Mirad.
¡Favor, cielo soberano! II EY.
ÑOÑO.
Pues en la tierra no espero Solo ver me altera
Remedio. ¡Ah hidalgo! oíd. La casa deste alrevido.
(Vase.)
DO* TELLO. CELIO. Estad todos con silencio.
, Matarla quiero. ¿Queme queréis? JUANA.
FELICIANA. REY. Hable Pelayo, que es loco.
Deten la furiosa mano. Advertid PELAYO.
A don Tello que he llegado
DON TCLLO. De Castilla , y quiero hablalle. Vosotros veréis cuan poco
Mira que le he de perder De un mármol me diferencio.
CELIO.
El respeto, Feliciana. ÑUÑO.
Y ¿quién diré que sois?
FELICIANA. ¡Que con dos hombres no Días
Merezca , por ser tu hermana , REY. Viniese! ¡ Extraño valor!
Lo que no por ser mujer. Yo.
DON TELLO. CELIO. ESCENA XVIII.
¡Peseá la loca villana! ¿No tenéis mas nombre?
¿Que por un villano amor REY.
DON TELLO, FELICIANA, cbjados.
No respete á su señor , No. — Dichos.
De puro soberbia y vana ? CELIO.
Pues no se cause en pensar feliciana.
Que se podrá resistir; i Yo no mas, y con buen talle! Mira lo que haces, Señor...
Puesto me habéis en cuidado. Tente , hermano : ¿dónde vas ?
8ue la tengo de rendir Yo voy á decir que Yo
la tengo de matar. (Vate.) Está á la puerta. (Vase.) don tello. (Al Rey.)
¿Sois por dicha , hidalgo, vos
ENRIQUE. El alcalde de Castilla
ESCENA XV. Ya entró. Que me busca?
CELIO.— FELICIANA. CONDE. . REY.
Temo que responda airado, ¿Es maravilla?
CELIO. Y era mejor declararte. don tkllo.
No sé si es vano temor, REY. Y no pequeña , por Dios ,
Señora , el que me ha engañado; No era , porque su miedo Si sabéis quién soy aquí.
A Ñaño he visto en cuidado Le dirá que solo puedo
De huéspedes de valor. REY.
Llamarme Yo en esta parle.
Sancho ha venido á la villa, Pues ¿qué diferencia tiene
Todos andan con recato; (Vuelve Celio.) Del Rey quien en nombre viene
Con algún ungido trato CELIO. Suyo?
Le han despachado en Castilla. A don Tello, mi señor, DON TELLO.
No los he visto jamás Dije cómo Yo os llamáis , Mucha contra mi.
Andar con tanto secreto. Y me dice que os volváis. Y vos ¿adonde traéis
FELICIANA.
Que él solo es Yo por rigor; Lavará?
Que quien dijo Yo, por ley BEY.
No fuiste, Celio, discreto, Justa del cielo y del suelo,
Si en esa sospecha estás ; En la vaina está ,
Es solo Dios en el cielo , De donde presto saldrá ,
Que ocasión no te faltara Y en el suelo solo el Rey. Y lo que pasa veréis.
EL MEJOR ALCALDE EL REY. m
DON TELLO. Para hacer la boda Tenga piedad de mi hermano.
¿Vara en la vaina? ¡Oh qué bien ! Le pidió licencia : REY.
No debéis de conocerme. Vino con su hermana ; Cuando esta causa no hubiera,
Si el Rey no viene á prenderme , Los padrinos eran : El desprecio de mi carta,
No hay en todo el mundo quién. Vióme y codicióme , Mi firma, mi propia letra,
REY.
La traición concierta. ¿No era bastante delito?
Difiere la boda , Hoy veré yo tu soberbia ,
Pues yo soy el Rey, villano. Y viene á mi puerta Don Tello', puesta á mis pies.
PELAYO. Con hombres armados DON TELLO.
¡Santo Domingo de Silos! Y máscaras negras.
DON TELLO. Llevóme á su casa. Cuando hubiera mayor pena ,
Donde eon promesas Invictísimo Señor,
Pues, Señor, ¡tales estilos Que la muerte que me espera ,
Tiene el poder castellano! Derribar pretende
Mi casta firmeza ; Confieso que la merezco.
¡Vos mismo! Vos en persona!
Que me perdonéis os ruego. Y desde su casa DON ENRIQUE.
A un bosque me lleva Si puedo en presencia vuestra...
BEY. Cerca de una quinta, CONDE.
Quitadle las armas luego. — Un cuarto de legua ;
(Desarman á don Tello ; potan la verja Allí , donde solo Señor, muévaos á piedad
Nano y los. villanos.) Que os crié en aquesta tierra.
La arboleda espesa,
Villano, por mi corona, Que al sol no dejaba FELICIANA.
Que os he de hacer respetar Que testigo fuera , Señor, el conde don Pedro
Las cartas del Rey. Escuchar podía De vos por merced merezca
FELICIANA. Mis tristes endechas. La vida de Tello.
Señor, Digan mis cabellos. REY.
8ue cese tanto rigor Pues saben las yerbas El Conde
s ruego. Que dejé en sus hojas Merece que yo le tenga
REY. Infinitas hebras. Por padre; pero también
No hay que rogar. Qué defensas hice Es justo que el Conde advierta
Venga luego la mujer Contra sus ofensas ; Que ha de estar á mi justicia
Desle pobre labrador. ( Vase un criado.) Y mis ojos digan Obligado de manera,
Qué lágrimas tiernas. Que no me ha de replicar.
DON TELLO.
Que á un duro peñasco CONDE.
No fué su mujer, Señor. Ablandar pudieran.
REY. Viviré llorando, Pues la piedad ¿es bajeza?
Basta que lo quiso ser. Pues no es bien que tenga REY.
Y ¿no está su padre aquí , Contento ni gusto Cuando pierde de.su punto
Que ante mi se ha querellado? Quien sin honra queda. La justicia , no se acierta
DON TELLO. [Ap.) Solo soy dichosa En admitir la piedad.
En que'pedir pueda Divinas y humanas letras
Mi justa muerte ha llegado. Dan ejemplos : es traidor
A Dios y al Rey ofendi. Al mejor alcalde
Que gobierna y reina , Todo hombre que no respeta
Justicia y piedad A su rey, y que habla mal
ESCENA XIX. De maldad tan fiera. De su persona en ausencia. —
Esta pido, Alfonso, Da, Tello, á Elvira la mano
Para que pagues la ofensa
ELVIRA, sueltos los cabellos.—Dichos. A tus pies, que besan
Mis humildes labios, Con ser su esposo ; y después
Ansí libres vean Que te corlen la cabeza,
' ELVIRA. Descendientes tuyos Podrá casarse con Sancho,
Luego que tu nombre Las partes sujetas Con la mitad de tu hacienda
Oyeron mis quejas , De los fieros moros En dote.—Y vos, Feliciana,
Castellano Alfonso, Con felice guerra ; Seréis dama de la Reina ,
Que a España gobiernas , Que si no te alaba a En tanto que os doy marido
Sal! de la cárcel. Mi turbada lengua , Conforme á vuestra nobleza.
Donde estaba presa , » Famas hay y historias ÑUÑO.
A pedir justicia Que la harán eterna. Temblando estoy.
A tu real clemencia. REY. PELAYO.
Hija soy de Ñuño Pésame de llegar tarde :
De Aibar, cuyas prendas ¡Bravo Rey!
Son bien conocidas Llegar á tiempo quisiera,
SANCHO.
Por toda esta tierra. Que pudiera remediar
De Sancho y Ñuño las quejas; Y aquí acaba la comedia
Amor me tenia Pero puedo hacer justicia Del Mejor Alcalde, historia
Sancho de Roelas; Que afirma por verdadera
Súpolo mi padre, Cortándole la cabeza
A Tello : venga el verdugo. La corónica de España :
Casarnos intenta. La cuarta parle la cuenta.
Sancho, que servia FELICIANA.
ATellodeNeira, 1 Señor, tu real clemencia
EL PREMIO DEL BIEN HABLAR.
PERSONAS.
LEONARDA, dama. OON PEDRO. RAMIRO , huésped.
DON JUAN DE CASTRO. DOÑA A NGE LA, dama. RUFINA, esclava.
DON ANTONIO , viejo. FELICIANO. CAMILO, criado.
MARTIN, lacayo. Acompañamiento.

La escena pasa en Sevilla.

Quien me pareció mejor. Amparadle , pues oistes


ACTO PRIMERO. (Dentro ruido.) Que su imagen os llamó.
LEONARDA.
(Vuelve Rufina.)
RUFINA.
Parece que oigo rumor...
Y cerca de nuestra casa. Ya la gente que os siguió ,
Sala en casa de don Antonio. No sabe por dónde fuistes:
RUFINA.
Toda en efetosefué,
ESCENA PRIMERA. Como esto en Sevilla pasa. — Y la calle está segura.
Abre ese balcón , Leonor.
DO.N JUAN.
LEONARDA, RUFINA. (A una esclava que está dentro.)
¡ A tal templo de hermosura,
LEONARDA. ESCENA II. Buscando amparo, I legué ! —
Yo soy, gallarda Señora
¿Doblaste el manto?
DON JUAN t MARTIN , con las espadas (< -Diiii) va os lo dice el traje),
R'JFINA.
desnudas y las capas revueltas.— Forastero de Sevilla,
Ya vengo Corona de las ciudades,
De quitarte ese cuidado. Dichas.
Que en España , en toda Europa ,
LEONARDA. DON JUAN. Gobierna el Rey, que Dios guarde;
¿Dijiste, Rufina, á Hurtado Entra , y donde quiera sea. Que, como naturaleza
Que á la tarde salir tengo? LEONARDA.
Es de lodos patria y madre ,
Nací en Madrid, aunque son
RUFINA. i Jesús ! En Galicia los solares
Ya, Señora , le prevengo DON JUAN.
De mi nacimiento noble.
De que has de ver á dona Ana. No os alborotéis. De mis abuelos y padres.
LEONARDA. RUFINA. Para noble nacimiento
¡Qué de juventud liviana ¿Cómo no? ¿ Qué pretendéis? Hay en España tres partes:
Que nos esperaba enfrente! LEONARDA. Galicia, Vizcaya, Asturias,
RUFINA. ¿Quién habrá que aquesto crea ? O ya montañas se llamea.—
Servir pudiera de puente ¿ Hasta mi estrado os entráis? ¡Qué turbado estoy, pues digo
Desde Sevilla á Trian». ¡ Hola ! {Llamando.) En ocasión semejante
Cosas que os importan poco !
Mas si en toda la ciudad DON JUAN.
No bay tu talle, ¿qué te admira? No os espantéis, perdonadme;
Si en venir huyendo Que por Dios, que no me turban
LEONARDA. De la justicia os ofendo , ' Pendencias ni enemistades;
Mas presumo yo que mira Vuestro respeto agraviáis. El templo sí , y en su altar
Del oro la cantidad. Casa tan noble me ha dado La belleza de su imagen.
c Dineros son calidad», Licencia, y no me engañé, ¿Qué os importa á vos saber
Dijo el cordobés Lucano; Pues donde un ángel hallé, Que descienda de la sangre
Porque esto de padre indiano ¿Quién duda que fué sagrado? Del conde de Andrada y Lémos,
Mueve mas la juventud ; . Mandad que cierren la puerta. Y que la causa dilate
Que á la nobleza y virtud LEONARDA. De la presente desdicha ,
Pocos extienden la mano.— Rufina , corre. Que os lia obligado á escucharme
¿No estaba don Pedro allí , RUFINA. En vuestro mismo aposento,
Aquel mi gran pretendiente? Yo voy. Donde el sol fuera arrogante?
RUFINA. LEONARDA. Sabed que vine á Sevilla
Aquel necio maldiciente Menos alterada estoy; Huyendo (mirad ¡qué alarde
De su hermano e;itre ellos vi. Que estuve de veros muerta. — De fortuna!) porque á un hombre
LEONARDA. No cierren la de la calle ; Castigué la lengua infame.
¡ Lo que hablaría de mi Porque será dar sospecha. Hablaba mal de mujeres ;
Toda aquella mocedad ( Vase Rufina.) Y yo, que be dado en preciarme
Con su necia libertad ! Dé defenderlas , no pude
DON JUAN. Sufrir que tan mal hablase.
RUFINA. Que no fué cosa mal hecha Pasarme quise á las Indias;
Allí estaba un caballero, Os dice mi traje y talle. . Que dos heridas mortales
Al parecer forastero, MARTIN. Ya le tendrán bien seguro
Con mas seso y gravedad. Señora , cuando yo fuera Que mal de mujeres hable.
LEONARDA. Quien de esta manera entrara, ■ Llegué á Sevilla , y la flota,
En ninguno reparé. No es mucho que os espantara, Como veis, aun no se parte;
Por si estaba allí mi hermano. - Y mala sospecha os diera; Entre tanto meenlretienen
RUFINA. Pero don Juan, mi señor, Caballeros y amistades.
No estaba allí Feliciano ; Abona el haber pisado - Hoy vine á la Madalena,
Que uno á uno los miré. Las barandas del estrado Y como algunos hallase
Pero el forastero fué De vuestro heroico valor. A la puerta, me detuve;
494 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que ellos gustaron de honrarme. Que donde palabras sobran ,
No salió mujer de misa , i Y el carbón para quemalle. —
Temo que las obras falten. Pienso que viene mi hermano.
A quien un don Diego, un áspid, Saca la espada , ¿qué esperas,
Helado para gracioso , Rufina, escóndele presto.
Pues no te detiene nadie?»
Para hablador ignorante, Pero ¡ vive Dios! que apenas DON JUAN.
No infamase en las costumbres, Las dos se vieron iguales , í ¡|Dien haya el cielo, que ha puesto
No desluciese en el talle, Cuando pienso que la indiana Mi remedio en vuestra mano!
No afease en la hermosura, Vino en forma de algún ángel, MARTIN.
No descubriese el amante. Y le derribó en el suelo, Rufina, color indiano,
Palabra no les decia Sin que á tenerle bastasen ¿No hay bodega ópalomar?
Que el alma no me pasase ; Cuantas espadas y amigos
Que cuando se habla en corrillos , RUFINA. .
Pretendieron ayudarle. El pajar te quiero dar,
No es afrenta que se hace No espere mejor suceso
Al ausente, que no la oye, Y á tu amo mi aposento.
La lengua que las infame,
Sino á los que están delante, Ni menos que vida y honra MARTIN.
Porque es tenerlos por hombres Quien las defienda y alabe. Si comen, ¿no habrá sustento?
Que gustan de infamias tales; Con esto quise tomar RUFINA.
V hablar mal de los ausentes La iglesia para librarme , Ya ¿no te llevo al pajar? (Llévala
Afrenta los hombres graves. Y por la confusa gente
Salió una señora indiana Tomé diferente calle.
Con dueña , escudero y paje , Al revolver de la esquina ESCENA III.
Y en viéndolo se tapó, Vi estas casas principales,
Dejando caer la margen Juzgué por ellas el dueño... FELICIANO, DON PEDRO, CARRILLO.
Del manto al pecho, en lo negro Es imposible engañarme. —LEONARDA.
Luciendo cinco cristales. Traigo una hermana conmigo,
Como cuando el sol hermoso A quien doy tantos pesares, FELICItNO.
Por nubes opuestas sale , ?ue este postrero, Señora, Esto se ba de hacer así.
Asi de sus ojos bellos emo que la vida acabe. No hay sino armarnos de presto.
Luz por las puntas de Flándes. Esto solamente siento. LEONARDA.
Pero no templó su lengua ; Hasta que la noche baje ,
Que luego dijo : «¿Que trate ¿Dónde vas tan descompuesto?
Os suplico permitáis DON PEDRO.
Mi hermano por interés Que en vuestra casa me ampare ,
Con esta indiana casarse? Para partirme á Sanlúcar, ¿Sabéis mi desdicha?
Que ¡vive i)ios! que me lian dicho Donde á las Indias me embarque LEONARDA.
8ue vendió en Indias su padre Si pueden llevar el peso Sí.
arbon ó hierro , que agora De mis desdichas sus naves;
Se ha convertido en diamantes; DON PEDRO.
Que tan justa obligación ¡Ay, Leonarda, que espirando
Que puesto que es vizcaíno, liará que el alma os consagre
Para el toldo que esta trae Queda mi hermano don Diego!
La tabla de este milagro,
Son muy bajos sus principios. Que con letras de oro en jaspe LEONARDA.
¡Mal hayan Indias y mares!» Diga que pudo en Sevilla Quien tan locamente ciego
Yo, no pudiendo sufrir Don Juan de Castro librarse, Vivió siempre murmurando,
Palabras tan desiguales Con doña Ángela su hermana, ¿Qué mucho que muera así?
Al valor de un caballero, De dos peligros tan grandes. FELICIANO.
Dije : «Vuesamerced hable Y porque vea el pintor, ¡Qué buen modo de consuelo !
Como quien es; que desdice Cuando la tabla señale, Vamos de aquí.
De las palabras el traje; Cómo ha de poner la historia , DON PEDRO.
Que es honrar á las mujeres Y pues sois la hermosa imagen ,
Deuda á que obligados nacen Sabe el cielo
Yo me pongo de rodillas , Qué reprensiones le di;
Todos los hombres de bien , Para que asi me retrate;
Por el primer hospedaje Masera hermano mayor, •
Que quien defiende á mujeres, No me tocaba el castigo.
Que de nueve meses deben , Bien es que piedad alcance.
Y es ra/.on que se les pagué; FELICIANO.
Que, puesto que son las lenguas LEONA R DA. Yo soy de don Pedro amigo ,
Espadas , para templarse La ocasión en que os halláis Y tuve á don Diego amor.
Quiso Dios que las pusiesen No da lugar á respuesta : Si hablaba mal , solo fué
En los pechos de sus madres.»— Vuestro valor manifiesta De ruin gente ; que la honrada
«¿Quién le mete en eso á él, Lo que hacéis y lo que habláis. Siempre fué del respetada.
No conociendo las partes?» Esa mujer que obligáis, LEONARDA.
Respondió descolorido. Yo soy ; y palabra os doy ¿Eso dices?
Yo dije : «El ver que la infamen Que mintió, porque yo soy FELICIANO.
Sin dar ocasión, y el ser Nieta de tan noble abuelo. Esto sé ,
Hombre, que hasta á obligarme, Que por bien nacida , al cielo Y ¡vive Dios ! que si esconde
Cuando no naciera noble.» Siempre agradecida estoy. La tierra este forastero,
Replicó : « Pues oiga y calle, Es de mi padre, el solar Que le he matar.
Si no sahe quién soy yo , El mas noble de Vizcaya ;
Y que no es bien que se case DON PEDRO.
Que á las Indias venga ó vayaj
Mi hermano desigualmente. » ¿Qué honor le puede quitar? No espero
Respondí vo : «Losque saben Si le ha enriquecido el mar, Que habernos de saber dónde ;
Que en Vizcaya á los mas nobles No implica ser caballero. Que es Sevilla confusión;
Se les permite que traten , Quiso honrar esc escudero Y si en monasterio está ,
Con hábitos en los pechos, Mi padre; mas no podrá; ¿Quién, Feliciano, podrá
No dicen razones tales; Que esa espada es lengua ya Matarle en esta ocasión?
Y, sin conocerla , digo (■on que diré que no quiero. Lo mejor será enviar
Que el ser mujer es bastante E<o de hierro y carbón A Sanlúcar dos soldados,
Nobleza , y que no es honrado Es lenguaje maldiciente; Para matarle pagados;
Quien no las honra. >—« Dejadme Pero, yo quiero, aunque miente, Porque este se ha de embarcar,
( Dijo entfl:ices). mataré Tener en esta ocasión Y no podrá conocellos.
Este necio, si es su amante » Ese trato y opinión, FELICIANO.
Repliqué : «¡Vo la conozco; Para (pie cuando le halle, Vámosle á buscar agora;
Pero lo que d go baste En aquella misma calle Que es lo que importa.
Para hablar ei su defensa. Me sirva el hierro en su mengua DON PEDRO.
Saca la espada,.cobarde; Para cortalle la lengua, Señora,
EL PREMIO DEL BIEN HABLAR. •195
Pensé que esos ojos bellos El matar á vuestro hermano?
Enterneciera la muerte ESCENA V. Que fuistes dichosa es llano;
De don Diego ; y tan airados Que en dos males, es error
Los bailo, que mis cuidados RUFINA.—LEONARDA. No agradecer el menor,
Crecen con rigor mas fuerte ; Y quejarse al cielo en vano.
REFINA.
Que por doblar mis enojos, DOÑA ÁNGELA.
Como á mi hermano un traidor , Ya quedan
Adonde hallarlos no puedan. Conozco que mayor mal ,
Me mala con mas rigor Huésped , suceder pudiera ;
La espada de vuestros ojos. LEONARDA.
Q^ue esto no me sucediera ,
Que si no estáis ofendida... Solo temo á Feliciano. Fuera á mi inocencia igual.
FILIC1ANO. ¿Dónde pusiste el criado? ¿Una mujer principal
¿De qué os aflige mi hermana? RUFINA. Eatierra extraña os admira ,
No ha de amanecer mañana MarUn (que aqueste es su nombre) Que sin amparo se mira?
Este villano con vida. Queda, por mas tordo que hombre, RAMIRO.
( Yante Feliciano , don Pedro y Car En el pajar enjaulado. No me admira ; que os engaña
rillo.) Pienso que hade cantar bien ; Llamar esta tierra extraña.
Porque aun apenas entró, DOÑA ÁNGELA.
Cuando de comer pidió.
ESCENA IV. ¿ A qué mi remedio aspira ?
LEONARDA.
RASURO.
Haz que de comer le den ;
DON ANTONIO.^LEONARDA. Que yo haré con gran secreto En Sevilla estáis, no estáis
La comida de don Juan. En algún monte desierto.
DON A MOMO.
¡ Ay del que cerca del Puerto,
RUFINA.
Si ya no es muerto , miráis !
¿Dónde va tu hermano asi? Lástima los dos me dan. lín mi casa no temáis
LEONA* DA. LEONARDA. Necesidad ni violencia.
Allá, con sus amistades, El caballero es discreto,
A ejecutar necedades, Y que me ha puesto , Rufina,
Que te den cuidado á ti. En notable obligación. ESCENA VII.
DON ANTONIO. RUFINA.
Dicen que ha herido á don Diego Por ella obliga á aticion , FELICIANO, y luego, DON PEDRO T
Un forastero don Juan. Y por la persona inclina. CARRILLO. — Dichos.
LEONARDA. Pidióme un libro.
Los dos á buscarle van , LEONARDA. Feliciano. (Dentro.)
Uno necio y otro ciego. Hasmedado, ¿Quién ha de hacer resistencia
DON ANTONIO. Rufina , grande contento. Adonde hay tanta razón ?
Pues ¡qué! ¿quiere Feliciano Hoy sabrá mi nacimiento ; RAMIRO.
Acabar mi vida ansí? Que tii, sin mostrar cuidado, Estos los parientes son.
Le darás mí ejecutoria ,
LEONARDA. DOÑA ÁNGELA.
Diciendo que aqui la hallaste
Este don Pedro que aqui En un cofre mío. Defienda Dios mí inocencia.
Trujo á mi pesar mi hermano, RUFINA.
(SalenFeliciano,donPedroy Carrillo.)
Queriendo que su mujer. FELICIANO.
Como te lo na dicho , sea , Pensaste...
¿Posaba don Juan de Castro ,
En estas cosas le emplea. LEONARDA.
Huésped , en aquesta casa ?
DON ANTONIO. Una sutil vanagloria.
RAMIRO.
Algo le ha de suceder. Quiero que sepa que tengo
Sangre de un señor de España. Aquí posaba , Señor ;
Siempre los mulos sucesos Que á mí me pesa en el alma.
Vienen por malos amigos. RUFINA.
FELICIANO.
No tiene un padre enemigos Si la vista no me engaña ,
Como los hijos traviesos. A pensar que quieres vengo ¿Tiene aqui ropa ó criados?
Matarán este don Juan , Ser con él mas que piadosa. RAMIRO.
¿Quién lo duda? Es forastero. LEONARDA. No tiene mas de esta dama.
LEONARDA. ¿No le parece que fuera FELICIANO.
Es valiente caballero, Quien a don Juan mereciera... ¿Es acaso criada suya ?
Tendrá amigos ; no podrán. RUFINA. don Mimo.
La causa de la cuestión Di lo demás. ¿ Es su amiga ó es su hermana ?
Fué decir mal de mujeres LEONARDA.
Don Diego: pues ¿cómo quieres DOÑA ÁNGELA.
Que le ayude la razón? Venturosa, Hermana por sangre soy ,
Sin temer tormenta ó calma ? De buena sangre heredada,
DON ANTONIO.
Porque el bien hablar, Rufina, Que os suplico respetéis ;
Luego ¿el don Juan defendía Es una señal divina Y amiga, porque se llama
Las mujeres? De la nobleza del alma. La amistad que es verdadera
LEONARDA. (Yanse.) Parentesco de las almas.
Sí , Señor. No fué por mí la cuestión ,
DON ANTONIO. Ni he sido parte ni causa
Ese hombre tiene valor : De vuestro disgusto y pena,
No hay cosa , Leonarda mia , Cuarto en ana posada. Aunque la mayor me alcanza.
Has digna de un hombre honrado. I Los hombres al fin son hombres,
Ser quien le mató quisiera, ESCENA VI. Por mayores males pasan ;
Así en las venas me altera ¡Ay de las pobres mujeres,
El humor, del tiempo helado. DOÑA ÁNGELA , RAMIRO. Que los hombres desamparan!
Si supiera dónde estaba , Aquí si que es el dolor,
DOÑA ÁNGELA.
Favor le diera y dinero. Y mas cuanto mas honradas ;
i Propia acción de caballero ! No sé cómo he de tener Porque es el mayor peligro
¿Quién lo bien hecho no alaba? Paciencia en tan mal suceso; El honor á quien le guarda.
Voy á buscar á tu hermano, Que, si no es perder el seso, ; Yo soy la muerta , yo sola
Que es loco y rico. (Yase.) No me queda que perder. i A quien destruyen y matan,
RAMIRO. Yo triste, que aun el valor
¿No pudiera suceder En tal desdicha me falta,
496 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ
Entre vuestras armas sola , FELICIANO.
Mujer entre mil espadas. DONJUÁN.
Dadme, señores, la muerte, Dos palabras. — ¿No es Leonarda discreta? No es bermo-
Yo me confieso culpada ; (Ap. d Ramiro.) martin. [sa?
Que son sangre las desdichas, Con estos cincuenta escudos
Regalaréis esta dama ¿Cómo discreta? Cicerón , Cervantes
Y de deudo á deudo pasan. ÑiJuandeMena.niotro'despuésniantes,
Mi fortuna dio los filos, Mientras que vuelvo á Sevilla.
No fueron tan discretos y entendidos.
Y le sacó de la vaina RAMIRO.
Es una arpa templada en los oídos.
El acero de esta herida : ¿Cuándo volveréis? Es sentencia en favor por el Consejo,
i Qué aguardáis? Tomad venganza. FELICIANO. Consonancia en cristal de vino añejo.
DON PEDRO. Mañana. {Yate.) Son de doblón en mesa ó plata doble.
¿Qué os parece de este llanto? Cortés respuesta de persona noble ,
¡Vive Dios! Si no mirara... ESCENA IX. Ruido de arroyuelo ardiendo Febo,
Soneto de don Luís, Séneca nuevo.
FELICIANO. DOÑA ÁNGELA, RAMIRO. Con hambre los torreznos que se fríen,
Callad, don Pedro, por Dios; Con tercianas las fuenles que se ríen ,
Que es hajeza esa palabra. RAMIRO.
O mas sonoro que en la espalda suele
De lo que don Juan ha hecho, Cincuenta escudos me dio. De los que azotan, á quien no le duele,
¿Qué culpa tiene su hermana? DOÑA ÁNGELA.
Esta moza , ¿está en las tierras O en un falso testigo ó alcahueta,
Término de gente hidalga. El eco de la solfa de baqueta.
Donde con violentas armas,
Por una ofensa, un linaje, RAMIRO. Pues en llegandoáhabhirdelahermoso-
Mujeres y amigos malan? ¡ Pesia tal ! Es rico y noble , Diana es fea, Filomena oscura, [ra.
Aunque esta señora fuera Puede comprar a Trlana. La Doncella de Francia y la Doncella
Culpada en esta desgracia , Una hermana tiene hermosa , De Dinamarca nones son con ella ;
¿No pudieran detener Para quien su padre guarda Porque el sol es muy lindo, y nos enfada
La mas viólenla arrogancia Cien mil ducados de dote. Por los caniculares, y esta agrada.
Dos perlas de aquellos ojos? DOÑA ÁNGELA.
Quedémonos aquí, pues has topado
Laslndiassin la mar; que tú embarcado
DON PEDRO. La fortuna, mi madrastra, Irás á tu aposento con Leonarda ,
¡Buen amigo! ¡Linda traza lia guardado para mí Y yo con la mulata, que me aguarda
pe vengar un muerto hermano!— Cien mil penas y desgracias. En mi pajar, sin larga las escotas; [tas,
(Feliciano habla bajo á dona Angela.) ( Vanse.) Porque, si aquí se encierran treinta flo-
Ven , Carrillo ; que si aguarda ¿Que es menester buscar mayor tesoro?
Mi agravio tiernos requiebros, Que aun esla esclava, si la vendo, es oro.
Locas son mis esperanzas. Teatro dividido : i un lado el cuarto de Ru
DOS JUAN. [do!
CARRILLO. fina, a oiro una pieza de paso.
¡Cómo piensas, Martin, lo que has sofia-
Vamos por toda Sevilla.— ESCENA X. liien parece que en paja te has echada
Déjale; que es una mandria.
MARTIN.
„ (Ap.á don Pedro.) DON JUAN v MARTIN , en el cuarto de Sí; mas no la he comido; f;ue me dieron
Yo aposta ruque á estas horas Rufina.
Le está ofreciendo su casa. Naranjas , que la cólera rompieron;
Vamos por los monasterios; Un pemil con las hebras como grana.
DON JUAN.
Que | por la tribuna santa , Que abriera á un hipocóndrico la gana,
Que aunque esté en el relitorio, ¿Cómo pasaste á verme? Y á estar hecha en figura mas perfela.
Le he de dar cuatro mohadas! MARTIN. De un cardenal pudiera ser muceta;
( Vaitse don Pedro y Carrillo.) Con licencia Una ave enamorada...
De la mulata , que es la quinta esencia DON JUAN.
escena viii. De toda la discreta picardía ¿Enamorada?
Que lo moreno de esla tierra cria.
doña Angela , Feliciano, DON JUAN.
MARTIN.

¿Has comido? De tierna, derretida y bien asada.


RAMIRO. Hubo su ra han ¡lo. oliva y queso,
MARTIN.
FELICIANO. Que pudieran venderse por el peso.
¿Qué dices? Treinta platos Con esto y diez tragazos de Cazalla ,
Señora, no tengáis pena, Me trujo esta princesa de mulatos ,
Aunque es bastante la causa. Dije, poniendo aparte la toalla.
Y sirviendo la paja de manteles. Los ojos ya del buen licor testigos :
Por amigo de don Pedro Comí mejor que en sillas ni doseles;
Acompañé su venganza. Y para postre inano y paz de Francia , «Muleta, ¿dónde eslán los enemigos?!
Que entré soberbio os confieso... Que, puesto que temiendo la fragancia, DON JUAN.
—Y en viendo este talle y cara, La limpieza pastilla y no ser fea, ¡ Ay, Martin ! ¡ Cómo lodo me alegrara.
Amainé todas las velas. Disimular pudiera la grajea. Si en Madrid á doña Angela dejara!
Tengo sangre de Vizcaya:- ¿ Comiste tú ? ' Pero ver que es mi hermana, y que affi-
Lo que dijere una vez DON JUAN. Hadeestardelpeligrodemivida, [gkta
Será firme y sin mudanza. No me permite gusto ni contento.
Dadme licencia que os vea, Pedileá la morena
Y eri esta ocasión os valga ; Un libro por pasar mejor la pena martin. [la
Que ¡ vive Dios de poner De tanta soledad ; y ella, que ignora Quedo; que esláLeonarda en tu aposen-
Un millón que hay en mi casa Qué historias salen en la corte agora ,
Por vuestro servicio, y luego En vez de tanta prosa , verso y fama, ESCENA XI
Honor, sangre, vida y alma! He trujo la nobleza de su ama ,
De mil colores y oro, y la he leído; LEONARDA , RUFINA. — Dichos.
DOÑA ÁNGELA. Con que tan bien estuve entretenido
El cielo os pague el consuelo. Como con los donaires del Parnaso LEONARDA.
FELICIANO. Del Orfeo, del nuevo Garcilaso.
Es tanta , finalmente , su nobleza , Habréis pasado muy mal
¿Vuestro nombre? De aposento y de comida.
Que puede competir con su belleza.
DOÑA ÁNGELA. DON JOAN.
Vino, Martin , tras esto la comida,
Angela. Guisada de la dama defendida, No la be tenido en mi vida ,
FELICIANO. Con tal regalo, olor, gusto y aseo, Hermosa señora, igual.
■ Basta, Que solo le ha faltado á mi deseo LEONARDA.
«o se engaño quien le puso.— El postre que te dio la mulatilla. Dar un palacio real
Huésped... MARTIN. A vuestro valor quisiera.
RAMIRO. ¡Qué bizarra es la gente de Sevilla ! DON JUAN.
Señor... Qué liberal ! Qué limpia y generosa ! Menos á mi intento fuera.
EL PREMIO DEL BIEN HABLAR. ■Í97
Por ser de esclava le alabo; Sin amar ni ser amada! ESCENA XII.
Que siendo yo vuestro esclavo, Dicen que la enfermedad
Me disteis mi propia esfera. Tiene la espada desnuda FELICIANO.—LEONARDA y RUFINA,
Vine á mi centro en venir Cuando está la vida en duda, en la pieza de paso.
Donde vuestra esclava vive; Y en mi el ejemplo mirad :
Parece que me apercibe A matar la libertad, LEONARDA.
De que os tengo de servir. La espada desnuda, entrastes , ¡ Feliciano !
Si aquí os puedo ver y oir, Aunque piadosa me hallastes ; FELICIANO.
Toda mi ventura encierra, Pero el efeto que hicistes, ¡Hermana mia!
Todos mis males deslicrra ; No os lo dije, pues os fuistes LEONARDA.
Porque, después de no estar Con mas prisa que llegastes. ¡ Cuánto me alegro de verte!
En el cielo, no bay buscar Id en buen hora á buscar Que me has tenido con pena
Mayor descanso en la tierra. Esa dama venturosa , De ver que tan loco fueses
Pero ¿qué ha de ser de mí, Que estará tan cuidadosa A acompañar otro loco.
Ya que en tal lugar estoy, Como me habéis de dejar. ¿Qué ha sucedido? Qué tienes?
Si en siendo noche, me voy Mirad si queréis llevar ¿Habéis hallado por dicha
De aqueste dia en que os vi? Alguna cosa de aquí; Al forastero valiente?
Si tan presto el bien perdí, Que os aseguro que fui ¿Mas que le habéis muerto?
Finiera fué mi ventura: Dichosa en que luego os vais ; FELICIANO.
No es bien el que poco dura ; Porque, si mas os tardáis , Yo
Mas ¿quién, Señora, pensara Me llevárades á mí. Soy el que vengo á la muerte.
Que mis contrarios vengara DOS JUAN.
Vuestra divina hermosura? LEONARDA.
Leonarda . si yo me voy. i Ay, cielos! ¿Estás herido?
Cuál es el muerto no acierto, Es por no daros enfado ;
Bella Leonarda, á juzgar : ¿Dónde? ¿Cómo?
Que del ángel lastimado
Si el no veros me ha de dar Legitimo hermano soy ; FELICIANO.
La muerte , yo soy el muerto. Y el favor que me dais hoy Espera , tente ;
Pensé que llegaba al puerto En el alma le imprimí: Que es una herida invisible,
De mis desdichas, y ¡lego Bien quisiera estarme aquí , De que sola el alma muere.
Donde á la muerte navego Si tuviera atrevimiento ; LEONARDA.
Con tal tormenta y rigor, Porque este humilde aposento
Que quiere anegar amor El alma ¿puede morir?
Fuera cielo para mi.
El alma en un mar do fuego. El cuidado de mi hermana
FELICIANO.
¿Qué hice yo á vuestros ojos, Confieso que me le da. De amor, hermana, ¿no puede?
Que vengan mis enemigos , LEONARDA.
LEONARDA.
Cuando los hice testigos Pues ¿tú sabes qué es amor,
De mis lágrimas y enojos? ¿Que es vuestra hermana?
Que con gusto indiferente
Juzgaréis que son antojos DONJUÁN.
A ninguna quieres bien ,
Decirme que me desalma No está Y dices que á todas quieres?
Amor que me tiene en calma ; Lejos, sabedlo mañana.
Pero vuestra discreción FELICIANO.
MARTIN.
Sabe que la obligación ¿Para qué andáis |K>r rodeos Como yo pienso , Leonarda ,
Abre las puertas al alma. Donde se os ven los enojos, Que mi dinero pretenden ,
Primero os amé que os vi : Pues por la boca y los ojos Guardo el alma y doy la bolsa ,
¿Quién vio tan nuevo obligar? Andáis trocando deseos? Que es lo que ellas apetecen.
Y no lo podéis negar. Pensad la partida bien ; Uijéronnos la posada
Pues sabéis que os defendí : Que él se muere por no irse , De aquel don Juan , y cual suelen
Mirad cómo merecí Y tú (si puede decirse) Romper los aires los rayos,
Favores antes de veros ; Porque se quede también. Fuimos á cal de la Sierpe.
Pero fué para perderos , Por lo menos, ya que fuese Entramos, pensando hallar
Pues en viéndonos los dos, Prisión esta voluntad , Prendas de don Juan , y enfrente
No me defendí de vos, Hasta saber la verdad , Estaba un retrato suyo
Aunque supe defenderos. Responde á prueba, y estése. Con alma entre vida y muerte.
LEONARDA. Ea , ¿qué os estáis mirando? Una doña Angela, un ángel,
Señor don Juan , si tenéis Claro está , pues lo parece ,
DON JUAN.
Determinado partiros , Con unas lágrimas tristes.
Por mi, yo me quedo aquí. Que hicieran la noche alegre.
Mal podré yo persuadiros
Contra lo que vos queréis ; LEONARDA. Las lágrimas te encarezco
Y basta que me dejéis Y yo ¿qué diré de mi? Para que por ellas pienses
Con tantas obligaciones, MARTIN. Cuál deben de ser los cielos
Sin decirme esas razones Di que lo estás deseando. Que tales lágrimas Hueven.
Para mas pena y dolor ; RUFINA.
Pero si llorando y tristes
Que no le detiene amor Nombre de cielos merecen ,
Y él ¿no tiene hermana allá? ¿Que serán con alegría
A quien deja las prisiones. MARTIN.
Defenderme antes de verme Ojos que tal gloria tienen?
No fué amor, nobleza fué , No, perra... Perla quería Abrió por medio un clavel
O condición vuestra en fe Decir; que tú lo eres mia. (Ya quisieran los claveles
De obligarme v conocerme ; RUFINA. Tomar las perlas que vi ),
Pero si fué defenderme Tu hermano ha venido ya. Y dijo en razones breves
Nobleza , nobleza fué LEONARDA. La desdicha en que se hallaba.
El haberos defendido; Salgamos del aposento, Habléla yo tiernamente ;
Con que diréis con razón Y cierra tú. Que no supo á tanto sol
Que cumple su obligación DON JUAN.
El corazón defenderse.
Beneficio agradecido. Pesó á perlas mis palabras,
Adiós. Enternecida de verme
Vos os vais porque queréis LEONARDA.
Y algún deseo lleváis, De su parte en su desdicha ;
Pues porque queréis os vais , Adiós. Que á veces, Leonarda, mueve
Cuando quedaros podéis. RUFINA. Al llanto en las desventuras
Al peligro anteponéis En fin ¿se quedan los dos? El ver que alguno las siente.
El ángel que en la posada 0 es amor ó atrevimiento. Prometí darla favor :
Debe de estar lastimada. (Leonarda y Rufina pasan ala pieza de Don Pedro enojóse y fuese ;
Mirad ;qué extraños desveles, paso, y don Juan y Martin se retiran Y aunque yo también me fui,
Que os estoy pidiendo celos á lo interior del cuarto de Rufina.) Diré la verdad , quédeme.
L-i. 32
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Di para regalo suyo LEONARDA. (Ap.) Mezclando alegre risa en dulces ayes.
Cincuenta escudos al huésped , ¡Ay, don Juan, cuánto me debes! Yo, viendo mí fortuna viento en popa.
Que llevaba en un bolsillo. Le dije al corazón : «No te desmayes, >
Con esto he venido á verte. RUFINA. (Ap.)
¡Ay, Martin , si á mi color Cuando la luz á ruego suyo inclina ,
Porque sepas que don Pedro Aunque mulata su color,' Rufina.
Puede buscar quien le vengue ; Tal san Martin le viniese!
( Yanse.) Sueltos en crespos rizos sus cabellos,
Porque yo pienso, Leonarda Ondas déla tormenta del espanto,
(Y ríñeme como sueles), Puso risueña en mí los ojos bellos,
Tener el ángel que digo No viendo el animal que temía tanto.
Por mi dueño para siempre. ACTO SEGUNDO. Rescaté el alma entre las luces dellos,
LEONARDA. Y finjo por la colcha, que levanto ,
Lo que yo pienso reñirte ESCENA PRIMERA. ?ue pasa el animal y que le veo ;
(Pues sabes que las mujeres era lo que pasaba'mi deseo, [raienl
De ver otras en desdichas DON JUAN y MARTIN, enlapiezade No ha visto el mismo amor desde qa-
Se lastiman fácilmente) paso. (Que desde que nació mentir sabia)
Es que á persona tan noble MARTIN.
Tan bien fingido espanto, y accidente
Esa miseria le dieses. Parece nuestra historia encantamento. Mas bien trazado para dicha mia. [k
Cuando le dabas el alma. Y fuélo grande estar su hermano aasen-
DON JOAN. ( Porque á acostarse le conduce el dia !,
FELICIANO.
No lo parece, si loes. Que nos pudiera oir; mas la ventura.
Razón , mi Leonarda , tienes ;
Mas ¿no ves que los que pesan , MARTIN. Cuando ella quiere, todo lo asegura.
Por miedo de los fíeles, Aldia El rostro bajo á la bordada orilla
A lo principal añaden Abre las puertas con dorado aliento De la cama , por ver si hallaba el rastro,
Otra cosa diferente ? La bella aurora, que las flores cria. Y hallé una desmayada zapatilla ,
Asi al alma puse el oro , DON JUAN.
Que le faltaba el alma de alabastro.
No porque valor hubiese , ¡Bien haya la limpieza de Sevilla!
Estaba (como digo) en mi aposento, Porque, por vida de don Juan de Castro.
Pero por cumplir el peso, Cuando la noche el filo igual tenia
Aunque me pesa de verme ■En la balanza con que pesa estrellas , Que el mas grave señor hacer pudiera
En peso taivdesigual. La limpia zapatilla bigotera.
Mas triste que ella suele estar sin ellas. Con esto á mi aposento vuelvo, y digo
Si bien es un tiempo aqueste Pensaba solo en mi querida hermana , A mi fortuna mil requiebros, tales.
Que á peso del oro hay almas, Cuandooigo abrir la puerta, y que Ruli- Que desde agora á no sentir me obligo
Y almas que por él se pierden. MedicequeLeonarda,mashumana, [na Por tales bienes los mayores males-
Va lo di... Corrido estoy. Hablarme en su aposento determina. No ha sido el sueño de mi bien testigo;
LEONARDA. Voy tras la esclava como sombra vana, Que a|ienas en los fúlgidos umbrales
Poco el oro me parece ¡Mira tú con qué luz mi error camina! Del cielo puso el pié la blanca aurora.
Para contrapeso de alma. Y asido do su enfaldo, á escuras llego Cuando me halló como me ves agora.
A la esfera bellísima del fuego.
FELICIANO. MARTIN.
Una bujía en una cuadra ardia,
No tuve mas , ¿ qué me quieres? Ycon vislumbre trémula enseñaba [bia, ¡Suceso extraño y último sosiego
LEONARDA. Loque en la cuadra bien compuesta ha- De tu temor ! Mas breve fué mi historia.
En tal ocasión , hermano , Dondeunacamadeoro y seda estaba. Por la mulata á la cocina llego ,
Y mas si amor te enloquece, En ámbar el aliento se embebía, Que andaba en esos pasos de tu gloría,
Era lo cierto decir , Que por las cuatro partes respiraba : llormia echado en el umbral del fuego
Como hombre cuerdo y prudente: Allí yo te confieso que, suspenso, Un mastín que pudiera andar la noria.
« Yo tengo en casa una hermana, Llegar mi dicha por la posta pienso. Siento roncar, y paso á paso aplico
Que en esta ocasión os puede «¿Qué os detenéis? (me dice la mulata), La humilde boca al temerario hocico.
Tener consigo, entre tanto Corred, cobarde, esa cortina luego.» Pero apenas la boca en él repara
Que este negocio remedien Y descubriendo un cielo de oro y plata, Que olía á pepitoria, y no á camuesas .
Ruegos , dineros y amigos.» De una hermosa mujer meabrasa el fue- Cuando ladrando me agarró la cara,
FELICIANO. fe0- Y en los carrillos meeslampó las presas.
Yo, cuando pienso que Leonarda trata Pues ¡ luego mi fortuna en eso para!
Luego si yo la trújese, De algún yerro de amor, que es siempre Quiero correr , tropiezo en dos artesas ,
¿La tendrías tú contigo? [ciego, Y doy en la espetera con la frente,
LEONARDA. Conozco que esdoña Angela.mi herma- Despertando los galos y la gente.
¿Eso dudas? Luego ¿entiendes Yfuéseen humo mi esperanza vana, [na, Cuál me salla á la cara", cuál me agarra
Que tengo el alma de piedra? «¿Quéesesto(dije), dulce hermana mia?» Por una panlorrilla , pierdo el tino.
Iré por ella si quieres; Ycomocon su rostro me juntaba , Muero en el puerto, y sin hallar la barra.
Y si hay lugar en tristezas, Senil que huésped en la cama había ; Por embocar la puerta desatino.
Le diré lo que mereces. Que Leonarda de celos suspiraba. ¿Qué galgo con cencerro ó con guitarra.
FELICIANO. Martin , yo te confieso el alegría [ba ; Sacudiendo la cola, huyendo vino
¡ Ay, Leonarda de mis ojos! Que ver mi hermana en tal lugar me da- Por las Carnestolendas, como salgo?
A tus pies quiero atreverme Pero que en parte me pesó , pues creo Las manos dejo y de los pies me valgo.
A pedirte que me obligues Que fuera mas dichoso mi deseo, [hora, Pero ya que sali'de la cocina ,
Y que esta dama consueles. Después de hablar con ella mas de un Huyendo del ladrante seguimiento.
Ledije: «¿Cómo este lugar tomaste, Por ir al aposento de Rutina ,
Haz poner el coche y parte Pues era de Leonarda, mi señora? De los servicios caigo al aposento.
A la calle, que parece ¿Tan presto el noble término olvidaste?» ¡Oh, bien haya, don Juan, la luz divina.
Que, estando á los pies de un ángel, «Mandóme (respondió) mudarle agora, De cuanto vive lustre y ornamento!
Entonces fué de la Sierpe. Para poder hablar cuando llegaste; Pues con ella á tus ojos he llegado
Toma mi hacienda , mi vida , Pasa de la otra parte, porque puedas Oloroso, mordido y arañado.
Como sola el alma dejes , Agradecer lo que obligado quedas.» • DON JUAN.
Y esto porque no la tengo. «S'o escucho desde aquí» (dijoLeonar- Gente suena ; aquí te esconde
LEONARDA. Y detúveme yo cobardemente ; [da), Hasta que sepas quién es.
Llama , Rufina , esa gente , Pero ella , presumiendo de gallarda , MARTIN.
Hoy, que el ángel de mi hermano Remitió mi temor á su accidente.
El coche en cielo convierte. Fingió que el animal , el que acobarda ¿Tengo de hablarle después?
DON JIJAN.
RUFINA. (Ap. d Leonarda.) Mas las mujeres, se atrevió á su frente.
Ya ves con qué donaire fingiría Mi soledad te responde.
Basta, que estáis dos á dos. El miedo, que era entonces osadía. ( Vase al cuarto de Rufina.)
FELICIANO. , Ya desvia las trenzas , ya la ropa , MARTIN.
¡Ay, Ángela , si te viesen Ya del cuello los candidos cambrayes, Muy bien te puedes eslar;
En esta casa mis ojos! Ya se vuelve á cubrir con lo que topa, Que es Leonarda, mi señora.
EL PREMIO DEL BIEN HABLAR. 499
ESCENA II. Desvelos me dio vestida , FELICIANO.
Celos me ha dado desnuda. Y la caja ¿dónde está ?
LEONARDA.—MARTIN. No es cosa para sufrir; MARTIN.
Que celos antes de amor
LEONARDA. ' Es como necio acreedor, | Aquí en frente la he dejado,
Martin... Que firma sin receñir. De donde agora pasé.
MARTIN.
Dile que no me hable mas FELICIANO.

Pareces aurora En lo que habernos tratado. Y ¿á quién las habéis vendido?


En la luz y el madrugar. MARTIN. MARTIN.
Querrás andar en tu casa. Si mi señor te ha encañado, Si á vuestra mujer ha sido
Indiana en fin. No vuelva á Madrid jamás. O vuestra hermana, no sé...
LEONARDA. ¡Plega á Dios qne un ignorante Y aquí estaba una esclavilla,
Otro fin Me lea , ilustre señora , La cual Rufina se llama.
Me ha despertado, Martin, Perversos versos un hora , FELICIANO.
Que de hacienda de Indias pasa. Y un mal músico me cante , No es mi mujer esa dama.
Y que algún falso deudor
MARTIN. MARTIN.
De esos mohatreros viejos,
Dígolo porque tenéis Por audiencias y consejos Yo sé poco de Sevilla.
Fama de ser miserables, Haga pedazos mi honor! FELICIANO.
Por los trabajos notables ¡Plega á Dios que sea creida ¿Deque nación?
Que en tierra y mar padecéis. La primera información , MARTIN.
Pero ¿qué te lia levantado? Y quítenme la opinión ; Turco soy.
LEONARDA. Que sin opinión no hay vida ! FELICIANO.
Un desasosiego injusto. Que me vendan mis parientes
Y me olviden mis amigos, ¿Turco?
MARTIN. MARTIN.
Y que á mil falsos testigos
¿Es disgusto? Nazcan otros tantos dientes. Digo, deTurin.
LEONARDA. Que sirva á señor ingrato, FELICIANO.
No es disgusto; Y si hubiere lugar , quiero ¿Piamontés?
Que no hay gusto con cuidado. Que me tire un candelera MARTIN.
MARTIN. A quien pidiere barato. Si , piamontin.
No será pena de amor ; Que se aficione á capones [Ap. En grande peligro estoy.)
Que dan gusto sus desvelos. Mi dama por voces vanas , FELICIANO.
LEONARDA.
Y si tuviere tercianas , ¿De qué pais del Piamonte?
Me curen por sabañones.
No le puede haber con celos. Que compita con bonete , MARTIN.
MARTIN. Y me atruene un bachiller; De Illéscas.
De celos es la mayor. Que hable grueso mi mujer, FELICIANO.
Pero ¡celos tú! ¿t)e quién? Y mi criado en falsete. ¿De Illéscas? ¿Cómo?
LEONARDA. Que me ensucien una aldaba MARTIN.
Mis celos son testimonio Cuando por llamar la tuerza, Tal miedo de veros tomo ;
De que se ha vuelto demonio Y que me casen por fuerza ; Porque yo soy de Belnionte.
Mi amor. Que con voluntad bastaba.
FELICIANO.
MARTIN. LEONARDA.
No me agradáis. — ¡ Ah Leonarda!
No lo entiendo bien. Ya te conozco, Martin ,
LEONARDA. Para tordo eres mejor.
Yo entendí que tu señor ESCENA IV.
¿Qué nombre le puedo dar, Miraba otro blanco y fin.
Si tengo de un ángel celos? Lo dicho dicho , no hay mas. LEONARDA.— Dichos.
MARTIN.
MARTIN. LEONARDA.
¿De eso nacen tus desvelos? Oye, Señora, detente,
LEONARDA.
¿Es Feliciano?
Escucha. FELICIANO.
Si me ha querido engañar LEONARDA.
Don Juan , por haber pensado Yo soy.
Vete, insolente. MARTIN.
Que le he de ayudar mejor,
MARTIN.
Engáñase; qué el amor ¡Gracias á los cielos doy!
No paga bien , engañado. ¿ De esa manera te vas? Nunca su socorro tarda.
Doña Angela no es su hermana. (Vase Leonardo.) A vuestra merced ¿no he dado
MARTIN. llnasrandas.de que espero
Es por Dios , y no es razón ESCENA III. En esta puerta el dinero?
Que juzgues de su intención LEONARDA.
Por una apariencia vana. FELICIANO.—MARTIN. linas randas le he comprado.
LEONARDA. FELICIANO.
FELICIANO.
Yo sé que su dama es, ¿Qué es esto?t Perdonad, hombre de bien.
Y que lo quiere encubrir ; MARTIN. (Ap.) MARTIN.
Y' ;'i mí no me ha de mentir Las sospechas, caballero.
Por tan pequeño interés. Perdióse todo.
FELICIANO.
Perdono, mas no el dinero.
No me va la vida á mi
¿Quién sois? Y ¿qué hacéis aquí? FELICIANO.
En tener mi libertad :
El sabe mi calidad; MARTIN.
Pagaros quiero también.
Tan buena como él nací. Venid , amigo. {Vase.)
Señor, yo vine... yo fui...» LEONARDA.
Yo regalaré su dama ; FELICIANO.
No por eso ha de pensar Martin,
Que es mejor aventurar Quien se turba de ese modo Escuchad.
El crédito de mi fama. Bien claro dice quién es. MARTIN.
Ella es muy linda, por Dios , MARTIN.
¿Qué me mandáis?
Y eri él muy bien empleada: Soy cajero, y he vendido LEONARDA.
Ya la he visto despojada ; Unas randas <jue he traído,
Como lo sabréis después. Que á verme siempre vengáis.
Bien se pagaron los dos.
Hasta verla, tuve en duda Si algunas voces he dado , MARTIN.
La voluntad y la vida: Por mi dinero será. Pensé que dábamos fin
coo COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
A nuestros cuentos, por Dios ; Tu satisfacción alabo Cuarenta mil ducados, aunque es tuya
Pero mas ventura fué , Y mi sospecha condeno. Mayor parte después : dale tu mano.
Pues descubierto podré Si á mi hermano favoreces, Para que la escritura se concluya.
Hablar, Señora, con vos. {Vase.) Daré favor á tu hermano; Mayorazgo he fundado en Feliciano.
Que ya sabe Feliciano Ya sabes que es razón. Diez mil de renta
ESCENA V. Lo que vales y mereces. (Gracias á Dios) lequedan á tu hermano.
La fortuna muchas veces ?uien la nobleza y las virtudes cuenta.
LEONARDA. Ofrece mil ocasiones ; iene por dote de mavor decoro
Si á las Indias le dispones, Lo que la vida y la opinión aumenta.
A las perlas del alba descogían Aquí es mejor que te pares ,
DON PEDRO.
Pintadas hojas las abiertas llores, Sin andar por altas mares.
Cuando en alegre paz dos ruiseñores Peregrinando naciones. Si llevo en mi Leonarda tal tesoro ,
Su nido sobre un álamo tejían. Aficióneme de ver ¿No me basta saber que es prenda mia'
Pero en el tiempo que coger querían Que sacase un caballero ¿Qué valor con su fe merece el oro?
El fruto de sus candidos amores, En mi defensa el acero LEONARDA.
Llegaron otros dos competidores, Solo porque soy .mujer. Estimo vuestra noble cortesía ,
Que cuanto fabricaban deshacían. Angela , no he menester Señor don Pedro, aunque yo estaba aje-
Las pajas de que ya vestido estaba, Dineros, sino contento , De que la dicha que decís ienia. [n*
Bañaron en cristal los arroyuelos Ayuda mi pensamiento; Esto solo os respondo.
De una fuente que el álamo bañaba. Que , fuera de mi nobleza , DON ANTONIO.
Así fueron mis ansias y desvelos, No hay en las Indias riqueza No condena
Cuando pensé que nido fabricaba. Que iguale tu casamiento. La vergüenza jamás estas acciones.
Tal fin promete amor, principio en celos. DOÑA ÁNGELA. Vamos adentro, no la demos peua.
Yo, Señora , haré tu gusto , don pedro. (Ap. á don Antonio.)
ESCENA VI. Fuera de ser de mi hermano. No voy contento yo de sus razones.
LEONARDA. Disgusto me parece que ha sentido.
DOÑA ÁNGELA.- LEONARDA. Daba á don Pedro la mano DON ANTONIO.
No con pena ni disgusto; Fingen disgusto en estas ocasiones.
DONA ANGELA. Pero ya querer es justo
DON PEDRO.
¿Estás sola? A quien defiende mi honor.
LEONARDA.
Poco dichoso con Leonarda he sido.
¿No lo ves? DON ANTONIO.

DOÑA ÁNGELA.
SCENA VII. Aquel encogimiento fué forzoso.
Mi hermano, Leonarda mia , RUFINA.—Dichas.
DON PEDRO.
A asegurarte me envia , Aun no fui de sus ojos admitido.
Para que de mi lo estés. DON ANTONIO.
RUFINA.
Suplícate que me des . Vos lo seréis cuando seáis su esposo.
Crédito, por desagravio Don Antonio, mi señor,
De tu amor; que no es tan sabio Viene con don Pedro a hablarte. — DON PEDRO.

Amor, que á no ser su hermana , Escóndete. (A doña Ángela.) Dadme licencia que después la vea.
Fuera la riqueza humana DOÑA ÁNGELA. DON ANTONIO.
Parte á sufrir un agravio. ¿Si es casarte? Dueño sois de esta casa.
Y mucho lo estoy de tí LEONARDA. DON PEDRO.
En no haberte parecido No hay obediencia en amor.
Aquello mismo que he sido ¡Venturoso,
Desde el dia en que nací. (Vase doña Ángela.) Padre y señor, quien tanto bien posea!
¿Por qué presumes de mí ( Vanse los dos. )
Que, si yo fuera su dama , ESCENA VIII. LEONARDA.
Aventurara tu fama , ¿Quién pensara que tan presto
Infamando tu nobleza?
Porque no hay mayor bajeza DON ANTONIO , DON PEDRO. -LEO- Tuvieran fin semejante
Mis pensamientos altivos?
Que ser tercero quien ama. NARDA, RUFINA.
RUFINA.
Mas ¿de qué sirven rodeos? ¿ Puede mi señor forzarte?
Paramas seguridad. DON ANTONIO.
Pagaré con voluntad LEONARDA.
¿En tal peligro queda?
De tu hermano los deseos. DON PEDRO.
Puede quitarme la vida.
Como de honestos empleos
No excedan, ni se levante No parece
Mas que á ser cortés amante : Que una hora puede dilatar la vida ; ESCENA IX.
Mira tú si puede haber Mengua el valor y el accidente crece :
Para celos de mujer Mi casa queda toda reducida DON JUAN, MARTIN.— LEONARDA,
Seguridad semejante. A sola mi persona. RUFINA.
DON ANTONIO.
LEONARDA.
Si en vos queda , DON JOAN.
Doña Angela , en tiempo breve Será mas aumentada que perdida.
No puede haber mucho amor; Déjame, necio.
DON PEDRO.
Esto ha sido que el honor HARTIN.
Se previene á lo que debe. Bastante hacienda y mayorazgo hereda ¿Qué haces?
Cuando una mujer se atreve Quien solo quiere ser esclavo vuestro,
DON JCA.V.
A amar, mire los sugetos Cuando esta dicha el cielo me conceda.
Causa de iguales efetos; DON ANTONIO. [tro. ¿ Qué tengo de hacer? Morir.
Que examinar el valor Vos conocéis el justo amor que os mues- MARTIN.
Antes de tener amor Aquí está mi Leonarda , que en su gusto Pues ¿de esa manera sales?
Es prevención de discretos. Sabéis, donPedro,que semueve el nues- LEONARDA.
Nunca aventuran la fama [tro. ¿Qué es esto, don Juan?
Tan presto nobles mujeres : Leonarda, sin respuesta , sin disgusto DON JCAN.
Si , como su hermana eres, Hoy se ha de hacer este concierto ; hoy
Fueras, Angela , su dama, [quiero Perderme.
LEONARDA.
¿Qué nobleza no se infama - Que lo que quiero yo tengas por justo.
Amando lo que es ajeno? Es don Pedro tan noble caballero, ¿Adonde vas?
. Ya tengo tu amor por bueno, Que quiero honrar mi casa de la suya. DON JCAN.
Ya con mis celos acabo, Doyle , sin joyas tuyas, en dinero A matarme.
EL PREMIO DEL BIEN HABLAR. SOI
LEONARDA. MARTIN. Por mas que los accidentes
¿Porqué, Señor? ¿Dónde tengo de embarcarme? Concierten las amistades.
DON JUAN. DON JUAN.
Entré, Señora, en tu cuadra ;
Por tu gusto. Dentro del mar de mis ojos. Vi con doña Angela un ángel ,
Y por unas celosías
LEONARDA. , MARTIN. De cabellos descuidarse
¿Gusto? ¿De qué? Notables sois los amantes. Blanco marfil mal ceñido
DON JUAN. DONJUÁN. De lágrimas orientales.
De casarte. Mas no ; que corre tormenta, Vi dos manzanas de nieve.
LEONARDA. Y era forzoso anegarte. Escritas de azul esmalte,
Y dije : « ¡Bien haya el árbol
¿Oíste á mi padre? LEONARDA.
Donde Liles frutos nacen!»
DON JUAN. Vé, Rufina, al corredor Luego vi encubrirse todo,
Sí. Porque puedas avisarme. — Quedando solo en cristales
LEONARDA.
Tú, Martin, lince has de ser Unos rayos que tenían
En la puerta de la calle; Breves grillos de diamantes.
Pues ¿qué dijo? Que quiero hablar libremente.
DON JOAN.
Vine con esto mas loco.
RUFINA. Olvidóme de mis males ;
Que me mates. Yo voy. Que no esperados placeres
LEONARDA. MARTIN. Olvidan grandes pesares.
Yo ¿qué respondí? Y yo á ser alcaide. Promelíme de tener
DON JUAN. ( t 'anse los dos criados.) Dueño que el mundo envidiase,
Tibiezas. Rico, noble, hermoso, ilustre,
LEONARDA.
De alto valor, de alta sangre,
ESCENA X. En pago de la defensa
Y ¿don Pedro? Y alabanzas inmortales
DON JUAN. LEONARDA, DON JUAN. Que me deben las mujeres,
Necedades. LEONARDA.
Honras, virtudes, linajes,
LEONARDA. Desde que ceñi la espada,
Don Juan, las ingratitudes No sufriendo que afrentasen
Sosiégate. Ofenden las voluntades :
DON JUAN. Mujer ninguna á mis ojos ;
Mucho en poco tiempo debes Lo cual me ha costado cárcel,
¿Cómo puedo? Al alma que supo amarte. Heridas, perder la patria,
LEONARDA. ¿Cuál hizo mas de los dos? Envidias, enemistades,
¿Di yo el sí? ¿Tú en quererme, ó yo en dejarme Oficios, cargos, hacienda,
DON JUAN. Engañar de los requiebros , Hasta que pude obligarle
Bastó callarle. Cosa á los hombres tan fácil? Con lo que sabes, Señora,
LEONARDA. ¿Qué mudanza has visto en mí? Que te ha obligado á ampararme.
Necio estás. Qué es lo que dije á mi padre? i apenas quise salir
DON JUAN. Qué te obliga á hacer locuras? (No á dejar mis soledades,
Soy desdichado. ¿Puede por fuerza casarme? Sino por ver si te via ),
No puede ; y mas, que te busca Cuando el sueño se deshace,
LEONARDA.
Feliciano por mil parles, Oigo decir que te casas
Y yo mujer. Obligado a defenderte
DON JUAN. Y oigo decir que me maten.
Por mi inclinación notable
Eso baste. Al servicio de tu hermana. LEONARDA.

LEONARDA. Por Dios, don Juan, que repares Don Juan, un hombre valiente
Habíame bien. En la pena que me das. ¿Tan tiernos extremos hace?
DON JUAN. .
Mirad que enlrastes muy bravo,
DON JUAN.
Estoy muerto. Para salir tan cobarde.
No sé cómo puedo hablarle ¿Qué seguridad queréis
LEONARDA. Con las desdichas presentes , Para que con vos me case?
Escucha. Porque es razón que me alcancen.
DON JUAN.
DON JUAN. ¡ Que quien escucha, oiga mal !
¿Qué he de escucharte? Lo que escuché fué bástanle Una firma suele ser
Para temer la caida Firmeza de amor constante.
LEONARDA.
De mi fortuna mudable. LEONARDA.
Eso es locura. Si tu padre, prenda mia, Voy á escribir un papel.
DON JUAN.
Con resolución tan grande DON JUAN.
Es por li. Quiere casarle, ¿que importa
MARTIN. (.4p.) Hue tú con tu hermano trates Y ¿firmarásle?
Parecen representantes esistir su voluntad? LEONARDA.
Que saben bien el papel. LEONARDA.
Esperadme.
LEONARDA. No hayas miedo que me case Mal conocéis las mujeres
Martin, asf Dios te guarde, Con don Pedro, don Juan niio; Con amor.
¿Siente don Juan lo que dice? Que si de mi hermano sabes DON JUAN.

MARTIN. Que desea conocerte, El cielo os guarde.


¿Si lo siente? ¡Qué donaire! No será mi padre parle '(Vase Leonardo.)
Pues vesle salir sin seso, Para casarme por fuerza.
¿Y preguntas disparates? DON JUAN. ESCENA XI.
DON JUAN. ¡ Qué notables tempestades
Ea, Martin, á embarcar. Corre esta pobre barquilla DON JUAN.
En dos tan breves instantes!
MARTIN.
¿Es posible que en dos dias Fortuna, que á Sevilla me trajiste,
¿Cómo quieres que me embarque, Cosas por un hombre pasen. Huyendo del rigor en que me hallaste,
Si he empleado mi dinero Que aun en dos años parecen ¿En quemar álaslndiasmeembarcaste,
En holandas y cambrayes? Imposibles de contarse? Que con tal brevedad me enriqueciste?
Sov de esta casa cajero; Mil veces en mi aposenlo Mas no es el fin del bien que le con-
Pesquéle quinientos reales Pienso que puedo engañarme , ; Si de la posesión te descuidaste, [quiste,
A Feliciano, y pretendo Porque me niego á mí misino Pues para mas tristeza me alegraste ;
Tratar en llaiia y Flándes. Ser tan presto y ser verdades; Que no hayalegre bien si el fin es triste.
DON JUAN. O por lo menos que duermo No me des dichas para no gozallas,
Digo que te embarques luego. Y que sueño dispárales, No me désgloriasparanotenellas,

&
sos COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Ni el breve bien que en esperanzas ha Con el honor que profeso,
ESCENA XIV.
[Has; Por las tapias de la huerta
Que no pudiendo asegurarse dellas, Desamparé el monasterio,
Parece que es mas dicha no alcanzallas Y aventurando la vida, LEONARDA. —FELICIANO.
Que vivir con e! miedo de perdellas. A ver quien la trujo vengo.
Entré loco por la casa ; LEONARDA. (Ap.)
ESCENA XII. Pero en sabiendo los dueños, Como mi hermano ha venido,
Os pido humilde (que es justo) Don Juan se escondió.
FELICIANO.—DON JUAN. Perdón de mi atrevimiento. FELICIANO.
Suplicóos que la amparéis
FELICIANO.
Hasta que me vaya al Puerto ; Leonarda ,
¿Quién es? Que en casa tan principal ¿Qué hay de nuevo?
DON JUAN. (Ap.) Pienso que la puso el cielo. LEONARDA.
¡Notable desdicha! Con esto y vuestra licencia Que me aguarda
FELICIANO. Al monasterio me vuelvo, Un mal también prevenido.
¿Qué es lo que mandáis aquí? Y si saliere justicia Con don Pedro está firmando
(Cosa que volviendo temo), Mi padre las escrituras.
DON JUAN.
Las manos me han de valer; FELICIANO.
(Ap. Aunque perderla temí, Que á los pies poco les debo.
Muy breve ha sido mi dicha. En voluntades seguras
Aquí no hay otro remedio FELICIANO. ¿Quién puede temer, amando?
Sino decir la verdad ; Puesto que yo soy amigo LEONARDA.
Que será temeridad De don Pedro y de don Diego, Si tú no temes , yo sí ;
Perder lo que hay de por medio.) Lo soy mas de la verdad Que hacer ese casamiento
¿Sois Feliciano? . Y del valor de los pechos. Estorba mucho tu intento.
FELICIANO.
A estas horas puede ser FELICIANO.
Yo soy. Que esté don Diego muriendo.
Ya que por tan justa causa Leonarda , después que vi
DON JOAN. En peligro os habéis puesto, A doña Angela , que adoro.
A vos os busco. No habéis de salir de aquí, Sin saber quién es don Juan ,
FELICIANO. Porque no es justo, ni quiero, Mil pensamientos me dan,
Sino es que yo os acompañe ; Cuyos efetos ignoro.
¿A qué efeto ¿Quieres á don Pedro bien?
Me buscáis ? Que si de Leonarda el celó
DON JL'AN. Fué amparo de vuestra hermana, Quieres casarte?
Yo soy don Juan También obligado quedo LEONARDA.
De Castro y Portocarrero. Por ella, por vos, por mi No hay cosa
FELICIANO.
Y por Leonarda, á teneros Cual una pregunta ociosa.
En mi casa hasta que vais Con que mas penas me den.
¿ Sois el que á don Diego hi rió ? Seguro á Cádiz ó al Puerto. FELICIANO.
DON JUAN. ¿Haos visto alguno en mi casa? No te puedo encarecer
Soy el que ha herido á don Diego. DON JUAN. Lo que me alegra escucharte ;
FELICIANO. Ninguno. Porque á serlo solo es parte
Saco la espada. FELICIANO. Querer tú ser su mujer.
DON JUAN. Pues mi aposento. Este ha de ser enemigo
Esperad, Sin que lo entienda mi hermana De doña Angela , si muere
Y sabréis á lo que vengo. Ni mi padre, daros quiero. Su hermano; pues quien' lo fuere
FELICIANO. DON JUAN. ¿Cómo puede ser mi amigo?
Echaréme á vuestros pies. ¿ Tengo de tener cuñado
Vos á matarme veudréis. Que á doña Angela persiga?
DON JUAN. FELICIANO.
LEONARDA.
Oidme, Señor, os ruego, Aquel es el cuarto nuevo.
Dos palabras. Esta es la llave. Tomad, Feliciano, amor te obliga
Id aprisa, cerrad presto, De un ángel bien empleado.
FELICIANO. Por tí no quiero casarme ;
Y' advertid que hay una puerta
Ya os escucho. Por donde, si no habláis quedo, Que también á mi me dan,
Aunque es por cierto respeto. Os puede escuchar mi hermana. Sin conocer á don Juan ,
DONJUÁN. Por eso andad con silencio; Pensamientos de guardarme.
¿Sabéis (que'sí lo sabréis) Que á sus aposentos sale. Sin saber por qué , me guardo
Que reñimos bueno á bueno De lo que los dos intentan.
DON JUAN.
Don Diego y yo? Mil años os guarde el cielo; FELICIANO.
FELICIANO. Que desde hoy prometo ser Por tu vida , que me cuentan
Bien lo sé. Para siempre esclavo vuestro, (lase.) Que es el hombre mas gallardo
DON JUAN.
Que ha venido de Castilla ;
Que en un monasterio esta ,
Pues según eso, ¿qué debo ESCENA XIII. Donde á visitar le va
Entre caballeros nobles? Lo mas noble de Sevilla.
FELICIANO. FELICIANO. ¿Quieres que vaya por él ,
De todo estoy satisfecho.
¿Qué pudo imaginar mi pensamiento Para que á su hermana vea?
DON JUAN. Que del alma viniese á la medida, LEONARDA.
Eso es cuanto á la herida ; Como hallar á don Juan, en cuya vida Claro está que lo desea ;
Porque á vos, que no á don Pedro, Estriba de mi amor el fundamento? Mas ¿cómo vendrás con él?
Doy esta satisfacion. Cuando temí, para mayor tormento, FELICIANO.
FELICIANO. Mi muerte en el rigor de "su partida , En un coche con recato.
El término os agradezco. De los cabellos la ocasión asida (.4/). Honor, no es esto ofenderos ;
DON JUAN.
Dispone á dulce fin mi atrevimiento. Que antes es ennobleceros
Donde he estado retirado, Ya estaba el alma sin tener sosiego, Lo que con Angela trato.)
Ha una hora que me dijeron Vestida de mortal desconfianza ;
LEONARDA.
■Que la señora Leonarda Perovaliómela esperanza luego, [oanza;
Con noble y piadoso pecho Ella esel bien, mientras el bien se al- Busca á mi padre, y dirás
Trujo á doña Anéela aquí ; Que, como el árbol es materia al fuego, ; Esto que sabes de mi.
Yo, como en fin forastero, Así vive el amor coa la esperanza FELICIANO.

No conociendo las partes, Y'o voy. Advierte que aquí


Esa palabra me das.
EL PREMIO DEL BIEN HABLAR.
LEONARDA. MARTIN. LEONARDA.
De don Juan digo que soy , Él no salió por la puerta. Sí , hermano.
Si tú quieres que lo sea , LEONARDA. MARTIN.
Aunque nunca á don Juan vea. SI salió ; que siendo bien , Abrace vusté al cajero
FELICIANO. Cuando se va, no le ven. De casa.
Loco por Angela estoy. ( Vate.) MARTIN. DON JUAN.

LEONARDA. Tu hermano viene. Con mucho gusto.


¡Bueno es ir por él agora , LEONARDA. MARTIN.
V dentro de casa esta ! ¡ Estoy muerta ! Randas y cambraves vendo.
Vivid esperanza ya. — Si hay bodas, no hay que sacar
¿Oyes, Rufina? ESCENA XVII. De cal de Francos ; que tengo
Ciertas holandas, sutiles
ESCENA XV. FELICIANO—Dichos; después, DON Mas que el propio pensamiento.
JUAN. Comencé sin una blanca ,
Y á la primer Dota pienso
RUFINA.—LEONARDA. Enviar cuarenta fardos ,
RUFINA. Angela , para alegraros Y tresdoblando el dinero,
Os traigo lo mas que puedo : Cargar dos naves que valgan
Señora... Siete mil y cuatrocientos.
LEONARDA.
Dad los brazos á don Juan. Luego compro mi lugar
Abre ese aposento, y llama DOÑA ÁNGELA. Y en un coche me paseo ,
A don Juan. ¿Don Juan , mi hermano? Miro grave y hablo culto
RUFINA. LEONARDA. Y quito el sombrero á dedos.
En él entré ¿Qué es esto? Tres cosas hacen los hombres
Denantes , y no le hallé. (Sale don Juan.) Y los levantan del suelo :
Hice despacio la cama ; FELICIANO.
Las armas, letras y el trato.
Y como vi que no vino, En un coche con amigos Armas no las apetezco .
Fuime. Le saqué del monasterio. Viendo mil soldados mancos
LEONARDA. Sopones de los conventos ;
DOÑA ÁNGELA. Letras no las aprendí ;
¿Dónde puede estar?
Que no habiendo otro lugar, ¿Cómo no hablas , hermano ? Trato desde aqui comienzo.
Pareciera desatino, DON JUAN. Fortuna , pues eres dama ,
i Ay de mi ! ¿Si se partió Porque enmudece el contento Cuatro moños te prometo
Temiendo mi casamiento? Que viene sin esperanza. Y diez naguas de algodón ,
RUFINA. Mucho á estos señores debo , Con que estés gorda tan presto,
Pues en tan grane desdicha Que encubras, por lo estofado,
Pues él no está en mi aposento, Las cantimploras del suelo.
Lo mismo imagino yo. Tanta merced nos han hecho.
LEONARDA .
¿Es la señora Leonarda? RUFINA.
LEONARDA. Mi señor viene.
Él se fué desconfiado. FELICIANO.
¿Qué haré? ¡ Muerta soy! ¡ Ay cielos! Yo soy, á servicio vuestro.
Don Juan ,
¡Extraña fuerza de celos! DON JUAN.
Volveos al monasterio
RUFINA. No solo os beso los pies, Que sabéis ; que cada dia
Si se fué, ¿qué te lia llevado , La tierra que pisan beso. Ir á buscaros prometo ;
Que, los ojos de agua llenos, LEONARDA. Y fiad de esta palabra.
Haciendo extremos estás? En extremo he deseado, DON JUAN.
LEONARDA. Señor don Juan , conoceros ; Honráis un esclavo vuestro. —
Del alma lleva lo mas , Que por allá habréis sabido Adiós, señora Leonarda. —
Del cuerpo lleva lo menos. Lo que á doña Angela quiero. Adiós, Ángela.
DON JUAN.
DOÑA ÁNGELA.
Sé la merced que la hacéis, Los cielos
ESCENA XVI. Digna de tan nobles pechos. Os libren , don Juan.
Ya mi desgracia supistes.
DONA ÁNGELA, MARTIN. — Dichas. Con razón temo á don Pedro, LEONARDA.
Que es quien pretende matarme. Y os guarden
DONA ANGELA. (/lp. Mas ya me ha muerto de celos.) Para lo que yo deseo.
Leonarda... LEONARDA.
LEONARDA.
¿Mataros? No lo creáis:
Ángela...
DONA ANGELA.
Ño matará , si yo puedo;
Que hay muchos en esta casa
ACTO TERCERO.
¿yuéesesto? Que pretenden defenderos.
^ LEONARDA. DON JUAN. ESCENA PRIMERA.
Don Juan es ido. Estoy loca. Como el señor don Antonio
Le quiere para su yerno, DON ANTONIO, FELICIANO.
DOÑA ÁNGELA.
¿Don Juan? De que os doy el parabieu , FELICIANO.
LEONARDA.
Con justa razón le temo. Cuando don Pedro sulia
Con causa tan poca, LEONARDA. (Que por su causa no entré) ,
Que se echa de ver cuáu presto Pues no teníais; que he de ser Escuché que le decía :
Olvida quien presto quiere. (Aunque por padre le tengo) . «Padre y señor»; con que fué
MARTIN.
De quien quisiere mi hermano, Cierta la sospecha mía.
Que solamente obedezco. DON ANTONIO.
No era muy poco temer
Ser de don Pedro mujer, FELICIANO. Pues ¿qué sospechas?
Para que su muerte espere. Yo te casaré , Leonarda , FELICIANO.
DOÑA ÁNGELA.
Y no será con don Pedro. Sospecho
No me puedo persuadir LEONARDA. Que habrás casado á Leonarda.
Que me dejase mi hermano. Mil veces te doy los brazos, DON ANTONIO.
LEONARDA.
Y el pensamiento agradezco. Tratado está, no eslá hecho.
Pues que te ha dejado es llano, FELICIANO. Como ser su esposo aguarda,
Para dejarme morir. ¿Parécete bien? De tu amistad satisfecho,
9M COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Entra por padre y señor DON ANTONIO. MARTIN.
Mas humilde que un deudor; ¿Deque?
Porque cuantos se han casado FELICIANO.
Señor,
De esta manera han entrado, La luna es húmeda y fria ,
De algún desatino. Y comparada sería
O sea interés ó amor; .
Pero apenas pasa un mes, DON ANTONIO. Con Leonarda , poco amor.
Cuando es suegro y del se afrentan, ¿Quién le ha de hacer? Cada mes su condición
Y por cualquiera interés • FELICIANO. Hace trecientas mudanzas ,
Entre las cosas le cuentan Que para tus esperanzas
Mi hermana. Contrarios efetos son.
Que se aborrecen después.
Pésales de ver que vive,. DON ANTONIO. ¿De qué le sirve crecer
Como de heredar los prive , ¿Tu hermana? A quien luego ha de menguar ?
Y dicen que un siglo dura. FELICIANO. Quien cuartos pudo inventar,
Veráslo presto. ¿Pudo ser buena mujer?
FELICIANO.
DON ANTONIO.
Demás, que fué gran bajeza
Don Pedro á tanta ventura Trocar en cuartos su plata
Justamente se apercibe ; Pues fúndese en ser liviana,
Y tú necio y descompuesto ; Por premio, ofendiendo ingrata
Pero no se la darás, Su misma naturaleza.
A lo menos con mi gusto , Y casarémc mañana. El cerro del Potosí
Pues desobligado estás. FELICIANO. Ha hecho lo que ha podido ;
DON ANTONIO. Pues has llegado á decir Que hablemos en él os pido,
¿Has tenido algún disgusto Disparate semejante , Y no haya cuartos aquí.
Condón Pedro? No te quiero persuadir. LEONARDA.
FELICIANO. DON ANTONIO. ¿Cómo podré entretener
Yo jamás. Salte allá fuera , ignorante. A don Juan mientras se esconde?
DON ANTONIO. FELICIANO. MARTIN.
Pues dóysela yo por ti , No es ignorancia sufrir. Lo que el amor te responde
Cuya amistad con exceso ( Vase don Antonio.) No quiero yo responder.
No es de gusto para mi , LEONARDA.
Y ¡ agora sales con eso ! ESCENA II. Pero jugando ó hablando
¿Núes tu amigo? Habrá de ser.
FELICIANO.
FELICIANO. MARTIN.
Señor, sí , En gran confusión me siento.
Don Juan está en mi aposento, Pues contemos
Y á otros mnchos preferido. Cuentos , porque no podremos
Yo por su hermana perdido ,
DON ANTONIO.
Y don Pedro prevenido Entretenernos bailando ;
No, Feliciano : los dos Al injusto casamiento. ' Que si no, yo y la mulata
Habéis reñido; ¿qué ha sido? Sabemos un gateado,
¡Qué cortos plazos le dan Que capona y rastreado
FELICIANO. Al mal ! y el bien ¡cómo tarda! Son cuartos, y estotro plata.
Amigos somos , por Dios ; Todos en peligro están.
No habernos los dos reñido. Mas ¡ay cielos! ¡ si Leonarda DON JUAN.

DON ANTONIO. Quisiera bien á don Juan! ( Vate.) Si llega tan dulce dia
¿Hay pendencia? Hay amenaza? Quejo tenga libertad,
¿Habló mal de tí en ausencia? Veremos tu habilidad.
Que hay amigos de esa traza : LEONARDA.
Habitación de Leonarda.
Lisonjean en presencia, Pues comienza , Angela mía.
Y murmuran en la plaza. ESCENA III. {Siéntanse los tres.)
Por mujer debió de ser ; DOÑA ÁNGELA.
Alguna le habrá quitado. DONJUÁN, DONA ÁNGELA, LEO
NARDA, MARTIN. Yo no sé cuento ninguno ;
No niegues. Pero también entretienen
FELICIANO. LEONARDA. Cosas varias : y así , os quiero
¡Yo! ¿Qué mujer? ¿Entrarás muy triste aquí? Hacer de un pleito jueces.
DON ANTONIO. DOÑA ÁNGELA. Habia un hombre de bien ,
Pues ¿cómo hoy te causa enfado Agravias su voluntad. Gran defensor de mujeres,
Lo que abonabas ayer? DON JUAN.
Que tenia cierta hermana
FELICIANO.
Que le acompañaba siempre.
Confieso la spledad Llamábase el hombre Otavio,
Porque mayorazgo era , Del tiempo que estoy sin tí ; La dama Olimpia , y dos veces
Presumiendo que muriera Pero luego que te veo, Se vieron , por defenderlas,
Su hermano, y vive y está Vence la salisfacion Cerca de prisión ó muerte.
Fuera de peligro ya , Cuanto á la imaginación Defendió una dama un día ,
Y que le dieras quisiera Está pidiendo el deseo. Y ella también le defiende;
Mejor marido á Leonarda. DOÑA ÁNGELA. Enainóranse los dos.
DON ANTONIO. El cuarto de Feliciano Los dos casarse pretenden.
La palabra ¿no se guarda? De suerte compuesto está , El hermano de esta dama
FELICIANO. Que en él consolar podrá Vio á la hermana del ausente ,
Digo, Señor, que es muy justo ; Sus soledades mi hermano. Enamoróse también ,
Pero el no ser con su gusto Tiene muy ricas pinturas Y ella dicen que le quiere.
Me detiene y acobarda. Y escritorios excelentes. En fin , por temor de Otavio,
DON JUAN. A decirlo no se atreve.
DON ANTONIO.
Son de unos ojos ausentes, Agora os ruego, señores.
Pues ¿qué gusto es menester? Angela , sombras obscuras. Que me digáis cómo puede
¿Tengo yo de obedecer Abrí la puerta y pasé Vivir Olimpia , si amor
A Leonarda, ó ella á mí? Al de Leonarda ; que aquí Difícilmente se vence.
Yo le conocí por ti , Amanece para mí LEONARDA.
Por tí será su mujer. El sol que anoche se fué.
Galas y joyas previno, ¿Queréis que responda yo?
¿Cuál hombre , de cuantos trata
De mi palabra fiado , Favorecer la fortuna, DOÑA ÁNGELA.
Y cumplirla determino. Acostada vio la luna Claro está que lo deseo.
FELICIANO. En su círculo de plata? — LEONAUDA.
Temor notable me ha dado. ¿No es verdad, Martin? Pues haga Olimpia el empleo
EL PREMIO DEL BIEN HABLAR. 503
A que Otavio la obligó, DON JUAN. Vaya en el coche también
Pues que la enseña á querer ; i Av, mi Leonarda ! Sí viera Por el campo de Tablada ;
Y los hermanos trocados A doña Angela casada Que una mujer festejada
Quedaran en paz casados. Con tu hermano, y que empleada Sabe que la quieren bien.
DOS JUAN. Mi vftla y alma estuviera O á la comedia; que algunas
En tus méritos divinos, Saben dejar los chapines,
¿Qué puedo yo responder? Si hay rótulos buratines
¡Qué vida fuera la mía !
MARTIN. Con su ramo de aceitunas.
La fuerza de esta alegría
¡Brava cifra! ¡Pesia tal! Me hace pensar desatinos. Vaya á esas huertas vecinas,
¡Qué enigma tan encubierta ! Esta ciudad generosa Vea frutas , corte flores ;
Si la quiere descubierta Fuera mi patria : saliera Que no todos los amores
Leonarda, ¿qué dicha igual? Al alba ; pero no fuera Se cubren de las cortinas.
LEONARDA. A buscar jazmín y rosa Siempre fué mi parecer
Sí quiero, y le pediré Al campo, sino á mi lado, Que el que es discreto, don Juan ,
Las albricias á mi hermano. Porque lo hallara en tu cara; Nunca ha de ser mas galán
Pero oid un sueño. Y yo en tus ojos hallara Que de su propia mujer.
MARTIN. Luz serena y sol dorado.
En vano Viera regalada mesa
Tan alegre al mediodía , ESCENA IV.
Sueñas ; ya no hay para qué.
Que de tanta dicha mía
LEONARDA. RUFINA, alborotada- —Dichos.
Aun á mi propio me pesa.
La madre de las tinieblas Cuando la noche en su abismo
En la silla de su imperio Cerrara el cielo español f RUFINA.
Daba las puertas al hurto Durmiera yo con el sol , ¡ Ay, Señora ! ¿Cómo estás
Y las llaves al secreto ; Antípoda de mi mismo. Con descuido tan notable?
Estaban todas las cosas ¿Qué príncipe, qué señor Que tu hermano y mi señor
En un profundo silencio , Tan descansado viviera? Riñeron sobre casarte.
Hasta la envidia dormía MARTIN. Jura que esta noche misma
(No hay mas encarecimiento), Por Dios , que no le dijera Ha de ser. Mira qué haces ;
Cuando soñé que en un prado Que están las joyas en casa,
Estaba sola durmiendo, Tal requiebro un labrador.
A cuyas flores servia DON JUAN. Ricas telas y diamantes ,
De abanillo el manso viento, Pues ¿qué le puedo decir? Y el sastre á la puerta, muerto
Y que vino un pardo azor, Por dividir en mil partes
MARTIN.
De un águila negra huyendo, Primaveras y tabies.
Grosero amador estás. MARTIN.
Que se amparaba en mis brazos, Aquí no has hablado mas
Y que por tenerle en ellos Que de comer y dormir. Ya no saldremos las tardes
Desperté , y vi que me habia Por sábalos.
DON JUAN.
Llevado del pecho abierto LEONARDA.
El corazón en las uñas. ¿Sabes tú mas? Aun no puedo
¿Qué podra ser este sueño? MARTIN.
Mover la lengua.
MARTIN. Sí , en verdad. DON JUAN.
Notables andáis de cifras. DON JUAN. '
Ni hables,
Que no lo entiende , os prometo, ¿Eres tú culto, por dicha? Pues has gustado, Leonarda ,
Uno de aquestos que saben MARTIN. De engañarme y de matarme.
Castellano como griego. Eso fuera por desdicha , LEONARDA.
Declaraos un poco mas , Que no por habilidad.
Y lo que decis sabremos. ¡ Yo engañarte, mi señor!
Dejo las cosas divinas, i Cómo puedo yo engañarte,
DON JUAN. A que un hombre está obligado Si me ha de costar la vida
Si te llevó el corazón, Después que se ha levantado : El no sufrir que me case?
Paloma andaluz, durmiendo Ya, Señor, las imaginas.
El pardo azor de Castilla , MARTIN.
Pero después de comer,
Hago testigo á los cielos ¿No era justo regalar Lo que mas siento, Rufina ,
Que te dejó toda el alma. Tu esposa , y ver el lugar? Es saber que el sastre aguarde
MARTIN. Que una mujer quiere ver. A echar por esos tabies.
¡Oh qué fin para un soneto! LON JUAN.
Como por cerros y valles ,
Nueva manera de amor, Aquella santa tijera ,
Bien es , Martin , que me riñas. Que tales milagros hace.
Seguidillas en requiebros. Los deseos me engañaron.
Azor de Castilla , Cuando la perdida España
Paloma andaluz;
MARTIN. Se ganó de los alarbes ,
¡ Quién los viera , madre , ¿Porqué piensas que llamaron Mandó Pelayo salir
Comer alcuzcuz! A las de los ojos niñas? A lodos los oficiales.
Porque fué su condición Que saldrían respondieron
DON JUAN. De buena gana los sastres
Ver cuanto pasa, y también
Este está borracho ya. El desear cuanto ven ; A pelear con los moros
MARTIN. Que asi las mujeres son. Cuando un pendón acabasen ,
¡ Pluguiera á Dios! Llevémosla acal de Francos; Para que van allegando
LEONARDA. Que mil mujeres ha habido Pedazos chicos y grandes ;
Que , por no ver lo encogido, Pero, con haber mil años,
Di tu cuento. No hay remedio que le acaben ,
No dan limosna á los mancos.
DOÑA ÁNGELA. Y puede llegar á Roma
Llevémosla por el rio
¡A gentil entendimiento En un encerado barco ; Si los pedazos juntasen.
Encomendado se ve ! Que una ventana con marco DON JUAN.
MARTIN. Hará triste el humor mió, Yo no sé mejor remedio.
¿Tan linda te ha parecido Vea el sábalo salir Di á lu hermano y á tu padre
La cifra que nos dijiste? Del agua á la blanca arena. Lo que don Diego decia;
DOÑA ÁNGELA.
De lama y de conchas llena , Que si tal infamia saben ,
Y entre las redes bullir. Y que por eso le hirieron ,
Yo me entendí. Vea cómo se alborota , No es posible que le casen.
MARTIN. Preso del cáñamo y plomo
LEONARDA.
¿Sí entendiste? En otro elemento , y cómo
Pues lodos te han entendido. La ñudosa red azota. Eso ya estuviera hecho ,
506 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Don Juan , si fuera importante ; O con el que mas conoces? Contenta mi esperanza navegaba ;
Mas si llega á su noticia , ¿No es mejor, hija, emplearte Perdonóla la mar, matóla el puerto.
¿Cómo no te persuades En quien puedas tú decir,
Que los han de hacer pedazos? Por conocerle y tratarle,
DON JUAN. Que está dentro de tu casa? ESCENA VIII.
Pues ¿qué importa que los maten , LEONARDA.
A trueco de verte libre? Suplicóle que repares DON ANTONIO. — DONA ÁNGELA.
LEONARDA. En la palabra que has dicho.
Eso es locura. DON ANTONIO.
DON ANTONIO.
DON JUAN. ¿Cómo? ¿Quién se queja y habla aquí?
Pues dame LEONARDA. DOÑA ÁNGELA. (Ap.)
Algún remedio, que muero, Yo quiero casarme Ya me ha visto : ¡ qué desgracia !
Mas que nunca viva nadie. Con quien en tu casa vive. DON ANTONIO.
ltUFlNA. DON ANTONIO. Mujer de tan buena gracia
Tu padre. Agora quiero abrazarte ¡En mi casa vive así!
LEONARDA. Y echarle mi bendición, ¿Quién sois?
Escondeos los dos. Y á los dos, Leonarda, alcance. DOÑA ÁNGELA.

DON JUAN. (Vanse.) Señor...


¿Quién habrá que no se canse DON ANTONIO.
e tanto esconder? No os turbéis.
DOÑA ÁNGELA. DOÑA ÁNGELA.
Habitación de Feliciano.
Quien tiene Señor, de vuestro valor
Amor. ESCENA VI. Bien puedo liar mi honor.
DON JUAN. DON ANTONIO.
No hay amor que baste. DONJUÁN, DONA ÁNGELA, MARTIN. Seguramente podéis.
{ Vanse don Juan , doña Angela, Martin DOÑA ÁNGELA.
, y Rufina.) MARTIN.
Don Juan de Castro es mi hermano ;
En efelo ¿nos vamos? Por la herida de don Diego
ESCENA V. DON JOAN. Vino á su posada luego,
No es posible Con don Pedro, Feliciano.
DON ANTONIO. -LEONARDA. Aguardará que venga el nuevo esposo. Piadoso me trujo aquí.
DOÑA ÁNGELA. DON ANTONIO.(4p.)
DON ANTONIO. Culpo, don Juan, tu condición terrible. Agora entiendo la historia.
¡ Cómo, Leonarda! ¿Es posible DON JUAN. DOÑA ÁNGELA. (Ap.)
Que á ver las joyas no sales, ¿Cuál hombre tan aprisa fue dichoso? Esperanzas de mi gloria,
Siendo propio en las mujeres DOÑA ÁNGELA. Paciencia, que ya os perdí.
Con las galas alegrarse? Queriéndote Leonarda, es imposible DON ANTONIO.
Mira que están los criados Darle la mano.
De don Pedro para darte (Ap. No de balde Feliciano
Tal presente , que es razón DON JUAN. - El casarse defendía
Que le agradezcas y alabes. Un padre es poderoso. Su hermana.) Y ¿aquí os tenia?
¿Qué es esto? ¿Nome respondes? MARTIN. DOÑA ÁNGELA.

LEONARDA. No hay padre en voluntades de mujeres. No me ha tocado una mano.


Señor, por no declararme , DON JUAN. DON ANTONIO.
No te respondo. ¿Qué viento no mudó sus pareceres ? De tan principal mujer
DON ANTONIO. Estoy yo muy satisfecho.
MARTIN.
Bien dices ; Vuestro hermano ¿qué se ha hecho?
Y ¿dónde quieres ir?
Que, puesto que te declares, DON JUAN.
DOÑA ÁNGELA.
Has de hacer mi voluntad , (Ap- ¿Qué tengo de responder? )
Porque engendrarte y criarte Quiero embarcarme, A Saulúcar fue, Señor.
Me ha dado este imperio en tí. Pues fuera de peligro está don Diego.
DON ANTONIO. (Ap.)
Aquí puedes, doña Angela, esperarme,
LEONARDA. Que á despedirme de Leonarda llego, Encerrarla quiero aqui.
¿Hacen el alma los padres? Pues, porque así es razón,quiero forzar- DOÑA ÁNGELA.
DON ANTONIO. [me. ¿Qué queréis hacer de mi?
No, sino el cuerpo; que el alma No se queje de mí. —Tú, parle luego, DON ANTONIO.
Dios la infunde. Y apercibe la ropa que trujisle. Asegurar un temor.
LEONARDA. MARTIN. No temáis; que en mi aposento
Si en tres partes Yo voy. Estaréis mas recogida.
Se divide el alma , y una {Vanse don Juan y Martin.) DOÑA ÁNGELA. (Ap.)
Es la voluntad , ¿no sabes ¡ Ay esperanza perdida !
Que no es luya , sino mía? ESCENA VII. Cobrad vida y nuevo aliento.
Que aun Dios no quiso quitarme
DON ANTONIO.
La libertad, con ser Dios.
Fuera de esto, que es bastante , DOÑA ÁNGELA. (Ap.) Entrad ; que os quiero cerrar.
El bien que se da una vez, DOÑA ÁNGELA.
No fué de nobles quilalle. Yo quedo enamorada y triste. Como no salga de aqui ,
Si el cuerpo me diste , ¿ es bien Pasa la mar el mercader que aspira
A enriquecer, y por la extraña tierra Ya no es prisión para mí.
Que como á dueño le mandes?
Ya es mió, pues me le «liste : De su querida patria se destierra: DON ANTONIO.
Ni el trio teme ni el calor admira. ¿Qué decis?
Mira que es en hombres graves
Pedir lo que dan, bajeza. Del bien gozoso que en su gloria mira, DOÑA ÁNGELA.
En alta nave la riqueza encierra; Que quiero entrar.
DON ANTONIO. Y sin temer del elemento guerra,
¿Hay libertad semejante? (Éntrate.)
Las ondas rompe, por llegar suspira. DON ANTONIO.
Mas vén acá ; que no quiero, Mas cuando ya la patria se la daba,
Como era justo, enojarme. Corre tormenta en el vecino puerto, Por Dios, que no ha de salir
¿Cuál es mejor casamiento? Y halló la muerte cuando no pensaba. Hasta que case á Leonarda.
¿Que con extraño le cases Así por este mar del mundo incierto
EL PREMIO DEL BIEN HABLAR. 307
ESCENA IX. DON JUAN. Pues la espada no be sacado
En fin ¿quieres que le crea? Para hacer una locura.
RUFINA.- DON ANTONIO. LEONARDA.
Mi honor puesto en aventura,
Y ¡yo tan cuerdo y discreto !
RUFINA.
Tú sabes que no te engaño. Pondré la furia eñ efeto,
Don Pedro, Señor, te aguarda. DON JUAN. Aunque le pese á mi amor;
DON ANTONIO. (Ap.)
¿Dónde doña Angela está , Que no es bien perder mi honor,
Martin? Por no perderte el respeto.
Agora puedo decir MARTIN. LEONARDA.
Que está seguro mi intento, ¿No está con Leonarda?
Pues quitada la ocasión Tente , espera ; que no sé
Se pondrá en ejecución LEONARDA. Que pueda haberte ofendido
' De Leonarda el casamiento. ( Yase.) Conmigo no. Feliciano , y si esto ha sido ,
MARTIN. Satisfacerte podré.
Pues aquí Yo misma te vengaré ,
ESCENA X. Yo seré tuya si quieres;
La dejé mientras juntaba
MARTIN, con la ropo.—RUFINA. La ropa. , No te vayas , no te alteres.
DON JUAN. Angela me toca á mi,
Y tú ¿no la has visto, Porque he aprendido de tí
MARTIN. A defender las mujeres.
¿Puedo entrar? Rufina?
RUriNA.
Si yo soy luya , no es bien
RUFINA.
¿No puede en casa Que de mi hermano te quejes;
Puedes entrar. Cuando la tuya le dejes,
Andar doña Angela libre? Conmigo quedas también.
MARTIN.
MARTIN. Seré luya aunque me den
Vengo, Rufina, ¡ay de mi!
A despedirme de tí. Si con Leonarda no estaba, Mil muertes: cierra los labios,
Hechos los ojos un mar, No hay aposento en que esté. Mi bien ; que los hombres sabios
Un mar de llanto y enojos. DON JUAN. Cuando se ven agraviar,
Habla, Leonarda, ¿qué aguardas? Aunque mueran por callar,
RUFINA.
¿llame llevado tu hermano, No publican los agravios.
Ya veo yo, Martin amigo, A mi padre , al mundo , al cielo
La tormenta que contigo Como sabe que te casas ,
A mi hermana? ¡Bueno quedo Diré que soy lu mujer.
Están corriendo tus ojos.
Sin la suya y sin mi hermana ! DON JUAN.
MARTIN.
¡Vive Dios, que si esto fuese, Martin , ¿qué tengo de hacer
¡Ay.ay.ay! Que pienso que lal infamia Entre tanto fuego y hielo?
RUFINA.
Me obligaría!... - MARTIN.
El ay, ay, ay LEONARDA.
Há mucho que ya pasó. ¿Qué puede darte recelo
Don Juan , En tanta seguridad?
MARTIN. Paso, y con dignas palabras
DON JUAN.
¿No lloras, Rufina? De quien eres y quien soy.
RUFINA. DON JUAN.
¿No seria necedad?
¿Yo? ¿Qué palabras hay honradas MARTIN.
¿Acuérdase del Cambray, Donde no lo son las obras? No , sino razón prudente ;
Con qué pescó los quinientos? LEONARDA. Que si alguna mujer miente ,
Pues dígame, ¿qué me dio? Mira que conmigo hablas , Veinte mil tratan verdad.
MARTIN. Y que si eres defensor Aman, quieren y aventuran,
¿Qué habia de darte yo? De las mujeres, y tratas Cantan , bailan y entretienen ,
RUFINA. Mal mi respeto, diré Solicitan , van y vienen ,
Que las mujeres engañas. Limpian, regalan y curan.
Por lo menos los docientos. Nuestro descanso procuran;
MARTIN. DONJUÁN. Por ellas hay tanta historia
Esos no te fallarán ; Leonarda, si esta traición Que guarda eterna memoria :
Pero mira que nos vamos. Procede de vuestra culpa , La casa en que no hay mujer
RUFINA.
Bien sabes que me disculpa Como limbo viene á ser,
.Mi honor y buena opinión ; Ni tiene pena ni gloria.
Mujeres solo lloramos Porque no será razón ,
Cuando se van los que dan. Lisonja le hago en decir
Donde es la ofensa tan llana , Que las quieras y las creas,
MARTIN. Que tengas defensa humana, Porque yo sé que deseas
Sí ; pero huélgome aquí Pues muy atrevida quieres Honralla's hasta morir.
De que nacieses mulata; Que defienda las mujeres Sin mujeres no hay vivir ;
Que aunque no quieras , ingrata , Y no defienda mi hermana. Que aun Dios vio que convenia
Te pondrás luto por mí. ¿Seria buena defensa Darle á Adán su compañía;
¿Que no te mueva á piedad Que , por defenderte á tí , Que el mas valiente que ves.
Haber besado el mastín? Me hiciese tu hermano á mi Lloró, en naciendo, á sus pies,
Eres su parienta al fin , En el honor esta ofensa? Pensando que las perdía.
Usas la misma crueldad. Cuando tú te casas, ¿piensa
¿Cuál hombre pasó en el mundo DON JUAN.
Que ha de merecer su mano?
La noche que yo pasé? Pues no quiera Feliciano Ahora bien , aunque no tenga
De la cocina rodé Que vuestra casa alborote; En toda mi vida honor,
Al sótano mas profundo. Que , aunque pobre , tiene en dote Quiero que mi justo amor
Tú sabes dónde dormí , Ser quien es, y yo su hermano. Espada y mano detenga .
Cercado con mil cuidados Mi hermana ha ¡le parecer; Don Pedro á casarse venga ,
De orinales vidriados. Porque, en llegando á mi honor, Tu palabra quiero ver ;
No hay hermosura ni amor Que si supe defender
ESCENA XI. Por quien le deje ofender. Mujeres, en esta ofensa
No he defendido mujer Será la mayor defensa
LEONARDA, DON JUAN. — Dichos. Con mas razón en mi vida. Fiar mi honor de mujer.
Dámela, si eres servida; Que solo su defensor
DON JUAN. Basta que , de mí adorada , Aquel puede ser llamado
El confiarme de tí Quedes, Leonarda , casada, Que su honor les ha fiado ;
Ha de ser para mi daño. No doña Angela perdida. Y su enemigo mayor
LEONARDA. Mira tú si á tu hermosura Quien no les Ha su honor.
No hayas miedo que lo sea. Igual respeto he guardado, Yo pongo en tí mi esperanza :
508 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ
Bueno es hacer confianza Señor, con todos mis deudos.
De mujeres principales ; ESCENA XIII.
Dame tus pies.
Que hacerlas todas iguales LEONARDA, MARTIN. DON ANTONIO.
Es lamas necia venganza.
Cuánto les debo me acuerdo, Con los brazos
LEONARDA.
Puesto que conozco ya Sale á recebirte el pecho.
Que algún maldiciente habrá Pues di , Martin , ¿ á qué efeto DON PEDRO.
Que no me tenga por cuerdo. Don Juan con esta mentira
Culpa á mi hermano? Eso ¿mira ¿Adonde está Feliciano?
Con justa causa me pierdo A mi defensa y respeto? ¡Qué poca ventura tengo !
Y me obligo á defendellas ; ¿Cuál hombre noble y discreto ¡ No honrarme en esta ocasión r
Que mas quiero yo por ellas Tal hubiera imaginado ? DON ANTONIO.
Quedar contento de amallas ¿Dónde, Martin , la has llevado? Yo y Feliciano tenemos
Y engañado por honrallas , Tú la tienes , esto es cierto , j Cierto disgusto.
Que libre por ofendellas. Y que ha de costarte muerto
(Vanse don Juan y Rufina.) DON PEDRO.
La vida que me has quitado. ¿Soy yo
MARTIN.
MARTIN. I La causa? ¿No eslá contento
¿Puede haber mayor valor? Esto solo me faltaba. ! De ser mi cuñado? ¿Ya
LEONARDA.
LEONARDA. I Este nombre y parentesco
Él verá si le hay en mi. i Le ha quitado el de mi amigo?
¿ Dónde eslá ? Dimelo presto ;
ESCENA XII. Que te sacaré los ojos, DON ANTONIO.
Si no me lo dices luego. Vais de la ocasión muy lejos.
FELICIANO.— LEONARDA , MARTIN. MARTIN. Hele escondido una dama ,
Mira que nos ha engañado | Y con este pensamiento,
FELICIANO. ! Lo que siente por amor,
Feliciano, y que es enredo;
¿Estaba don Juan aquí? Que don Juan trata verdad. No lo dice por respeto.
LEONARDA. DON PEDRO.
LEONARDA.
Yo detuve su furor, No lo creo. 1 ¿Cómo no viene Leonarda?
Asegurando su honor MARTIN. DON ANTONIO.
Por excusarle la muerte. ¿No lo creo? Entremos en su aposento ;
FELICIANO. ¡Plegaá Dios, si la he llevado. Que ya debe de aguardar.
¿Cómo hablas de aquesa suerte? Que vuelva á darme otro beso
LEONARDA. El mastín de la cocina ,
Pues ¿ cómo tengo de hablarte , Y que entre gatos y perros ESCENA XVI.
Si has querido aventurarte Pase otra noche tan mala !
A infamarme y á perderte? Pero déjame entrar dentro ; Alzan el tapiz de una puerta , y tese i
FELICIANO. Que quiero hablar á don Juan. (Yate.) DON JUAN y LEONARDA , dada* Ut
¿Qué es lo que dices , Leonarda ? LEONARDA. manos.— Dichos.
LEONARDA. ¿Qué fin tendrán mis sucesos?
Que por no verle perder, DON ANTONIO.

Tengo de ser su mujer. ESCENA XIV. ¡Válgame el cielo ! ¿Qué es esto?


FELICIANO. DON JUAN.
DON ANTONIO.— LEONARDA. Es que estoy con mi mujer,
Lo mismo pretendo; aguarda.
LEONARDA.
' Y de la mano la tengo.
DON ANTONIO.
Ya la traición te acobarda : DON PEDRO.
Parécemeque te burlas
¿No era al principio mejor? De mi obediencia y respeto. j Pues si la tienes casada ,
¡A un hombre de tal valor Tres recados le he enviado i ¿Cómo, don Antonio, has hecho
A su hermana le has quitado , De que ya viene don Pedro. ! A un caballero esta burla ?
Habiéndole confiado ¡Bien agradecida estás. DON ANTONIO.
Liberalmente su honor ! Que aun sus joyas no te has puesto ! ¿Yo burla? ¡ Viven los cielos ,
FELICIANO. ¿Qué tristezas son, Leonarda, Que ha de morir el traidor !
¡ Yo quitado ! ¿ Estás en tí ? Estas que afligen tu pecho? LEONARDA.
LEONARDA.
¿No basla ser gusto mió? Paso, Señor ; que no pienso
No basta que yo lo quiero? Que se dejará matar,
Di dónde la tienes , presto. ¿En qué andáis los dos hermanos? Y yo disculpada quedo,
FELICIANO. ¿Queréis acabarme presto? Pues me mandaste casar
En tu aposento la he puesto , ¿No basta que diga un padre: Con quien en este aposenlo
Desde entonces no la vi ; «Dada la palabra tengo»? Hallase. Yo hallé á don Juan:
Y sospechoso de mi , No ha menester una hija Lo que mandaste obedezco.
Don Juan se la habrá llevado. Saber cuál hombre , cuál dueño
Y pues ya te has declarado, Su padre le quiere (lar; DON ANTONIO.
Yo le tengo en mi aposento , Que hay tal diferencia en esto, ¿Hay tal maldad? ¡ Feliciano!
Porque solamente intento (Jue ella escoge con los ojos , Feliciano!
Verme de su hermana honrado. Y él con el entendimiento. DON PEDRO.

LEONARDA. Solo que le diga yo, Si don Pedro


¿Tú has escondido á don Juan? Que solo tu bien"deseo : Es el agraviado , él basta.
«Cásate con quien hallares DON ANTONIO.
FELICIANO.
Dentro de aquel aposento, » Mi'aposento me han abierto.
En mi cuarto le he tenido , Basta para obedecerme ,
Y él á su hermana ha escondido Y para saber que acierto.
Porque á don Pedro le dan ; ESCENA XVII.
Queja juntándose están LEONARDA.
Sus deudos para Teñir Pues esa es tu voluntad ,
A casarse. Digo, Señor, que obedezco. (Vate.) Alzan por la otra parle eltapiz'de otrs
puerta, y veseá FELICIANO t DONA
LEONARDA. ESCENA XV.
Tú has de ir ÁNGELA, delasmanos.—Dichos.
A darle satisfacion. DON PEDRO, galán; acompañamiento.
FELICIANO. —DON ANTONIO. FELICIANO.

Antes de hacerle traición , Abrfle yo con razón.


DON PEDRO.
Quiero mil veces morir. (Vate.) Vengo á servirle y honrarme , Las tiernas voces oyendo
Que mi mujer daba'en él.
EL PREMIO DEL BIEN HABLAR. 509
DOS ANTONIO. Pero no se pierda todo. ESCENA XVIII.
¿Qué mujer? Traidor, ¿qué has hecho? Dadme los brazos ; que quiero
DON JOAN.
Ser vuestro amigo y de todos. Salen de lasmanos MARTIN y RUFINA,
DON JUAN. vestidos de novios de graciosidad. —
Siendo la mujer mi hermana ,
Yo Castro y Portocarrero, Honrad , Señor, vuestro yerno; Dichos.
No hay que preguntar quién es. Que, aunque pobre, tiene sangre MARTIN.
Si la herida de don Diego Del conde de Andrada y Lémos.
Fué riñendo en ocasión Aqui , Senado discreto ,
DON ANTONIO.
Como honrado caballero , Están Rufina y Martin ;
Cien mil ducados de dote Que nunca salgo de perros.
Y él me pudo herir á mi , Os quiero dar, porque al Premio
Bien sabéis que no le ofendo ; RUFINA.
Del bien hablar demos Gn.
Pero si estáis ofendidos... Yo he menester un padrino.
DON JOAN.
DON PEDRO. MABTIN.
No le deis sin que primero
Señor don Juan , yo no siento Salgan Martin y RuGna. A mis bodas , caballeros ,
Mas herida que perder Convido para mañana ,
La esperanza y el deseo. Si no es que antes me arrepiento.
LOS TELLOS DE MENÉSES
PRIMERA PARTE i.

PERSONAS.
TELLO EL VIEJO. DON RAMIRO. DOÑA ELVIRA, infanta.
TELLO, su hijo. BATO, villano. DON ÑUÑO.
MENDO, villano , gracioso. LAURA , labradora. SILVIO.
SANCHO, villano. INÉS, villana. BENITO.
FORTUN, labrador. ORDONOI,REYDELEON. Villanos.
A1BAR, labrador. Crudos.

La escena es en León y en las montañas de este reino.

En lugar de flores bellas, Para huir, mas ocasión ,


ACTO PRIMERO. Ñuño, nacerán estrellas, De un rey de León , que ha sido
Y los peces de los rios Para mi rey y león.
Trocarán sus centros frios A punto mis joyas tengo;
Habitación de la Infanta en el real alcázar Al manto que esmaltan ellas. Que los sucesos prevengo
de León. Primero el feroz denuedo Que temo , aunque no los sé ,
Del arrogante león Pues que por guardar mi fe
ESCENA PRIMERA. Tendrá de un cordero miedo, A tantas fortunas vengo.
Será firme la ocasión, Si como Cecilia fuera ,
LA INFANTA DOÑA ELVIRA , Y se estará el tiempo quedo. Algún ángel esperara
DON ÑUÑO. Cesarán la competencia Que mi virtud defendiera,
Los elementos furiosos Porque ese moro dejara
INFANTA. De su inmortal resistencia, Su ley tan bárbara y fiera.
Parecerá loca acción Y no tendrán envidiosos Mucho del cielo confio.
A quien la virtud ignora. Privanza , virtud ni ciencia. De mí no, Ñuño; y ansí
DON ÑUÑO.
Será la flaqueza fuerte , Intento tal desvario.
Tendrá venturosa suerte DON ÑUÑO.
¡Extraña resolución El bien con ^ingratitud ,
En una heroica señora , Para servirte nací ,
Enfadará la salud Blasón de mi sangre y mió.
Hija de un rey de León! Y será dulce la muerte.
Otros medios puede haber. Mira á la hora que quieres
DON ÑUÑO. Que venga por li , pues eres
INFANTA.
¿Resuelta en efeto estás Quien se vale de mi nombre;
Ansí pienso defender De que el conde castellano Que nace obligado un hombre
Cauta mi honor y decoro, Te favorezca? A defender las mujeres.
Al quererme hacer de un moro INFANTA.
INFANTA.
Un rey cristiano mujer.
DON ÑUÑO.
Hoy verás Cuando se ponga la luna,
Del moro el intento vano, Que media noche será.
Ejemplos hay conocidos Y el de mi padre, que es mas. DON ÑUÑO.
De mujeres que supieron No juzgues á desvarío ,
Reducir á sus maridos, Vendré sin falta ninguna ,
Ñuño, el pensamiento mió: En un caballo , en que ya
Y que a la fe los trujeron Siendo forzoso ausentarme ,
Los brazos y los oidos. Corramos los dos fortuna.
Nadie puede remediarme
Tal con el rey de Valencia Mejor míe ol Conde, mi tio. INFANTA.
Tu hermosura y tu prudencia. Heme liado de tí , Pues por el parque saldré.
Señora, pudieran ser, De tu valor confiada, DON ÑUÑO.
Y al mayor ejemplo hacer, Para defenderme ansi ; Y yo á la puerta estaré.
Si no igualdad , competencia. Que yo sé que iré guardada INFANTA.
Casa con él ; que , aunque moro , De ti mejor que de mi.
ErI las virtudes sin fe Aunque es hazaña atrevida,
Es un archivo, un tesoro; DON ÑUÑO. Mas quiero perder la vida
Y aunque fuera del la este , ¡ No me tengan por traidor, Que no aventurar la fe.
Sabrá guardarte decoro. Si te acompaño en tu error! (Vanse.)
Hace el Rey esta amistad INFANTA.
Por ganar la voluntad No es error hacer defensa
Del de Córdoba y Toledo, Una mujer en la ofensa Vista exterior de la casa de los Tellos
No porque les tiene miedo, De su virtud y su houor. en las montañas de León.
Por mayor seguridad Fara cegó de llorar
Que nadie se ha de mover Por no se querer casar; ESCENA II.
En siendo Tarfe su yerno. Y fué de alabanza dina TELLO , vestido de gala , con aderezo
INFANTA. Huyendo á un padre Kufrosina, dorador/ plumas; LAURA.
Primero pudiera ser A quien pretendo imitar. TELLO
Volverse gloria el infierno En hábito de varón
Huyó Eugenia , y yo he tenido Finalmente, ¡no he podido
Que ser de Tarfe mujer.

i En el tomo m de Lope , impreso en Madrid afio de 1635, muerto ya nuestro autor, no se da título de primera parte i esta comedía ;
solo se la llama así en ediciones posteriores.
512 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Guardarme de tí! ¿Qué dejas para después, ¡ La mitad desde la barba ;
LACRA. Si esto me dices agora? ' Comer en piala ó en barro ,
De amor, Supuesto que mas se gasta.
¿Quién puede? Y mas si el temor ESCENA III. Pues nunca de su valor
De ausencia promete olvido. TELLO EL VIEJO , INÉS. — Dichos. Faltó la plata quebrada?
Y de la suerte que vas , ¡Ay, Tello ! la perdición
Vestido á lo cortesano, INÉS. De las repúblicas causa
¿No ves que encubres en vano Bien lo sabe mi señora, El querer hacer los hombres
Los enojos que me das? Pues le llamó. De sus estados mudanza.
Que entre esperanza y temor TELLO EL VIEJO.
En teniendo el mercader
Vivo con tantos recelos. Alguna hacienda, no para
Que me avisaran los celos Espera , Inés. Hasta verse caballero,
¡Qué buena conversación ! Y al mas desigual se iguala.
Cuando se durmiera amor. ¿Tú con gente cortesana,
¿Cómo le has vestido ansí? ¿Qué hijo de un oGcial
Laura? Lo mismo que el padre trata?
TELI.O. TELLO. (Ap.)
De aquí nace aquella mezcla
Prima , aunque Tello , mi padre, Cogióme : por Dios, De cosas alus y bajas,
Es labrador, por mi madre Que le avisaron que estaba Que los matrimonios ligan,
Hidalgo y noble nací ; De partida á la ciudad. Con que sangres y honras andan
Y' él en toda la montaña LAURA. Revueltas ; de aquí los pleitos ,
De León siempre ha tenido La vista ó la edad te engaña; Las quejas y las espadas.
Fama de ser bien nacido, Con Tello, mi primo , estoy. Hidalgo naciste, hijo ;
Y de ios godos de España. Pero entre aquestas montañas,
Pues ¿qué quiere de un mancebo TELLO EL VIEJO.
¿Quién es Tello? De un labrador que ha vivido
Como yo? ¿No es poco liouor Del fruto de cuatro vacas,
De los dos ser labrador? LADRA.
Seis ovejas y dos viñas.
Por dicha en el mundo ¿es nuevo ¿No le acabas Dejad al señor las galas
Que quien tiene hacienda emprenda De conocer? Y a los soldados las plumas ;
Ser algo mas de lo que es? TELLO EL VIEJO. Volved al paño y la abarca;
¿En qué desatinos ves ¿.Cómo puedo? Que yo soy mejor que vos,
Que le gasto mal su hacienda? Que Tello mi hijo, Laura, Y tal vez los pies me calzan
¿Es mucho que á la ciudad Es labrador como yo, Por el riguroso enero
vaya como hombre de bien, Aunque de aquestas montañas Las nieves de las montañas,
Adonde los que me ven El mas bien nacido y rico, Y en junio las canas cubre
Conozcan mi calidad? Y habrá dos horas que andaba Algún sombrero de paja;
¿Quién culpa lo que no pasa Con un gabán y un sombrero Que de agradecido al trigo ,
e un honrado pensamiento? Tosco, aTbarcasy polainas. La pongo sobre estas canas.
¿Tengo de ir en un jumento, ¡Hijo yo con seda y oro,
Como un villano de casa? Espacia y daga dorada, TELLO.
En ella , gracias á Dios , Plumas y mas aderezos ¿Quién pudiera persuadir,
Afeitan la yerba á un prado Que una nave tiene jarcias ! Padre mió, con palabras
Cien yeguas : pues mi criado No creas tú que es mi hijo. A los años, que se olvidan
Y yo ¿es milagro que en dos Caballero, ¿dónde pasa? De lo que por ellos pasa?
Vamos ¡i ver la ciudad ¿Es cazador deste monte? No hay hombre anciano que crea
Y á comprar alguna cosa? ¿Perdióse acaso? No habla? Que caminó la jornada
TELLO. De la vida en aquel brío.
LAURA.
¿Qué tengo de hablar. Señor, Cuando el que tuvo le falta.
A no dejarme celosa Conozco que han sido exceso
Del traje la novedad Si desla suerte me tratas?
Quien te avisó, mejor fuera De un labrador eslas galas;
Y de León la hermosura , Pero no de un hijo vuestro.
Tu pensamiento aprobara. Que este enojo te excusara.
¿Es mucho que á la ciudad Que sois rey destas montañas.
Galán, e* cosa muy clara Si fuérades" labrador
Que harás alguna locura. Un hijo de un hombre vaya
Tan principal como tú, De aquellos que cavan y aran ,
Tú gracias, yo pocas dichas , No pudiera á vuestra queja
¿Qué espero, pues de las galas Y que ha de heredar tu casa ,
En traje que lo parezca? Satisfacer mi ignorancia ;
Nacen á los hombres alas Pero si cuando del cielo
Y á las mujeres desdichas? TELLO EL VIEJO. En copos la nieve baja ,
Fuera desto, si en León Y ¿es justo que en esas galas No cubre mas destos montes
Ves las damas cortesanas Gastes con lanía locura Que con las guedejas blancas
O en visitas ó en ventanas, El dinero que no ganas? Vuestro ganado menor;
Donde con tal perfección ¿En qué esla la diferencia Y si de ovejas y cabras •
Está el adorno v el traje , De la nobleza heredada, Parecen los prados pueblos ,
Que en ángeles las conv ierte, Al oficia] ó al que cuida Y yerba y agua les falta;
Después ¿qué ha de parecerte De su cuidado y labranza? Si tenéis de plata y oro
Nuestro rudo villanaje? En que el uno vista seda Tantos cofres, tantas arcas,
Una mujer que consejo Y el otro una jerga hasta , Y tiran cien hombres sueldo
Pide al tocarse á una fuente, Que basta para su estado, De vuestra familia y casa,
No á un mar de cristal enfrente, Pues ella dice que basta. ¿Por qué os engañó la edad
Que es mas lisonja que espejo, La carroza del señor. En decir que lo que acaba
¿Qué podrá ser para tí Que cuando el techo levanta , Las ciudades es hacer
Cuando vuelvas de León? Descubre los arcos de oro Los hombres tales mudanzas?
Con las cortinas de grana, El que su casa no aumenta,
TELLO.
¿No ha de lener diferencia Y la deja como estaba ,
Prima , lo mismo que son Aun carro con seis eslacas, No es hombre digno de honor ,
Los prados en que nací , Cuatro muías por frisones , Antes de perpetua infamia.
Con su natural belleza, Su mismo pelo por franjas, ¿Para qué camina un hombre
No los jardines del arte; Que, cuando mucho, á una fiesta Tanto mar sobre una tabla ,
Porque es en aquella parte Lleva en un cielo de caña Para qué estudia y pelea,
Madrastra naturaleza. Algún repostero viejo Sino para que su fama
Deja celos excusados, Con las armas de otra casa? Aumente á su casa el nombre?
Porque me pone l'emor ¿Beber en cristal es poco, Que si el mundo se quedara
Mostrarme tanto rigor O de algún arroyo el agua En el oficio de Adán ,
Antes de estar desposados. Con la mano, que le vuelve I Naturaleza, afrentada ,
LOS TELLOS DE MENÉSES.—PRIMERA PARTE. 315
Se corriera de mirar lints. Todas tienen lindas caras :
Por muros y torres altas, Que no te vas. No hay mujer de quien no diga
Por palacios , por ciudades, MENDO.
8ue es un serafín , un cielo ,
Montones de trigo y paja. orno de la corte sea :
No hubiera ciencias, no hubiera Engañaste ; que ha de ser Infierno llama á la aldea.
Quien el mundo gobernara, I. o que Tello una vez dice ,
Si el mundo lo contradice» MENDO.
Ni pinturas ni esculturas. ; Bien pagas, Laura, mi celo!
Sedas, piedras, oro y plata. LADRA.
Vo tengo la culpa, yo,
Fué divina providencia Pues esta vez no has de ver Porque alabo, eslimo y quiero
Para las cosas humanas La ciudad , Mendo alcahuete. Aquel tomillo salsero
Diversas inclinaciones; MENDO. Con que este monte os crió ".
Y por eso á nadie espanta ¿Yo alcahuete? El oler á flor de espinos
Que aprenda un hombre á empedrar, INÉS. Por abril en las orillas
Pudiendo desde su infancia De los ríos, no á pastillas
Aprender artes qne en oro Pues ¿quién es
El que le lleva ? De esos ámbares divinos ,
Piedras preciosas engastan. Que han dado á tantas mujeres
Yo, en et'eto , padre mió , MENDO.
Mal de madre y á los hombres
No me inclino á cosas bajas : ¡Yo, Inés! Tanto enfado, y otros nombres
Si os cansan mis pensamientos, INÉS. Que impidan vuestros placeres.
A mi los vuestros me agravian. Buen castigo te promete ¿Quién vuestra limpia hermosura
A Ordoño , rey de León , Señor por esas maldades. Y vuestra tez encarnada,
Hace guerra el de Granada; Tiesa y firme como espada,
LADRA.
Con alistarme soldado Sin pelo ni quebradura ;
Vendrán bien plumas y galas. Sí , Mendo, culpado estás ;
Que^como á la corte vas, Aquel lavarse á dos manos,
Ni os gastaré vuestra hacienda Un caldero por espejo;
Ni oiré tan viles palabras; A que vaya le persuades,
Contándole lo que ves. El querer al tiempo viejo,
Que si vos estáis contento Y el pedir sin pasamanos ;
Del campo y de su ganancia , MENDO.
Aquel blanco delantal
Yo aspiro á cortes de reyes ¿Qué veo yo? Con mil randas y labores,
Y á ennoblecer vuestra casa. LADRA. En que puede coger flores
TELLO El. VIEJO. Mil mujeres, La misma aurora oriental ;
Oye, Tello; Tello, escucha. Pintándolas como quieres Quién lo alaba y encarece
( Vase Tello.) De la cabeza á los pies. Como yo?
Y todo es linda invención ; LADRA.
Porque ¿qué puedes tú ver Ya he conocido
ESCENA IV. Mientras llevas á vender Tus lisonjas.
TELLO EL VIEJO, LAURA, INÉS. Trigo, cebada y carbón? MENDO.
Desnuda lo cortesano , Quien ha sido
LAURA.
Vuelve al capote. La causa , esto y mas merece.
Él tiene mucha razón. MENDO. Pero yo lo enmendaré
TELLO EL VIEJO. ¡Por Dios, Con llevalle á la ciudad ,
ÍTan poca reprehensión Que me tratáis bien las dos ! Para que sea verdad.
,e cansa? Esto de serviros gano. LADRA.
LADRA.
¿Quién dice á Tello, quién cuenta Y yo á Señor le diré
Tus gracias? ¡Qué lindo humor! Cómo eres perro de muestra
No es sino mucha. ¿Quien le anima á mi señor De Tello, el ventor y hurón
TELLO EL VrEJO. Al casamiento que iqtenta? De sus damas, destruicion
Ayuda tú , por tu vida ; Quién te pinta cuando al dia Suya y de la hacienda nuestra ;
Anda, di que no se vaya. Sirves de alba al levantarte? Que eres el que vende el trigo
LADRA. Quién, cuando vas á acostarte, Que le hurtáis, y aun el dinero...
¿Cómo es posible que haya Tu cubierta bizarría ?
MENDO.
Quien estorbe su partida? Quién le dice , como yo,
Laura , que te guarde fe? Escucha, Laura.
TELLO EL VIEJO.
LADRA. LAURA.
Pues yo iré ; que por ventura
Tendrá respeto á quien soy, Roy, Mendo, yo te escuché No quiero :
Si no á tu amor. * (Yase.) Donde ninguno me vio, Hoy cuanto pasa le digo. ( Vate.)
LADRA.
Cuando á Tello le dijiste : MENDO.
a No es tu valor para el monte : Inés, detenía.
¡Buena estoy! Déjale, alégrate, ponte INÉS.
INÉS. Galas, colores te viste.
Si estás de su amor segura , Una tosca montañesa
MENDO.
¿Qué importa que vaya Tello Que consultó para erizo
A la ciudad? Naturaleza , y la hizo ¿Pues?
LADRA. En el molde de una artesa, INÉS.
Nadie amó Con un zapato de lazo Mal conoces el estado
Segura. Como un medio celemín, A que conmigo has llegado.
1HES. Sobre la ceja el garbín , MENDO.
Presumo yo La cola en el espinazo, Oye una palabra , Inés.
Que cod un sutil cabello ¿Qué tiene que ver con ver (Yate Inés.)
Le atarás y le tendrás. Una coluna de nieve
En tres puntos de un pié breve?»
ESCENA V. MENDO.
ESCENA VI.
¿Yo lo dije? MENDO.
MENDO.— LAURA, INÉS. LADRA.

MENDO. Y hay mujer, Mas quiero oir un vos, mas un d


¿Está acá nueso amo el mozo ? Perro, que tiene los pies De quien ayer en baja mar vivia
Como bonete doblado. Mas por fuerza escuchar mala
INÉS. Pues si alabar el calzado Y á un sordo , oyendo yo , que
Cayóse el gozo en el pozo. Hoy escucharas , Inés,
HERBÓ. Medias, zapatilloy liga, Mas quiero ver á la:i virtud sin
si
i Qué dices? A Venus imaginaras. Sufrir de un ignorant
L-i.
3U COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA
CARPIÓ.
Querer ana mujer que tenga lia,
Hablar á un bobo y respetar A un necio; Pero rendíla , cobarde ,
Monte. A los pies de tu grandeza ;
Mas quieroconsenlirdeunesludiante
El frió verso y bachillera prosa, [te; ESCENA VIH. Que no pudo mi bajeza
Con mucha presunción, siendo ignoran- Tener tan altos despojos ,
Mas los melindres de una necia her- LA INFANTA , DON ÑUÑO , con una Pude Ni atreverme á darte enojos
caja de joyas. en ocasión igual ;
[mosa, Que la hermosura real
Y que en falsete un barbinegro canle ,
Que resistir una mujer celosa. ( Vase.) INFANTA. Tiene deidad en los ojos.
Suelta las joyas, villano, Cuantas veces me incitaba
Ya que me dejas ansí. Un pensamiento amoroso,
Tantas de tu rostro hermoso
DO!» RUÑO. La grave luz me cegaba.
Sala en el alcázar de León. Pienso, Elvira, que de mi Quien en tal batalla estaba,
Te vienes quejando en vano, Bien hace en dejarle, a efeto
ESCENA VII. Pues pudiendo ser tirano De que el temor mas discreto.
De tu mas noble tesoro, Tratándole, fuera ingrato;
EL REY ORDONO , DON RAMIRO, Y no como indigno moro, Que es tan poderoso el trato,
CRIADOS. Sino como noble hidalgo, Que á nadie guarda respeto;
De tanto peligro salgo, Que si algo suele perder ,
Libre tu honor y decoro; Contra las humanas leyes.
¿A qué podrá llegar mi desventura? Que en este monte pudiera , Respeto, Elvira, á los reyes.
O ¿qué podra servirme de remedio? Dando lugar al deseo, Solo el trato puede ser.
DON RAMIRO. Hacer que del vil Tereo Túrbase quien llega á ver
Señor, el cuerdo el último procura; Menor la tragedia fuera, De un rey la deidad severa ,
Que la paciencia es saludable medio Y esta moqtaña tuviera Como su ser considera,
Para curar los males imposibles. Otra Filomena hermosa, Y el mas sabio se recala ;
Mas desdichada v quejosa ; Pero quien los sirve y trata.
Rey. [dio! Pues si te dejo el honor ,
Ni se muda ni se altera.
¡Fuer te elección, si está la muerte en me- ¿Qué joyas tienen valor Yo parto , en fin , vitorioso
No fueran mis desdichas insufribles, Que igualen la mas preciosa? De mi mismo , y tan leal ,
Ramiro, á no ser yo la causa dellas; Acompañarte no ha sido Que dejo ocasión igual
Que esto las hace justas y invencibles. Traición, pues que fué ampararte; Al mas cuerdo ó mas dichoso.
Si yo culpar pudiera á las estrellas, La traición fuera forzarte,
O aun loco amor, que el mas real decoro A tu grandeza atrevido. Lo que me trujo animoso,
Suele vencer cuando faltaran ellas, Determinado en secreto ,
Mi honor, mi patria he perdido: Me vuelve necio y discreto.
Remedio hallara en el dolor que lloro; Si es ansí , forzoso es. Perdona , y quédate aquí ;
Mas no le puede haber faltando Elvira, Para librarme después Que voy huyendo de tí
Porque, cristiano, quise darla á un mo- Entre moros y cristianos, Por no perderte el respeto. (Va*-)
[ro. Llevar el oro en las manos,
Mas quien el corazón penetra y mira, Que son los mejores pies.
Sabe que fué mi intento confianza ESCENA IX.
INFANTA.
De que al bautismo el de Valencia aspi-
¿ Qué dice Blanca en fin? [ra.— Aunque las joyas te pido , LA INFANTA.
No es por ellas mi interés ;
DON RAMinO. Por una sortija es Hurta los rayos al dorado hermano,
Que la esperanza Que del Rey, mi padre, ha sido; Para vestirse de su luz , la luna;
Es vana de buscarla, á lo que piensa, Que , aunque tanto me ha ofendido, Sin mirar otra palma , de ninguna
Si vive ya donde el poder no alcanza; Le tengo notable amor. Cortó racimos de oro el africano.
Pues, viendo que era débil la defensa Cosa es de poco valor. Gime la torlolilla, y gime en vano,
Con que pudiera resistir tu gusto, Cuando el esposo que murió importuna:
DON ÑUÑO.
Como era darla por mujer á un hombre Sin dueño no hay en monte fiera alpina,
Que, no siendo cristiano , fuera injusto, ¿Es la desta sierpe? Ni vida alegre en el discurso humano.
Salió con diferente hábito y nombre, INFANTA.
De la suerte que el alma al cuerpo in-
Donde tienen por cierto que se ha muer- Sí; [forma,
rey. [to. Que de un diamante y rubí Es como la primera inteligencia.
¿A quién habrá que mi dolor no asom- Tiene en la boca una' flor. Materia la mujer, el hombre forma.
Sin duda de las fieras del desierto [bre? DON NCÑO.
Y tanto nos ampara su presencia ,
Sepulcro es ya, pues no parece en cuanto Toma; que aunque esta tuviera Y así su forma nuestro ser conforma,
Se ha buscado, inquiridoy descubierto. (Dale una sortija.) Quesiendo este traidor, siento su ausén
Que Porcia del amor aplaque el llanto El valor de las demás, tela.
Comiendo brasas ; que Lucrecia el pecho No te negara jamás
Al hierro entregue, no mecausa espanto, Cosa que tu gusto fuera. ESCENA X.
Ni reducida á punió tan estrecho ,
Darle Cleopalra á un áspid.ni el ardiente INFANTA. UN VILLANO. — LA INFANTA.
DeDidoy Fedra en lágrimas deshecho; No me dejes sola , espera ,
Pero que una mujer cristiana inlente En tan ásperas montañas; un villano. (Canta dentro.)
Matarse, ¿á quién no causa maravilla? Llévame á aquellas cabanas. Triste está-la infanta Elvira,
¡Desesperada, infiel, inobediente!... — DON ÑUÑO. Días há que no se alegra ;
¿Qué ha respondido el conde de Castilla? Seré , Elvira , conocido Que la casa el Rey, su padre ,
DON RAMIRO.
Por autor, como lo be sido, Con el moro de Valencia.
Lo que todos responden admirados. De tan infames hazañas. INFANTA.
En fin , ningún lugar, ciudad ni villa Quien ha tenido valor Aquí llegan mis desdichas;
Dejó de verse en todos sus estados; Para venir desta suerte, Pero si la causa llega ,
Ni el de Navarra sabe cosa alguna. No tema, Elvira, la muerte, Tan triste como atrevida ,
Pues no ha temido el honor. ¿Qué mucho que lleguen ellas?
REY. Donde me lleva el temor
Quitáronme la vida mis cuidados. Voy arrepentido y triste ; villano. ( Canta dentro.)
No me quiero quejar de mi fortuna ; Confieso que me pusiste ¡ Qué mal lo ha mirado Ordoño!
Castigo fué del cielo mi imprudencia. Una esperanza, que fué A la fe que se arrepienta;
Disculpa no podrá tener ninguna, Por donde hasta aquí llegué Porque quien no teme á Dios,
H¡ mal tan grande permitir paciencia. Con la ocasión que me diste. No puede hacer cosa buena.
( Yanse.) Codicia de tu belleza INFANTA.
Me dio causa aquella tarde; ¡ Ah buen hombre, ah labrador!
LOS TELLOS DE MENÉSES.—PRIMERA PARTE. Mu
villano. (Dentro.) Llevo una carga de seda! Durmiendo en sus verdes camas,
Digo que llaman, Teresa, ( Vanse.) Como caza de mujeres ;
Detrás de aquellas carrascas, Y querer matar un oso
Y voz de mujer semeja. (Sale.) Es peligro, donde suele
¿Quién llama? Quién es? ¿Sos vos? Burlarse el mas alentado,
¡Voto al sol , (|ue es cosa nueva Otro punto del monte. Engañarse el mas valiente.
Vuestro traje en estos montes. TELLO.
Que no es á la usanza nuestra! ESCENA XI. Yo desde lejos queria
INFANTA. Tiralle.
Mas nuevas son mis desdichas. DON ÑUÑO, con la caja de joyas. MEXDO.
Trujóme por esta tierra Pues no te acerques ;
Un capitán. Sin saber dónde camino ,
Me lleva el justo temor Que el ejemplo de Favila
LABRADOR.
Donde me trujo el amor Aun está en León presente.
¿Quién lo duda?
Como tiene el amor Hechas, O me enseña mi destino. TELLO.

A las mas engañan plumas. Mas ya, temor, no imagines Dime, ¿qué te dijo Laura ?
¿Como diahlos os inquieta Que has dé hallar segura tierra ; HENDO.
Tanto en vuestras almohadillas Que quien los principios yerra, ¿Qué áspid, tigre ó serpiente,
El tapatan de la guerra? ¿Cómo ha de acertar los liues? Qué caimán ó cocodrilo,
Pero ¿cómo os deja aquí? Necio fué mi atrevimiento Pisados ó heridos, vuelven
En ayudar la locura Con tal furia como Laura
INFANTA.
De Elvira, por la hermosura Contra mi pecho inocente ,
Por mis desdich; s me deja, Que cegó mi pensamiento ;
Que son largas de contar. Diciéndome que yo era ...?
Pero, en lin , ya la dejé, ¿Dirélo?
Pero, dime, ¿son aldeas Y por sendas tan incultas
Esas grandes caserías , Voy, que , al mismo sol ocultas, TELLO.
Que dellas parecen peñas, Ni las penetra ni ve. < Dilo.
Y dellas huertas parecen? En mis imaginaciones HENDO.
LABRADOR. No hay rama en esta ocasión Alcahuete,
Todas son casas que albergan Que no sea un rey de León, Que te llevaba á León
Hombres ricos montañeses, Y cada rey mil leones. Para que sus damas vieses ;
Que se quedaron en ellas Lo que me da mas cuidado Que le las pintaba á todas
Desde el tiempo de los godos; Son las joyas, enemigos Con lisonjeros pinceles,
Tienen aqui sus haciendas Que han de servir de testigos Para moverle á cosquillas
Y son reyes deslos montes. Si soy de su gente hallado. La sangre en la edad que tienes;
Esa que miráis mas cerca, Y así, cavando la tierra Que yo le ayudaba á hurlar
Es de Ramiro de Aibar, Con esta daga, las quiero Él trigo ; y aunque no miente,
Mi amo ; esotra mas vieja Esconder; pero primero, Siendo tanta la abundancia,
Es de Servando Fernandez, Para conocer la tierra, Mucho cuidado parece.
Estotra es de Metido Vega , Poner alguna señal. Demás de que, ya tu padre,
Aquella es de Orlun Ordoñez; (Dan voces dentro.) De miserable, no quiere
Pero de aquí legua y inedia Gritos dan. Todo me asombra; Ni aun darte para vestir,
La de Tello de Menéses, Que espanta su misma sombra Cuando en ese campo llueve
Hombre á quien todos respetan. A quien dice ó hace mal. Lana, trigo y aun maná,
Allí ballárades amparo, Siendo por sangre Menéses.
Pero con alguna ofensa Pues ¡á mí, que el otro dia
De vuestro honor. ESCENA XII. Le pedí unos zaragüelles,
INFANTA. Me dijo : « Sin ellos te anda,
¿Por qué causa? MENDO, TELLO.— DON ÑUÑO. Mendo, pues camisa tienes;
Que con sayo á la rodilla,
LABRADOR. mexdo. (Dentro.) Mis abuelos v parientes
Porque tiene un hijo en ella Por aqui, por aqui fué. Sin zaragüelles andaban
Masgalan que tíerinéldos, Mas ligeros y mas fuertes! »
DON ÑUÑO.
Que no hay moza que no pesca Respondile : « En esos tiempos
En lodo aqueste distrito. Ellos me buscan á mi.
Eran los aires mas leves ;
INFANTA. tello. (Dentro.) Pero agora son tan bravos,
Pues mejor será la vuestra. ¿Dónde, Mendo? Que diera risa á la gente.»—
LADRADOR. mendo. (Dentro.) Añadió que te decía
Ramiro de Aibar, mi amo, Por aqui. Mil testimonios, y advierte
Tiene una hija doncella , tello. (Dentro.) Que la he dado la palabra
Y -con ella estaréis bien ; El es. Que no irás eternamente
Pero trocando la seda; A la corte, aunque te llame
DON NBÑO.
Que no os querrán recebir. El Rey por trecientas veces.
¡Muerto soy ! ¿Qué haré?
TELLO.
INFANTA. Pero detrás deslas ramas
Ninguna cosa desean Será mejor esconderme. (Huye. Loca debe de estar Laura.
Mis penas sino mudar MENDO.
El traje. Si alguno hubiera Cuerda ó loca, no te quejes
Antes de llegar allá. ESCENA XIII. De mí si no voy contigo.
Por sayal . por tosca jerga TELLO.
Le diera de buena gana. TELLO, con una ballesta; MENDO,
SANCHO. ¿Qué es aquello que se mueve?
LABRADOR.
MENDO.
Conmigo vino Teresa TELLO. Allí han sonado las ramas.
Para ayudarme á cargar Desdicha habernos tenido.
De carrascas la carreta : El oso es : lira.
MENDO. TELLO.
Hablad con ella; que pienso
Que os ayude cuanto pueda. ¿Cómo? Acertéle,
INFANTA. TELLO. Pues se queja.
Vamos pues adonde está. Que ya no parece. MENDO.
LAKRADOR. MENDO. ¡Lindo tiro!
¡No es mala la diferencia , En parte, por Dios, me huelgo ; SANCHO.
Pues por un carro de roble Que es venir á cazar liebres ¡Lindo flechazo!
516 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
MENDO. Entras donde jamás entró sospecha? Que me favorece á mí.
Excelente. Para esconderse, muerte, no aprove- Y no le falta razón;
TELLO.
La cortina de púrpura bordada ; [cha Que bailando el otro dia
Bien puedes llegarle á ver; Porque la mira en la ballesta armada La dije que la tenia
Que con yerba presto muere. Desde que nace el hombre tienes hecha . En medio del corazón.
Pero este ejemplo, aunque cruel, ad- Con esto, en sala, en cocina ,
MENDO. [vierte Donde quiera que la veo.
Pues no salió tras nosotros, Que fué la muerte deste merecida , Se ríe, y muestra el deseo
No bayas miedo que se vengue. Y no porculpa desu tristesuerte, [rida Que á tenerme amor la inclina.
Por el corazón le diste. Pues claramente da á entender la he- Antiyer la pellizqué,
TELLO. Que quien como animal tuvo la muerte, Y tal mojicón me dio.
Pues llega á verlo. Murió en el traje que vistió la vida. Que sin seso me dejó.
{Éntrate Mendo.) MENDO.

¿Qué temes? Y ¿es favor?


mendo. (Dentro.) ACTO SEGUNDO. SANCHO.

¡Vive Dios, que has muerto á un hombre! Pues ¿no lo fué,


TELLO.
Si brazo y mano tenia
Campo inmediato i la casa de los Tellos. Mas limpio que están las frores?
¿Queme dices?
MENDO.
mendo. (Dentro.) ESCENA PRIMERA.
Sancho, de tales favores
Llega á verle. Tengo yo muchos al dia .
TELLO. LA INFANTA. No tiene hacienda Señor ^
Sacalde los dos en brazos. No se cansa mi fortuna Para comprar cucharones.
(Éntrase Sancho.) De engañarme y perseguirme, Con que me dé coscorrones,
¡ Hay tal desdicha ! Hay tal suerte! Pues en mis desdichas firme, Sin tenellos por favor.
¿Era cazador acaso? No espero mudanza alguna. ¡ Oh qué mal. Sancho, conoces
mendo. (Dentro.) Al hábito labrador Estas ninfas del fregado,
Hidalgo y noble parece. Incliné mi majestad, Que, como yeguas en prado,
Porque en tal desigualdad ' Retozan tirando coces !
Desconociese el valor; Yo te la doy, pues estás
ESCENA XIV. Desos favores contento.
Pero asi me ha conocido,
MENDO t SANCHO sacan á DON ÑUÑO Y ha hecho suertes en mí, SANCHO.
Como si fuera quien fui, Quejas oigo, pasos siento.
herido. — TELLO. O supiera lo que he sido. MENDO.
TELLO. Serví en el rústico traje Quedo, no te informes mas. —
¿Quién sois, caballero? Que estoy, para ser ejemplo Serrana, que guarde Dios,
De que no hay tan alio templo ¿ Dónde bueno por aquí ?
DOM NDÑO. Que el tiempo no humille y baje;
¡Ay cielo! INFANTA.
Y aunque en la casa en que estaba ,
Esto mis culpas merecen. — 1 Su dueño bien me quería, De casa de Aihar salí,
Yo soy... (Muere.) Una hija que tenia Dien le conocéis los dos.
vento. Mis acciones envidiaba : Donde he servido dos meses.
Quedóse en <tyo soy »; Fuerza fué no lo sufrir, Era importuna mi ama,
Lo demás dijo la muerte. Porque no hay mas que temer Y voy buscando por fama
Que una envidiosa mujer La de Tello de Menéses.
TELLO.
Adonde se ha de servir; ¿Sois suyos acaso?
¡Buen talle!
Que si tantas penas pasa MENDO.
BENDO.
Quien por vecina la tiene, Sí.
¡Gentil vestido! A mayor desdicha viene Y á vos detener el paso
Los despojos te competen. Quien vive en la misma casa. No os ha hecho el cielo acaso.
¿ Qué habernos de hacer? La de Tello de Metieses INFANTA.
TELLO. Me dicen que es por aquí. Dicha ha sido para mí
Callar; ¡Ay, fortuna, si de mi Hallar de su casa gente.
Y al hombre que lo dijere, Y de mi honor te dolieses ! Pero de cierta ocasión
¡Vive Dios, que he de cortarle llame puesto un labrador, Traigo mala información.
La lengua ! Que sus locuras me dijo,
MENDO.
mendo. Miedo con Tello, su hijo,
Para defender mi honor ; Creed que la envidia miente.
Señor, pues eres Si queréis servir allá.
El dueño deste difunto, Por otra parle he sabido
Que es muy cortés y galán.— Buen salario os aseguro.
¿ Qué haremos del ? ¿Dónde estos serranos van? INFANTA.
TELLO. ¡Qué dicha hubiera tenido Creed me que lo procuro.
Mendo, hacerle Si fueran de su labranza ! ¿Está lejos?
Sepultura en ese arroyo. MENDO.
SANCHO. ESCENA II. Cerca está.
¡Cruel estrella! INFANTA.
MENDO. SANCHO , MENDO.—LA INFANTA. ¿Querrámeámí?
¡Que llegue MENDO.
A morir por oso un hombre ! MENDO. ¿Qué decís?
TELLO. Cuanto á Inés, Sancho, no quiero Tal gracia y talle tenéis,
Arrójale, Mendo, y vuelve. Obligarte con que espero Que la casa mandaréis
(Mendo y Sancho meten el difunto.) I En sus desdenes mudanza. Si un mes en ella servís.—
Tengo tan poco favor, Sancho, acoto esta mujer ; ( Ap. i ¿K
Que en dejar de pretender A Inés te di.
ESCENA XV. No pienso que pueda hacer SANCHO.
Mayor servicio á mi amor, Soy un necio ;
TELLO. i Si te quiere bien á ti, Mas por la mitad del precio
¿De qué sirve esconderse de tu flecha, > Yo me rindo ; tuya sea. Pleito te quiero poner, .
Muerte cruel, puesdonde quiera, airada, SANCHO. Porque tiene tanta estima,
Llamas sin voz, y con tu planta helada I Amor me dice que crea Que para que me la des
LOS TELLOS DE MENÉSES.—PRIMERA PARTE. 517
Te daré por ella á Inés Para cuando vino sea Temor, porque el noble viejo
Y dos cabritos encima. Les jura vengar su honra. Trata de su hacienda sola ,
■ EN DO. Aqui en cárceles de erizos Y aunque estéis aqui dos años ,
No hay que tratar : el la es mia .— Le dan castañas sabrosas Sin ser falta de memoria,
Seguidme, hermosa serrana; Los montes , las anchas vegas No sabrá si le servís,
Que nunca tan de mañana Verdes peras, guindas rojas, Porque hay docientas personas;
Salió en este monte el dia. Con las pálidas camuesas, Mas si fuérades oveja ,
Nueces, avellanas, moras, Como sois mujer, Señora ,
INFARTA. Supiera cuándo nacistes
Servas , nísperos y almendras ,
Para perder el temor, Hue flores de nácar bordan, Mejor que vuestra parroquia.
De aqui á su casa podréis ansos los arroyos cubren , El mozo no os hará mal ,
Contarme lo que sabéis Aves tan vanas y locas, Porque sus manos y boca
Desle hidalgo labrador ; Que con aquel débil cuello Compone su entendimiento ,
Que entretenidos ansi, Piensan que en el cielo topan. Y á sus palabras sus obras ;
No hay camino que se sienta. Los animales morenos Fuera de que es imposible
ramo. (Lenguaje que el mundo toma , Que los ojos en vos ponga ,
Bien decís : estadme atenta; Pues llama moreno á un negro , Respeto deque su padre
Quejio está lejos de aqui. Siendo la color notoria) Le quiere dar por esposa
(Echan á andar y vanse lentamente por Salen al ronco instrumento A Laura , una prima suya ,
una senda que da varias vueltas por En gran número al aurora , Que es una gallarda moza ,
el teatro.) Aunque mas parece noche Si vuestra hermosura y gracia
Serrana, cuya belleza Por donde el camino asombran. Que esto diga me perdona ;
Nació para ser señora En esos bosques sombríos Oueno habiendo competencia
En los palacios del Rey Con amorosas congojas Con los claveles y rosas
(Y no es haceros lisonja ), Braman mil sueltos venados De vuestra boca y mejillas ,
Sabed, ya que nos honráis Por las ciervas desdeñosas. Las suyas blancas y rojas
Con vuestra presencia hermosa, Los conejos advertidos Pueden hacer un invierno
Que en las faldas de los montes Por los vivares se alojan , Primavera deleitosa ;
De Asturias yace á la sombra Y escogen campo las liebres Porque de solas las almas
Un León, cuyas guedejas Adonde ligeras corran. Merece ser labradora.
Tiembla el moro y el sol dora, Cuando el madroño sangriento Pero ella y una criada
A quien el piadoso cielo Su verde fruta colora , A esta fuente sonorosa
Restituye la corona. Salir de sus altas cuevas Por agua bajan : hablaldas ;
Este las doradas garras Los osos peludos osan. Y á mi, á quien tanto enamoran
Muestra al África, de forma No menos los jabalíes, Esos ojos, dad licencia
Que por mil partes le vuelve Que el verano se remontan , Que á serviros me disponga ;
Las espaldas temerosas. Vienen á buscar hambrientos Que en esta ruda corteza
De donde los tuvo ocultos Las sazonadas bellotas. Vive un alma que os adora ,
Don Pelayo en Covadonga , Aquí enti a bien Tello el mozo , De quien en tosca materia
Tantos fidalgos decienden, Que la fama mentirosa Seréis vos divina forma,
Que están las montañas solas; Os ha pintado, diciendo Seréis miel en alcornoque ,
Pero de los que han quedado, Que cuanto mira deshonra. Letras en persona rota ,
Cuyos solares adornan Digo q ue entra , porque suele Valoren hombre sin dicha
Paveses de antiguas casas, Con valor y vanagloria Y ventura en vida corta ,
Familias de gente goda, Malar estos animales , Guante de ámbar en villano,
La de Tello de Menéses, Puesto que á su padre enoja; En ruin lengua buena copla,
Serrana, es la mas famosa, Que con su sangre á un venablo Armas en cobarde pecho ,
Mas rica, y por muchas causas De suerte el oro desdora , Doblón rico en pobre bolsa;
Mas respetada de todas. Que está desta parte el asta , Que* desdeñado ó querido ,
Cincuenta pares de bueyes Y el acero de la otra. Seré vuestro en pena , en gloria ,
Aran la tierra, abundosa Es un mancebo galán, Contento en cualquier estado
De rubio trigo, que apenas ?ue puede servir de alcorza Que la fortuna me ponga.
Hay trojes que le recojan. an dulce , que algunas hembras
Trepan estas altas peñas Se le llegan como moscas. ESCENA IV.
Fértiles, cabras golosas Hablar en su cortesía ,
En cantidad, que parece Es contar granos de aljófar LAURA É INÉS, con dos cantarillas.
Que otro monte inculto forman. Sobre las flores que el alba — Dichos.
Bajan á ese claro rio, Llora en sus cogollos y hojas.
De aquellas nevadas rocas, Su entendimiento y blandura , INÉS.
A beber tantas ovejas, Su condición generosa Digo que es Mendo , y que viene
Que unas á otras se estorban ; Para un príncipe nacieron , Con Sancho y una mujer.
Que los cristales que encubren Que no para gente tosca. LAURA.
Las arenas por un hora. He sido yo de opinión
Los mismos peces enseñan i Que siempre este ha de traer
(Que tengo en algunas cosas , Lo que celosa me tiene?
Envueltos en verdes ovas. Aunque labrador, buen gusto,
Las rocas llamé nevadas, Ni es todo el sayal alforjas) INFANTA.
No por los hielos de Bóreas , Que, como las frutas , hizo Dadme, Señora, esa mano.
Mas porque la blanca lana Naturaleza estudiosa LADRA.
Hace que no se conozcan. Los hombres agros y dulces ; ¿Qué es esto, Mendo*
No hay dehesas , vegas , prados Y así, en esta casa agora
Adonde las vacas coman , MENDO.
Con ser de Tello las mieses Tello el viejo es agro y Tello Señora,
Diez leguas á la redonda. El mozo es dulce. Una hermosa labradora
Los toros al herradero , (Desaparecen.) Que hallé en ese verde llano.
Como el fuego los provoca Dice que á Aihar ha servido,
Del hierro abrasado, vienen Y que por cierto disgusto
Novillos y salen onzas. Vista exterior de la casa de los Tellos. Le ha dejado.
En llegando la vendimia , INFANTA.
De negras uvas rebosan ESCENA III. Con mas gusto,
Los lagares , que las cepas LA INFANTA, MENDO, SANCHO. Si dicha hubiera tenido ,
Por pardos sarmientos brotan. En vos me hubiera empleado ;
• Treinta y mas hombres las pisan, MENDO. Pero yo no merecía
Y el mosto que sus pies moja , No os pongan Serviros.
518 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
LAURA.
¡ Con que la dificultad
La cortesía , ¿Quién da voces? He ir á la villa excusamos.
El talle, el traje, el agrado, (Salen Tello y Silvio.) Ella está ya comenzada :'
£1 rostro, obliga á estimar, TELLO EL VIEJO. Limosna os vine á pedir,
Serrana , el ofrecimiento. Porque siempre oi decir
¡Esto pasa!
INFANTA. Salid, villano, de casa. Vuestra condición honrada
Menos os digo que siento, SILVIO.
Y la liberalidad
Y solo os puede obligar No tengo culpa, Señor; Con que procedéis en todo ;
El hallarme en tierra extraña Deten , por Dios , la cayada. Pero entré, y hálleos de modo.
LAURA. Que, diciéndoos la verdad,
TELLO EL VIEJO. Os tuve por miserable ;
¿De dónde sois ? ¿Qué tengo de detener? Que reparar en un pié
INFANTA. ¿De mi hacienda habéis de hacer Un hombre tan rico , fué ,
De Castilla. Como de hacienda robada? Tello, bajeza notable.
LAURA. ¡ Vive Dios!... Por esto á la fe me fui.
Mucho el veros maravilla SILVIO.
TELLO EL VIEJO.
Que vengáis á la montaña. Oye en disculpa... Cierto que tenéis razón.
INFANTA. TELLO EL VIEJO. Es ansí mi condición ;
Es larga historia: después ¿Qué disculpa puedes darme, Pero es en mi casa ansí.
Os la quiero referir. Que no sirva de enojarme Venid, Aibar, á la tarde,
LAURA.
Y de hacer mayor tu culpa? Y contad tres mil ducados.
¿Cuántos pies tiene un lechon?
Mejor que para servir, AIBAR.
Es para servida, Inés. (Ap. d ella.) SILVIO. ¿Qué decis?
INÉS.
Cuatro. TELLO EL VIEJO.

Recíbela , por tu vida ;


TELLO EL VIEJO. Que á estar contados ,
Que es lástima que se pierda. Pues ¿cómo has traído No fuera en darlos cobarde.
Tres? AIBAR.
LAURA.
SILVIO. ¿Tres mil?
La condición se me acuerda El uno se ha caído; TELLO EL VIEJO.
De Tello. Que ya sé que cualro son.
INÉS.
Mirando en un pié
TELLO EL VIEJO. Y en otras cosas ansí,
Está defendida Del pecho te he de sacar Puedo daros lo que os di ,
Con el amor que te tiene ; Ese pié si le has comido. Y otros muchos os daré.
Y esta es moza honesta v grave , Id en hora buena , Aibar.
Si no encubre lo que sabe. (Huye Silvio y sigúele Tello el viejo.)
BATO. AIBAR.
LAURA.
¡A buen puerto hemos venido! Tres mil años (y aun es poco)
¿Qué sé yo de dónde viene? Vamonos , señor Aibar. Viváis.
INÉS. TELLO EL VIEJO, "
AIBAR.
¿Habrá mas de despedilla Dices bien. ¿Este es Menéses, Id con Dios.
Si al rostro sale traidora? Aquel noble y liberal? AIBAR.
laura. (A la Infanta.) No he visto miseria igual. Voy loco.
¿El nombre? BATO. RATO.
INFANTA.
Menester fué que lo vieses ¡Tres mil! ¿Qué mas pudo dar
Juana , Señora. Para poderlo creer. El mismo rey de León?
LAURA. (Vuelve Tello el viejo.) aibar. (Ap. á Bato.)
Tomad esta cantarilla TELLO EL VIEJO. ¿Qué te parece el ejemplo?
Y seguidme; que en la fuente ¿Quién va? Quién sale de aquí?
Me contaréis vuestra historia. bato.
Vuelva quien es. Que quien á Dios labra templo.
(Vanse lastres.) AIBAR. Da beneficio á pensión.
NENDO. No entendí ,
Llevado me ha la memoria. ( Vanse Aibar y Bato.)
Puesto que le vine á ver,
SANCHO. Hallarte enojado. ESCENA VI.
Yo hallo un inconveniente. TELLO EL VIEJO.
VENDO. Aibar, TELLO EL VIEJO.
¿Cómo? Ya sabes que sov tu amigo. ¡Cuan bienaventurado
SANCHO. No lo estoy mucho , y contigo Puede llamarse el hombre
El viejo , que retozos Me sabré desenojar. Que con escuro nombre
Teme en mozas de despejo. ¿Qué quieres? ¿A qué venias? Vive en su casa, honrado
MENDO. AIBAR. De su familia, atenta
Si no la quisiere el viejo , No mas de á verte. A lo que mas le agrada y le contenta!
Servirá para los mozos. TELLO EL VIEJO. Sus deseos no buscan
, (Vanse.) Es engaño, Las cortes de los reyes,
Pues el irte es desengaño , Adonde tantas leyes
Que alguna cosa querias. La ley primera ofuscan ,
Sala en casa de los Tcllos. AIBAR.
Y por el nuevo traje
No , cierto. La simple antigüedad padece ultraje.
ESCENA V. No obliga poca renta
TELLO EL VIEJO.
AIBAR v BATO ; luego, TELLO EL Al costoso vestido ,
Di la verdad ; Que al uso conocido
VIEJO v SILVIO. Que nuestra amistad se ofende. La novedad inventa,
AIRAR. AIBAR. Y con pocos desvelos
Pienso que negociaremos ; Pues á quien tan bien la entiende, Conserva la igualdad de sus abuelos.
Que es muy rico y liberal. Quiero hablarle en amistad. No ve la loca clama
BATO.
Tello , á mi me han encargado Que por vestirse de oro.
Recoger algunos dias, Se desnuda el decoro
Forlun no ha dado un real : Por aquestas caserías ,
¡ Bien con él la igreja liaremos! De su opinión y fama,
La limosna y el cuidado Y hasta que el arco rompa ,
AIBAR. De la iglesia que labramos La cuerda estira de la vana pompa.
Tello es hombre de valor. Desla vega en la mitad , Yo salgo con la aurora
LOS TELLOS DE MENÉSES.-PRIMERA PARTE. 519
Por estos verdes prados , LACRA. ESCENA VIII.
Aun antes de pisados ¿Costa una pobre mujer
Del blanco pié de Flora , En tu casa puede hacer, TELLO EL VIEJO.
Quebrando algunos hielos Y que te viene á servir?
Tal vez de los cuajados arroyuelos. En mi vida, aunque tratase
TELLO EL VIEJO.
Miro con el cuidado A quien jamás conociese,
Pues ¿no es una boca mas? Hice bien que le perdiese,
Que salen mis pastores ;
Los ganados mayores LAURA. Ni mal que no me pesase.
Ir retozando al prado , Donde todo está sobrado, O mal ó bien lo emplease,
Y humildes á sus leyes, ¿Te da una mujer cuidado? Siempre de hacer la virtud
A los barbechos conducir los bueyes. Pienso que enojado estás. Resultó al alma quietud ;
Aqui las yeguas blancas TELLO EL VIEJO. Aunque conozco también
Entre las rubias reses, Laura, mira por la hacienda, Que del sol del hacer bien
Las emes de Menéses Pues es toda para ti. Es sombra la ingratitud.
Impresas en las ancas, INFANTA.
Relinchan por los potros. ESCENA IX.
Viéndolos retozar unos con otros. Doleos , Señor, de mi ;
Vuelvo , y al mediodía No permitáis que me ofenda TELLO, MENDO.—TELLO EL VIEJO.
Tan grave necesidad ,
La comida abundante Que se me atreva al honor.
No me pone arrogante; TELLO.
Por pobre os pido favor, Cansado estoy.
Que no pienso que es mia , Aunque tengo calidad.
Porque, mirando al cielo. De limosna habéis de hacer' ■ENDO.
El dueño adoro cou humilde celo. Esto por Dios y por mí. Has jugado
Todos los años miro Dos horas largas y mas.
La limosna que he dado TELLO EL VIEJO.
TELLO.
Y lo que me na quedado , ¿Por Dios decis? Señor me vio.
Y diciendo suspiro. INFANTA.
TELLO EL VIEJO.
Viendo lo que se aumenta : Señor, si.
«Siempre me alcanza Dios en esta cnen- No me permitáis perder. ¿Dónde vas?
Voy á ver por la tarde , [ta.» TELLO.
TELLO EL VIEJO.
Ya cuando el sol se humilla , Jamás por Dios he negado A vestirme voy, cansado
Por esta verde orilla, Cosa que pudiese hacer. — De jugar un desafio
El esmaltado alarde Laura... (Ap. á ella.) Con dos mozos montañeses.
De tantas arboledas , LADRA. TELLO EL VIEJO.
Locos pavones de sus verdes ruedas ; ¡Es, por vida de Menéses,
Y, como en ellas ojos , Señor...
TELLO EL VIEJO. Tu cuidado el propio mío !
Frutas entre sus hojas, ¿Qué jubón es ese , Tello?
Blancas, pálidas, rojas, La mujer
Con lágrimas me ha obligado; TELLO.
Del verano despojos,
Y en sus ramas suaves Ella queda recebida. ¿ Nunca has visto este jubón?
Canciones cultas componer las aves. Vístela, para las tiestas, TELLO EL VIEJO.
Cuando la noche baja , De algunas cosas honestas, ¡Bravas tus locuras son !
Y al claro sol se atreve , Aunque no está mal vestida. Tente. ¡ Una cadena al cuello!
Cena me aguarda breve, LAURA. ¿Qué te costó?
De la salud ventaja; Yo buscaré qué la dar. TELLO.
Que , aunque con menos sueño , TELLO EL VIEJO. No lo sé.
Mas alentado se levanta el dueño. Si tuyo , Laura , ha de ser, Basta que yo lo he pagado.
De todo lo que digo ¿Qué me puede á mí deber? TELLO EL VIEJO.
Le doy gracias al cielo , Hazle un vestido sacar
Que fertiliza el suelo , Si , de lo que has trabajado.
Tan liberal conmigo ; Que cueste hasta cien ducados. TELLO.
Porque quien no agradece LAURA. No poco trabajo fué.
La deuda al cielo , ni aun vivir merece. Pues tú , que darla temías MENDO. (Ap.)
De comer donde estos días Bien dice, pues que sacamos
ESCENA VII. Comen docientos criados, A cuestas cuarentas hanegas
¿La mandas vestir ansí?
LAURA, LA INFANTA, INÉS.— De trigo.
TELLO EL VIEJO.
TELLO EL VIEJO. TELLO EL VIEJO.
Laura , una cosa es guardar A locuras llegas,
inés. (A Laura.) Nuestra hacienda, y otra es dar :
Aqui está Señor. Lo que he guardado le di. Que has de hacer que nos perdamos.
¿Perdiste al juego?
ladra. (A la Infanta.) LAURA.
TELLO.
Bien creo No habrá vestido en la sierra Perdí.
Que se ha de alegrar de verte. Que á tanto pueda llegar.
TELLO EL VIEJO.
INFANTA. TELLO EL VIEJO.
¿Cuánto?
Tengo yo tan poca suerte, Pues bien la puedes comprar, TELLO.
Que lo imposible deseo. A la usanza desta tierra ,
Arracadas y corales ; Cien reales no mas.
LADRA.
Que muestra ser bien nacida. . TELLO EL VIEJO.
Esta serrana , Señor,
Que de Aibar criada ha sido , LAURA. ¿ No mas? ¡Qué gracioso estás !
En tu nombre he recebido ; Juana, ya estás recebida. TELLO. .
Que muestra á tu casa amor, INFAYTA. Esto ¿que te importa á ti?
Y la habernos menester. Esas manos liberales TELLO EL VIEJO.
TELLO EL VIEJO. Beso mil veces , Señor. Pues ¿á quién le ha de importar,
¿Menester adonde hay tantas? TELLO EL VIEJO.
Si á mino me importa, loco?
¡ A qué cosas to adelantas ! — Id en buen hora , y guardad TELLO.
Id con Dios, buena mujer ; En todo la honestidad ¡Cosas dices!...
Que bostezos de señora Que merece vuestro honor. TELLO EL VIEJO.
Tiene mi sobrina ya. Poco á poco.
Viendo que la casa está ( Vanse las mujeres.)
Con tanta familia agora , TELLO.
¿Has costa quiere añadir? ¿Aun no me dejas hablar?
520 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
TELLO EL VIEJO. INFANTA. No entiendo filosofías;
Ten, en hora mala, seso. De Zamora. Que hasta en las palabras mías
¡Cien reales! TELLO. Voy por la senda mas llana.
TELLO. Y ¿i esta tierra No hay en mi tierra ese amor.
¿Desto le enojas? Venis á servir? ¿Fué amor? Ni espíritus que le formen ;
TELLO El. VIEJO. Que este tiene gran poder, Basta que dos se conformen ,
Y las mejillas ¡ muy rojas Mayormente en la hermosura. Que es lo que entiendo mejor ;
Del sudor y del exceso ! — INFANTA. Que si alguno con mal fin
Vé, Hendo , y á Laura di Siempre he vivido segura Con espíritus mirara ,
Que una camisa le dé ; De querida y de querer. El cura se los sacara
No se resfrie. Fué pura necesidad; Apuro hisopo y latín.
(Vase Metido.) Pero tengo algún valor, Advertid que habéis jugado ,
TELLO. Y no era justo, Señor, Y que os podéis resfriar.
No haré, Que mujer de calidad TELLO.
Si estoy delante de ti , Sirviera en su propia tierra; Antes me temo abrasar
Que me haces sudar de pena. Que algún tiempo fui servida, Que morir de resfriado ;
TELLO EL VIEJO.
Y por no ser conocida Que ya he visto en vuestros ojos
Vengo á servir á la sierra. El fuego en que me abraséis.
Falta te harán los cien reales.
TELLO. INFANTA.
TELLO.
Sf harán , porque mis iguales ¿No hubo desde Zamora Teneos , Señor, no me deis
No han de pedir cosa ajena. A León gente ninguna Con los espíritus rojos ;
Que os hablase y viese ? Que se me pueden entrar
TELLO EL VIEJO.
INFANTA. Al corazón si es ansí,
Vén por mil á mi aposento. Alguna Y temo que no haya aquí
TELLO. Que en tantos lugares mora , Quien me los pueda sacar.
Mil años vivas, Señor. Y mucha que caminaba. TELLO.
(Vate Tello el viejo, y vuelve Metido.) TELLO. No sé si pueda creer
¡Mil reales! ¡Qué extraño humor! Y ¿eran ciegos? De tu estilo y tu presencia ,
V siente que pierda ciento. INFANTA. Que es segura tu inocencia.
ME*DO. No , Señor. INFANTA.
De trigo se los ahorra. TELLO. Pues ¿en qué lo echáis de ver?
TELLO. Y ¿ i nadie le dijo amor TELLO.
Perdone ó de si me aparte; Que en vuestros ojos estaba? En que cuando estás hablando
Que yo no tengo otra parte INFANTA. Tienes traidora la risa.
Que mis fortunas socorra. ¿Qué amor?
{Sale Metido.) INFANTA.
TELLO. Poneos, Señor, la camisa ;
ESCENA X. ¿No sabéis lo que es? Que me estarán aguardando.
INFANTA. TELLO.
LA INFANTA , con una camisa doblada No, cierto.
en un azafate.— TELLO. ¿Cómo te llamas?
TELLO.
HVFANTA.
INFANTA. (Ap.) Moveisme á risa.
Querer mi honor resistir ¿Yo? Juana.
INFANTA.
Mi fortuna es desvario , TELLO.
Poneos , Señor, la camisa ;
Si el primer servicio mío Que asi me lo dijo Inés. Juana , seamos amigos ;
Esa quien pensaba huir. Que á no temer los testigos. . .
TELLO. —Pero vénme á dar mañana
Dióme esta camisa Inés Es amor una pasión
Para Tello , aquel travieso Esa camisa ; que agora
Mozo de tan poco seso, Que se engendra de los ojos , No me la quiero mudar.
Que destas montañas es Que ciertos vapores rojos INFANTA. (Áp.)
El Júpiter, el Narciso , Levantan del corazón ;
Los cuales naturalmente Yo me vuelvo en cas de Aibar.
El galán, el robador...
—Mas ya me ha dado el temor Suben y intentan salir : TELLO.
Por eso es fuerza acudir Oye...
De su condición aviso. INFANTA.
Ay Dios! Allí está... si es él. A los ojos como á fuente.
Miran la persona amada, ¡Señora... señora!...
k 'ero es fuerza que lo sea.
¡ Buen talle ! ¿Quién hay que crea Y como es el corazón
Que habrá nial término en él? Su patria , aunque ajenos son , ESCENA XI.
¿Gentil aire ! No parece Como propia les agrada.
ie sangre humilde aquel brio. Pero , como en ella están LAURA , INÉS.— Dichos.
Con violencia sus enojos,
TELLO. Vuelven á buscar los ojos LADRA.
¿Quién habla aquí? Por donde á los otros van. ¿Qué es esto?
INFANTA. Entran en quien los envia, TELLO.
Señor mió, Y en el camino encontrados, ¿Qué puede ser?
Quien desde agora os ofrece Son cometas abrasados ¿No me envías esta moza
€na criada, añadida Que encienden la fantasía ; Con la camisa?
A las muchas que tenéis. Con la cual el corazón LAURA.
TELLO.
Se mueve, y el movimiento Y retoza
¿Vos servís?... Engendra el dulce elemento La burra en el alcacer.—
INFANTA.
De aquella imaginación. ¿Quién la camisa te dió?(A la Infanta.)
Considerad (si os admira, INFANTA.
Pues ¿no lo veis? O me he declarado mal) Inés , Señora.
TELLO. El aliento en el cristal ladra. (A Inés.)
¿O venis á ser servida? De un espejo que se mira ; Pues di ,
¿De dónde sois? Que desta manera son ¿Doyte la camisa á ti.
INFANTA. Estos espíritus rojos Que estaba ocupada yo,
¿Yo, Señor? En el cristal de los ojos , Y dasla á estotra, que apenas
De Castilla. Espejos del corazón. Ha entrado en casa?
TELLO. INFANTA. INÉS.
¿Deque tierra? Yo, Señor, como villana , ¿Qué quieres?
LOS TELLOS DE MENÉSES. — PRIMERA PARTE. 581
O acaso me satisfacen , FORTUN.
¿Todas no somos mujeres?
LAURA.
Por ver que á lucir se alienta , Besaros quiero los pies.
Donde apenas hay quien sienta; TELLO EL VIEJO.
Si ; pero hay malas y buenas , Que á quien donde no pensó ,
Y á esta puede la ocasión , Eso para el Rey ó el Papa ;
Mas que imaginaba halló, Que mas os debo yo á vos ,
Aunque sea buena , hacer mala. Cualquier cosa le contenta.
¿No Labia Silvia ó Pascuala? Que me habéis dado la causa
TELLO. ESCENA XIII. Para daros las ovejas,
Que vos á mi con tomarlas.
No tienes , Laura , razón TELLO EL VIEJO, FORTUN —
En tenerme en poco á mi,
Que sabes que luyo soy. LA INFANTA. ESCENA XV.
Aunque mas culpa te doy TELLO EL VIEJO. SANCHO, BENITO , con una pelleja.—
En desconfiar de ti ; Mucho me pesa de veros ,
Que con tu merecimiento Dichos.
Fortun , en fortunas tantas.
Nadie se puede igualar. sancho.
FORTUN.
LAURA. Entra , no tengas temor.
Fianzas me han puesto ansi.
Tello , por el mar de amar benito. (Ap.)
Navega mi pensamiento, TELLO EL VIEJO.
¡Qué mal no han hecho fianzas! Mas temo aquella cayada
Y ya sabes tú que celos Que la vara de un alcalde ,
Son las tormentas de amor. A muchos he dado hacienda
De la que tengo , á Dios gracias; Pues no ejecuta la vara
TELLO. Tan presto lo que sentencia.
Mas no he liado á ninguno.
Ofendes , Laura , tu honor, Pero mirad las mudanzas TELLO EL VIEJO.
Y eres ingrata á los cielos. De la dicha de los hombres: ¿Qué es eso , Sancho?
LAURA. Toda vuestra hacienda os sacan SANCHO.
Juana, si has de estar aqui , Con dos dedos de papel , No es nada.
Con Tello no has de hablar mas; Y á mi me escribe esta carta Dice Benito que un lobo
Solo aquello en casa harás El Rey. Le comió ayer una cabra ,
Que yo te mandare a ti. FORTUN. Y aqui te trae el pellejo.
¿Haslo entendido? Pues ¿á vos el Rey? TELLO EL VIEJO.
INFANTA. TELLO EL VIEJO.
Muy bien , ¡Qué disculpa tan cansada!
Llevamos esta ventaja Júntanse cuatro serranos,
Y eso mismo quiero yo. Los ricos aun á los reyes , La que les parece matan ,
LAURA. Que nos escriben y llaman Y ponen la culpa al lobo.
Pues esto basta. Si tienen necesidad. — Escrito trae en la cara
TELLO. ¿Aqui estás, Juana? (Aunque con poca vergüenza)
Yo... (Ap. No.) INFANTA. Lo que comió de la cabra.
LAURA. Aqui estaba BENITO.
¿Qué dices? A ver si me mandas algo. No, Señor. (Ap. En la barriga.)
TELLO. TELLO EL VIEJO. TELLO EL VIEJO.
Que yo también. A Tello luego me llama. Ahora bien , de su soldada
LAURA. INFANTA. Se le descuente ; que el lobo
Entra á mudarte. Perdonad , Señor, no puedo; Ni es mi pastor ni es mi guarda.
TELLO. Porque me ha mandado Laura BENITO.
Ya es tarde. Que jamás hable con él , Si los perros se descuidan ,
Pena de perder tu casa. ¿Quieres tú que solo salga
LAURA.
No quiero que estés aquí. TELLO EL VIEJO. Contra animal tan feroz?
tello. (Ap.) ¡Qué necios celos! Qué presto! TELLO EL VIEJO.
;Ay ojos! ¿para qué os vi, FORTUN. No me repliques palabra ,
Si ha de haber quien siempre os guarde? Si quiere casarse Laura , Que ¡vive Dios!...
I ( Vanse todos, menot ¡a Infanta.) Ño los tiene sin razón ; BENITO.
Que puede dárselos Juana. ¡Ay!
ESCENA XII. En casa de Aibar la vi, FORTUN.
Y es muy honesta. Teneos.
LA INFANTA. TELLO F.L VIEJO. Daisme mil ovejas dadas ,
Eso basta ; Y ¡en una cabra miráis !
Admiración me ha causado Que tengo por imposible TELLO EL VIEJO.
El talle y la discreción Que la honesta yerre en nada.—
De Tello : prodigios son Llama á Mendo. ¿No veis que aqueste me engaña ,
Y monstruos de un monte helado. Y vos venis á pedirme?
INFANTA.
Si aqui me hubiera criado, Está en el monte.
O su igual nacido hubiera, ESCENA XVI.
TELLO EL VIEJO.
Presumo que me pudiera LA INFANTA, TELLO.—Dichos.
{ Obligar á algún amor;, Pues haz que cualquiera vaya
Porque he visto en él valor A buscará Tello luego.
Que para un principe fuera. (Vase la Infanta.)
No por esta variedad Aquí está Tello.
ESCENA XIV. TELLO.
Es bella naturaleza; ¿Qué mandas?
Que es dar ingenio y belleza TELLO EL VIEJO , FORTUN.
Donde falla calidad, TF.LLO EL VIEJO.
Error de su dignidad , TELLO EL VIEJO. Tello , el Rey me ha escrito.
Si en ella le puede haber. En fin , de vuestras desgracias TILLO.
¡Qué estilo de proceder ! Tengo, como amigo, pena; ¿A tí?
Pero ¡ay Dios! ¿en qué pensaba? Y el modo de remediarlas TELLO EL VIEJO.
Necia estoy; que quien alaba Es que os llevéis mil ovejas i Es mucho? ¿De qué te espantas?
No está lejos de querer. De la mas fértil manada ; Veinte mil ducados pide.
¡Cuántos que en las cortes nacen , Y si salis destos pleitos , ¿Parécete que es sin causa?
ti Envidiaran el valor Y tenéis con qué pagarlas,
Me las volveréis; si no, TELLO.
De un hijo de un labrador,
Que ilustre sus partes hacen ! í Quédense, Fortun, por dadas. La necesidad te escribe,
322 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que en la guerra de Navarra
Y la del moro le aprieta. INFANTA.
Y ¿si la dices entera? j Sabe, Juana , que soy hijo
TELLO EL VIEJO. De un gran señor de A|emaD¡a
Con el moro se trataba TELLO. Que pasando en romería
Darle á Elvira , y como Elvira Si la digo , que no valga. A Santiago desde Francia ,
la desesperada Infanta INFANTA. Me dejó en cierta señora.
(Que ansí la llaman los versos, Di presto. Criéme en esta montaña,
Que hasta los muchachos cantan) TELLO.
Sabiendo solo el secreto
Se malo , como se dice , Tus bellos ojos Una labradora honrada,
Tarle ha juntado las armas Me tienen cautiva el alma. Que tiene toda mi hacienda.
De sus amigos , y quiere Si por dicha fueras , Juana,
INFANTA. Bien nacida como yo,
Que del alto Guadarrama Mas has dicho de catorce.
La blanca nieve enrojezcan Tal estoy, que me casara
Aljubas de seda y grana. Vete , que nos mira Laura ; Contigo ; pero no es justo
Que yo te hablaré después. Que si eres de gente baja ,
Tú has de irá León.
TELLO. Kche á perder mi linaje.
TELLO. Por la primera esperanza. INFANTA.
¿Yo? Beso tu mano mil veces ; Soy tan nueva en esta casa,
TELLO EL VIEJO. Que i la fe que yo te traiga Mendo , que yo no conozco,
SI, que es digna esta jornada De León... Hasta que el trato lo haga,
De tu persona ; que yo, INFANTA. Ni los cuerdos ni los locos,
Como sabe esta montaña , Ni los humores que gastan.
No entré en mi vida en la corle , Quedo, que viene.
Ni he visto sus anchas plazas , (Vase Tello.). ¿Que tú eras loco?
Sus palacios ni sus reyes ; ¡Qué necio amor me amenaza ! MENDO.
Pero ninguno me gana ¿Yo loco?
En el amor y lealtad. ESCENA XVIII. INFANTA.
TELLO. Pues ¡ tú señor de Alemania!
Pues ¿á qué quieres que vaya? MENDO, con unas alforjuelat. —LA _ MENDO.
TELLO EL VIEJO. INFANTA. Del marqués Piérres soy hijo;
Besarás la mano al Rey, Y ya que el amor me manda
Y llevarásle una carta mendo. (Para sí.) Descubrirle mi secreto
Con cuarenta mil ducados : Pues yo no pierdo el juicio < Adviniendo que si hablas
Los veinte que el Rey me manda , No sé para qué le guarda Serás causa de mi muerte),
Y veinte que yo le doy. Alguna poca prudencia Quiero que te satisfagas
O alguna mucha ignorancia. De que es verdad lo que digo.
TELLO. Cavando estaba en el monte ,
¿Veinte mil veces bien haya Cuando á los pies de una zarza INFANTA.
Tu condición generosa! Me descubre el azadón ¡ Con qué locuras me engañas !
TELLO EL VIEJO. Tanto bien , riqueza tanta , MENDO.
Tello, ¿su hacienda no gastan Que vengo fuera de mi. ¿Míranos alguien?
Los hombres por sus amigos , Esta vez conquisto á Juana... INFANTA.
O se pierden por fianzas? ¿Qué es á Juana? ¡ Voto al sol Ninguno.
Pues ¿qué amigo como el Rey? Que si estrellas fueran damas,
Oye aparte. MENDO.
Que alcanzara las estrellas ! Pues solo en aquesta caja
TELLO. Ella está aquí. Tengo...
¿Qué me mandas? INFANTA. (Muestra la de lasjoyas de la /«/ata
TELLO EL VIEJO. ¿De qué tratas, INFANTA. (Ap.)
¿Tienes aquel vestidillo , I Mendo, en tu imaginación?
Con que ir á León pensabas ¿Qué tienes, que asólas hablas? i Ay Dios ! qué es lo qne w>'
Cuando yo te lo estorbé? MENDO. MENDO.
TELLO. Yo , Juana , tengo mil cosas Piedras y joyas tan raras.
Sí, Señor. En que pensar. Que puedo comprar la hacienda
TELLO EL VIEJO. , INFANTA.
De Tello.
Para que vayas Los que andan INFANTA.
Con él ; porque no gastemos Con el ganado en los montes, Una sola basta.
En hacerte nuevas galas. O en las viñas con la azada , _ . MENDO.
TELLO. ¿Tienen qué pensar? Pues mira.
Gracia tienes. Das al Rey MENDO. INFANTA.
Tanto dinero , y ¡ reparas A veces ¡ Qué hermosasjoyas !
En un vestidillo mió ! Cosas por los hombres pasan, MENDO.
TEI.LO EL VIEJO. Que obligan á pensamientos Pues tuyas serán si callas.
Luego ¿con el Rey te igualas?— i á trataren cosas altas. Casarémonos los dos ,
Vamos, Forlun , y ayudadme No es todo lo que parece, Aunque me ha dicho mi ama
A contar este oro y plata. Y si de tí me fiara, Que por los caniculares
Vote dijera... Ningún discreto se casa.
FORTUN.
A la fe que como vos INFANTA. Mas no importó , yo soy mozo.
Pocos montañeses nazcan. INFANTA.
{ Yante Tello el viejo, Fortun, Sancho Tienes tú<lesconfianza? (Ap. Aquí es ocasión que valga
y Benito.) MENDO. La industria á la buena dicha.)
Eres mujer. Mendo , yo no imaginaba
ESCENA XVII. INFANTA. Que eras hombre de valor;
TELLO, LA INFANTA. Las mujeres Pero por la confianza
Mejor los secretos guardan Que has hecho de mi , yo quiero
_ TELLO. Pagarte con otra tanta.
Espera , Juana. Que los hombres.
MENDO.
No es la infanta de León
INFANTA. Mejor que yo : historias largas
¿Qué quieres? A ser cierto, Quieren tiempo ; bien sé yo
Pocas hubiera preñadas. Que en nobleza no me igualas.
TELLO. Mas porque en algo me tengas,
Hablarte media palabra. Con mas espado hablaremos.
ia que con desden me pagas,
Pero mira que no traigas
LOS TELLOS DE MENÉSES—PRIMERA PARTE. 523
Tan públicas esas joyas, Celebró la carta, y dijo Los reyes honran pidiendo,
í que yo podré guardarlas. No sequé de mí persona : Y es temeraria bajeza
Todo en efelo lo abona De un vasallo dilatar
VENDO.
El valor de ser tu hijo. Lo que le mandaron dar
Hablémonos esta noche ; «No he visto menos renglones, Dios y la naturaleza.
)ue yo haré lo que me mandas. Dijo, ni mas voluntad.» TELLO.
INFANTA.
MENDO. Finalmente , el Rey queria
So me tengo de ir sin ellas. Dijo el Rey mucha verdad , Que tú le fueses á ver ;
■EHDO. Si eran las obras razones. Mas viendo que no ha de ser,
lura que no dirás nada. TELLO. Dijo : « Pues yo iré algún dia
INFANTA. Informóle un caballero A visitarle á su casa ;
V mi me importa. De li por discreto modo , Que le quiero por amigo.»
Y sabiendo que eras godo, TELLOEL VIEJO.
MENDO.
Pues toma, Te hizo su tesorero , Eso si , venga ; que os digo
Y dame esa mano blanca. En muestra de sus deseos. Que no se le muestre escasa.
Y no es poca maravilla ; V'oyme á poner de señor.
INFANTA. Porque en León y en Castilla MENDO.
tQué puedo negarte, Mendo? Se usa tenerlos hebreos , Pues cierto que, bien mirado,
■EHDO. Por ser en esta ocasión Que tienes algo mudado
. iQuiéresmeí Los mas poderosos hombres, Después de aqueste favor.
INFANTA. Y dar diferentes nombres
TELLO EL VIEJO.
¿No es cosa clara? A oficios de estimación.
Repliqué: «Si vos le hacéis ¿ Oficios mudan las caras?
MENDO. MENDO.
A Tello señor de España ,
¿ Mucho? No vendrá de su montaña : Y aun las almas.
INFANTA. Mal su condición sabéis.» TELLO EL VIEJO.
Y mas que mucho. Y dijo : « Si ser señor Vén conmigo.
MENDO. De su montaña desea , (Vanse Tello el viejo y Mendo.)
¡Ay, cielos! Señor de su tierra sea.»
TELLO.
Víctor, Mendo. TELLO EL VIEJO.
A mor, de mi mal testigo ,
INFANTA. Aun eso me está mejor ; Si en mis cuidados reparas,
Víctor, Juana. Pero , puesto que me obliga , ¿Cómo me dilatas, di ,
5
Como es razón q ue lo entienda , El premio de tanta ausencia?
El darme mi propia hacienda
Es casarme con mi amiga.
ACTO TERCERO. TELLO.
ESCENA II.
Horca y cuchillo tenéis LA INFANTA—TELLO.
Desde hoy.
ESCENA PRIMERA. TELLO EL VIEJO. INFANTA. (Ap.)
¡Rravo favor! Como ve la resistencia,
TELLOEL VIEJO, TELLO, MENDO. Hace amor suertes en mi.
■ENDO.
Hagamos cuenta , Señor, LQuién pensara que sintiera
TELLO F.L VIEJO. a ausencia de un hombre yo,
¿Que tan bien te recibió ? Aunque poco me debéis;
Que no quiero que algún dia, Y que en viendo que volvía,
TELLO.
Si tenéis juridicion. Tan necia á verle viniera?
No le puedo encarecer, Con razón ó sin razón , Mas ¡ay Dios!
Señor, el gusto y placer Por alguna falta mia , TELLO.
Que el Rey de verme mostró. Uséis desas facultades. ¿ Qué dicha mia,
■ENDO. TELLO EL VIEJO. Juana , á mis ojos te ofrece?
Pues ¿á quién llevan dinero, Agora si que amanece,
¿Soy yo fallo de juicio? Porque sin el sol no hay dia.
Que reciba mal á quien
■- Se lo lleva? MENDO. ¡Qué largos son en León !
TELLO EL VIEJO.
Por ocupar el oficio Era un siglo una mañana ,
Haréis dos mil necedades. Si es reloj del tiempo, Juana ,
Dices bien, La propia imaginación.
TELLO EL VIEJO.
Y agradecértelo quiero ; Déjame verle; que quieren
Que en un librillo he leído Mendo , oyendo tu razón ,
Conozco (aunque para honrallos) Mis ojos satisfacer
Que en un jumento llevaban Lo que han faltado de ver,
Una diosa que adoraban Que soy señor de vasallos
lin que ya tengo bufón. Pues verán mientras te vieren;
Con el respeto debido Que no viéndote, no vieron.
Los que la vian pasar, MENDO.
Hincándose de rodillas; INFANTA.
También es cosa asentada ,
Cuyas altas maravillas Si lo señor te tocó ¡Buen modo de encarecer,
Pudo el jumento pensar Que soy virtuoso yo Después que vienen de ver
i (Como en lin era jumento) En que no me has dado nada. Todo lo que ver quisieron!
Que eran por él, y paróse. TELLO. TELI.O.
Viéndolo el dueño , enfadóse Yo , mi bien .¿quévisinli?
• Del soberbio pensamiento , Oye también mis mercedes.
TELLO EL VIEJO. INFANTA.
Y pegándole muv bien , ¿Yo tu bien?
Le dijo con voz furiosa : i Generosa condición !
MENDO. {Ap.)
«No es á tí , sino á la diosa;» TELLO.
Esto va bien.
; Que es esto mismo también. Alcaide soy de León.
Y asi , pidiendo primero TELLO EL VIEJO.
Del compararte perdón , ESCENA III.
No sé , Tello , cómo puedes ,
Las honras del Rey no son ,
Sin casarte. MENDO , que sale sin que le vean.-
Tello , á tí , sino al dinero.
TELLO.
TELLO. Dichos.
Ya te entiendo. '
I Como quiera que haya sido ,
Yo he sido del Rey honrado, TELLO EL VIEJO. tf.llo.
Y él con los dos se ha mostrado i Qué presto que nos pagó Tú mi bien ; que ni ellos ven
Liberal y agradecido. Tú el llevarlo , el darlo yo ! Sin ti, ni yo vivo en mi.
S24 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
INFANTA. TELLO. Que yo no he sido traidora,
Como vienes cortesano , ¿Hombre? Luego vuelvo, Juana. (Vate.) Y que soy noble advertid.
Ya te enseñas á mentir . LAURA.
VENDO. (Ap.) ESCENA IV. ¡Muy bien con esto se prueba !
¡Qué bien se deja venir INFANTA.
El jilguerito á la mano ! LA INFANTA, MENDO.
Oye y no me culpes.
INFANTA.
■ENDO. LAURA.
Dios sabe , Tello , los miedos i Ah Juana , Juana inhumana , Calla.
Que tu ausencia me causo. Juana que el amor destruya , INÉS.
TELLO. Juana mudable y traidora , La ropa quiero miralla ,
¿Esperábasme ? Juana turca, Juana airada, Para ver si algo me lleva.
INFANTA. Juana , que , siendo criada ,
INFANTA.
Pues ¿no? Ya se levanta á señora!
¡Juana corales y perlas, No tienes que buscar mas.
■ENDO. (Ap.) • Mujer soy de bien , Inés.
Juana Cupido y palmillas.
Aderézame esos bledos. Aunque no con zapatillas: mendo. (Ap. d la Infanta.)
¡Vive Dios, que soy perdido! Tal miedo tuvo de hacerlas! Juana...
TELLO. ¡ Oh , plega á tus pies ingratos INFANTA.
¡ Ay , Juana ! Que crezcan de aqui á San Juan ¿Qué quieres?
MENDO. (Ap.) Tanto , que en un cordobán
MENDO.
¡Ay rollo! No haya para dos zapatos !
¡Ah falsa! Ya ves
TELLO.
INFANTA.
Que me quedo y que te vas ;
¿Qué haré? Déjame aqui; Y pues te vas, no es razón
¿Cómo , mi bien , bajaré Que se lo diré á Señor. (Vate.) Que no me vuelvas mi caja.
Desde señor á marido? INFANTA.
Que conozco tu virtud , ¡Jesús, Mendo, y con ventaja !
Y me ha dicho tu valor ESCENA V.
Aquestas tus joyas son ! (Dale la cajt
Que has de volver por tu honor. LAURA.—MENDO. MENDO.
MENDO. (Ap.)
LAURA. Vete , Juana ; que por ellas
Templando se va el laúd. Pareceré lindo á alguna ;
¿Qué es esto?
INFANTA.
MENDO. (Ap. Que está la buena fortuna
Si el traje te escandaliza , Celos y amor. En dallas, digo en tenellas...
Yo sé quién es desigual. Que alguna me está mirando
LADRA.
HF.NDO. (Ap.) Que por ellas me quisiera.
Ya pide este huevo sal , ¡ Celos y amor, Mendo! INFANTA.
Pues que suda en la ceniza. MENDO.
No me perturba y altera
TELLO.
Si. Tu desprecio, imaginando
LADRA.
¡Oh , qué traiga de León Que me quita la ocasión
¿Cuyos? De mayor desdicha mía ;
Para adorno á tu hermosura, MENDO.
Si bien oro y plata pura Que ya Tello me tenia
Cosas inútiles son ! De los dos. Gran parle del corazón.
Mas Gnalmente verás LADRA. Adiós , primer sentimiento
Una sarta de corales , ¿Por qué? De mi desden; Tello, adiós.) (Vate.)
Aunque á tus labios iguales , MENDO.
No serán corales mas ; Porque Tello declarado
Que estarán cuando los venza ESCENA VII.
Quiere á Juana.
De su esmalte el vivo ardor, LACRA. LAURA, MENDO, INÉS.
O de envidia sin color, Mi cuidado
0 mas rojos de vergüenza. Cierto pronóstico fué. MENDO.
De los extremos recelo,
Aunque son de oro también , MENDO. Ya estaréis libres las dos
Que no son de precio en quien Dos mil varas de palmillas De envidia y celos.
Es toda exiremos del cielo . Le ha traído Tello á Juana , LADRA.
Cuatro arracadas de perlas , Y por falta de badana Yo siento
De una esmeralda colgadas , No le trujo zapatillas; La ausencia desta mujer ;
Dichosas y desdichadas , Treinta sartas de corales , Pero mas que me dé celos.
Si honrarlas es deshacerlas. Dos mil perlas, cien Cupidos... INÉS.
Un Cupido de oro, á quien LAURA.
Mendo andaba con desvelos ;
Lleva enfrenado un león : ¡La de los ojos fruncidos! Ya no tendrá que temer
Tú entenderás la ocasión , La honesta! Fiad de tales. Competencias de su amo.
Juana , si me quieres bien. Pues ¡ por vida de mi lio !...
Ricas granas y palmillas Allá voy ; aqui te espera. (Vate.) ■ENDO.
Para sayas y sayuelos , Si tú á Sancho quieres bien ,
MENDO.
Color de celos o cielos. No me preguntes á quién
No te truje zapatillas, ¿Hay cólera, hay áspid fiera, Quiero bien, celo ó desamo. .
Hay toro , hay presa de rio
Y no fué sin advertencia ; Como celos en mujer?
Que dicen que es libertad Acabóse: yo he perdido ESCENA VIII.
En principios de amistad A Juana; mas justo ha sido,
Ganarse tanta licencia. Si Juana de otro ha de ser. TELLO, desatinado. — Dichos.
Con esto sabrás que fué
LAURA.
Advertida cortesía ; TELLO.
Que quien zapatos envia , Salid, honesta', salid.
Presume que ha visto el pié. ; Cómo! ¿A Juana? ¡Hay tal maldad !
En premio desto te pido. .. ESCENA VI. MENDO. (.l/i.)

■ENDO. LAURA, LA INFANTA, con tu ropa, El loco rompió la gavia.


(Ap. No pedirá ¡vive Dios! INÉS.—MENDO. TELLO.
Que yo apartaré á los dos.) Quien desta suerte me agravia ,
Señor, un hombre ha venido INFANTA. No me tiene voluntad.
De León en busca tuya. Sin tanta furia, Señora; ¿Por dónde va? ¿Dónde fué?
LOS TELLOS DE MENÉSES.—PRIMERA PARTE 325
LADRA. Quiero visitar mis joyas , INFANTA.
Tente , primo; ¿dónde vas? Porque de su luz espero Mas que despedida , huyendo.
TILLO. Consolarme de la ausencia TELLO.
(Abre la caja.) ¿De quién?
¿Quiénes? De Juana. ¡ Ay cielos! ¿Qué es esto?
LAURA. ¡Vive Dios, que es un cordel INFANTA.
Yo soy. Que me deja para el cuello! De ti.
TELLO. ¡Linda cadena! ¡Oh qué joya TELLO.
¿Aqui estás? Para un maldiciente necio! No lo entiendo ,
LADRA. ¡Para quien sin saber nada Pues que me llevas contigo.
Habla en lodo á todos tiempos! INFANTA.
¿No me conoces? ¡Oh Juanilla ! Oh Juana ! Oh sierpe!
TELIO. Oh picara ! A ensillar presto... De un poderoso enemigo
No sé ; —Pero mejor fuera á mi , Voy huyendo.
Que ¡vive Dios!... Pues que fui mayor overo. ( Yate.) TELLO.
LADRA. ¿Quién?
¿En la daga INFANTA.
Pones la mano ? Amor.
Campo. TELLO.
ESCENA IX. ESCENA XII. Si es amor, ¡ tanto rigor,
Tal crueldad, tanto castigo!
TELLO EL VIEJO.—Dichos. LA INFANTA. Vuelve , vuelve ; que me envia
Mi padre por ti.
TELLO EL VIEJO. Donde mi fortuna quiere, INFANTA.
¿Qué es esto? Con inciertos pasos voy, No puedo ,
TELLO. Fugitiva de mi misma : Tello; que me ha dado miedo
Que ba despedido por mi Consejo de la razón. Mi flaqueza y tu osadía.
A Juana, Laura, de celos. Eq la paz que yo pensaba" TELLO.
LADRA. Hallé la guerra mayor, Pues ¿de qué descortesía ,
Luego ¿no tengo razón? En el sagrado el peligro, Juana , le puedes quejar?
Y en el miedo la ocasión. ; Es mas que morir y amar
TELLO EL VIEJO. ¿Qué pensó mi pensamiento, Esta de mi amor locura?
Aunque la tengas , no has hecho , Cuando, siendo yo quien soy, Si fué culpa tu hermosura ,
Sobrina , lo que era justo. Llevó mi memoria á Tello ¿En qué me puedes culpar?
LADRA. Y á su amor mi inclinación? INFANTA.
¿Qué era justo? Nadie de los ojos fie ; Tello, yo no he de volver...
TELLO EL VIEJO. eue al mas levantado honor, Por causas que tú no sabes.
Que primero i no los cierra con llave , TELLO.
He hablaras, y yo la diera Le harán cualquiera traición.
De grande peligro salgo, Ya he visto en tus ojos graves
Algo para su remedio.— Pues con ver que libre estoy , Que eres principal mujer.
Y tú ¿ por qué la inquietabas ? Sospecha el temor que tengo ¡De callar y padecer,
TELLO. Que le dejo el corazón. Juana hermosa , te agraviaste?
Yo no soy hombre que tengo Mas dice mi valor De honesto amor te cansaste?
Pensamientos tan humildes. Que en los principios se resiste amor. Déjame no mas de verle ;
TELLO EL VIEJO. Pensó Laura que vengaba Mira que vengo á la muerte,
¿Tendrás otros pensamientos, De sus celos el rigor, De un hora que me dejaste.
Desde alcaide de León Y dióme Laura la vida ; ¿Qué será , Juana , de mi
A esta parte? Ahora bien, quiero Que la ocasión me quitó. Si no vuelves?
Hacer que vayan tras ella. — Aunque lágrimas me cuesta, INFANTA.
Y tú no te inquietes, Tello. (Vate.) Ninguna culpa le doy : No, en mi vida.
Mejor es perder á Tello TELLO.
Que no que me pierda yo. Ya está Laura arrepentida;
ESCENA X. Si fuera aquel mozo ilustre, Ella me envia por ti.
Disculpara amor mi error; Dicen que la culpa fui...
TELLO, LAURA, INÉS, MENDO. Pero, criado entre ovejas, Vuelve , Juana , por mi honor ;
No es bueno para león. Que mi padre con rigor
LADRA. Sangre del godo Rodrigo Me ha reñido tan extraño ,
No Ja verán mas tus ojos. Dicen que el tiempo le dió, Que has de ir por su desengaño,
La buena persona el cielo, Si no quieres por mi amor.
TELLO. Y el rey Pelayo el blasón :
¿Cómo que no? Ensilla , Mondo . Partes constituyen dignas INFANTA.
El overo; que no fio Para amarle ; mas ¡ ay Dios ! ¿ Cómo quieres tú que viva
De mi padre. Que dice el amor que si, , Adonde Laura se abrasa?
LADRA. Y el Rey, mi padre, que no, TELLO.
Iré yo luego Y en esta confusión Tú serás , Juana , en mi casa
A decirle que te vas.— Huye la honra y se detiene amor. Paloma con verde oliva.
Vén , Inés. No permitas, vengativa ,
(Yante Laura é Inét.) ESCENA XIII. Que lo pague mi inocencia ;
TELLO. Vuelve á honrar con tu presencia
Ensilla presto, TELLO.—LA INFANTA. El oriente donde fuiste
Sol ; que de sombras le viste
■no. tello. (Dentro.) La soledad de tu ausencia.
Ya, Señor, voy á ensillar. Ten este caballo, Mendo ; ¿Podrás tú , mi bien , sufrir
{Yate Tello.) Que alli la be visto. Que muera sin culpa yo?
Porque Laura te ofendió,
INFANTA. ¿Me tengo yo de morir?
ESCENA XI. ¡Ay (le mi! ¿Adonde te quieres ir
MENDO. (Sale Tello.) Con esos pobres despojos ,
TELLO. Que no te dén mil enojos ,
¿ Dónde vas , Señora , ansí? Y por el hurto le prendan
Antes que saque el overo,
526 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
De un alma , por mas que emprendan
Negarlo lus dulces ojos? Sala en casa de los Tollos. LAURA.
¿Dónde irás sin que por ello Mejor de otra suerte fuera.
Te injurien? ¿Quién le ha de ver, ESCENA XIV. mendo.
Que no diga : «Esta mujer Pareció Juana en un bosque ,
Se lleva el alma de Tello»? TELLO EL VIEJO, LAURA, INÉS. 9uías flor'das riberas
Si de la planta al cabello Cubren dos mansos arroyos ,
Laura envidia tu hermosura, TELLO EL VIEJO. Mas que de cristal , de arena ;
Muera Laura en su Lcura, ¿Estás loca? Que ellos propios la levantan ,
Piérdase Laura , no quien LAURA. .Riñendo donde se encuentran.
Te estima y te quiere bien Viola Tello, y arrojóse
Con fe tan honesta y pura. Loca estoy ;
Y tú lo pareces mas. Del caballo: así las riendas,
¿Cómo, dime , negarás , Pues tal licencia le das. Y estuvimonos los dos ,
Si te prenden , que me llevas Él contemplando la yerba ,
El alma, en llegando á pruebas TELLO EL VIEJO.
Y yo de los dos hallados
De que tan hermosa estas? Yo ¿ qué licencia le doy? Satisfaciones y quejas.
Luego mas acertarás LAURA. Juana volver noqueria ;
En volver donde me has muerto, Tello ¿no es ido por Juana Que dice que la atormentan
Porque es sagrado mas cierto Con tu licencia? Celos de Laura, y mi amo
Para excusar el castigo; TELLO EL VIEJO. La obligaba hasta vencerla;
Pues mientras eslás conmigo, Si bien es verdad , Señor,
Tendrás el hurto encubierto. Él se fué;
Porque yo A Sancho envié , Quejas mujeres discretas
Que estando los dos allí , Y no á Tello, esta mañana. Obran lo que menos dicen ,
Pues tú mi alma has de ser, Quieren loque mas desean.
Ninguno echará de ver LAURA.
En fin , por fuerza ó por gusto
Que estoy sin la que te di. Si Tello tiene mujer, (Que esto de alegar la fuerza
Viviré yo, Juana , en tí , Y tú nuera, dime, tio, Las mujeres es lo mismo
Aunque sin alma, no ausente; ¿Esperar no es desvario Que dar la disculpa de Eva) ,
Que quien ama , si no miente A que yo lo venga á ver? Entre los dos la pusimos
(Porque hay amar y hay fingir), TELLO EL VIEJO. En las ancas. La destreza
Eso deja de vivir Tello, por hacerme gusto, De Tello á lo cazador
Que deja de estar presente. Aunque sin pedir licencia , Se vio, pues sin ofendella
INFANTA. No porque siente su ausencia Subió gallardo en la silla ;
¡ Qué de manera de engaños ! Ni para darle disgusto, Pero, dejando la senda
Qué de suertes de invenciones, Fué .por Juana ; y no hav razón Que viene á casa , del bosque
Si de tus dulces razones Que digas que es su mujer ; Siguió la inculta maleza.
No resultaran mis daños! Porque ¿cómo lo ha de ser Ella, para no caer
Ejemplos y desengaños Sin calidad? Que no son (Que pienso que si cayera
Me aconsejan que me aparte ; Tan bajos los pensamientos Se lastimara en los troncos
Pero ¿dónde ó en qué parte, De Tello. De aquella intrincada selva ),
Pues quise, siendo mujer, LAURA.
Echóle el derecho brazo
No digo, Tello, querer, Al cuello ; y desla manera
Ahora bien , yo soy Se me perdieron de vista ;
Sino querer escucharte? Desdichada y yo me voy;
Si las aves no pusieran Que llevaba Tello espuelas.
Que, amores ó casamientos, Y aunque era entonces Pegaso
El oído á la traidora No los tengo de sufrir.
Voz que engaña y enamora , El rocin , yo le siguiera
TELLO EL VIEJO. Con ansia de verá Juana,
Nunca en la liga cayeran ;
Si á mi no me enternecieran ¿Dónde vas? Porque amor y celos vuelan ;
Los encantos de tu canto , LAURA. Pero Tello me decia :
Tarde me rindieras tanto. En cas de Aibar. < Mendo, quédale ó le asienta ;
—Ahora bien, yo soy mujer. TELLO EL VIEJO. Mira que te cansarás.»
TELLO. ¿En cas de Aibar? Entornille y di la vuelta.
¿Qué dices? LAURA. LAURA.
INFANTA. A llorar... Desto ¿qué dirás, Señor?
Que esto es volver, Y á serville. TELLO EL VIEJO.
Aunque de serlo me espanto. TELLO EL VIEJO. Que, como sabe la tierra ,
TF.LLO. ¿Tú á servir? Tello buscaría el atajo.
Pues vén , mis ojos ; que allí Quien manda treinta criadas, mendo.
Mendo está con el caballo. ¿Ha deservir? Y es muy discreta respuesta ;
INFANTA. LAURA. Que no hay atajo en el mundo,
i Ay Tello ! obedezco y callo ; ¿Qué he de hacer, Laura , que mas fácil sea ,
Que manda otro dueño en mí. Si Tello tiene mujer? Que llevarse una mujer
TELLO. TELLO EL VIEJO.
Adonde jamás parezca.
Con esto se ahorra un hombre
¿Vuelves*on tu gusto? Necedades excusadas. De requiebros y promesas,
INFANTA. Mi sobrina, ¿para quién Y de andar, como en los pleitos ,
Si; Es mi hacienda ? En demandas y en respuestas.
Pero en fe de tu valor, INÉS. Si es el lin el matrimonio,
Que respetarás mi honor. Mendo viene , Y el fin los sucesos prueba,
TELLO.
Y escrito en los ojos tiene ¡Bien haya amén el concierto
La luz que en lus ojos veo, Que no ha sucedido bien. Que no aguardó la sentencia !
Sabrá tener el deseo
V. reportar el amor.
ESCENA XV.
(Yante.) ESCENA XVI.
MENDO.— Dichos.
TELLO, LA INFANTA.— Dichos.
Buenas nuevas.
TELLO.
TELLO EL VIEJO.
¡ Llega , y besarás la mano
¿Pareció? A mi señor.
LOS TELLOS DE MENÉSES.—PRIMERA PARTE. 517
INFANTA. No ha sido poca destreza. Que sepan que soy señor.
Con vergüenza TELLO EL VIEJO. SANCHO.
De Laura llego. Ahora bien, yo doy en dote Excusarse del rigor
INÉS. A Juana cincuenta ovejas, Parece cosa imposible.
Estos son. Dos vacas, cuatro lechones, TELLO EL VIEJO.
TEI.1.0 EL VIEJO. Y de trigo veinte hanegas ; Otro parece que estoy
¡Vive Dios , que te quisiera , Y á Mendo doy una vara , Después que tengo el gobierno.
Pues soy señor desla tierra.
Mendo, con esta cayada SANCHO.
Hacer cuatro la cabeza! MENDO. Tierno me pareces.
¿Ves cómo por el atajo No me des , Señor, oficio, TELLO EL VIEJO.
Vino? Que si no prendo me pierda
(Pues en efeto es prender), ¿Tierno?
HENDO.
Y si prendo me aborrezcan. Verás qué castigos doy.
Y es cosa muy cierta ; SANCHO.
Pero no le hay sin trabajo. TELLO EL VIEJO.
Mas yo me huelgo que venga... Ahora bien, trazad la boda. Tampoco has de ser cruel.
(Ap. Porque me vuelva mis joyas.) TELLO EL VIEJO.
inés. (Ap. á Laura.)
TELLO. Con esto segura quedas. Ya sé yo que la balanza
Juana la mano te besa, Nos enseña la templanza
LAURA. Que hay del cuchillo al cordel.
Por la merced que le has hecho. Juana , una sartén te mando
INFANTA. Y una cama de red nueva. ESCENA XIX.
Señor, cuando yo ofendiera tello. (Ap. i la infanta.)
A mi señora , era justo i Ay, Juana , que aun que es de burlas , MENDO , con vara de alguacil , villa
Que castigara mi ofensa ; Siento el casarte de veras ! nos. —Dichos.
Pero no, estando inocente.
LACRA.
(Vanse los Tellos, la Infanta y Laura.) hendo.
Si, si la misma inocencia , No se puede imaginar
Y aun con esas humildades , ESCENA XVII. La ventura que he tenido.
Se sale con cuanto intenta. tello el viejo.
INFANTA. MENDO, INÉS. Pues, Mendo, ¿qué ha sucedido?
Señora , vo no quería INÉS.
HENDO.
Volver; Tello me hizo fuerza. No acababa de tomar
¿Parécete, Mendo, bien La vara que veis aquí,
vendo. (Ap. á Inés.) De la suerte que me dejas?
¿A fuerza ha llegado el caso? Cuando dicen que el Rey viene.
HENDO.
Para bien las bodas sean. TELLO EL VIEJO.
Inés , cuando de casarme ¿El Rey?
INÉS. Te resulte alguna ofensa , HENDO.
Calla , malicioso , y mira No quieras mayor venganza.
Que es Juana mujer honesta. Y el que solo tiene
INÉS. Jurisdicion sobre mi.
HENDO. Todos sois desa manera ; TELLO EL VIEJO.
¿Quitóle su honestidad? Pero todos os casáis.
Tello se quedó con ella. Pues di , ¿quién te dijo á tí
HENDO. Que el Rey al monte venia?
tello el viejo. Inés , el casarse es fuerza. HENDO.
Ahora bien , Laura , por mi INÉS.
(Si es justo que lo merezca) Quien le vio cazar.
Habéis de hacer amistad. Pues ¿cómo os quejáis después? TELLO EL VIEJO.
HENDO. Seria
LADRA.
¿No basta que tú lo quieras? No todos después se quejan ; Cerca de León , no aqui.
Que muchos aciertan mucho, HENDO.
TELLO EL VIEJO. Y otros por su culpa yerran.
Juana , abraza á tu señora ; ¿No aquí? Pues ese riildo
No está la paz en castigos , ¿Qué piensas que puede ser?
Y porque de hoy mas no tengas Que deshonran , no remedian ,
Celos, casemos a Juana. Sino en no querer los hombres sancho.
TELLO. Volar por casas ajenas. Ya comienza á anochecer,
No habrá cosa con que pueda Regalos guardan lealtad; Y debe de haber venido
Estar Laura mas segura. Debida correspondencia Con ánimo de que seas
Mundo su marido sea. En la mesa y en la cama Su huésped.
Hacen las mujeres buenas. TELLO EL VIEJO.
■rento. Turbado estoy. —
Antes de ir por el atajo, INÉS.
Al mismo Rey no la dieras , Bravo casado serás. Mendo, á recebirle voy. (Yate.)
Y ¡á mí me la das agora! HENDO.
No sé, por Dios, si la quiera.— No quiera Dios que tal sea. ESCENA XX.
Mas será envite de falso. INÉS. MENDO, SANCHO, villanos.
TELLO.
Pues ¿qué? ¿Manso?
No, Mendo, por Dios ; que della HENDO.
HENDO.
Sé que agradece tu amor. ¡Hola, Sancho! enciendan teas
Peor, Inés;
HENDO. Sino que quiera y me quieran, Por cuantas peñas y partes
¿Es verdad , Juana? Y que alcance á nuestros hijos Tiene este monte, que son
JUANA. La bendición de la Iglesia. Desta humilde habitación
No tengas ( Vanse.) Los muros y baluartes.—
Duda de mi amor. Vos á buscar frutas frescas. —
Tú di á Juana que no salga ;
HENDO. (A un villano.)
Vista exterior de la casa de los Tellos.
Agora Porque aquesta gente hidalga
Digo que los celos ciegan.— ESCENA XVIII. Se muere por villanescas;
Mira , Tello, no te espantes Y ella , por lo remilgado,
' De que yo á Juana no crea ; TELO EL VIEJO, SANCHO. Les hará conversación.
Que como en aquel rociu SANCHO.
TELLO el viejo.
Diste tan larga carrera, Parte seguro : ellos son.
Venir á parar en mí Esos, Sancho, no es posible
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Todo se alborota el prado.
De la salud , comer macho,
[Yante.) ESCENA XXIII. Aunque tengan buena gana ,
Dicen que es delito; y vengo
MENDO, SANCHO.— Dichos.
A ver si en tanta abundancia
Puedo pescar cualque cosa.
REY.
Sala en casa de los Tellos. REY.
Mucho me alegro de veros.
Buen labrador...
sancho. (Ap. á Mendo.)
TELLO EL VIEJO.
ESCENA XXI. Arrima luego la vara.
Es la gracia
mendo. De todo el monte.
EL REY, DON RAMIRO, LOS TELLOS, ¿Yo? ¿Porqué? MENDO.
CRIADOS, VILLANOS. sancho. Y la hambre.
Porque está el Rey REY.
TELLO EL VIEJO. Presente.
¿Cuándo, Señor, merecí Tomad.
MENDO.
Tanto honor? No es de importancia. MENDO.
REY. ¿ Por cuánto faltara
SANCHO. Manjar blanco?
A conoceros , ¿Cómo no?
Tello, he venido,.y á veros, (Dale el Rey el plato de manjar bla-nu
MENDO.
Pues vos no me veis á mi. Parecéis
Vuestro hijo ¿ dónde está? Si un capitán, Principe que come en farsa.
De la guerra ó de las armas
TKLLO. (Cantan los músicos.)
Viene á ver y hablar al Rey,
A vuestros pies, gran Señor. Sancho, ¿quítase la espada? REY.
REY.
¿Tortilla de huevos? Bueno.
SANCHO.
¿Sabéis que es mi alcaide? No, Mendo. El gusto me adivinaba
Quien este cuidado tuvo.
TELLO EL VIEJO. MENDO.
¿Fuiste tú Ramiro? * *
Honor Pues ¿qué mas tiene?
RAMIRO.
Tan grande otro ser le da SANCHO.
De aquel que tiene de mi. Necio, ¿ no ves que es la causa En casa*
Que á nadie conozco, fuera"
REY. Porque representa al Rey,
Prevención muy excusada.*
¿No tenéis mas? Que es justicia soberana,
No, Señor , no fie sido yo."
Y no hay otra en su presencia?
TELLO EL VIEJO. ( Va el Rey á comer, y topa con la sortifi
MENDO.
Hanse muerto; en los diente*.)
Y estuvieron en lo cierto ; ¡Que una cosa tan delgada,
§ue para Tello hay aquí , Sancho, represente al Rey! MENDO.
para tantos no habla. SANCHO. Traigan luego vino y agua ;
En eso, Mendo, declara Que ha topado alguna piedra.
UI.
¿No le casáis? Que no ha de tenerla adonde TELLO EL VIEJO.
Pueda estar cosa contraria. ¿ Piedra , Señor? ¡ Cosa extraña !
TELLO EL VIEJO.
Aqui tengo MENDO. REY.
Una sobrina... Después que eres escribano , Esta sortija conozco.
RET. Sancho, á lo de corte hablas. TELLO EL VIEJO.
Si vengo SANCHO. ¿Entre los huevos estaba
A tiempo, servir querría Y tú ¿no piensas mudar Sortija?
De padrino á mis parientes. El ingenio y las palabras? REY.
TELLO EL VIEJO. MENDO. Y sortija mía.
Templad , Señor, los favores ; No sé, por Dios. Mas ya ponen MENDO.
Que reyes y labradores La mesa : arrimo la vara Pues ¿deso poco se espanta?
Son extremos diferentes. Por pescar alguna cosa; En una morcilla un día'
RET.
Que no porque es de importancia. Hallé yo toda una sarta"
¡Oh qué envidia , Tello, os tengo! De cuentas, que parecían'
TELLO EL VIEJO. ESCENA XXIV. Dentro piñones y pasas.'
Señor, por acá se pasa REY.
Unos villanos sacan la mesa, y salen ¿Quién hizo aquesta tortilla?
Pobremente.
los Mosicos.—Dichos. TELLO EL VIEJO.
nET.
A vuestra casa {Hay en la mesa una tortilla de huevos ¿Quién guisó estos huevos, Laura*
Has pobre que nunca vengo. y un poco de manjar blanco , y en la LADRA.
TULLO EL VIEJO. tortilla de huevos una sortija. ) Juana , Señor, los guisó.
Pues no lo saldréis de aquí; REY.
Que toda os la llevaréis. TELLO. ¿Quién es Juana? •
Ya está prevenido todo.
TELLO EL VIEJO.
REY.
ESCENA XXII. Llama á Juana.
Tello será maestresala.
MENDO.
LAURA.—Dichos. TELLO. A preuder á Juana voy.
Turbaréme , gran Señor.
SANCHO.
ladra. ■ENDO. ¿Porqué?
Aqui, gran Señor, tenéis, El manda como en su casa.
Para que os sirváis de mí , MENDO.
RET. Por tortillas falsas,
Vuestra pobre labradora. ¿Quién sois vos? Y porque quebró las muelas
RET. MENDO. A un rey de tanta importancia.
¿Es vuestra sobrina? El alguacil.
TELLO EL VIEJO. REY. 1 Los Tersos señalados con asterisco a
Laura, ¿Queréis algo? hallan en las ediciones modernas y faltan «
Señor, mi casa restaura , MENDO. la antigua ( tomo xn de Lope>, la mal eo»
Si vos la casáis agora. tiene muchos trozos que fueron omitidos «
Los que tratan las posteriores.
LOS TELLOS DE MENÉSES.—PRIMERA PARTE. 529
(Ap. Esta vez cobro mis joyas.) TELLOEL VIEJO. Que solo á su gusto sea.
¡Oh ladrona, que le echabas i Para qué encubres la cara? .INFANTA.
Piedras al Rey en los huevos, Quila las manos. Sí será ; que estoy casada.
Como á bestia en la cebada ! (Vate.) RET. REY.
REY. ¡Qué veo! ¿Casada? ¿Con quién?
<Ap. Cielo, ¿quién imaginara Ya se me enternece el alma.— INFANTA.
Que yo viniera á tener i Eres tú , Elvira? Eres tú , Con Tello,
Tanta pena en esta casa?) Hija, que de mis entrañas
Esta sortija es de Elvira. (A Ramiro.) Fuiste cuchillo en tu muerte ? A quien tu pariente llamas.
tello. (.4p. dsu padre.) • TELLO EL VIEJO.
REY.
Señor, hoy prenden ó matan ¡ Cosa que fuese la Infanta '. Si no te hubieras casado,
A Juana , si por ventura Elvira , yo te casara ;
TELLO. Porque no pudiera darle
Piensan que veneno daba ¡ Ay, padre! si lo- es soy muerto.
Al Rey en esta sortija. Deste servicio otra paga.
RET. Daos las manos.
TELLOEL VIEJO.
Elvira , á tu padre abraza , TELLO.
¡ Veneno ! Infame criada. Y agora venga la muerte. Bien merece
MENDO. Mi amor, mi fe , mi esperanza
ESCENA XXV. (.4/). Agora es cuando me manda Este premio.
Freir en aceite el Rey.) TELLO EL VIEJO.
MENDO, trayendo á LA INFANTA, ¡Ah Juana ! si eres Infanta , No prosigas ;
toda turbada y tapándose la cara. — Destruécame aquel cordel ; Porque aqui la historia acaba '
Dichos. Que yo te daré la caja. De Los Tellos de Metieses ,
mendo. INFANTA.
Godos de la antigua España.
Por fuerza habéis de salir. Tuyas serán todas , Mendo.
INFANTA. TELLO EL VIEJO.
< Asi concluye la comedia en el tomo xn
de las de Lope; lo que prueba que cuand»
Déjame, por Dios. Señor, toda nuestra casa la escribió, no pensaba en segunda parte : las
TELLO EL VIEJO. Perdona ; que no supimos ediciones modernas tienen este lin:
Villana Quién era.
De Zamora ó del infierno, RET.
... Aquí la historia acaba
¿Qué es esto que ai Rey le dabas? De los Tellos de Mencses,
Quise casarla Godos de la antigua Kspaiía,
REY. A su disgusto, y agora, Hasta la segunda parte.
Tello, dejádmela ver. Tello, la doy la palabra Que refiera sus hasañas.

34
VALOR, FORTUNA Y LEALTAD1,
SEGUNDA PARTE

DE LOS TELLOS DE MENÉSES.


PERSONAS.
ALFONSO III, REY DE LEÓN. Soldados.
LAURA, su prima.
TELLO EL VIEJO. INÉS , villana. Criauos.
TELLO, su hijo. Música.
MENDO, gracioso.
GARCI-TELLO, niño. SANCHO, villano. Moros.
DON ARIAS, conde. Villanos.
UN CURA.
DOÑA ELVIRA , infanta. Acompañamiento.

La acción pasa en ¡as montana» de León y en esta ciudad.

Los amores de Tereo. Van arrastrando cadenas.


ACTO PRIMERO. Las hiedras, que en verdes techos Kl uno y el otro polo
Prenden acopados colmos. Parece que sacudir
De ramas y de hojas hechos, Quieren la máquina, y solo
Con abrazos mas estrechos Entre nubes de zafir,
Cimpo en las montañas de León. Han enredado los olmos. No sabe su aurora Apolo.
Aquesas voces suaves, Sube hasta el cielo arrogante
ESCENA PBIMERA. Que ya risueñas, ya graves, Del mar el profundo abismo,
Con naturales acentos Porque no hay sol que le espante;
LA INFANTA DOÑA ELVIRA y LAURA, Suenan en dos elementos, Y cayendo de si mismo.
con sombreros y rebociños; villanos, Son las fuentes y las aves. Es fulminado gigante.
música. . INFANTA. Y ansi con las luces bellas
Laura mia, esos amores Traslada la tempestad
(Tocan, cantan y bailan.) No parecen de cuñada. La furia del mar, que entre ellas
LADRA.
Ven los peces si es verdad
MÚSICA. Que los hay en las estrellas.
Pues ¿de quién serán mejores Mas luego en tanta ruina
Quien se levanta hermosa Que de una prima, templada Corre la oriental cortina
Y con salud, parida, Al gusto de tus favores? La aurora bañada en hielo,
Algo adivina. ¡ Dichoso Tello, que fué Y el sol, corazón del cielo,
Quien puede levantarse Digno de tan bella esposa!
Con bríos montañeses. La turbia mur ilumina.
Volver quiere d enfermarse
INFANTA. Asi yo tantas crueldades
Por otros nueve meses. Paso, prima ; que vendré Padeci de mis desdichas
Quien hoy á su Metieses A estar de entrambos celosa. Entre aquestas soledades,
Le pareció tan linda, LACRA. Hasta que el sol de mis dichas
Algo adivina. Ahora, Elvira, ¿porqué? Serenó las tempestades.
Ocho años han pasado Asi del mur inhumano
LAURA. Mi pobre barca salió,
Por muchos años, Señora, Quejo los tuve de 11;
Pero en viéndole casado, Dándome el cielo su mano,
De la cama te levantes Con las esperanzas di Aunque mi padre murió,
A dar envidia á la aurora, Al vago viento el cuidado. Y me aborrece mi hermano.
Cuando con tiernos diamantes Yo confieso aquel deseo Dos hijos tengo ya, en quien
Baña los campos de Flora. Deque tan lejos me veo; Tengo el alma dividida,
Por pizarras desiguales , Digno fué de tu valor. Dando su parte también
Viendo que á los campos sales, Porque le guardaba amor A Tello, porque no hay vida
Tropieza en su misma prisa Para mas dichoso empleo. Adonde los tres no estén ;
La nieve, deshecha en risa, A mucho te aventuraste ; Que esa necia presunción
Para que pises cristales. Por este bárbaro suelo De don Arias es locura.
Las llores de la riliera Muchos trabajos pasaste; LAURA.
Salen á verle á porfia ; Pero ya, gracias al Cielo,
Todo se esmalta y espera Cuéntame por qué razón
En sus brazos descansaste. Volver contra ti procura
De tus ojos alegría
Y de tus pies primavera. INFANTA. León al rey de León.
Todo tu salud lo viste Al misero navegante INFANTA.
De contento, hermosa Infanta ; Truecan, Laura, en un instante A la margen de esa fuente,
Hasta la tórtola triste La alegre color de celos* Que se queja y no lo siente ,
Parece que alegre cania En tanto lutq los cielos, Quiero contarte su historia ,
Después que al prado saliste. Que no parece un diamante. Aunque ofenda la memoria
No hay ave que de su empleo Sus claraboyas serenas Tan enojoso accidente.
fio muestre dulce deseo ; Escupen balas de hielo,
LAURA.
Que, con ser justa su pena, Truenan nubes de horror llenas,
Aun no llora Filomena Que, desquiciando su velo, Los necios son atrevidos.

• Tal es el titulo que lleva este drama en el ejemplar que nos ha servido como original , edición antigua , suelta, sin ano ni lugar de
impresión. En las modernas se titula Valor, lealtad y ventura ie ¡os Tellos it Meneses, segunda varíe.
532 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
INFARTA. Que ya no soy labrador. Y don Tello de Menéses
De todos le diferenció, Con reyes trato en efeto ; El mozo, Señor, te envia
Si amaron aborrecidos. Verdad es que á Dios y al Rey Seis alfanges de ataujía,
LAURA. No por tratarlos es ley Diez jacos, veinte paveses.
Pide á la fuente silencio Que se les pierda el respeto. Los jacos, por mas decoro,
Mientras le doy los oidos. Quiero decir que he llegado Tienen, menudas y juntas,
A hablados con libertad. Por los collares y puntas,
INFANTA.
Presto verás que á ninguna SANCHO. Un dedo de mallas de oro.
Tanta desdicha importuna, ¿No es hombre la majestad ? Los paveses, todos nuevos,
Pues, ni villana ni infanta, MENDO.
Traen pintado el blasón
Me dejó con fuerza tanta De Castilla y de León,
Si ; pero es hombre endiosado : Y las tortillas de huevos,
De perseguir la fortuna. Un rey es Dios en la tierra.
(Vanse.) Para memoria de aquella
SANCHO. En que le puso su hija
Llega, que es buena ocasión, Del Rey la oculta sortija,
Pues en su coronación Y sus desdichas en ella.
Salón del alcázar real de León. A nadie las puertas cierra. Diez jaeces recamados
MENDO. De aljófar y oro...
Invictísimo Señor, (Arrodíllase.) REY.
ESCENA II. Que guarde y prospere el cielo. . . No mas;
EL REY, D.ON ARIASj acompañamiento REY. Que parece que me das
¿Quién sois? Levantaos del suelo. Los dos presentes pintados. —
DON ARIAS.
MENDO.
¡Qué gracioso embajador!
La muerte del invicto Ordoño, padre Como del dueño en efeto.
(Ap. Cobrándole voy temor.)
De vuestra alteza, y el debido llanto Criados somos de Tello, MENDO.
A sus claras virtudes, vence tanto Vuestro cuñado. No le hubo allá mas discreto
Ser vos el heredero, En todo el monle, Señor.
Príncipe soberano REY.
REY.
De la parte mejor del reino ibero, ¿De quién?
Que ya el bramido del león hispano, ( Vuelve á Mendo ¿a espalda.) Leed, don Arias, la caria.
Resucitando en vos su heroico hijo, DON ARIAS.
sancho. (Ap. d Mendo.)
Las lágrimas convierte en regocijo. No escucha el cuñado bien ; Tello el viejo firma aqui.
Vos, Alfonso, seréis (en Dios lo espero) Enderezóse de cuello. REY.
De vuestro reino padre y la defensa MENDO. Pues leelda.
De España, vuestra madre,
Que oprime el moro con injusta ofensa. Cuñado, aunque suele ser DON ARIAS.

La religión, la paz y la justicia, Tal vez amistad segura, Dice ansí.


La ciencia y la milicia Dicen que es añadidura MENDO. (Ap.)
Se verán abrazadas, Que dan con propia mujer. Cafta y presente descarta.
De pacífica oliva coronadas. De suene que es como hueso
DON ARIAS.
Vivid siglos, vivid, y ¡plega al cielo Del matrimonio un cuñado,
Que siempre viene forzado (Lee.) «Hijo, por muchos años os co-
Que, oyendo el justo celo » ruñéis rey de León : pareceos á vuestro
V el ánimo devoto, i'ara hacer cabal el peso.
» padre, y seréis buen rey, imitando sus
Vuestras banderas ponga en el remoto SANCHO.
«virtudes, para que sea mas alegre vues-
Margen del mar de España, Vuelve á hablar. »tro reinado. Hoy os ha nacido otro so-
Que las colunas baña mendo. (Al Rey.) «brino, hermano de Garci-Tello, que
Que el tebano llamó fin de la tierra; Tello, Señor, «hoy también cumple ocho años; de
Pues ya tenéis la torre en que se vian Con esla carta te envia (Dásela.) «suerte, queja tenéis dos sobrinos , y
Las fuertes naves de la gran Bretaña * El parabién deste dia; «yodos nietos. La Infanta, vuestra her-
Cuando el mar discurrían, Y' en prendas de justo amor, «mana y mí hija, irá á veros luego que
Amenazando guerra ! Solo resta Tello el viejo, y padre suyo, «tenga salud. Dios os haga buenrevy
Que nos deissucesion, que os ha faltado Un présenle montañés, «Santiago os ayude.— Teílo de les G*-
De nuestra gran señora, Que, aunque indigno de tus pies, ndosy Menéses.»
V un sol leonés de castellana aurora. Ya viene en nombre de tuyo. REY.
REY. Diez potros, que pueden ser
Por lo corpulento padres, Hombres...
Ese cuidado solo me molesta, MENDO.
Don Arias, por vivir desconfiado ; Y cuatro yeguas sus madres,
Que las pudiera poner Señor...
Y así, prometo al cielo
Visitar con piadoso heroico celo Al carro de oro h aetonte, REY.
Al gran Patrón de España, A haber moras en el cielo; Decid á los dos Tellos
A cuya espada debe tanta hazaña; Porque del áfrico suelo Que estoy muy ocupado ;
Y desde aquí le ofrezco, Las trasladó nuestro monte. Que me alegre, como se alegran ellos.
Si tanto bien merezco, Trocando el color á veces, De los hijos y nietos que han bonrado
Labrar la parte que á su templo falta. Dos son cisnes y dos cuervos, Su casa con la ni i a ;
Aunque al correr fueran ciervos, Y á mi hermana decid que no serla
DON ARIAS.
A no ser por los jaeces ; Razón queá León viniese
La sucesión esmalta, Aunque los pies como truenos Sin que yo la avisase y lo supiese.
Como al gobierno público las leyes, Corren, y vuelan también ;
Las coronas y cetros de los reyes. MENDO.
Que apenas ellas se ven,
Cuanto mas sillas y frenos. Prospere el cielo tu real persona,
ESCENA III. Y un caballo para ti,. Y ponga un mundo al pie de tu corona.
Que parece hijo del toro : sancho. (Ap. á Mendo.)
SANCHO; MENDO, con una carta.— Tales son las manchas de oro, No queda muy contenió.
Dichos. Que puedo decirlo asf. MENDO.
Con blanco en lo rojo bebe ; Siempre del alma el rostro fué argumen-
mendo. (Ap. á Sandio al salir.) Porque, para mas belleza,
Ya no tengo aquel temor, sancho. [ta.
Jugando naturaleza. Como no tiene hijos, le fatiga
Sancho, que tener solia Le tiró pellas de nieve. Esto de los sobrinos.
Cuando labrador vivía ; Como liso lerciopelo
El pelo vino á quedar, (Vanse Sancho y Mendo.)
i Alusión á la venida hostil de los ingleses Y sobre lo rojo á eslar
a Cádiz en el año de 1625. Fondo en oro el blanco pelo.
LOS TELLOS DE MENÉSES.—SEGUNDA PARTE. 533
ESCENA IV. TELLO. Cuando con* la bendición
Siempre te son enojosas De la iglesia nos juntamos ,
EL REY, DON ARIAS, acompañamiento. Las que me pueden honrar. Dos varas de terciopelo,
TELLO EL VIEJO. De lo mismo que sacó
¡Coche has. hecho! ¡Estás en tí, La Reina el suyo, y costó
¡ Por qué varios caminos (Así goce ya del cielo)
La fortuna enemiga Sabiendo tú que en León A dos reales, y aun vive, • .
Trueca la gloria en pena ! No hay mas que el del Rey?
¿No quieres tú que me espante?
¿Qué vida fué tan próspera y serena, TELLO.
TELLO.
Qué bien con tal exceso, No son
Que sin alteración de algún suceso Esas leyes para mí. No , siendo cosa importante ,
Llegase hasta su fin gloriosamente? Y si es la Infanta, su hermana , Pues gusto Elvira recibe.
¡Hijo me llama á mí Tello insolente! Mi esposa, aunque mi señora , TELLO EL VIEJO.
¡Oh cuánto erró mi padre I [dre ¿Será bien que viva ahora De suerte que costará
Pues no es posibleque al gobierno cua- Como cuando fué villana? El coche docientos reales
Ni á la razón de estado Mas son achaques en tí Sin muías.
Haber tan mal casado Solo por verme gastar; TELLO.
Con Tello de Menéses [veses Que no te puede pesar Sí hará, y cabales.
Mi hermana, aunque blasonen sus pa- De que yo la sirva así. TELLO EL VIEJO.
De las reales armas de los godos. La iglesia que se acabó
Está lejos de tu casa, Acabarme quieres ya. .
donarías. TELLO.
Señor, si era voz pública de todos Y el arroyo que se pasa ,
No quiero ni gusto yo Señor, cuando labradores ,
Que Tello el mozo. . . Que lo pase en un pollino. Aunque godos , justo fuera
REY. Y en las muías, di ¿qué vienes Que á ese modo se viviera ;
Basta. A gastar, si ciento tienes? • No cuando somos señores.
Si él fué atrevido y doña Elvira incasta, TELLO EL VIEJO. TELLO EL VIEJO.
Corta Me la cabeza era justicia.
Demás, que siempre fué vulgar malicia Para tan breve camino, ¡Ah Tello! ¡Pluguiera á Dios
Arbitra en los sucesos licenciosa; ¿Coche es menester? Que en aqueste verde muro,
Que Elvira fué muy santa y virtuosa, TELLO. Sin reyes, á lo seguro,
Y solo erró en amalle. Y el dia Descansáramos los dos !
¡Un pobre labrador, señor de un valle, Que al campo quiere salir, Conozco tu gran fortuna;
Con <los hijos que heredan mi corona, ¿En un pollino ha de ir Pero dime : ¿á quien levanta ,
Y yo sin ellos! Una infanta y mujer mia? Puesto que ponga la planta
TELLO EL VIEJO.
En la frente de la luna
DON ARIAS. (Que aquellas manchas que ves
Gran Señor, perdona El diablo nos infamó ; Pienso que pisadas fueron
Si que fué te dijere necio acuerdo Mejor nos iba sin ella. De dichosos, que pusieron
De un rey prudente y cuerdo. TELLO. Sobre su rostro los pies).
Pero pienso que puedes remediallo, Cosa tan discreta y bella Que no le haya derribado
Si quieres, fácilmente; Y tan santa ¿te cansó? Antes de acabar la empresa?
Que no te han de heredar injustamente TELLO EL VIEJO. Que si del coche me pesa ,
Hijos de tu vasallo ; ¿Cuánto te costó la caja? No es por lo que haya costado ,
Que puesto que ya son de doña Elvira, Mas porque de mala gana
Siempre la sucesión al padre mira. TELLO.
Cien reales. Paso desde labrador
TELLO EL VIEJO.
A imitar con el señor
Por la razón de mas perfecto, al padre La grandeza cortesana.
¡Cien reales! Que mirando sus cuidados,
Da la filosofía TELLO.
Mas parte que á la madre, ¿No sabes, Tello, que pierdes,
Que nueve meses al infante cria. Pues, En ciudades campos verdes,
Pero, Conde, los hijos de Menéses Y á las carretas que ves Y por vasallos ganados?
¡ Han de ser reyes en León ! Apenas hace ventaja. Si á la mañana , entre gente
Esto y labrar la madera , Tan lucida como ingrata ,
DON ARIAS.
Clavazón y tafetán Se lava en fuente de plata ,
Querría Otros ciento costarán. ¿Qué mas plata que esa fuente? •
Que algún remedio en tanto mal pusie-
rey. [ses. TELLO EL VIEJO. Si escuchando aduladores ,
¿Otros ciento? Oye lisonjas suaves,
Vamos ; que yo daré remedio. TELLO. ¿Qué mas dulces que esas aves ,
DON ARIAS. Y mas. Que se Atan diciendo amores?
Eldia ' TELLO EL VIEJO. Si le dan manjares varios
?ue se determinare vuestra alteza, Espera : Los cocineros curiosos,
endrá (irme el laurel en la cabeza. Que lo quiero averiguar. ¿Cuándo fueron provechosos,
(Ap. ¡Oh Elvira!muerto Tello, serás mia, Sino á la salud contrarios?
Y á pesar de las partes mas contrarias, TELLO. Un capón cuando le males,
Rey de León don Arias. ¡ Qué gracia ! Y' una manida perdiz
Terrible cosa emprendo; pero es loco TELLO EL VIEJO. Come el señor, con telliz
Quien piensa queio mucho cuesta poco.) ¿A cómo costó De azúcar y disparates ;
{Vanse.) El tafetán? Mas, cuando á comer te sientes,
TELLO. Aunque te falte limón ,
No se halló, ¿Qué ha menester un capón
Después de regatear, Sino buena gana y dientes ?
Menos que á real la vara. Pues á la noche acostarse
Vista exterior de la casa de los Tellos. Mil hombres al rededor ,
TELLO EL VIEJO.
¿Te parece que es mejor
¡A real el tafetán ! Que á si mismo desnudarse?
ESCENA V. Perdidas las cosas van.
¡ Jesús, qué cosa tan cara! ¿Qué importa que mil acudan? -
TELLO EL VIEJO , vestido de negro ; Mancos ó imágenes son
TELLO. Los que otros sin ocasión
TELLO.
¿Santiguaste? Los visten y los desnudan.
TELLO EL VIEJO. TELLO EL VIEJO. Blasone el señor bizarro;
Mas ¿ que me quieres quitar Si compramos gue nunca salió en rigor ;
El seso con estas cosas? Para tu madre un jubón, ometa por labrador,
854 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Ni se dio veneno en barro. Prevenidles las albricias; Los tragos en las barrigas;
TELLO. Que de las yeguas se apean. Murmuraban Analmente
Padre , de consejos tales TELLO EL VIEJO. Ver que á la corte venían
Ya no os tengo que decir : Dárselas el Rey podía; A estar con fuertes aldabas.
Ese modo de vivir Que ya le tengo contadas Que de libertad los privan.
No es de hombres, es de animales. Cuatro mil doblas , que habitan ¡ Ellos, las yeguas, las armas,
Hasta ahora, desde Adán , El limbo de un cofre, á quien ; Paveses y jacerinas;
Que el mundo estaba en mantillas, Decendieron desde niñas. ¡ Con los bordados jaeces,
Y les daban las orillas ; Entrego al conde Favila;
TELLO.
Agua y las bellotas pan, J Y sin comer en León ,
Estudiaron policía Pues , dasle cuatro mil doblas '
Al rey heredero, y ¡ miras Como un alarbe en la silla
Los hombres ; las soledades lin que con un coche yo Salto sin arzón, y vengo
Trocaron por las ciudades, A deciros que laenvidia
Hubo rey >• monarquía. A Elvira y á Laura sirva .
Que cuesta veinte ducados! De Garcí-Tello y Ordoño ,
Las leyes fueron también Hijos déla hermosa Elvira
Instituto celestial TELLO EL VIEJO. Y forzosos herederos ,
I'ara. castigar el mal Necio, esas son demasías, Alguna cosa imagina ;
Y para premiar el bien. Y estotras necesidades ; Porque verse el Rey sin ellos ,
Mal cumplieran con sus nombres, Porque son las mas precisas Y imposible á Geloira,
Ni fuera entre humanos ley Cuando los reyes heredan. Su esposa, hará que aborrezca
Que hubiera .entre abejas rey, Alfonso su sangre misma.
Y les faltara á los hombres. ESCENA VII. INFANTA.
Y creed que no es compás
De almas nobles , de hombres buenos, MENDO, SANCHO. — Dichos. ¿Eso respondió mi hermano?
Estarse siempre a ser menos, INÉS.
Y.no llegar á ser mas. mendo. (Dentro.) Sancho, ¿es verdad ó es mentira?
Si están cerca vuestros nietos Los frenos solo les quita , SANCHO.
De ser reyes de León , Y echarásles de comer. Lo menos te ha dicho Mendo.
La villana imitación (Salen Mendo y Sancho.)
Guarde el" cielo vuestras vidas. INFANTA.
¿Será de hidalgos discretos?
TELLO EL VIEJO.
¿Es posible que en el día
TELLO EL VIEJO. Que se corona, aun no sepa
Tello, yo estov viejo ya ; Seas bien venido, Mendo. Templar Alfonso la ira?
De la paz hablo , y quisiera ¿Qué hay del Rey'í
TELLO.
Que aquesta paz no saliera '. VENDO.
De la humildad en que está. Conmigo debe de ser
¿No lo adivinas? El enojo.
Haz lo que fuere tu gusto. Pues no es tan malo de ver,
TELLO EL VIEJO.
Por corto que estés de vista ;
Que al rostro triste ó alegre Como vivan
ESCENA VI. Mis hijos y nietos , Tello , .
Llamaron papel sin firma.
LA INFANTA, LAURA, INÉS.—Dichos. La corona de León , Para que á Dios y al Rey sirvan,
De Asturias y de Galicia Hacienda tenéis y tierra
infanta. (Ap. á Laura.) La frente adornaba apenas, Adonde paséis la' vida
A agradecerle venia Bellísima infanta Elvira, Siendo reyes, sin ser reyes.
Pero, porque no reciba ■
El coche, y está aqui el viejo. A" don Alfonso, tu hermano,
Que de cinco que tenias , Como los potros las doblas,
TEI.LO EL VIEJO. No las verá si no envía
¿Por qué, Elvira , te retiras? Quedó solo, y fué el mayor;
Cuando , puesto de rodillas Con muchos ruegos por ellas.
INFANTA. A la majestad humana , A la fe 1 1 ne de otra guisa
Antes á besarle vengo Imagen de la divina, Me trataba á mí su padre
La mano, y Laura mi prima, Le doy la carta y refiero Cuando á estos montes venía.
Por el presente y la carta De los presentes la lista, Ea, no hay mas que aguardar.
Que al Rey , mi señor . envías. Hurlando pluma y pinceles Hoy Ordoño se bautiza :
TELLO EL VIEJO. Al que escribe y iil que pinta. Sea padrino su hermano. —
El Rey (la causa él la sabe) Vístele de gala, Elvira,
Ya estará de vuelta Mendo. Y cíñele espada y daga.
LADRA.
Mal me escucha y peor me mira ;
Es menester que le escribas Y quien no escucha á quien habla , INFANTA.
Que venga á honrar el bautismo Claro eslá que se fatiga. Vén, Laura... (Ap. ti ella. Que mi alegría
Y saque el niño de pila. . • Mandó que abriese don Arias No la ha de templar el Rey
La carta , y como decías .Con tu envidiosa malicia
TELLO EL VIEJO. Hijo en el "primer renglón , De don Arias, pues ya entiendes
No sé si me atreva , Laura ; Parecióle cosa indigna Por los pasos que camina"
No porque el Rey no vendría, De la grandeza de un rey. A tan necias pretensiones.)
Mas porque darle aposento Aunque amorosa caricia , LAURA.
Entre estos robles y encinas Que, sin ser padre, un vasallo
A tan grande majestad , ¿Que importan las fantasías
Hijo le nombre y escriba. De sus locos pensamientos?
Atrevimiento seria. Asi leyó lo demás;'
INFANTA. Y me mandó que te diga ( Yanse la Infanta , Laura é Init.)
Cómo respondiere el Rey, Que responderá á su tiempo,
Que ya tendrá mas altiva Y que la Infanta desista ESCENA VIH.
La condición , trataremos De la venida á León : TELLO EL VIEJO , TELLO, MENDO ,
(Pues que lo fué de García Todas parecen enigmas.
Rajamos yo y Sancho al campo SANCHO.
Su padre) escribir que sea
Padrino de Ordoño. Del palacio, en que relinchan TELLO EL VIEJO.
TELLO El. VIEJO.
Los mal empleados potros, Tello, parte y solicita
Murmurando la venida Lo que fuere necesario.
Admiras De sus libres y anchos prados ,
La mudanza con razón; Donde á su giislo mordían , TELLO.
Que puede ser que no admita Y'a las yerbas, ya las flores, ¿Sacarán las fuentes ricas?
Rey loque príncipe hiciera. Debiendo en sus fuentes limpias TELLO EL VIEJO.
INÉS. Con tal gusto, que el villano Y' cuando fueran tan grandes
Mendo y Sancho á toda prisa Que al agua los conducía , Como las que se derivan
Bajan la cuesta del monte: Pudiera contar de espacio De la nieve de esos montes,
LOS TELLOS DE MENÉSES.—SEGUNDA PARTE. 5K
¿Es cosa de cada di* ¡Por mi fe, que os tiene puesto Uno os quiero suplicar.
Bautizar un nieto, y nieto Calan Elvira ! TELLO EL VIEJO.
De un rey? GARCI-TELLO. Lo que tardáis en hablar
TELLO. Señor, Dejarán de ser mayores.
Yo voy. Dios sabe con el temor GARCI-TELLO.
TELLO EL VIEJO.
Que me ha vestido y compuesto. Los mozos de nuestra casa
Date prisa.— TELLO EL VIEJO. Quieren correr seis novillos ;
(VaseTello.) ¡Temor! Pues ¿de qué, García? No se atreven á pedillos,
Y vosotros, Mendo y Sancho,' GARCI-TELLO. No porque juzgan escasa
Descansad , porque querría De que os soléis enojar, Vuestra mano liberal,
Que el bautismo se celebre Y á los vestidos llamar Pero porque yo los pida.
De manera , que se escriba Excusada .demasía. TELLO EL V1EJ0% '
Por cosa rara en León. TELLO EL VIEJO. ¿Quién hay, nieto, que os impida
MENDO. La seda no me molesta, Serlo vo¿ en üesta igual?
Tú verás que regocijan Nieto; que lo que me enfada GARCI-TELLO.
Los bailes y luminarias Es la seda acuchillada, También os pido licencia
Campos, valles, caserías, Que está antes rota que puesta. Para torear, Señor.
Pastores, árboles, aves, Y con vos no hay intereses TELLO EL VIEJO. (Ap.)
Cuantos la montaña habitan. De hacienda, sábelo Dios; ¡Cómo se asoma el valor
( Vanse Mendo y Sancho. ) Que os quiero yo mucho á vos, A prestar de sí experiencia!
Sí, por vida de Menéses. GARCI-TELLO.
Era yo de vuestra edad ¿Este principio os admira,
ESCENA IX. Como ahora os vengo á ver...
Fué muy linda mí mujer, Señor, sabiendo quien soy?
TELLO EL VIEJO. Y mujer de calidad... {Llora •) TELLO EL VIEJO.
Hoy la tengo el mismo amor. Venid ; que licencia os doy,
La pena que me ha dado Si quieren Tello y Elvira.
La respuesta del Rey áspera y dura , GARCI-TELLO.
Puesto que me ha turbado, ¿Lloráis? (Vanse.) '
Disimule con prudencial cordura; TELLO EL VIEJO.
Que, si á entenderla diera , NO.
Mayor cuidado el de mis hijos fuera. GARCI-TELLO.
Sala en casa de los Tellos.
¡OhTello! ¡Cuan seguro Pienso que sí.
Vivías tú, señor de la montaña TELLO EL VIEJO.
Que con eterno muro ¿Hay alguno por ahí ESCENA XI.
Deliende y fortalece el mar de España! Que nos vea?
¿Qué engaño entre tus bueyes GARCI-TELLO.
SANCHO, INÉS.
Aposentó caballos de los reyes? No, Señor. SANCHO.
Aquí ¿no te alabaste
Que despertabas con la blanca aurora, TELLO EL VIEJO. ¿No fuiste al bautismo, Inés?
A ver el verde engaste A fe, que os he de abrazar. INÉS.. .
De la voz de cristal , fuente sonora , GARCI-TELLO. Quédeme á guardar la casa.
En el trigo los grillos, Pues ¿qué doncella soy yo? SANCHO.
Y en la selva pintados pajarillos? TELLO EL VIEJO. A la montaña se pasa
Ño alabaste las noches , No quiero que piensen, no, La corte del rey leonés.
Las horas sin- reloj siempre quietas? No se ha visto fiesta en ella
¿Quién vio rodando coches Que me podéis obligar
A mudar la condición De tan grande autoridad.
Por los sulcos de frágiles carretas , De la aspereza pasada ;
Que, rompiendo pizarras , INÉS.
Imitarán sus ruedas las cigarras? Y abrazaros con espada No pienso que la ciudad
¿Ño decias que hallaba No ha sido sin ocasión ; Puede competir con ella.
Su paz el alma en soledad? ¿Quién trujo Que me habéis dado placer
En el pesar de algún daño ; SANCHO.
La corle donde estaba Porque, si yo no ine engaño, ¿ Hay cena de ostentación?
De los yermos de Tobas el dibujo? Presto la habréis menester. INÉS.
Y ¿quien en triste día Y advertid que al ser tan bello No hav grandeza que no excedan ;
Engirió con el vos la señoría? Sin caza pienso que quedan
Pues, Tello, haced paciencia : Lo fuerte igualéis.
Si os quisisteis meter á caballero CARCI-TELLO. Las montañas de León.
Si haré. El bautismo de García,
Con tanta inadvertencia. Con ser el hijo mayor,
Sabed que la inquietud es lo primero; TELLO EL VIEJO.
Fué con aplauso menor, ,
Que es la caballería. No digáis que os abracé Aunque con mas alegría.
Dulce cansancio, envuelto en cortesía. A vuestra madre ni á Tello, . Mendo viene de la fiesta.—
Y poneos esta cadena. (Dale una ¿Qué hay, Mendo? ¿Acabaron ya?
ESCENA X. GARCI-TELLO.

GAHC1-TELLO, niño, con espada.— Besóos la mano, Señor. ESCENA XII.


TELLO EL VIEJO.
TELLO EL VIEJO. MENDO.— Dichos.
Y si Elvira mi valor
GARCI-TELLO. De miserable condena, MENDO.
Mi madre dice que ya Mil ducados os señalo
Cada año para vestiros-; lin cielo imitando está
Está prevenido todo. Tanto, de veros y oíros La iglesia, nueva v compuesta.
TELLO EL VIEJO. Tan hombre ya, me regalo. Salió el bautismo, por estar tan lejos
¡ Oh buen nieto ! Oh fuerte godo ! El nuevo templo de la Ester dichosa,
GARCI-TELLO.
¡ Qué bien la espada os está ! La que tuvo de Dios Untos reflejos ,
Son tan nobles alimentos, Que,yaquenofuésol,fuélunahermosa,
GARCI-TELLO. Abuelo, como de vos. Adornando el camino verdes tejos,
Solo á vuestra señoría TELLO EL VIEJO. Por la senda mas fácil y arenosa,
Aguardan. ¡Abuelo! Pues vive Dios, En caballos famosos que los prados
TELLO EL VIEJO. A tantajuventud dieron prestados.
Que os añada otros quinientos.
No me llaméis Después de aquesta gente, que seria
GARCI-TELLO.
Señoría, aunque podéis, De treinta mozos, luz de la montana,
Pues que ser señor solia. Señor, en tantos favores,
536 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Pelayo un rico aguamanil traía, CDBA.
Que fué del rey restaurador de España. Señora i A mi casa os ha traído
I™Íel'la_i!,.con Alendar venia ; ■ Hablad, por Dios, como' Infanta, ! Con tanta gente de guarda?
■ Dos fuentes llevan, donde el sol se baña, i. Deciendo yo de traidores?
Y no como labradora. Ha quedado alguna raza
8ue daba con su luz, nadando en ellas, De moros en estos montes?
ndas de rayos, agua de centellas. INFANTA.
Cubría un velo de brillante plata La dignidad es tan alta, Esos paveses y lanzas
El capillo, la vela y el salero, Que mas honor se le debe. Que mis paréeles adornan,
En que la fe evangélica retrata ¿Tienen las armas hurtadas?
GARCI-TELLO.
Las armas del cristiano caballero ; ¿No me las dieron los godos?
Sí yo, señores, reinara, Por menos que reyes llaman
Y luego sobre un paño de escarlata, Hiciera al Cura arzobispo.
Blasón de Tello, en un caballo overo, Mis ascendientes Menéses.
CURA.
Un mazapán que de León trajeron, [ron. REV.
Que deudas monjas de la Infanta hicie- La mano en mercedes larga; Tello, no gastéis palabras.
Nohaymapaquemejorciudaíülescriba, Como por la posesión , Yo no vengo por sospechas ;
Que el azúcar formaba un baluarte, Os beso por la esperanza. Que pusiera á las montañas
Almenas, muros, pórticos, y arriba MENDO. Fuego, si tuviera alguna ;
Un moro con un bárbaro estandarte : Y á mí, Señor, ¿qué me hicieras? Solo vengo por mi hermana :
Este, cercado de muchachos iba, GARCI-TELLO. No quiero que esté con vos.
Con esperanza de alcanzar su parte; Hiciera le del alcázar TELLO EL VIEJO.
Que desta fruta y género de roscas, De León alcaide. Pues, Señor, con vos se vayan
Son con los ojos importunas moscas. Ella y su esposo en buen hora ;
Aquí vieras el coche, que el camino, MENDO.
Es poco. Pero en honra de mis canas,
Por novedad, parece que rehusaba , Dejadme de dos un nieto.
En que'Hosenda al niño cristalino GARCI-TELLO.
Con el desnudo pecho regalaba; RET.
Mendo, menos arrogancias.
Los dos Tellos, la Infanta y el padrino, De los reyes, el que sirve Tello, no es esa la causa.
No el Rey, como su hermana loesperaba; Tiene por ley cortesana Yo solo á mi hermana quiero;
Pero no menos Garci-Tello airoso, Tomar sin quedar quejoso. Que, puesto que está casada
Lo que faltó de rey, sobró de hermoso. Con Tello, no está á mi gusto.
LAURA. A León quiero llevarla ;
Llegaron á la iglesia, en cuya puerta ¿Qué dieras, sobrino, á Laura?
El nuevo cura estaba revestido. Que ya me han dicho letrados
Allí la Te, que el alma le despierta, GARCI-TELLO. Que puedo por muchas causas
Le abrió con sal la boca y el oído. Acechante dos días Disolver el matrimonio.
Laura, por parecer dama, tan muerta A qué fidalgo mirabas, TELLO.
Como sabéis, cuando mudó vestido, Y' casárate con él. No habiendo en la sangre falta.
Al Cura, que lo estuvo mas de oírlo, LAURA. Ni en los hijos ni en la fuerza,
Por responderle voló, dijo birlo. ¿ Ese es premio á tu crianza? ¿A nulidad puede darla
A la pila en efeto le llevaron , GARCI-TELLO. Causa en las leyes divinas
Y Ordoño, por su abuelo , le pusieron , ¡ Qué desdicha de los reyes, Ni en las razones humanas?
En el Jordán del cielo le bañaron, REV.
Y con el olio soberano ungieron. Que por mas que den, no acaban
A su madrina Laura le entregaron, De contentar los quejosos ! Después lo veréis, Menéses,
Y la comadre y ella le envolvieron , INÉS. TELLO.
Encargando al padrino y la madrina, Yá mi, ¿no me dieras nada? Si mi señora la Infanta
Después del Evangelio, su dotrina. GARCI-TELLO. Tiene disgusto conmigo.
Llevaba el mazapán muy sin recato A Mendo te diera, Inés. Sin pleito puede apartarla
El sacristán, entre él y un monacillo ; De mis brazos vuestra alteza.
MENDO.
Pero, como tocaron á rebato, INFANTA.
Ganaron los muchachos el castillo; Señor, si todos los casas, Necio temor os engaña. —
Y aunque el enfraile no salió barato, Mas eres cura que rey. Y admiróme, hermano mió,
No le quedó muralla ni portillo; TELLO EL VIEJO. Que á diez años de casada
Que aun la sobrepelliz desde este dia Dad colación mientras cantan. Digas que apartarme puedes;
Servirá para bandas de sangría. {Mientras cantan , sacan los criados la Que todos los que se apartan,
colación en las fuentes y suena den Mienten á Dios, aunque al mundo
ESCENA XIII. tro ruido.) Parezcan verdades ciaras;
TELLO. Que cuando sin voluntad,
TELLO EL VIEJO, LA INFANTA, LAU Paso, no cantéis; oid. Como sucede, los casan,
RA, INÉS, TELLO, GARCI-TELLO, Después consienten, pues tienen
INFANTA. Una mesa y una cama.
de padrino; EL CURA del bautizo, Gran gente llega con armas Los letrados juzgan bien,
y acompañamiento , con fuentes. — A nuestra casa. ¿Qué es esto? Que juzgan por ía.probanza;
Dichos. TELLO EL VIEJO. Pero Dios, de otra manera,
i Con armas á nuestra casa ! Que está dentro de las almas.
tello el viejo. Si yo quiero á mi marido.
GARCI-TELLO.
Sentios, que vendréis cansados ; Abuelo, ahora ¿es el tiempo Y el me quiere, ¿ hay ley que valga
Y en estas fuentes nos traigan En que he menester la espada? Para que me aparte del?
Colación ; que el señor Cura RET.
Tendrá sed, porque son largas TELLO EL VIEJO.
No, nieto, basta ver lo que es. 'Ser él Tello, y vos la Infanta
Las oraciones. De León, y yo sin hijos ;
EL CURA. MENDO. Y si la razón es alma
Señor, Señor, el Rey y don Arias. De la ley, y es en los reyes
Nunca lo que obliga cansa, La voluntad la que basta
Demás de haberos servido; Para hacer razón, ya es ley
Y ¡ plegué á Dios que de España ESCENA XIV.
Querer un rey lo que manda.
Veáis reyes-estos nietos .' EL REY, DON ARIAS.—Dichos. Yo no vengo por Elvira,
TELLO. Ni á dar razón de llevarla,
Cuando esa dicha alcanzaran, ret. (Dentro.) Sino á llevarla no mas.
No os hubiera estado mal. Queden los soldados fuera. El Rey soy, y ella mi hermana :
INFANTA. (Sale el Rey, y con él don Arias.) Dame la mano.
INFANTA.
García, ¿ en qué le emplearas TELLO EL VIEJO.
Al señor Cura? Señor,
Señor, ¿qué ocasión, qué causa ¿ A qué tigre le quitaran
LOS TELLOS DE MENÉSES.—SEGUNDA PARTE. 537
Dos hijos y su marido? I DON ARIAS. RET.
¡ Ah consejos de don Arias ! Amaros á vos no es mengua, ¿Quién?
DON" ARIAS. Sino excelente cuidado.
¿Yo, Señora? El Rey lo quiere; INFANTA. García , su nieto.
Que yo bien seguro estaba. Yo seré vuestra homicida.
Si de mí tenéis ofensa , Mandarélo, vive Dios. ( Vate.) ¿Que Tello sale ya de la campaña?
Iréme á Lugo mañana. DON ARIAS. Entre; pero será con poco efeto.
Yo solo sirvo á su alteza. ¿Para qué, si tenéis vos (Vase el criado.)
INFANTA. En vuestras manos mi vida? DON ARIAS.
Queja os conozco.—Adiós, Laura ; Oye con gusto un labrador discreto.
Adiós, esposo; adiós, hijos; ESCENA II.
Adiós, Tello. ESCENA IV.
TELLO EL VIEJO. EL RE Y.— DONARÍAS.
TELLO EL VIEJO , GARCI - TELLO,
¡ Quién pensara
Tal pesar en tal placer, RET. MENDO. — EL REY, DON ARIAS.
Y en tal gloria pena tanta ! Don Arias, ¿qué es aquesto? ¿De qué sale TELLO EL VIEJO.
¿Por que no le hablas, nieto? Mi hermana tan airada ? Dadme los pies, gran Señor,
GARCI-TELLO. DON ARIAS. Y perdonad no humillarme ;
Porque callaban las canas, (Ap. No me vale Que no podré levantarme
Y no es bien que hablen nueve años Disculpa ni razón en este caso.) Con el peso del dolor...
Adonde setenta callan. Por vuestra alteza estas injurias paso ; Iba á decir de la edad.
TELLO.
Solo pretendo que viváis seguro ; REY.

Voy á ver mi muerte, y ver Que no hay tan fuerte muro, Vengáis, Tello , en horabuena. ■
Cómo me llevan el alma. Que no derribe la ambición de un reino. Sosegaos, hablad sin pena.
INÉS.
rev. , TELLO EL VIEJO.

¿Qué te ha parecido, Mendo, Si justamente reino, Vuestra grandeza y piedad


Pacífico señor de León y Asturias, [eos, Alientan mi flaco brío,
De tan notable mudanza? ¿Porqué me han deínquielar vasallos lo- Renuevan mi sangre fria. —
MENDO. Muchós en arrogancia, en fuerza pocos? Resa la mano , García ,
Inés, en cosas de reyes DON ARIAS. Al Rey, mi señor, tu tío.
Mas vive quien menos habla. Sufrir del vulgo bárbaras injurias GARCI-TELLO.
No es prudencia en un rey, porque el Aquí tenéis vuestra hechura.
[castigo Dadme la mano á besar.
Temor engendra, y el temor respeto. REY.
ACTO SEGUNDO. Ño deja el rey discreto tue Tello os supo criar
Criar atrevimiento en el vasallo; e muestra en vuestra cordura.
Por esta parle se perdió Rodrigo : Bien parecéis con espada.
Salón del real alcázar de León. El freno es la obediencia del caballo.
GARCI-TELLO.
A Tello de Menéses se aficionan
Los mal contentos, y su intento abonan Con ella nací , Señor.
ESCENA PRIMERA. Con que sus hijos son losqueos heredan; DON ARIAS.
Y es porque la mudanza Bien parece en su valor
LA INFANTA, DON ARIAS. A los caídos pone en esperanza Y en tu servicio empleada.
Que levantarse puedan, Y tiene muy buena madre.
INFANTA. Y que podrán caer los levantados, TELLO EL VIEJO.
Satisfacerme es error, • Trocándose de todos los estados ; Señor, pues podéis hacello ,
Don Arias; dejadme aquí. Porque un reino, es sin duda Dadle silla á Garci-Tello,
DON ARIAS.
Que cuando muda rey, lodo se muda: Que es nieto de vuestro padre.
Señora, ¿en qué te ofendí, rey. REY.
Para usar tanto rigor? Yo he hecho diligencia Sentaos, Garci-Tello, aquí.
INFANTA.
Con los obispos de León y Oviedo TELLO EL VIEJO.
Arias, vuestra pretensión Y con el arzobispo de Santiago, Yo también me sentaré.
Pienso decir á mi hermano. Para templar de Tello la insolencia Si vos mandáis, porque en pié
Y librarme de algún atrevimiento, Estará la edad por mi.
DON ARIAS. Sin hacer en su vida y tierra estrago,
Será persuadir en vano Para la nulidad del casamiento. REY.
Su justa salisfacion. Responden que no puede dirimirse Antes no es inconveniente.
INFANTA. Ni en lev divina ni en derecho humano; Sentaos , porque gusto yo
No hará, si se prueba cuánto Que envíe el pleito á Roma. Que quien hijo me llamó,
Llegasteis á pretender. DON ARIAS.
Como mi padre se siente.
SON ARIAS. Pretenden eximirse (Siéntame los tret.)
Pues ¿cómo lo ha de creer Por amistad de Tello, pero en vano, don arias. (Ap. al Rey.)
De quien me aborrece tanto? Si vuestra alteza loma, ¿No es injusto atrevimiento?
Como absoluto rey, el caso á pechos ; Muy bien , Señor, lo sentís.
INFANTA.
Que bien sabrán, Señor, los dos dere- REY.
¿Quién os dio licencia á vos [chos Decid , Tello , ¿ á qué venis?
De que adonde estoy entréis ? Que se ha de disolver, siendoparientes,
TELLO EL VIEJO.
DON ARIAS. Ño dispensando el Papa.
No el Rey, pues vos no queréis, Estadme, Señor, atento —
REY.
Sino amor ; que amor es Dios. Queriendo el rey Ordoño, queDios haya,
De esa suerte, Casar á vuestra hermana doña Elvira
INFANTA. Con menos deshonor é inconvenientes Con el moro dé Córdoba , Abenaya ,
No es amor, sino intereses Se puede remediar dentro de España. Tan mal las paces afrentosasmira, [raya
Del reino : bien lo entendí. Que al tiempo que la noche en la áurea
DON ARIAS. ESCENA III. Que deja el sol cuando al ocaso aspira,
¿No estará mejor en mí Ponia el pié , que de sus sombras viste,
UN CRIADO. — Dichos. Dejó el palacio fugitiva y triste.
Que en los nietos de Menéses?
INFANTA. | CRIADO. En fin , como mujer que á Dios temia ,
¡Villano , desvergonzado ! Aquí está Tello, que ha venido á verte Y que del moro temerosa estaba ,
Yo os haré cortar la lengua. Con Garci-Tello. Que al verdadero Dios no conocía ,
538 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ
Y en el profcla bárbaro adoraba, TELLO EL VIEJO. MEMBO.
Ásperos montes, por ¡inulta via, Ya la imagino.
Para oculta vivir solicitaba, Que me muero por irme te confieso.
Yoos serviré si á la montaña llego. — Por momentos topara en nuestra casa
Dejando fama en tanto desconcierto Mendo, quédate aquí!
Que con sus propias manos se había El pan , el vino, la cecina, el queso.
A mi casa llegó desconocida [muerto. donarías. (Ap.) Aquí debe de ser la genle escasa ;
En hábito de pobre labradora, Tal desatino Solo lo|K> alabardas : pierdo el seso.
Donde, sirviendo en ella, fué servida ¿Se vio ni oyó jamás? CARCI-TELLO.
De Tello, que hoy la mereció y la adora. TELLO EL VIEJO. ¿De un hora estás quejoso?
El modo como ha sido conocida, Al cielo ruego MENDO.
Nadie , Señor, presumo que lo ignora, Prospere vuestra vida. —Nielo mió,
Y que, con gusto suyo como nuestro, Un hora ¿es poco*
Adiós, adiós; servid á vuestro lio.
Se la dio por mujer el padre vuestro. GARCI-TELLO.
HEY.
Lósanos que vivió, vos estuviste? Por esto muere el mundo.
APorlugal , Alfonso, gobernando; Id , don Arias; con él ; dadle á mi herma-
MENDO.
Hercdastes al Un, y á León venisles, don arias. (Ap.) [na.
El mundo es loco
Vuestra dichosa fíenle coronando :• Muriendo voy. (Varue.)
El parabién os di , que recibisles GARCI-TELL0.
Mis cartas y presentes despreciando; Eucomendadme, abuelo,
Porque siempre os causó desabrimiento A mi padre.
De la Infanta el humilde casamiento. Sala cu casa de los Tello».
don arias. (Ap.)
Y no es mejor el Conde de Castilla
Que Tello de Menéses, ¡vive el cielo! ¡ Oh esperanzalocay vana!
Ni cuantos ciñe de una y otra orilla TELLO El. VIEJO. ESCENA VII.
El mar de España ni el celeste velo. Vuelvo á decir, Señor, que os guarde el
Del godo, que fué rayo y maravilla , [cielo. LAURA, TELLO.
Y para el moro se engendró en el cielo, (Vanse Tello el viejo y don Arias.) LACHA.
De esa montaña soy centella viva ,
Que de su misma sangre se deriva. ESCENA V. Aunque me lastima el verte ,
Si he vivido entre rudos labradores. No me pesa de vengarme.
Los paveses fidalgos ¿qué han perdido? EL REY, GAHCl-TELLO, MENDO. TELLO.
Que sus blasones, armas y labores REY. Es bajeza desearme
Ni temen tiempo ni los cubre olvido. Mayor dolor que la muerte.
Los abuelos de Dios fueron pastores; ¿Eres su deudo lú?
MENDO. LAURA.
Y puesquese honra dequelohayan sido,
Y fué el olido anliguo de mas "nombre, De una villana Que ha sido castigo, advierte ,
Lo que Dios eslimó, bien puede el hom- Soy hijo, aunque mudé también el pelo De la palabra quebrada.
Quilasles á la Infanta su marido, [bre. Después que nos hicimos cortesanos. TELLO.
Contra la ley de Dios; pero si efeto REY. Laura , ¿la ofensa olvidada
De algún temor (aunque es injusto) ha ¿También entre vosotros hay villanos? Vuelves á tanto rigor?
[sido, MENDO.
LADRA.
Dadme la Infanta y os daré mi nieto; Tello, de ofensas de amor,
Criadle como fuéredes servido, En cuanto á labradores solamente;
Y tened de mi fe mejor conceto : Que en lo demás revienta la hidalguía. ¿Qué mujer se vio vengada?
TELLO.
No todos somos reyes ; pero todos REY.
Somos reliquias de los reyes godos. ¿De qué servís á Tello? En diez años ¿no se olvida?
Si las tortillas son blasones nuevos , MENDO.
LAURA.
En mi casa se hicieron , antes deltas, Entre su genle ¿Cómo se puede olvidar
De cabezas de moros, no de huevos. Guardar ganado pródigo solia. Lo que no puede dejar
Hasta que vinovueslra hermana á hace- De durar toda la vida?
REY.
Tilas. Demás de estar yo ofendida ,
Mas disculpando yerros de mancebos, ¿Qué es pródigo ganado? Fueron necios tus empleos
lales tortillas guisan las estrellas; MENDO. En blasones y trofeos
Que porque no haya diferencia alguna, Corlesmente De altezas y majestades;
Bate claras y yemas la fortuna. Quise encubrir el nombre que tenia ; Que nunca desigualdades
No le quitéis por miedo ó por consejo Que por haberlo el Pródigo guardado, Lograron bien sus deseos.
A nadie su mujer; Iralad de honrados, Es el moreno pródigo ganado. ;. Nunca viste enamorado
Si vasallos queréis; que Tello el viejo REY. El gigante tornasol
Tiene dineros, armas y caballos. Y ¿qué oficio le dieron? Crecer por llegar al sol ,
Mirad que sois agora nuevo espejo Y quedar del sol burlado?
MENDO.
En que se han de mirar vuestros vasallos: Abre el círculo dorado
No le manchéis; que no es de reyes sabios Gentilhombre. Que forma corona altiva,
Entrar en la corona haciendo "agravios. REY. Y cuando mas alta y viva
REY.
Y ¿á esa traza mudaron los criados? Sus rayos de oro extendió ,
Basta, Tello, no mas; ya os tengo oido. MENDO. El mismo sol que la abrió ,
Si á vuestro hijo le quité mi hermana, Los que tenían mas ingenio y nombre. Ese mismo la derriba.
Fué porque, el matrimonio dirimido, REY.
;, Nunca has vislo trepadora
Pudiera ser condesa castellana. Planta que un olmo reviste,
¡Que muden ya los hombres los estados! Y ella de flores se viste
Temiendoá Dios, la vuelvo á su marido. —Venid , García.
Hoy la llevad, vuestra justicia es llana; A la risa de la aurora,
Mas con dos condiciones. GARCl-TELLO. Y que cuando el sol la dora.
Aunque llegar me asombre Triste y marchita se ve?
TELLO EL VIEJO.
De su alteza, Señor, á los estrados , Así tu esperanza fué :
Habéis hecho Dadme licencia y besaré su mano. Salió el aurora de Elvira ;
Lo que esperé de tan heroico pecho. Pero cuando el sol la mira,
REY.
REY.
Venis de la montaña cortesano. ( Yase.) No puede tenerse en pié.
Conmigo ha de quedarse mi sobrino. De mil flores se previno
TELLO EL VIEJO.
ESCENA VI. El necio almendro temprano,
Eso es muy justo. Que presumió que el verano
GARCI-TELLO, MENDO. Estaba ya de camino ;
REY.
Con espeso torbellino
Yo os enviaré luego CARCI-TEI.LO. Esparció por su elemento
La otra condición. Mendo, dile á mi padre lo que pasa. Su vana hermosura el viento:
LOS TELLOS DE MENÉSES.—SECUNDA PARTE. S38
Así, vestido de flores, Tello, por quien hoy tenemos TELLO EL VIEJO.
Viento de fuerzas mayores Honra, vida y libertad. ¡Riguroso mandamiento!
Derribó tu pensamiento. TELLO. TELI.O.
Soñaste la majestad Señora , por él merezco o Sino Elvira de Menéses. »
Del sol de Elvira, en razón Verte en mis brazos ; mas ya MENDO.
Que en el signo de León Que aleare en ellos le tengo ,
Daba entonces claridad : Baile , Señora , te han hecho.
Habla á Laura , que llorando Solo echad acá mis nueces
Llegaste á su voluntad ; Por tu ausencia se ha deshecho.
Pero á tales pensamientos Faltaba en ese decreto.
INFANTA.
Faltaron merecimientos; INFANTA.
Que los edificios altos ¡Laura! Mal lo entendió el Rey mi hermano;
LAURA.
No duran, si suben faltos Que por más honor lo tengo
De primeros fundamentos. ¡Infanta, mi señora!... Que el título de León.
INFARTA.
TELI.O. LAURA.
Presto me verás morir, ¡Gracias á Dios, que te veo! — ¡Bien baya tu entendimiento!
Y tendrás mayor venganza. Inés! TELLO.
INÉS.
LACRA. Dice mas. (Lee.) «Que vuelvan todos
¡Señora del alma!
Mi paciencia y mi esperanza »A sus vestidos primeros,
Hasta hoy pudieron vivir. TF.LLO.
íComo proprios labradores,
¿Mi hijo, padre , y tu nieto?... »Los criados y los dueños ,
TELLO.
TELLO EL VIEJO. «Sin exceptuar ninguno. »
¿Qué tienes ya que pedir ,
Injustamente agraviada? Quedó con el Rey. TELLO El. VIEJO.
Envaina , Lama , la espada TELLO. Cumpliéronse mis deseos;
De tan injusto rigor. Pues ¿cómo? Que ¡vive Dios! que me daban
LACRA. INFANTA. Pesadumbre por momentos
Tello, de ofensas de amor Yo, Tello, se lo agradezco. Estos follados ó fuelles,
¿Qué mujer se vio vengada? Allí se criará mejor; Con que pienso que parezco
Porque los señores, pienso Al conde don Julián
ES CENA VIII. Que solo en casa del Rey- Cuando salió de Marruecos.
Pueden aprender á serlo. • Pues ¡ la capila y la gorra !
INÉS. — Dichos. TELLO. Milagro ha sido del cielo
Tu cordura, Elvira, en fin, No haber caído en palacio
INÉS. A mi me enseña á ser cuerdo.— Los pajes del Rey en ello.
Albricias , y con razón Ea , bajen de esos montes MENDO.
Las pido. Dichoso Tello, Labradores y vaqueros, Bien sé yo que el alegría
Laura, albricias. Celébrese tanta dicha ; Noüeneese fundamento,
TELLO. Que hov quisiera ser Orfeo , Sino el no haberle pedido
En desdichas Para que lieras y plantas, El Rey algunos dineros.
Ni las doy ni las prometo; Peñas , robles , hayas , tejos , Ahora bien, ¿qué hemos de hacer,
Que de no volverme á Elvira , • Se movieran á mi voz. Que está mi sefior suspenso?
¿Qué bien sin la muerte espero? TELLO EL VIEJO. TELLO EL VIEJO.
ines. Tello , suspende el contento, Elvira , Inés , Tello y Laura , •
Ella y Tello, mi señor, Hasta ver lo que me escribe Mendo y los demás, no es tiempo
Vienen. El Rey ; que allá quedó Mendo De pensar en sinrazones.
TELLO. Para traerlo. INFANTA.
• TELLO-
¡Oh piadosos cielos! Todos estos son consejos
Si viene la infanta , Inés, Señor, De mi enemigo don Arias.
Pediros quiere dineros. •
Quisiera que hasta los hierros TELLO EL VIEJO. •
De esos cofres fueran de oro. TELLO El. VIEJO. El Rey lo manda; no quiero
INÉS. ClarO está que no se habían Examinar atrevido
Yo me contento con menos. — Con este acontecimiento Si es bien hecho ó si es mal hecho :
Y tú ¿no me das albricias ? De escapar del Rey las doblas. Eso es justo que el Rey manda.
LAURA. TELLO.
No sé ; después nos veremos. ESCENA X. Digo, Señor, que obedezco ;
Pero no puedo negarle ,
MENDO, con un papel.—Dichos. El debido sentimiento
ESCENA IX.
MENDO.
Por mi esposa.
TELLO EL VIEJO, LA INFANTA; INFANTA.
villanos , cantando y bailando. — Cansado y rendido vengo. Pues ¿por qué?
TELLO EL VIEJO.
Dichos. Ya te he dicho que no tengo
Pues , Mendo, ¿traes el papel? Mas honra yo que ser luya.
villanos. {Cantando.) MENDO.
TELI.O EL VIEJO.
Sea bien venida Y me pesa de traerlo,
La hermosa Elvira , Porque has de sentir las costas Hijo, desnudaos de presto;
Sea bien llegada Del mal formado proceso. Volvamos á nuestra paz
La hermosa Infanta. Y á nuestro antiguo sosiego ;
TELLO EL VIEJO. Que algún poderoso envidia
tello. Lee, Tello, para todos. La que en el campo tenemos.
Déjame echar á los pies TELLO'. ¿ No habéis visto en las comedias
De mi buen padre, primero Que el villano es caballero,
Que te dé, Elvira , los brazos. Aquí dice lo primero:
(Lee.) «Condiciones...» Y el caballero villano?
TELLO EL VIEJO. Pues lo mismo represento.
TELLO F.L VIEJO.
Habla con tu esposa , Tello ; ¿Condiciones' Desnudaos : que puede ser
Que si por ella te manda Que antes del acto postrero
Dios, por diviuo precepto, TELLO. Volvamos á ser señores.
Que dejes tu padre y madre , «Que han de guardar los dos Tellos. TELLO.
Acertarás en hacerlo. «Primeramente , á mi hermana
»Ni en público ni en secreto No me sirven de consuelo
INFANTA. ^ Mudanzas de la fortuna.
»La habeisde llamar infanta...»
Con justa razón me dejas,
510 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
INFANTA. Dicen que están bien casados , REY.
A mí sí ; que las padezco A su mujer le volví. ¿Cómo lo entendéis?
Por tu amor y por el inin. | También tenemos los reyes GARCI-TELLO.
(Vanse todos, menos Inés y Mendo.) ¡ Juez , y tan poderoso, ¿ No me manda honrar mi padre?
Que es Dios , y es justo y forzoso
Temerle y guardar sus leyes. RETÍ"
ESCENA XI. Si digo que por Dios reino, Es verdad.
Mirémoslo bien los dos; GARCI-TELLO.
INÉS, MENDO. Que rey que no teme á Dios, Pues mirad vos
Poco gozará del reino. Si hacer lo que manda Dios
MENDO.
Basta mandarle volver Es honrar mi padre y madre.
Pues, Inés, ¿qué dices desto? Al primer traje que tuvo, Pero, pues respeto os debo
INÉS. Si acaso arrogante estuvo Como á mi rey y señor.
Que me vuelvo al delantal , De verse con tal mujer ; Salga á ese campo el traidor:
A la sarta y al sayueto Que puesto en tanta bajeza, Verá que solo le espero.
De mala gana , pues ya Jamás tendrá atrevimiento, DON ARIAS.
De chapines altos vengo Conociendo en su elemento No, no, seamos amigos;
A chinelas con listones. Su misma naturaleza. Que no lo entendisteis bien.
HENDO. DON ARIAS. GARCI-TELLO.
¡Mal año para mis celos , Si vuestra alteza , Señor, Desto quiero que me den
Si no me alegro de ver Se consuela de tener Testimonio con testigos;
Que humilles los pensamientos ! Su propria hermana mujer Por lo demás, yo me postro
Que estábades insufribles. De un villano labrador Al Rey con toda humildad.
Dejad los ámbares necios , Que ayer iba tras los bueyes, DON ARIAS.
Volved á oler á tomillo; Aunque haya ejemplos tan llanos
Que una labradora en pelo De griegos y de romanos Él cetro os dará la edad ,
Es flor de espino en el soto. Que hubo labradores reyes , Y el tiempo la barba al rostro;
Y en las viñas flor de almendro. León no ha de permitir Para entonces yo recibo
Voyme á vestir mi sayal ; Que salgan de una montaña El desafio^anles no.
Que andaba en estos grigüescos Para gobernar á España. GARCI-TELLO.
Como después de los grillos GARCI-TELLO. (Ap.) Cuando tenga barbas yo .
No acierta pasos el preso: ¿ Habiades de estar vivo? ( Vnf.)
Ya no lo puedo sufrir.
INÉS. DON ARIAS.
Aunque el viejo disimula , Si temo loque imagino, ESCENA XIII.
Yo sé que no va contento. Es por vos; que no por mi.
MENDO. EL REY, DON ARIAS.
(Adelántase Garci-Tello.)
Tú ¿querrásme á lo villano? REY. DONARÍAS.
INÉS. ¿Parécele á vuestra alteza
Hablad bajo ; que está aquí
No sé; después nos veremos. Garci-Tello, mi sobrino. Que se va echando de ver
Haz lo que te manda el Rey. Lo que en estos ha de hacer
GARCI-TELLO.
MENDO. Su tiera naturaleza? .
Los reyqs son como el tiempo: Ya la prevención es tarde , Si esto hace en esta edad ,
Hacen y deshacen hombres. Y hamo pesado, Señor, ¿Qué espera en otra mayor?
Caro nos cuesta el ejemplo. Que manchen vuestro valor REY.
Los consejos de un cobarde.
(Vanse.) Mi padre nunca ha tenido Mas que parece valor ,
Pensamientos de ser mas Ha sido temeridad.
De loque hoy es; que jamás Confieso que me ha pesado
Será mas délo que ha sido; De ver que , airado y resuelto.
• Salón del real alcázar. Porque quien ha sido tanto, Por Tello, su padre, ba vuelto.
Ni ha de ser mas ni ser menos : . DON ARIAS.
ESCENA XII. Aconsejaos con los buenos, No viene mal enseñado.
EL REY, DON ARIAS; después, Y reinaréis como un santo. ¡ Ah , Señor! Vendrá algún día
No teníais los montañeses , En que os acordéis que fui
GARCI-TELLO. Pues ninguno fué traidor. Quien este consejo os di.
DON ARIAS.
Mas ya alabasteis. Señor, REY.
La lealtad .de los Menéses. ¿Qué he de hacer, si es sangre mia?
Hay mil-razones contrarías. Decir que han sido villanos DON ARIAS.
REY. Mi abuelo y padre es mentira ;
Y que lo sufráis me admira , Tello ¿es vuestra sangre?
La razón bace la ley.
(Sale García acechando.) Teniendo poder y manos. REY.
carci-tello. (Ap. alpaño.) •Pero, pues que yo lo oi , No.
Escuchando voy al Rey Y es razón tan mal hablada, DON ARIAS.
Lo que habla con don Arias. Me obliga á sacar la espada , Pues quitad la vida á Tello.
Y por vos la saco asi. REY.
DON ARIAS. Dadle licencia al villano
Para asegurar tu vida , Eso ¿cómo puedo hace! lo.
Que saque la suya. Sin que mal parezca, yo?
¿Qué importan dos montañeses? RET. DON ARIAS.
RET. Quedo ,
La sangre de los Menéses Las montañas de Castilla
Sobrino. Que llaman de Guadarrama
Es por lealtad conocida
Desde el tiempo de Pelayo. GAJCI-TELLO. Pasó Almanzor de Toledo ;
Tendráme miedo Y aunque sus condes levantan
Yo no tengo qué temer. ¡ Gente y las armas previenen ,
Viéndome el rayo en la mano.
DON ARIAS. A Zamora y Salamanca
Sin trueno suele caer RET.
Dicen que ha llegado el moro :
De pequeña nube el rayo. Sois niño, que no sabéis Mandad á Tello que vaya
GARCI-TELLO. (Ap.) El respeto de los reyes. Por general de mil hombres,
Caiga , traidor, sobre tf. GARCI-TELLO. Y que á su costa los haga.
RET. Antes le debo alas leyes El viejo dará el dinero;
Porque obispos y letrados De Dios. El mozo con arrogancia
LOS TELLOS DE MENÉSES. SEGUNDA PARTE. m
Querrá mostrar que le dieron Antes es dicha mia ; [cria. Ea, ¿no merezco albricias?
Sangre los godos de- España. Que al Rey le sobra amor, si el Rey le TELLO EL VIEJO.
Sin experiencia y sin gente , Yo, por mi parte , que tanto
En la'primera batalla ESCENA XVI. Debo al Rey en este honor,
Vos quedaréis sin sospecha, Las que señaléis os mando.
Y con luto vuestra hermana. TELLO EL VIEJO , LAURA, INÉS y DON ARIAS.
REY. MENDO, de labradores. —Dichos. De la raza de los vuestros
¿Quién enviaremos á Tello? No quiero mas que un caballo.
hendo.
oox ARIAS. mendo. {Ap.)
Yo mismo iré. Aunque reciba disgusto ,
Tenemos de andar así. Mejor tomara la yegua
BEY.
¿Qué te parezco? El Conde, si no ine engaño.
Pues, don Arias, TELLO EL VIEJO.
TELLO EL VIEJO.
Huera Tello desla suerte , A mí solo por Elvira
Y quede libre la Infanta; Ahora sí
Que vienes, Mendo, á mi gusto. Me pesa ; en lo demás no hallo
Que no he de andar cada dia DiGcullad en volver
Recelando que me matan MENDO.
A caballero y soldado
Hijos y nietos de Tello, ¿Hablaré en la lengua antigua Desde villano, quien pudo
Que saben sacar la espada Que solíamos hablar? De caballero á villano.
A mis ojos, sin tener TELLO EL VIEJO. En fin, el Rey se obedezca.—
Aun manos para tomarla. Podíante castigar Aposentadle en el cuarto
•. ( Vanse. ) Si el delito se averigua. Que estaba cuando el bautismo
Habla como labrador. Para el Rey aderezado.
Pues ya no eres caballero. LAURA.

Vista exterior de la casa de los Tellos. HENDO. Venid , Señor.


Este lenguaje grosero , don arias. (A Tello el mozo.)
Si es el proprio, es el mejor. No viniera ,
ESCENA XIV. Un hombre que ausente estaba Si no presumiera daros
Vino, y hallando otros trajes Gusto, honor, y últimamente
TELLO, de labrador. Y diferentes lenguajes, La gracia del Rey ; que tanto
Les preguntó quién reinaba. Sentimiento y tal silencio ■
Castigado y corrido
Os vengo á ver, montañas, Da á entender que os ha pesado.
En el hábito rústico primero. ESCENA XVII. TELLO.
¿ Podrá nunca ofendido, DON ARIAS, d« camino. — Dichos. No, Señor; pero quien ama
Ni son dignas hazañas Teme la ausencia y el daño
Tratar tan mal un hombre caballero? DONARÍAS. Que suele traer la guerra ;
Pero si considero Yo llego á buena ocasión , Pero estimo y siento cuánto
Que en estas soledades Pues juntos os hallo á entrambos. Me favorece su alteza
Me ba de dejar la envidia , Con aqueste ilustre cargo.
¿ Para qué me fastidia TELLO EL VIEJO.
Contento y agradecido
Que desconozca el Rey tantas lealtades, ¡Señor don Arias!... Iré á besarle la mano.
Y me trate de suerte TELLO. DON ARIAS.
Que fuera menos mal darme la muerte? ¡Señor!... Aquí se ha de hacer la gente ;
DON ARIAS. Que quiere él Rey obligaros
ESCENA XV. Bien podéis darme los brazos. Con queá vuestra costa sea.
infanta. (Ap. á Laura.) TELLO EL VIEJO.
LA INFANTA, de labradora.—TELLO. ¡ Ay, Laura , que el corazón ¡Mil hombres! No hay para cuatro
Me ha dado en el pecho saltos! En toda nuestra hacendilla.
INFANTA. ¿A qué vendrá mi enemigo? DON ARIAS.
Tello... DON AlllAS. Vos lo miraréis de espacio.
TELLO.
Perdonad si no he llegado, • ( i'anse don Arias y Laura.)
Señora mia... ¡Gran Señora , á vuestros pies.
¡ Vos por mi labradora !
INFANTA.
INFANTA. ESCENA XVm.
Pues ¿puedo yo tener mayor ventura? Advertid que estáis hablando
Con Elvira de Menéses; LOS TELLOS, LA INFANTA, INÉS,
TELLO. Que así lo manda mi hermano. MENDO.
Hoy parece que el dia DON ARIAS.
Con disfrazada aurora Vos sois quien sois : con el sol INFANTA.
Las sombras á las selvas asegura. Y con las estrellas hablo , Bien pudierais responder...
Tal suele rosa pura Hablo con el mismo cielo, TELLO.
Amanecer helada O á lo menos su retrato. ¿Qué quieres que respondamos?
Y encubrir la corona ; Vengo á daros buenas nuevas ; Por ventura ¿piensa el Rey,
Mas , como perficiona Que , sabiendo que ha pasado
Su esmalte rojo la del sol dorada , O por deudo ó 'por cuñado.
Con gran ejército el moro Que nos favorece en esto?
Los rústicos despojos De las márgenes del Tajo
Diamantes son al sol de vuestros ojos. TELLO EL VIEJO.
A los montes de Castilla , Hijo, el que es noble lidalgo
INFANTA. Para atajarle los pasos Con vida y hacienda sirve
Tello, afrentas mayores, Nombra general á Tello, Al rey de quien es vasallo.
Si aquestas son afrentas , Y quiere que forme un campo Paciencia, y lomar las armas.
Padeciera mi amor, por tí contento. De mil hombres , en afrenta
Entre'aqueslos rigores , Quitaos el capote pardo ;
De los condes castellanos , Pero guardadle también
Que son iras violentas, Que le han dejado llegar Donde le halléis, por si acaso
De nuestro hijo solamente siento Al Tórmes , con tanto estrago El Rey os manda otro dia
La ausencia , si el intento De los pueblos conTecinos
Del Rey pasa adelante Que volváis á ser villano.
Y sus campos , como cuando
En tan necia sospecha. Rompe las puentes soberbio, TELLO.

TELLO. Temblando los montes altos Mendo, pues has de ir conmigo ,


Para cosa mal hecha De ver que el agua revuelve Espadas y armas encargo.
Wo hayas miedo que el ánimo levante ; Los robles y los peñascos. Haz que estén todas á punto.
542 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
■EJIDO. ¿Marido buscas sin celos? Luego que supe el suceso
En fin , ¿ á la guerra vamos? El lleva gentil despacho. De Vitoria tan extraña ,
(Vanse.) 8ue parece en toda España
e favor del cielo exceso,
ESCENA XIX. Que os di gran parle confieso
GARCI-TELLO. — Dichos.
ACTO TERCERO. Del alma y la voluntad ,
# ——— Confirmando la verdad
GARCI-TELLO. (Ih'lltro.) De vuestro raro valor;
Campo i vista de León. Que tal vez halla el amor
Este caballo tened. Alguna dificultad.
INFANTA. ESCENA PRIMERA. TELLO. .
, Ay, Tollo! ó ha sido engaño
Del amor, ó es Garci-Tello. Tocan caja», y salen TELLO y MENDO, No os diré, Señor, á vos
(Sale Garci-Tello.) Que vine, que vi y vencí ,
de soldados; moros, cautivos y sol Sino que vine y que vi ;
GARCI-TELLO. dados, de acompañamiento. Pero que ha vencido Dios.
Dadme, oh mis padres, los brazos. Tan desiguales los dos ,
TELLO EL VIEJO. TELLO. Bien claramente se ve
¿Qué es esto , García Y Parad las cajas: vitorioso alarde, Que este vencimiento fué
No dispertéis la envidia, por si duerme. De quien parar puede al sol ,
CAHCI-TELLO. Si muerto ó vivo me esperaba tarde. — Y del Patrono español
Señor, Mendo... A quien debemos la fe.
Mi venida quiere espacio. MENDO. Con esto os pido licencia
Delante del Rey mi tio Señor... Para ver á doña Elvira ,
Tuve con cierto fidalgo TELLO. Centro donde siempre mira
Palabras ; saqué la espada Amor, que desvela ausencia ;
Con ánimo de matarlo. ¿Qué sentirá de verme
Enojóse desto el Rey ; En tan pocas jornadas vitorioso, [me? Que cuando á vuestra presencia ,
Salí de palacio al campo, Quien pensaba afrentarme ó deshacer- Señor, importe volver,
Espérele y no salió ; , MENDO. Vendré á serviros y á hacer
Di de espuelas al caballo , Estará como suele toro en coso , Lo que debo á hechura vuestra.
Y he venido, como ves , Muerto del caballero á cuchilladas , REY.
Por no volver á palacio. Rendido á tierra el cuello sanguinoso, Tello, una sangre es la nuestra ,
TELLO EL VIEJO.
O como el ciervo en selvas enramadas, Y así el amor lo ha de ser :
Que va buscando el agua con la flecha, No me cansare de amaros.
Cuando os vi la espada, nieto, Las yerbas de la púrpura bañadas.
Os dije, pronosticando TELLO.
Para mas tarde el suceso , TELLO. Gran Señor, ¡ tanto favor !
i Agora si que crece la sospecha ! ÉHit
No para tan tiernas manos , REY.
Que la habríais menester. Agora sí que mi inocencia pone Merece vuestro valor.
GARCI-TELLO.
En mas peligro ó en prisión estrecha ! Como lo veréis, honraros.
Agora sí que tímido interpone
Si él sale cuando le aguardo, Esto que se llamó razón de estado , TELLO.
Abuelo, aquesta es la hora Que las leyes del cielo descompone ! Mil veces vuelvo á besaros
Que tocan por el fidalgo. Las manos.
TELLO EL VIEJO. ESCENA II. mendo. (Ap. i su amo.)
¡ Vive el cielo, que lo creo!. ¿A quién no admira
Ya nos tenéis con cuidado ; EL REY,DON ARIAS, acompañamiento. Tanto amor en tanta ira ?
Decidnos quién es. — Dichos. TELLO.
GARCI-TELLO. Vencer al Rey, fué vencer.
rey.
Señor, Apenas puedo creer REY.
Perdonad, porque hasta tanto Lo que estoy viendo. Mientras yo la voy á ver,
Que del esté satisfecho, Dad el parabién á Elvira.
Juré la vida de entrambos don arias.
Que no he de decir su nombre. Señor, ( Vanse todos, menos el ¡ley, don Arias y
Entre fortuna y valor el real acompañamiento.)
TELLO EL VIEJO.
Se diferencia el vencer.
Nielo, vos sois muy honrado,
Y lo habéis hecho muy bien. MENDO. . ESCENA III.
Hoy, por veros tan gallardo, Tello, el Rey te viene á ver.
Añado á los alimentos TELLO. EL REY, DON ARIAS.
Otros quinientos ducados.— , Extraño exceso! REY.
Descanse, Elvira , mi nieto. RET. Arias...
INFANTA. Cuñado, DON ARIAS.
Piedad fué del cielo santo Seáis mil veces bien llegado. Señor...
Para la ausencia de Tello. TELLO. REY.
MENDO. Señor, vuestro esclavo soy ; Si pudiera
Oye, Inés. Que de los pies donde estoy \ Pensar que me habían trocado
INÉS. Tengo el ser que me habéis dado. * j El alma, menos cuidado
Oigo, soldado. REY. i Desta mudanza tuviera.
MF.ND0. Levantaos para abrazarme; Ya no es la que de antes era ;
i Quieres casarte conmigo? Que no ha de estar en el suelo Que la ra/.cm desta acción
Quien subió su nombre al cielo Me lia trocado el corazón ;
INÉS. Que no debe de ser hombre
Ya estoy casada con Sancho. Para honrarse y para honrarme.
El que no se rinde al nombre
TELLO.
MENDO. De la divina razón. ymw
¿Qué falla has hallado en mi? ¿Quién pudiera levantarme Sin esto, vengo á entender
Este tallejon ¿es barro? Sino vos? (Y es lo que mas. me acobarda)
REY. Que si Dios este hombre guarda.
INÉS. Vuestra opinión ,
¿Parécete poca falta Nadie |e podrá ofender.
Pues en esta heroica acción Lo que es en un rey poder
Ser celoso? Contra las alarbes furias Es en Dios omnipotencia.
MENDO. Sois Alejandro de Asturias ¿Qué importa la diligencia
; Malos años .' Y sois César de León. Que habernos hecho los dos,
LOS TELLOS DE MENÉSES.—SEGUNDA PARTE. 543
, Si se pone el mismo Dios INFANTA. Caracoles y escarceos
Delante de su inocencia? ¡ Ay cielos soberanos ! Apenas mirar dejaban
i Qué cristiano ni genül , Almas por brazos mereces. Hacia qué parte tenian
Qué romano ó qué español , ¿Viene tu señor? Las caras ó las espaldas.
Desde el que paraba el sol , MENDO.
Y con tal fuerza y destreza
Venció con mil á diez mil? Vendrá Blandían lis fuertes lanzas,
Si desde el Tajo al Genil Muy presto; quejo, temiendo Que juntándose los hierros.
Triunfa, rendido Gazul, Que se adelantase á Mendo, Hicieron arcos las astas.
De tanta bandera azul , Deseoso de veros ya , Y llegábanse tan cerca ,
Solo falta, echando el sello , Águila caudal volví Que á no ser letra africana ,
Canten las damas á Tello Leyéramos fácilmente
El caballo. Las cifras de las adargas.
Las canciones de Saúl. INFANTA.
DON ARIAS.
Eidalgos pedían licencia ;
¿Habéis vencido? Mas Tello á nadie la daba ;
Señor, la palabra os doy MENDO. Que tal vez una desorden
Que estoy tan arrepentido Todo un campo desbarata.
De haber á Tello ofendido, Pues ¿no?
Que ya con vergüenza estoy. . TELLO EL VIEJO. Cayó en estas bizarrías
Claramente se ven hoy Mendo, ¿cómo ha sido? Lanoche, tan mal tocada ,
Su valor y su prudencia MENDO.
Que no salió para verla
Y su dicha en competencia ; Una estrella a la ventana.
Oid mientras viene. A cada soldado Tello
Aunque presumo, Señor, TELLO EL VIEJO. Hacer un fuego le manda ,
Mas que efectos del valor, Di. Quedando el campo de suerte ,
Milagros de la inocencia. Que el sol no le hiciese falta.
MENDO.
RKY. El se recogió á su tienda,
En las riberas del Tórmes ,
¿Cómo le podré yo ver. Por la parte que mas baja Y encima de su celada
Que parezca que es acaso? 'Miran las sierras de Béjar, Puso una imagen pequeña
DON ARIAS. Envidia de Guadarrama , Del santo Patrón de España
Fingiendo que vais de paso , Que están con sonoras ondas En forma de caballero,
Queriéndoos entretener : Pidiendo para sus aguas Cuyo lado acompañaba
Cazando podéis hacer Derrita candidas torres San Millan monje, que suele
Una visita, que es justo , De su corona de plata; Hacer del báculo espada.
A vuestra hermana. En una campaña verde , En unas doradas nubes ,
REY. Bien presto roja campaña . Sobre los santos estaba
Tenia Celln Gazul La que volvió en ave el Eva ,
El disgusto Siempre limpia y siempre santa.
Pasado quiero templar, De ricas tiendas formada
Una ciudad populosa , Tales palabras decía,
Y á mis sobrinos honrar ; Con lágrimas que bañaban
Que ha sido rigor injusto. Una portátil montaña.
Coronada de banderas Su rostro, Tello á los tres ,
(Vo«e.) Verdes, azules y blancas , Que pienso que, aunque callara ,
Cuyas arrogautes lunas Fuera delante de Dios
Ser hijas del sol negaban. Cada lágrima palabra.
Cimpa i vista de la casa de los Tellos. ¿No has visto, cuando se pone, Tanto estuvo de rodillas ,
Aquel intrincado mapa Que cayó sobre las armas
ESCENA IV. De mil cambiantes de nubes Dormido, si duerme el cuerpo
Que forman figuras varias? Cuando está velando el alma.
LA INFANTA, LAURA, TELLO Pues así nos parecían Ya se acercaba el aurora.
Una mañana, que al alba Fuentes y prados la llaman ,
EL VIEJO. Ellos en bocas de flores
Los vistos trocaron miedo
TELLO EL VIEJO. Con los que entonces miraban. Y ellas con lenguas de plata,
No suele llevar pastor Cuando dando voces Tello ,
Basta, Elvira ; que se esfuerza Diciendo así se levanta :
La nueva déla vítoria. Las vísperas de las Pascuas
Los corderinos al cuello « Esperad, oid, Señora ;
INFANTA. ¿Dónde vas, paloma blanca?
Al que sus cuellos aguarda ,
Será de los cielos gloria , Como á los pobres leoneses Espera, Millan divino;
Que no de la humana fuerza. Les pareció que. llevaba Apóstol de España, aguarda.»
TELLO EL VIEJO. Tello á los moros sus vidas Y en viendo que yo le escucho,
Y aun dicen que ya volvía Vendidas á inútil fama. Turbado me mira y calla.
' A ver al Rey a León Luego que vieron venir « ; Qué es esto , Señor? i le digo.
Tello. Marchando nuestra vanguardia , Y él me responde : «Vi clara
INFANTA. Que parecen mas que son La imagen de aquella iglesia
Teme el corazón , Soldados en ordenanza , Que labró junto á su casa
Y la esperanza confia. Presumieron que venia Mi padre ; con diferencia
El mismo león de España, Que está la túnica sacra
ESCENA V. 0 los castellanos condes Bordada de estrellas puras
Con el favor de Navarra. Entre flores de esmeraldas.
INÉS,» luego, MENDO. — Dichos. Y aunque mas reconocieron Abrió las rosas divinas
La poca gente, pensaban Diciendo : «Tello, en tu guarda
INÉS. Que era ardid y estratagema , Enviaré dos caballeros. •
Ya se confirmó por cierta Repartiendo las escuadras Mas siendo de merced tanta
La nueva : Mondo ha venido. Por varias partes del monte Indigno, pienso que sueño ;
INFANTA. Que el verde llano cercaban , Pero basta la esperanza ,
¿Tú lo has visto ó lo has oido? Haciéndole antiguos robles Acompañando la fe ;
Una rústica guirnalda. Que caballos, hombres y armas
INÉS. No dan Vitorias; que Dios
Al arma tocaron luego
Y le he abrazado á la puerta. Sus pífanos y sus cajas Es quien vence las batallas.!
{Sale Mendo.) Con tan horrible alarido , Yo, que con abiertos ojos
MENDO. Que al viento rompió las alas. Enternecido escuchaba
Dadme todos dos mil veces Corrieron el campo algunos , Pronósticos tan divinos ,
Juntos los pies y las manos. Cuyas tocas y bengalas Respondí : « Señor, ¿qué tardas
TELLO EL VIEJO. i De oro y sedas de colores En acometer los moros
i Daban flores á las plantas. Con segura confianza
i Mendo!
544 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que Dios te ha de dar Vitoria?» . La milagrosa nueva del suceso. ! Con tanta alarbe bandera.'
«Haz, Mendo, tocar al arma ,» Es valiente soldado. ¿Por qué no me habéis traido
Me dyo ; y pidió el caballo , INFANTA. * Un moro, que viera yo?
Que , armadas la frente y ancas , Ya nos ha dicho el admirable exceso
Fogoso y lleno de espuma , TELLO.
Con los relinchos que daba De tu valor. ¿Nunca los has visto?
TELLO EL VIEJO.
Era tiple á las trompetas GARCI-TELLO.'
Y contrabajo á las cajas. Enlodo
Cumplió la obligación de ilustre godo. No,
Puesta pues la gente en orden , Sino solamente oido.
Tello á los soldados habla INFANTA.
TELLO.
Como si fuese otro César ¿Qué dice el Rey mi hermano?
En los campos de Farsalia. Pues, Carda, aquestos son.
TELLO.
Morir ó vencer prometen : GARCI-TELLO.
Gané su gracia, fin de mi deseo; ¿ Estos- son moros? Parecen
Ya las hondas amenazan Pero, porque el humano
Con tronantes estallidos Semblante miro y lo interior no veo, Hombres.
Las bárbaras cimitarras. Será, padre, acertado TULLO.
Ya las ballestas se ponen Dejar el traje de galán soldado. Hombres son.
Al blanco de las adargas , Quitadme brevemente GARCI-TELLO.
No volver, jurando todos , Galas, plumas, bastón, gola y espada; Merecen
Sin sangre acero á la vaina. Que, á su ley obediente, No serlo.
Contarte el valor de Tello Al rústico gabán y á la cayada TELLO.
Fuera contar mi ignorancia ; Vuelvo, en vez del acero, ¿Por qué razón?
Que ayerme vieron los montes Y á ser el mismo ser que fui primero ; GARCI-TELLO.
Encordelar las abarcas ; Porque estando mi Elvira
Y aunque enemigo, te juro Porque no creen en Dios
En el traje que veis, no fuera justo, Y en su siempre Virgen Madre.
Que el de Cazul Te igualara, - Ni en tanto que la ira
A estar de su parte quien La sangre me alteran, padre.
Dure del Rey, se le ha de dar disgusto.
Cumplió tan bien su palabra ; Pero guardadas queden, TELLO.
Q^e aquellos dos caballeros, Por si acaso otra vez servirle pueden ; ¿Tienes miedo?
Con dos brillantes espadas , Que, como la experiencia" « GARCI-TELLO.
Eran rayos de los moros ; Le ha mostrado, saldré mas animoso," Como vos. —
Que de la suerte que tala Fiado en mi inocencia Perros, hoy entre mis manos
Celeste piedra las vides, Que en las armas y ejército copioso ;' Pedazos os pienso hacer,
Dejando en torno sembradas Que Dios da las Vitorias," Hoy habéis de conocer
De las ya desnudas cepas Cuyas son las batallas y las glorias." Quién son fida Igos cristianos.
Las rendidas esperanzas ¿Adonde está García? (Da sobre ellos, huyen , y se entra si
Del labrador codicioso guiéndolos. Sancho y ¡os soldados se
TELLO EL VIEJO.
Entre racimos y balas , van también.)
Asi quedaban los moros Llamad á Garci-Tello, que ocupado TELLO EL VIEJO.
Por donde los santos pasan. De alguna niñería
(Yase Sancho.) ¡Oh buen nieto! Vive Dios,
Murió á las manos de Tello Que es fino como el coral.
Gazul ; dio fin la batalla, Estará, de las nuevas descuidado.
Y yo á lo demás , pues viene TELLO. TELLO.
Con diez banderas ganadas, Todos os hallo buenos. Mendo, no les baga mal.
Ricos despojos y esclavos ; De mil que yo llevé, diez traigo menos. TELLO EL VIEJO.
Si bien la mayor ganancia Déjale mate á esos dos;
Ha sido servir al Rey, ESCENA VII. Que así se enseña el alcon
Pues ha ganado su gracia. GARCI-TELLO, SANCHO.— Dichos, Desde pequeño á matar.
ESCENA VI. , (Vuelve Garci-Tello.)
garci-tello, (Dentro.)
GARCI-TELLO.
TELLO , soldados y moros , SANCHO. ¿Mi padre ha venido?
¿ Que no los pude alcanzar ?
—Dichos. sancho. (Dentro.)
MENDO.
tello el viejo. Sí, . ¿Qué quieres, si galgos son?
Y vitorioso del moro.
Con mil tiernos abrazos (Sale Garci-Tello, con un palo, y San GARCI-TELLO.
' Te aguardamos, valiente caballero. cho.) A no me quitar la espada,
TELLO. garci-tello. Aquí los mato á los dos.
¿A quién daré los brazos, ¡ Padre y señor ! INFANTA.
Esposa mia y padre mió, primero? TELLO. Hijo, sosegaos por Dios.
TELLO EL VIEJO. ¿Qué tesoro, TELLO EL VIEJO.
A todos juntos, hijo, Qué descanso para mi , Nieto, envainad la cayada;
Pues ha de ser común el regocijo. Cómo tenerte, García, Que lo habéis hecho muy bien.
INFANTA. Mis brazos con tanto amor? GARCI-TELLO.
Capitán valeroso, Aunque verte labrador
No ha sido por culpa mia. ¡Yo miedo, abuelo!
Mil parabienes con el alma os damos. TELLO EL VIEJO.
LAURA.
¿Cómo estas?
GARCI-TELLO. Habéis hecho
De verte vitorioso , Muestra del alma y del pecho.
No solo yo, pero los verdes ramos Para serviros,
Aunque á fe que habéis costado, Ea, á merendar os den;
Estos altos laureles Que habéis venido cansado
Inclinan para hacerte coroneles. Después que l'uisles soldado,
Mil lágrimas y suspiros. De malar moros.
TELLO. Dícenme que habéis vencido, GARCI-TELLO.
Laura , querida prima , Y que á nuestra iglesia nueva • Podría
Tu afecto estimo y tu deseo agradezco. Vuestra gente alegre lleva Ser que los mate algún dia,
INÉS. Despojos que habéis traido ; Y estos, de mirarme airado,
De Inés también estima Y que cuando mayor fuera," Cobardes huyen al monte.
Los brazos, que por ansias te merezco Vuestras vilorias felices* MENDO.
De tu vida y Vitoria. La excusaran de lapices" No han de dejar liebre en él.
TELLO. GARCI-TELLO.
I ' Los versos señalados con asterisco no se
Siempre tendré tu amor en la memoria. : hallan en la edición antigua de que nos he- Pues yo los echaré del
—Mendo os habrá contado I mos servido. Ames que el sol se trasmonte. (Yase.)
LOS TELLOS DE MENÉSES.-SEGUNDA PARTE. !U3
ESCENA VIII. TELLO EL VIEJO. Para que no hiciesen mal
¿Qué es esto, Elvira? A quien los trújese?
DON ARIAS. — LOS TELLOS , LA IN INFANTA. TELLO ÉL VIEJO.
FANTA, LAURA, INÉS, MENDO. No sé ; Esos.
Pero presumo que ha heclio MENDO.
DON ARIAS. Esta Vitoria en el Rey ¿Aquellos eran follados?
Aunque he venido otras veces Algún agradecimiento. — TELLO EL VIEJO.
(Que me tendréis por agüero) Laura, a vestir. ¿No los viste, majadero?
A daros pena, señores, LACRA.
Por culpa de los sucesos MENDO.
De que yo no la he tenido, ¡ Qué mudanzas! ¿A los moños de las piernas
Esta vez á daros vengo .( Vanse las dos é Inés.) Ese nombre les ban puesto?
Nuevas de que viene el Rey TELLO EL VIEJO. Pues, Señor, perdona^
A ver con mucho contento Lleva, hijo, á Garci-Tello, TELLO EL VIEJO.
A la Infanta, mi señora, Di que le ponga su madre ¿Cómo?
Y á dar parabién a Tello, Muy galán. MENDO.
De la Vitoria y despojos TELLO. Un espantajo con ellos
Con justo agradecimiento. Apenas creo Hizo Silvio aquí el verano
El queda tan cerca ya, Que se mude la fortuna. (Vate. A las higueras del huerto.
Que me ha pesado de veros ¿No te acuerdas que alabaste
En ese traje; y así, Los higos que te subieron
Que le recibáis os ruego ESCENA IX. Un día, que dije yo
En hábito cortesano, (Pienso que lo dije quedo) :
Como es razón ; que yo vuelvo «Buenos follados te cuestan »?
A entretener á su alteza TELLO EL VIEJO.—MENDO.
Porque no llegue tan presto '. (Yate.) Que si no fuera por ellos,
TELLO EL VIEJO.
Bien sabes tú que los tordos
Y los gorriones viejos,
Dije, si te acuerdas, Mendo, Que llaman zorras con alas,
■ Las ediciones modernas se apartan aquí ?ue era comedia la vida,
notablemente de la antigua: persuadido el Se los comen sin remedio.
«oledor de que esta Segunda parle de ¡os que tenia por cierto
Que mudaríamos traje - TELLO EL VIEJO.
Tellos no es de Lope, no ha tenido reparo en Pues ¿no nabia una ballesta
preferir la variante de las ediciones comu Antes del acto postrero.
nes, poniendo al pié de la página el texto de Pues mira cómo es verdad. Para echarlos? ¿Es bien hecho
la impresión antigua. MENDO.
Con las bragas de un (¡dalgo
Poner á las aves miedo?
Yo vuelvo ¡Gracias A Dios, que no tengo Si fuera á los moros, vaya ;
A entretener á su alteza. Vestido que me mudar! Que bien podia ser esto,
Que llegará aqui muy presto. ( Vate.) Tú ¿qué aguardas? Pues un tiempo al ver las mias,
INFAMIA. TELLO EL VIEJO. Los vi mil veces huyendo.
Vamonos á vestir todos. No me acuerdo ¡Vive Dios, si no mirara,
(Vanse, y quedan Telia el viejo uKcndo.) Donde puse los follados
TELLO EL VIEJO.
Mendo, que vienes con Tello,
Que truje de caballero. Que tehabia!...
¿Qué es esto, Mendo? Qué es esto? Tú ¿no los guardaste?
MENDO. MENDO.
Yo no lo entiendo , Señor; MENDO. En tales días
Pero presumo que ha hecho ¿Yo? ¡ Buenas albricias te debo!
Esta Vitoria en el Rey TELLO EL VIEJO. TELLO EL VIEJO.
Algún agradecimiento. ¿No te los di? ¿Doyte yo á guardar mi hacienda?...
TELLO EL VIEJO.
.¿Acuerdaste que te dije VENDO. MENDO.
Los días pasados, Mendo, No por cierto.— ¿Qué hacienda, Señor, si has hecho
Que era comedia la vida, Pero si bien se me acuerda.. . Mil soldados, que te cuestan
Y que tenia por cierto ¿Eran unos... Tal cantidad de dinero?
Que mudaríamos traje TELLO EL VIEJO. TELLO EL VIEJO.
Antes del acto postrero?
Pues mira cómo es verdad. Dilo presto. Necio, en servicio del Rey
MUIDO. MENDO. Todo es poco : ¿qué honra tengo
: Gracias á Dios, que no tengo Unos como no sé qué O qué vida sin su amparo?
Vestido que me mudar! Diablos, que para usar dellos Pero para mí no quiero
TELLO EL VIEJO. Era menester que el Cura Gastar mi hacienda dos veces.
Haz que le le corten luego Los conjurase primero, Pues ya es fuerza hacerlos nuevos.
De raja. MENDO.
VENDO. ■ ¿Eso sientes?
¿De seda no? En servir á Dios y al Rey TELLO EL VIEJO.
TELLO EL VIEJO. Nadie»ba de ser avariento.
: De seda ! ¡Qué desacuerdo ! Esto me parece á mi. ¿No es razón?
Las repúblicas se pierden Y si escaso te parezco. Llámame á Sancho, que pienso
Solamente por excesos Yo te mando cien ovejas Que, sabe desto de sastre.
De vestidos, donde gastan Con otros tantos carneros. MENDO.
Los hombres todo el dinero Para que pases tu vida ; Voy volando.
Que tienen, sin atender Que yo bien sé que con ellos
Al accidente, al suceso, No has menester mas hacienda. TELLO EL VIEJO.
A la ocasión , al fracaso SENDO. Vuelve luego.
Y á las mudanzas del tiempo, Veas de tu nieto nietos, (Vase Mendo.)
Cuando vale mas un real, Todos reyes de León.
Y el vestido vale menos. TELLO EL VIEJO.
■ENDO. Para servicio del cielo. ESCENA X.
Con obras y con palabras MENDO.
Tienes tanta hacienda , Tello , Señor, el Rey está en casa, TELLO EL VIEJO.
Pues sustentaste mil hombres, Y viene con Garci-Tel'.o,
Sin las armas y pertrechos Elvira, Laura y tu hijo Gran cosa un rey: de solo Dios depen-
De guerra, que fueron muebos. Con grande acompañamiento. El corazón dclRey está enlasmanosfde;
Pero dime: ¡os talegos De Dios, y en vano y con juicios vanos
¿Han quedado boqueando? TELLO EL VIEJO.
Voy á salirle al camino. Presume el hombre' que el de Dios en-
TELLO EL VIEJO.
[Sale el Rey, don Arias, ele.) ! [tiende.
Mendo, ¿quién te mete en eso?
L-t. 35
5*6 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
El sol tal vez calienta y tal ofende TELLO EL VIEJO. Nunca ofende lo que pasa.
Mas siempre es viday lúzalos humanos, Si: Vine á cazar por aqui,
Que en los valles, los montes, sel vas, lla- • No digas que no te pagan Y quise ver á la Infanta
Floresy frutos, la corona extiende, [nos, Las nuevas. Y a vos también.
Si el rey es sol, y en su virtud no hay MENDO. TELLO EL VIEJO.
[falla,
Pues Dios quiere que el hombre rey le Mil años. Guárdete el cielo Merced tanta
[nombre, Por ella fué, no por mí.
TELLO EL VIEJO.
Cuyo atributo su grandeza exalta , RET.
Sirva a su rey, después de Dios, el ¿Por qué me tasas Y por honrar, que es razón,
[hombre; La vida? A Menéses, mi cuñado.
Que, si no fuera rey cosa tan alta, MENDO.
TELLO EL VIEJO.
No le tomara Dios para su nombre. Si mil son pocos, Solo ese nombre le ha honrado.
Sean cien mil.
SANCHO. REY.
ESCENA XI. ¿De qué mandas Ellos como yo lo son.
Que vista á Mendo? INFANTA.
MENDO, SANCHO.—TELLO EL VIEJO. TELLO EL VIEJO. Besa la mano á su alteza,
De seda García.
Con pasamanos de plata... RET.
VENDO.
Que él te dará los dineros. ¡ Sobrino mió!
Aqui está Sancho. ¡ Bravo mozo ! •
MENDO.
TULLO EL VIEJO.
¿Yo, Señor? ; Graciosa traza TELLO EL VIEJO.
Sabrás Es vestirme a costa mia ! Tiene brío.
Que quiero hacer unas calzas.
Yo no sé para qué guardas REY.
SANCHO. Tanta hacienda : ¡ plegué á Dios
Pues á buena ocasión vengo. Cubrid , cubrid la cabeza .
Que no te vengan las calzas! GARCI-TELLO.
¿Deque las haces? TELLO EL VIEJO.
TELLO EL VIEJO. Honrad, Señor, por mi madre
Mira, Mendo, ¿de qué piensas A mi padre...
Aguarda. Que las repúblicas andan REY.
Esta vez me arrojo al mundo i» Perdidas? De los excesos
Házmelas, Sancho, de raja. De los vestidos, que gastan Yo lo haré.
SANCHO. Las haciendas que los hombres GARCI-TELLO.
¿De raja en esta ocasión? Con tanto trabajo ganan. Pqrque no me cubriré ,
Yo te daré cien ovejas, Si no se cubre mi padre.
TELLO EL VIEJO.
¿Hanme de mirar las damas? Créeme, y con ellas trata, REY.
Pues á fe, que ahora treinta años... Porque galas sin hacienda, . Cubrios, señor cuñado ;
Mas son deshonra que galas. Que lo manda mi sobrino.
UENDO.
MENDO. TELLO EL VIEJO.
Y aun ahora ¿qué te falta?
Veas de tu nieto nietos, Es el rapaz peregrino;
TELLO EL VIEJO. Y en tu mesa y en tu cama De vuestro padrees traslado.
¿Lisonjas? Vestido quieres. Kemocen con media lengua REY.
MENDO. Tatarachoznos tus canas.
Si comes bien, si bien andas, Llueva el cielo trigo en trojes, Tello, vaya alguna gente
Y te vistes á ti mismo, Mosto en cubas y tinajas, Que sepa este monte bien,
Si como un lirón descansas, Y por mayor bendición, Para que nuevas me den,
Si das al rollo las piernas, No te quite el Rey las calzas. Antes que salir intente,
¿Qué le falta? De algún oso o jabalí.
TELLO EL VIEJO.
TELLO EL VIEJO. ESCENA XII. Sancho le sabe en extremo. —
Lo que callas.
Mas ¿cuánto habré menester? EL REY, DONARÍAS, LA INFANTA, Parte.
LAURA, TELLO t GARCI-TELLO, sancho.
SANCHO. Yo voy. (Vate.)
Habrás menester diez varas, de gata.—Dichos. TELLO EL VIEJO.
Que eres entre fresco y alto. Al sol temo,
ret. Sí ahora salís de aqui. •
TELLO EL VIEJO.
Todos me han venido á ver, Entre tanto podéis ver
Mas ¿que piensas hacer calzas Y¿soloTelIono viene?
Para el gigante Golias? Una iglesia que he labrado,
Pero como dos me bastan. TELLO EL VIEJO. Y en vez de paños, colgado
Darás las ocho al pendón, El que mas amor os tiene De las banderas ayer.
Que eternamente se acaba. El postrero viene á ser. Que ganó Tello á los moros.
SANCHO.
Mas perdonadme, Señor; Y en ella á la fe, Señor,
Porque anduvieras holgado Que el traje mudar quería, • Haréisnos un gran favor.
Lo hacia. Yporesonosalia; REY.
Que no por falta de amor. Favores, honras, decoros
TELLO EL VIEJO.
MENDO. Pedid, Tello; que allá voy.
Antes tú te holgabas, En trazar ciertos follados, Solo á honraros he venido.
Pues de diez tomabas ocho, Gran Señor, se ha detenido;
Como si fuera mohatra. TELLO EL VIEJO.
Y pienso que seréis ido Señor, por merced os pido,
Ahora bien, Sancho, yo pienso Antes que estén acabados.
Que en aquellas viejas arcas Si ya en vuestra gracia estoy.
Que están en el armería, REY. Que en ella arméis caballero
Ha de haber unas guardadas Haréisme mucho placer ; A mi nieto don García.
Con que se casó mi abuelo. Que os quiero ver muy galán. REY.
Pídele la llave á Laura; TELLO EL VIEJO. Reservémoslo á otro día ;
Que para el tiempo que el Rey ¿Qué galas, Señor, serán Que salir al monte quiero.
Ha de hacer otra mudanza, Como veniros á ver INFANTA.
Y nos mande desnudar, Tan humano en esta casa? Tiempo tendrá vuestra alteza ;
Cualquiera cósame basta. RET. Esto le suplico yo.
MENDO. Siempre, Tello, lo seré. RET.
Y á mí ¿ no me vistes? Lo pasado enojo fué ; Que fuera me pareció
LOS TELLOS DE MENESES.—SEGUNDA PARTE. 6*7
En León con mas grandeza, INFANTA. ESCENA XVI.
Y con la corona y manto Ocasión EL REY, DON ARIAS, TELLO, LA IN
Que los godos se ponían, Se ofrece, si eres discreta,
Si algún caballero hacían. Para que quedes perfeta. FANTA, LAURA, INÉS; GARCI-TE-
DON ARIAS. LAURA. LLO, con botas; criados, de acompa
No dejes de honrarle tanto ; Hurlas oomo tuyas son. ñamiento, y músicos. — Dichos.
Que yo truje de León INFANTA. REY.
Corona y manto real. Don Arias me ha dicho aquí
REY.
Es edificio extremado :
Que te pida por mujer : ¿Qué os habrá costado, Tello?
¿Cómo en ocasión igual? ¿Qué tengo de responder? TELLO EL VIEJO.
DON ARIAS. LADRA. Lo que gasto para Dios
Porque en aquesta ocasión' ¿ Quieres que diga que sí ? Nunca en los libros lo asiento'
Honrases á tu sobrino. INFANTA. Que para lo que él me ha dado,
Tello, Señor, me avisó. ¿Eso quieres que te pida? Es poco lo que le vuelvo ;
RET.
LADRA. Porque, por mas que le pago,
Venid todos. Dame de término un hora Siempre le quedo debiendo.
TELLO EL VIEJO. Para una cosa. Señora, REY.
¿Cuándo yo Que dura toda la vida. Dadme el manto y la corona.
Fui de tantas honras dlno? INFANTA. (Sacan los criados dos fuentes : en uno*
{Vante todos , menos las damas y don Mi Laura, tú eres discreta; el manto y la corona, y en la otra es
Arias.) Que yo, cuando lo negases, pada y espuelas; y se verá un altar
Si deseo que te cases, con luces, y va el Bey armando de
Es porque quedes perfeta. caballero d Garci-Tello,que estará
ESCENA XIII. de rodillas.)
(Yanse.)
INFANTA.
LA INFANTA, LAURA, DON ARIAS.
i Qué humano está el Rey!
TELLO.
Vista exterior de una iglesia. ¡ Qué cuerdo
Oiga vuestra alteza, y vos,
Señora Laura, escuchad. ¡García!
ESCENA XV. REY.
INFANTA.
Llegad, sobrino,
Arias, ya vuestra lealtad
Agradecemos las dos. TELLO EL VIEJO, MENDO, SANCHO. Al altar.
TELLO EL VIEJO.
DON ARIAS. TELLO EL VIEJO. ¡ Dichoso Tello,
El Rey no me mira bien : ¿Está bien aderezado? Que llegas á ver un día
Hacedme favor, Señora, MENDO. De tanta gloria!
De honrarme con él ahora.— rey. (A Garci-Tello.)
Y porque quede también Los dos lo habernos compuesto.
SANCHO. En el suelo
(Ap. á la Infanta.) Poned la rodilla. Oid
Nuestra amistad confirmada, Mas adorno fuera justo;
Mas lo posible se ha hecho. Hoy, que os hago caballero,
Pedid que á Laura me dé García, con atención
Tello por mujer. HENDO. A loque os obliga el serlo,
INFANTA. Tu rica tapicería Mientras que os ciño la espada,
Sí haré ; No se colgó. En cuyo desnudo acero
Que estará bien empleada. TELLO EL VIEJO. Escribiréis mis palabras,
Id con el Rey ; que yo quedo ¿Por qué, Mendo? Que os han de servir de espejo.
A decírselo. HENDO. La ley de Dios, sobre todo,
DON ARIAS. Defenderéis lo primero :
Porque no dieron lugar ; Guardaréis lealtad al Rey,
Tendréis Mas fueron Silvio y Alberto,
Un esclavo en mí, sUiaeeis Y desnudando los prados Y á su justicia respeto ;
Lo que os ruego. En las guerras de los moros
De lirios, jacinto y trébol, Jamás volveréis huyendo ,
INFANTA. De espadañas los arrroyos, Porque los hombres lidalgos
Haré, si puedo. Y el soto de álamos negros, O vencen ó quedan muertos.
DON ARIAS. [dO, Es la iglesia un cielo. Saldréis al campo, García,
No sé quién ama donde no es queri- " TELLO EL VIEJO. Si os hicieren algún reto ;
Siendo todo el amor un instrumento ¡Y cómo! Y todo pleito homenaje
Que, destemplando su divino acento, Adonde está Dios es cielo; Guardaréis, óJibre ó preso.
Disuena á la razón como al oido. [do, Y por la misma razón No consentiréis que agravien
¿Qué consonancia harán amor y olvi- Hoy es corte el monte nuestro, Mujer ninguna : todo esto
La fuerza y el desden, si el fundamento Pues el Rey en él está. Habéis de jurar aquí.
De amor es un igual consentimiento, Pero dime, i vengo bueno? GARCl- TELLO.
De las dos voluntades admitido?
Ya no quiero querer lo que solia, HENDO. ' Sí juro.
Ni de amor las tormentas y las calmas : Que pareces de veinte años. REY.
Hoy toma puerto la esperanza mía. TELLO EL VIEJO. Pues , caballero,
Quien no merece , no pretenda pal- Bien sé yo que mientes, Mendo. Estos tres golpes os doy;
Que consiste de amor el armonía [mas; No me vienen mal las calzas. Acción con que honraros puedo.
En la correspondencia de las almas. HENDO. INFANTA.
(Vase.) Para el Jueves Santo quiero En tan dichosa ocasión
Acotarlas desde ahora. Viene bien pediros, Tello,
TELLO EL VIEJO.
Para un caballero á Laura,
ESCENA XIV. De cuyo acertado empleo
Buenos serán tus grigüescos. Podéis estar bien seguro,
LA INFANTA, LAURA. Pues estoy yo de por medio.
TELLO EL VIEJO.
INFANTA.
¿Sabe Laura que la casas?
Laura...
LACRA. INFANTA. & ,
Señora... Sabe que yo lo deseo. fe *

:
548 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
TEI.I.0 EL VIEJO. GARCI-TELO. Que no puede haber agravio
Pues ya te habrá dado el sf, , Señora, sabéis que tengo Delante del Rey.
Aunque no supiera el dueño; Desafiado á don Arias : BET.
Kl ansia desde que nacen ¿Cómo le ha dado mi abuelo
Es, Elvira, el casamiento. Los Tellos
Por mujer á Laura, y vos Vengan conmigo á León,
Si es don Arias, doy el mió. Se la pcdis, sabiendo Adonde premiar prometo
DON ARIAS. Que entre las obligaciones Tanto valor y lealtad.
A tanto favor no puedo Que tengo de caballero, TELLO EL VIEJO.
Responder, sino humillarme. Es la que toca á mi honor?
Y aquí, Senado discreto,
( Danse las manos Laura y don Arias.) INFANTA. Da un la Segunda parte
Hijo, también os advierto De la historia de los Tellos.
LA MOZA DE CANTARO

PERSONAS.
EL CONDE. PEDRO, DOÑA ANA, viuda. UN INDIANO.
DON JUAN, MARTIN, , LUISA. I UN MESONERO.
DON DIEGO, LORENZO, l'^oyo»- LEONOR, \criadat. UN MOZO DE MULAS.
FULGENCIO,] BERNAL, ) JUANA, ) Músicos.—Lacayos.
DON BERNARDO, viejo. DOÑA MARÍA,
tlA, dama. UN ALCAIDE. Acompañamiento.

La escena es en Ronda, en Adamuz y Madrid.

LUISA. DOÑA MARÍA.


ACTO PRIMERO. Yo soy de su amor testigo. Pienso que quiere jugar
DOÑA MARÍA. A la pelota conmigo.
Y yo de que es necio y feo. Luisa, en resolución, -
Sala en casa de don Bernardo, en Ronda. (Lee.) « Considerando conmigo á so- Yo no tengo de querer
» las, señora doña María...» Hombre humano.
ESCENA PRIMERA. LUISA.
No leo. (Rompe el papel.) ¿Qué has de hacer,
DOÑA MARÍA T LUISA, con unos pa LUISA. Si todos como estos son ?
peles. iPor qué? DOÑA MARÍA.
DOÑA MARÍA. Estarme sola en mi casa.
LUISA. ¿Noves Venga de Flándes mi hermano ,
Es cosa lo que ha pasado Que comienza alguna historia, Pues siendo tan rico, en vano
Para morirse de risa. 0 que quiere en la memoria Penas inútiles pasa.
DOÑA MARÍA. De la muerte hablar después? Cásese, y déjeme á mi
Tantos papeles, Luisa , LUISA. Mi padre ; que yo no veo
Esos Narcisos te han dado? Este es de don Pedro. Dónde aplique mi deseo
LUISA. DOÑA MARÍA. De cuantos andan aquí,
¿Lo que miras dificultas? Codiciosos de su hacienda ;
Muestra. Que, si va á decir verdad,
DOÑA MARÍA. LUISA. No quiere mi vanidad
¡Bravo amor, brava fineza! Yo te aseguro que es tal , Que cosa indigna le ofenda.
LUISA. Que note parezca mal. Nací con esta arrogancia.
No sé si te llame alteza DOÑA MARÍA. No me puedo sujetar,
Para darte estas consultas. ¡ Bravos rasgos ! ¡ Pluma diestra ! Si es sujetarse el^asar.
DOÑA MARÍA. •LUISA.
A señoría te inclina , (Lee.) « Con hermoso, si bien severo, Hombres de mucha importancia
Pues entre otras partes graves, uno dulce, apacible sí rostro, señora Te pretenden.
Tengo deudo, como sabes, > mia , mentida vista me miró vuestro DOÑA MARÍA.
Con el duque de Medina. > desden , absorto de toda humanidad , Ya te digo
LUISA. 1 rígido empero, y no con lo brillante Que ninguno es para mí.
» solícito, que de candor celeste clarifi-
Es título la belleza » ca vuestra faz, la hebdómada pasada.» LUISA.
Tan alto, que te podría Pues ¿has de vivir ansí?
Llamar muy bien señoría, ¿Qué receta es esta, di ? (Rómpele.) DOÑA MARÍA.
Y aspirar, Señora, á alteza. Qué médico te la dió?
LUISA. ¿Tan mal estaré conmigo?
DOÑA MARÍA. Joyas y galas ¿no son
¡Lindamente me conoces ! Pues ¿no entiendes culto? Los polos de las mujeres?
Dasme por la vanidad. DOÑA MARÍA. Si á mí me sobran, ¿qué quieres?
LUISA. ¿Yo? LUISA.
No es lisonja |a verdad , ¿Habla de aciértame aquí? ¡ Qué terrible condición !
Ni las digo, así te goces. LUISA. DOÑA MARÍA.
No hay en Ronda ni en Sevilla Hazte boba, por til vida. Necia estás. No he de casarme.
Dama como tú. ¿Puede nadie ser discreto LUISA.
DOÑA MARÍA. Sin que envuelva su concelo Si tu padre ba dado el sí ,
Yo creo, En invención tan lucida? ¿ Qué piensas hacer de tí ?
Luisa , tu buen deseo. DOÑA MARÍA. DOÑA MARÍA.
LUISA. ¿Esta es lucida invención? ¿Puede mi padre obligarme
Tu gusto me maravilla. Ahora bien, ¿hay mas papel? A casar sin voluntad?
A ninguno quieres bien. LUISA. LUISA.
DOÑA MARÍA. El de don Diego, que en él Ni tú tomarte licencia
Todos me parecen mal. Se cifra la discreción. Para tanta inobediencia.
LUISA. DOÑA MARÍA. DOÑA MARÍA.
Arrogancia natural (Lee.) « Si yo fuera tan dichoso como La primera necedad
Te obliga á tanto desden. — «vuestra merced hermosa, hecho estaba Dicen que no es de temer.
Este es de don Luis. «el partido, a Sino las que van tras ella,
DOÑA MARÍA. ¿Qué es partido? No prosigo. (Rómpele.) Pretendiendo desliacella.
Lo leo LUISA. LUISA.
Solo por cumplir contigo. ¿Que nada te ha de agradar? Los padres obedecer
teso COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPtO.
Es mandamiento de Dios. Dijo que el Duque sabia
DOÑA MARÍA. ESCENA II. Su calidad y nobleza ;
¿Ya llegas á predicarme? Que le ensenase la carta ,
DON BERNARDO, de hábito de San O que era mia la afrenta
LUIS.A.
tiago, con un lienzo en los ojot.— Dé la disculpa engañosa.
Ñuño acaba de avisarme Dichas.
Que estaban juntos los dos... Yo, por quitar la sospecha,
don bernardo. Saqué la carta del pecho,
DOÑA HARÍA.
Y turbado leyó en ella
¿Quién? ¡Ay de mi! Estas razones, María.—
LUISA. DOÑA MARÍA. Quien tal mostró, que tal tenga. —
Mi señor y don Diego. Señor, ¿qué es esto? • , «Muy honrado caballero
DOÑA MARÍA. Vos llorando y descompuesto, »Es don Diego; pero sea
¿Qué importa que hablando estén , ¡ Y yo no estoy á esos pies ! «El que hade ser vuestro yerno
Si no me parece bien , ¿Qué tenéis, padre y señor, «Tal, que al hábito os suceda
Y le desengaño luego? Mi solo y único bien ? •Como á vuestra noble casa.»
DON BERNARDO. Entonces don Diego, vuelta
LUISA.
Vergüenza de que me ven La color en nieve, dice,
Y don Luis ¿no es muy galán? Y de ira y cólera tiembla :
Venir vivo y sin honor.
DOÑA MARÍA. «Tan bueno soy como el Duque.*
Tal salud tengas, Luisa. doña marIa. Yo con ira descompuesta
Huchas se casan aprisa. ¿Cómo sin honor? Respondo : t Los escuderos , •
Que á llorar despacio van. don bernardo. Aunque muy hidalgos sean ,
LUISA. No sé. No hacen comparación
Esa es dicha, y no elección ; Déjame, por Dios, María. Con los príncipes ; que es necia.
Que mirado y escogido doña MARÍA. Desdecios, ó le escribo
Salió malo algún marido , Siendo vos vida en la mia , A don Alonso que venga
Y otros sin ver, no lo son. ¿Cómo dejaros podré? Desde Flándes á mala ros. i
Que si son por condiciones ¿Habéis acaso caído? • Aqui su mano soberbia...
Los hombres buenos ó malos, Que los años muchos son. Pero prosigan mis ojos
Muchas que esperan regalos, Lo que no puede la lengua.
DON BERNARDO.
Encuentran malas razones. Déjame ; que tantas veces
Cayó toda la opinión Una afrenta se renueva,
Pero en don Pedro no creo Y nobleza que he tenido. Cuantas el que la recibe
Que haya mas que desear. No es de los hombres llorar ; A el que la ignora la cuenta.
DOÑA MARÍA. ' Pero lloro un hijo mió Herrado traigo , María ,
Si hay, Luisa... Que está en Flándes, de quien fio El rostro con cinco letras,
LUISA. Que me supiera vengar. Esclavo soy de la infamia ,
¿Qué? Siendo hombre, llorar me agrada ; Cautivo soy de la afrenta.
Porque los viejos, María, El eco sonó en el alma;
DOÑA MARÍA.
Somos niños desde el dia Que si es la cara la puerta ,
No hallar Que nos quitamos la espada. Han respondido los ojos,
A mi lado hombre tan feo. DOÑA MARÍA. Viendo que llaman en ella.
LUISA. Alcé el báculo... Dijeron
Sin color, y el alma en calma,
Mil bienes me dicen del , Os oigo, padre y señor ; Que lo alcancé... no lo creas ;
Y tú sola del te ries. Mas ¿que mucho sin color, Que mienten á el afrentado,
DOÑA MMIÍA. Si ya me tenéis sin alma? Pensando que le consuelan.
Luisa, no me porlies; . ¿Qué había de hacer mi hermano? Prendióle allí la justicia,
Que este es don Pedro el Cruel. ¿De quién os ha de vengar? Y preso en la cárcel queda : .
LUISA. DON BERNARDO.
¡Pluguiera á Dios que la mano
Desde hoy estuviera presa !
Tu desden me maravilla. Hija, ¿quiéresme dejar? ¡Ay, hijo del alma mia!
DOÑA MARÍA. DOÑA MARÍA. Ay, Alonso! ¡Si estuvieras
Pues ten por cierta verdad Porfías, Señor, en vano. En Ronda! Pero ¿qué digo?
Que es rey de la necedad , Antes de llorar se causa Mejor es que yo me pierda.
Como el otro de Castilla. La excusa, pero no agora ; Salid, lágrimas, salid...
LUISA. Que siempre quiere el que llora Mas no es posible que puedan
Don Diego está confiado; Que le pregunten la causa. Borrar afrentas del rostro ,
Joyas te na hecho famosas. DON BERNARDO. Porque son moldes de letras.
Don Diego me habló, María... Que aunque se aparla la mano ,
DOÑA MARÍA.
Contigo casarse intenta... Quedan en el alma impresas. (Fai«.)
¿Joyas? Respondíle que tu gusto
LUISA. Era la primer licencia,
Y' galas costosas ; . ESCENA III.
Y la segunda del Duque.
Hasta coche le ha comprado. Escribí, fué la respuesta DOÑA MARÍA, LUISA.
DOÑA MARÍA. No como yo la esperaba ;
Don Diego de noche y coche. Que darte" dueño quisieran LUISA.
LUISA.
Estas canas, que me avisan , Fuese.
De que ya mi fin se acerca.
¡De noche un gran caballero! Puse la carta en el pecho , DOÑA MARÍA.
DOÑA MARÍA. Lugar que es bien que le deba ; Déjame de suerte
Mas ¡ay Dios ! que no le quiero Que llamarme deudo el Duque ' Que no pude responder.
Para don Diego de noche. Fué de esta cruz encomienda. LUISA.
Otra le goce, Luisa, Vino á buscarme don Diego Vé tras él ; que puede ser
No yo. ¡De noche visiones ! A la Plaza ( ¡ nunca fuera Que intente darse la muerte,
LUISA. Esta mañana á la Plaza !), Viendo perdido su honor.
Oigo unas tristes razones. Y con humilde apariencia DOÑA HARÍA.
DOÑA MARÍA.
Me preguntó si tenia Bien dices : seguirle quiero;
Volvióse en llanto la risa. (Aunque con alguna pena) Que no es menester acero
Carta de Sanlúcar. Yo Adonde sobra el valor.
¿No es este mi padre? Le respondí que tuviera
LUISA.
( Vanse.)
A dicha poder servirle :
Él es. Breve y bastante respuesta.
LA MOZA DE CÁNTARO. 55Í
Cuarto en la cárcel de Ronda. DON DIEGO. DON DIEGO.
Que entre ¡Jesús! ¡Muerto soy! ¡Traición!
ESCENA IV. La decid , y perdonadme ; DOÑA HARÍA.
Que es persona principal , ¡En canas tan venerables
DONDIEGO, FULGENCIO. Si es quien pienso. Pusiste la mano, perro !
ALCAIDE. Pues estas hazañas hacen
FULGENCIO.
• En casos tales Las mujeres varoniles.
La razón es un espejo Se muestra el amor. {Yate.) Yo salgo.— ¡Cielo, ayudadme! (Vase.)
De consejos y de avisos. (Dentro. Entrad.)
DON DIEGO. ESCENA VII.
En los casos improvisos ESCENA VI.
¿Quién puede lomar consejo? FULGENCIO. — DON DIEGO, mori
FULGENCIO.
DONA MARÍA , cubierta con su manto. bundo.
Los años de don Bernardo —DON DIEGO. FULGENCIO.
Os ponen culpa, don Diego.
DON DIEGO. DON DIEGO.
Paréceme que he sentido
Una voz, y que salió
Confieso que estuve ciego. ¡Sola, mi señora, á hablarme, Esta mujer que aquí entró
FULGENCIO. V en parle tan desigual (Que no sin sospecha ha sido)
Es don Alonso gallardo De vuestra persona y traje ! Mas turbada y descompuesta
Y gran soldado. doña haría. Que piden casos de amor.—
DON DIEGO. Dan ocasión los sucesos No fué vano mi temor.
Ya es hecho , Para desatinos tales. ¡Don Diego!... ¿Qué sangre es esta?
Y yo me sabré guardar. DON DIEGO. DON D1ECO.
FULGENCIO. Descubrios, por mi vida , Matóme doña María,
Un consejo os quiero dar Advirtiendo que no hay nadie La hija de don Bernardo.
Para asegurar el pecho. Que aquí pueda conoceros. FULGENCIO.
DOÑA MAMA.
DON DIEGO. ¡Alcaide! ¡Gente! ¿Qué aguardo?
Yo soy. (Ap. Mas cosa injusta seria
¿Cómo ? DON DIEGO.
FULGENCIO. Ocasionar su prisión.
Pues ¡vos en la cárcel ! Esperar que salga quiero ;
Que dejéis á España
Luego que salgáis de aquí. DOÑA MARÍA. Que esto ya es hecho.)
El amor que me debéis DON DIEGO.
DON DIEGO.
Desta manera me trae; Yo muero
¿ A España, Fulgencio? Que agradecida del vuestro, Con razón , aunque á traición.
FULGENCIO. Me fuerza á que me declare. Muyjusta venganza ha sido,
Si; A |>ediros perdón vengo , Por liarme de mujer.
Porque será loca hazaña Y a que no pase adelante Mas no la dejéis prender.
Que á don Alonso esperéis ; Este rigor, pues el medio FULGENCIO.
Que, fuera de la razón De hacer estas amistades
Que él tiene en esta ocasión , Es el casarnos los dos; Yo pienso que habrá salido.
Pocosairftgos tendréis. Que cuando á saber alcance Pero ¿por qué no queréis
Toda Ronda os pone culpa. Don Alonso que soy vuestra , Que la prendan ?
No tendrá de qué quejarse. DON DIEGO.
DON DIEGO.
Con esto venganzas cesan , Ha vengado
Claro está, soy desdichado... Que suelen en las ciudades Las canas de un padre honrado.
Pues el haberme afrentado Engendrar bandos, de quien Estoen viéndole diréis...
Era bastante disculpa. Tan tristes sucesos nacen. Y que yo soy, cuanto á mí ,
FULGENCIO. Vos quedaréis con la honra Su yerno, pues se casó
Mostraros la carta fué Que es justo y que Ronda sabe , Conmigo, aunque me mató
Yerro de un hombre mayor. Satisfecho el señor Duque, Cuando los brazos la di.
DON DIEGO. Desenojado mi padre, Con esto vuelvo á su fama
En los lances del honor Y yo con tan buen marido , Lo que afrentarla pudiera.
¿Quién hay que seguro esté? Que pueda mi casa honrarse FULGENCIO.

FULGENCIO.
Y don Alonso mi hermano. Toda la cárcel se altera.
El tiempo suele curar DON DIEGO. Quiero buscar esla dama.
Las cosas irremediables. ¿Quién pudiera sino un ángel , (Se lleva á don Diego.)
Señora doña María ,
Hacer tan presto las paces?
ESCENA V. Vuestro gran entendimiento, Una calle de Madrid.
EL ALCAIDE DE LA CÁRCEL, Y divino en esta parte,
Ha dado el mejor remedio ESCENA VIII.
barba y bastón.—Dicuos. Que pudiera imaginarse.
alcaide. (A don Diego.) No le habia mas seguro, EL CONDE, DONJUÁN.
Y sobre seguro, fácil ,
lina mujer está apuí Para que lodos quedemos CONDE.
Que quiere hablaros. Honrados cuando me case. ¡ Hermosa viuda, don Juan !
don diego. No será mucha licencia No he visto cosa mas bella.
Dejadme, Que á el altar dichoso abrace , DON JUAN.
Fulgencio, si sois servido. Sagrado de mis deseos ,
Donde está amor por imagen , Con razón, Conde, por ella
FULGENCIO. Esos desmayos os dan.
A veros vendré á la tarde. (Vase.) Pues )'a decís que sois niia.
CONDE.
DOÑA MARÍA.
ALCAIDE. ¿Hay tal gracia de monjil?
Llegó á la puerta cubierta ; Quien supo determinarse
A ser vuestra, no habrá cosa Que es de azabache, repara.
Pedíle que se destape , Que á vuestro guslo dilate. Imagen, menos la cara
Y dijo que no quería. Y manos, que son marfil.
Parecióme de buen talle Confirmaré lo que digo
Con los brazos.—Muere, infame. DON JUAN.
Y cosa segura ; en fin,
Gustó de que la acompañe ( Al abrazarle , saca una daga y dale Vos tenéis un gran sugeto
A vuestro aposento. con ella.) Para versos.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
CONDE. DON JUAN. CONDE.
No he pensado Mas hermosa está. La viuda , en fin ,
Meterme en ese cuidado ; MARTIN. ¿Es conversable, Martin?
Que pienso andar mas discreto. Porque las largas son ya MARTIN. .
DO» JUAN. Para beatas y dueñas. No me quitó la esperanza.
¿Cómo? Y las cortas en la corle
CONDE.
Si entráis con algún enredo;
No se traen sin ocasión. i Que dice que da lugar
Remitirme á el oro, CONDE. Que la puedan visitar.
Que es excelente poeta.
¿Qué ocasión dará razón CONDE.
DON JUAN. Que para disculpa importe?
Dicen que es rica y discreta : Yo le buscaré , si puedo.
MARTIN.
Guardadle mas el decoro. DON JUAN.
Murióséle á una casada Como visto no te hubiera ,
CONDE. Su marido, y no quedó
¿Fué vuestro criado allá ? Fácil remedio se bailara.
Muy triste, pues le envolvió ,
CONDE.
DON JUAN. Como si fuera pescada ,
Con una criada habló, En un pedazo de anjeo ; Si en que me ha visto repara ,
Y á estas horas pienso yo Y sin que cumpliese manda , Fingirme enojarla fuera.
Que bien informado está. Con largas tocas de Holanda Llama ; que yo he prevenido
Salió vertiendo poleo Con que me pueda creer.
CONDE.
Mejor entre sus iguales En un reverendo coche. DON JUAN.

Suele hablar mas libremente Pero el muerto, mal contento, No lo echemos á perder.
Este género de gente. Del sepulcro á su aposento CONDE.
Se trasladó aquella noche, No puedo estar mas perdido.
ESCENA IX. Y dljole : « ¡Vos Holanda, (Vanse.)
Y yo anjeo, picarona !
MARTIN.— Dichos. ¿ No mereció mi persona
lina sábana mas blanda?» Sala en casa de dolía Ana.
DON JUAN.
Esto diciendo, el difunto
¿Qué hay, Martin? Contento sales. En las tocas se envolvió , ESCENA X.
MARTIN. Y el anjeo le dejó : EL CONDE, DON JUAN, MARTIN; ,
Servir á el Conde deseo. Ocasión desde aquel punto
Con que sin tocas las veo; luego, DOÑA ANA, de viuda; LEO
CONDE.
Yo estimo tu buen amor. Y cuerdo temor ba sido, NOR y JUANA.
Porque no vuelva el marido MARTIN.
■ART1N. A dejarlas el anjeo.
Hablé con la tal Leonor, Ya te ha visto : á verte sale.
Como si fuera en mi empleo, CONDE. No le has parecido mal.
Estando en larga oración Cuanto la licencia alargas, CONDE.
La retórica lacaya , La obligación disimulas. ¿Hay jazmín, rosa y cristal
Y ella, á manera de maya, MARTIN. Que á la viudilla se iguale?
Serena toda facción. Señor, en dueñas y en muías (Salen doña Ana, de viuda, Leonor y
Dijela que me tenia Están bien las locas largas. Juana. ) •
Sin alma Leonor la bella ; CONDE. DOÑA ANA.
Que hacia un mes que la huella
De sus chinelas seguía ; Mucha honestidad promete, Novedad me ha parecido ;
Y que bailando en el rio Y es decoro justo y santo. Vueseñoría perdone.
De la castañeta al son , MARTIN. CONDE.
Me entró por el corazón Una viuda con un manto No hay novedad que no abone
Y por toda el alma el brio. Es obispo con roquete. El deseo que he tenido
Cuando ya la tuve tierna , Fuera de esto, aquel estar De serviros, si yo fuese ,
Pregunté la condición Siempre en una misma acción Para que no os cause enojos ,
De su ama, y la razón No mueve la inclinación Tan dichoso en vuestros ojos.
De estado que la gobierna. Que el traje suele obligar. Que serviros mereciese.
Dijo que era principal , Ver siempre de una manera DOÑA ANA.
Con deudos de gran valor, A una mujer es cansarse. Leonor, sillas.
Y que tenia su honor, martin. (Ap. á don Juan. )
Desde que enviudó, cabal. CONDE.
Pues ¿puede el rostro mudarse? No va mal ,
Que era rica y entendida , Pues piden sillas.
Y no de su casa escasa , MARTIN.
Si bien no entraba en su casa DON JUAN.
Ni aun sombra de alma nacida. Pues ¿no se muda y altera, Martin ,
Que el parecer recatada Mudando el traje, el semblante? La viudilla es seratin
Era todo su cuidado , DON JUAN. De perlas y de coral.
Y dijome que habia estado Conde, Martin dice bien; MARTIN.
Solo dos meses casada ; Porque el variar tan bien ¿Agrádate á tí también?
Porque su noble marido, Da novedad á el amante. DON JUAN.
De enamorado, murió. MARTIN. A esa pregunta responde
CONDE. De mi condición advierte Que está enamorado el Conde,
No envidio la muerte vo, Que me pudren las pinturas , Y yo no.
La causa si. Porque siempre las figuras MARTIN.
DON JUAN. Están de una misma suerte. Dices muy bien.
Necio ha sido , ¿Qué es ver levantar la espada DOÑA ANA.
Pues tanto tiempo tenia. En una tapicería ¿Quién es este caballero?
MARTIN. A un hombre, que en todo un dia
No ha dado una cuchillada? CONDE.
Poca edad y mucho amor, Mi primo don Juan.
Toda la vida, Señor, Qué es ver á Susana estar
Remiten á solo un dia. Entre dos viejos desnuda , DOÑA ANA.
Y que ninguno se muda Señor,
CONDE. A defender ni á forzar? Perdonad.
¿Cómo trae tan pequeñas Linda cosa es la mudanza DON JUAN.
Tocas? Del traje. No ha sido error.
LA MOZA DE CÁNTARO.
Hablad ; que estorbar no quiero. ' MARTItl. . DON JUAN.

DOÑA ANA. ¡Qué gracia ! El buen mentidor Señora ,


Vos no podéis estorbar, : Ha de ser, señor don Juan, Mi primo el Conde os adora.
Ni aquí tendréis ocasión. Descarado á lo truhán, DOÑA ANA.

DON JUAN.
! Y libre á lo historiador. 1 Id con Dios , señor don Juan;
DOÑA ANA. I Que yerra el Conde en traeros.
No lo mandéis. •
DOÑA ANA.
, Penseque vueseñoria DON JUAN.
Me venia hacer merced. ¿Desacreditóle yo?
£s razón.
CONDE. DOÑA ANA.
DON JUAN.
Que os he de servir creed ; Cuando el Conde me miró ,
No me tengo de sentar. Que esa fué la intención mía. Me dio ocasión de quereros.
DOÑA ANA. No os dé pena la escritura , DON JUAN.
Ahora bien, yo no porfío. Puesto que fué de mayor; Aunque deudos , nos preciamos
DON JUAN. Que no tiene mal fiador •
La paga en vuestra hermosura. Mucho mas de ser amigos.
Decisme que necio soy. Aunque envidias ni enemigos
CONDE. martin. (.1//. d don Juan.) No quieren que lo seamos.
Oídme. ¡Hay oficial de escritorios Queredle bien ; que merece ,
DOÑA ANA. Que encaje el marfil ansí? Señora , que lo queráis.
Oyéndoos estoy. DON JUAN. DOÑA ANA.
DON JUAN. En amando, para mi Lo que por él negociáis ,
Por lo mismo me desvio. Son los engaños notorios. Al Conde desfavorece. • ,
MARTIN. DON JUAN.
CONDE.
Señora, aunque os he mirado ¿Amor se funda en engaños? Voy; que en la carroza aguarda.
Mil veces sin conoceros , DON JUAN. Dad licencia que os visite ,
Antes que viniera á veros Primero que el amor fueron ; Y que yo lo solicite.
Tuve de veros cuidado. Pues desde que ellos nacieron , DOÑA ANA.
Vuestro esposo, que Dios tiene, El mundo cuenta sus daños. Si vuelve con vos , ya tarda.
Era mi amigo : jugamos CONDE. DON JUAN.
Una noche; comenzamos Si yo , Señora , creyera Tanto favor da á entender
Por una rifa, que viene Cobrar la deuda de vos , Que por él queréis honrarme.
A ser, como en los amores, Sin conocernos los dos, DOÑA ANA.
La tercera que concierta, Por otro estilo pudiera.
O á lo menos que dispierla Por vos quiero yo obligarme
No vengo sino a ofreceros Para que me vuelva á ver.
El gusto á los jugadores. Cuanto tengo y cuanto soy,
1 Perdió, picóse, sacó Con que pagado me voy , DON JUAN.
Unos escudos, y luego, Y aun deudor de solo veros. Todo se lo digo ansí.
Terciando mi primo el juego , Solo os suplico me deis DOÑA ANA.
Cuatro sortijas perdió. Licencia de visitaros, Yo os tengo por mas discreto.
Mas vamos á lo que importa. Si fuere parte a obligaros DON JUAN.
DOÑA ANA. Confesar que me debéis, ¿Volverá el Conde en efeto?
Esas sortijas eché No dineros , sino amor.
DOÑA ANA.
Menos : pesadumbre fué DOÑA ANA.
(Tan mal amor se reporta), No sin vos , y con vos sí.
Yo quedo tan obligada ,
Porque vine á sospechar Como deudora y pagada (Vanse don Juan y Martin.)
Que á alguna dama las dio. De vuestro heroico valor.
donjuán. (Ap. á Martin.) CONDE. ESCENA XII.
Bien la mentira salió. Besóos las manos.
MARTIN. DOÑA ANA, LEONOR, JUANA.
DOÑA ANA.
¿Hay cosa como atinar El cielo LEONOR.
,as sortijas que faltaron? Os guarde.
DON JUAN.
Mucho le has favorecido ,
CONDE.
Para ser la vez primera.
Hay dichosos en mentir. ¿Vendré? DOÑA ANA.
MARTIN. DOÑA ANA.
Cuando él'me favoreciera,
A cuantas supe decir, Venid. Mi favor lo hubiera sido ;
Con el hurto me pescaron. (Vate el Conde.) Mas no me quiso entender :
No he mentido sin que luego Tomo la amistad del Conde."
No se me echase de ver. ESCENA XI. JUANA.
CONDE.
Agora tibio responde.
Así se vino á encender DOÑA ANA, DON JUAN, LEONOR, Aun no ha llegado á querer.
Con esta pérdida el juego, JUANA, MARTIN.
Que perdió seis mil ducados doña ana. (ParaiL)
Sobre palabra segura , DOÑA ANA. Necio pensamiento mió,
De que tengo una escritura. ¡Ah, señor don Juan! Oíd. Que en tal locura habéis dado,
DOÑA ANA. Volved atrás, afrentado
MARTIN. (Ap.) . De ver tan necio desvio.
Mas enredos y cuidados Cayó el pez en el anzuelo. Yo , que de tantos me rio ,
Que días vivió conmigo DONJUÁN. ¡Ruego , pretendo , provoco!
Don Sebastian me dejó. Pensamiento , poco á poco ,
¿ Seis mil ducados? ¿En qué os sirvo?
DOÑA ANA.
No diga el hopor que pierdo
CONDE.
Que sois con desdenes cuerdo ,
Si yo Bien sé yo Ya que quisistes ser loco.
Basto , que soy quien lo digo , Que lodo aquesto es mentira. Dieron los ojos en ver,
Y los testigos presentes. DON JUAN. Puesto que en lugar sagrado ,
MARTIN. Y yo sé que el Conde os mira ; Al hombre mas recatado
Al firmarla estuve allí Esto de la deuda no. De mirar y de entender ;
Tan presente como aquí. DOÑA ANA. Mas , ya que ha venido á ser
don juan. (Ap. á Martin.) ¡Mala entrada de galán, Provocado á desafio ,
i Con qué desvergüenza mientes! Entrar mintiendo! Responde tan necio y frió ,
554 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que me pide que á otro quiera : INDIANO. DONA MARÍA.
Mirad ¡quién tal os dijera, ¿Que es tan brava?
Triste pensamiento mió ! No soy, Señor, desta tierra.
MESONERO. INDIANO.
En vanó estoy descansando
Con daros disculpa á vos; Aunque es tan brava, Como os vi sola , pensaba
Has tengámosla los dos , Os aseguró de mí Que érades de alguna aldea
Vos amando y yo pensando ; Que mas su cara temiera De aquesta fértil comarca.
Porque de pensar amando Que su arcabuz. DOÑA MARÍA.
Lo que puede resultar, INDIANO. No , Señor ; que yo nací
Viene el alma á sospechar ¿ Habéis sido De esa parte de Granada ,
Lo que imaginó del ver ; Galán? Y á servir en ella vine ;
Porque no hubiera querer MESONERO. Que cuando los padres faltan
Si no hubiera imaginar. Bien me han parecido. En tierna edad á los pobres,
Que no queráis os advierto Ya pasó la primavera , No tienen otra esperanza.
Hombre tan fino y helado, Y estamos en el estío : No se cansó mi fortuna ,
Que por lo helado me ha dado Así los años se van. Pues cuando contenta estaba
Tristes memorias del muerto. INDIANO. Del buen dueño que tenia ,
Pero si á cogerle acierto Persona de órdenes sacras ,
Con mirary con rogar... ¿Qué traje trae?
Le llevó también la muerte ,
Guárdese pues de llegar ; MESONERO. ■Que para mayor mudanza
Que, agraviada una mujer, Un gabán Me dio ocasión , como veis.
Quiere liasta que ve querer, Que cubre el traje , uo el brio ;
Un sombrero razonable... INDIANO.
Por vengarse en olvidar.
Todo de poco valor ; Y ¿dónde vais?
(Vanse.)
Al fin, parece, Señor, DOÑA MARÍA.
De buena suerte y afable , Siempre hablaba
Menos aquel arcabuz. Esta persona que digo ,
Patio de un mesón de Adamuz. . INDIANO. Con notables alabanzas
¿Es esta? De la corte y de Madrid :
ESCENA XIII. MESONERO. Yo pues , á quien ya faltaba
La misma es. Dueño, con algún deseo
UN INDIANO, y UN MOZO DE MULAS; Que de ver grandeza tanta
después , UN MESONERO. Nació con mi condición ,
ESCENA XIV. Determiné de dar traza
INDIANO. De ir á servir á la corle.
Pasaremos de Adamuz, DONA MARÍA, con sombrero, gabán y Y una vez determinada ,
Si este recado nos dan. un arcabuz. — Dichos. Lo que viviendo tenia
El buen cura (que Dios haya)
nozo. Para su regalo y gusto ,
DOÑA MARÍA. (Ap.)
Por eso dice el refrán : Arcabuz, rocin de caza
c Adamuz , pueblo sin luz. > Temerosa voy, después
Que he entrado por Adamuz , Y este gabán, tomé luego ,
Mas mira que desde aquí Y voy con notables ansias
Comienza Sierra-Morena. Por ser camino real ,
A que nunca me atreví ; De ver lo que alaban todos.
INDIANO.
Si bien desde que salí, MOZO.
Tú las jornadas ordena ; Ha sido el ánimo igual El camino de Granada
Eso no corre por mi. Al peligro que he tenido. No es este.
{Sale el Mesonero.) ¡ Ay, padre, y cuánto dolor DOÑA MARÍA.
MESONERO. Me da el verle sin favor,
Bien venidos , caballeros. Si no es que el Duque lo ha sido ! Decís muy bien ;
Suelen faltar los amigos Mas vine por ver si estaba
INDIANO. En Córdoba un deudo mió.
Pues, huésped , ¿qué hay que comer? En la mejor ocasión ;
Mas ¡ ay ! que tus años son INDIANO.
MESONERO.
Los mayores enemigos. ¡Determinación extraña
Desde hoy á el amanecer Los de^mi hermano pudieran De una mujer!
Dos mozos, seis perdigueros Suplir los tuyos, Señor, DOÑA MARÍA.
Vienen con un perdigón , Aunque no para tu honor
De que estoy desesperado. Soy mujer.
Mas que mis manos hicieran.
INDIANO. Yo cumplí su obligación ; INDIANO.
Para mi basta. Mas defenderle no puedo , Decís muy bien , eso basta.
MESONERO. Por no acrecentar el miedo Yo voy también á Madrid :
Ha llegado De mi muerte ó mi prisión. Traigo jornada mas larga ,
A hurtaros la bendición Al iin , bien está lo hecho. Porque vengo de las Indias ;
Una mujer que le tiene. ¿De qué me lamento en vano? Que pocas veces descansa
INDIANO.
¡Traidor don Diego! ¡A un anciano El ánimo de los hombres
Con una cruz en el pecho!... Aunque sobre el oro y plata.
Y cuando yo le tuviera , Así para quien se atreve Y si allá habéis de servir,
Por ser mujer se le diera. A las edades ancianas; Porque me dicen que tarda
¿Viene sola ? Que es atreverse á unas canas El premio á las pretensiones
mesonero.- Que la ocupación dilata,
Violar un templo de nieve.
Sola viene. Pero la mano piadosa Casa tengo de poner :
indiano. Del cielo quiere que espante Si en el camino os agrada
¡Sola! ¿De qué calidad? A un Holoférnes gigante Mi trato , servidme á mi.
mesonero. Una Judit valerosa. DOÑA MARÍA.
Pobre, y de brio gallarda ; indiano. 04 clona María.) El cielo por vos me ampara.
Porque en un rocín dcalbarda Como suelen los caminos Desde hoy soy criada vuestra ,
(El término perdonad) Dar licencia á los que pasan Y creed que soy criada
Como un soldado venia. Para entretener las horas, Que os excusaré de muchas.
Ellapropria se apeó, Que por ellos son tan largas , mozo. (Ap.)
Le ató y de comer le dio A preguntaros me atrevo
Con despejo y bizarría. Si lo ha de ser la jornada, Convertirse quiere en ama.
Volvüa á mirar y vi O por ventura tenéis DOÑA MARÍA.
Que un arcabuz arrimaba. Cerca de aqui vuestra casa. No habrá cosa que no sepa.
LA MOZA DE CÁNTARO.
HOZO.
Para esta noche de acuerdo.
ESCENA II. CONDE.
Y yo salgo ala fianza;
Que la buena habilidad MARTIN.—Dichos. En tenerme por tan cuerdo
Se le conoce en la cara. Muchos locos la engañaron.
MARTIN.
INDIANO.
Por poco tuviera calma
Hanme dicho que en la corte La nave de tu deseo. ESCENA III.
Hay ocasiones que gastan Entro, yá doña Ana veo,
Inútilmente la hacienda , Venus de marfil con alma. DOÑA ANA , en hábito galán; JUANA,
Y yo querría guardarla ; ¿Cómo te podré pintar músicos. — Dichos. __
Que cuesta mucho adquirirla. De la suerte que la vi?
DOÑA MARÍA. Cultas musas,¿ladme aqui DOÑA ANA.

La familia es excusada Un ramo blanco de azahar No dirá vueseñoria


Donde hay tanta confusión , De las huertas de Valencia Que no le fian el talle.
Pues no se repara en nada. O jardines de Sevilla. CONDE.
Yo sola basto á serviros: Comience una zapatilla Quien tan bien puede fialle,
No habrá cosa que no haga, De la Vera de Plasencia , Agravio á los dos haría :
De cuantas haciendas tiene Porque entremos por la basa A vos por seguridad ,
El gobierno de una casa. A esta coluna de nieve , Y á mi por justo deseo.
INDIANO. Argentado azul , pié breve , ¡ Gracias á amor, que en vos veo
Pues partamos en comiendo, Que de tres punios no pasa. Señas de mas amistad !
Y fiad de mi la paga. CONDE. DOÑA ANA.
doña mam'a. (Ap.) ¿Tres puntos? Necio , repara... Siéntese vueseñoria ;
; Ay fortuna! ¿dónde llevas MARTIN. Que no le quiero galán
liña mujer desdichada? Pues lo digo, yo lo sé: Esta noche, que nos dan
Pero no fueras fortuna, Puntos son que de aquel pié La música y la poesía
A saber en lo que paras. Los tomara por la cara. Los sugetos que han de hacer
DON JUAN.
Un ralo conversación.
CONDE.
¿Cómo lo viste?
MARTIN. Dice mi imaginación
Un manteo Que no quiere mas de ver.
ACTO SEGUNDO. Esta licencia medió, DOÑA ANA.
Donde cuanto supo obró Señor don Juan , ¿no os sentáis?—
La riqueza y el aseo. ¡Qué esquivo primo lencis! {Al Conde.)
Sala en casa de doña Ana. Pero pidió los chapines DON JUAN.
Porque mirarla me vio, La culpa que me ponéis ,
Y entre las cintas metió Para disculpa me dais ;
ESCENA PRIMERA. Cinco pares de jazmines. Pero quiero obedeceros.
DON JUAN.
CONDE.
EL CONDE, DON JUAN. De escarpines presumí, Canten, y hablemos yo y vos.
Según anda el algodón.
DOÑA ANA.
DON JCAN. MARTIN. Y los tres , porque los dos •
Compiten con sus virtudes Esos paragambas son ;
Sus gracias y perfecciones. Ño parezcamos groseros.
Que á cierta dama que vi
CONDE. Con cañafislolas tales , músicos. {Cantan.)
¿Que tantas persecuciones, Que se pudiera , aunque bellas, ¿ De qué sirve , ojos serenos,
Visitas, solicitudes, Purgar su galán con ellas Que no me miréis jamás?
Celos, desvelos, requiebros, Por drogas medicinales, De que yo padezca mas,
Tengan por premio su olvido , Pregunté si era importante Y no de que os quiera menos.
Hasta verme convertido, Traer damas delicadas DOÑA ANA.
De Amadis, en Beltenébros? Las pantorrillas preñadas. No me agrada que á los ojos
No he visto tales aceros. Y con risueño semblante Llamen serenos.
DOS JUAN.
Me dijo : « No es gentileza ; CONDE.
Conde, no habéis de cansaros ; Pero cosa no ha de haber ¿Porqué,
Que el estado de eslimaros En una honrada mujer Si el cielo, cuando se ve
Que se note por flaqueza. •
Ya es principio de quereros. Libre de azules enojos,
CONDE.
CONDE. Se llama asi?
A los principios me estoy ¡Linda disculpa! DOÑA ANA.
# A el cabo de tres semanas. DON JUAN. En mía dama
¿Adonde, esperanzas vanas, Extremada. No apruebo vuestro argumento ,
Con este imposible voy? MARTIN. Si es el alma el movimiento
DON JUAN. La ropa de levantar, Que á cuantos los miran llama.
Todas son penas posibles , Con tanto fino alamar, Y si al cielo en su azul velo
Pues que sin celos amáis. Era una colcha bordada. La serenidad cuadró ,
Finalmente, no quería A el sol y á la luna no,
CONDE.
Salir, por no verte ansí ; Que son los ojos del cielo ;
¡ Ay, ojos , celos me dais , Pero como yo la vi Porque estos siempre se mueven.
Aunque celos invisibles! Que para ti se veslia , CONDE.
Quéjase de amor doña Ana, Por uo estar siempre en el traje
Y á mi no me tiene amor : Perdonad á la canción
De trágico embajador, No ser de vuestra opinión :
Esto es celos en rigor. Porfié, y saldrá, Señor, Tanto los versos se atreven.
DON JUAN. Si la haces pleito homenaje DON JUAN.
¿Por qué , si es sospecha vana? De sola conversación ,
Como quedó concertado. Díganse á varios sugetos ,
CONDE.
Como quedó concertado.
Es celos lo que imagino ; ' CONDE.
DOÑA ANA.
Que no es celos lo que sé: ¡Qué ejercicio tan cansado
Cosa que pienso que fué, Para mi loca afición ! Comience el Conde.
Y que en mi daño adivino. DON JUAN.
CONDE.
He buscado
Música y versos quedaron
556 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
En vuestro loor seis cotícelos. DOÑA ANA. Moza de cántaro fué.
Oid. Amaba Filis á quien no la amaba , En él este amor bebí ,
DOÑA ANA. Y á quien la amaba ingrata aborrecía ; Todo me abrasó con él ;
No por vida mia ; Hablaba á quien jamás la respondía , Ella fué Sirena , y él
Escritos me los, daréis. Sin responderjamás á quien la hablaba. El mar en que me perdí.
CONDE. Seguía á quien huyendo la dejaba, Con él veneno me ha dado ,
No sea , pues no queréis. Dejaba á quien amando la seguía ; Con él me mató.
Por quien la despreciaba se perdía, DOÑA ANA.
DOÑA ANA.
Y á el perdido por ella despreciaba. Si fuera
Emplead vuestra poesia Concierta, amor , si ya posible fuere , Martin quien eso dijera ,
Adonde mas partes naya. Desigualdad que tu poder infama: Estuviera disculpado ;
CONDE. Muera quien vive, y vivirá quien muere. Pero , un caballero , un hombre
Pues oid , si sois servida , Da hielo á hielo, amor, y llama á 11a- Como vos!...
Un soneto á la venida [ma, DON JUAN.
Del inglés á Cádiz1. Porque pueda querer á quien la quiere
O pueda aborrecer á quien desama. No es elección
DOÑA ANA. Amor; diferentes son
Vaya. CONDE. Los efetos de su nombre.
CONDE. Vos os podéis alabar; Es desde el cabello al pié
Atrevióse el inglés, de engaño armado, Que nadie puede, Señora. Tan bizarra y aliñosa ,
Porqueáel león de España vio dormido*, DOÑA ANA. Que no es tan limpia la rosa ,
Las uñas en el ámbar, y vestido, Hablará don Juan agora. Por mas que al alba lo esté.
En vezde pieles, del tusón dorado, [do3, DON JUAN.
Tiene un grave señorío
Con débil caña , no con fresno herra- Dejádmele imaginar. En medio desta humildad ,
Vióá Marte en forma de español Cupido, Una moza de cántaro y del rio , ?ue aumenta su honestidad
Gallardear en el bridón herido' no deshace su brio.
Mas limpia que la plata que en él lleva, Finalmente
Del acicate en púrpura bañado. Recien herrada de chinela nueva , , yo no vi
Armó cien naves y emprendió la falda Honor del devanlal , reina del brio ; Dama que merezca amor
De España asir por las arenas solas Con manos de marlil, con señorío, [va, Con mas fe , con mas rigor.
Del mar, cuyo cristal ciñe esmeralda ; Que no hay tan gran señorqueselealre- DOÑA ANA.
Mas viendo en las colunas españolas Pues dónele lava, dice amor que nieva, Advertid que estoy yo aqui ,
La sombra del león , volvió la espalda, Es alma ilustre al pensamiento mío. Y toca en descortesía
Sembrando5 las banderas por las olas. Por estrella , por fe, por accidente. Tan necio encarecimiento.
DON JUAN. Viéndola henchir el cántaro, en despojos DON JUAN.
¡Levantó la pluma el vuelo! Rendí la vida á el brazo trasparente; Yo he dicho mi pensamiento
DOÑA ANA.
Y, envidiosos del agua mis enojos, Sin pensar que os ofendía.
¡Gran soneto á toda ley! Dije : « ¿Porqué la coges de la fuente, CONDE.
Si la tienes, mas cerca , de mis ojos? » No os levantéis. ¿Dónde vais?
DON JUAN.
DOÑA ANA.
¡Qué bien pinta á nuestro rey ! DOÑA ANA.
¡ Malos versos ! Corrida me voy.
DOÑA ANA.
DON JUAN.
Mejor le ha pintado el cielo. DON JOAN.
No sé mas. ¿Porqué?
MARTIN.
DOÑA ANA. Sin ofensa vuestra hablé.
¡ Gran soneto !
Un caballero discreto DOÑA ANA.
CONDE.
¿Escribe á tan vil sugeto ? Si cosas bajas amáis,
No le he dad», No lo creyera jamás.
Porque no estoy del contento.— No las igualéis conmigo.
CONDE.
Decid vos. ( Vanse dotia Ana y Juana-)
DOÑA ANA.
Tiene doña Ana razón.
¡Qué atrevimiento, DON JUAN.
ESCENA IV.
Donde vos habéis hablado ! Si hubiérades visto el brio
DON JUAN. Del nuevo sugeto mió , EL CONDE, DON JUAN, MARTE*:
Excusad tales excusas. La hermosura y discreción , despuét, JUANA.
Dijérades que tenia
DOÑA ANA. Tanta razón de querer, CONDE,
¿Mas que os ha de causar risa? Que no supe encarecer ¡ Por Dios , que tiene razón !
CONDE. Lo menos que merecía. MARTIN.
Hablad , divina poetisa. DOÑA ANA. Cesó la conversación.
MARTIN. Si es disfrazar vuestra dama , DON JUAN.
Silencio ; que hablan las musas. Como suelen los poetas, ¡Porque lo que siento digo!
Por tratar cosas secretas
Sin ofensa de su fama , CONDE.
Está bien ; pero si no , Decir que no visteis dama
i Afio de 1623. Como ella, ¿no ba sido error?
* En la sola edición antigua de esta come Bajo pensamiento ha sido.
dia, que be podido haber á las manos, se DON JUAN. DON JUAN.
lee aquí vio en el «¡do. Lo mismo si: dice al Ninguna ¿osa he fingido, ¿Error?
fin de la Carona trágica de Maria K-.iu.mhi, Ni tengo lacuipa yo; (Sale Juana.)
donde también se baila este soneto. Porque no lejos de aqui JUANA.
5 En la edición antigua de la comedia: Vive la hermosa Isabel , Conde, mi señor.
Con débil caña,con freno herrado. Por quien el amor cruel Entrad : mi señora os llama.
1 En las ediciones antiguas el verso es Hace estos lances en mí. conde. (.4 don Juan.)
este: Sirve á un indiano, que viene
A la corle á pretender. Ella me quiere decir
Volar y herir en el jinete herido. Que no os traiga mas conmigo.
No sé qué puede querer
Don Cándido María Trigueros, que refundió Quien tanta riqueza tiene. ■ DON JUAN.
esta comedia, corrigió: Si lo tiene por castigo,
DOÑA ANA.
Volar y herir en el overo herido. No apelo de no venir.
Alai sugeto ¡tal fe! (Vanse el Conde y Juana.)
El lector puede escoger entre las tres for DON JOAN.
mas: ninguna de ellas sera la dada por Lope. Di á el Conde que á verla ful ,
■5 En U borona trágica se lee sembrando; La que me ha muerto v rendido,
(A Martí*.)
en la edición antigua de la comedia, tendidas. Moza de cántaro ha sido , . Esa que á doña Ana enfada.
LA MOZA DE CÁNTARO. 357
MARTIN. i Conoceréis por mi ejemplo Ya con cuidado me habláis ,
Lo que va de ayer á hoy. Porque en efelo os parezco
Tú ¿quieres lo que te agrada? Mujer que os puedo entender.
No desvanezca al clavel
DON JUAN.
i La púrpura , ni á el dorado Pues yo os prometo que puedo;
Sí , Martin , mil veces si. I La corona , ni al morado Pero el estar enseñada
MARTIN. Lirio el hilo de oro en él ; A oir vocablos groseros
Pues quiérela si la quieres ; ■ No te precies de cruel , De un indiano miserable:
Que tal vez agrada un prado Manulisa carmesí , « Vé por esto , vuelve presto ,
Mas que un jardin cultivado , Ni por el color turquí, Esto guisa, aquello deja ,
Y al fin todas son mujeres. Bárbara violeta , ignores ¿Limpiaste aquel ferreruelo?
(Vanse.) Tu fin , contemplando, flores, Vé por nieve, trae carbón,
Que ayer maravilla fui. Esto está sin sal , aquello
De esta loca bizarría Sin agrio, llama á ese esclavo ,
Quedaréis desengañadas Este lava , y dame un lienzo,
■ Calle. Cuando con manos heladas ¿Cómo gastas tanta azúcar?
Os cierre la noche fria. Para madrugar me acuesto ,
Maravilla ser solia; Despiértame de mañana ,
ESCENA V. Pon la mesa , luego vuelvo ; i
Pero va lástima doy;
DOÑA MARÍA, en hábito humilde y de- Que de extremo á extremo voy , Y otras cosas de este porte
Me han quitado el sentimiento
vanlal; EL INDIANO, siguiéndola. Y desde ser á no ser", De otras razones mas grandes ,
Pues sol me llamaba ayer,
DOÑA HARÍA. Y hoy sombra mia aun no soy. No porque no las entiendo.
En efeto ¿qué queréis?
Advierta vuestra merced
DON JUAN.
Que si esto adelante pasa, ESCENA VII.
No estoy un hora en su casa. Que me quieras en efeto.
INDIANO.
DON JUAN.— DONA MARÍA. DOÑA MARÍA.

(Ap. Pensamiento, detened ¡Bien aforrada razón ,


DON JUAN. Y bien dicha para presto!
El paso; que hay honra aqui.)
Palabra , Isabel , te doy Dicha he tenido , por Dios.— Bien digo yo que pensáis
Que no seré desde hoy Isabel , ¿adonde bueno? Que á mi corto entendimiento
Importuno como fui. DOÑA MARÍA. Importan resoluciones ,
Desprecia en fin tu belleza ¿Adonde bueno, Isabel? Atajos , y no rodeos.
Y ese donaire apacible; Adonde hallase un requiebro. Pues levantad el lenguaje;
Que ya sé que es imposible ¿Pensáis que no tengo yo Que, como dicen los negros ,
Mudar la naturaleza. ( Yase. ) Mi poco de entendimiento? El ánima tengo blanca,
DON JUAN.
Aunque mal vestido el cuerpo.
Bien conozco que no ignoras Habladme como quien sois.
ESCENA VI. DON JUAN.
Tanto; que á veces sospecho
DOÑA MARÍA. Que finges lo que no entiendes. Yo, Isabel, así lo creo;
DOÑA MARÍA.
Porque, pensando en tu oficio,
Tiempos de mudanzas llenos , Lo que no quiero no entiendo. Tal vez el respeto pierdo ;
Y de firmezas jamás, Pero en mirando á tu cara ,
Pero á la fe que me admira Vuelvo á tenerte respeto.
Que ya de menos á mas , Que un caballero tan cuerdo
Y ya "vais de mas á menos, Mas no te debe enojar
¿Cómo en tan breve distancia, Y tan galán como vos Que te diga mi deseo;
Para tanto desconsuelo, Humille sus pensamientos Que solo son por el fin
Habéis humillado á el suelo A una mujer como yo. Todos los actos perfectos.
Mi soberbia y arrogancia? ¿Sois pobre? ¿Qué dirás deste lenguaje?
DON JUAN.
El desprecio que tenia DOÑA MARÍA.
De cuantas cosas miraba , Pues ¿á qué efeto
Me preguntas si soy pobre? Que , aunque es el término honesto ,
Las galas que desechaba , No me agrada la intención
1 Los papeles que rompía ; DOÑA MARÍA.
De la suerte que la entiendo.
El no haber de quien pensase Porque si os falta dinero Conmigo (á lo que imagino)
Que mi mano mereciese , Para pretensiones altas, Tomáis la espada á lo diestro.
Por servicios que me hiciese , No tengo por nial acuerdo Tiré, desviasteis, huí;
Por años que me obligase ; Requebrar lo que , á la cuenta Y acometiéndome al pecho ,
Toda aquella bizarría Del entendimiento vuestro , Herida de conclusión
á Que como sueño pasó , Os costará zapatillas, Formó vuestro pensamiento.
A tanta humildad llegó, Ligas , medias y un sombrero Pues no, mi señor, por vida
Que por mi decir podria : Para el rio con su banda , De los dos , porque no quiero
Aprended, flores, de mí Avantal de lienzo grueso , Que, asiendo la guarnición,
Lo que va de ayer á hoy ; Chinelas ya sin viril las Engañéis mi honesto celo.
Que ayer maravilla fui, (Que solia en otro tiempo Esténse quedas las manos,
Y hoy sombra mia aun no soy. En los pies de las mujeres Y aun los pensamientos quedos ;
-, Flores, que á la blanca aurora La plata barrer el suelo), Que no seremos amigos
t Con tal belleza salís, Castañetas, cintas, locas; En no siendo el trato honesto.
, Que soberbias competís Que para últimos empleos DON JUAN.
Con el mismo sol que os dora , De las damas, fondo en ángel ,
y Toda la vida es un hora : No hay plata en el alto cerro Como das , Isabel mia,
Como vosotras me vi , (¿Mia dije? ¡ Ay Dios! que miento )
Del Potosí , perlas ni oro En pensar que'por ser pobre
Tan arrogante salí ; En los orientales reinos. Te busco , te sigo y ruego ,
1 Sucedió la noche al dia: Mas pienso que os costarían Dilatas á mis verdades
Mirad la desdicha mia , Las randas de un telarejo El justo agradecimiento.
'* Aprended, flores, de mi. Que una legión de fregonas. Pues yo le juro , Isabel ,
Maravilla solía ser DON JUAN. Que por quererte, desprecio
De toda la Andalucía ; No juzgaras mis deseos La mas hermosa mujer,
O maravilla ó María, Por el camino que dices, Donaire y entendimiento
Ya no soy la que era ayer. Si te dijera el espejo
Flores, no os deis á entender Que tiene aqueste lugar ;
El despejo de tu talle. Porque mas estimo y precio
Que no seréis lo que soy , Un listón de lus chinelas
DOÑA MARÍA.
Pues hoy en estado estoy, Que las perlas de su cuello.
Que si en ayer me contemplo , ¿Espejo y despejo? ¡Bueno !
558 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Has precio en tus Mancas manos DOÑA MARÍA. Viénele grande la cama.
Ver aquel cántaro puesto, ¿Pues bien?.
A la fuente del Olvido DOÑA MARÍA.
LEONOR. Y en fin ¿le quiere tu ama?
Pedirle cristal deshecho;
Y ver que á tu dulce risa ¿Qué se hizo tu desden? LEONOR.
Deciende el agua riyendo , DOÑA MARÍA. Como si juntos los vieses.
Envidiosa la que cae Un amor honesto obliga. ■ DOÑA MARÍA.
De fuera á la que entra dentro ; Y te aseguro de mí
Y ver cómo se da prisa Que es mucho tenelle amor. Vé por el cántaro , y vamos
El agua á henchirle de presto, Al Prado.
LEONOR.
Por ir contigo á tu casa , LEONOR.
Su talle, ingenio y valor A Pedro verás;
En tus brazos ó en tus pechos, Habrán hecho riza en tí.
Que ver como cierta dama Que se quedan siempre atrás
Que lo merece confieso ; El y Martin de sus amos. (.Vate.)
Baja en su coche soberbio, Pero en la desigualdad
Asiendo verdes cortinas No puede haber amistad.
Por dar diamantes los dedos , ESCENA IX
DOÑA MARÍA.
Ó asoma por el estribo
Los rizos de los cabellos Los elementos por eso
No tienen paz y sosiego : DOÑA MARÍA.
En las uñas de un descanso ,
Que á tantos sirvió de anzuelo. El agua á la tierra oprime,
El aire á el agua , y reprime A mis graves desconsuelos
Yo me contento que digas , Solo faltaba este amor,
Dulce Isabel : ; «Yo te quiero!» La fuerza del aire el fuego.
Mas como él me quiere á mí A este amor este rigor,
Que también quiero yo el alma; A este rigor estos celos.
No todo el amor es cuerpo. No mas de para querer,
¿Qué pierdo en corresponder? ¿No me bastaba tener,
¿Qué respondes, ojos mios? Para no ser conocida ,
LEONOR.
DOMA MARÍA. Este género de vida,
A ojos mios yo no puedo Mucho. Sino a quien quieren querer?
Responder ninguna cosa , DOÑA MARÍA. Pero andar en competencia ,
Porque decís que soo vuestros. ¿Cómo? Moza de cántaro en fin ,
A lo de la voluntad, LEONOR. Cristalino serafín ,
Pienso que licencia tengo; Mucho. Con vos, será impertinencia.
Y así , pues alma queréis , DOÑA MARÍA. Mejor es ser lo que soy,
Digo (porque os vais con esto) Di. Pues que no soy lo que fui :
Que el primer hombre sois vos LEONOR. Aprended, flores, de mi
A quien amor agradezco. Adora mi ama en él. Lo que va de ayer á hoy. ( Vase
DON JUAN. DOÑA MARÍA.
¿No mas, Isabel? ¿Quién te lo ha dicho?
DOÑA MARÍA. LEONOR.
¿Es poco? , Yo y Juana Prado con ana fuente.
Pues vaya por contrapeso Lo vemos, y á ella con gana
Que no me desagradáis. De casamiento, Isabel. ESCENA X
DON JUAN. Por eso , si no envidaste,
¿ No mas , Isabel ? Descarta y quédate en dos. MARTIN, PEDRO.
DOÑA MARÍA. DOÑA MARÍA.
¿Sábeslo bien? PEDRO.
¿Qué es esto? Y ¿que tiene tan buen talle?
Conténtese, ó quitaréle LEONOR.
Lo que le he dado primero. Sí , por Dios. MARTIN.

DON JUAN. DOÑA MARÍA. Esto me dijo Leonor,


¿Podré tomarte una mano? Tarde, Leonor, me avisaste; Y que es la moza mejor
Aunque por Dios que la temo , No porque pueda alabarse Que tiene toda la calle.
Después que la vi tan diestra Del mas mínimo favor, Es una perla, un asombro ;
Esgrimir el blanco acero. Sino por tenerle amor, Rinden parias á su brío
Que no es fácil de olvidarse. Cuantas llevan ropa á el rio
DOÑA MARÍA. Y llevan cántaro en hombro.
Pues vos no me conocéis : Necia fui en imaginar
Que un don Juan tan entonado Es mujer que este don Juan ,
Por Dios que algún hombre he muerto Primo del Conde mi dueño ,
Aquí donde me miráis. Para mi estaba guardado.
Pierde por hablarla el sueño,
LEONOR.
DON JUAN. Desmayos de amor le dan.
Con los ojos, yo lo creo. Un hombre te quiero dar De la suerte la pasea
Compañero de otro mió , Que á la dama de mas partes ;
DOÑA HARÍA.
Bravo , pero no cruel , Pero en estos Durandartes
Idos; que viene mi amo. Que puede ser, Isabel , Poco el pensamiento emplea.
DON JOAN. De cuantas profesan brío. De noche la viene á ver,
¿Dónde esta tarde te espero? No pone codo en la puente Y anda el pobre caballero ,
DOÑA MARÍA.
Hombre de tales aceros , De su cántaro escudero ,
En la fuente , á lo lacayo. Ni han visto los lavaderos I Sin dormir y sin comer.
Mas alentado valiente. Sirve á un caballero indiano
DON JUAN. Ama en tu misma región.
Logre tu donaire el cielo. ' (Vase.) ¿Quién te mete con don Juanes? Taff cuitado, que consiente
Que vaya y venga á la fuente;
DOÑA MARÍA. Puesto que le culpo en vano ,
ESCENA VHI. Tu ama ¿trata en galanes? Porque pienso que ella gusta
LEONOR. De salir, por ver y hablar
LEONOR.—DOÑA MARÍA. De honesta conversación (Que á mozas deste lugar
De un conde que la visita, Mucho el no salir disgusta) ,
LEONOR. Le nacieron los antojos. A jabonar y á lavar
Isabel... A los pilares, á el rio.
DOÑA MARÍA.
DOÍA MARÍA. PEDRO.
¡ Quien la ve tan baja de ojos
Leonor amiga... A la señora viudita! En fin , es moza de brío ,
LEONOR. Y que puede descuidar
LEONOR. De camisas y valonas
¿Con este hablabas? Hermana , enviudó lia dos meses , A un hombre de mi talante.
LA MOZA DE CÁNTARO. 859
MARTIN. . LEONOR. J PEDRO.

Lleva, en saliendo, delante Y ¿que esa mujer mató Aquí en la esquina del Duque •
Mas pretendientes personas A el que á su padre afrentó? Hay turrón.— Vamos, Martin.
Que un oidor ó presidente. ¡ Bravo corazón ! MARTIN.
PEDRO. DOÑA MARÍA. Vamos, y gasta ; que luego
Si yo la moza poseo , Valiente. Estará como algodón.
Luego habrá despolvoreo Dijo que habia pedido PEDRO.
De todo amor pretendiente : La parte pesquisidor, Sí , mas ¡coz y mordiscon ! ...
A ellos de cuchilladas Y que á el Rey nuestro señor Parece rocin gallego.
Y a ella de'muchas coces. (Cuya vida al cielo pido), ( Vanse Martin y Pedro.)
Ya mi cólera conoces. Consultaron este caso,
MARTIN.
Y que no quiso que fuese
Quien pesadumbre le diese. ESCENA XIII.
No la has visto ¿y ya te enfadas?
LEONOR.
PEDRO. DOÑA ANA, DON JUAN, DOÑA MARÍA,
Gente de un coche se apea. No fué la piedad acaso ,
Si el padre estaba inocente. LEONOR, JUANA.
MARTIN.
¿Y nunca mas pareció DOÑA ANA.
Con ellos viene don Juan. Esa dama que mató
PEDRO. A el caballero insolente? Quedo, no os pongáis delante ;
¡ Por vida del alazán , Que ya he visto por las señas
doña MARÍA.
Que no es la viudilla fea ! Que es aquella vuestra dama.
De eso no me dijo nada. JUANA.
Yo estoy contenta de ver
ESCENA XI. (Que en efeto soy mujer) Pues Leonor viene con ella ,
Que la hubiese tan honrada.' ¿Quién duda que es Isabel?
DONA ANA, JUANA, DON JUAN. Fuera deque no tuviera
LEONOR.
Dichos. Ninguna aquel talle y brío.
¿Dijo el nombre que tenia? DOÑA ANA.
Que me alegra á mí también.
DON JUAN. Disculpa tiene en quererla
DOÑA MARÍA.
Por el coche os conocí , El señor don Juan.
Y luego al Conde avisé , No sé si me acuerdo bien... JUANA.
8ue en la carroza dejé Aunque sí: doña María.
La moza
arto envidioso de mi. MARTIN.
En otro traje pudiera
Vine á ver lo que mandáis; Aquí están dos escuderos Hacer á cualquiera dama
Que apearos no habrá sido Para las dos. Pesadumbre y competencia.
Sin causa. LEONOR.
DON JUAN.
DOÑA ANA. Isabel ,
Causa he tenido ; ¿Es todo por darme vaya?
Este mozazo es aquel
Que siempre vos me la dais. DOÑA ANA.
Que te dije.
Quiero venir á la fuente, DOÑA MARÍA. Quisiérala ver mas cerca.
Porque sé que es el lugar ¡Oh, caballeros!... Dígale vuesamerced
Adonde os tengo de hallar, Que está aquí una dama enferma ,
martin. (A Pedro.) Que se le antoja beber
Y donde sois pretendiente.
Llega , no estés vergonzoso; Por la cantarilla nueva ;
DON JUAN.
Llega y habla. Que no irá de mala gana.
¡Buen oücio me habéis dado! PEDRO. • DON JUAN.
O de bestia ó de aguador. Estoy mirando
DOÑA ANA. A Isabel, y contemplando Solo por serviros fuera.
Conociendo vuestro humor, Su talle y su rostro hermoso. DOÑA MARÍA.
Señor don Juan , he pensado Téngame vuesamerced ¡Ay, Leonor!
Venir por agua también.— Por suyo desde esta tarde. LEONOR.
Muestra ese búcaro, Juana. DOÑA MARÍA. [de. ¿Qué?
DON JUAN. (Ap. ¡Qué buen hombron!) Dios le guar- DOÑA MARÍA.
Dado habéis esta mañana , PF.DRO. (Ap.) Tu señora
Filos , Señora , al desden. Cayó la daifa en la red. Y aquel mi galán con ella.
DOÑA ANA. Ya está perdida por mi. LEONOR.
Deseando enamoraros , DOÑA MARÍA. (Ap.) Parece que te has turbado.
Moza de cántaro soy , Con pocos de estos pudiera DOÑA MARÍA.
Por agua á la fuente voy. Conducir una galera Por poco se me cayera
DON JUAN. A la China, desde aquí,
Don Kadrique de Toledo. El cántaro de las manos.
Teneos... don juan. (A doña María.)
DOÑA ANA. PEDRO.
Pido mano , doy turrón. Aquella señora os ruega
Quiero agradaros. Que la deis un poco de agua.
DON JUAN. DOÑA MARÍA.
DOÑA MARÍA.
Es el cántaro pequeño , ¿Mas que lleva un mojicón ,
Hombron , si no se está quedo? De buena gana la diera
Templará poco el rigor A ella el agua , y á vos
A los enfermos de amor. PEDRO.
Con el cántaro.
¡Por el agua déla mar, DON JUAN.
ESCENA XII. Que tiene valor la hembra!
No seas
DOÑA HARÍA.
Necia.
DOÑA MARlA t LEONOR, con sus ' Pues no sabe dónde siembra. DOÑA MARÍA.
cántaros. —Dichos. PEDRO. Llevádsela vos ,
(Ap. A el primer encuentro azar.) Y de vuestra mano beba.
doña MARÍA. (A Leonor.) i Voto á tus ojos serenos, DON JUAN.
Esto me dijo mi dueño ; Isabel , porque te asombres , Mira queenpúblico estamos,
Que en el patio de palacio , Que me mate con mil hombres, Y las mujeres discretas ■
Archivo de novedades , Y esto será lo de menos ! No hacen cosas indignas.
Ya mentiras , ya verdades. Ablándate, serafin.
DOÑA MARÍA.
Como pasean de espacio, DOÑA MARÍA.
Lo contaba mucha gente. Déjeme, no me zabuque. Iré porque nadie entienda
560 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que me da celos á mi.— Mire que el coche se aleja. ¿Que donde estoy, vivo esté?
* (Llégase á doña Ana.) DON JUAN. Dime quién es; que yo haré
Vuesamerced beba , y crea Iréme desesperado , Que con lágrimas lo pene.
Que quisiera que este barro ' Pues haces cosas como estas , Dime cómo y de qué suerte
Fuera cristal de Venecia; Sabiendo que Leonor sabe Que le mate se te antoja ;
Pero serálo en tocando Porque en sacando la hoja ,
Esas manos y esas perlas. Que no es posible que quiera
Eso de que tienes celos. (Vase.) Soy guadaña de la muerte.
DOÑA ANA. Si el Cid á su lado viene,
Beberé, porque he caido. • Gigote de hombres haré ,
ESCENA XV. Y de que lo cumpliré
DOÑA MARÍA.
Si el agua el susto sosiega , Hágote voto solene.
DOÑA MARÍA, LEONOR. Si yo me enojo en Madrid
Beba ; que lodos caeremos ,
Si no en el daño , en la cuenta. Con quien á ti le ha enojado ,
LEONOR.
Haz cuenta que se ha tocado
DOÑA ANA. Necia estás. ¿Por qué le dejas La tumba en Valladolid.
Yo he bebido. Que se vaya con disgusto? Porque en diciendo, Isabel ,
DOÑA MARÍA. DOÑA HARÍA. Que he de malalle, está muerto.
Y yo también. Leonor, el alma me lleva; No hay que esperar, porque es cierto
"doña ana. (Ap.) Que los celos me han picado. Que pueden doblar por él.
Yo pesares. Pero no seré yo necia DOÑA MARÍA.
DOÑA HARÍA. (Ap.) En querer desigualdades, Vén, Leonor ; vamos á casa.
Yo sospechas. Aunque me abrase y me muera.
LEONOR.
No he de ver mas á don Juan.
DOÑA ANA.
¡Esto faltaba á mis penas! Triste vas.
¡Qué caliente! DOÑA MARÍA.
LEONOR.
DOÑA MARÍA. Perdida estoy.
| Buen lance habernos echado!
Vuestras manos tú desesperada quedas, PEDRO.
De nieve servir pudieran. Y mi ama va perdida. ¿Así se va?
doña ana. (A Juana.) DOÑA HARÍA.
Haz que llegue el coche. Así me voy.
ESCENA XVI.
juana. (Llamando.) PEDRO.
¡Ah, Hernando! PEDRO, MARTIN.—Dichas. Pues cuénteme lo que pasa.
DOÑA ANA. DOÑA HARÍA.
¡Buena moza! PEDRO. No quiero.
DOÑA MARÍA.
Como dos soldados juegan : PEDRO.

Buena sea Perdí el turrón y el dinero. Tendréla.


Su vida. MARTIN. DOÑA MARÍA.
(Vanse doña Ana y Juana.) Cosas la corte sustenta, Tome.
Que no sé cómo es posible. PEDRO.
ESCENA XIV. ¡Quién ve tantas diferencias ¡Ay!
De personas y de oficios, MARTIN.
DOÑA MARÍA, DON JUAN, LEONOR. Vendiendo cosas diversas ! ¿Qué fué?
Bolos .bolillos , bizcochos , PEDRO.
DOÑA MARÍA. Turrón .castañas , muñecas,
¿Ñola acompaña? • Bocados de mermelada, Tamborilada.
¡ Mal galán ! ¿Así se queda? Letuarios y conservas ; LEONOR.
DON JUAN. Mil figurillas de azúcar, ¿Distele, Isabel?
A darte satisfaciones. Flores, rosarios, rosetas, DOÑA MARÍA.
DOÑA MARÍA.
Rosquillas y mazapanes , No es nada.
Aguardiente , y de canela ; Pregúntale si le come.
Estoy yo tan satisfecha , Calendarios, relaciones,
Que será gastar palabras. Pronósticos , obras nuevas ,
DON JUAN. Y á Don Alvaro de Luna ,
Mira , Isabel , que esto es fuerza , Mantenedor deslas fiestas.
Y que bien sabe Leonor Mas quedo ; que están aquí. ACTO TERCERO.
(Dejo aparte mi fineza) PEDRO.
Que el Conde sirve á clona Ana. ¡Oigan! ¿De qué es la tristeza?
DOÑA MARÍA. ESCENA PRIMERA.
¿No estaba alegre esta moza?
Cántaro , tened paciencia ; ¡ Qué pensativas están! PEDRO, BERNAL, MARTIN y LOREN
Vais y venis á la fuente : MARTIN.
Quien va y viene siempre á ella, ZO, dentro.
¿ De qué se espanta, si el asa Pienso que andaba don Juan
O la trente se le quiebra? Acechando una carroza. PEDRO.

Sois barro, no hay que fiar. PEDRO. ¡Fuera digo! No haya mas.
Mas ¿quién, cántaro, os dijera Quien te me enojó , Isabel , LORENZO.
Que no os volviérades plata Que con lágrimas lo pene: ¡ Ay, que me ha descalabrado !
En tal boca , en tales perlas? Hágote voto solene MARTIN.
Pero lo que es barro humilde, Que pueden doblar por él. Con el cántaro le ha dado.
En fin . por barro se queda. Vuelve, Isabel , esos ojos;
BERNAL.
No volváis mas á la fuente, Que no soy yo por lo menos
Porque estoy segura y cierta Quien á tus ojos serenos ¡ Lavado , Lorenzo , vas!
Que no es bien que vos hagáis Quitó luz y puso enojos. LORENZO.
A los coches competencia. ¿Quién tan bárbara y cruel , Esto ¿se puede sufrir?
DON JUAN.
A tu hermosura atrevido, PEDRO.
Causa de tu enojo ha sido? Llévale á curar, Beroal.
¿Qné dices? Mira, Isabel, Quién te me enojó, Isabel?
Que sin culpa me condenas. ' No es posible que tuviese LORENZO.
DOÑA MARÍA. Noticia de mi rigor, ¡Vive Cristo, que la tal !...
Yo con mi cántaro hablo; Sin que luego de temor (Salen.)
Si es mió, ¿de qué se queja? Súbitamente muriese. MARTIN.
Vayase vuesamerced , Quien te enojó, ¿vida tiene? No lo acabes de decir.
LA MOZA DE CÁNTARO.
PEDRO. Que pienso que ha de ser hoy. En oyendo que honraban la campaña
No queda lacayo en ser DOÑA MARÍA. Felipe y Isabel , gloria de España.
Donde esta mujer está. Tendré vergüenza de vella. ¿No has visloen unjardín de varias flores
MARTI*. LEONOR.
La primavera en cuadros retratada ,
Que por la variedad de las colores,
Bravas bofetadas da. Anda ; que te quiere bien , Aun no tienen color determinada ,
PEDRO. Y sé que tiene también Y en medio ninfas provocando amores T
Dos mozas azotó ayer. Gusto de que hables con ella. Pues asi se mostraba dilatada
DOÑA MARÍA. La escuadra hermosa de las damas be-
BERNAL.
¡Ea , ea ! Que no es nada. Vamos , y de aquí á tu casa Flores las galas y las ninfas ellas, [lias.
Te diré lo que pasó Yo , que estaba arrobada, les decía
En el rio. A los reyes de España : «Dios os guarde,
ESCENA II. LEONOR. Y extienda vuestra heroica monarquía
DOÑA MARÍA, LEONOR— Dichos. Ño fui yo ; Del clima helado á el que se abrasa y ar-
Que mujer que ya se casa , Cuando veoquedice: «Isabel mia,»[de;»
DOÑA MARÍA. Ha de mostrar mas recalo A mi lado don Juan ; y tan cobarde
¡Picaro! ¿Pellizco á mí? Del que solia tener. Me hallé á los ecos de su voz, que luego
¡Fuera, digo! DOÑA MARÍA. Fué hielo el corazón, las venas fuego.
LEONOR. Es achaque; voy por ver «Traidor, respondo, tus iguales mira;
¿Estás en ti? Aquel caballero ingrato. Que yo soy una pobre labradora. >
Fuimos Teresa, Juana y Catalina, Y diciendo y haciendo, envuelta en ira,
LORENZO. Sigo la puente, y me arrepiento agora :
El sábado, Leonor, á Manzanares ;
¡ A mi , Isabel , cantarada! Si bien yo melancólica y mohína Verdad es que le siento que suspira
¡Voto á el bijo de la mar ! De darme este don Juan tantos pesares. Tal vez desde la noche hasta el aurora;
DOÑA MARÍA. I ir tu dueño las partes imagina ; Mas recelo, si va á decir verdades ,
Llegue el lacayo gallina. Quecuandocn su valor, Leonor,repares, Lo que se sigue á celos y amistades.
PEDRO. Presumirás, pues no me he vuelto loca, (Yanse.)
Daga trae en la pretina. Que soy muy necia ó mi afición es poca.
Tomé el jabón con tanto desvario
DOÑA MARÍA.
Para lavar de un bárbaro despojos, Sala en casa de doña Ana.
Y aun enseñada á matar. Que hasta los paños me llevaba el rio,
Llegue el barbado , y daréle ESCENA IV.
Mayor con la creciente de mis ojos.
Dos mohadas á la usanza Cantaban otras con alegre brio , DOÑA MARÍA, LEONOR; después,
De mi tierra , por la panza , Y yo, Leonor, lloraba mis enojos: DOÑA ANA Y JUANA.
Y hará el puñal lo que suele. Lavaba con lo mesmo que lloraba,
LEONOR.
LORENZO. Y al aire de suspiros lo enjugaba.
¡Mataréla! Bajaba el sol al agua trasparente, A mi casa hemos llegado :
PEDRO. Y, el claro rostro en púrpura bañado , Después, que no puedo agora,
Estoy aquí Las nubes ilustraba de occidente Porque viene mi Señora ,
A pagar de mi dinero. De aquel vario color tornasolado ; Te diré lo que ha pasado
Cuando, despierta ja del accidente, Por los celos en los dos.
LORENZO.
Saqué la ropa , y de uno y otro lado , (Salen doña Ana y Juana.)
Pues con él haberlas quiero,
Aunque es mujer para mi. Asiendo los extremos, la" torcimos, DOÑA ANA.
Y á entapizar los tendederos fuimos. ¿Esta dices?
PEDRO. Quedandopues por los menudos ganchos JUANA.
¡Miente! Las camisas y sábanas tendidas, Esta es.
LORENZO. Salieron cuatro mozas de sus ranchos, DOÑA MARÍA.
Véngase conmigo. En toda la ribera conocidas; [anchos, Dadme , Señora , los pies.
( Yante los hombres.) Luego, de angostos pies y de hombros
DOÑA ANA.
Bigotes altos , perdonando vidas , [gua ,
ESCENA III. Cujtromozos: no hablé; que fuera uien- Isabel , guárdela Dios.
Estando tristeel alma, hablar la lengua. ¿Qué se ofrece por acá?
DOÑA MARlA , LEONOR. Tocó, Leonor, Juanilla el instrumento DOÑA MAnÍA.
Que con cuadrada forma en poco pino, Quiéreme hacer su madrina
LEONOR. Despide alegre cuanto humilde acento , Leonor, que no me imagina
¡Buenos van, desafiados! Cubierto de templado pergamino ; Desacomodada ya..
DOÑA MARÍA. A cuyo son , qi/e, retumbaba el viento , DOÑA ANA.
¡Qué diferentes cuidados Cantaba de un ingenio peregrinor ¿No está ya con el indiano?
Me da , Leonor, mi enemigo ! En seguidillas, con destreza extraña ,
Pensamientosque envidia Italia á Espa- DOÑA MARÍA.
LEONOR.
Bailaron luego hilando castañetas [na. No , Señora.
¿No le has visto mas? Lorenza y Justa y un galán barbero DOÑA ANA.
DOÑA MARÍA. Que mira á lnés,'haciendoinascorvetas Pues ¿por qué?
Ayer. Que el Conde ayer en el caballo overo. DOÑA MARÍA.
LEONOR. ¡ üh celos ! lodos sois venganza y tretas, Cierto atrevimiento rué.
Alegre quisiera hallarte. Pues porque vi bajar el caballero De hombre al fin ; pero fué en vano.
Porque te alcanzara parte Que ailora de lu dueño la belleza, DOÑA ANA.
De mi contento y placer. No le quise alegrar con mi tristeza.
Entré en el baile con desgaire y brio, ¿Cómo , cómo , por mi vida?
Ya Martin se determina , Que, admirándole ninfas y mozuelos, DOÑA MARÍA.
Y nos queremos casar : Pudiera estar satisfecho
Mira que nos has de honrar, «¡Vítor!» dijeron , celebrando el mió :
Y era que amor bailaba con los celos. De mi honor y de mi pecho:
Y que lias de ser la madrina. Estando en esto, el contrapuesto rio De mi honor por bien nacida.
DOÑA, MARÍA. Se mueve á ver dos ángeles, dos cielos, De mi pecho porque , habiendo
Estoy desacomodada Que á la Casa del Campo (Dios los guar- Entrado por los balcones
Del indiano; que si no, Iban á ser auroras por la tarde'. [de) Una noche tres ladrones.
Yo lo hiciera : aquí me dio ¿No has visto á el agua, al súbito granizo Que ya le estaban pidiendo
Su casa una amiga honrada, Esparcirse el ganado ea campo ameno, Las llaves, tomé su espada,
Donde de prestado estoy. O volar escuadrón espantadizo Y aunque ya se defendieron,
LEONOR. De las palomas, en oyendo el trueno? Por la ventana salieron ,
Mi Señora te dará Pues de la misma suerte se deshizo Y oslo á pura .cuchillada.
Vestidos: vamos allá; El cerco bailador, de amantes lleno, Pero obligándole á amor
L-i. 36
362 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Lo que pudiera á respeto, i Que le cuesta vuestra ausencia Porque há mucho que no soy.
Me llamó una noche, á efeto Cuantos instantes, suspiros. CONDE.
De no respetar mi honor. DOÑA ANA.
Que le descalzase fué Partes en la moza veo,
La invención : llego á su cama , Vos venis en ocasión Que en otro traje pudieran ,
Donde sentado me llama , i Que os he hecho un gran servicio: Con el donaire y aseo,
Y humilde le descalcé. | A lo menos es indicio Dar, fuera de vuestros ojos ,
Pero echándome los brazos, ; De esta mi loca pasión. A muchos envidia y celos.
Tan descortés procedió , Mirad en qué obligación < Mi primo es tan singular,
Que á arrojarle me obligó I Os pone el haber traído Que por bizarría ha puesto
Donde le hiciera pedazos. | A mi casa quien ha sido Las preferencias del gusto
Mas de aquellos desatinos Lo que tanto habéis amado ; En tan bajos fundamentos.
9us zapatos me vengaron , I Que os quiero ver obligado , MARTIN.
Cuyas voces despertaron Pues no puedo agradecido. A mi responder me toca.
La mitad de los vecinos. Volved los ojos, veréis Perdónenme si me atrevo,
Y aunque culpando el rigor, A Isabel , que viene aquí , Por el honor del fregado ,
Poniéndose de por medio , No para servirme á mí , La opinión del lavadero ,
Celebraron el remedio Sino á que vos la mandéis ; Del cántaro y el jabón ;
Para quitarle el amor. Que no quiero que os canséis Que mas de cuatro manteos ,
En buscarla en fuente ó prado. De esos con esteras de oro ,
DOÑA ANA. Mirad si estáis obligado , Cubren algunos defetos.
Notable debes de ser. Y cómo he sabido hacer
Cierto que te tengo amor. Que vos me vengáis á ver, DOÑA ANA.

JUANA. No como hasta aquí, forzado. Cásase Martin agora


Es el servicio mejor DON JUAN. Con mi Leonor, y por eso
Y la mas limpia mujer De vuestra queja os prometo Siente que vuesenoria
De cuantas andan aquí. Que es el Conde , mi señor, Haga de don Juan desprecio.
Ruégale que esté contigo. La causa, cuyo valor DON JUAN.
DOÑA ANA. Únicamente respeto ; ¡Dar en el pobre don Juan !
¿No querrás estar conmigo , Porque ¿cuál hombre discreto CONDE.
Isabel ? No conociera y amara Huélgome del casamiento.
DOÑA MARÍA.
De vuestra belleza rara Y ¿seréis vos la madrina?
Señora , si. La divina perfección , Porque ser padrino quiero.
Y el discurso á la'razon,
DOÑA A NA. DOÑA ANA.
Y á vos el alma negara?
¿Qué sabes hacer? Con esto la puse en quien No , Señor, que es Isabel ;
doña haría. La misma desigualdad Que pienso que há mucho tiempo
Lavar, Disculpe la voluntad, Que ella y Leonor son amigas.
Masar, cocer y traer I Para no quereros bien. CONDE.
Agua. ! Mas no me pidáis que os den , Pues lócale de derecho
doña ana. Gracias de haberla traído Ser el padrino á don Juan.
¿No sabrás coser? Mis ojos ; que antes ha sido , DON JUAN.
Para no poderla ver, Basta ; que estáis de concierto
DOÑA HARÍA.
Pues testigo habéis de ser, Todos contra mi. Pues vaya;
Bien sé coser y labrar. Y yo menos atrevido.
DOÑA ANA.
Que el ser el padrino acetó.
CONDE.
Pues eso será mejor. ESCENA VI. ¿Cómo calla b madrina?
Manto y tocas te daré..
DOÑA MARÍA.
DOÑA MARÍA. EL CONDE—Dichos. Señor, corto entendimiento
Señora , yo no sabrá Presto se ataja, y mas donde
Servir de dueña de honor. CONDE.
Hay tantos y tan discretos.
Este es un hábito agora Tanto la licencia tarda , Allá en mi lugar uu dia
De cierta desdicha mía , Que sin ella vengo á veros. Un muchacho en un jumento
Que vos sabréis algún dia. (V«*-) DOÑA ANA. Llevaba una labradora,
JUANA. Conde, mi señor, disculpa Y perdonad , que iba en pelo.
Aquí está don Juan , Señora. De ausencia de tanto tiempo. — «Hazte alia, que le maltratas»,
Llegaftana silla, Isabel/ Iba la madre diciendo;
DON JUAN. Y tanto hacia airas se hizo,
ESCENA V. Aquí me estaban riñendo Que dio el muchacho en el suelo,
Tu ausencia. üijole: «¿Cómo caíste?»
DON JUAN, MARTIN.— DONA ANA, CONDE. Y disculpóse diciendo :
LEONOR, JUANA. ¡Buena criada! «Madre, acabóseme ei asno.»
Y nueva ; que no me acuerdo Asi yo, que hablando veo
DON JOAN.
Haberla visto otra vez. A tan discretos señores,
Siempre soy embajador. Hago atrás mi entendimiento,
DOÑA ANA.
El Conde os pide licencia, Hasta que lio venido á dar
Y dice que de sn ausencia ¡Buena cara , gentil cuerpo í Con el silencio en el snelo.
Fué causa vuestro rigor ; ¿No es muy linda? MARTIN. (.4/1.)
Que tratáis tan mal su amor, CONDE.
Tomen lo que se han ganado.
Queja toma por partido , ¡ Sí , por Dios ! DOÑA MARÍA.
En la caza divertido, IiiiÑ V ANA.
Solicitar á su daño Es el Conde muy discreto,
Una manera de engaño De que os agrade me huelgo; Y la señora doña Ana
Que á los dos parezca olvido : Que es la dama de don Juan. Un ángel ; pues yo ¿qué puedo
A vos excusando el veros, CONDE. Decir que no sea ignorancia?
Y á él , Señora , el cansaros. : Si es así el entendimiento, DOÑA ANA.
Pero no quiere engañaros ' Disculpa tiene mi primo. Ahora bien, Señor, hablemos
Ni olvidarse de quereros : ! Verla mas de espacio quiero.— De la ausencia desios días.
Visitaros y ofenderos Pasad , Señora , adelante, Ya me olvidáis, ya me quejo
Es fuerza para serviros. . ¿De dónde sois? De vos al pasado amor.
Esto me manda deciros : ' doña marIa. CONDE.
Mirad si le dais licencia; No sé cierto ; Negocios son , os prometo,
LA HOZA DE CÁNTARO. 565
Que me han tenido ocupado Y te quiero y te querré , Bien creeréis que me está mal.
Por un notable suceso. Con tanta firmeza y fe, ¡Oh , qué habréis imaginado
Mató en Ronda cierta dama Qué vive mi amor corrido De cosas, después que visteis
Guzman y Portocarrero , De no vencer tu rigor, La joya ! Aunque no tuvisteis
Cuyo padre con el duque Siendo tú tan desigual! Culpa de haberlas pensado ,
De Medina tiene deudo , DOÑA MARÍA. Pues yo os he dado ocasión.
Un caballero su amante. Quien siente bien no habla mal ; DON JOAN.
DOÑA ANA. Que para tener valor Cuando yo, Isabel, pensara
¿Con qué ocasión? ¿Fueron celos? Con que poder igualaros, Tafbajeza , imaginara
CONDE. Aunque de vuestro apellido Prendas que mas altas son
Desagraviando á su padre Príncipes haya tenido De las que tenéis , bastantes
De un bofetón , porque el viejo Italia y r rancia tan raros, . A abonaros ; cuando fuera
No estaba para las armas. Sóbrame á mi el ser mujer ; Hurlo, mayor le creyera ,
Pero si de vuestro engaño Si fueran almas, diamantes.
DOÑA ANA.
A los dos resulta daño, Algo sospecho encubierto ,
¡Gran valor! Desengaño habrá de ser. Isabel ; y en duda igual , •'
DON JUAN.
No estoy contenta de estar Que sois mujer principal
¡Valiente esfuerzo! Donde , con hacer mudanza Tengo por mayor acierto.
Diera por ver á esa dama Del hábito , mi esperanza Que desde el punto que os vi
Toda cuanta hacienda tengo. Aspire á mejor lugar. Con el cántaro, Isabel ,
DOÑA HARÍA. {A¡1.) Ni menos estoy celosa, Echó amor suertes en él
Turbada estoy , encubrir . Ni os guardo , aunque os he querido; Para vos y para mi.
Puedo apenas lo que siento. Sue en este humilde vestido Vos salisteis diferente
CONDE. ay un alma generosa , De lo que aquí publicáis ,
Al iin , perdonó la parte , Tan soberbia y arrogante, Y yo sin dicha si os vais ,
Poniéndose de por medio, Que el cántaro que dejé , Para que yo muera ausente.
Entre deudos de unos y otros , Un cielo en mis hombros fué, ¿Quién sois , hermosa Isabel ?
Huellos nobles caballeros. Como el que sustenta Atlante. Porque cántaro y diamantes
Uon esto me lia escrito el Duque . Yo os quiero bien , aunque soy í Son dos cosas muy distantes ;
Por el mismo parentesco, De naturaleza esquiva ; | Que hay mucha bajeza en él,
Mcauce el perdón del Rey ; t Pero hay otro amor que priva , Y en vos mucho entendimiento,
Lo que hoy , Señora , se ha hecho. Por quien os dejo y me voy. I Mucha hermosura y valor,
Mándame también buscalla , No os dé pena; que os prometo i Mucho respeto al honor,
ii entre tantos extranjeros Que no hay nieve tan helada^ | Que es mas encarecimiento.
Vlguna nueva se hallase , Pero he nacido obligada La verdad se encubre en vano;
siendo esta corte su centro. A su amor y á su respeto. Que como al que ayer traia
Mirad si estoy disculpado ; No puedo hacer mas por vos Guantes de ámbar, otro dia ,
V porque me voy con esto , gue decir que os he querido : Le quedó oliendo la mano ;
tendré, Señora, á la noche, n fe de lo cual os pido , Así , quien señora fué ,
Si me dais licencia , á veros. Y del amor de los dos, Trae aquel olor consigo ,
Que una cosa hagáis por mí. Aunque del ámbar que digo ,
DOÑA ANA. Reliquias muestre por fe.
DON JUAN.
d con Dios ; volvé á la noche. DOÑA MARÍA.
¿Cómo ausentarte, mi bien?
CONDE.
Después de tanto desden, No os canséis en prevenciones ;
Si haré , encanto de Babel.— ¿Esto merezco de tí? Que yo no os he de engañar.
,i urda os con vuestra Isabel; ■i •
DOÑA MARÍA.
(A don Juan.) ESCENA VIII.
Jue yo me voy en el coche. No excuso, aunque lo sintáis,
Este camino. LEONOR. — Dichos.
Vanse el Conde , doña Ana y los cria DON JUAN.
dos. ) Isabel , LEONOR.
¿Qué dices? ¿Cuándo piensas acabar,
ESCENA VII. DOÑA MARÍA. Isabel , tantas razones?
Que para él Vente á vestir y á vestirme ;
DOÑA MARlA, DON JUAN. Esta joya ine vendáis. Que mi señora te llama.
DON JUAN.
Diamantes son : claro está DOÑA MARÍA.
Que justa sospecha diera Voy á ponerme de dama.
ilegre, Isabel, estás, Si á vender diamantes fuera
}ue ya el cántaro dejaste, DON JUAN.
Mujer que á la fuente va ; ¿Volverás? •
>ues con la le le mudaste , Que con lo que ella valiere,
i' con el alma , que es mas. DOÑA MARÍA.
Podré á mi casa llegar.
¡ni' desde que te la di , A despedirme.
DON JUAN.
>e cántaro la tenia, ( Vanse los dos. )
'ues pienso que se decia Cuando pensaba esperar,
)ste proverbio por mí. Quiere amor que desespere. ESCENA IX.
íuucu quisiste trocar, ¡ Notable desdicha mía !
aiando yo lo deseaba , ¡Tristes nuevas! ¿Quién amó DON JIJAN.
lI hábito que te daba Con la fortuna que yo?
;i que ya quieres dejar, Mas ¿quién , sino yo, podía? ¿Qué confusión es esta que levanta
.i cuando yo te rogué , Tened la joya y la mano, Amor en mis sentidos nuevamente,
la hito honrado tomaras, Que entrambas diamantes son , Que á tales pensamientos adelanta
,a voluntad disculparas, Si es la mina un corazón Mi dulce cuanto bárbaro accidente?
lúe baja en tus prendas fué. Tan lirme como tirano ; Así el cautivo en la cadena canta ,
i el venir aqui son celos, Que cuando forzosa sea Así engañado se entretiene, ausente,
clisando que así me guardas , j Vuestra partida , no soy De vanas esperanzas, que algún dia
on , Isabel , sombras pardas Hombre tan vil,.. .Verá la patria en qne vivir solia.
ai ofensa de tus cielos. DOÑA haría. No con menos temor, menos sosiego,
Qué guarda de mas valor, Si no os doy Tímido ruiseñor su esposa llama ,
;abel , que tu hermosura . La joya , don Jnan , no crea A quien el plomo en circuios de fuego
i ella misma te asegura Vuestro pecho liberal Quitó la amada Vida en verde rama ,
lúe merece tanto amor? Obligarme con dinero ; Que mi confuso pensamiento ciego
Vive Dios , que le lie querido , Que, pues de vos no lo quiero , En noche obscura los engaños ama,
564 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Esperando que llegue con el día PEDRO. doña ana.
La muerta luz de la esperanza mia. Pues claro está ;
Mas¿cómo puede haber tales engaños? Con oro en mármol escrita
Que es muy honrada Leonor, Tiene el amor una ley ,
Cómo pensar mi amor que la belleza Aunque pide mas caudal
No puede haber nacido en viles paños, La Que como absoluto rey ,
talega de la sal, No hay traición que no permita.
Si pudo la fealdad en la nobleza? . Que anda el tiempo á el rededor.
Asi, para mayores desengaños , Demás , que esto no es traición ;
Mostró por variedad naturaleza Mas queriendo el Conde bien Que nunca yo quise al Conde.
De, un espino la flor candida , hermosa, A dona Ana , por Leonor conde. (Ap.)
Y vestida de púrpura la rosa. [sura Osella
hará siempre favor,
En lo que agora responde
Que darme yo ¿entender que lahermo- Y ayudará también
De su -parte á vuestra casa. Conoceré su intención.
Que vi llevar un cántaro á la fuente, don jüan.
• . MARTIN.
Por engastar el bario en nieve pura Ninguna loca afición
Del cristal de una mano trasparente , Pues con eso pasaremos. Que se haya visto ni escrito ,
No pudo proceder de sangre obscura , PEDRO. Ha disculpado el delito
Y nacer entendida humildemente, ¿Quién queréis que convidemos? Del amigo ; que el valor
Es vano error, puessiempre amando veo MARTIN. . Es resistir á el amor,
Calificar bajezas el deseo. Y vencer á el apetito.
Pues ¿quién será Isabel , locura mia , No lo excusa quien se casa.
A Rodríguez lo primero, Que yo con vos me casara
Con hermosura y prendas celestiales? Es sin duda, si pudiera.
¡Oh! ¿cuándo resistió tanta porfía A Galindo y á Butrón ,
La bajeza de humildes naturales? A Lorenzo y á Ramón , DOÑA ANA.
No ba de pasar sin que lo sepa el día. Y á Piérres, buen compañero. Y ¿ si el Conde lo quisi era ,
Industrias hay; y si por dicha iguales PEDRO. Y aun él mismo os lo mandara *
Somos los dos , como mi amor desea , Haced llevar un menudo; DON JCAN.
Tu cántaro, Isabel , mi dote sea. Que no hay hueso que dejar. Entonces es cosa clara ;
No te pienses partir, si por ventura MARTIN. Mas cierta podéis estar
No lo quieres ungir para matarme ; Eso es darles de cenar. Que no me lo ha de mandar.
Que ya no tiene estado mi locura Y así , me voy ; que no quiero
PEDRO.
Que yo pueda perderte y tú dejarme; Dar á tan gran caballero
Que si tienes nobleza y hermosura , En esta ocasión no dudo Ni sospecha ni pesar.
Del cántaro por armas pienso honrarme; De que tendrán los señores conde.
Que con el premio con que ya se trata , Arriba gran colación. Detente.
Amor le volverá de barro en plata. (Vase.) MARTIN.
DON JÜAN.
Por allá conservas son
Y conlites de colores. Si habéis oído
Lo que ya sospecho aqui ,
PEDRO.
Pienso que estaréis de mi
Calle. Lobos de marca mayor Seguro y agradecido.
Tendremos en cantidad. CONDE.
MARTIN. Todo lo tengo entendido ;
ESCENA X
Pedro, esa es enfermedad Y si por quereros bien
MARTIN, PEDRO. Que no ba menester doctor. Trata mi amor con desden
{Yanse.) Doña Ana, no ha sido culpa ,
PEDRO. Porque sois vos la disculpa ,
Martin, en esta ocasión Y mi desdicha también.
Me habéis desfavorecido: Sala en casa de doña Ana. Dice que sabe de mí
Quejoso estoy y ofeudido. Que os mandaré que os caséis:
MARTIN. ESCENA XI. Dice bien , y vos lo haréis,
Pedro , no tenéis razón ; Porque yo os lo mando así.
DONA ANA, DON JUAN. Que á saber, cuando la vi,
Que el Conde gusta que sea Que os tenia tanto amor,
Padrino con Isabel. No la amara ; aunque en rigor
DON JUAN.
PEDRO.
Yo pienso que es condición , Fué engañado pensamiento
Ensancharáse con él Y no amor, vuestra porfía. Que con tal entendimiento
Cuando á su lado se vea. Ño escogiese lo mejor.
DOÑA ANA.
Yo sé que si me casara , DON JUAN.
Padrino os hiciera á vos. Y ¿quién sin amor podía
Sufrir tanta sinrazón? Aunque á Alejandro imitéis
MARTIN.
• DON JUAN.
En darme lo que estimáis,
Yo no pude mas, por Dios. Ni como Apeles me halláis ,
No es sinrazou la ocasión Ni enamorado me veis.
PEDRO.
Que me fuerza á no querer Ni vos mandarme podéis
Pedro ¿también no la honrara? Lo que del Conde ba de ser.
¿No tengo cueras y sayos , Que sea lo que no fui ;
Capas, calzas, que por yerro Pues cuando pudiera aquí
ESCENA XII. Ser lo que no puede ser,
Quedaron en su destierro
Vinculadas en lacayos? EL CONDE, que se queda escuchando No quisiera yo querer
A quien os deja por mi.
Pues ¡ por el agua de Dios, sin que le vean. —Dichos.
Aunque poca me ha cabido, DOÑA ANA.
Que soy yo tan bien nacido !... CONDE. (Ap.) Quedo . quedo ; qué no soy
MARTIN. Necios celos me han traído Tan del Conde , que me dé ,
¿Quién pudiera como vos De un deudo amigo fingido Ni tan de don Juan , que esté
Honrarme con Isabel ? Y de una ingrata mujer. Menos contenta ayer que boy.
DON JOAN.
Libre , á mi misma me doy ,
PEDRO.
Cuando no os quisiera bien Y daré luego, si quiero ,
¿Hay hidalgo en Hondoñedo A un honrado caballero
Que pueda , como yo puedo , El Conde, mil almas fueran
Las que estos ojos os dieran. Mujer y cien mil ducados ,
Volver la silla á el dosel? Sin suegros y sin cuñados ,
MARTÍN. DOÑA ANA. Que es otro tanto dinero.
Dejad el enojo ya ; ¡Oh , mal haya el Conde, amén!
Y pues que sois entendido, conde. {Ap.)
Decidme si acierto ha sido Don Juan la muestra desden ,
Casarme. Y ella i don Juan solicita.
LA MOZA DE CÁNTARO. .563
ESCENA XIII. El Conde suspenso, hurtando DON JOAN.
A su gravedad respuesta. ¡Ay Dios ! Su bajeza es cierta ,
DOÑA MARÍA , de madrina y muy bi Ella se parte mañana , Pues calla en esta ocasión.
zarra , con LEONOR, de la mano ; Diamantes me da que venda ; Ya no es posible que pueda
MARTIN, PEDRO, LORENZO, BER- ¿ Qué tienen que ver diamantes, Ser mas de loque parece.
Con la fingida bajeza? CONDE.
NAL y otros lacayos, muy galanes; Pues ¿he de quedar así ,
ACOMPAÑAMIENTO DE MUJERES DE LA Amor, sin alma y sin ella? ¿Con cien mil ducados deja
1 1 ii hombre loco mujer ,
BODA, MÚSICOS. ¿No alcanza el ingenio industria? Que me casara con ella ,
No suele en dudosas pruebas , Si amor me hubiera tenido?
músicos. (Cantan.) Por las inciertas mentiras,
En la villa de Madrid DOÑA MARÍA.
Hallarse verdades ciertas?
Leonor y Martin se casan: Ahora bien ; no ha de partirse Quedo , Conde ; que me pesa
Corren toros y juegan cañas. Isabel sin que se entienda De que me deis ocasión
MARTIN. Si en exteriores tan graves De hablar.
Hay algún alma secreta. ) DON JUAN. (Ap.)
¡Mala letra para novios!
Conde, el mas alto poder ¡Ay Dios! ¡Si ya llega
PEDRO. .
Que reconoce la tierra , Algún desengaño mió!
Pues ¿no os agrada la letra? El cetro , la monarquía , DOÑA MARÍA.
MARTIN. La corona , la grandeza No está la boda tan hecha
Correr toros y casarme Del mayor rey de los hombres , Como os parece, Señor ;
Paréceme á los que llevan Todas las historias cuentan, Porque falta que yo quiera.
Pronósticos para el año Todos los sabios afirman , Para igualar á don Juan,
Dos meses antes que venga. Todos los ejemplos muestran ¿Bastaba ser vuestra deuda
CONDE. ?ue es amor ; pues siendo asi , Y del duque de Medina ?
Gallarda viene la novia ; que ninguno lo niega , CONDE.
Pero quien no conociera Que yo por amor me case ,
Que yo por amor me pierda , Bastaba , si verdad fuera.
A Isabel, imaginara, DOÑA MARÍA.
Viéndola grave y compuesta, No es justo que á nadie admire ,
Que era mujer principal. Pues cuantos viven confiesan ¿Quién fué la dama de Ronda
Que es amor una pasión Que mató , por la defensa
DOÑA ANA.
Incapaz de resistencia. De su padre, un caballero,
Juzgarse puede por ella Yo no soy mármol , si bien Cuyo perdón se concierta
Cuanto las galas importan, No soy yo quien me gobierna; Por vos, y que vos buscáis?
Cuánto adorna la riqueza. Que obedecen á Isabel CONDE.
CONDE. Mis sentidos y potencias. Doña María , á quien deban
i Qué perdido está don Juan ! Cuando esto en público digo , Respeto cuantas historias
DOÑA ANA. Ño quiero que nadie pueda Y hechos de mujeres cuentan.
Contradecirme el casarme , •
I Qué admirado la contempla ! DOÑA MARÍA.
Pues hoy me caso con ella.
CONDE.
Sed testigos que le doy Pues yo soy doña María,
Por Dios, que tiene disculpa La mano. Que por anclar encubierta...
De estimarla y de quererla ; CONDE. DON JUAN.
Que la gravedad fingida ¿ Qué furia es esta ? No prosigas relaciones ,
Parece tan verdadera , Porque son personas necias ,
DOÑA ANA.
Que, á no conocerla yo Que en noche de desposados
Y saber sus bajas prendas , Loco se ha vuelto don Juan. Hasta las doce se quedan.
Hiciera un alto conceto conde i Dame tu mano y tus brazos.
De su gallarda presencia. ¡ Vive Dios , que si es de veras , MARTIN.
DON JUAN. ' Que antes os quite la vida Leonor, á escuras nos dejan.
(Para si. Amor, si en esta mujer Que permitir tal bajeza ! Los padrinos son los novios.
No está oculta la nobleza, ¡ Hola ! Criados , echad
DOÑA ANA.
La calidad y la sangre Esta mujer hechicera
Que por lo exterior se muestra , Por un corredor, matadla. Justo será que lo sean
. ¿Que es lo que quiso sin causa DON JUAN.
El Conde y doña Ana.
Hacer la naturaleza, Ninguno, infames, se atreva ; CONDE.
Pues pudiendo en un cristal Que le daré de estocadas. Aquí
Guarnecido de oro y piedras, CONDE.
Puso fin á la comedia
Puso en un vaso de riarro Quien, si perdiere este pleito,
Un hombre de vuestras prendas Apela á Mil y Quinientas.
Alma tan ilustre y bella? ¡Quiere infamar su linaje!
Yo estoy perdido y confuso , Mil y quinientas ha escrito:
Doña Ana celosa de ella , Bien es que perdón merezca.
EL CASTIGO SIN VENGANZA,
TRAGEDIA DE FREY LOPE FÉLIX DE VEGA CARPIÓ,
DEL HÁBITO DI SAK JUAN, PROCURADOR riSCAL DE LA CÁMARA APOSTÓLICA DEL AHZ0B1SPADO DE TOLEDO.

AL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON LUIS FERNANDEZ DE CÓRDOBA, CARDONA Y ARAGÓN,


duque de Seta, de Baena y de Soma ; conde de Cabra , Palamó» y Olivito ; vizconde de Hinajar , señor de
la* baronías de Belpuche, Liñola y Calonge; gran almirante de Ñipóles, capitán general del mar de
aquel reino, y comendador de Bedmar y Albanchez ; de la orden de caballería de Santiago, etc.

AL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DUQUE DE SESA, MI SEÑOR.


Desigual atrevimiento parece dedicar á vuestra excelencia esta tragedia, cuando fuera mas
justo poemas heroicos, de quien fueran argumento las gloriosas hazañas de sus progenitores in
victísimos, que dieron á la corona de España tantos reinos, á las plumas tantas historias, á la fama
tantos triunfos, y á las armas insignes de su apellido tantas banderas ; de que son fieles testigos
reyes infieles, y alguno que , preso, ocupa con honra suya un cuartel de ellas entre los Córdobas,
Cardonas y Aragonés, ilustrisimos por inmortal memoria en tantos siglos, y por sangre generosa
en tantos reinos. Mas, como suele el que cultiva flores enviar al dueño del jardin algunas, como en
reconocimiento de que son suyas las que quedan , así yo me atrevo á enviar á vuestra excelencia
las de este asunto ; indicio de que reconocen las demás que de todas es señor, como del que las
cultiva. En los amigos, los presentes son amor, en los amantes cuidado, en los pretendientes
cohecho, en los obligados agradecimiento, en los señores favor, en los criados servicio. Este no
■va á solicitar mercedes, sino á reconocer obligaciones, de tantas como he recibido de sus libera
les manos en tantos años que há que vivo escrito en el número de los Criados de su casa. Guar
de nuestro Señor á vuestra excelencia , como deseo.
Frey Lope Félix de Vega Carpió.

PRÓLOGO.
Señor lector, esta tragedia se hizo en la corte solo un dia, por causas que á vuesamerced le
importan poco. Dejó entonces (1) tantos deseosos de verla, que les .he querido satisfacer con im
primirla. Su historia estuvo escrita en lengua latina, francesa, alemana, toscana y castellana : esto
fué prosa,. ahora sale en verso; vuesamerced la lea por mia, porque no es impresa en Sevilla,
cuyos libreros, atendiendo á la ganancia, barajan los nombres de los poetas , y á unos dan sietes
y á otros sotas; que hay hombres que por dinero no reparan en el honor ajeno, que á vueltas de
sus mal impresos libros, venden y compran ; advirtiendo que está escrita al estilo español (2), no
por la antigüedad griega y severidad latina ; huyendo de las sombras, nuncios y coros, porque el
gusto puede mudar los preceptos , como el uso los trajes y el tiempo las costumbres.

(1) Entre este prólogo y la dedicatoria anterior hay en el tomo vm de las obras sueltas de Lope, impresas por don An
tonio de Sancha, una aprobación del padre fray Francisco Palau, dada en Barcelona á 23 de julio de 1634; pero el rulo/t
ees puesto aqui por Lope indica, en nuestro dictamen, que hacia mucho tiempo que la tragedia habia sido representada.
(2) No se ba dividido este drama en escenas, respetando el estilo español esta Tez ; se han indicado si los sitios en que
pasa la acción.
EL CASTIGO SIN VENGANZA.
PERSONAS.
EL DUQUE DE FERRARA. FLORO. AURORA.
EL CONDE FEDERICO. FEBO.
LUCINDO. LUCRECIA. RICARDO.
ALBANO. EL MARQUÉS GONZAGA. BATIN.
RUTILIO. UNA MUJER.
CASANDRA. CINTIA. Acompañamiento.

La escena es en Ferrara y otros puntos.

ACTO PRIMERO. RICARDO.


Un cierto maridillo ,
RICARDO.
No querrá
Que toma y no da lugar. Abrir á estas horas.
FEBO.
Una calle de Ferrara. Guarda la cara.
DUQUE.
¿No?
DUQUE. Y ¿si digo quién soy yo?
EL DUQUE DE FERRARA , de noche;
FEBO y RICARDO. Ese ha sido RICARDO.
Siempre el mas cruel linaje
De gente deste paraje. Si lo dices , claro está.
RICARDO.
FEBO. DUQUE.
¡Linda burla! , Llama pues.
El que la gala , el vestido
FEBO.
Y el oro deja traer, RICARDO.
Por extremo. Teiifja , pues él no lo ha dado. Algo esperaba;
Pero ¿quién imaginara Lástima al que lo ha comprado ; Que á dos patadas salió.
Que era el duque de Ferrara? Pues si muere su mujer,
DIQUE. Ha de gozar la mitad , Sale CINTIA en lo alto.
Que no me conozcan temo. Como bienes gananciales.
RICARDO. RICARDO. CINTIA.
Debajo de ser disfraz, Cierto que personas tales ¿Quién es?
Hay licencia para todo; Poca tienen caridad, RICARDO.
Que aun el cielo en algún modo Hablando cultidiablesco, Yo soy.
Es de disfraces capaz. Por un juntar las dicciones.
CINTIA.
¿Qué piensas tú que es el velo DUQUE.
Con que la noche le tapa ? Tienen esos socarrones ¿Quién es Yo?
Una guarnecida capa Con el diablo parentesco; RICARDO.
Con que se disfraza el cielo. Que obligando á consentir, Amigos. Cintia , abre, acaba ;
Y para dar luz alguna, Después estorba el obrar. Que viene el Duque conmigo :
Las estrellas que dilata < Tanto mi alabanza pudo.
RICARDO.
Son pasamanos de plata , CINTIA.
Y una encomienda la luna. Aquí pudiera llamar;
Pero hay mucho que decir. ¿El Duque?
DUQUE. RICARDO.
¿Ya comienzas desatinos? DUQUE.
¿Cómo? ¿Eso dudas?
FEBO. CINTIA.
RICARDO.
No lo ha pensado poeta Una madre beata , Dado,
Deslos de la nueva seta , Que reza y riñe á dos niñas , No digo el venir contigo,
Que se imaginan divinos. Entre majuelos y viñas , Mas el visitarme á mi
RICARDO. Una perla y otra plata. Tan gran señor y á tal hora .
Si á sus licencias apelo, RICARDO.
DUQUE.
No me darás culpa alguna; Nunca de exteriores fio. Por hacerte gran señora
Que yo sé quien á la luna Viene disfrazado ansí.
RICARDO.
Llamó requesón del cielo. CINTU.
DUQUE.
No lejos vive una dama Ricardo, si el mes pasado
Como azúcar de retama , Lo que agora me dijeras
Pues no te parezca error; Dulce y morena.
Que la poesía ha llegado Del Duque, me persuadieras
DUQUE.
A tan miserable estado, Que á mis puertas ha llegado;
Que es ya como jugador ¿Québrio? Pues toda su mocedad
De aquellos transformadores, RICARDO. Ha vivido indignamente.
Muchas manos, ciencia poca, El que pide la color; Fábula siendo á la gente
Que echan cintas por la boca, Mas el que con ella habita Su viciosa libertad.
De diferentes colores. Es de cualquiera visita Y como no se ha casado
Pero, dejando a otro fin Cabizbajo rumiador. Por vivir mas á su gusto.
Esta materia cansada , FEBO. . Sin mirar que fuera injusto
No es mala aquella casada. Rumiar siempre fué de bueyes. Ser de un bastardo heredado
RICARDO. (Aunque es mozo de valor
RICARDO.
¡Cómo mala ! Un serafín. Federico), yo creyera
Cerca he visto una mujer, Que el Duque á verme viniera ;
Pero tiene un bravo azar. Que diera buen parecer
Que es imposible sufriilo. Mas ya que como señor
Si hubiera estudiado leyes. Se ha venido á recoger,
DUQUE. DUQUE. Y de casar concertado,
¿Cómo? Vamos allá. Su hijo á Mantua ha enviado
EL CASTIGO SIN VENGANZA.
Por Casandra, su mujer, RICARDO. Retrata nuestras costumbres ,
No es posible que ande haciendo ¿No lo ves? O livianas ó severas ,
Locuras de noche ya, Mezclando burlas y veras,
DUQUE.
Cuando esperándola eslá Donaires y pesadumbres?
Pues ¿quién Basta, que oi del papel
Y su entrada previniendo ; Vive aquí?
Que si en Federico fuera De aquella primera dama
RICARDO. El estado de mi fama :
Libertad , ¿qué fuera en él? Vive un autor
Y si tú fueras fiel , Bien claro me hablaba en él.
Aunque él ocasión te diera , De comedias. ¿Que escuche me persuades
No anduvieras atrevido FEBO. La segunda? Pues no ignores
Deslustrando su valor ; Y el mejor . Que no quieren los señores
Que ya el Duque , tu señor, De Italia. Oir tan claras verdades.
DUQUE. ( Vanse.)
Está acostado y dormido.
Y asi , cierro la ventana ; Ellos cantan bien.
Que ya sé que fué invención ¿Tiénelas buenas?
Para hallar conversación. RICARDO.
Selva cruzada por un camino.
Adiós , y vuelve mañana. Están
{Quítase de la ventana y ciérrala.) Entre amigos y enemigos ;
Buenas las hacen amigos Sale EL CONDE FEDERICO, de camino,
DUQUE.
¡A buena casa de gusto Con los aplausos que dan , muy galán, v BATIN.
Me has traído! Y los ¿enemigos malas.
BATIN.
RICARDO. FEBO.
Yo, Señor, No pueden ser buenas todas. Desconozco el estilo de tu gusto.
¿Qué culpa tengo? ¿Agora en cuatro sauces te detienes , .
DUQUE.
Cuando á negocio, Federico , vienes
DUQUE. Febo, para nuestras bodas De tan gran importancia?
, Fué error Preven las mejores salas FEDERICO.
Fiarte tanto disgusto. Y las comedias mejores ;
Que no quiero que repares Mi disgusto
FEllO.
En las que fueren vulgares. No me permite , como fuera justo,
Para la noche que vielie, Mas priesa y mas cuidado ;
Si quieres , yo romperé FEBO.
Antes la gente dejo, fatigado
La puerta. Las que ingenios y señores De varios pensamientos ,
DUQUE. Aprobaren, llevaremos. Y al dosel destos árboles, que , atentos
; Que esto escuché! DUQUE. A las dormidas ondas dése rio,
FEBO. ¿Ensayan? Mirando están sus copas,
Ricardo la culpa tiene. RICARDO. Despnés que los vistió de verdes ropas,
Pero, Señor, quien gobierna, Y habla una dama. Demí mismo quisiera retirarme;
Si quiere saber su estado DUQUE.
Que me cansa el hablarme
Cómo es temido ó amado, Del casamiento de mi padre, cuando
Si es Andrelina , es de fama. [mos! Pensé heredarle ; que si voy mostrando
Deje la lisonja tierna ¡Qué acción! Qué afectos ! Qué extre- A nuestra genle gusto, como es justo,
Del criado adulador,
Y disfrazado de noche usa mujer. {Dentro.) El alma llena de mortal disgusto ,
En traje humilde ó en coche Déjame, pensamiento ; Camino á Mantua, de sentido ajeno;
Salga á saber su valor; No mas , no mas , memoria , Que voy por mi veneno [zoso.
Que algunos emperadores Que mi pasada gloria En ir por mi madrastra , aunque es for-
Se valieron deste engaño. Conviertes en tormento > BATIJi.
DUQUE. Y deste sentimiento Ya de tu padre el proceder vicioso.
Ya no quiero memoria , sino olvido; De proprios v de extraños reprendido,
Quien escucha, oye su daño; Que son de un bien perdido,
Y fueron , aunque lo dores , Quedó á los pies de la virtud vencido.
Aunque presumes que mi mal mejoras,
Filósofos majaderos , Discursos tristes para alegres horas. Ya quiere sosegarse;
Porque el vulgo no es censor Que no hay freno, Señor, como casarse.
De la verdad , y es error DUQUE. Presentóle un vasallo
* De entendimientos groseros i Valiente acción ! Al rey francés un bárbaro caballo
Fiar la buena opinión FEBO. De notable hermosura ,
De quien , inconstante y vario, Extremada. Cisne en el nombre y por la nieve pura
Todo lo juzga al contrario De la piel, que cubrían
DUQUE. Las ricas canas, que á los pies caían
De la ley de la ra/.on.
Un quejoso, un descontento Mas oyera ; pero estoy De la cumbre del cuello, en levantando
Echa , por vengar su ira , Sin gusto. A acostarme voy. La pequeña cabeza ;
En el vulgo una mentira , RICARDO. Finalmente le dio naturaleza,
A la novedad átenlo ; ¿A las diez? Que alguna dama estaba imaginando ,
Y como por su bajeza DUQUE. Hermosura y desden , porque su furia
Ño la puede averiguar, Todo me enfada. Tenia por injuria
Ni en los palacios entrar, Sufrir el picador mas fuerte y diestro.
. RICARDO.
Murmura de la -grandeza. Viendo tal hermosura tan sin diestro,
Yo conlieso que he vivido Mira que es esta mujer Mandóle el Rey echar en una cava
Libremente y sin casarme, Única. A un soberbio león que en ella estaba;
DUQUE. Y en viéndole feroz , apenas viva
Por no querer sujetarme ,
Y que también parte ha sido Temo que hable El alma sensitiva ,
■ Pensar que me heredaría Alguna cosa notable. Hizo que el cuerpo al rededor se en tolde
Federico, aunque bastardo ; RICARDO. De las crines, que ya crespas sin molde
Mas va que á Casandra aguardo , De ti ¿cómo puede ser? (Si el miedo no lo era),
Que Mantua con él me envia. DUQUE.
Formaron como lanzas blanca esfera,
Todo lo pondré en olvido. ¿ Ahora sabes , Ricardo , Y en espin erizado
FEBO. Que es la comedia un espejo, De orgulloso caballo transformado ,
Será remedio casarte. En que al necio, el sabio, el viejo, Sudó por cada pelo
RICARDO. El mozo, el fuerte, el gallardo, Una gota de hielo,
Y quedó tan pacifico y humilde ,
Si quieres desenfadarte , El rey, el gobernador, Que fué un enano á sus arzones tilde,
Pon á esta puerta el oido. La doncella , la casada , Y el que á los picadores no suma,
DUQUE. Siendo al ejemplo escuchada Los picaros sufrió desde aquel día.
¿Cantan? De la vida y del honor,
570 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FEDERICO. ALBANO.
Batin , ya sé que á mi vicioso padre FEDERICO.
Sale á los ojos el pesar que tiene. Después que me dé la mano ,
No pudo liaber remedio que le cuadre
Como es el casamiento; Sale FEDERICO con CASANDRA Sabrá quién soy vuestra alteza.
Pero ¿no ba de sentir mi pensamiento en los brazos. CASANDRA.
Haber vivido con tan loco engaño? ¡De rodillas! Es exceso.
Ya sé que al mas altivo, al mas extraño FEDERICO. No es justo que lo consienta
Le doma una mujer, y que delante Hasta poneros aquí, La mayor obligación.
Deste león , el bravo, el arrogante Los brazos me dan licencia. FEDERICO.
Se deja sujetar del primer niño, Señora , es justo y es fuerza :
CASANDRA.
Que con dulce carino Mirad que soy vuestro hijo.
Y media lengua, ó muda ó balbuciente, Agradezco, caballero,
Teniéndole en los brazos, le consiente Vuestra mucha gentileza. CASANDRA.
Que le tome la barba. FEDERICO. Confieso que he sido necia
Ni rudo labrador la roja parva , i Y yo á mi buena fortuna En no haberos conocido.
Como un casado la familia mira , I Traerme por esta selva , ¿Quién , sino quién sois, pudiera
Y de lodos los vicios se retira. Casi fuera de camino. Valerme en tanto peligro*
Mas ¿qué me importa á mí que se sosie- Dadme los brazos.
CASANDRA.
Mi padre , y que se niegue [gue ¿Qué gente, Señor, es esta? FEDERICO.
A los vicios pasados , Merezca
Si han de heredar sus hijos sus estados, FEDERICO. Vuestra mano.
Y yo, escudero vil , traer en brazos Criados que me acompañan.
CASANDRA.
Algún leonque ménade hacer pedazos? No tengáis , Señora , pena : No es razón.
Todos vienen á serviros.
BATIN. Dejadles pagar la deuda ,
Señor, los hombres cuerdos y discretos, Sale BATIN con LUCRECIA en los Señor conde Federico.
Cuando se veu sujetos brazos. FEDERICO.
A males sin remedio. El alma os dé la respuesta. •
Poniendo la paciencia de por medio,
Fingen contento, gusto y confianza , Mujer, dime, ¿cómo pesas, (Hablan quedo.)
Por no mostrar envidia y dar venganza. Si dicen que sois livianas? batin. (A Lucrecia.)
FEDERICO. LUCRECIA.
Ya que ha sido nuestra dicha
¡ Yo sufriré madrastra ! Hidalgo, ¿dónde me llevas? Que esta gran señora sea
Por quien íbamos á Mantua ,
BATIN. BATIN. Solo resta que yo sepa
¿ No sufrías A sacarte por lo menos Si eres tú, vuesamerced ,
Las muchas que tenias De tanta enfadosa arena , Señoría ó excelencia ,
Con los vicios del Duque? Pues agora Como la falda del río Para que pueda medir
Sufre una sola que es tan gran señora. En estas orillas deja. Lo razonado á las prendas.
FEDERICO. Pienso que fué treta suva. LUCRECIA.
¿Qué voces son aquellas? Por tener ninfas tan bellas , Desde mis primeros años
BATIN. Volcarse el coche al salir; Sirvo, amigo, á la Duquesa.
En el vado del rio suena gente. Que si no fuera tan cerca, Soy doméstica criada ,
Corriérades gran peligro. Visto y desnudo á su alteza.
FEDERICO.
FEDERICO.
Mujeres son ; á verlas voy. Señora , porque yo pueda
BATIN.
BATIN. ¿Eres camarera?
Hablaros con el respeto LUCRECIA.
Detente. Que vuestra persona muestra ,
FEDERICO. Decidme quién sois. No.
Cobarde, ¿no es razón favorecellas? CASANDRA. BATIN.
( Vate.) Señor, Serás báci a-camarera ,
BATIN.
No hay causa por que no deba Como que lo fuiste á ser .
Excusar el peligro es ser valiente. — Decirlo. Yo soy Casandra, Y te quedaste á la puerta...
¡Lucindo! Albano! Floro! Ya de Ferrara duquesa , Tal vez tienen los señores,
Hija del duque de Mantua. Como lo que tú me cuentas ,
Salen LUCINDO, ALBANO y FLORO. Unas criadas malillas ,
FEDERICO. Entre doncellas y dueñas .
¿Cómo puede ser que sea Que son todo y no son nada.
LUCINDO. Vuestra alteza y venir sola? ¿Cómo te llamas?
El Conde llama. CASANDRA. LUCRECIA.
ALBANO. No vengo sola ; que fuera Lucrecia.
¿Donde está Federico? Cosa imposible : no lejos BATIN.
FLORO. El marqués Gonzaga queda, ¿La de Roma?
¿Pide acaso A quien pedí me dejase,
Atravesando una senda , LUCRECIA.
Los caballos? Mas acá.
BATIN. Pasar sola en este rio
Las voces de una dama, Parte desla ardiente siesta ; BATIN.
Con poco seso y con valiente paso Y por llegar á la orilla , . ¡Gracias á Dios que con ella
Le llevaron de aquí : mientras le sigo, Que me pareció cubierta Topé! que desde su historia
Llamad la gente. (Vase.) De mas arboles y sombras , Traigo llena la cabeza ,
Había mas agua en ella , De castidades forzadas
LUCINDO. Tanto, que pude correr. Y de diligencias necias.
¿Dónde vas? Espera. Sin ser mar, fortuna adversa; ¿ Tú viste á Tarquino?
ALBANO. Mas no pudo ser fortuna , LUCRECIA.
Pienso que es burla. Pues se pararon las ruedas.
Decidme, Señor, quién sois, ¡Yo!
FLORO. BATIN.
Y yo lo mismo digo... Aunque vi vuestra presencia
Lo generoso asegura Y ¿qué hicieras si le vieras ? "
—Aunque suena rumor en la ribera ,
De gente que camina. Y lo valeroso muestra ; LUCRECIA.
Que es razón que este favor, ¿Tienes mujer?
LUCINDO. No solo yo le agradezca, BATIN.
Mal Federico á obedecer se inclina Pero el Marques y mi padre,
El nuevo dueño, aunque por ella viene. Que tan obligados quedan. ¿Por qué causa
Lo preguntas?
EL CASTIGO SIN VENGANZA. 571
: Hasta que os vi, no senlia Y por el aire en los brazos ,
LUCRECIA.
En qué parte la tenia ; Por mi cuidado la vieran
Porque^ueda Los del Duque , mi señor.
Ir a tomar su. consejo. Pues, si conocerla os debo,
Vos me habéis hecho de nuevo; MARQUÉS.
BATIN. Que vo sin alma vivia. El cielo, Señor, ordena
Heristeme por la treta. Y destose considera, Estos sucesos que veis ,
Tu ¿sabes quién soy? • Pues que de vos nacer quiero , Para que Casandra os deba
LUCRECIA. Que soy el hijo primero Un beneficio tan grande ,
¿ De qué? Que el Duque de vos espera. Que desde este punto pue'da
BATÍ*. Y de que tan hombre quiera Confirmar las voluntades ,
íEs posible que no llega Nacer, no son fantasías; Y en toda Italia se vea
Aun basta Mantua la fama Que para disculpas mias, Amarse tales contrarios ,
Aquel divino crisol , Y que en un sugeto quepan.
De Balín? Ha seis mil años que es sol , (Hablan los dos, y aparte Casandra
LUCRECIA. Y naca todos los días. y Lucrecia.)
¿Porqué excelencias? CASANDRA.
Pero lú debes de ser Salen EL MARQUÉS GONZAGA
Como unos necios , que piensan Mientras los dos hablan , dhne
§ue en todo el mundo su nombre y RUTILIO. Qué te parece , Lucrecia ,
or único se celebra , De Federico.
RUTILIO. LUCRECIA.
Y apenas le sabe nadie.
BATIN.
Aqui, Señor, los dejé. Señora ,
MARQUÉS. Si tú me dieses licencia ,
No quiera Dios que tal sea , Mi parecer te diria.
Ni que murmure envidioso Extraña desdicha fuera ,
De las virtudes ajenas. Si el caballero que dices CASANDRA.

Esto dije por donaire ; No llegara á socorrerla. Aunque ya no sin sospecha,


Que no porque piense ó tenga RUTILIO. Yo le la doy.
Satisfacion y arrogancia. Mandóme alejar, pensando LUCRECIA.
Verdad es que yo quisiera Dar nieve al agua risueña , Pues yo digo...
Tener fama entre hombres sabios , Bañando en ella los pies CASANDRA.
8ue ciencia y letras profesan ; Para que corriese perlas ; Di.
de en la ignorancia común Y asi no pudo llegar LUCRECIA.
No es fama , sino cosecha , Tan presto mi diligencia , Que mas dichosa fueras
Que sembrando disparates, Y en brazos de aquel hidalgo Si se trocara la suerte.
Coge lo mismo que siembra. Salió, Señor, la Duquesa ; CASANDRA.
casandra. (.4 Federico.) Pero como vi que estaban
Segurasen la ribera, Aciertas, Lucrecia , y yerra
Aun no acierto á encarecer Mi fortuna ; mas ya es hecho ,
El haberos conocido: Corrí a llamarte. Porque cuando yo quisiera ,
Poco es lo que habia oido MARQUÉS. Fingiendo alguna invención ,
Para lo que vengo á ver. Allí está Volver á Mantua , estoy cierta
El hablar, el proceder Entre el agua y el arena ?ue me matara mi padre , •
A la persona conforma , El coche solo. por toda Italia fuera
Hijo y mi señor, de forma. HUTILIO. Fábula mi desatino ;
Que muestra en lo que habéis hecho Estos sauces Fuera de que no pudiera
Cuál es el alma del pecho Nos estorbaron el verla.— Casarme con Federico ;
Que tan gran sugeto informa. Allí está con los criados Y asi , no es justo que vuelva
Dicha ha sido haber errado Del caballero. A Mantua, sino que vaya
El camino que seguí , CASANBRA. A Ferrara , en que me espera
Pues mas presto os conocí Ya llega El Duque , de cuya libre
Por yerro tan acertado. Mi gente. Vida y condición me llevan
Cual suele en el mar airado . MARQUES. Las nuevas con gran cuidado.
La tempestad , después della
Ver aquella lumbre bella , ¡Señora mia!... MARQUÉS.

Asi fué mi error la noche, CASANBRA. Ea , nuestra gente venga ,


Mar el rio , nave el coche. ¡Marqués!... Y alegremente salgamos
Yo el piloto y vos mi estrella. MARQUES. Del peligro desta selva.—
Madre os seré desde hoy , Con notable pena Parte delante á Ferrara ,
Señor conde Federico , A todos nos ha tenido Rulilio, y lleva las nuevas
Y deste nombre os suplico Hasta agora vuestra alteza. Al Duque del buen suceso ;
Que me honréis, pues ya lo soy. ¡Gracias á Dios, que os hallamos Si por ventura no llega
De vos tan contenta estoy, Sin peligro! Anticipada la fama ,
Y tanto el alma repara CASANDRA. Que se detiene en las buenas
En prenda tan dulce y cara , Después dellas, Cuanto corre en siendo malas.—
Que me da mas regocijo Las dad á este caballero : Vamos, Señora, y prevengan
Teneros á vos por hijo , Su piadosa gentileza Caballo al Conde.
Que ser duquesa en Ferrara. Me sacó libre en los brazos. FLORO.

FEDERICO. MARQUÉS. El caballo


Basta que me dé temor, Señor Conde , ¿quién pudiera , Del Conde. [Vate.)
Hermosa Señora , el veros; Sino vos , favorecer CASANDRA.
No me impida el responderos A quien va es justo que tenga Vuestra excelencia
Turbarme tanto favor. El nombre de vuestra madre? Irá mejor en mi coche.
Hoy el Duque, mi señor, FEDERICO. FEDERICO.
En dos divide mi ser, Señor Marqués, yo quisiera Como mande vuestra alteza
Que del cuerpo pudo hacer Ser un Júpiter entonces, Que vaya , la iré sirviendo.
Que mi ser primero fuese , Que transformándome cerca
Para que el alma debiese En aquel ave imperial ,
A mi segundo nacer. El Marquét lleva de la mano á Casan
Aunque las plumas pusiera dra, y quedante FEDERICO y BATIN.
Deslos nacimientos dos A la luz de tanto sol,
Lleváis, Señora , la palma ; Ya de Faetonte soberbia ,
Que para nacer con alma , Entre las doradas uñas ,
RAT1N.
Hoy quiero nacer de vos ; Tusón del pecho la hiciera , ¡Qué bizarra es la Duquesa!
Que, aunque quien la infunde es Dios,
372 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA
CARPIÓ.
FEDERICO. I A costa dé los vasallos.
iParécetebien,Batin? | Con esto determiné Sale BATIN.
BATIN. : Casarme: no pude mas.
Paréceme una azucena AURORA.
BATIN.
gue esta pidiendo al aurora Vuestra alteza, gran Señor,
,' Señor, disculpado estás : Reparla, entre miy el viento
n cuatro candidas lenguas : Yerro de fortuna fué.
Que le trueque en cortesía Pero la grave prudencia Las albricia*, porque á entrambos
Los granos de oro á sus perlas. Del Conde hallará templanza , Se las debe de derecho;
No he visto mujer lan linda. Para que su confianza Que no sé cuál de los dos
Por Dios, Señor, que si hubiera Tenga consuelo v paciencia. Vino en el otro corriendo ;
Lugar (porque suben ya , Aunque en esta confusión Yo en el viento ó él en mí ,
Y no es bien que la detengas). Un consejo quiero darte, El en mis pies , yo en su vuelo.
Que te dijera... Que será remedio en parte La Duquesa , mi señora ,
FEDERICO. De su engaño y tu afición. Viene buena , y si primero
Perdona el atrevimiento; Dijo la fama que el rio,
No digas Con atrevimiento necio,
Nada ; que con tu agudeza Que fiado en el amor
Me has visto el alma en los ojos , Que me muestras, con valor Volvió el coche , no fué nada ;
Y el gusto me lisonjeas. Te diré mi pensamiento. Porque el Conde al mismo tiempo
Yo soy, invictp Duque, tu sobrina ; Llegó y la sacó en sus brazos,
BATIN. Con que las paces se han hecho
¿No era mejor para tí Hija soy de tu hermano,
Esta clavellina fresca , Que en su primera edad, como temprano De aquella opinión vulgar,
Almendro que la flor al cierzo inclina Que nunca bien se quisieron
Esta naranja en azar, Los alnados y madrastras;
Toda de pimpollos hecha , Cinco lustros ¡ ay suerte
Cruel! rindió á la inexorable muerte Porque con tanto contento
Esta alcorza de ámbar y oro, Vienen juntos, que parecen
Esta Venus , esta Helena? Criásieme en tu casa, porque luego
Quedé también sin madre: Hijo y madre verdaderos.
¡Pese á las leyes del mundo!
Tú solo fuiste mi querido padre ; duque.
CONDE. Y en el confuso laberinto ciego Esa paz, Batin amigo,
Vén , no les demos sospecha ; De mis fortunas tristes Es la nueva que agradezco ;
Y seré el primer alnado El hilo de oro que de luz me vistes. Y que traiga gusto el Conde ,
A quien hermosa parezca Dísleme |;or hermano á Federico Fuera de ser nueva , es nuevo.
Su madrastra. Mi primo en la crianza, Querrá Dios que Federico
BATIN. A cuya siempre honesta confianza Con su buen entendimiento
Pues, Señor, (-oí) dulce trato honesto amor aplico Se lleve bien con Casandra.
No hay mas de tener paciencia ; I\o menos del querida , En fin , ¿ya los dos se vieron ,
Que á fe que á dos pesadumbres , Viviendo entrambos una mesma vida. Y en tiempo que pudo hacerle
Ella te parezca fea. Una ley, mi amor, un albedrío , Ese servicio?
Una fe nos gobierna , BATIN.
Que con el matrimonio será eterna
Siendo yo suya y Federico mió ; Prometo
A vuestra alteza que fué
Sala coj vistas a un jardín, perteneciente a Que aun apenas la muerte Dicha de los dos.
un palacio, próximo i Ferrara. Osará dividir lazo tan fuerte.
Desde la muerte de mi padre amado. aurora.
Salen EL DUQUE y AURORA. Tiene mi hacienda aumento : Yo quiero
No hay en Italia agora casamiento Que me des nuevas también.
Mas igual a sus prendas y á su estado; BATIN.
DUQUE.
Y yo, entre muchos grandes,
Hallarála en el camino Ni miro á España ni meaplicoá Flándes ¡Oh Das
, Aurora , que á la del cielo
ocasión con el nombre
Federico , si partió Si le casas conmigo, estas seguro
Cuando dicen. lie que no se entristezca Para decirle conceptos !
pe que Casandra sucesión le ofrezca ¿Qué me quieres preguntar?
AURORA.
Mucho erró Sirviendo yo de su defens» y muro. AURORA.

Pues cuando el aviso vino, Mira si en este medio Deseo de saber tengo
Era forzoso el partir Promete mi consejo tu remedio. Si es muy hermosa Casandra.
A acompañar á su alteza. DUQUE. nATijí.
DUQUE. Dame tus brazos, Aurora , Esa pregunta y deseo
Pienso que ajguna tristeza Que en mi sospecha v recelo No era de vuestra excelencia ,
Pudo el partir diferir ; Eres la misma del cielo, Sino del Duque ; mas pienso
Que en lia , Federico estaba Que mi noche ilustra y dora. Que entrambos sabéis por fama
Seguro en su pensamiento ' Hoy mi remedio amaneces , Lo que repetir no puedo,
De heredarme, cuyo intento, Y en el sol de tu consejo Porque ya llegan.
Que con mi amor consultaba , I Miro, como en claro espejo, duque.
Fundaba bien su intención , El que á mi sospecha ofreces.
Mi \ ida y honra aseguras ; Batin,
Porque es Federico, Aurora, Ponte esta cadena al cuello.
Lo que mas mi alma adora , Y asi, te prometo al Conde,
Y fué casarme traición t>¡ á lu honesto amor responde
Que hago á mi proprio gusto; La fe con que le procuras ; Salen con grande aco»pa5a*ie.tto >
Que mis vasallos han sido Que bien creo que estarás bitarria RUTILIO, FLORO, ALBA-
Quien me han forzado y vencido Cierta de su justo amor,
Como yo, quelu valor, NO , LUCINDO , EL MARQUÉS , FE
A darle tanto disgusto ;
Si bien dicen que esperaban Aurora , merece mas. DERICO, CASANDRA t LUCRECIA.
Tenerle por su señor, Y así, pues vuestros intentos
O por conocer mi amor, Conformes vienen á ser, FEDERICO.
O porque también le amaban ; Palabra te doy de hacer En esla huerta , Señora ,
Mas , que los deudos que tienen I Juntos los dos" casamientos. Os tienen hecho aposento
Derechoá mi sucesión, Venga el Conde, y lú verás Para que el Duque os reciba,
Pondrán pleito con r.izon ; Qué dia á Ferrara doy. En tanto que disponiendo
O que si á las armas vienen , aurora. Queda Ferrara la entrada ,
No pudiendo concertinos, ' Tu hija y tu esclava soy. Que á vuestros merecimientos
Abrasarán estas tierras, No puedo decirte mas. Será corta , aunque será
Porque siempre son las guerras La mayor que en estos• lie tiempos
En Italia se haya visto,
EL CASTIGO SIN VENGANZA. 573
CASANDRA. FEDERICO. (Ap.) Es sueño, y que toda es sueño,
Ya , Federico , el silencio Temblando llego. Pues que no solo dormidos ,
He provocaba á tristeza. Pero aun estando despiertos,
CASANDRA. Cosas imagina un hombre ■
FEDERICO. Teneos... Que al mas abrasado enfermo
Fué de aquesta causa efeto. FEDERICO. Con frenesi, no pudieran
FLORO. No lo mandéis. Llegará su entendimiento.
Ya salen á recibiros Tres veces , Señora , beso BATIN.
El Duque y Aurora. Vuestra mano : una por vos, Dices bien ; que alguna vez
DUQUE.
Con que humilde me sujeto Entre muchos caballeros
El cielo, A ser vuestro mientras viva, Suelo estar, y sin querer
Hermosa Casandra, á quien Destos vasallos ejemplo ;
La segunda por el Duque, . Se me viene al pensamiento
Con toda el alma os ofrezco Mi señor, á quien respeto Dar un bofetón á uno
Estos estados, os guarde Obediente; y la tercera Y mordelledel pescuezo.
Para su señora y dueño , Por mi , porque no teniendo Si estoy en algún balcón.
Para su aumento y su honor, Mas por vuestra obligación Estoy pensando y temiendo
Los años de mi deseo. Ni menos por su precepto, Echarme del y matarme.
CASANDRA. Sea de mi voluntad , . Si voy en algún entierro,
Para ser de vuestra alteza Me da gana de reír ;
Señora , reconoceros ; Si estoy en la iglesia oyendo
Esclava , gran Señor, vengo ; Que la que sale del alma
Que deste titulo solo Algún sermón, imagino
Sin fuerza de gusto ajeno , Que le digo que está impreso;
Recibe mi casa aumento , Es verdadera obediencia.
Mi padre honor y mi patria Y si dos están jugando ,
CASANDRA. Que les tir

También podría gustarte