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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
BIBLIOTECA
AUTORES ESPAÑOLES.
TOMO VIGÉSIMOCUARTO.
BIBLIOTECA L
AUTORES ESPAÑOLES,
DE
TOMO PRIMERO.
MADRID.
IMPRENTA Y ESTEREOTIPIA DE M. RIYADENEYRA ,
SALON DEL PRADO, 8.
1853.
PROLOGO DE ESTA EDICIÓN.
{Madrid, en la imprenta del Reino, año 1636. Reimpresa en lat Obras sueltas de Lope, Madrid, 1776, tomo xx.)
I). E.
«Monta I lian dice que doña Juana sintió con tal ex « La carrera fué por la calle de Francos , la de San
tremo la muerte de su hijo, que nunca volvió á su an Agustín, que hace frente á las vistas del convento de
tigua salud, y á la primera enfermedad murió en ocho las Trinitarias Descalzas, y por donde pasó para que le
dias ; mas el mismo Lope, en la citada Carta de Belardo viese su hija Marcela; la de Cantarranas, la de León, la
á Amarilis, asegura que murió de sobreparto de la hi plazuela de Antón Martin y calle de Atocha. » (Alvarez
ja. No quiso exponerse á tercera pérdida, ó ya por ahor y Baena. )
rarse de sentimientos, ó ya porque doña María de Lu
F.
jan lo tuvo tan prendado, que no le dejó libertad para
ello, y prodigándole sus favores, consiguió los frutos «En la Égloga á Claudio, escrita por los años de
que pudiera haber adquirido lícitamente por el vínculo 1632, y en la conclusión de La moza de cántaro, se de
del matrimonio. En 1605 le dio una niña, que se llamó clara Lope autor de mil y quinientas comedias... Mon
Marcela, y en la temprana edad de quince años entró re talban en la Fama postuma le atribuye mil ochocien
ligiosa de coro, á 28 de febrero de 1621, en el convento tas... Pero según todos los fundamentos de la crítica,
de Trinitarias Descalzas de esta corte (nueve años des es de suponer que las comedias de Lope no pasaron mu
pués de su fundación), trocando el nombre de doña cho de las mil y quinientas ya dichas, pues sabemos
Marcela del Carpió en el de sor Marcela de San Félix ; que muchos años antes de su muerte cesó de escribir
profesó al año siguiente, y murió en 9 de enero de 1688 las ( Montalban lo dice así , muchos años J ) , y que ob
con excelente opinión. Las solemnidades de entrada y tuvo del duque de Sesa una pensión en resarcimiento
profesión las cuenta el mismo Lope en la epístola á don del perjuicio que tal resolución le ocasionaba. Después
Francisco de Herrera Maldonado, con estilo tan dulce y del año 1632 solo vivió Lope tres mas.» (Schack.)
patético, que enternece al mas yerto de corazón. Allí
dice que se adornó el templo de ricas telas y varias ri
quezas ; que fué la madrina de la desposada la marque Una Relación de la jornada de las entregas de las
sa de la Tela ; que asistió el marqués de Povar con la serenísimas señoras doña Ana , reina de Francia , y
guarda de su majestad, el duque de Sesa y otros se doña Isabel , princesa de España , hechas en los me
ñores ; que cantaron las letras, que él hubia compuesto, ses de olúbre y noviembre de este año de 161o, la cual
Florión, Poncey Valdés, célebres músicos y cantores de se halla manuscrita en la Biblioteca Nacional, estan
la real capilla ; y que predicó el padre maestro fray te H , número 50 , concluye así :
Hortensio Félix Paravicino : circunstancias en que se ve «En la jornada ha andado el famoso poeta Lope de
la general estimación que se había granjeado Lope de Veca , Pedro Mantuano y otros dos , tomando por me
todo el mundo. En el año de 1606, que fué el siguiente moria todo lo que pasaba para hacer historia dello : de-
al nacimiento de Marcela, tuvo otro hijo en la misma llos se sabrá todo lo sucedido.»
doña María de Lujan, que eri el año de 1620, en que se
celebró la justa poética ala beatificación de san Isidro, II.
no habia cumplido catorce años, é hizo la primera glo Así creo yo se deben entender aquellos versos céle
sa del certamen o.° con el nombre de Lope Félix el bres :
Mozo. Este se inclinó á la milicia, con sentimiento de
Que mas de ciento, en horas veinticuatro ,
su padre, que le encargó al marqués de Santa Cruz, Pasaron de las musas al teatro.
para que la aprendiese, y medrase á su sombra. A poco
después del referido certamen se embarcó , y asistió en Es decir, veinte y cuatro horas de trabajo, repartidas
algunas ocasiones que se ofrecieron contra holandeses en dos dias. En la comedia titulada La noche de San
y turcos, y murió á los quince años en un bajel que na Juan , puso Lope estos versos :
vegaba á la isla Margarita y se sumergió con toda la Hará Avendaño
genteque llevaba. Su padre lloró esta desgraciada muer Una comedia, que creo
te con la.mayor terneza en la égloga piscatoria Felicio, Es retrato desta noebe,
en cuyo título le llama Lope Félix del Carpió y Lujan, De cuyo confuso lienzo
dándole este último apellido de su madre. Montalban Tomó Lope la invención,
no menciona este hijo, llama deuda cercana de Lope á Y te ha estudiado y compuesto
Marcela , y le convierte el apellido religioso de San Fé En cinco días.
lix en el de Jesús. Esto seria sin duda por no descu * Lo que Montalban afirma (véase la pagina xv), es que Lopb
brir á quien lo ignoraba estas flaquezas de su amigo y dijo al duque de Sesa que «e quería escribir mas ctmciitu; pero
maestro, que luego se resolvió á dejarlas, mudando de no expresa Montalban que Lora dejase de escribir para el lealro.
vida y estado.» ( Alvarez y Baena. ) (Nota del Colector.)
JUICIO GENERAL DE LASOBRAS DE LOPE,
POR EL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON ANTONIO GIL DE ZARATE.
Frey Lope Félix de Vega Carpió fué el escritor que gozó de mas fama en su tiempo y el in
genio mas portentoso que ha producido la naturaleza. Debió su inmensa popularidad , no solo á
la prodigiosa fecundidad de su pluma, sino también á que, apartándose del camino seguido por
¿us antecesores, y abandonando el culto exclusivo de la poesía erudita, no se desdeñó de escribir
para el vulgo , y fundó, al contrario, en esto sus principales laureles.
Fénix de los ingenios le llamó su siglo ; y con efecto tal nombre merece si se atiende á su rica
fantasía , á su variada imaginación , al don portentoso que tenia para acomodarse á todos los gé
neros y crear toda clase de invenciones, á la flexibilidad de su estilo, que á cualquier asunto se
acomodaba , que no conocía dificultades, siendo siempre puro , natural y fluido ; en fin , á su in
cansable laboriosidad , que , unida á su fácil vena , le hizo componer tal número de obras , que
apenas cabe en la imaginación sean el fruto de la vida de un solo hombre.
No hubo género de poesía en que no diese prodigiosas muestras de su fecundidad : desde la
composición mas corta hasta el poema épico, todos los recorrió, no siempre con acierto, es ver
dad, pero asombrando en todos. No obstante, el que mas ejercitó su pluma, el que le hizo ser
idolo de su siglo, el que le ha granjeado eterna fama, aun entre las naciones extranjeras , fué el
género dramático, de que en realidad debe considerársele como creador y padre, así en España
como en toda Europa.
Yíon efecto, aquí está su verdadero mérito ; porque, prescindiendo del valor intrínseco de sus
dramas, ello es que él creó una poesía popular en España, y apartándose de la servil imitación
de los antiguos, adivinó el drama de la edad moderna, é impuso á este género de composición el
verdadero carácter que en la actual civilización le corresponde. Hizo mas : introdujo en la poesía
popular el lenguaje poético que le faltaba , y con este servicio la sacó del estado de abatimiento
en que vacia, la hizo gustar hasta de los eruditos , fué ocasión fie que los buenos ingenios se de
dicasen también en lo sucesivo á ella y produjesen obras agradables á un tiempo al vulgo y á la
gente docta ; fin principal de toda buena poesía, pues sin él, ora queda oscurecida por falta del
conveniente adorno, ora es el patrimonio exclusivo de unos pocos, por no simpatizar con las ideas
e intereses generales.
Este feliz maridaje que hizo Lope de la poesía popular con la erudita, ennobleciendo aquella,
vulgarizando esta , es pues el mayor servicio que le debe nuestra literatura ; servicio que acaso
no se le ha tenido bastante en cuenta. Por él, aunque mas bien sentido que apreciado de sus con
temporáneos, logró aquella fama inmensa que le granjeó el aplauso de grandes y plebeyos, la
admiración de los extraños, las consideraciones de los reyes, las recompensas de sumos pontífi
ces ; y por él ejerció tanta influencia en la literatura de su siglo, así dentro como fuera de su patria.
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Sin embargo, si llegó á lo sumo el aura popular de Lope durante su vida , después de su muertey '
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mi LOPE DE VEGA CARPIÓ.
cuando hubo desaparecido el asombro que causara su prodigiosa fecundidad, cuando otros poe
tas se presentaron en la escena, superiores á él en dotes dramáticos; cuando, en fin, principiaron
á cundir principios literarios mas ajustados á los preceptos de la antigüedad, y las obras de esta
se consideraron como los únicos modelos dignos de imitación , entonces las alabanzas se convir
tieron en vituperios , y no faltó quien quisiera confundir á tan grande hombre con los mas des
preciables dramaturgos. Injusticia fué esta mucho mas inexcusable que el desmedido aplauso que
se le tributara en vida. Al menos este se fundaba en un mérito real, en el prestigio que no puede
menos de acompañar al genio, en sus facultades portentosas, que si abusó de ellas lastimosamente,
el mismo abuso demuestra cuan grandes y poderosas eran. Libres ahora á la par de aquel pres
tigio y de toda preocupación nacida de doctrinas literarias , apreciamos á Lope en lo que vale y
juzgamos de su mérito con imparcial templanza.
Si consideramos solo el número de sus escritos, la historia literaria no presenta ejemplo
semejante de una fecundidad que parece fabulosa ; y aun cuando no tuviese otro mérito, su nom
bre viviría siempre en la memoria de los hombres, como uno de aquellos prodigios que la natura
leza no ofrece mas que una vez sola. No hubo género de poesía que no cultivase, desde el madri
gal hasta la oda, desde la égloga hasta la comedia , desde la novela hasta la epopeya: todo lo
recorrió y en todo dejó señales de su privilegiado talento. Se lee en el prefacio de un libro im
preso en 1604, que á la edad de cuarenta y dos años llenaban mas de veinte y tres mil hojas los
versos que hasta entonces había hecho para el teatro. En 1618 asegura él mismo que llegaban á
ochocientas las comedias que llevaba compuestas , y en 1620 á novecientas. Cuando en 1629 pu
blicó la vigésima parte de sus obras dramáticas, decia que le quedaba todavía tiempo para escri
bir hasta mil y setecientas. Por último, en 1635 , año de su muerte , afirman Pérez de Montalban
y el sabio don ¡Nicolás Antonio que ascendía á mil ochocientas el número de sus comedias. Estas
son en tres jornadas y en verso ; todas se representaron y la mitad se imprimieron. De ellas hubo
muchas que no le costaron mas que un día de trabajo, como él mismo lo asegura en estos versos :
A estas mil ochocientas comedias hay que añadir cuatrocientos autos sacramentales , un gran
número de intermedios, muchos poemas épicos , didácticos y burlescos ; epístolas, disertaciones,
composiciones sueltas é infinidad de sonetos. Se ha calculado que en los setenta años de su vida
le tocan á cada dia ocho páginas, y casi todas ellas de poesía. Sus escritos todos componen el nú
mero de ciento treinta y tres mil páginas y veinte y un millones de versos.
Facilidad increíble, mas asombrosa que envidiable si se reflexiona en los peligros á que arras
tra, y que extravió tan frecuentemente al mismo Lope.
Por lo que llevamos dicho hasta ahora acerca de los progresos que habia tenido nuestra escena,
se debe haber visto cuan incierta habia sido en su marcha, produciendo solo, ya farsas chocarre-
ras é indecentes , aunque á veces llenas de chiste y gracia , ya novelas dialogadas , en las que el
embrollo suplía la falla de interés, ya dramas monstruosos bárbaramente atroces, que aun no lo
graba sostener el lujo de poesía que se prodigaba en ellos. Cuando apareció Lope, teníamos mu
chas obras dramáticas; pero carecíamos todavía de un verdadero teatro. Se conocía que era pre
ciso seguir diferente rumbo que los antiguos; pero no se atinaba con el verdadero ; hacíanse en
sayos de todas clases, y ninguno correspondía al deseo general, ninguno acertaba con el verdadero
gusto de la nación : tal vez el pueblo bajo se solazaba con las groseras farsas que solían presen
társele , tal vez los esfuerzos de algunos para dar decoro á la escena con mas nobles argumentos
y mas culto lenguaje merecían los aplausos de las personas ilustradas ; pero no existía un espec
táculo que excitase á un tiempo las simpatías de todos, que gustase á todos sin distinción de cla
ses; que formase, en lin, un teatro nacional. Entre las toscas producciones de los unos y los es
fuerzos casi convulsivos de los otros, no se encontraba una obra de que un verdadero español
pudiese decir : « Hé aquí mi drama. •
Si se recuerdan los caracteres que hemos señalado á nuestra poesía para ser nacional , caracte
res deducidos tanto de las diferencias que distinguen la civilización moderna de la antigua , como
de las circunstancias políticas y religiosas de nuestro país, se verá que las obras dramáticas de
PRELIMINARES. • «m
que hemos hablado hasta ahora carecían de ellos casi absolutamente. Convenian todos en repe
ler la sencillez clásica ; pero no se reproducía en las comedias el esplritualismo de los tiempos
modernos, ni la caballerosidad española, ni el sentimiento religioso de la época. La risa ó la cu
riosidad podían quedar á veces satisfechas ; pero el alma permanecía del todo indiferente. Hasta
la poesía de tales obras no era la que se necesitaba : descuidada ó pretensiosa, ya le faltaba armo
nía, ya le sobraba estudio , careciendo de la gala , facilidad y soltura que halaga el oido , ó de
aquella metafísica propia del espíritu cristiano y caballeresco, que, si no siempre es clara é inte
ligible, arrulla al menos , produciendo una especie de arrobamiento indefinible y delicioso.
Todo esto provenia de no haberse aun verificado la unión tan necesaria de las dos literaturas
que, creciendo á la par en un mismo suelo y adoptando un mismo idioma, eran , sin embargo,
extrañas la una á la otra. Pero en medio de este apartamiento habían ido creciendo tanto las dos,
que, saliendo del estrecho ámbito en que ya no cabian, hubieron de acercarse, de ponerse en
contacto, y por último, de confundirse ; bien así como los círculos concéntricos que forman dos
piedras al caer en el agua, crecen, se ensanchan, se tocan y confunden. El momento era lle
gado de verificar este feliz enlace.
Mientras nuestra nación se encontraba reducida á estrechos límites , mientras las clases per
manecían apartadas con pocas comunicaciones entre sí , mientras la lengua era tosca y grosera,
pudieron y debieron caminar separadas, é indiferentes la una para la otra, la literatura popular
y la erudita , no echándose de menos entre los españoles ningún lazo común literario. Pero en el
momento en que formamos un gran pueblo, en que adquirimos influencia y preponderancia en
tre las naciones europeas , y en que nuestra lengua , desechando su rudeza , tomó asiento entre
las lenguas cultas, fué ya indispensable semejante lazo, y hubo de existir una literatura común á
todos y que en todos causase entusiasmo. Esta vez no fué la poesía la primera que tuvo semejante
gloria ; la prosa se le adelantó, y los libros de caballería, que acertaron á reproducir el espíritu de
la época, se granjearon las simpatías generales, siendo los primeros escritores que agradaron á la
vez agrandes y pequeños, á sabios é ignorantes, á nobles y plebeyos, á hombres y mujeres, y á
todas las edades. Pero los libros de caballería, reducidos á la lectura solitaria, destituidos de las
galas poéticas y de otras cualidades esenciales , tenian que caer y ceder el campo á otra literatura
mas variada , mas galana , mas amena , mas simpática , en fin , por estar destinada especialmente
¿agradar, no en el silencio del gabinete, sino en el bullicio de la sociedad, donde las sensaciones
fe comunican y excitan unas á otras, donde adquieren mayor intensidad con las muestras de pla
cer ó desagrado que arrancan ostensiblemente á todos. Tal fué la poesía dramática que sucedió
en abundancia y popularidad á los libros de caballería , pero que conservó muchas de las dotes
de estos mismos libros, tan gratos durante siglo y medio á la nación española , y sin las cuales no
era posible que ninguna literatura se generalizase entre nosotros.
La poesía popular, la erudita y los libros de caballería fueron pues los tres manantiales que,
después de haber corrido separados, se reunieron en un solo caudal para componer el inmenso de
nuestra poesía dramática. Esta gloria la tuvo Lope de Vega, que, dotado de extraordinarias facul
tades poéticas, llegó además en la ocasión oportuna de completar una revolución ya preparada.
Comprendiendo y abarcando las necesidades del espíritu nacional, hizo un todo completo de par
tes que estaban diseminadas, é inspirado por su genio y por el de la nación, inventó el verdadero
drama español, que, si existia como deseo y necesidad de todo el pueblo, carecía de formas con
que realizarse.
«Conoció Lope, dice el erudito-don Agustín Duran, que las reglas clásicas relativas á las uni
dades no eran esenciales mas que á cierto y determinado sistema de imitación, á cierta clase de
verosimilitud ; pero que, existiendo en la naturaleza otros medios de imitación y de verosimilitud
que en aquellos no cabian, ningún inconveniente resultaba de abandonarlas. Buenas, excelentes,
indispensables eran para las naciones bajo cuya civilización se crearon y en cuyas costumbres las
hallaron sus poetas ; pero en un pueblo meridional por excelencia , místicamente religioso, fer
viente de imaginación, que buscaba las impresiones íntimas del alma mas bien que las de tos sen
tidos, los efectos de la lucha de las pasiones, y no los resultados del fatalismo ; en un pueblo an
sioso de asuntos complicados , curioso de examinarse á sí mismo, lleno de fe para con los hechos
maravillosos y las enredadas situaciones, ¿cómo habían de bastar á interesarle las sencillas y
breves combinaciones que caben en un cuadro clásico ? Nuestro genio especial abarcaba un in
menso espacio poético; para tenerle suspenso y entretenido en el teatro necesitaba una historia
sxiv LOPE DE VEGA CARPIÓ.
entera , un poema épico completo. Poco nos importaba que el poeta corriese de oriente á occi
dente , que pasase de siglos á siglos ; pues como nuestro drama era una historia, y eso buscábamos
alli , volábamos en el teatro con el poeta como seguiamos en un libro al historiador. La curiosidad
que nos conducía á la escena, y nuestra imaginación , abarcaban las creaciones del ingenio ; y ya
en el cielo ó ya en el abismo, estábamos contentos si, como en la tierra, veíamos al héroe que con
hechos maravillosos, intrigas complicadas, combates íntimos de pasiones, cuestiones de punto
de honor, galantería, metafísica, acciones caballerescas y religiosas, nos reproducía á nosotros y
nuestros íntimos sentimientos. Y ni aun esto bastaba para construir el drama popular. En ello
ciertamente consistía su esencia ; mas para su parte de ornato exigía nuestro gusto y tendencia
natural que se revistiese de todos los tonos de la poesía ; necesitábamos , en fin , que la lírica , la
épica , la narrativa ostentasen todos los recursos en el teatro ; porque , acostumbrados á la gala,
riqueza y abundancia de nuestra hermosa lengua , los oídos españoles no podían renunciar, ni
aun en el drama, los encantos de sus variados y armoniosos sonidos.
• tNecesidades de tal tamaño y extensión no podían satisfacerse en el estrecho círculo que con
tenia la de los pueblos antiguos , ni tan encontrados y diversos elementos amalgamarse y colo
carse convenientemente dentro de él. Ya Juan de la Cueva, Virués y los Argensolas habían cono
cido la precisión de exceder tan cortos límites ; pero , como eran eruditos por fe , no lo hicieron
con la debida resolución. Luchando sus doctrinas académicas con la necesidad, fueron tímidos y
no se atrevieron de lleno á seguir el intento del pueblo ; por lo cual, en vez de inventar un siste
ma nuevo é independiente del antiguo clásico y con formas propias y originales , solo produjeron
monstruosos dramas, compuestos de elementos inconciliables.
• Al ingenio grande , audaz , eminentemente español de Lope estaba reservado comprender é
inventar un sistema dramático que fuese verdadera expresión de nuestras necesidades intelec
tuales y morales. Por inspiración ó por sentimiento íntimo, quizá mas que por estudio , halló el
drama español ; y formándolo con la quinta esencia del carácter indígena , le apropió además
cuanto no era incompatible con él y habíamos adquirido de los extraños. Cultivado el árbol de
nuestra poesía popular, creció magnifico y robusto hasta las nubes , y sus vigorosas ramas asom
braron la culta Europa. Modelo fué de ella casi un siglo entero, y sus mayores ingenios se alimen
taron de su sustancia para producir obras análogas en cuanto lo permitía la diferente índole de
las naciones para quienes escribían.
»Y no se crea, ya lo hemos dicho, que Lope se apartó voluntariamente de las reglas clásicas
por solo apartarse de ellas ; lo hizo sí para crear otro sistema , mas instintivo á la verdad que ra
zonado. No dejó á su país desierto de poesía nacional, ni produjo monstruos como los que le pre
cedieron. El drama popular y grosero que existia antes que el suyo también tomó una parte muy
esencial en su nueva creación, porque en él se hallaba el tipo característico del pueblo. Salió,
empero, de sus manos libre de la bárbara corteza que lo cubria, salió adecuado á los progresos
que se habían verificado en la cultura social. ¿ Qué diferencia enorme no se nota con efecto en
tre las sales groseras y el lenguaje de las antiguas farsas, si se comparan con las gracias oportunas
y decentes de Lope ? Y ¿qué diremos de la expresión noble y caballeresca de los amoríos intro
ducidos en sus dramas ? Esto es todo invención suya ; no existia en las farsas , si bien ya se halla
ba connaturalizado en las costumbres é introducido en la sociedad por la lectura popular de los
libros de caballería.
»Las reglas que los críticos dedujeron de las creaciones clásicas , y de que se apartó Lope, no
afectaban esencialmente las generales que constituyen la imitación de la bella naturaleza ; si de
estas se olvidara, jamás hubiera conseguido representar ni satisfacer las necesidades de un pue
blo , pues siendo ellas mismas esencialmente necesarias, son una parte del instinto con que el
pueblo concibe y siente la belleza. Por inspiración se apartó d& aquellas Lope, por inspiración
conservó estas , y por inspiración hicieron otro tanto los grandes poetas, que , dedicados á produ
cir, jamás se ocuparon en la crítica filosófica ni en escribir reglas, que á posteriori se dedujeron de
sus obras.
>E1 teatro de Lope de Vega es una prueba del mas extenso y sólido saber. La teología, la ju
risprudencia , la filosofía, las bellas artes, y hasta las mas mecánicas , todo lo abraza en él, nada le
era extraño ni peregrino. Allí está consignada toda la ciencia de su siglo y de su nación , allí sus
usos y costumbres , alli su fe y creencias religiosas , allí sus principios morales y políticos , allí
sus necesidades , gustos y placeres ; allí lo que contenia su originalidad ; y allí mejor que en la
PRELIMINARES. ixv
historia , que respeta y adula á los individuos, se pintaban con verdad en seres ideales atributos
que constituían entre el pueblo la idea de lo bueno y de lo malo , de lo útil y de lo dañoso , y has
ta el extravío que produce en los juicios humanos la constitución social y la educación. •
>E1 caos que desembrolló Lope de Vega para fundar el sistema dramático, hasta ahora mas bien
sentido que definido, fué inmenso. Las sencillas églogas de Juan de la Encina ; "las comedias, ya mas
cultas é ingeniosas, de Torres Naharro ; las farsas de Lope de Rueda , Timoneda y otros, incrusta
das de cuentos novelescos ; los dramas informes, hinchadamente épicos y gigantescos de Cueva,
Argensola y Virués, que olían todavía á la erudición del mal gusto ; el amor humano, asimilado al
místico y metafísico ; la gala, la riqueza y la tendencia melancólica de la poesía árabe , provenzal
é italiana ; las hermosísimas y variadas combinaciones métricas de los petrarquistas, introducidas
entre nosotros por Boscan y Garcilaso ; la gracia sencilla y tierna que caracterizaba nuestras can
ciones populares ; el tono épico , grave y solemne con que en nuestros romances heroicos ó de
historia se cantaron las glorias , los desastres y la constancia nacional ; la gala y brio descriptivo
de los romances moriscos y caballerescos : todo, todo existia ya, todo era popular en la civiliza
ción castellana á principios del siglo xvii. Solo faltaba una inteligencia superior que, abarcando
con una mirada sola este caos de elementos diseminados, y despojándolos de sus formas divergen
tes, supiese ponerlos en armonía para crear un todo conveniente, cuya belleza simpatizase con
las masas populares á quienes debia servir de instrucción , de moralidad , de placer y de recreo,
y á quienes , en fin, como un espejo se debia retratar para sí propias y para la posteridad.
iPues bien , el hombre que supo aproximar elementos tan distantes y edificar con ellos un mo
numento real é idealmente bello y armonioso fué Lope de Vega. Creó su drama, y creado, se lo
presentó al pueblo y le dijo : « Hé aquí tu poema ; hé aquí la verdadera creación que debes con
tinuar para ser sublime, para ser original é independiente ; porque esta obra , aunque salida de
mis manos, es propia tuya, porque se ha formado de tus leyes, tus costumbres, tu saber, tus
gustos, tus sentimientos, tus creencias , y en fin , de tu propia sustancia. Tú fuiste e,l mármol que
contenía la imagen de la belleza , y yo el artista cuya inteligencia comprendió dónde estaba ocul
ta y cuyo cincel la despojó de su corteza ; tú fuiste el diamante , yo el que le labré é hice compe-
tiren brillo con el sol. » La nación, atónita y embelesada, aceptó el presente del gran poeta y ciñó
sus sienes con inmarcesible corona de gloria, de gratitud y respeto, y la fama llevó su nombre y
sus obras inmortales á los otros climas. »
Para consumar tan grande obra necesitaba Lope ser lo que fué : un verdadero portento , un
monstruo de la naturaleza. El cielo habia reunido en aquel hombre extraordinario el genio de
muchos poetas juntos, prodigándole los tesoros de la imaginación y de la mas rica fantasía, el don
de inventar y de trazar cuadros infinitamente variados : facilidad , soltura , elegancia , claridad,
armonía, todo en él se reúne ; es un manantial que á todo basta y que jamás se agota. Su poesía
«por lo general dulce y fluida, como el agua limpiado una fuente pura, que fluye sin obstáculo
alguno ; su expresión deja pocas veces de ser clara , inteligible para todos y exenta de los defec
tos de culteranismo y mal gusto que afearon á muchos escritores de su época y la siguiente ; los
argumentos de sus dramas son variados y siempre felices, á pesar de ser tantos y tan prontamente
concebidos ; los caracteres de sus personajes, si no perfectos siempre en la ejecución , bellos en la
invención y con rasgos admirables que arrebatan ; el dialogo es fácil y animado ; una galantería
fina y culta sobresale en él , no ofendiendo nunca el decoro ; y por lo general descubre una sen
sibilidad viva y delicada que mueve é interesa, sin que le falte á veces tuerza y sublimidad , bien
<¡ue estas últimas cualidades son en él las que menos resaltan . •
Vemos pues justificado nuestro aserto de haber sido injustos para con Lope los que le han
achacado la corrupción de nuestro teatro , haciéndole causante del desarreglo y mal gusto que
reinó en la escena española á juicio de ciertos críticos. Lejos de esto, contuvo el desarreglo que
sus predecesores habian introducido, rectificando el gusto que andaba perdido entre las farsas
groseras de unos y los monstruosos engendros de otros. Mejoró infinito la parte relativa á la in
vención de la fábula. Unas veces se mostraba esta pobre, como en Rueda y Naharro ; otras pasaba
á ser desatinada y delirante por la aglomeración confusa de incidentes desligados entre sí , como
en Cueva y Virués. La fábula de Lope está llena de movimiento , de situaciones, de lances ; hasta
la exposición misma se hace en acción, y no en discursos, desterrándose la costumbre poco inge
niosa de las loas ó prólogos. A pesar de la multitud de lances, camina con mas claridad, con mas
arte en la disposición del argumento ; y aunque se halla lejos de ser perfecta , rectificada la anti
xxvi LOPE DE VEGA CARPIÓ.
gua confusión y la exageración ridicula , puede decirse que dio á la comedia mas regulares y sen
cillas formas.
Otra eosa que aquellos no conocieron fué la pintura de los caracteres, y á Lope se debe la
creación de esta parte tan principal de la poesía dramática, en la que sobresalió, señaladamente
cuando ponia en escena caracteres femeniles. Nadie ha descrito con mas verdad ni al mismo
tiempo con mas ingenio y, por decirlo así, con mas efusión del alma, la ternura y constancia del
corazón mujeril , el valor del bello sexo en las situaciones mas difíciles de la vida , y la disposición
á hacer los mayores sacrificios por el objeto amado. Su manera de sentir el amor y los celos está
expresada en las numerosas comedias de Lope con una variedad admirable , correspondiente á
las casi infinitas situaciones que inventó para describirla. En los demás caracteres, generalmente
hablando, observó la debida decencia. El lenguaje del padre anciano no escomo el del joven
amante , del monarca poderoso, del criado, del pastor, del villano. Nada de esto se veía en los
que le precedieron : cuando xnas, supieron trazar algunos caracteres generales, pero no los indi
viduales, que son los que la comedia requiere ; y fué tan notable la mejora que en esta parte in
trodujo , que él mismo se alababa de ella , diciendo con razón en su Égloga á Claudio :
Débenme ú mi de su principio el arle.
Tampoco sabian sus antecesores manejar el diálogo con verdad, gracia y'sollura. Algo se no
taba ya de esto en Lope de Rueda ; mas solo en la parte jocosa. Lope de Vega enseñó el modo de
hacer hablar entre sí á los interlocutores de todas clases con verdad, viveza y naturalidad, hu
yendo de los largos razonamientos, haciendo que las réplicas fuesen prontas, oportunas, ade
cuadas á la situación y al personaje. En suma, como ya hemos dicho, antes de Lope existían co
medias ; pero él creó el arte dramática.
Mas si esta arte le debió tanto , ¿hizo por ella todo lo que hubiera podido? ¿La llevó al grado
de perfeccion.de que era susceptible en su tiempo? A nosotros nos parece que no, y en esto ve
mos la gran culpa de Lope. Sin quitar al teatro español su originalidad, sin defraudarle de una
sola de las buenas cualidades con que supo dotarle, en nuestro juicio debió darle mas perfectas
formas é introducir en él un gusto mas depurado. El mismo lo conoció, se acusó de ello, y este
testimonio es mas poderoso que todas las excusas que se puedan inventar para disculparle.
Si tuvo grande inventiva, no fué tan afortunado en la composición ó disposición de la fábula, que
casi siempre es defectuosa , señaladamente cuando se aproxima el desenlace. Su genio le inspi
raba una buena idea ; poníase á trabajar, y generalmente empezaba bien, porque entonces le ani
maba la inspiración ; pero caminando sin plan y siempre deprisa, se iba extraviando y se cansaba.
Anadia escenas á escenas conforme se le ocurrían , aunque no tuviesen entre sí la conexión ne
cesaria : salían unas buenas, otras malas ; ya se cansaba, y su composición se resentía de la fatiga
ocasionada por el excesivo trabajo; ya por un nuevo impulso ó recobradas sus fuerzas , volvia la
inspiración, y era otra vez el inimitable Lope. Cuando llegaba el desenlace, el cansancio, la dificul
tad de atar tanto cabo suelto y de llevar á un fin común tan varios incidentes, el ansia de acabar,
le hacian echar mano de cualquier medio , y resultaba el final tan malo como buena habia sido la
exposición. Así , de todos los poetas dramáticos es el que tiene mayor número de escenas admi
rables y menor de comedias buenas. Esto consiste en que la invención pertenece al genio y es
hija de la inspiración ; pero la composición lo es del talento y del arte. Las escenas, los diálogos
y los versos se hacen dictando la musa de la fantasía ; pero la disposición y el enlace de las diver
sas partes del drama , de modo que camine artificiosamente á su fin , prepare la catástrofe y man
tenga al espectador siempre suspenso, esto requiere mucha meditación y gran detenimiento.
Estas últimas cualidades son las que le faltaron á Lope para ser perfecto , y su falta le precipitó
en grandes extravíos. Entregándose sin freno alguno á su lastimosa facilidad , demasiado pronto
á tomar la pluma, é impaciente por acabar, sacrifica el conjunto á los pormenores, y desgracia lo
esencial por los accesorios. Corre sin saber adonde marcha ni cuándo parará ; no se concede el
PRELIMINARES. xxvii
tiempo de respirar siquiera, y á lo mejor se queda sin aliento. Semejante al pródigo, derrama in
consideradamente sus tesoros, en vez de distribuirlos con cordura ; y en medio de tantas riquezas,
aparece muy á menudo pobre y miserable. Así, Lope para ser apreciado en lo que vale necesita
presentarse cargado con el inmenso caudal de sus obras : vistas juntas asombran y dejan anona
dado al que las contempla ; desmenuzadas, se pierde el prestigio, y no pocas veces causan extraño
desagrado. Se pueden comparar á un inmenso paisaje que desde lejos presenta imponentes ma
sas de árboles y montes , nubes y variados celajes : el conjunto sorprende y asombra ; pero inter
nándose en él se desvanece la ilusión , y á par de bellas flores , sombras agradables y fuentes de
liciosas, se encuentran sitios agrestes, rocas incultas, extensos eriales, cenagales inmundos ; y
por todas partes la maleza ahoga la vegetación, que de lejos parecía tan lozana.
Y no estuvo todo el daño en lo bueno que dejó de hacer, sino en el mal ejemplo que diera, sien
do imitado en sus defectos por la mayor parte de sus contemporáneos y sucesores. Como una de
las cualidades que en él mas sorprendieron fué su inmensa fecundidad , todos sus imitadores cre
yeron que no eran poetas dramáticos si no eran también fecundos, y diéronse todos á escribir
comedias á destajo, produciéndolas á cientos. Quedándose aun en esta parte muy atrás, no le aven
tajaron en las demás ; y excepto algunos pocos que indudablemente produjeron obras mejores
que las suyas, el vulgo de los dramaturgos escribió todavía con mas desarreglo y menos gusto.
Acostumbró además Lope á componer, no para el arte, sino para el pueblo únicamente y según su
capricho. Si es cierto que el poeta, y mas el dramático, tiene que escribir para el pueblo, también
lo es que no debe constituirse en servil adulador de sus gustos, con frecuencia depravados. El
cielo no le da el ingenio para esto solo , y es su obligación corregir lo que el buen gusto y la razón
desaprueban. El arte le ha de merecer también algún esfuerzo, y él está para perfeccionarlo ; que
la gran dificultad y la verdadera gloria consisten, no en agradar á la plebe á expensas del arte ; no
tampoco en sujetarse á este sin consideración á los gustos del pueblo, sino en atender á las dos
cosas juntamente , en hermanar estos dos fines indispensables y en vencer todos los obstáculos
que ofrece tan ardua empresa. Si Lope hubiera hecho esto, no se diria de él que ha escrito mil
ochocientas comedias ; pero tendríamos unas pocas que sabríamos de memoria.
Basta ya sobre las bellezas y los defectos de Lope de Vega y sobre la influencia que tuvo en el
teatro moderno. Contraigámonos ahora á hablar mas particularmente de sus comedias.
Estas se pueden dividir en varias clases :
1." Las de costumbres, en que mas sesacercóáTcrencio yá Plauto, é imitó acaso sobradamente
la licencia de los cómicos antiguos. Llamamos asi á las comedias en que se pintan los vicios de los
hombres en sociedad y se retratan sobre la escena ; pero, como en tiempo de Lope no podían cri
ticarse los vicios de ciertas personas y clases, hubo de limitarse á las mas abyectas y bajas, como
en el Rufián Caslrucho. En estas obras no es Lope tan culto y urbano como en las demás ; pero
afortunadamente tiene pocas.
2.* Comedias de intriga y amor, llamadas generalmente de capa y espada. En este género fué
original y mejor que en ningún otro. A él deben referirse muchas en que, aunque se introduzcan
reyes y emperadores, la fábula no versa sobre hechos históricos , sino sobre lances de amor y ce
los. Es también el que mas se cultivó por todos nuestros antiguos poetas dramáticos y en el que
tenemos mas riquezas.
3.* Comedias pastoriles, género que agradaba mucho á Lope y en que imitó el Aminta del Tas-
so y el Pastor Fido de Cuarini , pero dando mas complicación é interés á la fábula. Sobresalió en
él por las excelentes descripciones poéticas que admite. En todas las obras de Lope se ve el placer
con que describe las bellezas sencillas , las escenas hermosas de la naturaleza , las dulzuras de la
vida del campo y la sencillez de costumbres que es consiguiente á ella ; pero introdujo también
en estas comedias el mismo género novelesco que en las demás.
4." La comedia heroica ó de sucesos verdaderos ó creídos , tales como la historia de Bernardo
del Carpió. En las comedias de este género se observa en Lope mas celeridad que en otro alguno,
y se acercó mas á la manera de Cueva y Virués : muchas fueron comedias de circunstancias.
5.* La tragedia : puso el título de tragedia á algunas de sus composiciones porque el desenlace
era lastimoso , aunque la forma fuese la misma que en los demás dramas ; de modo que no hay
mas diferencia entre lo que él llama comedia y lo que tal vez intitula tragedia, que el ser en la pri
mera el desenlace feliz y en la segunda funesto.
6.* Las comedias mitológicas : por lo general son comedias de teatro.
xxviii LOPE DE VEGA CARPIO.
7.* Las de santos : también de apariencias teatrales, en las cuales estaba recibido que se in
trodujesen los demonios, saliendo por escotillón , y los ángeles por nubes. Estos dos últimos gé
neros por sí son ya bastante inferiores : el uno por ser de una creencia que no nos pertenece , y el
otro por acercar demasiado al auditorio los objetos de la suya. No tienen en Lope bastante mérito.
8.a La comedia filosófica ó ideal , en que se conoce la intención de desenvolver alguna máxi
ma de moral universal , género en que Lope se elevó apenas sobre la comedia de intriga , y que
Calderón llevó después á tan alto grado de perfección ; son pocas también las que tiene de esta
clase *.
Mucho habría que citar de Lope; pero es difícil elegir en tal cúmulo de obras. Sus comedias mas
nombradas, ó por lo menos las que mas se han conservado en el teatro hasta estos últimos tiem
pos, son : El anzuelo de Fenisa ; Obras son amores, y no buenas razones ; ¡ Si no vieran las mujeres !
Las flores de don Juan ; La esclava de su galán ; La moza de cántaro ; Querer su propia desdicha ;
Los milagros del desprecio ; El castigo sin venganza ; La estrella de Sevilla ; El premio del bien ha
blar ; Por la puente, Juana ; El mejor alcalde el Rey; Lo cierto por lo dudoso; El perro del hortelano;
La dama melindrosa ; Los Tellos de Menéses ; Amar sin saber á quién ; El acero de Madrid ; La ilus
tre fregona; La hei-mosa fea; El mayor imposible ; La boba para los otros y discreta para si. En el
prólogo del Peregrino en su patria puso Lope una lista de las comedias que habia publicado hasta
entonces.
Lope , que se ensayó en todos los géneros, no podia menos de imitar una de las obras que mas
celebridad tenían, y que, sin ser verdadera comedia, ofrecía sus formas, La Celestina. Hizo La-Do
rotea, que, como aquella, es una novela en diálogo; y aunque está léjosde igualarla, hubo de de
jar á su autor bastante satisfecho, puesto que hablando de ella dice : « Por ventura de mi lamas
querida.» Está dividida en cinco actos, que este nombre les da, y no el de jornadas, y escrita en
prosa con intercalación de bastantes composiciones poéticas. Como novela tiene poco interés y es
cansada de leer ; pero el lenguaje es bellísimo, y sobre todo los versos son de los mejores de Lope,
hallándose entre ellos sus famosas barquillas.
1 Debemos esta clasificación al profundo humanista y excelente critico , maestro incansable de la juventud , don Al
berto Lista y Aragón, cuyo fallecimiento, acaecido en 5 de octubre de 1848, llenó de luto á los verdaderos amantes de las
letras, quienes perdieron a su muerte un verdadero oráculo.
RELACION
«Con dos flores de un jardín, seis cuadros de pintura y algunos libros, vivo sin envidia, sin
deseo , sin temor y sin esperanza; vencedor de mi fortuna, desengañado de la grandeza, retirado
en la misma confusión, alegre en la necesidad , y si bien incierto del fin , no temeroso de que es
tan cierto. Con esta filosofía camino por donde mas me puedo apartar de la ignorancia, desviando
las piedras de la calumnia y las trampas de la envidia. »
Así describía su carácter el ingenioso poeta español Lope de Vega, en la dedicatoria que hizo de
su comedia El Alcalde mayor á cierto amigo residente en la ciudad de Méjico. Con tales costum
bres y cou tal manera de pensar, es claro que sus versos nacieron en la sencillez y tranquilidad
de animo , en la práctica de las virtudes , en el desprecio de las riquezas y en la admiración de
la hermosura.
Lope de Vega manifestaba sinceramente sus pensamientos. Por eso, mientras mas bellos son
los objetos que describe, los pinta con mayores encantos y atractivos. La inocencia de las aves,
los afectos de un amor puro , la belleza de una doncella, las galas de las flores, hijas del mayo , y
las mansas corrientes de los rios y de los arroyos , se hallan retratados en sus escritos con la sen
cillez de la verdad, con fluidos y suavísimos versos, y con palabras y frases mas suaves todavía.
En el vario discurso de su larga vida, así seglar como sacerdote , Lope de Vega se dejó regir
constantemente por el amor con que acataba la justicia, la razón , la virtud y la hermosura. Ni
la ira podia cegarle el entendimiento hasta el punto de vengar por medio de las armas las preten
sas injurias , ni la codicia desviarle de la honestidad de sus costumbres.
Salustio se quejaba de la corrupción de Roma y de la venalidad y ambición de los que desem
peñaban cargos en la república; pero tuvo que salir del Senado por sus vicios y por su insaciable
sed del oro , por bajos medios solicitado y adquirido. Lope de Vega celebraba la excelencia de
las virtudes y los encantos de un espíritu tranquilo en el reposo y en la contemplación de la na
turaleza , y ejercitaba en su vivir lo mismo que tan deliciosamente describía en sus obras poé
ticas.
El Salustio senador romano era muy distinto del autor de las admirables historias de la Con
juración de Catilina y de la Guerra de Yugurta. El Lope de Vega sacerdote español no se dife
renciaba del poeta que tan bien solia encomendar en sus escritos la sencillez de vida y el ejerci
cio de las virtudes.
Cuando seglar compuso una comedia intitulada El asalto de Maesíricht, para celebrar la victo
ria que recientemente habian adquirido las armas españolas en los Países-Bajos, donde corrían
entonces tantos arroyos de sangre, y donde tanta gente de nuestra nación iba á perecer en de
fensa de las ambiciones de la casa de Austria.
Acertó, ó mas bien tuvo el poco acierto de poner Lope de Vega , entre las personas que repre
sentaban en su comedia, un alférez de los que mas se habian distinguido en lapresa(como en aquel
tiempo se decía sin incurrir en galicismos) de la plaza de Maestricht. El actor encargado de reci
xxx LOPE DE VEGA CARPIÓ.
tar el papel era de ruin persona. Terminada la representación de la comedia con feliz suceso,
cierto hidalgo, muy descolorido y enojado, llamó aparte al bueno de Lope , y le dijo «que habia
sido muy mal término dar el papel del alférez (que era hermano suyo) á un comediante tan villa
no de talle y de tanta cobardía en las maneras, cuando su pariente tenia buena presencia y gen
til espíritu, según lo mostraban sus proezas» . Lope, al oir querella tan extraña, se excusó lo mejor
que pudo en tan inesperado trance. Pero el hidalgo no se satisfizo con sus excusas ; y así , le pre
vino que si no entregaba el papel á otro representante , desde luego se diese por desafiado. Lope,
hombre pacifico é inofensivo , al escuchar tales bravezas , ofreció cumplir lo que el hermano
del alférez tan vivamente solicitaba. Dio el papel á otro actor de buen rostro y mejor talle, y le
encargó que hiciese muchos ademanes de valiente, con lo cual se serenó el hidalgo, y en vez de
acuchillar al poeta, le envió unos regalos *.
Esta suavidad del carácter de Lope de Vega, en la edad viril y en un tiempo en que la educa
ción y las costumbres exaltaban los brios , permaneció igual aun en los dias de la vejez , cuando
los achaques , los desengaños de las vanidades del mundo y de la constancia de los amigos, y la
gran fama pudieran haber agriado su condición y encendido su orgullo.
tUn hombre iracundo y mal advertido desafió á Lope , hallándole en estado que ya los hábitos
eclesiásticos le excusaban la respuesta. Instó el que desafiaba, y empuñando la espada, enojado
mas con su silencio , le dijo : — Ea, salgamos fuera. — Vamos , dijo Lope, poniéndose con mucho
espacio el manteo; vamos, yo al altar á decir misa, y vuesamerced á ayudarme á ella. — •
Esto refiere fray Francisco de Peralta en un sermón predicado en las exequias de Lope , Ma
drid, 1635; obra bastante rara *.
Lope de Vega era ademas un hombre modelo de modestia. Ni los aplausos lo engreían ni la
estimación universal lo cegaba. Para él fueron tormentos irresistibles las honras merecidas que
le tributaban por su ingenio los reyes y los grandes.
Su íntimo amigo y compañero inseparable , el doctor Francisco de Quintana , autor de varias
novelas y poesías celebradas en aquel siglo, predicó también en otras exequias de Lope. En su
sermón, impreso igualmente en Madrid el año de 1635, hay curiosísimas noticias acerca del ca
rácter y costumbres de Lope de Vega. Ninguna de ellas ha sido conocida por los biógrafos de este
esclarecido ingenio, porque el original del elogio fúnebre de Quintana es de una rareza singular3.
Véase cómo describe un constante amigo de Lope su modestia : « Los príncipes, así eclesiásti
cos como seglares, le veneraron, y aun le desearon , quejándose de que no los visitase ; pero él se
portaba tan templadamente en estas honras , que á la queja de un príncipe grande , eclesiástico,
de que no le veia, respondió: — Yo viera mas veces á vuestra ilustrísima si me hiciera menos ho
nores cuando le veo.—Secretario fué en su juventud de dos príncipes grandes, y cuando estimaban
mas su persona, los dejó por huir de las lisonjas y estimaciones de sus familias; y estaba tan desen
gañado de este género de favores, que solia decir: —Aun á las figuras de los tapices de palacio tu
viera lástima, si tuvieran sentimiento.—Tan templado fué en esta parte, que, siendo así que murió
en el servicio de un generoso príncipe. .., y estando en estado que pudiera como amigo gozar de
sus favores, no quiso pasar por ello , sin estar primero escrito en los libros de los criados de su
casa. Cuando salia de la suya, llegaban mil diferentes personas á verle, conocerle y decirle va
rios encarecimientos de sus escritos, y con tanto aliento repelía estas estimaciones , que , después
de haberse cubierto su anciano rostro de vergüenza , introducía diferentes razones en orden á
que cesasen sus alabanzas; y si , no obstante esta diligencia, proseguían, dejaba la conversación,
teniendo por mejor parecer descortés que dejar de ser en tantos honores magnánimo. >
Este desprecio de la próspera fortuna y de las pompas mundanas , este ánimo igual , esta con
fianza en su grandeza , y esta modestia , hija de la sabiduría , descubren en Lope de Vega al poeta
eminente, cantor de las bellezas del mundo.
Lope al propio tiempo cumplía constantemente con las obligaciones que se habia impuesto, sin
que nada hubiese de bastante poderío para desviarlo del desempeño de sus palabras. Pertenecía
á una congregación destinada á socorrer á los sacerdotes pobres, á negociar su libertad cuando
gemían por los rigores de la contraria fortuna en tierras de infieles, y á sepultar de limosna á los
que fallecían sin haberes, y la cual en ninguna manera permitía que manos de seglares tocasen
' Lope refiere este suceso en una de sus novelas. (Nota del autor del articulo.)
1 Esta reimpreso en la Colección de las obran sueltas de LorE, tomo xix.
* Reimpreso en el tomo xix de las Obra* sueltas de Loi-e.
PRELIMINARES. hxi
á los difuntos eclesiásticos, c Ofrecióse enterrar, dice el citado amigo de Lope, en el hospital ge
neral á un sacerdote pobre, y vimos que Lope de Vega se quitó el manteo, y aunque se lo qui
sieron estorbar algunos por excusar este trabajo á sus años , entró en la sepultura , recibió pia
dosamente el cadáver, salióse fuera, y comenzó á cubrirle de tierra con el instrumento allí dipu
tado para este ejercicio. »
De este modo el gran Lope de Vega daba el admirable espectáculo de un hombre lisonjeado
por los aplausos universales, despreciando el orgullo y siendo vencedor de si mismo, sin que la
mucha edad ni las atenciones y cuidados de sus amigos pudiesen separarlo del camino de los que
él consideraba como deberes de su conciencia. '
Lope además fué notable por su caridad verdaderamente evangélica. En su casa siempre tenia
• puesta cantidad de dinero sobre la mesa, para que el criado no tuviese necesidad de pedirlo ni
tuviese mas que hacer que darla en llegando el pobre á la puerta » . Tal decia de la caridad de Lope
el citado Quintana.
Otra de las acciones notables de Lope en este punto está referida también por su íntimo amigo,
en las palabras siguientes : « Llegó una vez un sacerdote pobre. . . Llamó á la puerta , no habia en
casa quien respondiese, salió él mismo, y vio que el que llamaba, sobre pobre, sacerdote y ciego,
llevaba la indecencia de un asqueroso sombrero. Miró si tenia qué darle; no se halló con cosa
considerable , y llevado de su piedad , quitóse el sombrero que tenia en la cabeza, y púsoselo al
pobre. Súpose necesariamente este suceso , porque no pudo salir de casa con los amigos que le
asistían, testigos fieles de esta verdad , hasta que uno de ellos hizo diligencia para que le lleva
sen otro. »
Con esta condición tan afable, tan caritativa, tan generosa, pronta á ejercitar el bien, sensi
ble ante la desdicha lo mismo que ante la hermosura, acostumbrada á la sencillez de las costum
bres, llena de delicados afectos, no mancillada con los crímenes, Lope de Vega habia de escri
bir necesariamente versos de una suavidad extraordinaria, y ser uno de los pintores que han
sabido mejor retratar los encantos de la naturaleza.
En la rarísima comedia Mas vale salto de mata que ruego de buenos Lope describe de esta suerte
los tiernísimos afectos amorosos de un ganadero :
Algún año sea tan bueno Rompan del aire los filos
En tierras propias y extrañas , Las cañas de los barbechos,
Que seguemos con guadañas Y toque el trigo los techos
Como en los prados el heno; En las trojes y en los silos.
Vístase el prado librea No solo en siega, en vendimia
Con la yerba cada hora ; Os dé el cielo tal tesoro.
Vierta aqui su copia Flora, Que bagáis los vasos de oro
Y su abundancia Amallea; Que agora tenéis de alquimia.
XXXII LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Ya que en agosto repose, Coronen frutas de invierno.
Pisen para vuestras cubas Sirvan á vuestras familias
Vuestras gentes tantas uvas , ■ Costales de verdes nueces ,
Que lodo en mosto rebose. Para acabar tras los peces
Los viernes y las vigilias.
Y de manera se huelguen Higos también os reserve
Con las uvas vuestras casas , Esta campaña vecina,
Que aunque muchas hagáis pasas, Que afeitados con harina,
Muchas por los techos cuelguen. Enjugue el techo y conserve.
Matice estas huertas luego
Por los pezones y cabos La berengena morada,
Cubran con color pajizos La verde col , arrugada
Los melones invernizos Como pergamino al fuego.
De vuestra casa los clavos. Echad por mayor deleite
Sirvan colmos á montones En la postre vez alguna,
De membrillos ó granadas, En adobóla aceituna,
En vuestros techos colgadas. Y los quesos en aceite;
De dorados artesones. Que yo, siguiéndoos á vos,
Sin rectitud y gobierno Daré en mi rústico modo
De reales pesadumbres, Gracias al Dueño de todo;
Vuestras ahumadas techumbres Que dueño de todo es Dios.
Sin embargo, Lope de Vega , á pesar de la pureza de su alma, no manchada con los vicios que
afeaban las costumbres de sus contemporáneos, como buen autor dramático, supo retratarlas
admirablemente, incluyendo á todos, desde Felipe II, castigador de su hijo don Carlos y de
Juan de Escobedo, hasta las busconas y rufianes , que vivían de la estafa y en los mayores crí
menes.
Para describir la muerte de Juan de Escobedo., secretario de don Juan de Austria, dada por
Antonio Pérez de orden de Felipe II, y para afear la persecución que hizo este soberano ásu pri
vado por haber ejecutado sus disposiciones , compuso Lope de Vega su tragedia intitulada La es
trella de Sevilla. Tal se cree por algunos críticos en vista de la semejanza de los sucesos en ella
referidos con los que admiró el mundo durante el reinado de Felipe , y considerando que la ac
ción de esa tragedia se finge en el reinado de don Sancho el Bravo , tiempo del cual no se con
serva noticia alguna igual tocante á Sancho Ortiz ni á la familiaantigua sevillana de los Taberas.
También Lope en el reinado de Felipe III compuso otra tragedia con el título de El castigo sin
venganza , donde un duque ideal de Ferrara manda matar á su hijo por tener amores con su ma
drastra : acción en que la corte de Madrid vio retratado al príncipe don Carlos , á Isabel de Valois
y á Felipe II, según las voces que corrían entonces acerca de este suceso fuera de España. La
tragedia, al siguiente dia do su representación, fué prohibida.
Lope de Vega, para pintar la sociedad española de su tiempo, recorrió todos los estados, y al
fin , desde los palacios descendió á las vidas de las busconas en su comedia El anzuelo de Fenisa,
y á la de los bribones en El rufián Castrucho.
Pero, aunque Lope de Vega se dejase arrastrar de su deseo de describir las costumbres de su
siglo , y las describiese con negros colores , nunca fueron tales que igualasen al horror de ellas.
Por eso en todas las comedias de Lope , sean cuales fueren sus asuntos , siempre se ve al alma
pura de su autor en las bellas pinturas de la naturaleza y en la delicada expresión de dulcísimos
afectos.
En nada se puede contemplar mejor el candoroso espíritu de Lope de Vega que en el carácter
de las mujeres de sus comedias. Así como Calderón pinta las suyas infelices é impecables , pero
altivas, Tirso de Molina bellacas cuanto da de sí la malicia, y Montalban mas vehementes de lo
que permite la modestia ; Lope las retrata apasionadas y afectuosas con una ternura llena de en
cantos y atractivos.
Lope de Vega en sus escritos revela pues las bondades de su alma y la sencillez de sus cos
tumbres.
EL VERDADERO AMANTE,
PRIMERA COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ (1>,
Muundo un día el retrato de Vuestro hermano Carlos Félix, que, de edad de cuatro años, está"
en mi estudio , me preguntastes qué significaba una celada que , puesta sobre un libro en una
mesa, tenia por alma del cuerpo esta empresa :'Fata sciunt; y no os respondí entonces porque
me pareció que no érades capaz de la respuesta. Ya que tenéis edad, y comenzáis á entender los
principios de la lengua latina , sabed que tienen los hombres para vivir en el mundo , cuando no
pueden heredar á sus padres mas que un limitado descanso , dos inclinaciones : una á las armas,
y otra á las letras, que son las que aquella celada y libro significan con la letra , que en aquellos
tiernos años dice que el cielo sabe cuál de aquellas dos inclinaciones tuviera Carlos si no le hu
biera, como salteador, la muerte arrebatado á mis brazos y robado á mis ojos, puesto que á me
jor vida , dolorosamente , por las partes que concurrían en él de hermosura y entendimiento,
con esperanzas de que habia de mejorar mi memoria sobreviviendo á mis años, por la razón del
curso de la naturaleza, orden sujeta á los accidentes de la vida. Vos quedastes en su lugar , no sé
con cuál genio, cuya definición os darán Paúsánias y Plutarco cuando sepáis entenderlos, el
uno en los Acáteos , y el otro en la Vida de Bruto. Ni aun conozco la calidad de vuestro ingenio ;
quet san Agustín tuvo por felicísimo al que nacia con él, como en el libro cuarto de la Ciudad de
Dios lo siente el Santo ; y fué opinión de Cicerón y de Aristóteles la ventaja que hace al arte la
naturaleza, á quien afrenta Plinio pensando que la cultura de las artes se debe á la avaricia; bien que
casi siempre es verdad cuando no las estudia el gran señor y príncipe, y aun entonces puede ser
vanidad, y no virtud, como se ha visto en muchos. Mas ¿para qué os persuado con autores, cuando
aun estáis en los primeros rudimentos de la lengua latina? Cosa que no podéis excusar, aunque si
hubiera quien os enseñara bien la castellana, me contentara mas de que la supiérades; porque
he visto muchos que, ignorando su lengua, se precian soberbios de la latina, y todo lo que está
en la vulgar desprecian , sin acordarse que los griegos no escribieron en latin , ni los latinos en
griego ; y os confieso que me causa risa ver algunos hombres preciarse de poetas latinos, y en es
cribiendo en su lengua parecer bárbaros ; de donde conoceréis que no nacieron poetas, porque
el verdadero , de quien se dice que ha de tener uno cada siglo, en su lengua escribe y en ella es
excelente , como el Petrarca en Italia, el Ronsardo en Francia, y Carcilaso en España ; á quien
también deben sus patrias esta honra ; y lo sintió el celestial ingenio de fray Luis de León , que
pretendió siempre honrarla, escribiendo en ella, como también le sucedió á fray Luis de Grana
da, después de muchos sermones que hay suyos en la lengua latina; y en ella escribieron fray Fer
nando del Castillo , fray Agustín de Avila , el padre Ribadeneyra , el doctor Mariana , y otros exce
lentes ingenios, sus historias. No os desanimo para que con menos cuidado estudiéis esta reina de
las lenguas, tercera en orden á las del mundo, aunque mas común que todas; procuralda saber,
y por ningún éaso os acontezca aprenfler la griega , porque desvanecido, no digáis lo que algunos
que saben pocodellay de otras, por vendernos á gran precio la arrogancia de que la entienden; y
porque no sepáis lengua tan engendradora de soberbios, y que tan pocos pueden saber que la sa-
0
(I) De lo que en la dedicatoria dice el autor se infiere que no fué la primera , pues omite circunstancia de tanto bulto.
En el Arle nuevo de hacer comedias asegura que á la edad de doce , y aun á la de once años , ya las escribía.
\
2 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Leis, que un catedrático de griego, natural de Guipúzcoa, hallándose en su escuela de Alcalá asal
tado de improviso de muchos señores de la corté , oró en vizcaíno delante dellós, y fué tenido por
hombre insigne, hasta que un secretario de un príncipe, que era de la misma patria, deshizo el
atrevido engaño , diciendo que le había entendido. En una de aquellas famosas librerías de Sevilla
pidió el padre fray Luis de León una Biblia, si acaso la tenían, hebrea. Diósela el dueño, admirado
de que la pidiese, y mucho mas de vérsela leer en alta voz ; pero llevando consigo un sobrino suyo,
ingenio singular y del mismo hábito, pidió otro cualquiera libro, si acaso le tenían en la lengua
hebrea ; dióle el librero los salmos de David, de maravillosos caracteres y impresión del excelente
Plantino; y comenzando á leer disparates, porque ignoraba la lengua entonces , volvió fray Luisa
reprehenderle airada; á quien el sobrino dijo : c Déjeme vuesa paternidad; que para el señor li
brero tan hebreo es esto como esotro. » Vos me habréis entendido ; y en razón de la inclinación,
que fué el principio de esta carta, no tengo mas que os advertir, si no os inclináredes á las letras
humanas , de que tengáis pocos libros , y esos selectos , y que les saquéis las sentencias , sin dejar
pasar cosa que leáis notable , sin línea y margen ; y si por vuestra desdicha vuestra sangre os in
clinare á hacer versos (cosa de que Dios os Ubre ), advertid que no sea vuestro principal estudio,
porque os puede distraer de lo importante, y no os dará provecho. Tened en esto templanza; no
sepáis versos de memoria, ni los digáis á nadie ; que mientras menos tuviéredes desto, tendréis
mas de opinión y de juicio ; y en esta materia , y lo que os importa seguir vuestros estudios sin esta
remora, no busquéis, Lope, ejemplo mas que el mió, pues aunque viváis muchos años no llega
réis á hacer á los señores de vuestra patria tantos servicios como yo, para pedir mas premio, y ten
go, como sabéis , pobre casa, igual cama y mesa, y un huertecillo cuyas flores me divierten cuida
dos y me dan concetos. Libraréisos con esto de que os conozcan ; que por la opinión de muchos es
gran desdicha, y así tenia por jeroglífico un hombre docto deste tiempo un espejo en un árbol,
á quien unos muchachos tiraban piedras, con esta letra : Periculosus splendor. Yo he escrito no
vecientas comedias , doce libros de diversos sugetos , prosa y verso , y tantos papeles sueltos de
varios sugetos, que no llegará jamás lo impreso á lo que está por imprimir; y he adquirido ene
migos, censores, asechanzas, envidias, notas, reprehensiones y cuidados ; perdido el tiempo
preciosísimo, y llegada la non intellecta senectvs, que dijo Ausonio, sin dejaros mas que estos
inútiles consejos. Está comedia, llamada El verdadero Amante, quise dedicaros, por haberla escrito
de los años que vos tenéis; que aunque entonces se celebraba, conoceréis por ella mis rudos
principios ; con pacto y condición que no la toméis por ejemplar, para que no os veáis escuchado
de muchos y estimado de pocos: —Dios os guarde.
Vuestro Padre.
Nota. Esta pastoral ile El verdadero Amante, por ser el primer drama de Lope incluido en nuestra colección, se
reimprime sin división de escenas , para que vean los lectores de la Biblioteca en qué forma publicó el autor sus co
medias.
EL VERDADERO AMANTE.
FIGURAS DE LA COMEDIA.
JACINTO. PELORO. EREUSA.
DANTEO. Un sacerdote de la dio
ERGASTO. DÓRIDA. sa Jt NO.
MENALCA. DORISTO. FELICIO.
CORIDON. Pastores.
DELARDA. GLICERIO. Músicos.
EURISTO. AMARANTA. Alcaldes labradores.
Representóla RÍOS.
DANTEO.
Y que debiéndoos yo á vos, Muerto dirás.
A fe que es harto gentil. También vos me deberéis. BELABDA.
DORISTO.
Y en errando la color, La deslealtad ,
Que pague su penitencia. Por quien yo tan firme be sido ,
Ergasto , dale tu lado. Turquesado le ha vestido ,
MADRINA.
JACINTO.
A fe que es de regocijo. Color de mi lealtad.
Bien estoy aquí. Bien le podemos jugar. DANTEO.
ERGASTO. PADRINO. ¿Y tú, Peloro?
Dien puedes. Y no hay mas que comenzar , PELORO.
. JACINTO. Pues que mi mujer lo dijo. De oro,
(Ap. A ver mi muerte he llegado.) CORIDON.
Que es la color que me agrada
¡Oh Ergasto, tantas mercedes! Danteo tome la mano; DANTEO.
(Ap. ¡ Ay falsa , que te has casado ! ) Que suele ser el maestro. ¿Y tú, Menalca?
MENALCA.
Salen COR1DON v MENALCA. ' DANTEO.
Acudis al menos diestro. Encamada ,
CORIDON.
ERGASTO.
De aquella cruel que adoro.
Huélgome que fué mentira, Siempre te excusas en vano. DANTEO.
Y de hallarte aquí. Comienza ; que es tarde : acaba. Eso es sangrarte en salud.
HENALCA. . ¿De qué lo vistes, Belarda?
DANTEO.
¡Oh señores! Ea' pues.— Este cayado BELARDA.
El cielo os dé mil favores. Es , señores , el soldado , Yo le visto color parda.
ERGASTO. Que de vestirle excusaba. DANTEO.
Doristo, á Henalca mira. Coridon diga primero Es color de la virtud-
DORISTO. Su color. Bien está así : comencemos.—
¡ Oh Menalca , oh mayoral ! CORIDON.
¡Oh qué bien está vestido
Aquí sentaros podréis, Pues yo le visto Este soldado polido!
Aunque al humilde igualéis De lo que nunca me visto. Bravos colores tenemos.
Vuestro valor sin igual. DANTEO. A fe que ha de ir muy galán
Que te declares espero. A la guerra que se ofrece.
Sale BELARDA. CORIDON. ¡Oh qué gallardo parece!
' BELARDA. LYa no sabes que es de verde Todos mirándole van.
,:i esperanza que perdí , Buena es la pluma leonada.
No os quisiera perturbar
Tan buena conversación ; Que nunca me la vestí? AMARANTA.
Mas la mucha obligación DÓRIDA. Leonada.
Por fuerza me obliga áentrar. Que se pierde, que se pierde. DANTEO.
Gócense por muchos años. Y el borceguí
BANTEO. No es malo , porque es turquí ,
AMARANTA, Calla, Dórida.
¡Oh mi señora Belarda! Y tiene vuelta doblada.
DÓRIDA. .
Este lugar os aguarda. ERGASTO.
A fe mia.
Perdonad los ricos paños ; MENALCA.
Turquí.
Que es de campo el aparato. DANTEO.
Bien es que todos calléis ; Tardóse.
BELARDA. Que tarde le vestiréis
ERGASTO.
Y vqs palacio lo hacéis. Hablando en tiloso!'ia.
AMARANTA. O es verdad ó es juego. No hice.
DANTEO.
No cual vos lo merecéis, DANTEO.
Que tenéis de reina el trato. , Basta. Adelante.— El buen soldado
PADRINO.
Ereusa , ¿de qué le vistes ? Lleva jubón encarnado,
EREUSA. Porque lo negro desdice.
Cesen ya de cumplimientos. (Está Menalca embebido mirando á Be-
Siéntate, niña, y callad. De negro , color de tristes.
¿No veis que la soledad BANTEO.
larda.)
Hace iguales los asientos? ¿Tú, Dórida? EREUSA.
Siéntale. DÓRIDA.' Negro.
BELARBA. Color casto. DANTEO.
Ya estoy sentida... DANTEO.
Ya dije encarnado:
Sentada quise decir. ¿Tú, Doristo? Pague Menalca.
JACINTO. DORISTO. JACINTO.
Si has de hablar como sentir ; Colorado, . Es ansí.
• 9
EL VERDADERO AMANTE.
DÓRIDA. ELARDA.
DANTEO.
¡ Hola , Menalca , está aquí ! Blanca. ¿No ves que eso no es deceiite?
¡Hola , hola , embelesado ! DANTEO. PADRINO.
Tírale del brazo. Esmia, En el juego sí. Callad.
PADRINO. Porque lo negro me agrada. BELARDA.
¡Hola! MADRINA. Alto pues ; si es libertad ,
■EXALCA. Negro. A vuestra cuenta se asiente.
' ¿Qué es eso? Encarnado. DANTEO. JACINTO.
MOTEO. Y la cinta de oro Toma mi rústica mano ;
¡Bien! Es buena con la roseta. Baja tu cielo á mi sucio ,
ERGASTO. O mi suelo suba al ciclo
BELARDA.
No ha sido mala la treta. De tu cielo soberano.
So penitencíale den.
Pague Peloro, ¡ah Pclorcí (En dándole la mano, te pone Amaranta
BASTEO. él lienza en los ojos.)
¥ tú la mereces sola. PADRINO.
ÍAp. ¡ Ay Dios! No me abrases tanto,
MENALCA. ¿Pues?...
lasme muerto , hasme encendido,
Pues ¿ya no dije encarnado? MADRINA. Pues cual tcaro atrevido ,
Pague el señor padrino. Caigo en el mar de mi llanto.
DANTEO.
PADRINO. Cuando mi cuerpo mortal
Anda , loco, embebecido. .
Par diez queme descuidé, Se vuelva en ceniza poca,
■ EXALCA. Con los mozos que envié Este lugar de tu boca
Alto; penitencia pido. Por la Harina al molino. Quedará siempre inmortal ;
PADRINO. Que del tiempo*los agravios
DANTEO. No pueden hacerle guerra ,
Dénsela ; que ha confesado. Esa disculpa no abona. Pues no ha de volverse tierra
DANTEO. Mando , con su parecer , Lo que fué cielo en tus labios.)
Yo mando que aquel laurel Que Ereusa , su mujer...
Ponga á Jacinto, y que diga ■ENALCA.
PADRINO.
Que es mas digna su fatiga (Ap . i Qué es esto, cielo cruel ?
¿Qué? . Qué es esto, cielo inhumano?
De coronarse con él. DANTEO.
; Belarda besa su mano,
MENALCA. Le haga una mamona. Y yo le doy mi laurel !
No mandes eso. padrino. • Ya no lo puedo sufrir.)
DANTEO. Obedezco, aunque es mi daño. Adiós , señores ; que tengo
Perdona DANTEO. Mucho que hacer; luego vengo,
¥ obedece. Luego. (Ap. Si vuelvo á vivir.) (\a$e.)
¿Quién la sella?
■ ENAI.CA. PADRINO.
CORIDON.
No es razón; ¿Por qué Menalca se va ?
Que es un laurel de un león , Por Dios, yo.
Que me puso una leona. " PADRINO. BELARDA.
PADRINO. ¡Quépapirotemedió! Debe de tener qué hacer.
(Ap. ¡Oh hideputa picaño!) DANTEO.
Si ha de ser, ¿qué te detienes?
DANTEO. ¿Al juego no hay que volver?
MENALCA.
Adelante. Asi que, digo DÓRIDA.
Porque del indigno soy, Que el soldado lleva espada
Jacinto, el laurel te doy: No vuelvas ; que cansas ya.
Con la guarnición dorada. Amaranta , ¿por qué lloras ?
Corona tus dignas sienes.
PADRINO. AMARANTA.
JACINTO. ¡OGrézcole al enemigo !
Prosigue el juego adelante. No lloro.
Dorada , sesenta veces. ' DÓniDA.
■ENALCA. DANTEO. Pues ¿qué es aquesto?
Caro me cuesta la fiesta ; Y que va con tanto brío ¿Cómo ese lienzo te has puesto
Dura penitencia es esta. A entrar en un desafío , Para eclipsar jnis auroras?
BELARDA. Que se admiran los jueces. . Pase de presto el nublado ;
Mueve la planta gallarda Salga el sol , muéstrese el dia.
¥ a tu pecado importante. Con la caja al son gallardo AMARAKTA. •
«ENALCA. Con banda y grigüesco pardo...
— ¡Hola! ¿Qué digo, Belarda? Ciega estoy.
¿Pecado llamas mirar? DÓRIDA.
BELARDA. jAho! tenemos otro bobo.
Bien quedaría,
BELARDA. De vuestra luz eclipsado.
Si , porque engendra deseo.
¿Llámanme i mi? ¿Quién os pudo dar enojos?
ERGASTO.
■ENALCA. AHARANTA.
Prosigue ej juego , Danteo ;
¡Bueno es eso! Belarda, cuando pasó,
Que es esto nunca acabar.
(Ap. ¡Cielos, he perdido el seso ! ) Con su ropa me cegó.
DANTEO. Cogido os han con el robo.
Par diez , que él parte brioso (Ap. ¿Qué es esto? A Jacinto mira.) BELARDA.
Con el capotillo \erde, BELARDA. Cegaran antes mis ojos.
Claro oscuro... Digo , Señor , que perdi. ¿Fué cuando pedí la mano?
CORIDON. ■ENALCA. (Ap.) AMARANTA.
Verde, verde. ¿Que no mirándome á mí , Cuando la mano pediste.
DANTEO. Tan largo espacio se admira? Bien al descuido lo hiciste;
Pero matóme su mano.
¥ que el sombrero es vistoso DANTEO. Y solo os puedo decir
Con la pluma colorada... Yo le doy en penitencia Que del dolor es lo menos;
DORISTO. Que á Jacinto , aquel pastor. Que el tener mis ojos buenos
Colorada. Bese la mano. Estuvo en no la pedir.
DANTEO . MENALCA.
DANTEO.
Es alegría. | Oh rigor Jacinto, ¿enüendeslos celos? (Ap. áél.)
Y la blanca... De inadvertida sentencia!
10 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
. - BELABDA. Del temor que te acobarda : ¿Qué negocio desta suerte.
¡ Que no hay fiesta sin azar ! ¿Es bien que se le permita Pues lo que adora le quito?
dórida. (AAmaranta.) Tal liviandad á Belarda ,
;.Que te han Tenido á cegar Si á Jacinto solicita ? CORIDON.
Yo sé que por él padece ; Considerar te permito ;
De pura invidia los cielos? Mas no con rigor tan fuerte.
Que ansí tus ojos maltratan? Yo sé bien que te aborrece.
Mira , por cien cosas puedes
Que ansi tus ojos ofenden? MENALCA.
Animarte á esta hazaña
Prenda amor, pues ya no prenden; . Calla en mal hora, pastor; Para que contento quedes ;
Mate amor, pues ya no matan. 8lie la enfermedad de amor Y si atención me concedes ,
MADRINA. on el desengaño crece. Verás que el amor te engaña.
¡Qué! Presto se pasará Yo vengo desengañado Muerto Jacinto , es muy cierto
Ese dolor que la escuece. Desde aquel maldito juego,
Donde jugué de picado Que ha de ser aborrecido ,
DÓRIDA.
Tanto resto de mi fuego. Porque si un vivo está incierto
¿Y tan presto te parece Que estoy , de perdido , helado. De que es presente querido ,
Para quien se muere ya ? ?uiso amor que me picase ¿Qué puede esperar un muerto?
(Suena grita que viene un toro; vanse mis prendas empeñase ; MENALCA.
las pastoras, y juegan los pastores Comencé por mi laurel... Verdad ; mas el sentimiento
eon él, y derriba al padrino, que ha —¡ Mal fuego se prenda en él, Dura mucho.
de estar vestido de botarga.) Que las entrañas le abrase! CORIDON. ,
MADRINA. Su frente fingida y doble
Coroné del ramo noble Ni un momento;
¡ Ay triste ! ¡Y qué gran ruido ! Que el bien que se pierde junto
¿Si es el toro? Que fué digno de la mia, Solo dura hasta aquel punto
La que apenas merecía
COHIDON.'
Enebro, acebuche ó roble. Que es cierto su perdimiento.
El mismo es. ¡Ay triste! Que el seso pierdo Y esto es fácil de entender,
PADRINO. Cuando de aquel sueño vano Mirando el fácil sugeto
Guárdenle para después, Para la muerle recuerdo, Del pecho de una mujer,
Si está cansado y corrido. Y cuando de aquella mano , ?ue es pocas veces perfeto,
De aquella mano me acuerdo. nunca en el buen querer.
CORIDOIt.
Por la mano le gané, Y fuera desto, es mejor
Ya es tarde; él viene. Para que entienda tu amor;
Pues que primero la amé ; Pues si á matarle te animas,
DÓRIDA. Mas ¡triste! ¿qué me sirvió? Verá lo mucho que estimas
Amaranto, Queia mano me ganó
Huye por esa emboscada. Borrando el punto á mi fe. Su desden y tu favor.
¿Viste que le dio la mano, Y al fin no puedes dejar
AMAMANTA.
¡ Ay pobre ! Y que ella le dio su boca? De matarle en tiempo alguno;
MADRINA. Luego , según esto, es llano Y baste, para acabar.
Que él gano el bien que le loca , Que no ha de gozar ninguno '
I Ay triste! Lo que no puedes gozar.
DÓRIDA.
Y que yo la adoro en vano.
¡ Ay cuitada ¡Oh condición de mujer," MENALCA.
Vaya en tus pies Atalanta. Tan enseñada á jugar! Basta. No sé, te prometo,
Fortuna te hastie llamar, Qué furia , si no es Aleto,
(Sale el toro.) Pues gana el que ha de perder, Se me reviste en el pecho.
CORIDON. Y pierde el que ha de ganar.
Avive, señor Peloro. ' • Y'o estoy de ti satisfecho;
¡Ay Dios! ¡Qué mal te aconsejas, Solo te encargo el secreto.
PADRINO. Si ya de mi bien le alejas , Aqui te puedes quedar;
¡ Ah hosquillo ! vente á mi. Olvidada de mis obras ! Que hoy le tengo de acabar.
¿No ves el dueño que cobras Hoy no se ha de ver con vida :
ERGASTO.
Por el esclavo que dejas? Tanto puede la homicida
Venga acá, súbase aqui. Que me ha enseñado á matar.
CORIDON.
PADRINO.
Calla, mayoral. ¿Qué es esto? Voy á buscar ocasión
Vente á mi, torejo, loro. Para ejecutar mi intento. (Yate.)
¿Ansí desmayar te agrada?
CORIDON. Venganza, venganza presto. CORIDON.
t, Mas que coge al viejecito? MENALCA. Sus alas te ponga el viento
ERGASTO. A mi pasión obstinada A los pies, y al corazón
Ya ie cogió. Cualquier consejo es molesto. Su fuego el cuarto elemento.
PADRINO. Ya desde hoy mas en el mió
CORIDON.
¡Que me muero! Salga el fuego al hielo frió
¡Ay, que me rompe el braguero! Pues ¿cómo tendrás paciencia Que en lágrimas se resuelve,
Para ver en tu presencia Pues hoy tan aprisa vuelve
No me le rompas, torito. Que un hombre tan desigual Atrás su corriente el rio.
Trate tus cosas tan mal Fortuna, hoy vuelves atrás, ■
Como si fuera en ausencia? Pues en la mano me das
ACTO SEGUNDO. Qué aguardas desta liviana, . El bien que mi alma quiere;
Movida de un loco anlojo ? Si aqueste Jacinto muere
Si sufres de buena gana No puedo pedirte mas.
Salen MENALCA y CORIDON. Que hoy te haga aqueste enojo, Que si Menalca le mata ,
¿Qué esperas que hará mañana? Mientras el perdón se I rata ,
CORIDON. Si hoy inadvertida y loca Por fuerza se ha de ausentar;
¿Por eso, Mena lea , solo Con su hermosa boca toca Y yo me vengo á quedar
Te fatigas y entristeces , La mano de aquel villano, Solo con aquesta ingrata.
Si tú solo en nuestro polo Mañana hará que su mano
Tan divino resplandeces O su pié pise su boca. Sale ERGASTO.
Como en los suyos Apolo? Mira que pierdes honor
i Un villano te maltrata? Consintiendo tal bajeza. ERGASTO.
Un paslorcillo te mata? MENALCA.
¿Celos las prendas le dan , Fatigado me ha la cuesta ;
Aquel tiene mucho amor Pero ya he llegado al valle :
Cuya vida le darán 8ue no sale de nobleza »
Por lo que pesa de plata? Plega á Júpiter que halle
uando le tienta el rigor. De lodo buena respuesta.—
Cobra el amor que te quita Si á Jacinto doy la muerte, ¿EsCoridon? Es sin duda.
EL VERDADERO AMANTE. II
consol*. Aunque mejor acabado JACINTO.
CORIDON.
De un desmayo que le dio. Saben , Jacinto, los cielos
¿Es cierto, Ergasto? BELARDA. Si estoy burlando contigo.
¡Brava desgracia por cierto, ¡ Oh traidor ! ¿Piensas que ignoro
ERGASTO.
Que me llega al corazón ! Que has adorado á Amaranta
Muy cierto. Con fe tan injusta y tanta
Llegó su punto preciso. ERGASTO.
Como yo la tuya adoro,
CORIDON.
El mió con mas razón Y que por verla casada
Tiene rasgado y abierto; Veniste á quererme á mi ,
Voyme.Ergasto. Que amaba á mi mayoral.
ERGASTO.
Para que tu alma ansí
JACINTO. Se entretuviese engañada?
¿Adonde vas? De suspenso, apenas puedo Bien á costa de mi fama „
CORIDON. Decir que sin alma quedo , Diré que de tí lo he sido:
Allá lo voy á decir. Con el temor de su mal. ¿Tan Dueña te he parecido
ERGASTO.
¿Siéntelo mucho Amaranta ? Para falta de tu dama?
BELARDA.
Eres hombre, haces tu oficio ;
Albricias podrás pedir Y el bien que perdiste allí ,
De las nuevas que les das. ¿Impórtate el sentimiento? Quisieras gana I lo en mi ;
¿Quién se huelga de su muerte? JACINTO. Que es su ordinario ejercicio.
CORIDON. Será justo su tormento, Al fln me engañaste, injusto;
No te importa ; queda adiós. ( Vase . Pues es su desdicha tanta. Que eres tan diestro en el arte,
ERGASTO. . Que me has obligado á amarte
ERGASTO.
No lo siente como debe, Mas de lo que fuera justo.
¿Quién os las pidiera á vos, Cantabas como sirena ,
Si se trocara la suerte? Porque casó á su desguslo ; Y estabas deshecho en llanto;
Algún pretendiente amigo Pero hace lo que es justo ¿Cómo, si penabas tanto ,
Habrá que albricias le dé. Y lo que á su honra debe. Disimulabas tu pena?
; Oh falsa, fingida fe, De su pena soy testigo. A fe que finges muy bien ;
Digna de eterno castigo ! JACINTO. Que grande amorjne has mostrado ; .
Con razón llamo fingida Siempre se debe á la muerte Mas estabas enseñado:
£1 alma de engañosllena , El llanto de cualquier suerte, Pocas gracias se te den.
Que pone en la muerte ajena Aunque muera un enemigo ; Anda, búrlate de mí.
La esperanza de su vida. Porque allí nos acordamos Vete y cásate con ella ;
Que nos falla aquella pena, Que para vengarme della,
Salen BELARDA y JACINTO. Y llorando por la ajena , Basta conocerte á tí.
Por nuestra muerte lloramos. JACINTO.
RELARDA.
BELARDA. ¿Adonde vas? Ten la planta.
¿Que tan de veras me quieres? Bien sabes disimular.— ¿Qué resolución es esta?
JACINTO. Di me, Ergasto, ¿qué ha de hacer BELARDA.
Que tan de veras te quiero, La viuda? Anda , vé por la respuesta
Que en tí vivo y por ti muero. ERGASTO.
A4u mujer Amaranta.
BELARDA. Quiere volver , ¿Quieres que á voces me queje?
¿Que por mi vives y mueres? Belarda , á nuestro lugar ; Déjame.
Kes yo... Mas oye ; que veo Que no quiere estar allí JACINTO.
Gente. Donde su esposo murió; No he de dejarte ;
JACINTO. Y á la casa que dejó Que ni la muerte no es parte
Me envía su padre á mí, Para que el alma te deje.
Hola, Ergasto! Porque ya con ella viene, ¡Ah gloria mia!
ERGASTO. Y quiere que la prevenga.
BELARDA.
¿Quiénes? Voyme pues , antes que venga,
Guárdeos el cielo, y después A ver el orden que tiene ; ¿Qué dices?
Remedie vuestro deseo, Que habrá menester miralla. ¿Yo gloria tuya? •
M COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
JACINTO. AMARANTA. BELARDA.
Y mi pena. Para todo me aflige y me acobarda También queremos sin él ;
BELARDA. Mi enemiga fortuna'; en todo muero. Mas no es esa la ocasión;
No mas, fingida sirena; jacinto. (Ap. á Belarda.) Que tenemos condición
Advierte que te desdices. Salgárnosle al encuentro, mi Belarda. Mas piadosa que cruel.
Vuelve á tu centro , camina. BELABDA. Y si lú , amiga , no amaras ,
JACINTO. Mejor es que te escondas; que no quiero Como sospecho, otro dueño,
Que aqui nos hallen juntos. No como burlas de sueño
Pues ¿cómo, si tú te vas? Su muerte cruel pasaras.
BELABDA. jacinto. Di la verdad: ¿quieres bien?
¿Piensas acaso que estás Pues tú llega ;
AMARANTA.
Con tu Amaranta divina? Que yo me escondo.
La verdad te hede decir.
; Ob falso ! Dios te haga mal. BELABDA.
Déjame; que te aborrezco. Escóndete primero. Quiero bien hasta morir.
{Escóndese Jacinto.) BELARDA.
JACINTO.
¿Es posible que merezco Puesto, Glicerio, que el dolor me niega Pues confiesas, dime á quién.
Que puedas decirme tal? Poderle dar el pésame debido , AMARANTA.
El alma diga lo que al alma llega.- ¿A quién, preguntas? No sé,
BELARDA. Seas después de aquesto bien venido Delarda , si telo diga.
Mira, imagina en el viento Con mi pastora mal lograda. Pero al fin eres mi amiga.
Los animales mas graves, amamanta. A Jacinto di mi fe.
Y dentro en el mar las aves , , ¡Oh amiga!
Y helado el cuarto elemento, BELABDA. (Ap.)
¡ Cuanto mejor no verte hubiera sido ! ¡ Ay desdichada de mi !
Primero que verme un punto
CLICERIO.
Asistir á tu presencia. AMARANTA.
¡Oh Belarda gentil ! siempre bendiga ¿Qué tienes?
JACINTO.
Tus verdes años el piadoso cielo. BELARDA.
Ese que tenga de ausencia, BELABDA.
Basta á dejarme difunto. ¡ Oh mi pastora !
Y en parte alivie tu mortal fatiga. He echado menos agora
Tuyo soy , muero por ti.
¿Dónde vas, señora mia ? CLICERIO. Una prenda que perdi.
De su parte me viene tu consuelo. Mas di adelante tu cuento,
BELABDA.
Huél gome que mi hija te haya visto ; Y dime: ¿querida fuiste?
No me voy; que no podría , Que no tiene sin tí prenda en el suelo. AMARANTA.
Cruel , si te llevo en mí. Ya tú sabes la muerte de Doristo ;
¿Posible es que has de dejarme? Pero porque mi hija te la cuente , Fuilo uq tiempo ; mas ¡ ay triste !
Posible es que has de casarte? Y yo tan mal sus lágrimas resisto, Que su fe se llevó el viento.
Posible es que has de trocarte? A ver me voy en tanto si mi gente BELARDA.
Posible es que has de olvidarme ? Mi casa me adereza. Ya la prenda pareció.
Jacinto, vesme á tus pies. BELABDA. AMARANTA.
Hálame , será mejor;
No aguardes, falso traidor, Vé en buen hora. ¿Qué era, Belarda?
Que yo me mate después. Siéntate aquf. BELARDA.
Por qué quieres que te vea ( Vase Glicerio.) Este anillo.
De'
'" ajeno dueño en los brazos? AMARANTA. De bailarle me maravillo ,
JACINTO. No mandes que me asiente. Y entre las dos se perdió.
Antes los haga pedazos BELABDA. jacinto. (Ap.)
Quien la muerte me desea. Sí , por tu vida. No ha estado malo el engaño.
Alza, Señora , del suelo, jacinto. (Ap. escondido.) BELARDA.
Y no des causa á la tierra ¡ Oh sabia engañadora ! Al fin , ¿qué piensas hacer?
Que mueva á Júpiter guerra ¡De qué manera quiere verle el alma , AMARANTA.
Viendo tan humilde al cielo. Por ver si está en la suya la que adora!
Si es verdad que pude amar, Nueva imaginación me pone en calma. Porfiar siempre hasta ver
Aunque no telo confieso, Juntos agora están mis dos sugetos : Del todo mi desengaño.
Como no fué amor de peso, ¿A cuál de entrambos le daré la palma? jacinto. (Ap.)
Púdolo el viento llevar. Mas¿quién podrá juzgarlos mas perfelos ¿Mas que se pierde otra prenda?
Era de un árbol mi amor; * Que yo, en mi proprio pecho conociendo BELARDA.
Amaranta para si La causa que es mejor, por los cielos ,
Cortó una imagen de mi, Pues el que amaba estoy aborreciendo , Y aun querrás con él casarte.
Tosca y de poco primor. Y adoro aquel que cuandoá mi memoria amaranta.
Llegue á tu mano divina, Llegó, aunque tarde, medejó muriendo? Solo eso es, Belarda, parte
Y artilicesin igual, Luego , del vencedor es la Vitoria. A que yo deje mi hacienda.
Perficionas de metal , ( Entre tanto que Jacinto está diciendo Y si la verdad te digo,
En mi lalwr peregrina. esto , están hablando solas quedo.) Vengo á tratarlo con él.
Sola te adoro , Belarda ;
BELARDA.
La mano en prendas te doy BELARDA.
Para ser tuyo. I ¿ Que desa suerte murió? ¡ Ay qué dolor tan cruel !
BELARDA. . AMARANTA. Yo muero ; tenme contigo.
Yo sov... Murió, amiga, desta suerte. AMARANTA.
—Gente viene: un poco aguarda. BELABDA. ¡Ay Dios! ¿Qué nueva ocasiou?...
Tan poco sientes su muerte, ¡Qué color tan amarillo!
Sale CLICERIO t AMARANTA, y cn Que liarlo mas la siento yo, jacinto. (Ap.)
CBIADO Sltyo. Pues á llorar me provoco, ¿Mas que tengo yo el anillo
Y tú estás de pasatiempo. Del dedo del corazón ?
GL1CEBI0.
AMARANTA.
Alabo mucho que de aquesta suerte amaranta.
Lleves con discreción, hija Amaranta, Conocile poco tiempo, ¡ Triste ! ¿Qué tengo de hacer?
De tu mando la temprana muerte Y ansí el sentimiento es poco.
Aquí podrás, pues tu desdicha es tanta I Igualo al tiempo el dolor , JACINTO.
Pasar mejor la pena que te aguarda Y esto no es de pecho ingrato ;' (Ap. Ahora bien, quiero llegar;
Que á nosotras solo el trato • Que no sufre el alma estar
De verle sin sazón corlada plauta i Nos obliga á mucho amor. Adonde la pueda ver.)
EL VERDADERO AMANTE. lo
¿Qué es esto , pastora hermosa? Que me precio de adoraros. ERGASTO.
¿Soy yo menester también? BELARDA. ¡Oh , pesia á quien me vistió !
■AMAR AMA. ¡ Oh Jacinto! ¿Aquí estuviste? Por aqui han andado celos;
¡Oh mi Jacinto ! Oh mi bien ! Que deben de ser los pelos
JACINTO. Del perro que la mordió.
JACINTO. Y til , que mi llanto triste Ella va tras sus cuidados,
(Ap. No me faltaba otra cosa.) Fué parte á resucitaros. Y dctenella quisiera ;
Dejemos eso , y tratemos BELARDA. Pero temí que me diera
De saber desta pastora... Cuatro palos muy bien dados.
Dios te lo pague.
AMARANTA. Bien estuviera casada
JACINTO. Con Jacinto; aunque no es tarde.
¿Que ven mis ojos agora
Día en que libres nos vemos? ¿Dóvas?
• JACINTO. BELARDA. Salen GUCERIO y FELICIO , padre
A mi casa ; que voy muerta. de Jacinto.
¿No te digo que me digas
Qué mal es este que veo? JACINTO.
FELICIO.
AMARANTA. Iré contigo.
Venid , ansí Dios os guarde,
BELARDA.
Ya te digo mi deseo , Glieerio, á nuestra posada;
Que es el mal de mis fatigas. Estoy cierta • Que para todos habrá.
¡Traidor ! ¿ansí me recibes ? Que mejor te quedarás.
GLICF.RIO.
Excusemos cumplimientos.
JACINTO. Téngolo á g^ran beneficio.
JACINTO.
¡ Hola Belarda ! ¡Ah , mi gloria ' A la mia iré , Felicio ,
¡Digo, digo! ¿Sin memoria? Iré, sin falta , contigo. Que desocupada está. —
AMARANTA. BELARDA. ¿Qué haces tú solo aquí?
No irás , si puedo, conmigo. ¿ Dónde está Amarantn ? ¿ Dónde?
Tarde , cruel , te apercibes.
Declarada es tu pasión , ¿Por qué te encoges? Responde
JACINTO.
Y mi muerte declarada. ERGASTO.
Aunque vayas por los vientos.
JACINTO. Rclarda , ¿que huyes de mi? Agora se fué... ¡ Ay de mí !
Estarás desengañada (Yante lo» dos.) Que no sé cómo te diga
Qne los sueños sueño son. De la manera que fue.
AMARANTA.
¿Cómo le daré remedio? ¿ Hay mal que como este sea ?
GL1CERI0.
A MAR ASTA. Hay piedra que sufra y vea ¿Cómo que se fué?
Parte á esa fuente .traidor , Tanto mal como yo vi? ERGASTO.
Por agua. ¡ Ay desdichada! ¿qué haré? No sé...
JACINTO. Celos y rabia mortal , Tanto el dolor me fatiga...
Busca mejor ¿ Daré voces con mi mal , — Que hay grande mal encubierlo; ,
Ornas conveniente medio. O con mi mal callaré? Y si licencia me das,
AMARANTA.
¡Ay fe de viento , en arena El principio y lin sabrás.
Firmada , y con agua escrita ! • G.L1CKM0.
¿Agua no podrás traella? ¡Pecho que el alma me quita,
JACINTO. Por dar tugar á la ajena ! Dilo; que me tienes muerto.
Deso de traer no trates. ERGASTO.
Porque en tanto no la males, Sale ERGASTO. Criáronse en este valle
Tiemblo de apartarme della. Amaranta con Jacinto,
AMARANTA. Vuestros hijos regalados.
AMARANTA.
¿Adonde vas? Desde pequeñuelos niños.
¿Tal maldad decir osaste? ERGASTO. Fué el amor con la ignorancia
JACINTO. Por ti vengo. Mezclando su fuego vivo ;
Agua no la he de traer; AMARANTA. Quisiéronse largo tiempo
Si con agua ha de volver, ¿Adonde vas? Di , traidor. . De amor casto y primitivo.
Yo lloraré la que baste. Casó Glieerio a Amaranta ,
Aunque tú le has dado enojos , ERGASTO. Como sabéis, con Dorislo,
Veré en aquesta ocasión ¡Yo traidor! Tan á su disgusto della ,
Si se cura el corazón AHARANTA. Que aun muerto piensa que es vivo.
Con lágrimas de los ojos. Téngolc amor : Agora , que libre está ,
AMAR ANTA. ¿Que te vas porque te tengo? Debe de amará Jacinto,
¿Cómo, estando yo delante, ERGASTO. (Ap.) Y sospecho que de celos
Pasa tan grande maldad ? Lleva perdido el juicio ;
fQué extremos hace de loca ! Porque va dando mil voces
¿Cuál hombre trata verdad? ¿Qué diablo llene? t
Cuál es verdadero amante? Por esos ásperos riscos.
AMARANTA. * Poned , Señor , el remedio , •
¿Qué ejemplo de ingratitud
Como este ha visto mujer? ¡ Oh qué bien ! Que está en manos de Felicio :
Aprended á bien querer; ¿Acá vienes tú también? Sosegaréis su furor
Que os importa la salud. Pues mira, calla la boca, Si se le dais por marido;
Y no digas que me voy, Que es mujer y tiene celos,
JACINTO.
A mi padre, cuando venga. Y hará cualquier desaliño.
¡ Ah mi señora , ah mi prenda ,
ERGASTO. GLICER10.
Ah mi dulce bien ! recuerda.
Tendréte... El diablo te tenga. ¡ Oh cielos poderosos ! ¿qué es aquesto?
AMARANTA.
¿Tan gran castigo me tenéis guardado?
(Ap. El seso quiere que pierda , AMARANTA.
¡ Oh mala hija! Adiós, señor Felicio;
Y que la venganza emprenda.) ¿Sabes quién soy? Que me parlo á buscarla , y os prometo
¡Ah falso! ERGASTO. De no volver sin su cabeza infame.
BELARDA.
¿Quién? F ELIGIÓ.
Gran mal me dio.
Cierto que he estado sin mi. AMARANTA. Teneos. ¿Adonde vais? Paso, Glieerio;
¿Quién soy? Que siendo ese traidor el instrumento ,
AMARANTA. Me importa refrenaros, como padre,
Soy el elemento quinto :
Y aun alguno que está aqui. Por eso á mi padre di Cuando no me bastara el ser amigo.
JACINTO. Que hasta los cielos me fui ¿No veis que vos también habéis pasado
Ese, sin falta, soy yo. A casarme con Jacinto. ( Vaie.) Por esta edad , y que pasamos todos?
u COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
¿De que os maravilláis? Mejor sería coridon. (A Menalca.) FELICIO.
Poner al caso el conveniente medio. ¿No entiendes ' ¿Es posible que el mundo te defiende?
Que no aguardar á publicar el caso. Lo que dice? ¿Que te consiente el cielo?
GLICEMO. MENALCA. MENALCA.
¿Qué remedio queréis? ¡Oh viejo triste! Su fe ofendes; Poco apoco.
¡ Oh mala hija , afrenta de mis canas I Antes Jacinto se queja , ¿Queréis berille?
FELICIO. O á lo menos se quejó , JACINTO.
Dejadme vos coger el rapacito ; De que se hubiese casado. Y aun matarme entiende.
Que yo le haré que pueda ser ejemplo. ERGASTO.
CORIDON.
No mas. Vamos , Glicerio, á lo que im- Vives, Menalca , engañado;
glicerio. [porta. Puedo asegu rarte vo ¿Por qué le maltratáis?
FELICIO.
¿Qué me puede importar sino casallos? Que en este punto Felicio Porque es uníoco,
Y Glicerio pretendían
FELICIO. Casarlos , porque temían Desvanecido, inobediente, y tiene
Pues ¿para qué tenéis la boca llena? Que ella perdiese el juicio. Mi mandamiento paternal en poco.
¿Quisierades que yo me convidara? CORIDON.
Sabe el falso traidor que me conviene
Porque tan rico sois y yo tan pobre... Casalle á mi contento, y descansado
En nuevo engaño te fundas. Ver que la muerte á mis espaldas viene;
GLICEMO. Apenas Doristo es muerto,
No , amigo ; que conozco la nobleza Y con saber que estaba lastimado
¡ Cuando ya tienes por cierto Por la propia mujer que quiero dalle.
Y el valor dése pecho. Al ün te pido Que tratan bodas segundas !
Medéstuhijo. Que fué de aquel Doristo mal logrado,
ERGASTO. Responde que no tiene aqueste valle
FELICIO.
Esto es, sin falla : yo voy Pastora que aborrezca en tanto extremo,
Yo te lo concedo; Con nuevas de la Vitoria. (Vate.) Y pone falta en su gallardo talle.
Y á fe que has de llevarle castigado.
MENALCA. JACINTO.
GLICEMO.
Pues vámosle á buscar. Vé con Dios. — Ya trueca en gloria Gallardo dice... Respondelle temo ;
Amor la pena en que estoy.— Que yo le hiciera conocer su engaño.
FELICIO.
Coridon, ¿qué dices deslio? FELICIO.
Vamos, y Ergasto
Se quede por aquí, por si vinieren. CORIDON. Calla , intratable bárbaro, blasfemo;
(Yante.) Que tu celoso tormento' Que yo te hiciera conocer tu 8año ,
ERGASTO.
Asegura el casamiento A no' valerle la acogida tanto.
¡Buena va la vejez con tanta flema Entre los viejos propuesto. MENALCA.
Tras la sangre colérica encendida, Casado Jacinto , quedas Por Dios, Jacinto, que te juzgo extraño,
Que corre ardiendo por los verdes años ! En la antigua posesión. Y que de tu propósito me espanto ;
De ayer viuda , tratan de casarla. MENALCA. Que si por tu Amaranta tantas veces
Pero querrán tratarlo solamente. Haz cuenta en esa ocasión Movió las selvas tu piadoso llanto,
Quiero disimular ; que viene gente. 8ue toda mi hacienda heredas, No sé por qué razones la aborreces,
oridon. Si me confiesas Cuando á tus esperanzas el efeto
Sale MENALCA v CQRIDON. Que son ciertas estas bodas , Mas deseado con el alma ofreces.
CORIDON. Pazcan tus ovejas todas Juzgúete siempre por pastor discreto,
¿Que no te ha sido posible La yerba de mis dehesas. Y pues loeres, dime, ¿en qué te fundas?
Hallar, Menalca , ocasión? Colma de mis limpias eras JACINTO.
MENALCA.
Tus trojes del rojo trigo , En otras esperanzas, te prometo.
Tales mis desdichas son , Y tenme ppr tan amigo ,
MENALCA.
Y su remedio imposible. Que para todo me quieras.
Toma , toma á manos llenas Pues cuando con razones me confundas,
Mas dame tú que le vea Confesare tu ingenio y mi ignorancia.
En parte un poco segura , El fruto de mis ganados.
Que no ha de haber desventura La fruta de mis cercados JACINTO.
Que como la suya sea. Y la miel de mil colmenas ; Muchas dijera; pero son profundas.
Aunque ver muerto á Doristo Que á mi Belarda me sobra. No quiero presumir con arrogancia
Me ha dado claro á entender coridon. (Ap.) De argumentar contigo; mas advierte
Que á Amaranta ha de volver. Y á mi mejor que tu hacienda , Lo que es en mis negocios de imporlan-
CORIDON.
Porque es del alma una prenda [cia.
Poco de su pecho has visto ; Que por ninguna se cobra. ¿Puede llamarse con razón la muerte
Que la tiene aborrecida. ¡Qué poco amor te enloquece ! Mas fiera suerte que la vida larga
Porque el enfermo amador Del que en casarse tuvo mala suerte?
MENALCA. ¿Iguala del infierno pena amarga,
Conoce el ajeno amor
¡ Ah buen Ergasto! ¿aquí estabas? Por el mismo que padece. • Ni de los varios elementos guerra ,
ERGASTO. Del mal casado á la penosa carga?
¡Oh Menalca! Sale JACINTO huyendo, y FELICIO tro* Si no lo niegas , mira ¡ cuánto yerra
MENALCA.
él con un cayado. Quien me quiere casar con mi enemiga!
¿Qué buscabas? CORIDON.
ERGASTO. FELICIO. ¡Ved las mudanzas que el amor encierra!
Una celosa perdida, ¿Ansí , traidor, infamia de los hombres, Agora para siempre , agora digo
Que se va tras sus antojos. Tal libertad me respondéis tan presto? Quees mudable el humanopensamienlo.
MENALCA. JACINTO. MENALCA.
¿Es Amaranta? Padre y señor .. De que la has adorado soy testigo.
ERGASTO. FELICIO. FELICIO. •
Ella es, No quiero que me nombres. Pues mira, con solene juramento,
Que lleva en ajenos pies
MENALCA. Por la sagrada Juno , te prometo
La misma luz de sus ojos.
Paso, señor Felicio. ¿Qué es aquesto? Que si en aquesto no me das contento ,
MENALCA.
¿A quién sigue? ¡ Con vuestro hijo tan injusto enojo ! Que nc-has de estar en públ ico ó secreto
ERGASTO.
FELICIO. Un punto mas en nuestro valle ; mira
A quien la deja ¿Injusto le llamáis? Santo y honesto. Que á tal estado te verás sujeto.
CORIDOX.
¿Pensáis que porque tengo solo un ojo, JACINTO.
¿Quiénes? Que no sabré sacarle, si me ofende? Pasaránse las furias de tú Ira ,
ERGASTO. JACINTO. Y tú verás que no es razón casarme,
Jacinto. Y yo también , si con razón me enojo. Y que lo que te dicen es mentira ;
EL VERDADERO AMANTE. i5
Verás que no es razón acompañarme , I Tanto las almas á su fuerza mueve. Y lo que el mió ha de ser:
Siendo lan pobre , con quien no es muy Los azadones y los cetros de oro Veréis en mi industria tal
MENALCA. ["Ca- Junta , como la muerte , en una liga ; Lo que es agudo en el mal
Condena el libre pecho á eterno lloro, El ingenio de mujer.
(Ap. Ahora será bien aventurarme.) Y aun á vivir en cuerpo ajeno obliga. Sabréis , y sabe todo aqueste valle ,
Jacinto , si eso temes , hoy te aplica Que fui querida del traidor Jacinto,
Justo remedio tu fortuna diestra. Sa/e AMARANTA. De quien ahora soy aborrecida ,
FELICIO. Con el extremo que de Clicia Apolo.
Espantóme de ver que no replica. AMARANTA.
Casáronme mis padres con Doristo,
¿De qué manera la ventura nuestra {Para si. Ya de su guerra mortal Para mi muerte y á disgusto suyo.
Se puede mejorar? Mis celos en paz estén , En el segundo día de mis bodas,
MENALCA.
Pues con las nuevas del bien Sabéis que de improviso quedó muerto,
Escucha, advierte, Se va templando mi mal.) Cosa que ha sido murmurada tanto.
Veris de mi nobleza alguna muestra. Pastores, ¿habéis por dicha Podéis los dos jurar que este Jacinto
Condolido de ver la pobre suerte Visto áGlicerio? Comunicaba con los dos mil veces
Desta pastora triste y mal lograda, MENALCA. Darle un veneno por casar conmigo;
¥ de vuestra amistad el nudo fuerte, ¡Oh pastora, Y yo de la traición daré querella.
Yo te daré una cédula firmada • A quien la fortuna ahora Pues como todos saben que me amaba ,
De darte mil cabezas de ganado Puso en la mayor desdicha ! Y ven mi esposo de improviso muerto,
El dia que contigo esté casada. Hemos por lo menos visto ¿Quién duda que no den crédito ál caso,
FELICIO.
Aquel tu ingrato pastor , Y preso le sentencien á la muerte?
Por quien te fuera mejor Podré yo entonces , con piedad fingida ,
Pastor, el mas gallardo que el dorado Que te viviera Doristo. Comoqueaquellomehainspiradoelrie-
Rio divino que sus campos riega Ya tú sabrás el concierto Decir que le perdono, si me ofrece [lo,
Tuvo jamás en su ribera ó prado , '
Aijiii— is pies, aquesos pies me entrega, De tus padres. AMARANTA. Que por el muerto me dará su vida,
Casándose conmigo , y esto antes
Besarelos mil veces. Que de la cárcel libremente salga.
Bien lo sé.
MENALCA.
MENALCA. MENALCA.
Padre, tente.
Mas no sabrás de su fe ¿Qué dices desto, Coridon?
FELICIO.
Que está por Belarda muerto. • CORIDON.
Hijo , llega también , conmigo llega. Aqui su padre trataba ¿Qué digo?
JACINTO. Su casamiento con él ; Que Dios me libre de mujer airada,
Yo quedaré , Menalca , eternamente Yo por mi , por ti y por él , Y no de la ponzoña de mil víboras.
Agradecido á tu valor divino; De mi hacienda te dolaba;
MENALCA.
Mas ya mi desventura no consiente Mas el traidor, que tan solo
Que Vuelva atrás del áspero camino , El bien dé Belarda precia , Solo pudiera de tu raro ingenio [co,
Por quien amor me lleva á dar el alma Mejores prendas desprecia Ser esta industria; y desdeaqui meofrez-
A quien hacer mi dueño determino. Que si fuera el dios Apolo. Si Coridon se anima á acompañarme,
Primero se verá del cielo en calma El padre corre tras él , Ponerte preso al falso tu enemigo.
El movimiento, y que el humilde olivo Pensando dalle la muerte : CORIRON.
Venza en altura á la ensalzada palma, Esta es tu suerte y mi suerte, ¿Si me ofrezco me dices? ¡Bueno es eso!
Que yo me muestre desleal y esquivo Mas que hasta ahora cruel. Impórtame seguirte en este caso ,
A las obligaciones infinitas [vivo. Sabes que á Belarda adoro, Y por ventura mas de lo que piensas.
Que debo á aquella por quien muero y Y temo, si él te dejase, Vamos á darle parte á la justicia;
¿Posible puede ser , estando escritas Que con Belarda se case, No sea que del valle se nos vaya
En medio de la frente, no se lean? Causa de mi eterno lloro. Con el temor del enojado padre.
FELICIO. ¡Mira en qué punto me tiene MENALCA.
¡Traidor, traidor! tu muerte solicitas. La fortuna que me sigue ! Pues vamos , Amaranta, y está á punto
Yo pienso hacer que hoy borradas sean AMARANTA. Para que des querella en avisándote;
Con sangre tuya. Aguarda , aguarda , ¿Tanto el cielo me persigue? Porque primero por el vulgo todo
[aguarda. ¿Cuál Dios á matarme viene? Conviene que el negocio publiquemos.
JACINTO. ¡Pobre de mi ! ¿Qué he de hacer Para después mejor mover á lástima.
Nunca tos ojos tal venganza vean. Sin mi adorado enemigo? AMARANTA.
( Yante los dos.) ¿Que tan mal está conmigo? Vamos; queen vuestras manos va mi vi-
CORIDON.
CORIDON. MENALCA. L"a-
El ánimo suspenso me acobarda, Tú lo podrás conocer.
Mas cuando adelante pase. Y la mia en las manos de Belarda.
Menalca , la extrañeza del suceso. Cree, si el traidor te deja , (Vanse, y queda Coridon solo.)
;Mira si es adorado de Belarda! Que no será con la queja CORIDON.
MENALCA. De que con otra se case , ¡Qué bueno me lleváis, amor tirano!
Calla; que estoy para perder el seso; O con Belarda á lo menos; . ¿Pareceos que he ganado en vuestras fe
Y asi en este punto determino Que yo le haré mil pedazos , rias?
Hacer un loco y temerario exceso. Y en sus brazos estos brazos Mirad ¡qué de traiciones hago en esto!
¡Que no me hiciera mi cruel destino Vendrán de su sangre llenos. Soy traidor á Jacinto porque muera ,
De lan humildes padres , que igualara Yo daré fin á su suerte. Soy traidor á Menalca, pues le vendo.
Desta Belarda el casamiento indino! AMARANTA. Siendo en su pecho verdadero amigo ;
Sospecho que con ella me casara... Soy traidor á Belarda , pues la adoro,
Y ann sin sospecho casaré con ella. Detente, no hagas tal;
Que no le quiero lan mal , Y la quito del alma lo que adora ;
CORIDON. Que le desee la muerte. Y sobre todo , soy traidor al cielo.
«Bailas? Mas podéis amenazalle Mas quien te conociere, amor tirano,
MENALCA. Con lo que dijere yo , Si sabe que es amor fuerza del alma.
¡Pluguiera á Dios que me burlara! Y á lp que nunca pensó Verá que no es posible de otra suerte ;
COR1DON. Con esta industria obligalle. Que, aunque eres niño, vences al mas
¿Ansí tan fácilmente se atrepella Mas temo que me faltéis. [fuerte.
Tanta nobleza? MENALCA. '
ALCALDE 1.°
¡Oh padre ingrato, avariento, ¿Adonde vas, ignorante?
Del bien que mi alma adora ! Que por quien la muerte pides
¡Verá la necedad ! Está probado Es la colúna de Alcídes,
Con una resma de papel escrito , DANTEO.
Voyme. Es la firmeza de Atlante.
¥ cómo y dónde se le dio el veneno , Es una roca batida ,
¡Y llámasle inocente! Mas albérchigos. BELARDA.
Es un acero perfeto ,
CORIDON.
Espera ; que conviene. Es un varonil sugeto ,
Pues le ha faltado su padre, Dispuesto á darte la vida.
i Qué se cansan en esto? i Ya no saben Que yo le sirva Oe madre
El amistad de aqueste y de Jacinto? Yo la vi , y tu mal la dije ;
Al que por mi no la tiene. Y no quieras saber mas
¿No saben que estos dos tienen un alma, Iréme á casa , Danteo,
Y en una voluntad viven sujetos? De que muy presto verás
Y buscaré qué le dar. La causa por quien te aflige.
Vamos en busca del traidor, que huye;
Que solo en este caso nos importa danteo • Dljela que me aguardase
El jurar la verdad. ¿Dónde le piensas hallar? Donde te suele esperar;
BELARDA.
Y asi , la voy á buscar,
ALCALDE 2.°
Porque adelante no pase.
Pues alto; vamos, Que me lo digas deseo, Escóndete.
Andemos estas huertas y cabanas; Si sabes adonde está. JACINTO.
Que si al traidor hallamos, ¡voto al soto, danteo. De la muerte
Que se ha de hacer un hecho que á ál- En la cueva que está enfrente Revivo en que muerto estaba.
[guien pese! Del álamo de la fuente, Esta vida me faltaba.
EL VERDADERO AMANTE. l->
Itanten . míe agradecerte. I ¿6i se me quiere morir? JACINTO.
FELICIO.
¿Quieres tú que yo me obligue
Sale CORIDON. A tenerte |ior seguro?
¿Tu marido? Antes le veas Tarde llegas.
De un león hecho pedazos.
CORIDOII. CORIDON.
BELARDA. i Oh Menalca ! ¿Dónde vas? Sí llegué.
Tú le verás en mis brazos , HENALCA. Pues ya se casa Belarda.
Y no como tú deseas. Ya , Coridon , no podrás JACINTO.
FELICIO. Mudarme de parecer. ¿Qué dices? Espera, aguarda.
¿A mi hijo? Sábete que estoy casado. ¿Que se casa? ¿Cómo, qué?
II C! ARDA. ¡ Belarda casada!
CORIDON.
¿Qué dijiste? ¿Casado? Muy bueno es eso. CORIDON.
¿Tu hijo? Mió dirás; A fe que medras de seso.
Y no esperes .verle mas, Sí,-
¿Cómo ó cuándo lo has soñado? O por lo menos se trata.
Viejo codicioso y triste ;
HENALCA.
Que á mi me cuesta á lo menos JACINTO.
El dolor que no me pagas. Llegado á querer casarme , ¿Con quién?
Vete con Dios , y no hagas ¿Hay pastora en este valle CORIDON.'
Tuyos los hijos ajenos. i Rica de hacienda y de talle ' Un hombre de plata
(Vase.) i Poderosa á despreciarme,
FEMCIO. La compra á peso de si.
Pues no hay pastor que sea tal ?
¡ Ay la loca , sienes de aire ! JACINTO.
CORIDON.
¿No veis qué notable exceso ? Conózcole por las señas.
Por Dios , que perdiera el seso , Tu malicia te engañó ;
Antes ninguno hallo yo CORIDON.
A no lo echar en donaire. Gente suena.
Descuide la bachillera; Para tu nobleza igual ,
Y se tendrá por dichosa JACINTO.
Que antes de velle en sus brazos ,
La fiera le hará pedazos, La que llegue á merecerte. Allí me voy. •
Y será mi mano fiera. MENALCA.
I Llama en pasando; que estoy
| Detrás de aquellas dos peñas.
¿Es eso de aquesa suerte? (Escóndese.)
S«te MENALCA. CORIDON. , CORIDON.
SI. ' Anda, vete.
HENALCA.
HENALCA.
A fo que siento el cansarme.— Pues Belarda es mi esposa. (Vate.) Sale FELICIO.
Pues, Felicio, ¿qué hay de nuevo?
CORIDON.
FELICIO. FELICIO.
¿Desa manera te vas?
A responderle me atrevo , Sin duda que es frenes!. Buena nueva ,
Pues que te atreves á hablarme. Yo me doliera de li , Menalca.
Di , mayoral , que bienquisto A no estar como tú estás. CORIDON.
Solías ser, ¿ qué te mueve Mas si acaso lo tratase, ¿No me conoces?
A decir que mi hijo debe Y Menalca lo supiese, FELICIO.
La muerte de aquel Doristo? No dudo que lo entendiese No, Coridon , ansí goces
¿ No sabes tú que es verdad , Cuando ya lo efeluase. La prenda que amor te deba.
Y no fué engauoso intento, ¿Que este por rico ha alcanzado Loco de contento vengo ,
Que no hacer el casamiento . Lo que apenas ha podido Y así no te conocí.
Fué sobra de voluntad? Jacinto el triste, que ha sido
Cree, mas que no te cuadre, CORIDON.
Tan sin culpa condenado?
A estas canas desdichadas, ¿De qué, Felicio?
A estas manos arrugadas , Sale JACINTO. jacinto. (Ap. escondido.)
Que al fin son manos de padre. ¡ Ay de mi !
Dame mi hijo. JACINTO.
Que cierta sospecha tengo.
HENALCA. (Ap. ¡ Oh interés , que tanto puedes !
„ .. , ¿Quéesesto? ¿Si es ida ó si aquí se está? FELICIO.
La escena es en España *.
LADRA.
Esos tus ojos MELAMPO.
¿Y ese llamáis mucho mal , Me buscan el corazón , Digo que pierde por él
Si á pura fuerza os dejó? Y conozco que es razón ; El sentido, enamorado.
Que los que me dan enojos ,
¡ Ay de quien sufre sin ella '. Señora , tus ojos son.
TAMIRO.
LADRA.
CONDE. Es mujer:
Va no estoy como solía : Huyo de dalle ocasión Sabe amar y aborrecer.
Como eso él tiempo atrepella. A quien anda en mi pesquisa , TAMIRO.
Ya me alegro , taño y canto ; Porque ya el alma me avisa Bastante causa ha tenido ;
Ya no lloro, ni estoy triste, Que me miran á traición. Que en efecto á su pesar
Ni de memorias me espanto ; LAURA. ConDalisamecasé,
Que mal el daño resiste ¿Hablas conmigo? Y aquesta ocasión le fue
La pora fuerza del llanto. CONDE. Para poderme olvidar.
¿No me vistes cual retozo ¿Pues no? Ella amó desesperada :
Con el uno y otro mozo , No debo ponelle culpa.
LAURA.
Tirándoles el salvado? MELAMPO.
Aunque lo busco prestado , Ahora bien , quiero llevarte.
Doy muestras de risa y gozo. ¿Cómo te llamas? Bien le basta la disculpa
CONDE.
De ser por otro olvidada.
CONDE. (Ap).
¿Quién? ¿Yo? Mas conmigo no la tiene ;
Mucho sabe una mujer, Mas con tu ausencia debía
Por mas villana que sea , Del martes tengo harta parte , Agradecer la fe mia,
En materia de querer. Que sus desdichas me dio.
•'•7/»
28 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Y no á quien se la mantiene ; leridano. (Saliendo.) ESCENA IV.
Que dos años la he querido ,
Aborrecido por ti ; ¡ Oh galán ! EL CONDE , que tale y ve abrazados á
Vengáis muy enhorabuena.
Y era bien quererme á mi, LAURA y TAMIRO ; LERIDANO, ME
Y no á un hombre de hoy venido. TAMIRO.
LAMPO.
Pero al tin tu ingratitud, ¡ Oh nuesamo !
Teniéndola mas ahora, LERIDANO. CONDE.
Ha venido á que le adora Con gran pena ¡ Eso sí ! ¡ Bendígaos Dios !
A costa de mi salud. Todos los de casa están ; Dadle la recien venida.
TAMIRO. Que há un mes que de ti no saben. MELAMPO.
¿Cuánto lia que está en el molino? Al ün , como hombre casado, Quien bien ama, tarde olvida.
MELANPO.
Tus amos has olvidado : CONDE.
Poco mas habrá pasado De agradecido te alaben.— Bien se dirá por los dos.
De un dia que en casa ha entrado, ¿Cómo te va con tu esposa? TAMIRO.
Y á darme la muerte vino. TAMIRO. ¿Es este acaso Martin ,
TAMIRO. Bien, nuesamo, á su servicio. El mozo nuevo?
¿Cómo se llama? LERIDANO.
CONDE.
TAMIRO.
Aficionado os estoy.
¿De dónde es? Un mes es cosa forzosa. CONDE.
Y no me olvido de vos ; Soy velloso comoespin.
MELAMPO.
Que un costal os he traído
De lielmirar. De aceituna... TAMIRO.
TAMIRO.
¡Buen tal lazo!
LERIDANO.
¿Buen talle? CONDE.
MELAMPO.
¿Hasla cogido? Razonable.
El que basta á dar TAMIRO. Bien levanto un buen costal.
A mi vida amargo fin; Es del dote. ¿Queréis tirarme un real
El que pudiera dar celos , LERIDANO. O alguno que por vos hable?
No digo entre labradores, ¡Bien, par Dios! Dos pies os doy de ventaja
Pero entre aquellos señores Con barra ó piedra.
TAMIRO.
Que compiten con los cielos. TAMIRO.
Debajo de aquel saval, Y otro de buena bellota.
No bá un mes
Es un hombre tan fiien hecho, LERIDANO. Que á vos os diera yo tres ;
Que algunas veces sospecho Buena tu ventura sea. Ya no levanto una paja.
Que es persona principal. Haz porque Laura te vea CONDE.
Buen rostro , gran cortesía , Con sombrero y marquesota. ¿Tanto os heis debilitado
Gran músico de vihuela... En un mes de casamiento?
MELAMPO.
Ces danzar ! como en escuela...
o para envidia mia. Ya sale : no hay que aguardar. TAMIRO.
Bien se ha hecho. Hasta mañana la tarde. Los que aquí quieren entrar
( Voímc los soldados y el preso.) Ved si otra cosa mandáis ; Públicos y arrebozados.
Que en este bosque he dejado DUQUESA.
Al Príncipe, descuidado
ESCENA IX. De lo que escuchando estáis , Eso yo no lo sabia
Hasta que hoy me lo dijeron
LA DUQUESA v TEODORA , en ¡a ven Y voy a pedille albricias Los que probaron y vieron
tana; VALERIO, delante de la quinta. Del buen suceso. Vuestra grande alevosía ;
DUQUESA. Que á saberlo, yo hiciera
DUQUESA. Es razón , Que los dos fuérades guardas,
i Ah señor caballero! Y que sea el galardón Con las picas y alabardas,
VALERIO. Mayor que tú lo codicias. De alguna infame ramera.
Vé, Valerio , en htra buena : Volved á quien os envia ; ■
¿Soy en algo El cielo aumente tu bien. Que os haré cortar las piernas.
A vuestra señoría de provecho?
VALERIO.
duquesa. CONDE.
Los cielos , Celia , te den
Que me esperéis os ruego, si algo valgo, Mas gloria que al Conde pena. ( Vase.) Tú, Señora, ¿no gobiernas
Esta casa?
EL MOLINO. 31
DUQUESA. I DUQUESA. CONDE.
Si ; que es mia. . Si no lo fuera , No tengáis tanto , por Dios :
CONDE.
Fuera burla mi pasión. Pues está hablando con vos
Ahora le llevan preso El Conde.
¿Cómo á cualquiera que viene, . Un escuadrón de soldados. DUQUESA.
Con tanta curiosidad, ¿El Conde?
Como á puerta de ciudad , CONDE.
Le examinan lo que tiene , O van todos engañados, CONDE.
Que las manos me han metido O tengo perdido el seso. Sí.
En las alforjas y el pecho? DUQUESA. DUQUESA.
£1 Príncipe ¿qué te ba hecho Yo le vi roq estos ojos , Quedo,
Mientras que no es tu marido? Y le he llorado con ellos. Próspero, no te alborotes.
DUQUESA. CONDE. ¿Eres tú?
No dice mal el villano. No les deis, pues son tan bellos, CONDE.
GALO.
Y que una cárcel lo esconde ; ¿Es tu rostro ese que veo?
¿Cómo asi? Y' no despreciáis mi traje, CONDE.
DUQUESA. Lleno de harina y pobceza. Aunque con máscara vengo
Porque no há una hora DUQUESA. De la harina que tengo,
Que ha pasado |>or aquí Tratar del Conde es riqueza , Próspero soy. . <
Preso. Para mi , de gran linaje. DUQUESA.
CONDE. CONDE. Yo lo creo :
¿Preso? Mi alma se determina
¿Es acaso vuestro esposo. A darle dos mil abrazos.
DUQUESA.
Que habláis como su mujer?
Yole vi. CONDE.
DUQUESA.
CONDE. No aprietes tanto los brazos ;
Eslo el Conde, y lo ha de ser , Que te pegarás la harina.
¿ El Conde preso , Señora? A pesar de un envidioso. DUQUESA.
ARSELO.
CONDE. ¿Qué traes, que no te aprieto,
Vamos de aquí, ¿qué aguardamos? ¿Quiénes?
A pedir albricias desto. Por mucho que lo procuro?
DUQUESA.
CONDE.
CALO. El Principe, y tiene
Dichoso el que se le ha puesto Envidia del Conde , y grande , Traigo va el pecho mas duro;
En las manos vivo. De ver que el Conde me mande , Que esta cubierto de un pelo.
Y que él á servirme viene. DUQUESA.
ARSELO.
Vamos. CONDE.
Bien has hecho. Pero dime,
¿Quién es el que va en prisión?
(Varue Anelo g Galo.) ¿Queréis que le mate yo ,
Que tengo en casa guardada CONDE.
De vuestro conde una espada? Engaños , Señora , son
ESCENA XIII. De ese rey que nadie estima,
DUQUESA.
Que por darte pesadumbre
ÉL CONDE, LA DUQUESA, TEODORA. ¡ ¿Quién ó cómo le la dio? Ha trazado aqueste enredo.
CONDE. DUQUESA.
CONDE.
i Estando yo en mi molino, ¿Adonde estás?
¿Dijístelo por burlarte Pasó huyendo á pié y cansado ;
fcso de ser preso el Conde? Que el caballo había dejado CONDE.
¿Conocistelo? ! Medio muerto en el camino. Donde puedo
DUQUESA.
Y por un vestido asi , Ver desde lejos tu lumbre.
Sí. Espada y capa me dio , Cual olro Leandro, estoy
CONDE. Y aquella noche durmió Desde el suelo contemplando
Conmigo. La torre que está alumbrando
¿Dónde? El sol, cuva cera soy.
DUQUESA.
DUQUESA. Por estar én lo que es luyo,
iR-sia casa y de otra parte. ¿Contigo? Que al fin estoy en sagrado,
CONDE.
CONDE. Tu molino me na guardado ;
Porque le tengo afición , Si. Que soy molinero suyo.
Me di si fué verdadera DUQUESA. El que le arrienda me tiene
Su prisión. Grande es el dolor del miedo. Por su mozo en este traje.
32 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DUQUESA. TEODORA. PRÍNCIPE.
¡ Que á tanto el amor te abaje ! ¡ Ay de mí, Señor, que viene . Temo , Valerio... {Ap. á él.)
CONDE. El Príncipe!
valerio. {Ap. al Principe.)
¿No es buena industria? CONDE.
Porfía.
DUQUESA. Ya no tiene PRÍNCIPE.
Solene. Otro remedio, Señora.
Mas no me conocerá , Ea , dame aquesos brazos.
¿Cómo, mi bien , has sufrido
Trabajo tan ordinario? Pues vos no me conocí stes. {Sale ei Conde , y púnese en medio.)
CONDE.
CONDE.
Poderoso fué el contrario ; ESCENA XIV. Nunca faltan embarazos.
Pero el amor le ha vencido. ¿Qué digo? ¡ Ah , Señora mia !
Y es molinero el amor ; EL PRINCIPE , VALERIO.— Dichos. PRÍNCIPE.
Que también dentro del pecho ¿Quién es este?
Un molino tiene hecho PRINCIPE. DUQUESA.
Para moler mi dolor. Alegre mis ojos tristes Un molinero
La piedra del pensamiento El sol que me alumbra ya. De casa.— ¿Qué quieres? di.
Con el agua de mis ojos, No os alteréis , Celia hermosa ,
Moliendo trigo de enojos, PRÍNCIPE.
Puesto que me aborrezcáis. ¿Qué puede quererte á ti ? ■
Hace harina de tormento. TEODORA.
De aquesta se cuece el pan CONDE.
Del dolor que me sustenta ; ¡Ah, molinero! ¿No os vais?
¿Fáltaos algo? Mas que vos pretendo y quiero.
Que cuando mas me alimenta ,
CONDE. VALERIO.
Es cuando menos me dan.
Y ofreciéndose ocasión , Cierta cosa. ¡Qué rústico es el villano!
Vine a verte , y me atreví ; TEODORA. CONDE.
Porque estaba ya , sin lí , Pues despachadla , y partios. Cuando en el macho subia ,
Sin fuerzas el corazón. Me vino á la fantasía
Un mes ha que no te veo ; ( \ase el Conde, y vuelve para escu Mi amo.
Y los dias que ha durado. char desde la puerta.) DUQUESA.
Treinta mil años ha estado PRÍNCIPE. ¿Quién?
En un infierno el deseo. Guerra piden vuestros ojos; CONDE.
Pero al fin , con la esperanza Pues me miran con enojos ,
De verte, Señora , aquí , Habrán de llorar los míos. Leridano ,
Y el estar cerca de tí, ¿Por ventura es la ocasión Que me mandó que os dijese
Puse á mi dolor templanza. La prisión del Conde? Lo que denantes no pude,
¿Has sentido mis trabajos? Porque el molino no mude
DUQUESA. Si acaso el rio creciese ;
DUQUESA. Y tanto, Y es que mandéis reformar
Cuando es tan justo el tormento, Que si no me acaba el llanto, La presa, que el agua bate ;
Morir presto el sentimiento "Piedra he vuelto el corazón. Que el rio al primer combate
Es de pensamientos bajos. PRÍNCIPE. Se la ha querido llevar.
Helos llorado y sentido ; Pues preso , ¿qué honor os quita? Esté mas firme , y no sea
Pero ya ligeros son , Causa que pierda el molino,
Pues que tu ausencia y prisión DUQUESA. '
Porque al segundo camino
Ha sido todo fingido. Ver lo que el mundo dirá. ' • Mas firme que antes la vea.
Mas di , ¿qué tengo de hacer? príncipe. {Ap.) Y dice que le escribáis
¿Iréme contigo agora? ¿Que así engañándome está? Las hanegas y la cuenta
CONDE. A mas cólera me incita. Del trigo que acá se asienta ,
No por (}i vida, Señora ; talerio. {Ap. al Príncipe.) Porque respuesta tengáis ;
Que sera echarme á perder. Di que le quieres matar. Que él escribirá también
Lo que le deben, allá.
DUQUESA. príncipe. DUQUESA.
Pues ¿qué haré? Ya, Celia, acierte ó no acierte, El mayordomo ¿no está
CONDE. Al Conde daré la muerte. Donde esas cuentas le den?
Disimular, DUQUESA. ¿Cómo me vienen , Teodora ,
Y creer que soy el preso ; Y yo la sabré vengar. Con esas cuentas á mi?
Pues consiste solo en eso TEODORA.
PRÍNCIPE.
Venirte yo á ver y hablar ;
Y aun seria buen engaño Mejor podrás eslorballa Este villano es así :
Que al Rey fueses muy sentida, Con solo hacer mi gusto. ¿No le conoces, Señora?
Para pediile mi vida , valerio. {Ap. al Principe.) DUQUESA.
Libre de peligro v daño ; Llega , y quítale el disgusto. Hermano , pues que asi es
Que asi se descuidarán , Sola está ; intenta abrazada. Que ya en mi casa no hay gente
Y yo mil veces vendré Que os entienda y os contente,
Donde esos cielos veré. PRÍNCIPE.
Y es la cabeza los pies ,
Que tinta gloria me dan. Bien sé, mi vida , que estáis Yo, que al fin os he entendido,
DUQUESA.
Muy enojada conmigo, La respuesta á cargo tomo,
Porque yo soy enemigo Haciendo de mayprdomo
Es de un ingenio discreto, De un hombre á quien adoráis.
Mi Próspero , la invención : El oficio no entendido.
Pero dadme aquestos brazos ; Y así, digo que digáis
Y'o lloraré lu prisión, Que si me hacéis este bien ,
Y la reiré de secreto. A vuestro amo y mi casero,
Yo haré que libre os le den Que lo que él quisiere quiero,
Iré al Rey, como me advienes, Donde le deis mil abrazos.
A pedir tu libertad , Como vos me lo mandáis ;
Y diré por la ciudad... DUQUESA. Y que no tenga temor
Que el rio la presa lleve,
{El Conde se suspende como que oye Príncipe, ¿qué atrevimiento Por mas que á romperla pruebe
ruido.) Es este? Suelta.
Su creciente y su rigor ;
VALERIO. Que tiene buenos cimientos
¿Qué escuchas? Qué te diviertes?
No quieras ; En la fe de quien la hizo ;
CONDE. Que las mujeres mas fieras
¿Qué ruido es este, Teodora? Y que no sea espantadizo
Tienen tierno el sentimiento. De solo sus pensamientos.
EL MOLINO. 33
Duerma en su cama , seguro Y tener por pasar la dulce gloria, [do; DUQUESA.
Que la presa lo estará ; Que es infiernoyaen mi, habiendo pasa- NoenBaldevuestro nombre es peregrino
Que no es vid que se caerá Que es gloria ver a Celia , y es inlierno De polo á polo , y vuestra cortesía
Marchita de roble duro ; Apartarme tan presto de su vista. Digna de un pecho de adoraros diño.
Que yo por liadora salgo. ¡Cuan pocofué, Rufinoamigo, el tiempo ¿A quién mejor el templo convenía
Andad con Dios , labrador , Que estuve contemplando su belleza ! Queáunreyque,demillaurosadornado,
Y mirad que ese temor RUFINO. Busca la paz, y guerra aborrecía?
Es mas villano que hidalgo. El tiempo que tuviste no fué poco ; Preso como ladrón , y maltratado
En lo que toca á la cuenta , Harto lugar tuviste de miralla , El Conde, mi marido, en el castillo
Cada din escribirá, Y aun de poder decir tu pensamiento. Con guardastieneelPrincipe encerrado.
Si hay buena memoria allá, Y es lo peor que su cruel cuchillo
REY.
Y lo (¡ue recibe asienta. Ya dicen que amenaza su garganta :
Y con esto , andad con Dios. Si no estuviera allí el Duque, su padre ; A vos le pido , Rey , á vos me humillo.
Aunque en presencia de su padre el Du-
CONDE.
No pude tanto detener los ojos , [que RET- [brama,
Vivas mil años , Señora , Que no hablase y diese larga cuenta Las piedras , cuanto mas hombres , que-
Con quien te habla y mira ahora. ( Yasc.) De k> que dentro el pecho aposentaba ; Duquesa,vuestrollanto,ymueveápena;
Que los ojos, Rufino amigo, suelen Y mas , con mas razón , quien tiene tanta.
ESCENA XV. Ser lenguas del amor, cuando la lengua Pero decidme : una amislad tan buena ,
Como seria daros libre al Conde ,
EL PRÍNCIPE, LA DUQUESA, TEO Está atada por miedo ó por el tiempo. Y negando mi sangre por la ajena ,
DORA , VALERIO. ¿Merece galardón?
ESCENA XVII.
PRÍNCIPE. DUQUESA.
UN PAJE.— Dichos. Por vos responde
Él lo dice por los dos.
Discreto el villano anduvo. PAJE.
El mismo bien que pretendéis hacerme,
Y el beneficio al premio corresponde.
teodoba. (Ap.) Una dama , Señor , en una silla ,
Cubierta toda de bayeta negra , REY.
Harto bien lo ha despachado.
DUQUESA.
Aunque el traje y edad no es de viuda , A quien tan liberal quiere entenderme,
Licencia aguarda para entrará hablarle. No es necesario declararme tanto :
El mayor gusto me ha dado
Si mandas, entrará. Yo creo que esperáis favorecerme.
Que en mi vida el alma tuvo.
La gente del Duque siento; REY. Vé, Rufino, al castillo; y entre tanto
Vuestra alteza me perdone. ¡Ay, Rufino amigo! Que el Príncipe no sabe" lo que intento.
El corazón me dice que esta es Celia , Aunque alas guardas todas causeespan-
príncipe. (Ap. á Valerio.) Al Conde saca libre, y al momento [to,
Que me viene á pedir el Conde preso,
Ya . Valerio , el sol se pone : Por cuya pena viste negro luto. — A mi y á Celia nos le trae.
¿Qué haré? Dile á esa dama que entre, quebien pue- RUFINO.
alerio. (Ap. al Principe.) Enriquecer mi alma con su vista, [de Ya parto.
Ten sufrimiento. (Vase el paje.) (Ap. Agora se descubre el fingimiento.)
DUQUESA. Rufino amigo , mucho quiere al Conde. De dar contento al Principe me aparto,
¿Mandas, Señor, otra cosa? RUFINO. Solo porque le tengas.
PRÍNCIPE. ¡Extraño sentimiento es el que hace! DUQUESA.
¿Que os vais? REY. Están grande,
(Vanse la Duquesa y Teodora.) ¡ Ah , Conde venturoso , que mereces Que ya por los sentidos lo reparto.
Tanta lealtad de tan hermoso pecho! ( Vase Rufino.) [de
VALERIO.
¿De qué estás cobarde? Un rey te envidia, y por tu humilde es- De hoy mas , Señor, tu majestad me man-
Trocarael suyo, y venturoso fuera , [tado Comoáesclava que compra en estepun-
Ásela el brazo. [to,
PRÍNCIPE. Pues la suma riqueza desle suelo
Ya es tarde. Es la beldad que á Celia ha dado el cielo. Pues es razón que con tus hierros ande.
REY.
VALERIO.
ESCENA XVIII. ¡Ay, Celia, que me tienes ya difunto!
¿N'o es mujer?
No te llames esclava, sino reina
PnÍNCIPE. LA DUQUESA, de luto.— EL REY, De un rey esclavo y de su reino junto.
Es muy hermosa, RUFINO. Para corona tus cabellos peina ;
Y una divina hermosura Que en elloscaerá bien, pues es tan justo
Obliga á tener respeto. DUQUESA.
Que reine en reinos, quien en almas reí-
VALERIO. Espejo y clara luz resplandeciente duquesa. [na-
Jamás el cobarde afeto Del antiguo valor de tus abuelos ,
De quien eres divino descendiente ; Dispuesta estoy, Señor, para tu gusto ,
Gozó de la coyuntura. Si al Conde me das libre.
Rey , á quien dieron los eternos ciclos
PRÍNCIPE. REY.
El alma mas real y generosa
Aquí mal la puede haber. Que cubrieron janiás humanos velos ; ¿En eso dudas?
Esta que ves , cual sombra lastimosa , DUQUESA.
VALERIO.
Poco vales para amor. A tus pies arrojada , es por su daño Mira que das al Principe disgusto.
Del Conde preso la viuda esposa. REY.
PRÍNCIPE.
Temo á Celia. REY. Así , Duquesa , á mi remedio acudas ,
VALERIO. Tu funesto espectáculo es extraño, Como te trae Rufino libre al Conde.
Anda , Señor ; Señora Celia : ¿necesario ha sido DUQUESA.
Que basta que sea mujer. Tan blancas tocas y tan negro paño Háblenme de placer las piedras mudas.
Para vencer un hombre ya rendido (Ap. ¡ Ah torre fuerte, que mi bien escon-
(Vanse.)
A lahennosura vuestra, áquienmealle- Combatida del agua que te baña ! ) [de,
Aunque sin luto, de dolor vestido? [go, ¿Adonde le hallaré? decid , adonde?
Y cuando no estuviera yo tan ciego , (Vuelve Rufino.)
Sala del real palacio. ¿Mi real palabra no bastara sola
Para daros al Conde libre luego? RUFINO.
ESCENA XVI. ¿Hase visto jamás crueldad tamaña?
Si en las necesidades se acrisola
EL REY, RUFINO. El oro de la fe , y aqueste ejemplo Hase visto rigor como el presente.
Os hace mas romana que española , En los cristianos limites de España?
RET. Pedid á mi valor que os labre un templo: ¡Oh Principe cruel! ¿Quién leeonsienle
Yo quisiera, Rufino, no haber ido, Seréis imagen de su altar divino, Al Principe tu hyo estas crueldades ,
Por no venir tan presto de su casa Porque osadoren como yo os contemplo. Dignas de seilas é inhumana gente?
L-i. 3
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
REY. ESCENA XIX. Mi pensamiento veo perseguirme,
¿Qué es aquesto , Rufino? Y siempre estoy en él mas engolfado ;
RUFINO. EL REY, RUFINO. De la causa del daño me han echado,
Las maldades Y' no veo camino por do irme.
Del fiero Domiciano y de Ezzelino RUFINO. Estámeelhien llamando, y voy huyen-
Mas parecen, Señor, antigüedades. En no aguardar razón está resuelta. Y huye de mi alma quien yo sigo, [do,
Al Conde lia muerto el Principe. REY. Pues me aborrece Celia , á quien yo amo.
¡Que no la detuvieras ! Quiero acabar conmi dolor muriendo;
REY. Y por darme la muerte cruel castigo,
¡Ah Rufino! RUFINO. No me quiere matar , porque la llamo.
¿Qué me dices? Fuera en vano ; Con el ausencia pensaba
RUFINO. Que va furiosa. Que el dolor se aplacaría:
Que queda el Conde muerto. REY. Por eso me desterraba ;
REY. ¡ Ah hijo inobediente ! Mas la memoria porfía ,
¿Quién ha hecho tan grande desatino? Abrase un rayo tu enemiga mano. Y el pensamiento no acaba.
Y'o no sé qué me haga , ó cómo intente Vuelvo, patria y padre, á verle,
normo. Remedio ya para mi mal , Rufino, Pues el pesar y mi suerte
El Principe tu hijo. Y para el alboroto de mi gente. Quiere que á esa mi homicida
REY. RUFINO. Le venga á dejar la vida
¿Es cierto? Para todo, Señor, habrá camino. En pago de darme muerte.
RUFINO. Mas oye un poco; que tu hijo viene. ¡Ah , si Valerio viniese,
Cierto. REY. Para que de aquella ingrata
DUQUESA. Algunas nuevas me diese,
;Aymfseradcmí!¿quéesIoqueescucho? Haria, si le viese, un desatino. Y de qué la corle trata!
Salga mi alma al corazón abierto. ¡Ah, Valerio, si le viese!
REY. ESCENA XX. Que con ti descansaría
Tenia ; que se desmaya. Alguna parle del dia ,
EL PRÍNCIPE.— Dichos. Si en mi puede haber descanso,
RUFINO, Pues con el gusto me canso,
Puede mucho PRÍNCIPE. Y me cansa el alegría.
La fuerza de un dolor. ¿Es verdad , mi señor, que tú mandabas Porque aqueste fiel criado
REY. Que soltasen al Conde libremente? En mi peregrinación
¡Con qué contrarios, REY. Me ha seguido y amparado,
Desesperado amor, batallo y lucho! ; A mis ojos pareces , fiero bárbaro ! Y ha sido el fuerte liordon
¡ Ah hijos, a los reyes necesarios, Quítate de mis ojos, mal nacido, Que siempre me ha sustentado.
V escándalo mil veces á los reyes, Incapaz de llamarte hijo mió. Mas ya siento entre estos robles
Rienescostosos, malesordinarios! [yes! Pues mira que te aviso y te prometo Su voz , que con ecos dobles
¡ Dichosos los que guardan pobres liue- Que si estás en la corte y á mis ojos. Todos los cóncavos suena.
¡ Tristes de aquellos que vasallos guar- Que la muerte que al Conde dar hiciste, Y¡ Oh consuelo de mi pena
ídan, Has de pagar con otra , y no con menos ; ejemplo de siervos nobles !
Pues tienen mas rigor en otras leyes! Y agradece que luego no lo hago.
Pues el dolor y mi desdicha lardan Vamos, Rufino ; deja esc cobarde. ESCENA II.
En acabar mi vida , no sospechen PRINCIPE. VALERIO.— EL PRÍNCIPE.
Que mis brazosse encogen y acobardan. Yo cumpliré, Señor, tu mandamiento.
Yo buscaré remedios que aprovechen (Vase el Rey.) VALERIO.
Para morir con esta propia mano,
Por mas que mis flaquezas lo desechen. ¿He sido en venir pesado?
¿Adonde tiene el Principe tirano ESCENA XXI. PRÍNCIPE.
Al Conde muerto, triste mensajero? EL PRINCIPE, RUFINO. ¡Oh Valerio! bien venido
RUFINO. Seas ; ¿cómo te has lardado?
En la plaza del fuerte mas cercano. RUFINO. VALERIO.
En una parte yace el cuerpo entero, Calla, Señor ; que es cólera de padre. Y, loque peor ha sido.
Y' en otra la cabeza destroncada Mañana estará blando y amoroso. De malas nuevas cargado.
Sobre un tapete negro. No te ausentes, sosiégate. PRÍNCIPE.
DUQUESA. PRÍNCIPE. ¿Malas nuevas?
¡Ay triste! Muero. No puedo. VALERIO.
RUFINO. (Vase Rufino.) Y harto malas.
Sus ropas la acompañan y la espada , Determinado estoy, pues cielo y suelo, PRÍNCIPE.
Que mas horrendo el caso pronostica. Amor, Ron
mi padre, Celia y mi fortuna
contra mi y procuran mi tormento, ¿Cómo asi?
duquesa. VALERIO.
¡ Oh principe cruel ! Oh mano airada ! De El
no hacer resistencia ni pedirles
daño que me causan lodos juntos. Patios y salas
¡ Ayalma hermosa ! desde el cicloaplica Irénic de la corte, y aun del mundo, De palacio hallé cubiertas
Tus divinos oídos á mi llanto. Donde jamás las nuevas de mi muerte La De postas, que me hizo ciertas
RUFINO. Puedan venirte, padre, pues la vida, fama con prestas alas.
¡Qué gran lealtad tu llanto significa! DejandoáCelia, dejoya perdida. (Vase.) PRÍNCIPE.
duquesa. [to. ¿De dónde vienen?
Aunque me cause el verte muerto espan- VALERIO.
A verte voy.porqueentn sangre envuelta De Francia.
Mejor pida justicia al cielo sanio. ACTO TERCERO. PRÍNCIPE.
REY. Serán de poca importancia.
Tenia. Cosían y visla rumor del uiolimi. Y'a sé las nuevas que son ;
RUFINO. Pero están del corazón
Espera, Señora. ESCENA PRIMERA. Una infinita distancia.
REY. EL PRÍNCIPE. • ¿Es eso del casamiento.
Tenia. Que de Francia se decia?
DUQUESA. El cielo está cansado de sufrirme, VALERIO.
Suelta. Y yo ile ir conlra él no eslov cansado ; Y con tanto fundamento.
¡Justicia, cielos, dcsle rey tirano! Mi padre, reino y Celia me han dejado. Que mañana antes del día
{ Vase. ) V yo no puedo déllos eximirme. Sale el sol de tu contento.
EL MOLINO.
33
PRINCIPE. CONDE.
CONDE.
¿Qué sol? Haréle de tal manera , Bien se os parece en la cara
VALERIO. Que me aborrezca y te quiera , Que sois hombre principal.
El de tu mujer, Y á darte á Laura me obligo.
PRÍNCIPE.
Que tu padre hizo traer , MELAMPO.
Yo os he visto en otra parte.
Y el de Francia te ha enviado. ¿A Laura?
CONDE. CONDE.
príncipe.
A Laura. Estaría de otro arte.
Pues será sol eclipsado,
Porque no la pienso ver. MELAMPO. príncipe.
No, sino de aquesa suerte.
VALERIO. Esos pies
Pnes ¿qué sirve que te apartes , Son dignos de aquesta boca. CONDE.
Si han despachado correos, CONDE.
Asi se espanta la muerte,
Que te basquen por mil partes? La mano bastará pues. Y la vida se reparte.
príncipe. MELAMPO.
príncipe.
Haz cuenta que esos deseos La mano y el alma. Era en cas de la Duquesa.
Nacieron , Valerio, en martes; VALERIO.
Que pues él me desterró CONDE.
Do Celia: ¿no la conoces?
Cuando matarme intentó , Toca;
No ha de hallarme cuando quiere; Que esa basta que me des. conde.
¥ el que culpa no tuviere , MELAMPO.
Nuesama , por Dios , es esa.
Que se sufra como yo. En fin , ¿que aborrecerás PRÍNCIPE.
VALERIO. A Laura? Y de quien lo dice á voces.
Pues ¿qué ha pecado Madama, CONDE. VALERIO.
Qne viene para tu esposa , Pienso hacer mas; Mas que le piden confiesa.
Y como á esposo te ama? Que si me la traes aqui , CONDE.
PRÍNCIPE. lluro que te quiera á ti.
¿Sois vos también su criado?
A Celia tengo por diosa, MELAMPO.
PRÍNCIPE.
A Celia mi alma llama. Lo que es imposible harás.
Apártate del camino; Mas por verte aborrecella Soy un hombre que le adora ,
Que sale deste molino En mi presencia, yo voy Y' soy un cautivo herrado.
Gente que baja á la presa. A traella. CONDE.
Estos son de la Duquesa : CONDE. ¡ Oxte , puto ! i A mi señora?
¿Como á sus pies no me inclino? Ve por ella. Vos saldréis descalabrado.
MELAMPO. PRÍNCIPE.
ESCENA III. Contento y pagado estoy Si tú supieras quién soy,
EL CONDE , MELAMPO. —Dichos. Solo en que te burles dolía. {Vate.) Dirías que lo merezco.
CONDE.
MELAMPO. ESCENA IV. Ya lo sé ; que al diablo os doy :
Entra en el bosque , Martin ; Y perdonad ; que os ofrezco
Que aquí me conviene hablarte. EL PRINCIPE , VALERIO. — EL CON Por el enojo en que estoy.
DE , distante de ellos. PRÍNCIPE.
CONDE.
¿No me dirás á qué fin? ¿Quién soy?
PRÍNCIPE. CONDE.
Pues no vienes á esta parte ¿No es ese, Valerio amigo,
Sin pensamiento ruin. Sois un engañado,
El molinero entonado Que os andáis embelesado
MELAMPO. Que, estando Celia conmigo, Por quien jurara yo aqui
Mal mi pasión adivinas , Entró á dalle aquel recado? Que me quiere mas á mí ,
Si tal locura imaginas ; VALERIO. Lleno de harina y salvado.
Otro es el mal que me ahoja , Dése cuento soy testigo. VALEniO.
y dígalo aquesta soga
¥ estas robustas encinas. PRÍNCIPE. Todos saben su rigor.
Pues lleguémosle á hablar : PRÍNCIPE.
CONDE.
Quizá nos sabrá informar ¿Cuánto habrá que allá no fuiste?
Dinie, ¿qué quieres hacer? Del estado de mis cosas.
CONDE.
MELAMPO. CONDE.
Lo que quiero es que le digas De entonces acá , Señor,
Desas carrascas hojosas Sola una vez.
A aijuella ingrata mujer, Siento las ramas turbar. PRÍNCIPE.
Que al fin de tantas fatigas {Ap. Mas ¡ay ! ¡ Extraño accidente !
Aun no me quiere querer, Tengo al Principe presente , Y esa, ¿vistes
Oue pues veo que te ha dado ¡Y no me hiela el temor!) Su divino resplandor?
El alma que me ha quitado, CONDE.
PRÍNCIPE.
Dile que en este cordel Antes no resplandecía;
Queda Melampo fiel Dios os guarde, labrador. Que un luto negro traia
Bien perdido y mal pagado. CONDE. Por un conde que murió.
COXDE. Bien venga la buena gente. PRÍNCIPE.
Deja , loco; suelta , necio. ¿Habéis errado el camino, Mas vivo está que no yo.
¡ Por eso quieres hacer O acaso tenéis que hacer
CONDE.
Al cielo tanto desprecio, Algo en aqueste molino?
Y tras la vida, perder ¡ Miren qué bellaquería !
PRÍNCIPE.
La joya de mayor precio ! i No venimos á moler.
PRÍNCIPE.
MELAMPO.
¿Viste acaso á quien hablaba?
CONDE.
Déjala. CONDE.
Bien molidos imagino.
CONDE. Con una carilamida ,
PRÍNCIPE. De un príncipe se quejaba,
Suéltala , digo. No lo adivináis muy mal ; Que quitó á un conde la vida ,
MELAMPO. Que quien anda y nunca para , ♦ Y socarrón le llamaba.
No haces oficio de amigo. Parece al molino igual. Echábanle maldiciones
56 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
Fnlre las dos á montones, CONDE. Dos años há que Melampo
Y para ayudallas bien ¿Ya no te digo que sí? Te ha querido sin favor,
A todas dije yo amen; PRÍNCIPE. | Enterneciendo su amor
Que digo las oraciones. Pues alto , vamos de aquí ; ] Monte , molinos y campo,
í lov que tengo de ir á vella i Este si que te merece,
Y llevalle cierta harina , Que en esa primera aldea Y á quien es justo que pagues ;
Pienso hablar á su doncella Habrá vestido. Y no acaricies ni halagues
Y pedille esta dotrina VALERIO. Quien te engaña y aborrece.
Para salvarme con ella ; Sea asi. Movióme á desengañarte
Que aunque ya yo estoy salvado, CONDE. Ver que matarse intentó ,
No estoy bien asegurado ; Vamos; que yo te aseguro Y que esta soga colgó
Que á fe que temblando estoy. Que con el traje, á lo escuro, De una encina por vengarte.
príncipe. (Ap. á Valerio.) No te conozcan. Y' asi , ha podido conmigo
Valerio, de vida soy. PRINCIPE. Tanto su pena y tormento,
Después de estar enterrado. Que le hice juramento
Y en fin , De no verme mas contigo.
VALERIO. ¿Quieres?... Ya , Laura , yo te aborrezco :
¿Cómo asi? CONDE. Créeme, y quiere á Melampo,
príncipe. A fe de Martin. En cuyas prendas estampo
Yo fabriqué PRÍNCIPE. Lo que yo de tí merezco,
El remedio mas seguro '¿Cierto? Porque no he de hablarte mas.
Que para hablada tendré. CONDE. LAURA,
En traje tosco y escuro Pues que se lo juro... No menos me prometía
Con este villano iré. (Vanse el Principe y Valerio.) La grande desdicha mia
VALEtlIO. Que el galardón que me das.
¿Quiéreste hacer molinero? ESCENA V. No quiero de ti quejarme ,
príncipe. Ni dar á entender que siento
Eso mismo hacerme quiero, el condl:. Perder un hombre de vienlo,
Y á su lado deste entrar, Que ha confesado dejarme.
Adonde la pienso hablar ¿Hase vistojamás igual suceso? Quéjome solo de mí ,
Y decille cómo muero. Hase visto desdicha semejante? Que con engaño te amé.
Mas no pienses, fortuna, que por eso conde. (A Melampo.)
VALERIO. A tus desdichas mudaré semblau '
Agrádame la invención. Queen Celiauobadehaberlani ¿Qué te parece?
Que conociendo al Principe se^ MELAMPO.
príncipe. (Al Conde.) Antes entiendo de su raro estilo No sé
Buen hombre, ¿no harás pqr mi Que le ha de herir, y por el niismol Con qué pagarte.
Cierta cosa? Solo de aquesto me resulla un daño, LADRA.
CONDE. Y es estorbarme el bien que yo tuviera ¡Ay de mi!
Si es razón , Hablandoá Celia, yenelmismoengaño Martin , que mejor dijera
Yo os lo ofrezco desde aqui. Que sus brazos toqué la vez primera. Martirio del pecho mió,
PRÍNCIPE. ¡Ah tiempo! á ti que toca el desengaño Martillo de hierro frió ,
Y yo esta en galardón. De cuanto encubre la mentira liera, Que rompe un alma de cera ,
(Dale una cadena de oro.) YElaquesta
fuego de la ténix presto imita ,
vida muerta resucita.
¿ Posible es que eres tan duro ,
Que divides á los dos,
CONDE. Salga, que es justo, del villano traje Que me dejas?...
¿Es de oro? Quien no nació de sangre de villanos; conde.
PRÍNCIPE. Reciba nuevo lustre mi linaje, Si , por Dios.
De oro fino. Tocando á Celia sus divinas manos ;
CONDE. No quieras que la espada tanto baje ¿Cierto?
Por Dios, si yerro el camino, Destos pérfidos bárbaros villanos ; CONDE.
Que de hierro me la dais ; Conténtate de ver, sin merecello, Pues que se lo juro...
Mas cuando me conozcáis, Su punta amenazando mi cabello.
Me daréis lo que adevino. LAURA.
PRÍNCIPE. ESCENA VI. ¿Y que estás determinado?
Hoy a ver aquesa dama ¿ Y que ya no me verás ?
En traje de molinero LAURA , MELAMPO. — EL CONDE. CONDE.
Iré contigo. laura. (A Melampo.) Ya no pienso hablarte mas;
CONDE. Pon en Melampo el cuidado.
¿Aqui dices que quedó? LAURA.
¿A nuesama? MELAMPO.
¡ Guarda ahuera, al matadero! Aqui entre aquestas carrascas ¿Eso intentas , mármol duro?
Eso alcahuete se llama. Estuvo oyendo mis bascas, CONDE.
PRÍNCIPE. Y sus desengaños yo. No he de escuchar tus enojos ,
¿Tú no ves que es rectitud LAURA. Por vida de ciertos ojos.
Hacer á un hombre amistad? Martin , ¿qué melancolía LAURA.
CONDE. Es aquesta que te ha dado? ¿Cierto?
Tal os venga la salud ; CONDE.
Que no es buena caridad CONDE. Pues que se lo juro... (Vase
Daros mi propia virtud. El haberte declarado
Pero porque estoy seguro El engaño que fingia. ESCENA VII.
Que callaréis conio un muro , LAURA.
Id dése traje á mudaros ; ¿Qué engaño? LAURA, MELAMPO.
Que yo me ofrezco á llevaros. CONDE.
PRÍNCIPE. Decir que amaba LACRA.
¿Cierto? A quien siempre aborrecí. Al fin el cruel se fué.
CONDE. LAURA. MELAMPO.
Puesqueyolojuro... ¿Tú me aborreces á mí? Aqui está quien te desea ,
PRÍNCIPE. Laura. ¿Quién habrá que crea
¿Que al fin harás que la vea? Y contigo me burlaba. Tu desengaño y mi fe?
EL MOLINO. 37
¿No miras el desconcierto 1 Solo en servirte y agradarte fundo Y cuando hacerme fuerza el Rey intente,
Que haces con él y conmigo , Lo que merezco, lo que soy y valgo, Todo es morir, y moriré primero.
Pues dejas un cierto amigo Y en que quieras hacerme tu segundo.
Por un enemigo cierto? I Jamás verás que de tu gusto salgo ; ESCENA X.
¡Por qué, ingrata , no me quieres, ! Sin ti no tengo en nada mi persona ,
Pues que conoces mi amor? Por ti pretendo yo merecer algo. EL PRÍNCIPE , de villano, con un costal
LACRA. Sola es esta humildad la que me abona, al hombro, y EL CONDE con él.—
(Ap. Para un hombre que es traidor Y la que puede enriquecer mi gusto, DlCUAS.
Poco valen las mujeres ; Si este amor, Celia, se me galardona.
Has pues este me dejó , ¡ Un muerto conde no te dé disgusto ; CONDE.
Yo estoy sin verte perdida. ¿De qué sirve voces dalle, Bueno,
Ni maltratar tu persona? Que siempre besa sus mauos.
CONDE. ¿Piensas de resucitalle Casa , huerta y jardin lleno
Ponte delante, mi vida , Como hace la leona? De mil alhelíes tempranos,
Y tomaréte la mano. Piensa, Celia , que jamás Con todo su campo ameno ;
DUQUESA. Le verás vivo. Mil almendros florecidos,
Vesla aquf. DUQUESA. Con los pimpollos cubiertos,
CONDE. De blanco y nácar vestidos,
No estás Tienen los ramos abiertos
Besalla quiero. En eso engañado poco ; Que penetran los sentidos.
príncipe. (Ap.) Yo le veo vivo y toco , Vayase su señoría
i Lo que tarda el molinero f Y pienso gozarle mas ; Por allá , si gusta, un dia ;
Que dentro de mi sentido, Que la habernos menester.
duquesa. Para gozalle en el cielo.
Con el contento de verte Tengo á Próspero esculpido. DUQUESA.
Se me olvida de mi muerte. ¿Hay en qué haceros placer?
PRÍNCIPE.
príncipe. (Ap.) LERIDANO.
Ya de esperar desespero. ¡Oh pecho de fuego y hielo,
Y de un fiero áspid ceñido! Desposo una hija mia.
CONDE. ¿Muerto el Conde, me aborreces? DUQUESA.
¿Cómo es esto? DUQUESA. ¿A Laura?
DUQUESA. LERIDANO.
Que estoy loca Y tanto te desvaneces,
Que aun vivo se representa , A Laura , Señora.
De ver que el Rey quiere' hacer
(Tanto el amor le provoca) Y me está tomando cuenta DUQUESA.
oí contar alguna parte desta fábula , de cuyos principios habia sido testigo ; dando por autor de su
verdad, si tiene alguna, á un caballero valenciano, por apellido Borja, por ánimo Alejandro, y
por valentía de su persona otro español Alcídes : aficióneme al suceso , porque ya lo estaba al ca
ballero que digo, y escribíla en el estilo que corria entonces; hállela en esta ocasión pidiendo li
mosna como las demás, tan rota y desconocida cual suelen estar los que salieron de su tierra para
soldados con las galas y plumas de la nueva sangre, y vuelven después de muchos años con una
pierna de palo, medio brazo , un ojo menos, y el vestido de la munición sin color determinada :
hice por corregirla, y bien ó mal , sale á luz con el nombre del mayor amigo. Saben muchos que
lo es vuesamerced, y seria cansada la disculpa de no ofrecerle cosas mayores, mas dignas de su
ingenio; pero muchas veces no dan los hombres á lo que aman las cosas de mas precio, sino las
que mas estiman. Tenia yo en la memoria esta comedia por las causas que refiero , y porque re
presentándola Melchor de Villalba, hombre que en su profesión no tuvo quien le precediese, ni
habernos conocido quien le igualase, era por aquellos tiempos de las bien escuchadas , como ahora
se dice por las mujeres de las bien prendidas; y así, la quise poner en esta parte entre otras de mas
consideración, no sé si de mas gusto, y dedicándola al nombre de vuesamerced, calificarla lejos de
toda lisonja , que en tantos años de amor fuera locura ; y mas añadiendo á las amistades recebidas
tantas obligaciones, que solo le ha faltado á vuesamerced haber escrito la mitad de mis versos,
porque en las elecciones , disposiciones y pensamientos siempre le he debido la mejor parte , y con
su consejo, puesto en el papel con menos miedo la pluma ; que no quieren las cosas del ingenio ser
menos comunicadas que los edificios que se fabrican, si han de acertarse, mayormente deste gé
nero en que se ha de agradar á tanta diferencia de entendimientos, dificultad mayor que la de los
pintores, donde repara mas el vulgo en la alegría de las colores que en la simetría de las figuras.
En tres partes dividió Plutarco la amistad ; que á mi parecer ninguno con mas claridad y acerta
miento. Para amar los amigos, dijo que era necesario buen juicio (aquí entiendo en el escogerlos),
deleite en el conversarlos, y seguridad de su ánimo en las necesidades que se ofreciesen : todas
tres partes he hallado en vuesamerced confirmadas en tantas ocasiones, que como este amor co
menzó á los principios de la vida, tendrá la misma fuerza hasta los últimos fines de su término;
¡ludiendo decir, como Paulino á Ausonio :
Et cum solututcorporali carcere,
Terraque prolabero ,
Quo me locartt axe communis Pcter,
lllic (¡noque te animo geram.
Y donde quiera que esté
Mi espíritu, libre ya
De la cárcel eu que está ,
Vivo en él te llevaré.
Amigo y capellán de vuesamerced,
Lope de Vega Carpió.
EL DÓMINE LUCAS.
PERSONAS.
FLORÍANO , estudíame , LISANDRO, corregidor.
galán. LUCRECIA , dama. FABRICIO , galán.
LEONA RDA, dama. DORISTO, villano. PLÁCIDO, escribano.
ALBERTO, estudiante, ga UN MESONERO.
lán. ROSARDO, pa/a». LAVINO.
DECIO, capigorrón. NEBRO. dos pajes.
FULGENCIO, viejo. Crudos.
LUCRECIA. FABRICIO.
Ni yo la puedo llevar.
No puedo aqui responderos. Yo tenia mis jaeces FULGENCIO.
Escrito yefetuado. Lucrecia, ¿ qué le diré ? Con pan de tan bella mano,
FULGENCIO.
Por hoy satisfecho estoy.
LEONARDA.
¿No se ba de hacer con un si , Sobrina...
Y aqueste yo le he de dar? leonarda. ESCENA XI.
Pues quiéíosele negar, Tío y señor... UN CRIADO. —LEONARDA , FUL
Y podré librarme asi. FULGENCIO. GENCIO , FLORIANO.
LUCRECIA. Solo á buscarle he venido.
Mudable debes de ser. leonarda. CRIADO.
LIONA II DA. Ya la ocasión he sabido , Rosardo está en el jardín ,
Tú con «tremo lo eres , Y que me has hecho favor. Que viene á hablarte , Señor.
Pues hoy á un extraño quieres, FULGENCIO. FULGENCIO.
Queriendo á un amigo ayer. Deseo de tu remedio Que suba será mejor... (A Leonarda.)
LUCRECIA. Es , Leonarda , mi intención ; —Pero turbaráste , al Gn.
¡Yo i un extraño! Que la presente ocasión Voy, y estarás advertida
LEONARDA. Apenas se pone en medio; De que luego subirá.
¿No lo dices? Que con ser hija , no sé (Vase, y el criado.)
Si esto á Lucrecia deseo. LEONARDA.
LUCRECIA.
leonarda.
¡Yo querer ! ¿ Por qué razón ? A ver á mi muerte va.
ÍQue has visto en mi condición En la nobleza lo veo,
Que de la tuya heredé. FLORIANO. (Ap.)
'ara que te escandalices? Y yo espero ver mi vida.
¡He llorado? He suspirado? FULGENCIO.
¿V) he comido? No he dormido? Rosardo, que ya conoces... LEONARDA.
¿En qué mi honor he ofendido, Quiero irme á componer,
Ni á mis padres agraviado? ESCENA X. Ya que aqueste ha de subir;
¿Qué gracias he visto en él , Y mas quisiera morir
Sino que ayer mató un toro , FLORIANO. — Dichos. Que haberle de hablar y ver. ( Vase.)
Con una capa con oro ,
Mas fiero y robusto que él? floriano. (Llamando dentro.) ESCENA XII.
El ¿no es estudiante, prima, ¿Quién está acá?
Y resido en la ciudad? FULGENCIO. FLORIANO.
LEONARDA. ¿Qué importuno?... Amor, tiempo, ocasión , fortuna, cielo,
a —Al fin , Rosardo, que es hombre Veisme aquí pobre, que el sustentopido ;
LUCRECIA. De grande linaje y nombre... Amor me dio el sugeto enriquecido,
Pues ¿qué facilidad floriano. (Dentro.) En cuyas alabanzas me desvelo. [1°
A prelendplle te anima? Eltiempomediótiempo;ycon su vue-
Que hoy se irá , si ya no es ido. ¿Quién está acá?...
Esta ocasión presente me ha ofrecido.
(Ap. Basta ; que esta necia ba dado FULGENCIO.
Si la fortuna me ha favorecido,
En poner nuevo cuidado ¿No hay alguno ¿Quién debe al cielo loque yo en el suelo?
Adonde yo le he tenido; Que responda en esla casa? Ecbé la hacienda por salvar la vida
Que yo sé que es Floriano, ¿Algún criado? ¡Hola, gente! En tu piélago, amor, y llegué al puerto
Y viene al lugar por mí , LUCRECIA. Pidiendo, como pobre, la comida.
Aunque jamas lo entendí Ya es ido el impertinente. Ya de la vida estoy seguro y cierto :
De su lengua ni su mano ; Señor, adelante pasa. ¿Qué milagro me queda que te pida [to?
Pero sélo de sus ojos, Después dehaberle dadovidaáunmuer-
FULGENCIO.
Que hablan y escriben mas.)
LEONARDA.
Digo pues que te ha pedido
Por mujer este Rosardo , ESCENA XIII.
Tratando acaso estarás Que, como ves, es gallardo,
Darme ocasiones de enojos. Muy rico y muy bien nacido. LUCRECIA, con pan. —FLORIANO.
LUCRECIA. Trá'jete de Salamanca LUCRECIA.
¡Yo! ¿cómo? Para que, viniendo aquí...
LEONARDA. i ¡Hola, hermano!
(Sale Floriano con los vestido* que qitl
Dando á mi tio tú al capigorrón.) FLORIANO.
De mis desatinos cuenta. ¡ Mi señora !
FLORIANO.
LUCRECIA. LUCRECIA.
Quien así mi amor afrenta, ¿Quién está acá? ¿Estáis ahí?
Ño debe de ver que es mió. FULGENCIO. FLORIANO.
Oigo que saber quisiera ¿No hay ahí ¿No lo ve?
Nuevas dése hombre que darte. i Quien dé á ese pobre una blanca? No puedo mover el pié ,
LEONARDA. | Entra, hermano, entra en buen hora. Ni lucra posible ahora.
Solo eso, Lucrecia , es parte I Veamos qué nos queréis. LUCRECIA.
Para que ya no le quiera. i ¿Quién sois? ¿Estáis enfermo?
Yo le dejo desde ahora , FLORIANO.
FLORIANO.
Porque nanea una mujer Y'a , Señor, lo veis. Mortal. ' '.•
Has presto viene á querer El que vuestro auxi lio implora ,
Que cuando hay competidora. — Pauper escholasticiís, LUCRECIA.
Fulgencio viene. Que pide un poco de pan. Pues no se os echa de ver.
4H COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FLORIANO. LUCRECIA. A otra Lucrecia cual vo.
No lo querer entender ! Pues ¿qué os duele? De lo que es secretas faltas
Tengo por mala señal. FLORIANO. No tengo que confesar;
LUCRECIA. El corazón. Lo que es dolor, me hace dar
Muchas veces voces altas ,
Tomad , Dómine. LUCRECIA. Porque me duelen las muelas.
FLOBIAIIO. Comeos el pan.
FLORIANO.
¿Sabéis FLORIANO. ¡Alabado sea el Señor,
Que tenor quiere decir? Y'a lo como. Y mas con tanto favor
LUCRECIA. LUCRECIA. Como ahora me revelas !
Losé. (Ap. ¡ Notable es el estudiante ! Que, como si lo supiera.
FLORIANO. ¡Qué buena cara que tiene! ) Traigo una oración escrita
A quien ha de servir, ¡Ah, Dómine! De aquella santa bendita
¿Vos señor llamar queréis? FLORIANO. (Ap.) Que es su abogada primera.
Por buen agüero lo tomo , Y'a se viene. LUCRECIA.
Y ese nombre he de llamarme; Amor, camina adelante. ¿Es santa Polonia?
Que vos podéis confirmarme.
LUCRECIA. FLORIANO.
LUCRECIA.
¿Sois acaso bien nacido? Si;
Comeos el pan. Y como aquesta recéis,
FLORIANO.
FLORIANO. Si , en verdad ; pero quedé Salvoconduto tendréis
Ya lo como, Sin padre : al fin me apliqué Que no os duelan mas que á mi.
Y mejor diré lo beso, A las letras, que he seguido, ¿Sabéis leer y escribir?
Porque es tan bendito el pan , Y' me cuestan lo que veis ; LUCRECIA.
Que alma y cuerpo comerán Porque , si oficio aprendiera , ¿No basta saber leer?
De la dulzura del beso. Menos trabajo tuviera. FLORIANO.
LUCRECIA. LUCRECIA. Para ser noble mujer,
¿Vino ayer de la ciudad? Hombre honrado parecéis. Que es falta os puedo decir.
FLORIANO. FLORIANO.
Hablad vuestro padre honrado;
Que, si queréis, yo estaré
Vine, aunque no vi la fiesta , Dios se lo pague y le dé En casa , y os mostraré,
Por lo que ya me molesta Entero conocimiento ; Y á leer latin tirado.
Tan áspera enfermedad. Lo que mas ahora siento
Es que tan sin él esté. LUCRECIA.
LUCRECIA.
En verdad que conocí Yo entiendo que él gustará ,
¿Qué es su mal? A mi padre con criados. Y yo, amigo, en grande extremo.
FLORIANO. Que viven ahora honrados FLORIANO. (Ap.)
Calor es todo. Con la hacienda que perdí, Camor! ¿qué dudo? qué temo?
Y aun he visto un mayordomo o de mi parte está.
LUCRECIA.
Con no poca presunción . (Llora.)
¿Del hígado? LUCRECIA.
LUCRECIA. Pues estáis enfermo ansí ,
FLORIANO.
Cerca eslá. No lloréis. No os vais; que aqui comeréis;
FLORIANO. Y mientras le hablo , podéis
LUCRECIA. Es condición. Iros á asentar allí ;
¿No hay remedio? LUCRECIA. Que él es tan caritativo,
FLORIANO. Comeos el pan. Que os hará limosna y bien.
Alguno habrá. FLORIANO.
FLORIANO.
.->.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
LEO-URDA. Que, como fuera inmortal, LUCRECIA.
Vergonzosa estoy: adiós. [Vate.) Ni mi mal temiera mal , ¿Pensáis que se quejará?
FULGENCIO. Ni mi bien fuera mas bien. FLORIANO.
Dejad que pueda Floriano Vuestra fe parecerá,
¿Qué decís, Rosardo , vos? Él por sí reconocer •
ROSARDO. La distancia que ha de haber Que es tan blanca como él.
De lo divino á lo humano. Pero hay en medio un borrón ,
Que ha descubierto su pecho, Que amaros Fabricio fué.
Y que es forzoso el casarme. Sol es vuestro entendimiento
Que alumbra mi ceguedad , LUCRECIA.
FULGENCIO. Luna vuestra voluntad Otro, por mi vida, eché.
Pues Leonarda lo procura, Por el fácil movimiento ; FLORIANO.
Vamos á hacer la escritura ; Que aunque ahora está creciente,
Que quiero desobligarme Temo después la menguante. ¿Luego dos Fabricios son?
De la palabra que di. (Yase.) LUCRECIA. LUCRECIA.
LUCRECIA. Hoy estáis muy estudiante , Mancharé toda la plana ,
¿Ya en efeto libre quedo? Y cerca de impertinente. Si me vais tratando dél.
ROSARDO. Vamos á lo que hace al caso'; FLORIANO.
Mirad si serviros puedo. Que yo no puedo menguar; Quedará bueno el papel ,
Que soy luna en el llorar, Y escribiréisle mañana ;
LUCRECIA. Y soy sol cuando me abraso. Que yo os daré tinta, ¡ ay cielos !
Vos podéis mandarme á mi. FLORIANO. LUCRECIA.
(Vase Rosardo.) Si en esto os vine á ofender, ¿Cómo?
Ingeniosa traza ha sido Ríen es altivo mi celo ; FLORIANO.
Para remediar mi daüo, Que estando cerca del cielo, Porque estos enojos
Si no se sabe el engaño Era forzoso caer. La sacarán de mis ojos
Hasta hacerle mi marido. Por quinta esencia de celos.
Y creo que cierto es , LUCRECIA.
Aunque fuese descubierto, ¡Jesús !¿del cielo caistes? LUCRECIA.
Porque de un engaño cierto FLORIANO. No la dais por poco precio,
Resultan muchos después. Sí ; que vos sois celestial. Si por mi afición la dais.
LUCRECIA. FLORIANO.
ESCENA III. ¿Habeisos hecho gran mal? Razón es que ya escribáis;
Que yo sé que he andado necio.
FLORIANO, con escribanía y papel— No; que vos meFLORIANO. detuvistes ;
LUCRECIA.
LUCRECIA. Que es también del cielo oficio. Eso en estar de rodillas.
LUCRECIA. FLORIANO.
FLORIANO. Yo estoy como debo estar.
Desto de escribir tratemos. LUCRECIA.
¿Es hora ya de lición? FLORIANO.
LUCRECIA. Aquí materia tenemos , Solo me enseña á firmar,
De la tuya siempre es hora. Ya que de firme te humillas.
Y a mi me la da Fabricio, Estas letras .4, B, C,
FLORIANO. Que por la calle pasea Ayer las iba imitando.
Pues ¿qué hay de nuevo, Señora? Mientras escribiendo estáis. FLORIANO.
¿Es cierta mi perdición? LUCRECIA.
LUCRECIA. Si en esa materia habláis , Si las quieres ir juntando ,
Antes mi ventura es cierta- Haré yo la letra fea. Escribe.
Con la traza que me has dado. LUCRECIA.
FLORIANO. ¿Qué letra haré?
FLORIANO. ¡ Pues qué , si me da pasión ! FLORIANO.
¿Que en mi bien ha resultado? LUCRECIA. ¿Quieres escribir tu nombre?
LUCRECIA. - Callad ; que ya me avergüenzo. LUCRECIA.
La escritura se concierta ; FLORIANO. ¿Ya no te digo que sí?
Que aumenta la prisa el gusto. Escribid pues.
Pero he quedado celosa. . . FLORIANO.
De Leonarda , que es hermosa. LUCRECIA. Pues toma la pluma. Así.
FLORIANO. Ya comienzo. I Libre estoy ; mas no te asombre
¡Oh qué pensamiento injusto FLORIANO'. ! Ser fuerza tocar la mano.
Y falsa imaginación! Ya pasa. LUCRECIA.
Sentaos, porque no entre alguno ; LUCRECIA. Turbarásme si la tocas.
Que en tiempo mas oportuno Ya eché un borrón. FLORIANO.
Os daré satisfacion. FLORIANO. ¡ A qué gloria me provocas ,
LUCRECIA. Así su ventura sea. Cielo mío soberano !
Dejad vos el almohada; Mostrad... LUCRECIA.
Que no me habéis de servir. LUCRECIA. , ¿He de escribir ó escuchar?
floriano. {De rodillas en ¡a almohada.) Sí será, pues mengua. FLORIANO.
¿Celosa os queréis fingir? FLORIANO. Todo lo puedes hacer.
Eso de servir me agrada. Quitaréle con la lengua. LUCRECIA.
Creed que anda el alma agora LUCRECIA.
Mas humillada que el traje. Di qué letra he de poner.
O soy grande para paje, No ; que os quedará muy fea. FLORIANO.
O no me queréis, Señora. FLORIANO. Por L has de comenzar.
LUCRECIA. ¿Por qué, Señora? Mostrad. Lucrecia. {Escribe.)
Antes por lo que os estimo, LUCRECIA. Comienzo.
Mal de rodillas estáis. Dejalde ; que así me agrada ; FLORIANO.
FLORIANO. Porque no ha de estar manchada Una Fhas hecho.
Diré, si esto me estorbáis, Lengua que trata verdad.
?ue es por lo que á vos me arrimo, FLOR1AHO. LUCRECIA.
o estoy bien , y estoy tan bien , ¿Ha de quedarlo el papel? ¿F? Pues perdona, hermano ;
EL DÓMINE LÚCAS.
Que iba 4 poner Floriano , Hacer llana la escritura, ROSARDO.
Como le tengo en el pecho ; Y que no resulte error. ¡Hay locura semejante!
Y si Ltiereeta quería, Mi hija está aquí también , FULGENCIO.
Va toao ana cosa es. Y el dómine que la enseña.
FLORIANO. ¡Hola, Lúeas! ¿Quién es ese?
Deja esa letra , y después ROSARDO. LEONARDA.
Comienza, por vida mía. Creo que sueña. El estudiante.
Porque es uso en corte usado, floriano. (A Lucrecia.) ¿Para qué te admiras desto?
Cuando la carta se firma , Formad las letras mas bien. ¿Piensas que no lo he sabido,
Poner antes de la firma Y que has querido engañarme
La letra del nombre amado. FULGENCIO. Teniéndole, para hablarme ,
LUCRECIA. ¿No oyes que te estoy llamando? Detrás de un paño escondido?
FLORIANO. ¿Piensas, engañoso tio.
¿Luego la F está bien? Tu padre está aquí , Señora. Darle á tu hija Lucrecia?
FLORIANO. LUCRECIA. Pues cree que le desprecia,
Extremadamente está. Solo por saber que es mió.
¿Hay en que te sirva ahora? No me quites mi contento.
LUCRECIA. FULGENCIO. Con Floriano estoy casada.
La ¿he formado ya. ¿No ves lo que estoy tratando?
'floriano. PLÁCIDO.
Haz la P. Vé por Leonarda, tu prima. La escritura es extremada,
LUCRECIA. LUCRECIA. Y extremado el casamiento.
Y la C también. Ya voy por ella, Señor. Si ya con otro lo está,
(Vate.)
FULGENCIO. ¿Qué me mandan escribir?
floriano. Ahora podrá mejor . . FULGENCIO.
Haz la B... Decir que á Leonarda estima.—
LUCRECIA. ¿No me acabas de decir
¡Bien, á fe! No os vais vos ; que habéis de ser Que á Rósardo quieres ya?
En mi vida la escribí. Desta escritura testigo. (A Floriano.)¿Estás por ventura loca?
floriano. PLÁCIDO. LEONARDA.
Haz la E. Vaya, llame algún amigo; Ya supe vuestra intención,
LUCRECIA. Qué bien será menester. Y no Ira el coraron
¿Está buena? FI.OniANO. Las palabras de la boca.
El pastor estaba aqui. Escondióse Floriano;
floriano. FULGENCIO. Y por eso dije alli
SI. Una y mil veces que si ,
LUCRECIA. ¿A qué ha venido? Y le di palabra y mano.
El ojo un poco cegué; FLORIANO. ROSARDO.
fes ¿cómo podrá una ciega A llevar ¿Qué es esto? Qué furia es esta?
Dar ojos á quien le faltan? Recado de quesear. Deshonra mia, ¿qué dices?
floriano. ¿Quieres que le llame? ¿Cómo ahora te desdices
Tres letras solas te faltan. FUL'GENCIO. De aquella dulce respuesta?
A esa C otro punto llega. Si; ¿Qué es esto, enemiga mia?
. LUCRECIA. Que solo á que firme aguardo FULGENCIO.
; Linda letra es esta /, Leonarda lo que nos dijo, Lucrecia, ¿de qué está loca?
Que tiene poco que hacer ! Para partirme al cortijo. LUCRECIA.
(Vase Floriano.) Sospecho que la provoca
FLORIANO.
La .4 falta por poner. Alguna melancolía.
ESCENA V. Ella dió en triste después
LUCRECIA.
.Estibien? LEONARDA , LUCRECIA.— FULGEN Que la tratan de casar.
FLORIANO. CIO, ROSARDO, PLÁCIDO. FULGENCIO.
Bien está asi. Vuélvela, Rosardo, á hablar;
leonarda. (Ap. á Lucrecia.) Que amor ó locura es.
LUCRECIA. ¡Yo casarme con Rosardo ! ROSARDO.
(Cómo diceaqtii? ¿Quién, prima, lo concertó? Mi bien, ¿que se os ha olvidado
FLORIANO. LUCRECIA. Que vuestro marido soy?
Lucrecia. Tú misma lo prometiste. LEONARDA.
LUCRECIA. LEONARDA. Casada , Rosardo , estoy,
La firma en blanco he dejado. Fué por lo que me dijiste; Y tú dos veces casado.
FLORIANO. Que no por quererle yo. ¿A Lucrecia no te dieron?
Ta castidad bas firmado. ¿Para _qué vuelves á mí?
ROSARDO. ROSARDO.
LUCRECIA. Leonarda viene. No me dieron sino á tí ,
Fué la de Roma muy necia. LEONARDA. O tus palabras mintieron.
FLORIANO. He venido LEONARDA.
Dame el papel , por tu vida ; A saber lo que me quieres.
Que qniero guardar tu nombre FULGENCIO. Que ya supe vuestro enredo
Contra la visión de un hombre. Por quitarme mi marido,
Di que de Rosardo eres Y cómo estaba escondido...
Mujer, y él es tu marido ; ROSARDO.
ESCENA IV. lúe ya está aqui el escribano;
í firmaréislo los dos. ¿Quién?
FCLGESCIO, ROSARDO, PLÁCIDO. LEONARDA.
Dichos. LEONARDA.
,He de casarme con vos, Floriano.
plácido. (A Fulgencio.) Si lo estoy con Floriano ! ROSARDO.
La traía tengo entendida, ROSARDO. ¡Bueno quedo!
T sé qoe sois su tutor. ¡Cómo, cómo! LEONARDA.
FULGENCIO. FULGENCIO. • ¿Piensas que no sé muy bien
Plácido, aquí se procura ¿Qué es aquesto? Que por mujer me pidió?
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ROSARDO. Haladme, heridme, acabadme. LEONARDA.
¿Quién? Estas causas me han movido. Si.
LEONARDA. Ya, Señor, perdón os pido. LUCRECIA.
Floriano. FULGENCIO. Cansaste en vano ;
ROSARDO. Calla , enemigo. Soñaste el bien que esperabas.
Que soy yo. FLORIANO.
Floriano es mi marido.
FULGENCIO. FULGENCIO.
Matadme;
Loco te hará á tí también. Pero no he consentir ¡También! Perdido está todo.
Que aquí se ofenda al Señor. FLORIANO.
ESCENA VI. FULGENCIO. Y yo dése mismo modo
i Oh hipócrita de mi honor! Testigo de todo he sido.
FLORIANO , DORiSTO. — Dichos. Calla. FULGENCIO.
FLORIANO.
¿Qué Florianosson estos?
DORISTO. ROSARDO.
Por muchos años y buenos Hablando he de morir.
¿No me diréis qué han comido?
Todo á tu gusto suceda. ROSARDO.
FULGENCIO.
FLOHIAKO. ¿Qué os va á vos, Dómine, en esto? Unas setas que han traído
Ya por testigos no queda. FLORIANO. Algunos villanos destos.'
PLÁCIDO. Defiendo mi teología. Yo apostaré que tenían
Testigos es lo de menos. ROSARDO. Ponzoña y que los han muerto.
Mirad . Señor, que es locura : ¿Por qué causa? ROSARDO.
Curalda ; después se liará. FLORIANO. Eso es sin duda, eso es cierto,
FULGENCIO. Porque es mia, Y por eso desvarían.
Destono se trate ya; Y me la quitan tan presto. DORISTO.
Que quiero ponerla en cura.— PLÁCIDO. Yo las traje, y juraré
Rosardo, Lucrecia es vuestra : Que no tenían ninguna.
Para los dos servirán Este mozo es buen cristiano ,
Los testigos que aqui están.— Y habla como estudiante. PLÁCIDO.
LUCRECIA.
Señores , ¡ que es herejía ! Aunque hagas mas invenciones
ÍQue se ha casado este dia Y géneros de traiciones,
¡Ved á qué punto he llegado! lUcrecia con Floriano ! Floriano mi esposo es.
FULGENCIO. LUCRECIA.
FULGENCIO.
Esto ha dequedarfirmado. (ARotardo.) ¿Floriano? No lo creas,
Lucrecia es vuestra mujer.— ¿Otro Floriano? ¡Bueno !
Vos, Lúeas, y vos, Doristo, Algo han estos dos comido. Porque ha de ser mi marido.
FLORIANO.
Testigos desto seréis. . FLORIANO.
Floriano es su marido : Digo que testigo he sido,
FLORIANO.
Segundas bodas condeno. Y que sé que lo deseas.
Yo diré que, si lo hacéis, ROSARDO.
Es con la Tuerza que he visto ; LEONARDA.
Que es casamiento forzado, ¡ Buenos van con su locura !
Mientes, necio; que conmigo
Y contra la ley de Dios. Floriano está casado.
FULGENCIO.
FULGENCIO.
Yo voy á darles triaca.
PLÁCIDO.
¿Quién os roete en esto á vos, PLÁCIDO.
Bellaco , desvergonzado? ¡Ved la locura en que Ihan dado
La casada y el testigo! Si este frenesí se aplaca ,
¿Es esta la recompensa Volveré i hacer la escritura.
De haberos curado aquí? LUCRECIA..
(Yante.)
FLORIANO. (Ap. Ahora es buena ocasión
Señor, ¿en qué os ofendí? Para hacerme también loca ;
Que no poco me provoca
FULGENCIO. Tanto mal de corazón.) Cali*.
¿Esta no llamáis ofensa? ' ¿Quién te dijo á tí que estabas
FLORIANO. Casada con Floriano? ESCENA VIL
Soy estudiante, y estov,
A ley desto y de hombre honrado, TÚ.
ROSARDO.
A avisaros obligado, LUCRECIA. ¡Como se echa de ver que siempre huya
Y porque cristiano soy. ¡Yo! De cualquiera deseo el justo efeto ,
EL DÓMINE LUCAS. 53
Y qne lo aborrecido se concluye! ESCENA IX. LUCRECIA.
Que el hombre á lo contrarío está sujeto Yo... Señor...
De mi deseo de casar se arguye; FL0R1ANO, FULGENCIO y DORISTO, FULGENCIO.
Pues como no hay partido que no aceto , alborotados.— Dichos. Confiesa.
No hay casamiento que á su efeto llegue, Va mi honra y la tuya en remediallo.
Y todo quiere amor que se me niegue. FULGENCIO.
FLORIANO. (Ap.)
Tema parece ya tanta inconstancia. ¡Espadas ala puerta!
S'a de Leonarda soy, ya de Lucrecia. Huélgome que mis celos se averigüen ,
FLORIANO. Y que por mi los pida el mismo padre.
Pero tanta nobleza y tal ganancia
Con justa presunción se eslima y precia. Llega presto ; Ahora sabré yo lo que temia.
>"o procurar el bien es ignorancia , Que Rosardo y Fabricio se acuchillan. FULGENCIO.
Y es loco y sin razón quien le desprecia ; FULGENCIO. ¿Haslo pensado ya?
Que para casamiento en tierra propia Ténganse, caballeros. LUCRECIA.
En esta el cielo derramó su copia. FABRICIO. Voluntad tuve
Agradece De casarse con...
ESCENA VIII. Que es en la calle yenlugartan público; FLORIANO. (Ap.)
FABRICIO.— ROSARDO. Pero en el campo, como voy, te aguardo. ¡ Túrbase !
(Vase.) LUCRECIA.
fabricio. (Para si.) ROSARDO.
Y propósito...
No hay que fiar de lisonjero amigo Haz como caballero lo que has dicho. FULGENCIO.
Después que la verdad perdió su fuerza ; FLORIANO. ¿Hablóte alguna vez?
Y pues soy en mi mal parte y testigo, El puede irse ; pero vos, Rosardo, LUCRECIA.
A la venganza la opinión me esfuerza.— De aquesta casa no saldréis un punto.
Mas ¿no es este Rosardo, mi enemigo, Una ó dos veces.
Suevo Tarquino que á Lucrecia fuerza? DORISTO. FULGENCIO.
Sin duda que vengarme es justo celo, La puerta cierro ; que se llega gente. Y esto ¿por dónde fué?
Pues que a su puerta me le ofrece el cié- • (Éntrame en la casa.) LUCRECIA.
[lo.- Por la ventana.
¿Fuiste testigo , di , en aquesta puerta FULGENCIO.
De mis lágrimas, quejas y tormentos, Sala en casa de Fulgencio.
Estando para ti del pecho abierta ¿Hale tocado manos ó vestido?
Para los mas secretos pensamientos? ESCENA X. LUCRECIA.
.Qué es esto, di , que tu traición concierta Ni me tocó el vestido ni las manos.
En esta variedad de casamientos? FULGENCIO, FLORIANO, ROSARDO ,
FULGENCIO.
¿No era Leonarda tuya ? ¿ Cómo es esto, DORISTO.
¿Hate escrito?
fcme ya en Lucrecia el pensamiento lias FULGENCIO. LUCRECIA.
[puesto?
Casado estás ; que en Alba se murmura ; ¿Qué ha sido la ocasión? Verdad es que me ba escrito.
Vendido me has ; que á todos es notorio ; ROSARDO. FULGENCIO.
Mas primero verás tu muerte dura Mi casamiento. ¿Y respondido tú?
Que el clandestino y falso desposorio. FULGENCIO. FLORIANO. (Ap.)
Ni gozarás, si puedo, la perjura, ¿Cómo? • ¡Tened la, cielos;
Infame rama del linaje Osorio, ROSARDO. Que me mata si dice que le ha escrito !
Porque esta espada vengará mi agrario.
Por estorbarlo... FULGENCIO.
ROSARDO. Habla : ¿de qué te turbas?
FULGENCIO.
; Resolución de caballero sabio ! ¿Quién? LUCRECIA.
Oye primero mi razón , y entiende Como era
Que , aunque aqui respondiera bien la ROSARDO.
[espada , Fabricio. Dirigido á casarse...
FULGENCIO. FLORIANO. (Ap.)
Por tu amistad la lengua se defiende ;
Que miro al fin la voluntad pasada. Pues ¿qué le va á Fabricio? ¡Ella lo dice!
Quien á su amigo sin razón olende ROSARDO.
LUCRECIA.
Por falsa informacioncon lengua airada,
Mejor merece nombre de enemigo , Bien se entiende Con mucha honestidad, con mucho
[acuerdo,
Y' aquel que no le sufre no es su amigo. Sin que lo diga yo.
Dos papeles no mas he respondido.
Y pues que esas locuras te he sufrido , FULGENCIO. (A BoriStO.) FLORIANO. (Ap.)
Fabricio ; como amigo verdadero , Llama á Lucrecia. ¡ Matóme ! ¡ Muerto soy ! ¡ Ah celos , celos!
Que de Fulgencio importunado he sido (Vase Doristo.) ¡ Pluguiera á Dios que no se averiguara!
Con Luerecia , con ruego y con dinero ; FLORIANO. (Ap.)
Que ni la solicito ni la pido , FULGENCIO.
Ni te la quito á ti , ni yo la quiero. ¡ Oh cómo viene todo á mi propósito ! ; Dos papeles ! ¡ Mirad si la pendencia
Si dije si por ocasión"tan alta , FULGENCIO. Era sin ocasión! ¡Alto! Doristo.
Fué ajena fuerza , que no propia falta. ¿En qué funda Fabricio su locura?
ESCENA Xn.
FABRICIO. ROSARDO.
¡ Que sí dijiste!- ¡Que tan sin vergüenza El sabe la ocasión y quién la ha dado. DORISTO, criados.— Dichos.
Lo confiesas, traidor! FLORIANO. FULGENCIO.
BOSARDO. Aqui está mi señora con su prima. Lleven aquestas damas á la aldea ,
Habla mas quedo; No vivan mas en Alba solo un punto.
Que no habrá amor que tu locura venza, ESCENA XI. . (A los criados.)
Ni tanto atrevimiento sufrir puedo. Vé á aderezar el coche tu, Felino,
LUCRECIA, LEONARDA.— FULGEN Lleva recado de cocina y cama.—
FABRICIO. CIO, ROSARDO, FLORIANO.. No repliquen palabra : vayan luego.
Pues mete mano : véngate; comienza. (A Lucrecia y Leonarda.)
ROSARDO. FULGENCIO.
FLORIANO. (Ap.)
¿Debe de ser porque te tengo miedo? ¿Eran, Lucrecia, las locuras estas,
La ponzoña comida , la triaca , ¿Que celos no bastaban , cielo airado?
FABRICIO. El decir disparates á concierto, ¡También ausencia, y una muerte á otra,
Déjate de razones, vil cobarde ; El no darle las manos á Rosardo? Y para contrastar tan Daca vida!
Que tus satisfaciones llegan tarde. ¿Qué tienes con Fabricio? Dilo, acaba; LEONARDA.
(Echan mano.) Confiesa , perra. ¿Hete ofendido yo, que me destierras?
56 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FULGENCIO. Pero mas pobre estoy yo, . Aquí á mi huésped primero ;
Camina , no repliques. Pues lo que el cielo me dio, Y con una carta mia
LEONARDA. Quiere que tanto me cueste. Mi vestido pedirás.
¿Por qué causa? No hay pobreza que á la mia DECIO.
FULGENCIO
Pueda hacelle Competencia ;
¿Quién dudaqueerestómplicecon ella? . &•» *»»jj f^f™™ ' ¿Y esto bastará no mas?
FLORIANO.
LEONARDA. No le traigas si porfía ;
DECIO.
¿Son invenciones nueras, son por dicha Mas buenas señas pondré
Para quitarme todavía mi esposo? ¿ Hay algo acaso que dar De la arca en que le metió.
Pues todo he describirlo á Floriano. Á aqueste pobre estudiante?—
¡ Qué es lo que he visto delante ! DECIO.
DOBISTO. Fiador le daré yo.
FLORIANO.
¡ Qué poco efeto ha hecho la triaca ¡ Mas di : ¿adonde le traeré?
¿Hasta acá os habéis de entrar?
FULGENCIO. ¿No podréis desde allá fuera?... FLORIANO.
Vayanse luego. t Aquí : pregunta por mí,
DECIO.
LUCRECIA. Porque luego me le vista.
¡Esto faltaba, cielo! ¿Ya desconoces, Señor,
A tu antiguo servidor? DECIO.
DORISTO.
FLORIANO.
¿Adonde vas?
Callen ; que se holgarán de ver el campo FLORIANO.
Todo esmaltado de diversas flores , Yo hablara si os conociera.
De hacer el queso y de cuajar la leche, Donde asista
DECIO. Mas cerca al bien que perdí.
Los requesones y las blancas natas. Yo soy el desconocido... Voy, Decio amigo, á una aldea,
Yalláestó mi mujer, que las aguarda — Pero ya no puede ser, Adonde Lucrecia va.
Con mil regalos y con mil deseos. Pues mas vengo á conocer. DECIO.
(Vanse Lucrecia , Leonarda , Doristo y
los criados.)
FLORIANO. ¿Es lejos?
¿Y qué es? FLORIANO.
FULGENCIO. DECIO. Cerca será ,
Vos quedaréis aquí, dómine Lúeas, Mi propio vestido. Puesto que muy lejos sea ;
En guarda de la casa y desta gente. FLORIANO. Aunque siempre 01 decir
FLORIANO. Yo soy quien- te le quité Que es media legua no mas.
¿No estuviera mejor en el aldea Para hacer esta invención. DECIO.
Ayudando, Señor, á los pastores? j ,, , „
DECIO. ¿Allá en este traje vas?
Queyo también sé desto de hacer queso; . Amlí Dnrrt ta „fi„inn
Que en mi tierra lo vi diversas veces. l Aqul par0 w atici0n FLORlANO.
Fulgencio. FLOmm)
FLOR! Ansí me conviene ir
j No, porque adelante fué ; Para no ser conocido.
Aquí os be menester. | Que ¡Hinque el cuerpo venga á estar DECIO.
floriano. (Ap.) i Deshecho en ceniza y hielo, Guíente, Señor, los cielos.
Y aquí sin duda | Es como el noveno cielo , FLORIANO.
Me acabarán los celos y el ausencia. ' Que nunca puede parar. Casados ausencia ycelos ,
FULGENCIO. DECIO. ¿Qué han de engendrar sino olvido?
Vos, Rosardo, podéis venir conmigo, ¿Que al fin tú fuiste ladrón?
Mientras este negocio se averigua ; ( Vanse.)
FLORIANO.
Que de una y otra parte está muy cierto
Que los deudos querrán ponerse en ban- Dime, ¿dónde quedó Alberto?
rosardo. ['los. ' DECIO. Sala en casa de Fabricio.
Mientras que no hay agravios , no lo te- Estudiante queda, y cierto
Ma3vamosáSanJuan,porsicodicia[mas. De tu daño y perdición. ESCENA XV.
Meternos en la cárcel la justicia. FLORIANO.
(Vanse Rosardo y Fulgencio.) ¿No sustenta á mis criados? FABRICIO, NEBRO, LAVINO.
DECIO. NEBRO.
ESCENA XIII. Solo conmigo es cruel ; Yerras en llamarlo agravio,
FLORIANO. Que todos están con él Después de lo sucedido.
Bien puestos y acomodados,
Si alguno justamente quejas forma FABRICIO.
Y yo ando cuál me ves.
De su contraria estrella y de los cielos, No es tanto por lo que ha sido,
FLORIANO.
Consuélese en los suyos con mis duelos, Cuanto porque yo me agravio.
Y no se queje mientras no se informa. A muy buen tiempo has venido LAVINO.
Ya Circe de hom bre en piedra me tran's- Para despertar su olvido.
Desa suerte, el nombre trueca.
„ , . [forma: DECIO.
¿De qué suerte? FABRICIO.
Y aun fuera bien por no sentirmis celos;
?ue en efeto presentes sufrirélos, [ma. FLORIANO.
Todo me o'bliga á furor;
noen laausencia que al morirconfor- ?ue los negocios de amor
Escucha pues. raen la pólvora seca.
Bien puede ser de un hombre resisti- Hoy irás á Salamanca,
IJn contrario cruel y su violencia ; [do Y aquesto le has de contar. NEBRO.
Masnocuandoá traición como este em- Mejor pudieras formar
DF.CIO.
i . . th¡sle No estoy para caminar. Esas quejas de Lucrecia.
Loscelosporlosojosmehan venido; FABRICIO.
Pero por las espaldas el ausencia; FLORIANO.
Y lo que no se ve , no se resiste. ¿Cómo? Si ella á Rosardo desprecia,
# DECIO.
¿En qué la debo culpar?
ESCENA XIV. Estoy sin una blanca. LAVINO.
FLORIANO.
Ocasión habrán hallado.
DECIO.-FLORIANO. Pues el padre los desposa.
No te faltará dinero.
DECIO.
FABRICIO.
DECIO.
¿Quién está acá? Y sin él te he de servir. Es la que ha sido forzosa
floriano. (Ap.) La que el intento le ha dado ;
FLORIANO. §ue es en extremo avariento,
Pobre es este ; Pero escucha ; que has de ir es porque Rosardo es rico.
57
EL DÓMINE LUCAS.
uvmo. FCLGENCIO. FABRICIO.
Henos esa cansa aplico ¡ Esto escucho y á esto vengo ! Hombre hay que por tres doblones
Por sustancial fundamento; ¿Qué me habéis de hacer á mi? Jurará contra su padre.
lúe ros le igualáis en todo, FABRICIO. (Xan»e.)
Y en nobleza le excedéis. Pedir mi esposa con ellos.
FABRICIO.
FULGENCIO.
Como deudo respondéis. ¿Y qué fuerza tendrán ellos, Campo y vista exterior de la alquería
LAVINO. Si ha dado á Rosa ido el si? de Fulgencio.
Y aquí me bailaréis á todo, FABRICIO.
Y do hay en todo el lugar, La justicia os lo dirá. ESCENA XVIII.
Cuanto mas en el linaje,
Hombre que mas se aventaje, FULGENCIO. (Ap.) LEONARDA, LUCRECIA.
Y lo pueda sustentar. Menester es buena prisa,
NEBRO.
Porque ya aqueste me avisa LEONARDA.
FjBBJCIO.
¿Y esta por mujer pretendo?
¡Fuego de Dios! ESCENA VIII.
Acabad, dómine Lúeas.
ldcrecia. (Dentro.) ALBERTO, de camino.— FLORIANO,
FLORIANO.
No me ofendo DECIO.
AV iii tentationem me inducat; Que aquese esposo me des.
Basta las que me ponéis. Ese es igual para mi. ALBERTO.
FABRICIO. FABRICIO.
¡Oh Floriano!
Dejaos de hablar latín, ¡Mirad si ella lo confiesa!
Y tomad estos doblones. FLORIANO.
De que la pedí me pesa :
FLORIANO. Yo la dejo desde aquí. ¡Oh amigo! Oh mi propio hermano!
Tiempo es ya que me consueles.
Ruines son vuestras razones; Fulgencio. (Dentro.)
ALBERTO.
No sé yo si el dueño es ruin. ¿Por qué dejas á Fabricio?
Y de mí, aunque no valgo ¿Cómo es esto-que me escribes?
FLORIANO.
Nada en el traje en que estoy, Porque es mi mujer le deja. FLORIANO.
Creed que como vos soy Es que te quiero casar.
Tan caballero y hidalgo. FABRICIO.
ALBERTO.
Todo eLoro de la tierra Por cierto, ¡gentil pareja!
¡Con un mozo de servicio I ¿Adonde?
Que mi pobreza contraste, FLORIANO.
Os prometo que no baste, Dómine, ¿sois hechicero?
Si un siglo rite hiciese guerra. FLORIANO. En este lugar.
Tengo en esta ropa pobre No; soy hombre como vos. ALBERTO.
Un alma de oro tan rica. Fulgencio. (Dentro.) ¿Y es én la casa que vives?
Que lo que la vuestra aplica FLORIANO.
Puede convertir en cobre. Matarte tengo, por Dios.
Bellaco pleito tenéis, FABRICIO.
Adivinaste lo cierto.
Pues testigos sobornáis. Ni oirlá ni verla quiero.— ALBERTO.
MESONERO.
Fulgencio. ¿Queréis, buen hombre, callar?
FULGENCIO.
óyete. CORREGIDOR.
Pensaba yo ¿No era en la audiencia mejor?
DECIO.
Que honrada hija tenia;
Suelta. MESONERO.
Pero , pues es tan infame
MESONERO. Que ella misma se condena , En mi mesón ha posado
¡Por el Duque, don Bribón, Quedándose en mi la buena, Floriano, el caballero
Que te deshaga la faz ! Su sangre aqui se derrame. Que deshizo el toro fiero
¡Vive Dios, que has de morir! Al pié de vuestro tablado.
DECIO. Dióme á guardar un vestido
Averigüémoslo en paz. ROSARDO.
Mientras á Madrid se fué.
MESONERO.
Y yo propio , si yo he sido El cual después entregue
Eso pido. Quien pensó ser su marido, Al que ahora traigo asido.
DECIO.
Pienso al traidor perseguir ; Pero he venido á entender
Que en faltando de mis ojos Que fué la carta fingida.
i Oh confusión! Esa vara á quien respeto,
Buen huésped, ¿tendrás secreto? • DECIO.
Le he de acabar, y en efeto
MESONERO. Satisfacer mis enojos. Esa es maldad conocida
Eso si : decid verdad , Y tú, que el lugar gobiernas, Y muy fácil de entender.
Y de quien yo soy fiad. ¿Permites esta traición? Y dígalo Floriano,
Pues aqui presente está. '
DECIO. CORREGIDOR.
CORREGIDOR.
¡Que he de decirlo en efeto! Hablad mas bajo.
¿Quién es?
MESONERO. rosardo. (A Floriano.) FLORIANO.
¿Dónde le habéis empeñado? ¡ Bribón ! Yo.
DECIO. Yo os he de cortar las piernas. DECIO.
Que no es eso lo que os pido. floriano. Pregunta ya
MESONERO. Suplico á vuesamerced Si le di el vestido , hermano.
¡Pues cómo! ¿Habeisle vendido? Siquiera me deje una. (Al metonero.)
rosardo'. MESONERO.
DECIO.
No os ha de quedar ninguna , ¡ Señor ! ¿Cómo estáis así?
Al mismo dueño lo he dado,
Sino que escondido está Ni vida , infame , ¡ creed !. . . DECIO.
¿Si? Has téngolo de ver. Que si otra espada tuviera , Buen huésped , es un disfraz.
Echado á mis pies te hiciera FULGENCIO.
DECIO. Confesar tu loco error.
Venid con el diablo ya, ¡Este es Floriano!
ROSARDO.
Aunque seque ha de matarme, ¡Hay desvergüenza como esta!
MESONERO.
Sin deber por eso pena. ¿Esto á un villano escucháis? Sí.
Soltadme. 'FULGENCIO.
MESONERO. LUCRECIA.
¿Conoceisle?
I La industria es buena! ¿Qué ha de hacer si le afrentáis? MESONERO.
¿Pensábades engañarme? FULGENCIO. ' Y dos mil veces
(Yante.) ¡Y vos también, dama honesta!... Ha posado en mi mesón.
EL DÓMINE LUCAS.
LEONARDA. MESONERO. Aunque yo tengo por cierto ,
¡No está mala la invención ! A que me saquen los dientes. Según en él mismo estoy,
Que te azotasen mereces. (A Floriano.) ( Vate Leonardo.) Qu* yo Floriano sov,
FLORIANO. Ya espero, Señor, que cuentes Y que él es el mismo Alberto.
¿Por qué? (A Floriano.) Si contigo me casé,
LEONARDA. Tu vida, encubierta en vano. No creo que le he engañado ;
Por haber fingido FLORIANO.
Que soy caballero honrado
Que eres Floriano. ¿Qué hay en eso que decir Y alguna renta heredé.
Sino que ese propio soy , De Floriano soy primo ;
FLORIANO.
Aunque eu este traje esloy, Y asi, pues eres tú prima
Y lo soy. De Lucrecia , á mi me estima
LEONARDA.
Porque lo quise ungir? En lo mismo que la eslimo.
Después que el toro maté,
¿Cómo , si con él esloy En la plaza rebozado, LEONARDA.
Casada? A Decio, que es mi criado, Digo que ya soy contenta
FLORIANO. Este vestido tomé, De hacer tan buen casamiento,
Y con él me descubrí , Y perdono el fingimiento.
Engañada has sido.
Como habéis visto, á Lucrecia. FULGENCIO.
LEONARDA.
FULGENCIO. Ellos se han hecho la cuenta :
Señores, no es Floriano ; No hay mas tio ni respeto.
Que estoy casada con él. No la culpo yo de necia,
Si es verdad que pasa asi. LEONARDA.
FULGENCIO. Pienso que será tu gusto,
LUCRECIA.
Pues ¿en dónde está? ¿Qué es del? Ni me tengas por mujer Pues es negocio tan justo.
LEÓN ARDA. Que menos que á Floriano FULGENCIO.
Hoy me dio su prapia mano, Había de dar la mano. Eso yo te lo prometo.—
Y jóle be dado lamia, Y vos, Dómine , ¿-no habláis?
Y este trazó el casamiento. ESCENA XVIII. FLORIANO
CORREGIDOR. LEONARDA, ALBERTO.— Dichos, Yo os pido, Señor, perdón.
Pues ¿dónde está? alberto. (A Leonardo.) FULGENCIO. .
LEONARDA. Mejor es la bendición ,
¿Que aun no lo podéis creer? Por el favor que me dais.
En su aposento. corregidor. Abrazad á esos señores,
corregTdor. Ya vienen los dos aquí. Y dad la mano á esa dama.
¡Hartan gran bellaquería! leonarda. (A Alberto.) ROSARDO.
¡Que se fingiese Floriano No. Vos tenéis yerno de fama.
Con estos falsos testigos ! ALBERTO.
FABRICIO.
Fulgencio. Que soy Alberto yo; ¡ Extremado fin de amores !
¿Y' qué les han dado, amigos? Que Floriano me dio
Su nombre, Leonarda, á mf ; FULGENCIO.
ROSARDO. Aunque como la amistad Ya sois dómine de casa ,
¿Con qué les untó la mano? Ha sido tan verdadera, De mi hija y de mi hacienda.
MESONERO. Ser su mismo ser pudiera. FLORIANO.
Floriano digo que es, LEONARDA. A esto llega , dulce prenda ,
Caballero de Madrid. ¿Eso es cierto?' Quien tantos trabajos pasa.
ALBERTO. LUCRECIA.
CORREGIDOR.
;-V> ba sido malo el ardid! Esto es verdad, Merécelo mi afición.
Aunque también eso es llano ; FLORIANO.
leonarda. (Almetonero.) Que es tanto el amor que ves , El Dómine acaba aquí ,
Y ¿á qué te ofreces después, Que no sabemos quién es Y por todos y por mí
Si traigo aquí á Floriano? Alberto ni Floriano. Pide al senado perdón.
Pi
L-i.
tato ^>^É^
1 flltsati.
*ta,Uj^
LA VIUDA VALENCIANA,
COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,
Después que supe que vuesamerced habia enviudado en tan pocos años , que aunque las par
tes y gracias de su marido la obligaran á sentimiento , la poca edad la excusara , pues es aforismo
en los discretos mirar por lo que falta, y no por lo que dejan , me determiné á dirigirle eSta come
dia, cuyo título es La Viuda valenciana: no maliciosamente ; que fuera grave culpa dar á vuesa
merced tan indignos ejemplos. Discreta fué Leonarda (así lo es vuesamerced y así se llama) en
hallar remedio para su soledad , sin empañar su honor ; que como la gala del nadar es saber guar
dar la ropa, asi también lo parece acudir á la voluntad sin faltar á la opinión. Lo mas seguro es
no rendirla ; pero si pocos años, mucha hermosura, bizarro brío y ejercitado entendimiento dieren
tal vez oido á la lisonja de algún ocioso, no le estará mal al peligro haber leido esta fábula; que
esgrimiendo no se llama herida la que recibe otra, ni el músico merece este nombre si arrastran
do los dedos por las cuerdas no tañe limpio. Muchos se han de oponer á tan linda cátedra : perdo
nen los críticos esta voz linda; que Fernando de Herrera, honor de la lengua castellana y su Co
lon primero, nó la despreció jamás ni dejó de alabarla, como se ve en sus Comentos; pero pues
á vuesamerced no se le ha de dar nada del, ni de sus prólogos, ni de mí , ni de esta comedia,
volvamos al consejo; que de los maduros le han de tomar los agraces, ó no llegarán jamás á darle á
otros. Opuestos pues los altos para secretos gustos, los iguales para bendiciones públicas, será
fuerza que vuesamerced confusa consulte sus íntimas privanzas, si no lo fueren mas sus priva
ciones. Aquí es donde entra La Viuda valenciana, espejo en que vuesamerced se tocará mejor
que en los cristales de Venecia, y se acordará de mí , que se la dedico. No fué todo mentira; que
sino pasó á la letra, á lo mas sustancial no hice mas de darle lo verisímil, á imitación de las muje
res que se afeitan. Estoy escribiendo á vuesamerced y pensando en lo que piensa de sí con ojos
verdes, cejas y pestañas negras, y en cantidad cabellos rizos y copiosos, boca que pone en cui
dado los que la miran cuando se rie , manos blancas, gentileza de cuerpo y libertad de conciencia
en materia de sujeción, pues la señora muerte, en figura de redentor de la Merced, la sacó do
Constantinopla y de los baños de un hombre que comenzaba á barbar por los ojos y acababa en
los dedos de los pies. Oí decir que su madre del tal difunto era de Osuna, ó que al hacerse pre
ñada pensó en un cofre: la imaginación hace caso; no nos metamos con los filósofos, que creen
mas á las acciones del espíritu que á la naturaleza de la común herencia; él tenia estas gracias, y
por añadidura el mas grosero entendinúento que ha tenido celoso después que se usa estorbar
mucho y regalar poco. Suelen decir por encarecimiento de desdichados : « Fulano tiene mala som
bra. » No la tuvo mujer, tan mala desde que hay sol ; y siéndolo vuesamerced de hermosura, se es
pantaban muchos de verla con tan mala sombra. ¡Bien haya la muerte! No sé quién está mal con
ella, pues lo que no pudiera remediar física humana, acabó ella en cinco dias con una purga sin
tiempo, dos sangrías anticipadas y tener el médico mas afición á su libertad de vuesamerced queá
la vida de su marido. Puedo asegurarle que se vengó de todos con sola la duda en que nos tenia si
08 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
se habia de morir o quedarse : tanto era el deseo de que se fuese ; no porque él faltase , pues siem
pre faltó, sino porque habiendo imaginado que nos dejaba, fuera desesperación el volver á verle.
Cien creerá vuesamerced cuan lejos estaré yo de su oposición ; y así, debe creerme el deseo de
su bien, libre de interés humano; porque, ¿quién no admira tantas gracias, tanta hermosura y
celestial ingenio ? Si vuesamerced hace versos, se rinden Laura, terracina ; Ana Bins, alemana ; Sa
fo , griega ; Valeria , latina, y Argentaría , española ; si toma en las manos un instrumento, á su di
vina voz é incomparable destreza , el padre desta música, Vicente Espinel , se suspendiera atónito ;
si escribe un papel, la lengua castellana compite con la mejor, la pureza del hablar cortesano co
bra arrogancia, el donaire iguala a la gravedad, y lo grave á la dulzura; si danza, parece que con
el aire se lleva tras sí los ojos , con la disposición las almas, y que con los chapines pisa los deseos.
Mas ¿cómo soy yo tan atrevido, que donde todo es milagro ponga lunares con mi rudeza, y como
mal pintor, desacredite el original con la imperfección de mi retrato ? Vuesamerced repare en
mis deseos, de quien sacará mejor lo que no acierto á decir, que lo puede preguntar al espejo : per
donará á mi pluma, y en el del alma retratará mas vivo su entendimiento. — Dios guarde á vue
samerced. *
Su capellán y aficionado servidor,
Lope de Vega Carpió.
LA VIUDA VALENCIANA.
PERSONAS.
LUCENCIO,w<i¡0. CAMILO, galán. LISANDRO, oo/an.
LEONARDA , viuda mozí. FLORO , criado tuyo. ROSANO, cortesano.
URBAN, escudero tuyo, CELIA, dama. UN ESCRIBANO.
mow. OTÓN, galán. Criados.
1VUA, criada. VALERIO, galán. Alguaciles.
JULIA.
Tan santas costumbres crias? Por el pincel que le dan ;
¿Ver hablar en la ciudad Que el dueño me satisfizo
Ya vengo á ver lo que mandas. I)e tu mucho encerramiento , Que allá en la corte la hizo
LEONARDA. Cordura y entendimiento, Un famoso catalán.
Guárdame ese Fray Luis. Fama , honor y honestidad? JULIA.
JULIA. Dicen que el siglo dorado Vov. (Yate.)
Viéndole en esos traspasos , Nuevo estado ahora toma;
No será mucha lisonja ?ue has hecho á Valencia Roma , ESCENA II.
Apostar que de ser monja presente lo pasado;
Que en tí se encierra y anida LEONARDA.
No has estado dos mil pasos ;
Aunque, como me nombrabas Todo el bien que tiene el suelo,
Y que eres ángel del cielo No hay ya de qué tratar
A fray Luis cuando salí , Que servir áDios no sea :
En verdad que colegí En hermosura y en vida.
Los mozos están de forma, Bien así la vida emplea
Que todo un fraile me dabas. ?uien ve lo que ha de durar,
Que nadie á verte se atreve,
LEOUARDA.
Porque no hay quien no se eleve, error es que perseguida
No son para tu rudeza , Si de tu vida se informa. En esta edad guarde á un muerto
Necia, razones tan altas. Fe tan cierta, amor tan cierto,
LEONARDA.
JULIA.
Verdad viva y casta vida.
De todo, Julia querida , Pero en la dificultad
¡Qué mal encubrí las faltas Se sirva Dios ; que esa fama Escriben que está la gloria,
Que me dio naturaleza! Es de estopa fácil llama , Y eso se llama Vitoria ,
Que al no tener hermosura Antes muerta que encendida. Resistir la voluntad.
No añado la discreción. No procuro ser nombrada , Dejadme aquí , pensamientos;
LEONARDA. Ni comer, como Artemisa , No hay mas , no me he de casar.
Basta una buena razón Las cenizas que ya pisa
V una honrada compostura , La muerte con planta helada ; ESCENA III.
Julia, en cualquiera mujer; Ni ser la que el nombre toma
Que si de aguda se precia, De que de antojo murió , JULIA , con un cuadro. — LEONARDA-
Está muv cerca de necia , Porque á ver no se asomó
Taun devenirse á perder. El monstruo que entró por Roma ; JULIA.
Yo, después que me faltó Ni la que con el carbón Aun no le acertaba á hallar.
Mi Camilo, que Dios tiene, Pintó la sombra al marido, leonarda. (Aparte.)
Que a hacer el oficio viene Que tuvo , siendo partido ,
Ln igual veneración. Resistid , castos intentos.
Del alma que me llevó,
Como he dado en no casarme, ' Quiero ser una mujer, , JULIA.
Leo por entretenerme", Que como es razón acuda Vesleaquí.
No por bachillera hacerme Al título de viuda. (Dale el cuadro, que es un espejo.)
Y de aguda graduarme ; Pues á nadie he menester. LEONARDA.
Que á quien su buena opinión JULIA. (Ap. Cure mi olvido
Encierra en silencio tal, Que en fin ¿ no te casarás ? Las vanidades que dejo.)
70 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ
¿Qué es esto , necia? ; El espejo Y pues que he venido á verte Nace para nueva edad.
Por la imagen me lias traído! Cuando tú te has visto , advierte... ¡No sino venga un mancebo
Toma. —Y estemos solos los dos. Destos de ahora, de alcorza,
. JULIA.
LEONARDA. Con el sómbrenlo á orza,
Acábate de ver : Tio, si es de casamiento, Pluma corta , cordón nuevo,
Verás lo que has de llorar, Ni se miente ni se hable. Cuello abierto muy parejo,
No lo iludiendo cobrar, Puños á lo veneciano,
Si aquí lo dejas perder. LUCENCIO. Lo de fuera limpio y sano.
LEONARDA.
¡Que has de ser tan intratable, Lo de dentro sucio y viejo;
Toma allá. Con tan buen entendimiento! Botas justas, sin podellas
¿Escucharme no merezco? Descalzar en todo un mes,
¿Dónde un viejo honrado hablara, Las calzas hasta los pies,
ESCENA IV. Que, siéndolo, no escuchara El bigote á las estrellas ;
LUCENCIO.— Dichas. Cualquier hombre? Jaboncillos y copete,
LEONARDA. Cadena falsa que asombre,
LICENCIO. (Ap. Hoy tne enflaquezco. Guantes de ámbar, y grande hombre
No se le des. Si yo sé lo que me quieres, De un soneto y un billete ;
Pues (Juiso Dios que viniese ¿Por qué he de dejar cansarte? Y con sus manos lavadas
A tiempo que verte viese, LUCENCIO.
Los tres mil de renta pesque.
Tú , que á ti ni á nadie ves. Con que un poco se refresque
¿Que has de ser en esta parte Entre sábanas delgadas ;
¿Qué milagro, di, sobrina, Igual á tantas mujeres?
lis este de hallarte asi? Y pasados ocho dias,
¿Qué pertinacia es la tuya? Se vaya á ver forasteras ,
LEONARDA. (A Julia.) ¿Piensas que estas cosas son O en amistades primeras
Si hoy no me vengo de ti... Para tu buena opinión? Vuelva á deshacer las mias !
Son para que se destruya. Vendrá tarde, yo estaré
JULIA.
¿Cómo piensas conservarte, Celosa, dará mi hacienda,
Pues ¿vile yo entrar? Ya que tan resuelta vienes, Comenzará la contienda
LEONARDA. En el estado que tienes , Desto de si fué ó no fué.
Camina. Tantos años sin casarle? Yo esconderé y él dará ;
LUCENCIO. Es verdad que te han quedado Buscará deudas por mi ,
Bien tendrán canas de un viejo Tres mil ducados de renta ; Entrará justicia aquí ,
Con tu edad autoridad. Pero yo no pongo en cuenta Voces y aun coces nabrá ;
Lo que es vivir descansado No habrá noche, no habrá dia ,
LEONARDA. i (Que si esto te faltara ,
Juzgarás á liviandad Que la casa no alborote... '
j Gracias á Dios que me sobra), —Daca la carta de dote.
Hallarme con el espejo; Sino el verte empezar obra,
Que suele ser conocida —Soltad la hacienda , que es mi
De acabarse bien tan cara. —Entrad en esta escritura.
La mucha de una mujer ¿Adonde le esconderás
En irse y venirse á ver, —No quiero. — ¡ Ah si ! ¿ No queréis ?
De la envidia y vulgo vil , Yoos haré, infame, que entréis,
Después de una vez vestida. Aunque en un año y en mil
Y yo, conforme á mi estado, Si el brio de ahora os dura.—
No salgas de donde estás? Y que mientras mas me postro,
Hago en eso mas delito. Que con sol abras tu puerta , Me haga muy mas apriesa
LUCENCIO. Y cierres á la oración ; De dos títulos condesa,
A enojo siempre me incito Que los que mas linces son , Cocentaina y Puñoenrostro.
Con tu melindre extremado. No vean ventana abierta; Yo he dicho.
¿Es mucho que una mujer Que un átomo , que el sol mismo LUCENCIO.
Que ha de estar un dia compuesta , No entre en casa tan rara ,
Por si escura , y por ti clara , Acabado has
Vaya á ver si está bien puesta Como oración en latin.
La loca 6 el alliler? Cielo en parte, en parte abismo;
Que tengas dragones y argos LEONARDA.
¿Quién se lo dirá mejor,
Si está bien ó si está mal. . Mas que vellocino y fruta, Latin pudo ser el Un;
Que ese palmo de cristal? ¿Qué importa? La envidia astuta Mas romance lo demás.
Tiene lengua y ojos largos. Esto propuse aquel dia ,
LEONARDA.
Dirán que con el esclavo Y á ser varonil mujer,
¡Cómo disculpas mi error! Que dentro de casa tienes', Brasas había de comer,
LUCENCIO. A ser Angélica vienes, Y abrasar alma tan fría.
Eso fuera , á ser de aquellas Soberbia y infame al cabo; LUCENCIO.
Que junto á las celosías Y ofendido tu decoro. Sobrina, aquí se acabó.
Hacen colgar muchos días Mil que seguido te han , Desde aquí doy á los vientos
Su espejo, ó en medio dellas ; A Júpiter cisne harán , Todos cuantos* casamientos
Y así como están hablando O por dicha lluvia de oro. Me han hablado y busco yo;
Por de fuera á su galán , ¿Cuánto es mejor que te cases', ?ue tres á escoger traía,
El habla y meneos vari Y estas malicias excuses? ya solo he de pedir
En el espejo mirando ; LEONARDA. Que no demos que decir
Y el necio á quien satisface, Ya no habrá de que me acuses, De tu edad ni de la mía.
Por sí lo entiende y se admira ; Si no es que adelante pases. Mira por ti, pues te quedas
Y es el espejo á quien mira, No dirás que no te oí. En tan moza libertad ,
A quien la fiesta se hace. Dime, Lucencio, ¿es mejor Que es mucho que en tal edad
No eres tú la que le lleva A peligro de un error Tan segura vivir puedas.
A la iglesia y al sermón, Poner mi vida por tí? Cuando mires al espejo
Y fingiendo devoción, ¿A este daño me acomodas. Tu hermosura y pocos años ,
Se mira cuando se eleva. Si todos los que han escrito Tú verás cuántos engaños
Ni al beber haces agravio, Han reprendidp infinito Te dan los dos por consejo.
Con pico de aguamanil , Siempre las segundas bodas? Y Dios te lleve adelante
Porque la color sutil La viudez casta y segura Ese silicio y ayuno.
No se despegue del labio. ¿No es de todos alabada? LEONARDA. (Ap.)
No te quiero decir cosas , Si es de la envidia infamada. ; Qué viejo tan importuno !
Que á un viejo parecen mal, Este engaño poco dura ; LUCENCIO. (Ap.)
Desta regla universal ?ue al íin vence la verdad
De feas y melindrosas. ; Qué mujer tan arrogante!
vuela la buena fama , .(Vatue.)
Mírate, y guárdete Dios; Que es fénix que de su llama
LA VIUDA VALENCIANA. 71
Calle. OTÓN. Aunque el que he tenido puedo
Adviérlós Contar á los dos sin miedo,
ESCENA V. Que asi se habia deoir; Como palabra me deis
Que son tales sus antojos, Que los vuestros contaréis.
LISANDRO. Que habia, cuando se empieza LISANDRO.
[«riba A tratar de sus enojos, •
Rompe una peña el agua mando es- Por mi parte lo concedo.
Por lar}» curso en ella su corriente , De estar libre la cabeza OTÓN.
T á la segur del labrador ¿aliente Y descubiertos los ojos. Y yo por mi parte. •
Se humilla el pino y la arrugada oliva. Ño porque á verdad aspira ,
VALERIO.
De su fruto el caudal la palma altiva Que antes de ella se retira ; m
Mas porque son menester Oid,
Rinde, aunque larde, á la africana gente; Muchos ojos para ver Y el galardón de mi amor
Viene el novillo al yugo, y la serpiente Tan agradable mentira. Deste favor presumid.
A la voz del encanto se derriba. OTÓN.
Fabrica un escultor una figura [da, LISANDRO.
De un mármol duro, de una piedra hela- Bien á Otón seje parece Di, Valerio, tu favor.
Y viene á tener ser lo que no era ; Que por la hermosa viuda VALERIO.
Y por mas que mi amor vencer procura Se deshace y desvanece. Ya comienzo.
Una mujer hermosa y delicada. OTÓN.
LISANDRO.
Con ser mujer, está rebelde y fiera. Y de vos i pondremos duda Di.
Que os abrasa y enflaquece? VALERIO.
ESCENA VI. ¿Por qué rompéis á los cielos Advertid.—
Cuantas túnicas y velos A esta gallarda viuda
VALERIO, tin ver á—LISANDRO. Los astrólogos les ponen , Que tiene el alma de tigre,
Baja del monte el agua despeñándose, Porque con ella os abonen? Ln un coche vi una tarde
Y va de piedra en piedra entremetiéndo- VALERIO. Como tres mil serafines.
Y con venir como el cristal riéndose, [se; Declárense si son celos. Iba subiendo del sol.
Va por la tierra con el tiempo entrándo- Entraré yo de por medio Porque el sol iba á encubrirse',
[se. A quitarla pesadumbre, Aunque la cortina á veces
Mi mal, con beneficios aumentándose, Y dar algún corte y medio. Era a mis ojos eclipse.
Hace que vaya el alma consumiéndose, Hicele una reverencia,
LISANDRO. Y ella con algún melindre
Y del bien la esperanza entreteniéndo- Mas á entraros por su lumbre
Sin verle florecer está acabándose, [se, Por el último remedio , Sacó del estribo afuera
Amor me ve morir, y satisfácese Todos los pechos de un cisne.
Que dé la que vive aquí. Yo, creyendo que podia
Donde con tiempo y obras desmerécese; Mas ¡ ay ! que en Otón y en mí
Que es ola que en la mar se rompe y há- Es el alma enamorada En este favor asirme,
Jfcese. De mariposa turbada , Con mi guitarra en su calle
El bien y el mal para mi mal ofrécese ; Que habrá de morir allí. Me tocó san Juan maitines.
Pero en un punto el bien muérese y ña- Habia hecho una glosa;
ícese, VALERIO. Por mi mal la glosa hice.
Yluego la esperanza desparécese. ¿YoporLeonarda? Empecé á cantar mas tierno
LISANDRO.
Que un tiempo Piramo á Tisl'e :
ESCENA Vn. Vos, pues. «Socorre con agua al fuego»,
Fué lo primero que dije ,
¿Pensáis que está muy secreto Y lo postrero también ;
OTÓN , tin verá —VALERIO Lo que tan notorio es?
t LISANDRO.. Del socorro Dios os libre.
OTOIf. Si era agua limpia ó mezclada,
OTÓN. Finalmente, ¿que á un sugeto Dioscórides lo averigüe;
Halla con lengua , lágrimas y ruego, Queremos bien todos tres? Basta que toda la noche
Entre bárbaros, paso el peregrino, VALERIO. Gasté en limpiarme y reírme.
Guia por las montañas de Apenino, Ahora bien, porque lo es tal , LISANDRO.
Agua en la Libia , y en la Scitia fuego. Confesar no me está mal , Va el mió; pero es mejor ;
El aba rimo , en sus crueldades ciego, Y porque este casamiento Que en efeto fué favor,
Por sus tierras le da franco camino , Me ha dado algún pensamiento. Y el de Valerio pesar.
Halla en Arabia pan , en Persia vino, LISANDRO. OTÓN.
Y en los alarbes de África sosiego. ¡Gran mujer! Empieza pues á contar.
Corren el llanto y la alegría parejas, OTÓN. LISANDRO.
Y el cautivo en el moro de Marruecos No tiene igual.
Halla piedad entre cadena y rejas. Comienzo en nombre de amor.—
Y un áspid hecho de peñascos secos, LISANDRO. Por esta dichosa calle,
De mis cansadas lágrimas y quejas, Lo que Valerio pretendo. Desdichada en tanto extremo,
Aun no se precia de escuchar los ecos. OTÓN.
Donde mil penantes viven ,
Velando prendas de un muerto,
VALERIO. Yo lo mismo solicito. Llevaban unos ladrones,
i Lisandro ! VALERIO. Una noche escura , huyendo
LISANDRO. Si emprendéis lo que yo emprendo, Déla vecina justicia.
¡Valerio! ¿No os ofendo si os lo quito, De vino un famoso cuero.
VALERIO. O en quitármelo me ofendo? Al pasar ios desdichados ,
¡Otón! ¿Puédese esto componer? Las puertas de mármol vieron
LISANDRO.
Désta viuda mas dura ,
OTOS.
Muy bien se puede hacer. Y pusiéronle en lo hueco.
; Oh hidalgos! Los alguaciles y mozos ,
VALERIO. Ancle el pleito y la amistad. Embebecidos corriendo ,
Creo que junta OTÓN.
No vieron dónde quedaba
Amor la conversación. Competencia y voluntad El arrimado mancebo ;
LISANDRO.
No suelen juntas comer. Yo , que estaba en una esquina
Eso de amor se pregunta Pero habrá de ser asi ; Mirándolo desde lejos ,
A los que amantes no son. Que á todos está mejor; Apresuré luego el paso,
Ea, acabaos de cubrir; Si no es que haya alguno aquí Llevándome el aire en peso.
Que bien se puede decir Que tenga della favor. Llegando á la amada puerta ,
Aquesto de amor, cubiertos; VALERIO. Vi un bulto á mis ojos negro ,
Que no es Evangelio. No diré yo que yo fui , Con su capa y con su espada ,
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Mirando y hablando adentro.
Llegúeme á él , y metime LISANDRO. ¿Que ya no eres tú la helada,
Hasta la barba el sombrero, Yo me voy desa manera. La santa, la recogida?
Y dijele: « ¡ Ah gentilhombre! > OTÓN. LEONARDA.
Terciando el corto herreruelo. ¡Ay Leonarda hermosa y muda ! No me hables en tu vida,
Como no me respondía , LISANDRO.
Necia , no me digas nada ;
Saco la daga de presto, i Ay bellísima viuda ! Que todo será accesorio,
Y por el pecho á mi gusto Si me tengo de perder.
Hasta la cruz se la nieto. VALERIO.
• JULIA.
Dióme la sangre en el mió, ¡ Ay hermosísima llera!
Y vuelto á mi casa huyendo , No sé qué tengo de hacer
(Yante.) De los libros y oratorio.
Miro á una luz la ropilla , Pues ¿qué diráfray Lilis?
Y olia como un incienso. ¿Y aquellas cosas tan altas?
Tomo una linterna y parto , Vista exterior de ana Iglesia.
Y cuando á mirarle vuelvo, LEONARDA.
Hallo derramado el vino, ESCENA VIH. ¡Oh mujeres, cuántas faltas
Y el cuero midiendo el suelo. Hasta la prueba encubrís !
OTÓN.
LEONARDA, JULIA. Quien vio mi celo y mi pecho,
Si esos son vuestros favores, ¡Oh mancebo! antes de verte...
Heuiego de los amores. JULIA. —Pero el rigor de la muerte
Castigado han tu locura No es conmigo de provecho.
VALERIO. Los cielos.. No me tengo de casar.
Diga Otón el sujo , á ver. LEONARDA. Si el mundo está de por medio.
OTÓN. Y de tal suerte, JULIA.
¡Ah Tulio ! aqui he menester Que no me han dado la muerte Yo, Señora , sé un remedio.
Tus retóricos colores. Para mayor desventura.
Y pues que así me declaro, LEONARDA.
Cantaban la vez primera
Con su voz ronca los gallos. Créeme que algún hechizo ¿No te he mandado callar?
Respondiéndose muy lejos Este viejo astuto hizo Si no te hubiera criado,
Los del lugar y del campo, Contra mi helado reparo; La cara le deshiciera.
Cuando de nuestra viuda. Que llevarme aquesta tarde Vesme ardiendo, ¡v como fiera
Como un reloj concertado, A buscar mi vituperio Te burlas de mi cuidado !
La ventana con los ojos No carece de misterio. Pues remedio he de tener
Y la calle mido á pasos. Sin perder mi punto y fama ,
JULIA. Y he de aplacar esta flama
Estaba el cielo mas negro Dios de pensallo me guarde.
Que un portugués embozado, Cruel.
Y á esta causa erré la reja, Tan ignorante está él JULIA. '
Dos ventanas mas abajo. De lo que te ha sucedido, Todo puede ser.
Como ese mismo que ha sido
Vivia un buen zapatero Basilisco tan cruel.
Donde yo con gran cuidado ESCENA EX.
Puse los ojos, por ver ¡Malditos sus ojos sean,
La casa en que viven tantos; Que á la primer vista pueden URBAN. — Dichas.
Y vi en un balcón un bulto, Hacer que otros ciegos queden !
URBAN.
La mitad del cuerpo blanco; LEONARDA.
¡Oh ! ¡ Gracias á Dios que os hallo !
Y creyendo ser la viuda, Déjalos , Julia , que vean ; ¿ Hasta cuándo era el rezar?
Asi la requiebro y hablo : , Que es bien que tan buenos ojos ¿Queríadesos quedar
« Ángel , cuya alba es la toca No pierdan porque me vieron. Hasta la misa del gallo?
Y cuya estola el rosario , JULIA. En días de jubileo
Oid un secreto solo ¡ Por mi abuela, que te dieron No te querría servir.
Deste enamorado esclavo.» Muy aprisa los antojos! LEONARDA.
No lo hube dicho , señores , i Rabia en él!
Cuando el zapatero honrado, ¿Tan presto nos hemos de ir
LEONARDA. Uift tarde que el sol veo?
Que estaba en camisa al fresco ,
Dijo, un ladrillo tomando : No digas eso. URDAN.
Dios le guarde. ¿ Qué te va ?
« ¡ A mi mujer requebritos ! No sueles tú decir eso;
Por estas barbas , bellaco , JULIA. Que aun te ofende su arrebol.
fiue yo os conozca de dia; » ¡Ay Señora ! ¿adonde está
LEONARDA.
Y si al tirar no me bajo, Tu autoridad y tu seso? Ya quiero sol.
Con los polvos del ladrillo ¿Qué es de aquella gravedad
URBAN.
Me deja allí rociados, Con que hoy al turbado viejo
Como escudilla de arroz, Subiste al cielo el espejo Anda al sol.
Los sesos entre los cascos. De tu fama y castidad , jtjlia. (Ap. á Urban.)
VALERIO.
Y del melindre que hiciste Déjala ; que está sin seso.
De verte en el de<:rislal?
Los favores son iguales. ORIIAN.
Mas al fin , tratando veras, LEONARDA. ¿Deque? ¡Vélame san Blas !
Y dejando burlas tales, No-me predicas muy mal. LEONARDA.
¿No veis que estas tres quimeras JULIA.
Han de engendrar cien mil males ? Mira si está el coche á punte.
Calla ahora , no estés triste. URBAN.
OTÓN. Ello ¿ ha de ser tempestad,
Un consejo os quiero dar. O cosa para de asiento ? Ya, Señora, lo pregunto.
LEONARDA.
LISANDRO. LEONARDA.
¿Cómo? Estoy sin entendimiento Vuelve, necio. ¿Adonde vas?
OTÓN. Del mal de la voluntad. URBAN.
Que el pleito tratemos JULIA.
Por el coche del sol iba ,
Dejándonos de tratar. Para que al sol nos andemos.
Ahi falta una potencia :
VALERIO. Sangrarse dclln , y adiós. ESCENA X.
¿Queréis que no nos hablemos? LEONARDA.
OTÓN. Amor, ¡ esto podéis vos ! CAMILO , FLORO. — Dicnos.
Yo á ninguno pienso hablar,
JULIA. CAMILO.
encuéntrele adondequiera.
¿Qué hombre le agrada en Valencia ? ¡Gentil recado tenemos!
LA VIUDA VALENCIANA.
Dile tú que no me escriba. CAMILO. , Qué barba tan aseada !
FLORO. Camilo, y vivo á San Juan. Qué mano tan regalada !
No le rasgues , por el tiempo URBAN.
Parecióme nieve pura.
¿Sois noble? ¡ Qué cuerpo , que pierna y pié !
Que la amaste. Qué fabla , qué discreción !
c AHILO. CAMILO.
Bastantemente. Qué lindo dar de doblón !
Ya está hecho. Y ¡ qué afición le cobré
URBAN.
FLOBO. Cuando le vi relucir!
¿Que aun eso no es de provecho? Dígolo porque se asiente
LEONARDA.
Su buena gracia, galán.
CAVILO. Ahora bien , ya no es posible
FLORO.
Es cosa de pasatiempo. Sufrir el fuego insufrible
Yo Floro. De que me siento morir.
LEONARDA. URBAN.
Croan, ¿ves este mancebo? Amigos, grande flaqueza
Basta : yo vuelvo Os parecerá la mia ;
URRAN. A la iglesia. Pero mi pecho confia
Mu; bien. CAMILO. De vuestro amor y nobleza.
LEONARDA. Andad con Dios. Desde mis padres habéis
Pues llega el oido. Cofrades somos los dos. Servido siempre esta casa:
crban. (Háblate aparte.) (Vase Urban.) Yo sé al extremo que pasa
¿Casa y nombre? Ya. El amor que me tenéis.
ESCENA XII. Supuesto que no pretendo
floro. (A Camilo.) Casarme ni sujetarme,
No ha sido CAMILO, FLORO. Hoy habéis de remediarme,
Ese tu desden muy nuevo. Hoy mi vida os encomiendo.
Siempre con esa mujer FLORO.
En vuestra lengua y secreto
Esta aspereza tuviste. ¿Rezarás? Está mi opinión y fama.
CAMILO.
leonarda. URBAN.
Vamos, Julia. Hoy me resuelvo...
— ¡Vive Dios, que di un doblón O tu temor nos disfama ,
JULIA.
Al hombre por dos reales! O es de tu amor este efelo.
Vén. ¡Vive Dios, que si en un potro.
LEO.NARDA. (A/).) FLORO.
O con oro me engañasen ,
¡ Ay triste ! ¿Ahora con eso sales? Palabra no me sacasen
¿Si te he de volver á ver? Ya no tiene redención. Por eso ni por esotro!
(Vante Leonardo y Julia.) CAMILO. Fia de Julia y de mí ,
Entra ; que aun habrá reparo. Y di lo que hemos de hacer.
ESCENA XI. FLORO. LEONARDA. '
CAMILO , FLORO. — URBAN , reti Por eso te dijo allí Tú mi remedio has de ser.
rado de ellos. Que eres noble. Escúchame atento.
CAMILO. URBAN.
urban. (Ap.) ¡Olí pesia mi, Di.
;Por mi fe, bueno he quedado Que soy cofrade muy caro ! LF.O.NARDA.
A saber su casa y nombre (Vante.) Ya ves cómo anda alterada
Deste galán gentilhombre ! Con sus máscaras Valencia.
CAMILO.
URUAN.
No quiero amor ni cuidado. Sala en casa de Leonarda. Bien.
Estése Celia en su casa , LEONARDA.
Dé favor á quien quisiere , ESCENA XIII.
Pues con esta licencia,
Hable , si su gusto fuere, LEONARDA, JULIA , URBAN. Ponte una ropa extremada
Al que llega ó al que pasa ; Y una máscara , y camina
liusque un nuevo moscatel LEONARDA. A hablar aquese galán ,
A quien con celos engañe ; ¡Gentil industria tuviste, Y dile en disfraz, Urban,
Que ya á mi no hay qué me dañe , Urban ! Que una dama se le inclina,
Sino'es la lástima "del. Y que la hable tiernamente,
URBAN.
URBAN.
Soy flor de los hombres. Y que la podrá gozar
(Ap. Siempre fué bueno traer LEONARDA.
Como hoy te quiera esperar
Tintero y escribanía.) Del Real dentro en la puente.
¡Qué bien sus casas y nombres' Y si te dice que si,
(Saca tintero y papel , y se ¡lega á Ca En el papel escribiste!
milo.) Esta noche irás por él.
¿Que al hn Camilo se llama?
¡Al caballero! querria... ¿Eso mas tiene del muerto? URRAN.
CAMILO. URBAN.
Luego ¿bien ha de ver él
Hablad, ¿qué queréis? Sin duda el ser noble es cierto, Adonde vives y á mí ? .
URBAN. Aunque ignoramos su fama. LEONARDA.
Saber ¿Qué argumento como ver No ; que con máscara irás ,
Si acaso os habéis escrito Que en tan fácil ocasión Y para que nada note.
En el santo jubileo Por un real me dio un doblón? Le pondrás un capirote,
Por cofrade. JULIA. Con que á casa le traerás.
CAMILO. Liberal debe de ser. Entrará á escuras , y cuando
Antes deseo Cierto que fué gran nobleza. Se haya de ir, vuelto á poner,
Serlo , buen hombre , infinito, ¿A quién podrá conocer?
LEONARDA.
¿Qué se paga? Di , Julia : ¿qué no tendrá URBAN.
URBAN.
A quien tales gracias da Brava industria vas trazando.
Solo un real. La franca naturaleza? ¡Qué bueno vendrá el halcón !
CAMILO. URBAN.
Pero yo ¿en qué me detengo?
Veis aquí dos por los dos. Eso de gracia , no vi Parto.
Tomad. Jamás , por vida de Urban ,
LEONARDA.
ERRAN. Hombre mas bello y galán No tardes.
Recíbalo Dios. Desde el dia en que nací. URBAN.
El nombre y casa nombrad. ¡Qué rostro , que compostura ! Ya vengo. (Yase.)
7i COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
JULIA. » OTOS. Julia. (Ap. d su ama.)
¿Quién te dijo esta invención? Y Calvez Montalvo fué, Creo
LEONARDA. Con grave ingenio, su autor. Que te engañan.
Amor, que tiene á los pies Con hábito de san Juan LEONARDA.
A cuantos han estudiado. Murió en la mar, y yo muero Bien lo veo. (Ap. á Julia )
En mar mas profundo y fiero. —¡En mi casa tanta gente!
JULIA. LEONARDA.
Paréceme que ban llamado. VALERIO. (Ap.)
¿ Sois librero ó sois galán? ¿Acá está primero Otón?
LEONARDA. OTON.
Anda, vé, mira quién es. No se lo sabré decir. oton. (Ap.)
(Vate Julia.) Aqueste es la Galatea, ¿Que Valerio vino acá?
Que si buen libro desea, LEONARDA.
ESCENA XIV. No tiene mas que pedir. ¿Qué vendéis?
Fué su autor Miguel Cervántes, VALERIO.
LEONARDA. Que allá en la Naval perdió
[da Una mano, y pierdo yo... Vos lo veis ya:
¿Quéhabráqueuna mujer determiua- Vendo el mismo corazón.
No intente por su gusto? Qué tormento Calla, Julia, noLEONARDA. te espantes. (Ap. á ella.) LEONARDA.
La mudará del firme pensamiento? Mostrá. ¿Qué es este papel ?
Qué fuego , qué cordel , qué aguda espa ¿Qué perdéis?
lda? OTON. VALERIO.
¿Qué gigante con furia mas airada El alma y vida, El Adonis del Ticiano,
Intentará subir al firmamento, Y por otra Galatea Que tuvo divina mano
O qué Alcides con mas atrevimiento Mas cruel que fué Medea , Y peregrino pincel.
Al centro bajará con alma osada? Y menos agradecida. ¡ Oh quién este hubiera sido,
Efetos son de un niño poderoso LEONARDA. Cuando fué tan regalado!
Haber mi hielo con su ardor vencido, ¿Quién es este? Pues muero desesperado,
Y aquella fe de mi primero esposo. OTON. Y él murió favorecido.
Yo he sido como rio detenido, Es Espinel. Esta , por vida de Aurelio,
Que va , suelta la presa , mas furioso; Que es de las ricas y finas ;
Y es lo mas cierto que mujer he sido. LEONARDA. Que es de Rafael de Urbinas
¿Qué trata? Y cortada de Cornelio.
ESCENA XV. OTON. Esta es de Martin de Vos,
Solas canciones; Y aquesta de Federico.
JULIA.— LEONARDA; después,OT0X. Mas tiene lindas razones LEONARDA.
i Y hay graves versos en él.
JULIA. Quiso bien hasta morir; Mal á estas cosas me aplico.
No sé qué gente está aqui. Mas no del mal que yo muero. ¿ No traéis cosas de Dios ?
Que libros y estampas vende. LEONARDA. VALERIO.
LEONARDA. ¿ Sois galán ó sois librero ? Sí traigo. Aqui hay una estampa
Si es máscara ¿qué pretende? OTON. Del matrimonio, escogida.
JULIA. No se lo sabré decir. LEONARDA.
Yo sin máscara la vi. El Cancionero está aqui; Esc no espero en mi vida.
LEONARDA. Mas lleno de disparates. VALERIO.
Pues para que no parezca LEONARDA. Mal su estampa se os eslampa.
Que mi devoción se muere , De mal impreso no trates. Pues no sé vo por qué sea ;
Entre , y veamos qué quiere, OTON. Que hay mil que esperan un si...
O si hay qué comprar se ofrezca. Mejor impreso está en mi... Y por ventura está aqui
Un hidalgo que os desea.
( Va Julia á avilar y vuelve inmediata LEONARDA. Soy Valerio, aunque me veis
mente con
• una cesta.) Otón que trae libros en ¿El qué? Que esta máscara be tomado.
OTON. OTON.
OTON. Un eterno servir,
Dios guarde á vuesamerced, Un amar, un padecer. Pues ya va tan declarado,
Y le dé un gentil marido. A Oton delante tenéis.
LEONARDA. Soy rico y soy caballero,
LEONARDA. ¿ Es requebrar ó vender ? Y pierdo el seso por vos.
En que no lo haya querido OTON. LEONARDA.
Me ha hecho mucha merced. No se lo sabré decir. ¿ No hay aqui quien á los dos
OTON. JULIA. Les pague en mejor dinero?
¿Por qué, teniendo ese talle? ¡Hola!
LEONARDA. ' El estampero se ha entrado.
ESCENA XVII
Mostrad: ¿qué libros vendéis? ESCENA XVI.
OTON. Dos Criados.— Dichos.
Uno traigo que podéis ' VALERIO, en hábito de mercader, con criado 1."
Por poco precio compralle. estampas.—Dichos. Señora...
Mas es una historia mia , LEONARDA.
Y sois vos muy recatada. VALERIO.
LEONARDA. ¡ A la rica estampa fina! Al librero
: Qué cifra tan extremada ! LEONARDA. Y al que los papeles vende...
Julia, ¿note lo decía? (Ap.áella.) Mp.Mal mi sospecha adivina , OTON.
¿Quién es este? (A Otón.) O este trato es concertado ; Pues , Señora , ¿qué te ofende
OTON. Que el uno y otro galán , Pedirte nuestro dinero ?
Es El pastor Que este engaño concertaron , LEONARDA.
De Filida. Las máscaras se quitaron Ea , ¿qué aguardáis, criados ?
LEONARDA. En allegando al zaguán.)
Julia , ¿es esto conveniente VALERIO.
Ya lo sé. A mi encerramiento? Paso , no os alborotéis.
LA VIUDA VALENCIANA. 75
LfcONARDA.
URBAN.
En bablalla y en tocalla
ACTO SEGUNDO.
¿Libertades me vendéis?
¡Libros , por mí fe , extremados ! Habrá luz con que se vea.
Hola , cargaldos de palos. Si os pesare y os cansare , Campo y entrada a un puente. Es de noche.
No volváis.
VALERIO. CAMILO.
No harán tal ; que irnos sabremos. ESCENA PRIMERA.
No hay que repare
OTÓN. Mas que en el ir tan cubierto. CAMILO.
Ni esa afrenta sufriremos. URBAN.
criado 2.° Esa es la -ley del concierto. ¡ Buen ánimo , pensamiento
¡No están los gabachos malos! Mirad si hay mas que os declare. De temeridad vestido !
Al puesto habernos venido
CRIADO 1." CAMILO.
Donde vuestro atrevimiento
Con pastillas y perfumes ¿Que cubierto tengo de ir? Me lleva á vencer vencido.
Aguarda otro para entrar. ' URBAN. Entre el temor y el deseo,
, • CRIADOS." Y (lesa suerte, Carajlo, Con quien batallo y peleo,
Habéis de entrar y salir. Tantas veces quedo y voy,
Ea, empiecen a bajar. Que con estar donde estoy ,
CAMILO.
VALERIO. Otras tantas no lo creo.
¡Que en tal crueldad te resumes! ¡ Brava industria , bravo estilo ! ¿Qué sé yo si algún contrario,
LEONARDA.
URBAN. De invidía de verme noble ,
Todo lo habéis de sufrir. Me forja este trato doble,
Cerrad la puerta , y quien llama Donde sea necesario
CAMILO.
Traerá menos libertad. El sufrir espada ó roble?
¿ Y adonde os he de aguardar ?
VALERIO. ¡ Bravamente el cuello humillo,
URBAN. Como simple corderillo,
Julia, ¿no hay mas amistad?(Ap. della.)
A las tres podéis estar Que ser vendido no ve ,
JULIA. (Ap. á Valerio.) Del Real puesto en la puente; Que va él por su propio pié
Calla , no lo oiga mi ama. Y guardaos de llevar gente , Al carnicero cuchillo!
(Yante.) Porque no os lengode hablar. Mas yo jamás he entendido
CAMILO. Que haya hecho á hombre ofensa.
(Ap. ¿Por ver á Italia no pasa, Mal mi entendimiento piensa ;
O las naciones francesas, Que el que á ninguno ha ofendido,
Sala en casa de Camilo. Quien deja su patria y casa Bien camina sin defensa. •
Por las Indias portuguesas, Y mas, que aquel qué me ha dado
ESCENA XVIII. Y largos mares traspasa? Las nuevas deste cuidado
Me ha dicho que armarme puedo;
CAMILO ; URBAN, vestido de máscara. ¿Ño deja el otro su tierra Pero fué por darme miedo ;
Por ver la extranjera guerra?
Por una fiesta , ¿no hay mil Que and» siempre el miedo armado.
CAMILO.
Que están entre gente vil. Pero aunque vaya cual voy,
Máscara , juro por Dios 1 ¿De qué peligro me escapa,
Que grande empresa acometo, Donde el calor los enlierra ?
¿No está alguno al sol y al hielo, Si al fin los ojos me tapa?
Y sin saber quien sois vos. Que pues sin ojos estoy,
Esperando á ver salir
URDAN. El tímido conejuelo, Bien puede echarme la capa:
Camilo, aqueste secreto Y el pescador por asir J ¿Quién oyó jamás tal cosa?
Ha de ser entre los dos. El pez simple en el anzuelo? ¿Que una mujer tan hermosa ,
Pues yo, mozo y orgulloso , Que tanto á un hombre desea ,
CAMILO.
¿Qué me excuso temeroso No permita que la vea?
Pues me da el alma esa dama, De ver este encantamento?) ¡Qué fama tan vergonzosa!
¿So me tiara su fama? Camina ; que soy contento. V ¿qué sé yo si pensando
¿No pudiera yo servilla, Que abrazo algún ángel bello,
Yháblalia, vellayoilla, URDAN. A un demonio enlazo el cuello.
Y saber cómo se llama? Si,vais, vos seréis dichoso. Que á escuras anda volando
URBAN. CAMILO. Porque es indigno de vello?
No habernos de hablar en eso ; A la hora concertada ¡O que fuese alguna vieja,
Que en queriendo saber algo, En la puente me hallaréis. Ya sin pestaña ni ceja ,
Queda perdido el suceso. URBAN.
Con unos dientes postizos ,
Que me hiciese con hechizos
CAMILO. ¡Qué noche tan regalada Andar como simple oveja?
Juro por la fe de hidalgo Con aquel ángel tendréis! ;0 fuese alguna cuitada
Qoe me hacéis perder el seso. CAMILO. Herida del mal francés ,
Si yo tuviera enemigos , A lo menos encantada. Que me hiciese andar después,
Los cielos me son testigos URBAN. Por un hora de posada ,
Que era engaño claro y visto ; Muerto dos años ó tres?
Mas no hay hombre tan bienquisto Ella estará prevenida. Mas gente viene á la puente.
Ni que tenga mas amigos. Adiós.
CAMILO.
Fuera deso , estoy contento ESCENA II.
Qoe digáis que hasta el retrete Ya vuestra partida
Entre armado á mi contento , Aguardo. URBAN , de máscara y con un capirote
Y que lleve un pistolete. URBAN.
de bayeta en la mano.—CAMILO.
URBAN. Será muy presto.
Lleva uno, lleva ciento. CAMILO. (Ap.) URBAN.
Si no os falta habilidad , Yo he de saber lo que és esto , Solo está un hombre. ¿Qué gente?
Valor, gusto y voluntad , Aunque me cueste la vida. CAMILO.
Que el interés lo atrepella ,
Gozáis la cara mas bella ¿Es acaso aquel amigo?
Que tiene aquesta ciudad. URBAN.
CAMILO. Quien te sirve está contigo.
¿Qué importa que bella sea . CAMILO.
Si á escuras he de gozalla? ¡Que esto uu hombre cuerdo intente !
Antes presumo que es fea.
7G COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
URBAN.
URBAN. Que suele la santidad
¿Hay alguien que vernos pueda? Poneos el capirote. Ser flaca y descolorida.
CAMILO.
Las estrellas y la luna. CAMILO. Viuda tan regalada
¿Quién habrá que no me note Y que come descansada
URBAN. Ue loco? tres ó cuatro mil de rentó,
Mas que no Tele ninguna. URBAN. ii lan moza vive contenta,
¡Oh cuál aquel ángel queda! Jamás lo fuistes. A la media noche helada!
Dichosa fue tu fortuna. Que se encierre en lo postrero ,
CAMILO.
CAMILO.
Que tenga buena opinión,
¡ Aun de bayeta lo hicistes! I>i que trate de oración ,
No niego que es muy dichosa ; ¿ISo fuera de chamelote?
Mas sea fea ó hermosa, ¿Que importa, si el despensero
(Pone Vrban el capirote d Camilo ) Compra el pavo y el capón?
Para aborrecer y amar,
Si á escuras la he de gozar, ¿Hay mucho que andar? Ahora , yo no he de dormir
¿No es todo una misma cosa? URBAN.
Cien noches , y he de acudir
Gran rato. todas á su calle y puerta,
OBRAN.
CAMILO.
Y si alguno la despierta,.
¿Una misma? ¿ De qué suerte? ¡Vive Dios, que ha de morir!'
Un cuerpo grueso y perfelo Ahora llevadme al rio,
Y remojaréismeel brio. Ya el sufrir la escarcha helada ,
¿No hay mas gusto que despierte, Aunque aqui poco se usa ,
Que tocar un esqueleto URBAN. O el sueño, no se me excusa.
Como pintan á la muerte? Todo es verdad cuanto os trato. Piedra soy de su portada ,
Lo hermoso es como el olor, >o os enojéis, señor mió. Como si fuera Medusa. ( yase )
Que aquel natural valor
Se conoce , mira v huele ,• ESCENA III.
Por la suavidad que expele.
CAMILO. OTON.-Dichos. Sala en casa de Leonarda.
¿Soy herbolario ó doctor?
¿Qué me importan á mí olores» oton. (Para si.) ESCENA V.
Los ojos hacen gozar; Noche de estrellas vestida ,
Que aquel ver, causa el hallar Que mis pasos y mi vida LEONARDA, JULIA.
Suavidad en los amores, Guias á la sepultura ,
Y el conocer y el tratar. Vuélvete negra y obscura LEONARDA.
Que por lo contrario , el tieso Porque algún favor te pida. Las telas y terciopelos *
M*io yo á esa dama llego, ' Porque aunque al campo he salido No sé si están bien colgados.
Es en el deleite ifbal Donde debiera el sosiego JULIA.
A cualquier bruto animal. Templar este ardor tan riego, Están , Señora , extremados.
Algo mas anda encendido Vuelve, por tu vida , y velos.
URBAN.
Ese argumento te niego; • Con el desden de mi fuego.
LEONARDA.
Que ese en la imaginación » urran. (Ap. á Camilo.) En esa sala ¿está bien
labnca.un rostro no mas; Un hombre hemos encontrado • Aquesa tapicería?
Mas si tú despierto estás, Asidme de la pretina. JULIA.
Mirando con atención,
Mucho del vivo verás OTÓN. Tenerla el Virey podría ,
Hay ojos que en tales puntos ¡Hola ! ¿Quién va? Quién camina? Y aun el mismo Rey también.
Hacen fuego, y cuatro juntos CAMILO. (Ap.) LEONARDA.
¿Queeieloy tierra no ven? Yo vengo muy bien armado, ¡Qué á propósito es la historia '.
Camilo. Sin ojos , como gallina. Que es de Jacob el amor.
Algunos habrá que estén OTÓN. JULIA.
En ese tiempo difuntos, ¿No respondéis? Diversa dirás mejor
e-lia ¿es moza? cahilo. (Ap.) Del fin de tu presta gloria ;
URDAN.
. ,, Y° V"J' bueno. Que esperó catorce años
¿Nonasdevella? ¡Oh si descargase el trueno ! Lo que tú en Un hora tienes.
CAMILO. LEONARDA.
t URBAN.
¿Casada ó doncella en duda» Máscara soy. ¡ Plega á Dios que tantos bienes
¿bs viuda? ¿Es tal, que se muda No paren en tantos daños !
OTÓN.
fcn casada y en doncella Urban tarda. ¿Qué haremos?.
T otras veces en viuda? ¡Gentil loco!
JULIA.
URBAN.
URDAN.
Habernos bebido tin poco, Un poco puedes jugar.
Ni es viuda, ni casada,
«i doncella, ni violada Y andámonos al sereno. LEONARDA.
üe alguno que la desdeña. Echad, Señor, por aquí. (A Camilo.) No le debió de agradar.
CAMILO.
¡Ay triste !
CAMILO.
¡Oh san Blas ! sed en mi ayuda. JULIA.
Ilesa suerte será dueña
Entre algodones guardada (Vanse Urbano y Camilo.) No hagas extremos:
¡Valate Dios por señora, Que no es eso de creer
ni te acabo de entender ! De un mozo tan belicoso.
ESCENA IV.
(Ap. Engaño debe de haber LEONARDA.
¿Cosa que fuese esta ahora OTÓN. ¡Ay ! mira que en ser hermoso
Alguna hombruna mujer? Algo tendrá de mujer.
Pero ¿tan lindo era yo? ¡Bravamente el vino muda ! Cuanto mas que ¿qué Roldan
¡Oh que tentación me dio Y amor es lo mismo en mí Sufriera cubrirse así .
üe quitarle el rostro á este Por esta ingrata viuda. Y á escuras venir aqui?
Aunque la dama me cueste' ¿Posible es que pueda aquesta i Un mozo hidalgo v galán ,
Uue tan poco me costó ' Ser tan casta y tan honesta Un mancebo varonil,
Mas gran deseo me inflama, Y tan Artemisa en fe, No como otros mujeriles,
* este brío que hay en mi) Y que á tanto hidalgo dé Con quien fuera el mismo Aquüos
Amigo, vamos de aquí Un mismo no por respuesta? Ahora cobarde y vil !...
A ver esa escura dama No es posible : aqui hay maldad ,
JULIA.
De aquellas que nunca vi. Yo sospecho que es Ungida
La santidad de su vida ; Leandro, ¿no pasó el mar
Dos mil veces animoso?
LA VIUDA VALENCIANA. 77
LEONARDA. Fué en mi alma vuestra boca , AMILO.
¡No ves que eso es fabuloso. .. Que ha dado centellas puras. En tal sagrado de brazos
V después fie ver y hablar? Yesca ha sido el corazón , No podrán acometerme.
Ven la torre contra el viento Que era materia dispuesta, No |)or su miedo , por Dios .
l.uz le solian encender; Y el golpe fué la respuesta, (Que pues vine, no le tuve),
V aquí no la ha de tener Y la lengua el eslabón. Mano y deseos detuve ,
Deolro del mismo aposento. Tengo una luz encendida Mas por mandármelo vos.
Si dijeras el romano En el alma , que os ve y trata, ¡Que bello cuerpo tenéis!
Que en un hueco se arrojó , Si el aire no me la mata Qué traje y rico vestido!
del que el puente acometió, De veros escurecida. Con razón no he merecido
üel que se quemó la mano, No os vea yo como ciego Que en mi bajeza liéis.
Ana aquesto verdad fué. Dentro en la imaginación, ¡ Bravas telas y brocados !
Porque parece invención Bravos cuadros y pinturas !
JULIA.
Haber tinieblas y fuego. Pero todo queda á escuras
Pame albricia?. Si no es mi lianza buena , Con tales ojos cerrados.
LEONARDA. No se comience la historia : ¿Que no hay aqui quien me abone?
No lo creo. Y pues es limbo sin gloria , Quien me ama , ¿ no me lia?
JGLIA. Ño sea limbo con pena. LEONARDA.
Ea. Sed vos , para que yo os vea , El alma se le confia :
LEONARDA. Como pintor extremado, Vuesamerced me perdone;
Toma aquel manteo, Que aunque la noche ha pintado. Que cuando de su lealtad
Julia, que ayer me quité. Deja luz con que se vea. Mas experiencia se lenga^
JULIA.
Yo soy un hidalgo noble. Haremos que á casa venga
Que si cara á cara os trato, Con mas luz y claridad.
,Es aquel de oro y morado? Fio de mi honrado trato Siéntese, y no se alborote.
LEONARDA. Que os parezca bien al doble.
Dame la máscara presto, Esto he de alcanzar de vos. Camilo. (A Vrban.)
liorna la tuya. Ea, dadme aquesa mano. Si la caza no he de ver.
LEONARDA.
Tornadme , amigo , á poner
ESCENA VI. Pigüelas y capirote.
¿Mi mano? Tomad. Mas valdrá para estar quedo
CAMILO, con el capirote puesto; UR- CAMILO. No tener ojos ni oidos ,
BAN. — LEONARDA y JULIA , con Ya es llano Porque se van los sentidos
máscaras. Que lo concedéis , por Dios. Tras aquello que ver puedo.
jui.ia. (Ap. á Vrban.) En descubriendo el halcón
URDAN.
A fe que no es necio el hombre. Para que la caza vea,
Al puesto , Ya está cierta la pelea,
Camilo, habernos llegado. URDAN. Y es suyo aquel corazón.
CAMILO.
Bien habla. Pero aquí , después de vella
Pues escalera subi , JULIA. Con alguna claridad ,
Va estaré en el aposento. Por lindo estilo. Le quitan la libertad
LEONARDA.
De poder volver tras ella.
LEONARDA. Y aun hay otra condición
Dalde una silla al momento. Pues, por vida de Camilo... En esta caza encubierta ,
URDAN. CAMILO. Que va la perdiz cubierta,
Asiéntate. Ese es , Señora , mi nombre. Y descubierto el halcón .
CAVILO. LEONARDA.
¡Aqui de Dios, mi señora !
; Adonde ? Que no pienso que he hecho poco ¿Vos habéis de permitir
Que quien os merece oir,
URDAN. En daros luego mi mano. No os merezca ver ahora?
Aqui. CAMILO.
LEONARDA.
CAMILO. Digo que es bien soberano, Ahora bien, tráiganle aqui
Quién es aquella que habló? Digo que me vuelvo loco. Un poco de colación
URDAN. LEONARDA. Con que amanse el corazón.
Hi señora. Decid , ¿y pareceos bien? ( Vase Julia.)
LEONARDA. No me la apretéis. ¡Jesu!
Y vuestra esclava CAMILO. ESCENA VII.
Ks la que de hablar acaba. Esta mano es de Esaú, LEONARDA , CAMILO, URBAN ,
CAMILO. Y la voz no sé de quién.
,0b pesia quien me parió ! LEONARDA.
VA capirote me quito. Traigan luz por eso solo. ¿Qué colación , pesia á mí?
(Quítasele.) (Yase Julia.) ¿Cómo tengo de comella,
Par Dios , á escuras estoy. URDAN.
Si eso mismo se me abrasa?
LEONARDA. ¡Ah ! doyme á Dios con la casa ;
Ya se descubre el farol. ¿Que aun no hay una cara en ella?
Por eso licencia os dov,
Y se os perdona el doíito. CAMILO. ¿Qué lianzas me habéis dado
Dadme silla junio á él. Luz pido donde está el sol ; Para comer, satisfecho
Pero está eclipsado Apolo. Que no es veneno?
CAMILO.
¿Hay mas lindo encantamento? (Vuelve Julia con luz.) LEONARDA.
JULIA.
Este pecho
LEONARDA.
La hacha está aqui. Que me habéis enamorado.
¡Ay señor! con vos me asiento. CAMILO.
CAMILO.
CAMILO. Ligero argumentoháceis.
Por Dios, que es hecho cruel. ¿Qué es esto? Id á una tienda embozada,
Ya me enciende el corazón ¿Todos con máscara están? Y veréis si os lian nada
Amor sin luz , pues no ve* ; LEONARDA. Por mas que el pecho mostréis.
Qoe ha tocado en el deseo Tened las manos, galán ; Yo soy aquí mercader,
i-unio piedra el eslabón. Que aqui no ha de halwr mas que esto Vos quien rebozada llega :
'xiinoel nombre que está á escuras, : En llegando á querer verme, Luego bien la vida os niega
Y, para encender luz, toca , ' Os harán dos mil pedazos. El que no os merece ver.
78 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
LEONARDA. JULIA. URDAN.
Camilo, no os aflijáis En verdad que es muy leído. ■
Escucho. Esta va por mi.
De vernle esconder asf : URBAN. Camilo. (A Julia.)
Que hay partes, Señor, en mi No lo toméis tan policio ; Vos tendréis Iris por nombre.
Que vos ahora ignoráis. Que en verdad que es zanahoria
Yo os vi , y el alma os rendi Que es de Diana mensajera ,
De suerte , en cierto lugar, Entro, y la bebida saco. (Vate .) Y vos Mercurio.
Que no me excusé de dar CAMILO. LEONARDA.
Í*'in á mi cuidado asi. Donaire tiene por cierto. ¿Pudiera
Este remedio busqué Pero hagamos un concierto. Darse á todos mejor nombre?
Para que entréis donde estáis, LEONARDA. (A¡l.) URBAN.
Y para que no digáis i Es discreto y es bellaco. En fin, ¿que Mercurio á mí ?
Con quién ni en qué parte fué. Baco ¿no fuera mejor?
CAMILO.
Si pensáis que aquesto ha sido JULIA.
No tener crédito en vos. I Si esto pasa entre los tres ,
Bien quedará entre los dos I Que sois vos y estos criados, Escucha un poco, hablador.
Averiguado y reñido. I Para hablar o ser llamados, URBAN.
Joyas os daré en valor i Sin nombres, trabajo es. Escucho. Esta va por mi.
De" dos mil ducados. j Quiéraoslos poner Ungidos;
LEONARDA.
CAMILO.
Que yo así me entenderé.
Ya es tarde , y es bien que os Tais;
¿Buenas? 1 (Vuelve Vrban con ¡a bebida.) Que hablando no se ha sentido
LEONARDA.
URDAN. Tiempo y noche que han corrido.
i Bebed. CAMILO.
¡Hola ! Dame esas cadenas CAMILO.
Y ese brinco, dios de amor. ¿ Que al fin cubierta os quedáis?
Dame... Luego beberé.
LEONARDA.
URBAN.
CAMILO. Noches quedan , mi Camilo :
Bebed.
Paso, no pidáis JULIA. Esto por ahora baste.—
Eso; que me dais enojos. Están divertidos. Llévale donde le hallaste, (.4 Urban.)
Mas quisiera vuestros ojos ¡Hola! por el mismo estilo.
Que cuantas joyas me dais. URDAN.
URBAN.
Diéradesme esos zafiros, (Ap. Estos mozos confitados,
Y los rubíes y perlas Todo almíbar y jalea , Encajaos el capirote.
Desa boca ; que por verlas Que no hay ninfa que tal sea , CAMILO.
Pudiera con mas serviros. De boca y dedos mirlados , ¿ No os be de abrazar primero?
También hay oro en mi casa. Me hacen perder el seso.) LEONARDA.
Gracias á Dios , no soy pobre. Bebed. Sí por cierto.
CAMILO.
LEONARDA. CAMILO.
Deseo que mas os sobre i Mostrad : beberé. ¡ A h bien ligero!
Que de oriente á España pasa. ! UIUIVN. Paso.
Pero por señal de amor, I ¡Qué poco y qué á tiento fué! • ( Urban le pone el capirote. )
Esta sortija tomad, Diga, ¿y harále mal eso? URBAN.
Que en vos tendrá calidad. CAMILO. Alto sois de cogote.
CAMILO.
(Ap. Tras tanta plata , ¿qué espero?) LEONARDA.
Y esta en vos tendrá valor. No me muestren mas, Señora. Pues, necio, ¡así le lastimas!
Servios de que en mi nombre
La traiga esa blanca mano. urdan . (Ap. á Julia.) URBAN.
Haga melindres ahora , Nunca vos haréis buen son.
ESCENA VIII. Haráse después un cuero. ¡ Bendiga Dios el bordón,
Pues esta va por mi ama , (Bebe. Que dura por treinta primas!
JULIA, con la colación.— Dichos. Y esta, Camilo, por vos; Asid la pretina bien.
Esta, Julia, por los dos; CAMILO.
Que bien bebe quien bien ama. Adiós , señora Diana.
JULIA.
JULIA.
La colación viene. LEONARDA.
Escucha, ó vete de ahí ; ¡ A y ! ¡ cuánto tarda mañana !
CAMILO. Que nombres nos quiere dar Descubrome.
En vano Para podernos llamar. JULIA.
Viene : á fe de gentil hombre, URDAN. Yo también.
Que no tengo de comer. Entra á recogerte luego.
Escucho. Esta va por mi.
LEONARDA.
LEONARDA. (Yante.)
A lo menos el probar ¿Cómo me pensáis llamar? CAMILO.
No lo podéis excusar ; ¡ Bueno voy ! ¡ Ah ciego amor !
Que soy honrada mujer. CAMILO.
CAMILO.
! A vos os llamo Diana , URBAN.
l Y está la razón muy llana. ¿Y voy acaso mejor?
¿Es lo del veneno? ¿Quién manda rezar al ciego?
LEONARDA.
LEONARDA.
; Esa podéis declarar. (Vante.)
Si. CAMILO.
Por mi vida, que probéis.
¿No es luna y alumbra?
CAMILO. Calle.
LEONARDA.
Si ese juramento hacéis ,
Haya mil muertes aquí. Si. ESCENA IX.
Quiero tomar el veneno, CAMILO.
Que Alejandro del doctor; ¿No se escurecc y desdora? VALERIO , embozado.
Que donde la fe es mayor, t ■ . [cisles.
URDAN.
No le hace el daño ajeno. Sospechas, que al mas cuerdo euloque-
¡Oh que bien! Y en el mas escogido entendimiento
URBAN. JULIA. Representastes mas quimeras varias
¡Oh lo que sabe de historia ! Escucha ahora. Que la imaginación profunda suele
LA VIUDA VALENCIANA. - 78
Del pintor que diseña alguna máquina , Abren franca libertad. ALGUACIL.
0 el poeta que traza algún discurso, Viuda , va no hay quien crea Yo soy quien debo.
k Dónde lleváis mi loca fantasía Que estáis sin dueño secreto Vuesas mercedes ¿quieren compañía?
A desvelarse cuando todos duermen? Del alma , porque en efelo OTÓN.
Ya el estrellado carro con su guia Andáis triste y no sois fea.
Mujer bella , rica y moza Quedar nos cumple aqui.
Parece que se humilla á su descanso,
Y declinando van las seis hermanas, (Que basta libre y mujer) , ALGUACIL.
Con la que entre ellas vergonzosa vive; Yo no tengo de creer Pues adiós.—Vamos.
Y u>, solicitado de vosotras, Que no se regala y goza ; LISANDRO.
No como estrella estoy en luz ardiendo. Porque aunque mas me digáis, ¡Que siempre en todo juntos nos halla-
Mas como fuego del eterno abismo. Huyendo segunda boda , [mos!
Por donde dicen que encendido sale, Que sois angélica toda,
Doyme á Dios , si vos no amáis. (Vanse los alguaciles y el escribano.)
i uvas bocas jamás de darle cesan.
Haseme puesto, y no será por dicha, ( Ve d los dos.)
En la imaginación que esla Leonarda, ¿Que tan desvanecido hablase al aire, ESCENA XIII.
Entre aquellas imágenes y libros, Que apenas reparase en que podía
Ser escuchado destas-vivas sombras? OTÓN, VALERIO, LISANDRO.
Alguna tiene aparte á quien adora.
Noche, si está allá dentro algún dichoso, En fin , pared , no escapas sin oídos.
VALERIO.
Hazle salir, con dar lugar al alba. ¡Oh casa del mayor peso del mundo !
lias i como podre ye saberlo solo, Ya os arriman gigantes á la puerta , Otón es bravo arquitecto.
Siendoesta casa como un tiempo Tenas, Ya están vuestras colunas revestidas. OTÓN.
Quese ilustraba de cien puertas grandes? ¡Denocheguardasálas puertas! ¡Bueno! Y á Valerio ¿qué le falta?
tiente viene : tomemos esta esquina A feque adondetantasguardas ponen, LISANDRO.
De la portada , i ver dónde camina. Que nay escondido algún tesoro rico.
Si asisten al sustento de la casa , Para portada tan alta
(Retírase.) Las tres hicimos efecto.
Sirvamos todos de eslantales juntos.
ESCENA X. Y pues el irme es caso sin remedio. Pero túveos mil ventajas.
Hagan lugar; que yo me pongo en medio . VALERIO.
OTO.N, embozado; VALERIO, aun lado (Pónete entre Valerio y Otón.) Estar en medio son mil.
de la portada de la casa de Leonardo. OTÓN.
OTO».
ESCENA XII. Si no viene el alguacil ,
Cierta cuestión de amigos y parientes Todos nos hacemos rajas.
Alguach.es, UN ESCRIBANO.—Dichos.
Me ha detenido : perdonadme, calle, LISANDRO.
Y vos también , ventana venturosa , ALGUACIL. Consuélome , que lostres .
Si he tardado en venir á saludaros. Lindo salto se hizo en los del juego. Fuimos necios por extremo.
¡ Ah mi ventana ! ¡ Quién de vos supiera ESCMBAtlO. OTÓN.
Si ha salido por vos algún suspiro! Dar aquese nombre temo
Que entrado, yo aseguro que son tantos, ¡Y qué hermoso dinero se paraban ! A lo que locura es.
Que no son mas de abril las varias flores, ALGUACIL.
Pero cuando aqueso fuera ,
Ni las perlas que el alba entonces vierte. Aun esta casa tiene mas secretos; El mas necio fuistes vos,
; Cuántos fus colgados de esas rejas, Que se da de comer y entran mujeres. Que os metistes entre dos.
Que no merecen, de un cabello solo, Yo les haré una información que salten.
LISANDRO.
Piden al cielo que convierta en mármol Gente hay en esta puerta. ¿Quién va?
Aquella que de mármol tiene el pecho! Al Rey. [Ténganse Y entre ciento me metiera ,
También vos, puerta... — Mas ¿qué es OTÓN. Aunque fueran Rodamonles.
[esto? ¡Ay triste! Tenidos somos ; no nos meta OTÓN.
i Qué sombra es esta ó qué nueva coluna? La lanlerna en los ojos. ¡Ea,leon!
No en balde el corazón me lo decía, ALGUACIL. VALERIO.
Y esta noche el venir solicitaba. He de- verlos, No es-burlando;
¿Será por dicha aqueste el venturoso Y desarrebozarlos treinta veces. Que puede , como otro Orlando ,
Que de la viada posesión merece? VALERIO. Romper árboles y montes.
¿Quélediré?Queharé? ¡Viven loscielos, Mire que somos caballeros. LISANDRO.
Que se ha de conformar la arquitectura,
Y que han deestarlosmármolesiguales! ALGUACIL. La necedad en su punto
Creólo; Fué aquello del estampero,
{Colócase al otro lado de la puerta.) Masyohedeverlospormispropriosojos; Cuando Otón, hecho librero,
ESCENA XI. Que suelen engañarnos por momentos. Entró con Valerio junto.
Ea; que es ya... OTÓN.
LISANDRO, embozado. — VALERIO v LISANDRO. ¿Con máscaras no llegamos
OTÓN , cada uno á un lado de la Suplicóos quesea aparte. Hasta la puerta^
puerta. ALGUACIL. VALERIO.
lisandiío. No ha de ser sino aqui : por Dios, descú- Esperad ;
Viuda, asi os guarde Dios, fbranse. Que de aquella necedad
Que puesto á aquesa ventana . (Desembózame los freí.) Iguales partes llevamos ;
Le que hay de aqui á la mañana ¡ Señor Otón , Lisandro, y vos, Valerio! Que él vino de bohonero
Quisiera pasar con vos. ¿Los nombres no pudiérades decirme? Con mil rosarios allí ,
El sí que á todos negáis. OTÓN. Y no le abrieron.
Decidme ¿en qué no consiste? Convínome callarle. OTÓN.
Santa y moza, alegre y triste, LISANDRO. ¡Ai! ¿sí?
Zagala , no me agradáis. Y á mi y todo. Pues darle el parabién quiero.
Este ser vos tan discreta Mas yo me huelgo deste desengaño. LISANDRO.
Hace á mil necios pensar VALERIO. Pues si todo se ha sabido,
Que os debe de regalar Y yo he tenido por dichosa suerte Por necios todos quedemos,
Alguna prenda secreta. Saber asi lo que saber temía. Y el propósito mudemos
Para que esto no se vea, En quien la ocasión ha sido;
¿Qué importa que os encerréis , ALGUACIL.
Desa manera, ¿puedo estar seguro Quehabrá bien qué murmurar.
Si las veces que queréis VALERIO.
Vais y venís á la aldea? Que no he dado disgusto ?
Este campo y soledad , LISANDRO. Si va de murmuración,
Estas huertas y jardines , Antesquedamos Yo diré á qué vino Otón
S ni abrir á los maitines , En mucha obligación. Esta noche á este lugar.
80 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Fué á saber si aquesta puerta ESCENA XVI.
A alguu dichoso se abría. a Cauipo con huertas.
OTÓN. ESCENA XIV. CAMILO, FLORO.
A eso, por Dios, venia.
LUCENCIO , ROSANO. CAMILO.
LISANDRO.
Después de la primer noche ,
Téngolo por cosa cierta , LtICENCIO. Como te he contado, Floro,
Porque jo vine a lo mismo. Hela leido y entendido todo, En que , como halcón y ciego ,
VALERIO. Y' contiene que Ercino me da un yerno Ciego fui siguiendo á otro,
Yáml ¿qué pudo traerme Para Leonarda , encareciendo el modo Otras seis ó siete fui
Sino el ver lo mismo y verme De su nobleza, término y gobierno. Por el mismo estilo y modo .
En este celoso abismo? ROSANO.
Hasta que al fin la gocé,
Sin mas luz que de los ojos.
OTÓN. No le aventajan en la sangre el godo, No había pájaro destos
Ya que nos hemos hablado, Ni en gentileza de mancebo tierno Que de noche vuelan solos ,
Confórmese el amistad El mismo Adonis, Piramo y Narciso, Cuyos ojos no invidiase,
Contra la liera crueldad Ni el mas discreto en discreción y aviso. Por ver lo que á tiento adoro.
Deste ingrato pecho helado. Como el Gallego escribe, tañe v danza Hela cobrado afición,
De su deshonor tratemos , Como otro Julio, y porque mas le alabe, Sin ver mas que lo que toco •
Y que pierda la opinión. De retratar como Guzman alcanza De tacto, como los ciegos,
Aquella parte que á milagro sabe ; Que es peregrino negocio.
L1SANDRO.
Esgrime como el célebre Carranza, He hecho cosas por verla
¡ Oh qué bien ha dicho Otón ! Su oficio es secretario del mas grave (Que no pienses que soy corto).
¿Qué venganza tomaremos? Príncipe de la corte, donde vive Que hubieran enternecido
¿Pero sabéis qué he pensado, Con gallarda opinión. Un indio, un bárbaro, un monstruo,
Y nunca lo dije en duda? Ya fingiéndome morir
LUCENCIO.
VALERIO.
Asi lo escribe. Con suspiros y sollozos,
¿Qué? ¿Cuándo salistes de Madrid? Ya jurando de no vella
' LISANDRO. Con juramentos y votos.
ROSANO. Pero ni por mis ternezas.
Que tiene esta viuda Sospecho
Halan en casa encerrado. Ni por mis rabias y enojos,
Que habrá tardado solos cuatro dias. Se ha dejado ver ; y así ,
Ouc este no acudir á ver
Ninguna cosa de fuera , LUCENCIO. Estoy encantado y loco.
Si en casa no le tuviera, ¿Hay nuevas? FLORO.
¿Cómo se pudiera hacer? ROSANO. ¿ Cómo no ? ¡ Gracioso cuento !
Mujer sola , libre y rica , t No sé cosa de provecho. Lleva tú luz encendida.
Y que á tantos se ha negado , Pero mucho del caso te desvias; CAMILO.
A fe que hay algún criado ¡ Muéstrame en él mas descubierto el pe- Podráme costar la vida ,
Que al lado de noche aplica. ! Si acaso de mi crédito le fias ; [cho, Floro, aqueste atrevimiento;
Y entre los que tiene, Urban , j Y muéstrame esta viuda, porque el vella Que si Psiques vio al amor,
Que es bellacon y discreto, Me importa para darles nuevas della. A quien á escuras gozaba ,
Tengo sospecha en efeto Encargáronme mucho que la viese; Perdió la gloria en que estaba,
Que hace oficio de galán ; Que allá tiene gran fama de hermosura. Y negoció su dolor.
Porque no se aparta della , ! . LUCENCIO.
FLORO.
Y anda bien puesto y vestido , Eso podría ser si ella quisiese;
Siempre se burla atrevido, Pues ¿qué has de hacer encantado ,
¡ Mas es mas que su fama su clausura. Enamorado sin ver?
Y habla en secreto con ella. Y aunque de oirlo por ahora os pese.
CAMILO.
Sabed queeslaniujermasbronca y dura
¡Vive Dios ! que ahora he caido Que ha criado la sierra mas fragosa , Imitar á amor, y ser
Km una maldad tan clara. ' Supuesto que es discreta y que es ber- Sin ojos enamorado.
Vo le cortaré la cara, i [mosa. FLORO.
O no seré bien nacido. ; Há un mes y mas que ya no la visito, ¿No puedes llevar un yeso
¿Quién duda que esto es asi ? ' Sobre eslo de tratarle casamientos; Con que la puerta señales?
Que de mi enojo y suyo en esto quito CAMILO.
VALERIO.
! Malas palabras y desabrimientos ;
Yo soy de ese parecer; 1 Y si el de aquese hidalgo solicito. Tiene el hombre industrias tales,
Que cosas le be visto hacer Serán, sospecho, vanos pensamientos; Que me hace perder el seso.
De que sospechoso fui. Porque quien no se casa aquí en Valen- Fuera de la puerta estoy ,
Y desde aqui le prometo Menos hará para Madrid ausencia, [cia, Y dice que estoy en cas.-.
Una grande cuchillada. ¿ Con todo eso, diligencia haremos. FLORO.
Ll SANDRO. ¡ ROSANO. Un coche de damas pasa.
Dejad algo, si. os agrada, Mucho me habéis, Señor, desconsolado; CAMILO.
Para el dueño del secreto ; Pero será razón que lo intentemos, Y baja , á fe de quien soy,
Que también le he yo de dar Porque diga, aunque mal , que be nego- Del una hermosa viuda.
Dna en medio desas dos. lucencio. [ciado. FLORO.
OT0>\ ¡ Digo que ordenaré de que hoy la hable- Y no es mala la criada.
Amanecido ha por Dios. I [mos ;
¡Qué dulce es el mu/murar! Que siempre á Ercino estuve yo obliga-
vamos y hablémonos hoy. [do. ESCENA XVII.
VALERIO. ESCENA XV. LEONARDA t JULIA, con mantos.
En matarle me reporto. Dichos.
LISANDRO.
CAMILO, FLORO.—Dichos.
¡ Qué narices que le corto! floro. (A Camilo.) LEONARDA.
oton. ■ Prosigue, por tu vida, tan buen cuento, i Esta huerla es extremada.
; Qué cuchillada le doy! LUCENCIO. JULIA.
Basta que el filo se vea. Los hombros, Floro, sin cuello, Una mujer con amor
El anclar como de un ganso, Deshará todo el derecho.
LISANDRO. Muy á espacio y patiabierto. JULIA.
Sangre tiene : ¿qué dudamos? Quisiera empujarla entonces Cierto , que si las señales
VALERIO. Y dar con ella en el suelo ; Del secretario son tales
Por mi , Lisandro , lo creo. Pero al fin, desengañado, Como escriben , aunque en breve,
Vuelvo corrido en extremo. Que nada á Camilo debe.
OTÓN.
¿Dónde iremos ? FLORO. LEONARDA.
VALERIO.
¿Estos, Señor, han sido tus peligros? Mucho son en todo iguales;
¿Esto ponerte á una perpetua infamia? Pero lo visto era bueno.
A la Seo. ¡Asi tomaras luego mi consejo,
JULIA.
LISANDRO. Y rompieras un poco el capirote,
Mejor es que a San Juan vamos. O fuerza hicierasconlaespadaenmano! tOh , cómo el verte casar
Que no habían de matarte ni ofenderte. ¡n reino extraño y ajeno,
(Vanse.) Por la ciudad ha de dar
Todo fué muy galán aficionarte
De una camilla de damasco y tela , Un bravo estampido y trueno !
ESCENA XV.
Y de unos terciopelos y brocados. LEONARDA.
CAMILO, FLORO. Mas ¿qué piensas hacer? No importa, pues della salgo.
CAMILO.
FLORO.
La primer casa ESCENA XVII.
¿Tantas cruces te haces? Me ha de dar pluma y tintó, y con la có-
URBAN. — Dichas.
CAMILO.
Pues ¿qué quieres, Le he de escribir quiénes, y su mal tér-
Y quedará de lengua castigada ; [mino,
URDAN.
Viendo tan espantoso desengaño Para tus industrias valgo
Deste mi encantamento y aventura? Que gran castigo suele ser la lengua , Un mundo.
Y' mas cuando se vea conocida, LEONARDA.
FLORO. Y que pierde el mocito que engañaba.
¿Viste anoche muy bien el hombre? Urban, ¿con tal prisa?
FLORO.
URDAN.
CAMILO. ¿No me contabas tú que la tocaste, Ya me vio llevar á misa
Vilo Y que era moza muy briosa y cuerda, A tu prima aquel hidalgo.
Como te veo , Floro amigo , ahora ; Que hablaba con extremo y respondía?
V vilecon tal fuerza de deseos CAMILO.
LEONARDA.
De conocerle bien , quo desvelado Sin ojos, no me culpes ni me. corras.— ¿Y qué? ¿Puso buen semblante ?
Toda la noche estuve, con su imagen Urban queda con ella ahora en misa ; URBAN.
En la memoria como piedra impresa , Darásle este papel que he de escribille,
Con un rostro entre dos luces
Hasta que me dormí cansado al alba. Para que se le lleve como digo.
Puedo en la mesa retratarle al vivo, Se puso á vernos delante ,
Como se cuenta del famosoApéles. FLORO. Haciéndose cíen mil cruces,
¡Linda dama has gozado ! Que es salisfacion bastante.
FLORO. Y al salir me dio el criado
¿Y que hoy le has visto acompañar su * CAMILO. Aqueste papel cerrado
¿Burlas, Floro? Para que á tu prima diese,
Camilo. [ama? FLORO.
Pues ese es, Floro, el desengaño mió ; ¡Oh qué niña tan linda! Como si culpa tuviese.
Que como anoche conocí su cara , LEONARDA.
CAMILO.
V hoy le vi con aquesta buena dueña, Bien le habernos engañado. —
Lstoy desesperado. Como un oro. Muestra, á ver lo que le escribe.
(Vanse.)
FLORO. . URDAN.
La escena es en el Piamonte *.
SABINO.
¿ Qué perdéis? La verdad. FULGENCIA.
¿ Qué es eslo ? LUPERCIO. ¿ Para qué es tan espléndida comida?
Siempre la digo; LUPERCIO.
ÚSELO. Que de fanfarrias nunca he sido amigo. Para serviros , para vos , mi vida. .
De lodo mócenle estoy.
CELAURO. FULCENCIA.
SABINO.
¿ Perdéis seiscientos ?... ¿.Para servirme á mí? Pues¿4 qué efeto?
¡En qué confusión me ha puesto !
LUPERCIO. Rico sin duda estáis.
RISELO.
¡ Bueno ! Y cien escudos LUPERCIO.
Poco espantadizo soy ; De á once reales y de tres cuartillos ,
Que como conozco amantes , Antes muy pobre;
Recien nacidos, solos y desnudos, Que el rico á la miseria está sujeto,
Nunca sus enojos creo , *De miedo de mis manos , amarillos.
Porque son muy semejantes Y el pobre gusta que el sustento sobre.
A las lunas en que veo CELAURO. FULGENCIA.
Sus crecienles y menguantes. Con eso ya esta noche iremos mudos; Pues ¿ el dinero me tenéis secrejo?
Ellos llueven y hacen sol , Que es del gusto el perder cadena y gri-
lupercio. [líos. LUPERCIO.
Cuando les viene al capricho
El nublado ó arrebol. Si moneda de oro , plata ó cobre
No puede el interés perdido tanto ; Yo tengo en mi poder, Dios me destruya.
SABINO. Vos veréis que de alegre taño y canto.
¿Dónde decis que viven esas damas ? FULGENCIA.
Si: pero lo que me ha dicho
fio es bueno, á fe de español. (Ap. ¡ Hase visto maldad como la suya !)
CELAURO.
Eutra y mira en lo que entiende, ¿ Que no tienes dinero?
Todo se os ha olvidado con el juego.
Porqué es amor como duende, Por la que yo me abraso envivas llamas, LUPERCIO.
Que siempre escucha y acecha. Celoso el padre, pierde su sosiego ; Ni una blanca.
RISELO. Yo por guardar sus honras y sus famas, FULGENCIA.
Voy. A su ventana disfrazado llego ; ¿Ni hoy tu padre leha dadocien ducados?
SABINO. a El padre me conoce , y se ha corrido
LUPERCIO.
Mas ¿de qué la aprovecha , Deque leofenda quien su amigo ha sido.
Ella con el castigo ha confesado ¡ Sí , que es su mano liberal y franca !
Si Lupercio no la ofende?
Que es otro y no soy yo, y en esta prueba, ¡Allí los tiene para mi contados!
(Yate Riselo.) Queda para esta noche concertado Si entrara yo en la cueva en Salamanca,
Que como no sea yo mejor lo lleva. Y sacara seis diablos conjurados,
ESCENA Xn. No le sacara de un doblón arriba.
Llegad á la ventana disfrazado;
CELAURO, LUPERCIO.— SABINO. Que engaños en amor no es cosa nueva, FULGENCIA.
Y como el viejo vea el desengaño, ¿Asi viva mi Esteban?
CELAURO. Ño temeremos de su enojo el daño. LUPERCIO.
Desdicha ha sido, y para mi de suerte, LUPERCIO. Asi viva.
Por haberos sacado desta casa , Así lo entiendo , pues si aquesto pasa
FULGENCIA.
Que no es menos dolor el de la muerte: Como se traza , el padre se asegura.
Con tal rigor el corazón me pasa. ¿Que no os ha dado nada?
CELAURO.
LUPERCIO. LUPERCIO.
Y como antes entraré en su casa, [ra.
Menos , por vida vuestra , me divierte Que es lo que el alma de mi amor procu- ¿Qué es aquesto?
Que asi mi condición notéis escasa. FULGENCIA.
Celauro , yo he perdido , ya está hecho, ESCENA XIV. ¿Por vida de Enriquilo?
Y es ludo "sentimiento sin provecho.—
LUPERCIO.
Sabino... FULGENCIA.— Dichos.
SABINO. Y de vos propia.
Mi señor... FULGENCIA. FULGENCIA.
LUPERCIO. (Ap. La mano liberal , la vista escasa Miraldobien.
¿ Qué hay de Fulgencia ? Trae Lupercio en esta coyuntura.) LUPERCIO.
¿ Es acaso Celauro convidado? Verdad os digo en esto,
SABINO.
CELAURO.
Si palos, para dar, no es voz. impropia ;
La cena truje , y á mirarla es ida. Que por vuestra defensa , descompuesto
LCPERCIO.
Noes nuevoel verme en vuestra casahon- Su báculo, me ha dado tanta copia,
Parte y dile que salea á mi presencia ; Pero de buena gana lo aceptara, [rado.
A no tener qué hacer; y así , Fulgencia,
Que hoy me costáis la sangre deste lienzo.
Que ya espero tenella desabrida. Licencia os pido. FULGENCIA.
SABINO. ' .1;;. i
FULGENCIA. {Ap.) Mostrad.
También estotro viene de pendencia, ¡ Qué traidora cara ! LUPERCIO.
La vista en los bigotes escondida.
¡Oh amor! ¿Quién templará tus instru- LUPERCIO. Este es.
[mentos, Responde. [Muéstrale el pañuelo ensangrentado,
Siendo tus cuerdas locos pensamientos? FULGENCIA. que saca de la faltriquera.)
(Vate.) . Vos tenéis , Señor, licencia. FULGENCIA. (Ap.)
celauro. (Ap. á Lupercio.) ¡ Qué presto que me venzo !
ESCENA XIII. En fin, ¿aguardo? ¿Es posible que aquesto sea mentira?
lupercio. (Ap. á Celauro.) Es posible que en trato de diez años
LUPERCIO , CELAURO. Quepa maldad que así me mueva á ira?
En mi lemor repara, Amor, déjame estar en mis engaños.
CELAURO. Y no me hables secreto en su presencia.
Conozco ya la casa de Ricardo : LUPERCIO.
(Vase Celauro.)
Dijeosmil veces queno entraseis dentro; Vuélveme el lienzo, mi señora, y mira...
Que alU nadie se viste paño pardo. FULGENCIA. (Ap.)
LUPERCIO. ¿Qué me queréis , crueles desengaños?
Mi dinerillo en fin volvió i su centro. LUPERCIO.
CELAURO. ¡Qué divertida estás! El lienzo suelta.
Paiábades también á lo gallardo.
64 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FULGENCIA. LEONELA. Sibila en la discreción ,
Deja ; que el alma va en su sangre en- i No me dirás á qué efeto Y Fénix en la hermosura.
lupercio. [vuelta. Eres tercero conmigo Vila en efeto, Leonela,
No le laven , Señora , por tus ojos, De tu amigo? Y que enamorara juzga ,
Déjale por testigo cleste día. CELAURO*
No digo á un hidalgo noble,
FULGENCIA. Ser su amigo Pero a un villano de Asturias.
Y tener del buen conceto. Pasé gran tiempo callando,
Lavaránle mis lágrimas y enojos. Y entre estas penas y angustias,
Porque quiere amartelar
LUPERCIO.
Una dama con quien habla. Con ser yo quien me sufría,
Con esas perlas no, señora mia. Fué insufrible mi locura.
LEONELA. Lo que he dicho y lo que he hecho,
FULGENCIA.
¡Bien mi negocio se entabla , A quien ama lo pregunta ;
Antes, mi bien , con sus corales rojos, Si me pretendes casar ! Pero es labrar en un jaspe
Guardarlas en el lienzo amor podría, Mira , Señor, lo que haces. Con un vidrio una figura.
Y en memoria á los cielos ofrecerlas. Viendo pues que no tuvieron
CELAURO.
LDPERCIO. Leonela , tu bonor pretendo. Mis penas remedio nunca,
¡Qué rico lienzo de coral y perlas! Haz esto que te encomiendo ; Pretendo descomponerlos
FULGENCIA. Que asi mi amor satisfaces. Y dar principio á las suyas.
Quiero que Fulgencia vea
Vente á cenar, mi bien. LEONELA.
Que de otras mujeres gusta
LUPERCIO.
Vé con Dios ; que yo estaré El mas firme de los hombres,
En la ventana esperando. Y que á estas horas las busca ;
Soy tu marido.
FULGENCIA.
CELAURO. Que yo sé que aunque no olvide
Y yo á verle requebrando Amor que tanto bá que dura,
Habla bajo, no lo oiga algún criado; Dará gusto por venganza
Pues por tu padre tan secreto ha sido, Su ingrata dama traeré. A esta vida , sangre tuya.
Que nadie ha de saber que estas casado. LEONELA.
Si te parece traición ,
LUPERCIO.
¿Eso te debe de hacer Mira adonde el amor triunfa,
Que intentes eso tan ciego? A Egisto, Tarquino y Paria,
De no poder decirlo estoy corrido ;
Que mucho gana el bien comunicado. CELAURO. Que amarrados me disculpan ;
Cosas , Leonela , te niego Y ¡ plega á Dios que me vea
FULGENCIA.
Que un ciego las puede ver. En una galera turca,
Tu esclava soy. Si es vicio mi pretensión,
LEONELA.
LUPERCIO.
¿Quieres bien? Sino del amor la culpa!
i Jesús ! Amor lo ha hecho CELAURO. LEONELA.
FULGENCIA. (Ap.) Tengo perdida Las doce , hermano , han tocado :
Aun llevo el corazón fuera del pecho. El alma. Déjame que arriba suba
LEONELA.
Mientras que vas á llamarle.
(Vanje.)
Tn hermana soy: CELAURO.
Habla. ¡Oh hermana ! mi intento ayuda.
CELAURO. LEONELA.
Sala en casa de Leonela. Satisfecho estoy. Parte ; que en la reja espero.
LEONELA. CELAURO.
ESCENA XVI.
Pues di. Advierte que si te turbas,
LEONELA, CELAURO. CELAURO. Me puedes quitar la vida.
Escucha, por tu vida. LEONELA.
LEONEL!. En una casa de juego,
Extraña es esa invención. Quien ama todo lo duda.
Donde reina la fortuna
¿Que hable á Lupercio me mandas? Mas que en el mar y en palacio (Vanse.)
Celauro, ¿en que pasos andas? Entre lisonjas y burlas,
CELAURO. Hice amistad con Lupercio,
En pasos de mi pasión. L'n hombre en quien viven juntas Calle.
Cuantas gracias pensar puedes ;
LEONELA. ESCENA XVII.
Que es poco aunque pienses muchas.
¿ Y que él me ha de requebrar ? Pasados algunos dias,
CELAURO. De dos almas hizo una OTAVIO, ARISTO.
Haz esto por mi , Leonela. Amor, el trato ó la estrella
Que nuestros pechos ajusta. OTAVIO.
LEONELA.
Confióme sus secretos , Si supieras qué es celos,
Poner puedes una escuela Pareciéndole segura Yo sé que mi cuidado disculparas.
De fingir y de engañar. El arca en que los guardaba ; ARISTO.
CELAURO. Pero no hay fuerte ninguna. No lo quieran los cielos;
Vame en aquesto la vida. Llevóme á ver una dama... Que para no ver cosa con dos caras
LEONELA. No la consideres rubia : Hay muchas opiniones
Pues ¿ qué resulta en tu bien ? Asi te dé Dios contento, Que son aborrecibles los doblones.
Que harás á mi gusto injuria.
CELAURO. No pienses que de su rostro, OTAVIO.
Que la posesión me den Prestándome amor la pluma , ¿Celos tienen dos caras?
De una esperanza perdida. Quiero hacer vanas quimeras Dime de qué manera , por tu vida.
Haz , hermana de mis ojos. Con fabulosas pinturas. ARISTO.
Esto ahora por tu hermano. No robaré á los jardines Si en los celos reparas,
LEONELA. Entre los cuadros de murta, Verás bien que no haycosa mas fingida.
Que he de obedecerte es llano... Los jazmines y claveles ,
Oro al indio, plata al Fúcar. OTAVIO.
—Y que lo son mis enojos.
Pero mira , hermano mió , No diré que es sol ni imagen, Eso saber deseo;
Oue desdice á tu valor Venus clara ó blanca luna, Que entiendo menos cuando mas poseo.
Que yo muestre á un hombre amor. Sino que es una mujer ARISTO.
Que vi por mi desventara , Cuando un celoso quiere
CELAURO.
Del tuyo esto y mas confio. Itoca del mar en firmeza , Averiguar sus celos , luego llama;
Tigre de Hircania ea la furia , Pues por saberlos muere,
LOS EMBUSTES DE CELAURO. 93
Amigas ó criadas de su dama, Como la mesa para dos que se aman. Desuerte quehan de ser cuatro porfuer-
Y jurando secreto. Aquel hacer el plato, aquel partirle Pues cuatro adoses la mitad. [za.
Dice que importa para cierto efeto. Lo mas sabroso, y ver que si lo come OTAVIO.
No le han desengañado, [tierno, Parece que es def que lo da sustento, Hoy muero.
Cuando escondiendo el que mostraba No tiene igual con los tesoros de Indias. ARISTO.
Les muestra el rostro airado, CELADRO. Advierte el fin.
Y se convierte en furia del infierno : Dices muy bien ; que en esas ocasiones OTAVIO.
Ya ves aquí dos caras. Triuchan los ojos y hace salva el alma, El de mi vida espero.
OTAVIO. Pues que el saber que gusta deunacosa LEONELA.
Digo que por extremo lo declaras. Y el haberla buscado con cuidado , ¿Cómo , mi bien , no me habláis?
ARISTO.
Y ver que come en ella juntamente Que há rato que estoy aquí.
La voluntad con el sustento , creo
Pues si habla con su dama , Que puede de placer malar un hombre. LCPERCIO.
Verás que la regala y la requiebra , Porque no hay fuerzas en mi
Y que su bien la llama , LCPERCIO.
Hasta que vos"me las dais ;
Y está como una víbora ó culebra ¿No estoy bien empleado , por tu vida? Que como hasta que el sol sale
Oculta entre las Dores. CELACRO. Todo está mudo en silencio,
Estas ¿no son dos caras? ¿Eso preguntas? Es Fulgencia un ángel. No menos me diferencio ,
OTAVIO. No he visto yo virtud como la suya. Ni él mas que esos rayos vale.
¡ Qué mayores ! LCPERCIO.
Ya que me habéis hecho salva ,
ARISTO. Y decis que el sol espera ,
Ni has visto voluntad como la mia. Soy la calandria primera
Pues todo cuanto intentan ,
H-iblan , regalan , piensan , imaginan , CELACRO. Que canta en saliendo el alba.
fabrican , trazan , cuentan , Lomismoquieroque en oyendo áFlérida aristo. (Ap. á Otavio.)
Prometen , disimulan , determinan , Digas de mi firmeza y su hermosura. A fe que es hombre leido.
Todo tiene dos caras. La reja es esta: llega; que aquí aguardo. ¿No ves la comparación?
LCPERCIO.
OTAVIO. OTAVIO.
¿Luego téngolas yo. ¿Y saldrá con la seña? Leido habré su traición ,
ARISTO.
CELACRO. Que letra bastarda ha sido.
Que se ven claras. En el momento Alfredo. (Ap. á Fulgencia.)
¡No dejaste á Leonela Que con el pomo en la rodela toques. ¿No escuchas, Fulgencia bella,
Esta noche segura? (Llégase Lupercio á la reja.) A tu Lupercio ?
OTAVIO. otavio. (Ap. á Aristo.) FCLGENCIA.
Amor me abrasa. ¿Qué te parece desto, Aristo? No sé
ARISTO. ARISTO. Si al alma crédito dé,
Luego ha sido cautela Digo O al traidor que vive en ella.
Volver celoso á ver su calle y casa. Que sois casi poetas los amantes. ¡Que esto pasa? Que esto ven
Quien ama , ese confia. OTAVIO.
Los ojos? Que esto adoraba?
Hov con la vida se acaba ,
OTAVIO. ¿Parécete que es justo tener celos? Alfredo , el amor también.
Quien ama teme , cela y desconfia. Preven la espada. ¿Qué me tienes, honra infame?
ARISTO. ARISTO. Déjame vengar mi afrenta.
Amor es confianza. Mejor fuera el ánimo. ALFREDO.
Ro lo digas de burlas ; que no hay cosa Y dos vienen ahora en retaguarda , Es imposible alcanzar.
00 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
OTAVIO. (Ap.) Lo que aqui en su ofensa pasa ; ESCENA XXI.
¡Que á tanto puede llegar Y mal guardáis vuestra casa
Un cobarde sufrimiento? Mientras andáis por la ajena. OTAVIO, ARISTO; LEONELA, ífl la
fulgencia. (Ap. á Alfredo.) LDPERCIO. reja.
ÍVes , Alfredo , cómo pide ¿Es mi hermano? otavio. (Llegando á la reja.)
.a mano al galán? FULGENCIA. ¡Ah Señora ! ¿Por quién son
ALFREDO. Soy quien soy. Las presentes cuchilladas ,
Si veo. Salid de la calle luego. O aquesta danza de espadas
lupercio. (ALeonela.) celauro. (Ap.) Hecha á vuestra devoción?
Pues yo mido mi deseo, Yo he de perder este juego, LEONELA.
Tú , Señora , tu amor mide. Si á remediarle no voy. ¡Ah , Señor, el que lo mira
Llega mi deseo á ti , ¡Ah celos , que no guardáis Y esta en la calle envainado !
Que va poreste favor; Palabra que prometéis! ¿Cuánto le cuesta el tablado?
Baje á mi tu mano amor, LEONELA. aristo. (Ap.)
Verás su medida ansí ; ¡Ah caballeros ! ¿ no veis
Aunque era mejor tu mano Gentiles pedradas tira.
Para esforzarme á subir; Que mi opinión infamáis? OTAVIO.
Pero ¿quién podrá medir aristo. (Ap.) Cuando riñen dos galanes
Lo divino por lo humano? Habia un competidor, De una dama tan Ungida ,
leonela. (Ap.) Y ya hay dos. No se ha de jugar la vida
¿No es bueno que sin amor LUPERCIO. Ni se han de hacer ademanes ;
Hablo á un hombre que no veo? Vamos de aqui. Y crea vuesamerced
lupercio. (Ap.) FULGENCIA. Que cuando mi causa fuera,
¿No es bueno que sin deseo A estocadas los cosiera
Estoy pidiendo favor? LUPERCIO. Yo solo en esta pared ;
Venid tras mi. Mas si con igual querella
OTAvio. (Ap. á Arista.) ¿Hay mas extraño rigor? Riñen sobre este lugar,
¿No es bueno , Aristo , que esté alfredo. (Ap. á Celauro.) Ventana quiero alquilar,
Aquí un hombre como yo? Y ver los toros en ella.
folgencia. (Ap. á Alfredo.) ¡A reñir van ! ¿Qué remedio? LEONELA.
¿No es bueno que le pidió CELAURO. ¿Es mi Otavio?
La mano? ¡Oh traidor sin fe! Alfredo , yo soy perdido, OTAVIO.
ALFREDO. Si aquesto queda entendido. Soy el diablo.
¿No es bueno que tú lo aguardes , (A untado riñen Fulgencio y Lupercio.
ALFREDO. LEONELA.
Pudiéndolo remediar? Otavio, Señor, espera.
OTAVIO. Vén, que riñen.
Déjame, Aristo, llegar; CELAURO. OTAVIO.
Que nunca hay celos cobardes. Ponte en medio. ¿Que espere? ¡Gentil quimera!
celauro. (Ap.) ALFREDO. LEONELA.
¿No es bueno que esloy contento Paso , señores. Oye, escucha. ¿Con quién hablo?
De ver á Fulgeucia ansí? FULGENCIA. ' ARISTO.
fulgencia. No hay paso. óyela , Señor.
Déjame llegará mi; OTAVIO.
Que me ahoga el sufrimiento. LUPERCIO. No quiero.
¿Quiénes?
ALFREDO. FULGENCIA. LEONELA.
Detente. Apartaos de ahí. Oye la satisfacion.
FULGEKCIA. LUPERCIO. ARISTO.
Déjame hacer. Dejalde pues. Oye, Señor, su razón.
(Llega arrebozada á Lupercio.) FULGENCIA. OTAVIO.
¡Ah caballero! ¿A quién digo? ¡Pesia á mí! Déjame tú, majadero.
LUPERCIO. De aquesta punta le paso. ARISTO.
¿Es amigo? CELAURO. Mira que está haciendo extremos.
FULGEKCIA. ¿No ve que esloy de por medio?
No-es amigo; OTAVIO.
Que vos no lo sabéis ser. Lleva , Alfredo ,'á ese galán. Ya no hay hablamos los dos.
LUPERCIO. ALFREDO. LEONELA.
Vamos, Señor. ¿No queréis?
¿En qué os ofendo? FULGENCIA. OTAVIO.
FULGENCIA. ¿Qué no harán. No.
En hablar Celos? ¡Oh mal sin remedio! LEONELA.
Esta mujer. (Vanse Fulgencio , y Alfredo sosegán Pues adiós;
LUPERCIO. dola. ) Que mañana nos veremos.
¡Estohabia! CELAURO.
¿Es vuestra? Echa tú por esta calle,
FULGENCIA. Y no os encontréis los dos.
Si fuera mía, ACTO SEGUNDO.
Yo la supiera guardar. LUPERCIO.
LUPERCIO. ¿Sabes quién es? Sala de una usa donde está hospedada
Pues ¿qué es lo que pretendéis? CELAURO. Fulgencia.
FULGEKCIA. No , por Dios.
LUPERCIO. ESCENA PRIMERA.
Que dejéis este cuidado ;
Que yo sé que estáis casado. ¡Qué buen mozo! CELAURO, ALFREDO.
LUPERCIO. CELAURO.
¡Gentil talle! ALFREDO.
¡Vos ! Pues ¿de qué lo sabéis? ¿Que tanto descompuso la pendencia
FULGENCIA. (Yanse Lupercio y Celauro.)
Dos voluntades que el amor tenia
Esto basta , y dame pena En tan estrechos lazos obligadas?
LOS EMULSTES DE CELALRO. 97
CEt ACRO. CELAl'RO. RISELO.
Lnctro que te partiste desta villa , Hice á mi hermana Ea, entrañas de hielo...
Amigo Alfredo, fué creciendo ei daño ; Que la viniese á ver y á persuadilla , FULGENCIA.
Porque entre los amantes las pendencias Y ha dormido con elía cuatro noches
Suelen durar, por ser tan pertinaces, Con envidia del mundo y de mi alma. ¿Muerto dice?
Purquequieren queel unorueguealotro. RIFELO.
ALFREDO. ¿Y eso dudas?
ALFREDO. • ¿Qué negocia ?
Yo los dejé en extremo desabridos, CELAURO. FULGENCIA.
Después, Señor, de los injustos celos. Que siga mi justicia. No, sino con otra dama,
¿Su|io, dime, Lupercio que era ella Muerto en sus brazos.
La que en hábito de hombre lo fué tanto, ALFREDO. alfredo. (Ap. á Celauro.)
Que osó reñir con él de cuerpo á cuerpoV ¿Dura el enojo? ¿Qué llama,
celauro. CEL lURO. Celauro , en hielo no mudas?
No lo supo Lupercio ni lo sabe, No ; que ya se hablan , CELAURO.
Porque yo le llevé tan divertido , . Y' se han de ir á su casa aquesta noche,
Antes aquello me enciende.
t>ue cuando vino á verla aquella noche, Para mis ojos y alma noche eterna. ALFREDO.
Lila estaba en la cania y sosegada. ALFREDO.
>íns como a mor no duerma bien con celos ¡Qué poca fuerza tus enredos tienen! ¿Eres loco?
Y sean los dos tan grandes enemigos, CELAURO.
Puesto , Alfredo , que pudre y hijo sean, Retírate , que sale.CELAURO. Soy amante.
Asi se los pidió de aquella dama , RISELO.
A-i enojada estuvo , asi ha llorado, ALFREDO. Lee, Señora, adelante.
'.ue Lupercio, movido á ira v cólera , Aqui me aparto. FULGENCIA.
1 uso las manos en su rostro hermoso, ' CELADRO.
luso las manos en el sol , Alfredo, Solo engañarme pretende.
(Hendió las estrellas de los ojos, Costarme tiene hacienda , vida y alma, {Lee.) «Si de mi quieres vengarte,
Emrecio la clara luz del dia ; O desta ingrata he de llevar la palma. «Mejor estarás aquí ;
Y como en los eclipses de ordinario «Pero no vengas por mi ,
Nusmuestreel sol aquel colorsangrienlo, ESCENA II: «Pues ya no puedo obligarte.
Singrepusoenel sol, sangrientoestuvo FULGENCIA ; RISELO, dándole un pa- «Vén por Esteban y Enrique,
£1 rostro á quien esta almaadoray teme. «Que lloran por ti, mi bien,
ALFREDO. pel.— CELAL RO y ALFREDO, reti «Y si allá hay otro , también
rados. «Le ruego le lo suplique.—
¡Vilame Dios! ¿(¿ue esa bajeza hizo? «TuLupercio.i)
CELAURO. RISELO.
RISELO.
No le culpes , Alfredo ; que unos celos Acaba , lee el papel. ¿Lloras?
Pedidos sin razón, de soso privan. FDLCEKCIA. FULGENCIA.
ALFREDO. No me porfíes, Riselo. No.
Razón tuvo Fulgcncia. RISELO. RISELO.
CELAURO. Por mi vida, que recelo ¿Pues qué?
Que te enflaqueces por él. FULGENCIA.
En el engaño; Ea, cesen los enojos, La vista penetra
Mas Lupercio inocente es de la culpa. Señora, de tantos dias.
ALFREDO. El rejalgar de la letra.
FULCENCIA. celauro. (Ap.)
¿No te pesa de haber con tus embustes Primero las manos mias
¡Jado ocasión para que aquellas manos Se vengarán en sus ojos. ¡ Qué buena disculpa dió !
Hjyan tocado temerariamente RISELO. RISELO.
En el sol, en el cielo, en las estrellas, Eso es en letra de estampa;
Del cabello , del rostro y de los ojos? Harto mas te vengas tú Que hay no sé qué humo en ella.
En los tuyos, con llorar FULGENCIA.
CELAURO. Perlas , que pueden comprar
Dios sabeque su daño me ha pesado, Las riquezas del Perú. ¿Qué mas estampa que aquella
Y que me cuesta lágrimas piadosas; Que en el corazón se estampa?
Pero¿qué quieres? que el camino eseste Lee; que le estás muriendo.
FULGENCIA. Y bien dices que Irae humo ;
De negociar mi bien, porquenohay otro Que es fuego con humedad.
Coa» sembrar discordia entresus almas. Ahora bien, leo por ti. RISELO.
ALFREDO. RISELO. Ten , mi señora , piedad.
¿Qué tienes negociado? ¿Y por tino? celauro. (Ap. d Alfredo.)
CELAD RO. FULGENCIA.
Yo por mi... Cual nieve al sol me consumo.
Que Fulgencia Soy muy tierna. ¡ Vive Dios, que el vil tercero
Dejó su casa y sus queridos hijos, Me ha de pagar estas paces!
Y como huyendo, vinoá ladeAndronio, RISELO.
Que, como sabes, es mi tio, adonde Asi lo entiendo. ALFREDO.
He comido y cenado aquestos dias , Como enamorado haces ;
FULGENCIA. Mas no como caballero.
Sustentando esta vida de sus ojos ; Dame que allá no tuviera
Que asi en la India se sustenta gente A Esteban y á Enrique. FULGENCIA.
De solo olor y solo de la vista, Dile áese hombre, Riselo,
Y no es mucho milagro para un ángel. RISELO. Dile á ese traidor amigo,
ALFREDO. Lee; Dile á ese falso enemigo,
¿Hasta hablado? Que Lupercio asi lo cree. ue de noble sufre el cielo...
FULGENCIA. ue venga luego por mi.
CELAURO. Él dice desta manera. RISELO.
Hela hablado y persuadido. (Lee.) <r Basta ya , señora mía , Dame esos piés.
ALFREBO. «De pesadumbres de un mes; FULGENCIA.
¿T qué responde ? «Que la venganza no es Parte.
CELAURO. «Amor, sino tiranía. BISELO.
Que a Lupercio adora. •Vén , mis ojos , vén , mi cielo ;
«Que si un hora tardas mas, Voy. (Vase.)
ALFREDO. «Cuando vengas me hallarás FULGENCIA.
¡Muy adelante estás! «Muerto.» ¡Celauro! ¿aquí esU-.s?
L-i.
os COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
CELAIRO. Con que me saque de tí. FULGENCIA.
FULGENCIA.
Pregúntalo al alma en ti , Adiós.
Infierno de mi deseo. CELAURO.
¿Qué ofensa en tu daño intento Fué como el mundo en su caos
Por tener á un hombre amor? (Ap. á Fulgencia. Adiós, tigre hircana.)
Y sin forma , inanimadas —Por quedarme con mi hermana,
¿ Soy yo tu sangre , por d icha , Las materias , y varadas
Soy tu hermana ó tu mujer? No voy, Lupercio, con vos.
Sobre la tierra las naos ; FULGENCIA.
CELAURO. Como en el limbo el rapaz...
No ; pero debes de ser —Mas no es comparación buena; Vos quedáis bien ocupado.
Toda junta mi desdicha. Porque yo he tenido pena, LUPERCIO.
Pues vete , ingrata , en buen hora, Y fui de gloria capaz. — Vamos, señora enojada.
Aunque sea mal para mi ; Cual tórtola sin hallar SABINO.
Gózale , y goce de ti , Compañía alegre alguna ; La cena está aparejada ,
A pesar de quien te adora ; Como sin el sol la luna, Y el amor por convidado.
Que pues que no he merecido Y sin la luna la mar ;
Como el instrumento está FULGENCIA.
De ti una palabra buena,
Yo haré que rabies de pena, Sin la mano del que toca ; ¿Qué dice Enriquito?
Como yo rabio de olvido. Como Tántalo, á la boca SABINO.
FULGENCIA.
La fruta que se le va ; Llora
Tü, ¿qué me puedes hacer? Y como sin tí , mi bien , Por su mama y por su taita,
Que eres mi causa y mi forma , Que apenas con una gaita
celauro. (Saca la daga.) Quien me mueve y quien me informa.
¡Vive Dios, que estoy de suerte, Le puedo acallar, Señora.
Que estoy por darte la muerte,
SABINO. Vén , alegra aquella casa ;
Por siempre jamás amen. Entre el sol , la noche huya.
Y acabarme de perder! Acaba , vamos de aquí ; FULGENCIA.
FULGENCIA. Que me muero ya por veros
¿Estás loco? ¡ Para mi , Vamos, vamos.
Ln casa.
Para una mujer la daga ! LUPERCIO. SABIXO.
Quise pronunciar sentencia Tenga tres hombres , es todo. Estos, mi señora, son.
Contra la humilde Fulgencia, ORSINDO. (Sale Fulgencia con un panecillo.)
Porque no pudo agraviarme Pues andemos de ese modo fulgencia.
La que por solo buscarme Todo el monte al rededor ¡Cielos ! ¿Qué es esto que veo?
Perdió la vida y la fama. Hasta que con él topemos. LUPERCIO.
Parece que aquesta rama BELARDO.
Con sus brazos me convida ¡Ay Dios! ¿Si es de mi deseo
Orsindo ha dicho muy bien. Esta sombra ó ilusión?
Aquemequile la vida ¿Viene Pinardo?
Arrojando un lazo en ella. Esta ¿no es Fulgencia? ¡ cielos!
P1NARD0.
Perdi mi Fulgencia bella, ¿Cómo en casa de mi padre?
También.
Perdi juntamente el alma. Seguidme todos. fulgencia.
Pero ¿qué Vitoria y palma ORSINDO. ¡Hijos de mi alma!
Saco deste mal consejo, LOS NIÑOS.
Si mis tristes hijos dejo Sí haremos.
(Yante.) ¡Madre!
En esta cueva escondidos,
103 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA (.ARPIO.
FCtGZXCIA. ESCENA XV. Que tu noble- y casto pecho
Suelta , traidor. Me ha robado el corazón.
I.UPERCIO.
GERARDO. — FULGENCIA, sis hijos. Tú has de mandar esta hacienda;
Tus hijos la heredarán.
Soltarélos; GERARDO.
Y cree que me ha pesado FULGENCIA. (Ap.)
Que sea tu vida cierta , ¿Que un perdido hallar no pueda No dice mal ; que aquí están.
Aunque creyéndote muerta Quien guarda tanto ganado?
GERARDO.
Mil Ligrimas he llorado. ¡A y larga desdicha mia !
Terencia, ¿qué haces aquí? Tú serás mi amada prenda.
Muerta tú , pensó mi honra Voy agora á ver si hay nueva
Estar soberbia y altiva ; FULGENCIA.
De aquel perdido; tú en tanto
Pero aqui , viéndote viva , A dar este pan salí Guarda este secreto cuanto,
Vuelve á vivir mi deshonra. A un pobre que lo pedia. Terencia , á mi honor se deba ;
Y pues con haberte visto CERARDO. Que tú te verás señora
Vnelvoá ver mi deshonor, ¿Quién son estos niños? Destacasa. (Vate.)
Vanamente con mi amor FULGENCIA.
A liís maldades resisto. FULGENCIA.
Son Dios te guarde.
¿Tú con mi padre? Tú aqui?
i'ú viva? Tú labradora? Sus hijos, que aquí ha dejado
Por no caminar cargado. ESCENA XVI.
Tú en mi casa? Tú señora?
Tú darme limosna á mí? GERARDO. FULGENCIA y sus hijos.
;,Qué puede querer tu pecho ¡Qué Benjamín y Absalon !
Que agora á tu gusto cuadre, FULGENCIA.
FULGENCIA.
Sino deshonrar al padre, ¡Hay mas fortunas que aguarde!
Como al hijo, infame , has hecho? Son bonitos.
GERARDO. Mas ¿de qué me quejo agora?
Algún Sinon de su casa Que antes me ha venido bien
A ella trajo esta joya. Como un oro. Para hacer un nuevo engaño;
Como el caballo de' Troya, FULGENCIA. Que me ha enseñado mi daño
Qué ya la enciende y abrasa, A esta traza eran tus nietos. A hacer engaños también.
l'ues tus hijos, bien ha sido GERARDO. Yo quiero decir que sí
Dártelos , para que sean A este viejo en lo que intenta ;
Los soldados que pelean, Si ellos eran tan perfetos,
Mayores pérdidas lloro. Que ya se me representa
Y de tu vientre han salido. Que engaño á Lupercio ansí ;
Da ese pan á esas arpias, ¿A qué va el padre á la corte? Que como en torno de casa .
Que bien será de dolor ; FULGENCIA. Por' sus hijos ha de andar,
l'odrán pelear mejor, A ver sí un deudo que tiene Oirá á todos publicar
Que há que no comen . tres dias; Le socorre. Cómo su padre se casa;
Que yo me vuelvo, y quisiera GERARDO. Y sabiendo que es conmigo,
Haber hallado la muerte A tiempo viene, Ha de entrar por estas puertas ,
Primero que hablarte y verte. Que mas que el deudo le importe. Donde las del alma abiertas
FULGENCIA. Avísame,}' le daré, Acojan su dulce amigo.
¡Mi bien ! Por eslos niños no mas, Vamos para que lo emprenda,
I.UPERCIO. Cincuenta escudos. Hijos , y tened consuelo ;
Suelta. FULGENCIA.
Que yadice vuestro abuelo
Que habéis de heredar su hacienda.
FULGENCIA. Harás
Espera , espera, Como quien eres , á fe ; (Vanse.)
(Vate Lupercio apresuradamente.) Que es nombre que lia sido rico;
Y de un traidor confiado,
Se va triste y desterrado: Bosque.
ESCENA XIV. Yo por él le lo suplico. ESCENA XVII.
FULGENCIA y sus hijos. GERARDO.
Mayores cosas , Terencia, SIRENO, FELICIO, PINARDO, eonCE-
FULGENCIA. Son las que me has de pedir. LAL'RO, herido, ayudándole á an
¿Hay entre los fieros scitas , FULGENCIA. dar, t BELARDO, con la espada.
Caribes ó lotofagos , Y yo os tengo de servir
Ni en los abarimos lagos FELICIO.
De hoy mas con mas diligencia.
Crueldades mas inauditas? Andad, amigo.
GERARDO.
Hay hombre que quiera mas CE LAURO.
Ni que se parezca menos? Hija , si no pareciere , No puedo ;
Dime , cifra de venenos , Lupercio , quiero casarme, Que es esta herida mortal ,
¿Dónde huyes? Dónde vas? Porque no venga á heredarme Y la causa de mi mal
Pero vete donde quieras , Alguno que mal me quiere. La que me da mayor miedo.
Cazador acobardado , Y si tengo de escoger, Tengo á Dios muy ofendido;
Pues mis hijos he cobrado , Yo no he menester dinero ; Y asi , para el mal que siento
Como tigre en tus riberas. Mi gusto , Terencia , quiero, Os tomo por instrumento.
Anda, aborrece á diligencia, Y tu has de ser mi mujer.
BELARDO.
Si te ha cansado su trato ; FULGEXCIA.
Dad acá luego el vestido.
Que yo te prometo , ingrato , Besóos, mi señor, las manos
Que vuelvas á la querencia. Por tan singular favor; CELAURO.
Huye, y déjame con ellos; Pero fáltame valor, ¿Qué vestido?
Que ya sospecho que vas , Y son pensamientos vanos. BELARDO.
Villano, volviendo atrás GERARDO.
El que hoy aquí,
La cabeza para vellos. Terencia , para mis canas Ruin hombre , me habéis tomado.
Anda pues ; que si no sabes Esa virtud y gobierno CELAURO.
Quién son en esta ocasión, Tienen valor casi eterno.
Las llaves del alma son : En este punto he llegado
Tú volverás por las llaves. FULGENCIA. De la ciudad.
Hijos , pues os he cobrado, Damas habrá cortesanas SIRENO.
Duen Lupercio en vos me queda. En quien hagáis elección. ¡Eso si!
GERARDO. Estáis cercano á la muerte,
Terencia , elección he hecho; ¿Y negáis lo que es verdad?
LOS EMBUSTES DE CELAURO. 109
cei.auro- 1 BELARDO. CEiAtno.
Tened, pastores, [«edad Ese ramo No la limpies,
Do mi mal ás¡ ero y fuelle. Quiero qne tu horca sea. Si no quieres bebería , aunque es mas
Mirad (|ue es grande rigor ; [justo
PINARDO.
Acabadme de matar. Que le vengue de mi con ir corriendo
Pardiobre , con ella alinda. Desde mi boca hasta tus pies.
BELARDO. SIRENO. (Lupercio desala á Celauro.)
Luego ¿quereisme negar Y aun poco castigo ha sido. LUPERCIO.
Que no sois el salteador? ¿Qué dices?
11ELARDO.
CELAURO.
A él le mata el vestido, ¿He sido por ventura yo la causa
¿Yo salteador? Y á mí el amor de Lucinda. Úestas heridas por buscarme?
RF.J-ARDO.
( Vanse los villanos.) CELAURO.
El que agora El cielo
Un vestido me lia robado. ESCENA XVIII. Quiere que tenga vida hasta que sepas
CELAURO. Cómo por causa tuya me castiga.
Soy un caballero honrado, CELAUDO, atado. LUPERCIO.
Que en la ciudad vive y mora ;
Que en busca de uua mujer Fábricas de la tierra, polvo, nada, ¡Por causa mia !
Voy por el mundo perdido. Vano, mortal, caduco fundamento, CELAURO.
Esperanzas de viento , que en el viento Escucha atentamente ; _
RELARDO. Paráis al lin, en linde la jornada.
Dad acá luego el vestido. Que quiere Dios que la verdad tecuente.'
Máquina de soberbia levantada Sin saber que era tu esposa
FE1.1CIO. En las alas del loco pensamiento , La desdichada Fulgenci.i ,
Que te engañes puede ser. Razón dormida , ciego entendimiento, En ella puse los ojos,
Mira bien , hijo Delardo, Señora voluntad desenfrenada ; Y el corazón puse en ella.
Síes él quien te lo tomó. ícaro corazón , l'aetonte pecho, Descubrile mis deseos ;
BELARDO.
Que cara á cara al sol miró la suya , Pero su honrada vergüenza
llov nuestro laberinto se ha deshecho. Me arrojó de si mas fácil ,
¡Voto al sol , que me quitó ¡Oh justo Juez! ¿quién mirará la tuya!
Hasta el capotillo pardo! Qué el arco arroja las flechas.
Ya de la muerte llega el paso estrecho. Yo, con la de amor herido,
CELAURO. Piedad, Señor; que no hay adonde huya. Con celos quise vencerla ,
Mira, hermano, que le engañas; Llevándote á hablar la dama,
Que soy caballero noble. ESCENA XIX. Que fué mi hermana Leonela.
BELARDO. Hice que te oyese y viese;
LUPERCIO, sin ver á CELAURO. Pero puse al luego leña ,
¡Oh ! queos cuelguen de ese roble
Para que perdáis las mañas. Volviéndose contra mi
I.UPERCIO. Las mismas armas secretas.
P1NARDO. ¿Quésirvehuirde loque voy siguiendo? Después lingi lo que sabes,
Tú , ¿no sabes bien que es él? ¿Por qué aborrezco lo que mas adoro? Lupercio, deOtavioy de ella;
BELARDO. ¿Qué me finjo contento cuando lloro? Otavio , que de mi hermana
Coriio que vos sois Pinardo. Y ¿por qué sano si me estoy muriendo? Goza , y merece sus prendas.
¿Por qué, si soy culpado, reprehendo? Porque en su vida la vio;
PINAR DO.
Si pobre soy, ¿por qué desprecio el oro, Quédela caria las señas
Pues ¿ qué aguardáis ó qué aguardo? Dusco mi honor, y pierdo mi decoro, Mi hermana me las contaba,
Muestra, Sireno, el cordel. Y si vencido estoy, vencer pretendo? |>ue fué quien durmió con ella.
FKL1CIO. ¿Por quede loquebuseomasme alejo, Cuando vi que te seguia
No le ahorquéis, por vida uña, Y huvo degozarlosi lo toco? [ño? Por estos bosques y peñas,
Sino atalde en esa rama. Y si sé que esmi bien, ¿por qué meenga- Vine tras ella , pensando
BF.I.ARDO. Y si lo tengo ya , ¿por qué lo dejo ? Hacer á Fulgencia fuerza.
Perro , salteador de f:ima , Debe de ser porque el amor es loco, Pero en lo bajo que cubren
Hoy es de tu muerte el dia. Y cansado del bien , procura el daño. Retamas, brezos y adelfas,
Aquí atado quedarás, CELAURO. Me toparon seis villanos ,
Donde lieras ó hambre fiera ¡ Ah caballero! Dijera mejor seis fieras ,
Te acaben. LUPERCIO.
Y pidiéndome un vestido,
SIRENO. ¿Quién se queja? Con cayados y con piedras ,
A no que quiera Llamándome salteador,
CELAURO. Me han puesto desla manera.
Darte el vestido. Un hombre
BF.LARDO. LUPERCIO.
Casi en el mortal tránsito.
No hay mas. LUPERCIO.
¡Ay de mí triste! Celauro,
¡Voto á mi vida , Sireno , ¿Que es posible que lú seas
¡Oh qué lástima! La causa desta desdicha
Que le ba de comer un lobo! ¡Válgame Dios ! ¿ qué es esto?
(Maule á un árbol.) Y la ocasión de las nuestras?
CELAURO. ¿Que tú me hiciste el engaño
PINARDO. ¡ Cielo santo! Que tanta pena me cuesta ?
Aqui pagaréis el robo , ¿Es Lupercio? CELAURO.
Salteador de engaños lleno. LUPERCIO.
FELICIO,
Yo soy, Lupercio piadoso;
¿Es Celauro? , Y asi , mi maldad te ruega
Harto mejor os seria CELAURO. Desnudes aquesa espada
Decir adonde tenéis Soy el mismo. Y me atravieses con ella ,
El vestido. LDPBRCtO. Pava que , muerto á tus manos ,
BELARDO.
Abrázame, querido heTmano mió, Tú mismo vengues tu ofensa.
Aqui estaréis, Y dime la ocasión de tu desdicha. LUPERCIO.
Ladrón.
CELAURO. CELAURO. Celauro, yo no soy hombre
¡Ay desdicha mia! Desvíate de mí. De los que en muertos se vengan,
SIRENO.
LUPERCIO. Sino délos que perdonan
¿Porqué, Celauro? A quien su maldad condesa.
Vamonos luego al aldea, Tú has causado mi deshonra ;
V contémoslo á nueso amo. ¿Qué tienes tú para que yomeaparle?
Aguarda, amigo, y con aqueste lienzo Y yo tu muerte , aunque fuera
FELICIO.
Te limpiaré la sangre. Mejor excusarla , causo.
Camina pues.
no COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CABPIO.
celauro.
¿Tú m! muerte? ¡ Oh gloria inmensa! ESCENA XXI. LEONELA.
¿Cómo, Señor? Cómo, amigo? FULGENCIA.—Dichos. ¡ Ah mi Fulgencia !
Para que salga contenta FULGENCIA. r(0
El alma que le ha ofendido FULGENCIA. (Ap.) Dejadme, perros ; que Lupercioes muer-
En ver que á tus manos muera. ¡Con qué extraños pensamientos Furia soy , ya no soy Fulgencia ; afuera.
LUPERCfO. Este engaño se acomoda!
GERARDO.
Ese vestido, Celauro, LEO.NELA. ¡Hija de mis entrañas! no te mates.
Fué de la triste Fulgencia, ¿Es la novia ?
Que le llevaba á la villa FULGENCIA.
Un villano de la aldea. ESCENA XXIV.
Soy, Señora,
Quítesele yo, pensando Vuestra esclava.
Consolarme con sus prendas , SABINO. —Dichos.
Y él ha juntado esta gente, OTAVIO.
¡Gran presencia! SABINO.
Hijos de este monte v sierra,
Que teniéndote por mi, LEONELA.
Albricias, mi señor.
Te han dado muerte. ¡Fulgencia , amiga Fulgencia ! GERARDO.
Pregunta Aristóteles , doctísimo maestro, la causa por qué los hombres desean mas parecer
buenos , que serlo y no lo parecer, y responde él mismo que porque solus homo honoris est par-
ticeps , lo que también dijo en los Tópicos ; de que nace que cualquiera lo apetece ; pero la natu
raleza huye el trabajo. Virlutes autem non nisi labore conseqvimur. Y á este propósito trae Marco
Antonio Zimara las palabras del mismo filósofo en el primero de los Elencos : que la naturaleza
de los sofistas es desear mas parecer sabios, que serlo y no lo parecer. Notablemente cuadra con
algunos arrogantes desta edad este problema, que con ingenios bárbaros, cortos estudios ó
ningunos, quieren adquirir la opinión que no merecen; y pareciéndoles que los otros la consi
guen, escurecen sus vigilias con sus desprecios. ¡Terrible razón de estado de la envidia, pensar
que matando la opinión de los otros con improperios, suceden ellos en el mayorazgo de la fama,
que no se adquiere con violencia, detracción y envidia, sino con méritos , obras y trabajos , á quien
llamó Stobeo padres de la buena fama! Fué opinión de San Gregorio, que no era perfecto en sus
obras á quien contradecía la malicia de su lengua : Nec in sermone laudabüis qui hoc quod loquitur
opere non ostendit. Mas ; quién persuadirá á la calumnia , hará paces con la envidia , y humillará la
arrogancia? Cuando Platón dijo que el hombre recibe gloria de lo que sabe, sintió laque natu-'
raímente reconoce en sí y se sigue al virtuoso estudio, y esta jamás excedió las justas márgenes
de la humildad, fundamento de la mas alta sabiduría. Ya vuesamerced, por lo que ha vivido en
España y su corte , habrá conocido y visto lo que digo , y asimismo en muchos sabios y doctos de
sear mas serlo que parecerlo, si bien no huyendo el premio á sus desvelos , méritos y trabajos; y
otros , cuya ignorancia le quiere á pesar de la razón y del conocimiento ajeno, por quien dijo el
poeta toledano :
Si estuvieran contentos de si mismos,
No murmuraran del ingenio ajeno.
Verdaderamente halló üiógenes bien la semejanza destos hombres en las armas lustrosas y do
radas, pues non similia sunt interiora exterioribus. Si,el ánimo es cobarde y la arrogante aparien
cia cubre la interior ignorancia, señor maestro, creamos que son locos; y á este propósito lea
vuesamerced esta comedia, que tiene el mismo título, y sale á luz á la sombra de su clarísimo nom
bre , que en tan tiernos años solicita la espectacion de tan insignes frutos. Mas no la mire con los
ojos del arte que á las antiguas, griegas y latinas, terencianas ó aristofánicas , en cuyas lenguas
es tan docto como nos muestran sus escritos ; de quien raerá justo que yo hiciera aquí grandes
elogios; pero basta el de nuestro amigo :
Honrad , musas , á Simón ,
Que ha peregrinado á España
Como á Sicilia Platón ;
sino con la benignidad que ha mostrado siempre , honrando y defendiendo mis escritos de la
calumnia de algunos que, después de imitallos, los condenan, y cuyas objeciones no sirven mas
que de mostrar sus ánimos; porque necesse est (por opinión del filósofo) alteram partem contra-
dictionis esse veram.
Capellán de vuesamerced,
Lope de Vega Carpió.
L-i. 8
LOS LOCOS DE VALENCIA.
PERSONAS.
FLORIANO. RELARDO.
VALERIO. GERARDO. TOMÁS. CALANDRIO.
REINERO. VERINO. MARTIN. MORDACHO.
ERfFILA. LEONATO. LIIIKRTO locos y locas.
FEDRA. PISANO. LAIDA. Gente.
La escena es en Valencia.
LEONATO, con botas.— Dichos. Que vienes arrepentida. ¿Yo digo tal ?
LEONATO.
ERÍFILA.
LEONATO. Sí.
Dejas el alma y la vida , ERÍFILA.
Esta , Erifila , es Valencia ; ¡Y formas agravio dellas!
La puerta es esta de Cuarte ; Si estas dos cosas te di ¿Yo?
Aquí dio Venus y Marte Cuando á mis padres dejé, LEONATO.
Una divina influencia. Una palabra que hablé Si.
Estos son sus altos muros, ¿Para qué te ofende ansí? ERÍFILA.
Y aqueste el Turia , que al mar Cuanto mas que ser locura Levántame eso también.
Le paga en agua de azar No ofende lo que tú vales. LEONATO.
Tributo en cristales puros.
Aquel es el sacro Seo , LEONATO. Bien parece, desleal,
Y este el alto Micalete. Amor entre desiguales Que por hombre me has tenido
Poco vale y menos dura. vil y bajo, que no ha sido
ERÍFILA.
Yo sé muy bien que el recato A tus méritos igual.
Ella es tal cual la promete Que muestras en mi contento Pues á tenerme el amor
Su grande fama al deseo. Es puro arrepentimiento. Con que al fin me has engañado,
¡Qué fértil! Nunca me hubieras negado
LEONATO. ERÍFILA.
Lo que tú llamas honor;
Por grande extremo. ¿ Yo arrepentida , Leonato? Pues ni lágrimas ni ruegos,
flouiano. (A Valerio.) ¿Eres menos de lo que eras Desiertos, ni soledades,
¿Es gente de fuera? Cuando yo el alma te di ? Para huir dificultades
¿ No eres mi criado? Te tienen los ojos ciegos,
VALERIO.
LEONATO. Porque á fe que si me amaras
Si; Como lo sabes fingir,
Apartémonos de aqui. Sí.
Que no supieras decir
ERÍFILA.
FLORIANO. En las cosas que reliaras.
Que no me conozcan temo. Pues ¿qué agravios consideras? ERÍFILA.
¿Encanásteme tú acaso
VALERIO.
Fingiendo lo que no fuiste? ¿No sabes que eso ha nacido
Al gue es administrador Todo lo vi. De solo ser yo quien soy ,
Podremos ir á buscar. Y que esta disculpa doy
LEONATO.
(Yante Floriano y Valerio.) Mientras no eres mi marido?
Bien lo viste; Lo que me has de agradecer,
Mas no el desprecio que paso. ¿ Eso me quieres culpar?
No tienes por qué negar ¿Qué mas te puedo yo dar
Que no me tienes en poco. Que palabra de mujer ?
tía COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Pues cuando á serlo viniera ERÍFILA. ERÍFILA.
Después de darte osle gusto , Pues vende aquestas manillas. ¡Al i entrañas!...
Siempre te diera disgusto LEONATO. LEONATO.
El ver que tan libre fuera ; Todas digo que las quiero. No te alfeñiques.
Que los hombres sois tan buenos,
Que por lo que persuadís , ERÍFILA. ERÍFILA.
En gozándolo , venís ¿Todas? Envaínala.
A tener su dueño en menos. LEONATO. . LEONATO.
Todas. Envainaréla.
LEO NATO.
ERÍFILA. Quédese para quien es. .
Cuando el bien que se pretende jAy amigo!
De tantos méritos pasa , ERÍFILA.
¿Quiéresme acaso dejar? Eso no. Traidor, espeía.
Después de gozado abrasa ,
LEONATO.
Si antes de gozado enciende. LEONATO.
Y el no liarte de mi Creo que te ha de costar Mira que...
No es por aquesa ocasión , Este hablar. ERÍFILA.
Sino ser todo ficción ERÍFILA.
Mi bien , ¡ conmigo ! Ya no me altera.
Cuanto me has dicho hasta aquí. ¿Qué se me da que me des?
Mira si estoy engañado Recalo mió, ¿qué es esto?
En el presente desprecio. Que otro dueño hemos tenido LEONATO'.
Las joyas y yo? Suelta.
ERÍFILA.
ERÍFILA.
Anda ya ; que estás muy necio. LEONATO.
No ha sido ¡ Ab traidor, enemigo!
LEONATO.
Sino tu amor deshonesto. Aguarda.
Bien dijeras desdichado.
Dame las joyas, infame. LEONATO.
ERÍFILA.
ERÍFILA. Que no hay que aguarde.
Pues ¿cómo, si te engañara, ¿Infame? ; Triste de mi ! ( Vate Leonato , y queda Enfila en un
Y Ungido amor tuviera, ¿Ansi te afrentas á Ü , jaboncillo y un manteo.)
Padres y patria perdiera , Marido?
Vida y honra aventurara?
¿No vestueugaño? LEONATO. ESCENA IV.
No me lo llame.
LEONATO. Deque preslo,*6 mataréla. ERÍFILA.
No sé. {Sara la daga.)
Mejor he visto tu engaño. ERÍFILA.
Déjasme al fin, de cobarde,
ERÍFILA. P6r no me llevar contigo.
¡Ay Dios! Sin duda te vas. ¿Qué menos infame hazaña
Venir hasta un reino extraño
Contigo, ¿es falta de fe? LEONATO. l)e un hombre bajo esperé ?
Muéstrelas todas. ¿Fuese el traidor? Ya se fué ;
LEONATO. Su soledad me acompaña.
ERÍFILA.
Ninguna cosa me agrada. ¡Triste de mi ! ¿Qué he de hacer,
Pienso que fué tu venida No hay mas. Sin bien y con tanto daño,
Mas de estar aborrecida Envaínala. Sora y enun reino extraño,
Que de estar enamorada. LEONATO.
Pobre, desnuda y mujer?
Cree que estoy en lo cierto. Envainaréla. ¡Buena el ladrón me dejó!
ERÍFILA.
Déme el sombrero y capote. Pero gran consuelo ha sido
¿Aborrecida , Leonato? ( Váyaselas dando poco ú poco.) Robarme solo el vestido ;
Ese si que es falso trato ERÍFILA. Que el alma no me robó.
Y desamor descubierto. ¿Sombrero y capote, amigo? Que si á mis padres dejé
¡ Yo aborrecida ! ¿ De qué? LEONATO.
Por un vil criado suyo,
Mis padres ¿no me casaban? No fué, amor, efecto tuyo;
No se alborote, la digo. Que á nadie en mi vida amé.
¿Que imposibles lo estorbaban ,
Mas que tu amor y mi fe ? ERÍFILA. Anles fué aborrecimiento
¿Tan malas prendas tenia, ¿Jío quieres que me alborote? De casarme á mi disgusto ,
Que ansí me desconfié? LEONATO.
Porque adonde falla el gusto,
Mira, amores, que agradé Si me replica , daréla. (Saca la daga.) No sobra el entendimiento.
Sin consejo le perdí
Tu alma , que es alma mia.
Deja esa tema en que das , ERÍFILA. Por excusar de matarme ,
Y vuélveme aquesos ojos. Mi bien , ;. castigo tan grave Y á la mar quise arrojarme ,
Si es verdad que los enojos Por una palabra? De donde agora salí.
El amor aumentan mas. LEONATO. La nave dejo perdida ,
LEONATO. Acabe. Y el áncora de esperanza ,
Entre la falsa bonanza
Dejemos amor, y dame ERÍFILA.
De aquel traidor prometida.
Esas joyas que guardaste Envaínala. Desnudo entre mil enojos
Cuando á Kequena pasaste. . LEONATO.
Sin alma el cuerpo salió ,
ERÍFILA. Envainaréla. Con el agua que le dio ,
Llama... ERÍFILA. Para que lloren mis ojos.
LEONATO. Yo vi tu boca de risa , ¿Qué he de hacer? ¡Pobre de mí!
¿Qué quieres que llame? Y vi mi fortuna en popa. Que en pensar adonde estoy,
Mejores que me las des LEONATO. A perder el seso voy,
Antes que entre en la posada. Quítese agora la ropa. Y el dolor me vuelve en mí.
ERÍFILA.
¿Dónde iré? ¿Qué me detengo?
¿Para qué?
ERÍFILA. rio es este pequeño indicio ;
¿La ropa? Mas no perderé el juicio,
LEONATO.
LEONATO. Quebá dias que no le tengo.
Para nonada. Y aun la camisa. Pues ¿qué dirá quien me viere?
Yo te lo diré después. ¡ Ay Dios ! gente suena ya. (Relime.)
ERÍFILA.
ERÍFILA.
Espérate , quitaréla.
¿Hase acabado el dinero? Pero mira...
LEONATO. LEONATO.
¿Para qué puedo pedillas? No repliques. {Saca la daña.)
LOS LOCOS DE VALENCIA. 117
ESCENA V. Están agora templados, ERÍFILA.
Y en casa sirven muv bien, ¿Qué?
VALERIO, PISANO, MARTINtTOMÁS, Piden limosna también , TOMÁS.
tinverú— ERÍFILA. Y saben hacer mandados. Estáte queda.
Tomás.
FISANO. TOMÁS. ERÍFILA.
Pnes él á mi cargo está , Señor. ¿Por qué? *
Yo be de hacer cuanto pudiere. PISANO. TOMÁS.
LAIDA.
LAIDA. No es bien que la ley se estrague.
Mejor es esta encarnada. Pague luego.
Ya temo que del le agrades. FLOBIANO. TOMAS.
FEDHA.
¿Quién en mi mal os desvela , Pague ó muera.
¡Quién fuera , Laida , la luna La bella malmaridada? FLORIANO.
Uestas locas voluntades ! Pido azúcar y canela, ¿Qué gente?
LAIDA. ¡Y daisme paja y cebada ! MARTIN.
; Di vina, hermosa beldad ! ¡Que un hombre loco me incline Pues ¿no eras tú don Roldan?
Hable amor, la lengua calle. Casi á llevarme tras si ! FLORIANO.
¿En qué pienso? Qué imagino ?
erífila. {Ap.) Sin duda que con razón Ycbmodellolegoce,
¡Extraña manera de hombre! Por otro igual desatino Hoy seré todos los doce
¿Que tanto bien te dio el cielo Me han traído á esta prisión Que á una mesa comen pan.
Con tal censo ? En que á ser loca me inclino. ERÍFILA.
floriano. (Ap.) ¿Qué dudo? Qué estoy pensando?) ¿Conoces á Calaínos?
El mundo asombre Loca soy. FLORIANO.
Ver la hermosura del suelo FLORIANO. Y fui mil veces con él
Abatida con tal nombre. (Ap. Ya está eclipsando A caza de golondrinos.
¡Que de tan alta hermosura Las dos estrellas su Curia.) ERÍFILA.
Fuese pensión tu locura ! ¡ Ay ! no hagas tal injuria
erífila. (Ap.) Al sol , que te está mirando. ¿Y á Sansoneto?
FLORIANO.
¡Que á tan perfecto edificio ERÍFILA.
Falte el mas divino oficio Yállrgel,
Loca soy, loca en efeto. Gran comedor de pepinos.
Que adornó su compostura !
FLORIANO.
floriano. (Ap.) ERÍFILA.
¡Que en tan hermoso aposento Cielo , estad sereno un poco. Era gente muy honrada.
No haya mas de voluntad , ERÍFILA.
FLORIANO.
Y que falte entendimiento ! ¡ Por mi fe , que estáis discreto ! Pues ¿dígote yo que no?
¡Oh mármol de gran beldad FLORIANO.
Sin agente entendimiento! ERÍFILA. (Ap.)
No estoy sino , en verte , loco , ¿Cómo este loco me agrada?
Oh imagen bella y notable Y serlo de hoy mas prometo.
De todo el mundo universo, O está en seso , ó estoy yo
Corruptible y generable! ERÍFILA. De mi seso enajenada.
Oh cuerpo en algo diverso Afuera, afuera. FLORIANO.
Del otro mundo, admirable ! floriano. (Ap.) (Ap. Parece que ha conocido
En dos partes de las tres ¿Qué aguardo? Que no me falta sentido.
Conforme á los otros es ; Estando loco mi bien , Cúmpleme disimular.)
Mas cu la parte tercera, ¿Para qué el sentido guardo? Quiero salir á cazar;
LOS LOCOS DE VALENCIA. 121
¿Hanme caballos traído , Y no , amigo , negocio como quiera , ¡ Oh amor, en qué peligros vive y muere
Los braquetes y sabuesos, Sino en que estriba de mi alma y vida Quien una vez probó la fuerza tuya!
Halcones y bajarles ? El gusto y la salud que me deseas. Déjame con mi loca , ó loco ó cuerdo;
EltÍFILA. FLORIANO. [do Que entonces seré loco si la pierdo.
Perros en trailla presos, ¿Qué es esto , buen Valerio? Hase sabi-
Y en pigüelas los neblíes. Qtie estoy por dicha en esta cárcel loco? ESCENA II.
FLORIANO. ¿Hay alguna desdicha en mi suceso?
FEDRA, lia ver d— FLORIANO.
Pues échenles sendos huesos; VALERIO.
Que quiero volaren fin. Yo soy, Floriano, el loco; yo soy loco; fedra. (Para si.)
Si hay azor , un francolín. Que tü con solo el hábito que tienes, Acá me vengo á buscar
ERÍFILA. Haces oficio de sagaz y cuerdo. Si hav quien dé señas de mi ;
: Malos años y mal mes! No se sabe hasta agora cosa tuya. Que dicen que me perdí
líenme el hilo portugués; Ni se sabrá tampoco, si los cielos En este mismo lugar.
Que quiero hacer un gaibin. No se conjuran en tu daño y mió. Y no es poco que me acuerde
FLORIANO. De quien vivo y por quien muero ;
Que menos memoria espero
ESCENA XII. Pues ¿qué es esto, Valerio? Qué suceso Adonde el seso se pierde.
Puede alterar tu cuerda compostura? Con tan extraño tormento
PISANO.— Dichos. ¿Quiénmudó tu color? Quién lia vencido El amor me ha combatido,
Tu raro entendimiento, y ha trocado Que ya no tengo sentido,
pisano. De su lugar lu corazón y el mió? Sino solo sentimiento.
Ya esta , Señora , vuestra saya á punto: VALERIO. De mi locura me espanto;
Entraos acá ; que quiero que se os prue- ¿No trajeron agora aquí una loca Que de oidas, aunque poco,
Yvos, Iteltran, no os alleguéis á ella; [be. Mas hermosa que el orden de los cielos, Creí que amor era loco,
Que sois muy gentilhombre y atrevido, Que los planetas y los elementos, Mas no que lo fuese tamo.
Y donde no gobierna entendimiento, Y que todo lo que es morlal criatura? Por sus dolores secretos
' Tiene mucho lugar el apetito. Conozco ya su rigor :
FLORIANO.
ERÍFILA. ¿Qué ha de dar un loco amor
¿Es cosa tuya , dime, aquella loca? Sino tan locos efelos?
¿Qué os viene deso á vos , barba de he-
FLORIANO. [r,'Je • VALERIO. Un loco, y por otra loco,
No es cosa mía ; pero yo soy suyo. Que es menos obligación , *
¿Qué os vienedeso ávos, cresta degallo? Me ha hecho camaleón
FLORIANO.
PISANO. Espera , vén conmigo á aquella sala , Cuando sus colores toco.
¿Ya me le defendéis? Huélgome dello; (Jue está desocupada y liene asientos, No sé qué tiene ¡ay de mí !
¿fue no os veréis con él hasta la tiesta Y dirásme despacio tu suceso. Que hechiza cualquier cordura.
De los benditos niños Inocentes. Mas ¡ ay ! ¿qué mayor locura
VALERIO. Que no ver que estaba aquí ?
ERÍFILA. ¡AyDios!
¡Mal año para vos! que yo soy libre, FLORIANO. FLORIANO. (Ap.)
Y puedo hacer de mí capote un trasgo ¿Suspiras? Ya que desla he de guardarme ,
Y de mi corazón unas alforjas. Y conozco «u intención ,
VALERIO. Quiero, huyendo su pasión.
PISANO.
Entra , acabad. ¡ Dueño! Pierdo el seso. Con mí pasión remediarme.
ERÍFILA.
Fingiréme menos cnerdo
De lo que otras veces íui.
Adiós, hermoso loco.
FEDRA. (Ap.)
FLORIANO. ACTO SEGUNDO. Por un loco estoy sin mí.
Divina loca , adiós.
¡ Qué injustamente me pierdo!
PISANO.
ESCENA PRIMERA. FLORIANO.
Poquito á poco.
(Llévase á Erffila.) ¿Habéis vislo por allá
FLORIANO. Una cosa que perdí?
ESCENA XIII. fedra.
Cansada eslar pudiera la fortuna Y ¿tú no me has visto á mí.
FLORIANO. De los muchos agravios que me ha he- Que ando en pena por acá?
Dejando ya sin resistencia alguna [cho,
Las Hacas fuerzas de mi débil pecho. FLORIANO.
Vétc despacio, pensamiento mío;
Que como otros se pierden por el viento, i Jamás que nuestro ruego la importuna Hermana , si andáis en pena ,
Por el mas bajo y asnero elemento, Dará sin muchos daños el provecho: Muy cierta tendréis la gloria.
A su pesar de la razón te guio. Libróme de la muerte , y de lal suerte. FEDRA.
Tú vas donde le lleva el albedrio Que agora estoy mas cerca de la muerte. ¡Oh palabra de Vitoria,
Caá fuerza de un primero movimiento, Yo vi los bellos y divinos ojos ,
Y yo lloro con cuerdo entendimiento Por donde amor vertió locura y fuego , De grandes misterios llena !
Las ansias de tu loco desvario. Y como mariposa, mis despojos FLORIANO.
Ño me aventures á tau loca empresa, A su amorosa lumbre arderse luego ; ¡Oh sabrosa berengena,
Pues no hay contento que esperar de un Y cuando me bastaran los enojos Membrillos y zanahoria.
[loco, De mí fiero mortal desasosiego, Que echó en arrope de Coria
Cuando á fallar entre los cuerdos viene. Quieren mis hados que el mayor amigo El poeta Juan de Mena!
Pesa lu daño, y tu provecho pesa : Sirva por instrumento á mi castigo. fedra. (Ap.)
Déjame en paz; (fue no es razón tampoco Valerio, que es de todo mi secreto
Archivo, amparo, defensor yasilo, ¡Qué preslo le vuelve el seso
Perder el seso por quien no le liene. Por esla loca , por el mismo efelo, El furioso frenesí !
Sigue de amor el amoroso estilo , FLORIANO.
ESCENA XIV. Y dice que le pone en lanío apríelo, ¿Sabéis deslo que perdí ,
Que su curso vital cuelga de un hilo, I Y os daré en hallazgo un queso?
VALERIO .— FLORIANO. Y que la lia de gozar, ó cuerda ó loca ; FEDRA.
Que amor ha menester cordura poca.
• VALERIO. Para esto dice que pedilla quiere, ¡ Pluguiera á Dios que supiera,
No me agradezcas ni a fineza tengas A titulo de que es parienta suya ; Como sé lo que has perdido,
Que tan aprisa tus visitas haga, Porque con el honor que se requiere Adonde está tu sentido,
Pues vengo agora con negocio propio . A su primero ser la restituya. Porqueyotelolrujera!
125 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FLORIANO. Pretende desbaratallo. Quiere hurtar la bendición
¿Haceislo por las albricias? Y son cosas tan pesadas A la hija verdadera!
¡ Oh hi de pucha golosa ! Amistad y bien querer , fedra. •
A ser vos la mas hermosa , Que adelante podría ser
Yo os dijera mis malicias. Que me entrase flux de espadas. Quiérome quitar de aqui ;
Pío diga algún disparate. (Yase.)
FEÚRA. FEDRA.
Pues esa que lú querías, En fin , ¿que tú aventuraste ESCENA IV.
¿Tiene mas merecimientos? Mi esperan za ?
FLORIANO. FLORIANO. FLORIANO, ERÍFILA.
Tiene de nieve y pimientos Y aun la mia. FLORIANO.
Los dientes y las encias. FEDRA.
Queríala, y aun la quiero, (Ap. No hay alcahuete que trate
Que ansí digo mas verdad, ¿Quieres otra? Mejor mi favor por mí.
Porque es de mi calidad FLORIANO. ¡ Oh celo , que el amor creces !
Y muere del mal que muero. Bienquerría, ¿Quién te llama hijo de amor?
Si no os pesa que la gaste; Su padre dirá mejor ;
FEDRA.
Que antes se alegran mis ojos , Que le engendras muchas veces.
i Por ella , loco , en efeto , Que en semejantes contiendas Negociado has mi remedio ;
Lo que te falta has perdido? Pueda yo dar tales prendas Mas ¿cómo se ha suspendido
FLORIANO. A mi señora en despojos. La que del alma y sentido
Cuando allí pierdo el sentido ¿Dónde está la cinta? Ha puesto su silla en medio?)
Soy en extremo discreto. * FEDRA.
¿Cómo calláis vos agora?
Mas no es lo que busco eso ; Aquí. ¿Qué melancolía es esa?
Otra cosa me ha faltado ; FLORIANO. ERÍFILA.
Que á fe que es bien empleado ¿En la frente? De haber hablado me pesa
Perder bien perdido el seso. Con la reina mi señora.
FEDRA.
¿Veisme con aquestas trapos? Lo uno uorque ya vos
Pues perdí... ¿No la ves? Pensareis que soy muy vuestra ,
FEDRA. FLORIANO. Y lo otro por la muestra
¿Que1, por mi vida? Pues quitáosla. Que me habéis dado los dos.
FLORIANO. FEDRA. FLORIANO.
Una borrica parida Mejor es Elvira , plega á los santos
Con una toca de papos. Que me la quites tu á mí. Que si yo la quiero bien,
fedra. (Ap.) FLORIANO. Que me mate una sartén
Ya desato la lazada. Con sus duelos y quebrantos,
¿Que esto no desenamore, Y si no soy Mandricardo
Sino que obligue a deseo? (Desátale una cinta de la cabeza.) Y esclavo de Doralice,
floriano. fedra. (Ap.) Por cosa que jamás hice
Hace el no seros muy feo ¡AyDios! ¿Si le abrazaré? Me vistan de paño pardo.
Que mi esperanza mejore; * ¿Si podré? Mas bien podré ; Como ella es mujer burlona
Que si bien os parecí , Que es loco, y no importa nada. Y criada en esta casa ,
Siendo tan cuerda mujer, floriano. Jugamos de pasa pasa ,
Uien lo puedo parecer Y hícele la mamona.
A quien me parece á mi. ¿Andaisme en las faltriqueras? Si otra cosa hemos tratado
¿Algo me queréis hurtar? Yo y aquesta chocarrera,
fedra.
¡Qué lindo ingenio tendría fedra. (Ap.) Luego en tu desgracia muera
Por la beldad natural, Aun no me atrevo á juntar Frita , cocido y asado.
Si curase deste mal ! Los brazos. ¡Oh amor! ¿qué esperas? ERÍFILA.
Un mate me quiere dar; Y á vos , Señora , las manos ; Esté es un gran estudiante
Y porque en mi mal se alegra, Que con esto quedará Que de amor enloqueció.
Ya de matarme resuelto , De pies y manos seguro FLORIANO.
De pieza blanca, me he vuello, Este preso, que yo os juro
Que aun muriendo no se irá. Y este un asno que tiró
Como veis , en pieza negra. Dos coces á un elefante.
ERÍFILA. .
ERÍFILA.
¿Que aquese aríil ha venido? Los que en los pies te pusieron
Tengo en las entrañas yo ; Estotra es una mujer
FLORIANO. Que estos que tu amor me dio , Que dice que la han robado,
Dicen que trae mi retrato, Corona de gloria fueron; Y en aquesta tema lia dado.'
Y por eso me recato Solo siento que mis brazos ERÍFILA.
Y vengo desconocido. No se pudiesen abrir,
ERÍFILA. Para en ellos recibir ¿Sabéíslo vos , bachiller?
Tus amorosos abrazos; ¿Qué tenéis que ver en eso í*
Ese juego ya me I lama Si me han robado i traición,
A que pierda mi sosiego. Mas como mi alma puede,
Imaginados los da. Con grillos tengo al ladrón ;
FLORIANO. Preso está.
FLORIANO.
:Y cómo ! si sois del j uego , FLORIANO.
Y no menos que la dama. El alguacil viene ya.
ERÍFILA.
Yo soy el preso.
Por eso ayudadme bien ;
¿Quieres que huya , ó me quede? LIBERTO.
Que estoy muy cerca de preso.
FLORIANO.
Por mi vida , que es hermosa ,
ERÍFILA.
i No importa ; quédate aquí. Y á compasión me ha movido.
Bien puedes hablarme en seso ;
120 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
erífila. LIBERTO. ESCENA XVII .
¿Qué es quesicosa, marido, Hora es que yo me vaya ;
Tres esposas y una esposa? Y antes que deje á Valencia , LAIDA.— Dichos.
floriano. • Volveré a vuestra presencia.
Las trévedes. FLORIANO. LAIDA.
ERÍFILA. Poco vale quien desmaya. De aguda puedo loarme.
¡Bien por Dios! Diz que traéis un retrato
FLORIANO. De cierto moro de Argel. Suelta 1la loca, ladrón.
Malo estaba de acertar. ERÍFILA.
ERÍFILA.
Yo me holgara harto con él, ¡Oh traidor! ¡Forzarme á mi!
ERÍFILA.
Anda , bellaco escolar, Y de miedo no lo trato. LAIDA.
Yo soy una y estas dos. LIBERTO.
Luego ¿él te forzaba?
FLORIANO. ¿Queréislo ver ? ERÍFILA.
¿Parécete que erré poco? FLORIANO. Si.
¿Cuyas son? que no me acuerdo. Sí , por Dios. FLORIANO.
ERÍFILA. LIBERTO. Fuerza fué del corazón.
Las dos son de'aqueste cuerdo, Pues veisle aquí descogido. LAIDA.
Y la una deste loco. (Entena el retrato.) Estudiante ó Satanás ,
PISANO. FLORIANO. Que esto debiste de ser,
Poco tiempo estará aquí ; ■ Pardiez, que está parecido, ¿Qué te ha hecho esta mujer,
Que es muy principal mujer. Aunque no os parece á vos. Que siempre con ella estás?
LIBERTO. Pues yo conozco á su dueño, FLORIANO.
Bien se deja conocer. Y sé muy bien dónde está. Hame dado un mojicón
FLORIANO. LIBERTO. Por medio de las entrañas;
Y tos ¿conoceisme A mi? Irme quiero; tarde es ya. Que ha tenido por hazañas
Matar un muerto á traición.
LIBERTO. FLORIANO. Y por Dios, que he de vengarme,
Ni os conozco , ni aun quisiera. ¿Qué me daréis si os lo enseño? Hasta que el suyo le vea.
FLORIANO. PISANO. ERÍFILA.
Pues á fe que os importara. Salir quiero á acompañaros. Ya ha visto lo que desea,
LIBERTO. LIBERTO. No tiene ya que buscarme.
Tenéis muy negra la cara. Eso no. LAIDA.
PISANO. Beltran , no la mires tanto;
FLORIANO.
Mas negro, á ser blanco, fuera. Dejadme un poco. Mírame á mi.
Vos seréis gavilán manco. (Vanse Pisano y Liberto.) FLORIANO.
Yate veo;
LIBERTO. ESCENA XVI. Pero llévame el deseo
De ser como soy me alegro. A que te dé con un canto.
FLORIANO, ERÍFILA.
FLORIANO.
LAIDA.
¿Sabéis por qué estoy tan negro? ERÍFILA. Asirte tengo la mano.
Porque no deis en el blanco. Ahora digo que estás loco. A fe que no has de ir tras ella.
ERÍFILA. FLORIANO. ERÍFILA.
Amarga está la librea. No os enturbiéis, ojos claros; ¡Oh , qué graciosa doncella
FLORIANO. Que no hay temer mal suceso Para de invierno y verano!
Soy, por no buscar cuartagos, En lugar que vos estáis, Mucho se os abrasa el pecho.
Loco de los reyes magos, Aunque el hábitodigais ¿Andáis en caniculares?
Y embajador de Guinea. Que imprime falta de seso. LAIDA.
Contra un rey no valen postas. ERÍFILA. ¿Que aun en verme no repares?
PISANO. El alma me has alterado. ERÍFILA.
Una nueva quiero daros , FLORIANO. Aun de burlas es mal hecho.
Elvira. Mi bien , en mi lo he sentido Quedaos con Dios, Mandricardo;
, ERÍFILA. Como quien el cuerpo ha sido Que me saben mal los celos.
Y yo presentaros Donde agora habéis estado; FLORIANO.
Estas que me están angostas. Que cual forma sustancial, ¿Cubrir piensa tales cielos
PISANO. Y yo materia en que vive, Aqueste nublado pardo?
A nuestro administrador De quien con acto recibe ¡Oh pesar de Rodamonte!
El pariente que sabéis, " Perfección lo que es mortal , ¿Que á Doralice me lleva?
Os pide. Luego sentí movimiento
Y me tembló el corazón. ERÍFILA.
ERÍFILA.
ERÍFILA.
Yo te cerraré la cueva.
¿Y esa tenéis
Ha sido en esta ocasión FLORIANO.
Por buena nueva, hablador?
Extraño tu atrevimiento. Cierra, y súbete en el monte.
PISANO.
Sabe Dios lo que lo siente FLORIANO. (Yante Enfila y Floriano.)
Quien gustaba de escucharos. Pues me libré deste mal , ESCENA XVIII.
Dice que quiere curaros ¿Sabes , mi bien , qué quisiera?
En su casa honradamente. ERÍFILA. LAIDA.
ERÍFILA. Ya te entiendo, y si pudiera
¡Mal año y mal mes , hermano ! No tuviera gloria igual. ¿Esto es posible? ¿ Hay dolor.
Antes que allá coma y duerma Que al que padezco parezca?
FLORIANO. ¡Que por un loco padezca
Mas me quiero estar enferma , Tu amorosa estimativa
Que curada de tal mano. Que á otra loca tiene amor!
Entiende mis intenciones Bien sé yo de qué ha nacido;
Tiene aquí tanta virtud De mis inciertas razones,
Una cierta voluntad , Que como juntos están ,
Con deseo de que viva ; Del verse y hablarse harán
Oue quiero mi enfermedad Pero yo te abrazaré,
Mas que alguno su salud. Hábito al alma y vestido.
Si no puedes abrazarme. Pues no , no ; que yo pondré ,
LOS LOCOS DE VALENCIA. 1iT
Metiéndome de por medio , A gozar de mi bien todo ! FEDRA.
MARTÍN .
PISANO. Ya están aqui los asientos.
Y encubiertos. Un hidalgo aragonés, GERARDO.
Que veinte escudos ha dado
BELARDO.
De limosna, me ha rogado, Siéntese vuesamerced .
¡Oh musas, musas! ¿Quién oshizonueve, Señor, si tu gusto es , CABALLERO.
Si mas de nueve mil son los poetas? Le dejes ver esta tiesta. Aquí basta.
Mas no os pese; que son los buenos pocos, GERARDO.
VERINO.
Y los que escriben mal , necios ó locos.
Entre quien quisiere á vella; ¡Hola! traed
{Yante.) Que no es cosa de importancia. Sillas.
FEDRA. CABALLERO.
mano, vestido de desposado, d lo gra Muy bien ha dicho Mordacho. Sí, Elvira: ¿no ves al lado
cioso.— El CABALLERO, FEDRA, CALANDRIO. El alma de aqueste pecho.
GERARDO, VER1NO , LEONATO. ¿Vos queréis que folixemos, ERÍFILA.
Pois que contente me acho? ¿Que te has casado, traidor?
GERARDO. MORDACHO. FLORIANO.
Siéntense los dos aqui , Pardiez, Calandrio, bailemos, Cáseme , como te fuiste ,
Y Laida será madrina. Si quiere aqueste gabacho. Y porque me aborreciste ,
LAIDA. GERARDO. Teniendo á Valerio amor;
Antes vo mismo os lo ruego. Con quien , desde aquí te digo
¿Madrina me hacéis á mi? Que te vuelvas , porque es justo
Volveréme a la cocina, Manda*d que nos toquen luego ,
Y ayudaranos Belardo. Que á tus parientes des gusto.
¡Por el dia en que nad t
Baste que sufra los cuernos, BELARDO.
ERÍFILA.
Sin padecer dos infiernos De pesado me acobardo ; ¿Que te has casado, enemigo?
En penar y consentir. Pero no diréis que os niego. FLORIANO. (Ap.)
VERINO. • {Hacen estos una máscara de locos, ' , Ella piensa que es de veras.
Detente. vanse en acabando. ) ERÍFILA.
LA1»A.
¿Que va, traidor, fementido,
Quiérame ir ; Para siempre le he perdido?
Que tengo los ojos tiernos.
ftí COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Perro, yo te liaré que mueras. FLORIANO.
VERINO.
No piense que ha de gozarte
Nadie , pues yo te perdí. De ti la vida recibo. Cosa es para que estén ,
Que tu muerte me quitó. Los que le tienen , sin seso.
floriano. (Ap.) Pero dime , ¿de qué suerte Pero decid, Floriano,
¿Cosa que esta diga aquí Fué suceso tan extraño? ¿Quién es Elvira, esta loca?
Mi historia parte por parte? REINERO. LEONATO.
En [FILA. Eso á mí solo me toca ,
Mi muerte ha sido un engaño.
¿Piensas, traidor Floríano, Si me quiere dar la mano;
Con ese sajo fingido?... FLORIANO.
Que yo soy criado suyo,
FLOBUNO. ¿Engaño? pues ¿cómo? Y de su padre lo fui.
(Ap. ¡Vive Dios , que soy perdido ! ) REINERO. GERARDO.
Ta, ta. Pues ¿cómo ha venido aquí?
Advierte.
ERÍFILA. Amando á la hermosa Celia, LEONATO.
Desvia la mano. A quien tú también amaste, De decirla verdad huyo.
Haciéndole falso loco, De Aragón corona y gloria Yo , señores , la saqué
¿Encubrir de aquesta suerte Por hermosura y linaje ; De en casa de un padre honrado,
Del gran Reinero la muerte? Después de las muchas fiestas Tan hidalgo y estimado,
GERARDO.
Que hice en su misma calle, Cuanto después os diré.
Torneos de á pié famosos, Aquí la truje á Valencia,
¿De Remero? Espera un poco. De galas y de plumajes; Donde el ánimo perdí ,
¡Traidor! ¿ Tú eres Floriano, Sortijas llenas de cifras, Porque á su padre temí ;
El que mataste á Reinero? Con invenciones iguales , Y ansí, hice del la ausencia.
FLORIANO. En que las letras decían Las joyas que le tomé ,
Callad, que es loca. (Ap. Yo muero Lo mas que las almas saben; Tres mil ducados valdrán;
Desla vez. ¡Oh amor tirano! Muchos loros , en que hice ?ue todas juntas están ,
¡Mal haya el que su secreto Suertes, venturas y lances, sin falta las daré.
Descubre á mujer ninguna !) Y cuyo arrugado cuello Halláronla dando voces,
GERARDO.
Hizo'mi espada dos partes; Y por loca la trujeron ,
Y de algunas gentilezas, Donde estos amores fueron
Gian bien me dio la fortuna. En que á todos fui agradable, Tan grandes como conoces.
Las albricias te prometo. Sino es á la ingrata Celia, Dame , Entila , perdón;
Asilde todos muy bien. Que vive para matarme, Que este es tu nombre , y no Elvira.
PISANO. Pues cuando puse mas bien GERARDO.
¡Oh traidor! ¿Con este engaño Al caballo el acicate, El es suceso que admira,
Quieres remediar tu daño, Si decían :< Dios te guie , >
Ella , « Un estribo te arrastre;» Y me pone en confusión.
Y que la muerte nos den? ¿Casaránse, según eso?
Salí á rondarla una noche
GERARDO. Harto escura , porque salen FLORIANO.
Yo de Valerio me quejo , Entonces á ver su lumbre Eso no; que la ha querido
Que ha sido quien me engañó. Los murciégalos amantes , Valerio , por quien yo he sido
VALERIO. Y'o con espada y rodela , Libre de peor suceso.
Ser su amigo me forzó Y con un broquel un paje , El se casará con ella.
A darle ayuda y consejo. Aunque sin este venían VALERIO.
Otros dos con dos montantes. Es forzar la voluntad
CABALLERO. Aquel paje del broquel
Si no ha hecho mas delito Traía mi nombre y traje, Con el rigor y amistad
Que dar á Reinero muerte . A quien tú diste una herida, Que vuestro gusto atrepella.
Soltalde. Pero vuestras voluntades
De que ya difunto yace. Están conformes; y ansí,
GERARDO. Yo mandé que de los otros No es bien apartar por mi
Pues ¿de qué suerte? Nadie siguiese el alcance, Tan estrechas amistades.
Sino que el muerto del suelo
CABALLERO.
Levantasen al ¡lisiante. FLORIANO.
¡Oh cielo sanio y bendito! Hice que por la ciudad En mayor obligación ,
¡Cuántas maravillas son Fama de mi muerte echasen , Valerio, me habéis echado,
Las que salen de tu mano! Moviendo a piedad las piedras Pues dos vidas me habéis dado
¿Conócesme, Floriano? De una desgracia tan grande, En esta loca prisión.
FLORIANO. Por ver si se condolía Dame esa mano, mi bien;
¿Es sombra ó es ilusión? En la muerte de mis males, Que todo ha sido fingido.
La que jamás en la vida . Recíbeme por marido,
CAP i LERO. Tuvo lástima notable. Y por ta esclavo también.
Yo soy, no te cause espanto. Lastimó la triste nueva ERÍFILA.
Al viejo Conde mi padre ,
FLORIANO.
Haciendo mil diligencias La mano y el alma y todo,
¡Príncipe ! ¿que no eres muerto? Por hallarte y por hallarme; Dueño de mi libertad.
VALERIO. Porque hice que en secreto REINERO.
¿Es Reinero? Al paje muerto enterrasen, En tan gran solenidad
CABALLERO.
Y partí de Zaragoza Justo es que se cumpla todo.
Otro dia por la tarde. Valerio, pues ya sabéis
El mismo. Aquí he sabido que Celia guien es Fedra , y quién ha sido
VALERIO. Por mí grandes llantos hace; 1 casamiento fingido,
¿Cierto? Y ansí, pienso volver vivo Gusto que vos le acabéis.
CABALLERO (Ó REINERO).
Donde cíe nuevo me mate. Quiero que os caséis con ella.
Porque el Conde mas se alegre, VALERIO.
Yo soy; no te admires tanto. Conmigo quiero llevarte;
Sue es cien Heve un muerto á un loco A tener Fedra sentido ,
VALERIO.
ue tan bien fingirlo sabe. Fueras, Principe, servido,
Pues Señor, ¿no te mató Y yo dichoso en querella.
Floriano? FLORIANO.
FEDRA.
REINERO.
Por tan extraño suceso En eso no hay que culparme;
No, pues vivo. Gracias al cielo se den. Que aunque por ti le perdí ,
LOS LOCOS DE VALENCIA. 133
Yo sé también que os holgáis. Que me has parecido bien ;
Solo ser loca finprt Y ansi , por mujer te pido.
Para con Beltran casarme. LAIDA.
LAIDA.
Si gastas, yo soy dichosa. Pues ¿piensan que yo soy loca,
GERARDO. Señores casamenteros? Y voá tí por mi marido;
Que me contentas también.
Hija , iqne tienes sentido? GERARDO.
REMERO.
VALERIO. ¿Que aun falta mas?
De aquestos tres casamientos
Digo que soy tu marido. LAIDA.
Yo quiero ser el padrino ,
FEDRA. Falto haceros Porque este suceso es diño
V yo, Valerio, tn esposa. Una oración grave y poca. De iguales merecimientos.
VERINO. VERINO. Y iremos á Zaragoza,
Pues ¿qué es esto? Floriano.vosyyo.
¿Hay enredo semejante?
FLOR1AICO.
VALERIO. LAIDA.
Haber fingido Hoy vive quien os mató,
Según eso, loca mia, Y vivo , Señor, os goza ;
Mia sois. Este loco frenesí Que es cuento de que habrá pocos.
mu. Por ver si pudiera ansí
Gozar del bien que he perdido. REINERO.
¿Cuya podría, Solo les pido en estrenas
Sino de tan loco amante? Tan buen fin seguro estoba.
Me vuelvan a lo que fui.
Huélgome que vos seáis FLORIANO.
Tan principal caballero. LEONATO.
Y aun si me quieres á mí , Aquí , Senado , se acaba
VALERIO. El hospital de los locot.
Y de lo mucho que os quiero Podrás remediar tus penas ;
LA ESTRELLA DE SEVILLA.
PERSONAS.
EL REY DON SANCHO EL FARFAN DE RIBERA , alcalde BUSTO TABERA. DON MANUEL.
BRAVO. mayor. ESTRELLA, dama. CLARINDO.flraetflí».
DON ARIAS. DON GONZALO DE ULLOA. TEODORA. UN ALCAU)E.
DON PEDRO DE GUZMAN, FERNÁN PÉREZ DE MEDINA. MATILDE. Acompañamiento.
alcalde mayor. DON SANCHO ORTIZ. DON ÍNIGO OSOÍUO. Criados. Músicos. Gente.
La escena es en Sevilla.
• El resto de esta décima se lee en la edi Los nácares de Granada Divinas y humanas leyes
ción antigua asi : De rubíes ha teñido ; Dan potestad á los reyes;
Y por eso adelantarme Pero no les dan lugar
SI es mas bella Quise. A los vasallos á ser
Que el sol, i como asi la ofende?
Mas Sevilla no se entiende, REY. Con sus reyes atrevidos,
Mereciendo su arrebol; Verémeenello; Porque con ellos medidos,
Llamárase sol, pues es sol Que supuesto que he de hacello, Gran Señor, deben tener
Que vivifica j enciende. Quiero en ello consultarme. Sus deseos; y asi, yo,
LA ESTRELLA DE SEVLLA. 131
Que exceder las leyes veo, •Pide en este memorial BUSTO.
Junto á la ley mi deseo. >EI bastón de general Por ello los pies te pido.
RF.T. >De los campos de Archidona.» REY.
¿Cuál hombre no deseó RET. Daréla , Busto , marido
Ser roas siempre? Decid los vuestros. Que á su igual no desmerezca.
BUSTO. BUSTO.
Y decidle que he de ser
Si á mas fuera , No sé Padrino y casamentero,
Cubierto me hubiera hoy; Servicio aquí que decir, Y que yo dotarla quiero.
Pero si Tobera soy, Por donde pueda pedir, BUSTO.
No ha de cubrirse Tabera. Ni por donde se me dé. Ahora quiero saber,
rey. (Aparte con don Aria*.) Referir de mis pasados Señor, para qué ocasión
Los soberanos blasones, Vuesa alteza me lia llamado;
¡Notable filosofía Porque me ha puesto en cuidado.
De honor! Tantos vencidos pendones
Y castillos conquistados, REY. '
don arias. (Ap. con el Rey.) Pudiera ; pero, Señor, Tenéis, Tabera, razón.
Capricho el primero Ya por ellos merecieron Yo os llamé para un negocio
Sin segundo. Honor; y si ellos sirvieron, De Sevilla, y quise hablaros
RET. No merezco yo su honor. Primero, para informaros
Yo no quiero, La justicia, para sello, Del ; pero la paz y el ocio
Tabera, por vida mía, Ha de ser bien ordenada, Nos convida : mas despacio
Que os cubráis hasta aumentar Porque es caridad sagrada Lo trataremos los dos. ,
Vuestra persona en oficio, Que Dios cuelga de un cabello. Desde hoy asistidme vos
Que os dé deste amor indicio ; Dar este oficio es justicia En mi cámara y palacio.
Y asi, os quiero consultar, A uno de los dos aquí ; Id con Dios.
Sacándoos de ser Tabera, Que si me le dais á mi, BUSTO.
Por general de Archidona; Hacéis, Señor, injusticia. Los pies me dad.
Ene vuestra heroica persona Y aqui en Sevilla, Señor, RET,
era rayo en su frontera. En cosa no os he obligado ;
Que en las guerras fui soldado, Mis dos brazos, regidor,
BUSTO. Os daré.
Pues yo. Señor, ¿en qué guerra Y en las paces regidor.
BUSTO.
Os he" servido? Y si va á decir verdad,
Fernán Pérez de Medina Tanto favor
RET.
Merece el cargo ; que es dina No entiende mi actividad.
En la paz De la frontera su edad. ( Ap. Sospechoso voy : quererme,
Os hallo, Busto , capaz Y á don Gonzalo podéis, Y sin conocerme honrarme,
Para defender mi tierra ; Sue es mozo y cordobés Cid , Mas parece sobornarme,
Tanto, que ahora os prefiero acer, Señor¡ adalid. Honor, que favorecerme.) (Vate.)
A estos que servicios tales RET.
Muestran por sus memoriales, ESCENA TI.
Que aquí en mi presencia quiero Sea pues lo que queréis.
EL REY, DON ARIAS.
Que leáis y despachéis. BUSTO.
Tres pretenden, que sois vos Solo quiero (y la razón
Y estos dos: mirad qué dos Y la justicia lo quieren) El hombre es bien entendido,
Competidores tenéis. Darles á los que sirvieren Y tan cuerdo como honrado.
BUSTO. Debida satisfacion. DON ARIAS.
(Lee.) «Muy poderoso Señor: Don Gon- RET.
Destos honrados me enfado.
>zalo de Ulloa suplica á vuestra alteza Basta ; que me avergonzáis ¡ Cuántos, gran Señor, lo han sido,
>le haga la merced de la plaza de capi- Con vuestros buenos consejos. Hasta dar con la ocasión !
»tan general delasfronterasdeArchído- BUSTO. Sin ella , son destos modos
»na, atento que mi padre, estándole sir- Son mis verdades espejos ; Todos cuerdos ; pero todos
»viendo mas tiempo de catorceaños, ha- Y asi, en ellas os miráis. Ño en todas, Señor, lo son.
>ciendo notables servicios á Dios por RET. Aquel murmura hoy de aquel
>vuestra corona, murió en una escara- Sois un grande caballero, Que de otro ayer murmuró;
tmuza. Pido justicia, etc.» Y en mi cámara y palacio Que la ley que ejecutó,
—Si de su padre el valor Quiero que asistáis despacio, Ejecuta el tiempo en él.
Ha heredado don Gonzalo, Porque yo conmigo os quiero. Su honra en una balanza
El oficio le señalo. ¿Sois casado? Pone ; en otra poner puedes
RET. BUSTO. Tus favores y mercedes,
Leed el otro « . . Gran Señor, Tu lisonja y tu privanza.
Soy de una hermana marido, REY.
busto. (Lee.)
«Señor, Y casarme no he querido Encubierto pienso ver
«Fernán Pérez de Medina, Hasta dársele. Esta mujer en su casa, >
•Veinte años soldado ha sido, RET. Que es sol, pues tanto me abrasa,
»Y á vuestro padre ha servido, Mejor Aunque estrella al parecer.
•Y serviros imagina Yo, Busto, se le daré. Viva yo, y diga Castilla .
«Con su brazo y con su espada, ¿Es su nombre? Lo que quisiere decir ;
>En propios reinos, y extraños. RUSTO.
Que, rey ciego, he de seguir
>Ha sido adalid diez años A la Estrella de Sevilla.
Doña Estrella.
t De la vega de Granada, (Yante.)
REY.
>Ha estado captivo en ella A Estrella, que será bella ,
«Tres años en ejercicios No sé qué esposo le dé
«Curios ; por cuyos oficios, Sala en casa de Busto Tabera.
>Y por su espada-, que en ella Sino es el sol.
BUSTO. ESCENA VII.
«Toda su justicia abona,
Solo un hombre, DON SANCHO, ESTRELLA, MATIL
Señor, para Estrella anhelo;
< Edición antigás : Que no es estrella del cielo. DE, CLARINDO.
RET.
REY. DOX SANCHO.
Leed el otro memorial.
BUSTO. Yo la casaré, en mi nombre, Divino ángel mió,
(Lee.) Muy poderoso Señor. Con hombre que la merezca. ¿Cuándo seré tu dueño,
Í40 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
Sacando deste empeño DON SANCHO. Y bien casada tu hermana,
Las ansias que te envío? Quiero El tenerle es cosa llana.
¿Cuándo el blanco roció Hablarle, porque muero Mas no cumples con la ley
Que vierten mis dos ojos, Lo que amor le entretiene. De amistad, porque debias
Sol que alumbrando sales Decirle al Rey que y
En conchas de corales. [jos, CLARINOO.
De que ha formado amor los labios ro Busto Tabera viene. Casada tu hermana"
Con apacibles calmas [mas? BUSTO.
Perlas harás que engasten nuestras al- ESCENA VIII. Andaba
ESTRELLA. Entre tantas demasías
Si como mis deseos BUSTO.— Dichos. Turbado mi entendimiento,
Los tiempos caminaran, Que lugar no me dió alli
Al sol aventajaran BUSTO. A decirlo.
Los pasos giganteos, ¡Sancho amigo!... DON SANCHO.
Y mis dulces empleos ESTRELLA. Siendo así ,
Celebrara Sevilla, ¡ Ay! ¿Qué es esto? ¿No se hará mi casamiento?
Sin envidiar celosa, DON SANCHO. BUSTO.
Amante venturosa. ¿ Vos con melancolía ? Volviendo á informar al Rey
La regalada y tierna tortolilla, Que están hechos los conciertos
Que con arrullos roncos BUSTO. Y escrituras, serán ciertos
Tálamos hace de los huecos troncos. Tristeza y alegría Los contratos; que su ley
DON SANCHO. En cuidado me han puesto. No ha de atrepellar lo justo.
¡ Ay cómo te agradece Entrate dentro, Estrella.
ESTRELLA. SANCHO.
Mi vida esos deseos! Si el Rey la quiere torcer,
Los etéreos trofeos ¡Válgame Dios ! El tiempo me ntropel la. ¡Quién fuerza le podrá hacer,
De la fama apetece (Yante Ettrelln y Matilde.) Habiendo interés ó gusto?
Mi alma, y se te ofrece. BUSTO.
ESTRELLA. ESCENA IX. Yo le hablaré y vos también,
Yo con ella la vida , DON SANCHO , BUSTO , CLARINDO. Pues yo entonces, de turbado,
Para que viva en ella. No le dije lo tratado.
SANCHO. BUSTO. DON SANCHO.
¡ Ay, amorosa Estrella, Sancho Ortiz de las Roelas... Muerte pesares me dén.
De fuego y luz vestida ! SANCHO. Bien decía que en el tiempo
ESTRELLA. ¿Ya no me llamáis cuñado? No hay instante de firmeza,
¡Ay, piadoso homicida! BUSTO. Y que el llanto y la tristeza
SANCHO. Un caballo desbocado Son sombra de pasatiempo.
¡Ay, sagrados despojos, , Me hace correr sin espuelas. Y cuando el Rey con violencia
Norteen el mardemis confusos ojos! No Sabed que el Rey me llamó, Quisiere torcer la ley...
clarindo. (A Matilde.) sé por Dios para qué; BUSTO.
Que aunque se lo pregunté, Sancho Ortiz, el Rey es rey:
¿Cómo los dos no damos Jamás me lo declaró. Callar, y tener paciencia. (Vate.)
De holandas y cambrayes Hacíame general
Algunos blandos ayes, De Archídona, sin pedillo;
Siguiendo á nuestros amos? Y á fuerza de resistillo, ESCENA X.
SANCHO. No me dió el bastón real. DON SANCHO, CLARINDO.
¿No callas? Hizome al fin...
CLARINDO. DON SANCHO. DON SANCHO.
Ya callamos. En ocasión tan triste, [miento?
¡Ay, hermosa muleta (Ap. á Matilde.) Que todo eso es Proseguid alegría.
;
¿Quién, paciencia tendrá , quien sufrí-
De mi amante desmayo! Decid la melancolía, Tirano, que v'eniste,
■ATILDE. Y la tristeza decid. A perturbar mi dulce casamiento,
¡ Ay hermoso lacayo. Con aplauso á Sevilla,
Que al son de la almohaza eres poeta! De su cámara meBUSTO. ha hecho.
Ño goces los imperios de Castilla.
CLARINDO. Bien de don Sancho el Bravo
¡ Ay mi dicha ! DON SANCHO. Mereces el renombre; que en las obras
También es gusto. De conocerte acabo,
MATILDE. BUSTO. Pues por tu crueldad talnombreeobras;
¡Ay dichoso! Al pesar Pero Dios las humilla.
CLARINDO. Vamos. De Sevilla salgamos;
No tiene tantos ayes un leprosa. Vamos á Gibraltar, donde las vidas
DON SANCHO. (Ap.) En su riesgo perdamos.
DON SANCHO. Que me ha de costar CLARINDO.
¿Qué dice al fin tu hermano? Algún cuidado sospecho.
BUSTO. Sin ir allá las damos por perdidas.
ESTRELLA. DON SANCHO.
Que hechas las escrituras Díjome que no casara
Tan firmes y seguras, A Estrella, porque él quería Con Estrella tan bella,
El casamiento es llano, Casarla, y se prefería, ¿Cómo vengo á tener tan mala estrella?
Y que el darte la mano Cuando yo no la dotara, Mas ¡ ay, que es rigurosa ,
Unos días dilate A hacerlo y dalla marido Y en mi son sus efectos desdichados !
Hasta que él se prevenga. A su gusto. CLARINDO.
DON SANCHO. DON SANCHO. Por esta estrella hermosa
Mi amor quiere que tenga Tú dijiste Morimos como huevos estrellados ;
Mísero fin, si el tiempo le combate. Que estabas alegre y triste; Mejor fuera en tortilla.
Hoy casarme querría; . Mas yo solo el triste he sido. DON SANCHO.
Que da el tiempo mil vueltas cada dia. Pues tú alcanzas las mercedes, No goces los imperios de Castilla.
ESTRELLA. Y yo los pesares cojo.
Si el tiempo se detiene, Déjame a mi con tu enojo, (Yante.)
Y tú el gusto tener puedes ;
Habla á mi hermano. Que en la cámara del Rey,
141
LA ESTRELLA DE SEVILLA.
I ret. (Ap. con don Arias.) Aunque son para tus gracias
Calle. Limitadas las riquezas.
Gran resistencia Que su voluntad admitas ;
ESCENA XI. i Nos hace. Que si la admites y premias,
don arias. (Ap. con el Rey.) Serás de Sevilla el sol ,
EL REY, DON ARIAS, acompañamiento;
Llevarle importa; Si has sido hasta aquí la estrella.
después, BUSTO. ! Que yo quedaré con ella, Daráte villas, ciudades.
Y en tu nombre la hablaré. De quien serás ricahembra,
REY.
ret. Y daráfe á un ricohombre
Decid cómo estoy aquí. Por esposo , con quien seas
Habla paso, no te entienda ;
DON ARIAS.
Que tiene todo su honor Corona de tus pasados
Ya lo saben, y á la puerta Este necio en las orejas. Y aumento de tus Taberas.
A recibirte, Señor, ¿Qué respondes?
DON ARIAS.
Sale don Busto Tabera. ESTRELLA.
El peso las romperá. ¿Qué respondo?
(Sale Busto.)
RET. Lo que ves. ( Vuelve la espalda.)
BUSTO.
Basta; no quiero por fuerza DON ARIAS.
¡Tal merced, tanto favor! Ver vuestra casa. Aguarda, espera.
¿En mi casa vuestra alteza ? BUSTO. ESTRELLA.
RET. Señor, A tan livianos recados
Por Sevilla asi embozado En casando á doña Estrella , Da mi espalda la respuesta. (Vase.)
Sali , con gusto de verla , Con el adorno que es justo
Y me dijeron, pasando, La verá. ESCENA XIII.
Que eran vuestras casas estas, DON ARIAS.
Y quise verlas ; que dicen Esos coches llega. DON ARIAS, MATLLDE.
Que son en extremo buenas. RET.
DON ARIAS.
BDSTO. Ocupad, Busto, un estribo. (Ap. ¡Notable valor de hermanos!
Son casas de un escudero. BUSTO. Los dos suspenso me dejan.
RET. A pié, si me dais licencia, La gentilidad romana
Entremos. He de ir. Sevilla en los dos celebra.
BUSTO. RET. Parece cosa imposible
Señor, son hechas El coche es mió , Que el Rey los contraste y venza;
Para mi humildad, y vos Y mando yo en él. Pero porfía v poder
No podéis caber en ellas; DON ARIAS.
Talan montes, rompen peñas.
Que para tan gran señor Ya esperan Hablar quiero á esta criada;
Se cortaron muy estrechas, Que las dádivas son puertas .
Y no será bien notado Los coches Para conseguir favores
RET.
En Sevilla, cuando sepan De las Porcias yLucrecias.)
Guien al alcázar. ¿Eres criada de casa?
Que á visitarme venís.
BUSTO. (Ap.) MATILDE.
RET.
Muchas mercedes son estas ; Criada soy ; mas por fuerza.
No vengo , Busto, por ellas ; Gran favor el Rey me hace:
Por vos vengo. ¡Plegué á Dios que por bien sea! DON ARIAS.
BUSTO.
(Vanse.) ¿Cómo por fuerza?
Gran Señor, MATILDE.
Notable merced es esta ; Que soy
Y si aquí por mi venís, Sala en casi de Busto. Esclava.
No es justo que os obedezca ; DON ARIAS.
Quesera descortesía ESCENA XII.
¿Esclava?
Que á visitar su rey venga ESTRELLA, MATILDE ; después, DON MATILDE.
Al vasallo, y que el vasallo
Lo permita y lo consienta. ARIAS. Y sujeta,
Criado y vasallo soy, Sin la santa libertad,
Y es mas razón que yo os vea , ESTRELLA. A muerte y prisión perpetua.
Ya que me queréis honrar, ¿Qué es lo que dices, Matilde? DON ARIAS.
En el alcázar ; que afrentan ' ■ATILDE. Pues yo haré que el Rey te libre,
Muchas veces las mercedes, Que era el Rey , Señora. Y mil ducados de renta
Cuando vienen con sospecha. (Sale don Arias.) Con la libertad te dé,
RET.
DON ARIAS.
Si en su servicio te empleas.
¿Sospecha? ¿De qué? El era, MATILDE.
BUSTO. Y no es mucho que los reyes Por la libertad y el oro
Dirán, Siguiendo una estrella vengan. No habrá maldad que no emprenda.
Puesto que al contrario sea, A vuestra casa venia Mira lo que puedo hacer;
Que vemstes á mi casa Buscando tanta belleza ; Que lo haré , como yo pueda.
Por ver á mi hermana; y puesta Que si el Rey lo es de Casulla , DON ARIAS.
En buena opinión su fama, Vos de la beldad sois reina. Tú has de dar al Rey entrada
Está á pique de perderla ; El rey don Sancho, á quien llaman En casa esta noche.
Que el honor es cristal puro , Por su invicta fortaleza
MATILDE.
Que con un soplo se quiebra. El Bravo el vulgo , y los moros
Porque de su nombre tiemblan, Abiertas
RET.
Esa divina hermosura Todas las puertas tendrá,
Ya que estoy aquí , un negocio Vio en un balcón , competencia Como cumplas la promesa.
Comunicaros quisiera. De los palacios del alba , DON ARIAS.
Entremos. Cuando en rosas y azucenas Una cédula del Rey
RUSTO. Medio dormidas las aves , Con su firma y de su letra,
Por el camino La madrugan y recuerdan, Antes que entre te daré.
Será, si me dais licencia; Y del desvelo llorosa, MATILDE.
Que no tengo apercebida Vierte racimos de perlas.
La casa. Mandóme que de Castilla Pues yo le pondré en la mesma
Las riquezas te ofreciera , Cama de Estrella esta noche.
i Oitenlm dice lt edición antigua
US COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DON ARIAS.
REY.
¿A qué hora Busto se acuesta? Vén, don Arias, á ordenalla; El amor
■ATILDE. Que no dudaré en firmal la, Me alienta á tan alta empresa ».
Al alba viene a acostarse. Como mi amor lo atrepella.
MATILDE.
Todas las noches requiebra; DON ARIAS.
Que este descuido en los hombres Busque tras mi vuestra alteza*
¡Buena queda la esclavina, Lo escuro del corredor.
Infinitas honras cuesta. A fe de noble !
DON ARIAS. REY.
( Vanse.)
Y ¿á qué hora te parece Recelo ESCENA II.
Que venga el Rey? Que me vende el sol del cielo
■ATILDE. En la Estrella de Sevilla. DON MANUEL, BUSTO, DON ÍNlGO
Señor, venga
A las once; que ya entonces BUSTO.
Estará acostada. Esta es mi posada.
ACTO SEGUNDO. DON IÑIGO.
DON ARIAS.
Lleva Adiós.
Esta esmeralda en memoria Calle. BUSTO.
De las mercedes que esperas. Es temprano para mi.
(Vanse.) ESCENA PRIMERA. DON MANUEL.
EL REY, DON ARIAS y MATLLDE, á la No habéis de pasar de aqui.
Salón del alcázar. puerta de casa de Busto. BUSTO.
Basta.
ESCENA XIV. ■ATILDE. DON IÑIGO.
DON fNlGO OSORIO, BUSTO t DON Solo sera mas seguro; Tenemos los dos
Que todos reposan ya. Cierta visita que hacer.
MANUEL, con llaves doradas.
REY BUSTO.
DON MANUEL. ¿Y Estrella? * " ¿Qué os pareció Feliciana?
Goce vuestra señoría ■ATILDE. DON MANUEL.
La llave y cámara , y vea Durmiendo esti , En el alcázar mañana ,
El aumento que desea. Y el cuarto en que duerme, oscuro. Amigo , en esa mujer
BUSTO. REY. Hablaremos; que es figura
Saber pagalle querría Aunque decillo bastaba , Muy digna de celebrar.
A su alteza la merced Este es, mujer, el papel, (Vanse don Manuel y don Iñigo.)
Que me ltfice sin merecella. Con la libertad en él ;
DON IÑIGO. Que yo le daré otra esclava ESCENA III.
Mucho merecéis, y en ella A Basto.
Que no se engaña creed DON ARIAS. BUSTO.
ti Rey. El dinero y todo Temprano me entro á acostar.
BUSTO. Va en él. {Mirando el portal de su casa.)
Su llave me ha dado, ■ATILDE. Toda la casa está obscura.
Puerta me hace de su cielo; Dadme vuestros pies.
Aunque me amenaza el suelo, ¿No hay un paje ? ¡ Hola , Lujan ,
Viéndome tan levantado ; don arias. (Ap. al Rey.) Osorio, Juanico, Andrés!
Que como impensadamente Todas con el interés Todos duermen. ¡Justa, Inés!
Tantas mercedes me ha hecho, Son , Señor, de un mismo modo. También ellas dormirán.
Que se ha de mudar sospecho REY. ¡Matilde! También la esclava
El que honra tan de repente. Divina cosa es reinar. Se ha dormido : es dios el sueño,
Y de los sentidos dueño.
DON ARIAS.
ESCENA XV. (Éntrase en su casa.)
¿Quién lo puede resistir?
DONARÍAS.— Dichos. BEY.
AI fin , solo he de subir, Sala de casa de Busto.
DON ARIAS.
A recoger, caballeros; Para mas disimular.
ESCENA IV.
Que quiere el Rey escribir. DON ARIAS.
DON MANUEL.
¿Solo te aventuras hoy? EL REY, MATILDE; después,
Vamos pues á divertir REY. BUSTO.
La noche. Pues dime, ¿en qué me aventuro?
(Vanse Busto , don Iñigo y don Ma Y cuando 110 esté seguro , ■ATILDE.
¿Conmigo mismo no voy? Pienso que es el que llamaba
nuel. ) Mi señor. ¡ Perdida soy!
ESCENA XVI. DON ABIAS. BEY.
BUSTO.
Al que imagina ó sospecha Huyó quien tu afrenta trata.
Cosa indigna de los reyes.
¿Quiénes? BUSTO.
REY.
REY. Seguidle, dadle el castigo...
f Ap . ¡ Qué notable apurar de hombre ! ) — Dejadle ; que al enemigo
Un hombre. Hombre, digo que el Rey soy. Se ha de hacer puente de plata.
BCSTO.
¡ A estas horas hombre BUSTO. Dadle una luz á Matilde ,
En mi casa ! Diga el nombre Menos crédito te doy ; Y entraos vosotros allá.
Porque aqui no viene el nombre (Dámela , y vanse los criadot.)
REY.
De rey con las obras , pues
Aparta. Es el Rey el que da honor ; ESCENA VII.
BUSTO.
Tú buscas mi deshonor. BUSTO, MATILDE.
No sois cortés ;
Y si pasa, hade pasar rey. (Ap.)
Este es necio y descortés : BUSTO.
Por la punta desla espada;
Que aunque esta casa es sagrada, ¿Qué he de hacer? (Ap. Esta me vende, que está
La tengo de profanar. BUSTO.
j Avergonzada y humilde.
REY. (Ap. El embozado | La verdad he de sacar
Es el Rey , no hay que dudar. Con una mentira cierta.)
Ten la espada. Cierra de golpe esa puerta.—
BUSTO. Quiérole" dejar pasar, Aquí os tengo de matar :
¿Qué es tener, Y saber si me ha atrenlado Todo el caso me ha contado
Cuando el cuarto de mi hermana Luego; que el alma me incita
Desta suerte se profana? La cólera y el furor; El Rey.
MATILDE.
Quién sois tengo de saber, Qus es como censo el honor,
Ü aquí os tengo de matar. Que aquel que le da , le quita. ) (Ap. Si él no guardó
Pasa , cualquiera que seas , El secreto , ¿cómo yo ,
REY.
Y olía vez al Rey no infames, Con tan infelice estado,
Hombre de importancia soy; Ni el Rev, villano, te llames Lo puedo guardar?) Señor,
Déjame. Cuando haces hazañas feas. Todo lo que el Rey te dijo
BUSTO. Es verdad.
Mira que el Rey , mi señor,
En mi casa estoy , Del África horror y espanto, BUSTO.
Y en ella yo he de mandar. Es cristianísimo y santo, (Ap. Ya aquí colijo
REY. Y ofendes tanto valor. Los defectos de mi honor.)
Déjame pasar: advierte La llave me ha confiado ¿Que tu al fin al Rey le diste
?ue sov hombre bien nacido, De su casa , y no podía Entrada ?
aunque á tu casa he venido , Venir sin llave á la mia MATILDE.
No es mi intención ofenderte, Cuando la suya me ha dado. Me prometió
Sino aumentar mas tu honor. Y no atrepelléis la ley; La libertad; y asi, yo
BUSTO.
Mirad que es hombre en efeto : Por ella , como tú viste,
¡El honor asi se aumenta ! Esto os digo , y os respeto Hasta este mesmo lugar
Porque os ungisteis el Rey. Le metí.
BEY.
Y de verme no os asombre BUSTO.
Corre tu honor por mi cuenta. Fiel , aunque quedo afrentado; Y ¿sabe Estrella
BUSTO. Que un vasallo esta obligado Algo desto?
Por esta espada es mejor. A tener respeto al nombre. MATILDE.
Y si mi honor procuráis, Y sin mas alropellallos Pienso que ella
ÍCómo embozado venis ? ' Contra Dios y contra ley, En sus rayos á abrasar
lonrándome , ¿os encubrís ? Asi aprenderá á ser rey Me viniera , si entendiera
Dándome honor, ¿os tapáis? Del honor de sus vasallos. Mi concierto.
Vuestro temor os convenza , REY. BUSTO.
Como averiguado está ; Ya no lo puedo sufrir; Cosa es clara ;
Que ninguno que honra da, Que estoy confuso y corrido. Porque si acaso enturbiara
Tiene de dalla vergüenza. ¡Necio! Porque me he Ungido La luz, estrella no fuera.
Meted mano, ó ¡vive Dios, Ser el Rey, ¿me dejas ir? MATILDE.
Que os mate ! Pues advierte que yo quiero,
REY. No permite su arrebol
Porque dije que lo era, Eclipse ni sombra oscura ;
¡Necio apurar! Salir de aquesta manera; {Mete mano.) Que es su luz brillante y pura,
BUSTO. Que si libertad adquiero Participada del sol. »
Aquí os tengo de malar, ! Porque aquí rey me llamé, A su cámara llegó;
O me habéis de matar vos. ! Y en mi respetas el nombre, Y dándome este papel,
(Mete mano ) 1 Porque te admire y te asombre, Entró el Rey, y tú tras él.
REY. En las obras lo seré.
Muere, villano; que aqui BUSTO.
(Ap. Diréle quien soy.) Detente;
Alíenlo el nombre me da ¿Cómo? ¿Este papel te dio?
Que soy el Rey.
BUSTO. De Rey, y él te matará. MATILDE.
DON PERRO.
¡ No importa que esté partida;
Sala en casa de Rusto. ; Que es bien que las piedras sientan
i
jQué es esto? Deten la mano. Mis contentos y alegrías.
DON SANCHO.
ESCENA XVII. ¡Ay venturoso dia!
I Esta, amigos, ha sido estrella mia!
¿Cómo, si á mi Yida he muerto? ESTRELLA, TEODORA.
FARFAN. TEODORA.
¡Hay tan grande desconcierto! ESTRELLA. Gran tropel suena en los patios.
DON PEDRO.
No sé si me vestí bien. CLARINDO.
iQué es esto? Como me vestí de prisa.
Dame, Teodora, ese espejo. Y ya la escalera arriba
DON SANCHO. Parece que sube gente.
TEODORA.
He muerto á mi hermano. ESTRELLA.
Soy un Cain sevillano, Verle, Señora, en ti misma
Puedes, porque no hay cristal ¿Qué valor hay que resista
Que vengativo y cruel, Al placer?
M-ité un inocente Abel : Que tantas verdades diga.
Véisle aquí ; matadme aquí; Ni de hermosura tan grande ESCENA XIX.
Que pues él muere por mí, Haga verdadera cifra.
Yo quiero morir por él. ESTRELLA. LOS DOS ALCALDES MAYORES , COTl CENTE
Alterado tengo el rostro que trae el cadáver de Busto. — Di
ESCENA XVI. Y la color encendida. chos.
TEODORA. estrella.
DONARÍAS.— Dichos.
Es, Señora, que la sangre Pero... ¿qué es esto?
DON ARIAS. Se ha asomado á las mejillas
DON PEDRO.
¿Qué es esto? Entre temor y vergüenza,
DON SANCHO. Solo á celebrar tus dichas. Los desastres y desdichas
Se hicieron para los hombres;
Un fiero rigor ; ESTRELLA.
Que es mar de llanto esta vida.
One tanto en los hombres labra Ya me parece que llega, El señor Busto Tabera
Una cumplida palabra Ruñado el rostro de risa , Es muerto.
Y un acrisolado honor. Mi esposo á darme la mano ESTRFTLA.
Decidle al Rey mi señor Entre mil tiernas caricias.
fue ticen los sevillanos ¡Suerte enemiga!
Ya me parece que dice
Las palabras en las manos. Mil ternezas, y que oidas , DON PEDRO.
Como lo veis, pues por ellas Sale el alma p"r los ojos, El consuelo que aqui os queda,
Atrepellan las Estrellas Disimulando sus niñas. Es que esta el (ieio homicida,
Y no hacen caso de hermanos. j Ay venturoso dia ! Sancho Ortiz de las Roelas,
DON PEDRO. iisia ha sido, Teodora, estrella mia. Preso, y del se hará justicia
Dio muerte á Rusto Tabera. . TEODORA.
Mañana sin falla...'
Parece que gente suena. ESTRELLA.
DON ARIAS.
¡Hay tan temerario exceso! Cayó el espejo. De envidia, {Álzale.) Dejadme, gente enemiga ;
El cristal, dentro la hoja, Que en vuestras lenguas traéis
DON SANCHO. •
De una luna hizo infinitas. De los infiernos las iras.
Prendedme, llevadme preso ; ¡Mi hermano es muerto, y le ha muerto
Que es bien que el que mata muera. ESTRELLA.
¿Quebróse? Sancho Ortiz ! ¿ Hay quien lo diga ?
¡Mirad qué hazaña tan fiera Hay quien lo escuche y no muera?
Me hizo el amor intentar, TEODORA.
Piedra soy, pues estoy viva.
Pues me ha obligado á matar, Señora, si. ¡Ay riguroso dia!
Y me ha obligado á morir, ESTRELLA. Esta, amigos, ha sido estrella mia.
Pues por él vengo á pedir Ríen hizo, porque imagina Pero si hay piedad humana,
La muerte que el me ha de dar ! Que aguardo el cristal, Teodora , Matadme.
DON PEDRO. En que mis ojos se miran. DON PEDRO.
Llevadle á Triana preso, Y pues tal espejo aguardo, El dolor la priva,
Porque la ciudad se altera. Quiébrese el espejo, amiga ; Y con razón.
DON SANCHO.
Que no quiero que con él, ESTRELLA.
Este de espejo me sirva. ¡Desdichada
¡Amigo Busto Tabera !...
Ha sido la estrella mia!
FARFAN. ESCENA XVIII. ¡Mi hermano es muerto.y leba muerto
Este hombre ha perdido el seso. Sancho Ortiz! ¡El quien divida
DON SANCHO.
CLARINDO, muy galán.— Dichas. Tres almas de un corazón!...
Dejadme llevar en peso, Dejadme; que estoy perdida.
clarindo.
Señores, el cuerpo helado, Ya aquesto suena, Señora, DON PEDRO.
En noble sangre bañado; A gusto y volatería; Ella está desesperada.
Que asi su atlante seré, Que las plumas del sombrero FARFAN.
Y entre tanto le daré Los casamientos publican.
La vida que le be quitado. ¡Infeliz beldad!
A mi dueño di el papel, DON PEDRO.
DON PbDRO. Y diónie aquesta sortija Seguidla.
Loco está. En albricias.
DON SANCHO. ESTRELLA. CLARINDO.
Yo, si atropello Pues yo quiero Señora...
Mi gusto, guardo la ley. Feriarte aquesas albricias. ' Verso incompleto.
148 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESTRELLA. REY. Que aun rayos del sol no eran
Déjame, ingrato, No se habrán visto en el mundo A mis ventanas comunes.
Sangre de aquel fratricida. j Tales dos hoinbresjamás. Nuestra hermandad envidiaba
Y pues acabo con todo, Cuando su valor confundo, Sevilla, y todos presumen
Quiero acabar con ia vida. Me van apurando mas. Que éramos los dos hermanos
¡Ay riguroso dia ! De mi parte le decid Que á una estrella se reducen.
Esta ha sido, Teodora, estrella mía. Que diga por quién le dio Un tirano cazador
La muerte y le persuadió Hace que el arco ejecute"
A ello, y le prevenid El fiero golpe en mi hermano,
Que declare, aunque sea yo. Y' nuestras glorias confunde.
ACTO TERCERO. Si no confiesa al momento, Perdí hermano, perdí esposo :
En un teatro mañana Sola he quedado, y no acudes
Dará á Sevilla escarmiento. A la obligación de Rey,
Salón del alcázar. Sin que nadie te disculpe.
DON ARIAS.
ESCENA PRIMERA. Voy pues. Hazme justicia, Señor ;
( Vanse los Alcaldes y don Arias.) Dame el homicida, cumple
EL REY, los dos alcaldes, DONARÍAS. Con tu obligación en esto ;
Déjame que yo le juzgue.
DON PEDRO. ESCENA II.
Confiesa que le mató ; REY.
Has no confiesa por qué. DON MANUEL. — EL REY. Sosegaos, y enjugad las luces bellas,
REY.
Si no queréis que se arda mi palacio;
DON MANUEL. Que lágrimas del sol son las estrellas,
¿No dice qué le obligó? Doña Estrella pide Si cada rayo suyo es un topacio.
FARFAN. Para besaros las manos Recoja el alba su tesoro en ellas,
Solo responde : « No sé.» Licencia. Si el sol recien nacido le da espacio,
DON PEDRO. REY. Y dejad que los cielos las codicien ;
Es gran confusión. ¿Quién se lo impide? Quenoesrazonqueaquísedesperdicien.
REV. DON MANUEL.
Tomad esta sorlija, y en Triana
Y ¿no Allanad el castillo con sus señas :
Gran Señor, los ciudadanos. Pónganlo en vuestras manos, sed tirana
Dice si le dio ocasión ? REY. Fiera con él de las hircanas peñas,
DON PEDRO.
¡Bien con la razón se mide! Aunque á piedad y compasión villana
Señor, de ninguna suerte. Dadme una silla, y dejad Nos enseñan volando las cigüeñas:
DON ARIAS. Que entre ahora. „ [bre'
¡Temeraria confusión ! DON MANUEL. Quees bien quesean, porque masasom-
FARFAN. Voy por ella. (Vase.) Aves y fieras confusión del hombre.
Dice que le dio la muerte ; rey. ESTRELLA.
No sabe si es con razón. Aquí, Señor, virtud es avaricia...1
Solo confiesa malalle Vendrá vertiendo beldad;
Como en el cielo la estrella Que sien mí plata hubiera yorohubiera,
Porque matalle juró. Luego de mi cabeza le arrancara,
Sale lias la tempestad.
DON ARIAS. Y' el rostro con fealdad oscureciera,
Ocasión debió de dalle. (Vuelve don Manuel.) Aunque enbrasasardientes le abrasara.
DON MANUEL. Si un Tabera murió, quedó un Tabera;
DON PEDRO.
Dice que no se la dio. Ya está aqui. Y si su deshonor está en mi cara,
Parece asi su arrebol Y'o la pondré de suerte con mis manos,
REY.
El sol gallardo y gentil, Que espanto sea entre los mas tiranos.
Volved de mi parte á hablalle, Aunque por verano el sol
Y decidle que yo digo (Vanse todos, menos el Rey.)
Vierte rayos de marfil.
Que luego el descargo dé;
Y decid que soy su amigo, ESCENA IV.
Y su enemigo seré ESCENA in.
En el rigor y castigo. EL REY.
ESTRELLA, acompañamiento.—
Declare por qué ocasión Dichos. Si á Sancho Ortiz le entregan , imagino
Dio muerte á Busto Tañera, Que con su mano misma ha de malalle.
Y en sumaria información estrella. ¡Que en vaso tan perfeto y peregrino
Dé del delito razón Cristianísimo don Sancho, i'ermite Dios que la fiereza se halle!
Antes que de necio muera. De Castilla Rey ilustre, ¡Ved loque intenta un necio desaliño!
Diga quién se lo mandó Por las hazañas notable, Yo incité á Sancho Ortiz: voy á libralle;
Y por quién le dio la muerte, Heroico por las virtudes : Que amor que pista púrpura de reyes,
O qué ocasión le movió Una desdichada estrella A su gusto no mas promulga leyes.
A hacello; que desta suerte Que sus claros rayos cubre ( Vase.)
Oiré su descaigo yo; Deste luto, que nii llanto
O que á morir se aperciba. Lo ha sacado en negras nubes,
DON PEDRO. Justicia á pedirte vengo; Prisión.
Eso es lo que mas desea. Mas no que tú la ejecutes,
El sentimiento le priva, ESCENA V.
Sino que en mi arbitrio dejes
Viendo una hazaña tan fea, Que mi venganza se funde. DON SANCHO, CLARINDO, músicos.
Tan avara y tan esquiva. No doy lugar a mis ojos,
Sin juicio está. Que mis lágrimas enjuguen , DON SANCnO.
REY. Porque anegándome en ellas, ¿Algunos versos, Clariudo,
¿No se queja Mi sentimiento no culpes. ■ÍSo has escrito á mi suceso?
De ninguno? Quise á Tallera, mi hermano, CLARINDO.
FARFAN. Que las sacras pesadumbres ¿Quién, Señor, ha de escribir
No, Señor : Ocupa, pisando estrellas l'eniendo tan poco premio?
Con su pesar se aconseja. En pavimentos azules. A las fiestas de la plaza
REY.
Como hermano me amparó, Muchos me pidieron versos,
¡ Notable y raro valor ! Y' como á padre le tuve :
La obediencia y el respeto Y viéndome por las calles,
FARFAN. En sus mandamientos puse.
Los cargos ajenos deja, Vivía con él contenta, ' Verso suelto entre dos octavas : debe
pertenecer i alguna que se omitió en la edi
Y así se culpa no mas. Sin dejar que el sol me injurie; ción antigua, no sabemos por qué.
LA ESTRELLA DE SEVILLA. 149
Como si fuera maestro Aquí á. voces lo confieso. DON SANCHO.
De cortar ó de coser, Buscad bárbaros castigos, Yo soy quien soy ,
Me decían : « ¿No está hecho Inventad nuevos tormentos, Y siendo quien soy, me venzo
Aquel recado?» Y me daban Porque en España se olviden A mí mismo con callar,
Mas prisa que un rompimiento. De tálaris y Majencio. Y á alguno que calla afrento.
Y si qué comer tuviera. FARFAN. Quien esquíen es, haga obrando
Excediera en el silencio Pues sin daros ocasión Como quien es ; y con esto ,
A Anaxágoras, y burla ¿Le matasteis? De aquesta suerte los dos
De los latinos y griegos DON SANCHO. Como quien somos haremos.
Ingenios hiciera. Yo le he muerto : DON ARIAS.
ESTRELLA.
Matará IlustoTabera; Déme los pies vuestra alteza.
Que si por lu ley no fuera, REY.
¿Por quién mueres? Él no viniera á malalle.
DON SANCnO. Pedro de Caus, ¿qué causa
REY.
Por mi gusto. Os trae á mis pies?
Pues ¿he de decir que yo ALCAIDE.
ESTRELLA. Darle la muerte mandé ,
Es crueldad. Y que tal crueldad usé Señor,
DON SANCHO. Con quién jamás me ofendió? Este anillo con sus armas
El cabildo de Sevilla , ¿No es de vuestra alteza?
Honor tambicn.
Viendo que la causa fui , REY.
ESTRELLA. Si:
Arias, ¿qué dirá de mí?
¿Quién te acusa? Y ¿qué se dirá en Castilla, Este es privilegio y salva
DON SANCHO. Cuando don Alonso en ella De cualquier crimen que hayáis
Tu desden. Me está llamando tirano , Cometido.
M
K2 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ALCAIDE. Muchas veces la aventaja. REY.
Euéá Triana, Regidor es de Sevilla Farfan de Ribera, estaba
Invicto Sefioi', con él Sancho Ortiz, si es el que falta Con pena de que muriera
Una mujer muy tapada, Regidor ; uno piedad Sancho O rtiz ; mas ya se trata
Diciendo que vuestra alteza Pide, si el olro venganza. De que en destierro se trueque
Que le entregase mandaba FARFAN. La muerte, y será mas larga ,
A Sancho Orliz. Consulté Alcaldes mayores somos Porque será mientras viva.
Tu mandato con las guardas De Sevilla, y" hoy nos carga Vuestro parecer me falta ,
Y el anillo juntamente; En nuestros hombros, Señor, Para que así se pronuncie.
Y lodos que le entregara Su honor y su confianza. FARFAN.
Me dijeron : dile luego ; Estas varas representan
Pero en muy poca distancia Cosa de mas importancia
A vuestra alteza; y si tratan Mande á Farfan de Ribera
Sancho Ortíz, dando mil voces, Mal vuestra planta divina,
Pide que las puertas abra Vuestra alteza, sin que en nada
Ofenden á vuestra estampa. Repare ; que mi lealtad
Del castillo, y como loco, Derechas miran á Dios ,
«No he de hacer lo que el Rey manda,» Y si se doblan y bajan, En servirle no repara
Decia, y «quiero morir; En cosa alguna.
Miran al hombre, y del cielo,
Que es bien que muera quien mata.» En torciéndose, se apartan. REY.
—La entrada le resistí ; En fin, sois
Pero , como voces tantas BEY. Ribera, en quien vierte el alba
D;iba, fué abrirle fueiza. No digo que las torzáis, Flores de virtudes bellas
Entró, donde alegre aguarda Sino que equidad se haga Que os guarnecen y acompañan.
La muerte. En la justicia. Id con Dios.
REY. DON PEDBO. (Vase Farfan.)
No he visto gente Señor,
Mas gentil ni mas cristiana La causa de nuestras causas ESCENA XV.
Que la desta ciudad : callen Es vuestra alteza : en su fíat
Bronces, mármoles y estatuas. Penden nuestras esperanzas. EL REY.
ALCAIDE.
Dadle la vida, y no muera,
Pues nadie en los reyes manda. Bien negocié.
La mujer dice, Señor, Dios hace los reyes , Dios Hoy de la muerte se escapa
Que la libertad le daba, De los Saúles traslada Sancho Ortiz, y mi promesa
Y que él no quiso admitilla , En los humildes Davides Sin que se entienda se salva.
Por saber que era la hermana Las coronas soberanas. Haré que por general
De Busto Tabera, á quien De alguna frontera vaya,
Dio la muerte. REY.
Entrad, y ved la sentencia, Con que le destierro y premio.
BEY.
Mas me espanta Qué da por disculpa, y salga
Al suplicio Sancho Ortiz, ESCENA XVI.
Lo que me decis agora.
En sus grandezas agravian Como las leyes lo tratan. Los ALCALDES.—EL REY.
La mesma naturaleza. Vos, don Pedro de Guzfnan,
Ella, cuhhIo mas ingrata Escuchadme una palabra DON PEDRO.
flabia de ser. perdona, Aqui aparte.
(Vase Farfan.) Ya está, gran Señor, firmada
Le libra ; y él, por pagarla La sentencia, y que la vea
El ánimo generoso, Solo vuestra alteza falla.
Se volvió á morir. Si pasan ESCENA XIII.
REY.
Mas adelante sus hechos, EL REY, DON PEDRO.
Darán vida á eternas planchas. Habrá la sentencia sido
Vos, Pedro de Caus, traedme DON FF.DR0.
Como yo lo deseaba
Con gran secreto al alcázar De tan grandes caballeros.
Pues, ¿qué es
A Sancho Ortiz en mi coche, Lo que vuestra alteza manda? FARFAN.
Excusando estruendo y guardas. Nuestra lealtad nos ensalza.
REY.
ALCAIDE. REY.
Dando muerte á Sancho, amigo
Voy á servirte. ( Vase .) Don Pedro, no se restaura (Lee.) «Fallamos y pronunciamos
La vida al muerto ; y querría, «Que le corten en la plaza
ESCENA XII. Evitando la desgracia »La cabeza.»—¡ Esta sentencia
Mavor, que le desterremos Es la que traéis firmada !
UN CRIADO. — EL REY; después, los A Cibraltar ó á Granada, ¿Así, villanos, cumplís
ALCALDES. Donde en mi servicio tenga A vuestro rey la palabra?
Una muerte voluntaria. ¡Vive Dios!
¿Qué decís? FARFAN.
Aqui DON PEDRO. Lo prometido
Ver á vuestra alteza aguardan Que soy don Pedro Con las vidas, con las almas
Sus dos alcaldes mayores. De Guzman, y á vuestras plantas Cumplirá el menor de lodos
BEY. Me tenéis. Vuestra es mi vida, Como ves, como arrimada
Vuestra es mi hacienda y espada. La vara tenga; con ella,
Decid que entren con sus varas. Por las potencias humanas,
(Vase el criado.) REY.
Por la tierra, por el cielo,
Si yo puedo, á Sancho Ortiz Dadme esos brazos, don Pedro Que ninguno dellos haga
He de cumplir la palabra, De Guzman ; que no esperaba Cosa mal hecha ó mal dicha.
Sin que mi rigor se entienda. Yo menos de un pecho noble.
Id con Dios : haced que salga DON PEDRO.
(Salen los dos alcaldes.)
Luego Farfan de Ribera. Como á vasallos nos manda;
DON PEDRO. Mas como alcaldes mayores,
(Aj>. Montes la lisonja allana.)
Ya, gran Señor, sustanciada ( Vase don Pedro.) No pidas injustas causas;
La culpa, pide el proceso l. ue aquello es estar sin ellas,
La sentencia. ESCENA XIV. Y aquesto es estar con varas,
REY. Y el cabildo de Sevilla
Sustanciadla: FARFAN. — EL REY. Es quien es.
Solo os pido que miréis, _ REY.
Pues sois padres de la patria, FARFAN. Bueñoestá. Basta;
Su justicia, y la clemencia Aqui á vuestros pies estoy. Que todos me avergonzáis.
LA ESTRELLA DE SEVILLA. 153
Se logren, la vida acepto, ESTRELLA.
ESCENA XVII.
Aunque morir deseaba. Que se haga
DON ARIAS , ESTRELLA. —Dichos. REY.
Vuestro gusto. Suya soy.
DO" AMAS.
Id con Dios. DON SANCHO.
FARFAN. Yo soy suyo.
Ya está aquí Estrella. Mirad, Señor, REY.
REY. Que asf Sevilla se agravia,
Don Arias, Ya ¿qué falta?
Y debe morir.
¿Qué he de hacer? Qué me aconsejas DON SANCHO.
Entre confusiones tantas? rey. (A don Arias.) La conformidad.
¿Qué haré, ESTRELLA.
ESCENA XVIII. Queme apura y acobarda
Pues esa
Esta gente? Jamás podremos hallarla
EL ALCAIDE, DON SANCHO, CLA- DON ARIAS.
ViViendo juntos.
R1NDO.—Dichos. Hablad. DON SANCHO.
REY.
ALCAIDE. Lo mesmo
Sevilla, Digo vo, y por esta causa
Ya Sancho Orliz eslá aquí. Maladme á mí, que fui causa De la' palabra te absuelvo.
DON SANCHO. Desla muerte. Yo mandé
ESTRELLA.
Gran Señor, ¿por qué no acabas Matalle, y aquesto basta
Con la muerte mis desdichas, Para su descargo. Yo te absuelvo la palabra ;
Con tu rigor mis desgracias? DON SANCHO. #
Que ver siempre al homicida
Yo maté a Bustos Taltera ; De mi hermano en mesa y cama
Solo
Haladme, muera quien mata. Ese descargo aguardaba Me ha de dar pena.
Haz, Señor, misericordia, Mi honor. Kl lley me mandó DON SANCHO.
Haciendo justicia. Matarle ; quejo una hazaña Y ámi
REY. Tan liera no cometiera, listar siempre con la hermana
Aguarda. Si el Key no me lo mandara. Del que maté injustamente,
¿Quién te mandó darle muerte? REY.
Queriéndolo como el alma.
DON SANCHO. ESTRELLA.
Digo que es verdad.
Un papel. Pues ¿libres quedamos?
FARFAN.
REY. DON SANCHO.
Así
¿De quién? Sevilla se desagravia ; Sí.
DON SANCnO. Que pues mandasteis matalle, ESTRELLA.
Si hablara Sin duda os daria causa. Pues adiós.
El papel, él lo dijera; rey. - DON SANCHO.
Que es cosa evidente y clara ;
Mas los papeles rompidos Admirado me ha dejado Adiós.
Dan confusas las palabras. La nobleza sevillana. REY.
Solo sé que di la muerte DON SANCHO. Aguarda.
Al hombre que mas amaba, Yo á cumplir salgo el destierro, ESTRELLA.
Por haberlo prometido. Cumpliéndome otra palabra Señor, no ha de ser mi esposo
Mas aqui á tus pies aguarda Que me disteis. Hombre que á mi hermano mata.
Estrella mi muerte heroica, REY. Aunque le quiero y le adoro. ( Vate.)
Y aun no es bastante venganza.
Yo la ofrezco. DON SANCHO.
REY.
DON SANCHO. Y yo, Señor, por amarla,
Estrella, yo os he casado No' es justicia que lo sea. ( Vate.)
Con un grande de mi casa, Yo dije que aquella dama
Mozo, galán, y en Castilla Por mujer habías de darme REY.
La escena es en Madrid.
RARDA t HERNANDO , al otro. Por madre ; que es emprender Este lienzo se os cayó.
A Irlanda. fenisa.
finardo. (A Doristeo.) fenisa. (Ap.) ¿A mí ? sospecho que no.
Por aqui la vi con él. Nunca mujer Pero esperad.
DORISTEO. Se puso á locura tanta. (Desenfáldase toda, y descúbrese)
Y ¿es galán? ¡A un hombre que no me ha visto, LDCINDO.
. FINARDO. Ni se acuerda si nací ,
Quiero bien! ¿Qué buscáis?
Es gentilhombre.
LDCINDO. FENISA.
DORISTEO. Si tengo en la manga el mió.
¿Si son estos? Nunca la vi.
FINARDO. fenisa. (Ap.) BELISA.
¡ Qué mal mi inquietud resisto! ¿Qué es eso?
Estos son.
¿Cómo le daré ocasión FENISA.
GERARDA.
Para que el rostro me vea? En esta no está.
¿Ve aquel mancebo que viene? Amor mucosas rodea... DELISA.
LDCINDO. — Todas sin remedio son. ¿Qué es eso?
Sí veo. HERNANDO. FENISA.
GERARDA. Si vieses esta doncella, El lienzo me da.
Pues aquel tiene Te doy palabra, Señor, BELISA.
De mis veras posesión. Que olvides tu loco amor, Pues ¿es tuyo?
Cuanto te dije es fingido ; Porque es sabia , honesta y bella.
Cuanto te quise es burlando. Aunque no sé que he pensado ldcindo. (Ap.)
Voyme ; que me está aguardando. De tu padre... Gentil brio.
{Pásase á Doristeo.) LDCINDO." fenisa.
LDCINDO. . ¿De mi padre? Kso es lo que ando mirando.
¿Qué haré? HERNANDO.
En esta no está tampoco.
HERNANDO.
Pero quiza con su madre HERNANDO. (Ap.)
Mosquetazo ha sido. Casarse tiene pensado, Volver puede un hombre loco
ldcindo. (Ap. á Hernando.) Y aun es mas puesto en razón. Aquel mirar suave y blando.
¿Quitaréle la mujer? LDCINDO. FENISA.
¿Acuchillaréle, Hernando? ¿Casarse mi padre agora? Miraré las faldriqueras.
HERNANDO. BELISA.
HERNANDO.
¿Quiéresla? Habla ^mira á esta señora , Acaba.
LDCINDO. FENISA.
Que es de rara perfección.
Estoyme abrasando, Ya me doy prisa.
LDCINDO.
HERNANDO. No está aqui.
Llevóme el alma Gerarda,
Agua sera menester. Celos me tienen sin mi. BELISA.
¡0u« nadie merezca amor ¿Qué quieres que mire aqui? Vamos , Fenisa.
Sino es las libres mujeres! FENISA.
HERNANDO.
gerarda. (A Doristeo.) Esta hermosura gallarda. Ni en estotra está.
Digo que mis ojos eres. BELISA.
LDCINDO.
DORISTEO.
No hav vista en hombre celoso; ¿Qué esperas?
Templando vas mi rigor. Todo le parece mal. FENISA. '
Como acompañarte vi ¿Tiene unas randas?
Este galán majadero, fenisa. (Ap.)
Preciado de caballero, Ya he pensado traza igual LDCINDO.
Notable enojo sentí ; A mi designio amoroso. Si tiene.
Mas en ver que le has dejado, Pasaré junto á Lucindo , FENISA.
Brazos y gracias te doy. Dejaré el lienzo caer, ¿Y encaje?
Y al dármele, podrá ser LDCINDO.
Mire el alma que le rindo;
GERARDA.
Que siá los ojos me mira, ¿No lo miráis?
Vén conmigo. Verá toda el alma en ellos. BELISA.
DORISTEO. HERNANDO. Despacio en la calle estáis,
¿Adonde? Mira aquellos ojos bellos, Donde todo el mundo viene.
GERARDA. Donde amor de amor suspira. FENISA.
Al Prado. DELISA. Pues ¿quiere vuesamerced
(Vanse Gerarda , Doristeo y Finardo.) Vamonos , hija ; que es hora Que lleve lo que no es mío?
De recogernos a casa. LDCINDO.
ESCENA IV. HERNANDO. Señora, de vos lefio.
DELISA , FEMSA , d un lado; LUCIN Ya junto á nosotros pasa ; FENISA.
Mira su belleza ahora. Haceisme mucha merced.
DO t HERNANDO, al otro. (Pasan Belisa y Fenisa, y esta deja caer ¿Tiene un poco descosido
LDCINDO.
el lienzo.) De una randa?
¿Fuéronse? • LDCINDO. LDCINDO.
HERNANDO. Cn ángel me ha parecido. Sí , sospecho.
Con mucha prisa. • HERNANDO.
FENISA.
No te aflijas ; que es martelo. El lienzo se le cayó. ¿A qué lado?
LDCINDO. LDCINDO. BELISA.
¿Quién es aquella ? Quedo, daréseleyo. Es sin provecho.
( A Iza el lienzo, y se dirige 6 las damas.) LDCINDO.
1 Falla un verso para la redondilla. Que volváis el rostro os pido. De vos sospecho que ha sido.
LA DISCRETA ENAMORADA. 157
HERNANDO.
Por la mujer y el amor
BEXrSA. Agora decir podia. .
Señor, dejadnos pasar. Mujeres libres , Señor, Son como lelas de araña ,
Poned el lienzo en la pila Son siempre las mas queridas ,
Y aun iba á decir perdidas, Pescan moscas, débil gente ;
Del agua bendita Pues han perdido el honor. Mas no el animal valiente,
fenisa. (Ap.) Llórala mujer honrada Que las rompe y desmaraña.
Afila, El siempre injusto desden Afréntate de que yo
Amor, tu flecha al tirar. Del hombre que quiere bien ; Te enseño el vivir.
BELISA. Y á él no se le da nada, LL'CINDO.
% '**»
i6l COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Mas ¿ qué letargo habrá que no despida Pero el mucho amor que os tengo ESCENA VI.
La fuerza de celosas prevenciones? A mas me puede obligar.
¡Oh celos ! con razón os han llamado LUCINDO, GERARDA, HERNANDO.
LUCINDO.
Mosquitos del amor, de amor desvelos:
El humo de su fuego os ha engendrado. Señores, ¿quieren cantar? GERARDA.
¿Qué importa que se duerma un hom- Hernando. (Con voz de mujer.) ¡ Ah mi señora !
[bre (¡oh cielos!), ¿Déjanlo porque yo vengo? Hernando. (Con vos femenil.)
De pesadumbres del amor cansado, GERARDA. (Ap.) ¿Esa mí?
Si con sus voces le despiertan celos?
Lucindo es este. ¡Ay de mí ! GERARDA.
FINARDO.
Pues tomad color, mi vida ;
Algo espera. Que á vos os adoro ya.
Debe de tener pesado LISEO.
Lo que es el quinto elemento. GERARDA.
Lindamente los echó. No será, infame, en mis dias.
lucindo. (A Hernando.)
fabio. (Embiste á Hernando.)
Bella doña Estefanía, Pues no estorbemos, Liseo.
¿Qué os parece esta frescura? LUCINDO.
LISEO. ¿Cómo ansí le has descompuesto?
■errando. (Con voz dentujer.)
Fué mucha descompostura Fabio , venid por aquí. HERNANDO.
Venir aqui sin mi lia ; ( Vanse los músicos.) ¡ A Estefanía! ¿Qué es esto?
LA DISCRETA ENAMORADA. IGo
GF.RAHDA. La causa deste rigor. GERARDA.
Y ;'i cuarenta Estefanías. Celos , por tu vida , han sido. Sola estaba.
No seas tirano, vén;
LOCUIDO. Vén , Lucindo ; vén , mi bien. •
Déjala, Gerarda. Los músicos...
LUCINDO. GERARDA.
HERNANDO. En efeto ¿ me has querido? Libres sou.
¡Ay cielo! GERARDA. FINARDO.
¡A una mujer como jo! Siempre te quise , mis ojos. ¡Que no hubiese colación !
GERARDA. LUCINDO. ¡Y en el verano se alaba
Matarla tengo. Yo haré que sangre te cueste... Madrid , para quien trasnoche
LUCINDO. Sin cotas ni sin broqueles ,
Eso no : ESCENA VIII. Que tiene nieve y pasteles ,
Huye. Vino y dulce á media noche !
HERNANDO. HERNANDO, ya en su traje.— Dichos. GERARDA.
Mi muerte recelo. ( Vate.) Tarde llegara el favor ;
HERNANDO.
Que no estoy buena.
ESCENA VII. ¿Qué sacri6cio es aqueste?
DORISTEO.
LUCINDO.
LUCINDO, GERARDA. Sospecho
El haberme dado enojos. Que este fresco mal te ha hecho.
GERARDA. HERNANDO.
GERARDA.
¿Qué mujer es esta, perro? Si Lucindo quiere hacer Mas me ha dañado el calor.
LUCINDO. Una venganza gallarda ,
Y Gerarda el golpe aguarda, doristeo. (A Finardo.)
Una mujer que me adora,
Y eso que tú has hecho agora El ángel vengo yo á ser. ¿Entiendes de estrellas?
Ha sido un notable yerro; ¿Qué es esto, Señor? FINARDO.
Que es señora principal, LUCINDO. Sé
Y te ha de costar la vida. ¡Oh Hernando! Que el carro ha de estar allí
GERARDA. Seas mil veces bien venido. Para amanecer.
DORISTEO.
¿Puede ser ya mas perdida, HERNANDO.
Que viéndome en tanto mal? Dos horas ando perdido, ¡Ah'.sl.
Déjame pasar. Todo este Prado buscando ; Pues ya muy alto se ve.
LDCINDO. Que en casa han echado menos Vamos, y descansarás.
Detente; A esta dama. ¡Qué amigos!
FINARDO.
Que á quien me aborrece á mi , LUCINDO.
Nunca licencia le di Pocos hay buenos.
Otra seria.
De hablarme tan libremente. HERNANDO.
GERARDA. (Ap.)
CERARDA. Cuando tú me quieres menos,
¿Luego no es Estefanía? Lucindo, te quiero mas.
¿Yo te aborrezco, mi bien?
LUCINDO. (Vanse.)
LUCINDO.
Ha habido rayos y truenos.
¿Tu bien soy?
HERNANDO.
GERARDA.
¡ Ay prenda mia! ¿Es Gerarda? Calle.
LUCINDO.
Cuanto te dije Ungía, ESCENA X.
Y cuanto hablaba también. ¿ No lo ves?
Aborrezco á Dorisleo; HERNANDO.
LUCINDO t HERNANDO.
Solo te adoro, Lucindo : Déjala, ¡triste de mi!
De nuevo el alma te rindo. Que te ponen culpa á tí. HERNANDO.
• LUCINDO. LUCINDO. Tan consolado vienes, que presumo
¡Cielos! ¿Qué es esto que veo? Gerarda , hablemos después. Que no te acuerdas ya de aquella loca.
GERARDA. GERARDA. LUCINDO.
En prenda de que tú eres Oye. No lo digas de burlas.
Mi verdad, vente conmigo. LUCINDO.
HERNANDO.
LUCINDO. No hay remedio. ¿Quién ha hecho
Mucho os alienta el castigo ; GERARDA. Milagro tan notable en tu sentido?
Como bestias sois, mujeres. Aguarda. LUCINDO.
Ahora bien : ya se acabó, HERNANDO. (.-1/). « LUCittdO.) La confianza de que soy querido.
Yo adoro en Estefanía. Grande valor has tenido. ¡Bendiga el cielo la invención, la traza,
CERARDA. LUCINDO. La hora, el movimiento, el manto, el
¿Por qué me dejas, luz mia? El saber que soy querido Los celos , los disgustos ! [Prado,
LUCINDO. Me ha despicado , Gerarda. HERNANDO.
Porque tu noche llegó. ( yante los dos. ) Y ¿no dices
Que bendiga también á Estefanía?
GERARDA.
ESCENA IX. Pues en verdad , que aun traigo las seña-
Vén conmigo hasta mi casa. De algunos mojicones de Gerarda. [les
LUCINDO. DORISTEO, F1NARDO.— GERARDA. LUCINDO.
No hay remedio. La ventana han abierto; espera, aguarda.
GERARDA. DORISTEO.
LUCINDO.
Famosamente la hablé. Yo entraré huyendo. *
Muy bien lo puede jurar. LUCINDO. DORISTEO.
BELISA.
Vén tras mi. Pero ¿qué fué ¿De quién has de huir?
Satisfecha estoy, mi bien. Aquello que le has pedido? GERARDA.
HERNANDO.
HERNANDO. Detí,s
Un menudo. Que eres mi esposo diciendo. *
Dejando aquesto también ,
¿Tienes algo que me dar? LUCINDO. Sacarás la daga...
Porque en dándome un enojo , ¿Y eso pudo DORISTEO.
O en jurando alguna cosa , Pedir tu lengua, grosero? Bien.
Me da una hambre espantosa ; HERNANDO. GERARDA.
Soy preñada con antojo. Tú negocias por entero, Pondrános en paz su gente;
BELISA.
Yo negocio por menudo. Quedarémealli también.
«Gana tienes de comer? {Yante.) Donde á Fenisa le cuente
Que quiero á Lucindo bien,
HERNANDO.
V que por él me matabas;
Rabio, por Dio;. Que te llame, y en secreto
Sala en casa de Cerarda.
BELISA. Te diga lo que dudabas.
Todo es malo ESCENA IV. DORISTEO.
Cuanto hay en casa ; un regalo ¡Gentil industria! En efeto
Mañana te quiero hacer. DORISTEO, GERARDA. De mujer.
¿Qué conserva comes bien ? GERARDA.
Que soy en dulces notable; GERARDA.
De guindas es razonable , Sosiega el pecho celoso; ¿Su ingenio alabas?
Y de perada también. Que yo sabré si es verdad. DORISTEO.
Duraznos es extremada. DORISTEO.
¡Oh mujeres!
¿Qué conserva haré? GERARDA.
Sospecho que temeroso
HERNANDO. De alguna temeridad, Y españolas...
Un menudo A que obliga un caso honroso, DORISTEO.
Con su perejil ; que dudo Dijo que el nombre lingia, Camina.
Que la haya tal , bien lavada. Y fué á tiento Estefanía, GERARDA.
Porque su padre en mi daño Si estamos solas,
BELISA. Ella dirá la verdad.
Me dijo por desengaño
¿Deso gustas? Pues hallaste Cómo á Fenisa servia. DORISTEO.
La limpieza , la sazón
Y el buen gusto. GERARDA. Mujeres con voluntad
El padre acaso pensó Son como la mar con olas.
HERNANDO. Que á Fenisa amabas... (Vanse.)
„ Cosas son DORISTEO.
fcn que el tuyo conformaste, ■ 1 1 4 rjua cuarteta entre quintillas.
bnviamele mañana. ¿Yo?
GERARDA.
LUCINDO.
iHay villano tan grosero? Y para en paz os poner,
Dijo que era su mujer.
LA DISCRETA ENAMORADA. 173
FKN1SA. (Ap.) GF.RARDA.
Sala en casa de Bclisa. ¡ Ay Señora ! que estoy temblando toda.
A ti poco te ha burlado,
ESCENA V. Si burla te quiso hacer; ¿Dónde me podré ir?
Pero á mi, que me engañó FENISA.
EL CAPITÁN, FENISA, BEL1SA. Fingiendo amarme de veras... No tengáis miedo.
CAPITÁN. BELISA. Contadme vuestro mal.
Sí supiera vuestro intento, ¿Qué dices? GERARDA.
FENISA. Si haré, si puedo.
No le echara de mi casa.
Que no creyeras Yo soy, gallarda señora,
BCLISA. Lo que este viejo contó ;
Yo os he dicho lo que pasa. Una mujer desdichada ;
Que con los celos que tiene Aunque esto ya lo sabéis,
CAPITÁN. Finge dos mil desatinos. Pues lo veis en mi desgracia.
Huélgome del casamiento ; BELISA. Nací en Burgos, ciudad noble,
Daros quiero el parabién. ¡Por qué notables caminos Y mis padres, que Dios haya,
MELISA. A ciarnos enojo viene! Me trajeron á la corte
Si mi bien camino va, Gente se nos entra acá. Niña en los brazos del ama.
El paramal me dará FENISA.
Criáronme con regalo,
Quien me ha dado el parabién. Y de mi talle ó mis galas
Dejóse abierta la puerta. Rendido el hombre que veis.
CAPITÁN. BELISA. Me pide con grandes ansias.
Si vo estuviera avisado j Bien hará lo que concierta , Casáronme á mi disgusto;
De'que Lucindo os quería Si otra mujer tiene ya ! En fin, sobreestar casada
(Que en opinión le tenia De la manera (pie digo,
De hombre menos asentado), ESCENA VII. Carga el peso desta infamia.
Yo propio tratara aquí, Vinie, sin gusto con él,
Behsa, del casamiento; GERARDA, huyendo de DORISTEO, ¡a Mil veces determinada
Que es dar á mi bien aumento daga demuda.— Dicuas. Para quitarme la vida.
Que nos troquemos ansí. FENISA.
Casado con quien es madre GF. BARDA. No digáis tal.
De mi bien , como conlio ¡Favor, señores! Socorredme presto; GERARDA.
De vos misma, el hijo mió Que me mata este bárbaro tirano.
Vengo yo á tener por padre ; Esto pasa.
doristeo. [tera? FENISA.
Y Fenisa, mi mujer ¿Quién te ha de dar favor, infame adúl- Pues, por desdicha ninguna ,
Y vuestra hija, tendrá
Padre en Lucindo; y dará BEL1SA. ¿Dice una mujer cristiana
A lodo el mundo placer Tened, Señor; no la matéis , os ruego. Que se ha de quilar la vida?
La discreción del trocar FENISA. GERARDA.
Las edades por los gustos. Paso, Señor: ¿porqué ledaisla muerte? Señora, experiencia os falta.
DELISA. GERARDA. No sabéis lo que es tener
Dado me habéis mil disgustos ¡Yo adúltera, Señor! En la mesa y en la cama
En pretenderle ausentar ; lln enemigo de (lia,
Y no os descuidéis en ir BELISA. Y de noche una fantasma.
Donde el camino estorbéis. Tened la mano, Mas mi desesperación
FESISA.
Respetad esas tocas norabuena. Fué en este medio templada
doristeo. Con la vista de un mancebo.
Gran rigor usado habéis. Soldado y sol dado al alma.
Si no mirara esa presencia noble,
CAPITÁN. De vuestra calidad notorio indicio, Era un alférez galán,
No me supe resistir. El corazón le hubiera atravesado. Por quien por puntos les daba
FENISA. A las niñas de mis ojos
GERARDA.
¿Fué celos, por vida mia, Alferecía sin causa ;
Y matáraste en él ; que en él te tengo. Que en la mala compañía
Del destierro la ocasión?
DORISTEO. Del marido que me daban,
CAPITÁN. Pensé que con un alférez
¡Ahora amores , falsa, vil, perjura!
Celos de su vida son ; ¡Ahora hechicerías! ¡Vive el cielo!... Pudiera sufrir las faltas.
Que un» cierta Estefanía Pagóme la voluntad,
Le trae de manera ciego, FENISA.
Acabad, si queréis ; que venís loco, Y con obras v palabras
Que le han querido matar Marchamos diez y seis meses,
Dos hombres deste lugar, Y algún demonio revestido en celos Llevándose amor las armas.
Y le matan sino llego. Os debe de mover la lengua y manos. Mas como en marchando amor
■ELISA. belisa. (A Doristeo.) Toca la envidia las cajas,
Pues ¿quiere á alguna mujer? No habéis de estar aquí, por vida mia. Ovó el bando mi marido
fenisa. {Ap.) [sentó; Y'los tiros á su fama.
¿Qué es lo que escucho? ¡Ay de mi! Venid ; que os quiero hablar en mi apo- Comenzó á tener sospechas;
Descansaréis de vuestro mal conmigo. Puso un espantajo en casa,
CAPITÁN. Para que el pájaro huyese
* DORISTEO.
A sí entonces lo entendí ; Que al hortelano burlaba.
Mentira debe de ser. Yo os quiero obedecer, y referirle,
No me acordé que le amáis. Aunque traiga mi infamia á la memoria. Busqué medios por vecinos,
Hubo puertas y ventanas,
Perdonad: que por él voy. (Vate ) BELISA. Porque cuando quieren dos,
Pues con mi hija quedará esta dama. Fácilmente se baraja._
ESCENA VI. ¿Qué nombre tiene? Mas para abreviar. Señora ,
DORISTEO. Con mi amor y mi esperanza,
BEL1SA, FENISA.
Estefanía se llama. No ha faltado quien me ha dicho
Que el ver mi marido en arma
SELISA. (Yante Delita y Doritteo.) Hizo á Lucindo mudar
Confusa, Fenisa, estoy. (Que así el alférez se llama)
FENISA.
ESCENA VIII. El alma y el pensamiento
Mi pensamiento imitáis. FENISA, GERARDA. Adonde agora se casa
BELISA. Con una Fenisa, dicen,
FENISA. A quien de discreta alaban ;
Si tiene alguna mujer, Que (míen la alaba de hermosa,
¡ Buen lance habernos echado! De gran peligro os ha librado el cielo.
m COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Dicen que á su rostro agravia. Mirad que os ba de quitar
He perdido tanto el seso, lucindo.
El honor. Dulce prenda
§ue he salido de mi casa, fenisa. ,
buscado de tal suerte Del alma, ¿á qué blanco tiras?
Perded el miedo. ¿Hay alguien con quien cumplir?
Este ingrato que me agravia ,
Que hoy, como veis , mi marido GERARDA. ¿No es hora ya de salir.
Me ha topado disfrazada; Ya , Señora, que me puedo Como anoche concerté?
Que pensaba hallarle aquí; De mi marido librar, FENISA.
Que aquí vivequien me mata, Dadme licencia; que quiero ¿Con quién el concierto fué?
¿Conocéis en esta calle Irme en casa de una hermana. Eso me vuelve á decir.
Esta dama, hermosa dama? FENISA. LUCINDO.
¿ Sabéis quién es por ventura ¿Querréis verme? ¿No me hablaste anoche?
La que mis desdichas causa? GERARDA.
Que ya que de mi marido FENISA.
Tomé puerto en vuestra casa, Cosa es llana. Sí.
Tras el remedio del cuerpo, Ser muy vuestra amiga espero. LUCINDO.
De vos espero el del alma. ¿Hay puerta falsa? Lo que concertamos di.
FENISA. FENISA.
FEMSA.
¿Que Lucindoos quiere bien? Si habrá, Que te cases con mi madre,
Si por Lucindo salis. Pues yo lo estoy con tu padre.
GERARDA.
GERARDA. LUCINDO.
¿Conoceisle?
FENISA.
¡Qué bien, Señora, decís! ¿Con tu madre? Eso fingí.
Adiós. FENISA.
¡ A Dios pluguiera • FENISA.
Que ni yo le conociera, Ya no puede ser fingido.
Niélámí! Presto; que os verá. Testigos hay que has tratado
GERARDA. gerarda. (Ap. yéndose.) Ser de mi madre marido.
¡Ni vos también! Famosamente he sabido LUCINDO.
¡ Cosa que á tiento haya dado De Lucindo el pensamiento, ¿Luego tú me has engañado?
Con la causa de mi mal ! Y su gusto y casamiento FENISA.
FENISA.
Por notable estilo impido. El engaño tuyo ba sido.
¡Bella mujer, lindo talle! De mino hay que pretender ;
El vuestro no ha sido igual Muñéndome voy de celos.
Al mal que me habéis causado. §ue soy mujer de tu padre,
Guardad á Lucindo, cielos ; mi madre es tu mujer.
Yo soy Fenisa, ¡ ay de mi ! Que he de matarle en la calle. {yase.)
Engañada de ese ingrato, LUCINDO.
Que no sabiendo su trato, ESCENA IX. ¿Cómo mi mujer tu madre?
Mucho del alma le di. Demonio debes de ser.
Yo soy con quien de secreto FEMSA. ;.No te acuerdas que tú fuiste
Su casamiento trató, La que primero me quiso?
Porque no pensaba yo Salga del alma aquel violento rayo Tercero á mi padre hiciste,
Tanto mal en tal sugeto. Que la dejó como ceniza fría , Mi padre me dio el aviso,
Pero pues á tiempo estoy, Porque parezca la esperanza mia Y te hablé donde quisiste.
Y mi honor salvo, creed Palma sobre las nieves de Moncayo. En orden á nuestro intento
Que agradezco la merced, [mayo Fingimos el casamiento.
Y que de mano le doy. Ya estaba en flor, cuando en mitad de ¿Qué me dices de tu madre?
Hoy con su padre me caso, El hielo derribó su lozanía; ■ [día FENISA.
Por solo hacerle pesar; Que cuando muda el tiempo, basta un Yo soy mujer de tu padre,
Que le tengo de abrasar Para que su verdor trueque en desmayo. Esto es verdad y esto siento.
Con el fuego en que me abraso. [ños, Si mi madre no te agrada,
Y pues que vos le queréis , No mas gustos deamor, que son enga- Mas señora, mas honrada
Gozadle por largos años. Que llevan la razón por los cabellos ; Que tu dama Estefanía,
GERARDA. No sufra el alma tan injustos daños. Vete á buscarla, y porfia;
¿Que vos me hacéis tantos daños , No quiero bienes va, por no perdellos ; Que es dulce la fruta hurtada.
Y que vos muerto me habéis? Mas ¿como olvidare con desengaños, Mas guarda; que su marido
Que vos os llamáis Fenisa? Si dicen que se aumenta amor con ellos? Te busca.
LUCINDO.
FENISA.
ESCENAS. En lo que has hablado,
Estad segura que ya Celosa te he conocido.
Lucindo vuestro será. LUCINDO.— FENISA. Sin duda te han engañado
GERARDA. Con ese nombre fingido.
Mi desengaño os avisa. LUCINDO.
Mi lacayo Hernando fué
Es el hombre mas traidor, Con la determinación, Una noche Estefanía;
Mas mudable v lisonjero Bella Fenisa, de ser Que así al Prado le llevé.
Que ha visto el mundo. En tan dichosa ocasión No dilates , fénix mia ,
Tu esposo, y tú mi mujer,. El galardón de mi fe;
FENISA.
Que nombres seguros son," Que si he visto á Estefanía,
No quiero He tenido atrevimiento La vida me quite el cielo,
Mas desengaños, amor. De llegar á tu aposento,
Adiós, gustos atrevidos. Fálteme el sol, falte el dia ,
Y dejo un coche en la calle, Sepúlteme vivo el suelo,
¿Vuestro nombre? Que de ese gallardo talle Y pierda tu luz , luz mia.
GERARDA. Viene á ser alojamiento. Mira que te han engañado,
Estefanía. Vén , sin poner dilación , Porque Hernando disfrazado
Al coche, fénix divina ; Ha sido la Estefanía.
FENISA.
Porque en aquesta ocasión
Bien su padre me decia , Te quiero hacer Proserpina FENISA.
No eran sus celos fingidos. Deste abrasado Pluton. Conozco tu alevosía ;
Ya sabia vuestro nombre, ¿Qué te suspendes? Qué miras? Tarde, Lucindo, has llegado,
Ya sé todo lo que pasa. Y no me bagas perder
GERARDA.
FENISA. El respeto ; que has de ser
No admitáis en vuestra casa , ¿No quieres que me suspenda? Antes de un hora mi padre ;
Pues que sois cuerda, tal hombre ; ¿Qué dices? ¿Burlas? ¿Deliras? Que al marido de mi madre
¿Con quién hablas? Debo por padre tener.
LA DISCRETA ENAMORADA. \r¿
FENISA. FEMSA.
LUCINDO. ¿A quién?
¿Qué dices? Hay amores casados;
BELISA.
FENISA. No era bueno para mí.
Lo que has oído. ¿Quién es una Estefanía A Lucindo.
LUC1.NDO.
A quien Lucindo queria ? FENISA.
¿Tienes seso? HERNANDO. ¡Bien!
fenisa. ¿Hasta acá llega el enredo? ¿Que de Lucindo son celos?
El que le falta. FENISA. BELISA.
lccisdo. ¿Qué enredo? Y á mí me los dan también.
O tú ó yo le hemos perdido. HERNANDO. FENISA.
FENISA. Decirte puedo Pusieron en paz los celos
Eso si , da voces , salta ; Que fui yo esa dama un dia. Su verdad y mi desden.
Que ya vendrá mi marido. FENISA. (Ap. Perdí gallarda ocasión
L1XINDO. ¿Tú esa dama? De gozarle á mi contento;
Mas no fallará invención.
¡Válgame Oios! HERNANDO. Hoy será mi casamiento
FENISA. Disfrazado En casa y con bendición.)
Valsa pues. Con un manto, estuve al lado Madre, no estés divertida.
LUCIXDO. De cierta dama. En efelo Después que esta cautelosa
¿Mataréme? Di celos, y esto secreto, Mujer, falsa y atrevida,
FENISA. No sepa que lo he contado. Vino sin vida, celosa.
Necedad. Que mi señor la queria Para quitarnos la vida,
LUCINDO.
Antes que os viese; y después Ha estado Lucindo aquí
Os juro, señora mia, Y me ha dicho que te adora.
Pues ¿qué haré? Que un tigre á sus ojos es,
FES1SA. BELISA.
Aunque se cansa y porfía ;
Casarle. Que anda perdida y celosa. ¿Es cierto?
LUCINDO. FENISA.
FENISA. Esto pasa ansí.
iVe»
Como fué mi amor verdad , Sin dúdame han engañado. Pero diceme, Señora,
Y lu liviandad lo es? HERNANDO. Que hablando á su padre en ti
¿Ves cómo vine por Ü, Yo sé que no hay otra cosa Le halla muy desabrido
Y que como hombre cumpli Que le dé en Madrid cuidado En que sea tu marido,
Lo que anoche concerté? Sino vos, Fenisa hermosa. Y que es forzoso en efeto
Ves cómo mujer te hallé, Mas ¿qué le diré? El casaros de secreto.
Y no mujer para mí ? FENISA. BELISA.
Ves cómo es bien empleado No sé; Siempre lo tuve entendido.
Todo cuanto mal decimos Que viene mi madre aquí. No quisiera el capitán
De vosotras? Ves que he estado. Que su hijo se casara ,
Conforme el concierto hicimos, Huye.
HERNANDO. Porque murmurar podrán
Prevenido y confiado? Por allí me iré. (Vate Que el viejo goza esa cara,
Pues ¡plegué á Dios que te veas, Y que á Lucindo me dan.
Y tan presto, arrepentida, —Pues mi marido ha de ser.
Que tú mi venganza seas! ESCENA XII.
FENISA.
Que en lo que toca á mi vida , BELISA — FENISA.
Será lo que tú deseas. El dice que en lu aposento
Goza á mi padre ; que es padre , Te quiere esta noche ver.
B ELISA.
Y es mejor que yo en efeto, Ya, Fenisa, despedí BELISA.
Puesto que menos le cuadre; Aquel hombre. ¿Qué sientes de eso?
Que vo seré tan discreto , FENISA. FENISA.
Que la mujer trueque en madre ; • ¿Qué siento?
Que pues mi padre me envia Y ¿cómo fué?
A Portugal, porque tal BEUSA. Que allí serás su mujer.
Delito en quererte hacia, No sé si podré, de risa, BELISA.
Me pasaré á Portugal Contarte lo que ha pasado. Trázalo, pues anochece.
Por la libertad, que es mía. (Ya*e. FENISA. FENISA.
FENISA. De todo, madre, me avisa. Vele á prevenir, y calla.
¡ Ay Dios! detente Señor... ' BELISA. BELISA.
—Pero no, que es cauteloso. *
Vaya esta vez el traidor. 5 De verte se ha enamorado. Mi ventura me enloquece ;
FENISA. Por no darte queenvidialla,
ESCENA XI. ¿Tan presto? No digo lo que me ofrece.
BELISA.
Voy a perfumarlo todo
HERNANDO.— FENISA. Y que este con grande aseo.
Escucha, Fenisa;
Que te quiere por mujer. FENISA.
HERNANDO. Hazlo, madre, de ese modo.
Oye, escucha. , FENISA.
(Vate Belisa.)
FENISA. ¿Siendo casado? ¡ Qué bien mis bodas rodeo,
¿Que haces señas? * BELISA. Y el nuevo engaño acomodo!
HERNANDO. Es enredo
¡Tan tibia en esta ocasión! 5 Que esta mujer quiso hacer. ESCENA. XIII.
¿Cómo ese rigor me enseñas? 6 FENISA.
¿No vino Lucindo aquí, Que son celos tengo miedo. EL CAPITÁN.— FENISA.
Según me dijo, por ti? BELISA.
FENISA. CAPITÁN.
Celos debieron de ser. ¿Es mi Fenisa?
Ya estamos desconcertados. Contóme que concertaron
HERNANDO. Que se hiciese su marido, FENISA.
¿Cómo? Porque los dos sospecharon , Soy quien le desea.
Él que su hermana ha servido, ¿Adonde está Lucindo? Que mi madre
4 1 3 « s G seis versos de dos quintillas i Ya quiere efetuar el casamiento.
completas. Y ella que aquí le engañaron...
170 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
CAPITAN. ¿Hasla por dicha gozado?
¿Qué casamiento? Que te veo muy mirlado. I Hame dicho que te diga
FENISA. Rondes esta noche allí.
LUCINDO. ¿Haráslo ansí?
El suyo con el mió. Y aun muerto me ves también.
CAFITAH. [minos; LUCINDO.
Bien dice, y no aguardemos á mas tér- ¿Hablas de veras? HERNANDO. Señor, si :
Que ya los dos tenemos corta vida. Mandármelo tú me obliga.
FENISA. LUCINDO. CAPITAN.
Yo estoy, Señor, también desengañada Llegué Pues yo vengo muy de prisa.
De que no era Lucindo el que venia Para saca lia de allí, Armate, y guárdele Dios. ( Vate.)
De noche a mi ventana. Y de manera la vi,
Que dando voces bajé. ESCENA XVI.
CAPITAN. Volví el coche, y los amigas
¿Qué me cuentas? Se volvieron á su casa. LUCINDO, HERNANDO.
FENISA. HERNANDO.
Hoy supe que era un cierto amigo suyo; Pues ella toda se abrasa, LUCINDO.
Y asi, quiero que vayas á buscarle, Hoy nos casamos los dos.
Y le digas que ronde aquesta noche Y estos ojos son testigos...
HERNANDO.
La puerta desta casa con Hernando ; LUCINDO. ¿Cómo?
Porqueanoche á las diez, por la ventana ¿Cómo? LUCINDO.
Del huerto entró el amigo que te digo, HERNANDO. Ya entiendo á Fenisa.
Y á la puerta llamó de mi aposento. De celos crueles. Quiere que entre á su aposento
Levantéme, pensando que mi madre LUCINDO. Por el huerto.
Venia á visitarme, y si no cierro, HERNANDO.
No dudes que sucede una desgracia. Dices bien ;
CAPITAN. HERNANDO. Y que ella estará también
¡Hay maldad semejante! ¡Vive el cielo, De Estefanía. Allí con el mismo intento.
Que be de ser yo quien ronde ! LUCINDO. Mas los celos la han picado ;
FEMSA. . Que esto dure todavía ! Hoy se cumplen tus deseos.
No me aflijas, como sueles; LÜCINDO.
No, mis ojos; Que todo nace de amor.
Que en ese tiempo habéis de estar con- ¡ Por qué notables rodeos
capitan. [m'g° Tu padre. HERNANDO. A mi remedio he llegado!
¿Adonde? Vento á armar, porque has de entrar
FENISA. LUCINDO. Al huerto y guardar la puerta.
En mi aposento, de secreto. No importa nada. HERNANDO.
CAPITAN. ESCENA XV. Beatriz es dama encubierta;
Dadme esas manos. Pero allá la pienso bailar.
FENISA. CAPITAN. — Dichos. (\ante.)
Advertid que quiero
Que vengáis muv galán y rebozado, CAPITAN.
Y que os nagais la barba ; que no gusto Bien aprestas la jornada. Calle.
De verla de esa hechura ; que en electo LUCINDO.
Pareceréis mejor mas atusado. Mañana me voy, Señor. ESCENA XVII.
CAPITAN. CAPITAN.
Quien para tanta gloria se previene. DORISTEO, FINARDO.
No dudéis que vendrá galán del todo. Con ¡Bueno es eso! Estás casado
La barba haré cortar a vuestro gusto, Belisa, y vaste luego! Fl NARDO.
Pues hacerse la barba es muy de novios; LUCINDO. Yo no sé si le llame desengaño [do,
V yo
Y Vil lo
1ft he
hulla eo«» vuestro
de ser — Eso ha sido burla y juego. El que de vuestra hermana habéis teni-
Pues veo que resulta en vuestro daño,
FENISA CAPITAN. Viniendo de Fenisa tan rendido.
Ya es muy tarde, Yo sé que tomas estado; DORISTEO.
Hablad á vuestro hijo. Pero que sea ó no sea,
Ya te quedarás aquí. Hizo Gerarda aquel enredo extraño.
CAPITAN. Entré fingiendo que era su marido;
El cielo os guarde. LUCINDO. Pero en viendo á Fenisa, quedé luego
(Yante.) ¿Por qué? Ciego del rayo de su ardiente fuego.
CAPITAN. Estuve con sil madre en su aposento;
Porque ya entendí Y si verdad os digo, dije el caso,
Sala en casa del Capitán. ?uién á Fenisa desea , Y pedile á Fenisa en casamiento.
ESCENA XIV. aun es grande amigo tuyo. FINARDO.
LUCINDO. Estas son sus ventanas; hablad paso.
LUCINDO, HERNANDO. También te habrán engañado. DORISTEO.
LUCINDO. CAPITAN.. ¡ Ay divino y dichoso alojamiento
Arrepintióse. Ya Fenisa me ha contado De la décima musa del Parnaso,
Que fué todo engaño suyo. De la mujer mas bella, y fénix solo.
HERNANDO. Que en su giro veloz ha visto Apolo !
¿Qué dices? Dice que anoche pasó
Por la pared de la huerta FINARDO.
LUCINDO. Cierta persona incierta , Y ¡qué! ¿os pensáis casar?
Lo que oyes. Y á su aposento llegó :
HERNANDO. Llamó, salió á abrir, y viendo DORISTEO.
No lo creas. El engaño, cerró. Si ella me quiere.
LUCINDO. LUCINDO. FINARDO.
Ni til mudanzas que veas. ¿Es gente principal?
Extraño DORISTEO.
HERNANDO. Hubiera sido el engaño.
Son retóricos matices CAPITAN. De virtud tanta,
Para encarecerme el bien. Dio voces, y fuése huyendo. Que la doncella á las demás prefiere,
Y la madre, Finardo, es una s "
LA DISCRETA ENAMORADA. 177
FINARDO. DORISTEO.
ESCENA XIX.
¿Qué hacienda üene? Hoy habernos sido espias.
DOBISTEO. LUCINDO, HERNANDO.-DORISTEO, Mas mira ¡ qué casa aquesta!
Sea la que fuere, FINARDO. Tres hombres tienen allá.
Virtud en dote á todos se adelanta. GERARDA.
De su recogimiento y virtud quiero LUCINDO.
¿Tres hombres?
Hacer, Finardo , el dote verdadero. Pies , en mi amor os tened. 4
FINARDO.
DORISTEO.
Y aun treinta habrá.
ESCENA XVIII. ¿Echó escala ?
FINARDO. GERARDA.
FiNAnuo. (Ap. á Doristeo.) Pues por la puerta y el muro Y no con poca razón.
Gente pasa. Tanto enemigo se ve. FINARDO. (A VOCeS.)
De otra que aborrezco soy. En méritos y en edad , Dais honra y remedio á entrambas.
BELISA.
Y que como"nuestras almas, HERNANDO. (.4p.)
¿Cómo es aquesto , Fenisa? Los dos juntemos los pechos? Para tan viejo rocin
Habla , y perdona , Gerarda. Cualquiera silla le basta.
FENISA.
GERARDA. GERARDA.
Con Luc indo me he casado. Aunque celosa venia , Los dos me acompañaréis.
BELISA. La razón , Lueindo , es tanta ,
DORISTEO.
Pues ¿ cómo me has engañado? Que con los dos asesores
Mas ya lo dice tu risa. Que a este pleito me acompañan , Llcvarémoste á tu casa.
CAPITÁN. Digo que tu padre sea CAPITÁN.
Di, Lueindo, ¿á un padre noble De Belisa , y que esta dama Hernando, avisa en la mia
Los buenos hijos engañan? Te goce , amen , muchos años. Que allá cenan estas damas.
DORISTEO.
LUCINDO. HERNANDO.
Señor, yo adoro á Fenisa , La sentencia está bien dada ,
Y yo la confirmo. Para en uno sois, por Dios.
Y ella , como ve_s , me paga. LUCINDO.
Cuanto contigo trató FINARDO.
Son enredos que buscaba Y yo. Si es para muchos la farsa ,
Para casarse conmigo ; LUCINDO.
Mi amor lo diga, y dé fin
Los que presentes se hallan , Dame esa mano. La Discreta enamorada.
EL BOBO DEL COLEGIO,
COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,
Desigual paga de mi obligación, desigual título á un hombre tan discreto, y desigual lugar al que
vuestra merced tiene en mi opinión es el ofrecerle esta comedia ; pero igual la voluntad á las deu
das, y igual la escuela donde sucede el alma desta fábula á los estudios de vuestra merced, y igual
mi conocimiento de su ingenio al deseo de servirle. Leí el Secretario, obra tan digna suya, con la
atención y gusto que merecía (que no hay pasar deste encarecimiento); y deseando que salga
á luz, le suplico no sea de los que esperan á dejar sus obras en el peligro de los amigos, en la me
moria de los olvidos, ó en el hurto de los ambiciosos de honra con las vigilias ajenas. El libro es
tal, que si algo le puede hacer sospechoso, es mi aprobación, ya sea por mi amor, ya por mi igno
rancia ; y cierto que el confesarla no es lo que llamó san Agustín hermosa templanza, sino tenerla
por cierta. Si se hallara en el mundo un secretario como vuestra merced le pinta, pensáramos
que podia haber un Ciro como le describe Jenofonte ; pero justo es poner tan altamente sus vir
tudes y partes para que sepan los que lo son á qué grado pueden llegar, y las que han menester
para ser perfetos ; que no porque piense el Filósofo en sus Físicos que aquel lo es cui nihil deest,
quedan excluidos los que de aquel todo tienen las mayores partes. Las de un insigne poeta me
holgara mucho que describiera vuestra merced; aunque no sé de qué podia servir á muchos, que
con solo un limitado natural se atreven á imaginarse perfetos. ¡ Bien haya el que repartió los jui
cios de los hombres, pues no hay uno que quisiese trocar el que tiene , ni conocer que hay otro !
Cuidado causa esta milicia, que es como batallón intestino, alojado en nuestros oidos, aunque nos
pese. ¡ Dichoso quien se retira á sí ! Que para saber esto, también es soledad la corte como el aldea ;
y en un carmen de esa insigne ciudad pueden los deseos acompañar á un hombre con los ejér
citos de Jérjes. Vuestra merced lea esta fábula , con la noticia que tiene de que en aquel célebre
Colegio nunca falta un bobo ; esto sin malicia, pues no pasa á sus dueños; que fuera de allí, bien
sé que no falta; pero es mas lejos de las ciencias y mas cerca de la ignorancia.
Venir por su bendición. Por mas que á su amor me inclino, Esos recatos celosos
Después que faltó en mi casa De solos mis deudos son.
GARCERAN.
El juego y conversación. Mas si te parece á tí
De tus embustes me rio. Que ha sido justa advertencia ,
CELIA.
E lio va como ha de ir : Como yo envié á Fulgencia ,
Fulgencia me muestra amor. ¿Si ha entendido tu afición , Envía á Celia de aquí ;
MARÍN.
Y sabe ya lo que pasa? Que si venirte á buscar,
Pues ¿qué te ha dicho. Señor, OCTAVIO. Como á buscamrie venias ,
Si es que se puede decir ? Recelóme de Tristan ; Te pone esas fantasías ,
GARCERAN. Que andan juntos estos dias. Ya no te quiero obligar
CELIA.
Ni tenerte por amigo.
Que me quiere responder;
DON JUAN.
Que licencia le pedí Yo sé que i las prendas mías
Para escribirla. Tiene respeto don Juan ; Pues ¿qué me puedes querer ?
MARÍN. Y si de algo está celoso, OCTAVIO.
Es porque si quiso bien Que me la des por mujer.
¡Eso si! A tu hermana , hará también
Y pare en ser tu mujer. Mira qué presto lo digo.
Ese argumento forzoso,
Ño mas esas bellaconas Si tú me miras á mi ;
DON JUAN.
Que te gastan cuanto tienes. Y mas después que á Valencia No niego , Octavio, que es justo ,
¡Vivirás si te entretienes Has enviado & Fulgencia, Y que en ello ganaremos ;
Con semejantes personas! De que está fuera de sí ; Pero si un trueco no hacemos ,
Ama y sirve una doncella Y no querrá que me veas , No podré hacerte ese gusto.
Para servicio de Dios, Pues no hay donde se esquitar. OCTAVIO.
Pues que lo estaréis los dos ¿Cómo?
En casándote con ella. OCTAVIO.
DON JUAN.
¿Hay locura de un mancebo No la envié por Densar Que me des tu hermana ,
Oomo verle andar perdido (Y esto es razón que me creas) Y que la traigas aquí.
Tras una tiestas , que ha sido Que me importaba guurdalla ,
De mil ignorantes cebo , Pero porque solo estoy. OCTAVIO.
Muy pagado de sufrir Y por disculpa te doy, Bien me atrevo á darte el si
Otros cuarenta galanes? , Siendo justo acreditalla, Y hacerte escritura llana.
Ya esconderse por desvanes, i La llaneza y la verdad Pero traella no puedo,
Ya por corrales huir 1 Con que siempre te he servido. Menos que estando casado ;
Del alguacil y escribano... CELIA. Que con eso disculpado
Y después, muy flaco y tierno , De pedirla á Julio quedo ;
Quejarse por el invierno , Confieso, Octavio , que ha sido Pues diré que en Salamanca
Pelarse por el verano. Cosa que mi voluntad Podrá estar con mi mujer.
Pues ¿qué, si es alguna vieja Pudo rendirá la luya;
DON JUAN.
Con cabellos de azafrán , Porque si no procedieras
Tan casto , lo que perdieras, Con eso te quiero hacer
De las que polvillos dan , Mi sangre y mi hacienda franca ;
Ni quería barba ni ceja? De mi condición se arguya.
Que venida aquí Fulgencia ,
Sirve este ángel , eso sí ; Mi hermana negociará
No gastes mal esta herencia, Su voluntad.
Tan limitada en Valencia,
18 i COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
OCTAVIO. Ver el agua y no temella : Si Julio sabe que yo
Ella está, ¡Gran fiesta para mujer ! Lo sufro, me na de matar.
Como sabes , en Valencia , Es apacible su gente,
Y no de muy buena gana , Es en extremo amorosa. FULGENCIA.
Aunque es la tierra lan bella ; Pues ¿quiéresme tú quitar
LISARDA.
Yo me partiré por ella , La gracia que Dios me dio?
Para como estoy celosa ,
Y la traeré con tu hermana. Me pesa que te contente ; LISARDA.
don juan. (A Celia.) Que decir bien de un lugar ¿Cómo gracia?
Dale la mano. Tan presto, me da sospecha. FULGENCIA.
CELIA. FULGENCIA.
En bendecir.
El concierto Estás á tus celos hecha , LISARDA.
Que habéis hecho me ha obligado, Con que me quieres culpar. Ahora lo confirmo mas,
Aunque con pecho turbado , Yo digo bien de Valencia Pues que de su parte estás.
A no mostralle encubierto. Por si misma. FULGENCIA.
Mi mano es esta. LISARDA. No lo acabes de decir.
TRISTAN. Y ¿quién llegó Di , ílarin , á Garceran
Yo os doy Cuando el coche se apartó Que venga al instante á casa ;
A los dos el parabién , De nuestra gente , Fulgencia? Que la gracia se me pasa,
Pues que me alcanza también FULGENCIA.
Y no le aprovecharán
Por lo que tan vuestro soy. ¿Piensas tú que yo le vi? Mis bendiciones después.
OCTAVIO. LISARDA.
LISARDA.
Para serviros será. ¿Hay libertad semejante?
Luego también ¿no le hablaste?
DOS JUAN. MARÍN.
FULGENCIA.
De Celia el dote es tan claro , Ya está Garceran delante.
Que en decirle no reparo. Lo poco que tú escuchaste,
Al que me habló respondí. ESCENA IX.
OCTAVIO.
LISARDA.
Ese en su virtud está. Tú veniste á defenderte GARCERAN.— Dichos.
DON JOAN. A este reino donde estas ;
Venid ; comeréis conmigo, GARCERAN.
Pero pienso...
Y Tristan se quedará , Ya estoy , Señora , á tus pies,
FULGENCIA.
Por amigo, y porque va Pidiendo la bendición.
Es el mas cierto testigo. No hables mas; fulgencia. (Ap. d Garceran.)
Que me enojas desa suerte.
TRISTA». Que yo en Salamanca ful Haz que me quieres besar
Ninguno de vuestro bien Espejo de honestidad , La mano, y podréte dar
Mayor contento recibe. Y seré en esta ciudad Un'papel.
octavio. (A Celia.) Lo que tú sabrás de mi. garceran. (Ap. á Fulgencia.)
Ya no hay quien de vos me prive. ¡Linda invención!
ESCENA VIII. Pero advierte que también
CELIA. Traigo del de ayer respuesta.
Ni á mí de tan alto bien; MARÍN.— Dichas. LISARDA.
Aunque hace resistencia
Al gozo deste placer MARÍN.
¿Hay insolencia como esta?
lin pesar. ¿Estás aquí? ¿Qué es lo que mis ojos ven?
OCTAVIO. LISARDA. fulgencia.
¿Cuál? ¿No me ves? Dios, Garceran , te bendiga.
CELIA. ¿Cómo te entras desa suerte? garceran.
El saber MARÍN. Dame , Señora , la mano.
Que os habéis de ir á Valencia. Licencia tengo de verte, LISARDA.
octavio. Y vengo á que me la des ¿La mano?
No temáis; que sabré ser Para que le dé Fulgencia MARÍN.
Tan galán , que alcance al ir A Garceran , mi señor, Pues eso es llano ;
El mal de verme partir Su bendición. Que la bendición le obliga.
Al bien de verme volver. LISARDA.
LISARDA.
(Vante.) ¿Hay rigor, Y ¿qué le ha dado? .
Hay crueldad y impertinencia
Como la deste lacayo? MARÍN.
FULGENCIA.
La ofrenda ,
Valencia. —Sala en casa de Lisarda. A modo de feligrés.
Pues ¿qué importa que bendiga Mas óyeme ; que después
A un hombre, si el mal le obliga Tomarás de todo enmienda.
ESCENA VII. A tanta pena y desmayo?
LISARDA.
LISARDA, FULGENCIA. LISARDA.
Pues ¿ delante de los dos
¿No importa que hables con el? Te pones?
FULGENCIA.
FULGENCIA. MARÍN.
Todo , Señora , me agrada ;
Cierto que es bella ciudad , Hablo en su salud no mas. Oye una cosa ,
De notable majestad , MARÍN. La mas nueva y prodigiosa
Y hermosamente cercada. Extraña , Señora, estás , Que ha visto el mundo , por Dios.
Parece toda unjardin; Y con Garceran cruel. LISARDA.
Ricos edificios tiene; Después que su bendición Alcahuete , ya te entiendo.
A ser á mis ojos viene Esta señora le ofrece , MARÍN.
La mejor que he visto, en fin. De sus males convalece. Eso es poco y mal hablado.
Es de linda vista el mar, LISARDA. Mas oye lo que ha pasado;
Y tan cerca de sus muros, ¿Hay semejante invención? Que es un caso tan horrendo ,
Que á no estar de si seguros ¿Qué santidad has hallado Que han de temblar cuantos viven.
Pudiéralos alterar. En Fulgencia , mi sobrina , LISARDA.
Hame dado gran placer Que sirva de medicina
Ir en el coche por ella , Ya sé que me engañas ; mira
A un caballero hechizado ? Que me provocas á ira.
EL BODO DEL COLEGIO. 185
MARÍN. OCTAVIO.
ESCENA XI.
De las damas se reciben ¿Qué dices?
Por favor los bofetones; OCTAVIO , de camino ; FERMÍN. -Lt FULGENCIA.
Pega , bien tienes en qué. SARDA, FULGENCIA. Que no es razón
LISARDA. Que tan aprisa me lleves.
¿Mas que has de hacer que te dé. FULGENCIA. OCTAVIO.
Si delante te me pones? (Dale.) ¡Jesús, hermano! ¿En Valencia? Tú cumplirás lo que debes,
MARÍN. OCTAVIO. Conforme á tu obligación.
¡Dr.sme, y dices que darás ! Tales son las ocasiones. FULGENCIA.
¿Volver a darme pretendes? Mas primero que te abrace, Lleva , Señora , á mi hermano
Pero mientras mas me ofendes, Me ha de dar su bendición A descansar.
Pienso que me quieres mas. Mi tia. OCTAVIO.
LISARDA. Si es vergüenza ,
ESCENA X. Mejores son Haz, Fulgencia, que la venza
Unas que Fulgencia hace. El estilo cortesano;
FERMÍN, de camino.— Dichos. Dale la tuya , que ya Que esas dudas y temores
Tendrás bien hecha la mano. Ya son para las aldeas.
FERMÍN.
FULGENCIA. LISARDA.
¿No hay un hombre en esta casa, Vén , sobrino , si deseas
0 no es por ventura aquesta? ¿Qué venida es esta, hermano?
¿Es á verme? No será ; Descansar destos calores;
LISARDA.
Que no te debe mi amor Y créeme que agradezco,
¿Qué grita y qué gente es esta? Finezas tan de galán. Aunque á Fulgencia he perdido ,
fulgencia. (Ap. á Garceran.) Que tenga noble marido.
OCTAVIO.
Mira , mi bien , lo que pasa. ¿Cómo mis tios están? FULGENCIA. (Ap.)
FCLGENCIA.
Puesto que sabrás muy presto ¡Ay Dios ! quién fuera contigo,
Lo mucho que le resisto ; Por gozar en Salamanca
¿Qué te puedo yo decir. Pero poderte olvidar, Los aires del Tabladillo!
Si escuchaste lo que dijo? No lo creas en mas siglos
A Salamanca me vuelve , Que han de vivir nuestras almas FCLGENCIA.
Y ha de ser tan de improviso , Y tristezas van conmigo, Adiós, Garceran.
Que aunque ha sido atrevimiento Que me quitarán la vida GARCERAN.
Quedarte aquí , lo he tenido Antes que llegue á los riscos
Por notable dicha mía, Adiós.
Que del alto Guadarrama
Para hablar, mi bien , contigo Encubren nieves y pinos. (Vase Fulgencia.)
Estas últimas palabras. Escríbeme , Garceran ,
GARCERAN. Y verás cómo te envió ESCENA XIV.
«Qué dices? Mil almas en cada letra.
FCLGENCIA. GARCERAN, MARÍN.
GARCERAN.
Que te suplico Haz cuenta que ya te escribo;
Tengas memoria de mi , Que Marin irá y vendrá MARÍN.
Pues con lágrimas la pido ; Por la posta este camino Sal presto; que anda ruido,
Que aunque en ojos de mujer Mas veces que tiene rayos Y pienso que Julio viene.
Son fáciles, yo te digo El sol que en tu frente miro. GARCERAN.
Que salen del corazón.
GARCERAN.
MARÍN. Marín , ponte de camino ;
Yo iré , Señora , y vendré , Que lia mucho que estoy ausente.
¡Ay, Fulgencia , que no quiso
Mi fortuna que durase Como navio de aviso, MARÍN.
Tu bien mas tiempo conmigo, Por el mar de vuestro amor, De tus locuras me rio.
Del que ha sido menester Todos los lienzos tendidos. Vase Fulgencia mañana ,
Para llorarle perdido ! Ya iré picando alazanes, Y apostaré que has escrito
¿Que te llevan de Valencia? Ya melados, ya morcillos, Mil cartas eu tu memoria.
Que te he de perder, y vivo? Ya bayos , ya machos rucios ,
Que no es desla casa, incendio Ya zainos y ya mohínos. GARCERAN.
Ll aire de mis suspiros? No se habrá visto estafeta . ¡Qué mal conoces mis bríos !
Que no doy voces? Que estoy?... De los yanaconas indios , Haz cuenta, Marin, que entrambos
Que vaya con mas presteza A Salamanca partimos.
FCLGENCIA. Desde Chacona A Tampico. MARÍN.
Advierte, Garceran mió, Cuando estés en Salamanca ,
Que aunque de muchos dolores Seré arriero de libros ¿Tú á Salamanca?
Se descansa dando gritos, De vuestras cartas de amor; GARCERAN.
En este importa el silencio Y por no ser conocido , Yo, pues.
Tu vida y mi honor. Me fingiré licenciado ; Pon tres ó cuatro vestidos
GARCERAN. Que yo sé que por lo lino En una maleta luego.
No ha sido Me ha dado borla Segovia. MARÍN.
Este suceso desdicha , GARCERAN.
Ni respondo ni replico.
Ni fuerza del hado impío, Mi bien , aunque es desvario
Ni influencia de los cielos, GARCERAN.
Tomarse tanta licencia
Ni mudanzas de los signos, Un hombre que es tan indigno , Adiós, amada Valencia,
Ni oposición de la luna , Por ser el último bien Hermosos campos Elisios;
Ni otro sangriento prodigio; Dame un abrazo. Que voy siguiendo mi sol
Sino rayo acelerado FULGENCIA.
A los castellanos frios.
Que sobre nosotros vino, MARÍN.
Para abrasar hasta el alma Ya he dicho
Las potencias y sentidos. Que he de ser tuya. Eso es menos/ Adiós , dulce malvasla ,
¿Dónde vas? Dónde me dejas? (Abrasante.) Congretc , liipocrás, mariscos:
¿Es posible que han tenido GARCERAN.
Que voy siguiendo á mí amo
Tan tristes y ásperos fines Al Tórmes salamanquino ,
¡Ay Dios! quién fuera contigo! Donde sin ser estudiante,
Tan regalados principios ? ¿Acordaráste de mí ,
¿Que no te han de ver mis ojos? Me den algún beneficio.
Que con un amor tan limpio
MARÍN. Te he querido en solo un mes
De tu locura me admiro. Loque pudiera en mil siglos?
Advierte,' Señor, que estás FCLGENCIA.
Donde, si fueres sentido, Por esos brazos lo juro;
Nos han de quitar la vida. Pero yo también te pido
GARCERAN. Que de mí tengas memoria.
Marin , ya estoy sin juicio. GARCERAN.
Ni discurre la razón, Fulgencia , Dios me es testigo
EL BOBO DEL COLEGIO. 187
No, Fulgencia, por cuñada. DON JUAN.
ACTO SEGUNDO. Y estad cierta que venis No , por Dios , sino pesar
Donde hasta el alma os darán ; De perder vuestro valor.
Que no vivís con don Juan ; FULGENCIA.
Sala en casa de Octavia, en Salamanca. Con vuestro hermano vivís. Yo os tengo , don Juan , amor;
Ni él , ni yo , ni el que os adora , Has no me puedo casar
ESCENA PRIMERA. Por fuerza os quieren casada. Con la priesa que he venido.
FULGENCIA. Esperad, que bien podéis,
CELIA, FULGENCIA. Vos sois mi hermana y cuñada , Por un mes , no os moriréis :
Y mi amiga y mi señora, Este de término os pido ,
FULGENCIA. Y con vuestra compañía Para ver lo que me escriben
Con ese nombre de hermana Recibo yo mucho honor. De Valencia.
Mucho mas me enriquecéis. DON JUAN.
CELIA. ESCENA II. Vuestro soy.
Grande tristeza traéis, DON JUAN.— Dichas. FULGENCIA.
Presto fuistes valenciana. Con esto , don Juan , me voy ;
Pues acuerdóme que aquí don juan. (A Fulgencio.) Que pienso que me aperciben
No os hallábades tan mal. Esta vez me dijo amor , El cuarto en que he de vivir ,
FDLGEKCIA. Que sola hallaros podría ; Y quiero verle asear.
Es mi patria natural ; Creile, por lo que tiene DON JUAN.
Que en Salamanca nací. De adivino, y vine á veros. ¿De espacio queréis estar?
Y esta tristeza es cuidado Dadme , divinos luceros, FULGENCIA. (ÁJI.)
Del que mis Líos tendrán. La luz , que del sol os tiene
Tan cerca , que me abraséis. Apriesa pienso morir. (Vase.)
CELIA.
Pensaba yo que don Juan FULGENCIA.
ESCENA III.
Mucho os" hubiera alegrado; Desviad , don Juan , los brazos ;
Que le debistes amor , Que anticipáis los abrazos DON JUAN, CELIA.
Y no le mirastes mal. Que en esperanza tenéis.
DON JUAN.
FULGENCIA. DON JUAN.
De un hombre tan principal ¿No he de ser vuestro marido? ¿Qué es esto?
CELIA.
Siempre lo tuve á favor. FULGENCIA.
Y muy contenta he venido Ya ¿no lo ves?
De saber vuestro concierto; Pues por eso es bien , don Juan , DON JUAN.
Que no merezco por cierto Que os tema como á galán , Di , hermana , ¿ qué ha de ser esto ?
Tan noble y galán marido. Tan cerca de arrepentido. ¡Bien que esperaba tan presto,
Has no puedo por ahora DON JUAN. Hoy se me dilata un mes!
Determinarme á casar. Yo os vi mas tierna en Castilla. CELIA.
CELIA. FULGENCIA. Melindres son valencianos;
¿Qué es lo qne os puede faltar, No lo he perdido en Valencia. Allá los aprendería.
Si no es contento , Señora? DON JUAN. DON JUAN.
FULGENCIA. ¡Bravas mudanzas de ausencia ! Los estilos, Celia mia,
Salud ; qne en ella consiste FULGENCIA. Son allá muy cortesanos.
El tener, Celia , contento. De ausencia, ¿qué os maravilla? No creas que es aprendido;
CELIA. Natural debe de ser.
DON JUAN.
¿Salud os falta? Sien ir, estar y volver CELIA.
FULGENCIA. Dos meses no habéis estado... Querrásete encarecer
Esto siento , Por el nombre de marido.
FULGENCIA.
Y sin ella vengo triste. Todas nos hacemos graves
Montes se hubieran mudado, En tocando en este nombre.
CELIA. Cuanto mas una mujer. DON JUAN.
Si lo ha causado el camino, DON JUAN.
No será , Fulgencia, nada. Tu marido Octavio es hombre
Luego ¿mudada venis? Del buen estí lo que sabes :
Has pienso que os desagrada ,
O es malicia que imagino , FULGENCIA. No se burlará con él ;
Haber venido á mi casa ; Vos ¿no decís que lo veis? Mas sí esto adelante pasa,
Que soy cuñada en efeto. DON JUAN.
Octavio por ti se abrasa,
Con burlas no me matéis; Muéstrate, Celia, cruel.
FULGENCIA. No te vea alegre un hora
?ue eso me alegra os prometo; Que pienso que lo iingis. Hasta hacer mi casamiento.
mirad que andáis escasa A vuestro hermano le he dado
De la merced que os merezco, A mi hermana, aunque era justo, CELIA.
Sin mi gusto ; que ese gusto ¿Yo fingiré descontento,
Si tal sospecháis de mí. Tuve en el vuestro , y liado Que sé que Octavio me adora?
CELIA. Que él se obligó de hacer cierto DON JUAN.
Si os veo venir aquí , Lo que tratamos los dos. ¡Ay, que muero por Fulgencia!
Donde alma y casa os ofrezco , FULGENCIA.
Y que estáis sin alegría , CELIA.
Y que á don Juan no miráis, ¿Y fué? Efectos de ausencia han sido.
DON JUAN.
¿No he de pensar que os halláis DON JUAN.
Sin gusto en mi compañía? Casarme con vos.
Algunas yerbas de olvido
FULGENCIA. Debió de hallar en Valencia.
FULGENCIA.
Pues si yo os doy la razón , ¿Hálleme yo en el concierto? (Vanie.)
Señora Celia , no es justo ¿Qué firma tuvistes mía?
Que atribuyáis á disgusto DON JUAN.
Cosas que del cielo son. Entre honrados caballeros
CELIA. Remitense á los aceros
No os quiero humilde forzada ; Las palabras.
Pero si me hacéis merced , FULGENCIA.
Por hermana me tened , ¿Valentía?
Í88 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
i
Villafuertes, noble casa ; Y Aristóteles se honraran
* Sila en un mesón de Salamanca. Yáñez, Enriquez, Ovalles, De oponerse á quien las rige ;
ESCENA IV. Guzmanes , de claras armas, Y si el amor no me engaña,
Y Manriques. No pienso yo que el Imperio,
FABIO, de camino; REINEL, degorrón; GARCERAN. Cuando á su elección se hallan
GARCERAN , MARÍN. ¡Brava cosa! Los principes electores,
FABIO.
Ya con mitras, ya con armas,
FABIO. Resplandece en mayor vista
Esta máquina levantan Que cuando ocupan sus gradas
Este llaman el mesón Al cielo cuatro colegios
Del Estudio. Tantas borlas de colores
Que aquí los mayores llaman : Verdes, azules y blancas,
GARCERAN. El Viejo, el del Arzobispo, Carmesíes y amarillas;
Aunque no vengo De Cuenca y Oviedo, y basta Porque este jardín esmalta
A estudiar, desde hov le tengo Que uno de los cuatro diga La madre Universidad,
Por posada.— ¡ Hola, Chacón ! Para saber que se igualan. Naturaleza del alma.
MARÍN.
Tiene el de la Madaleua, Tiene iglesias parroquiales,
Señor. Que los que digo acompaña, ■ Que para alabarlas basta
GARCERAN.
Verdes, y Santa Maria , Decir que todos sus curas,
Santo Tomás y el de varias Que han de ser de sangre hidalga,
La ropa acomoda. Lenguas, con Monte Olívete, Son capel lañes del Rey ;
MARÍN. Sin otros. Y puesto que en dar se alargan
Llave de aquel aposento GARCERAN. Trecientas puertas á Tébas
Me lian dado. ¡Oh Fabio! para. Las historias ó las fábulas,
fabio. (A Garceran.) ¡ Qué de personas famosas, Once Salamanca tiene,
Mucho contento Qué insignes, qué celebradas, Que con mayor arrogancia
Traje la jornada toda , Ya en los consejos del Rey, Su muro antiguo ennoblecen,
Señor Clarindo, hasta aquí; Ya en las religiones santas Pues puede decir España
Que por vuestra compañía Habrán salido de ahí ! Que há tres siglos que por ellas
Me pesa que llegue día FABIO.
Entra muda la ignorancia,
En que os apartéis de mi. Y sale con mil laureles
Vuelvo a cursar, como veis; Antes, Clarindo, contara Docta, ilustre, eterna y sabia.
Mis padres tengo en Madrid. Sus flores á abril, sus frutos Hay un hermoso hospital
A junio, á enero su escarcha, De Santa María la Blanca,
GARCERAN. Su arena al Tórmes, al sol Donde se curan reliquias
Yo he de ir á Valladolid. Sus átomos, que bastara De las flaquezas humanas,
A cinco dias ó seis A referirte los hombres Y el General, cuyo nombre
Que descanse en Salamanca. Que dellos dan gloria á España. Da á entender de lo que trata.
¿Dónde entre tanto os veré? Las órdenes militares Hay una gran cofradía ,
FABIO.
Con otros cuatro la ensalzan, Que de Roque Amador llaman ,
Que son, Santiago, San Juan, De hijosdalgo conocidos.
Agora, por Dios, no sé ; Alcántara y Calatrava.
Que con esta feria franca Hay los padres de la patria
El del Rey al de Santiago (Ya entendéis) , los regidores,
No me quiero declarar, Llaman ; es insigne fábrica,
Por holgarme cuatro dias. Cuya nobleza bastaba
A quien hace reverencia A honrar provincias y reinos;
GARCERAN. Tórmes, besando sus plantas. Y si de escuchar le cansas,
. Por ciertas tristezas mias Los monasterios famosos Acabaré con decir
No salgo á ver el lugar. Son tan notables, que pasan Un colegio que me falta,
Id con Dios, y holgaos en él. Los límites que el ingenio Que se llama el de los mudos.
Puede hallaren su alabanza. Este es una sala baja
FABIO.
Oido habrás en Valencia Junto á la cárcel ; mas tiene
Luego ¿verle no pensáis? De San Esteban la fama, Sus dos puertas á la plaza.
GARCERAN. Cuya capilla mayor Aquí arrimados los cueros
De noche, si me lleváis Justamente se compara Del vino de partes varias
A divertirme por él. Con el dia mas hermoso, Hasta que se distribuye,
• FABIO.
Si en ella se encierra el alba; Calla entonces, después habla
Dejais de ver un lugar Del santo humilde que dicen TabemillayTabladilIo
Que fué de Cristo la estampa; Tienen por tierras extrañas
De los famosos de España. Del que escribió la Ciudad Tal fama, que no me excusa
GARCERAN. De Dios con tanta elegancia ; De que en esta cifra vayan.
Tal grandeza le acompaña. Del que á golpes de una piedra La provisión no te alabo,
FABIO.
Llamaba en el pecho al alma ; Porque has de experimentarla
De Vicente, de Bernardo, Los dias que ver mereces
Pues yo os le quiero cifrar. De la Compañía sacra
Yace en el sitio que veis La divina Salamanca.
De aquel dulcísimo nombre
Mirándose Salamanca Que los inliernos espanta; GARCERAN.
En los cristales del Tórmes, Trinidad, Carmen, Merced Hay unos hombres aquí.
Cuyas celebradas aguas Amigo Fabio, y trataban
Garcilaso pinta bien Y otras órdenes descalzas.
Insignes son los de monjas , Con el huésped una cosa
En aquella égloga rara Que me dio gusto escucharla.
Que ha eternizado*n el mundo Santa Isabel, Santa Clara ,
Santa Maria de las Dueñas, Oye, por tu vida.
El nombre del duque de Alba.
De mayorazgos ilustres La Penitencia, Santa Ana, FABIO.
Tiene las siguientes casas : Carmelitas y agustinas , Di.
Rodríguez de las Varillas, Y otras que para contarlas
Era menester el dia. GARCERAN.
Zúñigas, Monroves, Randas, El colegio que aquí llaman
Solises, Paces, Bonales, La iglesia mayor se alaba
Sosas, Manzanos, Anayas, De ser en las maravillas El Viejo, dicen que tiene
Vázquez, Herreras, Broclieros, La mayor, que no la octava. Constitución , que se guarda
Pimenteles, Flores, Arias, Hay tres escuelas que exceden Inviolablemente, y es
Coronados y Godíncz, Las de Grecia y las de Italia, Que esta sabia ilustre casa
Ordóñez, Juárez, Abarcas, De tan divinos maestros Sustente un simple.
Maldonados y Pereiras, Y cátedras adornadas, FABIO.
Que Escoto, Hipócrates, Baldo Es verdad.
EL BOBO DEL COLEGIO. 189
GARCERAN. MARÍN. El haberme aborrecido
Notables cosas con taban ¿Pruebas mi paciencia, ó tratas Y vivir con descontento;
De los bobos que han tenido. ¡ Tu deshonra con mi muerte? Mas no me cuadra ninguno.
Y aunque pienso que en Valencia
GARCERAN.
FABIO. Se pudo prendar Fulgencia,
Suelen tener mucha gracia. Si me replicas palabra, Y mudable amar á alguno,
garceran. ¡Vive Dios!... En dos meses no podia
MARÍN. Venir tan triste de allá
Entre sus cuentos graciosos, íBeññor... Como en Salamanca está ;
Dicen que ahora les Taita. Y es necia sospecha mia.
GARCERAN.
FABIO.
Marin, TRISTAN.
Debe de ser ; roas ¿qué importa? Ciego es amor: no repara Antes no, porque el amor
GARCERAN. En la vida ni en la muerte . Mas fuerza al principio tiene;
No me importa ; mas espanta En la honra ni en la infamia. Que es como rio que viene
Que falte un bobo en el mundo Cuando Ovidio y otros pintan Hasta la mar con furor,
Para que adelante vaya A Júpiter que tomaba, Y luego se pierde allí.
Tan santa constitución, Ya de cisne, ya de toro DON JUAN.
Que por sustentarle es santa. Ya de fuego, formas varias,
Esto quisieron decir; Pues si Fulgencia quisiera,
FABIO.
Que para hablar á sus damas ¿No escribiera?
Malicia es esa. Se transforman los amantes. TRISTAN.
GARCERAN. Ponte un sayo y capa parda, Sí escribiera.
No es. Y dirás que eres mi tio. DON JUAN.
FABIO. MARÍN. Pues creed, Tristan, de mí
Reine!. Y con ese talle y cara, Que he hecho mi diligencia.
RE1NEL. ¿Han de creer que eres bobo TRISTAN.
Señor. Hombres doctos?
FABIO.
Vendrá con particular.
GARCERAN.
¿Tengo cama? DON JUAN.
Tantos andan
REINEL. De esa manera, Marin, Aquí nadie puede entrar.
Sábanas echaba ahora Por las ciudades de España, TRISTAN.
Una entre gallega y galga, Que antes quitará la duda. Deso está triste Fulgencia.
Que con la santa limpie/.a MARÍN. DON JUAN.
Tiene inmortal repugnancia. Pues ánimo, á la batalla ; Su hermano intenta alegralla.
FABIO. Que para todo los cielos Hoy traerá música aquí.
Quedad, Clarindo, con Dios. Me dieron ingenio y maña.
¿Qué nombre te han de llamar? ESCENA VDT.
GARCERAN.
GARCERAN.
El os guarde. OCTAVIO, FERMÍN.— Dichos.
■ARIA. Pablos.
MARÍN.
Edad muy larga. El nombre me agrada. OCTAVIO.
También se sabrá matar. Que este albornoz me vistió, Hoy levanto un templo egregio
Aconsejóme mi tio Al amor.
FULGENCIA. Viniese á estudiar acá. MARÍN.
No te quiero aconsejar. Aunque hace calor allá, ¡ Qué bien harás!
GARCERAN. Y acá tememos el frió. Y su puerta honrar podrás
Mas ¿de tu amor me aseguras? Pero todo se hará bien, Con las armas del Colegio.
Y yo saldré graduado,
MARÍN.
Sí estimáis desta manera Como vos me deis el grado,
Y yo os hurte la sartén.
EL BOBO DEL COLEGIO. 193
CELIA. GARCERAN.
ACTO TERCERO. Si ella adora en Garceran, Yo, si queréis.
Caballero de Valencia, CELIA.
¿Cómo quieres que se case Si la carta le liáis
Con mi hermano? Á su lio deste bobo,
ESCENA PRIMERA. OCTAVIO. Que ha dado ya en estudiar,
OCTAVIO, CELIA. ¡Y de mi hermana ¿Quién mejoría puede dar?
Dices cosa tan liviana ! GARCERAN.
OCTAVIO.
¡Vive el cielo, que la abrase ! ¿La oveja le dais al lobo?
GARCERAN.
Aun para ser tu galán CELIA.
Es ese mucho rigor, ¡Oxte, puto!
CELIA.
En hábito de estudiante
Y que tengas mas amor, Sirve en Salamanca ya,
Aunque es tu hermano, á don Juan. Yo sé bien Y en los principios está ,
Advierte que soy marido, Que porque en Valencia vio Según dicen, adelante.
Y que en posesión estoy. A Garceran, á quien dio Dalde dineros y parla.
Su fe y palabra también,
CELIA.
A mi hermano trata ansí. octavio.
Si pesadumbre te doy, GARCERAN.
La carta voy á escribir.
Pon la venganza en tu olvido ; ¡ Ri de pula , ruin mujer ! CELIA.
Demás que solo te ofendo Y yo á ayudar á decir
En estar triste. OCTAVIO.
Fulgencia ¿pudo querer Lo que es de esencia en la carta.
OCTAVIO.
Ni hablar ningún hombre alli? (Yante Celia y Octavio.)
Y ¿es poco,
Si basta á volverme loco CELIA.
ESCENA III.
Cuando tu gusto pretendo? Pues ella me lo ha contado;
Vuelve, Celia, esposa mia, Bien sabré yo lo que digo. GARCERAN.
A tu contento y placer ; GARCERAN.
Que es prudencia en la mujer No queráis mejor testigo. ¿Dónde me llevas, pensamiento loco.
Mostrar al hombre alegría. OCTAVIO.
De una desdicha en otra hasta la muerte?
¿Nunca ha de faltar un triste? ¿Por qué medio tan áspero y tan fuerte
Cuando Fulgencia lo estaba, ¿Eso en Valencia ha pasado? Cortos principios de mis dichas toco?
Tú alegre ; y cuando ella acaba GARCERAN. Si con mi desbonorno te provoco,
La tristeza en que la viste, ¿Eso en Valencia pasó ? Y el verte en tanto mal no te divierte,
Comienza la tuya en casa. OCTAVIO. Acaba de matarme de otra suerte,
CELIA. ¡ Fiad honor de mujer ! Si te parece que padezco poco.
Advierte que no hay música sin pausa:
Ella no tuvo ocasión ; GARCERAN. Descansa un poco porque tome aliento,
Yo sí. ¡Fiad cosas de comer Si lo permite de tu amor la causa.
OCTAVIO. De pajes! Pero note acobardes, pensamiento;
Pues ¿por qué razón , OCTAVIO. Que mas vale tu mal por quien le causa,
Si no es porque no se casa?... Pensaba yo Que verme libre del dolor que siento..
CELIA.
Que la llevaba su lia
Para guardarla mejor, ESCENA IV.
¿Qué mayor, pues no cumplís ¡ Y hame quitado el honor !
Vuestras palabras los dos? MARÍN, en hábito de capigorrón.—
GARCERAN.
¿Hay tan gran bellaquería? GARCERAN.
ESCENA II.
OCTAVIO.
«Xrin.
GARCERAN.— Dichos. Y ¿quién es el Garceran? En tu busca vengo.
GARCERAN.
GARCERAN.
GARCERAN. Será un hombre como yo; Aquí
¡Bueno me ponéis, por Dios ! Hombre que si la pescó, Siempre, Marín, me hallarás.
Pues esperad, pues huis ; Buenas noches.
Que si yo cojo dos láñenos, CELIA.
■AUN.
A Roma iremos por todo.— Un galán ¿Cómo al Colegio no vas?
¿Qué baceis los dos deste modo, Mas bien nacido que rico. Que se me quejan de ti.
Desocupando los ranchos GARCERAN.
GARCERAN.
Donde os puso el casamiento? Sí, porque si rico fuera Quedóme en aquesta casa
Siempre mujer y marido Como noble, no sufriera Por actos de posesión,
Han de tener en el nido, Que le pongáis tanto hocico. Y porque ya mi pasión
Como palomas, asiento. A tales extremos pasa.
Muy cuerdos estáis. ¿Qué es esto? OCTAVIO.
Desde aquí á Fulgencia veo,
¿No estáis con gusto? ¿Hay celera? Iré á Valencia y haré Ya desnuda, ya vestida.
OCTAVIO.
Que no la escriba ni engañe. Cuelga en su vista mi vida,
Pablos, allá fuera espera. GARCERAN. Y la suya en mi deseo.
Si queréis que os acompañe, Ella pues, como me ve
GARCERAN. Sobre esas mesas quedar,
Porque allá le halléis, yo iré.
¿Vos también estáis compuesto ? octavio. Busca con qué me pagar
OCTAVIO. La firmeza de mi fe.
Mataréle sobre el caso. Levantase de mañana
Yo no soy el enojado. GARCERAN. (A hacerme este bien sospecho),
GARCERAN.
Sobre el caso ó sobre el queso, Y ya el cuello, el blanco pecho,
Luego ¿vos dais en celosa? Pardiez, hacelde un proceso Me muestra por la ventana.
CELIA. De versos de Garcilaso.' Deja que al descuido esté
La manga de la camisa,
Es muy diferente cosa. CELIA.
Por donde el brazo divisa
OCTAVIO. Mejor es que le escribáis Quien desde abajo la ve.
Celia, yo no estoy culpado Con propio y le amenacéis. Yo, mas bobo que mi traje
De que no quiera Fulgencia octavio. Con el sol que me amanece,
Desposarse con don Juan. ¿Quién irá? Le digo que me enloquece,
106 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Y hago al pensamiento paje. TRISTAN. i Y díccme Garceran
Va y viene con mH recaaos ; Atento este bobo está. Que aproveche el tiempo ansí,
Pagados pienso que son : I Y estále perdiendo aquí,
DON JOAN.
Mira si tengo razón. i Donde mil penas le dan.
Escribir el papel quiero,
MARÍN.
Y que se le lleve un paje. I Ay Valencia de mis ojos !
Piensan los enamorados ¡ Ay plaza de la Olivera !
TRISTAN. ¿Quién por el aire te viera ,
Que los que los ven son ciegos.
¿Cosa que des á entender Yo os le ayudaré á notar. Para templar sus enojos?
Lo que nos venga á poner DON JUAN.
En nuevos desasosiegos? A Fulgencia me ha de dar, ESCENA IX.
GARCERAN. O he de abrasar su linaje.
Entra, Marín, por tus ojos, (Yante.) RISELO, GERARDO, LUCINDO. -
Y mira lo que hace allá ; MARÍN.
Que hay desdichas por acá, ESCENA VI.
Que me hacen dar mil enojos. RISELO.
A Celia dijo Fulgencia GARCERAN. En tu busca venimos.
Que aborrecía á don Juan MARÍN.
Por amar á Garceran, ¿Qué es esto, cielos? ¡Ya trata
Caballero de Valencia. Don Juan de matar á Octavio, ¿Quién os dijo
No sé si fué por locura, Que tiene el ver por agravio Que estaba por acá?
O para echarme á perder. Que su gusto se dilata! GERARDO.
MARÍN.
¿Para las once en la puente? Las amistades
Pues basta ; que amigo habrá Que en esta casa á ti y á tu sobrino
¡Oh secretos en mujer! Que al camino le saldrá, Os hacen con regalos tan notables.
GARCERAN. Porque se excuse la gente.
Por ellas ninguno dura. MARÍN.
3!¿
,
IOS COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA XIII. Es mi esposo , y no galán , Para mañana en escuelas!
Como vosotros le hacéis.
MARÍN. — GARCERAN. Y háceme ser atrevida GERARDO.
Lo que conmigo lo estáis , Para Teodora es muy presto;
MARÍN.
Y ver que los tres me dais Porque andarán sus galanes
Mas há de un hora que espero Tan cruel y áspera vida , Por su calle á solaviento,
Para hablarte, dueño mió. Que sois del alma enemigos Y es menester hacer hora
GARCERAN. Mas fuertes que ella los tiene. Porque no erremos el juego.
¿Has buscado con cuidado Octavio á ser mundo viene , Marín.
El vestido? Lleno de falsos amigos; Pienso que en el Tabladillo
MARÍN. Tú , la carne , que manida Algunos nos conocieron ,
El se ha venido. Por la sangrede tu hermano , Y que nos siguen i longe.
GARCERAN.
Me tientas que dé la mano RISELO.
Pues ¿de qué manera ha sido? A una mano aborrecida ; Dalles , si llegan á vernos ,
Pues si el demonio es don Juan ,
MARÍN. Las obras mira. Seis pares de cuchilladas.
Cuatro amigos me han rogado Pablos, ¿serás para ello?
CELIA.
Que te dejase vestir Ya tarda
GARCERAN.
Para burlar una dama ; De llegar tu ángel de guarda. ¡Pesia tal! Juro á mi sayo
Que hay una cena de fama. Venga el señor Garceran , Que si le mondo el hollejo,
GARCERAN. Y líbrete de nosotros. Que no hay en treinta estoriantes,
No estoy yo para reir. Para que corle, pescuezos.
FULGENCIA.
MARÍN.
MARÍN. Pues si vendrá ; que alas tiene. No sabemos qué hora es.
¿Qué tenemos? ¿ Hay mareta ? CELIA. ¿Hay quien conozca del cielo?
GARCERAN. Justo castigo me viene LUCINDO.
Y aun fortuna habrá , Marin. De emparentar con vosotros, ■Por allí he visto á Saturno.
MARÍN.
Locos, necios, ignorantes.
RISELO.
¿Anda á la orilla el delfín , FULGENCIA.
Dadle al diablo; que es un puerco,
O qué viento la inquieta? Quedo, Celia, poco á poco. Mortífero y desabrido ;
GARCERAN. CELIA. Porque ti nascitur foetus
El más cruel huracán Don Juan en darme fué loco Ipso dominante, ó muere,
Que sus ondas levantó A villanos semejantes. O vive falto y contrecho.
A las estrellas. FULGENCIA. Naciendo en .el mes octavo,
MARÍN. Sé que eres necia en extremo , Morir las criaturas vemos,.
■ Pues yo Y" no quiero responder. Porque allí reina Saturno ,
Piloto soy, Garceran. Y vivir en el seteno.
CELIA.
LUCINDO.
GARCERAN. Soy de tu hermano mujer,
Oye la historia. Mas, vén ; Y ninguna lengua temo, Yo con Júpiter nací ,
Sabrásla por el camino. Ni me quiere Garceran. Que mis nueve meses tengo.
¿Vos, Pablos?
MARÍN. FULGENCIA.
GARCERAN.
Si no hay mareta de vino, Confieso que sois mas buenos , No sé, par Dios;
No puede parar en bien. Por mi honor; pero á lo menos Que solamente me acuerdo
(Vanse.) No ha de gozarme don Juan. De que mi madre y la burra
( Vanse.) Parieron á un mismo tiempo,
ESCENA XIV. Y muñéndose mi madre,
A la burra me pusieron ,
CELIA, FULGENCIA. Calle. De cuya leche salí
Con aqueste entendimiento.
FULGENCIA. ESCENA XV. GERARDO.
Muy necia, Celia, anduviste,
Y muy cuñada conmigo. RISELO, GERARDO, LUCINDO, MA La hora se ha de saber
Por el norte.
CELIA. RÍN; GARCERAN, muy bizarro, con RISELO.
Yo usé , Fulgencia , contigo capa, espada y broquel; los músicos, Allí esta Venus,
Lo mismo que tú quisiste. con instrumentos. Temperans Mariis malitiam
Pues nada te pregunté Con su femenino aspecto.
De lo que á tu boca oí, RISELO. Es paraninfo del sol,
¿Por qué te quejas de mí Por Dios , que vestido Pablos , Llámase á las tardes Héspero,
Si el secreto no guardé? No pudiera conocerlo Como lo dijo Virgilio
Cuando tú , desconfiada Ningún hombre en Salamanca. En sus bucólicos versos :
De ver mas á Garceran , GARCERAN. ¡te domum saturae , venit
Me dijiste que á don Juan ¡ A la fe que vengo bueno ! Hetperus, ite capellae.
Estabas mas inclinada , No me lo quiten , señores , garceran. (Ap. (i Marín.')
¿Cómo no echaste de ver Hasta hacer mi casamiento.
Que te podías mudar, ¡ Oh , si me pudiese ir,
Y él volverte á conquistar, GERARDO. Mientras se divierten estos,
Como ya debe de ser? Luego tú ¿quieres casarte? Al plazo del desafío!
Si ya por cartas estáis GARCERAN.
MARÍN.
En los amores pasados, Y concertado lo tengo; Quiero para entretenerlos
Y por dicha concertados, Sino que se mete agora (Ap. ú Garceran.'
Y de secreto os casáis, El demonio de por medio, Esforzar lo que comienzan. —
¿Qué ofensa te pude hacer?1 Y no sé en qué ha de parar. Dime , estudioso Riselo ,
Ya que del cielo tratamos ,
FULGENCIA. RISELO. ¿Cual es la causa que vemos.
Celia , no te culpo en nada , Ahora bien , dejemos esto , Cuantas naciones se saben ,
Porque añadiste cuñada Y demos con él en casa Tantos ingenios diversos?
A condición de mujer. De Teodora. ¿Es el cielo el que lo causa?
Desengañaros podéis LUCINDO.
Tú y don Juan que Garceran RISELO.
¡Bravo cuento Las influencias del cielo
EL BOBO DEL COLEGIO. 199
Vencen los hombres , ni hay patria Si han probado sus aceros GARCERAN.
Donde algún sabio no hallemos. La mayor dificultad. Halarme con vos primero
Mira en la Scitia á Anacársis, Has no pienso que han venido; Que llegue Octavio.
Plinio refiere unos versos Porque mi mucho cuidado DON JUAN.
En sus epístolas , tales. He ha traído anticipado
Que como el escultor diestro Aunque el menos ofendido. Yo espero
Hace de cera una imagen Con aqueste tafetán Á Octavio.
Formándola con los dedos, GARCERAN.
Haré mucho en andar bien ;
Asi las artes con docta Que si los ojos no ven- Haladle en mi.
Mano forman los ingenios. Pero ¿si es este don Juan? DON JUAN.
La razón , dentro del hombre , El es sin duda. ¿Para qué , si estáis casado
Como lo dijo Galeno , Desde Valencia, y Fulgencia
De usu partium, libro primo, ESCENA XVII. Os trujo á vos de Valencia?
Comprehende los sujetos GARCERAN.
De las artes; lo que dijo DON JUAN.— GARCERAN.
Julio Firmico no creo , Vos sois caballero honrado ;
Porque fué por alabar DON JUAN. Y como yo os conociera ,
Sus astrólogos efetos , (Ap. No ha sido Tanto respeto os guardara ,
Dándoles á los planetas Octavio muy perezoso , Que á cualquier hombre matara
Las causas de los sucesos. Siendo cual soy el quejoso , Que en Valencia la quisiera.
Pero si quisieres ver Pues que primero ha venido. No lo supe ; ya me quiso ,
De mil naciones y pueblos Es principal caballero, Ya con ella me casé.
La calidad , y en España Y habrá sentido el papel. DON JUAN.
La condición que tenemos, Uien será acercarme á él , Que yo no os la quitaré ,
Del uso de astrologia Y hablarle en esto primero. ) Desde esle punto os aviso ;
Leerás á Levinio Lemnio. ¿Es Octavio? Y por ese buen respeto
(Durante esta relación se ha escapado GARCERAN. Y la razón que tenéis ,
Garceran sin que le vean. ) No, don Juan. Cuando descubierto estéis ,
DON JOAN. Solicitarla os prometo ,
GERARDO.
¿Cómo no ? Pues ¿qué es aquesto? Y teneros por amigo.
Si nos salimos á holgar, GARCERAN.
¿Para qué hablamos en esto? GARCERAN.
Lleve el diablo á los astrólogos , Un hombre que ocupa el puesto. ¿Daisme esa palabra?
Y á mi , si á ninguno creo. SON JUAN.
DON JUAN.
Pablos, Pablos, ¿creeislo vos? Y ¿quién es? Sí.
LUCINDO. GARCERAN. GARCERAN.
¡Ah , Pablos ! ¿Qué es del ? Qué es esto? Soy Garceran. ¿Cumpliréisla?
DON JUAN.
RISELO. DON JUAN.
¿Garceran? No la di
¿Dónde está vuestro sobrino ? Jamás , el cielo es testigo,
■aun. GARCERAN.
Que no la cumpliese.
¡Vive Dios , que no le veo ! El mismo soy, GARCERAN.
RISELO. Que de Valencia he venido.
DON JUAN.
Adiós.
Pues ¿cómo se pudo ir? DON JUAN.
MARÍN. Si de Octavio habéis sabido
Lo que concertamos hoy , Pues ¿ dónde vais?
¿Has que se volvió al Colegio GARCSRAN.
Porque le viese el Retor? Ha sido término injusto.
GARCERAN. A Valencia.
GERARDO.
A mi no me ha dicho nada ; DON JUAN.
Ellofué descuido nuestro, Luego ¿dejais á Fulgencia?
Por hablar en disparates. Que yo estaba en mi posada
Y supe vuestro disgusto , GARCERAN.
LCCINDO. Y quise ganar á Octavio
¡Por Dios, quesería muy bueno No ; que habernos de ir los dos. (Vase.)
Por la mano, pues por mí DON JUAN.
Topar quien le desnudase ! Le desafiáis aquí ,
Que ningún vestido tengo Y satisfacer mi agravio. ¿Hay suceso tan extraño?
Que estime como el que lleva, ¿Es hombre, es fantasma , es sombra?
DON JUAN. Pues ya se declara y nombra ,
GERARDO. Luego ¿Tristan me ha vendido?
Vamos á buscarle presto. ¿Para qué dura mi engaño?
GARCERAN. Si Fulgencia se ha casado ,
■ardí. Yo no conozco á Tristan. ¿Por qué Octavio me entretiene?
Sin duda al Colegio es ido. DON JUAN. Un hombrea la puente viene.
LUCINDO. ¿Que estáis aquí , Garceran?
Nunca ba sucedido menos ESCENA XVIII.
GARCERAN.
A quien las estrellas mira , OCTAVIO.— DON JUAN. .
Y se descuida del suelo. Y de Fulgencia marido.
(Vanse.) DON JUAN.
OCTAVIO.
¿Marido sois de Fulgencia? Perdonadme si he tardado;
GARCERAN. Que voces de vuestra hermana
Entrada al puente. Ella lo dirá por mi ; Con Fulgencia me han tenido
Que á este efecto la serví Casi fuera de sentido.
ESCENA XVI. Desde que vino á Valencia. DON JUAN.
GARCERAN , con una mascarilla de DON JUAN. Si cuando yo esta mañana
tafetán negro, levantada sobre la ¿Quereisos desembozar? Os escribí aquel papel
falda del sombrero. GARCERAN. Supiera vuestras quimeras , ■
Yo me holgara de poder. No tomara tan de veras
garceran. DON JUAN. Las quejas que puse en él.
Esta es la puente del Tórmes Luego ¿no os tengo de ver? Encubrís á Garceran
Y la hora concertada ; En vuestra casa, casado.
GARCERAN. Que aqui ba venido, embozado
Que ella y mi fortuna airada
Parece que andan conformes. Cuando me dejéis casar. El rostro de un tafetán ;
Extremada soledad DON JUAN. Contaisle mi desafio ,
Para honrados caballeros, ¿Qué era vuestro intento aquí? Y por eso os detenéis;
900 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Y agora , que ya le reis FULGENCIA. Haránte mi< epigramas,
Desoirá parte ilel rio, Mi bien tarda , y amanece. Visitaránte las damas ,
¡Venís de nuevo á engañarme! MARÍN.
Iremos al Puche, al Grao,
OCTAVIO.
¡Nunca le diera el vestido ! Rañaráste en aiguarrós,
Yo no sé lo que decis ; ¿Si se han muerto él y don Juan ? Y mas limpia que un jazmín ,
Y con la espada venís , Serás valenciana, en fin.
FULGENCIA.
No con la lengua, á matarme. FULGENCIA.
Ni conozco á Garceran , Lo que es mal siempre es lo cierto. ¡Ay, Marin , pluguiera á Dios!
Ni sé mas de que mi hermana (Sale Garceran.)
Habló en él esta mañana , GARCERAN. ESCENA XX.
Y esta es la verdad , don Juan ; Garceran vive , no es muerto.
Y porque somos cuñados CELIA.— Dichos.
FULGENCIA.
No me arrojo á un desatino.
Señor mió, ¡tan galán! CELIA.
DON JUAN.
GARCERAN. ¿Tan pronto te has levantado?
Pues digo otra vez que vino , ¿Parézcoos mejor asi? MARÍN.
Con los ojos embozados ,
Para matarse conmigo FULGENCIA. Huye, Señor.
Lo que sois me parecéis. GARCERAN.
Garceran.
OCTAVIO. ¡Que noche dado me habéis ! Ya me voy. (Vate.)
Bien puede ser ; CELIA.
GARCERAN.
Mas no que pudo tener Vos amanecéis en mí , ¿Qué es esto?
Conocimiento conmigo; FULGENCIA. ,
Como el alba entre las flores.
Porque quien esto dijere... FULGENCIA.
Aquí hablando estoy
DON JUAN. Con el señor licenciado ,
¿Qué hay de Octavio y de don Juan? Que sus estudios me cuenta.
Verdad es que él lo negó, GARCERAN.
Preguntándoselo yo ; MARÍN.
Pero dice que le quiere Ya sospecho que vendrán Como digo, estoy opuesto
Fulgencia , y que es su marido De si mismos vencedores ; A una cátedra.
Desde que estuvo en Valencia. Que yo dispuse el suceso FULGENCIA.
Para aplacarlos asi.
OCTAVIO.
Primero que entrambos fui , ¿Tan presto?
Si Garceran , por Fulgencia Con otro intento , os confieso ; celia. (Ap.)
Kn Salamanca escondido, Pero sucedió mejor. ¡ Hombre aquí! No me contenta.
Sabe todo lo que pasa FULGENCIA. MARÍN.
Y ella misma se lo cuenta , ¿Deso poco te alborotas?
Lejos estoy de su afrenta Luego ¿ya los dos sabrán
Que estás aquí, Garceran? Con exceso se la llevo
Ni de saber que se casa. De lo añejo á lo que es nuevo ,
HARIN.
DON JUAN. Por mas de cuarenta bolas.
Necio has andado, Señor. Mi lección de oposición
Veo que tenéis razón ;
GARCERAN. Tiene á Salamanca loca.
Y pues ya sabéis de mi
Que Garceran está aqui, ¿Qué quieres? Cánsame el traje,
Y que los conciertos son Y el Colegio está mohíno ESCENA XXI.
Dar hermana por hermana , De lo poco que me inclino,
Como no sabe mi ultraje , DON JUAN, OCTAVIO, TRISTAN.—
Vuélvase la espada pluma. FULGENCIA , CELIA , MARÍN.
A asistir y estar en él ;
OCTAVIO.
Sin esto, al bien que deseo
¿Pleito» Me parece que es rodeo, DON JUAN.
DON JUAN.
Y que nunca llego á él. Puesto que la causa es poca ,
SI. Determínate, bien mió, Grandes los efetos son.
OCTAVIO.
A ser tú loca por mí, TRISTAN.
Nadie presuma Pues yo lo he sido por ti ¿Ya tan de mañana están
Que su justicia es tan llana. Al aire , al calor y al frió. Estas damas levantadas?
DON JUAN. Vente conmigo á Valencia , OCTAVIO.
Entre tanto no tendréis Huz una bazaña de amor. Andan desasogadas
A Celia. FULGENCIA. De nuestras cosas , Tristan.
OCTAVIO. Temo... TRISTAN.
¿En eso os vengáis? GARCERAN.
Grande merced me habéis hecho
DON JUAN. ¿Qué temes? En llamarme.
Lo mismo que me quitáis , FULGENCIA. DON JUAN.
Eso mismo sentiréis. Mi honor. Tu prudencia
OCTAVIO. GARCERAN. Lo merece.
¿Soy culpado? No tienes amor, Fulgencia. OCTAVIO.
DON JUAN. Di, Fulgencia,
MARÍN.
No os condena Ea , Señora , ¿qué aguardas? ¿Cómo con tan falso pecho
La culpa ; mas no os disculpa Si á este loco quieres bien , Kncubres á Garceran ,
Ser de Fulgencia la culpa, A Valencia vamos : vén; Y tienes atrevimiento
Para no sufrir la pena. Que no hay mar , montes ni guardas. De tratar su casamiento
(Vanse.) Desde aquí á Madrid habrá Y despreciar á don Juan?
Lindas posadas secretas; ¡Vive Dios , que si no fuera
Que yo conozco las tretas Por ser en esta ciudad
Sala en casi de Octavio. Con que en el mundo se va. Fábula, que una crueldad
Desde Madrid á Toledo, Con tu desatino hiciera!
ESCENA XIX. Dulce cosa, tierra mansa; ¿Tú eres mi hermana ?
Pues desde Toledo á Almansa DON JUAN.
FULGENCIA, MARÍN ; después, GAR- ¿Qué puede ponerte miedo? No quiero
CERAN. Pues en entrando en ma térra, Que hagas demostraciones,
¡ Cap de llus! ais bordegats, Octavio, con tus razones
MARÍN. Borinots castellanals, De pecho enojado y fiero.
¿Qué puede haber sucedido, Nafrarles la gaita esquerra. A Celia me he de llevar;
Pues que ninguno parece ? Casarásle , habrá sarao , Tristan depósito sea.
EL BOBO DEL COLEGIO. 201
OCTAVIO. La mas hermosa serrana Que á mi me dijo un discreto
De la Sagra de Toledo, Que nacieron los poetas
Antes , don Juan , que lo vea , De la falta del dinero.
Mas fuerza lo ba de mandar. Por quien amor fuera mulo
De mejor gana que cesto. TRISTAN.
DON JOAN. Pues si es noble , aunque sea Dobre,
OCTAVIO.
Tü no has cumplido el concierto: No es tiempo de desatinos. ¿Qué importa? Demos un medio,
Fulgencia es de Garceran. Pues don Juan dio su palabra
■ OCTAVIO. GARCERAN.
Para aqueste casamiento,
Muéstramele tú , don Juan , Si yo atinara al remedio, Y con buen gusto de Octavio
No fuera desatinado. Iré á buscarlo y traerlo.
Encubierto ó descubierto;
Que á tal hora , y en la puente , TRISTAN. OCTAVIO.
Bien pudo ser ilusión. Señores, alguno demos; Por mi , si gusta don Juan ,
DON JUAN.
Que no es razón que esto pase A serle amigo me ofrezco.
Entre tales caballeros. , DON JUAN.
Yo sé que verdades son .
DON JOAN. Yo , que lo consiento digo.
CELIA.'
El medio es llevarme á Celia. GARCERAN.
Y yo sé que está presente ;
Y agora se fué de aquí OCTAVIO. Pues alto, cásenme luego.
Con muchas plumas y galas. Si yo sin la vida quedo. CELIA.
octavio. (A Fulgencia.) GARCERAN. Desvíate , bestia , allá.
Medea, queá Circe igualas, i Tale, tate, borrachones; GARCERAN.
¿Adonde le tienes? Di, Tate , tate , majaderos ; Calla vos, urraca en zuecos;
Que ¡ vive Dios ! que le mate. Que helo , helo por do viene Que yo he de ser Garceran ,
FULGENCIA.
Garceran con un recuero ; Si ninguno quiere serlo.
La barba trae crecida TRISTAN.
Yo solo este hombre hablé. Y el sayo con mil remiendos. Di , Fulgencia , dónde está ,
MARÍN.
FULGENCIA. Y acábense estos enredos.
Yo soy , Señora ; á la fe Don Juan , ¿por qué á Celia llevas? FULGENCIA.
Que es lo demás disparate.
DON JOAN. Yeisle ahí.
CELIA.
Porque fué nuestro concierto octavio.
Aunque el rostro no le vi , Que tú fueses mi mujer. ¿Quién? ¿Pablos?
Yo se que era Garceran , FULGENCIA.
GARCERAN.
Y por extremo galán. Si:
¿Y si ya no puedo serlo? Yo , que ya lo digo en seso.
ESCENA XXII. DON JUAN. Garceran soy, veisme aquí,
GARCEBAN, en hábito del tobo, como l Y Eso aguardo de tu boca; Y el que anoche los aceros
anoche, si bien me acuerdo, Quiso sacar con don Juan.
antes. — Dichos. Dije á Garceran (ese hombre Vi en Valencia el bien que espero ,
Que ya se llama tu dueño, Con vuestro gusto, este dia ;
GARCERAN.
l'or verle tan comedido, Quitáronmele tan presto,
(Ap. Aquí se trata de mi.) Tan galán y Un discreto , Que con desesperación,
¡Hola , borrachos! ¿Qué es esto? Oue me dijo que si acaso Loco le vine siguiendo.
¿Tan de mañana os juntáis? Entendiera mis deseos , Parecióme disfrazarme
Si es que almuerzo concertáis, No solo no te quisiera, Por poder hallar mi centro;
Aqui estoy ; sacadle presto. Mas (pie al mas amigo y deudo Dióme el Colegio esta ropa,
¿Fáltaos algún convidado? Matara si lo intentara) Y el amor me dio el consejo.
DON JUAN. Que á su justo casamiento ¿Qué respondéis?
Si, Pablos ; un Garceran. Ayudaría aquel dia DON JUAN.
GARCERAN.
Que le viese descubierto. Que sea suya
Pues yo soy : par Dios , don Juan , TRISTAN. Por muchos años y buenos.
Que ando, cual veis, disfrazado. j Esperad una palabra. GARCERAN.
Mil veces le digo á Octavio GARCERAN. Dame , Señora , esos brazos ,
Que esta Fulgencia me dé ; ! Oigan al señor Borrego , Pues sabes que 106 merezco.
Que aunque bobo , yo sabré j Dará su alcaldada aqui. FULGENCIA.
Poner en paz vuestro agravio. TRISTAN. ¡Qué me cuestas , Garceran !
octavio. I Fulgencia , ¿en qué topa esto? GARCERAN.
Ea, Fulgencia, declara ' Garceran ¿es hombre noble? Ninguna cosa te debo.
Lo que hay en esto al momento. FULGENCIA. MARÍN.
¿Adonde esta Garceran ? Tan noble , que sé muy cierto Conózcanme á mi, señores.
FULGENCIA. Que con ser valencia ilustre OCTAVIO.
Señores , niegue á los cielos Kn antiguos caballeros,
?ue aqui la tierra se abra Ninguno mas limpia sangre. ¿Eres caballero?
MARÍN.
me sepulte en su centro GARCERAN.
Si he visto mas que este bobo , Menos.
Para menudo era bueno. OCTAVIO.
Ni otro busco ni otro quiero , TRISTAN.
Ni con otro hablé jamas Pues ¿quién?
Eu cosa de casamiento. Pues ¿ qué falta á Garceran? MARÍN.
Con él me entretengo aqui... FULGENCIA. Cerca de caballo;
¿No es verdad que me entretengo Ventura. Tan cerca , que con el pecho
Contigo , desde que vine , TRISTAN. Suele tocar mis espaldas.
En amorosos requiebros? Y ¿quemas? octavio.
GARCERAN. FULGENCIA. ¿Lacayo?
Pues que jura y no revienta, 6 MARÍN.
Dinero.
Bien podéis todos creerlo. De medio á medio.
GARCERAN.
Y dice mucha verdad , Esto hice por mi amo.
Porque tambieu yo la tengo Por esa faUilla sola GARCERAN.
En lugar de mi mujer. Hay en el mundo escuderos , Mi hacienda tendrás en premio ,
Sabe Dios lo que padezco Dueñas , pajes y lacayos , Porque demo6 con mis bodas
Desde que una vez la vi O liciales v hombres buenos , I Fin al Bobo del Colegio.
En casa de un pastelero , Y poetas "hay también;
LA NOCHE TOLEDANA.
PERSONAS.
La escena es en Toledo.
FLORENCIO.
Que de nadie estéis guardada, Señoras, Beltran es hombre
O yo me pasaré allá , Deste humor: del os servid;
Sea. O vos adonde yo estoy. Que á fe que aprendió en Madrid
BELTRAN.
GERARDA. El buen humor como el nombre;
Que te ha de engañar recelo. Que dejando estos donaires
. Con algún recelo voy.
FLORENCIO. Es hombre para las veras.
FLORENCIO.
¿Cuál mujer, Beltran, cuál dama BELTRAN.
Pudo ser que hombre engañase. ¿Qué pensamiento os le da?
Los dos somos forasteros, ¡Qué se intentan de quimeras,
Que manchada no quedase Cuando anda el seso en los aires !
En las obras ó en la fama? Aquí nadie nos conoce :
Dt'jamela ver, desvia ; Dejad que siquiera goce. ¿Con qué invención han de enlrar
Mientras aquí estáis, de veros. En la posada?
Que aquella rara belleza
Es efeto de nobleza. FLORENCIO.
GERARDA.
Como de la luz el dia.— Dije en Madrid que venia Eso es llano :
Señora, ese talle y brío A II leseas, á mis parientes. Yo diré que soy su hermano,
De tal manera me allana, Y que la vine a buscar
FLORENCIO. Para llevarla á Granada,
Que no digo la ventana,
Mas por vuestro gusto y mió, Injustos inconvenientes Y que ella partió también
Estorban la dicha mia. I Para buscarme.
LA NOCHE TOLEDANA. 207
BELTRAX. BELTRAX. Seguro podéis tener ,
¡Oh qué bien! De que no toca interés. Su tratamiento y regalo.
Digo que es traza extremada, (Yante.) AURELIO.
Que á todas las aventajo, Asi de vos lo confio.
Pues viene á ser esta vez HUÉSPED.
El mesón Aranjüez , Sala del mesón. Seré padre si sois tio.
gue junta á Jarama y Tajo,
ESCENA VII. AURELIO.
n fin, ¿eres ya su hermano ?
Ya por su padre os señalo.
FLORENCIO. LISENA, en hábito de labradora; Cumplid vuestra obligación.
¿No lo ves? AURELIO. HUÉSPED.
beltran. (A Lucrecia.) ¿Adonde vais?
Y yo ¿qué soy AURELIO.
AURELIO.
Devnesamerced? ¿Que aqui te quieres quedar, •
Lisena, en este mesón? A Madrid.—
LUCRECIA. Que es bien nacida advertid,
Estoy LISEXA. Aunque por cierta ocasión
Por asentalle la mano. Es, Aurelio, la ocasión Ha venido á tal pobreza.
¿El mi pariente? Como la pude pintar. HUÉSPED.
No quiero pasar de aquí,
BELTRAX.
Pues, como ves, disfrazada En ella se echa de ver;
¡Pues qué! Sirviendo en esta posada, Mas la virtud ha de ser
¿No puedo ser su pariente, Ninguno repara en mi. La verdadera riqueza.
Siendo hidalgo, y decendiente El huésped me convidó (Vase Aurelio, y el huésped le sigue.)
De un rey mago? A servirle viendo el traje
LUCRECIA.
Humilde, y tosco lenguaje ESCENA X.
¡ Bien á fe! Que estaba fingiendo yo.
BELTRAX. Así á la ocasión la frente, JULIO. — EL HUÉSPED.
Pero ya sé la ocasión Y con él me concerté, JULIO.
De que no lo quieres ser. Aurelio, mientras no sé
De aquel mi adorado ausente. Entre, seor huésped.
LUCRECIA.
¿Yes? Porque, como esta ciudad HUÉSPED.
BELTRAX.
Es paso á tantas ciudades, ¿Qué hay?
Por no te detener Y siempre las novedades JULIO.
LUCINDO.
¿Cómo puedo?
huésped. FLORENCIO.
Y en tus aras pondremos , si lo haces... ¿Por qué das voces , Inés?
RISELO.
¿Porqué?
LISENA. BELTRAN.
Carbón...
LUCINDO.
A la cocina, Señor. ¡Con pulgas cebadas!
Ébano... CAPITÁN. (Ap.) Cada una vale dos.
BISELO.
Ofrezco al diablo el amor. (Vate.) FLORENCIO.
LUCINDO.
(Vanse Lucindo y Biselo.) Si aquel huésped no salia ,
Gente, Riselo, hay aquí; (Ap.áél.) fineo. (Ap.) Hoy nos quedamos allá.
Florencio y Deliran serán. Esta mujer desalina. ( Vase.) Pues mas mal me vino á mi.
FLORENCIO.
ESCENA XVI. huésped.
Oscura está la cocina. ¿Cómo?
BELTRAN.
FINEO. — Dichos. LISENA. Al salir, de la puerta
FINEO. (Ap.)
Calle , Señor. — ¡ Fuego, fuego! En la aldaba larga , tuerta,
¡Bueno, por Dios ! Cuatro están, ( Vañse.) Todo este muslo me asi ,
Y por dos solos me fui. Y allá me dejo el un lado
Pues no me quiero volver ; Del calzón, y traigo acá,
A esperada me resuelvo; Calle. De la forma que está allá ,
Que hallaré tantos, si vuelvo, El hierro que está estampado.
Que no podamos caber. ESCENA XIX. FLORENCIO.
Cinco somos, ¡cosa extraña! No vengo muy bueno yo ,
Notable es de Inés el brio ; FLORENCIO , BELTRAN. Porque una muía , al salir,
Que sin duda es desafio Sin que le fuese á pedir,
BELTRAN.
Conforme al fuero de España. De tal manera me dio ,
Tres donde los pies estampo , i Huye. Que traigo rota una pierna ;
Y aun cuatro quiso que fuesen , FLORENCIO. Y de aquella puerta baja ,
Y que si cinco saliesen, ¿Deque sirve ya? En el madero que ataja
No piensa huirles el campo ; BELTRAN. El umbral , sin la linterna ,
Y para mayor hazaña , ¡Ventura habernos tenido ! Tal golpe, Beltran, me di,
A todos campo aplazó, Que á no ser en el celebro ,
Y las armas les midió. FLORENCIO. Nariz y frente me quiebro ,
Conforme al fuero de España. ¡Famosa la noche ha sido! Y vengo fuera de mí.
De todos estos llamados, BELTRAN. ¡Válgate el diablo el amor !
¿Quién ha de ser escogido? Si ha sido; ¿qué hora será? ¡Nunca mas noche en Toledo!
BELTRAN.
ESCENA XVII. FLOBENCIO.
Por Dios , que tienes razón ; Gente es esta.
LISENA.— Dichos. I Que aun no es la noche pasada. FLORENCIO.
L-i.
LA CORONA MERECIDA,
COMEDIA DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,
¿A quién se podía dedicar mas justamente La Coronamerecida, que á quien merece tantas cuan
tas virtudes la adornan, donde se verifica que si las cosas convienen con los nombres, el que le
dieron á vuesamerced no fué sin causa ? Diferencias de coronas tenia Roma cuando premiaba la
virtud militar de sus soldados: así las tienen las gracias y virtudes , no de los árboles de Marte,
sino de aquellas que con diversas flores dan las musas, aun en las naciones bárbaras, porque
la virtud es de la naturaleza del sol, que haciendo de la fama cielo, discurre el mundo. La se
gunda parte de mis Rimas di á luz con el nombre de vuesamerced, poniendo á la puerta un án
gel que supliese con su respeto lo que faltó mi pluma; y de entonces, ni mis sucesos me han
dejado continuar el agradecimiento en público, ni tuvo cosa digna de tan alto ingenio; mas vien
do agora que el sugeto desta comedia era la historia de una señora tan celebrada por La Corona
merecida, que con ella dio honor á España, gloria á su nombre, y nombre á sus descendientes,
valiéndome mas del título y de la hazaña que de lo que de mi parte pudiera con otro ingenio
servirle de ornamento, quise, atrevido, dedicar á vuesamerced mas el nombre desta dama que
mi estudio ; y así, le suplico afectuosamente reciba La Corona merecida de mano de las musas , en
tanto que de sus mismas virtudes se las ofrezcan mayores mis deseos. Dios guarde á vuesamerced.
Su capellán ,
Lope de Vega Carpió.
LA CORONA MERECIDA.
PERSONAS.
KL REY DON ALFONSO VIH. UN ESCUDERO. SALISÜ, alcalde villano. Villanos.
DON IÑIGO, conde. DOÑA SOL. AGÓN, reñidor villano. Danzantes.
DON MANRIQUE. DOÑA ELVIRA. UN SACRISTÁN. Acompañamiento.
DON PEDRO DE LARA. LUCINDA. VIVAR. Damas.
DON ALVARO. BELARDO, alcalde villano. ORDOÑO. Músicos.
MADAMA LEONOR. UN LACAYO. UN PAJE.
Habla ; yo te doy licencia. Antes yo la causa he dado: Excuse de morir el Rey, y viva.
don íñigo. (Ap. d don Alvaro.) Creerán lo vuestras altezas; RET.
Porque si yo no tuviera Las pasiones del alma ¿no le excusan?
Don Alvaro , ya he caído Lo que tuve por mi mal,
En la razón por que has hecho Nunca sucediera tal , DON PEDRO.
Esta maldad, que es despecho Ni don Alvaro muriera. ( Yase llorando.) Luego ¿ya la razón no puede nada?
De haberte el rey ofendido. RET.
LEONOR.
Pero ¿qué importa su ofensa , ¿Qué puede la razón si está sujeta?
Si de parte de tu esposa Llorando va.
Casta , honesta y virtuosa, RET. DON PEDRO.
No ha sido en vano don Alvaro. (Ap.) Porque negar no puedes que te engaña
Esta traición cautelosa. Cuando el sol arde, hace alarde La luz de la razón, que no conoces,
Quitarme quiere la vida. De nubes para llover. En viéndote perdido de remedio.
Sol , notable desventura
DON IÑIGO.
Me vino de conocerte. ESCENA VIII.
¡Qué arrepentido he quedado i Que el cuchillo de mi muerte
De habértelo dicho ! Se alilase en tu hermosura ! UN PAJE. — EL REY , DON PEDRO;
don Alvaro. Mas, pues nos hemos amado, después, DOÑA SOL t EL ESCUDERO.
Has dado Hagamos , Sol , una cosa :
Luz á un alma que , ofendida Yo muero por ser tú hermosa , PAJE.
De confusión, 110 acertaba Muere tú por ser yo honrado. Doña Sol viene aquí.
A salir de aqueste enredo. (Don Manrique se lleva d don Alvaro.) DON PEDRO.
Esa es la causa. ¿Qué puedo ¡Mira si obra!
Hacer? Hoy mi vida acaba. ESCENA VII. Fingete grave.
Sol , Iñigo , es virtuosa, REY.
Yo lo sé ; mas los casados EL REY, DON PEDRO. Fingiréme piedra ;
Son mil veces desdichados Mas no podré. Di que entre.
Que tienen mujer hermosa. DON PEDRO. (Vase el paje.)
Dame esos brazos, y di A compasión me mueve. Ahora creo
A Sol que muero por ella ; REY. Que voy derecho al fin de mi deseo.
Mas que me holgara de vella ¿De qué modo (Salen doña Sol y tu escudero.)
Menos bella para mi. Puede moverte á compasión don Alvaro? DOÑA SOL.
Suelen los que aman decir
Que los mata, ó lo procura, DON PEDRO. No te pido con lágrimas mi esposo,
De su dama la hermosura , Nohabiendode morir, temblando quedo Ni que de mi dolor tengas mancilla,
Y todos suelen mentir; El fin deste suceso ; que es muy propio Invito rey, Alfonso poderoso.
Pero yo, aunque injusta ley, De la mentira no tener salida Alta rama del tronco de Castilla ;
Diré con verdad forzosa Sin mucho deshonor de quien la intenta. Porque si en los delitos es forzoso
Que por ser Sol tan hermosa, REY. [humilla.
Me ha dado la muerte un rey. Debajo de que todo va fundado Cuando el que pide al que ba de dar se
En que viva tu rey , ¿ de qué te afliges? Como sé que en don Alvaro no cabe.
DON IÑIGO.
DON PEDRO.
Vengo contenta de que el Rey lo sabe.
Hago testigo-este llanto Don Alvaro, Señor, es caballero
Con que me has enternecido Quisiera que vivieras de otra suerte. De vuestra casa y sangre, decendiente
(Porque en mi vida be sentido rey. . De Lain Calvo, aquel juez primero
Ninguna desdicha tanto), Consígase mi gusto, que estoy loco, Que ansí estimó la castellana gente.
Que ese dia moriré; Y no repares en el ün ; que nunca ¿Porque ha de dar á un bárbaro tan Cero
Pero yo espero eu el cielo Fué valiente jamás quien el ün mira. La corona real-de vuestra frente,
Que tendrá tu mal consuelo, DON PEDRO. Habiéndole vos hecho mil mercedes?
Pues que tu inocencia ve. No sé si escucharán estas paredes; [ro.
Muestra valor, pues le tienes. Por eso son los mas valientes locos ,
Porque no consideran la salida. Has noloharán ; y ansí, hablarémoscla-
(Apártase de él.) Bien seque estraza vuestra, Alfonso no-
RET.
— Señor, mi hermano está aquí ; [ble,
Y pues á pagarme ansí El Reyes preferido á cualquier subdito. Viendo que á vuestros liros me reparo,
Mis largos servicios vienes , j DON PEDRO. Querer queansí mi honor su mármol do-
Corta á los dos las cabezas. ¡ Al Rey conviene solo lo que es lícito. [ble.
LA CORONA MERECIDA. 2tó
No hay contra un rey, si no es del cielo, DOÑA SOL. Matóse encendiendo el fuego,
[amparo. Eso pretende. En que se deshizo luego
¿De qué sirve ser palma ni ser roble, ESCUDERO.
Por honra de su marido.
Si el viento del poder, cuando se enoja, No hay cosa que no se rinda. LUCINDA.
Hojas y ramas por el suelo arroja? El alma la pondrá miedo.
DOÑA SOL.
Rindome á vos: guardad á mi marido, ESCUDERO.
Y venid á mi casa ; que ya quiero ¿Qué decís?
Hueel fuerte vencedor goce al vencido, ESCUDERO. Yo pienso que, aunque cristiana ,
on el secreto que de vos espero. Que me ha espantado Euerrá, como la romana,
El ver que te hayas rendido. sr Lucrecia de Toledo.
Allí podéis entrar desconocido:
Basta que os acompañe un caballero; DOÑA SOL. LUCINDA.
Que yo sé bien quehabiéndomegozado, La vida de mi marido ¿Quieres que vaya á mirar
Pagar no puedo lo que os be costado. Me ha forzado y me ha obligado. Muy quedito lo que intenta?
Acabaréis con tantas pretensiones, ( Vate el escudero.) ESCUDERO.
Y acabaré con tantas amenazas; LUCINDA. Vé, Lucinda, con gran cuenta,
Yo dejaré las vanas dilaciones, ¿Es posible que intentase Por si se quiere matar.
Y vos las falsedades y las trazas. El Rey tan gran testimonio? LUCINDA.
Ni quitéis á mi esposo las prisiones, Voy ; que aunque tenga cerrado.
DOÑA SOL.
Porque mi honor se escape de las plazas , Daré mil voces al cielo.
Y no entienda la Reina, mi señora, Cosa que traza el demonio,
Qne á su cama real naci traidora. ¿En qué quieres que parase? ESCUDERO.
Venid, Alfonso, gozaréis por fuerza ¡Cuan desdichada nací! Yo con la puerta en el suelo, ,
Una mujer de piedra, un mármol frió, Triste fué, Lucinda, el dia Aunque caduco y turbado.
A quien la honra sin amor esfuerza , Que á buscar la suerte mia (Vase Lucinda.)
Que está en la vida del esposo mió. De donde sabes salf. —¡Triste de mi! ¡ cuántas cosas
Si no hay razón que deste intento os tuer- ¡Nunca madama Leonor Nacen de un injusto amor !
Ni tiene libertad vuestro albedrio, [za, Viniera de Ingalalerra,
Tiempo vendrá que le paguéis al doble Para desventura y guerra ESCENA XII.
Tan gran ofensa á Dios y á un hombre De mi vida y de mi honor !
rey. [noble- ¿Quién pensara tanto mal? EL REY, DON PEDRO. — EL ESCU
Y si esto había de ser, DERO.
Espera, Sol, espera. ¡Nunca yo fuera mujer
{Yante doña Sol y el escudero.) De un hombre tan principal! (Está oscura la sala)
Oozárameel Rey entonces,
ESCENA IX. Y no donde ahora escrita DON PEDRO.
La infamia que solicita Entra quedito, Señor.
EL REY, DON PEDRO. Quede eternamente en bronces. REY.
Las carnes me están temblando. Dadme esas manos hermosas.
DON PEDRO. (Vuelve el escudero con una hacha en
ESCUDERO.
No des voces; cendida.)
Que llegarán á oidos de quien sabes. Soy," Señor, el escudero.
ESCUDERO.
REY. REY.
Señora, el hacha está aqui. i . . . . ¡Ah hermano mió!
¿Desa manera mi amistad conoces? DOÑA SOL.
¿Dónde está Sol?
DON PEDRO. ¡Ay cielos! volved por mi, ESCUDERO.
¡Graves palabras ! Pues veis que os estoy llamando.
Con gran frío.
RET. ESCUDERO.
REY.
En extremo graves. ¿Es para que al Rey alumbre
Cuando suba? Andad , decid que aqui espero.
DON PEDRO.
DOÑA SOL. ESCUDERO.
Pues da lugar, Señor, á que la goces, Voy, Señor. (Vasc.)
Y te da como á rey su honor las llaves, Necio estás;
Que un ciego no ha de ver mas REY.
Déjate de buscalla y persuadilla.
REY. A escuras que con la lumbre. « De la pasión,
Le ha dado algún accidente.
¡Quién la pudierahacer reina en Castilln! Dame el hacha.
ESCUDERO. DON PEDRO.
¿Es posible, don Pedro, qne ha rendido
Esta fiera mujer su altivo pecho? ¿Para qué? Como por fuerza consiente,
DON PEDRO. DOÑA SOL. Tendrá mucha alteración.
Quedaos entrambos aquí. Con su gusto una mujer.
Tanto pudo el amor de su marido : Presto á la traición se arroja ;
Mira si fué la industria de provecho. ESCUDERO.
Mas sin él , mucho se enoja,
REY ¿Dónde vas, Señora, ansí? Porque no le ha de tener.
Mudémonos, don Pedro, de vestido ; DOÑA SOL.
8ue quiero, á su disgusto, á su despecho, Dios lo sabe y yo lo sé. ESCENA XIII.
ozarla, despreciarla y obligarla. (Ap. ¡Él me valga !) {Vate.
DON PEDRO.
LUCINDA, EL ESCUDERO.-EL REY,
ESCENA XI. DON PEDRO.
Vendrá á quererte cuando tú i dejarla.
(Vanse.) EL ESCUDERO , LUCINDA. LUCINDA.
LUCINDA. Solo dice mi señora
¿Dónde irá? Que esperéis, Señor, aqui...
Sala en casa de don Alvaro, en Toledo. ESCUDERO. REY.
PERSONAS.
AURELIO, viejo. SABINA, criada. LISARDO.
FELICIANO, caballero. UN PAJE.
FISBERTO, erifldo. OCTAVIO, su hijo. ELISA, dama.
MAESE JUAN. PAULA, criada. Músicos.
CARLOS, caballero. Criados.— Gente.
ESTEBAN , criado. LAURENCIA, dama. MARQU1NA.
La escena es en Toledo.
FELICIANO.
PAULA. Hombre y hombres.
Quiero enseñaros la puerta. Pero deten la espada.
Y lo soy á vuestros pies.
¿No quedó ansí concertado, FELICIANO. OCTAVIO.
Que yo os trújese un recado? Antes para entrar á Elisa, ¿Eso me mandas?
ELISA.
La quisiera ver abierta. AURELIO.
Es verdad. PAULA.
Espera, hasta saber á qué te obligan.—
¿Requiebros? Cosa de risa. ¿Qué hacéis aquí? (A Feliciano.)
FELICIANO.
ELISA.
Feliciano. (Turbado.)
. Pues paje soy; Señor... quise... y llegando...
¥ si el recado no os doy , Ea , Señor, salid luego.
Es porque me habéis turbado. Cuando... no sé... mas yo...
FELICIANO.
OCTAVIO.
ELISA. Que me permitáis os ruego
Si el veros, para saber Ver un momento esta casa. ¿Qué aguardas?
AURELIO.
Que está Laurencia empleada , FISBERTO.
Como principal mujer. Señor... Tente;
En persona tan honrada Que no todas las veces se remedia
Feliciano. (Ap. á su criado ) La honra con la espada.
Y de tan buen parecer, La mujer me abrasa.
Fué el recado del concierto , ELISA. (Ap.)
Que le recibo os advierto; FISBERTO.
¡Hay tal desdicha!
Y á Laurencia responded ¡Linda estopa ! AURELIO.
Que me ha hecho gran merced FELICIANO. No en vano á la cordura y á la furia
FELICIANO. i Inmenso fuego! Pintaron un mancebo y un anciano;
¿Parézcoosbien? Entreten esa criada. El mozo con las manos pretendiendo
ELISA. fisberto. (A Paula.) Arrancar una cola de un caballo.
¿Quiere oir tres mil razones? Jamás pudo, y cayó rendido en tierra;
Sí por cierto Diga , señora entonada. El viejo , cerda á cerda, poco á poco ,
FELICIANO.
PAULA.
La vino á deshacer.
Miradme de espacio. OCTAVIO.
¡Oh , qué lindos gigantones !
ELISA.
FELICIANO.
Pues ¿qué pretendes
Aquí En tanta desventura sin la espada?
No tenéis que me agradar; ¿Porqué, mi bien, tan airada?
AURELIO.
Allá le diréis que os vi , ELISA.
¿Quién sois, hidalgo?
Y que le quiero enviar Mirad que es descortesía. —
Otro que me agrada á mí ; Marquina... FELICIANO.
Que pues se me ha descubierto MARQUINA. Soy un caballero.
Hasta enseñarme á quien ama , Señora mia. AURELIO.
No es bien que tenga encubierto ELISA.
¿El nombre ?
Lo que yo adoro , á esa dama. ¿Qué me habéis traído aquí? FELICIANO.
Feliciano. (Ap. á Fisberío.) Feliciano.
MARQUINA.
Como de un sueño despierto. ¿No hablaste á Laurencia? AURELIO.
No he visto mayor belleza. ¿Vuestro padre?
ELISA.
FISDERTO. FELICIANO.
Sí. Lisandro.
¿Nunca habías visto á Elisa? MARQUINA.
AURELIO.
FELICIANO. Pues de su parte venia. —
Nunca vi su gentileza. Caballero, no es razón Conocile. ¿Sois casado?
Que procedáis deste modo. FELICIANO.
FISBERTO.
No soy casado.
No es de las que hizo aprisa FELICIANO.
OCTAVIO.
La varia naturaleza. Padre, efetos de amor son.
Aquí detuvo el pincel , A buen Un camina todo. ¿Qué preguntas?
Hizo, deshizo, quitó , ELISA. (.1//.)
AURELIO.
Todo el arte puso en él. ¿Hay tan notable ocasión ?. Calla ;
Que voy sacando cerdas á la afrenta.
EL AUSENTÉ EN EL LUGAR.
AURELIO. Que quieren forzarte el alma.
OCTAVIO.
¿Qué respondes?
S¡esláenformadebesiia,nomeespaTita. Mis brazos quiero daros. v ELISA.
AURELIO. FELICIANO.
Yo los milis. Carlos mió...
¿Sabéis acaso que esta casa es mía? Mió no , que hablé turbada...
AURELIO.
FELICIANO. Carlos tuyo , y mió un tiempo ,
A no saber que es vuestra aquesta casa, Vamos en casa de mi hermano. Que para mi muerte basta ,
No hubiera puesto yo los pies en ella. FELICIANO. Cuando palabra te di
Vamos. De ser tuya, ¿quién pensara
AURELIO.
fisberto. (Ap. á guamo.) Que hallara un Sansón tan fuerte
Pasaos allí. El templo de mi esperanza?
FELICIANO. (Ap.) ¿Que te casaste?
Yo pierdo aquí la vida. FELICIANO. Aqueste mancebo ciego
A las colunas se abraza
AURELIO. Sí. De mis pensamientos hoy ,
Di .Elisa , que mejor dijera Elicia , FISBERTO. Y á lodos juntos nos mata.
¿Quién es este mancebo? ¿Qué hará Laurencia? Entre cuantos imposibles
ELISA. FELICIANO. Tu imaginación hallara
El que él ha dicho. Lo que hice yo. Para olvidarte, mi bien ,
AURELIO. FISBERTO.
Ni hacer de mi amor mudanza,
La obediencia de mi padre
¿Cómo entró aquí? ¿Qué fué? Fué , como ves , reservada :
ELISA. FELICIANO. En llegando á que es mi dueño ,
Con un recado falso Tener paciencia. Cesa el gusto , el amor para .
De Laurencia , su dama. (Vanse Aurelio, Feliciano, Octavio, El me dio este ser que tengo;
OCTAVIO. Fisberto y liarquina.) A la sombra de sus alas
(Ap. ¡Vive el cielo, He vivido : no es razón
Que estees el mismo que Laurencia adc- ESCENA XII. Ser á tanta deuda ingrata.
Y por quiensov aborrecido!) Padre, [ra, Si aquesto se desconcierta ,
Si no casáis á Elisa y Feliciano, CARLOS, ESTÉBAN.-ELISA , PAULA. O tu ingenio y amor hallan
No tengo honor. Remedio con que se impida ,
AURELIO. CARLOS. Aquí está Elisa.
Detente, que estás loco.— Si se tardan un momento, CÁRI.0S.
Elisa , que haya entrado honestamente Fiera Elisa, mas ingrata ¿Qué llamas
Este mancebo aquí , no lo tratemos; Que á las manos que la siembran «Aquí está Elisa»? Mujer,
Que de tus pensamientos yo lo creo. La verde y soberbia palma, Que es el nombre que declara
Sovpadre,tengounhijoqueámicrédito Sospecho que como mina Mejor la mudanza vuestra;
Sucederá mañana. No repliques Por la boca reventara Porque sois muerte y mudanza.
A cuanto vieres que mi honoremprende. El alquitrán que en el pecho Si Elisa estuviera aquí,
Me estaba abrasando el alma. Cumpliérame su palabra.
ELISA.
Cuando vi que Feliciano No está en si ; pero está en mi ,
Si yo fui desdichada, si mi estrella Te hablaba , te enamoraba ,
Me puso en ocasión de tantos daños, Como infierno que me abrasa.
Mil veces para salir Este fué concierto tuyo ,
El tiempo te dirá qué culpa tengo. Puse la mano á la espada ; Todo concertado estaba ;
AURELIO. Pero viendo que tu honor. El hablar hov á Laurencia
Caballero , yo os hallo en esta casa , El de tu padre y tu casa No ha sido, Elisa , sin causa.
Y en el mismo aposento de mi hija. Se pusiera al blanco vil En tu cama me pusiste
No os hago fuerza , porque no era justo Del vulgo , que errando enclava , A que viese mi desgracia.
Por hallaros aquí , casaros luego ; Detuve mi justo enojo. ¡Mal hava fe que pretende
¿Queréis ser su marido? ; Qué mal hice ! pues fué causa Gloria ele cielo de cama !
Feliciano. (Ap. á Fisberto.) Que Aurelio y Octavio entrasen, Trujístcme á que lo viese.
¿Qué diremos? Hija de uno , v de otro hermana, ¡Oh , qué bien me desengañas!
FISHERTO. Donde por cobrar su honor Tuya la cama , león yo ,
Yo pienso que le engañan; que si dices Bajaron mis esperanzas Que á sus pies dorados brama,
Que no quieres casarte, han de matarte. Del cielo de tus favores Camaleón vengo á ser,
Si quieres defenderte , mete mano ; Al infierno de mis ansias. Pues el día que te casas
Quizásaldremos .aunque no hayapuerta. ¡Cuántas veces presumí Vengo á sustentar de viento
Que lo que via soñaba , Tantas esperanzas vanas.
FELICIANO. Y que sin duda dormia,
¿Quién dudaqueestarán todascerradas? Pues me escondiste en tu camar Don Fernando de Toledo
Hace gente. Afuera, España.
FISBERTO. Mas limpiándome los ojos , No mas patria , no mas vida.
Puesdiquesi ; que habrádespués reme- Y despertándome el alba Todo, contigo, me falta.
Si esto no fuere cosa de tu gusto, [dio, Del día de mis desdichas, Iré á morir ; ¡ plega á Dios
FELICIANO. Y el tocar tu engaño al arma , Que en la primera batalla
Señor, yo gano tanto en ser «sclavo , Conozco que estoy despierto ; Una pistola me borre .
Que.no esposo, de Elisa, vuestra hija, Porque, aunque en sueños, me espanta Tu rostro, Elisa, del alma.
Que alabo la piedad del justo cielo Que por quien no fuera yo ¡Obediencia dices! ¿Cuándo
Queos trujo en ocasión que aquí me ha- Tantas desdichas pasaran . Amor obediencia guarda
[llásedes ; Mas ya que ha traído el tiempo Ni á padre , ni á honor, ni á esposo,
Aunqueosprometo que es lavez primera_ La prueDa de tus palabras , Ni al cielo?
No te castigue el amor ELISA.
AURELIO. [cho Que has hecho sus firmas falsas;
Espera, repara...
Pues porque no penséis que me aprove- No diga mi amor, Elisa,
CARLOS.
De la ocasión agora, id en buen hora, Que cuando me diste tantas ,
Y pcnsadlo de espacio en vueslra.casa ; Torres en el viento hacías, Tú ¿vienes conmigo?
Que puesto que soy pobre, rico he sido, Y escribías en el agua. ELISA.
Y no es mi hacienda, no, tan limitada , Mientras van á sus conciertos, No.
Que no os importe; aunque el valor de Vamos á mi casa honrada , CARLOS.
Hace muchas ventajas á su dote. [Elisa O a las del juez del cielo Pues, loca , ¿por qué me llamas?
FELICIANO. Que las voluntades casa. ELISA.
Porque veáis con cuánto honor procedo Soy tu primero marido ,
Si pudiera , Carlos mió ,
En vuestra estimación , venid conmigo, Tú mi mujer; pues ¿qué aguardas? Yo fuera; he nacido honrada,
Y haremos los conciertos y escrituras. ¿Cómo te detienes? Mira
236 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
¿Qué dirá el mundo de mi? A Feliciano , Sabina. FELICIANO.
Piensa algún medio. SABINA. Un temor.
CARLOS. Gloriosa estás de querer LAURENCIA.
Quien ama Hombre tan galán. ¡Temor conmigo! ¿Deque?
V piensa , no tiene amor , LAURENCIA. ¿Viste á Elisa?
O el que tuvo se le acaba. Inclina FELICIANO.
Hanle hablado en casamiento, A amarle á cualquier mujer. Ya la vi.
Palabra que os arrebata SABINA.
El seso : ¿ quién duda .Elisa , LAURENCIA.
Que á este son basas mudanza? Tienes , Señora , razón ; ¿Con suspiro?(
Dios te haga tan dichosa , Que cuando pienso en Fisberta , FELICIANO.
Se
De me
Que aquella misma mañana baña elincendio
corazónencubierto ■
De la noche de tu boda un cierto ¿Suspiré?
Te traigan de Flándes cartas ¡Agradable suspensión, LAURENCIA.
En que digan que soy muerto. Que no deja á mis sentidos Si, mis ojos. ¿Fué por mí?
ELISA. Lugar de volver en mi ! FELICIANO.
Escúchame una palabra. LAURENCIA. Del alma á tus ojos fué.
CARLOS. Amando están divertidos. LAURENCIA.
Ohras quisiera escuchar ; No dirá Elisa que fui ¡Válanie Dios ! ¿Dónde has ido?
Que palabras todo es nada. ( Vasc.) Sirena desusoidos.
Habrá visto en Feliciano FELICIANO.
PAULA. Que lo menos le conté, A ver á Elisa.
Esteban , ¿qué dices desto? Pues con atrevida mano LAURENCIA.
ESTEBAN. En corto mapa cifré ¿Y de allá
Todo un cielo soberano. Esta tristeza lias traído?
¿Quién duda que está invidiosa ¿No está buena ?
De verme tan venturosa? FELICIANO.
No mas España cruel, SABINA. Buena está.
No mas vida , no mas patria. No hará , porque quiere bien. LAURENCIA.
Arrieros van á Flándes, LAURENCIA. Algo has visto ó has oido.
Allá me lleven sus cargas ; ¿Parecerále tan bien ? ¿No le dijo que te quiero,
Y si te casares... SABINA. Que te alabo , que te adoro
PAULA. Y que te estimo?
Oye. ¡Qué necedad tan famosa!
ESTEBAN. LAURENCIA. FELICIANO.
De aquí á mil años te traigan Quiero mucho. Si espero
Nuevas de que el Draque es muerto, SABINA. Para guardarte el decoro,
ü el rey Chico de Granada. (Vase.) Tus deseos Que es mas rigor considero.
Conozco. Laurencia , yo he visto á Elisa
ELISA. Porque tú me lo mandaste.
Parte, Paula, y llama á Carlos. LAURENCIA. Entre en su mismo aposento,
PAULA. Pues no te espantes Libre de tantos pesares.
Señora , desta ventana Que encarezca mis empleos. No había hablado con ella
Le daré una voz. SABINA. Dos palabras , cuando el padre
ELISA. Los hijos y los amantes Y Octavio entraron diciendo
Camina. No pueden parecer feos. Y haciendo mil disparates ;
—Pasos sieuto. Que como deben de andar
PAULA. Sospechosos , esta tarde
No irá léjos ; que quien ama, LAURENCIA. Fingieron aquella ausencia
Cuanto sale mas furioso , Y' ellos son ; Para que Carlos entrase.
Tanto mas despacio para , Que en los amorosos casos, Halláronme en su lugar...
Porque se aleja del centro, Quien espera con pasión — No permitas que te canse
Y lleva violenta el alma. (Vase.) Siente trasladar los pasos Con decirte sus locuras
Desde el suelo al corazón. Y amenazas desiguales.
ESCENA XIII. SABINA. Basta saber que sali...
ELISA. Pienso que le has engañado. —¿Cómo lo diré?
LAURENCIA. LAURENCIA.
¡Ay.fuerte obligación ! Ay, honra, asi- Tuvo el encaño habrá sido. No tardes;
A la virtud de un generoso pecho ! [da Mi bien y el luyo han llegado. Que me matas.
La justa resistencia que habéis hecho FELICIANO.
En tanto amor, me costará la vida. ESCENA XV.
No sé si ya me siento arrepentida ; ¡ Ay Laurencia !
Que contra amorno hayfuerza deprove- FELICIANO, FISBERTO. — DicnAS. ¡Casado!
Perosaldrá del alma á su despecho [cho; LAURENCIA.
Cuando al honor la posesión le impida. F1SBERT0. Calla.
¡Casada yo sin ti ! ¡ Triste suceso ! ¡Sabina! FELICIANO.
Imaginallo solo me desalma ; SABINA. ¿Que calle?
Pero ya que en el alma estás impreso , ¡Fisberto amado! ¡Pluguiera á Dios que pudiera !
El tendrá los despojos, tú la palma ; j Triste viene tu señor. LAURENCIA.
Que quien tiene en Argel el cuerpo preso, FISBERTO.
Tendrá por puntos en su tierra el alma. Pues ¿qué razón hay bastante
(Vase.) No sé qué pena se tiene. A hacerte casar por fuerza?
LAURENCIA. FELICIANO.
¿No me hablas? Solo en su aposento hallarme.
Sala en casa de Laurencia. FELICIANO. (Ap.) LAURENCIA.
ESCENA XIV. ¡Qué rigor! ¿Estabas desnudo?
LAURENCIA, SABINA. SABINA. FELICIANO.
¡Qué descolorido viene ! ¿Yo?
LAURENCIA. LAURENCIA. LAURENCIA.
Deseo en extremo ver ¿Qué te enmudeceV I Pues ¿por qué un rigor tan grande?
EL AUSENTE EN EL LUGAR.
FELICIANO. FISBERTO. Si estorbas que esta mujer,
Porque se dan h entender ¡Qué linda traza de amante! Cárlos, se llegue á casar.
Que soy quien entra y quien sale ¿Amas, y pides dineros? CARLOS.
A deslustrar su nobleza FELICIANO. No hay tratar deso; es partida
Y deshonrarles su sangre. ¿Sabes tú lo que es casarse? Tan cierta , que antes de un mes
Las escrituras se han hecho. Me verá el país de Arlués.
LAURENCIA. FISBERTO.
¿Qué dices? Sé que es carga. ESTEBAN.
FELICIANO. FELICIANO. ¿Por tu vida?
Con penas tales, Pues si es carga, CARLOS.
Que no se podrán romper, Dineros y bestia , y ande. Por mi vida.
O es decirles que me maten. ESTEBAN.
LAURENCIA. Confiésote que pensaba
¡Válame Dios ! ¿Eres tú Que era máscara de celos.
Quien eso dices? ACTO SEGUNDO. CARLOS.
FELICIANO. No vuela el ave i los cielos ,
La cárcel Ni la flecha de la aljaba
Ni la muerte, ¿me pudieran Sala en casa de Cárlos. Puesta en el arco , ni el rayo
A lo que has visto forzarme, De la nube, como yo
Si no fuera alguna estrella , ESCENA PRIMERA. Parto á Flándes.
(luya influencia es bastante ESTÉBAN.
A que con quien nunca vi , CÁRLOS yESTÉBAN.c»» botat, etpue- Luego ¿no
Por fuerza un hombre me case? las y plumas. Tendrá fuerza algún desmayo,
Y no es este el daño solo ; Lagrimilla ó papel tierno?
Que el venir agora á hablarte CARLOS. CARLOS.
También es otro dolor ¿ Está todo prevenido? ¿De unos ojos tan crueles,
Para que lautos me acaben. ESTEBAN. Lágrimas, ni mas papeles
Octavio , ya le conoces , No hay cosa por prevenir. De tales manos? ¡Que infierno!
Quiere que contigo trate CARLOS. Pues ¿de tal pecho desmayo?
Que te cases con él. En fin , i me puedo partir? ¡Fuego del cielo!
LAURENCIA. ESTÉBAN. ESTÉBAN.
Calla. Si , pues no te dan partido. Por Dios,
FELICIANO. CARLOS. Que si llora solas dos ,
Esto me dijo en la calle. ¿Cómo ha salido esta gala ? Que el ave , la flecha , el rayo
LAURENCIA. Se detengan y se queden.
Todo lo entiendo : ya sé ESTEBAN. CARLOS.
Que Elisa vino á engañarme. Como de tu gusto, en fin. Llamaron.
Concierto de todos fué. CÁRLOS. ESTÉBAN.
FELICIANO. ¿Come, Esteban , el rocin? Dirás que son
Espera. ESTÉBAN. Sus criados.
LAURENCIA. Comiendo queda en su estala. CARLOS.
¿En quién? CARLOS. ¿No es razón?
FELICIANO. ¡Buen nombre ! Bien se autoriza. ESTÉBAN.
En mis males. ESTEBAN. Ni es razón , ni son , ni pueden.
LAURENCIA. Como á Flándes nos partimos, Estaráles ya bailando
Déjame saber mi muerte. (Vate.) Los soldados no decimos, La boda eñ el cuerpo a todos,
Como aqui, caballeriza. Y de diferentes modos
FELICIANO. Comida y galas buscando ;
Escucha. CARLOS. ¡Y quieres que á verle vengan!
FISBERTO. ¿Salen estas plumas bien? cárlos. (Asomándose.)
Furiosa parte. ESTEBAN. Digo que son , majadero.
FELICIANO. Que pareces un virote. ESTÉBAN.
Tenia , Sabina. Pero di , mi matalote ¿Tú lo ves?
SABINA. ¿ Ha de ir á Flándes también ? CARLOS.
No puedo. (Vate.) Que tiene talle, por Dios ,
De quedarse á hacer la cuenta A su escudero •
FELICIANO. Aquí en la primera venta. Y á Paula.
¿Qué he de hacer? CARLOS. ESTÉBAN.
FISBERTO. ¡Qué! Bien andarán los dos. Pues alto ; tengan
No te acobardes; Las bestias en compañía Las puertas de par en par.
Que alguna industria ha de haber. Andan mus. CARLOS.
FELICIANO. ESTEBAN. Abre , borracho.
¿Quieres que de veras hable? Es pensamiento ESTÉBAN.
FISBERTO. Tomado del casamiento, ¿Tú eres
¿Pues no? Que andan de noche y de día. El bravo? ¿Tú á Flándes quieres
FELICIANO. Mas , por Dios , que aunque vestido Partirle?
Pues, por Dios , que Elisa... Y'a de camino te vea, CARLOS.
FISBERTO. Y á mi con esta librea Déjala entrar.
Dilo. A lo flandesco lucido.
Que no creo que de Illéscas ' ESTÉBAN.
FELICIANO. Has de pasar. ¿Yo papel de tales manos ,
Me parece un ángel. CARLOS. Lágrimas de tales ojos?
FISBERTO. ¿Cómo no? Mas como de esos enojos
El dote es poco. Tiene amor por tierra llanos.
ESTEBAN. CÁRLOS.
FELICIANO. Como te conozco yo ,
Y muy poco. Y sé las truchas que pescas. Abre , ¡ maldígate Dios!
Si algo mas al dote añaden , Para mi, tú quieres ciar (Va Estiban á abrir.)
Yo soy marido de Elisa Martelo de ausencia , y ver Ya está abierto, y ya han entrado.
L-l. 17
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA II. CARLOS. Vamonos de aqui , Marquina.
(Lee.) « Si una mujer principal ,
MARQUINA, PAULA.— Dichos. «Porque á su padre obedece , MARQUINA.
Eso que figura llama , Que el serlo vuestro estimáis. Y ¿dijote que vendría ?
Es un mocito en efeto , ELISA. SABINA.
Entre bellaco y discreto, Pan» que de mi os sirváis. Habléle como mandaste ,
Que de todo tiene fama. Licencia ese nombre os dio. Y leyendo tu papel,
Con la mano en el registro Id en buen hora , v creed Viene perdido de risa.
Hace una guitarra hablar, Que estimo tanto favor. LAURENCIA.
Y con la espada callar FELICIANO. Pues baja , y ábrele aprisa.
A todo mortal ministro.
Es por lo agudo un milagro , Es muy propio del valor SABINA.
Y entre engañosas quimeras, Hacer a humildes merced. Esteban viene con él.
Tiene las burlas v veras (Vanse Feliciano y Fisberlo.) LAURENCIA.
Como pemil gordo y magro. No es Esteban de importancia.
Es poeta de donaire ESCENA IX. SABINA.
Para seguidillas solas ; Ellos entran.
Danza , y con mil cabriolas ELISA, PAULA. LAURENCIA.
Dará de coces al aire. Tiemblo toda.
Por lo que es noble vo salgo , PAULA.
Sillas y estrado acomoda.
No hay que mirarle a los pies: Ya que Feliciano es ido,
Un don Diego Ordóñez es; Te quiero reñir, Señora , ESCENA XI.
Que aunque pobre, es buen hidalgo El haberle hablado agora
FISBERTO. Con rostro tan desabrido. CARLOS, ESTEBAN.— Dichas.
Hablas, Paula, con pasión ; Ya sé que nace de ver
Que este hombrecillo es un mico. Que Carlos se vaya á Flándes ; LAURENCIA.
Pero en desdichas tan grandes
PAULA. Es el valor menester. ¿De camino? •
Reportorio le suplico ¿ En qué piensas ? Vuelve en ti. CARLOS.
Con los que difuntos son. Voy á Francia,
ELISA.
FISBERTO.
Y en ninguna cosa veo
¡Ay Paula! Mi bien se va. Cuan desconocido estoy,
¿Cómo difuntos? ¿Estará en las postas ya? Como en que digáis que soy
PALLA. PAULA. Cosa que apenas la creo.
Ausentes; . Presumo, Elisa, que si. ¿ Quién , Laurencia . os ha engañado
Que si presente estuviera... ELISA. LAURENCIA.
FISBERTO. Pues ¿qué haré yo, que me muero? Estoy de vuestra partida
Le diera... La vida me ha de costar. Tan helada , que en mi vida
PABLA. PAULA.
Me he visto en mayor cuidado.
¿Con qué le diera? ¿ Cómo ó por qué causa os vais?
Bien lo puedes estorbar. ¿Es por celos esta ausencia?
FISBERTO. ELISA. Que ya, sin saber Laurencia
Con este pomo en los dientes. Paula , remediarlo quiero. La ciencia que profesáis,
PAULA. Vaya en buen hora el honor, Adivina la ocasión.
¡Pomo! ¡Jesús! ¿es de azar? Si es que algún remedio sabes. CARLOS.
FISBEBTO. PAULA. Para con vos, lo he fingido.
Por temer á Feliciano. .. Como eso contigo acabes , Por dar pena á quien ha sido
Me ha parecido el mejor La causa.
PAULA.
Dejar esta casa luego, LAURENCIA.
Bueno está , baje la mano; Y irle á la de alguna amiga,
Que no es libro de cantar. Tenéis razón.
Donde yo que estás le diga. Y con saber que no os vais
EL AUSENTE EN EL LUGAR. 203
Carlos , tan contenía quedo , . LAURENCIA. ESTEBAN.
Que diera albricias. Y aun pienso que á vos os pesa. . Vuestro concierto
CARLOS. CARLOS.
Habernos visto los dos.
No puedo Pesábame ; pero ja A mi Paula me ha dejado.
Pensar por qué me llamáis Que desta mano me asi, Si me quieres, aquí estoy.
Para consultar conmigo La que por celos perdí , SABINA.
Vuestras bellas manos boy. Hoy la venganza me da. ¡Ay, mi Esteban , tuja soy!
¿ Quién os ha dicho que soy LAURENCIA. LAURENCIA.
Quien buenas venturas digo, ¿Qué decís? Carlos, verdad te he contado.
Teniéndola yo tan mala? CARLOS. Yo te comienzo á querer
LAURENCIA. Que aquí se ve Por venganza y por furor;
Carlos, no me lo neguéis; Que vengaros intentáis Pero acabará en amor,
Que bien sé que lo sabéis, Con otro hombre. . Y en que seré tu mujer.
Y que ninguno os iguala. LAURENCIA. CARLOS.
CARLOS. ¿Y vos pensáis Cuando no fueras quien eres,
Esteban. Que si lo intento podré ? Por vengarme te adorara.
ESTEBAN. CARLOS.
Tuyo he de ser.
Señor... (Ap.áil.) Ya lo estoy aquí mirando, LAURENCIA.
[ve.» ¿Que es ido Cárlos y que Elisa vive? Vamos por Dios; que yo sé dónde vive.
Diciendo ansí, cubrió los ojos Carlos FELICIANO.
De un lienzo, y con dolor picó la posta, ESCENA XIV. Vamos , porque sosiegues ; mas vo creo
De suerte que pasó cual suele el rayo, . . (Ap. á Octavio.)
Que apenas de la vista se percibe. OCTAVIO , FELICIANO.— Dichos. Que por dar pesadumbre, por dar celos
ELISA. Laurencia finge lo que no es posible. '
¿Que es ido Carlos y que Elisa vive? octavio. (Dentro.) OCTAVIO.
; Desvenlurada de mi 1 Mis partes has de hacer como cuñado. ¡ Ay triste yo si fuese verdad esto !
¡Tan tarde á buscarle vine! LAURENCIA. ¡ De qué cielo he caido á tanta pena,
Alma loca, pies cobardes, Elisa , este es Octavio , y tu marido Cuando mas la esperanza sostenía
¿Quetan poca prisa os distes? Viene con él ; atápate y escóndele. La vida que guardé para Laurencia!
¿Qué obediencia fué la mia? ELISA. FELICIANO. (Ap.)
El alma ¿no nació libre? No voy menos picado y afligido ;
Dios ¿no me dio libertad? ¡Válame Dios !
Pues ¿qué es lo que dije y hice? LAURENCIA. Que no la quiero menos. ¡Qué vénganla
¿Adonde hallaré mi bien ? Poneos las dos los mantos. Ha lomado de mí si fuese cierto !
¿Por dónde podré seguirle? ELISA.
sabina. (Ap. á su ama.)
¡Cielos ! Si el alma me deja , Aquí detrás me escondo. Con una piedra misma los has muerto.
El cuerpo ¿de qué me sirve? (Entrante Elisa y Paula donde están (Vanse Feliciano y Octavio.)
¡ Oh notable imposible!
¿Que es ido Carlos y que Elisa vive? Curios y Esteban. —Salen Feliciano
y Octavio.) ESCENA XV.
¡Plega á Dios que si vol viere,
Donde mi padre me obligue OCTAVIO.
CÁRLOS, ELISA, ESTEBAN y PAU
A obedecerle jamás, ¿Porquécausa, LA , saliendo de donde estaban ocul
Que antes la vida me quite! Laurencia , se escondieron estas damas?
Vé , amiga , y di que soy muerta, tos ; LAURENCIA , SABINA.
LAURENCIA.
Di á mi padre que me viste Vienen de Atocha y por aquí se entraron; CARLOS.
Hacer pedazos : ¿qué aguardas? Que vienen por tocar, y las mujeres Detente , y no seas extraña ;
PAULA. No quieren que las vean en bosquejo. Que me quitaré la vida.
Señora , tarde te afliges ; Mas ¿ qué es la causa de que en esta casa
ELISA.
Advierte... Tengas esta licencia, Feliciano?
Detente tú, y no me toques ;
ELISA. FELICIANO.
Porque daré voces.
¿Qué he de advertir? Yo, Laurencia , no pienso que tuviera
CARLOS.
PAULA.
Atrevimiento devenir á verte, *
Menos que por hacerte este servicio. Mira
Mira... No cree Octavio que te tengo hablado ; Que soy tu Cárlos, mi bien.
ELISA. Soy su cuñado y obligado amigo, ELISA.
¿Qué quieres que mire? Su bien deseo, y lo será muy grande ¿Tú mi Cárlos?
PAULA. Para los dos que con mi Elisa vivas. CARLOS.
Laurencia , ayúdame. Concluyamos aqueslo si le agrada , Si , mi Elisa.
Pues de sus partes todo el mundo tiene
LAURENCIA. ELISA.
Tanta satisfacion : ¿qué me respondes?
¿Cómo? Tú mi muerte, tú mi infierno ;
LAURENCIA. ' Que tú mi bien es mentira.
ELISA.
Que estoy casada.
¿Que no le he de ver? ¡Ay triste! CARLOS.
FELICIANO. ¿Eres tú, Elisa del alma,
¿Que le dije que se fuese?
Que pudieron dividirse Tú, ¿con quién? La que á buscarme venias,
Dos almas que juma el cielo? LAURENCIA. Como la cierva las aguas.
¡Ah Carlos! ¿dónde te fuiste? Con Cárlos. De la ardiente yerba herida?
¡Oh notable imposible! OCTAVIO. Pues ¿cómo, si me has hallado,
¿Que es ido Carlos y que Elisa vive? ¿Qué Cárlos? Huyes de mí?
cárlos. (Ap. á Esteban , donde están LAURENCIA. ELISA.
eicondidos.) ¿No conoces á quien digo? Mas me incitas
No puedo sufrir, Esteban , OCTAVIO.
Con ver que negar no puedes
Aunque mas celos me animen, El Cárlos que conozco es ido á Flándes. El amor que me debías.
Ni las lágrimas que llora Cuando yo vengo á buscarte,
FELICIANO. Alma , fama , honra y vida
Ni las palabras que dice. »
Salir quiero. Dice muy bien Octavio, ese mancebo Perdidas , ¡ te hallo escondido
ESTEBAN.
Tomó la posta agora. Adonde yo me escondía
Tente un poco. LAURENCIA. De mi hermano y de mi esposo!
Fué fingido No mas: hoy verás á Elisa
CARLOS.
Porcosas que le importan ; mas locierto Casada con Feliciano.
Que me tenga no es posible. Es que Cárlos, Octavio, es mi marido, CARLOS.
¿No ves que me está adorando? Y'o soy mujer de Cárlos. Mi bien, escucha.
ESTEBAN. FELICIANO. ELISA.
Va que sabes que es tan firme ¿A Mu,c"
í.™ quién piensas,
|>iL-iraai, i>o ingas
Véngate, ensánchate. No digas
Laurencia , que das celos con mentiras? \ Palabra ; que no hay disculpa.
EL AUSENTE EN EL LUGAR. 565
FISBERTO. FISBERTO.
¡Oh qué graciosa partida! Gente por la calle ha entrado.
¡Qué lindas postas á Klándes ! ( Yate.) Porque estando escrito,
CARLOS.
Es en ley de hombres delito, FELICIANO.
Y infamia en el que es honrado., Rebózate.
:Elisa, Elisa divina, Cuando la palabra dieras FISRERTO.
Dulce Elisa' de mis ojos , ¿No es mejor
Estrella y luz de sus niñas! Solamente, Feliciano,
En posesión de villano Entrar en cas de Laurencia?
ESTEBAN. Quedaras si la rompieras, ••■>, FELICIANO.
Fuese , no te canses mas.— Cuanto mas una escritura. Es tarde para visita.
Aguarda, Paula querida,
FELICIANO. FISBERTO.
Paula , Paula de mis ojos, Eso fué en tiempos atrás; '■*
Lagaña de sus orillas, Pues desta puerta te quita ;
Ove. Que agora, ¿dónde hallarás No obligues que la paciencia
PAULA. ' Fe ni palabra segura? De Octavio se vuelva en furia.
Vayase el picaño .;'.," La firma, el prometimiento. FELICIANO.
Con la señora Sabina , Son como nubes ó espumas; ¿Qué me puede hacer Octavio?
Pues que le escondió en su casa. ( 1 ate.) Porque palabras y plumas FISBERTO.
Dicen que las lleva el viento.
CARLOS. Sentir de Elisa el agravio
FISBERTO.
Dame licencia que siga Y satisfacer su injuria.
Esta cruel. Esas plumas y palabras
LAURENCIA. No son las que á ti te obligan , ESCENA II.
Oye, Carlos. Porque estas prenden y ligan ,
Cuando bien los ojos abras. CARLOS t ESTEBAN, en traje de no
. CARLOS.
El amigo que promete che.— Dichos.
Tu discreción me permita Por palabra ó por papel
Que la detenga. {Vate.) Ser a su amigo fiel
ESTEBAN.
SABINA. Desde una vez hasta siete , Mira que hay gente en la calle.
Oye , Esteban. Y no lo cumple, no importa ;
El principe ó el señor CARLOS.
ESTERAN.
Haréle el rostro una criba. ( Vate.) Que promete hacer favor, Arrímate por ahí.
Y en la ocasión se reporta, ESTEBAN.
LAURENCIA. Mal hace ; mas es costumbre ; Dos hombres están aqui.
¡Dueñas habernos quedado! El juez y el escribano CARLOS.
¡ Oh qué mala aslrologia ! Que os promele dar la mano,
Mas yo buscaré remedio; ¿De qué talle?
Y os da después pesadumbre,
Que quien ama y solicita , ESTEBAN.
No es del honor detrimento .
Todo cuanto quiere alcanza. Que os haga prender después , De buen talle.
SABINA. Ni es maravilla , pues es CARLOS.
Luego ¿ya Carlos te pica? Vara sutil, pluma al viento; Mas ¿ si fuese el desposado?
LAURENCIA. Que pretendiendo el que ama ESTEBAN.
Si te digo lo que siento, Escriba y diga mil cosas , ¿Quieres que le dé un paseo?
Quien bien ama , tarde olvida. Y otras tantas fabulosas CARLOS.
Mi Terdad es Feliciano , Al mismo amante la dama,
Es negocio que se usa; Ver tu buen pecho deseo.
Si me le dejase Elisa.
Que un sastre, que un oficial ESTEBAN.
Mienta, es cosa natural, Voy.
Porque con mentir se excusa ; CARLOS.
Pero que habiendo firmado Vé alerta y embozado ;
ACTO TERCERO. Una escritura algún hombre, Pon de manera la capa
En infamia de su nombre Que no te estorbe al broquel,
La niegue, no es hecho honrado ; Porque hay antuvión cruel.
Calle. Demás de que le podrán Si ven que un hombre se escapa.
Por justicia convencer. ESTEBAN.
ESCENA PRIMERA.
FELICIANO. Ya estoy en mortal postura.
FELICIANO, FISBERTO. En cosas que entra mujer CARLOS.
Mayor licencia nos dan; Camina ; que aqui te espero.
F1SBERT0. Que hasta dar un hombre el si {Vate Ettéban á Feliciano y Fisberto.)
¿Eso le dijiste? Delante de un sacerdote.
No hay quien de infame le note fisrerto. (Ap.á Feliciano.)
FELICIANO.
Ni fuerce á cumplirlo ansí. Aqui viene un caballero ;
Sí. Ya sabes que es ordinario Encubrirte bien procura.
Este medio imaginé. El no hacerse un casamiento. FELICIANO.
Con que fuera le dejé
Del casamiento y del si. FISBERTO. ¡ Oh cómo viene arrogante !
FISBERTO. Que le hayas dejado siento. FISBERTO.
La escena es eu Sevilla.
DON ARIAS.
DON ENRIQUE. Porque sois de oro»
Doña Ángela de Vargas, de azul y oro, Maestre, esto de hablar en consonancia DOROTEA.
Tanto parece á Angélica la Relia , Y juntar de los versos la armonía , Antes anduvo discreto ;
Que aunque no conocemos el Medoro , No es la sentencia, el arte y la elegancia Que á haberme de oro llamado,
Mil Orlandos furiosos hay por ella. Con que se adorna y viste la poesía. Naciera en siglo dorado ,
La de lo negro con real decoro , Muchos la escribirán con ignorancia, Y fuera vieja en efeto.
Queera en escura noche blanca estrella, Padeciendo las musas tiranía ; [ñas, De plata fué cortesía,
Doña Leonor del Águila ; ya sabes Pero estos no son hombres, que son mo- Porque es un siglo después.
Que el águila es la reina de las aves. Muertos, en fin, por parecer personas.
DON ENRIQUE.
La de pajizo, que con mil memorias Algún desvanecido pensamiento
El vestido bordó de cañutillo, Probó á hacer versos , no acertó, y porfía, Verdad lo que dicen es,
Dina de dulces versos y de historias, Como miró incapaz su entendimiento , Maestre, por vida mia.
Que no es entendimiento la poesía. El ingenio es milagroso:
Se llama doña Brígida Carrillo ; Yo soy desde hoy su galán.
Por no tener sus conocidas glorias Si alguno la escribió sin fundamento,
270 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DOROTEA. DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE.
Mirando, Señor, están. A todo digo que salgo. ¿Saldrá la Niña?
DON ENRIQUE. ESCUDERO.
ESCUDERO.
¿Es por dicha algún celoso? Pues vuestra alteza , Señor,
Crea que soy Cueva, Arjona , No sé...
DOROTEA. —Ello ¿ no es encamisada?
Nolengo á quien dar enojos; Méndez , López, Juárez , Fáñcz ,
Benavídes, Santibáfiez, DON ENRIQUE.
Mas como con pocos trata , Buena , y con galas crueles.
Oigo decir que la plata Córdoba, Enríquez, Cardona,
La codician muchos ojos. I Sánchez , Vázquez v Lovola : ESCUDERO.
Vuestra alteza dé licencia , i Cuesta en mi tierraj Señor, En oyendo cascabeles ,
Porque á alguno no le sobre. | Un dedo el papel mayor... Yo la doy por asomada. (Vase.)
Que vuelva mi plata en cobre. DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE. ¿Cómo? ESCENA VIII.
Como vos me deis paciencia... ESCUDERO.
DON ENRIQUE, EL MAESTRE, DON
.DOROTEA. Por mi firma sola.
ARÍAS.
¿Para qué? DON ENRIQUE.
FÉLIX, ÜN CRIADO.— Dichos EL CRIADO. —DON ENRIQUE, DON NO; que aventuras mi honor
Y tu vida. Aqui detrás ,
ARIAS, FÉLIX. Mientras se vuelve , estarás ;
CRIADO.
Aquf está Félix , señor, CRIADO.
Que tiene un poco de amor,
Hermano de Dorotea. Y es noche de luminarias.
Ya está el vestido,
DON ENRIQUE. Y lo demás que llevas , prevenido. DON JUAN.
Entra, Chacón.
Que muy bien venido sea.— DON ENRIQUE.
CHACÓN.
(Vase el criado.) ¿Estilo el Rey?
CRIADO.
A no ser
Llegad , no tengáis temor. Hermano...
FÉLIX. Y el Gran Maestre. DON JUAN.
DON ENRIQUE.
¿Quién no le ba de tener en la presencia Acaba...
De un principe tan alto y generoso? Félix, (Escóndame don Juan y Chacón.)
Con cuidado be venido, pareciéndome Veámonos mañana.
Cosa muy nueva que importarle pueda FÉLIX.
ESCENA XV.
El servicio de un hombre tan humilde. Guarde el cielo
DON ENRIQUE.
Tus años, gran Señor ; que yo y mi her- FÉLIX.—DOROTEA.'lNES.
Rogarémos á Dios eternamente
Félix, á mí me han dicho que en Sevilla Que tus estados y tu vida aumente. [mana
FÉLIX.
No hay hombreque conozca los caballos El placer
Como vos, y que en casa habéis criado DON ENRIQUE.
Y el seso, cosas contrarias,
Un potro que de Córdoba os trujeron, ¡Ab, si! ¿Cómo se llama? No me han de dar, Dorotea ,
Que es excelente cosa. Yo querría FÉLIX. Lugar de hablarte con él ;
?ue le feriemos , esto lo primero; •Dorotea. (Vate.) Que caber mi dicha en él
lo segundo, que con gran cuidado DON ADÍAS. Es imposible que sea.
Ocho ó diez me busquéis para Castilla. ¿Qué vas trazando?
DOROTEA.
FÉLIX.
DON ENRIQUE. ¿Hante dado algún favor,
Pienso que hay otro Félix en Sevilla ; Junto materiales l'ai>el , cinta , abrazo ó puertas?
Que yo, Señor, ni sé ni tengo gusto Para aqueste edificio de mi gusto. FÉLIX.
De caballos ni potros; quemuriendo Mal con mi gusto conciertas;
DON ARIAS.
Mis padres , y harto pobres por fianzas , Que no es negocio de amor.
Dejaron una hija casi en pelo Ya el escudero y el hermano tienes.
DOROTEA.
En el pesebre humilde de mi casa, DON ENRIQUE.
Que CQn necesidad y honor se cria ¡Ay, Arias, por aquella niña ingrata ¿Pues qué?
Debajo del amparo de su tía. Daré un gigante de la misma plata ! FÉLIX.
Otro debe de ser del nombre mió (Vanse.) Por yerro, un criado
El que tiene ese potro y que conoce Del Infante me llamó ,
De caballos, Señor; que solo tengo Porque imaginó que yo
Esto que os digo y veinte 6 treinta libros, Era algún Félix que fia dado
A que soy en extremo aficionado ; Sala en casa de Dorotea. En criar potros y hacer
Que un pobreen ellos hal la sus jardines, Estudio en caballos : fui ,
Sus casas , sus caballos y sus galas. ESCENA XIV. Desengáñele de mi ,
DON ENRIQUE. DOROTEA, DON JUAN, CHACÓN, Y dile , hermana , á entender
INÉS. Que á ti sola te tenia
Basta; quese engañó por vuestro nombre En mi casa, tu belleza,
El queel recado os dio. Masvueslro talle Tu virtud y tu pobreza ;
Y buen entendimiento me ha obligado, DOROTEA.
Y fué tal la dicha mia ,
Yaqueos llamaron, quede vosmesirva. ¿ Cómo te has entrado aquf ? Que desde hoy soy su criado ,
¿Es casada esa hermana? DON JUAN. Y te quiere remediar.
FÉLIX. Porque hallé la puerta abierta. Yo voy, hermana, á llevar
Si lo fuera, DOROTEA. A las fiestas mi cuidado;
No estuviera, cual dije , en otro amparo. ¿No sabes tú que esta puerta No quise verlas sin verte
Es doncella discreta y virtuosa ; Es para mi esposo? Y esto de paso contarte.
Que lo menos que tiene es ser hermosa. El parabién vengo á darte
DON JUAN.
DON ENRIQUE. De nuestra dichosa suerte,
Si, Porque también me le des.
¿Por qué no la casáis? Y por eso intento yo, Voy por mi requiebro. Adiós ;
FÉLIX. Como tu esposo , él ganar No te acuestes ; que los dos
Porque po tengo Puerta que me la ha de dar Tenemos que hablar después. ( Vate.)
Lo que tan recebido tiene el mundo , Adonde ninguno entró.
DOROTEA.
Pues ya no es dote la virtud ; que todo No me muestres, Dorotea ,
Se ha reducido á plata y á dinero; Desden , por Dios te suplico ; ;. Hay historia semejante?—
Y con poderla dar toda de plata, Que si eres pobre y soy rico, Bien puedes salir.
No es plata de virtud la quese trata. Amor quiere hacer que sea (A don Juan, y ¿l tale.)
DON ENRIQUE.
El medio destos extremos
El casarnos , que es virtud. ESCENA XVI.
Estas, don Arias, son las cosas justas
A que debe acudir el justo príncipe. DOROTEA. DON JUAN, CHACÓN— DOROTEA,
¡Qué lástima, qué pena que me ha dado Estoy con grande inquietud. INÉS ; después, gente, dentro.
El ver pobre un hidalgo tan honrado !— INÉS.
Quedaos en mi servicio ; que yo quiero ¡Ay, Señora! DON JUAN.
De hoy mas haceros bien y remediaros. DOROTEA. De aquí
FÉLIX. ¿Qué tenemos? Dirás mejor, ó de mi ,
Tus generosos pies beso mil veces. INÉS. Si ya te sirve el Infante.
DON ENRIQUE.
Tu hermano. DOROTEA.
Yo miraré el oficio que convenga Dorotea. (A don Juan.) ¡ El Infante á mi ! ¿Por qué ?
Con vuestra calidad. Tú lo has querido. ,DON JUAN.
¡ En qué confusión estoy ! En el Alcázar te habló.
DON JUAN. DOROTEA.
¿nay mas de decir que soy Lo que mi hermano contó,
Claramente tu marido? Ni lo entiendo ni lo sé.
LA NIÑA DE PLATA. 270
DON JUAN. El uno es rey por lo menos , REY.
¡ A)-, Dorotea ! no es yerro , Y los otros dos también , Ella muestra algún disgusto.
Si eres á mi amor ingrata , . Pues que son sus dos hermanos, maestre.
Imaginar que tu plata El Maestre y don Enrique. Por su opinión le tendrá.
Para mí se vuelve en hierro. , DON JUAN.
DON ENRIQUE.
¿Qué es esto? ¿A qué quieres que lo aplique? Si vuestra alteza viniera
DOROTEA. DOROTEA. Con mas espacio , me holgara
¡Gracioso estás! Deja pensamientos vanos. Que Dorotea cantara,
Dame culpa de tu pena. ESCUDERO. Y demostración hiciera
CHACÓN. Agua piden, y han subido De muchas gracias que tiene.
Señor, la música suena. • Por ella. REY.
DON JUAN. DON JUAN. Eso quiere mas lugar;
¡Celos principes me das! Los mismos son. Allá la podéis llevar
uute. Escóndete aquí , Chacón. Para la fiesta que viene.
Señora, ¡la encamisada! CHACÓN. DON ENRIQUE.
¿Los cascabeles no escuchas? Paréceme que has venido ¡Qué tal será para mí!
dorotea. (A don Juan.) A jugar al escondite. (Vuelve el escudero con un barro de
Nunca de palabras muchas DON JUAN. agua, y paño.)
Fué satisfacion honrada. ¡Y dice que es testimonio! ESCUDERO.
En pocas digo que estoy CHACÓN. El agua es esta.
De esas culpas ignorante. í Al rey don Pedro, el demonio REY.
(Dentro ruido de caicabeles.) I Que le dijera venite. ¡ Bizarro
una voz. (Dentro.) \ (Vuelven á esconderse don Juan y Gentilhombre!
Gallardo pasa el Infante. Chacón.) maestre.
DOROTEA. ¿Cómo en barro,
Bien ves que á verle no voy. ESCENA XVIII.
Señora, se bebe aquí?
DON JUAN. EL REY , DON ENRIQUE y EL MAES DOROTEA.
A lo que pasa en la calle TRE, con sayos de fiesta, plumos, Lo poco que se contrata
Estás atenta , y no á mi. botas y espuelas.-DORÓTEA, INÉS. No da para mas valor ;
una voz. (Dentro.) Que en esta casa , Señor,
Dios te guarde. REY. Sola yo soy la de plata.
OTRA. ¿Sabéis vos que nos darán REY.
¿Es el Rey? Agua en esta casa? Brindara con vos á Enrique,
OTRA.
MAESTRE. A ser vuestra boca taza.
Si. Aquí MAESTRE.
voz. (Dentro.) La pediremos. Bien se pudiera dar traza
Enrique es de mejor talle. DOROTEA. Como á la boca se aplique.
DON JUAN.
Si a mí DOROTEA. •
Vuestras altezas me dan La traza , Señor, condeno ;
Ea , no estés tan inquieta ; Titulo de mar de España ,
Vele á ver. Poique taza de mujer
Daréles agua que sobre ; Sin su gusto , suele ser
DOROTEA.
Pero si no , soy tan pobre , Sospechosa de veneno.
Mira, don Juan... Que aun agua no me acompaña.
REY.
voz. (Dentro.) DON ENRIQUE.
El Maestre es muy galán. ¡Bien dicho, por vida mia!
Siéntese aquí vuestra alteza , Dovle esta cadena , y doro
DOROTEA. Descanse un poco por mi. Aquella plata con oro.
Que aunque no soy muy discreta , rev. (Ap. á don Enrique.) MAESTRE.
Siento tus atrevimientos. ¿Sabes quién es esta? ¡Qué ingenio!
Donde hay honra y opinión
DON ENRIQUE. DON ENRIQUE.
Nunca los principes son
Para iguales casamientos. Sí. ¡ Qué bizarría !
Yo estoy contigo , y allá REY. REY.
Pasa la fiesta en la calle ; Gran discreción, gran belleza.— Por qué os llamaron, deseo
Si tiene bueno ó mal talle Ea, venga el agua luego. Saber, en toda Sevilla,
No lo habernos visto acá. DOROTEA. De plata. ¿ Es por maravilla
Estima aquesta quietud. Yo voy. De las gracias que en vos veo?
DON JUAN. DON ENRIQUE. DOROTEA.
Si estimo; mas estoy loco. Eso no. No, Señor ; mas porque he sido
Todo me parece poco,. dorotea. (Ai escudero.) De muchos solicitada ;
Y conozco tu virtud. Escalante, Y por estar obligada
Traed agua al señor Infante. Del honor, con que he vivido,
ESCENA XVII. (Vase el escudero.) Enfermé de pensamiento;
Y temiendo que amor mata,
UN ESCUDERO. — Dichos. don Enrique. (Ap. d Dorotea.) Quise ofrecerme de plata
Quedaos vos á darme fuego. Al templo del casamiento.
ESCUDERO.
REY. MAESTRE.
¿Con este descuido estás? ¿Qué tiene Enrique, Maestre? (Ap. del. ) ¡Bien, por el hábito santo
DOROTEA. De Santiago!—Yo traía
maestre.
¿De qué he de tener cuidado? Estas reliquias, que habia
Antojos desta mujer.
ESCUDERO.
REY.
Estimado siempre en tanto.
Tres reyes se han apeado Que á mi hermano no las diera;
En nuestro zaguán, no mas. ¿Tan presto? Y á Dorotea las doy.
maestre.
CHACÓN. REY.
Dicen que al ver
Ni fueron mas á Belén. No es menester quien le muestre i Vamonos. ,
ESCUDERO. Por dónde al alma se va , i DON ENRIQUE. (Ap.)
niB<
mu..
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA III. LEONELO. ESCENA V.
Luego ¿es verdad en efeto
UN PAJE. — DON JIJAN, LEONELO; Que hace versos? CHACÓN. — Dichos.
después, UN ESCUDERO. DON JUAN.
CHACÓN.
Estos sí. [pretendas ¿ Está mi señor aquí ?
PAJE. (Lee.) « Ingrato* dueño mío , aunque
Aqui de la señora Dorotea Matarme con rigores y desdenes, DON JUAN.
Un escudero quiere hablarle. Y sin oir las partes me condenes , ¿Qué hay, Chacón?
DON JUAN. Quiero que mi verdad y amor entiendas. CHACÓN.
Dfle «Mas no es razón que sin razón me Escucha.
Que se vaya con Dios v que me deje , [ofendas; DON JUAN.
Porque crea Leonelo lo que digo. \ pues en otros gustos te entretienes, Di.
Y de mi honor mayores prendas tienes, CHACÓN.
LEONELO. Triunfa también desas humildes pren-
Eso , don Juan , no es justo , ni conviene Quiere , sirve, alaba , adora
»Cesen,porvidamia,losenojos; [das. La niña de Bercebú,
Al trato de tan noble caballero. Que príncipes conmigo son quimera,
Recebid el recado en cortesía. Que pasando por su calle...
Sueño del gusto, engaño de los ojos. —Mas mejor es que lo calle.
DONJUÁN. i Y cuandocomo piensas los rindiera,
DON JUAN.
¿Por voshede hacer cosa tan mal hecha? ¿Qué pierdes en tenellos por despojos,
Pues á tus pies con ellos ine pusiera?» Pues , necio , ¿ no sabes tú
LEONELO. Que una razón comenzada
Poneldo por mi cuenta ; que yo os juro LEONELO.
No se puede dilatar?
Que no lo sentis mucho. ¡ Notable humildad ! No hay gracia Pues no supiste callar.
DON JUAN.
Que uo tenga esta mujer. Habla.
DON JUAN. CHACÓN.
Dile que entre.
(Retirase el paje , y tale el escudero.) De tantas pudo nacer No importa , no es nada .
Su desdicha y mi desgracia. DON JUAN.
ESCUDERO.
Este papel me ha dado mi señora. LEONELO. Habla digo.
El soneto es amoroso, CHACÓN.
(Da d don Juan un papel y una caja.) Y muestra bien ser de dama.
¿Cómo con esa cara le recibes? En cuatro dias
Pero ¿cómo, cuando os llama, Que no habernos parecido
DON JUAN. Estáis tan tibio y celoso? Por su calle, hay tanto olvido
No la tengo mejor para papeles En esa caja ¿os envía De pasadas niñerías ,
De quien se deja visitar de principes. Vuestras prendas? Que agora acabo de ver
ESCUDERO. DON JUAN. A su puerta con mil cargos
Solías tú con palio recebirme, Por cobrar De ropa dos carros largos.
Mandarme regalar, darme aguinaldo ; Las suyas; que es engañar ¡Ah falsa , ah fiera mujer!
Ya te veo de suerte , que no quiero . Con regalo y cortesía. Vieras sillas, colgaduras,
Pedirte aquellas calzas y ropilla Yo las enviaré, cruel. Camas doradas , tapices ,
Que me mandaste. Ya conozco: amantes Colchas de seda...
LEONELO.
Son como arroyos que lloviendo corren, Abrilda, á ver. DONJUÁN.
Tras si lo llevan todo con la furia , ¿Qué dices?
DON JUAN.
Y en cesando, no dejan mas de piedras. CHACÓN.
Mas no quiero culparte, á mi me culpo; ¿Qué es aquesto?
Vidros, tarimas, pinturas,
Que siempre he sido desdichado en cal- LEONELO.
Hasta asadores , morillos
don ji'an. I>as- i Cómo? Y aderezos de cocina.
IdosconDios;que estoy cou pesadumbre. DON JUAN.
DON JUAN.
Decid á la señora Dorotea Otras prendas ha puesto; Bien el dueño se adivina.
Que con Chacón responderé. Mas estas , dice el papel.— ¿Son celos para sufrillos?
¡ Las reliquias del Maestre ¿Pareceos que viene bien "
ESCUDERO. Y memorias del Infante
„ No quiero Me envía! Con este papel , Leonelo ?
Parecer, en cansaros, escudero. ( Vase.) LEONELO.
LEONELO.
Digo que me libre el cielo
¡Dichoso amante! De sus embustes.
ESCENA IV. ¿Qué mas fe queréis que os muestre?
DONJUÁN.
DONJUÁN, LEONELO. DON JUAN.
Hasta del Rey la cadena ¿Que den
Licencia un honrado hermano
LEONELO. Viene aqui. Y una lia semejante
¿Cómo no abrís el papel? i LEONELO. A que tan libre el Infante,
DON JUAN. | Tal desengaño Sin otro respeto humano ,
Como ya el tiempo pasó ! Bien ha disculpado el daño Cubra de sus telas de oro
Que diera mil besos yo ! De la recebida pena. Casa que con tal limpieza
A cualquiera letra del. I Id á ver á Dorotea Tuvo el honor por riqueza
Humilde y agradecido. Y la virtud por tesoro?
LEONELO. ¡ Ah, vil interés, que puedes
DON JUAN.
Acabad ; que estáis muy necio. Hazaña discreta ha sido; Rendir la virtud y honor !
DON JUAN. Pero no sé si la crea. ¿No estaban , niña , mejor
Leerle quiero por vos. Desnudas esas paredes?
LEONELO.
i. No supiera yo vestillas
LEONELO. Eso es grande ingratitud. De seda, sin ser infante?
Por mi y por vos ; que por Dios, Enojareme con vos. No he visto amor semejante.
Que es ese mucho desprecio. DON JUAN. ¡ Camas, tapices y sillas !
don juan. (Abriendo el papel.) Digo que iremos los dos: ¡ Bravo amor ! De asiento están.
¡Bueno es esto! Tal es la fuerza y virtud CHACÓN.
LEONELO. Desta dulce encantadora. Cuando vi los asadores,
¿Cómo ansí? Me salieron mas colores
DON JUAN. Que á un ave que asando van.
El papel es un soneto. ¡Ah perros! dije entre mí ,
¿ No era mejor un marido
LA NINA DE PLATA. 283
Que todos los venenos , que le dieron Traigo cincuenta alfombras , que en la-
Noble , rico y bien nacido? Muchosnombre de hermano de la rouer- [bores
"DON JUAN. ¡Ohcuántosásusnianosperecieron, [te. Compiten con las nubes de los ciclos,
Chacón , mejor es ansí. De que se ven tan míseras memorias ! Al tiempo que las sombras son mayores.
Pues yo no pienso morirme , Oh cuántos de su triunfo esclavos fue- Traigo dos cajas de listados velos
¿Quien hay en todo el lugar ¿Está en Castilla esa mujer? [ron! De amarillo , de nácar, de morado,
Con quien la pueda picar, MAESTRE.
De flor de malva y de color de celos;
Y yo alegrarme y reírme ? Las glorias YUndigno solamente de'tu lado
LEONELO. De amor siempre consisten en violencias, En cuchillo de monte damasquino,
un cinto de lobo tachonado ,
En su misma calle vive De que testigos son tantas historias.
Marcela. Los desdenes, Señor, las resistencias Que por las cerdas del color marino,
Sale tan bien el oro y los diamantes,
DONJUÁN. De aquella dama que una noche viste Que deslucen desnudo el temple fino.
Tienes razón. (Que dijera mejor impertinencias), Esto , con otras cosas semejantes ,
¿Conócesla tú , Chacón ? Tan mal Enrique y sin valor resiste, Te presenta mi rey por obediencia,
Que se deja morir de puro amante ,
Ni duerme ya, de despechado y triste. Para que á tu grandeza le levantes.
CHACÓN.
A escribilla te apercibe ; REY.
Que es una dama gallarda, REY.
Bien debe vuestro rey correspondencia
Que sabrá bien despicarte , ¿Hay lástima , hay suceso semejante? Justa á mi grande amor, moros honra-
Y to la he visto mirarte, ¡ En dos dias de amor ! filos,
Y sé que há dias que aguarda MAESTRE.' Que le he puesto en tan alta préminen-
Que le digas que deseas Verdad te digo, Venci sus enemigos, que postrados [cia.
Visitarla. Y que de plata es niña de diamante. Yacen ante sus pies , y en paz procuro
DON JOAN.
REY. Conservar con mi fuerza sus estados.
Yo querría Esta noche los dos iréis conmigo ; Agradezco el presente, y aseguro
No verla agora de dia. Que yo se la traeré tan blanda y tierna, Las treguas por los años del concierto.
LEONELO. Si con regalos de quien soy la obligo , ALÍ.
Pues ¿no es mejor que la veas? Que viva Enrique, á quien tan mal go- Tú solo has sido su defensa y muro.
DONJUÁN. La razón natural de su albedrío. [bierna El queda de tu amor y amparo cierto,
No ; porque aquella cruel DON ARIAS. Y por nosotros á tus pies se inclina.
No vea que á rogar voy. Piensa ganarla niña fama eterna REY.
Sino que admitido soy. Con mostrar al Infante mas desvio Maestre...
LEONELO. Que si fuera su igual : tanto se precia MAESTRE.
Bien dices: rasga el papel , Del casto honor. Gran Señor...
Y del oro que te envia REY. rey. (A¡>. á él.)
Haz un presente á Marcela , ¡ Extraño desvario! Agora advierto
Para que el golpe le duela, La casadas imiten á Lucrecia, Que sabiendo este moro medicina
Si se le viere algún dia. En resistirse digo , no en matarse ; Con la curiosidad que estos la saben,
DON JOAN. Que en esto todos dicen que fué necia. Que con yerbas es cosa peregrina ,
Si verá ; que á San Antón ÍQue tal quimera pudo levantarse Podrá ser que curándole se acaben
A misa las tiestas van. ,a noche de la máscara , Maestre? Las tristezas de Enrique. #
LEONELO. MAESTRE. MAESTRE.
¡ Linda venganza , don Juan ! No puede el pobre Enrique repararse ; Ser podría,
DON JOAN.
No hay hombre á quien alegre el rostro O no será razón que los alaben.
Esta noche tú y Chacón don arias. [muestre. REY.
Iréis conmigo ; que quiero Ya están aquí los moros de Granada. Moro...
Liberal del oro nacerme, REY. ZCLEUA.
Porque se arroje á quererme. ¿Y será menester quien los adiestre? Señor...
LEONELO. REY.
DON ARIAS.
Notable venganza espero. Bien saben nuestra lengua. De gran melancolía
Tengounhern anoenlermo, á quien ado-
CHACÓN. Y que le cures deste mal querria. [ro,
Yo quiero ser tu alcahuete, ESCENA VII.
ZULEMA.
Y si te acierta á agradar ZULEMA, ALl, moros.— Dichos. Pondré en darle salud , á fe de moro,
Marcela , bien puedes dar
Con la niña en Tagarete. La diligencia que verás.
ZULEMA.
(Vanse.) ALÍ.
En tu sagrada Bien puedes
Frente pongan los cielos mil laureles, Fiarle de Zulema.
Ganados por los filos de tu espada.
REY.
Salón del Alcázar. El alcaide , Señor, de los donceles
Con la embajada de Mahomad venia, Si un tesoro
ESCENA VI. Moro de lo mejor de los Gómeles ; Me cuesta su salud , quiero que quedes
Pero llamóle Alá casi en el dia Del amor que le tengo satisfecho.
EL REY, EL MAESTRE, DON ARIAS. Que entrara por Sevilla si viviera. ZULEMA.
El Rey, que ha de la ciencia mia, En mandarme, Señor, me haces merce-
REY. Partir me hizo ; pero ya no era alí. tu
¿Adonde está mi hermano? Tiempo de medicinas ; que la muerte curas notables en Granada ha hecho,
MAESTRE. Nunca vuelve á envainar laespada liera. Y adivinado cosas por las manos
No está bueno; Murió , y en vez de Zaide vengo á verte, Que hacen temblar el mas robusto pe-
Sue desde ayer le ha dado una tristeza, Trayéndote las treguas confirmadas , REY. LCh0-
ue de todo placer le tiene ajeno. Y la obediencia á rey tan alto y fuerte.
REY.
Con ellos treinta yeguas alheñadas , Juicios para mi son cuentos vanos.
Con dos potros al lado cada una, Ve, Maestre, y enséñale mi Enrique.
¿Al Infante tristeza? Y con inanias de grana encubertadas. MAESTRE.
MAESTRE. No se parece en el color ninguna, Vén conmigo.
La belleza Y todas en las alas se parecen ; [na . ZULEMA.
De una mujer le tiene desta suerte, Que corren mas que el tiempo y la fortu- Los cielos soberanos
Preciada de su honor y su nobleza. Adargas y jinetas las guarnecen , Guarden tu vida.
REY. Cuyos campos ocupan mascolores [cen. (Von»« el Maestre y lodos los moros.)
Maestre , es el amor tanto mas fuerte Que en los verdes de abril cuando Üore-
284 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA VIII. Te dije que este don Juan DOROTEA.
Era un Gngido galán ! ¿Pasaráslo tú por mi? •
EL REY, DON ARIAS. Bien Jo que tienes mereces. (Vate Teodora.)
Solamente pretendía
RF.Y.
Tu deshonor, no casarse ; ESCENA X.
En tanto que este aplique Pretendió desobligarse,
Remedios á su amor ó A su accidente, Vio tu firmeza y la mía , DOROTEA.
Don Arias, y su vida pronostique, Y con tan poca ocasión
Por otra parte quiero yo que intente ;Ay triste! ¡cuan necia di
Como entrar aquí el Infante, Mi libertad á un tirano !
El interés curar á esta señora Muy á lo celoso amante ,
De la dureza que en el pecho siente. ¿Qué mas he podido hacer
Finge mal de corazón. Que darle satisfacion?
DON ARIAS. No quiso mas de una sombra Yo mudé casa, en razón
¿Cómo? Para huir de obligaciones. De pretenderme esconder
REY. En que muy necia le pones. A los ruegos del Infante ,
_ En la calle de las Armas mora ; DOROTEA. Promesas y montes de oro;
Son señas de su casa dos balcones ¿Sombra , si de un rey se asombra ? Por el sujo y mi decoro
Azules , que al salir el sol los dora. ¿Qué sabes tú si ha sabido He sido un Arme diamante.
Si á mano izquierda como vas le pones, Las diligencias' que ha hecho? Yo le escribí y le envié
Te llamarán las flores y claveles Las joyas: ¿cómo su trato
TEODORA.
Que encubren de su dueño las traiciones. Con uñ desden tan ingrato
Llévale pues seis pares de doseles Si no han sido de provecho,
¿De qué se muestra ofendido? Paga mi amorosa fe?
(Así llaman aquí las colgaduras), No es posible. Subir quiero
Con cuadros que envidiarlos pueda Apé- Que solo el mudarte aqui Al balcón ; que podrá ser
Acompaña doseles y pinturas [les ; Porque de tí no supiese , Me venga esta noche á'ver ;
De dos piezas de tela y terciopelo. Le obligaba á que te diese
Salisfaciones á ti. Que bien creerá que le espero.
DON ARIAS. El no responderme abona
El oro ablanda basta las peñas duras. DOROTEA.
Que para verme se apresta,
REV. De eso está tan olvidado. Porque no hay mejor respuesta
Llévale mil escudos (que recelo Que aun no sabe que aqui vivo. Que de la misma persona. ( Vate.)
Que es pobre esa mujer) y dos cadenas TEODORA.
Que valgan otros mil. Pena de verte recibo
DON ARIAS. Con tan injusto cuidado. Calle en que están las casas de Dorotea y
Cayó en el suelo. Y esta noche mucho mas ; Marcela.
Que con la pena que tienes,
' REY. ESCENA XI.
A la reja vas y vienes,
Como es Enrique nuevo en estas penas, Pero sin provecho vas ;
No sabe que las damas quieren oro ; Que don Juan entretenido DON JUAN, LEONELO ; CHACÓN, á lo
Que no viven de sangre de las venas. En casa de alguna dama, bravo.
Con él le curaré mejor que el moro. Eso que debe á tu fama leonelo. (Señalando la cata en que vi
(Yante.) Tendrá ya puesto en olvido. vió Marcela.)
¡ Bien te casarás agora!
Esta es , don Juan , la casa de Marcela ;
DOROTEA. Mas pienso que te inclinas con mas gusto
Sala en la nueva casa de Dorotea Pues ¿qué he perdido? A la de aquella niña en quien la tienes
TEODORA. Porque despuésqueentramos en la calle,
ESCENA IX. Todo es mirar sus puertas y balcones.
Opinión.
DOROTEA, TEODORA. DOROTEA. DON JUAN.
TEODORA.
Si ya no vives allí? Que en su casa entraba
¿Son celos del? Vete á acostar. Don Arias, gran privado del Infante.
TEODORA. Llevaban dos criados ricas piezas
DOROTEA. De telas de oro, y otros dos dineros
Hoy en un tierno papel , Eso si.
¿•Es posible que te obligue En cantidad , al un joyas de príncipe.
Tía , le quise obligar Propuse no decírtelo; mas viendo
A nuestra amistad pasada , Un desden á tales celos ?
Querrás muy loca esperar ?ue te enterneces viéndote en su calle,
Y con tal satisfacion , que es contra tu honor volver á verla,
Que mereciera perdón . A ver si te viene á 'hablar.
Quise con este desengaño darte
No estando con él casada. DOROTEA.
De tu desdicha y su mudanza parte.
Pero ni me ha respondido , Esos serán tus consuelos. DON JOAN.
Ni al criado preguntado Vete con Dios; que á tomar
Nuevas de mi . El fresco voy al balcón. Confiésote, Chacón , que enternecido
De memorias pasadas, me llevaba
TEODORA. TEODORA. El alma á las ventanas de esa fiera,
Tu cuidado Para fuego de afición Y que pudiera ser que me rindiera ;
Merece tan justo olvido. No hay aire fresco en la mar. Mas ya con este santo desengaño.
¡ Ah sobrina ! ¡cuántas veces Tú te cansarás en vano. Con este saludable advertimiento ,
LA NINA DE PLATA.
Para siempre de verla me despido. DOROTEA. Desde una vez que os hablé,
No mas, no mas: afuera, pensamiento. ¡Jesús! ¿qué buscáis aquí? Pasando acaso a Triaua,
Si algunoestaba en mí, quecomo espíritu DON JUAN.
Tapada en un barco.
No queria salir á tanto apremio, Días bá que os busco á vos. DON JUAN.
No se defienda á la violencia santa Echad
Ueste conjuro que Chacón me ha dicho. DOROTEA.
La cinta.
¿ No es esta la ventana de Marcela ? ¿A mí? Engañaisos, por Dios; DOROTEA.
Tira una china, llama. Aquesto es hecho.Que no me ñuscáis á mi.
Si vuestra Niña de Plata Tomad y atad. {Echa la cinta.)
LEONELO.
Os ha hecho algún desden , Entrarán por la ventana,
Si va á decir verdad , yo te queria O vos (con celos también Y vos , joya demás precio ,
Conducir á tu niña , imaginando De que nuevos gustos trata) Por esa puerta otro dia.
Que te hacia lisonja ; que un amante La queréis amartelar DON JUAN.
Suele siempre negar lo que desea, Tan enfrente que lo vea , En esta caja os envia ,
Y quiere que le nieguen lo que quiere ; Soy yo muy necia y muy fea , Marcela, un amante necio
Mas viendo que ya tiene don Enrique Y antes la podréis vengar. Los ricos despojos de oro
Posesión tan pacifica en su casa , Id con Dios ; que no soy buena De aquella Niña de Plata.
Oigo, que ni la busques ni la nombres. Para dar celos conmigo. {Ata con la cinta la caja.)
DON JUAN. {Ap.) DON JUAN. DOROTEA.
Abrasándome estoy de puros celos. Oid , oid. Quien bien ata bien desata.
Quiero disimular. Paciencia ¡oh cielos! DOROTEA. Creed , mi bien , que os adoro.
¡Ay amigo! donjuán. .
ESCENA XII. A estas horas anda en pena. Subid quedo.
Vaya, llame, llore, diga DOROTEA.
DOROTEA, saliendo al balcón.— Di Que se casara con ella. Gente viene.
chos , en la calle. DON JUAN. {Sube la caja.)
Si sabéis , Marcela bella , Perdonad , mientras que pasa ,
DOROTEA. {Ap.) Por el honor desta casa. {Vate.)
Tres hombres hay en la calle ; Lo que á olvidarla me obliga ,
Mirando el balcón están: Mirad que soy caballero.
DOROTEA.
ESCENA XIII.
O es deseo de don Juan ,
O lo parece en el talle. Luego ¿tratáis de olvidalla? FÉLIX.— DON JUAN, LEONELO,
Sin duda es él, que celoso DON JUAN. CHACÓN.
No quiere llegar á hablarme. No; que olvidalla era honrada ,
DON JOAN. Pues confiesa que primero FÉLIX. {Ap.)
Todo fué determinarme. Tuvo amor quien olvidó. ¿Que siempre esta calle tiene
Amor, ya estoy en el coso ; DOROTEA. Gigantes por las esquinas?
Muera del engaño el toro, Pues ¿nunca la habéis querido? don juan. (.1 Leonelo.)
Si el desengaño le mata. DON JUAN. ¿Cómo Chacón ha dejado
Kindetc , Niña de Plata , Quien la ha puesto en tanto olvido, £asar aquel embozado?
Ríndete á Marcela de oro. ¿Cómo dirá que la amó? LEONELO.
CHACÓN. De miedo: ¿no lo adivinas?
DOROTEA.
Eso si , juega al Tentoy, Eso es mentira. ¿Cómo te fué con Marcela?
Y embida tres piedras mas. don juan.
DON JUAN.
don juan. (A Dorotea.) Todas las joyas le di.
Esperad.
Si oyendo , Marcela , estás Hoy me ha escrito este papel , LEONELO.
Que desde aquí tuyo soy, Y me ha enviado con él , ¿Las joyas?
Abre ese balcón y advierte... Para mas seguridad , DON JUAN.
DOROTEA. {Ap.) Unas joyas que le dieron . Sí.
¡ Ay triste ! Aqueste es don Juan , El Rey y los dos Infantes : LEONELO.
Que de Marcela galán , Si el dar prueba los amantes , ¿Todas?
La requiebra desta suerte. Y amores las obras fueron, DON JUAN.
Sin duda que no ha sabido Para que vos entendáis Sí;
Que á su casa me he mudado. Lo que la estimo, un listón Que amor sin alas no vuela.
El viene á verla engañado : Echad por ese balcón ,
Puesto que al sol le pidáis LEONELO.
Ventura notable ha sido. ¿Y tomólas?
Fingirme quiero Marcela ; Del cabello que os enlaza ,
Y atadas en él, veréis DON JUAN.
Quietóme desengañar. Con la mano.
don juan. (A Leoncio y Chacón.) Si quiero que las gocéis.
DOROTEA. LEONELO.
En las rejas oigo hablar;
Los dos os poned envela No me disgusta la traza. ¿De qué suerte?
Guardando esas dos esquinas. Pero ¿qué os mueve á desprecio DON JUAN.
LEONELO.
Tan grande? A su balcón
Ponte á esa esquina , Chacón. DON JUAN. Las subió con un listón :
Echad el listón ; Esto es negociar, hermano.
CHACÓN. Mañana soy dueño aquí ,
Que aun de hablar desta ocasión
Habla , y venga un escuadrón ; Me afrento y tengo por necio. Y á la niña doy martelo.
Yo basto á treinta gallinas. DOROTEA. FÉLIX. (Ap.)
DON JUAN. Besóos las manos, don Juan , Estos andan con recelo ,
Marcela, Marcela, ce. Por las joyas; y aunque siento Pues que se encubren de mt.
Dorotea. {Fingiendo la voz.) Que es liviandad de mi intento Quiéreme entrar á acostar,
¿Quién llama? Tomar joyas de un galán Pues traigo llave. {Abre y éntrate.)
DON JUAN. Tan recien venido á verme,
Por sola satisfacion ESCENA XIV.
Un nuevo galán. De que es cierta esa afición ,
DOROTEA. Y asegurarme á perderme , DON JUAN , LEONELO , CHACÓN .
¿Es por ventura don Juan ? Quiero tomarlas; que á fe
DON JUAN.
DON JUAN. Que deseaba este día ,
Porque en el alma os tenia Oye , espera.
Ventura el hallaros fué.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
LEONELO. Y en parte está disculpado. DON ARIAS.
¿Qué quieres? ¿Eso te altera? Mas las joyas que le ha dado El Rey mismo está allí, que por ti viene.
DON JUAN. Fué gran ñioscatelerfa.
Pero él las sabrá cobrar, MARCELA.
¿Ncviste aquel hombre entrar? ¡Tanta merced, Señor!
LEONELO.
Haciendo alguna invención.
¡Y cómo! DON JUAN.
rey:
DON JUAN. Llama á esa puerta , Chacón. Vente conmigo;
Que esto puede la vida de un hermano.
Pues ¿dónde entró? LEONELO. (Vanse el Rey, Marcela, el Maestre y
LEOXELO. ¿Mejor no fuera llamar don Arias.)
¿ Dónde? En casa de Marcela. Ala de Marcela, di,
Y sacarle de los brazos DON JUAN.
DON JUAN.
El galán á cintarazos? Leoncio , el Rey es este , y Dorotea
¿Hay tan notable cautela ? Se va con él.
DON JUAN.
LEONELO. LEONELO.
jLinda cabeza! Eso sí.
¿Cautela , don Juan? Cuando la quisiera hien, ¿En qué le has conocido?
DON JUAN. Perderme fuera razón. DON JUAN.
¿Pues no? Llama á esa puerta , Chacón. En el traje, en el talle, en mi desdteba.
LEONELO. CHACÓN.
Sin duda que es el otro don Enrique.
No , porque si este era el dueño , ¡ Con qué gracioso desden ¡Malo estaba de ver! ¡Yo soy perdido!
Por fuerza habrás de callar. Te ha de recebir la Niña, CHACÓN.
DON JUAN. Viendo que á rogarla vas! ¿Quieres que acuchillemos estos reyes?
Ya me ha pesado de dar DON JUAN. DON JUAN.
Las joyas , mi fe te empeño. El amor me obliga á mas. Hablas, gallina, en cosas imposibles.
¡Pesia tal con la!... ¿Qué se me da que me riña? ¡Ay Diosf ¡ cómo pretende asir el viento,
LEONELO. LEONELO. Parar el sol y detener los rayos,
Detente. Quedo; que viene gente por la calle. Cuando abrasando las confusas nubes
Rompen el aire con horribles truenos,
CHACÓN. CHACÓN.
Quien piensa en la mujerponerfirmeza!
¿Qué tenemos? ¿Hay quislion ? Tres hombres son, Señor, arrodelados. Pues no me he demorir. Animo, amigos.
DON JUAN. DON JUAN. Volvamos á las rejas de Marcela;
Basta ; que he dado , Chacón , ¿Deque tiemblas, gallina?Sean cuarenta. Que solo desquitarme me consuela.
Mis joyas livianamente LEONELO.
A la dama desta casa. ESCENA XV. Bien dices : por ventura habrá salido
CHACÓN.
EL REY, EL MAESTRE, DON ARIAS, El galán, y entraremos á conversa;
¡Bien! Que canta un poco, y tiene dos esclavas
DON JUAN.
en hábito de noche. — Dichos. Que bailan por extremo y bufonizan.
Y apenas se las df, hey. (Acércanse d la casa que habitó Mar
Cuando entrar un hombre vi. Gente hay aquí. cela.)
¡Hay tal maldad ! ; Esto pasa! MAESTRE. DON JUAN.
CHACÓN. ¿Qué importa que haya gente? Tiro esta piedra. ¿Abrieron?
¿Díjote que no entraría , BEY. CHACÓN.
Si se las dabas? Preciado está el Maestre de valiente. No se acuestan
DON JUAN. DON ARIAS. En esta casa hasta que sale el alba.
No. ¿No tiene obligación?
C1IACON.
REY.
ESCENA XVII.
Pues, Pues yo os prometo DOROTEA, saliendo á la reja. —DON
Demás de que eso no es Que aunqu e soy rey yreserva rme esjusto,
Traición ni descortesía , Que me saben tan bien seis cuchi I ladas JUAN, LEONELO, CHACÓN.
¿No es justo que entre el primero, Como al bravo mejor de aquesta tierra.
Si es el platero? DORÓTE K.
DON ARIAS. ¿Quién llama?
LEONELO.
¡Y cómo si se sabe de experiencia ! DON JUAN.
¡Buen trato! Mas quisiera topar con treinta bravos Don Juan soy, Marcela mia.
DON JUAN. Que a vuestra majestad sin conocerle. Dorotea. (Fingiendo la voz.)
No lo entiendo. REY.
CHACÓN. Tú debes de hacer hora en esta calle;
¿Está avisada esta mujer que vengo Y como tu ocupada Dorotea
Al que hace el plato Para ser su escudero?
Llaman las damas platero. Debe de estarlo , en tanto te entretienes
DON ARIAS. Inquietando mis puertas y ventanas.
DON JUAN.
„ ,. , , En dando un silbo, (Chacón se aparta á un lado.)
Pues si tengo de sufrir Saldrá á la puerta.
Que entre un hombre como yo DON JUAN.
Donde el desden me forzó , ' REY. Marcela mia , la verdad te digo.
Mas que el amor, á venir, Pues ¿qué aguardas?Silba. Yo vine á despicarme , amartelado
Mejor es sufrir á un rey don arias. (Llegándose á la casa don De los celos cíe aquella ingrata niña,
Donde tengo gusto: vamos de vivió Dorotea.) Si de mis ojos, ya de mis enojos.
A Dorotea , y suframos Miraba aquellos hombres. Volvióme amor á requerir sus puertas;
De amor la tirana ley. REY.
Llegó (decirlo quiero ) el Rey, y al punto
No me replique ninguno ; Que hicieron una seña , Dorotea
Silba, acaba. Salió á la puerta , y del acompañada ,
Que mas quiero á Dorotea don arias.
Con gusto y rey , que á quien sea Silbé.—Salió. Y el Infante también , si allí venia ,
De otro , y yo sin gusto alguno. Se fueron al Alcázar. Mira agora
En esta resolución ESCENA XVI. ¡ Qué doncella serví para casarme !
Reventó mi amor celoso. ¡De quién fié mis locos pensamientos!
¡Guardaos; que corre furioso! MARCELA , con sombrerillo y reboci Ábreme ; que ya estoy desengañado.
LEONELO.
llo, saliendo déla casa donde vivió Mi hacienda te daré, todo soy tuyo.
¿Qué dices desto, Chacón? (Ap. á él.) Dorotea.— Dichos. Robaréal Veinticuatro, por Dios vivo.
Mañana te daré dos' mil escudos.
CHACÓN. MARCELA. DOROTEA. r,|(1
Que esto ya me lo sabia , Las señas esperaba. Quedo,quedo,donJuan;quesihecalla-
LA NINA DE PLATA. 2S7
Mas cuando tocas tanto al honor mió , LEONELO. Que tiene toda Sevilla.
Quiero que de tu error te desengañes. Vén , Chacón. músicos. (Cantan.)
¿No conoces mi voz? ¿ Tan ciego vives? CHACÓN. Caminad, suspiros,
Dorotea soy yo, no soy Marcela ; ¿Qué tenemos?¿Hay tinieblas? Adonde soléis,
Marcela es la que el Rey lleva consigo. LEONELO. Y si duerme mi niña,
Aquí vivió Marcela ; que esta casa ¿Por qué lo dices? No la recordéis.
Por huir del Infante vivo agora , DON ENRIQUE.
Y esa Marcela, en la que yo vivía. CHACÓN.
Óyeme bien, y mírame á la cara ; Si hay lamentaciones ¡Extremada, y mas que buena!
No me afrentes mañana por Sevilla ; Y escuridad , ¿qué quieres que te diga ? ¡Linda letra!
Que soy mejorquetú.y en honra puedo LEONELO. MÚSICO.
Decir que puedo competir conmigo ; La Niña está enojada por Marcela. ¿Esta te agrada?
Quenonaymashonraquelaqueyo tengo. CHACÓN.
DON ENRIQUE.
Testigos estas joyas que me ñas dado, Pues déle un tres , y cesarán las riñas ; Niña dormida y guardada
Pues que yo te las di por no tenellas; Que es antiguo remedio para niñas. Fué la causa de mi pena.
Que quiero mas desnudas mis paredes ¡Excelente, linda cosa!
Y vestido mi honor, que á treinta infantes. {Vanse.) ¿Quién la hizo?
Vete , villano, vete con Marcela ; MÚSICO.
Sigúela donde va: para ti es propria ; Yo, Señor.
Que los hombres quereísquien os abrase; Salón del Alcázar.
Porque con malas obras andáis finos, DON ENRIQUE.
Y en amándoos pagáis con desatinos. ESCENA XIX Agora diste en mi humor.
DON JUAN.
Con niña es letra famosa.
DON ENRIQUE , melancólico; «tísicos, MÚSICO.
Quedo, quedo, señora Dorotea; CRIADOS.
Que esos blasones fueran .muy bien di- ¿Esto llamas novedad?
Y los oyera yo de buena gana , [chos, DON ENRIQUE.
Sin niña y madre no hay letra.
Cuando no hubiera visto ¡ ah santo cielo! Cantad otra, por mi vida; DON ENRIQUE.
Entrar un hombre con su misma llave Quees esa muy enfadosa. Esta el alma me penetra.
Por esas puertas. UN MÚSICO.
Cantad, que duerme, cantad.
DOROTEA. La de Cleopatra es famosa.
Y eso ¿quién lo niega? DON ENRIQUE.
ESCENA XX.
Entró mi hermano; que mi hermanopue-
[de Vaya. ¿Es nueva? UN CRIADO. — DON ENRIQUE, músi
Entrar sinque mi honor manchadoque- MÚSICO. cos, criados; después, EL MORO
Y para que lo veas , vive el cielo [de. Es nunca oida. ZULEMA.
(Que otra vez no te he dicho tal palabra), (Cantan.) El blanco y nevado pecho, CRIADO.
Que has de entrar en mi casa y has de Posada del dios Cupido...
don jdan. [hablarle. DON ENRIQUE.
El moro , á quien hoy mandaste
No mas ; mataisme el oido. Aquella figura hacer, .
No, mi vida, no es justo, yo lo creo, Dice que te quiere ver.
Sino que yo te adore, y que tú muestres MÚSICO.
DON ENRIQUE.
Tu generosidad en perdonarme. Que es triste el tono sospecho.
Vesiue aquí de rodillas á tus rejas. EDtre.
DON ENRIQUE. (Sale Zalema con un papel.)
Dorotea. [hora; No topa en eso. —A buen tiempo llegaste.
¿Perdonarte?¡Oh québien! Vete en buen MÚSICO. ZULEMA.
Que Marcela saldrá por la mañana, ¿Es secreta Dame esos pies.
Hermosa , linda , colorada y fresca , La causa? DON ENRIQUE.
Y le darás tu hacienda y tus regalos, [so DON ENRIQUE.
Robando al Veinticuatro, á quien vo pien- No es razón
Fué porque llama Que de esa manera estés.
Escribir un papel de tus maldades ; A los pechos de esa dama
No piense que conmigo vas gastando ¿Qué hay de la (¡gura?
Mesón de amor el poeta.
Eso que ron la rabia y la cautela ZULEMA.
MÚSICO.
Le pensabas robar para Marcela. (Vate.) Quees
Esta escucha. Contraria á tu pretensión
DON ENRIQUE.
ESCENA XVIII. Venus, que á la Luna mira
Quiero oilla. Con grande malicia opuesta ,
DON JUAN, LEONELO; CHACÓN, re MÚSICO. Y con Marte manifiesta
tirado. Si no te agrada , perdona. Que por un hombre suspira
(Cantan.) Por los cafiosde Carmona De su calidad igual.
DON JUAN.
Por do va el agua á Sevilla... Los dos se miran de trino;
DON ENRIQUE. Después que tu alteza vino ,
Mi bien, espera ; espera, niña mia, Por celos se traían mal.
Hermosa plata, limpia, tersa, pura, No mas. Aqui muestra el sol que un dia
Lustrosa mas que suele estar la nieve MÚSICO.
Pues ¿qué te da pena Sola contigo estará;
En los extremos de los altos montes. Pero libre quedará
Mi vida , escucha , ó mataréme. De aquesta leira , Señor?
Su honra de tu porfía.
DON ENRIQUE. •
LEONELO. Pero retírate mas ;
Advierte Cantalda á algún aguador. Que aunque de aquesta mujer (Ap. á él.)
Que despiertas las gentes. ¿Eslásloco? Para algún enfermo es buena. Miré tu amor, puede ser,
DON JUAN. MÚSICO. Aunque tan seguro estás ,
¿Habéis oido lo que aqui ha pasado? Tú lo estás; oye, te ruego. Que haya visto algunas cosas
DON ENRIQUE.
Que son de mas importancia.
LEONELO.
DON ENRIQUE.
Y ¿no es mejor que aquella sea Marcela, Esta enfermedad no fragua
Y sea Dorotea tan honrada? Amor con deseos de agua ; ¿Cómo?
Hidrópico soy de fuego. ZULEMA.
DON JUAN.
MÚSICO. Tú has de hacer por Francia
Tienes razón ; y por mirar su honra , Dos jornadas peligrosas,
Quiero dejar la calle; que mis voces Cantemos una letrilla ;
Huyendo del Rey tu hermano.
Pueden ser causa de que alguna pierda. Que podrá ser agradarte. DON ENRIQUE..
Vamos al muro; que sus duras piedras DON ENRIQUE.
Se moverán, Leonelo, al llanto mió. Ni aun las letras serán parte, ¿Qué dices, que adora en mi?
288 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ZULEMA. DON ENRIQUE. MARCELA
Agora , Enrique , es ansi ; ¿Es Dorotea? ¡ Desprecio extraño :
Que también Nerón romano MAESTRE. Pues aunque un rey me tripula
Cinco años gobernó Y me descarta enojado.
Su república de suerte, | La misma.
Que una sentencia de muerte DON ENRIQUE.
Yo sé que para su runfla
Con mil lágrimas firmó. Me quisiera algún vasallo.
¡ Fuera , criados ;
Séneca del se admiraba; ¡ Despejad la cuadra luego.
Pero matóle después ; ( Vanse los criadas y músicos.)
Y esta blandura que ves i Tú , moro astrólogo falso ,
En Pedro , ya el curso acaba. ! Mira ¡qué presto mentiste! ACTO TERCERO.
A doña Leonor, tu madre, Pues sin trinos ni cuadrados ,
Ha de matar. I Sextiles ni oposiciones,
DON ENRIQUE. Me traen el bien que aguardo. Calería del Alcázar.
¿Estás loco? ZULEMA. ESCENA PRIMERA.
ZULEMA. i ¿Eso es cierto?
Esto que te digo es poco ; DON ENRIQUE.
EL REY, DON ARIAS.
Que á don Alonso , su padre, ¿No lo ves? REY.
Pienso que no perdonara ,
Si en esta ocasión viviera. ZULEMA. ¿Que no era aquella la dama
Tú lo verás cuando muera Haré mis libros pedazos, Por quien Enrique padece?
Tu hermano el Maestre. Si fuere verdad. DON ARIAS.
DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE. La historia, Señor, merece
Para, Despeja. Verso y prosa , nombre y fama.
Para , astrólogo cruel , Di que entre , y déjame , hermano. Todas las joyas se dieron
Para esas locas mentiras. MAESTRE. A Marcela por engaño.
ZULEMA. Voy á decírselo. REY.
ZULENA.
Perdonad ; que amor me fuerza. ¡Qué mal empleadas fueron !
Dejad que roben mis brazos don arias.
Y has de quedar Aquesta imagen de plata ,
Rey pacífico en Castilla. Aqueste raro milagro A no ser merced deTcy,
DON ENRIQUE. Del templo de la hermosura , Que no se puede quitar,
¿Sueñas? Como otro Páris troyano. Se las hiciera tornar.
REY.
ZULEHA.
¿Qué te maravilla? ESCENA XXII. Eso ni es razón ni es ley.
Sus hijos no han de heredar ; Por su lance las ganó :
Que han de morir en prisión. MARCELA. — DON ENRIQUE. Háganle tan buen provecho,
Como de Enrique sospecho
DON ENRIQUE.
MARCELA. Que daño igual le causó.
Vete, moro, enhorabuena ; Encareciéndome el Rey, DON ARIAS.
Que quien aumenta la pena Señor Infante, que cuando
No merece galardón. Mayor pienso que es su daño
Vuestra alteza entró en Sevilla Que el provecho de Marcela.
¿Hay tan grandes desatinos? Con tantas fiestas y aplauso, Creció el amor la cautela ,
Me vio en un balcón... Y la pena el desengaño;
ESCENA XXI. DON ENRIQUE. Pero tendrá buen remedio.
EL MAESTRE.— Dicnos. ¿Qué es esto? REY.
MARCELA. Eso deseo saber.
MAESTRE. Y que de amor y cuidado don arias.
¿Está aqui Enrique, mi hermano? Estaba enfermo... Dos cosas quiere poner
DON ENRIQUE. DON ENRIQUE. Del mar (leste amor en medio.
Aqui estoy , hermano mió. ¿Quién eres? rey.
MAESTRE. MARCELA. ¿La primera?
Echa fnen los criados ; La que, agradecida tanto, don arias.
Que el Rey y yo te traemos Rompo la vergüenza justa , El interés.
Para tu mal... Atropello el honor casto , REY.
DON" ENRIQUE. Por dar remedio á tu vida. ¿Y la segunda ?
Habla paso. DON ENRIQUE.
don ARIAS.
MAESTRE. ¡Maestre , Maestre, hermano,
Hola! ¿Qué mujer es esta? Una tía.
Un Hipócrates divino , REY.
Un Galeno soberano, MARCELA.
Una yerba de Tesalia , Señor, Marcela me llamo. Cualquiera dellas podría
Una epítima, un reparo . DON ENRIQUE.
Dar con el mundo á sus pies.
Y un alkérmes de los cielos Es el interés , don Arias ,
¿No eres la Niña? Alta confección de Alkérmes,
En un cristalino vaso.
MARCELA. Por mas que del gusto enfermes,
DON ENRIQUE.
¿Qué niña? Compuesta de cosas varías;
¡Ay Maestre ! ¿Qué me dices? Pero aunque es tan poderoso,
DON ENRIQUE.
Que no hay remedio en mis daños , Asegurarte podría
Fuera de unos bellos ojos , Pues ¿cómo con este engaño
l Pensasles curar á amor? Que es alta cosa una tía
Fuera de unos blancos brazos. Para el caso mas dudoso.
I ¡Criados , hola, criados!
MAESTnE. | Llevad de aquí esta mujer ; Notables cosas se acaban
Esos mismos que deseas , i Que me muero , que me abraso. En casa de una parienta.
Esos están aguardando Crecido habéis mi locura. DON ARIAS.
Que estés solo. ¡Muerto soy! (Vas*.) Luego ¿buen remedio intenta?
LA NINA DE PLATA.
REY. TEODORA. TEODORA.
CHACÓN. LEONELO.
¡ Mi lia!
DON ENRIQUE.
Extrañas sabandijas son los celos. Don Juan, tente;
Que sin duda el que ha entrado es el In La misma.
DON JOAN.
¿Has los tenido tú? fante, DOROTEA.
Porque este rebozado es el Maestre. Advierte
CHACÓN.
Vamonos de la calle , por tu vida ; Que es noble.
¿No eres mas tonto? Que no es esta ocasión para perderte.
DON ENRIQUE.
¿No ves que son los celos como sama, Dios quiere que esto veas con tus ojos,
Que ninguno se escapa de tenerla? Para que des buena vejez, que es justo, Amor me convierte,
Como á Júpiter, en lluvia :
LEONELO. A los padres que tienes, tan honrados, Cree que esta color rubia
¡Hermosa necedad ! Casando con tu igual ; porque bien sabes La mas honesta divierte.
CHACÓN. Que aunque es noble la Niña, no merece Recogida en su aposento,
Mayor es esa. Que te iguale, con tales niñerías. A todo ha dado lugar.
LEONELO. DON JUAN. Ten de mi mal sentimiento ;
La sama es mal de niños, y los celos ¿Cómo igualar? Leonelo, loque lio visto Voces no ban de aprovechar,
Es mal mas ordinario en viejos. De tal manera me ha desengañado, Que ha de llevarlas el viento.
CHACÓN.
Que hago al cielo voto y juramento Hasta en la calle está gente,
Dime, De no ver en mi vida aquestas puertas. ?ue á nadie entrar dejará,
¿Estas puertas? ¿Qué dije? Ni esta calle. ambien tu hermano está ausente :
¿Cómo pintan á amor? Camina por ahí. Todo prevenido está.
LEONELO.
LEONELO. DOROTEA.
Niño. ¡Famoso acuerdo! Detente, Infante, detente.
CHACÓN.
Pues, sabio, DON JUAN. Desvíala luz de mi,
Si amor es niño, amor los celos tiene : Tanta pena ¿qué loco no hará cuerdo? No me veas.
• DON ENRIQUE.
Luego los celos son lo que yo digo. LEONELO.
LEONELO. Chacón, ¿qué te parece? Yate vi
Cuando durmiendo te hallé.
Chacón, no quiero disputar contigo. CHACÓN.
Tu voluntad conquisté;
DON JUAN. Que no es mucho Pero no la merecí.
¿Que ofendiese yo un ángel, que perece Que esto haga una niña; mas no mandes Por eso ha sido forzoso
Entre cuatro paredes por honrada? Que sufra enredos de mujeres grandes. Valerme de mi poder.
CHACÓN.
(Vante don Juan, Leonelo y Chacón.) DOROTEA.
Yo creo en Dios. MABSTRE.
No fué valor generoso.
DON JUAN. Despacio pienso que estará mi hermano. Para una flaca mujer
¿Qué dices? Vamos, don Arias, un momento al rio ; Te has mostrado poderoso.
CHACÓN.
Que lia de llegar un coche a sus orillas ¡ Ah vi I sangre de mi tia !
Con una de las siete maravillas. ¡ Ah pobre , engañado hermano ,
Que estornudo,
Y creo en Dios. DON ARIAS. Por su falsa alevosía!
Seguro puedes ir por mas de un hora, DON ENRIQUE.
ESCENA V. Yaun pienso quepodrás hasta el aurora. Ya te lamentas en vano.
MAESTRE. Mira que se acerca el dia :
DON ENRIQUE , EL MAESTRE y DON Verás una mujer, no tan discreta Basta lo que has peleado;
ARIAS, de noche.— Dichos. Como Dorotea, pero mas hermosa. Que el mas honrado soldado
DON ARIAS. Suele rendirse á partido ;
DON ENRIQUE. Que si el tiempo le ha rendido,
La puerta es esto. No son buenas mujeres tan discretas.
No pierde nada el honrado.
MAESTRE.
MAESTRE. ¿Qué mas pretendes hacer?
Llega. Anda ; que buenas son para poetas. Procura escapar la vida,
DON E.NRIQUE. (Yante.) Si el honor no puede ser.
Dame, don Arias, la linterna. DOROTEA.
DON ARIAS. ¿Parézcote muy rendida?
Toma. Cuarto de Dorotea. DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE. ESCENA VI. Dígalo cualquier mujer.
Quedaos adiós. DOROTEA.
{Dirígete á la puerta de cesa de Do DOROTEA, en manteo, con una ropa
rotea.) debajo del braso; DON ENRIQUE, Mátame, y viéndome muerta,
con una linterna. Se te quitará el amor.
leonelo. (Bajo d don Juan y Chacón.) DON ENRIQUE.
¿Adonde va esta gente?
DON ENRIQUE. Pienso que aun no estás despierta.
DON JUAN.
¿Adonde huyes de mi? DOROTEA.
La puerta de Teodora abre aquel hombre. DOROTEA. ¿Que para vencer mi honor
CHACÓN.
¡Dorotea! ¡Elvira! ¡Inés! Te dio mi sangre la puerta?
¿Aquel hombre la puerta de Teodora? DON ENRIQUE. DON ENRIQUE.
(Abre el ñey , y éntrate.) No des voces, vuelve en ti. Teodora, no es tiempo ya
LEONELO.
DOROTEA. De perderle.
'Abrió y entró, por Dios. ¿Quién eres? DOROTEA.
DON JUAN. DON ENRIQUE. Solo pido
¿Qué es esto, cielos? Ya ¿no lo ves? Que me escuches.
202 COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DON ENRIQUE. Y fué perdiendo el amor No se adelantara el mió.
¿Quién podrá? El respeto á los altares. Pero ya que sé que quieres ,
DOROTEA. Apretéle el casamiento, Yo preguntaré quién es ,
Un hombre tan bien nacido, Y él se lo dijo á su padre, Y será tuyo, pues eres
Pienso que obligado está. Hombre rico y veinticuatro, Tan firme en tanto interés;
Defcuena opinión y sangre. Cosa bien nueva en mujeres.
DON ENRIQUE. Como supo mi pobreza, , Yo te prometo casarte,
He llegado por quererte ¡Oh Enrique! pensó matarle; Aunque se interponga el Rey
Hasta la muerte. Aunque en la sangre bien pienso Para que venga á rogarte,
DOROTEA. Que fuéramos harto iguales. Aunque mujer de tal ley
Yo haré En fin, para divertirle. Mas honra que puede honrarte.
Tu gusto. Quiere el viejo que se case Si cuentan de Cipion
DON ENRIQUE.
Con una mujer mas rica Que volvió por la opinión
Que de codiciosas partes. De aquella hermosa mujer,
Di de esa suerte. Con esto celosa y triste, España le ba de tener;
DOROTEA. Fingi, Señor, retirarme ; Que en ella todos lo son.
Mata la luz. Que aprietan mucho desdenes Si con las bijas de Darío
DON ENRIQUE. Donde ha habido voluntades. Fué Alejandro al nombre igual,
No osaré. No fueras tú mal tercero Fué á su fama necesario;
DOROTEA. Con tu amor para abrasarle; Yo he sido mas liberal.
Pues ciérrala. Que donde hay competidor Si es amor mayor contrario.
DON ENRIQUE. No hay boda que se dilate; Algún tiempo me darán
Cierro. (Cierra la linterrta Mas liase alterado todo, Nombre de Cortés galán
Como eres un mar tan grande ; Las historias de Sevilla ;
DOROTEA. De suerte, que mi barquilla Mas soy por padre Castilla,
Advierte. Se anega en tus tempestades. Y soy por madre Guzman. ( Vate.)
El din que con el rey El sabe lo que me quieres,
Don Pedro, tu hermano; entraste Mi resistencia no sabe ; ESCENA VII.
En esta ciudad famosa Por tí mi remedio pierdo
De Sevilla, ilustre Infante, ÍQue yo supiera obligarle), DOROTEA.
Años habia que un. hombre Y mas agora que estas ¡Enrique, Infante, Señor!...—
Pasaba esta misma calle Donde Dorotea infame . Fuese. ¡Qué notable hazaña
Con mil honestos deseos, De mi h'onor y de sus puertas En hombre que tiene amor!
Para obligarme bastantes. Te ha dado, Enrique, las llaves. Pero es muy propio valor
Miróme con tales ojos, Bien sé que mi resistencia De un hijo de un rey de España.
Que pudieran bien entrarse Ya no puede ser que baste ¿Hase visto maravilla
Por el corazón mas duro, A la traición que me han hecho Que mayor que aquesta sea?
Si Dios le hiciera diamante. Por el interés infame; ¡Plega al cielo que Sevilla
No le quise bien muy presto ; Mas como Roma ha tenido Coronar su frente vea
Que después de mil combates La matrona venerable Por príncipe de Castilla!
Mis ventanas consulté Que ha honrado con su laurel Y'a por la escalera baja,
Con palabras semejantes: A la castidad triunfante, Aunque con mayor ventaja
« Hierros destas rejas duras. Haz tu gusto, pues no puedo Por la de la fama sube.
Piedras que servís de engastes, Defenderme ni libracme ; Ya el alba en dorada nube
Mármoles de aquesta puerta, Que también tendrá Sevilla Romper la noche trabaja.
¿Querré bien? Aconsejadme. » Una mujer que se mate. Quiero despertar la fiera
Y parecióme que un dia Que con las viles me iguala ,
Me dijo un hierro: « ¿Qué haces, DON ENRIQUE.
Por el interés que espera ;
Si me ves enternecido Teodora, yo le he escuchado Que no hubiera mujer mala
Solo de oirle quejarse?» Con atentó y tierno oido : A no haber buena tercera.
Las piedras me respondieron : El amor me has reportado, Pero bien será cerralle,
« A suspiros semejantes El brazo me has detenido, Porque, si vuelve, no halle
Ya nos volvemos en cera ; Y el corazón lastimado. La ocasión que puede asir,
No podremos sustentarte.» Contásteme que quisiste Si se vuelve á arrepentir
Los mármoles me decían : Un hombre, y de verle trisles Con los aires de la calle. (Vate.)
« Donde los que miras nacen, Con tal lástima te oi,
No habrá tan duras entrañas, Que vengo á tener de tí
Si te resistes de amarle.» La que de mi no tuviste.
Creilos, tú vele amor, • Habitación de don Joan.
Bien me pudiera vengar
Trujóme un papel un paje , De tus desdenes , Teodora ; ESCENA VIH.
Entróme por casamiento Pero llegar á mirar
(Que no hay cosa que nos halle Mujer que por otro Hora EL VEINTICUATRO, LEONELO.
La voluntad mas dispuesta ¿A quién no basta á templar?
Para cualquier disparate), No me has quitado el amor LEONELO.
Respondí tan desdeñosa, (Que nunca amor es mayor ¿Tú me atribuyes las locuras suyas?
Que pudiera, á no adorarme, Que cuando es tenido en poco) ; VEINTICUATRO.
Mudar de imaginación Pero has vuelto cuerdo á un loco, Su padre soy, Leonelo , no te espantes.
Y ponella en otra parte; Dando materia al valor. LEONELO.
Pero amor, que, verdadero, Toda estás en mi poder,
Sufre y calla hasta vengarse, Mucho me espantan las palabras tuyas:
Y esto basta á darme nombre ; Eslo es acompañar locos amantes.
Le dio para mis desdenes gue rendirse á su querer
Paciencia y valor notable. Pero de mi verdad quiero que arguyas
s mas Vitoria del nombre Que no lo hiciera en pasos semejantes,
Con esto alcanzó de mi Que no el gozar la mujer.
Venir una noche á hablarme : A no temer que un hombre poderoso
En efeto, has confesado Mostrara su poder en un furioso.
En medio estuvo una reja ; Que estás sujeta á mi gusto,
Pero no para escucharle. Dios sabe que á don Juan he reportado
Con que ya estoy reportado ; Los pasos oeste loco pensamiento ,
Sus tiernas quejas oi. Queá quien se rinde, no es justo
Sus amores y humildades ; No hacerle partido honrado. Y con buenos consejos estorbado
Porque en los principias son Y ba sido gran desvario De la Niña de Plata el casamiento. ,
Muy humildes los amantes. Sospecho que por mí no está casado.
No haberme dicho el desvio
Esta noche trujo muchas : Que ya por tu amor arguyo, VEINTICUATRO.
Crecieron las amistades, Porque á haber sabido el tuyo, Si intentara don Juan tal casamiento .
LA NINA DE PLATA. 293
Yo buscara un esclavo á quien le diera Y tengan altos respetos. Don Juan , esta mujer! ¡Bendito sea
Mi hacienda, ó mecasara, ó me muriera. Pero , Señor, ¿qué ocasión El primero renglón que le escribiste!
Cásese con mi gusto, y le prometo A tanta humildad os mueve? ¡Oh Niña de mis ojos , que á tenellos
Hacerle veinticuatro de Sevilla , DON ENRIQUE.
El alma, en los del alma la pusiera!
Con tales alimentos , que en efeto Concertados quedamos de que luego
Cumplir un rey lo que debe : Vamos los dos donde esto se concierte.
Has envidia le tengan que mancilla. Deudas las palabras son.
DON JUAN.
LEONELO. Yo la he dado á aquel criado
Don Juan es mozo agora, aunquees dis ?ue agora conmigo viene , ¡Oh cuánto la codicia desalina!
creto. una hermosa hermana tiene , Cuando yo os suplicaba , padre mió,
De ponerla en noble estado. Que con Teodora pobre me casárades
ESCENA IX. Y queriéndola cumplir, (Que entonces era pobre y virtuosa),
Me quise informar primero No fué posible ni aun oir nombrarla ;
UN CRIADO.— Dichos. De algún mozo caballero Y agora que es Teodora infame yrica,
A quien pudiese elegir. Y un hábito os prometen de Santiago ,
CRIADO.
Supe que un hijo tenéis , ¡Ponérmele queréis de san Benito!
De don Enrique, infante de Castilla, Pienso que el nombre es don Juan , VEINTICUATRO.
Esta un criado aquí. Muy galán , y su galán ; ¡Teodora infame y rica !
VEINTICUATRO. Que esto por vos lo sabréis. DON JUAN.
¿Qué es esto? Daré veinte mil ducados No le obliga
LEO MELÓ.
De dote á aquesta doncella , Al Infante la deuda de su hermano,
Creo Aunque en las virtudes della Sino la de la honra, que la debe.
Que debe de cansarle su deseo. [des Van mas de cien mil guardados. Anoche vio Leonelo que entró Enrique
Querrá, por dicha, queádonJuanleman- Sin estos , le daré cuatro En su casa á las doce ; y fuera desto ,
Que no pase la calle de la Niña. Para joyas á Teodora , A Chacón envié cerca del alba ,
§ue es pobre en extremo agora ; Y vio cómo salia , y que en la calle
VEINTICUATRO.
para vos, Veinticuatro , Le esperaban don Arias y el Maestre.
Luego ¿quiérela él? Me da mi hermano el Maestre veinticuatro. (A Leoncio.)
LEONELO. Un hábito de Santiago. ¿Tú viste entrar á don Enrique?
Celos tan grandes Con esto mi deuda pago.
LEONELO.
Lo muestran bien. VEINTICUATRO. En todo
VEINTICUATRO. No sé , Señor, cómo os muestre Dice don Juan verdad.
Querrá que á don Juan riña. Debido agradecimiento. veinticuatro.
Dile que entre , Adrián. DON ENRIQUE. ¿Y tú le viste,
(Vate el criado.) Con ir después á palacio, Chacón, salir al alba?
LEONELO. Donde tratemos despacio CHACÓN.
Por Dios , que andes La forma del casamiento. Ya quería
Con él como quien eres. ¿Respondéis que sí? Correr la noche su cortina lóbrega,
VEINTICUATRO.
VEINTICUATRO. Y aparecer la luz del alba candida ,
Cuando ciña Señor, Como dicen poetas en esdrújulos ,
La espada que dejé, verás mi pecho. Mil veces digo*que sí. Cuando salió de ver la Niña el Príncipe,
DON ENRIQUE. Dejándola preñada de dos cónsules.
LEONELO.
Quedaos con Dios. Yo cumplí , veinticuatro. [bitos
Será de Ju valor heroico hecho. Pues , hijo , aunque me dieran tantoshá-
Félix, mi deuda en rigor.
Cuantos la religión darme pudiera,
ESCENA X. FÉLIX.
Y la dotara Enrique en las dos Indias,
Mil veces beso tus pies. Para Chacón no la tomara.
FÉLIX. — EL VEINTICUATRO , LEO Mi hermana voy á avisar.
NELO; después, DON ENRIQUE. chacón.
(Vanse don Enrique y Félix.) ¡Cómo!
FÉLIX.
VEINTICUATRO. ¿No hallaste otro mas tristey desdichado?
Véme , Leonelo, á llamar DON JUAN.
El Infante , mi señor,
En persona quiere hablarte. A don Juan. Esto te digo estando enamorado.
LEONELO.
VEINTICUATRO. VEINTICUATRO.
Ya ¿no le ves? Darte quiero mis brazos , y con ellos
No tengo en mi casa parte
Donde quepa tal favor; Mi bendición. Mas vamos á palacio,
ESCENA XI. Donde al Infante con honrada excusa
Peropudiendo llamarme
Su alteza , es mucha llaneza... DON JUAN , CHACÓN. — EL VE1NTI Padre decir que estabas tú casado
Cuando lo prometí, no lo sabiendo.
FÉLIX. CUATRO, LEONELO.
DON JUAN.
Mira que llega su alteza.
DON JUAN. Yo llevaré mujer, como tú quieras.
VEINTICUATRO.
Quiero por la tierra echarme. Viendo, Señor, entrar á don Enrique, VEINTICUATRO.
Tanta pena me dio , que si pudiera , ¿Fingida?
(Sale don Enrique.) Me fuera en este punto de Sevilla. DON JUAN.
¿Qué es esto , invicto Señor? ¡ Infantes te visitan ! ¿ Qué te quieren ? Sí ; que no ha de ser de veras.
DON ENRIQUE. VEINTICUATRO. VEINTICUATRO.
Veinticuatro , aunque os espante Huélgome de que estés tan ignorante; Pues Leonelo y Chacón serán testigos.
La visita de un Infante , Que, por lo menos, me darás albricias. CHACÓN.
Bien cabe en vuestro valor. La Niña es tu mujer. Para falsos, yo tengo cuatro amigos.
VEINTICUATRO.
DON JUAN. (Vanse.)
Tomad , Señor, esta silla , ¿De qué manera?
Porque en mi linaje quede
VE1NTICBATR0.
Por armas, que envidiar puede Salón del Alcázar.
La nobleza de Sevilla. Cásala de su mano don Enrique,
Dejaréla vinculada Por pagar los servicios de su hermano; ESCENA XII.
En mi mayorazgo honrado, Dale de dote veinte mil ducados ,
Sin cuatro para joyas, y el Maestre, EL REY, DON ENRIQUE, EL MAES
Con un telliz de brocado ,
Y en blanca plata aforrada. Su hermanodel Infante, ineda un hábito, TRE , DON ARIAS.
Sabrán mis hijos y nietos Cosa tan deseada de mi pecho, RET.
Que estuvistes vos aqui , Y que á mis enemigos dará envidia.
¡Bendita sea la hora que miraste, En viéndole, presumí
Para que se honren ansí
294 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA
De lo que estaba doliente. CARPIÓ.
DON ENRIQUE.
ESCENA XIII. Quiero, generoso Enrique,
Rendiréisme fácilmente, 1 Honor y gloria de España ,
DOROTEA, TEODORA , EL ESCUDE Venir á dar mi disculpa
■ Si sois los dos contra mi.
RO.— Dichos. De no cumplir la palabra
', MAESTRE. Que, ignorante del suceso ,
• Él es el mejor galán REY Como a rey te di en mi casa.
Que trató cosas de amor. Seas , Teodora , bien venida ; Tu me mandaste que diese
Cuéntanos este suceso, Para Teodora , á quien llama
RET.
Porque pierde Enrique el seso Niña de Plata Sevilla
¡Qué gentil don Galaor! De que vengas ofendida. Por el valor de sus gracias ,
DON ENRIQUE. ¿Como fué f¿Qué sucedió? A mi hijo por marido ,
Basta ; que vaya me dan. ¿Tembló? ¿Lloró? ¿Tuvo frió? Diciendo que la dotabas
RET.
Para preciarse de brío , Para pagar á don Félix
Mucho me ha pesado, Enrique, Mucho crédito perdió. Su servicio.
Que seas tan para poco. DOROTEA. DON ENRIQUE.
DON ENRIQUE.
Suplico á tu majestad Verdad clara.
Que estime en mucho al Infante
¿Queréis que me vuelva loco? Por el mas cortés amante VEINTICUATRO.
MAESTRE. Que ha tenido voluntad. Veinte y cuatro mil ducados
¡Que un hombre se sinitique Mire que no vengo aquí , De dote le señalabas,
Perdido de enamorado, Como presume, á quejarme. Y á mi un hábito.
Y que le den la ocasión RET.
DON ENRIQUE.
Sin gigantes, sin dragón, ¿A qué vienes? Es ansí ,
Sin pasar el mar á nado , Aunque su virtud bastaba.
Sin escala puesta al muro, DOROTEA.
VEINTICUATRO.
Sin fuerte competidor, , A casarme.
Sin alcaide del honor, Aceté luego el partido,
RET.
Y todo el campo seguro ; ¿A casarte? Y en tus generosas plantas
Que no temiese marido , Puse mi boca ; y contento ,
DOROTEA.
Hermano, padre ó criado; A don Juan , que ausente estaba ,
Señor, sí. Busqué y dije su ventura ;
Que haya con su llave entrado, Pero él respondió: « Una dama
RET.
Y todo el mundo dormido; ¿Cosa que fuese con él ?
, Y que en viendaá quien buscaba Que conoces, es mi esposa ,
Se le hiele el corazón , DOROTEA.
Con obligaciones tantas ,
Y que pierda la ocasión No soy tan loca , Señor; Que he de morir ó cumplidas. »
Que los cabellos le daba ! Que solo quiere mi honor — Entristecióseme el alma ;
Mira , Enrique, desde hoy mas [bres. °-ue vuelva el suí° P°r él ■ Y para que no creyeses
No hables con hombres ni entre hom- Que á mi palabra faltaba ,
Ret. Los traigo á los dos.
DON ENRIQUE. Mas confuso estoy agora.
Enrique, aquesto declara. DON ENRIQUE.
Maestre, mas viles nombres
Merezco que aquí me das ; DON ENRIQUE.
¿Qué dices?
Pero yo se que no ha sido Presto verás en qué para , VEINTICUATRO.
Flaqueza. Que es en casarse Teodora. Lo que me pesa y me pasa.
RET. RET. DON ENRIQUE.
Pues ¿qué? ¿Con quién? ¿Tú eres don Juan?
DON ENRIQUE. DON ENRIQUE. DON JUAN.
Valor. Ya viene con quién. Si , Señor.
RET. RET. DON ENRIQUE.
Virtud es, teniendo amor, Menos lo entiendo , por Dios. ¿Casado estabas?
El haberle resistido ; - MARCELA.
Mas querer hacer virtud ESCENA XIV.
Lo que entonces fué flaqueza, Repara ,
EL VEINTICUATRO, DONJUÁN, MAR Señor, en que esto es mentira ;
No lo crea vuestra alteza Que soy de don Félix dama ,
Así Dios le dé salud. CELA, LEONELO, CHACÓN. -Di
chos ; después, FÉLIX. El hermano de Teodora ;
DON ENRIQUE. Que no sabiendo que tratas
Mire vuestra majestad veinticuatro. (Hablando aparte d los De casarla con don Juan ,
Que entonces lo mismo hiciera, que vienen con él.) Me sacaron de mi casa
Si una dama le pidiera Juntos lleguemos los dos. Para disculpar su engaño
Con las dos manos piedad. Y no hacer lo que les mandas.
RET.
don jdan. RET.
Anda, Enrique, no procures Llegue Marcela también. Pues , Veinticuatro , ¡ á los reyes
Hacerte valiente agora. veinticuatro. (A don Juan.) Que honrar sus vasallos andan,
DON ARIAS.
Después de besar sus pies, Estos engaños se hacen !
Aquí ha llegado Teodora. Di cómo estabas casado, ¡Así los reyes se engañan !
Y que á Marcela obligado , Si Enrique casar quería
MAESTRE. La mano es bien que le des. A Teodora , ¿ no bastaba ,
¿Mas que viene á que la cures? DON JUAN. Para que os viniera bien ,
RET. No conozcan á Marcela , Ser mi sangre y vos ser nada?
¡Teodora! pues ¿á qué efeto? Y se entienda la invención. ¡Vive Dios , que desde aquí
A los dos en esa plaza
MAESTRE. DON ENRIQUE. Han de cortar la cabeza !
¿Mas que se viene á quejar El novio y su padre son. VEINTICUATRO.
De la fuerza? RET. Señor, escucha la causa ,
RET. Mas tu intención me desvela. Pareceráte piadosa.
¿Qué es forzar? (Sale Félix.) Anoche don Juan estaba ,
Antes la tuvo respeto. Con los que presentes miras,
VEINTICUATRO.
Pues está su majestad A la puerta desta dama ,
Presente, haciéndole salva, Y vio que con una llave
J Entró el Infante en su casa ;
LA NIÑA DE PLATA. 20:
MARCELA.
Y que salió con el 'lia Y Dios puso las espaldas,
Sabe el Maestre y don Arias. Juro que esto .pasa ansí : Ya estás casada.
Honra me obligó , Señor. Y miente quien desta dama Ruega á Félix que me quiera.
Piense ó crea lo contrario. FÉLIX.
DON EMUQl'E.
DON JOAN. Yo , Marcela , aunque no haya
Pues va tanto le declaras ,
Diré verdad , vive el cielo , Señor, que lo digas basta Infantes que te aseguren
Poniendo mano á la espada , Para que el mundo lo crea , Poniendo mano á la espada ,
Con la cual sustentaré Y mas el que tanto gana , Digo que soy tu marido.
De sol á sol en campaña* Pues en efeto la adora. CHACÓN.
A mi igual y á todo hidalgo VEINTICUATRO.
Todos se aleVan y casan;
Que es Teodora tan honrada , Llega pues, don Juan, ¿qué aguardas? Perezca el pobre Chacón.
Que ninguna hay en Sevilla Ni quiero para tu dote Nunca nadie le dé nada.
Que sea mas, ni en España. Mas que su virtud y gracia , DON JUAN.
Que entré es verdad ; mas compré Ni mas hábito en mi pecho
Con oro y pasos la entrada , Que una nuera tan honrada. Yo te mando mil escudos.
Y sin que ella lo supiese, BEY. CHACÓN.
Llegue anoche hasta su cama. ¿Cómo no? Si dio el Infante ¿Son de paciencia ó de pasta?
De sus lágrimas temblé; Veinte y cuatro mil , añadan DON JUAN.
Y escuchando sus palabras , Otros tantos que doy yo. Del nombre de mi mujer.
Me dijo toda la historia MAESTRE.
Que entre ella y don Juan pasaba. REY.
Matarse quiso ; detuve Pues no es razón que se vaya En llegando dona Blanca ,
Su brazo ; y viendo que tanta Sin mi ofrenda. Aunque soy pobre, Los dos seremos padrinos.
Firmeza merece premio , Dos villas le doy. DON JUAN.
Allí prometí casalla. RET.
Aqui la comedia acaba
Aprovechóme el valor, Aguarda ; Llamada el Cortés galán.
Y quise mas ganar fama Que i su padre quiero hacer
De hombre que supo vencerse DOROTEA.
Alcaide de nuestro alcázar.
(Que es el mayor lauro y palma), MAESTRE.
¿Cómo?
Que dar rienda al apetito. DON JUAN.
Y asi , en esta cruz sagrada , Hábito con encomienda Y la Niña de Plata-
Adonde la mano pongo, Le mando.
-fllSSSfúf
LA DAMA BOBA.
PERSONAS.
UN ESTUDIANTE. CLARA.
LAURENCIO. MISENO. UNMAESTRO DE ESCRIBIR.
OCTAVIO. F1NEA.
DUARDO. OTRO DE DANZAR.
TURIN. NISE.
FEN1SO. j CELIA. UN CRIADO. — Músicos.
LiSEO. PEDRO.
MAESTRO.
NISE. ¿Parición el tejado?
Cuando el discípulo ignora, CLARA.
Di aquí: B, a,n,ban. Tiene el maestro licencia
FINEA.
No.
De castigar. FINEA.
¿Dónde van? FINEA.
MAESTRO. Pues ¿dónde?
¡ Linda ciencia ! CLARA.
¡Gentil cuidado! MAESTRO. En el aposento;
FINEA. Aunque me diese , Señora , Que cierto se echó de ver
Que se van ¿no me decías? Vuestro padre cuanto tiene, Su entendimiento.
MAESTRO. No he de dalle otra lición. ( Vate ■■' FINEA.
Letras son , míralas bien. Es mujer
Diaqui:B,e, n,ben. ESCENA VI. Notable.
FINEA. CLARA.
¿Adonde? NISE, FINEA, CELIA. Escucha un momento.
MAESTRO. Salia por donde suele
CELIA.
Adonde en mis días El sol, muy galán y rico,
No te vuelva mas á ver. Fuese. Con la librea del rey,
NISE.
Perdiendo el juicio estoy. Colorado y amarillo ;
No tienes razón. Andaban los carretones
FINEA.
Sufrir y aprender conviene. Quitándole el romadizo
¿Vén , no dice? Pues ya voy. FINEA. Que da la noche á Madrid...
MAESTRO. Pues las letras que allí están , Aunque no sé quién me dijo
Es imposible aprender. Yo ¿no las aprendo bien? Que era la calle Mayor
¡Vive Dios, que te be de dar Vengo cuando dice ven , El soldado mas anüguo ,
lina palmeta ! Y voy cuando dicen van. Pues nunca el mayor de Flándes
FINEA. ¿Que quiere, Nise, el maestro, Presentó tantos servicios.
¿Túámí? Quebrándome la cabeza Doruiian las rentas grandes,
MAESTRO. Con tan, bin, bon? Despertaban los oficios ,
Muestra la mano. CELIA. (.1/1.) Tocaban los boticarios
FINEA. Ella es pieza Sus almireces de pino,
De rey. Cuando la gala de casa
Hela aquí.
300 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Comenzó con mil suspiros FENISO.
A decir : « ¡Ay, ay, ay, ay , ESCENA IX.
Que quiero parirj marido ! » ¡Profundos
LAURENCIO, DUARDO, FENISO — Conceptos!
Levantóse Hociquimocho, LAURENCIO.
Y fué corriendo á decirlo Dichas.
A sus parientes y deudos, Mucho se esconden.
Que deben de ser moriscos ; duaroo. DUARDO.
Porque el lenguaje que hablan , Aquí, como estrella clara , Tres fuegos, que corresponden,
En tiple de monacillos, i A su hermosura nos guia. Hermosa Nise , á tres mundos ,
Si no es jerigonza entre ellos, FENISO. Dan fundamento á los otros.
Ni es español ni latino. Y aun es del sol su luz pura. NISE.
Vino una gata viuda , Rien os podéis declarar.
DUARBO.
Larga y compuesta de hocico DUARDO.
(Sospecho que era su abuela). ¡Oh reina de la hermosura! Calidad elementar
De negro y blanco vestido. FENISO. Es el calor en nosotros ,
Trujóle cierta manteca, ¡OhNise! La celestial es virtud
Desayunóse, y previno LAURENCIO. Que calienta y que recrea ,
En qué recebir el parto; ¡Oh señora mia! Y la angélica es la idea
Hubo temerarios ¿ritos. Del calor.
No es burla : parió seis gatos, NISE.
Caballeros... NISE.
Tan remendados y lindos, Con inquietud
FENISO.
Que pudieran , á ser pías , Escucho lo que no entiendo.
Tirar el coche mas rico. Esta vez
DUARDO.
Regocijados bajaron De un soneto de Duardo , El elemento en nosotros
Délos tejados vecinos, Por vuestro ingenio gallardo,
Caballetes j terrados , Os hemos de hacer juez. Es fuego.
NISE.
Todos sus deudos y amigos : NISE.
Lamicol , Aramizaldo , ¿Entendéis vosotros?
¡ A mí , que soy de Finea
Marfuz, Marramao, Miscito , Hermana y sangre ! DUARDO.
Tumbahnllin con Piel de zorra, El claro sol que estáis viendo
LAURENCIO.
Rabicorto, Zapaquildo; En el cielo, fuego es,
Unos vestidos de blanco, A vos sola , Y luego el entendimiento
Y otros de negro vestidos , Que sois Sibila española, Seráfico ; pero siento
Y otros con ropas de martas , No Cumana ni Eritrea ; Que así difieren los tres :
En cueras y zapatillos. A vos, por quien ya las gracias Que el que elementar se llama,
De negro vino a la fiesta Son cuatro y las musas diez , Abrasa cuando se aplica ,
El gallardo Golosino, Es justo haceros juez. El celeste vivifica,
Luto que mostraba entonces NISE. Y el sobreceleste ama.
De su padre el gaticidio. Si ignorancias, si desgracias NISE.
Cuál la morcilla presenta , Trujérades á juzgar, No discurras, por tu vida ;
Cuál el pez , cuál el cabrito, Erajustalaelecion. Vete á escuelas.
Cuál el gorrión astuto, FENISO. DUARDO.
Cuál el simple palomino. Vuestra rara discreción , Donde estás,
Trazando quedan agora , Imposible de alabar. Lo son.
Para mayor regocijo. Fué justamente elegida. NISE.
En su gatesco senado, Oid , Señora , á Duardo.
Correr cañas cinco á cinco. Yo no escucho mas,
Vén presto ; que si los ves , NISE. De no entenderte corrida.
Dirás que parecen niños, Vaya el soneto : ya aguardo, Escribe fácil.
Y darás á la parida Aunque de indigna, corrida. DUARDO.
El parabién de los hijos. duardo. (Lee.) Platón
«La calidad elementar resiste A lo que en cosas divinas
FINEA. Escribió, puso cortinas;
No me pudieras contar Mi amor, que á la virtud celeste aspira ,
Y en las mentes angélicas se mira , Que tales cual estas, son
Cosa para el gusto mió Matemáticas figuras
De mayor contentamiento. Donde la idea del calor consiste.
»No ya como elemento el fuego viste Y enigmas.
CLARA. El alma, cuyo vuelo al sol admira ; NISE.
Camina. Oye, Laurencio.
Que de inferiores mundos se relira
FINEA. A donde el seraliu ardiendo asiste. (Hablan aparte.)
Tras tí camino. «No puede elementar fuego abrasar- feniso. (A Duardo.)
(Vanee Fineay Clara.) La virtud celestial, que vivifica, [me; ¡ Ella os ha puesto silencio.
Invidia el verme á la suprema alzarme.
ESCENA VIII. DUARDO.
«Que dondeel fuego angélico me apli-
¿Cómo podrá mortal poder tocarme? ca, Temió las cosas obscuras.
NISE , CELIA. Que eterno y fin contradicion implica.» FENISO.
NISE. Es mujer.
NISE. DUARDO.
¿Hay locura semejante? Ni una palabra entendí.
DUARDO.
La claridad
CELIA. Es á todos agradable,
Y Clara es boba también. Pues en parte se leyera, Que se escriba ó que se hable.
Que mas de alguno dijera nise. (Ap. á Laurencio.)
NISE. Por arrogancia : «Yo si.»
Por eso la quiere bien. La intención ó el argumento ¿Cómo va de voluntad?
CELIA. Es pintar al que ya llega , LAURENCIO.
La semejanza es bastante ; Libre del amor que ciega Como quien la tiene en ti.
Aunque yo pienso que Clara La luz del entendimiento, NISE.
Es mas bellaca que boba. A la alta contemplación Yo te la pago muy bien.
NISE.
De aquel puro amor sin fin , No traigas contigo á quien
Con eso la engaña y roba. Donde es fuego el serafín. Me eclipse el hablarte, asi.
NISE. LAURENCIO.
Argumento é intención Yo , Señora , no me atrevo,
Queda entendido. Por mi humildad, á tus ojos;
LA DAMA BOBA. 301
Que dando en viles despojos Denme pues las doce á mi ,
ESCENA XI. Que soy pobre, con mujer,
Se afrentó el rayo de Febo ; _ Que dándome de comer,
Pero si quieres pasar LAURENCIO.
Al alma, hallarasla rica Es la mejor para mí.
De la fe que amor publica. Hermoso sois sin duda, pensamiento, Doyme á entender que poniendo
NI SE.
Y aunque honesto también, con ser her- En Finea mis cuidados,
Un papel te quiero dar ; [moso, A cuarenta mil ducados
Pero i cómo podrá ser Si es calidad del bien ser provechoso, Las manos voy previniendo.
Una parte de tres, que os faltó siento. Esta , Pedro, desde hoy
Que destos visto no sea? Nise con un divino entendimiento Ha de ser la empresa mía.
LAURENCIO. Os enriquece de un amor dichoso ; PEDRO.
Si en lo que el alma desea Mas sois de dueño pobre, y es forzoso Para probar tu osadía,
Me quieres favorecer. Que en la necesidad falte el contento. En una sospecha estoy.
Mano y papel podré aqui Si el oro es blancoy centro del descanso, LAURENCIO.
Asir juntos atrevido , Y el descansodel gusto, yo os prometo ¿Yes?
Como finjas que bas caido. Que tarda en navegar con viento manso. PEDRO.
{Déjate Nise caer.) Pensamiento, mudemos de sugeto ; Que te has de arrepenlir,
NISE.
Si voy necio tras vos, y en ir me canso, Por ser necia esta mujer.
Cuantío vengáis tras mí seréis discreto.
¡Jesns! LAURENCIO.
DUARDO. ¿Quién ha visto de comer,
ESCENA XII. De descansar y vestir,
¿Qué es esto?
NISE. PEDRO. -LAURENCIO. Arrepentido jamás?
Cai. Pues esto viene con ella.
PEDRO. PEDRO.
{Laurencio da la mano á Nise para le
vantarla, y ella le entrega un papel.) ¡Qué necio andaba en buscarte A Nise discreta y bella ,
Fuera de aqueste lugar ! Laurencio, ¿dejar podrás
Laurencio. {Ap. á Nise.) Por una boba ignorante?
LAURENCIO.
Con las obras respondiste.
Bien me pudieras hallar LAURENCIO.
NISE.
Con el alma en otra parte. ¡Qué ignorante majadero!
Esas responden mejor ; PEDRO. i No vés que el sol del dinero
Que no hay sin obras amor. ' Va del ingenio adelante?
Luego ¿estás sin ella aqui?
LAURENCIO.
LAURENCIO. ,
El que es pobre, ese es tenido
Amor en obras consiste. Por necio, el rico por sabio.
Ha podido un pensamiento No hay en el nacer agravio,
NISE. Divertir mi movimiento Por notable que haya sido,
Laurencio mió, á Dios queda.— Desde mi fuera de mí.
Duardo y Fe ni so, adiós. Que con oro no se encubra ,
¿Nunca has visto la saeta Ni hay faltó en naturaleza ,
DUARDO. Del reloj , que en un lugar Que con la mucha pobreza
Y tanta ventura á vos Firme suele siempre estar, No se aumente y se descubra.
Como hermosura os conceda, Aunque nunca está quieta , Yo tengo de enamorar
(lame Nise y Celia.) Y tal vez está en la una , A Finea.
Y tal en las doce está? PEDRO.
Pues ansí mi alma ya , He sospechado
ESCENA X. Sin hacer mudanza alguna Que á un ingenio tan cerrado
Deste puesto en que me ves , No hay puerta por donde entrar.
LAURENCIO, DUARDO, FENISO. Desde Nise que ha querido
A las doce se ha subido , LAURENCIO.
Que es número de interés. . Yo sé cuál.
¿Qué os ha dicho del soneto PEDRO.
PEDRO.
Nise? Yo no , por Dios.
LAURENCIO.
Pues ¿cómo es esa mudanza?
LApRENCIO.
LAURENCIO.
Que es muy extremado. Clara, su boba criada.
Porque la saeta soy,
DUARDO. Que desde la una voy PEDRO.
Habréis los dos murmurado ; Por lo que el círculo alcanza. Sospecho que es mas taimada
Que hacéis versos en efeto. Señalaba á Nise... Que boba.
LAURENCIO.
LAURENCIO. PEDRO.
Sí. Demos los dos
Ya no es menester hacellos En enamorarlas.
Para saber murmurallos; LAURENCIO.
PEDRO.
Que se atreve á censurallos Pues ya señala á Finea.
Quien no se atreve á entendellos. Creo
PEDRO. Que Clara será tercera
DUARDO.
¿Eso quieres que te crea ? Mas fácil.
Los dos tenemos qué hacer; LAURENCIO. LAURENCIO.
Licencia nos podéis erar. ¿P¿>r qué no, si hay causa? De esa manera
FENISO.
PEDRO.
Seguro va mi deseo.
Las leyes de no estorbar DI. PEDRO.
Queremos obedecer. LAURENCIO. Ellas vienen ; disimula.
LAURENCIO.
Nise es una hora hermosa ; LAURENCIO.
Malicia es esa. Fiuea las doce son , Harélo, si está en mi mano.
FENISO. Hora de mas bendición , PEDRO.
No es tal. Mas descansada y copiosa. ¡Que ha de poder un cristiano
La divina Nise es vuestra , A las doce el oficial Enamorar una muía?
O por lo menos lo muestra. Descansa , y bástale ser
LAURENCIO.
LAURENCIO.
Hora entonces de comer,
Tan precisa y natural. Buena cara y talle tiene.
Pudiera , á tener igual. Suiero decir que Finea PEDRO.
{Ymise Duardo y Feniso.) ora de sustento es, Asi fuera el alma.
Cuyo descanso , ya ves
Cuánto el hombre le desea.
302 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
ESCENA XIII. CLARA.
Son ios espíritus nuestros; Si os vals, ¿cómo?
FINEA, CLARA.— Dichos. Porque el alma que yo tengo, {Vase Pedro.)
LAURENCIO. A vuestro cuerpo se pasa.
ESCENA XIV.
Agora ¿Tanto pasa el que se casa?
Conozco , hermosa Señora, FINEA, CLARA.
Que no solamente viene pedro. (A Clara.)
El sol de las orientales Con él , como os digo, vengo FINEA.
Partes, pues de vuestros ojos Tan muerto por vuestro amor. ¿ Has visto , Clara ,
Sale con rayos mas rojos Que aquesta ocasión busqué. Lo que es amor? ¡Quién pensara
Y luces piramidales. CLARA. Tal cosa !
Y si agora , que salís , ¿Qué es amor? que no lo sé. CLARA.
Tan grande fuerza traéis, PEDRO. No hay pepitoria
Al mediodía ¿qué haréis? ¿Amor? Locura, furor. Que tenga mas menudencias
FINEA. De manos, tripas y piés.
Comer, no como decis Pues ¿loca tengo de estar? FINEA.
Vos, pirámides ni peros, PEDRO. Mi padre , como lo ves ,
Sino eosas provechosas. Es una dulce locura, Anda en mil impertinencias.
LAURENCIO. Por quien la mayor cordura Hame querido casar
Esas estrellas famosas, Suelen los hombres dejar. Con un caballero indiano ,
Esos nocturnos luceros En comenzando á querer, Toledano ó sevillano.
He tienen fuera de mi. Enferma la voluntad Tres veces me vino á hablar,
FINEA. De una dulce enfermedad. Y esta postrera sacó
Si vos andáis con estrellas, CLARA. De la caja un naipecito,
¿Qué mucho que os tengan ellas No me la mandes tener ; Muy repolido y bonito,
Arromadizado así? §ue no he tenido en mi vida Y luego que le miró,
Acostaos siempre temprano , Me dijo : «Toma, Finea,
ino solo sabañones. Este es tu marido; » y fuése.
Y dormid con tocador. finea. (A Laurencio.) Yo, como en fin no supiese
LAURENCIO. Agrádanme las liciones. Esto de casar qué sea ,
¿No entendéis qlie os tengo amor LAURENCIO. Tomé el negro del marido,
Puro, honesto, limpio y sano? Tú verás, de mí querida, Que no tiene mas de cara.
FINEA. Cómo has de querer así ; Pero dime, amiga Clara ,
¿Qué es amor? Que es luz del entendimiento ¿Qué importa que sea polido
LAURENCIO. Amor. Este marido ó quien es ,
FINEA. Si todo el cuerpo no pasa
¿Amor? Deseo. Lo del casamiento De la ropilla ? que en casa
FINEA. Me cuadra. Ninguno sin piernas ves.
¿De qué? LAURENCIO. (Ap.)
LAURENCIO. Y me importa á mí Digo que tienes razón.
De una cosa hermosa. FINEA. Veamos, ¿tiénesle ahí?
FINEA. Pues ¿llevaráme á su casa , (Saca Finea de la manga un retrato
¿Es oro? Es diamante? Es cosa Y lendráme allá también ? un naipe.)
Destas que muy lindas veo? LAURENCIO. ¡Buena cara y cuerpo !
LAURENCIO. SI , Señora. FINEA.
FINEA. Si;
No, sino de la hermosura Y' eso ¿ es bien? Mas no pasa del jubón.
De una mujer como vos , LAURENCIO. CLARA.
Que , como lo ordena Dios , Y muy justo en quien se casa.
Para buen fin se procura. Luego ¿este no podrá andar?
Y esta, que vos la tenéis , Vuestro padre y vuestra madre ¡ Ay , los ojitos que tiene !
Engendra deseo en mi. Casados fueron ansi : FINEA.
FINEA. De eso nacistes. Señor con Nise.
Y yo ¿qué he de hacer aquí, FINEA.
Si sé que vos me queréis? ¿Yo? ¿Si viene
LAURENCIO. LAURENCIO. A casarte?
Quererme. ¿No habéis oido Sí. FURA.
Que amor con amor se paga? FINEA. No hay casar ;
Cuando se casó mi padre, ?ue este que se va de aquí
FINEA. ¿No estaba yo allí tampoco? iene pierna y tiene traza.
No sé yo cómo se haga ; CLARA.
Que en mi vida no he querido, * LAURENCIO. (Ap.)
Ni en la cartilla lo vi, ¡Hay semejante ignorancia! Y mas que con perro caza ;
Ni me lo enseñó mi madre ; Sospecho que esta ganancia Que el Pedro me muerde á mi.
Preguntarélo á mi padre. Camina á volverme loco.
CLARA. ESCENA XV.
LAURENCIO.
Esperad ; que no es a n si. Tu padre pienso que viene. OCTAVIO, NISE. — Dichas.
FINEA. LACRENCIO.
Pues ¿cómo? Adiós , acordáos de mi. octavio. (Ap. d Nise.)
LAURENCIO. FINEA. Por la calle de Toledo ,
Que me place. Dicen que entró por la posta.
Destos mis ojos NISE.
Saldrán unos rayos vivos (Vase Laurencio.)
Como espíritus visivos , CLARA. Pues ¿cómo no llega ya?
De sangre y de fuego rojos , ¿Fuése? OCTAVIO.
Que se entrarán por los \ PEDRO. Algo por dicha acomoda.
FINEA. Si, Temblando estoy de Finea.
No, Señor; arredro vaya Y seguirle me conviene. NISE.
Cosa en que espíritus haya. Tenedmc en vuestra memoria. Aquí está , Señor, la novia.
LA DAMA BOBA. 503
OCTAVIO. OCTAVIO. octavio. (A Finea.)
Hija, ¿no sabes?... Calla, loca. ¡Qué enfadosa
ItlSE. (Ap.) Sentáos, hijos , por mi vida. Que estás hoy! Calla, si quieres.
No sabe ; LISEO. finea. (A Liteo.)
Que esa es su desdicha toda. Turin... Aun no habéis dejado gota.
OCTAVIO. TURIN. Aguardad , os limpiare.
Ya está en Madrid tu marido. Señor... OCTAVIO.
FINEA. liseo. (Ap. ó Turin.) Pues ¿tú le limpias?
Siempre tu memoria es poca. ¡Linda tonta! FINEA.
¿No me le diste en un naipe? OCTAVIO. ¿Qué importa?
OCTAVIO. ¿Cómo venis del camino? liseo. (Ap.)
Esa es la figura sola , LISEO. Media barba me ha llevado.
Q ue estaba alli retratada; Con los deseos en hoja , Lindamente me enamora.
ue lo vivo viene agora. Que siempre le hacen mas largo. octavio. (Ap.)
FINEA. ¿Hay padre mas desdichado?
ESCENA XVI. Ese macho de la noria Quiero , pues no se reporta ,
Pudieras haber pedido , Llevarme de aqui á Finea.
CELIA, OCTAVIO, NISE , FINEA, Que anda como una persona. liseo. (Ap.)
CLARA ; luego, LISEO y TURIN. MSE. Tarde el descanso se cobra,
CELIA. Calla, hermana. Que en tal desdicha se pierde
Aqui esta el señor Li seo, FINEA. OCTAVIO.
Apeado de una posta. Callad vos. Entrad adentro vosotras
OCTAVIO. OCTAVIO. A prevenirle la cama.
Mira, bija, que has de estar Aunque honesta y virtuosa , FINEA.
Muy prudente y muy señora.— Es Finea deste humor. La mia pienso que sobra
[Salen Liseo y Tarín, de camino.) LISEO. Para los dos.
Llegad sillas y almohadas. Turin , ¿trajiste las joyas? octavio. (Ap. d Finea.)
LISEO. TURIN. ¿Tú no ves
No ha llegado nuestra gente. Que aun no están hechas las bodas? '
Esta licencia se toma Entra dentro.
Quien viene á ser hijo vuestro. LISEO. FINEA.
OCTAVIO. ¡ Qué de olvidos se perdonan Que me place.
Y quien viene á darnos honra. En un camino á criados! NISE.
LISEO. FINEA. Vamos, hermana.
Agora, Señor, decidme ¿Joyas traéis? FINEA.
Cuál de las dos es mi esposa. turin. (Ap.) Adiós, ¡hola!
FINEA. \' le sobra
Ya ¿no me ve? De las joyas el principio , (VanseNise, Finea, Clara y Celia.)
LISEO. Tanto eljo se le acomoda. liseo. (Ap.)
Bien merezco OCTAVIO. Las del mar de mi desdicha
Los brazos. Calor tenéis. ¿Queréis algo? Me anegan entre sus ondas.
finea. (A Octavio.) ¿Qué os aflije? Qué os congoja? OCTAVIO.
* Luego ¿no importa ? LISEO. Yo también , hijo , me voy
OCTAVIO. Agua quisiera pedir. Para prevenir las cosas,
Bien le puedes abrazar. OCTAVIO. Que para que os desposéis
FINEA. Haráos mal el agua sola ; Con mas aplauso me tocan.
Traigan una caja. El cielo os guarde. (Vase )
Clara... (Ap. á ella.)
CLARA. (Vase Celia.) ESCENA XVIU
Señora... FINEA.
FINEA. I A fe, LISEO, TURIN.
Aun agora Si como venis agora ,
Viene con piernas y pies. | Fuera el sábado pasado, LISEO.
CLARA. Q ue hicimos yo y esta moza No sé
L n menudo... De qué manera disponga
Esta ¿es burla ó jerigonza? NISE.
FINEA. Calla, hermana. Mis desdichas. ¡ Ay Turin !
El verle de medio arriba FINEA. TURIN.
Me daba mayor congoja. Mucha especie : es linda cosa. ¿Quieres quitarte las botas?
octavio. (A Liseo.) LISEO.
Abrazá á vuestra cuñada. ESCENA XVII. No , Turin , sino la vida.
LISEO. ¿Hay boba mas espantosa?
No fué la fama engañosa. CELIA, con una caja y agua.—OCTA TURIN.
Que habló de vuestra hermosum. VIO, NISE , FINEA , CLARA , LISEO, Lástima me ha dado á mi,
NISE. TURIN. Considerando que ponga
Soy muy vuestra servidora. CELIA. En un cuerpo tan hermoso
LISEO. Aquí está el agua. — Comed. , El cielo un alma tan loca.
Lo que es el entendimiento LISEO. LISEO.
A toda España alborota. El agua sola provoca, Cuando estuviera casado
La divina Nise os llaman : Porque con su risa dice Por poder en causa propia ,
Discreta sois como hermosa , Que la beba y que no coma. Me pudiera descasar.
Y hermosa con grande extremo. La ley es llana y notoria ;
finea. (A su padre.) FINEA. Pues concertando mujer
Pues ¿cómo requiebra esotra, El bebe como una muía. Con sentido, me desposan
Si viene á ser mi marido? TURIN. Con una bestia del campo
¿No es mas bobo? ¡Rnen requiebro! Con una villana tosca.
504 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
turin. DUARDO. Suelen enfermar los sabios.
Luego ¿ no te casarás ? No siempre vence el deseo FENISO.
LISEO. £1 codicioso interés. Ella viene.
¡Mal haya la hacienda toda, FENISO. DUARDO.
?ue con tal pensión se adquiero De Nise la enfermedad
con tal censo se cobra ! Y con razón
Ha sido causa bastante. Se alegra cuanto la mira.
Demás que aquesta mujer.
DUARDO.
Si bien es hermosa y moza ,
¿Qué puede parir de mí , Ver á Finea ignorante ESCENA II.
Sino tigres, leones y onzas? Templará su voluntad.
NISE, CELIA.—Dichos.
TUMI*. LAURENCIO.
Ese es engaño, pues vemos Menos lo está que solia. nise. (Ap. á Celia.)
Por experiencia notoria Temo que amor ha de ser Mncho la historia me admira.
Mil hijos de padres sabios Artificioso á encender
Piedra tan helada y fria. celia.
Que, de necios, los deshonran. Amores pienso que son ,
DUARDO.
LISEO. Fundados en el dinero.
Es verdad ; que Cicerón Tales milagros ha hecho
En gente rustica amor. nise.
Tuvo á Marco Tulio en Roma , Nunca fundó su valor
Que era un caballo, un camello. FENISO. Sobre dineros amor ;
TURIN. No se tendrá por menor Que busca el alma primero.
De la misma suerte consta Dar alma á su rudo pecho.
DUARDO.
Que de necios padres suele LAURENCIO.
Señora , á vuestra salud
Salir una fénix sola. Amor, señores, ha sido Hoy cuantas cosas os ven
LISEO. Aquel ingenio profundo Dan alegre parabién,
Turin, por lo general , Que llaman alma del mundo, Y tienen vida y quietud ;
Y es consecuencia forzosa , Y es el dotor que ha tenido Que como vuestra virtud
Lo semejante se engendra. La cátedra de las ciencias, Fué sol que las alumbró ,
Hoy las palabras se rompan, Porque solo con amor Mientras ella se eclipsó,
Rómpanse letras y firmas; Aprende un hombre mejor También lo estuvieron ellas;
Que ningún tesoro cobra Sus divinas diferencias. Que hasta ver vuestras estrellas,
La libertad. Aun si fuera Ansí lo sintió Pintón, Fortuna el tiempo corrió.
Nise... Esto Aristóteles dijo; Mas como la primavera
TURIN. Que como del cielo es hijo , Sale con pies de marfil,
¡Oh qué bien te reportas! Es lodo contemplación. Y el verde velo sutil
Dicen que un hombre enojado Della nació el admirarse , Tiende en la alegre ribera ,
Que colérico se arroja , Del admirarse nació Corre el agua placentera ,
Si le ponen un espejo El filosofar, que dio Cantando los ruiseñores,
Que represente su sombra , Luz con que pueda fundarse. Y van creciendo las flores ;
En mirando en él su imagen Todo es ciencia artificial , Así vos salis, mostrando
Se templa y desapasiona. Y á ainorse ha de agradecer; Vuestra salud , y sembrando
Asi tú, comb tu gusto Que el deseo de saber En campos de almas amores.
Miraste en su hermana hermosa Es al hombre natural.
FENISO.
(Que el gusto es cristal del alma , No dudo ya que á Finea ,
Pues su libertad pregona), Como él la comience á amar, Ya se rien estas fuentes,
Luego templaste tu ira. Le deje amor de enseñar, Y son perlas las que dieron
Por imposible que sea. Lágrimas, con que sintieron •
LISEO. Vuestros cristales ausentes;
Es verdad , porque ella sola FENISO.
Ya las aguas sus corrientes
El enojo de su padre , Está bien pensado así ; Hacen instrumentos claros
Que, como ves, me alborota , Y su padre tendrá intento Para poder celebraros ;
Me puede quitar, Turin. Por dicha en el casamiento Todo se anticipa á veros,
Que ame y sepa. Y todo intenta ofreceros
TURIN.
¿Que no hay que tratar desoirá? DUARDO. Con que procure alegraros.
Y yo de aquí, Pues si con veros hacéis
LISEO.
Infamando amores locos, Tales efetos agora
Pues ¿he de trocar la vida En limpio vengo á sacar Donde no hay almas, Señora,
Por la muerte temerosa , Que pocos saben amar Mas de las que vos ponéis,
Y por un demonio un ángel ? En lugar que saben pocos. En mí ¿que efetos haréis
TUMI».
LAURENCIO. Este venturoso dia,
Digo que razón te sobra ; ¡Linda malicia! Visto con tanta alegría.
Que no está el gusto en el oro; FENISO.
Después de tantos enojos,
Que son el oro y las horas Siendo vos luz destos ojos,
Muy distintas. Extremada. Siendo vos alma en la mia?
DUARDO.
LISEO. LAURENCIO.
Desde aqui Difícil cosa es saber.
A estar enfermo llegué
Renuncio la dama boba. LAURENCIO.
El tiempo que no os serví ;
Si ; pero fácil creer j Que fué lo mas que sentí,
Que sabe el que poco ó nada. Aunque sin mi culpa fué.
FENISO. ; Yo vuestros males pasé.
ACTO SEGUNDO. ¡Qué divino entendimiento Como cuerpo que animáis;
Tiene Nise ! Vos movimiento me dais,
DUARDO. Yo soy instrumento vuestro;
Sala que da i un jardín , en casa de Octavio. Que en mi vida y salud muestro
Celestial.
ESCENA PRIMERA. FENISO. Todo lo que vos pasáis.
¿Cómo, siendo necioel mal, Parabién me den á mí
LAURENCIO, DUARDO, FEMSO. Ha tenido atrevimiento i De la salud que hay en vos,
Para hacer tales agravios ' Pues que vivimos los dos
LAURENCIO. De tal ingenio y desprecios? Con la que mostráis aquí;
En fin , se ha pasado un mes, Solamente os ofendí,
LAURENCIO. Ya que la disculpa os muestro,
Y no se casa Liseo.
Porque de sufrir á necios I En que este mal que fué nuestro
LA DAMA BOBA. 305
Solo tenerle debia, Y en un mes, y aun algo menos, ESCENA V.
No vos, que sois alma mia ; Es su creciente y menguante.
Yo si , que soy cuerpo vuestro. Tú en la tierra, y de Madrid, LAURENCIO, LISEO.
NISE.
Donde hay tantos vendábales LAURENCIO.
Pienso que de oposición De intereses en los hombres,
No fué milagro mudarte. ¡Qué airada!
Me dais los tres parabién. ¡Ay, Laurencio, qué buen pago LISEO.
LAURENCIO. De fe y amor tan constante ! Espánteme que te trate
Y es bien, pues lo sois por quien Yo enfermé de mis tristezas, Con esos rigores Nise.
Viven los que vuestros son. Que son bien terribles males ; LAURENCIO.
NISE. Por regalos tuyos tuve Pues, Liseo, no te espantes;
Divertios, por mi vida, Engaños, mentiras, fraudes; Que es defeto en los discretos
Corlándome algunas flores Pero pues tan duros fueron , Tal vez el no ser afables.
Losaos, pues con sus colores Di que me diste diamantes.
Dile, Celia, lo que has visto. LISEO.
La diferencia os convida
Désejardín, porque quiero CELIA. ¿Tienes qué hacer?
Hablar á Laurencio un poco. Ya, Laurencio, no te espante LAURENCIO.
dcardo. (Ap.) De que Nise , mi señora , Poco ó nada.
guien ama y sufre, ó es loco Desta manera te trate : LISEO.
necio. Yo sé que has dicho requiebros Pues vamonos esta tarde
feniso. (Ap.) A Finea. Por el Prado arriba.
LAURENCIO.
¿Tal premio espero? LAURENCIO.
diluido. (Ap.) ¿Que levantes, Vamos
No son vanos mis recelos. Celia , tales testimonios? Donde quiera que tú mandes.
CELIA.
FENISO. (Ap.) LISEO.
Tú sabes que son verdades ; Detrás de los Recoletos
Ella le quiere. Y no solo tú á mi dueño
DUARDO. Quiero hablarte.
Ingratamente pagaste ,
Yo haré Pero tu Pedro , el que tiene LAURENCIO.
Un ramillete de fe, De tus secretos las llaves, Si el hablarme
(Ap. Pero sembrado de celos.) Ama á Clara tiernamente : No es con las lenguas que dicen ,
(Vanse Duardo y Feniso.) ¿Quieres mas que te declare? Sino con las lenguas que hacen
LAURENCIO.
(Aunque me espanto que sea) ,
ESCENA III. Dejare caballo y pajes.
Tus celos han sido, Celia,
LISEO.
LAURENCIO, NISE, CELIA. Y quieres que yo los pague. Bien puedes. (Vase.)
¡ Pedro á Clara! ¡Yo á la boba !
LAURENCIO.
NISE.
Yo voy tras ti.
Ya se han ido. ¿Podré yo, Laurencio, si la enseñaste,
Nise, con mis brazos darte ¿De qué te quejas de aquello ESCENA VI.
Parabién de tu salud? En que de necio no caes?
Astrólogo me pareces; LAURENCIO.
NISE. Que siempre de ajenos males ,
Desvia, fingido, fácil, Sin reparar en los suyos, ¡Qué celoso y qué arrogante!
Lisonjero, engañador, Largos pronósticos hacen. Finea es simple : sin duda
Falso, inconstante, mudable, ■Oh quién os oyera juntos! De haberle contado , nace ,
Hombre que en un mes de ausencia Debéis de hablar en romances, Mis amores y papeles.
(Que bien merece llamarse Porque un discreto y un necio Ya para consejo es tarde ;
Ausencia la enfermedad) No pueden ser consonantes. Que deudas y desafíos,
El pensamiento mudaste. Ahora déjame, Laurencio. A que los honrados salen ,
Pero mal dije en un mes, LAURENCIO. Para trampas se dilatan ,
Porque puedes disculparte Señora... Y no es bien que se di laten . (Vase.)
Con que mi muerte creíste ;
Y si mi muerte pensaste, ESCENA IV. ESCENA VII.
¡Con gentil atrevimiento L1SEO. — Dichos.
Pagaste el amor que sabes. FINEA, UN MAESTRO DE DANZAR.
Mudando el tuyo en Finca! liseo. (Ap.)
LAIRENCIO. Esperaba tarde MAESTRO.
¿Qué dices? Los desengaños; mas ya ¿Tan presto se cansa?
NISE. No quiere amor que me engañe. FINEA.
Pero bien haces. NISE. Sí;
Tú eres pobre y ella rica, Suelta. Y no quiero danzar mas.
Tú discreto, ella ignorante; LAURENCIO.
MAESTRO.
Buscaste lo que no tienes, No quiero.
Y lo que tienes dejaste. LISEO.
Como no danza á compás,
Discreción tienes, y en mi ¿Qué es esto? Hase enfadado de si.
La 1 1 lie celebrabas antes FINEA.
NISE.
Dejas cou mucha razón ; Dice Laurencio que rasgue Por poco diera de hocicos
Que dos ingenios iguales Unos versos que me dio, Saltando. Enfadada vengo.
Ño conocen superior, De cierta dama ignorante; ¿Soy yo urraca , que andar tengo
Y por dicha imaginaste Y yo digo que no quiero. Por casa dando sálticos?
Que quisiera yo el imperio LAURENCIO. Un paso, otro contrapaso...
Que á los hombres debe darse. Tú podrá ser que lo alcances Floretas, otra llórela...
LAURENCIO. De Nise: ruégala tú. ¡ Qué locura !
MAESTRO.
¿Quién te ha dicho que yo he sido LISEO.
En un mes tan inconstante? Si algo tengo que rogarte , ¡Qué imperfeta
NISE. Haz algo por mis memorias, Cosa! ¡En un hermoso vaso
Y rasga lo que tú sabes. Poner la naturaleza
¿Parécete poco un mes? Licor de un alma tan ruda ,
Yo te disculpo, no hables ; NISE.
Con que ya salga de duda
Que la luna está en el cielo Dejadme los dos.
Sin intereses mortales, (Vate, y Celia la sigue.) Que no es alma la belleza !
20
L-i.
300 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
FINEA. FINEA.
Maestro... Yo os juro , aunque nunca ingrata , ¿Y el papel?
MAESTRO. Que no hay mayor mentecata CLARA.
Señora mía... En todo el mundo que yo. Libre quedó ,
FINE*. MAESTRO. ! Como el santo de pajares.
Traed mañana un tamlx nil . El creer es cortesía. [ Sobraron estos renglones,
MAESTRO. Adiós ; que soy muy cortés. ( Vase .) Donde hallarás mas razones
Ese es instrumento vil , Que en mi cabeza aladares.
ESCENA VIII. Mas bien se podrá leer.
Aunque de mucha alegría. Toma y lee.
FINEA. FINEA.
Que soy mas aficionada CLARA.— FINEA.
Yo sé poco.
A cascabeles confieso.
CLARA. CLARA.
MAESTRO.
¿Danzaste? Libre Dios de un fuego loco
Es muy de caballos eso. FINEA. La estopa de una mujer.
FINEA. ¿Ya no lo ves?
Haced vos lo que me agrada; Persíguenme todo el dia ESCENA IX.
Que no es mucha rustiqueza Con leer, con escribir,
El traellos en los pies ; Con danzar, y todo es nada ; OCTAVIO.— Dichas.
Harto peor pienso que es Solo Laurencio me agrada.
Traellos en la cabeza. octavio. (Dentro.)
CLARA. Yo pienso que me canso en enseñarla :
MAESTRO. ¿Cómo te podré decir
( \p. Quiero seguille el humor.) Ni el leer ni el danzar aprender puede,
Una desgracia notable? Aunque está menos ruda que solía.
Yo haré lo que mandáis. FINEA. (Sale.)
FINEA. Hablando, porque no hay cosa FINEA.
Id danzando cuando os vais. De decir dificultosa ¡Oh padre mentecato y generoso!
MAESTRO. A mujer que viva y hable. Bien seas venido.
Yo os agradezco el favor ; CLARA. octavio.
Pero llevaré tras mi Dormir en dia de fiesta ¿Cómo mentecato?
Mucha gente. ¿Es malo?
FINEA. FINEA.
FINEA.
Un pastelero, Pienso que no; Aquel maestro de danzar me dijo
Un sastre y un zapatero , Aunque si Adán se durmió , Que era yo mentecata , y enójeme;
¿Llevan la gente tras si? Buena costilla le cuesta. Mas él me respondió que este vocablo
Significaba una mujer que riñe ,
MAESTRO. CLARA. Y vuelve luego con amor notable;
No; pero tampoco ellos Pues si nació la mujer Y como vienes tú riñendo agora ,
Por la calle haciendo van De una dormida costilla , Y has de mostrarme amor en breve rato,
Sus oficios. Que duerma no es maravilla. Quise también llamarte mentecato.
FINEA.
FINEA. OCTAVIO.
¿No podrán, Por eso vengo á entender, Pues, hija, no creáis á todos hombres.
Si quieren V Solo por esa advertencia ,
MAESTRO.
No digáis ese nombre; que no es justo.
Por qué se andan tras nosotras FINEA.
Podrán hacellos; Los nombres , y en unas y otras
Mas yo no quiero danzar. No lo haré mas ; mas diga , señor padre,
Hacen tanta diferencia ; ¿Sabe leer!
FINEA. Que si aquesto no es hablilla, OCTAVIO.
No entréis mas aquf. Deben de andar á buscar
Su costilla , y no hay parar Pues ¿eso me preguntas?
MAESTRO.
Hasta topar su costiila. FINEA.
No haré. Pues tome por su vida , y este lea.
FINEA. CLARA.
Luego, si para el que amó OCTAVIO.
No quiero andar en un pié, ¿Este papel?
Ni dar vueltas ai bailar. Un año y aun mas, muy bien
Le dirán los que lo ven, FINEA.
MAESTRO. Si , padre.
Que su costilla topó.
Ni yo enseñar las que sueñan OCTAVIO
Disparates atrevidos. FINEA.
•Oye, Finea.
FINEA.
A lo menos los casados.
CLARA.
(Lee.) «Estoy muy agradecido á la
No importa ; que los maridos «merced que me haces , aunque be pa-
Son los que mejor enseñan. Sabia estas. >sado toda esta noche contemplando tu
MAESTRO. FINEA. «hermosura.» (Rásgale.)
¿Han visto la mentecata? Aprendo ya; FINEA.
FINEA.
Que me enseña amor quizá ¿No dice mas?
Con liciones de cuidados. OCTAVIO.
¿Qué es mentecata , villano?
MAESTRO.
CLARA. No dice ; y justamente
Volviendo al cuento , Laurencio Lo que falla rompí ¿Quién te leba dado?
Tened , Señora , la mano. Me dio un papel para tf.
Es una dama que trata FINEA.
Con aspereza y rigor Póseme ahilar... ¡Avdemi! Laurencio , aquel discreto caballero
A quien la sirve... ¡Cuánto provoca el silencio ! De la academia de mi hermana Nise ,
Puse en la estopa el papel , Que dice que me quiere por extremo.
FINEA. Y como hilaba al candil,
¿Eso es? OCTAVIO.
Y es la estopa tan sutil ,
MAESTRO. Prendióseme el copo en él. (Ap. De su ignorancia mi desdicha temo.
Puesto que vuelve después Cabezas hay disculpadas ¿Esto trujo á mi casa el ser hermosa
Con mansedumbre y amor. Cuando duermen sin cojines , Nise? ¡ El galán, el lindo, el oloroso,
Y sueños como rocines , El afeitado , el limpio y el curioso ! )
FINEA. ¿ Hate pasado mas con este acaso?
Que vienen con cabezadas.
¿Es eso cierto? Apenas el copo ardió , FINEA.
MAESTRO. Cuando , puesta en él de pies, I Ayer en la escalera , al primer paso,
¿Pues no? Me chamusqué, ya me ves. Me dio un abrazo.
LA. DAMA BOBA. 307
OCTAVIO. CLARA. ESCENA XIII. .
(Ap. ¡ En buenos pasos and a A tus palabras atenta,
Mi pobre honor por una y otra banda ! De tus mudanzas me admiro. OCTAVIO , TURIN. — Dichos.
La discreta con necios en concetos, Parece que te trasformas
Y la boba en amores con discretos. En otra. octavio.
A esta no hay llevarla por castigo , [so.) FINEA. Turin, ¿aquesta dices que es pendencia?
Y mas, que lo vendrá á entender su espo- En otro dirás. turin.
Hija, mirad que estoy muy enojado. CLARA. Conocieron de lejos tu presencia ,
No os dejéis abrazar: ¿entendéis, bija? Es maestro con quien mas Y habrán disimulado.
FINEA. Para aprender te conformas. OCTAVIO.
No lo haré mas; y cierto que me pesa , FINEA. ¡Oh caballeros!
Porque me pareció muy bien el hombre. Con todo eso, seré ¿Solos aqui?
OCTAVIO. LISEO.
Obediente al padre mió ;
Solo vuestro marido ha de ser digno Fuera de que es desvario Como Laurencio ha sido
De esos abrazos. Romper la palabra y fe. Tan grande amigo mió desde el dia
CLARA.
Que llegué á vuestra casa ó á la mia ,
ESCENA X. Salímonos entrambos mano á mano
Yo haré lo mismo. A tratar nuestras cosas igualmente.
FINEA.
TüRI.V — Dichos. OCTAVIO.
No impidas Deesa amistad me huelgo extrañamente,
turin. El camino que llevabas. Aquí vine á un jardín de un grande ami-
En tu busca vengo. CLARA. [po;
octavio. ¿ No ves que amé porque amabas, Y me, holgaré dequeos volváis conmigo.
¿Qué hay, Turin? Y olvidaré porque olvidas? LAURENCIO.
tuhin. (Ap. d Octavio.) FINEA. Vamos á acompañaros y serviros.
Que á matarse van al campo Harto me pesa de amalle ; octavio. (Ap. á Turin.)
En este punto mi señor Liseo Pero á ver mi daño vengo, Turin, ¿porqué razón mehasengañado?
Y Laurencio, un hidalgo marquesole, Aunque presumo que tengo
De olvidarme de olvidalle. turin.
Que desvanece á Nise con sonetos. Porque en viéndote habrán disimulado,
octavio. [discretos, (Yanse.) Y porque en fin las mas de las pendencias
(.i/>. ¿Qué importa que los padres sean Mueren por madurar; que á no ser esto,
Si les falla á los hijos la obediencia? No hubiera mundo ya.
Campo.
Liseo ¿habrá entendido la imprudencia OCTAVIO.
De ese Laurencio, atrevidillo y loco, ESCENA XII. Pues di , ¿tan presto
Y que sirve á su esposa? ¡Caso extraño! Se pudo remediar?
¿Adonde irán? LAURENCIO, LISEO. TURIN.
turin. LAURENCIO. ¿Qué mas remedio
Irán, si no me engaño, Antes , Liseo , de sacar la espada , De no reñir que estar la vida en medio?
Hacia los Recoletos agustinos. Me decid la ocasión que á esto os obliga. (Yante.)
OCTAVIO.
* LISEO.
Pues vén tras mi. ¡ Qué extraños desati Pues bien será que la razón os diga.
ban** Oetoio y T«rm.) [nos!
LAURENCIO. Sala en casa de Octavio.
Liseo, si son celos de Finea,
ESCENA XI. Mientras no sé que vuestra esposa sea, ESCENA XIV.
Bien puedo pretender, pues soy primero.
FINEA, CLARA. NISE, FINEA.
LISEO.
FINEA.
DUARDO. Para quitar el amor,
El que me puso el amor Pues ¿con Finea te casas? ¿Qué importa?
LAURENCIO. OCTAVIO.
Me le quitará mejor.
LAURENCIO. Sí, Duardo. ¡Locura extraña!
Otro mejor puede haber. DUARDO. No entre aqui Laurencio.
FINEA.
¿Y Nise bella? nise. (Ap.ásu padre.)
¿Cuál? LAURENCIO. Es yerro
LAURENCIO. Troqué discreción por plata. Que él y Liseo la engañan,
Los que vienen aqui (Yante Laurencio, Duardo, Feniso Y aquesta traza han tomado
Al remedio ayudarán. Pedro.) No mas de para enseñarla.
510 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
OCTAVIO.' NISE. ESCENA H.
¡Oh! pues con eso yo callo. Quiérame quitar de aquí; .
Que de manera me trata CLARA. — FINEA.
FINEA.
¡Oh ! pues con eso nos tapas Amor, que diré locuras. CLARA.
LISEO. En grande conversación
La boca.
OCTAVIO. No os vais ¡oh Nise gallarda! ' Están de tu entendimiento.
Vén allá dentro. Que después destos favores,
FINEA.
(Ap. ¡ Qué descanso de mis canas ! ) i Quedara sin vida el alma.
MSE.
Huélgome que esté contento
(Yante Octavio y Finio.) Mi padre en esta ocasión.
H1SE. No puedo menos. (Vate.).
CLARA.
Hame contado Laurencio Atribuyen al amor
Que han tomado- aquesta traza ESCENA XXIV.
De Liseo este milagro.
El y Liseo por ver LAURENCIO , LISEO. FINEA.
Si aquesta rudeza labran, ■
Y no me parece mal. En otras aras consagro
LISEO. Mis votos , Clara , mejor.
ESCENA XXII. ¡Aquí Laurencio ha sido el maestro.
Estabas á mis espaldas! . CLARA.
LISEO.— NISE. LAURENCIO.. Como Pedro lo fué mió.
Agora entré. FINEA.
LISEO. LISEO.
Llíate contado mis ansias Luego ¿á ti De verlos hablar me rio
aurencio, discreta Nise? Te hablaba y te requebraba, . En este milagro nuestro.
Aunque me miraba á mí , CLARA.
NISE.
¿Qué me dices? ¿Sueñas ó hablas? Aquella discreta ingrata? Gran fuerza tiene el amor.
LISEO. LAURENCIO. Catedrático divino.
Palabra me dio Laurencio Liseo, aquesta es discreta;
No podrás, si no la engañas, ESCENA III.
De ayudar mis esperanzas.
Viendo que las pongo en ti. Quitarle del pensamiento OCTAVIO, MISENO.— Dichas., •
NISE.
Él imposible que aguarda ;
Porque yo soy de Fmea, hiseno. (Ap. á Octavio.)
Pienso que de hablar t& cansas'
LISEO. Yo pienso que es el camino
Con tu esposa , ó que se embota
En la rudeza que labras Si mi remedio no trazas , De su remedio mejor.
El cuchillo de tu ingenio, Cuéntame loco de amor. Y ya, pues habéis llegado.
Y para volver á hablarla LAURENCIO. A ver con entendimiento.
Quieres darte un filo en mi. Déjame el remedio y calla; A Finea , que es contento
LISEO. Porque burlar un discreto Nunca de vos esperado,
Verdades son las que trata Es la mayor alabanza. A Nise podéis casar
Mi amor, Nise; no mentiras. Con este mozo gallardo.
Escúchame. OCTAVIO.
NISE. Vos solamente á Duardo
¡Qué inconstancia, ACTO TERCERO. Pudiérades abonar.
Qué locura, error, traición Mozuelo me parecía
A mi padre y ¡i mi hermana! Destos que se desvanecen,
Id en buen hora , Liseo. ESCENA PRIMERA. A quien agora enloquecen
LISEO.
La arrogancia y la poesía..
FINEA. No son gracias de marido
¿Desta manera me pagas Sonetos: Nise es tentada
Tan desatinado amor? ¡Amor, divina invención, De académica endiosada,
NISE. De conservar la belleza Y á casa los ha traído.
Pues si es desatino, basta. De nuestra naturaleza , Quién la mete á una mujer
Accidente ó elección ! 'on Petrarca y Garcilaso,
Co
ESCENA XXIII. Extraños efetos son Siendo su Virgilio y Taso
Los que de tu ciencia nacen , Hilar, labrar y coser?
LAURENCIO.— Dichos. Pues las tinieblas deshacen , ; Ayer sus librillos vi ,
Pues hacen hablar los mudos ,. I Papeles y escritos varios;
LAURENCIO. (.1//.) Pues los ingenios mas rudos Pensé que devocionarios,
Hablando está con Liseo : Sabios v discretos hacen. Y desta suerte leí :
Si Liseo se declara , No há dos meses que vivia « Historia de dos amantes,
Nise ha de entender sin duda A las bestias tan igual , Sacada de lengua griega,
Que mis lisonjas la engañan. Que aun el alma racional Rimas de Lope de Vega,
Sospecho que ya me ha. visto. Parece que no tenia : Galatea, de Cervantes;
NISE. Con el animal sentía . El ¡amores de Lisboa,
¡Oh gloria de mi esperanza !' Y crecia con la planta ; Los pastores de Belén,
La razón divina y santa Comedias de don Guillen
LISEO. Estaba eclipsada en mi , De Castro, Liras de Ochoa,
¿ Yo vuestra gloria , Señora ? Hasta que tus rayos vi, Cien sonetos de Liñan ,
NISE. A cuyo sol me levanta. Y de Herrera el divino
Han me dicho que me tratas Tú desataste y rompiste Canciones , El peregrino ,
Con traición; mas no lo creo; La escuridad de mi ingenio, El picaro de Guzman ,
Que no lo consiente el alma. Tú fuiste el divino genio Canción que Luis Vélez dijo
LISEO. gue me enseñaste , y me diste En la academia del duque
¡Traición, Nise! Sien mi vida a luz con que me pusiste De Pastrana, Obra* de Luque,
Mostrare amor á tu hermana, En el lugar en que estoy : Cartas de don Juan de Arguijo... >
Me mate un rayo del cielo. Mil gracias , amor, te doy, Mas ¿qué os canso? Por mí vida,
Pues me enseñaste tan bien , Que se los quise quemar.
LAURENCIO. (Ap.) Que dicen cuantos me ven HISENO.
Es conmigo con quien habla Que tan diferente estoy.
Nise, y presume Liseo Casalda, y veréisla estar
Que le requiebra y regala. Ocupada y divertida
LA DAMA DOBA. 311
En el parir y el criar. A las dos llama á lición. TURIN.
OCTAVIO. OCTAVIO. A ser dejar de querer
¡Qué gentiles devociones! Él viene á buena ocasión. A Nise, fuera el mejor.
Si Duardo hace canciones , Vaya un criado á llamar LISEO.
Bien los podemos casar. Los músicos, porque vea El mismo, porque Finea
MISENO. Liseo á lo que ha llegado Me ha de vengar de su agravio.
Es poeta caballero; Finea. turin.
No temáis, bará por gusto (Vase el criado.) No te tengo por tan sabio.
Versos. Que esa discreción te crea.
OCTAVIO.
ESCENA VI. Y no ha de ser el casarse
Con mucho disgusto OCTAVIO, NISE, FINEA, LISEO, MI- Por vengarse de un desden ;
Que nunca se casó bien
Los de Nise considero. • SENO, CLARA. TURIN; luego, EL Quien se casó por vengarse.
Temo , y en razón lo fundo , CRIADO, EL MAESTRO DE DAN Porque es discreta Finea ,
Si en esto da , que ha de haber
Un don Quijote mujer ZAR, y músicos. Y porque el seso cobró
Que dé que reír al mundo. (Pues de Nise no sé yo
liseo. (Ap.) Que tan entendida sea),
ESCENA IV. Amor engañado, Será bien casarte luego.
Hoy volveréis á Finea; LISEO.
NISE , LISEO , TURIN — Diciros. Que muchas veces amor. Miseno ha venido ; qul ;
liseo. (Ap. á Nise.) Disfrazado en la venganza , Algo tratan contra mi.
Hace una justa mudanza
Trátasroe con tal desden , Desde un desden á un favor. turin.
Que pienso que he de apelar (Sale el criado.) Que lo mires bien te ruego.
Adonde sepan tratar liseo.
Mis obligaciones bien. CRIADO.
Pues advierte, Nise bella, Ya los músicos venian. No hay mas: á pedirla voy.
Que ya Finea es sagrado ; (Salen los músicos y el maestro de tdrin.
Que un amor tan desdeñado danzar.) El cielo tus pasos guie ,
Puede hallar remedio en ella. OCTAVIO. Y del error te desvie
BISE. Muy bien venidos seáis. En que yo por Celia estoy.
Liseo , el hacerme fieros (Vase Liseo.)
liseo. (Ap.)
Fuera bien considerado ¡ Que enamore amor á un hombre
Hoy, pensamientos , vengáis Como yo ! Amor desatina.
Cuando yo te hubiera amado. Los agravios que os hacían.
LISEO.
¡Que una ninfa de cocina,
OCTAVIO. Para blasón de su nombre
Los nobles y caballeros Nise y Finea... Ponga: «Aquí murió Turin,
Como yo, se han de estimar ; NISE. Entre sartenes y cazos » !
No lo indino de querer. Señor...
NISE. ESCENA VIII.
OCTAVIO.
Poner freno a la mujer Vaya aquí, por vida mia ,
Es poner limite al mar. LAURENCIO, PEDRO.-TURIN.
El baile del otro dia.
Extrañas quimeras son ;
Que amor, como es acídente , (Cantan los músicos, y bailan Nise y LAURENCIO.
Tiénese donde se siente. Finea.) Todo es poner embarazos
No donde fuera razón. LISEO. Para que no llegue el Un.
LISEO. Todo es mudanzas amor. PEDRO.
Eso , Señora , no es justo , MAESTRO. Habla bajo; que hay escuchas.
Y no lo digo con celos, Gallardamente por cierto. LAURENCIO.
Que pongáis falta á los cielos MISERO. ¡Oh, Turin!
En la bajeza del gusto. Dad gracias á Dios, Octavio, TURIN.
A lo que se hizo mal , Que os satisfizo este agravio. Señor Laurencio...
No es bien decir: t Fué mi estrella.» OCTAVIO. LAURENCIO.
¡USE. (Ap. á Miseno. Tratemos nuestro con- ¿Tanta quietud y silencio?
Yo no pongo culpa en ella De Duardo con Finea.) [cierto TURIN.
Ni en el curso natural ; Hijas, yo tengo que hablar. Hay obligaciones muchas
Porque Laurencio es un hombre FINEA. Para callar un discreto,
Tan hidalgo y caballero, Y yo muy discreto soy.
Que puede honrar... Yo nací para agradar.
octavio. (Ap.) LAURENCIO.
LISEO.
Paso. ¿Quién hay que mis dichas crea? ¿Qué hay de Liseo?
HISE.
(Vanse todos, menos Liseo y Turin.) TURIN.
Quiero A eso voy.
Que reverenciéis su nombre. ESCENA VII. Fuese á casar.
PEDRO.
LISEO. LISEO, TURIN. ¡Buen secreto!
A no estar tan cerca Octavio. . .
TURIN.
OCTAVIO. LISEO.
¡Oh Liseo! Turin... Está tan enamorado
LISEO. turin. De la señora Finea ,
Señor, ¿qué me quieres? Si no es que venganza sea
¡Oh mi señor! De Nise , que me ha jurado
mise. (Ap.) LISEO. Que luego se ha de casar ;
¿Que se ha de tener amor Quiérote comunicar Y es ido á pedirla á Octavio.
Por fuerza? ¡ Notable agravio ! Un nuevo gusto. LAURENCIO.
tomín. Podré yo llamarme á agravio.
ESCENA V. Si es dar
TURIN.
UN CRIADO.— Dichos. Sobre tu amor pareceres ,
Busca un letrado de amor. Él no os pretende agraviar.
LISEO. LAURENCIO.
CRIADO.
El maestro de danzar Yo he mudado parecer. Las palabras ¿suelen darse
312 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Para no cumplirse? ¿Qué libro esperaba yo Acuden á su regalo
Timar. De tus manos? ¿En qué pleito Con amores, con requiebros.
No. Habías jamás de hacerme Y esperando el mayorazgo,
LAURENCIO.
Información en derecho? Tras tantos regalos hechos,
Inocente te quería , Sale una hembra que corta
De no casarse la dio. Porque una mujer cordero La esperanza á sus deseos.
TURIN. Es tusón de su marido , Según eso, si esperaron
Él no la quiebra en casarse. Que puede traerle al cuello. Hijo varón , y hembra vieron ,
LAURENCIO. Hable la dama en la reja , Antes de nacer fingimos.
¿Cómo? Escriba , diga concetos LAURENCIO.
nntffl. En el coche, en el estrado, Es evidente argumento ;
Porque no se casa De amor, de engaños, de celos; Pero yo veré si sabes
Con la que solia ser, Pero la casada sepa Hacer, Señora , tan presto
Sino con otra mujer. De su familia el gobierno , Mudanza de extremos tales.
LAURENCIO.
Porque el mas discreto hablar
No es santo como el silencio. FINEA.
¿Cómo es otra? Mira lo que ha resultado Paso ; que viene Liseo.
TURI¡». De trasformarse tu ingenio, LAURENCIO.
Porque pasa Pues va á pedirte ¡ ay de mi! Aqui me quiero esconder.
Del no saber al saber, Para su mujer Liseo. FINEA.
Y con saber le obligó. Liseo te quiere bien ; Ya llega.
¿Mandáis otra cosa? El se casa ; yo soy muerto. LAURENCIO.
LAURENCIO. ¡Nunca, plegué a Dios, hablaras! Sigúeme, Pedro.
No. FINEA. PEDRO.
TURIN. ¿De qué me culpas , Laurencio? En grandes peligros andas.
Pues adiós. (Vase.) A pura imaginación LAURENCIO.
Del alto merecimiento
ESCENA IX. De tus partes , aprendí Tal estoy, que aun no lo siento.
El que tú dices que tengo. ( Yanse Laurencio y Pedro.)
LAURENCIO, PEDRO Por hablarte supe hablar,
Vencida de tus requiebros; ESCENA XI.
LAURENCIO. Para responderte escribo; LISEO, TURIN.— FINEA.
¿Qué puedo hacer? No he tenido otro maestro
Lo mismo que presumí Que amor; amor me ha enseñado; LISEO.
Y tenia sospechado Tú eres la ciencia que aprendo. Yo lo dejo concertado.
Del ingenio que ha mostrado, ¿De qué te quejas de mi? TURIN.
Se viene á mostrar aqui. LAURENCIO. Al fin estaba del cielo
Como la ha visto Liseo De mi desdicha me quejo ; Que fuese tu esposa.
Discreta , la voluntad Pero, pues ya sabes tanto,
Ha puesto en la habilidad. LISEO.
Dame, Señora , un remedio. • (Ap. Aqui
PEDRO. FINEA.
Y en el oro algún deseo. Está mi primero dueño.)
El remedio es fácil. ;, No sabéis , señora mia ,
Cansóle la bobería , Cómo ha querido Miseno
La discreción le animó. LAURENCIO.
¿Cómo? Casar á Duardo y Nise,
Y cómo yo también quiero
ESCENA X. FINEA.
Que se bagan nuestras bodas
Si , porque mi rudo ingenio, Con las suyas?
F1NEA. — Dichos. Que todos aborrecían , FINEA.
Se ha Irasformado en discreto.
FINEA. Liseo me quiere bien; No lo creo ;
Clara , Laurencio , me dio Con volver á ser tan necio Que Nise me ha dicho á mi
Nueva de tanta alegría. Como primero le tuve , Que está casada en secreto
Luego á mi padre dejé; Me aborrecerá Liseo. Con vos.
Y aunque ella me lo callara, LISEO.
LAURENCIO. ¿Conmigo?
Yo tengo quien me avisara ,
Que es el alma , que te ve Pues ¿sabrás fingirte boba? FINEA.
Por mil vidrios y cristales, FINEA.
No sé
Por donde quiera que vas , Sí ; que lo ful mucho tiempo ; Si érades vos ó Oliveros.
Porque en mi memoria estás Y la tierra donde nacen ¿Quién sois vos?
Con memorias inmortales. Saben andarla los ciegos. LISEO.
Todo este grande lugar Demás desto, las mujeres ¿Hay tal mudanza?
Tiene cubierto de espejos Naturaleza tenemos
Mi amor, juntos y parejos, Tan pronta para fingir, FINEA.
Para poderte mirar. Ya con amor, ya con celos, ¿Quién decis? que no me acuerdo.
Si vuelvo el rostro allí, veo Que antes de nacer fingimos. Y si mudanza os parece ,
Tu imagen; si á la otra parte, LAURENCIO.
¿Cómo no veis que en el cielo
También ; y así viene á darte Cada mes hay luna nueva?
¿Antes de nacer?
Nombre de sol mi deseo ; LISEO.
FINEA. ¿Hay tal locura?
Que en cuantos espejos mira
Y fuentes de pura plata , Yo pienso TURIN.
Tu bello rostro retrata, Que en tu vida lo has oido. ¿Qué es esto?
Y tu imagen bella mira. Escucha.
LISEO.
LAURENCIO.
LAURENCIO. ¿Si le vuelve el mal pasado?
¡Ay, Finea! A Dios pluguiera Ya estoy atento.
FINEA.
B
Que nunca tu entendimiento
Llegara, como ha llegado,
FINEA.
¿Daisos por vencido?
Cuando estamos en el vientre
A la mudanza que veo ! De nuestras madres , hacemos liseo. {Ap.)
Necio me tuvo seguro, Entender á nuestros padres, Creo
Y sospechoso discreto, Para engañar sus deseos, Que era locura su mal.
Porque yo no le quería Que somos hijos varones ; FINEA.
Para pedirte consejos. V asi verás que contentos Guárdanlas para remiendos
LA DAMA BOBA. 315
De las que salen menguadas. Que era de daros el alma , Pero no quisiera ver
¿Veis ahí que sois uq necio? Ño pudo tener efeto , Cuñado tan regalado.
LISIO. Quedad con Dios. fedro. (Ap. d Finea.)
Señora , mucho me admiro FINEA. Tu hermana escuchando.
De que ayer tan alto ingenio Soy medrosa FINEA.
Hostrásedes. De las almas, porque temo ¡Ay cielos!
mu Que de tres que andan pintadas Vuélvome á boba.
Pues , Señor, Puede ser la del infierno. LAURENCIO.
Agora ha llegado al vuestro; La noche de los difuntos Eso importa.
gue la mayor discreción No saco, de puro miedo, Voyme.
s acomodarse al tiempo. La cabeza de la ropa. nise. (A Laurencio.)
L1SE0. liseo. (Ap.) Los pasos reporta.
Eso dijo el mayor sabio. Ella es loca sobre necio, LAURENCIO.
TURIN.
Que es la peor guarnición : ¿Qué quieres? ¿Vendrás con celos?
Decirlo á su padre quiero.
Y esto escucha el mayor necio. (Vanse Liseo y Turin.) NISE.
LISEO. Celos son para sospechas ;
Volved , mi señora , en vos , ESCENA XH. Las que trato son verdades.
Considerando que os quiero LAURENCIO.
Por mi dueño para siempre. LAURENCIO, PEDRO. — FINEA. ¡ Qué presto te persuades
FINEA.
FINEA.
Y de engaños té aprovechas!
¿Por mi dueña, majadero? ¿Qué te parece? ¿Querráste casar ansí
LISEO. Levantando un testimonio ,
LAURENCIO. Y de aqueste matrimonio
¿Asi tratáis un esclavo Muy bien : Echarme la culpa á mí?
Que os da el alma? Que has dado el mejor remedio Y si te quieres casar,
PUTEA. Que pudiera imaginarse. Déjame. (Vase.)
¿Cómo es eso? FINEA. NISE.
LISEO. Sí ; pero siento en extremo ¡Qué bien me dejas!
Que os doy el alma. Volverme boba , aun fingida ; Vengo á quejarme , ¿y te quejas?
FINEA. Y pues fingida lo siento, ¿Aun no me dejas hablar?
¿Qué es alma? Los que son bobos de veras PEDRO.
¿ Cómo viven ? Tiene razón mi señor.
LISEO.
LAURENCIO. Cásate y acaba ya. (Vase.)
¿Alma ? El gobierno del cuerpo.
No sintiendo.
FINEA. ESCENA XIV.
PEDRO.
¿Cómo es un alma? Pues si un tonto ver pudiera
LISEO.
NISE, FINEA, CELIA.
Su entendimiento á un espejo,
Señora , ¿No fuera huyendo de si? NISE.
Como filósofo puedo La razón de estar contentos ¿Qué es aquello?
Difinirla , no pintarla. Es aquella confianza CELIA.
FINEA. De tenerse por discretos. . Que se va
¿No es alma la que en el peso FINEA. Pedro con el mismo humor.
Le pintan á san Miguel ? Habíame, Laurencio mió, Y aquí viene bien que Pedro
LISEO. Sutilmente , porque quiero Es tan ruin como su amo.
También á un ángel le vemos Despicarme de ser boba. NISE.
Con alas ; pero él en Un Ya le aborrezco y desamo.
Es espíritu. ESCENA XIII. ¡Qué bien con las quejas medro!
FINEA. Pero fué buena invención
NISE, CELIA.— LAURENCIO, FINEA
Yo os creo. Anticiparse á reñir.
¿Andan las almas? v PEDRO, sin verlas.
CELIA.
LISEO. nise. (Ap. á Celia.) ¿Y el Pedro? ¡ quién le vio ir
Las almas Siempre Finea y Laurencio Tan bellaco y socarrón !
Obran por los instrumentos , Juntos: sin duda se tienen s nise. (A Finea.)
Por los sentidos y partes Amor ; no es posible menos. Y tú , que disimulando
De que se organiza el cuerpo. CELIA. Estás la traición que has hecho ,
FINEA. Yo sospecho que te engañas. Lleno de engaños el pecho.
¿Longaniza come el alma? NISE.
Con que me estás abrasando,
turin. (Ap. d su amo.) ¿Piensas que le has de gozar?
Desde aquí los escuchemos.
¿Por qué te cansas? (Escóndeme.) FINEA.
LISEO. ¿Tú me has dado pez á mi ,
LAURENCIO.
No puedo Ni sirena1, niyofuí
¿Qué puede, hermosa Finea, Jamás contigo a la mar?
Pensar sino que es locura. Decirte el alma , aunque sale
TDRIN.
Anda , Nise ; que estás loca.
De si misma , que se iguale CELIA.
Pocas veces de los necios A lo que el alma desea?
Se hacen los locos , Señor. Allá mis sentidos tienes : ¿Qué es esto?
NISE.
LISEO. Escoge de lo sutil , Á tonta se vuelve.—
Pues ¿de quién? Presumiendo que en abril Á una cosa te resuelve. (A Finea.)
Ttnun. Por amenos prados vienes.
Corta las diversas flores, Tanto el furor me provoca,
De los discretos, Porque en mi imaginación Que el alma te he de sacar.
Porque de diversas causas Tales los deseos son. FINEA.
Nacen efetos diversos. ¿Tienes cuenta de perdón?
NISE.
LISEO.
Estos, Celia, ¿son amores, (Ap. á ella,) i Nise no ha mentado peí, ni sirena, ni
¡ Ay, Turin ! vuélvome á Nise. O regalos de cuñado?
Mas quiero el entendimiento cosa parecida : quiza falte nn» redondilla
Que toda la voluntad.— CELIA. después del verso con que mt alai abra
Señora , pues mi deseo, Regalos deben de ser ; sando.
.■ >^
3M COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA
CARPIÓ.
MSE. ESCENA XVI.
Téngola de tu traición , A la justicia me voy.
Pero no de perdonar. LAURENCIO , PEDRO. -Dicnos. ( Vanse Octavio y Miseno.)
¿El alma quieres quitarme, I NISE.
Con quien el alma vivía? PEDRO.
Vén , Celia , tras mí ; que estoy
Dame el alma que solia , Contento en extremo estás. Celosa y desesperada.
Traidora hermana , animarme. LAURENCIO.
(Vanse Kise y Celia.)
Mucho debes de saber, ¡invención maravillosa!
Pues del a|ma me desalmas. LAURENCIO.
CELIA. H los dos tras él, por Dios;
FINEA. Ya Laurencio viene aquí. No me suceda un disgusto.
Todos me piden sus almas : OCTAVIO. FENISO.
Almario debo de ser. Laurencio, cuando labré Por vuestra amistad es justo.
Toda soy hurtos y robos. Esta casa, no pensé
Montes hay donde no hay gente Que academia instituí, DUARDO.
Yo me iré á meter rerpiente. Ni cuando á Nise criaba , Mal hecho ha sido, por Dios.
MISE. Pensé que para poeta , FENISO.
Que ya no es tiempo de bobos. Sino que á mujer discreta ¿Ya habláis como desposado
Dame el alma. Con las letras la inclinaba. De Nise?
Siempre alabé la opinión DUARDO.
ESCENA XV. De que á la mujer prudente Piénsolo ser.
Con saber medianamente ( Yante Duardo y Feniso.)
OCTAVIO, MISENO, DUARDO , FENI- ^e sobra la discreción.
SO, PEDRO. — Dichas. No quiero mas poesías, ESCENA XVII.
Los sonetos se acabaron,
OCTAVIO. Y las músicas cesaron ; LAURENCIO, FINEA, PEDRO; des
¿Qué es aquesto? Que ya son pocos mis dias. pués, CLARA.
FINEA.
Por allá los podéis dar,
LAURENCIO.
Almas me piden á mí. Si os faltan telas y rasos ; Todo se ha echado á perder.
¿Soy yo purgatorio? Que no hay tales Garcilasos Nise mi amor le ha contado.
Como dinero y callar. Diroe , ¿qué habernos de hacer,
kise. Este venden por dos reales,
SI. Y tiene tales sonetos Si á verte no puedo entrar?
FINEA. Elegantes y discretos, FINEA.
Pues procura salir prestó. Que vos no los haréis tales. No salir.
OCTAVIO.
Ya no habéis de estar aquí. LAURENCIO.
¿No mediréis la ocasión Con ese achaque, id con Dios. ¿Dónde he de estar?
De vuestro enojo ? LAURENCIO. FINEA.
Y es muy justo , como vos Yo ¿no te sabré esconder?
FINEA.
Me deis mi mujer á mi. LAURENCIO. •
m io Querer ¿Dónde?
Aise.á fuerza del saber, OCTAVIO.
Pedir lo que no es razón. ¿Qué mujer os tengo yo? FINEA.
Almas, sirenas y peces LAURENCIO.
Yo tengo un desvaa
Dice que me la dado a mf. Finea.
Famoso para esconderte.—
¡Clara!...
OCTAVIO. OCTAVIO.
¿Hase vuelto aboba? ¿ Finea ? (Sale Clara.)
LAURENCIO. CLARA.
MSE. Mi señora...
Aqui
Sf. Hay tres testigos del si FINEA.
OCTAVIO. Que há mas de un mes que me dio. Advierte
Pienso que tú la embobeces. Que mis desdichas están
OCTAVIO.
DUARDO. ¿Quién son? En tu mano : por secreto
¿No decian que ya estaba LAURENCIO.
Lleva á Laurencio al desván.
Con mucho seso? , Duardo, Feniso CLARA.
OCTAVIO. Y Pedro. ¿Y á Pedro?
FINEA.
¡Aydemií OCTAVIO.
También.
nise. ¿Es esto verdad?
CLARA.
No quiero hablar claro. DUARDO.
Ella de su voluntad , Galán ,
OCTAVIO. Camine.
Octavio, dársele quiso.
Di. LAURENCIO.
MSE. OCTAVIO. Yo te prometo
Todo su daño se acaba ¡Hay tal cosa! Que voy temblando.
Con mandar expresamente PEDRO.
FINEA.
(Pues como padre podrás, ¿No bastaba ¿Deque?
Y aunque en todo, en esto mas, Que mi señor lo dijera ? PEDRO.
nies tu honor no lo consiente) OCTAVIO. Clara , en llegando la hora
Que Laurencio no entre aquí. Que como simple la diera De muquir, di á tu señora
.„, , octavio. A un hombre que la engañaba, Que algún consuelo me dé.
¡Como! No ha de valer. Di, Finea, CLARA.
MSE. ¿No eres simple? Otro cenará peor.
Porque él ha trazado FINEA. Vamos.
Uue esta no se haya casado , Cuando quiero. PEDRO.
Y que yo te enoje á ti. OCTAVIO. ¿Yo al desván? ¿Soy gato?
OCTAVIO.
Y ¿cuando no? (Vanse Laurencio , Clara y Pedro.)
Pues eso es muy fácil cosa. FINEA.
No. ESCENA XVIII.
MSE.
En paz tu casa tendrás. OCTAVIO. .
„ ¿Qué espero? FINEA.
Mas cuando simple no sea, ¿Por qué de imposible trato
Con Liseo está casada : Aqueste mi loco amor?
LA DAMA BOBA. 513
En llegándose á saber OCTAVIO. Si no te casas , Señor,
Una voluntad , no hay cosa Tente, loca , ¿dónde vas? Te han de decir mas de siete :
Mas triste y escandalosa FINEA.
«¡Miren la bobada!»
Para una honrada mujer. Padre, yo voy á esconderme. LISEO.
Lo que tiene de secreto, Vamos ;
OCTAVIO.
Eso tiene amor de gusto. Que mi temor se resuelve
Hija, Liseo no importa. De no se casar á bobas.
ESCENA XIX. FINEA.
TON!.
No yerra quien obedece; Que se case me parece
OCTAVIO.— FINEA. Que no me ha de ver jamás A bobas quien sin dinero
octavio. (Dentro.) Sino quien mi esposo fuere. (Vase.) En tanta costa se mete.
Harélo, aunque fuera justo (Yante.)
Poner mi enojo en efeto. (Sale.) ESCENA XXI.
FINEA.
OCTAVIO, LISEO.TURIN. ESCENA XXIII.
¿Estás ya desenojado?
OCTAVIO. LISEO. FINEA, CLARA.
Por los que rae lo han pedido. ¿Qué es esto? FINEA.
OCTAVIO.
FINEA. Hasta agora bien nos va.
Perdón mil veces te pido. No sé, por Dios;
Ella ha dado en esconderse CLARA.
OCTAVIO. De los hombres, porque dice No hayas miedo que se entienda.
i Y Laurencio? Que la engañan fácilmente. FINEA.
FINEA.
LISEO. ¡Oh cuánto á mi amada prenda
Aquí ha jurado En gentil locura ha dado. Deben mis sentidos ya !
No entrar en la corte mas. ¿Dónde está Laurencio? CLARA.
OCTAVIO.
OCTAVIO. ¡Con la humildad que se pone
¿Adonde se fué? Fuese En el desván!
FINEA.
A Toledo. FINEA.
A Toledo. LISEO. No te espantes;
OCTAVIO. Muy bien hizo. Que es propia casa de amantes,
¿Volverá? OCTAVIO. Aunque Laurencio perdone.
FINEA.
Y tú ¿por ventura crees CLARA.
No tengas miedo Vivir aqui sin casarte? En el desván vive bien
Que vuelva á Madrid jamás. Porque el mismo inconveniente Un matador criminal ,
OCTAVIO. Hay de que tú entres aqui. Cuya muerte natural
Hija , pues simple naciste, LISEO. Ninguno ó pocos la ven.
Y por milagro de amor ¡Bien mi término agradeces ! En el desván un preciado
Perdiste el pasado error, Vengo á casar con Finea , De lindo, y es un caimán;
¿Cómo á ser boba volviste? Forzado de mis parientes, Pero tiénele el desván ,
FINEA. Y hallo una simple mujer. Como el espejo, engañado.
¿Qué quiere, padre? A la fe, ¿Que la quiera , Octavio, quieres? En el desván el que canta
De bobos no hay que fiar. Con voz de carro de bueyes,
OCTAVIO.
Y el que viene de Muleyes ,
OCTAVIO. Tiene razón achacosa ; Y á los godos se levanta.
Pues yo lo he de remediar. Pero es limpia , hermosa, y tiene Finalmente...
FINEA. Tanto doblón , que podría FINEA.
¿Cómo , si el otro se fué? Doblar el mármol mas fuerte. Espera un poco;
OCTAVIO.
¿Querrías cuarenta mil Que viene mi padre aqui.
Escudos con una fénix?.
Pues te engaitan fácilmente ¿Es coja ó manca Finea?
Los hombres , en viendo alguno ESCENA XXIV.
Es tuerta? Y cuando lo fuese,
Te has de esconder; que ninguno ¿Hay falta en naturaleza OCTAVIO , MISENO , DUARDO, FENI-
Te ha de ver eternamente. Que con oro no se afeite? SO. — Dichas.
FINEA.
LISEO.
¿Adonde? Dame á Nise. duardo.
OCTAVIO.
OCTAVIO. ¿Que eso le dijistes?
En parle secreta. No há dos horas OCTAVIO.
FINEA. Que Miseno la promete Si;
¿Será bien en un desván A Duardo en nombre mió. Que á tal furia me provoco.
Donde los gatos están ? Y pues hablo claramente , Pidióme resueltamente
¿Quieres tu que allí me meta? Hasta mañana á estas horas Que con Nise le casase;
OCTAVIO. Te doy para que lo pienses, Dijele que no tratase
Adonde te diere gusto, Porque de no te casar, De tal cosa eternamente,
Como ninguno te vea. Quiero que en tu vida entres Y asi estoy determinado.
Por las puertas desta casa , MISENO.
FINEA.
Que tan enfadada tienes.
Pues alto, en el desván sea. Haz cuenta que eres poeta. ( ^'ase.) Oid; que está aqui Finea.
Tú lo mandas , será justo. OCTAVIO.
Y advierte que lo has mandado. ESCENA XXII. Hija, escucha.
OCTAVIO. FINEA.
PERSONAS.
TIBERIO. ÜN ALGUACIL. PRUDENCIO. i FLORA.
LISARDA. UN ESCRIBANO. FELISARUO. I UN ESCUDERO.
ELISO. BELISA. CARRILLO. I Alguaciles.
FABIO. CELIA. DON JUAN. l Cuatro lacayos.
Cubrirme de una patada. Que no está lejos su casa. Y ¿no es nada el de los pies,
Vile algo negras las uñas; ( Xanse el escribano , el alguacil Junto al peso de las almas?
Y no pretendo en mi casa y Flora.) TIBERIO.
Cernícalo de uñas negras. No vendré á verle en mi vida.
LISARDA.
ESCENA IV. FLORA.
¿Y ñolas tenia blancas LISARDA , BELISA , TIBERIO ; des Los novios, Señora, aguardan.
El caballero francés? pués, FLORA. " BELISA.
BELISA. ¡Jesús, y qué alteración !
No quiero yo ser madama TIBERIO. Hola, dame un vidrio de agua.
Ni llamar mosiur mi esposo. Yo también me quiero ir. (Vanse.)
LISARDA. LISARDA.
Pues dime, ¿en qué hallaste falta Belisa está desmayada.
En don Luis, mozo y galán , TIBERIO.
Sala en casa de Eliso.
Cuyos pechos esmaltaba ¿Qué tiene? ESCENA V.
Un lagarto de Santiago? BELISA.
BELISA. Imaginé, ELISO, FABIO.
Calla, madre ; que me espantas. Como lo vi con la vara,
¿No dicen que las mujeres Que me sacara los ojos. FABIO.
ELISO. Porque tengan lugar para vestirse. Licencia nos podéis dar.
Biendice. Cierra, Fabio.nuestra puerta; FABIO. ELISO.
Que á mas peligro vais por tantas calles. Yo voy, y quiera el cielo que suceda Entrad ; que Fabio os dará
FABIO. Tan felizmente, que burlados queden. Mi plata y tapicería ;
Yo voy. (Vase.) ELISO.
Y si falta (que podría),
ELISA. Por su desdicha conocerlos pueden. Satisfacion se os hará
Aqui estará Celia encubierta, Con otras prendas.
(Vase Faino.)
Y tú, mientras remedio busquesó halles. ESCRIBANO.
Mas hermosa? Echad mas agua; Aunque yo acierte á ponello, Mió también.
Echad mas , si sois servida , Si está el cuello bien ó mal? FELISARDO.
FELISARDO.
FELISARDO. ¿Ahora contemplas eso?
Notable desmayo tiene. ¿No ves que me estoy cansando?
¡Pluguiera á Dios que también
El de la afrenta pasara! Ahora bien ; quiero ser andas, CELIA.
Y llevar aquesta muerta. Suéltala , y vente callando
flora. (Ap. á Belisa.)
A tratar nuestro suceso
Tente; que te vas perdiendo. ESCENA XX. A mi aposento ; que ya
BELISA. No preguntarán por ti.
Vame, Flora, suspendiendo CELIA. —FELISARDO , teniendo en FELISARDO.
La hermosura de su cara. brazos á BELISA. Alto ; yo la dejo aquí.
FLORA.
CELIA. CELIA.
¿Agora hermosa? ¿Adonde vas desta suerte? Vamos.
BELISA. FELISARDO.
FELISARDO.
Los clavos Esta imagen de la muerte, Sin sentido está.
Son lunares que hermosean ( \anse Celia y Felisardo.)
Lo que otros rostros afean De aliento y vida desierta ,
De menos bellos esclavos. Llevo á echar sobre su cama;
Que Flora me lo mandó , ESCENA XXI.
¡Que castigasen los cielos
Mis melindres desta suerte! Porque aquí se desmayó ,
Y es en efeto mi ama. FLORA.— BELISA, inmóbil, como sin
Que un esclavo me dé muerte, sentido.
Y una esclava me dé celos ! CELIA.
¡Ay, Flora , qué mal consejo A lo menos porque ya
Me diste! que estando herrado , Debes de quererla bien.
Al bien la puerta he cercado. FELISARDO.
Aunque con pena y con celos ,
Al fin he dado lugar
FLORA. Mejor los cielos me den A que puedan acabar
Por eso te lo aconsejo ; Vida. ¿No ves cómo está? Tantos melindres los cielos.
Que pudiera ser que hicieras CELIA. Quien cuantos hombres miraba
Alguna afrenta á tu honor. ¡AbFelisardo cruel! Melindrosa despreció,
LOS MELINDRES DE BELISA. 531
¡Con un esclavo vengó Pero engañóme, diciendo BELISA.
A quien ofendido estaba , Que un esclavo que le hurtó, Yo he visto , Carrillo , indicio
Y sin mirar su bajeza Allí le trajo á esconderlo. De que Pedro quiere huirse ;
Le quiere tomar la mano ! BELISA. Sin esto , su atrevimiento
belisa. {Levantándose.) ¿Jubón de tela? Llega á entrar al aposento
¿Qué estás murmurando en vano, De Zara , y no es de sufrirse.
FLORA. Parte á un herrero , y harás
Si sabes la fortaleza Y muy fina. Una argolla y un virote.
De aquel poderoso amor? BELISA. CARDILLO.
FLOBA. ¿Si es aqueste caballero,
¡Jesús , Señora ! ¿Aquí estás? Pues eso no te alborote,
V por alguna desdicha Señora ; que ayer no mas
BELISA. Vino á tan triste suceso? Este regidor vecino
Dame la mano, y sabrá9 FLORA. A un esclavo le quitó :
La causa. Si por los hierros no fuera , Iré á pedírsele yo.
FLORA. No lo dudara. BELISA.
¡Extraño rigor! BELISA. Échasele de camino ,
¿Que aun no te llevó de aquí , ¿Qué haremos? Con favor de los criados
Dejándote yo en sus brazos? FLORA. De casa.
BELISA. Disimular. CARRILLO.
¡Ay , Flora , que aquellos lazos BELISA. Traeré de enfrente
No se hicieron para mi ! Si ; mas mira Un lacayo mny valiente,
Luego que adentro te fuiste, Que se han de huir, y que quedo De bigotes engomados ,
Y yo llegada á su pecho, Perdida , y mas desde agora , Hombre de mas libertad
Iba , como quien le adora , Que es Felisardo , y no Pedro. Que un cochero.
Dando rienda al pensamiento, FLORA. BELISA.
Ya tocándole la mano , Para estorbar que se vaya , Parte presto ;
Ya llegando el rostro al cuello , Mal puedo darte consejo. Que yo viviré con esto
Como que el mismo desmayo BELISA.
En mayor seguridad ,
Era destas cosas dueño, Mientras vengo á conocer
Entró Zara, y de mi amor Ya yo le sé. Si es Pedro ó si es Felisardo.
FLORA.
Celosa remora siendo , {Vase Carrillo.)
Detuvo la nave mia , ¿Cuál?
FLORA.
Que llevaba en popa el viento. BELISA.
Yo tenia entre sus brazos Escucha. El fin del suceso aguardo.
El cuerpo , pero en el suelo Llámame á Carrillo presto. BELISA.
Los pies ; y aunque me pesaba P* fuerza lo ha de tener.
De ver de los dos los celos, ESCENA XXII.
Agradecía mi agravio; ESCENA XXIII.
Y por estar en su pecho , CARRILLO.—Dichas
Rogaba á Dios que durasen LISARDA, DON JUAN, TIBERIO.—
Los enojos que me dieron. FLORA. BELISA, FLORA.
¿Quién vio de amor, quién oyó Él llega, por excusarme.
Tal laberinto y enredo. BELISA.
LISARDA.
Como que yo con fingido ¿Libertades á mí? Pues por el siglo
Desmayo estuviese oyendo Amor le trujo á mi ruego. De vuestro padre , que veáis mny presto
Los mismos celos que daba . CARRILLO. (.1/1.) La venganza que tomo de vosotros.
A quien le tuvo por cierto , A qué ha de llegar la furia TIBERIO.
Y descubrió á voces claras De amor? ¡Qué buenos están Hermana , reportaos ; don Juan es mozo
Los mas extraños secretos De su obediencia don Juan , Y en fin es vuestro hijo.
Que hay en fábula ni historia? Y Lisarda de su injuria !
LISARDA.
FLORA. La madre llora y promete
Casarse por casligalle , No es mi hijo.
¡ Ay, Señora! ¿qué dijeron? Y él con la esclava , por dalle BELISA.
BELISA.
Mas pena. ¿Qué es aquesto , don Juan?
Ella le llamaba á él FLORA. DON JUAN.
Felisardo , que no Pedro ; ¿Qué hay, alcahuete?
Y él á ella Celia. Vuestras quimeras ;
CARRILLO. Que mi madre te pone á tí la culpa.
FLORA.
¡Oh secretaria cruel ¡Quién herrara una esclava tan hermosa?
¿Cómo? De la ninfa melindrosa , En crueldades pararon tus melindres.
BELISA. La que se alcorza y endiosa, BELISA.
Celia , que no Zara. La que viendo en un papel Pues ¿ qué te importa á ti ?
FLORA. Un san Jorge dibujado , DON JUAN.
¡Ay, cielos! De la sierpe se espantó !
Mucho me importa ;
FLORA.
BELISA. Que es mi mujer.
En fin , en sus relaciones , Mira que está aqui. LISARDA.
En sus quejas, en sus miedos, BELISA.
¡Oh infame! ¿de tu boca
Yo entendi, si no me engaño, Si yo, Salen tales afrentas de tu sangre?
Que no son esclavos estos. Carrillo, hubiera mostrado TIBERIO.
FLORA. Melindre viéndote á ti,
¿Qué sierpe mas espantosa? Dícelo con enojo ; que no es hombre
Ese es engaño notorio. Don Juan que ha de afrentar nuestro li
CARRILLO.
BELISA. óos jijar. [uaJe-
¿Engaño , Flora? Perdona , que esto no es cosa
Que arguye malicia en mi , De veras hablo, tio.
FLORA.
Y pruébame en tu servicio TIBERIO.
A no serlo, Si quieres ver lo que soy. Calla, loco.
¿Cómo dejaran herrarse? BELISA. LISARDA.
Cómo sufrieran los hierros? Hazme un placer. Pues alto; si don Juan se determina
Aunque el otro dia vi , A quererse casar con una esclava ,
CARRILLO.
Al entrar en su aposento Yo me quiero casar con un esclavo.
De Pedro, un jubón de tela ; Aqui estoy.
332 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
La mitad de la hacienda es mía
ESCENA XXV. Comoá bárbaro despojo*
TIBERIO. ¡Virote á un esclavo honrado,
¡Bueno! CARRILLO, FELISARDO , los lacayos. Y que apenas tuyo es!
También eres tú loca : ¿qué te espantas ¿ Qué le pondrás de aquí á un mes?
Que don Juan te parezca? FELISARDO.
LISARDA.
L1SARDA. Llegad , perros.
Mi hija es loca , y ha dado
_ No hay cordura carrillo. En aqueste desatino,
Con hijos atrevidos, deslenguados n <• j „ Luego ¿piensas Temiendo que se ha de ir;
Y inobedientes. Hoy haremos cuenta : Defenderte? Mas tú la puedes reñir.
No piense que le toca su legitima
Tan entera el villano; que en un año FELISARDO. ELISO.
Me ha gastado en sus deudas, en sus ga- Solo siente ¡ Por Dios , Lisarda , que vino
Mi valor que sois ruin gente , A lindo dueño el esclavo,
Y en sus placeres deshonestos, cinco, No las afrentas y ofensas. Del regalo que tenia!
¿Cinco?y aunmas de siete mil ducados. (Andan d mojicones y ásenle, y en fin Pues tu sabrás algún dia
DON JOAN. '
en el suelo , le ponen el virote.) Quién es.
Si pensabas casarte y pretendías Sois muchos.— Al iin caí. LISARDA.
Desampararnos, sin enredos puedes lacayo 2.° Su virtud alabo,
Casarte con quien ya tendrás trazado ; Ríndete, perro, Mahoma. Y doy la culpa á Belisa.
Que yo y mi hermana viviremos juntos FELISARDO. (Ap.) ELISO.
Con mas honra que estamos en tu casa. Cielos , ¡ quien me adora toma ¿Es melindre herrar un hombre.
TIBERIO. Tanta venganza de mi! Que si supieras su nombre,
Salte allá fuera ya; que es desvergüenza. lacayo 3.° Aunque su talle te avisa ,
¿Asi tratas las tocas de tu madre? Ea, perrazo , está quedo. Te movieras á piedad?
DON JOAN.
Pero vé porque la riñas.
lacayo i."
Respeto en vos las canas de mi padre. Remacha bien. LISARDA.
BELISA. CELIA.
Señor, dejadme pasar;
¡Oh nube de mi alegría ¿Estás en tí? Que tengo á Lisarda miedo.
Y del sol que viendo estoy ! CARRILLO.
Dejadme por Dios, Señor;
¡Madre, madre! ¡Flora! ¡Gente Porque si os hallan en esto,
Galga , agradezca que plugo Y á mí con vos sin testigos ,
Desla casa! ¡Hola, criados! A su dicha , que un verdugo Habrá testimonios nuevos.
Tuviese tan noble en mí. Dejadme ir á la cocina ,
ESCENA XIII. Y concluya ; que ha de haber Dejadme.
LISARDA , FLORA , CARRILLO.- Azote y tocino ardiendo. DON JOAN.
CELIA, BELISA. CELIA. Espera.
¿Tú eres hombre? CELIA.
LISARDA. CARRILLO. No puedo. (Vase.)
¿Qué es esto, tristes cuidados? Asi lo entiendo.
¿lis melindre ó accidente? CELIA. ESCENA XVI.
BELISA. ¿Y sabes que soy mujer?
No es melindre. CARRILLO.
DON JUAN.
LISARDA.
Eso agora lo veremos. ¡ Hay tal crueldad ! Mas ¿qué mucho
Pues ¿qué ha sido? Desnude. Que huyáis de verme, pues llego
BELISA. CELIA. A tiempo que un vil lacayo ,
Ahora veréis quién son (Ap. Tiempo es de hablar.) Obedeciendo al imperio
Esclavos , y si es razón ¡Felisardo! De una mujer que es mi madre ,
Darle el castigo que os pido. CARRILLO. Intente tal sacrilegio
Itien conocéis el diamante Eso es cansar A la imagen que criaron
Que compré en los cien escudos... Los aires haciendo extremos. Con tal perfecion los cielos?
CARRILLO. CELIA. Pues mi mujer ha de ser,
Di mas ; que nos tienes mudos ¡Felisardo , esposo mío ! Yo os desengaño, y tan presto,
En suspensión semejante. CARRILLO.
Que os espantéis y tengáis
BELISA. Por imposible el remedio.
Su esposo está con Mahoma.
Estando aquí desmayada , Acabe.
Zara á mi muño llegó , ESCENA XVU.
Y el diamante me tomó. ESCENA XV.
CARRILLO.
LISARDA, TIBERIO.— DON JUAN.
¡Oh perra disimulada! DONJUÁN.— Dichos.
TIBERIO.
A ver la mano. DON JOAN . Don Juan, ¿qué es esto que dices?
LISARDA.
• ¿Tú, Zara, Aunque vaya á Roma , DON JOAN.'
Veréis si en mi error porfió ; Oid lo que estoy diciendo ,
Agora das en ladrona? Y yo sé muy bien quien es. Pues sois los dos á quien boy
CELIA.
CELIA. Prestar reverencia debo.
Señora... Aqui dejastes un hombre
CARRILLO.
¡Donjuán! ¡Señor!...
DON JUAN.
(Que á no se escapar tan presto,
Calla , perrona. El llevara el justo pago
¿Qué es aquesto? De su loco atrevimiento)
FLORA.
¡Ladrona! ¿quién tal pensara? CARRILLO. Para que azotase á Zara ;
LISARDA.
Cuando lo sepas, verás Pero advertid que no quiero
Que causa y licencia tengo. Que ponga nadie las manos
;.Qué disculpa puedes dar ? El diamante que tu hermana En mi mujer.
BELISA. Compró ayer de aquel platero, LISARDA.
Si á Carrillo no la entregas, Le hurtó la perra que miras, ¿Qué es aquesto ?
Si por su perdón me ruegas, La de los ojos honestos :
Si no la mandas pringar, DONJUÁN.
Hanme mandado azotalla,
Cuéntame por muerta luego. Y yo, como ves... Que es mi mujer.
LISARDA. DON JUAN. TIBERIO.
Carrillo... ¡Oh perro! ¡Cuan mejor
CARRILLO. ¿A un ángel? (Saca la espada.) Fuera, don Juan, llamar luego
Señora... Quien al Nuncio te llevara !
CARRILLO.
LISARDA. DON JOAN.
Tente, Señor.
A tí Si es ángel, no tengas duelo; No estoy loco, no, Tiberio.
La entrego. Porque si espíritus son , TIBERIO.
CARRILLO. Y están , como ves , sin cuerpo , Pues ¿puede tales razones
Déjame á mi. Mal pude yo hacerle agravio. Decirlas un hombre cuerdo?
CELIA. DON JOAN. Rapaz, loquillo, ignorante ,
¡Señora!... Villano , matarte tengo. Estaba por darte...
BELISA. CARRILLO. DON JOAN.
Ponía en un fuego. ¡Tiberio, Lisarda, Flora , Quedo.
(Vansc Lisarda, Belisa y Flora.) Belisa! (Huye.) TIBERIO.
CELIA. Para sacarte vergüenza ,
ESCENA XIV. Dejaldeos ruego; Pues no la tienes en ellos ,
CELIA, CARRILLO. Que era en el'eto mandado. Con la mano en los carrillos.
DON JOAN. DON JUAN.
CARRILLO. Por vos. Señora, le dejo. Habíame con mas respeto;
Ya vuesamerced está , ¡ Hay tal maldad ! Hay tal furia ! Que si no fueras mi lio...
33C COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
TIBERIO. i Y yo de veras me caso, | BELISA.
¿Tú á mí? i Porque si al alma yo creo ,
(Vate don Juan.) Los melindres considero
¿Quién duda que es Felisai Con que he vivido hasta aquí ;
] Este que parece Pedro ? ( Vase.) Pero si por castigarme
ESCENA XVIII.
Amor esto permitió ,
ESCENA XX. Será resistirme yo
LISARDA, TIBERIO
BELISA, FLORA. Dar armas para matarme.
LISARDA. Mas ¿sabes lo que has de hacer
Déjale, te ruego; BELISA.
Cuando Pedro venga aquí,
Que s! él se quiere casar Saca unas velas aquí. Para que yo pueda así
Con una esclava, yo quiero Esta vergüenza romper?
FLORA. Fingir que al despabilar
Casarme con un esclavo. Ya las prevengo, Señora.
TIBERIO.
Las velas, mataste alguna
¿Qué dices? ( Vase y vuelve con luces.) FLORA.
LISARDA. BELISA. Sí; mas ¿la otra?
Vengarme tengo. Arrastra un bufete, Flora. BELISA.
Mi hacienda le quiero dar : FLORA. Ninguna
Hoy me casaré con Pedro ; ¿Quieres escribir? Luz con luz ba de quedar ;
Que ya no puedo sufrir BELISA.
Que la del entendimiento
De don Juan atrevimientos, Tengo de cegar también ,
Y melindres de Bel isa. „ . . Noy sí, Para que pueda mas bien
Porque si mis pensamientos Decille mi pensamiento.
TIBERIO. Quiero al papel remitir, Pero retírate aquí;
Tan necia estás como ellos. ¿Qué pluma basta á escribir
Pero quiérate decir Tan extraños sentimientos ? Que estos los esclavos son.
Para los dos un remedio, (Pénense en el hueco de un balean a
FLORA. otro paraje donde no se las ve.)
Con que templarás su furia ¿Cómo fué aquello de Zara,
Y puedes ponerles miedo. Que tanta pena te dio?
LISARDA.
ESCENA XXI.
BELISA.
¿Cómo? CELIA, FELISARDO. — BELISA
TIBERIO.
Fingi desmayarme yo ,
Porque el alma se animara , t FLORA, ocultas.
En la corte, Lisarda, Y cuando me dio la mano ,
Vive un cierto caballero , Púsele el diamante en ella. FELISARDO.
Cuyo nombre es Felisardo, Esta determinación ,
Parecido en tanto extremo FLORA.
¿A Pedro? Celia , me provoca así.
A este Pedro, esclavo tuyo, CELIA.
Que si los juntasen , creo BELISA.
Que los que mas los conocen Sí ; que por ella Detente y míralo bien.
No pudiesen conocellos, Pudo entenderme el villano. FELISARDO.
A tener vestido igual ; Mas no me quiso entender, Yo me quiero declarar;
Y pues los clavos de Pedro Pues que, saliendo celosa Que no es razón esperar
Son fingidos, y el virote Esa esclava rigurosa , A que alguna vez te den
Puede quitarlo y ponerlo, Ese demonio o mujer, El castigo que hoy querían ,
Hazle vestir ricamente Que escondida nos miraba , Y que un lacayo villano
En tu casa de secreto, Aquel diamante le dio, Ponga en los ojos la mano.
Y di que te viene á ver Imaginando que yo, Que en luz al sol desafian.
Conmigo, que trato desto ; Flora, desmayada estaba. CELIA.
Y ungiendo la escritura Yo con los justos enojos Míralo mejor primero.
Del tratado casamiento, Que de su amor recebí , FELISARDO.
Pondrás temor á tus hijos, Que ella me le hurtó fingí ,
Y rienda al uno en deseos, Por desagraviar mis ojos. ¿Qué tengo ya que esperar,
Pero no lo quedé bien Si me acaban de contar
Y al otro en tantos melindres. Que el navarro caballero
Del castigo prevenido.
LISARDA. Hoy salió á misa de herido,
Bien me parece el consejo; FLORA. Como suelen las de parto?
Pero podrán conocer Don Juan la culpa ha tenido Y fuera deso, estoy harto
A Pedro. Para que no se le den. De las penas que he sufrido.
TIBERIO. Pero mira que has errado Como mal , duermo peor,
Pues eso quiero. En pensar que Pedro entiende Traigo este virote aquí ,
Porque pensarán también Tu amor, pues que se defiende ; Que á no ser esto por ti ,
Que con engaño secreto Que lo que le has declarado Era insufrible rigor.
Das á un esclavo tu hacienda. Ño ha sido mas que por señas; Ayer ¡ mira qué vergüenza !
Y en amores desiguales , Me hicieron ir hasta el rio.
LISARDA.
Si no eliges medios tales
Si ; pero importa primero Que le previenes y enseñas ,
CELIA.
Instruir á Pedro en todo. No vendrá en conocimiento Mira, Felisardo mió,
TIBERIO. De tu amor. Que la fortuna comienza
Voyle á hablar. BELISA.
Por un adverso suceso ,
Y después se siguen mil.
LISARDA. Si vo supiese, Confieso que el traje es vil ,
Parte, Tiberio. Flora, que esté Pedro fuese Y tus trabajos confieso ;
(Vase Tiberio.) Quien tengo en el pensamiento, Pero considera en mi
Pienso que me atrevería No menos pena y dolor.
ESCENA XIX. A decirle en el rigor
FELISARDO.
Que estoy de celoso amor.
LISARDA. FLORA.
Pues ¿será sufrir mejor?
Siempre de la luz del dia CELIA.
¡Cielos! Sin saber por dónde, Huye la vergüenza noble. Diceme el alma que si. —
A hallar mi remedio vengo. Noche es ya ; la oscuridad Saltedela sala luego; (Ap. d Felisardo)
Sospecho que aqueste esclavo Para toda libertad Que está allí Belisa.
Ks el mismo caballero. Suele dar licencia al doble. BELISA.
Ellos me casan de burlas Habíale sin luz, y di:
Con aqueste Ungimiento ; Espera,
«Pedro, yo soy, yo te quiero.» Pedro.
LOS MELINDRES DE BELISA. 537
FELISARDO. Porque quien mata no avisa. TIBERIO.
Tengo qué hacer fuera. Con estotra encenderé. ;La mano yo! ¿para qué?
CELIA. BELISA. FELISARDO.
Espera. Aguarda, y te enseñaré No te enojes , pues no fué
FELISARDO. Cómo se avisa. (Apaga la otra luz.) El enojarte en mi mano.
Temblando llego. FLORA. TIBERIO.
belisa. (Viendo venir i Lisarda.) ¡ Oh qué risa! (Alto. ¡Hola! Velas.)(Ap ¿Quéesaquesto?)
No le vayas ; que después La vela has muerto también. Tu voz, Lisarda, y razones (Ap. á ella.)
Que no ésté n>¡ madre aqui, LISARDA. Desconozco.
Tengo que hablarte. ¿Qué es esto? belisa. (A tu madre.)
CELIA. TIBERIO. ¡En qué ocasiones,
¡ Ay de mí! A escuras estamos. Mi bien , mi vergüenza has puesto!
FEi.tsARDo. (Ap. á Celia.) LISARDA. Dame una mano.
¿Cómo? LISARDA.
¿Qué tienes? FLORA. Y las dos.
celia.
¿Ya no lo ves? Las velas matamos felisardo. [A Tiberio.)
Por avisarlas mas bien. ¿Que la mano no me das?
FELISARDO. lisarda. (Ap.)
Dirás que celos. TIBERIO.
CELIA. Esta es Famosa ocasión Velas, ¡hola!
Para llegarme á mi esclavo.
¿Soyyo belisa. (Ap.) ESCENA XXIII.
De piedra? Hoy de declararme acabo,
FELISARDO. CARRILLO, con un hacha, alumbrando
Piensa , mi bien , Hoy le digo mi afición.
Oue aunque mil mundos me dén , FELISARDO. (Ap.) á DON JUAN. — Dicuos.
Diré á todo el mundo no. Mientras que velas encienden, CARRILLO.
A Celia quiero acercarme. ¿Adonde vas?
ESCENA XXII. celia. (Ap.) DON JUAN.
LISARDA, TIBERIO. — Dichos. Pues nadie puede estorbarme Voy como un loco, por Dios...—
De los que mi mal pretenden, ¿QÜé hacéis todos desle modo?
lisarda. (Ap. d Tiberio.) Quiero acercarme á mi bien . TIBERIO.
Esto dicen. (Van poco ápnco, Belisa á su mndre, Lumbre estamos esperando.
TIBERIO. Celia i Flora,yFelitardoá Tiberio.) belisa. (Ap.)
Es don Juan lisarda. (A Belita. bajo.) ¡Con mi madre estaba hablando!
Mozo; no me maravillo. ; Ah, mi bien! ¿queréis oirme? Basta ; que lo he dicho lodo.
LISARDA. belisa. (Bajo á Lisarda.) usarda. (Ap.)
Pues mas me ha dicho Carrillo. Pues ¿qué quiere amor tan firme, A mi hija he declarado
TIBERIO. Sino que lo oigáis también ? Que quiero á mi esclavo bien,
¿Cómo? felisardo. (Bajo d Tiberio.) Y ella me ha dicho laminen
LISARDA. ; Ah, mis ojos! no le enfades Que tiene el mismo cuidado.
De concierto están Desta loca pretensión. FELISARDO. (Ap.)
El y sus locos amigos tiberio. (Bajo é Felisardo.) Basta ; que á Tiberio hablaba ,
De robar la esclava. ¿Dicesme á mi esa razón? Y requiebros le decia.
flora. (Ap. á Belita.) FELISARDO. tiberio. (Ap.)
Agora Luego ¿no te persuades? Lo que entonces no entendía ,
Es imposible. Señora, TIBERIO. Pues ser Lisarda pensaba,
Hablarle; que hay mil testigos. Era que Pedro el esclavo
belisa. Yo bien creo que don Juan Me estaba diciendo amores.
Calla ; que bien sabe amor Hará cualquier desatino.
FELISARDO. celia. (Ap.)
Dar á los extremos medio. ¡ Oh noche, madre de errores !
FLORA. Los de Belisa imagino Ahora de ver acabo
Pues ejecuta el remedio, Que mayor pena me aan. Que dije amores á Flora.
Porque le tenga el dolor. celia. (Bajo d Flora.) lisarda. (A don Juan.)
belisa. {Alto.) Fn fin , mi vida , ¿que das ¿ A qué vienes como griego
Flora... En darme celos? A poner á Troya fuego?
FLORA. flora. (Bajo d Celia.) non JUAN.
Señora... ¿Quién es? Dame mi mujer. Señora ;
celia. * Que la tengo de llevar
Esas velas ¿Quién es? Luego ¿no lo ves? Esta noche donde veas
Avisa. Que si casarte deseas.
FELISARDO. (Ap.) En gracioso engaño estás. También me quiero casar;
Al despabilar CELIA. Que está mas puesto en razón.
Llama esta loca avisar. No la bables, por mi vida. lisarda.
flora. (Ap.) < FLORA. Vé , Flora , y encierra á Zara.
El amor todo es cautelas. ¿A quién no tengo de hablar? don jian. •
(Apaga una lux. ¿Encerrar?
BELISA. belisa. (A tu madre.) TIBERIO.
¿Hatastela? No me osaba declarar ; Oye y repara.
FLORA. Mas ya no hay cosa que impida
Decirle mi pensamiento. DON JOAN.
Por cortalia ¿Quién repara con pasión?
Baja , la vela maté. LISARDA.
BELISA. Sabe Dios lo que be pasado lisarda.
¿Que esto uo sabes? Por haber disimulado Tú también , Pedro, con Flora
La fuerza de mi tormento. Guarda á Zara.
FLORA. FELISARDO.
No sé felisardo. (A Tiberio.)
¿Quiéresuie dar una mano? Que me place
Arisalla v sé maulla,
L-k
338 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Porque esto que don Juan hace DON JUAN. Las burlas se han vuelto veras.
Es cosa injusta, Señora. Infame, ¿acaso quieres que te matet Ya no soy madre mimosa,
DON JUAN. Ya no lloro ni me acabo;
CARRILLO.
¿Vos también, perro? Con esta luz ¿no ves tu disparate! , Aunque fuese de un esclavo ,
retísARDO. Será mas honesta cosa.
DON JUAN.
Yo soy Amor es luz. Quiero , pues que moza soy,
Perro de sola esta huerta , Tener quien mire por mí :
CARRILLO.
Y mientras guardo la puerta Hacienda tengo.
Y por su defensa estoy, Confieso; pero mira BELISA.
Aunque por las tapias' sea , Queesta hacha alumbra con aquesta cera
Y se alimenta della ; y luego mira Es así;
Ni entraréis ni cogeréis Que, volviendo su llama hacia la tierra, Pero oídme.
La fruta que pretendéis, La misma cera por quien esta vive LISARDA.
Y ese loco amor desea ; Es de quien muerte y confusión recibe.
8no tengo sembrada en ella Oyendo estoy.
na tan verde esperanza, DON JUAN. BELISA.
Que veréis en mi venganza Filósofo lacayo, ¡ vive el cielo Madre, la mi madre,
Lo que pienso hacer por ella. Que te corte las piernas! Vé delante. Quejaisos de mi
Si el perro cuando le agravian CARRILLO. i Que sov melindrosa :
No hay dueño de que se acuerde, ¿Qué luz podrá alumbrar un ciego aman- La verdad decís.
Vos veréis qué perro os muerde , (Vanse Carrillo y don Juan.) [te? Melindres tenia ,
Porque amor con celos rabia. Con ellos nací ;
tiberio. (Ap. á Lisarda.) Pero son en mozas
{Flora y Felisardo se llevan i Celia.) Ruena ocasión , Lisarda , me parece Flores en abril.
Para hacer tu Ungido casamiento. Mas vos , mi señora ,
ESCENA XXIV.
LISARDA. Que podéis decir
DON JUAN, TIBERIO, LISARDA, Parte y harás que Pedro se transforme Ln las hidalguías
BELISA, CARRILLO. En Felisardo, y que á las vistas venga ; Del nieto del Cid ;
Que yo haré que mis hijos se sosieguen. Y que al seis y al siete
DON JUAN. (Sean siele mil)
TIBERIO.
Dejadme que esta loca desvergüenza Yo voy ; que conocerle es imposible Os ha entrado el as,
Castigue en este bárbaro villano. Sin clavos, sin viróle, y en el hábito Aunque lo encubrís;
TIBERIO. Bizarro que le tengo prevenido. ( Vase.) Trocáis las edades,
Don Juan,detente,y mira que no es justo Y sois loque fui.
Que á la sangre, á las canas y al consejo Por trocar en gualas
ESCENA XXV. i La toca y monjil.
Pierdas respeto.
Si al ébano negro
DON JUAN. LISARDA, BELISA. 1 Que en la frente os vi ,
Yo no he sido viejo; ' Ponen va los tiempos
Túhassidomozo.y sabesqueamor pue- LISARDA.
Lazos de marfil ,
En tierna edad hacer estas locuras; [de (.-tp.Con este engaño engañaréáTiberio; Liviandad parece
Y yo no sé de tus obligaciones Queélpiensaqueámishijos doy castigo, Que os caséis ansí,
El estrecho camino en que me pones. Y es que quiero casarme con uñ hombre Y antes de casarme ,
LISARDA. Que solo tiene ya de esclavo el nombre. ) Pensamiento vil ,
No le respondas; déjale por loco. ¿ Sabes dónde fué Tiberio ? Decis que es venganza.
DON JOAN. BELISA. | ¡Ay, madre! advertid
Dame, madre, mi esposa. ¿Fué por la justicia acaso? . Que , pues bostezáis ,
BELISA. LISARDA. Señal que os dormís.
Las flaquezas vuestras
Aunquehecallado, Pues ¿no sabes que me caso? Me cargáis á mí ;
Nomehafaltado,hermano,elsentimien- ¿No has entendido el misterio? Tenéis carne y hambre .
Debido á semejante atrevimiento, [to BELISA.
Buscáis perejil.
¿Qué esposa te han de dar? ¿Tu te casas? La yerba del prado
DON JUAN. • LISARDA.
Os hizo gruñir;
Zara es mi esposa. Esta noche Relinchastes, madre,
BELISA.
Vendrá á vistas ; ya le espero. Oyólo el rocín.
¿Zara? ¡Una esclava! BELISA. No pongáis achaques
DON JUAN.
Y ¿quién es? Al viernes aquí;
Pues que yo la pido,
LISARDA. Beberéis el agua ,
Yo sé quién es. Un caballero. Pues coméis anís.
BELISA.
Ya va Tiberio en el coche Queréis compañía,
Para venirse con él. Medrosa vivís ,
Pues si otra cosa sabes Porque no hay maleta
De lo que desta turca saben lodos, BELISA.
¿ Es martelo que nos das? Que esté sin cojín.
Procede mas discreto, y como noble Aquellos barrites
Harás tus diligencias allá fuera. LISARDA.
Que decis de mi,
DON JUAN. ¿Martelo? Ya lo verás , Os han opilado,
Si os traigo aquí quien lo que digo os diga, i Si no le tengo por él. Quereisos morir.
¿Queme diréis? Daisme terribles enfados Garabato sois
TIBERIO. Con vuestros locos antojos, Que al gato decis,
Si alguno, como tenga Quereisme sacar los ojos Con la boca zape.
Crédito, nos dijere el desengaño, Después que os tengo criados. Con los ojos mis.
Y pareciere justo que te cases Teneisme muy acabada , Parecéis hormiga;
Con mujerque en la cara tieneun hierro, Tú con hacer mol ¡minios , La vejez, en fin ,
Yo mismo quiero dártela esta noche. Comiendo yeso y barrites , En alada os vuelve;
DON JUAN.
Siempre opilada y sangrada; Daréis que reir.
Parte, Carrillo, y llama á Eliso.Aguarda; Y aquel necio inobediente Parabién os doy,
Vamos los dos; que hasta su padre mismo Con pedir galas, cadenas , Si ha de ser ansí;
He de traer aquí. Y verter á manos llenas Mas miradlo bien ,
El oro , que no se cuente. Y esto solo oíd :
CARRILLO. Juego, caballos, rameras, Si es viejo y sois vieja ,
Señor, ¿qué intentas? Y agora querer casarse... Juntaréis allí
Mira por Dios que tu linaje afrentas. —Pues todo vino i acabarse; Dos sierras heladas :
LOS MELINDRES DE BELISA. 539
i Qué triste vivir! BELISA. FELISARDO.
Si es mozo y sois vieja , Pedro, el esclavo de casa. ¡Qué lástima!
Madre , presumid TIBERIO. BELISA.
Que seréis maroma, ¿Estás loca? Mucha pasas
Como él volatín, , Haciendo burla de mi.
Que á pies por momentos BELISA.
Os ha de medir, Y tú también.
Para dar mil vueltas ¿Cómo con Pedro se casa ESCENA XXVIII.
Al aire sutil. Mi madre?
Con hacienda vuestra TIBERIO.
CELIA, con manto, y gallardamente
Comeré perdiz , Míralo bien ; vestida; c.\ escudero. — Dichos.
Vestirá de tela Que aqueste es un caballero
Algún serafín. Que se llama Felisardo. celia.
Haránle su Adonis Pienso que á buen tiempo vengo.
RELISA.
Diosas de Madrid, TIBERIO,
Que vuelven peón Mirarle de espacio quiero. Esta dama es la madrina.
El mejor arfil. Él es sin duda: ¿que aguardo?
FELISARDO.
Esto os digo al alma; TIBERIO.
Pero vosa mi, fiuardado este asiento os tengo;
Mírale mejor primero; Aunque por prenda divina,
Que á quien quiere hacer, Que Pedro es esclavo herrado
¿Qué sirve decir? Mas el del alma os prevengo.
En el rostro.
LISARDA.
BELISA.
ESCENA XXVI. Aqui, Señora, os sentad.
Dices bien...
Mucho me has desengañado... BELISA.
TIBERIO, FELISARDO, muy (¡alan, qui Esta ¿no es Zara la esclava?
tados virote y clavo».—Dichas. Aunque puede ser también
Que se los haya quitado. Pues, perra...
TIBERIO. TIBERIO.
TinERtO.
Seguro podéis entrar ; ¿Cómo, si en la carne están? Esa loca atad.
Que á mi me han dado licencia. Mira que es eso locura, CELIA.
FELISARDO.
Y que por tal te tendrán. ¿Quién es señora tan brava?
Aun no me atrevo a llegar. LISARDA.
ESCENA XXVII. No la escuchéis, perdonad;
TIBERIO.
Pero entrad con advertencia Que de puro melindrosa
FLORA, CARRILLO.— Dichos. Le dan estos accidentes.
De que os habéis de llamar
BELISA.
Felisardo. FLORA.
FELISARDO. (Ap.) Así Dios me dé ventura, Esta ¿no es Zara? ¿Hay tal cosa?
¡Extraña cosa! Como es el novio galán. Pues. Zara, ¿por qué consientes,
Mi propio nombre me dice Siendo tú de Pedro esposa,
CARRILLO. Que con mi madre se case?
Que me llame. No he visto en toda mi vida
LISU1DA. CELIt.
Cara á la de nuestro esclavo
Aquí es forzosa Tan propia y tan parecida. ¿Que de melindres perdió
La paciencia. El seso?
BÍ.L1SA.
BELISA. BELISA.
Esto desdice Flora... ¡Que aquesto pase!
FLORA.
A tu opinión generosa. No sería mujer yo,
Viéndolo estoy, y no creo Señora... Si dellos no me vengase.
Que te casas. BELISA. Perros, ¿qué es esto?
TIBERIO. (Ap. Hoy acabo FELISARDO.
Ya ha venido Esta paciencia ofendida.) Criados,
Tu esposo. —Este ¿no es Pedro? ( Ap. á Flora.
Tened esa loca allá.
tielisa. (Ap.) FLORA.
BELISA.
Cielos, ¡ qué veo! Señora,
¿No es este Pedro? ¡Mi madre y Pedro casados!
Mucho le parece.
FELISAnDO. BELISA.
Aunque he sido ESCENA XXIX.
Flora,
Guiado de mi deseo, Vé á llamar á Pedro luego. DONJUÁN, PRUDENCIO, ELISO, al
Quiero decir que mi amor
Trujo ese raro valor.
FLORA. guaciles. — Dichos.
Verá que este es Pedro un ciego.
LISARDA. Pienso que tu madre adora DON JUAN.
Mil veces seáis bien venido; La gallardía y valor La casa de boda está ;
Que yo la dichosa he sido Desle esclavó, y que le engaña. Entrad, seréis embozados.
En mereceros, Señor. BELISA. (A Felisardo.) felisardo. (Ap. á Celia.)
TIBERIO. Perro, si te tiene amor : Tápale, Celia. ¡Ay de mí!
Siéntense los desposados. Mi madre, y tan loca hazaña ¡ Tu padre viene por ti.
BELISA. Cabe en su" perdido honor, ELISO.
Tiberio... (Ap.dél ) No pienses que has de afrentar ¿Adonde está Felisardo?
TIBERIO. Mi sangre ; que á mi me toca FELISARDO. (Ap.)
¿Qué es lo que quieres? Matarte.—Dadme lugar.
FELISARDO.
Eliso es este: ¿qué aguardo?
BELISA.
UN ALGUACIL.
¿Es verdad que están casados? ¿Qué es esto?
¿Quién es Felisardo aquí?
TIBERIO. LISARDA.
FELISARDO.
Casados no, no te alteres ; Una hija loca,
Mas pienso que concertados. i Que hoy no se pudo encerrar. Yo soy: ¿qué es lo que queréis?
BELISA. Hola, llevadla de aqui. ALGUACIL.
Pues este ¿no es Pedro? BELISA. ¿Es este?
TIBERIO. Yo no soy loca ; tú sí, ELISO.
¿Quién? Que con un perro te casas. El mismo.
540 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,
FELISARDO Hoy te has casado conmigo, Se templa, viendo burladas
¿Tú, Eliso, FELISARDO. Mi madre y hermana ; y digo,
Traes la justicia? ¿Yo contigo? Pues Eliso es caballero,
ELISO.
BELISA. Que á Belisa le suplico
Y es justo ¿Luego no? Le dé la mano.
Castigo de un falso amigo. Flora y Carrillo lo han visto. BELISA.
FELISARDO. Eso es justo.
ELISO.
¿Yo falso? Perdón del desden le pido,
ELISO. Pues ¿cómo, villano, niegas Y á Celia del tratamiento ;
Pues ¿no se ve, Lo que han visto dos testigos? Que Felisardo, pues vino
Si habiendo yo pretendido LISARDA. Hoy al fin de su deseo.
A Belisa por mujer. Esos no dicen verdad ; Ya no sentirá el castigo.
Te casas, como se ha dicho Que Belisa lo ha fingido Y si prisión ha de haber.
Y como se ve en el traje? De envidia de que es mi esposo ; Quiero servirle y serviros
FELISARDO. Y asi, te la doy, Eliso, Con mi hacienda.
¿Yo? Para que tu esposa sea. ALGUACIL.
ELISO. Porque Felisardo es mió. Ya, señores.
Pues ¿quién sino tú mismo? CELIA. Aquel caballero herido
Y para mas desengaño
De tu traición , ¿no es indicio Quedo, señoras ; que yo {Descúbrete.) Está bueno ; solo resta
Le tengo por mi marido. Hacer á los dos amigos.
Haberte dejado en forma
De esclavo, herrado y vendido, Yo soy la propia mujer, FELISARDO.
Para que no te prendiesen Y él lo diga. Vaya Tiberio y negocie
Por el pasado delito, FELISARDO. Que venga á sernos padrino.
Y hallarte en traje de novio, Asilo digo. TIBERIO.
Tan galán, vistoso y rico? PRUDENCIO. El vendrá y yo lo seré
FELISARDO.
¿Es Celia? De Flora y del buen Carrillo.
Si hallaras que eso es verdad, DON JUAN. LtSARDA.
Por el tiro te permito
fiue la espada que me mate La misma es. Y yo, pues no me he casado,
Saques de mis propios tiros. PRUDENCIO. Dando á servirles principio,
BELISA. Pues, don Juan, perdón os pido Doy fin.
¿Porqué niegas, Felisardo, De la palabra que os di. BELISA.
Lo que ha de ser como ha sido? DON JUAN. Si es i mis melindres,
Coamigo estás ya casado. Todo el sentimiento mió Senado, perdón os pido.
EL PERRO DEL HORTELANO.
PERSONAS.
DIANA, contiena de fíelflnr. FABrO , su gentilhombre. ANTONELO , lacayo.
TEODORO , su secretario. EL CONDE FEDERICO. FURIO.
MARCELA, I EL CONDE LUDOVICO. LIRANO.
DOROTEA, \ de tu cámara. RICARDO , marqués. CELIO, criado.
ANARDA, 1 TRISTAN, lacayo. CAMILO.
OTAVIO, su mayordomo. LEONIDO, criado. UN PAJE.
La escena es en Ñapóles.
OTAVIO.
¿Qué querías?
Sala en el palacio de la Condesa. DIANA.
Aunque su voz escuchaba, ¡Pesia tal!
ESCENA PRIMERA. A tal hora no crcia Cerrar con él y inatalle.
Que era vuestra señoría
OTAVIO.
TEODORO t TRISTAN , huyendo. Quien tan aprisa llamaba.
DIANA.
Si era hombre de valor,
; fuera bien echar tu honor
TEODORO. ¡Muy lindo Santelmo hacéis! Desde el portal á la calle?
Huye, Tristan, por aquí. ¡Bien temprano os acostáis!
DIANA.
TRISTAN. ¡Con la flema que llegáis!
¡ Qué despacio que os movéis ! ¡De valor aquí! ¿porqué?
Notable desdicha ha sido.
Andan hombres en mi casa OTAVIO.
TEODORO. A tal hora , y aun los siento I ¿Nadie en Ñapóles te quiere,
¿Si nos habrá conocido? Casi en mi propio aposento Que mientras casarse espere,
TRISTAN. (Que no sé vo dónde pasa Por donde puede te ve?
No sé ; presumo que si. Tan grande'insolencia , Otavio); i No hay mil señores que están.
{Vanse.) Y vos , muy á lo escudero , Para casarse contigo,
Cuando yo" me desespero, Ciegos de amor? Pues bien digo,
Ansí remediáis mi agravio? Si tü le viste galán ,
ESCENA II. Y Fabio tirar bajando
OTAVIO.
DIANA. Aunque su voz escuchaba, A la lámpara el sombrero*
A tal hora , no creia DIANA.
;Ah gentilhombre! esperad. Que era vuestra señoría Sin duda fué caballero
Teneos, oid: ¿qué digo? Quien tan aprisa llamaba. Que, amando y solicitando ¿
¿Esto se ba de usar conmigo? DIANA. Vencerá con interés
Volved , mirad , escuchad. Volveos ; que no soy yo : Mis criados; que criados
¡Hola! ¿No hay aquí un criado? Acostaos; que os hará mal. Tengo, Otavio, tan honrados.
¡Hola! ¿No hay un hombre aquí? OTAVIO.
Pero yo sabré quién es.
Pues no es sombra lo que vi, Plumas llevaba el sombrero,
Ni sueño que me ha burlado. Señora... Y en la escalera ha de estar.
¡Hola! ¿Todos duermen ya? ESCENA V. Vé por él. M Faino.)
FABIO.
ESCENA III. FABIO.— Dichos. ¿Si le lie de hallar?
DUNA.
FABIO. — DIANA. fabio. Pues claro está , majadero;
No he visto tal. Que no habia de bajarse
FARIO. Como un gavilán partió. Por él cuando huyendo fué.
¿Llama vuestra seüoria? DIANA.
FABIO.
DIANA. ¿Viste las señas? Luz , SeBora , llevaré. ( Vate.)
Para la cólera mia FABIO.
Gusto esa flema me da. ¿Qué señas? ESCENA VI.
Corred , necio , enhoramala , DIANA.
Pues merecéis este nombre,
Y mirad quién es un hombre ;, Una capa no llevaba DIANA, OTAVIO.
Que salió de aquesta sala. Con oro?
FABIO. DIANA.
FABIO.
Cuando bajaba Si ello viene a averiguarse ,
¿Destosáis? La escalera... No me ha de quedar culpado
DIANA. DIANA. En casa.
Caminad, ¡ Hermosas dueftas OTAVIO.
Y responded con los pies. Sois los bombees de mi casa ! Muy bien harás;
FABIO. FABIO. Pues cuando segura estás ,
Voy tras él. A la lámpara tiró Te han puesto en este cuidado.
DIANA. El sombrero y la mató. Pero aunque es bachillería,
Sabed quién es. Con esto los patios pasa , Y mas estando enojada,
Y en lo escuro del portal Hablarte en lo que te enfada ,
FABIO.
¡Hay tal traición, tal maldad! {Vate.) Saca la espada y camina. Esta tu injusta porfía.
342 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
De no te querer casar No, por vida de Diana, DOROTEA.
Causa tantos desatinos, Hasta saber lo que ha sido. Pi me pusieses en medio
Solicitando caminos Llama esas mujeres todas.
Que le obligasen á amar. De mi! llanas, no podré
{Vate Fabio.) Decir que, fuera de U,
DIANA.
Hablar con nadie los vi
¿Sabéis tos alguna cosa ? ESCENA VIII. Que en aquesta casa esté.
OTAVIO. DIANA.
Yo, Señora , no sé mas DIANA, OTAVIO. ¿No te han dado algún papel?
De que en opinión estás ¿ Ningún paje ba entrado aquí ?
OTAVIO.
De incasable cuanto hermosa.
El condado de Beltlor Muy bien la noche acomodas. DOROTEA.
OTAVIO.
DIANA. Espera, apártate mas;
Si. Porque á sospechar me das.
Sin duda á robar venia. Salios los dos allá. Si engañarme no pretendes,
DIANA.
fabio. (Ap. d Otavio.) Que por alguna criada
Haréisme perder el seso. ¡Bravo examen! Este hombre ba entrado aquí.
FABIO. ANARDA.
OTAVIO.
Este sombrero tiró. El verte, Señora, ansí,
Loca está. Y justamente enojada ,
DIANA.
FABIO. Dejada toda cautela ,
Pues las plumas que vi yo,
Y tantas, que aun era exceso, Y sospechosa de mí. Me obliga á decir verdad ,
¿ En esto se resolvieron ? (\anse Otavio'y Fabio.) Aunque contra el amistad
FABIO.
Que profeso con Marcela.
Como en la lámpara dio, ESCENA X. Ella tiene á un hombre amor,
Sin duda se las quemó , Y él se le tiene también ;
Y como estopas ardieron. DIANA, MARCELA, DOROTEA, Mas nunca he sabido quién.
Icaro ¿al sol no subia , ANARDA. DIANA.
Y abrasándose las plumas, Negarlo , Anarda , es error.
DIANA. Ya que confiesas lo mas ,
Cayó en las blancas espumas
Del mar? Pues esto seria. Llégate aquí', Dorotea. ¿Para qué niegas lo menos?
El sol la lámpara fué , DOROTEA. ANARDA.
Icaro el sombrero ; y luego ¿Qué manda vuseñoria? Para secretos ajenos
Xas plumas deshizo el luego, diana. Mucho tormento me das,
Y en la escalera le hallé. Que me dijeses querría Sabiendo que soy mujer;
DIANA. Quién esta calle pasea. Mas basta que hayas sabido
No estoy para burlas, Fabio. DOROTEA.
Que por Marcela na venido.
Hay aquí mucho que hacer. Bien te puedes recoger;
Señora, el marqués Ricardo, Que es solo conversación ,
OTAVIO. Y algunas veces el conde
Tiempo habrá para saber Y há poco que se comienza.
Paria. DIANA.
La verdad. DIANA.
DIANA. La verdad responde ¡ Hay tan cruel desvergüenza !
¿Qué tiempo, O tavio! De lo que decirte aguardo , ¡Buena andará la opinión
Si quieres tener remedio. De una mujer por casar !
OTAVIO.
¡Por el siglo, infame gente,
Duerme agora ; que mañana DOROTEA. Del Conde mi señor!...
Lo puedes averiguar. ¿ Qué te puedo yo negar ? ANARDA.
DIANA. DIANA. Tente,
No me tengo de acostar, ¿Con quién los has visto hablar? Y déjame disculpar;
EL PERRO DEL HORTELANO. 543
Que no es de fuera de casa Para atarlos, porque estén ESCENA XI.
El hombre que habla con ella , j En su pensamiento quedos.
Ni para venir á vella Mas ¿ para qué me preguntas DIANA.
Por esos peligros pasa. Niñerías?
DIANA. DIANA. Mil veces he advertido en la belleza,
En efeto ¿es mi criado? Tú á lo menos Gracia y entendimiento de Teodoro,
Bien te huelgas., Que á no ser desigual á mi decoro,
ANARDA.
MARCELA.
Estimara su ingenio y gentileza.
Si , Señora. Es el amor común naturaleza;
DIANA. No me pesa ; Mas yo tengo mi honor por mas tesoro;
¿Quién» Porque de Teodoro entiendo Que los respetos de quien soy adoro ,
ANA R DA.
Que estos amores dirige Y aun el pensarlo tengo por bajeza.
A fin tan justo y honesto , La envidia bien sé yo que ha de que
Teodoro. Gomo el casarse conmigo.
DUNA. darme ;
1 El secretario ? DIANA. Que si la suelen dar bienes ajenos ,
Es el fin del casamiento Bien tengo de que pueda lamentarme.
ANARDA.
Honesto blanco de amor. Porquequisiera yoque¿ por lo menos,
Yo ignoro ¿ Quieres que yo trate desto ? Teodoro fuera mas , para igualarme,
Lo demás ; sé que han hablado. MARCELA. O yo, para igualarle, fuera menos.( Vate.)
DIANA.
; Qué mayor bien para mi !
Retírate, Anarda, allí. Pues ya .Señora , que veo ESCENA XII.
ANARDA. Tanta blandura en tu enojo
Muestra aquf tu entendimiento. Y tal nobleza en tu pecho, TEODORO, TRISTAN.
DUNA.
Te aseguro que le adoro ,
TEODORO.
Porque es el mozo mas cuerdo,
(Ap. Con mas templanza me siento, Mas prudente y entendido, No he podido sosegar.
Sabiendo que no es por mí.) Mas amoroso y discreto, TRISTAN.
Marcela... Que tiene aquesta ciudad.
MARCELA.
Y aun es con mucha razón ;
DIANA. Que ha de ser tu perdición
Señora... Si lo llega á averiguar.
Ya sé yo su entendimiento,
DIANA.
Del oficio en que me sirve. Dijeteque la dejaras
Escucha. MARCELA.
Acostar, y no quisiste.
MARCELA. TEODORO.
Es diferente el sugeto
¿Qué mandas? (Ap. Temblando llego.) De una carta , en que les pruebas Nunca el amor se resiste.
DIANA. A dos títulos tu deudo, TRISTAN.
¿Eres tú de quien fiaba De verle hablar mas de cerca , Tiras; pero no reparas.
Mi honor y mis pensamientos? En estilo dulce y tierno, TEODORO.
Razones euamoradas. Los diestros lo hacen ansí.
MARCELA.
DIANA.
Pues ¿qué te han dicho de mi, TRISTAN.
Sabiendo tú que profeso Marcela , aunque me resuelvo Bien sé yo que si lo fueras,
La lealtad que tú mereces? A que os caséis, cuando sea El peligro conocieras.
Para ejecutarlo tiempo , TEODORO.
DIANA.
¿Tú lealtad? No puedo dejar de ser
Quien soy, como ves que debo ¿Si me conoció?
MARCELA.
A mi generoso nombre ; TRISTAN.
¿En qué te ofendo? Porque no fuera bien hecho No y si ;
DIANA. Daros lugar en mi casa. Que no conoció quién eras,
; No es ofensa que en mi casa , (Ap. Sustentar mi enojo quiero.) Y sospecha le quedó.
Y dentro de mi aposento, Pues que ja todos lo saben, TEODORO.
Entre un hombre á hablar contigo ? Tú podrás con mas secreto j Cuando Fahio me siguió
MARCELA.
Proseguir ese tu amor; ¡ Bajando las escaleras,
Que en la ocasión vo me ofrezco : Fué milagro no matalíe.
Está Teodoro tan necio , A ayudaros á los dos;
Que donde quiera me dice Que Teodoro es hombre cuerdo, TRISTAN.
Dos docenas de requiebros. Y se ha criado en mi casa ; ¡ ¡Qué lindamente tiré
DIANA. Y a ti , Marcela , te tengo | Mi sombrero á la luz!
¿Dos docenas? ¡ Bueno á fe! La obligación que tú sanes, TEODORO.
Bendiga el buen año el cielo, Y no poco parentesco. Fué
Pues se venden por docenas. MARCELA. Detenelle y deslumbralle,
MARCELA. A tus pies tienes tu hechura. ¡ Porque si adelante pasa ,
Suiero decir que, en saliendo No le dejara pasar.
DIANA.
entrando , luego á la boca Vete. TRISTAN.
Traslada sus pensamientos. MARCELA. Dije á la luz al bajar :
DUNA. Mil veces los beso. « Di que no somos de casa ;>
¿Traslada? Término extraño. Y respondióme: «Mentís.»
DUNA.
Y ¿qué te dice? Alzé y liréle el sombrero;
Dejadme sola. ¿Quedé agraviado?
MARCELA. anarda. (Ap. á Marcela.) TEODORO.
No creo I ¿Qué ha sido?
Que se me acuerda. Hoy espera
DIANA.
MARCELA. Mi muerte.
: Enojos en mi provecho. . TRISTAN.
Si hará. DOROTEA. Siempre decis
MARCELA. Esas cosas los amantes
¿ Sabe tus secretos ya ?
Una vez dice : «Yo pierdo Cuando menos pena os dan.
MARCELA.
El alma por esos ojos ;» TEODORO.
Otra : «Yo vivo por ellos ; Sí sabe, y que son honestos.
Pues ¿ qué puedo hacer, Tristan ,
Esta noche no he dormido , (Marcela, Dorotea y Anardahacen tres En peligros semejantes?
Desvelando mis deseos reverencial i la Condesa, y se van.)
En tu hermosura. » Otra vez TRISTAN.
Me pide solo un cabello Dejar de amar á Marcela ,
zu COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Pues la Condesa es mujer TEODORO. ESCENA XIII
Que si lo llega á saher, ¡ Qué grosero cirujano!
No te ba de valer cautela Qué rustica curación ! DIANA. — Dichos.
Para no perder su casa. Los remedios al fin son
TEODORO. Como de tu tosca mano.
Y ¿no hay mas sino olvidar? Médico impírico eres; Teodoro..
No has estudiado, Tristan. TEODORO. (Ap.)
TRISTAN.
Liciones te quiero dar Yo no imagino que están La misma es.
De coma el amor se pasa. , Desa suerte las mujeres, DIANA.
TEODORO.
Sino todas cristalinas. Escacha.
Como un vidro trasparentes. TEODORO.
¿Ya comienzas desatinos?
TRISTAN. A tu hechura manda.
TRISTAN.
Con arte se vence todo : ¡Vidro! SI , muy bien lo sientes , TRISTAN. (Ap.)
Oye, por tu vida, el modo Si á verlas quebrar caminas; Si en averiguarlo anda,
Por tan fáciles caminos. Mas si no piensas pensar De casa volamos tres.
Primeramente has de hacer Defetos, pensarte puedo. DIANA.
Resolución de olvidar, Porque ya be perdido el miedo Hame dicho cierta amiga
Sin pensar que bas de tornar De que podrás olvidar. Que desconfia de si ,
Eternamente á querer; Pardiez , yo quise una vez, Que el papel que traigo aquí
Que si te queda esperanza Con esta cara que miras, Le escriba : á hacerlo me obliga
De volver, no habrá remedio A una alforja de mentiras, La amistad , aunque yo ignoro
De olvidar; que si está en medio Años cinco veces diez ; Teodoro, cosas de amor ;
La esperanza, no hay mudanza. Y entre otros dos mil defetos , Y que le escribas mejor
,, I 'oí- qué piensas que no olvida Cierta barriga tenia. Vengo á decirte, Teodoro.
Luego un hombre á una mujer? Que encerrar dentro podia , Toma y léele.
Porque, pensando volver, Sin otros mil parapetos, TEODORO.
Va entreteniendo la vida. Cuantos legajos de pliegos Si aquí ,
Ha de haber resolución Alquil escritorio apoya , Señora , bas puesto la mano,
Dentro del entendimiento. Pues como el caballo en Troya Igualarle fuera en vano,
Con que cesa el movimiento Pudiera meter cien griegos. Y fuera soberbia en mí.
De aquella imaginación. ¿ No bas oído que tenia Sin verle, pedirte quiero
i No has visto faltar la cuerda Cierto lugar un nogal. Que á esa señora le envíes.
De un reloj , y estarse quedas Que en el tronco un oficial
Con mujer y hijos cabia , DIANA.
Sin movimiento las ruedas? Léele.
Pues desa suerte se acuerda Y aun no era la casa escasa?
Pues desa misma manera, TEODORO.
El que tienen las potencias, Que desconlíes
Cuando la esperanza falta. En esta panza cupiera
Un tejedor y su casa. Me espanto: aprender espero
TEODORO.
Y queriéndola olvidar Estilo que yo no sé;
Y la memoria ¿no salta ÍQue debió de convenirme), Que jamás 'traté de amor.
Luego á hacer mil diligencias, )ió la memoria en decirme DUNA.
Despertando el sentimiento Que pensase en blanco azar. ¿Jamás, jamás?
A que del bien no se prive? En azucena y jazmín. TEODORO.
TRISTAN. En marfil , en plata , en nieve, Con temor
Es enemigo que vive Y en la cortina , que debe De mis defetos , no amé ;
Asido al entendimiento, De llamarse el faldellín, Que soy muy desconfiado.
Como dijo la canción Con que yo me deshacía.
DIANA.
De aquel español poeta; Mas tome mas cuerdo acuerdo,
Mas por eso es linda treta Y di en pensar, como cuerdo. Y se puede conocer
Vencer la imaginación. Lo que mas le parecía : De que no te dejas ver,
Cestos de calabazones , Pues que te vas rebozado.
TEODORO.
¿ Cómo ? Baúles viejos, maletas TEODORO.
TRISTAN. De cartas para estafetas, ¡Yo, Señora! ¿Cuándo ó cómo?
Pensando defetos, Almofrejes y jergones ; DIANA.
Y no gracias; que olvidando, Con que se trocó en desden Dijéronmeqne salió
Defetos están pensando , El amor y la esperanza , Anoche acaso, y te vio
Que no gracias , los discretos. Y olvidé la dicha pajiza Rebozado el mayordomo.
Ño la imagines vestida Por siempre jamas amén ;
Que era tal , que en los dobleces TEODORO.
Con tan linda proporción Andaríamos burlando
De cintura , en el balcón ( Y no es mucho encarecer)
De unos chapines subida. Se pudieran esconder Fabio y yo, como solemos.
Toda es vana arquitectura; Cuatro manos de almireces. Que mil "burlas nos hacemos.
Porque dijo un sabio un (lia DUNA.
TEODORO.
Que á los sastres se debía Lee, lee.
En las gracias de Marcela TEODORO.
La mitad de la hermosura. No bay defetos que pensar.
Como se ha de imaginar Estoy pensando
Yo ñola pienso olvidar. Que tengo algún envidioso.
Una mujer semejante ,
Es como un disciplinante TRISTAN. DUNA.
Que le llevan á curar. Pues á tu desgracia apela , Celoso podría ser.
Esto sí ; que no adornada Y sigue tan loca empresa. i.ee , lee.
Del costoso faldellín : TEODORO. TEODORO.
Pensar defetos, en fin. Toda es gracias : ¿qué he de hacer? Quiero ver
Es medecina aprobada. Ese ingenio milagroso. [ba sido,
Si de acordarte que vias TRISTAN.
(Lee.) «Amar por ver amar, envidia
Alguna vez una cosa Pensarlas hasta perder Y primero que amar estar celosa
Que te pareció asquerosa, La gracia de la Condesa. Es invención de amor maravillosa,
No comes en treinta días; Y que por imposible se ba tenido.
Acordándote, Señor, >De los celos mi amor na procedido.
De los deretos que tiene. Por pesarme que , siendo mis hermosa,
Si á la memoria te viene, No fuese en ser amada tan dichosa .
Se le quitará el amor. Que hubiese lo que envidio merecido.
EL PERRO DEL HORTELANO. 3W
»Estoy sin ocasión desconfiada , I Se sube por nuestros cuerpos. Cuándo... pero va me acuerdo:
Celosa sin amor, aunque sintiendo: ' No debe de poder mas. | Anoche andaban en rasa
Debo de amar, pues quiero ser amada. DIANA.
| linos murciélagos negros ;
»Ni me dejo forzar ni me defiendo ; ¿Juega? El sombrero les tiraba,
Darme quiero á entender sin decir nada : TRISTAN.
I Fuese á la luz uno (Julios ,
Entiéndame quien puede; yo me entien- ¡Pluguiera a los cielos! I Y acerté , por dar en él ,
DiAiu. [d0-* Que 4 quien juega, nunca faltan , 1 En la lámpara , y tan presto
Desto ó de aquello, dineros. Por la escalera «odé,
¿Qué dices? Que los dos pies se me fueron.
TEODORO. Antiguamente los reyes
Algún oficio aprendieron , DUNA.
Que si esto es Todo está muy bien pensado ;
A propósito del dueño. Por si en la guerra ó la mar
No he visto cosa mejor ; Perdían su patria y reino. Pero un libro de secretos
Mas confieso que no entiendo Saber con qué sustentarse : Dice que es buena la sangre
Cómo puede ser que amor ¡Dichosos los que pequeños Para quitar el cabello
Venga á nacer de los celos , | Aprendieron á jugar ! í I ¡esos murciélagos digo);
Pues que siempre fué su padre. Pues en fallando, es el juego Y haré yo sacarla luego ,
Un arte noble que gana Si es cabello la ocasión ,
DUNA.
Con poca pena el sustento. Para quitarla con ellos.
Porque esta dama, sospecho Verás nn grande pintor, tristan. {Ap.)
Que se agradaba de ver Acrisolando el ingenio, ¡Vive Dios , que hay chamusquina,
Este galán, sin deseo: Hacer una imagen viva, Y que por murciegalero
Y viéndole ya empleado Y decir el otro necio Me pone en una galera!
En otro amor, con los celos Que no vale diez escudos: DIANA. (Ap.)
Vino á amar y á desear. Y que el que juega , en diciendo
. ¿Puede ser? ¡Qué traigo de pensamientos!
«Paro», con salir la suerte,
TEODORO. ; Le sale á ciento por ciento. ESCENA XV.
Yo lo concedo ; DIANA.
Mas ya esos celos , Señora , FABIO, y detpui», EL MARQUÉS RI
En fin, ¿no juega? CARDO y CELIO.— DIANA.
De algún principio nacieron , TRISTAN.
Y ese fué amor ; que la causa
No nace de los efetos , Es cuitado. FARIO.
Sino los efetos della. I DIANA. Aqui está el marqués Ricardo.
DIANA. ! A la cuenta será cierto DIANA.
No sé , Teodoro: esto siento ¡ Tener amores. Poned esas sillas luego.
TRISTAN. (Salen Ricardo y Celio , y vante Fabi*
Desta dama, pues me dijo
Que nunca al tal caballero ¡ Amores '. y Triítan.)
Tuvo mas que inclinación , ¡Oh qné donaire! Es un hielo. RICARDO.
Y en viéndole amar, salieron 0IANA. Con el cuidado que el amor, Diana ,
Al camino de su honor Pues un hombre de su talle. Pone en un pecho que aquel lin desea
Mil salteadores deseos. Galán . liscrelo y mancebo, Que la mayor dificultad allana ,
Que le han desnudado el alma ¿No tiene algunos amores El mismo quiere que te adore y vea :
Del honesto pensamiento De honesto entretenimiento? Solicito mi causa , aunque por vana
Con que pensaba vivir. TRISTAN. Esta ambición algún contrario crea ,
TEODORO. Yo trato en paja y cebada , Que dando mas lugar á su esperanza,
Muy lindo papel has hecho: No en papeles y requiebros. Tendrá menos amor que confianza.
Yo no me atrevo á igualarle. De dia te sirve aquí ; Está vuseñorla tan hermosa,
DUNA.
Que está ocupado sospecho. • i me estar buena el mirarla me asegura;
Que en la mujer (ves bien pensa.lacosa)
Entra y prucbaí DIANA.
La mas cierta satnd es la hermosura ;
TEODORO. Pues ¿ nunca sale de noche ? Que en estando gallarda, alegre, airosa,
No me atrevo. TRISTAN.
Es necedad , es ignorancia pura , >
DIANA. No le acompaño ; que tengo Llegar á preguntarle si está buena,
Haz esto, por vida mia. Una cadera quebrada. ¡ Que todo entendimiento la condena.
TEODORO.
DIANA. ' Sabiendo que lo estáis , como lo dice
¿De qué, Tristan? La hermosura, Diana, y la alegría,
Vusifioria con esto De mi, si á la razón no contradice.
Quiere probar mi ignorancia. TRISTA!».
Bien te puedo Saber, Señora, cómo estoy quema.
DUNA.
Aqnl aguardo: vuelve luego. Responder lo que responden DIANA.
Las mal casadas, en viendo 1 Que vuestra seño; ia solenice
TEODORO. I Lo tiue en lulia llaman gallardía _
Cardenales en su cara
Yo voy. (ttwe Del mojicón de los celos: | Por hermosura , es digno pensamiento
DIANA. * Rodé por las escaleras.» De su buen gusto y claro entendimiento.
Escucha, Tristan. DIANA.
I Que me pregunte como está , no creo
Que soy tau dueño suyo , que lo diga.
¿Rodaste?
ESCENA XIV. TRISTAN. RICARDO.
Por largo trecho. Quien sabe de mi amor y mi deseo
DIANA, TRISTAN. Con las costillas conté El fin honesto, á este favor se obliga.
Los pasos. A vuestros deudos inclinados veo
TRISTAN.
DIANA. Para que en lo tratado se prosiga :
A ver lo que mandas vuelvo. Solo falta , Señora , vuestro acuerdo.
Con vergüenza destas calzas; Forzoso es eso.
Si ala lámpara, Tristan, Porque sin él las esperanzas pierdo.
Que el secretario , mi dueño , Si , como soy señor de aquel estado
Anda salido estos dias ; Le tirabas el sombrero.
Que con igual nobleza heredé agora ,
Y hace mal un caballero. TRISTAN. (Ap.)
\ Lo fuera desde el sur mas abrasado
Sabiendo que su lacayo ¡Oxte, puto! ¡Vive Dios, A los primeros paños del aurora ;
Le va sirviendo de espejo , Que se sabe todo el cuento! Si el oro , de los hombres adorado ,
De lucero y de cortina , DUNA. Las congeladas lágrimas que llora
En no traerle bien puesto. ¿ No respondes ? El cielo, ó los diamantes orientales
Escalera del señor, TRISTAN. ?ue abrieron por el mar caminos^ales,
Si va a caballo , un discreto , uviera yo , lo mismo os ofreciera ;
Nos llamó , pues á su cara Por pensar
m COMEDÍAS ESCOGIDAS DE LOPE DE TOGA CARPIÓ.
Ynodudeis, Señora , que pasara TEODORO. DIANA.
Adonde el sol apenas luz me diera, ¿Burlaste?
Como á solo serviros importara : Pues allá
DIANA. Le guarda . aunque bien será
Fin campañas de sal pies de madera ¡Pluguiera á Dios! Rasgarle.
Por las remotas aguas estampara ,
TEODORO. TEODORO.
Hasta llegar á las australes playas, j Qué dices?
Del humano poder últimas rayas. ¿Rasgarle?
DIANA.
DIANA.
DIANA. i Que de los dos,
Creo , señor Marqués , el amor vuestro ; El tuyo vence , Teodoro. SI;
Y satisfecha de nobleza tanta , Que no importa que se pierda ,
Haré tratar el pensamiento nuestro, TEODORO. Si se puede perder mas. (Vate.)
Si el conde Federico no le espanta. i Pésame, pues no es pequeño
. Principio de aborrecer ESCENA XVIII.
RICARDO.
| Un criado, el entender
Bien sé que en trazas esel Conde diestro, Que sabe mas que su dueño. TEODORO.
Porque en ninguna cosa me adelanta ; | lie cierto rey se contó
Mas yo fio de vos que mi justicia i Que le dijo á un gran privado : Fuese. ¿Quién pensó jamás
Los ojos cegará de su malicia. •i Un papel me da cuidado, De mujer tan noble y cuerda
Y si bien le he escrito yo , Este arrojarse tan presto
ESCENA XVI. I Quiero ver otro de vos , A dar su amor á entender?
TEODORO.— DIANA, RICARDO, ¡ Y el mejor escoger quiero. > Pero también puede ser
1 Escribióle el caballero, Que yo me engañase en esto.
CELIO. Y fué el mejor de los dos. Mas no me ha dicho jamás,
Como vio que el Rey decia Ni á lo menos se me acuerda:
TEODORO.
Que era su papel mejor, «Pues ¿qué importa que se pierda
Ya lo que mandas hice. Fuese, y dijole al mayor Si se puede perder mas ? >
RICARDO. Hijo, de tres que tenia : Perder mas, bien puede ser
Si ocupada i «Vamonos del reino luego; Por la mujer que decia...
vusenoria esta , no será justo Que en gran peligro estoy yo.» — Mas todo es bachillería,
Hurtarle el tiempo. ¡ Ll mozo le preguntó Y ella es la misma mujer.
DIANA. La causa , turbado y ciego ; Aunque no; que la Condesa
No importara nada, [ Y respondióle : « Ha sabido Es tan discreta y tan varia.
Puesto que á Roma escribo. El Rey que yo sé mas que él;» Que es la cosa mas contraria
— Qué es lo que en este papel De la ambición que profesa.
RICARDO.
Me puede haber sucedido. Sirvenla principes hoy
No hay disgusto DIANA. En Ñapóles, que no puedo
Como en dia de cartas dilatada Ser su esclavo. Tengo miedo
Visita. No , Teodoro ; que aunque digo
Que es el luyo mas discreto , Que en grande peligro esloy.
DIANA.
Es porque sigue el conceto Ella sabe que á Marcela
Sois discreto. De la materia que sigo ; Sirvo, pues aquí ha fundado
RICARDO. Y no para que presuma El engaño y me ha burlado...
En daros gusto.— Tu pluma que, si me agrada . — Pero en vano se recela
Celio, ¿qué te parece? (.|p. a él.) Pierdo el estar confiada Mi temor, porquejamás
De los puntos de mi pluma. Burlando salen colores. •
CELIO.
Que quisiera Fuera de que soy mujer ¿Y el decir con mil temores,
Que ya tu justo amor premio tuviera. A cualquier error sujeta , Qu? se puede perder mas?
(yante Ricardo y Celio.) Y no se si muy discreta , ¿Qué rosa, al llorar la aurora .
Como se me echa de ver. Hizo de las hojas ojos,
ESCENA XVII. Desde lo menos , aquí Abriendo los labios rojos
Dices que ofendes lo mas; Con risa á ver cómo llora,
DUNA , TEODORO. Y amando, engañado estás, Como ella los puso en mi ,
Porque en amor no es ansí; Bañada en púrpura y grana ;
DIANA. Que no ofende un desigual Oque pálida manzana
¿Escribiste? Amando , pues solo en tiendo Se esmaltó de carmesí?
TEODORO. Que se ofende aborreciendo. Lo que veo y lo que escucho ,
Yo lo juzgo (ó estoy loco)
Ya escribí. TEODORO.
Para ser de veras poco,
Aunque bien desconfiado; Esa es razón natural;
Mas soy mandado y forzado. Mas pintaron á Faelonte Y para de burlas mucho.
Y á ícaro despeñados, Mas teneos, pensamiento,
DIANA. Que os vais ya tras la grandeza ,
Muestra. Uno en caballos dorados , Aunque si digo belleza ,
TEODORO. Precipitado en un monte;
Y otro , con alas de cera, Bien sabéis vos que no miento;
Lee. Que es bellí sima Diana ,
DIANA. Derretido en el crisol Y en discreción sin igual.
Dice así : [dia fuera, Del sol. ,
(Lee.) «Querer por verquerer, envi- DIANA.
ESCENA XIX.
Si quien lo vio, sin ver amar no amara, No lo hiciera el sol
Porquesi antes de ver.no amar pensara, Si , como es sol , mujer fuera. MARCELA. -TEODORO.
Después no amara, puesto que amar vie- Si alguna dama quisieres
[ra. Alta , sírvela y confia ; MARCELA.
» Amor, que lo que agrada considera Que amor no es mas que porfia : ¿ Puedo hablarle ?
En ajeno poder, su amor declara; Ño son piedras las mujeres. TEODORO.
Que como la color sale á la cara, Yo me llevo este papel ;
Que despacio me conviene Ocasión tal
Sale á la lengua lo que al alma altera. Mil imposibles allana;
»No digo mas , porque lo mas ofendo Verle. Que por tí , Marcela mia ,
Desde lo menos, si es que desmerezco TEODORO.
La muerte me es agradable.
Porque del ser dichoso me defiendo. Mil errores tiene.
■ÁRCELA.
• Estoqueentiendosolamenteofrezco; DUNA.
Que lo que no merezco no lo entiendo, No hay error ninguno en él. Como yo te vea y hable,
Por no dar á entender que lo merezco. » Dos mil vidas perdería.
TEODORO. Estuve esperando el dia,
. DIANA. Honras mi deseo ; aquí Como el pajarillo solo;
May bien guardaste el decoro. Traigo el tuyo. Y cuando vi que en el polo
EL PERRO DEL HORTELANO. 347
Que Apolo mas presto don, MARCELA. ESCENA XXI!.
Le despertaba la aurora , Confírmalo.
Dije : «Yo veré mi Apolo.» TEODORO. DIANA , TEODORO.
Grandes cosas han pasado ; Con los brazos,
Que no se quiso acostar Que son los rasgos y lazos DIANA.
La Condesa hasta dejar De la pluma delam'or, En fin , Teodoro , ¿ tú quiere*
Satisfecho su cuidado. Pues no hay rúbrica mejor Casarte?
Amigas que han envidiado Que la que firman los brazos. TEODORO.
Mi dicha con deslealtad , Yo no quisiera
Le han contado la verdad ; ESCENA XX. Hacer cosa sin tu gusto ;
Que entre quien sirve, aunque veas ' Y créeme, que mi ofensa
Que hay amistad , no la creas , DIANA. — Dichos. , No es tanta como te han dicho;
Porque es ungida amistad. | Que bien sabes que con lengua
DIANA.
Todo lo sabe en efelo; | De escorpión pintan la envidia;
Que si es Diana la luna , Esto se ha enmendado bien. i Y que si Ovidio supiera
Siempre á quien ama importuna , : Agora estoy muy contenta; ! Qué era servir, no en los campos,
Salió y vio nuestro secreto. ¡ Que siempre á quien reprehende i Ño en las montañas desiertas
Pero será , te prometo, ! Da gran gusto ver la enmienda. Pintara su escura casa;
Para mayor bien, Teodoro; ] r\o os turbéis ni os alteréis.
Que aquí habita y aquí reina.
8ue del honesto decoro TEODORO.
DIANA.
on que tratas de casarte ; Dije , Señora , á Marcela
Le di parte , y dije aparte Que anoche salí de aquí Luego i no es verdad que quieres
Cuan tiernamente te adoro. Con tanto disgusto y pena A Marcela?
TEODORO.
Tus prendas le encarecí , 1 De que vuestra señoría
Tu estilo, tu gentileza ; Imaginase en su ofensa Bien pudiera
Y ella entonces su grandeza Este pensamiento honesto Vivir sin Marcela yo.
Mostró tan piadosa en mi , 1 Para casarme con ella, DIANA.
Que se alegró de que en ti Que me he pensado morir ; Pues d íceme que por ella
Hubiese los ojos puesto, Y dándome por respuesta Pierdes el seso.
Y de casarnos muy presto Que mostrabas en casarnos TEODORO.
Palabra también me dio. Tu piedad y tu grandeza, Es tan poco.
Luego que de mí entendió Dile mis brazos; y advierte Que no es mucho que le pierda ;
Que era tu amor tan honesto. Que si mentirte quisiera , Mas crea vuseñoría
Yo pensé que se enojara No me faltara un engaño ; Que , aunque Marcela merezca
Y la casa revolviera , Pero no hay cosa que venza, Esas finezas en mí ,
Que á los dos nos despidiera Como decirla verdad, No ha habido tantas finezas.
Y á los demás castigara ; A una persona discreta.
Mas su sangre ilustre y clara, DIANA.
DIANA.
Y aquel ingenio en efeto Pues ¿ no le has dicho requiebros
Tan prudente y tan perfeto, Teodoro , justo castigo Tales, que engañar pudieran
Conoció lo que mereces. La deslealtad mereciera A mujer de mas valor ?
¡ Ob , bien haya amén mil veces De haber perdido el respeto TEODORO.
Quien sirve á señor discreto! A mi casa ; y la nobleza
Que usé anoche con los dos Las palabras poco cuestan.
TEODORO. Ño es justo que parte sea DIANA.
¿Que casarme prometió A que os atreváis ansí ; ¿Qué le has dicho, por mi vida?
Contigo? Que en llegando á desvergüenza ¿Cómo, Teodoro, requiebran
MARCELA. El amor, no hay privilegio Los hombres á las mujeres?
Pues ¿pones duda : Que al castigo le defienda. TEODORO.
Que á so ilustre sangre acuda? í Mientras no os casáis los dos, Como quien ama y quien ruega ,
TEODORO. (.4p.) : Mejor estará Marcela Vistiendo de mil mentiras
Mi ignorancia me engañó. ¡ Cerrada en un aposento; Una verdad , y esa apenas.
; Qué necio pensaba yo I Que no quiero yo que os vean
DIANA.
ifue hablaba en mí la Condesa! 1 Juntos las demás criadas,
I Y que por ejemplo os tengan Si; pero ¿con qué palabras?
De haber pensado me pesa
Que pudo tenerme amor ; ¡ Para casárseme todas.— TEODORO.
Que nunca tan alto azor ' ¡Dorotea! ¡ah, Dorotea! Extrañamente me aprieta
Se humilla á tan baja presa. Vuseñoría. «Esos ojos
ESCENA XXI. (Le dije), esas niñas bellas,
MARCELA.
Son luz con que ven losmios;
¿Qué murmuras entre ti? DOROTEA. — Dichos. Y ÜS corales y perlas
TEODORO. i Desa boca celestial... >
DOROTEA.
Marcela , conmigo habló ; Señora... DIANA.
Pero no se declaró DIANA. ! ¿Celestial?
En darme á entender que fui TEODORO.
El que embozado salí Toma esta llave,
Y en mi propia cuadra encierra Cosas como estas
Anoche de su aposento. : Son la cartilla , Señora,
A Marcela ; que estos dias
MARCELA.
Podrá hacer labor en ella.— 1 De quien ama y quien desea.
Fué discreto pensamiento , No diréis que esto es enojo. DIANA.
Por no obligarse al castigo DOROTEA. Mal gusto tienes, Teodoro.
De-saber que hablé contigo, No te espantes de que pierdas
Si no lo es el casamiento; i ¿ Qué es esto, Marcela? (Ap. á ella.)
Que el castigo mas piadoso MARCELA.
Hoy el crédito conmigo,
' Porque sé yo que en Marcela
De dos que se quieren bien Fuerza ! Hay mas defetos que gracias,
Es casarlos. 1 De un poderoso tirano ; Como la miro mas cerca.
TEODORO. Y una rigurosa estrella. Sin esto, porque no es limpia,
Dices bien , I Enciérrame por Teodoro. ' No tengo pocas pendencias
Y el remedio mas honroso. DOROTEA. ¡ Con ella... Pero no quiero
i Cárcel aquí no la temas, ' Desenamorarte della ;
¿ Querrás tú ? Y para puertas de celos ; Que bien pudiera decirte
TEODORO. ! Tiene amor llave maestra. Cosas... Pero aquí se quedan
Seré dichoso. ( Vatue Marcela y Dorotea.) Sus gracias ó sus desgracias;
MS COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que yo quiero que la quieras, Escríbeme algún papel No pienso que tardarán ;
Y que os caséis en buen hora. Que á este propósito sea, Que conozco al capellán ,
Mas pues de amador (e precias, i Y queda con Dios ¡ Ay, Dios ! (Cae.) Y es mas breve que es razón.
Dame consejo, Teodoro, Caí. ¿Qué me miras? Llega, FEDERICO.
Ansi á Marcela poseas. Dame la mano.
Para aquella amiga mia, ¡ Ay si la pudiese hablar!
TEODORO. LEONIDO.
Que há dias que no sosiega El respeto
Se amores de un hombre humilde Siendo tú su primo, es cosa
Porque si en quererle piensa, Me detuvo de olí ecella. Acompañarla forzosa.
Ofende su autoridad; DIANA. FEDERICO.
Y si de quererle deja, ¡Qué graciosa grosería! El pretenderme casar
Pierde el juicio de celos : ¡Que con la capa la ofrezcas ! Ha hecho ya sospechoso
Que el hombre, que no sospecha TEODORO. Mi parentesco, Leonido ;
Tanto amor, anda cobarde. Asi cuando vas á misa Que antes de haberla querido.
Aunque es discreto, con ella. Te la da Otavio. Nunca estuve temeroso.
TEODORO. DIANA. Verás que un hombre visita
Yo, Señora, ¿sé de amor? Es aquella Una dama libremente
No sé por Dios cómo pueda Mano que yo no le pido, Por conocido ó pariente,
Aconsejarle. í Y debe de haber setenta Mientras no la solicita ;
DIANA. i Años que fué mano, y viene Pero en llegando á querella,
i Amortajada por muerta. Aunque de todos se guarde,
¿No quieres. Menos entra, y mas cobarde,
Copio dices, á Marcela? ! Aguardar quien ba caído
A que se vista de seda, Y apenas habla con ella.
No le has dicho esos requiebros? Tal me ha sucedido á mi
Tuvieran lengua las puertas, I Es como ponerse un jaco
j Quien ve al amigo en pendencia; Con mi prima la Condesa ;
Qne ellas dijeran... Tanto, que de amar me pesa,
TEODORO. ! Que mientras baja, le han muerto.
Demás que no es bien que tenga Pues lo mas del bien perdí,
No hay cosa Nadie por mas cortesía. Pues me estaba mejor vella
Que decir las puertas puedan. 1 Aunque melindres lo aprueban, Tan libre como solia.
DIANA. Que una mano, si es honrada.
Ea, que ya te sonrojas, ESCENA IL
Traiga la cara cubierta.
Y lo qué niega la lengua, TEODORO. P.ICARDO t CELIO , que te qvedan le
Conuesas con las colores. I Quiero estimar la merced jos de — FEDERICO t LEONIDO.
TEODORO. Que me has hecho.
Si ella te lo ba dicho, es necia. CELIO.
DIANA.
Una manó le tomé, A pié digo que salía,
Y no me quedé con ella, Cuando seas Y alguna gente con ella.
Que luego se la volví; Escudero, la darás RICARDO.
No sé yo de qué se queja. Kn el ferreruelo envuelta;
Que agora eres secretario : Por estar la iglesia enfrente,
DIANA. Con que te he dicho que tengas Y por preciarse del talle ,
Si ; pero hay manos que son Secreta aquesta caída, Ha querido honrar la calle.
Como la paz de la Iglesia, Si levantarte deseas. (Vase.) CELIO.
Que siempre vuelven besadas. ¿No has visto por el oriente
TEODORO. ESCENA XXIII. Salir serena mañana
Es necísima Marcela. El sol con mil rayos de oro.
Es verdad que me atreví , TEODORO. Cuando dora el blanco toro
Pero con mucha vergüenza, [Purdo, Que pace campos de grana
A que templase la boca ¿Puedo creer que aquesto es verdad? (Que así llamaba un poeta
Con nieve y con azucenas. Si miro que es mujer Diana hermosa. Los primeros arreboles)?
Pidió mi mano, y la color de rosa, Pues tal salió con dos soles.
DIANA.
i Al dársela, robó del rostro el miedo. Mas hermosa v mas perfeta,
ÍCon azucenas y nieve? Tembló, yo lo senti: dudoso quedo. La bellísima Diana,
luelgo de saber que tiempla ¿Qué haré? Seguir mi suerte venturosa; La condesa de Belllor.
Ese emplasto el corazón. Si bien, por ser la empresa tan dudosa, RICARDO.
Ahora bien , ¿qué me aconsejas? Niego al temor lo que al valor concedo. Mi amor te ha vuelto pintor
TEODORO. Mas dejar á Marcela es caso injusto; De tan serena mañana ;
Que si esa dama que dices. Que las mujeres no es razón que esperen Y hácesla sol con razón ,
Hombre tan bajo desea, De nuestra obligación tanto disgusto. Porque el sol en sus caminos
Y de quererle resulta Pero si ellas nosdejan cuando quieren Va pasando varios sinos.
A su honor tanta bajeza, Por cualquiera interés ó nuevo gusto, Que sus pretendientes son.
Haga que con un engaño. Mueran también como los hombres mue- Mira que allí Federico
Sin que la conozca, pueda [ren. Aguarda sus rayos de oro.
Gozarle.
CELIO.
DIANA.
¿Cuál de los dos será el toro
Queda el peligro ACTO SEGUNDO. A quien hoy al sol aplico?
De presumir que lo entienda.
RICARDO.
¿No será mejor matarle?
TEODORO. Calle. El por primera afición.
Aunque del nombre se guarde;
De Marco Aurelio se cuenta ESCENA PRIMERA. Que yo, por entrar mas tarde,
Que dio á su mujer Faustina, Seré el signo del león.
Para quitarle la pena. EL CONDE FEDERICO , LEONIDO. FEDERICO.
Sangre de un esgrimidor :
Pero estas romanas pruebas FEDERICO.
¿Es aquel Ricardo?
Son buenas entre gentiles. ¿Aquí la viste? leo \ IDO.
DIANA. LEONIDO. Él es.
Bien dices; que no hay Lucrecias, Aquí entró, FEDERICO.
Ni Toréalos ni Virginios , Como el alba por un prado, Fuera maravilla rara
En esta edad ; y en aquella I Que á su tapete bordado Que deste puesto faltara.
Hubo Faustinas, Teodoro, La primera luz le dio ; LEONIDO.
Mesalinas y Popeas. Y según la devoción , Gallardo viene el Marqués.
EL PERRO DEL HORTELANO. 340
Que os detengo y os provoco ; Si, subida á tanta altura,
Federico. Esas mariposas precia.
No pudieras decir mas, Porque si el intento es loco,
De los dos lo mismo escucho. TRISTAN.
Si tú fueras el celoso. Aunque donde el premio es mucho, Léele, por vida mía,
LEOMDO. El atrevimiento es poco. Aunque ya estés tan divino;
¿Celos tienes? , Y si por disculpa dais Que no liace desprecio el vino
FEDERICO. Queesiulinitoel que espero, De los mosquitos que cria ;
¿No es forzoso? Averigüemos primero, Que yo sé cuando Marcela ,
De alabarle me los das. Pensamiento, en qué os fundáis. gue ilamas ya mariposa,
LEOMDO.
Vos á quien servís amáis : ra águila caudalosa.
Diréis que ocasión tenéis ,
Si á nadie quiere Diana , Si a vuestros ojos creéis ;
TEODORO.
¿De qué los puedes tener? Pues, pensamiento, decildes El pensamiento, que vuela
FEDERICO. Que sobre pajas humildes . A los mismos cercos de oro
De que le puede querer ; Torres de diamante hacéis. Del sol, tan baja la mira,
Si no me sucede bien, Que auu de que la ve se admira.
Que es mujer.
Quiero culparos a vos; TRISTAN.
LEOMDO.
Sí. mas tan vana, ! Mas teniéndola los dos. Hablas con justo decoro ; '
Tan altiva y desdeñosa, No es justo que culpa os den ; Mas ¿qué haremos del papel?
Que á todos os asegura. Que podréis decir también TEODORO.
Cuando del alma os levanto, Esto.
FEDERICO.
Y de la altura me espanto TRISTAN.
Es soberbia la hermosura. Donde el amor os subió, ¿Rasgástele?
LEOMDO. Que el estar tan bajo yo TEODORO.
No hay ingratitud hermosa. Os hace á vos subir tanto. Si.
CELIO. Cuando algún hombre ofendido,
TRISTAN.
Diana sale, Señor. Al que le ofende deliende,
Que dió'la ocasión se entiende : ¿Porqué, Señor?
RICARDO. Del daño que os ha venido, TEODORO.
Pues tendrá mi noche dia. Sed en buen hora atrevido ; Porque ansi
CELIO. Que aunque los dos nos perdamos, Respondí mas presto a él.
¿Hablarásla? Esta disculpa llevamos: TRISTAN.
RICARDO. Que vos os perdéis por mí, Ese es injusto rigor.
Eso querría, Y que yo tras vos me fui. TEODORO.
Si quiere el competidor. Sin saber adonde vamos.
Id en buen hora, aunque os den Ya soy otro ; no te espantes.
Mil muertes por atrevido ; TRISTAN.
ESCENA III. Que no se llama perdido Basta ; que sois los amantes
El que se pierde tan bien. Boticarios del amor;
DIANA, OTAVIO, FABIO; y detrát, Como á otros dan parabién Que, como ellos las recetas ,
MARCELA , DOROTEA y ANARDA, De lo que hallan , estoy tal, Vais ensartando papeles.
con mantos. — Dichos. Que de perdición igual Recipe celos crueles,
Os le doy ; porque es perderse Agua de azules violetas.
Federico. (A Diana). Tan bien, que puede tenerse Recipe un desden extraño,
Aquí aguardaba con deseo de veros. Envidia del mismo mal. Sirupi del borrajorum.
MAN*.
Con que la sangre templorum,
ESCENA V. Para asegurar el daño.
Señor Conde, seáis muy bien hallado. Recipe ausencia : tomad
RICARDO.
TRISTAN. — TEODORO. Un emplasto para el pecho ;
Y yo, Señora, con el mismo agora Que os hiciera mas provecho
A acompañaros rengo y á serviros. TRISTAN.
Estaros en la ciudad.
diana. Si en tantas lamentaciones Réci pe de matrimonio :
Señor Marqués, ¿qué dicha es esta mía? Cahe un papel de Marcela, Allí es menester jarabes,
¡Tanta merced ! Que contigo se consuela Y tras diez dias suaves
RICARDO. De sus pasadas prisiones, Purgallecon antimonio.
Bien te le daré sin porte ; Recipe tignum celeste.
Bien debe á mi deseo Que Capricornius dicelur:
Vuseñorla este cuidado. Porque á quien no na menester ,
Nadie le procura ver, Ese enfermo morietur.
fedeAico. (.4 su criado.) Si no es que paciencia preste.
A la usanza de la corte.
Creo Cuando está en alto lugar Recipe que de una tienda
Que no soy bien mirado y admitido. Un hombre (y ¡qué bien lo ¡mitas! ), Joya ó vestido sacabis :
LEOMDO. ¡ Qué le vienen de visitas Con tabletas conforlabis
Habíala; no te turbes. A molestar v á enfadar! La bolsa que tal emprenda.
FEDERICO. Pero sí mudó de estado. A esta traza, finalmente,
Como es la fortuna incierta, Van todo el año ensartando.
¡Ay, Leonido! Llega la paga: en pagando,
Quien sabe que no gustan deescuchalle, Todos huyen de su puerta O viva ó muera el doliente,
¿Deque teadmirasque se turbe y calle? Como si fuese apestado. Se rasga todo papel.
¿Parécete que lavemos Tú la cuenta has acabado,
{Yante.) Bu vinagre este papel? Y el de Marcela has rasgado
TEODORO.
Sin saber lo que hay en él.
Contigo, necio, y con él TEODORO.
Sala del palacio de la Condesa. Entrambas cosas tenemos.
Muestra ; que vendrá lavado, Ya tú debes de venir
ESCENA IV. Si en tus manos ha venido. Con el vino que otras veces.
(Lee.) « A Teodoro, mi marido.» TRISTAN.
TEODORO. ¿Marido? ¡ Qué necio enfado! I Pienso que te desvaneces
Qué necia cosa! Con lo que intentas subir.
Nuevo pensamiento mío, tristan. TEODORO.
Desvanecido en el viento, Es muy necia. Tristan, cuantos han nacióla;' "'
Que con ser mi pensamiento, Su ventura uan de tener 5^/ ,, V;
TEODORO.
De veros volar me río, No saberla conocer »~í '',..;
Parad, detened el brío, Pregúntale á mi ventura
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380 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
Es el no haberla tenido. En peligros tan extraños? ESCENA Vin.
O morir en la porfía, Si tú de mi intento estás,
O ser conde de Bel flor. No tratemos deslo mas. MARCELA, DOROTEA.
TRISTAlt. Para excusar tantos daños.
César llamaron , Señor, ■ARCELA. ■ARCELA.
A aquel duque que traía ¿Qué dices? ¿Qué sientes desto?
Escrito por gran blasón : TEODORO. DOROTEA.
€ César o nada ; » y en lin Que estoy dispuesto No sé ;
Tuvo tan contrario el Tin, A no darlé mas enojos Que á hablar no me atrevo.
Que al On de su pretensión A la Condesa. «ARCELA.
Escribió una pluma airada :■ ■ARCELA.
«César ó nada, dijiste, ¿Not
Y todo, César, lo fuiste. En los ojos Pues yo hablaré.
Pues fuiste César y nada.» Tuve muchas veces puesto DOROTEA.
El temor desta verdad. Pues yo no.
TEODORO. TEODORO.
Pisos tomo, Tristan, la empresa, Marcela, queda con Dios. ■ARCELA.
Y haga después la fortuna Pues yo si.
Lo que quisiere. Aquí acaba de los dos DOROTEA.
Ei amor, no el amistad. Mira que fué
ESCENA VI. ■ARCELA. Dueño el aviso, Marcela,
¡Tú dices eso, Teodoro, De los tapices que miras.
MARCELA T DOROTEA , sin reparar A Marcela ! ■ARCELA.
en — TEODORO t TRISTAN. TEODORO. Amor en celosas iras
DOROTEA. Yo lo digo; Ningún peligro recela.
Que soy de quietud amigo, A no saber cuán altiva
Si á alguna V de guardar el decoro Es la Condesa , dijera
De tus desdichas le pesa. A la casa que me ba dado Que Teodoro en algo espera,
De todas lasque servimos 151 ser que tengo. Porque no sin causa priva
A la Condesa, soy yo. ■AltCELA. Tanto estos dias Teodoro.
■ARCELA. Oye, advierte. DOROTEA.
En la prisión que me dió, Calla ; que estás enojada.
Tanjusta amistad hicimos, TEODORO.
Y yo me siento obligada Déjame. ■ARCELA.
De suerte, mi Dorotea, ■ARCELA. Mas yo me veré vengada...
Que no habrá amiga que sea ¿De aquesta suerte Ni soy tan necia, que ignoro
Mas de Marcela estimada. Me tratas? I.as tretas de hacer pesar.
Anarda piensa que yo TEODORO.
No sé cómo quiere a Fabio. ¡Qué necio enfado! (Vate: ESCENA IX.
Pues dolía nació mi agravio ; FABIO. — Dichas.
Que á la Condesa contó ESCENA VII.
Los amores de Teodoro. FABIO.
DOROTEA. MARCELA, DOROTEA, TRISTAN. ¿Está el secretario aquí?
Teodoro esta aquí. MARCELA.
■ARCELA. ■ARCELA. ¿Es por burlarte de mí?
¡Mi bien!... ¡ Ah Tristan, Tristan ! FAOIO.
TEODORO. TR1STAI*. Por Dios, que le ando á buscar;
Marcela, el paso deten. ¿Qué quieres? Que le llama mi señora.
■ARCELA. ■ARCELA. MARCELA.
¿Cómo, mi bien, si te adoro, ¿Qué es esto? Fabio, que sea ó no sea ,
Cuando á mis ojos le ofreces? TRISTAN. Pregúntale á Dorotea
TEODORO. Una mudancita: Cuál puse á Teodoro agora.
Mira lo que haces y dices; Que á las mujeres imita ¿No es majadero cansado
Que en palacio los tapices Teodoro. Éste secretario nuestro?
Han hablado algunas veces. ■ARCELA. FABIO.
¿ 1 o qué piensas que nació ¿Cuáles mujeres? ¡Qué engaño tan necio el vuestro!
Hacer figuras en ellos? TRISTAS. ¿Querréis que eslé deslumhrado
De avisar que detrás dellos Unas de azúcar y miel. De lo que los dos traíais?
Siempre algún vivoescuchó. ¿Es concierto de los dos?
Si un mudo viendo malar ■ARCELA.
A un rey su padre, dió voces, Dilc. MARCELA.
Figuras que no conoces, TRISTAH. ¿Concierto? ¡Bueno!
Pintadas sabrán hablar. No me digas nada; FABIO.
■ARCELA. Que soy vaina desta espada, Por Dios,
¿Has leído mi papel? Nema de aqueste papel, Que pienso que me engañáis.
Caja de aqueste sombrero, MARCELA.
TEODORO. Fieltro desle caminante, Confieso, Fabio. que oí
Sin leerle le he rasgado; Mudanza deste danzante, Las locuras de Teodoro ;
Que estoy tan escarmentado. Dia deste vario hebrero, Mas yo sé que á un hombre adoro.
Que rasgué mi amor con él. Sombra deste cuerpo vano, Harto parecido á ti.
■ARCELA. Posta de aquesta estafeta, FABIO.
¿Son los pedazos aquestos? Rastro de aquesta cometa, ¿A mí?
TEODORO. Tempestad deste verano ; MARCELA.
Sí, Marcela. Y finalmente, yo soy Pues ¿no te pareces
■ARCELA. La uña de aqueste dedo. A ti?
Y ya ¿mi amor Que en cortándome, no puedo FABIO.
Has rasgado? Decir que con él estoy. {Vate.)
Pues ¡á mí, Marcela!
TEODORO. ■ARCELA.
¿ No es mejor Si te hablo con cautela,
Que vernos por puntos puestos Fabio ; si no me enloqueces,
EL PERRO DEL HORTELANO. 3S1
Si tn talle no irte agrada. ANARDA. Que en no queriendo amar aborreciete!
Si no sov tuya, mi Fallió, Los dos que de aqui se van Oh quién pudiera hacer, oh quién hicie-
Máteme'e! mayor agravio, Ciegos de tu amor están; [ra
Que es el querer despreciada. Tú en desdeñarlos, excedes Que en no queriendo amar aborreciera'.
FABIO. La condición de Anajarte, ANARDA.
Es engaño conocido, La castidad de Lucrecia; ¿ Qué te dice la canción?
O tú te quieres morir, Y quien á tantos desprecia... ¿ Ño ves que te contradice?
Pues quieres restituir DIANA. DIANA.
El alma que me has debido. Ya me canso de escucharte. Bien entiendo lo que dice;
Si es burla ó es invención , ANARDA. Mas yo sé mi condición,
¿A qué camina tu intento? ! ¿Con quién se piensa casar? Y sé que estará en mi mano,
DOROTEA. ¡ ¿No puede el marqués Ricardo, Como amar, aborrecer.
Fabio, ten atrevimiento ! Por generoso y gallardo, ANARDA.
Y aprovecha la ocasión; I Si no exceder, igualar Quien tiene tanto poder
Que hoy le ha de querer Marcela I Al mas poderoso y rico? Pasa del límite humano.
Por fuerza. Y la mas noble mujer
FABIO. ¿También no lo puede ser ESCENA XIII.
Por voluntad De tu primo Federico?
Fuera amor, fuera verdad. ¿Por qué los has despedido TEODORO.—Dichas.
DOROTEA. Con tan extraño desprecio?
TEODORO.
Teodoro mas alto vuela ; DIANA.
Fabio me ha dicho, Señora,
De Marcela se descarta. Porque uno es loco, otro necio, Que le mandaste buscarme.
FABIO. Y tú, en no haberme entendido,
Mas, Anarda, que los dos. diana.
Marcela, á buscarle voy. Horas hi que te deseo.
Bueuo en sus desdenes soy. No los quiero, porque quiero,
Si amor te convierte en carta, Y quiero porque no espero TEODOnO.
Fabio, aqueste provecho : parle presto, Puedo levantar los mios. Si le quieres con venganza,
Y pídelas por mi. Esto pasó, y el remedio ¿Qué mayor, Marcela mía?
Es sepultar en olvido Pero mira que el amor
FABIO. El suceso y el amor. Es hijo de la nobleza :
Si debo amarte, No muestres Unto ligor;
TRISTAN.
Muestra la obligación en que me has Que es la venganza bajeza
¡Qué arrepentido y contrito
[puesto. Indigna del vencedor.
Voy como un rayo, y volveré á buscarte, Has de volver á Marcela ! Venciste: yo vuelvo á tí,
Satisfecho de ti, contento deslo. TEODORO.
Marcela ; que no salí
Yalábeseel Marqués; quehasidoempre- Presto seremos amigos. Con aquel mi pensamiento.
De gran valor rendirse la Condesa, [sa Perdona el atrevimiento.
(Vate.) ESCENA XVII. Si ha quedado amor en Ó.
ESCENA XVI. No porque no puede ser
MARCELA , sin reparar en— TEODO Proseguir las esperanzas
TRISTAN.— TEODORO. RO y TRISTAN. Con que te pude ofender ,
Mas porque en estas mudanzas
tristan! márcela. (Para tí.) rne¡ Memorias me hacen volver.
Turbado á buscarte vengo. ¡Qué mal que fintea mor quien nole ti e- Sean pues estas memorias
¿Es verdad lo que me han dicho? Quémalpuedeolvidarseamordeunaño, Parte á despertar la tuya,
TEODORO.
Pues mieutras masel pensamiento enga- Pues confieso tus Vitorias.
¡Ay, Tristan ! verdad será, Mas atrevido á la memoria viene! [ño, MARCELA.
Si son desengaños mios. Pero si es fuerza y el honor conviene, No quiera Dios que destruya
Remedio suele ser del desengaño Los principios de tus glorías.
TRISTAN. Curar el propio amor amor extraño;
Ya, Teodoro, en las dos sillas Sirve , bien haces, porfía,
Quenoes poco remedio el que entretiene. No te rindas ; que dirá
Los dos batanes he visto Mas ¡ay! que imaginar que puede Tu dueño que es cobardía.
Que molieron á Diana ; [amarse Sigue tu dicha ; que ya
Pero que hubiese elegido, En medio de otro amor, es atreverse Voy prosiguiendo la ñiia.
Hasta agora no lo sé. A dar mayor venganza por vengarse. No es agravio amar á Faino,
EL PERRO DEL HORTELANO. 335
Pues me dejaste, Teodoro , TRISTAN. Que tus agravios me den
Sino el remedio mas sabio ; Por mf quiero que le dés La muerte.
Que aunque ei dueño no mejoro, La mano esta vez, Señora. TEODORO.
Basta vengar el agravio. TEODORO. Hoy de nuevo fundo,
Y quédate á Dios ; que ya ¿Cuándo he dicho yo á Marcela Marcela, mi amor también ;
Me cansa el hablar contigo; Que he tenido á nadie amor? Y si te olvidare, digo
No venga Fabio, que esta Y ella me ha dicho... Que me dé el cielo en castigo
Medio casado conmigo. El verte en brazos de Fabio.
TEODORO. TRISTAN.
Es cautela MARCELA.
Tenia, Tristan; que se va. Para vengar tu rigor. ¿Quieres deshacer mi agravio?
TRISTAN. MARCELA. TEODORO.
Señora, Señora, advierte No es cautela ; que es verdad. ¿Qué no haré por tí y contigo?
Que no es volver á quererte
Dejar de haberte querido. TRISTAN. MARCELA.
Disculpa el buscarte ha sido, Calla, boba.—Ea llegad. Di que todas las mujeres
Si ha sido culpa ofenderle. ¡ Qué necios estáis los dos ! Son feas.
Oyeme, Marcela, á mi. TEODORO. TEODORO.
MARCELA. Yo rogaba ; mas por Dios, Contigo, es claro.
¿Qué quieres, Tristan ? Que no he de hacer amistad. Mira qué otra cosa quieres.
TRISTAN. MARCELA. MARCELA.
Espera. Pues á mí me pase un rayo. En ciertos celos reparo ,
TRISTAN. Ya que tan mi amigo eres ;
ESCENA XVIII. No jures. Que no importa que esté aquí
márcela. (Ap. á Tristan.) Tristan.
DIANA, ANARDA. — TEODORO, MAR Aunque le muestro TRISTAN.
CELA, y TRISTAN , sin verlas. Enojo, ya me desmayo. Bien podéis por mí,
Aunque de mi mismo sea.
DIANA. (Ap.) TRISTAN. MARCELA.
¡Teodoro y Marcela aquí! Pues tente firme. Di que la Condesa es fea.
ANARDA. (Ap. á la Condesa.) DIANA. (Ap.) TEODORO.
Parece que el ver le altera ¡ Qué diestro Y un demonio para mí.
Que estos dos se hablen ansi. Está el bellaco lacayo!
DIANA. ■ARCELA. MARCELA.
Déjame , Tristan ; que tengo ¿No es necia?
Toma, Anarda, esa antepuerta, TEODORO.
Y cubrámonos las dos. Qué hacer. Por todo extremo.
(Ap. Amor con celos despierta.) TEODORO.
(Ocúltanse Diana y Anarda.) Déjala, Tristan. MARCELA.
MARCELA. TRISTAN. ¿No es bachillera?
Déjame, Tristan, por Dios. Por mí, vaya. TEODORO.
anarda. (Ap. á Diana.) TEODORO. Es cuitada.
Tristan á los dos concierta, Tenia. diana. (Ap. á Anarda.)
Que deben de estar reñidos. MARCELA. Quiero estorbarlos ; que temo
DIANA. Vengo , ?ue no reparen en nada,
El alcahuete lacayo Mi amor. aunque me hielo, me quemo.
Me ha quitado los sentidos. TRISTAN. ANARDA.
TRISTAN. ¿Cómo no se van ¡ Ay, Señora ! no hagas tal.
Ya ? Que a ninguno detengo. TRISTAN.
No pasó mas presto el rayo, MARCELA.
Que por sus ojos y oidos Cuando queráis decir mal
Pasó la necia belleza ¡Ay, mi bien ! no puedo irme. De la Condesa y su talle,
Desa mujer que le adora. TEODORO. A mí me oid.
Ya desprecia su riqueza; Ni yo, porque no es tan firme * DIANA.
Que mas riqueza atesora Ninguna roca en la mar. ¿Escuchalle
Tu gallarda gentileza. MARCELA. Podré desvergüenza igual?
Haz cuenta que fué cometa Los brazos te quiero dar. TRISTAN.
Aquel amor. Vén acá, Lo primero...
Teodoro. TEODORO.
DIANA. (Ap.) Y yo á los tuyos asirme. DIANA. (Ap.)
¡ Brava estafeta TRISTAN. Yo no aguardo
Es el lacayo ! Si yo no era menester, A lo segundo ; que fuera
TEODORO. ¿ Por qué me hicistes cansar? Necedad.
Si ya anarda. (Ap. á la Condesa.) MARCELA.
Marcela, á Fabio sujeta, ¿Desto gustas? Voyme, Teodoro.
Dice que le tiene amor, DIANA. (Adelántanse Diana y Anarda; Mar
¿Por qué me llamas, Tristan? Vengo á ver cela hace una reverencia á la Con
TRISTAN. Lo poco que hay que íiar desa, y se va.)
¡ Otro enojado ! De un hombre y una mujer. tristan. (Ap.)
TEODORO. TEODORO. ¡La Condesa!
Mejor ¡ Ay ! ¡ qué me has dicho de afrentas ! TEODORO. (Ap.)
Los dos casarse podrán. TRISTAN. ¡La Condesa!
TRISTAN. Yo he salido ya, con veros DIANA.
ÍTú también? ¡Bravo rigor! Juntar las almas contentas ; Teodoro...
-:i acaba, llega pues, Que es desgracia de terceros TEODORO.
Dame esa mano, y después No se concertar las ventas. Señora, advierte...
Que se hagan las amistades. MARCELA. TRISTAN. (Ap.)
TEODORO. Si te trocare, mi bien, El cielo á tronar comienza :
Necio, ¿ tú me persuades? Por Fabio ni por el mundo, No pienso aguardar los rayos. ( Vase.)
L-i. 23
351 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA XIX Pues yo sé que le murmuran MARCELA.
De mí casa hasta las piedras. Ya voy.
DIANA , TEODORO, ANARDA. TEODORO. FADIO'.
El papel, Teodoro, cierra. Por tal merced le besaré las manos. ¿Pareceos bien aquesto, majadero?
FADIO. FABIO.
anarda. {Ap. i Diana.)
¿Qué es esto que haces, Señora? Dile presto, Marcela, á mi señora ¿Por qué me culpa á mí vuseñoría?
Que está el Marqués aquí. DIANA.
DIANA.
MARCELA. (Ap.) Llamad luego á Teodoro. (Ap. ¡Qué lice-
Necedades de amor llenas.
Celos tiranos, Este cansado pretensor venia , fío
ANARDA. Cuando me matan celos de Teodoro ! )
Celos crueles, ¿qué queréis agora ,
Pues ¿ á quién tienes amor? Tras tantos locos pensamientos vanos? fabio. (Ap.)
DUNA. FARIO. Perdí el caballo y mil escudos de oro.
¿Aun ne le conoces, bestia? ¿No vas? (V««)
EL PERRO DEL HORTELANO.
ESCENA XXV. Un átomo desta raya. DIANA.
Enfrena cualquier deseo; No quiero
DIANA. Que de una mujer, Teodoro, Mas de hablaros en las mías.
Tan principal, y mas siendo FEDERICO.
¿Queme quieres, amor? Y:i ¿no tenia Tus méritos tan humildes.
Olvidado á Teodoro? ¿Qué me quieres? Basta un favor muy pequeño Quisiera venir á tiempo ,
Pero responderás que tú no eres. Que os hallara con mas gusto.
Para que toda la vida
Sino tu sombra, que detrás venia, [fía? Vivas honrado y contento. DIANA.
¡Oh celos! ¿que no hará vuestra por- TEODORO.
Gusto, Federico, tengo ;
Malos letrados sois con las mujeres , Que aquestas son niñerías.
Pues jamás os pidieron pareceres Cierto que vuscñoria Entrad y sabréis mi intento
Que pudiese el honor guardarse un dia. (Perdóneme si me atrevo) En lo que toca al Marqués. (Vate.)
Yo quiero á un hombre bien; mas se me Tiene en el juicio á veces,
[acuerda Que no en el entendimiento , ESCENA XXIX
Queyosoymary que es humilde barco, Mil lúcidos intervalos.
Yqueescontra razón queel marsepier- ¿Para qué puede ser bueno FEDERICO, FABIO, TEODORO.
[da. Haberme dado esperanzas
En gran peligro, amor, el alma emhar- Que en tal estado me han puesto , FEDERICO.
Mas si tanto el honor tira la cuerda, [co; Pues del peso de mis dichas Fabio... (Ap.áil.)
Por Dios, que temo que se rompa el arco. Caí , como sabe , enfermo FABIO.
Casi un mes en una cama. Señor...
ESCENA XXVI. Luego ¿qué trata mas desto FEDERICO.
Si cuando ve que me enfrio Yo sospecho
TEODORO, FABIO. — DIANA. Se abrasa de vivo fuego, Que en estos disgustos hay
Y cuando ve que me abraso Algunos gustos secretos.
fabio. (Ap. i Teodoro.) Se hiela de puro hielo?
FABIO.
Pensó matarme el Marqués; Dejárame con Marcela.
Pero, la verdad diciendo, Mas viénele bien el cuento No sé, por Dios. Admirado
Mas sentí los mil escudos. Del perro del hortelano. De ver, señor Conde, quedo
No quiere , abrasada en celos , Tratar tan mal á Teodoro;
TEODORO. Cosa que jamás ha hecho
Que me case con Marcela ;
Yo quiero darte un consejo. Y en viendo que no la quiero , La Condesa mi señora.
FABIO. Vuelve á quitarme el juicio, FEDERICO.
¿Cómo? Y á despertarme si duermo. Bañóle de sangre el lienzo.
TEODORO. Pues coma ó deje comer ; (Vanse Federico y Fabio.)
El conde Federico Porque yo no me sustento
Estaba perdiendo el seso De esperanzas tan cansadas;
Porque el Marqués se casaba. Que si no, desde aquí vuelvo ESCENA XXX.
Parte, y di que el casamiento A querer t!onde me quieren. TEODORO.
Se ha deshecho, y te dará DIANA. [quieres,
Esos mil escudos luego. Eso no, Teodoro : advierto Si aquesto no es amor, ¿que nombre
FABIO. Que Marcela no ha de ser. Amor, que tengan desatinos tales?
Voy como un rayo. En otro cualquier sugeto Si así quieren mujeres principales,
TEODORO. Pon los ojos ; que en Marcela Furias las llamo yo; que no mujeres.
Camina. No hay remedio. Si la grandeza excusa los placeres
TEODORO. Que iguales pueden ser en desiguales,
(Yate Fabio.) ¿Por qué, enemiga, de crueldad te vales,
¿No hay remedio?
ESCENA XXVII. Pues ¿quiere vusiñoría Y por matar á quien adoras, mueres?
Que, si me quiere y la quiero, ¡ Oh mano poderosa de matarme!
DIANA, TEODORO. Ande á probar voluntades? ¡ Quién te besara entonces, manohermo-
¿Tengo yo de tener puesto , Agradecidoal dulce castigarme! [sa,
TEODORO. Adonde no tengo gusto , No te esperaba yo tan rigurosa ;
¿Llamábasme? Mi gusto por el ajeno ? Pero si me castigas por tocarme ,
DIANA. Yo adoro á Marcela , y ella Tú sola hallaste gusto en ser celosa.
Bien ha hecho Me adora, y es muy honesto
Ese necio en irse agora. Este amor. ESCENA XXXI.
TEODORO. DIANA.
¡ Picaro, infame ! TRISTAN.- TEODORO.
Un hora he estado leyendo
Tu papel , y bien mirado , Haré yo que os maten luego. TRISTAN.
Señora , tu pensamiento, TEODORO.
Siempre tengo de venir
Hallo que mi cobardía ¿Qué hace vuseñoría ? Acabados los sucesos.
Procede de tu respeto ; DIANA. Parezco espada cobarde.
Pero que ya soy culpado Daros, por sucio y grosero, TEODORO.
En tenerle , como necio , Estos bofetones.
A tus muchas diligencias ; ¡Ay.Tristan!
TRISTAN.
Y así, á decir me resuelvo ESCENA XXVIII.
Que te quiero, y que es disculpa Señor, ¿qué es esto?
Que con respeto te quiero. FEDERICO, FABIO. —Dichos. ¡Sangre en el lienzo!
Temblando estoy, no le espantes. TEODORO.
DIANA.
fabio. (Ap. á Federico.) Con sangre
Teodoro, yo te lo creo. Tente. Quiere amor que de los celos
¿Por qué no me has de querer, FEDERICO. Entre la letra.
Si soy tu señora y tengo Bien dices, Fabio ; no entremos. TRISTAN.
Tu voluntad obligada , Pero mejor es llegar.— Por Dios ,
Pues te estimo y favorezco Señora mía, ¿que es esto? Que han sido celos muy necios.
Mas que á los otros criados ? diana. TEODORO.
TEODORO. No es nada : enojos que pasan No te espantes ; que está loca
Ese lenguaje no entiendo. Entre criados y dueños. De un amoroso deseo ,
DIANA. FEDERICO. Y como el ejecutarle
No hay mas que entender, Teodoro , ¿Quiere vuestra señoría Tiene su amor por desprecio,
Mi pasar el pensamiento Alguna cosa? Quiere deshacer mi rostro ,
356 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Porque es mi rostro el espejo Que te siento y no te entiendo, RICARDO.
Adonde mira su honor, Pues no entiendo tus palabras , ¿Y que le dio bofetones?
Y véngase en verle feo. Y tus bofetones siento. FEDERICO.
TRISTAN. Si no te quiero te enfadas,
Señor, que Juana ó Lucía Y enojaste si te quiero; El servir tiene ocasiones ,
Cierren conmigo por celos , Escríbesme si me olvido, Mas no lo son para mí ;
Y me rompan con las uñas Y si me acuerdo te ofendo ; Que al poner una mujer
£1 cuello que ellas me dieron; Pretendes que yo te entienda, De aquellas prendas la mano
Que me repelen y arañen Y si te entiendo soy necio. Al rostro de un hombre, es llano
Sobre averiguar por cierto Mátame ó dame la vida ; Que otra ocasión puede haber.
Que les bice un peso falso , Da un medio á tantos extremos. Y bien veis que lo acredita
Vaya : es gente de pandero, DIANA.
El andar tan mejorado.
Demedia de cordellate ¿Hícete sangre? RICARDO.
Y de zapato frailesco ; TEODORO. Ella es mujer y él criado.
Pero que tan gran señora Pues ¿ no? FEDERICO.
Se pierda tanto el respeto Su perdición solicita.
DIANA.
A si misma, es vil acción. La fábula que pintó
¿Adonde tienes el lienzo?
TEODORO. El filósofo moral
No sé, Tristan: pierdo el seso TEODORO.
De las dos ollas, ¡qué igual
De ver que me esta adorando, Aquí. Hoy á los dos la vistió !
Y que me aborrece luego. DIANA.
Muestra. Era de barro launa,
No quiere que sea suyo La otra de cobre ó hierro ,
Ni de Marcela; y si dejo TEODORO. Que un rio á los pies de un cerro
De mirarla, luego busca ¿Para qué? Llevó con varia fortuna.
Para hablarme algún enredo. DIANA. Desvióse la de barro
No dudes : naturalmente Para que esta sangre quiero. De la de cobre, temiendo
Es del hortelano el perro. Habla á Otavio, á quien agora Que la quebrase : y yo entiendo
Ni come ni comer deja , Mandé que te diese luego Pensamiento tan bizarro
Ni está fuera ni está dentro. Dos mil escudos, Teodoro. Del hombre y de la mujer,
TRISTAN. TEODORO. Hierro y barro, y no me espanto,
Contáronme que un doctor, ¿Para qué? Pues acercándose tanto,
Catedrático y maestro, DIANA. Por fuerza se han de romper.
Tenia un ama y un mozo Para hacer lienzos. (Vate.) RICARDO.
Que siempre andaban riñendo. La altivez y bizarría
Reñían á la comida, ESCENA XXXIII. De Diana me admiró ,
A la cena , y hasta el sueño Y bien puede ser que yo
Le quitaban con sus voces; TEODORO , TRISTAN. Viese y no viese aquel dia ;
Que estudiar, no habia remedio. Mas ver caballos y pajes
Estando en lición un dia, TEODORO. En Teodoro, y tantas galas ,
Fuéle forzoso corriendo ; Hay disparales iguales! ¿Qué son sino nuevas alas?
Volver á casa , y entrando TRISTAN. Pues criados, oro y trajes
De improviso en su aposento, No los tuviera Teodoro
Vio el ama y mozo acostados ¿Qué encantamentos son estos?
Sin ocasión tan notable.
Con amorosos requiebros, TEODORO.
FEDERICO.
Y dijo : i ¡ Gracias á Dios, Dos mil escudos me ha dado.
?ue una vez en paz os veo! » TRISTAN.
Antes que desto se hable
esto imagino de entrambos, Bien puedes tomar al precio En Ñapóles, y el decoro
Aunque siempre andáis riñendo. Otros cuatro bofetones. De vuestra sangre se ofenda ,
Sea ó no sea verdad,
ESCENA XXXII. TEODORO. Ha de morir.
Dice que son para lienzos , RICARDO.
DIANA.— Dichos. Y llevó el mió con sangre. Y es piedad
TRISTAN. Matarle, aunque ella lo entienda.
DIANA.
Teodoro... Pagó la sangre, y te ha hecho FEDERICO.
Doncella por las narices. ¿Podrá ser?
TEODORO.
TEODORO.
Señora... RICARDO.
TRISTAN. (Ap.)
No anda mal agora el perro, Bien puede ser;
Pues después que muerde, halaga. Que hay en Ñapóles quien vive
¿Es duende
Esta mujer? TRISTAN. De eso,"y en oro recibe
DIANA.
Todos aquestos extremos Lo que en sangre ha de volver.
Solo vengo Han de parar en el ama No hay mas de buscar un bravo,
A saber cómo te hallas. Del doctor. Y que le despache luego.
TEODORO. " FEDERICO.
TEODORO.
Ya ¿no lo ves? ¡Quiéralo el cielo! Por la brevedad os ruego.
DIANA. RICARDO.
¿Estás bueno? Hoy tendrá su justo pago
TEODORO.
ACTO TERCERO. Semejante atrevimiento.
Bueno estoy. Federico. ( Viendo venir d TrUtan
DIANA. y otros tres.)
¿Y no dirás : Calle. ¿Son bravos estos?
«A tu servicio?»
ESCENA PRIMERA. RICARDO.
TEODORO.
No puedo Sin duda.
Estar mucho en tu servicio , FEDERICO, RICARDO; CELIO, dis FEDERICO.
Siendo tal el tratamiento. tante de ellos. El cielo ofendido ayuda
DIANA. Vuestro justo pensamiento.
¡ Que poco sabes ! ¿Esto vistes?
TEODORO. FEDERICO.
Tan poco, Esto vi.
EL PERRO DEL HORTELANO. 337
ESCENA II. FEDERICO. FEDERICO.
¿No respondéis? El bellacon, ¡qué bravo talle tiene!
TRISTAN , vestido de nuevo ; FURIO, TRISTAN. (Vanse Federico, Ricardo y Celio.)
ANTONELO, L1RANO.— Dichos. Estaba imaginando TRISTAN.
FDRIO.
Si vuestra señoria está burlando Avisar á Teodoro me couviene.
Pagar tenéis el vino en alboroque De nuestro modo de vivir ; pues vive Perdone el vino greco y los amigos.
Del famoso vestido que os han dado. El que reparte fuerzas á los hombres, A casa voy; que está de aqui muy lejos.
Que no hay en toda Ñapóles espada Mas este me parece que es Teodoro.
ANTONELO. [to. Que no tiemble de solo el nombre mió.
Esobiensabe el buenTristanqueesjus- ¿NoconoceisáHéctor?Puesno hayHéc- ESCENA IV.
TRISTAN. Adonde está mi furibundo brazo ; [tor
Digo, señores, que de hacerlo gusto. Que si él lo fué de Troya, yo de Italia. TEODORO.—TRISTAN.
LÍBANO. FEDERICO. [m0S.
TRISTAN.
Bravo salió el vestido. Este es. Marqués. «I hombre que busca-
TRISTAN. Por vida de los dos , que no burlamos ; Señor, ¿adonde vas?
Sino que si tenéis conforme al nombre TEODORO.
Todo aquesto El ánimo, y queréis matar un hombre, Lo mismo ignoro;
Es cosa de chacota y zarandajas, Que os demos el dinero que quisiéredes. Porque de suerte estoy, Tristan amigo,
Respeto del lugar que tendré presto. Que no sé dónde voy ni quién me lleva.
Si no muda los bolos la fortuna , TRISTAN.
Solo y sin alma, el pensamiento sigo,
Secretario he de ser del secretario. Con docientos escudos me contento, Que al sol me dice que la vista atreva.
URANO. Y sea el diablo. ¿Ves cuánto ayer Diana habló conmigo?
Mucha merced le hace la Condesa RICARDO. Pues boy de aquel amor se haliótannue-
A vuestro amo, Tristan. Yo os daré trecientos, Que apenas jurarás que meconoce, [va,
TRISTAN. Y despachalde aquesta noche. Porque Marcela de mi mal se goce.
Es su privanza, TRISTAN. TRISTAN.
Es su mano derecha, y es la puerta El nombre Vuelve háciacasa ; queá los dos importa
Por donde se entra á su favor. Dejemos Del hombre espero y parte del dinero. Que nonos vean juntos.
Favores y fortunas, y bebamos. RICARDO. TEODORO.
FORIO. ¿Conocéis á Diana, la condesa ¿De qué suerte?
En este tabernáculo sospecho DeBelflor? TRISTAN.
Que hay lágrima famosa y malvasia. TRISTAN. Por el camino te diré quien corta
TRISTAN. Y en su casa tengo amigos. Los pasos dirigidos á tu muerte.
Probemos vino greco ; que deseo RICARDO. TEODORO.
Hablar en griego, y con beberlo basta. ¿Mataréis un criado de su casa? ¡ Mi muerte ! Pues ¿por qué?
Ricardo. (Ap. á Federico.) TRISTAN. TRISTAN.
Aquel moreno , del color quebrado , Mataré los criados y criadas La voz reporta,
Me parece el mas bravo, pues que todos Y los mismos frisones de su coche. Y la ocasión de tu remedio advierte.
Le estiman, hablan y hacen cortesía.— RICARDO.
Ricardo y Federico me han hablado,
Celio... Pues á Teodoro habéis de darla muerte. Y que te dé la muerte concertado.
CELIO. TEODORO.
TRISTAN.
Señor. ¿Ellos á mí?
RICARDO. Eso ha de ser, señores , de otra suerte, TRISTAN.
De aquellos gentilhombre? Porque Teodoro, como yo he sabido, Por ciertos bofetones
Llama al descolorido. No sale ya de noche, temeroso El amor de tu dueño conjeturan ,
Por ventura de haberos ofendido. Y pensando que soy de los leones
celio. (A Tristón.) Que le sirva estos días me han pedido :
¡Ah, caballero'! Que á tales homicidios se aventuran,
Dejádmele servir, y yo os ofrezco Tu vidame han trocado á cien doblones,
Antes que se entre en esa santa ermita, De darle alguna noche dos mojadas,
El Marqués, mi señor, hablarle quiere. Con que el pobreto in pace requiescat, Y con cincuenta escudos me aseguran.
tristan. (A sus amigos.) Y yo quede seguro y sin sospecha. Yo dije que un amigo me pedia
Que te sirviese, y que hoy te serviría,
Cantaradas, allí me llama un principe: ¿Es algo lo que digo? Donde mas fácilmente te matase,
No puedo rehusar el ver qué manda. FEDERICO. A efeto de guardarte desta suerte.
Entren, y tomen siete ú ocho azumbres, No pudiera TEODORO.
Y aperciban dos dedos de formache,
En tanto que me informo de su gusto. Hallarse en toda Ñapóles un hombre
Que tan seguramente le matara.
¡Pluguiera á Dios que alguno me quitase
La vida, y me sacase desta muerte !
ANTONELO. Servilde pues, y asi al descuido un dia TRISTAN.
Pues despachad aprisa. Pegalde, y acudid á nuestra casa. ¿Tan loco estás?
TRISTAN. TRISTAN. TEODORO.
Iré volando. Yo he menester agora cien escudos. ¿No quieres que me abrase
{Vanse Fuño, Anlonelo y Lirano.) RICARDO. Por tan dulce ocasión ? Tristan, advierte
ESCENA IU. Cincuenta tengo en esta,boIsa; luego Que si Diana algún camino hallara
Que yo os vea en su casa de Diana , De disculpa, conmigo se casara.
RICARDO, FEDERICO, TRISTAN, Os ofrezco los ciento, y muchos cientos. Teme su honor, y cuando mas se abrasa,
CELIO. TRISTAN.
Se hiela y me desprecia.
TRISTAN.
Eso de muchos cientos no me agrada.
TRISTAN. Vayan vusiñorías en buen hora; [ros, Si te diese
¿Qué es lo que manda vuestra señoría? Queme aguarda Mastranzo, Roinpe-mu- Remedio, ¿qué dirás?
RICARDO. Manodehierro.Arfuz y Espanta-diablos; TEODORO.
El veros entre tanta valentía Y no quiero que acaso piensen algo. Que á tí se pasa
Nos ha obligado al conde Federico' RICARDO. De Mises el espíritu.
Y á mí, para saber si seréis hombre Decís muy bien: adiós. TRISTAN.
Para matar un hombre. FEDERICO. Si fuese
TRISTAN. (Ap.)
¡ Qué gran ventura! Tan ingenioso, que á tu misma casa
Un generoso padre te trajese,
¡Yiveel cielo,
Que son los pretendientes de mi ama, RICARDO. Con que fueses igual á la Condesa,
Y que hay algún enredo! Fingirquiero. A Teodoro conlalde por difunto. ¿No saldrías, Señor, con esta empresa?
338 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
TEODORO. Con esta ocasión, te pido I Allá me llevas á mí.
Eso es sin duda. Licencia para irme á España. TEODORO.
DIANA. Quede vuestra señoría
TRISTAN.
El conde Ludovico, Será generosa hazaña Con Dios. (Tase.)
Caballero ya viejo, habrá veinte años De un hombre tan entendido;
Oue enviaba á Malta un hijo de tu noro- Que con eso quitarás ESCENA VIII.
K [bre, La ocasión de tus enojos,
Que era sobrino de su gran maestre. Y aunque des agua á mis ojos, DIANA.
Cautiváronle moros de Biserta , Honra á mi casa darás.
Que desde aquel bofetón ¡Maldita ella sea,
Y nunca supo del, muerto ni vivo. Pues me quita que yo sea
Este ha de ser tu padre, y tú su hijo, Federico me ha tratado
Como celoso, y me ha dado De quien el alma quería!
Y yo lo he de trazar. Para dejarte ocasión. ¡ Buena quedo ya sin quien
TEonono. Vete á España ; que yo haré Era luz de aquestos ojos !
Tristan, advierte Que te den seis mil escudos. Pero sientan sus enojos :
Que puedes levantar alguna cosa TEODORO.
Quien mira mal, llore bien.
Que nos cueste á los dos la honra y vida. Ojos, pues os habéis puesto
Haré tus contrarios mudos En cosa tan desigual,
(Vanse.) Con mi ausencia. Dame el pié. Pagad el mirar tan mal ;
DIANA. Que no soy la culpa desto.
Sala del palacio do la Condesa. Anda, Teodoro. No mas. Mas no lloren ; que también
Déjame ; que soy mujer. Tiempla el mal llorar los ojos ;
ESCENA V. TEODORO. {Ap.) Pero sientan sus enojos :
TT. ODORO , TRISTAN. Llora; mas ¿qué puedo hacer? Quien mira mal, llore bien.
Aunque tendrán ya pensada
DIANA.
TRISTAN. La disculpa para 'todo;
A casa hemos llegado. A Dios te queda; En On, Teodoro, ¿te vas? ?ue el sol los pone en el lodo,
Que tú serás marido de Diana TEODORO. no se le pega nada.
Antes que den las doce de mañana. Si, Señora. Luego bien es que no den
(Vase.) DIANA. En llorar. Cesad, mis ojos.
ESCENA VI. Espera... Vele... Pero sientan sus enojos :
Oye. Quien mira mal llore bien.
TEODORO. TEODORO.
Aquí á vuestra señoría De mi padre en cierta ausencia, ¿Eso dudas? Parte, vuela,
360 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Y añade vida en sus brazos Mas lugar en el peligro ESCENA XVI.
A los años de tus penas. De dejar en una puerta,
LUDOVICO. Con el armenio turbante, CELIO.— FEDERICO, RICARDO.
Amigo, si quieres ir Las hopalandas greguescas.
CELIO.
Conmigo, será mas cierta
Mi dicha; si descansar, ESCENA XV. ¿ Hay caso mas extraño y fabuloso?
Aquí aguardando le queda; FEDERICO.
Y dente por tanto bien RICARDO, FEDERICO.— TRISTAN. ¿Qué es esto, Celio? ¿Dóndevas? Deten-
Toda mi casa y hacienda ; celio. Pe.
FEDERICO.
Que no puedo detenerme. Un suceso notable y riguroso
TRISTAX.
Digo que es este el matador valiente
Que á Teodoro ha de dar muerte segura. Para los dos. ¿ No veis aquella gente
Yo dejé, puesto que cerca, Qne entra en casa del conde Ludovieo?
Ciertos diamantes que traigo, RICARDO. [te
RICARDO.
Y volveré cuando vuelvas. ¡Ah hidalgo! ¿ansí se cumpleentre la geu- ¿Es muerto?
Vamos de aqui, Mercapónios. [cura, CELIO.
FUBIO. Que honor profesa y que opinión pro- Que me escuches te suplico.
Vamos, Señor. Lo que se prometió tan fácilmente?
A darle van el parabién contentos
TRISTAN. TRISTAN. Dehaber hallado un hijoque ha perdido.
Bien se entrecas Señor...
FEDERICO.
Ricardo. [lentos,
El engañito. Pues ¿qué puede ofender nuestros in-
FDRIO. ¿ Somos nosotros por ventura
De los iguales vuestros? Que le naya esa ventura sucedido?
Muy bónis. CELIO.
TRISTAX. TRISTAN.
Sin oírme, ¿No importa álossecretos pensamientos
Andemis. Que con Diana habéis los dos tenido,
{Yante Tristan y Furto.) No es justo que mi culpa se confirme.
Yo estoy sirviendo al misero Teodoro, Quesea aquel Teodoro, su criado,
CAMILO. Hijo del Conde?
Que ha de morir por esta mano airada;
¡Extraña lengua I Pero puede ofender vuestro decoro FEDERICO.
LODOVICO. Públicamente ensangrentar mi espada. El alma me has turbado.
Vente, Camilo, tras mí. Es la prudencia un celestial tesoro, RICARDO.
(Yante.) Y fué de los antiguos celebrada ¿Hijo del Conde? Pues ¿de qué manera
Por única virtud : eslén muy ciertos Se ha venido á saber?
Que le pueden contar entre los muertos. CELIO.
Calle. Kstáse melancólico de dia, Es larga historia,
Y de noche cerrado en su aposento; Y cuéntanla tan varia, que no hubiera
ESCENA XIII. Que alguna cuidadosa fantasía Para tomarla ni tiempo ni memoria.
Le debe de ocupar el pensamiento.
TRISTAN , en el portal de una cata, Déjenme á mi; que una mojada fría FEDERICO.
cuya puerta está cerrada; F LIRIO, Pondrá silencio á su vital aliento; ¡A quién mayor desdicha sucediera !
delante de la puerta. Y no se precipiten desa suerte ; RICARDO.
Queyosécuándole bededar la muerte. Trocóse en pena mi esperada gloría.
tristan. (Abriendo un poco la puerta.)
Federico. [acierta. FEDERICO.
¿Trasponen? Paréceme, Marqués , que el hombre Yo quiero ver lo que es.
PUMO.
Ya que le sirve, ha comenzado el caso. RICARDO.
El viejo vuela, No dudéis, matarále.
Sin aguardar coche ó gente. Yo, Conde, os sigo.
RICARDO. CELIO.
TRISTAN.
Cosa es cierta. Presto veréis que la verdad os digo.
i Cosa que esto verdad sea, Por muerto le contad.
Y que este fuese Teodoro? ( Yante.)
FEDERICO.
FURIO.
Hablemos paso.
¿Mas si en mentira como esta TRISTAN. Sala del palacio de la Condesa.
Hubiese alguna verdad ? En tanto que esta muerte se concierta,
TRISTAN. Vusiñorias ¡ no tendrán acaso ESCENA XVII.
Estas almalafas lleva; Cincuenta escudos?Quecomprarquerría TEODORO , de camino; MARCELA.
Que me importa desnudarme, Un rocín, que volase el mismo día.
Porque ninguno me vea RICARDO. MARCELA.
De los que aqui me conocen. Aqui los tengo yo. Tomad, seguro En fin, Teodoro, ¿te vas?
FURIO. De que, en saliendocon aquesta empre- TEODORO.
Desnuda presto. Lo menos es pagaros. [sa, Tú eres causa desta ausencia ;
TRISTAN. ' TRISTAN. Que en desigual competencia
¡Que pueda Yo aventuro No resulta bien jamás.
Esto el amor de los hijos! La vida, que servir buenos profesa. MARCELA.
FURIO. Con esto, adiós; que no m e vean , procuro, Disculpas tan falsas das
¿Adonde te aguardo? Hablar desde el balcón de la Condesa Como tu engaño lo ha sido ;
TRISTAN. Con vuestras señorías. Porque haberme aborrecido
Espera, FEDERICO. Y haber amado á Diana
Sois discreto. Lleva tu esperanza vana
Furio, en la choza del olmo. Solo á procurar su olvido.
FURIO. TRISTAN.
TEODORO.
Adiós. (Yate.) Ya lo verán al tiempo del efeto. (Yate.) ¿Yo á Diana?
ESCENA XIV. FEDERICO. MARCELA.
Bravo es el hombre. Niegas larde,
TRISTAN. RICARDO. Teodoro, el loco deseo
Astuto y ingenioso. Con que perdido te veo
¡ Qué tesoro llega De atrevido y de cobarde :
Al ingenio! (Soledla calle.) Aqui debajo FEDERICO.
Cobarde en que ella se guarde
Traigo la capa revuelta , ¡Qué bien le ha de matar! El respeto que se debe;
Que como medio solana RICARDO. Y atrevido, pues se atreve
Me la puse, porque hubiera Notablemente. Tu bajeza á su valor;
EL PERRO DEL HORTELANO. 361
Pero mucho antes cayó, LUDOVICO.
Que entre el honor y el amor
Hay muchos montes de nieve. Y agora salir querría. Pues el cielo
Vengada quedo de ti, TEODORO. Me ha dado á conocer el hijo mió
Aunque quedo enamorada , Yo me voy, señora mia ; Después de mil fortunas que ha pasado.
Porque olvidaré vengada; Yo me voy, el alma no. DUNA.
Que el amor olvida ansí. Sin ella tengo de ir, Con justa causa, Conde, me habéis dado
Si te acordares de mí, No hago al serviros falta, Tan buena nueva.
Imagina que te olvido Porque hermosura tan alta LUDOVICO.
Porque me quieras ; que ha sido Con almas se ha de servir. Vos, señora mia,
Siempre error que suele hacer ¡Qué me mandáis? Porque yo Me habéis de dar, en cambio de la nueva,
Que vuelva un hombre á querer, Soy vuestro. El hijo mió, que sirviéndoos vive,
Pensar que es aborrecido. DIANA. Bien descuidado deque soy su padre.
TEODORO. ¡Qué triste dia! ¡Ay, si viviera su difunta madre!
¿Qué de quimeras tan locas, TEODORO. DIANA.
Para casarte con Fabio ! Yo me voy, señora mia ; ¿Vuestro hijo me sirve? ¿Es Fabio acaso?
MARCELA. Yo me voy, el alma no. LUDOVICO.
Tú me casas ; que al agravio DIANA. No Señora, no es Fabio; que es Teodoro.
De tu desden me provocas. ¿Lloras? DIANA.
TEODORO.
ESCENA XVIH. ¡Teodoro!
No; que me ha caído LUDOVICO.
FABIO.— Dichos. Algo, como á tí, en los ojos. Sí , Señora.
DIANA. TEODORO.
FABIO.
Deben de ser mis enojos. ¿Cómo es esto?
Siendo las horas tan pocas
TEODORO. DIANA.
Que aquí Teodoro ha de estar,
Bien haces, Marcela, en dar Eso debe de haber sido. Habla, Teodoro, si es tu padre el Conde.
Ese descanso á tus ojos. DIANA. LUDOVICO.
TEODORO. Mil niñerías te he dado, Luego ¿es aqueste?
Note den celos enojos Que en un baúl hallarás ; TEODORO.
Que han de pasar tanto mar. Perdona, no pude mas. Señor Conde, advierta
Si le abrieres, ten cuidado
FABIO.
De decir, como á despojos Vuseñoria...
En fin ¿te vas? De Vitoria tan tirana :
LUDOVICO.
TEODORO. No hay qué advertir, hijo,
« Aquestos puso Diana Hijo de mis entrañas , sino solo
¿No lo ves? Con lágrimas de sus ojos. »
FABIO. El morir en tus brazos.
anarda. (Ap. á Dorotea.)
Mi señora viene á verte. DUNA.
Perdidos los dos están. ¡Caso extraño!
ESCENA XIX. DOROTEA.
ANARDA.
¡ Qué mal se encubre el amor ! ¡Ay, Señora! ¿Teodoro es caballero
DIANA, DOROTEA.ANARDA.—Dichos. ANARDA. Tan principal y de tan alto estado?
DIANA.
Quedarse fuera mejor. TEODORO.
Manos y prendas se dan. Señor, yo estoy sin alma , de turbado.
¿Ya, Teodoro, desta suerte?
TEODORO.
DOROTEA. ¿Hijo soy vuestro?
Alas quisiera en los pies, Diana ha venido á ser LUDOVICO.
La escena es en Madrid.
MJSífí'
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Pero también advertid Trajo la ciencia estudiada. Porque ser leal á quien
Que sin prenda no la doy, PRUDENCIO. No la ha guardado en su vida ,
Porque es , á fe de quien soy , Hágase esta noche el agua, Es necedad conocida ,
Ajena. Teodora , por vida mia , Y no vengarse también.
PRUDENCIO.
Porque antes que salga el dia... Riselo sigue su gusto ;
¡Jesús! Decid Sigue el tuyo , y no seas loca.
BELISA.
Qué prenda queréis por ella. MARCELA.
i Qué bien mi engaño se fragua!
BELTRAN. No pienso mover la boca ,
PRUDENCIO.
Basta esa vuestra , Belisa. Aun para darle disgusto.
Salga esta niña hacia el Prado Del hombre la libertad
PRUDENCIO.
Con Leonor ; que bastará. No se sujeta á opinión ,
Quítatela , niña , aprisa.
TEODORA. Y en la mujer es blasón
BELISA.
¿Sola con Leonor irá? De su honra la lealtad.
¿Que hay tanta virtud en ella? Vaya con ella un criado , Por si misma la mujer
OTAVIO. Y yo iré también con ella. Está á ser buena obligada ,
¿ Es uña de la gran bestia , belisa. (Ap.) Porque ser casta forzada
Señor dotor? ¡Perdida soy! No se debe agradecer.
BELTRAN.
OTAVIO.
Cuando por vengarme ansí ,
No , Señor ; Si queréis Venganza en mi honor hiciese,
Que otra halláramos mayor, Que la acompañe , tendréis ¿Quién duda , si le perdiese ,
Sin dar buscarla molestia. Ün escudero. Que la tomaba de mí ?
Esta es de cierto animal PRUDENCIO.
Demás que no eres testigo,
Que á las mujeres adora , Florencio , tan abonado ,
Y esta es la causa que agora No es ella, ?ue crea yo que haya usado
Resulta en efeto igual. Otavio , tan gran señora , an mal término conmigo.
Que ese escudero merezca. Si tú de tu voluntad ,
LISAnDO. (Ap.) Vamos adonde os ofrezca
En esto anduvo discreto. Movido de un noble celo ,
Esta humilde casa agora, Me dijeras que Riselo
Bien mi sortija le dio , No el aposento que os debe,
Bien la suya le tomó. No me guardaba lealtad,
Pero el de su voluntad. Algún crédito te diera;
BELTRAN. OTAVIO. Mas si tú me solicitas ,
Mañana salga en efeto, Para darme calidad , Bien es razón que permitas
Después que tome hasta media Vuestra misma sangre os mueve. No darte crédito.
Escudilla reposada (Vanse Teodora, Belisa, Prudencio y FLORENCIO.
Del agua bien acerada ,
Que desopila y remedia, Leonor.) Espera.
Con el ir á pasear, ESCENA XI. MARCELA.
Todas las opilaciones; ¿ Qué me puedes tú decir
Que á la larde bendiciones OTAVIO, SALUCIO. Que no sea todo en razón
Pienso que me habéis de echar. De tu loca pretensión?
Señor licenciado , mire (A Lisardo.) OTAVIO. FLORENCIO.
Este pulso desta dama. — ¡Ay, Salucio, qué mujer ¿Qué has de perder por oír?
Es estudiante de fama ; Para propia !
Llegue pues , no se retire. MARCELA.
SALUCIO.
Esta un poco vergonzoso , Mas ¿qué no podré perder?
Si la estima Todas las que se han perdido
Como es agora pasante. Tu amor, ponía para prima ;
(Lisardo toma el pulso d Belisa.) Fué solo de haber oido ,
Que no es difícil de hacer Porque á nacer la mujer
LISARDO. Al instrumento deseo; Sin oidos, mas segura
Algo está febricitante , Que una prima es consonancia Por vuestro mar caminara.
Intercadente y dudoso. Notable.
FLORENCIO.
'Ap. ¿Hay tan grande atrevimiento OTAVIO.
■orno decir bernardinas ?)
(.1 Si es de importancia , Eso fuera si te hablara
Ser para sacarla Orfeo, En tu ingenio y hermosura ;
BELTRAN.
Haré, Salucio, lo mismo. Quiérate hablar solamente
A ciertas damas vecinas En abono de mi honor :
Voy á ver. SALUCIO. Sabrás á quien tiene amor
LISARDO. (.l/i.) Poco espanto me dará ; Riselo distintamente.
¡ Qué gloria siento! Que cualquier amante está Después que tiene amistad
prudencio. (Dando dinero á Beltran.) A las puertas del abismo. Tan estrecha con Lisardo ,
Sírvase vuesamerced, OTAVIO. Un caballero gallardo
Y perdone. De penas pierde el recelo. De su traza y de su edad,
BELTRAN. Aunque en su fuego me abraso ; Traen requiebros los dos
No haré tal. Que si con ella me caso , Cerca de San Sebastian ;
Pienso estar á las del cielo. Que allí las flechas les dan,
lisardo. (Ap. d Beltran.) Aunque ninguna por Dios.
¿Tomástelo? (Vanse.)
Allí o á la Trinidad
BELTRAN. Van dos señoras á misa ,
i Pesia tal ! Calle. Una que llaman Belisa ,
Dios guarde á vuesamerced. Cuya hacienda y calidad
( Vanse Lisardo y Beltran.) ESCENA XII. Hace por dicha "temer
A Lisardo en esta villa ,
ESCENA X. MARCELA, FLORENCIO. Aunque es hidalgo , el pedilla
A su padre por mujer.
PRUDENCIO, TEODORA, BELISA, FLORENCIO. Es moza cuyo despejo ,
OTAVIO, LEONOR, SALUCIO. Que guardes esa lealtad Rostro , galas y tocado
Es muy conforme á quien eres; No viene mal consultado
PRUDENCIO.
Que es honra de las mujeres Cada dia con su espejo.
¿Quedas algo consolada? Cuando tienen voluntad ; Sale de la iglesia haciendo
Pero es menester que el hombre Mil caireles con el manto;
BELISA. Pague en la misma moneda; Pisa firme , esgrime , y cuanto
Hame dado gran consuelo; Que si no, muy necia queda, Va mirando va rindiendo.
Que parece que del cielo Y no merece otro nombre. La otra dicen que es tia ,
EL ACERO DE MADRID.
Mujer de mejor asiento, Deste mi sol , el del cielo. RISELO.
No de aquel entendimiento RISELO. No me parece que tiene
Que parece argentería. Antes no saldrá si sabe De tu cuidado pesar.
Hay fondo y conformidad Que es sol y que fuera está. LISARDO.
De su prudencia y buen trato , Terrible cosa es mirar
Con un hábito beato BELTRAN.
Aquel si viene ó no viene.
Que le causa autoridad. Las aves le cantan ya
Mas no sé si la anasaya A Belisa en voz suave: RISELO.
(Que no sé si es estameña) «Mañanicas floridas Mientras penas, como sueles,
Tiene desta noble dueña Del mes de mayo Y ella el levantarse traza,
Los pensamientos á raya ; Recordad á mi niña , Vaya Beltran á la plaza
Porque la veo mirar No duerma tanto. » De Antón Martin por pasteles ;
A Biselo atentamente , LISARDO.
Que mientras que se regale
Como á hurto de la gente, Nuestro estómago almorzando,
Campos de Madrid dichosos, Estarás tú contemplando
Ya ai salir y ya al entrar. Si sois de sus pies pisados;
Ayer al salir de misa, Aquel si sale ó no sale.
Fuentes, que por ver la huerta
Las dos pasaron delante, Del Duque subís tan alto LISARDO.
Y puso en la pila un guante El cristal de vuestros ojos , Bárbaro estás.
No sé á qué efeto Belisa ; Que asomáis los blancos rayos RISELO.
Pero sé que un picaron , Por las verdes celosías, Libre estoy.
Lacayo enjerto en truan , Muros de sus verdes cuadros ;
Que sirve al diebo galán LISARDO.
Hermosa alfombra de flores, Es para el entendimiento
Ya de ventor, ya de halcón , Donde tejiendo y pintando
Le tomó disimulado , Amor divino sustento.
Está la naturaleza
Y á los dos se le llevó. Mas há de cinco mil años ; RISELO.
MARCELA. Arroyuelos cristalinos, Pues yo al cuerpo se le doy ;
Aun no imaginaba yo Ruido sonoro y manso, Que es lo que aprovecha y vale.
Que era tanto mi cuidado. Que parece que corréis, LISARDO.
¿En eso entiende Biselo, Tonos de Juan Blas cantando, Yo no, porque en mis deseos,
Y el amistad de Lisardo Porque va corriendo aprisa, A un favor tras mil empleos ,
Vino á parar? Ya ¿qué aguardo? Y ya en las guijas despacio, No hay manjar que se le iguale.
Castigue su engaño el cielo. Parece que entráis con fugas, BELTRAN.
Al principio imaginé Y que sois tiples y bajos ; Allí vienen tres mujeres.
Que era tu aviso liccion ; Recordad á mi niña,
Que una olvidada afición No duerma tanto. LISARDO.
Es sospechosa en la fe , RISELO. ¿Tres? ¿Adonde?...
Y es el camino ordinario Aves, que vais por el viento, BELTRAN.
De quien ama con desden Ya del sol clarificado, En la Carrera.
El decir que quiere bien Sobre sus plumas tendiendo LISARDO.
A otra mujer su contrario ; Vuestros vistosos penachos ; ¿Son ellas?
Mas agora que los cielos Las que asomáis por los nidos BELTRAN.
Me declaran la verdad , Las cabezas gorjeando,
No es ofender mi lealtad Aquí me espera.
Y las que ya en altas ramas LISARDO.
Tener de la suya celos. Dais buenos días al prado';
ÍOh , traidor! ¡"Que por el gusto Trigos, que con amapolas Lince en mis cuidados eres.
le un amigo que acompaña , Y mil amarillos lazos Mas detente ; que ella viene.
Pague mi amorosa hazaña Sois un tapiz de verduras BELTRAN.
Con este indigno disgusto ! Sembrado de papagayos ; Ella es sin duda, Señor.
Pues no ha de pasar asi. Alamos verdes, á quien LISARDO.
¿Sabes la casa? Con tantas hojas y ramos ¿Puede haber mayor favor
FLORENCIO. Vistió de alegre librea , De cuantos el amor tiene?
Pues ¿no? A pesar de octubre, mayo;
MARCELA. Para que la niña venga, ESCENA XIV.
Ten conmigo. Que está esperando Lisardo,
Becordad á su tía, TEODORA, BELISA y LEONOR, con
FLORENCIO. No duerma tanto. sombreros de plumas y las ropas le
Bien sé yo
Que le hallarás por allí. vantadas al uso de Madrid, ó en chi
MARCELA.
Tabernas de san Martin, nelas con listones.— Dichos.
Generoso y puro santo ,
Si mujer de confianza Que ya ponéis reposteros
Ha de hacer algún error, TEODORA.
Como acémilas de Baco ; Mientras mas te voy diciendo
No será interés ni amor. Cajones, que ya os cubrís
Dios nos libre de venganza. Que á los hombres no te allegues;
Con el pan de leche blanco; Que mires y no le ciegues,
( Vanse.) Franceses, que pregonáis Porque ciega el amor viendo,
Aguardiente y letuario; Mas te acercas y te allegas;
Carretones de basura , Y si en allegarte das,
Paseo del Prado. Que vais las calles limpiando; .Mariposilla serás,
Bopcros, que amanecéis Quemaráste si te ciegas.
ESCENA XIII. Con solícito cuidado,
Sin ser procesión del Corpus, BELISA.
LISARDO v RISELO , con capas de co Las tiendas entapizando; ¡ Válgame Dios, y qué extraña
Y vosotros, aires fríos, Condición que se le ha hecho!
lor, bizarros; BELTRAN. No me ha de ser de provecho,
Que dais tos y resfriado,
LISARDO. Romadizo y otras cosas Si tu rigor me acompaña,
¡Oh , cómo tardan , Riselo! A los que salen sudando ; Ni el acero ni el paseo.
¿Qué he de hacer? Porque despierte á la lia, Ves que el doctor me mandó
Y ella á Belisa, si acaso Que viese gente, y que yo
RISELO. Cumpliese cualquier deseo ;
Duerme descuidada agora
Amor te valga. De que la aguarda Lisardo, Ves que á mi melancolía
LISARDO. Recordad mi fregona, ¡ Es aqueslo conveniente ,
Temo que , de envidia , salga , No duerma tanto. Y apártasme de la gente.
L-i. 24
570 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
LISARDO. BELISA. LEONOR.
¡Agora sf que es de dia, ¿Esto te enfada también? Desmayóse esta señora.
Agora si que salió Los cielos, tia, me den LISARDO.
A estos campos el aurora! I Con tus enfados paciencia. ¿Aquí en este punto?
TEODORA. TEODORA.
LEONOR.
Luego ¿dejaréte agora Pues ¿ piensas que no entendí
Hablar con los hombres yo? Con los árboles que hablaste? Agora.
Tocad sus manos.
BELISA. BELISA.
LISARDO.
Pues ¿con quién tengo de hablar? Pues malicias sospechaste. , ¡Qué frías!
¿Con las bestias? ¡Discreción!... TEODORA.
TEODORA.
TEODORA. Y ¿dónde hay laurel aquí? ¿Por qué las ha de tocar?
Para aquesta opilación BELISA.
Te mandó el doctor andar. En San Jerónimo hay tantos,
LEONOR.
Basta para "desechar Todas fueron invenciones. ¿Hay en qué poder traer
Del alma toda tristeza, Cúbrete presto. Agua de la fuente?
Mira, ¡y con cuánta belleza BELISA. LEONOR.
Sube hasta querer entrar ¡Eso si! Si;
Por ese verde aposento Riñe, riñe, no repares Que un búcaro trae aquí.
Del jardin del Duque, y mira En que me das mil pesares : {Sáquele de la manga un barro.}
Las blancas perlas que tira, Yo me moriré por ti. RISELO.
Bota en pedazos, al viento! Enciérrame con mi mal, .
¡ Mira estos árboles verdes Máteme melancolía, Deso debe de nacer
Que le hacen toldo y dosel, Para mi no salga el dia, Todo el mal que la atormenta. —
Para que debajo del Sea todo tiempo igual. Parte á la fuente, Beltran.
De ningún dolor te acuerdes! ¡Plega á Dios que antes de un mes (YaieBeltran.)
Habla con ellos ; que asi En otro hábito me vea
La soledad perderás. Llevar donde me desea ESCENA XV.
BELISA. Tu rigor, para que estés
Lindos consejos me das. Contenta de ver mi vida LISARDO , TEODORA , RISELO , LEO
Y ¿responderánme? Donde á Dios pidiendo estás; NOR; BELISA, desmayada.
Que enterrada aun no dirás
TEODORA.
Que estaré bien recogida! LISARDO.
Si. Plega á Dios que crezca el mal, Mientras por el agua van ,
BELISA. Y reviente el corazón, Para que el dolor no sienta,
Señores árboles, yo Y que en aquesta ocasión Quiero decirle al oído
Muy buena intención traía Me dé una gota coral! Unas palabras notables.
De decir la pena mia Plega á Dios!... (Habíala al oido.)
A quien la causa me dio. LEONOR.
TEODORA.
Para aqueste desafío Esto has querido.
Del campo, donde ya espero, Mírala ya desmayada. Sí, sí ; como tú las hables,
El pecho armé con* acero Ella cobrará el sentido.
LISARDO.
Para dar un filo al mió ; ¿CayóBelisa? RISELO.
Mas para la impertinencia RISELO.
Puso Dios virtud, Señora,
De quien no me deja hablar, En las piedras, cuanto mas
Desde hoy mas le pienso armar Alterada En las palabras.
Desta forzosa paciencia. Está su tia. ¿Qué ha sido?
TEODORA.
Toda la noche pasé LEONOR.
Jamás
Esperando la mañana ; ¿Ves aquí lo que has causado Pensó ver esto Teodora.
Pero fué esperanza vana, Con tu mala condición? ¡Hay insolencia fundada
Pues sin hablar me quedé. TEODORA. En tanta fuerza y razón !
Suplicóos, árboles verdes, ¿Qué le he dicho?
?ue me tengáis por fiel, belisa. (Despierta.)
á ti , mi verde laurel , LEONOR. ¡ Qué dulce consolación !
Que de mis males te acuerdes. Que es ficción : RISELO.
LISARDO.
Bastante ocasión le has dado. ¿Habló?
¿Fingido debe de ser
Harélo sin duda ansi. Mal que encarece un doctor TEODORA.
Lo mismo te pido yo . Tan grave ? — ¡ A h , Señor , Señor ! Si, después de hablada.
TEODORA. TEODORA. BELISA.
¿Qué es eso? ¿Qué es lo que quieres hacer? Parece que una abejita,
BELISA. LEONOR.
Cuyo tierno pico adoro,
El árbol habló. , Con un susurro sonoro,
¡ Ah, señores! ¿tiene alguno Que todos mis males quita,
TEODORA. Sortija de corazón? Un panal de miel sabrosa
¿El árbol? TEODORA. En el oido me hacia.
BELISA. Esta es mejor invención. TEODORA.
Señora, sí. LISARDO. ¿Abeja? Alano seria,
TEODORA. (Ap. No mas temor importuno.) Traidora, en tu oreja ociosa.
¡Hay tan notable insolencia! ¿Qué es esto, señoras mias? ¡Hay desvergüenza como esta !
EL ACERO DE MADRID. 371
Ll SARDO. De las cartas la cubierta, LEONOR.
Sentaos con ella, Señora ; Donde está la cortesía. ¿Cómo?
Que no es bien que suba agora Yo la adoro, fraila mia. BELTRAN.
Ese pedazo de cuesta. Por la parte descubierta. He curado un cuartago
Sentaos vos, señor Riselo, TEODORA. . Que, después del de Santiago,
Junto á ella, y yo estaré ¡Qué notable tentación! Con que le suelen pintar,
Junto á esta dama, porque ¡Ay ! qué mal hombre que está ! No tiene bestia Madrid,
(Que no lo permita el cielo) Dios le alumbre. Hágase allá. Aunque no las tiene malas, .
Si se desmayare, pueda Como él ; fáltanle unas alas.
RISELO.
Volverla á hablar al oido. TEODORA.
Los de amor preñados son.
TEODORA.
Bien dice : Con bien me alumbre. Si sois libre me decid.
Esto, Belisa, has querido. Sepa que me da un antojo. RISELO.
¡Qué buena tu honra queda! TEODORA. ¿ Tan encogido os parezco ?
BELISA.
Por su vida, que me enojo. TEODORA.
Calle, tia de mis ojos; RISELO. No digo , sino si acaso
{Siéntanse los cuatro.) ¿Esto le da pesadumbre? No sois casado.
Que el doctor manda que vea RISELO.
Gente. ESCENA XVI. Aunque caso ,
TEODORA. Jamás casarme merezco.
Y ¿manda que esta sea? BELTRAN, con el búcaro de agua.— Si yo hallase una mujer
{Comienza Riselo /l entretener la tia, y Dichos. De gobierno como vos...
Lisardo y Belisa hablan de oido.) TEODORA.
RISELO. BELTRAN. Eso encoinendaldo á Dios,
No reciba deso enojos Aqui viene el agua. Porque Dios lo puede hacer.
Vuestra merced: oiga acá. . LEONOR. riselo. {Ap.)
TEODORA. Calla, Sal quiere este huevo.
¿Qué quiere vuesamerced? ■ Y siéntate junto á mí. belisa. {Ap. d Lisardo.)
RISELO. {Siéntase Beltran.) El sol
Quiero que me haga merced BELTRAN. Entra furioso, mi bien ;
De escucharme. Luego ¿derramóla? Y porque dure también,
TEODORA. LEONOR.
Y no haya algún arrebol,
Es menester dar lugar
Acabe ya. Si: A la razón: vete agora,
RISELO. Que ya se dan la batalla Y habla primero á Teodora.
Ese monjil de estameña, Sos a dos.
LISARDO.
Hábito beato y grave ; BELTRAN.
¿Y la braveza Bien le ha sabido el hablar.
Ese donaire suave, Riselo, vamos de aqui ;
Que hará manteca una peña ; De la tía? Que es muy tarde.
Esa dulce gravedad, LEONOR.
RISELO.
Ese claro entendimiento, Ya cesó.
Ese honroso fundamento Adiós, mi gloria.
BELTRAN.
De virtud y honestidad ; Y ¿cómo estamos tú y yo ? (Levántanse.)
Esos ojos regalados, LEONOR.
Teodora. (Ap. d Biselo.)
Tan estrellas de mi empleo, Y ¿tendrá de mí memoria?
Que cuando ayuna el deseo, ¡A fe que es él buena' pieza!
Se los da amor estrellados ; ¿Parécele, diga, bien • riselo.
Esa boca ilustre y bella, Como habló con Catalina? Hasta olvidarme de mi.
Coral, sangre y pura rosa, BELTRAN. TEODORA.
Que jamás na hablado cosa Habléla por tu vecina, No habrá salido del Prado,
Que no la echase por ella ; Y por tu amiga también. Cuando todo se le olvide.
Esa nariz rubicunda, LEONOR. riselo.
Que por única nariz Que no quiero esa amistad. Mal vuestro descuido mide
Merece hacerle un telliz Los lejos de mi cuidado.
Que le sirviese de funda ; {Vuelve la tia la cabeza, uve abra
Esa bien puesta garganta, zarse Lisardo y Belisa.) TEODORA.
O á hablar algún caballero. Que la mira tiernamente, ¿ Cómo hablas de esa suerte?
Es mi marido. • Teodora. (Ap. á Belisa.)
MARCELA.
TEODORA. ¡ Ay, Belisa ! he visto á Otavio.
¡ Que asi el amor nos iguale ! Pues bien ,
Que así nos mate á los dos riselo. (Ap. á Lisarda.)
Guárdeosle Dios ; que es gallardo.
Con un mismo acero ! ¿Quiénes, Lisardo, tan sabio,
MARCELA. Que á sufrir celos acierte?
OTAVIO.
Sé que da gusto á Lisardo Agora acabo de ver
„ El mió Fingiendo quererla bien; A Florencio: y la señora
Me mata de agudo y frió. Yo porque tenga lugar
¿Cómo os hiere y mata á vos? Que está hablando con Teodora ,
De hacer mejor este embuste , Marcela debe de ser.
EL ACERO DE MADRID. 379
Tu negocio va perdido A los aires de Madrid,
ESCENA XXVI. Porque en las nubes aguarde ;
Y el mío está por el suelo. Que si crece el sol que sale ,
L1SARDO. BELISA, TEODORA , LEONOR, OTA Volveráse la niña , dirá que es larde.
¡ Habrá mas fortunas, cielo ! VIO y SALUCIO, en un lado; enotro,
MARCELA. LISARDO , RISELO y BE LTRAN .
Pues con esto me despido;
Que allí he visto un caballero,
RISELO. ' ACTO TERCERO.
Y con él me quiero ir. No me detengas, Lisardo.
LISARDO.
TEODORA. Sala en casa de Prudencio.
No tengo mas que os decir Pues yo sufro que esté Otario
De que ser muy vuestra espero. Con Belisa desta suerte , ESCENA PRIMERA
Sufre tú.
MARCELA. RISELO.
PRUDENCIO, TEODORA.
¡Florencio mió! ¿Puede haber muerte
FLORENCIO. Que se compare á mi agravio? PRUDENCIO.
Señora , ¡ Nunca yo viera á Teodora ! Hoy he sabido del curial de Roma
Mira que está allí Riselo. teodora. {A Belisa.) ?ue la dispensación , Teodora , vino ,
MARCELA. Vamos á ver estas fuentes , la pienso tener antes que coma.
Solo por ti me desvelo. Si cansada no te sientes. TEODORA.
riselo. (.4p.) belisa. {Ap. á su lia.) Abrevió tu cuidado su camino.
¡Vive el cielo, que le adora! No podrán todas agora PRUDENCIO.
¿Esto tengo de sufrir? Templar mi fuego. Cuando una cosa del honor se toma
otavio. (.4 Saludo.) TEODORA. A cargo, y mucho mas por tal sobrino,
Pues á nadie habla mi esposa , Yámí, Todo se abrevia, facilita y hace.
Paréceme justa cosa ¿Qué templanza me da el cielo? TEODORA.
Irla á hablar. i Es bien hecho que Riselo . Merece amor.
Me haya engañado por tí? PRUDENCIO.
SA LUCIO.
BELISA. Del que le tengo nace.
Bien puedes ir. ¿No puede ser que , celosa , Estov de que se acerque el casamiento,
OTAVIO. Haya esta mujer mentido? Por vivir de Belisa descuidado,
¡Belisa mía ! TEODORA. Con Otario, Teodora , muy contento;
BET.ISA. Ni él ha de ser mi marido , Pero hame puesto un miedo en grancui-
¡Señor!.... Ni tú de Lisardo esposa. teodora. [dad0-
lisardo. {Ap. á Riselo.) {Vanse Teodora, Uelisa, Qtavio, Leo ¿Cómo?
ñor y Saludo.) PRUDENCIO.
¡ Qué bien á entrambos nos fué !
¿Es su primo aquel? Si miro esta muchacha atento,
riselo. ESCENA XXVII. Después de haberla, como ves, curado,
Con mas opilación que antes la veo;
No sé ; Que no está sana de sus males creo.
Solo siento mi dolor. LISARDO, RISELO, BELTRAN.
¿ De qué ha servidoel médico, el jarabe,
SALUCIO. RISELO. El paseo, el acero y las mañanas
Señora Leonor... ¡ Buenos habernos quedado ! De todo un mes? O el médico no sabe,
LEONOR.
O son al mal las medicinas vanas:
' LISARDO.
No me parece el médico hombre grave.
Amigo... ¡Gentil madrugada ha sido! Tras esto, á mil señoras cortesanas
SALUCIO. Aun con Beltran no he podido Que por Belisa me preguntan , digo
¿Al campo tan de mañana? Dar á Leonor un recado. Su nombre. . . Esto es hablar claro conü-
LEONOR.
BELTRAN. No le conoce nadie , ni en la corle [go.
¿Que aun no me pudo este agravio Hay médico Bdtran : yo con aquesto,
Tomo acero. Perdonar ? Basta , silencio. Por lo que al bien de nuestro honor im
SALIXIO. porte,
RISELO.
Pues, hermana, Mas bien los ojos en Belisa he puesto ;
No tenga aceros conmigo , ¡Juntos Marcela y Florencio!
Y si no es que haber ido me reporte
Que soy muy su servidor. LISARDO.
Con ella tú , cuyo consejo honesto ,
BELTRAN. {Ap.) ¡Juntos Belisa y Utavio! Severidad y santidad son ciertas,
¡Buena mañana de mayo, BELTRAN. Dijera mil malicias encubiertas.
Que aun trajo el primo un lacayo ¡Juntos Leonor y Salucio! Crece la opilación, y opilaciones
Para que hablase á Leonor! • RISELO.
No están jamás en rostros colorados.
FLORENCIO. ¿ Con mi enemigo , traidora? Opilada y color...
TEODORA.
Vén , Marcela ; por aquí LISARDO.
Entrarás á ver la huerta ¿Con un extraño, Señora? ¿En eso pones
Del señor Duque. BELTRAN.
Tu pensamiento?
MARCELA. PRUDENCIO.
Vil , ¿con un hombre tan sucio? Hablemos declarados.
¿Está abierta? RISELO. Yo he sospechado destas estaciones
FLORENCIO. ¿Que requebrándose van Sotos, huertas, paseos, quintas, prados,
Llega ; que pienso que si. — Marcela y Florencio? , Que alguna vez que te dormiste, herma-
Llama al alcaide, Gerardo. LISARDO. Dejó Belisa el coro de Diana, [na,
GERARDO. ¡AhDios! Madrugabas, Teodora, y desvelada
Yo voy. (*'<we ¡Que vayan juntos los dos! Eu lo fresco del campo dormirías ;
MARCELA. {Ap.) ¿Qué me aconsejas , Beltran? Que en lo demás, si tu virtud me agrada,
Te lo dirán las alabanzas mías.
¡ Cuan bien , justo cielo , BELTRAN.
Me vengaste de Riselo! Oíd. TEODORA.
Quien habla en la honra mia , De lielisa v vuestra hermana ; Dame esa espada , sobrino ;
En la de fuera ¿q*ué hará? Y aunqueíiubiera los terceros Octavio, dame esa espada.
¿Así te despeña Otavio, Que era justo; porque agravia Matar á mi hermana quiero.
Con años locos y pocos? Quien ama á su mismo amor OTAVIO.
Si por sí mismo no habla , ¿Qué culpa tiene tu hermana?
PRUDENCIO.
Como veis, venido habernos.
Vete , y déjanos ser locos. FLORENCIO.
PRUDENCIO. Señores , ¿queréis que os diga
TEODORA. No digáis mas ; que quien pasa
¿Tú eres noble? Tú eres sabio ? ( Vase.) Tan adelante en las obras. Quién todo este daño os causa?
Pues sabed que el uno dellos ,
No lo ha de hacer en palabras. — , Que me ha quitado una dama ,
ESCENA XIV. Veis aquí, Otavio, los dos Me obliga á venir aquí
SALUCIO.— PRUDENCIO, OTaVIOÍ Que mi honrada casa infaman ; A quitarle , por venganza ,
Que como al doctor ven preso, A Belisa desta suerte.
SALUCIO.
Hales temblado la barba. — Venid antes que se vayan ;
Cuando estaba apercebida Cierra esas puertas , Salucio. Que yo os diré dónde están.
El hacha , á la puerta llama OTAVIO. OTAVIO.
Un hidalgo, cuya fama Muy bien has dicho. No salgan ¡ Caso extraño !
Es agora conocida Sin que averigües primero PRUDENCIO.
En toda la corte. Abrí ; El autor de tanta infamia. i Cosa extraña!
Que no lo pude excusar. GERARDO. FLORENCIO.
¿Ha de entrar? Señores, ¿qué es lo que hacéis? ! Seguidme.
EL ACERO DE MADRID.
PRUDENCIO. Los que con Lisardo están BELTRAN.
¿Quién es? MARCELA. En mi casa muchas veces.
FLORENCIO. Mujeres celos me dan. LISARDO.
Seguidme. ¿Cosa que Teodora sea? ¡Que haya aqui tantos jueces!
PRUDENCIO. RISELO. MARCELA. (Ap.)
Sobrino , tomemos armas. ¿Teodora habia de ser, ' ¿Es posible que resisto
OTAVIO. Hermana de un hombre grave? Mi celosa condición
Prudencio, con tanto acero MARCELA. Sin descubrir esta dama?
Embotarán las espadas. Como de esos graves sabe belisa. (Ap.)
( Vanse.) Amor humildes hacer. Dirá después que me ama
RISELO. Lisardo: ¡oh linda aticion!
Calle. Hablando está con Lisardo. Mirad si está entretenido
No tengas celos de mí. Con el lacayo enmantado.
ESCENA XVIII. lisardo. (A Beltran.)
MARCELA.
BELISA , con capa , espada , sombrero ¿Quién viene con ella? Señora , ¿dónde os he hablado?
y vaquero; BELTRAN, de mujer y RISELO.
Donde me habéis conocido ?
con manto. Aqui BELTRAN.
"relisa. Está un mancebo gallardo. ¡ Ay ! qué desconocimiento !
¡Oh , lo que la noche encubre! márcela. (A Belisa.) LISARDO.
BELTRAN. ¡Ah , gentilhombre ! ¿quién es Mucho lo debo de ser.
Gallarda vienes , por Dios. Esta encubierta señora? BELTRAN.
BELISA. BELISA. Yo os he dado de comer
Trocado habernos los dos ¿Soncelitos? Mil veces.
El ser que el hábito cubre. lisardo.
MARCELA.
BELTRAN. ¡ Extraño cuento !
De Teodora.
Yo llevo gentil galán. ¿Vos á mí?
BELISA.
BELISA. BELTRAN.
No es tan ligera de pies. Sí , y aun por mí
Yo llevo famosa dama.
MARCELA. Soléis andar á caballo ,
BELTRAN.
Pues ¿quién es aqucsla dama Y aun otras cosas que callo,
Aquí está Lisardo. Con quien habla este galán? Por no descubrirme aqui.
BELISA. BELISA. Por vos cierto padre viejo
Llama; Doña Constanza Beltran. No há un hora que me pringaba.
Que no te conocerán. LISARDO.
MARCELA.
BELTRAN.
¿Cómo? ¿ Sois negra ?
Tú has de llamar; que yo no. BELISA. BELTRAN.
BELISA. Este nombre se llama. Soy vuestra esclava.
¡ Ah si ! que soy el que guardo. Es mujer de tanto punto , Dióme una dama el consejo
¡Ah de casa! ¡Ah , seor Lisardo! Que si sale , lleva mas De que me viniese así ,
ESCENA XIX. De algún caballo detras. Porque si no, ya tuviera
MARCELA.
La panza como una cera.
LISARDO, RISELO. — BELISA.de LISARDO.
hombre; BELTRAN, de mujer. La cantidad os pregunto.
BELISA.
¡AyDios! ¡quién se hallara allí!
lisardo. {Dentro.) BELTRAN.
¿Llamaron? Pesará catorce arrobas.
MARCELA. (Ap.) ¿Cómo hallar? Burla pesada
biselo. (Dentro.) Os pudiera suceder.
Si. No es muy bobo el escudero;
Mas desengañarle quiero LISARDO.
lisardo. (Saliendo.) Por Dios , que debéis de ser
Que no esta hablando con bobas.
¿Quiénes? La bella malmaridada.
BELISA.
belisa. (Embozada.) ¿Tenéis marido?
Si os digo la cantidad ,
Yo. Un cuarterón mas ó menos , BELTRAN.
LISARDO. Si allí
¿En qué os engaño?
¿Quién busca á Lisardo? lisardo. (A Beltran.) Os halláis , Dios me confunda
BELISA.
Tan buenos Si no os pegan una tunda
Aquí Ojos descubrid , mostrad De las mas lindas que vi.
Os espera cierta dama. Los dos. LISARDO.
LISARDO. BELTRAN. En obligación estoy
¡ Dama á mi ! ¿ Cómo se llama? ¡ No , sino los tres ! A lo que por mi pasáis ;
BELISA. LISARDO.
Mas como no os descubráis,
Eso no me toca á mi. Desobligándome voy.
¿No podéis ser tuerta?
Habladla y sabréis quién es. BELTRAN.
BELTRAN.
LISARDO. ¡ Ay, Señor, qué disfavores
¡Ay Dios! Tan notables que me hacéis!
¿Es Leonor?
LISARDO. Por Dios , que no me dejéis ,
beltran. (Fingiendo voz de mujer.)
¿No me conoce? Ea , descubrid los dos. Si habéis de tomar amores ;
BELTRAN. Y pues tan bien os serví
lisardo. Las mañanicas de mayo ,
Vuesamerced no se emboce. ¡Jesús ! Tiempo habrá después.
Si habéis de tomar lacayo,
¿Cómo ha venido? LISARDO.
No dejéis por otro á mi.
BELTRAN. ¿No sabré yo la ocasión
LISARDO.
En los pies. Por que venis á buscarme?
BELTRAN.
¿Es Beltran?
ESCENA XX. BELTRAN.
¿Qué puedo mas declararme?
R1SELO, MARCELA.— Dichos, Digo que os tengo afición. Pues ¿no lo ves?
riselo. (Ap. á Marcela.) LISARDO. LISARDO.
Déjame, mi bien, que vea Pues ¿adonde me habéis visto? ¡ Hay tan extraña novela !
L-i. 25
386 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
BELTRAN. GERARDO. Pudiéndolo yo decir,
Calla , y burlaré á Marcela ; No hay que llamar; que á la puerta Que es el mejor desengaño?
Que hay grandes cosas después. — Deben de estarle aguardando. FLORENCIO.
¡Ah, señor Riselo ! prudencio. Habla pues ; que , como sepa
RISELO. ¿ Quién va ? Que es tu gusto, estoy pagado
¿Ami? LISARDO. De mi amor y mis deseos.
BELTRAN.
¿Quién pregunta quién? MARCELA.
A vos pues. PRUDENCIO. A Riselo doy los brazos.
riselo. (A Marcela.) Un hombre noble agraviado. RISELO.
Con tu licencia. LISARDO. ¿ Estás contento?
MARCELA. (Ap.) ¿ Es Prudencio ? FLORENCIO.
PRUDENCIO.
¿Tendré con esto paciencia? Sí estoy. (A Beltran.)
Y sin prudencia.
riselo. [A Beltran.) ¿ Eres por dicha Lisardo ? OTAVIO.
Ya que habéis venido aquí , , LISARDO.
Señora, desembózaos.
Que os descubráis os suplico, BELTRAN.
Porque aquella dama os vea. Yo soy , Señor. ¿ A quién buscas?
PRUDENCIO.
¿A las mujeres por qué?
beltran. OTAVIO,
No puedo. A ti te busco .villano.
riselo. LISARDO.
Porque una mujer buscamos.
¡ Villano á mí ! Si no fueras BELTRAN.
¿Porqué?
De tu edad... Pues sepan que yo soy hombre.
beltran.
PRUDENCIO. PRUDENCIO.
Soy fea. Este es el doctor lacayo.
riselo. El que es hidalgo
No hace infames los hombres OTAVIO.
No hay fea con tan buen pico. De mi sangre y de mis años. ¿Malaréle?
BELTRAN. PRUDENCIO.
LISARDO. ■
Aun no lo sabéis muy bien ; ¿ Qué te hice yo en mi vida? No ; que importa ■
Que no me habéis visto hablar. Que viva.
PRUDENCIO. OTAVIO.
MARCELA. ,
¿Parécete poco agravio , Pues j tú con manto !
ÍAp. ¿Téngome yo de matar Después de haber á mi hija ,
'orque estos hablando estén?) Di luego dónde llevaste
Como á ignorante , engañado, A mi prima, ó por los labios
Fuera digo, j Vive Dios , Y con el hngido acero,
Que os habéis de descubrir ! Te haré tomar el acero
En las mañanas de mayo, Que á uuestras honras has dado.
BELTRAN. Puesto mi honor por el suelo,
BELTRAN.
¿A mí se me ha de decir Como salteador del campo ;
Tal desacato por vos ? Habiendo al doctor ungido Quedo, señores.
¡ A la niña , á la beata , Preso, y sabiendo su engaño, PRUDENCIO.
A la fraila del cordón ! Sacarla él mismo? Pues oje : ¿ Qué es quedo ?
¡ Ay Jesús , qué tentación ! Caballero soy honrado ; BELTRAN.
¡Que me tira , que me mata , Yo no he de traer justicia , Aunque me hagáis mil pedazos ,
Que me destoca ! La que tengo son mis manos. No diré dónde la tengo,
MARCELA. Para ti bien basto yo , A fe de pobre asturiano,
¿ Quién eres ? Y para Riselo Otavio ; Si no me dais la palabra
Para los que están contigo', De que á Lisardo , mi amo ,
BELTRAN.
Beltran soy. Bastan Florencio y Gerardo. Se la daréis por mujer.
Y si trajeres mas gente. PRUDENCIO.
MARCELA.
Aquí me sobran criados , Eso es forzoso , y yo gano ;
¡ Beltran ! Y yo solo basto á todos.
BELTRAN.
Que bien sabe mi sobrino
LISARDO. Que quien loma acero en mayo ,
Pues ¿quién? Si en servirla os hice agravio , No estará para mujer
LISARDO. Por la parte de ser pobre Hasta los unes de marzo.
A mi me burló también. (Que en las demás os igualo) , BELTRAN.
RISELO. Yo os daré satisfacion Pues esta es Belisa.
Demonio en las burlas eres. Dando á Belisa la mano ;
OTAVIO.
Cúbrete ; que viene gente. Mas ¡vive Dios, que no sé
Dónde ó cómo la lia llevado ¿Quién?
MARCELA.
El hombre que vos prendistes ! BELISA.
Meteos bien en el portal. OTAVIO.
Yo soy, que á tus pies aguardo
LISARDO. Pues , Lisardo , si estáis salvo Perdón.
Acá vienen. Del cometido delito, PRUDENCIO.
RISELO.
Dad lugar á que, mirando Antes que te mire,
Algún mal La casa , os dejemos libre. Dale á Lisardo la mano ;
Temo. Hue á la santa que tu amor
LISARDO.
BELTRAN. ubrió del hábito pardo ,
Eso no puedo negarlo. Yo le daré un monesterio.
No huyas , detente. FLORENCIO. BELTRAN.
ESCENA XXI. Señor, mírense primero ¿Y á Leonor?
Los que miráis embozados. PRUDENCIO.
PRUDENCIO, OTAVIO, FLORENCIO, RISELO. Tengo pensado
GERARDO, SAL U CIO, ¡y criados ar Yo soy Riselo , y quisiera , Dársela á un doctor fingido.
mados.—Dichos. Florencio, en lugar hallaros Con esto á mi casa vamos ,
Que os dijera si es bien hecho... Adonde cenando juntos,
FLORENCIO. FLORENCIO. Queden en paz los agravios.
Esta es la casa. Y yo también tiempo aguardo LISARDO.
GERARDO. En que os diga si es Marcela Aquí acaba la comedia
Aqui están. Vuestra. En vuestro nombre. Senado ,
FLORENCIO. MARCELA. Del Acero de Madrid.
Llama á esa puerta , Gerardo. ¿ Para qué es cansaros , Bésaos las manos Belardo.
AL PASAR DEL ARROYO.
PERSONAS.
JACINTA, i DON LUIS. ANTÓN.
TERESA, [labradoras. BENITO. MENDO, t/¿e,/'<>.
DORENA, ' PASCUAL. GUZMAN.
LIS \I¡I)A, ¡lama. LAURENCIO. UN HORTELANO.
ISABEL , criada. SILVIO, criado. Labradores.
DON CARLOS. MAYO , criado. Músicos.
{Hablan bajo.) Mas confieso que en mi vida ¿Qué te parece desta polvareda
HAYO. Cosa me ha dado temor Que levantó tu ama ?
Y ella (que en fin ha callado) Como es aquesta jornada. ISABEL.
DON CARLOS.
i Qué es lo que dice de mi ? Que se usan
Si se visten los criados Digo que ya está acabada. Mil amistades desta misma traza,
Lo que los amos desechan , LISARDA. Adonde el ofendido y agraviado
¿Cómo tan mal se aprovechan No , Carlos , no , mi señor ; Queda con las ofensas obligado.
Desta verdad sus cuidados? Que solo con que digáis , DON LUIS.
De las sobras de los celos Solo con verme afligir,
Que su ama gasta aquí , Que ya no os queréis partir, ¿Qué caballero es este que conozco,
i No hay un retal para mí ? Ya quiero yo que os partáis. A cuya información partís agora?
ISABEL. Amor entre los amantes DON CARLOS.
ISABEL. Pues la venta de Viveros Por esa cruz y por la desta espada ,
Los amores que él profesa ¡ Es canal de Bahama , Que os engañó, don Carlos, quien os dijo
Comedias de vulgo son , La Bermuda ó las Sirenas , Que conozco á don Nofre de Canaria.
Deslas de grandes patrañas Donde hay peligros tan grandes; DON CARLOS.
Imposibles, y ruido, O son los bancos de Flándes , Pues yo jurara que con él un día
A quien les lia sucedido De Jarama las arenas? Os vi jugar en casa de un amigo.
Lo que á los juegos de cañas , He de topar de aquí allá
Mas que estudiantes y aldeas? DON LUIS.
Que van á ver las libreas , ¿Qué señas tiene ese hombre?
Y no lo que han de jugar. LISARDA.
Parte , mi bien , como creas DON CARLOS.
MAYO.
Que quedo sin alma ya. Es alto y flaco,
Pues di , ¿cómo me has de hablar, De color macilento, y barbirrubio,
Si no es que no lo deseas? ISABEL.
¡ Ay, Señora ! Tu hermano. Un poco calvo ; pero gran soldado ,
ISABEL. Que por la guerra el hábito le han dado.
Lisarda hablará en discreto DON CARLOS.
DON LUIS.
Con Carlos , yo en necio á tí. ¿Qué remedio?
Vuelvo á decir que no le vi en mi vida.
MAYO. LISARDA.
DON CARLOS.
Una necedad me di. Piénsale tú ; porque esconderte es cosa,
Como mas sospechosa , peligrosa. Hoy ha de ser forzosa mi partida :
ISABEL. Dadme licencia ; que volviendo, os juro
Que me guardes un secreto. ESCENA VI. De veniros á ver con mas espacio.
MAYO. DON LUIS.
Pues ¿no le sabré guardar? DON LUIS.— Dichos. Yo acudo algunas veces á Palacio;
ISABEL. Que tengo un pleitccilloenel Consejo,
DON LUIS. Y nos podremos ver todos los días.
Tú ¿no eres criado? ¿ Búscanme á mí , Lisarda , por ventura DON CARLOS.
MAYO. Aquestos caballeros?
Sí. Señora, ¿qué mandáis?
LISARDA.
LISARDA.
ISABEL. No hay en casa
Pues basta. Otra persona á quien buscar pudieran. Que os guarde el cielo,
Como el señor don Carlos es del hábito, Y que os traiga con bien.
MAYO.
Ahora bien ; á tí Envíale el consejo de las Ordenes don cárlos. (Ap. á Mayo.)
i Cómo te tengo de habí ar ? A cierta información de un caballero, ¿ Qué te parece?
Que si tú en necio me hablas , Y dice que al partir, y aun en el coche, MAYO.
No te he de hablar en discreto. Le dijeron que tú jurar podrías, Que fué toda la traza necesaria.
lisarda. (A don Carlos.) Por conocer sus padres ; y asi , viene ¿Dónde hallaste á don Nofre de Canaria,
A informarse de tí , como me ha dicho. Tan alto , desvaido y vayandino ?
Frivolas son , te prometo ,
Cuantas disculpas entablas. mayo. (Ajo.) don CARLOS.
Pagas mi amor con rigor. ¿ Hase visto embeleco semejante? Bien llevo que reír todo el camino.
DON CARLOS. DON CARLOS. (Yanse don Cárlos y Mayo.)
Por esta cruz de Santiago, Con esta información vine á buscaros ;
Lisarda, que te le pago Que es cosa que meimportasumamente,
nno COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
ESCENA VII. Por ella quiero ir, y has de ir conmigo, SILVIO.
Para que de tí venga acompañada. Pues bien puedes prevenirte.
LISARDA , DON LUIS , ISABEL. Pero no han de saber quién es. BENITO.
LISARDA.
DON LUIS.
De la música y la mar.
Pues dime, Oigo decir que entristecen
i Honrado caballero , por Dios vivo! ¿Has de traerla aquí? Mucho mas los que lo están.
LISARDA. DON LUIS. PASCUAL.
Un poco hablé con él , y me parece Mientras que viene Los ojos te alegrarán
De buen entendimiento. La orden en que llevarla me mandare, Que solo bien te parecen.
DON LUIS. Y que la mudes tú traje y lenguaje.
BENITO.
Desta traza LISARDA.
¿Sabes tú qué han de venir?
Quisiera yo , Lisarda... ¿En qué lugar está?
PASCUAL.
LISARDA. DON LUIS.
Al baile nunca faltaron.
¿Qué? Barajas. BENITO.
DON LUIS. LISARDA.
Hoy mis penas intentaron ,
Un cuñado. Bueno, Pascual, morir ó vivir.
LISARDA. El traje solo podrá ser mudarle ; PASCUAL.
¡Sin duda que te trae desvelado Que en lo demás , la lengua de la corte
Este cuidado á tí ! Tiene juridicion por cinco leguas, ¿Cómo?
Y Barajas está dos leguas solas. BENITO.
DON LUIS.
¿Qué dia quieres ir? Con su padre hablé,
Pues , por tu vida , Y por mujer la pedi.
Que si agora vivieran nuestros padres, DON LUIS.
PASCUAL.
No les diera ventaja en el deseo Pase la entrada
De tu remedio. De nuestra serenísima princesa. ¿Mas que te dijo que si ?
LISARDA. LISARDA. BENITO.
Basta; yo lo creo. ¿Tienes ventanas ya? Pero nó creo Hasta agora no lo sé,
Mándente á ti jugar á la pelota, Que serás tan galán : allá tus damas Porque es tan prudente el viejo,
Y de noche á las pintas , y mudarte Merecerán balcones para verla. Que término me pidió.
Del hábito galán que traes de dia , DON LUIS. PASCUAL.
En el tabí ele plata y medias blancas , Tú tienes los mejores de la corte. Él viene. i
Tomar sombrero con la falda vuelta, BENITO.
LISARDA.
Asida del corchete de diamantes , Hablaréle yo.
Cadena v otras galas semejantes ; Doyte mis brazos.
PASCUAL.
Y venir a dar golpes, y á acostarse DON LUIS.
Habrán entrado en consejo
Cuando ya quiere el alba levantarse, A comer nos vamos. El y su hija por dicha.
Y pedir de comer á las dos dadas , LISARDA.
Rinendo sobre el cuello á mis criadas ; Gran principióme has dadoenlas venta-
Que no acordarte, Luis, de mi remedio, ESCENA X.
don luis. [ñas-
Porque esas son las cosas que ol vi dadas
Tienes, del mar de tu rigor en medio. Yo te daré los postres en casarte. ( Vase.) LAURENCIO.— Dichos.
DON LUIS.
Dejemos quejas ¡oh Lisarda mia! ESCENA VIII. BENITO.
LISARDA, DON LUIS; LAURENCIO, Vuestra y las cartas son ciertas. ¿Destoos pesa?
con una carta. — Dichos. Un coche llegó á mis puertas JACINTA.
Añoshá; pasados son. Mas me pesa
LAURENCIO.
Aquesta niña traía ; Del peligro en que nos vimos.
Cuanto decis es verdad, Mi mujer la recibió, LAURENCIO.
Y conocida esta letra. Y el dueño me retirió
Hasta el alma me penetra Hija, vos no lo sois mía;
Que por bautizar venía. Mirad que vienen por vos.
El pensar mi soledad. Dejáronme buen dinero,
Lo que hasta agora encubrí, De dividirnos los dos
Porque á Italia se ausentaba, Llegó, con mí muerle, el dia.
Es fuerza que se descubra. Y supuesto que tardaba, Lágrimas son... Estoy viejo...
DON LUIS. Fué en efeto caballero. ¡Bien me pagan la crianza
Sí ; pero no que se encubra Siempre acudió por Madrid Con mi muerte !
La prenda que vive aquí. Con lo que fué menester;
JACINTA.
Ya no hay que disimular. Masen lin, por no saber
El Conde quiere su hija. Nombre que darle, advertid ¿Qué mudanza
Que porque al cuello Iraia Es esta?
LAURENCIO.
Pues ¿no queréis que me aflija Un san Jacinto de oro LAURENCIO.
LISARDA.
Soy roca firme. DON CARLOS.
DON LUIS.
Valiente mozo sois. [Irado. Di.
Téngala yo donde estén BENITO. JACINTA.
Mis cuidados obligando No se me olvida Salí de Barajas
Su desden , sirviendo , amando ; Algo de lo que tuve ejercitado. Un lunes, tirano
Que amando y sirviendo, creo DON LUIS.
Por la vecindad
Que vencerá mi deseo. No me pesara de tener conmigo Del martes aciago,
De ver codiciosa
GUZMAN. Un hombre como vos. La entrada y los arcos
¿Cuándo? BENITO. Que á la gran princesa
DON LUIS. Agora digo De España trazaron ,
El amor sabe cuándo. Que castigáis con eso mi locura. De Madrid deseos ,
GUZMAN. Pensé que era Jacinta labradora ; De su amor cuidados,
No la he visto hablar en ti Y como al labrador es cosa dura Cifra del que tienen
Con el gusto que quien ama. Si el hidalgo sus cosas enamora , Todos sus vasallos.
DON LUIS.
Hice tan desigual descompostura. Teresa, mi amiga,
Mas cuando conocí que era señora , Me iba acompañando ,
No pienso que me desama , Caí de su valor á mi bajeza ; No en coches ilustres
Si no se muere por mi. Queno hay distancia de mayor grandeza. Ni en villanos carros ,
GUZMAN. DON LUIS. Porque dos pollinos
Mi señora viene aqui. Allí os cobré afición, y si mi casa Eran , entoldados
Os puede ser en algo de provecho , De alfombras, literas
ESCENA II. Quedaos en ella. En que caminamos.
■ BENITO. Sombreros con plumas,
LISARDA, ISABEL.— Dichos. Sayuelos bizarros,
Tanta merced pasa Sartas y corales ,
Del corto espacio de mi humilde pecho. Cintas y rosarios ,
LISARDA.
LISARDA. Basquinas de seda ,
Á pediros un favor Ya os quiero concertar. Ricos pasamanos,
Vengo con algún temor. . Manteos con oro,
BENITO.
DON LUIS. Todo fué prestado.
Pues ¿qué se os puede ofrecer Mi amor sin tasa Casi legua y media
Donde vos podáis temer Merece la merced que me habéis hecho. Del amor tratamos,
Un agravio de mi amor? LISARDA. Riendo yo entonces
LISARDA.
Benito ha de serviros de hortelano ; Lo que estoy llorando ;
Mendo , hermano , un viejo honrado , Que os importa el jardín este verano. Que todas sus flechas
Padre de aquel atrevido DON LUIS. No le aprovecharon,
Que en Barajas... Si él quiere , desde aqui le doy partido. Para que rompiese
BENITO.
Mi pecho de mármol.
DON LUIS. Labradores mozos
Ya he sabido, ¿Jardín tenéis? A perder llegaron
Lisarda , que os han rogado. DON LUIS. Por mi amor el seso ;
Ya le tengo perdonado. Entrad y le veremos; Pero todo en vano.
¿Qué queréis? Aunque por mi descuido está perdido. Noches de San Juan,
AL PASAR DEL ARROYO. m
Me colgaban ramos Para adivinar mejor lisarda. (Ap. á don Carlos.)
De juncia y verbenas , El alma de amor se vale ; Y cuando desmayada aquella rosa
Trébol y mastranzos. Que no hay Sibila que iguale Os prestaba su nieve , y esa noche
No era amanecido , A una alma llena de amor. Al rayo de ese sol iba volviendo ,
Cuando todo el mayo Qué haré? Qué medio hallaré Y estándole diciendo
En el horno ardia , >onde no ha de hallarse medio?
í)oi Amores al oido,
De su amor burlando. Mas si el morir es remedio, Cobró con las palabras el sentido ,
Si lloraba alguna Remedio en morir tendré. ¿Era barro también?
Por su amor ingrato , JACINTA. DON CARLOS.
No era mas mi amiga, Bien pienso que habéis sentido ¡Cuento bizarro!
Riendo su engaño. El haberme declarado. LISARDA.
Pasando un arroyo...
No sé cómo basto LISARDA. Masal pasararroyos siempre hay barro.
A nombrar, Lisarda , Notable pena me has dado. Pensaba verla agora confiado ;
Quien causó mis daños... JACINTA. Hallóse la invención : pues engañóse ;
Linde de una viña , Lo menos habéis oido ; Que agora me la llevo á mi aposento.
Estaba un hidalgo , Porque me dijo Teresa DON CARLOS.
Caballero, digo, Que estando yo desmayada... Lisarda mia , ¿quién os ha engañado?
Caballero honrado. LISARDA. LISARDA.
Dióle para el pecho ¡ Ah, perro! ¿Yo soy tuya?
Su espada Santiago, Basta , no me digas nada;
Y para los ojos Que aun de lo dicho roe pesa. DON CARLOS. (Ap.)
El amor sus rayos. Derribóse
Su coche aguardaban ESCENA V. De mi edificio el fuerte fundamento.
El y su criado: LISARDA.
Volcó en unas piedras ; DON CARLOS, DON LUIS, MAYO,
No le dará contento
Que es terrible el paso. ISABEL. — Dichas. Esta vez la señora.
El arroyo arriba , Mire cómo la habla quien la adora.
Por lomas cercado DON CARLOS. Y ella le quiere bien ; ¿entiende, entien-
De viñas y huertas Si antes supiera yo que vuestra casa , DO» CARLOS. [de*
Y de álamos altos, Señor don Luis, tal huéspeda tenia,
Venia un torillo Antes para servirla me olreciera. Ya lo entiendo , ya sé que la pretende.
Bravo y enojado, LISARDA.
lisarda. {Ap.)
Si son los valientes Este es el fuego que mi pecho abrasa. Vamos, Jacinta.
Con mujeres bravos. don Carlos. (Ap.) DON LUIS.
Cerró con nosotras ; ¿Tú este bien me quitas?
Mas nuestros caballos Esta es la nieve que mi pecho enfria.
LISARDA.
Fueron como pollos JACINTA. (Ap.)
En viendo al milano. Este es el sol de mi dichosa esfera. Impórtame que vengas.
Cal sobre el agua , DON luis. JACINTA.
Cubrióme un desmayo , Avisaros quisiera ; Vamos luego.
Bajó el caballero, Y soy tan encogido, Adiós, señor don Carlos.
Y metiendo mano , Que hasta que os vi no pude. lisarda. (Ap. á Jacinta.)
Cortóle las piernas ¿Es aqueste?
DON CARLOS.
Y sacóme en brazos.
Púsome en su coche (Ap. Estoy corrido.) . JACINTA.
DON CARLOS.
¿Qué padre? DON LUIS. — LISARDA.
LISARDA.
Yo voy á esperar allí. ( Vase .)
El que Dios la dio.
DON LUIS.
ESCENA XIII. JACINTA.
Mi padre es aquel villano. ¿Qué es esto, hermana?
LISARDA, JACINTA, ISABEL, MAYO. LISARDA.
LISARDA.
De aquesta suerte mi afrenta ! Hijo soy de don Esteban, Y aquí hay testigos que sepan
Y de don Carlos hermano. Esa historia.
MAYO. DON LUIS.
DON LUIS.
¡Aquí de Dios , que me matan Quien oye cosas como estas, En fin, Jacinta,
Por marido de la vera! Mejor es que pierda el seso. ¡Te pierdo!
DOS LUIS. JACINTA.
LISARDA.
Lisarda, dos hombres veo No te parezca
Con espadas y rodelas, ¡ No es don Carlos ! Yo soy muerta. Ingratitud, sino amor.
Y entrambos arrebozados: DON LUIS.
DON LUIS.
Uno, de quien tú confiesas ¿Con quién probarás, traidor, Lo que los cielos conciertan,
Que es tu marido, y que serlo, Esa fingida nobleza? ¿Por qué lo impiden los hombres?
Estando en mi casa, es fuerza ; BENITO. Jacinta, hoy quiero que veas
Otro, al lado de Jacinta, No soy traidor , que soy noble : Que fué mi amor* verdadero... —
Cosa en el concierto nueva. Don Carlos será la prueba. Y tú, Lisarda, que sepas
—Caballeros, esta sangre Que quien quiere hacer traición,
DON LUIS.
Nunca se manchó de alrenta : Siempre alcanza parte della.
Digan quién son. ¿Dónde está Carlos?
JACINTA.
Los casamientos se hagan ;
LISARDA. Que yo, pues ha de ser fuerza,
Mi marido Aquí. (Descúbrele.) 8uiero con mas discreción
Es don Carlos; que no fuera DON LUIS. asarme con la paciencia.
Con menos honra en tu casa Pues ¿cómo desta manera BENITO.
La afrenta de que te quejas. Se pagan las amistades? Aquí la comedia acaba,
(Desemboza á Benito.) Criados, mueran. Cuya historia verdadera
BENITO. LISARDA. Pasó al pasar del arroyo :
liaste engañado, Lisarda. No mueran ; Los que quisieren lo crean.
Benito soy. Que si yo no tuve dicha
LAS FLORES DE DON JUAN,
Y RICO Y POBRE TROCADOS.
PERSONAS.
LA CONDESA DE LA FLOR. EL MARQUÉS ALEJANDRO UN ESPADERO.
™Pm' 1 criados del Mar- UN MORO.
DOÑA COSTANZA. EL VIREY.
DOÑA INÉS. RÓSELA, ( . rutilÍoJ i«* U¡1 MOZO.
CELINDA, \damtu- LAURINO, , Un paje.
DON JUAN.
DON ALONSO , su hermano. GERMÁN, lacayo de don Juan ALBERTO, [pescadores. Músicos.
DON LUIS. OTAVIO, I criados de don PISANO, I Moros.
DON FRANCISCO. CAMILO, ) Alonso. UN MERCADER. Alabarderos.
LEONARDO, capitán. DURANGO, escudero. UN PLATERO. Oeste.
La escena es en Valencia.
DON ALONSO. Aunque no hay tan dura cosa. ¡Qué bien parece en Valencia
¡ Qué descuidado que estás ! DON ALONSO.
Ir al mar sus compañías !
PLATERO.
(Sale Camilo.) Pues no lo diréis por mi ;
CAHILO. Que no gasto mal mi hacienda. Alegres son estos días.
DON ALONSO.
El espadero ba venido. (Vase.) ESPADERO.
Antes hacéis que se extienda , Importa su diligencia.
ESCENA II. Señor, vuestra fama ansí ; Porque los moros de Argel
Que aunque sois gran caballero Sepan que se ha de guardar
Con este cuidado el mar,
UN ESPADERO y un mozo , con una es- Y acabado de heredar, Y que hay gigantes en él.
Mas grande os hace el gastar
padaydaga dorada.—DON ALONSO , Liberalmente el dinero. Despacha , Otavio , á los dos :
OTAVIO. Lo que te pidieren da.
ESPADERO.
ESCENA ni. OTAVIO.
DON ALONSO.
Se casan las dos colores. Bien me suelo levantar
(Vuelve Camilo.) La noche que no he jugado ;
Aun el diamante es común ;
Que espada de Sahagun CAMILO. Que esa es ronda para mí
No ha de tener semejante. Seis muestras trae mejores Que hasta el alba me desvela.
410 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE
VEGA CARPIÓ.
DON LUIS.
DON LUIS.
¿Vistes anoche á Rósela? ¿Jugaréis?
No dan pesadumbre. LEONARDO.
DON ALONSO.
DON ALONSO. Si jugaré.
Anoche á Rósela vi ;
Has cánsame, vive Dios, ¿Son muy bobas? DON ALONSO.
El verla entre tantas viejas , DON LUIS. ¿ Pintaremos ?
De mis agüeros cornejas. Ni por lumbre DON LUIS.
DOW FRANCISCO. DON ALONSO. No.
¿Muchas os parecen dos? Pues ¿qué intentan? DON ALONSO.
DON ALONSO. DON LUIS. ¿Porqué?
Cuando Dios las repartiera Casamiento. DON LUIS.
Entre la tierra y el mar, DON ALONSO. Porque es tarde, y nos darán
Habia para cansar ¡Guarda la cara! Las pintas mala comida.
Otros mil mundos que hubiera.
DON LUIS. DON FRANCISCO.
LEONARDO.
A los bobos. La polla podéis jugar.
Una república habia
DON FRANCISCO. DON ALONSO.
Que grandes perros criaba
A quien los viejos echaba. Hazte acá , necio. Como la suele pelar,
DON LUIS. A la polla nos convida.
DON ALONSO.
Pues muy bárbara seria ; ¡ Braveza ! LEONARDO.
Aunque todas son consejas. DON ALONSO. Ea , que polla ha de ser.
DON LUIS. En tocándome esa pieza , DON FRANCISCO.
Son caracteres parejos , Brinco, sallo, y doy corcovos. ¿Dea cómo?
A y o; que dijo viejos, LEONARDO. DON LUIS.
Y habia de decir viejas. A la noche habéis de ver A doblón.
DON FRANCISCO. De cierta viuda al fresco , DON FRANCISCO.
Un hombre viejo es muy grave Con mas color que un tudesco,
Muy venerable , y provoca " El inmortal parecer. ¡ Braveza !
DON ALONSO.
A respeto : al fin le toca DON LUIS.
La confianza , la llave , Entrémonos á la pieza
¿De ese vocablo le vales? Donde solemos comer.
La dignidad, el oficio,
Y todo lo que es gobierno ; DON ALONSO. ¡Hola! Naipes.
Mas una vieja... Cierto amigo de sus famas, CAMILO.
Las que há dias que son damas ,
DON ALONSO. Las llama las inmortales. Aquí están.
¡En qué infierno LEONARDO.
LEONARDO.
Os metéis , de puro vicio ! Quien burro hiciere , que pague.
Algo tiene esta señora
Yo solo puedo quejarme ; De aquesa inmortalidad , DON LUIS.
Que para llegar á ver Porque compite su edad De juego que el gusto estrague ,
A Rósela, he menester Con la historia de Zamora. Dios os libre , capitán.
En mil viejas anegarme. Pero la buena alegría LEONARDO.
Una me pide el vestido , Del rostro, y el estirados,
Otra el regalo , otra quiere Yo bien tomara los dados ;
Dinero seco , otra muere Cubre ciertos perigallos Mas quiérome entretener.
Por contarme lo que ha sido : Que la edad antigua cria. {Vanse don Alonso, Leonardo, do%Lm
Su hermosura , sus galanes ; DON LUIS. y don Francisco.)
Que don Gazmio la sirvió, ¿uue
tQué tenemos een romance OTAVIO.
h perigallos?
Por ..... r
Y que don Diablo se entró Estos aqui han de comer.
Allá por unos desvanes. LEONARDO. CAMILO.
Cuentos tan impertinentes, Las quiebras No hay platos aderezados.
Que sin sentido me deja. Que hace el rostro.
OTAVIO.
LEONARDO. DON FRANCISCO. Haz que añadan dos ó tres :
¡Qué cosa es ver una vieja Si celebras Dos carne y uno pescado.
Con mas historia que dientes! Mujer que va dando alcance
CAMILO.
DON FRANCISCO. A la cuarentigia edad ,
¡Desdichado del que pasa Como si fuese escritura , Voy.
Lisarda es alta figura : OTAVIO.
Por mil viejas á su gustó!
Allá esta noche cenad , Di que tengan cuidado.
DON AL0NSQ.
Y os dará en donaire y brio , (Vase Camilo.)
Solo en nombrallas me asusto. Aseo, gala y limpieza Extráñala vida es
DON LUIS.' Lo que le falla en belleza. De un mozo rico y soltero.
No muy lejos de su casa ¡ Qué desfrenado que corre !
DON ALONSO.
Hay unas mozas famosas : De vuestras trazas me rio.
Caza que yo descubrí. ESCENA V.
lisas damas ya pasadas
DON ALONSO. ¿Para qué las quiero yo? DON JUAN , con vestido de bayeta, ga
¿Hay para lodos? Que no sé quién las llamó lán , aunque pobre ; GERMÁN —
DON LUIS. Difuntas embalsamadas. OTAVIO.
No y sí. Vamos al vuelo y paremos
DON ALONSO.
Donde quisiere la caza. DON JUAN.
¿Son hermosas? ( Vuelve Otavio.) Si agora no me socorre.
DON LUIS. DON FRANCISCO. ' Irme de Valencia quiero.
Muy hermosas. Dad en lo presente traza. GERMÁN.
GERMÁN.
Quisiera (y fuera mejor) Don Juan , esto se refiere
Don Alonso, mi señor, A que es orden que me dan.
¿Qué tiemblas? Qué te acobarda? Que os fuérades vos á Flándes , Yo hablaré por vos en esto ,
DON JUAN. Donde al cabo de seis años Y si él lo manda , se hará. ( Vane.)
La desdicha en que nací.— El Rey un hábito os diera.
Señor Otavio... DON JUAN. ESCENA VI.
otavio. * No me habléis desa manera.
Don Juan... DON JUAN; GERMÁN.
OTAVIO.
DON JUAN. Allá , en los reinos extraños, DON JUAN.
¿ Qué hace mi hermano ? No están los segundos mal ; ¿ No ves con lo que se va ?
OTAVIO. Si en la patria , pues nacieron GERMÁN.
Juega. Después. Descolorido te has puesto.
GERMÁN. (Ap.) DON JUAN. DON JUAN.
¡ A qué lindo tiempo llega ! Los primeros ¿fueron Cuando te llamó picaño,
DON JUAN.
De sangre mas nalural Quise la espada sacar,
¿Con quién ? Para que sean los reyes, Y de sus carnes corlar,
Y sus esclavos los otros ? Con que le vistieras , paño.
OTAVIO.
OTAVIO. ¡ Hay desvergüenza como esta !
Con el capitán No lo juzguemos nosotros : Hay estado de hombre honrado ,
Leonardo, con don Luis Que á tal punto haya llegado ,
"Y don Francisco. Esto disponen las leyes. .
No quisiera vuestro hermano Ni escuchado tal respuesta !
DON JUAN. Veros ocioso en Valencia. « Yo hablaré por vos en esto,
¿Son dados? DON JUAN. Y si él lo manda, se hará.»
OTAVIO. GERMÁN.
¿ Oféndele mi presencia ?
Juego es de mil ducados, ¿Tanto le gasto? Este sirve en fin , y eslá
Sien los tantos advertís, OTAVIO.
A la obediencia dispuesto.
Aunque es polla la que juegan. Terrible cosa es oir
En mi mano A un escudero cruel ,
DON JUAN.
Quisiera yo que estuviera : Que , preciado de fiel ,
¿Esa escudo? Ya sabéis vos mi deseo. Suele un señor consumir :
OTAVIO.
DON JUAN. « Esto me tiene mandado :
Es á doblón. ¿A Flándes? ¡Lindo rodeo! No puedo desto exceder ;
DON JUAN. Ya sé yo lo que él quisiera ; Es orden ; no puedo hacer
Muy entretenidas son. Que me quitaran allá Mas de lo que está ordenado ;»
OTAVIO. La vida de un mosquetazo, Y otras frialdades asi ,
También pican , también ciegan. Por quitarle el embarazo Espeladas en un palo.
DON JUAN.
Que conmigo tiene acá. DON JUAN.
¡ A que un hábito pretenda No hubiera sido muy malo
Quisiera , señor Otavio , Me envía !
Que para vestir me deis ; Que se acordara de mi ,
Que ando agora... ya me veis... OTAVIO. Dándole algunos , Germán.
Y es de don Alonso agravio ¿Y es maravilla? GERMÁN.
Que salga'un hermano suyo DON JUAN. Desapasiona , Señor,
Tal en día de San Juan ; Ese ingenio , ese valor,
Pues ¿hame dado ropilla Que como niños están
Que yo pobre y él galán , Adonde el hábito extienda?
Lo que han de decir arguyo En paños de la fortuna ;
¿ Es cruz de saludador, Deja que el tiempo los crie.
De verle y de verme á mí ; Que en la calle he de ponella?
Que para"tanta riqueza , vaya él á prelendella , DON JUAN.
Es notable la pobreza Que podrá honralla mejor ; ¿ Habrá tiempo en que confie
En que me trae. Que no es bien que hábito en mí De mi mal mudanza alguna?
OTAVIO. Parezca cruz en rincón. GERMÁN.
Es ansi ; Juega el tanto de á doblón , Conténtale con que el cielo
Pero él me tiene ordenado ¡Y deja á su hermano ansi! Te ha hecho gallardo y sabio.
Que aun para medias no os dé ¿Fuera mucho de barato La pobreza no es agravio.
Siu avisarle. Vestirme para San Juan ? ¡ Vive Dios , que me consuelo
DON JUAN. Cuando él anda tan galán, Cuando voy detrás de ti ,
¿Por qué? ; Es conmigo tan ingrato ! Y dicen : « ¡ Qué talle y cara !
¡, Soy algún bastardo echado Para Pascua ¿no decia ¡ Que este mozo no heredara,
A la puerta de su casa ? Que á mi y á un pobre criado, Y no aquel tonto!»
Soy fallo de entendimiento? Que me sirve por, honrado, DON JDAN.
Soy hombre sin fundamento? Dos vestidos me daria ? ¡ Ay de mí !
¿Deshonróle yo? Y en San Juan roto me veis.
GERMÁN.
GERMÁN.
OTAVIO. ¡ Ay del turco , y ay de quien
Esto pasa. Aquí lindo lugar tiene , Lleva la fortuna en popa,
« Si para Pascua no viene , Si en algún escollo topa ,
DON JUAN.
A San Juan me aguardaréis.» O da la barca vaivén !
¿Qué bajezas hago yo? Pardiez, señor mayordomo,
¿En queríalas compañías Ríete ; y para olvidarte,
Que es terrible este señor, Juega tú también un poco.
Me ha visto andar estos dias ? Puesto que hermano mayor,
DON JUAN.
OTAVIO. Y que yo no entiendo cómo
Esto , don Juan , me mandó. A su hermano trata ansí. ¿ Yo ? ¿ Qué ó con quién ? ¿ Estás loco ?
412 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
GERMAN. GERMAN.
Dineros tengo que darte. Gentil flema ! Y yo he sido
Ves aquí de la ración Hasta en los de naipes pobre.
No sé cuántos dinerillos. ¡Lindo ensayo ! ¿Hay caballo por ahí?
DON JOAN. El aprende en buena escuela. DON JUAN.
Pobreza y tristeza , grillos CELINDA. ¿Cuándo tuve yo caballo?
De la edad dicen que son. Por vida tuya , Rósela ,
Quiero estar pobre , y no triste : CELINDA.
De dos males el menor. Que juega con su lacayo. Turbada estoy de miraUo.
GEMIAN. ROSELA. ROSELA.
Ea , siéntate , Señor. Tan divertidos están , Pues yo le hablaré por ti.
Celinda , que no nos ven. (Llégate á ellos.)
DON JUAN. CELINDA.
Donaire, por Dios, tuviste. ¿ Quiéreme vuesamerced ,
Pues ¿con quién he de jugar ? ¡ Que en tan bajo punto estén Señor don Juan, dar barato?
Las cosas desle galán GERMAN. 'Ap.)
Por la crueldad de su hermano! ¡Damas!
Conmigo. DON JUAN.
DON JUAN. ¿Renunció? DON juan. (Ap.)
¿Contigo? GERMAN. ¡ Pesia al tiempo ingrato !
GERMAN. No renuncié ; ROSELA.
Si. Que siempre espadas jugué , Si ganáis , haced merced
DON JOAN. Y esta me queda en la mano. A dos servidoras vuestras.
ÍQué hará quien me viere aqui DON JUAN. DON JUAN.
ugar contigo ? Seis bazas hice. Por Dios, señoras tapadas,
GERMAN. GERMAN. Que me piden engañadas ;
Callar. Si no , díganlo las muestras.
Yo tres. ; Solas en Valencia son
Como el sacar los aceros ROSELA. De mis cosas peregrinas ?
Con el que diere ocasión , ¡Que un hombre tan principal
Asi el jugar es razón GERMAN.
Con quien trajere dineros. Trate á su hermano tan mal ! Pienso que son tus vecinas.
DON JUAN. CELINDA. DON JUAN.
Entra por una baraja ; Lástima por cierto es. Pues si es burla, no es razón.
Que no pocas hay allá. GERMAN. CELINDA.
GERMAN. Déme cartas. Antes somos forasteras.
Aqui la baraja está , ROSELA. DON JUAN.
Y el jugador de ventaja. ¿ Juegan plata ? Pues forasteras ó no,
DON JUAN. CELINDA. Barato les daré yo,
¿En el pecho la traías? Ni aun cobre pienso que vi. Sea de burlas ó de veras.
GERMAN. ROSELA. Tomen lo que entre los dos
Pues ¿hay almilla ni grana Don Juan se entretiene asi. Tenemos. Bien hay tres reales ;
De mas provecho? Mañana Es pobre, y con pobres trata. Mas no sé si están cabales ;
Te la pongo: no te rías. CELINDA. Pero les prometo á Dios
DON JUAN. ¿ No tiene gallardo talle? Que es mas que darles mi hermano
Tres mil escudos.
Arrastra el lm fute aqui, ROSELA. CELINDA.
Y en las dos sillas sentados , Y extremado entendimiento.
Juguemos nuestros cuidados , Creed
Por ver si los pierdo así. CELINDA. Que me hacéis mayor merced.
El verle tan pobre siento. GERMAN. (Ap. á su amo.)
GERMAN. ROSELA.
¿A qué habernos de jugar ? ¿Tomáronlo?
Yo no me atrevo á miralle. DON JUAN.
DON JUAN. CELINDA.
Al triunfo. Con la mano.
GERMAN. A este hombre quisiera yo , GERMAN.
Barajo y doy. Y me vendiera por él. (Ap. A fe que son cortesanas.
(Siéntanse á jugar.) ROSELA. ¡ Pobre Germán , hoy no cenas !)
¿ Quiéres que hablemos con él ? ¡Tres reales! (Ap. á don Juan.)
ESCENA VII. GERMAN. DON JUAN.
La malilla. ¿Esto condenas?
ROSELA t CELINDA, con mantos.- CELINDA. GERMAN.
DON JUAN t GERMAN Jugando. ¿Por qué no? ¡ Qué busconas tan humanas!
ROSELA. DON JUAN. CELINDA.
¿Pierdo acaso de quien soy Serviré con esta sota. Don Juan , vos nos habéis dado
Porque le vengo á buscar? ROSELA. Barato...
celinda. (Ap. á Roseta.) Tómalo por mal agüero. DON JUAN.
Tápate bien ; que hay aqui CELINDA. Cuanto tenia
Quien te puede conocer. Nunca , Rósela , si quiero, Os di ; que la suerte mia
ROSELA. Eso que ves me alborota. No pinta mejor mi estado.
¿Juegan? GERMAN. Creed que si mundos fueran
CELINDA. ¿Hay oros? Llenos de diamantes y oro ,
Era pequeño tesoro
Sí. DON JUAN. Para que mis manos dieran.
ROSELA. A quien le sobre. CELINDA.
¿Quién puede ser? GERMAN. Estamos agradecidas ,
CELINDA. Oros juego. De suerte...
¿ Es don Juan , su hermano ? DON JUAN. DON JUAN.
ROSELA. No he tenido Tendréis por loco
SI. Oro en mi vida. Quien esto da.
LAS FLORES DE DON JUAN. «3
CELINDA. CELINDA. LEONARDO.
Que son poco ¿Cómo sin amor? Mal hacéis en tratarle desta suerte.
Mil mundos de almas y vidas DON JUAN. don alonso. [mano?
Para poderos pagar. Condición debe de ser. Vayase á Flándes ; ¿qué hace aquí mi her-
Desta bolsillo os servid. (Vante Ruselti y Celinda.) Sirva , pretenda, como lo hacen otros.
DON Jl'Aíi. Venga con dos balazos , aunque traiga
Mucho me corro. ESCENA VIII. El cuerpo en dos muletas, y esté cierto
CELINDA.
Que le traeré en carroza y daré galas ;
DON JUAN, GERMÁN. Pero en Valencia haciendo picardías...
Advertid
DON LUIS.
Que esto se puede lomar. GERMÁN.
Después que un hombre le ha dado Noquiero que digaisquelascostumbres
A una mujer cuanto tiene. Las dos se han entrado allá. De don Juan no son buenas.
Con cien escudillos viene , DON JUAN. DON ALONSO-
Que es de lo que me ha pesado; Éntrense donde quisieren. ¿ Buenas ?
Pero si otra vez nos vemos, GERMÁN. DON LUIS.
No faltarán otros tantos. ¿ Quién serán ? Tanto,
donjuán. (Ap. á Germán.) DON JUAN. Que es tenido por hombre virtuoso.
¿Tomarélos? Sean quien fueren. DON ALONSO.
GERMÁN. Yo tengo dineros ya Tal tenga la salud quien eso dice.
Toma cuantos Para salir mas gafan DON LUIS.
Te dieren. ¡ Lindos extremos ! Que el sol, de San Juan el dia.
Otavio me ha pedido que os suplique
DON JUAN. GERMÁN. Vistáis á vuestro hermano; que mañana
Tomaré, señora mia , ¡ Qué dicha ! Es día de salir como segundo
A cambio de voluntad DON JUAN. De vuestra casa.
Este dinero, y fiad No como mia. DON ALONSO.
Que vuelva el doble algún dia ; GERMÁN. Gracia tiene Otavio.
Que agora quiero poner Siendo mañana San Juan,
Pleito de mis alimentos. DON LUIS.
¿ Cómo te harán el vestido ? ¿Erró mucho en echarme por tercero?
CELINDA.
DON JUAN.
Pagad vos mis pensamientos , DON ALONSO. '.
Que es lo que yo he menester. Como eso puede el dinero. No lo he de hacer, á fe de caballero.
Vestirme de blanco quiero.
DON JUAN.
GERMÁN.
(Vene.)
Descubrid, por vida mia, De blanco saldrás lucido ;
De ese cielo alguna estrella. Pero ¿habrá en los cien escudos?..
RÓSELA. ESCENA X.
DON JUAN.
No lo hayáis todo con ella ;
Que también parte querría Con las sortijas si habrá. DON JUAN, LEONARDO, DON LUIS,
De vuestro agradecimiento. GERMÁN. DON FRANCISCO , GERMÁN.
DON JUAN. ¡ Cuál tu hermano quedará
De quien me regala soy. V sus amigóles ! DON FRANCISCO.
DON JUAN. En hablándole en esto, se apasiona.
RÓSELA.
Yo estas sortijas os doy Mudos. LEONARDO.
Con el mismo pensamiento. GERMÁN. Pienso que tiene envidia á su persona.
don juan. (Ap. á Germán.) Pero advierte que no excusas DON LUIS.
De vestirme á mí también ;
¿Tomarélas? Di , Germán. Porque solo no vas bien. Bien la puede tener.
GERMÁN.
DON JUAN.
gkrman. {Ap. á su amo.)
¡ No , sino el alba ! Si puedes , Tu hermano es ido.
Invoca , Germán , las musas.
Desnúdalas. DON JUAN.
GERMÁN.
don JUAN. Hablar quiero con estos caballeros. —
Mil mercedes ¿Díceslo por estas damas? ¿Quién de vuesas mercedes ha perdido?
Me hacéis. Pues ¿no era mió el dinero?
LEONARDO.
DON JUAN.
RÓSELA.
Vestirte de nuevo quiero. Todos hemos ganado, y solamente
Vos sois tan galán , Vuestro hermano ha perdido.
Que entre damas de buen gusto GERMÁN.
DON JUAN.
Os habían de dar galas. Eres Juan , gracia te llamas. No me pesa.
DON JUAN.
Solas están estas salas; ESCENA IX. DON FRANCISCO.
RÓSELA.
LUIS, DON FRANCISCO.—Dichos. i Yo haré lo mismo.
Eso no ; tened la mano. LEONARDO.
Prenda soy de vuestro hermano. ' DON ALONSO. Y yo también, aunque he ganado poco.
GERMÁN.
No sé, por Dios, quién son. DON JUAN.
LEONARDO. Parece que limosna os he pedido ;
Si á don Alonso buscáis,
Entrad ; que jugando está , ¿Para qué es eso? Y tal estoy, que pienso que la pido.
Y lo dado esquitaréis. Perder y levantaros no es sin causa, Yo he menester que el capitán Leonardo
don juan. (A Celinda.) Y no sabiendo vos picaros, poca. Un caballo me preste, porque quiero
Vos , que no lo sois , podéis DON LUIS. Salir al Grao el alba de mi nombre.
Descubriros. Pues á fe que lo estábades , y tanto, Leonardo. [ofrezca,
Que menos que las damas que vinieron, Yo os daré el blanco , y siempre que se
CF.LINDA.
No fuera el mundo parle á levantaros. Están él y otros dos para serviros.
Tarde es ya.
DON FRANCISCO. don juan. [de.
A quien deseastes ver,
Que os haga , don Juan , favor. Vuestro hermano está aquí. Besóos las manos por merced tan gran-
DON JUAN. DON ALONSO. No me atrevo á pedírsele» mi hermano,
¿Celos? ; Linda figura '. Porque conmigo ha dado en ser tirano;
414 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Y atrévome á pedírosle, seguro [hecho. DOÑA INÉS.
De la merced que siempre me habéis ¿Siempre habéis de estar bebiendo? Y ser alba de San Juan.
DURANGO.
LEONARDO.
DURANGO. Pues si de burlas están.
Ya estáis de lo que os quiero satisfecho. De aquesta salada balsa Digan, y tendréles mano.
DON LUIS. ¿Puede tal cosa decirse? DOÑA COSTANZA.
Don Alonso tendrá dos convidadas , Bien puede el agua reírse, Coche de música viene ;
A lo que pienso, y no querrá testigos ; Pero será risa falsa. Que hay grande grita y ruido.
Yo convido á Don Juan. Mas cuando se rie el vino, Casi en el mar se han metido;
DON JUAN. Ríese de corazón; Será porque mejor suene.
Que sus alegrías son
Besóos las manos. Que en él se embarque un tocino. ( Grita y alegría dentro.)
DON LUIS. ¿Qué armada en vínose anega?
Y á los demás también. Qué flota en él se perdió? ESCENA XII.
LEONARDO. CONDESA.
Por mí, yo aceto. Aquí me sentara yo. músicos, dentro.— Dichos.
DON FRANCISCO. DOÑA COSTANZA. música. (Cantan dentro con sonajas. .
Y yo, porque comamos juntos. Hola, aquella alfombra llega.
Salen de Valencia
DON luis. (El paje extiende una alfombra.) Noche de San Juan
Vamos. DOÑA INÉS. Mil coches de damas
GERMÁN. (Ap.) [nelo
Bello sitio el desta puente. Al fresco del mar.
Dios me ha venido á ver ; que en el t¡-
DOÑA COSTANZA. condesa.
Comiera mucho hueso, palo y pelo.
Remata dentro del mar. Bien responden las orillas.
{Vanse.)
DURANGO. doña costanza.
Desde aquí po leis mirar El eco aprende á cantar.
Playa y muelle de Valencia ; mar en el fondo Toda Berbería enfrente. DURANGO.
y buques. CONDESA. Por Dios, que estoy por bailar.
Anoche se viera bien ; Según hace el son cosquillas.
ESCENA XI. Que en Argel luces habría. ■ música. (Dentro.)
LA CONDESA DE LA FLOR, con capa DOÑA INÉS. ¡ Cómo retumban los remos,
con oro y sombrero con plumas; DOÑA ¿Sabéis vos la Berbería? Madre, en el agua,
COSTANZA y DOÑA INÉS, con ca DURANGO. Con el fresco viento
potillos y sombreros ; DURANGO, un Y aun la he pisado también. De la mañana!
PAJE. DOÑA INÉS. DURANGO.
¿Cómo? ¿Decendeis de moros? Harto mejor retumbaran ,
condesa. {Dentro.) DURANGO.
Al fresco vino sutil,
Parad el coche, parad ; ¡Arre allá! Soy montañés; Los remos de un buen pemil.
Que al muelle subir queremos. Mas fui dos años ó tres , ¡ Oh nunca de agua cantaran !
doña costanza. (Dentro.) Por novillos ó por toros , música. (Dentro.)
Muy poco lugar tendremos ; A las galeras de España. Despertad, señora mia ,
Que hay gente de la ciudad. DOÑA INÉS.
Despertad,
doña inés. (Dentro.) ¿Por delito? Porque viene el alba
No importa; lugar darán. DURANGO.
Desertor san Juan.
(Salen.) ¿Otracañita? condesa.
doña costanza. Era el capitán Zurita Caballeros van viniendo...
i Hay tal vista ! Mi pariente. A caballo algunos van.
tOÑA INÉS. DOÑA INÉS.
CONDESA.
¡Hay tal frescura ! ¡Cosa extraña! ¿Correrán?
DURANGO.. DOÑA COSTANZA.
DOÑA INÉS.
Añade al mar hermosura Pues yo de veras lo tomo. No correrán.
La mañana de San Juan. DOÑA INÉS. CONDESA.
DURANGO.
Pues si Zurita consiente Algunos voy conociendo.
Tales mañanas como estas Que seáis vos su pariente, DOÑA COSTANZA.
Andan moros por aqui. ¿Qué mucho que seáis palomo? Don Francisco y Don Luis
CONDESA.
DURANGO. Son los de pardo y morado.
¿Vísteslos vos? Argel, Túnez y Bugia condesa. .
Hacia aquella parte están, ¿Quién es aquel de encarnado?
DURANGO. Adelante Mostagán,
Yo los vi. Siguiendo de Oran la via. doña INÉS.
Más de guerra que de fiestas; Luego Melilla y Bocmar, El capitán Don Dionís.
Mas por esto el Grao se guarda , Fez queda dentro, y enfrente Galán viene de pajizo
Y andan por él estos dias Aquel estrecho eminente Don Alonso.
Tan lucidas compañías Que llaman de Gibraltar. DOÑA COSTANZA.
Haciendo cuerpo de guarda. Está heredado. •
DOÑA INÉS.
Llegan cerca de Valencia, CONDESA.
Y dan vaya á los soldados. Y la sierra de las monas,
¿No cae cerca de ahí? Al galán de lo leonado
DOÑA COSTANZA. Mi color le satisfizo.
DURANGO.
Buenos barcos.
No suelen hablarme á mí DOÑA INÉS.
DOÑA INÉS. Otras tan nobles personas Trompetas hay en el mar.
Extremados. Desa suerte, y he servido DURANGO.
ToJo tiene diferencia. En Castilla y Portugal. Moros son de Berbería.
CONDESA. DOÑA INÉS. CONDESA.
Las aguas se están riendo. Yo no lo he dicho por mal. ¿Qué dices?
DURANGO. CONDESA. DURANGO.
Mejor se riera el vino, Muy presto os habéis corrido,
Con un pemil de tocino. Vusiñoría
Para ser tan cortesano, Se puede segura estar ;
LAS FLORES DE DON JOAN. 413
Que no llegarán aquí , Que entre la risa no tenga ESCENA XVI.
Ni á pieza estar osarán. Dél lástima, y de su hermano
DOÑA INÉS. Queja. Gente; y luego, DURANGO. — Dichos.
No hay mañana de San Juan DOÑA COSTANZA.
Que estos do vengan asi. ¡ Qué gallardo viene, gente. (Dentro.)
El blanco, y blanco el caballo! ¡ Gran lealtad !
ESCENA XIII. DOÑA INÉS. uno. (Dentro.) >
Si tuviera que vesti rse, ¡Suceso extraño!
Moros, en dos fragatas , tocando trom Yo sé bien que mas de cuatro
petas y cajas. — Dichos. Tuvieran envidia de él. Aqui ayuda.
otro. (Dentro.)
ün MORO. CONDESA. Vivo está.
¡ Ah cristianos de Valencia, Enviémosle un recado. (Sale Durango.)
Los que estar holgando al Grao DOÑA COSTANZA. DURANGO.
El mañanica de Juan ! ¿Cómo? ¡Cuán mejor que de Alejandro
Escuchalde el que te hablamos. CONDESA. Este caballo merece
Yo ser Ce! i n de Marrócos, Agora lo veréis. Sepulcro de jaspe y mármol!
Y en Castilia haber estado DOÑA COSTANZA.
Cautivo de un cristianilio CONDESA.
ue liamar hijo de galgo, Por el muelle viene entrando. ¿Qué es eso, amigo?
8 scapamus de! prisión, DOÑA INÉS. DURANGO.
Gracias, Mal» una. melagro ; ¿Burla quieres hacer dél? Señora,
Que valemos setecientos, CONDESA. Apenas di tu recado,
E costamos mil ducados. ¿Qué importa? Escuchad, Durango. Cuando poniéndole espuelas,
Por todo el bon tratamento , Decid á don Juan de Fox Batió al caballo los lados.
Os envió este regalo. — Que le ruego, ó le rogamos, Corrió al puente, y dél cayó
Despara, démosles grita. ! Que por ese puente al mar Furioso en el mar, que, alzando
TODOS LOS MOROS. Ponga espuelas al caballo. Blancas espumas al cielo,
¡ Ah veliacos, ah veliacos! DURANGO. Tiró al sol vidrios quebrados.
¡ Ahgalinias, pecarilios! Pues ¿ha de correr el otro? Mas dentro de breve tiempo
vivir torco mochos anios. El y don Juan asomaron
(Disparan los moros; contéstanles des ¿No veis que en llegando al cabo,
Ha de caer en el mar, Por el agua las cabezas,
de tierra , y viran de bordo.) Y podrá hacerse pedazos? Uno hablando, otro bufando.
Con la boca y las narices
ESCENA XIV. CONDESA. Agua arrojaba el caballo;
Haced vos lo que yo os digo. Don Juan voces animosas,
LA CONDESA, DOÑA COSTANZA, ¿No entendéis qué nos burlamos?
DURANGO.
A su cerviz abrazado.
A la orilla con el hombre
DOÑA INÉS, DURANGO , ra paje. Yo voy. (Vase.) Salió el caballo nadando,
Donde algunos pescadores.
CONDESA. ESCENA XV. Que estaban atando un barco,
Presto la espalda volvieron. Ayudados de otra gente,
DOSA COSTANZA. LA CONDESA, DOÑA COSTANZA, A sus chozas le han llevado,
Tal pieza les dispararon. B DOÑA INÉS, el paje. §ue están de la orilla cerca,
DOÑA INES. allí le están desnudando.
Retumbando queda el mar. CONDESA. CONDESA.
DURANGO. Con esta ocasión. Hacedme placer, amigo,
Brava grita nos han dado. Veréis cómo viene á hablarnos. Que volváis á visitarlo,
¡No estuviera aquí un marqués DOÑA COSTANZA. Y de mi parte le deis
De Santa Cruz, un gallardo Este herreruelo aforrado
¿No es lásti ma que sea pobre Para que se abrigue agora ;
Conde de Niebla, un don Pedro Un hombre tan bien hablado Que cuando á casa volvamos,
De Toledo, un Oria, un Carlos! Y de tan linda persona? Yo le enviaré qué se vista.
DOÑA COSTANZA. CONDESA. DURANGO.
Vuelve, Condesa, los ojos. El cielo no le hace agravio ; Dios te guarde. Voy volando. (Vate.)
CONDESA. Que es suyo, y dalo a quien quiere;
¿Quién es aquel de lo blanco? Que no puede ser forzado. ESCENA XVII.
DOÑA COSTANZA. A un poore hará gentilhombre,
Apostaré que es don Juan. Y á un feo discreto y sabio. LA CONDESA, DOÑA COSTANZA,
(Suenan dentro cascabeles y ruido de DOÑA INÉS , el paje.
CONDESA. un golpe en el mar.)
¿Quién? ¿Qué es aquello? CONDESA.
DOÑA COSTANZA. DOÑA COSTANZA. ¡Hola, cochero!
De don Alonso hermano. Que corrió, DOÑA COSTANZA.
CONDESA. Luego en dándole el recado, ¿No quieres
¿Aquel pobre caballero, Y como remata el puente Gozar del fresco?
Que, envuelto en bayeta, ha dado En el mar, hombre y caballo CONDESA.
En ser tumba de su alma? Se han sumergido en sus ondas.
DOÑA COSTANZA. Hame dado
CONDESA. El suceso pesadumbre.
El mismo. El hecho ha sido gallardo; DOÑA COSTANZA.
CONDESA. (Levántahse.) Pues ¿qué quieres?
¡ Notable caso! Mas no quisiera, si muere,
¿Quién le ha dado de vestir? Habérselo yo mandado. CONDESA.
DOÑA INÉS. DOÑA INÉS. Que nos vamos.
Quizá lo pidió prestado. Que morirá no lo dudes. DOÑA COSTANZA.
CONDESA. CONDESA. Tienes razón de estar triste.
No hay vez que venir le vea, Pues anegaréme en llanto, Si muere don Juan...
Envueltos los pobres brazos Como él en agua del mar. CONDESA.
En el pelado herreruelo Pensando
Que fué bayeta y es raso, Que me burlara con él,
416 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Me ba pesado de su daño. DURANGO. PISANO.
DOÑA inés. Vos no me conoceréis , Ya con la ropa os espero.
¿Qué importa que muera un pobre? Tal vuestros ojos están. (Retírame los pescador es.)
¿Tú no miras que es sacarlo DONJUÁN.
Del purgatorio del mundo? Sí conozco ; que vos fuistes ESCENA XXI.
CONDESA. Quien el recado me distes.
Ser la causa importa , y tanto, DURANGO. DON JUAN, GERMÁN.
Que estoy en la obligación La condesa de la Flor
De atender á su regalo ; Está muy triste, Señor, DON JUAN.
Y si , como soy condesa De la locura que hicisles; Las desdichas de don Juan
De la Flor, aunque mi estado Que ella lo dijo, por dar El se las dice primero :
Está en Italia, una dama Ocasión á que con ella Desde el punto que salí
Fuera humilde... Allegáredesá hablar; Este suceso temí.
DOÑA COSTANZA. Y pésale que por ella GERMÁN.
Dilo. Corriésedes basta el mar. Quisiera darte un consejo,
CONDESA. Para que sepa, me envia, Ni de cuerdo ni de viejo,
Callo, Cómo estáis, y con dolor Pero de quien te ama si.
Porque nunca de imposibles Del daño que haber podría,
DON JUAN.
Se pagan hechos gallardos. Este herreruelo. Señor,
Que trajo su señoría. Agora ¿qué puede ser?
( Vanse.) Abrigaos luego con él , GERMÁN.
Que está muy desconsolada. Que sirvas esta condesa.
DON JUAN. DON JUAN.
Cabafia de pescadores í la orilla del mar. Hallaré la vida en él ; ¿Estás loco?
Que ia triaca extremada GERMÁN.
ESCENA XVIII. Tiene ponzoña cruel,
Que de víboras se saca; ¿No es mujer?
DON JUAN, mojado; GERMÁN, LAU Y así , será mi triaca DONJUÁN.
CONDESA.
Yo os juro que si don Juan, Sí, mi señora, aquí estoy.
¿Que á don Alonso tratáis Condesa, á mi me quisiera, CONDESA.
Desa manera ? Que así pobre le admitiera, Pongan el coche.
DOÑA COSTANZA. Has que á su hermano galán; DURANGO.
¿Pensáis Porque sus defetos son Yo voy.
Que de las mujeres soy Del hado, con él tij»¡o, CONDESA.
Que por casarse no miran Y los de su loco hermano ¿Está don Juan por ahí?
La calidad del sugelo? De su misma condición.
CONDESA.
Ese, porque mas no puede, DURANGO.
Es pobre; esotro lo ha sido Pues ¿cuándo deja don Juan
Amar y tener respeto, No mas de porque ha querido, De estar mirando tus rejas? (Vate.)
De andar juntos se retiran. Y así es justo que lo quede. DOÑA COSTANZA.
DOÑA COSTANZA. ¿Es posible que no miras Ten lástima de sus quejas.
Pues sepa vusiñoria A donjuán con a lición? CONDESA.
Que yo le pienso tener,
Para no venir á ser CONDESA. No puedo ; que escribirán
Necia y casada en un dia. Das tormento al corazón Al señor mi desposado.
Don Alonso me agradó, Con sospechas de mentiras. DOÑA COSTANZA.
Su deseo agradecí ; Confieso, pues hoy has hecho ¿Cuándo dicen que vendrá?
Y todo lo aborrecí Juez tu curiosidad,
Que le tengo voluntad ; CONDESA.
Cuando él la causa me dio. De camino queda' ya.
Y no una, sino mil, Has no me pasa del pecho.
Siendo el hombre mas perdido Don Juan me parece bien, DOÑA COSTANZA.
Que esta ciudad ha tenido,- Roto y pobre como está ; ¿Hasle visto?
Y de condición mas vil. Su amor ocasión me da CONDESA.
Toda su hacienda ha jugado A no mostrarle desden ; Retratado.
Y dado á mujeres tales, Pero el ver que es imposible
DOÑA COSTANZA.
Como dirán las señales Ser mió, ni suya ser
(Que no siendo su mujer, ¿Qué tales sus gracias vienen?
Que en la salud le han dejado. No se da medio posible ; CONDESA.
Sus lugares ha vendido,
Y come de aquel valor : Y serlo, es mucho mayor), Yo no lio de retratos,
Decidme, ¿es digno de amor Por mas que el amor exceda, Porque son estelionatos.
O de ser aborrecido? Para que correr no pueda Que venden lo que no tienen.
¿Será bien que pague yo Tiene la rienda á mi amor. (Vante.)
De mi dote estas locuras? DOÑA COSTANZA.
No tengo que esperar ; perdido quedo, VéQuiero dejarla y dejarte. No digáis locuras.
Y hasta perder el seso tengo miedo. , y despide mis criados, DOÑA COSTANZA.
Di que vayan á otra parte De que es hermosa os prevengo ;
DON FRANCISCO. [bre Doude tengan mas ventura ;
Pues yo os prometo que la hablé tan li- Ya no tengo qué les dar. Que yo la vi cierto día,
Aunque tuve respeto á la Condesa , Y es moza.
OTAVIO.
Como si menos calidad tuviera. CONDESA.
Oye, Señor. Por vida mia,
DON ALONSO.
DON ALONSO. Que debéis andar celoso.
¡ Pesar de mi fortuna, siempre adversa
A todos mis intentos! ya no tengo ¿ Quién procura DDRANGO.
En qué esperar, ni qué perder, perdida De mujer, sino es pesar? ( Vate.) Aunque viejo, soy airoso ;
La que fuera el remedio de mi vida. La edad no me desconfia.
Tangranmudanza,¿quién la habrá cau- ESCENA XVII.
CONDESA.
[sado? DON FRANCISCO, OTAVIO. ¿Tendréis mil años?
Sin duda que de mí la han informado!
DDRANGO.
La perdición ha sido de mi hacienda OTAVIO.
Ocasión de perder tan alta prenda. ¡ Mil años '.
Él tiene poca cordura. ¿ Soy del tiempo de'Noé ?
Quien ama ayer, Francisco , y hoy des- Don Francisco , ¿ qué es aquesto ?
De loquequisotuvoinfamefama. [ama, CONDESA.
DON FRANCISCO.
DON FRANCISCO. ¡ Qué celos tendréis !
Que se perdió la esperanza
¿ Pensáis que os faltarían enemigos? Que en su dote se había puesto. DOÑA COSTANZA.
Y bastan mis desdichas por testigos : LA CONDESA , DONA COSTANZA y ¿Hay remedio para ver
No las quiero aguardar, ni verlas quiero, DOÑA INÉS, con mantos, T DU- Si los hijos de un celoso
Por no decir ó nacer un disparate ; RANGO. Son suyos ?
Antes pienso ausentarme de Valencia. DDRANGO.
CONDESA. Dijome ayer
DON FRANCISCO.
I lo] gara me que no fuera Un hombre un cuento donoso,
Agora es necesaria mas prudencia. Tarde. Con que se puede saber.
DDRANGO.
ESCENA XVI. CONDESA.
El tiempo está nublado, ¿Cómo?
OTAVIO. — Dichos. No es dia de ir á la mar : DDRANGO.
Entren si quieren rezar ; Un cierto labrador,
Que no ha de ser todo fiestas. Cuya mujer que paria,
0TAV1O.
Aqui vienen ya , Señor, CONDESA. Nunca estaba sin amor,
La condesa de la Flor, Las demandas y respuestas De sus hijuelos tenia ,
Doña Inés, doña Costanza, Suelen , Costanza , dañar: Que no eran suyos, temor ;
En fin , toda tu esperanza : En esa resolución Y queriendo averiguar
Llega , haránte algún favor. Se cifró tu desengaño. Si era cierta en el lugar
Del coche se han apeado ; DONA COSTANZA. De su mujer la opinión ,
Que entrar en Predicadores Pienso que fué discreción, Halló una cierta invención.
Quieren. Y de mi pasado engaño CONDESA.
DON ALONSO. Pido á los tiempos perdón. ¿Cómo?
¡Gracioso criado! DOÑA INÉS. DDRANGO.
OTAVIO. ¿No sabe vusiñoría Mandóse castrar;
Licencias se dan mayores Cómo hay sarao mañana? Porque con esto pensaba
A un casamiento tratado. CONDESA. Que si su mujer paria,
Llega ; que es buena tercera Huélgome , por vida mía : Sabría si le engañaba.
La Condesa. Una gala castellana DOÑA COSTANZA.
DON ALONSO. En élestrenar querría. Costosa invención seria.
Calla, Ola vio; Durango , ¿ no sabéis vos CONDESA.
Que en este punto esa fiera Desto del sarao ? SI ; mas seguro quedaba ,
LAS FLORES DE DON JUAN.
Y vos lo podéis hacer. Ni que se esté ; pero cuando Seguia un gran pensamiento ,
DURANGO. Un hombre de bien intenta Ha de morir sin dejarlo ;
Yo tengo seguridad Seguir
i con ánimo honrado Y que en amores y guerras
De la fe de mi mujer. Unheróico pensamiento , (Que se parecen entrambos) ,
CONDESA. Ha de morir sin dejarlo ; No pudiendo huir con honra ,
Que amor es como la guerra ; Se há de morir peleando ;
Si tenéis enfermedad , Que siendo mas los contrarios , Y añadió tales palabras...
Aun puede ser menester. Y imposible huir con honra , DON JUAN.
ESCENA XIX. Basta morir peleando. Ya las estoy escuchando.
Y añade estas dos palabras. ' GERMAN.
GERMAN, de soldadillo, con una pluma GERMAN. « Nunca buena dicha aguarde
y la valona, y en cuerpo.—Dichos. Ya , Señora , las aguardo. El que se va de cobarde.!
CONDESA. DON JUAN.
GERMAN. «Nunca buena dicha aguarde ¿ Qué sientes de eso ?
Aquí dijo que esperase , El que se va de cobarde.» GERMAN.
Porque á hacer concierto vamos, Vamos, señoras , de aquí.
Para de aquí á Vinarrós , GERMAN. Que quiere
Con quien nos lleve á caballo ; Que esperes , y quiere tanto ,
Que después al mar le queda Yo lo diré. Que se lo viera en los ojos
De nuestras desdichas cargo ; DOÑA COSTANZA. Un ciego.
Que el mar, en largos caminos , ¿Cómo vamos? DON JUAN.
Es posta de desdichados. CONDESA. ¡ Suceso extraño !
CONDESA. Llena de enojo y pasión. ¿La condesa de la Flor?
¿No es aquel Germán? DOÑA COSTANZA. GERMAN.
doña costanza. Quieres bien y andas burlando. Y aun de tus flores tratamos ,
El mismo. CONDESA. Y me dijo que en el fruto
Eras muy estéril campo.
CONDESA. ¿Yo quiero bien? Palabras son estas, digo,
Germán , ¿ dónde tan bizarro ? DOÑA COSTANZA. Para esperar dos mil años.
GERMAN. ¿ No lo ves ? De mi consejo , esperemos ;
Esta vez va no me pesa, ■ CONDESA. Por lo menos no partamos
Bellas señoras , de hablaros ; ¡ A un pobre ! Hasta ver si se declara.
Que si bien no voy muy rico , DOÑA COSTANZA. DON JUAN.
Voy al Un como soldado. Si , mas gallardo. Hay en amor mil engaños ;
CONDESA. Mas si , como el Dante dice,
¡ Como soldado ! ¿Qué dices? CONDESA. Amor á ninguno amado,
GERMAN. No lo creas. Que no amase perdonó ;
Cansado don Juan , mi amo, DOÑA COSTANZA. Y el Petrarca , entre sus raros
De tantas necesidades, No hay señal Versos, que no hay corazón
Y crueldades de su hermano, De amor mayor que negarlo. Dé tan duro bronce ó mármol ,
Viendo que sus alimentos ( Vanse las damas y el escudero.) Que no se ablande ó se mueva ,
Es imposible cobrarlos, Rogando, llorando , amando ;
Porque don Alonso ya Ya puede, Hipólita bella ,
Despide hasta sus criados, ESCENA XX. Haber el luyo tocado.
Por mujeres y por juego , Mujer eres , muchos días
Por banquetes y por bravos , DON JUAN.— GERMAN. Me ha visto al sol abrasado ,
Que le han puesto en mas extremos A los hielos de la noche ,
Que el de los dos , pues nos vamos ; GERMAN. Al furor de mis contrarios ,
Ir á Flándes determina ; ¿Eres tú, Señor? Asistir á tus umbrales,
Y de aquel oro , comprando , DON JOAN. Seguir el dorado carro
Que de limosna le distes Yo soy. De tu sol , su pura luz ,
Por las flores de sus manos , Como un indio , idolatrando.
GERMAN. Algün efeto habrán hecho
Estos pobres vestidillos , ¡ Oh , si llegaras ! Tantos amores y agravios :
Vine á buscar dos caballos DON JUAN. No mira amor en riquezas;
Que nos lleven hasta el puerto : Desnudo suelen pintarlo.
Déle Dios á sus trabajos. Temblando Yo me quedo á proseguir
CONDESA. Estuve de solo verla. El intento comenzado ,
¡ Que don Juan se va esta tarde ! GERMAN. Hasta que sepa del tuyo
* doña costanza. (Ap. á la Condesa.) Roto y desnudo has osado
Verla y seguirla otras veces ;
Que con este amor te canso.
La color se le ha mudado. Y agora , galán, bizarro, GERMAN.
CONDESA. Lleno de plumas y airoso, Bien has dicho y bien has hecho.
(Ap. d doña Costanza. Confiésote que ¡ Tiemblas de verla ! Adiós , plumillas de gallo :
Déjame hablar al lacayo.) [me pesa. DON JUAN. ¿Qué Flándes hay como ver
Germán , gran resolución Pensando A tu señora en tus brazos?
Ese tu dueño ha tomado. En que la pierdo, Germán , DON JUAN.
• ¡A Flándes! La lengua y piés se me helaron. Espero en Dios que algún dia ,
GERMAN. GERMAN. Germán amigo, veamos...
Pues ¿qué ha de hacer? GERMAN. •
¿No es mejor que de un balazo Pues en tu vida pudieras Dilo, y en buen punto sea.
Dé fin á tantas desdichas , Llegar con ánimo tanto.
Y le entierre suelo extraño, DON JUAN. DON JUAN.
Q ue verse en la patria pobre , ¿Cómo? El rico y pobre trocados.
T an pobre , que haya llegado GERMAN.
A hacer con sus manos ñores , Asi como le dije
Sin ser primavera ó mayo? Que te vas desesperado ,
CONDESA. Quedó como flor del sol
Quien hace flores sin fruto , En ausencia de sus rayos.
Ño se tenga por buen campo. Dijome que te dijese
No le digo que se vaya I Que quien con áuimo honrado
424 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Un vestido de camino
ACTO TERCERO. Mas de un dia.
Para que este milanés
Nos de ciertos pasamanos?
GERMÁN.
DON JUAN.
Calle. Algún vecino Forasteras parecéis ,
Le ha traído mas de un mes. Pues la historia no sabéis
ESCENA PRIMERA. DON JDAN. De dos perdidos hermanos;
A ese le diera yo Mas os juro que en mi vida
DOÑA COSTANZA t la condesa, Del volver la bienvenida. Cosa nadie me pidió
con mutilas. GERMÁN. Que se la negase yo.
¡ Brava dama ! En fin, haré que los pida
DOÑA COSTANZA. DON JUAN. Este mozo al mercader,
¿Cómo habéis dejado el coche? Y bien vestida. Y si él me quiere fiar,
CONDESA.
Cosa que en este lugar
GERMÁN.
Impórtame el ir asi. Mas que imposible ha de ser
En viéndote se tapó. (Y mas gue estoy de camino),
DOÑA COSTANZA. CONDESA. Con la tienda os serviré.
Muy melancólica os vi ¡ Ah, caballero! (Llégase á una tienda.)
En el sarao de anoche. DON JDAN. ¡Ah, señor Laurencio!.
CONDESA.
¿Es á mi? doña costanza. (Ap. á la Condesa)
Triste no, mas pensativa. CONDESA. Fué
DOÑA COSTANZA. Pues ¿quién es el caballero? Pedírselos desatino;
¿Que un hombre como don Juan DON JUAN. Que se ha de ver en vergüenza.
iieso anoche el mas galán ! Si ha de topar en dinero, condesa.
CONDESA. Ninguno hallaréis aquí. ¿Por qué, si yo estoy aquí?
¿Es lisonja? CONDESA.
DOÑA COSTANZA. ¿ Con ese talle sois pobre? ESCENA 111.
Asi yo viva ,
Que lució mas su pobreza DON JUAN. LAURENCIO. — Dichos.
Que la riqueza mayor. Bachillera parecéis.
Oidla causa y sabréis. LAURENCIO.
CONDESA. ¿Mandáis algo?
CONDESA.
Yo estoy bien necia de amor
Por su pobre gentileza. Deseo que el bien os sobre. don JUAN.
DOÑA COSTANZA.
Mas pienso que se turbara.) ¿Quién es esta señora, te suplico
Mirad, don Juan, que esa empresa Que me digas, pues tanto la encareces?
Pues tenga la mano queda. Ya sé yo que es la Condesa ; ALEJANDRO.
GERMÁN. Y todo en el viento para , Vespasíano Gonzaga, que en Valencia
¡ Por Dios, quehay bravos olores! Porque aguarda cada dia Un tiempo fué virey, trajo á sus padres,
¡ Brava cazoleta ha habido! Cierto marqués siciliano Porque eran deudos suyos ; nació Hipó-
Mal leva del natural A quien ha de dar la mano. En aquesta ciudad, ymüerlos ellos, [lita
Quien de olor artificial DON JUAN. De tres años estuvo en la Zaidia ,
Baña el cuerpo y el vestido. Ya sé que la suerte mía Monesterio tan célebre en España.
No merece su valor; De allí salió después para casarse;
ESCENA V. Mas ¿qué importa que se case, Puesto que ha sido en esto tan prolija,
Que me hiele ó que me abrase , Como heredera de tan gran estado,
LAURENCIO, con unos papeles atados. Para que la tenga amor? Quenunca,aunquedemuchosfuéservi-
— Dichos. CONDESA. Se ha querido casar. [da,
Y ¿si os quiero para daros CELIO.
laurencio. Un recado de su parle? Está guardada
Aquí viene todo, y bueno , DON JUAN. Para solo Alejandro esta ventura.
Si ha venido de Milán. Eso sí, y á cualquier parte ALEJANDRO.
CONDESA. Iré á serviros y á hablaros. Aun afora no sé si está segura.
Oid. CONDESA. Recójase la ropa y los criados ,
LAURENCIO. En casa de doña Inés , Para que lo mejor que sea posible
Decid. A las diez, por el jardín. Se pongan todos, porque luego quiero
condesa. (Ap. á Laurencio.) (Hacen las dos que se van, y vuelven.) Peuir licencia para verla.
A don Juan , DON JUAN. RUT1LI0.
Que está de vergüenza lleno, Ellas se van. En todo
No pidáis nada; que yo GERMÁN. Tendremos el cuidado necesario.
Soy mejor que habéis pensado. ¿A qué fin ALEJANDRO.
Por probarle me he burlado. Te quieren hablar después? Si en estas vistas tengo buena estrella ,
¿Sabéis de piedras? CONDESA. ¿ Quién casó con mujer tan rica y bella ?
LAURENCIO. (Vanse.)
Oid.
Pues ¿no? DON JUAN.
CONDESA. ¿Qué es lo que mandáis?
Guardad aqueste diamante; Jardín de casa de dolía Inés.— Es de noche.
CONDESA.
Que yo os enviaré el dinero. No nos habéis de seguir. ESCENA VIII.
LAURENCIO- DON JUAN.
Ni vuestro diamante quiero DOÑA INÉS, DONA COSTANZA ,*3$§4*A1
Por allí me quiero ir, Y LA CONDESA.
Ni otra prenda semejante ; Pues que vos por aquí vais.
Que mas estimo servir
A un hombre como donjuán CONDESA. CONDESA. W3¡
Que cuanto vale Milán; Sois en extremo galán , La merced que me habéis hecho
Y si volvéis á pedir, \ pareceisme muy bien. Me hace tan atrevida.
426 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
DOÑA INÉS. Melindres, bachillerías, Solamente en la belleza
En mi casa sois servida Son gratias viejas y frías. De Hipólita.
Por dueño delta y del pecho. DON JUAN. CONDESA.
CONDESA. Muchos galanes mancebos La pobreza
Fingiros tenéis criadas; Han dado agora en hablar Os hace desvanecer.
Que la noche da lugar; Esto que llaman pausado. DONJUAN.
Que me quieren ayudar CONDESA. Pobre ó no, yo me contento
Las estrellas disfrazadas. Cuatro veces me han sangrado Con ser rico deste bien.
DOÑA COSTANZA. Solamente de escuchar. (Hablan bajo.)
¿Cuándo no lo somos vuestras ? DON JOAN. GERMAN.
CONDESA. Cierto que es cosa sin precio Hablemos acá también.
Cumplimientos excusad. Un discreto. Pues que nos dan este asiento.
DOÑA INÉS. CONDESA. ¿Son criadas desta dama
Notable es la voluntad ¿Soislo vos? Vuesas mercedes?
Que á este caballero muestras. DON JUAN. doña més.
CONDESA. No, por Dios; que entre los dos Como él
Como es pobre, doña Inés , Yo tengo de ser el necio, De su amo.
Todas estas pruebas hago ; Porque no os puedo querer ; GERMAN.
Que pues de un pobre me pago , Mas si Condesa no hubiera, (Ap. A lo cruel :
No me he de quejar después. Estad cierta que os quisiera Más bajo.) Y ¿cómo se llama?
Pasar tiene por crisol , Por tan galán proceder. DOÑA INÉS.
Pues que me han de murmurar. condesa . ¿Yo? Doña Tigre.
DOÑA COSTANZA. Dios os pague la intención. GERMAN.
¿La noche te ha de casar? Si la Condesa os hablara, ¡ Mal año !
CONDESA. ¿Quéhiciérades? Y mas sí parida está;
Si; mas con el mismo sol. DON JUAN. Que dicen que correrá
¿Yo? Temblara. Tras el cazador un año.
ESCENA IX. condesa. ¿Y ella? A ver.
Pues ¿qué es vuestra pretensión? DOÑA COSTANZA.
DURANGO; después, DON JUAN don JUAN. Doña Serpiente.
r GERMAN. — Dichas. Quererla hasta que me muera. GERMAN.
CONDESA. ¡ San Jorge !
DURANGO. DOÑA COSTANZA.
Aquel caballero ha entrado. Dios os harte de querer. Mi nombre digo.
CONDESA. Pues en verdad que es mujer
Que si os hablara os quisiera. GERMAN.
Pues' retiráos vos allá. DON JUAN. Si no se burlan conmigo
( yase Durango, y salen don Juan y Ger ¿A mí? Por verme tan inocente,
mán.) CONDESA. Digo yo que su señora.
don jdan. (Sin ver á nadie aun.) Según la casa se entabla,
A VOS. Sellamará doña Diabla.
¿Dónde aquella dama está? DON JUAN.
DOÑA COSTANZA. DOÑA COSTANZA.
No lo creáis. Ese nombre tiene agora.
¿Quién va? Es angélica, es divina,
DON JDAN. Trasparente , cristalina ; GERMAN.
Un hombre y su criado. Mujer que si la miráis, ¿Cómo les va de ración?
DOÑA COSTANZA. Suspirarais por ser hombre, ¿Ahorran pan? Mas, serpientes
Allegáos á aquel jazmín, i Ay de mi humilde fortuna ! Comeránse hasta las gentes
Y hallaréis esa mujer. CONDESA. En buena conversación.
Yo estoy ya medio comido.
GERMAN. 01 contar que á la luna, DOÑA INÉS.
Y yo, ¿qué tengo de hacer? Porque la empresa os asombre,
¿No mas de ser matachín? Ladraba un perro, y le hacía ¿Para qué se puso en medio?
Grandes fieros : ¿si sois vos? GERMAN.
DOÑA COSTANZA. Por ver si hallaba remedio
Estaréis entre las dos. DON JUAN.
No me quitaréis, por Dios, Para estar mejor vestido.
GERMAN. Con eso de mi porfía ; Apriétenme, denme seda.
Amargamente me irá. Que también Endimion Vístanme una vez con oro.
CONDESA. Fué querido de la luna, DOÑA INÉS.
¿Quién va? Con más humilde fortuna. Apriétele, amigo, un toro.
DON JOAN. CONDESA. DOÑA COSTANZA.
Quien no sabe ya ¿Nn veis que fábulas son ? Tenga la persona queda,
Si sois vos ni quién sois vos. Mas buen ánimo tened ; Y el medio como virtud.
CONDESA. Que es mujer, y ser podría GERMAN.
Por lo menos, soy mujer Vencerla vuestra porfía. ¿ Son los extremos viciosos ?
Que os quiere bien. DON JUAN. ' DOÑA COSTANZA.
DON JOAN. Haceisme mucha merced. No son sino virtuosos,
Y yo un hombre CONDESA. Asi Diosle dé salud.
Que apenas tengo más nombre Ella gana ; que por Dios, Acérqueée deste lado.
De que soy hombre de bien. Que es fea y no muy discreta. DOÑA INÉS.
¿Cómo se ha de hablar aqui? DON JUAN. ¡ Qué fealdad tan atrevida !
CONDESA. Levántame. GERMAN.
Asentados ; que hay espacio. CONDESA. No he estado en toda mi vida
DON JUAN. Quedo. Mejor que agora acostado.
¿No hay cosa de cartapacio? DON JUAN. DOÑA COSTANZA.
CONDESA. ¿Es treta, Jure de no pegar nada.
En mi vida le aprendí. O me enfadaré con vos ? DOÑA INÉS.
Eso, ni vocablos nuevos, Si os he de hablar, ha de ser No granice, majadero.
LAS FLORES DE DON JUAN. 427
GERMÁN. Delante de tanta luz. En que tuviese firme confianza
)e un cabo me cerca Duero, DOÑA COSTANZA. Mas que en los cursos de la blanca luna.
i de olro Peñatajada ; Doña Costanza, que os quiero Cual el principio fué, tal fin me alcan
í tajadas dije bien, Por lo que Hipólita os quiere. za;
>ues dos y de carne son. Que el mar, el juego, amor y la fortuna
DOÑA INÉS.
No piensan que lo son, sin la mudanza.
Y yo también : ¿ no merezco
ESCENA X. Que me conozcáis á mí?
OTAVIO.
¿Para qué te lamentas de fortuna,
)URANGQ. — LA CONDESA, DOÑA DON JUAN.
Teniendo culpa tú de tus excesos?
INÉS, DOÑA COSTANZA, DON JUAN ¿Es doña Inés? DON ALONSO.
t GERMÁN. GERHAN.
No hay cosa, Otavio. de mayor cuidado
(Ap. ¡Bueno quedo, Al que baja de un alto á humilde estado,
m rango. (A su ama.) Que como á viles fregonas Como el ver que cualquiera se le atreva .
«ñora, en esta ocasión Las he tratado! Hoy perezco.) OTAVIO.
'erdóneme tu desden. Señoras, denme perdón ;
Que mi corto entendimiento Y añade que tener paciencia deba.
CONDESA.
Cómo os entrasteis así? No juzga de cosas grandes. DON ALONSO.
DEDICADA
Por dos cosas principales se dirigen á los hombres que lo son los cuidados de los estudios y los
trabajos del ingenio : ó por celebrar sus virtudes y dar (siendo tales los escritos) alguna inmor
talidad á sus nombres, ó porque á la sombra de su protección, ellos la alcancen ; en que parece
que corre el interés de entrambos. Cansados están ya los oidos desta proposición en tantos libros;
mas, como es uno el intento, no es mucho que sean las razones identidades. Si yo quisiera cele
brar las excelencias que en vuesamerced puso el cielo, así de su generoso nacimiento como de
su natural valor, persona y cortesía, hiciera sospechosa la dirección desta comedia, y fuera ma
yor que el presente el papel con que le envió ; de suerte que me está mas bien la segunda inten
ción que la primera, poniendo á la sombra de la luz de su valor y entendimiento el discurso de
esta fábula, tanto por honrarla de su favor, cuanto por agradecer los que he recibido siempre
del señor Jorge de Tobar, su padre , persona tan digna de la confidencia de los papeles de estado
.y de mayores lugares, si á mayores puede aspirar la pluma, acompañada de tanta virtud y con
fianza, en los reinos y sucesiones de tales príncipes; luciendo su verdad, integridad y celo entre
los excelentes ministros que ha tenido esta monarquía; dicha grande del imperio, pues cuando
dijo Plinio que tenia necesidad de amigos la fortuna del Príncipe , yo siempre entendí que hablaba
de los ministros , fundamento de su conservación , en que está la dificultad , pues el suceder es por
naturaleza. Alabo, entre otras partes, su cortesía, rara en los hombres de lugares eminentes; y no
soy solo en estimar esta virtud con tanto extremo, pues escribiendo Cicerón por Marco Fabio á
Celio , fiel mayor entonces, entre las partes de que le alaba, dice que era cortés y comedido. Yo,
por lo que tengo advertida esta modestia suya tantos años , digo con Ovidio :
Hule igitur meritas grates, ubicumque licebit,
Pro la ni mansueto pectore semper agam.
Que mirando muchas veces á vuesamerced, me parecía justamente que no podia ser de otro ori
ginal tal ejemplo de modestia, afabilidad y cortesía: no menores causas que para amarle, para
osar dirigirle esta imitación de un amante al uso destos tiempos , la furia con que le ausenta la
fuerza del agravio, y la invención con que le vuelve la tibieza que imagina, cuando con mas pa
ciencia no le llaman : puede ser que este carecer de la posesión sea amor propio por la falta que
hace el deleite á la costumbre ; así, fué opinión de Aristóteles que el hombre naturalmente con
mas afecto se ama á si mismo. Vuesamerced lea los que este discurso tiene, para que juntamente
queden corregidos y honrados , lo primero con la lima de su gran juicio , y lo segundo con su
nobleza y virtud, tan conocida y estimada, que solo hablar en ella me pueden culpar por atre
vimiento. Dios guarde á vuesamerced como deseo.
Su capellán ,
Lope de Vega Carpió.
Lh. 28
QUIEN AMA NO HAGA FIEROS
PERSONAS.
DON FÉLIX, caballero. MARCELO , ni criado. DONA JUANA , dama.
GASTON,*» criado. FINEO , casamentero. INÉS, criada.
LISARDO , novio. DONA ANA, dama. Criados.
EL CONDE OTAVIO. FLORA, «a madre. Un escudero.
La escena es en Madrid.
CONDE. Yo voy
Yo os lo diré: Yo quiero ser su criado; Adonde podré decir
El conde Otavio, si habéis Don Juan será mi señor. Que recibo nuevo ser.
Oído su gran valor. CONDE.
DOÑA JUANA. (Ap.)
FLORA.
No me agrada esta humildad : ¿Quién es este gentilhombre?
Que me perdonéis, Señor, (Por Gastón.)
Os ruego. Amor anda por aquí ,
CONDE.
Si no es que lo hace por mí , DON FÉLIX.
Sabiendo nuestra amistad. Ya no ha de tener mi nombre;
No merecéis Solo el vuestro ha de tener.
FLORA.
Perdón, pues no habéis errado.
Por muy vuestro me tened. Si vueseñoria quiere CONDE.
FLORA.
Verle, afuera le dejé. Quiero á los dbs recibiros.
CONDE. DON FÉLIX.
Haceisme tanta merced ,
Que me habéis puesto en cuidado. Mucho de verle holgaré. Téngolo á mucha ventura.
QUIEN AMA NO HAGA FIEROS.
GASTOS. INÉS. FLORA.
Soy, Señor, añadidura Parécelo en el olor. No entiendo.
De don Juan, para serviros. , FINEO. DOÑA ANA.
CONDE. ¿Huelen los novios? No importa.
INÉS. FLORA.
Hombre, parecéis muy sano.
Mejor Pues ¿no te agrada?
GASTÓN.
Los suelen oler después. DOÑA ANA.
Albricias os diera yo ; Agora, Señora, es presto;
Que un albéitar que me vio No tiene mala persona.
fie bailó manco de una mano. ¿Son aquestos sus criados? i No nos miran á nosotras
FINEO. Hasta el mismo pensamiento?
CONDE. Pues también tenemos alma.
¿Qué érades en vuestra tierra? Los mismos.
INÉS. FLORA.
GASTÓN. Las bijas, los ojos ciegos ,
¡Bien adornados!
Hidalgo no mas. Cosa que no poco abona; Han de querer lo que quieren
CONDE.
Que los criados, Fineo, Sus madres.
¿No mas? Son portada del Señor. DOÑA ANA.
GASTÓN. FINEO. ¡ Lindo consuelo
Y ¿es poco? Del coche es este rumor. Para quien ha de dormir
CONDE. Con un hombre tanto tiempo !
INÉS.
Bueno serás LISARDO.
Para la guerra. Que vienen mis amas creo.
Turbado estoy ; mas no es mucho :
GASTÓN. Tan cerca del sol me veo ,
¿Qué guerra? ESCENA XIV. Que bien puede por los ojos
CONDE. Cegarme el entendimiento.
La de servir. FLORA , DOÑA ANA. — Dichos. Señora Flora, estas cosas
GASTÓN. Trató conmigo Fineo ;
FLORA. Aqui no hay que tratar mas
¿Qué mayor? Cansada vengo. De firmar nuestros conciertos.
conde . doña ana. No quiero dote ; que bastan
¿Tu nombre? Yo pajas; Los grandes merecimientos
GASTÓN. De doña Ana, mi Señora.
Peio á gran velitura tengo
Gastón me llamo, La comodidad del primo. FLORA.
Muy bueno para mi amo,
Si es bueno ser gastador. flora. Mucho ese amor agradezco.
DOÑA JDANA.
¡ Qué gallardo caballero! INÉS.
Es muchacho el conde Otavio. Mi señor, don Juan Velarde
Vamos al jardín primero.
¡Qué! ¿Os vais?
DOÑA ANA. Ha venido.
Todos te agradan : no creo DOÑA ANA. (Ap.)
FLORA.
Que has tenido quietos ojos. Y mi contento.
Tenemos que hacer.
FLORA.
DOÑA JUANA. ESCENA XV.
¿Qué llamas ojos quietos?
¿Cuándo nos hemos de ver?
DOÑA ANA. DON FÉLIX, GASTÓN. —Dichos.
FLORA.
Hbnestos quise decir.
Yo por momentos lo espero. DON FÉLIX.
FLORA.
(Yante todos, menos doña Juana.) ¿Qué caballero es aqueste?
Pues ¿ en qué no son honestos ?
ESCENA XII. ¿Es vengarte del sermón? LISARDO.
DOÑA ANA. ¿ Quién es este caballero?
DOÑA JUANA. ¿Malicias? FLORA.
FLORA. Este es don Juan, mi sobrino.—
Si en un carcax doradoestán metidas. Este es, sobrino, mi yerno.
Amor, tus flechas ,biensevequeátiento, Yo las confieso.
LISARDO.
Ciego, las sacas, con diverso intento FINEO.
Del que después se mira en las heridas. Aqui está el señor Lisardo. Téngame vuesamerced
Quitas sin vista diferentes vidas; Por cuñado.
FLORA. DON FÉLIX.
Y como las esparces por el viento , Por todo extremo me huelgo.
Y el blanco no se ve del pensamiento, ¿Qué es aquesto?
Por eso quieres y por eso olvidas. LISARDO. DOÑA ANA.
Tirando asi, no hay alma que resista Pues holgaos con esa dama , Quiere mi madre casarme.
Las duras puntas de'tus flechas fieras, Y será por todo extremo. (Ap. d él. Que viene este majadero
Porque el mundo contigo se resista. INÉS. (Ap.) A Tas vistas tan vistoso.
¡Oh si con vista, dulceamor, nacieras, ¡Espantosa necedad! Como allá dicen los ciegos.)
Y acertaras las almas con la vista! FINEO. DON FÉLIX.
Mas no fueras amor si la tuvieras. (Ap. ¿Esto tenemos agora?)
(Vate.) ¡Vive Dios, que es buen agüero!
El casamiento se hará; Señor Lisardo, tratemos
Que ya el desposado es necio. Desto á solas vos y yo.
Sala, en casa de Flora. FLORA. LISARDO.
Siéntese vuesamerced. De buena gana. (Ap. á él. Fineo.)
ESCENA XIII. LISARDO. FINEO.
LISARDO, FINEO, INÉS, criados. Sabe Dios lo que me siento. ¿Qué dices?
LISARDO.
INÉS. (Ap.)
FINEO.
¿Mas que le mata el albarda? Que no me agrada
¿Aun no han venido de fuera? Aquesto del parentesco.
FINEO. (Ap.)
INÉS. FINEO.
Mas que no para hasta ciento. ¿Con celos entras? No aciertas;
No, Señor; mas ya vendrán.—
¿Es novio aqueste galán (Ap. d Fineo.) FLORA. Que las mujeres que vemos
Que á mis señoras espera? ¡ Mira qué buen talle tiene ! Con mal de madre preñadas ,
FINEO. DOÑA ANA. Hasta parir no hay remedio.
¿No se ve que novio es? Hombre parece. Asi tú, si le casases
440 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Con celos, era muy cierto LISARDO.
Que para toda la vida ESCENA XVII.
Fueras casado con celos. ¡ De aquel Osorio habréis la historia oído.
GASTÓN, INÉS. Que vio caer el hombre cuarto á cuarto ;
( Vanse Flora, Usardo, Fineo y los cria
dos.) i Lo mismo á mi temor le ha sucedido ;
GASTOS. Con que de amor el pensamiento aparto.
ESCENA XVI. ¿Cómo estamos ella y yo? Hase formado un hombre repartido
ISÉS. A mis ojos, de suerte que me parto
DOÑA ANA, DON FÉLIX, GASTÓN, Y ¿cómo leva de juego Para siempre de en casa de doña Ana ;
INÉS. A él? Que no será temor ni sombra vana.
GASTOS. COSDE.
DOS FÉLIX. Jugando á la argolla ¿Nomediréisquién Iiayque maslaquie-
¡ A buen tiempo, por Dios, Ana , Dijo que estaba Cisneros ,
Este parentesco lias hecho ! LISARDO. [ra?
Cuando le llamó su amo,
¡Bien quedaré Con ser primo, Y él respondió : «Yo voy luego ; Satisfacer mis celos solo puedo ,
Si este gallardo mancebo Que poco me falta ya : Los vuestros no, pues basta q ue os refiera
Con ser tu marido sale ! Va á doce, y dos bocas tengo.» Quedivididodesteintentoquedo. [pera;
uoSa ana. ¿Quién duda que los criados Querelda,Conde,ó quien mi ausencia es-
Mejor de mi amor lo pienso ; Del desposado moderno Que de casa rme sosegado el miedo ,
Porque primero vendrá Tendrán á vuesamerced No me importa saber el mas dichoso;
Todo el firmamento al suelo, Llena la testa de viento? Que no lo seréis vos si estáis celoso.
Tendrá la envidia quietud , ¿Qué paje barbón la mira? (Yase.)
Paz la soberbia, honra el miedo, ¿En qué lacayo gallego
Sol la noche, amor templanza , Ha puesto los oji-diablos ? ESCENA II.
Pena el bien, gloria el infierno , INÉS.
Que deje yo de ser tuya. Caígase un cesto de peros , DON FÉLIX, GASTÓN.— EL CONDE,
DOS FÉLIX. Tengan dineros los sanos , MARCELO.
Así de tu amor lo creo; Tengan salud los enfermos ,
Mas no temo tu firmeza ; Sepa bien el beber frío , DOS FÉLIX.
Sola mi desdicha temo ; Pasen mis años de ciento, ¿Era Lisardo este?
Y cuando esto desconciertes, Cuando yo no fuere tuya. CONDE.
Como es forzoso, no tengo gastos. • El mismo era.
Para qué vivir. ¿Qué piensas Pues voy contento con eso ; DOS FÉLIX.
Que hay por segundo suceso? Que, como nunca decís Pues ¡Lisardo contigo!
doña aña. Verdad en los juramentos,
Al revés te vendrá todo. COSDE.
¿Qué puede haber?
DOS FÉLIX. ISÉS.
Hele quitado
Adiós, Durango. Su gusto de casarse.
Este Conde, DOS FÉLIX.
Que las dos me dais por dueño , GASTÓN.
Desde que entré en su carroza Adiós, Duero. Aunque él quisiera,
(Privanza en criado nuevo) No pienso que quedara efetüado.
ISÉS. A Flora le pedí que deshiciera
Hasta que llegó á su casa, Leandro quise decir.
No cesó solo un momento Lo que entre ellos estaba concertado ,
De alabarme tu hermosura GASTOS. Por dar vida á tu amor.
Desde la planta al cabello , Yo Ero ; mas ya no acierto ; COSDE.
Y decirme que si gasta Que, como no sé nadar, Ya estaba muerto
Su estado y el de sus deudos , Siempre á la orilla me quedo. A manos de ese bárbaro concierto.
Has de ser suya. DOS FÉLIX.
doña asa. Esto sé que me debes, y que hago
¿Qué dices? Todo lo que es posible por tu parte,
dos féi.ix. ACTO SEGUNDO. Y que con mil quimeras satisfago
Que vengo perdiendo el seso. Esta objeción de no poder casarte.
DOÑA ASA. COSDE. rg0,
Sala en casa del Conde.
Igual puedo yo perderle , Yo sé, don Juan, que con mi amor te pa-
Pues que de celos le pierdo ESCENA PRIMERA. Y esperoen obras, que es razón .pagarte.
De dona Juana. El quitar á doña Ana el pensamiento
DOS FÉLIX. EL CONDE, LISAKDO, MARCELO. Deste mal prevenido casamiento.
¿De quién? Y pues has comenzado en mi servicio
CONDE. Con tal felicidad , para obligarme [ció.
DOÑA ASA. Vos haréis como noble caballero Hoy has de hacer también un nuevo ofi-
De quien al Conde, su dueño, En dejar de casaros con doña Ana. DON FÉLIX.
Sje pareció en la mudanza , LISARDO. Ya la dificultad está en mandarme.
Pues él la olvidó tan presto ,
Y ella por quererte á tí. Después que vi las sombrasqueos refie- CONDE. .
Propuse el fin á mi esperanza vana, [ro, Yo amaba á doña Juana...
DOS FÉLIX.
COSDE. DON FÉLIX.
Con esto estaremos buenos.
Yo la quise, Lisardo, y yo la quiero ; Tuve indicio
DOÑA ASA. Ya sabéis que el poder todo lo allana, Bastante dése amor.
Yo lo que no fuere tú , Si bien guardando siempre su decoro.
Por todo extremo aborrezco. COSDE.
LISARDO.
DOS FÉLIX. Ya sé la fuerza y el valor del oro. Enamorarme
Y yo lo que tú no fueres. Pudo doña Ana , y olvidarme della.
Es el oro, Señor, la quinta esencia
DOÑA ASA. Del poder de la tierra : donde él toca, DOS FÉLIX.
Vén al jardín, y hablaremos. No queda honor, edad, fuerza y pruden- No fué accidente , sino ser mas bella.
Mientras mi madre y Lisardo Uno vence, olro priva, otro provoca, [cía: CONDE.
Hacen tan necio concierto. Allá tuve también otra advertencia , Para que doña Juana me dejase ,
DOS FÉLIX. Con que mi voluntad , ó mucha ó poca, Quema que tratases de servilla.
Si él sale con lo que intenta, Quedó, si no resuelta , al fin templada. Porque, ocupada en ti, se le olvidase.
Yo le tendré por discreto. CONDE. DOS FÉLIX.
( Yanse doña Ana y don Félix.) Pues ¿es masque demí doña Ana amada? Pues ¿cómo sabes que podré remulla ?
QUIEN AMA NO HAGA FIEROS. 4SI
CONDE. DOÑA JUANA. ESCENA V.
Si casarse contigo imaginase, No"me lo parece á mi. DON FÉLIX, GASTÓN.— Dichas.
Presumo que era fácil reducilla : DOÑA ANA.
Por lo menos , oyendo casamiento , En fin ¿ le olvidaste? DON FÉLIX.
No hay mujer que no aplique el pensa DOÑA JUANA. ¡Mi prima y señora!
miento. doña ana.
Si te quieres casar, yo te prometo Ya
Dote que te enriquezca ; si engañalla, Tan fuera del alma está (Ap. ¿Qué podré callar agora?
No siendo de tu gusto , hasta su efeto Como yo lo estoy de mí. Qué amor no acaba en tragedia?)
Podrás de mil promesas suslentalla. Hazme" tan grande placer Mira , primo, que está aquí
Ya me entiendes, don Juan ; títeres dis- (, ¿Placer dije? Bien dijera Mi señora doña Juana.
[creto : Mejor) de hacer que me quiera, don FÉLIX.
Si doña Juana lia dado en visitalla. Pues tú lo podrás hacer; Con los rayos de doña Ana ,
Por ventura dé celos á doña Ana: Que , como tu sangre en fin , Que me deslumhran , no os vi.
Será mi pretensión incierta y vana. Solicitarás mejor DOÑA JUANA.
Mas de tu amor fingido entretenida^ El principio de mi amor
Y de mi esperanza el fin. Disculpado estáis, don Juan.
O que fuese , pues puede , verdade#, DON FÉLIX.
No habrá esperanza que mi gusto impi- doña ana. (Ap.)
DC* FÉLIX. l('a> Esta ha venido á matarme. Prima , aquí tengo que hablaros.
Ello no es fácil ; mas servirte espero. ¡ Ay, celos! ¿qué me queréis? DOÑA ANA. (Ap.)
¿No basta que me los deis, ¿Qué sirve buscar reparos
CONDE.
Amor, con desconfiarme , Si tantos celos me dan?
Yo sé que en esto me darás la vida.— Sino que yo misma sea don félix. (Ap. á doña Ana.)
Marcelo, ver aquella ingrata quiero. Quien me mate y solicite Prima, el Conde mi señor,
MARCELO. Mi muerte? Que ¡nunca mi señor fuera !
Ya tienes á la puerta la carroza. DOÑA JUANA.
Quiere que á su dama quiera
CONDE. Bien se permite Para proseguir tu amor ;
Lo que amor teme , la esperanza goza. Que en nuestra amistad se vea Que dice que doña Juana
{Vanse el Conde y Marcelo. Esta fineza de amor. No estorbará , entretenida ,
DOÑA ANA. Su deseo, y que la vida
ESCENA III. Digo que yo le hablaré Daré á su esperanza vana.
Para que "estime tu fe ParéCeme obedecer.
DON FÉLIX, GASTÓN. Y conozca tu valor. Como tu gustes , su gusto,
DOÑA JUANA.
Pues no le dará disgusto
DON FÉLIX. Lo que por burla ha de ser ;
Conoceré tu amistad. Que pues de mi estás segura
¿Qué te parece deslo?
DOÑA ANA. i Que con el alma le adoro,
GASTÓN.
Que es forzoso Segurísima estar puedes. Y de guardarte el decoro
Dar gusto al Conde. DOÑA JUANA. Nuevamente amor te jura ,
Harásme dos mil mercedes. No importará que la diga
DON FÉLIX.
DOÑA ANA.
Dos fingidos disparates.
Pues ¿querrá doña Ana, DOÑA ANA.
Después de ser tercero cauteloso, [na? Y él ¿sabe tu voluntad?
Que quiera, aunque lo finja, á doña Jua- DOÑA JUANA.
¡Que desta suerte ine trates!
Mis ojos, que lengua son DON FÉLIX.
GASTON.
No hay discurso, Señor, tan amoroso, Del alma , dicho le han ¿Qué causa tu enojo obliga?
Tan frágil es la condición humana , Muchas veces á don Juan DOÑA ANA.
Que no importe tal vez darle á cautela La fuerza de mi alicion. Pues tú, don Félix, ¡á mí
Celos , que son de amor famosa espuela. DOÑA ANA. Hacer tercera me quieres
No siempre se lia de amar como tú quie- Pues ¿va á tu casa? De tu gusto !
DON FÉLIX. tres- DON FÉLIX.
DOÑA JUANA.
Cuandoguardauleallad.amor lo manda. Acompaña Las mujeres
GASTÓN. Al Conde. Luego os alteráis asi ;
Yo sirvo al Conde, aunque soy
Yo conozco, Señor, á las mujeres : DOÑA ANA.
Quien sabes : tú lo trazaste;
La que se queda atrás , con celos anda. Será por verle. Y aunque en esto me obligaste ,
Sosiégala diciendo que te mueres, (Ap. Declarado se lia mi muerte.
Si muda amor ; si en celos se desmanda, ¡Falso amor! ¡Traición extraña! Por ti sin descanso estoy.
Ya es fuerza , no hay qué enmendar ;
Inquiétala , y obliga á mil desvelos ; ¡ Ah , don Félix , cuántas veces • Porque se suele decir
Que amor se hace gigante con los celos. listo de tu amor temí!) Que cuando servir, servir,
( Vanse.) Y él ¿nunca te dijo á ti Y cuando mnndar, mandar.
Lo mucho que tú mereces? Esto el Conde me ha mandado:
DOÑA JUANA. Si paso porque te quiera,
Sala en casa de Flora. Hasta agora me requiebra Por conservar la quimera
Con palabras generales. De la invención que has buscado,
escena iv. DOÑA ANA. Pasa tú porque le diga
Pues va con principios tales , Dos necedades agora
doSa ana, doña juana. A esta engañada señora ,
Haz cuenta que se celebra
Tu dichoso casamiento. Y que esta burla prosiga ;
DOÑA JUANA. Que lodo ha de resultar
DOÑA JUANA.
Esta ha sido la ocasión , En tenerte mas amor.
Doña Ana , de. visitarte. Ese es el fin á que aspiro.
DOÑA ANA.
DOÑA ANA. DOÑA ANA. (Ap.)
Antes será lo mejor.
En fin , ya por esa parte Por lo imposible suspiro ; Pues yo te daré lugar,
Salgo de la obligación. Llevó mi esperanza el viento. Que muv de veras la quieras ;
DOÑA JUANA. DOÑA JUANA. Que aunque dices que te burlas ,
Toda la tiene don Juan, Él viene. ¡Ay, Ana '..Remedia Tal vez se comienzan burlas
Tu primo, á mi grande amor. Mi mal. Que acaban en muchas veras.
DOÑA ANA. Anda, Félix; vesla allí :
Pues ¿no es el Conde mejor, Dile amores, haz tu gusto ;
Mas discreto y mas galán? Que no me d;.rá disgusto
442 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Lo que te da gusto :i ti. Sola mi muerte procuro. DON FÉLIX.
¿Para qué es bueno engañarme, doña ana. (Ap. al Conde).
Sino tratarme verdad ? En fin , gustas de perderme ;
Si la tienes voluntad, Advierta vueseñoría Pero tú dirás que ganas.
¿ De qué sirve atormentarme? ?ue doña Juana está allí , DOÑA ANA.
¿Hame de faltará mi murmurará de mí. ¿Qué pierdo si te he perdido?
Algún gusto despreciado, CONDE.
DON FÉLIX.
Donde poner el cuidado Ya prevenido tenia Tienes razón : poco ó nada.
Que no halla lugar en ti? A don Juan que la enamore.
¡Gracia tienes! Y ¡qué tal DOÑA ANA.
DOÑA ANA.
Chillarte , Félix , quisiera , Con todo, llegalda á hablar. ¿Cómo sufres que al jardín
Si esta dama no entendiera (Ap. Muérome por estorbar Lleve un galán á tu dama?
Que ya te quiero tan mal ! Que hablen.) DON FÉLIX.
¿Qué me miras? Como es tan grande mi amor.
don Félix. (Ap.)
DON FÉLIX. No he sentido que se vaya.
Por mas que dore Pero tú ¿cómo le dejas
¡ Qué extrañeza ! Doña Ana el favor que ha hecho
Qué bárbara condición ! Sí ,|pmo pienso , le amas ,
Al Conde , no ha de poder OuWl jardin vaya con ella?
¡ Con qué extraña imperfección En muchos tiempos volver
Os hizo naturaleza! Como la tuve á mi pecho. ¿No ves que amor quiere guardas ,
¿No ves tú que es conservar Y que de las ocasiones
Nuestro amor este cuidado ? conde. Resultan cosas extrañas?
Pues señora dnña Juana , DOÑA ANA.
DOÑA ANA.
¡ Ya Un olvidada ! (Llegando i ella.)
¡Lindo azúcar has buscado ! Como es tan grande mi amor,
DOÑA JUANA. No he sentido que se vaya.
Pero no me has de engañar ;
Que está debajo el veneno. Creo
Que os debe mayor deseo ESCENA VIII.
DON FÉLIX.
La hermosura de doña Ana.
El Conde. Con esto , no os espantéis FLORA , que sale quedo.—Dichos.
DOÑA ANA. Si me retiro de vos. DON FÉLIX.
A buena ocasión. CONDE. ¡Qué mal término tuviste'!
( Vase hacia el Conde.) En este jardín los dos
DOÑA ANA.
Hablemos , si vos queréis ; Pues ¡ tú en mi término hablas ,
ESCENA VI. Porque tengo que contaros
Un casamiento. Villano, vil!
EL CONDE. — Dichos. FLORA.
DOÑA JUANA. (Ap.)
CONDE. ¿Qué es aquesto?
¿Tales mis venturas son , ¡ Si fuese DON FÉLIX.
Con don Juan , y amor me diese
Aunque dellas vine ajeno? Tanto bien ! Tu madre: voyme. ( Vate.
¡Señora!... CONDE.
DOÑA ANA. ESCENA IX.
Quiero obligaros. —
Aqui, gran señor. Habla entre tanto, don Juan, (Ap. á él.) FLORA , DOÑA ANA.
Tenéis vuestra esclava. (Ap. Quiero Con doña Ana en mi favor.
Vengarme.) FLORA.
DON FÉLIX.
DON FÉLIX. (Ap) ¿En qué andas?
Yo voy á hablarla , Señor, ¿Piensas que ya no te entiendo?
De celos muero, Pues tanta ocasión me dan.
Que son cuartanas de amor; DOÑA ANA.
Que la piedad de los cielos, (Yanse el Conde y doña Juana.) Vén á matarme.
Viendo que era amor león , FLORA.
Por templar su condición ESCENA VII. ¿Tú tratas
Le dio cuartanas de celos. De villano á don Juan ?
CONDE.
DON FÉLIX, DOÑA ANA.
DOÑA ANA.
Deseoso me tenia DOÑA ANA. Si.
Vuestra ausencia. ¿Pensarás que estov va muerta FLORA.
DOÑA ANA. Porque hablaste á doña Juana? ¿Si dices?
No se ve ; DON FÉLIX.
DOÑA ANA.
Porque nunca donde hay fe Y tú porque hablaste al Conde ¿Dcquéteespantas?
La presencia se desvia. ¿Qije debo de estar sin alma? FLORA.
DON FÉLIX.
DOÑA ANA.
¿No me he de espantar de ver
(Ap. Esta se quiere vengar, Si le hablé , señal seria Que le quieras bien , ingrata
Y al Conde favorecer: Que tengo lengua. A Lisardo, al Conde, á todos
Pues el reñir suele ser Cuantos te quieren?
Recebir, doña Ana . y dar, DON FÉLIX.
DOÑA ANA.
Demos todos, y el amor No habla
Ayude al que ínas pudiere ; Quien ñola tiene, v á mi Acaba ;
Que si yo vencido fuere , No pienso yo que me falta. Que todo es quimera tuya.
Al fin saldré del temor.) FLORA.
DOÑA ANA.
(Vase á doña Juana.) ¡ Qué le dirías de amores ! ¿Quimera el quererle llamas?
¿Qué soledad es aquesta ? Qué de engañosas palabras! En tanto pesar me huelgo
DOÑA JUANA. Qué de mentiras de hombres ! Que has descubierto la hilaza.
Faltar vuestra compañía. DOÑA ANA.
DON FÉLIX.
DON FÉLIX. La mentira , cosa es clara Hilárasme tú mejor.
Allegar me detenia Que nombre de mujer tiene. FLORA.
Quien puede estar tan seguro Que también tiene ese mismo. ¿Tan mal te parece á tí
De lo mucho que merece, DON FÉLIX.
Que yo estuviera casada
¿Qué teme? ¿Estás contenta? Con mi primo? ¿No es mi primo
Don Juan hijo de tu hermana ?
DON FÉLIX (Ap.) DOÑA ANA. ¿Pierde por su padre acaso?
Amor me enloquece ; Y pagada. ¿No es Velarde? No es Sarabia?
QUIEN AMA NO HAGA FIEROS. 443
No le dieron , como á ti , DOÑA JUANA. LISARDO.
Su principio las montañas? A quien para casamiento Vamos ; que desta vez-serán seguras,
FLORA. Me propones. Como en el juramento se repare.
Y de la dispensación , CONDE. ( Vanse Flora y Lisardo.)
Si ese disparate entablas , ¡ Cosa extraña !
Sos mil ducados ¿es barro? ¿A donjuán? ESCENA XII.
¡PlegaáDios!... DOÑA JDANA.
iioñ v ANA. A don Juan quiero ; DON FÉLIX, GASTÓN, que se quedan
Tente, no hagas Que á un mismo tiempo tu alma retirados.— DO$A ANA, INÉS.
Disparates. Y la mia concertó
FLORA. Un amor y una mudanza ; DOÑA ANA.
¿Morderé? . Porque yo quise á don Juan ¿Qué fin han de tener mis desventuras?
DOÑA AMA. Y tú quisiste á dona Ana. Pero ¿qué desventura habrá que pare
No muerdas , puesto que rabias ; CONDE. Sino es en mí?
Que porque salgas de pena , Gran bien me has hecho: en albricias DON FÉLIX.
Si estas cosas te la causan , Te mando una joya rara ¿Qué es esto Inés? (Ap. á ella.)
Yo quiero querer... Que de Italia me trujeron , INÉS.
FLORA. Donde verás las tres parcas ,
Por cien diamantes mas duras ¿Qué quieres?
¿A quién? Que por las vidas que acaban. El tiempo, el son, mudanzas las mujeres.
DOÑA AMA. DON FÉLIX.
DOÑA JUANA.
A mi primo. Ya sabe don Juan mi amor, ¿Lisardo aquí otra vez?
FLORA.
¡Oh fiera! Oh falsa! Y yo le be dado esperanza. INÉS.
CONDE. Pues ¿no lo miras?
. DOÑA ANA.
Luego ¿bien podré valerme GASTÓN.
A Lisardo decir quise; De ti para con doña Ana? Habíala por tu vida cuerdamente.
Mas vase tal vez el alma DOÑA JUANA.
Tras la lengua , porque amor DOÑA ANA.
En cualquier cosa resbala. Tú verás , si con don Juan ¿Eres don Félix tú? ¿Deque te admiras.
FLORA.
Me ayudas para que salga Pues ocasión me has dado suficiente?
¿Que tú á Lisardo querrás? Mi casamiento á luz presto , Si tú á casarte en otra parte aspiras ,
Lo que mi cuidado alcanza. ¿Es milagro que vo lo mismo intente?
DOÑA ANA . ¿No sabesque no hay gustos ni placeres
CONDE.
Señora, á Lisardo llama ; ¿Puédome ya prometer Que olviden la venganza en las-mujeres?
Que hoy me casaré con él. Algún bien ? DON FÉLIX.
FLORA. DOÑA JUANA. Prima, pero ya no prima ,
¿Cumplirás esa palabra? Sirve y aguarda ; Y si prima, falsa y tal ,
DOÑA ANA. Que hay ocasiones de amor Que en mis bienes suena mal ,
Tú lo verás. Que es buena la confianza. Pues á dejarme se anima ,
FLORA. I ( Vante.) ¿Qué pecho habrá que reprima
Y tú en mi La fuerza de tu mudanza ,
Tanto amor y afición tanta , ESCENA XI. Que al honor y al alma alcanza?
Que boy, hoy quiero que á la puerta ¡Ah! ¡cómo se echa de ver
De Guadalajara vayas , LISARDO , FLORA, DOÑA ANA , INÉS. Que pasas , como mujer,
Y saques por cuenta mia Del amor á la venganza!
Dos joyas y cuatro galas. FLORA. Si te dije que queria
DOÑA ANA. Mucho, Lisardo, estimo tu venida. De burlas á doña Juana ,
Porque eras mi luz , doña Ana ,
Ya he sacado yo una joya. LISARDO. Como lo es el sol al dia ,
FLORA. Agradeces mi amor injustamente: ¿Qué ofensa hacerte queria,
¿Qué joya? , Una gran voluntad . aunque ofendida , Pues antes era defensa
DOÑA ANA.
Vuelve con poca fuerza fácilmente. Del Conde , cuyo amor piensa .
Cierta venganza. FLORA. Tu ingrato pecho pagar?
Siempre fué la hermosura perseguida ; Pero quien quiere olvidar,
(Vanse.) La justicia es mi hija claramente : Bien sabe fingir la ofensa.
Quiérenla todos, si igualmente pasa , ¡Qué buena paga de amor!
ESCENA X. Y ninguno la quiere por su casa. Tarde y mal , pues nunca el mal
El Conde nos promete mil quimeras , Llegó tarde. ¡ Qué mortal
EL CONDE, DONA JUANA. Y da como esperanza de casarse ; Veneno ! Qué vil temor!
DOÑA JUANA.
Y esperanza aun entera , y mil enteras ¿Yo ser á tu fe traidor?
Pocas veces se ven ejecutarse Yo mudarme? Mas ¿qué digo,
Eso me parece bien. De otros asi ; mas tú lo consideras , Si tu esposo y mi enemigo
CONDE. Y ella , pues es razón debe excusarse. Me han de vengar hoy aquí ,
Cuando un hombre se declara Si nació para ti, ¿qué nos cansamos, Pues yo quedo muerto en ti
Adonde debe respeto Cuando en un parecer los tres estamos? Y él queda vivo contigo ?
Por obligaciones tantas, LISARDO. DOÑA ANA. .
¡ Grande amor ó gran flaqueza ! El Conde me llamó , dijome el Conde Poco á poco ; que es locura
DOÑA JUANA. Mil invenciones y temores vanos. Pensar que nadie ha de ser
Pues Conde , ya que á la cara FLORA.
Tan suyo , que pueda hacer
De la verdad el rebozo ¡Qué mal á su nobleza corresponde ! Desprecios á la ventura.
Le quita tu amor, descansa Mas tiene amor sin ojos y aun sin manos. La voluntad mas segura ,
De mi temor y respeto. Si es discreta y fué dichosa ,
Sirve y pretende á doña Ana ; LISARDO. Ha de estar mas sospechosa ;
Que yo también quiero bien. Sin ojos, Flora, ceguedad responde, Que quien ama no ha de amar
CONDE.
Así le pintan griegos y romanos; [gas, De burlas, para matar
¡ Ahora si que me tratas Pero sin manos no ; que han de ser lar- Un alma siempre celosa.
Como amigo , ahora si Para que pueda darle el oro á cargas. ¿Qué querías que yo hiciera,
Que la verdad se levanta FLORA. Si dices que has de querer?
De la opresión en que estuvo! Ahora vamos á hacer las escrituras, ¿Puédele yo el alma ver?
Pero ¿sabré yo á quién amas? Y ruin sea esta vez por quien quedare. ¿Es tu pecho vidriera?
iU COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ
No hay burla mas verdadera DOÑA ANA. FLORA.
Que llegarse amor burlando ; ¿De qué historia de Zamora , Sospecho
Que el amor lisonjeando Señor primo , sacó el reto? Que no serán de importancia.
Entra mejor sin recelo ; •DON FÉLIX.
Porque el trato es como anzuelo, GASTÓN.
Que pesca el alma callando. No importan burlas , doña Ana , Como me voy. me confieso.
¿Había yo de aguardar En verdaderos sucesos : Primeramente, una noche,
A lo que pudiera ser, Lo que juro cumpliré , De tu despensa (ya tiemblo)
Y que hablando de querer, Si el mar, la tierra y el fuego Descolgué cuatro chorizos
Te supieras tú guardar? Y todos los vientos juntos Y una pierna de carnero.
La ocasión ha hecho errar Se me pusiesen en medio. Las tres azumbres de vino
Muchos que no lo creyeron , DOÑA ANA. Por que azotaron al negro,
Que mas santos que tu fueron : ¿Todos los vientos? Yo me las bebi también.
Luego, Félix , no presumas DON FÉLIX. FLORA.
Que te servirán lus plumas Camina , déjate deso. .
Con que los otros cayeron. Y todo
Cuanto es poder y no es cielo, GASTÓN.
DOX FÉLIX. De no verte eternamente Échame tu bendición ;
Disculpas tu liviandad Mientras en tu casa... Que espero , Flora , en el cíelo
Con lo que está por venir. FLORA. Que has de obispar algún día.
DOÑA ANA. Pienso , FLORA.
Nunca ha sido el prevenir Don Juan , que te has vuelto loco. ¿Qué dices?
A lo menos necedad. DON FÉLIX. GASTÓN.
DON FÉLIX. Pon , Gastón , mi ropa presto ; Que siempre es bueno
El mudar tu voluntad Esos papeles recoge , Recebir la bendición de lo
Bien se ve que no es honor. Saca esas maletas luego. De los que lo son por cierto,
doña ana. Hoy me parto á la montaña: Aunque no sean obispos ,
El casarme, ¿qué mayor? Déme el valle de Carriedo Porque después pueden serlo.
DON FÉLIX.
En sus celes sepultura ; A mi señora doña Ana
Lloren mis padres. No hablo, porque la veo
¿Tal dices? ¡Plega á los cielos Con las manos eñ los ojos. —
Que nunca te falten celos FLORA.
Y siempre te sobre amor! ¿Qué es esto? Tú , Inés , pues bien los merezco ,
¿Hay tan grande libertad? ¿Adonde vas de ese modo? Dame tus abiertos brazos.
¿Esto se sufre á mis ojos? ¿ Es justo que su remedio INÉS.
Sola esa carta prohibe En quien pone esperanza Apenas puedo de risa
El detenerte, y sufrir En la esfera mayor de la mudanza ! . Darte un recado, Señora.
El alma el mal que recibe. ¿Para qué me llamabas? FLORA.
DON FÉLIX.
Yo ¿no estaba de ti tan descuidado ¿Viene el Conde por ventura?
Yo lo quisiera excusar ; Como de mí lo estabas? Buscaré dónde me esconda.
Para tanta deshonra ¡me has llamado!
Pero mi pobre hacendilla ¿De qué estás ofendida? ■ INÉS.
Mal se podrá gobernar; Mas debeslo de estar de ser querida. Que no es el Conde.
?ue costó mucho adquirilla, FLORA.
es un honrado solar. Basta ; que soy el coco :
A cualquiera desden de tus amantes, Pues ¿quién?
conde. (A Marcelo.) Teniéndome en tan poco INÉS.
Haz que le den mil ducados. Como se ve por burlas semejantes, Dos hidalgos en dos postas.
Vente conmigo, don Juan. Venga Lisardo, ¡ah cielos! FLORA.
DON FÉLIX. Y á todos cause con casarse celos.
¿Quién?
Vivas los años doblados Concertemos, doña Ana, INÉS.
De Néstor. Que esto pase por burla, y no de veras ;
[yame el Conde y Marcelo.) Don Juan y su criado.
Que yo vendré mañana,
Y otras mil veces que casarte quieras, DOÑA ANA.
ESCENA XVII. A hacer el fingimiento Toda el alma me alborotas.
DON FÉLIX, GASTÓN, De aqueste malogrado casamiento. FLORA.
Que liará dar voces á un muerto. Siempre fueron disculpados. Mas que cabellos.
DOÑA ANA. GASTÓN.
DOÑA JUANA.
Con celos nunca se olvida; Cuando son celos honrados, Señora,
No es posible que lo estés. De que el alma se inquieta. Cuánto don Félix te adora
LISARDO. DON FÉLIX. Ha confirmado el volver.
Si es agravio, tú ¿no ves ¿Hay celos sin honra ? Desenójate, por Dios;
Que no hay cosa que mas pida DOÑA ANA.
Que ya bastan cuatro dias
Vengcnza tan merecida? De vuestras melancolías.
Si. Ea, ¿qué os miráis los dos,
DOÑA JUANA. DON FÉLIX. Si os morís por abrazaros?
Si no van tus pensamientos ¿Cuáles? Acerca á dona Ana, Inés.— •
Mas queá la venganza atentos , DOÑA ANA. Y tú mueve ya los pies.
Ni cases ni hagas mudanza ; Los que piensan mal INÉS.
Que nunca por la venganza De una persona leal.
Son buenos los casamientos. Acabad de concertaros;
DON FÉLIX. Que don Félix dirá al Conde
LISARDO.
Engañaste. Que se volvió del camino
No tienes ya qué temer; Porque un hombre propio vino ,
DOÑA ANA.
Que son comenzar á amar, En que su madre responde
Señora, en otro lugar. ¿Cómo asi? Que ya está su padre bueno.
Principios de aborrecer ; DON FÉLIX.
DOÑA ANA.
Y en siendo tú mi mujer, Porque no puede haber celos
¿Por qué ha de faltarme el trato i Pobre de cualquier mujer,
Que piensen bien, porque son Que siempre habernos de ser
Que á nadie ha salido ingrato? Temor. Vasos de vuestro veneno ,
DOÑA JUANA. DOÑA ANA. Blanco de vuestros enojos
Porque aunque en mis brazos sea , La satisfacion Y centro de vuestros celos!
Quien los que amaba desea , Ha de quitar los recelos ; DON FÉLIX.
Tendrá en el alma el retrato. Y los celos han de ser
Tras esto, palabra di Por eso os dieron los cielos
Tales, que callarlos pueda l'osesion de nuestros ojos ,
De casarme con don Juan El que los tiene, y no exceda Llave de nuestros sentidos ,
Al Conde. Del crédito que ha de haber Imperio de nuestros pechos,
LISARDO. De las prendas del honor. Dudosos ó satisfechos ,
Las que se dan , DON FÉLIX. Amados ó aborrecidos.
Bella driña Juana , asi , Como no los has tenido , DOÑA ANA.
Muy pocas veces las vi Culpas mi error.
Llegar hasta el cumplimiento; Yo te abrazo , y. lo deseo.
DOÑA ANA.
Que basta ser casamiento DON FÉLIX.
Para empezar á mentir, Nunca ha sido A no ser tan pertinaz...
Pues el eco ha de decir, Grande sin celos amor. GASTÓN.
Tras el casamiento, miento. DON FÉLIX.
¡Oh, gracias á Dios; que en paz
DOÑA JUANA. Pequeño el tuyo seria Como gente honrada os veo!
Ahora bien, yo he de informarme Por esa misma razón. Déme su merced á mi
Desta ausencia y deste enredo, DOÑA ANA. Los brazos.
Donde verás lo que puedo. Celos tuve ; pero son INÉS.
En pudiendo asegurarme. Como en causa tuya y mia. También le abrazo.
LISARDO. Y bien te acuerdas que fueron
Mucho quisiera emplearme Principio de nuestro daño. ESCENA III.
En quien vengarme pudiera. DON FÉLIX.
DOÑA JUANA. Ya, mi bien, el desengaño . DONA JUANA.— Dichos.
En casa de Flora espera. De mis verdades te dieron ;
LISARDO. (Ap.) ¿A qué puede tu belleza DOÑA JUANA.
Celos, á muchos casáis ; Ni mi grande amor llegar, No me desagrada el lazo.
Pero no me arrepintáis, Que á obligarme á confesar doña ana. (Ap. d don Félix.)
Pues es menos mal que muera. Que tuve, en volver, flaqueza?
Al Puerto, mi bien, llegué; ¿Es la tal?
(Vanse.) DON FÉLIX.
Pero no pasé del Puerto,
Porque de tu olvido cierto, Pienso que si.
•En su nieve me abrasé. DOÑA JUANA.
GASTOS.
Y atormentar su memoria , Que á solas
Con Flora quise casarme. Los he visto hablar mil veces.
Desdicha nolable fué.
CONDE. CONDE.
DON FÉLIX.
¿No has vislo luz desde lejos ¿Das licencia que responda? ¿Y Inés?
DON FÉLIX. INÉS.
Que los ojos encandi la ,
Porque parece que aula Di, Señor, lo que quisieres. Que doña Ana a lora
452 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
A don Félix ; que don Juan Que si celos apasionan , El pensamiento.
Es nombre que no le toca. Yo me vi muerto por él. FLORA.
CONDE. CONDE. Tú has hecho
Es verdad , porque es mi primo La información va famosa ; Esta invención.
Córdova , Aragón , Cardona , Mas lomemos juramento DONA ANA.
Priego, Aguilar. A doña Ana. ¿Yo, Señora?
GASTÓN. doña ana. GASTÓN.
Y Montilla , ¿Dónde agora Vuesamerced se desnude
; Pesia al alma de la loca ! Pondré la mano? Las lechuguillas de novia.
CONDE. DON FÉLIX. Pues ya no se haceel partido
Diga su dicho Fineo. En aquesta , Como'juego de pelota,
F1NF.O. Que la vuestra , esposa , os toma. Y denme por novia á Inés.
Diréle solo en la loa FLORA. INÉS.
De las partes de don Félix , Eso no ; que has de ser mió. Inés se te rinde.
Que sé que son generosas. DON FÉLIX.
GASTÓN.
DEDICADA
Hice elección desta comedia entre las doce desta parte, para ofrecer á vuestra excelencia al
gún rústico fruto de nuestra humilde Vega, debido tributo á la sagrada Ribera del mar Océano,
porque pasa en Sevilla, su dichosa patria, y porque, como en España no tienen (d) preceptos, no
ofenderá su grave juicio en todo género de letras, así la disposición de su contexto como el or
nato de sus versos , que en esta ocasión tanto'temor pone á todo ingenio científico ; que á los vul
gares en cualquiera calidad, no hay que tener respeto. Debiera Apolo hacer concilio de sus musas
y definir qué estilo debemos usar ahora .para quietud de los elevados y singulares ; que así se
llaman los que , malcontentos de la verdad de la lengua , cuanto agradados de su vanidad y locu
ra , penan en diferentes lugares como las almas. Teofrasto Paracelso pone notables diferencias
de hombres, después de los comunes á la naturaleza, en todos los elementos: undenas, silvas, gno
mos, pigmeos, salamandras; y no se acordó de los del aire, porque no habia entonces este linaje
de poetas. Yo no sé qué ideas son estas ; deben de ser las de Platón , que no se pueden difinir, co
mo sintió Aristóteles : Nec demonstrationem recipere, et ita vanae. Constituyeron algunos el natural
principio de todas las cosas en el caos (eran gentiles); del quisieron que procediesen la materia,
la forma, los elementos, á quien otros añadieron los átomos: no fuera sin causa poner entre ellos
este género de versos , pues á la claridad del sol no se les halla mas que confusión y aire. Dice
contra el Tasso la Crusca que se entienden sudando sus conceptos, por haberlos envuelto en
tanta variedad de figuras ; y que los poemas han de tener, con lo provechoso, lo deleitable, y que
con lo deleitable no puede estar la fatiga, y que la que se siente en leer su Gofredo, no solo es
fatiga, sino enojo y martirio; Avendosi sempre a combatiere con gli stravaganti ed intempestivi
gheríbizzi deü' autore (en castellano no tenemos esta voz; que fantasía no es tan significativa).
Esto sintieron del Tasso : ¿qué haremos en España de los que tan lejos viven de igualar este varón
insigne , poeta y filósofo , y no escritor de plática (2), como los médicos impíricos ?
En el ánimo, Señor excelentísimo , estala mente, en la mente el juicio, la sagacidad, la soler
cia y el ingenio ; divídele el Constanciaro en su Retórica en dos cualidades : Quaedam sunt com-
moda , dice , et quaedam incommoda ; commoda ut acumen et celeritas ingenii et memoria (y en es
tas facilidad y firmeza), quas res eruditio comitatur atque doctrina. Entre las cosas que pone al
segundo género son la rudeza , la tardanza , las flacas fuerzas del ingenio, la poca erudición y
(1) Las comedias.
(2) Práctica. *
-454 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
doctrina. Yo bien estoy con que los frutos de los estudios salgan tarde ; pero después de tarde,
rudos, torpes, tibios y ineruditos, no lo apruebo. Si el remedio del corto natural se ha de fundar
en la escuridad y bárbaro estilo, ¿para qué escribe el que ha de fatigar al que le ha de leer, pues
solo su engaño le obliga ó su presunción le desvanece? No es esta la diferencia del hablar natural
ó figurado, ut in sermone latino : poco -ornato de la oración poética seria llamar naturalmente á
los ojos, el sentido con que vemos; pero en el figurado basta llamar á Aristóteles lumen Graeciae,
á la juventud flos aetatis, manusá la potestad, y caput al principio, con otros lugares tópicos don
de hay tantas diferencias y tropos ; y aun desto, modicus et opportunus.usus ; que asi se ilustra la
oración, como quiere Fabio Quintiliano. Ne inusitata et usu remota in orationem ingeras, dijo el
Ticinense; puesto que la peregrinidad sea vicio de los españoles, como refiere Grinito, y lo con
firma la inconstancia de sus trajes, barbas y cabellos; pero sacar de su naturaleza á la retórica,
y que no sea su difinicion arte de bien decir, sino de lenguaje bárbaro, ¿qué facultad lo permite ?
Qué nación lo sufre? Si agora preguntaran á Guillelmo Budeo cuándo había de ser el dia de ma
yor confusión, no respondiera aquel donaire, sino que en el tiempo que escribiesen los hombres
para no ser entendidos. Pues luego ¡el modo de las reprensiones, con tantas libertades y con
vicios, obligando á los hombres acostumbrados á la alabanza á tratar, por volver por el propio
honor, del vituperio ajeno! ¡Oh vano error ! Oh suma ignorancia! Oh soberbia fantástica! Oh pre
sunción intrépida !
Lloraban á Hermolao enfermo en Roma aquellas dos estrellas de Florencia, Pico Mirandulano
y Angelo Policiano, y dice Crinito, alabándolos y culpando á Platón y á Jenofonte : Animi parvm
liberi et insinceri esse, invidiae magis quám doctrina concederé.
Si hubiéramos de proponer un alto ejemplo de los que sin envidia saben (que claro está que
quien sabe no envidia) , ¿quién fuera como vuestra excelencia, que desde la primera edad se
consagró á las ciencias , como destinado á tan grandes virtudes , que le han hecho por si mismo
mas lugar en la fama que la generosa ascendencia de sus clarísimos progenitores , que en tantos,
tan admirables y suntuosos edificios, lustre y inmortal ornamento de Sevilla, dejaron las cenizas
de tal fénix? A quien podíamos decir lo que de aquel ave sagrada al sol dijo Lactancio , aplicando
las selvas orientales á las riberas del Bétis :
Antistes nemarum et luci veneranda sacerdos,
Et sola arcanis conscia , Phaebe , tuis.
Pues no hay facultad de que no tenga conocimiento y particular estudio , en el mejor que ha
juntado príncipe en Europa : docto en la lengua síra , hebrea, caldáica y griega, cuando de sola
la latina, en que es tan eminente, pudiera honrarse cualquiera profesor suyo. Pues si entre las
sinopsis que en algún modo contienen principio, da el filósofo al esplendor, dignidad y autoridad
la nobleza, ¿qué hará ilustrada de tan sublimes virtudes y insignes letras? ¡Oh feliz siglo!
PERSONAS.
EL REY DON PEDRO. MENDO, criado. TEODORA.
EL CONDE DON ENRIQUE. EL ADELANTADO. JUSTA.
EL MAESTRE DE SANTIAGO DONA JUANA. Soldados.
RAMIRO , criado. DONA INÉS. Acompañamiento.
¡ No he visto cosa mejor ! Por Dios , Señor, que he salido Tú has dado
MAESTRE. Solo á escuchar disparales Fria disculpa á tu humor.
Esta noche. Ahora bien , llévame , Enrique ,
Humilla tal vez el gusto Donde nos entretengamos,
Lo sabroso , aunque no es justo MENDO.
Ya que desla suerte estamos.
Si toca al debido honor. No le trates
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DON ENRIQUE. ; Pues taf imagino yo REY.
No sé, por Dios, cómo aplique Que un rostro fingido queda , (Ap. Mas me mata, mas me abrasa.)
A tu grandeza las cosas '■ Aunque en la plaza se venda. Y el posible ¿no sabremos?
Desla noche , si no pones Ello parece clavel ;
Pero no nació con él ; DON ENRIQUE.
El gusto en las oraciones
Y respuestas fahu losas 1 Que te compró de la tienda. Sí , Señor; que le tenemos
En que han dado las doncellas , Cerca.
REY.
Haciendo casamentero Eso sucede en algunas. RET.
A san Juan. ¿Mucho?
RAMIRO.
RAMIRO. DON ENRIQUE.
Dijo un sabio reverendo
Deciros quiero Que eran , en anocheciendo , Esta es su casa.
La causa, y volver por ellas. Todas las mujeres uuas. REY.
REY. REY.
Llamad.
¿Cómo? Habló del cuerpo , no dio DON ENRIQUE.
RAMIRO. Lugar al alma. Llama tú , Ramiro.
¿No enseña el cordero? DON ENRIQUE. RAMIRO.
Mendo, ¿sabes tú las casas Los feos, pobres y necios Luego que el son conocí , •
Donde con tu dueño pasas Luego las hacen arpías ; Sali , Ramiro , al reclamo.
Algunas noches? Que quien puede ronquislallas RAMIRO.
MAESTRE.
Y las merece agradar, Di á Teodora que mi amo
Nunca acaba de acabar El conde Enrique está aquí.
No puede , De alahallas y de honrallas.
Gran Señor, Mendo decir Por Dios , que donde no están JUSTA.
Cosa que tu gusto sea. Que no hay gusto ni alegría, Andamos tan ocupadas,
REY. Ni del hombre compañía Que si excusarlo pudiera ,
¿No hay una discreta fea Como la que ellas le dan. No la pesara.
Adonde podamos ir? Lindas enfermeras son RAMIRO.
Vame la vida en que aquí Son licencias mas que iguales. ) Bien pudiera disculparme
Un rato los entretengas. MAESTRE. Con pintar la condición
Pues ¿qué sospechas, que sales De amor ; pero yo sospecho
TEODORA.
Tan triste? Que, aunque lo ignore tu pecho,
Como á verme después vengas , No tu ingenio y discreción.
Yo lo haré, Conde , por tí. REY.
Desdichas mías. Alguna historia has leido
DON ENRIQUE. De mujeres que han amado.
Esa palabra te doy.— MAESTRE.
DOÑA INÉS.
Ramiro... Tú ¿puedes ser desdichado? Siempre amor fué disculpado,
RAMIRO. REY. De necio no, de atrevido.
Señor... ¿No es desdicha tener celos? DOÑA JUANA.
DON ENRIQUE. MAESTRE. Pues ¿cómo es necio ini amor?
Camina. No , Señor , cuando los ciclos ¿No es del Rey hermano el Conde?
(Yante don Enrique y Ramiro. ) De tanto bien te han dotado. DOÑA INÉS.
RET. Otra razón te responde,
ESCENA V. Si nadie puede enojarme, Huera del propio valor.
EL REY , EL MAESTRE , TEODORA, Yo me quiero entristecer.
(Ap. ¡Qué pueda Enrique tener
DOÑA JUANA.
¿Qué esperanza queda en mí? Con Enrique, pues ya es mió. ¿Qué mira? ¿De qué se espanta?
4ftt COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DOÑA IXÉS. Que por dicha hará su letra ) Con cuidado , que le tiene
¡ Ramiro! Efeto en dureza tanta , Vuestra alteza desta casa.
RAMIRO. Pues sabes que los ausentes RET.
Inés de los cielos, Por ellas se quejan y hablan.
¿Puedo hablar? No escondáis la carta.
RAMIRO.
DOÑA IM:'S. DOÑA INÉS.
¿Que no podré verla yo?
Estoy turbada. Es cosa
doña inés. Que quisiera declararla
¿Cómo le has entrado aquí? No podrás hasta mañana , A mi rey y mi señor,
RAMIRO. Porque está escribiendo al Rey. Gloria nuestra y sol de España ,
A la bella doña Juana RAMIRO. Si se me diera el lugar.
Traigo del Conde , mi amo... ¿Al Rey tan presto? rev. (.1 Mendo.)
doña INÉS. ¡Hola! Despejad la sala. —
DOÑA INÉS.
Habla de presto. Esto pasa. Tú , Maestre, afuera espera.
RAMIRO.
RAMIRO.
( Yanse el Maestre y Mendo.)
Esta carta. ¡ Plega al cielo que los dedos
DOÑA INÉS. Que el Conde marfil llamaba , ESCENA XIII.
Muestra, darésela yo. Se vuelvan piedra ; la tinta
RAMIRO. Sangre, la pluma una daga , EL REY, DONA INÉS.
¿No será posible hablarla? El papel!...
DOÑA INÉS. DOÑA INÉS.
doña inés.
Deja el papel. Señor, tu grandeza es tanta ,
¿Qué es hablarla? Tú eres muerto, A quien tu piedad , tu ingenio
Si te conocen en casa Mira que en vano te cansas;
Que el Rey es muy gentil hombre, Divinamente acompaña ,
RAMIRO. Que me obliga á suplicarte
Y cuando no, el serlo basta.
¿Qué hay del Rey? Aquí me dijo mi prima Mi remedio , que esta carta
DOÑA INÉS. Que hacia al Conde ventaja ; Te dirá mejor que yo
Sus pretensiones , Que andaba á caballo airoso, Y con mas vivas palabras.
¥ no pocas esperanzas. Y á pié con notable gracia. RET.
RAMIRO. Pero vuelve , como digo , Pues ¿quieres tú que la lea?
¿Admítele? Mañana. DOÑA INÉS.
DOÑA INÉS. RAMIRO. Sí , Señor, porque cifrada
Claro está. ¿Cómo mañana? Toda mi historia está en ella ,
RAMIRO. Yo me vuelva , si volviere, Guardando el rostro á mi fama.
¿Claro está? Discreto con arrogancia, REY.
DOÑA INÉS. Rico aforrado de necio, Aquesta letra es del Conde.
Pues ¿qué pensabas? Pretensor sin esperanza ,
Valiente sin enemigos , DOÑA INÉS.
RAMIRO. Viejo en años y sin canas, Sí , Señor.
Ayer salimos de aquí, Desgraciado con envidia REY.
Y ¡ hoy puede haber tal mudanza ! Y envidioso con desgracia, Escucha.
DOÑA INÉS. Músico con mala voz , DOÑA INÉS. (Ap.)
¿Que quieres? Vive quien vence. Danzador con malas patas,
Jugador con poca dicha , Para
RAMIRO.
Casado con mucha fama ; A la fortuna la rueda,
Lástima tengo á quien ama. Y finalmente, me vuelva Amor; que me importa el alma.
¡Fuego en las!... Mujer ( aunque muchos andan
ret. (Lee.) ■
DOÑA INÉS. Que lo quieren parecer) , «Hoy he llegado á Sevilla; que las
Quédale en las. Si acá volviere mañana. (Vase.) «ansias de verte me volvieron de Cór-
RAMIRO. »doba; estoy escondido hasta qoe la
Pues si ya me entiendes , basta. ESCENA XI. «noche me dé lugar; aguárdame, se-
» ñora mía , en la puerta por donde so-
DOÑA INÉS.
DONA INÉS. »lias hablarme; que tú serás mi mujer,
¿Qué había de hacer, ausente »ó yo perderé la vida.»
Enrique 1 ¡ Qué bien me va sucediendo ! ¡ Extraño caso ! Luego el conde Enriqne
RAMIRO. ¡ Cómo se ve que se pasa ¿No amaba á doña Juana?
Abrasarle el alma , A mi lado la fortuna ! DOÑA INÉS.
Como lo ha hecho. ¡ A y del Conde! Amor, leamos la carta :
Que á cada paso que daba , A mi me sirve
Veamos qué dice Enrique Desde la vez primera que á Sevilla
Decía : «¿Quedará, Ramiro, A su venturosa dama. (Ábrela y lee.) Le trajo vuestra alteza de Castilla.
La divina doña Juana?
¿Hablará con doña Inés? ESCENA XII.
REY.
¿Llorará? — ¿No es cosa clara? » ¿Qué dices?
Decía yo, tan gran necio EL REY, EL MAESTRE , MENDO. DOÑA INÉS.
Como él , pues tal pensaba : La verdad. •
« ¡ Ay, Ramiro ( respondía ) , — DONA INÉS, fin verlo».
REY.
¡Quién de su divina cara
Bebiera agora las perlas MAESTRE. : Viven los cielos.
Que de las estrellas bajan , Nadie sabe que has venido. Que porque sea verdad te den mis celos
Para templar este fuego !> RET.
La corona que tengo ! Y si lo fuera ,
—¡Oh qué graciosa templanza, De cuanto cubre la suprema esfera.
Venir en secreto es causa.
Haberse rendido al Rey I MAESTRE.
DOÑA INÉS.
L-i. 30
466 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
DON f. muquí:. DON ENRIQUE. Porque, volviendo de verte,
Díñalo por burlarte. De amor. Ángel de mi perdición ,
RAMIRO. RAMIRO. Y de dar mil parabienes
No te entiendo ó no me entiendes. Razón tienes ; A tu amor, á tu mudanza ,
Teme, Señor, no seas necio, Porque, si verdad te digo, A tu dicha y á mi muerte ,
Teme; que el discreto teme. Dando un papel de alfileres Pienso volverme á Castilla.
DON ENRIQUE. A una dueña en los umbrales RAMIRO.
¡Doña Juana al Rey! De una sala, la vi enfrente... Señor, excusa, si puedes,
RAMIRO.
¿Dirétecómo? El verla, por el peligro,
¡ Por Dios , DON ENRIQUE. Si acaso alguno te viese ,
Que desesperarme quieres ! Si, amigo. Y porque si desdeñosa
Si, hermano ; piadoso vuelve Te respondiese, no aumentes
DON ENRIQUE. Tus celos, y algo le digas
A curar á quien has muerto.
Las señoras ¿hacen eso? Que mas desdicha nos cueste.
RAMIRO.
RAMIRO. DON ENRIQUE.
El seso, Señor, ¿quién puede ?
Si, Señor ; porque los reyes Estaba aquella señora No puedo excusar, Ramiro ,
Son los mayores señores. Como el aurora amanece , Ver á doña Juana. Denme
DON ENRIQUE. Dando luz al mismo sol, Una rodela y un jaco.
Mira que no son mujeres. Aunque del la suya tiene ; ' RAMIRO.
RAMIRO. Los cabellos en sortijas ; ¡ Bravo amor !
Sisón. Y pues es naturalmente , DON ENRIQUE.
Bien haya el platero cielo
DON ENRIQUE. Que tales sortijas vende ; Bien lo merece ;
Pues ¿de qué lo sabes? Los ojos... no quiero'estrellas, Que si por el Rey me deja ,
RAMIRO. Que es cosa baja, y ofenden Acierta, y es bien que acierte.
De que paren. Tantos ojos estrellados ,■ • Mejor es que yo mi hermano.
Sino decir que parecen ¡Muera yo! ¡Viva quien vence!
DON ENRIQUE.
" Bestia, lente; Dos breves cielos de amor, (Vanse.)
Que mé quitarás la vida. Adonde gloriosamente
RAMIRO.
Penen las almas.
¿Tengo yo la culpa? DON ENRIQUE. Talle.
DON ENRIQUE. ¿Qué dices?
¿ En gloria quieres que penen? ESCENA XVIII.
Pierde ,
Loca esperanza, el color ; RAMIRO. EL REY; EL MAESTRE t MENDO,
Y del luto de mi muerte Si ; que destos disparates de noche.
O de lo azul de mis celos Altamente se encarecen
Esmalta sus hojas verdes. Los amorosos engaños. REY.
RAMIRO.
Pero déjame que llegue Ya le digo que viene arrepentido
A pintar aquellas cejas, De haberme dado enojo, po'r guardalle
No esmaltes hojas, por Dios, Pobladas de pelos breves Secreto á Inés.
Ni poetices desa suerte , Y sutiles, que á los ojos MAESTRE.
Sino vamos al remedio. Eran divinos doseles.
DON ENRIQUE.
Extraña cosa ha sido.
No las comparo á los arcos , ¿Que quiere álnes?
¿Sábeslelú? Porque los arcos celestes REY.
RAMIRO. No tienen pelos ni cubren
Dos, tres, veinte. Los ojos que algunos quieren ; Y ha de rondar su calle
Que si luna y sol son ojos , Que le case con ella me ha pedido ;
DON ENRIQUE. Y ¡ vive Dios , que tengo de casalle !
Como son tan diferentes,
Uno solo, y presto. Fuera tuerto el cielo á estar Porque , fuera de ser buen casamiento.
RAMIRO. Juntos en su hermosa frente. Importa al mió declarar su intento.
¿Presto? ¿Quieres que pinte la boca? Vaya Mendo á avisalla.de mi parte,
DON ENRIQUE. DON ENRIQUE.
Para que eslé á la puerta prevenida.
Si, Ramiro. MENDO.
¿Sabrás?
RAMIRO. RAMIRO.
¿ Diréle que aquí estás ?
Posta, y vete. Ni supiera Apeles, re;.
DON ENRIQUE. Ni pensó naturaleza Diselo aparte.
Por bestia entraste : en efeto , Criar una rosa en nieve. ( Vase Mendo.)
Remedio tuyo. Parece que jwr respeto
RAMIRO. De las perlas de sus dientes, ESCENA XIX.
No deben Les puso el cielo, Señor,
Los hombres mas á sus padres Dos cortinas de claveles. EL REY, EL MAESTRE.
Que á las postas, porque suelen DON ENRIQUE.
MAESTRE. fdV
Librarlos de mil peligros ; Muerto estoy; no digas mas.
Mas yo rio quiero deberles ¿Que Inés, Señor, de Enrique fué servi-
RAMIRO.
Nada, porque me maduran ¡Bien hayan los portugueses^ REY.
El tamboril muchas veces. Que á esto llamaron boquina! Esto puedo, Maestre, asegurarle ,
DON ENRIQUE. Que parece que convierto Y que en su ejecución meVa la vida.
¡Ay, doña Juana! ¿es posible Los deseos en jalea. MAESTRE.
Que con mudanza tan breve DON ENRIQUE. Mucho á la hermosa doña Juana quieres
Pagas un amor tan justo? Presumo que me entretienes REY.
Pues aun yo no estaba ausente... Porque no sienta mis males. Corona puede ser de las mujeres.
¡Jesús! Deseos,¿quéquereis?¿VerIa? Pues Tamo=
RAMIRO.
RAMIRO. Es verdad: eso pretende A verla. Tarda Enrique: bien podemos.
¡San Blas! Mi rústico ingenio, Conde, ¿Quécliráns¡meven'íMas¿quédudamos.
DON ENRIQUE. Porque temo... Amor, cuando lancetea el bien tenemos"
Ya que en segura posesión estamos ,
Yo me muero. DON ENRIQUE. Sin efeto es andar por los extremos. —
RAMIRO. Ya ¿qué temes? Maestre, aquí me aguarda, y si viniere
¿Deque? Pon á punto esos caballos; El Conde, buz de manera que meespere.
LO CIERTO POR LO DUDOSO. 467
MAESTRE. Por su destierro y ausencia Y perdona , que te acercas
Iráse si me ve. Toda la noche y el dia. Y quieres sacar la espada.
REY. ¿Cómo no me dais respuesta , REY.
Pues dame aviso ; Í)on Tello, Maestre, hermano? Dame la espada.
Que amor me fuerza, y mátame el deseo. RAMIRO. (Ap.) DON ENRIQUE.
(Vase.) Ya se acerca, ya le pega. Ahí le queda
ESCENA XX. REY. Envainada ; que no quiero
Hombre, ¿quién eres? responde. Que de otra manera sea.
DON• ENRIQUE,
EL MAESTRE. RAMIRO.— DON ENRIQUE. REY.
No se espante vuestra alteza Eres traidor.
Que no responda. (Desembózase.) DON ENRIQUE.
RAMIRO.
BEY. Soy tu hermano.
Ninguno como tú tan recio quiso. Nunca mi madre fué reina;
¿Es Enrique?
DON ENRIQUE. Pero fué tu padre el mió.
Bien lo dice el peligro en que me veo. DON ENRIQUE.
REY.
No sé si serlo quisiera ,
RAMIRO.
Pues te doy tantos enojos , Enrique, no me enternezcas.
¡ Con qué temor aquesta calle piso ! Que, como dices, intentas Vuelve.
IMIN ENRIQUE. DON ENRIQUE.
Casarme por fuerza aqui.
¿Que me olvidaste, Juana? No U> creo. REY.
No puedo , Señor ;
¡ Ay engaños de amor! Muero de olvido, Es porque tú lo deseas , Que no quiero que me veas
Y no puedo creer que estoy perdido. En las manos sin espada , '
Y á doña Inés lo has escrito ; Y en los ojos con flaqueza.
MAESTRE. (Ap.) Que yo conozco tu letra.
Este es Enrique, aquel es su privado. (Vanse don Enrique y Ramiro.)
DON ENRIQUE.
Voy á llamar al Rey; eme no es cordura A doña Juana escribí ;
Llegarle á hablar.si se ha de lmir.( Vase.) Y si doña Inés enreda ESCENA XXIII.
Desatinos por privanza , EL MAESTRE, MENDO.—EL REY.
ESCENA XXI. No cumple , aunque quien es sea ,
La obligación de su sangre. REY.
DON ENRIQUE, RAMIRO. ¡Hay tal suceso!
REY.
DON ENRIQUE. MAESTRE.
Yo he dado Pues ¿cómo el destierro quiebras
De que me diste palabra? ¿Qué es esto?
Poco dichoso fin á mi ventura. MENDO.
Rejas, yo soy un hombre desdichado, DON ENRIQUE.
Que aun la vida no tengo en vos segura : No la di de no quererla , Gran Señor, ¿de qué te quejas?
Doleos de mi ; que donde se endurecen Y es muy conforme al amor REY.
Lasalmas,aun los hierros seenternecen. Que los desterrados vuelvan Toma , Mendo , aquesa espada.
RAMIRO. (Ap.) De noche á hacer pur sus damas MENDO.
Rejas, el diablo, que hace mas enredos Estas honradas linezas. ¿Tuviste alguna pendencia?
Queun hombre sin dineros, me hatraido Si yo viniera de dia , REY.
Donde, si no me escapo á puros credos, Donde Sevilla me viera ,
No solo fuera mal caso , Id delante y lo sabréis.
¡Qué tardeme verá quien meha parido ! ¡ Maldiga el cielo estas puertas ,
Pues no son de gallina aquestos miedos. Pero fuera desvergüenza.
Desterrado que de noche O maldiga mi desdicha!
Moros he muerto, capitán he sido ; Que no está la culpa en ellas.
Mas enojos de un rey, y siendo tales, Viene á sus cosas , no quiebra
A Aquiles volverán á sus pañales. El destierro si no es
DO* ENRIQUE.
Que viene á rosas mal hechas ;
Porque en efelo ya guarda ACTO TERCERO.
¡Ay Juana de mis ojos tan amada! [da? Respeto á quien "le destierra ;
¿Porquéhasqueridoenflorcdrtarmivi- Y' la noche es confusión
RAMIRO. <: I;'. , De cosas malas y buenas.
¡AyDios! ¡quiénesluvieraenla posada, Sala en casa del Adelantado.
REY.
V llevaran los diablos la venida!
¿Tengo yo de medir á un rey la espada , Si es respeto á la justicia , ESCENA PRIMERA.
Que llega, cuando quiere sin medida, ¿Qué es el Rey?
DON ENRIQUE. DONA JUANA; TEODORA, disfrazada.
De un reino á otro, y solo Dios le juzga?
Justicia. TEODORA.
ESCENA XXII. REY. Esas flores que vendía
Espera. Entre listones y locas,
EL REY. — Dichos. Pues ¿conmigo no has topado? Flores , por fingidas , pocas ,
REY. (Ap.) DON ENRIQUE. Aunque lo ha sido la mia,
No hay orden que á quererme la reduzga. Es cosa, Señor, tan nueva Son mentiras para veros
Topar con un rey de noche , Y verdades para hablaros
DON ENRIQUK. (Ap.)
Que en mi vida se me acuerda De quien ha sabido amaros ,
Gente viene ; rebozarme Ue quien no sabe perderos.
Quiero. ¿Cosa que el Rey sea? Haberlo oido.
REY. DONA JUANA.
RAMIRO. (Ap.)
Yo ¿soy Luego vos ¿no sois florera?
Ya comienzan á venir, El Rey?
i Ay del necio que quisiera TEODORA.
DON ENRIQUE. No, Señora ; que en mi casa
lln censo sobre mi vida! El Conde esta vida pasa , ■
REY.
Conozco á tu alteza
Por mi supremo señor. Y persuadiros quisiera.
(Ap. El Maestre está á la puerta.) No se atrevió , por el Rey ,
Maestre, ¿ha venido Enrique? REY.
Que ya prevenida queda Date preso. A venir Ramiro aquí;
Doña Inés, y ¡vive Dios DON ENRIQUE. Puesto que del entendí
En mil cadenas Que cumpliera con la ley
Que hoy se ha de casar por fuerza ! De hijodalgo castellano
Entré á hablar á doña Juana , Me tiene tu obligación ;
Y hase enfadado, muy necia, Pero no es justo que quieras En morir por su señor.
De que la viniese á ver. Prenderme tú ; que los reyes , DOÑA JBANA.
Bien dije yo que desea Y mas en cosas pequeñas, No hay aqui tanto rigor
Al Conde, y que está llorando No prenden por sus personas. Como él imagina en vano,' -
468 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
TEODORA.
Que piense no os espantéis
TEODORA. Yerro de la lengua , en fe
Que estoy sin culpa creed. {Vase.) De que ofenderte desea ;
Que ya tiene posesión
El Rey de vuestra afición , Que cuando tu nombre nombre
ESCENA II. Por venganza al despedirle,
Pues su peligro sabéis.
Yasí, por servirle yo, ¿Cómo puedo yo decirte
DOÑA JUANA. Mas aírenla que tu nombre?
Vine disfrazada asi ;
Que el saber lo que hay en mí' Enrique? yo no quiero aventurarme Vele , Enrique ; que eres hombre ,
Este consejo le dio. Por tu ocasión, ni pormiamor perderme: Y esta hazaña tuya es.
Dice pues que sois cruel Si tú sabes, traidor, aborrecerme, DON ENRIQUE.
Mas que cuantas han nacido, ¿Por qué no sabré yo de tí vengarme? ¿Tú dices queá doña Inés
Y que con el Rey ha sido ¡Ay, que me cuesta mucho el apartaf- Escribí?
Trato desterrarle á él. [me DOÑA JUANA.
Que el interés de reinar De la ocasión con que quisiste verme ! Pues ¿no es asi?
Os ha movido , no amor ; No me veas, cruel ; que es ofenderme — DON ENRIQUE.
Aunque escoger lo mejor Señora, yo me voy.—Vuelve á matarme. No, Señora, sino á tí.
Bien os puede disculpar ; —Oye, mi bien: ¿quépierdesen oirme?
Porque ya en el mundo es ley —Pierdo el honor y al Rey.—Verdad le Ramiro presente está.
Que en sus voluntades reina ; RAMIRO.
[trato.
Y que pues que ya sois reina , —Por eso de tu amor quiero partirme. Quién crédito no teda,
Le pongáis bien con el Rey. —Amor celoso olvida, como ingrato ; ¿Daráme crédito á mí?
Que le pidáis el perdón Mas no podrás.—Sí haré; porque el mas Yo te truje aquel papel ,
De su enojo, y no el destierro;- [firme Tu prima me le tomó.
Que el volver tiene por yerro , A manos de otro amor le acaba el trato. DON ENRIQUE.
Pues ya no tiene ocasión. Pues ¿cuándo la quise yo
Que con sola la respuesta ESCENA III. Para regalarme en él?
Que me habéis de dar, se irá Si guiso engañar con él
A Castilla , pues ya está DON ENRIQUE, RAMIRO. Al Rey, nolo sé ; mas creo
Vuestra voluntad dispuesta —DOÑA JUANA. Que nació de tu deseo :
A querer y á no querer. Concierto debió de ser,
Cuando disculpada estáis; DON ENRIQUE. Porque tú puedas hacer
Pues mejor es que seáis No me tengas. En el Rey mas alto empleo.
Su reina que su mujer. RAMIRO. El Rey merece agradarte,
. DOÑA JUANA. ¿Dónde vas?' Mejor empleada estás ;
Por serlo vos no he tomado DON ENRIQUE. Que lo que aquí siento mas
Vuestra venida sin gusto ; A perderme. Es que quieras disculparte.
Mas por lo que fuera justo, RAMIRO.
Pero amarle no era parte
Mucho me hubiera enojado. Para venderme eon él.
¿ Tiene el mundo como Enrique ¿Estás en tí? Pues pensando que el papel
DON ENRIQUE. Tu prima te hubiera dado,
Mayor traidor?
TEODORA. Pues si yo estuviera en mí , Vine á tu puerla embozado .
¿Qué decis? ¿Amara á una ingrata mas? Y di por tu culpa en él.
DOÑA JUANA. Partirme de ti . ¿qué vale,
DOÑA JUANA.
¿Qué es esto? ¿Quién es? Si vuelvo á Sevilla luego,
¿Para qué me persuadís Como por la cuerda el fuego "
Que á sus engaños aplique DON ENRIQUE.
Vuelve á Ja parte que sale?
Los oidos , que ya tengo ¡Quiénes! Mejor es que el fin iguale
Como el áspid al encanto, ¡ Oh , qué pregunta extremada ! Al principio en que nací.
Pues en despreciarle tanto, ¿Que ya estás tan olvidada, Yo quiero morir aqui :
Menos que es justo me vengo? Que nie ves y no me ves? Sepa el Rey que aqui me tiene ,
Sirve el Conde aqui á mi prima ; Pues yo le diré quién soy. Máteme ; ¿por qué no viene,
Hablarla de noche intenta, DOÑA JUANA. Si quisiere vengarse en mi?
Haciendo á mi amor afrenta, ¡[Válgame Dios , qué locura ! DOÑA JUANA.
8ue hasta el honor me lastima;
alié yo al Rey embozado ; DON ENRIQUE. ¡Enrique ¡Enrique!
Lloro yo porque á Castilla Soy una alma que procura RAMIRO.
Se parte, ¡y está en Sevilla El pecho en que ya no estoy. Señor,
Muy de espacio enamorado ! Soy un hombre que solías ¿Qué es esto?
Decilde que si pretende Decir, Señora , que amabas,
DON ENRIQUE.
La gracia del Rey por mí , Cuando menos eslimabas
Que el amor las monarquías. ¿Tú no lo ves?
Que ¿por qué me engaña ansí, ¿Yo he querido á doña Inés,
Pues su mismo honor ofende? Soy quien tuvo tal ventura ,
Que si al Rey hablé, él medió Que mereció de tus labios Ni tuve en mi vida amor?
La causa...— Y no repliquéis; Seguridades de agravios , Pase un villano traidor
Que estáis donde no sabéis. Si hay cosa en mujer segura. Mi pecho si tal pensé,
Soy el que perdió por tí Tal servi ni tal hablé ;
TEODORA. Ni puede ser en lugar
Su rey , su hermano , su dueño ,
No tengo la culpa yo; La noche para tí sueño , Donde tú estabas entrar
Porque el Conde , en confianza Y desvelo para mi. Otra hermosura, otra fe.
Del pasado amor, me ha hecho Soy cometa que pasó No lo digo por moverte;
Disfrazar á mi despecho, Por el cielo, si se debe Que no te pienso mover,
Y contra alguna esperanza ; Tal nombre á hermosura breve Ni quererte , ni querer
Que aunque no es mi calidad Que adonde nació murió. Que me obligues á quererte;
La vuestra, he querido al Conde. Soy finalmente... Mas porque no quiero verle
DOÑA JUANA.
DOÑA JUANA.
Disculpada en mis agravios.
Eso también corresponde No mas; DOÑA JUANA.
A su mucha libertad. No pases de finalmente , ¡Conde!
Id con Dios, y agradeced Pues un fin tan indecente DON 'ENRIQUE.
Que os dejo salir así. A tantos favores das; No muevas los labios ;
TEODORA. Porque ya no me dirás ,, Que después de agravio cierto ,
Señora... Enrique, cosa que crea... Nunca vuelven á concierto
DOÑA JUANA. —¿Enrique dije? No sea Los amantes ni los sabios.
Salios de aquí. Favor nombrarte ; que fué Estos tus papeles son ,
LO CIERTO POR LO DUDOSO. • 469
Con esta encarnada cinta : DON ENRIQUE. (Que sin celos no puede ser quereros),
¿Quién dio veneno con tinta , Quiérese ir. Para tenerlas suspendiera el veros,
Sino mujer y traición? RAMIRO. Pues el penar por vos fuera obligaros.
Romperá pues mi razón ' ¡Buen dormir! Quereros sin costarme aventuraros
Razones tan engañosas. Si ella se quisiera ir, Era quererme á mi , y era ofenderos ;
doña juana. ¿Quién se lo habia de estorbar? 8ue mas quiero obligarosy perderos,
No hagas , Enrique, cosas Pues mira que la mujer ue, sin quereros obligar, gozaros.
De que te bas de arrepentí r ; Sabe sufrir mas que el hombre. Glorias solas de amor amor condena ;
Que aunque se vuelve á escribir, . DON ENRIQUE.
Penas quiero por vos ; que la memoria,
Ño salen tan amorosas. Si asiste á solas glorias, es ajena.
Como mi mujer sé nombre , Penar amando es la mayor Vitoria,
DON ENRIQUE. Di que la quiero querer.
Déjame. Y si amor es amor por lo que pena,
DOÑA JUANA.
RAMIRO. Por teneros amor, no quiero gloria.
Claro está que lo ha de ser. DON ENRIQUE.
Asi Dios me guarde... doSa juana. ¿Qué juzgas?
DON ENRIQUE.
Conde, si estoy satisfecha RAMIRO.
Eres reina: ¿qué he de hacer? De mi pasada sospecha, Que os doy por buenos.
DOÑA JUANA. Seré tu esposa. doña inés. {Acercándoseles.)
Créeme. DON ENRIQUE. Y yo, que estaba escuchando,
DON ENRIQUE. No sé Digo lo mismo.
No puede ser. Qué satisfacion te dé , DON ENRIQUE.
DOÑA JUANA. Si mi verdad no aprovecha. 1 Pudieras,
i Por qué, Conde? Señora, haberlo excusado,
DON ENRIQUE.
ESCENA IV. Como el decir que lá carta
Porque es tarde , DOÑA INÉS, sin ser vista.—Dichos. Es para tí, pues es llano
Y es razón que me acobarde Que Ramiro te la dio
De mi rey justo respeto. Para doña Juana.
doña INÉS. (Ap.)
DOÑA JUANA. DOÑA INÉS.
¡Qué es esto que viendo estoy !
Y ¿ si ser tuya prometo , Enrique es este. ¡Qué en vano Estando
Cuando esté desengañada? A dos que se quieren bien Bien descuidada , llegó ,
DON ENRIQUE. Estorba ningún contrario! Don Enrique, el Rey, tu hermano;
Serás de mi tan amada Oir quiero desde aquí Y yo , por no le decir
Como mereces, y aun mas... Qué pueden estar hablando Verdades que siente tanto,
—Pero en efeto serás Con tan grande atrevimiento. Fingí que era para mi.
Del Rey ; que estás obligada. DOÑA JUANA. DOÑA JUANA.
Primero que se concluya Dijo un sabio que jamás Voy á servirte. Cierto que esta dama
El casamiento que dice, Le falta á mujer alguna , • Merece que lugar tan alto tenga. ( Yate.)
Verás mi muerte. Ni lágrimas para engaños,
DON ENRIQUE.
Ni para errores excusas. ESCENA X. •
DON ENRIQUE.
No cumplas EL REY, EL ADELANTADO.
Con lágrimas á la mia ; En ángel no puede haber
Que, pues ya lloras, la anuncias. Llanto fingido. REY.'
¿Qué agüero como llorar RAMIRO. Vuela tan presto la parlera fama ,
Las estrellas? Restituya Si ayudas Que porque algún instante se detenga ,
Rayos á tu sol el lienzo, Tu misma pena , ¿qué quieres? Pretendo, Adelantado , de secreto
Si las coge ó las enjuga. Ríen haces, pues la disculpas. Hacer un casamiento.
LO CIERTO POR LO DUDOSO.
ADELANTADO. Si tu esposo ha de ser, al gran Maestre. La ofrece el Rey.
Sois discreto. ■ (Yate.) DOÑA JUANA.
REY.
ESCENA XIII. ¿Qué he de hacer?
Quiero casar a vuestra hermosa Juana Esto es á mas no poder. —
Se mi mano, Marqués , y con un hombre DOÑA JUANA, ELVIRA. Toma, Elvira, aquella fuente. —
Tan bueno como yo. Decid al Rey mi señor,
ADELANTADO. ELVIRA.
Maestre... No digáis nada.
Todo lo allana Mas decid... Estoy turbada...
Lleno de cuidado veo
Vuestro valor. ¿Podré saber el nombre? A tu padre y mi señor. MAESTRE.
REY. DOÑAJDANA.
¿Qué os turba?
Basta que le veáis. Él trata cosas de honor, DOÑA JUANA.
ELVIRA. Yo voy.
REY.
Confieso que el Conde es hombre MENDO.
Será muy cierto.
Adelantado, oid lo que ns advierto. Galán; mas, á toda ley. Maestre, confuso estoy. (Ap. i él.)
Al hombre que viniere de secrelo El Rey es rey, y es el Rey En los ojos se le ve
A vuestra casa . le daréis á Juana ; Muy galán y gentilhombre ; Que no le agrada el reinar.
Que el Arzobispo viene al mismo efeto. Pues cuando fueran iguales , MAESTRE.
No pierda amor lo que el silencio gana. Le pudieras elegir. Temo que anda el Conde aquí.
Hablalde y estimalde; que os prometo DOÑA JUANA. MENDO.
Que no hay en la corona castellana No suele amor presumir Esta mañana le vi.
Hombre como él, y mi mayor amigo. De preciar cetros reales. MAESTRE.
ADELANTADO. ELVIRA.
Calla; que importa callar.
Guárdeos el cielo. Tu intento me maravilla , (Vanse el Maestre y hiendo.)
REY. Mal á tu valor responde.
Lo que puedo os digo. ( Vate.) DOÑA JUANA. ESCENA XV.
¡ Ay Elvira! ¿Estará el Conde
ESCENA XI. Muchas leguas de Sevilla? DOÑA JUANA, ELVIRA.
ELVIRA.
EL ADELANTADO. DOÑA JUANA.
¡Bien te enmiendas i Bien serás
¡Tan bueno como el Rey! No fueronvanos Mujer del Rey dése modo ! Muestra, Elvira, la corona.
Mis pensamientos, pues será forzoso DOÑA JUANA.
ELVIRA.
Que el uno venga á ser de los hermanos Ahora olvidémoslo todo , ¿Qué quieres hacer?
Que tiene, elque ha deser de Juana espo- Pues que no puede ser mas. DOÑA JUANA.
[so. Hablalla. .
Cualquiera en estos reinos castellanos
Tiene opinión de. principe famoso ESCENA XIV. ELVIRA.
En letras y armas, y podrá cualquiera ¿Cómo hablalla?
Hacer mi casa como el sol la esfera. EL MAESTRE, MENDO, con un azafate
DOÑA JUANA.
¡ Oh si fuese tan grande mi ventura , cubierto.— Dichas.
Y preguntalla
QuefueséEnrique! ¡Oh si viniese el Con- Si amor su desprecio abona.—
MAESTRE.
A honrar mi casa! .[de Corona ilustre, perdona ;
Ya, Señora, como á quien
Es su mujer, os envía Que te quiero aventurar.
ESCENA XII. El Rey... Bien sé que me han de culpar ;
DOÑA JUANA. (Ap.)
Pero díceme mi amor
DOÑA JUANA, ELVIRA.— El ADE Que ofenderé tu valor
¡Ay desdicha mia! Si amando llego á reinar.
LANTADO. MAESTRE. ¡Cuántas traiciones se han hecho
Un presente. Por tí ! Cuántas crueldades !
DOÑA JUANA. (Ap.) DOÑA JUANA. ¡Qué vidas, honras, ciudades
En tanta desventura, ¿Para quién? Has abrasado y deshecho !
Con llamar á la muerte, no responde. MAESTRE. Enrique se fué, y sospecho
elvira. (Ap. á dona Juana.) Para vos, reina y señora Que de mí y de tí quejoso :
¿Es posible que dicha tan segura De Castilla. En estado tan penoso ,
Como te ofrece la fortuna, adonde DOÑA JUANA. ¿Si te podré despreciar?
Señora de Castilla y reina seas, ¡Para mí, Pero ¿quién ha de dejar
Ingrata al cielo deshacer deseas? Maestre ! Lo cierto por lo dudoso?
DOÑA JUANA. MAESTRE.
Amor primero, perdona;
¿Eso te espanta, Elvira? ¿Es maravilla Señora, si : Que estoy dudosa de tí;
Que amor desprecie el bien? Tanto mi hermano os adora. Mas no perdones, si á mí
Tu misma culpa me abona.—
ADELANTADO. DOÑA JUANA. Toma, Elvira, la corona ;
¡Oh hermosa Juana ! Descubrilde. No quede el Conde<]uejoso.
¿Sabes por dicha tú si está en Sevilla MAESTRE. Diga el interés celoso
El conde Enrique? Aquesta es Que hay mujer que supo amar,
DOÑA JUANA. De Casulla la corona , Perder un reino, y dejar
Sé que esta mañana Digna de vuestra persona. Lo cierto por lo dudoso.
En desgracia del Rey se fué á Castilla. DOÑA JUANA. .
¡ La corona ! ESCENA XVI.
ADELANTADO.
Salió en efeto mi esperanza vana ; MAESTRE. EL REY. — Dichas.
Aunque es razón que el mismo amor le A vuestros pies , RET.
[muestre, Cuanto y mas á vuestra frente, Después de haberte enviado,
472 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Hermosa Juana, el valor Mira que es sangrarme á pausas. Tendrá su servicio á dicha.
Destas bodas, de mi amor DOÑA JUANA. Quiero escribir al momento.—
Y de mi poder cifrado , Siendo mi culpa tan poca , ¡Elvira!
En la corona que has visto , Digo, Señor, que me asió
De que señora serás Enrique... ESCENA XVIII.
Y mia, sin lo demás REY.
Que de los moros conquisto , ELVIRA.— JUANA.'
El Maestre me avisó ¿Y bien?
Que me querías hablar ; DOÑA JOANA. EI/VIRA.
Y el alma en otro lugar Y llegó Señora...
Confusas nuevas me dio : (O fué por yerro) á la boca ; doña juana.
Porque también me previno Que acaso hablarme quería ,
Mi hermano de que turbada Y la mucha obscuridad Elvira',
Lerespondistes. Obligó á su autoridad Yo estoy en gran confusión :
A tanta descortesía. Vuela por papel y tinta ;
DOÑA JUANA.
Ves aquí pues Ja razón Que quiero escribir á Enrique ,
Fiada , Pues no es menos que la vida
Pedro, en tu valor divino, De no haber podido ser
Tu mujer. La que le va en este aviso.
En tu grande entendimiento ELVIRA.
Y generoso valor, REY.
Te quiero decir mi amor Dame á entender Pues, Señora, no le escribas ;
Con notable atrevimiento. Que es todo, Juana, invención. Que entre la gente que ha entrado "
Enrique , ya tú lo sabes , Pero lo que fuere sea. (QueHa fama presto avisa),
Me sirvió ; correspondí No es ido Enrique á Castilla; Vi un hombre con una capa
A su amor; mas siempre di Que yo sé que está en Sevilla, De color que me decia :
«■Elvira, Elvira.» Llegué,
Pasos honestos y graves. Y que enojarme desea.
Ni una palabra indecente, Parece que es cosa fea Juzgando á descortesía
Ni un papel que á mi valor A un hombre de mi valor Llamarme de aquella suerte ,
Solo un átomo de honor Porfiar contra tu amor, Y vi que era el Conde.
Quitase, vio eternamente. Y que necios y discretos DOÑA JUANA.
Y asi el haber diferido Dirán que no son efetos Mira
Amarte y corresponderte Del alto y debido honor. Que te has engañado.
Tiene ocasión, y mas fuerte Pero yo, que. ya ofendido ELVIRA.
De lo que habrás presumido. Y celoso estoy de modo , .
Que los ojos cierro á todo , ¡ Bueno !
Escucha.. Pero no sé De su ruego enternecida,
Cómo te diga este caso ; Enamorado y corrido , Le he metido en mi aposento.
Que aunque sucedido, acaso Ni á los necios he temido
Ni á los discretos tampoco; DOÑA JUANA.
Menos colores me dé.
Los hombres , siempre atrevidos, Antes mas bien me provoco Luego ¿no se fué á Castilla ?
Aunque cuando enamorados , A satisfacer mi injuria; ELVIRA.
En ocasiones turbados. Que no hay venganza sin furia Sí, Señora ; pero ha vuelto ;
Las lloran arrepentidos , Ni amor sin punta de loco. Que estas celosas partidas
Tal vez sin mirar respetos Esta noche haré matar Son pelotas que amor saca
Atrepellan el temor. A Enrique, y muerto, podré Con la furia de una riña ,
REY.
Casarme, pues no tendré Y celos de la otra parte
Yo voy, Juana, ó va mi amor, En qué pueda reparar. Se las vuelven con mas prisa.
Haciendo varios concetos Vivo no me he de casar, . DOÑA JUANA.
De su engaño y de tu honor. Claro está, porque viviera
El deshonor que me diera ¡Jesús ! ; En Sevilla el Conde ,
Habla pues, no me atormentes ; Y que no solo en Sevilla,
Que ya sé que hay acidentes El haberse anticipado
Al lugar que reservado Sino que en mi propia casa !
En los sucesos de amor..
A solo su dueño espera. ELVIRA.
DOÑA ji w.v. Dice que celos y envidia
Si en el suceso reparo ,
Palabras ando á buscar Veo, aunque no lo procuro , Le traen, para olvidarte,
Y retóricas colores , Que fué mentira á lo escuro A verte casar.
Aunque las mías menores Y desengaño á lo claro. DOÑA JUANA.
Me salgan á disculpar. Pero, aunque caso tan raro Porfías
Bajaba hablando conmigo Sea mentira porque siga De un loco amor. Voy á velle.
Enrique por la escalera Otro intento, y no prosiga
De palacio... No quisiera ELVIRA.
En el de casarme ansí ,
Tratar aquesto contigo. Habérmelo dicho á mi Pues mira cómo le miras.
¿Quieres que lo escriba? A la venganza me obliga. DOÑA JUANA.
REY. Muera Enrique, porque muerto Antes á reñirle voy,
No; Me casaré con viuda ,. Y á que se vaya.
Que el tiempo que has de tardar, Si el amor pusiere duda ELVIRA.
Es imposible esperar En la verdad del concierto : No escribas
Ni tener paciencia yo. Con esto, aunque descubierto. Su muerte. ■
DOÑA JUANA.
Quede lo que has referido, .
DOÑA JUANA.
Tú y yo no habremos perdido
Bajando por la escalera... Honor, pues en tal suceso Su vida estimo ,
—No sé yo qué sentenciado Serás viuda de un beso, Porque es alma de la mia. (Va»e.)
La sube con mas cuidado. Como otras de su marido. (Vase.)
REY.
ESCENA XIX,
Acaba por Dios. ESCENA XVII.
DOÑA JUANA.
DONA JUANA. EL ADELANTADO.— ELVIRA.
Espera.
REY. ¡Señor, Señor! Esto es hecho. ADELANTADO.
Mayor enojo me causas. Pero Enrique va á Castilla : En aquesta confusión
DOÑA JUANA.
Escribirle es acertado Al Rey he visto, y no veo
Que su camino prosiga Ni la prenda que deseo
Ya lo comienzo á contar. A Francia ó Ingaiaterra. Ni darme satisfacion. —
REY. Pero no : mejor seria Doña Elvira, ¿dónde va
¿Cuándo piensas acabar? A Granada; que el rey moro Tu señora? .
LO CIERTO POR LO DUDOSO. 473
ELVIRA. Usas de tanto rigor ? Id por él. — ¡Cielos ! ¿ Qué es esto?
Tan con ruso Mira que sus pocos años ADELANTADO.
Todo está , que se dispuso Le disculpan , y esta ofensa Yo voy, Señor. (Vase.)
Para no aguardarte ya, No es tuya. REY.
Y pienso que se recoge . ( Vase . ) REY.
¿Es encanto?
Yo sé que cuando ¡ Casado el hombre ! ¿ Qué hombre ?
ESCENA XX. Sepas la razón , Maestre,
DOÑA INÉS. (Ap.)
EL ADELANTADO. Disculparás este caso.
MENDO.
Mis esperanzas llegaron
El Arzobispo ha venido, Al postrer punto.
Aquí está, Señor, su prima, REY.
El Rey está desabrido ; Y por ventura esperando
¿Qué puede haber que le enoje? Ala Reina mi señora. ¿Qué haré?
tiente de fuera se junta, REY. ESCENA XXV.
La de casa está turbada , Doña Inés...
Llorosa la desposada , EL ADELANTADO; DON ENRIQUE, con
DOÑA INÉS.
Loque sabe me pregunta. DOÑA JUANA , RAMIRO.— EL REY,
Todos hablan de secreto, Señor...
EL MAESTRE, DOÑA INÉS, MEN
REY.
Y á todos estoy mirando. DO, ACOMPAÑAMIENTO.
De tantos
ESCENA XXI. Parabienes no he querido ADELANTADO.
Hacer, sin el tuyo, caso. Yo sé que estoy disculpado
DOÑA INÉS. — EL ADELANTADO. ¿Qué es esto? Con que al Rey obedecí.
DOÑA INÉS. Llegad á sus p'iés entrambos.
DONA INÉS. Soy tan de casa, REY.
(Ap. Diré lo que estoy dudando , Que le tengo reservado ¿ Es Enrique?
Pues es disculpado efeto Para mejor ocasión. DON ENRIQUE.
De mis celos la venganza.)
¿ Cómo descuidado estás , REY. Sí , Señor,
Cuando á tus hazañas das Bien dices, si dilatando Y á tu servicio casado
Fin de tan baja mudanza? Se van agora las bodas ; Por mano del Arzobispo,
Encerrado en su aposento Mas, llama al Adelantado; Y porque tú lo has mandado;
De Elvira está el Conde. Que tengo que le decir. Que yo, Señor, no quería.
DOÑA INÉS. (Ap.) Solo vine rebozado
ADELANTADO. A ver tu boda , y me dijo
¿Quién? El Rey lo sabe: ¿qué aguardo?
El Adelantado, estando
REY.
' DO.ÑA INÉS. Oculto en un aposento ,
Enrique. Todos se turban. ¿Qué es esto? Que era tu gusto.
ADELANTADO. O todos ven mis engaños , REY.
¿Sábeslo bien? O yo los engaño á todos. No hallo
MAESTRE. Respuesta á tan gran desdicha,
DOÑA INÉS.
Si , pues lo he visto. La novedad lo ha causado , Fundada en tan necio engaño. —
Pues con secreto pretendes Adelantado, ¿qué es esto?
ADELANTADO. Lo que fuera bien mas claro ADELANTADO.
¿A qué intento? Y á gusto de todo el reino. ; No me dijistes que , hallando
DOÑA INÉS. REY. Un hombre esta noche aquí ,
ÍEso preguntas? ¿No sabes Confieso que yerro , y hago De secreto y disfrazado ,
a ocasión ? Si ha sido amor, Una cosa sin razón , Que es tan bueno como vos?...
¿No es preguntármelo error? Que no la entiendo y la trato. Pues si hallo á vuestro hermano
ADELANTADO. MENDO. Y le caso con mi hija,
Doña Inés , en cosas graves El Adelantado viene. ¿Con otro tal no la caso?
Y de los reyes , silencio. (Vate.) REY.
ESCENA XXIV. Adelantado, vos fuisles
ESCENA XXII. Dos veces adelantado :
EL ADELANTADO. - Dichos.
DOÑA INÉS. La una por vuestro oücio,
REY. La otra en adelantaros
¿Qué silencio he de tener, ¡Oh fuerte honor castellano! A casar a don Enrique.
Si no es que de ser mujer , ' ADELANTADO. A lo hecho no hay reparo.
Amando, me diferencio? ¿Qué me manda vuestra alteza? Yo le perdono, y confirmo
¡Oh amor! ¿Para qué me obligas REY.
El casamiento.
A hacer cosas tan mal hechas? Primo, que me deis los brazos.
DOÑA JUANA.
En los tiempos que hay sospechas ¿Está prevenido ya Tus años
Es bien que tus celos digas ; Lo que os dije? Prospere el cielo, Señor.
Pero no cuando hay agravios. RAMIRO.
Mas ¿quién tendrá discreción ADELANTADO.
Mirad cuánto ¿Podré pedir un agravio?
Cuando quiere el corazón
Servir de lengua á los labios? Os quiero, que ya está hecho. REY.
Señor..
DON TELLO. Sala en casi de Nono.
Pues ya los rayos desmaya
DON TELLO. El sol, y entre nubes de oro ESCENA X.
Veinte vacas Veloz al poniente baja.
Y cien ovejas darás Vete á prevenir la boda ; ÑUÑO, SANCHO.
A Sancho , á quien yo y mi hermana Que allá iremos yo y mi hermana.—
• Habernos de honrar la boda. ¡Hola! Pongan la carroza. ÑUÑO.
sancho. * SANCHO. ¿Eso don Tello responde?
¡Tanta merced! Obligada llevo el alma SANCHO.
pelato. Y la lengua , gran Señor,, Esto responde, Señor.
¡Merced tanta! Para tu eterna alabanza. (Vate.) ÑUÑO.
SANCHO. Por cierto que á su valor
¡ Tan grande bien ! ESCENA VIII. Dignamente corresponde.
PELATO. SANCHO.
¡ Bien tan grande ! DON TELLO , FELICIANA , PELAYO , Mandóme dar el ganado
SANCHO.
CELIO , JULIO. Que os digo.
¡Rara virtud! ÑUÑO.
FELICIANA.
PELA YO. Mil años viva.
En fin , vos ¿no os casaréis,?
¡Virtud rara! SANCHO.
PELATO.
SANCHO. Y aunque es dádiva excesiva ,
¡Alio valor! Yo , Señora , me casaba Mas eslimo haberme honrado
Con la novia desle mozo. Con venir á ser padrino.
PELATO.
Que es una lumpia zagala ,
¡ Valor alto ! Si la bay en toda Galicia ; ÑUÑO.
No puede amar altamente DON TELLO. (Ap. Por Dios , que siento abrasarme.)
Quien no tiene entendimiento ; ¿Cómo os llamáis? ¿Cómo la novia se llama?
Porque está su sentimiento LEONOR.
PELAYO.
En que sienta lo que siente. ¿Yo? Leonor. Pelayo , Señor.
Huélgome de verte asi. ÑUÑO.
Llama esos mozos; que quiero PELAYO.
¿No quieres
Que entienda este caballero (Ap. ¿Cómo pescuda por ellas , Callar? Habla á las mujeres ,
Que soy algo ó que lo fui. Y por los zagales no?) Y cuéntaste tú por dama.
SANCHO.
Pelayo, Señor, soy yo. Elvira es , Señor, su nombre.
Pienso que mis dos señores DON TELLO. DON TELLO.
Vienen , y vendrán con ellos. ¿Sois algo de alguna deltas? , Por Dios que es hermosa Elvira,
Deje Elvira los cabellos, PELAYO. Y digna, aunque serlo admira ,
Y reciba sus favores. Sí , Señor; el porquerizo. De novio tan gentilhombre.
DON TELLO. ÑUÑO.
ESCENA XI. Marido digo ó hermano. Zagalas, regocijad
ÑUÑO. La boda.
DON TELLO, y criados; PELAYO, DON TELLO. (Ap.)
JUANA, LEONOR y villanos.—Dichos. ¡Qué necio estás! ¡Rara hermosura!
SANCHO.
DON TELLO. ¡Qué villano! ÑUÑO.
Tiene vergüenza de tí. No fui, ni pude, labrador grosero ; ¿Esto has hecho contra mi?
Déjala estar unos días Sentí el honor con no le haber tocado ; SANCHO.
Contigo en conversación, Que quien dijo de si, ya era casado. ¡Ay, cuál estuve por ti!
Y conmigo, que es razón. Salí á los campos, y a la luz que excede
A las estrellas, que miraba en vano , NONO.
ELVIRA.
A la luna veloz, que retrocede ¡ Ay, hija! ¡cuál me has tenido!
Puedan las lágrimas mías Las aguas y las crece al Océano, El juicio tuve perdido.
Moveros, noble Señora, « ¡ Dichosa, dije, tú, que no te puede DON TELLO.
A interceder por mi honor. Quitar el sol ningún poder humano, Teneos, apartaos, villanos.
{Llaman.) Con subir cada noche donde subes, SANCHO.
FELICIANA. Aunque vengan con másearaslasnubes!» Déjame tocar sus manos;
Sin esto, advierte. Señor, Luego, volviendo á los desiertos prados, Mira que soy su maridó.
Sue debe de haber una hora Durmiendo con los álamos de Alcídes
DON TELLO.
ue están llamando á la puerta Las yedras vi con lazos apretados,
Y con los verdes pámpanos las vides. ¡ Celio, Julio ! Hola, criados,
Su viejo padre y su esposo, Estos villanos matad.
Y que es justo y aun forzoso «; Ay! dije, ¿cómo estáis tan descuida-
Que la hallen los dos abierta ; Y tú, grosero, ¿cómo no divides, [dos? FELICIANA.
Porque si no entran aquí, Villano labrador, eslos amores, Hermano, con mas piedad ;
Dirán que tienes á Elvira. Cortando ramas y rompiendo flores?» Mira que no son culpados.
DOX TELLO.
Todo duerme seguro. Finalmente, DON TELLO.
Todos me mueven á ira.— Me robaron, Señor, mi prenda amada, Cuando estuvieran casados,
Elvira, escóndete ahí , Y allí me pareció que alguna fuente Fuera mucho atrevimiento.
Y entren esos dos villanos. Lloró también y murmuró turbada.
Llevaba yo ¡cuan lejos de valiente!
ELVIRA. Con rota vaina una mohosa espada; ESCENA VI.
¡Gracias á Dios, que me dejas Llegué al árbol mas alto, y á reveses
Descansar! CELIO, JULIO, criados.—Dichos.
Y tajos le igualé á las bajas mieses.
DON TELLO. No porque el árbol me robase á Elvira, DON TELLO.
¿De qué te quejas, Mas porque fué tan alto y arrogante, Matedlos.
Si me has atado las manos? Queá las demáscomoá pequeños mira: SANCHO.
( Vase Elvira. ) Tal es la fuerza de un feroz gigante. Yo soy contento
FELICIANA. Dicen en el lugar (pero es mentira, De morir y no vivir,
¡Hola! Siendo quien eres tú) que, ciego amante Aunque están fuerte el morir.
De mi mujer, autor del robo fuiste, ELVIRA.
ESCENA III. Yqueen tu misma casa la escondiste.—
Ni vida ni muerte siento.
CELIO. — DON TELLO, FELICIANA. « ¡Villanos ¡dije jo, tened respeto :
Don Tello, ini señor, es gloria y honra SANCHO.
Albricias, digo. Sus clavos contra su freno. Ten paciencia hasta mañana;
SANCHO.
Parte en él, y irá Pelayo Que yo la tengo de hablar,
Eu aquel pequeño overo A ver sí puedo ablandar
¿Deque, Que suele llevar al campo. Esta mujer.
Pelayo, cuando estoy muerto, DON TELLO.
SANCHO.
Y Ñuño espirando?
Por tu gusto te obedezco.— Considera
PELATO.
Pelayo, ¿irás tú conmigo Que no es mujer, sino fiera,
A I Inicias. A la corte? Pues me hace lauto penar.
ÑUÑO.
PELATO.
Prométela plata y oro,
¿No conoces á este necio? Joyas y cuanto quisieres :
Y tan contento Di qué la daré un tesoro;
PELATO. De ver lo que nunca he visto, Que á dádivas las mujeres
Elvira pareció ya. Sancho, que los pies te beso. Suelen guardar mas decoro.
SANCHO. Dicenme acá, de la corte, Di que la regalaré,
¡Ay padre! ¡Si la habrán vuelto! Oue'con huevos y torreznos Y ddequelu daré
¿Qué dices, Pelayo mío '.' Empiedran todas las calles, Un vestido t:i ii guian.
Y tratan los forasteros Que gaste el oro á Milán
PELAVO.
Como si fueran de Italia, Desde su cabelloal pié.
Señor, dice todo el puebro De Flándes ó de Marruecos.
Que desde anoche á las doce Dicen que es una talega Que si remedia mi mal.
Está en casa de don Tello... Donde junta los trebejos La daré hacienda y ganado,
SANCHO. Para jugar la fortuna, Y que si fuera mi igual ..
Tantos blancos como negros. FELICIANA.
Maldito seas, amén.
PELATO. Vamos por Dios á la corte. ¿Posible es que diga tal?
Y que tienen por muy cierto sancho. . DON TELLO.
Que no la quiere volver. ' Padre, adiós, punirme quiero. Si, hermana ; que estoy de suerte
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que me tengo de dar muerte, l'EI.AVO. RET.
0 la tengo de gozar, Mucho tienen los reyes del invierno, Al punto
Y de una ve/, acabar Que hacen temblar los hombres. Tinta y papel. Llegadme aquí ana silla.
Con dolor tan grave y fuerte.
FELICIANA. SANCHO. (Siéntate el Rey y escribe.)
Voy á hablarla,' aunque es en vano. Señor... CONDE.
DON TELLO. RET. Aqui está todo junto.
¿Porqué? Habla, sosiega. SANCHO.
FELICIANA. ' SANCHO. ( Ap. Su gran valor espanta y maravilla.)
Porqué una mujer Que el gobierno Al Rey hablé, Pelayo. (Ap. del.)
Que es honrada, es caso llano De España agora tienes... PELATO.
Que no la podrá vencer RET. El es hombre de bien, voto á mi sayo.
Ningún interés humano.
Dime quién eres y de dónde vienes. SANCHO.
BOU TELLO. ¿Qué entrañas hay crueles
SANCHO.
Vé presto, y da á mi esperanza Para el pobre?
Alivio ; que si no alcanza Dame á besar tu mano,
Porque ennoblezca mi grosera boca, PELAYO.
Mi fe lo.que ha pretendido, Los reyes castellanos
El amor que le be tenido Príncipe soberano ;
Se ha de trocar en venganza. ?uesi mis labios, aunque indignos, toca, Deben de ser angeles.
(Vaiut.) o quedaré discreto. SANCHO.
RET. ¿Vestidos no los ves como hombres na-
¡Con lágrimas la bañas! ¿A qué efeto? pelato. [nos?
SANCHO. De otra manera había
Salón en el palacio del Rey en León. Mal hicieron mis ojos; Un rey que Tello en un tapiz tenia,
Mas propuso la boca su querella , La cara abigarrada
' ESCENA X. Y quieren darla enojos, Y la calza caída á media pierna,
Para que, puesta vuestra mano en ella, Y en la mano una vara,
EL REY DON ALFONSO Vil, EL CON Diera justo castigo Y un tocado á manera de linterna,
DE DON PEDRO, DON ENRIQUE, A un hombre poderoso mi enemigo. Con su corona de oro,
ACOMPAÑAMIENTO. Y un barboquejo, como turco ó moro.
RET.
Yo pregúntele á un paje
Esfuérzale y no llores ; [picia, Quién era aquel señor de tanta fama.
REY.
Que aunqueen mí la piedad es muy pro- Que me admiraba el traje;
Mientras que se apercibe Para que no lo ignores,
Mi partida á Toledo, y me responde Y respondióme: a El rey Baúl se llama. »
También doy atributo a la justicia.
El de Aragón, que vive Di quién te hizo agravio ; [bio. SANCHO.
Ahora en Zaragoza, sabed, Conde, Que quien al pobre ofende, nuncaes sa- ¡Necio! Saúl diria.
Si están ya despachados PELAYO.
Todos los pretendientes y soldados ; sancho. '
Son niños los agravios, Baúl, cuando á Badil matar quería.
Y mirad si hay alguno
También que quiera hablarme. Y son padres los reyes: no te espantes SANCHO.
Que hagan con los labios , David su yerno era.
CONDE.
En viéndolos , pucheros semejantes. PELAYO.
No ha quedado
Por despachar ninguno. ret. (Ap.) Si ; que en la igreja predicaba el Cura
DON ENRIQUE. Discreto me parece. Que le dio en la mollera
Un labrador gallego he visto echado Primero que se queja me enternece. Con una de Moisen lágrima dura
A esta puerta, y bien triste. SANCHO. Al gigante que olía.
Señor, yo soy hidalgo, SANCHO.
REY.
Pues ¿quién á ningún pobre la resiste? Si bien pobre : mudanzas de fortuna, Golías, bestia.
Id, Enrique de Lara, Porque con ellas salgo PELATO.
Y traedle vos mismo á mi presencia. Desde el calor de mi primera cuna. El Cura lo decia.
(Vate don Enrique.) Con este pensamiento, REY.
Quise mi igual en justo casamiento; Conde, esa carta cerrad.—
CONDE. Mas, como siempre yerra
¡Virtud heroica y rara! ¿Cómo es tu nombre, buen hombre?
Quien de su justa obligación se olvida,
Compasiva piedad, suma clemencia ! Al señor desla tierra. sancho:
ÍOh ejemplo de los revés, Que don Tello de Neira se apellida, Sancho, Señor, es mi nombre,
livúia observación de' santas leyes! Con mas llaneza que arte. Que á los pies de tu piedad
Pidiéndole licencia, le di parle. Pido justicia de quien,
Liberal la concede, En su poder confiado,
. ESCENA XI. Y en las bodas me sirve de padrino; A mi mujer me ha quitado,
Mas el amor, que puede Y me quitara también
DON ENRIQUE, SANCHO, PELA YO La vida, si no me huyera.
-EL REY, EL CONDE, ACOMPA
Obligar al mas cuerdo á un desatino.
Le ciega y enamora, REY.
ÑAMIENTO. Señor, de mi querida labradora. ¿Que es hombre tan poderoso
No deja desposarme, En Galicia?
DON ENRIQUE. Y aquella noche con armada gente
Dejad las azagayas. sancho.
La roba, sin dejarme Es tan famoso,
SANCHO. Vida que viva, protección que intente, Que desde aquella ribera
A la pared, Peíayo, las arrima. Fuera de vos y el cíelo, Hasta la romana torre
l'EI.AVO.
A cuyo tribunal sagrado apelo. De Hércules es respetado :
Con pié derecho vayas. Que, habiéndola pedido Si está con un hombre airado,
Con lágrimas su padre y yo, tan fiero, Solo el cielo le socorre.
SANCHO. Señor, ha respondido,
¿Cuál es el Rey, Señor? El pone y él quila leyes;
§ue vieron nuestros pechos el acero ; Que estas son las condiciones
DON ENRIQUE. siendo hidalgos nobles, [bles. De soberbios infanzones
i,„ . . Aquel que arrima Nuestros hombros las ramas de los ro- Que están lejos de los reyes.
La mano agora al pecho. RET. CONDE.
SANCHO. Conde... La carta está ya cerrada.
Bien puede, de sus obras satisfecho. CONDE. REY.
Pelayo no te asombres. Señor., Sobreescribidla á don Tello
EL MEJOR ALCALDE EL REY. 485
De Neira. Te guarden. CELIO.
SANCHO. ( Vanse el Rey , el Conde , don Enrique Asi vivas muchos años ,
Del mismo cuello y el acompañamiento. ) Que veas lo que te quiere.
He quitas, Señor, la espada. PELAYO. DON TELLO. '
REY. ¡Hola! — Tómelos. Di que entre ; que aqui le aguardo.
Esa carta le darás, SANCHO.
Con que te dará tu esposa. ¿Dineros? ESCENA XIII. '
SANCHO. PELAYO.
De tu mano generosa Y eq cantidad. SANCHO, PELAYO.—Dichos.
¿Ha; favor que llegue á mas? SANCHO.
REY. ¡ Ay, mi Elvira! Mi ventura SANCHO.
¿Veniste á pié? Se cifra en este papel ; Dame , gran Señor, los pies.
SANCHO.
Que pienso que llevo en él DON TELLO.
Libranza de tu hermosura. ¿Adonde , Sancho , has estado ,
No, Señor ;
Que en dos rocines venimos (Vame.) Que há dias que no te he visto?
Pelayo y jo. SANCHO.
PELATO. A mi me parecen años.
Sala en la quinta de don Tello. Señor, viendo que tenias
Y los corrimos
Como el viento, y aun mijor. Esa porfía en que has dado,'
Verdad es que tiene el mió ESCENA XII. O sea amor á mi Elvira ,
Unas mañas no muy buenas: DON TELLO, CELIO. Fui á hablar al rey castellano, -
Déjase subir apenas, Como supremo juez
Echase en arena ó rio, CELIO.
Para deshacer agravios. . '• ■
Corre como un maldiciente, Como me mandaste , fui DON TELLO. ■
Come mas que un estudiante, A saber de aquel villano, Pues ¿ qué dijiste de mi ?• .■
Y en viendo un mesón delante, Y aunque lo negaba Ñuño, SANCHO.
O se entra ó se para enfrente. Me lo dyo amenazado. Que habiéndome yo casado, .
REY. No está en el valle; que há dias Me quitaste mi mujer.
Buen hombre sois. Que anda ausente. DON TELLO.
PELAYO. DON TELLO.
¡Tu mujer! Mientes, villano.
Soy en fin ¡Extraño caso! ¿Entró el Cura aquella noche?
Quien por vos su patria deja. CELIO. ■ SANCHO.
REY. Dice que es ido á León. No , Señor ; pero de entrambos
¿Tenéis vos alguna queja ? " DON TELLO. Sabia las voluntades.
PELAYO. ¡ A León ! DON TELLO.
Si, Señor, deste rocín. CELIO. Si nunca os tomó las manos ,
REY. Y que Pelayo ¿ Cómo puede ser que sea
Digo, que os cause cuidado. Le acompañaba. Matrimonio?
DON TELLO. ■ SANCHO.
PELAYO.
¿A qué efeto ?
Hambre tengo : si hay cocina Yo no trato
CELIO. De si es matrimonio ó no ;
Por acá...
REY. A hablar al Rey. Aquesta carta me ha dado.
¿Nada os inclina DON TELLO. Toda escrita de su letra.
De cuanto aqui veis colgado, ¿En qué caso? DON TELLO.
Que á vuestra casa llevéis? El no es de Elvira marido. De cólera estoy temblando.
Para que yo le haga agravio. (Lee.) < En recibiendo esta, daréis á ese
PELAYO.
Cuando se quejara Ñuño, «pobre labrador la mujer que le habéis
No bay allá dondejionello : Estuviera disculpado;
Enviádselo á don Tello, «quitado, sin réplica ninguna; y adver-
Pero ¡Sancho! »Ud que los buenos vasallos se conocen
Que lien desto cuatro ó seis. CELIO. »léjos de los reyes , y que los reyes nun-
REY. Esto me han dicho >ca están lejos para castigar los ma
¡ Qué gracioso labrador ! Pastores de tus ganados; ntos.—£/ Rey.»
¿Qué sois allá en vuestra tierra? Y como el mozo es discreto, Hombre, ¿qué has traído aqui?.
PELAYO. Y tiene amor, no me espanto SANCHO.
Señor, ando por la sierra, Señor, que se haya atrevido. Señor, esa carta traigo
Cochero soy del Señor. DON TEI.LO. Que me dio el Rey.
REY. Y ¿no habrá mas de en llegando DON TELLO.
¿Coches bay allá? Hablar á un rey de Castilla? ¡Vive Dios,
CELIO. Que de mi piedad me espanto!
PELAYO.
Que no; Como Alfonso se ha criado ¿Piensas, villano, que temo
Soy quien guardo los cochinos. En Galicia con el conde Tu atrevimiento en mi daño?
Don Pedro de Andrada y Castro, ¿ Sabes quién soy ?
REY. No le negará la puerta , SANCHO.
( Ap. ¡Qué dos hombres peregrinos Por mas que sea hombre bajo , Si, Señor;
Aquella tierra juntó, A ninguD gallego. Y en tu valor confiado ,
Aquel con tal disciecion, (Llaman dentro.) Traigo esta carta, que fué ,
Y este con tanta ignorancia! ) DON TELLO. Ño, cual piensas, eu tu agravio,
Tomad vos. (Dale un bolsillo. Sino carta de favor •
Celio,
pelayo. m Mira quién está llamando. Del señor rey castellano , -
No es de importancia. ¿No hay pajes en esta sala? Para que me des mi esposa.
REY. CELIO. DON TELLO.
Tomadlos , doblones son.— ¡Vive Dios, Señor, que es Sancho, Advierte que, respetando
Y vos la carta lomad, (A Sancho ) lisie mismo labrador La carta , a tí y al que viene
Y id en buen hora. De quien estamos hablando! Contigo...
SANCHO. DON TELLO. PELAYO.
Los cielos ¡ Hay mayor atrevimiento! ¡San Blas! San Pablo!
486 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIO.
DON TELLO. PELAYO. Tú serás César romano ,
No os cuelgo de dos almenas. De que nos la hubiera vuelto, Para perdonar á quien
PELAYO. Cuando la hubiera gozado. Pide a tu clemencia real
Sin ser dia de mi sanio, (Vanse.) Justicia.
Es muy bellaca señal. • REY.
DON TEI.LO. Dime tu mal ,
Salid luego de palacio, Y advierte que te oigo bien ;
Y no paréis en mi tierra ; ACTO TERCERO. Porque el pobre para mí
Que rs haré malar á palos. Tiene cartas de favor.
Picaros, villanos, gente sancho.
De solar liumilde y bajo , Salón del palacio del Rey. La tuya , invicto Señor,
¡Conmigo!... A Tello en Galicia di,
PELAYO. ESCENA PRIMERA. Para que , como era justo ,
Tiene razón ; EL REY, EL CONDE, DON ENRIQUE. Leida Me diese mi prenda amada.
Que es mal hecho haberle dado y no respetada ,
Ahora esta pesadumbre. Causóle mortal disgusto ;
DON TELLO. El cielo sabe. Conde , cuánto estimo Y no solo no volvió,
Villano, si os lie quitado Las amistades de mi madre. Señor, la prenda que digo ,
Esa mujer, soy quien soy , Pero con nuevo castigo
CONDE. El porte delta me dió;
Y aqui reino en lo que mando, Estimo Que á mí y á este labrador
Como el rey en su Castilla; Esas razones , gran Señor , que en todo Nos trataron de tal suerte.
Que no deben mis pasados Muestras valor divino y soberano. Que fué escapar de la muerte
A los suyos esta tierra ; RET. Dicha y milagro, Señor.
Que á los moros la ganaron. Mi madre gravemente me ha ofendido; Hice algunas diligencias ,
PELATO. Mas considero que mi madre ha sido '. Por no volver á cansarte;
Ganáronsela á los moros, Perq ninguna fué parte
Y también á los cristianos, ESCENA II. A mover sus resistencias.
Y no debe nada al Ruy. Hablóle el Cura, que allí
DON TELLO. SANCHO, PELAYO.—Dichos. Tiene mucha autoridad ,
Yo soy quien soy... Y un santo y bendito abad
PELAYO. (Ap.) pelayo. (Ap. á Sancho.) Que tuvo piedad de mi,
¡ San Macario! Digo que puedes llegar. Y en San Pelayo de Sámos
SANCHO. Reside ; pero mover
DON TELLO. Ya , Pelayo, viendo estoy Su pecho no pudo ser.
Y por aquesto no lomo A quien toda el alma doy, ■ Ni todos juntos bastamos.
Venganza con propias manos. Que no tengo mas que dar : No me dejó que la viera.
¡Dar á Elvira ! ¡ Qué es a Elvira!— Aquel castellano sol, Que aun eso me consolara ;
¡Maladlos! Pero dejadlos; Aquel piadoso Trajano, Y asi , vine á ver tu cara ,
Que en villanos es afrenta Aquel Alcides cristiano Y á que justicia me hiciera
Manchar el acero hidalgo. Y aquel César español. La imágen de Dios, que en ella
PELATO. PELAYO. Resplandece, pues la imita.
No le manche , por su vida. Yo . que no entiendo de historias REY.
( Vanse don Tello y Celio.) De Cides , son * de marranos , Carta de mi mano escrita...
Esto mirando en sus manos, —¿Mas que debió de rompeUa?
ESCENA XIV. Mas que ticn rayas, Vitorias. SANCHO.
SANCHO, PELAYO. Llega y á sus piiés le humilla, Aunque por moverle á ira
Resa aquella huerte mano. Dijera de si algún sabio.
SANCHO. sancho. No quiera Dios que mi agravio
¿Qué te parece? Emperador soberano. Te indigne con la mentira.
PELATO. Invicto rey de Castilla , Leyóla y no la rompió ;
Que estamos Déjame besar el suelo Mas miento , que fué rompella
Desterrados de Galicia. De tus piés, que por almohada Leella y no hacer por ella
SANCHO. Han de tener á Granada Lo que"su rey le mandó.
Pierdo el seso, imaginando Presto con favor del cielo, En una tabla su ley
Que este no obedezca al Rey Y por alfombra á Sevilla, Escribió Dios: ¿no es quebrar
Por tener cuatro vasallos. Sirviéndoles de colores La tabla el no la guardar?
Pues ¡vive Dios!... Las naves y varias flores Así es mandato de Rey ;
PELATO. De su siempre hermosa orilla. Porque para que se crea
Sancho, tente; ¿Conócesme? Que es infiel , se entiende así ;
Que siempre es consejo sabio , REY. üue lo que se rompe allí,
Ni pleitos con poderosos Pienso que eres Basta que el respeto sea.
Ni amistades con criados. Un gallego labrador REY.
SANCHO. Que aquí me pidió favor. No es posible que no tengas
Volvámonos- á León. sancho. Buena sangre, aunque te afligen
Yo soy, Señor. Trabajos , y que de origen
PELATO. rey. De nobles personas vengas.
Aqui los doblones traigo No te alteres. Como muestra tu buen modo
Queme dió el Rey: vamos luego. De hablar y de proceder.
SANCHO. SANCHO. Ahora bien , yo he de poner
Dirélelo que ha pasado. Señor, mucho me ha pesado De una vez remedio en todo.—
¡Ay, mi Elvira! ¡ Quién le viera! De volver tan atrevido Conde...
Salid , suspiros, y en tanto A darte enojos; no ha sido CONDE.
Que vuelvo, decid que muero Posible haberlo excusado. Gran Señor...
De amores. Pero si yo soy villano
PELATO. En la porfía , Señor, Enrique...
Tú serás emperador,
Camina, Sancho; DON ENRIQUE.
Que este no ba gozado á Elvira. < Deben de faltar versos: no se pondría Señor..
SANCHO. Lope a escribir endecasílabos para hacer so REY.
lo estos seis.
¿De qué lo sabes, Pelayo? * Sino. Yo he de ir i Galicia ;
EL MEJOR ALCALDE EL REY.
Que me importa hacer justicia. .. Y el ser que tengo me has dado.
—Y aquesto no se publique. Vista exterior de la quista de don Tello. Es fuerza haber heredado
CONDE. La nobleza que te doy.
Señor... ESCENA ni. Verdad es que este tirano
REY. Ha procurado vencerme ;
i Qué me replicáis? NUNO , CELIO. Yo he sabido defenderme
Poned del Parque á las puertas Con un valor mas que humáno;
Las postas. ÑOÑO. Y puedes estar ufano
CONDE. En fin, ¿que podré verla? De que he perder la vida
Pienso que abiertas i CELIO. Primero que este homicida
Al vulgo se las dejais. Podréis verla: Llegue á triunfar de mi honor,
Don Tello, mi señor, licencia ha dado. Aunque con tanto rigor
REY. . NIÑO. Aquí me tiene escondida.
Pues i cómo lo han de saber , ¿Qué importa, cuando soy tan desdicha- nuSoi
Si enfermo dicen que estoy Ya del extremo celoso,
Los de mi cámara? celio. [do?
No tenéis qué temer; que ella resiste Hija , el corazón ensancho.
DOS ENRIQUE. ELVIRA.
Soy Con gallardo valor y valentía
De contrario parecer. De mujer, que es mayor cuando porfía. ¿Qué se ha hecho el pobre Sancho,
REY. ÑUÑO. Que solía ser mi esposo?
Esta es ya resolución. Y ¿podré yo creer qué honor mantiene ÑUÑO.
No me repliquéis. Mujer queen supoderun hombre tiene? Volvió á ver á aquel famoso
CELIO. Alfonso, rey de Castilla.
CORSE. ELVIRA.
Pues sea Pues es tanta verdad , que si quisiera
De aquí á dos dias , y vea Elvira que su esposo Celio fuera, Luego ¿no ha estado en la villa?
Castilla la prevención Tan seguro con ella me casara ÑUÑO.
De vuestra melancolía. Como si en vuestra casa la tuviera. Hoy esperándole estoy.
REY. ÑUÑO. ELVIRA.
Labradores... ¿ Cuál decis que es la reja? Y yo que le maten hoy.
SANCHO. CELIO. ÑUÑO.
Gran Señor... Hácia esta parte Tal crueldad me maravilla.
REY. De la torre se mira una ventana , ELVIRA.
Ofendido del rigor, • Donde se ha de poner, como me ha dicho. Jura de hacerle pedazos.
De la violencia y porfía ÑUÑO. ÑUÑO.
De don Tello, yo en persona Parece que allí veo un blanco bulto , Sancho se sabrá guardar.
Le tengo de castigar. Si bien ya con la edad lo dificulto.
CELIO. ELVIRA . '
SANCHO. ¡Oh , quién se pudiera echar
¡Vos, Señor! Seria humillar Llegad.que yo mevoy; porque si os viere, De aquesta torre á tus brazos!
Al suelo vuestra corona. No me vean á mi , que lo he trazado,
De vuestro justo amor importunado. ÑUÑO.
rey. (A Sancho.) (Vate.) Desde aquí con mil abrazos
Id delante, y prevenid Te quisiera recibir.
De vuestro suegro la casa, ESCENA IV. ELVIRA.
Sin decirle lo que pasa , Padre , yo me quiero ir ;
Ni á hombre humano, y advertid ELVIRA , á una reja de una torre.— Que me buscan : padre, adiós.
Que esto es pena de la vida.
SANCHO. NUNO. ÑUÑO.
Pues ¿quién ha de hablar, Señor? No nos verémos los dos;
ÑUÑO. Que yo me voy á morir.
rey. (A Pelayo.) ¿Eres tú, mi desdichada (Éntrase Elvira.)
Escuchad vos, labrador. Hija?
Aunque todo el mundo os pida ELVIRA.
Que digáis quién soy, decid ¿Quién , sino yo, fuera ? ESCENA V.
Que un hidalgo castellano, ÑUÑO.
Puesta en la boca la mano Ya no pensé que te viera , DON TELLO.—NUNO.
Desta manera... advertid... No por presa y encerrada,
Porque no habéis de quitar Sino porque deshonrada DON TELLO.
De los labios los dos dedos. Te juzgue siempre en mi idea ; ¿Qué es esto? ¿Con quién habláis?
PELAYO. Y es cosa tan torpe y fea ÑUÑO.
Señor, los tendré tan quedos, La deshonra en el honrado, Señor, á estas piedras digo
Que no osaré bostezar. Que aun á mi , que el ser te he dado, Mi dolor, y ellas conmigo
Pero su merced, mirando Me obliga á que no te vea. Sienten cuán mal me tratáis ;
Con piedad mi suficiencia . ¡ Bien el honor heredado Que , aunque vos las imitáis
Me ha de dar una licencia De tus pasados guardaste , En dureza, mi desvelo
De comer de cuando en cuando. Pues que tan presto quebraste Huye siempre d •! consuelo,
REY. Su cristal tan estimado! Que anda á buscar mi tristeza ;
No se entiende que has de estar Quien tan mala cuenta ha dado Y aunque es tanta su dureza ,
Siempre la mano en la boca. De sí , padre no me llame; Piedad les ha dado el cíelo.
SANCHO. Porque hija tan infame DON TELLO.
Señor, mirad que no os loca (Y no es mucho que esto diga) Aunque mas forméis , villanos ,
Tanto mi bajeza honrar. Solamente á un padre obliga Quejas, llantos é invenciones,
Enviad , que es justa ley, A que su sangre derrame. La causa de mis pasiones
Para que haga justicia, ELVIRA. No ha de salir de mis manos.
Algún alcalde ¿Galicia. Padre, si en desdichas tales Vosotros sois los tiranos ,
REY. Y en tan continuos desvelos, Que no la queréis rogar
Los que han de dar los consuelos Que dé á mi intento lugar;
El mejor alcalde el Rey. Vienen á aumentar los males, Que yo, que la adoro y quiero,
(Vanse.) Los mios serán iguales ¿Cómo puede ser, si muero,
A la desdicha en que estoy , Que pueda á Elvira matar?
Porque si tu bija soy, ¿Qué señora presumís
488 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ,
Que es Elvira? ¿ Es mas agora Que un poderoso en su tierra ,
Üe una pobre labradora ? Sala en casa de Nuflo. Con armas, gente y dinero,
Todos del campo vivís; O ha de torcer la justicia,
Mas pienso que bien decís, ESCENA VII. O alguna noche durmiendo,
Mirando la sujeción Matarnos en nuestra casa.
Del humano corazón ; SANCHO, PELAYO, JUANA.
Que no hay mayor señorío PRLATO.
Que pocos años y brío, ¿Matar? ¡ Oh qué bueno es eso !
JUANA.
Hermosura y discreción. ¿Nunca habéis jugado al triunfo?
Los dos seáis bien venidos, Haced cuenta que don Tello
ÑUÑO.
SANCHO. Ha metido la malilla;
Señor, tos decís muy bien. No sé cómo lo seremos; Pues la espadilla traemos.
El cielo os guarde. Pero bien sucederá,
• DON TELLO. SANCHO.
Juana, si lo quiere el cielo. Pelayo , ¿tenéis juicio?
Si hará, PELAYO.
Y á vosotros os dará pelayo. (Ap.)
Si lo quiere el cielo, Juana , Olvídeme de los dedos.
El justo pago también. Sucederá por lo menos...
ñuño. (Ap.) —Que habremos llegado á casa...— SAXCHO.
¡Que sufra el mundo que estén Y pues que tienen sus piensos Lo que habéis de hacer. Señor,
Sus leyes en tal lugar, Los rocines , no es razón Es prevenir aposento.
Que el pobre al rico ha de dar Que envidia tengamos dellos. Porque es hombre muy honrado.
Su honor, y decir que es justo! PELATO.
JUANA.
Mas tiene por ley su gusto Y tan honrado, que puedo
Y poder para matar. (Vase.) ¿Ya nos vienes á matar? Decir...
DON TELLO. SANCHO.
SANCHO.
Celio... ¿Dónde está Señor?
¡Vive Dios, villano!...
JUANA.
PELAYO.
Yo creo
ESCENA VI. Que es ido á hablar con Elvira. (Ap. Olvídeme de los dedos.)
Que no hablaré mas palabra.
SANCHO.
CELIO.—DON TELLO. Pues ¿déjala hablar don Tello? ÑUÑO.
Hijo, descansa ; que pienso
JUANA.
CELIO. Que te ha de costar la vida
Señor... Allá por una ventana Tu amoroso pensamiento.
De una torre , dijo Celio. SANCHO.
DON TELLO.
SANCHO. Antes voy á ver la lorre
Lleva luego
Donde te be mandado á Elvira. ¿ En torre está todavía ? Donde mi Elvira se ha puesto ;
CELIO.
PELAYO. Que como el sol deja sombra ,
No importa; que vendrá presto Podrá ser que de su cuerpo
Señor, lo que intentas mira. Haya quedado en la reja;
Quien le haga...
DON TELLO. Y si , como el sol traspuesto ,
SANCHO.
No mira quien está ciego. No la ha dejado , yo sé
CELIO.
Advierte, Pelayo... Que podrá formarla luego
Que repares bien te ruego; pelato. (Ap.) Mi propia imaginación. ( Yete.)
Que forzalta es crueldad. Olvídeme de los dedos.
DON TELLO. JUANA. ESCENA IX
Tuviera de mi piedad , Ñuño viene.
Celio, y yo uo la forzara. ÑUÑO, PELAYO, JUANA.
CELIO. ESCENA VIII. ÑUÑO.
Estimo por cosa rara ¡Qué extraño amor!
Su defensa y castidad. ÑUÑO.— Dichos.
JUANA.
DON TELLO.
SANCHO. Yo no creo
No repliques á mi gusto ¡Señor mió!... Que se baya visto en el mundo.
¡Pesar de mi sufrimiento!
ÑUÑO. ÑUÑO.
gue ya es bajo pensamiento
1 sufrir tanto disgusto. Hijo , ¿cómo vienes ? Vén acá, Pelayo.
Tarquino tuvo por gusto sancho. PELATO.
No esperar tan sola un hora , Vengo Tengo
Y cuando vino la aurora Mas concento á tu servicio. Qué decir á la cocina.
Ya cesaban sus porfías ; ÑUÑO. ÑUÑO.
Pues ¿es bien que lautos dias ¿De qué vienes mas contento. Vén acá pues.
Espere á una labradora ? PELAVO.
SANCHO.
CELIO.' Luego vuelvo.
Traigo un gran pesquisidor.
Y ¿esperarás tú también ÑUÑO.
PELATO.
Que te den castigo igual ? Vén acá.
Tomar ejemplo del mal Un pesquisidor traemos , PELATO.
No es justo, sino del bien. Que tiene... ¿Qué es lo que quiere?
SANCHO. ÑUÑO.
DON TELLO.
Mal ó bien , hoy su desden , Advierte, Pelayo... ¿Quién es este caballero
Celio, ha de quedar vencido. pelavo. {Ap.) Pesquisidor que trae Sancho?
Ya es lema , si amor ha sido; Olvídeme de los dedos. PEI.ATO.
Que aunque Elvira no es Tamar, ÑUÑO. El pescador que traemos.
A ella le ha de pesar, ¿Viene gran gente con él ? Es un... (Ap.'Dios me tenga en buenas.)
Y á mi vengarme su olvido. Es un hombre de buen seso ,
SANCHO.
( Vame.) Dos hombres. Descolorido, encendido,
Alto, pequeño de cuerpo,
ÑUÑO. La boca por donde come,
Pues yo le ruego , Barbiruhio y barbinegro;
Hijo, que no intentes nada; Y si no lo miré mal ,
Que será vano tu intento; Es médico ó quiere serlo;
EL HEJOR ALCALDE EL REY. 480
Porque, en mandando que sangren , REY. Gomo ruedas de salmón.
Aunque sea del pescuezo... La información quiero hacer. BEY.
ÑUÑO. ÑUÑO. Diga lo que sabe desto.
¿Hay bestia eomo este , Juana? Descansad, Señor, primero; FILENO.
Que tiempo os sobra de hacella. Señor, yo vine á tañer,
ESCENA X. REY. Y vi que mandó don Tello
Nunca á mí me sobra tiempo. — Que no entrara el señor Cura.
BKITO.—Dichos. ¿Llegustes bueno, Pelayo? El matrimonio deshecho,
PELAYO.
Se llevó á su casa á Elvira,
tarro. Donde su padre y sus deudos
Señor Ñuño, corra presto, Si , Señor, llegué muy bueno. La han visto.
Porque á la puerta de casa Sepa vuesa señoría...
REY.
Se apean tres caballeros REY.
De tres hermosos caballos , ¿Qué os dije? ¿Y vos , labradora?
Con lindos vestidos nuevos, PELAYO.
PELAYO.
Bolas, espuelas y plumas. Póngome el freno, Esta es Leonora de Cuelo,
ÑUÑO. nerc Hija de Pero Miguel
¡Válgame Dios, si son ellos! De Cueto; de quien fué agüelo
REY. Ñuño de Cueto, y su lio
Has ¡pesquisidor con plumas! Gracias á Dios, bueno vengo. Martín Cueto, morganero
FELÁYO. Del lugar, gente muy nobre;
PELAYO.
Señor, vendrán mas ligeros ; A fe que he de presentalle , Tuvo dos lias que fueron
Porque la recta justicia , Brujas, pero há muchos años ,
Cuando no atiende á cohechos, Si salimos con el pleito,
Un puerco de su tamaño. Y tuvo un sobrino tuerto.,
Tan presto al concejo vuelve , El primero que sembró
Como sale del concejo. SANCHO.
Nabos en Galicia.
ñuño. Calla , bestia. REY.
PELAYO.
¿Quién le ha enseñado á la bestia Bueno
Esas malicias? Pues sea puerco
Como yo, que soy chiquito. Está aquesto por ahora.—
PELAYO. Caballeros, descansemos,
REY.
¿ No vengo Para que á la tarde vamos
De la corte? ¿ Qué se espanta? Llamad esa gente presto. A visitar á don Tello.
( Pelayo se llega á la puerta y llama.) CONDE.
ESCENA XI. Con menos información
Pudieras tener por cierto
EL REY, EL CONDE Y DON ENRIQUE, ESCENA XII. Que no te ha engañado Sancho;
dé camino; SANCHO.—Dichos. BRITO, FILENO, JUANA, LEONOR. Porque la inocencia destos
Es la prueba mas bastante.
sancho.
—EL REY, EL CONDE, DON EN
rey. (Ap.á Ñuño.)
Puesto que os vi desde lejos, RIQUE, NIÑO , SANCHO, PELAYO.
Haced traer de.secreto
Os conocí. BRITO.
Un clérigo y un verdugo.
REY. ( VanseeIRey, el Conde y don Enrique.)
¿Qué es, Señor, loque mandáis?
Cuenta, Sancho, (Ap.áél.)
ÑUÑO.
Que aquí no han de conocernos. ESCENA XUI.
ROÑO.
Si de los valles y cerros
Han de venir los zagales, SANCHO, NUNO, PELAYO, JUANA,
Seáis, Señor, bien venido. Esperaréis mucho tiempo.
REY. LEONOR, BRITO, FILENO.
REY.
¿Quién sois? Estos bastan que hay aquí. ÑUÑO.
SANCHO. ¿Quién sois vos?
Es Ñuño, mi suegro. Sancho... (Ap.áél.)
BRITO.
SANCHO.
BEY. Yo, Señor bueno,
Estéis en buen hora , Ñuño. Só Brito, un zagal del campo. Señor...
ÑUÑO.
ÑUÑO. PELAYO.
Mil veces los pies os beso. Yo no entiendo
De casado le cogieron Este modo de juez:
REÍ. El principio, y ya es cabrito. Sin cabeza de proceso
Avisad los labradores REY. Pide clérigo y verdugo.
Que no digan á don Tello ¿Qué sabéis vos de don Tello SANCHO.
Que viene pesquisidor. Y del suceso de Elvira? Ñuño, yo no sé su intento.
ÑUÑO. BRITO.
ÑUÑO.
Cerrados pienso tenerlos La noche del casamiento Con un escuadrón armado
Para que ninguno salga. La llevaron unos hombres Aun no pudiera prendello ,
(Sandio habla á Brilo y á Juana , y se Que aquestas puertas rompieron. Cuanto mas con dos personas.
van.) BEY.
SANCHO.
Pero, Señor, tengo miedo Y vos ¿quién sois?
Que traigáis dos hombres solos; Démosle á comer; que luego
JUANA. Se sabrá si puede ó no.
Que no hay en todo este reino
Has poderoso señor. Señor, Juana, ÑUÑO.
Has rico ni mas soberbio. Su criada , que sirviendo ¿Comerán juntos?
REY.
Estaba á Elvira, á quien ya
SANCHO.
Sin honra y sin vida veo.
Ñuño, la vara del Rey Yo creo
BEY.
Hace el oficio del trueno, Que el juez comerá solo ,
Que avisa que viene el rayo : Y ¿quién es aquel buen hombre? Y después comerán ellos.
Solo, cómo veis, pretendo PEI.AYO.
ÑUÑO.
Hac»r por el Rey justicia. Señor, Fileno el gatero; Escribano y alguacil
ÑUÑO. Toca de noche á las brujas Deben de ser.
En vuestra presencia veo Que andan por esos barbechos , SANCHO.
Tan magnánimo valor, Y una noche le llevaron , Eso pieuso. ( Vase.)
Que, siendo agraviado, tiemblo. De donde trujo el asiento
490 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA
CARPIÓ.
NüífO. | Para entrar y ver lo que es.
Juana... REY.
JUANA. CELIO. Pues un alcalde decid
Señor...
Temí que Ñuño después De su casa y corte.
De verme entrar se enojara;
ÑOÑO. Que á lodos nos quiere mal. celio. (Túrbase.)
Adereza Iré,
Ropa limpia , y al momeólo FELICIANA. Y ese nombre le diré.
Matarás cuatro gallinas Quiero avisar á mi hermano ;
Porque tiene este villano BEY.
Y asarás un buen torrezno. En lo que os digo advertid.
Y pues estaba pelado , Bravo ingenio y natural.
Tú, Celio, quédate aquí (Vase Celio.)
Pon aquel pavillo nuevo
A que se ase también, Para ver si alguno viene. (Vate.) CONDE.
Mientras que baja Fileno CELIO. Parece que el escudero
A ia bodega por vino. Siempre la conciencia tiene Se ha turbado.
Este temor contra si, ENRIQUE.
PELAYO.
¡Voto al sol , Ñuño, que tengo Demás que tanta crueldad El nombre ha sido
Al cielo pide castigo. La causa.
De comer hoy con el juez ! SANCHO.
ÑUÑO. Ñuño ha venido;
Este ya no tiene seso. ESCENA XVI.
{Vate.) Licencia, Señor, espero
PELAYO. EL REY, EL CONDE, DON ENRIQUE Para que llegue , si es gusto
Solo es desdicha en los reyes Y SANCHO, que aparecen al otro lado Vuestro.
Comer solos , y por eso déla verja.—CELIO. BEY.
Tienen siempre al rededor Llegue , porque sea
Los bufones y los perros. BEY.
En todo lo que desea
{Yante.) Entrad y haced lo que digo. Parte , de lo que es tan justo,
Como del pesar lo ha sido.
CELIO.
¿Qué gente es esta? ESCENA XVII.
Patio en la quinta de don Tollo. Pared ó verja BEY.
en el fondo. ÑUÑO, PELAYO, JUANA y villanos,
Llamad.
ESCENA XIV. (Llaman; abre un criado, y pasan alpa fuera de la verja. — EL REY, EL
tio el Rey, el Conde , don Enrique y CONDE, DON ENRIQUE, SANCHO.
ELVIRA, huyendo de DON TELLO ; Sancho.)
FELICIANA, deteniéndole. SANCHO.
SANCHO.
Este, Señor, es criado Llegad, Ñuño, y desde afuera
ELVIRA. De don Tello. Mirad.
¡Favor, cielo soberano! II EY.
ÑOÑO.
Pues en la tierra no espero Solo ver me altera
Remedio. ¡Ah hidalgo! oíd. La casa deste alrevido.
(Vase.)
DO* TELLO. CELIO. Estad todos con silencio.
, Matarla quiero. ¿Queme queréis? JUANA.
FELICIANA. REY. Hable Pelayo, que es loco.
Deten la furiosa mano. Advertid PELAYO.
A don Tello que he llegado
DON TCLLO. De Castilla , y quiero hablalle. Vosotros veréis cuan poco
Mira que le he de perder De un mármol me diferencio.
CELIO.
El respeto, Feliciana. ÑUÑO.
Y ¿quién diré que sois?
FELICIANA. ¡Que con dos hombres no Días
Merezca , por ser tu hermana , REY. Viniese! ¡ Extraño valor!
Lo que no por ser mujer. Yo.
DON TELLO. CELIO. ESCENA XVIII.
¡Peseá la loca villana! ¿No tenéis mas nombre?
¿Que por un villano amor REY.
DON TELLO, FELICIANA, cbjados.
No respete á su señor , No. — Dichos.
De puro soberbia y vana ? CELIO.
Pues no se cause en pensar feliciana.
Que se podrá resistir; i Yo no mas, y con buen talle! Mira lo que haces, Señor...
Puesto me habéis en cuidado. Tente , hermano : ¿dónde vas ?
8ue la tengo de rendir Yo voy á decir que Yo
la tengo de matar. (Vate.) Está á la puerta. (Vase.) don tello. (Al Rey.)
¿Sois por dicha , hidalgo, vos
ENRIQUE. El alcalde de Castilla
ESCENA XV. Ya entró. Que me busca?
CELIO.— FELICIANA. CONDE. . REY.
Temo que responda airado, ¿Es maravilla?
CELIO. Y era mejor declararte. don tkllo.
No sé si es vano temor, REY. Y no pequeña , por Dios ,
Señora , el que me ha engañado; No era , porque su miedo Si sabéis quién soy aquí.
A Ñaño he visto en cuidado Le dirá que solo puedo
De huéspedes de valor. REY.
Llamarme Yo en esta parle.
Sancho ha venido á la villa, Pues ¿qué diferencia tiene
Todos andan con recato; (Vuelve Celio.) Del Rey quien en nombre viene
Con algún ungido trato CELIO. Suyo?
Le han despachado en Castilla. A don Tello, mi señor, DON TELLO.
No los he visto jamás Dije cómo Yo os llamáis , Mucha contra mi.
Andar con tanto secreto. Y me dice que os volváis. Y vos ¿adonde traéis
FELICIANA.
Que él solo es Yo por rigor; Lavará?
Que quien dijo Yo, por ley BEY.
No fuiste, Celio, discreto, Justa del cielo y del suelo,
Si en esa sospecha estás ; En la vaina está ,
Es solo Dios en el cielo , De donde presto saldrá ,
Que ocasión no te faltara Y en el suelo solo el Rey. Y lo que pasa veréis.
EL MEJOR ALCALDE EL REY. m
DON TELLO. Para hacer la boda Tenga piedad de mi hermano.
¿Vara en la vaina? ¡Oh qué bien ! Le pidió licencia : REY.
No debéis de conocerme. Vino con su hermana ; Cuando esta causa no hubiera,
Si el Rey no viene á prenderme , Los padrinos eran : El desprecio de mi carta,
No hay en todo el mundo quién. Vióme y codicióme , Mi firma, mi propia letra,
REY.
La traición concierta. ¿No era bastante delito?
Difiere la boda , Hoy veré yo tu soberbia ,
Pues yo soy el Rey, villano. Y viene á mi puerta Don Tello', puesta á mis pies.
PELAYO. Con hombres armados DON TELLO.
¡Santo Domingo de Silos! Y máscaras negras.
DON TELLO. Llevóme á su casa. Cuando hubiera mayor pena ,
Donde eon promesas Invictísimo Señor,
Pues, Señor, ¡tales estilos Que la muerte que me espera ,
Tiene el poder castellano! Derribar pretende
Mi casta firmeza ; Confieso que la merezco.
¡Vos mismo! Vos en persona!
Que me perdonéis os ruego. Y desde su casa DON ENRIQUE.
A un bosque me lleva Si puedo en presencia vuestra...
BEY. Cerca de una quinta, CONDE.
Quitadle las armas luego. — Un cuarto de legua ;
(Desarman á don Tello ; potan la verja Allí , donde solo Señor, muévaos á piedad
Nano y los. villanos.) Que os crié en aquesta tierra.
La arboleda espesa,
Villano, por mi corona, Que al sol no dejaba FELICIANA.
Que os he de hacer respetar Que testigo fuera , Señor, el conde don Pedro
Las cartas del Rey. Escuchar podía De vos por merced merezca
FELICIANA. Mis tristes endechas. La vida de Tello.
Señor, Digan mis cabellos. REY.
8ue cese tanto rigor Pues saben las yerbas El Conde
s ruego. Que dejé en sus hojas Merece que yo le tenga
REY. Infinitas hebras. Por padre; pero también
No hay que rogar. Qué defensas hice Es justo que el Conde advierta
Venga luego la mujer Contra sus ofensas ; Que ha de estar á mi justicia
Desle pobre labrador. ( Vase un criado.) Y mis ojos digan Obligado de manera,
Qué lágrimas tiernas. Que no me ha de replicar.
DON TELLO.
Que á un duro peñasco CONDE.
No fué su mujer, Señor. Ablandar pudieran.
REY. Viviré llorando, Pues la piedad ¿es bajeza?
Basta que lo quiso ser. Pues no es bien que tenga REY.
Y ¿no está su padre aquí , Contento ni gusto Cuando pierde de.su punto
Que ante mi se ha querellado? Quien sin honra queda. La justicia , no se acierta
DON TELLO. [Ap.) Solo soy dichosa En admitir la piedad.
En que'pedir pueda Divinas y humanas letras
Mi justa muerte ha llegado. Dan ejemplos : es traidor
A Dios y al Rey ofendi. Al mejor alcalde
Que gobierna y reina , Todo hombre que no respeta
Justicia y piedad A su rey, y que habla mal
ESCENA XIX. De maldad tan fiera. De su persona en ausencia. —
Esta pido, Alfonso, Da, Tello, á Elvira la mano
Para que pagues la ofensa
ELVIRA, sueltos los cabellos.—Dichos. A tus pies, que besan
Mis humildes labios, Con ser su esposo ; y después
Ansí libres vean Que te corlen la cabeza,
' ELVIRA. Descendientes tuyos Podrá casarse con Sancho,
Luego que tu nombre Las partes sujetas Con la mitad de tu hacienda
Oyeron mis quejas , De los fieros moros En dote.—Y vos, Feliciana,
Castellano Alfonso, Con felice guerra ; Seréis dama de la Reina ,
Que a España gobiernas , Que si no te alaba a En tanto que os doy marido
Sal! de la cárcel. Mi turbada lengua , Conforme á vuestra nobleza.
Donde estaba presa , » Famas hay y historias ÑUÑO.
A pedir justicia Que la harán eterna. Temblando estoy.
A tu real clemencia. REY. PELAYO.
Hija soy de Ñuño Pésame de llegar tarde :
De Aibar, cuyas prendas ¡Bravo Rey!
Son bien conocidas Llegar á tiempo quisiera,
SANCHO.
Por toda esta tierra. Que pudiera remediar
De Sancho y Ñuño las quejas; Y aquí acaba la comedia
Amor me tenia Pero puedo hacer justicia Del Mejor Alcalde, historia
Sancho de Roelas; Que afirma por verdadera
Súpolo mi padre, Cortándole la cabeza
A Tello : venga el verdugo. La corónica de España :
Casarnos intenta. La cuarta parle la cuenta.
Sancho, que servia FELICIANA.
ATellodeNeira, 1 Señor, tu real clemencia
EL PREMIO DEL BIEN HABLAR.
PERSONAS.
LEONARDA, dama. OON PEDRO. RAMIRO , huésped.
DON JUAN DE CASTRO. DOÑA A NGE LA, dama. RUFINA, esclava.
DON ANTONIO , viejo. FELICIANO. CAMILO, criado.
MARTIN, lacayo. Acompañamiento.
DOÑA ÁNGELA.
SCENA VII. Aquel encogimiento fué forzoso.
Mi hermano, Leonarda mia , RUFINA.—Dichas.
DON PEDRO.
A asegurarte me envia , Aun no fui de sus ojos admitido.
Para que de mi lo estés. DON ANTONIO.
RUFINA.
Suplícate que me des . Vos lo seréis cuando seáis su esposo.
Crédito, por desagravio Don Antonio, mi señor,
De tu amor; que no es tan sabio Viene con don Pedro a hablarte. — DON PEDRO.
Amor, que á no ser su hermana , Escóndete. (A doña Ángela.) Dadme licencia que después la vea.
Fuera la riqueza humana DOÑA ÁNGELA. DON ANTONIO.
Parte á sufrir un agravio. ¿Si es casarte? Dueño sois de esta casa.
Y mucho lo estoy de tí LEONARDA. DON PEDRO.
En no haberte parecido No hay obediencia en amor.
Aquello mismo que he sido ¡Venturoso,
Desde el dia en que nací. (Vase doña Ángela.) Padre y señor, quien tanto bien posea!
¿Por qué presumes de mí ( Vanse los dos. )
Que, si yo fuera su dama , ESCENA VIII. LEONARDA.
Aventurara tu fama , ¿Quién pensara que tan presto
Infamando tu nobleza?
Porque no hay mayor bajeza DON ANTONIO , DON PEDRO. -LEO- Tuvieran fin semejante
Mis pensamientos altivos?
Que ser tercero quien ama. NARDA, RUFINA.
RUFINA.
Mas ¿de qué sirven rodeos? ¿ Puede mi señor forzarte?
Paramas seguridad. DON ANTONIO.
Pagaré con voluntad LEONARDA.
¿En tal peligro queda?
De tu hermano los deseos. DON PEDRO.
Puede quitarme la vida.
Como de honestos empleos
No excedan, ni se levante No parece
Mas que á ser cortés amante : Que una hora puede dilatar la vida ; ESCENA IX.
Mira tú si puede haber Mengua el valor y el accidente crece :
Para celos de mujer Mi casa queda toda reducida DON JUAN, MARTIN.— LEONARDA,
Seguridad semejante. A sola mi persona. RUFINA.
DON ANTONIO.
LEONARDA.
Si en vos queda , DON JOAN.
Doña Angela , en tiempo breve Será mas aumentada que perdida.
No puede haber mucho amor; Déjame, necio.
DON PEDRO.
Esto ha sido que el honor HARTIN.
Se previene á lo que debe. Bastante hacienda y mayorazgo hereda ¿Qué haces?
Cuando una mujer se atreve Quien solo quiere ser esclavo vuestro,
DON JCA.V.
A amar, mire los sugetos Cuando esta dicha el cielo me conceda.
Causa de iguales efetos; DON ANTONIO. [tro. ¿ Qué tengo de hacer? Morir.
Que examinar el valor Vos conocéis el justo amor que os mues- MARTIN.
Antes de tener amor Aquí está mi Leonarda , que en su gusto Pues ¿de esa manera sales?
Es prevención de discretos. Sabéis, donPedro,que semueve el nues- LEONARDA.
Nunca aventuran la fama [tro. ¿Qué es esto, don Juan?
Tan presto nobles mujeres : Leonarda, sin respuesta , sin disgusto DON JCAN.
Si , como su hermana eres, Hoy se ha de hacer este concierto ; hoy
Fueras, Angela , su dama, [quiero Perderme.
LEONARDA.
¿Qué nobleza no se infama - Que lo que quiero yo tengas por justo.
Amando lo que es ajeno? Es don Pedro tan noble caballero, ¿Adonde vas?
. Ya tengo tu amor por bueno, Que quiero honrar mi casa de la suya. DON JCAN.
Ya con mis celos acabo, Doyle , sin joyas tuyas, en dinero A matarme.
EL PREMIO DEL BIEN HABLAR. SOI
LEONARDA. MARTIN. Por mas que los accidentes
¿Porqué, Señor? ¿Dónde tengo de embarcarme? Concierten las amistades.
DON JUAN. DON JUAN.
Entré, Señora, en tu cuadra ;
Por tu gusto. Dentro del mar de mis ojos. Vi con doña Angela un ángel ,
Y por unas celosías
LEONARDA. , MARTIN. De cabellos descuidarse
¿Gusto? ¿De qué? Notables sois los amantes. Blanco marfil mal ceñido
DON JUAN. DONJUÁN. De lágrimas orientales.
De casarte. Mas no ; que corre tormenta, Vi dos manzanas de nieve.
LEONARDA. Y era forzoso anegarte. Escritas de azul esmalte,
Y dije : « ¡Bien haya el árbol
¿Oíste á mi padre? LEONARDA.
Donde Liles frutos nacen!»
DON JUAN. Vé, Rufina, al corredor Luego vi encubrirse todo,
Sí. Porque puedas avisarme. — Quedando solo en cristales
LEONARDA.
Tú, Martin, lince has de ser Unos rayos que tenían
En la puerta de la calle; Breves grillos de diamantes.
Pues ¿qué dijo? Que quiero hablar libremente.
DON JOAN.
Vine con esto mas loco.
RUFINA. Olvidóme de mis males ;
Que me mates. Yo voy. Que no esperados placeres
LEONARDA. MARTIN. Olvidan grandes pesares.
Yo ¿qué respondí? Y yo á ser alcaide. Promelíme de tener
DON JUAN. ( t 'anse los dos criados.) Dueño que el mundo envidiase,
Tibiezas. Rico, noble, hermoso, ilustre,
LEONARDA.
De alto valor, de alta sangre,
ESCENA X. En pago de la defensa
Y ¿don Pedro? Y alabanzas inmortales
DON JUAN. LEONARDA, DON JUAN. Que me deben las mujeres,
Necedades. LEONARDA.
Honras, virtudes, linajes,
LEONARDA. Desde que ceñi la espada,
Don Juan, las ingratitudes No sufriendo que afrentasen
Sosiégate. Ofenden las voluntades :
DON JUAN. Mujer ninguna á mis ojos ;
Mucho en poco tiempo debes Lo cual me ha costado cárcel,
¿Cómo puedo? Al alma que supo amarte. Heridas, perder la patria,
LEONARDA. ¿Cuál hizo mas de los dos? Envidias, enemistades,
¿Di yo el sí? ¿Tú en quererme, ó yo en dejarme Oficios, cargos, hacienda,
DON JUAN. Engañar de los requiebros , Hasta que pude obligarle
Bastó callarle. Cosa á los hombres tan fácil? Con lo que sabes, Señora,
LEONARDA. ¿Qué mudanza has visto en mí? Que te ha obligado á ampararme.
Necio estás. Qué es lo que dije á mi padre? i apenas quise salir
DON JUAN. Qué te obliga á hacer locuras? (No á dejar mis soledades,
Soy desdichado. ¿Puede por fuerza casarme? Sino por ver si te via ),
No puede ; y mas, que te busca Cuando el sueño se deshace,
LEONARDA.
Feliciano por mil parles, Oigo decir que te casas
Y yo mujer. Obligado a defenderte
DON JUAN. Y oigo decir que me maten.
Por mi inclinación notable
Eso baste. Al servicio de tu hermana. LEONARDA.
LEONARDA. Por Dios, don Juan, que repares Don Juan, un hombre valiente
Habíame bien. En la pena que me das. ¿Tan tiernos extremos hace?
DON JUAN. .
Mirad que enlrastes muy bravo,
DON JUAN.
Estoy muerto. Para salir tan cobarde.
No sé cómo puedo hablarle ¿Qué seguridad queréis
LEONARDA. Con las desdichas presentes , Para que con vos me case?
Escucha. Porque es razón que me alcancen.
DON JUAN.
DON JUAN. ¡ Que quien escucha, oiga mal !
¿Qué he de escucharte? Lo que escuché fué bástanle Una firma suele ser
Para temer la caida Firmeza de amor constante.
LEONARDA.
De mi fortuna mudable. LEONARDA.
Eso es locura. Si tu padre, prenda mia, Voy á escribir un papel.
DON JUAN.
Con resolución tan grande DON JUAN.
Es por li. Quiere casarle, ¿que importa
MARTIN. (.4p.) Hue tú con tu hermano trates Y ¿firmarásle?
Parecen representantes esistir su voluntad? LEONARDA.
Que saben bien el papel. LEONARDA.
Esperadme.
LEONARDA. No hayas miedo que me case Mal conocéis las mujeres
Martin, asf Dios te guarde, Con don Pedro, don Juan niio; Con amor.
¿Siente don Juan lo que dice? Que si de mi hermano sabes DON JUAN.
&
sos COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Ni el breve bien que en esperanzas ha Con el honor que profeso,
ESCENA XIV.
[Has; Por las tapias de la huerta
Que no pudiendo asegurarse dellas, Desamparé el monasterio,
Parece que es mas dicha no alcanzallas Y aventurando la vida, LEONARDA. —FELICIANO.
Que vivir con e! miedo de perdellas. A ver quien la trujo vengo.
Entré loco por la casa ; LEONARDA. (Ap.)
ESCENA XII. Pero en sabiendo los dueños, Como mi hermano ha venido,
Os pido humilde (que es justo) Don Juan se escondió.
FELICIANO.—DON JUAN. Perdón de mi atrevimiento. FELICIANO.
Suplicóos que la amparéis
FELICIANO.
Hasta que me vaya al Puerto ; Leonarda ,
¿Quién es? Que en casa tan principal ¿Qué hay de nuevo?
DON JUAN. (Ap.) Pienso que la puso el cielo. LEONARDA.
¡Notable desdicha! Con esto y vuestra licencia Que me aguarda
FELICIANO. Al monasterio me vuelvo, Un mal también prevenido.
¿Qué es lo que mandáis aquí? Y si saliere justicia Con don Pedro está firmando
(Cosa que volviendo temo), Mi padre las escrituras.
DON JUAN.
Las manos me han de valer; FELICIANO.
(Ap. Aunque perderla temí, Que á los pies poco les debo.
Muy breve ha sido mi dicha. En voluntades seguras
Aquí no hay otro remedio FELICIANO. ¿Quién puede temer, amando?
Sino decir la verdad ; Puesto que yo soy amigo LEONARDA.
Que será temeridad De don Pedro y de don Diego, Si tú no temes , yo sí ;
Perder lo que hay de por medio.) Lo soy mas de la verdad Que hacer ese casamiento
¿Sois Feliciano? . Y del valor de los pechos. Estorba mucho tu intento.
FELICIANO.
A estas horas puede ser FELICIANO.
Yo soy. Que esté don Diego muriendo.
Ya que por tan justa causa Leonarda , después que vi
DON JOAN. En peligro os habéis puesto, A doña Angela , que adoro.
A vos os busco. No habéis de salir de aquí, Sin saber quién es don Juan ,
FELICIANO. Porque no es justo, ni quiero, Mil pensamientos me dan,
Sino es que yo os acompañe ; Cuyos efetos ignoro.
¿A qué efeto ¿Quieres á don Pedro bien?
Me buscáis ? Que si de Leonarda el celó
DON JL'AN. Fué amparo de vuestra hermana, Quieres casarte?
Yo soy don Juan También obligado quedo LEONARDA.
De Castro y Portocarrero. Por ella, por vos, por mi No hay cosa
FELICIANO.
Y por Leonarda, á teneros Cual una pregunta ociosa.
En mi casa hasta que vais Con que mas penas me den.
¿ Sois el que á don Diego hi rió ? Seguro á Cádiz ó al Puerto. FELICIANO.
DON JUAN. ¿Haos visto alguno en mi casa? No te puedo encarecer
Soy el que ha herido á don Diego. DON JUAN. Lo que me alegra escucharte ;
FELICIANO. Ninguno. Porque á serlo solo es parte
Saco la espada. FELICIANO. Querer tú ser su mujer.
DON JUAN. Pues mi aposento. Este ha de ser enemigo
Esperad, Sin que lo entienda mi hermana De doña Angela , si muere
Y sabréis á lo que vengo. Ni mi padre, daros quiero. Su hermano; pues quien' lo fuere
FELICIANO. DON JUAN. ¿Cómo puede ser mi amigo?
Echaréme á vuestros pies. ¿ Tengo de tener cuñado
Vos á matarme veudréis. Que á doña Angela persiga?
DON JUAN. FELICIANO.
LEONARDA.
Oidme, Señor, os ruego, Aquel es el cuarto nuevo.
Dos palabras. Esta es la llave. Tomad, Feliciano, amor te obliga
Id aprisa, cerrad presto, De un ángel bien empleado.
FELICIANO. Por tí no quiero casarme ;
Y' advertid que hay una puerta
Ya os escucho. Por donde, si no habláis quedo, Que también á mi me dan,
Aunque es por cierto respeto. Os puede escuchar mi hermana. Sin conocer á don Juan ,
DONJUÁN. Por eso andad con silencio; Pensamientos de guardarme.
¿Sabéis (que'sí lo sabréis) Que á sus aposentos sale. Sin saber por qué , me guardo
Que reñimos bueno á bueno De lo que los dos intentan.
DON JUAN.
Don Diego y yo? Mil años os guarde el cielo; FELICIANO.
FELICIANO. Que desde hoy prometo ser Por tu vida , que me cuentan
Bien lo sé. Para siempre esclavo vuestro, (lase.) Que es el hombre mas gallardo
DON JUAN.
Que ha venido de Castilla ;
Que en un monasterio esta ,
Pues según eso, ¿qué debo ESCENA XIII. Donde á visitar le va
Entre caballeros nobles? Lo mas noble de Sevilla.
FELICIANO. FELICIANO. ¿Quieres que vaya por él ,
De todo estoy satisfecho.
¿Qué pudo imaginar mi pensamiento Para que á su hermana vea?
DON JUAN. Que del alma viniese á la medida, LEONARDA.
Eso es cuanto á la herida ; Como hallar á don Juan, en cuya vida Claro está que lo desea ;
Porque á vos, que no á don Pedro, Estriba de mi amor el fundamento? Mas ¿cómo vendrás con él?
Doy esta satisfacion. Cuando temí, para mayor tormento, FELICIANO.
FELICIANO. Mi muerte en el rigor de "su partida , En un coche con recato.
El término os agradezco. De los cabellos la ocasión asida (.4/). Honor, no es esto ofenderos ;
DON JUAN.
Dispone á dulce fin mi atrevimiento. Que antes es ennobleceros
Donde he estado retirado, Ya estaba el alma sin tener sosiego, Lo que con Angela trato.)
Ha una hora que me dijeron Vestida de mortal desconfianza ;
LEONARDA.
■Que la señora Leonarda Perovaliómela esperanza luego, [oanza;
Con noble y piadoso pecho Ella esel bien, mientras el bien se al- Busca á mi padre, y dirás
Trujo á doña Anéela aquí ; Que, como el árbol es materia al fuego, ; Esto que sabes de mi.
Yo, como en fin forastero, Así vive el amor coa la esperanza FELICIANO.
DON ANTONIO. Quisiera bien á don Juan! ( Vate.) Si llega tan dulce dia
¿Hay pendencia? Hay amenaza? Quejo tenga libertad,
¿Habló mal de tí en ausencia? Veremos tu habilidad.
Que hay amigos de esa traza : LEONARDA.
Habitación de Leonarda.
Lisonjean en presencia, Pues comienza , Angela mía.
Y murmuran en la plaza. ESCENA III. {Siéntanse los tres.)
Por mujer debió de ser ; DOÑA ÁNGELA.
Alguna le habrá quitado. DONJUÁN, DONA ÁNGELA, LEO
NARDA, MARTIN. Yo no sé cuento ninguno ;
No niegues. Pero también entretienen
FELICIANO. LEONARDA. Cosas varias : y así , os quiero
¡Yo! ¿Qué mujer? ¿Entrarás muy triste aquí? Hacer de un pleito jueces.
DON ANTONIO. DOÑA ÁNGELA. Habia un hombre de bien ,
Pues ¿cómo hoy te causa enfado Agravias su voluntad. Gran defensor de mujeres,
Lo que abonabas ayer? DON JUAN.
Que tenia cierta hermana
FELICIANO.
Que le acompañaba siempre.
Confieso la spledad Llamábase el hombre Otavio,
Porque mayorazgo era , Del tiempo que estoy sin tí ; La dama Olimpia , y dos veces
Presumiendo que muriera Pero luego que te veo, Se vieron , por defenderlas,
Su hermano, y vive y está Vence la salisfacion Cerca de prisión ó muerte.
Fuera de peligro ya , Cuanto á la imaginación Defendió una dama un día ,
Y que le dieras quisiera Está pidiendo el deseo. Y ella también le defiende;
Mejor marido á Leonarda. DOÑA ÁNGELA. Enainóranse los dos.
DON ANTONIO. El cuarto de Feliciano Los dos casarse pretenden.
La palabra ¿no se guarda? De suerte compuesto está , El hermano de esta dama
FELICIANO. Que en él consolar podrá Vio á la hermana del ausente ,
Digo, Señor, que es muy justo ; Sus soledades mi hermano. Enamoróse también ,
Pero el no ser con su gusto Tiene muy ricas pinturas Y ella dicen que le quiere.
Me detiene y acobarda. Y escritorios excelentes. En fin , por temor de Otavio,
DON JUAN. A decirlo no se atreve.
DON ANTONIO.
Son de unos ojos ausentes, Agora os ruego, señores.
Pues ¿qué gusto es menester? Angela , sombras obscuras. Que me digáis cómo puede
¿Tengo yo de obedecer Abrí la puerta y pasé Vivir Olimpia , si amor
A Leonarda, ó ella á mí? Al de Leonarda ; que aquí Difícilmente se vence.
Yo le conocí por ti , Amanece para mí LEONARDA.
Por tí será su mujer. El sol que anoche se fué.
Galas y joyas previno, ¿Queréis que responda yo?
¿Cuál hombre , de cuantos trata
De mi palabra fiado , Favorecer la fortuna, DOÑA ÁNGELA.
Y cumplirla determino. Acostada vio la luna Claro está que lo deseo.
FELICIANO. En su círculo de plata? — LEONAUDA.
Temor notable me ha dado. ¿No es verdad, Martin? Pues haga Olimpia el empleo
EL PREMIO DEL BIEN HABLAR. 503
A que Otavio la obligó, DON JUAN. Vaya en el coche también
Pues que la enseña á querer ; i Av, mi Leonarda ! Sí viera Por el campo de Tablada ;
Y los hermanos trocados A doña Angela casada Que una mujer festejada
Quedaran en paz casados. Con tu hermano, y que empleada Sabe que la quieren bien.
DOS JUAN. Mi vftla y alma estuviera O á la comedia; que algunas
En tus méritos divinos, Saben dejar los chapines,
¿Qué puedo yo responder? Si hay rótulos buratines
¡Qué vida fuera la mía !
MARTIN. Con su ramo de aceitunas.
La fuerza de esta alegría
¡Brava cifra! ¡Pesia tal! Me hace pensar desatinos. Vaya á esas huertas vecinas,
¡Qué enigma tan encubierta ! Esta ciudad generosa Vea frutas , corte flores ;
Si la quiere descubierta Fuera mi patria : saliera Que no todos los amores
Leonarda, ¿qué dicha igual? Al alba ; pero no fuera Se cubren de las cortinas.
LEONARDA. A buscar jazmín y rosa Siempre fué mi parecer
Sí quiero, y le pediré Al campo, sino á mi lado, Que el que es discreto, don Juan ,
Las albricias á mi hermano. Porque lo hallara en tu cara; Nunca ha de ser mas galán
Pero oid un sueño. Y yo en tus ojos hallara Que de su propia mujer.
MARTIN. Luz serena y sol dorado.
En vano Viera regalada mesa
Tan alegre al mediodía , ESCENA IV.
Sueñas ; ya no hay para qué.
Que de tanta dicha mía
LEONARDA. RUFINA, alborotada- —Dichos.
Aun á mi propio me pesa.
La madre de las tinieblas Cuando la noche en su abismo
En la silla de su imperio Cerrara el cielo español f RUFINA.
Daba las puertas al hurto Durmiera yo con el sol , ¡ Ay, Señora ! ¿Cómo estás
Y las llaves al secreto ; Antípoda de mi mismo. Con descuido tan notable?
Estaban todas las cosas ¿Qué príncipe, qué señor Que tu hermano y mi señor
En un profundo silencio , Tan descansado viviera? Riñeron sobre casarte.
Hasta la envidia dormía MARTIN. Jura que esta noche misma
(No hay mas encarecimiento), Por Dios , que no le dijera Ha de ser. Mira qué haces ;
Cuando soñé que en un prado Que están las joyas en casa,
Estaba sola durmiendo, Tal requiebro un labrador.
A cuyas flores servia DON JUAN. Ricas telas y diamantes ,
De abanillo el manso viento, Pues ¿qué le puedo decir? Y el sastre á la puerta, muerto
Y que vino un pardo azor, Por dividir en mil partes
MARTIN.
De un águila negra huyendo, Primaveras y tabies.
Grosero amador estás. MARTIN.
Que se amparaba en mis brazos, Aquí no has hablado mas
Y que por tenerle en ellos Que de comer y dormir. Ya no saldremos las tardes
Desperté , y vi que me habia Por sábalos.
DON JUAN.
Llevado del pecho abierto LEONARDA.
El corazón en las uñas. ¿Sabes tú mas? Aun no puedo
¿Qué podra ser este sueño? MARTIN.
Mover la lengua.
MARTIN. Sí , en verdad. DON JUAN.
Notables andáis de cifras. DON JUAN. '
Ni hables,
Que no lo entiende , os prometo, ¿Eres tú culto, por dicha? Pues has gustado, Leonarda ,
Uno de aquestos que saben MARTIN. De engañarme y de matarme.
Castellano como griego. Eso fuera por desdicha , LEONARDA.
Declaraos un poco mas , Que no por habilidad.
Y lo que decis sabremos. ¡ Yo engañarte, mi señor!
Dejo las cosas divinas, i Cómo puedo yo engañarte,
DON JUAN. A que un hombre está obligado Si me ha de costar la vida
Si te llevó el corazón, Después que se ha levantado : El no sufrir que me case?
Paloma andaluz, durmiendo Ya, Señor, las imaginas.
El pardo azor de Castilla , MARTIN.
Pero después de comer,
Hago testigo á los cielos ¿No era justo regalar Lo que mas siento, Rufina ,
Que te dejó toda el alma. Tu esposa , y ver el lugar? Es saber que el sastre aguarde
MARTIN. Que una mujer quiere ver. A echar por esos tabies.
¡Oh qué fin para un soneto! LON JUAN.
Como por cerros y valles ,
Nueva manera de amor, Aquella santa tijera ,
Bien es , Martin , que me riñas. Que tales milagros hace.
Seguidillas en requiebros. Los deseos me engañaron.
Azor de Castilla , Cuando la perdida España
Paloma andaluz;
MARTIN. Se ganó de los alarbes ,
¡ Quién los viera , madre , ¿Porqué piensas que llamaron Mandó Pelayo salir
Comer alcuzcuz! A las de los ojos niñas? A lodos los oficiales.
Porque fué su condición Que saldrían respondieron
DON JUAN. De buena gana los sastres
Ver cuanto pasa, y también
Este está borracho ya. El desear cuanto ven ; A pelear con los moros
MARTIN. Que asi las mujeres son. Cuando un pendón acabasen ,
¡ Pluguiera á Dios! Llevémosla acal de Francos; Para que van allegando
LEONARDA. Que mil mujeres ha habido Pedazos chicos y grandes ;
Que , por no ver lo encogido, Pero, con haber mil años,
Di tu cuento. No hay remedio que le acaben ,
No dan limosna á los mancos.
DOÑA ÁNGELA. Y puede llegar á Roma
Llevémosla por el rio
¡A gentil entendimiento En un encerado barco ; Si los pedazos juntasen.
Encomendado se ve ! Que una ventana con marco DON JUAN.
MARTIN. Hará triste el humor mió, Yo no sé mejor remedio.
¿Tan linda te ha parecido Vea el sábalo salir Di á lu hermano y á tu padre
La cifra que nos dijiste? Del agua á la blanca arena. Lo que don Diego decia;
DOÑA ÁNGELA.
De lama y de conchas llena , Que si tal infamia saben ,
Y entre las redes bullir. Y que por eso le hirieron ,
Yo me entendí. Vea cómo se alborota , No es posible que le casen.
MARTIN. Preso del cáñamo y plomo
LEONARDA.
¿Sí entendiste? En otro elemento , y cómo
Pues lodos te han entendido. La ñudosa red azota. Eso ya estuviera hecho ,
506 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Don Juan , si fuera importante ; O con el que mas conoces? Contenta mi esperanza navegaba ;
Mas si llega á su noticia , ¿No es mejor, hija, emplearte Perdonóla la mar, matóla el puerto.
¿Cómo no te persuades En quien puedas tú decir,
Que los han de hacer pedazos? Por conocerle y tratarle,
DON JUAN. Que está dentro de tu casa? ESCENA VIII.
Pues ¿qué importa que los maten , LEONARDA.
A trueco de verte libre? Suplicóle que repares DON ANTONIO. — DONA ÁNGELA.
LEONARDA. En la palabra que has dicho.
Eso es locura. DON ANTONIO.
DON ANTONIO.
DON JUAN. ¿Cómo? ¿Quién se queja y habla aquí?
Pues dame LEONARDA. DOÑA ÁNGELA. (Ap.)
Algún remedio, que muero, Yo quiero casarme Ya me ha visto : ¡ qué desgracia !
Mas que nunca viva nadie. Con quien en tu casa vive. DON ANTONIO.
ltUFlNA. DON ANTONIO. Mujer de tan buena gracia
Tu padre. Agora quiero abrazarte ¡En mi casa vive así!
LEONARDA. Y echarle mi bendición, ¿Quién sois?
Escondeos los dos. Y á los dos, Leonarda, alcance. DOÑA ÁNGELA.
PERSONAS.
TELLO EL VIEJO. DON RAMIRO. DOÑA ELVIRA, infanta.
TELLO, su hijo. BATO, villano. DON ÑUÑO.
MENDO, villano , gracioso. LAURA , labradora. SILVIO.
SANCHO, villano. INÉS, villana. BENITO.
FORTUN, labrador. ORDONOI,REYDELEON. Villanos.
A1BAR, labrador. Crudos.
i En el tomo m de Lope , impreso en Madrid afio de 1635, muerto ya nuestro autor, no se da título de primera parte i esta comedía ;
solo se la llama así en ediciones posteriores.
512 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Guardarme de tí! ¿Qué dejas para después, ¡ La mitad desde la barba ;
LACRA. Si esto me dices agora? ' Comer en piala ó en barro ,
De amor, Supuesto que mas se gasta.
¿Quién puede? Y mas si el temor ESCENA III. Pues nunca de su valor
De ausencia promete olvido. TELLO EL VIEJO , INÉS. — Dichos. Faltó la plata quebrada?
Y de la suerte que vas , ¡Ay, Tello ! la perdición
Vestido á lo cortesano, INÉS. De las repúblicas causa
¿No ves que encubres en vano Bien lo sabe mi señora, El querer hacer los hombres
Los enojos que me das? Pues le llamó. De sus estados mudanza.
Que entre esperanza y temor TELLO EL VIEJO.
En teniendo el mercader
Vivo con tantos recelos. Alguna hacienda, no para
Que me avisaran los celos Espera , Inés. Hasta verse caballero,
¡Qué buena conversación ! Y al mas desigual se iguala.
Cuando se durmiera amor. ¿Tú con gente cortesana,
¿Cómo le has vestido ansí? ¿Qué hijo de un oGcial
Laura? Lo mismo que el padre trata?
TELI.O. TELLO. (Ap.)
De aquí nace aquella mezcla
Prima , aunque Tello , mi padre, Cogióme : por Dios, De cosas alus y bajas,
Es labrador, por mi madre Que le avisaron que estaba Que los matrimonios ligan,
Hidalgo y noble nací ; De partida á la ciudad. Con que sangres y honras andan
Y' él en toda la montaña LAURA. Revueltas ; de aquí los pleitos ,
De León siempre ha tenido La vista ó la edad te engaña; Las quejas y las espadas.
Fama de ser bien nacido, Con Tello, mi primo , estoy. Hidalgo naciste, hijo ;
Y de ios godos de España. Pero entre aquestas montañas,
Pues ¿qué quiere de un mancebo TELLO EL VIEJO.
¿Quién es Tello? De un labrador que ha vivido
Como yo? ¿No es poco liouor Del fruto de cuatro vacas,
De los dos ser labrador? LADRA.
Seis ovejas y dos viñas.
Por dicha en el mundo ¿es nuevo ¿No le acabas Dejad al señor las galas
Que quien tiene hacienda emprenda De conocer? Y a los soldados las plumas ;
Ser algo mas de lo que es? TELLO EL VIEJO. Volved al paño y la abarca;
¿En qué desatinos ves ¿.Cómo puedo? Que yo soy mejor que vos,
Que le gasto mal su hacienda? Que Tello mi hijo, Laura, Y tal vez los pies me calzan
¿Es mucho que á la ciudad Es labrador como yo, Por el riguroso enero
vaya como hombre de bien, Aunque de aquestas montañas Las nieves de las montañas,
Adonde los que me ven El mas bien nacido y rico, Y en junio las canas cubre
Conozcan mi calidad? Y habrá dos horas que andaba Algún sombrero de paja;
¿Quién culpa lo que no pasa Con un gabán y un sombrero Que de agradecido al trigo ,
e un honrado pensamiento? Tosco, aTbarcasy polainas. La pongo sobre estas canas.
¿Tengo de ir en un jumento, ¡Hijo yo con seda y oro,
Como un villano de casa? Espacia y daga dorada, TELLO.
En ella , gracias á Dios , Plumas y mas aderezos ¿Quién pudiera persuadir,
Afeitan la yerba á un prado Que una nave tiene jarcias ! Padre mió, con palabras
Cien yeguas : pues mi criado No creas tú que es mi hijo. A los años, que se olvidan
Y yo ¿es milagro que en dos Caballero, ¿dónde pasa? De lo que por ellos pasa?
Vamos ¡i ver la ciudad ¿Es cazador deste monte? No hay hombre anciano que crea
Y á comprar alguna cosa? ¿Perdióse acaso? No habla? Que caminó la jornada
TELLO. De la vida en aquel brío.
LAURA.
¿Qué tengo de hablar. Señor, Cuando el que tuvo le falta.
A no dejarme celosa Conozco que han sido exceso
Del traje la novedad Si desla suerte me tratas?
Quien te avisó, mejor fuera De un labrador eslas galas;
Y de León la hermosura , Pero no de un hijo vuestro.
Tu pensamiento aprobara. Que este enojo te excusara.
¿Es mucho que á la ciudad Que sois rey destas montañas.
Galán, e* cosa muy clara Si fuérades" labrador
Que harás alguna locura. Un hijo de un hombre vaya
Tan principal como tú, De aquellos que cavan y aran ,
Tú gracias, yo pocas dichas , No pudiera á vuestra queja
¿Qué espero, pues de las galas Y que ha de heredar tu casa ,
En traje que lo parezca? Satisfacer mi ignorancia ;
Nacen á los hombres alas Pero si cuando del cielo
Y á las mujeres desdichas? TELLO EL VIEJO. En copos la nieve baja ,
Fuera desto, si en León Y ¿es justo que en esas galas No cubre mas destos montes
Ves las damas cortesanas Gastes con lanía locura Que con las guedejas blancas
O en visitas ó en ventanas, El dinero que no ganas? Vuestro ganado menor;
Donde con tal perfección ¿En qué esla la diferencia Y si de ovejas y cabras •
Está el adorno v el traje , De la nobleza heredada, Parecen los prados pueblos ,
Que en ángeles las conv ierte, Al oficia] ó al que cuida Y yerba y agua les falta;
Después ¿qué ha de parecerte De su cuidado y labranza? Si tenéis de plata y oro
Nuestro rudo villanaje? En que el uno vista seda Tantos cofres, tantas arcas,
Una mujer que consejo Y el otro una jerga hasta , Y tiran cien hombres sueldo
Pide al tocarse á una fuente, Que basta para su estado, De vuestra familia y casa,
No á un mar de cristal enfrente, Pues ella dice que basta. ¿Por qué os engañó la edad
Que es mas lisonja que espejo, La carroza del señor. En decir que lo que acaba
¿Qué podrá ser para tí Que cuando el techo levanta , Las ciudades es hacer
Cuando vuelvas de León? Descubre los arcos de oro Los hombres tales mudanzas?
Con las cortinas de grana, El que su casa no aumenta,
TELLO.
¿No ha de lener diferencia Y la deja como estaba ,
Prima , lo mismo que son Aun carro con seis eslacas, No es hombre digno de honor ,
Los prados en que nací , Cuatro muías por frisones , Antes de perpetua infamia.
Con su natural belleza, Su mismo pelo por franjas, ¿Para qué camina un hombre
No los jardines del arte; Que, cuando mucho, á una fiesta Tanto mar sobre una tabla ,
Porque es en aquella parte Lleva en un cielo de caña Para qué estudia y pelea,
Madrastra naturaleza. Algún repostero viejo Sino para que su fama
Deja celos excusados, Con las armas de otra casa? Aumente á su casa el nombre?
Porque me pone l'emor ¿Beber en cristal es poco, Que si el mundo se quedara
Mostrarme tanto rigor O de algún arroyo el agua En el oficio de Adán ,
Antes de estar desposados. Con la mano, que le vuelve I Naturaleza, afrentada ,
LOS TELLOS DE MENÉSES.—PRIMERA PARTE. 315
Se corriera de mirar lints. Todas tienen lindas caras :
Por muros y torres altas, Que no te vas. No hay mujer de quien no diga
Por palacios , por ciudades, MENDO.
8ue es un serafín , un cielo ,
Montones de trigo y paja. orno de la corte sea :
No hubiera ciencias, no hubiera Engañaste ; que ha de ser Infierno llama á la aldea.
Quien el mundo gobernara, I. o que Tello una vez dice ,
Si el mundo lo contradice» MENDO.
Ni pinturas ni esculturas. ; Bien pagas, Laura, mi celo!
Sedas, piedras, oro y plata. LADRA.
Vo tengo la culpa, yo,
Fué divina providencia Pues esta vez no has de ver Porque alabo, eslimo y quiero
Para las cosas humanas La ciudad , Mendo alcahuete. Aquel tomillo salsero
Diversas inclinaciones; MENDO. Con que este monte os crió ".
Y por eso á nadie espanta ¿Yo alcahuete? El oler á flor de espinos
Que aprenda un hombre á empedrar, INÉS. Por abril en las orillas
Pudiendo desde su infancia De los ríos, no á pastillas
Aprender artes qne en oro Pues ¿quién es
El que le lleva ? De esos ámbares divinos ,
Piedras preciosas engastan. Que han dado á tantas mujeres
Yo, en et'eto , padre mió , MENDO.
Mal de madre y á los hombres
No me inclino á cosas bajas : ¡Yo, Inés! Tanto enfado, y otros nombres
Si os cansan mis pensamientos, INÉS. Que impidan vuestros placeres.
A mi los vuestros me agravian. Buen castigo te promete ¿Quién vuestra limpia hermosura
A Ordoño , rey de León , Señor por esas maldades. Y vuestra tez encarnada,
Hace guerra el de Granada; Tiesa y firme como espada,
LADRA.
Con alistarme soldado Sin pelo ni quebradura ;
Vendrán bien plumas y galas. Sí , Mendo, culpado estás ;
Que^como á la corte vas, Aquel lavarse á dos manos,
Ni os gastaré vuestra hacienda Un caldero por espejo;
Ni oiré tan viles palabras; A que vaya le persuades,
Contándole lo que ves. El querer al tiempo viejo,
Que si vos estáis contento Y el pedir sin pasamanos ;
Del campo y de su ganancia , MENDO.
Aquel blanco delantal
Yo aspiro á cortes de reyes ¿Qué veo yo? Con mil randas y labores,
Y á ennoblecer vuestra casa. LADRA. En que puede coger flores
TELLO El. VIEJO. Mil mujeres, La misma aurora oriental ;
Oye, Tello; Tello, escucha. Pintándolas como quieres Quién lo alaba y encarece
( Vase Tello.) De la cabeza á los pies. Como yo?
Y todo es linda invención ; LADRA.
Porque ¿qué puedes tú ver Ya he conocido
ESCENA IV. Mientras llevas á vender Tus lisonjas.
TELLO EL VIEJO, LAURA, INÉS. Trigo, cebada y carbón? MENDO.
Desnuda lo cortesano , Quien ha sido
LAURA.
Vuelve al capote. La causa , esto y mas merece.
Él tiene mucha razón. MENDO. Pero yo lo enmendaré
TELLO EL VIEJO. ¡Por Dios, Con llevalle á la ciudad ,
ÍTan poca reprehensión Que me tratáis bien las dos ! Para que sea verdad.
,e cansa? Esto de serviros gano. LADRA.
LADRA.
¿Quién dice á Tello, quién cuenta Y yo á Señor le diré
Tus gracias? ¡Qué lindo humor! Cómo eres perro de muestra
No es sino mucha. ¿Quien le anima á mi señor De Tello, el ventor y hurón
TELLO EL VrEJO. Al casamiento que iqtenta? De sus damas, destruicion
Ayuda tú , por tu vida ; Quién te pinta cuando al dia Suya y de la hacienda nuestra ;
Anda, di que no se vaya. Sirves de alba al levantarte? Que eres el que vende el trigo
LADRA. Quién, cuando vas á acostarte, Que le hurtáis, y aun el dinero...
¿Cómo es posible que haya Tu cubierta bizarría ?
MENDO.
Quien estorbe su partida? Quién le dice , como yo,
Laura , que te guarde fe? Escucha, Laura.
TELLO EL VIEJO.
LADRA. LAURA.
Pues yo iré ; que por ventura
Tendrá respeto á quien soy, Roy, Mendo, yo te escuché No quiero :
Si no á tu amor. * (Yase.) Donde ninguno me vio, Hoy cuanto pasa le digo. ( Vate.)
LADRA.
Cuando á Tello le dijiste : MENDO.
a No es tu valor para el monte : Inés, detenía.
¡Buena estoy! Déjale, alégrate, ponte INÉS.
INÉS. Galas, colores te viste.
Si estás de su amor segura , Una tosca montañesa
MENDO.
¿Qué importa que vaya Tello Que consultó para erizo
A la ciudad? Naturaleza , y la hizo ¿Pues?
LADRA. En el molde de una artesa, INÉS.
Nadie amó Con un zapato de lazo Mal conoces el estado
Segura. Como un medio celemín, A que conmigo has llegado.
1HES. Sobre la ceja el garbín , MENDO.
Presumo yo La cola en el espinazo, Oye una palabra , Inés.
Que cod un sutil cabello ¿Qué tiene que ver con ver (Yate Inés.)
Le atarás y le tendrás. Una coluna de nieve
En tres puntos de un pié breve?»
ESCENA V. MENDO.
ESCENA VI.
¿Yo lo dije? MENDO.
MENDO.— LAURA, INÉS. LADRA.
A las mas engañan plumas. Mas ya, temor, no imagines Dime, ¿qué te dijo Laura ?
¿Como diahlos os inquieta Que has dé hallar segura tierra ; HENDO.
Tanto en vuestras almohadillas Que quien los principios yerra, ¿Qué áspid, tigre ó serpiente,
El tapatan de la guerra? ¿Cómo ha de acertar los liues? Qué caimán ó cocodrilo,
Pero ¿cómo os deja aquí? Necio fué mi atrevimiento Pisados ó heridos, vuelven
En ayudar la locura Con tal furia como Laura
INFANTA.
De Elvira, por la hermosura Contra mi pecho inocente ,
Por mis desdich; s me deja, Que cegó mi pensamiento ;
Que son largas de contar. Diciéndome que yo era ...?
Pero, en lin , ya la dejé, ¿Dirélo?
Pero, dime, ¿son aldeas Y por sendas tan incultas
Esas grandes caserías , Voy, que , al mismo sol ocultas, TELLO.
Que dellas parecen peñas, Ni las penetra ni ve. < Dilo.
Y dellas huertas parecen? En mis imaginaciones HENDO.
LABRADOR. No hay rama en esta ocasión Alcahuete,
Todas son casas que albergan Que no sea un rey de León, Que te llevaba á León
Hombres ricos montañeses, Y cada rey mil leones. Para que sus damas vieses ;
Que se quedaron en ellas Lo que me da mas cuidado Que le las pintaba á todas
Desde el tiempo de los godos; Son las joyas, enemigos Con lisonjeros pinceles,
Tienen aqui sus haciendas Que han de servir de testigos Para moverle á cosquillas
Y son reyes deslos montes. Si soy de su gente hallado. La sangre en la edad que tienes;
Esa que miráis mas cerca, Y así, cavando la tierra Que yo le ayudaba á hurlar
Es de Ramiro de Aibar, Con esta daga, las quiero Él trigo ; y aunque no miente,
Mi amo ; esotra mas vieja Esconder; pero primero, Siendo tanta la abundancia,
Es de Servando Fernandez, Para conocer la tierra, Mucho cuidado parece.
Estotra es de Metido Vega , Poner alguna señal. Demás de que, ya tu padre,
Aquella es de Orlun Ordoñez; (Dan voces dentro.) De miserable, no quiere
Pero de aquí legua y inedia Gritos dan. Todo me asombra; Ni aun darte para vestir,
La de Tello de Menéses, Que espanta su misma sombra Cuando en ese campo llueve
Hombre á quien todos respetan. A quien dice ó hace mal. Lana, trigo y aun maná,
Allí ballárades amparo, Siendo por sangre Menéses.
Pero con alguna ofensa Pues ¡á mí, que el otro dia
De vuestro honor. ESCENA XII. Le pedí unos zaragüelles,
INFANTA. Me dijo : « Sin ellos te anda,
¿Por qué causa? MENDO, TELLO.— DON ÑUÑO. Mendo, pues camisa tienes;
Que con sayo á la rodilla,
LABRADOR. mexdo. (Dentro.) Mis abuelos v parientes
Porque tiene un hijo en ella Por aqui, por aqui fué. Sin zaragüelles andaban
Masgalan que tíerinéldos, Mas ligeros y mas fuertes! »
DON ÑUÑO.
Que no hay moza que no pesca Respondile : « En esos tiempos
En lodo aqueste distrito. Ellos me buscan á mi.
Eran los aires mas leves ;
INFANTA. tello. (Dentro.) Pero agora son tan bravos,
Pues mejor será la vuestra. ¿Dónde, Mendo? Que diera risa á la gente.»—
LADRADOR. mendo. (Dentro.) Añadió que te decía
Ramiro de Aibar, mi amo, Por aqui. Mil testimonios, y advierte
Tiene una hija doncella , tello. (Dentro.) Que la he dado la palabra
Y -con ella estaréis bien ; El es. Que no irás eternamente
Pero trocando la seda; A la corte, aunque te llame
DON NBÑO.
Que no os querrán recebir. El Rey por trecientas veces.
¡Muerto soy ! ¿Qué haré?
TELLO.
INFANTA. Pero detrás deslas ramas
Ninguna cosa desean Será mejor esconderme. (Huye. Loca debe de estar Laura.
Mis penas sino mudar MENDO.
El traje. Si alguno hubiera Cuerda ó loca, no te quejes
Antes de llegar allá. ESCENA XIII. De mí si no voy contigo.
Por sayal . por tosca jerga TELLO.
Le diera de buena gana. TELLO, con una ballesta; MENDO,
SANCHO. ¿Qué es aquello que se mueve?
LABRADOR.
MENDO.
Conmigo vino Teresa TELLO. Allí han sonado las ramas.
Para ayudarme á cargar Desdicha habernos tenido.
De carrascas la carreta : El oso es : lira.
MENDO. TELLO.
Hablad con ella; que pienso
Que os ayude cuanto pueda. ¿Cómo? Acertéle,
INFANTA. TELLO. Pues se queja.
Vamos pues adonde está. Que ya no parece. MENDO.
LAKRADOR. MENDO. ¡Lindo tiro!
¡No es mala la diferencia , En parte, por Dios, me huelgo ; SANCHO.
Pues por un carro de roble Que es venir á cazar liebres ¡Lindo flechazo!
516 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
MENDO. Entras donde jamás entró sospecha? Que me favorece á mí.
Excelente. Para esconderse, muerte, no aprove- Y no le falta razón;
TELLO.
La cortina de púrpura bordada ; [cha Que bailando el otro dia
Bien puedes llegarle á ver; Porque la mira en la ballesta armada La dije que la tenia
Que con yerba presto muere. Desde que nace el hombre tienes hecha . En medio del corazón.
Pero este ejemplo, aunque cruel, ad- Con esto, en sala, en cocina ,
MENDO. [vierte Donde quiera que la veo.
Pues no salió tras nosotros, Que fué la muerte deste merecida , Se ríe, y muestra el deseo
No bayas miedo que se vengue. Y no porculpa desu tristesuerte, [rida Que á tenerme amor la inclina.
Por el corazón le diste. Pues claramente da á entender la he- Antiyer la pellizqué,
TELLO. Que quien como animal tuvo la muerte, Y tal mojicón me dio.
Pues llega á verlo. Murió en el traje que vistió la vida. Que sin seso me dejó.
{Éntrate Mendo.) MENDO.
34
VALOR, FORTUNA Y LEALTAD1,
SEGUNDA PARTE
• Tal es el titulo que lleva este drama en el ejemplar que nos ha servido como original , edición antigua , suelta, sin ano ni lugar de
impresión. En las modernas se titula Valor, lealtad y ventura ie ¡os Tellos it Meneses, segunda varíe.
532 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
INFARTA. Que ya no soy labrador. Y don Tello de Menéses
De todos le diferenció, Con reyes trato en efeto ; El mozo, Señor, te envia
Si amaron aborrecidos. Verdad es que á Dios y al Rey Seis alfanges de ataujía,
LAURA. No por tratarlos es ley Diez jacos, veinte paveses.
Pide á la fuente silencio Que se les pierda el respeto. Los jacos, por mas decoro,
Mientras le doy los oidos. Quiero decir que he llegado Tienen, menudas y juntas,
A hablados con libertad. Por los collares y puntas,
INFANTA.
Presto verás que á ninguna SANCHO. Un dedo de mallas de oro.
Tanta desdicha importuna, ¿No es hombre la majestad ? Los paveses, todos nuevos,
Pues, ni villana ni infanta, MENDO.
Traen pintado el blasón
Me dejó con fuerza tanta De Castilla y de León,
Si ; pero es hombre endiosado : Y las tortillas de huevos,
De perseguir la fortuna. Un rey es Dios en la tierra.
(Vanse.) Para memoria de aquella
SANCHO. En que le puso su hija
Llega, que es buena ocasión, Del Rey la oculta sortija,
Pues en su coronación Y sus desdichas en ella.
Salón del alcázar real de León. A nadie las puertas cierra. Diez jaeces recamados
MENDO. De aljófar y oro...
Invictísimo Señor, (Arrodíllase.) REY.
ESCENA II. Que guarde y prospere el cielo. . . No mas;
EL REY, D.ON ARIASj acompañamiento REY. Que parece que me das
¿Quién sois? Levantaos del suelo. Los dos presentes pintados. —
DON ARIAS.
MENDO.
¡Qué gracioso embajador!
La muerte del invicto Ordoño, padre Como del dueño en efeto.
(Ap. Cobrándole voy temor.)
De vuestra alteza, y el debido llanto Criados somos de Tello, MENDO.
A sus claras virtudes, vence tanto Vuestro cuñado. No le hubo allá mas discreto
Ser vos el heredero, En todo el monle, Señor.
Príncipe soberano REY.
REY.
De la parte mejor del reino ibero, ¿De quién?
Que ya el bramido del león hispano, ( Vuelve á Mendo ¿a espalda.) Leed, don Arias, la caria.
Resucitando en vos su heroico hijo, DON ARIAS.
sancho. (Ap. d Mendo.)
Las lágrimas convierte en regocijo. No escucha el cuñado bien ; Tello el viejo firma aqui.
Vos, Alfonso, seréis (en Dios lo espero) Enderezóse de cuello. REY.
De vuestro reino padre y la defensa MENDO. Pues leelda.
De España, vuestra madre,
Que oprime el moro con injusta ofensa. Cuñado, aunque suele ser DON ARIAS.
Voy á ver mi muerte, y ver Que no hay tan fuerte muro, Vengáis, Tello , en horabuena. ■
Cómo me llevan el alma. Que no derribe la ambición de un reino. Sosegaos, hablad sin pena.
INÉS.
rev. , TELLO EL VIEJO.
:
548 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
TEI.I.0 EL VIEJO. GARCI-TELO. Que no puede haber agravio
Pues ya te habrá dado el sf, , Señora, sabéis que tengo Delante del Rey.
Aunque no supiera el dueño; Desafiado á don Arias : BET.
Kl ansia desde que nacen ¿Cómo le ha dado mi abuelo
Es, Elvira, el casamiento. Los Tellos
Por mujer á Laura, y vos Vengan conmigo á León,
Si es don Arias, doy el mió. Se la pcdis, sabiendo Adonde premiar prometo
DON ARIAS. Que entre las obligaciones Tanto valor y lealtad.
A tanto favor no puedo Que tengo de caballero, TELLO EL VIEJO.
Responder, sino humillarme. Es la que toca á mi honor?
Y aquí, Senado discreto,
( Danse las manos Laura y don Arias.) INFANTA. Da un la Segunda parte
Hijo, también os advierto De la historia de los Tellos.
LA MOZA DE CANTARO
PERSONAS.
EL CONDE. PEDRO, DOÑA ANA, viuda. UN INDIANO.
DON JUAN, MARTIN, , LUISA. I UN MESONERO.
DON DIEGO, LORENZO, l'^oyo»- LEONOR, \criadat. UN MOZO DE MULAS.
FULGENCIO,] BERNAL, ) JUANA, ) Músicos.—Lacayos.
DON BERNARDO, viejo. DOÑA MARÍA,
tlA, dama. UN ALCAIDE. Acompañamiento.
FULGENCIO.
Y don Alonso mi hermano. Toda la cárcel se altera.
El tiempo suele curar DON DIEGO. Quiero buscar esla dama.
Las cosas irremediables. ¿Quién pudiera sino un ángel , (Se lleva á don Diego.)
Señora doña María ,
Hacer tan presto las paces?
ESCENA V. Vuestro gran entendimiento, Una calle de Madrid.
EL ALCAIDE DE LA CÁRCEL, Y divino en esta parte,
Ha dado el mejor remedio ESCENA VIII.
barba y bastón.—Dicuos. Que pudiera imaginarse.
alcaide. (A don Diego.) No le habia mas seguro, EL CONDE, DONJUÁN.
Y sobre seguro, fácil ,
lina mujer está apuí Para que lodos quedemos CONDE.
Que quiere hablaros. Honrados cuando me case. ¡ Hermosa viuda, don Juan !
don diego. No será mucha licencia No he visto cosa mas bella.
Dejadme, Que á el altar dichoso abrace , DON JUAN.
Fulgencio, si sois servido. Sagrado de mis deseos ,
Donde está amor por imagen , Con razón, Conde, por ella
FULGENCIO. Esos desmayos os dan.
A veros vendré á la tarde. (Vase.) Pues )'a decís que sois niia.
CONDE.
DOÑA MARÍA.
ALCAIDE. ¿Hay tal gracia de monjil?
Llegó á la puerta cubierta ; Quien supo determinarse
A ser vuestra, no habrá cosa Que es de azabache, repara.
Pedíle que se destape , Que á vuestro guslo dilate. Imagen, menos la cara
Y dijo que no quería. Y manos, que son marfil.
Parecióme de buen talle Confirmaré lo que digo
Con los brazos.—Muere, infame. DON JUAN.
Y cosa segura ; en fin,
Gustó de que la acompañe ( Al abrazarle , saca una daga y dale Vos tenéis un gran sugeto
A vuestro aposento. con ella.) Para versos.
COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
CONDE. DON JUAN. CONDE.
No he pensado Mas hermosa está. La viuda , en fin ,
Meterme en ese cuidado ; MARTIN. ¿Es conversable, Martin?
Que pienso andar mas discreto. Porque las largas son ya MARTIN. .
DO» JUAN. Para beatas y dueñas. No me quitó la esperanza.
¿Cómo? Y las cortas en la corle
CONDE.
Si entráis con algún enredo;
No se traen sin ocasión. i Que dice que da lugar
Remitirme á el oro, CONDE. Que la puedan visitar.
Que es excelente poeta.
¿Qué ocasión dará razón CONDE.
DON JUAN. Que para disculpa importe?
Dicen que es rica y discreta : Yo le buscaré , si puedo.
MARTIN.
Guardadle mas el decoro. DON JUAN.
Murióséle á una casada Como visto no te hubiera ,
CONDE. Su marido, y no quedó
¿Fué vuestro criado allá ? Fácil remedio se bailara.
Muy triste, pues le envolvió ,
CONDE.
DON JUAN. Como si fuera pescada ,
Con una criada habló, En un pedazo de anjeo ; Si en que me ha visto repara ,
Y á estas horas pienso yo Y sin que cumpliese manda , Fingirme enojarla fuera.
Que bien informado está. Con largas tocas de Holanda Llama ; que yo he prevenido
Salió vertiendo poleo Con que me pueda creer.
CONDE.
Mejor entre sus iguales En un reverendo coche. DON JUAN.
Suele hablar mas libremente Pero el muerto, mal contento, No lo echemos á perder.
Este género de gente. Del sepulcro á su aposento CONDE.
Se trasladó aquella noche, No puedo estar mas perdido.
ESCENA IX. Y dljole : « ¡Vos Holanda, (Vanse.)
Y yo anjeo, picarona !
MARTIN.— Dichos. ¿ No mereció mi persona
lina sábana mas blanda?» Sala en casa de dolía Ana.
DON JUAN.
Esto diciendo, el difunto
¿Qué hay, Martin? Contento sales. En las tocas se envolvió , ESCENA X.
MARTIN. Y el anjeo le dejó : EL CONDE, DON JUAN, MARTIN; ,
Servir á el Conde deseo. Ocasión desde aquel punto
Con que sin tocas las veo; luego, DOÑA ANA, de viuda; LEO
CONDE.
Yo estimo tu buen amor. Y cuerdo temor ba sido, NOR y JUANA.
Porque no vuelva el marido MARTIN.
■ART1N. A dejarlas el anjeo.
Hablé con la tal Leonor, Ya te ha visto : á verte sale.
Como si fuera en mi empleo, CONDE. No le has parecido mal.
Estando en larga oración Cuanto la licencia alargas, CONDE.
La retórica lacaya , La obligación disimulas. ¿Hay jazmín, rosa y cristal
Y ella, á manera de maya, MARTIN. Que á la viudilla se iguale?
Serena toda facción. Señor, en dueñas y en muías (Salen doña Ana, de viuda, Leonor y
Dijela que me tenia Están bien las locas largas. Juana. ) •
Sin alma Leonor la bella ; CONDE. DOÑA ANA.
Que hacia un mes que la huella
De sus chinelas seguía ; Mucha honestidad promete, Novedad me ha parecido ;
Y que bailando en el rio Y es decoro justo y santo. Vueseñoría perdone.
De la castañeta al son , MARTIN. CONDE.
Me entró por el corazón Una viuda con un manto No hay novedad que no abone
Y por toda el alma el brio. Es obispo con roquete. El deseo que he tenido
Cuando ya la tuve tierna , Fuera de esto, aquel estar De serviros, si yo fuese ,
Pregunté la condición Siempre en una misma acción Para que no os cause enojos ,
De su ama, y la razón No mueve la inclinación Tan dichoso en vuestros ojos.
De estado que la gobierna. Que el traje suele obligar. Que serviros mereciese.
Dijo que era principal , Ver siempre de una manera DOÑA ANA.
Con deudos de gran valor, A una mujer es cansarse. Leonor, sillas.
Y que tenia su honor, martin. (Ap. á don Juan. )
Desde que enviudó, cabal. CONDE.
Pues ¿puede el rostro mudarse? No va mal ,
Que era rica y entendida , Pues piden sillas.
Y no de su casa escasa , MARTIN.
Si bien no entraba en su casa DON JUAN.
Ni aun sombra de alma nacida. Pues ¿no se muda y altera, Martin ,
Que el parecer recatada Mudando el traje, el semblante? La viudilla es seratin
Era todo su cuidado , DON JUAN. De perlas y de coral.
Y dijome que habia estado Conde, Martin dice bien; MARTIN.
Solo dos meses casada ; Porque el variar tan bien ¿Agrádate á tí también?
Porque su noble marido, Da novedad á el amante. DON JUAN.
De enamorado, murió. MARTIN. A esa pregunta responde
CONDE. De mi condición advierte Que está enamorado el Conde,
No envidio la muerte vo, Que me pudren las pinturas , Y yo no.
La causa si. Porque siempre las figuras MARTIN.
DON JUAN. Están de una misma suerte. Dices muy bien.
Necio ha sido , ¿Qué es ver levantar la espada DOÑA ANA.
Pues tanto tiempo tenia. En una tapicería ¿Quién es este caballero?
MARTIN. A un hombre, que en todo un dia
No ha dado una cuchillada? CONDE.
Poca edad y mucho amor, Mi primo don Juan.
Toda la vida, Señor, Qué es ver á Susana estar
Remiten á solo un dia. Entre dos viejos desnuda , DOÑA ANA.
Y que ninguno se muda Señor,
CONDE. A defender ni á forzar? Perdonad.
¿Cómo trae tan pequeñas Linda cosa es la mudanza DON JUAN.
Tocas? Del traje. No ha sido error.
LA MOZA DE CÁNTARO.
Hablad ; que estorbar no quiero. ' MARTItl. . DON JUAN.
DON JUAN.
! Y libre á lo historiador. 1 Id con Dios , señor don Juan;
DOÑA ANA. I Que yerra el Conde en traeros.
No lo mandéis. •
DOÑA ANA.
, Penseque vueseñoria DON JUAN.
Me venia hacer merced. ¿Desacreditóle yo?
£s razón.
CONDE. DOÑA ANA.
DON JUAN.
Que os he de servir creed ; Cuando el Conde me miró ,
No me tengo de sentar. Que esa fué la intención mía. Me dio ocasión de quereros.
DOÑA ANA. No os dé pena la escritura , DON JUAN.
Ahora bien, yo no porfío. Puesto que fué de mayor; Aunque deudos , nos preciamos
DON JUAN. Que no tiene mal fiador •
La paga en vuestra hermosura. Mucho mas de ser amigos.
Decisme que necio soy. Aunque envidias ni enemigos
CONDE. martin. (.1//. d don Juan.) No quieren que lo seamos.
Oídme. ¡Hay oficial de escritorios Queredle bien ; que merece ,
DOÑA ANA. Que encaje el marfil ansí? Señora , que lo queráis.
Oyéndoos estoy. DON JUAN. DOÑA ANA.
DON JUAN. En amando, para mi Lo que por él negociáis ,
Por lo mismo me desvio. Son los engaños notorios. Al Conde desfavorece. • ,
MARTIN. DON JUAN.
CONDE.
Señora, aunque os he mirado ¿Amor se funda en engaños? Voy; que en la carroza aguarda.
Mil veces sin conoceros , DON JUAN. Dad licencia que os visite ,
Antes que viniera á veros Primero que el amor fueron ; Y que yo lo solicite.
Tuve de veros cuidado. Pues desde que ellos nacieron , DOÑA ANA.
Vuestro esposo, que Dios tiene, El mundo cuenta sus daños. Si vuelve con vos , ya tarda.
Era mi amigo : jugamos CONDE. DON JUAN.
Una noche; comenzamos Si yo , Señora , creyera Tanto favor da á entender
Por una rifa, que viene Cobrar la deuda de vos , Que por él queréis honrarme.
A ser, como en los amores, Sin conocernos los dos, DOÑA ANA.
La tercera que concierta, Por otro estilo pudiera.
O á lo menos que dispierla Por vos quiero yo obligarme
No vengo sino a ofreceros Para que me vuelva á ver.
El gusto á los jugadores. Cuanto tengo y cuanto soy,
1 Perdió, picóse, sacó Con que pagado me voy , DON JUAN.
Unos escudos, y luego, Y aun deudor de solo veros. Todo se lo digo ansí.
Terciando mi primo el juego , Solo os suplico me deis DOÑA ANA.
Cuatro sortijas perdió. Licencia de visitaros, Yo os tengo por mas discreto.
Mas vamos á lo que importa. Si fuere parte a obligaros DON JUAN.
DOÑA ANA. Confesar que me debéis, ¿Volverá el Conde en efeto?
Esas sortijas eché No dineros , sino amor.
DOÑA ANA.
Menos : pesadumbre fué DOÑA ANA.
(Tan mal amor se reporta), No sin vos , y con vos sí.
Yo quedo tan obligada ,
Porque vine á sospechar Como deudora y pagada (Vanse don Juan y Martin.)
Que á alguna dama las dio. De vuestro heroico valor.
donjuán. (Ap. á Martin.) CONDE. ESCENA XII.
Bien la mentira salió. Besóos las manos.
MARTIN. DOÑA ANA, LEONOR, JUANA.
DOÑA ANA.
¿Hay cosa como atinar El cielo LEONOR.
,as sortijas que faltaron? Os guarde.
DON JUAN.
Mucho le has favorecido ,
CONDE.
Para ser la vez primera.
Hay dichosos en mentir. ¿Vendré? DOÑA ANA.
MARTIN. DOÑA ANA.
Cuando él'me favoreciera,
A cuantas supe decir, Venid. Mi favor lo hubiera sido ;
Con el hurto me pescaron. (Vate el Conde.) Mas no me quiso entender :
No he mentido sin que luego Tomo la amistad del Conde."
No se me echase de ver. ESCENA XI. JUANA.
CONDE.
Agora tibio responde.
Así se vino á encender DOÑA ANA, DON JUAN, LEONOR, Aun no ha llegado á querer.
Con esta pérdida el juego, JUANA, MARTIN.
Que perdió seis mil ducados doña ana. (ParaiL)
Sobre palabra segura , DOÑA ANA. Necio pensamiento mió,
De que tengo una escritura. ¡Ah, señor don Juan! Oíd. Que en tal locura habéis dado,
DOÑA ANA. Volved atrás, afrentado
MARTIN. (Ap.) . De ver tan necio desvio.
Mas enredos y cuidados Cayó el pez en el anzuelo. Yo , que de tantos me rio ,
Que días vivió conmigo DONJUÁN. ¡Ruego , pretendo , provoco!
Don Sebastian me dejó. Pensamiento , poco á poco ,
¿ Seis mil ducados? ¿En qué os sirvo?
DOÑA ANA.
No diga el hopor que pierdo
CONDE.
Que sois con desdenes cuerdo ,
Si yo Bien sé yo Ya que quisistes ser loco.
Basto , que soy quien lo digo , Que lodo aquesto es mentira. Dieron los ojos en ver,
Y los testigos presentes. DON JUAN. Puesto que en lugar sagrado ,
MARTIN. Y yo sé que el Conde os mira ; Al hombre mas recatado
Al firmarla estuve allí Esto de la deuda no. De mirar y de entender ;
Tan presente como aquí. DOÑA ANA. Mas , ya que ha venido á ser
don juan. (Ap. á Martin.) ¡Mala entrada de galán, Provocado á desafio ,
i Con qué desvergüenza mientes! Entrar mintiendo! Responde tan necio y frió ,
554 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que me pide que á otro quiera : INDIANO. DONA MARÍA.
Mirad ¡quién tal os dijera, ¿Que es tan brava?
Triste pensamiento mió ! No soy, Señor, desta tierra.
MESONERO. INDIANO.
En vanó estoy descansando
Con daros disculpa á vos; Aunque es tan brava, Como os vi sola , pensaba
Has tengámosla los dos , Os aseguró de mí Que érades de alguna aldea
Vos amando y yo pensando ; Que mas su cara temiera De aquesta fértil comarca.
Porque de pensar amando Que su arcabuz. DOÑA MARÍA.
Lo que puede resultar, INDIANO. No , Señor ; que yo nací
Viene el alma á sospechar ¿ Habéis sido De esa parte de Granada ,
Lo que imaginó del ver ; Galán? Y á servir en ella vine ;
Porque no hubiera querer MESONERO. Que cuando los padres faltan
Si no hubiera imaginar. Bien me han parecido. En tierna edad á los pobres,
Que no queráis os advierto Ya pasó la primavera , No tienen otra esperanza.
Hombre tan fino y helado, Y estamos en el estío : No se cansó mi fortuna ,
Que por lo helado me ha dado Así los años se van. Pues cuando contenta estaba
Tristes memorias del muerto. INDIANO. Del buen dueño que tenia ,
Pero si á cogerle acierto Persona de órdenes sacras ,
Con mirary con rogar... ¿Qué traje trae?
Le llevó también la muerte ,
Guárdese pues de llegar ; MESONERO. ■Que para mayor mudanza
Que, agraviada una mujer, Un gabán Me dio ocasión , como veis.
Quiere liasta que ve querer, Que cubre el traje , uo el brio ;
Un sombrero razonable... INDIANO.
Por vengarse en olvidar.
Todo de poco valor ; Y ¿dónde vais?
(Vanse.)
Al fin, parece, Señor, DOÑA MARÍA.
De buena suerte y afable , Siempre hablaba
Menos aquel arcabuz. Esta persona que digo ,
Patio de un mesón de Adamuz. . INDIANO. Con notables alabanzas
¿Es esta? De la corte y de Madrid :
ESCENA XIII. MESONERO. Yo pues , á quien ya faltaba
La misma es. Dueño, con algún deseo
UN INDIANO, y UN MOZO DE MULAS; Que de ver grandeza tanta
después , UN MESONERO. Nació con mi condición ,
ESCENA XIV. Determiné de dar traza
INDIANO. De ir á servir á la corle.
Pasaremos de Adamuz, DONA MARÍA, con sombrero, gabán y Y una vez determinada ,
Si este recado nos dan. un arcabuz. — Dichos. Lo que viviendo tenia
El buen cura (que Dios haya)
nozo. Para su regalo y gusto ,
DOÑA MARÍA. (Ap.)
Por eso dice el refrán : Arcabuz, rocin de caza
c Adamuz , pueblo sin luz. > Temerosa voy, después
Que he entrado por Adamuz , Y este gabán, tomé luego ,
Mas mira que desde aquí Y voy con notables ansias
Comienza Sierra-Morena. Por ser camino real ,
A que nunca me atreví ; De ver lo que alaban todos.
INDIANO.
Si bien desde que salí, MOZO.
Tú las jornadas ordena ; Ha sido el ánimo igual El camino de Granada
Eso no corre por mi. Al peligro que he tenido. No es este.
{Sale el Mesonero.) ¡ Ay, padre, y cuánto dolor DOÑA MARÍA.
MESONERO. Me da el verle sin favor,
Bien venidos , caballeros. Si no es que el Duque lo ha sido ! Decís muy bien ;
Suelen faltar los amigos Mas vine por ver si estaba
INDIANO. En Córdoba un deudo mió.
Pues, huésped , ¿qué hay que comer? En la mejor ocasión ;
Mas ¡ ay ! que tus años son INDIANO.
MESONERO.
Los mayores enemigos. ¡Determinación extraña
Desde hoy á el amanecer Los de^mi hermano pudieran De una mujer!
Dos mozos, seis perdigueros Suplir los tuyos, Señor, DOÑA MARÍA.
Vienen con un perdigón , Aunque no para tu honor
De que estoy desesperado. Soy mujer.
Mas que mis manos hicieran.
INDIANO. Yo cumplí su obligación ; INDIANO.
Para mi basta. Mas defenderle no puedo , Decís muy bien , eso basta.
MESONERO. Por no acrecentar el miedo Yo voy también á Madrid :
Ha llegado De mi muerte ó mi prisión. Traigo jornada mas larga ,
A hurtaros la bendición Al iin , bien está lo hecho. Porque vengo de las Indias ;
Una mujer que le tiene. ¿De qué me lamento en vano? Que pocas veces descansa
INDIANO.
¡Traidor don Diego! ¡A un anciano El ánimo de los hombres
Con una cruz en el pecho!... Aunque sobre el oro y plata.
Y cuando yo le tuviera , Así para quien se atreve Y si allá habéis de servir,
Por ser mujer se le diera. A las edades ancianas; Porque me dicen que tarda
¿Viene sola ? Que es atreverse á unas canas El premio á las pretensiones
mesonero.- Que la ocupación dilata,
Violar un templo de nieve.
Sola viene. Pero la mano piadosa Casa tengo de poner :
indiano. Del cielo quiere que espante Si en el camino os agrada
¡Sola! ¿De qué calidad? A un Holoférnes gigante Mi trato , servidme á mi.
mesonero. Una Judit valerosa. DOÑA MARÍA.
Pobre, y de brio gallarda ; indiano. 04 clona María.) El cielo por vos me ampara.
Porque en un rocín dcalbarda Como suelen los caminos Desde hoy soy criada vuestra ,
(El término perdonad) Dar licencia á los que pasan Y creed que soy criada
Como un soldado venia. Para entretener las horas, Que os excusaré de muchas.
Ellapropria se apeó, Que por ellos son tan largas , mozo. (Ap.)
Le ató y de comer le dio A preguntaros me atrevo
Con despejo y bizarría. Si lo ha de ser la jornada, Convertirse quiere en ama.
Volvüa á mirar y vi O por ventura tenéis DOÑA MARÍA.
Que un arcabuz arrimaba. Cerca de aqui vuestra casa. No habrá cosa que no sepa.
LA MOZA DE CÁNTARO.
HOZO.
Para esta noche de acuerdo.
ESCENA II. CONDE.
Y yo salgo ala fianza;
Que la buena habilidad MARTIN.—Dichos. En tenerme por tan cuerdo
Se le conoce en la cara. Muchos locos la engañaron.
MARTIN.
INDIANO.
Por poco tuviera calma
Hanme dicho que en la corte La nave de tu deseo. ESCENA III.
Hay ocasiones que gastan Entro, yá doña Ana veo,
Inútilmente la hacienda , Venus de marfil con alma. DOÑA ANA , en hábito galán; JUANA,
Y yo querría guardarla ; ¿Cómo te podré pintar músicos. — Dichos. __
Que cuesta mucho adquirirla. De la suerte que la vi?
DOÑA MARÍA. Cultas musas,¿ladme aqui DOÑA ANA.
Lleva, en saliendo, delante Y ¿que esa mujer mató Aquí en la esquina del Duque •
Mas pretendientes personas A el que á su padre afrentó? Hay turrón.— Vamos, Martin.
Que un oidor ó presidente. ¡ Bravo corazón ! MARTIN.
PEDRO. DOÑA MARÍA. Vamos, y gasta ; que luego
Si yo la moza poseo , Valiente. Estará como algodón.
Luego habrá despolvoreo Dijo que habia pedido PEDRO.
De todo amor pretendiente : La parte pesquisidor, Sí , mas ¡coz y mordiscon ! ...
A ellos de cuchilladas Y que á el Rey nuestro señor Parece rocin gallego.
Y a ella de'muchas coces. (Cuya vida al cielo pido), ( Vanse Martin y Pedro.)
Ya mi cólera conoces. Consultaron este caso,
MARTIN.
Y que no quiso que fuese
Quien pesadumbre le diese. ESCENA XIII.
No la has visto ¿y ya te enfadas?
LEONOR.
PEDRO. DOÑA ANA, DON JUAN, DOÑA MARÍA,
Gente de un coche se apea. No fué la piedad acaso ,
Si el padre estaba inocente. LEONOR, JUANA.
MARTIN.
¿Y nunca mas pareció DOÑA ANA.
Con ellos viene don Juan. Esa dama que mató
PEDRO. A el caballero insolente? Quedo, no os pongáis delante ;
¡ Por vida del alazán , Que ya he visto por las señas
doña MARÍA.
Que no es la viudilla fea ! Que es aquella vuestra dama.
De eso no me dijo nada. JUANA.
Yo estoy contenta de ver
ESCENA XI. (Que en efeto soy mujer) Pues Leonor viene con ella ,
Que la hubiese tan honrada.' ¿Quién duda que es Isabel?
DONA ANA, JUANA, DON JUAN. Fuera deque no tuviera
LEONOR.
Dichos. Ninguna aquel talle y brío.
¿Dijo el nombre que tenia? DOÑA ANA.
Que me alegra á mí también.
DON JUAN. Disculpa tiene en quererla
DOÑA MARÍA.
Por el coche os conocí , El señor don Juan.
Y luego al Conde avisé , No sé si me acuerdo bien... JUANA.
8ue en la carroza dejé Aunque sí: doña María.
La moza
arto envidioso de mi. MARTIN.
En otro traje pudiera
Vine á ver lo que mandáis; Aquí están dos escuderos Hacer á cualquiera dama
Que apearos no habrá sido Para las dos. Pesadumbre y competencia.
Sin causa. LEONOR.
DON JUAN.
DOÑA ANA. Isabel ,
Causa he tenido ; ¿Es todo por darme vaya?
Este mozazo es aquel
Que siempre vos me la dais. DOÑA ANA.
Que te dije.
Quiero venir á la fuente, DOÑA MARÍA. Quisiérala ver mas cerca.
Porque sé que es el lugar ¡Oh, caballeros!... Dígale vuesamerced
Adonde os tengo de hallar, Que está aquí una dama enferma ,
martin. (A Pedro.) Que se le antoja beber
Y donde sois pretendiente.
Llega , no estés vergonzoso; Por la cantarilla nueva ;
DON JUAN.
Llega y habla. Que no irá de mala gana.
¡Buen oücio me habéis dado! PEDRO. • DON JUAN.
O de bestia ó de aguador. Estoy mirando
DOÑA ANA. A Isabel, y contemplando Solo por serviros fuera.
Conociendo vuestro humor, Su talle y su rostro hermoso. DOÑA MARÍA.
Señor don Juan , he pensado Téngame vuesamerced ¡Ay, Leonor!
Venir por agua también.— Por suyo desde esta tarde. LEONOR.
Muestra ese búcaro, Juana. DOÑA MARÍA. [de. ¿Qué?
DON JUAN. (Ap. ¡Qué buen hombron!) Dios le guar- DOÑA MARÍA.
Dado habéis esta mañana , PF.DRO. (Ap.) Tu señora
Filos , Señora , al desden. Cayó la daifa en la red. Y aquel mi galán con ella.
DOÑA ANA. Ya está perdida por mi. LEONOR.
Deseando enamoraros , DOÑA MARÍA. (Ap.) Parece que te has turbado.
Moza de cántaro soy , Con pocos de estos pudiera DOÑA MARÍA.
Por agua á la fuente voy. Conducir una galera Por poco se me cayera
DON JUAN. A la China, desde aquí,
Don Kadrique de Toledo. El cántaro de las manos.
Teneos... don juan. (A doña María.)
DOÑA ANA. PEDRO.
Pido mano , doy turrón. Aquella señora os ruega
Quiero agradaros. Que la deis un poco de agua.
DON JUAN. DOÑA MARÍA.
DOÑA MARÍA.
Es el cántaro pequeño , ¿Mas que lleva un mojicón ,
Hombron , si no se está quedo? De buena gana la diera
Templará poco el rigor A ella el agua , y á vos
A los enfermos de amor. PEDRO.
Con el cántaro.
¡Por el agua déla mar, DON JUAN.
ESCENA XII. Que tiene valor la hembra!
No seas
DOÑA HARÍA.
Necia.
DOÑA MARlA t LEONOR, con sus ' Pues no sabe dónde siembra. DOÑA MARÍA.
cántaros. —Dichos. PEDRO. Llevádsela vos ,
(Ap. A el primer encuentro azar.) Y de vuestra mano beba.
doña MARÍA. (A Leonor.) i Voto á tus ojos serenos, DON JUAN.
Esto me dijo mi dueño ; Isabel , porque te asombres , Mira queenpúblico estamos,
Que en el patio de palacio , Que me mate con mil hombres, Y las mujeres discretas ■
Archivo de novedades , Y esto será lo de menos ! No hacen cosas indignas.
Ya mentiras , ya verdades. Ablándate, serafin.
DOÑA MARÍA.
Como pasean de espacio, DOÑA MARÍA.
Lo contaba mucha gente. Déjeme, no me zabuque. Iré porque nadie entienda
560 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Que me da celos á mi.— Mire que el coche se aleja. ¿Que donde estoy, vivo esté?
* (Llégase á doña Ana.) DON JUAN. Dime quién es; que yo haré
Vuesamerced beba , y crea Iréme desesperado , Que con lágrimas lo pene.
Que quisiera que este barro ' Pues haces cosas como estas , Dime cómo y de qué suerte
Fuera cristal de Venecia; Sabiendo que Leonor sabe Que le mate se te antoja ;
Pero serálo en tocando Porque en sacando la hoja ,
Esas manos y esas perlas. Que no es posible que quiera
Eso de que tienes celos. (Vase.) Soy guadaña de la muerte.
DOÑA ANA. Si el Cid á su lado viene,
Beberé, porque he caido. • Gigote de hombres haré ,
ESCENA XV. Y de que lo cumpliré
DOÑA MARÍA.
Si el agua el susto sosiega , Hágote voto solene.
DOÑA MARÍA, LEONOR. Si yo me enojo en Madrid
Beba ; que lodos caeremos ,
Si no en el daño , en la cuenta. Con quien á ti le ha enojado ,
LEONOR.
Haz cuenta que se ha tocado
DOÑA ANA. Necia estás. ¿Por qué le dejas La tumba en Valladolid.
Yo he bebido. Que se vaya con disgusto? Porque en diciendo, Isabel ,
DOÑA MARÍA. DOÑA HARÍA. Que he de malalle, está muerto.
Y yo también. Leonor, el alma me lleva; No hay que esperar, porque es cierto
"doña ana. (Ap.) Que los celos me han picado. Que pueden doblar por él.
Yo pesares. Pero no seré yo necia DOÑA MARÍA.
DOÑA HARÍA. (Ap.) En querer desigualdades, Vén, Leonor ; vamos á casa.
Yo sospechas. Aunque me abrase y me muera.
LEONOR.
No he de ver mas á don Juan.
DOÑA ANA.
¡Esto faltaba á mis penas! Triste vas.
¡Qué caliente! DOÑA MARÍA.
LEONOR.
DOÑA MARÍA. Perdida estoy.
| Buen lance habernos echado!
Vuestras manos tú desesperada quedas, PEDRO.
De nieve servir pudieran. Y mi ama va perdida. ¿Así se va?
doña ana. (A Juana.) DOÑA HARÍA.
Haz que llegue el coche. Así me voy.
ESCENA XVI.
juana. (Llamando.) PEDRO.
¡Ah, Hernando! PEDRO, MARTIN.—Dichas. Pues cuénteme lo que pasa.
DOÑA ANA. DOÑA HARÍA.
¡Buena moza! PEDRO. No quiero.
DOÑA MARÍA.
Como dos soldados juegan : PEDRO.
Sois barro, no hay que fiar. PEDRO. ¡Fuera digo! No haya mas.
Mas ¿quién, cántaro, os dijera Quien te me enojó , Isabel , LORENZO.
Que no os volviérades plata Que con lágrimas lo pene: ¡ Ay, que me ha descalabrado !
En tal boca , en tales perlas? Hágote voto solene MARTIN.
Pero lo que es barro humilde, Que pueden doblar por él. Con el cántaro le ha dado.
En fin . por barro se queda. Vuelve, Isabel , esos ojos;
BERNAL.
No volváis mas á la fuente, Que no soy yo por lo menos
Porque estoy segura y cierta Quien á tus ojos serenos ¡ Lavado , Lorenzo , vas!
Que no es bien que vos hagáis Quitó luz y puso enojos. LORENZO.
A los coches competencia. ¿Quién tan bárbara y cruel , Esto ¿se puede sufrir?
DON JUAN.
A tu hermosura atrevido, PEDRO.
Causa de tu enojo ha sido? Llévale á curar, Beroal.
¿Qné dices? Mira, Isabel, Quién te me enojó, Isabel?
Que sin culpa me condenas. ' No es posible que tuviese LORENZO.
DOÑA MARÍA. Noticia de mi rigor, ¡Vive Cristo, que la tal !...
Yo con mi cántaro hablo; Sin que luego de temor (Salen.)
Si es mió, ¿de qué se queja? Súbitamente muriese. MARTIN.
Vayase vuesamerced , Quien te enojó, ¿vida tiene? No lo acabes de decir.
LA MOZA DE CÁNTARO.
PEDRO. Que pienso que ha de ser hoy. En oyendo que honraban la campaña
No queda lacayo en ser DOÑA MARÍA. Felipe y Isabel , gloria de España.
Donde esta mujer está. Tendré vergüenza de vella. ¿No has visloen unjardín de varias flores
MARTI*. LEONOR.
La primavera en cuadros retratada ,
Que por la variedad de las colores,
Bravas bofetadas da. Anda ; que te quiere bien , Aun no tienen color determinada ,
PEDRO. Y sé que tiene también Y en medio ninfas provocando amores T
Dos mozas azotó ayer. Gusto de que hables con ella. Pues asi se mostraba dilatada
DOÑA MARÍA. La escuadra hermosa de las damas be-
BERNAL.
¡Ea , ea ! Que no es nada. Vamos , y de aquí á tu casa Flores las galas y las ninfas ellas, [lias.
Te diré lo que pasó Yo , que estaba arrobada, les decía
En el rio. A los reyes de España : «Dios os guarde,
ESCENA II. LEONOR. Y extienda vuestra heroica monarquía
DOÑA MARÍA, LEONOR— Dichos. Ño fui yo ; Del clima helado á el que se abrasa y ar-
Que mujer que ya se casa , Cuando veoquedice: «Isabel mia,»[de;»
DOÑA MARÍA. Ha de mostrar mas recalo A mi lado don Juan ; y tan cobarde
¡Picaro! ¿Pellizco á mí? Del que solia tener. Me hallé á los ecos de su voz, que luego
¡Fuera, digo! DOÑA MARÍA. Fué hielo el corazón, las venas fuego.
LEONOR. Es achaque; voy por ver «Traidor, respondo, tus iguales mira;
¿Estás en ti? Aquel caballero ingrato. Que yo soy una pobre labradora. >
Fuimos Teresa, Juana y Catalina, Y diciendo y haciendo, envuelta en ira,
LORENZO. Sigo la puente, y me arrepiento agora :
El sábado, Leonor, á Manzanares ;
¡ A mi , Isabel , cantarada! Si bien yo melancólica y mohína Verdad es que le siento que suspira
¡Voto á el bijo de la mar ! De darme este don Juan tantos pesares. Tal vez desde la noche hasta el aurora;
DOÑA MARÍA. I ir tu dueño las partes imagina ; Mas recelo, si va á decir verdades ,
Llegue el lacayo gallina. Quecuandocn su valor, Leonor,repares, Lo que se sigue á celos y amistades.
PEDRO. Presumirás, pues no me he vuelto loca, (Yanse.)
Daga trae en la pretina. Que soy muy necia ó mi afición es poca.
Tomé el jabón con tanto desvario
DOÑA MARÍA.
Para lavar de un bárbaro despojos, Sala en casa de doña Ana.
Y aun enseñada á matar. Que hasta los paños me llevaba el rio,
Llegue el barbado , y daréle ESCENA IV.
Mayor con la creciente de mis ojos.
Dos mohadas á la usanza Cantaban otras con alegre brio , DOÑA MARÍA, LEONOR; después,
De mi tierra , por la panza , Y yo, Leonor, lloraba mis enojos: DOÑA ANA Y JUANA.
Y hará el puñal lo que suele. Lavaba con lo mesmo que lloraba,
LEONOR.
LORENZO. Y al aire de suspiros lo enjugaba.
¡Mataréla! Bajaba el sol al agua trasparente, A mi casa hemos llegado :
PEDRO. Y, el claro rostro en púrpura bañado , Después, que no puedo agora,
Estoy aquí Las nubes ilustraba de occidente Porque viene mi Señora ,
A pagar de mi dinero. De aquel vario color tornasolado ; Te diré lo que ha pasado
Cuando, despierta ja del accidente, Por los celos en los dos.
LORENZO.
Saqué la ropa , y de uno y otro lado , (Salen doña Ana y Juana.)
Pues con él haberlas quiero,
Aunque es mujer para mi. Asiendo los extremos, la" torcimos, DOÑA ANA.
Y á entapizar los tendederos fuimos. ¿Esta dices?
PEDRO. Quedandopues por los menudos ganchos JUANA.
¡Miente! Las camisas y sábanas tendidas, Esta es.
LORENZO. Salieron cuatro mozas de sus ranchos, DOÑA MARÍA.
Véngase conmigo. En toda la ribera conocidas; [anchos, Dadme , Señora , los pies.
( Yante los hombres.) Luego, de angostos pies y de hombros
DOÑA ANA.
Bigotes altos , perdonando vidas , [gua ,
ESCENA III. Cujtromozos: no hablé; que fuera uien- Isabel , guárdela Dios.
Estando tristeel alma, hablar la lengua. ¿Qué se ofrece por acá?
DOÑA MARlA , LEONOR. Tocó, Leonor, Juanilla el instrumento DOÑA MAnÍA.
Que con cuadrada forma en poco pino, Quiéreme hacer su madrina
LEONOR. Despide alegre cuanto humilde acento , Leonor, que no me imagina
¡Buenos van, desafiados! Cubierto de templado pergamino ; Desacomodada ya..
DOÑA MARÍA. A cuyo son , qi/e, retumbaba el viento , DOÑA ANA.
¡Qué diferentes cuidados Cantaba de un ingenio peregrinor ¿No está ya con el indiano?
Me da , Leonor, mi enemigo ! En seguidillas, con destreza extraña ,
Pensamientosque envidia Italia á Espa- DOÑA MARÍA.
LEONOR.
Bailaron luego hilando castañetas [na. No , Señora.
¿No le has visto mas? Lorenza y Justa y un galán barbero DOÑA ANA.
DOÑA MARÍA. Que mira á lnés,'haciendoinascorvetas Pues ¿por qué?
Ayer. Que el Conde ayer en el caballo overo. DOÑA MARÍA.
LEONOR. ¡ üh celos ! lodos sois venganza y tretas, Cierto atrevimiento rué.
Alegre quisiera hallarte. Pues porque vi bajar el caballero De hombre al fin ; pero fué en vano.
Porque te alcanzara parte Que ailora de lu dueño la belleza, DOÑA ANA.
De mi contento y placer. No le quise alegrar con mi tristeza.
Entré en el baile con desgaire y brio, ¿Cómo , cómo , por mi vida?
Ya Martin se determina , Que, admirándole ninfas y mozuelos, DOÑA MARÍA.
Y nos queremos casar : Pudiera estar satisfecho
Mira que nos has de honrar, «¡Vítor!» dijeron , celebrando el mió :
Y era que amor bailaba con los celos. De mi honor y de mi pecho:
Y que lias de ser la madrina. Estando en esto, el contrapuesto rio De mi honor por bien nacida.
DOÑA, MARÍA. Se mueve á ver dos ángeles, dos cielos, De mi pecho porque , habiendo
Estoy desacomodada Que á la Casa del Campo (Dios los guar- Entrado por los balcones
Del indiano; que si no, Iban á ser auroras por la tarde'. [de) Una noche tres ladrones.
Yo lo hiciera : aquí me dio ¿No has visto á el agua, al súbito granizo Que ya le estaban pidiendo
Su casa una amiga honrada, Esparcirse el ganado ea campo ameno, Las llaves, tomé su espada,
Donde de prestado estoy. O volar escuadrón espantadizo Y aunque ya se defendieron,
LEONOR. De las palomas, en oyendo el trueno? Por la ventana salieron ,
Mi Señora te dará Pues de la misma suerte se deshizo Y oslo á pura .cuchillada.
Vestidos: vamos allá; El cerco bailador, de amantes lleno, Pero obligándole á amor
L-i. 36
362 COMEDIAS ESCOGIDAS DE LOPE DE VEGA CARPIÓ.
Lo que pudiera á respeto, i Que le cuesta vuestra ausencia Porque há mucho que no soy.
Me llamó una noche, á efeto Cuantos instantes, suspiros. CONDE.
De no respetar mi honor. DOÑA ANA.
Que le descalzase fué Partes en la moza veo,
La invención : llego á su cama , Vos venis en ocasión Que en otro traje pudieran ,
Donde sentado me llama , i Que os he hecho un gran servicio: Con el donaire y aseo,
Y humilde le descalcé. | A lo menos es indicio Dar, fuera de vuestros ojos ,
Pero echándome los brazos, ; De esta mi loca pasión. A muchos envidia y celos.
Tan descortés procedió , Mirad en qué obligación < Mi primo es tan singular,
Que á arrojarle me obligó I Os pone el haber traído Que por bizarría ha puesto
Donde le hiciera pedazos. | A mi casa quien ha sido Las preferencias del gusto
Mas de aquellos desatinos Lo que tanto habéis amado ; En tan bajos fundamentos.
9us zapatos me vengaron , I Que os quiero ver obligado , MARTIN.
Cuyas voces despertaron Pues no puedo agradecido. A mi responder me toca.
La mitad de los vecinos. Volved los ojos, veréis Perdónenme si me atrevo,
Y aunque culpando el rigor, A Isabel , que viene aquí , Por el honor del fregado ,
Poniéndose de por medio , No para servirme á mí , La opinión del lavadero ,
Celebraron el remedio Sino á que vos la mandéis ; Del cántaro y el jabón ;
Para quitarle el amor. Que no quiero que os canséis Que mas de cuatro manteos ,
En buscarla en fuente ó prado. De esos con esteras de oro ,
DOÑA ANA. Mirad si estáis obligado , Cubren algunos defetos.
Notable debes de ser. Y cómo he sabido hacer
Cierto que te tengo amor. Que vos me vengáis á ver, DOÑA ANA.
PRÓLOGO.
Señor lector, esta tragedia se hizo en la corte solo un dia, por causas que á vuesamerced le
importan poco. Dejó entonces (1) tantos deseosos de verla, que les .he querido satisfacer con im
primirla. Su historia estuvo escrita en lengua latina, francesa, alemana, toscana y castellana : esto
fué prosa,. ahora sale en verso; vuesamerced la lea por mia, porque no es impresa en Sevilla,
cuyos libreros, atendiendo á la ganancia, barajan los nombres de los poetas , y á unos dan sietes
y á otros sotas; que hay hombres que por dinero no reparan en el honor ajeno, que á vueltas de
sus mal impresos libros, venden y compran ; advirtiendo que está escrita al estilo español (2), no
por la antigüedad griega y severidad latina ; huyendo de las sombras, nuncios y coros, porque el
gusto puede mudar los preceptos , como el uso los trajes y el tiempo las costumbres.
(1) Entre este prólogo y la dedicatoria anterior hay en el tomo vm de las obras sueltas de Lope, impresas por don An
tonio de Sancha, una aprobación del padre fray Francisco Palau, dada en Barcelona á 23 de julio de 1634; pero el rulo/t
ees puesto aqui por Lope indica, en nuestro dictamen, que hacia mucho tiempo que la tragedia habia sido representada.
(2) No se ba dividido este drama en escenas, respetando el estilo español esta Tez ; se han indicado si los sitios en que
pasa la acción.
EL CASTIGO SIN VENGANZA.
PERSONAS.
EL DUQUE DE FERRARA. FLORO. AURORA.
EL CONDE FEDERICO. FEBO.
LUCINDO. LUCRECIA. RICARDO.
ALBANO. EL MARQUÉS GONZAGA. BATIN.
RUTILIO. UNA MUJER.
CASANDRA. CINTIA. Acompañamiento.
Pues cuando el aviso vino, Mira si en este medio Deseo de saber tengo
Era forzoso el partir Promete mi consejo tu remedio. Si es muy hermosa Casandra.
A acompañar á su alteza. DUQUE. nATijí.
DUQUE. Dame tus brazos, Aurora , Esa pregunta y deseo
Pienso que ajguna tristeza Que en mi sospecha v recelo No era de vuestra excelencia ,
Pudo el partir diferir ; Eres la misma del cielo, Sino del Duque ; mas pienso
Que en lia , Federico estaba Que mi noche ilustra y dora. Que entrambos sabéis por fama
Seguro en su pensamiento ' Hoy mi remedio amaneces , Lo que repetir no puedo,
De heredarme, cuyo intento, Y en el sol de tu consejo Porque ya llegan.
Que con mi amor consultaba , I Miro, como en claro espejo, duque.
Fundaba bien su intención , El que á mi sospecha ofreces.
Mi \ ida y honra aseguras ; Batin,
Porque es Federico, Aurora, Ponte esta cadena al cuello.
Lo que mas mi alma adora , Y asi, te prometo al Conde,
Y fué casarme traición t>¡ á lu honesto amor responde
Que hago á mi proprio gusto; La fe con que le procuras ; Salen con grande aco»pa5a*ie.tto >
Que mis vasallos han sido Que bien creo que estarás bitarria RUTILIO, FLORO, ALBA-
Quien me han forzado y vencido Cierta de su justo amor,
Como yo, quelu valor, NO , LUCINDO , EL MARQUÉS , FE
A darle tanto disgusto ;
Si bien dicen que esperaban Aurora , merece mas. DERICO, CASANDRA t LUCRECIA.
Tenerle por su señor, Y así, pues vuestros intentos
O por conocer mi amor, Conformes vienen á ser, FEDERICO.
O porque también le amaban ; Palabra te doy de hacer En esla huerta , Señora ,
Mas , que los deudos que tienen I Juntos los dos" casamientos. Os tienen hecho aposento
Derechoá mi sucesión, Venga el Conde, y lú verás Para que el Duque os reciba,
Pondrán pleito con r.izon ; Qué dia á Ferrara doy. En tanto que disponiendo
O que si á las armas vienen , aurora. Queda Ferrara la entrada ,
No pudiendo concertinos, ' Tu hija y tu esclava soy. Que á vuestros merecimientos
Abrasarán estas tierras, No puedo decirte mas. Será corta , aunque será
Porque siempre son las guerras La mayor que en estos• lie tiempos
En Italia se haya visto,
EL CASTIGO SIN VENGANZA. 573
CASANDRA. FEDERICO. (Ap.) Es sueño, y que toda es sueño,
Ya , Federico , el silencio Temblando llego. Pues que no solo dormidos ,
He provocaba á tristeza. Pero aun estando despiertos,
CASANDRA. Cosas imagina un hombre ■
FEDERICO. Teneos... Que al mas abrasado enfermo
Fué de aquesta causa efeto. FEDERICO. Con frenesi, no pudieran
FLORO. No lo mandéis. Llegará su entendimiento.
Ya salen á recibiros Tres veces , Señora , beso BATIN.
El Duque y Aurora. Vuestra mano : una por vos, Dices bien ; que alguna vez
DUQUE.
Con que humilde me sujeto Entre muchos caballeros
El cielo, A ser vuestro mientras viva, Suelo estar, y sin querer
Hermosa Casandra, á quien Destos vasallos ejemplo ;
La segunda por el Duque, . Se me viene al pensamiento
Con toda el alma os ofrezco Mi señor, á quien respeto Dar un bofetón á uno
Estos estados, os guarde Obediente; y la tercera Y mordelledel pescuezo.
Para su señora y dueño , Por mi , porque no teniendo Si estoy en algún balcón.
Para su aumento y su honor, Mas por vuestra obligación Estoy pensando y temiendo
Los años de mi deseo. Ni menos por su precepto, Echarme del y matarme.
CASANDRA. Sea de mi voluntad , . Si voy en algún entierro,
Para ser de vuestra alteza Me da gana de reír ;
Señora , reconoceros ; Si estoy en la iglesia oyendo
Esclava , gran Señor, vengo ; Que la que sale del alma
Que deste titulo solo Algún sermón, imagino
Sin fuerza de gusto ajeno , Que le digo que está impreso;
Recibe mi casa aumento , Es verdadera obediencia.
Mi padre honor y mi patria Y si dos están jugando ,
CASANDRA. Que les tir