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Isis Fabiola Torres - 20222001617

Teatro hondureño: breve panorama

Honduras en el ámbito artístico ha sido un país ausente, no sorprende entonces que el


teatro no tenga tanta repercusión como debería de tenerlo, en ese sentido se ha
convertido en un quehacer de locos, curas, profesores y mujeres sin oficio. La gente
tiene una concepción un tanto errónea a cerca de lo que es teatro al compararlo con las
salas cinematográficas. La Academia Nacional de Teatro dependiente del ministerio de
cultura no cuenta con una sede propia además de contar con una bibliografía mínima y
una infraestructura no apta. En los colegios en donde se presentan intentos de funciones
teatrales se toman en cuenta a autores internaciones pues se percibe que el teatro es un
asunto de competencia extranjera.

Pese a todas esas limitaciones el teatro hondureño ha tenido sus momentos de evolución
de forma mínima pero que se convierte en algo significativo, si se remonta los orígenes
del teatro nacional se tiene que hablar de las costumbres de los indígenas que se
encontraban antes de la llegada de los españoles, quienes realizaban danzas, rituales y
varias representaciones para adorar a sus dioses; cuando los españoles vinieron y
comenzaron a imponer su religión el medio más fácil para esta tarea fueron las
dramatizaciones. El padre Reyes jugó tiempo después un papel importante para el
desarrollo del teatro al crear sus famosas pastorelas, las cuales se convirtieron en las
primeras realizaciones teatrales de Centroamérica, él aprovechó la fe católica para
sentar las bases de lo que sería el teatro moderno, a tal punto que en una encuentra
realizada en 1985, los encuestados respondieron que sólo conocían a José Trinidad
Reyes como escritor de teatro debido a sus famosas pastorelas.

En los años cincuenta el teatro se instaura como una profesión en Honduras y se crean
varios grupos fuertes en tres lugares del país, Tegucigalpa encabezando la lista y
seguida de San Pedro Sula y Colón. El grupo Teatro La Fragua llegó a alcanzar un buen
nivel de reconocimiento al punto de hacer presentaciones a nivel internacional en
Estados Unidos, Cuba y México. En los años ochenta surgen varios conflictos
sociopolíticos en Latinoamérica, eso impacta a nivel centroamericano y por ende a nivel
hondureño, es importante mencionar a Rafael Murillo Selva y Tito Estrada, ellos don
acababan de regresar de Colombia en donde habían cursado estudios de dramaturgia.
Además, surge la Comunidad Hondureña de Teatristas (COMHTE) como iniciativa de
los grupos de teatro popular para generar una plataforma artística y de política cultural.
Se dedicó a organizar festivales nacionales, muestras regionales, congresos y talleres,
bajo la coordinación de una directiva nacional y diferentes directivas en los principales
centros poblacionales del país. Enmanuel Jaen en su trabajo de tesis recopiló datos sobre
festivales que resultan importantes respecto a la presencia de una dramaturgia nacional,
él expone que en estos festivales un 10.2% de las obras eran creadas colectivamente, el
15.4% eran de índole hondureña y el 57.7% eran obran de autores norteamericanos y
europeos y el 15.9% de autores latinoamericanos.

La comunidad se desvaneció seis años luego de su creación, pero no se puede negar que
el movimiento que lograron establecer condujo al teatro a una actividad permanente
durante ese tiempo, además del surgimiento de varios grupos y estimulación a aquellos
que ya existían como la T.T.T, La Fragua y el Yaamalá. Es en los años noventa que El
Ministerio de Relaciones Exteriores participa en las producciones teatrales y presenta el
Festival de Teatro Morazánico. Se ha mencionado con anterioridad a Rafael Murillo
Selva quien dentro del panorama teatral hondureño se considera uno de los máximos
exponentes, luego de culminar su formación en Colombia dirigió el Teatro Universitario
la Merced y se convirtió en un proyecto en donde no sólo hubo teatro, también contó
con la incorporación de artes plásticas y música nacional.

En los ochenta presentó su obra Louvabagu o El otro lado lejano, la cual contaba la
historia de la llegada de los esclavos africanos mezclados con los indios rojos caribes y
que a su llegada a Honduras se denominaron Garifunas; además de coincidir con los
conceptos del Nuevo Teatro Latinoamericano. Francisco Salvador por su parte es uno de
los principales innovadores de la escena dramática, se encargó de introducir al país
nuevas tendencias que adquirió durante sus años de estudio en México y Europa. En su
obra El sueño de Matía Carpio presenta la encarcelación de un hombre negro en el
castillo de Omoa; la obra pretende elevar interrogantes sobre la libertad y el tratamiento
discriminativo hacía un miembro de una etnia. Salvador se convirtió en el primer
hondureño en realizar estudios de especialización en las artes escénicas de su país, eso
se
ve reflejado en su obra en la cual se aleja de la visión folclorista y la retórica
costumbrista para centrarse en el drama social y humano perteneciente a Honduras,
funde ese contexto con elementos del teatro aristotélico: la explosión de los instintos,
los vicios y pasiones de los personajes, demuestra sus conflictos y el choque con las
exigencias de la conciencia. Demuestra ser un autor fiel a la concepción humanista de
dramatismo fuerte tal y como lo hacía Federico García Lorca.

A manera de cierre es notorio la poca relevancia que sufre el teatro aún en la actualidad
y que pese a el ingenio de algunas personas ilustradas en la materia no ha habido un
verdadero establecimiento, las obras que se llegan a presentar en su mayoría son de
carácter internacional, y las que son nacionales no llegan a presentarse más de dos veces
quedando olvidadas sin mayor percance.
Bibliografía
Reyes, C. (1992). Una década de búsqueda del teatro hondureno. Latin American
Theatre Review, 107-111.

Redacción. (2018, 13 marzo). Historia del teatro en Honduras: todo lo que debes

conocer. Todo Tiene Su Historia, Nosotros Te la Contamos.

https://conocelahistoria.com/historia-del-teatro-en-honduras/#google_vignette

SIERRA, J. E. J., & CENTROAMERICANA, M. E. L. EL NUEVO TEATRO DE


FRANCISCO SALVADOR: ANÁLISIS SEMIÓTICO DE LA OBRA'EL SUEÑO DE
MATÍAS CARPIO'(1971).

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