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Nava Pradel Celic.

Grupo: 9218.

MAXIMILIANO: LEGISLADOR LIBERAL. (REFLEXIONES SOBRE EL SEGUNDO


IMPERIO).

Contexto Histórico.
El Segundo Imperio Mexicano fue un breve período en la historia de México que
abarcó desde 1864 hasta 1867.
Durante este tiempo, Maximiliano I de México, un archiduque austriaco, fue
proclamado emperador con el apoyo de las fuerzas francesas y la élite
conservadora mexicana.
Sin embargo, Maximiliano nunca logró un control efectivo sobre todo el territorio
mexicano, ya que los republicanos liderados por Benito Juárez continuaron
resistiendo en diferentes regiones del país.
Al tiempo que los últimos soldados invasores abandonaban el país, coexistían dos
regímenes antitéticos, sin embargo con tantas coincidencias, como lo fueron la
República y el Imperio.
Conforme a la ley del 25 de enero de 1862, se ejecutó a Maximiliano, Miramón y
Mejía en el histórico cerro de las Campanas, cinco años y cinco meses después de
promulgada dicha ley.
Desafíos y Limitaciones.
A pesar de su ascenso al trono, Maximiliano enfrentó numerosos desafíos. Las
tropas republicanas, comandadas por Porfirio Díaz, gradualmente recuperaron
territorios mientras Maximiliano perdía apoyo y quedaba prácticamente solo.
La falta de apoyo popular y la resistencia constante dificultaron su gobierno.
Legitimidad Política.
Maximiliano creía que no podía ser un simple usurpador o aventurero. Consideraba
que debía ser soberano de todo el pueblo, no solo de la élite capitalina.
Aunque algunas localidades se adhirieron a la monarquía, Maximiliano sostenía que
la “gran mayoría” debía elegir libremente el régimen político bajo el cual querían
vivir.
Para Napoleón III, y aún más para Maximiliano, el absolutismo tipo siglo XVI al que
ansiaban regresar los conservadores mexicanos, era un sistema indigno de ser
practicado por el hombre del siglo XIX. Maximiliano tenía la ilusión de crear en
México el imperio más rico, culto y moderno del planeta.
Maximiliano como Legislador.
Maximiliano, a pesar de su origen monárquico, tenía una visión liberal. Buscaba
implementar reformas que reflejaran principios como la igualdad, la libertad y la
justicia.
Su influencia se manifestó en la promulgación de leyes relacionadas con la
educación, la propiedad, la administración pública y la justicia. Intentó modernizar
las instituciones mexicanas.
En el escaso tiempo que duró su gobierno, Maximiliano compuso siete volúmenes
de textos legislativos. Abolió el peonaje, reorganizó la enseñanza tomando como
modelo las universidades alemanas. Su obra maestra fue la legislación sobre la
marina, aunque México no tenía marina.
El primer código civil, promulgado formalmente, y vigente en México (refiriéndonos
al Distrito Federal), fue el de Justo Sierra, cuyos libros primero y segundo puso en
vigor Maximiliano.
Durante sus primeros meses en México, ya había incluido a algunos liberales en su
gabinete, claro ejemplo fue José Fernando Ramírez, a quien nombró ministro de
negocios extranjeros. Intentó rodearse de liberales, incluyendo al mismo Juárez, a
quien propuso su antiguo puesto como presidente de la Suprema Corte de Justicia,
ante lo cual el oaxaqueño declinó la oferta.
El emperador enfrentó varios obstáculos al intentar implementar sus reformas, tales
como:
Resistencia Conservadora. Aunque Maximiliano era liberal, la élite conservadora
que lo apoyó tenía sus propias agendas e intereses.
Oposición Republicana. Los republicanos liderados por Benito Juárez se oponían al
imperio y a cualquier intento de consolidar el poder monárquico.
Falta de Apoyo Popular. La mayoría de la población no respaldaba la monarquía, lo
que dificultaba la aceptación de las reformas.
Maximiliano convocó al Congreso Mexicano para legislar y debatir. Sin embargo, su
relación con el Congreso fue tensa debido a las diferencias ideológicas y políticas.
A pesar de las dificultades, Maximiliano promulgó leyes y decretos, pero su
capacidad para implementarlos plenamente fue limitada debido a la resistencia y la
inestabilidad política.
Algunas de sus aportaciones fueron las siguientes:
Ratificación de las Leyes de Reforma: A pesar de que los conservadores habían
esperado que Maximiliano se opusiera a las Leyes de Reforma, él las ratificó. Por un
lado, esto perjudicó su gobierno al perder apoyo de quienes lo habían traído al
poder; por otro lado, permitió cierta modernización para el país.
Medidas Progresistas: Maximiliano promulgó la libertad de prensa, la ley del trabajo,
reabrió la universidad y legisló el divorcio. Declaró religión de estado la católica, sin
embargo permitió la libertad de culto, confirmó la desamortización y nacionalización
de bienes eclesiásticos, ordenó a los sacerdotes que prestaran gratuitamente sus
servicios y quedaran a sueldo del gobierno. Estas medidas generaron enemistad
con la Iglesia y otros sectores conservadores.
Derecho Indígena: La relación entre los pueblos indígenas y el gobierno central fue
un tema importante. Ninguna de las clases de la sociedad recibió al emperador con
más entusiasmo que los indígenas, creían que su gobierno pondría fin a la tiranía a
la que estaban sujetos. Maximiliano llegó a publicar muchas de sus leyes
oficialmente de forma bilingüe, no en francés y español, como habría de esperarse,
sino en nahuatl y español.
Se declararon partidarios del Imperio casi todos los militares profesionales, la mayor
parte de los burócratas y un gran número de comerciantes. Fue apoyado también
por múltiples figuras artísticas y literarias, tales como Angela Peralta “el ruiseñor
mexicano” y José Zorrilla.
Varios decretos en el estatuto del Imperio tenían similitudes con leyes
pertenecientes a la Constitución de 1857, en materia de:
Nacionalidad. En ambos ordenamientos se reputan como mexicanos, los hijos de
mexicanos, nacidos tanto dentro como fuera del territorio nacional. Se hace
extensiva además la nacionalidad mexicana a los extranjeros que adquiriesen
bienes raíces en el territorio de la República.
Obligaciones de los mexicanos. El estatuto impone la obligación de los mexicanos
de defender los derechos e intereses de la patria. La constitución de 1857 ya había
especificado de forma más amplia lo que debía entenderse por tal: la
independencia, el territorio, el honor, los derechos y los intereses de la patria.
Extranjería. En ambos casos, el gobierno se reservaba el derecho de expulsar o
expeler del país al extranjero cuya presencia resultara perniciosa.
Días festivos. En este aspecto, Juarez tuvo una ventaja en contra de Maximiliano,
puesto que, recién llegado y sin mucho conocimiento de la realidad nacional, el
emperador dictó el decreto mandando que se trabajara en las oficinas del gobierno
los domingos y días festivos. Retomando la exposición sobre los días festivos,
regulan esa materia el Decreto de Juarez del 11 de Agosto de 1859, y el Decreto de
Maximiliano del primero de noviembre de 1859. Las fechas en que ambos coinciden
son: El Jueves de Corpus, el 16 de Septiembre y el 12 de diciembre.
Otra ley en la cual coincidieron fue la que mandaría, sin saberlo, al emperador hacia
su fin.
En la Constitución, era la ley del 25 de marzo de 1862, conforme a la cual se castiga
con pena de muerte a quien atentara contra la seguridad e independencia de la
nación.
Maximiliano, por su parte, dictó una ley análoga el 3 de octubre de 1865, con el
agravante de que esta iba dirigida a Juárez y sus combatientes republicanos. En ella
señala que: será juzgado militarmente, y ejecutado de ser culpable todo aquel que
perteneciera a bandas o reuniones armadas que no estuvieren reconocidas
legalmente, proclamaran o no un pretexto político.
Otras coincidencias jurídico-normativas entre ambos cuerpos legislativos se pueden
englobar, muy generalmente, en: libertad personal y derechos del hombre, libertad
de expresión, libertad de tránsito y residencia, garantía de la legalidad en el
proceso, libertad caucional, seguridad, libertad de trabajo, expropiación y propiedad
cultural.
Es de hacerse notar que el término “garantías individuales” parece haber sido usado
en el ordenamiento legal por primera vez en el decreto de Maximiliano. Dicho
término pasó a la Constitución de 1917.
También existe un decreto de Maximiliano (1 de noviembre de 1865, sobre la
libertad del trabajo en la clase de jornaleros, su contenido fue bastante avanzado
para su época, y no parece tener su correspondiente en alguna ley del régimen
republicano.
La legislación de Maximiliano no se conoce en su totalidad. En el Archivo General
de la Nación existe una sección correspondiente al Segundo Imperio, con más de
240 cajas conteniendo casi todas las leyes.
Importancia Histórica.
El análisis de Maximiliano como legislador arroja luz sobre las complejidades de su
papel y las implicaciones de su legislación en la historia de México.
El legado de Maximiliano como legislador y emperador sigue siendo objeto de
debate.

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