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Recorrido histórico por las artes gráficas

Socialmente se atribuye la invención de la Imprenta al alemán Johannes Guttenberg en el año 1.445.


Podría parecer que antes de este momento los humanos no eran capaces de reproducir nada de una
forma apropiada. Nada más alejado de la realidad, los humanos se expresan desde tiempos
prehistóricos en el suelo, en las cuevas, en las piedras. Podríamos decir que fueron los primeros
grafiteros, ellos representaban escenas cotidianas de caza, animales… de alguna manera, algo
similar a lo que se realiza en la actualidad. Como no podía ser de otra manera necesitaban “tintas” y
alguna que otra herramienta. Buscaban en la naturaleza y encontraron pigmentos naturales de origen
animal, vegetal y mineral, eran capaces de mezclarlas con vehículos también naturales, como
resinas y grasas.

Muchas culturas comenzaron a expresarse por pictogramas (como nuestros flamantes ordenadores),
cada icono representaba algo físico similar a nuestros (emoticonos). Los antiguos griegos
desarrollaron un alfabeto similar al nuestro, en los alfabetos los “iconos” representan a sonidos que
se reproducen de forma hablada. Por tanto, los conocimientos empezaron a recogerse en soportes
físicos (papiros y pergaminos) y se enrollaban para almacenarse. Incluso algunos se animaron a
contar buenas historias y escribirlas para ser leídas o representadas (teatro y literatura), de esta
manera han perdurado hasta nuestros días. Cuentan que el mismo Alejandro Magno, poseído por las
historias de Homero quiso acopiar y clasificar todo aquello que se “editaba” dando lugar a las
grandes bibliotecas. La reproducción de los libros era manual, en muchos casos eran esclavos los
que llevaban a cabo dicha tarea.

Se dice que la edad media fue un periodo oscuro culturalmente, en la Alta y Plena Edad Media los
centros religiosos más influyentes fueron los monasterios, centros de oración y trabajo, pero también
del saber. Las distintas órdenes monásticas llevaban (según los principios que les guiaban) a cabo
sus quehaceres diarios. Las actividades manuales eran tan importantes como las espirituales. Una
de estas actividades fue el copiado de libros, el encuadernado y su almacenamiento en bibliotecas.
Ya en la edad media se conoce el papel, este soporte sustituirá a pergaminos y papiros. A los monjes
que se dedicaban a copiar se denominaban amanuenses. Los artistas grababan sobre madera
(xilografías) o sobre metales (bajo relieves) que luego entintaban y ponían en contacto utilizando
prensas de encuadernación; al parecer tenían su antecedente en las prensas de uva para la
obtención de vino. Cada grabado, requería de un maestro artesano, y su forma impresora valía para
un solo trabajo de reproducción. Partituras musicales e ilustraciones se reproducían de esta manera.

La edad media terminó con el renacimiento, se volvió a referencias clásicas y a dar gran importancia
a todo lo relacionado con la razón y con lo humano. Arquitectura e ingeniería, cultura (teatro,
literatura pintura), llegan a tal nivel que perduran hasta nuestros días como referencia. Este afán por
saber necesitaba de la reproducción a mayor escala (edición) para la difusión de estos
conocimientos. Un orfebre alemán reprodujo cada letra del alfabeto repetidamente en metal, a modo
de puzzle, componía palabras, líneas y páginas. Después de realizado el trabajo, podía descomponer
el “puzzle” para utilizarlo en el siguiente trabajo, les llamó tipos. Fue en 1.445, en Mainz (Maguncia),
Alemania, en la práctica a este hecho se le considera la invención de la imprenta. Parece que hay
varios personajes que de manera simultánea lo hicieron, pero parece que Gutenberg fue el que logró
los mejores resultados. Su obra cumbre fue la biblia de 42 líneas, realizó varias reproducciones en la
mitad de tiempo que el copista más rápido. Sobre el año 1.050 en china parece que utilizaban tipos
de madera y/o cerámicos, por tanto, actualmente la invención de la imprenta se atribuye a Bi sheng
en China. Pero como ya es conocido, el chino es un alfabeto muy diferente al latino.

Los libros realizados hasta el día de pascua del año 1,500, se denominan Incunables. Los dibujos e
ilustraciones realizados siempre a trazos se solían grabar en bajo relieve; por tanto, las obras podían
ser “híbridas”, o lo que es lo mismo, dibujos realizados en bajorrelieve y textos en tipografía. La
impresión se realizaba en prensas planas de tracción humana. La velocidad de reproducción; por
tanto, muy baja.

Isaac Newton, físico y matemático inglés, en 1.704 publicó su estudio sobre el color y la óptica, esta
teoría permitió las investigaciones fotográficas, a partir de 1.820, y la posterior llegada del color a las
artes gráficas. La descomposición de la luz con la utilización de lentes y filtros permitió, muchos años
después, el desarrollo de cámaras fotográficas, escáneres, pantallas…

En esta época las ilustraciones y partituras musicales se imprimían con planchas de huecograbado;
el texto, generalmente en tipografía. Los libros combinaban ambos sistemas de impresión, como
ejemplo citaremos La Enciclopedia Francesa (1.751-1765). Las prensas de tornillo evolucionaron
incorporando palancas de bajada y subida, llegaban a 300 copias a la hora.

Con la revolución industrial, la tracción de las máquinas pasó de manual, natural o animal a
realizarse a través de un motor, al principio de vapor, y posteriormente con la segunda revolución
industrial con motores eléctricos. La revolución industrial supuso la velocidad de reproducción, las
ediciones pasaron de ser locales a poder tener un carácter nacional o internacional. Imaginemos, por
un momento, lo que supuso para la edición de periódicos.

En términos generales, para 1.900 las máquinas ya estaban configuradas, salvando las distancias,
de forma muy parecida a la actualidad. En rotativa para periódicos ya se llegaba a la impresión de
18.000 periódicos/hora.

En 1884 destaca un hito importante en la historia de la impresión, el invento de la linotipia por parte
del relojero alemán Ottmar Mergenthaler, basado en la composición totalmente automatizada de los
textos.
Entre 1.881 y 1.890 se desarrolló un proceso fotográfico de impresión conocido como autotipia,
basado en las técnicas del heliograbado y en las propiedades que adquirían ciertas resinas a través
de la acción de la luz sobre ellas (palidecían, se oscurecían...). Estos estudios introdujeron las tramas
en el proceso de artes gráficas. El sistema autotípico es la base de la reproducción en huecograbado.

Los avances fotográficos consiguieron “fotografiar” letras y, a partir de 1.950, las fotocomponedoras
fueron desplazando a las linotipias, ya utilizaban un lenguaje de códigos para definir las condiciones
de la composición. Por otro lado, el offset irrumpe con fuerza desplazando a la tipografía. El offset
tiene un sistema de preimpresión fotográfica capaz de reproducir tramas y, por tanto, ilustraciones.
Es un sistema de forma plana e indirecto. Un caucho elástico se encarga de la transferencia de la
imagen sobre el soporte. Su calidad es muy superior a las técnicas tipográficas.

La fotografía en color, hasta este momento en blanco y negro, se universaliza; por tanto, aparece una
gran necesidad de reproducción en color, las imprentas y grandes editoriales se llenan de cuerpos
impresores en forma de grandes máquinas multicolores. Grandes rotativas de offset y/o
huecograbado imprimen y manipulan signaturas o pliegos enteros. Los Kioskos se llenan de revistas
con grandes ilustraciones. Los libros de texto adquieren un formato menos enciclopédico.

No olvidemos la postimpresión, sección importantísima en la edición de libros, las grandes marcas


como Mullër Martini desarrolla “trenes” de encuadernación. El producto se realiza a través de los
diferentes procesos de forma continua o “en línea”. La encuadernación ya no se convierte en un gran
“cuello de botella”.

La reproducción fotográfica conocida como fotomecánica, olvida las “viejas” cámaras de reproducción
y adquieren los nuevos escáneres rotantes (de fotomultiplicador) que convierten la señal luminosa en
señal eléctrica. Se obtienen fotolitos tramados en negativo. ¡Qué revolución! El fotolito se convierte
en el soporte universal para la reproducción en preimpresión.

En 1.977 steve Jobs, en EEUU, crea el primer ordenador con un sistema operativo iconográfico. Este
invento volverá a cambiarlo todo, supondrá una nueva revolución, la revolución digital. En 1.990 la
digitalización es un hecho en todos los sectores, sobre todo en ofimática, pero también en nuestro
sector. Surgen programas llamados de autoedición (Photoshop, Page Marker, Freehand) pronto se
convierten en programas de edición en toda regla. Toda la preimpresión se digitaliza, Adobe
desarrolla el lenguaje postscript, esto permite que prácticamente todo aquello que se crea en una
pantalla de forma digital encuentra salida impresa o filmada. Todo se simplifica.

Los CCDs eran unos diodos que se utilizaban en satélites espaciales desde hacía un tiempo, a
finales de los 80 comienzan a utilizarse comercialmente en escáneres planos, tienen la capacidad de
excitarse ante la luz y producir una señal eléctrica proporcional. Su tecnología es más sencilla y
barata que los grandes escáneres rotantes, y pronto, fueron ganando en calidad. Todo esto
simplifica el proceso en gran medida, el montaje manual desaparece, se puede filmar a tamaño
de la hoja de máquina.

A partir del año 2.000, comienza la desaparición paulatina del fotolito con la llegada al mercado de
las filmadoras de plancha (computer to plate) y de los programas de imposición digital. Pero si esto
fuera poco, internet invade la sociedad y los archivos empiezan a circular por la nueva red, adobe
“destila” archivos postscript dando lugar al formato ligero llamado PDF. La revolución de los
soportes de memoria para ordenadores no paran de crecer en prestaciones, discos duros, CDs,
pendrives, SDs… La cámara digital, basada también en CCDs, se convierte en la entrada principal de
imágenes desplazando a los escáneres.

Y llegamos a nuestros días, las tiradas se han reducido, la edición, en muchos casos se hace “on
demand”. Todo es más personalizado, el mapa autonómico complica la edición de los libros de texto.

Internet permite trabajar a distancia, escritores del contenido, ilustradores y fotógrafos pueden
encontrarse en sitios separados a cientos o miles de kilómetros. Por otro lado, se han
introducido los libros electrónicos, fáciles de actualidad y que soportan contenidos de vídeo.
Socialmente, utilizando youtube, se está realizando formación “cotidiana” aprendemos recetas,
arreglos… de está manera; y por tanto, nuestros pequeños/as se están acostumbrando al vídeo
como una de las principales forma de aprendizaje.

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