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DERECHOS DE LAS INFANCIAS Y

ADOLESCENCIAS

MODULA IV: “PERSPECTIVA HISTÓRICA


UNIVERSAL, REGIONAL, NACIONAL Y
PROVINCIAL”

PROFESORA: CÓRDOBA, Andrea

INTEGRANTES: Bonachera, Gabriela Elizabeth

Fernández Otermi, Yani Beatriz

Lamuedra González, María Paz

Pérez, Gabriela Ana Cecilia

COMISIÓN: Zona Sur Este

FECHA: 07 de Noviembre de 2022


INTRODUCCIÓN

Como previo a adentrarnos al análisis y tratamiento de la plataforma fáctica,


consideramos pertinente exponer, teniendo en consideración la situación personal de un niño
sujeto de derecho a quien denominaremos con el nombre de fantasía Lucio.
Que en primer término es oportuno contextualizar la legislación sobre la Discapacidad en
nuestro país, y más precisamente la adecuación del marco normativo tuitivo y receptación a nivel
nacional, que impliquen la institucionalidad de los derechos y los sistemas necesarios para una
política de Estado que haga realidad esos derechos, toda vez que aún se puede avizorar las
tensiones que se generan a raíz de prácticas que ya no se corresponden con la legislación que hoy
se pregona.
No obstante ello, entendemos que aún nos encontramos en una etapa de transición,
tendiente a esclarecer prácticas que generen cambios para trascender en una conceptualización de
que todos somos sujetos de derechos en igualdad de condiciones, un co-protagonismo social y
político, que nos interpela a entablar un nuevo modo de relaciones sociales.
La discapacidad es una cuestión de derechos humanos, siendo en la actualidad una
afirmación no factible de ser cuestionada, que sin embargo, hace tiempo no muy lejano, la
mirada hacia la discapacidad partía desde una concepción caritativa, que no llegaba a
comprender la complejidad social de este fenómeno. Puesto que es resultado de una historia de
persecución, exclusión y menosprecio hacia las personas con discapacidad desde tiempos muy
lejanos.
El primero modelo denominado“de prescindencia” suponía que las causas que dan origen
a la discapacidad tenían un motivo religioso y que estas personas se consideran innecesarias por
no contribuir a las necesidades de la comunidad. Dentro de este, existían dos submodelos, uno
denominado eugenésico donde la solución frente a dicho problema se buscaba a través de
prácticas eugenésicas (infanticidio), y el otro denominado de marginación teniendo como
característica principal la exclusión, por un lado subestimando y considerando a las personas con
discapacidad como objeto de compasión y otro originado como consecuencia del miedo y el
rechazo por pensar que eran objetos de maleficios o la advertencia de peligro inminente.
El segundo modelo es el “médico/rehabilitador”, considera que las causas de la
discapacidad no son religiosas sino científicas, las personas con discapacidad ya no son
consideradas inútiles o innecesarias, pero en la medida en que debían ser rehabilitadas, con el fin
suponía normalizar a las personas con discapacidad, evidenciándose como un ser dependiente,
inferior, que necesita ser rehabilitado para insertarse en la sociedad, teniendo este modelo una
actitud asistencialista paternalista y que ve la institucionalización como única salida, viviendo
bajo condiciones mínimas e inhumanas. También en este modelo como en el anterior, las
personas con discapacidad eran utilizadas como objeto de burla y/o diversión.
El tercer y actual modelo “denominado social”, es aquel que considera que las causas que
originan la discapacidad no son ni religiosas, ni científicas, sino que son a gran medida, sociales.
Las personas con discapacidad pueden aportar a la sociedad en igual medida que el resto y las
soluciones no deben apuntarse individualmente a la persona afectada, sino más bien encontrarse
dirigidas a la sociedad, encontrándose este modelo íntimamente relacionado a los derechos
humanos. Cabe destacar que ningún modelo desaparece del todo, quedando hasta en la
actualidad vestigios de los modelos anteriores.
Ahora bien, preliminarmente en Argentina la Ley 22.431, sancionada en 1981 como ley
marco en discapacidad, instituyó el denominado “sistema de protección integral de las personas
discapacitadas”, que da cuenta de una concepción de la discapacidad de anclaje eminentemente
médico, proteccionista, asistencialista, que entiende a la persona con discapacidad solo como
sujeto de cuidado y no como sujeto de derecho; que anula el reconocimiento de la persona como
actor social y la limita a ser receptora de acciones de contención diferenciales y segregacionistas.
Un avance más se registra en nuestra legislación, y se visualiza como base de derechos
enunciada en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,
documento de la Organización de Naciones Unidas al que Argentina adhirió en 2008 mediante la
ley 26.378 y que desde 2014 -por la ley 27.044-, a partir de allí tiene jerarquía constitucional,
consecuentemente esto significa nada menos que lo establecido en ella debe respetarse tanto
como la Constitución Nacional.
Por otra parte, y con el objetivo de efectivizar el cambio de paradigma desde el cual se
aborda la discapacidad en nuestro país, y consolidar un marco normativo que interpele a la
sociedad en su conjunto para lograr la inclusión plena, se está gestando la Nueva Ley de
Discapacidad, la cual representa un paso fundamental en el camino de la armonización
legislativa en la materia, la condición necesaria para una transformación estructural que funde las
bases de igualdad, autonomía y equidad necesarias en pos de la construcción de una Argentina
que nos incluya a todas y todos.
Que, la Nueva Ley de Discapacidad que se encuentra en proyección es una Ley de
Derechos Humanos, con perspectiva de género, interseccional e intercultural, que se ampare en
los lineamientos del Modelo Social que entiende a la persona primero en el reconocimiento de
sus derechos humanos, civiles, políticos y de libertades fundamentales; tal es así que, se trata de
una ley que promueve diseños universales de todos los entornos y que entienda a la persona con
discapacidad como sujeto activo de la vida en sociedad en todas sus esferas, instalándose hoy el
concepto de inclusión.
Por su parte, si bien todo lo que reza la Convención referenciada resulta de capital
importancia en la materia que nos ocupa, el principal interés lo enfocamos en los Artículos 7 y
19, donde se expresa el derecho que tienen las personas, incluidos los niños y niñas con
discapacidad, a vivir de forma independiente y a ser incluidas en la comunidad.
Art. 7.- Niños y niñas con discapacidad.- 1. Los Estados Partes tomarán todas las
medidas necesarias para asegurar que todos los niños y las niñas con discapacidad gocen
plenamente de todos los derechos humanos y libertades fundamentales en igualdad de
condiciones con los demás niños y niñas. 2. En todas las actividades relacionadas con los niños
y las niñas con discapacidad, una consideración primordial será la protección del interés
superior del niño. 3. Los Estados Partes garantizarán que los niños y las niñas con discapacidad
tengan derecho a expresar su opinión libremente sobre todas las cuestiones que les afecten,
opinión, que recibirá la debida consideración teniendo en cuenta su edad y madurez, en
igualdad de condiciones con los demás niños y niñas, y a recibir asistencia apropiada con
arreglo a su discapacidad y edad para poder ejercer ese derecho.

Art. 19.- Derecho a vivir de forma independiente y a ser incluido en la comunidad.-Los


Estados Partes en la presente Convención reconocen el derecho en igualdad de condiciones de
todas las personas con discapacidad a vivir en la comunidad, con opciones iguales a las de las
demás, y adoptarán medidas efectivas y pertinentes para facilitar el pleno goce de este derecho
por las personas con discapacidad y su plena inclusión y participación en la comunidad,
asegurando en especial que: a) Las personas con discapacidad tengan la oportunidad de elegir
su lugar de residencia y dónde y con quién vivir, en igualdad de condiciones con las demás, y no
se vean obligadas a vivir con arreglo a un sistema de vida específico; b) Las personas con
discapacidad tengan acceso a una variedad de servicios de asistencia domiciliaria, residencial y
otros servicios de apoyo de la comunidad, incluida la asistencia personal que sea necesaria
para facilitar su existencia y su inclusión en la comunidad y para evitar su aislamiento o
separación de ésta; c) Las instalaciones y los servicios comunitarios para la población en
general estén a disposición, en igualdad de condiciones, de las personas con discapacidad y
tengan en cuenta sus necesidades.

Plataforma fáctica

El caso que hoy consideramos pertinente exponer, es respecto de un niño de 9 años de


edad, –a quien llamaremos con el nombre de fantasía Lucio-. Lucio es un niño con Síndrome de
Down que asiste a una escuela común donde sus docentes trabajan en pareja pedagógica con la
MAI, docente de apoyo a la inclusión, la misma es docente especial y forma parte de la Sección
Especial Anexa, SEA, institución que forma parte de la modalidad especial, la misma cuenta con
un equipo técnico y cuya función es acompañar en los procesos inclusivos asesorando y
orientando a los docentes de escuelas comunes para trabajar de manera integral con todos los
alumnos con discapacidad y sin ella.
Asimismo, en el marco de dicha intervención, también confeccionan el respectivo PPI –
Proyecto Pedagógico Individual-y refuerzan contenidos que en el aula Lucio, no alcanza a
incorporar.
Pues bien, Lucio es un niño con muchos recursos, con un potencial único y habilidades
que hay que acompañar y trabajar con la familia y los distintos profesionales que lo asisten,
según los informes realizados por la Psicopedagoga.
Sin perjuicio de ello, se señala que “su mal comportamiento” es el problema que se logra
identificar, impactando en sus actividades y afectando sus avances, tal es así que se escapa del
aula, se esconde en distintos lugares evidenciándose una gran preocupación de los directivos y
docentes que se encuentran al frente del espacio educativo, como así también suele pegarle a un
compañero.
A esta altura, es menester mencionar que con quien permanece en dicho espacio y aula
sin que se presente inconveniente alguno es cuando se encuentra con su maestra de apoyo a la
inclusión, quien lo hace dos o tres veces en la semana durante dos o tres horas conforme fuera
previamente acordado, en tanto que el resto de los días y horarios del currículo su progenitora
debe estar alerta, porque ante cualquier eventualidad debería presentarse en el establecimiento
educativo y retirar a su hijo.
Que, hace aproximadamente un mes, una hora antes de finalizar el horario escolar, Lucio
se encontraba en la escuela sin su MAI, se dispuso a salir del salón sin ser advertido y se
escondió tan bien que no podían encontrarlo; luego de una intensa búsqueda y habiendo
transcurrido veinte minutos antes del horario de salida, lograron hallarlo. Dicha situación
alarmante y ante el desconocimiento del paradero del niño en cuestión que toda la escuela se
encontraba buscándolo, situación que desbordó a la docente del aula, iniciándose en una crisis de
llanto. Minutos más tarde, y luego de finalizada la jornada escolar, en circunstancias que los
padres fueron a retirar a sus hijos, la docente tomó la palabra y les expresó a todos los que se
encontraban presentes que renunciaba a su cargo porque ya no toleraba la situación de seguir
exponiéndose a hechos similares a los sucedidos, señalando que tenía a su cargo veinticinco
alumnos y no a uno solo, con más de treinta años de carrera pero jamás había pasado semejante
episodio, y sugería a los padres que denuncien lo acontecido -se quejen-, con fundamento en que
todos los niños tienen derecho a recibir educación y que, de esta manera se obstaculizaba brindar
los contenidos que debía dictar en el aula, puesto que tampoco podía prestarles la atención que
precisaban.
Es importante mencionar que entre los padres presentes se encontraba la progenitora de
Lucio, quien sin saber de lo ocurrido, advertía que estaban hablando de su hijo, al igual que el
resto de los padres que movían la cabeza asintiendo el discurso de la docente a modo de queja.
Ante tal circunstancia, la madre de Lucio, abochornada por la situación y angustiada por
sentir que por la culpa de su hijo una maestra tomaba la decisión irrestricta de renunciar a su
cargo, tomó la decisión de no enviar más al niño al establecimiento educativo; hasta que Lucio
no lograra tener una maestra integradora todos los días en el establecimiento educativo que lo
asista y acompañe en los espacios curriculares. Dicha nota fue recepcionada por los directivos,
no obstante ello, y transcurridos quince días, cuando ambos padres de Lucio se apersonaron a
indagar si había alguna novedad, le manifestaron que no, con fundamento que no se permiten las
maestras integradoras exclusivas para un niño como ellos lo han solicitado, pero que el niño en
cuestión podía concurrir a la escuela los días y horarios que esté con la docente acompañante
para evitar cualquier tipo de inconveniente; es como consecuencia de ello que, Lucio concurre a
clases dos veces por semana con un tope horario como máximo de tres horas, dicha jornada
escolar no es fija y se va adecuando a la demanda de la profesional ya que la localidad no cuenta
con maestras especiales, de igual modo, los días viernes tiene que concurrir a clases por cuarenta
minutos, oportunidad en que la progenitora se queda esperando en la puerta para retirarlo, por lo
que determinaron ambos progenitores no llevar más a su hijo los días viernes, entendiendo desde
su lugar de padres, y conociendo las limitaciones, no logra escribir ni la fecha y ya tienen que
retirarlo.

Análisis de la Plataforma fáctica expuesta “Caso Lucio”

Como previo a iniciar un análisis exhaustivo de la plataforma fáctica que se presenta,


consideramos oportuno clarificar ciertas figuras cuyos roles asumidos en este caso nos generan
cierta confusión, pues a esta altura y dada la escasez o desconocimiento que presentamos en el
área educación respectos de niños con discapacidad, debimos aprehender para poder avanzar.
Tal es así que el primer escollo que se nos presentó en esta actividad fue identificar qué
rol asume la maestra acompañante en la vida de Lucio, advirtiendo que hay una confusión entre
el término “maestra integradora” y “maestra de apoyo a la inclusión (MAI), ello debido a que el
término maestra integradora se empleaba antes de la nueva Resolución 311/2016 en referencia a
la educación inclusiva. La función de la maestra integradora era la de ayudar al alumno con
algún tipo de dificultad a que este pueda comprender los contenidos, actividades y demás
cuestiones que suceden en la escuela a la cual concurre, adaptando dichas actividades para su
mayor comprensión y fundamentalmente favorecen el vínculo con sus compañeros de grado. Por
otra parte, la función del MAI (maestro de a poyo a la inclusión) es un profesional docente
formado para esos fines, formado en Educación especial. Es quien va a armar una propuesta
educativa pedagógica conjuntamente con la maestra común y el equipo de la SEA, tanto la
docente común como la MAI atienden a todo el alumnado en general y no al niño incluido en
particular entendiendo siempre que quien imparte los contenidos pedagógicos es la docente del
aula, conforme a ese armado de trabajo; y es esta función nombrada en último término es en la
que cabe la acepción de maestra acompañante a quien referimos en el presente caso, y de allí se
comprende por qué su persistencia en el horario escolar no es continua.
Sumado a ello, vamos a hacer mención del proyecto pedagógico individual –PPI-,
entendida como una herramienta en la que debe plasmarse las diferentes estrategias educativas
diseñadas para garantizar la inclusión del estudiante con discapacidad que lo precise.
Ahora, contamos con una escueta información respecto de la situación particular
expuesta en relación a Lucio y su consecuente abordaje que nos permita desmembrar e
identificar en forma fehaciente los distintos actores y efectores que lo acompañan, no obstante
ello, nos interpelamos en primer término y teniendo en consideración que el niño en cuestión -
que tiene Síndrome de Down-, cuáles son las características en su desarrollo que podrían
identificarse en este caso, y en consecuencia influyen en su aprendizaje y adaptación, esto es
procesar el aprendizaje que influye en su escolaridad, y el contexto social donde despliega sus
actividades diarias.
Que, si bien es un arduo camino el que se debe transitar, no menos cierto es que se debe,
y consideramos que el camino correcto a seguir en el beneficio del niño en cuestión, poder
realizar un trabajo coordinado –articulado- con los padres, la familia, el establecimiento
educativo y otros especialistas para poderle brindar un apoyo integral a Lucio, tal es así que del
caso se desprende: "…Lucio es un niño con Síndrome de Down que asiste a una escuela común
donde sus docentes trabajan en pareja pedagógica con la MAI, docente de apoyo a la inclusión,
la misma es docente especial y forma parte de la Sección Especial Anexa, SEA, institución que
forma parte de la modalidad especial, la misma cuenta con un equipo técnico y cuya función es
acompañar en los procesos inclusivos asesorando y orientando a los docentes de escuelas
comunes para trabajar de manera integral con todos los alumnos con discapacidad y sin ella.
Asimismo, en el marco de dicha intervención, también confeccionan el respectivo PPI –Proyecto
Pedagógico Individual-y refuerzan contenidos que en el aula Lucio, no alcanza a incorporar…”.
Sin perjuicio de ello, y pese a los fundamentos que fueran expuestos por la maestra del
aula, cabe señalar que Lucio es un alumno más en el aula, y ante ello, la maestra asume la
responsabilidad del niño, y no la acompañante como se indicara. Asimismo, la Psicopedagoga
según sus informes, esgrime que “…Lucio es un niño con muchos recursos, con un potencial
único y habilidades que hay que acompañar y trabajar con la familia y los distintos
profesionales que lo asisten…”, es por ello que consideramos que desde el punto de vista
pedagógico hay que exigir al niño –reconociendo sus limitaciones- que se vaya adaptando a los
requerimientos del espacio educativo, con los apoyos y ayudas del MAI, para adquirir aquellas
habilidades y contenidos curriculares adaptados, ello siempre teniendo en cuenta las estrategias y
sugerencias de los especialistas tratantes.
Por otra parte, es evidente que la maestra se sintió desbordada por la situación en virtud
de la incorporación de Lucio al aula, pues es muy probable que no se sienta capacitada para
recibirlo, ello sumado al desconocimiento y miedo, sobre todo teniendo en consideración que
presentaba problemas de conducta; es por ello que la presencia de un niño con conductas
disruptivas en el aula dificulta la estrategia pedagógica de la docente a cargo del aula, para
abordar los espacios curriculares que se exigen en el espacio educativo.
De igual modo, consideramos pertinente hacer referencia que también existe la figura del
acompañante terapéutico, ausente en esta situación narrada, y exigida posteriormente por la
progenitora del niño en cuestión. Que, podría ser de gran importancia su intervención para este
niño que requiere atención personalizada en relación con el acompañamiento en la inserción e
integración al grupo de pares –como ya hemos visto Lucio agrede físicamente a un compañerito-,
pues dicho niño puede precisar cierta contención física o emocional, como así también ayuda
pedagógica con las actividades propuestas por la maestra del aula. También redundaría en el
beneficio del niño, para facilitar su mayor autonomía, mantener o restablecer vínculos de su
entorno, alentando su fuerza de voluntad, pues su objetivo consistirá en conocerlo, sentir empatía
por él, en definitiva, ser capaz de encontrar la mejor manera de motivarlo.
En este sentido, cabe preguntarnos en el marco de la Resolución 311/16 que refiere una
educación inclusiva, la maestra a cargo del curso aludido, se encontraba capacitada, o también
por su parte, se dispone de recursos humanos para llevar adelante su implementación?¿El
establecimiento educativo, cuenta con un Gabinete de Profesionales o equipos de orientación
escolar? Son muchos los interrogantes que nos planteamos, pero consideramos que existen
resistencias a los procesos de cambio por parte de los integrantes del cuerpo educativo en
específico (y de la sociedad en general), ya que suelen poseer poca o escasa apertura a las
indicaciones realizadas por los MAI, pudiendo estar relacionado con desconocimiento o incluso
temor ante las nuevas modalidades de intervención que tengan perspectiva en discapacidad,
como así también en DDHH, diversidad y género. Que también existe una gran desinformación o
falta de comunicación puertas adentro de la institución y en relación a los demás actores sociales
sobre las nuevas herramientas que se poseen –y disponen- para aplicar en la realidad actual los
cambios sociales, culturales y legales.
Ahora bien, en este caso particular observamos que Lucio debería participar en todas las
actividades planteadas para el grupo, animar su participación en aquellas actividades propuestas
por la maestra a cargo del aula, alentar y reconocer sus logros y avances, y adaptar la actividad
en cuanto sea advertida la dificultad en su avance, evitando así que se aisle del grupo, tal como
se observa en el caso expuesto.
Asimismo, y una vez individualizados los contenidos y/o actividades pensadas para
trabajar con el grupo en el aula, se debe evaluar la posibilidad de anticipar dichas actividades con
Lucio, para luego, y con la intervención de los distintos efectores acordar si son adecuadas para
el niño, o en su caso realizar las adaptaciones que sean convenientes y pertinentes, para que logre
incorporar los contenidos.
De igual modo, para tener un seguimiento y continuidad de los contenidos abordados en
el aula del establecimiento educativo donde asiste el niño, es menester la figura del acompañante
terapéutico, quien en forma conjunta con la MAI, y las sugerencias de los especialistas tratantes,
deberán planificar en forma paralela con la maestra a cargo del aula, entendiendo siempre el
lugar de la Acompañante Terapéutica que no es quien imparte contenidos pedagógicos, pero si
quien trabaja la sociabilización, la integración, el juego entre los niños del aula, puesto que el
diseño y planificación de actividades específicas evitará que el niño se encuentre inactivo en el
salón, más resultaría conveniente también la implementación de materiales de trabajo acordes a
cada currícula, con el objeto primordial de que se ajuste a las posibilidades del niño, para
alcanzar los objetivos del aprendizaje, conocimiento, entendimiento y más aún en el desarrollo
de sus destrezas y habilidades, para potenciarlas, que estimulen y faciliten maneras sencillas de
entender los contenidos.
Finalmente, es dable observar que aún en este caso observamos vestigios de transición en
los modelos que fueran descritos y considerados en los párrafos que preceden, esto es, del
Modelo Médico –Rehabilitador- hacia una concepción más social –Modelo Social-, basados en
los derechos humanos, más precisamente, en que todas las personas tenemos los mismos
derechos en igualdad de condiciones. Pues bien,siendo el Modelo nombrado en primer término el
que postula que las causas que se alegan para explicar el nacimiento de una persona con
discapacidad son científicas, ciertas situaciones pasan a ser consideradas modificables; y así, la
asunción de la diversidad funcional, se traduce en la posibilidad de mejoramiento de la calidad
de vida de las personas afectadas, como también en el desarrollo de los medios de prevención,
tratamientos que de cierta manera, lleva a la comprensión del significado de la integración
social.
Como resultado de la utilización de los avances científicos y tratamientos médicos, gran
parte de los niños y niñas con diversidades funcionales tienen una mayor probabilidad de
supervivencia, por lo que en este modelo se buscala recuperación de la persona — dentro de la
medida de lo posible—, y la educación especial se convierte en una herramienta ineludible en
dicho camino de recuperación o rehabilitación. Por otro lado, la mirada se encuentra centrada
hacia la diversidad funcional —a las actividades que la persona no puede realizar— por lo que se
produce una enorme subestimación con relación a las aptitudes de las personas con discapacidad.
En consecuencia, las respuestas sociales se basan en una actitud paternalista, centrada en los
déficit de las personas, en este caso del niño Lucio.
No obstante ello, contamos a esta altura con los informes de la Psicopedagoga, quien en
su oportunidad nos señala que, “…Lucio es un niño con muchos recursos, con un potencial único
y habilidades que hay que acompañar y trabajar con la familia y los distintos profesionales que
lo asisten…”, partiendo de aquí, entendemos quedesde el modelo social se sostiene que lo que
puedan aportar a la sociedad las personas con discapacidad se encuentra íntimamente relacionado
con la inclusión y la aceptación de la diferencia.Estos presupuestos generan importantes
consecuencias, entre las que se destacan las repercusiones en las políticas a ser adoptadas sobre
lascuestiones que involucren a la discapacidad. Así, si se considera que lascausas que originan la
discapacidad son sociales. Como consecuencia de ello, es perceptible que las soluciones no
debenapuntarse individualmente a la persona afectada, sino más bien que debenencontrarse
dirigidas hacia la sociedad. De este modo, el modelo anteriorse centra en la rehabilitación o
normalización de las personas con discapacidad,mientras que el modelo bajo análisis aboga por
la rehabilitación onormalización de una sociedad, pensada y diseñada para hacer frente a
lasnecesidades de todas las personas.
Conforme a dicha idea, las niñas y niños con discapacidad deben tener lasmismas
oportunidades de desarrollo que las niñas y niños sin discapacidad,y la educación debe tender a
ser inclusiva —adaptada a las necesidadesde todos y todas— como regla, reservándose la
educación especial como última medida, circunstancia que consideramos que se debe tener en
cuenta al momento de realizar intervenciones respecto a Lucio, ello teniendo en consideración
que es un niño “con un potencial único y habilidades que hay que acompañar y trabajar”.-
Conclusión

Para finalizar, podemos concluir que gracias a los avances que se evidencian en el
transcurso del tiempo y más precisamente en la sociedad, pues como ya hemos visto resultó ser
un fructuoso camino para aquellas personas que padecen una discapacidad, ser reconocidos
como sujetos en igualdad de condiciones con las demás personas con las que habitan, y por ende
titular de los mismos derechos, hoy bajo el modelo social imperante, no obstante ello ya se ha
dicho que nos encontramos en una etapa de transición, en la cual se procura la aceptación de
niños con discapacidad tanto en escuelas públicas o privadas, para brindarles una educación con
herramientas y estrategias adecuadas a sus necesidades. Lo importante es que el niño se sienta
aceptado, integrado y reconocido.
No menos cierto es que, en referencia al caso expuesto, la MAI tiene el rol de adaptarle el
contenido a Lucio, pero no de estar todos los días y toda la carga horaria que tiene el niño. Sin
embargo, los padres podrían solicitar un A.T (acompañante terapéutico) cuyo principal objetivo
es colaborar con la integración de Lucio asistiendo y ayudando a la maestra de grado, esta si
podría asistir días y la carga horaria completa. A pesar de ello es visible la vulneración de
derecho con respecto a la educación y la falta de promoción de derechos de NNyA con
discapacidad.
No está demás hacer referencia que, durante el 2016 mediante la aprobación de la
resolución 311/16 por parte del Consejo Federal de Educación –su correlato provincial 316/21-
se constituyó un avance significativo en materia de derechos de los estudiantes con discapacidad;
esta resuelve que los NNyA con discapacidad tienen las mismas necesidades básicas y los
mismos derechos que todos los demás NNyA a crecer en un medio social que los acepte y
promueva su desarrollo personal con acceso a la educación, salud; que les permita desarrollar al
máximo sus capacidades también busca propiciar condiciones para la inclusión escolar al interior
del sistema educativo, el acompañamiento de las trayectorias escolares, la promoción,
acreditación, titulación de dichos alumnos y también, se establece que se deberá informar,
comunicar, escuchar y dar participación al estudiante con discapacidad y a su familia.
Que, la educación inclusiva permite que todos los NNyA accedan a escuelas comunes e
implica transformar la cultura, la organización y las prácticas de las escuelas para atender la
diversidad de las necesidades educativas de todos los estudiantes. Los métodos de enseñanza y
las características institucionales, son aquellas que deben adaptarse a los niños y no al revés.
Sin dudas se requiere rever la formación de los profesorados para una educación
inclusiva. Es necesario eliminar barreras físicas, actitudinales e institucionales que limitan las
oportunidades de aprendizaje, el pleno acceso y la participación de todos los estudiantes.
Por otra parte, cabe advertir que en reiteradas oportunidades las palabras Inclusión e
Integración suelen utilizarse a modo de sinónimos, pero no lo son. En el trabajo por los derechos
de las personas con discapacidad es necesario tener en cuenta estas diferencias, que no solo
tienen que ver con cuestiones discursivas, sino también con formas de ver al mundo, de ver a las
personas, de respetar a cada ser humano en su individualidad. Desde la perspectiva de la
inclusión, todas las personas conviven, se desarrollan juntas, toman las decisiones, comparten. Si
hay una persona que tiene dificultades para participar de alguna manera, entonces es el ambiente
el que debe ser modificado.
La educación inclusiva es un derecho que avanza y la resolución referenciada podría ser
el vehículo para una mejor implementación y puesta en práctica de los nuevos lineamientos en
relación a los niños con discapacidad, en cuanto a la educación refiere.
PARTE A: TRABAJO INDIVIDUAL
1) Marcar verdadero o falso.

La respuesta social a la discapacidad en el modelo denominado de Prescidencia (antiguedad

clasica y edad media) estaba vinculada con creencias de origenes científicos y por esta

razón se prescindía de este grupo.F

o El paradigma vigente conocido como modelo social, es el resultado de luchas de las

mismas personas con discapacidad, organizadas en movimientos sociales donde

visibilizaron las desigualdades sociales que sufrian a lo largo de muchos años. Ed Roberts

fue protagonista indiscutible del movimiento devida independiente, estudio los

fundamentos feminsitas relacionando a la personas con discapacidad como personas

discriminadas por su condición.V

o La Convencion sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) ONU 2006

posse jerarquía constitucional en Argentina a partir de la Ley Nacional N° 26.378.V

o La segunda guerra mundial (1939-1945) como fenómeno mundial, tuvo gran incidencia

en la respuesta social por parte de los Estados, ya que fue después de ese hecho mundial

que surge el Modelo Medico o Rehabilitador.V

o La mirada sobre la tematica de discapacidad fue mutando durante varios siglos, eso se

debe a interpretaciones diversas relacionadas con contextos socioculturales particulares.

A partir de modelos como prescidencia medico o social, las intervenciones o tratamientos


se van modificando y evolucionando.Cuando un modelo termina, la intervención

asociada a él desaparece.F

o La CDPD fue el segundo documento de Derechos Humanos del Siglo XXI, su preámbulo

y sus 50 articulos están destinados a proteger los derechos y la dignidad de las personas

con discapacidad.V

o En Argentina durante la Ley de Patronato, las N,Ny A con discapacidad tenian un trato

preferencial, donde se priorizaba el ambito familiar para su crianza; también el concepto

de autonomia progresiva fue fundamental en el diseño de politicas publicas.F

o Las barreras fisicas como princicipal impedimento de igualdad de oportunidades, en las

sociedades son las mas dificiles de derribar.F

o En el Virreinato del Rio de La Plata, durante la época colonial, se practicaba el

infanticidio; esa fue la razon por la cual las autoridades decidieron utilizar un “torno”en

la fachada de la Casa Exposito, para evitar este flagelo social.Muchos de esos niños

presentaban condicion de discapacidad, muchas veces adquirida por situaciones

particulares que atravezaban en la via publica antes de ser recogidos para su asilo.V

o Débiles mentales, lisiados, minusvalidos, anormales, discapacitados, entre otros, son

muchos de los eufemismos utilizados para nombrar a personas con diversidad funcional o

personas con discapacidad que aún se siguen utilizando.V


o La CDPD define al concepto de discapcidad como un problema personal que puede ser

causado por alguna alteración de la salud , por eso el diágnostico y los métodos

cientificos son fundamentales para el tratamiento individual, para que borre las

diferencias y la persona puedaadaptarse a la sociedad.F

o Los entornos sociales inclusivos proponen el concepto dediseño universal como

instrumento findamental para garantizar el derecho a la participación de todos los

ciudadanos. V

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