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¿Qué es diversidad natural y cultural?

Desde su origen la humanidad ha utilizado a la flora y la fauna de diversas


maneras, como alimento, bebida, medicina, ropa, materiales de construcción y
combustible. No es de sorprenderse entonces que a una escala planetaria, la
diversidad cultural de la especie humana se encuentra estrechamente asociada con
las principales concentraciones de biodiversidad existentes. De hecho, existen
evidencias de coincidencias notables entre las áreas del mundo consideradas de
alta diversidad biológica y las áreas de alta diversidad de lenguas (Harmon, 1995),
de modo que nueve de los doce países con mayor riqueza de lenguas son también
megadiversos, y diez de los primeros doce países megadiversos están entre los
veinticinco con más lenguas indígenas (Toledo, 2001).

A nivel nacional resulta que los ecosistemas y zonas más ricas biológicamente,
como los bosques tropicales y la gran variedad de tipos de vegetación del eje
neovolcánico transversal, son las históricamente ocupadas por los diversos grupos
indígenas, según lo demuestran las regiones indígenas actuales.

Así mismo, los cinco estados considerados más ricos en términos biológicos
(Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Veracruz y Guerrero) son también los que contienen
la mitad de los ejidos y comunidades indígenas del país (Toledo, et al. 2001).
Las poblaciones humanas en el transcurso de su historia han desarrollado
conocimientos sofisticados sobre su entorno, sobre la flora y la fauna y sobre el uso
de diversas especies. Esta experiencia adquirida durante miles de años, conocida
como conocimiento ecológico tradicional, está estrechamente ligada al lenguaje, a
las tradiciones orales y a la cosmovisión de cada población. La transmisión de este
conocimiento se lleva a cabo mediante creencias, actitudes sociales, principios y
convenciones de comportamiento y prácticas desarrolladas por la experiencia. En
México el conocimiento ecológico tradicional es de suma importancia ya que
existen alrededor de 80 pueblos indígenas (12.4 millones de mexicanos) con una
gran variedad de lenguajes. A la fecha se registran en México 11 familias
lingüísticas, 68 agrupaciones lingüísticas y 364 variantes. Tan solo de las selvas
tropicales húmedas, se han documentado alrededor de 1,330 especies de plantas
útiles para el conocimiento indígena, de las cuales se obtienen más de 3,000
productos, entre medicinas, alimentos, materiales para construcción, madera,
forrajes, fibras, combustibles, etc.

Una parte importante de las plantas cultivadas que sustentan el sistema alimentario
mundial actual fue domesticada por los pueblos indígenas de América. Estas
plantas y sus productos han llegado a nuestras manos pasando por un largo
proceso de selección, diversificación, innovación, intercambio con otras regiones,
adaptación, mejoramiento genético, uso y manejo. Por ejemplo, en México
el 23% de la flora (equivalente a más de cinco mil especies) tiene algún uso
tradicional y hay más de 4,000 plantas medicinales. Sin pueblos indígenas y
campesinos esta experiencia se perdería (Boege, 2008).

El concepto de diversidad biocultural surge de conjuntar cuatro evidencias:

 El traslape geográfico entre la riqueza biológica y la diversidad lingüística.


 El traslape geográfico entre los territorios indígenas y las regiones de alto
valor biológico (actuales y proyectadas).
 La reconocida importancia de los pueblos indígenas como principales
pobladores y manejadores de ambientes bien conservados.
 La presencia de un comportamiento orientado al conservacionismo entre los
pueblos indígenas, derivado de su complejo de creencias-conocimientos-
prácticas.

El axioma biocultural refiere que la diversidad biológica y la cultural son


mutuamente dependientes y geográficamente coterráneas.

Las expresiones de la diversidad biológica y cultural se pueden apreciar


en (Casas et al. 2007, Caballero y Cortés 2012, Moreno et al. 2013):

1. La creación de paisajes culturales a partir del desarrollo de prácticas agrícolas


2. El uso de caso 5,500 especies de plantas y animales con distintos fines
3. La domesticación de más de 200 especies de plantas con fines comestibles
4. El manejo de por lo menos 700 especies de plantas nativas de importancia
cultural

La relación biocultural no es una casualidad, sino que es la consecuencia de la


interdependencia entre las sociedades humanas y su entorno biológico. Podemos
decir que las lenguas se han multiplicado y prosperado en los lugares donde la
selección natural ha producido una rica variedad de paisajes, animales y plantas. De
modo que las culturas cambian a través del tiempo con base a factores históricos,
pero también a factores físicos del ambiente y de la naturaleza local. Sin embargo,
los seres humanos también participamos activamente en la estructura, procesos y
composición de casi todos los ecosistemas del planeta. En la actividad agrícola los
campesinos han modelado y modelan el contenido genético de las poblaciones y
su expresión fenotípica. Por ejemplo, en la medida en que los agricultores
desarrollan sistemas y técnicas, va fluctuando la diversidad genética de los cultivos,
por lo que la biodiversidad está ligada a la heterogeneidad cultural. Si se pierde
diversidad cultural, también se pierde y simplifica la diversidad biológica agrícola y
muy posiblemente sea cierto también el proceso inverso.

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