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Capitulo O

¿Una geometría o más?

La geometría está constituida por propos iciones y teoremas que se


sustenta n en postulados inducidos de la experiencia. Los cinco pos-
tulados de Euclides fueron la base de la geometría griega que dominó
la disciplina hasta el siglo xv111. Pero, de esos postulados, el último
-«por un punto exterior a una recta pasa únicamente un.i sola par.i-
lela»- se convirtió pronto en el más estudiado y polémico, objeto de
debate. Y en ese debate se cosecharon grandes frutos.
A diferencia del resto de postulados, el quinto no se puede inducir
de la experiencia, no se puede demostrar empíricamente. Nos resulta
imposible trasladarnos hasta el punto más lejano que podamos imagi-
nar para comprobar si esas rectas se cortan. Los esfuerzos por salvar
este escollo recorren la historia de las matemáticas hasta el s iglo XVIII,
desde el filósofo griego Proclo ( 412-485) hasta A. M. Legendre
(1752-1833), que dedicó cuarenta años de su vida a intentar demos-
trar el postulado de las paralelas, pasando por Girolamo Saccheri
(1667-1733) y J. H. Lambert (1728-1777), entre otros. Pero los
reiterados intentos de demostración del quinto postulado remitían
tozudamente a bucles. En todos los intentos se empleaba de forma
encubierta el resultado que se quería demostrar. De esta manera, la
comunidad matemática se fue convenciendo de que el de las paralelas

¿Una geometría o mas? 1 7

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LOS CINCO POSTULADOS DE EUCLIDES

AJ:Jro •1madamen e en el año 300 a. C. Euclides escribió los Elementos. :..:--


te 10 íntegramente de geometría y el más antiguo que se conoce ce .:;:
e;emo1ares comp!e~os de la historia de las matemáticas. Este hbro, el r-á::;
editado después de la Biblia, contiene los cinco IX)stulados que. de fo-:--.=
sencilla y lógica, dan lugar a la geometría euclídea.
Un pos u1ado es una p oposición cuya verdad se admite sin p uebas Y
que es necesaria para seN;r de base en ulteriores razonamientos.

l. Se puede trazar una linea recta que pase por dos puntos.
11. Se puede prolongar una linea recta indefinidamente a partir de una res~
finita.
111. Se puede trazar una circunferencia con centro y radio dados.

era un verdadero postulado, independiente de los demás, y que, por


consiguiente, iban a ser inútiles todas las tentativas de deducción de
aquel a partir de los otros cuatro. Ysin embargo, las semillas de algo
nuevo se habían sembrado.
La imposibilidad de demostrar el quinto postulado se convirtió
en el embrión de otras geometrías consistentes y posibles. El fruto
de esa labor fue recogido principalmente por personajes como János
Bolyai (1802-1860), Nicolai l. Lobachevski (1793-1856) y J. C.
Friedrich Gauss (1777-1855), pioneros de la geometría hiperbóli-
ca, un modelo que satisface solo los cuatro primeros postulados de
la euclídea. «He creado un universo nuevo de la nada», afirmó Bolyai
tras su descubrimiento.

'_ 8 f Más allá de Euclides

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N. Todos los ángulos rectos son iguales.
V. También conocido como postulado de las
paralelas. Originalmente se enunció como: si
una línea recta cruza a otras dos rectas y la
----
n

IV.

suma de sus ángulos interiores es menor que


dos rectos, estas dos rectas. s1 se prolongan
indefinidamente por el lado en que estos án-
gulos son menores, terminarán cruzándose.

Existen muchos enunciados equivalentes a ,•.


este quinto postulado, pero quizá el más conoci-
do sea el siguiente: «Por un punto exterior a una
---===
recta solo pasa una paralela a esta•. Esa equi-
Figura l. Los cinco
valencia la estableció John Playfair (17 48-1819)
postulados.
en el año 1795.

Profesionalmente, János Bolyai era oficial de caballería húngaro y las


matemáticas no eran para él más que un hobby, heredado a buen se-
guro de su padre, el matemático Farkas Bolyai, quien enseñó a János
cuando solo contaba con trece años de edad nociones de cálculo infi-
nitesimal y mecánica analítica.
Quizá también influenciado por su padre, Bolyai estudió desde jo-
ven el problema de las paralelas hasta llegar a obsesionarse. Al ente-
rarse su progenitor de que János intentaba demostrar el quinto pos-
tulado, le mandó una carta fechada en 1820 pidiéndole que desistiera
de su intento, el texto de la misma es como sigue:

Por amor de Dios te lo ruego, olvídalo. Témelo como a las pasiones sen-
suales; porque lo mismo que ellas, puede llegar a absorber todo tu tiem-
po y privarte de tu salud, de la paz del espíritu y de la felicidad en la vida.
Este abismo oscuro puede, quizá, devorar unos mil Newtons.

¿Una QcometriJ o mas? j 9

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S.>"l·E~.-l.,!.-.:1 (;('(•~:,·:1y. 0.-iw r l'\1l>H~.1ti()n.'

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La respuesta de Gauss no se hizo esperar. En menos de un mes con-
testó con una carta nada tranquilizadora. En una de sus partes le decía:

Respecto a l trabajo de tu h ijo comienzo por decirte, a unque te sorpren-


derás por un mom e nto, qu e s i yo lo a labara, ello co mportaría a labarme a
mí mis mo, porque el contenido completo del trabajo, el camino seguid o
por tu hijo y las conclusiones a las que ll ega, coinciden casi exacta men-
te con mis propias ideas, que han ocupado mi pe nsami ento durante los
pasados treinta o treinta y cinco años. Esto me ha dejado, en efecto, es-
tupe facto ...

Puede comprenderse la decepción de los


Bolyai, tanto del padre como del hijo, pero so-
bre todo la de este, al enterarse de que Gauss
ya conocía al menos las ideas de János. Pero,
¿por qué entonces no había desarrollado y
publicado nada sobre el tema?
La decepción de Bolyai provoca que no
publique nada más. A pesar de ello nos legó
póstumamente del orden de 20 000 páginas
en manuscritos que se encuentran en la bi-
blioteca de Targu-Mures (Rumanía). J anos Bolyai.
Lamentablemente, Bolyai no conoció la
frase que escribió Gauss el 14 de febrero del
1832 en una carta a C. L. Gerling (1788-1864) en la que le decía: «Yo
tengo a este joven geómetra por un genio de primera magnitud».
Casi de forma simultánea, y de manera independiente, los traba-
jos de Bolyai y Gauss coincidieron con los de N. Lobachevski. Sin em-
bargo, Lobachevski ostenta unos cuantos méritos más. Por una parte,
fue el primero que se percató de que el quinto postulado de Euclides
no podía deducirse de las otras proposiciones fundamentales de
la geometría y en atreverse a negar la «verdad evidente» de dicho
postulado. Con su trabajo mostró no solo que el quinto postulado es

¿Una geometria o más? 11

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indemostrable, sino algo aún más importante: que desde un punto de
vista estrictamente lógico, se pueden concebir varias geometrías, en-
tre las que se encuentra la clásica de Euclides. Ahora bien, las ideas de
Lobachevski no fueron aceptadas de inmediato. Unas ideas tan radi-
cales, que chocaban con los prejuicios de casi todos los científicos, n o
encajaron fácilmente como parte de la ciencia. A pesar de el1o, Loba-
chevski las defendió, convencido de que sus trabajos eran correctos,
y no vaciló en luchar contra la mentalidad dominante de la época, a la
que consideraba caduca e incompatible con el progreso de la ciencia.
Veámoslo.
Nicola Lobachevski nació en una pequeña localidad rusa llama-
da Nizhny Novgorod. Su vida parece dar un giro a la edad de 9 años,
cuando ingresó en el centro de estudios más prestigioso de Kazán.
Allí conoció a G. l. Kartashevski, profesor de matemáticas interesado
en las ciencias. Sus lecciones se inspiraban en las obras de los n1ate-
máticos célebres de la época, especialmente en el libro Eléments de
géométrie, de A.M. Legendre, publicado en 1794. El texto de Legendre
y las clases de dicho profesor tuvieron gran influencia en los trabajos
de geometría de Lobachevski.
En 1808 se produce otro hito en la biografía de Lobachevski: ton1ó
posesión de la cátedra de matemáticas de la Universidad de Kazán el
profesor alemán M.F. Bartels (1769-1833), buen matemático, an1igo
de Gauss y excelente comunicador. Parece probable que el interés de
Lobachevski por el problema de las paralelas se viera estin1ulado a
raíz de la asistencia a los cursos impartidos por Bartels.
En 1811, Lobachevski recibió el título de licenciado en Física y
Matemáticas y poco después comenzó a ejercer la docencia en la 111is-
ma universidad. A nivel científico, trabajó en la negación del quinto
postulado de Euclides. La versión de Lobachevski era: «Por un punto
P no situado en la recta/, pasan, en e] plano, más de una recta que no
corta a la recta /.>>
Una de sus principales obras, en la que se muestra este nuevo espí-
ritu geométrico, es el texto GeometJ·ía, escrito en 1823. Los pri1neros

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cinco capítulos se redactan sin utilizar para
nada el famoso quinto postulado. Desde el
punto de vista histórico, este hecho es fun-
damental, ya que es la primera persona que
trata de manera consciente la denominada
«geometría absoluta» (aquella que no depen-
de del quinto postulado, sino únicamente de
los cuatro primeros).
Lobachevski se dio cuenta de que la me-
dida de los ángulos y de los segmentos no
depende del quinto postulado, mientras que Nicolai l. Lobachevski.
la medida de las áreas tiene estrecha relación
con este, motivo por el que el cálculo de áreas
de diversas figuras no se aborda hasta bien avanzado el libro. En el
tratamiento que realiza de la teoría de las paralelas se vislumbran ya
breves trazos de sus ulteriores trabajos y producciones científicas.
A partir de negar el quinto postulado tal como lo interpreta, co-
mienza a deducir resultados con la intención de encontrar alguna con-
tradicción. Curiosamente construye un armonioso edificio geométri-
co que él llama «geometría imaginaria» y que actualmente llamamos
«geometría hiperbólica» o «de Lobachevski». Si bien el texto no llegó
a publicarse hasta años más tarde, fue, sin duda, el germen de sus
posteriores investigaciones en este campo.
A pesar de las severísimas críticas recibidas, siguió trabajando y
profundizando en la teoría de las paralelas. Tres años más tarde, el
11 de febrero de 1826, en una reunión de la facultad físico-matemática,
Lobachevski presentó un informe con la intención de conocer la opi-
nión de sus colegas respecto a sus investigaciones geométricas. Dicho
informe llevaba como título Exposition succincte des príncipes de la géo-
métrie avec une démonstration rigoureuse du théoreme des para/le/es
(1826) y en él se expresaban buena parte de sus innovadoras ideas.
Si bien el trabajo no se editó, conocemos su contenido, ya que
tres años más tarde el mismo Lobachevski publicó en la revista

¿Una geometría o más? 1 13

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El mensajero de Kazán una memoria titulada cerra de ~ r' •
pios de geometría» (1829). Dicha memoria es complej;: -;,· é:~- - -::~
leer, y cuenta con tres partes diferenciadas. La primera se ec
el estudio de la ya mencionada geometría absoluta (er. r~:...:
trata de un resumen de su Geometría presentada el año ~ °22 y ~ ,:::,.
tan mala acogida tuvo). La segunda parte expone el conte:-_:,..: - ¿ =
Exposition succincte ..., y a lo largo de sus muchas páginas se -::;.-:--~
a estudiar y obtener el ángulo de paralelismo, que él lfarr:.::- - r!:'_... - ~
última parte del libro está dedicada a la medida de longitud=::: .;_~ -;-
volúmenes. El estudio se hace mediante procesos de inte¿;. c:..c:~::_ ? =-
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tos para verificar que las operaciones coinciden, lo que le rc::a2::--=- =-
su convicción de que la geometría que estaba edificando e::-e __ =-=
desde un punto de vista lógico.
Lobachevski escribe:

El poco éxito de los intentos realizados desde Euclides me ha.-:


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blecerla es necesaria la ayuda de experimentos, por eje:n. ! . ::;<. - -

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En 1835 publica Geometría imaginaria, al que le sigu e: a::_._ _:_-0

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(1836). La obstinación de Lobachevski le llevó a redactar ·e:: y ~
vez sus trabajos desde diferentes ópticas. Era consciente 'e _...::= _ -
... ... .,. ... .....
escritos no eran sencillos de leer. Su concisión, la ori~· ~-:"-'-- e~
sus planteamientos, las consecuencias derivadas de s
hecho de escribir en contra del pensamiento geométr· e
do (defendido, entre otros, por el filósofo alemán lmma'1
llevó a redactar un tratado crucial: Geometrische Unte _·r
Theorie der Paral/ellinien (1840). Por medio de este libri
alemán la comunidad matemática tomó finalmente r
ideas geométricas de Lobachevski.

14 J Más aHa de Eu::lides

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Esta obra impresionó tanto a Gauss que,
en noviembre de 1842, propuso la candidatu-
ra de Lobachevski para que fuera nombrado
miembro de la Sociedad Científica de Gotinga,
que ya entonces tenía el rango de Academia.
Sin duda, este reconocimiento por parte del
mejor matemático vivo supuso la consagra-
ción de sus teorías.
¿Y por qué ese gran matemático, al que se
suele considerar entre los iniciadores de la geo- J . C. Friedrich Gauss.
metría no-euclídea, no dejó publicación alguna
que nos permita apreciar sus aportaciones a la
nueva geometría?
Sabemos que, en 1798, Gauss vuelve a Brunswick para continuar
allí sus trabajos universitarios. Su único amigo conocido entre los es-
tudiantes fue Farkas Bolyai, con quien mantuvo correspondencia du-
rante muchos años.
Años atrás, en Gotinga, Gauss había estudiado la posibilidad de la
existencia de una geometría no euclídea, convencido de la ineficacia
de las diversas tentativas anteriores para demostrar el postulado de
las paralelas. Pero no es hasta 1813 cuando la desarrolla. En 1831
escribe un ensayo sobre las líneas paralelas, y en una carta dirigida a
H. K. Schumaker (astrónomo alemán, 1780-1850) le dice:

Después de haber meditado durante casi cuarenta años sin escribir nada
me he tomado la molestia al menos de poner por escrito algunas de mis
ideas, con el fin de que no desaparezcan conmigo.

La mayor fuente de información que se tiene al respecto se en-


cuentra en sus anotaciones personales y las cartas que intercambió
a lo largo de más de treinta años con algunos colegas y amigos. En
esta correspondencia discute sus ideas acerca de la posibilidad de
desarrollar una geometría distinta a la euclídea y presenta algunos

¿Una geometría o más? 1 15

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mme11sajero de /(m~á11 una memoria titulada «Acerca cJc lo., princi-
pios de geometría» (1 íl29). Dicha memoria es compleja y difícil de
lec,~ y cuenta con tres parles diferenciadas. La primera se cent ra en
el estudio de la ya mencionada geometría absoluta (en rea lidad, Sé
trata de u11 resumen de su Geometría presentada el año 1823 y qu e
tan mala acogida tuvo). La segunda parte expone el contenido de s u
/:'xposition succincte ... , y a lo largo de sus muchas páginas se dedica
a estudiar y obtener el ángulo de paralelismo, que él llama rr(a). La
última parte del libro está dedicada a la medida de longitudes, áreas y
volúmenes. El estudio se hace mediante procesos de integración. Por
otra parle, muchos de los cálculos los realiza por varios procedim ien-
tos para verificar que las operaciones coinciden, lo que le reafirma en
su convicción de que la geometría que estaba edificando era correcta
desde un punto de vista lógico.
Lobachevski escribe:

El poco éxito de los intentos realizados desde Euclides me han hecho sos-
pechar que la verdad no está contenida solo en los datos, y que para esta-
blecerla es necesaria la ayuda de experimentos, por ejemplo, las observa-
ciones astronómicas, como se realiza en otras leyes de la naturaleza.

En 1835 publica Geometría imaginaria, al que le sigue el año si-


guiente Aplicación de la geometría imaginaria a algunas integrales
(1836). La obstinación de Lobachevski le llevó a redactar una y otra
vez sus trabajos desde diferentes ópticas. Era consciente de que sus
escritos no eran sencillos de leer. Su concisión, la originalidad de
sus planteamientos, las consecuencias derivadas de su teoría y el
hecho de escribir en contra del pensamiento geométrico estableci-
do (defendido, entre otros, por el filósofo alemán Immanuel Kant) le
llevó a redactar un tratado crucial: Geometrische Untersuchungen zur
Theorie der Paral/ellinien (1840). Por medio de este librito escrito en
alemán la comunidad matemática tomó finalmente contacto con las
ideas geométricas de Lobachevski.

14 j Más allá de Euclfdcs

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l

Esta obra impresionó tanto a Gauss que,


en noviembre de 1842, propuso la candidatu-
ra de Lobachevski para que fuera nombrado
miembro de la Sociedad Científica de Gotinga,
que ya entonces tenía el rango de Academia.
Sin duda, este reconocimiento por parte del
mejor matemático vivo supuso la consagra-
ción de sus teorías.
¿Y por qué ese gran matemático, al que se
suele considerar entre los iniciadores de la geo- J . C. Friedrich Gauss.
metría no-euclídea, no dejó publicación alguna
que nos permita apreciar sus aportaciones a la
nueva geometría?
Sabemos que, en 1798, Gauss vuelve a Brunswick para continuar
allí sus trabajos universitarios. Su único amigo conocido entre los es-
tudiantes fue Farkas Bolyai, con quien mantuvo correspondencia du-
rante muchos años.
Años atrás, en Gotinga, Gauss había estudiado la posibilidad de la
existencia de una geometría no euclídea, convencido de la ineficacia
de las diversas tentativas anteriores para demostrar el postulado de
las paralelas. Pero no es hasta 1813 cuando la desarrolla. En 1831
escribe un ensayo sobre las líneas paralelas, y en una carta dirigida a
H. K. Schumaker (astrónomo alemán, 1780-1850) le dice:

Después de haber meditado durante casi cuarenta años sin escribir nad a
me he tomado la molestia al menos de poner por escrito algunas de mis
ideas, con el fin de que no desaparezcan conmigo.

La mayor fuente de información que se tiene al respecto se en-


cuentra en sus anotaciones personales y las cartas que intercambió
a lo largo de más de treinta años con algunos colegas y amigos. En
esta correspondencia discute sus ideas acerca de la posibilidad de
desarrollar una geometría distinta a la euclídea y presenta algunos

¿Una geometría o mas? 15

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resultados. En cierta manera, posee cierta lógica q e e ;;··-:..::.:c.--
nada al respecto, ya que las tendencias de los acadé:::-.Jcos e::~ ~--
ca eran de rango más consen'ador y euclídeo, y él fue ·=
Obser\"atorio Astronómico de 1a Uni ·ersidad a1ema a de G -==:6 , =---=
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ner sus ideas en público.
En una carta e n\iada a Taurinus (1794-1874) e:- .., a- 4. ~
plo, Gauss pide absoluta discreción con las ideas s ob:c geo::::'_ -

La hipótes is de que la suma de los tres ángulo es me::io:- q::e : E@


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pero completamente consis~ente, la cual he d~1. o::a c: a::::.: e - -=--:_ 52-
tisfacción, de manera que puedo resoln~r ruclquier :-- ~ .e=~ .:_ e -=- ~
excepción de la determinación de una constante, q eco :.:_..:e 5 ~ - - -_

nada a priori; cuanto má!- gt aude se torne la co .s'onte cás - ~ =.;:.-=


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esta geometría a la euclidiana; y coincide con ella n .: 2 . • 3
infinitamente grande. Los teoremas de esra geo .et"L
jicos y a1 no iniciado absurdos; pero una pausa ·a y ro-:
revela que no contienen nada imposible e a soluto.
tres ángulos de un triángulo pueden lleFctr a _er ran
se desee, con solo alargar los lados suficientcme, ~e; _in er:: ., _ - · -=-
del triángulo nunca puede pasar de un límite defi ni o, n
se alarguen los lados, ni tampoco alcanz.ario. To i s ~i
descubrir una contradicción, una inconsistencic, en e_
euclidiana han sido vanos, r la única c sa en la qu s 0

concepciones es que si fuese cierta, e.\'.istiria en el es. .,d


lineal, determinada por ella misma (pero de n
Me parece que, a pesar de la verborrea de los filó_
todo, sabemos poco o casi nada, de la naturale"" re, 1

En otra carta que envía a Bessel (1 84-18-16) n l _ •


su ten1or a las reacciones que pudieran pr v car u~ id ;;
la geometría al no ser debidamente comprendid:i:.

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Puede tomar mucho tiempo, antes de que publique mis investigaciones
sobre este tema; en efecto, puede que no sea durante mi vida, pues temo
el aullido de los Beocios ...

Aunque parece ser que siguió trabajando con asiduidad, no se ani-


maba a publicar los resultados que obtenía. Algunas veces se sintió
muy complacido por los avances realizados por otros matemáticos,
especialmente por los de Lobachevski.
Después de 1850, la salud de su corazón se había deteriorado y
debió reducir considerablemente sus actividades. Gauss murió el 23
de febrero de 1855.
La geometría creada por Bolyai, Lobachevski y Gauss es conocida
como hiperbólica. En esta geometría, se suponen válidos los cuatro
primeros axiomas de la geometría de Euclides, mientras que el quinto
es diferente: «Por un punto exterior a una recta pasan infinitas rectas
que no la cortan (paralelas)».
En esa nueva geometría se pueden deducir resultados sorpren-
dentes como:

• La suma de los ángulos interiores de un triángulo es menor que 180º,


pudiendo tomar cualquier valor mayor que Oº y menor que 180º. Si
bien este resultado ya fue enunciado con anterioridad por Saccheri y
Lambert.
• El área de un triángulo es proporcional al número rr menos la
suma de los ángulos interiores. Esto es, el área de un triángulo no
puede superar una constante predeterminada.

A mediados del siglo XIX apareció un nuevo principio general de qué


es lo que se puede entender por geometría. Esta idea fue expuesta por
Riemann (1826-1866) en 1854, en una conferencia titulada «Sobre
las hipótesis que yacen en los fundamentos de la Geometría» (1867).
Riemann fue el pionero de la geometría elíptica, que también negaba
el quinto postulado, pero es un modelo de curvatura constante y con

¿Una geometría o más? j 17

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curva positiva. Sin duda, puede ser considerado el nuevo Euclides, ya
que su contribución no se limita al campo de la geometría. Entre otros,
su estudio sobre la métrica de espacios curvos fue fundamentaJ.
En efecto, con el nacimiento de las geometrías no euclídeas se
planteó la pregunta sobre cuál de las geometrías describe de la mejor
manera posible el mundo físico, y se inició uno de los períodos do-
rados en la interacción entre las matemáticas y la física. En el deba-
te participaron las mejores mentes del siglo XIX: Riemann, Poincaré,
Klein ... hasta el mismo Einstein.
Ahora bien, el hecho de que tanto en la teoría de la relatividad
como en el estudio del núcleo atómico se usen fórmulas y concep-
tos de geometría no euclídea no implica que la geometría euclídea sea
depositada en el «baúl de los recuerdos» ni que ceda protagonismo a
las demás. Como insistiremos a lo largo del libro, la geometría euclí-
dea quizá es más visible en el quehacer cotidiano, pero convive con
las demás. En porciones pequeñas de superficies (tanto de la pseu-
doesfera como de la esfera) la geometría euclídea y sus resultados se
asemejan a la hiperbólica y la elíptica.

§
La clasificación de las geometrías en tres tipos se debe a Klein (1849-
1925) y a Cayley (1821-1895), que las bautizaron como «hiperbóli-
ca» o «Lobachevski», «elíptica» o «riemanniana», y «parabólica» o
«euclídea».
En el texto se debaten las consideradas «otras geometrías». Los
capítulos 1 y 2 repasan las geometrías no euclídeas que resultan de
la negación del quinto postulado. En el último capítulo, se repasa la
geometría «euclídea» que resulta de utilizar la métrica taxicab, donde
por un punto exterior a una recta pasa una paralela, pero esas parale-
las, como veremos, están torcidas.

} Más a!lá de Euclides

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