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IMPRESIONES 3D PARA MEJORAR EL SISTEMA DE SALUD

Castrejón de la Cruz, Raúl

Gutiérrez Valera, María Nela

En un mundo donde la tecnología progresa a ritmo vertiginoso, la medicina es una de las


ciencias madre que busca potenciar la salud y el bienestar de las personas mediante la
prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades. No obstante, uno de los grandes
desafíos que afronta la medicina es la escasez de órganos y tejidos disponibles para trasplantes,
lo que limita las opciones terapéuticas para muchos pacientes en estadios terminales de su salud.
Ante esta situación, surge una tecnología innovadora que podría revolucionar el campo de la
medicina: la bioimpresión 3D. Esta, es un proceso que consiste en crear estructuras biológicas
tridimensionales a partir de células, biomateriales y factores de crecimiento (Torres, et al.,
2021). Posee múltiples aplicaciones en el campo de la medicina regenerativa, la ingeniería de
tejidos y la investigación biomédica, ya que permite fabricar órganos y tejidos artificiales que
pueden sustituir o restaurar los que estuvieran deteriorados o enfermos (Aranda, 2020). Llega a
presentar ventajas y desventajas que deben ser evaluadas antes de su implementación. Entre las
ventajas se encuentran la posibilidad de suplir la escasez de órganos, el enfoque rentable, la
mayor precisión y la disminución de la matanza de animales (Juárez, et al., 2018). Entre las
desventajas se encuentran la necesidad de biotintas de baja viscosidad, la emisión de productos
químicos nocivos, las dudas de precisión en la colocación de gotas y los riesgos de seguridad
(Torres, et al., 2021).En este sentido consideramos que la impresión 3D de órganos y tejidos
mejora el campo de la medicina al posibilitar la creación de órganos o tejidos funcionales y
personalizados.

La bioimpresión tridimensional es un proceso de ingeniería tisular que produce implantes


biológicos a la medida de cada individuo. Al igual que una industria de recambios puede
elaborar componentes que se adecuen a las especificaciones y demandas de cada vehículo, la
bioimpresión tridimensional puede generar estructuras biológicas que se ajusten a las
características y necesidades de cada paciente. Para ello, se emplea biotintas, que son
combinaciones de células, biomateriales y factores de crecimiento, que se depositan estrato por
estrato siguiendo un diseño informático. (Juárez, et al., 2018). De este modo, la bioimpresión
tridimensional permite generar estructuras biológicas análogas a las naturales, respetando la
morfología, la función y la viabilidad de las células. Además, se llega a reproducir la
complejidad y la heterogeneidad de los tejidos y órganos humanos, así como sus propiedades
mecánicas, biológicas y químicas. (Bazán, 2023). Esto implica que la bioimpresión
tridimensional puede crear órganos o tejidos que se integren mejor al organismo receptor,
evitando problemas de rechazo o incompatibilidad. (Torres, 2020).
Por lo tanto, la impresión tridimensional ofrece soluciones personalizadas y eficientes para los
pacientes que requieren trasplantes o regeneración de tejidos.

Si los programas de formación académica de los estudiantes de medicina pusieran más énfasis
en la bioimpresión 3D, contribuirían a una mejor formación de los futuros médicos. Según
Juárez, et al. (2018), la bioimpresión 3d permitiría a los estudiantes de medicina aprender sobre
la anatomía, la fisiología y la patología de los órganos y tejidos humanos de una manera más
práctica y realista. es crucial para el diagnóstico y tratamiento efectivos de las enfermedades.
Además, se les brindaría a los estudiantes la oportunidad de desarrollar habilidades y
competencias en el uso de tecnologías innovadoras y de vanguardia, habilidades que son cada
vez más importantes en el campo médico. La participación en proyectos de investigación
biomédica también es un beneficio importante, ya que los estudiantes pueden contribuir al
avance del conocimiento científico y al desarrollo de nuevas soluciones médicas, beneficiando a
la sociedad en general. Finalmente, se facilitaría la comprensión y la aplicación de los principios
de la medicina regenerativa, la ingeniería de tejidos y la terapia celular (Juárez, et al., 2018),
campos de estudio prometedores que tienen el potencial de cambiar la forma en que se tratan
muchas enfermedades. Por lo tanto, llega a ser una inversión que vale la pena considerar para
las instituciones enfocadas en la formación médica.

Según Instituto de Medicina Regenerativa de Wake Forest la impresión 3D de órganos y tejidos


humanos es una tecnología que facilita la realización de cirugías complejas y delicadas, al
ofrecer múltiples beneficios para el campo quirúrgico. Por un lado, permite generar modelos
tridimensionales que sirven para analizar la fisiología, patología y la respuesta terapéutica de los
órganos y tejidos, lo que mejora el diagnóstico, la planificación y la simulación de la
intervención, reduciendo los riesgos y las incertidumbres (Pekkan, 2015, citado por Juárez et al.,
2018). De esta manera los cambios dentro del procedimiento quirúrgico beneficiaran a todos los
pacientes obteniendo resultados notables. Esta tecnología llega a ser una herramienta valiosa
para la educación médica, la investigación biomédica y la ingeniería de tejidos (Aranda, 2020).
Llegando a producir implantes y prótesis personalizados que se adaptan al defecto o la lesión a
tratar incrementando la precisión, la eficacia y la seguridad de la operación. Se llega a evitar el
uso de materiales sintéticos o de donantes que pueden provocar rechazo o incompatibilidad (Loo
Gil, 2021). De esta manera permite emplear materiales biocompatibles y bioactivos que
favorecen la integración y la regeneración del tejido, lo que disminuye las complicaciones, las
infecciones y los efectos secundarios, al estimular el crecimiento celular y la vascularización.
Llegando a ser una alternativa terapéutica que puede mejorar la calidad de vida de los pacientes
que sufren enfermedades crónicas o degenerativas.
En otra perspectiva la bioimpresión 3D es una tecnología que es capaz de mejorar la salud y el
bienestar de las personas, pero conlleva graves riesgos y problemas éticos, sociales y legales.
Según Bazán (2023), el uso de células humanas y animales plantea cuestiones sobre el origen, la
propiedad, el consentimiento y el destino de las mismas, lo que puede vulnerar los derechos de
los donantes, los receptores involucrados. Además, puede crear expectativas excesivas o falsas
sobre sus beneficios y aplicaciones, lo que puede conducir a la decepción, la frustración y el
abuso de esta tecnología. Se requiere una regulación adecuada y armonizada que garantice la
seguridad y la calidad de los productos y servicios de esta tecnología, pero esta regulación es
difícil de establecer y hacer cumplir, dada la complejidad y la diversidad de los aspectos
involucrados, de todos los trasplantes en el mundo 5% y 10% se realizan bajo alguna forma de
comercialización, lo que equivale a unos 10,000 trasplantes al año (Park 2016, citado por Yang
Lee et al., 2018). Por último, la bioimpresión 3D tiene también desventajas técnicas, como la
necesidad de biotintas de baja viscosidad, la emisión de productos químicos nocivos y las dudas
de precisión en la vascularización, que pueden comprometer la viabilidad y la funcionalidad de
los tejidos impresos. Como se demuestra anteriormente, existen autores los cuales defienden que
la bioimpresión 3D planteando oportunidades para mejorar la salud y el bienestar de las
personas, siempre que se realice con criterios científicos, éticos y sociales. Por lo tanto, la
bioimpresión 3D es una tecnología que, a pesar de los obstáculos y desafíos que presenta, tiene
también un gran potencial para el beneficio de la humanidad.

En definitiva, la impresión de órganos y tejidos representa una revolución en la medicina, que


abre nuevas posibilidades para mejorar la salud y el bienestar de las personas. Esta tecnología,
según Aranda (2020), es un tema de creciente interés en la medicina, que requiere de un mayor
estudio debido a la complejidad. Permite estudiar y crear estructuras biológicas similares a las
naturales, respetando la forma, función y viabilidad de las células, lo que contribuye a una mejor
atención sanitaria. Además, permite avances significativos en la investigación biomédica,
ofreciendo módulos tridimensionales y personalizados de órganos y tejidos humanos, que
facilitan el estudio de fármacos y la realización de ensayos clínicos. Por último, esta tecnología
requiere el dominio de principios éticos, que guían el buen actuar de los profesionales de salud
(Bazán, 2023). Por todo ello, se puede afirmar que la bioimpresión 3D mejora el campo de la
medicina al posibilitar la creación de órganos o tejidos funcionales y personalizados, que se
adaptan a las necesidades y características de cada individuo
REÏERENCIAS

Aranda, M. (2020). Un cambio en los paradigmas de los sistemas de salud, la


tecnología 3D. Revista Peruana de Investigación en Salud, 4(3), 121-126.
https://doi.org/10.35839/repis.4.3.685

Bazán, S. (2023). Impresión 3D de órganos, la próxima frontera. Bitácora Digital,


2(6),15-17.
https://rapositorioslatinoamericanos.uchile.cl/handle/2250/6295014

Juárez, C., Olivos M., Solís,L., Bermúdez, S., Drag,O., Ibarra, B., & Clemente. (2018).
Uso y aplicación de la tecnología de impresión y bioimpresión 3D en
medicina. Revista de la Facultad de Medicina (México), 61(6), 43-51.
https://doi.org/10.22201.fm.24484865e.2018.61.6.07

Palacios, N. (2023). LA NUEVA SALVACIÓN: IMPRESIÓN 3D DE ÓRGANOS. Revista de


la Facultad de Ingeniería Universidad de Anáhuac, (33), 14–16.
https://revistas.anahuac.mx/index.php/masciencia/article/view/2094

Torres, G. A, et al. (2021). Perspectivas de la implementación de Bio-Impresión 3D en


el sector médico de tejido de piel en Colombia [Trabajo de grado, Universidad
EAN]. Recuperado de: http://hdl.handle.net/10882/11430

Torres, M. (2020). Bioimpresoras:una solución e corto plazo. Revista Neuronum,


6(1), 169-172.
https://eduneuro.comfrevista/index.php/revistaneuronum/article/view/229

Yang-Lee, I., Salas, F., Pomares, G., Ramos, F., Godfrey, M., & Mora, J. (2018).
Bioimpresión de órganos y tejidos en tercera dimensión: técnicas, aplicaciones
y limitaciones. Revista Tecnología en Marcha, 31(3), 42-49.
https://doi.org/10.18845/tm.v31i3.3900

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