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hacienda pública
cultades financieras del rey, y en 1640 recurrió al desesperado arbitrio como condición para su validez legal. Los colonos se opusieron a estas
de comprar a crédito un cargamento de pimienta, que acababa de lle- exacciones por razón de que no estaban representados en el Parlamen-
gar en los navíos de la Compañía Financiera de las Indias Orientales, y to británico y, por tanto, no habían consentido en tales impuestos. Una
venderlo barato para obtener dinero.8 La culminación de esta con- asamblea de representantes de las colonias, que se reunió en Nueva
tienda fue una guerra civil en la que el rey fue vencido, encarcelado York en 1765, protestó contra la stamp act, la cual mostraba una ten-
y decapitado. dencia a desconocer sus derechos y libertades 18
El Bill of Rights (Carta de derechos) de 1698. Cuarenta años des- La protesta de los colonos tenía precedentes en Inglaterra y obtuvo
pués de este fatal desastre de los Estuardos, Jacobo II, el último rey de el apoyo de muchos simpatizantes en el Parlamento. La stamp act
esta dinastía que ocupó el trono de Inglaterra, incurrió en el desagra- fue derogada, a pesar de la resistencia del rey Jorge y de los tories,
do de sus súbditos y fue depuesto por el Parlamento. Le sucedió su o conservadores británicos. Pero la cuestión volvió a surgir cuando el
sobrino, Guillermo de Orange, quien aceptó el Bit! of Rights, en 1698. Parlamento británico impuso ciertos derechos aduanales al comercio
Este importante documento incluía, entre sus disposiciones, "que la de América, incluyendo la importación de té. Con excepción de este
exacción de dinero por o para el uso de la Corona, con fundamento último, esos derechos aduanales fueron derogados al cabo de tres años.
en prerrogativas, sin la aprobación del Parlamento, por más tiempo o El sostener la vigencia del impuesto sobre el té tenía por objeto, más
de oirá manera que como se aprobare, es ilegal", Habiéndose rati- que la obtención de ingresos, el apaciguamiento del rey. Si no hubiera
ficado este principio, y ya con fuerza de ley, el Bill puso fin a un tur- sido más que por este derecho aduanal, los colonos habrían depuesto
bulento capítulo de la historia constitucional de Inglatrera. El prin- totalmente su actitud de desagrado. Pero el té estaba destinado a des-
cipio no fue nunca seriamente discutido, excepto por lo tocairte a las empeñar un importante papel en la historia norteamericana por otra
cOlonias, y entonces, no sólo el rey, sino también el Parlamento, se razón todavía. El comercio del té se había convertido en un monopolio,
opusieron a extender su aplicación a sus posesiones del exterior. de que era concesionaria la Compañía de las Indias Orientales. Esto
amenazaba de ruina un jugoso negocio, tanto de los contrabandis-
tas, como de los que legalmente comerciaban con el té en las colonias.
La imposición fiscal y la revolución Fresca todavía en la memoria la legislación aduanera del Parlamento,
norteamericano no se necesitó mucho tiempo para que estallase la ira de los colonos. La
oposición a esta medida culminó pronto en el famoso Boston tea
Al terminar la Guerra de los Siete Arios (conocida en la historia party, conocido por la Matanza de Boston, que contribuyó no poco
tlorteamericana como guerra francesa e india) tuvo Inglaterra necesi- a precipitar la revolución norteamericana."
dad apremiante de aumentar sus ingresos para hacer frente a los gastos
ocasionados. Jorge III y su Parlamento trataron de cobrar para este
fin ciertos impuestos a los colonos y con cargo a su comercio Los La imposición fiscal y la revolución francesa
partidarios de esta política alegaban que no era más que natural el La revolución norteamericana causó una honda impresión a los
que los colonos contribuyesen con algo para su defensa, incluyendo franceses, descontentos con las condiciones de vida que les imponía
la deuda que se había acrecentado a consecuencia de la reciente gue- la clase dominante. La situación económica de las masas durante el
rra. Por lo tanto, el Parlamento aprobó la stamp act o Ley del timbre,
ancien régime, debida en parte a las onerosas exacciones a que estaban
que obliga a los colonos a comprar estampillas del gobierno británico sujetas, era de extrema pobreza. Si justificado estaba el descontento
para adherirlas a sus arrendamientos, escrituras y otros documentos, de los colonos ainericanos, más lo estaba todavía el del pueblo francés,
pues éste sufría el más insoportable sistema fiscal de todos los tiempos. La característica más objetable de este impuesto era la manera
Los franceses no habían logrado el derecho constitucional de no sopor- como se administraba. Los recaudadores, tanto porque eran ignoran-
tar impuestos sin el consentimiento nacional. En Inglaterra, se había tes cuanto porque se les obligaba a ello, aplicaban arbitrariamente los
logrado vencer en la lucha contra el poder arbitrario del rey, gracias métodos de clasificación. La simple apariencia era su base principal
no solamente a la masa común del pueblo, sino también a los nobles. para evaluar la renta. Por tanto, la resistencia tomaba muchas veces
Pero éstos tenían en Francia menos motivos para hacer causa común la forma de una pobreza simulada. Así, Rousseau, el eminente filósofo
con el pueblo, ya que ellos, lo mismo que el clero, estaban exentos del francés, relata su visita a la casa de un campesino donde se había de-
pago de tributos; los primeros, por cuanto sus deberes se limitaban tenido para pedir que le dieran de comer. Al principio, su huésped
a tener que combatir por el rey, y respecto al clero, porque no podía el le ofreció únicamente pan de centeno y leche desnatada, diciendo que
Estado inmiscuirse en lo que estaba consagrado a Dios. era aquello lo único que tenía. Convencido al fin de que su visitante
El sistema impositivo antes de la Revolución francesa. Con sólo pa- no era un espía del gobierno, el campesino abrió .1a despensa y sacó
sar la vista por algunas de las más importantes exacciones que había jamón, buen pan de trigo, una tortilla y una botella de vino. El cam-
de pagar el pueblo francés antes: de la revolución, se puede observar, pesino escondía sus pertenencias, según dijo a su huésped, a causa de
en primer término, que tenía que sostener a dos "soberanos", el rey la taille, pues temía quedarse arruinado por los impuestos, si los fun-
y la iglesia, ambos costosos. La Iglesia cobraba el diezmo, que había cionarios llegaban a tener una idea de que no estaba muriéndose de
consistido inicialmente en un donativo voluntario de la décima parte hambre.I6
de los productos obtenidos por cada ciudadano; pero que ya en tiem- Al extremo de este sistema de impuestos directos en la Francia
pos muy antiguos de la historia de Francia se había convertido en una de antes de la revolución, había otro e igualmente objetable grupo de
contribución forzosa, no sólo en aquel país, sino en toda Europa.12 impuestos indirectos. Durante el anden régime, hubo de soportar
Mucho más importantes que el diezmo eran los tributos que había Francia la calamidad de un minucioso sistema aduanal que se aplicaba
que pagar al rey. Quizá el más conocido de todos era la taille, uno de no sólo en las fronteras del país, sino también en los límites de las
los muchos que tenían su origen en la época feudal. Lo mismo que el provincias, y aun de las ciudades. No era tarea fácil su administración,
tallage inglés, fue primeramente un tributo que habían de pagar los caracterizada por el matute en gran escala, con severas penas para
cultivadores de la tierra, basado en sus supuestas utilidades, que eran los infractores capturados. Había también sisas sobre el tabaco (mo-
estimadas por el valor de sus propiedades agrícolas. Pero mientras nopolizado por el Estado), vinos y sidras. El más temido de los im-
que el ta//age, como tal, terminó en el siglo xiv, la taille se convirtió
en un impuesto anual permanente en 1439.13 Se suponía que era un 16 Edward I. Lowel, The Eva of the French Revolution, Boston: Hough-
impuesto general, más lo cierto es que los nobles y el clero, y hasta ton Mifflin Company, 1892, pág. 216. También H. A. Taine, The Ancient Re-
gime, Nueva York: Henry Holt and Company, 1876, pág. 354-357.
algunos burgueses ricos, estaban exentos»; "Este tributo, además,
El sistema del impuesto directo fue completado, de cuando en cuando,
escribe Adam Smith, deshonra a quien está sujeto a él y lo degrada con el impuesto sobre la renta, que en 1749 llegó a ser un tributo perma-
por debajo, no sólo del rango de un caballero, sino del de un burgués, nente hasta la revolución. Se denominaba el vingtiéme, o vigésimo, porque
y quien arrienda las tierras de otro queda sujeto a él. Ningún caballe: se suponía que correspondía a una Vigésima parte de la renta del contri-
ro, ni aun ningún burgués propietario, se sometería a esta degra- buyente. Pero estaba mal administrado; se convertía en una exacción ab-
dación." 15 surda, que habitualmente habían de soportar los que menos capacidad de
pago tenían. La capitación o impuesto per capita, graduado de acuerdo
con veintidós clases de impuestos, estaba sujeta a las mismas críticas; E. R.
12 Palgrave's Dictionary of Political Economy, Londres: The Macmillan
A. Seligman, The Income Tax, 2a. edic., Nueva York: The Macmillan Com-
Company, 1926, vol. III, págs. 543-546. pany, págs. 50-53.
13 Stephen Dowell, History of Taxation and Tares in England, Londres: La corvée exigía el trabajo forzoso en las carreteras. Como servicio al
Longmans, Green and Company, 1888, vol I, págs. 39-58; E. R. A. Seligman, Estado, no estaba basado en ninguna ley general, pero se imponía por los
Essays in Taxation, 10a. edic., Nueva York: The Macmillan Company, 1925,
funcionarios militares y civiles del rey. Esta imposición se limitaba casi
págs. 43-44.
exclusivamente a los campesinos y era uno de los tributos más odiosos
14 /bid., págs. 50-51.
antes de la revolución. Lo suprimió el rey en 1793. Lowell, op. cit., págs.
15 The Wealth of Nations, págs. 370, 805-806. 226-227.
858 Apéndice Desenvolvimiento de la hacienda pública 859
puestos indirectos era la gabelle, o tributo sobre la sal. La tarifa era además de eso, se hubieron de someter a un esfuerzo excesivo a causa
más elevada en unos distritos que en otros, siendo habitual el matute de las deudas contraídas para financiar los déficits en que anualmente
de las provincias con tarifa baja a aquellas que la tenían más alta. Y se incurría. Por fin, llegó un momento en que el rey ya no pudo tomar
por si no fuera suficiente la exigencia fisiológica, había una ley que dinero prestado y, debido a la excitación popular, no le fue posible
obligaba a todo hombre, mujer y niño de más de siete años a con- aumentar más los impuestos. No le quedó más remedio que consentir
sumir siete libras de sal anualmente.17 en convocar los antiguos Estados Generales, los que, una vez reuni-
Toda época vive más intensamente sus propios problemas. El con- dos, se proclamaron ellos mismos Asamblea Nacional y comenzaron
tribuyente, viva en la época en que viva, suele estar convencido de a tomar una serie de medidas encaminadas a lograr que todos los
que su generación es la que ha sido gravada con exacciones más one- asuntos públicos quedasen en sus manos. Una de sus primeras actua-
rosas. Si alguna vez ha sido justificado este aserto, fue ciertamente ciones consistió en hacer saber que ningún impuesto sería válido sin
en la Francia prerrevolucionaria. No hay información auténtica relativa la autorización de la Asamblea. Pronto se suprimieron las aduanas in-
al total de la carga que, por razón de impuestos, había de soportar teriores y los privilegios de las clases libres de impuestos. Fue abolido
el pueblo francés. El historiador frances Taine estimó que el con- el impuesto sobre la sal. Sin embargo, continuaron durante largo tiem-
junto combinado de todas las exacciones por pago de tributos y cum- po las finanzas francesas caracterizándose por su enorme confusión,
plimiento de deberes feudales se llevaba el 81 por ciento del escaso administración falta de competencia y fondos insuficientes. En rea-
ingreso de los campesinos.18 Algunos historiadores ponen en duda esta
lidad hasta al advenimiento de Napoleón y su idónea administración
cifra, si bien su único argumento es el de que no habría sido posi-
no se implantó nada parecido a un sistema financiero adecuado y
ble vivir con la quinta parte de la producción de un labriego.18 Pero es
racional.»
evidente que los impuestos absorbían la mayor parte de las ganancias
de los pobres, cuya paciencia no podía menos que agotarse. El estalli-
do de la revolución en 1789 fue, en gran parte, una prueba de la deses-
LA IMPOSICIÓN FISCAL EN LOS PRIMEROS
peración a que habían llegado las clases desprovistas de lo necesario a
causa del sistema impositivo del ancien régime. TIEMPOS DE LA HISTORIA DE LOS
Abolición de los antiguos impuestos. El inmediato desencadena- ESTADOS UNIDOS
miento de la Revolución francesa se debió a la insolencia de los nobles
y del clero; pero de gran importancia entre sus causas remotas fueron Los impuestos y la Constitución federal
los impuestos y las dificultades financieras de la casa real. En vano
Turgot, uno de los ministros de hacienda capaLes que tuvo Luis XVI Las colonias de América estaban mal preparadas para financiar la
se esforzó por mejorar la situación. Los gastos lel rey con su corte revolución norteamericana. No se había desarrrollado ningún sistema
continuaron siendo sumamente exorbitantes. Las finanzas nacionales, nacional de imposición fiscal, y el Congreso Continental se vio obli-
gado a atenerse, para obtener ingresos, a una combinación de coopera-
17 ¡bid., págs. 222-225. ciones forzosas, exacciones a los estados (sin contar con un mecanismo
18 Op. Cit., págs. 412-413. Compárese, por ejemplo, el régimen fiscal en
Palestiña, en tiempos de Cristo, estimado conservadoramente en el 40 por adecuado para su ejecución), subsidios extranjeros y empréstitos in-
ciento de un ingreso muy pequeño. Los romanos, entre otras exacciones, teriores y exteriores.21 De hecho, a no ser por la ayuda últimamente
tenían impuestos sobre el agua, la carne, la sal, los caminos y las casas, y mencionada, especialmente por parte de Francia, difícilmente habría
usaban el llamado sistema agrícola de recaudación, de donde viene el térmi- podido llevarse la guerra a una conclusión satisfactoria. Cuando fi-
no "publicano", casi sinónimo de "ladrón". Además, la mayor parte de• nalmente se hubo proclamado la independencia, la Unión trató, sin
aquellos impuestos no sólo eran cobrados por una autoridad extranjera,
sino que se enviaban a Roma como tributo. Véase Sir Josiah Stamp, lograrlo, de funcionar como un gobierno centralizado bajo los artícu-
Christianity and Econonúcs, Nueva York: The Macmillan Company, 1938,
páginas 15-16. 20 Leo Gershoy, The French Revolution and Napoleon, Nueva York:
19 J. M. Perkins, France under Louis XV, Boston: Houghton Mifflin Appleton-Century Crofts, 1933, págs. 97106, 153-160, 459-462.
Company, 1897, vol. I, pág. 43. También Lowel, op. cit., pág. 228. 21 Shultz y Caine, Financial Development of the United Sudes, págs. 47-48.
860 Apéndice
Desenvolvimiento de la hacienda pública 861
22 Su única fuente de ingresos, aparte los empréstitos, eran las requisas un ambicioso programa de gastos públicos para aquel periodo. A más de
en los estados en proporción al valor de sus tierras y mejoras. No podía asumir y pagar las deudas públicas pensó en robustecer al gobierno ná-
implantarse ninguna tarifa aduanera nacional sin una enmienda de los cional organizando cierta fuerza militar. A fin de apoyar el programa finan-
Artículos, lo cual a su vez requería el consentimiento unánime de los esta- ciero se aprobaron varias sisas, fijando un impuesto sobre el whisky y lo
dos, con el que, desde luego, no podía contarse. Las requisas intentadas que tenía cierta semejanza con un impuesto sobre la propiedad personal
fueron consideradas por los estados como contribuciones voluntarias, y al gravarse los carruajes. La sisa tropezó con fuerte oposición. Sus con-
eran pagadas sólo parcialmente. El gobierno de la Confederación no logró trarios alegaban que el whisky no era un lujo, sino una necesidad del hom-
nunca equilibrar sus presupuestos, y los pagos de capital e intereses a que bre pobre. Esta oposición llegó a tomar las proporciones de una abierta
obligaba su deuda, muy cuantiosa, fueron incumplidos o consolidados. rebelión en la Pensilvania occidental, y el presidente Washington se vio
!bid., págs. 72-74; también D. R. Dewey, Financial History of the United obligado a enviar un pequeño ejército para asegurar, el cumplimiento.
States, Nueva York: Longmans, Green and Company, 1928, págs. 45-50. Shultz y Caine, op. cit., págs. 104-111.
23 Shultz y Caine, op cit., págs. 91-103. 26 El sur estaba convencido de que la tarifa aduanal era un medio de
24 El debate del Congreso sobre la Ley Madison en la Cámara de Re- gravarlos a ellos en beneficio del norte. Por entonces se puso de manifies-
presentantes —medida muy moderada que se basaba en un derecho del cinco to que el sur se dedicaba al cultivo del algodón, del arroz y del tabaco, lo
por ciento ad valorem, incluyendo tarifas especiales para licores, melazas, que hacía que su prosperidad dependiese del comercio de exportación y de
vinos, té, pimienta, azúcar, cacao y café— fue un anuncio del lugar de pri- Ja oportunidad de comprar a bajo precio artículos manufacturados. Las
macía que las tarifas aduaneras ocuparían en los asuntos públicos nor- tarifas aduanales representaban para el sur precios más altos por los
teamericanos. productos manufacturados que la gente de dicha región necesitaba comprar.
862 Apéndice Desenvolvimiento de la hacienda pública 863
sultaba demasiado proteccionista y muy desagradable para el Sur.27 Hemos apuntado estas pocas referencias históricas para demos-
Era evidente que los sureños veían- la facultad federal para fijar im- ar el lugar de primacía que la hacienda pública ha ocupado en la
puestos como una amenaza para su libertad tradicional, por la que historia de los Estados Unidos y en la de otros países.
habían combatido y por la que estaban dispuestos a combatir de nue-
vo. Una convención convocada por Carolina del Sur declaró nulas las
DESARROLLO DE LAS INSTITUCIONES DE
leyes aduaneras dé 1828 y 1832 y propuso que cualquier intento para
hacer cumplir la segunda en aquel estado sería una causa de secesión.
HACIENDA PÚBLICA
El gobernador Hamilton reclutó diez mil voluntarios para defender No puede darse una visión muy clara de la evolución experimen-
esta posición. El Presidente Jackson escribió al recaudador de Char- tada en la historia de los impuestos y los gastos públicos. La mayor
leston diciéndole que las leyes debían cumplirse y amenazó con en- parte de unos y otros, tal como se conocen en el mundo moderno, son
viar cuarenta mil hombres de tropa a Carolina del Sur. Hallándose de origen antiguo. No han sido tantos los cambios producidos en el
los asuntos en tan crítica situación, el Congreso aprobó un plan de sistema impositivo o en los gastos públicos mismos como los que ha
tarifa aduanera transaccional patrocinado por Henry Clay. La nueva sufrido la índole de las instituciones y el conjunto de circunstancias
ley preveía importantes reducciones en las tarifas por un espacio de en que han tenido efecto y a las que se han aplicado. Por ejemplo,
nueVe años. Esto fue aceptado por Carolina del Sur, quedando así se puede sostener que los impuestos sobre el carbón y las lámparas
resuelto un estado de cosas que podía haber conducido a una guerra fueron cosa muy distinta, en los primeros años de la revolución in-
civi1.28 dustrial, de lo que son en una sociedad abundante en recursos que
cuenta con un impresionante aparato de sexvicios que mejoran la con-
27 Calhoun, de Carolina del Sur, sostuvo que era inconstitucional que
dición de la gente pobre.
el Congreso aprobara impuestos para otros fines distintos del de obtener
ingresos. (Véase el capítulo 19, sobre la facultad federal de imponer tribu-
tos para propósitos .no fiscales.) Un áspero debate entre los senadores El mundo antiguo
Hayne,de Carolina del Sur, y Webster, de Massachusetts, resucitó toda la
cuestión relativa a la pugna entre las facultades federales y las estatales. Gastos públicos. En toda sociedad organizada, desde sus primeros
is Shannon, op. cit., págs. 223-236. tiempos, ha sido función primordial del gobierno proteger al pueblo
Inmediatamente después de la guerra civil, siguió un periodo de tarifas de una invasión extranjera. Esto incluye, desde luego, estar prepara-
aduanales sumamente proteccionistas, y este asunto se agudizó de nuevo
do para poder agredir a los demás. La función gubernamental que
durante la administración de Cleveland. Con un jugoso superávit en el
Tesoro federal —94 000 000 de dólares para el año fiscal de 1886— Cleveland sigue en categoría ha sido la conservación de la paz interior, del or-
denunció los derechos aduanales como una "extorsión cruel" Dedicó a den y de la seguridad y la administración de justicia. La tercera fun-
este tema todo su mensaje de 1887, declarando que los argumentos teóricos ción, ejercida actualmente por tan sólo unos pocos estados, ha sido
en favor de los derechos de aduana —tales como el que éstos hacen subir el sostenimiento de una religión estatal. En algunos. en que la Iglesia
los salarios en la industria interior, proporcionan dinero, crean un mercado está separada del estado, de todos modos aquélla ha solido tener su
interior, y hacen al país independiente de las naciones extranjeras— eran propio financiamiento con elevadas facultades coercitivas. Una cuarta
inaplicables, ya que "se trata de una condición que se enfrenta a nosotros,
función fue antiguamente el sostenimiento del rey y la casa real, gasto
no a una teoría". En las elecciones de 1888, en las que resultó derrotado,
los derechos aduanales constituyeron un tema de la mayor importancia. éste que llegó a su apogeo con Luis XIV de Francia, cuya corte costaba
Cuando volvió a ocupar el cargo en 1892, propuso de nuevo una reducción probablemente a los franceses como 100 millones, de dólares a más de
en la tarifa aduanal. No fue muy afortunado en su propósito, y hasta que se muchos trabajos obligatorios, y tiene su contrapartida en los gastos
expidió la Ley Underwood de 1913 no aprobó el Congreso una reducción generales del gobierno nacional en nuestros días. Estas cuatro funcio-
substancial en los derechos aduanales. lbíd., págs 577-585, 785-788. nes han sido las más universalmente extendidas. Pero una quinta, la
La segunda administración de Cleveland tiene significado en la historia de las obras públicas, que incluye la construcción de pirámides, cami-
financiera de los Estados Unidos por otra razón todavía. En 1894, aprobó nos, canales, y un sistema postal, también ha estado generalizada.
el Congreso el primer impuesto federal sobre la renta en tiempos de paz,
Egipto hubo de soportar onerosos gravámenes para construir sus
aunque elle no sirviera más que para ser declarado inconstitucional por
la Suprema Corte. pirámides. La antigua Atenas tuvo un programa de obras públicas to-
864 Apéndice Desenvolvimiento de la hacienda pública 865
davía más extenso, con inclusión de fuentes, mercados, gimnasios, mu- romanos eran contrarios a los impuestos directos de cualquier clase,
rallas y fortificaciones. Además, tanto los griegos como los romanos considerándolos como "vejatorios para la dignidad de un ciudadano
asumieron ciertas responsabilidades de beneficencia en favor de sus libre".32 De todos modos, los griegos recurrieron á tales impuestos,
pobres; famosa es la distribución gratuita de granos en Roma. En el en circunstancias excepcionales, y los romanos los cobraban a las pro-
teatro griego, encontramos principios de diversiones públicas, como vincias conquistadas.
también en los festivales religiosos y en el anfiteatro romano. Las El más conocido de los impuestos que nos ha sido legado por los
cloacas romanas constituyeron un rudimentario programa de salubri- antiguos es, desde luego, el impuesto sucesorio, sobre herencias y le-
dad pública. De todos los principales gastos públicos de la época mo- gados. El origen de este impuesto se ha atribuido a Roma, aun cuando
derna, solamente parece que se descuidó la enseñanza o instrucción hay vestigios del mismo en Egipto con muchos siglos de anterioridad.
pública, y aun en este capítulo los griegos dieron educación física en En Roma, era al principio un vigésimo del patrimonio (vicessima
los gimnasios y escuelas de lucha.29 hereditatium); mas en tiempo del emperador Caracalla se dobló la
Formas feudales de tributación o imposición fiscal. Una gran parte tarifa. Se aplicaba a las herencias y a los legados; pero los parientes
de la historia de la humanidad Int . pasado por una u otra forma de or- cercanos y las personas muy pobres estaban exentos. Una característi-
ganización fiscal. Bajo este sistema, que se adapta mejor a una civi- ca interesante de este impuesto era su aspecto no fiscal; gravaba con
lización agrícola, el rey o el gobernante era teóricamente el dueño del el 100 por ciento el caudal relicto de las personas solteras y con el 50
país, si bien retenía solamente una porción en propiedad o dominio por ciento el de los matrimonios sin hijos.33 Se ve claramente que las
personal, de la que recibía una renta en forma de productos. Como- características análogas de los impuestos sobre la renta, y sobre he-
quiera que el rey no podía administrar toda la tierra directamente, rencias de la Alemania y la Italia de los tiempos inmediatamente an-
solía dar una tenencia más o menos limitada a sus soldados o favori- teriores a la guerra no representaban innovación alguna.34
tos, los que, a su vez, tenían sus vasallos, quienes eran dueños de tierras De los otros impuestos directos que conocemos, el personal o de
por ellos. Los poseedores, como nuestros modernos aparceros, com- capitación es de origen muy antiguo. Era conocido en Egipto, donde
partían sus productos con sus señores, a los que debían también prestar se cobraba a la población masculina desde los catorce hasta los sesen-
gratuitamente diversas clases de servicios. Bajo una organización tal, ta y dos años de edad, pero con numerosas excepciones. En Roma, se
el pago de tributos era cosa muy parecida al pago de un alquiler. Este
sistema prevaleció en el antiguo Egipto y en toda Europa (con varian- 32 Alfred Zirnmern,
The Greek Cornmonwealth, Oxford: Imprenta Cla-
tes) durante la Edad Media.313 rendon, 1924, pág. 289.
33 Max West, The Inheritance Taz,
Impuestos directos. Juntamente con esas contribuciones feudales, Nueva York: Imprenta de la Uni-
versidad de Columbia, 1908, págs. 11-15; A. D. Winspear y L. K. Geweke,
muchas de las naciones del mundo antiguo pusieron en práctica sis-
Augustus and the Reconstruction of Roman Govirnment and Society, Uni-
temas más bien complejos para obtener ingresos públicos. El impuesto
versidad de Wisconsin, Estudios sobre ciencias sociales e historia, núm. 24
sobre la producción en bruto (parecido a nuestro moderno impues- 1935, página 161.
to sobre la renta en bruto) estuvo muy extendido, tanto dentro como 34
Los gobiernos primitivos tenían poca necesidad de impuestos directos,
fuera del sistema feudal. Dependía de la cosecha, y se parecía más ya que gravaban con tributos a sus vecinos vencidos y más -débiles. Los
a nuestro impuesto sobre la renta que al impuesto sobre la propiedad. griegos financiaban una buena parte de sus gastos públicos gracias a la
Lo más frecuente era que tales impuestos se pagasen en especie, como generosidad y patriotismo de sus ciudadanos más ricos. "Fue con donati-
vos, escribe el historiador Tucídides, como los atenienses armaron las
ganado, granos, vinos, aceite, miel y fibras textiles.31 Los griegos y los
flotas que durante tanto tiempo dominaron los mares; fue con donativos
29 A. M. Andreades, como organizaron los coros que ejecutaron las danzas y recitaban los
A History of Greek Public Finance, Cambridge, Mass.:
cantos que les enseñaban los poetas." Citado por Zimmern, op cit., pág. 290.
Imprenta de la Universidad de Harvard, 1933, vol. I, págs. 8-14, 114-120;
Tules Toutain, The Economia Life of the Ancient World, Nueva York: Al- Otra de las ricas fuentes de ingresos de que gozaron las antiguas nacio-
fred A. Knopf, 1930, págs. 237-238, 246-247, 256. nes fue la propiedad de bienes públicos. Atenas y unas cuantas otras na-
30 James Henry Breasted, ciones-estados obtuvieron considerable provecho de sus minas. Según un
The Con quest of Civilization, Harper and Row,
Publishers, 1926, pág. 85. historiador, Cartago obtenía casi la mitad de sus ingresos de las minas
31 /bid., págs. 66, 201, 672. que poseía en España, las cuales fueron también, en los últimos años, una
buena fuente de ingresos para Roma. Andreades, op. cit., págs. 268-273.
'866 Apéndice Desenvolvimiento de la hacienda pública 867
cobraba a todos los que se dedicaban a los negocios sin ser ciudadanos sobre la renta neta, quizá la más importante de las exacciones de la
romanos. Aun cuando continuó en forma de impuesto de capitación, época actual, parece no haber sido conocido entonces. El impuesto
andando el tiempo, y en la actualidad, ha tomado la forma de impuesto sobre la producción en bruto tiene mucho en común con nuestro mo-
sobre la propiedad personal.35 derno impuesto sobre la propiedad. Se basaba en los arrendamientos
Impuestos indirectos. Los impuestos tuvieron también buen des- o valores anuales, cosa que también ocurre con los impuestos europeos
arrollo en el mundo antiguo. Probablemente el más viejo de todos es sobre la propiedad hoy en día. Parece que el rendimiento en cada ca-
el de derechos de aduana, que primero apareció en forma de donati- so era la base, más que una apreciación objetiva de avalúo indepen-
vos al rey como precio del permiso para comerciar. Con frecuencia se dientemente de la administración y la fortuna. A este respecto, dicho
impuesto tenía más parecido con el moderno sobre la renta neta.
exigió a los mercaderes que pagasen un impuesto, tanto por las expor-
Aún le encontrarnos más estrecha semejanza con nuestros impuestos
taciones como por las importaciones.36 Estrabón, el geógrafo e histo-
sobre la propiedad hoy en día. Parece que el rendimiento en cada caso
riador griego, en su estudio acerca del comercio egipcio, escribe lo
era la base, más que una apreciación objetiva de avalúo indepen-
siguiente: "Las consignaciones más valiosas (procedentes de la India
de los causantes, no era desconocida en el mundo antiguo, pues ya fue
y Etiopía) se dirigen a Egipto, de donde son a su vez enviadas al resto
aceptada por la democracia ateniense.40
del mundo, de suerte que Egipto percibe por ellas dobles derechos de
Durante la Edad Media, la hacienda pública estuvo estrechamente
aduana, al entrar y al salir; y el importe de tales derechos es fuerte en identificada con el sistema feudal, que ya había conocido el mundo
proporción al valor de las mercancías." 37 antiguo, aunque en éste tuvo menor importancia. Un autor se ha re-
También el impuesto sobre las ventas fue conocido por los anti- ferido a este sistema considerándolo como de finanzas "patrimoniales",
guos. "En Egipto... no había una sola etapa en el trayecto que siguie- diferentes de las "contributivas"» El rey, los duques, condes, barones,
ran las mercancías... del lugar de producción al de consumo, en que obispos y conventos recibían sus ingresos en parte de la tierra que
no interviniese el erario y se llevase cierta proporción del valor de las ellos directamente poseían y en parte de los tributos feudales que ha-
mercancías".38 Asimismo fue ésta una muy productiva fuente de ingre- bían de pagarles sus subordinados. Excepto durante ciertos intervalos
sos para los griegos que, prácticamente, gravaban todas las compras y ciertas circunstancias excepcionales, se contaba con que el rey viviría
y todas las ventas. Para Atenas, principalmente, el impuesto sobre principalmente con las rentas de las propiedades que poseía directa-
las ventas de 'esclavos representó el ingreso de cuantiosas sumas, ya mente. Las excepciones incluían ocasiones tales como su rescate, el
que dicha ciudad fue el principal centro comercial para el tráfico de armar caballero a su primogénito y casar a su hija mayor. Los ingre-
esclavos durante los siglos ni y v.39 sos adicionales que en esas ocasiones solicitaba le eran otorgados (al
menos en Inglaterra) como subsidios o donativos, que resultaban ne-
cesarios muchas veces con motivo de guerras con el extranjero. Aque-
La edad media llos ingresos eran "contributivos", en el sentido de que, tanto los gastos
como los subsidios, dependían de la aprobación de una asamblea re-
Se advertirá que la mayor parte de nuestros modernos impuestos presentativa. El principio del "asentimiento" o aprobación no siempre
fueron implantados antes de la Edad Media. Unicamente el impuesto era reconocido, y esta fue la base de aquella enconada y sostenida
lucha constitucional que hemos resumido más arriba»
Winspear y Geweke, op. cit., pág. 158.
35
Andreades, op, cit., págs. 138-143.
36
37 Citado por Toutain, op. cit., pág. 161.
Egipto, se cobraba una cuota especial por los proyectos de riego, similar
38 Ibíd.
en muchos aspectos, a nuestras contribuciones especiales. lbíd., págs.
38 Andreades, op. cit., págs. 143-145, 281-285. Otras fuentes de ingreso co-
107, 127, 284.
40 Cambridge Ancient History, Nueva York: The Macmillan Company,
nocidas en el mundo antiguo incluyen las licencias y la imposición de con-
tribuciones especiales. Estos dos tipos son de origen antiguo. Muchos de 1927, vol. V., pág. 27.
41 Antonio de Viti de Marco, First Principies of Public Finance, Nueva
los países del mundo grecorromano exigían una cuota de licencia (impuesto
sobre la ocupación) para ciertas actividades de reputación dudosa, señala- York: Harcourt, Brace and World, 1936, pág. 56.
42 El sistema federal de la Edad Media era un instrumento ideal para el
damente los difusores de oráculos, prestidigitadores y prostitutas. En
868 Apéndice Desenvolvimiento de la hacienda pública 869
Ingresos procedentes de los heredades reales. En Inglaterra medie este impuesto, se basaba en una granja de dimensiones suficientes
val, las heredades o tierras solariegas pertenecientes al rey tenían para mantener a una familia. Esto fue substituido, en tiempos de Gui-
enormes extensiones, incluyendo, al mismo tiempo varias ciudades y llermo el Conquistador, por el carucage, cuya base era el carucate o
pueblos, entre ellos la ciudad de Londres. Esta propiedad producía tierra arable —extensión que podía labrarse con un arado y un equi-
un ingreso patrimonial o por alquileres casi suficiente para sus nece- po de ocho bueyes. Poco después, apareció una nueva imposición,
sidades. Sus bosques ofrecían extensos campos de caza para él y sus pero recayó únicamente en los caballeros, como compensación en lu-
amigos y una provisión de caza para la mesa real, a más del ingreso gar de los servicios personales que habían de prestar al rey de acuerdo
que representaban las multas que se imponían a quienes cazasen en con el vasallaje feudal. Esto era el scutage. En sentido estricto, no era
ellos sin el debido permiso. Pero, gradualmente, gran parte de los do-
un impuesto, pero desempeñó un papel principalísimo en la historia
minios reales fueron saliendo del poder de la Corona a través del pro-
de la imposición fiscal; como más antes hemos dicho, fue ésta una de
ceso de concesiones y privilegios.43
las injusticias que se supone haber reparado la Carta Magna.44
Impuestos sobre la tierra y otras propiedades. Los impuestos que
Gradualmente se fue convirtiendo el valor anual (valor en renta) de
primero se conocieron en Inglaterra fueron los que gravaban la tierra
la tierra en la base del impuesto fiscal. Los bienes muebles o propie,
según su extensión, o sea, a tanto por acre, si bien la unidad no era
•dad personal se tasaban por su valor en capital o por un valor anual
entonces el acre, sino el hide.* El hidage, como a veces se denomina
estimado. Durante ciertas etapas, este impuesto sobre la propiedad de
bienes, tanto inmuebles como muebles, tuvo un carácter muy parecido
poder arbitrario. El rey y los barones no tenían obligación alguna de co-
rresponder recíprocainente o quid pro quo por sus ingresos, ya que los a nuestro moderno impuesto sobre la propiedad en general, si bien
recibían por tener derecho a ello. El presupuesto del Estado se mezclaba en ningún momento llegó a ser tan universal en los bienes que com-
con el presupuesto personal del monarca, incluyendo los gastos por criados prendiera. Por lo que respecta a los bienes muebles o propiedad per-
y por conservación y entretenimiento del patrimonio real. A medida que sonal, tropezó con las mismas dificultades de administración con que
el sistema se fue desarrollando, fueron aumentando los gastos públicos tropieza nuestro moderno impuesto. Como indica Seligman, "en la
debido a la prodigalidad de los gobernantes y al ensanchamiento de la
práctica no se evaluaban virtualmente sino las fincas o propiedad
órbita de las necesidades colectivas. Por otra parte, las rentas patrimo-
real, de suerte que pronto pasó a ser un impuesto sobre la tierra".45
niales fueron mermando a causa de la gradual contracción de los dominios
públicos. Esto último era imputable al rey mismo, en parte debido a la ge- Como fuente de ingresos públicos, el impuesto sobre la tierra no podía
nerosidad con que recompensaba a sus favoritos repartiéndoles tierras de bastar para cubrir los gastos cada vez mayores del gobierno nacional
propiedad real, y en parte, a que se Veía obligado a enajenar algunas por- en el siglo xvitt. Con el intento de hallar una fuente más productiva.
ciones para lograr un ingreso inmediato. Esto deparaba circunstancias fue relegado a segundo término. En 1798, se declaró permanente a
propicias a sus vasallos rebeldes, quienes, como ya hemos visto, las apro- determinadas tarifas o tasas y se permitió a los terratenientes pagar-
vecharon las más de las veces. De resultas de ello, fueron imponiéndose
lo a perpetuidad con una cantidad global. Muchos de esos terratenien-
limitaciones al poder absoluto del rey, tanto en Inglaterra como en el con-
tinente. lbíd., págs. 62-65; también May, op. cit., vol. I, cap. IV, y James tes aprovecharon la ocasión, lo cual influyó en su gradual desaparición
Westfall Thompson, Feudal Germany, Chicago: Imprenta de la Universidad como fuente de ingreso nacional británico, aunque un impuesto sobre
de Chicago, 1928, cap. X.
43 DOWCH op. cit., vol. I, págs. 13-15, 50-55; también May, op. cit, vol. I, según las regiones. Parece que en los siglos mi y mit comprendía 120 acres
páginas 225-229. de tierra laborables; pero en tiempos anteriores, al menos en Wessex, se
Las rentas de los reyes se completaban también con muestras de bene- supone que no pasaba de 48 acres. [N. del T.]
volencia, regalos como demostración de lealtad al rey. De hecho, todos los 44 'bid., págs. 8, 34-48.
pagos como contribución a la Corona se consideraban más o menos volun- 45 The Income Tax, 2a. edic., págs. 48-49.
tarios o de "benevolencia", según lo indican las expresiones "subsidios" y Hasta cierto punto, en el esfuerzo para hacer que el impuesto lo com-
"donativos" frecuentemente aplicados a lo que ahora denominaríamos im- prendiera todo, se manifiesta una semejanza con el moderno impuesto so-
puestos. Dowell, op. cit., vol. I. págs. 196-203. bre la renta, ya que incluía como base los sueldos por cargos públicos. Esta
* El acre es una medida de 4047 áreas. El hide equivalía a "tierra fa- característica se observa también en los primitivos sistemas impositivos
miliar". Su extensión no ha podido precisarse con exactitud, pues variaba de Massachusetts y Connecticut.
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