Torrez Samanta - Prof.

de Psicología

Universidad Nacional de Misiones

Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales
“Maestría en Semiótica Discursiva”

"Lugares del decir en las

Seminario:
investigaciones semióticas y discursivas"

Disertantes: Mag. Liliana Daviña – Dra. Carmen Santander

Maestranda: Torrez, Bárbara Samanta

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INTRODUCCIÓN

A un año del crimen de Lieni Itatí Piñeiro, los dos medios gráficos de mayor tirada en Misiones –

Primera Edición y El Territorio- elaboraron artículos en función de dicha circunstancia. Sin

embargo, ambos abordaron la noticia desde enfoques muy diferentes. En este trabajo intentaremos

aproximarnos a un análisis contrastivo de estos dos artículos a la luz de algunas categorías

conceptuales trabajadas durante los seminarios. Así, exploraremos, por ejemplo, cómo se

manifiesta (y si es que lo hace) la noción de hegemonía en los discursos periodísticos desde los

aportes teóricos de Marc Angenot, a la vez también exploraremos en torno la apelación a la

memoria como elemento constitutivo de la identidad cultural, por lo cual nos valdremos de autores

como Marcelino García.

Dentro de las categorías discursivas tendremos en cuenta categorías semióticas como el uso de los

discursos referidos en el texto y exploraremos los actos semióticos a través de los cuales se hace

posible ese “hacer ver algo a alguien” y se le otorga una determinada orientación al discurso

periodístico.

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Todo lo ideológico posee significado1

“Las nuevas formas de comunicación han creado también nuevas oportunidades para la

manipulación simbólica, ya que quienes controlan la producción de símbolos pueden usar su poder

para moldear el material simbólico de acuerdo con sus objetivos e intereses” (Thompson 274).

En torno al crimen de Lieni Itatí Piñeiro se han planteado diferentes versiones, se han dicho muchas

cosas, se han silenciado otras. Su femicidio fue perpetrado el 12 de julio del 2012, desde entonces y

hasta mediados del año 2014 diversos medios de comunicación –principalmente provinciales-

fueron publicando los múltiples vaivenes que se vivían en torno al caso, que si bien aún no se ha

cerrado ni se ha resuelto, ya no “goza” de repercusión mediática.

Nuestro tema de investigación en la tesis rondará en torno a este caso y cómo se representa la

violencia hacia las mujeres en el discurso periodístico de la prensa digital, por lo cual hemos optado

por las publicaciones hechas por los diarios El Territorio y Primera Edición en torno a este evento.

En este trabajo seleccionamos dos artículos de estos diarios que se elaboraron al cumplirse un año

del femicidio de Lieni Piñeiro, e iremos explorando en sus textos la presencia/ausencia de

categorías conceptuales -tales como la noción de hegemonía y la de representación - y categorías

discursivas - semióticas y lingüísticas, como las de discurso referido-, de manera tal que nos ayuden

a reflexionar en torno a cómo se construyen y re-producen los sentidos e imaginarios sociales en

los discursos periodísticos.

Marc Angenot, siguiendo a Bajtin/Volóshinov, afirma que “todo lo que se analiza como signo,

lenguaje y discurso es ideológico [lo que significa que] los tipos de enunciados, la verbalización de

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Voloshinov, Valentín. El estudio de las ideologías y la filosofía del lenguaje pág. 19

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los temas, los modos de estructuración o de composición de los enunciados […] todo eso lleva la

marca de maneras de conocer y de re-presentar lo conocido […] que conllevan apuestas sociales,

manifiestan intereses sociales” (28). Como ya he expresado en un trabajo anterior 2, tanto la prensa

de Primera Edición como la de El Territorio, obedecen a intereses políticos diferentes, y por ello

construyen y transmiten la información a través de discursos que reflejan una trama ideológica

determinada, determinados intereses políticos a los que adhieren y, debido a esta circunstancia, la

noticia del primer aniversario de la muerte de Lieni Piñeiro es redactada de maneras muy diferentes

en ambos periódicos, de manera tal que en sus discursos se refleja -aunque de forma implícita- la

ideología política que privilegian en la actualidad. Exploremos, en primer lugar, el artículo de El

Territorio que el 12 de julio del 2013, al cumplirse exactamente un año de la muerte de Lieni

Piñeiro, publicó un artículo bajo el título: “Se cumple un año del brutal crimen de Lieni Itatí

Piñeiro”; en la volanta se lee en mayúsculas y con letra roja: “EL ÚNICO DETENIDO QUE TUVO

LA CAUSA SE QUITÓ LA VIDA COLGÁNDOSE EN UNA CELDA DE PUERTO IGUAZÚ”, y

en el epígrafe se vuelve a enfatizar sobre este hecho: “El Territorio acompañó la marcha de silencio

que los vecinos y familiares de Taty realizaron hace una año. El mismo día a las 19 se detenía al

único implicado en el crimen, Hernán Céspedes”. Asimismo, en el transcurso del relato se enfatiza

de diversas maneras sobre la autoría de Céspedes en el crimen de Piñeiro, de manera tal que este

hecho se presenta como incuestionable o, al menos, no propicia que pueda ser cuestionado. Esto

difiere del relato de Primera Edición donde Céspedes no sólo no es designado como el autor del

crimen, sino que es representado como probable víctima: “De la conmovedora caminata

participaron familiares de varios crímenes impunes en la provincia, entre ellos los padres de Hernán

Céspedes asesinado según denuncian por la policía de Puerto Iguazú para garantizar el

encubrimiento y la impunidad del femicidio de Tati” (párr. 9). Lo que se enfatiza en el texto

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El trabajo al cual me refiero corresponde al seminario “Operaciones de semiótica práctica” dictado por la Dra. Ana
Camblong en el marco de la Maestría en Semiótica Discursiva.

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periodístico de este diario (Primera Edición) es la posible implicación de “hijos del poder” en el

femicidio de Lieni Piñeiro, así, en unos de sus párrafos señala: “…familiares, amigos, vecinos y

referentes sociales de toda la provincia […] llegaron hasta la localidad para acompañar el reclamo

del esclarecimiento de la causa y la investigación de los “hijos del poder” que están mencionados

por gran parte de la comunidad como responsables del brutal asesinato” (párr.. 7). En este punto nos

parece importante destacar, ante estas disímiles versiones, el papel de la función semiótica la cual

“significa posibilidad de significar (y, por tanto, de comunicar) algo a lo que [quizás] no

corresponde un determinado estado real de los hechos (Eco, Umberto Tratado… 100). Por lo tanto,

a lo que apuntamos aquí no es a reflexionar en torno a la realidad de los hechos o al verdadero autor

del crimen, ya que “el discurso no tiene ninguna responsabilidad con lo real […] lo real no es más

que un código de representación (de significación)” (Barthes, Roland 87), lo que nos interesa es

explorar cómo se re-presenta esta realidad en torno al femicidio de Lieni Piñeiro en estos discursos

periodísticos; cuáles son los enunciados que se utilizan para transmitir determinada significación, a

través de qué recursos estos medios organizan “lo decible -lo narrable y opinable-“ (Angenot, Marc

21) para “influir en la vida política creando opinión” (Eco, Umberto Cinco Escritos 61); y, “desde

el punto de vista ideológico, [plantearnos cómo] la noticia promueve implícitamente las creencias y

opiniones dominantes” (Van Dijk, Teun 124) teniendo en cuenta que “la hegemonía, [como] aquello

que produce lo social como discurso, […] No es propiedad de una clase. Pero como instituye

preeminencias, legitimidades, intereses y valores, naturalmente favorece a quienes están mejor

situados para reconocerse en ella y sacar provecho” (Angenot, Marc 36-37).

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Hacer saber y hacer creer

“El texto debe persuadir, hacer saber y creer, involucrar al sujeto con alma y vida”

(García, Marcelino 146)

Decíamos anteriormente que ambos periódicos atienden a intereses políticos diferentes, por lo que

en las producciones que elaboran de la noticia del primer aniversario de la muerte de Lieni Piñeiro,

se ven reflejados los mismos. De esta manera, por ejemplo, el diario El Territorio destaca, como

habíamos dicho -en el epígrafe que acompaña a una foto en la cual se ve a varias personas

realizando la marcha por el esclarecimiento del femicidio de Lieni Piñeiro a una semana de su

muerte- que: “El Territorio acompañó la marcha de silencio que los vecinos y familiares de Taty

realizaron hace un año”; por su lado, el artículo del diario Primera Edición expresa, citando las

palabras de Rosa González – madre de Lieni- y refiriéndose específicamente a los “periodistas

oficialistas”, que: “Nunca estuvieron cubriendo una marcha, solamente nos difamaron…” (párr. 17).

Teniendo en cuenta que el artículo de Primera Edición se publicó el 16 de julio del 2013, es decir,

cuatro días después de haber sido publicado el artículo de El Territorio, podría inferirse que una

nota es la contestación a la nota periodística del otro periódico; sin embargo, hacer esta deducción

sería caer en una interpretación con tintes subjetivos, lo que sí podemos afirmar, teniendo en cuenta

lo desarrollado y por desarrollar, es que, como bien lo afirma Marc Angenot: “Un debate sólo se

desarrolla apoyándose en una tópica común a los argumentos opuestos […]divergentes y

antagónicos [que] engendran un decible global3 más allá del cual sólo es posible percibir […] lo aún

no dicho” (28). En este sentido, el artículo periodístico de El Territorio presenta insistentemente a

Hernán Céspedes como autor del femicidio de Lieni Piñeiro, no sólo en la volanta y el epígrafe,

sino también en el cuerpo de la nota. Así, la misma comienza haciendo una breve referencia a la

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Las cursivas son originales.

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marcha que se realizaría esa misma tarde “encabezada por la monja Marta Pelloni [en la cual] se

recordará […] el doloroso primer aniversario del atroz crimen de Lieni Itatí Piñeiro...”. El segundo

párrafo describe dramática y detalladamente y a través de la exaltación de adjetivos y sustantivos

que no sólo caracterizan al hecho, sino que además, y por sobre todo, construyen una imagen del

presunto asesino y buscan movilizar a los lectores emocionalmente: “Su victimario la violó de una

manera salvaje, culminando su faena de sangre desgarrándole la garganta hasta que su carótida

estalló” (párr. 2). Unas líneas después se vuelve a hacer referencia a la marcha y se introduce el

nombre de Hernán Céspedes: “La manifestación contará con la participación de familiares del joven

Hernán Céspedes, quien dos días después de ser detenido e imputado por el asesinato, se suicidó

colgándose en una celda...” (párr. 4). De esta manera se entabla una continuidad entre las oraciones

que conlleva a designar a Céspedes como el victimario salvaje4. El siguiente párrafo se encuentra

antecedido por el siguiente subtítulo en negrita: “Contundencia”, la definición que encierra este

término permite “por la pre-suposición de existencia producida por el sintagma que remite a lo que

se va a definir, opacar los contextos de producción del concepto; con ello resultan incuestionables la

validez y la legitimidad de la definición. Las definiciones se incorporan, así, implícitamente al

marco del discurso...” (Arnoux, Elvira Unasur 40). De esta manera se exponen, en el párrafo que

acompaña al para-texto, datos con los cuales se intenta “producir y fijar legitimidades” (Angenot,

Marc 65) en el discurso que persuadan a los lectores de que no existen dudas de la culpabilidad de

Céspedes en el crimen. Para que el argumento resulte verosímil, en el discurso se recurre a figuras y

entidades de autoridad que proporcionen mayor crédito al argumento. Así por ejemplo se enfatiza

que “las pruebas fueron tomadas y corroboradas por los principales forenses de la Justicia

provincial y analizadas en la institución que goza con el mayor prestigio5 en la Argentina en

estudios genéticos, el Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos de Capital Federal…” ( párr. 6).

4
Las cursivas son nuestras.
5
Las cursivas son nuestras.

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Nótese también cómo se intenta reforzar la argumentación a través de los atributos que se asignan

para caracterizar a estas entidades. De todas maneras, el párrafo comienza destacando que “las

pruebas que obran en el expediente son de una contundencia notable en contra de Céspedes. Pese a

ello, parte de su familia asegura que no se quitó la vida sino que fue asesinado a golpes en su lugar

de detención, o al menos inducido a matarse” (párr. 5). El conector adversativo “pese a ello” opone

las dos proposiciones restándole credibilidad a la segunda; a la vez establece una relación de

causalidad entre las proposiciones que conlleva a asociar las “contundentes” pruebas en contra de

Céspedes como posible indicio de su presunto suicidio.

En el último párrafo que sigue al subtítulo “Contundencia”, se destacan aspectos negativos que

rodean a la figura de Céspedes y se resaltan aspectos que son mostrados como positivos acerca de

Lieni Piñeiro pero que de forma implícita denotan los juicios de valores que intentan transmitir, de

esta manera se comenta que “el juez Juan Pablo Fernández Rissi fue inhibido en la investigación

por las amenazas, incluso de muerte, que recibió en sendas protestas […] lideradas por los

familiares de Céspedes”; en cuanto a “Taty 6” se utiliza la voz de un “enunciador genérico”

(Maingueneau cto. en Brunetti 18) –“se trata de una fuente no identificada con nombre y apellido y

que aparece generalmente en plural, en cuyo caso representa una clase o un conjunto” (Brunetti 18)-

que en este caso serían “sus amigos [quienes] la recuerdan como una buena chica, que no se iba con

ningún tipo o cualquier muchacho” (párr. 8). Este “discurso directo” (Brunetti 29) es retomado,

como se afirma en el artículo, de una nota que el diario habría redactado el año anterior; el hecho de

que este fenómeno discursivo sea nuevamente inscripto en el presente, y posicionado como opuesto

a la descripción que se hace del entorno de Céspedes nos indica el posicionamiento que sostiene el

escritor/enunciado ante los hechos y los juicios de valores que maneja e intenta transmitir. No sólo

Hernán Céspedes es representado como una figura peligrosa, sino también sus familiares que

“amenazan, incluso de muerte”; opuestamente se emplea un tratamiento familiar y afectivo de

6
Se cita literalmente como aparece en el texto.

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Lieni Piñeiro al mencionarla por medio de su sobrenombre: “Taty”; y destacar que era “una buena

chica que no se iba con ningún tipo o cualquier muchacho”. En esta última proposición se reflejan

valores patriarcales asumidos como naturales por gran parte de la sociedad. Por lo que, de esta

manera, se puede inferir la posición que se adopta en el artículo ya que “el locutor citante no sólo

refiere para informar de lo dicho o, cuando lo hace, simultáneamente adhiere, refuta, completa, la

palabra ajena” (Bajtín cdo. En Brunetti 21) Y, de esta manera, “la sola selección de determinadas

palabras de un discurso, y no otras, constituye por si misma una manera de orientar la interpretación

de la noticia” (Brunetti 21).

El siguiente párrafo, encabezado por el subtítulo “Muchas dudas” comenta que la marcha será

encabezada por la monja Marta Pelloni e introduce su discurso. Cabe destacar que es sólo en este

párrafo en donde se hace referencia a los “hijos del poder”, sin embargo no se descuenta la

culpabilidad de Céspedes y la caracterización que acompaña al enunciado “hijos del poder”

disminuye su connotación, así el discurso que se decide plasmar de la monja Marta Pelloni expresa:

“…la muerte de este chico (Céspedes) nos hace pensar que en el crimen de esta chica pudieron

haber participado más jóvenes, hijos del poder, chicos fiesteros como dicen…” En esta selección

enunciativa también es posible observar una posición editorial en cuanto al hecho, ya que en esta

cita se representan a todos los protagonistas como “chicos”, se ubica tanto a Lieni: “esta chica” y a

Céspedes: “este chico”, como a los “hijos del poder”: “chicos fiesteros” en un mismo nivel, de

manera tal que la representación que se transmite de los “hijos del poder” disminuye de manera

importante su connotación negativa.

El último párrafo expone el discurso del padre de Lieni, Amaro Piñeiro. Tanto las descripciones que

se introducen como el discurso referido parecen destinados a actuar sobre las emociones de los

lectores: “con el dolor en los surcos de su rostro”, “dijo entre lágrimas”, “consultado por su hija

demacrada”; “ el discurso directo no sólo reproduce un enunciado, sino también una enunciación”

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(Brunetti 28), inferimos que a través de estas especificaciones y usos de adjetivos dramáticos

(masacrada), es posible percibir como se “propone una esquematización del objeto, es un acto

semiótico cuya función es “hacer ver algo a alguien”, para lo cual recurre, entre otras, a operaciones

de determinación, especificación, retome, resalte, iluminación…” (Arnoux, Elvira El objeto

socialismo.. 10). En el discurso del padre de Lieni se presenta una imagen negativa de la madre de

Lieni, Rosa González, se manifiesta, sin explicar causas, que Rosa no le permite ver a los hijos que

tienen en común (ya que se encuentran separados), y se destaca la atención que recibe cuando

intenta ver a sus hijos: “Cuando voy a su casa me atienden en la calle nomas…eso a mí me duele”.

En el siguiente fragmento, y al igual que con los familiares de Céspedes, se refuerza esta

representación de la madre de Lieni, atribuyéndole responsabilidad sobre el crimen de su hija: “por

qué la mamá la mandó a la escuela nocturna, viviendo lejos del colegio (al menos a 5 kilómetros),

pero no me quisieron escuchar y terminó pasando lo peor” (párr. 12). Aquí podemos percibir que “la

dimensión moral permite, en la mayoría de los casos, oponer claramente y apelando a valores y

anti-valores generalmente aceptados” (Arnoux El objeto socialismo... 20) situaciones y sujetos.

El ir a la escuela de noche y vivir lejos de la institución se presentan como situaciones claramente

amenazantes que conllevan inevitablemente “a lo peor”; sin que sea nombrada se resalta

implícitamente el tema de la seguridad como factor determinante del crimen; estas variables son

además reforzadas en su dimensión emocional al ser la madre de Lieni la que “la mandó a la escuela

nocturna”, sin escuchar las advertencias del padre de Lieni 7. De esta manera podemos inferir que

se desplaza el foco de atención de “los hijos del poder” a Hernán Céspedes, a la poca preocupación

de la madre de Lieni por su seguridad y a la inseguridad social como causas que llevaron al fatídico

desenlace del asesinato de Lieni. Esta orientación argumentativa, este modo de fijar la atención en

lo que se quiere resaltar es denominado por Grize como “iluminación” “La iluminación es

específicamente “el conjunto de procedimientos discursivos que deben conducir al oyente/lector a

7
Las cursivas son nuestras.

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inferir un juicio de valor” (Grize cdo. en Arnoux El objeto socialismo.. 18). “Los mecanismos

desencadenantes […] pueden ir de los más sutiles a los más explícitos como es el caso de la

axiologización. En términos de Angenot: axiologizar consiste en pegar sobre los datos empíricos

signos trascendentes: justo, injusto, bello, noble” (op. cit). En el artículo que hemos analizado

vemos que los signos positivos se asocian a la figura de Lieni Piñeiro y de su padre, a la vez se

utilizan mecanismos discursivos para destacar aspectos negativos de Hernán Céspedes, su entorno

familiar y la madre de Lieni Piñeiro, por otro lado pudimos ver que a “los hijos del poder”

prácticamente no se los nombra, sólo se lo hace una vez y de una forma sutil, que aplaca su aspecto

negativo.

En el artículo del diario Primera Edición, por el contrario, la figura de Hernán Céspedes se

presenta como una víctima al igual que Lieni Piñeiro: “De la conmovedora caminata participaron

familiares de varios crímenes impunes en la provincia, entre ellos los padres de Hernán Céspedes

asesinado según denuncian por la policía […] para garantizar el encubrimiento y la impunidad del

femicidio de Taty” (párr. 9); se destacan ,también, los discursos referidos de la monja Marta Pelloni

y de Rosa González, madre de Lieni. A diferencia del artículo de El Territorio, en este aparece

varias veces el enunciado “hijos del poder”, sobre todo a través de los discursos ajenos.

En este artículo se apela a la re-memoración del caso de María Soledad Morales, relacionándolo con

el de Lieni Piñeiro; esta “re-activación de la memoria […] la experiencia y las vivencias pasadas,

[son] recordadas y re-actualizadas para re-presentar e interpretar la realidad” (García, Marcelino

13). Así vemos que ya desde el título se recurre a este dispositivo, al resaltar que “La red Infancia

Robada asesorará jurídicamente a la familia de Taty Piñeiro” y señalar, en la bajada de la nota, que

esta organización la coordina la “hermana Marta Pelloni”, se activan en la memoria de los

ciudadanos los pormenores del caso de María Soledad Morales como símbolo de la lucha contra la

corrupción y la impunidad del poder político. Justamente, en este artículo se hace alusión varias

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veces al “poder local” y a “la parcialidad con que son tratados estos crímenes por los periodistas

vinculados al poder local” (párr. 14). De igual manera se sostiene que son los “hijos del poder” los

verdaderos culpables del asesinato de Lieni Piñeiro; sin embargo estas inferencias se exponen en

todo el artículo a través de las voces de otros, en ningún momento es el periodista el que infiere -de

manera directa- estas deducciones, así se puede leer:

-“La madre de Taty denunció una vez más la impunidad y el encubrimiento que rodea el caso y

pidió a la comunidad a perder el miedo para que “los hijos del poder” no sigan violando y matando

en Puerto Esperanza”. (párr. 4)

-“…los hijos del poder que están mencionados por gran parte de la comunidad como responsables

del brutal asesinato”. (párr. 7)

-“La madre de Taty en tanto pidió a la comunidad de Puerto Esperanza […] que se sume a las

marchas y al reclamo de justicia para evitar que los “hijos del poder sigan haciendo con nosotros lo

que quieran””. (párr. 14)

En estos fragmentos se destaca el uso del discurso indirecto para apelar a los comentarios de los

demás, “el discurso indirecto, al ser una paráfrisis a veces muy libre del discurso original permite

muchos modos de re-formulación del discurso ajeno” (Brunetti 23). Otro aspecto significativo en

estas enunciaciones es el uso de perífrasis verbales en tiempo presente para escenificar lo relatado:

“no sigan violando y matando”, “están mencionados”, “sigan haciendo”, de esta manera se sugiere

al público que lo que se cuenta “está pasando, no que ha pasado [con el objeto de] dar mayor

impresión de viveza y actualidad” (op. cit. 52).

Las referencias a la similitud que este caso presenta con el de María Soledad, se presentan a través

de la voz de la monja Marta Pelloni:

-“La Hermana Marta Pelloni […] caracterizó [la causa] como “idéntica” a la de María Soledad

Morales […] por cuyo crimen se juzgó a hijos del poder de esa provincia…” (párr. 8)

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-““Este caso es idéntico al de María Soledad, como se hizo la investigación, los personajes, hijos

del poder que están involucrados, el hijo de un diputado provincial y sobrino del intendente, un

muerto para garantizar el encubrimiento y todo un poder provincial encubriendo” sostuvo la

religiosa”. (párr. 11)

Tanto en el recurso del discurso indirecto como en el directo se establecen relaciones de analogía

entre los casos que muestran una tendencia a reforzar la representación del poder político local

como dominante y hegemónico; a su vez, dentro de nuestra cultura, el recuerdo del caso de María

Soledad Morales aparece como un elemento “residual”, así, el enunciado que se desprende de este

caso: “los hijos del poder”, “ha sido formado efectivamente en el pasado pero todavía se halla en

actividad dentro del proceso cultural, no sólo como un elemento del pasado […] sino como un

efectivo elemento del presente […] Un elemento cultural residual se halla normalmente a cierta

distancia de la cultura dominante efectiva…” (Williams Raymond 144-45). Justamente, en

oposición con el artículo de El Territorio, esta nota denuncia un presunto abuso del poder de parte

de los gobernantes y de los medios “oficialistas”. En el diario El Territorio vimos que en su artículo

se destacaba la participación que habrían tenido en la marcha de silencio por el asesinato de Lieni,

sin embargo en este artículo de Primera Edición se manifiesta que: “nunca estuvieron cubriendo

una marcha, solamente nos difamaron a mí y a mi hija” (párr. 16). El diario El Territorio presenta a

Hernán Céspedes como culpable inequívoco del crimen, dando a entender que se suicidó, y nombra

sólo una vez a “los hijos del poder”, por su parte Primera Edición enfatiza sobre la figura de “los

hijos del poder” como únicos perpetradores del crimen –aunque sólo una vez se especifica la figura

del supuesto sospechoso “el hijo de un diputado provincial”- y alude a la inocencia de Hernán

Céspedes y a que fue asesinado “para garantizar el encubrimiento”. De igual manera en el diario El

Territorio se hace poca alusión a la marcha que se realiza por el primer aniversario de la muerte de

Lieni Piñeiro, inclusive se mitiga su repercusión a través del discurso de Amaro Piñeiro quien

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asegura en cuanto a la marcha: “No sé nada, nadie vino a avisarme nada” (párr. 10), lo contrario

ocurre en el artículo de Primera Edición, donde se manifiesta que la marcha tuvo repercusión

provincial, inclusive se especifica que asistieron más de 600 personas.

Como decíamos al comienzo de este trabajo, es evidente que ambos diarios obedecen a intereses

políticos diferentes, y por ello han elaborado artículos en los que se representa de formas muy

disímiles la misma realidad. Como lo afirma Marcelino García “Estos formatos mnemosemióticos-

comunicativos complejos son de naturaleza política, pues tienden a producir el efecto de

constitución de la comunidad y de la identidad por medio de la matriz narrativa” (34).

A modo de conclusión, y a sabiendas de que en el intento de analizar brevemente estos artículos

hemos dejado mucha tinta aún en el tintero, nos parece que los discursos periodísticos aquí

presentados reflejan, a través de diferentes herramientas y matrices discursivas, más que un hecho

social, una marcada ideología a través del mismo. Y esto es así porque “el discurso no es

simplemente aquello que traduce las luchas o los sistemas de dominación, sino aquello por lo que, y

por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse” (Foucault 6)

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Bibliografía

- Angenot, Marc. El discurso social. Los límites históricos de lo pensable y lo decible. Buenos

Aires: Siglo XXI, 2010

- Arnoux, Elvira. Unasur y sus discursos: integración regional, amenaza externa, Malvinas.

Buenos Aires: Biblos, 2012

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Matienzo (comp.), La argumentación, Universidad Nacional de General Sarmiento.2011

- Barthes, Roland. S/Z. Buenos Aires: Siglo XXI, 2009

- Brunetti, Paulina. El discurso referido: Formas canónicas y no canónicas de citación enla

prensa diaria: Aspectos teóricos y didácticos. 1A ed. Córdoba: Comunic-Arte, 2009.

- Eco, Umberto. Tratado de semiótica general. Trad. Carlos Manzano. Barcelona: Lumen, 2000

- ------------------. Cinco escritos morales. Buenos Aires: Sudamericana, 2012.

- Foucault, Michel. El orden del discurso. Trad. Alberto Troyano. Buenos Aires: Tusquets

Editores, 1992

-García, Marcelino. Exploraciones discursivas.-1a ed. -Posadas: el autor, 2012.

-Van Dijk, Teun. La noticia como discurso. Comprensión, estructura y producción de la

información. Trad. Guillermo Gal. Buenos Aires: Paidós, 1980

- Williams Raymond. Marxismo y Literatura. Barcelona: Península, 1997

Páginas web:

Artículo del diario Primera Edición:

http://www.primeraedicionweb.com.ar/nota/digital/73025/la-red-infancia-robada-asesorara-

juridicamente-a-la-familia-de-tati-pineiro.html

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Artículo del diario El Territorio:

http://www.territoriodigital.com/notaimpresa.aspx?c=7333067475510919

OBSERVACIONES:

Tiene que cuidar el uso y mención de fuentes, hay normas sobre la extensión de las citas dentro del

texto. No deje de atender este aspecto en la tesis, facilita la lectura y los argumentos del análisis.

Calificación: 10 (diez)

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