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No siempre el fin justifica los medios: Propuesta para regular el Síndrome de

Alienación Parental como causal de suspensión de la patria potestad en el


Perú

Denis Bayona Trebejo, Kevin Florimandi Santivañez y Eliana Junco Jauregui

Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión, Facultad de Derecho y

Ciencias Políticas

Cátedra de Derecho del Niño y Adolescente

Dr. Alberto Rojas Alvarado

Huacho, 2022
Resumen

El presente artículo científico que lleva como título: No siempre el fin justifica los
medios: Propuesta para regular el Síndrome de Alienación Parental como causal de suspensión
de la patria potestad en el Perú, se desarrolla en un contexto donde se observa un incremento de
casos de síndrome de alienación parental en procesos donde se discute principalmente la tenencia
de los niños, niñas y adolescentes. Así, “(…) para los Jueces de Familia de la Corte Superior de
Justicia de Lima, en el 70 % de los procesos de tenencia y/o de régimen de visitas llevados por
sus despachos, se determinaron indicadores que manifiestan la existencia de este problema”
(Fernández, 2017, p.2). Frente a ello, el propósito del presente estudio se basa en determinar los
sustentos sociojurídicos que permitirán incluir dentro del catálogo de causales de suspensión de
la patria potestad, regulado en el artículo 75° del Código de los Niños y Adolescentes, al
síndrome de alienación parental, a efectos de brindar una propuesta normativa encaminada a
dicho fin. Para ello se ha utilizado el análisis documental como técnica de recolección de datos,
al haber analizado de manera sucinta la Casación N° 2067-2010-Lima, jurisprudencia a nivel
nacional que define y desarrolla el contenido de dicho síndrome. Aunado a ello, a nivel
internacional en el acápite de Derecho Comparado se pudo evidenciar el tratamiento legislativo
que al respecto brindan México, España y Argentina. Respecto a la metodología utilizada, para el
desarrollo de la presente investigación, se ha recurrido al método analítico – sintético, inductivo,
deductivo, histórico, comparativo o derecho comparado y jurídico – propositivo. Finalmente, lo
innovador del presente artículo radica en establecer al síndrome de alienación parental como una
causal de suspensión de la patria potestad, debido a que, a la fecha solo se ha considerado dicho
tema de estudio como una causal de otorgamiento o variación de tenencia.

Palabras clave: Síndrome de Alienación Parental, patria potestad, tenencia, régimen de visitas.

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Introducción

El Síndrome de Alienación Parental es un concepto creado por el psiquiatra forense


norteamericano Richard Gardner en el año de 1985, quien laboraba como perito en los tribunales
estadounidenses, ámbito donde pudo evidenciar una serie de denuncias falsas de abuso en contra
de los niños, niñas y adolescentes que obedecían a una suerte de “lavado de cerebro”
generalmente por parte de sus madres, quienes padecían una especie de trastorno posterior a la
separación del cónyuge. Así, es innegable que más allá de los perjuicios que se le ocasiona al
progenitor que no puede ejercer el régimen de visitas en un ambiente adecuado, la verdadera
víctima en estos contextos son los menores, quienes sufren alternaciones graves en el ámbito
psicológico producto de este maltrato. Estando a lo dicho precedentemente, el presente artículo
de investigación busca determinar los sustentos sociojurídicos que permitirán incluir dentro del
catálogo de causales de suspensión de la patria potestad, regulado en el artículo 75° del Código
de los Niños y Adolescentes, al síndrome de alienación parental. Constituyendo nuestra hipótesis
que tales sustentos serían: i) el respeto a la dignidad inherente a los hijos y sus progenitores; ii) la
consolidación del derecho a la comunicación adecuada entre el hijo y sus progenitores; iii) la
defensa del derecho al desarrollo integral de niños y adolescente y; iv) el predominio del interés
superior del niño y el cumplimiento de los valores familiares.

Cabe puntualizar finalmente que, en la actualidad, se han realizado diversos estudios a nivel
internacional y nacional sobre el tema de estudio: Síndrome de Alienación Parental, pero
vinculado a la institución jurídica de reconocimiento o variación de tenencia. Así tenemos, la
investigación realizada por Echenique (2019) presentada ante nuestra Casa Superior de Estudios,
quien luego de realizar un arduo análisis recomienda:

Desarrollar a fondo el tema del Síndrome de Alienación Parental, aceptar la


terminología en el ámbito jurídico y determinar su naturaleza para poder evitar
confusiones futuras sobre un determinado proceso, ya que algunos legisladores lo
consideran como una forma de maltrato infantil, y otros lo consideran como una
causal de variación de la tenencia, según la información encontrada en la
investigación. (p.53)

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Capítulo I: Planteamiento del estudio

Dada la misma naturaleza del ser humano de interrelacionarse y establecer núcleos a fin
de sobrevivir y la tendencia que tiene a desarrollar lazos afectivos, es que se origina la familia,
como una institución relevante para el desarrollo del ser humano en cada estadio de la historia y
en cada núcleo concreto. A partir de ello, se tiene que la familia tiene la función de garantizar la
tutela de los derechos de sus integrantes. Sin embargo, ello no es óbice para que se produzcan
problemas dentro del núcleo familiar, que se pueden originar por posturas contradictorias entre
los cónyuges, aspectos sobre el cuidado de los hijos, infidelidades, insoportable vida en común,
etc. Ante ello, se concibe a la figura del divorcio cómo aquella que finaliza el vínculo
matrimonial, la misma que al no existir acuerdo entre los cónyuges implica un proceso judicial
engorroso y lento. Así como los pronunciamientos que puedan darse con respecto de la tenencia
y el régimen de visitas.

Ahora, es necesario señalar que estos conflictos familiares que son sometidos al ámbito
jurisdiccional generan no solo un desgaste a los padres, sino que también, afectan severamente a
los hijos. Cuando está de por medio un proceso de divorcio, uno de los cónyuges tiene la
tenencia de hecho de los hijos, y ante una disconformidad, sentimiento de odio o venganza
contra el otro progenitor, ocasiona un maltrato emocional indirecto sobre sus hijos al ponerlos en
contra del padre que no tiene la tenencia (generalmente) a través de engaños, mentiras, dramas;
lo que genera un sentimiento de rechazo o aversión del niño hacia su progenitor. Sin embargo, al
margen del sentimiento de rechazo, los niños que la padecen tienen a desarrollar baja autoestima,
introversión, depresión, problemas de personalidad o de conducta, entre otros. En síntesis, este
Síndrome es aquel en el que el progenitor modifica o perversa la conciencia de sus hijos,
empleando diversos métodos alineados a la mentira o tergiversación, a fin de impedir,
obstaculizar o romper sus relaciones con el otro progenitor.

En ese sentido, esta investigación pretende determinar si procede la regulación del


Síndrome de Alienación Parental, dada la afectación significativa que le ocasiona a los hijos,
como una causal de suspensión de la patria de potestad, la misma que se encuentra regulada en el
artículo 75° del Código de los Niños y Adolescentes.

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En consonancia con lo anterior, debemos señalar que se constituye cómo problema la no
regulación del Síndrome de Alienación Parental en los cuerpos normativos ya referidos. En tal
sentido el problema se redacta de la siguiente manera: ¿Cuáles son los sustentos que
determinarán la procedencia de la regulación del Síndrome de Alienación Parental cómo una
causal de suspensión de la patria de potestad para el padre que la practique?

Por último, consideramos que los sustentos que determinarán la regulación del Síndrome
de Alienación Parental como una causal de suspensión de la patria de potestad para el progenitor
que la practique son: i) el respeto a la dignidad inherente a los hijos y sus progenitores; ii) la
consolidación del derecho a la comunicación adecuada entre el hijo y sus progenitores; iii) la
defensa del derecho al desarrollo integral de niños y adolescente y; iv) el predominio del interés
superior del niño y el cumplimiento de los valores familiares. Entonces, a través de estos
fundamentos se busca generar debate a fin de que se pueda regular el Síndrome de Alienación
Parental como causal de suspensión de patria de potestad que afecte al padre que la origine. Con
la finalidad de evitar una afectación mayor al crecimiento emocional, afectivo, psicológico; por
tanto, al desarrollo integral de los niños y adolescentes, quiénes se ven severamente vulnerados
en estos contextos.

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Capítulo II: Desarrollo temático

Subcapítulo I: Síndrome de alienación parental

1.1. ¿Qué es el Síndrome de Alienación Parental?

La Real Academia Nacional de Medicina (RANM) incluyó la definición del síndrome de


alienación parental como una forma constitutiva de maltrato infantil, pese a que no se encuentra
conocido en el ámbito internacional. Así, el maltrato infantil, se puede definir como el conjunto
de acciones y omisiones que afectan de manera drástica la salud física o mental de un niño, niña
o adolescente, puede incluir tanto lesiones graves como lesiones leves, hasta aquellas que inciden
en el ámbito psíquico o psicosocial, entre las que se encuentran, los insultos, el abandono, la
inducción a la prostitución, la drogadicción, o el síndrome de alienación parental.

Para Howard (2014), este síndrome se produce principalmente:

(…) por una serie de comportamientos, artilugios o estratagemas que adopta


aquella persona a la cual se le confió la custodia de sus hijos destinados a
obstaculizar o entorpecer infundadamente que se genere o conserve una relación
afectiva estrecha con el otro padre (o su familia ampliada), de forma que en modo
egoísta obran sobre la psiquis de aquéllos, provocando un apartamiento radical de
la rama familiar que sólo tiene atribuido un régimen de comunicaciones y visitas.
(p. 134)

1.2. Origen del Síndrome de Alienación Parental

El síndrome de alienación parental encuentra su origen en Estados Unidos,


específicamente en el año de 1985, cuando el psiquiatra Richard Gardner concluyó que es un
problema grave e independiente de otros trastornos que se presentan luego del divorcio; así, pudo
describir una serie de denuncias de abuso sexual cometido contra niños y niñas que serían
producto de la imaginación de sus madres quienes buscarían desacreditar a la figura paterna. En
consecuencia, las declaraciones de las víctimas (niños) describirían hechos que habrían sido
aprendidos al pie de la letra, bajo una suerte de “lavado de cerebro”.

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Ahora bien, luego de acuñarse dicho “término” algunos juristas buscaron brindar sus
aportes frente a la problemática, entre ellos resalta Duarte (2011), citado por (Gadelha, 2016)
quien plantea que el síndrome de alienación parental es una forma de maltrato o abuso, en el cual
un padre maneja la conciencia de los niños con el objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus
vínculos con el otro progenitor. Así mismo, Díaz (2006) citado por (Gadelha, 2016), expresa que
uno de los desencadenantes, por los cuales se establece el proceso alienante, es la dificultad de
elaborar el duelo tras la separación entre progenitores. Por tanto, este autor considera que la
degradación del ex-cónyuge, surge del deseo de venganza que siente cuando está indignado por
el final de la relación.

1.3. Síntomas primarios

Richard Gardner (1998) citado por (Bolaño, 2016) propuso una serie de “síntomas
primarios” que generalmente presenta la víctima, los cuales se detallan a continuación:

1. Campaña de denigración: El niño, niña o adolescente repite frases de manera continua donde
se advierte una suerte de denigración en contra del progenitor alienado.

2. Débiles, absurdas o frívolas justificaciones para el desprecio: No se advierten justificantes


válidas del porqué el niño no quiere pasar tiempo con el progenitor alienado, en cambio de ello,
brinda excusas incoherentes y en su mayoría ridículos para impedir que se concrete el régimen
de visitas.

3. Ausencia de ambivalencia: No se advierte que el niño, niña o adolescente perciba cualidades


positivas y negativas de ambos progenitores, por el contrario, suele idealizarse al progenitor
alienador como íntegramente bueno y al progenitor alienado como íntegramente malo.

4. Fenómeno del "pensador independiente": Cuando especialistas le consultan al hijo alienado las
razones por las que muestra rechazo rotundo hacia uno de sus progenitores, responde que ello
obedece a una decisión completamente suya, negando que hayan influido terceras personas.

5. Apoyo reflexivo al progenitor alienante en el conflicto parental: Generalmente los niños y


niñas dan por cierto la validez de las alegaciones del progenitor aceptado contra el odiado,
incluso cuando se les muestra evidencia que el progenitor alienador miente. Además, no siente
culpa sobre las actitudes de crueldad a las que se le somete al progenitor alienado.

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6. La víctima del síndrome de alienación parental suele mostrar indiferencia a los sentimientos
de dolor que pudiera estar experimentando el progenitor alienado.

7. Presencia de argumentos prestados: Las frases o argumentos con las que se refiere al
progenitor alienado no corresponde a su edad y madurez mental, por lo que, se logra percibir que
ha sido ensayado y forma parte del lenguaje del padre o madre alienador.

8. Extensión de la animadversión a la familia extensa y red social del progenitor alienado: El


odio y rechazo no solo se dirige hacia el progenitor alienado, sino que este se extiende a todo su
entorno cercano (abuelos, tíos, primos, etc.)

1.4. Niveles de intensidad de rechazo

Existen diferentes niveles de intensidad del rechazo que demuestra el niño, niña o
adolescente víctima del síndrome de alienación parental. A saber: rechazo leve, moderado o
intenso.

1.5. Consecuencias

A pesar que no existen muchos estudios sobre las consecuencias que una víctima del
síndrome de alienación parental va a experimentar a corto y largo plazo, lo que sí se ha podido
verificar, sobre todo cuando se produce el encuentro familiar, son reacciones de ansiedad,
angustia y miedo. Lo que puede ir acompañado de problemas de alimentación y sueño, conductas
agresivas (rebeldía) y poco control de esfínteres. En ese sentido, la sintomatología que presentan
son compatibles a los que generan otras modalidades de abuso infantil. Entre ellas encontramos:

Trastornos de ansiedad: Los niños, niñas y adolescentes víctimas de este síndrome


experimentan altos niveles de estrés [reflejado en una respiración acelerada, sudoración,
elevación del tono de voz, temblores, enrojecimiento de piel, náuseas] cuando se lleva a cabo la
visita con el progenitor alienado. Es por ello, que en muchas ocasiones suelen ir a estos
encuentros familiares bajo los efectos de ansiolíticos.

Trastornos en el sueño y en la alimentación: Respecto a los trastornos en el sueño, las


víctimas del síndrome de alienación parental suelen tener pesadillas de manera recurrente, así
como problemas para conciliar o mantener el sueño. Por otro lado, pueden sufrir de trastornos en
la alimentación producto de la situación de tensión que constantemente viven y no saben

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afrontar, por lo que deciden ingerir alimentos de manera o compulsiva o no comer, hecho que
generalmente el progenitor alienador utiliza para su conveniencia, ya que le atribuye al
progenitor alienado ser el causante del sufrimiento que experimenta el o la menor.

Trastornos de conducta:

• Conductas agresivas: A menudo se observa dificultades en los menores para que


puedan controlar de manera adecuada sus impulsos, necesitando en su mayoría de
veces del acompañamiento de profesionales. Estas conductas pueden traducirse en
insultos, golpes, por lo que es necesario frenar la situación.

• Conductas de evitación: generalmente las víctimas (niños o niñas) buscan evitar


las visitas con el progenitor alienado, para evitar experimentar la sintomatología
descrita en líneas anteriores.

• Utilizan lenguaje y expresiones de adultos: aunque parezca sorprendente, a su


corta edad, brindan fundamentos utilizando términos judiciales, así como tienen
claro el estado de los procesos que enfrentan sus progenitores.

• Dependencia emocional: las víctimas del síndrome de alienación parental suelen


tener miedo de perder la aceptación del progenitor alienador, por lo que sucumben
a sus pedidos muchas veces de manera inconsciente. Tienen conocimiento que el
rechazar al padre alienado es presupuesto por ser querido por quien ostenta en la
actualidad su tenencia.

• Dificultades en la expresión y comprensión de las emociones: suelen tener


dificultades para expresar empatía por los demás, aunado a ello, expresan sus
emociones de manera errónea, centrándose generalmente solo en los aspectos
negativos.

• Exploraciones innecesarias: en los casos severos del síndrome de alienación


parental, pueden darse falsas denuncias por maltrato o abuso hacia los menores,
esto generará de que sean sometidos a evaluaciones por el personal especializado,
los cuales además de ser innecesarios, les generan un trauma difícil de superar.
Por insistencia adoptan el papel de “víctima” en los procesos penales, sobre

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hechos que no se han cometido pero que, debido a la alta campaña de denigración
hacia el progenitor alienado, llegan a percibir como ciertas.

Cuando se verifique la presencia de la sintomatología descrita, es aconsejable que no se


suspenda el régimen de visitas otorgado al progenitor alienado, ya que justamente ese es el fin
que pretende el alienador (cortar todo vínculo de afectividad paterno – filial). Por ello, es
necesario que este régimen se siga con las indicaciones del psicólogo para que pueda
implementar las técnicas necesarias con el objeto de que el progenitor alienado durante el
contacto con el menor no ataque a quien resulta siendo la verdadera víctima (niño, niña o
adolescente).

1.6. El tratamiento judicial del síndrome de alienación parental

a) Alienación parental como acto de violencia psicológica y delito:

Como bien lo citaba Córtes Ortega (2010), el padre alienador es un padre abusador del
menor alienado, aquel que transforma la conciencia de su hijo mediante distintas estrategias, con
el objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor, esto es, que
manipula al niño para que odie a su otro padre, lo daña psíquica y moralmente. Agregando que,
en consecuencia, el niño, dada su condición especial tanto física como mental en la que se
encuentra, razón por la cual se le protege, y que sirve de base al principio del “interés superior
del menor”, se ve impedido para oponerse a la manipulación que sobre él ejerza su progenitor
custodio; y tomando en consideración que el grado de vulnerabilidad del niño será inversamente
proporcional a su edad, es decir, a menor edad, mayor vulnerabilidad, cuando este es forzado a
sentir odio a la otra figura más amada, importante y necesaria para él, se le está causando un
trastorno en su integridad psíquica, equiparable a un trato cruel, inhumano y degradante, pues el
niño, por su propia naturaleza, se encuentra en un estado de indefensión, tanto física como
mental, que no puede oponerse y resistir ese maltrato; pero lo más grave aún es que sea uno de
sus propios progenitores quien lo fuerce a ello, porque este progenitor alienador no solo abusa de
la incapacidad física y mental de su hijo, sino que traiciona la enorme confianza y el gran amor
que este siente por él.

Por lo que siendo la alienación parental un atentado contra la integridad psíquica del
niño, capaz de producir un daño psíquico grave, es que la misma debe ser observada y por

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supuesto tratada como un tipo de violencia psicológica, capaz inclusive de tener una connotación
penal (delito de lesiones psicológicas), para lo cual podría perfectamente atenderse al grado o
intensidad de la alienación de los que ya hemos expuesto en este mismo artículo. En todo caso, el
tratamiento penal de la alienación parental tendrá que ceñirse asimismo a los parámetros
establecidos en la Ley N.° 30364, en lo que se refiere a la determinación del nivel de lesión
psicológica, tal y como lo establece el artículo 124-B que fue incorporado al Código Penal por la
Ley N.° 30364, citando que de conformidad con el instrumento técnico oficial especializado que
orienta la labor pericial, se entenderá: a. Falta de lesiones leves: nivel leve de daño psíquico. b.
Lesiones leves: nivel moderado de daño psíquico. c. Lesiones graves: nivel grave o muy grave de
daño psíquico. Debiendo claro está, aclararse los criterios que se tomarán en cuenta para
determinarse el nivel de daño psíquico, que por el momento resultan ser difusos en la norma.

b) Alienación parental en casos de tenencia:

A diferencia nuestra, en otras latitudes el síndrome de alienación parental ha sido


regulado explícitamente, un ejemplo de lo citado es la legislación mexicana, en efecto, al Código
Civil para el Distrito Federal en México se le ha adicionado el artículo 323 séptimo, referido a la
alienación parental, el cual establece que comete violencia familiar el integrante de la familia que
transforma la conciencia de un menor con el objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus
vínculos con uno de sus progenitores; estableciendo asimismo sanciones para el padre alienador
como ser suspendido en el ejercicio de la patria potestad, ser suspendido del régimen de visitas, y
en caso de ostentar la guarda y custodia, variar la tenencia de inmediato al otro progenitor, aún
tratándose de un caso de alienación leve o moderada. Este síndrome ya había sido regulado por
otros Estados mexicanos, como Aguascalientes y Morelos. También existen referencias
legislativas de la alienación parental en Brasil, donde es definido como una injerencia en la
formación psicológica del niño o adolescente promovida por un padre o abuelo, haciendo que el
niño bajo custodia repudie al otro padre.

La regulación y aplicación del SAP también ha sido objeto de críticas y cuestionamientos,


por ejemplo, el citado artículo del Código Civil para el Distrito Federal mexicano, ha sido objeto
de una acción de inconstitucionalidad promovida por la Comisión de Derechos Humanos del
Distrito Federal, quienes consideran que la norma reproduce estereotipos de género en agravio de
la mujer, se cuestiona el aspecto científico del SAP, señalándose que este concepto se ha

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mantenido estático y nunca ha sido tomado como teoría para comprobarse, en realidad, algunos
han acusado a este síndrome de ser acientífico, porque no se encuentra recogido en las
clasificaciones de las enfermedades mentales que tienen mayor reconocimiento a nivel mundial
como la OMS.

Además, se cita que se estaría restringiendo la participación de los niños y adolescentes


en el proceso a pesar de su condición de sujetos de derechos, específicamente su derecho a
opinar, puesto que ante signos de alienación no se tomaría en cuenta la opinión del menor,
obviándose por lo tanto los deseos del niño en los casos donde está involucrado.

Seguir estas teorías que niegan al SAP, sería tanto como aceptar que un niño no es de
ninguna manera manipulable, ni influenciable psicológicamente, lo cual no se condice con la
realidad, pues la inmadurez de un ser humano de corta edad lo hace altamente vulnerable a las
influencias y al adoctrinamiento de los adultos con los que convive, como decía el magistrado
español Francisco Serrano (2010), después de haber constatado a nivel profesional y de forma
personal, casos flagrantes de niños alienados, a nivel científico internacional no se puede negar la
existencia de una sintomatología característica de alienación en los hijos que han vivido
situaciones de ruptura traumática, no obstante, se discute si esa sintomatología reúne los
requisitos para ser calificada como un característico cuadro de trastorno mental, y que ese cuadro
pueda alcanzar la categoría de síndrome.

El hecho de que el SAP no se encuentre expresamente nombrado como tal en las


clasificaciones de las enfermedades mentales de la OMS o en la American Psichiatric
Association (APA), no significa que no exista o que tenga que ser dejado del lado por los
operadores de justicia, después de todo, como bien ha citado García Garnica, la propia APA
declara expresamente que la no inclusión de una categoría en el DSM-IV no significa
necesariamente que no merezca ser objeto de investigación o tratamiento.

De otro lado, se destaca que el DSM no es exhaustivo, ni recoge un elenco cerrado de


trastornos mentales. El propio sistema recoge, a modo de cláusula de cierre, una categoría abierta
a la que denomina “otros focos de interés que pueden ser objeto de atención clínica”, incluyendo
en ella “otros estados o problemas que puedan ser objeto de atención clínica y que se relacionan
con trastornos mentales descritos previamente en este manual”. No habrá ningún clínico del
mundo que ante la situación de que “el niño no quiere ver en absoluto a su padre, no quiere

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relacionarse con él de ninguna forma” lo despache con un simple, señale: “eso no tiene
importancia, que no lo vea; ya pasará”. Con estos parámetros, creo que estamos en condiciones
de reconducir la cuestión a sus justos términos: de un lado, el reconocimiento de la relevancia
jurídica del interés del menor y del mantenimiento de las relaciones parentales tras la ruptura de
pareja de sus padres, y, de otro, la evidencia científica de que las patologías en las relaciones
parentales son contrarias a ese interés.

De manera que, para decretarse el síndrome de alienación parental y resolverse un caso


de tenencia amparándose en dicha patología, el juez debe contar con elementos de juicio
suficientes, extrayendo información objetiva de los medios probatorios que hayan sido
incorporados al proceso de parte o de oficio; principalmente de las pericias psicológicas y
psiquiátricas del equipo multidisciplinario, de peritos judiciales forenses, o del Instituto de
Medicina Legal, que le permitan arribar a la convicción de que efectivamente nos encontramos
ante una caso de SAP. El distanciamiento del menor necesariamente debe tener su origen en la
alienación parental, pues si ese distanciamiento o rechazo tiene como origen el actuar violento, la
negligencia o la desidia del padre rechazado, es decir, que el rechazo del niño es justificado por
el propio actuar del padre rechazado, entonces no estaríamos ante un caso de SAP, teniéndose en
consideración que el SAP es sinónimo de rechazo injustificado a uno de los padres por parte del
hijo.

Por ello, acreditado el síndrome de alienación parental, el juez deberá entender que el
niño es víctima de maltrato por obra del padre alienador, debiendo asimismo apreciar el nivel o
grado de alienación, para tomar una decisión respecto de la tenencia. El Código Civil del Distrito
Federal en México, es bastante inflexible en ese sentido, ordenando la variación de la tenencia,
aún tratándose de casos de SAP leve y moderada. Existe también jurisprudencia comparada, que,
en casos de SAP leve, no necesariamente se dispone la variación de la tenencia o la pérdida de la
misma en perjuicio del padre alienador, sino que se dispone orientación psicológica, es decir, una
terapia a ambos progenitores y al menor alienado a fin de superarse esta patología, con el
expreso apercibimiento de variación de la tenencia en caso de que se siga percibiendo alienación.
En casos de SAP moderado, el juez deberá evaluar la conveniencia del menor de permanecer
bajo la custodia del padre alienador bajo este sistema de terapia, o en todo caso, disponer la
variación progresiva de la tenencia a favor del padre alienado. En casos de SAP severo, se

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dispone la variación de la tenencia, perdiendo el padre alienador la custodia, aun de manera
inmediata, a pesar de que el propio menor se muestre indócil a marcharse a vivir con el padre
alienado.

1.7. Jurisprudencia nacional sobre el síndrome de alienación parental

Casación N° 2067-2010-Lima, la Sala Civil Permanente se pronunció sobre el Síndrome


de Alienación Parental. Nos parece oportuno resaltar lo siguiente:

CONSIDERANDO DÉCIMO TERCERO. - (…) Así, conforme al informe de


fojas mil ochocientos cincuenta y cuatro a mil ochocientos cincuenta y ocho,
precisan que la conducta de los menores no ha variado. Concluyendo que esa
conducta no es acorde con la inculcación correcta de los valores que les sirvan en
su formación como personas, las sesiones se han caracterizado por una actitud
hostil e irrespetuosa de los niños hacia su madre. Refiere además la sentencia de
vista: ‘‘Todo ello demuestra la existencia de trastornos en su personalidad así
como la falta de educación y formación en valores que permitan un desarrollo
integral, normal y adecuado a su condición de personas menores de edad […] los
hechos así descritos, llevan a los psicólogos a considerar que se trata de niños
alienados, es decir, que sufren del síndrome de alienación parental, es un proceso
de obstrucción del vínculo entre los hijos y uno de sus progenitores que se genera
primordialmente en el contexto de las disputas por tenencia’’. Por lo que el equipo
multidisciplinario llega a la conclusión de que los niños necesitan restablecer el
vínculo con la madre, tener un trato directo con la progenitora a fin de reencausar
una mejor relación maternal que resulta determinante para su desarrollo personal,
tanto más si no se encuentra impedida de ejercer su rol maternal. (pp. 17-18)

De los hechos se advertía la afectación progresiva del vínculo materno-filial, lo que


determinó que era producto de Síndrome de Alienación Parental provocado por el padre y su
familia, lo que incidió negativamente en el crecimiento emocional de los menores. Además, la
casación resalta el hecho que los menores declararon su preferencia de vivir con su padre. Sin
embargo, la sala consideró que se tomen con reserva. Toda vez que resultaba necesario que se
reconstruya el vínculo materno-filial de la madre con sus hijos (Cárdenas, 2015).

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Casación N° 370-2013-Ica del 06 de marzo del 2013. La Sala Civil Transitoria de la
Corte Suprema se pronunció sobre el Síndrome de Alienación Parental:

QUINTO.- Examinados los agravios reseñados en los acápites i), ii) y iii) del
considerando precedente, se advierte que la causal denunciada no satisface el
requisito de procedencia (…) asimismo existen actitudes por parte del menor que
reflejan un adiestramiento previo por parte del padre constituyéndose el Síndrome
de Alineación Parental, conforme se advierte de los hechos acaecidos en la
Audiencia Única, más aún si del informe psicológico practicado al padre
demandado de fojas ciento treinta y tres a ciento treinta y cuatro, se indica que es
‘‘emocionalmente inestable, asociado a una personalidad de temperamento
colérico […] apreciándose inmadurez para asumir la responsabilidad de su menor
hijo, haciendo que asuma dicha responsabilidad la esposa (madrastra del menor)’’:
siendo así los agravios invocados resultan improcedentes (…). (pp. 3-4)

Para Cárdenas (2015) en esta oportunidad el padre era una persona voluble y colérico,
quién no demostraba aptitudes para la tenencia de su hijo, lo que originó que esta se derive a la
madrasta del menor. El progenitor varón trasladó a la menor, sin consentimiento alguno de la
madre, a una ciudad distante, obstaculizando el vínculo de comunicación que debe existir entre
ellas, lo que se traduce en el derecho de comunicación del hijo con sus padres. De acuerdo a la
Convención sobre los Derechos del Niño y a la legislación nacional, debe respetarse el derecho
inherente a los niños y adolescentes que no cohabita con uno o ambos padres, de continuar con
los vínculos personales de comunicación y contacto directo de forma habitual, a no ser que esto
afecte a su interés. En tal sentido, constituyó un efecto del adiestramiento del padre hacia su hijo,
lo que generó desprecio del menor con respecto de su madre. Entonces, en este caso, nuevamente
el Síndrome coadyuvó a que debido al restablecimiento del vínculo materno-filial se le brinde la
tenencia a la madre.

1.8. Derecho comparado

1.8.1. Legislación Mexicana

En el Código Civil Mexicano del Distrito Federal del mismo país se ha normado al
Síndrome de Alienación Parental como una forma de violencia en la esfera familiar, obteniendo

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como sanción aquel que la practica, la pena privativa de la libertad. Se ha legislado así en razón
a la destrucción que le genera dicho Síndrome al niño y a la igualdad de derechos que tienen
ambos padres con respecto de sus hijos. Es así que la norma señalada prescribe en su artículo
323, que se presenta una situación de violencia intrafamiliar cuando uno de los integrantes
‘‘transforma la conciencia de un menor con el objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus
vínculos con uno de sus progenitores’’. Entonces, este artículo contiene el Síndrome estudiado, y
el Código indica que cuando la realiza alguno de los padres, le generará la suspensión de la patria
potestad, derecho de visitas o de convivencia que se le haya dictado. Además, que, la guarda y
custodia del menor pasará inmediatamente al otro padre, según sea la alienación de grado leve o
moderada. Si esta fuera severa, se suspenderá todo contacto existente con el progenitor alienador,
extendiéndose los efectos a su familia; aunado a ello, el menor llevará tratamiento según
diagnóstico del especialista correspondiente. Para concluir, la sanción que corresponde por
violencia en la esfera familiar es de pena privativa de la libertad de entre 6 meses a 6 años.

1.8.2. Legislación Española

Cuerpo normativo específico sobre este Síndrome no existe; sin embargo, el artículo 94
del Código Civil, prescribe que: ‘‘El progenitor que no tenga consigo a los hijos menores o
incapacitados gozará del derecho de visitarlos, comunicar con ellos y tenerlos en su compañía. El
juez determinará el tiempo, modo y lugar del ejercicio de este derecho, que podrá limitar o
suspender si se dieren graves circunstancias que así lo aconsejen o se incumplieren grave o
reiteradamente los deberes impuestos por la resolución judicial’’. En interpretación de aquella
norma, se deduce que el juez puede limitar o suspender el derecho de comunicación y visita
cuando se presenten las circunstancias o incumplimientos señalados en el párrafo anteriormente.

En esa misma línea, en el año 2010 se aprobó la Ley N° 2/2010167 sobre la Igualdad en
las Relaciones Familiares ante la Ruptura de Convivencia de los padres, que tiene como objetivo
establecer la igualdad de oportunidades entre los progenitores para obtener la custodia de sus
menores hijos. En tal sentido, el magistrado puede adoptar preferentemente la custodia
compartida (solo si esta se solicita), en aras del interés superior del menor; a no ser que sea más
beneficioso para el menor la custodia individual.

Debemos señalar que el Síndrome objeto de estudio si ha sido tratado a nivel de


jurisprudencia, en aplicación del inciso 2, artículo 1 de su Constitución, estableciendo en su

16
producción jurisprudencial que la alienación parental trasgrede el derecho humano al respeto de
la vida familiar del progenitor alienado, basándose en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de
Derechos Humanos, concretamente el Caso Mincheva contra Bulgaria, 2009.

1.8.3. Legislación Argentina

La Ley N° 24.270 de noviembre de 1993 determinó responsabilidad penal del progenitor


que obstruya o complique el vínculo directo y continuo que debe mantener el hijo con el otro
progenitor. De tal forma que, en su artículo 1 se señala que ‘‘será reprimido con prisión de 1 mes
a 1 año, el padre o tercero que, ilegalmente, impidiere y obstruyere el contacto de menores de
edad con sus padres no convivientes. Si fuese un menor de 10 años o un discapacitado, la pena
será de 6 meses a 3 años’’.

Como se puede apreciar la legislación argentina le ha dado al Síndrome de Alienación


Parental un tratamiento penal, considerándola dentro de los ilícitos penales, estableciendo una
pena dependiendo de la gravedad. Además, dicha pena, no solo recae solo los padres que generen
la alienación, sino que se extiende al resto de integrantes de la esfera familiar La legislación
argentina le ha dado más que un tratamiento familiar un tratamiento de índole penal insertándola
dentro del catálogo de delitos, con una pena asociada a la gravedad de la acción. La sanción
recae no solo en los padres que propicien la alienación sino en cualquier integrante del grupo
familiar, toda vez que esta obstaculización también puede ser generada por ellos, inclusive pro
terceros, que conviven con el menor.

Subcapítulo II. Patria potestad

2.1. Concepto

Para un mejor entendimiento, podemos definir a la patria potestad como una institución
jurídica que es propio del derecho de familia, mediante el cual la ley va a reconocer a los padres
una serie de derechos y deberes destinados a la defensa, cuidado personal y patrimonial de sus
hijos, los cuales se mantendrán hasta que estos adquieran plena capacidad de sus derechos.

Del Águila (2019), menciona que: “A los padres de un menor, nuestro ordenamiento
jurídico les reconoce por el solo hecho de serlo, un derecho-deber conocido como Patria
Potestad” (p.31).

17
Por su lado, Varsi (2020) respecto a la patria potestad comenta que:

Padres e hijos, como sujetos de derechos, son iguales, pero en base a la patria
potestad los padres ejercen un control sobre las personas y bienes de sus hijos de
forma que, si bien hay igualdad, los padres son primus inter pares. (p. 366)

Nuestro Código Civil en su artículo 418º nos brinda una definición de la patria potestad,
en el cual prescribe que: “Por la patria potestad los padres tienen el deber y derecho de cuidar de
la persona y bienes de sus menores hijos”.

Podemos añadir también, como precisión, que la patria potestad tiene un origen natural y
anterior a la existencia del propio Estado, por ello, se menciona que a través de ley solamente
van a reconocer derechos y deberes que siempre ha existido.

2.2. Antecedentes históricos

Para conocer el origen de esta institución jurídica nos tenemos que remontar a la antigua
Roma, ya que la propia denominación de la “patria potestad” deriva del latín “patria potestas”, y
en aquellas épocas era ejercido por el “pater familias”, el cual era concebido como un poder que
tenía este frente a los demás miembros de su familia.

Pero al ser el “patria potestas” un poder y privilegio del padre, se caía en abusos y se
daban actos análogos de relación de amo y esclavo, por lo tanto, el padre tenía prácticamente en
sus manos la vida o muerte de sus hijos. Si lo deseaba al hijo podría alquilarlo, venderlo;
resaltando de esta manera, el carácter despótico de la patria potestad en el Derecho Romano.

No por nada Cornejo (1999) explica que: “En el Derecho romano primitivo, el jefe de la
familia era propietario de sus hijos como de sus esclavos: podía venderlos, entregarlos para que
reparasen el daño que hubiesen causado, exponerlos y condenarlos a muerte” (p.51)

Es recién con los ideales de la Revolución Francesa que se reestructura el alcance de la


patria potestad, y llega a limitarlo, a fin de no caer en un poder absoluto y desmedido que tenía el
padre en épocas anteriores. Todo ello bajo la inspiración de la humanización del derecho
positivo, la liberación de las relaciones familiares y el ejercicio del poder tuitivo del Estado, para
la protección de la familia (Varsi, 2020).

18
2.3. Derechos y deberes

Los derechos y deberes de los padres que ejercen la Patria Potestad están comprendidos
en el artículo 74º del Código de los Niños y Adolescentes, siendo las siguientes:

1) Velar por su desarrollo integral: ya que esta institución jurídica se origina a partir
de una necesidad natural, puesto que el ser humano va a requerir desde su nacimiento, durante su
infancia y adolescencia que lo críen, que lo eduquen, que estén permanentemente a su amparo y
protección, que prevalezca sus intereses, ello con la finalidad de potenciar cada aspecto de la
vida humana y pueda desenvolverse sin problemas en el futuro como una persona independiente.

2) Proveer su sostenimiento y educación: aquí se nos habla de la obligación que tiene el


padre y la madre de prestar alimentos a sus menores hijos, que como hemos visto en clases
consiste en la satisfacer sus necesidades básicas y fundamentales para permitir su desarrollo
integral, es necesario precisar también, que esta asistencia o sostenimiento material no concluye
con la mayoría de edad del hijo, sino que puede prologarse cuando siga exitosamente sus
estudios profesionales o técnicos.

3) Dirigir su proceso educativo y capacitación para el trabajo conforme a su


vocación y aptitudes: el cual debe ser entendido como todo el proceso formación física,
espiritual y moral que permitirá al hijo integrarse de manera satisfactoria y plena en la sociedad.
Inculcando valores y actitudes correctas, así como ceder este deber a las instituciones educativas,
tanto en los niveles de educación escolar, superior o tecnológicas.

4) Derogado (Darles buenos ejemplos de vida y corregirlos moderadamente. Cuando


su acción no bastare podrán recurrir a la autoridad competente): respecto a este punto,
nuestra legislación promueve la erradicación de cualquier forma de violencia contra los menores,
tal es así que incluso se llegaron a derogar algunos derechos que tenían los padres frente a sus
hijos, por ejemplo, fue derogado el literal “d” del artículo 74 del Código de los Niños y
Adolescentes., en el cual se prescribía que los padres debían darle a sus hijos buenos ejemplos de
vida y corregirlos moderadamente, pero si esa corrección no bastaba se podría recurrir a la
autoridad competente. De igual manera por fue derogado el numeral 3 del artículo 423 del

19
Código Civil, ambos derogados por la Ley Nº 30403, por el cual se prohibió expresamente el uso
del castigo físico y humillante contra los niños, niñas y adolescentes.

5) Tenerlos en su compañía y recurrir a la autoridad si fuere necesario para


recuperarlos: del cual se desprende de aquel derecho de vivir en familia, es decir, priorizar la
convivencia de los padres con sus hijos, que por la propia falta de madurez no pueden ejercer
plenamente sus derechos, y con ello nace el deber de los padres de otorgar un ambiente adecuado
en donde pueda desarrollarse el hijo.

6) Representarlos en los actos de la vida civil mientras no adquieran la capacidad de


ejercicio y la responsabilidad civil: ante la falta de capacidad de ejercicio que tienen los hijos
menores de edad para celebrar actos jurídicos válidos, van a intervenir los padres para poder
celebrarlos a nombre de ellos y dale validez.

7) Recibir ayuda de ellos atendiendo a su edad y condición y sin perjudicar su


atención: siendo importante este literal, ya que con lo estipulado se va a promover e inculcar
hábitos de trabajo en los hijos, que tiene mucha relación con el derecho-deber de educación de
los hijos. Dicha actividad proporcional a su edad y condición no debe ser interpretado como una
relación laboral, sino meramente familiar.

8) Administrar y usufructuar sus bienes, cuando los tuvieran: entonces debemos


empezar aclarando que los hijos menores de edad, si bien es cierto que su capacidad de ejercicio
se encuentra restringida, esto no impide que puedan ser parte de una relación jurídica
patrimonial, es decir, pueden comprar, vender, arrendar bienes, entre otros, pero con
representatividad de los padres, y esos bienes, con tal de proteger los intereses patrimoniales del
hijo, se le da el derecho y deber a los padres de poder administrarlos o usufructuar sus bienes.

9) Tratándose de productos, se estará a lo dispuesto en el Artículo 1004 del Código


Civil: el cual se prescribe sobre el Usufructo legal sobre productos prescribiendo que: “Cuando
el usufructo legal recae sobre los productos a que se refiere el artículo 894, los padres restituirán
la mitad de los ingresos netos obtenidos”.

20
2.4. Suspensión

Las causales de suspensión de la Patria Potestad se encuentran establecidas en el artículo


75 del Código de los Niños y Adolescentes, siendo las siguientes:

1) Por la interdicción del padre o de la madre originada en causas de naturaleza


civil: Esta causal se fundamenta en la incapacidad que tiene los progenitores para poder atender
sus propios intereses, y al no poder valerse por sí mismos, menos podrán con sus hijos. Aquí
tenemos a los padres pródigos, ebrios habituales, toxicómanos o los que incurren en mala
gestión.

2) Por ausencia judicialmente declarada del padre o de la madre: entonces dado que
no se tiene noticias sobre el paradero de uno de los padres por el periodo de 2 años, hay una
ausencia física permanente del padre o de la madre que le imposibilita ejercer la patria potestad.

3) Por darles órdenes, consejos o ejemplos que los corrompan: esta causal se basa en
el supuesto que el padre y la madre deben de ser modelos a seguir y estas actitudes deben
transmitirlo a sus hijos, y, por lo tanto, al incumplir este deber estaría formando indebidamente a
los menores de edad.

4) Por permitirles la vagancia o dedicarlos a la mendicidad: se fundamenta la


suspensión de la patria potestad, ya que los padres tienen un deber muy grande, que es el de
preparar a sus hijos para la vida, lo cual se ve truncado si los padres permiten que estas malas
prácticas.

5) Por maltratarlos física o mentalmente: mediante esta causal se busca proteger a los
menores hijos de actos de violencia que afecten su integridad física y psicológica que puedan
realizar los padres. Lo cual va en concordancia con el objetivo de la ley Nº 30364, el cual busca
prevenir, erradicar y sancionar actos de violencia contra la mujer e integrantes del grupo familiar.

6) Por negarse a prestarles alimentos: como hemos visto en clases, el padre o la madre
tienen el deber de brindar alimentos a favor de sus hijos, esto con la finalidad de brindarles todo
lo necesario para asegurar su supervivencia. La problemática se origina cuando el padre o la
madre al tener ya una obligación alimentaria producto de un mandato judicial o acuerdo

21
conciliatoria no cumple con el pago de la pensión alimentaria, conllevando a ser causal de
suspensión de la patria potestad.

7) Por separación o divorcio de los padres, o por invalidez del matrimonio de


conformidad con los Artículos 282 y 340 de Código Civil: mediante esta causal se precisa que
la persona que no tenga la tenencia del menor será a quien se le suspenda la patria potestad, y
gozará de un régimen de visitas.

8) Por haberse abierto proceso penal al padre o a la madre por delito en agravio de
sus hijos, o en perjuicio de los mismos o por cualquiera de los delitos previstos en los
artículos 107, 108-B, 110, 121-B, 122, 122-B, 125, 148-A, 153, 153-A, 153-B, 153-D, 153-E,
153-F, 153-G, 153-H, 153-I, 153-J, 170, 171, 172, 173, 174, 175, 176, 176-A, 177, 179, 179-A,
180, 181, 181-A, 182-A, 183, 183-A y 183-B del Código Penal, o por cualquiera de los delitos
establecidos en el Decreto Ley 25475, que establece la penalidad para los delitos de
terrorismo y los procedimientos para la investigación, la instrucción y el juicio: este literal
va a tener mucha relación con una de las causales de extinción de la patria potestad,
diferenciándose solamente al momento procesal en que se encuentre el padre o la madre,
admitiéndose la suspensión de la patria potestad cuando se ha iniciado procesos penales por los
delitos que se mencionan en la presente causal.

9) Por declaración de desprotección familiar provisional de un niño o adolescente: es


decir que en vía judicial se declare provisionalmente que el padre o la madre no están cuidando
debidamente la integridad física y psicológica de sus menores hijos, por lo tanto, se justifica la
suspensión de la patria potestad.

2.5. Extinción

Regulado en el artículo 77 del Código de los Niños y adolescentes, las causales serán:

a) Por muerte de los padres o del hijo: la muerte de los padres o de los hijos es un
hecho jurídico irreversible que pone fin a la persona humana, y al no presentarse uno o ambos
sujetos de la patria potestad será imposible su existencia.

b) Porque el adolescente adquiere la mayoría de edad: el cual se fundamenta en que la


patria potestad tiene vigencia hasta que los hijos cumplan los 18 años, ya que es con la mayoría

22
de edad que los ciudadanos peruanos, o en este caso los hijos, obtienen la plena capacidad de
ejercicio de sus derechos.

c) Por declaración judicial de desprotección familiar: a comparación de la causal de


suspensión de patria potestad del literal i) del artículo 75 del CNA, ahí se hacía referencia a la
declaración “Provisional”, mientras que este causal de extinción ya se refiere a la declaración
definitiva de la desprotección familiar, el cual conllevaría a la extinción de la patria potestad.

d) Por haber sido condenado por delito doloso cometido en agravio de sus hijos o en
perjuicio de los mismos o por la comisión de cualquiera de los delitos previstos en los
artículos 107, 108-B, 110, 121-B, 122, 122-B, 125, 148-A, 153, 153-A, 153-B, 153-D, 153-E,
153-F, 153-G, 153-H, 153-I, 153-J, 170, 171, 172, 173, 174, 175, 176, 176-A, 177, 179, 179-A,
180, 181, 181-A, 182-A, 183, 183-A y 183-B del Código Penal, o por cualquiera de los delitos
establecidos en el Decreto Ley 25475, que establece la penalidad para los delitos de
terrorismo y los procedimientos para la investigación, la instrucción y el juicio: Como se
comentó en la causal de suspensión de la patria potestad, el literal h) del artículo 75 del CNA,
aquí la diferencia es que el padre o madre sea condenado por alguno de los delitos mencionados
en el articulado, siendo requisito que exista una sentencia consentida o ejecutoria, que traerá
como consecuencia la extinción de la patria potestad.

e) Por reincidir en las causales señaladas en los incisos c), d), e) y f) del Artículo 75:
que serán: por darle órdenes, consejos o ejemplos que los corrompan, por permitirles la vagancia
o dedicarlos a la mendicidad, por maltratarlos física o mentalmente y por negarse a prestarles
alimentos.

f) Por cesar la incapacidad de hijo, conforme al Artículo 46 del Código Civil: el cual
nos habla de situaciones por los cuales un menor de edad puede adquirir la capacidad, estos son:

1. las personas mayores de dieciséis (16) años cesa por matrimonio o por obtener
título oficial que les autorice para ejercer una profesión u oficio.

2. Tratándose de mayores de catorce (14) años cesa la incapacidad a partir del


nacimiento del hijo o la hija, para realizar solamente los siguientes actos: i)
Inscribir el nacimiento y reconocer a sus hijos e hijas; ii) inscribir el nacimiento y
reconocer a sus hijos e hijas; iii) demandar por gastos de embarazo y parto; iv)

23
demandar y ser parte en los procesos de tenencia, alimentos y régimen de visitas a
favor de sus hijos e hijas: v) demandar y ser parte en los procesos de filiación
extramatrimonial de sus hijos e hijas; vi) celebrar conciliaciones extrajudiciales a
favor de sus hijos e hijas; vii) solicitar su inscripción en el Registro Único de
Identificación de Personas Naturales, tramitar la expedición y obtener su
Documento Nacional de Identidad y; viii) impugnar judicialmente la paternidad.

Subcapítulo III. Interés Superior del niño, niña y adolescente

El principio del interés superior del niño está reconocido en nuestra legislación por medio
del Artículo IX del Título Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes, el cual prescribe:

En toda medida concerniente al niño y adolescente que adopte el Estado a través


de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, del Ministerio Público, los
gobiernos regionales, gobiernos locales y sus demás instituciones, así como la
acción de la sociedad, se considerará el Principio del Interés Superior del Niño y
del Adolescente y el respeto a sus derechos.

Es por ello que Del Águila (2019) comenta que “El principio del Interés Superior del
Niño debe en ese sentido, siempre aplicarse en toda decisión judicial o extrajudicial sobre la vida
de los menores […]” (p.19). A partir de ello podemos decir que el SAP a ser un tipo de violencia
hacia los hijos e ir contra el interés superior del ello, encuentra la fundamentación para poder
considerarse como una causal de suspensión de la patria potestad, y al darle la reincidencia su
extinción, y en caso de tomarse en cuenta, las decisiones adoptadas en contra de este principio
conllevarían a que las decisiones jurisdiccionales puedan ser objeto de impugnación.

24
Capítulo III: Métodos

3.1. Método analítico-sintético:

Rodríguez y Pérez (2017) definen al método analítico – sintético en los siguientes


términos:

Este método se refiere a dos procesos intelectuales inversos que operan en unidad:
el análisis y la síntesis. El análisis es un procedimiento lógico que posibilita
descomponer mentalmente un todo en sus partes y cualidades, en sus múltiples
relaciones, propiedades y componentes. Permite estudiar el comportamiento de
cada parte. La síntesis es la operación inversa, que establece mentalmente la unión
o combinación de las partes previamente analizadas y posibilita descubrir
relaciones y características generales entre los elementos de la realidad. Funciona
sobre la base de la generalización de algunas características definidas a partir del
análisis. Debe contener solo aquello estrictamente necesario para comprender lo
que se sintetiza. (p.186)

En el presente caso, el objeto de estudio (síndrome de alienación parental) fue subdivido


en cada uno de sus componentes (alienación parental – causal de suspensión de la patria
potestad) a efectos de poder abordar de manera pormenorizada cada una de sus partes, con el
objeto de que posteriormente, podamos comprender la situación problemática bajo un enfoque
holístico e integral (síntesis) y elaborar la correspondiente propuesta de modificación normativa.

3.2. Método inductivo:

Este método fue utilizado para el análisis de la situación problemática, luego de haber
valorado los distintos aspectos que se verifican en la actualidad y los antecedentes que sobre el
tema se han recopilado, a partir de dichos datos particulares se pudo llegar a una conclusión
general que se traduce en la necesidad de que el síndrome de alienación parental tenga una
regulación actual expresa en el Código de los Niños y Adolescentes, específicamente en su
artículo 75° como una causal de suspensión de la patria potestad que encuentra su justificante al
ser una modalidad de maltrato psicológico infringido a los niños, niñas y adolescentes por parte
de uno de sus progenitores. Al respecto, Rodríguez y Pérez (2017) señalan que:

25
La inducción es una forma de razonamiento en la que se pasa del conocimiento de
casos particulares a un conocimiento más general, que refleja lo que hay de
común en los fenómenos individuales. Su base es la repetición de hechos y
fenómenos de la realidad, encontrando los rasgos comunes en un grupo definido,
para llegar a conclusiones de los aspectos que lo caracterizan. Las
generalizaciones a que se arriban tienen una base empírica. (p.10)

3.3. Método deductivo:

Este método, implantado por Aristóteles y sus discípulos, consiste en realizar un proceso
del pensamiento donde a partir de afirmaciones generales se pueda llegar a afirmaciones
específicas, utilizando las reglas de la lógica.

Para Dávila (2006):

Es un sistema para organizar hechos conocidos y extraer conclusiones, lo cual se


logra mediante una serie de enunciados que reciben el nombre de silogismos, los
mismos comprenden tres elementos: a) la premisa mayor, b) la premisa menor y
c) la conclusión. (p.6)

Para efectos de la presente investigación, se utilizó el método deductivo para poder


extraer a partir de una premisa mayor: La patria potestad se suspende por maltratos física o
mentalmente y teniendo en cuenta la premisa menor: El síndrome de alienación parental
constituye una modalidad de maltrato mental (psicológico), la conclusión de que es viable
incorporar como causal específica que el síndrome de alienación parental produce la suspensión
de la patria potestad.

3.4. Método histórico:

El método histórico se encuentra referido al esfuerzo que realiza el historiador o


investigador para establecer una serie de sucesos, ocurrencias o eventos en un ámbito afín. En
ese sentido, lo que se busca es enfocar históricamente los problemas para encontrar las
respuestas a las interrogantes. (Grajales, 2002) De forma complementaria, Mancera (2008)
afirma que “(…) Sólo si se estudia el nacimiento e historia de una institución existen mayores
posibilidades de comprender el actual funcionamiento de una institución” (p.219)

26
De este modo, en el desarrollo del presente artículo ha sido necesario recurrir al ámbito
histórico en que se empezó a utilizar el término del síndrome de alienación parental para
justificar la necesidad de tomarse en consideración la propuesta que se formula; así, el psiquiatra
Richard Gardner alertó ya en el año de 1985, que se suscitaban denuncias falsas por abuso sexual
en contra de los niños y niñas, incitados por sus madres quienes sufrían una especie de trastorno
luego de la separación con su cónyuge. De igual forma, al conocer la evolución histórica de la
institución de la patria potestad, se puede comprender que este “poder” ejercido de padres a hijos
no es totalitaria y arbitraria, sino que se encuentra sujeto a una serie de limitaciones que brinda el
legislador a efectos de proteger la integridad de los menores.

3.5. Método comparativo o Derecho comparado:

Al respecto, Mancera (2008) menciona que:

(…) el derecho comparado es una técnica metodológica que permite ser utilizada
para realizar comparaciones entre dos o más materias en varios sistemas jurídicos.
Una ventaja que ofrece el método comparativo es que permite entender un orden
jurídico diferente que el propio y navegar a través de diferentes sistemas jurídicos
(…). (p.217)

En lo que nos concierne, se utilizó el derecho comparado para conocer con precisión
como los países de México, España y Argentina abordan en sus ordenamientos legales internos
el síndrome de alienación parental. Así, hemos observado, por ejemplo, que la legislación
argentina incluye en el catálogo de ilícitos penales a este Síndrome, asignándole una pena
ejemplar a quien resulte responsable.

3.6. Método jurídico – propositivo:

Para Clavijo et al. (2014), el método jurídico – propositivo “se caracteriza porque evalúa
fallas de los sistemas o normas, a fin de proponer o aportar posibles soluciones” (p.50).

En el caso en concreto, el síndrome de alienación parental en el ordenamiento jurídico


peruano solo ha sido reconocido a nivel jurisprudencial, a saber: mediante la Casación N° 2067-
2010-Lima. Por ello, se propone en el presente artículo de investigación, que en el Código de los
Niños y Adolescentes se inserte de manera expresa este síndrome como una causal específica de

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suspensión de la patria potestad, al constituir una modalidad de maltrato psicológico de los
progenitores hacia sus hijos.

28
Capítulo IV: Conclusiones

PRIMERO: - Se concluye que, el Síndrome de Alienación Parental constituye una forma de


maltrato psicológico en contra de los niños, niñas y adolescentes por parte de un progenitor
alienador. En ese sentido, se encuentra inmerso en lo establecido en el numeral e) del artículo
75° del Código de los Niños y Adolescentes, a saber: “e) Por maltratarlos física o mentalmente”.
Sin embargo, al no estar reconocido de manera expresa y al ser un tema de estudio relativamente
nuevo (el término recién fue acuñado en el año 1985), los magistrados no toman en cuenta esta
situación grave a la hora de resolver un determinado caso, por su forma difícil de detectar. Por
ello, al estar dentro de sus facultades apartarse o no del criterio emitido en la Casación N° 2067-
2010-Lima, es necesario que se inserte de manera expresa al Síndrome de Alienación Parental
como una causal de suspensión de la patria potestad.

SEGUNDO: - Se concluye que, Los criterios que permitirán regular al Síndrome de Alienación
Parental como una causal de suspensión de la patria potestad son: i) el respeto a la dignidad
inherente a los hijos y sus progenitores; ii) la consolidación del derecho a la comunicación
adecuada entre el hijo y sus progenitores; iii) la defensa del derecho al desarrollo integral de
niños y adolescentes y; iv) el predominio del interés superior del niño y el cumplimiento de los
valores familiares.

TERCERO: - Se concluye que, es necesario que los Jueces de Familia en casos donde se discuta
la tenencia, evalúen también si es que ambos se encuentran en la capacidad de ejercer la patria
potestad, debiendo contar con el apoyo de un equipo multidisciplinario que pueda evaluar
psicológicamente tanto al demandante, demandado y niño o niña de quien su tenencia se
pretenda, a efectos de verificar si se encuentran indicios reveladores del Síndrome de Alienación
Parental. Respecto al instrumento que deberán utilizar, debe aplicarse de manera supletoria lo
establecido en el artículo 124 – B del Código Penal que establece que el nivel del daño psíquico
es determinado a través de un examen pericial o cualquier otro medio idóneo, con la siguiente
equivalencia: Falta de lesiones leves: nivel leve de daño psíquico, lesiones leves: nivel moderado
de daño psíquico, lesiones graves: nivel grave o muy grave de daño psíquico.

29
Capítulo V: Recomendación

Propuesta de modificación legislativa

Texto actual:

Código de los Niños y Adolescentes

Artículo 75.- Suspensión de la patria potestad

La patria potestad se suspende en los siguientes casos:


a) Por la interdicción del padre o de la madre originada en causas de naturaleza
civil;
b) Por la ausencia judicialmente declarada del padre o de la madre;
c) Por darles órdenes, consejos o ejemplos que los corrompan;
d) Por permitirles la vagancia o dedicarlos a la mendicidad;
e) Por maltratarlos física o mentalmente;
f) Por negarse a prestarles alimentos;
g) Por separación o divorcio de los padres, o por invalidez del matrimonio de
conformidad con los artículos 282 y 340 del Código Civil.
h) Por haberse abierto proceso penal al padre o a la madre por delito en agravio
de sus hijos, o en perjuicio de los mismos o por cualquiera de los delitos
previstos en los artículos 107, 108-B, 110, 121-B, 122, 122-B, 125, 148-A,
153, 153-A, 153-B, 153-D, 153-E, 153-F, 153-G, 153-H, 153-I, 153-J, 170,
171, 172, 173, 174, 175, 176, 176-A, 177, 179, 179-A, 180, 181, 181-A, 182-
A, 183, 183-A y 183-B del Código Penal, o por cualquiera de los delitos
establecidos en el Decreto Ley 25475, que establece la penalidad para los
delitos de terrorismo y los procedimientos para la investigación, la instrucción
y el juicio.
i) Por declaración de desprotección familiar provisional de un niño o
adolescente.

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Extremo de la modificatoria:

Código de los Niños y Adolescentes

Artículo 75.- Suspensión de la patria potestad

La patria potestad se suspende en los siguientes casos:


a) Por la interdicción del padre o de la madre originada en causas de naturaleza
civil;
b) Por la ausencia judicialmente declarada del padre o de la madre;
c) Por darles órdenes, consejos o ejemplos que los corrompan;
d) Por permitirles la vagancia o dedicarlos a la mendicidad;
e) Por maltratarlos física o mentalmente;
f) Por negarse a prestarles alimentos;
g) Por separación o divorcio de los padres, o por invalidez del matrimonio de
conformidad con los artículos 282 y 340 del Código Civil.
h) Por haberse abierto proceso penal al padre o a la madre por delito en agravio
de sus hijos, o en perjuicio de los mismos o por cualquiera de los delitos
previstos en los artículos 107, 108-B, 110, 121-B, 122, 122-B, 125, 148-A,
153, 153-A, 153-B, 153-D, 153-E, 153-F, 153-G, 153-H, 153-I, 153-J, 170,
171, 172, 173, 174, 175, 176, 176-A, 177, 179, 179-A, 180, 181, 181-A, 182-
A, 183, 183-A y 183-B del Código Penal, o por cualquiera de los delitos
establecidos en el Decreto Ley 25475, que establece la penalidad para los
delitos de terrorismo y los procedimientos para la investigación, la instrucción
y el juicio.
i) Por declaración de desprotección familiar provisional de un niño o
adolescente.
En el numeral e) se encuentra comprendido el Síndrome de Alienación Parental,
debidamente diagnosticado por el equipo multidisciplinario competente.

31
Capítulo VI: Bibliografía

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