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Testimonio

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El PCE destrozó a Bias de Otero


Yolanda Pina, viuda legitima del poeta, grita y acusa

E L poeta Bias de Otero. fallecido


en Majadahonda (Madrid). el 2Y
de junio de IY7Y. se había casado
por la Iglesia en Bilbao el 12 de agosto
años, era bibliotecaria
Escritores,
de la Unión de
escribía poesía y cuentos y
era autora de guiones de ballet y te-
levisión. (!)
de 1Y64 con la joven cubana Yolanda Se había divorciado y, de este prime~.
Pina Cervantes, que hoy reclama, en matrimonio tenía un hijo, Andrés.!~ ~
vano, la parte que le toca de la herencia Yolanda fue rápidamente la amante ' •1
del escritor. de Bias de Otero, y el poeta, que había
Pero tras esta historia de testamenta- dejado plantadas a otras, con Yolanda
ría se oculta otra, emotiva y desgarrado- se casó, boda civil, el 25 de marzo de
ra, que podría ser Una página más del 1964, a poco más de un mes de haber
libro de Jorge Semprún, «Autobiografía entablado relaciones con la joven bi-.
de Federico Sánchez» , y que se añade bliotecaria. ,e",yo 1.0 PAPÓ ~ ~~~~ .
de todos modos a la negra historia de Había olvidado, sin emb,?rgo, Bias de
<, Los bajos fondos del eurocomunisrno» Otero, un detalle de importancia incal-
y de sus principales representantes. culable e incalculada: no había pedido
El testimonio de Yolanda Pina ha sido permiso ni había informado de su boda
recogido en cinta magnetofónica. La al PCE, cuya sede cubana estaba en los
brutalidad de algunas acusaciones acon- locales del antiguo Centro Gallego,
sejó que solicitáramos a la señora de transformado en Sociedad f}rtística Cu._
Otero que narrara los hechos por escri-
to. Lo hizo. Fueron debidamente carea-
bano-Española "r- tw
(SACE).
La boda de Bias causó un considera-
L.. b~·
d?j con un cierto número de testigos de 'ble disgusto a los comunistas españoles. ~)
dis,intos períodos y confirmados, entre Yolanda Pina no correspondía a la ima-
otros. ror e! propio Jorge Sernprún , que gen que ellos se hacían de la que tenía
frecuentó a la pareja en La Habana. Por que ser esposa del «poeta del partido»,
fin, un aparato .importante de fotos y El PCE hubiera preferido otra esposa,
documentos certifica las palabras de la española y comunista de carné. Alguien
señora Yolanda Pina de Otero, que se bien amarrado que hubiera a su vez ~
decidió a hablar "después de haber ca- podido amarrar bien al poeta, hombre ~~
llado mucho tiempo, por miedo y presio- adicto; pero de carácter incontrolable X ( ~ .. ~
nes, pero ahora hablo porque estoy har- caprichos~. Un ,~cabeza de chorlito»: 'i
ta y cansada». como decía la senara Dolores Ibarrun C;
Bias de Otero, que había nacido el 15 de los intelectuales. No, Yolanda Pina, !
t 'f" de marzo de 1Y lOen Bilbao, era ya, en
enero de 1964, cuando fue a La Habana '----~ _ __J
divorciada y que ni siquiera era del PC
VCubano, no correspondía a la imagen
para ser jurado del Premio de
Poesía de la Casa de las Amé-
'. e-~ Cc.,.t..>\M'Ut....... austera y aséptica soñada por
'-4,.t. v.4.~\M.ot..."1 el PCE como esposa del poe-
ricas, un poeta conocido y t~..ñt.. y"...tL~_ tao ¿En quién pensaban') i.Ep
muy ligado al Partido Comu- ~",,-"""'... Sabina de la Cruz, tal vez? NO
nista de España, aunque, al <t-'- \-\~ • ~"'- Comenzó pues, inmediata-
parecer, jamás fue miembro de
carné. Había, sin embargo, es-
, Bi 11,-'0 tnl~L. mente, una acción sorda. Bias 'f~
t-VN" ~c.w.? fue ,duramente, amonestadq,rr- t J¡
tado ya, en aquella épuca y , ;t""- .f)J¡.. '. cayo, a los veinte dlas de la t
clandestinamente, en la URSS roo,' boda, en uno de sus habituales ')
yen China. estados depresivos. tV\',l t*LIIIO K
En esa época, el poeta había
tenido varias novias y eran fa-
Pidió un médico, y el PCE tú
envió al doctor Villalanda ,
mosos entre la progresía lus miembro importante del PCE
desplantes que las había dado, y psiquiatra formado en la
cuando ya estaban práctica- URSS. A pesar de que el esta-
mente al pie del altar. Hay que do de Bias de Otero no ofrecía
retener el nombre de una de la menor gravedad y que las
ellas: .Sabina de la Cruz. causas de su depresión eran
El día 7 de febrero de 1%4, perfectamente conocidas del
un mes, poco más o menos médico, éste ordenó el trasla-
después de su llegada a Cuba, do del poeta al Hospital Mili-
Bias de Otero conoció en La tarde LaHabana-Este ,
Habana a Yolanda Pina Cer- _ No se permitió a Yolanda
vantes. ,::ic..Jl: que visitara a su esposo que,
Yolanda, que tenía en la Bias de Otero y Yolanda Pina en cambio, tuvo que recibir a
época veinticinco o veintiséis El PCE no jugó limpio con el poeta menudo «al correveidile Pam-
/ •• I

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pliegas» (otro miembro del PCE) y este sión y se hizo car- I
personaje y el doctor instaron a Bias de go de los diversos gastos. (, rlM;. ~~:til
Otero para que se divorciara inmediata- La pareja vivió en el hotel hasta
( ) mente. Casarse con una cubana no pa- julio, que emprendió viaje a España.
recía prudente, decían, ya que las cosas Pero Bias y Yolanda ya estaban mar-
aún no estaban claras (era en el 64), la cados. Angustiados. Se amaban apasio-
«revolución aún no se había consolida- nadamente y el partido exigía al poeta
do» y si el poeta necesitaba esposa, «el que se divorciara. (".p~ t....
'!) ,
partido prefería que se casara con una Por Praga, P-arís e Irún, la pareja llegó
comunista española». (!) a Bilbao~JEn el viaje, Bias de Otero
expuso a Yolanda la situación en la que
El partido no perdonó (t.t~~ se encontraba y manifestó que había
decidido desafiar al partido, porque no
Bias" que no comprendía nada, pre- toleraba «que se metieran en su vida A fin de concretar el desafío, Bias
guntaba que qué tenían contra su Yolan- privada». propuso a Yolanda la boda Eor la ,'J..I
e-
da. No se tardó, en esas conversaciones Bias de Otero podía ser, a veces, un sia, que sabÍ~ indisolubli1J~:1pt:'~~~.··
o interrogatorios, en averiguar el punto vasco valiente y decidido, según aquel Yolanda Pina, que no era cnsuana, '
flaco del poeta: a su fragilidad de ner- «leiv rnotiv. que Pío Baroja aplicaba a fue catequizada y bautizada en Bilbao.
vios se unía la enfermedad propia de los su protagonista Galardi en « El laberinto La novia fue interrogada por un conci-
débiles, unos celos patológicos. Enton- de las sirenas». ..- liábulo de sacerdotes que examinaron
ces, la bajeza fue consumada. c..,) Cuando llegaron a Bilbao, Bias entrel., su pasado y dictaminaron que el anterior
El resultado no fue el que esperaba el gó a Yolanda una carta, un documento, matrimonio cubano, civil, era inexisten-
PCE:, Bias de Otero se abrió las venas. un texto que quizá sean las más bellas' te. Fue declarada soltera y así consta en
Salvaron su' vida en último extremo. (t) palabras de amor escritas por un hom- Los documentos y registros. La boda se
El partido no perdonó. La pareja es- )bre en lengua castellana. Son siete cuar-
taba viviendo en el hotel Habana Libre.(l, tillas cuya lectura conmueve profunda-
En una primera fase, pagaba la estancia mente. Empiezan diciendo: «Querida
«La Casa de las Américas». Luego los mía, yo no quiero divorciarme de ti,
gastos corrieron a cargo del PCE. (1) hazme este bien al menos, déjame guar-
Se dijo, pues, a Yolanda que el PCE dar la ilusión, cuando yo me ponga bien,
dejaba de asumir ese cargo y que aban- aunque tarde lo que tarde, iré a buscar-
I donara el hotel. Yolanda Pina recurrió te o te llamaré; sabes que eres la única

J. al Instituto Cubano de la Amistad con mujer que he querido en mi vida y que


los Pueblos, que no aceptó esa expul- ya no podría querer a nadie; déjame
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Testimonio

Otero y Yolanda, felices


El divorcio en La Habana vendría después

. trata de España» y Bias no llegó él nin- tación para Ir a la URSS, del CC del minantemente a recibir al poeta, que,
gún acuerdo para la edición de otro li- PCUS. según su esposa, se dio entonces cuenta
bro en París, en la Editorial Seghers. Bias, que interpretó la invitación co- de que «no había basura mayor que la
mo un «perdón» del PCE, aceptó muy persona de Bias de Otero para el PCE»~
El desprecio de la ilusionado. Pensó que le publicarían un L~ meses de vida marginada
Pasionaria libro en la URSS, qued<:: pagarían, como en la URSS, Bias sufrió otra crisis de-
en Cuba, con ~:;y que con ellas presiva, y no era para menos. Y el re-
La pareja envió entonces una so- compraría en Bilbao el pisito en el que medio consabido: internamiento en un
licitud de cátedra de Literatura Españo- la pareja quería vivir. Pensaba presentar psiquiátrico de Moscú, cierta clínica
la para Bias de Otero en la Universidad a Yolanda a La Pasionaria y creía que la muy conocida por sus curas a disiden-
de Las Villas (Cuba). Bias acababa de «rem· -como él la llamaba- interven- tes. Yolanda no pudo visitarle nunca.
rechazar, detalle muy poco conocido, la dría tavo ~mente en lo d,e la publica- No. Bias de Otero no había sido pe\- •
cátedra Juan Ramón Jiménez de la Uni- ción del libro .:'--'~¡6'- toS,' donado ni Yolanda admitida. (ilw t~ 6.,
versidad de Puerto Rico. Razón: «Son Ocurrió todo lo contrario. En Moscú,
norteamericanos .... Qué dirá el PCE?». De vuelta a España, y 9!1provista de
miembros del PCE reanudaron la cam- todo recurso económico a pareja deci-
En 1965, por medio del Comité Cen- paña de calumnias e infamias contra Yo- dió regresar a Cuba e 96 ensando
tral del PCE, la pareja recibió una invi- landa, y la señora Ibarruri se negó ter- que una vez allí, le darian a Bias la

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cátedra solicitada n Las Villas, o cual-
quier otro empleo
El viaje se hizo por París y Praga, en
donde Bias y Yolanda decidieron que-
darse ¡¡Igúo ueruno. Tenían amigos y.
entre ellos. el general Modesto, por
quien Yolanda sentía un profundo apre-
cio. Era. dice, el único miembro impor-
tante del PCE que la había tratado con
respeto y cariño. con humanidad. (n
I rnpulsi va, directa y un tanto inocen-
te, Yolanda dc Otero pronunció, en una
conversación telefónica con Modesto,
palabras que le costaron muy caras y
supusieron su condena definitiva por el
PCE. Dijo, en un arranque, que quien
debiera estar en cabeza del PCE no era
Santiago Carrillo, sino un hombre buc-
no como él, el general Modesto ...
Nadie habla impunemente por teléfo-
no en un país del Este. ni siquiera Mo-
dcsto. sobre cuyo carácter y personali-
dad el curioso lector consultara con pro-
vecho las ,. Memorias de Federico Sán-
chez -.
La carta del general
Modesto
Modesto recibió orden. y la ejecutó,
de escribir una carta a los camaradas
del PCE de Cuba diciéndoles que ofre-
cieran 500 pesos a Yolanda Pina, nrssío
que ella Plloíaid.su divorcio con BiTtSde
otero y copia de esta carta fue entrega-
da al propio Uias, que no dijo nada a
Yolanda. pero sufrió una nueva y fuerte
crisis. lo suficientemente grave como
para que Yolanda pidiera ayuda a ami-
gos cubanos residentes en Praga: el poe-
ta Herberto Padilla y su esposa Berta.
La carta fue mostrada posteriormente
en Cuba, por Bias, a su esposa y a un
grupo de amigos escritores que confir-
maron el hecho.
En Cuanto a la solicitud de trabajo. ni
siquiera había llegado a las manos del
doctor Sidroc Ramos, rector de la Uni-
versidad de Las Villas.
I J.\t. ~"J3la y su esposa estaban entonces
,e \ (1967) en Cuba en calidad de invitado1
1111.... del CC del PCc. i~t.M.I!\.It.~"&..,.tt.
\>(..~ - Se les ofreció la oportunidad de pasar
t~ t>algún tiempo de descanso en una resi- Jorge Semprün
General Modesto
lllX" :. dencia de ~P.I.l.W para trabajadores cer- Testigo de Yolanda Carta a Cuba
IJJ cana a La Habana y aceptaron, aunque boda con Yolanda. Luego, terminadas rada por el Consejo Nacional de Cultu-
Yolanda tendría que regresar antes a la las «curas», Bias contaba a su esposa ra la célebre bailarina española «La
capital por razón de la escolaridad de todo lo ocurrido.
su hijo. Chunga», con su esposo José Luis. Bias
Esta Vez la crisis fue provocada por los conocia y ambas parejas salieron
A las 48 horas de su regreso a La las palabras de un individuo, un español,!
Habana, Yolanda supo que Bias había juntas y se visitaron. Bias y Yolanda
que cuando Yolanda se marchó del lugar indicaron a sus amigos que pensaban
sido otra vez ingresado en el psiguiátci.- de reposo para regresar a La Habana se regresar a España en junio, pero que no
c.2JIel doctor Yj!laJanga, y esta vez pre- acercó a Bias y le dijo: «¡,Quién es esa sabían muy bien a dónde ir.
sa de una crisis tan dura que tuvieron muchacha con la que hablabas'? Yo la
que ponerle la camisola de fuerza. Entonces, «La Chunga» los invitó a
conozco. Esa fue prostituta en La Ha- su casa de la playa, que «aunque es
Bias, en Cuba, tuvo dos médicos. El bana». pequeña. nos apañaremos». i!1·~~"W..t.t I
cubano doctor Fleitas, que siempre tra- La reacción de Bias fue la normal. La invitación llenó de ilusión a Ía pa-
tó al poeta de forma rápida y eficaz y Violenta.
sin el menor problema ni coacción. y el reja y sobre todo a Bias. Personas que
Era un vasco, a veces valiente y deci- lo trataban en aquella época afirman
hispanosoviético Villalanda. que privaba dido. Le pusieron la camisa de fuerza y
al enfermo de todo tratamiento y atri- que Bias estaba entonces al borde d~ la
lo internaron. ruptura con el comunismo. C. B~ .t.c",,-I'
buía todos los problemas del poeta a su En mayo de 1967 llegó a Cuba, invi- Fue. pues, a los locales de la citada

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Testimonio
SACE, en donde estaban las oficinas
del CC del PCE, a fin de solicitar un
permiso de salida para regresar a Espa- Derechos en familia
ña el 22 de junio. Era un trámite obliga-
torio en su condición de invitado-pri- María Jesús, una de las dos herma-
sionero.? nas de Bias de Otero, vive hoy en
Pasaron días y semanas, y nada. Bias la Residencia Geriátrica de La Paz,
de Otero fue de nuevo a la SACE, y en el barrio bilbaíno de San Ig-
nacio. .
nada. Tercera visita y, una semana des-
Allí, en una de las salas de visi-
pués, Bias tuvo que decirle la verdad a
ta, recibió a Andel' Landaburu, de
Yolanda: «Tenemos que divorciarnos».
CAMBIOI6. «Mi hermano se di-
A las lágrimas de la esposa, el poeta vorció en 1966, en Cuba, en donde
opuso palabras tranquilizadoras: "No te años antes había contraído matri-
preocupes, paloma. Tú sabes que la bo- , rnonio con Yolanda Pina. Tenemos
da que vale es la de Bilbao. Nadie nos a documentación de la separación
separará. Te mandaré a buscar ... ». creemos, según nuestro abogado,
Pero la discusión no fue fácil. Yolan- uiz-Giménez, que es correcta».
da no se resignaba. Le dolía que Bias \ María Jesús.junto con su madre,
hubiera cedido. ajendió a BIas muchos años duran-
Bias no era siempre un vasco valiente te \sti.Jarga enfermedad, hasta que
y decidido, y esta vez pronunció pala- e~ ~ éste. decidió marcharse a
.; bras que Yolanda no pudo perdonar. VIVir a Madrid con su compañera
Palabras que reflejaban un miedo pro- Sabina, estancia interrumpida por
fundo e invencible de Bias de Otero, al frecuentes viajes a Bilbao.
«Siempre nos hemos llevado
PC E. 1'(0. \Iot.o f
\}o"_ ,,,,,,,' • rlu~e,... ~
muy bien con los dos. Este asunto
""'"~ ~ rb"4 i-WA'\w.. """'"
Vidas destrozadas ~~""'t;¿ de herencia no es para nosotros
una cuestión personal, no tenemos
nada contra Yolanda. Sin embargo,
r ~?Blas y Yolanda fueron divorciados
La Habana el 20 de noviembre de 1967.
en
a los tres días de la muerte de nues-
tro hermano, ella presentó una de-
Tras lo cual, pudieron salir de Cuba. manda exigiendo los derechos de
Pero ya todo el mal estaba hecho. autor por la obra de BIas, Noso-
La vida en común, después de lo que tros, posteriormente, al hacer nues-
había sido hecho y dicho, estaba des- ..-tra declaración de herederos direc-
trozada. tos, declaración y no pleito, hemJls
En Madrid, Bias y Yolanda, que ha- uerldo defender su obra.»
bían salido de Cuba separadamente, se Tras recordar los continuos sufri-
~II~' )..t vieron un par de veces. Bias quiso rea- mientos del hermano, María Jesús
~(,N.i..,'.~ nudar la vida en común. Yolanda estimó se lamenta de que BIas no hiciese
que no podía superar ciertos traumas. \ O ningún testamento: « Era así su ca-
t.
IV'D, tte..te.. . Vivieron separados hasta que, en ju- rácter, aunque más de una vez nos
c.olo\~ "- t.. nio de 1979, Yolanda se enteró por la afirmó que los derechos de su obra
~ .('(. ~"" ~[jidio y la prensa de la muerte de su serían para nosotras»,
¡'marido en Majadahonda. En cuanto a Sabina, nos ha dis-
gustado que se vaya diciendo por
Para ella fue un drama que Bias mu-
ahí que la familia le ha dejado en la
riera sin saber que habían sido perdona-
miseria. Es una calumnia. Nos en-
das las palabras que motivaron la sepa- tendemos muy bien con Sabina y
ración y todo el desgarro de un amor la queremos mucho. Con ella he-
- deshecho por celos absurdos, fomenta- mos solucionado, or ahor e te-
dos por una camarilla de viejos del PCE, e os lenes ma ena es com
los del «eurccornunismo». el de los dos P'sRs de Mtl rid
Por recomendación de una amiga, Yo-
landa puso sus intereses en manos de
un abogado madrileño, don
Antonio Ceballos Escalera (sí,
el 'de las anulaciones en el
Zaire). Q-.M,fI·~..... ~ •
Al celebrarse elt.íJlej@W
de 1979 en la plaza de toros de
Las Ventas de Madrid un ho-
menaje d ste mismo PC al
e a destroza o, o an a Pi-
na de Otero leyó en las pági-
nas de esta misma revista una
reseña del acto, en la que se
afirmaba que «la propia viuda
. de Bias de Otero tuvo, triste y
paradójicamente, que abonar
los derechos de autor de su
\ marido», que exigía, como es
de rigor, la Sociedad General
de Autores. Homenaje a Bias de Otero
El poeta vive. el hombre fue destrozado

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