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Tema 5.

Lo ausente pero implícito

Fernando Iván Hernández Camacho

Para comenzar comparto las reflexiones que se generaron tras el segundo ejercicio. Las reflexiones
de la persona que me apoyo siendo entrevistada fueron:

 Considera que la conversación dio espacio a cosas que o tenía ganas de hablar; aunque eso
estuvo bien porque era parte del objetivo de la charla. Ella conocía el tema de la actividad,
por lo que cree que sirvió para ahondar en lo ausente pero implícito a lo que está
experimentando.
 Considera que la entrevista no cambió mucho de lo que suele hacer, pero la llevó a un
lugar que estaba evitando llegar últimamente. Dejó salir algo que le preocupa actualmente
y que, aunque evite, tiene efectos en ella.

Mis reflexiones sobre la entrevista fueron:

 Me costó un poco entender las preguntas por su redacción, pero la lógica de buscar
ahondar en la historia de rechazo y resistencia al problema para conocer más de los
valores de la persona y luego proponer un poco sobre lo que puede y quiere hacer, me
pareció muy interesante. Un proceso lógico.
 A la persona no le costó mucho identificar sus valores y las sensaciones de desasosiego.
Hablar de sus esperanzas, sueños e intenciones le facilitaba la visita de la ansiedad y
despertaba la frustración que experimenta al ver poco posible conseguir lo que se plantea.
 La conversación le inquietaba, aunque trato de pensar en algo no muy complicado.
Comenta que ya había tenido una reflexión similar antes, pero no quería profundizar por la
ansiedad y culpa que le visita en las reflexiones. Pareciera tener muy claro algunas cosas y
en ese sentido considerar que hay poco que pueda hacer. Yo también temí no saber qué
preguntar o, al menos, que no se me ocurría cómo ayudar a salir de esos pensamientos
circulares y abrumantes. Sentí que podrían consumirme. No obstante, pudimos seguir y
aunque creo que no se terminó de engrosar la suficiente una historia alterna o de pensar
en opciones que pueda implementar a partir de sus herramientas, hablar de otras historias
sí le trajo un poco de calma; lo suficiente para seguir reflexionando con menos bruma y
agencia de sí misma.

Explorar lo ausente pero implícito me pareció en principio una tarea ambiciosa, ya que explorar lo
ausente es como cuando quieres entender un grano de arena a partir de todo lo que no es un
grano de arena. Es decir, se me ocurren infinidad de cosas que no son un grano de arena, la
otredad es infinita. En ella está lo que no es muy distinto a un grano de arena y lo más
contradictorio a éste que pueda existir. Clasificarlo es una tarea complicada por su amplitud tanto
como porque depende desde dónde se mire.

En un ejemplo más preciso al anterior dilema, si una persona dijera que su problema es la
incapacidad de hacer amigos, desde la doble escucha yo podría suponer que quizá quiere tener
más amistades, no porque lo correcto sea pensarlo así, si no porque mis esquemas me llevan a
hacer esas suposiciones. Pero la persona será quien irá definiendo a qué se refiere, a veces con
ayuda. Puede que la persona diga que no le interesa hacer más amigos, aunque tampoco detesta
la idea o la descarte, pero lo realmente le molesta que las personas le insistan en que debe de
tener más amistades. Entonces la persona va dejando conocer qué valores son los que le
atraviesan. Luego, quizá mencione que ve más importante hacer amistades profundas, aunque
sean pocas o que es importante dejar a las personas ser como son y no presionarlas a ser alguien
diferente. A lo que intento llegar es que no todo lo que está ausente está implícito en la narrativa.
Quizá sea obvio para algunas personas, pero para mí es necesario precisarlo así pues no podemos
caer en la tentación de dar por hechas nuestras interpretaciones, aunque nuestra experiencia sí
que nos tendrá mucho qué decir.

Por lo anterior creo que nuestra labor como acompañantes es facilitar, con una escucha atenta e
intervenciones oportunas, el nombramiento de historias, su significado, su relación, su
jerarquización y organización estratégica. Dado que lo ausente es mayor a lo presente, a veces
esta tarea será muy larga y honestamente no siempre llegamos tan lejos, pero creo que lo que
hacemos es parte de un intento por hacer costumbre el diálogo y la colaboración. Sería ideal que
las personas que participamos en esos procesos dialógicos lo pudiéramos exportar a la
cotidianeidad. No es solución, pero sí me parece estrategia de resistencia ante la bruma que
compartimos tantas personas en estos días.

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