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Querido Benjamín • Extra 1 | Parte 1

—Un día maravilloso—


Fue el día después de que Félix regresara a la mansión de San Diego que decidió llamarle a Tony
para contarle todo lo que había pasado en casa de Cole. Por supuesto, tuvo que esperar a que
todos se quedaran dormidos.
Tan pronto como la mamá y el pequeño bebé del florista fueron dados de alta del hospital
después de recibir el suficiente tratamiento médico, Félix pareció convencer exitosamente a la
familia para que todos fueran de inmediato a vivir junto a él en la mansión. Por lo tanto y tal vez,
de un modo más que satisfactorio, el tiempo pasó tan rápidamente que apenas encontraron el
tiempo necesario para acordar su reunión.
Había sido muy pesado para todos adaptarse al nuevo ambiente de la casa, así que se fueron a la
cama, aunque todavía no era de noche.
Su estudio era tranquilo. Sin cambios fuera de la ventana. La ciudad estaba allí, extendiéndose
bajo un cielo despejado. El mar azul pasaba por todo lo largo de la casa y el sol brillaba tanto que
incluso entraba en los espacios más oscuros de la habitación. Un ambiente cálido y acogedor
ciertamente.
—¿Qué es lo que pasa, señor?
Tony no pudo ocultar su creciente tensión y terminó por tragar saliva con un sonido bastante
exagerado. Incluso si parece que hay algo bueno en la vida de su jefe, la verdad es que nunca sabe
cuándo dejar de tener la guardia en alto.
Félix, que ahora estaba tomando Ron, tiene una pupila tan oscura que parece inevitable que sus
hombros se pongan todos rígidos.
—En realidad...
—Lo escucho.
Después de estar rodeado de su nueva familia, el hombre tenía una atmósfera más amigable que
nunca antes. Era todo sonrisas y palabras amables y la verdad es que todos estaban muy aliviados.
¡Tony siempre supo que esto era pasajero! El sudor frío fluyó sobre su espalda cuando Félix
extendió sus manos sobre la mesa.
—Benjamín es mi hijo, Tony.
Pero la confesión de Félix, que fue arrojada con una voz muy seria, fue incluso bastante ridícula
para esas alturas. Tony estaba a punto de comenzar a soltar un montón de palabras enojadas
sobre lo que sabía, pero en lugar de eso, decidió no hacer nada y dejar que siguiera con su
historia.
—Isaac dijo que era el Omega que... Humm, ya sabes. El omega que había estado buscando
durante los últimos cuatro años. Yo lo había imaginado antes de eso, pero una vez, cuando le
pregunté si lo era, me dijo que no era así. Dios, ya te imaginarás como me puse. Estaba como:
¿Diste a luz a mi hijo y lo criaste lejos de mí? ¡Benjamín era mi hijo todo este tiempo! ¡¿Nos viste
la cara a todos?!
—Oh, sí... A todos.
—Es una sorpresa, ¿cierto?
Tony dijo que sí, porque iba a ser muy vergonzoso para el pobre hombre si todavía se daba el lujo
de contradecirlo.
Después de hablar, Félix golpeó los hombros de Tony y se permitió poner una mirada toda seria.
—En fin, solo quería decírtelo en persona. A ti antes que a nadie más. Que tengo un hijo y un
compañero que me importan y que... Pues, me gustaría que pudieras cuidar de ellos como cuidas
siempre de mí.
—...
—Vamos hombre, no llores.
—Es que eso me hace muy feliz, señor. ¡Enhorabuena!
Con la voz toda atorada en la garganta, Tony tragó todos sus sollozos para intentar hacer lo
mismo con sus lágrimas. Estaba realmente conmovido por lo que le había escuchado decir, así
que no podía soportar cargar con sus sentimientos ni un momento más. Su nariz goteaba y
seguramente su expresión era un completo desastre.
Estuvo presionando demasiado fuerte, y lo lamenta.
Cuando en secreto intentó hacerle pruebas genéticas para demostrar que Benjamín era su hijo...
¿En realidad estaba pensando en lo mejor para el hombre o solamente era su deseo egoísta de
hacerle saber que de nuevo tenía la razón? Cuando piensa en eso, se siente tan mal consigo
mismo que parece como si una punzada estuviera subiendo por su pecho.
—Vamos, tampoco es para tanto.
Pero Félix, que no tenía forma de conocer los sentimientos de culpabilidad de Tony, solo pensaba
que eran lágrimas de un hombre emocionado.
Tony perdió toda su energía y se vio obligado a soltar los hombros y dejar caer su cabeza hacia
adelante.
—Así que por eso se enlazaron tan rápido.
Tony, que se limpiaba las mejillas una y otra vez mientras trataba de dejar de lado los
pensamientos desagradables, habló con una voz todavía bastante ronca. Félix no apartó la mirada
de él.
—Sí. En realidad, si él me hubiese dicho que era un Omega antes, lo habría hecho de inmediato y
nos hubiéramos evitado todo este mal trago.
Félix murmuró esto como si el mero recuerdo de sus problemas le hubiese hecho enojar una vez
más.
Pronto, se trasladó a la mesita que estaba cerca de la ventana y comenzó a buscar una taza en los
cajones que estaban bajo un lavabo. Había puesto a calentar un poco de té así que
inmediatamente preguntó: "¿Quieres qué te sirva un poco?". Pero como estaba actuando extraño
de nuevo, Tony solo decidió mirarlo.
Era difícil creer en toda la sinceridad que fluía de su boca así que, no había ninguna duda en que el
hombre había sido completamente cautivado por Isaac.
Recordó entonces el día del hospital. Cuando vio la marca sobre su cuello y pensó que ya no
recordaba ni como se respiraba. No solo Tony, sino todos los otros empleados que creían conocer
como era en realidad el hombre, abrieron los ojos hasta un punto exagerado y se quedaron
viendo sus cuellos durante toda la caminata que hicieron por el pasillo... Y así hubiesen seguido de
no ser por Benjamín gritando "papá" y corriendo a los brazos del florista.
Todos pensaron que debía haber una razón política o de negocios para que Félix estuviera tan
interesado en ambos... Pero resulta que todo se trataba de algo un poco más sencillo que eso. Y él
casi lo arruina por completo con sus intentos de espía.
—... ¿No quieres té? Está bueno. —En un día caluroso de verano, el extraño hombre había
comenzado a tomar un caliente té de manzanilla en lugar de seguir bebiendo cerveza o licor.
Ciertamente era otro cambio impresionante—. O al menos dime lo que te pasa. Me estás
asustando.
—Es que...
—¿Um?
—Es Isaac.
—¿Isaac está bueno? Pues sí, bastante.
—¡No! Es solo que... ¿Él es bueno para usted? ¿Está seguro de que esos son los deseos de su
corazón?
Félix frunció el ceño como si hubiera escuchado la pregunta más estúpida del mundo entero.
Suspiró brevemente y luego dijo que sí.
—Este es el compañero que el cielo ha decidido ofrecerme.
Tony sonrió levemente ante tan bonita conclusión. Sin duda, Félix encontró a su compañero ideal.
En realidad, el hecho de que fuera el mismo Omega que había estado buscando durante cuatro
años definitivamente era obra del cielo.
—También te llamé para algo más.
—¿Señor?
—Necesito un anillo de bodas. Encuentra el que sea verdaderamente inmenso, brillante y más
caro del mundo, y luego tráelo de inmediato aquí conmigo.
Los ojos de Tony se agitaron debido a la petición de Félix. Todo el ambiente bonito fue arrojado a
la basura.
—¿Un anillo?
—Nos hemos enlazado así que no tenemos que casarnos de inmediato... Pero necesito tener un
anillo de todas maneras. Encuéntralos y verifica que sea algo que yo utilizaría... Um, ¿sabes qué?
Debido a la personalidad de Isaac, mejor trata de que no sea algo lujoso. Pide algo que diga
"Tengo el suficiente dinero como para comprar Hawai pero no tanto como para comprar Rusia".
—...
—No, olvídalo. Ve a comprar un diamante en su lugar.
—Entonces...
—¿O debo elegir y ordenar el diamante yo mismo?
—¿Así que...?
—Tienes razón, voy a ir yo.
Félix dejó la taza sobre la mesa y a Tony completamente en blanco.
—Voy a buscar un salón de bodas entonces.
—No lo necesito.
Tony elevó una ceja ante una respuesta así de clara.
—¿Por qué no lo necesita?
—Isaac dijo que no quería una boda muy elaborada. Voy a llevarlo al registro civil del condado.
Pero la respuesta de Félix fue realmente increíble.
—Wow, el registro civil. Pero... No importa que sea puro papeleo, la gente que lo hace así por lo
general tiene una fiestecita después. Una boda es una boda.
—No... Está bien así.
Félix, que habla sobre su futuro matrimonio, de pronto se recarga en su escritorio y continúa
bebiendo de su té. Tony todavía no entiende la razón de querer hacer de su boda un evento tan...
Chiquito. De hecho, Félix Prixel era el tipo de hombre que podría tener una gran boda solo con
chasquear los dedos. Gigante y bastante exagerada. No solo tenía un abuelo millonario, sino que
el propio Félix podía quemar billetes en invierno para calentarse las manos y de todas maneras
tener tanto como para comprar 20 islas.
Si se trata de un matrimonio que incluya a Félix, tú pensarías que tendría pasteles y acróbatas y
tal vez, al presidente de invitado principal. Pero no. Solo va a ir a una oficina de gobierno.
El registro civil del condado es una pequeña oficina con algunas sillas tras un escritorio viejo. Para
5 o 6 personas cuanto mucho. En realidad, allí también hacían actas de nacimiento, de divorcio y
de defunción por lo que, no era del todo romántico o especial. El personal del ayuntamiento
simplemente ve sus credenciales, sus papeles, firma unas cosas, sella y les dice: "Ya está". Pero
como sigue siendo una boda, por lo general las mujeres llevan un atuendo bonito o un vestido
blanco y los hombres un traje.
Este matrimonio es muy simple, pero puede ser una forma cómoda para aquellos a los que no les
gusta tanto armar un escándalo. Y a Félix le gustaba ser escandaloso.
Nunca imaginó que pusiera primero la comodidad de alguien más antes que la de él, pero ya
estaba pasando.
—Entonces... Al menos los invitados.
—Claro. Anota: Isaac y Félix.
—...
—Bueno ya... La señora Parker y Benjamín. Y Noah también.
—¿Le gustaría notificar a su abuelo?
—No. Se lo diré a mi abuelo más tarde. Después de que termine la ceremonia.
—Tal vez se enoje.
Después de todo, era un anciano que había dicho varias veces que su sueño dorado era ver la
boda de su querido nieto Félix. Pero el hombre que estaba frente a él, como siempre, solo tomaba
sus propias decisiones sin pensar primero en las consecuencias.
—Pues que lo haga.
—Ya veo. —Tony inclinó la cabeza—. Entonces así será.
—Así será.
✤✤✤✤✤✤
Tan pronto como cruzó el pasillo del segundo piso, Félix frunció el ceño al darse cuenta de lo que
tenía frente a él.
En la habitación de Benjamín, parado en una puerta entreabierta, un tipo loco estaba espiando
hacía adentro.
Un tipo loco que... Además, era su primo.
Félix, acercándose silenciosamente a su espalda, lo miró como si de verdad quisiera matarlo.
Aunque en realidad no era tan insensible como para decirle que se largara.
Noah, que todavía se ve bastante joven cuando lo tiene de frente, entra a la habitación sin darse
cuenta de que Félix se acerca también. Dios. ¿Qué quiere hacer ahora ese sujeto?
Mientras se asomaba, Félix se vio obligado a pensar seriamente en su estado mental. Su vida era
estar rodeado de computadoras y todo tipo de máquinas extrañas así que, sin importar cuánto le
dijeran que saliera de su casa para tomar el sol —o del sótano de Félix—, el hombre apenas y
asomaba una mano. A veces incluso se preguntaban si tenían que ir a verificar que continuara
respirando. Además, está ese cabello largo, sus pantuflas de conejo y esos pantalones cortos que
hacen ver sus piernas bastante delgadas. ¡Y espiar la habitación de Benjamín lo hace ver como un
viejo pervertido! Aunque bueno... Si se arreglara adecuadamente, este omega de primera línea se
vería bastante bonito. Igual a un muñeco. Para Félix, sin embargo, el hombre era más bien una
copia barata del "Tío cosa".
Era natural que lo viera mal cuando estaba husmeando tan fervientemente en la habitación de su
hijo. ¿No es verdad?
Félix, que miraba a Noah con una expresión desagradable, siguió observando muy de cerca... En el
centro de la habitación decorada con Mickey Mouse, había una cama roja con forma de
automóvil, y acostado sobre ella estaba Isaac, durmiendo profundamente mientras abrazaba al
bebé por la espalda. Era una siesta tranquila, con los dos respirando suavemente bajo la luz tenue
del sol. Una vista encantadora que le hace cosquillas en el fondo del pecho.
Félix olvidó al hombre por un momento y se dedicó completamente a mirarlos con una expresión
cargada de amor honesto... Pero pronto, al lado de la cama, Noah se arrodilló para poder ver
mejor la carita de Benjamín.
—¿Qué estás haciendo ahora?
Solo entonces, Noah pegó un salto impresionante y levantó la cabeza para ver en dirección a Félix.
Su cara estaba completamente pálida.
—¡¡Joder!!
—¿Qué estás haciendo?
—¿De qué manera un puto demonio cómo tú pudo tener un angelito igual a él?
—Te preguntaré de nuevo. ¿Qué estás haciendo?
—Estoy viendo a MI sobrino, porque resulta que es el niño más bonito de todo el mundo
entero. Míralo nada más, mira sus ojitos. ¡No puedo quitarle la vista de encima ni aunque lo
intente con todas mis fuerzas!
—¿Qué dices? Chico loco.
—Um... ¿Pero sabes qué? Aunque tu personalidad es una mierda, admito que te ves bien. Mi
sobrino se parece mucho a ti.
—Pues eso es...
—Ojalá sea mucho más guapo y más inteligente que tú, o vamos a tener bastantes problemas
en el futuro.
—Pues ojalá no fuera tu sobrino.
—¡Ojalá no fueras el papá!
—Ah. ¡Retráctate!
Pero Noah aparta la vista de Félix y vuelve a centrarse completamente en el pequeño niño que
ahora parece muy entretenido chupando su mano. Solo estaba allí, mirando como si estuviera
muerto de amor por él... Cuando estiró los dedos para tocar su manita libre, el niño lo apretó
como un reflejo. Lo apretó fuerte, hasta hacer un puño.
La vista calma el corazón molesto de Félix.
—Es un niño muy tierno.
Fue cuando Félix habló inconscientemente, que Noah hizo los ojos en blanco.
—¿Y lo acabas de descubrir? Maldito ciego.
Pero ahora era Félix quién no le prestaba atención a Noah. El Alfa estaba absolutamente
atento en Isaac y en Benjamín. En sus rostros, en la manera en la que parecían tan cómodos
estando allí... Tanto así, que una nueva sonrisa se extiende sobre sus labios hasta hacerlo
brillar.
El niño, que dormía con la boca abierta, había esparcido su brillante cabello de tal forma que el
rostro de Isaac, quién había decidido sujetarlo con un poco más de fuerza, quedó casi
completamente oculto. El hombre suspiró... Y el sonido se escuchó tan bello que Félix se
estremeció con fuerza. Incluso había ocasionado que toda la sangre se le acumulara en la
entrepierna.
Cielos, se está volviendo loco.
Cuando Félix había decidido que era tiempo de salir, el niño comenzó a mover las piernas y los
brazos y después, sus ojos inmensos se abrieron. Bostezó, haciendo temblar sus párpados
blancos repletos de pequeñas pestañitas de plata.
—¡Oh, se despertó, se despertó! Whoa. ¿Quién es este sobrino hermoso? ¡Es tan bonito! ¡Me
voy a morir! ¡Me voy a...! ¡Ugh!
Aparentemente a Félix también le gustaba bastante dar puñetazos.
Benjamín solo miraba a Noah. De hecho, llevaban así varios minutos. Tal vez sea porque
todavía está medio dormido o, porque Noah estaba pateando a Félix o tal vez, porque no
estaba para nada familiarizado con él.
Sin sentarse o moverse, solamente parpadeaba y parpadeaba. Como si tuviera miedo de
preguntar algo y que fuera una pregunta que no le pudieran responder.
Entonces Noah se aproximó otro poquito a él y buscó de inmediato en el bolsillo de su
pantalón para sacar una paletita de fresa. De hecho, la agita de un lado a otro como si fuera la
bandera nacional. Luego, simplemente sonríe.
Benjamín, que notó el dulce, bajó lentamente de la cama y caminó pasito tras pasito hasta
extender las manos en dirección a Noah. Tenía curiosidad por el dulce y también sentía mucha
curiosidad por él... Pero luego simplemente se detuvo y miró a Félix.
—¿Puedo tomarlo?
Félix asintió con la cabeza al niño, diciéndole en silencio que estaba bien.
—Él es tu tío... También va a estar por aquí para cuidarte.
—Sí... Lo soy.
Al mismo tiempo en que decía eso, Noah se puso en cuclillas y extendió también los brazos
hacía él. Su voz, que parecía estarse derritiendo y su expresión aniñada, era tan encantadora,
que inmediatamente el niño se relajó y se aproximó con una marcha mucho más firme.
—¿Tío?
Frente al niño que repite la palabra con una pronunciación torpe, Noah parece ponerse a
temblar. Benjamín había extendido los deditos y sostenía la paleta utilizando toda la palma...
Ese dulce era su favorito, pero en realidad nadie lo sabía. ¿Cómo es qué él sí?
—Benjamín, ¿te gustan los dulces?
Cuando Noah pregunta, el niño asiente vigorosamente.
—¿Qué tal si compro una caja de dulces para ti? No, además de eso. ¿Qué otra cosa te gusta?
¿Me puedes decir?
—¿Cho...? ¿Chocolates?
—¿Sí? A mí también me gustan mucho.
—Sí, anda y pudre sus dientes tanto como te dé la gana. Te doy permiso.
Pero Noah fingió no oír a Félix en absoluto y en su lugar metió la mano de nuevo para sacar un
chocolate... Solo eso bastó para que las cejas de Benjamín se levantaran de inmediato y sus
pupilas brillaran tanto como si tuviera todas las estrellas del cielo metidas allí.
—¡¡Magia!!
—Magia... Dime, ¿qué otra cosa quieres?
—¡Una oveja! Papá, papá me lee un libro de ovejas antes de dormir así que...
Noah se rio de inmediato.
—Entonces te conseguiré una granja entera.
—... Yo le compré un establo. Solamente digo.
—Pero el tío va a conseguir mejores cosas para ti. ¿No es verdad?
—¡¡Sí!!
Como estaba pareciéndole una escena demasiado molesta, Félix intentó decirle que se callara
y que regresara de inmediato a su habitación... Pero Noah había agarrado la mano de
Benjamín y ahora se lo estaba llevando en dirección a la puerta. El niño seguía a Noah,
diciendo que estaba emocionado, que le encantaba la paleta, que la fresa era su favorita y que
también podía leerle el cuento a él. Aunque todavía no lo hacía bien, estaba dispuesto a
enseñarle los dibujos.
El hombre parecía un secuestrador que había logrado embaucar a un niño inocente con dulces,
así que Félix frunció el ceño.
Definitivamente estaba comprometido a decirle a su hijo que nunca, nunca, debía seguir a
nadie que le diera dulces.
QB • Extra 1 | Parte 2

Félix había estado esperando por más de cinco minutos a que el niño y su primo regresaran...
Pero al parecer eso jamás iba a suceder.

Después de rascarse la mejilla y soltar una respiración bastante pesada, volvió la cabeza.

En la habitación decorada completamente con Mickey Mouse, sobre la cama de donde escapó
Benjamín hace unos minutos, Isaac mantenía sus ojos completamente fijos en Félix. Su mirada
similar a la obsidiana negra y su boca en una línea perfecta. El Alfa abrió la boca, pero
solamente pudo quedarse en silencio. Después de todo, habían armado todo un escándalo
gigante y el niño se le había escapado de las manos segundos después de hablar sobre paletas.
Obviamente iba a despertar.... No, tal vez nunca se durmió en primer lugar.

—¿Tengo que preocuparme?

Noah era el décimo tercer personaje que había descubierto merodeando por su puerta.
Incluso Jack, que fue herido terriblemente en el muslo, llegó cojeando solo para poder ver a
Benjamín.

—¿Todos tus hombres tienen ese mal hábito?

—No te preocupes, es solo que están muy emocionados. Es la primera vez que tenemos un
niño viviendo aquí.

Félix, que descartó las visitas como un problema, se apoyó contra la puerta y la cerró antes de
ir en dirección a la cama de Benjamín.

Isaac, que yacía cómodamente sobre su estómago, comenzó a estirarse e incluso se permitió
bostezar.

—Trato de dormir con Benjamín para comenzar a acostumbrarlo. —Isaac murmuró y dejó que
Félix se le acercara para comenzar a enredar los dedos en su cabello negro—. Pero, bueno, si
logré hacerlo un minuto o dos fue un milagro.

Han pasado dos días desde que llegó a la casa, pero Benjamín se fue y se durmió con su abuela
como si fuera lo más natural del mundo. Incluso cuando Isaac había dicho que quería que
durmiera con él a partir de ahora, la verdad es que Benjamín era terco. No era porque odiara a
su padre, es solo que no estaba acostumbrado a pasar todo el día con Isaac. Cuando trató de
bañarlo y luego acostarlo a su lado, Benjamín tomo sus cosas y se fue de inmediato a la
habitación de Jessica... Pero, ¿qué podía decir? Era su rutina natural y un hábito difícil de
cambiar.

No mucho después del nacimiento del niño, tuvo que irse y dejarlo solo. Su ambiente familiar
era su abuela y él era un mero intruso.

Ahora que la situación se ha solucionado y que puede pasar todo el tiempo del mundo con
Benjamín... La verdad es que cuando no lo toma en cuenta no puede evitar sentirse
absolutamente triste. En primer lugar, Benjamín, que tiene cuatro años, ya no toma una siesta
larga. Siempre se le escapa porque ya no tiene sueño y jugar es definitivamente más
entretenido que estar con él. Iba a la escuela y de alguna manera se las arreglaba para tomar
una siesta de algunos minutos, luego se levantaba con rapidez.

—El tiempo transcurrido no regresa... Y me perdí el momento en que mi bebé era un bebé.

Era perseguido por Cole, así que no podía pasar nada de tiempo con Benjamín... Mientras, el
niño ya había crecido tanto y tanto hasta que finalmente logró alcanzar este punto. Era una
pena.

—No es apropiado que hables sobre eso conmigo. Yo ni siquiera lo vi nacer.

Entonces Félix sonríe, barriendo las mejillas de Isaac con la punta de los dedos hasta hacerlo
suspirar. El hombre lo miró, con una expresión bastante incómoda.

—Yo...

—Pero, aunque es una pena, ya no podemos remediarlo, ¿verdad? En cambio, solo podemos
pensar que quedan incontables horas por venir. Y definitivamente vamos a estar con él para
acompañarlo en todas.

—Félix...

—Me alegra que ustedes sean mi familia.

El débil olor de Félix, que susurra cosas tan tiernas sobre su cabeza, le hace cosquillas en la
punta de la nariz... Después, Félix le mordió ligeramente el labio superior y el labio inferior
también. Fue un beso pequeñito que en realidad pasó en un abrir y cerrar de ojos, pero que
dejó una emoción que se extiende en todas direcciones.

—Y piénsalo. ¿Qué es lo bueno de que Benjamín se escape?

—Um... ¿Qué es lo bueno de algo así? —susurró, mientras cerraba los ojos para permitir que le
lamiera los labios hasta dejarlos completamente húmedos. Le hizo cosquillas en un lugar que
no conocía.

—Si Benjamín dice que quiere ir con la abuela, entonces puedes venir y dormir a mi lado.

—Oh...

—Te necesito mucho más de lo que Benjamín te necesita.

Félix se tragó rápidamente sus labios en un beso que impidió que Isaac continuara hablando.

Hasta ahora, parecía haber sido una broma candente, pero su lengua caliente entra y le derrite
la membrana mucosa de la boca. El movimiento lento y suave le hace temblar la barbilla hasta
el punto en que incluso lo deja sin aliento. La saliva se derrama y le hace surcos en el cuello y
después, viene un gemido.

Un gemido fuerte y duro.

—¡Ah! Dios mío...

Una vez enlazados, las feromonas de otros no pueden afectarlos... Pero se vuelven
terriblemente adictos a las feromonas de sus compañeros. Eso dijo Cole, y la verdad parecía
ser cierto.

Ahora, por ejemplo, estaba muriendo de calor por un simple beso.

—Isaac, ¿por qué te diviertes tanto excitándome?

—Ah... Fuiste tú quien comenzó.

—Bueno, sí, pero... ¿Realmente es mi culpa cuándo te ves así?

—¿Esa es tu mejor excusa?

—No es excusa, mi omega tiene una expresión verdaderamente sucia justo ahora. Además,
¿no es esto lo normal en los recién casados?

Cuando Isaac murmuró débilmente las palabras "recién casados" se sintió como algo tan
embarazoso que rápidamente se le subió todo el color a la cara. Félix, que era absolutamente
desvergonzado, parecía estar entreteniéndose demasiado con la idea de morderle el lóbulo de
la oreja con los labios una y otra vez.

—Somos recién casados, porque nos enlazamos.

—Um...

—Y los recién casados deberían poder hacer el amor como bestias sin importar si es de día o
de noche o el cuarto de sus hijos.

Félix es insoportable cuando no para de hacer ni de decir cosas así de obscenas. Le muerde el
lóbulo de la oreja y luego solo lo lame utilizando la punta de la lengua... Isaac termina gritando.
El aliento húmedo de Félix le llega al oído y baja por sus terminaciones nerviosas hasta
concentrarse en el área alrededor de su coxis. Parece que está palpitando, así que comienza a
hacer un vaivén lento con la cintura.

El deseo se levantó como el humo de una chimenea. Por supuesto, habría aceptado seguirle el
juego si solo estuvieran ellos dos.

—... No, no podemos hacer algo así en la habitación de Benjamín.

Después de tomar un poco de aire y hablar en un intenso tono de queja, Félix comenzó a reír
otra vez.
—Sí. Tienes razón. Si nos quedamos aquí definitivamente voy a perder el control.

Los húmedos labios de Isaac fueron frotados con la punta de sus dedos así que se permitió
cerrar los ojos otra vez... Félix entonces suspiró con fuerza, se levantó de la cama y agarró las
manos de Isaac para acomodarlas suavemente entre las suyas. Parecía muy, muy feliz.

—Sígueme, cariño. Vine aquí porque había algo importante que quería mostrarte.

—¿Qué quieres mostrarme? ¿Puedo saber?

—Lo sabrás cuando estemos allí.

Isaac ya no hace preguntas mientras se coloca los zapatos y se deja guiar por lo largo del
pasillo. Estaba preparado para cualquier cosa, una fiesta sorpresa, un evento público, un
desfile, más caballos... Fuera lo que fuera, piensa que definitivamente será algo tan exagerado
como para hacerle doler la cabeza. ¿No es así lo normal?

—No está muy lejos.

Poco después y así como había prometido, dejaron de caminar y se detuvieron frente al salón
principal... Le habían dicho que era un lugar destinado para recibir a invitados importantes así
que comienza a sentirse especialmente nervioso cuando escucha un pequeño sonido saliendo
de allí. Como si... Alguien los estuviera esperando.

Félix abrió la puerta...

Había un hombre de mediana edad, saludando cortésmente tan pronto como Félix e Isaac
entraron. Y Tony estaba allí también, parado muy dignamente junto a la ventana.

—Señor, este es Christopher Santz, el mejor joyero de San Diego.

El comportamiento del hombre era limpio e impecable. La actitud era de todo un caballero.
Como un comerciante que estaba más que acostumbrado a ocuparse de los ricos. Miró a su
alrededor y después de la breve introducción, Christopher arregló su traje negro y desplegó su
maleta de terciopelo lujosamente diseñada sobre la mesa. Había todo tipo de anillos, joyas y
una gran variedad de collares de mujer. Hay muchos conjuntos de pulseras y anillos y en el
otro lado, hay pequeñas gargantillas y varios accesorios diversos. Sus diseños definitivamente
eran uno de los mejores, con las gemas más finas y los arreglos más bonitos del mundo entero.
Los que hacían que quisieras tenerlos sobre ti con solo mirarlos.

Isaac cree que es mucho para él, pero definitivamente es muy del estilo de Félix.

—Isaac, no te preocupes por el precio. Solo mira los anillos y dime cuál te gusta.

—Pero yo te había dicho que estaba bien no tener anillo. Lo de esa vez era solamente una
broma.
Isaac finalmente habló, mirando al lugar donde se alineaban docenas de anillos.

—Por supuesto que vamos a tener un anillo. ¿Quién es tan idiota como para casarse sin uno?
Obviamente yo no.

No pudo evitar que Isaac se riera de su voz.

—Bueno, entonces me gustaría un diseño que sea fácil de usar. Ya sabes... Algo que no sea
demasiado grande, pesado o hermoso.

—Um...

—No quiero que miren mi mano todo el rato y no quiero que interfiera con mi vida cotidiana.
No quiero que se atore y me gustaría que...

Isaac, quien audazmente explicó todo lo que quería, dejó de hablar ante la mirada tan
profunda que le dirigía Félix. Antes de preguntar por qué hacía eso, el hombre inclinó la cabeza
y pegó de nuevo los labios en la punta de la oreja de Isaac.

—Me encanta que parezcas tan emocionado como yo.

—...

—El sol se pondrá pronto, y de todas maneras estoy dispuesto a escuchar tus palabras toda la
noche y el resto de la madrugada.

Una voz risueña y cálida se aferra a su piel. El susurro hace que se encoja de hombros.

—Pues entonces procura hacerme caso, ¿sí?

Fingiendo no escuchar la queja de Isaac, Félix va hasta los anillos que están en la parte derecha
y elige un anillo de platino que parece bastante simple pero muy sofisticado. Un diseño
delicado y hermoso. Christopher también alabó el ojo perspicaz del hombre y pasó a decirle
una lista de beneficios y costos... Isaac solo miraba en silencio. No solo los anillos que Félix
tomaba eran caros, sino que todos los anillos en exhibición son en su mayoría de alta calidad.

Platino, con o sin gemas. Oro o plata. Incluso fantasía... Piensa que sería maravilloso si tuviera
un anillo que pudiera encajar con los ojos de Félix. En realidad, en lugar de analizar anillos y
joyas que ni siquiera sabía si iba a utilizar, era mejor mirar a Félix y perderse un poquito en él...
Mientras el hombre todavía no se daba cuenta.

Entonces, Isaac, que tenía a Félix en sus ojos, de repente se dio cuenta de que había algo más
allí.

—Pero, ¿qué es eso?

En respuesta a la pregunta de Isaac, Félix, que metía un anillo en su dedo meñique,


instintivamente comenzó a sonreír.
—Es que quiero darle un anillo también a Benjamín y un brazalete a la señora Parker. ¿O
debería decir mejor la palabra "suegra"?

—Ella no...

—Le voy a dar un set de joyas. No sé su gusto, así que por favor recomiéndame algo.

La respuesta fue simple y precisa, pero Isaac de todas maneras no podía comprenderlo.

—No tienes que hacer eso. —Isaac nunca le había visto tener ningún accesorio demasiado
extravagante así que suponía que ese no era su estilo—. Si quieres, entonces tal vez otras
flores...

—Es mi libertad dar regalos, así que no tienes derecho de pararme.

Pero Félix fue duro en cuanto a eso. Isaac lo ve, y entonces todas sus palabras se derriten en
un instante y le hacen contestar con un tono más tembloroso:

—Además, Benjamín no necesita...

—Hey, escúchame. Tengo la posibilidad y el dinero suficiente para hacer lo que crea mejor
para mi familia. Además, ¿por qué no piensas que es un regalo de los dos? Porque mi dinero
también es tu dinero.

Los comentarios de Félix, que fueron arrojados de la nada, silenciaron de inmediato todas las
quejas de Isaac. Fue algo inesperado y definitivamente lo había dejado con la boca abierta.

—Por no mencionar que, si muero primero, toda mi riqueza irá a ti y a Benjamín.

—Por favor no digas eso...

—Pero tanta belleza no puede ser eterna, ¿verdad?

Félix lo había dicho como una broma, pero Isaac todavía lo miraba como si eso lo hubiera
hecho enojar.

—Creo que estás pensando de más, Isaac, así que te lo voy a decir de antemano.

—¿Qué es?

—Tú ya tienes mucho dinero por tu cuenta. Ni siquiera necesitas preocuparte por lo que gasto.

—¿Cómo así?

Isaac era el ex capitán de la marina y además era un miembro especial de los DevGru. Su
subsidio de vida era en realidad enorme porque el país les otorgaba distintos tipos de
beneficios a los soldados vocacionales. Las pensiones también eran generosas... Aunque fue
expulsado del ejército, ahora está siendo objeto de una investigación especial por lo que es
probable que amerite otro subsidio grande.

De todas maneras, esa no puede ser una "gran riqueza." Isaac lo miró en silencio, sin saber que
decir.

—Noah lo descubrió.

Félix se encogió de hombros como si fuera un poco difícil de decir.

—¿A qué te refieres?

Frente a un desconcertado Isaac, Félix solo sonríe levemente.

—Noah estuvo buscando cuál era la fortuna de Cole Patrick. Debe haber estado bastante
aburrido o, solo tenía curiosidad al respecto.

Cole Patricks. El nombre que Félix escupió fue realmente inesperado y todavía le ocasionaba
escalofríos. Era un tema que no quería escuchar, así que trató de detenerlo... Pero Félix habló
sin dudarlo:

—Todas sus propiedades en los Estados Unidos fueron confiscadas por los militares. Por
supuesto, eso es lo que se esperaba. —El tamaño de la corrupción que cometió en la Marina
fue enorme así que no era sorprendente que los militares se hubieran apoderado de él como
un intento torpe para encubrirlo. Félix agregó—: Pero nadie sabía que tenía una fortuna
escondida en una cuenta de un banco en Suiza.

—¿Una cuenta suiza?

El dinero que ganó fue escondido tan fervientemente que se acumuló de maravilla, así que...

—No entiendo...

—Keith Patricks. ¿Olvidaste que eres el hijo de Cole? Además de ti, nadie está legalmente
involucrado así que eres el único que puede heredar el legado de Cole Patrick. Y son millones.

—Carajo.

—Eso te convierte en su heredero.

Sin embargo, no fue un buen sentimiento. No quiere tener el legado de un hombre como él.
Alguien que ganó dinero matando y engañando y dañando a muchas personas. Violando...

—Noah hará la preparación... Solo tienes que firmar.

—Si es así ¿Puedo... Donar el dinero? No hay razón para tener dinero sucio conmigo. No quiero
una fortuna que fue ganada con la vida de alguien más así que... Utilizaré una parte para la
florería. Como fue Cole quien rompió la tienda, sería mejor hacerlo pagar.
Félix se encogió de hombros.

—Lo que tú quieras... Aunque no sabía que ibas tan enserio con la florería.

—Es mi sueño.

—Y es un sueño bonito... Solo pensé que ibas a regresar a las fuerzas armadas.

—De ninguna manera. No tengo intención de volver al ejército. Alistarse en la Marina era el
deseo de Cole...

Una tenue sombra se instaló sobre el rostro de Isaac, quién había recordado
inconscientemente el terrible pasado. Félix le frotó los hombros de arriba para abajo y luego,
vuelven a mirar en dirección a la mesa llena de anillos y joyas.

Lo había olvidado ya que la historia con Félix se hizo larga... Y era vergonzoso que el joyero y
Tony todavía estuvieran allí. Isaac pronto se tocó las mejillas que le estallaron de calor.

—Lo siento... Fue un mal momento.

Cuando se disculpa, Christopher sonríe y dice un "no". Suave. Félix, que se ve


excepcionalmente feliz hoy, pronto vuelve al tema inicial y comienza a tomar muchos otros
anillos. Empezó a elegir joyas y a ponerlas sobre sus manos para hacerlas resaltar.

—Bueno, entonces... ¿Te gustan?

Isaac suspira, porque sus ojos azules son más brillantes y hermosos que las joyas.

—Mucho.

QB • Extra 1 | Parte 3
—¡Félix!
Su voz aumentó sin su conocimiento.
El problema había surgido porque mientras salía de bañarse y se secaba el cabello con una
toalla, Félix, que entró de la nada, lo abrazó por la espalda y comenzó a acariciarle el vientre.
Ya pasó una semana desde que se mudaron a la residencia de Félix y ahora utilizan la misma
habitación y la misma cama. Pero incluso en este corto periodo de tiempo, Isaac se siente
incómodo con la realidad que implica estar con alguien.
A menudo lo sentía, que no se acostumbraba. No solo era por los inconvenientes de compartir
por primera vez su espacio con otras personas, sino por la existencia misma de Félix. Por
ejemplo, cuando es momento de cambiarse de ropa, acaba con un montón de besos
derramándose sobre sus hombros. Al despertar, se da cuenta de que ya lo tiene acariciando su
rostro y también está este nuevo problema de la ducha.
—¿Cuántas veces piensas hacer eso? ¿Eres una bestia o qué te pasa?
—Exacto. ¡Soy toda una bestia con cuernos!
Con una voz ridícula, el Alfa con cuernos que respondía al nombre de Félix, agarra los
pectorales de Isaac con fuerza y lo aproxima un poco más hacía él... Aspirando profundamente
su olor, comenzó a morder la parte de la nuca que tenía la marca.
—¡Pues basta!
—¿No es lo normal? ¿Qué tenga ganas de molestar a mi Omega cuando se ve así de
indefenso?
Su voz estaba mezclada con bastantes risas así que Isaac se molestó de inmediato.
—¿Estoy indefenso? Entonces… ¿Debería tomar una postura defensiva al salir de la ducha?
—Eso suena muy agresivo.
—Pero parece que eso quieres, ¿no es verdad? ¡Que me ponga agresivo y cambie mi actitud!
Isaac agarró sus muñecas y respondió bruscamente haciendo un tipo de llave que terminó con
Félix gimiendo... Y no precisamente de dolor. Cuando liberó un poco su agarre y dejó que se
aproximara contra su pecho, el hombre giró la barbilla de Isaac para besar ligeramente sobre
sus labios.
—No, no tienes que cambiar tu actitud... Aunque carajo, el número de capitán de la marina
resistiéndose me endureció el pene.
—... Suficiente.
—De verdad te amo demasiado.
Su voz, pese a todo, era desafortunadamente dulce. Los sentimientos que tenía por él eran tan
fuertes como vergonzosos y frustrantes así que su cuerpo se apagó.

Félix lo besó apresuradamente y cambió a una posición en la que pudiera succionarle los labios
y meter poco a poco su lengua.

El beso, que siguió por algunos minutos más, se convirtió rápidamente en un beso violento.
Lleno de pasiones explícitas que hicieron que la fiebre se les subiera por el vientre hasta
llegarle al pecho. Al final, igual que un perro Pavlov, en el momento en que comienzan sus
besos el interruptor que está oculto en algún lugar del cuerpo de Isaac se enciende y el interior
se calienta hasta hacerlo babear. Fue como ponerlo a hervir.

Cuando Isaac, borracho de placer y de lujuria, exhala todo el aire caliente que lleva en los
pulmones, Félix camina con él hasta ponerlo casi completamente sobre el lavabo de mármol.

El pecho de Félix, tocando su espalda desnuda, provoca que sienta una presión tan intensa que
hace que su cabeza cuelgue por completo hacia adelante. Luego, gira el brazo de Isaac hacia
atrás. En una posición que la mayoría de los sospechosos arrestados por la policía
experimentan siempre. La policía solía esposar el brazo del criminal y lo hacía girar justo sobre
su cabeza. Así como ahora lo está haciendo él.

Isaac, que era un ex capitán, nunca había sido atrapado ni tratado así antes por lo que gruñó y
trató de liberarse. Félix puso sus labios en su oído y susurró:

—Isaac, quiero que mantengas la calma sin importar lo que haga contigo.

—¿Y por qué te dejaría hacer eso?

Después de todo, Félix finge no haber escuchado. Aunque en realidad, estaba tan excitado
como para entender qué demonios había dicho.
Isaac se muerde los labios, con el pecho y las mejillas en el mostrador del fregadero.
¡Definitivamente no era su plan golpear el fregadero justo después de ducharse!

Como él dijo, todo se sentía como si fueran recién casados, pero se preguntaba
frecuentemente si los recién casados realmente hacían esto. Él quería hacer el amor con él.
¡Por supuesto que moría de ganas! Pero pensaba que era el tipo de cosas que podían hacer en
la cama. Bajo las sábanas y actuando de una manera "bonita." No mentía, el italiano era una
especie de bestia hambrienta e insaciable, y empeoraba a medida que pasaban los días.

Está vez... Su lengua está lamiendo las gotas de agua sobre sus hombros.

—¿Sabes qué? Las feromonas Omega se están volviendo más espesas desde que dejaste de
beber el inhibidor. Es difícil soportarlo.

Después de lamer y morderle, Félix se movió lentamente a lo largo de su columna vertebral. Lo


besa muy suave y a veces incluso chupa la marca que queda del beso. El calor se extiende,
como una deslumbrante corriente eléctrica que escala a través de cada nervio y se extiende a
todos los rincones de su cuerpo... Incluso si lo hacen todos los días, este fue definitivamente
un estímulo más intenso.

—Um... Si es así, creo que sería mejor volver a tomar el inhibidor.

Mientras murmuraba esto, Félix mordió el área alrededor de su cintura... Las marcas de sus
dientes están claramente talladas por aquí y por allá así que Isaac solo tembló y soltó un
gemido más intenso.

—¿Sigues diciendo tonterías? ¿Por qué siempre quieres quitarme las cosas que me gustan
tanto?

—Entonces... ¡Ah!

Las palabras se derriten rápidamente en su lengua, entre gritos y los dedos de Félix, y su boca
que baja hasta instalarse en su ano para comenzar a hacerle sexo oral... Un terriblemente
lento sexo oral desde arriba para abajo.

La corriente intensa fluye a la punta de sus manos mientras se recuesta completamente sobre
el lavabo y aprieta los dedos en una posición que parece bastante extraña. Es espeluznante,
realmente espeluznante.

—Tienes que aprender a controlar el flujo...

Félix se levantó, y sus dedos cayeron lentamente hasta quedarse sobre la toalla de baño que
estaba amarrada alrededor de la cintura de Isaac. Luego, como si fuera todo lo que necesitaba
para ser feliz, agarró la toalla y se la quitó de inmediato para aventarla casi hasta el otro
extremo.

—Las feromonas... No sé cómo... ¡Ah! ¡Ahí, Félix!


Isaac de repente levantó la voz cuando Félix volvió a agacharse para poder colocar la lengua
nuevamente en el espacio palpitante de su trasero. Empezó a temblar...

Definitivamente era mejor cuando no tenía la toalla encima.

—¡Espera! ¡Félix, espera!

Isaac, avergonzado, lo llamó apresuradamente una y otra vez, pero las manos que sostenían su
cadera solamente se aprietan con más fuerza. ¡Si no se hubiese sostenido del fregadero era
más que seguro que sus extremidades colapsarían sin que lo pudiera detener! El sonido de
chupar y lamer ya se estaba volviendo demasiado insoportable para su propio bien.

—He estado entrando y saliendo de aquí, pero nunca me lo había comido de esta manera...

Pronto, cuando la voz absolutamente excitada de Félix se elevó hasta sus oídos, su estómago
comienza a sentirse como si estuviera contrayéndose.

Cada vez que susurraba, su aliento cálido y húmedo caía por la piel arrugada de su ano y,
sumado a eso, estaba la sensación de que le estuviera frotando con la punta de la lengua tan
expertamente como si estuviera comiendo una paleta.

Ah, su cabeza va a estallar.

—Oh, oh... Para... Por favor para...

—Si hubiese sabido que era tan delicioso, lo habría probado desde mucho antes. Desde la
primera vez que te vi.

Gimiendo como un animal, las piernas que apenas habían logrado sostenerse tiemblan tanto
que incluso parece exagerado. No puede hablar, ni pensar, solamente exhala y jadea mientras
siente como las feromonas que fluyen de Félix lo invaden sin siquiera darse cuenta de lo que
está haciendo. Huelen increíblemente dulces, para tratarse de un Alfa.

—Ha, ha... Félix, por favor. Ya está bien así.

Intentó agarrar la mano de Félix para guiarlo a otro nuevo movimiento, pero él solamente se
apartó.

Dios mío. ¿Cuánto tiempo va a seguir haciendo eso? Tal vez su agujero se derrita antes de que
puedan pasar a la parte de la penetración así que... No, Félix pudo haber tenido la intención de
hacerlo así en primer lugar. Estaba pensando en derretirlo desde el principio para dejarlo
completamente vulnerable después. Está claro.

Es tan maldito.

Después de más gritos obscenos y más movimientos extraños de su lengua en el interior, la


verdad es que su ano se escucha tan mojado que da miedo. ¡Era una sensación de muerte
total! Sin embargo, Félix solo siguió chupando y lamiendo al mismo tiempo en que incluso
agarraba el pene que estaba a punto de estallar.

—¡Ugh!

Con más gemidos, su cintura se reclina hacia atrás, pero sus manos siguen implacables. No
dejaban ni por un solo segundo de masturbarle el pene con movimientos certeros de atrás
para adelante.

—¡Oh no, Félix! Me voy a... Voy a...

La saliva gotea de la boca que no se cierra y las lágrimas comienzan a caer también de unos
ojos que se habían vuelto bastante chiquitos. No es tan fuerte como para soportar un estímulo
así de terrible por lo que el pene de Isaac termina vomitando una inmensa cantidad de semen
hacia la pared... El líquido salpicó y cayó en línea recta, haciendo un desastre también en el
suelo.

Isaac ya estaba exhausto porque fue masturbado y chupado y había logrado eyacular sin que lo
planeara, pero Félix parecía no tener intención alguna de dejar de moverse. El miembro de
Isaac continúa entre la mano de Félix, empapada en esperma... Solo lo frota y luego, lo vuelve
a frotar.

Isaac respira hondo con una cara al rojo vivo. Desde la cabeza hasta la punta de los pies, todo
su cuerpo estaba empapado en la feromona de Félix. En su saliva... Su pared interior ya estaba
suave, como si no fuera la suya. Su cabeza se desvanece en blanco y se vuelve una niebla.

—¿Es raro que te desee tanto, mi amor? Cuando te veo, realmente me siento como una
bestia.

Solo entonces, cuando Félix dejó en paz su culo, Isaac se dejó caer, levantando lentamente la
mirada y dirigiéndola a él. Sus pupilas están desenfocadas, pero esos ojos azules no se ignoran
así de fácil.

—Isaac... Solo aguanta un poco más.

Fue cuando Félix sostuvo la mirada de Isaac que su voz se sintió un poco más baja. Isaac ni
siquiera podía verlo correctamente, pero sabía lo que estaba haciendo esta vez.

Con un grito silencioso, el pene de Félix comienza a entrar lentamente en su ano.

Gracias a lo que había hecho con su boca, la entrada ya estaba toda suelta... Pero de todas
maneras había una presión considerable. Se sentía llenó, justo en el estómago. Las arrugas en
su ano están tensas y la sensación de aceptar los genitales de Félix no es algo a lo que se pueda
acostumbrar rápidamente.

—¡Félix! ¡No! Espera...

Isaac tembló y volvió a echar todo su cuerpo para adelante. Es solo el comienzo, pero sus ojos
ya están llenos de lágrimas y su interior está increíblemente mojado. Más que antes. De su
boca, solo salió el sonido del dolor y del gozo... No tuvo más remedio que ponerse a sollozar.

Félix tiró bruscamente de su muñeca, alzándole la cintura de inmediato para seguir


moviéndose una y otra vez.

—Oh, ah, ah, Félix. Basta. Para. De verdad...

Así, cada vez que Isaac sollozaba y sacudía la cabeza, el sudor goteaba hasta hacer gotas
gordas sobre el fregadero. La cintura de Félix se estaba volviendo cada vez más feroz. "Puck,
puck" dentro y fuera. El movimiento oscilante se hizo tan intenso que Isaac no pudo seguir con
el ritmo y el sonido obsceno de los golpes terminó por destrozarlo más. Hizo sonar el baño,
hizo que doliera. El hombre está sollozando sin ocultar un rostro completamente
distorsionado.

—Isaac, no deberías hacer esa cara. —Entonces Félix, que miró a Isaac con atención, se detuvo
los segundos necesarios para hacer que una gruesa sonrisa se extendiera sobre su hermoso
rostro. Al mismo tiempo, se escuchó una risa tan deslumbrantemente bella como
espeluznantemente malvada—. ¿Qué debo hacer si lloras con una cara tan perdida? Solo me
dan ganas de más.

Tenía razón, era una verdadera bestia con cuernos. El pobre Isaac parecía a nada de
desmayarse sobre sus brazos.

Dentro del orificio que cubre los genitales de Félix, el líquido húmedo se vierte hasta fluir por
sus muslos. Los dedos de sus pies se contraen sin que lo pueda evitar y un gemido comienza a
sobresalir con fuerza de su boca.

—Isaac, ¿qué pasa con todas estas reacciones? ¡Maldita sea, tú realmente...!

Entonces no lo soportó.

Aparentemente comenzó a cavar en su interior con mucha más violencia que la qué había
ocupado antes.

El sonido lujurioso de su carne empapada sonó tan ruidosamente que parecía estar rondando
ya no por el baño, sino por la casa misma.

Isaac jadeó, abrió las piernas y se tocó el trasero y... Habló. Rogando. Estaba dispuesto a
aceptarlo todavía más. Tanto como quisiera.

Sus pensamientos ya no eran sus pensamientos así que, sollozando y gimiendo repetidamente,
ofreciendo su cuerpo a Félix como una persona diferente, al igual que las noches que pasó con
él, otra noche larga parecía estar tocando su puerta.

QB • Extra 1 | Parte 4

Isaac abrió los ojos lentamente... Sus párpados se sentían bastante pesados y su visión estaba
muy borrosa. Movió un poco las piernas y luego descubrió que las tenía todas envueltas en la
cintura de Félix. También tenía los brazos alrededor de su cuello.

Los recuerdos de llorar son muy claros... Pero fuera de eso no tiene idea de que más pasó y
tampoco entiende del todo lo que pasa con esta nueva situación.

Isaac está acostado en una gran bañera, de espaldas y sosteniendo al hombre entre sus
manos... Sintió que de pronto tenía mil millones de dificultades y dudas.

—... ¿Cuándo pusiste el agua?

—Justo ahora.

—No puedes tratar mi cuerpo así todos los días. ¿Entiendes?

Isaac, acostado ahora sobre el pecho de Félix, murmuró sus quejas sin una sola gota de
energía. Suspira, y ve entonces aparecer una sonrisa suave junto con el sonido de sus labios
tocando sus mejillas.

—Félix... En serio. No puedes estarme empujando por toda la casa.

—Quiero hacerlo correctamente, pero es difícil porque mi agenda es muy pesada. Ya ves...
Encontrar estos espacios libres son más bien una bendición.

—Otra excusa tonta.

—Bueno, entonces que tal esto. Me pongo terriblemente loco cuando te veo. Me distraes. No
puedo ser un sujeto de modales cuando te tengo tan cerca y solamente para mí.

Un leve susurro se filtra desde la punta de los labios que todavía se presionan una y otra vez
contra sus mejillas húmedas. Isaac trató de girar la cabeza, pero era difícil liberarse de los
dedos de Félix cuando estaban agarrándole tan firmemente de la barbilla.

—¿Cómo puedo actuar normal cuándo todavía tienes la cara roja? Incluso siento como
escurres junto a mí...

Isaac, que estaba escuchando atentamente todas sus palabras, de pronto se avergonzó con
fuerza. Cuando sus mejillas se enrojecieron y se calentaron, Félix se sintió como una bestia
otra vez. Una bestia que quería comérselo. Félix aprovechó el momento para morderle
ligeramente la oreja, chuparle y besarle el cuello de una manera tan perfecta que... Isaac cerró
los ojos y lo dejó seguir.

Ciertamente, los Alfa son bastante fieles al instinto en comparación con los Beta. Son como
animales así que, ¿qué puede esperar si Félix es un alfa dominante de nivel superior? Quizá
por eso era tan persistente en lo que respecta al sexo, a los besos y a esos cuidados algo
innecesarios.

Desafortunadamente para él, solo ha pasado un tiempo desde que se enredó con Félix así que
ya está más que agotado. Por supuesto, también estaban enlazados así que cuando juntaban
sus cuerpos y se miraban... Se sentía tan bien que se volvía una escena completamente
absurda. Estaba muy ocupado sacudiendo su cintura para él, rogando por más y diciendo que
siguiera, pero después de despertar... Era difícil mover sus extremidades después de
despertar.

Si tiene que quejarse por eso, entonces se va a quejar todo el día.

—No importa cuánto lo piense, es difícil que sigamos teniendo sexo todos los días de esta
manera.

Isaac exhaló y abrió los ojos para poder adoptar una postura lo suficientemente firme. Las
torpes manos de Félix ya estaban revoloteando por su pecho de todas maneras.

—¿Qué quieres decir, cariño?

—Me gusta... Pero es difícil moverme después y eso es algo que de verdad odio. Me siento
cansado, y tengo cosas que hacer en la mañana que no me permiten estar así. Tengo la tienda
y a Benjamín así que quiero evitarles la molestia de verme tirado en el suelo.

Isaac, que básicamente había sido entrenado para no dormir por una semana entera, tiene una
resistencia tan fuerte que puede decirse que incluso no es humana. Era extremadamente raro
que estuviera exhausto y eso solo significaba que Félix estaba llevando las cosas hasta el límite.

—Cuando terminamos... Solo quiero dormir.

Félix miró a Isaac, que estaba apoyando la cabeza cómodamente sobre su hombro con los ojos
cerrados y los labios entre abiertos... Tampoco era su intención hacerle sentir así, por lo que
comenzó a decir que estaba bien, con la boca nuevamente pegada a su cabeza.

—¿Entonces...?

—Ya lo decidí... Así que hablemos ahora. No puedo hacerlo todos los días.

—Yo estaré de acuerdo con lo que quieras hacer.

—Una vez cada cuatro días entonces.

Ante una decisión firme, Félix lanzó un grito parecido a un "¡De ninguna manera!". Pero Isaac
igual no volvió los ojos.

—¡Piensa cuidadosamente sobre esto Isaac!

Por un momento, Félix, que parecía sumido en un intenso pánico, abrió un discurso repleto de
gritos y malas palabras. Isaac giró un poco para poder mirarlo mejor.

—¿Qué pasó con el: "Yo estaré de acuerdo con lo que quieras"?
—¿No sería mejor hacerlo cuando puedas hacerlo, pero todos los días?

—... ¿Qué quieres decir con eso?

—Una vez cada día. Solo una vez... Larga.

—Si aguantaste hacerlo cada lunes cuándo no estábamos juntos, entonces definitivamente
hacerlo cada cuatro días no te matará.

Isaac, que murmuró esto como un suspiro bajito, extendió las manos para poder acariciar la
cabeza mojada de Félix. Lo abrazó, y lo miró hasta que sus cejas terminaron por juntarse y su
barbilla se cayó para descansar a un lado de la suya. Ah, antes era un completo desastre así
que no deseaba que el mismo panorama se repitiera. Es decir, lo follaba, conducía todo el día
sin tomar un descanso, y al día siguiente, incluso si iba a la tienda solo medio día, se sentía
morir. Realmente morir.

¿Por qué debe ser así incluso ahora?

—Estoy tratando de salvar mi trasero. Literalmente.

Cuando murmuró esta palabra, Félix despegó los labios y se echó a reír. Una risa con ganas.
Luego, terminó por acariciar también su cabello empapado hasta quitarle las gotas de agua
que bajaban por su frente y sus orejas.

Le da la razón. Debe ser una cosa difícil ser el compañero de un Alfa y peor aún, estar enlazado
con él... Aunque de todas maneras es mejor hacerlo poco a poco todos los días que acumular
todo su deseo y soltarlo cada cuatro. Es decir, ¿no es mucho mejor para la salud de todos?

—¿Puedo preguntar algo antes?

Félix levantó la vista así que Isaac también.

—¿Qué es?

—Entonces, cuando firmaste el contrato... ¿Por qué dijiste que podía hacer contigo lo que
quisiera? ¿Por qué me dejaste tener sexo contigo? ¿No pensaste que podía hacerte daño?

Cuando escuchó la pregunta inesperada, Isaac miró sus ojos azul oscuro y carraspeó la
garganta.

—Yo... Hace cuatro años, mi ciclo de calor estalló por primera vez en un lugar y tiempo
inesperados. Me encontraste así y me abrazaste y... Bueno, luego me gritaste así que escapé.

—Es porque me rompiste el brazo.

Los ojos de Félix sobre Isaac eran bastante agudos. Ni siquiera puede ver el final de su nuevo
mal carácter porque el final no aparece.
—Pero lo importante es... ¿Recuerdas lo qué pasó esa vez? Me preguntaste si quería tomar un
descanso y yo te dije que NO. "No me dejes" "Puedes hacer lo que quieras conmigo".

Isaac murmuró como si estuviera soñando despierto, recordando un pasado que Félix no...

—No me acuerdo.

Félix, mirando a Isaac, intentó sacar el recuerdo que había estado enterrando durante mucho
tiempo... Isaac no sabía si realmente no podía recordar o fingía no saberlo así que solo
comenzó a reír.

—Cuando fue el día del contrato... No sé por qué, pero el momento de repente vino a mi
mente. Entonces lo dije, porque pensé que me ibas a recordar allí mismo y sin la necesidad de
explicarte algo.

—...

—Por supuesto, inmediatamente me di cuenta de que te había sobreestimado.

Esta vez Isaac tenía una cara complicada. Cuando sacudió la cabeza y cerró la boca, Félix le
clavó la mirada de una manera realmente penetrante.

—¿Estás enojado porque no te reconocí de inmediato?

Luego, inmediatamente después, planteó una pregunta que logró que Isaac solamente se
elevara de hombros.

—Sí, quería que lo hicieras por tu cuenta... Pero ya no sé. A decir verdad, no estoy seguro de
como sentirme.

—Ok...

—Pero... Es confortable, ¿verdad?

—¿Qué es confortable?

—Que aunque no me reconocieras igual te enamoraras de mí.

Esas palabras lo hicieron estremecer hasta el punto en que se sintió como una gelatina
humana. Luego, sujetando la barbilla de Isaac, movió un poco la cabeza y lo besó con fuerza.
Sabía a agua y a loción para baño. Sus labios estaban húmedos, tanto como la punta de la
lengua que abre suavemente su boca y lame la delicada piel dentro de sus labios. También es
algo cauteloso.

Isaac apoya su pecho sobre el suyo, acomoda su cabeza entre sus manos y cierra los ojos... Es,
un beso dulce y tierno en lugar de los besos salvajes y descuidados que siempre se daban. Y
debido a que estaban empapados en un agua que se había ajustado a una temperatura cálida,
se soltaron libremente. Derritiéndose justo como la miel en el chocolate.
—Isaac...

Isaac continuó besándole, ignorando el sonido de esa voz llamándole mientras sentía ese
vaivén de aquel vientre contra su vientre... Con sus piernas abiertas, Félix envuelve las caderas
de Isaac con ambas manos. Lo abraza.

—¿Entonces está bien? ¿Acordamos no hacerlo todos los días y si cada cuatro? —Cuando Isaac
se derrumbó sobre él y preguntó, Félix ya estaba muy concentrado en tomar su trasero—.
Duele... En serio.

Su mano no se quitó, pero al menos no hacía nada más.

—¿Cómo voy a hacer eso cuando te veo poniendo la mesa frente a mí para comenzar a comer?

Su voz estaba excitada, pero seguía siendo increíblemente dulce con él. Isaac se echó a reír,
levantó su mano mojada y le acarició las mejillas.

—Porque es muy difícil para mí, así que solo tienes que besarme. ¿De acuerdo?

Susurrando con calma, Isaac inclinó la cabeza hasta dejar los labios a centímetros de los
suyos... Entonces, en lugar de una respuesta, Félix se volvió más amable que nunca antes.
Chupó sus labios dulcemente, su lengua estaba fría y la saliva sabía bastante familiar. Los
sonidos húmedos también se escapan de sus labios entrelazados, junto con el sonido del agua.

Como siempre, Isaac responde fervientemente a un beso que lo derrite en un instante. Una
larga noche que parece como si nunca fuera a terminar.

✤✤✤✤✤✤

El personal de la recepción deslizó la puerta con los ojos bien abiertos y miró fijamente al
hombre que entró.

Trabajaba en uno de esos preescolares que eran famosos por ser muy buenos pero
extremadamente caros así que había conocido a muchos padres excéntricos. La mayoría de los
que llegaban hasta allí eran en su mayoría ricos y con trabajos consistentes: presidentes,
profesores, abogados, contadores, médicos. Sin embargo, podía asegurar que nadie era como
el hombre que acababa de cruzar la puerta. Alto y ancho. Hombros fuertes, un rubio brillante,
nariz esculpida y una línea delgada en la mandíbula debajo de unas gafas de sol negras. Una
figura prominente, quizá era un actor de Hollywood o algo así... Sin embargo, a diferencia de la
apariencia brillante y hermosa que tiene, el otro hombre que llega detrás de él parece más
bien "intimidante". Trae una camisa polo amarilla de manga corta y pantalones cortos de color
caqui. De hecho, el hombre que lo acompaña era incluso feo. El físico, la altura, la cara y los
ojos feroces que miran alrededor de la habitación son como el fuego en un bosque. Es, como
un oso.

Si el chico hermoso que entró primero no estuviera sosteniendo a un niño entre los brazos,
entonces definitivamente hubiera llamado a la policía.
El niño, que tiene unos tres o cuatro años, es el hijo de ese hombre deslumbrante. Lo sabía,
definitivamente eran familia. El cabello rubio brillante y las características llamativas en su cara
lo delataban. En realidad, ¿quién podría ser tan tonto como para no saberlo?

—Oh, bienvenidos.

Por un momento, el personal de recepción los miró fascinado... Pero el hombre rubio con el
niño se le acercó y abrió su discurso de una vez:

—Sé que el registro ya terminó, pero llamé y me dijeron que podían hacer una excepción
conmigo.

—Oh, ya veo. ¿El nombre del niño es...?

—Benjamín Parker.

La cara de Félix siempre se distorsionaba cuando decía ese nombre. Todavía no han hecho los
trámites necesarios así que el apellido de Benjamín sigue siendo el mismo que el de Jessica
Parker, su abuela. Sabe que lleva tiempo para que todo se organice correctamente, pero a
veces no puede evitar quejarse cada que lo piensa. Esto se debe a que tiene el apellido de la ex
pareja de su suegra, alguien que ni siquiera tiene relación de sangre con el niño o con nadie.
No le gusta, y piensa que necesita limpiarlo lo antes posible.

—Ah, sí. La directora lo anotó aquí. No hay problema porque podemos comenzar con la
inscripción ahora así que Benjamín puede quedarse hoy mismo si así lo prefiere. Iniciamos
hace un mes, pero estoy seguro de que se adaptará pronto.

—Perfecto.

—Hola, Benjamín.

El empleado, que golpeaba todavía la computadora, sonrió con una expresión claramente
ensayada y comenzó a agitar sus manos brillantemente hacia Benjamín.

—Benjamín, ¿no vas a saludar?

—...

—¿Estás nervioso por estar en una escuela nueva?

—...

—Es lo normal. Así que entremos los dos y veamos que podemos encontrar, ¿está bien? No sé,
tal vez conocemos algunos amigos nuevos.

Susurrando, la voz de Félix parece demasiado cariñosa y comprensiva para ser verdad. La
atmósfera peligrosa que fluye de él se evapora y demuestra ser suficientemente intensa como
para que los ojos del personal de recepción se abran tres veces su tamaño normal.
Después de eso y todavía algo mareado, abrió la puerta del pasillo que conducía al aula de
niños.

—¿Está bien si entramos? Le podemos hacer un recorrido.

—Sí.

—Los padres pueden llevarlos al salón de clases si quieren, pero en realidad les pedimos que
los dejen aquí para que puedan aliviar la tensión lentamente. Casi todos nuestros niños lloran
al inicio así que...

—Puede explicarle más tarde, primero necesitamos ver el salón para asegurarnos de que todo
esté bien.

Fue Jack, parado detrás de Félix, quien cortó su amable explicación con una palabra ruda.
Todavía tiene una herida de bala por lo que tenía que llevar muletas a todos lados pero,
aunque le dijeron que lo mejor era que descansara apropiadamente, Jack solo contestó que
estaba bien y que no podía perderse el primer día escolar de Benjamín. Por supuesto, Noah
también estuvo rogando poder ir para verificar que el niño estuviera bien, pero al final, solo se
le había ocurrido encerrarlo en el sótano. ¡Además era un día de padre e hijo! Gracias a eso,
solo Jack, que a fin de cuentas era el guardaespaldas, estaba más que eufórico de lograr llevar
a cabo esa misión especial.

Aunque de cualquier manera, Benjamín hablaba tanto de Noah que había logrado hacerlo
enojar… "¿Mi tío va a venir más tarde?" "¿Podemos llamarle?" "¿Podemos llevarle esto?"
¿Podemos llevarle esto otro?" "Noah, Noah, Noah, Noah"

Así que ahora, estaba desquitando todo eso gritándole al hombre de la recepción.

—Claro. Adelante.

El personal, que seguía siendo terriblemente amable, se dirigió con Félix y lo guio de inmediato
al aula diciendo que era: "La nueva residencia de Benjamín." El edificio en sí era grande y
espacioso y las instalaciones eran excelentes. ¿Cuántos niños hay en el aula? Había muchos
como para contarlos, pero las paredes, los juguetes, los decorados con papeles de colores,
pinturas y las fotografías, estaban perfectamente ordenados. Todo muy limpio, libros y
manteles pequeños.

Félix, después de mirar alrededor del salón, finalmente posa la mirada en Benjamín. El niño no
dice nada y solo se queda con las mejillas recargadas sobre los hombros del hombre.

—¿Benjamín?

Cuando lo llama en voz baja, Benjamín solo levanta los ojos.

—Voy a bajarte para que puedas mirar tu nuevo salón. ¿De acuerdo?
—...

—¿Qué pasa? ¿No quieres ver? Hay un montón de niños allí. ¿No quieres ir y decir Hola?

Hizo otra pregunta, pero Benjamín solo mantenía la mejilla contra su hombro y dejaba la boca
cerrada.

—Benjamín...

Escuchó que le gustaba mucho estar en la guardería de La Jolla así que debe ser difícil
adaptarse a un nuevo ambiente. Además, descansó en casa durante más de un mes porque iba
constantemente al hospital infantil para recibir tratamiento psicológico... Y, en realidad con
esas cosas uno nunca está seguro.

Félix se frotó la frente con una expresión compleja y volvió a mirar al niño. Si hubiese sabido
que se quedaría tan en blanco, entonces definitivamente le hubiera dicho a Isaac que viniera
también.

—¿Benjamín?

Félix todavía no escucha ninguna respuesta de Benjamín, quien tiene la cara hundida en su
ropa. Simplemente se arrodilló y luego tomó suavemente la espalda del niño para bajarlo al
suelo... Fue en ese momento que descubrió que estaba repleto de lágrimas. Con la boca en un
puchero enorme y el pecho subiendo y bajando.

—¿Podemos...? ¿Podemos ir a casa?

QB • Extra 1 | Parte 5

Ya pasó aproximadamente un mes.

Félix tenía miedo de que la florería estuviera tan lejos así que le instaló una tienda un poco
más cerca de casa. El área era grande y limpia y el tamaño de la nueva tienda era considerable.
En realidad, se trataba de un lugar excelente. Tenía una gran ventana que hacía que la luz del
sol se filtrara y provocaba que el interior fuera muchísimo más brillante. Había demasiado
trabajo que hacer para que se sintiera como algo suyo y todavía estaba muy desordenado para
su gusto, pero podía decirse que era un proceso divertido.

Era un deseo honesto. Estar en su pequeña tienda desde la mañana hasta la noche. Haciendo
ramos, y moviendo sus macetas de barro. Además, se sentía bien, operar la tienda libremente
sin que nadie lo molestara y sin ser perseguido por un hombre demente. Ahora Benjamín y su
madre pueden vivir junto a él y... El niño ya puede estar con Félix. Su padre. Se preguntaba si
estaba soñando despierto... Un sueño tan feliz que definitivamente no quiere despertarse.

Isaac, mirando por la ventana, encerrado en un pensamiento verdaderamente agradable,


pronto se da cuenta de que está actuando como un adolescente enamorado así que decide
intentar olvidarse de eso haciendo algo más. Con agitación, comienza a mover una olla pesada
para cambiarla de la puerta de la entrada a la puerta de atrás... Cada que se movía en la tienda
llena del deslumbrante sol de la mañana, la música de la radio parecía seguirlo y escucharse
igual de fuerte sin importar que estuviera allí o allá. Y, aunque la temporada hacía que el sudor
se formara con frecuencia en su frente, la verdad es que sentía que era una mañana lo
suficientemente tranquila como para que eso pudiera llegar a molestarlo.

Hasta que... Alguien entró a la tienda y comenzó a abrazarlo por la espalda.

—¡...!

Una fuerza extraña se envuelve alrededor de sus hombros y hace que su cuerpo se incline por
completo hacia adelante. Isaac, confundido, agarró el brazo del hombre, se inclinó un poco
más y entonces lo tomó y lo tiró hasta terminar tumbándolo contra la pared. Fue una acción
involuntaria así que, en un abrir y cerrar de ojos, ya tenía al sujeto tirado en el suelo. A un par
de pasos del mostrador.

Dos ojos azules se entrecierran y luego, el hombre frunce el ceño como si eso le hubiera
ocasionado demasiado dolor.

—¿Félix?

—A...Uch.

—Dios, Félix.

—Estoy bien... Mi pulmón ya estaba colapsado de todas maneras.

Isaac estaba allí, completamente congelado. Viendo como Félix se ponía de pie y se sacudía la
ropa igual a si todavía le costara horrores coordinar... Había pensado que era un ladrón.
¡¿Quién hubiera dicho que era él?!

—No te defendiste...

Isaac murmuró esto porque fue lo primero que le llegó a la cabeza. En realidad, lamentaba
mucho haberle hecho eso, pero no encontraba las palabras adecuadas para expresarlo.

—Es porque no pensé que fueras a atacar...

—¡Entonces debiste entrar normalmente! ¿Qué es eso de venir hacía mí como un idiota?

—Estaba tratando de sorprender... Ok, olvídalo. Ya no lo haré más. —Las palabras de Isaac
llevaron a Félix hasta el punto en que comenzó a aparentar una completa rendición. Elevando
ambas manos en el aire—. Aprendí mi lección, lo siento.

—No, fue mi culpa. Me moví inconscientemente.

—Fui yo el culpable, cariño. Ya no hace falta que nos pasemos la carga.

—¡Pero casi te rompo el brazo!


—¡¡Ya me lo rompiste!!

Félix sacudió la cabeza. No, no era necesario volver a sacar ese tema otra vez cuando era obvio
que deseaban conversar sobre otra cosa. Isaac se encogió de hombros.

—¿Entonces qué pasó? ¿Cómo estuvo el primer día de Benjamín? ¿Si entró?

En lugar de responder, Félix, que estaba todavía intentando acomodarse los huesos de la
espalda, contesta algo como un "Umm..."Bastante largo. También se sentía como el comienzo
de una larga excusa.

—¿Quieres decir que no se pudo? ¿No te dejaron inscribirlo? O... ¿No te gustó la escuela?

Isaac preguntó de nuevo, quitando la suciedad de sus manos para dejarla toda en su delantal.
Su voz es la misma de siempre, pero como era un tono grave de por sí, Félix evitó a toda costa
hacer contacto con su mirada. Además, estaba el hecho de que sus ojos negros eran bastante
amargos.

Al final, sin embargo, no tuvo más remedio que hablar.

—Pues… ¿Qué haces cuando tu hijo está llorando y diciendo una y otra vez que quiere ir a
casa?

Isaac, mirando la cara preocupada de Félix, exhaló profundamente antes de pensar en algo
adecuado que decir. La verdad es que había pensado que no tendría ningún problema porque
era maravilloso cuidándolo y creyó, que definitivamente sería un padre estricto. ¿Pero qué
pasa si un niño llora y en lugar de ser estricto el papá se pone a llorar con él? Porque el
hombre tiene los párpados inflamados.

Cada vez que cree que tiene la solución a algún problema, Félix viene y le muestra que no es
así.

—Bueno... Si hubiera sido yo, lo habría dejado en el salón con su profesora. Incluso aunque
hubiera estado llorando. —Isaac, que todavía miraba a Félix, habló con una voz bastante
firme—. Me despediría y, solamente saldría de allí antes de que todo se pusiera peor.

—Es algo inteligente. No lo había pensado.

Félix murmuró como si bromeara, pero era obvio que seguía estando muy nervioso.

—Pero, creo que es algo bueno que lo regresaras a casa si sentías que era lo mejor para
Benjamín. Después de todo, es solamente el primer día.

—¿Qué...? ¿Qué fue lo que hiciste tú?

—Pues... Cuando Benjamín fue a la guardería por primera vez, yo lo llevé junto con mi madre.
Pensé que era natural que se pusiera a llorar así que lo dejé hacerlo tanto como quisiera. Lloró
y lloró, por dos días... Pero mejoró y comenzó a hacerlo bien sin necesidad de pedírselo.
Escuché que tienes que acostumbrarlo poco a poco a que... Será así a partir de ahora. La
escuela es un buen cambio.

Isaac suspiró, recordando el día que llevó a Benjamín a la escuela por primera vez. Llorando
tanto. Ah. Realmente lo dejo, aunque estaba así de mal. Llorando y gritando y él, solo salió y
regresó hasta la tarde. Claramente surge un sentimiento complejo al pensar... Que aunque
parece estar seguro ahora esa vez no lo hizo nada bien. Se siente culpable, de hecho. Tan
inexperto como Félix. Es decir, esa vez ni siquiera podía tomar al niño correctamente entre sus
brazos.

—Yo fui... Muy frío, tal vez.

—No. Te entiendo. Es que... Es tan difícil tratar con un niño pequeño. Más aún cuando está
asustado y llorando. ¡El mismo hombre de la recepción me dijo que lo dejara allí! Pero, no me
gusta. ¿Sabes? Me rompe.

Isaac lo escuchó... Y de inmediato una esquina de su pecho comenzó a hacer cosquillas. Incluso
se sentía cálido. Criar a un niño es difícil. Tienes que aprender mucho de todo y necesitas tener
demasiada paciencia y poner el doble de esfuerzo del que ya pones siempre... Le hacía bien
tener a Félix a su lado, ver su expresión y escuchar su experiencia porque, eso significaba que
en realidad no había una respuesta correcta en ningún lado, ¿verdad? No era...
Completamente un fracaso.

—¿Qué tal... si nos saltamos el preescolar y la primaria y lo dejamos ir cuando llegue a la


universidad? De todas maneras, la casa está llena de gente que le enseñaría de todo con tal de
mantenerlo a salvo. Yo podría mostrarle un método para aprender a leer y, Tony es excelente
con las matemáticas.

Por supuesto, la idea de Félix no es del todo la mejor ni la más razonable, pero es bonito que
se esté contemplando a sí mismo en algo que incluye el futuro del niño. Como si estuviera
despertando la parte paternal que no sabía que tenía.

—Es bueno tenerte.

Isaac susurró esto de repente. Una confesión extraña.

—¿En serio? Bueno... No es del todo una sorpresa que lo digas.

El hombre arrogante habitual acababa de regresar y, en realidad era mejor tenerlo así que con
una cara desesperada y los ojos irritados.

Una leve sonrisa se instaló en los labios de Isaac.

—Cuando pienso en mi infancia, recuerdo a mi padrastro. Él actuó como un soldado conmigo,


siempre exigiendo más y más, todo el tiempo... Entonces, a veces siento que hay momentos en
que presiono muchísimo a Benjamín o que incluso lo estoy tratando mal. —La sonrisa en la
punta de sus labios de pronto se volvió amarga—. Así que... ¿Sabes qué? Si yo soy el padre que
lo deja llorar, por favor sé el que lo trae de vuelta a casa. Continúa siendo amable con
Benjamín como lo eres ahora.

—Isaac...

—Además, tú lo dijiste. Criar a un niño es muy difícil.

Cuando Isaac se rio, Félix envolvió sus mejillas suavemente entre sus manos. Era algo tan
tierno que los pensamientos que tenía en la cabeza, incluso los más complejos y aterradores,
se esfumaron de inmediato en forma de un suspiro profundo... Parecía que había mucho más
por aprender en el futuro, pero estaba bien aprenderlo junto a él.

—Entonces, ¿dónde está Benjamín ahora?

Félix lanzó una respuesta rápida.

—En el auto. Está jugando con Jack.

—¿No lo dejaste en casa?

—Lo traje porque pensé que ibas a querer verlo.

Isaac, que estaba desconcertado con el Félix que ahora, hasta ahora, le había dicho que
Benjamín estaba aquí, se quitó de inmediato el delantal y los guantes sucios y los dejó
aventados por allí. Estaba arreglando sus plantas y colocando la tierra en cada una de sus
macetas, pero… ¿qué importa eso ahora? Isaac sale rápidamente de la tienda desordenada y
busca el automóvil de Félix por todos lados.

Mientras tanto, mirando la espalda de Isaac, Félix solo chasquea la lengua y cruza los brazos
sobre su pecho. No puede ganarle al niño. Incluso si le dice las palabras más tiernas del mundo
y lo deja medio matarlo, él reacciona de inmediato ante la más mínima mención de Benjamín.

Solo corre y lo busca...

En un carro que es difícil de ver, Jack mira hacia el frente y rápidamente baja la ventanilla para
poder hacerle señas con las manos. Entonces Benjamín saca la cabeza y grita: "¡Papá!'. Con
una cara tan brillante como ninguna otra.

—¡Benjamín!

Isaac abrió la puerta apenas llegó y abrazó a Benjamín con todas sus fuerzas. Todavía tiene
marcas de lágrimas secas bajo sus pestañas, su nariz está roja y sus párpados están
completamente hinchados. El niño se ríe mientras deja que su papá frote los labios contra su
mejilla una y otra vez.

—¿Lloraste mucho? —Isaac abrazó al niño con ternura y le preguntó esto mientras le revisaba
cuidadosamente la cara. Benjamín parece avergonzado de que se hubiera dado cuenta, así que
dice que no, muy bajito—. Seguro estabas muy nervioso... ¿Quieres que vayamos a comer algo
rico? ¿Quieres ir a pasear a algún lugar hasta que te sientas mejor?

Mientras Isaac lo consuela y le acaricia la espalda en pequeños circulitos, el niño se emociona


de inmediato y levanta la cabeza para decir que eso lo haría muy feliz. Luego, comienza a
contarle todos los lugares a los que quiere ir, las cosas que quiere comer y cada plan que
quiere cumplir con él antes de que se haga de noche.

—¿No querías ir al parque Balboa, Isaac? Dijiste eso una vez, que deseabas ir de picnic con
Benjamín allí... Y también a Disneyland.

Isaac se sorprendió cuando escuchó la pregunta de Félix detrás de su espalda. ¿Cómo es que
sabía eso? Fue solamente una mención pequeña en un momento extraño así que es increíble
que todavía lo recuerde.

—Sí. Era... Otro sueño. Ir de picnic con Benjamín sin tener que preocuparme por nadie más.

Después de mudarse a la mansión de Félix, a menudo salían a caminar al parque cerca de casa
o al zoológico que estaba cruzando la estación. Pero, a parte de eso, no han ido a ningún
parque temático y tampoco habían comido juntos sentados en el jardín... De hecho, casi lo
había olvidado.

—Vamos ahora.

La propuesta de Félix fue inesperada así que Isaac solo alcanzó a sostener con un poco más de
fuerza a Benjamín... El hombre se inclinó, miró al niño y le hizo una pregunta con una voz
bastante suave:

—Benjamín. ¿Quieres tener un picnic en el parque Balboa con tu papá y conmigo?

Parecía el espécimen perfecto de un padre ejemplar.

—¡Sí! ¡Vamos!

Benjamín asintió vigorosamente porque era mil veces mejor estar con ellos que ir al prescolar.
Pero Isaac, que todavía parece algo confundido, solo miró a Félix y abrió la boca, aunque no
podía decir nada. Era una persona muy ocupada así que, ¿realmente estaba bien para él estar
con ellos así como si nada?

—¿No está llena tu agenda?

—Tony se encargará de eso.

Aunque había preguntado de un modo bastante ansioso, como siempre, Félix solo arrojó una
respuesta rápida y desinteresada... Entonces lo ve, y se da cuenta de que el atuendo que lleva
encima es uno bastante ligero. Algo que definitivamente usaría para dar un paseo.

Que sospechoso.
—Entonces, voy a cerrar la tienda.

—Por supuesto, te esperaremos justo aquí.

Félix, quien tomó al niño de los brazos de Isaac, rápidamente lo colocó en el asiento trasero
para hacer que Jack comenzara a amarrarle el cinturón. Benjamín ni siquiera sabía realmente
lo que era el parque Balboa, pero estaba tan emocionado que no dejaba de moverse de un
lado para otro.

Mientras Jack lo acomoda, le explica a Félix como ajustar la sillita de bebés para que pueda
hacerlo por su cuenta en el futuro.

—No, esto se encaja aquí. Justo... En esa hendidura.

—¿Esta? ¿Aquí?

—Sí. ¡Es allí! ¡Allí!

Isaac está escuchando la voz de Benjamín, alabando a su padre para luego regañarlo:

—¡Tienes que cerrar la puerta con seguro!

—Por supuesto, ¿Puedes explicarme eso también?

—¡Sí!

La sonrisa se extendió en su cara.

Al igual que los días brillantes y soleados, su vida también se sentía extrañamente confortable
justo ahora. ¡Todo iba tan bien! Su florería se estaba organizando a su antojo, Benjamín crecía
sano y brillante, su madre parecía estar recuperando su estado mental normal y su buena
salud física... Y, sobre todo, estaba Félix. Que los amaba y se preocupaba por ellos más que
nadie.

Es una infinita paz, donde está con su preciosa familia y puede disfrutar del tiempo sin ningún
tipo de miedo absurdo. Siente que incluso está flotando en un nuevo sueño con los ojos
abiertos.

Sí, tal vez es hora de pellizcarse las mejillas y volver a la realidad.

Isaac fue a cerrar la puerta de la tienda, bajó la cortina y volvió la cabeza hacia el auto. Bajo un
cielo azul sin nubes, Félix está allí de pie Esperando por él. Con la cabeza inclinada y esos
hermosos ojos azules.

—¿Estás listo, cariño?

De repente, en una tienda alineada al otro lado de la calle, como si fuera una jodida broma o la
escena de una película extranjera, escuchó la canción de Louis Armstrong. "What a wonderful
world"

I see trees of green, red roses too — Veo árboles de color verde, también rosas rojas.

I see them bloom, for me and you — Las veo florecer, para ti y para mí.

And I think to myself, what a wonderful world — Y pienso... que mundo tan maravilloso.

Una voz audaz, una melodía de jazz lenta y letras llenas de felicidad. Cuando piensa en el
sentimiento, incluso alguien cómo él tiene ganas de cantar sobre lo bien que se siente en ese
mismo momento. Un hombre hermoso, con los brazos abiertos, diciéndole cariño...
Isaac tiene una sonrisa más brillante que nunca antes, así que casi corrió hacia él.

QB • Extra 1 | Parte 6

Hubo muchas razones por las que la boda se realizó tan tarde.

En primer lugar, los diamantes, los anillos y otras joyas que ordenó al joyero que se llamaba
Christopher, se retrasaron porque había que hacer varias modificaciones. Jack se enfermó y
luego Benjamín tuvo gripa y en la semana del evento, Félix de repente se fue de viaje de
negocios así que el registro de matrimonio tuvo que posponerse mucho más.

Sin embargo, anoche, Félix de repente se despertó para sacudir a Isaac. Su rostro estaba lleno
de determinación cuando comenzó a decirle:

—Isaac, despierta. Despierta.

Fue un amanecer bastante inusual para Isaac. Gracias a Félix no había podido dormir bien.
Estuvo jadeando, gritando y llorando toda la noche así que definitivamente no se siente con
fuerzas como para seguirle la corriente.

—... ¿Qué pasó?

Isaac luchó contra el sueño, parpadeando con los ojos terriblemente perezosos y la respiración
entrecortada. No entiende por qué tiene que suceder esto desde antes del amanecer y
precisamente hoy, pero Félix igual tiene una voz bastante seria.

—Vamos a casarnos ahora.

Isaac ni siquiera abrió la boca. Era natural que no se le ocurriera la respuesta correcta porque
estaba completamente en blanco, pero Félix tomó una fuerte determinación y se levantó
mientras le decía constantemente que tenía que apurarse.

Después de eso, simplemente desayunaron como si estuvieran siendo perseguidos por un tigre
y salieron de la casa sin cerrar bien la puerta... Es un sentimiento extraño y para nada
romántico.Isaac tiene dolor en todas partes y su cabeza está matándolo después de tener puro
sexo.
Lo estaban, literalmente, arrastrando como un muñeco para irse a casar. ¿Pero quién puede
vencer la terquedad de Félix?

El Alfa llega a las 8 de la mañana. Tan pronto como se abrió la oficina del registro civil, entró
como si se le estuviera haciendo terriblemente tarde — aunque los jueces todavía no estaban
allí—, Jessica Parker caminó detrás, con una cara brillante y Benjamín entre sus brazos, vestido
con un lindo trajecito negro que mandaron a traer para él desde Inglaterra. Todo un caballero.
Por supuesto, Noah también estaba allí... Existiendo. Solo estaba sentado con una cara pálida y
una expresión de cadáver porque si los demás habían dormido tres horas, él lo había hecho
media. Entre ellos, Félix estaba completando cuidadosamente la solicitud de matrimonio.
Siempre arrogante y relajado, con un traje de la más alta calidad y el cabello todo arreglado
hacía atrás. Comparado con eso, Isaac, que solo estaba agonizando tanto como Noah,
intentaba poner en orden su adolorido cuerpo para al menos fingir que estaba bien.

Félix está golpeando el monitor para poner sus datos. Las yemas de sus dedos son bastante
bonitas así que Isaac se queda un buen rato observando. Pensando que le gustaba bastante el
aspecto prolijamente organizado de sus uñas y el tono de su piel.

Pronto, sin embargo, se da cuenta de que está pensando demasiado en cosas inútiles así que
se pone muy tímido y se da la vuelta.

Es horrible el hecho de que no pueda concentrarse en escribir su propia solicitud de


matrimonio así que comienza a gritarse a sí mismo una y otra vez. Concéntrate Issac, solo
concéntrate.

En la puerta, Félix estaba a punto de hacer una pregunta sobre su salud... Pero en lugar de eso
le echó un vistazo rápido a su papeleo y luego comenzó a reír.

—¿Ya casi terminaste?

—De hecho... Creo que lo hice.

Félix lo miró tan emocionado como un niño pequeño. Mientras tanto, el personal recibe los
documentos, arregla el papeleo y después uno de ellos los guía a todos a una habitación en la
parte de atrás.

En un cuarto que no es demasiado espacioso, hay bancos para que los invitados se sienten y
un pequeño pedestal adornado con flores. El personal, parado frente al escenario con una bata
larga, simplemente da la bienvenida, dice algunas palabras y finalmente, cuando llama a los
testigos a firmar y luego sella un par de cosas, les dice que está bien ponerse los anillos en los
dedos.

Fue una boda demasiado simple y rápida.

Tres invitados celebraron con una cara emocionada mientras observaban un breve matrimonio
de menos de diez minutos. Benjamín les había dado a Isaac y a Félix un pequeño ramo. Por
supuesto, Jessica Parker lo había preparado, pero las flores de arriba habían sido acomodadas
por él así que estaba muy emocionado de verlos tomarlo.
Una esquina del corazón de los dos se sintió muy cálido debido a esto.

Por otro lado, Isaac todavía tiene varios sentimientos extraños que son difíciles de explicar. En
primer lugar, ¿realmente se está casando con Félix? Todavía no lo asimila por completo así que
hay un montón de preguntas flotando por su cabeza.... Félix Prixel, ese Félix Prixel será su
compañero por el resto de su vida. Por supuesto, están enlazados, tienen un hijo y están
viviendo juntos... Aunque, la sensación de tener el certificado de matrimonio después de
completar el registro del documento sigue pareciendo muy irreal.

Que locura.

—¿Entonces ya puedo besar a mi esposo?

Isaac lo miró, como si estuviera completamente atrapado en su pupila azul prusiano. Su olor
corporal, mezclado con el aroma fresco de su loción, terminan dando vueltas en su nariz hasta
hacerle cosquillas.

Isaac cerró los ojos con las manos alrededor del cuello de Félix.

—Puedes...

Después de susurrar en una voz realmente baja, los dos sostuvieron un beso ligero y dulce.
Algo cálido y especial.

Una vez más, llega el sonido de los aplausos así que Isaac levanta la cabeza, sintiéndose
ligeramente avergonzado por ello.

—Te amo.

Al mismo tiempo, una confesión muy pequeña sobresale de entre tanto ruido. Isaac solo se ríe.

—Yo también te amo.

Félix apretó la mano de Isaac y finalmente llegaron a la puerta de la oficina siendo esposos.
Paso por paso. Pasos ligeros.

Al final, cuando salieron del edificio, los granitos de arroz cayeron sobre su cabeza. Incluso eso
se sintió bien. El clima cálido con una suave brisa, se siente inusualmente bien.

✤✤✤✤✤✤

—Oh, Félix, Félix, Félix, Félix.

Fue al final y en medio del camino hacia el estacionamiento que Noah, quien los seguía dando
grandes pasos, de repente llamó a Félix con una voz desesperada.

Noah, que es más emocional de lo que todos pensaban, derramó varias lágrimas en secreto
durante toda la boda. Aplaudió y los felicitó a grandes y escandalosos gritos. Pero lo de ahora,
parecía ser un poco más urgente.

—¿Qué pasa?

Félix estaba presumiendo a todo el mundo que era un recién casado así que sostenía la mano
de Isaac y la agitaba de un lado para otro vigorosamente. Noah, por el contrario, parecía
haberse quedado sin oxígeno.

—¡¿Qué puedo hacer ahora?!

—¿Qué? ¿Qué otro accidente ocasionaste esta vez y cuánto dinero piden para solucionarlo?

—No... Es que... El abuelo quiere hablar contigo.

Noah le pasó su teléfono móvil con una cara bastante inocente para su gusto. Félix lo toma,
tiene una ceja en alto...Como dijo el hombre, el abuelo envió un breve mensaje de texto. Un
memorial para celebrar el matrimonio que era más bien una orden de volar inmediatamente a
Italia para que pudiera conocerlos a todos de la manera tradicional. Por supuesto, hablaba de
su nueva familia. De Isaac y el niño.

—Noah...

Después de leer el texto, Félix alzó los ojos y miró a Noah como si quisiera darle una patada
directo en la entrepierna.

—Yo... Le conté un poco sobre todo y luego me preguntó si había tomado un vídeo de la boda.
Le dije que estaba muy ocupado llorando como para hacerlo, él se enojó y una cosa llevo a la
otra y... No pude evitar decir que sería mejor si organizaba una comida o... Algo así.

Dio un paso atrás, evitando su mirada como si ya supiera exactamente lo que estaba pensando
hacer con él — o lo que ya estaba haciéndole en su mente—. Isaac, que estaba arrullando a
Benjamín contra su pecho, no pudo evitar participar en la discusión.

—Oye, es natural ir a saludar a tu familia ahora que ya estamos casados. Ya te lo había dicho
antes... ¿Cuánto tiempo vas a seguir posponiéndolo?

Cuando se lo preguntó en voz baja, Félix frunció el ceño como si estuviera preocupado o tal
vez, en desacuerdo total con el plan.

—Lo resolveremos más tarde, cariño. Otro día.

—¿Quieres esconderme a mí y a Benjamín?

—¡Por supuesto que sí!

—...
—Ups.

Félix entró en pánico total. No sabía que hacer ni que decir porque Jessica Parker, quien
también los había estado siguiendo, se veía absolutamente perpleja. Benjamín se quedó en
silencio y Noah llevó una mano a su boca de manera exagerada. Isaac suspiró. Definitivamente
no quería ponerse a pelear frente a su madre o su hijo así que solo dijo que estaba bien, y se
dio la vuelta para seguir buscando el auto.

Félix llegó urgentemente a su lado y tomó su mano otra vez. Comenzó a hablar:

—Isaac... No es lo que piensas. Yo ya te había contado sobre el carácter que tiene mi abuelo
así que, simplemente lo pospuse por un tiempo porque queríamos hacer algo muy sencillo y
no deseaba escucharlo quejarse por ello.

—...

—Yo solo quería que estuvieras cómodo. Tú, Benjamín y tu madre...

Demasiado cansado de pensar, Isaac solo sacudió la cabeza.

—No hace falta que te preocupes por mí. Es tu familia y pienso que saludar es lo correcto.

—... Entiendo.

—Entonces dile que vamos a ir la siguiente semana.

—Umm. Está muy lejos.

Pero como un niño pequeño que atrasa las cosas que no quiere hacer, Félix vuelve a excusarse
de nuevo. La apariencia que tiene cuando evade la mirada de Isaac es justo la que pone
Benjamín. ¡Exactamente la misma!

Isaac apretó la mano que todavía lo estaba sosteniendo. Sigue siendo un poco doloroso, pero
tampoco es como si quisiera verlo estar mal justo el día en que finalmente se casaron.

—Mira, cuanto antes terminemos con esto será mejor para todos nosotros. ¿O no lo crees así?

—Es que... ¿Estás realmente bien con eso?

—Dios. ¿Qué dices?

—Mi abuelo es un poco... Yo estoy hablando en serio cuando digo que no quiero que...

Como quería elegir sus palabras con cuidado, Félix hizo una pausa algo larga y densa. Mientras
tanto, Noah, desde el costado, comenzó a susurrar cosas como: "No quiero que te sientas mal,
amor mío. Mi abuelo es raro y muy malo". Imitando su voz.

Las cejas de Félix volvieron a ponerse muy juntas.


—Sí, justo eso.

—No importa. Estuve tratando con mucha gente en el ejército, algunos de ellos eran raros y
otros eran extremadamente crueles también.

—Pero...

—Solo vamos a saludar y ya. Tampoco tienes que hacer todo un drama en tu cabeza.

Ante la decisión de su esposo, Félix solo asintió. Aparentemente era algo que no podía
evitarse, aunque lo quisiera así que, ¿qué otra cosa podía decir?

Solo entonces, Isaac, que ya no parecía estar enojado con él, agarró mejor su mano para
entrelazarla con la suya.

—Entonces ya no te preocupes. ¿Está bien? Yo estoy aquí contigo.

Como fue consolado por Isaac, Félix solamente se rio.

—Sí, tienes razón.

Las cosas saldrán bien, seguramente... Después de todo, ahora está pasando por un momento
demasiado feliz como para comenzar a crear un escenario tan fatalista. Es decir, puede
caminar de la mano del hombre que adora, por siempre y para siempre. Tanto como se le
diera la puta gana.

Soñando con el momento dulce, Félix susurró una vez más que ya estaba más tranquilo, que lo
amaba y que esperaba que siguieran caminando juntos por mucho tiempo más...
Y desaparecieron, bajo la deslumbrante luz del sol.

—Fin del extra No. 1—


QB • Extra 2 | Parte 1

—Día de Halloween—

—¡Truco o dulce!

Los niños se arremolinaban alrededor de la gran canasta con forma de calabaza que había
preparado Isaac. Sacaban un puñado de dulces y caramelos de chocolate y los metían en sus
respectivas bolsas decoradas. Cada uno de los niños, que sostenía una bolsa de dulces con
ambas manos, gritaba con una voz poderosa y luego se reían.

Benjamín estaba junto con el grupo de niños. Sus mejillas estaban rojas y sus ojos brillaban
intensamente. Está muy feliz porque generalmente no le dejaban comer dulces o chocolates
para cuidar sus dientes y porque después de probarlos no quería seguir con su leche o se
volvía muy hiperactivo. Ahora, ¿qué van a hacer si su cesta está repleta de caramelos, paletas y
chocolates?

Isaac, mirando a Benjamín morder una paleta de cereza, solo pudo reírse al ver sus gestos y la
manera tan descuidada en la que lo masticaba.

En el patio de la mansión, habían organizado una fiesta de Halloween para los niños del salón
de Benjamín. Había payasos, Elsas y Annas, varias hadas y héroes. Algunas familias se vistieron
como los personajes completos de Star Wars y algunos otros de los personajes de Harry
Potter. Había una linda familia que tenía un conjunto de salsa de tomate, mayonesa,
hamburguesas y hot dog. Muy divertido.

El disfraz de Benjamín este año fue el del Capitán América, no de Mickey Mouse. Había sido
Mickey Mouse por dos años consecutivos hasta este mes, cuando en la escuela proyectaron
para ellos películas de Marvel. Sus juguetes más queridos eran los del capitán y ahora Mickey
estaba en el oscuro pasado. Fue un desarrollo asombroso, a decir verdad. Además, Isaac tenía
un sentimiento extraño porque era evidencia de que el niño estaba creciendo.

Ahora, su niño de cuatro años y medio que apenas le pasaba las rodillas, usa un disfraz de
capitán América, una máscara y un escudo. Mantenía una pose majestuosa mientras la
sostenía en su mano, pero igual seguía pareciendo hermoso y absolutamente tierno. Su
pequeño hombrecito.

La fiesta era inmensa y corría alrededor de la mansión. Todos los hombres de Félix estaban
cuidando el perímetro con armas de primera generación ocultas tras su ropa, pero llevaban
disfraces bastante amables. Tony era Winnie Pooh. Jack era Tigger y Noah... Era Josef Mengele.
Un médico nazi que había pasado a la historia por ser un maníaco que hacía experimentos
atroces con niños. Incluso había manchado su ropa con sangre y había conseguido equipo
médico real que además estaba oxidado. Aunque los invitados se abrumaron al verlo y le
dijeron a Isaac que el hombre estaba ocasionando demasiado miedo entre los niños, nadie
podía hacer nada contra él porque tenía fascinado a Benjamín. Además, el hombre era
inofensivo y los guardias lo estaba cuidando a la distancia.

El patio trasero de la mansión tenía música y decoraciones asombrosas. Sobre las mesas con
manteles naranjas y morados se amontonan ratas, arañas, galletas y pasteles con forma de
fantasmas, y lindas calabazas que iluminan la oscuridad. Es bastante lindo para niños de
cuatro.
De hecho, cuando planearon tener la fiesta de Halloween en casa, comenzaron a alistar las
decoraciones, la comida, el día y las invitaciones para los amigos de su escuela. Algo así como
un agradecimiento por haberle ayudado tanto al niño con su recuperación.

Obviamente no era una mansión ordinaria. En el sótano hay una sala de información con una
increíble cantidad de computadoras y documentos gubernamentales. Incluso hay un arsenal
inmenso abajo de ellos... Pero Isaac aún no sabía sobre eso así que, muy inocentemente,
pensó que todo estaría bien. De hecho, fue una situación difícil para Félix, pero no podía
detenerlo porque no sabía de una buena excusa que pudiera darle. Pero Tony, que vio que
estaba incómodo con esto, le dijo que podían tomar ventaja. En realidad, los muchachos del
gobierno todavía están en todas partes. Vigilando como perros. Entonces, si invita a los niños a
una fiesta normal, definitivamente se verá como un hogar amable por lo que estarán
"camuflajeados".

Así que, aunque era un hombre extremadamente dulce con su hijo y con su esposo, tenía una
cara de no poder soportar ni un momento más a ninguno de los niños que corrían por su patio.
Niños normales de tres o cuatro años que tenían mucha energía debido al azúcar de los dulces,
las galletas, los chocolates y el jugo de naranja. La música infantil era demasiado ruidosa para
su gusto así que ya le estaba doliendo la cabeza.

En un lado había un artista que hacía figuras con globos. También habían contratado varios
puestos de juegos simples, como lanzar una pelota o un aro o pescar pequeños pececitos... Y
está el asunto de sus hombres de Disney. Ellos estaban jugando con los niños y tomando fotos
para los padres... Y a veces, el loco doctor Noah gritaba diciendo que necesita niños para hacer
algún pastel.

El amplio patio estaba abarrotado como si fuera un parque de diversiones, y los sonidos
agradables y emocionantes resonaban por aquí y por allá.

Isaac era definitivamente el anfitrión de la fiesta. Hablaba con los padres, comía en una mesa y
luego se iba a otra a beber refrescos. Da la vuelta a cada rincón y se asegura de que no falte
nada. También va con Benjamín y juega con él tanto como se lo pide.

Desafortunadamente, en lugar de estar en la fiesta, la vista de Félix desde la ventana del


segundo piso está completamente puesta en él.

—Creo que se ve demasiado indecente.

Isaac estaba vestido como Spider-Man,el segundo héroe favorito de Benjamín después del
Capitán América... Y eso no hubiera sido un problema si su atuendo no estuviera tan pegado a
su cuerpo. Se dice que el atuendo de Spider-Man se adhiere de la cabeza a sus pies para que
pueda moverse por los edificios y atrapar criminales. ¡Pero no tiene que ser lo mismo que en la
película!

En otras palabras, el atuendo se le pega tanto que revela todo el delgado cuerpo de Isaac. Es
como si estuviera desnudo. Pantorrillas lisas, muslos firmes, nalgas elásticamente redondeadas
y bien entrenadas. Cintura notable, vientre plano y pectorales esculpidos en granito junto con
esos brazos llenos de músculos hermosos. No hay lugar donde no se revele algo. No importaba
que parte mire. ¿De verdad estaba caminando frente a tanta gente vestido así?

Félix abrió los ojos como si lo hubieran golpeado en la cabeza. Fue como un impulso asesino.
De repente, Isaac puso su mano sobre su delgada cintura en forma de triángulo invertido y se
quitó la máscara que llevaba en la cabeza... Tiró su cabello negro hacía adelante, como una
escena de película. Algo tentador. No, fue más que tentador. Fue erótico.Su pene ya está
creciendo.

Isaac, bajo las luces, está más fresco que nunca. Es tan bello. No puede quitar los ojos de sus
ojos ni de su sonrisa.

Félix, que persiguió a Isaac por un buen rato, puso los labios en su copa de vino para calmar
una extraña sed que estaba creciendo en su interior. Sin embargo, la mirada que se clava en él
no se enfría, al contrario, se vuelve más profunda y oscura. Si pudiera fallárselo lo haría, si
pudiera comérselo a mordidas...

Después de tragarse incluso hasta la última gota de vino, Félix arroja su vaso sobre la mesa y se
limpia con toda la mano.

Se acercaba el momento de asistir a la fiesta de Halloween.

✤✤✤✤✤✤

Isaac se frotó la nuca y exhaló un largo suspiro. Es el primer disfraz de Halloween que se pone
y en general, es más incómodo de lo que pensaba que sería. El traje de Spider-Man tiene que
cubrir todo el cuerpo de la persona por lo que queda increíblemente marcado. Se siente muy
avergonzado al respecto... Sin embargo, incluso si el disfraz de Spider-Man es un diseño que se
adhiere tanto al cuerpo, hay algo extraño a su alrededor que no había sentido en todas las
horas que llevaba de fiesta. Como si alguien lo estuviera viendo fijamente, en algún lugar... ¿Se
veía mal? ¿De verdad era muy inusual para los padres? ¿Se estaba pegando mucho? ¿Era
bastante pequeño? Se le ocurrieron varios pensamientos y varias razones por lo que alguien
podría estarlo viendo mal, pero no parece que ese sea el caso.

Isaac, frustrado y avergonzado, se quitó la máscara y exhaló con fuerza. Después de cepillarse
el pelo hacía adelante, miró a su alrededor una vez más y se volvió en silencio. La fiesta de
Halloween casi había terminado. Como era una fiesta para niños de solo tres o cuatro años era
natural que comenzaran a cansarse de jugar y comer, por lo que también era hora de que se
fueran a casa para lavarse y dormir. Entonces, si se quita el disfraz un poco antes, no debería
tener ningún problema. Benjamín puede ponerse triste sin Spider-Man, pero todavía tiene a
Pooh y a Tigger y también a su médico loco.

Isaac, mirando a su alrededor, entró en la mansión rápidamente, notando casi al instante que
el interior estaba demasiado silencioso. Del lado de la cocina había una sirvienta que estaba
ocupada yendo y viniendo con más pasteles y galletas, ocupando la puerta trasera que te
mandaba al patio directamente desde allí en lugar de dar toda la vuelta. Era natural que la sala
estuviera silenciosa, como una casa vacía.

Isaac cruzó la espaciosa sala de estar, dejando pasos que sonaron bastante escandalosos, y se
dirigió directamente a las escaleras. Era un salón inmenso que servía para hacer pequeñas
reuniones, dar la bienvenida a hombres de negocio y reunirse con algunos invitados del
extranjero. Luego tienen una pequeña sala de recepción, otra cocina y un comedor familiar.
Todas las habitaciones privadas están en el segundo piso, así que para cambiarse de ropa tiene
que subir. Es algo muy difícil tener una casa tan grande.
De pronto, comenzaron a sonar pasos detrás de él y la luz se apagó repentinamente. Isaac deja
de moverse y gira la cabeza... Quería decir algo como: ¿quién está ahí? Pero la verdad es que
se había quedado sin palabras. ¿Es un corte de energía? Incluso mira alrededor para intentar
comprobarlo. En la sala de estar la luz se apagó, pero el resto de la casa permaneció igual.
Incluso se escucha la música del patio.

Isaac volvió a subir las escaleras, pensando que tendría que cambiarse y llamar a alguien para
que verificara los focos. Luego, las luces del pasillo que conducen a la cocina se apagaron
también así que Isaac dejó de lado todas sus ideas de caminar.

Solo cuando la tensión pasó por los huesos de su espalda, giró la cabeza con los ojos bastante
pequeños. Al mismo tiempo, todas las otras luces comenzaron a apagarse... Como una
auténtica película de terror. La única luz era la de las escaleras donde Isaac estaba parado. Era
difícil incluso intentar enfocar algo.

Isaac lentamente chasqueó la lengua y formó un puño con la mano... ¿Era una broma o era un
ladrón? De hecho, Halloween era el día en que más crímenes se cometían en los Estados
Unidos. Todos utilizan máscaras así que es más fácil esconderse. Tenía lógica, pero nunca
imaginó que sucedería en su mansión ni mucho menos ese día. Es decir, ¿quién robaría la casa
de Félix?

—Si hay alguien allí, salga.

Cuando habló, alguien se movió en la oscuridad. Es negro y su cabeza es una máscara blanca...
El personaje clásico de la película Scream.

Isaac comenzó a reír gracias a eso y, sin embargo, tan pronto como abrió la boca, el fantasma
realmente desapareció en la oscuridad como un... Fantasma.

Ok. ¿Qué estaba pasando aquí?

De repente, algo se precipitó hacia él a una velocidad impresionante. Isaac levantó la mano
para defenderse, pero el movimiento fue más rápido de lo que pensaba. No solo es rápido,
sino que también era perfecto y habilidoso. Lo atacaba una y otra vez así que mientras
retrocedía, sintió el sudor frío que fluía por la parte posterior de su cabeza hasta su columna
vertebral. Es un oponente sorprendente, con una técnica impecable y profesional. Isaac, que
estaba perplejo, lo analizó por un instante e inmediatamente después comenzó a
contraatacar. Puñetazo, puñetazo y luego le siguieron las patadas. La lucha de las escaleras
terminó en la sala, se vuelve violenta. Se estaban golpeando, defendiendo y golpeándose otra
vez. La pelea de unos profesionales con golpes agudos, rápidos y precisos y una defensa
perfecta. Isaac estaba tratando de pelear con un traje que se sentía bastante sujeto a su
cuerpo por lo que era difícil moverse bien. El oponente llevaba una máscara, pero
sorprendentemente no parecía tener dificultades para verlo. ¡Ni una maldita dificultad!
Además, si empuja la mano para intentar quitársela y él le sostiene la muñeca, será realmente
difícil escapar y la pelea puede volverse en su contra.

Los dos, que parecían haber peleado durante mucho tiempo, comenzaron a respirar con
dificultad. Isaac estaba planeando huir y llamar a un guardaespaldas, pero en realidad no
estaba mal calentar un poco después de tanto tiempo.

Atacó otra vez, su puño se extendió en un movimiento limpio y rápido que incluso rompió el
aire. El fantasma lo evitó con un gemido corto y después inclinó la cabeza para intentar volver
a hacerlo retroceder... Sin embargo, los ataques de Isaac son lo suficientemente rápidos como
para que incluso sean invisibles. El oponente, que antes parecía no querer retirarse, comenzó a
entrar en pánico y perdió el equilibrio.

PAM, una pierna larga le golpeó la espalda.

El fantasma, que rodó por el suelo un buen tramo, se golpeó contra la mesa y luego se quedó
inmóvil. Cuando Isaac se movió lentamente hacia él y levantó el pie para pisarle la cara, el
fantasma gritó con una voz realmente aguda y entonces, un aroma increíblemente intenso
penetró a través de la punta de su nariz.

El aroma hace que sus ojos se nublen y sus rodillas pierdan fuerza. Un estímulo tan fuerte que
lanza una corriente eléctrica sobre él y lo deja indefenso.

Entonces el fantasma va por él, toma sus muñecas y lo sostiene hasta dejar todo su cuerpo
recargado entre sus brazos. Su cabeza colgaba e incluso había comenzado a gemir... El hombre
de la máscara de Screamlo sienta y comienza a cruzarle rápidamente los brazos hacia atrás
para amarrarlos con fuerza utilizando solo una cuerda.

—¿Por qué...? Uff...

La pregunta de Isaac no se completó correctamente porque estaba lleno de feromonas, de


pies a cabeza.

Isaac, que nunca había sido golpeado de esta manera, no puede manejar las feromonas que se
derraman sin previo aviso así que solo opta por dejarse caer. Por supuesto, incluso antes de
enlazarse con él, estaba claro que Félix tenía feromonas realmente fuertes. Pero era un omega
recesivo así que a pesar de que el hombre lo rociaba con ellas constantemente, podía
soportarlo hasta cierto punto.

Ahora que son pareja y que tiene su marca en la nuca, las feromonas se vuelven tan
insoportables como para hacerlo llorar.

Sus ojos se oscurecieron y su cuerpo se estremeció tanto que se hubiera caído de no ser
porque habían comenzado a cargarlo otra vez. Su fuerte aliento sale de su boca... El sudor frío
le escurría como si se acabara de bañar.

La sala de estar tiene todas las cortinas hacía abajo. Hay mesas y sillas para reuniones,
televisores y teléfonos para llamadas de conferencia, así como una estantería con libros y
enciclopedias enormes. Es un interior que le recuerda a la sala de conferencias de una
empresa poderosa... Pero al otro lado de la mesa, pasando un estante, hay una chimenea y dos
sofás dobles, uno frente al otro. Algo que también le da al lugar un ambiente bastante
acogedor.

El hombre con máscara puso a Isaac sobre sus hombros y lo colocó en el sofá igual a si fuera un
costal de papas. Su cara estaba pegada a los cojines y su cadera estaba toda levantada.
Completamente en el reposabrazos. Trató de levantar su cuerpo dándole fuerza a las piernas
que colgaban contra el piso, pero como tenía los brazos atados y las feromonas en sus
pulmones, su pequeña rebelión no tuvo sentido.

La mano del hombre le acaricia los glúteos y luego se los aprieta. Lo besa, y luego comienza a
morderle. Isaac gritó, pero su cuerpo estaba tan caliente que en lugar de enojarse comienza a
sentirse bastante penoso.
Lo desea, realmente lo desea tanto.¡Malditas feromonas! ¡Malditas!

—¡Ah! ¡Félix!

El Omega y el Alfa enlazados no pueden reaccionar a ninguna otra feromona que a la de su


pareja, y además estaba el hecho de que había decidido atacarlo con su aroma cuando estaba
a punto de perder. Tan malditamente típico de él. ¡¿Pero por qué?! Aunque era un hombre
con muchas dificultades en la comprensión, ¿no podía entender que estaban en la fiesta de
Halloween de su hijo?

Isaac tomó aire e intentó moverse lejos de allí... Pero el hombre levantó un poco más su culo
sin siquiera quitarse la máscara. Le toca los muslos y le acaricia el pene encima del pantalón.
Era, literalmente, una bestia maligna.

—¿Estás loco? ¡¿Qué es esto?! —Isaac, que yacía en el reposabrazos del sofá, giró la cabeza y
apretó los dientes—. ¡Responde! ¡Pedazo de... Animal en celo!

Pero como si la rebelión de Isaac fuera graciosa en lugar de triste, comenzó a reír mientras
volvía a verterle todas las feromonas que fueran posibles. Con un gemido impresionante, Isaac
se sacudió sobre el sofá como un pez que se quedaba sin oxígeno. Su calor lo golpea de
inmediato y comienza a gemir porque también es estimulado cuando su vientre se frota
suavemente contra el sofá. Su sangre baja lo suficiente como para inflamarle el pene y es
doloroso, es demasiado doloroso estarse presionando duro contra el reposabrazos.

Su cabeza parecía quemarse...

Como si el ciclo de calor comenzara en él, todo su cuerpo se calentó visiblemente hasta el
punto en que fue insoportable. Su respiración se acortaba y su agujero ya había comenzado a
mojarse.

Isaac estaba conmocionado por el estado de su cuerpo así que comenzó a decir todas las
groserías e insultos que se sabía de memoria. El hombre, que miraba las caderas de Isaac y
observaba su adorable reacción, comenzó a buscar algo en el bolsillo de su pantalón hasta que
finalmente sacó su navaja. Isaac nota la cuchilla así que comienza a alarmarse. En el momento
en que endureció sus hombros y sintió como lo presionaban con fuerza hacía abajo, escuchó el
sonido de la tela rasgándose.

El pantalón se cortó tan fácilmente que cuando el aire frío golpea directamente su piel, el
hombre llora y gime.

—Félix, oh Dios mío... Basta...

Fue en el momento en que Isaac murmuró esto, que un dedo frío le tocó el agujero que no
dejaba de palpitarle. Sus dedos son largos y ásperos y le hacen sentir tan bien que cuando le
acaricia, Isaac solo alcanza a cerrar los ojos con mucha fuerza.

Cuando dos de sus dedos son enterrados a la vez, su agujero húmedo comenzó a tragarlos. No,
no es tragar, parece que súplica por más. Por toda su mano... Luego, los dedos, que llegaron lo
suficientemente profundo como para no poder ir más allá, comenzaron a estimular también su
pared interna. Círculos, tijeras, líneas rectas. Un estímulo que duele de un modo delicioso.

—¿Está bien si solo pongo mis dedos?


Solo entonces, ante una voz tan temblorosa, Isaac se volvió y lo miró con los ojos
completamente rojos.

—Maldito. ¡¡Saltaste de la nada y utilizaste tus feromonas para atacarme!!

Mientras gruñía, Félix sacudió la cabeza.

—Tuve que derribarte de alguna manera... No queremos que ocurra un accidente justo en
Halloween, ¿verdad?

—Entonces, Hmm.... ¿Por qué me estás haciendo esto?

Gruñendo e ignorando el sonido lujurioso que viene cada vez que un dedo se mueve en su
interior, se queja mientras intenta hacer que lo suelte. Félix se elevó de hombros.

—Mi disfraz es de un mal hombre, así que intento meterme en el papel.

—¡Esa tontería es la peor excusa hasta ahora!

—Además el trasero de nuestro Spider-Man aquí presente estaba siendo observado por todos
los invitados. ¿No es motivo suficiente para un castigo?

—¡Nadie me estaba mirando! ¡¿Lo mejor que se te ocurre es que no te gusta esta ropa?!

Félix siempre ha sido terriblemente infantil, lo sabía. ¡Pero nunca pensó que podía llegar hasta
ese extremo por un disfraz!

—Ah, quería romperlo desde la primera vez que lo vi. —Y luego agregó un: "De esta manera",
y agarró su dobladillo para tirar de él hacia arriba. Se escucha un crujido, un sonido agudo y
luego sus piernas parecen abrirse de un modo casi exagerado—. No podía apartar la mirada de
tu hermoso culo.

—¡Eres un perver...!

Isaac levantó la voz, pero no pudo continuar hasta el final.

El pene del hombre tiene un grosor completamente diferente al de sus dedos así que, cuando
lo penetró sin decirle algo antes, se sintió como si lo estirara con fuerza y construyera una
forma diferente en sus paredes. Su respiración está bloqueada y sus ojos ven todo negro.
Parpadeó, pero era tan bueno que el placer se extendió por todo su cuerpo como si fuera la
corriente de un río.

—Ah ... Hmm...

Desde el momento en que le ofreció sus feromonas, el calor que hervía en su cuerpo fue
arrastrándose y quemando todo lo que tenía en su paso hasta volverse una llama ardiente en
un bosque. Parecía quemarse... No, parecía que su cuerpo era electrocutado. Las puntas de sus
dedos se curvaron y sus caderas, impulsadas por el enorme pene de Félix, comenzaron a
agitarse como si fueran terriblemente frágiles.

No había forma de que no lo aceptara. Le gustaba tanto que lo quería más profundo, más
hacia adentro. Más fuerte.En su cabeza, las palabras que no podía decir pero que deseaba
gritar solo estaban allí, flotando.

—Oh, Félix. Félix, Félix...


El puck, puck, puck y el "Félix",hacen que lo sostenga con todavía más emoción y que lo
penetre sin tener un descanso. Desde la boca abierta de Isaac, la saliva fluyó y empapó el sofá,
se soltó por completo y la visión se le volvió extrañamente blanca. Si sus brazos no estuvieran
atados él habría tomado su mano y lo hubiese abrazado con ganas. Pero en el sofá, como un
rehén, estaba luchando con las terribles ganas... Solo tenía ganas.

Es una pena que esté temblando.

Si conoce o no los sentimientos que tiene en ese instante, él no parece hacerlo notorio porque
solo estaba apretando y agarrando sus nalgas como si quisiera romperlas. Luego, golpeando el
trasero para que el sonido de su interior sonara como el fuego chisporroteando en una
chimenea, Isaac comenzó a gritar.

—Dios mío, oh Dios mío, Dios...

—Basta, Isaac... Si estás tan emocionado vas a desconcentrarme y voy a eyacular primero.

—¡Oh, ah...!

—Realmente me matas...

Mientras murmuraba con un tono desesperado, Félix volvió a golpear sus caderas. Una y otra
vez y otra vez hasta que unas huellas rojas comenzaron a saltar sobre su cadera y en su
agujero... Félix insiste en que tiene que quedarse quieto así que todo termina con una palmada
en su culo e Isaac entregándose a él.

Cómo un círculo vicioso.

Con todo el dolor, el placer estimulante aumenta de manera que la punta de sus pies se
encoge. Oh, por primera vez le gusta sentir ardor, y dolor y le gusta tanto que lo golpee... La
sensación le hizo dudar de si acaso tenía algún fetiche que nunca había conocido.

—Isaac, tu trasero está tan rojo.

Félix, que había estado aplastando la pared interior del hombre a una velocidad
impresionante, de pronto se puso repentinamente lento. Suave... Solo entonces, Isaac
finalmente sintió que le ardía el culo. Estaba hinchado y palpitante. La fiebre se eleva por
encima de su piel y entonces solo se le ocurrió morder sus labios sin poder decir que se siente
como un demente por amar que no deje de darle nalgadas.

Félix comenzó a reír.

—Dios estás tan mojado... Igual a una pequeña fuente.

Cuando susurró esto, con la cara inclinada hasta su cintura, Isaac abrió los ojos de un modo
increíble. Frente al disfraz que no se puede quitar, las palabras hacen que de verdad sienta su
ingle tan húmeda como Félix dice que lo está. Sus mejillas se ponen rojas como un rábano. No
sabía qué decir así que estaba masticando sus labios de nuevo.
De repente, Félix tomó la máscara que no se había quitado y la arrojó bruscamente al suelo. La
máscara rueda y choca muy escandalosamente, pero Isaac no escuchó nada.

Félix, quien se reveló frente a él, tenía unos ojos azules maravillosos que estaban
absolutamente nublados. Barre su cabello sudoroso con una mano y sonríe, como un hombre
malvado. Brilla en la oscuridad, tan hermoso y encantador como de costumbre.
Un alfa atractivo de ojos oscuros.

De verdad quiere tocarlo.

—Mis manos, desátalas...

Isaac, pensando en lo tonto que era la posibilidad de volver a enamorarse de ese tipo en un
momento tan extraño, soltó un suspiro inmenso. Félix, que se quitó la túnica y se desabrochó
la camisa, solo se inclinó.

—¿Por qué? Todavía estoy enojado.

La respuesta le pareció completamente molesta, pero Isaac solo suspiró otra vez. Un suspiro
largo.

—¿Cómo pretendes que continúe estando así?

Isaac preguntó, sintiéndose desesperado mientras estaba todavía acostado en el sofá. Las
manos de Félix se sueltan y comienzan a acariciarle las caderas que ya están terriblemente
enrojecidas hasta el punto del ardor.

Entierra el pene profundamente en su interior. De verdad profundamente.

—Quiero volver a rociar feromonas en ti porque te ves delicioso cuando te derrites entre mis
dedos.

—... Moriré si haces eso.

—Pero sabes que te encanta morir así.

Con una sonrisa, Félix, una vez más, vertió feromonas dentro y fuera de él... Todo su cuerpo
tembló y estalló en un nuevo gemido parecido más bien a un grito de pánico. Sus ojos se abren
y su espalda dibuja una curva.

Ah, no puede hacerlo.Definitivamente no puede.

—¡Ahhh! Félix, ahora... Para.

Su pene estaba frotándose una y otra vez contra su ropa y el sofá así que su semen solo se
derrama.

—Oh, Dios mío, Isaac, Isaac... ¿Cómo es que eres tan erótico? ¿Eh? ¿Cómo es que tienes un
culo tan bueno?

Félix sonrió suavemente, acariciando el cabello negro de Isaac. Donde quiera que mire, su
amante, ahora su esposo y Omega, era tan encantador, tan maravilloso y sexy, que no podía
soportarlo.

Él aplastó las mejillas desordenadas de Isaac contra el sillón y luego se inclinó para poder
sostenerlo... Así, tomando la barbilla de Isaac entre sus dedos, pudo meter la lengua entre su
bonita boca. Se empujó, y luego incluso se permitió morderlo hasta sangrar. La lengua gruesa
de Félix ocupa todas las partes de la boca de Isaac, lo succiona y lo jala. La cabeza, el cuerpo, la
boca, su pecho, el fondo de él, todo lo que está afuera, estaban siendo tomados por él. ¡Y ni
siquiera podía pensar en nada más perfecto! Todo, sus entrañas y su piel, estaban temblando y
lo hacía sentir extrañamente mareado.
Como la bestia con cuernos que le había mostrado ser, Félix esparció una inmensa cantidad de
semen caliente dentro de él. Isaac gruñó, y sus caderas de color rojo comenzaron a moverse
como si palpitaran o como si tuvieran vida propia. Su aliento se acabó porque estaba muriendo
con el placer que le estaba lloviendo a cántaros.

Su pene, que estaba de verdad congestionado, derrama semen otra vez hasta que el sofá
queda vuelto un desastre y sus muslos comienzan a sentirse asquerosamente pegajosos.

Era, definitivamente la puta gloria.

—Oh, ah, Félix. ¡No pares! Más, más, ah. ¡Dame más!

Félix agarró su pierna y la levantó para poder meterse hasta la raíz. Todavía más profundo que
las veces anteriores. Isaac sollozó por el estímulo y sacudió su cintura hasta que Félix, que
había estado manejando la situación de una manera dura, de repente se volvió un poco más
"gentil".

Fue allí cuando se derrumbó y dejó de moverse. De nuevo, las llamas hirvientes se estaban
extendiendo dentro de él. Su estómago se estaba calentando y calentando hasta un punto
insoportable. Incluso sus sentimientos ya estaban desordenados como si no tuviera control
sobre ellos tampoco. Su aliento no se calma y no puede dejar de gritar tan fuerte como la
música de afuera.

Se escuchó el sonido de una queja tras su espalda.

—Haces esto todo el tiempo. Cada vez que intento controlarme, te vuelves lo suficientemente
lujurioso como para volverme loco.

Félix murmuró como si realmente eso le pareciera muy molesto, pero Isaac solo estaba allí.
Respirando, quejándose y derramando de su semen. Los muslos abiertos de Isaac, temblando,
comienzan a acalambrarse. Su pupila negra se colorea ahora de placer y de lujuria y, jadea.
Jadea porque, por extraño que parezca, estar lleno de él se siente muchísimo mejor que en
otras ocasiones.

Félix lo agarró del cabello y lo besó con fuerza. Tanta, que la mandíbula de Isaac comienza
incluso a mancharse de una saliva que no es la de él. Le muerde los labios, se los chupa y besa
después sus mejillas y junto al lóbulo de su oreja para comenzar a inhalar la fragancia de su
hermoso Omega. Sus feromonas... Pero el problema es que cuando su dulce incienso se mete
profundo en sus pulmones, la sangre vuelve a acumularse en su ingle, haciendo que la
excitación no disminuya.

Félix parece estar colgado de las manos de Isaac, intoxicado con un olor dulce mejor que el del
vino y de los caramelos.

—Oh, mmm, Félix, ahora... Mis brazos. Libera mis brazos.

Las demandas de Isaac se dispersaron tan pronto como Félix lo besó... Lo miró. No le
molestaba, pero era la primera vez que le amarraban los brazos así que estaba demasiado
entusiasmado consigo mismo.

La sensación de emoción que viene de estar sumiso, atado y empujado por un hombre más
fuerte que él... Le gustó tanto que lo odió.

—No.
Con una sonrisa oscura, Félix balanceó su cintura mientras gemía contra la piel blanda de su
cuello... Isaac volvió la cabeza hacia Félix. Sus ojos todavía están rojos, húmedos. Incluso había
un deseo que nunca antes había existido dentro de él.

—... Me duele el brazo.

—Tal vez tienes razón. Ya estuviste atado durante mucho tiempo.

En el momento en que Isaac susurra esto con el ceño fruncido, Félix baja la mano hacia su
bolsillo para volver a encontrar la empuñadura de su cuchillo. Luego, sin dudarlo, cortó la
cuerda que ataba los brazos de Isaac y dejó que las cuerdas se precipitaran hasta el suelo de
un modo de verdad descuidado.

Isaac respiró hondo, pero no levantó el cuerpo. Debido a que sus brazos habían estado hacia
atrás por un tiempo largo, no cree poder moverlos fácilmente. No los siente en realidad.

—¿Estás bien?

Aunque Isaac ni siquiera sabía qué hacer o que decirle, Félix extendió las manos y preguntó
esto suavemente, frotándole la piel de un modo tierno. En pequeños y muy lentos circulitos.

—No. —Una respuesta corta fluyó, de un modo rebelde. Luego, intentando ponerse derecho,
preguntó—: ¿Ya no estás loco? ¿O tengo que llamar a la policía?

QB • Extra | Parte 2

Félix lo sujetó con cuidado y lo sentó en el sofá donde había estado recostado hace unos
minutos. Se dedicó a acariciarle la cadera y a besarle lentamente las puntas de los pies.

—Esto es lo que pasa cuando no te vigilo.

Isaac todavía estaba respirando de un modo agitado, sacudiendo su pecho y presionándose


completamente contra él de tanto en tanto... Félix entonces levantó la vista y se echó a reír
mientras sentía a Isaac, intentando desesperadamente tomar su mano entre las suyas.

—Cada vez que te veo me sorprendes, mi amor. Dices que no, pero en realidad eres muy
bueno controlando el flujo de tus feromonas.

—Bueno, ¿cuántos días crees que llevamos juntos?

Isaac contestó sin rodeos, pero Félix realmente pensaba que era increíble.

Antes, aunque dejara de tomar los inhibidores, no había cambios significativos en su cuerpo
por lo que llegó a pensar que era algo que tenía que corregirse con asesoría médica y tal vez,
con más tiempo. Por supuesto, siempre reaccionaba a sus feromonas de la mejor manera. Era
un hombre hermoso, con un poder mental superior a cualquier otro Omega que hubiese visto
antes. Tan inexperto que le encantaba. Tan inteligente.

—¿Por qué sonríes?

—¿Estás enojado? Solamente quería jugar un rato para ponerle emoción a la noche.

—Ese no es exactamente mi concepto de emoción.


De hecho, los ojos de Isaac todavía estaban rojos y su respiración no podía controlarse. Era
difícil salir completamente del estado de excitación así que su apariencia era como la de un
animal pequeño y tembloroso.

Y sí, eso fue más que suficiente para excitar a Félix.

—Isaac, quiero tanto hacerte el amor...

Félix se lamió los labios y frotó la entrepierna de Isaac con la palma completa de su mano. Sin
embargo, la expresión de Isaac era más que fría.

—Entonces no utilices feromonas.

—¿Por qué? No parecía que las odiaras hace un momento.

—No me gusta sentirme mareado o adicto a ellas... Realmente odio que parezca que no soy yo
así que, tendrás que hacerme caso si quieres seguir.

Al ver a Isaac y escuchar la manera en la que se sentía, se arrepintió de inmediato y dejó caer
los hombros hacia el frente... Sin embargo, pronto pareció ponerse a pensar en algo
interesante así que sonrió brillantemente y levantó la cabeza una vez más.

—Si es tan malo… ¿Qué tal si lo haces conmigo?

—¿Quieres decir...? ¿Recibir una ducha de feromonas Omega? ¿Por qué?

—¿Y por qué no? Si yo soy tu Alfa y puedo darte de mis feromonas, entonces mi Omega puede
hacer exactamente lo mismo.

—No. Es suficiente así, realmente suficiente. Eres un demonio con cuernos cuando piensas y si
te vuelves más demonio por mi culpa, no lo voy a soportar. Sería mejor no ponerte feromonas
ni decirme que lo haga.

Isaac habló, con una cara ligeramente rojiza, los ojos hacia abajo y un olor completamente
dulce saliendo por cada poro de su piel... Félix lo miró otra vez, y se echó a reír ante la imagen
de su esposo que gritaba: "Me muero de ganas, pero también me muero de vergüenza.

—Me voy a volver más demonio, ¿eh?... No sé si es un cumplido o un insulto.

Félix estaba sonriendo, con una mirada completamente seductora. Una mirada, con un total
toque de hambre en ella. Isaac suspiró, se subió mejor al sillón y después se sentó sobre las
piernas de Félix para mirarlo a los ojos. A veces es tan ridículo como letal. Es infantil y también
termina haciendo y diciendo las cosas más raras de la vida. En una palabra, es de los que
reacciona directamente, aunque igual es muy tierno. Como casi gritó que le dolía el brazo, lo
dejó ir y se rindió de inmediato así que podía decir, sin temor a equivocarse, que era un
hombre que siempre escuchaba sus opiniones y se preocupaba por él. Así que a veces se
siente enojado y a veces, muy especial.

Félix lo debilita. Pensó, que podría tratarse de una nueva debilidad.

—¿Qué pasa, cariño?

La cara deslumbrante de Félix, incapaz de ocultar su sorpresa, se acercó un poco más a la de él.
Lo sostiene... El pecho de Isaac contra su pecho, su corazón contra el suyo, sus bonitos labios
en su boca. Fue un beso impulsivo que comenzó por Isaac. Siempre termina con ganas de
besar a ese tipo que es tan infantil, lindo, raro, violento y amable.
El pensamiento vino a su mente y solamente, lo hizo y ya.

Con un sonido de succión, la punta de su lengua pasó sobre sus labios. La metió en su boca y
frotó toda su membrana mucosa de arriba para abajo. Lo mordió una y otra vez y entonces,
Félix le tocó el cuello y cerró los ojos.

Las feromonas que salían de él se estaban volviendo más gruesas con el paso del tiempo. El
pequeño aliento caliente de Isaac, haciéndole cosquillas en la punta de la nariz, hizo que Félix
soltara un gruñido intenso y que sus cuerpos comenzaran a emitir más calor. Sudan y se pegan
el uno contra el otro. Es peligroso.

En el momento en que intentó respirar otra vez, los fuertes brazos de Félix se envolvieron
como serpientes en su torso. Se siente tan duro, parece que no hay forma de que pueda salir
de su abrazo tan fácilmente.

—Si terminamos hasta las dos de la madrugada, quiero que sepas que fuiste tú quien me
provocó.

—¿Solo por un beso?

—Si entendieras lo lujurioso y sucio que fue tu beso no dirías tan inocentemente: ¿Solo por un
beso?

—Claro...

Isaac quería decir algo más inteligente, pero su esposo lo está besando tan suavemente que
solo se le ocurre cerrar los ojos y, dejarse llevar...

Vuelven el beso tierno algo obsceno, violento y completamente sexual. El pene caliente de
Félix crece e Isaac tiene los genitales mojados. Quería frotar su entrada contra él y pedirle que
lo follara tan fuerte como antes. ¿Es porque las feromonas no se han ido por completo de su
cuerpo? Sus paredes internas parecen ponerse a palpitar. Sus brazos lo sostienen. De hecho, lo
tiene fuertemente envuelto, estallando en un gemido contra su oído.

Ah, se siente como si su estómago fuera a estallar también.

—Al menos... La cama...

Isaac, acostado sobre el pecho de Félix, estaba respirando con bastante dificultad. Pero Félix
solo levantó la parte superior de su cuerpo y cambió su postura para dejarlo recostado
nuevamente.

—No creo que pueda dejarte ir... Ni siquiera a la cama.

Mientras chupaba el cuello de Isaac, Félix susurra con una voz terriblemente dulce y gentil,
como si deseara calmarlo, aunque desafortunadamente solo estaba haciendo que su corazón
corriera con una infinita furia.

—Ah, ah, entonces detente por un momento, luego... No, espera, lentamente. Uh, Félix...
Hazlo lento.

—Mierda, eso también es difícil.

Ya han eyaculado más de dos veces así que toda la parte inferior de sus cuerpos está
manchada y pegajosa. Como no se han quitado la ropa por completo, se siente húmeda y
grasienta y, sin embargo, cuando Félix comienza a tener sexo con él, se muestra ansioso y
codicioso y no quiere soltar a Isaac ni siquiera para desnudarse. Gradualmente su cintura se
vuelve pesada y comienza a jadear por sentir su peso sobre su pecho. Su pene parece estarle
acariciando el ano...

—Lento... Ah, hazlo lento... ¡Ah, ah! ¡Félix!

Cuando Isaac sacudió la cabeza y le suplicó, agarró los hombros de Félix y levantó lentamente
la pelvis para él. El hombre de repente deja de moverse y hace más amable su mirada. Toca la
mejilla de Isaac con las manos calientes y disminuyen la velocidad mientras besa ahora a lo
largo de sus mejillas, su barbilla y su frente sudorosa.

Isaac, que intentaba dejar de moverse hasta el punto en que contuvo el aliento, tragó saliva y
sintió entonces la garganta terriblemente seca.

Las yemas de los dedos de Félix acarician su pecho circularmente entre cada nueva estocada.

—Todavía lo detesto... Esto de aquí.

Isaac inclinó la cabeza cuando escuchó esa palabra final. No lo comprendía... Hasta que vio
como delineaba la araña de su traje. Como dijo, es verdad que el disfraz de Spider-Man todavía
estaba unido a su cuerpo. Quería quitárselo, pero había decidido detenerlo y cortar la parte de
su ingle como un maldito pervertido. Lo rasgó todo, así que ya no servía.

—Me encantaría tanto quemarlo, no debí dejar que lo compraras en primer lugar.

Félix frunció el ceño. Después de todo, él lo había pagado así que era culpable de sus propios
males y sus peleas internas con el disfraz ajustado de Isaac. Lo miró, una y otra vez y luego
volvió a acariciarle... Isaac luchó por tener algo que decir y sacudió los labios, pero antes de
eso, Félix lo rasgó.

Al igual que con su dobladillo, Félix tomó una parte del traje y lo rompió de extremo a
extremo, como lo que hace Supermanen sus películas. Pero la diferencia con Superman y con
él es que cuando él rompe su camiseta se revela una S de su traje, pero Isaac solo reveló un
pezón rosado completamente erguido. Isaac intento cubrirse el pecho expuesto y levantó los
ojos hacia Félix para intentar que dejara de hacer eso... El hombre, sin embargo, solo escucha
su corazón latiendo sin parar en sus oídos.

—Wow, eres realmente precioso.

Isaac se sentía avergonzado, pero también estaba más que satisfecho de que Félix le estuviera
mirando como si le tuviera lamiendo el pecho expuesto, aunque todavía no se había acercado
tanto como para hacerlo. Le gustaba esa expresión de hambre.

—Ojalá lo hubiéramos roto desde el principio.

—Prefiero quitármelo.

—Esto me gusta más.

—De verdad eres un pervertido.

De repente, todavía con esas palabras en la boca, el sudor caliente se adhiere inmediatamente
a su pecho y una nueva corriente eléctrica emocionante sube por su columna vertebral hasta
hacer una curva en su espalda. Isaac gritó. Su areola y sus pezones estaban siendo atacados
por unos dientes afilados al mismo tiempo.

—¡Félix, espera! ¡Por favor espera!

Isaac se sintió extrañamente sobre estimulado e intentó apartar la cabeza de Félix ocupando
las dos manos... Pero él ni siquiera se mueve. Por el contrario, fortalece los brazos y abre un
poco más la boca. No hubo dudas en chupar suavemente cada parte que encontró. Y no solo
eso, sino que comenzaba a jugar con las pausas. Deteniéndose justo en la parte en que sabía
que lo necesitaba más. Las extremidades le temblaron...

Por lo general, los pezones a menudo se mordían y chupaban en sus encuentros sexuales...
Pero esta vez es terriblemente diferente. Están más sensibles. Cuando enrolla la lengua en su
pezón y lo levanta para morderlo, obtiene un fuerte placer que se extiende por todo su
cuerpo. Una excitación que le roba hasta las lágrimas. Puede ser, tal vez, nuevamente por obra
y gracia de sus feromonas.

—Oh, ah, espera, espera... Hmm. Es demasiado, realmente demasiado.

Isaac se encogió de hombros y puso sus dedos entre el cabello de su esposo. Aun así, aunque
gritara y lo abrazara, no podía soportarlo. No podía dejar de estar excitado ni aunque le
enterrara las uñas con fuerza... Pero Félix reaccionó más sensible que de costumbre a la
reacción de Isaac. Como si disfrutara jugar con él, lo apretó y lo absorbió hasta el punto en que
el pezón y la areola se le hincharon y crecieron hasta hacerle tener una cara roja brillante.

Frente al acto violento y el modo tan salvaje en que le sostenía la cintura con fuerza, chupando
y apretando, sintió una sensación similar a la de morir.

—¿Esto es igual a cuando Benjamín te succionaba leche?

—¡No seas ridículo...! Ah, ah.

Pero Félix, pegado al pecho, era terco.

Isaac, quien finalmente lloró, se inclinó otro tanto contra él... Su ingle estaba toda mojada de
nuevo, pero no podía masturbarse. Ni siquiera podía extender las manos, aunque vomitaba
semen como un lunático y… ¡No puede ni recordar la cantidad de veces que ya lo hizo!Se
sentía enfermo y drogado así que dejó su frente sobre él. Lo abrazó.
No se había dado cuenta, pero Félix también estaba en mal estado. Su rostro se notaba
caliente y temblaba mucho cuando le preguntó:

—¿Te gusta cuando chupo tus pezones? ¿Cuándo te volviste tan sensible, mi amor?

Isaac se mordió los labios y pensó sobre ello, porque era verdad que esta vez fue diferente de
las anteriores. Las feromonas rociadas por Félix eran muy poderosas y él estaba excitado así
que pudo deberse en parte a eso, ¿verdad?

Cuando se tocó el pecho con la mano, sintió un hormigueo otra vez. ¿Qué tanto mordió?
Parece estar bastante puntiagudo. La areola le arde, es más fuerte. Como una quemazón que
no se calma... Félix susurró con los labios en la mejilla de Isaac:

—¿Es que acaso estás embarazado?

—... ¿Es broma verdad? —Isaac hizo aún más pequeños sus ojos—. ¿O no?
Si era broma o no lo era, Félix se rio... Pero Isaac no podía hacer lo mismo. Había un aura
extraña a su alrededor, flotando por todos lados como si le perforara la cabeza. Tal vez, no era
precisamente un buen sentimiento.

—¿Cuándo fue mi último celo?

Cuando Isaac murmuró esto, Félix se sintió confundido así que dijo algo como: "¿Eh?"

—¿Cuándo...?

—Hace un par de meses.

Nunca se había atrasado en su ciclo... Desde el día en que tuvieron su primer encuentro hace
cuatro años. Cuando se mezcló por primera vez con Félix sin conocer su cara.

—¿Eso está bien?

Félix se rascó la mejilla como si estuviera avergonzado. Solo entonces, Isaac levantó la cabeza y
pareció despertarse por completo. Cuando lo piensa con atención, siente un escalofrío terrible.

—Necesito lavarme.

Era una voz y expresión determinadas, igual a si estuviera entre asustado y nervioso, aunque
se mueve tan fluidamente como siempre. Se levanta y se escucha un chasquido en su agujero
debido al derramamiento de semen... Era difícil soportar la horrible sensación, por lo que Isaac
se mordió los labios y se sostuvo el abdomen. Sus extremidades tiemblan un momento así que
tiene que tomar a Félix de los hombros con ambas manos.

—Bueno, cálmate. Lo sacaré por ti así que quédate quieto.

Con una cara sería, el hombre empujó su mano a través del agujero de Isaac. Cuando extiende
los dedos como tijeras, el semen se vierte sobre él una y otra vez y cuando rasca la pared
interior, escucha el sonido del burbujeo de las líneas blancas que comienzan a derramarse
hasta formar gotas sobre el suelo.

Isaac frunció el ceño y luego dejó de respirar.

—Rápido…

El Omega estaba impaciente, pero su Alfa todavía se daba el lujo de acariciarle completo y
chuparle el pezón con su lengua larga... Isaac estaba lo suficientemente perdido con todas las
ideas del embarazo como para reaccionar o levantar la cabeza. Era un sentimiento de verdad
extraño. Lo suficiente como para que fuera insoportable.

Un poco más y la duda lo iba a matar.

—Tengo que ir al hospital. —Félix se enfrió y miró a Isaac, parado con sus delgadas piernas
temblorosas y su rostro pálido como una hoja—. Si es verdad, entonces necesito saberlo de
inmediato para comenzar a...

—Oh, Dios mío, Isaac. Es de noche. El hospital está cerrado.

El confundido Félix dijo la verdad, pero Isaac fingió no escuchar y se volvió hacia las escaleras.
Se quitó el desafortunado disfraz de Spider-Man y lo aventó en una esquina.
—Entonces necesito lavarme y dormir ahora para ir mañana por la mañana. Si me quedo
contigo toda la noche, voy a perder el tiempo.

—¡Oye! No hay que adelantarnos a las cosas.

Quería tener sexo con él toda la noche así que, cuando encontró que Isaac ya se estaba
marchando, Félix puso una cara de descontento total.

Isaac cruzó la habitación sin dudarlo y de repente, se quedó inmóvil para mirar por la ventana.

—La fiesta de Halloween ya terminó.

Fue una situación en la que soltó un inmenso suspiró. No sabía que decir sobre Benjamín o
sobre la fiesta porque en realidad, su cabeza estaba destinada a ser el caos mismo. Solo estaba
intentando... Respirar muy lento.

—Tony seguramente terminó con la fiesta y llevó al niño a la cama. No te preocupes por eso.

Félix, tan en blanco como Isaac, apoyó la cabeza contra el sofá... Pero de nuevo el hombre solo
sigue derecho y camina sin mirar atrás. Abre la puerta y deja que un viento fresco entre en la
habitación.

—Cariño... Si vas al hospital mañana y obtienes la confirmación de un embarazo...

Antes de salir, Félix habló en voz baja. Entonces Isaac volteó a verlo, sorprendido. Esperando
que dijera como se sentía o alguna palabra que pudiera hacerlo sentir mejor.

—Si estás esperando un bebé, entonces si podemos hacer realidad lo de la leche materna. ¿No
es cierto?

—...

—Porque eso sería genial.

Isaac suspiró con fuerza.

—No vamos a tener sexo por el momento.

Sin embargo, en lugar de responder a la pregunta de la leche materna, cayó un aviso sobre su
cabeza como una pared enorme y pesada. Los ojos de Félix se abrieron un montón.

—¿Pero qué demonios estás diciendo?

—¿No es eso lo que hace un buen esposo? Si hiciste una anotación y lograste embarazarme,
entonces debes ser responsable.

—No, yo, tú... ¿Por qué siempre me quitas el sexo?

—Porque eso es lo que hace un buen padre también. Es tu trabajo portarte bien. Pídele
detalles al médico mañana.

Isaac, que dijo esto con frialdad, siguió derecho a las escaleras y luego, desapareció.

La fiesta terminó hace mucho tiempo, incluso las personas que trabajaban para él se habían
ido a dormir así que Félix se quedó completamente solo muy pronto. Era cierto que quería un
segundo bebé, pero también era cierto que eso le parecía muy cruel de su parte. Muy, muy
cruel de su parte... ¿Las personas embarazadas no tienen relaciones sexuales? ¿Hasta cuándo?
Dios mío, que tontería. Si no puede sostenerlo por un día, va a explotar y su polla también lo
va a hacer. ¡Prefiere morir!

—Aaah. ¡Isaac! ¡No quiero eso!

Los pasos sordos de Félix sacuden una mansión que se hunde en el silencio. Que duerme. Es
serena, como si nada hubiera pasado en realidad. Pero el día después de Halloween, el primer
día de noviembre, la mansión estaba nuevamente de cabeza.

—Fin del extra No. 2—

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