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Una cosmovisión es el conjunto de opiniones y creencias que conforman la

imagen o concepto general del mundo que tiene una persona, época o cultura, a
partir de la cual interpreta su propia naturaleza y la de todo lo existente. Una
cosmovisión define nociones comunes, que se aplican a todos los campos de la
vida, desde la política, la economía o la ciencia hasta la religión, la moral o
la filosofía.

Cosmovisión (del alemán: Weltanschauung ‘concepción del mundo’) es una


expresión introducida por el filósofo Wilhelm Dilthey en su obra Einleitung in die
Geisteswissenschaften ("Introducción a las ciencias humanas [entiéndase
"espíritu" -Geist- aquí más bien como cultura"], 1914). Dilthey, un miembro de la
escuela hermenéutica, sostenía que la experiencia vital estaba fundada —no solo
intelectual, sino también emocional y moralmente— en el conjunto de principios
que la sociedad y la cultura en la que se había formado. Las relaciones,
sensaciones y emociones producidas por la experiencia peculiar del mundo en el
seno de un ambiente determinado contribuirían a conformar una cosmovisión
individual. Todos los productos culturales o artísticos serían a su vez expresiones
de la cosmovisión que los crease; la tarea hermenéutica consistiría en recrear el
mundo del autor en la mente del lector. El término fue rápidamente adoptado en
las ciencias sociales y la filosofía, donde se emplea tanto traducido como en la
forma alemana original.

Una cosmovisión no sería una teoría particular acerca del funcionamiento de


alguna entidad particular, sino una serie de principios comunes que inspirarían
teorías o modelos a todos los niveles: una idea de la estructura del mundo, que
crea el marco o paradigma para las restantes ideas. De este modo, puede
pertenecer al ámbito de la filosofía llamado metafísica (aunque también doctrinas
tradicionalmente antimetafísicas, como el positivismo o el marxismo puedan
constituir una cosmovisión para sus adherentes). Sin embargo, una cosmovisión
no es una elaboración filosófica explícita ni depende de una; puede ser más o
menos rigurosa, acabada o intelectualmente coherente.
Visión es acción y efecto de ver. La expresión ver es apreciar por los ojos, los
objetos mediante la luz.
La visión se lleva a cabo a través de la luz que entra por el iris y atraviesa el lente
del ojo, este refleja la imagen que se realiza en la retina (formada por células
sensibles llamadas: bastones y conos). La retina recibe la información y
transforma la imagen en impulsos eléctricos y la traslada al cerebro mediante los
nervios ópticos, los impulsos llegan al tálamo y unas terminaciones nerviosas
terminan el proceso llevando la información a la corteza visual del cerebro, en
donde se forma la imagen.

La visión puede ser: visión central permite ver algo puntual, la visión
periférica permite observar todo lo que rodea a la visión central. En la visión
binocular o estereoscópica los dos ojos superponen las imágenes que
visualizan en ángulos ligeramente diferentes y en la corteza visual se compara las
dos visiones, proporcionando una sensación de relieve y profundidad que a la vez
permite calcular la distancia en que se encuentran los objetos.
La visión nocturna es la habilidad de observar objetos con poca iluminación, esta
habilidad se presenta en los seres humanos de forma limitada lo que recurre a
aparatos electrónicos: cámaras de visión nocturnas, que se visualiza a través de
rayos de infrarrojo, radiación térmica, entre otros. Actualmente, ya existen gamas
de carros que cuentan con un sistema de visión nocturna.
Como tal, la visión de una empresa indica a donde desea llegar la misma a largo plazo.
La finalidad de establecer este punto en la organización de una empresa es motivar a los
miembros y enfocar sus esfuerzos hacia el mismo objetivo, por lo que es importante
establecer estrategias para trabajar todos en referencia a lo pactado en ellas y realizar la
tarea bajo coherencia, organización y éxito.
1. Emprendedor visionario

Convierte su visión en negocio, pero mantiene los pies en la tierra.


Este tipo de emprendedor tiene la destreza de ver el futuro de
forma realista. A pesar de vivir bien plantado en su realidad, le
gusta soñar despierto y si ve una oportunidad, no duda en tomarla.

La ventaja de idealizar sus sueños es que hace todo lo posible por


llevarlos a cabo. Este aspecto es el que lo diferencia de otros
emprendedores, pues tiene muy claro que co n solo soñar no
llegará a ningún lado. Debe ponerse en acción.

2. Emprendedor inversionista

A este emprendedor le gusta invertir y tiene el financiamiento para


hacerlo. Su principal objetivo es hacer crecer su dinero para
generar más oportunidades. Es muy bueno consiguiendo la
rentabilidad de algo; detecta buenas y malas oportunidades, por lo
que sabe cuándo no debe arriesgarse. Puede llegar a ser
ambicioso en exceso, por lo que una de sus principales
debilidades es no saber cuándo detenerse, lo cual lo orilla a
cometer equivocaciones. Recomendación para este tipo de emprendedor: busca
asesores de confianza que te ayuden a la toma decisiones, ya que
así podrás tener más argumentos antes de tomar un riesgo.
3. Emprendedor oportunista

Aprovecha las oportunidades que se le presentan para obtener


cualquier resultado y es un experimentador nato. Siempre observa
y analiza antes de emprender una acción.

Estos emprendedores son muy buenos al buscar más de una


solución, pues para ellos existen mil formas de perfeccionar y
hacer funcional algo. Donde alguien ve una barrera, el
emprendedor oportunista ya está buscando una alternativa.
Recomendación para este tipo de emprendedor: si te identificas con este perfil,
te recomendamos ser todavía más observador: tal vez tengas una
idea millonaria ahora, justo enfrente de ti y no la notes. Aprovecha
tus recursos y hazlos funcionar.

4. Emprendedor apasionado

Le encanta trabajar. Es de los que no pueden quedarse solo con la


idea en la mente, sino que deben hacerla realidad. Cuando algo lo
motiva se llena de energía, tanto que puede pasar horas y horas
trabajando sin quejarse. Realmente disfruta lo que hace. Su
ventaja es la pasión, que será el motor para no dejarse vencer.

Recomendación para este tipo de emprendedor: seguro eres bueno motivando


gente, pero debes tomar en consideración que tus ideas tienen
que ser atractivas para los demás también. Sé inteligente para
dirigir tu idea hacia algo rentable; puedes ayudarte leyendo sobre
emprendimiento, por ejemplo con estos 10 libros imperdibles.
Características del emprendedor apasionado

5. Emprendedor por necesidad

Su falta de opciones lo motiva a generar ingresos rápidamente.


Ser emprendedor por necesidad no significa que esté obligado a
serlo, sino más bien que es muy rápido buscando oportunidades.
Este tipo de emprendedor es bueno desarrollando ideas y
poniéndolas en marcha en un tiempo breve.

Recomendación para este tipo de emprendedor: rodéate de un equipo de trabajo


que te ayude a alcanzar tus metas. Recuerda que no solo basta
tener una idea, sino que también sea rentable.

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