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EL DÍA QUE QUISIERON MATAR A SAN MARTÍN.

A veces la Historia presenta ciertas "lagunas" u "olvidos", casi inexplicables. Quizás oscuros
intereses, no deseosos que cierta versión de la historia se haga visible, han motivado esos olvidos,
que colocan en no muy elegantes posiciones a figuras intachables de nuestra historia.
Era el año de 1816. Los meses de agosto y septiembre. Apenas cuatro meses antes del Cruce de
los Andes.
San Martín, que era Gobernador Intendente de Cuyo, es anoticiado de un complot, que tenía por
objetivo, asesinarlo. Ya estaba planeado el lugar, el sicario, e incluso las armas a usarse para el
magnicidio.
El lugar del atentado iba a ser la Academia Militar de Mendoza.
Los motivos nunca estuvieron muy claros, ya que en realidad eran un conjunto de justificaciones,
algunas muy vagas.
Iban desde cierto reproche por parte de algunos oficiales del Ejército de los Andes, sobre el trato
preferencial que recibían los Granaderos a Caballo por parte de su Jefe, hasta los posibles
cambios de mando de algunas unidades. Téngase en cuenta que las Jefaturas de los Regimientos
en aquella época eran ejercidas con gran personalismo por sus Jefes, amén del propio encono que
existía entre las distintas unidades. Celos profesionales, por llamarlo de alguna manera.
Y el problema no se circunscribía a Mendoza solamente, sino que en San Juan ocurría otro tanto.
El Regimiento de Infantería 11 reconocía como su Jefe natural a Juan Gualberto Gregorio de Las
Heras, y su eventual remoción por otro Jefe, habría provocado la insurrección del mismo.
Otra excusa era política. Había ciertos oficiales que estaban descontentos con los lineamientos
llevados desde Buenos Aires, por el Director Supremo, Don Juan Martín de Pueyrredón.
Dos Oficiales, Francisco Bermúdez y Luis Toribio Reyes, integrantes de los Regimientos
involucrados, denuncian el complot.
Para fines de setiembre de 1816, se instaura un sumario militar.
Los Regimientos involucrados eran el 8 y el 11, y los instigadores a cometer el asesinato eran el
Teniente Coronel José María Rodríguez, y el Sargento Mayor Enríque Martínez... el mismo que
posteriormente será el vencedor del Combate de "Guardia" Vieja", durante el Cruce.
El 28 de setiembre, el General Bernardo O´Higgins libra un oficio pidiendo la captura de los
involucrados, los ya mencionados Rodríguez y Martínez, y de alguien más. Alguien que la
historia reconoce como un Prócer: Don Juan Gualberto Gregorio de Las Heras.
San Martín accede al arresto de los mencionados, pero se niega a detener a Las Heras. En sus
considerandos dice: "Se han librado las órdenes para el arresto del comandante y sargento del
mencionado cuerpo en sus alojamientos, pero no así para el coronel Juan Gregorio Las Heras".
Quizás el historial militar de Las Heras, evitó su detención.
El juicio comenzó el 1ro. de octubre, y duró más de un mes. Se comprobó que no solamente se
deseaba matar al General San Martín, y colocar en su lugar a Marcos Balcarce, sino que también
se sublevarían todas las provincias de Cuyo, ya que José María Rodríguez tenía vinculaciones con
Jefes de tropa en San Juan y San Luis. Hasta se descubrieron las dos pistolas que estaban
preparadas para matar a Don José.
El Consejo de Guerra declaró solamente culpable a José Rodríguez, declarando libres de culpa y
cargo a los demás involucrados por falta de pruebas.
El condenado fue enviado y confinado a Buenos Aires, y la historia pierde rastro de él.
A pesar de ser un delito de muerte, no hubo ningún ajusticiado.
Nunca sabremos bien del porque San Martín siguió manteniendo a su lado tanto a Enrique
Martínez, como a Juan Gualberto Gregorio de Las Heras, ambos cómplices secundarios del
atentado, ya que conocían de la existencia del mismo, pero callaron. Quizás podemos pensar que
el General prefirió mantenerlos a su lado por sus cualidades militares, olvidando la eventual
traición. Nos gusta pensar que ese fue el motivo: el bien de la Patria por sobre todo.
Toda esta información consta en el Archivo Mitre. Pero sin embargo Don Bartolo no la volcó en
su "Historia de San Martín y la Emancipación Americana", quizás tratando de no manchar -
equivocadamente- la historia de aquellos hombres.
Y ésto nos lleva a las líneas iniciales de esta nota, sobre el porque nos han ocultado la verdadera
historia. Los que lo han hecho, muy claramente no han entendido que la Historia de los Pueblos
no se construye solamente de Victorias y Honores, sino que también se construye con Derrotas y
Bajezas, como la vida misma.
6 de febrero de 1866 Muere en Chile el general Juan Gualberto Gregorio de Las Heras. Luchó
contra los ingleses en las invasiones de 1806. En 1816 integró el Ejército de los Andes. Participó
en las batallas de Chacabuco, Curapaligüe, Gavilán y Maipú. Integró la expedición que partió de
Valparaíso en 1820 para liberar Perú del dominio español. En 1824, reemplazó a Martín
Rodríguez como gobernador de la provincia de Buenos Aires. La guerra con Brasil obligó al
Congreso a nacionalizar el gobierno porteño, y en febrero de 1826 asumió Rivadavia como
presidente. Las Heras renunció a su cargo. Regresó a Chile, donde ejerció como jefe de estado
mayor e inspector general del ejército hasta 1830, donde permaneció hasta su muerte. Sus cenizas
se encuentran en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires junto al Mausoleo del general José
de San Martín. Había nacido en Buenos Aires el 11 de julio de 1780.
El general Las Heras en Chile

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