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HABLA

Y NO CALLES
Lecciones Perdurables de
la Historia de la
Evangelización Pública
Adventista
Edgardo D. Iuorno

Paraná, Entre Ríos


2022
HABLA Y NO CALLES

“Entonces el Señor dijo a Pablo


en visión de noche: No temas,
sino habla, y no calles…porque
yo tengo mucho pueblo en esta
ciudad”.
Hechos 18:9,10

2
HABLA Y NO CALLES

PREFACIO

Los adventistas del séptimo día son una denominación


minoritaria, de unos 22 millones miembros en el mundo, por lo
cual se han acostumbrado a sacar el mayor provecho posible de
las iniciativas humanas y monetarias que realizan en procura de
su objetivo. Procuran que se vean los frutos de sus labores,
básicamente representados por la adhesión de nuevos miembros a
su iglesia por medio del bautismo. El hecho de crecer en número
les permite crecen en nuevas iglesias y así ampliar la base de
colaboradores y recursos para su vasta misión.

Desde sus tempranos orígenes en el rincón noreste de los Estados


Unidos, los adventistas del séptimo día echaron mano de la
evangelización pública por medio de conferencias abiertas a la
comunidad, realizadas en salones prestados o alquilados, o
preferentemente en carpas. De esta manera lograban agitar el
interés de una comunidad y ganar adeptos entre las personas de
raigambre protestante.

Pero unos años después de intentar hacer pie en el continente


sudamericano encontraron que no era conveniente apelar con un
mensaje espiritual y escatológico de formato protestante y
norteamericano a las grandes ciudades católicas de Sudamérica.
Había resultados entre los colonos alemanes del Volga, suizos e
italianos del interior, pero las ciudades eran otro ambiente.

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HABLA Y NO CALLES

En esa búsqueda se encontraban cuando Walter Schubert, a


instancias de una feligresa adventista de Buenos Aires, y con la
ayuda de Daniel Hammerly, comienza a experimentar
introduciendo sus series de conferencias con temas sociales y
familiares. Esto cautiva la atención de muchas más personas que
antes y, gradualmente, mientras avanzan las reuniones, va
ganando la confianza del auditorio e introduce temas bíblicos,
doctrinales y controvertidos, evitando el prejuicio inicial de los
oyentes, muchos de los cuales al finalizar los ciclos de
conferencias se suman a la iglesia. De esta manera queda
instalado el método y Schubert comienza a pulirlo, enseñarlo, y
formar oradores que multipliquen el alcance de este abordaje,
extendiéndolo a todo el continente.

El tiempo transcurre y el adventismo, gracias a este método de


evangelización hallado y promovido desde la Argentina, llega a
avanzar con más velocidad en el país, las tres Américas, y algunos
países católicos de Europa. Pasan cuatro generaciones de
evangelistas y, con sucesivas adaptaciones y ajustes, muchas
iglesias adventistas son fundadas.

Este libro procura rescatar las principales lecciones de aquellos


años, que dejaron cristalizados valores necesarios para que la
misión prosiga con fuerza hasta su triunfo final.

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HABLA Y NO CALLES

ÍNDICE

UNA LECCIÓN DE VISIÓN: ELENA DE WHITE ESTIMULA


LA EVANGELIZACIÓN METROPOLITANA EN ESTADOS
UNIDOS......................................................................................... 7

UNA LECCIÓN DE CREATIVIDAD: WILLIAM SIMPSON,


MODELO A SEGUIR EN LA EVANGELIZACIÓN
ADVENTISTA METROPOLITANA A FINES DEL SIGLO XIX
....................................................................................................... 15

UNA LECCIÓN DE PERSEVERANCIA: EL ÉNFASIS DE


CARLYLE HAYNES EN LA EVANGELIZACIÓN .................. 52

UNA LECCIÓN DE ADAPTABILIDAD: LA REVOLUCIÓN


DE WALTER SCHUBERT ......................................................... 56

LA LECCIÓN TRANSCULTURAL DE ARTURO SCHMIDT


....................................................................................................... 65

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LA LECCIÓN DE TRANSMISIBILIDAD DE ANTONIO


ARTEAGA.................................................................................... 75

SALIM JAPAS Y UNA LECCIÓN DE REFINAMIENTO


METODOLÓGICO .................................................................. 107

CARLOS AESCHLIMANN Y SU LECCIÓN DE


EVANGELISMO MASIVO....................................................... 113

EVANGELISMO DE ARRIBA A ABAJO: LA LECCIÓN DE


DANIEL BELVEDERE.............................................................. 132

EPÍLOGO ................................................................................... 143

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UNA LECCIÓN DE VISIÓN: ELENA DE WHITE ESTIMULA


LA EVANGELIZACIÓN METROPOLITANA EN ESTADOS
UNIDOS
Algunas de las respuestas a las cuestiones desconcertantes que
desvelaban a los líderes adventistas en 1900 llegaron con el
regreso de Elena G. de White, que había vivido en Australia
desde 1891.1 La Sra. White le insistió casi una década a Daniells 2
por un plan agresivo de evangelización pública en las ciudades,3
comenzando por los Estados Unidos.4 Probablemente veía en este
énfasis otra ventaja: superar más rápidamente la crisis generada

1
George R. Knight, A Brief History of Seventh-Day Adventists (Hagerstown, MD:
Review and Herald, 1999), 124. Mientras que la iglesia había experimentado
un rápido crecimiento en el exterior durante su ausencia, sufría bajo la falta
de una organización central adecuada. Muchos diversos intereses
denominacionales estaban en aparente competencia, y había muchas
asociaciones, comités y juntas superpuestas en detrimento de la
evangelización Mientras que los adventistas parecían enredados en una
introspección improductiva y el continuo examen doctrinal, su público más
receptivo (de perfil rural, creyente en la Biblia y protestante), estaba
migrando en grandes números desde el campo a la ciudad. Muy poco se
estaba haciendo entonces como para tener un impacto entre los habitantes
de la ciudad.
2
Floyd Greenleaf y Jerry Moon, “Builder”, en Elena de Harmon White: American
Prophet, editado por Terrie Dopp Aamodt, Gary Land, y Ronald L. Numbers,
126-143 (New York: Oxford University Press, 2014), 130.
3
Dittes, Three Adventist Titans, 63.
4
George R. Knight, If I were the devil (Hagerstown, MD: Review and Herald,
2007), 282.
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por J.H. Kellogg.1 Pero lo que más perturbaba a la Sra. White no


era la falta de un plan de evangelización integral, sistemático,
instado por la sede administrativa central de la iglesia. Le
preocupaba que los avances institucionales y de las misiones
extranjeras fueran más veloces que los relacionados a la
evangelización citadina.2
Mientras tanto había una conciencia creciente de la necesidad de
mayor crecimiento entre las filas del ministerio, y hasta un poco
de descontento, justificado por el pobre historial de crecimiento
adventista en Norteamérica durante estos años de preocupación

1
Gilbert M. Valentine, W.W. Prescott: Forgotten Giant of Adventism’s Second
Generation (Hagerstown, MD: Review and Herald, 2005), 228. El presidente
de la iglesia y los otros líderes eran muy lentos para responder a la insistencia
de la Sra. White. En primer lugar, estaban muy implicados en la
reorganización administrativa de la iglesia. En segundo lugar, compartían la
prevalente falta de entusiasmo eclesiástico para el evangelismo
metropolitano. Temían exaltar personalidades por encima del mensaje en sí
mismo. Elena G. de White no entendía por qué Daniells, al igual que su
difunto esposo, James White, no podía delegar algunas de sus cargas
rutinarias a los demás para convertirse en el líder de las fuerzas
evangelizadoras con su ejemplo personal. En varias cartas recordó a Daniells
y sus asociados de su responsabilidad de ponerse personalmente en la obra
de la evangelización de la ciudad. Por otra parte, tenían poca evidencia de
éxito reciente en la evangelización de las ciudades. En realidad, el
premilenialismo adventista no apelaba a la clase media protestante tanto
como otros enfoques evangelizadores. La asistencia a las reuniones
evangelísticas adventistas era escasa y los resultados pequeños.
2
George R. Knight, Historical Sketches of Foreign Missions (Berrien Springs, MI:
Andrews University Press, 2005), xx.
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administrativa. La institucionalización fue uno de los primeros


factores en provocar el descuido de la visión hermenéutica. Tras
una breve oleada de éxito evangelístico momentáneo en 1905 en
el que J.S. Washburn,1 Luther Warren,2 y W.W. Simpson (más
adelante estudiado) fueron las figuras principales, la tasa de
crecimiento decayó. En 1907, la membresía adventista superaba
apenas en un uno por ciento al año anterior, 1906. Y, en 1908, la
tasa de crecimiento cayó aún más, a pesar de que la población de
Estados Unidos estaba creciendo a buen ritmo, y al suceso de
evangelistas fundamentalistas como Torrey, Chapman, y otros.3
Daniells finalmente cedió a los reclamos de Elena de White.4 Fue
liberado de sus itinerarios y viajes habituales para que pudiera dar

1
David Norman Marshall, “J. S. Washburn unsung hero”, Review and Herald,
26 de enero de 1989, 16-17; Michael B. Campbell, “J. S. Washburn:
evangelist to England” (student paper presented to the Association of
Seventh-day Adventist Historians, 10 de abril de 1998).
2
José M. Bertoluci, “Luther Warren, the preacher and man of projects” (Term
paper, Andrews University, 1974).
3
Timothy L. Hall, American Religious Leaders (New York: Infobase Publishing,
2003), 63; James Paul Cogdill, “A major stream of American mass
evangelism: the ministries of R.A. Torrey, J.W. Chapman and W.E.
Biederwolf” (PhD Dissertation, Southern Baptist Theological Seminary,
1990).
4
Carta de Leona Carscallen a Jamaica Seventh-day Adventist Church, 18 de
mayo de 1960. Elena de G. White Estate. Benjamin McArthur, A. G.
Daniells: Shaper of Twentieth-Century Adventism (Nampa, ID: Pacific Press,
2016), 322-323. Daniells dio cuenta de una manera más personal lo grave
que era la situación. Durante una visita a California tenía la intención de
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toda su atención durante un año completo al problema de la


evangelización en las ciudades1 dirigiendo una notable serie de
reuniones en Portland, Maine, durante enero y febrero de 1916, 2
inspirando colegas y tomando conciencia de la necesidad de
mayor capacitación en el ministerio.3 El Concilio Otoñal de la

visitar a la Sra. White, como de costumbre, y hablarle de sus planes de


reunirse pronto con los obreros adventistas de la ciudad de Nueva York para
discutir su trabajo evangelístico en el lugar. Para su sorpresa y consternación,
ella se negó rotundamente a verlo, hasta que él comenzara a encabezar
personalmente la obra de evangelización, de modo que se inspirara un
compromiso denominacional total.
1
May Cole Kuhn, Leader of Men: The Life of Arthur G. Daniells (Washington
DC: Review and Herald, 1946), 107. Al irse concientizando de la enormidad
de la tarea a ser realizada exclamaba “¡Oh, qué tarea que tenemos en nuestras
manos!” Rápidamente contó con la aprobación de Elena de White, y
Daniells declaró sentirse como “los viejos soldados que escuchan el toque de
trompeta…Me gustaría que pudiera disparar el corazón de cada ministro en
esta denominación con la sensación que tengo con respecto a la importancia
y el gran valor de la obra de evangelización”. Finalmente A.G. Daniells,
inspirado en los consejos de Elena G. de White, llevó a los adventistas del
séptimo día a un avance espectacular en la evangelización metropolitana
2
Howard Weeks, “Adventist Evangelism in the Twentieth Century”, Ministry
Magazine, febrero de 1966, 24-30; Francis Wilcox, “News”, Review and Herald,
17 de febrero de 1916, 24.
3
“Las sociedades rurales y urbanas son muy diferentes. El mundo rural
contiene elementos de homogeneidad familiar donde los valores sagrados,
comunales y tradicionales se expresan a través de las comunidades de manera
personal, primaria y directa. Es un mundo estático de estímulos simples y
formas institucionales sencillas. Su espíritu es emocional y subjetiva.
Caracterizado por la integración social, la solidaridad y la estabilidad a través
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Asociación General autorizó una serie de institutos ministeriales


que prepararan a los pastores a “entrar en las grandes ciudades,
sin demora, y proclamar las verdades del mensaje, y sabiendo muy
bien que nuestro ministerio se siente totalmente desigual a la
tarea sin tener una preparación especial”. Daniells destacó que
habían pasado veinte años desde que se celebraran los últimos
institutos similares, por lo cual no sorprende el descuido de la
visión hermenéutica. También comenzó a preparar materiales

de la uniformidad laboral y la unidad de residencia, el trabajo y recreación,


se trata de un sistema cooperativo. Por el contrario, el urbanismo es un
mundo de heterogeneidad cívicamente orientada donde los valores seculares,
racionales, y existenciales se expresan a través de estructuras de tono
impersonal y hasta burocrático. Se trata de un mundo dinámico de múltiples
estímulos sociales y masivos y complejas formas institucionales. Su espíritu es
pragmático y utilitario. Implica la estratificación y segmentación social, y el
cambio a través de la especialización en el trabajo, y la separación entre
residencia, trabajo y recreación. Es inherentemente competitivo, aunque
interdependiente” (Francis M. Dubose, “The practice of urban ministry:
urban evangelism”, Review and Expositor 80, n.o 4 [1983]: 515-521). Inspirados
por el ejemplo de su líder mundial, los presidentes de las asociaciones de
Norteamérica buscaron su ayuda en el desarrollo del trabajo evangelizador en
las ciudades de sus territorios de trabajo sus campos. El líder y sus
colaboradores administrativos hicieron todo lo posible para dispersar el
limitado talento evangelístico disponible en los lugares más necesitado y
receptivos. Al asumir el desafío metropolitano se fue reconociendo que el
ministerio adventista históricamente rural necesitaba una formación especial
para el trabajo en las grandes ciudades.
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HABLA Y NO CALLES

para la mejor formación de los pastores, y a esto se abocó cuando


dejó la presidencia de la denominación.1
Como estudiara Howard Weeks, la década 1910-1920 fue
altamente productiva en el evangelismo. El impacto sociológico
del creciente movimiento católico y la Primera Guerra Mundial
proporcionaron un terreno fértil para el esfuerzo evangelístico. La
gente, preocupada por los acontecimientos aparentemente fuera
de control, buscaba significado y certeza.2 Los resultados de éste y
otros aspectos del nuevo énfasis institucional adventista no
tardaron en aparecer.3 Evangelistas como A. R. Ogdon, K. C.
Russell,4 J. W. McComas,5 A. S. Booth,6 J. W. McCord,1 R. E.
1
Arthur G. Daniells, The Church and Ministry: Addresses Before the Los Angeles,
California, Ministerial Institute (General Conference Ministerial Association,
1912).
2
Valentine, W.W. Prescott, 256.
3
Una vez más la tasa de crecimiento de la feligresía adventista en Norteamérica
comenzó a subir. Mientras que en 1910 se había hundido a -1,5%, en 1911
aumentó a más el 2,5%, en 1913 a casi el 5%. Sin embargo, la mejor estaba
por venir. Los evangelistas y las campañas evangelísticas se multiplicaron. En
1913, quince evangelistas, con la asistencia de muchos otros colaboradores
predicaban en el área metropolitana de Nueva York. Durante el verano de
1914, nueve equipos evangelísticos fueron desplegados en Iowa.
4
Daniel Kress, “Elder K. C. Russell”, Review and Herald, 29 de enero de 1920,
23.
5
“McComas, James William”, Pacific Union Recorder, 5 de septiembre de 1966,
6.
6
Francis Wilcox, “News”, Review and Herald, 13 de febrero de 1919, 32.
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HABLA Y NO CALLES

Harter,2 Carlyle B. Haynes,3 E. L. Cardey,4 y otros estaban a la


vanguardia de un ejército de predicadores que trataba de seguir
de cerca el consejo dado por Elena de White. Los resultados
fueron muy alentadores. Las audiencias de los evangelistas más
prominentes oscilaban entre las 700 y 800 personas, y en
ocasiones incluso tocaron la marca de mil.
Con el estallido de las hostilidades de la primera guerra mundial,
la denominación se vio envuelta en un nuevo espíritu de
confianza, unidad y compromiso.5 Una base norteamericana más
1
G. S. Rapp, “McCord, John William”, Review and Herald, 26 de marzo de
1936, 22.
2
R. E. Harter, Tenth week at the gospel tent located at 50th and Warrington Avenue
(Place of publication not identified: Gospel Tent Co, 195-).
3
Carlyle B. Haynes, Living evangelism (Takoma Park: Review and Herald,
1937).
4
Elmer L. Cardey, Studies in personal soul winning (Atlanta, GA: Southern
Union School of Bible Prophecy, 1955).
5
Alfred Jan Pala, “A major trend in adventist public evangelism in the time of
the World War I and in the early 1920’s” (Term paper, Andrews University,
1990). La iglesia fue estimulada a un nuevo celo evangelístico. El deterioro
de las condiciones del mundo reforzó las convicciones adventistas de un
creciente desorden mundial previo a la segunda venida de Cristo; en
contraposición a la de los clérigos liberales, promotores de un movimiento
de evangelio social. Los adventistas apuntaron a lo que parecían ser algunos
cumplimientos muy específicos de sus puntos de vista proféticos, uno de los
cuales era la pronta participación de Turquía en la lucha europea,
considerada como una señal apocalíptica definitiva. Volveremos a esto más
adelante. Estos acontecimientos mundiales fueron acompañados por una
profundización del compromiso espiritual de los adventistas a esta tarea.
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HABLA Y NO CALLES

fuerte impulsaría mejor la misión de ultramar, de allí la


insistencia de Ellen White.
Algunos defectos de interpretación,1 sin embargo, echarían por la
borda mucho de lo ganado bajo estas circunstancias. El saldo
positivo, sin embargo, fue el establecimiento del evangelismo
público agresivo y extenso, reavivado gracias a la insistencia
profética de Elena de White y al ejemplo personal ofrecido por el
presidente A. Daniells. Desde allí en adelante los evangelistas
adventistas se lanzaron a proclamar su mensaje al mundo con
renovada urgencia, y contra viento y marea. Sin la visión de Ellen
White esto no hubiera sido posible.
Hubo un predicador que anticipó el suceso de la mayoría de los
evangelistas proféticos utilizando estrategias y técnicas muy
avanzadas para su tiempo. Elena de White lo apadrinó y señaló
como un modelo a seguir. Los secretos de su éxito se estudian a
continuación. William Simpson deja una lección de creatividad.

Había un sentimiento de reivindicación luego de muchos años de


ridiculización al pronosticar una catástrofe mundial mientras avanzaba la
proclama de mejoramiento mundial en otras iglesias. Los eventos reales
parecían demostrar la certidumbre adventista y el error ajeno. Los adventistas
rápidamente aprovecharon su ventaja apelando a los miembros descontentos
de otras iglesias para que se unieran a ellos en su gran movimiento.
1
Para un estudio y refutación de los defectos interpretativos referidos, véase
Louis F. Were, Europe And Armaggedon (Melbourne: Edición del autor, 1949).
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UNA LECCIÓN DE CREATIVIDAD: WILLIAM SIMPSON,


MODELO A SEGUIR EN LA EVANGELIZACIÓN
ADVENTISTA METROPOLITANA A FINES DEL SIGLO XIX
En un contexto adverso,1 W. Simpson2 desarrolló seis series en
las cuales se añadieron 200 personas a la membresía y cinco

1
El éxito evangelizador parecía esquivo. En 1899 se celebraron tres reuniones
de carpa en Clinton, Midway y Fayette, estado de Missouri. El resultado fue
un total de 27 bautismos. En el mismo año en Cardiff, Alabama, se llevó a
cabo una campaña durante varios meses y la cosecha fue de 5 almas. En 1900
un informe desde Oklahoma mencionaba diez reuniones de carpas en
diferentes lugares en un período de 5 meses con un total de 75 conversos.
En Omaha, Nebraska, durante el mismo año, después de una campaña del
tres meses solamente 5 personas fueron bautizadas. En 1904 el aumento total
neto de la iglesia en Norteamérica fue de 845 miembros, un dos por ciento,
muy distante de los quince años anteriores cuando se crecía a una tasa de
casi el 20%.
Para tener una imagen aún más nítida del estado de cosas en California y
Nevada debe mencionarse el informe evangelístico de un ciclo en Carson
celebrado del 10 de julio al 30 de agosto de 1906 en el cual no hubo
bautismos. Era necesario un giro en el abordaje metropolitano.
2
En su juventud, William Simpson trabajó como impresor en Battle Creek.
Una noche, en un sueño, William recibió un llamado a dedicarse al
colportaje de manera tan vívida que al día siguiente le dijo al Dr. Kellogg que
iba a renunciar a su trabajo de impresor para irse a colportar. A los pocos
días, cierta mañana detuvo su prensa y le dijo al empleado a quien ayudaba
que se iría a predicar el mensaje del tercer ángel. Se puso el sombrero y salió.
Fue alentado por los Kellogg de quienes recibió estímulo y apoyo, además del
respeto por los principios de salud que habían aprendido de Elena de White.
Leía bien, pero su educación formal equivalía a la de una escuela primaria.
15
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capillas fueron construidas, cuatro de las cuales fueron levantadas


por el trabajo de Simpson.1

Como Elena de White dijo más tarde de él: “Dios fue su maestro”, y el
resultó ser un estudiante apto y serio.
William por naturaleza era extrovertido. Tenía un interés inusual en las
personas. Su nuevo trabajo de conocer gente como vendedor de literatura
religiosa le brindó una gran satisfacción, felicidad y éxito. Estaba feliz de
compartir su nueva fe y ganar mucho más dinero del que ganaba en la
imprenta. Durante algún tiempo continuó su trabajo como colportor. Su
éxito llegó a ser conocido por algunos de los miembros de la Asociación
General. En aquellos años los ministros no requerían preparación teológica
para ingresar al ministerio. Todos los candidatos para el ministerio debían
dedicar cierto tiempo a la labor del colportaje para evidenciar su capacidad
de tratar con las personas y ganar almas para Cristo. Los líderes de la iglesia
reconocieron los talentos de William y fue invitado para entrar en el
ministerio. Sus labores como aspirante fueron también fructíferas, porque el
mensaje que predicaba era muy real para él. El mensaje de la segunda venida
lo inflamó y le dio el tono a su predicación cristocéntrica.
Durante sus primeros años de servicio en la imprenta y el colportaje comenzó a
ejercitar habilidades promocionales y editoriales y a palpar las inquietudes,
necesidades y resortes que moverían el interés de las personas. Pero, por
sobre todas las cosas, se preguntaba qué mensaje deseaba impartir Dios al
mundo en ese momento. Los temas acerca de Dios, el hombre y la salvación,
los grandes problemas del mundo, dan forma al ministerio de un hombre.
Todo esto enriqueció sus dotes personales de particular tacto y habilidad.
1
La figura de Simpson resultó más aceptable que la de E. E. Franke, un
evangelista de plataforma de considerable importancia, quien estaba llevando
a cabo reuniones en toda la ciudad de Nueva York. Al usar carpas en el
verano y predicar en pequeñas salas públicas en el invierno, Franke atrajo
audiencias entusiastas de hasta mil personas, y con resultados significativos
16
HABLA Y NO CALLES

En una de las últimas series que dirigiera, ganó setenta creyentes.


¿Quién fue este misionero que comenzó a tener éxito mientras
otros fracasaban? ¿Qué métodos descubrió y aplicó? ¿Por qué lo
respaldó tanto la Sra. White?
William Simpson fue un evangelista adventista raro para la época,
adecuado para el entorno de cualquier ciudad. Imaginativo y
orador persuasivo, Simpson también fue un promotor por
excelencia. Hombre de herencia inglesa, luego de su aprendizaje
en Canadá1 arriba al sur de California en 19021 y realiza

en términos de conversiones. Desafortunadamente, sin embargo, Franke


pronto pareció promocionarse él mismo más que su mensaje. Llegó el
momento en que “perdió su poder, abandonó su misión y terminó luchando
contra la denominación”. Aunque la Sra. White condenó rotundamente la
manera y los métodos de Franke, la experiencia solo pudo haber servido para
confirmar a los líderes de la iglesia en su aprehensión acerca de los peligros
del evangelismo urbano a gran escala dirigido por una figura prominente
(Elmer Ellsworth Franke, Franke, E. E [Center For Adventist Research,
Andrews University, s. f.]).
1
Alonzo T. Jones, “More Arrests In Ontario”, American Sentinel, 5 de
diciembre de 1895, 8; Carolyn A. Heald, The Irish Palatines in Ontario:
Religion, Ethnicity, and Rural Migration (Milton: Global Heritage Press, 2009);
Harold S. Doss, “An examination of Sunday blue laws in the eastern states of
the United States; in particular, Pennsylvania and New Jersey” (Master thesis,
Andrews University, 1950); David N. Laband y Deborah Hendry Heinbuch,
Blue laws: the history, economics, and politics of Sunday-closing laws (Lexington,
Mass: Lexington Books, 1987); George B. Thompson, Blue laws: are they right
or wrong?, Religious liberty leaflet 7 (Washington D.C.: Review and Herald,
1921); Leo R. Van Dolson y Bob Spangler, The case against Saturday blue laws
(Nashville, TN: Southern Publishing Association, 1977); J. G. Lamson,
17
HABLA Y NO CALLES

campañas de buen éxito en Redlands, Riverside y Pasadena.2


Finalmente hizo una audaz apuesta por la atención pública en el
corazón de Los Ángeles, con una carpa que atrajo a dos mil
personas. Durante un año y medio Simpson bautizó a más de
doscientas personas allí.
La Sra. White comprendió de inmediato el éxito y potencial del
joven evangelista y los métodos que desarrollaba como un
brillante ejemplo de lo que podía hacerse en las grandes ciudades,

“Persecution At Darrell, Ontario”, American Sentinel, 2 de enero de 1896, 6;


Alonzo T. Jones, “Sabbath-Keepers Anathematized”, American Sentinel, 18 de
julio de 1895, 8;ídem., “Notes”, American Sentinel, 21 de mayo de 1896, 8:
ídem., “Notes”, American Sentinel, 1 de octubre de 1896, 8; W. R. Matthews,
“A Visit To The Indians”, Review and Herald, 9 de agosto de 1898, 12; Uriah
Smith, “Michigan Campmeetings Jottings”, Review and Herald, 6 de
septiembre de 1898, 16; I. B. Burton, “Among the Six Nations Indians”,
Canadian Union Messenger, 30 de enero de 1952, 8; I. B. Delafield, “Elena de
G. White in Canada”, Canadian Union Messenger, 5 de mayo de 1977, 2.
1
Simpson arriba al sur de California el 4 de noviembre de 1902. En marzo de
1903 la Asociación de California lo acreditó como obrero. Su serie de
grandes reuniones en el corazón de Los Ángeles concurrida por casi dos mil
personas representó un hito en su breve pero fructífera carrera evangelística,
e inmortalizó sus métodos. No sólo fue el mejor evangelista adventista de su
tiempo, sino que sus reuniones de contenido profético evocaron el
avivamiento de 1843. Elena de White destacó su obra en Oakland como un
modelo para otras ciudades. Simpson siempre fue receptivo a sus
orientaciones acerca de donde predicar, como formar otros predicadores,
qué evitar en sus reuniones y como preservar su salud.
2
William Simpson, “Pasadena”, Review and Herald, 28 de junio de 1906, 16.
18
HABLA Y NO CALLES

guiados por una potente visión apocalíptica. Ella hizo de Simpson


una especie de protegido, lo alentó e instruyó personalmente, y lo
presentó a los líderes de la iglesia como un evangelista modelo, 1
aunque no gozó de todo el apoyo que mereció.2

1
Weeks, Adventist Evangelism in the Twentieth Century, 18-19.
2
El comité de la asociación de California trazó planes para tener cinco equipos
evangelísticos en el campo, inmediatamente después del cierre de clases en
junio. A estos equipos se les habían asignado lugares de trabajo de la
siguiente manera: el pastor S. N. Haskell, con un gran cuerpo de misioneros
en San Bernardino; el pastor R. S. Owen, gran conferenciante, y el hermano
H. J. Hoare, en Santa Mónica; los pastores S. Thurston y S. T. Hare en los
suburbios de Los Ángeles; el pastor G. W. Rine, asistido por el Hermano E.
C. Silsbee en Escondido; y el pastor W.W. Simpson, asistido por el hermano
y la hermana Errington, quienes abrazaran la verdad por el trabajo de
Simpson en San Diego, como obreros bíblicos, para celebrar una serie de
reuniones en una gran carpa en Santa Ana.
Pese a su buen éxito, sin embargo, llama la atención el escaso espacio que se
dedica en las publicaciones de la iglesia a sus actividades, en comparación al
que se dio a otros predicadores menos eficaces. De no ser por las cartas de la
Sra. White que referían con buen detalle sus actividades, poco se hubiera
conservado de sus iniciativas misioneros. Su falta de reconocimiento y
acompañamiento con un equipo de ayudantes apropiado probablemente se
debiera a celos de parte de algunos colegas a causa de su marcado éxito. La
Sra.White lo respaldó mucho para que no fuera trasladado de California a
causa de su salud, la confirmación de las personas que conquistara y su
ministerio ejemplificador.
Pero el pastor Simpson no fue acompañado apropiadamente. Se entendía muy
bien con Robert Owen. La Sra. White escribió al comité ejecutivo de la
Asociación del Sur de California el 14 de septiembre de 1905 solicitando
19
HABLA Y NO CALLES

El 18 de octubre de 1906 de dio inicio al ciclo de Oakland en el


gran templo de la Iglesia Congregacional. En esta ocasión, el
pastor Hibbard asistió a Simpson. Las primeras semanas el clima
fue inusualmente agradable y con poca lluvia. Las reuniones
fueron muy concurridas y muchas familias viajaron desde largas
distancias y permanecieron en las reuniones de la tarde. Cuando
se hizo la transición a la carpa ubicada en la calle 34 hubo hasta

que Owen fuera enviado a San Diego a acompañar a Simpson. Esto era la
voluntad de Dios, aseguraba, y no que fuera asistido por el pastor Healey. Lo
cierto es que más allá de las exhortaciones de respaldo de Elena de White,
Simpson fue a San Diego solo, pese a lo cual ganó cincuenta almas en dos
meses.
El aislamiento de Simpson fue patente con la configuración de los equipos
misioneros del verano de 1906. El pastor S. N. Haskell contaría con un gran
grupo de colportores e instructores bíblicos para ayudarlo, y los demás
grupos estaban bien conformados. El pastor Simpson contaba solamente con
la asistencia de dos personas convertidas en la campaña de San Diego, pero
luego se les cambió el destino a Santa Mónica, de modo que Simpson fue a
Santa Ana solo.
Las amonestaciones de Elena de White en favor de Simpson se dirigían no
solamente a sus colegas sino también a las iglesias de las zonas donde
predicaba para que acompañaran mejor Las iniciativas del evangelista. La
iglesia aún no estaba preparada para un hombre de vanguardia como
Simpson. Pese a aislamiento y falta de apoyo, Simpson predicaba sin cesar
con valor y poder (Robinson, S. N. Haskell, 214; Harold S. Doss, “An
examination of Sunday blue laws in the eastern states of the United States”, ;
William Prescott, “Field Notes”, Review and Herald, 28 de junio de 1906, 19).

20
HABLA Y NO CALLES

500 personas cada noche.1 Los ciudadanos sentían que los juicios
de Dios pendían sobre ellos. Un número especial de la revista
Signs of the Times referido al terremoto se vendió por miles.2
Nuevamente pidiendo ayuda para Simpson, la Sra. White escribe
a los Haskell solicitándoles que vayan a Oakland a sumarse a la
obra y confirmar a los nuevos miembros. Pero esa ayuda nunca
llegó, porque Simpson falleció antes.3

1
John Dvorak, Earthquake Storms: An Unauthorized Biography of the San Andreas
Fault (New York: Open Road Media, 2014), . Grandes cantidades de
interesados respondieron a sus llamados. Era un momento oportuno para
trabajar en la zona de la bahía. La corrupción era rampante en el gobierno
local y el evangelista aprovechó la oportunidad para hablar de las
condiciones morales de los últimos días.
Elena de White estaba muy interesada en la obra en esta ciudad y estaba feliz
con el trabajo en el área. El terremoto de San Francisco en la primavera de
1906 fue un factor no menor para explicar la buena respuesta a las reuniones
2
K. Blossom Wilcox, “How San Francisco suffered”, Signs of the Times, 6 de
junio de 1906, 6.
3
G.W. Reaser, “The Southern California Conference”, Pacific Union Recorder,
13 de febrero de 1908, 11. Al concluir el ciclo, en su casa, en lo que hoy es
Glendale, lo esperaban su esposa y tres niños. El pastor Simpson tomó el
tren desde Oakland, pero antes de partir un miembro le dio dos grandes
muñecas chinas para sus hijas Winea y Loleta como regalos para la Navidad.
Era su intención pasar unas cuantas semanas descansando en la casa de
nueve habitaciones que le regalaran los amigos de su obra en Los Ángeles, y
luego comenzar otra serie de reuniones. Pero Oakland sería su última gran
campaña, y la navidad de 1907 sus últimas vacaciones. El pastor G. W.
Reaser informó el 18 de abril de 1907 de la enfermedad de Simpson, pero
confiaba en su recuperación. Mientras tanto Elena de White rogó al
21
HABLA Y NO CALLES

W. W. Simpson fue el primer “evangelista metropolitano”


reconocido de la denominación adventista. Su énfasis especial en
la profecía y su deseo es facilitar la comprensión de la gente lo
llevó a experimentar con métodos innovadores para llegar a las
personas con el mensaje profético. Fue un evangelista eficaz que
atrajo a grandes multitudes. Las creativas bestias de papel maché
que Simpson usó en sus iniciativas de evangelismo fueron
utilizadas por otros evangelistas después de su muerte. Aunque
provenía de un hogar sin Dios, Simpson se convirtió en uno de
sus portavoces por excelencia.1 Sin ser un gran erudito obtuvo la
atención de la gente por sus propios y peculiares métodos, su

sanatorio de Glendale que no dejaran de esforzarse por devolverle la salud.


Escribiendo a Simpson le mostró que él no se había cuidado lo necesario y
que su obra aún no había concluido. Pero el 28 de abril el pastor Simpson
exhaló su último aliento, muriendo a los 36 años. A poco de morir su esposa
le preguntó: “Que quieres William?”. El alcanzó a susurrar: “a ti”. Estas
fueron sus últimas palabras. En agosto de 1907, el hijo menor de Simpson
sufrió convulsiones y murió poco después. El ataúd se abrió y el pequeño
Waine fue colocado en los brazos de su padre en espera de la resurrección.
¿Por qué falleció tan joven? Quizá fue demasiado trabajo en soledad, salud
pobre, o evitarle la influencia negativa de la familia Ballenger que apostató de
la iglesia. Quizá Dios retiró de la iglesia los dones de Simpson no del todo
apreciados y aprovechados. Su éxito testifica de las habilidades bendecidas en
cooperación con la poderosa Palabra de Dios. Con el fallecimiento del
pastor Simpson, la causa de la verdad perdió a uno de sus obreros más
exitosos
1
Katy Wolfer, “William W. Simpson, Evangelist”, Communiqué, octubre de
2014, 1-2; Glúder Quispe, “William Ward Simpson Adventism’s first
successful big-city evangelist”, Adventist World, marzo de 2013, 24-25.
22
HABLA Y NO CALLES

clara y fuerte presentación de la verdad, su personalidad


agradable y encantadora y su intensa seriedad. Era un guerrero
poderoso, pero a la vez un hombre amoroso y amable.1
Al enterarse White de su fallecimiento, escribió que
El hermano Simpson fue un hombre que creyó
completamente el mensaje para este tiempo y lo predicó
con poder. Su manera ganadora de presentar las doctrinas
bíblicas, y su capacidad para diseñar y usar ilustraciones
adecuadas, le permitieron mantener la atención de grandes
congregaciones. Él tenía confianza en el poder de la Palabra
de Dios para traer convicción, y el Señor bendijo
grandemente sus iniciativas en la salvación de muchas
creyentes. Podemos decir de nuestro hermano:
"Bienaventurados los que mueren en el Señor de aquí en
adelante: Sí, dice el Espíritu, que pueden descansar de sus
labores, y sus obras sí los siguen”.2

La visión de Simpson hizo de él un ejemplo a seguir al modelar su


trabajo evangelizador.
El pastor Simpson solía alquilar el mayor auditorio o templo de la
ciudad para la noche de apertura, o para algunos domingos por la

1
G.W. Reaser, “Elder Simpson’s Death”, Review and Herald, 16 de mayo de
1907, 16.
2
Elena de G. White, “Notes of Travel — No. 2”, Review and Herald, 1 de agosto
de 1907, 8.
23
HABLA Y NO CALLES

noche al inicio de sus series. En Pasadena, alquiló una carpa


grande y se mantuvo allí por dos meses.1
Simpson recuperó y adelantó la tradición adventista de ilustrar las
profecías. W. Miller comenzó a utilizar imágenes y

1
Su primera conferencia solía tratar sobre el milenio. Después de predicar
invitaba a la audiencia a seguir asistiendo a su carpa. La asistencia
continuaría aumentando hasta el cierre de la serie. Su primer tema de la
serie trataba casi siempre sobre el asunto del milenio. Para esta reunión
contrataría un salón popular y luego anunciaría el segundo servicio en una
gran carpa de lona. Hacía que la primera noche fuera tan interesante que
una gran parte de su audiencia lo siguiera hasta su carpa, y mantuviera una
audiencia de un tamaño notablemente estable hasta el final del esfuerzo.
J. L. Shuler defendió la carpa, pero sugirió que los auditorios públicos se
utilizaran conjuntamente, con miras a la economía. Las audiencias podían
ser atraídas primero a un auditorio o teatro fino, señaló, luego, cuando se
interesaron, se transfirieron a la carpa más económica. Shuler relató cómo
había hecho eso en la ciudad de Raleigh, Carolina del Norte. Allí había
utilizado el excepcional State Theatre para dos reuniones, luego se transfirió a
alojamientos menos costosos por el resto del esfuerzo. Esto fue más o menos
lo contrario de un sistema ampliamente utilizado en el evangelismo de las
ciudades adventistas a principios de siglo. Luego, fue una práctica común
atraer a una audiencia a una gran carpa para una campaña de verano, luego
transferirla a un pequeño salón para continuar las conferencias de
evangelización durante el invierno. Sin embargo, se recordará que W. W.
Simpson en el sur de California, en 1904 a 1906, empleó la secuencia
inversa de auditorio a tienda de campaña (Weeks, Adventist Evangelism in the
Twentieth Century, 165).
24
HABLA Y NO CALLES

principalmente gráficos para explicar las profecías bíblicas de


Daniel y Apocalipsis en sus presentaciones.1

1
A causa del espíritu de la época la mayoría de las iglesias protestantes no
utilizaban imágenes por miedo a la iconoclastia. En principio, los fundadores
de la iglesia que participaron del movimiento millerita fueron impactados
por la forma de presentación a través del uso de imágenes, pasando a usarlas
en sus reuniones evangelísticas. Elena de White orientó al nuevo grupo en la
cuestión del uso de la imagen en reuniones evangelísticas. Luego de un
análisis del mundo religioso a finales del siglo XVIII y principios del siglo
XIX, se percibe que el uso de imágenes no era algo muy frecuente entre las
comunidades protestantes, por no querer asemejarse con la iglesia católica.
Pero a diferencia de la tradición de la época, hubo un movimiento que se
hizo conocido por el uso e imágenes y gráficos en sus reuniones
evangelísticas, gráficos que contenían imágenes de las bestias de Daniel y
Apocalipsis y líneas del tiempo presentando las profecías bíblicas para que
los oyentes pudieran comprender mejor. Con base en ese entendimiento
lineal y cronológico de las profecías bíblicas y con la ayuda de otros
miembros del Millerismo tales como Carlos Fitch, se hizo un gráfico de la
profecía que apuntaba al final de los tiempos. Este gráfico reunía las
principales profecías de Daniel y Apocalipsis. El gráfico de 1843 era a
menudo el medio usado para atraer la curiosidad de la multitud hacia una
predicación. Este gráfico fue ampliamente utilizado por varios conferencistas,
y, según José Bates (1847), llegó a ser visto como el cumplimiento de la
profecía de Habacuc 2: 2, donde Dios pide que el profeta escriba en tablas la
visión que le fue dada, para que se pueda leer hasta por quien pasa
corriendo. A este respecto, puede observarse que, Joshua Himes, James
White, y varios otros predicadores adventistas hicieron buen uso de ese
gráfico para aclarar sus mensajes. El uso de cuadros, pizarras y objetos para
aclarar las profecías y otros temas de las Escrituras. Los gráficos estaban todos
y cada uno bajo el control del altavoz mediante un aparato de aire
comprimido. Podían ser subidos o bajados, rápida o lentamente. Las
25
HABLA Y NO CALLES

Probablemente previo al comienzo del ciclo de Pasadena, a


principios de 1906, el pastor Simpson encargó a una empresa de
Hollywood que construyera réplicas de las bestias de Daniel y
Apocalipsis en papel maché, invirtiendo mucho dinero. Estas
bestias tenían un dispositivo mecánico que podía ser manejado
por el orador desde el púlpito. A veces pulsaba para que
apareciera alguna y le decía “¿qué haces tú aquí? No es momento
que aparezcas. Vuelve a tu sitio”. Luego de esto la hacía
desaparecer, lo cual encantaba a su público.1 O. O.Bernstein1 y

imágenes simbólicas eran del tamaño suficiente para ser vistas en cualquier
lugar de la carpa. Además de las tablas, el pastor Simpson tenía las imágenes
de papel mache. El notable cuerno del macho cabrío de Daniel 8, por
ejemplo, se rompía, y cuatro notables cuernos surgían de éste. De los diez
cuernos, tres eran arrancados, y el cuerno pequeño tomaba su lugar. Esta
representación era muy realista, y de maravilloso interés. La pizarra se usaba
constantemente para diagramas y textos, y los textos en letras grandes
colgaban a la vista de la audiencia. Sobre la plataforma pendía un gran cartel
anunciando “Jesús Vuelve Otra Vez”. Se anunciaban las reuniones con
letreros, vallas publicitarias, símbolos proféticos colocados en escaparates,
avisos en los periódicos, invitaciones personales de los obreros y todo lo que
despertará la atención y el interés en escuchar y ver (Daniel Gasparzin y
Wesley Selmer, “O Uso de Imagens Nas Reuniões Evangelísticas: Uma Breve
Análise Dos Escritos de Elena de G. White” [ponencia, XI Conferência
Brasileira de Comunicação Eclesical, Engenheiro Coelho, São Paulo, 18 de
agosto de 2016]).
1
Leon Davis, “Historic Beasts Arrive at AU”, Atlantic Union Gleaner, 28 de
diciembre de 1976, 4-5. The Oakland Herald escribió sobre él el 22 de octubre
de 1906: “Predicar el Evangelio con una colección de mascotas es un
experimento extraordinario que William Ward Simpson ha lanzado en una
26
HABLA Y NO CALLES

otros obreros usaron sus bestias ilustradas mucho después.2


Actualmente se encuentran en la Universidad Andrews.3
Su método de financiamiento fue interesante. Aunque tuviera
cuatro reuniones o más cada semana, solo en una de ellas se
solicitaban ofrendas. Solo en una reunión recaudaron más que
los gastos de toda la campaña. Durante la campaña de Oakland

gran carpa levantada en un terreno en Broadway, donde imparte una


conferencia nocturna sobre profecía a grandes multitudes”.
1
William Hilgert, “Our Workers”, Canadian Union Visitor, 12 de agosto de
1908, 2. El domingo 12 de julio de 1976, el pastor O. O. Bernstein y
compañía iniciaron una serie de reuniones en carpa con una audiencia de
unas 400 personas. Obtuvieron los nombres de 150 personas interesadas. El
pastor Bernstein logró buena atención por parte de la gente empleando los
símbolos proféticos de tamaño natural anteriormente utilizados por el pastor
W. W. Simpson. Las bestias se expusieron durante una semana en cinco
escaparates prominentes en las cercanías de la tienda y sirvieron como un
atractivo anuncio de nuestras reuniones
2
Robert Correia, “Creation and Construction of Cutout Symbols”, Ministry
Magazine, enero de 1946, 7.
3
Las bestias históricas del pastor Simpson fueron donadas por Fred M.
Ramsey Jr., un alumno de la Universidad Andrews. Después de la muerte de
Simpson en 1907, las bestias quedaron archivadas y sufrieron un grave
deterioro. La Dra. Winea J. Simpson, hija del evangelista, las restauró
completamente en la década de 1960 junto al departamento de arte de la
Universidad de Loma Linda. Las figuras fueron utilizadas en una serie
evangelística de 1971 por el pastor Fred Ramsey, nieto de W. Simpson.

27
HABLA Y NO CALLES

fueron invertidos más de 1000 dólares, pero todos los gastos


resultaron solventados por las ofrendas semanales.
En cuanto a la posición adventista relacionada al don de profecía,
nada se ocultaba. En la campaña de Oakland, después de
presentar un estudio sobre el tema, invitó personalmente a Elena
de White a hablar, como un testimonio vivo del don de profecía.
Es notable como un joven líder cediera su plataforma a una
mujer anciana, lo cual manifestó la humildad y cooperación de
Simpson en el servicio. En la reunión de clausura del 16 de
diciembre hubo 1000 personas presentes. El tema de clausura
tocó el asunto de los Estados Unidos en la profecía.
En una carta fechada el 4 de diciembre de 1906, Elena White
escribió a William Simpson:
Me complace la manera en que ha utilizado su ingenio y
tacto para proporcionar ilustraciones adecuadas para los
temas que tiene que presentar, representaciones que tienen
un poder convincente. Tales métodos se utilizarán cada vez
más en esta obra final. Deseo que tenga un tabernáculo
portátil. Esto sería mucho más favorable para su trabajo que
una carpa, especialmente en la temporada de lluvias.

Profundamente interesada en su trabajo en Los Ángeles, San


Diego y Oakland, y consciente de su enfermedad pulmonar,
Elena de White le aconsejó “no quebrantarse bajo la presión de
un esfuerzo largo y continuo” y compartir sus cargas con sus

28
HABLA Y NO CALLES

colegas.1 Estaba particularmente preocupada por la sobrecarga de


Simpson en su garganta, pulmones y sistema digestivo durante su
extensa serie de reuniones evangelísticas2 y lo alentó a descansar
en un sanatorio cercano.3
Al encomiar su tarea en Los Ángeles escribió lo siguiente:
Dondequiera que se despierte tal interés como el que ahora
se muestra en Los Ángeles, se debe elegir a los hombres de
la mejor habilidad para ayudar en el esfuerzo. Deben
participar con entusiasmo en el trabajo de visitar y realizar
estudios de la Biblia con aquellos que recién han llegado a
la fe y con aquellos que están interesados, esforzándose por
establecerlos en la fe. Se debe instruir cuidadosamente a los
creyentes novatos para que tengan un conocimiento

1
Elena G. de White a W. W. Simpson, 18 de septiembre de 1904, Elena de G.
White Estate, Letter 367, 1904.
2
Elena G. de White a W. W. Simpson, 27 de noviembre de 1904, Elena de G.
White Estate, Letter 310, 1904.
3
Elena White a W. W. Simpson, 27 de octubre de 1906, Elena de G. White
Estate, Letter 344, 1906. Otra de las preocupaciones de Elena de White fue
la influencia de su cuñado, A. F. Ballenger, sobre la interpretación de
Simpson de las profecías bíblicas. Mientras Ballenger rechazaba la tradicional
interpretación adventista del comienzo de la purificación del santuario
celestial en 1844, Elena de White recordó a Simpson que “las verdades que
se nos dieron después del paso del tiempo en 1844 son tan ciertas e
inmutables como ahora”. Simpson se mantuvo fiel a las enseñanzas
adventistas y al don de profecía de Elena de White hasta su muerte a los 35
años.
29
HABLA Y NO CALLES

inteligente de las diversas líneas de trabajo comprometidas


con la iglesia de Cristo. Uno o dos hombres no deben
quedarse solos con la carga de tal trabajo1. Mucho depende
de la labor realizada por los miembros de la iglesia en
relación con y siguiendo las reuniones de la carpa que se
llevarán a cabo en nuestras ciudades. Durante la reunión
muchos, convencidos por el Espíritu, pueden estar llenos
de un deseo de comenzar la vida cristiana; pero a menos
que haya una vigilancia constante de parte de los que se
quedan para seguir el interés, las buenas impresiones que se
hagan en la mente de la gente se volverán indistintas. El
enemigo, lleno de razonamiento sutil, aprovechará cada
falla por parte de los obreros de Dios para vigilar los
creyentes, ya que deben rendir cuentas. Se deben hacer
esfuerzos para lograr que hombres y mujeres se pongan del
lado del Salvador. En esta obra hay necesidad de ayuda
divina y de vigilancia incansable. Nadie debe dormir en su
puesto de servicio. Cada capacidad debe ser utilizada para
ganar para Cristo una victoria contra los poderes de las
tinieblas.2

Con base en estas citas y otras citas de la Sra. White y en la forma


en que el pastor Simpson trabajaba, se pueden ver algunos

1
Debe notarse aquí la necesidad de un equipo evangelizador recalcada por
White, aunque implementada correctamente mucho después.
2
Elena de G. White, “Notes of Travel-5”, Review and Herald, 2 de marzo de
1905, 8.
30
HABLA Y NO CALLES

principios sobre el uso de ilustraciones en las reuniones


evangelísticas.1
Elena de White no originó los diversos métodos de trabajo en las
ciudades. Más bien, mantuvo una actitud abierta e interesada en
observar el trabajo efectivo de los demás. Felicitó a William
Simpson por su uso creativo de imágenes de papel maché en un
tiempo cuando no existían ayudas electrónicas. Elena de White
fue innovadora porque integró los consejos divinos y las
realidades prácticas en su filosofía del trabajo evangelizador.
Al escucharlo predicar, Elena de White declaró que:
1
Roy Allan Anderson, “A New Visual Aid for Evangelism”, Ministry Magazine,
mayo de 1956, 47. Ella no se opuso al uso de imágenes o figuras en el trabajo
evangelístico, ni siquiera condena a un pastor por contratar una empresa
secular para la confección de sus figuras. Cuando se refiere al trabajo de
Simpson sólo se encuentran elogios e incentiva a otros pastores y miembros a
seguir su ejemplo. Pero una cuestión que la escritora destaca en la forma de
trabajar de Simpson, es su énfasis en la Palabra de Dios y no en las figuras e
imágenes. El uso de imágenes debe ser sólo para auxiliar de la predicación de
la Palabra y debe estar de acuerdo con lo que está siendo predicado. Si las
imágenes actúan como una herramienta para hacer la predicación más clara,
Elena de White apoya y alienta su uso. El único problema que señala la
autora ocurre cuando se utiliza el dinero santo para adornar demasiado las
reuniones en desmedro de enviar a otros obreros a otros campos misioneros.
Este precedente alentó a otros predicadores a ilustrar el mensaje en lo
sucesivo. El evangelista Roy Allan Anderson recordó como Elena de White
lo felicitó por su ingenio y declaró que tales gráficos se utilizarían cada vez
más a medida que se acercara el fin. Desde entonces se desarrollaron
diapositivas, películas evangelísticas, cuadros de luz negra, por no mencionar
el uso de la radio y la televisión.
31
HABLA Y NO CALLES

La manera en que trabajaba el pastor Simpson me recuerda


las esfuerzos realizados en 1843 y 1844. No destaca sus
propias palabras. Se detiene en gran parte de las profecías
de Daniel y Apocalipsis, y usa muchas ilustraciones y figuras
adecuadas para impresionar la verdad. Simpson se esfuerza
por evitar entrar en controversia con los oponentes.
Presenta la Biblia tan claramente que es evidente que
cualquiera que difiera, debe hacerlo en oposición a la
Palabra de Dios. Cuando habló sobre el tema de los dones
espirituales los que estuvieron presentes en estos discursos
dicen que trató el tema de manera clara y contundente.1

Elena de White se alegraba de ver un ejemplo concreto de


evangelización metropolitana eficaz y acorde a la visión
hermenéutica adventista. Pasaron diez años hasta que Oakland
viviera un impacto semejante al de Simpson en su última
campaña.2

1
Elena de G. White, “The Work in Oakland and San Francisco—No. 5”,
Review and Herald, 7 de julio de 1907, 8.
2
Weeks, Adventist Evangelism in the Twentieth Century, 64. En el verano de
1915, una campaña de quince semanas produjo aproximadamente cien
conversos en Oakland, California. En esta campaña el pastor McCord usó
una nueva carpa. Hubo un total de alrededor de seiscientas cada noche de
lunes a viernes, aproximadamente ochocientos la noche del sábado, y un
promedio de un total de mil personas los domingos por la noche. Aquí, por
primera vez desde el éxito diez años antes de W. W. Simpson en Los Ángeles
y E. E. Franke en Nueva York, la asistencia regular a un servicio de
evangelización adventista alcanzó la marca de los mil.
32
HABLA Y NO CALLES

En virtud de lo escrito por la Sra. White y ejemplificado por


medio del ministerio del pastor Simpson puede delinearse un
perfil del buen evangelista metropolitano.
En lo intelectual estudia cómo hacer interesante la verdad,
enfocado en la visión fundacional, y dedica intenso pensamiento
a elaborar ilustraciones impactantes.
En lo profesional atrae la atención de las personas mediante
ingeniosas representaciones artísticas. Ejercita todas sus
capacidades para atraer y mantener a la audiencia. Habla de
forma solemne y fidedigna. No despierta ningún espíritu de
frivolidad en su audiencia ni utiliza palabras descuidadas o
innecesarias. Elige el sitio adecuado donde colocar su carpa. Pide
donaciones sin presión ni manipulación.
En lo psicológico aplica sus representaciones visuales en el
momento adecuado. Habla con la sencillez de un niño.
En lo teológico exalta las Escrituras, balanceando sus argumentos
entre el Antiguo y el Nuevo testamento. Usa tan pocas de sus
propias palabras como sea necesario. Destaca la importancia de
las profecías de Daniel y Apocalipsis, subrayando que se aplican a
nuestro propio tiempo. Habla claramente sobre el papado y el
reposo verdadero.
Este perfil debiera corresponderse con frutos similares a los de
Simpson, quien logró en su tiempo mover audiencias que
promediaban las quinientas personas, mantenidas en el
transcurso de su serie con buen interés, y compuestas de todas las
33
HABLA Y NO CALLES

clases sociales. Pudo ganar a un buen número de católicos,


aunque su enfoque fuera protestante, y sus ciclos siempre
tuvieron superávit de modo que uno costeaba al otro.1
El pastor William Simpson se esforzó por sorprender a las
audiencias metropolitanas con el mensaje adventista y cautivarlas
con el atractivo de su personalidad, claridad para enseñar y
elegancia para ilustrar. La apatía religiosa de las personas no es
una excusa para dejar de luchar por cautivar su atención con
todos los medios lícitos de presentar el mensaje. En la era del
holograma pueden y deben hacerse más y mejores programas de
los que preparó Simpson, ilustrando lo que la Biblia dice con
creatividad, sin caer en recursos extraños y ajenos al propio
material bíblico.

1
Fred Ramsey, “A Study of William Ward Simpson’s Evangelistic Personality”
(Term paper, Andrews University, 1971).
34
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Preso en Chatham por trabajar en domingo

35
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Ilustraciones en su plataforma

Los esposos Nellie y William Simpson


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Su casa en Glendale, construida por amigos de su obra

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Nellie y sus hijas luego del fallecimiento de William

38
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Plataforma de su carpa de reuniones. Templo en Riverside

39
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Junto a sus bestias de papel maché. Junto a conversos de un ciclo

40
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Su carpa y sus conversos

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Un joven consagrado a la evangelización

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44
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Junto a sus bestias. Invitación a sus predicaciones

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Los esposos Simpson y su primera hija

47
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Famoso cartel que diseñó. Ilustraciones interiores.

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UNA LECCIÓN DE PERSEVERANCIA: EL ÉNFASIS DE


CARLYLE HAYNES EN LA EVANGELIZACIÓN
Con la llegada del pastor Carlyle Haynes a Sudamérica para
presidir la División, comenzó a promoverse el crecimiento de la
membresía como un factor vital para el autosostén. Gracias a sus
conocimientos en evangelización urbana en Estados Unidos,
Haynes visualizaba las campañas de membresía en las grandes
ciudades de la División como una clave para el crecimiento de la
iglesia en Sudamérica. El presidente Haynes pedía y hacía
evangelismo público, tal como se vio antes con el pastor Daniells.
El ejemplo del administrador impulsa de manera especial la
evangelización.1

1
Pedro Lundquist, “El Esfuerzo Público en Venado Tuerto (R. A.)”, Revista
Adventista, 22 de octubre de 1923, 7. Antes de viajar a Argentina en 1926 le
dijo a W. Spicer que esperaba levantar una gran congregación de habla
inglesa en Buenos Aires, lo cual mejoraría la base financiera en esa Unión.
Lleno de urgencia por evangelizar todos los centros urbanos, regresó a
Estados Unidos después de solo ocho o nueve meces para asistir al Concilio
Otoñal de 1927, y así se dirigió a los delegados: “Nuestra obra evangélica [es]
desarrollar una comunidad fuerte, sustancial y vigorosa en esas repúblicas, y
especialmente en las grandes ciudades de las repúblicas que, últimamente,
bajo la dirección de Dios, pueden quitarles a ustedes, los norteamericanos, la
parte principal del peso de esta obra misionera y llevarla adelante ellos
mismos en Sudamérica. Para mí ese es nuestro principal problema”. Al
enumerar una ciudad sudamericana tras otra con poblaciones medidas de a
cientos de miles y a veces de a millones, le aseguró a sus colegas que “hay
dinero en Sudamérica”, pero los adventistas en ese continente necesitaban
inspiración para depender de sus propios recursos. Por el momento pidió
evangelistas, dinero y tiempo para crear una comunidad de miembros
52
HABLA Y NO CALLES

Luego de su primera gira por la División en 1927, Haynes decidió


lanzar una serie de evangelización en Buenos Aires en abril del
año siguiente. Se invirtió unos 10 mil dólares en reuniones para
la comunidad de habla inglesa y se organizó la “Comisión de
Conferencias Bíblicas de Haynes en Buenos Aires”, con W.
Hancock como presidente. Hacía publicidad con volantes
elaborados. Unos 400 asistieron a la reunión de apertura en
Prince George’s Hall el 8 de abril. La ofrenda recolectada al final
de la predicación alcanzó a $164 pesos argentinos. A la segunda
conferencia, celebrada el 10 de abril, asistieron alrededor de 270
personas. El pastor Haynes se propuso seguir un curso regular de
conferencias por dos meses, a razón de cuatro discursos por
semana.1 “No me cabe ninguna duda de que aún recogeremos
abundante fruto de la obra realizada cuando tengamos nuestro
local propio en la misma ciudad de Buenos Aires”, referían
gozosos sus colaboradores.2 Pero a mediados de mayo la audiencia
había disminuido a 90 o menos, y Haynes trasladó las reuniones a

económicamente independientes. Otros obreros de Sudamérica estaban


igualmente convencidos de que la evangelización urbana era la clave del
crecimiento de la División. W. E. Hancock, presidente de la Asociación
Bonaerense, habló de los dos millones de habitantes de la ciudad donde “el
único evangelista... nunca ha llevado a cabo un esfuerzo en ninguna escala
que se considere un verdadero esfuerzo en las grandes ciudades de Estados
Unidos”. Realmente la evangelización sudamericana estaba “en pañales”.
1
Marcelo Fayard, “Notas”, Revista Adventista, 16 de abril de 1928, 16.
2
Pedro Brouchy, “Informe de la Asociación Bs. Aires Presentado ante el
Congreso de la Unión Austral”, Revista Adventista, 11 de marzo de 1929, 11.
53
HABLA Y NO CALLES

Belgrano. Posteriormente, con una asistencia de solo 30 o 40,


partió para Europa, dejando a Hancock a cargo de la terminación
del ciclo. Su abordaje protestante no había sido efectivo.1 A pesar
de este resultado desalentador, sin embargo, Haynes era
optimista. El Buenos Aires Herald, un diario inglés, había
publicado la mitad de los sermones y había provocado un debate
generalizado en la comunidad de habla inglesa.
Aunque Haynes no intentó ningún otro esfuerzo, animó a sus
subordinados a dirigir reuniones. Perseveró en la visión más allá
de un eventual fracaso evangelizador. Bajo su dirección, en las
reuniones de obreros celebradas en conexión con la serie de
conferencias del Prínce George’s Hall de Buenos Aires, el líder
entregó algunas enseñanzas valiosas que expresan la nueva
corriente de pensamiento que encarnaba en el continente.
Aunque el ciclo no fue demasiado exitoso sus seminarios
comenzaron a trazar un nuevo rumbo para los predicadores
presentes,2 porque enseñó principios importantes y duraderos.3

1
Greenleag, A Land of Hope, 265.
2
Marcelo Fayard y Carlyle Haynes, “Estudios Sobre la Obra de Evangelización-
2”, Revista Adventista, 4 de junio de 1928, 4.
3
Ídem., “Estudios Sobre la Obra de Evangelización-3”, Revista Adventista, 25 de
junio de 1928, 6. En cuanto al equipo de trabajo pensaba que era un buen
plan tener un ayudante que se encargue de la música y de la publicidad. No
es necesario que se encargue de todo lo que se refiere a la publicidad, pues el
encargado del esfuerzo debe reservarse la parte principal de este trabajo; pero
el ayudante debe atender a los detalles, visitar los diarios, obtener los precios,
buscar las pruebas y escribir algunas crónicas, si es capaz de hacerlo. También
54
HABLA Y NO CALLES

Carlyle Haynes fue el primer evangelista preocupado por formar y


capacitar predicadores. Aunque su enfoque no se adaptó del todo
al contexto sudamericano fue el primero en agitar la necesidad de
estudiar más para predicar mejor y con mayor. Su insistencia
daría paso a una revolución que tuvo lugar poco después.

debe visitar las personas interesadas. Debe ser un obrero que dé estudios
bíblicos y esté dispuesto a hacer cualquier cesa que contribuya al éxito del
esfuerzo.
55
HABLA Y NO CALLES

UNA LECCIÓN DE ADAPTABILIDAD: LA REVOLUCIÓN


DE WALTER SCHUBERT
Del 16 al 21 de octubre de 1934 se realizó el Congreso Bienal de
la Asociación Argentina Central, en el cual se eligieron las
autoridades correspondientes al siguiente período. Fue en
ocasión de esas reuniones que se solicitó que finalmente el pastor
Walter Schubert asumiera la presidencia de la Asociación
Bonaerense y también que fuera responsable del área de
evangelización de dicha Asociación. Del 12 al 16 de diciembre de
1934, participó del congreso de jóvenes en Buenos Aires.
Los primeros meses de 1935, lo encontraron intensamente activo
haciendo planes y preparativos para la evangelización de la ciudad
más populosa de Argentina. Sus planes apuntaron a iniciar el 7
de abril una campaña de evangelización pública en la Iglesia de
Palermo. Las reuniones fueron anunciadas por radio, en los
principales periódicos y mediante la distribución de volantes.
Schubert fue el orador. Contó con el apoyo de varios pastores e
instructores bíblicos. El predicador solía realizar fervientes
llamados después de cada exposición. Cuando los adventistas,
más maduros y fortalecidos, se decidieron a avanzar con fuerza en
Buenos Aires, Dios les enseñó cómo hacerlo.
El 27 de abril de 1935 organizó, junto con el pastor Walter
Murray y Daniel Hammerly,1 la nueva Iglesia de Liniers. A los

1
Daniel Hammerly fue uno de los hombres más capaces del adventismo
sudamericano del siglo XX, y uno de los primeros en apoyar la revolución de
Schubert. Además, fue el primero en conquistar audiencias cultas. Orlando
56
HABLA Y NO CALLES

pocos días, el 4 de mayo, comenzó una serie de reuniones de


evangelización. La concurrencia fue muy numerosa. Estas
reuniones las dictaba simultáneamente con las de Palermo. La
razón de esto fue la necesidad de probar un nuevo método de
presentar el mensaje adventista, y se escogió como lugar piloto
esta iglesia del oeste de la capital.
Según relata W. E. Murray, una señora adventista llamada
Herminegilda Di Longhi, descendiente de italianos, tenía muchos
familiares a los que deseaba comunicar el mensaje adventista. Ella
los invitó a las reuniones que se realizaron en la Iglesia de
Palermo. Después de asistir a algunas de ellas, y a causa de que al
comienzo de las reuniones se exhortó a los presentes a aceptar las
doctrinas adventistas, estos familiares dejaron de asistir. La señora
Di Longhi habló con el pastor Schubert y le expresó la situación
brevemente, preguntándole porqué solicitaba a los católicos que
practicaran las creencias adventistas antes de conocer cuáles eran.
Además, le sugirió que condujese las reuniones como si fueran
ponencias académicas, eliminando los cantos congregacionales,
las oraciones y las ofrendas. Si necesitaba dinero, ella podía darlo
para apoyar las reuniones.

Ciuffardi, “Recuerdos del evangelismo sudamericano”, 2019; Daniel


Hammerly Dupuy, “Cuando los Ateos Defienden su Credo”, Revista
Adventista, 25 de agosto de 1947, ; ídem., “A Better Approach to Roman
Catholics”, 5-6; ídem., “How an Atheist Was Won”, Review and Herald, 22 de
julio de 1937, 19.
57
HABLA Y NO CALLES

Esta intervención de la señora Di Longhi tuvo consecuencias de


importancia histórica. Confirmó en alguna medida lo que ya
estaban pensando Schubert y sus colegas. No sólo habló
presentando su propio problema, sino el que existía en el
pensamiento y en el corazón de varios otros.
Schubert, y quienes trabajaban con él, consideraron que sería
muy bueno comenzar las reuniones como si fueran conferencias.
Esto haría que se tuviera confianza en el orador. Se dieron cuenta
de la importancia que tenía para los latinoamericanos su hogar y
la unidad familiar. Revisaron incluso las creencias religiosas que
se habían practicado por siglos y llegaron a la conclusión de que,
en adelante, tenían que presentar el mensaje bíblico con más
simpatía, bondad y paciencia. Se había empezado a comprender
lo que significaba para muchos vivir como adventista en una
cultura y trasfondo mayoritariamente católico.
En relación con este giro metodológico, se propusieron los
siguientes objetivos: (1) En lugar de condenar abiertamente las
creencias diferentes, había que presentar las verdades bíblicas en
forma sencilla, sincera y dejar los resultados al Espíritu de Dios.
(2) A causa de que durante mucho tiempo se habían practicado
varias creencias en forma errada, tenían que dar tiempo a que
maduraran las decisiones en la mente y el corazón de los
interesados.1 (3) Estudiar nuevos modelos de predicación. (4)

1
E. R. Walde, “Radio-TV Department”, General Conference Session Bulletin, 16
de agosto de 1962, 7.
58
HABLA Y NO CALLES

Estudiar el establecimiento de nuevas relaciones con familiares,


amigos y empleadores, en forma considerada y comprensiva.
La comisión de la Asociación se reunió para considerar los
nuevos planes y procedimientos. Las decisiones se aplicaron en
las reuniones de Liniers en la que Schubert fue elegido como
expositor. El plan piloto incluyó: (1) Realizar las primeras seis
reuniones de la campaña de evangelización como si fueran
ponencias. (2) El orador debía ser presentado por alguien que se
encargara de presidir las reuniones y anunciar todas las partes del
programa. En el caso de la Iglesia de Liniers, se escogió al pastor
Daniel Hammerly. (3) La selección musical consistía en música
clásica en lugar del canto congregacional. (4) El orador tenía
autoridad para decidir si era oportuno introducir la práctica de
elevar una plegaria o de juntar ofrendas. (5) Los temas para
iniciar las ponencias tendrían que ser sobre el hogar, el secreto de
la felicidad, el valor de la vida, las relaciones matrimoniales, etc. 1
Todas debían contener una presentación completa del mensaje
adventista, conforme a la plena visión hermenéutica que
impulsaba la obra adventista sudamericana.
Al poner en práctica este cambio, Schubert descartó las oraciones
de apertura, los himnos y las ofrendas hasta establecer una
relación de confianza con su auditorio, pero a medida que
avanzaba con sus conferencias introducía a sus oyentes en las
profecías y otros aspectos tradicionales de las reuniones religiosas.

1
Walter Schubert, “A Public Effort Among Catholics”, Ministry Magazine,
noviembre de 1949, 3-5; Timm, “Building a growing church, 20-23.
59
HABLA Y NO CALLES

Estos cambios demostraron ser efectivos, pero estaban en agudo


contraste con el método adventista tradicional de validar la Biblia
mediante la interpretación de las profecías de Daniel a fin de
mostrar la intervención de Dios en la historia, un procedimiento
que los ministros habían usado desde el movimiento millerita.1
Su metodología para evangelizar logró dos grandes objetivos,
según lo expresó Salim Japas: (1) Abandonar el enfoque
protestante de los ministros norteamericanos que utilizaban las
profecías de Daniel como temas para llegar a la audiencia porque
esa técnica era insuficiente e inapropiada en el marco latino. (2)
Idear e introducir una metodología que concordaba más con la
cultura a la que tenía que dirigir el mensaje. Esto consistió en dar
conferencias basadas bíblicamente sobre cuestiones familiares y
otros asuntos sociales. Su concepto base era construir la confianza
en la validez de los consejos bíblicos para responder a las
inquietudes personales. Es decir, presentar un enfoque social de
abordaje de las Escrituras antes que profètico. Esto último lo
dejaba para el final.
Con el cambio de enfoque las reuniones superaron la capacidad
del salón alquilado. Recibían con aplausos al orador. Después de
unas pocas noches, Schubert consideró oportuno empezar con la
práctica de hacer plegarias y juntar ofrendas dando explicaciones
específicas de su destino. A medida que el tiempo transcurrió, la
audiencia fue guiada a estudiar temas con lecciones bíblicas
vitales.
1
Schwarz y Greenleaf, Portadores de luz, 541.
60
HABLA Y NO CALLES

Después de este exitoso trabajo, la señora Di Longhi y su esposo


donaron un terreno donde construir un lugar de adoración para
los nuevos miembros bautizados. Esto se concretó en 1938.
Schubert escribió sobre el progreso de la difusión de las creencias
adventistas y comentó que se registró un aumento significativo en
el número de interesados que deseaban recibir estudios bíblicos y
también el entusiasmo que generaron estos nuevos métodos para
esparcir el mensaje adventista.
Schubert también se preocupó por proveer edificios de adoración
adecuados, incluso en el caso de las congregaciones pequeñas.
Observó que las congregaciones crecían más rápido cuando
existía un buen templo que las albergara.
La gente latinoamericana del tiempo de Schubert no tenía mucha
oportunidad de conocer las doctrinas bíblicas. La circulación de
la Biblia no era todavía una práctica universal y la Iglesia Católica
no alentaba su estudio. Schubert, en lugar de criticar otras
creencias, enseñó y predicó las verdades de la Biblia de modo que
sus oyentes pudieran sacar sus propias conclusiones. Las personas
se convencían de que las verdades bíblicas eran el fundamento
para el modelo de creencias y prácticas cristianas. El tiempo era
un elemento importante en el proceso de enseñanza-aprendizaje,
y por esa razón, Schubert extendía sus reuniones de
evangelización por tres o cuatro meses. En ese lapso las personas
maduraban y renunciaban a sus antiguas creencias y prácticas.1

1
Walter Murray, “An Evening with the South American Division”, General
Conference Session Bulletin, 1 de junio de 1954,11.
61
HABLA Y NO CALLES

Todo este proceso se enmarcó en un poderoso despertar de la


evangelización pública, en forma especial con el uso de carpas y el
surgimiento de evangelistas entusiastas. El mundo se preparaba
para la guerra que llegó al finalizar la década del 30. Por lo tanto,
los temas proféticos dieron abundante material para alarmar y
despertar a las personas. Los templos y las carpas se llenaron. Los
carteles proféticos eran desplegados y los públicos absorbidos
veían claramente la esperanza del advenimiento. Muchos templos
fueron construidos mientras era gestionado el gran despertar
sudamericano. Al compás de la visión hermenéutica, el incidente
providencial con la señora De Longhi dio el punto de partida
para un cambio de tácticas que, a grosso modo, resultó en enorme
beneficio.
En una carta escrita al pastor Salim Japas, el 27 de mayo de 1974,
el pastor Schubert explica el drama que vivían muchos
evangelistas y que se resolvió con la pérdida progresiva, pero
rápida de público cuando se pedía a la asistencia, católica en un
95%, que cantara himnos y participara en oraciones
“protestantes” o apoyara a los “herejes” con ofrendas. El público
inicial de 100 a 150 personas se reducía a 70-50 en la segunda
reunión, a los 30, 20, hasta que era necesario dar por terminado
el trabajo, cerrar el salón y retirarse.
Años después, la División Sudamericana convocó al pastor
Walter Schubert para que introdujera el método en Brasil y en
otros países, donde vibrantes campañas fueron dirigidas con
excelentes resultados en creyentes ganadas. Por escuchar la
humilde sugerencia de una feligresa, Schubert encontró la punta
62
HABLA Y NO CALLES

del ovillo de una revolución y dejó una perdurable lección de


adaptabilidad.

Con el equipo del ciclo de Buenos Aires

63
HABLA Y NO CALLES

Al medio la hna. H. de Loinghi, quien recomendara al pastor Schubert


un nuevo enfoque de evangelización

64
HABLA Y NO CALLES

LA LECCIÓN TRANSCULTURAL DE ARTURO SCHMIDT


Ante la propuesta de Neal C. Wilson de hacer algo positivo y
creativo a fin de llegar a las grandes urbes de la tierra no
cristianas, donde hay millones de personas que no conocen a
Jesús como su Salvador personal, se comisionó al pastor Arturo
Schmidt, de la Asociación Ministerial para este impulso.1
Arturo Schmidt comenzó una serie de planes de cinco días para
dejar de fumar en Ammán, Jordania, a mediados de septiembre
de 1979. Después de varios contactos y haber ganado cierto grado
de confianza, se realizó una serie de reuniones evangelísticas a
gran escala al cierre del año.2 Después de cinco semanas de
reuniones, aproximadamente 250 personas asistían a las
reuniones nocturnas celebradas en el auditorio de la escuela
adventista en Amman. La serie comenzó con temas de salud, pasó
a temas sociales, y luego a verdades espirituales. El equipo de
evangelización, que vio crecer el interés diariamente, visitó a 100
familias.3 Algunas noches casi mil no cristianos asistieron a las
etapas introductorias de la campaña, que incluyeron cuatro
planes de cinco días suburbanos.4 En 1981 Arturo fue nombrado
1
G. Ralph Thompson, “1981 General Conference Spring Meeting convenes”,
Review and Herald, 21 de mayo de 1981, 14.
2
Kenneth Wood, “News Notes From the World Divisions”, Review and Herald,
4 de octubre de 1979, 28.
3
Ídem., “For the Record”, Review and Herald, 8 de noviembre de 1979, 32.
4
Charles Watson, “The Fires Still Bum”, Review and Herald, 1 de mayo de
1980, 13.
65
HABLA Y NO CALLES

Secretario de Campo y Asistente del Presidente en la


evangelización musulmana.1
Es interesante que, durante el plan Los 1000 Días De Cosecha, el
trabajo entre los musulmanes ganó énfasis y Arturo Schmidt
comenzó a trabajar con éxito entre este gran segmento de la
población religiosa del mundo en varias áreas del mundo,
incluyendo India, África occidental y Lejano Oriente.2 Al hacer
evangelismo con los musulmanes siempre usaba la Biblia y el
Corán uno al lado del otro, pero predicaba del Corán. En
septiembre de 1981 dirigió un instituto de ocho días en el que
sugirió formas de acercarse a los musulmanes y católicos con el
mensaje adventista. En la culminación del instituto se ordenaron
11 ministros.3
Unos años después, en la ciudad de Hyderabad impartió
capacitación sobre cómo llegar a la mente musulmana. El
Instituto de Investigación Bíblica condujo tres conferencias
bíblicas, en India, Pakistán y Birmania, para ministros y maestros
bíblicos. Otro evento sobresaliente para el crecimiento

1
Juanita Singh, “God’s Providence Amid Difficulties”, Southern Asia Tidings,
septiembre de 1981, 17.
2
Ídem., “President Wilson Sees Goal Within Reach”, Southern Asia Tidings,
diciembre de 1984, 5.
3
Kenneth Wood, “News Notes From the World Divisions”, Review and Herald,
3 de diciembre de 1981, 22.
66
HABLA Y NO CALLES

profesional del ministerio fue un recorrido por las tierras de la


Reforma junto a 30 evangelistas y maestros de Biblia.1
Todos reconocían como Arturo se había especializado en adaptar
las mismas habilidades de Walter Schubert para llegar a los
católicos en América Latina al acercarse al mundo islámico, con
éxito en Egipto, Senegal, el norte de India, Azerbaiyán y
Kirguistán, entre otros.2
En Senegal realizó un plan de cinco días para dejar de fumar, del
17 al 29 de mayo. Esta serie fue el preludio de una campaña
evangelística de tres meses que se llevó a cabo entre febrero y abril
de 1983.3 Daniel Cordas, presidente de la Misión del Sahel,
declaró que la gran campaña evangelística realizada en Dakar,
Senegal, por Arturo Schmidt fue muy exitosa. Las reuniones se
realizaron en dos grandes carpas, y la Sra. Schmidt realizó
reuniones separadas para los niños. La asistencia de adultos
promedió alrededor de 750 por noche.4

1
Gerald Christo, “Amidst the tragedy, good news”, Review and Herald, 3 de
julio de 1985, 20.
2
William G. Johnsson, “Global Mission Answers”, Review and Herald, 9 de
mayo de 1996, 23.
3
Kenneth Wood, “News Notes From the World Divisions”, Review and Herald,
15 de julio de 1982, 26.
4
Robert Osborn, “Africa-Indian Ocean Division: two and a half and healthy”,
Review and Herald, 23 de febrero de 1984, 14.
67
HABLA Y NO CALLES

Philip Samaan visitó el país de Senegal en África occidental a


fines de 1984, y vio uno por uno a los recién convertidos
musulmanes bautizados. También se reunió con musulmanes que
estudiaban la Biblia o estaban interesados Alrededor de 20
conversos se reunían en una “casa de oración” adventista cada
sábado.1
El método del pastor Schmidt consistía en crear un medio de
acercamiento que no se identificara con el cristianismo, porque
en la mente de un musulmán, un cristiano es un individuo que
observa el domingo, come carne de cerdo y otros alimentos
inmundos, bebe alcohol, practica inmoralidades, y apoya la
política exterior estadounidense. Entonces, si un musulmán le
preguntaba al pastor Schmidt si era cristiano, él respondía que
era adventista del séptimo día. Entonces el musulmán preguntaba
qué significaba ser adventista, a lo cual el pastor Schmidt
respondía que es una persona que espera el fin del mundo y el
juicio final. Además, alguien que come alimentos limpios, no
come carne de cerdo u otros alimentos impuros, no bebe, no
fuma, no admite inmoralidad y no tiene participación política,
puntos que los musulmanes también defendían. Por lo tanto, casi
llegaba a considerarse un “musulmán adventista”, como se
presentaba muchas veces. Por lo tanto, dentro de este contexto, y
a través de los programas para dejar de fumar en cinco días, y de

1
Kenneth Wood, “News Notes from the World Divisions”, Review and Herald,
25 de abril de 1985, 20; G. Ralph Thompson, “Good News From Far and
Near”, Review and Herald, 30 de junio de 1985, 21.
68
HABLA Y NO CALLES

la relación con las personas, induciéndolas a asistir a reuniones


públicas, podía establecerse un puente entre ambos. Emprender
esa tarea evangelizadora no fue sencillo. Requería de astucia e
inteligencia, ya que, en algunos países musulmanes, el
proselitismo está prohibido bajo pena de muerte.1 La visión
hermenéutica se acercaba y adaptaba al mundo musulmán.
Pero Schmidt era un verdadero evangelista mundial. Las
reuniones de evangelización de Arturo Schmidt en el auditorio de
la KGB en Bakú lograron una asistencia de más de 1.200
personas todas las noches, y después de un mes completo,
seiscientos asistían regularmente los sábados por la mañana, en
una ciudad donde la membresía adventista era de 200 solo cuatro
meses antes de su ciclo.2
Ya jubilado, el evangelista Arturo Schmidt, el pastor Chafic Srour
(de origen sirio), y Carlos Quintana, presidente de Misión de las
Islas Colombianas, realizaron reuniones especiales en el Centro
Islámico en San Andrés, en las Islas Colombianas. Del 1 al 12 de
junio de 1992, miembros de la comunidad islámica y otros
asistieron a un plan de cinco días para dejar de fumar, seguido de
un programa para prevenir la drogadicción, el alcoholismo y las
enfermedades de transmisión sexual. Las conferencias se

1
Gerald Karlst, “Colheita 90 no Oriente Médio”, Revista Adventista, noviembre
de 1986, 22.
2
Charles Taylor, “Facing The Challenge In Central Asia: Sixteen Unentered
Areas Of 1 Million Population Targeted For Evangelism”, Review and Herald,
22 de julio de 1993, 8.
69
HABLA Y NO CALLES

dirigieron especialmente a la comunidad islámica. Cuando


terminaron las reuniones, 40 personas habían dejado de fumar.
Aiman El Jale, el líder espiritual islámico, apoyó el programa y
ofreció el Centro Islámico para futuras campañas de salud.1
Schmidt no tuvo a menos, ya retirado, ser instructor bíblico en
campañas de pastores más jóvenes.2 Los más grandes suelen ser
los más humildes.
De este modo vemos como uno de los discípulos de Schubert
deja una lección transcultural. Así como Schubert tendió un
puente entre el adventismo y el público católico, Schmidt hizo lo
propio con la audiencia musulmana. La evangelización pública
puede llevarse a cabo ante cualquier público.

1
Carlos Quintana, “Health Lectures in Islamic Center”, Inter American Division
Messenger, agosto de 1992, 2.
2
Frank Ottati, “Aggressive Hispanic evangelism nets 295 baptisms in
Potomac”, Columbia Union Visitor, 1 de febrero de 1991, 13.
70
HABLA Y NO CALLES

Mezquita de San Andrès, Colombia, donde dio un curso de salud

71
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LA LECCIÓN DE TRANSMISIBILIDAD DE ANTONIO


ARTEAGA
Walter Schubert se preocupó no solo por los intereses
evangelizadores en el extenso y disperso campo sudamericano,
sino también por otras latitudes. Al ser invitado a predicar en La
Habana, Cuba1 ya había realizado dos y, a veces, tres campañas
evangélicas cada año, ganando hasta seiscientas personas en un
solo año.
Durante los últimos tres meses de 1953 estuvo en La Habana,
Cuba, liderando dos campañas de evangelización simultáneas, y el
Señor bendijo grandemente la predicación de su Palabra. El ciclo
tuvo amplia repercusión en los medios de comunicación.2 Nueve
semanas después de que empezara a predicar más de 550
personas firmaron la decisión de guardar el sábado. Cientos de
estos nuevos creyentes comenzaron a asistir a las iglesias allí, y los
más de veinte obreros que colaboraron3 quedaron ocupados
consolidando ese interés4 y cosechando muchas creyentes.1

1
L. F. Bohner, “The Antillian Union Annual Committee”, Inter American
Division Messenger, febrero de 1954, 9.
2
Arthur H. Roth, “Evangelism in the City of Havanna”, Inter American Division
Messenger, abril de 1954, 2.
3
Ídem., “Inter America Brevities”, Inter American Division Messenger, julio de
1954, 11.
4
Roy Allan Anderson, “The Ministerial Association”, General Conference Session
Bulletin, 30 de mayo de 1954, 23.
75
HABLA Y NO CALLES

En ese ciclo no solamente se ganaron feligreses, sino que también


germinaron nuevos ciclos2 y evangelistas.3 Uno de ellos fue
Antonio Arteaga. Como un joven pastor aun no había gozado de
mucho éxito en sus campañas, pero al notar la consagración de
Schubert y el método de introducir la Biblia con temas sociales
decidió aplicar el mismo método en una localidad donde antes
había fracasado, cosechando cien bautismos. Poco después fue
nombrado evangelista en California.4 Los métodos de Schubert
resultaron eficaces.

1
Arthur H. Roth, “News from Our, Evangelists”, Inter American Division
Messenger, diciembre de 1954, 2.
2
Silvia Powers, “Evangelism in Cuba”, Inter American Division Messenger,
octubre de 1954, 10.
3
Clyde O. Franz, “The Havana Evangelistic School and Effort”, Inter American
Division Messenger, marzo de 1954, 10.
4
Benavides, “Evangelism in San Bernardino”, 3. Las reuniones de
evangelización de San Bernardino Iniciaron el 10 de octubre de 1954 en la
iglesia recién comprada. Asistiendo a Antonio Arteaga, el orador evangelista,
estuvieron los pastores Paul Díaz, Francisco López, Eliezer Benavides,
Gilberto Bustamante de Colombia y una instructora bíblica. No satisfechos
con la respuesta de los católicos, después de tres reuniones en la iglesia,
consideraron oportuno interrumpir allí y mudar las reuniones a otro lugar
debido al prejuicio. Durante seis meses Arteaga había asistido al pastor W.
Schubert en Cuba, aprendiendo métodos que habían dado excelentes
resultados entre los católicos. Estaba ansioso por probar estos métodos aquí
en San Bernardino. El hermano Benavides fue enviado para entrevistar al
presidente del Salón Hispano de San Bernardino. Después de presentarle el
deseo de ofrecer cuatro programas altamente interesantes y gratuitos para el
76
HABLA Y NO CALLES

público, les ofreció el salón por $5 por noche. Le dijeron que, si el público
disfrutara de estos programas altamente culturales, considerarían presentar
algunos más. Los programas se anunciaron como culturales y recreativos, y se
anunciaban en toda la ciudad por un altavoz, la radio y los volantes. La
gente apareció en cantidad. En las primeras cuatro reuniones no se presentó
nada religioso. Los títulos de los primeros cuatro temas fueron: “Como
Alcanzar Felicidad”, “El Secreto de un Hogar Dichoso”, “Como Mantener la
Paz en el Hogar”, “Como Vivir Mucho y Sufrir Poco”. Un libro de temas se
ofreció de forma gratuita a todos los que asistieron a las cuatro sesiones. Para
el quinto, se anunció un emocionante programa. Esto fue presentado por los
pastores de la Conferencia del Sureste de California y tres estudiantes de La
Sierra College. La asistencia fue maravillosa, entre 400 y 500 personas. En
este punto, se tomaron los nombres de las 125 personas que habían asistido
a los cuatro primeros programas. La multitud exigió más reuniones. El
prejuicio ya había sido superado en gran medida y los siguientes programas,
poco a poco, se convirtieron en servicios religiosos. Cuando la gente menos
lo esperaba, ya habían escuchado gran parte del mensaje adventista. Después
de presentar la verdad del sábado hicieron invitaciones especiales para
concurrir el sábado a la iglesia. Alrededor de 60, incluidos los niños,
asistieron el sábado por primera vez. Continuaron una reunión en el salón y
otra en la iglesia. Los temas controvertidos, como la Marca de la Bestia, el
Diezmo, etc., fueron presentados en la iglesia. Como el hermoso templo
comprado a los luteranos no tenía un bautisterio, durante la campaña de
evangelización decidieron reunir dinero para construir un bautisterio para
bautizar a los recién convertidos. Gracias a la generosidad y al arduo trabajo
de los hermanos, el bautisterio estuvo listo el 26 de diciembre de 1954 para
el primer bautismo. Veinte almas preciosas fueron bautizadas, 10 de las
cuales fueron del esfuerzo misionero. Quedaron muchos interesados en la
verdad y siguió una gran cosecha. De allí continuó su ministerio con gran
éxito en California (R. C. Baker, “New Spanish Church Organized at
Brawley”, Pacific Union Recorder, 18 de julio de 1955, 7; ídem., “Spanish
Evangelistic Meetings”, Pacific Union Recorder, 14 de octubre de 1957, 14;
77
HABLA Y NO CALLES

Estudiando en el Colegio de La Sierra conoció al pastor Mario


Soto quien influyó para que le extiendan un llamado a la Unión
Austral. Fue llamado a ser pastor en Tucumán, habiéndose
votado “pedir a la Unión del Pacífico y el Sureste de California
que liberen a Antonio Arteaga y le transmitan el llamado a
conectarse con la División Sudamericana para servir como pastor-
evangelista en la Misión del Norte de Argentina”.1 El pastor
Antonio Arteaga y su familia llegaron a Buenos Aires, Argentina,
el 2 de noviembre de 1961, y se dirigieron a Tucumán,
Argentina.2 Logró llenar auditorios difíciles de conquistar.1
Comenzaba la edad dorada de la evangelización sudamericana.2

ídem., “Spanish Evangelistic Meetings”, Pacific Union Recorder, 27 de enero


de 1958, 5; ídem., “Organization of Ontario Spanish Church”, Pacific Union
Recorder, 26 de diciembre de 1960, 4; ídem., “Around Southeastern”, Pacific
Union Recorder, 16 de septiembre de 1957, 3; Manuel Vasquez, The Untold
Story: 100 Years of Hispanic Adventism 1899-1999 (Nampa, ID: Pacific Press,
2000), 156-157; Eliezer Benavides, “Spanish Evangelism in Southeastern”,
Pacific Union Recorder, 6 de febrero de 1956, 11; Francis Nichol, “Pacific
Union”, Review and Herald, 12 de septiembre de 1957, 27; Earl Meyer,
“Baptism in Calexico, California”, Review and Herald, 28 de noviembre de
1957, 23; D. H. Baasch, “Efforts in Mexico”, Inter American Division
Messenger, octubre de 1961, 10; Salmon Bustillos, “Evangelism in Mexicali”,
Inter American Division Messenger, noviembre de 1961, 11; W. R. Beach,
“Modern Apostle to Far Places”, Review and Herald, 5 de abril de 1962, 6).
1
Reuben Fighur, General Conference Commitee (Washington, D.C., 4 de abril de
1961), 44.
2
James Aitken, “Welcome”, South American Bulletin, enero de 1962, 8.
Comenzó realizando dos campañas simultáneas: una en el mejor auditorio
78
HABLA Y NO CALLES

en la ciudad de Tucumán y la otra en un teatro en la cercana ciudad de Tafí


Viejo. Ambas salas, con una capacidad total de 1.000 asientos, estaban llenas
hasta rebosar. “Mis cinco colaboradores y yo estamos muy contentos con los
resultados”, escribe, “y nuestra meta de 100 bautismos puede ser demasiado
pequeña (Schubert, Walter, “Evangelism Advances in Argentina”, Review and
Herald, 21 de junio de 1962, 21).
1
Arteaga, “Public Evangelism in Argentina”, 21. Solo 600 personas pudieron
ser alojadas en el Teatro Fox en Alem, Misiones, donde el evangelista del
Norte argentino, Antonio Arteaga realizó un esfuerzo evangelístico de nueve
reuniones. Simultáneamente, dirigió la Semana de oración en el Instituto
Alberdi, escuela situada a 20 kilómetros de esa ciudad. Las reuniones se
llevaron a cabo todas las noches una hora antes las reuniones regulares de la
Semana de Oración. Como resultado de estas reuniones públicas, los
nombres de las personas interesadas se dejaron en manos de los profesores y
estudiantes. El dueño del teatro le comentó que solo logro llenarlo con
películas de Cantinflas y con sus conferencias.
2
W. P. Bradley, “A Great Harvest in South America”, Review and Herald, 27 de
agosto de 1964, 24. Durante el cuadrienio 1965-1968 se celebraron
campañas evangelizadoras en todas las asociaciones. Algunas de estas fueron
dirigidas por evangelistas itinerantes que contaron con el apoyo de equipos
compuestos por obreros regulares y alumnos del Colegio Adventista del
Plata. Entre las mayores pueden mencionarse las tres que se llevaron a cabo
en Buenos Aires, y las de Paraná y Villa María. En 1966 el pastor Carlos
Aeschlimann celebró una campaña en Bahía Blanca, y el pastor Juan Carlos
Viera celebró otra en Guatraché. El pastor Arturo Schmidt, evangelista
asociado de la División Sudamericana, dio un ciclo de conferencias en
Mendoza en 1967. En 1966 la Unión Austral colaboró con la naciente
Unión Chilena prestando a uno de sus evangelistas, el pastor Arteaga para
celebrar la evangelización en Santiago, dando como resultado 670 bautismos.
79
HABLA Y NO CALLES

El 14 de marzo de 1964 dieron comienzo a un gran esfuerzo


evangélico en Iquique, ciudad del desierto del norte chileno. Para
las veinte primeras conferencias, se arrendó el Teatro Municipal,
el de mejor categoría de la ciudad y ubicado frente a la plaza
principal. El teatro era cómodo y su capacidad muy buena para el
tamaño de la ciudad, con 1.200 asientos. Muchas personas
dijeron que sería muy difícil llevar mucha gente allí, ya que muy
pocos asistían, aún a las mejores películas, y el público era
siempre de lo más selecto. Para comprobar tales aseveraciones
pusieron el ejemplo de unas conferencias auspiciadas por la
Universidad de Chile. A ellas asistían alrededor de 40 personas.
No obstante, y en efecto, el pastor Arteaga no se dejó desanimar
por los comentarios negativos, ya que tenía fe que el Señor le
daría muchos oyentes.
Finalmente, llegó la hora tan esperada, se abrieron las puertas del
Teatro, salieron como 50 personas que estaban viendo una
película y el público comenzó a entrar, en tal forma que ocupó los
1.200 asientos. Todos estaban muy felices y dando gracias a Dios.
Al día siguiente, había más público aún y así siguió aumentando,
hasta llegar a los 1.500 asistentes.1 Tristemente, centenares de per-
sonas se volvieron desde la puerta, porque no se podía entrar, ni
se podía estar de pie. En verdad, si el teatro hubiera tenido
capacidad para el doble, también se hubiese llenado. Debieron

1
Arteaga, “Evangelism in Iquique, Chile”, 16.
80
HABLA Y NO CALLES

pedir a la policía que ayudara a mantener el orden debido a las


grandes multitudes que acudían al ciclo.1
Poco después, el pastor Arteaga fue invitado para hablar a 400
profesores, luego, a una numerosa sociedad de estudiantes,
quienes lo despidieron agradecidos. Diarios y radios comentaron
las conferencias del pastor Arteaga, como asimismo, sucedía por
las calles y otros lugares. Después de 5 o 6 conferencias, ya sé
tenían más de 900 direcciones para visitar y muchos estudios bí-
blicos concertados. El blanco de creyentes para bautizar hasta
diciembre fue de 200 personas.2
Llamó la atención que en la Iglesia de Iquique debieran celebrar
el culto de oración de los miércoles en dos turnos; tal era el
entusiasmo de los miembros y los simpatizantes. Después del
primer bautismo, los diezmos recibidos en la iglesia se dupli-
caron, y las ofrendas generales se triplicaron. Al comienzo los
hermanos de Iquique empleaban 70 folletos de la escuela
sabática, y luego solicitaban 200. Se bautizaron además
numerosos jóvenes aun a riesgo de ser expulsados de sus
colegios.3
Con casi un año de antelación, la Asociación Bonaerense elaboró
una cruzada evangélica de grandes proporciones para la ciudad de
1
Arteaga, “Eager Throngs Hear the Gospel in Chile, 16.
2
José Torres, “Aguas en el Desierto”, Notas y Noticias, abril de 1964, 1.
3
Sergio Collins, “Dos Mil Personas Presencian un Bautismo”, Revista
Adventista, octubre de 1964, 20.
81
HABLA Y NO CALLES

Buenos Aires, cuyo lema interno fue “Buenos Aires Para Cristo”
y se la anunció profusamente bajo el eslogan publicitario: “Al
Encuentro De La Felicidad”. Como primer paso, se señalaron
diferentes comisiones para la planificación y realización de los
distintos aspectos de la campaña, tales como finanzas, publicidad,
música, etc. Con respecto a este último, con el objetivo de
preparar mejor a los feligreses para su futura colaboración, se
realizó un curso de entrenamiento en cada iglesia de Buenos
Aires. Además de estas comisiones, y para coordinar sus
actividades, se formó una Secretaría Ejecutiva, facultada para
tomar las resoluciones propias de todo el proyecto.
Después de los muchos preparativos necesarios y tras vencer
todos los tropiezos posibles, la gran cruzada se inauguró el 20 de
marzo de 1965, en la zona sur con el inicio de dos campañas
simultáneas, en Avellaneda y Lanús, bajo la responsabilidad del
pastor Antonio Arteaga,1 entonces evangelista asociado de la
Unión Austral, que presentaba seis temas semanales en ambos
lugares. Un gran público asistió a las conferencias iniciales.
Paulatinamente la asistencia se fue seleccionando,
permaneciendo como asiduos asistentes los más interesados.
El público llenó hasta los pasillos en ambas series de reuniones y,
gradualmente, la audiencia se convirtió en una asistencia regular
a medida que los más interesados acudían cada noche. Más de
cincuenta creyentes fueron bautizados como resultado de estas

1
Arteaga, “Evangelism in Buenos Aires, Argentina”, 16.
82
HABLA Y NO CALLES

dos series evangelísticas, y las semillas sembradas dieron como


resultado el comienzo de una nueva congregación.1
Junto a Arteaga trabajaba un equipo de 12 hombres, 6 de los
cuales habían sido cedidos por los campos misioneros de la
Unión Austral por un periodo de 4 meses, 6 de ellos trabajando
en Lanús y 6 en Avellaneda. Ya tenían en la segunda semana de
conferencias alrededor de 600 direcciones y estaban visitando
más de 100 estudios bíblicos concretados. “La preocupación era
saber dónde llevar esta gente, pues no tenemos en ese lugar una
iglesia y estamos sumamente preocupados por saber cómo
atender el interés que está siendo despertado, que sobrepasa a la
expectativa que nosotros teníamos al iniciar la campaña”,
comentaba el presidente de la asociación.2
Dos semanas más tarde, el 3 de abril, bajo la dirección del pastor
Juan Carlos Viera, se inició el segundo momento de la cruzada
“Buenos Aires para Cristo”. En un cine con capacidad para unas
500 personas, situado prácticamente en el centro geográfico de la
ciudad, el conferencista atrajo desde el principio el interés del
público que cuatro veces por semana se dirigía al salón para
escucharlo. En el curso de investigación bíblica que siguió a las
conferencias introductorias, se inscribieron 480 personas, de las
cuales 300 recibieron su diploma de asistencia y el presente de la
1
Enrique Chaij, “Preaching Christ in Buenos Aires”, Ministry Magazine, junio
de 1966, 11.
2
Eduardo Pereyra, “Primeras noticias de las campañas evangélicas”, South
American Bulletin, julio de 1965, 5.
83
HABLA Y NO CALLES

Biblia que habían usado durante las clases. Luego en el mismo


cine se realizó un culto sabático regular, tanto para los
interesados, como para los hermanos de la zona. De esta manera,
tal como se había previsto, nació una nueva iglesia en este sector
de la ciudad, conocido como Almagro.1
De este modo en 1965 cuarenta y cinco obreros y cientos de
instructores bíblicos laicos trabajaron con los tres evangelistas en
cuatro series de reuniones. Las salas alquiladas albergaron en total
a 1.400 personas. Los misioneros tenían en sus manos cientos de
direcciones de personas que debían visitarse, y anhelaban bautizar
muchos creyentes.2
Bajo la dirección del ahora evangelista de la Unión Austral,
Antonio Arteaga, se iniciaron una serie de reuniones
evangelísticas el 8 de marzo de 1966 en Santiago, la capital de
Chile. Los adventistas de Chile estaban muy agradecidos a la
Unión Austral por permitir que Arteaga ayudara a la Asociación
Centro Norte de Chile para celebrar esta serie de reuniones.
Antes de las reuniones, el pastor Arteaga visitó todas las iglesias y
grupos del área del Gran Santiago, invitando a la cooperación y el
apoyo de todos en la cruzada. El sábado anterior a la reunión de
apertura, todos los feligreses fueron invitados a participar en un
período de oración y ayuno de 24 horas. Las reuniones de

1
Enrique Chaij, “Buenos Aires Para Cristo”, Revista Adventista, febrero de
1966, 32.
2
Japas, “Evangelism in the Austral Union”, 18.
84
HABLA Y NO CALLES

evangelización se llevaron a cabo en dos lugares: el Teatro


Caupolicán y el estadio Maccabi, con tres reuniones semanales en
cada lugar. Las reuniones de sábado y domingo tuvieron una
asistencia promedio de 2.500 y 1.200. Después de
aproximadamente un mes de reuniones, más de 2.000 personas
ya habían solicitado literatura adventista y habían expresado
interés en las verdades bíblicas. De entre estos, 815 estaban
recibiendo estudios bíblicos. Dieciocho obreros y 12 estudiantes
de teología del colegio de Chillan ayudaron en esta serie
extraordinaria de reuniones evangelísticas. Muchos de los
miembros de la iglesia también cooperaron con gran entusiasmo,
trayendo a sus amigos y conocidos a las reuniones o
distribuyendo invitaciones.
Entre las personas que asistían a las reuniones había algunas tan
interesadas que a su vez llevaban a sus amigos. Una mujer había
llevado a unas 20 personas a las reuniones. Los coros de la iglesia
de La Paz y La Laguna, y también un coro de hombres
cooperaron con las reuniones. Incluso algunas embajadas
prestaron películas de sus países para el segmento cultural, que
junto con los coros matizaron todas las reuniones del pastor
Arteaga.1
La propaganda se realizó en base a un slogan liso y llano:
“Escuche a Arteaga”. Millares de cartulinas y carteles con este
slogan y las direcciones de los salones con los horarios

1
José Torres, “Evangelistic Meetings in Santiago, Chile”, Review and Herald, 26
de mayo de 1966, 17.
85
HABLA Y NO CALLES

correspondientes, invadieron las vitrinas de casi todo Santiago.


Almacenes, tiendas, bares, hoteles, oficinas, todo fue inundado
con este slogan. Los diarios y radios lo usaron también en su
propaganda.
Luego de tres semanas de conferencias el interés y la asistencia
aumentaban progresivamente, en especial en la Sala Maccabi
donde el ambiente era muy acogedor y de gran categoría. El
público parece haber gustado de la transición a los temas bíblicos.
Además, junto con iniciar los temas espirituales, se dio comienzo
a una serie de charlas médicas, dirigidas por el Dr. Arnaldo
Galano, que fueron del total agrado de los asistentes. Los coros
de las iglesias de Santiago participaron en forma brillante y
decisiva en relación al buen éxito de cada programa.1
El pastor M. Nigri testificó gratamente sorprendido que
Al comienzo de 1966 estuve en Santiago de Chile. Chile es
ahora una nueva unión, la más nueva que tenemos. Fuimos
allí para ayudar a elegir el lugar para la sede de la unión. Al
llegar me encontré con un evangelista, el pastor Antonio
Arteaga, nacido en México y educado en EE. UU. Estaba
conmoviendo la gran capital de Chile con dos series de
conferencias. Comenzó en el Teatro Municipal y después
alquiló dos salones. Llegó a tener 5.500 personas presentes
en estas dos series de conferencias. Después alquiló otro
teatro, nuevo y lindo, con 900 butacas, bien céntrico, junto

1
Joel Leiva, “Evangelismo en Santiago”, Revista Adventista, mayo de 1966, 14.
86
HABLA Y NO CALLES

al Palacio de Gobierno, y allí llevó a sus interesados, donde


los instruyó durante un año, los sábados de mañana y los
miércoles por la noche. En pocas semanas de reuniones ya
había bautizado 100 creyentes. Y, según supimos el interés
era tan grande que esperaba bautizar por lo menos 700
creyentes antes de fines del año 1966. Se proponía realizar
dos bautismos por semana y, al escribir estas líneas ya había
bautizado 304 creyentes y 1.000 estaban recibiendo
estudios bíblicos semanales.1

El primer bautismo se realizó el 30 de abril en el Teatro


Caupolicán. Sesenta y tres personas fueron bautizadas. Se estima
que más de 5.000 personas estuvieron presentes para presenciar
la ceremonia. A. Arteaga y su equipo de evangelización confiaban
en que su objetivo de 500 creyentes se alcanzaría como resultado
de esta cruzada. Las puertas estaban abiertas para el evangelismo
en Chile.2
Durante el primer mes de las reuniones, más de 3.500 personas
asistieron regularmente a escuchar las conferencias de Arteaga. El
interés en las reuniones continuó a medida que avanzaba la serie.
Para el primer bautismo dos pastores, Humberto Arias y Joel
Leiva, trabajando en turnos, bautizaron muchas personas. La

1
Moises Nigri, “Esto Es la División Sudamericana—I”, Revista Adventista,
agosto de 1967, 15.
2
N. W. Dunn, “Rich Harvest in Chile”, Review and Herald, 18 de agosto de
1966, 32.
87
HABLA Y NO CALLES

línea aparentemente interminable de candidatos impresionaron


tanto a la congregación que cuando se hizo un llamado a los que
deseaban el bautismo, 300 personas respondieron. En el segundo
bautismo, 32 personas se unieron a la Iglesia. 1 La serie de
reuniones y los bautismos resultantes fortalecieron a más de 16
iglesias y grupos en la capital de Chile al introducir en la iglesia a
669 nuevos creyentes.2 La responsabilidad de apacentar a los
centenares ya bautizados y de seguir estudiando con más de
quinientos que quedaban encaminados caería sobre los pocos
colaboradores que siguieran hasta el fin del año.
Aprovechando su estadía en Chile, Arteaga visitó la Iglesia de
Iquique donde tuviera un ciclo en 1964. Encontró que, de los
doscientos cuarenta bautizados, veintidós habían abandonado el
camino. Visitó algunos de ellos y pudo ver que no había mucha
esperanza de reconquistarlos. No obstante, agradecía a Dios por
los doscientos dieciocho firmes en la fe adventista después de dos
años de haber recibido el bautismo.
En Santiago con el ingreso de los nuevos miembros y la
tonificación que habían recibido los miembros antiguos, los
diezmos habían aumentado en un 20%. Antes de que terminase
la campaña, con el aumento de los diezmos quedaba cubierto

1
Arthur H. Roth, “Dateline Washington”, Review and Herald, 13 de octubre de
1966, 5.
2
Frank Kuntz, “Chile’s Largest Baptisms Add 669 in Santiago”, Review and
Herald, 14 de septiembre de 1967, 19.
88
HABLA Y NO CALLES

todo lo que se invirtió, el equivalente de 10 mil dólares. La visión


correcta se financia a sí misma.
Entre los nuevos conversos contaron a varios profesionales que
también eran profesores en la universidad y un buen número de
estudiantes universitarios y de los cursos secundarios. Algunos de
los conversos decidieron colportar y otros se estaban preparando
para ir a estudiar a Chillán.
Se logró organizar una nueva iglesia en pleno centro de Santiago,
y mientras procuraban un templo se reunieron en un teatro de
los mejores de la ciudad, con capacidad para 1.100 personas. El
problema de contar con templos adecuados era un serio
inconveniente en esta ciudad de dos millones y medio de
habitantes.1
El pastor Arteaga, después de ir a estudiar a Andrews, vuelve para
ser evangelista de la Unión Austral del 68 al 70, y tuvo un
ministerio fecundo.2 De allí retorna para ser pastor en California,
y luego Coordinador Hispano en Los Ángeles. Tiempo después

1
Moises Nigri, “Isto E a Divisão Sul-Americana”, Revista Adventista, abril de
1967, 9.
2
Antonio Arteaga, “Evangelizing Our Spanish Neighbors”, Ministry Magazine,
junio de 1959, 14-16; ídem., “Public Evangelism in Argentina”, Review and
Herald, 18 de julio de 1963, 21; ídem., “Eager Throngs Hear the Gospel in
Chile”, Review and Herald, 4 de junio de 1964, 16; ídem., “Evangelism in
Iquique, Chile”, Review and Herald, 20 de agosto de 1964, 16; ídem.,
“Evangelism in Buenos Aires, Argentina”, Review and Herald, 9 de septiembre
de 1965, 16.
89
HABLA Y NO CALLES

decide ser obrero de sostén propio en México haciendo varios


ciclos de conferencias hasta que se jubiló a los 66 años.
Su vida deja una lección acerca de la transmisibilidad de la
evangelización. ¡Un mexicano que aprende en Interamérica
métodos surgidos en Sudamérica aplicables también a
Norteamérica! No hay barreras ni fronteras para el evangelista
consagrado.

90
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Iglesia de San Bernardino organizada por el pastor Arteaga.


91
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Edificio de Manhattan donde hizo un ciclo el pastor Arteaga en


1968.

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Equipo misionero y publico esperando entrar en Iquique

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Asistencia al teatro

94
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Volante de invitación.

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El pastor Arteaga predicando en Santiago de Chile

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Predicando en Ciudad Obregón

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El pastor Francisco Priano ameniza la reunión con sus canciones

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Primeros ciclos en Argentina

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Uno de sus equipos en Argentina

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Equipo en Santiago

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Publico esperando entrar en Santiago

El pastor Arteaga predicando en el ciclo de Mac Allen, Texas.


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SALIM JAPAS Y UNA LECCIÓN DE REFINAMIENTO


METODOLÓGICO
Seguro de la posibilidad de refinar el legado recibido, en su tesis
doctoral, el pastor Salim Japas estudió la llamada “Nueva Escuela
de Evangelización Integral”, que se aplicó en muchos países de la
América Hispana y demostró ser bastante exitosa en su enfoque
evangelístico para los hispanoamericanos católicos romanos.1 El
pastor Japas buscó los fundamentos sociológicos, históricos y
teológicos para la evangelización en el contexto
hispanoamericano. Si bien este estudio no proporcionó la
respuesta a todos los problemas de evangelización que podrían
encontrarse en la América hispana, abrió un área adicional de
preocupaciones metodológicas para futuras investigaciones.
Para el pastor Japas, el secreto del crecimiento sudamericano se
debió a que los adventistas del séptimo día en América Latina
tienen la ventaja de poseer una herencia hispana común que
facilita el desarrollo de una metodología evangélica que puede ser
casi igualmente efectiva en todos los países hispanoamericanos.
Los lazos familiares son estrechos, y resistieron el asalto al estilo
de vida individualista de otras culturas. Esto hizo que la
evangelización sea numéricamente más efectiva. La Iglesia
Adventista del Séptimo Día en Hispanoamérica es el centro de la
vida social de la mayoría de los miembros de su iglesia. En

1
Japas, “A strategy for Seventh day Adventist public evangelism within a
Roman Catholic society context in Hispanic America”.
107
HABLA Y NO CALLES

consecuencia, fue posible desarrollar programas de largo alcance


porque los recursos humanos están disponibles y son confiables.
El pastor Japas hizo un esfuerzo por comprender mejor la teología
católica romana como un trasfondo para un más refinado
enfoque evangelístico adventista del séptimo día afín a los
católicos hispanoamericanos. Como resultado, se obtuvo una
comprensión de sus actitudes, necesidades y valores. Algunos han
tratado de investigar el tema del evangelismo analizando tres de
los aspectos más destacados: el mensaje, el mensajero y el método,
pero ignorando que las personas que son el objetivo del
evangelismo, junto con su entorno, constituyen la cuarta
dimensión de cada estudio auténtico y completo.
Para Japas, el año 1954 parece ser el punto de referencia de un
nuevo comienzo en la metodología de evangelismo. Walter
Schubert, quien conspicuamente ocupó el escenario
latinoamericano, se convirtió en secretario asociado de la
Asociación General Adventista del Séptimo Día con sede en
Washington, DC. Esto les dio a los jóvenes evangelistas
nacionales la oportunidad de probar sus propias técnicas.1 La
escuela de Schubert hizo valiosas contribuciones al progreso de la
metodología de evangelismo. Esto fue evidente en la
modificación inmediata del orden temático. Schubert decidió
avanzar de lo conocido a lo desconocido, de lo fácil a lo difícil. Su

1
Es interesante notar que para Japas el hecho de que una figura importante se
corra a tiempo favorece el crecimiento y desarrollo de nuevas generaciones de
evangelistas.
108
HABLA Y NO CALLES

intuición lo condujo por el camino correcto, aunque su idea de


un tema “fácil” para el católico era discutible. Schubert creía que
la segunda venida de Cristo era la doctrina más atractiva, fácil de
aceptar para el católico, y por lo tanto la colocó en primer lugar.
La nueva escuela de evangelismo integral desafió la validez de esta
posición. Los eventos escatológicos son, para el católico romano,
son remotos y no tienen un impacto inmediato en su vida. Era
necesario, por lo tanto, comenzar en otro punto. Para Japas, los
cambios introducidos por Schubert causaron una revolución en
la metodología, pero esta revolución se volvió radical con el
advenimiento de una generación joven de evangelistas. Nada se
derrumbó con la ida de Schubert, sino que se construyó sobre su
base.
Comparación entre el enfoque protestante y el enfoque de Schubert.

TOPICO ENFOQUE ENFOQUE DE


PROTESTANTE SCHUBERT
Terminología Adventista Más católica
Canto Utilizado No utilizado
congregacional
Oración pública Utilizado No en las primeras
noches
Ofrenda Cada noche Una o dos veces en
la campaña

109
HABLA Y NO CALLES

Partes musicales Vocal religioso Clásica-


instrumental
Presentación del Evangelista-pastor Conferenciante
orador
Orden de temas Doctrinal- Doctrinal-positivo-
apologético- escatológico
escatológico
Problema de Enfatizado No enfatizado
prejuicios
Anticristo Abierta presentación Presentación
indirecta
Temas Profético-doctrinales Social-profético
introductorios
Lugar Mayormente iglesias Auditorios-teatros
Virgen María Controversial No controversial

La nueva escuela de evangelismo integral se movió en dirección a


una nueva sensibilidad y flexibilidad que produce mayor
búsqueda de innovación en el evangelismo hispanoamericana,
pero no tuvo lugar en el vacío. Varios factores actuaron como
catalizadores. La migración de las masas a las grandes ciudades,
provocada por la industrialización, creó el marco adecuado para
la evangelización urbana. En todo el mundo, como veremos
110
HABLA Y NO CALLES

luego, las condiciones religiosas más favorables apoyadas primero


por el Consejo Mundial de Iglesias y luego por el Concilio
Vaticano II, moderaron el clima de intolerancia y abrieron las
puertas a la mentalidad abierta con respecto a la Biblia. La nueva
generación de ministros nativos, motivados por el fervor
evangelístico de la década anterior, comenzó a experimentar con
una metodología evangelística más refinada y relacionada con el
entorno hispanoamericano. Los intentos de estos jóvenes
evangelistas abrieron nuevas dimensiones, desconocidas hasta
entonces. Los resultados obtenidos marcaron la medida de su
éxito. Salim Japas fue parte de esta nueva generación que mejoró
lo recibido.

111
HABLA Y NO CALLES

112
HABLA Y NO CALLES

CARLOS AESCHLIMANN Y SU LECCIÓN DE


EVANGELISMO MASIVO
Carlos Aeschlimann nació el 3 de abril de 1930 en San Carlos,
Chillán, Chile, en el hogar de Alfredo Aeschlimann Boesch
(1904-1992) y Dolores Hernández, ambos de Chile. Fue
bautizado el 13 de noviembre de 1944, en Florida, Buenos Aires,
Argentina. Se casó el 22 de junio de 1952 con Elsa Lorena
Bishop (1931-2012). Lorena nació el 17 de marzo de 1931 en
Puiggari, Entre Ríos, Argentina. Hija de Benjamín Bishop
Neumann (Chile) y María Luisa Schimpf (Argentina), fue
bautizada en Córdoba, Argentina, en enero de 1947. Carlos y
Lorena Aeschlimann tuvieron dos hijos: Susana Esther
Aeschlimann Bishop (nacida el 31 de marzo de 1954, en La Plata,
Buenos Aires, Argentina) y Carlos Alfredo Aeschlimann Bishop
(nacido el 19 de agosto de 1956, en Tucumán, Argentina).
Carlos cursó sus estudios secundarios y superiores en el Instituto
Adventista de Porvenir, Santiago, Chile (1944-1945) y en el
Colegio Adventista de Chile, Chillán (1946-1949). Completó el
Curso Teológico en el Colegio Adventista del Plata (1950-1951),
Entre Ríos, Argentina. Ingresó a la organización adventista el 15
de febrero de 1952. Fue ordenado al ministerio pastoral el 11 de
enero de 1958.1

1
Roberto N. Rojas, “Como Marcha la Asociación Bonaerense”, Revista
Adventista, septiembre de 1952, 10.
113
HABLA Y NO CALLES

Se inició en la Asociación Bonaerense, como Instructor Bíblico


en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, Argentina
(1952-1953) y como encargado de la iglesia en la misma ciudad
(1954-1955). Aeschlimann comenzó a experimentar una nueva
forma de evangelización iniciada por el pastor Walter Schubert.
En La Plata dictó dos ciclos de conferencias de ocho meses de
duración cada uno.1
Continuó como pastor evangelista en la Misión Argentina del
Norte (1956-1962), en Tucumán (1956-1957) y Salta (1958-1959),
y como evangelizador de la Misión (1960-1961), dirigiendo ciclos
de conferencias en las ciudades capitales de San Miguel de
Tucumán, Salta, Formosa, Corrientes y Posadas, en Misiones.2

1
Mario Rasi, “Notas de Interés”, Revista Adventista, 1 de agosto de 1952, 16;
Carlos Aeschlimann, “Lo que Ha Hecho Dios”, Revista Adventista, 2 de
marzo de 1953, 14; ídem., “En la Ciudad Eva Perón”, Revista Adventista,
febrero de 1955, 9; Juan Tabuenca, “La Obra Evangélica en la Asociación
Bonaerense”, Revista Adventista, junio de 1955, 13.
2
Carlos Aeschlimann, “En el Norte Argentino”, Revista Adventista, julio de
1956, 13; Héctor J. Peverini, “Encouraging Advances in the Austral Union”,
South American Bulletin, enero de 1957, 2, 5; Francis Nichol, “In Brief”,
Review and Herald, 11 de octubre de 1956, 26; Kenneth Emmerson, “Divine
Dividends in Argentine”, Review and Herald, 16 de diciembre de 1957, 16; J.
A. Buckwalter, “A Few High Lights of the Autumn Council”, Ministry
Magazine, enero de 1957, 14; Beach, “Progress in the Austral Union South
America”, 21; Conrado Visser, “Un Congreso de Jóvenes en Tucumán”,
Revista Adventista, enero de 1958, 16; Samuel Alberro, “La Obra en
Tucumán”, Revista Adventista, marzo de 1958, 11; Carlos Aeschlimann, “Los
Activos JMV de Tucumán”, Revista Adventista, mayo de 1958, 14; Olson,
114
HABLA Y NO CALLES

Regresó a la Asociación Bonaerense como evangelizador (1962-


1965)1 y completó su servicio en la División Sudamericana como
evangelizador de la Unión Austral (julio 1965-1966),2 campo que
comprendía Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. En el legajo
de servicios dejó registrada su vocación por la evangelización.
Su próximo destino de trabajo fue la División Interamericana.
Aeschlimann sirvió como Evangelizador y Secretario de
Temperancia de la Unión Mexicana (1967-1971) antes de asumir
tareas administrativas. Fue Secretario Ejecutivo de la Unión
Mexicana (1972), presidente y evangelista de la Unión

“Salta, Argentina Church Dedicated”, 2; Juan Riffel, “Congreso de la Misión


del Norte”, Revista Adventista, mayo de 1959, 11; Orval Scully, “Bautismos
en la Misión del Norte”, Revista Adventista, abril de 1960, 13; Carlos
Aeschlimann, “Noticias de Salta”, Revista Adventista, abril de 1960, 14; ídem.,
“'Please, Send Him Soon!”, Mission Quarterly, tercer trimestre de 1961, 8.
1
David Gullón, “Actividades de la iglesia de Morón”, Revista Adventista,
febrero de 1963, 16; Carlos Aeschlimann, “Inauguración del Templo de
Tandil”, Revista Adventista, mayo de 1963, 18; Sergio Collins, “El
Evangelismo en la Asociación Bonaerense”, Revista Adventista, enero de
1964, 15; Carlos Aeschlimann, “Memorable Victoria en La Plata”, Revista
Adventista, mayo de 1964, 16; James Aitken, “Has Anyone Told You These
News?”, South American Bulletin, de abril de 1964, 3; Carlos Aeschlimann,
“Interview With A Bishop”, South American Bulletin, julio de 1965, 5.
2
Carlos Aeschlimann, “Dinamizando la Unión Austral”, Revista Adventista,
enero de 1967, 12; James Aitken, “A New Church in Argentina Built as the
Outgrowth of Our Medical Work”, Review and Herald, 17 de agosto de 1961,
17; Carlos Aeschlimann, “Nuestro Sanatorio”, Revista Adventista, junio de
1959, 12.
115
HABLA Y NO CALLES

Centroamericana (1972-1975),1 y Secretario Ministerial de la


División Interamericana (1975-1985).1

1
Pedro Arano, “Mexican Union Prepares for Major Evangelistic Crusade”,
Inter American Division Messenger, 1 de diciembre de 1964, 4; Roy Williams,
“Evangelistic Crusade in Mexico City”, Ministry Magazine, marzo de 1965,
14; ídem., “Evangelistic Crusade Held in Merida, Mexico”, Review and
Herald, 18 de julio de 1968, 17; Carlos Aeschlimann, “Merida Shaken by the
Gospel”, Inter American Division Messenger, 1 de julio de 1968, 11; ídem.,
“First Baptism in Merida Crusade”, Inter American Division Messenger, 1 de
agosto de 1968, 2; ídem., “Radio Evangelism in Mexico”, Inter American
Division Messenger, 1 de noviembre de 1968, 4; ídem., “488 Baptised in
Merida Campaign”, Inter American Division Messenger, 1 de diciembre de de
1968, 4; Eduardo Perez, “Two Centenarians Baptised in Mexico”, Inter
American Division Messenger, febrero de 1969, 1; Silvia Powers, “From Here
and There”, Inter American Division Messenger, 1 de agosto de 1964, 2; R. S.
Watts, “Evangelistic Success in Mexico City”, Review and Herald, 1 de abril de
1965, 32; Carlos Aeschlimann, “Mexican Crusade Yields Fruit”, Inter
American Division Messenger, 1 de abril de 1965, 2; R. S. Watts, “Mexico City
Effort Already Wins 435”, Review and Herald, 23 de septiembre de 1965, 24;
C. E. Guenther, “Mexican Union Holds Laymen’s Congress”, Review and
Herald, 24 de agosto de de 1967, 15; D. H. Baasch, “Evangelism in Mexico
City: 1,600 in Baptismal Class”, Review and Herald, 28 de diciembre de 1967,
24; Silvia Powers, “News Briefs”, Inter American Division Messenger, 1 de
octubre de 1967, 11; Roy Allan Anderson, “The Light of Truth Burns
Brightly in Mexico”, Review and Herald, 28 de marzo de 1968, 16; Carlos
Aeschlimann, “Mexico City Effort Results in 435 Baptisms”, Ministry
Magazine, octubre de 1965, 14; ídem., “From the Mexican Union”, Inter
American Division Messenger, enero de 1968, 6; ídem., “Plans for Greater Soul
Winning in Mexico”, Inter American Division Messenger, abril de 1968, 3.
116
HABLA Y NO CALLES

En 1979 completó 25 años en la evangelización y 50 campañas


evangelizadoras, siendo la de Bogotá una de sus más
emblemáticas series.2 Como evangelizador, introdujo

1
Carlos Aeschlimann, “Evangelism in Inter-America”, Ministry Magazine, julio
de 1976, 23; ídem., “Record Number Baptized in San Jose, Costa Rica”,
Review and Herald, 5 de agosto de 1976, 16; Kenneth Wood, “News Notes
From the World Divisions”, Review and Herald, 11 de mayo de 1978, 20;
Carlos Aeschlimann, “Three-month crusade brings 250 into Maracaibo
church”, Review and Herald, 13 de julio de 1978, 17; ídem., “Some SDA
Quake Victims Go Home”, Review and Herald, 29 de marzo de 1973, 24;
Demetrio Olaciregui, “310 baptized in Managua”, Review and Herald, 21 de
septiembre de 1978, 16; Kenneth Wood, “News Notes from the world
divisions”, Review and Herald, 13 de septiembre de 1979, 45; ídem., “News
Notes from the world divisions”, Review and Herald, 24 de mayo de 1979, 28;
B. L. Archbold, “1,500 baptized on a weekend”, Review and Herald, 29 de
mayo de 1980, 18; Robert Folkenberg, “El Salvador crusade makes history”,
Review and Herald, 2 de agosto de 1979, 18; Carlos Aeschlimann, “El
Salvador is still making history”, Ministry Magazine, diciembre de 1980, 15;
Kenneth Wood, “News Notes from the world divisions”, Review and Herald,
31 de enero de 1980, 28; William G. Johnsson, “The Back Page”, Review and
Herald, 10 de junio de 1982, 23; ídem., “The Back Page”, Review and Herald,
8 de julio de 1982, 24; Carlos Aeschlimann, “Evangelistic strategy meeting
held at IAD headquarters”, Review and Herald, 2 de septiembre de 1982, 14;
George Brown, “The challenge of a new conquest: Report of the Inter-
American Division presented Thursday, July 4, 1985”, Review and Herald, 5
de julio de 1985, 5; Carlos Aeschlimann, “Evangelism in Mexico City wins
1,207”, Review and Herald, 19 de mayo de 1983, 22; ídem., “SDAs launch
nationwide crusade”, Review and Herald, 16 de mayo de 1985, 33.
2
J. G. Nikkels, “400 Won in Bogota Crusade”, Ministry Magazine, julio de
1972, 11. Las conferencias se llevaron a cabo en un auditorio de 3.000
asientos en el recinto ferial internacional. Aproximadamente seis semanas
117
HABLA Y NO CALLES

metodologías más amplias con campañas nacionales y escuelas


prácticas de evangelización. Ocasionalmente fue profesor visitante
de evangelización en seminarios adventistas. Su ministerio habría
de proyectarse al campo mundial por ocho años, al ser elegido
Secretario Ministerial Asociado y Evangelizador de la Asociación
General (1985-1993).1

después de la conferencia inicial, el evangelista había llegado a un punto


crucial en su serie de reuniones: la transición a las verdades de prueba
después de la presentación de esas doctrinas comunes con otros cristianos. El
evangelista fue invitado al Salón Elíptico del capitolio nacional, donde los
senadores debaten las leyes, y los presidentes de Colombia juran, a fin de
predicar un sermón sobre la única esperanza del mundo para la década de los
setenta. Entre los casi 3.000 oyentes hubo docenas de funcionarios de alto
rango, representantes de las fuerzas armadas y ciudadanos prominentes. La
música especial no fue presentada por un coro de la iglesia, sino por la
Banda Sinfónica de la Policía Nacional, bajo la dirección de un famoso
maestro colombiano. Aunque el plan era alquilar el famoso Teatro Colón,
justo enfrente del palacio presidencial, esta solicitud fue rechazada. Sin
embargo, un funcionario del gobierno, amigo cercano del director laico de
relaciones públicas, ofreció sus servicios para obtener de forma gratuita el
salón más prestigioso y magnífico que pudieran encontrar en cualquier lugar
del país para predicar el mensaje del reinado de Cristo. Ver además, J. G.
Castro, “Many Attend First Meeting of Campaign”, Review and Herald, 25 de
marzo de 1971, 17; J. G. Nikkels, “Public Evangelism in Bogota, Colombia”,
Review and Herald, 6 de mayo de 1971, 42; e ídem., “400 Won in Bogota
Crusade”, 3.
1
Carlos Aeschlimann, “Harvest ’90 off to good start”, Review and Herald, 14 de
noviembre de 1985, 31; William G. Johnsson, “Newsbreak”, Review and
Herald, 27 de febrero de 1986, 6; Carlos Medley, “Worldview”, Review and
Herald, 15 de mayo de 1986, 19; William G. Johnsson, “Carlos
118
HABLA Y NO CALLES

Carlos Aeschlimann alternaba sus tareas como conferenciante


con la preparación de artículos y otros materiales para su
publicación, entre ellos el popular cursillo bíblico La fe de Jesús.1
Grabó también programas para radio y televisión.2 El pastor
Carlos Aeschlimann se retiró en agosto de 1993, a los 63 años,
con más de 40 años de servicio. Al jubilarse hizo planes de
permanecer en los Estados Unidos.

Aeschlimann: Sowing Seeds for Harvest 90”, Review and Herald, 22 de mayo
de 1986, 18; Carlos Aeschlimann, “Munich Responds to Public
Evangelism”, Review and Herald, 11 de septiembre de 1986, 28; Carlos
Medley, “Wilson Calls Church to Adopt Global Strategy”, Review and Herald,
30 de octubre de 1986, 8; Carlos Aeschlimann, “A Strong Start for Harvest
90”, Review and Herald, 6 de noviembre de 1986, 25; ídem., “New York
Churches Unite in Yearlong Campaign”, Review and Herald, 7 de mayo de
1987, 34; William G. Johnsson, “Newsbreak”, Review and Herald, 7 de mayo
de 1987, 6; Carlos Medley, “California Member Sounds the Call to ExcElena
dece”, Review and Herald, 28 de abril de 1988, 6; Carlos Aeschlimann,
“Toward The Culmination of Harvest 90”, Ministry Magazine, octubre de
1988, 10. Salim Japas, “Megamexico ’89 Seeks to Reach 20 Million”, Review
and Herald, 15 de diciembre de 1988, 18; Carlos Aeschlimann, “Harvest 90
Hits the Home Stretch”, Review and Herald, 28 de diciembre de 1989, 6;
ídem., “Harvest 90 victory”, Ministry Magazine, febrero de 1989, 4; Leo
Ranzolin, “Visit Reveals Increasing Growth”, Review and Herald, 5 de
septiembre de 1991, 28.
1
Daniel Plenc, “El Autor de ‘La Fe de Jesús’”, disponible en
http://revistaadventista.editorialaces.com/ 2018/08/07/autor_fe_jesus/
(consultado el 7 de agosto de 2018).
2
Carlos Aeschlimann, “News Briefs”, Inter American Division Messenger, 1 de
junio de 1968, 11.
119
HABLA Y NO CALLES

El evangelista presentaba la siguiente secuencia: a. Temas sociales:


Delincuencia juvenil; El hogar; Educación de nuestros hijos;
Felicidad; Salud mental; Alcohol; Tabaco; Problemas enfrentados
por la juventud. Temas cristianos: La existencia de Dios;
Jesucristo; La Biblia; Oración; El origen del pecado; El plan de
salvación; Arrepentimiento y Confesión; Justificación;
Santificación. Temas escatológicos: Daniel 2; La segunda venida
de Cristo; Señales; La tierra nueva. Temas distintivos: Los
mensajes de los tres ángeles; El juicio; La Ley; El sábado. Temas
eclesiológicos: los 2.300 días; La historia de la verdad; La iglesia
primitiva; La caída de la verdad; La verdad restaurada; La Iglesia
Adventista. Temas de la vida futura; El misterio de la muerte; la
Resurrección; La nueva vida. Temas de fortalecimiento:
Principios para una vida saludable; Espíritu de profecía; Diezmo;
Organización de la iglesia. Temas de decisión.1 En todas sus
campañas gano 6.750 personas.
Generalmente usaba tres tipos de campañas evangelísticas:
1. La gran campaña: Generalmente en la capital de una nación
u otra ciudad importante. Este tipo de campaña requería un
presupuesto bastante grande y no menos de 25 obreros.
Siempre tomaba la forma de una campaña múltiple que
involucraba el área total de la ciudad. El evangelista era el jefe
de un equipo de conferenciantes. Duraba entre 8 y 12
semanas.

1
W. R. Beach, “Confidence in a Completed World Mission”, Review and
Herald, 3 de octubre de 1968, 14.
120
HABLA Y NO CALLES

2. La campaña de tamaño mediano: realizada con 12 a 20


colaboradores. El plan era similar que el de la campaña
grande.
3. La campaña breve de cosecha: realizada con 5 a 10 ayudantes.
Duraba entre 10 y 30 días. El campo debía estar bien
preparado de antemano. El propósito de esta campaña fue
obtener decisiones y cosechar.

Como Secretario Ministerial de la División Interamericana, el


pastor Carlos E. Aeschlimann realizaba un esfuerzo grande o
mediano y tres o cinco campañas cortas cada año.
Una cruzada evangelística tiene varios propósitos y objetivos
principales:
1. Para fortalecer el trabajo de la iglesia en una ciudad.
2. Ganar cientos de creyentes para Cristo.
3. Organizar varias iglesias y congregaciones nuevas.
4. Funcionar como una escuela de evangelismo para el equipo de
obreros.
5. Obtener un reavivamiento espiritual y misionero entre los
miembros de la iglesia.
6. Dar prestigio a las iniciativas evangelísticas en la Unión y
locales.

121
HABLA Y NO CALLES

Aeschlimann enseñó que cuando una cruzada es grande y se lleva


a cabo en una ciudad importante, se realizan simultáneamente
otras tres o cuatro series. Además, todas las iglesias y
congregaciones de los alrededores participan, directa o
indirectamente, en la campaña. Se organiza un equipo de
evangelistas. El evangelista jefe imparte dos o tres conferencias
por semana en cada uno de los lugares más importantes. Las otras
conferencias son impartidas por evangelistas asociados.1
Su lección de evangelismo masivo es un ejemplo de la fuerza que
tiene una campaña en la cual varios golpean juntos al mismo
tiempo.

En el Teatro de Mérida, 1400 al comenar.

1
Japas, “A strategy for Seventh day Adventist public evangelism within a
Roman Catholic society context in Hispanic America”, 140-149.
122
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Tres mil en el Teatro Internacional de Mexico

123
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Con el staff misionero de Mexico

124
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Publico en un centro de reuniones en Mexico

Converso de 101 años en Mérida

125
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Equipo en Mérida

126
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Entrevista con el presidente de Colombia

127
HABLA Y NO CALLES

El mensaje y el mensajero

128
HABLA Y NO CALLES

Hablando en el Congreso de Colombia

129
HABLA Y NO CALLES

Junto a grandes ganadores de almas

Reconociendo a cien laicos que anotaron 3000 interesados


130
HABLA Y NO CALLES

Conferencias varias para crear el ambiente para la campaña

El pastor Carlos Aeschlimann a fines de los 70.

131
HABLA Y NO CALLES

EVANGELISMO DE ARRIBA A ABAJO: LA LECCIÓN DE


DANIEL BELVEDERE
Durante seis años de la década de los apos 80 se le pidió al pastor
Daniel Belvedere que trabajase tiempo integral en la
evangelización de las clases altas, la clase generalmente olvidada.
La mayoría de las experiencias fueron con auditorios numerosos,
pero una de ellas fue con un grupo pequeño de participantes.
Ambos estilos exhiben realidades estimulantes del pensamiento
creativo.
Los intereses de una población pueden diferir de los de otra,
aunque se trate de ciudades vecinas. Además, una ciudad
resistente al evangelio puede tornarse receptiva, y viceversa. Esas
realidades sugieren la importancia de hacer estudios de campo
antes de establecer la estrategia de campañas costosas y
sacrificadas. Los casos de La Paz y de Brasilia aportan algunos
elementos para la reflexión.
La ciudad de La Paz, Bolivia, suele ser receptiva al evangelio, por
lo que pareció innecesario efectuar un estudio de campo previo a
la campaña metropolitana múltiple. El ciclo comenzó con un
seminario para dejar de fumar al que asistieron solamente 60
personas. Después de evaluar la situación, se decidió hacer una
encuesta; ésta reveló que los paceños fuman poco, pero están
preocupados por la drogodependencia. Además, y contrariamente
a los intereses detectados en Buenos Aires, estaban interesados en
participar en seminarios relacionados con la familia. Los
resultados de la encuesta ayudaron a darle el rumbo debido a la

132
HABLA Y NO CALLES

campaña metropolitana múltiple, lo que permitió bautizar 1.300


personas. En el centro de evangelización dedicado a la clase
media alta se formó una iglesia con creyentes provenientes de
dicho estrato.
Algunos meses antes de lanzar la campaña metropolitana
múltiple de Brasilia (1993) Belvedere quiso ver cómo
reaccionarían las clases altas cuando fuesen invitadas a participar
de sus seminarios. Se los invitó a participar de uno acerca de “La
Salud por Medio de la Naturaleza” en la sala del Hospital Golden
Garden, que gozaba de prestigio en la ciudad. Participaron 120
personas.
Un estudio de campo limitado mostró a Brasilia como una
ciudad administrativa con muchos profesionales, administradores
y funcionarios públicos oriundos de todo el Brasil. La ciudad es
descentralizada, con pocos puntos de contacto espontáneo
necesarios para mantener la sociabilidad brasileña. Esta situación
parecería haber acentuado los sentimientos de desarraigo de los
migrantes, aumentando el índice de alcoholismo, divorcios,
neurosis y suicidios.
El análisis mostró la conveniencia de organizar un seminario
sobre “Autoterapia de los Conflictos Emocionales”. Se escogió el
mismo salón del seminario anterior. Se esperaba tener 150
participantes, pero se inscribieron 1.050 personas de las clases
altas y 8 de los estratos inferiores. Eso obligó a repetir el evento
cuatro veces, utilizando los auditorios más prestigiosos de la
ciudad. Finalmente se cerró la inscripción porque la afluencia de
133
HABLA Y NO CALLES

público desbordaba la capacidad de trabajo del equipo


evangelizador.
Las experiencias llevadas a cabo mostraron que el uso del aula
magna de las universidades, como así también los salones de
asociaciones profesionales, facilitaba el acceso a las clases altas e
intelectuales, porque tendrían un prestigio equivalente al estrato
que se pretendía evangelizar. Por otra parte, el uso de las
universidades católicas pareció disminuir los prejuicios iniciales
del sector católico.
En Recife (1991) iniciaron las actividades con tres seminarios
simultáneos para dejar de fumar. Uno en horario matutino, en el
aula magna de la Facultad de Medicina de la Universidad del
Estado de Pernambuco, otro en el aula magna de la Facultad de
Economía de la misma universidad y el tercero a la noche, en el
aula magna de la Universidad Católica. Entre los tres seminarios
participaron más de 600 personas. A la semana siguiente se
desarrolló un seminario de control del estrés en la Universidad
Católica, llenando las 400 butacas del aula magna con público de
clase media alta.
A la tercera semana se entró en la fase central de la campaña. Se
había contratado la sala principal de un hotel de cuatro estrellas,
pero que estaba ubicado en un sector de alta peligrosidad y
prostitución. Como resultado de ello, solamente asistieron 27.
Después de evaluar la situación, se contrató el centro de
convenciones de un hotel de cinco estrellas, ubicado en un área
residencial con garantías de seguridad y que gozaba de prestigio
134
HABLA Y NO CALLES

entre las clases altas. Se reinició la campaña con la misma


programación (pero en el lugar adecuado) y asistieron más de 700
participantes de las clases altas.
Los templos también seleccionan el tipo de asistencia. Cuando se
trata de gente que tuvo una movilidad ascendente reciente y que
conserva vivencias de clase media, o de clase media baja, es
probable que no se sienta tan molesta por asistir a templos
pobres. Sin embargo, si son personas cuyo estatus familiar es alto
podrían sentir la necesidad emocional de asistir a un templo
sobrio, de buen gusto, que les permita sentirse en su ambiente.
Esos templos no necesitan ser grandes, pero deberían ser
estéticamente atractivos.
La clase media alta sabe que todo evento importante cuenta con
el auspicio de entidades prestigiosas. Cuando se cuenta con ellas,
los medios de difusión tienen mejor disposición a divulgar los
seminarios. Como ilustración se ofrecen tres ejemplos:
En Recife se contó con el auspicio de la Universidad del Estado
de Pernambuco. Esto pudo haber influido sobre el periodismo
que se disputaba la noticia. Fortaleza (1992), capital de un estado
limítrofe con Pernambuco, es poco receptiva al adventismo; por
lo tanto, era necesario contar con el auspicio de entidades
prestigiosas, pero no lo hubo. Quizá eso haya influido para que el
periodismo ignorara los eventos.
En Brasilia (1993) la organización Golden Cross, propiedad de
un empresario adventista, aceptó auspiciar los seminarios,
colaborando en los contactos periodísticos, lo que dio acceso a
135
HABLA Y NO CALLES

muchas entrevistas y reportajes por televisión, radios y diarios.


Esto permitió realizar una serie de eventos previos a la fase central
del ciclo en lugares como el Supremo Tribunal de Justicia, el
Centro de Entrenamiento del Distrito Federal, el Colegio de
Abogados y el Centro de Convenciones del Distrito Federal. La
campaña culminó en el Mausoleo de Juscelino Kubitschek. De
dichos eventos participaron las clases altas de la sociedad,
incluyendo la viuda del ex presidente Kubitschek.
En este tipo de campañas se prefirió acceder a las noticias y
reportajes periodísticos más que a los avisos pagos, porque se
supone que los primeros reflejan el punto de vista de los medios
de comunicación. Para conseguirlo, siempre que fue posible se
trató de contar con expertos en relaciones públicas que
contactasen al periodismo con suficiente anticipación.
En ocasiones se empleó el envío de invitaciones por correo,
utilizando las listas cedidas por las asociaciones o colegios de
profesionales. Se trató de seguir el consejo de los que manejan el
marketing de eventos seculares. Ellos dicen que ese método es
más eficaz cuando se envían hasta cinco cartas, espaciadas en un
período de tiempo prudencial.
Un problema que costó resolver fue el de los recursos humanos
adecuados. Los mejores pastores suelen estar recargados y es
difícil distraerlos por un período de tiempo razonablemente
prolongado. La mayoría de los integrantes del equipo fueron
estudiantes de teología a quienes los asistentes, que están
acostumbrados a buscar la ayuda de especialistas, veían como
136
HABLA Y NO CALLES

inexpertos. Normalmente esos jóvenes tuvieron éxito con


aquellos que habían tenido una movilidad ascendente, pero les
fue difícil abordar a los demás. Quizá por eso la mayoría de las
personas de clase media alta y de clase alta que se bautizaron
hicieron su decisión cuando los visitó Belvedere personalmente.
Eso lo llevó a pensar en la conveniencia de formar un equipo de
oradores para que ellos apareciesen como profesionales aptos
para aconsejar.
Después de comprobar que la clase media alta no se interesaba en
los métodos tradicionales de evangelización, se incursionó en el
área de los seminarios en los mismos centros de convenciones a
los que ellos asisten. Se trató de adoptar las formalidades de los
seminarios profesionales en cuanto a inscripción, recepción y
ambiente físico de los eventos. Cuando fue posible, se formaba
un equipo de oradores, teniendo a cada uno de ellos como
especialista en un área de los temas tratados. Sin embargo, como
los seminarios duraban varias semanas, se asemejaban más a
cursos. Con todo, no hubo resistencia a esa variante. El problema
fue con la agenda de compromisos de la población blanca. Para
solucionar esa dificultad, se desarrollaban dos seminarios
paralelos, dedicándoles tres noches por semana a cada uno.
Algunos no pudieron asistir; hubo quienes lo hicieron
intermitentemente, pero otros participaron de todas las sesiones.
Durante unos diez años se cobró una suma moderada de dinero
como inscripción a los diversos seminarios para las clases altas.
Esto aumentó la asistencia, quizá por dos motivos:

137
HABLA Y NO CALLES

1.El arancel seleccionaba el nivel de los participantes. Esta actitud


no discriminaba a las clases bajas ya que ellos podían asistir a los
centros de predicación gratuitos de la campaña metropolitana
múltiple ubicados en diferentes puntos de la ciudad.
2.Los seminarios gratuitos bien publicitados, que producen gastos
significativos, suscitan la pregunta: ¿Quién está detrás de todos
estos gastos? ¿Con qué secta podría involucrarme? En cambio,
cuando los seminarios son pagos y tienen el auspicio de entidades
conocidas y respetables, esta preocupación disminuye.
En 1992 el pastor Belvedere condujo una campaña metropolitana
múltiple en la ciudad de Montevideo, Uruguay. El centro
escogido para las clases altas fue el salón de un hotel cerca de
Carrasco. El grupo de participantes fue reducido y no tenía
vinculación previa con la Iglesia Adventista. En el momento de
mayor asistencia hubo unos veinticinco asistentes, pero el grupo
se estabilizó en dieciocho participantes.
La estrategia adoptada fue la siguiente: en lugar de un sólo
expositor se constituyó un equipo de oradores que incluyó a los
instructores bíblicos. Cada noche tenía como co-expositores a dos
de ellos. En cada sesión del seminario se dividía a los
participantes en grupos de cuatro o cinco personas. En los
grupos, los participantes aumentaban la comprensión de los
temas y resolvían las dudas que se suscitaban. Esos grupos
pequeños crearon una atmósfera de amistad y de pertenencia al
grupo, que naturalmente se derivó luego a la iglesia.

138
HABLA Y NO CALLES

Los coordinadores de los grupos eran los co-expositores. Eso les


permitió tener contacto diario con los interesados y conocer las
reacciones despertadas por los temas. Cuando estos oradores
asociados visitaban los hogares se vio que eran mejor recibidos
que los instructores de las campañas tradicionales. Las evidencias
sugieren que su posición como expositores de los temas les
otorgaba cierto grado de respeto, el cual, sumado a la amistad
surgida en los grupos pequeños, facilitaba la visitación y los
estudios bíblicos personales.1
Belvedere, quien también fuera director de Ministerios Personales
de la División Sudeuropea, tuvo el mérito de poner el
evangelismo al alcance de laicos y pastores comunes tanto como
de las clases altas. Su estilo fue tan sencillo que muchos perdieron
el miedo al evangelismo. Al contrario, descubrieron que ese
recurso no era sólo para unos pocos privilegiados y superdotados.
Fue un extraordinario expositor de las doctrinas adventistas, fiel a
su visión hermenéutica fundacional. Ninguno lo antecedió en la
exposición tan clara para la gente común de las creencias
adventistas fundamentales. En algunas oportunidades levantaron
carpas inflables que, aunque eran más caras, permitían atraer a
mayor número de gente refinada. Con ese fin pasó a ser
costumbre invitar a médicos adventistas que daban cortas charlas
de salud antes de la conferencia y, a veces, las conferencias
iniciales para romper prejuicios, aprovechando el renombre tan

1
Ibid., 144-155.
139
HABLA Y NO CALLES

grande que tenían los sanatorios adventistas. El brazo derecho de


la iglesia se hacía presente con buenos resultados.1
La influencia de Belvedere sobrepasó los multitudinarios ciclos
metropolitanos ideados y probados por él mismo. Logró
versatilidad ante públicos populares o sofisticados. Ideó
materiales y seminarios que facilitaran la evangelización pública y
personal de parte de sus colegas y hermanos. De este modo
capturó peces y preparó pescadores, generando un ciclo virtuoso
en la evangelización. Combinó lo mejor de Schubert, su
sensibilidad respecto del sentir católico, con las ideas
promocionales y metodológicas de Cleveland,2 además de sus
propias contribuciones originales.
De este modo su abordaje evangelizador expresó un menú amplio
y variado, capaz de interesar a todas las clases sociales en las
principales ciudades de Sur, Norteamérica e incluso Europa. De
alguna manera, con sus innovaciones, liderazgo e influencia, llevó

1
Alberto R. Treiyer, “Tendencias Evangelísticas Adventistas”, disponible en:
http://www. adventistdistinctivemessages.com/Spanish/articulos.html
(consultado el 11 de agosto de 2018).
2
Ernest Eugene Rogers, “A Study Of The Evangelistic Methodology And
Preaching Of Edward Earl Cleveland” (PhD Dissertation, Michigan State
University, 1967). Para ese entonces las conferencias eran maratónicas en
Sudamérica, todas las noches durante 90 días seguidos. La TV ya existía,
pero no estaba tan extendida, ni eliminaba el deseo de la gente de salir de la
casa. Los temas eran doctrinales, pero con títulos curiosos, tomados algunos
del pastor Cleveland quien hasta de anciano era invitado a los campestres en
EE.UU., para dar su testimonio.
140
HABLA Y NO CALLES

el método de Schubert a su máxima expresión, mostrando como


el evangelismo puede y debe ir de arriba abajo. Aún queda
mucho pueblo por conquistar en las ciudades.

141
HABLA Y NO CALLES

Promoviendo seminario para clases altas

Pastor Balvedere bautiza un ex diputdo en Córdoba.

142
HABLA Y NO CALLES

EPÍLOGO
El pastor William H. Branson, ex presidente de la Asociación
General, declaró que "antes de que la obra pueda ser terminada y
Jesús venga, estas ciudades deben ser trabajadas. Hay que atraer la
atención de las masas humanas que recorren sus calles y se
agolpan en sus mercados, y hay que ponerlas cara a cara con el
mensaje de verdad de Dios. Este trabajo debe ser realizado por el
predicador vivo. En el salón, en el teatro, en la carpa y en la calle,
debe ir y proclamar el mensaje a las multitudes. Nuestros
colportores, médicos, enfermeras, líderes de departamentos, y
cada miembro de la iglesia, joven y viejo, deben ayudar; pero el
evangelista debe dirigir el camino”.
Este libro ha destacado las lecciones de la evangelización
entendida como el proceso de llevar a una persona de su
condición secular a la membresía comprometida con el
adventismo. Algunos suponen que el evangelismo público
extenso es una pieza de museo y han redefinido el evangelismo
como un evento breve de siembra o cosecha, suponiendo que se
puede lograr lo mismo con menos trabajo e inversión económica.
Sin desmerecer todas las modalidades necesarias para la misión
evangelizadora, si el evangelismo va a ser en verdad la misión
principal del ministerio adventista, es necesario recuperar la
visión original, profunda y abnegada. Los valores cristalizados por
los predicadores considerados siguen vigentes.

143

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