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UN NUEVO TIPO DE EVANGELISMO

A medida que la segunda mitad del siglo veinte rompía el alba, un nuevo tipo de
evangelismo público estaba emergiendo en la escena Adventista. La campaña de
cinco o seis meses había sido ampliamente atrincherada en la mentalidad
Adventista de medio siglo. Era la única forma de hacer las cosas. Sin embargo,
pocas personas estaban asistiendo a estas reuniones extensas, debido a la
llegada de las películas cinematográficas y especialmente a la TV. El evangelista
ya no era más la atracción principal de la zona.

Uno de los evangelistas más energéticos e innovadores que la Iglesia Adventista


ha visto por algún tiempo repentinamente apareció en la escena de acción. Su
nuevo estilo de evangelismo cambiaría radicalmente la forma como los
Adventistas practicarían el evangelismo público por los próximos cincuenta años.
Su nombre era Fordyce Detamore.

Detamore teorizó que podría ganarse a más personas si predicaba en más


lugares. Él podría hacer esto solamente acortaba sus campañas. Detamore
también notó que había una gran necesidad por alcanzar a ex-adventistas. Ellos
no necesitaban una campaña de cinco o seis meses. Ya conocían el mensaje –
solamente necesitaban la reconversión. Así que Detamore comenzó a dirigir
campañas de tres semanas para alcanzar a estas personas.

Obviamente, Detamore, recibió mucha crítica. ¿Cómo podría hacer Adventistas en


tres semanas? Aún así, cuando uno entiende su blanco de ex-adventistas , su
estrategia hacía sentido. Y nadie podía alegar con su éxito. Pronto otros
evangelistas comenzaron a copiar la estrategia de Detamore.
Desafortunadamente, no copiaron su público. En lugar de eso, intentaban cubrir el
mensaje completo para las nuevas personas en tres cortas semanas, predicando
cada noche de la semana.

Los evangelistas, con el tiempo, extendieron la campaña a cinco o seis semanas,


lo cual sigue siendo la práctica en el siglo XXI de la Iglesia Adventista. Las dos
semanas extras habilitaban suficientes noches para mantener a una multitud y
además tener tiempo para cubrir el material necesario para presentar el mensaje
Adventista completo. Interesantemente, la estrategia de las cinco o seis semanas
es en realidad un retroceso al siglo veinte temprano, antes que la campaña de seis
meses fuese introducida.

Vale la pena notar que el periodo de tiempo de la campaña larga coincide con la
excursión Adventista al legalismo de los 1920’s a los 1950’s. Evidentemente, con
tantos requisitos legalistas, los evangelistas necesitaban seis meses para
abarcarlos todos. Cuando la Iglesia regresó a la estrategia cristocéntrica de la era
pasada, acortaron los temas necesitados para la conversión al Adventismo y
fueron capaces de presentar mensajes en campañas “cortas” de tres a seis
semanas.
Detamore hizo una gran contribución al evangelismo Adventista al cambiar la
forma cómo la Iglesia practicaba el evangelismo público y ese cambio ha
perdurado por más de cincuenta años. Durante los 50’s y 60’s los Adventistas
estaban haciendo una transición a una nueva estrategia evangelística y
sorprendentemente algunos sintieron que el evangelismo público no era más
viable. La estrategia estaba cambiando, pero el evangelismo público perduraría.

De hecho, Melvin Eckenroth, enseñando en el Seminario Teológico Adventista del


Séptimo Día, reportó lo siguiente en 1956:

Aparentemente, unos dos tercios de líderes ministeriales Adventistas del


Séptimo Día, evangelistas y administradores del campo pensaron o que el
evangelismo público estaba en realidad fuera de moda o que no estaban
seguros sobre su utilidad para el presente, o que, considerando otras
obligaciones financieras de la denominación, las grandes campañas
públicas ya no eran factibles. 1

Eckenroth podría haberse estado refiriendo aquí a la muerte de la campaña larga


de seis meses, pero cuando yo entre al ministerio a mediados de los 60’s, esta era
la opinión prevaleciente en los círculos Adventistas de estudio. Recuerdo cuando
mostré interés en el evangelismo público por primera vez, un líder de la Iglesia
bien-intencionado me tomó a un lado para hablarme claro. Yo era un nuevo
Adventista, me dijo, y no entendía que el evangelismo público era una cosa del
pasado. Él no quería que desperdiciara mis talentos en el evangelismo público,
porque ya era algo muerto y porque simplemente no la haríamos otra vez.
Interesantemente, él está muerto hoy, pero el evangelismo público sigue con vida.

UN NUEVO ESTILO DE EVANGELISMO

Las reuniones no fueron solamente recortadas a tres semanas, sino que otras
innovaciones probaron ser más perjudiciales para el evangelismo que el primer
asunto. Antes de esta era, los miembros eran los medios principales para hacer
propaganda de las reuniones, pero la posguerra de EUA trajo prosperidad y las
mujeres comenzaron a dejar sus hogares por la oficina; y los voluntarios que
ayudaban y el tiempo para invitar a las personas disminuyeron.

El resultado fue que los evangelistas Adventistas tenían el dinero para gastar en
propaganda a través de volantes y otros anuncios de los medios de comunicación.
La consecuencia fue que los miembros encontraban más fácil dar dinero para
hacer propaganda que invitar a sus amigos. Por lo tanto, más personas asistían a
las reuniones, pero un porcentaje más pequeño de ellos era bautizado. Durante
los 50’s y 60’s, el evangelismo se movió de grandes eventos nacionales a
conferencias evangelísticas locales, realizando reuniones en iglesias locales en
lugar de auditorios públicos.
Ya que la propaganda no siempre atraían a las grandes masas, los evangelistas
vieron otros medios para inducir a las personas a asistir a las campañas públicas.
Una vez más, el innovador Fordyce Detamore, vino al rescate:

En una campaña llevada a cabo en1955, en Paris, Texas, Detamore


experimentó una asistencia muy pobre a causa de un mal clima –y
posiblemente las distracciones navideñas. De hecho, la asistencia era tan
pobre que una noche solo treinta y seis personas llegaron. En el estribo del
momento, Detamore susurró al oído de su asistente: “¿Qué te parece si
tratamos un poco de espíritu navideño y le ofrecemos a la gente un regalo
por ayudarnos a hacer propaganda de las reuniones?” Antes de que su
sorprendido asistente pudiera responder, Detamore se adelantó con la idea.
Entusiastamente, exhibió un billete de cinco dólares al público y aseguró
que cualquier persona que trajera a cinco de sus amigos la siguiente
reunión, se ganaría un billete nuevo justo como ese. Asombrosamente,
Detamore reportó, a pesar del continuo mal clima, 135 personas estaban
presentes para la siguiente reunión. El total del costo: Solo setenta y cinco
dólares –menos de lo que se hubiese gastado por un anuncio en el
periódico.

Detamore continuó su oferta de dinero por algunas noches más. Pero tuvo
temor que “alguno me acusara de sobornar a la gente a que asistiera”. En
los sucesivo, el evangelista ofreció obsequios no monetarios, desarrollando
un sistema integral de premios semanales por asistencia. Desde que
Detamore comenzó este plan de incentivo sistemático, reportó que hizo
toda la diferencia del mundo –“el secreto de las reuniones exitosas es hacer
que un amigo traiga a otra amigo”. El plan fue adoptado hasta por algunos
hombres que todavía dirigían campañas largas. Por ejemplo, Stanley Harris,
en la Unión del Pacífico Norte y después en California del Centro,
ofreciendo una gran variedad de Biblias, libros, juegos, fotos y placas por
asistencia constante.2

Otro sello de las reuniones evangelísiticas Adventistas durante esta época fue el
llamado extremadamente largo al altar. El evangelista podría predicaría por casi
una hora y entonces haría un llamado, el cual podría durar de una hora hasta una
y media hora. Esto fue popularizado por Detamore. Durante el llamado al altar, los
ayudantes de la reunión se acercarían alrededor de los intereses, intentando
animarlos a ir adelante.

Debido a la duración del llamado, los evangelistas a menudo tenían solo dos o tres
llamados de altar durante la serie completa. Se hacían esfuerzos para asegurarse
que la mayoría de intereses posible estuviese presente en estas noches. Algunas
veces hasta ofrecerían una comida a la multitud completa antes de la reunión para
asegurarse que las personas asistieran.

Es fácil juzgar esta estrategia por los nuestros estándares del siglo XXI y verlo
como una invasión de la privacidad. A pesar de esto, cuando fue usada, no era
ofensiva para ninguna gran esfera. De hecho, muchas personas que terminaron
dentro de la Iglesia probablemente nunca se habrían unido sin alguien
hablándoles durante este llamado largo al altar. Sin embargo, esta estrategia cesó
cuando Detamore llegó a sus años de declinación y para finales de los 1970’s ya
no se veía más que en raras ocasiones.

Durante los 50’s y 60’s, algunos evangelistas se encumbraron sobre los demás y
se hicieron famosos a lo ancho de la Iglesia Adventista. Su ministerio iba más allá
de una o dos asociaciones (conferencias). El más famoso, por supuesto, fue
Fordyce Detamore, que se irguió por sobre todos los demás y puso el ritmo para
los evangelistas adventistas. Fue durante esta época que un evangelista negro, E.
E. Cleveland, rompió las barreras del color y se hizo bien conocido por toda la
Iglesia. E. E. Cleveland puso el ritmo para el evangelismo de los negros, tal y
como lo hizo Detamore para la comunidad blanca. Sin embargo, el impacto de
Cleveland como evangelistas fue más difundido debido a su habilidad para
trascender las líneas del color entre la Iglesia.

El sermón de Cleveland sobre el sábado, “El cumpleaños de la madre de Adán” es


probablemente el sermón evangelístico más copiado en el adventismo. Durante
este sermón, él traería un gran pastel de cumpleaños, celebrando el sábado como
el cumpleaños de la madre (tierra) de Adán. Cleveland bautizó a cientos durante
sus campañas y fue probablemente el evangelista más exitoso de la Iglesia
durante esta época en cuanto al número de bautismos.

Estos dos evangelistas se encumbraron sobre el resto, colocando el estándar para


los evangelistas adventistas durante esta época. Otros evangelistas populares
también disfrutaron de éxitos, pero Detamore y Cleveland simplemente
sobrepasaron al resto con su carisma.

LOS 1970’S

Los 1970’s fue la era de los evangelistas de conferencia (asociación). Casi cada
conferencia en Norteamérica tenía un evangelista. De hecho, algunas tenían
varios. Cuando yo entré al evangelismo de tiempo completo en 1970 en la
Conferencia de Montain View, la pequeña Conferencia realmente estaba
sosteniendo a dos evangelistas de tiempo completo. Como resultado, cada iglesia
en la Conferencia disfrutaba del éxito del evangelista de tiempo completo con
bastante frecuencia. Las reuniones en cada iglesia eran esperadas regularmente y
la Conferencia daba un fuerte apoyo a los evangelistas. Los presupuestos no eran
grandes, y la mayoría de las reuniones eran llevadas a cabo en las iglesias a fin
de frenar los gastos.

Los más grandes esfuerzos evangelísticos de los 1970’s fueron los programas
“Misión”. Comenzaron en 1970 como “Misión 72”; la iglesia continuó con “Misión
73” y 74. La idea era tener una reunión evangelísitica tomando lugar en cada
Iglesia Adventista en Norteamérica. Cada iglesia comenzaría la misma noche,
utilizaría la misma propaganda y predicaría el mismo sermón. El tema de la serie
de “Misión 72” fue “Extiéndete por la Vida”

Es muy difícil hacer que todos hagan lo mismo en la misma noche, pero había
bastante cooperación y la mayoría de iglesias llevaban a cabo una reunión aún si
no predicaban el mismo sermón. Con el fuerte énfasis en evangelismo en los
inicios de los 70’s, la tasa de crecimiento de la Iglesia se remontó hacia arriba una
vez más, alcanzando una tasa de crecimiento anual de 4.3 por ciento durante este
período –un record que no ha sido igualado desde entonces.

Aún cuando muchos evangelistas de conferencia continuaron su fuerte ministerio


durante los 70’s, el los evangelistas de renombre también continuaron siendo
utilizados y aceptados. Detamore y Cleveland continuaron su dominio, pero otros
fueron estrellas nacientes en la escena nacional, tales como C. D. Brooks, quien
llegó a ser orador del programa evangelístico de TV Africano Americano, “Aliento
de Vida”.

Otro que se volvió muy famoso durante esta época fue Joe Crews. Joe fue
invitado por Bill May, presidente de la Conferencia de Chesapeake, para comenzar
un nuevo programa de radio llamado “Hechos Asombrosos”. Esto le dio a Joe un
trampolín para sus reuniones evangelísticas. Los programas de radio estarían al
aire (AIR AHEAD OF TIME) y después Joe vendría y levantaría la cosecha. Su
estratégia era un poco diferente que la de los otros evangelistas de su época. Sus
reunionens, junto con el programa de radio, eran de fuerte impacto, predicando
doctrina profunda en la radio. Esto fue bien recibido por muchos Adventistas y era
de influencia para que muchas personas se unieran a la Iglesia. Joe Crews era
amado por muchos de postura conservadora y despreciado por otros por la misma
razón. Una cosa era cierta, sin embargo, donde quiera que uno se parara de la
plataforma teológica –Joe Crews fue un buen evangelista y ganó a muchas
personas para Jesús.

LOS 1980’S

Los 1980’s pueden ser definidos como la época de los Seminarios de Apocalipsis.
Esta estrategia innovadora al evangelismo en realidad comenzó en la parte final
de los 1970’s pero alcanzó la cima de la popularidad a los inicios de los 80’s. Las
reuniones de predicaciones a gran escala continuaron, pero los Seminarios de
Apocalipsis fue claramente la fuerza dominante en evangelismo durante esta
época.

La estrategia fue concebida por Harry Robinson, un pastor den la Conferencia de


Texas por ese tiempo. Visualizó llevar a cabo el conducir las reuniones en un aula
de clases, utilizando un estilo de enseñanza más que uno de predicación. Las
lecciones bíblicas se repartían antes, la gente las llevaba a su casa, contestaba la
lección, luego regresaba para el seminario, donde repasaban juntos la lección y
recibía la lección para la siguiente noche.
Robinson diseñó su serie de lecciones bíblicas y la llamó “Seminario Bíblico de
Revelaciones”. No era un estudio del libro de Apocalipsis, sino un estudio sobre el
tema de las doctrinas Adventistas. Estaba usando “revelación” no como título de
un libro de la Biblia sino en el sentido de que la Biblia es la revelación de Dios. Sin
embargo, muchas personas interpretaban el título creyendo que recibirían un
estudio del libro de las Revelaciones (Apocalipsis). Algunas personas criticaron
esta estrategia como “chapucero”, pero, honestamente no era una falsa
propaganda sin un malentendido de la forma como la palabra era usada. No
obstante, la estrategia del seminario recibió un éxito excelente y fue bastante
utilizado por muchos en la iglesia. Era especialmente de ayuda porque habilitaba a
los laicos, que encontraban difícil predicar una serie evangelística, a realizar un
seminario evangelístico utilizando las lecciones que ya estaban preparadas.

Debido a la crítica sobre el título del seminario, Robinson reconstruyó el seminario


en dos partes –una sección que preparaba a las personas para entender
Apocalipsis, seguido de un seminario sobre el libro de Apocalipsis. El nuevo
material contestaba la crítica pero también creaba otro problema. En el estudio del
libro de Apocalipsis, Robinson tomó una postura sobre los siete sellos y de las
siete trompetas diferente a las de Urías Smith, proponiendo que estaban todavía
en el futuro. Esto creó un contragolpe peor que la crítica de lo “chapucero”.

Algunos comenzaron a calificar a Robinson de “futirista” en lugar que “historicista”.


Esto no era verdad, pero se volvió la percepción. Pronto se levantó una disensión
en Texas entre Bill May, el presidente de la Conferencia de Texas y Harry
Robinson. El resultado fue que Robinson mudó sus lecciones a la Conferencia de
Carolina y Bill May escribió otra serie de lecciones sobre el libro de Apocalipsis
que se convirtió en la lección estándar para la Conferencia de Texas.

Con la marcha del tiempo, las lecciones escritas por May llegaron a ser más
populares. Eventualmente, la Conferencia de Carolina vendió las lecciones de
Robinson a la Unión del Sur y en los inicios de los 90’s se reunieron con Seminars
Unlimited en Texas. Bill May ya no era el presidente de la Conferencia de Texas y
las lecciones de Robinson llegaron a ser solo un seminario evangelísitico más
para utilizar. También se produjeron otros seminarios, tales como los Seminarios
de Profecía, que abarcaban tanto Daniel como Apocalipsis. Finalmente, Seminars
Unlimited se convirtió en el principal distribuidor de seminarios evangelísiticos. Hoy
es propiedad de la División Norteamericana y sirve a la División y la Iglesia
Mundial.

INSTITUTO DE EVANGELISMO DE LA DIVIDISIÓN NORTEAMERICANA3

En la parte final de los 1970’s se desarrolló el sentimiento que el Seminario


Teológico de la IASD no era ya más evangelístico. De hecho, muchas
conferencias señalaron que detestaban mandar a sus ganadores de almas
entusiastas al Seminario por miedo de que perdieran su visión ganadora de almas.
Esto pudo o no haber sido verdad. Es difícil ser objetivo aquí –sin embargo, esta
era la percepción.
Lowell Bock, el presidente da la Unión de Lake, decidió hacer algo al respecto.
Llamó a Mark Finley, un evangelista en la Conferencia del Sur de Nueva
Inglaterra, para que viniese a Chicago y comenzar un instituto de ganancias de
almas. Después hizo obligatorio que todos los estudiantes en el Seminario de la
Unión de Lake, asistieran. También demandó que el Seminario les diera créditos
por la asistencia.

El Seminario se resistió grandemente, pero pronto cedió y dejó a sus estudiantes


tomar clases en el Instituto de Ganancias de Almas de la Unión de Lake. No pasó
mucho tiempo para que las otras conferencias en Norteamérica comenzaran a
pedir a sus estudiantes que asistieran al Instituto. Con este desarrollo, la actitud
del Seminario cambió, y comenzaron a abrazar al Instituto como una parte vital de
su proceso de entrenamiento, finalmente dedicando quince créditos del
cuatrimestre de los requisitos de MDiv para este programa evangelístico.

Pronto, después de este consentimiento por el Seminario, un instituto similar


comenzó en la Unión del Pacífico Norte. Jay Gallimore fue invitado para
encabezarlo, proveyendo entrenamiento evangelísitico para estudiantes para esa
parte del país. Otras Uniones comenzaron a expresar su interés en tener sus
propios institutos. Temiendo que la rápida duplicación de estos institutos terminase
en la creación de programas pequeños e inefectivos, en la NAD4, la División
Norteamericana comenzó a negociar con la Unión de Lake para tomar el Instituto
de Ganancias de Almas, dirigido por Mark Finley, y hacerlo un Instituto de la NAD.
Esto fue finalmente realizado en 1983, y el nombre del Instituto fue cambiado a
Instituto de Evangelismo de la División Norteamericana (NADEI). A los institutos
que ya habían comenzado se les permitió continuar, pero las uniones restantes en
la NAD prometieron apoyo a la NADEI.

En 1985, Mark Finley aceptó un llamado a la División Trans-Europea y el autor,


Rulssel Burrill, fue invitado para ser el Director del NADEI. El Instituto continuó
proveyendo fuerte entrenamiento evangelístico tanto para los estudiantes del
Seminario como para un número limitado de laicos. El valor del NADEI era en la
expansión de la preparación evangelísitica. No solamente estaba ofreciendo
entrenamiento en evangelismo público, sino también en evangelismo personal y
de seminario, movilización de la iglesia, movilización de los laicos y en el
establecimiento de nuevas congregaciones.

Desde 1979 hasta 1992, el NADEI operó en su campus de Chicago y los


estudiantes del Seminario viajarían a Chicago para recibir sus quince créditos de
entrenamiento evangelísitico. Para 1992, el Seminario había abrazado tanto al
NADEI que la discusión comenzó sobre mover el Instituto de Chicago al campus
de la Universidad de Andrews para que todos los estudiantes del Seminario
pudiesen ser beneficiados de su oferta. Este movimiento fue aprobado en la junta
de fin de año en 1992 de la NAD y en diciembre, el Instituto entró a una nueva
fase de su existencia al moverse a Berreen Springs, Michigan.
Esta reubicación terminó en un movimiento muy positivo, tanto para el Seminario
como para el NADEI. Como resultado, el programa evangelístico ya no fue más
una adición al programa de MDiv ofrecida al final del periodo de estudio, en lugar
de eso, el entrenamiento evangelístico está ahora completamente integrado al
currículo del Seminario, y partes de él es ofrecida durante cada semestre del
programa de la MDiv. Inspirar un pensamiento evangelísitico se realiza de una
mejor forma durante los dos y medio años que los estudiantes del seminario están
cursando, en lugar que tan solo en unas pocas semanas al final de su programa
de estudios.

Después de veinticinco años, el NADEI es todavía una parte vital del Seminario.
Aquello que comenzó muy cercano a la oposición del Seminario, hoy se ha
convertido en una parte vital del entrenamiento de los ministros. El grado
académico de la MDiv actualmente requiere que los estudiantes reciban trece
créditos semestrales del NADEI, proveyendo una base sólida en evangelismo. El
resultado es que los estudiantes ahora dejan el seminario emocionados por
alcanzar a los perdidos y por envolverse en el evangelismo.

Los 1990’s

Los 1990’s vieron el resurgimiento de las reuniones públicas evangelísticas. Como


resultado, la series de predicaciones reemplazaron al seminario como la
herramienta primaria para el evangelismo público. La parte final de los 1980’s fue
un tiempo de dificultad y de lentitud para el evangelismo público en Norteamérica.
Sin embargo, el comienzo de la Guerra del Golfo en 1991 vio un renovado interés
desarrollándose en la población en general. El atractivo de la profecía comenzó a
levantarse y cintinó a medida que el fin del milenio se aproximaba.

En los 90’s la mayoría de evangelistas Adventistas se involucraron en programas


de la media y en muy pocas Conferencias (Asociaciones) estaban contratando a
evangelistas de tiempo completo. Mark Finley ahora era el orador para It is Written
(Está Escrito) y estaba llevando grandes campañas públicas alrededor del mundo
con resultados excelentes. John Carter de Australia se mudó a Estados Unidos y
comenzó un ministerio en televisión, enfocándose en conducir grandes reuniones
públicas. Walter Pearson fue elegido como orador por Breath of Life (Aliento de
Vida) y se enroló en un fuerte evangelismo público. Doug Batchelor había
reemplazado a Joe Crews en Amazing Facts (Hechos Asombrosos) y pronto se
convirtió en un evangelista público muy conocido.

Otros evangelistas Adventistas que fueron muy conocidos incluyen a Ron


Halverson, Dan Bentzinger y Ken Cox, pero la mayoría de los evangelistas
estaban atados a los programas de la media. De hecho, todos los oradores de la
media, eventualmente llegaron a ser conocidos por dirigir grandes reuniones,
incluyendo a Lonnie Melashenko de Voice of Prophecy (Voz de la Profecía). Fue la
invención del evangelismo por satélite a mediados de los 90’s que ligó el
evangelismo de la media al evangelismo público.
En 1993, Al McClure, entonces presidente de la División Norteamericana, convocó
a un “equipo de pensamiento” en el Centro de Media Adventista en Thousand
Oaks, California. El propósito de este grupo era encontrar un medio para encender
de nuevo el evangelismo en Norteamérica. Como consecuencia de estas
reuniones, varios grupos se formaron entre líneas étnicas, cada grupo trabajando
en forma separada para encontrar un medio para volver a energizar a la Iglesia
para su misión evangelística.

Una de las pequeñas comisiones estaba encabezada por Don Schneider,


entonces presidente de la Conferencia del Norte de Carolina. Tuve el privilegio de
trabajar con él en esta comisión. Uno de los dos, no recuerdo quién, hizo la
sugerencia descabellada que llevásemos a cabo una reunión pública grande y la
subiéramos por satélite para que cualquiera la pudiese bajar en todo
Norteamérica. Todos nos reímos. Sonaba ridículo, pero entre más lo hablábamos,
más nos convencíamos que esta era una idea enviada del cielo.

Al McClure fue contactado e inmediatamente se vendió a la idea. Se convocó una


reunión de todos los presidentes de conferencia en Junio de 1994 en un hotel
cerca del aeropuerto de Baltimore. McClure puso su liderazgo en línea y
convenció a los presidentes para que apoyasen esta iniciativa, al hacer que las
iglesias comprasen discos satelitales para recibir lo que llegó a ser Net 95. Muy
pocos estaban convencidos que funcionaría, pero después que Net 95 fue puesto
al aire con éxito resonante, cientos más se apuntaron para Net 96. Como
resultado, más de 10,000 personas fueron bautizadas en una reunión
evangelística, transmitida a lo ancho del país.

El programa más grande fue Net 98, con Dwight Nelson predicando desde el
campus de la Universidad de Andrews en Berreen Springs, Michigan e irradiando
por casi todos los continentes del planeta. Desde entonces, los eventos de Net se
han proliferado y muchas opciones están disponibles. El resultado es que ninguno
ha recibido la exposición de las primeras series de Net.

Los programas de Net también crearon algunos problemas. Al confiarse en el alto


perfil del orador de Net para hacer evangelismo, no eran tan necesarios los
evangelistas en vivo, así que sus rangos disminuyeron. Otro problema era que
algunas iglesias pensaron que no necesitaban hacer alguna preparación de
trabajo. Todo lo que necesitaban hacer era poner una pantalla, proyectar al
evangelista y esperar para la cosecha. Nunca llegó. Si no siembras, no cosechas.

Por el lado positivo, los programas de Net encendieron la Iglesia de Norteamérica


para el evangelismo. La tasa de crecimiento comenzó a levantarse una vez más.
También hizo posibles programas evangelísticos de la más alta calidad hasta para
pequeñas iglesias. De igual forma levantó la calidad del evangelismo Adventista al
colocar un alto estándar que los evangelistas locales debían alcanzar en el futuro.
Establecimiento de Nuevas Congregaciones5

Otra iniciativa que salió de las reuniones del “equipo de pensamiento” en 1992 fue
el movimiento de establecimiento de nuevas congregaciones que también ganó
aceptación en la última parte de los 90’s. Esto, combinado con la nueva ola de
evangelismo público creado por los programas de Net, resultaron en continuo
crecimiento en la última parte de los 90’s y hasta del siglo veintiuno.

El mismo comité que produjo los programas de Net también prepararon la


propuesta de “establecimiento de nuevas congregaciones”. Fue presentado en las
juntas de Fin de Año pero nada en concreto se hizo con esta idea. Con frustración
le mencioné a Monte Sahlin, entonces en el Departamento de Ministerios de la
Iglesia en la NAD, qué perturbado estaba por la inacción de la División a cerca del
establecimiento de nuevas congregaciones. Él me respondió ofreciéndome $40,
000 de la NAD si yo hiciese algo para que el establecimiento de nuevas
congregaciones iniciase.

Comenzamos a planear lo que sería la primera Conferencia de SEEDS en 1996.


Al McClure rápidamente vino a bordo y puso su liderazgo tras el establecimiento
de nuevas congregaciones. En la primera conferencia en 1996, inicialmente
esperamos a 100 participantes, pero se presentaron 300. Bob Logan, conservador
de la iglesia Bautista e interdenominacional, un “gurú” en el establecimiento de
nuevas congregaciones, había sido invitado como el orador destacado, pero ante
que Logan hablara, el Pastor MacClure había electrificado a los asistentes con su
nota tónica llamando a un agresivo establecimiento de nuevas congregaciones en
la NAD.

Bob Logan comenzó su discurso la mañana siguiente preguntando cuántos de


nosotros “creíamos”. Después de que todos levantaron sus manos, él leyó de
Elena White: “Sobre todos los que creen, Dios ha puesto la carga de levantar
iglesias”.6 Durante el descanso, me preguntó donde podría encontrar un teléfono.
Me dijo que sentía que Dios estaba haciendo algo especial ahí y que deseaba
llamar a sus compañeros de oración para que oraran por nosotros. SEEDS 96 fue
un evento de vertientes.

En el otoño de 1996, Logan fue invitado para hablar en las juntas de fin de año de
la NAD y compartió algo del mismo material que había compartido en SEEDS. El
resultado fue una acción realizado durante la junta para hacer del establecimiento
de nuevas congregaciones la principal prioridad en cada conferencia en
Norteamérica.

Un año después, el NADEI contactó a cada conferencia en Norteamérica para


descubrir si la iniciativa del establecimiento de nuevas congregaciones se había
traducido en acción. ¿Habían los Adventistas establecido nuevas congregaciones?
Como habíamos promediado unas veinticinco comienzos cada año en los inicios
de los 90’s, esperábamos cincuenta nuevas iglesias. En lugar de eso,
descubrimos que se habían establecido 125 iglesias. Desde ese momento hasta el
2005, la Iglesia Adventista ha visto comenzar más de 1550 nuevas iglesias en la
División Norteamericana.

EL SIGLO VEINTIUNO

El siglo veintiuno continúa viendo al evangelismo en la punta delantera de la


Iglesia (FRONT BURNER). Entre el énfasis del establecimiento de nuevas
congregaciones y el evangelismo público, la Iglesia en Norteamérica continúa
avanzando. El progreso no es tan rápido como quisiéramos –todos deseamos
más- pero debemos alabar a Dios porque la Iglesia Adventista en una de las
pocas denominaciones que todavía crece en Norteamérica.

En el siglo veintiuno, las reuniones públicas continúan recibiendo fuerte soporte de


parte de las conferencias. Las reuniones por satélite también proveen opciones
para que las iglesias lleven a cabo reuniones sin un evangelista en vivo. El año
2004 fue designado como el Año del Evangelismo, resultando en muchas uniones
de individuos a la Iglesia. Las grandes reuniones continúan, junto con muchas
reuniones pequeñas dirigidas por el evangelista local y los pastores locales.

En el nuevo siglo, un intento reciente por incorporar fondos para nutrir a los
nuevos creyentes al presupuesto evangelístico, está revelando una estrategia más
holística al evangelismo. El Evangelismo Global, encabezado por el presidente
anterior, Robert Folkenberg, ha resultado en muchos pastores y laicos viajando a
países tercermundistas, predicando series de temas y regresando a la NAD
emocionados por el evangelismo. Muchos continúan dirigiendo sus propias series
de reuniones de regreso en su propia casa.

CONCLUSIÓN

Asombrosamente, el Adventismo, después de más de 160 años después de su


origen, es todavía un fuerte movimiento evangelístico mientras avanza al siglo
veintiuno. El evangelismo público continúa recibiendo fuerte apoyo y es la mayor
fuente de nuevos miembros en las congregaciones Adventistas. Interesantemente,
el evangelismo público ha tenido sus altas y bajas a través de las décadas,
moviéndose desde el éxito a la negligencia y de regreso al éxito de nuevo.

Podemos aprender dos cosas de esta historia. Primero, cuando el evangelismo


público es puesto como la principal prioridad, la Iglesia crece y la apostasía
declina. Segundo, cuando el evangelismo público disminuye, el crecimiento de la
iglesia se hace lento y la apostasía crece. Por lo tanto, el evangelismo público es
el antídoto contra la apostasía y es la columna vertebral del crecimiento de la
iglesia. No es la única cosa que deberíamos estar haciendo, pero no debemos
atrevernos a descuidarlo si valoramos el cumplimiento de la misión Adventista.
Notas:
1
Weeks, 246.
2
Ibid., 268, 269.
3
NADEI, por sus siglas en Inglés
4
División Norteamericana
5
El término Church Planting ha sido traducido aquí como “Establecimiento de nuevas
congregaciones”.
6
Ellen White, Medical Ministry- 1932 (Mountan View, CA: Pacific Press Publishing Association,
1963), 315.

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