La Última Cena: Este evento es descrito en los Evangelios como la última comida que

Jesús compartió con sus discípulos antes de su crucifixión. Durante esta cena,
Jesús instituyó la Eucaristía, o la Sagrada Comunión, donde tomó pan y vino, los
bendijo, los partió y los compartió con sus discípulos, diciendo: "Esto es mi
cuerpo" y "Esta copa es la nueva alianza en mi sangre, que se derrama por ustedes".
Los cristianos ven este acto como el origen del sacramento de la comunión, donde
los fieles participan del cuerpo y la sangre de Cristo en memoria de su sacrificio
en la cruz.

El lavado de pies: Antes de la Última Cena, Jesús realizó un acto de humildad al

lavar los pies de sus discípulos. Este gesto era común en la cultura judía como una
señal de bienvenida y hospitalidad cuando alguien visitaba un hogar. Sin embargo,
Jesús transformó este acto en un símbolo de humildad y servicio. Después de lavar
los pies de sus discípulos, Jesús les dijo: "Si, pues, yo, el Señor y el Maestro,
os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los
otros. Porque os he dado ejemplo, para que vosotros también hagáis como yo os he
hecho." (Juan 13:14-15). Este acto enfatiza la importancia del servicio humilde y
el amor hacia los demás en la vida cristiana.