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señales extracelulares controlan la disposición de los filamentos de actina: El texto habla sobre

cómo la miosina y otras proteínas fijadoras de actina pueden regular el comportamiento de los
filamentos de actina en el citoesqueleto. Estos reordenamientos estructurales son
desencadenados por la activación de proteínas receptoras en la membrana plasmática, como
los miembros de la familia Rho. La activación de diferentes miembros de esta familia afecta la
organización de los filamentos de actina de distintas maneras, como la polimerización de la
actina o la formación de lamelipodios laminares. Además, se menciona que la unión de la
actina y la miosina en las fibras musculares es uno de los reordenamientos más regulados del
citoesqueleto, dando respuestas a señales enviadas por el sistema nervioso.

Contracción muscular: La contracción muscular es un movimiento esencial en las células


animales, especialmente en vertebrados, que permite realizar actividades como correr, caminar,
nadar y volar. Este movimiento depende de la capacidad de los músculos esqueléticos,
cardíacos y lisos de contraerse con fuerza y mover diferentes partes del cuerpo. Aunque cada
tipo de célula muscular tiene una estructura distinta, todas utilizan actina y miosina de manera
similar para contraerse. La interacción entre la actina y la miosina es crucial para entender
cómo se genera el movimiento en las células musculares. Los estudios sobre la contracción
muscular han proporcionado valiosa información sobre los mecanismos de la motilidad celular
en general.

La contracción muscular depende de haces de actina y miosina.


La miosina del músculo es parte de la subfamilia de la miosina II, que tiene dos cabezas con
actividad de ATPasa y una cola larga. Las moléculas de miosina II se pueden asociar para
formar filamentos bipolares que permiten el deslizamiento de los filamentos de actina, lo que
provoca la contracción muscular y otros procesos celulares como la división celular. Cada
molécula de miosina II es un dímero compuesto por dos moléculas unidas formando un
filamento bipolar similar a una flecha de dos puntas.

Durante la contracción muscular los filamentos de actina se deslizan sobre los


filamentos de miosina
El texto describe la estructura y funcionamiento de las fibras musculares esqueléticas, las cuales
están formadas por la fusión de células más pequeñas y contienen miofibrillas compuestas por
sarcómeros, unidades contráctiles formadas por filamentos de actina y miosina. La contracción
muscular se produce por el deslizamiento de los filamentos de actina sobre los de miosina,
causado por las cabezas de miosina que interactúan con la actina. Este proceso se desencadena
por un estímulo contráctil y se lleva a cabo de manera coordinada en todas las fibras
musculares, siendo rápido y eficiente gracias a la interacción entre las cabezas de miosina y los
filamentos de actina. Una vez completada la contracción, el músculo se relaja.
La contracción muscular es desencadenada por un súbito aumento del nivel de Ca2+
El texto explica que la fuerza en el músculo esquelético se genera a través de la interacción
molecular entre los filamentos de actina y miosina. Cuando el músculo recibe una señal del
sistema nervioso, se desencadena un potencial de acción que provoca la liberación de Ca2+ en
el citosol, lo que permite que las cabezas de miosina se unan al filamento de actina y
desencadenen la contracción muscular. Una vez que se interrumpe la señal nerviosa, el Ca2+ es
bombeado de nuevo al retículo sarcoplasmático y las proteínas vuelven a su posición original,
finalizando la contracción.
La miosina y otras proteínas fijadoras de actina pueden regular el comportamiento de los filamentos de
actina, las señales extracelulares de estas proteínas permiten que su CITOESQUELETO se reorganice.

Estos reordenamientos estructurales en el caso del CITOESQUELETO DE ACTINA, son desencadenados


por la activación de unas proteínas receptoras incluidas en la membrana plasmática.

En el caso del CITOESQUELETO, la activación de diferentes miembros de la familia Rho (proteínas que
se comportan como interruptores) afecta la organización de los filamentos de actina de distintas
maneras. Por ejemplo, la activación de un solo miembro de la familia Rho la polimerización de la actina,
mientras que la activación de otra promueve la formación de lamelipodios laminares.

Uno de los reordenamientos más regulados del CITOESQUELETO se da cuando la actina y la miosina se
juntan en las fibras musculares dando respuestas a señales en viadas por el sistema nervioso.

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