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Estructuras Dramatúrgicas

Profesor: Juan Pablo Troncoso Chandía


Estudiantes: Javi Gaete
Vai’tiare Ika
Valentina Palacios
Martina Ruiz-Duve

El teatro político de Guillermo Calderón


Análisis del diálogo y conflicto en la obra villa
En el presente informe trabajaremos con el texto teatral Villa, de Guillermo Calderón,
donde comenzaremos haciendo una reseña de la obra, para posteriormente realizar un análisis
sobre el diálogo y el conflicto. Por último, resumiremos brevemente lo expuesto a lo largo del
trabajo y haremos las reflexiones finales. Ahora, sobre las fuentes bibliográficas, utilizaremos
el capítulo Teoría del conflicto central, de Poética del cine, por Raúl Ruiz para respaldar los
argumentos que se irán desarrollando.

Villa representa la situación en la que se ven envueltas tres mujeres: Macarena, Carla
y Francisca (nombres de las actrices), que durante toda la obra se refieren entre ellas mismas
con el nombre de Alejandra. Estas han sido elegidas para conformar un comité que debe
discutir sobre el futuro de la Villa Grimaldi, una casona que en la dictadura de Augusto
Pinochet funcionó como centro de tortura y exterminio. El conflicto estallará rápidamente,
cuando votando por la opción que les parezca más idónea: que se reconstruya o que se
convierta en un museo, una de ellas decide anular. Ello las llevará a que realicen esfuerzos
infructíferos para tomar la decisión final, no obstante, en un diálogo casi monológico donde
las individualidades son difusas, se nos irá develando aquello que las une, es decir, ser hijas
producto de violaciones a mujeres en la Villa, y aquello que las separa, o sea, su perspectiva
respecto a cómo recordar lo ocurrido y convertirlo en memoria.

Conociendo la reseña, ahora hablaremos del diálogo. Lo que podemos destacar, en


primer lugar, es que a pesar que las tres mujeres representadas se llamen Alejandra, en el
texto salen por el nombre de las actrices.

Macarena, Carla y Francisca están sentadas junto a una mesa. Las tres usan
el nombre Alejandra. Votan. Macarena escribe en su voto con un lápiz Bic y
se lo pasa a Carla.
Macarena
Ya.
Carla
Ya. Miren para otro lado.
Carla escribe. Le pasa el lápiz a Francisca.
Francisca

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Gracias… (Calderón, 2010, p. 1).

El fragmento corresponde al inicio de la obra, que nos sirve para ejemplificar lo


mencionado anteriormente, que finalmente pareciera que el texto fue escrito para esas
actrices, que además tienen la misma edad, por ende hay cierta uniformidad que se nos
plantea y que nos indica que lo más importante no es saber quienes son estas mujeres y cuáles
son sus ideas, lo verdaderamente relevante es que cada texto representa distintas perspectivas
de una discusión real en nuestro país: “cómo recordar el pasado y convertirlo en memoria”
(Calderón, 2016).

Otro aspecto importante sobre el diálogo es la forma en que estos personajes se van
relacionando con la dictadura y las violaciones de los derechos humanos, ya que a pesar de
ser las tres hijas de detenidas violadas, toman una postura bastante ajena a la situación, casi
displicente. La siguiente cita nos ayudará a comprender:

Pero igual seguimos avanzando con el guía. Bajando por el tobogán de la


emoción de la Villa reconstruida. Aquí lloras. Pasa por aquí. Aquí te da rabia.
Aquí te indignas. Aquí le aprietas la mano al pololo. Aquí sientes como frío
entremedio de las piernas. Aquí dices ¿dieciocho años? ¿Por la boca? No te
puedo creer. Y esa gente después va a decir. ¿Aló? Fui a la Villa Tienes que ir.
La reconstruyeron. Se ve un poco falsa. Parece set de teleserie. Pintaron las
murallas con agua con tierra. Es impactante. Tienes que ir. Tienes que ir. No,
en Peñalolén. Sí, gratis. Y reconstruyeron toda la villa como era. Y es muy
impactante. Te impacta porque está igualita. Sí. Las colgaban del pelo. Las
hicieron traicionarse. Tenían un manual con el águila republicana. Y estoy
impactada. Ir a la Villa reconstruida es lo mejor que me pudo pasar en la vida.
(2010, p.16).

En torno a lo expuesto por Alejandra (Carla) se da a entender que ella ve la Villa


como un medio de entretenimiento, un lugar donde la gente puede ir a asustarse. Debido a
este enfoque y la forma en la que se expresan, las mujeres se comienzan a cuestionar entre
ellas qué posturas políticas tiene cada una, generando así en el espectador la misma

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interrogante, siendo el diálogo también parte de uno de los conflictos externos, o sea
apelando hacia el espectador.

Por otra parte, refiriéndonos exclusivamente al conflicto podemos destacar que existe
el que se encuentra exclusivamente dentro de la obra, que se resume directamente en la
decisión que deben tomar aquellas tres jóvenes con respecto a lo que sucederá con la Villa, ya
sea reconstruirla o convertirla en un museo.

Ya. (A Francisca) Alejandra ¿tú puedes defender la opción B?

Francisca

El museo. Sí. Pero con mis palabras.

Macarena

Obvio.

Carla

Y yo puedo defender la opción A: la reconstrucción de la villa.

Francisca

Ya. (A Macarena) ¿Y tú, Alejandra?

Macarena

No. Yo después de la (A Carla) Alejandra puedo moderar la cosa. (Calderón,


2010, p. 13).

A partir de aquí comienza la discusión de qué es lo que debería pasar exactamente,


donde cada una expone cuáles serían las ventajas de hacer una u otra cosa. Sin embargo, este
conflicto no queda reservado exclusivamente para la estructura de la obra, sino que también
se exterioriza, afectando directamente al espectador que al escuchar los argumentos dados por
los personajes, se enfrenta con la disyuntiva de si estar de acuerdo con una de las ideas o con
la otra. Además de este conflicto en el espectador generado por este dilema de cual opción

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escoger, también se puede dilucidar un conflicto a partir del diálogo y cómo estas jóvenes se
refieren a las situaciones vividas en la Villa, cosa que podríamos entender al final de la obra.
Aquí se ve evidenciado el fenómeno teatral, en cómo se involucra el espectador con el
conflicto de la obra, incentivando a cuestionarse y posiblemente representarse. El ejercicio
del teatro político, sobre todo en las obras de Calderón, van de lleno con esta manera de
involucrar al público, de verse afectados en y con el conflicto y la obra en sí.

Entonces teniendo en consideración lo ya mencionado respecto al conflicto y también


el texto de Ruiz Poética del cine en el capítulo Teoría del conflicto central, podemos
sintetizar dos cosas. En primer lugar es el hecho de la inexistencia de esta teoría propuesta
por Ruiz “Una historia tiene lugar cuando alguien quiere algo y otro no quiere que lo
obtenga. A partir de ese momento, a través de diferentes digresiones, todos los elementos de
la historia se ordenan alrededor de ese conflicto central” (2000, p. 19). Puesto que pese a que
sí existe un conflicto, que es en el cual se centra el desarrollo de la obra, este no considera la
estructura mencionada en la cita, lo que quiere decir que no está la existencia de dos fuerzas
opuestas donde una impide que el otro consiga lo que quiere.

Además de lo anterior, podemos mencionar que debido a la falta de esta estructura


que gira en torno al conflicto central, Ruiz señala que esta podría caer en la estructura del
aburrimiento mencionando que: “Nada cuesta discernir en esta descripción las tres etapas del
aburrimiento: un sentimiento de aprisionamiento, la evasión por el sueño y finalmente la
ansiedad, como si nos sintiéramos culpables de algún acto espantoso que hemos cometido”
(Ruiz, 2000, p.21). Con ello el autor no se refiere al aburrimiento como algo malo, sino que
simplemente distinto, y en Villa podemos identificar una estructura así, donde nos vemos
detenidos en un conflicto circular que pareciera no poder resolverse aunque sí haya opciones
para hacerlo. Luego los personajes son conscientes de ello, pero en un intento resolutivo
acaban por evadir aquello que las convoca, lo que genera ansiedad en el espectador que está
igual de conflictuado que ellas. Y por último, a medida que el diálogo avanza, nos vamos
sintiendo culpables por las situaciones que se comentan incluso sabiendo que no tenemos
nada que ver, pero la manera en que se expresan las mujeres en escena logra causar una
sensación de responsabilidad: una vez que sabes lo que pasó, no puedes omitirlo.

Para concluir, podemos decir que lo que sucede con el conflicto en la obra Villa, es
que se sale de la estructura clásica que solemos conocer. Con esto nos referimos a que no

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necesariamente tiene que ser resuelto en la línea temporal que se nos expone, por lo que la
obra envuelve al espectador en una reflexión, esto quiere decir que el conflicto se exterioriza
y como público representarnos con los distintos argumentos planteados por los personajes, o
crear una propia visión sobre lo que se plantea en escena. Por lo tanto, para entender mejor
esto, lo ejemplificamos con la idea del conflicto central, para reflejar la estructura clásica que
solemos conocer de lo que es el conflicto.

En relación al diálogo, destacamos que es el vehículo del conflicto hacia el


espectador. En él destacamos que aunque sean tres personajes, pareciera ser un monólogo
repartido entre ellas, en el sentido de que lo que una opina y la otra contradice, pronto
cambiará y estarán de acuerdo, para luego volver a estar en desacuerdo, y así constantemente.
Generando que finalmente no importa quién diga qué, puesto que el discurso tiende a ser el
mismo entre todas.

Finalmente es importante destacar que a pesar de no considerar todos los elementos


estructurales de la obra en el análisis, estos no dejan de ser una parte fundamental que
también se encuentran en estrecha relación con los que fueron mencionados. Además de eso,
estos también aportan de diferentes maneras a que la estructura de esta obra se vuelva
particular y esté fuera del marco clásico que ya conocemos.

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Referencias bibliográficas

● Calderon, G. (2010) Villa. Chile


● Ruiz, R. (2000). Teoría del conflicto central. En R. Ruiz, Poética del cine (págs. 17-
31). Santiago de Chile: Editorial Sudamericana Chilena.

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