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La Batalla de Ayacucho constituye uno de los hitos de la historia del Perú porque se trata del
enfrentamiento que selló el proceso de independencia de los nacientes estados sudamericanos.
Hace 199 años, soldados patriotas, bajo el liderazgo del mariscal Antonio José de Sucre, libraron la
decisiva Batalla de Ayacucho, con la que se puso fin al dominio español y se selló la libertad
de Perú y América del Sur.
Si bien José de San Martín había proclamado la independencia del Perú en julio de 1821, aún esta
no podía considerarse definitiva mientras el ejército hispano se mantuviera en nuestro territorio.
“Es más, el día anterior a la batalla misma, los líderes de ambos ejércitos, Antonio José de Sucre,
por el lado patriota, y el virrey La Serna, de los realistas, autorizaron a sus subalternos que
pudieran integrarse con el otro ejército para departir y confraternizar”, explica el historiador.
Agrega que “el proceso de la independencia fue muy complejo y el quererla o no, separó a
miembros de una misma familia y dividió amistades, debido a que por los sentimientos o ideales
que profesaba cada uno elegía defender a la patria o defender al rey”.
“Es vital entender que, entre la llegada de Francisco Pizarro a Cajamarca, en 1532, y la Batalla de
Ayacucho, han transcurrido poco menos de 300 años de presencia española, y lo que se observa
en 1824 es una sociedad totalmente distinta con sus propios rasgos y características”, detalla Pável
Elías, historiador y profesor de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Piura. “No es
meramente hispana ni tampoco autóctona; es una nueva comunidad, como señala don José
Agustín de la Puente, con sus problemáticas y desafíos propios y forjada dentro de una
convivencia complicada entre el hombre español y el hombre andino”, añade.
Unas de las más importantes fue elegir la forma de gobierno más adecuada que se debería
adoptar: la monarquía o la república. Asimismo, era necesario encontrar un grupo dirigente que
estuviera en capacidad de asumir el liderazgo en la conducción política, económica y social.
“Al no encontrarse un grupo de este tipo, se presentó la oportunidad a los generales que estaban
luchando en la guerra de independencia de pugnar entre ellos por asumir la primera magistratura
del país, desatando a continuación un caos político”, señala Pável Elías.
Fue, por tanto, esta época difícil, de precariedad institucional y política la que permitió una
reorganización del ejército español, que aún se encontraba en el Perú. La llegada de Bolívar junto
con su ejército, que se sumaba al de San Martín, fue clave para poder enfrentar al ejército hispano
y finalmente derrotarlo.