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Boletín del Área de Derecho Público 09

Norberto Bobbio: entre el Derecho y la Política (II)*

Poder
“Poder y derecho son las dos nociones fundamentales de hecho (Macht) y poder de derecho (Herrschaft), y llega a la
la filosofía política y de la filosofía jurídica respectivamente. célebre tipología de las formas de poder legítimo. Al con-
Habiendo comenzado mi enseñanza universitaria con trario, la teoría normativa de Kelsen parte de la distinción
la filosofía del derecho y habiéndola concluido con la entre validez de las normas específicas y eficacia del or-
filosofía política, he tenido que reflexionar más sobre el denamiento jurídico en su conjunto, y llega, especialmen-
nexo entre las dos nociones de lo que generalmente le te en la obra póstuma, Allgemeine Theorie der Normen,
haya sucedido a los escritores políticos, que tienden a publicada en 1979, a ponerse con especial relevancia el
considerar como principal la noción del poder, o a los problema del poder jurídico (Rechtsmacht), cuya solución
juristas, que tienden a considerar primordial la noción del permite observar el ordenamiento jurídico no sólo desde
derecho. Y en cambio una reclama continuamente a la el punto de vista del Sollen (deber) sino también desde
otra. Son, por decirlo así, dos caras de la misma moneda. el punto de vista del Sein (ser). En un cierto sentido se
Entre escritores políticos y juristas, el contraste implica puede decir que Weber y Kelsen llegan a la misma conclu-
cuál de esta moneda sea el frente y cuál el reverso: para sión, a la conclusión de que el poder legítimo se distingue
los primeros el frente es el poder y el reverso el derecho, del poder de hecho en cuanto a un poder regulado por
para los segundos es lo contrario. normas, pero partiendo de dos puntos de vista opuestos,
Este contraste depende del distinto punto de vista desde el primero de la noción de poder que tiene necesidad de
el que los unos y los otros observan el mismo fenómeno y ser regulado para volverse legítimo, el segundo de la no-
del interés de investigación que los mueve: para el filósofo ción del ordenamiento normativo que tiene necesidad de
4 de la política el problema principal es el de la distinción la fuerza para volverse efectivo.” BOBBIO, Norberto. Origen y
entre poder de hecho y poder de derecho; para el filósofo fundamentos del poder político. México: Grijalbo, 1985. p. 22-23.
del derecho, en cambio, el problema principal es el de la
distinción entre norma válida y norma eficaz. Lo que quie- “Efectivamente, llegados a la cima de las dos escalas, la de
re decir que uno parte de la consideración de un poder los poderes y de las normas, viene al caso preguntarse si
sin derecho para llegar sólo en un segundo momento a llega más alto la primera o la segunda. Metáforas a parte,
ponerse el problema del poder que asegure la efectividad. llegados al vértice, surge la pregunta: ¿va antes el poder
o va antes la norma? A pesar de la obstinación con que
Es verdad que el poder sin derecho es ciego y el dere- los teóricos del Derecho por un lado y los teóricos de la
cho sin poder queda vacío, pero también es verdad que la política por el otro insisten en sostener que va antes la nor-
teoría política no puede dejar de tomar en consideración ma (la teoría de la norma fundamental de Kelsen) o antes
primeramente el nulo poder, independientemente de los el poder (la vieja y siempre nueva teoría de la soberanía
llamados principios de legitimidad, es decir, de las razo- como potestas superiorem non recognoscens), la solución
nes que lo transforman en un poder legítimo, así como la del problema depende exclusivamente del punto de vista
teoría jurídica no puede dejar de tomar en consideración en el que nos pongamos. Si se parte del poder desde aba-
el sistema normativo en su conjunto, como una serie de jo, se llega, pasando de un poder inferior a uno superior,
normas una a otra vinculadas según un cierto principio al poder de los poderes, al sumo poder; si se parte de la
de orden, independientemente del aparato de la fuerza norma desde abajo, se llega, pasando de la norma inferior
predispuesto para su actuación.” BOBBIO, Norberto. Origen a la superior, a la norma de las normas, a la norma funda-
y fundamentos del poder político. México: Grijalbo, 1985. p. 21-22. mental. Pero nada mejor que esta reducción en el vértice
nos permite comprender que el problema del poder y el
“Para ilustrar esta diversidad de puntos de vista recurro de la norma son las dos caras de una misma moneda.”
a dos ejemplos autorizados, a dos autores que han dado BOBBIO, Norberto. Contribución a la teoría del derecho. Edición de
algunas de las mayores contribuciones, uno a la teoría po- Alfonso Ruiz Miguel. Madrid: Debate, 1990. p. 302.
lítica, y otro a la teoría jurídica, Max Weber y Hans Kelsen.
Como es conocido, la teoría política de Weber parte de “Consideramos la teoría política como la teoría del poder,
una distinción fundamental, la distinción entre poder de del máximo poder que el hombre puede ejercer sobre

* Los fragmentos que se transcriben a continuación han sido tomados textualmente de las ediciones referenciadas en la bibliografía.

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otros hombres. Los temas clásicos de la teoría política o señó cómo se conquista y cómo se mantiene el Estado; al
del sumo poder son dos: cómo se conquista y cómo se nuevo príncipe, el partido de vanguardia del proletariado,
ejerce. De estos dos temas, el marxismo teórico ha profun- Lenin le enseña exclusivamente cómo se conquista”. BOB-
dizado el primero y no el segundo. En resumen: falta en la BIO, Norberto. Autobiografía. Edición de Alberto Papuzzi, prólogo
teoría política marxista una doctrina del ejercicio del poder, de Gregorio Peces-Barba y traducción de Esther Benítez. Madrid:
mientras que está enormemente desarrollada la teoría de Taurus, 1998. p. 142.
la conquista del poder. Al viejo príncipe Maquiavelo le en-

Política
“Derivado del adjetivo de polis (poli- En la edad moderna el término perdió historia de las doctrinas o historia de
tikós) que significa todo lo que se re- su significado original, poco a poco las ideas políticas o aun más en gene-
fiere a la ciudad, y en consecuencia sustituido por otras expresiones como ral del pensamiento político la historia
ciudadano, civil, público, y también ‘ciencia del estado’, ‘doctrina del es- que, si hubiera permanecido inmuta-
sociable y social, el término política tado’, ‘ciencia política’, ‘filosofía polí- ble el significado transmitido por los
ha sido transmitido por influjo de la tica’, etc., y se emplea comúnmente clásicos, habría podido llamarse his-
gran obra de Aristóteles titulada Políti- para indicar la actividad o el conjunto toria de la política, por analogía con
ca, que debe ser considerada como el de actividades que de alguna manera otras expresiones como historia de la
primer tratado sobre la naturaleza, las tienen como término de referencia la física, o de la estética o de la ética: uso
funciones y las divisiones del estado y polis, es decir el estado. De esta acti- que todavía recoge Croce y que en la
sobre las varias formas de gobierno, vidad la polis a veces es el sujeto, por pequeña obra citada llama ‘Para la his-
predominantemente en el significa- lo cual pertenecen a la esfera de la po- toria de la filosofía de la política’ el ca-
do de arte o ciencia del gobierno, es lítica actos como el ordenar (o prohi- pítulo dedicado a un breve excursus
decir de reflexión, sin importar si con bir) algo con efectos vinculantes para histórico de las políticas modernas.” 5
intenciones meramente descriptivas o todos los miembros de un determi- BOBBIO, Norberto. “Política”. En: BOBBIO,
incluso prescriptivas (pero los dos as- nado grupo social, el ejercicio de un Norberto; MATEUCCI, Nicola y PASQUINO,
pectos son de difícil distinción) sobre dominio exclusivo sobre un determi- Gianfranco (Dir.). Diccionario de política. 11a
las cosas de la ciudad. De esa forma nado territorio, el legislar con normas ed. Madrid: Siglo Veintiuno, 1998. p. 1215.
se ha producido desde el comienzo válidas erga omnes, la extracción y la
una transposición del significado des- distribución de recursos de un sector “Una vez señalado como elemento
de el conjunto de las cosas calificadas al otro de la sociedad, etc.; a veces es específico de la política el medio del
en cierto modo (justamente con un objeto, por lo cual pertenecen a la es- que se sirve, se hacen inútiles las tra-
adjetivo calificativo como ‘político’) a fera de la política acciones como con- dicionales definiciones teleológicas
la forma de saber más o menos orga- quistar, mantener, defender, ampliar, que tratan de definir la política me-
nizado sobre este mismo conjunto de reforzar, abatir, trastornar el poder es- diante el fin o los fines que persigue.
cosas: una transposición no diferente tatal, etc. Es una prueba el hecho de Respecto al fin de la política, lo único
de aquella que ha originado térmi- que obras que continúan la tradición que puede decirse es que, si el po-
nos como física, estética, economía, del tratado aristotélico en el siglo XIX der político es, justamente en razón
ética, y últimamente cibernética. Por se llaman Filosofía del derecho (He- del monopolio de la fuerza, el poder
siglos se ha empleado el término po- gel, 1821), Sistema de la ciencia del supremo de un determinado grupo
lítica predominantemente para indicar estado (Lorenz von Stein, 1852-1856), social, los fines perseguidos por los
obras dedicadas al estudio de aquella Elementos de ciencia política (Mosca, actos de los políticos son los fines
esfera de actividad humana que de 1896), Doctrina general del estado que, en cada momento, se conside-
alguna manera hace referencia a las (George Jellinek, 1900). Conserva par- ran preeminentes para un determina-
cosas del estado: Politica methodice cialmente el significado tradicional la do grupo social (o para la clase domi-
digesta, lo mencionamos para dar un obra de Croce, Elementos de política nante de dicho grupo social).
valioso ejemplo, es el título de la obra (1925), en la cual ‘política’ conserva el
con la cual Johannes Althusius (1603) significado de reflexión sobre la ac- Por poner algún ejemplo, en tiempos
expuso una teoría de la consociatio tividad política y por lo tanto está en de luchas civiles y sociales, la uni-
publica (el estado en el sentido mo- lugar de ‘elementos de filosofía polí- dad del Estado, la concordia, la paz,
derno de la palabra) que comprendía tica’. Una prueba ulterior es la que se el orden público, etc.; en tiempos de
en su interior varias formas de conso- puede deducir del uso en todas las paz interior y exterior, el bienestar, la
ciationes menores. lenguas de mayor difusión de llamar prosperidad o, directamente, la poten-

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cia; en tiempos de opresión por parte ideal tanto los positivistas, de Comte la política científica con la convicción
de un gobierno despótico, la conquis- a los darwinistas sociales, como Marx de que las masas se mueven única-
ta de los derechos civiles y políticos; y los marxistas. El ideal de la política mente motivadas por mitos irraciona-
en tiempos de dependencia de una científica estaba estrictamente ligado les. En realidad, las dos afirmaciones
potencia extranjera, la independen- al mito del progreso irreversible, cuya no son conciliables: la segunda ex-
cia nacional. Lo cual quiere decir que prueba irrefutable era el progreso de presaba una certeza, la primera solo
no existen fines de la política de una la ciencia, que se creía condición ne- una esperanza. Mas que esperanza,
vez y para siempre, y mucho menos cesaria para el progreso político y mo- una ilusión. No existe una relación in-
un fin que los incluya a todos y que ral de la humanidad. Gaetano Mosca, mediata entre conocimiento y acción,
pueda ser considerado el fin de la polí- que era un positivista desde el punto entre teoría y praxis. El científico y el
tica. Los fines de la política son tantos de vista filosófico, creía que los avan- político tienen tiempos diferentes: el
como metas un grupo organizado se ces de las ciencias históricas y socia- primero puede concederse tiempos
propone, según el tiempo y las cir- les habían llegado a tal punto que era largos, el segundo siempre debe de-
cunstancias”. BOBBIO, Norberto. Teoría posible ‘para la generación presente cidir en estado de necesidad y urgen-
general de la política. Edición de Michelan- y las inmediatamente siguientes […] cia. También sus responsabilidades
gelo Bovero. Madrid: Trotta, 2003. p. 183. la creación de una verdadera política son diferentes. La responsabilidad del
científica’. A la ciencia política Mosca científico es aclarar los términos de un
“Esta exclusión del juicio teleológico le atribuía dos tareas, una negativa – problema; la del político, es resolverlo
no impide, sin embargo, que pueda librar el campo de la política de las con una decisión, que no puede apla-
hablarse correctamente de, cuando doctrinas erróneas, corruptoras e ins- zarse de manera indefinida (por lo ge-
menos, un fin mínimo de la política: tigadoras- y una positiva, consistente neral, no decidir no es una buena de-
el orden público en las relaciones in- en formular propuestas fundadas en cisión, aunque con frecuencia se pone
ternas y la defensa de la integridad la indagación escrupulosa de los he- en práctica). El científico puede darse
nacional en las relaciones de un Esta- chos, que le permitiera a la mayoría el lujo de decir: en el estado de nues-
do con los demás. gobernada exigir, y a la minoría gober- tro conocimiento, este problema es
6 nante conceder solo reformas razona- insoluble o bien se puede solucionar
Este fin es mínimo porque es la con- bles. A la ciencia política entendida de pero necesito años de investigación.
ditio sine qua non para la obtención esta manera, Mosca le atribuía una Las circunstancias obligan al político
de todos los demás fines, por lo que función esencialmente antirrevolucio- a tomar una decisión, cualquiera que
resulta, lógicamente, compatible con naria. En el pensamiento de su vejez sea; a menudo, es mejor una mala de-
ellos. Incluso el partido que desea el tardía, cuando Italia ya había padecido cisión que ninguna. Pero una solución
desorden, lo desea no como objetivo repentinamente de la amenaza revolu- de este tipo es totalmente contraria a
final sino como momento obligado cionaria al triunfo de la contrarrevolu- la ética del científico.
para modificar el orden existente y ción, Mosca se abandonó a este au-
crear un nuevo orden. Resulta lícito tentico ‘sueño de visionario’: ‘En fin, Sobre todo, su función es diferente:
hablar del orden como el fin mínimo el Siglo XX, y tal vez también el XXI, la del político es resolver conflictos,
de la política, principalmente, porque podrá hacer que las ciencias sociales que, si no se resuelven, conducen a
éste es, o debería ser, el resultado progresen tanto que encontraremos la sociedad a la perdición; la del cien-
directo de la organización del poder la manera de transformar lentamen- tífico no solo es aclarar los términos
coactivo. Porque, en otras palabras, te la sociedad, sin que ella decaiga, de un problema, sino también educar
este fin (el orden) coincide con el me- evitando las crisis violentas que a me- directamente a quienes se dedican a
dio (el monopolio de la fuerza)”. BOB- nudo acompañan la decadencia’. Sin estos estudios –e indirectamente al
BIO, Norberto. Teoría general de la política. embargo, no ignoraba que la lección público en general- al igual que dar
Edición de Michelangelo Bovero. Madrid: de la historia iba en sentido opuesto. juicios ponderados, criticar libremen-
Trotta, 2003. p. 184. De hecho también decía: ‘Es cierto te, rechazar las ideas preconcebidas,
que todas las doctrinas religiosas y exigir conocimiento antes del debate.
“El ideal de una política científica, es políticas que cambiaron la historia del
decir, de una acción política guiada mundo […], no se fundamentaron en Como es fácil apreciar, se trata de
por la ciencia se encuentra a lo largo la verdad científica. La verdadera cau- una tarea a largo plazo, cuyos efec-
de toda la historia del pensamiento sa de su triunfo y su rápida difusión tos no son ni inmediata, ni fácilmente
político, comenzando por Platón, que debe buscarse más bien en la acti- valorables.
anhelaba el gobierno de los filósofos, tud que tuvieron de satisfacer ciertas Desconfío de la utopía platónica del
si bien tras las desilusiones en Sicilia tendencias intelectuales y morales de filósofo-rey, y también de aquella
cambiaría de opinión. En el siglo pa- las masas’. No logro entender como contraria del rey-filósofo; siempre
sado creyeron firmemente en este Mosca pudo conciliar la confianza en he guardado una respetuosa reve-

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rencia ante la afirmación kantiana: y política no es inmediata pero gobier- compuesto por quienes saben lo que
‘No hay que esperar ni que los reyes no democrático y libertad científica no quieren.” BOBBIO, Norberto. Teoría general
se hagan filósofos ni que los filósofos pueden prosperar el uno sin la otra. La de la política. Edición de Michelangelo Bove-
reyes. Tampoco hay que desearlo, la democracia permite el libre desarrollo ro. Madrid: Trotta, 2003. p. 428-431.
posesión de la fuerza perjudica inevita- del conocimiento de la sociedad, pero
blemente al libre ejercicio de la razón’. el libre conocimiento de la sociedad es “Nunca he mirado las cosas de este
Esta afirmación me parece muy bella. necesario para la existencia y la conso- mundo con mucho optimismo. Perte-
Poseer la fuerza (y aun más usarla) co- lidación de la democracia por una razón nezco a una generación que ha asis-
rrompe. Está bien que en cada socie- fundamental. John Stuart Mill escribió tido en los años de juventud a suce-
dad haya personas que puedan libre- que mientras la autocracia necesitaba sos terribles, que han dejado sobre
mente usar su razón sin poseer otra de ciudadanos pasivos, la democracia nuestra alma su signo por siempre.
fuerza diferente de la que se deriva de sobrevive solo si puede contar con un Pero tampoco las veo con inerte re-
los buenos argumentos. Son los ‘profe- número cada vez mayor de ciudadanos signación. Sobre el futuro no hago
tas desarmados’ de los que Maquiave- activos. Personalmente estoy conven- ni previsiones ni apuestas. Dejemos
lo se burlaba. Una sociedad en la cual cido de la contribución decisiva que las previsiones para los astrólogos,
los profetas desarmados no solo son pueden hacer las ciencias sociales a la las apuestas a los jugadores de azar.
tolerados, sino protegidos por las auto- formación de estos ciudadanos y, por Unos confían en la cadena inexorable
ridades públicas es sumamente desea- tanto, en último término, al buen fun- de la necesidad, los otros confían en
ble. Ahora bien, ¿qué autoridad pública cionamiento del régimen democrático. la casualidad. El hombre de razón se
realmente los puede tolerar y proteger, Empecé diciendo que se puede definir limita a hacer las hipótesis partiendo
si no aquella que se funda en el recono- la democracia como el poder en pú- de los datos de hecho. Para él la ne-
cimiento de los derechos del hombre, blico. Pero hay público y público. Re- cesidad prueba demasiado, la casuali-
entre los cuales el primero -del que se tomando la afirmación despectiva de dad prueba demasiado poco.” BOBBIO,
derivan todos los demás- es la libertad Hegel, según la cual el pueblo no sabe Norberto. Teoría general de la política. Edi-
de opinión? lo que quiere, se podría decir que el pú- ción de Michelangelo Bovero. Madrid: Trotta,
Es cierto, la relación entre ciencia libre blico que necesita la democracia está 2003. p. 461. 7

Formas de gobierno y democracia


“El Estado democrático es aquel en el que se realiza, con “En sus escritos, recogidos en gran parte en un volumen
mayor adecuación al modelo ideal, la libertad en la coexis- de Il Mulino titulado La democracia (1955), el fundador de
tencia, es decir la coexistencia de los seres libres, y por la Escuela de Viena y padre de la Constitución austriaca
ende la más próxima realización, entre cuantas la historia retoma esta idea schumpeteriana, distinguiendo entre dos
contemporánea conozca, de la comunidad personal y en modelos fundamentales de formas de gobierno: la demo-
definitiva del ideal de justicia.” BOBBIO, Norberto. Autobiogra- cracia, basada en el poder desde abajo, y la autocracia,
fía. Edición de Alberto Papuzzi, prólogo de Gregorio Peces-Barba y que deriva el poder de arriba (distinción que refleja la kan-
traducción de Esther Benítez. Madrid: Taurus, 1998. p. 110. tiana entre autonomía y heteronomía). De ello se sigue en
las democracias la selección de la clase política se pro-
“Estaba claro que la causa de la exclusión era política, y por duce a través de la elección, y en las autocracias a través
lo tanto un abuso –explicaba yo en la carta-. ¿Por qué iba del nombramiento. Esto significa concebir la democracia
a aguantarlo? Recurrí a los únicos medios que se pueden como método, o bien como sistema de reglas para tomar
utilizar en un Estado no de derechos: el recurso al jefe. […] decisiones colectivas con el más amplio consenso de los
Parece como si usted no se diera cuenta de que deplorar sujetos implicados en la decisión. Contrariamente a los
las estratagemas con que uno se defiende de la prepoten- críticos que rechazan la concepción procedimental de la
cia en un régimen dictatorial significa adoptar el punto de democracia, yo he hecho observar muchas veces, si bien
vista del dictador. El cual tiene siempre razón, por defini- con escaso éxito, que ésta es, sí, una definición mínima de
ción. Uno adopta el punto de vista del dictador cuando no democracia, pero no es nada valorativa: es una definición
pronuncia una sola palabra para condenar la imposición que fija los requisitos mínimos que un sistema democráti-
arbitraria y lanza en cambio fuertes gritos para denunciar a co debe poseer, que son requisitos formales, pero no ex-
quien trata de salir del trance con los únicos medios que la cluye la referencia a algunos valores sólidos. Considerar la
dictadura concede.” BOBBIO, Norberto. Autobiografía. Edición democracia como un instrumento que regula la competi-
de Alberto Papuzzi, prólogo de Gregorio Peces-Barba y traducción ción entre las élites para la conquista del consenso implica
de Esther Benítez. Madrid: Taurus, 1998. p. 58. la referencia a valores como la igualdad de los ciudadanos

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en el derecho al voto, la libertad de elección frente al voto el próximo futuro.” BOBBIO, Norberto. Autobiografía. Edición
y, como consecuencia, la solución pacifica de los conflic- de Alberto Papuzzi, prólogo de Gregorio Peces-Barba y traducción
tos sociales”. BOBBIO, Norberto. Autobiografía. Edición de Al- de Esther Benítez. Madrid: Taurus, 1998. p. 281-282.
berto Papuzzi, prólogo de Gregorio Peces-Barba y traducción de
Esther Benítez. Madrid: Taurus, 1998. p. 164-165. “Igualmente incierto es si será benéfica o maléfica la in-
fluencia que sobre la democracia puede ejercer el progre-
“Soy hijo de un siglo que se recordará quizás como el más so técnico, que pone en manos de los hombres instrumen-
cruento de la historia. Mis recuerdos más lejanos se re- tos de transformación y manipulación de la naturaleza y
montan a la primera guerra mundial, la cual fue llamada del mundo humano hasta ahora desconocidos. Puede, en
certeramente ‘la inútil matanza’. Las tres guerras mundia- un sentido, favorecer la voluntad de poder, y en otro esti-
les de este siglo, contra los imperios centrales, contra el mular proyectos irrealistas de solución de los problemas
nazismo y los fascismos, y la guerra fría contra los comu- que la humanidad padece desde los orígenes de su histo-
nismos, entabladas entre países democráticos y autocráti- ria. Por lo demás, como he dicho tantas veces, la historia
cos, vieron la victoria de la democracia. humana, entre salvación y perdición, es ambigua. Ni si-
quiera sabemos si somos nosotros los dueños de nuestro
La democracia, sí, ha vencido, pero su victoria no es destino.” BOBBIO, Norberto. Autobiografía. Edición de Alberto
definitiva. En una visión laica (no mítico-religiosa) de la Papuzzi, prólogo de Gregorio Peces-Barba y traducción de Esther
historia, nada es definitivo. La historia humana no sólo Benítez. Madrid: Taurus, 1998. p. 287.
no ha acabado, como anunció años atrás un historiador
americano, sino que acaso, a juzgar por el progreso téc- “En la teoría contemporánea de la democracia confluyen
nico-científico que está transformando radicalmente las tres grandes tradiciones de pensamiento político: a] la teo-
posibilidades de comunicación entre todos los hombres ría clásica, transmitida como teoría aristotélica, de las tres
vivos, acaba de empezar. Difícil, si acaso, decir en qué formas de gobierno, según la cual la democracia, como
dirección está destinada a avanzar. gobierno del pueblo, de todos los ciudadanos o bien de
todos aquellos que gozan de los derechos de ciudadanía,
8 Con respecto a la forma de gobierno democrática, cuya se distingue de la monarquía, como gobierno de uno solo,
victoria celebré líneas arriba, ¿va hacia una mayor expan- y de la aristocracia, como gobierno de pocos: b] la teo-
sión o, por el contrario, hacia una gradual extinción? En ría medieval, de derivación romana, de la soberanía po-
el mundo asiático, que en una visión eurocéntrica de la pular, con base en la cual se contrapone una concepción
historia que se remonta al pensamiento griego siempre ha ascendente a una concepción descendente de la sobera-
estado considerado como el mundo del despotismo, con- nía según que el poder supremo derive del pueblo y sea
trapuesto al de la libertad griega, exaltada en el célebre representativo o derive del príncipe y sea transmitido por
epitafio de Pericles, asoman y cobran fuerza y consenso delegación del superior al inferior; c] la teoría moderna,
formas de gobierno que nos traen a la memoria el des- conocida como teoría maquiavélica, nacida con el surgi-
potismo ilustrado de las monarquías absolutas del XVII, miento del estado moderno en la forma de la grandes mo-
cuyo dominio en Europa se vio interrumpido por las re- narquías, según la cual las formas históricas del gobierno
voluciones americana y francesa y por el reconocimiento son esencialmente dos, la monarquía y la república, siendo
de los derechos del hombre, cuando se derrumbó la an- la antigua democracia una forma de república (la otra es
tigua relación de primacía entre derechos y deberes que la aristocracia) donde tiene origen el cambio característico
había caracterizado las épocas precedentes. El hombre del periodo prerrevolucionario entre ideales democráticos
tiene deberes, pero en cuanto persona con un valor en sí, e ideales republicanos, y el gobierno genuinamente popu-
con independencia de las circunstancias de tiempo y lugar lar es llamado, antes que democracia, república.” BOBBIO,
en que vive, tiene ante todo derechos, como el derecho a Norberto. “Democracia”. En: BOBBIO, Norberto; MATEUCCI, Nico-
la vida, a la libertad (a las varias formas de libertad), a la la y PASQUINO, Gianfranco (Dir.). Diccionario de política. 11a ed.
igualdad (al menos a la igualdad de los puntos de partida). Madrid: Siglo Veintiuno, 1998. p. 441.
Cabe asignarles deberes tanto con los demás, considera-
dos aisladamente, como con la comunidad de la que él “‘Despotismo’ significa en sentido específico aquella forma
mismo forma parte, sólo en cuanto y ante todo centro de de gobierno en que quien detenta el poder tiene respecto
imputación de los derechos fundamentales. En el despo- de sus súbditos el mismo tipo de relación que el patrón
tismo ilustrado de ayer y hoy, la figura del hombre siervo (en griego ‘despotès’) tiene respecto de los esclavos en
pero feliz sustituye a la que nos es más familiar a través de su posesión. Como es sabido, Aristóteles distingue desde
la tradición del pensamiento griego y cristiano del hombre las primeras páginas de la política tres tipos de relación de
inquieto pero libre. Nadie es capaz de prever cuál de las dominio: el conyugal, o bien del marido sobre su mujer,
dos formas de convivencia está destinada a prevalecer en el paterno, o bien del padre sobre los hijos, y el patronal o

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despótico, o bien del patrón sobre los esclavos. Con base ciones, las asociaciones de las más diferentes ideologías
en esta distinción fue llamada despótica desde la antigüe- y, cada vez menos, los individuos. No son los individuos
dad aquella forma de gobierno en que la relación entre go- sino los grupos los protagonistas de la vida política en una
bernantes y gobernados puede ser asimilada a la relación sociedad democrática, en la que ya no hay un solo sobe-
entre patrón y esclavos. En sentido genérico, sobretodo en rano, ni el pueblo o la nación, compuesto por individuos
el lenguaje político moderno que ha olvidado el significado que adquirieron el derecho de participar directa o indirec-
etimológico de la palabra despotismo es usado polémica- tamente en el gobierno, el pueblo como unidad ideal (o
mente para indicar cualquier forma de gobierno absoluto, mística), sino el pueblo dividido objetivamente en grupos
y a menudo es sinónimo de tiranía, dictadura, autocracia, contrapuestos, en competencia entre ellos, con su autono-
absolutismo y similares.” BOBBIO, Norberto. “Despotismo”. mía relativa al respecto al gobierno central (autonomía que
En: BOBBIO, Norberto; MATEUCCI, Nicola y PASQUINO, Gianfran- los individuos específicos perdieron y que jamás han recu-
co (Dir.). Diccionario de política. 11a ed. Madrid: Siglo Veintiuno, perado más que un modelo ideal de gobierno democrático
1998. p. 483. que siempre ha sido refutado por los hechos).

“Para comprender que se entiende por ‘gobierno mixto’ El modelo ideal de la sociedad democrática era el de una
en la historia del pensamiento político hay que partir de la sociedad centrípeta. La realidad que tenemos ante no-
tipología clásica de las formas de gobierno, según la cual sotros es la de una sociedad centrífuga, que no tiene un
existen tres formas buenas: la monarquía, la aristocracia y solo centro de poder (la voluntad general de Rousseau),
la democracia, y tres formas malas: la tiranía, la oligarquía sino muchos, y merecen el nombre, en el que concuer-
y la demagogia; hay que partir también de la idea, común dan los estudiosos de la política, de sociedad policéntri-
a los principales escritores políticos de la antigüedad, se- ca o poliárquica (o en términos más fuertes pero no por
gún la cual las tres formas buenas tienden fatalmente a ello menos apropiados, policrática). El modelo de Estado
degenerar en las respectivas formas malas. La doctrina de democrático basado en la soberanía del príncipe, fue el
gobierno mixto consiste en el enunciado y en la argumen- modelo de una sociedad monista. La sociedad real que
tación relativa a favor del principio según el cual la dege- subyace en los gobiernos democráticos es pluralista.”
neración de una forma buena en una forma mala puede BOBBIO, Norberto. El futuro de la democracia [1984]. Traducción 9
evitarse con la constitución de un gobierno que resulte de de José F. Fernández Santillán. Primera reimpresión de la segunda
una mezcla o combinación o atemperación o integración edición. Bogotá: Fondo de Cultura Económica, 1996. p. 29-30.
recíproca o fusión sin más de las tres formas buenas. En
sustancia, el gobierno mixto representa una cuarta o, si se “… conforme las sociedades pasaron de una economía
tiene en cuenta también a las formas malas, una séptima familiar a una economía de mercado, y de una economía
forma de gobierno cuyo tratamiento pertenece no tanto de mercado a una economía protegida, regulada, planifi-
al análisis descriptivo de las formas de gobierno y su con- cada, aumentaron los problemas políticos que requirieron
siguiente tipología cuanto al debate en torno a la mejor capacidad técnica. Los problemas técnicos necesitan de
forma de gobierno.” BOBBIO, Norberto. “Gobierno mixto”. En: expertos, de un conjunto cada vez más grande de personal
BOBBIO, Norberto; MATEUCCI, Nicola y PASQUINO, Gianfranco especializado. De esto ya se había dado cuenta hace más
(Dir.). Diccionario de política. 11a ed. Madrid: Siglo Veintiuno, de un siglo Saint-Simon, quien era favorable al gobierno
1998. p. 712-713. de los científicos y no de los juristas. Con el progreso de
los instrumentos de cálculo que Saint-Simon no pudo ni
“Partiendo de la hipótesis del individuo soberano que, al remotamente imaginar, y que sólo los expertos son capa-
ponerse de acuerdo con otros individuos igualmente so- ces de usar, la exigencia del llamado gobierno de los técni-
beranos, crea la sociedad política, la doctrina democrática cos ha aumentado considerablemente.
había ideado un Estado sin cuerpos intermedios, caracte- La tecnocracia y la democracia son antitéticas: si el prota-
rísticos de la sociedad corporativa de las ciudades medie- gonista de la sociedad industrial es el experto, entonces
vales y del Estado estamental o de órdenes anteriores a quien lleva el papel principal en dicha sociedad no pue-
la afirmación de las monarquías absolutas, una sociedad de ser el ciudadano común y corriente. La democracia se
política en la que, entre el pueblo soberano, compuesto basa en la hipótesis de que todos pueden tomar decisio-
por muchos individuos (un voto por cabeza) y sus repre- nes sobre todo; por el contrario, la tecnocracia pretende
sentantes, no existiesen las sociedades particulares cri- que los que tomen las decisiones sean los pocos que en-
ticadas por Rousseau y privadas de autoridad por la Ley tienden de tales asuntos. En los tiempos de los Estados
Le Chapelier (abrogada en Francia solamente en 1887). Lo absolutos, como dije, el vulgo debía ser alejado de los
que ha sucedido en los Estados democráticos es exacta- arcana imperii porque se le consideraba demasiado igno-
mente lo opuesto: los grupos se han vuelto cada vez más rante; ciertamente hoy el vulgo es menos ignorante, pero
los sujetos políticamente relevantes, las grandes organiza- los problemas que hay que resolver, como la lucha contra

Norberto Bobbio: entre el Derecho


y la Política (II)

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