Autora Marta D. Riezu Tarrasa, 1979. Periodista que ha colaborado con columnas de opm1on en distintos periódicos; como El País, El Mundo, La Vanguardia; y revistas como Vague , Vanity Fair, Telva, Purple, Apartamento , Marie Claire y Elle. Además de sus artículos, escribió dos libros de ensayo: La moda Justa sobre el mundo de la ropa (Anagrama , 2021) y Agua y jabón sobre la elegancia (Anagrama , 2022). Trabajó durante once años en la showroom de Felipe Salgado, empresa-sala de exposición que ofrece servicios de prensa a diseñadores y marcas nacionales. Actualmente vive en Barcelona. Estructura externa e interna de la obra La moda justa de Marta Riezu, Editorial Anagrama , 2021 , está compuesto por 128 páginas divididas en dos partes principales con una introducción y un glosario y listado de referencias bibliográficas al final del libro. Ya antes de la introducción, en la primera página que hace la función de solapa, detrás de la portada, se nos explican las acepciones de la palabra justa que aparece en el título. Además , se subraya el objetivo del libro: facilitar al lector entender el sistema de producción de la ropa para poder elegir mejor lo que adquiere y que lo haga lo mínimo posible, lo justo. En la introducción (páginas 7-9), la autora destaca la diferencia entre el concepto de moda y el de ropa, compara la forma de adquirir las prendas de vestir de antes de la que es habitual en la actualidad. Se nos presenta una declaración de intenciones: el libro no es otro panfleto activista, no utiliza el sentimiento de culpa para cambiar nuestra forma de consumir, solo apela a la responsabilidad y el compromiso con la sociedad para consegui r, dentro de lo posible, un proceso sostenible de producción, distribución, venta , consumo y reciclaje de la ropa. En un apartado inaugural de la primera parte del libro, Los problemas (páginas 11-62), se nos presentan los principios básicos en los que se basa el libro como la importancia de la moda en la sociedad y que solo se pretende hacer reflexionar al lector para promover acciones sencillas, pero concretas . Tal como se destaca en el título de esta parte del libro, se tratan los problemas que aquejan a la industria de la moda como producto de un capitalismo salvaje que busca el abaratamiento de los costes al mismo tiempo que se obsesiona por las ganancias rápidas y desorbitadas. Se sitúa en una economía nada sostenible, injusta y deshumanizada . Es cínica porque miente y usa las palabras sostenible y verde a su antojo. No se respetan los derechos de los trabajadores y de los animales. Se destruyen los ecosistemas y se abusa de los recursos naturales. Se usan materias primas poco respetuosas con el medioambiente. No se respetan los derechos de autor ni los legados culturales ancestrales. La segunda parte del libro, Las propuestas (páginas 63-106) se centra en las soluciones encaminadas a conseguir un consumo responsable en el mundo de la moda empezando por desacelerar el consumo y, por lo tanto , la producción, pasándose la promoción de acciones como el cuidado y arreglo de la ropa, el uso de prendas de segunda mano, la apuesta por la ropa a medida, el uso de tejidos reciclados, alquilar las prendas que solo se usarán en pocas ocasiones, lavar lo mínimo posible, aprender a elegir mejor y no desconfiar en lo que digan las marcas. En definitiva, volver a los hábitos de consumo de las generaciones anteriores: apuesta por la proximidad, la calidad y la cantidad justa. Antes de las referencias bibliográficas (páginas 117-119) y el índice (páginas 121 y 122), la autora confecciona un Glosario de términos sospechosos en el que habla de cómo es un armario ideal, de la irrupción de China en el mundo del diseño de la moda, de las fotografías con ropa virtual, de la relatividad de la elegancia, de la esclavitud en las fábricas de ropa, de la ética, del feminismo, de las zonas de libre comercio, de los tratados utópicos en el mundo de la moda llenos de incoherencias ,de las macrogranjas o del comercio online. Las referencias bibliográficas son libros y documentales en español e inglés, además de numerosas páginas Web. El estilo Es de señalar el marcado carácter subjetivo que se refleja desde el principio del libro. El yo de la autora aparece incluido en el nosotros que la incluye a ella con los lectores ya en el primer párrafo de la introducción: “Cada mañana elegimos un atuendo [...] Estábamos acostumbrados a comprar sin preguntar». En la primera parte se empieza, al estilo del discurso de los alcohólicos anónimos, con el reconocimiento del yo de tener el mismo problema que los lectores: u o hice mal durante quince años. Empecé a elegir mi propia ropa [...] A punto de cumplir los treinta seguía vistiendo de pena. Mariposeaba por las tiendas...». Sigue así en todo el libro. Lo vemos en el glosario: «una de mis ideas peregrinas...». Entre las características principales del género ensayístico que se reflejan en este libro está la brevedad, tanto del libro en general como de los capítulos o apartados que lo conforman . Se trata, ante todo, de un texto argumentativo en el que se parte de una invitación (hay que consumir menos moda y comprar solo la ropa sostenible) apoyándola con argumentos de diferentes tipos: • Hechos: las marcas no contratan fabricantes próximos, cada vez contaminan más y buscan solo las ganancias a costa de abaratar el proceso de confección. • De experiencia personal: las experiencias de la autora en el mundo de la moda, los primeros años de vida en los que compraba mal, a partir de los treinta se incorporó gradualmente al consumo responsable de una moda sostenible, trabaja en el periodismo muy relacionado con la moda. • Argumentos de autoridad: las citas de lo que dicen los expertos en el tema. • Sentimentales: apelación a la responsabilidad y compromiso social de los lectores. • Datos: litros de agua consumidos para elaborar unos vaqueros, número de obreros en las zonas de libre comercio en Sri Lanka, porcentaje de ropa que no se vende ni se recicla, etc. Se usa un lenguaje típico de la columna periodística. Se combinan la tendencia a la concisión, el estilo nominal, la aparente objetividad (impersonalización, uso de la 3ª persona), con abundantes recursos literarios (metáforas, comparaciones , preguntas retóricas) destinados a ilustrar los razonamientos de la autora y a hacernos partícipes de su argumentación. No podemos olvidarnos del empleo de la primera persona en numerosas referencias a la vida privada de la autora, sobre todo, en su relación con la moda. Es una estrategia para ganar la empatía del lector , al que a veces se dirige en segunda persona, ya que ella también pasó por las mismas fases que los demás usuarios en su contacto con el mundo de la moda. Desde el punto de vista léxico, es característica, y típica del periodismo de opinión, la mezcla de términos técnicos (oniomanía, clorofibras, aramidas), algunos de origen extranjero ( fashion victims, mainstream, fast fashion, mulesing, del inglés; cognoscinti, del italiano; o Pret a Louer, del francés) con coloquialismos ( al tuntún, la falsa monea, el colmo es...) . También abundan los neologismos ( flexitariano, críptomoda, ecocidio) y los extranjerismos de uso diario ( stock, vintage, marketing).