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Orígenes de la monarquía
La monarquía es una de las formas de gobierno más antiguas. Sus antepasados fueron sociedades patriarcales o
sociedades patriarcales que se iniciaron luego de que la humanidad adoptara un estilo de vida sedentario en el Neolítico
gracias a la invención de la agricultura. Era una especie de organización sociopolítica, de carácter estatal primitivo, en la
que la autoridad y el poder se concentraban en una sola persona o grupo de personas.
Las monarquías surgieron con las primeras civilizaciones alrededor del año 3000 a.C. C., Mesopotamia, Egipto y el Valle
del Indo. Consistían en gobiernos religiosos en los que el monarca era a la vez dios, sacerdote y jefe militar.
El establecimiento de la monarquía entre los judíos tuvo lugar en el siglo XI a. C. El fuerte monoteísmo de la ciudad impidió
la edificación del monarca, como en otros lugares.
Características
- El monarca es la máxima autoridad del Estado y, en el caso de las monarquías autoritarias o absolutas, estos ejercen todos los poderes del Estado: el ejecutivo, el
legislativo y el judicial.
- Es escogido para el cargo por herencia o linaje. En una gran cantidad de ocasiones el primogénito es elegido. En algunas ocasiones la herencia monárquica permite
que las mujeres de la familia real accedan también al cargo, pero en la mayoría de los casos no.
- El territorio sobre el que el monarca ejerce su autoridad es conocido como reino.
- El lugar ocupado por el rey o monarca es conocido como "trono", por ser el espacio físico en el que tradicionalmente se sentaban los monarcas en Europa.
- Las monarquías tienen símbolos y tradición propias, que perduran a lo largo del tiempo. Incluso, las monarquías constitucionales recogen y guardan la simbología
de los monarcas absolutos o autoritarios que las precedieron.
Tipos de monarquía
Las monarquías pueden dividirse en democráticas o autoritarias. Y en función a estas características, existe la siguiente
clasificación.
- Monarquía absoluta. En la monarquía absoluta el poder está en su totalidad en manos del monarca, sin que exista
ningún tipo de división de poderes. El rey ejerce su autoridad de manera indiscutible (su voluntad es la ley), a menudo invocando argumentos
religiosos. En el pasado, la monarquía absoluta fue la forma de gobierno predominante. En Europa, declinó luego de la Revolución francesa.
Actualmente, está vigente en Brunéi, Omán, Arabia Saudita, los emiratos que integran los Emiratos Árabes Unidos y la Ciudad del Vaticano.
- Monarquía constitucional. En los casos en que el poder monárquico absoluto es más difícil de sostener,
muchos reyes conviven con la existencia de otros poderes políticos y ceden una parte del poder real. La soberanía nacional pasa del rey
al pueblo, y aunque el monarca sigue siendo el jefe de Estado, su poder está limitado por una Constitución. En la actualidad, es la forma
de gobierno de Marruecos, Jordania y Kuwait, entre otros países.
- Monarquías híbridas. En esta última categoría entran los regímenes intermedios entre la monarquía absoluta y
la constitucional, en los que el rey cede algunas de sus funciones y poderes a un gobierno relativamente autónomo, pero sin perder por
ello su influencia dentro del Estado. Es común en los principados o formas irregulares de la monarquía, como los principados de Mónaco
y Liechtenstein, en Europa.
- Monarquía hereditaria. En este tipo de monarquía, el cargo de monarca se hereda según un orden de sucesión
establecido por las leyes o las costumbres. Habitualmente, el heredero al trono pertenece a una familia real, que forma parte de un linaje
o dinastía. El hijo mayor del monarca suele ser el primero en la línea de sucesión. Históricamente, los varones han sido favorecidos por
sobre las mujeres, quienes, en algunas monarquías, han llegado a ser excluidas por completo de la sucesión. En la actualidad, varias
monarquías europeas, como la de Suecia y el Reino Unido, han establecido la paridad en la línea sucesoria entre el hijo y la hija mayores.
- Monarquía electiva. En este tipo de monarquía, el monarca es designado o elegido por alguien, habitualmente
un pequeño grupo aristocrático, que constituye, así, un colegio electoral. El monarca puede ser elegido por un período definido o de
manera vitalicia. El ejemplo más conocido de monarquía electiva fueron los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, que eran
elegidos por los príncipes electores. En la actualidad, un ejemplo de monarquía electiva es la Ciudad del Vaticano, cuyo soberano, el papa,
es elegido por el colegio de cardenales.
Monarquía y república
La Monarquía se opone a la República como forma de gobierno. Una república es un sistema en el
que un estado está gobernado por un grupo de personas que actúan en nombre de sus ciudadanos.
Se basa en el principio de que el poder pertenece al pueblo.
En una república, la autoridad se designa por voto popular (en el caso de una república democrática)
o por algún otro sistema de designación no relacionado con nobles de sangre o derecho divino. Esto
no quiere decir que pueda haber alguna forma de autoritarismo en la república, como sucede en las
repúblicas islámicas o en algunas repúblicas socialistas.
Pero en una república, idealmente, todo poder político se ve contrarrestado por la separación y
autonomía de los poderes públicos del Estado: ejecutivo, legislativo y judicial según sus capacidades
específicas.
La Monarquía en Mexico
A lo largo de la historia de México, hubo períodos en los que el gobierno
estuvo organizado bajo alguna forma de monarquía.
En el período prehispánico, la monarquía fue el sistema de gobierno del
Imperio mexica o Imperio de la Triple Alianza. El monarca recibía el título
de huey tlatoani (“gran gobernante”, en náhuatl) y era elegido entre los
descendientes de Ācamāpīchtli, el primer huey tlatoani, por un consejo
formado por miembros de la nobleza.
Tras la conquista española, en el siglo XVI, México pasó a ser parte del
Imperio español y sometido a la autoridad del rey de España, quien poseía
un poder absoluto sobre todos los territorios del imperio y sus habitantes.
Después de la independencia de España, en 1521, México adoptó un régimen
monárquico. Agustín de Iturbide, líder del Ejército Trigarante, fue nombrado
monarca del naciente Imperio mexicano. Iturbide, quién tomó el título de
Agustín I, fue coronado el 21 de julio de 1822. El Congreso que lo había
designado estableció una monarquía hereditaria y constitucional. Sin
embargo, a poco de asumir, Iturbide disolvió el Congreso y lo reemplazó
por una Junta con poderes legislativos. En 1823, una rebelión dirigida por
el general Antonio López de Santa Anna derrocó a Iturbide y puso fin al
Primer Imperio Mexicano.
En 1863, durante la segunda intervención francesa en México, se instauró
nuevamente una monarquía, conocida como Segundo Imperio Mexicano. Para
ocupar el trono fue elegido el archiduque Maximiliano de Habsburgo,
hermano del emperador de Austria Francisco José I, quien adoptó el nombre
de Maximiliano I. Si bien el Segundo Imperio fue creado como una monarquía
constitucional, la Constitución que debía regirlo nunca llegó a sancionarse.
El Segundo Imperio finalizó en 1867, con la derrota de las tropas francesas
frente a los republicanos liberales, liderados por Benito Juárez.
El mito del 'derecho divino' de los reyes se basaba en la idea de que Dios o los
dioses escogían al rey para estar en el poder y este sólo era responsable ante
Él o ellos, como ocurría con los faraones de Egipto o los emperadores romanos.
En Oceanía
Reino Independiente de Samoa (gobernado por Sualauvi II)
Reino de Tonga (gobernado por Tupou VI)