Está en la página 1de 4

El fantasma de Canterville es una novela corta del escritor, dramaturgo y ensayista Oscar

Wilde, publicada por primera vez en 1887 a través de dos entregas. Posteriormente fue
incluida en la segunda colección de narración ficcional del autor, titulada El crimen de lord
Arthur Saville y otras historias.
La obra se concentra en la familia Otis, quienes llegan a Inglaterra desde los Estados
Unidos para vivir en el castillo de Canterville. Sin embargo, este sitio es bastante particular
ya que desde hace tres siglos habita allí un fantasma que ha hecho imposible que las
personas puedan vivir en el castillo.
Esta novela ha sido llevada a distintos escenarios, tales como el cine, el teatro y la
televisión, y se ha conformado como una de las novelas más aclamadas del autor, además
de un clásico de la literatura que refleja la contraposición entre la nobleza y sus
costumbres con la vida burguesa del siglo XIX.
Resumen
La obra inicia cuando Mr. Horim B. Otis, ministro de los Estados Unidos, llega a Inglaterra
con el deseo de comprar el castillo de Canterville, propiedad de Lord Canterville. Sin
embargo, este le menciona que no puede venderle la propiedad sin antes avisarle que
desde 1584 existe allí la presencia de un fantasma, el cual ha impedido que la familia viva
en el castillo.
Mr. Otis expresa que no cree en fantasmas ya que sus costumbres republicanas, al
contrario de las inglesas, no le permiten tener ciertas fantasías, así que no le ve ningún
problema. Después de comprar el castillo llega a él junto a su esposa, la señora Otis; su
hijo mayor Washington, la señorita Virginia E. Otis y los gemelos, también llamados
Estrellas y Barras.
La señora Umney, ama de llaves, los recibe en Canterville y la familia empieza a explorar la
casa. Cuando se dirigen hacia la biblioteca notan una mancha de sangre en la alfombra, y
el ama de llaves les menciona que es imposible limpiarla ya que pertenece a Lady Eleanore
de Canterville, asesinada por su esposo Sir Simon de Canterville, y que aquella mancha era
casi que una atracción para los turistas. Además, el limpiarla podría hacer enojar al
fantasma de Sir Simon.
Washington se empeña en limpiar la mancha de sangre con un producto americano, y
cuando lo hace cae un terrible estruendo y el ama de llaves se desmaya. La señora Otis
pregunta qué pueden hacer cuando un ama de llaves se desploma, a lo que Mr. Otis
responde que podrían bajarle el sueldo. Al escuchar esto ella se levanta inmediatamente.
Al día siguiente la mancha vuelve a aparecer y la situación se repite, solo que la mancha va
cambiando de color, por lo que deciden contactar a unos psíquicos para resolver dicho
problema.
Posteriormente la familia se va de paseo y olvida totalmente el asunto de la mancha de
sangre, algo a lo que le restan importancia. En la noche, cuando todos están durmiendo, el
fantasma empieza a acechar a la familia, arrastrando las dos cadenas que lleva colgadas en
las manos. Al escuchar el ruido Mr. Otis le dice que puede darle un poco de aceite para
que sus cadenas no suenen tanto. El fantasma se queda sorprendido por la respuesta de
Mr. Otis.
El fantasma sale corriendo, enojado y gritando porque el plan no salió como esperaba. Al
escucharlo, los gemelos empiezan a lanzarle almohadas, lo que frustra aún más su plan de
asustar a la familia. La siguiente noche idea un mejor plan y se viste con una armadura,
pero esta es demasiado pesada para él, por lo cual se cae. El sonido hace que la familia se
despierte y los gemelos empiezan a lanzarle piedras.
La señorita Virginia nota que el fantasma está herido por la caída, así que lo ayuda a curar
una de sus rodillas. De ahí en adelante decide que seguirá intentando asustar a los demás,
pero que no le hará nada a Virginia debido al gran detalle que tuvo con él.
Una de sus estrategias consiste en seguir cubriendo la alfombra con la mancha de
supuesta sangre, a pesar de todas las ocasiones en que Washington la vuelve a limpiar. Un
día la mancha cobra un tono verde esmeralda, lo cual le encanta a la familia, por lo que
deciden no volver a limpiarla.
Así, en vez de dar miedo, el fantasma se convierte en un entretenimiento, sobre todo para
los gemelos que disfrutan al verlo esforzarse y fallar en todos sus intentos. En una ocasión
el fantasma enferma ya que los gemelos le arrojan un balde de agua fría sobre su cabeza.
Además de estar enfermo y enojado, Sir Simon se siente totalmente devastado, dado que
la reputación y el miedo que había cosechado a través de siglos parecía no valer nada para
la familia Otis.
El Duque de Cheshire, amigo de la familia, empieza a realizar visitas constantes, y al
fantasma de Sir Simón no le agrada para nada este sujeto, pero decide no asustarlo para
no ser visto por los demás integrantes. En una de esas visitas la Señorita Virginia sale a
cabalgar con el duque, pero se le rompe el vestido al tratar de pasar una cerca, por lo que
decide entrar en la casa por la puerta de atrás para pedirle a su madre que le arregle el
vestido, pero en cambio se encuentra con el fantasma.
En un principio Virginia se asusta y piensa en salir corriendo, pero ve al fantasma tan triste
y solo que decide acercarse para decirle que no se preocupe, que los gemelos pronto se
irán y no le harán más travesuras, y que si se porta bien podrá volver a estar en la casa. Él
le responde que estar así no tiene propósito alguno, ya que su responsabilidad como
fantasma es asustar y que su odiosa familia se lo está impidiendo.
Virginia se enoja y le dice que el odioso y grosero es él, ya que siempre notó que robaba
sus pinturas para hacer las manchas de sangre sobre la alfombra, y que además era un
hombre malo por asesinar a su esposa. Sir Simón le responde que no entendería los
motivos por los cuales la asesinó, pero que es una cuestión de familia, y que lo único que
quiere a estas alturas es descansar, ya que por más de 300 años no ha podido dormir.
Virginia se conmueve y le pregunta si no tiene un lugar para dormir, él dice que no, pero
que le encantaría yacer bajo el pasto y descansar. Le pide ayuda, ya que la leyenda de la
biblioteca dice que solo una niña con buen corazón será capaz de ayudarlo, si llora y reza
por él. En un primer momento ella duda, pero finalmente decide ayudarlo. Sir Simón le
dice que tendrá que llevarla a un lugar horrible, donde verá y escuchará cosas terribles,
pero que no se asuste ya que nada puede tocar el alma pura de una niña.
Cuando la familia Otis se dispone a cenar notan la ausencia de Virginia, la buscan por
todas partes y llegan a pensar que unos gitanos a los que Mr. Otis había dejado quedar en
su patio días atrás la han raptado. Salen entonces en búsqueda de los gitanos junto al
duque Cheshire, pero dicha excursión es en vano y no saben qué pensar sobre el destino
de la niña.
Cuando el reloj marca las 12 en punto y empieza a sonar, un ruido estridente sale de la
casa. La familia se asusta y corre hacia el lugar de donde proviene el sonido, y desde un
pequeño pasillo sale Virginia llevando un cofrecito con joyas que le ha obsequiado Sir
Simon. Todos se alegran enormemente de verla, y ella con una actitud seria menciona que
ha estado con el fantasma, el cual está muy arrepentido y al que todos deben buscar de
inmediato.
Virginia guía a la familia por un sótano secreto y allí encuentran un esqueleto encadenado,
el cual está en posición de arrastrarse junto a un vaso y un plato fuera de su alcance.
Virginia toma la mano del esqueleto y empieza a rezar, acto seguido uno de los gemelos ve
por la ventana cómo crece un hermoso cerezo, señal de que el fantasma realmente se ha
arrepentido y ahora está descansando.
Días después preparan el funeral para Sir Simon, y todo fue tal cual él lo esperaba. Al ver
aquella escena, a Virginia se le llenan los ojos. Tiempo después se casa con el duque y se
convierte también en una duquesa. Después de su luna de miel vuelven al castillo de
Canterville y visitan la tumba de Sir Simon. Allí el duque le pregunta si alguna vez le
contará lo que ha vivido cuando se fue con el fantasma. Virginia menciona que aquel es un
secreto que no puede revelar a nadie, pero que gracias al fantasma ha aprendido sobre el
amor y la vida.
Personajes
Hiram B. Otis: ministro estadounidense que llega a Inglaterra junto a toda su familia para
vivir en Canterville. Se caracteriza por ser un hombre escéptico, materialista y fiel a las
ideas republicanas promulgadas en su país de origen.
Señora Lucrecia Otis: esposa de Mr. Otis. Una mujer de apariencia hermosa según las
costumbres estadounidenses y totalmente entregada a su hogar.
El fantasma de Canterville – Sir Simon Canterville: hombre de origen noble que vivió en el
castillo en épocas medievales. Asesinó a su esposa y fue condenado por dicho pecado a
penar como fantasma por la eternidad.
Señorita Virginia Otis: hija de la familia Otis. Tiene 15 años, es rubia de ojos azules y se
caracteriza por su gran nobleza. Es la única persona que se ofrece a ayudar al fantasma en
su pena.
Washington Otis: hijo mayor de los Otis. Un hombre joven, práctico y escéptico hacia la
presencia del fantasma. Sus padres le dieron ese nombre para mostrar su gran sentido
patriótico y republicano.
Los gemelos: hijos menores de la familia Otis. Son traviesos y por ello le hacen la vida
imposible al fantasma. También tienen el apodo de Estrellas y Barras, en referencia a la
bandera de los Estados Unidos y a lo traviesos que pueden llegar a ser, hecho por el cual
siempre resultan castigados.
Análisis literario
El fantasma de Canterville es una novela corta que mezcla el humor y el estilo gótico
característico del autor, en un relato que pretende mostrar los contrastes de culturas entre
Inglaterra y Estados Unidos, a fines de la época victoriana.
Uno de los aspectos más importantes de la obra es el cambio de mentalidad de la época
provocada por el progreso industrial y tecnológico. Relacionado con lo anterior, el ascenso
de la clase burguesa y los intereses materialistas en contraposición con una sociedad
aristócrata en declive.
Para escribir esta novela, Oscar Wilde se inspiró en sus viajes como conferencista en los
Estados Unidos. Allí pudo notar las diferencias culturales entre los dos países
angloparlantes, por lo cual alrededor de los 7 capítulos se pretende realizar una sátira de
la sociedad materialista y costumbrista del momento; mostrando que, al final, aspectos
como la humildad, la nobleza, la amabilidad, el amor y el perdón son los más importantes
para vivir en tranquilidad.
Frases
“Sí, la Muerte. La Muerte debe ser hermosa. Yacer en la tierra oscura y blanda, con el
pasto ondeando sobre uno, escuchando el silencio. No tener ayer ni mañana. Olvidar el
tiempo, perdonar la vida, estar en paz”. El fantasma de Canterville.
“Él me hizo ver qué es la vida, qué significa la Muerte y por qué el Amor es más fuerte que
ambas”. Virginia Otis.
“Puedes guardar tu secreto todo el tiempo que quieras, mientras yo tenga tu corazón”. El
Duque de Cheshire.
“Sus dedos estaban fríos como el hielo y sus labios abrazaban como el fuego”. Narrador.
“Creo que el país de los abuelos está tan lleno de gente, que no hay buen tiempo bastante
para todo el mundo. Siempre opiné que lo mejor que pueden hacer los ingleses es
emigrar”. Mr. Otis.
Acerca del autor
Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde fue un escritor, poeta, dramaturgo y conferencista que
nació en Dublín, Irlanda, el 16 de octubre de 1854 y murió en París, Francia, en el año
1900.
Estudió en la Portora Royal School de Euniskillen, en el Trinity College de Dublín y
posteriormente en el Magdalen College de Oxford, donde ganó uno de los premios de
poesía más prestigiosos de la época. Fue reconocido por su producción escrita,
conferencias y obras de teatro que se dedicaba a componer para las casas teatrales más
importantes del momento.
Entre sus obras más importantes se encuentran El príncipe feliz (1888), El retrato de
Dorian Gray (1890), Salomé (1896), La importancia de llamarse Ernesto (1895), entre
otras. Su novela más reconocida, Dorian Gray, le llevó fuertes críticas en la época, ya que
se le reprochó el promover tendencias sodomitas. Posteriormente un marqués lo acusó de
mantener relaciones homosexuales con uno de sus amigos, lo cual le costó dos años de
prisión.
Todos los triunfos obtenidos y su reputación se vieron truncados por los juzgamientos de
la época, por ello al salir de prisión se cambió el nombre a Sebastian Melmoth y se radicó
en París. Allí pasó sus últimos días en una delicada situación económica y de salud. Solo
hasta mucho tiempo después de su muerte, sus obras volvieron a publicarse y a ser
reconocidas por el mundo literario.

También podría gustarte