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René Van Dalen

BLACK HEART AND RED


REDEMPTION
Iron Dogz MC 03
Sinopsis:
Tori
Correr a casa para lamer sus heridas le había parecido
una buena idea. Necesitaba recuperarse después de una
cirugía mayor y llorar la pérdida de su mejor amigo y de su
carrera.
Y regresar a Ciudad del Cabo la alejaría de su antigua
vida.
No esperaba que el aburrimiento llegara tan pronto o que
la llevara a meterse en problemas. O que sus problemas la
dejarían a merced del Iron Dogz MC y del único hombre al
que tenía que evitar a toda costa.
Años después, todavía podía escuchar sus amenazas y
seguían aterrorizándola.
Tenía que permanecer escondida, pero las Parcas y las
brujas, tenían una idea diferente.
Beast
Como ejecutor de su club, cruzaba la línea hacia la
oscuridad todo el tiempo. Había acogido la oscuridad en su
frío y negro corazón para no sentir el vacío de una pérdida
sufrida hacía mucho tiempo. Una pérdida de la que era
responsable.
Sus hijas eran los únicos puntos brillantes en una vida
oscura. Él haría cualquier cosa por ellas. Pelear con la
zorra de su ex por la custodia exclusiva después de
descubrir que habían abusado de ellas lo tenía muy cerca
del límite. Un límite que no se atrevía a cruzar. Al menos no
ahora. Su atención está centrada en sus hijas y los asuntos
del club pasan a un segundo plano por un tiempo.
Hasta el día en que regresa a la mesa del club y escucha
su nombre.
El de la chica que nunca olvidó. La chica que espantó.
Había regresado y ya no era una chica.
Necesitaba la protección del club. Ella lo necesitaba y él
nunca la dejaría ir.
Capítulo 1
Tori
Mi corazón latía violentamente en mi pecho mientras
yacía escondida en el espacio detrás de la lavadora y la
secadora. Uno de mis guardias me había empujado hacia el
pequeño escondite justo después de que oímos los primeros
disparos. Me había encerrado en la oscuridad con una
advertencia de que permaneciera callada y me quedara
inmóvil hasta que él regresara por mí. El espacio era
pequeño y estrecho, lo que me obligó a esconder la cabeza
entre las rodillas. El dolor era insoportable, pero cerré la
boca con fuerza y solo respiré.
En mi cabeza seguía repitiendo un mantra muy conocido
para ahogar el dolor.
Has tenido cosas peores, recuerda, has tenido cosas
peores. Esto no es nada. Has sufrido cosas peores y has
sobrevivido. También sobrevivirás a esto.
El dolor palpitaba a lo largo de mis costillas y en mi
muñeca gravemente torcida. Pero no era nada comparado
con el dolor ardiente en mi pierna y espalda. Los bastardos
habían centrado sus puñetazos y patadas en mi cara,
costillas y especialmente en mi pierna y espalda baja. Me
quedé petrificada porque un año de meticulosa cirugía
reconstructiva y rehabilitación habían sido destruidos y
luego empeorado al obligarme a contorsionarme para
encajar en el escondite. Pero no había otras opciones… era
el escondite o nada.
La doctora de Dominick se había ocupado de las costillas
y la muñeca, pero estaba preocupada por mi pierna. Ella
me había envuelto toda la pierna con vendas elásticas y me
ordenó que la mantuviera inmóvil hasta que pudiera acudir
a un especialista. Sabía que si sobrevivía hoy sería
imprescindible visitar a un especialista en ortopedia si
quería caminar sin cojear. Y no iba a pensar en bailar en
este momento. La supervivencia era lo primero.
Los disparos cesaron de repente y me quedé paralizada
mientras respiraba muy, muy suavemente. Esperé en
silencio a que uno de los guardias viniera y me dejara salir,
pero no lo hicieron, y entonces supe que era malo, muy
malo. Escuché portazos, cristales rotos y hombres gritando.
Oh Dios. Estaban registrando la casa.
Mi corazón se aceleró salvajemente mientras jadeaba de
miedo. Sentía como si fuera a estallar en mi pecho
demasiado pequeño.
Voces burlonas resonaban por toda la casa y mantuve la
mano apretada sobre mi boca y la cabeza sobre las rodillas
para evitar que se escaparan los terribles gemidos
atrapados detrás de mis labios.
—¡Victoriaa, ey Victoooriaaa! Vamos, perra. No puedes
esconderte de nosotros. Sabes que te vamos a encontrar.
Hazlo más fácil para ti y sal ahora.
Estremecimientos de dolor y miedo sacudían mi cuerpo y
apreté los dientes presionando el rostro con más fuerza
contra las rodillas. No podía permitir que se me escapara el
más leve chillido. Si eso pasara estaría muerta. Y mi muerte
no sería fácil.
¿Cómo mierda se había convertido mi vida en este jodido
desastre? Quería resoplar ante mi estúpida pregunta. Sabía
muy bien por qué estaba atrapada en este horrible
desastre.
Si me hubiera quedado en la sala de visitantes de
Maingarde Enterprises, nada de esto estaría sucediendo.
Estaría a salvo en casa en lugar de escondida en un
pequeño agujero oscuro.
¿Realmente había pasado sólo un día desde que mi vida
se convirtió en una mala película de mafia?
Hacía un día estaba en Maingarde Enterprises esperando
hablar con Dominick Maingarde sobre financiar una
escuela de danza para niños desfavorecidos cuando los
escuché. Dos hombres en la oficina detrás de mí habían
estado planeando casualmente el asesinato de un conocido
hombre de negocios local. Sus voces habían llegado hasta
donde yo estaba. Debería haber fingido que no había oído
nada. En lugar de eso, como la heroína de una mala
película, jadeé y los alerté de mi presencia. Cuando uno de
ellos ordenó descuidadamente a un guardia de seguridad
que “silenciara a la perra”, escapé.
Me sentí absolutamente surrealista cuando me di cuenta
de que mi vida no valía nada para esos hombres. Después,
por alguna razón estúpida e inexplicable, en lugar de
correr hacia Dominick, me fui a casa. ¡A mi casa!
¿En qué mierda había estado pensando?
Cuando llegué a casa me estaban esperando, entraron
violentamente cuando intenté cerrarles la puerta en la cara
y echar cerrojo. Escapé a mi habitación, donde podía poner
una puerta entre nosotros. No fui lo suficientemente
rápida. No me mataron inmediatamente. En lugar de eso,
me golpearon y me lastimaron la pierna ya debilitada
mientras hacían sus estúpidas preguntas.
¿Qué escuché? ¿A quién vi?
Negué haber oído o visto algo y soporté su tortura
mientras rezaba por una oportunidad, sólo una pequeña
oportunidad para escapar de ellos. Elevé varias oraciones
silenciosas mientras me pateaban y golpeaban hasta que
yacía sangrando y con un dolor insoportable en el suelo de
mi habitación.
Y entonces mis desesperadas oraciones fueron
contestadas. Los bastardos decidieron divertirse un poco
antes de matarme.
—Busquemos un poco de alcohol, vertámoslo en su
garganta para relajarla y tengamos una pequeña fiesta.
Quiero meterle la polla en cada maldito agujero y hacerla
sangrar antes de que la matemos—dijo uno de los
espeluznantes bastardos mientras me miraba con ojos fríos
y muertos.
—Mierda, encerrémosla en el dormitorio para que no
pueda salir. No es que vaya a llegar muy lejos con su jodida
pierna lisiada. Estará aquí esperándonos cuando
regresemos—dijo el otro y soltó una risa desagradable
mientras se agarraba la entrepierna de manera sugerente.
Mi fuga se repitió como una película en mi cabeza
mientras me estremecía de dolor en mi pequeño escondite.
Esperé dos o tres segundos después de que cerraron la
puerta antes de moverme.
Respirando con pequeños jadeos dolorosos, me arrastré
por el suelo hasta la puerta del dormitorio, me paré contra
ella y silenciosamente cerré los cerrojos que no habían
notado. Luego me acerqué cojeando a mi mesita de noche,
donde la llave de emergencia estaba pegada con cinta
adhesiva al fondo del cajón. Era una llave muy especial.
Una llave que abría las cerraduras antirrobo 1 instaladas
en las ventanas de mi dormitorio. A lo lejos los oía tirar
cosas de mis armarios mientras buscaban alcohol. Con las
manos temblando violentamente, me balanceé sobre mi
pierna buena frente a la ventana.
No me molesté en contener mis gemidos de dolor porque
ayudaba a cubrir lo que estaba haciendo. Empujando
silenciosamente las cortinas hacia un lado, introduje la
llave en la primera cerradura y sostuve la almohada que
había agarrado de la cama sobre ésta, amortiguando el
ruido mientras la abría, hice lo mismo con las tres
cerraduras una tras otra. La barrera antirrobo se plegó en
silencio mientras la empujaba para abrirla. Agradecí a las
deidades que el alféizar de la ventana no estuviera muy alto
y abrí la ventana sigilosamente. Gimiendo de dolor, levanté
con cautela mi pierna herida por la ventana,
balanceándome sobre mi pierna buena y bajándome en el
alféizar de la ventana. Sentada de lado, levanté con
cuidado mi pierna buena y la bajé sobre el césped mientras
me sostenía con la mano sana, tratando de no poner ningún
peso sobre mi pierna lesionada. Casi lo logré. Casi pero no
del todo.
Un dolor candente me atravesó cuando mi pierna chocó
contra la pared y me mordí los labios para evitar que se me
escapara un grito de dolor mientras mis ojos se nublaban
por las lágrimas. Intentar ponerme de pie fue aún peor y
apreté los dientes contra el dolor. Puntos oscuros cruzaron
mi visión y me quedé petrificada porque iba a desmayarme.
Respiré profundamente y me obligué a pararme sobre una
pierna, corrí las cortinas de la ventana y cerré las barreras
antirrobo lo más silenciosamente posible. Los fuertes clics
cuando se cerraron me hicieron encogerme de miedo y
rápidamente cerré la ventana. Obligándome a moverme,
crucé el césped cojeando y salí por la puerta tan rápido
como me lo permitían la pierna y las costillas doloridas. No
podía llamar a Uber o Bolt porque mi teléfono estaba
dentro con esos animales. Sin mirar ni una sola vez hacia
mi casa y rezando para que esos bastardos estuvieran
demasiado ocupados buscando alcohol para mirar por las
ventanas, caminé calle abajo.
Estaba cojeando y tambaleándome por la acera cuando la
señora Van de Merwe, que vivía a dos casas de la mía,
detuvo su pequeño coche con un chirrido junto a mí. Sus
ojos azul pálido estaban muy abiertos y sorprendidos
mientras bajaba la ventanilla del pasajero.
—¡Liewe hemel mi especie! (NdelT: Dios mío, hija mía)
¡Klim adentro! (NdelT: Entra) Te llevaré al hospital. ¿Quién
te hizo esto?
Agradecí el viaje, pero no había manera de que fuera al
hospital. Tenía que llegar hasta Pixie. Era el único lugar
donde sabía que estaría a salvo. Su estudio de tatuajes
estaba bajo la protección del Road Warriors MC, era el
único lugar donde estaba segura de que esos bastardos no
podrían tocarme. Además, ella era la hermana de
Dominick.
—Muchas gracias por detenerse, señora Van. Por favor, al
hospital no. Si pudiera dejarme en la tienda de Pixie, mis
amigos me ayudarán. Este tipo está loco y tiene conexiones
en todas partes. Me estará buscando en los hospitales. Por
favor, prométame que no le dirá a nadie que me recogió. Es
peligroso y no quiero que le hagan daño.
Ella me miró con los ojos entrecerrados y supe que no me
creía.
—No sé por qué las jóvenes no son más cuidadosas con
los hombres con los que salen. ¿Es uno de esos moteros
que he visto en tu casa? —me regañó ella enojada pero no
me dio oportunidad de responder—. Te dejaré, pero quiero
tu promesa de que recibirás ayuda. No se puede permitir
que ese bastardo se salga con la suya.
—No fueron los moteros, señora Van. Nunca golpearían a
una mujer. Va en contra del código de su club. Le prometo
que recibiré toda la ayuda que necesite una vez que llegue
a la tienda de Pixie—dije suavemente.
Sus agudos ojos azul pálido escanearon mi rostro antes
de asentir, aparentemente satisfecha con mi respuesta,
después conducimos en silencio hasta que se detuvo frente
a Mainline Ink.
—Nosotras las mujeres debemos unirnos contra los
abusadores, niña. Se han salido con la suya durante
demasiado tiempo. Ésta es mi pequeña contribución como
miembro de la hermandad. —Ella me guiñó un ojo y esbozó
una pequeña sonrisa preocupada.
—Gracias, señora Van. Prométame que no volverá a casa
todavía; manténgase alejada tanto como pueda. Y si alguien
le hace alguna pregunta, finja que es una vieja chiflada o
algo así. Manténgase a salvo, por favor.
Su rostro se suavizó.
—Me volveré completamente loca si alguien viene a
preguntar, cariño. Cuídate. Y si pudieras decirme que estás
bien, te lo agradecería.
Asentí y reuniendo mi coraje, me deslicé fuera del coche
y después observé como mi salvadora de pelo canoso se
alejaba lentamente después de una última mirada
preocupada.
Zanele gritó cuando entré por la puerta cojeando lenta y
dolorosamente y la tienda se sumió en un caos total
mientras todos irrumpían hacia el frente. Todos excepto el
hombre con el chaleco de cuero que inmediatamente cerró
la puerta detrás de mí y tuvo un teléfono en la oreja.
Llamaría al club. Maldita sea.
—¡Oh Dios mío, Tori! —gritó Pixie cuando me vio.
Pixie Maingarde, propietaria de Mainline Ink, ha sido una
de mis mejores amigas desde el preescolar. Nos hicimos
amigas cuando ella le dio una patada en los testículos al
matón de la escuela por arrebatarme mi bolso de ballet y lo
ahuyentó. Yo tenía tres años y ella siete, era una de las
niñas más grandes del colegio. Mi edad no le impidió
convertirse en mi amiga. Y nuestra amistad no hizo más
que crecer con el paso de los años.
El baile ha sido parte de mi vida desde que asistí a mi
primera clase cuando tenía tres años. Desde muy joven
sabía que iba a ser bailarina. Era todo lo que quería hacer.
Mi madre me matriculó en una academia de ballet y,
finalmente, en la Escuela de Artes. Entré en mi primera
compañía de ballet a los quince años. Mi carrera me llevó a
Londres y luego a Nueva York. Todo terminó a las
veintiséis, cuando el autobús de gira en el que viajaba
nuestra compañía de danza fue atropellado por un camión
fuera de control. Tuve suerte de sobrevivir al accidente.
Muchos no lo hicieron. Ilya Ivanov, mi mejor amigo, a veces
amigo con beneficios, y compañero de baile había sido uno
de los desafortunados. Murió sosteniendo mi mano
mientras yacíamos atrapados entre los restos.
Pixie había estado ahí para mí cuando necesitaba una
amiga y un hombro sobre el que llorar. Ella vino a Nueva
York y me abrazó mientras lloraba por Ilya y mis amigos.
Tomó mi mano cuando el cirujano ortopédico me dio la
devastadora noticia. Mi vida como primera bailarina de
ballet había terminado. Si no fuera por mi amiga no sé qué
hubiera sido de mí. Me sumí en una profunda y oscura
depresión y rechacé recibir más tratamiento. ¿De qué
serviría? Sin mi baile ¿qué me quedaba? Sentía que no me
quedaba nada por qué vivir.
Fue Pixie quien me intimidó para que aceptara las
cirugías y la rehabilitación que me devolvieron la
movilidad. Sin ella a mi lado no creo que lo hubiera logrado
porque mis padres estaban tan absortos en el nuevo bebé
de mi hermano que no se dieron cuenta, ni les importó el
estado en el que me encontraba. Es gracias a su
perseverancia que ahora caminaba sin cojear y todavía
podía bailar, no como antes, pero todavía podía ponerme de
puntillas y bailar.
Después del último abuso en mi pierna no estaba segura
de cuándo volvería a bailar, o si alguna vez lo haría, o si
caminaría sin cojear. Tendría que ver a un especialista en
ortopedia, pero no hoy. Me estarían vigilando.
Desafortunadamente tenía que ver a un especialista o el
daño en mi espalda y en mi pierna podría ser permanente.
Era una mierda.
—Vamos a llevarte atrás, chica. ¿Quién mierda te hizo
esto? —me preguntó Pixie mientras ella y Zanele me
llevaban a la habitación privada en la parte de atrás donde
hacían piercings y esas cosas. No pude sofocar el gemido
de dolor mientras me ayudaban a subir a la mesa.
Antes de que pudiera decírselo, la tienda tembló con el
sonido de varias motos que se acercaban. No mucho
después Rooster seguido de Crash y Boxer irrumpieran en
la habitación, me miraran y estallaran.
—¿Quién mierda te hizo esto? Necesito nombres, Tori—
gruñó Rooster mientras se agachaba junto a la mesa.
Les conté lo que había oído y la golpiza resultante. Pixie
gruñó brutalmente y tomó el teléfono, pero Rooster la
agarró de la muñeca y no la dejó marcar.
—¿Estás segura de que quieres llamarlo, Pixie?
—Oh, sí. Éste es su desastre, esto sucedió debido a su
jodido negocio y necesita arreglarlo.
Rooster la soltó y asintió, pero pude ver que no estaba
contento.
Pixie se paró con el teléfono contra la oreja y sin la
cortesía de un saludo comenzó a gruñirle a su hermano.
—Trae tu culo a mi tienda ahora mismo, Dom. La perra de
tu socia ordenó a sus matones que liquidaran a Tori. No, no
estoy bromeando. Ella está aquí en mi tienda golpeada
hasta la mierda y esos bastardos le lastimaron la pierna.
Gracias a Dios escapó antes de que pudieran violarla. Y
necesita un especialista en ortopedia, hoy mismo.
Ella frunció el ceño con enojo mientras escuchaba
durante tal vez medio minuto.
—Está bien, estaremos aquí.
Rooster puso un dedo debajo de mi barbilla y levantó mi
cabeza para que pudiera mirarlo a los ojos.
—Tori, cariño, no nos pueden ver con ese bastardo, así
que tendré que irme antes de que llegue. Pero te prometo
que estamos en esto y estaremos atentos a la distancia. Te
juro que haremos todo lo que sea necesario para
mantenerte a salvo.
Asentí sin decir palabra. Rooster acarició suavemente mi
cara magullada con un dedo, me besó en la frente y luego
se marcharon.
Dom llegó poco después con varios hombres serios con
trajes oscuros detrás de él.
Pixie le dio un infierno cuando llegó, pero él no dijo una
palabra, solo me miró con el ceño fruncido. Salió de la
oficina y pudimos escuchar el murmullo de su voz mientras
hablaba en voz baja por el teléfono. Cuando volvió a entrar,
me levantó suavemente sin decir una palabra y me llevó
hasta la camioneta que esperaba estacionada en la puerta
trasera de Mainline Ink.
Él me trajo aquí, a esta casa. Me dijo que estaría a salvo.
Había dicho muchas cosas. No estaba a salvo. Esos locos
bastardos estaban aquí. Buscándome.
Por favor, no dejes que me encuentren. Recé en silencio.
Se estaban acercando. Podía oír las puertas de los
armarios de la cocina abriéndose y cerrándose
violentamente mientras buscaban. Sabía por qué buscaban
en los armarios. No era una persona grande, o más bien
alta. Como Pixie, yo era baja y menuda. Mi vida como
bailarina de ballet había perfeccionado mis músculos y me
había mantenido esbelta. Aunque ya no bailaba
profesionalmente, seguía con mi entrenamiento de ballet a
diario. Si quisiera, podría pasar fácilmente por una chica
joven, lo cual sólo haría bajo coacción. Amaba mis tacones
(aunque ahora tenía que tener mucho cuidado cuando los
usaba), mi ropa de moda, mi maquillaje y mis citas
habituales en la peluquería y el spa. Era una chica
totalmente femenina.
La puerta del armario justo al lado de la lavadora se abrió
de golpe y me tapé la boca con ambas manos para detener
el gemido aterrorizado que tan desesperadamente quería
escapar de mi boca.
—Ella no está en la puta casa—le gruñó el que buscaba a
alguien más que estaba ahí fuera.
—Él dijo que ella estaría aquí. Nuestro informante no
mentiría. Sabe que mataremos a su esposa si lo hace, pero
sólo después de que nos hayamos divertido—respondió otra
voz aterradora—. La perra tiene que estar escondida aquí
en alguna parte.
Oh Dios. Conocía esas voces. No iban a irse hasta que
hubieran puesto la casa patas arriba. Me iban a encontrar.
—Cuando encontremos a la pequeña perra tendremos la
diversión que nos perdimos. Quiero follarme ese pequeño
culo desde la primera vez que lo vi. —El asqueroso
bastardo soltó una risita espeluznante.
—Ella ha sido elegida y el jefe no dijo nada acerca de no
divertirse un poco antes de entregarla—estuvo de acuerdo
la voz aterradora.
Oh. Mi. Dios. Los horribles y espeluznantes bastardos
violadores.
No sólo iba a morir, sino que iba a ser violada primero.
—Nadie la va a tocar—los interrumpió una voz fría y sin
emociones. El alivio me invadió cuando reconocí la voz.
Los buscadores no tuvieron oportunidad de responderle.
Hubo una serie de extraños sonidos pum-pum-pum-pum
seguidos de gemidos y dos golpes fuertes. Después se hizo
el silencio. Un silencio roto por el sonido de pasos
acercándose.
Creo que hacía ruido a propósito.
—Ahora estás a salvo, Tori. Es seguro salir, cariño—dijo
suavemente mientras movía los electrodomésticos.
Gracias Dios. Muy torpemente salí de mi estrecho
escondite y me detuve a sus pies.
Me tumbé en el suelo del cuarto de lavado y miré a uno
de los hombres más bellos que he visto en mi vida.
Dominick Maingarde era ese hombre. Pero estaba muerto
por dentro y eso se notaba en sus vacíos, pero aún
hermosos ojos azules. Su espeso cabello negro estaba muy
corto para domar los rizos salvajes que compartía con su
hermana. Gruesas pestañas negras enmarcaban unos ojos
azules bajo unas cejas negras arqueadas. Sus labios eran
llenos, pero en ese momento estaban estirados en una línea
delgada y los músculos se movían bajo un rastrojo de barba
que le cubría las mejillas mientras me miraba.
La única vez que esos vacíos ojos azules mostraban un
pequeño destello de vida eran cerca de Pixie, su hermana.
No es que se vieran muy a menudo. Dominick mantenía
entre ellos una distancia que me había desconcertado
durante años. Ahora sabía por qué. Era para mantenerla a
salvo.
Pixie se había escapado de su horrible abuela cuando
tenía dieciséis años y nunca miró hacia atrás. Ella me
advirtió sobre ellos cuando le hablé de mi plan de
acercarme a Dominick en busca de financiación.
—No le pidas financiación a Dom, Tori—me había dicho—.
Esas personas son asesinas. Encontraremos la financiación
en otra parte, por favor no hagas eso—me había suplicado.
Me había burlado de ella. Bromeaba acerca de que su
familia eran asesinos. Me dirigí alegremente a una cita
para ver a Dominick Maingarde, el director ejecutivo de
Maingarde Enterprises.
Y mírame ahora. Sus palabras se habían convertido en mi
verdad.
Aquí estaba yo, en el suelo de la cocina de una casa
segura, mirando a un impasible Dominick Maingarde que
acababa de matar a dos hombres para salvarme la vida.
Mi vida tal como la conocía estaba jodidamente
arruinada.
—Levántate, Victoria. No tenemos mucho tiempo. Te
encontré un escondite mejor. Nadie podrá llegar hasta ti
allí. Una vez que haya limpiado este desastre, podrás
regresar a tu hogar. —Los tonos suaves de su voz habían
desaparecido, dejándola fría, cortante y sin emociones. La
forma en que siempre sonaba. No le había molestado tener
que disparar a esos matones. En absoluto.
Me tendió una mano.
Y oh mierda, había usado mi nombre completo, eso
significaba algo. Simplemente no sabía qué. Tomando su
mano, me levanté lenta y dolorosamente y debido a mi
maldita estatura tuve que mirarlo hacia arriba.
—Gracias por salvarme—susurré.
Sí, susurré como una maldita cobarde.
—No tenemos tiempo para quedarnos aquí y charlar,
Victoria. Traje algunas cosas para que puedas aguantar
durante una semana más o menos y te conseguiré más si
fuera necesario. He hecho arreglos para que un
especialista en ortopedia te revise la pierna cuando
lleguemos a nuestro destino. Vámonos, no tenemos mucho
tiempo.
Dicho esto, pasó por encima de los muertos como si ni
siquiera estuvieran allí y salió de la maldita cocina.
¿Cosas? ¿Qué cosas? ¿A dónde íbamos? ¿Qué mierda
estaba pasando con mi vida?
Preguntas que quedaron sin respuesta durante las
siguientes horas.
Arrastrando dolorosamente mi pierna herida, cojeé
alrededor de los muertos, evitando la sangre, e hice lo que
me dijo. No charlé, pero me movía demasiado lento para él
y una vez más me alzó y me llevó hasta la camioneta que
esperaba. Cuando vi el aparato ortopédico y las muletas en
el asiento trasero, podría haberlo besado. Pero por
supuesto que no lo hice. No se tocaba a Dominick
Maingarde sin su expresa invitación. Ni siquiera Pixie lo
hacía.
Cuando llegamos a nuestro destino, que resultó ser
Johannesburgo, Dominick me llevó a un especialista en
ortopedia y afortunadamente las lesiones no eran tan
graves como pensaba. Tenía una cita de seguimiento para
evaluar la lesión en la pierna y ver si sería necesaria una
cirugía, pero eso sucedería después de que la inflamación
hubiera disminuido. El especialista se mostró
cautelosamente optimista en cuanto a que el daño fuera
superficial y que no fuera necesaria la cirugía.
Ahora estábamos aquí. Frente a una enorme e
intimidante puerta de acero negra. Una puerta con el
emblema de un perro gruñendo y mordiendo los eslabones
de una cadena. Una puerta que estaba custodiada por
hombres con armas automáticas que apuntadas hacia
nosotros.
Conocía ese emblema. Lo había trazado con mi dedo. Lo
había admirado en su pecho musculoso.
Virgen santísima, mi vida apestaba como grandes y
malolientes bolas peludas.
No quería estar aquí. No quería verme obligada a
enfrentarme al hombre que había significado todo para mí
antes de que me rompiera despiadadamente. El ballet y la
amistad de Ilya habían curado una pequeña parte del dolor,
pero no todo. Había un lugar en lo más profundo de mi ser
que siempre dolía. Dolía porque él había sido el único.
Si tenía mucha suerte, el bastardo de corazón negro ya
no estaría en esta sede. Pero por la forma en que ha corrido
mi suerte últimamente, eso era muy poco probable. De
alguna manera sabía que él iba a estar aquí y que tendría
que enfrentarlo y no estaba preparada para eso.
Apreté los dientes por el dolor mientras yacía bajo la
manta de lana negra en el asiento trasero de la camioneta.
No le agrado a las Parcas. En absoluto. Estaba a punto de
enfrentar mi pasado, lo quisiera o no.
Capítulo 2
Kid
Sábado Noche
Kid esperaba impaciente mientras Dom hablaba en voz
baja con la mujer que yacía en el asiento trasero de la
camioneta y aunque lo intentó no podía escuchar lo que
decía. Se acercó cuando el bastardo le hizo un gesto para
que ayudara a la pequeña mujer a salir del vehículo. Él la
movió con mucho cuidado, pero ella todavía jadeaba y
gemía suavemente de dolor. Mierda. Era jodidamente
diminuta, más pequeña que DC, y no podía pesar más de 40
kilos, así de liviana era. Imposible ver qué aspecto tenía
porque tenía la cara muy hinchada y con moretones de
color negro, azul y morado. Lo que pudo ver fue una
maraña de cabello rojo brillante recogido en un moño
desordenado en la parte superior de la cabeza. Sus ojos
estaban perdidos debido a la hinchazón alrededor de
ambos. Su labio inferior estaba partido y lo habían cerrado
con dos pequeñas puntadas. Quienquiera que lo hubiera
cosido obviamente había tratado de minimizar las
cicatrices en el labio. Parecía condenadamente doloroso.
Otro corte encima de su ceja derecha había sido cerrado
con tiras de mariposa. En su pierna izquierda había un
aparato ortopédico intrincado que la cubría desde el muslo
hasta la pantorrilla. Llevaba suaves pantalones de yoga
elastizados, con la pernera izquierda abierta para
acomodar el aparato ortopédico alrededor de la pierna
lesionada. Calcetines gruesos cubrían sus pies, sin zapatos.
Si su puta cara y su pierna se veían así, él sólo podía
imaginar cómo se vería su cuerpo.
Eso lo cabreó.
—Mi nombre es Kid, ricura. Sé que duele, pero no puedo
evitarlo. Tengo que llevarte a tu habitación. Agárrate a mí y
te llevaré allí lo más rápido que pueda. ¿Vale?
La pequeña asintió con dolor y con un pequeño suspiro
relajó su diminuto cuerpo contra su pecho.
—Zig, hermano, recoge su mierda y luego ábreme las
puertas, por favor. Llevémosla arriba antes de que alguien
se dé cuenta de que nos hemos ido o la vea.
—En eso, hermano. Maldita sea, cariño, estás muy jodida,
¿verdad? —dijo Ziggy mientras miraba a la pequeña mujer
en los brazos de Kid—. Pero no te preocupes, dulzura, aquí
nadie va a llegar hasta ti. Te mantendremos a salvo.
—Resolveré la mierda en Ciudad del Cabo, Victoria.
Podrás volver a casa pronto, te lo prometo—gruñó Dom a
través de la puerta abierta.
—Gracias, Dominick. Gracias por salvarme la vida y
cuidarme—dijo la pequeña mujer con voz suave y dolorida.
Su acento era sudafricano con matices de clase alta
británica.
Zig no esperó a que Dom respondiera. Sacó el pequeño
bolso negro y las muletas del vehículo, se dirigió a la
puerta lateral, le quitó el cerrojo y la abrió mientras ellos
se acercaban. Kid lo siguió por las escaleras laterales hasta
la habitación segura para huéspedes al final del pasillo.
Esperó mientras Zig abría el cerrojo y luego la puerta de
par en par.
Gracias a Dios, la habitación no había sido dispuesta para
ningún visitante durante el día.
—Zig, baja el edredón, hermano. Quiero que esté lo más
cómoda posible. Creo que necesitamos que el doctor venga
y la revise.
—No—dijo ella al instante—. No es necesario que hagáis
eso. El médico de Dominick me examinó y me cosió,
además visité a un especialista en ortopedia. Tengo
medicamentos en el bolso. Los tomaré y dormiré. Lo único
que quiero hacer es dormir y dejar atrás los dos últimos
días.
Kid no dijo nada mientras la dejaba en la cama. Mientras
él la ponía lo más cómoda posible, Ziggy revisó el bolso,
sacó sus medicamentos y los puso en la mesita de noche.
—Necesitas un poco de agua, cariño. Iré corriendo a la
cocina y traeré un par de botellas.
Ziggy fue a buscar agua y Kid buscó en su bolso algo más
cómodo para dormir. Sacó lo que parecían unos pantalones
cortos para dormir con una camiseta a juego. Rosa con
mariposas negras por todas partes. Tan jodidamente
femenina.
—Vamos a ponerte el pijama, chica—dijo Kid y luego
sonrió cuando los ojos femeninos se agrandaron
ampliamente y negó lentamente con la cabeza.
—No voy a ser un pervertido contigo, ricura. Estás herida
y necesitas estar cómoda para poder dormir un poco.
Sin darle oportunidad de protestar, cuidadosa y
meticulosamente desabrochó el aparato ortopédico y lo
dejó a un lado. Al quitarle los gruesos calcetines, frunció el
ceño ante sus pies. No eran en absoluto lo que esperaba.
Eran jodidamente feos, con callos y los dedos de los pies
torcidos. Tenía las uñas pintadas de un rojo intenso y a él le
parecía extraño. Pero no tenía tiempo de preocuparse por
sus pies jodidos.
Sin mirarla, le bajó los pantalones de yoga y los arrojó a
los pies de la cama, luego con cuidado le deslizó los
pantalones cortos de dormir por las piernas. Ella gimió de
dolor cuando levantó las caderas para ayudarlo a subir los
pantalones por su culo. Kid no pudo evitar ver muy bien el
tatuaje cerca de su coño cubierto de encaje negro y los
moretones que cubrían su abdomen y muslos inferiores.
Revisó cuidadosamente los vendajes, volvió a colocarle el
aparato ortopédico y colocó cojines debajo de su pierna
para asegurarse de que permaneciera elevada. Ayudándola
a sentarse, le quitó la camiseta y cerró la boca con fuerza
para no volverse loco cuando vio el daño en su torso. Sin
decir una palabra, le deslizó la camiseta del pijama por la
cabeza, le desabrochó el sujetador, se lo quitó y lo arrojó
con el resto de la ropa al pie de la cama. Deslizó con
cuidado sus brazos a través de las mangas y le bajó la
camiseta hasta el vientre.
Durante todo el proceso ella jadeó y gimió suavemente.
Kid deslizó el brazo detrás de su espalda y la bajó contra
las almohadas que había apilado detrás de su espalda.
Cuando le cubrió el pecho con el edredón, ella soltó un
pequeño suspiro de alivio. Estaba sacando dos de los
analgésicos que le habían recetado cuando Ziggy regresó a
la habitación.
Zig abrió la botella de agua y ambos observaron como
ella tragaba los analgésicos y con un profundo suspiro se
relajaba contra las almohadas.
—Tenemos que volver a la fiesta, pequeña, pero te dejo
un prospecto aquí para que te cuide. Si necesitas algo,
díselo y él se pondrá en contacto con Ziggy o conmigo.
Volveré más tarde para ver cómo estás. ¿De acuerdo?
Ella murmuró algo ininteligible y cayó en un sueño
medicado. Sus píldoras eran condenadamente fuertes.
Después de confiscarle el teléfono, Kid siguió a Zig fuera
de la habitación y cerró la puerta detrás de él.
—¿A quién vamos a dejar con ella? La han golpeado hasta
convertirla en pulpa, hermano—dijo Zig con el ceño
fruncido y preocupado.
Kid suspiró.
—Haré que Sam la cuide. La ayudé a ponerse el pijama,
hermano. Quien hizo esto, la golpeó a conciencia. Está
cubierta de moretones y marcas y le jodieron la pierna.
—¿Fue violada? —gruñó Ziggy en voz baja.
—No vi moretones en la parte interna de sus muslos, los
revisé, así que diría que no.
—Gracias al carajo por eso al menos. Voy a mi oficina y
haré una investigación profunda de ella. Dame su teléfono,
quiero asegurarme de que no tenga rastreadores, ni
mierdas y además ayudará con su verificación de
antecedentes. Iré a buscarte si encuentro algo. —Ziggy
tomó el teléfono y desapareció escaleras abajo hacia su
oficina.
Kid se quedó en el pasillo mirando la puerta de la mujer
durante aproximadamente un minuto antes de irse. Por
alguna razón se sentía tremendamente protector con la
diminuta mujer detrás de la puerta. Era extraño sentirse
tan protector con alguien después de años de no sentir
nada en absoluto. Le ordenó a Sam que se sentara con ella
antes de regresar a la fiesta y asintió con la cabeza hacia
Hawk. Haciéndole saber que la mujer estaba instalada y a
salvo.
Ahora estaba bajo su protección y nadie volvería a tocarla
nunca más.

Beast
Beast y Sin sacaron a la perra loca de su santuario
subterráneo con una sólida capucha negra sobre la cabeza,
asegurándose de que no viera nada. Spider abrió las
puertas delante de ellos y constató que no hubiera moros
en la costa. No era necesario que los vieran escoltando a
una prisionera fuera de la sede del club. Mientras
caminaban por el pasillo hacia la puerta lateral, vio la
espalda de Kid desaparecer escaleras arriba con alguien en
brazos. La mujer que tenían que mantener a salvo estaba
obviamente herida, de lo contrario él no la cargaría. No
podía ver ninguna parte de la mujer excepto parte de un
pie cubierto con un calcetín. Un pie muy pequeño.
Al escuchar el clic de la puerta lateral oculta al abrirse,
se giró y vio que Sin también había estado mirando la
espalda de su hermano. Levantó las cejas y Beast
simplemente se encogió de hombros, empujó a la perra loca
a través de la puerta y rápidamente la llevó al garaje donde
Dominick Maingarde estaba esperando con los brazos
cruzados sobre el pecho, apoyado contra su vehículo. Se
suponía que el bastardo esperaría dentro de la camioneta.
Cabrón.
El hijo de puta estaba vestido con un traje oscuro como
de costumbre y sus ojos azules sin vida observaban
mientras detenían a la perra frente a él. Aflojando las
ataduras de la capucha, la levantó lo suficiente para
mostrarle al hombre que la perra estaba amordazada,
luego la bajó y la volvió a atar.
Maingarde no dijo una palabra, solo asintió y luego le
hizo un gesto a uno de sus hombres para que la cargara.
Beast, Sin y Spider observaron cómo la arrojaban
rápidamente al lugar de carga del SUV y la esposaban a
una muy útil argolla de acero sujeta a la carrocería del
vehículo. Sus piernas recibieron el mismo trato. No iban a
correr ningún riesgo de que se escapara. Desde el respaldo
del asiento bajaron una placa deslizante sobre ella y la
bloquearon en su lugar y entonces la puerta trasera se
cerró de golpe. Para todos los efectos, estaba encerrada en
una caja en la parte trasera del SUV. Invisible a los ojos
curiosos.
Dios. Dominick Maingarde era terriblemente eficiente.
—Decidle a Ice y Hawk que el problema se solucionará.
Me pondré en contacto con respecto a mi paquete tan
pronto como tenga todo solucionado. No dejéis que le pase
nada, ella es muy importante para mí.
Con un breve movimiento de cabeza, se deslizó en el
asiento del pasajero y se unió a sus dos hombres que ya
estaban en el vehículo. Los dos SUV con ventanillas
oscuras que esperaban afuera, se formaron, uno delante y
otro detrás, cuando ellos atravesaron la puerta.
—Eso estuvo jodido, amigo—murmuró Sin mientras los
veían irse.
Spider se quedó con las manos en los bolsillos y asintió.
—Necesito un trago después de esta mierda.
—Sí, yo también. Volvamos a la fiesta. Esas amigas de
River son realmente atractivas y quiero entrar ahí antes de
que otro hermano se las lleve—dijo Sin con una sonrisa
lasciva.
—No tienes ninguna posibilidad, amigo. —Beast sonrió—.
Esas perras te han descubierto. No se dejarán engañar por
tu mierda. Yo tengo más posibilidades de anotar con una de
ellas.
Spider y Sin se echaron a reír.
—No va a suceder, Beastman. Esas perras echaron un
vistazo a tu tamaño, la salvaje barba negra, el gorro negro
y los ojos negros y casi se mearon en sus bragas esta
mañana.
—Gilipolleces, ellas vieron todo esto y se quedaron sin
palabras—bromeó Beast mientras agitaba una mano sobre
su cuerpo.
Sin se rio, le dio una palmada en la espalda y negó con la
cabeza.
—Sigue soñando, hermano mío. El único coño que
conseguirás es si Chris te da el suyo.
Beast negó con la cabeza.
—No iré allí. Nunca más me ataré a otra zorra del club,
hermano. Aprendí la lección de la manera más difícil. Chris
quiere más de lo que estoy dispuesto a dar, así que me he
mantenido alejado. No quiero darle una idea equivocada.
—Me alegra que lo hayas notado, hermano. Es una buena
chica y era muy obvio que le gustas, pero a ti ella no—soltó
Spider por encima del hombro mientras comenzaba a
caminar de regreso hacia la fiesta.
Beast se quedó en silencio. No había pensado que alguien
hubiera notado la forma en que Chris había estado
actuando últimamente. Parece que se había equivocado.
Mierda.
Siguiendo a sus hermanos, regresó a la fiesta y miró a las
mujeres. No había nadie que lo excitara e incluso si lo
hubiera, no haría nada al respecto, no esta noche. Sus
bebés estaban con una niñera en la casa de Bulldog y
pronto saldría a recogerlas.
Siguiendo a Spider y Sin hasta el bar, se bebió el trago
que tenían esperándolos. Recostados contra la barra,
Spider y él observaron cómo Sin se dirigía hacia las
mujeres. Y el bastardo no fue rechazado en absoluto. Muy
pronto estaba en la pista de baile con una bella mujer
sonriente en sus brazos.
—Esa perra no tuvo ninguna posibilidad. La tenía desde
el momento en que lo vio acercarse a su mesa—dijo Spider
y sonrió.
Beast asintió.
—Es letal con las damas.
—Joder si sé cómo lo hace. Las consigue siempre.
—Es la sonrisa, hermanos—dijo Jagger mientras se unía a
ellos—. Caen en esa mierda todo el tiempo.
—Un buen consejo, hermanos míos, nunca le pidáis a ese
bastardo que os acompañe. Se queda con el coño lindo
mientras tú te quedas con las sobras—gruñó Wolf cuando
se unió a ellos.
Se rieron y varios ojos femeninos se volvieron hacia ellos.
Había interés evidente en varios.
Todos ignoraron a las mujeres. Estaban esperando la
señal de Hawk para acompañar a la pareja recién
comprometida a casa.
Beast sólo quería que la noche terminara. Estaba cansado
y quería llegar a casa. Con suerte, hoy sus hijas dormirían
toda la noche. Ambas habían estado luchando contra las
pesadillas. Si Beast encontrara pruebas de que su puta ex
esposa era responsable de esos sueños, iba a acabar con
ella.
Sus niñas sólo tenían cuatro años y medio y dos, no
debían tener miedo de irse a dormir.
No era muy tarde cuando Beast condujo a casa con sus
bebés profundamente dormidas en sus asientos de
seguridad. Cuando se detuvo frente a la casa, se sorprendió
al ver a Rider deteniéndose a su lado. Había traído a su hija
y a su bebé a casa en lugar de quedarse en su habitación
en la casa club. Su hermano era un buen hombre, un
hombre realmente bueno. Ponía a su pequeña familia
primero que cualquier otra cosa. Y ya tenía la atención de
los oficiales sobre él. Todos habían visto el potencial en él.
Sería un excelente lugarteniente cuando llegara el
momento.
Llevó a sus hijas a su habitación, las acomodó en sus
camitas y encendió la luz de noche. Mirándolas dormir
pacíficamente, suspiró con pesar.
Cuando vinieron a vivir con él, habían tenido pesadillas
prácticamente todas las noches y él las había trasladado a
su habitación para poder estar cerca. Parecía haber
ayudado. Los sueños no eran tan regulares como antes.
Pero incluso un maldito mal sueño era demasiado para él.
Sus niñas deberían estar soñando con polvo de estrellas y
hadas o algo así. Nada jodidamente aterrador.
Beast se duchó y se puso unos pantalones de dormir y
una camiseta sin mangas. Había dejado de dormir desnudo
cuando se casó con la perra, no quería que ella se le
acercara sigilosamente mientras dormía. No es que eso lo
hubiera salvado. Había insistido en dormitorios separados y
había dejado muy claro que se casaría con ella para darle
su apellido a su hija. No fue un matrimonio verdadero y ella
nunca fue su dama. Nunca le entregó su parche de
propiedad, ni la reclamó frente al club. También le negó el
uso de su apellido e insistió en que mantuviera su apellido
de soltera.
Ice y sus abogados habían redactado un contrato
prenupcial férreo que la perra había firmado antes de
casarse. Ella recibiría un pago cuando se divorciaran y no
tendría derecho a reclamar su propiedad, ni su dinero. No
recibiría ningún mantenimiento personal adicional una vez
que recibiera el pago. Los hijos que tuvieran recibirían
manutención según lo dispuesto por los tribunales. No es
que hubiera planeado tener más que un hijo con ella.
Había apretado los dientes y sobrevivido a la farsa de su
matrimonio hasta que su hija cumplió dos años. Fue
entonces cuando dijo basta y comenzó el trámite de
divorcio. Bettie luchó contra él y se negó a firmar ningún
documento. Beast le dijo que necesitaban sentarse y hablar
sobre ello, pero ella se negó. Él quería que se terminara y
que la zorra se largara.
La perra astuta había observado y esperado. Lo atacó
cuando él estaba completamente borracho en una fiesta. Se
despertó a la mañana siguiente con un dolor de cabeza
punzante, una resaca grave y sin recuerdos de la noche
anterior, con su esposa desnuda y sonriente en su cama. Su
polla estaba pegajosa con mierda en la que no quería
pensar.
Entonces se dio cuenta de hasta dónde llegaría la perra
para conservarlo. Sabía que tenía que acabar con la jodida
mierda en la que se estaba ahogando lo antes posible.
Dos semanas después ella le dio la noticia de que estaba
embarazada y él perdió la cabeza. En lo que a él concernía,
la perra lo había violado. No te follabas a alguien que
estaba demasiado borracho para saber qué carajo estaba
haciendo. Obviamente ella lo hizo. Él insistió en que ella
firmara los documentos o iría a la policía y la arrestarían
por violación. Tenía una cláusula añadida a los documentos
que estipulaba que no podía abortar o no recibiría ni un
puto centavo de él.
Ella estaba sorprendida. La perra estúpida había pensado
que otro embarazo lo uniría aún más a ella. Pero se había
equivocado. Él quería liberarse, ya había terminado con su
mierda.
Su gran error fue dejar a sus hijas con ella. Debería
haber luchado contra ella desde el principio. Pero había
creído la mierda que habían dicho los abogados del divorcio
acerca de que sería mejor para las niñas quedarse con la
madre.
Mierda.
Algunas mujeres nunca deberían ser madres. Había
aprendido esa dura lección a una edad temprana. Debería
haberlo recordado, pero con el tiempo había metido esos
recuerdos en una caja y la había cerrado herméticamente.
Y al hacerlo no pudo proteger a sus bebés.
Poco después del divorcio, la perra se había mudado con
las niñas lejos de Johannesburgo, donde él podía
controlarlas prácticamente todos los días.
Se enojó cuando descubrió que ella había vuelto a sus
viejas andadas. Prostituyéndose con los hermanos de un
pequeño club en Vereeniging. Eran un grupo violento y
Beast estaba preocupado por sus hijas. Para asegurarse de
que estuvieran atendidas, le daba dinero, más dinero del
ordenado por el tribunal. Compró una casa de dos
dormitorios cerca del club y la instaló como hogar para él y
sus bebés. Nunca llevaba mujeres a la casa, era sólo para él
y sus hijas.
Según lo ordenado por el tribunal, las tenía cada dos
semanas. Hasta la noche en que la perra apareció en su
puerta con sus hijas sucias y sollozando, exigiendo dinero.
Dinero que se negó a darle. Después de insultarlo largo y
tendido, empujó a sus niñas llorando en sus brazos y se fue.
Se quedó con el imbécil que había estado esperando en el
coche que él había comprado para que sus bebés
estuvieran seguras en la carretera. Al día siguiente había
enviado a algunos de sus hermanos a recuperar la maldita
cosa y ahora estaba sin usar en el garaje de la casa club.
Nadie quería conducirlo porque apestaba a su perfume,
incluso después de haberlo limpiado con vapor. Tendría
elucubrar un plan para deshacerse del vehículo.
La perra se había alejado de sus bebés dejándolas sin
nada más que la ropa que llevaban puesta. Gracias a la tía
Beryl, ella vino en el momento en que la llamó y lo ayudó a
acomodar a sus hijas, después de haber tomado fotos del
estado en el que se encontraban. Por suerte, él tenía lo
básico en su casa y sus hijas habían estado bien por la
noche. A la mañana siguiente salió y compró todo lo que
necesitaban. Sus hijas nunca volverían con esa puta, ahora
estaban con él y era donde se quedarían.
Bettie había cometido un jodido gran error al pensar que
podía enfrentarse a él. Pronto descubriría lo equivocada
que estaba. Ice tenía los papeles listos para divorciarse. Sin
y Jagger se asegurarían de que ella los firmara.
Renunciando a todos los derechos de paternidad sobre sus
hijas.
Nadie volvería a quitárselas nunca más. Había
renunciado a muchas cosas en su vida como para perderlas
a ellas también.
El dolor atravesó su corazón al recordar a la mujer que
había perdido. Él la había abandonado. La abandonó para
que pudiera seguir el camino que ella había planeado antes
de conocerlo. Si él se hubiera quedado, ella no habría
seguido su destino. Por eso se marchó.
No la había controlado en años. No desde que su
romance con un compañero bailarín apareció en las
noticias dos años después de que él la ahuyentara.
La noticia destrozó lo que quedaba de su corazón y lo
hizo sumergirse más profundamente en el lado oscuro del
club, alejándose cada vez más de la luz. Convirtiéndose en
el hombre que era hoy.
Intentando olvidarse de la mujer que todavía amaba
cometió el error de follarse más de una vez a una de las
putas del club y acabó atado a una prostituta.
Y casi lo había vuelto a hacer. Por qué mierda no había
aprendido la lección la primera vez, simplemente no lo
sabía. No es que Chris se pareciera en nada a su ex, ella lo
hacía sonreír y tal vez por eso volvió por más. Pero no tenía
planes de volverlo permanente con ella y por lo tanto
mantendría la distancia. No era justo para Chris tener
esperanzas de una relación con él.
No volvería a ir allí nunca más. La única mujer con la que
se habría casado sin pensarlo dos veces probablemente ya
pertenecía a otra persona. Aunque eso le hacía arder el
estómago, le deseaba que fuera feliz, ella se lo merecía.
Lo único bueno que había resultado de su jodido
matrimonio fueron sus hijas. Eran el único punto brillante
en la oscuridad que era su vida.
Dejando todos sus pensamientos y recuerdos oscuros en
el fondo de su mente, se tumbó en la penumbra y escuchó a
sus bebés respirar. Nada les haría daño nunca más.
Nada ni nadie. Mataría para asegurarse de ello.
Capítulo 3
Tori
Domingo
La sed y el dolor me despertaron. Intenté moverme y
contuve el aliento cuando el dolor me atravesó.
—Ay, ay, ay, jodidamente ay—murmuré.
Una risa ronca al lado de la cama me hizo girar la cabeza.
Uno de los hombres que me había acompañado hasta la
habitación estaba sentado en un sillón junto a la cama. Si
mi memoria no me fallaba, su nombre era Kid o algo así.
—¿Tienes dolor, niña?—preguntó mientras se sentaba
derecho, con el ceño ligeramente fruncido.
—Sí, y tengo mucha sed. Odio estas píldoras para el dolor.
Hacen que mi boca se sienta como si una gaviota se
hubiera cagado en ella—me quejé.
Kid se rio a carcajadas y también el otro hombre en la
habitación. El prospecto que había estado cuidándome.
—No estoy seguro de querer saber cómo sabes que se
siente a eso, ricura—dijo, se puso de pie y apartó el
edredón—. Estoy seguro de que necesitas usar el baño, así
que acabemos con eso antes de que te consigamos algo de
comer y te demos tus medicamentos. ¿De acuerdo?
—Genial, ahora necesito un hombre grande, guapo y
musculoso que me ayude a ir al baño. ¿Qué tan vergonzoso
es eso? —mascullé mientras me llevaba al baño riéndose a
carcajadas.
—Haz lo que tengas que hacer mientras te organizo algo
de comer. ¿Bebes café, ricura?
—¿El Papa es católico?—le respondí mientras él me
bajaba con cuidado.
—Eres un hueso duro de roer, ¿verdad, señorita Victoria
Keating?—dijo él y sonrió.
Aferrándome a la losa del lavabo, me encogí de hombros.
—Eso me han dicho, y por favor, llámame Tori.
Inclinó la cabeza y entrecerró los ojos.
—Dom te llamó Victoria, ¿por qué no Tori?
Sacudiendo la cabeza, suspiré.
—Nunca se sabe con Dominick. Él hace lo que quiere, sin
importar si te gusta o no.
Él asintió y se fue abruptamente, cerrando la puerta del
baño detrás de él.
Bajarme los pantalones y poner mi culo en el inodoro fue
un acto de equilibrio aterrador, pero lo logré y suspiré con
alivio cuando vacié la vejiga. Había estado muy cerca de
mojarme las bragas.
Mientras me lavaba las manos me miré en el espejo.
Parecía un espectáculo de terror. Mi cara todavía estaba
hinchada, pero no tanto como el día después del ataque, la
inflamación estaba empezando a disminuir, dejando
moretones en un amplio espectro de colores, negro, azul,
morado, verde y amarillo. El corte en mi labio inferior que
había sido cerrado con dos pequeños puntos no se veía tan
mal ahora que la hinchazón había disminuido y tampoco el
corte sobre mi ceja derecha. Las tiras habían hecho su
trabajo y ahora se veía una costra fina. Nada mal para dos
días de curación.
Llenando el lavabo con agua caliente, utilicé una toallita
para limpiar suavemente la mayor parte posible de mi
cuerpo y cara doloridos. Mis ojos estaban negros y todavía
ligeramente hinchados, pero al menos ahora podía ver a
través de un par de ojos inyectados en sangre. Me di unas
palmaditas suaves con la cálida toalla alrededor de los ojos
y boca tratando de no hacer una mueca porque cualquier
tipo de expresión facial exagerada era tremendamente
dolorosa.
Dejé mi pierna en paz porque no podía quitarme el
aparato ortopédico y las vendas por mi cuenta. Era un
trabajo que requería más de un par de manos y en la
actualidad sólo tenía una y media. Al menos ya no me dolía
tanto la muñeca torcida.
Balanceándome sobre mi pierna buena, abrí la puerta del
baño, sintiéndome medio humana otra vez. Pero no estaba
preparada para lo que me esperaba en la habitación.
Mientras estaba en el baño, la habitación se había llenado
de un grupo de hombres. Joder. Una mirada rápida me
aseguró que ÉL no era uno de ellos. Estaba segura de
haber escuchado a alguien decir su nombre mientras
estaba acostada en el asiento trasero de la camioneta.
Mi suerte era terriblemente atroz.
Antes de que pudiera decir una palabra, Kid me tomó en
sus brazos y me acomodó contra las almohadas apiladas
contra el cabecero. Levantó suavemente mi pierna, la
colocó sobre los cojines y volvió a colocar el edredón sobre
mi regazo. Mientras me acostaba, los hombres lo
observaron en silencio, había ligeros ceños fruncidos en
algunos de los rostros que observaban.
—Te preparé algo de desayuno, ricura. Nada que sea
demasiado difícil de comer, así que intenta consumir todo
lo que puedas. Necesitas fortalecerte—dijo Kid mientras
colocaba una bandeja sobre mis piernas.
La bandeja contenía una taza de viaje con café, un tazón
pequeño de gachas de avena con miel encima y un vaso
pequeño de jugo de naranja. El cielo. Intenté sonreír, pero
me detuve instantáneamente cuando mi labio protestó por
el movimiento.
—Gracias, Kid. Especialmente por el café.
Kid asintió y volvió a sentarse en la silla al lado de mi
cama y nuevamente noté el ceño fruncido. ¿Por qué los
ceños fruncidos? ¿Qué estaba pasando aquí?
Pero luego me desvié por el maravilloso aroma del café,
tomé varios sorbos pequeños y tarareé con agradecimiento.
Comer fue mucho más fácil de lo que esperaba y no muy
doloroso. Y todo el tiempo los hombres me observaron.
Extraño. Pero tenía hambre y los ignoré para poder
terminar el desayuno. Cuando terminé, el prospecto retiró
la bandeja y salió de la habitación. Me aferré a la taza de
café porque aún no la había terminado.
Aparentemente los tipos rudos habían estado esperando a
que terminara porque ahora acercaron sus sillas y
prácticamente rodearon mi cama. Todos los ojos estaban
puestos en mí y no eran amigables. Para nada.
Kid se acercó, tomó mi mano y lo miré.
—Necesitamos hacerte algunas preguntas, Tori. ¿Vale?
Asentí y miré al hombre grande e intimidante que estaba
a cargo.
Hawk Walker, el hombre que había reclamado a mi amiga
DC como suya. Lo miré a los ojos y esperé. No tuve que
esperar mucho.
—Me alegra ver que luces mejor, Victoria. Llegamos a un
acuerdo con Dominick Maingarde para mantenerte aquí
hasta que considere seguro llevarte de regreso a Ciudad
del Cabo. Me preocupa que tu relación con Dominick
desborde sobre mi club. No puedo proteger a mi gente, ni a
ti, si no sé exactamente a qué me enfrento. ¿Cuánto tiempo
habéis estado en una relación Dominick y tú y cómo mierda
ocultó ese hecho a todo el mundo?
El resoplido se me escapó antes de que pudiera detenerlo
y una risa dolorosa lo siguió, pero no duró mucho. Me
detuve con una leve mueca y me sujeté las costillas con los
ojos bien cerrados. Empecé a responder sin abrir los ojos.
—Eso es tan jodidamente gracioso, si no me dolieran
tanto las costillas, me reiría más fuerte. Dominick y yo no
estamos juntos. Le está haciendo un favor a Pixie, pero al
mismo tiempo me está usando para expulsar a una rata.
Como él te dijo.
Miré a través de mis pestañas, pero los ojos que me
miraban no vacilaron.
—¿Puedes decirnos por qué quieren matarte?—preguntó
el lindo chico rubio al pie de la cama.
—Claro, Dominick no dijo que tenía que mantener la boca
cerrada sobre eso. —Cerrando los ojos de nuevo, pensé en
el día en que mi vida implosionó—. El viernes por la
mañana, estaba en Maingarde Enterprises esperando
hablar con Dominick sobre financiar una escuela de ballet
para niños desfavorecidos cuando escuché a dos tipos
organizando un asesinato. Me sorprendió tanto que jadeé y
lo siguiente que vi fue a uno de los guardias de seguridad
corriendo hacia mí con su arma en la mano. Escapé
corriendo de allí y por alguna estúpida razón me fui a casa.
En pocas palabras, me estaban esperando, me hicieron esto
y cuando se fueron a buscar alcohol para continuar con su
fiesta, escapé. Pixie llamó a Dominick, él me llevó a una
casa segura pero realmente no era segura porque fuimos
atacados. Al parecer tiene una rata. Volamos hasta esta
ciudad, fuimos a un especialista en ortopedia y después me
trajo aquí. Me prometió que estaría a salvo con vosotros
hasta que solucionara su problema en Ciudad del Cabo.
No estaba segura de decirles que Dominick había matado
a los hombres que me estaban buscando, así que lo dejé
fuera de mi historia.
La mano Kid se apretó y lo miré.
—¿Qué pasó con los hombres que te hicieron esto?
Me encogí ligeramente de hombros. Realmente no me
importaba lo que les había pasado.
—Ya no son un problema.
—¿Por casualidad escuchaste quién iba a ser asesinado?
—me preguntó Hawk y se inclinó hacia adelante, con los
ojos muy atentos.
Nunca olvidaría el nombre. Fue lo primero que le dije a
Dominick y él había prometido ocuparse de ello. También
me hizo prometer que no se lo contaría a nadie más.
—Le di a Dominick su nombre y él prometió mantenerlo a
salvo. Sé que Dominick está involucrado en algunas cosas
turbias, pero le creo. Sé que mantendrá vivo a este tipo.
Del mismo modo que sé que se enojaría mucho si te diera el
nombre. Me hizo prometer que mantendría la boca cerrada.
—Me encogí un poco de hombros—. Así que eso es todo lo
que puedo decirte hasta que él diga lo contrario.
No estaban contentos. Mierda, no, estaban muy enojados.
Hawk Walker me miró con esos extraños ojos color
ámbar. Su rostro estaba rígido y frío como el hielo. Mierda.
De alguna manera tenía que enviar esta conversación en
una dirección diferente.
Carraspeando miré a Kid y luego de nuevo a Hawk.
—¿Podría ver a DC si está aquí? No nos hemos visto en
casi tres años y realmente me encantaría ponerme al día
con ella.
Ahora ese rostro ya no era frío, estaba todo ceñudo y
suspicaz.
—¿Cómo conoces a DC?—preguntó mientras se inclinaba
hacia adelante en su silla.
Suspiré pesadamente.
—Pensé que Dominick te había contado todo sobre mí,
pero parece que no fue así. Es muy típico de él.
Relajándome contra las almohadas le expliqué.
—Nací y crecí en Ciudad del Cabo. Conocí a Pixie en la
elegante escuela privada a la que ambas asistíamos y
hemos sido amigas desde entonces. Conocí a DC en
Mainline Ink cuando vino a hacer su aprendizaje con Pixie.
Salimos mucho juntas antes de que yo dejara el país para
seguir mi carrera como bailarina de ballet y
desafortunadamente perdimos contacto. Ahora he vuelto y
me encantaría volver a conectarme con ella.
Junto a la cama, Kid gimió.
—Joder, ricura, ¿eras bailarina de ballet?
El dolor atravesó mi pecho, pero había aprendido a
ignorarlo y le sonreí.
—Sí, lo era, pero tuve un accidente que acabó con mi
carrera.
La puerta del dormitorio se abrió de repente y el tipo que
había estado con Kid la noche anterior entró en la
habitación. Tenía un puñado de papeles impresos en la
mano y me sonrió mientras cerraba la puerta detrás de él.
—Perdón por llegar tarde, Prez. Estaba ocupado
imprimiendo esto para ti y me desvié del tema. —Se
encogió de hombros mientras le entregaba los papeles a
Hawk, luego vino, se sentó en el borde de mi cama y me dio
unas palmaditas suaves en la pierna mala.
—Buenos días, dulzura. ¿Cómo te sientes hoy? ¿Necesitas
tus analgésicos?
—Buenos días, lo siento, pero no recuerdo tu nombre.
Todo es un poco confuso después de tomar esas píldoras. —
Él se rio suavemente y sacudió la cabeza.
—Soy Ziggy, dulzura.
—Oh, sí, ahora lo recuerdo. Me trajiste agua para tomar
esas píldoras y no las volveré a tomar. Me noquearon tan
completamente que casi me oriné en las bragas.
Se escucharon risas, le sonreí a Ziggy y luego miré a Kid,
quien se estremecía de risa.
—La llevé al baño justo a tiempo, hermano—dijo con tono
de broma.
Mientras hablábamos y bromeábamos, Hawk hojeaba los
papeles, leía y me miraba de vez en cuando. Tenían que
tratar sobre mí, quién era y qué me había pasado hacía casi
dos años.
—Según esto, eres una bailarina de ballet aclamada
mundialmente. —Hawk agitó las hojas en el aire mientras
hablaba.
Negué con la cabeza.
—Solía serlo, pero ya no lo soy. Mi pierna no es lo
suficientemente fuerte para bailar a ese nivel. Si tengo
suerte, y espero tenerla, todavía podré bailar. Quiero
enseñar a los niños a bailar, a amar el ballet tanto como yo
lo amo.
—Dice que empezaste a bailar a los tres años. ¿Cómo es
eso posible? Tenemos algunos hermanos cuyas niñas tienen
esa edad y no están en clases de ballet ni nada de esa
mierda.
Sacudí la cabeza con una sonrisa.
—Mi madre y algunas de sus amigas nos llevaron a las
niñas a ver El Cascanueces y yo me senté de rodillas
mirando por encima de la barandilla del balcón a los
bailarines, totalmente cautivada. En ese momento supe que
iba a ser bailarina. Ella me inscribió en mi primera clase a
la semana siguiente y eso fue todo para mí. Bailar es todo
lo que siempre he querido hacer. —Moví la mano por la
habitación—. Así como tú has sabido toda tu vida que esto
es lo que quieres, yo también. Mi madre me ató mis
primeras zapatillas de ballet y ya no hubo vuelta atrás.
—Puedo entender eso—coincidió Hawk asintiendo—.
Perdiste amigos en el accidente. ¿Es por eso que no te
quedaste en Nueva York?
Dios, la tristeza que mantenía a raya descendió sobre mí
y tuve que parpadear y tragar saliva.
—Sin mi carrera ya no me quedaba nada allí. Necesitaba
volver a casa. Dejé Nueva York después de que los
especialistas me declararan curada y hace cuatro meses
que estoy de regreso en Sudáfrica. Pero rápidamente me
aburrí de entrenar todas las mañanas y no tener nada que
hacer durante el resto del día. Entonces se me ocurrió la
idea de crear una escuela de baile para niños que no
pueden pagar las altas tarifas de las academias de baile. Y
ya sabes lo que pasó cuando fui a ver a Dominick. Ahora
estoy aquí y rezo para que todo el trabajo realizado por los
especialistas no se haya perdido.
Sentado en su silla, Hawk mantuvo la mirada en mí,
observándome con esos ojos de halcón suyos. Luego asintió
mientras tomaba una decisión.
—Solo mis oficiales y uno de los prospectos saben que
estás aquí. Vamos a mantenerlo así por el momento. Por
supuesto, la tía Beryl sabe que estás aquí porque tiene que
alimentarte y le haré saber a DC que estás aquí. Ella se
enojará si no lo hago.
Hubo una suave risa de los hombres.
—Sí, y no queremos que DC se enoje si podemos evitarlo
—bromeó el rubio bonito en la silla al pie de mi cama.
Sonreí con ellos porque el mal genio de DC no era un
secreto.
—¿Quién eres?—le pregunté con curiosidad.
—Ah, mierda. Perdona los malos modales de Kid, cariño.
Déjame presentarte a todos. —El rubio bonito me guiñó un
ojo y sonrió. Qué encantador.
—Soy Spider y el bastardo hosco a mi lado es mi
hermano, Ice. Ya conoces a Hawk, Kid y Ziggy. Esos dos de
ahí son Sin y Jagger y el tipo del final es Kahn. El que vigila
la puerta es Sam, nuestro prospecto. El único oficial que
falta hoy es Beast, pero tiene algunos asuntos personales
de los que ocuparse, así que no lo verás hasta la próxima
semana más o menos.
¡Oh Dios! Gracias por la pequeña misericordia.
Asentí para cubrir mi alivio, mirando a mi alrededor me
encontré con todos sus ojos antes de apartar la mirada.
Él no estaba aquí. No tenía que preocuparme porque
entrara a la habitación y me encontrara en su territorio.
Había sido muy claro en cuanto a no querer volver a verme
nunca más. Nunca debía aparecer por ninguna de sus casas
club. Si lo hiciera, me arrepentiría de haberlo conocido.
Había prometido romperme antes de arrojar mi cuerpo por
la puerta.
Años atrás, esas amenazas me rompieron el corazón y me
hicieron correr hacia el aeropuerto. Salí del país y nunca
regresé, hasta hace cuatro meses.
Y aquí estaba, en la misma casa club donde,
aparentemente, él era uno de los oficiales. Ya no era sólo
un miembro parcheado, sino un oficial. Eso tenía que
significar algo, sólo que no sabía qué.
Armándome de valor, lo saqué de mi cabeza y me
concentré en algo bueno.
—¿Crees que DC podría visitarme hoy?
Hawk asintió.
—Mi dama está en su casa haciendo alguna mierda, pero
le haré saber que estás aquí. Estoy seguro de que en el
momento en que le cuente lo que pasó, volverá. —Hawk me
apuntó con un dedo en señal de advertencia—. Ella es muy
buena para conseguir lo que quiere, no se lo des.
Frunciendo el ceño confundido, negué con la cabeza.
—¿Qué?
—Ella te interrogará hasta que le cuentes toda la historia
y luego se pondrá en pie de guerra. Los que te hicieron
esto, si aún están vivos, ella los encontrará, se encargará
de ellos y entonces tendremos ojos sobre nosotros que no
queremos.
—Están muertos—le dije en voz baja antes de que pudiera
continuar.
—Gracias, joder—murmuró Kid a mi lado.
Fruncí el ceño y negué con la cabeza, luego hice una
mueca cuando el dolor atravesó mi cabeza.
—¡Ay! Me empieza a doler la cabeza con toda esta
conversación. Y no volveré a tomar dos de esas píldoras.
Creo que media será suficiente.
Kid inmediatamente sacó una y la partió por la mitad,
entregándome la mitad con la botella de agua que estaba
en la mesita de noche. Me la tragué agradecida y sonreí
mientras Kid reorganizaba mis almohadas para que me
sintiera cómoda.
—Gracias, Kid, eres una gran enfermera—bromeé.
Él resopló.
—Deja de hablar, pequeña, y descansa. Una vez que esa
píldora haga efecto, te sentirás mejor.
Sonreí, pero no duró mucho. Mis párpados se sentían
pesados y parpadeé mientras todo a mi alrededor
comenzaba a desvanecerse lentamente.
—Maldita sea, estas píldoras... son... la... mierda—
murmuré mientras me quedaba dormida.

Hawk
Al mirar a la pequeña mujer maltratada en la cama, Hawk
tuvo la sensación de que la mierda iba a estallar en un
futuro cercano. Algo en ella gritaba problemas.
Simplemente no sabía si era la mierda que la seguía desde
Ciudad del Cabo o si era la forma en que Kid actuaba con
ella o algo más.
Su hermano no había estado tan interesado en una mujer
desde hacía mucho tiempo.
—Salgamos de aquí y dejémosla dormir. Todos en mi
oficina ahora mismo—dijo en voz baja mientras levantaba
su silla y la colocaba contra la pared antes de salir por la
puerta que Sam mantenía abierta para él—. Quédate con
ella, Sam. Llámame cuando se vuelva a despertar.
—Ok, Prez.
Mirando su teléfono con el ceño fruncido, Hawk abrió la
puerta de su oficina y cerró detrás de él antes de
responder.
—Ella se ha adaptado y está bien, Dom. Nos ocuparemos
de su seguridad. No es necesario que sigas reportándote—
gruñó Hawk mientras se hundía en su silla.
—No llamo por Victoria. Nunca he visto un tatuaje más
aterrador o más hermoso. Sólo pensé en hacértelo saber.
Llamaré de nuevo.
Hawk se sentó, miró fijamente su teléfono silencioso y
una pequeña sonrisa cruel se dibujó en sus labios. Su dama
había asustado al gran jefe criminal. Era bueno saberlo.
Sentado en silencio en su escritorio, Hawk observó cómo
sus hombres entraban y tomaban asiento. Había un pesado
silencio en la habitación hasta que la puerta se cerró.
—Esa mujer de allá arriba ha pasado por un infierno
durante los últimos dos años. Su pareja de baile murió en
un accidente de autobús que acabó con su carrera. Eran
famosos, tan famosos que su muerte y el final de su carrera
fueron noticia mundial en los círculos culturales. Y
aparentemente también en nuestras estaciones de noticias
locales. Ziggy descargó algunos de los artículos de los
periódicos y revistas sobre ella. Ninguno de nosotros se
habría dado cuenta porque en ese momento no significaba
nada. Ni siquiera sé si DC sabe lo que pasó. Nunca
mencionó a Victoria Keating o a Ilya Ivanov o que tenía una
amiga que era una bailarina de ballet de fama mundial.
Hawk se acarició la barba mientras continuaba
explicando.
—Ahora la maldita perra Maingarde está detrás de su
sangre y eso no va a suceder bajo nuestra supervisión. La
mantendremos escondida y segura pase lo que pase. No
porque Dominick nos lo pidiera, sino porque es lo correcto.
Dirigiéndose a Kid, le hizo la única pregunta que le había
estado retorciendo las tripas.
—¿La violaron?
Kid suspiró y negó con la cabeza.
—No me parece. Revisé si tenía moretones en el interior
de los muslos, en las caderas y en su espalda cuando la
ayudé a acostarse anoche y no vi ninguno que fuera
compatible con una violación. Creo que escapó antes de
que pudieran llegar tan lejos. Su abdomen y pecho están
cubiertos de horribles moretones y hay moretones en la
parte baja de la espalda y en los muslos donde la patearon.
Y todos vimos el desastre que le hicieron en la cara. Es
jodidamente dura para haber sobrevivido a esa paliza.
Las maldiciones de sus hermanos llenaron la silenciosa
habitación después de la explicación de Kid.
—Mierda. Vale, me pondré en contacto con DC, pero ella
será la única, además de la tía Beryl, que sabrá que
tenemos a alguien a quien proteger arriba. Sólo se
permitirá la entrada a ese piso a los oficiales y sus damas.
Si necesitáis follaros a una perra, llevadla a una habitación
trasera. Necesitamos mantener los ojos curiosos alejados
de nuestro asunto.
Dirigiéndose a Ziggy, comenzó con el siguiente problema
que necesitaba solución. Beast.
—¿Tienes listo el papeleo y las pruebas para que Beast
pueda alejar a sus hijas de esa puta?
Ziggy asintió.
—Sí, Ice me lo dio esta mañana y estamos listos. Sólo
estoy esperando a que Beast me dé el visto bueno para
entregárselo a su abogado y al defensor que lleva su caso.
Tenemos evidencia más que suficiente de peligro y
negligencia infantil para sacar a esas bebés de sus sucias
garras.
Jagger negó con la cabeza.
—Nunca entenderé por qué carajo se casó con esa puta
en lugar de demandar por la custodia de su hija.
Sin fue quien habló tras un breve silencio.
—No estaba en un buen momento cuando sucedió esa
mierda y creo que pensó que era lo correcto. Quería ser
padre de esa niña. Es lo que la maldita perra le hizo la
segunda vez lo que me tiene la sangre hirviendo. Necesita
que la maten, no abogados y esa mierda.
Hawk esbozó una sonrisa tortuosa.
—Si ella se opone a su solicitud, tendremos esta
conversación nuevamente, pero con nuestro hermano
presente. Es la madre de sus hijas, por jodida que sea. No
podemos tomar decisiones que cambien sus vidas sin la
opinión de Beast.
Sin se rio.
—Joder, Hawk, él será el primero en la fila para cortarle
el puto cuello. La odia a muerte.
—Sí, y si ella muere en circunstancias sospechosas, su
culo será el primero que los cerdos llevarán para
interrogar. Necesitamos esperar—dijo Ice en voz baja—.
Necesitamos ser pacientes. Intentemos solucionarlo en los
tribunales. Una vez que tenga la custodia total y todo se
calme, volvemos a hablar del tema. Desafortunadamente,
puede ser un proceso largo. Todo depende del juez. Un
factor a su favor es la postura más dura que el gobierno ha
comenzado a adoptar contra los abusadores de niños.
Cargamos la solicitud con pruebas del abuso y negligencia
que esas niñas han sufrido en las manos de su madre y en
las del hijo de puta de su novio y su jodido pequeño club.
—Eso es algo más de lo que debemos ocuparnos cuando
esto termine. —Hawk se pasó las manos por el cabello y
suspiró—. Está bien, salgamos de aquí y sigamos con
nuestro día. Mantened los ojos abiertos y Jagger, sondea
para ver si hemos detectado observadores adicionales por
ahí. Seguimos con normalidad, pero estad atentos, sabemos
que la vieja zorra tiene planes para nosotros. No le demos
la oportunidad que necesita.
Con eso, sus hombres abandonaron la oficina y cerraron
la puerta detrás de ellos. Tenía una llamada que hacer.
Levantando el teléfono llamó a su mujer.
—Oye, cariño, ¿cómo va tu día? —Su voz sonaba como si
estuviera sonriendo.
—Creo que no tan bueno como el tuyo. ¿Conoces a
alguien llamada Victoria Keating, pajarito?
Silencio.
—Sí. ¿Por qué quieres saber? —Su voz ya no sonreía, sino
que era baja y se había vuelto fría y dura.
—Necesito que regreses aquí, cariño. Ella te necesita—
respondió Hawk en voz baja.
Su mujer no lo decepcionó.
—Estoy en camino.
Ella no dijo nada más. Solo terminó la llamada.
Hawk deseaba que al menos una vez las cosas siguieran
en paz sin que la mierda les cayera encima cada cinco
putos segundos.
Sin que nadie se lo dijera, sabía que la pequeña pelirroja
rota en el piso de arriba iba a ser un problema. No sabía
qué tipo de problema, pero iba a ser un problema, no tenía
ninguna duda al respecto.
Y con su dama involucrada...
Joder.
Capítulo 4
Tori
Estaba sentada contra las mullidas almohadas, felizmente
sin dolor y flotando sólo un poquito. Sam y yo habíamos
dividido mis analgésicos en cuartos porque no quería
dormirme cada vez que tomara una o incluso la mitad de
esas malditas píldoras para caballos. Un cuarto estaba
haciendo su trabajo perfectamente.
Estaba aburrida y cuando pedí mi teléfono me dijeron
amablemente que no podía tenerlo. Ziggy lo tenía y me lo
devolvería una vez que estuviera seguro de que nadie
podría rastrearlo. Lo que significaba que tampoco se me
permitía ningún Kindle o tablet. Así que eso solo dejaba a
Sam.
Se sentó en la silla al lado de mi cama y me explicó todo
sobre el MC. Hace años, durante mi breve tiempo con
Beast, él me mantuvo alejada de su club y de sus amigos,
así que todo lo que Sam me dijo era nuevo para mí. Me
explicó que Hawk estaba en la cima, y luego venían sus
oficiales, después los lugartenientes, seguidos por los
miembros parcheados y, por último, los prospectos. Las
damas y los familiares se encontraban en algún punto
intermedio, pero nunca participaban en los asuntos del
club. Las simpatizantes y las chicas del club estaban al final
de la lista. Estaba intrigada y tenía mucha curiosidad por
las llamadas chicas del club.
—Así que las simpatizantes pasan el rato aquí y tienen
relaciones sexuales con cualquiera de los miembros
parcheados que las quiera. ¿Se les permite decir que no?
¿Les pagan o lo hacen gratis? ¿Los hombres se casan con
alguna de ellas? —Mi asombro debe haber estado en toda
mi cara porque Sam se rio.
—Sí, pueden decir que no. No cobran y están protegidas
por el club. Algunas tienen trabajos fuera del club, pero
muchas trabajan en nuestros clubes de striptease o incluso
en algunos de nuestros otros negocios. Creo que Beast es
el único de los hermanos que se casó con una chica del
club, pero están divorciados. Él está peleando con ella por
la custodia de sus hijas en este momento.
La bilis subió a mi garganta y tuve que hacer mi mejor
esfuerzo para no vomitar. Tenía hijas. Dios mío, había
hecho lo que siempre había jurado que nunca haría. Tener
hijos. Me tragué el dolor y la rabia y recordé la reacción de
Ilya cuando le dije que me encantaría tener hijos algún día.
Inmediatamente me ofreció su esperma. Según él, juntos
haríamos hermosos bebés. Tuvimos esa conversación dos
días antes de que muriera. Habría sido un padre increíble.
Sonriendo, controlé mis emociones y continué la
conversación como si nada trascendental hubiera sucedido.
—Guau. Pensé que esos programas de televisión y libros
románticos estaban inventando esta mierda. No puedo
imaginarme ser una chica de club, simplemente me deja
boquiabierta. ¿Qué pasa con las damas? ¿No les molesta
que sus hombres tengan sexo con estas mujeres? Si fuera
yo, le arrancaría las pelotas y se las metería por la
garganta, después le metería un cuchillo de carnicero en el
coño a la perra. Me aseguraría de que ninguno de los dos
volviera a tener sexo.
Sam me miró con los ojos muy abiertos y sorprendidos.
—Dios. Eso es cruel. ¿No crees que eso es ir un poco
lejos?
—Engañar nunca está bien, Sam—dije en voz baja.
Sam negó con la cabeza y levanté una mano para evitar
que respondiera.
—¿Tienes novia? —Sonreí cuando él negó con la cabeza.
—Está bien, supongo que por ahora tirarte a las chicas
del club es lo que te conviene. A menos que tengas el ojo
puesto en alguien relacionado con el club. Si ella está
relacionada con el club entonces sabrá que te has estado
tirando a chicas del club y le tomará mucho tiempo
olvidarse de eso. Especialmente con esas mujeres que
pasan el rato aquí. Oh chico, eso significa problemas,
grandes problemas.
Sam se frotó la cara con las manos y sacudió la cabeza
mientras me miraba con los ojos muy abiertos.
—¡Dios, Tori! Basta de sermones sobre sexo. No me voy a
tirar a chicas del club y no planeo tener novia por un
tiempo. Estoy cumpliendo mi condena como prospecto y no
tengo tiempo para nada más. Una vez que me convierta en
miembro parcheado, tendré un trabajo en el club y estaré
muy ocupado y, de todos modos, todavía soy joven. No
quiero sentar cabeza hasta que tenga al menos treinta
años. Mi hermano tiene treinta y cuatro años y aún no ha
sentado cabeza. Planeo hacer lo mismo.
Riendo suavemente le guiñé un ojo.
—Eso es bueno. Creo que los hombres necesitan ser
mayores antes de sentar cabeza.
—Eres la pera, Tori—dijo Sam y se rio entre dientes.
De repente la risa se detuvo y al minuto siguiente estaba
de pie y en la puerta, abriéndola con cuidado después de
un suave golpe.
—Hola, Prez. Hola, DC. —Dio un paso atrás y abrió más la
puerta.
—Puedes tomarte un descanso por un tiempo, prospecto.
Llamaré cuando nos vayamos—gruñó Hawk y Sam asintió,
cerrando la puerta detrás de él mientras se iba.
DC corrió hacia la cama y se detuvo abruptamente,
mirándome con los ojos entrecerrados en rendijas furiosas.
—Qué. Mierda. ¡Alguien va a morir por esto! ¿Qué carajo
te pasó? —Con eso, entró furiosa en la habitación y luego,
con mucho cuidado, se sentó en la cama y tomó mi mano
buena entre las suyas. No esperaba sus siguientes
palabras, en absoluto—. Siento mucho lo de Ilya, Tori. Era
un muy buen tipo. Debes sentirte muy perdida sin él.
Quería ir a Nueva York con Pixie, pero la mierda estaba
pasando en el club de mi padre y no podía escaparme. Y
ahora has vuelto y ni siquiera cinco meses después, te pasa
esta mierda. ¿A quién vamos a matar?
Ella seguía siendo la misma DC. Excitable, ferozmente
leal y muy, muy peligrosa. Su pregunta sobre a quién
teníamos que matar no era una pregunta retórica en
absoluto. Esos feroces ojos oscuros suyos estaban
mortalmente serios. Era una luchadora hasta la médula.
—Me alegro tanto de verte, DC. Y no te preocupes por no
haber ido a Estados Unidos a verme. Me encantaron las
llamadas telefónicas y las videollamadas; fueron muy
divertidas y más que suficientes—la tranquilicé.
—Ja, ja, ja, bien. ¿Quién te hizo esto? Necesito nombres,
Tori. Y no intentes esa vocecita tuya tranquilizadora. No
voy a caer en esa mierda—gruñó DC mientras se inclinaba
y me besaba en la frente.
Esta amiga mía era una dicotomía. Había dos facetas
distintas en su personalidad. La adorable amiga y la reina
asesina. Tenía mucha suerte de que fuera mi amiga. Nunca
querría convertirme en enemiga de DC Michaels, era feroz
y mortal.
—Dom se hizo cargo de ellos, pero la ogro-astra está
involucrada, por lo que podría haber más de ellos en algún
lugar buscándome—dije suavemente.
—¡Dios! ¿Cuándo morirá esa vieja perra? Ha sido una
espina clavada en el costado de todos durante demasiado
tiempo. Alguien debería matarla ya—gruñó DC mientras
miraba a su hombre—. ¿Tienes un plan para mantener a mi
amiga a salvo, Hawk?
Hawk sacudió la cabeza con exasperación mientras
acercaba una silla al lado de la cama.
—Ella está encerrada aquí, cariño. Nadie excepto los
oficiales y Sam la han visto. La tía Beryl lo sabe y ahora tú
también. Mientras la mantenemos aquí, Dom está
eliminando a la rata en su casa y borrando a los hombres
responsables de esta mierda. A la perra Maingarde le
faltarán bastantes hombres una vez que Dom termine de
ocuparse del asunto. Todo el mundo sabe que Pixie y sus
amigas son intocables, así que todavía no está claro por
qué la perra vieja dio el visto bueno para que Tori fuera
atacada. Estoy esperando saber más de Dom.
Apreté mi mano alrededor de la de DC.
—No te preocupes por mí, DC. Estoy a salvo ahora. Sólo
Dom y su círculo íntimo saben que estoy aquí.
Ambos me fruncieron el ceño pesadamente.
—¿Qué carajo sabes sobre su círculo íntimo? ¿Qué has
estado haciendo desde que regresaste a Ciudad del Cabo?
No estarás saliendo con ese imbécil, ¿verdad?
Puse una cara desagradable y luego hice una mueca
cuando los puntos en mi labio se tensaron.
—No dijiste eso. Dominick Maingarde es el último
hombre en el mundo con el que saldría. Está muerto por
dentro. Sí, lo admito, es uno de los hombres más bellos que
he visto en mi vida. Pero cuando miras esos hermosos ojos
no hay nada allí, están fríos y sin vida. La única persona
que le da vida a sus ojos es Pixie y no dura mucho antes de
que se desvanezca. Así que no, no estoy involucrada con él,
ni lo estaré nunca.
Ella asintió con complicidad.
—Siempre y cuando lo mantengas así. Eres joven y una
vez que superes la pérdida de Ilya y de tu carrera, estoy
segura de que encontrarás a alguien. Ni Dominick, ni nadie
como él. Necesitas un buen chico. Un caballero de brillante
armadura.
No pude evitarlo, me eché a reír y Hawk también. Sacudí
la cabeza hacia ella.
—Estás tan llena de mierda. Ilya no era el modelo de
virilidad que crees que era. Y déjame decirte una vez más,
porque nunca me crees, sí, amaba a Ilya, pero como a un
amigo y eso es todo. —Ella me levantó una ceja y suspiré—.
Está bien, tal vez nos liamos una o dos veces, pero fuimos
estrictamente amigos con beneficios. Ambos estábamos
concentrados en nuestras carreras, no en tener una
relación. Un día, cuando esté lista, quiero un hombre que
me ame, con defectos y todo, y a quien amaré a pesar de
sus muchos, muchos defectos.
Hawk gruñó.
—¿De verdad vais a sentaros aquí y hablar de esta
mierda?
—Cariño, si no quieres escucharnos no tienes que
quedarte. Puedes volver a tu oficina—lo cortó DC.
—Cariño. —Hawk no dijo nada más, sólo esa palabra y
una mirada.
Volviéndose hacia mí, miró mi cara, mi cuerpo y luego mi
pierna.
—¿Has visto a un especialista?
—Sí, Dominick me llevó a ver a un especialista en
ortopedia cuando aterrizamos aquí. El especialista dijo que
hasta donde pudo determinar el daño fue superficial pero
quiere que me haga una resonancia magnética y
radiografías una vez que la inflamación haya bajado. Ya
veremos cuando llegue el momento.
—Esto es una mierda—murmuró ella—. ¿Qué estabas
haciendo cerca de esa gente?
Resoplé por mi estupidez y por no escuchar a Pixie.
—Tenía una cita para ver a Dominick para hablar sobre
financiar una escuela de ballet para niños desfavorecidos.
Entonces escuché a esos imbéciles planeando un asesinato
y la mierda se disparó. Y ahora estoy aquí.
—¿Por qué mierda acudirías a Dominick por dinero? Su
dinero está sucio, Tori.
—No me importa si su dinero es negro como el carbón o
blanco como la nieve. Esos niños necesitan ayuda y si su
dinero negro les da la oportunidad de lograr algo increíble,
entonces lo usaré—le gruñí.
Su mano apretó la mía con tanta fuerza que me dolió e
hice una mueca. Ella inmediatamente la soltó.
—Lo que voy a decirte es sólo para tus oídos. No le dices
una palabra a Pixie, ni a nadie más. Prométeme.
—¿Qué? Está bien, no me gusta, pero te prometo que no
se lo diré a Pixie ni a nadie más hasta que tú digas que está
bien decírselo. —Estaba confundida. DC parecía como si lo
que estaba a punto de decirme la hiciera sentir mal.
Ella suspiró, dejó caer la cabeza y luego me miró con esos
ojos negros y se llenaron de algo que me resultó muy difícil
de determinar.
—La ogro-astra está involucrada en el tráfico sexual.
Secuestra criaturas y mujeres jóvenes y las vende para el
comercio sexual. Hace unos meses salvamos a algunos
niños, pero no pudimos destruir su organización. Todavía
están funcionando y nosotros vivimos con eso sobre
nuestras cabezas. Ella sabe que conocemos su organización
y eso nos ha pintado un blanco en la espalda. Dom está
trabajando con nosotros y otras personas para acabar con
su organización.
Mi boca se abrió por la sorpresa mientras la miraba y
luego a Hawk. Levantó ligeramente la barbilla en señal de
acuerdo.
—¿Dom te está ayudando? —Mi voz apenas estaba ahí,
era muy suave.
—Sí. Debajo de ese frío exterior suyo todavía hay un
corazón, lo creas o no. —DC acarició mi mano apretada.
Dios mío, esto era mucho para asimilar. ¿Qué hubiera
pasado si hubiera tomado el dinero de Dominick y ella
hubiera robado niños de mi escuela? No podía soportar
pensar en ello. Necesitaba pensar en algo bueno, algo
brillante y feliz.
—Está bien, lo entiendo. ¿Podemos no hablar de esto
ahora mismo? Está haciendo que me vuelva a doler la
cabeza. —Sonreí, pero no era una sonrisa muy feliz—.
Cuéntame cómo el gran hombre sentado allí te atrapó y te
dejó su marca. Recuerdo una época en la que juraste que
nunca dejarías que un hombre te reclamara. Así que
suéltalo. ¿Cómo ocurrió?
DC estuvo de acuerdo con el cambio de conversación y la
escuché con una sonrisa mientras me contaba la historia de
cómo Hawk Walker atrapó a esta mujer salvaje y la
convirtió en su dama.
—¿Y los combates clandestinos? ¿Todavía golpeas a
pobres y desprevenidas mujeres por diversión?
Hawk se echó a reír y DC le lanzó una mirada fingida de
enojo.
—Sí, pero sabes tan bien como yo que ellas saben
exactamente lo que les espera. No he tenido una pelea
desde hace tiempo, pero creo que debería dejar que Grizzly
organice una antes de que regreses a Ciudad del Cabo.
Recuerdo lo fuertes que eran tus gritos la última vez que
viniste a una de mis peleas. Y esa fue una tranquila en el
gimnasio. Te encantaría Underground.
Casi comencé a rebotar en la cama y me detuve justo a
tiempo.
—Me encantaría verte pelear de nuevo. Han pasado años
desde que estuve en una.
—Eres una cosita sedienta de sangre, ¿verdad? —Hawk
sonrió.
—No, en realidad no. Simplemente me gusta ver pelear a
DC. Sus movimientos parecen casi coreografiados, tanto
que me recuerdan a un baile. Sin toda la sangre y esas
cosas, por supuesto.
DC tenía esa mirada en sus ojos. Una mirada que tenía
cuando estaba planeando algo o simplemente había tenido
una buena idea.
—Deberías pensar en crear un baile y realizarlo cuando
te recuperes.
El dolor floreció en mi pecho y me resultó difícil no
jadear. Lo aparté y le di una pequeña sonrisa.
—Nunca volveré a bailar en el escenario, DC. Mi pierna
está acabada. Es demasiado débil para soportar la tensión
necesaria.
—¡Qué estupidez! Puedes solucionarlo. Te conozco, Tori.
Eres una de las bailarinas de ballet más talentosas que
jamás haya salido de este país y he seguido tu carrera. Sé
lo que se decía de ti. Puedes hacerlo. Si te lo propones
podrás encontrar la manera de volver a bailar, aunque no
sea en escenarios mundiales. No dejes que lo que te digan
esos médicos te impida bailar. Toma lo que dicen y úsalo.
Cambia tu forma de bailar, investiga la danza moderna,
cualquier cosa que te permita hacer lo que amas.
Típica DC. Tenerla respaldándome me hacía sentir muy
bien.
—Por eso quería hablar con Dominick. Pensé en enseñar
a los niños a bailar, devolverles algo de lo que había
aprendido. ¿Pero bailar? No sé sobre eso. Tendremos que
esperar y ver qué pasa cuando esta jaula se desprenda de
mi pierna y el especialista eche un vistazo.
Ella asintió varias veces y entrecerró los ojos hacia mí.
—Bien. Entonces esto es lo que va a pasar. No volverás a
Ciudad del Cabo hasta que hayas tenido tiempo de
fortalecer esa pierna tuya lo más fuerte posible.
Trabajaremos juntas en tu rehabilitación y, una vez que
hayamos terminado, volverás a bailar, aunque sea sólo para
tus alumnos y sus padres.
Me quedé boquiabierta.
—No puedes mantenerme como rehén aquí, ¿sabes? Una
vez que se solucione mi problema, seré libre de irme.
—No—declaró y señaló con un dedo mi pecho—. No te
irás por un tiempo, culo bajito.
—¡No me llames así! No soy tan baja. Y puedo irme
cuando quiera. No depende de ti.
Ella se rio abiertamente de mí. La perra loca.
—Ahí es donde te equivocas, mi querida amiga. Y ni se te
ocurra pedirle ayuda a Pixie, ella no te la dará. Te quiero
aquí hasta que estés lo suficientemente bien y mi hombre
me ayudará a mantenerte aquí.
—Lo siento, pelirroja, en esto ella es la jefa—dijo Hawk y
sonrió. ¿Qué diablos les pasaba a esta gente?
—Mi nombre no es culo bajito, ni pelirroja, y ella no es mi
jefa. —Maldita sea, ahora sonaba como una niña pequeña
discutiendo con sus padres.
—Cariño, eres jodidamente pequeña. Pensaba que mi
mujer era bajita, pero comparada contigo, es alta.
¡Puaj!
Estaba a punto de maldecirlos a ambos cuando la puerta
se abrió silenciosamente y Kid seguido por Ziggy y Jagger
entraron a mi habitación. Y al ver sus expresiones serias
supe que no me iba a gustar lo que tenían que decir.
Kid ignoró tanto a Hawk como a DC y fue directo a la
cama, inclinándose y besándome en la parte superior de la
cabeza.
—Ya no te ves tan agotada, niña. El descanso te ha
sentado bien—murmuró antes de darse la vuelta, arrastrar
una silla justo junto a la cama y sentarse.
Un silencio ensordecedor reinó en la habitación mientras
todos lo miraban con los ojos entrecerrados. ¿Qué estaba
pasando? Y como aprendí temprano en la vida que si no
preguntas nunca descubrirás las cosas importantes, por
supuesto que pregunté.
—¿Qué está sucediendo? ¿Por qué todo el mundo lo mira
como si le hubiera crecido una cabeza más?
DC soltó una carcajada, pero no dijo una palabra; ella
simplemente le levantó una ceja a su hombre, esperando
que él o uno de los demás respondiera.
Pero no fueron ellos quienes respondieron. Fue el hombre
mismo quien lo hizo.
—No les hagas caso, niña. Simplemente están siendo los
gilipollas habituales—dijo él y los miró negando con la
cabeza.
—No, no es eso—lo interrumpió Ziggy—. Él está actuando
de manera muy sensiblera, y déjame decirte, dulzura, este
hombre no ha sido sensible durante muchos años. Así que
esta mierda de aquí nos tiene a todos muy confundidos.
—¿Estás reclamando a la chica antes que nadie,
hermano?—preguntó Jagger con una sonrisa maliciosa.
¿Qué? Giré mi cabeza hacia Kid y lo vi sacudir la cabeza a
sus amigos.
—Dios. No. Ella es como una hermana pequeña para mí.
La única forma en que la reclamo es como familia. Así que
cualquier cabrón que intente hacer algo con ella se
encontrará con mis puños.
Si mis ojos pudieran haberse abierto más, lo habrían
hecho. El hombre apenas me conocía y me había reclamado
como su familia. ¿Qué pasaba con su verdadera familia?
¿No tenía a nadie? ¿Y si era así, qué había pasado con
ellos? Cuando lo miré a los ojos vi una tristeza que
coincidía con la tristeza dentro de mí. La tristeza de la
pérdida. Y eso me hizo preguntarme a quién había perdido.
Mi primer día como invitada en la casa club del Iron Dogz
MC había estado lleno de sorpresas.
Me preguntaba qué me depararía el resto de mi estancia.
Mi corazón saltó en mi pecho cuando su rostro apareció
de repente en mi mente. Era un rostro que había visto por
última vez cuando tenía dieciocho años; debe haber
cambiado con los años. Han pasado nueve, casi diez años
después de todo.
Su rostro áspero y serio y la mirada oscura fue
reemplazado por el rostro clásicamente hermoso y
sonriente de Ilya.
Las diferencias entre los dos eran tan grandes. Eran
como el día y la noche. Quizás eso fue lo que me atrajo de
Ilya en primer lugar. El hecho de que fuera tan diferente
del hombre que había destrozado sin piedad mi estúpido
corazón.
Sentí que las lágrimas empezaban a arder en el fondo de
mis ojos y parpadeé furiosamente para que se fueran. No
lloraría. Había llorado lo suficiente durante los últimos dos
años como para llenar una gran bañera. No más. Ilya
querría que fuera feliz. Él querría que fuera fuerte y que
enfrentara mis limitaciones a diario.
Y yo quería eso. Me sobrepondría a este último desastre.
Triunfaría sobre mi reciente adversidad.
Mi mejor amiga creía en mí, creía que brillaría en
cualquier cosa que intentara. Le daría la razón.
—¿Ricura? ¿Estás bien? —Kid tomó mi mano, la apretó
suavemente y me obligué a sonreír.
—Estoy bien, solo anhelo un poco de café otra vez—
intenté bromear.
—El café no es bueno para ti. —DC frunció el ceño—.
Estás tomando mucha medicación y necesitas bebidas
saludables, no cafeína pura.
—Puaj. Tú y tus bebidas saludables. ¿Todavía bebes ese
desagradable batido verde? —Miré a Kid y le puse los ojos
muy grandes—. Evítalo a toda costa, sabe a baba verde.
DC me miró mal y sonreí.
—Continúa, culo bajito, continúa con esta mierda y no te
ayudaré a ducharte. Quieres que alguien arregle ese nido
de ratas que tienes en la cabeza, ¿verdad?
Inmediatamente me entregué.
—Por favor, seré tu amiga para siempre. Necesito una
ducha con urgencia. Me pica la cabeza y mi cuerpo huele
mal.
—Bueno, no hay mejor momento que el presente—dijo DC
—. Vosotros tenéis que iros.
La habitación se vació como por arte de magia. El único
que no se largó fue Kid. Retiró el edredón y entre él y DC
quitaron el aparato ortopédico y las vendas. Mi pierna se
veía horrible. Todavía la estaba mirando cuando Kid deslizó
sus brazos alrededor de mí, me levantó de la cama, me
llevó al baño y me sentó en el inodoro.
Volviéndose hacia DC, le lanzó una mirada que no pude
descifrar.
—Si necesitas ayuda, llámame, estaré en la habitación
arreglando la cama. —No le dio a DC la oportunidad de
responder. La puerta se cerró suavemente detrás de él
mientras salía del baño.
Salir del pijama y meterme en la ducha no fue fácil, pero
lo logramos. Años de desnudarme delante de otras
personas me habían dejado con muy pocas inhibiciones.
Estar desnuda no era una de ellas. Gracias a Dios, la ducha
estaba separada del baño. No tuve que meterme en la
bañera ni nada parecido, fue tan fácil como entrar en la
gran cabina de cristal y sentarme en el asiento
incorporado.
Mientras me lavaban el cuerpo y el cabello, estaba
adolorida y tan cansada que apenas podía sostenerme
mientras DC me ayudaba a secarme. Apenas me di cuenta
cuando llamó a Kid para que me ayudara a vestirme con
ropa limpia. Dormí mientras me vestían, me secaban el
pelo, me vendaban la pierna y me acostaban de nuevo en la
cama.
Fue el maravilloso olor a comida lo que me despertó
horas después. Y lo mejor de despertarme fue que no tenía
esa sensación de embotamiento debido a los analgésicos.
Me había quedado dormida sin tomar nada.
Había una mujer de mediana edad sentada al lado de mi
cama, mirándome. Parpadeé adormilada y sonreí.
Ella me devolvió la sonrisa.
—Soy tía Beryl. Te perdiste el almuerzo hoy, pero eso es
algo bueno. Dormiste bien. Hice pastel casero para cenar y
natilla de plátano de postre. Ambos no te harán daño en la
boca. Eres una cosita tan pequeña que necesitas comer
para fortalecerte.
Sonreí.
—Hola. La cena huele increíble y soy mucho más fuerte
de lo que parezco.
Ella sonrió ampliamente.
—Bien por ti. Vas a encajar perfectamente.
Con eso se levantó y se fue, dejándome boquiabierta.
¿Por qué necesitaría encajar? Una vez solucionado mi
problema, regresaría a Ciudad del Cabo. De ninguna
manera me quedaría aquí viendo a Beast con sus hijas. Por
no hablar de otra mujer.
A mi cerebro se le ocurrieron tantos escenarios horribles
que casi pierdo el apetito.
No duró mucho. La comida gritaba mi nombre demasiado
fuerte.
Capítulo 5
Beast
Lunes
Sus hijas estaban vestidas y con sus mochilas preparadas
para el día. Iban a pasar la mañana con los hijos de Gail en
la casa de Bulldog, donde estarían vigiladas y seguras. No
quería dejarlas, pero no tenía otra opción. Tenía citas para
ver a su abogado y al procurador que llevaría su caso en la
Corte Suprema. Tenían un montón de cosas por las que
pasar para asegurarse de que la puta nunca volviera a
tocar a sus niñas con sus dedos crueles.
Y después de lo que casi le había sucedido a la mujer de
Ice y a su hijo, no iba a correr ningún riesgo con la
participación de Bienestar Infantil. Maingarde Organisation
tenía los dedos metidos en demasiados sectores
gubernamentales. De ninguna manera sus bebés
desaparecían para no ser vistas nunca más.
Ató a sus hijas a sus asientos de seguridad en el asiento
trasero de su bakkie doble cabina y sonrió mientras ellas
balbuceaban entusiasmadas sobre su día.
—Papi, las niñas vamos a hornear pastel con la abuela
Suzy, y la tía Gail va a mirar porque tiene dos bebés en su
barriga y es enorrrrme. Ya no puede agacharse porque su
barriga es muy grande—le informó Jossy con una vocecita
aguda y emocionada.
Beast sonrió ante su emoción.
—Niñas, sed buenas con Grammy Suzy, ¿de acuerdo?
—Sí, papi—dijo Jossy mientras movía su pequeño trasero
en el asiento para ponerse cómoda.
Su bebé más pequeña simplemente asintió con su cabeza
rizada y el pulgar metido en la boca. Beast se lo sacó
suavemente y besó su cabecita rizada.
—No nos chupamos los dedos, cariño. —Ella le dio una
pequeña y dulce sonrisa, pero no dijo una palabra.
Casi nunca hablaba y cuando lo hacía, tenía que
escucharla con mucha atención porque hablaba en voz muy
baja. Su bebé, que había empezado a hablar a los ocho
meses y casi sin parar, ahora casi no hablaba. Una cosa
más por la que la puta de su madre iba a pagar. Ella le
había hecho esto a su bebé.
Mierda. Nunca debería haberlas perdido de vista. Esto
era tanto culpa suya como de la zorra.
Reprimiendo la ira, besó a sus hijas, comprobó que
estuvieran bien sujetas, cerró la puerta y se sentó detrás
del volante. El viaje hasta la casa de Bulldog no era largo y
al poco tiempo sacó a las niñas de los asientos y las llevó a
la casa.
Una casa que estaba llena abarrotada de mujeres. No
sabía cómo lo manejaba Bulldog. Y ahora estaba sumando a
sus dos hijas a la bandada de pajaritos que gorjeaban en la
cocina.
Su capellán estaba sentado a la mesa de la cocina con
una niña pequeña en equilibrio sobre cada uno de sus
grandes muslos, con una jodida enorme sonrisa en el
rostro.
—Buenos días, amores míos, venid a darle los buenos días
al abuelo—les dijo a las niñas y sus dos pequeñas movieron
sus diminutos traseros para bajarse. Corrieron hacia
Bulldog y él las levantó para unirlas a sus nietas. Todas las
niñas se rieron mientras él les revolvía el pelo y besaba la
parte superior de sus cabezas.
Desde el momento en que trajo a sus bebés a vivir con él
en el club, todos se acercaron para ayudar. Especialmente
tía Beryl, tía Suzy y Bulldog. Inmediatamente se
convirtieron en los abuelos que sus bebés nunca habían
tenido. Sus padres estaban seriamente jodidos y él había
cortado los lazos hacía mucho tiempo. Los padres de la
puta no aparecían en la foto en absoluto. Nunca habían
conocido a sus nietas y tal como iban las cosas, nunca lo
harían. Sus hijas estaban mejor con la familia del club.
Beast encontró los ojos de Bulldog y levantó la barbilla en
señal de saludo y agradecimiento. Suaves brazos se
cruzaron alrededor de su cintura y miró a la tía Suzy
mientras ella lo abrazaba.
—Nos encargamos. Haz lo que tengas que hacer para
mantenerlas a salvo. —Bajó la voz a un susurro—. Y cuando
llegue el momento de enterrar a esa zorra, quiero una
parte de la acción.
Beast sacudió la cabeza riendo.
—Ya veremos.
Ella resopló mientras lo soltaba y volvía a lo que había
estado haciendo, empacar muffins en un pequeño
Tupperware. El Tupperware terminó en su mano mientras
salía de la casa. No permaneció cerrado. Cuando el
recipiente cruzó las puertas de su camino privado, dos de
ellos ya habían bajado por su garganta.
Se sentía bien ser atendido por una buena mujer. Algo
que nunca había tenido. Una vez casi lo había conseguido,
pero la había alejado por su propio bien.
Mierda. ¿Por qué estaba ella tan presente en su mente
estos días? Lo más probable era que estuviera casada y él
deseaba con todas sus fuerzas que fuera feliz. No es que
pudiera hacer nada al respecto si ella no lo fuera. No era
asunto suyo.
Empujando sus recuerdos bruscamente hacia los confines
más oscuros de su cerebro, se concentró en lo que era
importante. Mantener a sus hijas a salvo.
Nada más era tan importante como ellas. Nada.
Horas más tarde, Beast se pasó las manos por la cara con
cansancio. Ya llevaban horas repasando el caso. Saskia
Gordon, su nueva abogada, era una bella mujer que
escondía en su interior un voraz tiburón. Estaba decidida y
concentrada en ayudarlo a ganar su caso. Con las pruebas
abrumadoras que tenían contra Bettie Malan, confiaba en
una victoria.
Pero Beast todavía estaba preocupado. Sabía cómo
operaban Bettie y las personas de las que se rodeaba. Les
importaba una mierda la ley. Pensaban erróneamente que
estaban por encima de ella. Beast también operaba fuera
de la ley, pero esta vez no. Esta vez usaría la ley para
conseguir lo que quería. Y Saskia le había asegurado que
tenían todo lo necesario para que le otorgaran la custodia
de sus hijas.
Hacía mucho tiempo que había aprendido a no contar
nunca los pollitos antes de que nacieran. No se relajaría
hasta tener los papeles firmados en sus manos. El zumbido
de su teléfono lo sacó de sus pensamientos y mientras leía
el texto sintió ganas de tirar la maldita cosa contra la
pared.
Ella se niega a firmar. Tiene un puto abogado baboso.
Quiere el coche, la casa, más dinero y la custodia total.
En lugar de eso, deslizó su teléfono por la mesa de
reuniones hacia Saskia. Leyó el texto con el ceño fruncido y
luego sonrió. Lentamente deslizó el teléfono sobre la mesa,
pero no lo soltó cuando él lo tomó.
—Estas son buenas noticias. Queremos que se presente
en la corte, Beast. La queremos en el estrado. No hay
manera de que pueda mantener la fachada de la pobre ex
esposa una vez que comience el interrogatorio. El señor
Brandt es el mejor que hay. Como te dije, tiene un historial
impecable de victorias para sus clientes. Nunca acepta un
caso en el que no crea y cree en el tuyo.
Juntando su mano sobre la de él, la apretó y luego le dio
unas palmaditas tranquilizadoras. Beast se congeló y retiró
bruscamente su mano. Entrecerró los ojos, pero continuó
como si nada hubiera pasado.
—Si este abogado suyo es bueno, intentará limpiarla y
presentarla como una madre amorosa. Por eso tenemos un
investigador privado sobre ella todo el tiempo. Las
fotografías que ha estado tomando serán totalmente
condenatorias. No ha sido muy discreta.
Beast dejó escapar un profundo suspiro.
—Todo lo que quiero es que esta mierda termine. Quiero
que mis hijas estén a salvo, y mientras esta mierda se
prolongue, ellas no estarán a salvo. A esa perra le importan
una mierda esas niñas. Para ella todo es cuestión de dinero.
Está acostumbrada a un determinado estilo de vida por el
que he estado pagando y ahora que ya no pago y le resulta
difícil sobrevivir. El cabrón con el que está liada no tiene
dinero, ha estado viviendo del dinero que le pagaba a la
zorra para que cuidara a mis hijas. —Señalando los papeles
esparcidos por toda la mesa de reuniones, continuó—. Es
por eso que necesito que esto resulte como dices que
resultará. No puedo permitir que ella o ese cabrón pongan
sus manos sobre mis bebés nunca más.
—Beast, lo prometo...
Pero él la interrumpió.
—Mis bebés tienen pesadillas, Saskia. Jodidas pesadillas.
¿Qué las asustaría tanto que las atormenta en sus sueños?
La cagué al aceptar compartir la custodia de nuestras hijas.
Debería habérselas quitado en aquel entonces. No voy a
volver a cagarla. No renunciaré a mis hijas, nunca jamás.
Me niego a considerar otra cosa que no sea que ella
renuncie a sus derechos de paternidad. Eso es lo único que
me satisfaría.
Saskia asintió y luego lo golpeó con una dura verdad.
—Vamos a necesitar una evaluación psiquiátrica de las
niñas, Beast. ¿Estarás de acuerdo con eso? Prometo que no
será invasivo, ni aterrador. Las niñas pensarán que están
jugando y mientras juegan el psicólogo las entrevistará y
observará su forma de interactuar.
Dios. Mierda. Mierda.
—¿Es realmente necesario? Mis hijas no están bien en
este momento.
—Por eso necesitamos que sean evaluadas por un
psicólogo infantil. Ayudará a demostrar que es una mala
madre y que su comportamiento puso en peligro a las
niñas. No sabemos exactamente qué pasó con tus hijas,
pero tal vez con la ayuda del psicólogo lo averigüemos y
puedas ayudarlas a recuperarse.
Sonaba jodidamente razonable. Entonces, ¿por qué le
hacía sentir como si las estuviera traicionando?
—Odio esto. Odio sentirme jodidamente impotente.
Saskia parecía decidida y segura de sí misma.
—Estamos casi al final de esta pelea, Beast. Sé que han
pasado semanas, pero hay que tener paciencia. Sólo
tenemos que asegurarnos de tener todas las pruebas contra
ella que podamos conseguir. Tus hijas estarán a salvo.
Hemos recurrido a esta psicóloga antes, es muy buena y los
niños la adoran. Tus hijas no se sentirán intimidadas, ni
amenazadas. Estarán en una cita para jugar, será así de
fácil.
Sentándose en su silla, Beast suspiró.
—Bien, coordinémoslo y hagámoslo. Cuanto antes se
calmen mis bebés, mejor.
—¿Sigues viviendo en la casa club?—le preguntó ella de
repente.
Beast frunció el ceño.
—No. Comparto casa con uno de mis hermanos, su mujer
y su hija. Vivimos en la propiedad del club, pero no en la
casa club. Ése no es un lugar para niñas pequeñas.
—Entiendo que hay otras familias viviendo en la
propiedad. ¿Tus hijas tienen amigas allí o son las únicas
pequeñas?
¿Por qué quería saber esto? No estaba seguro de cómo
podría ser relevante.
—En este momento hay bastantes niños viviendo en la
propiedad del club. ¿Por qué?
—Por nada malo. Solo quiero demostrar que viven en un
ambiente saludable y que tienen amigos de su misma edad
con quienes jugar.
Beast negó con la cabeza, no le gustaba esta línea de
preguntas.
—No me siento cómodo hablando de esto contigo. Mis
hermanos son muy protectores con sus familias y no
queremos que el paradero de nuestros hijos quede escrito
en algún documento que nuestros enemigos puedan
conseguir.
Ella estaba visiblemente indignada. Sus dedos
tamborilean con un ritmo irritado sobre la mesa.
—No lo escribiré y no grabaré esta conversación. Puedes
relajarte. Somos tus abogados, Beast. Si traicionamos al
club, no nos irá bien, lo sabes.
Él suspiró, ella tenía razón.
—Lo lamento. Sólo estoy irritado y ansioso por terminar
con esto de una vez. Mis hijas necesitan poder correr y
jugar afuera sin que mis hermanos o yo hagamos guardia.
¿Cuándo podemos hacer esta visita a la psicóloga?
—Me pondré en contacto tan pronto como terminemos
aquí y te enviaré un mensaje de texto con los detalles de la
cita. —Juntó los papeles en una pila—. Una semana más o
menos y estaremos listos para la corte y tus hijas serán
tuyas. Te doy mi palabra de que haremos todo lo que esté a
nuestro alcance para garantizar que esas niñas terminen
bajo tu custodia. Puede que tengamos un pequeño
problema con la reputación de tu club, pero no debería ser
un problema. Todo lo que tengan será especulación. Nunca
has sido condenado por un delito ni siquiera considerado
cómplice de uno. Tu historial limpio ayudará a convencer al
juez de tu idoneidad como padre.
De repente ella sonrió y le guiñó un ojo.
—No tienes una novia seria escondida que pueda influir
en la opinión del juez, ¿verdad?
Por alguna razón inmediatamente pensó en su pequeña
mariquita. Habría sido la madre perfecta para sus hijas.
Pero ella ya no estaba, ahora pertenecía a otra persona.
—No—gruñó Beast, su voz baja, fría y dura.
—Lástima—bromeó ella y Beast había terminado. Estaba
aquí para recibir la ayuda que necesitaba para recuperar a
sus hijas. No para hacer bromas estúpidas con una zorra a
la que le gustaba su apariencia. Sí, lo había notado desde el
principio, pero lo había ignorado. Ahora parecía que
debería haberle dejado claro que no estaba interesado.
Quizás esta vez había entendido el mensaje.
—¿Terminamos? Necesito regresar.
Parecía un poco nerviosa, pero se recuperó rápidamente.
—Sí, sí, terminamos. Te enviaré un mensaje de texto con
los detalles sobre la cita de las niñas y cuándo tendremos
que reunirnos la próxima vez. El señor Brandt nos
acompañará en la próxima reunión. Lamento que no haya
podido estar aquí hoy, pero tuvo una emergencia con uno
de sus otros clientes, como ya te expliqué.
Asintiendo Beast empujó la silla hacia atrás y se puso de
pie.
—Estaré esperando tu mensaje.
Con un último asentimiento, salió de la sala de reuniones
y al salir sintió sus ojos sobre él. El no miro atrás. No
estaba interesado en mirar atrás.
Saskia Gordon era hermosa y elegante, pero no era su
tipo. Ella le recordaba a una versión elegante de la perra
de su ex esposa. Alta, rubia y con buen cuerpo. Y nunca
más volvería a acercarse a una de esas.
Había aprendido la lección de la manera más difícil.
Lo que vio mientras estacionaba en el camino de entrada
de Bulldog lo hizo estallar en carcajadas. Los niños corrían
en círculos salvajes sobre el césped, chillando con miedo
fingido mientras Spider, Terror y Will los perseguían con
pistolas de agua. Todos estaban empapados y embarrados.
Beast sabía que en el momento en que saliera de su bakkie
esos bastardos iban a apuntarle con esas pistolas de agua.
Mirando el traje que llevaba, el único maldito traje que
poseía, sonrió. Sin pensarlo dos veces, se quitó la chaqueta
y la camisa y la arrojó en el asiento del pasajero. Luego
siguieron sus botas y pantalones.
Inclinándose hacia atrás sacó su bolso de deporte de
detrás del asiento mientras los tres bastardos rodeaban su
vehículo. Se puso los pantalones deportivos, la camiseta y
las tekkies (NdelT: zapatillas de deporte) que tenía en el
bolso y esperó su oportunidad. Saltando, corrió alrededor
de la parte trasera de su bakkie y luchó con Will por su
pistola de agua, una vez que la consiguió corrió hacia sus
bebés, disparando por encima del hombro a Spider, que era
condenadamente rápido.
Jossy se reía tanto que apenas podía correr y Ellie se
esforzaba por seguir el ritmo de los niños más grandes. Su
pequeño bebé se reía. Se estaba riendo. Tuvo que
parpadear con fuerza para detener las lágrimas
amenazando con derramarse. Su pequeña no se había reído
a carcajadas en mucho tiempo.
Corriendo hacia ella, la levantó y ella chilló mientras él la
colocaba contra su pecho. Sus pequeños brazos se
apretaron alrededor de su cuello. Y cuando de repente ella
le gritó al oído, él casi dejó de correr por el susto que le
dio.
—¡Dispárale, papi! ¡Dispara a Spidey! ¡Nos está
atrapando, papi! ¡Dispárale!
Los latidos de su corazón en su pecho eran tan fuertes
que estaba seguro de que se podían escuchar en todo el
mundo. Su bebé estaba gritando, ella estaba jodidamente
gritando. La niña que durante semanas sólo había
susurrado, estaba gritando.
—Lo tengo, bebé. —Beast sonrió, se giró y acertó a
Spider en el pecho. Su hermano siguió el juego
maravillosamente, jadeó y cayó al césped y al instante
quedó oculto debajo de un montón de niños que se reían
tontamente.
Su bebé se retorció para bajar y cuando él la dejó, corrió
y con un grito salvaje saltó a la pila encima de Spider. Al
mirar hacia el amplio porche (NdelT: veranda), sus ojos se
encontraron con los de la tía Suzy, que estaba mirando con
ojos sospechosamente brillantes. Dejando a las niñas
jugando, le entregó la pistola de agua a Duncan, el hijo de
Ice y River, y fue a unirse a ella.
Parado junto a ella con los brazos cruzados sobre el
pecho viendo jugar a sus hijas, no necesitaba preguntar.
—Hace unos veinte minutos, de repente empezó a correr
detrás de Duncan y a gritar. Ha sido muy dulce con la niña
todo el día. Habló con ella, la involucró en sus juegos y se
aseguró de que tuviera todo lo que necesitaba. No sé quién
es más protector con ella, si él o Jossy.
Beast asintió.
—Tengo miedo de enviarlas al preescolar. No sé si Ellie se
adaptará a otro entorno nuevo tan pronto. No estoy tan
preocupado por Jossy, pero ni siquiera ella es la niña que
solía ser. Quiero patearme el jodido culo por dejarlas con
esa puta.
La tía Suzy le puso una mano en el antebrazo y lo apretó.
—Ninguno de nosotros sospechaba que las niñas estaban
siendo descuidadas y abusadas, Beast. Todos, incluido tú,
pensamos que habían cambiado porque las trasladaban
entre dos casas. Todos ayudaremos a que vuelvan a ser los
bebés felices y conversadores que solían ser. Y he estado
pensando en lo del preescolar.
Inclinando la cabeza hacia abajo, levantó una ceja.
—Anoche Johan y Gail nos dijeron que se mudarían aquí
permanentemente. Van a construir una casa en la parte
baja de nuestra propiedad. Y aparentemente Kahn y Vash
han estado pensando en preguntarle a Hawk si también
podrían construir una casa en la propiedad. Ice y River
están en el proceso de diseñar la suya. Cada una de esas
parejas tiene hijos. Niños pequeños. —Ella sonrió
rápidamente.
—¿Qué intentas decirme, tía Suzy?
—Vamos a tener niños más que suficientes viviendo en la
propiedad para contratarles una maestra de preescolar. No
tendremos que enviarlos a una escuela donde no podamos
mantenerlos seguros. Bulldog lo incluirá en la agenda para
discutirlo durante la iglesia.
—Si todavía estoy ocupado con la custodia, le daré mi
poder. Voto que sí. —Beast sintió como si le hubieran
quitado un peso de encima. Sabía que Ice y Bulldog
impulsarían la votación.
—Tú y las chicas cenaréis con nosotros esta noche. Y no
intentes evadirte de esto, no aceptaré un no por respuesta.
Pasa el rato con Bulldog en la terraza trasera, tómate una
cerveza y relájate. Me encargo de tus hijas.
Dando una última mirada a donde sus bebés todavía
estaban revolcándose en el césped con Spider, caminó por
la casa para unirse a Bulldog. No se dijeron una palabra,
solo bebieron cerveza y observaron cómo el sol comenzaba
a deslizarse hacia el horizonte.
Mientras estaba sentado allí, se relajó lentamente por
primera vez en semanas.
Por el momento, sus bebés estaban a salvo y tenía un
plan en marcha que las mantendría así durante mucho
tiempo.
Capítulo 6
Tori
Dos semanas. Dos malditas semanas completas. Ese era
el tiempo que llevaba en esta maldita habitación. Y estaba a
punto de perder la cabeza si no salía de aquí y respiraba un
poco de aire fresco. Ni siquiera me permitieron abrir la
maldita ventana porque una ventana abierta sería
cuestionada. Si no fuera por Sam, Kid y DC, habría perdido
la cabeza hacía mucho tiempo. Ellos evitaron que la
perdiera.
La inflamación y los moretones habían disminuido y ya no
parecía que hubiera enloquecido y me hubiera metido en
una jaula de pelea con DC. Los feroces moretones azules,
morados y negros se habían desvanecido a amarillo y verde
y ahora eran de un extraño color marrón amarillento claro.
Mi pierna ya no estaba inflamada pero todavía llevaba el
aparato ortopédico y tenía una cita programada con el
especialista en ortopedia hacia el final de la semana. Eso
me tenía preocupada por las noches, mientras yacía sin
dormir en la cama. No estaba exactamente segura de qué
día estaba programada la cita porque Ice y Kid estaban
siendo muy reservados al respecto. No podía esperar a salir
de la maldita habitación y con suerte muy pronto sentiría el
sol en mi piel y el viento en mi cabello.
Durante mi encierro forzoso en mi cárcel de lujo había
llegado a conocer muy bien a tía Beryl. Ella se acercaba
sigilosamente para visitarme cada vez que estaba en la
casa club. Nos sentábamos, tomábamos té y
conversábamos. Ella me mantenía al tanto de todos los
chismes del club. En consecuencia, sabía más sobre
algunos de los hombres de lo que ellos se sentirían
cómodos. Tía Beryl no se había contenido en absoluto. Era
como si quisiera asegurarse de que supiera que los
hombres no eran ángeles o demonios. Cuando me contó la
historia detrás del matrimonio y divorcio de Beast, necesité
todos los trucos que había aprendido a lo largo de los años
para no delatarme con mi reacción.
De ser un hombre que había sido acaloradamente
inflexible en que nunca tendría hijos, había terminado con
dos hijas pequeñas. Dos niñas pequeñas por las que estaba
luchando para conseguir la custodia. Me horroricé al
escuchar cómo habían terminado viviendo con él. ¿Qué
clase de mujer era su ex esposa para dejar a sus bebés en
la puerta de su casa y marcharse con su nuevo hombre?
¿Por qué había estado con una mujer como ella en primer
lugar? La tía Beryl ni siquiera fingió que le agradaba la
mujer, de hecho, creo que la odiaba. Para ella las dos
pequeñas eran sus nietas y ella, junto con el resto del club,
iría hasta el fin del mundo para protegerlas. Era alentador
saber que esas pobres criaturas ahora tendrían una
poderosa familia de moteros cuidándolas.
Pero la difícil situación de esas niñas no estuvo siempre
presente en mi mente. Durante los últimos días me he
quitado el aparato ortopédico por períodos cortos de
tiempo y he ejercitado la pierna con la ayuda de DC para
fortalecer los músculos. Tuvimos mucho, mucho cuidado de
no exagerar y nos limitamos a ejercicios muy básicos.
Estaba ansiosa por la visita al doctor. ¿Qué tan grave era el
daño? ¿Tendría que operarme?
Virgen Santísima. Espero que no.
Mi pierna se veía bastante mal tal como estaba, no
necesitaba otra cicatriz más para agregar a la colección.
Sabía que estaba siendo demasiado sensible con las
cicatrices. En comparación con otras cicatrices que había
visto, no eran tan malas y me habían dicho que se
desvanecerían hasta ser casi imperceptibles. Las cicatrices
de las primeras cirugías se habían desvanecido a un rosa
pálido mientras que las de la última cirugía eran de un rosa
más oscuro. Por eso no quería agregar más.
Y, de todos modos, durante nuestra última conferencia
telefónica con Pixie, ella y DC decidieron que mi pierna
necesitaba un tatuaje. Entonces, una vez que obtuviera el
visto bueno de mi especialista en ortopedia, iban a decorar
mi piel. Habían sido muy reservadas sobre el diseño que
querían poner en mi pierna y tenía mucha curiosidad por
ver qué se les ocurriría.
Mientras fuera bonito. Esa era mi única regla. Podían
hacer lo que quisieran siempre que fuera bonito y quedara
bien con todos mis zapatos. Y tenía muchos zapatos. De
hecho, eran tantos que instalé estantes especiales en mi
segundo dormitorio para las cajas transparentes en las que
guardaba mi colección de zapatos.
Dios mío, esperaba poder seguir usando mis zapatos
después de que esta mierda terminara.
Tratando de tranquilizarme, conecté los auriculares a mi
teléfono, que Ziggy me había devuelto, y seguí avanzando
hasta que encontré a mi banda favorita tocando.
Evanescence. Estaba escuchando la música, sentada en la
cama mientras mis brazos bailaban en el aire y mi cuerpo
se balanceaba al ritmo. Tenía los ojos cerrados y estaba en
mi pequeño mundo mientras la música contaba la historia
de mi vida. Articulé las palabras, rogando que encontraran
mi espíritu y lo condujeran de regreso a la luz.
Gran parte de lo que había sucedido en mi vida parecía
reflejarse en su música. Además, me recordaba algunos
muy, muy buenos momentos. Me recordó a Ilya y a mí en el
estudio de baile, bailando mientras la música sonaba y
cómo, cuando éramos amigos con beneficios,
inevitablemente terminábamos haciendo el amor salvaje y
locamente. Nos divertíamos mirándonos en los espejos
mientras nuestros cuerpos se movían juntos, sus ojos
azules brillaban mientras hacía que me corriera, una y otra
vez.
Dios, cómo lo extrañaba. Lo había amado, pero no con la
misma pasión que había amado a Beast. Cuando lo perdí, él
era mi mejor amigo, mi ex amante, mi confidente, mi caja
de resonancia y mi compañero de baile.
Sentí su pérdida en el alma. Necesitaba bailar con
desesperación. Hervía por dentro, me ardían las entrañas y
entonces el ardor se calmó con una de nuestras canciones
favoritas, Swimming Home. El ardor se convirtió en
lágrimas que comenzaron a rodar por mis mejillas mientras
desaceleraba mis movimientos y cantaba suavemente.
Diciéndole a Ilya que lo amaba y que en mi corazón sabía
que siempre lo amaría.
Cuando abrí los ojos y me sequé las lágrimas, Sam estaba
arrodillado al lado de la cama, con el ceño fruncido y los
ojos oscuros por la preocupación. Intenté sonreír, pero
sabía que él veía que la sonrisa no era sincera, así que me
puse los auriculares alrededor del cuello e hice lo que pude
para tranquilizarlo.
—Es la música. Necesito bailar, no puedo y me está
poniendo triste. Y para ser totalmente honesta, hoy extraño
muchísimo a Ilya.
Sam no dijo una palabra, solo se enderezó, me levantó de
la cama y me puso de pie frente a él.
—No soy bueno bailando, pero te abrazaré y me
balancearé siempre y cuando no hagas ninguna locura,
cariño—dijo suavemente.
Y así fue como Kid nos encontró. Sam abrazándome
mientras yo me balanceaba suavemente con la música, mi
cabeza sobre su pecho y mis brazos alrededor de su
cintura.
Kid silenciosamente tomó el relevo de Sam,
levantándome, puso mis pies encima de los suyos y
comenzó a moverme suavemente por la habitación,
bailando conmigo mientras yo lloraba contra su pecho.
—Me estás rompiendo el corazón, ricura—dijo
suavemente contra mi cabello al final de varias canciones.
—Lo lamento. No sé qué me pasa, no puedo parar de
llorar—sollocé.
—No hay necesidad de disculparte, cariño. Te tengo.
Dios. Era un buen hombre. ¿Cómo podría un hombre tan
bueno no tener una mujer que adorara el suelo que pisaba?
Por las sombras que acechaban en lo profundo de sus
hermosos ojos azules, supe que allí había una historia que
dolía casi todos los días de su vida. Estaba destrozado por
dentro, igual que yo.
Empezó a hablar mientras bailábamos. Dándome algo
nuevo en qué concentrarme.
—Terminamos las gestiones para llevarte hoy a tu cita
con el especialista. ¿Te gustaría saber cómo lo vamos a
hacer?—me preguntó en voz baja.
Asentí contra su pecho y me sorbí la nariz. Kid se rio
entre dientes mientras me levantaba y me dejaba en la
cama. Inclinándome, agarré los pañuelos de papel de la
mesita de noche, me limpié los ojos y me soné la nariz.
Mientras me ocupaba de eso, Kid acercó una silla al lado de
la cama y se sentó, apoyando los codos en la cama a mi
lado y juntó sus grandes manos sobre mi muslo.
Sosteniéndome suavemente.
—La mujer de Ice tiene una consulta con su ginecóloga el
viernes y la usaremos para llevarte a tu cita con el
especialista. Usaremos la camioneta grande para que nadie
sospeche que te tenemos atrás con River. Tendrás que estar
acostada durante todo el viaje, pero me aseguraré de que
estés cómoda. Ha habido algunas amenazas contra River,
por lo que a nadie le parecerá extraño que tantos de
nosotros los acompañemos a los dos a su cita con la
doctora. Tendremos que confiar en el hermano que estará
con nosotros, pero confío en cada hombre que ha sido
seleccionado para proteger a River. Te presentaré a tu
guardia más tarde para que sepas exactamente cómo es.
No vamos a correr ningún riesgo con tu seguridad. No
vamos a permitir que un imbécil entre y se haga pasar por
uno de los Dogz y te secuestre.
Asentí y luego fruncí el ceño.
—¿Cómo me vas a llevar al especialista desde donde
vamos con River?
Kid sonrió.
—Por una afortunada coincidencia, la consulta de tu
médico está en el edificio de al lado y hay una pasarela
elevada que conecta los dos edificios. Te cargaremos en
una silla de ruedas y te empujaremos para cruzar. El cristal
del Skyway está tintado y si nos quedamos en el medio
seremos invisibles para cualquiera que mire desde el suelo.
De todos modos, no nos esperarán allí arriba. Estarán
vigilando las puertas y el estacionamiento. Y también
tenemos un plan para eso. Créeme, hermosa, nos
aseguraremos de que nadie sepa que estás ahí.
Dejé escapar un gran suspiro y asentí.
—Bueno. No puedo esperar a salir de esta habitación,
incluso si tengo que recostarme en el suelo de la camioneta
todo el camino hasta la consulta del médico. ¿Cuándo crees
que será seguro que salga? Tal vez podrías llevarme afuera
por la noche después de que todos estén dormidos.
Kid se rio con ganas.
—Cariño, nadie se va a dormir temprano por aquí.
Siempre hay alguien paseando a todas horas de la noche.
Los hermanos tienen mujeres cerca todo el tiempo y la
mayoría las echan una vez que terminan con ellas. Entre
esas perras que se van y los hermanos buscando algo para
beber o fumando afuera no tendremos suerte. Estás más
segura si te quedas en tu habitación. Veré si puedo armar
un plan con DC para que visites a River en su casa, tal vez
podríamos sacarte a escondidas por detrás sin que nadie se
dé cuenta.
Años atrás, el hecho de que estos hombres llamaran tan
casualmente a las mujeres perras me cabreaba, pero
después Rooster me explicó e hizo que pareciera que era
un cumplido o algo así. Todavía no estaba tan segura de
eso.
La idea de salir de la habitación me hizo sonreír
ampliamente y Kid sonrió mientras me miraba sacudiendo
cabeza.
—¿Te sientes mejor ahora, dulzura?—preguntó en voz
baja.
—Ja (NdelT: Sí). Gracias por bailar conmigo, Kid. Eres un
buen hombre.
Él resopló.
—No, ricura, no lo soy. Si supieras mi historia no querrías
conocerme.
Resoplé.
—Tonterías. Me importa una mierda tu historia, porque
eso es todo lo que es, historia. Pasado, terminado. Quién
eres por dentro no tiene nada que ver con tu historia. Eres
un buen hombre, Kid, un muy buen hombre. Y nada, ni
nadie me hará cambiar de opinión al respecto. —Me
incliné, le rodeé el cuello con los brazos y lo abracé con
fuerza.
Sus brazos lentamente me rodearon y me devolvió el
abrazo.
—Gracias, dulzura, no tienes idea de lo mucho que eso
significa para mí. —Su voz retumbó suavemente contra mi
cabeza y le di otro pequeño apretón antes de soltarme.
Me recosté en mis almohadas y le sonreí.
—Los hados estaban siendo muy buenos conmigo cuando
me pusieron en tus manos. Vas a estar en mi vida para
siempre, espero que te des cuenta de eso. Ahora que te
tengo como mi amigo y hermano mayor honorario, nunca te
dejaré ir. Prepárate, Kid, todos mis amigos dicen que a
veces puedo ser un gran dolor de culo. Apuesto a que me
extrañarás cuando regrese a Ciudad del Cabo. Prometo que
hablaremos por video todo el tiempo.
Él simplemente sonrió mientras se recostaba y cruzaba
los brazos sobre el pecho.
—No creo que DC y yo vayamos a dejarte ir después de
que tu problema haya sido solucionado. Me gusta tenerte
aquí y a ella también. Y ha estado trabajando en una
sorpresa para ti que, según ella, es tan buena que nunca
querrás dejarnos. —Me guiñó un ojo cuando mi boca se
abrió.
—¿Qué está haciendo?
—Es una sorpresa, ricura, así que no te lo puedo decir.
Tendrás que tener paciencia hasta que ella te la revele. Lo
único que puedo decir es que es una muy buena sorpresa.
¿Cómo se suponía que eso iba a ser una pista? Una muy
buena sorpresa. Lo miré con los ojos entrecerrados, dando
golpecitos a mis labios con un dedo mientras pensaba en
ello. ¿Qué podría ser?
Durante los siguientes días traté de adivinar cuál podría
ser la sorpresa y cada vez que preguntaba Kid simplemente
sonreía y negaba con la cabeza.
De repente, era el día antes de que nos coláramos en la
consulta del médico. Mientras se preparaba, Kid había
escoltado silenciosamente al hombre que iba con nosotros
hasta mi habitación. Ahora el tipo estaba de pie mirándome
con ojos entrecerrados y suspicaces.
—La dama en la cama es Tori Keating. Fue atacada por
un enemigo mutuo y la mantendremos a salvo hasta que se
elimine la amenaza. Mañana tiene cita con un especialista y
tú la acompañas como protección. Tenemos que estar
atentos a cada detalle que nos rodea porque también
tendremos a River en la camioneta. Al mismo momento,
ella irá a su doctora para realizar un chequeo de rutina de
los bebés.
—Estamos usando a River como tapadera para alguien a
quien no conocemos y de quien no sabemos nada. ¿Por qué
mierda haríamos eso? —le espetó enojado a Kid el tipo muy
intimidante y con el ceño fruncido.
Los ojos de Kid se convirtieron en fríos charcos sin vida
de hielo azul pálido mientras lo miraba. Si me mirara así
me estaría orinando en los pantalones.
—Si esto es un problema para ti entonces sal por la
puerta, Spook, ahora mismo. Tori es una muy buena amiga
de DC y es una de las razones por las que la protegemos. Y
ella es importante para mí, así que no querrás cabrearme
por esto, no hoy. Ni jamás.
La mirada ceñuda desapareció como por arte de magia
para ser reemplazada por una sonrisa malvada y un guiño.
—Lo siento, hermano, no me di cuenta de que ella era tu
mujer. Mierda, ni siquiera sabía que tenías una mujer.
Kid dejó caer la cabeza, la sacudió, volvió a levantar la
vista y gruñó.
—Ella no es mi mujer, imbécil. La considero mi hermana
pequeña, así que ten mucho cuidado con lo que dices o
haces cerca de ella. No hablarás con nadie sobre lo que has
visto y oído aquí arriba. Con nadie, hermano, no hasta que
Hawk diga que está bien.
Un silencio de sorpresa invadió la habitación. Ojalá
supiera lo que estaba pasando por su cabeza en ese
momento. Parecía confundido y sorprendido por la
declaración de Kid. ¿Por qué? ¿Había algo que no sabía?
Mierda, había muchas cosas que no sabía sobre él, pero no
me importaba. Tenía razón, ahora éramos familia.
Cuando llegó el viernes, el nerviosismo por la inminente
cita con mi médico sacó de mi cabeza toda idea de
sorpresas.
En lugar de eso, comencé a preocuparme por si tenía
algún daño en mi pierna que requiriera cirugía. No quería
volver a operarme. Odiaba el dolor y la inmovilidad
resultantes y el largo período de recuperación. Esperaba y
rezaba por buenos resultados.
Necesitaba buenos resultados.

Kid
Tori estaba estresada y tan nerviosa por la visita al
médico que pensaba que su piel iba a estallar. Tratando de
mantenerla tranquila, anoche se había quedado con ella,
jugando innumerables partidas de póquer con ella y Sam.
Cuando finalmente se durmió, envió a Sam a descansar y se
tumbó en la cama junto a la pequeña mujer que había
llegado a significar mucho para él.
Había hablado muy en serio cuando les había dicho a sus
hermanos que ella era como su hermana menor. La valiente
mujercita se había metido en su corazón y se había
instalado como en su casa. Tenerla en su vida había
cambiado algo dentro de él. Después de la mierda con su
padre y su hermana, se sentía bien tener a alguien en su
vida que creyera en él. Sí, su madre estaba en su vida, pero
durante años había mantenido la boca cerrada mientras su
maldito padre había hecho todo lo posible para doblegarlo.
Él la había perdonado, pero no creía que olvidara jamás
que ella le había fallado cuando más la necesitaba.
Cuando Tori llegó al complejo, destrozada, golpeada y
herida, no lo había visto jamás, pero le había echado un
vistazo y había puesto su vida en sus manos. No sabía por
qué había confiado en él después de una mirada, pero su
confianza en él había sanado una parte importante de su
alma gravemente rota.
Sólo por esa razón la protegería con su vida.
No había sentido este impulso protector en años.
Cualquiera que hiciera un movimiento contra ella sería
mejor que dijera sus últimas oraciones porque él se
encargaría de enterrarlo profundamente en la tierra donde
nunca sería encontrado. Ella era su familia ahora y la única
hermana que jamás reclamaría.
El todoterreno estaba rodeado por sus hermanos, pero
eso no le impidió escudriñar la carretera delante, detrás y
alrededor de ellos. Los otros conductores se mantenían
alejados, claramente temerosos de cabrear a los moteros
que iban delante y detrás del SUV.
Mirando por el espejo retrovisor a Tori y River, sonrió.
Las dos se llevaron bien desde el mismo momento en que
Kid las presentó y no habían dejado de charlar desde
entonces. Resultó que River era una gran fanática del
ballet, de hecho, una fanática de Victoria Keating, y había
estado interrogando a Tori sin cesar sobre su vida como
bailarina. Y el hecho de que pudiera simpatizar con la
pérdida del mejor amigo de Tori las había acercado. Ice no
apreció que su dama le dijera a Tori lo súper sexy que
pensaba que había sido Ilya Ivanov.
Kid se alegró de ver el gesto sonriente de Tori en señal de
acuerdo. Luego hubo una conversación susurrada entre las
dos mujeres y él supo que no quería escuchar una palabra
de eso. Las expresiones maliciosas de sus rostros le dijeron
muy claramente que estaban hablando de sexo.
Mierda. No necesitaba oír lo bueno que había sido un tipo
muerto entre las sábanas. Ice soltó un gruñido enojado
desde el lado del pasajero cuando los susurros condujeron
a risitas. Kid sonrió ante el gruñido enojado de su hermano
y agradeció cuando los hermanos frente a la camioneta
entraron al estacionamiento adjunto al edificio médico. El
estacionamiento estaba automatizado y se detuvo
brevemente para sacar el ticket de la máquina antes de
conducir lentamente hasta el tercer nivel donde se
encontraba la consulta de la doctora de River. La pasarela
estaba en el mismo nivel, pero tendrían que cruzar el
edificio para llegar a ella.
Aparcando en medio del estacionamiento, Kid llamó a
Ziggy para informarle que habían llegado y que estaban en
el lugar. Ice y River salieron de la camioneta y, seguidos por
Jagger, Boots y Sin, entraron al edificio.
Kid y Spook esperaron hasta que Ziggy les dio el visto
bueno, dejaron sus chalecos en la parte de atrás, cargaron
a Tori en la silla de ruedas y rápidamente entraron al
edificio. Sam se quedó atrás para vigilar la camioneta.
Nadie les prestó atención mientras se dirigían al otro lado
del edificio. Kid empujaba la silla mientras Spook los
seguía.
La consulta del especialista estaba vacía porque había
reprogramado todas sus citas de la mañana por la
seguridad de Tori. Tenían que agradecerle a Dominick
Maingarde por eso.
Kid la empujó hacia el consultorio y estaba a punto de
irse cuando ella le agarró la mano y la apretó con fuerza.
—No me dejes por favor—susurró ella con urgencia. Kid
asintió y se sentó en una de las sillas frente al escritorio.
Entonces Tori se lo presentó al doctor como su hermano.
Dios, esta mujer era de otro nivel.
Después de una breve charla durante la cual el
especialista le hizo muchas preguntas a Tori y un examen
exhaustivo, los envió al Departamento de Radiografía. Esa
fue la parte en la que Kid se sintió más incómodo con su
exposición, había demasiadas cosas que podían salir mal.
Pero nada pasó. Ahora Tori estaba de nuevo en la mesa de
examen y Kid estaba junto a ella, tomándole la mano.
Las imágenes de su espalda y pierna se mostraban en la
pantalla contra la pared y el doctor Manfred se paró frente
a ellas, estudiando atentamente cada una de las placas.
Una o dos veces se acercó más para mirar algo y luego
siguió adelante.
—Estoy muy feliz de informar que no ha habido daños en
los huesos ni en los músculos. Como puedes ver, el trabajo
realizado por tu especialista en Nueva York aún continúa
allí. Como era de esperar, hay algo de tejido cicatricial
acumulado, pero podemos solucionarlo fácilmente en una
fecha posterior. —Cuando vio a Tori hacer una mueca,
sonrió—. No necesitamos hacer nada al respecto de
inmediato, pero sugiero que volvamos a examinar la rodilla
dentro de seis meses para evaluarla.
—¿Qué pasa con el aparato ortopédico? Por favor, dígame
que puedo cambiarme al aparato ortopédico elástico. Por
favor—le suplicó Tori de la manera más linda.
El doctor Manfred sonrió.
—Sí, éste ha hecho su trabajo y estás lista para pasar al
aparato ortopédico más suave. Pero, por favor, señorita
Keating, absolutamente nada de bailar, nada de ejercicios
pesados, nada de tensión innecesaria en la rodilla y la parte
inferior de la pierna. Puedes comenzar con fisioterapia y
ejercicios ligeros. Ya has pasado por esto antes, así que
sabes que no debes esforzarte mucho.
—¿Cuánto falta para que pueda volver a bailar?—
preguntó en voz baja y Kid escuchó el anhelo en su voz.
Casi le rompió el corazón.
Esta pequeña mariposa de mujer nunca más revolotearía
sobre un escenario y dejaría a quienes la observaban
asombrados. Había encontrado vídeos de ella bailando sola
y otros bailando con Ilya en YouTube y lo había dejado
atónito. Su fuerza y gracia lo habían mantenido fascinado, y
él no era un tipo al que le gustaran ese tipo de cosas.
Pero ahora, se sentaría durante toda una actuación
siempre y cuando la mujer cuya mano sostenía fuera la que
bailara. Y eso no parecía estar en sus cartas. Mierda.
—Lo siento, pero estoy de acuerdo con sus otros
especialistas en que sería demasiado peligroso someter tu
pierna al tipo de tensión necesaria para actuar. Podrás
bailar, pero me temo que nunca como antes. La magnitud
de tus lesiones no permitirá ese tipo de contracciones y
estiramientos.
El rostro de su hermanita cayó, volviéndose sombrío.
—No estés tan triste. ¿No es mejor poder bailar un poco
que no poder bailar nada? Según los informes que tengo
del doctor Rajkumar en Nueva York, casi pierdes la pierna
en el accidente. El hecho de que puedas caminar es en sí
mismo un pequeño milagro—dijo el doctor Manfred en voz
baja, pero con convicción.
Una brillante sonrisa repentinamente floreció en el rostro
de Tori.
—Lo siento, tiene razón, doctor. Debería dejar de
quejarme y estar agradecida. Gracias por aclararme la
cabeza y gracias al doctor Raj por su trabajo, me salvó la
pierna y la arregló para que todavía pueda bailar. Esto fue
sólo un pequeño tropiezo en el camino de mi recuperación.
Voy a volver a bailar, lo sé. Pero no voy a actuar más, esa
parte de mi vida se acabó.
Cuando salieron de la consulta, Tori ya no estaba triste.
Tenía una gran sonrisa en el rostro, un aparato ortopédico
más suave alrededor de la rodilla y otro alrededor del
tobillo que le permitía mayor facilidad de movimiento.
La llevaron directamente a la camioneta y la cargaron.
Habían estado fuera por dos horas, pero Ice y River aún no
habían regresado. Al parecer, su doctora llegó tarde.
Veinte minutos después conducían de regreso al
complejo. En la parte de atrás, Tori estaba exclamando por
las imágenes escaneadas de los bebés de Ice y River. Por
eso habían tardado tanto. La doctora quiso hacer un
ultrasonido para controlar a los niños.
Kid respiró mejor una vez que cruzó la puerta del
complejo. La tenía nuevamente a salvo detrás de sus
muros.
Capítulo 7
Beast
Durante la última semana había estado peleando con la
maldita perra de su ex dentro y fuera de los tribunales.
Ahora estaban en la segunda semana y todavía no estaba
terminado. Su abogado, una comadreja llamada William
Reid, pintó un cuadro muy oscuro de Beast. Según él, hubo
abuso físico y privación de privilegios matrimoniales
durante el matrimonio. Alegó que Beast se negó a
mantenerla en el estilo al que estaba acostumbrada al no
comprarle una casa, ni un automóvil después del divorcio.
La guinda del pastel de mierda fueron sus acusaciones de
que Beast había estado abusando de sus hijas. Necesitó
cada gramo de control que tenía para permanecer en su
maldito asiento. Quería matar a la puta sonriente y
pintarrajeada.
Y cada maldito día después de que terminaban en el
tribunal, su abogado le presentaba a Saskia Gordon una
nueva propuesta de acuerdo, y todos los días Beast la
rechazó. No iba a pagarle ni un solo centavo. Quería a sus
hijas y no iba a pagarle a la puta para conseguirlas.
No tenía idea de cómo pensaba ella que iba a probar la
mierda que su abogado había dicho en el tribunal, pero se
dijo que no debía preocuparse por eso. La perra había sido
una puta en el Iron Dogz MC el tiempo suficiente para
haber escuchado algunas cosas y él estaba esperando que
ella usara los rumores para desacreditarlo. Le preocupaba
lo que pensaría el juez de esas acusaciones cuando
llegaran. Los Iron Dogz no eran príncipes puros montados
en corceles blancos; eran moteros con la boca sucia que
hacían lo que querían, cuando querían y sin ningún
remordimiento.
Su abogado, Riaan Brandt, le aseguró que lo tenía todo
bajo control. Estaba permitiendo que el abogado de la otra
parte se ahorcara antes de refutar cada una de las
acusaciones. Se aseguraría de que el juez no se hiciera
ilusiones sobre el tipo de mujer que era Bettie Malan
realmente. Iba a exponer su sucio pasado y mostrarle al
tribunal lo que había estado haciendo antes y después del
divorcio. Las drogas, la bebida y la prostitución que habían
tenido lugar alrededor de sus hijas enfurecían a Beast
hasta tal punto que le resultaba difícil ignorar a la puta al
otro lado del pasillo.
Pero se lo tragó todo. Lo empujó profundamente donde
seguía burbujeando y ardiendo. Cuando todo esto
terminara y se calmara, se encargaría de esa perra de una
vez por todas. Ella no volvería a tocar a sus bebés nunca
más. A él le importaba una mierda su género; iba a
romperla, pedazo por pedazo, lentamente. La puta junto
con su jodido novio habían aterrorizado a sus bebés, les
habían hecho temer irse a dormir. Ella iba a pagar. Ambos
iban a pagar.
Todos los días se sentaba a escuchar a la comadreja de su
abogado y mantenía el rostro inexpresivo, los brazos
extendidos a lo largo del respaldo del banco. Relajado.
Sabía exactamente lo que la perra buscaba. Esperaban que
perdiera los estribos. No iba a suceder.
Sus bebés eran mucho más importantes que perder los
estribos por las mentiras que estaban diciendo.
Él se encargaría de ello. Estaba lidiando con eso. Y tener
a la familia de su club en la corte apoyándolo lo ayudaba a
lidiar con ello.
Ayer Brandt había aniquilado a la perra en el estrado.
Había estado llorando grandes lágrimas de cocodrilo y su
rímel pegajoso había corrido en chorros negros por sus
mejillas mientras hablaba sobre el abuso que había sufrido
a manos de Beast. Cuando le preguntaron sobre sus hijas,
simplemente lo descartó diciendo que los niños eran niños
y tenían accidentes. Por la mirada en los ojos del juez,
Beast supo que había visto claramente su actuación. Estaba
exagerando.
Beast, por otro lado, había estado tranquilo en el estrado.
Se lo había explicado todo al juez. El motivo por el que se
casó con la zorra, el contrato prenupcial, el dinero que le
dio además del acuerdo de manutención fijado por el
tribunal y, finalmente, el motivo por el que se había
divorciado de la zorra. Había sido jodidamente difícil, pero
lo hizo, por sus hijas. Nada de lo que dijo el imbécil de su
abogado puso en riesgo la historia de Beast y finalmente
tuvo que dejarlo salir del estrado. Riaan Brandt sonrió
como el depredador que era cuando Beast se sentó a su
lado.
La perra y su coño motero iban a pagar. Oh, sí, iban a
pagar, carajo.
El viernes, Beast se sentó en silencio mientras Riaan
Brandt daba sus argumentos finales. El abogado de la perra
ya había montado su numerito durante sus argumentos
finales. Sentarse con un traje jodidamente incómodo en la
sala del tribunal todos los días finalmente llegaría a su fin.
Brandt le había advertido que podría pasar una semana o
más antes de que el juez presentara sus conclusiones y se
pronunciara sobre el caso. Eso estaba bien para él, siempre
y cuando fallara a su favor.
Sentándose, Riaan Brandt recogió los papeles esparcidos
sobre el escritorio frente a ellos mientras el juez se tomaba
un tiempo para revisar lo que tenía frente a él. Entonces
levantó la vista y lo que dijo hizo que el corazón de Beast
latiera al doble de velocidad.
—No necesito tiempo para decidir sobre un fallo en este
caso—dijo en voz baja pero muy firme—. He estudiado las
pruebas presentadas ante el tribunal, escuchado a la
demandante y al demandado y he llegado a la conclusión de
que la custodia exclusiva de las dos hijas menores debe
recaer en su padre, Joseph Maximilian Van Den Bergh. —Se
encontró con los ojos de Beast mientras decía eso.
—Por lo tanto, mi decisión es que la custodia exclusiva de
las dos hijas menores, Joslyn Van Den Bergh y Joelle Van
Den Bergh, se otorgue a su padre, Joseph Maximilian Van
Den Bergh. Su madre, Bettie Malan, sólo tendrá contacto
con las menores autorizado y supervisado por el tribunal.
Quedan anulados los anteriores acuerdos de
mantenimiento del señor Van Den Bergh. —El juez miró a la
perra y a su abogado y Beast miró a Riaan Brandt, quien
nunca quitó los ojos de encima del juez. ¿Ahora qué?
—Durante todo el proceso la acusada no ha mostrado
ningún sentimiento maternal hacia los dos menores.
Mientras que el amor que siente por sus hijas ha sido la
base de todo el caso del demandante. No puedo ignorar las
pruebas aportadas sobre los abusos sufridos por las niñas a
manos de la señora Malan y sus cómplices. Por lo tanto, el
expediente de este proceso será trasladado a las
autoridades pertinentes para que investiguen más cargos
contra la imputada y sus cómplices.
Y así había terminado. Sus hijas estaban a salvo. Sentía
como si le hubieran quitado un gran peso de encima.
Detrás de él, Hawk se inclinó hacia adelante, le puso una
mano en el hombro y apretó con fuerza. Su presidente y su
dama habían salido hoy para apoyarlo, junto con Bulldog,
tía Suzy, Rider y tía Beryl. Nunca había estado tan
agradecido por sus hermanos como ahora. Sabía que Ice
habría estado aquí si pudiera, pero hoy llevaría a su dama a
la cita con la doctora. Ziggy y Kahn estaban defendiendo
las instalaciones.
De pie, estrechó la mano de Riaan Brandt y de Saskia
Gordon, agradeciéndoles lo que habían hecho por él y sus
hijas. Entonces DC estaba a su lado rodeándole la cintura
con sus brazos y abrazándolo fuerte.
—Felicitaciones, Beast. Tus bebés están a salvo ahora—
susurró ella y luego el maldito Crow le siseó al oído—.
Avísame cuando sea el momento de divertirte un poco.
¿Cómo mierda lo sabía?
Pero no iba a pensar en eso ahora. Quería llegar a casa y
abrazar a sus bebés y luego iría a tomar una cerveza con
sus hermanos para celebrar. No había estado en la casa
club en semanas. Había entrado y salido de la oficina de
Hawk unas cuantas veces, pero no se había sentado con sus
hermanos a tomar una cerveza, ni había asistido a la iglesia
mientras esta mierda sucedía. Había delegado gran parte
de su trabajo habitual en Wolf mientras estaba ausente.
Tenía muchísimo que hacer para ponerse al día.
Se preguntó qué había pasado con la mujer que estaban
vigilando a pedido de Dom. ¿Estaba todavía en la casa club
o ese problema se había resuelto?
Beast se olvidó por completo de la mujer cuando salieron
y más de sus hermanos estaban sentados en sus motos
afuera del juzgado esperándolos. Lo mejor de todo era que
su moto estaba aparcada junto a la de Hawk, esperándole.
Un prospecto estaba junto a ella sosteniendo su chaleco,
los guantes y el casco. Quitándose la chaqueta del traje y
arrancándose la corbata que le estrangulaba la garganta,
se la entregó a Will y se puso el chaleco. Cuando el peso del
cuero se posó sobre sus hombros, soltó un suspiro
silencioso, pasó la pierna por encima de la moto y se sentó.
Y lo sintió hasta el alma.
Familia.
Libertad.
Hermandad.
Entregándole las llaves de su jaula a Will, se puso el
casco, se lo abrochó y luego se puso los guantes. Incluso
vestido con los estúpidos pantalones del traje y la camisa
negra con botones, se sentía como en casa en su moto.
Sentado en ella esperó a Hawk y DC y luego las motos
rugieron cuando todos arrancaron juntos y siguieron a su
presidente a casa.
Era bueno estar vivo hoy. Muy bueno.
Horas más tarde, después de pasar tiempo con sus bebés
y acomodarlas para pasar la noche, Beast se sentó en la
barra y tomó un sorbo de su cerveza. Estaba tomando
cerveza porque ahora tenía dos personitas muy especiales
esperándolo en casa. Genna había venido a cuidar a las
niñas y pasar un tiempo con Penny mientras él y Rider iban
a la casa club para poder celebrar con sus hermanos.
Beast levantó la vista cuando un vaso de chupito se
deslizó por la barra frente a él. Mierda. Cris.
—Felicitaciones por ganar tu caso hoy, Beast. —Ella
sonrió, pero la sonrisa no llegó a sus ojos, estaban tristes.
Joder, todavía tenía que arreglar esta mierda—. Si alguna
vez necesitas una niñera, no dudes en llamarme.
No, eso no iba a suceder.
—Gracias, Chris. Me quedaré cerca de casa para que no
sea necesario cuidar de las niñas.
Los ojos tristes desaparecieron instantáneamente y su
rostro se arrugó con el ceño fruncido.
—Eso fue condenadamente rápido. ¿Quién las cuidará
esta noche? ¿Ya tienes una nueva mujer?
A su alrededor cesaron todas las conversaciones y todos
se volvieron para mirarlos a los dos.
¿Qué? Joder, no, esto no estaba pasando. Estaba
terminando con esta mierda aquí y ahora.
—Detente. No digas otra puta palabra, Chris. No eres mi
mujer. No te prometí nada, follamos, eso fue todo. Lo siento
si pensaste que significaba más, pero no fue así. Y no me
cabrees suponiendo que puedes hablarme como carajo
quieras por el tiempo que pasé contigo—dijo Beast
tranquilo pero su voz era dura como un clavo. Necesitaba
que ella lo entendiera y retrocediera.
No quería humillarla delante de los hermanos, era una
buena mujer. Debería haber hablado con ella hacía mucho
tiempo, explicarle que su corazón no estaba disponible para
nadie y nunca lo estaría.
Presionando sus manos sobre la parte superior de la
barra, se las miró fijamente, suspiró profundamente y luego
levantó la mirada. Su rostro y sus ojos estaban llenos de
tristeza y vergüenza.
—Lo siento, me pasé de la raya. Entendí mal—dijo en voz
baja antes de pasar al otro lado de la barra.
Beast se sentía como una mierda.
—Eso fue jodidamente duro, pero había que decirlo,
hermano—le dijo Spider suavemente mientras le daba unas
palmaditas en el hombro, tomaba su cerveza, se bajaba del
taburete y se alejaba. Su lugar fue instantáneamente
ocupado por Sin.
—No te preocupes, hermano. Todos sabíamos que tenía
grandes esperanzas de que la reclamaras, pero estaba
claro para todos que eso nunca sucedería. Escuché a tía
Beryl advertirle que no ibas a reclamarla hace un par de
semanas, así que ella lo sabía y actuó a su bola de todos
modos.
—Mierda. En primer lugar, nunca debería haber ido allí.
—Sí, no puedo discutir eso. Y por eso consigo mi coño
fuera del club. Nada de simpatizantes, ni chicas de club.
Son un jodido problema—dijo Sin mientras tomaba un
sorbo de su cerveza.
—Pensarías que habría aprendido la lección, pero parece
que soy jodidamente estúpido en lo que respecta a las
mujeres del club—gruñó Beast.
Sin se rio y le dio una palmada en la espalda.
—Tienes que salir conmigo una noche, Beast. Te
presentaré a algunas mujeres que quieren un paseo por el
lado salvaje pero que nunca se acercan demasiado. En lo
que a mí respecta, el tipo de mujer ideal.
—No. No me acercaré a ninguna mujer durante mucho
tiempo, hermano. Soy feliz usando mi mano, sin
involucrarme en mierda femenina.
—¿De qué mierda femenina estamos hablando?—dijo DC
de repente desde su otro lado y Beast se sobresaltó cuando
se dio cuenta de que ni siquiera había sido consciente de
que ella estaba sentada a su lado. Era muy sigilosa.
—Beast acaba de declarar que ha terminado con las
mujeres por un tiempo y que usará su mano en el futuro
previsible—le explicó Sin con una sonrisa.
—Oh. —Ella lo miró sorprendida y luego sonrió—. Eso es
perfecto. Necesito tu ayuda con un proyecto que estoy por
comenzar. Voy a necesitar tus habilidades para construir
cosas.
—Claro, cualquier cosa que necesites, DC. Llámame y
programaremos una cita para discutir lo que necesitas que
haga.
—Gracias, Beast. Te lo haré saber la próxima semana,
disfruta tu fin de semana con tus hijas. —Se bajó del
taburete y caminó hacia Hawk y poco después los dos
desaparecieron escaleras arriba hacia su habitación.
Beast miró a su alrededor y se dio cuenta de que Kid no
estaba en ningún lugar de la habitación. En realidad, no lo
había visto por ahí en toda la tarde. Mientras miraba a su
alrededor, Ice y Ziggy se habían sentado a cada lado de él,
ya que Sin se había movido al otro extremo de la barra para
hablar con Spider.
—¿Dónde está Kid? No lo he visto por aquí hoy. —Por la
forma en que reaccionaron los dos, se podría pensar que
había filtrado un secreto del club. Miraron rápidamente a
su alrededor para comprobar si alguien había oído su
pregunta. Pero nadie lo había hecho, estaban solos al final
de la barra.
—Él está aquí, pero no aquí abajo en este momento. Está
cuidando a nuestra huésped—dijo Ice en voz baja.
Beast sabía que no debía hacer más preguntas porque
podría llegar a oídos equivocados. Así que se sentó allí y
habló de mierdas con sus hermanos hasta que terminó la
cerveza y se fue a casa.
A su hogar. Con sus bebés.
Finalmente estaban donde pertenecían. Con él.
Seguras.
Capítulo 8
DC
Tenía a los prospectos alineados frente a mí y parecían
confundidos, muy confundidos. Como deberían. Los había
robado de sus deberes. Pero no me importaba. Necesitaba
limpiar el garaje doble y necesitaba hacerlo hoy. Estaba en
la ubicación perfecta, al lado del enorme garaje del tamaño
de un almacén donde los hermanos trabajaban en sus
motos y automóviles.
El miércoles vendría el electricista, los encargados de las
puertas y los techos, el jueves los especialistas en suelos y
el viernes los del vidrio. Era una agenda tremendamente
apretada, pero la haría funcionar. Teníamos dos días para
limpiar este agujero de mierda y pintarlo. Si fuera
necesario retocaríamos la pintura el sábado. Lo quería listo
para el lunes, a más tardar el martes.
Aplaudiendo, atraje su atención errante hacia mí.
—Está bien, prospectos, necesito que este garaje esté
vacío, como si nunca hubiera habido nada dentro,
completamente vacío. Vamos a trasladar ese coche
perfumado de la ex de Beast al gran garaje junto con las
cajas de herramientas y otras cosas. Una vez que hayamos
sacado todo, le daremos una limpieza con vapor y un
lavado a presión. Y mañana, cuando esté seco, lo
pintaremos.
—¿Por qué hacemos esto, DC? ¿Vas a convertirlo en un
estudio o algo así? —preguntó Terror mientras miraba el
garaje doble del que me había apropiado, con el visto
bueno de Hawk. Sólo que él no sabía que lo quería ahora
mismo. Pensó que había estado hablando de algún
momento en el futuro. Y tal vez yo le había dado esa
impresión. Ups. Lo siento… no, no lo siento en absoluto.
—Exactamente. Manos a la obra, muchachos, mamá
necesita que este lugar esté vacío doblemente rápido. No
tenemos mucho tiempo, así que adelante. —No le di
ninguna respuesta. Estos hombres chismorreaban más que
un grupo de mujeres después de un par de botellas de vino.
No iba a decirles una mierda.
Hubo algunos murmullos, pero se pusieron a trabajar y
maravillas de maravillas nunca se quejaron mientras
llevaban mierdas al gran garaje. El apestoso coche de
Beast había sido movido, pero sólo después de un rápido
juego de piedra, papel y tijera para decidir quién tenía que
conducirlo. Will perdió y ha estado oliendo su camiseta casi
constantemente desde entonces.
—Deja de olfatearte, simplemente quítate esa maldita
cosa—espetó Owen finalmente.
—No tengo idea de cómo alguien puede follar con una
perra que huele tanto a perfume que empapa la tapicería
del maldito coche—se quejó Will mientras se arrancaba la
camiseta y la dejaba caer en el pavimento fuera del garaje.
Mientras llevaban cosas al otro garaje, habían llamado la
atención de algunos de los hermanos parcheados y los
hombres ahora estaban de pie con los brazos cruzados
sobre el pecho mirando con el ceño fruncido. No pasó
mucho tiempo antes de que uno de ellos fuera y me
delatara con Hawk.
—¿Qué está pasando, pajarito? No sabía que querías el
espacio en este momento, pensé que estábamos hablando
de algún momento en el futuro—me preguntó mi hombre
mientras pasaba un pesado brazo sobre mis hombros. No
os dejéis engañar, no era una muestra de cariño, no, para
nada. Era un ardid para mantenerme en el lugar.
—No, lo necesito lo antes posible.
—¿Por qué? —Él frunció el ceño como si estuviera
confundido.
—No quiero que se vaya porque nunca estará segura en
Ciudad del Cabo, mi vikingo. No importa lo que haga Dom,
esa vieja perra no parará hasta matarla. Tú lo sabes, yo lo
sé, y Pixie también. Ella fue quien me dio la idea—dije en
un susurro contra el pecho de Hawk y sentí su pecho
elevarse en un profundo suspiro.
—Mierda. No te equivocas, cariño, pero la próxima vez
róbate mis prospectos estando conmigo para no tener que
lidiar con esta mierda detrás de nosotros. ¿De acuerdo?
Le sonreí, me puse de puntillas y besé su mandíbula.
—Puedo hacer eso.
Hawk me dejó ir y cuando me di la vuelta me dio un azote
en el culo. Duro. ¡Me picó muchísimo!
—¡Ey!
El bastardo se rio mientras se alejaba y también lo
hicieron el resto de los hermanos para hacer lo que
hicieran todos los días.
Mi sorpresa iba a ser épica, la mejor de todas.
Y lo mejor de la sorpresa era que mantendría a Tori a
salvo dentro de los muros del Iron Dogz MC mientras hacía
lo que amaba. Danzar.

Tori
Desde que obtuve el visto bueno de los especialistas el
viernes de la semana pasada he estado haciendo
fisioterapia con DC todas las mañanas. Mi amiga es una
mujer fenomenal. Antes de mi cita con el especialista, ella
había asistido a un breve curso de fisioterapia con una
amiga e incluso habíamos visto videos para asegurarnos de
que hiciéramos los ejercicios correctamente.
Esta mañana nos habíamos esforzado un poco más y me
horroricé por lo fuera de forma que estaba después de
algunas semanas de inactividad. Esta maldita lesión me
había hecho retroceder más de lo que quería pensar.
Me dolía la pierna casi constantemente, pero ya había
pasado por esto antes y sabía que no duraría para siempre.
Cada día me ponía más fuerte y con el nuevo aparato
ortopédico podía incluso caminar por la habitación sin
cojear demasiado. Quería quitarme ese maldito aparato lo
antes posible y tenía que evitar exagerar.
Otra cosa que comencé a hacer fueron ejercicios básicos
de ballet que no ejercerían demasiada presión sobre mi
pierna en recuperación. Y mi espalda había aguantado
notablemente bien. Todavía sentía un pellizco de vez en
cuando en las costillas y la espalda baja, pero no era muy
grave. He tenido cosas peores cuando era bailarina.
Aprendes desde el principio a superar el dolor.
La gente no parecía darse cuenta de que los bailarines
estaban lastimados todo el tiempo. Tirones musculares,
roturas de ligamentos, lesiones en las rodillas, tobillos y
caderas y no nos olvidemos de la espalda. Nuestras
espaldas recibían mucho castigo. Y a veces bailas mientras
estás lastimado y es entonces cuando aprendes a superar el
dolor. Bailas como si cada paso no te hiciera doler el
cuerpo.
Y, sin embargo, nos encantaba bailar, en cada faceta del
dolor.
Si hubiera sido por mí habría bailado hasta el día en que
mi cuerpo fallara y me viera obligada a retirarme.
Sacudiendo la cabeza para deshacerme de los
pensamientos sombríos, volví mi atención al juego de
Serpientes y Escaleras que estaba jugando con Sam. Sí,
estábamos tan desesperados que Sam se había escabullido
escaleras abajo y había sacado el juego del armario donde
tía Beryl guardaba cosas para entretener a los niños
cuando venían de visita.
Virgen Santísima, tenía tantas ganas de salir de esta
maldita habitación. Pero no había habido noticias de
Dominick y cada vez que hablaba con Pixie con el teléfono
prepago que Ziggy insistía en que usara, ella me advertía
que me quedara quieta. Mi casa estaba siendo vigilada al
igual que su tienda y su casa. Los bastardos no se habían
olvidado de mí, al menos no todavía.
Sólo podía esperar y rezar para que Dominick se
asegurara de que nadie tocara a su hermana. Esos
bastardos que la ogro-astra había enviado por mí habían
sido terriblemente aterradores. Fue un par de días después
del ataque que me di cuenta de lo que esos hijos de puta
habían estado diciendo mientras me buscaban. Y lo que
significaba.
Me habían estado vigilando, pero en realidad no había
estado en el radar de nadie hasta que estúpidamente fui a
pedirle dinero a Dominick. Eso significaba que me habían
visto con Pixie. Habían estado vigilando a Pixie y cómo eran
unos bastardos horribles y espeluznantes, cuando me
vieron me agregaron a su lista. Al menos Pixie y los Road
Warriors eran conscientes del hecho de que la estaban
vigilando. Saber que los Road Warriors le cuidaban la
espalda era un alivio, no mucho, pero suficiente para
permitirme dormir por la noche.
Dios Santo, necesitaba pensar en otra cosa. Algo más.
—¿Sabes que sería divertido?—dije de repente mientras
movía mi contador tres espacios más cerca de la cabeza de
la gran serpiente verde.
—¿Qué?—preguntó Sam mientras agitaba los dados que
tenía en la mano.
—Cada vez que una serpiente se traga a uno de nosotros,
tenemos que beber algo.
Sam se rio entre dientes y sacudió la cabeza.
—No está pasando. Todavía estás tomando
medicamentos, además Kid y DC me matarán si te doy
alcohol.
Le guiñé un ojo, dándole una sonrisa malvada.
—No necesitan saberlo.
—Oh, créeme, lo sabrán. Echarán un vistazo a nuestros
culos borrachos y estaré frito.
—Es cierto, me aman más que a ti—bromeé.
—Eso no es justo. He estado aquí más tiempo que tú—se
quejó Sam en tono de broma y luego le guiñó un ojo.
—Es posible que hayas estado aquí más tiempo, pero soy
un paquetito diminuto y muy lindo, no pueden evitar
amarme.
Sam se rio.
—Simplemente no saben lo molesta que eres. Espera
hasta que se enteren, entonces me amarán más.
Sacudí la cabeza con una amplia sonrisa.
—No va a suceder, chico prospecto. Soy la reina de lo
lindo y adorable, no tienes ninguna posibilidad contra mí.
Sam se rio mientras se recostaba en la cama y estiraba
los brazos por encima de la cabeza. Una porción de su
tonificado vientre quedó expuesta y tuve que admitir que el
tipo estaba de muerte. Los abdominales y la V estaban
justo en mi cara, y eran muy bonitos. Extrañaba mirar un
cuerpo masculino. Cuando miré hacia arriba encontré sus
ojos risueños sobre mí.
—Te hice mirar—bromeó.
—Eres un idiota. De acuerdo, miré. No hay nada malo en
mirar.
—Es cierto, me gusta mirar—siguió bromeando.
Estaba a punto de darle una palmada en su vientre
expuesto cuando Kid entró en la habitación. Nos miró en la
cama y no estaba satisfecho. De hecho, parecía una nube
de tormenta.
—¿Qué carajo, prospecto?
No le di tiempo a Sam para responder mientras saltaba
de la cama con sentimiento de culpa.
—Estamos jugando a Serpientes y Escaleras porque
ninguno de nosotros quiere jugar una partida más de
póquer o gin rummy o Go fish 2o cualquier otro maldito
juego de cartas que se te ocurra. —Hice una mueca—.
Estoy tan aburrida encerrada en esta habitación que no sé
qué hacer. ¿No puedes sacarme a escondidas para visitar a
River? ¿Por favor?—le rogué.
Kid se calmó inmediatamente.
—Hoy no, ricura. Tenemos iglesia más tarde, así que
todos los hermanos están abajo o en el garaje. Quizás otro
día en el que no haya tanta gente por aquí.
Fruncí el ceño.
—¿Vais a la iglesia? Vaya, no esperaba eso.
Tanto Kid como Sam se rieron.
—No, ricura, no vamos. Llamamos iglesia a nuestra
reunión semanal y la sala en la que nos reunimos es
nuestra capilla. Es donde discutimos temas y tomamos
decisiones relacionadas con los asuntos del club.
—Eso es tan raro. Aunque soy amiga de Rooster y de los
muchachos, no sé mucho sobre cómo funcionan los MC.
Todo esto es nuevo para mí.
Kid arrastró una silla hasta la cama.
—Puedes tomarte un descanso, prospecto. Te llamaré
cuando me vaya—dijo despidiendo a Sam.
Mientras caminaba hacia la puerta, Sam me guiñó un ojo
y sonreí mientras él cerraba rápidamente la puerta antes
de que Kid pudiera decir algo.
De repente me asaltó un pensamiento.
—¿No siente la gente curiosidad por saber por qué Sam
no está la mayor parte del tiempo? Sé que yo la sentiría si
lo viera todos los días y de repente ya no lo viera.
—No te preocupes por eso, dulzura. Lo tenemos cubierto.
No le creí del todo y lo miré entrecerrando los ojos con
suspicacia. Kid sonrió, se inclinó y me revolvió el pelo. ¡El
gran bastardo me revolvió el pelo!
—Oye, no me revuelvas el pelo, no tengo cinco años.
—Eres tan jodidamente pequeña que pareces una niña de
diez años.
—¡Mierda! No parezco una niña de diez años. Tengo
tetas.
Kid se rio como si acabara de decir la cosa más divertida.
—Dios, no estaba hablando de tus tetas. Quise decir que
eres tan baja como una niña de diez años.
—No lo soy, maldita sea. Mido un metro cincuenta y dos y
algunos centímetros más. No olvides esos centímetros. Soy
más alta que cualquier niña de diez años que conozco. —No
iba a rendirme hasta que admitiera que era más alta que
una niña de diez años.
Cedió más rápido de lo que pensé.
—De acuerdo, de acuerdo, eres más alta que una niña de
diez años y, por cierto, estaba bromeando.
Resoplé.
—Lo siento, es la cosa que más me molesta. Odio que la
gente siempre hable de lo baja que soy. Trabajé muy duro
para que las personas me vieran a mí y no a mi estatura. La
primera vez que me emparejaron con Ilya estaba muy
nerviosa porque todas sus compañeras de baile anteriores
habían sido más altas que yo. Me preocupaba que se
enojara porque no era tan alta como ellas. Pero no debería
haberme preocupado. Nunca dijo una palabra, solo esperó
a que me acercara a él donde estaba parado en medio del
estudio. Sus ojos nunca me abandonaron y cuando tomó mi
mano supe que estaba a salvo con él. Ese primer ensayo fue
el comienzo de nuestra asociación. Era como si hubiéramos
nacido para bailar juntos. —Cerré la boca con fuerza
cuando la pérdida comenzó a arder en el centro de mi
pecho.
—Parece que era un buen hombre—dijo Kid suavemente
mientras tomaba mi mano y la sostenía entre las suyas.
Moviéndome hasta quedar frente a él, crucé las piernas,
lo que ahora podía hacer, y apoyé mi otra mano sobre la
suya.
—Era uno de los mejores hombres que he conocido. Tomé
algunas decisiones de mierda con los hombres antes que él,
pero creo que Ilya cambió mi suerte. —Sonreí y apreté sus
manos—. No era un santurrón, en absoluto. Era un ruso
volátil y yo tampoco soy mansa, tuvimos algunas peleas
épicas, pero nunca dejamos que las cosas se pudrieran.
Peleamos, nos reconciliamos y seguimos adelante. —Las
lágrimas estaban a punto de derramarse mientras le
hablaba de mi mejor amigo.
De repente, Kid me sacó de la cama y me sentó en su
regazo, apretándome contra su pecho y envolviéndome con
sus brazos.
—Lamento mucho que lo hayas perdido, ricura, pero en
algún lugar hay un hombre esperándote. Un hombre que te
amará tanto como necesites ser amada. Aunque ese
bastardo primero tendrá que pasar sobre mí.
Sacudí la cabeza mientras reía. Muy típico de los
moteros. He visto esta misma reacción en Rooster cuando
Pixie tenía una cita. El pobre tuvo que enfrentarse a los
Road Warriors para llegar hasta ella. Por eso, a sus treinta
y dos años, todavía no ha tenido una relación seria.
Ninguno de los hombres había sido lo suficientemente
fuerte como para resistir la mierda que les arrojaron los
Road Warriors. Pero sabía que algún día su guerrero
vendría por ella, tal vez no un Road Warriors, pero seguiría
siendo un guerrero. Nadie más llamaría su atención y la
retendría.
¿Y yo? ¿Quién llamaría mi atención? No lo sabía y no
quería saberlo, aún no estaba lista. Mi cabeza y mi corazón
aún no estaban listos. Mis pérdidas todavía eran demasiado
recientes.
—¿Solo vienes de visita o tienes noticias sobre esa vieja y
horrible perra?—dije cambiando el tema de la
conversación.
—Tenemos nuestros oídos escuchando y sabemos que
están vigilando tu casa y la casa y la tienda de Pixie. No
han hecho ningún movimiento contra ella, pero sería muy
estúpido que lo hicieran. Dominick Maingarde los desollará
vivos si tocan a su hermana.
Le di unos golpecitos en el pecho y me senté.
—Recordé algo esta mañana. Cuando me escondía los
escuché hablar de mí y decían cosas horribles, pero lo
único que llamó la atención es que me habían estado
vigilando. Antes de acudir a Dominick para pedirle una
donación, no había estado cerca de él. Eso significa que el
único lugar donde podrían haberme visto es con Pixie. Esos
cabrones la han estado vigilando durante mucho tiempo,
Kid. Debes trasmitírselo a Dominick y a los Road Warriors.
Necesitan saber que esa vieja perra la está vigilando y que
eso lleva sucediendo un largo tiempo.
—Se lo transmitiré, Tori, pero estoy segura de que lo
saben. Los Road Warriors no son estúpidos y nadie quiere
meterse con ellos, especialmente ahora que Doc se hizo
cargo. Y Dominick Maingarde es una fuerza a tener en
cuenta y se encargará de la situación. Apuesto hasta mi
último centavo a ello.
Asentí con la cabeza y entonces surgió un pensamiento.
Si el club tuviera iglesia hoy, eso significaría que todos
estarían aquí. Oh, mierda.
Carraspeé.
—Entonces, cuando celebráis una iglesia, ¿es necesario
que todos asistan? ¿Es como una orden de Hawk?
Él sonrió.
—Algo como eso. Todos asistimos a menos que tengamos
otras cosas que Hawk nos haya ordenado hacer. Hoy, por
primera vez en semanas, todos están aquí. El caso judicial
de Beast terminó y gracias a Dios lo ganó. Esas pobres
niñas suyas ya han pasado bastante con la puta de su
madre.
Fruncí el ceño.
—Si ella es tan mala, ¿por qué estaba con ella?
Kid resopló.
—Ella era una zorra de club y lo atrapó con la trampa
más antigua. El embarazo. Quería tener un hijo, así que se
casó con ella.
Entrecerrando los ojos, incliné la cabeza hacia un lado y
lo miré a la cara.
—¿No dijiste que tenía dos hijas? Entonces quizás la
primera fue un glipsie (NdelT: accidente) pero no me digas
lo mismo de la segunda. No pudo ser tan estúpido. Tenía
que haber sido más inteligente.
Kid bajó la cabeza y maldijo, luego la levantó y me miró
con ira en los ojos.
—Lo que voy a decirte queda aquí, entre tú y yo. No le
dices una puta palabra a nadie.
Asentí sin decir una palabra. Mientras hablaba, sentí que
mis ojos se abrían de par en par por la sorpresa.
—Hace un par de años había iniciado el trámite de
divorcio. Una noche, en una fiesta del club, se emborrachó.
Ella se coló en su habitación y se aprovechó de él. Dos
semanas después le dijo que estaba embarazada y que él
era el padre. A pesar de que luchó contra él, Beast se
divorció de ella. Hacerle esa mierda a una mujer se llama
violación. Todos jodidamente sabíamos que había sido una
violación. Beast siempre había caminado por el lado más
oscuro de la vida, pero esa mierda lo empujó hasta el final.
No es un hombre fácil de conocer y es jodidamente
peligroso. Si alguna vez te dejamos salir de aquí, tendrás
que mantenerte alejada de él. No quiero tener que pelear
con mi hermano por ti.
Oh, joder, joder, joder, joder, joder.
Si alguna vez salía de esta habitación y bajaba las
escaleras, me miraría y me echaría por la puerta. Me había
amenazado cuando me dejó. En mi cabeza todavía podía
ver esos ojos negros sin vida y escuchar su voz fría y sin
emociones mientras me destrozaba el corazón.
—Perra, escucha y escucha bien, si alguna vez pones un
pie en la propiedad del Iron Dogz MC, te golpearé tu jodido
culo escuálido y después te echaré a la calle. No quiero
volver a verte, ni a saber de ti nunca más. Te follé, ya
terminé.
Todavía lo recordaba como si hubiera pasado ayer. Yo,
parada congelada afuera de las puertas de la casa de mis
padres, viendo su moto desaparecer por el camino. Dejé
Sudáfrica poco después y nunca regresé. Y cuando volví me
pasó esta mierda. Debería haberme mantenido alejada.
—¿Ricura? ¿Qué está sucediendo? Te has puesto tan
blanca como una puta sábana. ¿Estás dolorida? —La voz
preocupada de Kid destrozó los recuerdos y me trajo de
vuelta al presente.
—Estoy bien, Kid. Sólo recuerdos horribles y no te
preocupes, no me acercaré a nadie llamado Beast. Suena
aterrador.
Y, por supuesto, en algún lugar allá arriba las jodidas
Parcas se estaban riendo a carcajadas porque lo sabían.
Esas perras.
Sabían lo que vendría.
Y si me hubieran dejado saber el maldito secreto habría
huido, muy, muy lejos.
Capítulo 9
Beast
Recostándose en su silla, Beast observó cómo sus
hermanos entraban en la capilla y tomaban asiento
alrededor la mesa y contra las paredes. Hawk había
convocado una reunión completa ahora que la mierda bajo
la que había estado enterrado Beast había sido sacada por
la puta puerta. Su fin de semana había sido el mejor que
había tenido en mucho tiempo. El sábado, él y Rider habían
ido al Builders Warehouse y habían comprado mierdas para
montar una zona de juegos para niños en el patio trasero.
Habían trabajado en ello todo el fin de semana y estaban
muy orgullosos de lo que habían logrado. Hasta ahora, cada
una de las niñas tenía su propio columpio, incluso la bebé,
y habían construido un arenero lo suficientemente grande
para que jugaran todos los niños del club. Esta mañana,
Beast iba a enviar a los prospectos a recoger la arena
especial que necesitaban, pero descubrió que DC les estaba
haciendo limpiar el garaje doble para ella. Ningún
problema, los enviaría una vez que terminaran de limpiar.
Lo que le recordó que tenía que deshacerse de esa
mierda de coche. Nadie en el club lo quería y realmente no
podía culparlos, la maldita cosa apestaba. Lo mejor que
podía hacer era cambiarlo por otra cosa. Entonces el
problema de deshacerse de ese pedazo de mierda apestoso
le correspondería al concesionario de automóviles.
Definitivamente parecía un buen plan. Se pondría manos a
la obra tan pronto como terminara la iglesia.
Hawk golpeó el bloque de acero con el martillo y se hizo
el silencio.
—Lo celebramos con nuestro hermano el viernes, pero
solo quería dejar constancia. Beast, hermano, felicidades
por recuperar a tus hijas. Son parte de la familia Iron Dogz
y todos nos aseguraremos de que estén a salvo.
Beast asintió con la cabeza en señal de agradecimiento
mientras sus hermanos aullaban en señal de acuerdo y
golpeaban la mesa. No necesitaba decir nada, ellos sabían
cómo se sentía.
Con un fuerte golpe de su mano sobre la mesa, Hawk hizo
que todos se callaran y lo miraran.
—He tenido noticias de los padres de Wrench durante el
fin de semana. Se está recuperando bien y quiere volver a
su hogar. Palabras de su madre. Y dejadme deciros que
estaba enojada porque él llamó hogar a la casa club. —
Estalló la risa. Aquellos que tenían familia sabían cómo era
eso porque ellos mismos habían estado allí algunas veces.
Sin embargo, Beast no, no tenía contacto con sus malditos
donantes de esperma.
—Ice y River se van a encargar de traerlo de regreso
aquí. Una vez que esté en casa y estemos seguros de que
está lo suficientemente bien, continuaremos con el parche.
No podemos hacerlo si el hombre no puede festejar en su
gran noche.
Nuevamente las risas resonaron en la habitación. La
noche que recibías el parche era legendaria. Mucho alcohol
y mucho coño. Se asegurarían de que estuviera lo
suficientemente bien como para disfrutar de su gran noche.
—Ahora, pasemos a asuntos más serios. ¿Qué tienes para
nosotros, Jagger?
Como siempre, Jagger no parecía feliz. El hermano había
estado muy gruñón desde hacía un tiempo.
—Los ojos puestos en nuestro complejo y nuestros
negocios han aumentado. Pero esperábamos eso.
Seguiremos vigilándolos y estaremos listos para cuando
hagan un movimiento.
Parecía un poco más feliz hablando de sus perros.
—Los perros guardianes finalmente están listos y llegarán
a finales de semana. Aquellos que hayáis pasado por el
entrenamiento con vuestro perro asignado deberéis
trabajar por turnos para asegurar nuestro perímetro. Los
perros vivirán con sus guías como se discutió durante el
entrenamiento. Los perros de la familia han pasado por
exactamente el mismo entrenamiento. La perra de Ice y
River, aunque todavía es una perra guardiana, ha sido
entrenada con niños para que Duncan y los niños estén a
salvo con ella. Lo mismo la perra de Beast y Rider.
De repente sonrió.
—Solo una advertencia para todos, el perro de DC no es
amigable, para nada. Sólo le gusta una persona y es DC.
Tolera al Prez, pero sólo porque pertenece a DC. Está muy
bien entrenado y no atacará, pero os gruñirá si os acercáis
demasiado. Así que dadle espacio hasta que decida que
estáis bien. La perra del Prez es una dulzura. A ella le
gusta la gente, es juguetona, pero es su perra guardiana,
así que no debéis hacer movimientos bruscos cuando ella
está cerca.
Mirando a los hermanos, les dio más.
—Si alguien más quiere considerar la posibilidad de
adquirir un perro para sí o para su familia, que venga a
verme después de la iglesia. Tener alarmas, cercas,
portones eléctricos y cerrojos antirrobo no es suficiente.
Pensad en añadir un perro a vuestras defensas.
Golpeó la mesa indicando que había terminado y se
recostó en su silla.
—Gracias, hermano. —Hawk continuó de inmediato—.
¿Puedes contarnos más sobre estos bastardos que nos
vigilan, Ziggy?
—Ja, Prez, no están afiliados a ningún club del país ni del
extranjero. Son soldados rasos en Maingarde Organisation.
He podido identificar a algunos de ellos. —Al hacer clic en
su portátil abierto, se encendió la pantalla contra la pared,
entonces cliqueó en varias caras con nombres debajo—.
Estos son los que identificamos, el siguiente lote aún no lo
he identificado, pero lo haré. —Volvió a cliquear y
observamos los rostros en la pantalla. Ninguno olvidaría
ninguna de esas caras.
—Estoy trabajando con Skelly para identificar a estos
hijos de puta, es sólo cuestión de tiempo antes de que
sepamos quiénes son.
Hawk asintió antes de volverse hacia Spider.
—¿Cómo les va a nuestros negocios, hermano?
Spider arrastró el portátil de Ziggy hacia él y cliqueó en
algunos programas hasta que tuvo lo que quería en la
pantalla. Hojas de cálculo de los diferentes negocios
mostrando sus ganancias.
—Hemos tenido algunos contratiempos menores con la
empresa de transporte, pero eso se debió a las huelgas del
mes pasado. Nuestros muchachos no se declararon en
huelga, pero las carreteras no eran seguras para ellos, así
que los hicimos esperar. Afortunadamente no
transportamos productos perecederos, por lo que no
tuvimos cargas pudriéndose al costado de la carretera.
Todo ha vuelto a la normalidad y estamos funcionando a
pleno. Todavía tenemos hermanos armados que viajan junto
con los cargamentos de larga distancia sólo para estar
seguros. Los depósitos y terminales de carga funcionan
bien y allí tampoco tenemos ningún problema.
—Nuestros clubes de striptease están generando
beneficios y no hemos tenido demasiados problemas.
Hemos tenido que despedir a un par de chicas por culpa de
las drogas y de hacer trampas con los clientes. Pero todos
sabemos que es parte del negocio, así que no me preocupa.
Layla y Jaycee tienen a las chicas nuevamente bajo control
en ambos lugares.
Spider cerró el programa y le devolvió el portátil a Ziggy.
—Tengo una idea para un nuevo negocio, pero os contaré
a todos cuando sepa más. Tenemos algunas cargas de alto
riesgo por delante a las que debemos estar atentos y una
grande para Dom a fin de mes. Necesitamos estar
preparados para cualquier cosa—dijo Spider mientras se
recostaba.
Hawk asintió en señal de acuerdo.
—Kid y Beast vigilarán esas cargas, como siempre.
También seleccionarán a los hermanos que trabajarán en
esto con ellos.
Curiosamente, parecía que Kid estaba a punto de discutir,
pero una mirada de su presidente mantuvo su boca
cerrada. ¿Qué estaba pasando con su hermano?
Últimamente apenas lo había visto por la casa club.
Siempre desaparecía temprano pero no con ninguna de las
mujeres. Beast había estado tan metido en su show de
mierda que había perdido contacto con lo que coño estaba
pasando en el club. Necesitaba charlar con Wolf, y pronto.
—Vamos a algo mejor. —Hawk miró a Bulldog, luego a Ice
y sonrió.
—Gail está a punto de tener sus bebés en cualquier
momento. Dizzy, hermano, quiero que tú y Dollar
permanezcan cerca de ella en caso de que necesitemos
sacarla de aquí rápidamente. No confío en que Bulldog o
Ice no entren en pánico cuando llegue el momento. Así que
dependerá de vosotros dos mantener a esos bastardos
tranquilos.
Dizzy asintió y trató con todas sus fuerzas de disimular la
sonrisa, pero no lo hizo muy bien. Tampoco Dollar. Bulldog
simplemente gruñó, pero Ice parecía cabreado. Beast hizo
una mueca al recordar el nacimiento de sus bebés. Había
estado ansioso cuando nacieron sus hijas, pero no tenía
nada que ver con la perra. Se trataba de sus bebés. Sólo de
sus bebés.
Volvió a centrar su atención en su presidente mientras
continuaba explicando
—Mantendremos los cronogramas que Jagger trazó. De
esa manera todos sabemos exactamente dónde nos
necesitan. Si tenéis que hacer guardia en los clubes,
mantened los ojos abiertos y estad alerta. Lo mismo ocurre
con aquellos que tienen deberes en nuestros otros negocios
y aquí en el complejo. Hemos encargado nuevos vehículos
todo terreno para las patrullas perimetrales, pero todavía
falta un mes para la entrega, así que no arruinéis los que
tenemos antes de que lleguen aquí—advirtió él.
—Ice quiere comenzar a trabajar en su casa este mes y
desafortunadamente eso significa que tendremos que tener
un equipo de construcción en la propiedad. Estamos
pensando en formar nuestro propio equipo, así que, si
tenéis experiencia o no y estáis interesados, hablad con Ice
una vez que hayamos terminado aquí. El que se una al
equipo tendrá trabajo permanente, la casa de Ice no será el
único edificio que se construirá.
Tamborileando con los dedos sobre la mesa, Hawk miró
alrededor de la habitación, con ojos penetrantes mientras
nos observaba a todos.
—¿Alguien tiene algo que quiera agregar?
Se hizo el silencio y algunas cabezas negaron.
—Bien. Entonces hemos terminado.
Hawk golpeó el bloque de acero y empujó su sillón hacia
atrás, pero no se levantó.
—Los oficiales se quedan unos minutos.
Mierda. ¿Y ahora qué?
Hawk esperó hasta que las puertas de la capilla se
cerraron detrás de Wolf quien, como siempre, fue el último
en salir. El hermano se estaba tomando muy en serio sus
deberes como lugarteniente del Ejecutor.
Sus primeras palabras hicieron que Beast frunciera el
ceño. Todavía había más cosas que se había perdido.
—¿Cómo está nuestra invitada? DC dijo que se estaba
inquietando al estar encerrada en la habitación todo el día.
Kid fue quien respondió. ¿Era esta la razón por la que
había estado tan poco en la casa club?
—Está inquieta, eso es cierto, pero sabe que es el lugar
más seguro para ella. Su fisioterapia va bien y debería
poder caminar sin usar bastón o aparato ortopédico antes
de lo que pensaba el especialista. Los moretones en su cara
casi han desaparecido, apenas son visibles. DC dijo que su
cuerpo también se está recuperando. La chica está
trabajando muy duro para recuperar sus fuerzas.
Dios, ¿la habían atacado? Debe haber sido jodidamente
malo para que se arriesgaran a llevarla a ver a un
especialista.
Hawk suspiró y asintió.
—¿Hemos recibido alguna noticia de Dom sobre la mierda
que está pasando en su ciudad?
—Sí, me contactó anoche con una actualización. Encontró
a su rata y ya se ha ocupado de ella, pero quiere que la
chica se quede aquí hasta que haya eliminado todas las
amenazas contra ella y Pixie.
Ziggy reemplazó a Kid.
—Dijo que está trabajando para que la vieja perra la deje
en paz y que me avisará cuando sea seguro que ella
regrese a casa.
Hawk sacudió la cabeza con enojo.
—Mierda. ¿Cuándo vamos a estar libres de esa perra
cruel? Bien, sigamos como lo hemos estado haciendo. Sam
se queda con ella y DC se hará cargo de su fisioterapia. Tal
vez debamos conectar el televisor de su habitación con
Netflix y toda esa otra mierda. Eso debería mantenerla
entretenida.
Kid se rio.
—Hermano, esa chica está acostumbrada a trabajar
muchas horas todos los días. Lo que la inquieta es no tener
nada que hacer.
Todo esto de hacer todo lo posible para mantener feliz a
la perra de Maingarde era una mierda.
—¿Por qué carajo debería importarnos que la zorra
stripper de Dominick Maingarde se esté inquietando? Dile
que cierre su maldita boca antes de que se la cerremos con
cinta adhesiva—gruñó Beast enojado. Esta mierda lo estaba
cabreando. Se parecía demasiado a la mierda por la que la
perra de su ex lo había hecho pasar.
No anticipó que Kid se lanzaría hacia él con un puño
levantado hacia atrás listo para estrellarlo en su cara.
Hawk estaba sobre él en un abrir y cerrar de ojos y lo alejó
de Beast.
Beast se sorprendió ante la repentina y violenta ira.
—No digas ni una puta palabra más sobre la mujer en esa
habitación. Ella no es una maldita stripper y tampoco es la
mujer de Maingarde. Mantente alejado de esa habitación o
te derribaré, hermano o no. —Los ojos azules del Kid eran
salvajes y llenos de furia.
Dios. ¿Qué carajo? Beast levantó las manos junto a los
hombros y retrocedió.
—Perdón si me excedí y te ofendí, hermano. No sabía que
ella te pertenecía. Lo lamento.
Kid sacudió la cabeza mientras se recostaba en su silla.
—Ella no es mía, pero la he reclamado como mi familia.
La habían golpeado tan brutalmente que apenas podía
moverse y aun así escapó antes de que pudieran violarla.
No se parece a ninguna mujer que haya conocido, es
jodidamente fuerte, astuta y dulce. El tipo de hermana
menor que siempre quise, así que eso es en lo que la
convertí. En mi hermana menor.
Extendiendo su mano hacia Beast, siguió hablando.
—Lamento haber saltado sobre ti, hermano. Simplemente
soy demasiado protector con ella.
Beast le estrechó la mano y asintió. Podía entender la
actitud protectora de Kid hacia alguien a quien consideraba
su familia.
—Entonces, ¿cuándo podré conocer a esta hermanita
tuya?—preguntó él con una ceja levantada.
—No esta semana. Ella siente dolor todos los putos días
debido a la fisioterapia y al ejercicio que insiste en hacer.
Eso la pone de muy mal humor, así que le daremos algo de
tiempo antes de presentársela. No quiero que la hagas
enojar.
Todos rieron y Beast se encogió de hombros. Era la
verdad. Cabreaba a la mayoría de las mujeres cuando las
conocía por primera vez porque no ocultaba el hecho de
que no le importaban una mierda. Y estaría demasiado
ocupado poniéndose al día con los asuntos del club y
ocupándose de algunos asuntos personales como para
perder el tiempo conociendo a alguna perra que su
hermano consideraba familia.
—¿Está bien si envío a dos de los prospectos a recoger la
arena especial que necesitamos para el arenero de la casa,
Prez?
—¿Tienes un arenero? ¿Desde cuándo? —De repente,
Bulldog se interesó más en la conversación.
—Rider y yo compramos algunos columpios y demás
mierdas y construimos un arenero este fin de semana. Lo
hicimos lo suficientemente grande para que todos los niños
pudieran jugar sin que estallaran peleas. Estamos
planeando construir un columpio, un fuerte y también una
casa de muñecas. Por la forma en que está construida la
casa, no se puede ver el patio trasero desde la carretera.
Hemos hablado de ampliar y encerrar todo el patio trasero
detrás de muros altos y convertirlo en un espacio seguro
para todos nuestros niños. No me siento cómodo dejando
que mis hijas vayan a un preescolar donde esa perra o su
novio puedan llegar hasta ellas. Así que por el momento se
quedarán en casa. Tal vez sea hora de investigar emplear
una maestra para nuestros hijos. Pero eso es algo que
podemos discutir más adelante con todos los padres y ver
qué piensan.
—Esa es una jodida buena idea, hermano—dijo Ice—.
River y yo definitivamente te apoyaremos en eso.
—Sé que Johan y Gail también estarán interesados ahora
que han decidido mudarse aquí permanentemente—añadió
Bulldog.
—Estoy contigo en eso. —Khan asintió—. Vash y yo hemos
decidido mudarnos aquí también. Mi dama y mis hijos son
vulnerables cada vez que salgo de casa, por lo que tiene
sentido trasladarlos aquí, donde estarán seguros.
Hawk se rio.
—Definitivamente vamos a necesitar una maestra. Joder,
estamos teniendo bebés a un ritmo alarmante. Ahora sólo
necesito convencer a mi dama para que me deje
embarazarla antes de que tenga cuarenta años.
Todos se rieron a carcajadas porque no había manera de
que DC Michaels permitiera que alguien la convenciera de
algo que ella no quería hacer.
—Largaos de aquí, bastardos—dijo Hawk cortando las
risas.
Siguiendo la dirección de Hawk, empujaron sus sillas
hacia atrás y caminaron hacia la sala común. Algunos de
los hermanos parcheados todavía estaban merodeando por
la barra y Beast encontró a Wolf en el otro extremo
hablando con Spook y Boots.
—Hola, hermanos—saludó mientras se unía al pequeño
grupo.
—Es bueno tenerte de regreso, hermano—lo saludó Wolf
—. ¿Me necesitas para algo?
Beast pudo ver la anticipación en sus ojos y asintió.
—Necesito una actualización sobre lo que ha estado
sucediendo por aquí mientras estuve ausente. ¿Tienes
tiempo ahora?
Wolf asintió.
—Sí, seguro. Hablemos de ello en la parte de atrás.
Necesito un poco de aire fresco.
Caminaron juntos por la casa club y se dirigieron hacia
una de las mesas de picnic colocadas a la sombra de los
árboles. Apenas se habían sentado cuando tía Beryl salió
con dos tazas de café y las dejó delante de ellos con un
fuerte ruido.
—No quiero que mis hijos beban tan temprano en la
mañana. No es bueno para ti y ahora tienes muchas
responsabilidades.
No le dio a Beast la oportunidad de responder y los dejó
con la boca abierta. Eso era extraño, tía Beryl no le servía
café a nadie fuera de la cocina.
—Esa es una de las cosas extrañas que hay por aquí,
hermano. Ha estado un poco tensa últimamente y no puedo
entender por qué. La he visto llevar bandejas de comida al
piso de arriba y Sam ha estado allí casi constantemente.
Tienen a alguien encerrado ahí, pero nadie dice nada.
Tiene algo que ver con Kid porque está ahí arriba en
cualquier oportunidad que tienes. El hermano no ha sido el
mismo últimamente. Está tan tenso que ha estado
volviendo locos a los prospectos y a los hermanos con sus
jodidas demandas.
Beast tenía el codo sobre la mesa y la mano tapándose la
boca mientras escuchaba a su lugarteniente. El hombre era
astuto, jodidamente astuto. Confiaba en él, pero no tenía el
visto bueno de su presidente para dejarle saber lo que
estaba pasando. Mierda.
—No puedo decirte mucho. Sólo que lo que está pasando
es grande e involucra a la familia de Kid. Por eso es que
tiene tan mal genio.
—¿Tenemos ahí arriba a esa maldita perra loca de su
hermana?
Mierda.
—No, hermano, ella no está ahí arriba. Y eso es todo lo
que puedo decirte sin que Hawk me joda por hablar fuera
de la iglesia. Ahora volvamos al asunto. ¿Qué ha estado
pasando mientras ordenaba mis cosas?
Wolf asintió e inmediatamente comenzó a contarle los
problemas de los que se había ocupado.
—Tuvimos un par de problemas en Iron Kisses con un
cabrón repartiendo mierda a las bailarinas. Jaycee me
llamó y me ocupé de él y de las bailarinas que la estaban
consumiendo. Él no volverá. También eché un vistazo en
Moonlight solo para asegurarme de que estábamos
funcionando limpios y Layla me aseguró que era así.
—Has comprobado que ninguna de ellas estaba haciendo
trampas con los clientes, ¿verdad?
—Sí. Jaycee despidió a las perras que estaban
involucradas con el traficante y que se habían acercado a
los clientes que estaban interesados. Hicieron mucho ruido
al respecto hasta que me involucré. Se fueron muy rápido
una vez que les dije que se marcharan o serían golpeadas.
También visité a sus malditos chulos y después de
asegurarme de que entendieran exactamente lo cabreado
que estaba, les informé que las mujeres habían sido
excluidas de ambos lugares.
Los labios de Beast se curvaron en una pequeña sonrisa.
—No se golpea a las mujeres, Wolf.
—Ellas no lo saben. —Le guiñó un ojo y soltó una risita
malvada.
Se sentaron tomando café en silencio por un rato,
simplemente disfrutando de la bebida y de estar afuera.
Mientras tomaba un sorbo de café, captó un destello de
movimiento en una de las ventanas del piso de arriba.
Estaba allí y desapareció tan rápido que no estaba
realmente seguro de haber visto movimiento alguno. Miró
hacia la ventana y Wolf se giró para mirarla también.
—Ayer pillé a alguien mirándome desde esa ventana
mientras estaba sentado aquí tomando mi café de la
mañana. Quienquiera que sea, es pequeña, pero no pude
verla bien, solo noté su tamaño antes de que la alejaran de
la ventana—dijo Wolf en voz baja mientras agarraba el café
y bebía un sorbo.
Mierda. Tendría que advertir a Kid que habían visto a la
persona a su cargo. Gracias a Dios, había sido Wolf y no
uno de los otros hijos de puta, nunca habrían mantenido la
boca cerrada. Necesitaba mantener su puto culo alejado de
las ventanas.
Gracias a la mierda, ella no era su problema. Todo estaba
sobre Kid. Todo lo que tenía que hacer era advertir a su
hermano que ella no espiara por las ventanas.
De ninguna manera confiaría en una perra que estuviera
relacionada con Dominick Maingarde. No tenía idea de
cómo Kid podía estar tan ciego como para no darse cuenta
de que probablemente era una espía que el bastardo había
metido en el club.
El trabajo de Beast era ocuparse de problemas como
estos y si no estaba satisfecho con los resultados de la
investigación que estaba a punto de iniciar, insistiría en
interrogar a la perra. Ella comenzaría a hablar una vez que
él la tuviera en sus manos. Le importaba una mierda que
fuera mujer. Si trabajaba para los Maingarde, estaba muy
sucia y sabía muy bien lo que pasaría si la atrapaban.
Se preguntó si esa era la razón por la que DC se ocupaba
personalmente de la fisioterapia de la perra. Eso explicaría
por qué Hawk no estaba preocupado por tener a esa perra
en su casa club. Su Crow estaba en el trabajo. Eso hizo que
Beast respirara un poco más fácilmente, pero no mucho.
Estaban siendo el blanco de Maingarde Organisation.
Este no era el momento de hacerle favores a Dominick
Maingarde, a pesar de que les había quitado de encima a
esa perra loca.
Con un plan en marcha, Beast se sentó y disfrutó del café
y de los pocos momentos de paz con su amigo. No
hablaron. No había necesidad. Los dos estaban en la misma
página y lo habían estado desde el principio.
Beast no podría haber pedido un hombre mejor como su
lugarteniente. Por eso podía irse para ocuparse de sus
asuntos personales sabiendo que Wolf lo respaldaría y a sus
hermanos.
Se bebió el último sorbo del café y mientras dejaba la
taza vacía suspiró.
—¿Quieres venir conmigo a deshacerte de ese coche de
mierda que está en el garaje? Podemos conseguir a uno de
los prospectos para que lo conduzca.
—Sí, claro—aceptó Wolf de inmediato—. ¿A quién se lo
vamos a tirar?
—Estaba pensando que podría llevarlo a ese
concesionario de coches y motos de segunda mano en
Midrand y cambiarlo por lo que me llame la atención. —Se
encogió de hombros porque realmente le importaba una
mierda por lo que lo cambiara.
Wolf se inclinó hacia adelante y se frotó las manos con
emoción.
—Oh, sí, vi un Mustang lekker (NdelT: bonito) parado en
el patio. Está golpeado y obviamente ha sobrevivido a
algunos cabrones, pero es un clásico. Y ese coche de la
perra vale mucho dinero. Salgamos de aquí y veamos qué
nos da a cambio—dijo Wolf con una sonrisa.
Caminando hacia el garaje donde los prospectos entraban
y salían como pequeñas hormigas trabajadoras, Beast
sacudió la cabeza.
—Hola, DC, ¿cómo ha estado tu mañana? —Él sonrió
cuando ella le lanzó una mirada irritada.
—¿Qué quieres, Beast?
—Quiero tomar prestado a uno de los prospectos por una
hora más o menos. Necesito deshacerme de ese puto
coche. Necesito que lo lleve al concesionario en Midrand.
—Gracias a Dios, esa cosa apesta. Llévate a Owen, pero
volverá aquí una vez que hayas terminado.
—Gracias, cariño, no deberíamos tardar más de una hora
y media.
Beast se rio cuando vio la cara de disgusto de Owen.
Comenzó a respirar con mayor facilidad mientras
conducía hacia Midrand junto a Wolf, el prospecto
siguiéndolos de cerca. Esto era lo último de la perra que
quedaba en su vida, y una vez que desapareciera, al fin
estaría completamente libre de ella.
Capítulo 10
Beast
De pie a un lado, observaba cómo River caminaba
lentamente alrededor del Mustang que ellos habían traído a
la casa club en un remolque. En su opinión, era un
desastre, pero Wolf había insistido en que tenían que
comprarlo. Y tampoco le había costado un dineral. De
hecho, tenía dinero en el banco una vez cerrado el trato. El
comerciante había estado demasiado ansioso por
deshacerse del Mustang y poner sus manos en el maldito
coche de perra.
Así que aquí estaban esperando la opinión de River.
—Es un desastre total. No entiendo cómo la gente puede
dejar que una máquina clásica como ésta caiga en tal
estado de abandono. Esta pobre señora ha sufrido graves
abusos. Orina aceite y suena como si estuviera a punto de
explotar cuando lo enciendes. Eso significa que necesita
una reparación total del motor. Su interior es un desastre.
Tendremos que arrancarlo todo y empezar de nuevo. La
carrocería tiene mucho óxido y espero que no encontremos
nada debajo una vez que la subamos a un elevador. Ha
tenido un accidente y quien lo reparó hizo un trabajo
increíblemente malo. —Retrocedió y miró fijamente el
coche, luego volvió a mirar el motor cubierto de aceite.
—Ésta va a ser una reconstrucción muy costosa, Beast.
Quizás incluso tengamos que comprarle un motor nuevo.
¿Estás seguro de que quieres hacerlo? —Ella lo miró
fijamente mientras él pensaba en ello.
Beast se encogió de hombros.
—Las únicas cosas en las que gasto mi dinero son en mis
hijas y en mis viajes. Puedo permitirme gastar algo de
dinero en una reconstrucción. Y será una auténtica chica
ruda una vez que esté terminada.
River sonrió ampliamente y dio un pequeño salto de
emoción.
—Mi padre y Seb se van a cagar cuando lleguemos con
esta pequeña dama. Llevan años buscando una para
reconstruir. No será una solución rápida, llevará tiempo,
pero una vez terminada, será una obra maestra. Te
prometo que mi padre y su equipo harán un muy buen
trabajo.
—No vas a involucrarte en esta reconstrucción, Blue—
gruñó Ice y Beast se tragó su sonrisa cuando River le lanzó
a su hombre la mirada más sucia que jamás haya existido.
—Oh, Dios mío, Ice, no vuelvas a empezar con la tontería
de 'siéntate, necesitas descansar'. No voy a quedarme
sentada en casa mientras mi padre lucha por mantener mi
negocio y el suyo. Wrench tardará semanas en volver y
estoy tan atrasada que estoy perdiendo clientes. Iré a
trabajar, pero te prometo que encontraré a alguien que me
ayude hasta que Wrench pueda volver y hacerse cargo por
mí mientras tengo a los bebés. He estado buscando a
alguien desde antes de que Wrench se lastimara, pero
hasta ahora nadie ha sido el adecuado.
Ice estaba a punto de empezar a discutir cuando uno de
los parches transferidos, Buzz, dio un paso adelante.
—Conozco a alguien que busca trabajo. Calificado para
automóviles y motos con la certificación pertinente y
referencias rastreables y está disponible para empezar a
trabajar de inmediato—dijo en voz baja.
River centró esos ojos azules en Buzz y estaba a punto de
comenzar con las veinte preguntas cuando él la detuvo
levantando la mano.
—Puedo dar fe de ella, es mi hermana. Necesita un
trabajo para salir de la situación en la que está atrapada. Si
le das un respiro y la contratas, trabajará jodidamente duro
y será leal a ti y al club. El hermano menor de su ex trabaja
en el mismo lugar que ella y se lo está poniendo
jodidamente desagradable. Estoy preocupado por ella
porque la mierda a la que él y sus amigos la están
sometiendo está aumentando. La quiero fuera de allí y en
algún lugar cerca donde pueda vigilarla.
—¿Su mierda pondrá en peligro a mi dama?—gruñó Ice.
—No, VP, me voy a hacer cargo del pequeño bastardo y de
su puto ex. Esos hijos de puta se van a arrepentir de haber
salido del puto coño enfermo de su madre—soltó Buzz sin
emoción alguna.
Eso le pareció un plan excelente a Beast, aunque era más
información sobre la madre de la que quería escuchar.
—¿Necesitas ayuda, hermano? Hace tiempo que no
rompo una cabeza y tengo algo de agresividad acumulada
esperando ser desatada. ¿Dónde está tu hermana?
El hermano negó con la cabeza.
—Te lo agradezco, Beast, pero no quiero meter al club en
mi mierda personal. Me encargaré.
—No sucede así, hermano—dijo Hawk mientras caminaba
detrás de Buzz—. Somos una familia y cuidamos de los
miembros de nuestra familia. El club te respaldará y tus
hermanos viajarán contigo. ¿Dónde está tu hermana?
El alivio floreció en el rostro de Buzz. Detrás de esa cara
suya de póquer había estado preocupado.
—Gracias Prez, te agradezco el apoyo. Ella está en
Baberton, siguió a su jodido ex hasta allí.
—Ven a verme y organizaremos algo. Ven a mi oficina
cuando hayas terminado aquí, Beast.
Beast asintió ligeramente a su presidente mientras se
alejaba. Sabía lo que significaba esa convocatoria.
Beast le dio una palmada en la espalda a Buzz.
—Voy contigo, hermano. Esto va a ser divertido. No
hemos estado en un viaje corto desde hace un tiempo y
necesito desahogarme. Esto es perfecto y lo bueno es que
traeremos a tu hermana con nosotros y puedes dejar de
preocuparte.
Después de hacer arreglos para que llevaran el Mustang
a ARR a la mañana siguiente, Beast entró para ver a Hawk.
Llamó y sonrió cuando la voz de Hawk llegó a través de la
puerta.
—Todo el mundo sabe que mi dama está ocupada afuera.
Entra, carajo.
Beast entró y se sentó frente al escritorio. Hawk estaba
reclinado en su gran sillón frotándose la barba con la mano.
Sus ojos ámbar se entrecerraron en Beast.
—¿Estás seguro de que quieres encargarte de esto?
Acabas de recuperar a tus hijas y no sabemos si este viaje
requerirá que te quedes en Baberton uno o dos días.
—Lo estoy, jefe. —Beast asintió—. Mis hijas estarán
cuidadas y me aseguraré de que sepan que están a salvo y
que no estaré fuera por mucho tiempo. Hablaré por
videoconferencia con ellas antes de acostarse si
necesitamos quedarnos más de un día para hacer esto. Le
pediré a Genna que se quede con ellas, a las chicas les
gusta.
—Siempre y cuando estés seguro, hermano. Elige un
equipo para viajar contigo y quiero que lleves a Dizzy. No
ha sido el mismo desde que pasó la mierda con esas perras.
Y creo que eres el único que comprende algo de cómo se
siente. Así que vigílalo.
A Beast no le gustó, pero sabía que era la verdad.
—Está bien, Prez, me ocuparé de él. Creo que podría
ayudar si le asigno que cuide a la hermana de Buzz. Buzz y
yo estaremos ocupados encargándonos de esos bastardos y
la chica necesitará a alguien con ella. Necesitamos
demostrarle que le confiamos a nuestras mujeres. Esas
perras casi lo rompen con la mierda que hicieron.
—Estoy de acuerdo. Le hemos estado demostrando de
pequeñas formas que cuenta con nuestra confianza. —
Hawk asintió—. Ahora, ¿a quién te vas a llevar a esta
pequeña aventura?
Ellos tenían una lista corta de potenciales hermanos
cuando Buzz llegó a la oficina.
—Prez, Beast, no puedo expresar lo agradecido que estoy
de que estén dispuestos a ayudarme con mis problemas
familiares. Mi comienzo con la sede madre no fue bueno,
pero aun así me disteis una oportunidad. Lamento mi
jodida estupidez más de lo que creéis y nunca volveré a
defraudar al club—prometió él.
—Es bueno saberlo, Buzz. —Hawk señaló una silla y Buzz
se sentó—. Hay algo muy importante que puedes hacer por
mí y por uno de tus hermanos.
—Cualquier cosa, Prez, dime lo que sea y lo haré.
—Encarga a Dizzy que cuide a tu hermana.
Buzz inmediatamente asintió.
—Considéralo hecho, Prez. Es un buen hombre y lamento
no haberlo respaldado durante esa jodida situación. Slim es
difícil, pero podrá manejarla.
—¿Slim?
Buzz se rio.
—Mi padre solía llamarla Slimjannie (NdelT:
inteligente/un poco sabelotodo) y con el paso de los años se
convirtió en Slim. Casi volvía loco a mi padre con sus
preguntas y opiniones. Ella siempre tenía que saberlo todo.
Ahora se la conoce simplemente como Slim.
Hawk asintió y luego miró a Beast.
—¿Quién será?—le preguntó.
Beast sabía exactamente cuál de los hermanos de la lista
quería en este viaje.
—Spook, Dizzy, Buzz, Ratel (Cape Honey Badger/ Tejón
de la miel), Bullet, Army, Dollar y uno de los prospectos
para conducir la jaula. Creo que quiero llevar a Terror y ver
cómo afronta la situación.
Hawk asintió.
—Buenas elecciones. ¿Cuándo te vas?
—Quiero esta noche con mis hijas para poder explicarles
que no estaré en casa mañana. Salimos mañana a las 4.30
am. Quiero evitar el tráfico alrededor de Pretoria. Es un
viaje de aproximadamente 4 horas, así que llegaremos
temprano a Baberton e iremos directamente a la casa de
Slim. Con la ayuda de todos, empacaremos sus cosas y
regresaremos a la carretera en un par de horas.
Buzz interrumpió.
—Ella ha estado empacando así que no nos tomará mucho
tiempo empacar el resto y cargarlo. El problema serán sus
vehículos.
Beast frunció el ceño.
—¿Cuántos?
—Tiene una Sportster3, una Ford F-150 y un muscle car
que ha estado reconstruyendo.
Beast asintió mientras analizaba sus opciones y tomaba
una decisión.
—Vamos a necesitar un remolque para motos y
automóviles. ¿Tiene un enganche de remolque en su
bakkie?
—Estoy seguro de que sí y, si no recuerdo mal, tiene un
remolque para motos. La llamaré y averiguaré si tenemos
que llevar un remolque para automóvil.
—Llámala ahora. —Los ojos de Hawk se entrecerraron
mientras se reclinaba en su sillón y Beast supo que su
presidente estaba repasando el plan en su cabeza.
Buzz sacó el teléfono del bolsillo, lo deslizó y llamó.
—Hola, parece que estás en el trabajo, así que di sí o no.
¿Tienes un remolque para automóvil?
Buzz guardó silencio quizá durante un segundo.
—Genial. Llevaremos uno. Estate lista mañana. —Buzz
escuchó y luego frunció el ceño—. Nee, fokkit Slim (NdelT:
No, que le den, Slim) ¡Jy resign nie! (NdelT: No renuncies).
Continúa como si fuera un día normal, vete a casa y cierra
con llave. Belowe my, Slim (NdelT: Prométemelo, Slim). —
Estuvo en silencio por un momento antes de continuar—.
Te prometo que estaremos allí temprano mañana por la
mañana para cargar tu mierda. Ok. También te quiero.
Buzz tomó el teléfono y se golpeó la frente cuando
terminó la llamada.
—Qué jodidamente terca—murmuró.
—¿Te escuchará? —Beast no quería que nada saliera mal
incluso antes de llegar allí.
—Me lo prometió y Slim nunca incumple su palabra.
Joder, no me gusta esta mierda.
—Hermano, si sientes que necesitamos viajar antes,
dímelo. Sigue tu instinto—le aconsejó Beast.
—Tengo esta sensación de mierda en las tripas, Beast. La
tengo desde que me desperté esta mañana. Sólo sé que
debo llegar a ella lo antes posible.
—Para mí es bastante bueno, montaremos después de
que haya hablado con mis hijas. Dame alrededor de una
hora y media para arreglarlo con la tía Suzy y Genna y
empacar mi mierda. —Beast cambió sus arreglos
inmediatamente. Nunca ignoraba un presentimiento.
Demasiadas veces sus instintos habían demostrado ser
correctos y seguirlos había salvado su vida y la de sus
hermanos.
—Gracias, Beast. Sé que pasar tiempo con tus hijas es
importante para ti, así que, si haces esto por mí, significa
mucho para mí. Cualquier cosa que necesites, soy tu
hombre, hermano.
Beast negó con la cabeza.
—Voy a salir, Prez. Enviaré un mensaje de texto a los
hermanos para que se preparen para montar.
Beast dejó a Buzz sentado en la silla frente al escritorio
de su presidente. Mientras salía, envió el mensaje de texto
a los hermanos que había seleccionado para el viaje.
Inmediatamente respondieron al mensaje y acordaron estar
listos para viajar cuando él regresara.
Sus chicas estaban un poco confundidas, pero él les
explicó de una manera que lo entenderían.
—Papá tiene que ir a trabajar, así que no estaré aquí para
arroparos esta noche. Cuando abráis los ojos por la
mañana, iréis a jugar con Duncan y las niñas y mañana
volveré para acostaros. ¿De acuerdo?
Besó, abrazó a sus hijas y las dejó horneando galletas con
la tía Suzy y Genna, después se fue a su casa y empacó sus
alforjas. Puso un arma y munición extra en el fondo de las
alforjas y las cubrió con su ropa. Tenía los cuchillos atados
a los muslos y las pistolas enfundadas bajo los brazos. El
peso le resultaba familiar y bienvenido. Deslizó otra arma
en la funda especial en la parte superior de su bota, agarró
sus alforjas y se fue.
Su equipo estaba listo cuando entró en la casa club.
Terror esperaba junto a la camioneta cerrada de 8
toneladas que iban a utilizar con un remolque enganchado
a ella. Beast no quería tener que volver por ninguna de las
mierdas de Slim. Todo tendría que caber en ella, en la parte
trasera de la jaula de ella y en los remolques o quedarse
atrás.
El viaje transcurrió sin incidentes y llegaron a Baberton
cuatro horas después. El sol ya se había puesto e iba a ser
una noche sin luna y muy oscura, lo que le convenía a
Beast. Lo que no esperaban encontrar era a los bastardos
tratando de derribar las puertas delantera y trasera de
Slim. No sabía cómo esos cabrones nunca los oyeron llegar,
y tampoco preguntó. Rápidamente dominaron a los
bastardos y los dejaron amordazados y atados en el patio
trasero. Había seis cabrones y, basándose en la basura que
habían encontrado en una bolsa junto a la puerta trasera,
habían estado planeando hacerle algo enfermizo a una
mujer que estaba bajo la protección del Iron Dogz MC. Tan
pronto como Slim empacara, esos pequeños coños iban a
arrepentirse de su decisión de follar con una mujer que
tenía su protección.
Le tomó dos horas terminar de empacar y cargar toda su
mierda. Tenía un montón de herramientas en su garaje con
las que estaba jodidamente obsesionada. Al menos ya
estaba todo empaquetado en cajas de herramientas y
baúles. Slim insistió en que cargaran las herramientas
primero. Extraña jodida mujer. Le importaban un carajo sus
muebles, y una vez que esas herramientas estuvieron
cargadas de forma segura, se sintió feliz. Ella no se puso
tan feliz cuando él le dijo que ya era hora de irse. Trató de
discutir y Beast se volvió hacia Dizzy con un suspiro y
arqueó las cejas.
Dizzy hizo un gran trabajo manteniéndola calmada y
pareció escucharlo cuando le explicó con serenidad que iría
con ella para mantenerla a salvo.
Antes de despedirla, Beast le había pedido que
identificara a los hombres en el patio trasero. Como era de
esperar, su ex y su hermano eran dos de los cabrones. Los
demás eran amigos de ellos y uno era otro compañero de
trabajo de Slim.
Beast le indicó a Slim que siguiera a Terror hasta la
estación de servicio más cercana y llenara su bakkie, ya
que quería ponerse en camino tan pronto como se hubieran
ocupado de los pedazos de mierda en el patio trasero.
Dizzy, Dollar y Army irían con ellos. Estaba a punto de
discutir cuando Dizzy la tomó del brazo, le habló en voz
baja y la llevó a su jaula. Ella se fue sin decir una palabra
más. Por la expresión de los rostros de Buzz y Ratel
estaban atónitos.
Las siguientes palabras de Buzz lo confirmaron.
—Ella nunca escucha a nadie. Quiero saber cómo Dizzy
hizo eso. —Se volvió hacia Beast—. ¿Crees que Dizzy podría
estar interesado en ella? Necesita un hombre como él en su
vida.
—Joder, hermano, no me preguntes cosas así. No lo sé y
no quiero saberlo. Hagamos nuestro trabajo para que
podamos salir de esta ciudad de mierda.
Todos se habían puesto guantes mientras sacaban las
pertenencias de Slim de la casa. Sus huellas dactilares no
se encontrarían por ningún lado. Y, además, la casa estaba
en un gran terreno en las afueras de la ciudad y alejada de
los vecinos. A Beast le molestaba que hubiera vivido allí sin
siquiera un perro como sistema de alerta temprana. Al
menos tenía una alarma conectada a una empresa de
seguridad de respuesta rápida. No tenía idea de cuán
efectivos eran, pero como ella se iba, ya no importaba.
Una vez que Slim se fue, Spook comenzó a interrogar a
los bastardos. Estaba interpretando al bueno, mientras que
Beast obviamente era el malo. Los maricas les dijeron todo.
Según el ex sólo la iban a asustar, nada más. Esa historia
no encajaba con la cinta adhesiva, la cuerda, varios
consoladores y otras cosas en la bolsa.
Beast no hizo ninguna pregunta. Los tenía a todos
colgados de las vigas del garaje en fila, con los dedos de los
pies tocando el suelo.
Sin decir palabra, hizo un gesto a Buzz para que se
acercara.
Buzz siguió el ejemplo de Beast, no dijo una palabra y
empezó a darle una tremenda paliza al ex. Su mejor amigo,
Ratel, se enfrentó al hermano. Los otros hombres quedaron
colgados aterrorizados porque sabían que eran los
siguientes. Beast no los dejó esperar demasiado.
Los molieron a palos a todos, dejaron sus teléfonos y el
contenido de la bolsa esparcidos en el suelo de cemento a
sus pies, con los juguetes sexuales en un lugar destacado.
Eran tan jodidamente estúpidos que su ex tenía mensajes
en el teléfono entre él y su hermano planeando esta
mierda. Un teléfono que tampoco estaba protegido con
contraseña. Dios.
Beast miró la fila de coños que lloraban, jadeaban y
gemían. Iban a arrepentirse de haberse enredado con los
Iron Dogz durante mucho tiempo.
—Mantened la boca cerrada sobre lo que pasó aquí
porque no queréis que regrese. Recordad una cosa, el Iron
Dogz tiene un alcance muy largo, no importa a dónde
vayáis, podemos encontrarlos y lo haremos.
Dejaron la puerta del garaje abierta con las luces
encendidas y brillando intensamente.
El último en irse fue Buzz y sólo después de haber
arrojado una gran piedra a la ventana delantera y haber
activado la alarma silenciosa. Eso traería a la compañía de
seguridad a investigar y llamarían a los cerdos cuando
encontraran a los cabrones colgados en el garaje.
Se encontraron con los demás en la estación de servicio y
era muy obvio que estaban todos jodidamente cansados.
Después de una rápida charla decidieron buscar un lugar
para descansar unas horas. Pero Beast no quería quedarse
en ese pedazo de mierda de ciudad y viajaron hasta
Nelspruit, ya que estaba a solo 45 km de distancia.
Reservaron habitaciones dobles en un hotel y se alojaron
de a dos en las habitaciones. Buzz obviamente compartió
con Slim. Beast sabía que sería estúpido dejar sus mierdas
desatendida afuera, así que puso a Terror a vigilar durante
la primera hora. Army, Dollar, Bullet y Ratel se turnarían
para vigilar, de esa manera todos descansarían un poco.
Les advirtió que era una breve parada para descansar
antes de emprender el viaje a casa y que no se quedarían
más tiempo del necesario.
Beast no había dormido, sino que se había acostado en su
cama mirando al techo hasta que llegó el momento de
montar. Estaba demasiado nervioso después de encargarse
de esos cabrones en la casa de Slim para dormir. Se sintió
agradecido cuando sonó la alarma que había puesto en el
teléfono. Por los ojos rojos y los grandes bostezos era obvio
que a todos les vendría bien dormir un poco más, pero
estaban de nuevo en la carretera poco más de cinco horas
después de haber llegado al hotel.
El viaje a casa transcurrió sin incidentes. Atravesaron las
puertas del complejo a las 11.00 horas. Cansado y
jodidamente feliz de estar en casa. Había sido una mierda
quedarse en las jaulas, pero ellos tenían que hacerlo, no
podían dejar a Slim y Terror vulnerables.
Beast dejó a los demás para encargarse de Slim y entró
para informar a su presidente.
—¿Te ocupaste de su problema?
—Lo hicimos. Tuvo mucha suerte de que llegáramos allí
cuando lo hicimos. Esos hijos de puta estaban intentando
entrar en su casa cuando llegamos y tenían algunos planes
jodidos para ella. Hicimos justicia, los dejamos atados con
las pruebas de sus planes a los pies y les echamos encima a
los cerdos locales. Les di la advertencia habitual, si saben
lo que les conviene no los volveremos a ver.
—Bien. Te ves como una mierda, hermano, vete a casa,
descansa un poco y hablaremos más mañana.
Beast salió y atravesó la sala común, sus ojos se
encontraron con los ojos tristes de Chris antes de que él
apartara la mirada y saliera caminando con paso cansado.
No quería pensar en esa mierda ahora mismo, sacándosela
de la mente se montó en la moto y se fue a casa. Lo que
necesitaba era una larga ducha caliente y un poco de sueño
antes de ir a buscar a sus bebés. Mientras subía las
escaleras de dos en dos hasta su habitación, llamó a la tía
Suzy para avisarle que estaba en casa.
—Hola, tía Suzy, acabo de llegar a casa. Me voy a duchar
y dormir durante una hora más o menos y luego iré a
buscar a mis hijas.
—No seas tonto, báñate, duerme un poco y ven aquí a las
seis para cenar. Las niñas están jugando en el jardín y se lo
están pasando genial. Déjalas y descansa un poco. No
quiero verte hasta las seis.
Beast estaba a punto de responder cuando se dio cuenta
de que ella había terminado la llamada. Sonrió, tan típico
de la madre de Ice. Y estaba agradecido por la oportunidad
de descansar, ya no tenía veintitantos años y casi no podía
funcionar sin dormir. Estos días necesitaba dormir o se
sentía como una mierda. Como en este momento.
Después de su ducha, Beast se estrelló. Durmió
profundamente por primera vez en mucho tiempo.
Cuando despertó se sentía muchísimo mejor pero
extrañaba a sus hijas. Se había acostumbrado a tenerlas
cerca.
Ya era hora de ir a cenar y traerlas a casa.
Capítulo 11
DC
Estaba sentada en los escalones de la casa club tomando
mi café y esperando a Beast cuando él entró al complejo.
Con su gorro Iron Dogz sobre su pelo corto afeitado, un
pañuelo negro con calaveras sobre la boca y las gafas de
sol oscuras envolventes ocultando sus ojos, parecía
condenadamente intimidante. El hombre era enorme,
monstruosamente enorme. Vale, tal vez no fuera
monstruosamente, pero era muy grande. Más grande que
cualquiera de los otros hombres del club. Tenía un pecho
ancho, hombros enormes, brazos muy musculosos y los
muslos y pantorrillas más gruesos que jamás había visto.
Eran incluso más grandes que los de Shaka y siempre había
pensado que era el hombre más grande que había visto en
su vida. Eso fue hasta que conoció a Beast.
Tenía que medir al menos dos metros o cerca. Y a
diferencia de Shaka, él no pretendía ser amigable, pero tal
vez con Shaka eso era solo la influencia de Nadja. Shaka
amaba a su esposa y sonreía mucho gracias a ella. Beast
era exactamente lo que significaba su nombre de su
carretera, una bestia. Era peligroso, tosco, de mal genio y
casi nunca hablaba, sólo lo hacía con sus hermanos y, a
veces, con Chris. Y había notado que había dejado de
hablar con ella después de terminar lo que fuera en lo que
habían estado involucrados. No había sido una relación, en
absoluto, pero le había prestado más atención que a
cualquiera de las otras chicas del club. Ahora las ignoraba
a todas.
Lo observé mientras se acercaba y una vez más me
sorprendió que un hombre tan grande pudiera moverse con
tanta gracia y sigilo.
—Buenos días, Beast. Te he estado esperando. ¿Podemos
hablar sobre el trabajo que quiero que hagas para mí?
Él frunció el ceño como si intentara recordar y luego
asintió mientras se sentaba a mi lado.
—Claro. ¿Qué puedo hacer por ti?
—Te mostraré. Ven conmigo.
Lo llevé al garaje que ahora estaba limpio y pintado
esperando que el electricista, los instaladores del techo y
de las puertas hicieran lo suyo hoy.
—¿Qué vas a hacer aquí, DC?—preguntó Beast con el
ceño fruncido mientras miraba alrededor del espacio vacío.
—Quiero que me construyas una barra de ballet. La
quiero a lo largo de la pared lateral aquí y creo que quizás
hasta la mitad de la pared trasera. Eso debería darme
espacio más que suficiente para hacer ejercicio. Busqué en
Google las especificaciones y puedo enviártelas o puedes
buscarlas tú mismo. No sé qué materiales quieres usar,
pero vi en internet que puedes usar pino, arce o roble para
la pieza de madera. Te dejaré la elección a ti. —Vi que
estaba a punto de decir algo, pero no le di oportunidad.
—Hoy vienen un electricista y los encargados del techo
para instalar los accesorios de iluminación y el techo, y voy
a quitar las puertas enrollables y a instalar puertas
corredizas de madera y vidrio que se pueden plegar hacia
atrás para abrir el espacio al exterior si lo necesito. Un
especialista en suelos comenzará a instalar el suelo el
jueves. Pensé que podrían hacerlo en un día, pero dijo que
necesitaban dos. Así que los de los espejos vendrán el
sábado por la mañana para instalar los espejos en las
paredes. ¿Crees que podrías tener lista la barra de ballet
para el lunes o necesitas más tiempo?
Beast parecía confundido mientras miraba una vez más
alrededor del espacio.
—Estás construyendo un estudio de ballet. ¿Por qué?
Oh, mierda. No pensé que sabría nada sobre ballet. Era
tan rudo que supuse que no lo sabría. Entonces mentí un
poco.
—Es como un estudio de ballet, pero es para mis
ejercicios. Tengo un estudio similar al que estoy planeando
aquí en el complejo de los Road Warriors. Puedo hacer
arreglos para que lo veas si quieres.
Negó con la cabeza.
—No, eso no será necesario. Sé lo que quieres.
Contactaré con algunos de mis proveedores y veré qué
puedo encontrar y después me comunicaré contigo. Es un
trabajo fácil, pero es posible que tengas que esperar con
los espejos hasta que haya instalado los anclajes para la
barra. Tendré que perforar la pared para asegurarla. Las
personas que instalan los espejos pueden cortarlos
fácilmente para que encajen alrededor de los anclajes antes
de que yo realice la instalación final. ¿Quieres soportes al
suelo o quieres que la barra esté fijada sólo a la pared? Una
barra de ballet tradicional tiene soportes al suelo y creo
que deberías seguir el mismo camino.
Mierda, no lo sabía. Pero había visto bailarines haciendo
ejercicio en la barra y sabía que tenía que poder soportar
algo de peso.
—Tendrá que soportar algo de peso, ¿qué sugieres?
—Agregamos los soportes solo para estar seguros. No
debería arruinar tu suelo, pero hablaré con los tipos del
suelo cuando lleguen aquí y le pediré su opinión.
—Eres un salvavidas. No pensé en nada de esto. Grizz y
mi padre hicieron construir el estudio en su complejo como
una sorpresa para mí, así que no tengo idea de qué
planificación se hizo. Debería haber llamado a Grizz para
consultarlo.
—No te preocupes, DC, me encargo. Me pondré manos a
la obra tan pronto como haya hablado con Prez para ver
qué tiene para mí hoy. ¿Vale?
Sonreí ampliamente.
—Perfecto. Gracias Beast, envíame tus datos y te
transferiré algo de dinero para que puedas empezar.
—No te estoy pidiendo dinero, DC. Esto es propiedad del
club, así que es dinero del club, no hay problema—gruñó
Beast mientras se giraba y salía sin decir una palabra más.
Lo miré mientras se alejaba. Él no había estado feliz por
algo, no estaba segura de que era, pero algo con el estudio
lo molestó. Y eso era extraño.
Sacándomelo de la mente, regresé al interior. Era hora de
torturar a Tori. Sonreí mientras subía corriendo las
escaleras para comenzar su fisioterapia. Estaba haciendo
un progreso increíble y pronto podríamos utilizar el estudio
para ayudarla en su recuperación.
Si jugaba bien mis cartas, ella no volverá a Ciudad del
Cabo. No confiaba en la perra vieja. Para nada.

Tori
Me quedé jadeando sobre la estera de yoga en el suelo
junto a DC. Estaba agotada y hecha un desastre húmedo y
sudoroso. Habíamos trabajado durante la fisioterapia y
continuamos con el entrenamiento de fuerza. Respiré a
través de los dolores en mi cuerpo. Ya casi habíamos
terminado por la mañana, pero mi torturadora regresaría
esta noche para ayudarme y vigilarme mientras trabajaba
en una rutina muy fácil y básica para que mi cuerpo
volviera a estar en forma para bailar.
Trabajando en la rutina de enfriamiento, suspiré con
alivio cuando finalmente terminamos. Estaba empapada de
sudor y respirando con dificultad. Hace tres años estos
ejercicios no habrían sido nada para mí. Estaba en plena
forma antes del accidente y, según los especialistas, eso me
ayudó en mi recuperación. Definitivamente no lo parecía.
Mi vientre se estaba ablandando y mi culo estaba más
grande que nunca.
DC no me permitió caer en mis recuerdos, ni por un
minuto.
—Necesitas ducharte y luego te daré un masaje.
Trabajaste muy duro hoy y si no masajeamos esos músculos
te van a doler como unos hijos de puta.
Le lancé una mirada fingida de enojo.
—Como deberías, mis pobres músculos sienten dolor y
piden a gritos un masaje.
Ella me ignoró.
—Voy a mi habitación a ducharme. —Luego hizo una muy
mala personificación de Arnie—. Vuelvo enseguida.
Le puse los ojos en blanco mientras ella se reía y se iba.
Ella me estaba esperando cuando salí del baño envuelta
en una toalla. Tenía la cama cubierta con toallas para evitar
que el aceite manchara la ropa de cama. Me acosté boca
abajo y suspiré. Los masajes de DC eran increíbles, sus
manos eran fuertes y seguras.
Treinta minutos después, era un fideo demasiado cocido
sobre la cama. Mis músculos estaban totalmente relajados
y tenía una agradable somnolencia. Hasta que me dio una
palmada en el culo, fuerte.
—¡Ay! ¿Por qué fue eso?—me quejé mientras agarraba la
toalla, me deslizaba fuera de la cama y me envolvía con
ella.
—Tengo algunas buenas noticias para ti. ¿Estás lo
suficientemente despierta para escuchar?
Eso me llamó la atención inmediatamente.
—¿Qué noticias?
Ella sonrió.
—Hawk dio su visto bueno para que visitáramos a River.
Kid, Sam y yo te sacaremos a escondidas un poco más
tarde, cuando todos estén en el trabajo u ocupados con lo
que sea. Hawk alejó a los guardias de la casa de Ice para
que podamos sentarnos afuera por un rato.
Comencé a saltar de puntillas de emoción.
—¡Oh virgen santísima, voy a estar afuera! No puedo
esperar a respirar un poco de aire fresco y sentir el viento
en mi cabello. Por favor, dime que hoy hay brisa afuera.
DC se rio.
—Hay brisa. Tengo algunas cosas de las que ocuparme,
pero volveré para prepararte para la visita. No podremos
quedarnos mucho tiempo porque tenemos que meterte de
nuevo dentro sin que nadie se dé cuenta. Pero River dijo
que tiene un plan sobre cómo atraer toda la atención al
frente de la casa club mientras nosotros te escabullimos
por detrás.
El tiempo pasaba demasiado lento. Intenté ver una
película, leer, jugar al solitario, charlar con Sam para que
corriera más rápido. Estaba tan emocionada de que por fin
me permitieran salir después de semanas de estar
encerrada dentro de la habitación que sentía que iba a
estallar.
Y entonces llegó el momento. Me puse la gran sudadera
con capucha negra que Kid me tendió y me coloqué la
capucha sobre la cabeza. La sudadera era tan grande que
me colgaba por debajo de las rodillas y las mangas me
cubrían las manos. La capucha me cubría desde la frente
hasta la punta de la nariz. Tendría que mantener la cabeza
gacha y vigilar mis pies mientras caminaba porque con la
capucha sobre mis ojos no podía ver nada frente a mí. Pero
ese parecía ser el plan. Estaba cubierta de pies a cabeza y
si alguien me viera sería difícil reconocerme.
Sam fue primero por el pasillo asegurándose de que fuera
seguro salir de la habitación. Lo seguimos poco después.
Kid delante de mí y DC detrás. No hicimos ruido mientras
bajábamos una pequeña escalera al final del pasillo, y Sam
estaba esperando en una puerta al final. Cuando Kid
asintió, abrió la puerta, salió y cuando su mano apareció
por el marco de la puerta, lo seguimos.
Gracias a Dios pude doblar la rodilla con sólo un leve
dolor porque tuve que acurrucarme en el suelo en la parte
de atrás con una manta negra echada sobre mi cuerpo. Era
terriblemente incómodo, pero saldría de mi habitación por
unas horas y podía soportar cualquier cosa para tomar un
poco de aire fresco.
Cruzamos las puertas sin reducir la velocidad porque los
guardias obviamente sabían quién estaba en la camioneta y
hacia dónde se dirigían.
El viaje no fue tan largo y Sam se lo tomó con calma, pero
tampoco se entretuvo. Pasamos por lo que parecía otra
puerta y esta vez Sam redujo la velocidad y se detuvo para
hablar con el que estaba en la puerta. El guardia que
saludó a Kid y DC parecía amigable y relajado cuando los
dejó pasar. Sam condujo lentamente por lo que tenía que
ser el camino a la casa de River.
De repente me quitaron la manta y DC me sonrió.
—Siéntate y estaciona tu culo en el asiento. Los guardias
que están ahí afuera han sido alejados, así que no te
preocupes de que te vean.
No lo dudé. Salté y estacioné mi culo en el asiento.
Mirando por la ventanilla, observé con asombro el hermoso
jardín por el que conducíamos lentamente. Grandes
árboles, arbustos y coloridos parterres de flores se
encuentran en el medio. Abrí la ventanilla y arrastré el olor
de las cosas verdes que crecían hasta mis pulmones. Me
sentía como si no hubiera respirado adecuadamente en
mucho tiempo.
La casa frente a la que nos detuvimos era preciosa. Tenía
un techo alto de paja y River nos estaba esperando en las
escaleras de entrada. Salté de la camioneta en el momento
en que nos detuvimos.
—Bienvenida. —River sonrió—. Entra, tengo té y algunas
cosas deliciosas en la terraza trasera. Pensé que sería
mejor sentarse afuera que adentro. Has pasado tanto
tiempo encerrada en esa habitación que estoy seguro de
que te alegrará tener un poco de aire fresco y sol.
Sonreí mientras ella deslizaba su brazo por el mío.
—No puedo esperar para sentarme afuera y solo respirar.
Extrañé poder salir por mi puerta y entrar al jardín. Ni
siquiera me permiten asomarme a las ventanas del club
porque temen que alguien me vea. Parezco un espía por la
forma en que miro a hurtadillas cuando Sam no está
mirando.
DC y River se rieron, pero yo hablaba en serio. Parecía un
espía y había estado espiando. Lo vi afuera con otros
hombres, tomando café y charlando. Lo habría reconocido
en cualquier lugar por su forma de comportarse y de
moverse. Lo que no habría reconocido fue su rostro. Estaba
cubierto por una espesa y larga barba negra y salvaje. Si lo
vistiera con una camisa a cuadros, parecería una de esas
portadas de libros románticos de leñadores.
Y un día casi me pilló mirándolo. Si Sam no me hubiera
alejado de la ventana, me habría visto porque había
levantado la cabeza hacia la ventana mientras yo me
alejaba.
Mierda.
Sacudiendo la cabeza para desalojar esos pensamientos,
volví a sintonizar el parloteo de DC y River. Estaban
hablando de coches. No sabía nada de coches, pero sí me
gustaban los bonitos. Y siempre quise uno de esos viejos
Mustang con motores grandes y rugientes. Ilya solía
burlarse de mí porque quería un coche que ni siquiera
podría conducir. Sí, lamentablemente no tenía licencia de
conducir. Nunca la necesité hasta que regresé a Sudáfrica.
Sin embargo, ahora tengo mi licencia de aprendizaje y
estaba tomando lecciones de conducir cuando la mierda se
desató en Ciudad del Cabo.
Maldición. Esperaba poder continuar con esas lecciones
una vez que se hubiera solucionado este lío. Tener mi
propio coche haría que viajar fuera mucho más fácil. Tenía
planes de hacer un viaje por carretera por Sudáfrica para
ver lugares sobre los que solo había leído y visto
fotografías, y que tenía en mi lista de deseos. Había llegado
el momento de empezar a tachar cosas de esa lista.
El mañana no estaba prometido a ninguno de nosotros.
Teníamos que vivir mientras todavía tuviéramos vida
latiendo en nuestras venas.
Durante los años que había bailado con las compañías de
ballet de Londres y Nueva York, había viajado mucho. Me
propuse tomar algo de tiempo para visitar las atracciones
turísticas en cada ciudad en la que actuamos. Y, en
consecuencia, tenía una caja llena de recuerdos de cada
una de esas ciudades. Una caja que aún no había
desempacado porque algunos de esos recuerdos los
habíamos reunido Ilya y yo juntos.
Le hubiera encantado Sudáfrica. Después de años de
negarme a visitarla, finalmente me había convencido para
que viniéramos de vacaciones cuando termináramos
nuestra última temporada. Murió antes de que pudiéramos
tener esas vacaciones. Había esperado demasiado.
Sacudiendo la cabeza para aclarar mi mente de mis
pensamientos tristes, volví a sintonizar la discusión de DC y
River. Aparentemente el padre de River iba a reconstruir
un coche para Beast. Un coche que había comprado tras
vender el de su ex mujer porque nadie en el club lo quería.
—¿Por qué nadie querría comprar un coche casi nuevo
que vendía por casi nada? Habría aceptado una ganga.
Ambas mujeres se rieron.
—Habrías abierto la puerta del coche, entrado y después
de una respiración, habrías saltado y cerrado la puerta
bruscamente para mantener ese hedor encerrado en su
interior, Tori. Creo que esa zorra roció ese repugnante
perfume suyo en los asientos porque ni siquiera la limpieza
con vapor podía quitar el hedor. Los prospectos odiaban
esa maldita cosa porque tenían que conducirla cuando
había que moverlo. Lo hice mover el lunes y jugaron a
piedra, papel y tijera para decidir quién tenía que hacerlo—
me explicó DC.
—Guau. Debe haber sido horrible. —Agarré mi té y tomé
un sorbo.
—No tienes idea. —DC sonrió.
River sonrió, pero soltó cuando me miró.
—¿Cómo está tu pierna? Me di cuenta de que apenas
cojeas y no utilizas bastón.
—Lo estoy haciendo genial. —Señalé a DC—. Mi
torturadora allí me ha estado haciendo trabajar duro y la
pierna se está recuperando más rápido de lo que pensaba
el especialista. Hablé con él ayer por la tarde y está muy
contento con mi progreso. Sam y yo le enviamos un video
mío caminando y haciendo ejercicios básicos y después de
estudiarlo dijo que lo estoy haciendo bien. Todavía tengo
que volver para los estudios finales y esas cosas, pero él es
optimista sobre mi futuro como bailarina. Si sigo
trabajando como ahora, cree que podría bailar con muy
poco dolor. Tendré que tener mucho cuidado. —Tragué el
nudo que de repente apareció en mi garganta—. Nunca
volveré a ser primera bailarina, esa parte de mi vida se ha
ido para siempre.
—Lo siento mucho. Vi un vídeo de la última actuación que
tú e Ilya ofrecieron y fue la actuación más hermosa y
desgarradora que jamás haya visto. No era una pieza
clásica, sino algo que vosotros dos habíais coreografiado e
interpretado. Mientras miraba, pude sentir el amor entre
ambos alcanzando a quienquiera que estuviera mirando—
dijo River suavemente.
Y con eso, las lágrimas comenzaron a correr por mis
mejillas. River jadeó y saltó.
—Oh Dios mío, lo siento mucho, Tori. No quería que
estuvieras triste, no hoy, en tu primer día fuera. —River se
sentó junto a mi silla y tomó mi mano mientras yo usaba la
otra para secarme las lágrimas. DC miraba en silencio,
pero sus ojos estaban llenos de tristeza.
—No estoy triste, River, son lágrimas de felicidad porque
estoy muy agradecida de que hayamos hecho esa pieza. Se
suponía que no debíamos representarla, pero Ilya, que era
un ruso testarudo, insistió y después de muchos gritos
nuestro director cedió porque Ilya Ivanov atraía a la gente
al teatro. Ponía muchos traseros en los asientos cada vez
que aparecía su nombre en la cartelera. Y tienes razón; fue
la última vez que bailamos juntos antes del accidente.
Estoy muy agradecida de que hayamos tenido la
oportunidad de interpretar esa pieza en particular. Y sí, se
trataba de nuestro amor por el baile y el amor entre
nosotros y fue el acto final perfecto para los dos. No me
había dado cuenta de que lo habían grabado. Quiero una
copia de esa grabación. —Fruncí el ceño—. ¿Se publicó
antes o después de su muerte?
DC se agachó a mi otro lado.
—Ahora mismo no importa, Tori. —Quería interrumpir,
pero ella levantó una mano y eso me hizo callar—. No
importa porque en este momento necesitas cada gramo de
determinación para superar tu recuperación. Si prometes
trabajar duro, haré que Ziggy te busque una copia de la
grabación. Lo prometo. ¿Vale?
Sólo pude asentir.
—Ahora hablemos de algo más alegre. Algo que ponga
una sonrisa en esa cara triste.
Asentí, luego miré el vientre de River y cambié a un tema
más alegre.
—No has mencionado tu barriga, así que lo haré.
¿Cuándo nace tu bebé? Con esa barriga, creo que podría
ser pronto.
Ambas se echaron a reír y yo fruncí el ceño y levanté las
manos en una pregunta silenciosa.
River se frotó el vientre con una amplia sonrisa.
—Solo perderé esta barriga en enero y la razón por la que
es tan grande es porque hay dos aquí.
—Mierda—susurré, totalmente asombrada—. Una de las
bailarinas de nuestra compañía quedó embarazada y pensé
que estaba grande, pero déjame decirte que eso no era
nada comparado contigo. Y estoy segura de que el tamaño
de su padre tiene algo que ver con el tamaño de esos bebés
en tu vientre.
—Cuando vimos a la doctora Strauss en nuestra última
visita, ella dijo que eran grandes. Y la madre de Ice me dijo
que fue un bebé muy grande de casi cuatro kilos. ¡Y tuvo
un parto natural! Afortunadamente me van a hacer una
cesárea y no tendré que empujar a estos pequeños. Ni
siquiera voy a fingir que quiero intentar hacer esa mierda.
No soy tan valiente.
DC y yo nos miramos con ojos grandes. Y vi el momento
en que mi amiga se dio cuenta de lo que le esperaba
cuando quedara embarazada del hijo de Hawk. Un horror
absoluto apareció en su rostro y no pude evitarlo, me eché
a reír. Me reí tanto que me deslicé en mi sillón y tuve que
agarrarme de los apoyabrazos para evitar convertirme en
un charco en la terraza. La risa se convirtió en risitas
mientras me arrastraba hacia atrás y me sentaba derecha.
—Oh, virgen santísima, DC, vas a tener bebés enormes,
amiga mía—jadeé entre risas.
—No. Será mejor que sean de tamaño normal o voy a
perder la cabeza y patearé a Hawk en las pelotas—gruñó
ella.
—No, no lo harás, te gusta demasiado lo que hace con
esas grandes bolas suyas—bromeó River.
—Oh Dios, detente, detente. Esa es demasiada
información sobre las pelotas de Hawk—dije riendo.
—Os mataré a las dos si no acabáis con esta mierda. No
voy a tener bebés a corto plazo—gruñó DC.
—Mmm, corrígeme si me equivoco, pero ¿no me dijiste
que tiene cerca de cuarenta años? Creo que tendrás que
hacer de tripas corazón y darle al hombre un hijo antes de
que llegue a la mediana edad, amiga mía—bromeé.
Los ojos de DC se agrandaron y ella jadeó.
—Oh, mierda, eso es lo que le ha estado pasando. Ha
estado insinuando algo, pero no tenía ningún sentido, así
que lo ignoré. Oh, joder, mi hombre quiere bebés. —Su voz
se había vuelto cada vez más suave a medida que hablaba
hasta que terminó en un susurro.
Miré a River y ella se encogió de hombros. Bien, entonces
era hora de dar consejos.
—¿Quieres bebés, DC?—pregunté suavemente y sonreí
cuando ella asintió.
—Está bien, entonces, ¿cuál es el problema? Deja los
anticonceptivos y empezad a hacerlo como conejos. —River
le dio unas palmaditas en la rodilla mientras le daba ese
consejo tan obvio.
DC sacudió la cabeza y la dejó caer sobre sus rodillas.
Ella murmuró algo que ninguno de nosotras entendió.
—Vas a tener que sentarte derecha y hablar con nosotras
porque murmurar contra las rodillas no funciona para
nosotras. Estuviste ahí para mí cuando te necesité y
estuviste ahí para Tori, ahora es nuestro turno de ayudarte.
¿Cuál es el problema? —River le dio una palmada en la
espalda a DC mientras hablaba.
Después de un momento de silencio, DC se sentó y nos
miró, sus ojos oscuros se llenaron de lo que solo podía decir
que eran demonios, muchísimos demonios.
—Hay dos lados muy distintos de mi personalidad y la
mayor parte del tiempo tengo el control de mi lado oscuro.
Pero a veces no y hago cosas que os horrorizarían. ¿Qué
pasa si ese lado mío no quiere el bebé? ¿Qué pasa si le
hago daño a mi propio hijo?
River soltó un resoplido de disgusto y golpeó a DC en el
brazo.
—Eso es una tontería y lo sabes. ¿Alguna vez has sentido
ganas de cortarle el cuello a Hawk porque es un idiota
irritante? No contestes, yo lo haré por ti. La respuesta es
no, no lo has hecho y nunca lo harás. Amas demasiado a
ese gran bastardo.
—Ja, pero ¿qué si me enojo tanto que sólo quiero destruir
algo? Ya ha sucedido antes.
—Deja de decir estupideces. Nunca lastimarás a tu hijo,
ni a tu hombre, DC. Simplemente estás asustada y lo
entiendo completamente. Pero tendrás a Hawk contigo todo
el tiempo. Ese hombre te ama muchísimo y todos sabemos
que cambió completamente su vida por ti. Deja de tener
miedo y da el paso. —Ella sonrió—. Y únete a mí en el tren
de la procreación.
Empecé a reírme de nuevo y tuve que taparme la boca
con ambas manos para amortiguar la risa. DC me miró mal
y luego sonrió.
—¿Qué pensáis, chicas, sobre un bebé sorpresa?
—¡No lo harías!—jadeó River.
Estaba confundida, ¿de qué estaban hablando? No me
quedé confundida por mucho tiempo.
—Creo que es perfecto. —DC se encogió de hombros—.
Dejo de usar anticonceptivos, pero lo mantengo en secreto
y espero poder darle el mejor regalo de Navidad que jamás
haya tenido.
River no estuvo de acuerdo.
—No. Primero necesitas ver a tu ginecóloga y que te
revisen y luego lo haces. No lo hagas como lo hice yo.
DC suspiró.
—Bien. Tengo mi chequeo próximamente. Voy a hacerlo,
maldita sea. Voy a hacerlo. —Respiró hondo, luego exhaló
lentamente y sonrió.
Sacudí la cabeza mientras sonreía.
—La locura primaveral está en el aire y muy pronto la
casa club del Iron Dogz MC se llenará con más niños de los
que esos tipos rudos jamás esperaron ver en su territorio.
Espero estar todavía por aquí para ver cómo eso sucede.
—Por supuesto que estarás aquí—dijo River de inmediato,
pero yo negué con la cabeza.
—No. Mi casa está en Ciudad del Cabo y tan pronto como
mi mierda esté solucionada, Dominick estará aquí para
llevarme a casa. Quiero empezar mi escuela de baile y
establecerme. Y tal vez algún día pueda mirar a un hombre
y decir 'ahí está, es el indicado'.
—Oh, cariño—dijo River suavemente y tomó mi mano
entre las suyas—. Sé que ahora mismo extrañas muchísimo
a Ilya. Créeme, lo sé. Pero lo que también sé es que te
sucederá cuando menos lo esperes. El hombre indicado
entrará en tu vida y sabrás que es él.
Casi les hablé de Beast, pero cuando abrí la boca, Ice
salió a la terraza, entonces cerré la boca y no dije nada.
Quizás si lo hubiera hecho habrían estado más
preparadas. Pero no lo hice y ellas no lo estaban.
La mejor parte de la visita fue charlar con dos mujeres
que admiraba y pasear por el increíble jardín que rodeaba
la casa. River me mostró el camino escondido hacia la
piscina y todas suspiramos mientras nos mojábamos los
dedos en el agua. Perfecto para nadar por la tarde, pero no
iba a suceder porque Kid estaba de regreso y nos ahuyentó
hacia la casa. Tenía que volver antes de que la casa club
estuviera demasiado llena y aumentaran las posibilidades
de que me vieran.
Después de prometer que volveríamos a hacer esto
pronto, DC y yo nos metimos de nuevo en la camioneta y
nos llevaron de regreso a la casa club. Nadie me vio.
Estaba de regreso en mi habitación y después de sentir la
libertad de sentarme afuera con el viento en el cabello y el
sol en la cara, mi habitación se sentía aún más pequeña
que antes.
Quería que terminaran las amenazas. Quería que mi vida
estuviera libre de amenazas, sangre y muerte.
Quería tantas cosas que no podía tener. Al menos no en
este momento.
Extrañaba a Ilya. Extrañaba su enfoque pragmático de la
vida y de los problemas. Él habría sabido cómo desactivar
la situación en la que estaba atrapada. Bueno, pensándolo
bien, tal vez no. Tratar con jefes criminales no era algo en
lo que tuviera experiencia.
Con un suspiro me tumbé en la cama y cerré los ojos. Tal
vez si durmiera el tiempo mágicamente se aceleraría y
cuando despertara todos mis problemas habrían sido
resueltos.
Ja.

Hawk
Hawk sonrió cuando su dama entró a su oficina, pero su
sonrisa se convirtió en un ceño fruncido cuando vio la
expresión de su rostro.
—¿Qué pasa, pajarito? ¿No disfrutaste tu visita con River
y la pequeña pelirroja?
Ella caminó alrededor del escritorio y se dejó caer en su
regazo, apoyando su cabeza contra su pecho y abrazándolo.
Curvando su mano alrededor de la parte posterior de su
cabeza, la sostuvo contra él mientras ella hablaba en voz
baja.
—Disfruté la visita, fue divertida. Simplemente no me di
cuenta de lo destrozada que todavía está Tori. River es
fanática del ballet. ¿Y cómo no lo sabía? No importa, ella es
fanática del ballet y empezó a hablar de haber visto un
vídeo de Tori e Ilya bailando y lo increíble que era. Y Tori se
vino abajo, trató de ocultar lo rota que estaba, pero lo vi. Al
parecer el video fue grabado la última vez que bailaron
juntos y ella nunca lo había visto. Necesito encontrar ese
video y verlo con ella. Todavía no ha superado la muerte de
Ilya. No es que esperara que lo hubiera hecho, sólo pensé
que a estas alturas habría sido un poco más fácil para ella
escuchar su nombre o hablar de bailar con él.
Hawk besó la parte superior de su cabeza. Su pajarito
tenía un corazón tierno cuando se trataba de sus seres
queridos.
—Algunas personas tardan mucho en aceptar y superar la
muerte de un ser querido. ¿Han pasado cuántos? Dos años
desde que murió, ¿verdad? Tal vez ella no esté lista para
dejarlo ir. Recuerda, fue necesario que River conociera a
Ice para que finalmente soltara a Sparrow. No me
malinterpretes, cariño, sé que ella siempre lo amará, pero
creo que se dio cuenta de que hay suficiente espacio en su
corazón para amar a Ice también. Creo que así es como
algunos de nosotros fuimos creados. Aunque yo no. Si
alguna vez te perdiera, nunca habrá nadie más para mí. Tú
lo eres para mí, pajarito.
Su dama se puso rígida en sus brazos, luego echó la
cabeza hacia atrás y sonrió. Era una sonrisa que le
encantaba porque iluminaba su rostro y sus ojos oscuros.
—Tú también lo eres todo para mí. Si alguna vez te
perdiera, no habría nadie más y borraría de la faz de la
tierra a los bastardos que lo hicieron y a todos los que
están relacionados con ellos. Así que tienes que seguir con
vida, mi vikingo, o de lo contrario la sangre fluirá como ríos
por ahí.
Hawk se estremeció de risa. Joder, amaba a este pajarito
suyo sediento de sangre.
—Entonces, además de la pequeña pelirroja viniéndose
abajo, ¿qué más sucedió en el resto de la visita?
Hubo un momento de silencio antes de que ella
respondiera.
—No mucho. River le explicó sobre los bebés y lo grandes
que eran y Tori se burló un poco de ella. Caminamos por el
jardín y nos sentamos junto a la piscina disfrutando del sol.
Estaba tan emocionada de estar afuera que me sentí
culpable por no haberlo arreglado antes. Se vuelve loca
encerrada en su habitación todo el tiempo. ¿Crees que, una
vez que tenga el estudio listo, sería seguro para ella hacer
ejercicio y tal vez bailar allí?
Sabía desde el momento en que su mujer empezó a
hablar de tener un estudio que ese era su plan. Estaba
preocupada porque Tori regresara a Ciudad del Cabo y
desafortunadamente él tenía que estar de acuerdo con ella.
Winifred Maingarde nunca iba a dejar pasar esto. Al igual
que ella nunca dejaría ir su odio hacia Freeze, los Road
Warriors y los Iron Dogz. Estaba decidida a acabar con
todos ellos y haría lo mismo con Tori. Su dama tenía razón,
la pelirroja estaría más segura quedándose aquí donde
pudieran vigilarla.
—Tendremos que esperar y ver, cariño. Dom está
trabajando en el problema, pero no está ni cerca de
solucionarlo. Su casa está siendo vigilada y estoy seguro de
que, si su familia todavía viviera en Sudáfrica, habrían sido
atacados para sacarla de su escondite. Gracias a Dios,
viven en Estados Unidos y están fuera de su alcance.
Maingarde Organisation tiene un largo alcance, pero no
tiene un punto de apoyo seguro en los EE. UU. y no se
atrevería a pelear con las organizaciones que sí lo tienen.
Me comuniqué con algunas personas y su familia está a
salvo.
DC se enderezó de golpe y se giró para mirarlo a la cara.
Oh, mierda, nunca debería haberle contado sobre eso.
—¿A quién contactaste? A quien hayas contactado no
hará nada gratis. ¿Qué quería de nosotros?
Tan jodidamente inteligente, su pajarito.
—Querían un favor del Iron Dogz MC y se los concedí,
pero con ciertas condiciones muy específicas. No pondré en
peligro a mi club ni a mis hermanos haciendo estupideces
para un club al que le importamos una mierda.
Respetaremos el favor, pero sólo si está dentro de nuestras
condiciones. Estuvieron de acuerdo, así que creo que
necesitan que se haga algo aquí abajo que no pueden hacer
ellos mismos. Estoy seguro de que pronto descubriremos
qué es.
DC suspiró y se relajó contra su pecho.
—Está bien, puedo vivir con eso si tú puedes.
Hawk sonrió.
—No creas que no sé qué estás evitando hablarme sobre
algo de lo que tus amigas y tú hablaron, cariño. No te
presionaré, me lo dirás cuando estés lista.
Su dama se hundió en sus brazos con un enorme gemido.
—Eres demasiado inteligente para tu propio bien. ¿Lo
sabías?—se quejó ella—. De acuerdo, hablamos de algunas
cosas femeninas que no quiero discutir contigo. Al menos
no hoy.
Ella se giró y se sentó a horcajadas sobre él en su sillón y
Hawk sonrió. Oh, sí, podría aceptar totalmente esto. La
sonrisa desapareció cuando frotó su coño sobre su polla
dura como una roca.
—Amor, si no quieres que te folle ahora mismo, será
mejor que quites ese coñito caliente de mi polla.
—¿Por qué haría una estupidez como esa? A este coñito
caliente le encanta tu polla dura, mierda, incluso la ama
cuando está toda suave y relajada. No le digas que te lo
dije, se enojará conmigo—susurró ella con una pequeña
sonrisa.
Hawk empujó su sillón hacia atrás y la levantó hasta que
ella quedó con los pies a cada lado de sus muslos. DC sabía
lo que vendría después y ya estaba desabrochando los
botones de sus vaqueros y bajándolos mientras él le
desataba las botas. No les tomó mucho tiempo quitarle las
botas y los vaqueros, desabotonar los suyos y bajarlos
alrededor de sus muslos. Antes de tirarla hacia abajo sobre
su polla, donde la deseaba desesperadamente, se inclinó
hacia adelante y lamió su raja, atrajo su clítoris a su boca y
chupó. Su pajarito gimió y empujó su coño contra su cara,
Hawk sonrió. A él le encantaba lo receptiva que era.
Dándole una última lamida, se recostó y la miró.
Él la atrajo hacia abajo muy, muy lentamente, mirándola a
los ojos mientras ella se agachaba e inclinaba su polla hacia
su entrada húmeda y resbaladiza. Ambos gimieron cuando
ella se hundió sobre su rígida verga.
—Mierda, cariño, te sientes tan jodidamente bien. Puedo
sentirte apretándote a mi alrededor, sosteniéndome dentro
de ti. No voy a durar. Juega con ese pequeño y caliente
clítoris tuyo, hazte correr—gruñó él mientras apretaba las
manos sobre sus caderas y comenzaba a subirla y bajarla
sobre su polla. No pasó mucho tiempo antes de que ambos
estuvieran totalmente fuera de control. Su mujer lo estaba
follando con fuerza y él la empujaba hacia abajo para llegar
lo más profundo que pudiera dentro de ella. Nunca sentía
que llegaba lo suficientemente profundo. Quería vivir
dentro de ese pequeño coño. Quería plantar a sus bebés
dentro de esta mujer y era un sentimiento que lo habría
asustado muchísimo hace unos años. Pero ya no era así.
Sujetándola hacia abajo, con su polla profundamente
dentro de ella, se encontró con sus oscuros ojos llenos de
pasión y se lo dijo, lo único que realmente quería.
—Quiero poner a mi bebé dentro de ti, pajarito. Quiero
que lo pienses. No necesito una respuesta ahora, sólo
piénsalo. Te amo, cariño, muchísimo. A veces siento que, si
no te veo, te toco o simplemente hablo contigo, me volveré
jodidamente loco. Te juro que nunca te dejaré, ni te joderé.
Eres todo para mí, cariño. Solo piensa en tener mi bebé,
¿de acuerdo?
Una sonrisa floreció en el hermoso rostro de su mujer,
haciéndola aún más hermosa.
—Fóllame, mi vikingo—susurró ella.
Y él se lo concedió. La folló mientras seguían mirándose a
los ojos y cuando se corrieron sintió como si hubiera dejado
parte de sí mismo dentro de ella.
Si su dama no hubiera estado tomando anticonceptivos,
habría jurado que acababa de dejarla embarazada. Mierda.
No podía esperar a que fuera verdad. Mientras ella yacía
temblando contra su pecho y su coño contrayéndose
alrededor de su polla que se ablandaba lentamente, él le
acarició el culo y debajo de la camiseta con las manos.
—Vamos a necesitar esos pañuelos en el momento en que
te salgas, grandullón. —Ella jugueteó contra su cuello,
besándolo antes de inclinarse hacia atrás y mirarlo a los
ojos.
—Hice una cita para ver a mi ginecóloga la próxima
semana. Me voy a hacer un chequeo y voy a dejar de usar
anticonceptivos. —Él se quedó atónito y en silencio—. Será
mejor que te prepares para follarme mañana, mediodía y
noche, Hawk Walker porque quiero que nuestro hijo sea
amigo de los hijos de River.
Dios. Mierda. Se quedó sin palabras, sólo pudo asentir y
entonces se dio cuenta. Iban a intentar tener un bebé. Un
maldito bebé. No había manera de que hubiera podido
detener la sonrisa de alegría que iluminaba su rostro. De
ninguna manera.
—Gracias, cariño. Te jodidamente amo—susurró antes de
sellar sus labios sobre los de ella y besar a su dama.
El beso fue suave y profundo y su polla semi blanda se
endureció dentro de su mujer.
La segunda ronda fue igual de profunda pero lenta e
intensa.
Reverberó a través de él. Iban a intentar tener un bebé.
Iba a tener un hijo o una hija con la mujer que era todo su
mundo.
Un poco de oscuridad se deslizó en su felicidad. Años
atrás había perdido un hijo, pero esta vez sabía que no
volvería a suceder. Porque esta vez estaría ahí a cada paso
del camino, a diferencia de la última vez. Sacudiendo sus
oscuros pensamientos, se concentró en la mujer en su
regazo.
El maldito amor de su vida. Y ella le iba a dar un hijo.
Feliz era una palabra demasiado pequeña para lo que
sentía mientras la sostenía en sus brazos.
Eso era mucho más.
Capítulo 12
Beast
Beast dio un paso atrás y admiró el trabajo que acababa
de terminar. Esta mañana había dejado a sus hijas con
Genna en casa de Bulldog antes de venir a instalar la barra
de ballet. Había trabajado en ello en su taller detrás de los
garajes durante el fin de semana y dado los toques finales
ayer. DC quería que estuviera lista para el lunes, pero con
toda la mierda que tuvo que manejar para el club y pasar
tiempo con sus hijas tuvo que posponerlo hasta hoy.
Asintió con la cabeza hacia el prospecto que esperaba
con la aspiradora de mano para limpiar el polvo y los
pedazos dejados por la instalación. Ambos caminaban en
calcetines porque Beast no quería rayar el suelo antes de
que DC lo hubiera usado.
—¿Jefe? —La voz de Will estaba llena de preguntas. Beast
levantó las cejas y esperó a escuchar cuáles eran.
—¿Por qué DC necesita un estudio de ballet para hacer
ejercicio? Ella hace ejercicio en el gimnasio, entonces ¿por
qué necesita este lugar? Simplemente no entiendo.
Beast negó con la cabeza.
—Ella es una mujer, prospecto. Casi nunca tienen sentido
para nosotros los hombres.
El prospecto asintió con la cabeza como si entendiera.
—Empaca mi mierda y devuélvela a mi taller. Tengo que
ir a la iglesia.
Beast no esperó una respuesta, simplemente caminó
hacia las lujosas puertas que DC había instalado, se puso
las botas que esperaban fuera y salió. Se detuvo en los
escalones que conducían a la terraza en frente de la casa
club para atarse los cordones. Acababa de terminar cuando
Ice entró en el complejo y aparcó su moto junto a la de
Hawk. Como los prospectos estaban lavando las motos, Ice
les arrojó sus llaves para cuando necesitaran trasladar la
de él al área de lavado. Había un desagüe en el suelo de
cemento que estaba conectado a un tanque desde donde
regaban el césped alrededor del recinto. Jagger se había
asegurado de que todos supieran que debían utilizar
únicamente productos ecológicos. Costaba bastante dinero,
pero a juzgar por el césped verde que rodea la casa club,
había valido la pena.
La propiedad del Iron Dogz MC estaba fuera del sistema
de alcantarillado del ayuntamiento, por lo que tenían
tanques sépticos y sistemas de aguas grises (NdelT: aguas
sin materia fecal) en cada una de las propiedades. Todo
trabajo de Jagger. Había comenzado su campaña para ser
ecológicos durante el reinado de Bounty como presidente y
aún no había terminado. Tenía planes de hacerlos
completamente autosuficientes y Beast estaba de acuerdo
con todos sus planes.
Serían intocables si se desconectaran totalmente de la
red. Era más seguro para ellos y sus familias.
—Buenos días, hermano. ¿Cómo están tus hijas? —
preguntó Ice mientras se acercaba a él.
—Cada día mejor, hombre. Están hablando y riendo más.
Lo único que todavía les molesta son esas malditas
pesadillas. Gracias a la mierda, ya no suceden con tanta
frecuencia como antes—gruñó Beast mientras entraban.
—Es bueno escuchar eso, hombre—murmuró Ice y luego
miró de reojo a Beast cuando vio a Chris mirándolos—. ¿Vas
a arreglar esa mierda?
Joder
—Pensé que lo había hecho. Le dejé en claro que había
terminado y no lo hice con ninguna delicadeza. No sé qué
más puedo hacer para que ella retroceda. Estaba tan harto
de esta mierda.
Ice asintió.
—No te preocupes, hermano. Hablaré con ella y se lo
aclararé.
Beast asintió y pasó junto a la barra sin mirar a Chris. Iba
a evitar la maldita sala común en el futuro previsible. Ya ha
tenido suficientes zorras para toda su puta vida.
Hundiéndose en su silla junto a Kid, asintió con la cabeza
a sus hermanos alrededor de la mesa y se reclinó en el
asiento. Luego miró a Hawk y su espalda se volvió de
acero. Algo estaba pasando. Miró a Ice, pero vio que
miraba a su presidente de la misma manera.
Wolf cerró la puerta con llave y Hawk esperó hasta que se
sentara en su silla contra la pared antes de abrir la
reunión.
Su presidente miró alrededor de la habitación a todos los
hermanos y asintió como si hubiera tomado una decisión.
—Desde hace algunas semanas mantenemos a alguien a
salvo para Dominick Maingarde. Me llamó antes de la
iglesia para advertirme que la amenaza contra ella había
aumentado. Y es porque la amenaza ha aumentado que
decidí involucraros a todos. Necesitamos que cada uno de
vosotros esté atento y mantenga los ojos abiertos.
Hawk golpeó la mesa y todos supieron que no debían
decir una palabra.
—Ha sobrevivido a dos atentados contra su vida por parte
de Maingarde Organisation. La primera vez la golpearon
hasta dejarla a un centímetro de la muerte antes de que
escapara y llegara a Dom. La llevó a una de sus casas
seguras sin saber que tenía una rata. La casa fue atacada y
perdió a dos de sus soldados y cuatro resultaron
gravemente heridos. Estaban buscándola cuando Dom y su
equipo llegaron y los mataron.
Miró alrededor de la mesa y de la habitación.
—La trajo aquí porque era el único lugar donde sabía que
estaría segura. Le ha llevado semanas recuperarse de la
paliza y todavía está viendo a un especialista por las
lesiones en su pierna.
De nuevo miró alrededor de la habitación.
—Ella es la razón por la que DC construyó el estudio. Y
ella es la razón por la que ahora le debemos un favor al
Devil's Spawn MC en los EE. UU. Están vigilando a su
familia allí.
—¿Qué carajo, presidente?—estalló Bulldog—. No puedes
hacer esa mierda sin preguntarnos a todos si estamos de
acuerdo con deberle un favor a un MC tan jodidamente
peligroso.
Hawk levantó las manos y los ruidos disminuyeron.
—Es un favor con condiciones muy específicas, Bulldog, y
lo aceptaron. Tengo la sensación de que nos necesitan para
algo y es algo que no pueden hacer ellos mismos. No me
preocupa en absoluto. Lo que me preocupa es la seguridad
de Tori.
El nombre lo golpeó como un cuchillo caliente
deslizándose en su estómago. No podría ser ella. Estaba en
Estados Unidos, bailando con el cabrón con el que había
estado a punto de casarse unos años atrás. Respiró por la
nariz, inhalando y exhalando, inhalando y exhalando, para
calmar su corazón acelerado.
—Ese es un nombre extraño—dijo Dizzy desde donde
estaba sentado contra la pared.
—Es un apodo. —Kid fue quien respondió y Beast recordó
que él había sido quien la había llevado a su habitación
cuando llegó. Parece que su hermano se había convertido
en algo más de la perra.
—Entonces, ¿quién es ella?—preguntó Boots en voz baja.
Hawk permaneció en silencio durante un largo rato antes
de hablar.
—Todo lo que oigáis en esta maldita habitación se queda
en esta habitación. No habláis con nadie sobre lo que estáis
a punto de escuchar. Si descubro que uno de vosotros
habló, me lo cobraré muy caro. Esta mujer está en grave
peligro y le prometimos a Dominick Maingarde que la
mantendríamos a salvo. Sus mejores amigas son Pixie
Maingarde y mi dama. Y todos sabemos lo que pasará si
enojáis a mi dama.
Hubo asentimientos en toda la habitación y Hawk miró
extrañamente a Kid antes de continuar. Al mirar a su
hermano sentado a su lado, vio que tenía los dientes
apretados y los músculos de la mandíbula contrayéndose
furiosamente. Su hermano no estaba contento con esto.
Para nada.
—Su nombre es Victoria Keating.
El nombre sonó como una campana en su cabeza y sintió
como si una puta bomba hubiera explotado en su pecho.
Beast se levantó. Su silla salió volando mientras se
inclinaba sobre la mesa hacia su presidente.
—¿Qué carajo? Se supone que debería estar en Estados
Unidos con ese cabrón ruso. ¿Por qué ha vuelto? ¿Por qué
coño está aquí?
Beast no podía detener las palabras, aunque quisiera, y
no quería. Antes de que alguien pudiera responder o
detenerlo, ya estaba en la puerta, abriendo el cerrojo y
saliendo. Corrió por el pasillo y subió las escaleras, con
una rabia como nunca antes había sentido hirviendo en su
sangre. La razón se había ido cuando la ira se apoderó de
él, todo lo que sabía era que tenía que llegar hasta ella.
Nada ni nadie iba a impedirle llegar hasta la perra. Él
finalmente estaba a punto de tener algo de paz y tiene que
venir y arruinarlo todo. Ella estaba destruyendo su
tranquilidad y él iba a destruirla a ella.
Abrió de golpe la puerta de la habitación de invitados y
en algún lugar del fondo de su mente se sintió orgulloso del
prospecto. Sacó su arma y apuntó al pecho de Beast.
Aunque no debería haberla dejado caer. Debería haberla
mantenido apuntada hacia él hasta que estuviera seguro de
que su protegida no estaba siendo amenazada.
Y fue entonces cuando la vio y todo cambió.
Malditamente cambió. La ira ciega retrocedió hasta
convertirse en un débil hervor en su sangre. Ahora sólo
estaba enojado. Salió del baño con un diminuto par de
pantalones cortos elastizados y una camiseta sin mangas
ceñida. Y estaba cojeando. Dios. Tenía cicatrices en la
pierna. Malditas cicatrices. Alguien había roto a su
pequeña mariquita pelirroja.
Su cabello rojo estaba recogido en uno de esos moños en
la parte posterior de su cabeza que él recordaba que usaba
cuando ensayaba o hacía ejercicio. Había ganado algo de
peso, pero en todos los lugares correctos. Sus tetas eran un
poco más grandes, aunque nunca había tenido más que un
pequeño puñado, y su trasero estaba más redondeado. Sus
ojos la devoraron mientras caminaba hacia ella. Sus
grandes ojos verdes brillaron hacia él, pero los ignoró. Lo
ignoró todo porque todavía estaba jodidamente enojado. Se
detuvo justo frente a ella, se inclinó y le gruñó en la cara.
—¿Qué te dije la última vez que te vi? ¿Te acuerdas?
Ella se encogió de hombros, se encogió de hombros ante
él. La pequeña mierda.
—Te advertí lo que pasaría si te volvía a ver. Te lo advertí.
Ella resopló y luego casi rompió su jodido corazón negro
e irrompible.
—No estoy preocupada. He estado allí, ya pasé por ello y
tengo la espalda y la pierna jodida para demostrarlo.
Dios. Mierda. Mierda. Pero no podía dejar pasar esto.
Tenía que obligarla a irse. Tenía que irse porque si no lo
hacía él iba a hacer algo que a ella no le gustaría. Para
nada.
—Vuelve a tu maldito ruso y deja que ese bastardo te
mantenga a salvo, perra. No arrastres mi club a tu mierda.
Sus ojos brillaron y Beast casi retrocedió. Casi.
—Volvería con él en un puto santiamén si todavía
estuviera vivo, maldito imbécil. No soy ninguna perra, las
únicas perras por aquí son las que merodean tu bar y
montan tu diminuta polla. Y no metí tu estúpido club en
nada. Dominick lo hizo.
Lo único que oyó fue que el ruso estaba muerto. Ella no
estaba casada. Eso cambiaba todo. Jodidamente todo.
—¿Él está muerto? ¿Cuándo? ¿Cómo murió?
Ella tragó antes de soltar su respuesta.
—No es asunto tuyo, pero si eso logra que te vayas, te lo
diré. Hace dos años un camión chocó contra nuestro
autobús turístico. Él murió.
Beast sabía que había más que eso, pero por ahora era
suficiente.
—No deberías haber regresado, Tori—susurró mientras
avanzaba hacia ella, obligándola a retroceder hasta
apoyarse contra la pared. Sus pequeñas manos de repente
estuvieron en sus pectorales tratando de alejarlo, su cabeza
se inclinó completamente hacia atrás mientras lo miraba
enojada, y Beast le dirigió una mirada malvada.
—Cuando hago una amenaza, cariño, hablo en serio.
Pusiste un pie en la propiedad del Iron Dogz MC después
de que te advertí que no lo hicieras. Significa que ahora me
perteneces. Eres mía.
Ella soltó un pequeño resoplido y Beast casi sonrió, pero
se contuvo. Era tan jodidamente linda cuando estaba
enojada. Y tan jodidamente valiente.
—En tus sueños, maldito bastardo neandertal. No te
pertenezco, recuerda, me echaste.
Beast sintió a sus hermanos llenar la habitación detrás de
él pero los ignoró y se concentró en su mujer. Porque eso
era. Su mujer. Su dama, desde que tenía dieciséis años. Ella
siempre había sido suya y ahora la tenía justo donde
siempre la había querido. En su territorio y pronto en su
casa y en su cama. Donde debería haber estado todos estos
años.
Mientras levantaba la mano, su presidente se acercó a él.
—¿Qué carajo estás haciendo, Beast?
Beast miró a Hawk y frunció el ceño.
—Hablando con mi dama, Prez. ¿Queréis iros y darnos
algo de espacio para arreglar esta mierda?
Hubo un silencio de asombro y escuchó a Wolf preguntar:
—¿Su dama? ¿Qué carajo?
—No voy a ir a ninguna parte—gruñó Kid desde el otro
lado—. Y ella no es tu puta dama, Beast. La he reclamado
como mi familia, si la tocas, te derribaré.
Beast suspiró y negó con la cabeza.
—No voy a hacerle daño, Kid. Ya ha sido herida bastante.
Tenemos algunas cosas que discutir y no lo haremos con
todos vosotros en la habitación, cabrones. Necesitáis iros.
Kid estaba a punto de decir algo, pero su presidente llegó
primero.
—Te daré cinco minutos y luego estaré de vuelta en esta
maldita habitación y será mejor que tengas una buena
explicación para esta mierda. Si nos necesitas, da un grito,
pelirroja.
Beast esperó con los brazos cruzados sobre el pecho
mientras sus hermanos salían de la habitación, con los ojos
enfocados en la pequeña pelirroja cuyos ojos verdes
brillaban de rabia. La puerta se cerró detrás de los últimos
en salir y finalmente estuvieron solos en la habitación.
Ella saltó antes de que él pudiera decir una palabra.
—Sé que se supone que no debo estar aquí. Sé que no
querías volver a verme nunca más, pero venir aquí no fue
mi elección. Dominick me trajo y sólo me di cuenta de
dónde estábamos cuando vi el nombre de tu club en la
puerta principal—escupió ella enojada.
Luego suspiró y ante sus ojos pareció encogerse.
—Sé que me odias y quieres que me vaya, pero no tengo
ningún otro lugar a donde ir que sea seguro.
Ya había oído suficiente. Acercándose, la levantó y odió
su pequeño jadeo asustado. Hundiéndose en la cama, la
colocó en su regazo. Mierda, había olvidado lo jodidamente
pequeña que era. Ella luchó por bajarse, pero él
rápidamente la dominó.
—Quédate quieta, no querrás que mi polla se ponga más
dura de lo que ya está. —Beast ocultó su sonrisa cuando
ella se congeló y se sentó rígidamente en su regazo,
tratando de mantener ese pequeño culo alejado de su polla.
Sumergiendo su rostro en el de ella, habló en voz baja.
—Ahora. Cuéntame cómo llegaste aquí y, cariño, no dejes
nada afuera.
Él sabía que ella no quería decírselo, pero la apretó y ella
soltó un gruñido enojado, pero comenzó a hablar.
Cuanto más escuchaba, más se enojaba y cuando
terminó, Beast estaba listo para explotar. Su chica había
pasado por el infierno y había regresado. Nunca se lo diría,
pero no lamentaba que el ruso hubiera muerto. Su muerte
la trajo a Sudáfrica y de regreso a su vida.
Una cosa que sabía con seguridad era que la muerte
acecharía a la puta Maingarde Organisation a partir de ese
día. Iba a ser la puta Parca de sus almas jodidas. Intentaron
matar lo que le pertenecía y él nunca perdonaría ni
olvidaría. No hasta que los enterrara a todos
profundamente.
Levantándole la barbilla con el pulgar, miró sus ojos
llenos de lágrimas y su corazón se apretó en el pecho.
Estaba cerca de ella, así, que podía ver la leve decoloración
que aún estaba allí debajo de su piel y eso avivó el fuego
que ya ardía en sus venas. Tomando su rostro entre sus
manos, suavemente secó las lágrimas con sus pulgares,
pero siguieron saliendo y corriendo por sus mejillas.
—Ah, cariño, tienes que dejar de llorar. No puedo
soportarlo cuando lloras.
Eso la hizo sorber la nariz y secarse las lágrimas con
enojo.
—Mentira. Me amenazaste y te quedaste ahí mirándome
como si fuera un pedazo de mierda mientras lloraba por ti.
Nunca más volveré a llorar por ti. Me echaste. Así que no
puedes entrar aquí y decirles a todos que te pertenezco
porque no te pertenezco. No te pertenezco. Lo que sea que
teníamos hace años, está terminado, muy, muy terminado.
Beast se rio suavemente, le pasó una mano por la
espalda, la atrajo hacia su pecho y la abrazó.
—Tú y yo, cariño, nunca terminaremos. Te reclamé
cuando tenías dieciséis años. Eres mía y nunca más te
dejaré ir.
Ella sacudió la cabeza con enojo.
—No lo soy. Tienes una vida aquí de la que no soy parte y
tienes hijas. Dios. Tienes hijas—terminó con un susurro y el
corazón de Beast dolió por el dolor en su voz.
La recordaba recostada en sus brazos sobre una manta
en la playa mientras hablaba de tener hijos con él. Él la
había hecho callar y le había dicho fríamente que nunca le
daría hijos porque no quería ninguno. Y ahora había tenido
hijas con otra persona. No importa cómo había sucedido, le
dolía. Si hubiera sido al revés, habría estado jodidamente
fuera de sí de rabia, y todo lo que su mariquita sentía era
dolor. Dios, la había lastimado tanto intentando hacer lo
correcto.
Tenía que decirle la verdad, hacerle entender por qué
hizo lo que hizo. Así que intentó explicarlo.
—Tuve que hacer que te fueras, cariño. Las cosas estaban
jodidas en Ciudad del Cabo y había amenazas contra las
mujeres del club. Sabía que era sólo cuestión de tiempo
antes de que alguien se enterara de nosotros, incluso con lo
cuidadoso que había sido para mantenerte alejada del club.
Por eso terminé contigo. Sabía de la invitación a bailar en
Londres, pero tenía miedo de que volvieras. Tenía que
asegurarme de que no lo hicieras.
Ella asintió levemente y se alejó de él, pero él no quería
que lo hiciera, quería mantenerla apretada contra su
pecho. Le dio algo de espacio, no el suficiente para que se
bajara de su regazo, pero sí para poner un poco de
distancia entre ellos. Y lo que ella dijo a continuación le
dolió tanto que no estaba seguro de cómo sobrevivió.
—Me rompiste. Estuve destrozada durante mucho tiempo
y lo único que tenía era mi baile. Trabajé, trabajé y trabajé
y entonces conocí a Ilya. Era tan diferente a ti. Todos me
advirtieron que él sólo buscaba una cosa, pero a mí no me
importó. Quería bailar con él porque no sólo era el mejor,
sino que parecía volar cuando bailaba. Desde nuestro
primer ensayo hicimos clic y cuando me invitó a tomar un
café con él fui. Era todo un caballero. Me preguntó por qué
estaba tan triste. Él fue la primera persona a la que le
hablé de ti. Él lo sabía todo y me ayudó a recomponer mi
corazón roto.
Se tomó un pequeño respiro mientras se tragaba las
lágrimas y Beast contuvo el impulso de empezar a maldecir.
Otro hombre había arreglado a su mariquita después de
que él la había roto. Debería estar agradecido por ello, pero
no lo estaba. Estaba demasiado celoso de un hombre
muerto.
—Han pasado casi dos años y todavía lo extraño mucho.
Algo sucede y quiero levantar el teléfono y llamarlo solo
para darme cuenta de que ya no está aquí.
Mierda. Beast no tenía idea de lo que se suponía que
debía decir. Estaba celoso, pero al mismo tiempo sentía su
dolor como si fuera suyo. Su mariquita había pasado por
una jodida mierda desgarradora.
—¿Cómo no vas a extrañarlo, mariquita? Él curó tu
corazón roto y te amó. —Le mató decir las palabras, pero lo
hizo. Las dijo y ella se quedó inmóvil, luego lentamente giró
la cabeza, lo miró y cambió de tema.
—He oído que tienes dos hijas con tu ex esposa.
Eso fue todo lo que dijo, pero Beast lo escuchó en su voz.
Eso la enojaba, pero también estaba herida.
—Ambos tuvimos vidas después de separarnos, mariquita.
—Él se encogió de hombros—. Es lo que es. Amo a mis hijas
y ellas significan muchísimo para mí. Me arrepiento de
haberme casado con esa perra, pero no de mis hijas, nunca
de mis hijas.
Él observó cómo ella se estremecía y hacía una mueca.
—No sé qué quieres de mí, Beast. No estoy en un buen
momento ahora mismo. Necesito labrarme una nueva vida
ahora que ya no puedo bailar. No estaré aquí mucho
tiempo. Tengo que regresar a Ciudad del Cabo para
empezar mi escuela de ballet. Quiero enseñar a otros lo
que aprendí y quiero bailar tanto como pueda.
De ninguna manera la dejaría ir. Ella estaba en su
territorio ahora y no se iría.
—¿Por qué no puedes hacerlo aquí? Hay niños aquí que
quieren aprender a bailar.
Ella sacudió la cabeza y frunció el ceño, pero evitó sus
ojos.
—Hay niños en todas partes que quieren aprender a
bailar. Quiero iniciar una escuela para niños desfavorecidos
en la ciudad donde me dieron la oportunidad. Hay tantos
niños perdidos en Cape Flats que necesitan algo que los
aleje de su sufrimiento diario. Se los voy a dar. Los voy a
poner a bailar.
En ese momento supo que tenía una pelea entre manos.
La niña ingenua que había expulsado de su vida se había
convertido en una mujer con una columna vertebral de
acero. Una mujer a la que tendría que volver a conocer
porque ya no la conocía y ella tampoco lo conocía a él.
Ambos habían cambiado mucho a lo largo de los años.
Cambios provocados por las vidas que habían vivido y las
circunstancias que rodearon esas vidas.
No había sido un buen hombre cuando la conoció y aún
no se había sumergido por completo en la oscuridad en la
que vivía ahora. Era el ejecutor de su club, mataba sin
pensarlo dos veces. No hace mucho había estado junto a
Crow y había estado a punto de torturar a una mujer que
casi había matado a la mujer de su hermano. Y no había
sentido nada, absolutamente nada. Su corazón se había
marchitado y se había vuelto negro después de perder a su
Mariquita. Sus hijas trajeron algo de luz a la oscuridad,
pero no la suficiente para disipar la oscuridad constante en
la que vivía.
Ahora aquí estaba ella, sentada en su regazo y diciéndole
que la iba a perder otra vez.
No está pasando. No esta vez. Nunca más.
Él no la dejaría ir, no importa cuántas veces ella lo
intentara, siempre la traería de regreso al lugar al que
pertenecía. Aquí mismo en sus brazos.
—Podemos buscarte algunos lugares aquí. No te perderé
de vista, cariño. La maldita perra Maingarde quiere tu
sangre y no recibirá ni una sola gota. Jamás. Serás
jodidamente vulnerable en Ciudad del Cabo porque Dom no
podrá protegerte de ella. Lo intentó y fracasó.
Su columna se puso rígida y su cabeza giró para poder
mirarlo. A Beast le costó mucho no sonreír ante las furiosas
llamas que prácticamente salían de sus ojos verdes.
—No intentes arreglar mi vida para adaptarla a tu
estúpida agenda. Me he estado cuidando durante años y no
voy a parar ahora. Planeé la escuela para Ciudad del Cabo
y ahí es donde estará. Y ella superará su resentimiento y
volverá a ignorarme. No fui a la policía ni hice nada
estúpido por el estilo.
Beast se acercó y susurró.
—No, hiciste algo peor, le dijiste a Dominick.
Eso la hizo callar de inmediato y Beast vio la
preocupación en su rostro mientras digería sus palabras.
—Ella no está segura de la lealtad de Dominick, ¿verdad?
Y trató de esconderme de ella como un favor para Pixie. Oh
mierda, ¿está en peligro? Si esa perra vieja lo toca, a Pixie
le dará un puto ataque y será culpa mía. Debería haberla
escuchado. Ella me advirtió que no le pidiera ayuda a
Dominick con la escuela de ballet, pero no la escuché. Fui
tan estúpida. Le dije que la vieja perra no podía ser tan
mala. Estaba tremendamente equivocada al respecto. —
Ella suspiró y dejó caer los hombros.
—Sí, lo fuiste—estuvo de acuerdo Beast—. Pero es porque
no has vivido en este país durante años y no sabías cómo
habían cambiado las cosas desde que te fuiste.
Beast tomó su rostro y giró su cabeza hacia él,
levantándola ligeramente hasta que lo miró a los ojos.
—Estás a salvo aquí con nosotros, cariño. Dale al club la
oportunidad de solucionar este problema por ti. Y danos a
los dos la oportunidad de conocernos de nuevo.
Esperó su respuesta con el pulso acelerado y las palmas
de las manos sudando.
Tenía que decir que sí. Simplemente tenía que hacerlo.
Si ella se negaba, él la haría cambiar de opinión.
Capítulo 13
Tori
Cuando escuché la puerta abrirse de golpe, mi primer
pensamiento fue que me habían encontrado. Pero cuando
no hubo disparos, respiré un poco más tranquila. No
debería haberlo hecho. Porque cuando salí del baño, su
cuerpo descomunal y su presencia furiosa llenaban mi
habitación. Sus ojos ardieron de rabia cuando se deslizaron
sobre mí y casi volví corriendo al baño. Pero entonces
pensé, no, carajo, no. No estaba escapando, no otra vez,
nunca más.
Debería haber escapado. Debería haberme encerrado en
el maldito baño.
Pero por estúpida que soy, lo enfrenté. Enfrenté a la
bestia. Nunca una buena idea.
Ahora aquí estaba, en su maldito regazo, y me decía que
quería que me quedara. Porque no sólo no era seguro para
mí estar en Ciudad del Cabo, sino que quería que su club
solucionara mi problema y que volviéramos a estar juntos.
Podría vivir con el hecho de que debía quedarme aquí
hasta que fuera seguro regresar a casa. ¿Pero volver a
estar juntos? No, no lo creía. Tenía hijas.
Niñas con alguna puta del club después de que se negó a
darme hijos.
No simplemente no.
No podía quedarme aquí y verlos juntos. No podía ser
racional con esa mierda, en absoluto.
Virgen Santísima, esta situación era muy complicada.
Este hombre siempre ha sido y parece que siempre será
mi talón de Aquiles. Él había sido mi primer todo. Mi
primer beso. Mi primer amor. Mi primer sexo. Mi primer
corazón destrozado.
Simplemente no podía hacerlo de nuevo. Dos veces en mi
vida había amado y perdido. No volvería a ir allí nunca más,
dolía demasiado.
Respiré profundamente.
—Me quedaré hasta que sea seguro para mí regresar a
casa y podemos aprovechar el tiempo para conocernos.
Pero Beast, todo lo que tengo para darte es amistad. No
puedo darte nada más que eso.
Beast se puso rígido, sus brazos me rodearon con más
fuerza y contuve la respiración por su reacción. No tuve
que esperar mucho.
—Me quedo con eso por ahora, mariquita. —Me besó
suavemente en la cabeza—. Pero cuidado, no me rendiré.
Lucharé sucio si es necesario. Te quiero en mi vida, en mis
brazos y en mi cama. Quiero que mis hijas te conozcan.
Necesitan una buena mujer en sus vidas después de la mala
mierda a la que los sometió la puta de su madre.
Esa última frase suya me hizo fruncir el ceño.
—¿Qué quieres decir? ¿Qué les hizo tu esposa a tus hijas?
Beast dejó caer su cabeza contra la mía y suspiró. El
suspiro fue pesado y lleno de arrepentimiento.
—Después de que te alejé no me importaba lo que me
pasara. Hice algunas cosas jodidas. Bebía, incluso me
drogaba y salía de fiesta todo el tiempo. No era muy
exigente con las perras a las que me follaba.
Levantó la cabeza, tragó fuerte antes de continuar y supe
que se avecinaban cosas malas. Así que me preparé.
—Ella era, y sigue siendo, una puta de club. Me pillaron
con el truco más antiguo del libro, el embarazo. Mis
hermanos intentaron convencerme de que no lo hiciera,
pero yo quería tener un hijo y sabía que ella se desharía de
él si no me casaba con ella. Así que lo hice. Fue un
matrimonio de conveniencia, ella siguió su camino y yo el
mío. Joslyn tenía dos años cuando ya había tenido
suficiente. Empecé el trámite de divorcio y la perra casi
pierde la cabeza. Ella no quería el divorcio. Esperó hasta
que estuve borracho, me drogó y tomó lo que quería. —Él
gimió—. Dos semanas después me dijo que estaba
jodidamente embarazada. Me divorcié de ella de todos
modos. Teníamos la custodia compartida de las niñas, pero
ella se mudó a Vereeniging y se prostituyó en un jodido MC.
Era difícil vigilar a mis bebés estando tan malditamente
lejos.
Mis ojos debían estar muy abiertos como platos. Así era
como se sentían de todos modos.
—Ella seguía exigiendo más y más dinero supuestamente
para las niñas. Una noche vino a mi casa y después de que
me negué a darle más dinero, empujó a mis bebés llorando
en mis brazos y se marchó. No creo que la perra esperara
mi reacción. Ella pensó que le daría dinero para recuperar
a mis hijas. No lo hice. Me puse en contacto con los
abogados de nuestro club y la llevé a los tribunales. Ahora
tengo la custodia exclusiva de las niñas.
Beast sacudió la cabeza y continuó en voz baja.
—La familia de mi club me ha estado ayudando con ellas.
Mi bebé más pequeña apenas dice una palabra y ambas
tienen putas pesadillas casi todas las noches. Hice que su
pediatra las revisara y, gracias a Dios, no han sufrido
abusos sexuales. Pero de alguna manera han sido
abusadas. Y es mi culpa. Nunca debí haberle permitido que
se las llevara.
Le di unas palmaditas en el pecho. No es que eso calmara
la ira y el autodesprecio que rugían a través de él.
—Si hiciste lo que decretaron los tribunales no es tu
culpa. Al menos ahora las tienes a salvo contigo y, por lo
que parece, tienes mucho apoyo de la familia de tu club.
Tienen suerte de tenerte como padre.
Él asintió y luego, mierda, tomó mi cara entre sus manos
y, me hizo imposible mantenerme alejada de él y su
pequeña familia.
—Por eso te necesitan, mariquita. Necesitan que les
enseñes a bailar y a reír a carcajadas otra vez. Siempre me
hiciste reír jodidamente fuerte. Quiero compartir mis bebés
y tener más bebés contigo. Quiero llenar mi hogar de amor
y risas y para eso necesito tu ayuda.
Dios mío, realmente jugaba sucio.
—No puedo. Ahora no, Beast, y tal vez nunca. Hay
demasiadas cosas entre nosotros. Pensé que había
superado el dolor y la rabia después de las cosas que me
dijiste cuando rompiste conmigo, pero desafortunadamente
no lo hice. Simplemente lo había enterrado profundamente
y cerré la puerta a mis sentimientos. Ahora todo ha vuelto y
está furioso en mi cabeza.
Gruñí enojada.
—Y todas esas mujeres. Simplemente no sé cómo me
siento al respecto. No sé si podría superar verte con las
chicas del club. Las he visto en la casa club de los Road
Warriors, así que sé exactamente cómo ha sido tu vida. El
libertinaje total y el sexo en público siempre me hicieron
estremecer y cuando te pongo en ese escenario en mi
cabeza me hace estremecer de disgusto.
Ignoró por completo lo que había dicho y se centró en
una pequeña cosa.
—¿Qué carajo estabas haciendo en la casa club de los
Road Warriors?
Maldito imbécil neandertal.
—Rooster y sus hermanos son muy buenos amigos míos.
Pasamos el rato en la casa club todo el tiempo.
—¿Quién estaba contigo?
¡Jooooder!
—Pixie, Zanele, Joney y yo. Estamos a salvo porque
Rooster, Crash y Boxer nos cuidan y, en cualquier caso,
nadie se atrevería a tocar a Pixie o a sus amigos. Wild Man
les cortaría la polla y haría que sus lamentables culos
alimentaran a los tiburones.
Él asintió como si mi explicación lo hubiera apaciguado y
continuó la conversación. Estúpido.
—No follo en público, cariño. Jamás. Y no hay nada que
pueda hacer sobre lo que hice excepto decir que todo
quedó en el pasado.
Resoplé y sacudí la cabeza con incredulidad.
—¿Estás tratando de decirme que no has estado
recientemente con las mujeres aquí en el club? No mientas.
—¿Qué pensaba que era? ¿Estúpida? No, no lo era, sabía lo
que estos moteros hacían.
—No he estado con nadie en semanas, Tori. Demonios, no
he tenido relaciones sexuales desde antes de que vinieras
al club—gruñó enojado.
¿Quién carajo se creía que era para enfadarse conmigo?
Me echó y se fue de juerga follándose cualquier cosa que se
moviera, si entendía su explicación correctamente. Eso lo
consolidó para mí. No podía involucrarme con este hombre.
Si lo hiciera y me echara cuando volviera a aburrirse, no
sobreviviría. Me destrozaría por completo. Así que era más
seguro no ir allí. Lo sentía por sus hijas, pero no eran mi
responsabilidad. Eran la suya.
Me zafé de sus brazos y por fin me soltó. Me deslicé de su
regazo e hice una mueca cuando me dolió la pierna.
Necesitaba un maldito masaje. Estirando la espalda caminé
lentamente frente a él. Sentí sus ojos sobre mí, su
expresión oculta detrás de esa barba salvaje y sus ojos
oscuros. Respiré profundamente, lo enfrenté y traté de
explicarle.
—No estoy segura de estar preparada para tener una
relación con nadie. Todavía tengo muchas cosas por
resolver sobre el accidente, la pérdida de Ilya y mi carrera.
No sería justo para ti ni para mí darte falsas esperanzas.
Para ser totalmente honesta, tengo miedo, miedo de volver
a encariñarme con alguien. Estoy destrozada y necesito
sanar antes de siquiera intentar tener una relación con
alguien. Y tienes que pensar en tus hijas. No necesitan que
una mujer aparezca en sus vidas sólo para que desaparezca
nuevamente cuando no funcionamos. No puedo hacerles
eso.
Respiré profundamente y me encontré con su mirada
negra y abrasadora. Pero antes de que pudiera decirlo y
acabar con nosotros antes de que empezáramos, él se puso
de pie, vino y se paró justo en mi burbuja espacial personal.
—Me niego a aceptarlo. Estamos juntos, mariquita.
Siempre has sido mía, incluso con todos los años que han
pasado, nunca me olvidé de ti ni tomé a otra mujer como mi
dama. Nunca le di mi apellido, ni mi parche a esa perra.
Siempre te ha pertenecido. Y no me rendiré hasta tener mi
apellido y mi parche en ti. Te advierto, cariño, fuiste mía
una vez, lo serás de nuevo.
Después se fue. Cerró la puerta suavemente detrás de él
y escuché el estruendo de voces masculinas en el pasillo,
pero no lo que decían.
Se fue sin darme la oportunidad de decir otra maldita
palabra. Quería patear de rabia y lo habría hecho si no me
hubiera dolido tanto la pierna. Necesitaba sentarme y
elevar la pierna.
Cojeé hasta mi cama y me dejé caer sobre los cojines
apilados contra la cabecera. Levantando con cuidado mi
pierna la apoyé en la almohada grande que había dejado en
medio de la cama por esa misma razón.
Me senté en la cama echando humo en silencio porque no
había nadie con quien despotricar. Por alguna razón, Sam
no había regresado a la habitación y Kid tampoco. No sabía
por qué, pero si tuviera que adivinar creo que tenía algo
que ver con Beast. Siempre había sido un bastardo
posesivo. No dejaría pasar que hubiera amenazado a Sam
con la muerte si ponía un pie en mi habitación. Tan
jodidamente molesto.
Todavía estaba furiosa cuando la tía Beryl entró
apresuradamente con una bandeja pesada mientras Sam le
abría la puerta. Se encogió de hombros ante mis cejas
enarcadas, cerró la puerta y se quedó en el pasillo. Sí,
Beast había puesto su gran pie en mi asunto.
La tía Beryl no dijo una palabra mientras dejaba la
bandeja sobre la cama y acercaba la pequeña mesa y una
silla a un lado de la cama. Ella solo me miró una vez que
tuvo las cosas del té colocadas en la mesa como a ella le
gustaba y estaba sentada en la silla. Una sonrisa iluminaba
su rostro mientras miraba hacia abajo, servía nuestro té y
me entregaba la taza. La tomé con un suspiro. Sabía muy
bien lo que vendría después.
Beast realmente estaba jugando sucio.
Y entonces me sorprendió, no dijo ni una sola palabra
sobre Beast o sus hijas. Ni una. Habló de su jardín, de Gail,
de su sobrina nieta, que nacería en cualquier momento y se
quejó de que los muchachos ensuciaban su cocina cuando
ella no estaba. Mientras yo me sentaba allí, bebía el té y
comía un bollito cubierto con mantequilla casera y
mermelada de fresa esperando que ella dijera algo sobre
Beast.
Nada.
Me moría de curiosidad y tenía tantas ganas de pedirle su
opinión, pero no pude. Era demasiado tímida para abordar
el tema del gilipollas gigante y de mí.
Todavía estábamos bebiendo nuestro té y hablando de
absolutamente nada cuando DC irrumpió en mi habitación.
Su rostro como una nube de tormenta. Estaba cabreada.
Muy, muy cabreada.
—¿Cuánto tiempo hemos sido amigas?
—Mmm, creo que desde que tenía catorce o quince años.
Quizás incluso antes.
—¿Y por qué, en todo este puto tiempo que hemos sido
amigas, nunca me has dicho que fue el puto Beast el que te
rompió el maldito corazón antes de que te fueras a
Londres? Todos sabíamos que estabas saliendo con alguien,
pero pensamos que era uno de los bailarines. Dios, si
hubiera sabido que era él le habría cortado las pelotas y no
habría tenido a esa perra en su espalda todo este tiempo.
Carraspeé suavemente.
—Mmm... si hubieras hecho eso, él tampoco tendría a sus
hijas.
DC se encogió de hombros mientras arrastraba una silla
hacia la mesa pequeña y se dejaba caer en ella.
—Dios, Tori, deberías habernos dicho. Te habríamos
respaldado y no habrías desaparecido de nuestras malditas
vidas. Ahora sé por qué nunca volviste a casa. Tenías
demasiado miedo de toparte con ese bastardo—gruñó ella
enojada—. Sólo pensar en eso hace que me hierva la sangre
y quiero salir corriendo de esta habitación y cortarle las
pelotas. Pero no puedo porque es el hermano de Hawk y
por mucho que intentes negarlo, es tu hombre.
Negué vigorosamente con la cabeza.
—No. No lo es. No puedo sacarme de la cabeza a todas
esas zorras con las que ha estado. Es como si lo peor que
he visto en la casa club de los RW estuviera pasando por mi
cabeza con él en el papel protagónico.
DC soltó una carcajada.
—Oh, basta. Su historial no es tan malo. Déjame contarte
sobre Hawk. Te pondrá los pelos de punta. —Miré a la tía
Beryl y ella asintió con la cabeza.
—Odio decir eso de mi sobrino, pero era un juerguista
total. —Ella arrugó la nariz con disgusto y DC asintió con la
cabeza.
—La primera vez que entré a la casa club fue para quitar
la polla de Dollar de la boca de mi hermana pequeña. —
Ante mi jadeo, ella asintió—. Pero esa es una historia para
otro día. En ese momento, Hawk tenía tres mujeres
permanentes y además se follaba a muchas otras cada vez
que sentía la necesidad. Incluso tenía mujeres en las otras
sedes. La segunda vez que entré aquí fue durante una
fiesta y él estaba recibiendo una mamada en el salón de
una de sus perras mientras tenía a las otras dos, una a cada
lado de él, prácticamente en topless. Era asqueroso.
Absolutamente asqueroso.
—¡Puajjj! —Hice una mueca al imaginar esa escena. Me
estremecí y DC asintió.
—Nos convertimos en lo que somos después de que
sucediera algo de mierda, pero las jodidas zorras no
retrocedieron. En todos los lugares a los que íbamos, allí
estaban. Tuve que darles una paliza a algunas antes de que
las putas entendieran.
Mi boca se abrió en estado de shock.
—Eso debe haber sido muy difícil porque sé que nunca
compartes a tus hombres. Si no podían comprometerse sólo
contigo, los descartabas.
—Exactamente. Pero lo solucioné y tú también lo harás.
Beast no fue tan malo como Hawk. Sé que se folló a
algunas de las zorras y tuvo algo con Chris por un tiempo,
pero ya hace semanas que terminó.
Podría haber dicho más, pero lo único que se me quedó
grabado en la cabeza fue el nombre Chris y el hecho de que
había tenido una relación regular con ella. Mierda.
—¿Quién es Chris?
—Tal vez no deberías haberla mencionado ahora, cariño—
dijo la tía Beryl en voz baja—. Ibas ganando y te disparaste
en el pie. Ninguna mujer quiere tener que ver todos los
días a la mujer con la que su hombre se ha liado, y eso lo
sabes por amarga experiencia. En lugar de asustarla, ¿por
qué no cuidas esa pierna que le duele? Nuestra chica
necesita un masaje.
DC no dijo una palabra, solo asintió, tomó la loción para
masajes, se acercó a la cama y comenzó a aliviar los
dolores de mi pierna. Felicidad y no felicidad, dolía, pero en
el buen sentido.
Tía Beryl tomó mi mano temblorosa entre las suyas
cuando siseé de dolor. Luego procedió a hacer que dejara
de pensar en mi pierna.
—Ahora escúchame. Chris es una buena chica, pero
nunca iba a tener a Beast. Él estaba desahogándose
mientras ella esperaba algo más. Le advertí, pero ella no
escuchó. —Ella apretó mi mano—. No cometas el mismo
error que ella, escucha lo que tengo que decir.
Asentí cuando hizo una pausa y esperé con las cejas
levantadas. De ninguna manera ignoraría su consejo, ella
había estado en el club durante años y conocía a estos
hombres. No ignoraría ningún consejo que me diera.
—Conozco a Beast desde que se convirtió en prospecto y
siempre ha sido del tipo tranquilo. Cambió radicalmente
durante su tiempo en la sede de Ciudad del Cabo. La única
forma en que puedo describirlo es que se volvió oscuro. Ha
hecho cosas por su club que oscurecían su alma aún más y
simplemente no le importaba. Hasta que nació Joslyn. Se
enamoró de esa niña en el momento en que la sostuvo en
sus brazos. Era el mejor padre que podía ser bajo las
horribles circunstancias en las que vivía. Esa horrorosa
mujer nunca dejó de intentar que él la reclamara como su
dama. Él se negó a traerla al club, ella siempre venía sola y
él nunca la reclamó como su esposa. No le importaba un
bledo que se follara a los simpatizantes que venían por el
club. Sus hermanos nunca la tocaron porque todos sabían
lo que era. Cuando él decidió que ya había tenido suficiente
y quería divorciarse, ella lo emborrachó, luego lo violó y
volvió a quedar embarazada. Estaba destrozado, pero se
mantuvo firme y siguió adelante con el divorcio.
No podría haber detenido el grito ahogado incluso si
hubiera querido. Él nunca había dicho que ella lo había
violado. Él había dicho que ella tomó lo que quería.
Virgen Santísima. Había sido violado. Ese hombre grande
y fuerte debe haberse sentido destripado. Todavía, de
alguna manera se sentía así.
Oh Dios mío.
—Si alguna vez veo a esa zorra, le daré una bofetada tan
fuerte que se le van a salir los dientes. Y luego le daré
patadas en su parra (NdelT: coño) usado y una vez que
termine de patearla, no lo usará durante meses—solté
enojada y luego tuve que sonreír cuando DC y tía Beryl se
echaron a reír, DC extendió su mano y chocamos los cinco.
—Estoy de acuerdo contigo en eso, hermana. Le vamos a
patear el culo en tecnicolor—prometió ella.
—Quiero una parte de esa acción. —Tía Beryl nos chocó
los cinco a las dos—. Estuve allí después de que ella le
arrojó esas pobres bebés y se fue furiosa. —Ella sacudió la
cabeza—. Era principios de primavera y todavía hacía frío
por la noche y esos bebés apenas tenían ropa encima. Jossy
vestía una camiseta hecha jirones y pantalones cortos
raídos, sin calcetines ni zapatos, y Ellie vestía bragas y una
camiseta, sin calcetines ni zapatos tampoco. Y era obvio
que no las habían bañado en varios días. Si no fuera por el
estado en el que se encontraban esas bebés, Beast los
habría seguido y matado a ambos. Estoy absolutamente
segura de eso.
—¿Los?
—Ella es una puta de club en un MC en Vereeniging. Un
mal club. Nada como nuestros muchachos. Hasta donde he
podido descubrir, fabrican, trafican y transportan drogas,
no marihuana, mierda realmente mala—aclaró DC.
—¿Y ella tenía a sus bebés viviendo con esa gente
horrible? ¿Cómo pudo permitir que eso sucediera? —Estaba
confundida. No podía imaginarme a Beast dejando que sus
hijas vivieran en una casa club con traficantes de drogas.
—Él no lo sabía—me explicó la tía Beryl—. Beast se
aseguró de que tuvieran una casa bonita con todo lo que
necesitaban. Pero poco después de mudarse, comenzó a
venir a dejar a las niñas y nunca permitió que él las
recogiera. Ella siempre tenía alguna excusa, decía que
quería ver amigos o algo así. Él no sabía que ella había
vendido ilegalmente la casa hasta que comenzó a demandar
por la custodia total y para entonces ya tenía a sus hijas
viviendo con él aquí en la propiedad del club.
Nuevamente estaba confundida.
—¿Tiene a sus hijas viviendo aquí en la casa club con él?
¿No es como ver la paja en el ojo ajeno?
DC sonrió y me dio una palmada en el hombro. ¿Por qué?
—No, tonta. Vive en la casa donde Hawk solía tener a sus
mujeres. La llamaba su casa de coños y Hawk se volvía loco
cada vez que la llamaba así. Se convirtió en el hogar
familiar para Rider, su novia Penny y su nueva bebé. Y
cuando recuperó a sus hijas, Beast se mudó con ellos
porque la casa es enorme.
De repente DC comenzó a reírse, echando la cabeza hacia
atrás y cayendo de nuevo sobre la cama. Ella se reía mucho
mientras la tía Beryl y yo nos mirábamos confundidas. No
entendimos qué era tan divertido. Hasta que ella explicó.
—Esto es tan divertido. Voy a burlarme mucho de Beast
por esto—dijo ella jadeando—. Esa casa sigue siendo una
casa de coños porque está llena de más coños que pollas.
Cuatro contra dos.
Y DC se echó a reír otra vez y esta vez nos unimos a ella.
Tenía tanta razón. Beast vivía en una casa de coños, pero
era el mejor tipo de casa de coños que podías desear.
Una casa que compartía con otro hermano, su mujer, su
hija y sus dos pequeñas.
Mierda, estaba empezando a sentir lástima por el
descomunal imbécil Neandertal.
Estaba sentada pensando en lo que Beast quería de mí
cuando sentí los ojos de DC ardiendo sobre mí, giré la
cabeza y le di una mirada inquisitiva. ¿Ahora qué?
—Está bien, sé que esto puede verse como una
intromisión en tu privacidad, pero ya no puedo soportarlo
más. Tengo que saberlo.
—¿Qué?
Le lanzó una mirada burlona a la tía Beryl antes de que
mi boca se abriera por la sorpresa.
—Beast es un tipo enorme, realmente enorme y tú eres
increíblemente pequeña. ¿Cómo mierda os las arreglabais?
Él te aplastaría, sin mencionar que te destrozaría, por lo
que he oído tiene una polla muy, muy grande. Siempre
pensé que por eso elegía mujeres como las putas del club.
—Ella agitó una mano—. Sabes, las han montado mucho y
están estiradas. —DC soltó una carcajada cuando vio mi
cara.
Estaba sacudiendo la cabeza en estado de shock, con la
boca abierta. No podía pronunciar una palabra. Todo lo que
podía hacer fue negar con la cabeza. Me quedé atónita.
—Déjala en paz, DC. No nos corresponde a nosotros
saber cómo se las arreglan en la cama, eso es asunto de
ellos.
DC se encogió de hombros.
—Si quiere saber sobre Hawk, se lo diré, un poco de toma
y daca no está de más.
—Eres increíble, DC—gruñí—. ¿Les haces a Pixie y Joney
este tipo de preguntas? Y si se las haces ¿te contestan? No
puedo imaginarlas contándote sobre su vida sexual.
DC me dio una pequeña sonrisa de complicidad.
—Pixie y yo no tenemos secretos, nos contamos todo. Y
cuando digo todo, me refiero a todo. Así que también
podrías unirte al club.
Sacudí la cabeza violentamente de un lado a otro.
—No. No voy a unirme a vuestro club. Y solo digo, si me
hubiera destrozado una polla monstruosa no estaría aquí. Y
eso es todo lo que voy a decir sobre su polla, ahora y
siempre.
Me tapé los ojos con las manos mientras las dos
empezaban a reír.
—Ooh, entonces él tiene una gran polla, pero no crees
que sea del tamaño de un monstruo. Debe ser porque fue el
primero, así que mediste todas las pollas que vinieron
después por el tamaño de la suya.
—¡Oh Dios mío! ¿Quieres parar? Eso es tan asqueroso, y
no, no he estado midiendo pollas en absoluto.
DC sonrió maliciosamente.
—Me pregunto si esa era la razón por la que Ilya tenía un
protector tan grande sobre su polla. Siempre pensé que era
así de grande para mantener cómodos a su verga y sus
pelotas.
—Dios, DC, tienes que parar. Ya no quiero hablar de
pollas ni de sexo—grité exasperada y fue entonces cuando
Beast regresó a la habitación y se quedó mirándonos con
las cejas levantadas.
—No voy a preguntar porque estoy seguro de que no
quiero saber. —Sacudió la cabeza como si quisiera sacarse
algo desagradable de la mente antes de concentrarse en
mí.
—Pasaré más tarde para llevarte a cenar, cariño. Esta
noche cenaremos con el club.
Y después de soltar esa bomba, me dejó sentada en la
cama mirando a una tía Beryl sonriente y a una DC que se
había deslizado de la cama mientras Beast arrojaba su
bomba.
—Ese hombre no acepta un no por respuesta, eso es
seguro—dijo DC y sonrió.
Se fueron poco después, pero no antes de que DC le
lanzara un desafío por encima del hombro.
—Vístete sexy, habrá algunos de sus ex juguetes para
follar en la cena.
Maldición, maldición, maldición. No tenía nada que
ponerme. ¡Qué estaba pensando! ¿A quién mierda le
importaba lo que me pusiera? A mí no. No, a mí no.
Capítulo 14
Tori
Me paré frente a mi armario y miré la escasa colección de
ropa que tenía para elegir. Un par de vaqueros que no
podía usar porque todavía me quedaban demasiado
ajustados alrededor de la pierna. Dos pares de leggings
negros. Cuatro pares de pantalones de yoga. Algunas
camisetas y mi variedad de ropa deportiva y de baile.
Al final me decidí por unos leggings negros combinados
con una camiseta color aguamarina con hombros
descubiertos y mangas largas y vaporosas de encaje. Mis
senos pequeños no necesitaban mucho sostén, así que usé
un sujetador bandeau. Me cepillé el cabello, lo sujeté con
alfileres hacia atrás y dejé que el resto colgara suelto por
mi espalda. No me había cortado el pelo desde el accidente
y ahora mi cabello me llegaba hasta la mitad de la espalda.
Era una mierda cuando hacía ejercicio.
Dejé mi rostro natural, solo rímel, delineador de ojos
oscuro y un poco de brillo labial.
Como mi pierna no estaba preparada para los tacones,
opté por un par de sandalias planas de cuero con punta
abierta. Después de años de bailar, mis pies estaban
demasiado feos para usar sandalias de tiras que los dejaran
a la vista. Después de dos años sin vestirme elegante, de
repente extrañaba verme bien. La próxima vez que hablara
con Pixie iba a pedirle que sacara a escondidas algo de
ropa de mi casa y la bolsa de lona llena con mis cosas de
ballet. Cuando mi pierna estuviera más fuerte quería
empezar a hacer algunos ejercicios de ballet y necesitaba
mi ropa y zapatillas para eso.
Inclinándome más cerca del espejo, toqué la piel
alrededor de mis ojos y me alegré en silencio de que los
moretones se hubieran desvanecido tanto que eran casi
invisibles. Todo lo que quedada era un pequeño hematoma
de color marrón amarillento en el borde exterior de mi ojo
derecho y otro debajo de mi oreja izquierda. Ni siquiera
tuve que cubrirlos porque tenías que estar muy cerca para
notarlos. Y nadie se me acercaba tanto.
Estaba tan condenadamente nerviosa por esta cena con
el club que mis entrañas temblaban. Quería ir, pero al
mismo tiempo no quería. Sabía que habría miradas fijas y
susurros. Podría manejarlos, lo he estado manejando
durante años. Eran las mujeres con las que había estado
Beast las que me preocupaban. ¿Cómo iba a soportar verlas
lanzar a Beast pequeñas sonrisas y miradas? ¿Y si les
prestaba atención? ¿Entonces qué?
Mierda. Esta cena era una mala idea. Tenía que encontrar
alguna excusa para no ir.
Y entonces ya era demasiado tarde. Beast apareció en el
espejo detrás de mí y jadeé de miedo. No lo oí entrar a la
habitación, ni al baño.
Me congelé cuando pasó la mano por mi cabello.
—Siempre me ha encantado tu pelo.
Me encogí de hombros e intenté pasar a su lado. El baño
era demasiado pequeño para los dos. Pero el bastardo no se
movió.
—Te ves hermosa, mariquita. Este color hace que tu piel
brille y realza el color de tus ojos. —Se inclinó y me besó en
la mejilla, tomó mi mano y me arrastró detrás de él.
No dije una palabra porque qué diablos podía decir.
Nada. Él pensaba que me veía hermosa mientras que yo
pensaba que me veía muy, muy normal. Sabía cómo vestían
las chicas del club y la cantidad de maquillaje que usaban.
Y habían sido la elección de Beast durante años. En
realidad, casi diez años.
Esos pensamientos de mierda se detuvieron
abruptamente cuando tomó mi mano y bajó las escaleras
conmigo. A pesar de que había estado trabajando duro con
DC, a mi pierna no le gustaban las escaleras, las punzadas
se dispararon desde mi rodilla hasta mi cadera, pero logré
soportarlas. Ni siquiera me di cuenta de que había estado
apretando los dientes por el dolor.
De repente estaba en los brazos de Beast, le rodeé el
cuello con mis brazos para sostenerme. Él sonrió mientras
continuaba bajando las escaleras. Sentí los ojos sobre
nosotros mientras descendíamos, pero los ignoré y en su
lugar miré el amplio pecho de Beast.
Estaba vestido de negro de pies a cabeza. Vaqueros
negros que caían hasta sus caderas y se sostenían con un
cinturón de cuero negro con una hebilla plateada con el
logo del Iron Dogz MC. Su camiseta era negra y ajustada
sobre sus hombros y alrededor de sus bíceps. No llevaba el
gorro que siempre parecía llevar. Vale, lo admito, lo he
estado espiando cada vez que estaba fuera de mi ventana.
La barba estaba tan salvaje como siempre. Necesitaba un
buen corte.
Llevándome hasta el bar, me sentó suavemente en un
taburete al lado de River y DC. Respiré más tranquila
sabiendo que me respaldarían, sin importar lo que
sucediera.
Estaba sonriendo a River cuando escuché a Beast pedir
bebidas, me quedé quieta y le lancé una mirada a River y a
DC, que inclinó ligeramente la cabeza. Luego tuve que
mirar a la mujer con la que estaba hablando.
—Tomaré una cerveza y le llevaré a mi chica una lima con
tónica, Chris. —No estaba siendo grosero, pero tampoco
estaba siendo amigable. Y recordó que yo no bebía, sólo
alguna que otra copa de vino y un gin tonic de vez en
cuando.
Me concentré en la mujer que preparaba nuestras
bebidas y lamentablemente tuve que aprobar su elección.
No se parecía a una de las putas del club, parecía más bien
una zorra motera.
Era alta, con pechos grandes y un culo redondo y
apretado que se destacaba con sus vaqueros ajustados y la
blusa muy escotada. Pulseras cubrían ambas muñecas y
tenía algunos tatuajes visibles. Su cabello castaño oscuro,
largo hasta los hombros, era ondulado y colgaba suelto
alrededor de su hermoso rostro. Pero fueron sus ojos los
que me llamaron la atención. De color marrón suave y
llenos de tristeza.
Ah, mierda. A ella realmente le gustaba Beast y
probablemente esperaba que lo suyo condujera a algo más.
La miré a los ojos cuando dejó mi bebida frente a mí. Le
sonreí.
—Gracias.
Ella pareció un poco sorprendida y luego me dio una
pequeña sonrisa.
—De nada, que lo disfrutes.
DC se inclinó y susurró.
—Es una buena chica, la mejor de todas y no es
realmente una puta de club. A ella simplemente le gusta
salir con los muchachos y trabaja en el bar. A la tía Beryl le
gusta mucho. Creo que está estudiando para ser contadora
o algo así.
—Ja (NdelT: sí), es agradable—estuvo de acuerdo River.
Asentí y bebí un sorbo de mi bebida. Las tres nos giramos
en nuestros taburetes y, apoyando la espalda contra el
borde de la barra, examinamos la habitación. Estaba llena
de hombres con chalecos Iron Dogz y mujeres cachondas.
Muchas mujeres muy guarras. ¿Estarían todas en la cena?
Después de dejarme en el bar, Beast tomó su cerveza y se
alejó para unirse a algunos de los hombres que estaban
sentados en los sofás al otro lado de la habitación. No veía
a Hawk, Kid o Ice por ninguna parte. Todos los sofás
estaban rodeados de mujeres vestidas con faldas apenas
visibles y blusas tan escotadas que esperaba que sus tetas
se asomaran en cualquier momento. Sus zapatos eran
ridículos, se pavoneaban sobre plataformas altísimas con
finos tacones de aguja y me preocupaba que se rompieran
un tobillo si tropezaban.
De repente, el coqueteo y el contacto sexual cesaron
como por arte de magia cuando la tía Beryl entró en la
habitación luciendo como una nube de tormenta. Oh,
mierda. Algo la había cabreado. No tuvimos que esperar
mucho para saber qué era eso.
—La única razón por la que tolero vuestros culos
cachondos en mi mesa es por esos hombres a los que os
estáis aferrando en este momento. Os dije que prepararais
las mesas e ignorasteis mis órdenes. Sin trabajo, sin cena.
—Se volvió hacia la barra y sonrió—. Chris, tú, Melly,
Sandy, Lori y Grietjie cenaréis con nosotros. Sois las únicas
que ayudasteis. —Se volvió hacia las perras que la miraban
con diversas expresiones de sorpresa e ira. Oh, mierda—.
El resto no sois bienvenidas y no creáis que podéis lograr
que mis muchachos os lleven a cenar, ellos saben que no
deben ignorar mis órdenes.
Se volvió hacia nosotras, sonrió y nos guiñó un ojo.
—Vosotros, chicas, podéis pasar—dijo ella y se fue.
DC se encogió de hombros y se deslizó de su taburete y
yo estaba a punto de seguirla cuando Beast estuvo de
repente a mi lado, me levantó suavemente y me puso de
pie.
—Cuidado con tu pierna, cariño—dijo suavemente. Asentí,
¿qué más podía hacer? Estaba siendo dulce.
Y entonces lo escuché, y si yo lo había escuchado
significaba que todos los demás también.
Una rubia alta y teñida con pechos enormes y piernas
largas y tonificadas estaba de pie con la cadera ladeada y
los brazos cruzados sobre sus tetas monumentales, pero
completamente falsas.
—¿Quién coño es esa fea zorra pelirroja lisiada? ¿Y por
qué Beast actúa como un marica a su alrededor? A él le
gustan las tetas grandes y follar tan fuerte que duele,
entonces, ¿qué mierda le pasa con ella? La romperá la
primera vez que le meta la polla. No puedo creer que haya
dejado de follarme por esa lisiada de mierda.
Ella no se limitó a decir eso. Ella me llamó lisiada. La
maldita perra.
—¿Qué carajo? ¡Maldita perra agotada! —gritó uno de los
hombres que Tori aún no había conocido y avanzó furioso
hacia la rubia. Pero Beast llegó primero.
En cuestión de segundos Beast estaba sobre ella,
levantándola en el aire por su garganta y sacudiéndola. Los
sonidos que hacía mientras intentaba respirar y hablar
eran horrendos.
—Maldita puta usada. Ya terminaste aquí. Si dices una
maldita palabra más sobre mi dama, enterraré tu jodido
culo de puta. ¿Entendido? —Beast la sacudió una vez más y
luego la volvió a poner sobre sus zapatos de puta. Ella se
tambaleó, pero su mano en la garganta la mantuvo en el
lugar y él no la soltó. Su cara se puso roja y sus ojos
estaban tan abiertos como platos por el miedo. Estaba a
punto de acercarme a él cuando DC me detuvo con una
mano en mi brazo.
—Tienes que mantenerte al margen de esto, Tori. Es un
asunto del club y a Beast no le gustará que interfieras.
Dios. Esta vida que vivían era extraña y horrenda.
Dos hombres estaban a cada lado de Beast, sin tocarlo,
pero hablando en voz baja, tan suavemente que no
podíamos oír lo que decían. Kid se aferró al tipo que le
había gritado a la perra y todavía se esforzaba por llegar
hasta ella. Finalmente, Beast la soltó y la apartó
violentamente de su lado. No había manera de que pudiera
mantenerse de pie y sus brazos se agitaron salvajemente
antes de estrellarse dolorosamente contra el suelo con las
piernas abiertas, mostrándoles a todos que no llevaba
bragas. Las lágrimas corrían en amplios rayos negros por
sus mejillas.
Uf, lo último que quería ver era ese desgastado coño
suyo.
Ice y Hawk habían llegado en algún momento durante
todo el puto show y habían tomado los lugares de los
hombres a ambos lados de Beast. Y gracias a Dios sus
cuerpos bloquearon la vista. La voz de Hawk era como
hielo.
—Ya terminaste en el club. Serás escoltada fuera de las
instalaciones y no intentes regresar. Estás en la lista negra.
La zorra se disculpó llorando, pero era muy obvio que ya
era demasiado tarde para eso. Aun así, lo intentó.
—No sabía que ella era su dama. No habría dicho nada si
lo hubiera sabido.
—Ya terminaste aquí, Brandi, lárgate—dijo Hawk con
frialdad—. Prospecto, asegúrate de que se vaya.
Con eso, Hawk le dio la espalda a la mujer y caminó hacia
nosotras. ¿Y qué hizo? Se disculpó. Por la perra.
—Lamento que la perra haya dicho esa mierda sobre ti,
pelirroja. Ella no volverá a enfrentarte a ti nunca más. —Él
sonrió—. Tu hombre no lo permitirá.
Mierda. Mierda. Mierda. De nuevo con la mierda de 'tu
hombre'.
¿Qué podía hacer más que una mueca y asentir, lo que
hizo que el bastardo sonriera aún más? Y eso me hizo
preguntarme de qué habían estado hablando esos hombres
después de que Beast salió de mi habitación por primera
vez.
Oh, me hubiera gustado haber sido una mosca en la
pared.

Beast
Más Temprano El Mismo
Día
Hawk había llamado a todos los hermanos a la iglesia y
sus ojos estaban puestos en Beast. Era muy difícil exponer
toda esa mierda delante de ellos. Pero lo hizo y los
sorprendió muchísimo.
—Hace casi diez años salí de Mainline Ink en Ciudad del
Cabo y ella se topó conmigo. Al principio pensé que era una
niña pequeña, pero una mirada a sus ojos y supe que era
mayor pero todavía demasiado joven. Estaba enojada como
una maldita serpiente, pero no conmigo, algo la había
molestado antes de chocar conmigo. Estaba vestida con
una de esas cosas de ballet, ya sabéis, medias y leotardos
con un jersey largo encima y pequeñas zapatillas de ballet
planas de color rosa. Le pregunté si estaba buscando a
alguien que la sacara de la puta calle caminando con su
cuerpo a la vista.
Joder, recordaba cómo estalló. Ese temperamento
pelirrojo suyo.
—Ella estalló. Clavó un dedo en mi pecho y me amenazó
con cortarme las pelotas. Me reí porque era jodidamente
linda. Le pregunté por qué su madre la dejaba andar casi
desnuda. Tíos, a ella no le gustó eso. Se paró allí con los
puños en las caderas y me dijo que ya tenía edad suficiente
para andar sola y que no estaba desnuda. Era muy linda.
Fue entonces cuando descubrí que tenía dieciséis años. Le
di unos golpecitos en la nariz y le dije que volvería por ella
cuando cumpliera diecisiete años. Joder, se echó a reír, se
giró, abrió la puerta del estudio y, cuando entró, me miró
por encima del hombro y me guiñó un ojo. Entonces nos
vemos la semana que viene, dijo mientras dejaba que la
puerta se cerrara detrás de ella. Y eso fue todo. Supe que
ella iba a ser mía.
Beast negó con la cabeza porque incluso ahora, años
después, su encuentro parecía surrealista.
—Espera un minuto, déjame ver si lo entendí bien—dijo
Spider con una de esas sonrisas suyas de comemierda—.
Fuiste por cebo de cárcel. ¿Estoy en lo cierto?
—Vete a la mierda, Spider. No la toqué así. —Beast quería
borrar esa jodida sonrisa de su cara.
Hawk resopló.
—Espero que no. Hay una razón por la que tenemos la
regla “debe tener dieciocho años” en los libros. No quiero
que el padre de una niña irrumpa aquí con su escopeta.
Ice fue el siguiente en entrometerse en sus asuntos.
—No me gusta nada escuchar que mi hermano ha estado
con su mujer desde que ella tenía dieciséis años. Si ella
fuera mi hermana, te habría destripado. Dieciséis años es
demasiado joven para un hombre de veintitantos.
Beast dejó caer la cabeza entre las manos y se frotó los
ojos ardientes. Metió las manos debajo de su gorro y se
rascó el corto cabello. Mierda. Odiaba explicar sus cosas
privadas a sus hermanos. No necesitaban saberlo todo.
—Sabía entonces y sé ahora que ella era demasiado joven
y por eso esperé. Salí con ella y lo máximo que hicimos fue
tomarnos de la mano y besarnos. Eso fue todo. No
necesitáis saber cuándo se volvió más, cabrones, no es
asunto vuestro.
Beast trató de explicar cómo se había sentido en ese
momento, pero no tenía palabras, así que les contó lo que
había sucedido después.
—Lo que debéis recordar es que hace diez años Ciudad
del Cabo estaba en guerra con la pandilla Hannover y me
habían enviado allí para aumentar su número. Cuando
terminó, mis manos estaban cubiertas con la sangre de
nuestros enemigos y me ascendieron a teniente. Sharky, el
presidente en aquel entonces, recomendó que me
entrenaran como ejecutor. Mi propuesta de ascenso y su
recomendación me abrieron los ojos sobre qué y quién iba
a ser. Todos en el club sabían que estaba saliendo con
alguien, pero no sabían quién era. La mantuve alejada del
club. —Dolía jodidamente pensar en lo que había hecho a
continuación.
—Mientras toda esa mierda sucedía, ella estaba
trabajando duro para conseguir un lugar mejor en la
compañía de ballet de Ciudad del Cabo. Trabajaba muchas
horas y siempre estaba jodidamente cansada, pero igual lo
hacía. Entrenaba todo el tiempo. La mayor parte bailaba
con los pies tan llenos de ampollas y sangrando que debía
haber sentido un jodido dolor, pero nunca lo habrías sabido.
Ella sonreía como si no le importara nada en el mundo. Era
una bailarina jodidamente increíble, cuando subía al
escenario cobraba vida, se movía como si nada en la tierra
pudiera retenerla. Y entonces sucedió. Su director había
enviado un vídeo de ella bailando a un colega en Londres.
Inmediatamente la llamaron para una audición y tuvo que
irse a Londres. Ambos sabíamos que conseguiría el trabajo.
Su carrera estaba a punto de despegar. Ella empezó a decir
que iba a rechazarlo y se quedaría en Ciudad del Cabo, no
podía permitir que eso sucediera.
—Mierda, hermano, ¿qué hiciste?—preguntó Wolf con
algo en su voz que Beast no entendió, era casi como si
temiera la respuesta.
—La rompí. Terminé de la manera más brutal que pude y
me alejé de ella sin mirar atrás. Eso me destruyó, pero
tenía que hacerlo. Cada uno de nosotros tenía nuestro
destino que debíamos seguir. Y no estarían juntos. Ella
estaba destinada a brillar en los escenarios mundiales
mientras que yo estaba destinado a derramar sangre y
matar por mi club.
Beast se recostó, cruzó los brazos sobre el pecho y miró a
su presidente.
—Y entonces, un día, me siento en esta mesa y dices su
nombre. Nuestros jodidos mundos en colisión explotaron en
mi cabeza y toda razón desapareció. Ni siquiera pensé en el
hecho de que algún cabrón le había puesto las manos
encima. Todo lo que escuché fue que ella estaba aquí. En
mi casa club. En mi territorio. Y le había advertido que, si
alguna vez ponía un pie en la propiedad del club, habría
consecuencias. La amenacé con golpearla hasta dejarla
ensangrentada, pero eso fue una maldita mentira. Sabía,
sabía sin duda alguna que, si alguna vez ponía un pie en la
propiedad del club, nunca la dejaría irse. —Beast se
encogió de hombros—. Y no voy a hacerlo. Ella es mía, ha
sido mía durante un montón de putos años. Y hoy estoy
haciendo lo que no podía hacer hace diez años. La estoy
reclamando, aquí y ahora, delante de todos mis hermanos.
Victoria Keating será mi dama y la madre de mis hijos.
Sin se inclinó hacia adelante y miró alrededor de la mesa.
—Solo tengo una cosa que decir. ¿Qué mierda está
pasando por aquí? Es el tercer cabrón en cuestión de
meses que reclama a una dama. ¿Es algo en la puta agua?
Porque si es así, me quedo con la cerveza.
—No lo sé, hombre—dijo Jagger con una amplia sonrisa—.
Podría ser bueno tener un coño en el que no todos tus
hermanos hayan metido la polla para variar.
—Y es por eso que no me follo a putas de clubes—dijo Sin
y se estremeció exageradamente.
—Es más fácil que tener que salir y encantar a una
señorita rígida para que te entregue su coño prístino por
una noche. Soy demasiado vago para hacer esa mierda—
dijo Army desde donde estaba sentado contra la pared y los
hermanos sacudieron la cabeza mientras reían. Se reían
porque sabían que la mayoría de ellos eran iguales que
Army, demasiado perezosos para salir a buscar coños
cuando estaban tan disponibles aquí mismo.
—Después de la mierda que esas putas me hicieron, no he
tocado a ninguna de ellas y nunca más lo haré. Ya terminé
con las zorras y las simpatizantes del club. Estoy buscando
una dama, una chica simpática, y tampoco tengo miedo de
admitirlo—dijo Dizzy en voz muy baja.
Cuando Dizzy lo explicó, la risa desapareció. Su hermano
no había sido el mismo desde que las perras lo jodieron.
Beast esperaba que encontrara pronto a la mujer que
buscaba porque su hermano necesitaba algo bueno en su
vida.
Hawk golpeó la mesa y todas las miradas se volvieron
hacia él.
—Me parece bien que reclames a la pequeña pelirroja
como tu dama, Beast. Lo que no me gusta es que la puta
Maingarde Organisation vuelva a perseguir a una de
nuestras mujeres. Dominick está trabajando en el
problema, pero esa vieja perra está cada día más loca. Se
cree un puto dios sentado en su jodido trono allá en Ciudad
del Cabo. Piensa que es intocable y debemos dejar claro a
todos que no lo es. Tenemos que encontrar una manera de
lastimarla a ella y a su maldita organización. Y si eso
significa trabajar con los malditos cerdos, otros clubes y
pandillas, que así sea.
Eso era jodidamente enorme. El Iron Dogz MC y la policía
no tenían una buena relación en absoluto. Tampoco éramos
amigables con las pandillas porque la mayoría de ellas
trabajaban con Maingarde Organisation. Pero nuestro
presidente no estaba equivocado. Teníamos que hacer algo
para garantizar la seguridad de nuestras mujeres y niños.
Pero ninguno de nosotros sabía qué era eso.
—Hoy la buena noticia es que Beast toma a una dama. —
La habitación se quedó en silencio cuando todos se
quedaron mudos—. Recibí una llamada de Wimpie antes de
venir aquí. Tenía algunas noticias jodidamente
inquietantes. Al parecer una de las putas ha estado
hablando fuera del club. No está seguro de con quién ha
estado hablando, pero dice que nuestra mierda se está
discutiendo en las mesas de Zeffers. Mierdas como que Ice
y River se mudaran a la propiedad y que Beast obtuvo la
custodia de sus hijas. Se habla sobre si Beast le pondrá su
parche a una puta del club. Esto puede parecer un chisme
sin importancia, pero se ha intensificado. Se especula sobre
la identidad del prisionero que tenemos encerrado en una
de las habitaciones. Necesitamos descubrir quién mierda
está hablando de nuestros asuntos fuera de nuestras
malditas puertas.
Gruñidos furiosos sonaron por la habitación hasta que Ice
golpeó la mesa con una mano. Se hizo el silencio.
—Tengo un plan—dijo su presidente mientras se
encontraba con los ojos de Beast—. Pero voy a necesitar tu
cooperación, hermano.
Beast asintió.
—¿Qué necesitas, Prez?
—Necesito que traigas a tu dama a cenar al club.
La columna de Beast se solidificó y le frunció el ceño a su
presidente.
—¿Por qué?
—Todas las putas vendrán esta noche para la cena
mensual del club de la tía Beryl, lo que significa que la
perra que ha estado hablando de nuestros asuntos estará
aquí. Cuando lleves a tu mujer a la sala común, quedará
muy claro quién ha estado en esa habitación cerrada. Una
mujer a tu lado va a causar grandes olas, hermano.
Necesitamos observar esas olas y encontrar a la perra que
ha estado hablando. Ella no podrá resistirse a este nuevo
chisme.
—Joder, Prez. Mi chica está aquí para mantenerla
escondida y segura. No sé sobre este plan tuyo. ¿Qué pasa
si la perra mantiene un perfil bajo y luego se va de aquí y le
cuenta al maldito mundo sobre la mujer que hemos
mantenido fuera de la vista en el piso de arriba?
De repente, Hawk pareció incómodo.
—Todos sabemos que le va a sentar muy mal a Chris
cuando te vea con tu pequeña pelirroja. Quiero usarlo para
que la perra se descubra. Ella no podrá resistirse a
provocar más mierda entre vosotros tres.
—Dios jodido Santo, Prez. —Beast sacudió la cabeza, sin
creer la mierda que su presidente esperaba que hiciera—.
Mi mujer me va a matar. Puede que sea pequeña, pero es
una puta fiera cuando está enojada. Y va a estar muy
enojada. No le he hablado de Chris, así que esa mierda me
va a estallar en la cara. —Echando la cabeza hacia atrás,
miró al techo y luego asintió—. Bien, hagámoslo, se lo
explicaré a mi chica una vez que esté hecho.
—Gracias, hermano. Si necesitas que lo haga, también le
explicaré esta mierda. —Hawk intentó aminorar el golpe,
pero Beast sabía que iba a haber mierda esta noche y que
iba a estar metido hasta las rodillas en ella.
Su presidente golpeó la mesa con los dedos y volvió a la
discusión sobre Maingarde Organisation.
—No hay nada que podamos hacer con respecto a
Maingarde en este momento—dijo Hawk mientras se tiraba
de su perilla—. Necesitamos pensar en esta situación y
juntos elaborar un plan para poner fin a esta amenaza.
Nuestro club está cambiando, estamos agregando damas y
niños a la mezcla, lo que significa que tenemos mucho más
que perder. Nuestros enemigos parecen pensar que eso nos
convierte en un montón de maricas, pero no saben que en
realidad nos hace más fuertes y decididos. —Su sonrisa era
cruel cuando continuó.
—Somos el Iron Dogz MC, endurecidos en un crisol de
fuego para resistir lo peor que nos arrojan nuestros
enemigos. Somos como una maldita jauría de perros
salvajes y nunca nos rendimos. Los perros salvajes trabajan
juntos para acabar con presas grandes, y sus presas no
tienen ninguna puta posibilidad. Maingarde Organisation
es nuestra presa y la acabaremos. Ahora, salgamos de aquí,
tomemos un par de cervezas, cenemos algo y relajémonos.
Mientras sus hermanos salían de la capilla, Beast se
quedó atrás, esperando a Wolf y Sin. Beast y Sin habían
sido amigos desde que eran prospectos. Y Sin había
patrocinado a Wolf como prospecto y se había convertido
en un amigo además de un hermano.
—¿Podemos vernos mañana por la mañana? —Sus amigos
fruncieron el ceño, pero asintieron con la cabeza.
—Claro, ¿hay algo que deba preocuparnos?—preguntó
Sin en voz baja.
—No, hermano, solo algo con lo que necesito ayuda, pero
hablaremos mañana. Venid a desayunar y lo discutiremos.
—¿Tú preparas el desayuno o vas a pedirle a la pobre
Penny que nos alimente?—bromeó Wolf.
—Vete a la mierda, imbécil. Prepararé el desayuno. Penny
tiene suficientes cosas que hacer con la bebé todas las
mañanas. No tiene tiempo y, de todos modos, prepararé el
desayuno para mis hijas y para Rider. —Beast se rio—. El
pobre hijo de puta está descubriendo por las malas que los
bebés no son esos pequeños y perfumados paquetes de
alegría que todos creen que son.
Rider debió haber escuchado su nombre y se acercó para
unirse a ellos. El bastardo tenía bolsas debajo de los ojos
por la falta de sueño porque su pequeña se despertaba dos
o tres veces por noche para comer. Y Rider se levantaba
con su chica cada vez.
—Te ves como una mierda, hermano—dijo Wolf con una
amplia sonrisa.
—Espera hasta tener hijos. Nadie me advirtió que los
bebés se despiertan cada puta dos horas para comer. Al
igual que nadie me advirtió que los senos de mi mujer se
convertirían en una estación de alimentación para mi hija.
Pensé que la alimentaríamos con biberón. Pero no, ella está
pegada a las tetas de mi mujer durante lo que parece ser
las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Extraño pasar
tiempo con esas tetas. —Él resopló con disgusto—. Y, joder
hermanos, no he tenido relaciones sexuales en malditas
semanas y estoy empezando a cansarme de usar la mano.
Quiero recuperar a mi mujer.
Beast, Sin y Wolf aullaban de risa, lo que sólo enojó a
Rider.
—Que os den a todos, esperad hasta que tengáis mujeres
y bebés, entonces seré yo quien se reirá de vosotros.
Carraspeando con fuerza, Beast se puso de pie con las
cejas levantadas.
—Hermano, odio señalar que tengo dos hijas y he estado
haciendo esa mierda durante años. Sin embargo, mis dos
hijas eran bebés con biberón. No confiaba en que la zorra
de su madre se mantuviera limpia mientras las alimentaba.
—¿Podemos dejar de hablar de tetas llenas de leche y
bebés chupándolas? Me hace sentir como si tuviera que
vomitar—gruñó Wolf con un estremecimiento exagerado.
—Vamos a salir de aquí—estuvo de acuerdo Beast—.
Necesito traer a mi chica a cenar.
Beast subió corriendo las escaleras, su corazón latía
rápido mientras su sangre corría por sus venas. Después de
años sin ella, había recuperado a su mujer. Bueno, aún no,
pero lo haría. Ella pronto sería su dama.
Jodidamente pronto.
Capítulo 15
Tori
La cena con el club no era un asunto formal en absoluto.
Todos charlaban y bromeaban y las risas sonaban casi todo
el tiempo. Estaba sentada entre Beast y Kid, en diagonal
frente a Hawk y DC. Tía Beryl estaba a la cabecera de la
mesa con Ice y Hawk a cada lado de ella, como una reina
que lo observaba todo. El resto de nosotros nos sentábamos
donde queríamos. Y la comida como siempre fue increíble.
Me sentía incómoda porque Chris estaba sentada en el
lado opuesto de la mesa entre Jagger y Ziggy y ella seguía
mirándonos furtivamente a Beast y a mí. Él parecía ajeno a
todo eso, pero conociéndolo, sabía que estaba consciente
de todo lo que lo rodeaba. Simplemente se negaba a
reconocerlo. Continuó como si no fuera incómodo tener a
su ex compañera de sexo y, según él, a su nueva mujer
sentadas prácticamente una frente a la otra. Durante toda
la cena él había estado tocándome, asegurándose de que
comiera lo suficiente, que tuviera agua si la necesitaba,
simplemente cuidándome. Ver eso mataba a la mujer al
otro lado de la mesa. Estaba en sus ojos cuando los vi en
mí.
Miré a DC y la vi mirándome con los ojos entrecerrados.
Ella lo sabía y me advertía en silencio que lo dejara pasar.
¿Cómo se suponía que iba a hacer eso? El postre que
estaba comiendo de repente me sabía a nada y se quedó
como un bulto seco en mi boca del que tenía que
deshacerme. Tragué con fuerza y la mano de Kid se cerró
sobre mi muslo. Lo miré y vi la pregunta en sus ojos.
Respondí inclinando ligeramente la cabeza hacia el lado
opuesto de la mesa. Apretó mi muslo y suspiró.
Mierda. Volví a mirar mi postre y lo alejé de mí. Ya no lo
quería.
Por supuesto, la montaña a mi derecha se dio cuenta
enseguida.
—¿Qué ocurre, cariño? ¿Te sientes bien?
Dios, ¿podría realmente ser tan tonto? ¿No veía la mierda
que pasaba al otro lado de la mesa frente a nosotros?
—Estoy bien, simplemente comí demasiado.
Y por supuesto el estúpido no lo dejó pasar.
—Mierda, solo mordisqueaste tu comida. No comes lo
suficiente, cariño.
Y ahora todos escuchaban porque el cabrón no bajó la voz
para nada. Así que yo tampoco.
—No intentes decirme cuánto comer. Conozco mi cuerpo.
Sé exactamente cuánto combustible necesita para
mantenerse saludable. Y ahora mismo ha tenido
combustible más que suficiente.
—Dios, Tori, es comida, no combustible. Y, mierda, ¿estás
diciendo que estás gorda? —Había una luz peligrosa en sus
ojos oscuros, pero la ignoré. Mi cuerpo, mi decisión.
Me encogí de hombros.
—Ya superé mi peso ideal, así que necesito aumentar mi
entrenamiento y cuidar lo que como.
Beast se cernió sobre mí y gruñó en mi cara. Tal vez otros
se hubieran sentido intimidados, pero yo no, no me moví,
me quedé donde estaba, justo en su cara también.
—Si pierdes algo de peso, te pondré el culo rojo,
mariquita. Ya no bailas como antes, el poquito peso que has
ganado te sienta bien. Solías adelgazar tanto cuando te
preparabas para una nueva actuación que me daban ganas
de obligarte a que te alimentaras.
Solté una carcajada.
—Las bailarinas nunca somos pesadas, no podemos serlo
porque les romperíamos la espalda a los bailarines que
tienen que levantarnos.
Nuestra conversación fue interrumpida por Ziggy.
—¿Estás diciendo que solías estar más delgada de lo que
estás ahora, pelirroja? —Parecía un poco sorprendido.
DC respondió antes de que yo pudiera.
—Solía seguir lo que ella llamaba su dieta energética
cuando ensayaba un nuevo espectáculo. Adelgazaba hasta
que estaba toda huesos y músculos y parecía como si una
ligera brisa se la fuera a llevar. Conéctate a Internet y mira
videos de ella y verás que se ve frágil pero tremendamente
fuerte al mismo tiempo. Hay una razón por la que está
considerada una de las mejores primeras bailarinas del
mundo. Esa pequeña mujer de allí es terca, decidida y dura
como un clavo cuando se trata de su arte.
Fue entonces cuando Chris habló.
—¿Eres bailarina de ballet?—preguntó con el ceño
ligeramente fruncido.
Me encogí de hombros.
—Lo era, ya no lo soy.
Ella asintió mientras miraba entre Beast y yo. Era como si
de repente hubiera resuelto algo en su mente que la había
estado molestando. Y no fue nada bueno.
—Así que ella es la razón por la que te negaste a permitir
que Jossy y Ellie fueran a clases de ballet con las chicas de
Gail. Te siguieron suplicando, pero no cediste—le habló
directamente a Beast por primera vez y estaba enojada con
él. Exponiendo sus cosas personales delante de todos y
dejando muy claro que habían sido algo más que amantes
casuales.
Beast, por supuesto, no le respondió. Él simplemente la
miró con ojos muertos.
—Ella siempre ha estado ahí entre nosotros, ¿verdad?
Nunca tuve una jodida oportunidad contra tu perfecta
bailarina de ballet. Espero que te rompa el corazón, como
ya lo hizo antes, cuando regrese a su mundo. Y ella
regresará a su mundo. Las mujeres como ella siempre lo
hacen una vez que terminan de jugar en el lado oscuro. Y
no creas que estaré esperando cuando ella se haya ido, no
lo haré. —Dicho esto, empujó su silla hacia atrás y se puso
de pie—. Lo siento, tía Beryl, lamento haber estropeado tu
cena.
Después salió con la cabeza en alto y el silencio reinó en
el gran comedor.
Cuando empujé mi silla hacia atrás, Beast intentó
detenerme y le di una palmada en las manos. Estaba tan
furiosa que sentía como si me saliera vapor de los oídos.
—¿Te rompí el corazón? ¿Les dejaste pensar que yo te
rompí el corazón? ¡Qué puta mierda! Tienes que decirle a
tu compañera quién rompió a quién, maldito bastardo. ¿Y
las mujeres como yo? ¿Qué mierda significa eso? —Se
acercó a mí disculpándose—. No me toques, no lo hagas, ni
siquiera puedo mirarte y mucho menos permitir que me
toques ahora mismo. Hacerme cenar con tu puto juguete
para follar es jodidamente enfermo. —Estaba tan furiosa
que las malas palabras salían de mi lengua. Me volví hacia
la parte superior de la mesa evitando todas las miradas—.
Gracias por la cena, tía Beryl, estuvo deliciosa como
siempre. Perdón por las malas palabras.
Salí ignorando las voces elevadas que dejé atrás, fui
directamente a las escaleras y subí a mi habitación. Me
sentí aliviada al encontrar a Sam sentado en una silla
afuera de mi habitación, obviamente ya no estaría adentro
conmigo. En realidad, era un alivio. En este momento no
necesitaba que nadie me vigilara. Estaba demasiado
enojada, destrozada y confundida cuando cerré la puerta
detrás de mí.
Fue sólo cuando me senté en la silla al lado de mi cama
que me di cuenta de que había subido las escaleras sin
apenas sentir una punzada en la rodilla. Eso era algo bueno
después de una noche de experiencias muy malas.
Dejé escapar un suspiro pesado. Las acciones de Chris y
su enojo significaron que habían estado juntos por mucho
más tiempo de lo que me habían hecho creer. En realidad,
no, nadie intentó ocultar que Beast y Chris habían tenido
algo, simplemente nunca me dijeron durante cuánto tiempo
había estado sucediendo. ¡Y había conocido a sus hijas, por
amor de Dios! Eso es enorme.
Infierno sangriento. No necesitaba este drama en mi vida.
Ya tenía suficiente con el mío. Y como si el destino me
oyera mi teléfono empezó a sonar. Lo miré y suspiré. Mi
madre. El universo realmente me odiaba. Me pasé las
manos por la cara con cansancio antes de responder.
—Hola, madre. —Ella siempre insistió en que llamáramos
madre, no se permitía otro nombre.
—¿Dónde estás, Victoria? He estado llamando a tu casa
durante días y siempre iba directo a tu buzón de voz. —No
hola, no cómo estás, nada. Típico de ella.
—¿Por qué no llamaste a mi móvil? Sabes que siempre lo
tengo conmigo—dije evitando su pregunta—. ¿Cómo estáis
tú y padre? ¿Y cómo están Daniel, Sophie y el nuevo bebé?
Hubo un resoplido molesto antes de que respondiera.
—Nos va bien. Daniel dijo que se están instalando en su
nueva casa. El bebé está bien. Basta de preguntas, Victoria,
eres tú la que nos preocupa. Hemos estado escuchando
algunos rumores inquietantes.
Fruncí el ceño.
—¿Rumores? ¿Qué rumores? ¿Y de quién?
¿Y por qué Daniel y Sophie se están instalando en una
nueva casa? Compraron la casa de sus sueños en DC
después de casarse. ¿Cuándo se habían mudado? Dios, ¿ha
pasado tanto tiempo desde la última vez que los llamé para
charlar?
—Me encontré con una de nuestras amigas de Ciudad del
Cabo y me dijo que Winifred Maingarde ha estado
preguntando por ti. Winifred le dijo que todos estaban
preocupados porque desapareciste y llevas semanas sin
aparecer.
Oh Dios. ¿Desde cuándo mis padres eran amigos de la
ogro-astra? Rápidamente presioné grabar porque tenía que
dejar que Hawk escuchara esta conversación.
—Eso es una completa tontería. No sé dónde escuchó ese
estúpido rumor. ¿Y desde cuándo eres amiga de Winifred
Maingarde?
Mi madre resopló enojada. Sabía por ese resoplido, que
ella no iba a dejar pasar esto. Y no había manera de que le
dijera dónde estaba. Pero ¿y si ella hiciera esa cosa de
buscar aplicaciones? Salté sin terminar la llamada y abrí la
puerta, Sam se enderezó de golpe cuando vio mi cara. Puse
mi teléfono en altavoz y le mostré que estaba grabando la
conversación. La voz de clase alta de mi madre se escuchó
fuerte y clara.
—Deja de actuar como si no supieras cómo funciona
nuestro círculo social, Victoria. Winifred y yo formamos
parte de algunos de los mismos comités de caridad en
Ciudad del Cabo. Y deja de evitar responder a mi pregunta.
¿Dónde estás?
Me fastidió.
—Tengo casi treinta años y hace mucho que ya no tengo
que informaros de mis movimientos. Esa mierda terminó
cuando me mudé cuando tenía diecisiete años y me niego a
volver a esa situación. Entonces, si esa fue la única razón
por la que llamaste, hemos terminado.
Me dolía, como siempre, que mi madre amara su posición
social más que a sus hijos. Ella cumplió con su deber para
con nosotros y eso fue todo. Mi padre era una figura fría y
distante que apenas conocía. Siempre había estado
demasiado ocupado trabajando para asistir a cualquiera de
mis recitales de baile o a los partidos de rugby de Daniel.
—Veo que eres tan malhablada como siempre. —Ja, esto
no era nada, debería haberme escuchado antes—. Pero
ahora no es el momento de abordar tus malas palabras.
Quiero saber dónde estás, Victoria. Necesitas que te cuiden
porque no has sido tú misma desde que quedaste lisiada.
Debería haber insistido en que vieras al terapeuta que
encontré para ti. No estaba contenta con tu decisión de
regresar a Ciudad del Cabo, pero lo permití porque mis
amigos me aseguraron que te vigilarían. Tienes que venir a
DC porque el hijo de uno de mis amigos ha expresado
interés en ti a pesar de tu discapacidad. Es guapo, rico y un
buen partido con aspiraciones políticas. Deja de ponerte de
mal humor y dime dónde estás para que pueda reservar tu
billete en el próximo vuelo a DC.
Y allí fue y lo volvió a hacer. Ella estaba en mi habitación
del hospital cuando me desperté después de la cirugía y de
inmediato me informó que ahora estaba lisiada y que
tendría que usar mis otros atributos para encontrar un
hombre adecuado. Dios. ¿Cómo podría esta mujer ser mi
madre? ¿No se supone que las madres deben amarte y
apoyarte cuando estás en tu peor momento? ¿Y no
proxenetarme con el hijo de una de sus amigas? Puaj.
No dije una palabra más, no pude porque Sam me había
arrebatado el teléfono, había terminado la llamada, le había
quitado la batería y había salido corriendo por el pasillo.
Regresé a mi habitación y me dejé caer en una silla.
Mi madre siempre había sido fría. Todo giraba en torno a
cómo la percibían en su círculo social. Se esperaba que mi
hermano y yo sobresaliéramos académicamente y en
cualquier actividad extracurricular en la que
participáramos. Mi hermano sobresalía en el aula y en el
campo deportivo. No era un estudiante sobresaliente ni
estaba interesada en el deporte. Todo lo que quería ser era
bailarina y cuando se dieron cuenta de que tenía talento, la
presión para que sobresaliera en la escuela cedió solo para
concentrarse en mi baile.
La única razón por la que me inscribió en la Academia de
Ballet fue porque una de las damas de su círculo había
inscrito a su hija después de haber ido a ver El
Cascanueces. La hija no duró mucho, pero para entonces
mi madre ya había sido informada de que yo tenía mucho
talento. Se me permitió continuar. A mi madre le gustaba el
hecho de que su hija tuviera más talento que la hija de
otras mujeres. Asistía a recitales y, en un tono muy de clase
alta, se jactaba de mis logros. Le encantaba poder
contarles a sus supuestas amigas que su hija era primera
bailarina y bailaba con los mejores del mundo. Solo Dios
sabía lo que le dijo a la gente después de que resultara
herida en el accidente.
Virgen Santísima, Pixie y yo ciertamente habíamos
ganado la lotería cuando se trataba de familiares horribles.
Ella tenía a la ogro-astra y yo a mi madre, fría como el
hielo, trepadora social y a mi padre fríamente distante.
Todavía estaba sentada en la silla cuando Beast, Hawk,
Ice y Kid entraron a mi habitación. Beast ignoró a sus
hermanos, se arrodilló frente a mí, abrió mis piernas, se
interpuso entre ellas y tomó mi cara entre sus enormes
manos.
—Estás a salvo, bebé. Ziggy se encargó de tu teléfono
antes de devolvértelo, no hay manera de que ella haya
podido rastrear la llamada. —Sus pulgares acariciaron mis
mejillas y suspiré profundamente. Su toque se sentía
demasiado bien.
—A ella no le agrado, ¿por qué le importaría dónde estoy?
¿Y tratar de emparejarme con un hombre? ¿Qué demonios
fue eso? ¿Y dónde están Daniel y Sophie? Compraron la
casa de sus sueños después de casarse. ¿Por qué se han
mudado y mejor aún a dónde se han mudado? —Negué con
la cabeza—. Soy una hermana tan mala que ni siquiera
sabía que se habían mudado.
—Puedo responder esas preguntas por ti, pequeña
pelirroja—dijo Hawk en voz baja y fijé mis ojos en los suyos.
—Hemos estado vigilando a tus padres, a tu hermano y a
su familia desde que llegaste aquí. Han visto a su madre
con miembros de la familia de Winifred Maingarde.
Creemos que el hombre del que habla tu madre es el hijo
de un miembro de la familia Maingarde. Y está metido en el
negocio familiar criminal. —Mi boca se abrió y negué
lentamente con la cabeza. Mi madre era increíble.
—Tu hermano y su esposa vendieron su casa en DC y se
mudaron a la ciudad natal de su esposa para alejarse de tus
padres. Y lo sabemos por Daniel. Tu hermano es muy
observador. Vio a los hombres que teníamos vigilándolos y
los enfrentó. Te envió un mensaje. —Hawk sacó el teléfono
y reprodujo un mensaje de voz.
Hola, pequeña plaga, bajo ninguna circunstancia vengas
a Estados Unidos. No se puede confiar en nuestros padres.
Ella tiene una agenda y no es buena. Sophie, Bethany y yo
estamos a salvo. Los hombres a los que tus amigos pidieron
que nos cuidaran a nosotros y a la familia de Sophie tienen
esto cubierto. Permanece oculta. No salgas, bajo ninguna
circunstancia, de tu escondite. No estás a salvo. Esa es una
orden de tu hermano mayor. Te amamos, pequeña plaga.
Abrazos y besos de Soph y Bethy.
Escuchar su voz casi me hizo llorar y parpadeé
furiosamente.
—Gracias, Hawk. ¿Prometes que están a salvo? No podría
vivir conmigo misma si algo les pasara por mi culpa.
—Los tenemos cubiertos, te prometo que están a salvo.
Tu hermano y su esposa están bien protegidos no sólo por
los hombres a quienes pedimos que los cuidaran sino
también por su familia. No sabía que ella venía de una
familia de cuerpos policiales. —Su única ceja se alzó en una
pregunta silenciosa.
Me había olvidado por completo del padre y del hermano
de Sophie. Su padre era el sheriff local y su hermano
estaba en el FBI. Ahora recordaba que Sophie me había
dicho que su familia había trabajado en cuerpos policiales
durante generaciones. De alguna manera me sentí capaz de
relajarme, sabiendo que su familia ayudaría a mantenerlos
a salvo. Y si hubiera recordado esas cosas, tal vez Hawk no
habría tenido que pedir ayuda en Estados Unidos.
—Lo siento, Hawk. Me olvidé por completo de que la
familia de Sophie era policía y esas cosas. Me pregunto si
esa fue la razón por la que se mudaron a su ciudad natal. Al
menos ahora sé que están a salvo y protegidos.
—No hay problema, Tori. Hablemos de tus padres. ¿Por
qué están en Estados Unidos y no en Ciudad del Cabo,
donde tu padre todavía tiene varios negocios? —preguntó
Ice.
Me reí sin alegría.
—Daniel y yo ya no estábamos en el país y ella ya no
podía utilizarnos para obtener la atención que quería. Mi
padre compró una casa en DC aparentemente para estar
cerca de sus hijos, pero eso es una mentira. Yo estaba en
Nueva York y viajaba todo el tiempo y Daniel estaba
trabajando duro en la empresa a la que se había unido en
DC. Nunca los veíamos. Mi padre nombró a un director
ejecutivo para administrar los negocios en Sudáfrica y él
supervisa personalmente la sede de Estados Unidos. No
tengo idea de lo que hace en realidad, creo que tiene algo
que ver con exportaciones y transporte marítimo, pero no
estoy segura.
Fue entonces cuando vi que algo sucedía en los ojos de
todos los hombres. Ellos sabían algo que yo no.
—¿Qué? ¿Es el hecho de que él se dedica a exportaciones
y transporte marítimo lo que hace que todos parezcáis
estar chupando limones?
Beast me frotó los muslos, atrayendo mi atención hacia
él.
—Te juro que tu hermano y su familia están a salvo y
nosotros te mantendremos a salvo, cariño. No dejaré que te
pase nada, nunca más. Lo prometo.
Resoplé de manera poco elegante.
—Deja de ser tan dulce y cariñoso, estoy jodidamente
enojada contigo. Me niego a aceptar abusos de las perras a
las que jodiste y arrojaste, es humillante—le siseé con los
dientes apretados como si fuera una maldita serpiente.
¿Y qué hicieron esos bastardos? Se rieron. Se rieron a
carcajadas.
—No estoy tratando de ser graciosa, malditos imbéciles.
No creáis que porque soy bajita no podré daros una patada
en los huevos, bastardos. —Eso los hizo reír más y
simplemente apreté los dientes antes de decir algo de lo
que me arrepentiría.
Beast ocultó su sonrisa bajando la cabeza y sacudiéndola
de un lado a otro. Respiró profundamente y miró hacia
arriba. La risa desapareció y sus ojos se llenaron de
sinceridad.
—Te prometo que nunca más volverás a pasar por una
mierda así. La cagué al no hablarte de ella. Admito que la
cagué con Chris y la lastimé en el proceso, pero que ella te
cuente toda esa mierda no está bien. Le han dicho que se
reúna con Ice por la mañana y él se lo aclarará. Intenté
hacerlo, pero ella obviamente no lo entendió. Así que
veamos si Ice puede hacerle ver la maldita luz.
Solo negué con la cabeza. Realmente no quería saber
nada más sobre su relación con la perra. Y para mí ella
ahora estaba firmemente en la categoría de perra. Me
importaba una mierda si todos pensaban que era una
buena mujer, después de lo que había pasado en el
comedor no estaba tan segura de eso.
—Estoy cansada y me duele la pierna. ¿Hemos terminado
aquí? Si es así, por favor idos todos porque ya he tenido
suficiente de hombres por una noche y quiero acostarme y
descansar la pierna. —Tantas mentiras en una frase.
No, no estaba cansada, ni me dolía la pierna y no estaba
enojada con ninguno de ellos, solo con la maldita bestia.
Kid inmediatamente se acercó, me dio un abrazo y un beso
en la cabeza, ignorando por completo a Beast que todavía
estaba agachado frente a mí.
—Te veré por la mañana, ricura. Mantén esa pierna
levantada y llama si necesitas algo. ¿Vale? —Era tan
condenadamente dulce.
—Gracias, Kid. Voy a hacer eso tan pronto como todos os
vayáis. Estoy bien, no necesito nada.
Ice y Hawk siguieron a Kid hasta la puerta después de
levantar la barbilla y murmurar buenas noches.
Beast no se fue. Se puso de rodillas, me levantó sobre la
cama y se sentó a mi lado.
—He tratado de disculparme contigo, mariquita, pero no
me escuchas. Quieres mantener esta distancia entre
nosotros porque tienes miedo de cómo te sientes. Me iré,
pero sé que no me rendiré. Ni ahora ni nunca. Hace diez
años cometí el mayor error de mi vida al dejarte ir y no
volverá a suceder. El destino te trajo aquí, a mí y le estaré
agradeciendo por el resto de mi vida. Regresaré mañana
por la mañana y mis hijas estarán conmigo. Quiero que te
conozcan.
Eso me hizo enojar muchísimo.
—¿Cómo puedes hacerles eso? Las estás confundiendo al
presentarles a diferentes mujeres. Por la forma en que
Chris habló sobre Joslyn, ella las conoce y ahora me
incluyes a mí. No está bien.
Beast perdió la calma.
—Por el amor de Dios, Tori. ¿Qué mierda crees que soy?
Nunca le presenté a Chris a mis hijas, ni le hablé de ellas.
Todo lo que hice fue follarla y alejarme una vez que
terminábamos. No tengo idea de dónde sacó la mierda que
escupió esta noche. Estaba tratando de lastimarte y ahora
sé que lo logró. Jossy y Ellie no están tomando lecciones de
ballet porque no es seguro para ellas estar lejos del
complejo en este momento. Su maldita madre podría
intentar arrebatarlas para vengarse de mí. Nunca voy a
correr ese riesgo con sus vidas. —Golpeó la pared con un
puño con un fuerte grito y luego dejó caer la cabeza
mientras yo me sentaba congelada en la cama. Permaneció
así durante unos segundos y luego sacudió la cabeza como
si hubiera tomado una decisión.
—¿Sabes qué? Ya terminé de disculparme y explicar cosas
que no crees. Me voy y no volveré por la mañana. Necesito
un puto espacio para arreglar esta mierda por mí mismo.
Y se fue, dando un portazo al salir.
Sus palabras me inmovilizaron en la cama. Él tenía razón.
Se ha estado disculpando y explicando. Y me ha costado
mucho creerle. ¿Y por qué era eso? ¿Por qué no creía en
sus disculpas o explicaciones? No es que nuestro pasado
estuviera lleno de mentiras. Había sido honesto conmigo
durante todo el tiempo que estuvimos juntos. Animó mi
carrera de bailarina, me apoyó sin reservas y
constantemente me demostró cuánto le importaba. Mierda,
incluso esperó más de un año antes de tener relaciones
sexuales. Suavemente me alejaba de él cada vez que las
cosas se ponían demasiado calientes. ¿Habría hecho eso
alguien que sólo estaba interesado en usarme para tener
sexo? Creo que no.
¿Por qué mierda le había creído cuando rompió conmigo?
¿Por qué no había luchado por nosotros?
¿Era por la forma en que me criaron que inmediatamente
le creí cuando me destrozó el corazón tan brutalmente?
Y si ese era el caso, ¿por qué permitía que mis
antecedentes de mierda arruinaran mi vida una vez más?
Sin pensarlo más, salté y salí corriendo por la puerta.
Sam me siguió pisándome los talones tratando de
detenerme, pero le hice un gesto para que se alejara.
Hasta que llegué a lo alto de las escaleras principales,
donde DC estaba mirando algo que sucedía en la sala
común. Ella no apartó los ojos de lo que fuera, sólo puso
una mano en mi cara, obligándome a detenerme.
Fue entonces que escuché su voz. Dura, fría, implacable y
mordaz.
Él todavía estaba aquí, aún no se había ido y supe que
estaba hablando con Chris porque sus sollozos se
escuchaban fuertes y claros.
—Si pierdo a mi mujer por tu culpa, te mataré, perra. ¿De
dónde mierda sacaste la idea de que me gustas? ¿Que te
tomaría como mi dama? Te dejé muy claro que todo lo que
quería de ti era un polvo fácil. Nunca te besé. Nunca me
quedé más tiempo del necesario para correrme. Nunca me
lie contigo en una fiesta del club. Nunca te puse en la parte
trasera de mi moto. Y ciertamente nunca te presenté a mis
malditas hijas. —Su voz se elevó y el tono hizo que se me
pusiera la piel de gallina en los brazos.
—Lo siento, lo siento mucho. Siento algo por ti y.… y
siempre viniste a mí. Pensé que significaba algo. Esperaba
que vieras lo bien que estábamos juntos y...
No le dio oportunidad de terminar.
—Por el amor de Dios, perra, estábamos jodiendo, eso es
todo. ¿En qué momento del jodido corto tiempo que te follé
te di la impresión de que significabas más para mí que un
polvo fácil?
Me tapé la boca con ambas manos para sofocar mi grito
de shock. DC me dio una rápida mirada de reojo y luego se
centró nuevamente en la escena que se desarrollaba
debajo.
—Beast, hermano, no hagas esto ahora. Déjalo así por
esta noche y lo solucionaremos mañana—intentó razonar
Ice con él.
—Que le den a eso. Después de la mierda que esta perra
vomitó en la cena, mi mujer está lista para hacer las
malditas maletas y largarse. Todo por las jodidas verdades
a medias que esta perra soltó.
—Lo siento mucho, Beast. Estaba celosa y loca. Le
explicaré todo a Tori y me aseguraré de que sepa que no
estábamos en una relación. Que todo fueron ilusiones de mi
parte.
Un pesado silencio descendió sobre la sala común y luego
se escuchó el sonido de una pesada puerta cerrándose. La
voz de Ice fue lo siguiente que escuché.
—Ve a tu habitación, Chris. Te veré en la oficina mañana
a las nueve. Y por favor, no digas ni una puta palabra más.
Estoy muy de acuerdo con mi hermano sobre la mierda que
hiciste esta noche. Debes saber que habrá consecuencias
por tus acciones.
Fue entonces cuando Sam me apartó y rápidamente me
llevó a mi habitación. Nos quedamos justo dentro de la
habitación con la puerta un poco entreabierta y
escuchamos cómo fuertes pasos sonaban en las escaleras
de acero y luego continuaban por el pasillo. Entonces
escuchamos una puerta cerrarse de golpe.
—Eran Hawk y DC, Ice y River probablemente se fueron
justo después de que él le dijo que fuera a su habitación.
Joder, esto es malo, esto es realmente malo, Tori. Chris es
popular entre los hermanos y que ella haga esta mierda
podría terminar su tiempo en el club. Nadie quiere que las
chicas del club tengan la idea de convertirse en damas
porque a un hermano le gusta follar con una específica. De
todos modos, ya tienen suficientes ideas de ese tipo.
Me dio una mirada rápida antes de apartar la mirada.
—Beast casi nunca usaba a las chicas del club, solo pensé
que necesitaba decírtelo. Gracias a la mierda, la sala
común estaba prácticamente vacía esta noche, pero todavía
se hablará de esto. No tengo idea de por qué Hawk decidió
que estaba bien que te vieran. No creo que haya sido una
buena idea, no teniendo en cuenta cómo terminó la noche.
Fruncí el ceño.
—¿Crees que alguien hablará fuera del club?
Sam se encogió de hombros.
—Esa es siempre una posibilidad. A algunas personas les
gusta hablar para parecer que saben una mierda.
Mierda. Mierda. Mierda.
—No puedo soportar otra revelación esta noche. Me voy a
dormir y espero que cuando abra los ojos por la mañana
todo haya sido un muy mal sueño.
Entonces eso es lo que hice. Me fui a la cama, di vueltas y
vueltas hasta que finalmente me quedé dormida.
Esperando con todas sus fuerzas que por la mañana toda la
mierda mala hubiera desaparecido como la niebla ante el
sol.
Una ilusión, lo sé. Tantas ilusiones.
Capítulo 16
Beast
El sueño lo esquivaba mientras yacía boca arriba mirando
al techo escuchando a sus bebés respirar. Maldita Chris.
¿Por qué mierda pensaría que él querría algo más que un
polvo rápido? No la había tratado de manera diferente a
como lo hacía con las otras putas del club.
En realidad, ninguno de los hermanos la veía como a una
puta de club. No después de que se deshicieran de las
zorras que solían pasar el rato en la casa club y ella dejara
en claro que respetaba a los hermanos. Ice la convirtió en
su camarera y le dio la opción de elegir follarse a los
hermanos o no.
Y ahí estaba su respuesta. Hasta donde sabía, él era el
único con quien había follado en las últimas semanas.
Maldito infierno. La advertencia de sus hermanos y la
sensación en sus tripas habían llegado demasiado tarde
para cortar esta mierda con ella de raíz.
Ahora su mujer estaba enojada y él no la culpaba por
estar cabreada. Tenía derecho a estarlo después de la
mierda que Chris había dicho.
Pero lo que sí le molestaba era el hecho de que ella lo
tomara como una oportunidad para poner distancia entre
ellos una vez más. No iba a permitirle hacer eso. Ella era
suya. Había sido suya desde la primera vez que puso sus
ojos en su lindo y pequeño trasero cuando todavía no tenía
edad para consentir.
Ni de coña le daría espacio. Estaría en la casa club con
sus hijas por la mañana.
Su mujer necesitaba ajustarse a la situación. Sus hijas
iban a ser sus hijas cuando le pusiera su parche en la
espalda y su tinta en ese pequeño culo.
Se quedó dormido con una sonrisa en el rostro mientras
imaginaba su tinta oscura sobre su pálida piel translúcida.
Una sonrisa que permaneció con él durante el desayuno
con sus hijas y sus hermanos.
Beast se estaba sirviendo café después de un gran
desayuno cuando Wolf preguntó por qué estaban allí
desayunando juntos.
—Dijiste que había algo con lo que necesitabas ayuda.
¿Qué necesitas, hermano?
Alzando a sus chicas que soltaban risitas tontamente,
Beast fue a la terraza trasera. Les indicó que se sentaran
en las sillas mientras llevaba a sus niñas a los columpios y
las acomodaba, luego volvió a subir a la terraza para tomar
el café que Wolf había traído con el suyo. Se sentó e
inmediatamente comenzó a explicar. No le preocupaba que
sus hijas lo escucharan porque se reían y susurraban entre
ellas.
—Primero eliminemos la última mierda del camino. El
montaje de anoche funcionó a las mil maravillas. La perra
fue atrapada cuando se iba, ya estaba hablando con alguien
en su teléfono. Will y Terror la agarraron justo antes de que
empezara a hablar. —Beast suspiró—. Mi mujer, sin
embargo, no está bien. Todos la escucharon en la cena y
más tarde en su habitación cuando nos echó, fingiendo que
le dolía la pierna. Joder, no le dolía, visteis la forma en que
salió pavoneándose del comedor. Entonces, Tori no solo va
a patearme el puto culo por la mierda que hizo Chris, sino
que también me va a destripar cuando descubra que la
usamos como cebo.
Sin silbó suavemente entre dientes.
—Estás en una mierda muy profunda, hermano, muy
profunda.
—Entonces, ¿qué está pasando con Brandi? Ella siempre
ha tenido una boca grande y nunca supo cuándo
mantenerla cerrada—dijo Wolf con disgusto—. Nunca me
gustó esa perra y por eso jamás me la follé.
—Tienes razón, tiene una boca grande. Sólo me la follé
una vez y, en el mejor de los casos, es un polvo mediocre. —
Beast se rascó la barba. Necesitaba recortar la maldita
cosa.
—Joder, creo que nos han involucrado en este caso,
¿verdad? —Sin tomó un largo trago de café.
Beast levantó la barbilla.
—Sí. Hemos sido seleccionados para hablar con la perra y
descubrir con quién habló y cuánto les ha dicho. Prez
quiere que nos pongamos manos a la obra lo antes posible.
La dejaremos agonizar sobre lo que le sucederá hasta
avanzada la tarde. —Beast suspiró—. Y eso me lleva a la
razón original por la que os invité a desayunar.
Ambos asintieron y esperaron a que hablara.
—DC me hizo construir algunas cosas para su nuevo
estudio y aunque dijo que era para ella, ahora sé que es
para Tori. Ella le construyó a mi mujer un estudio de baile,
lo que significa que no quiere que se vaya y eso significa
que tendré su apoyo para convencer a mi dama de que se
quede. Y por eso necesito tener un hogar donde vivir.
Beast respiró hondo.
—Mis hijas y yo hemos ocupado dos de las habitaciones
del piso superior, pero necesitamos más espacio. Charlé
con Rider y llegamos a un acuerdo para dividir la casa,
pero compartiremos las áreas comunes. Rider y su chica no
tienen muchos muebles. Penny odia la mierda que las
zorras dejaron atrás y quiere que desaparezca, pero con la
bebé y todo, no tienen dinero para derrochar. Y yo tengo
toda esa mierda nueva en mi apartamento sin usar.
Necesito ayuda para empacarlo y traerlo todo aquí. Penny
revisará toda la mierda aquí y Will y Owen se llevarán lo
que ella arroje y eso incluye la maldita cama en la que he
estado durmiendo. No soporto dormir en la misma cama en
la que mi presidente solía follar a sus zorras. —Sus
hermanos se rieron como si fuera la broma más grande de
la historia.
Beast miró a sus hijas, les mostró el dedo a sus hermanos
y continuó explicando.
—Debido a que tenemos pocos prospectos, Hawk no
puede darme más de dos por un par de horas. Voy a
necesitar que algunos hermanos me ayuden a mudarme.
Wolf no dijo una palabra, simplemente sacó su teléfono y
llamó.
—Hola Dizz, ¿estás ocupado hoy? Vete a la mierda, sé que
es temprano, pero Beast necesita nuestra ayuda para llevar
su mierda desde su apartamento a la casa. —Escuchó con
una sonrisa—. Está bien, hermano, se lo diré. —Terminó la
llamada y guardó el teléfono en el bolsillo interior de su
chaleco.
—Dizz está de acuerdo y dice que te costará un par de
cervezas. Y conseguirá que Dollar, Buzz, Ratel y Bullet lo
acompañen. —Wolf se recostó y tomó un sorbo de café—.
Todo lo que tenemos que hacer ahora es agarrar uno de los
camiones, recoger algo de mierda para embalar y listo.
—Me ocuparé de eso—dijo Sin mientras dejaba su taza
vacía—. De todos modos quiero comprobar algunas cosas
en la oficina.
—Gracias hermanos, aprecio la ayuda. Quiero que este
lugar se parezca más a un hogar antes de traer a mi dama
aquí.
Sus hermanos se rieron a carcajadas, luego Sin saludó
con la mano hacia el patio trasero donde sus hijas se
columpiaban alegremente.
—De ninguna manera alguien va a pensar que esto es una
casa de coños, hermano. Rider y tú estáis convirtiendo esto
en un paraíso para las niñas. ¿Qué vais a construir a
continuación?
Beast sonrió mientras ponía su taza vacía sobre la mesa.
—Tenemos planes para construir un columpio, un fuerte y
Jossy pidió un castillo de princesa. Así que parece que
pasaré muchísimo tiempo aquí construyendo esa mierda.
—No te preocupes, Beast, organizaremos un sábado con
los hermanos y ayudaremos a tus niñas a construir un mini
Disneylandia en tu patio trasero—bromeó Wolf—.
Trabajaremos por la cerveza.
Beast miró alrededor del patio trasero y sonrió. Su
hermano no se equivocaba. Si construían todo lo que él y
Rider habían hablado, se quedarían sin espacio muy pronto.
Joder, simplemente moverían las paredes si fuera
necesario, pensó encogiéndose de hombros internamente.
Mirando su reloj, Beast gimió. Había llegado el momento
de enfrentarse a su furiosa mujer.
—Necesito preparar a las chicas para conocer a Tori. No
sé cuánto tiempo estaré, podría echarme en cuanto me vea.
Tendré que improvisar.
—No te preocupes, Beast. Arréglalo con tu mujer y
nosotros organizaremos el camión y a los hermanos. —Sin
miró la hora y asintió—. Ahora son las nueve, así que
digamos que sales de aquí a las nueve y media y pasas una
hora con tu mujer y tus hijas. Nos reuniremos contigo en la
casa club a las once y recogeremos tu lugar. Mientras
estamos ocupados con eso, los prospectos pueden vaciar
este lugar y estará listo para mudar tus cosas cuando
regresemos. Organizaré otro camión para llevar todo lo que
se tire a la organización benéfica 'Helpende Hand' (NdelT:
Mano que Ayuda) en Pretoria. Pueden venderlo para
ayudar con su plan de alimentación o dárselo a alguien que
lo necesite—explicó Sin.
—Es una buena idea. Alguien más podría sacarle algún
provecho a esta mierda. —Beast asintió mientras se
levantaba—. Voy a buscar a mis niñas y prepararlas. Os
veré en la casa club, cabrones. Ah, y no os preocupéis por
Penny, Rider ya le contó sobre esta mierda anoche. Está
jodidamente ansiosa por empezar.
Todos se rieron y Beast bajó corriendo las escaleras hacia
el jardín para buscar a sus hijas.
Sus chicas se reían y saltaban en su cama mientras él
sacaba algo de ropa, quería que se vieran bien para su
reunión con Tori.
—Vamos, niñas, vamos a vestirnos. Vamos a la casa club a
conocer a una señora que es bailarina de ballet. Ella es una
dama muy especial y quiero que seáis amables con ella.
¿Vale?
Ellie lo miró con esos grandes ojos oscuros y asintió con
su cabecita rizada, sonriendo tímidamente. Los ojos de
Jossy estaban tan abiertos de asombro que tuvo que
sonreír.
—¿Va a bailar, papi?
—No lo sé, cariño. Se lastimó la pierna y aún no ha
mejorado del todo. Le preguntaremos cuando la veamos.
—Tambén quero balarr, papi. ¿Puedo? ¿Puedo?—habló de
repente Ellie y Beast casi dejó de moverse. Su bebé estaba
hablando.
—Sí, cariño, puedes bailar todo lo que quieras. —Ella
asintió con su cabecita y su sonrisa era como el sol
atravesando las nubes, cegadora.
Jossy de repente sacudió la cabeza de un lado a otro.
—Esos no, papi. Queremos vestidos de baile. No
pantalones cortos.
Mierda. Beast intentó explicar por qué hoy no era un
buen día para los vestidos. No importaba, sus chicas
querían vestidos. Al final cedió para ahorrar un puto tiempo
y las vistió con vestiditos de volantes y bonitas sandalias.
No sabía de dónde los habían sacado porque ciertamente él
no los había comprado. Vistió a sus hijas, les cepilló el pelo
y les ató las jodidas cintas que insistían que necesitaban en
el pelo.
Después de toda esa mierda, finalmente las tuvo atadas a
sus asientos de coche y se dirigieron a la casa club.
Beast estaba jodidamente nervioso cuando entró en el
complejo. Fue cuando estaba estacionando bajo los árboles
que vio una pequeña multitud de hermanos afuera del
nuevo estudio de DC.
Su estómago se apretó. Sabía lo que significaba.
Su dama estaba allí y probablemente estaba bailando.
Con su jodida pierna lesionada no debería estar cerca de
ese maldito estudio. Su culo iba a arder una vez que él la
tuviera a solas.
Desatando a sus hijas, las sacó y ellas se quedaron
esperando en silencio mientras él cerraba su jaula.
Levantaron sus manitas para que él las tomara, pero él las
levantó y con una niña en cada brazo y sus bracitos
alrededor de su cuello se dirigió al estudio.
Si encontraba el culo de su dama bailando, ella estaba en
un maldito problema.
Se suponía que debía tomarse las cosas con calma con
esa pierna. Y obviamente no lo estaba haciendo.
Capítulo 17
DC
No podía esperar para mostrarle a Tori el estudio. Estaba
tan emocionada que no podía quedarme quieta durante el
desayuno. Un desayuno donde ella nos acompañaba por
primera vez. Tenía otra sorpresa para ella, pero solo se la
revelaría una vez que hubiera visto el estudio. Pixie y Joney
me ayudaron con la segunda sorpresa y había llegado esta
mañana, justo a tiempo para la inauguración del estudio.
Tori había vivido varias experiencias insoportablemente
dolorosas durante el último año y esperaba que el estudio
le devolviera el fuego que alguna vez solían tener sus ojos.
No había estado allí para ella después del accidente de
autobús que acabó con su carrera y se llevó a su mejor
amigo y pareja, pero estaba aquí para ella ahora. Tori no lo
sabía, pero todos opinábamos que necesitaba volver a un
estudio y yo le había construido uno.
Se había negado a entrar a los estudios de danza en
Ciudad del Cabo después de que la gente le tomara fotos
con sus teléfonos y las publicara en la red junto con
algunos comentarios realmente jodidos. Según Pixie, había
estado usando el gimnasio RW para hacer ejercicio, pero no
había bailado desde el accidente. Y justo cuando estaba a
punto de volver a intentarlo, ocurrió el incidente en la casa.
Corriendo escaleras arriba, sonreí cuando vi a Sam
afuera de su puerta. Le había contado y él me estaba
esperando. Llamé a su puerta y la abrí. Ella estaba donde
esperaba que estuviera, agarrándose del alféizar de la
ventana y realizando algunos ejercicios básicos de ballet.
—Es bueno que ya estás en ropa de entrenamiento. Esta
mañana haremos una pequeña excursión. Vamos, toma lo
que necesites y vámonos. —No le di la oportunidad de
discutir, no es que fuera a hacerlo. Tenía demasiada
curiosidad por ver a dónde íbamos.
La guié a través de la tranquila casa club hasta el
exterior. Tori se detuvo, echó la cabeza hacia atrás
dramáticamente y respiró profundamente.
—Ah, el olor a libertad—bromeó ella y Sam y yo nos
reímos entre dientes. Pero no la dejé quedarse parada, le
hice señas para que me siguiera. Algunos de los hermanos
estaban parados afuera del garaje charlando y nos
observaron mientras caminábamos por el complejo hacia el
estudio de baile.
Ayer Terror y yo habíamos colocado un barral de cortina
delante de las puertas y colgado una cortina negra para
que ella no pudiera ver lo que había adentro. Jagger había
insistido en instalar seguridad y ahora no hacía falta una
llave. Tan pronto como ingresé mi código en el teclado, las
cerraduras hicieron clic, se desbloquearon y abrí las
puertas. Se movieron fácil y silenciosamente sobre las vías
y me volví hacia Tori antes de abrir la cortina.
—Hice algo por ti. Si no te gusta, está bien, aún podemos
usarlo, pero esencialmente esto es para ti. —Tori me
frunció el ceño confundida y luego miró la cortina
ondeando con la ligera brisa.
Le hice un gesto a Terror para que siguiera adelante y él
abrió la cortina para revelar el estudio. Tori jadeó,
tapándose la boca con las manos mientras miraba el
estudio con los ojos muy sorprendidos.
—Oh. Mi. Dios. Esto... esto es simplemente... guau, DC.
¿Por qué? ¿Por qué harías esto por mí? —me preguntó
mientras las lágrimas llenaban sus ojos. Entonces le dije.
—Porque no quiero que te vayas. No confío en la ogro-
astra y sus secuaces y no quiero perder una amiga a manos
de esos hijos de puta.
La diminuta fiera me gritó enojada, con sus ojos verdes
ardiendo.
—Maldita sea, DC. Mi vida está en Ciudad del Cabo, es
donde planeaba establecerme y abrir mi escuela de ballet.
Pude ver en sus ojos que estaba tratando de convencerse
a sí misma tanto como intentaba convencerme a mí.
—No, no lo está. Tu vida está aquí, con Beast y sus
pequeñas. Tú lo sabes y yo lo sé. Puedes enseñar ballet
aquí y cuando todo se calme podemos pensar en abrir una
escuela de danza para niños desfavorecidos. El club
siempre está buscando formas de llegar a la comunidad. Y
como dama de Beast, ahora eres parte del club.
Ella sacudió la cabeza y resopló.
—Todos seguís insistiendo en que soy su dama, pero...
—Detente. No quiero escuchar excusas sobre el tiempo,
las putas del club y esa mierda. Él es tuyo, tú eres suya, fin
de la historia.
Agarré su mano y la arrastré dentro presionando los
interruptores de la luz mientras pasaba. De repente, el
estudio quedó brillantemente iluminado y la llevé a la mesa
al otro extremo donde dejé mi teléfono y las llaves. Odiaba
arrastrar esas malditas llaves, pero Hawk insistía en que
mantuviéramos nuestra habitación cerrada con llave en
todo momento.
—No estaba segura acerca de la música y Pixie dijo que
te gusta bailar Evanescent así que hay algunas de sus
canciones cargadas, además busqué en Google ballets
famosos y cargué algunas piezas de piano para ti. El resto
depende de ti. —Señalé el sistema de audio montado en la
pared—. Es un sistema muy básico y muy fácil de operar. O
tal vez quieras usar la música que tienes en tu teléfono, si
ese es el caso, simplemente puedes enchufarlo y listo.
Tori
No podía creer lo que estaba viendo. Un estudio. Un
maldito estudio completamente nuevo. Me llamaba. Me
hacía sentir posesiva. Quería que mis pies fueran los
primeros en bailar en esa pista.
—No sé qué decir, DC. Esto es lo más asombroso que
alguien ha hecho por mí jamás.
Pero ella negó con la cabeza.
—No, no lo es. Lo más desinteresado y sorprendente que
alguien ha hecho por ti fue cuando Beast se alejó de ti. Su
acto desinteresado te dio el mundo del ballet y, en última
instancia, es él quien te da este estudio.
La maldita mujer me iba a hacer llorar.
—Me vas a hacer llorar y no quiero. Quiero ser la primera
en bailar en esa pista, pero primero tenemos que hacer mi
terapia de ejercicios y un calentamiento. Ojalá tuviera mi
bolso de baile conmigo. Todo lo que necesito está en él.
Debería haber llamado a Pixie para colarse en mi casa y
recoger mi bolso, pero con todo lo que pasó me había
olvidado por completo.
—¿Es este el bolso del que estás hablando?—preguntó
una voz profunda detrás de mí y cuando me giré, Terror
estaba allí con mi bolso de baile en alto. Mis ojos
empezaron a arder.
—Realmente queréis que empiece a lloriquear como un
bebé, verdad?— Intenté bromear mientras le quitaba el
bolso, le daba un rápido abrazo y lo dejaba sobre la mesa.
—Deja de gimotear. Hay un pequeño vestidor allí. Toma
tu bolso, mete tu culo en algo de ballet y vuelve aquí. Estás
desperdiciando el tiempo—gruñó DC y me empujó hacia
una puerta que ni siquiera había notado.
—Tendrás que ayudarme a vendarme la rodilla antes de
ponerme los leggings, así que deja de empujarme—me
quejé.
Mi rodilla estaba vendada e inmovilizada con el aparato
ortopédico. Estaba vestida con un par de leggings negras
ajustadas y una blusa blanca corta con espalda estilo
corredor. Ambos estaban hechos de tela elástica que se
movía con mi cuerpo. Tenía calentadores para las piernas
que me iba a poner después de completar los ejercicios de
fisioterapia y una fina camiseta polar para mantenerme
abrigada mientras trabajaba en una clase de ballet. Sólo
me los quitaría cuando bailara. Si podía bailar, claro.
Estaba terriblemente nerviosa.
La fisioterapia ya no dolía tanto y la superamos rápida y
silenciosamente. Una vez que terminamos, me puse los
calentadores y la camiseta polar.
DC se sentó en el suelo a mi lado y observó cómo me
envolvía meticulosamente los dedos de los pies. Mis callos
se habían suavizado durante el tiempo que no había podido
bailar. Me iban a salir ampollas graves una vez que
terminara. Me puse con cuidado mis zapatillas de punta,
me até las cintas alrededor de los tobillos y me puse de pie.
Estaba casi lista.
Lo siguiente fue la música.
Con una música de piano muy familiar, realicé los
ejercicios que había estado haciendo en clase todos los días
de mi vida desde que tenía tres años. No mentiré, al
principio fue difícil. Estaba oxidada y mi cuerpo no quería
hacer lo que yo quería que hiciera, pero pronto la memoria
muscular se activó. Me concentré en observar mi forma en
los espejos. Corrigiendo, una y otra vez.
Al final de la clase tomé un descanso para tomar agua y
me quité la camiseta polar y los calentadores. Estaba lo
más preparada posible. De ninguna manera podría bailar
una pieza clásica. Sabía que aún no estaba lista para eso. Y
no iba a retrasar mi recuperación por tener demasiada
confianza. Iba a bailar una pieza moderna que Ilya y yo
habíamos coreografiado e interpretado. Por primera vez
desde el accidente iba a bailar, pero sin mi pareja y mi
mejor amigo.
Seleccioné Evanescent y luego la canción que Ilya y yo
habíamos bailado muchas, muchas veces antes y subí el
volumen para que la música me atravesara mientras
bailaba. Estaría bailando para él hoy. Lo extrañaba. Mucho,
muchísimo.
Corrí hasta el centro del estudio frente a los espejos,
tomé mi posición y esperé. Y mientras el piano tocaba los
primeros compases, lo sentí en mi alma. La música me
invadió y todo se desvaneció con el sólido ritmo de los
tambores. Me moví por el suelo, sola, sin su mano en la
mía, sin sus brazos fuertes y seguros alrededor de mi
cuerpo.
El dolor por la pérdida de Ilya que había guardado en lo
más profundo de mí rompió las barreras que había erigido.
Sin saberlo, las lágrimas corrían por mis mejillas mientras
bailaba. Las lágrimas se convirtieron en sollozos y dejé de
moverme, dejé de bailar, mis brazos se curvaron alrededor
de mi cuerpo y comencé a doblarme sobre mí misma. Todo
lo que quería hacer era acurrucarme como una bolita en el
suelo y llorar con toda mi alma porque mi corazón estaba
muy roto.
Unos brazos fuertes se curvaron a mi alrededor y me
hundí en ellos y, por supuesto, fue Beast quien me abrazó
mientras lloraba.
—Shhh, cariño, te tengo. Te entiendo—me susurró al oído
mientras me apretaba contra su pecho y lo permití.
—Lo extraño mucho. Era mi mejor amigo y nunca volveré
a bailar con él. No es justo. No es justo—sollocé contra su
pecho y él se dejó caer al suelo conmigo en sus brazos y me
abrazó, frotando su mano por mi espalda, una y otra vez
hasta que los sollozos se calmaron lentamente.
—La vida no es justa, cariño, aprendemos a aguantar los
golpes porque no hay nada más que podamos hacer más
que absorberlos y seguir adelante. Y tú y yo, mi pequeña
mariquita pelirroja, somos fuertes, resilientes y
supervivientes. Así que llora, ángel mío, estoy aquí para ti,
siempre estaré aquí para ti—me susurró y sus palabras
calentaron mi corazón dolorido.
Las lágrimas disminuyeron y me sequé los ojos, lo miré y
le di una pequeña sonrisa triste.
—Se supone que no deberías estar aquí.
Su sonrisa era igualmente triste, pequeña y un poco
incómoda.
—Nunca fue el plan mantenerte alejada, cariño. Estaba
enojado, pero ya lo superé y lo entiendo. No es fácil
enfrentarse a una mierda como la de anoche.
Asentí con la cabeza.
—Sólo lamento que la encantadora cena de la tía Beryl se
haya arruinado.
Beast resopló.
—No fuimos nosotros quienes arruinamos la cena,
mariquita. Ahora tengo a mis hijas esperando allí, muriendo
por acercarse. ¿Estás lista para conocerlas?
Oh, mierda. Trajo a sus chicas para que me conocieran.
Me pasé otra mano por los ojos, respiré profundamente y
asentí.
Estaba más preparada que nunca.
Miré hacia donde estaba Wolf sosteniendo las manos de
dos niñas de aspecto dulce con bonitos vestidos. Eran la
imagen de su padre. Cabello oscuro y rizado, ojos oscuros
con piel oliva y grandes sonrisas. Tomando mi mano, Beast
estaba a punto de llevarme hacia ellas, pero lo detuve para
recoger mi camiseta polar y mis calentadores y
rápidamente me los puse. No quería dejar que mis
músculos sobre estimulados se enfriaran demasiado rápido.
Nos detuvimos frente a las niñas y Beast se puso en
cuclillas. Cuando les habló su voz cambió completamente,
se volvió suave y llena de amor. Me tendió la mano, la tomé
y me acercó a él. Me hundí y me senté en el suelo,
manteniendo recta la pierna herida mientras cruzaba la
otra sobre ella. Me dolía la maldita pierna y me palpitaban
los dedos de los pies porque, como siempre, me había
esforzado demasiado. Pero al mismo tiempo era un dolor
agradable y parte de ese dolor era un dolor bien recordado,
un dolor bienvenido.
Beast soltó mi mano para tomar las manos de sus hijas y
atraerlas hacia nosotros.
—Jossy, Ellie, recordáis que os dije esta mañana que
quería presentaros a alguien que era bailarina. —Sus
cabecitas asintieron, sus ojos nunca me abandonaron—. Lo
que no os dije fue que ella es mi dama y se llama Tori.
Dios mío, otra vez lo de la maldita dama. Y les estaba
diciendo a sus hijas que yo era suya. Oh Dios. Jossy, la
mayor, frunció el ceño y luego miró a su padre.
—Bettie no era tu dama—dijo ella usando el nombre de
pila de la ex. Oh mierda.
—No, cariño, no lo era. Reclamé a Tori como mi dama
hace muchos años.
—¿Por qué Tori te dejó solo si era tu dama? —Ese
pequeño ceño ahora era aún más oscuro. Oh, mierda.
—Ella no lo hizo, cariño. La despedí, pero ahora ha
regresado y no la despediré nunca más.
Jossy inclinó la cabeza hacia un lado mientras sus ojos se
movían entre Beast y yo. Pude ver algo en esos ojos
oscuros. La pobre bebé estaba tratando de solucionar esta
mierda de adulto, con la que incluso yo estaba luchando,
por sí misma. Mientras tanto, los ojos de su bebé más
pequeña nunca me abandonaron. Tenía una pequeña
sonrisa curvando tímidamente sus labios.
—Está bien, papi. Pero tienes que decirle que no nos
gusta que nos griten, ni nos peguen, ¿vale?
Esto último lo dijo en un susurro, pero todos la
escuchamos. Mi maldito corazón se rompió. Simplemente
se abrió de par en par y esos pobres bebés se arrastraron
hacia dentro.
—Ella ya lo sabe, cariño, y tampoco le gusta gritar, ni
pegar. Alguien la lastimó gravemente y necesita abrazos y
mucho amor, ¿de acuerdo? —explicó Beast con voz suave y
los ojos de ambas chicas estaban clavados en él.
Las caritas de Jossy y Ellie se arrugaron antes de asentir
y luego me miraron.
Beast soltó a sus chicas y tomó mis manos, sus dedos
apretaron los míos antes de soltarme y tomar las manos de
sus chicas nuevamente.
—Tori, estos son mis tesoros, ésta es mi hija mayor, Jossy
y ésta es mi pequeña, Ellie.
—Hola, dulzuras—dije suavemente cuando en realidad
quería gritarle y golpear sus pelotas. Era demasiado pronto
para decirles a sus bebés que yo era su dama. Las niñas
sonrieron tímidamente y me miraron con esos ojos oscuros
y brillantes durante lo que pareció una eternidad.
Lo que pasó entonces casi me hizo llorar.
Su hija más pequeña soltó su mano y se abalanzó sobre
mí. Me rodeó el cuello con sus bracitos y me dio un fuerte
beso en la mejilla. La abracé, reacomodé mis piernas y ella
inmediatamente se sentó en mi regazo. Miré a Beast y
capté la expresión de sorpresa en su rostro antes de que la
limpiara y sonriera.
Jossy miró a su hermana pequeña y luego me miró,
frunció el ceño y suspiró. Caminó lentamente hacia mí, me
dio un abrazo rápido y un beso en la mejilla, luego se sentó
en el suelo entre Beast y yo. Me miró con esos ojos oscuros,
como los de su padre, y mi corazón se apretó. Dios mío,
estas niñas iban a cambiar mi vida, lo sabía.
—Sabemos de las damas. La mamá de Duncan es una
dama. No tenemos una mamá, solo un papá—explicó Jossy
todo lo importante— Si eres la dama de papá, ¿serás
nuestra mamá ahora?
Oh, mierda, mierda, mierda. Miré a Beast antes de mirar
dos pares de ojos marrón oscuro casi idénticos a los que no
se les escapaba nada. Esos ojos eran cautelosos y
esperanzados al mismo tiempo.
—Jossy, no creo que ahora sea el momento de hablar de
esto con Tori—dijo Beast suavemente, pero yo negué con la
cabeza. No, estos bebés necesitaban que se las
tranquilizara y necesitaban oír la verdad.
—Tu papi y yo tenemos algunas cosas de adultos de qué
hablar, Jossy, pero te prometo que hablaremos contigo y
con Ellie tan pronto como hayamos hablado de todas esas
cosas de adultos. —¿Qué más podría decir?
Jossy frunció el ceño, pero asintió levemente y luego
apoyó la cabeza contra el costado de Beast. Él la rodeó con
un brazo y la levantó sobre su regazo mientras se acercaba
a mí.
Una pequeña mano acarició mi mejilla y miré a la bebé en
mi regazo, cuando nuestros ojos se encontraron ella sonrió,
muy, muy ampliamente, y luego me dejó totalmente sin
aliento y se arrastró hasta lo más profundo de mi corazón.
—Vo a ser una balina—dijo muy firmemente.
—¿Quieres ser bailarina?—pregunté sólo para estar
segura y asintió vigorosamente con su cabecita.
—Está bien, cariño, puedes ser lo que quieras ser.
Jossy retomó la conversación y, oh Dios, Beast tenía un
gran problema con ella. Me tragué la risa que quería
escapar de mí cuando miré su sorprendida cara de 'diablos,
no'. Iba a tener una marimacho rebelde en sus manos.
—Voy a ser motera, como mi papi, y voy a andar en una
Harley, igual que él. Y voy a tener una pistola y un cuchillo
para los malos. Voy a tener un club, pero sólo de chicas, no
de chicos.
Sonreí y ella también sonrió.
—Vaya, eso suena divertido. ¿Puedo estar en tu club?
Su cabecita se inclinó y me miró entrecerrando los ojos.
—¿Tienes una moto?
Negué con la cabeza.
—No, lo siento, no tengo, pero tal vez pueda conseguir
una.
Ella asintió con aires de sabelotodo.
—Está bien, si consigues una, puedes estar en mi club.
La pequeña en mi regazo habló.
—Toy en el cub de Jossy. Soy una hemana.
Jossy suspiró y negó la cabeza.
—Vas a ser bailarina, no motera.
—Oh, sí, soy una balina—susurró Ellie, envolvió sus
bracitos alrededor de mi cintura y se relajó contra mí—.
Como Toreee.
Oh joder. Oh, joder, joder, joder, joder.
¿Qué podía hacer más que abrazar a esa preciosa bebé
contra mí? Beast se inclinó y besó su cabecita, luego besó
la de Jossy y después me besó. Suave y dulce, con labios
cerrados y ojos ardientes que miraban fijamente los míos.
Sabía que estaba atrapada. Bien y verdaderamente
atrapada.
Beast
Dios. Sus hijas. Sus preciosos bebés acaban de cumplirle
su sueño. Lo vio en los ojos de Tori cuando sucedió. Vio el
momento en que se enamoró de sus bebés y aceptó su
nuevo futuro.
Fue necesario solo una conversación con su dama para
que sus bebés supieran que Tori era una buena mujer.
Después de vivir con la puta de su madre y las putas del
club de las que se rodeaba, tenían mucha más experiencia
de la que él hubiera querido que tuvieran para diferenciar
entre el bien y el mal. Después de que le dieron la custodia
total de sus hijas, hizo un juramento de que a partir de ese
momento solo habría cosas buenas en sus vidas. La mierda
a la que las había sometido su puta donante de útero nunca
las volvería a tocar.
Mierda, sabía por amarga experiencia que la vida era
impredecible y te lanzaba bolas curvas cuando menos lo
esperabas. Pero haría todo lo que fuera necesario para
darles a sus hijas una buena vida rodeada de buenas
personas que las quisieran.
Mientras estaba atrapado en sus pensamientos, sus tres
chicas habían iniciado una suave conversación. Todavía le
asombraba que Ellie estuviera hablando, no bien, pero
estaba hablando.
—Me gustan vuestros vestidos, son muy bonitos—dijo su
mujer en voz baja. Y entonces descubrió quién les había
comprado esos vestidos.
—La tía Genna nos los compró. Ella dice que las niñas
tienen que tener vestidos de fiesta. Ella tiene muchísimos.
Nos lo mostró—dijo Jossy—. ¿Tienes muchos vestidos de
fiesta?
Tori asintió.
—Sí. Creo que la tía Genna y yo tenemos las mismas
ideas. Me encantan los vestidos de fiesta y los zapatos.
Realmente amo los zapatos. Tengo muchos.
Jossy frunció el ceño.
—No tenemos muchos zapatos. —Miró a Beast con el
ceño ligeramente fruncido—. Necesitamos más zapatos,
papi.
Beast sonrió y sacudió la cabeza.
—No, cariño, no lo necesitas. Tus pies están creciendo
tan rápido que te quedarán apretados antes de que puedas
usarlos a todos. Te compraremos zapatos cuando los
necesites, ¿de acuerdo?
Su chica lo pensó por unos segundos y luego asintió.
—Está bien, papi.
Ella miró a su mujer y sonrió.
—Ellie quiere girar. ¿Podemos girar?
Tori sonrió y asintió.
—Claro, podemos girar, pero primero debemos quitarnos
los zapatos. —Dio unas palmaditas en el suelo—. Este suelo
es muy especial, solo caminamos sobre él con zapatillas de
baile o descalzas. Compraremos unas zapatillas de baile
para la próxima vez. Hoy bailaremos descalzas.
Ella tomó el pie de su bebé, le desabrochó las sandalias y
las puso a un lado.
—¡Papi! ¡Quítame los zapatos! ¡Rápido! —Jossy se acostó
boca arriba y agitó las piernas en el aire. Beast la agarró de
los pies, le quitó las sandalias y ella se levantó y saltó
emocionada esperando a Ellie y Tori.
Levantando a Ellie de su regazo, Tori la puso de pie junto
a ella y se levantó. Sus dos hijas miraron sus pies.
—Esos zapatos se ven raros—dijo Jossy mientras se
inclinaba para ver mejor.
—Tienen un aspecto gracioso—estuvo de acuerdo Tori
mientras guiaba a las niñas a la pista. Ella lo miró y luego
sonrió mientras miraba a alguien detrás de él—. Vamos,
DC, quítate esos zapatos y ven a bailar con nosotras—gritó
ella.
Detrás de Beast DC comenzó a maldecir en voz baja.
—Debería haberme escabullido cuando vi hacia dónde se
dirigía esta mierda. Yo no hago esta mierda—refunfuñó
ella, pero se quitó los zapatos y se unió a sus chicas.
—Cariño, elige algo de música para nosotras, por favor.
La forma en que lo dijo, con tanta naturalidad, como si
nunca se hubiera detenido, como si no hubieran sido diez
años vacíos sin escuchar ese cariño de sus labios, casi lo
puso de rodillas.
Seleccionó una canción para sus hijas y observó mientras
daban vueltas por la pista con Tori y DC. Se reían, felices y
despreocupadas, como siempre debería haber sido. Le dolía
el corazón que su mariquita no fuera la mujer que había
dado a luz a sus hijas. Siempre le dolería, pero ella sería su
madre en todo menos en biología, y en este caso biología
significaría que le den a todo.
Beast se estaba divirtiendo mucho viendo a sus chicas
cuando Wolf le dio una palmadita en el hombro.
—Hermano, tenemos que ponernos en marcha. Sin
consiguió el camión y los hermanos están listos para viajar.
¿Cuáles son los planes para las chicas? ¿Las llevaremos a
casa de Bulldog?
Mierda. Con todo lo sucedido, no había hecho arreglos
con Genna o la tía Suzy.
—Espera un momento, Wolf. Me olvidé de llamar a tía
Suzy esta mañana con toda la mierda que está pasando.
Beast salió del estudio y llamó. Ni siquiera tuvo que
preguntar.
—¿Dónde están mis dulzuras? ¿Cuándo las traerás?
—Lo siento, sólo te llamo ahora, tía Suzy. Traje a las niñas
para presentarles a Tori, todas están bailando en el estudio
en este momento. Las dejaré en los próximos veinte
minutos más o menos. Voy a trasladar mi mierda del
apartamento a la casa hoy, así que pasarán algunas horas
antes de que terminemos. ¿Está bien?
La tía Suzy chasqueó la lengua.
—Por supuesto que está bien. Diles a las niñas que hoy
hornearemos galletas y les pondremos glaseado. Eso les
gustará.
—Gracias, tía Suzy. Nos vemos pronto.
Ahora tenía que sacar a las niñas del estudio y meterlas
en su bakkie. No sería fácil.
Y había tenido razón. Fue necesaria mucha persuasión
para que se fueran. Sólo Tori, prometiéndoles volver a
bailar con ellas, las convenció de irse.
Besó a su mujer larga y profundamente y la abrazó contra
su cuerpo antes de marcharse. Quería que su sabor y su
cuerpo quedaran grabados en él durante el resto del día.
Capítulo 18
Beast
Estaba jodidamente cansado, pero un buen tipo de
cansancio. Su mierda estaba en su casa y entre sus
hermanos y Penny ahora todo estaba en su lugar.
Penny había sido una salvación. Con lo que tenía ella
estaba convirtiendo la casa de coños en un hogar. La casa
era jodidamente enorme, pero sus muebles de gran tamaño
parecían perfectos para el salón y habían trasladado los
sofás de Penny y Rider a la sala de la televisión junto con
dos de las sillas que Penny había decidido conservar hasta
que pudieran reemplazarlas. Tenía lo que ella llamaba
“foulards” sobre éstas. Por qué, él no lo sabía.
Cuando se detuvieron afuera de la casa después de
recoger su mierda, quedaron sorprendidos.
Penny había vaciado la casa.
Todo estaba en el jardín delantero. Alfombras, camas,
muebles de salón, muebles de comedor, incluso las
tumbonas de la terraza trasera. Y también había cajas
llenas. Mirando la mierda, Beast supo que la casa iba a
estar vacía por un tiempo, pero cuando su dama se mudara,
irían a comprar lo que necesitaban. Tenía dinero para
gastar en hacer de su casa un hogar.
Lo que Beast no había esperado era que tres de las chicas
del club trabajaran junto a Penny limpiando la casa. Grietjie
y Lori trabajaban en la cocina mientras Melly ayudaba a
Penny a fregar los salones y el vestíbulo de entrada. La
casa olía a fresco y limpio y aunque Beast sabía que Hawk
había limpiado el lugar antes de que Rider y su mujer se
mudaran, le gustó que Penny hubiera decidido limpiarlo
nuevamente.
—Gracias por todo esto, chica—dijo y le dio a Penny un
abrazo que la hizo sonrojar.
—Siempre quise limpiarla y sin nada en el camino fue
mucho más fácil. Espero que no te importe que haya tirado
las alfombras. —Ella se estremeció un poco—. Todo lo que
podía ver en mi mente eran a esas zorras rodando sobre
ellas y siendo repugnantes.
Joder, nunca había pensado en eso. Dios, no era de
extrañar que Penny hubiera mantenido a las niñas fuera de
los salones, no quería que sus pies descalzos estuvieran
sobre esas alfombras.
—Joder, nunca pensé en eso. Gracias por mantener a mis
bebés alejadas de esa mierda desagradable.
Ella sonrió dulcemente y se encogió de hombros.
—Estoy feliz de que tengamos una casa tan bonita. Me
gusta vivir contigo y las niñas. Me hace sentir segura tener
a Rider y a ti aquí.
Asintiendo, él la siguió mientras ella le hacía señas para
que entrara y subiera. La chica increíblemente tímida que
había conocido estaba floreciendo frente a sus ojos.
—Primero vaciamos y limpiamos vuestras habitaciones.
Grietjie y Lori fregaron la habitación y el baño y está lista
para mover tus cosas. No quería separar a tus hijas, así que
limpiamos la habitación frente a la tuya y está lista para
sus camas y muebles. —Ella levantó una mano cuando él
empezó a hablar—. Sé que estás preocupada por las
pesadillas y esas cosas, así que Genna fue y les compró un
monitor para bebés y luces nocturnas. A River y a mí nos
gustaría decorarles su habitación si te parece bien. He
estado hablando con tus hijas y tengo una muy buena idea
de lo que les gustaría.
Beast suspiró.
—No estoy segura de si están preparadas para esto,
Penny. Joder, todavía tienen esas pesadillas, no todo el
tiempo, pero todavía las tienen.
—Por eso tenemos el monitor para bebés y las luces
nocturnas, Beast. Pruébalo por una noche y ve cómo
resulta. Estarán tan entusiasmadas con una nueva
habitación y todas las cosas nuevas que creo que dormirán
sin soñar con las cosas malas.
—¿Qué cosas nuevas? Sus cosas de mi casa no son
nuevas. —Él frunció el ceño confundido.
Penny se rio y sacudió la cabeza.
—Ya deberías conocer a las mujeres Walker. Compraron
por internet como si no hubiera un mañana y han estado
llegando cosas aquí durante los últimos días. Las he estado
guardando en una de las habitaciones vacías de abajo.
Dios. Y de repente hizo clic. Esas malditas mujeres
habían estado preguntando a sus hijas qué les gustaba
desde que llegaron. Habían planeado hacer esta mierda
desde el principio.
Maldita sea, era bueno ser parte de esta familia. Sin
pensarlo, Beast agarró a Penny, le dio un gran abrazo y ella
chilló de la sorpresa.
—Gracias, chica. Gracias por ser tan buena con mis hijas
y permitirnos mudarnos aquí contigo, Rider y tu bebé.
De repente, Penny le devolvió el abrazo y le susurró.
—Y gracias por ser un hermano mayor para mi hombre.
Él te respeta mucho y está encantado de ser parte de tu
familia.
—¿Cuándo le permitirás que te haga parte de nuestra
familia, cariño?—le preguntó Beast en voz baja y ella
respondió con el mismo tono de voz.
—Tan pronto como me lo vuelva a pedir. Lo amo y amo a
esta familia que ha encontrado.
—Bien, eso es muy bueno. —Le avisaría a su hermano
más tarde.
Las siguientes dos horas las dedicó a mover cosas y
arreglar las habitaciones de sus chicas y la propia. Dejó el
resto a Penny, ella lo tenía todo bajo control. Ella se
encargaría de desempacar cajas con las chicas del club,
hacer camas y esas cosas.
Tuvo que irse porque todavía le esperaba un trabajo en la
casa club. Por el bien de esa perra, esperaba que ella
hubiera usado el tiempo para considerar sus jodidas
opciones. Hablar o salir lastimada.
Veinte minutos más tarde, Beast entró en el complejo con
Sin y Wolf. Fueron con sus motos a sus espacios designados
y aparcaron. Beast llevaba su gorro y pañuelo habituales,
pero tanto Sin como Wolf llevaban cascos ya que habían
estado en la vía pública durante el día.
Evitaron la entrada principal porque la música sonaba
fuerte y no querían que atención innecesaria cayera sobre
ellos tres así que rodearon el costado de la casa club hacia
la parte trasera. La cocina estaba vacía, rápidamente la
atravesaron y recorrieron el pasillo hasta la puerta oculta
que los llevaría al calabozo del sótano donde la perra
estaba esperando.
Beast introdujo su código y la puerta se abrió
silenciosamente. Bajaron las escaleras y Will ya estaba
esperando mientras ellos se acercaban. Sin decir palabra,
señaló el pasillo de la izquierda y Beast asintió y se dirigió
hacia la celda que mantenía a su prisionera.
Se detuvo frente a los barrotes del suelo al techo y miró
fijamente a la perra sentada en el frío suelo con la cabeza
apoyada en las rodillas. Al menos ahora llevaba jodidas
bragas.
—¿Estás lista para decirme lo que quiero saber? —Su voz
era áspera y fría y ella levantó la cabeza de golpe, con ojos
temerosos mientras asentía.
—Eso es bueno porque no quieres que entre allí contigo.
Ella asintió violentamente.
—Lo siento, Beast, lo siento mucho. Había estado
bebiendo y estaba enojada porque tengo algunas cosas
personales con las que he estado lidiando y me desquité
con tu dama. No es excusa, lo sé, pero lo siento, lo siento
mucho. Nunca, jamás debí haber dicho lo que dije. Por
favor, no me mates, por favor. Tengo personas en casa que
me necesitan. Por favor, Beast.
Beast negó con la cabeza.
—No voy a matarte, perra. Sólo necesito saber con quién
carajo has estado hablando sobre la mierda del club. Y no
intentes negarlo. Tenemos a alguien que dice que te
escuchó chismorrear sobre mierdas del club. Conoces las
reglas. No hables de mierdas que suceden en la propiedad
de los Iron Dogz.
La perra frunció el ceño y luego abrió mucho los ojos.
—Oh, joder—susurró—. No lo pensé, oh Dios. No lo
pensé. —Ella saltó y comenzó a caminar—. Cuando me
llamó por primera vez para salir a tomar una copa le dije
que no. Pero ella siguió llamando y cuando mi mierda
personal se volvió condenadamente pesada, cedí y tomé un
par de copas con ella.
Miró a Beast, luego a Sin y a Wolf.
—Tomé un par de tragos con ella, tal vez dos veces y
ahora me doy cuenta de que me ha estado sonsacando
información todo el tiempo. Gracias a la mierda, no sabía
nada porque por alguna maldita razón le dije todo lo que
sabía. —Ahora tenía las manos en el pelo y se lo tiraba
como si estuviera enfada consigo misma. Parecía como si se
hubiera olvidado de ellos parados afuera de la celda
mirándola despotricar—. Llevo años en el club. Por amor de
Dios, llevo bailando en vuestros clubes desde que tenía
dieciocho años, primero en Moonlight y ahora en Iron
Kisses. Debería haber sido más inteligente. A lo largo de los
años, se me han acercado muchos imbéciles buscando
información sobre el club, los cerdos y nuestros enemigos,
y nunca he dicho una puta palabra. No lo entiendo,
simplemente no lo entiendo. ¿Por qué hablé con ella? ¿Por
qué?
Por fin se calmó y Beast se acercó a los barrotes.
—¿Con quién hablaste, Brandi?
Se pasó una mano por la frente como si le doliera la
cabeza.
—Laney. Fue con Laney Wills.
Mirando a sus hermanos, levantó las cejas y Wolf
inmediatamente regresó por el pasillo. Estaría llamando a
su presidente desde la sala central para darle la noticia.
—¿Ella todavía te llama?—quiso saber Sin.
Brandy asintió.
—De hecho, me llamó ayer. Dijo que extrañaba el club y
que sólo quería hablar con una cara amiga. Aparentemente
no les está yendo muy bien con los ED.
—¿Aceptaste otra reunión?
—No, le dije que estaba ocupada con mi familia y el
trabajo y que tenía que estar en el club más tarde para
cenar. No programamos otra cita para tomar algo, ni nada
por el estilo. Estaba llamando a mi madre cuando salí del
club y Owen tomó mi teléfono. —Miró a Beast directamente
a los ojos—. Ella va a estar muy preocupada y mi hijo sólo
tiene tres años, Beast. Por favor, déjame llamarlos y
decirles que estoy bien, por favor.
—Dios, Brandi. ¿Desde cuándo tienes un hijo? No está en
tu expediente—dijo Hawk de repente detrás de ellos, y Wolf
estaba observando desde las sombras.
—Porque lo estaba escondiendo del club—susurró ella.
Un muy mal presentimiento recorrió las entrañas de Beast.
—¿Qué carajo? ¿Su padre es uno de los hermanos? ¿Es
por eso que nos lo estás ocultando?
Tragó, miró hacia otro lado y lentamente sacudió la
cabeza de un lado a otro.
—No saldrás de aquí hasta que me digas lo que quiero
saber—la amenazó Hawk.
Nuevamente negó con la cabeza, pero solo duró hasta
que Hawk inclinó la cabeza hacia Beast y él estiró el brazo
hacia el teclado.
—De acuerdo, de acuerdo. Hace unos cuatro años hice
algo estúpido. Tomé un trabajo para hacer una despedida
de soltero. El futuro novio pensó que el hecho de que me
estuviera desnudando para ellos significaba que aceptaría
otras cosas. Me violó mientras sus amigos lo observaban y
lo incitaban. Me retuvo durante horas y me violó de nuevo
antes de que me dejaran ir. Fui a la clínica a la mañana
siguiente, tomé las malditas pastillas, pero sus malditos
nadadores no murieron como deberían. Y ahora tengo un
niño de tres años que es todo mi mundo.
Hawk frunció el ceño confundido.
—Entonces, ¿por qué mierda pondrías todo en peligro
hablando con Laney e insultando a la dama de Beast?
Simplemente no lo entiendo, Brandi.
Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas.
—Porque el bastardo violador ha vuelto y está intentando
llevarse a mi hijo. Su esposa no puede tener hijos y ahora
quiere el mío. Y soy una maldita stripper y una puta de club
y él amenaza con llevarme a los tribunales si no le entrego
a mi hijo. Oh Dios, ¿qué voy a hacer? Se llevará a mi dulce
bebé y no podré detenerlo.
Se miraron, Beast suspiró y luego asintió. Hablaría con su
mujer, pero sabía que sin siquiera hablar con ella que
inmediatamente sentiría lástima por la maldita perra.
—¿Por qué carajo no viniste a verme cuando apareció por
primera vez? Podríamos haber estado al tanto de esto
desde el principio.
—Fue culpa mía, nunca debí haber aceptado un trabajo
informal. Todas sabemos que no debemos hacerlo. Pero me
ofrecieron tanto dinero y a mi hermana le faltaban los
pagos de la universidad, que lo hice para ayudarla.
Cuanto más explicaba, más claro quedaba que esto no
estaba tan claro como habían pensado al principio. Brandi
siempre había sido leal al club, pero entre el violador y
Laney la habían trabajado perfectamente. El cabrón se iba
a arrepentir de haber tocado la propiedad del Iron Dogz
MC. Beast miró a Sin y ambos sonrieron. Sabían lo que
vendría después.
Y Hawk no decepcionó.
—Necesito un nombre.
Y Brandi tampoco.
—Kobus Pretorius.
Decir que estaban conmocionados ni siquiera estaba
cerca.
—¿Estás jodiendo conmigo? Es un jodido apellido
conocido y un héroe local. ¿Qué carajo, Brandi?
—Te dije que se iba a llevar a mi bebé y ahora sabes que
puede hacerlo. Él es un famoso jugador de rugby y yo una
stripper y puta de club.
Sin se rio y sacudió la cabeza.
—No, estás equivocada. Solía ser un famoso jugador de
rugby. Ya no lo es. Él y esa perra de la alta sociedad suya
aman demasiado ser el centro de atención como para ir a la
corte. Esperan que cedas a la presión y les dé lo que
quieren. Pero no vamos a hacer eso.
Mirando a su presidente, Sin sonrió, pero no era una
sonrisa agradable.
—Tengo un plan, sólo dame un minuto para explicarlo,
Prez. Puede que la haya cagado, pero es parte de nuestro
club y no permitimos que bastardos como él pisoteen lo que
nos pertenece. Ella es nuestra, lo que significa que su hijo
es nuestro.
Hawk miró a Sin y luego volvió a mirar a Brandi.
—Si cooperas con Sin, es posible que reconsidere sacarte
de la lista negra. Pero escúchame, perra, y escúchame bien,
si solucionamos esto, seremos tus dueños hasta que
terminemos contigo. ¿Entendido?
Ella asintió.
—Cualquier cosa, Prez, lo que sea lo haré. Por mi hijo, lo
haré.
Hawk se fue sin decir una palabra más y Sin se puso
manos a la obra.
—Dijiste que fuiste a un lugar a buscar la píldora del día
después luego de ser violada. ¿A dónde fuiste te hicieron
un kit de violación?
Asintiendo con la cabeza, hizo rodar los labios y se los
mordió antes de hablar.
—Fui a nuestra clínica habitual e insistieron en un kit de
violación y fotografías. Me golpeó cuando me resistí. La
doctora Louise quería denunciarlo, pero yo tenía miedo y
me dijo que el expediente estaría ahí si cambiaba de
opinión.
—Bien, eso es muy, muy bueno—dijo Sin suavemente—.
Vamos a dejarte ir a casa. Continúas con tu vida con
normalidad y evitas a Laney Wills como si fuera una
maldita plaga. No vayas a tomar algo, no hables con ella.
Nos ocuparemos de ella, no de ti. ¿Estamos claros?
—Sí, lo que sea, Sin, lo que quieras. Lo único que quiero
es volver a casa con mi hijo y mi madre. Haré mi trabajo y
no tendrás más problemas conmigo, te doy mi palabra.
Beast ingresó el código de la puerta de la celda y le
indicó que saliera. La perra salió nerviosamente y luego
caminó rápidamente por el pasillo.
—¿Cuál es el plan?—preguntó Beast en voz baja mientras
los tres veían desaparecer a la perra.
—Vamos a hacernos con el expediente y luego visitaremos
al señor y la señora Pretorius. Una visita agradable,
amigable y sin apenas violencia. ¿Cómo te suena eso?
Beast sonrió.
—Excelente, me suena jodidamente excelente.
—Estoy totalmente de acuerdo, hermano, va a ser
jodidamente excelente. —Sin le dio una sonrisa cruel
mientras salían.
Beast aún no estaba listo para volver a casa con sus hijas,
quería ver a su dama antes de irse. Quería comprobar si
ella estaba bien después de su crisis en el estudio esta
mañana. Joder, ella debía haber amado a ese cabrón ruso
más de lo que había pensado. Pero sacó ese pensamiento
de su mente mientras caminaba hacia la casa club y se
metía en la mierda habitual que ocurría la mayoría de las
noches. Había hermanos follando con perras en los
rincones más oscuros, pero el maldito Army tenía una perra
de rodillas chupándole la polla en uno de los sofás mientras
sus hermanos miraban. En todos los años que había sido un
miembro parcheado, Beast nunca había recibido una
mamada frente a una audiencia ni se había follado a una
perra donde pudiera ser visto. Simplemente no era lo suyo.
Si a un hermano le gustaba esa mierda , era su elección
pero ni de coña la de Beast.
Dizzy estaba sentado en la barra con Buzz y Ratel, de
espaldas a la habitación, pasando el rato y hablando con
Chris. Ella lo vio entrar, su sonrisa se desvaneció e
inmediatamente bajó la cabeza, evitando sus ojos. Eso lo
hizo sentir como la mierda. Ella no era una perra mala y
esta mierda era tanto culpa suya como de ella.
Caminando por la sala común levantó la barbilla a los
hermanos que lo miraron mientras se dirigía hacia las
escaleras. La subió de dos en dos y caminó por el pasillo
hasta la habitación de su mujer, con la anticipación
enroscándose en sus entrañas. Sam se levantó mientras se
acercaba y sonrió.
—¿Está bien si me tomo un descanso mientras estás aquí,
jefe?
—Ve, te llamaré cuando me vaya. —Beast llamó una vez y
abrió la puerta.
El sonido de la ducha corriendo lo hizo sonreír mientras
cerraba silenciosamente la puerta y caminaba hacia la
cama, se quitaba el gorro, lo dejaba sobre la mesita de
noche y se acostaba. Joder, estaba cansado, pero acostado
en la cama de su mujer con su aroma llenando sus
pulmones, su cuerpo cobró vida. Su polla estaba dura como
una roca y puso una mano sobre ella y la apretó, un gemido
retumbó en su pecho. Se sentía jodidamente bien, se
sentiría aún mejor si tuviera sus pequeñas manos sobre él.
Él gimió de nuevo, no era por eso que había venido a verla.
Pero, joder, la deseaba muchísimo. El agua se cerró y su
polla se sacudió mientras imaginaba su cuerpo resbaladizo
por el agua saliendo de la ducha. Tenía que detener esto o
saltaría sobre ella en el momento en que saliera por la
puerta.
Quitando la mano de su polla, juntó las manos detrás de
la cabeza y esperó. Cuando salió del baño no había manera
de que pasara por alto la elevación dura y gigante en sus
vaqueros. Beast sonrió y mantuvo sus ojos en la puerta.
La puerta se abrió y su mujer entró con el traje más
dulce, pero al mismo tiempo más sexy que jamás había
visto. Estaba vestida con unos diminutos pantalones cortos
negros y una camiseta de tiras negra con inserciones de
encaje a los lados. Y no llevaba sujetador, no es que
necesitara usarlo, sus tetas eran pequeñas y turgentes y no
necesitaban sostén.
Su reacción cuando entró en la habitación no la
decepcionó. Sus ojos se agrandaron, su boca se abrió
mientras recorría su cuerpo con los ojos y se detenía en su
dura polla. La pequeña sirena se lamió los labios y su polla
se sacudió visiblemente, ella jadeó y sus ojos se dispararon
para encontrarse con los de él.
—¿Qué estás haciendo en mi habitación?—preguntó en
voz baja.
—Esperándote, cariño. Quería asegurarme de que
estuvieras bien después de lo que pasó hoy. —Beast le
tendió una mano y contuvo la respiración, no estaba seguro
de si ella la aceptaría o no.
Y lo hizo. Ella se acercó al costado de la cama y tomó su
mano. Acercándola más, Beast se sentó, la levantó, luego se
recostó y la colocó encima de él. Con un profundo suspiro,
le rodeó la cintura con un brazo, abrazándola contra él
mientras su mano ahuecaba su rostro y miraba sus
hermosos ojos verdes.
—Joder, cariño, he echado mucho de menos esto. Te he
echado mucho de menos.
Y con esas palabras, acercó su cabeza a la suya y
mirándola a los ojos, la besó suave y lentamente. Al
principio sin lengua, sólo moviendo sus labios sobre los de
ella, sintiéndola, suave y generosa. Echando su cabeza
hacia atrás, la miró y sonrió.
—El cielo, mariquita, tus labios son el cielo. —Entonces
volvió a besarla y esta vez su lengua se batió a duelo con la
de ella. No podía soportar no sentirla debajo de él y los hizo
rodar. Sus piernas se abrieron y él se acomodó entre sus
muslos. No se alineaban perfectamente porque él era
demasiado alto y ella muy baja, pero por ahora, mientras la
besaba como si su vida dependiera de ello, era bueno,
jodidamente bueno tener su cuerpo contra el suyo otra vez.
Presionó su dolorida polla contra la cama y levantó
lentamente la cabeza.
Su chica lo miró con los ojos nublados por la lujuria y los
labios hinchados, brillantes y rojos. Su brillante cabello rojo
oscuro todavía estaba recogido hacia atrás y Beast hizo un
rápido trabajo para quitarle el lazo y se lo echó sobre el
hombro. Hundiendo sus manos en todo ese cabello
brillante, lo sacó con cuidado de debajo de su cabeza y lo
extendió sobre la almohada.
—Había olvidado lo fuerte y a fondo que besas—dijo y un
sonrojo rosa pálido tiñó su cuello y mejillas.
—Nunca olvidé lo suave y dulce que besas, cariño. Nunca
te olvidé. Nunca. —Beast sostuvo su mirada y vio cuando
ella entrecerró ligeramente los ojos, lo que le hizo saber
que no estaba segura de poder creerle.
Ella suspiró, miró hacia abajo y apoyó la frente en su
barbilla.
—Me rompiste, Beast. Me tomó mucho tiempo olvidarte,
pero lo hice. Lo hice y traté de seguir adelante, pero
descubrí que no era fácil porque me resultaba difícil
confiar. Todavía es así.
Ella estaba rompiéndole el corazón otra vez.
—Lo siento, cariño, lo siento muchísimo. —Y aunque
probablemente le dolería, formuló la pregunta que le había
estado carcomiendo las entrañas—. ¿Qué pasa con Ilya?
¿Era tu amante y tenía tu confianza?
Levantando la cabeza sonrió, una hermosa sonrisa.
—Ilya era especial. Tenía muy mala reputación entre las
mujeres y al principio intenté ignorar su interés, pero no
me dejó. Cada vez que me daba la vuelta, estaba allí,
arrastrándome para tomar un café o cenar con él y los
demás bailarines. Todos me advirtieron que una vez que
obtuviera lo que quería, se iría. Eso no sucedió. Se
convirtió en mi mejor amigo. —De repente aparecieron
lágrimas en sus ojos—. Lo extraño mucho.
—Oh, cariño—murmuró Beast, bajó la cabeza hacia su
cuello y los giró para que él estuviera boca arriba con ella
sobre su pecho. Ella lloró en silencio y él miró hacia el
techo mientras le acariciaba el cabello con la mano y la
abrazaba.
Y maravilla de las maravillas, sostener a su mujer en sus
brazos y hacerla hablar y llorar por otro hombre se encargó
de su erección. Infierno sangriento.
Tori levantó la cabeza, se pasó una mano por las mejillas
y se sorbió la nariz.
—Lo siento, te mojé toda la camiseta. —Ella lo miró con
los ojos húmedos y enrojecidos—. Lo amaba, como amigo, y
sí, fuimos amantes por un tiempo. No duró mucho,
simplemente no nos pareció bien a ninguno de los dos.
Tomando la cabeza entre sus manos, le pasó los pulgares
por las mejillas, secándole las lágrimas.
—Soy un jodido imbécil al decir esto, pero saber que él no
era tu hombre alivia algo dentro de mí. Siempre que
quieras hablar de él estoy aquí, cariño. Te escucharé. No
soy bueno con la mierda suave, pero por ti lo intentaré.
—Eso no es cierto. Recuerda que te he visto con tus hijas
y eres muy tierno con ellas. —Ella frunció el ceño en señal
de desacuerdo.
Sacudiendo la cabeza, Beast intentó explicarle, pero al
mismo tiempo no quería asustarla.
—Mis hijas y tú sois la única suavidad en mi vida,
mariquita. El hombre que solía ser cuando me conociste ya
no existe. Tuve que cambiar para sobrevivir a la vida que
había elegido para mí. —Su expresión cambió y él levantó
la cabeza y le dio un fuerte beso en los labios bien cerrados
—. No te enojes, cariño, todos tenemos que adaptarnos
para encajar en la vida que elegimos. Esa es la realidad de
la vida. —Relajándose en sus brazos, su mujer le pasó los
dedos suavemente por sus labios y Beast supo que tenía
que terminar con esto o no se iría hasta tener su polla
profundamente dentro de su pequeño y apretado coño.
Pero no podía quedarse, tenía que volver a casa.
Le apartó el pelo de la cara, le acarició la espalda y luego
la abrazó más fuerte.
—Me gustaría poder quedarme aquí contigo, pero mis
hijas se mudarán a su propia habitación esta noche y tengo
que estar ahí para ellas.
Pasando una mano por su cabello, bajó la cabeza y selló
sus labios sobre los de ella, empujando la lengua dentro de
su acogedora boca. Su sabor estalló en su lengua y libró
una batalla inútil contra su polla endurecida y contra la
pequeña bruja que apretaba su coño caliente sobre él
mientras gemía en su boca.
Mierda. De muy mala gana, la apartó y los hizo rodar
nuevamente hasta que ambos estuvieron de lado. Sus
brazos estaban alrededor de su cuello, sus ojos entornados.
—Dales un abrazo de mi parte y diles que pronto
volveremos a bailar.
Tomó su boca nuevamente y, hundiendo la lengua
profundamente, tenía ambas manos debajo de su camiseta
cuando se detuvo con un gemido.
—Joder, cariño, tengo que irme. —Alejándola suavemente,
se bajó de la cama y se quedó mirándola estirada en la
cama.
Ella era la vista más hermosa que jamás había visto.
—Regresaré mañana y continuaremos donde lo dejamos.
Prepárate, cariño, porque la próxima vez no me detendré...
Se acomodó la polla dura, recogió el gorro, se lo puso y
salió sin mirar atrás, porque si lo hacía sabía que no se iría
hasta que ella se corriera sobre su polla. Una y otra y otra
vez.
Toda la noche.
Capítulo 19
Hawk
Sentado a la mesa maltrecha y llena de rayones de su
capilla, Hawk repasó los puntos que quería discutir con sus
hermanos. Estaba harto y cansado de apagar los incendios
que iniciaban sus enemigos. Cansado de que su club y sus
mujeres sufrieran ataque tras ataque. Ya era hora de que el
club dejara de estar a la defensiva. Ya era hora de que el
Iron Dogz MC le mostrara a sus enemigos sus malditos
dientes.
Pero primero tenía que afrontar el día a día.
Levantando el reluciente martillo, lo golpeó contra el
cuadrado de acero frente a él y el silencio inmediatamente
descendió en la habitación.
Hawk no tardó en empezar.
—No hemos tenido tiempo de sentarnos y discutir los
asuntos del club porque hemos estado ocupados con otras
cosas. Hoy vamos a hacer precisamente eso. Nos
ocuparemos de los asuntos del club. Necesitamos
mantenernos al tanto de nuestros negocios y de nuestro
trabajo paralelo para no arruinarlo y perder clientes o
pintarnos un puto blanco más grande en la espalda.
Sus hermanos asintieron y esperaron a que continuara.
—Primero, Jagger. ¿Dónde estamos con el asunto de los
perros? Sé que tenemos a los hermanos que seleccionaste
realizando el entrenamiento. Esto está tardando
demasiado, hermano. ¿Cuándo llegarán los perros de la
familia?
Jagger asintió.
—Estoy de acuerdo, Prez, ha tomado demasiado tiempo,
pero tuvimos problemas y tuve que cambiar los
cronogramas de entrenamiento. Los dos últimos hermanos
terminaron de entrenar ayer y los caniles que construimos
estarán listos esta tarde. —Jagger levantó una mano
cuando varios de los hermanos comenzaron a protestar—.
Hermanos, estos son perros guardianes, no mascotas. Han
sido criados y han vivido en caniles desde que nacieron. Sí,
se están uniendo a sus cuidadores y lo más probable es que
terminen durmiendo en sus malditas habitaciones, pero
todos debemos recordar que están aquí para proteger a
nuestro club. Los caniles son para cuando necesitemos
mantener a los perros en un ambiente seguro y controlado.
Aquellos de vosotros que han venido a verlos saben que no
se parecen en nada a esos caniles que ven en la SPCA
(NdelT: Asociación Protectora de Animales) o en algunas de
las instalaciones de internado o cría. Nuestros perros
tendrán cada uno su propia habitación con sus mierdas en
ella y una puerta para perros que les permitirá acceder a
las pistas exteriores. Contamos con una pequeña clínica, un
lugar para bañarlos, una pequeña cocina con lavadero, una
pista de obstáculos y área de juego para los perros y una
piscina poco profunda para hacer ejercicio y relajarse. —
Jagger sonrió—. Sé que suena como una gran tontería para
algunos, pero hay razones para ello. No queremos lavar sus
mantas y mierdas en las mismas máquinas que usamos
nosotros y necesitamos un lugar para preparar su comida.
Y si se enferman, quiero que reciban la mejor atención que
podamos brindarles aquí en nuestra propiedad. He hecho
arreglos con una veterinaria local para su cuidado. Ella
está feliz de venir a verlos aquí, por lo que no será
necesario sacarlos de la propiedad.
—¿Cuántos años tiene esa veterinaria?—preguntó Spook
con una sonrisa maliciosa y los hermanos se rieron.
—Lo siento, Spook, tiene alrededor de cincuenta y cinco
años, pero todavía es atractiva. Debe haber sido hermosa
cuando era joven—dijo Jagger y sonrió.
—Oye, me gusta tirarme a mujeres mayores calientes.
Deberías intentarlo alguna vez, es jodidamente increíble. —
Spook sonrió con complicidad.
—Ya basta de intentar tirarnos a la veterinaria. —Hawk
sabía que eso no disuadiría a Spook. Al cabrón realmente le
gustaban las mujeres mayores—. ¿Qué pasa con los perros
de la familia, Jagger? Mi dama me atormenta
constantemente porque quiere que su perro vuelva a casa
con ella. ¿Cuándo podemos esperar que eso suceda?
Jagger dio una rápida mirada alrededor de la mesa antes
de mirar a Hawk.
—Todos los perros serán entregados mañana, jefe. Opté
por el envío a domicilio porque todavía no tenemos
suficientes transportadoras de mascotas. Las tengo
pedidas, pero están tardando más de lo esperado.
Hawk miró alrededor de la habitación.
—Todos estarán aquí mañana cuando recibamos a los
animales. Quiero ojos en todas partes. No voy a correr
ningún riesgo de que un cabrón que se cuele con los
perros.
—¿Eso es todo, Jagger?—preguntó Hawk.
—Sí, Prez, no tengo nada más que agregar.
De repente, Spider golpeó la mesa.
—Tengo una pregunta. —Él soltó una sonrisa malvada—.
¿Quién limpiará los caniles y recogerá los excrementos?
—Dios, Spider—gruñó Ice—. Te ofreciste como voluntario
para ser un adiestrador, por lo que recogerás la mierda de
tu perro y limpiarás su canil.
—¿Por qué los prospectos no pueden hacerlo?
Jagger golpeó la mesa y Hawk inclinó la barbilla para
darle la palabra.
—Los prospectos ayudarán con los perros, limpiarán las
pistas, lavarán las mantas, y ese tipo de mierda. Pero por lo
demás, es tarea de cada guía limpiar los desechos de su
perro. Lo has estado haciendo durante todo el
entrenamiento, así que no es nada nuevo. —Jagger señaló a
Spider y agitó un dedo con complicidad—. Y no intentes
librarte de esto. Te presentaste como voluntario, así que te
aguantas, hermano.
Spider solo se rio, solo se estaba metiendo con Jagger.
Como siempre.
—Sigamos—dijo Hawk y el silencio una vez más
descendió—. ¿Cuál es la última novedad sobre la venta de
la propiedad del viejo Bekker, Spider? ¿Tenemos una fecha
para eso?
—Sí, Prez. —Spider se inclinó hacia adelante en su silla y
miró alrededor de la mesa—. Hemos negociado un precio
con el viejo Bekker y hemos presentado una oferta a través
de una de nuestras empresas fantasma. Aceptó nuestra
oferta y términos. Vivirá toda su vida en la casa principal,
mientras que las cabañas se alquilarán únicamente a los
miembros del club y a sus familiares. Les avisó a sus
inquilinos hace dos meses y todos se mudaron. Estamos
listos para comenzar las renovaciones y, tan pronto como
finalice la venta, pondremos manos a la obra. Estimamos
que la primera cabaña estará lista para ser ocupada en
aproximadamente cuatro a seis semanas y el resto
semanalmente a partir de entonces.
—¿Qué pasa con el camino de acceso entre las
propiedades? —Sin quería saberlo porque como Capitán de
Ruta era su trabajo supervisar todo lo relacionado con los
movimientos del club—. ¿Cuándo podemos empezar con
eso?
—Lo mismo, tan pronto como se realice la venta. Puedes
empezar a construir de este lado de la valla y, cuando esté
terminada, continuar hacia el otro lado—le aconsejó Spider
y Sin asintió con la cabeza.
Repasando la lista mentalmente, Hawk se volvió hacia
Beast.
—Danos tu informe sobre la situación de Brandi y Laney
Wills.
Beast, como siempre, estaba recostado en su silla, una
presencia oscura y letal.
—Brandi está teniendo problemas personales graves que
definitivamente afectarán al club. Tiene un hijo de tres
años, no es de un hermano, así que calmaos—gruñó cuando
comenzaron los murmullos enojados—. Ella fue violada por
Kobus Pretorius, un pedazo de mierda famoso en su
despedida de soltero. Recientemente descubrió que su
perra no puede tener hijos, así que ahora quiere el hijo de
Brandi. La ha estado amenazando con ir a la corte, pero no
ha tenido suerte. Tenemos los documentos de la clínica que
prueban que fue violada. Él y su perra de sociedad
recibirán una visita pronto y haremos que se retiren o
iremos a las malditas redes sociales. —Beast hizo crujir sus
nudillos y sonrió—. Espero que el cabrón no esté de
acuerdo.
—Bien, mantennos informados sobre los acontecimientos.
¿Qué pasa con Laney Wills? ¿Tienes algo sobre ella?
—Sí, la puta está bailando en un antro que pertenece al
Evil Disciples MC y deben follar como parte del servicio a
los clientes. Ella culpa a los Iron Dogz por caer en manos
de esos cabrones. —Beast resopló burlonamente—. Está
detrás de Brandi y la ha estado exprimiendo para obtener
información sobre lo que está sucediendo en la casa club.
Brandi ha hablado con ella, pero no le ha dado nada que no
sea de conocimiento general.
—Hemos echado a Brandi, ¿verdad?—preguntó Dollar en
voz baja.
—No, todavía no, hermano. —Beast negó con la cabeza—.
Necesitamos saber por qué esa perra de Laney ha vuelto a
meterse con nosotros. ¿Está trabajando con Maingarde
Organisation y Jane Warne o es su mierda personal con
Hawk? Sugiero que dejemos a Brandi en su lugar para
obtener la mayor cantidad de información posible. Incluso
podría valer la pena traer a la perra y hacerle algunas
preguntas. No me importaría tenerla en una silla frente a
mí. —Beast levantó un labio con disgusto.
Hawk tomó una decisión rápida.
—Todos aquellos que están a favor de que Brandi se
quede y trabaje con Beast para descubrir por qué Laney
Wills ha vuelto a meterse con nosotros, levanten la mano.
Cada mano se levantó en el aire.
—Se anota. —Kahn escribió furiosamente en su cuaderno.
—Todavía estamos en guerra con Maingarde
Organisation, pero al menos ahora sabemos que Dominick
Maingarde está trabajando activamente contra su abuela.
Su error fue apuntar a una de las amigas de Pixie y a la
gente de Dom. Perdió hombres en el ataque a su casa
segura y no está contento. Los hombres de la vieja zorra se
están muriendo y nadie se hace responsable. Sospechamos
que es Dom limpiando la casa, pero aún no está
confirmado. —Todos empezaron a hablar a la vez, pero
cuando Hawk levantó una mano, el silencio se hizo
instantáneamente—. Estamos en una posición única de
poder fortalecer los lazos con Dominick Maingarde gracias
a Victoria Keating. Nos pidió que la mantuviéramos a salvo.
Ni a los Road Warriors, ni a los Sinner’s Sons, ni siquiera a
uno de sus socios comerciales de confianza. Se lo pidió al
Iron Dogz MC. —Mirando a sus hombres, Hawk asintió
cuando vio que caían en la cuenta—. Él confía en nosotros
para garantizar su seguridad. Eso significa que confía en
nosotros a sus espaldas. Hasta ahora hemos movido su
carga, sea cual sea, y nos hemos mantenido al margen de
sus negocios. Que él se acerque a nosotros y nos pida un
favor personal nos pone en una posición de negociación.
Una posición que necesitamos desesperadamente. No
podemos enfrentarnos a toda Maingarde Organisation y
esperar salir vivos de ello. Son demasiado grandes.
Necesitamos un aliado. —De nuevo Hawk hizo una pausa
para dejar que lo asimilaran.
—Si respaldamos a Dominick Maingarde, el verdadero
heredero de la Maingarde Organisation, ya no estaremos
solos. Tendremos a uno de los hombres más peligrosos del
mundo cubriéndonos la espalda y, a cambio, esperará que
le cubramos la suya cuando nos lo pida. Eso sería lo bueno
de llegar a un acuerdo mutuo con él. Lo malo es que nos
involucraríamos en los oscuros asuntos de Dom. ¿Qué
pasaría si nos pidiera que hiciéramos algo que
consideramos moralmente reprobable? —Hawk negó con la
cabeza—. No estoy diciendo que el tipo esté metido en la
misma mierda que la vieja perra, pero no sabemos
exactamente en qué nos estamos metiendo. La razón por la
que pongo esto sobre la mesa es la siguiente. Necesitamos
tomar una decisión sobre si queremos unirnos a Dominick
Maingarde o no. Y ésta no es una decisión que podamos
tomar fácilmente o en un abrir y cerrar de ojos.
Necesitamos pensarlo cuidadosamente. Ice, Jagger y Ziggy,
nos brindarán toda la información que necesitamos para
tomar una decisión informados. Tenedla lista para el
viernes de la próxima semana, cuando nos volveremos a
encontrar.
—Está bien, Prez, me pondré manos a la obra. —Ziggy
asintió, Ice y Jagger también.
—A estas alturas ya habéis visto o conocido a nuestra
invitada de Ciudad del Cabo, Tori Keating. Y todos hemos
oído cómo nuestro hermano Beast la reclamó como su
dama. Joder, ninguno de nosotros vio venir esa mierda. —
Hawk se rio cuando Beast lo fulminó con la mirada y todos
los hermanos se unieron.
—Dejad de reíros, malditas hienas—gruñó Beast.
—No, hermano, esto es demasiado bueno. Recuerda, no
hace mucho te sentaste en el bar y declaraste que si alguna
vez perdías la cabeza y tomabas una dama, lo cual dijiste
que nunca sucedería, ella tendría que ser una buena chica.
Todo el mundo puede ver que Tori es una buena mujer, pero
es una jodida fiera, hermano. No habrá nada de esa mierda
de paz y amor en tu casa. Te va a sacar jodidas canas con
esa actitud tan fogosa suya.
Beast permitió que una pequeña sonrisa muy complacida
apareciera en sus labios y se encogió de hombros.
—He estado atado a ella durante los últimos doce años,
hermano, y nunca voy a cortar esos lazos. Y ese
temperamento fogoso me funciona, me gusta.
—Viejo perro astuto—bromeó Spider con una risa antes
de echar la cabeza hacia atrás y aullar.
Los aullidos resonaron en la habitación mientras los
hermanos molestaban a Beast y Hawk se unió a ellos,
echando la cabeza hacia atrás y aullando junto con los
hermanos, burlándose de Beast.
Se sentía bien relajar un poco la tensión en la habitación,
pero no podía dejar que continuara por mucho tiempo. El
golpeteo del martillo sobre el bloque de acero hizo que
todos se callaran y se concentraran en él nuevamente.
—¿Cuáles son los arreglos para la próxima visita de Tori a
su especialista?
La atmósfera en la habitación cambió inmediatamente.
Pasó de relajada a preocupada.
—Ella tiene una cita el miércoles de la próxima semana y
Kid, Jagger y yo tenemos un plan. La consulta se fijó hace
semanas y vamos a ser cautelosos. La cambiaremos en el
último minuto a más temprano ese día o a otro día si es
necesario. Ziggy ha estado siguiendo el ordenador de los
especialistas y tenemos una cámara en la recepción, hasta
el momento nada nos tiene preocupados. Pero no voy a
correr ningún riesgo con la vida de mi mujer. Seleccionaré
un equipo más cerca del momento y te lo haré saber.
—Bien, mantenme informado.
Recostándose en su silla, Hawk estiró el cuello y escuchó
cómo crujía. Necesitaba uno de los masajes de su dama.
Esta noche.
—Tenemos dos asuntos más. —Se inclinó hacia adelante y
apoyó los antebrazos sobre la mesa—. Recibí una llamada
de Hotdog pidiéndome un favor. No mentiré, es una
situación totalmente jodida. Un hermano necesita un lugar
donde lamerse las heridas y recuperar la cabeza.
Sus hombres escuchaban atentamente y Hawk decidió
contarles la jodida situación.
—Algunos de vosotros conocéis a nuestro hermano, Scar.
Es un lugarteniente de confianza y ha ido ascendiendo en la
sede de Durban. Se dirigía hacia un asiento en la mesa. Su
hermano menor se incorporó al club hace unos dos años y
fue patrocinado por Claw, su capitán de ruta. —Hawk
suspiró—. Y aquí está el problema. Hace dos semanas, Scar
llegó temprano a su casa de un viaje a PE, entró y encontró
a Pesto, su hermano menor, follándose a su esposa. —
Gruñidos de indignación estallaron alrededor de la mesa y
Hawk levantó una mano pidiendo silencio—. Se puso
furioso, le dio una paliza a su hermano y echó a su esposa
de la casa. Tiró su mierda por todo el jardín delantero. Los
cerdos se involucraron. Hotdog llamó a Rick para pedir
ayuda y consiguió que la policía no molestara a nuestro
hermano. Pesto se negó a presentar cargos y su esposa,
que pronto será su ex esposa, se mudó a vivir con los
padres de él. —Hubo miradas confusas y más gruñidos
enojados.
—Sí, oísteis bien. Ella se mudó con sus putos padres.
Junto con el pequeño cabrón que le metió la polla a la
mujer de su hermano. Scar ha repudiado a su familia y no
quiere quedarse en Durban, joder, quién puede culparlo.
Quería volverse nómada, pero Hotdog lo convenció de que
esperara. Nos preguntó si lo acogeríamos y le daríamos un
lugar en nuestra sede.
Cuando los hombres empezaron a hablar, Hawk levantó la
mano, tenía más que decir.
—Así me siento ante esta situación. Scar es una parte
valiosa de este club y fue elegido para el puesto de
lugarteniente poco después de ganarse su parche. Es muy
querido, bueno en su trabajo y leal a sus hermanos y a su
club. Por el momento sólo tenemos tres lugartenientes y
necesitamos más. Quiero incluirlo en el mismo puesto que
tenía en Durban. ¿Encontraste algo, Ziggy?
Ziggy había estado tecleando en su portátil mientras
Hawk hablaba y todos lo miraron cuando comenzó a hablar.
—Joshua “Scar” Quinn tiene treinta y cuatro años y ha
estado casado con Gigi Quinn durante seis años. Ella es
recepcionista en un gimnasio local y al mirar sus fotos
queda muy claro que es una de esas conejitas de gimnasio.
Ella lleva un tiempo follándose al hermano. Antes, nuestro
presidente me pidió que lo comprobara, hackeé el sistema
del gimnasio y encontré algunas imágenes en copias de
resguardo que el tipo encargado de la seguridad había
hecho de ella follándose a su hermano. Se remonta a seis
meses atrás. Tendré que seguir investigando si quieres
saber más sobre la puta. Nuestro hermano Scar será un
activo para el club. Es un ex Navy y fuerzas especiales,
bien entrenado y leal. Yo digo que sí.
Después de la revelación de Ziggy, se levantó la mano y
Scar fue aceptado y votado por unanimidad. Ahora lo único
que quedaba era decirle al hermano que tenía un nuevo
hogar y una nueva familia.
—Organiza que algunas de las perras limpien una
habitación para nuestro nuevo hermano cerca de los otros
lugartenientes, Dizzy.
—No hay problema, Prez. —Dizz sonrió.
—Eso nos lleva al último asunto. Wrench recibirá su
parche tan pronto como regrese a casa y Sam y Terror
también están listos para recibir el parche. Eso nos deja
con dos prospectos y no es suficiente. Quiero que todos
penséis en los simpatizantes más prometedores y traigáis
esos nombres a Ice para incluirlos en la lista. Por otro lado,
si conocéis a alguien que sería un activo para nuestro club
y que sobreviviría al período de prospecto, dadle el nombre
a Ziggy para que realice una verificación de antecedentes.
Todos estarán sujetos a una verificación de antecedentes
muy exhaustiva, por lo que, si hay esqueletos en los
armarios de sus elecciones, deben advertirles con
anticipación que los encontraremos y los pondremos sobre
la mesa frente a los hermanos. —Hawk señaló a Beast —.
No más cabrones que nos sorprendan con damas perdidas
hace mucho tiempo o algo así.
Beast negó con la cabeza, su rostro frío y su expresión en
blanco, mientras sus hermanos aullaban de risa.
—Para finalizar el último asunto. Me complace anunciar
que tres hermanos han sido seleccionados como posibles
lugartenientes. La votación se llevará a cabo en una
reunión extraordinaria cuya fecha aún no se ha decidido. Si
digo vuestro nombre, paraos y permaneced de pie hasta
que el último nombre sea dicho. Bulldog, adelante,
hermano.
Un silencio sepulcral había descendido sobre la
habitación y los hermanos parcheados se miraron entre sí
con sorpresa porque esta vez solo los oficiales habían
participado en la selección.
—Gracias, Prez. Los hermanos seleccionados son los
siguientes. Dizzy, Rider y Buzz. —Bulldog miró los rostros
sorprendidos de los tres hombres y sonrió—. Habéis
impresionado a los oficiales con vuestra voluntad de
aprender, de aceptar trabajos de mierda y de hacer lo que
hay que hacer en condiciones difíciles. Espero veros a los
tres aquí para recibir sus flashes una vez que termine la
votación.
Los aullidos estallaron cuando los hermanos celebraron la
selección de los tres hermanos y Hawk tuvo que golpear su
mano en la parte superior de la mesa más de una vez antes
de que se calmaran. Dizzy y Rider eran muy populares
entre los hermanos y Buzz también había comenzado a
hacerse un lugar en el club.
—Casi lo olvido, una cosa más. Veremos al Bokke (NdelT:
Springbok Rugby Team) vencer a los ingleses en la final de
la Copa Mundial de Rugby aquí en la sede del club el
sábado por la mañana. Debido a que habrá niños alrededor,
será solo familiar. Habrá una braai (NdelT: barbacoa)
después del juego para celebrar que nuestros muchachos
traigan la copa a casa. Una vez que los niños se hayan ido,
podréis festejar como de costumbre.
—¿Cómo sabes que vamos a ganar, Prez?— gritó Bullet
por encima de los aullidos.
—No perdemos finales, hermano. Eso es todo. ¿Alguien
tiene algo que quiera agregar? ¿No? —Antes de que Hawk
pudiera golpear el martillo, Jagger golpeó la mesa.
—Olvidé un asunto importante, jefe. —Hizo una pausa y
sonrió a todos—. Hermanos, el sábado declararemos
oficialmente nuestra nueva piscina lista para su uso. Solo
recordad que es una piscina ecológica, por lo que habrá
rocas, plantas y mierda en los bordes. No jodáis con eso,
por favor. Definitivamente no se meará, follará, ni beberá
en la piscina. Recordad que es un ecosistema que sólo se
mantiene saludable si cumplimos las reglas. Si tenéis que
beber o follar en el agua, lo cual es una puta estupidez,
usad los jacuzzis que son jodidamente más fáciles de
mantener. La piscina original seguirá estando disponible
para su uso y se aplicarán las mismas reglas. Recordad,
tenemos niños usando la piscina.
Hawk miró a todos con el ceño fruncido y luego bajó el
martillo.
—Lo que dijo Jagger también se aplica a mí. Ahora
largaos de aquí, bastardos. Mantened los ojos abiertos y
cuidad vuestras jodidas espaldas ahí afuera.
La capilla se vació rápidamente cuando los hombres
salieron, todos discutiendo sobre la votación que se
avecinaba o sobre el rugby.
Al menos eso los mantenía alejados de la jodida mierda
que les esperaba fuera de sus puertas. Hawk deseaba que
eso le permitiera no pensar en las decisiones que tendría
que tomar para su club. Estaban en una encrucijada y
tomar el camino equivocado los llevaría de regreso a la
mierda oscura de la que habían luchado tan duro para salir.
Sus oficiales no se habían movido, estaban sentados
mirándolo como si esperaran algo mientras la puerta se
cerraba detrás de Wolf, el último hermano en salir.
—Adelante, bastardos, vámonos de aquí. Todos tenemos
cosas que hacer. —Hawk comenzó a levantarse pero Ice
levantó una mano y volvió a hundirse. ¿Ahora qué?
—Hablé con Wrench anoche, jefe. Se está volviendo loco
quedándose con sus padres, quiere volver a casa. Hoy
mismo.
Hawk frunció el ceño.
—¿Ese hijo de puta está lo suficientemente bien como
para moverse? No hay nadie aquí en quien confiaría para
cuidar de él.
—Está bien, jefe. River quiere ir a buscarlo y traerlo a
casa. Tomaremos una jaula y saldremos por la parte
trasera, lo recogeremos y volveremos a entrar. —Ice negó
con la cabeza—. Escuché a su madre de fondo mientras me
hablaba y necesita salir de allí, jefe. Antes de que diga algo
que no debería. Tiene una buena relación con sus padres,
pero se han vuelto demasiado protectores y él no está
contento con eso. Y su madre le echa la culpa a River y al
club de que haya resultado herido.
Dios. Más jodidos problemas.
—Hazlo. Jagger, dile a Grietjie que le prepare una
habitación. Designadla como su cuidadora o como carajo
quieras llamarla. Pero adviértale que bajo ninguna
circunstancia se le permite saltar sobre su polla. Ese chico
tiene un largo camino hacia la recuperación antes de que
pueda empezar a jugar con su polla.
Sus hombres se echaron a reír y Hawk tuvo que unirse a
ellos.
—Dios. ¿Desde cuándo me convertí en un puto polla
policía? —preguntó retóricamente, pero obtuvo una
respuesta de todos modos.
—Desde el momento en que empezaste a preocuparte
más por tus hermanos y el club que por ti mismo, Prez. —
Spider golpeó la mesa con el dedo a un ritmo rápido—. Por
eso nos tienes. —Hizo girar un dedo alrededor de la mesa
—. Estamos aquí para asegurarnos de que te tomes un
tiempo para ti. Tenemos nuestras tareas para el día, ¿por
qué no pasas el día con tu dama? Ambos nos estáis
poniendo un poquito de los nervios últimamente, sin
ofender, solo exponiéndolo. —Spider le dedicó una sonrisa
arrogante.
Sacudiendo la cabeza, Hawk tuvo que sonreír.
—Sois la hostia, cabrones. Mi dama y yo estamos bien,
sólo que últimamente tenemos muchas cosas en la cabeza.
Y DC está enojada porque me negué a dejar que Crow
pasara algún tiempo con Brandi.
—Pronto necesitará algún tipo de desahogo, jefe. Tienes
que dejarla hacer lo que tiene que hacer. Ella tiene que
luchar. Lo sabes, todos lo sabemos. No puede seguir tan
tensa como está. El combate ya no la ayuda a liberar
suficiente tensión—afirmó lo obvio Beast en voz baja pero
firme.
Había sido un idiota. Por alguna jodida razón no quería
ver a su mujer peleando en la jaula. Y estaba jodido porque
le excitaba verla pelear.
Soltando un profundo suspiro, Hawk asintió.
—Lo sé. Llamaré a Grizz y le pediré que lo organice.
Mierda. No tengo idea de por qué he sido tan jodidamente
marica con esto. Ella es letal en esa jaula, todos lo vimos,
pero no quiero que una perra entre allí y la rompa. Me
volveré loco y la mataré justo delante de todos esos
malditos testigos.
—Y esa es la razón por que has estado demorando que
vuelva a pelear—señaló Sin en voz baja—. Tienes miedo de
ser tú quien pierda el control. Esto no se trata de ella, Prez,
se trata de ti. Y créeme, lo entendemos. Tienes que confiar
en nosotros y en ella. Entre los Dogz y los Warriors
tenemos esto. Ninguna perra entrará en esa jaula y
lastimará a la dama de nuestro presidente. Eso no está
pasando.
Frotándose los ojos con las manos, Hawk se recostó y
asintió.
—Tenéis razón en todo. Me ocuparé de ello cuando llegue
el momento.
Beast carraspeó y los ojos entrecerrados de Hawk se
volvieron hacia él y su ejecutor se encogió de hombros.
—Ella aceptó pelear la semana siguiente, jefe. Con una
zorra de un club de lucha del este de Londres. Es una
luchadora regular, a diferencia de DC, y ha estado tratando
de pelear contra Demon durante mucho tiempo. DC ha
estado rechazando solicitudes de pelea hasta ahora. Le
pregunté por qué aceptó la pelea. Ella se encogió de
hombros y dijo 'si quiere morir, ¿quién soy yo para
negárselo?' y era Crow mirándome con sus ojos, jefe. La
pelea va a ser violenta y sangrienta y tu dama la necesita.
Crow está inquieto porque no ha podido conseguir lo que
necesita. Vas a tener que aguantar y apoyar su necesidad
de luchar, o vas a tener que darle sujetos para interrogar y
satisfacer su necesidad de sangre.
Beast lo miró fijamente a los ojos y Hawk vio la misma
oscuridad en sus ojos que veía en los ojos de su dama. Y
esa era la razón por la que había elegido a su ejecutor
como el hombre para entrenar contra su mujer. Ambos
escondían la oscuridad en lo profundo de sus almas. Beast
la entendía mejor que la mayoría.
—Lo sé. Lo sé desde hace un tiempo. —Hawk suspiró—.
Estoy bien con la pelea. Ziggy, quiero todo sobre la perra
con la que está peleando. Jodidamente todo. Investiga a
todas las personas con las que tiene contacto. Mi dama no
necesita sorpresas una vez que estén encerradas en esa
jaula.
—Estoy en ello, Prez—dijo Ziggy asintiendo y frunciendo
el ceño, su mente ya en el trabajo.
—Espero que esto sea de lo único que querían hablar,
bastardos, porque necesito café, mucho puto café. —Hawk
empujó su silla hacia atrás y se puso de pie.
Sus hombres se rieron y se quedaron junto a él.
Salió y fue a buscar a su dama, pero ella ya se había ido a
su tienda. Se había ganado una zurra por no acudir a él con
sus necesidades.
La próxima ella lo haría, él se aseguraría de eso. Hawk
sonrió mientras se subía a la moto para ir a ocuparse de su
mujer.
Capítulo 20
River
Relajándome en la tumbona junto a la piscina, tomé un
sorbo de mi té helado y repasé los arreglos que tenía que
hacer durante los próximos días. Ice insistía en que dejara
de trabajar ahora que Slim estaba aquí. Sus calificaciones
la hacían ideal para reemplazarme. Me dolió un poco
porque tendría que entregarle mi bebé a otra persona.
Alguien que sabía podía cuidar mi tienda tal como lo haría
yo, pero aun así me cabreaba un poco. ¿Por qué no podía
llevar una tumbona a la tienda y quedarme allí mientras
estaba atenta?
Resoplé y sacudí la cabeza. Sabía muy bien por qué no
podía hacerlo. Gases, muchísimos gases. Y no me quedaría
quieta. Yo lo sabía, Ice lo sabía y mi padre lo sabía. Y eso
me llevó a comprender por qué estaba descansando junto a
la piscina y no en mi taller.
Punzadas, había tenido un par de punzadas en la parte
baja de la espalda esta mañana. Ice se asustó. Llamó a la
doctora Strauss y ella me ordenó que me tomara las cosas
con calma y que, si las punzadas continuaban, fuera
inmediatamente al hospital. Según ella, probablemente me
había excedido en el trabajo. Y para ser totalmente
honesta, me preocupaba terminar las motos como prometí.
Seb y Jannie habían estado ayudando entre sus trabajos y,
sinceramente, la tienda no estaba tan atascada, pero
todavía me preocupaba. Al menos ahora tenía a Slim
reemplazándome y pronto Wrench estaría lo
suficientemente fuerte como para empezar a trabajar unas
horas en el taller. Le había pedido a Slim que lo observara
atentamente una vez que regresara y que lo enviara a casa
si parecía que tenía dolor o estaba demasiado cansado.
Estaba sacando la tarjeta de hermana mayor con él. Tomé
otro sorbo y suspiré.
—Deja de suspirar, cariño. Sabes que esto es lo mejor
para ti y para los bebés. No quiero perder a los niños, ni a
ti, así que seguiremos las órdenes de los doctores—dijo Ice
en mi oído y casi dejo caer el vaso de té en mi regazo.
Había estado tan absorta que no lo había visto ni oído
acercarse.
—¡Mierda!—jadeé y el bastardo se rio mientras tomaba el
vaso, lo colocaba en la mesa auxiliar y se acomodaba en la
tumbona junto a mis pies.
Oh Dios. El dulce hombre levantó esos doloridos bultos
en sus manos y comenzó a masajear mis pies gordos.
Todavía me faltaban tres meses y un poco de este embarazo
y mis pobres pies estaban muy hinchados y doloridos. Y por
eso estaba en la tumbona con un cojín bajo los pies y
además todas las tardes descansaba con los pies elevados.
Puaj. Las alegrías de albergar no a uno sino a dos niños
grandes en mi pobre útero.
—Sé que he estado actuando como una mocosa malcriada
y lo siento. Tampoco quiero perder a nuestros hijos. Slim se
está adaptando y estoy segura de que Wrench querrá
volver a trabajar tan pronto como se recupere lo suficiente.
Tan pronto como ya no tenga a su madre rondándole y
tratándolo como a un inválido indefenso, se fortalecerá más
rápidamente. —Realmente no me gustó la forma en que su
madre se había comportado con él. Casi como si ya no
fuera el hombre que solía ser y necesitara que lo cuidaran
las veinticuatro horas del día.
—Hawk dio su visto bueno para que lo trajéramos a casa.
Bulldog y yo iremos a buscarlo más tarde hoy. Grietjie está
ocupada preparándole una habitación y estará cerca si
necesita ayuda.
Estaba feliz de que Wrench volviera a casa, no tan feliz
por la chica del club.
—Siempre y cuando esa chica se mantenga alejada de su
polla mientras aún se está recuperando. No quiero que
haga nada que retrase su recuperación—gruñí.
Ice se rio.
—Es como si Hawk y tú hubieran pensado exactamente lo
mismo. Él le ordenó que se mantuviera alejada de su polla y
al jefe le cabreó hacerlo. Joder, fue divertido.
—Siempre y cuando ella siga sus órdenes. No sería tan
divertido si Wrench se abriera las heridas mientras
intentaba follarse a una chica del club—me quejé.
—Dejemos de hablar de esa mierda, cariño. Hay algo más
de lo que quiero hablarte y ahora que Duncan está
visitando a mi madre, pensé que sería el momento ideal.
Asintiendo, esperé a que me dijera lo que ha estado
pasando por esa dura cabeza suya. Lo que estaba encima
de sus hombros, no lo otro, sabía exactamente lo otro que
quería. Luché por ocultar mi sonrisa y sólo lo logré porque
él estaba mirando mis pies.
—¿Recuerdas cuando te pedí que te casaras conmigo y te
dije que quería que nos casáramos antes de que nacieran
los niños?
Me reí.
—Nunca me pediste que me casara contigo, me dijiste
que me iba a casar contigo. Luego me diste este hermoso
anillo y me prometiste una escapada romántica después de
la boda.
Mi hombre sonrió con esa amplia sonrisa que tanto
amaba.
—Lo recuerdo y recuerdo que aceptaste quedarte en la
cama conmigo durante todo el tiempo que estuviéramos en
nuestra escapada romántica.
Ice trepó por mis piernas, besó mi vientre dos veces y
continuó subiendo hasta que estuvo suspendido sobre mí,
con su rostro frente al mío.
—Te amo, Blue, muchísimo. Amo a nuestros hijos, a los
tres y quiero que todos me pertenezcáis, legalmente. —Me
besó suavemente mientras me miraba a los ojos y luego se
alejó lentamente, dejándome con ganas de más.
—Llamé a Dagger esta mañana y le dije que me iba a
casar contigo y que quería adoptar a Duncan. —Me dejó
totalmente sin aliento. Todo lo que pude hacer fue mirarlo
con los ojos muy abiertos.
—Dijo que siempre que incorporásemos el apellido de
Sparrow en los nombres de Duncan, estaba de acuerdo.
Quería mi palabra de que Duncan crecería conociendo a su
padre y que los Sinner’s Sons siempre serían su familia. Se
la di. Si Duncan decide unirse a los Sinner’s cuando tenga
edad suficiente, lo más probable es que me enoje, pero es
su derecho de nacimiento y su decisión. —¿Qué había
hecho para merecer dos hombres buenos en mi vida? No lo
sabía, solo sabía que los amaba a ambos por igual, pero de
manera diferente. Si eso tenía algún sentido.
—Quieres que nuestros hijos tengan el mismo apellido
para que Duncan nunca se sienta excluido. Es eso,
¿verdad? —pregunté suavemente.
Ice negó con la cabeza.
—No, Blue, quiero que tenga mi apellido porque es mi
hijo.
Y ahí vinieron las lágrimas. Extendí la mano, acerqué a
Ice hacia mí y lo besé largamente. Me encantó que
mientras me besaba se sostuviera sobre una mano mientras
con la otra acunaba mi gran barriga. Se alejó, pero no
mucho y abrió los ojos.
—Cásate conmigo, Blue—susurró.
—Sí—le susurré en respuesta.
—El 24 de diciembre—susurró él.
No le respondí en un susurro.
—¡Qué! ¿El día antes de Navidad? ¡Estás loco!—grité.
—No, cariño, no estoy loco. Solo piensa en ello. Cada año,
durante el resto de nuestras vidas, no solo celebraremos la
Navidad, sino que celebraremos nuestro amor.
—Pero es el día antes de Navidad. Tus hermanos del club
no estarán aquí, estarán con sus familias. ¿No los quieres
en nuestra boda? —Estaba confundida, muy confundida.
—Los quiero en la boda, cariño. La Navidad es una época
muy tranquila en la casa club porque la mayoría de los
hermanos regresan a casa con sus familias. Sólo los
hombres sin familia se quedan. Almuerzan con las chicas
del club y se divierten, eso es lo que suele pasar. La
mayoría de los que vivíamos cerca pasábamos tiempo con
nuestras familias y luego regresábamos para unirnos a la
fiesta. Tuvimos algunos momentos salvajes. —Sabía
exactamente lo que habrían incluido esos momentos
salvajes. Malditas zorras desnudas por todas partes. Los
hombres eran muy predecibles.
—Este año no habrá fiesta. Tía Beryl, la rechazó. En lugar
de eso, quiere que las familias celebren la Navidad juntas
en la casa club. Y eso me lleva a nuestra boda. Los
hermanos estarán aquí y necesitan una fiesta, cariño. Así
que démosles una fiesta de Nochebuena que nadie olvidará
jamás. Nuestra boda, en el patio trasero del club. ¿Qué
dices?
Lo miré con los ojos entrecerrados. Esto estaba
demasiado organizado, demasiado furtivo.
—Ya los tienes a todos ocupados con la mierda de la boda,
¿verdad?
Mi hombre sonrió sin disculparse.
—Culpable de los cargos. Beast empezó a trabajar en el
mirador hace un tiempo y usaremos el logo del club y esa
mierda. Lo tenemos todo almacenado en una unidad en las
oficinas. No tienes que hacer nada más que lucir hermosa
ese día. Nos estamos encargando de todo.
¿Qué?
—¿Qué hiciste?
De nuevo la sonrisa.
—Tus amigas van a llamar. Ellas tienen esto, cariño, y nos
ayudarán a tener la mejor puta boda de la historia.
Iba a matar a esas perras.
—Hablé con Mari esta mañana y no me dijo una palabra.
Y Krissie me envió un mensaje de texto y ni una palabra
sobre esto tampoco. Voy a matarlas.
Ice se rio.
—No puedes, Blue. Les pedí que esperaran hasta hablar
contigo. Llámalas cuando me vaya y empieza a organizar
nuestra boda. Y no dejes que nadie te obligue a hacer lo
que no quieres hacer. Es nuestra boda. Lo hacemos a
nuestra manera. ¿Vale?
¿Cómo puedes seguir cabreado después de todo eso?
Respuesta rápida, no puedes. Suspiro.
—Está bien, cariño, pero no más malditas sorpresas. Y
solo digo, no quiero una maldita boda enorme en la que no
conozca a nadie. Quiero que sea la familia y el club y
algunos amigos invitados de fuera del club. ¿Vale?
—Lo que quieras, cariño. Es tu boda.
Me besó y el mundo desapareció cuando hundió la lengua
en mi boca. No sé cómo lo logró, pero terminamos
acostados de lado con nuestros pechos aplastados. Mi baba
boep (NdelT: barriga de bebé) ocupaba la mayor parte del
espacio.
—Odio besarte e irme, pero tengo cosas del club de las
que ocuparme. Volveremos a esto más tarde. Mantente
alejada del sol y mantén las piernas levantadas. —Ice besó
mi nariz, después se alejó por el sendero y unos segundos
más tarde escuché su moto arrancar y cómo el profundo
zumbido del motor se desvanecía en la distancia.
Agarré el teléfono, era hora de imponerles la ley a mis
traidoras amigas.

DC
Vi como Hawk irrumpió en el estudio y agradecí a los
dioses que acababa de terminar con mi último cliente y
estaba ocupada limpiando mi estación de trabajo. Kid,
Dollar y Ratel entraron detrás de él y todos me miraron con
los ojos muy abiertos parados detrás de él. Mi hombre
estaba enojado y supe que Beast le había contado mi
decisión.
Mierda.
—Mete tu culo en la oficina, DC.
Mi hombre era un alfa seriamente rudo, pero sabía que
no debía hablarme como si fuera uno de sus pequeños
juguetes sexuales.
—Adelante, estaré allí ahora. Sólo quiero terminar aquí
primero.
¡Él resopló, el maldito hombre resopló! Sacudí la cabeza
mientras él caminaba con paso airado hacia la parte de
atrás. No dio un portazo pero estuvo cerca.
—Ooh niña, creo que estás metida en una mierda—
bromeó Nadja mientras conducía a su siguiente víctima de
piercing a su habitación.
Me encogí de hombros y continué limpiando. Pero no
podía demorarme mucho, conocía a mi hombre, saldría
furioso, me echaría sobre su hombro y me llevaría de
regreso a la oficina. No quería eso.
Respiré profundamente, enderecé los hombros y caminé
hacia la oficina para enfrentar la ira de mi hombre. Oh, sí,
estaba cabreado y realmente no podía culparlo. Debería
haberle contado mi decisión a él primero.
Entonces entré por la puerta e inmediatamente me
disculpé.
—Lo lamento. Deberías haber sido el primero al que le
contara mis planes. No debería haber sido tan cobarde y
dejar que Beast te diera la noticia. —Toqué su puño cerrado
—. Puedo encargarme de ella, cariño. Es grande, es brutal,
pero está ciega de sus propias limitaciones. Grizz tiene a
alguien que está siguiendo sus peleas y las está grabando.
No será fácil, pero te prometo que puedo vencerla.
No estaba contento, si cabe, eso lo cabreó aún más.
—Me importa un carajo si puedes vencerla o no, DC.
Deberías haber venido a verme, pero no lo hiciste. ¿Qué
significa eso? ¿No confías en que te entenderé o te
respaldaré? —No me dio oportunidad de responder.
Continuó explicándolo.
—Me cabrea que después de toda la mierda por la que
hemos pasado todavía mantengas una parte de ti oculta de
mí. Amo todas tus partes, no solo las que muestras al resto
del maldito mundo. Quiero que lo entiendas. Me encanta
cuando me expones tu lado suave y me encanta cuando me
muestras la oscuridad que vive dentro de ti. Nada de lo que
hagas o digas me disgustará jamás ni hará que me aleje de
ti. Nunca va a pasar, pajarito. Eres mía hasta el día de mi
muerte. Nunca te dejaré ir.
Mi boca se abrió y se cerró, pero no pude sacar ninguna
palabra de mi garganta apretada. Se me llenaron los ojos
de lágrimas y todo lo que pude hacer fue asentir.
—La próxima vez que decidas hacer algo que ponga en
peligro tu puta vida, dímelo a mí primero. Y sólo después te
acercas a los demás con tus putos planes. ¿Entendido?
Y con eso, me volvió a cabrear.
—No empieces con esa mierda de “entendido” conmigo.
Te amo muchísimo y lamento no haber acudido a ti, eso fue
una falta de respeto y no volverá a suceder. —Él intentó
interrumpir, pero le hice un gesto para que se callara—.
Voy a pelear en Underground, no sólo esta vez, sino otras
veces. No quiero ser una luchadora frecuente, pero
necesito la liberación que obtengo al luchar. Si no peleo
tengo que encontrar otra manera de aliviar la presión o mi
lado oscuro la encontrará por mí. Ninguno de nosotros
quiere que eso suceda.
Hawk me miró en silencio durante varios segundos antes
de hablar.
—Soy muy consciente de que necesitas luchar para
liberar la presión, pero tenía la impresión equivocada de
que entrenar con Beast era suficiente liberación. Ahora sé
que no es suficiente y lo afrontaré. Afrontaré que mi mujer
se meta en una jaula y golpee a su oponente hasta hacerla
sangrar por diversión. Mientras me mantengas informado,
pajarito, estaré contigo en todo momento.
Estaba a punto de responder cuando sus labios golpearon
los míos y confundió cada pensamiento que tenía en mi
cabeza. Lo único que tenía claro era la sensación de su
cuerpo contra el mío y el sabor de él explotando sobre mi
lengua. Era embriagador, adictivo y quería más.
E iba a conseguir más. Hawk levantó la cabeza, me
dedicó una sonrisa perversa, me hizo girar y me empujó
sobre mi escritorio. Oh, mierda.
—Te voy a follar sobre tu escritorio, pajarito, y tendrás
que estar callada. Te voy a follar tan fuerte y profundo,
cariño, que querrás gritar. Pero no puedes gritar, tienes
que estar muy, muy callada—susurró contra mi nuca.
Lo único en lo que podía pensar era en que estaba muy
contenta de haber decidido usar falda hoy. Gemí
suavemente cuando me levantó la falda y acarició con su
mano dura y callosa mis nalgas, luego bajó la mano y
acarició con un dedo el centro de mis bragas ya húmedas.
Las apartó de su camino y esos maravillosos dedos estaban
justo donde los necesitaba, deslizándose por mi raja,
cubriéndose de mi excitación. Dos dedos se deslizaron bien
adentro mientras usaba su mano libre para desabrocharse
el cinturón y los vaqueros. Escuché el tintineo de la hebilla
del cinturón contra los botones y me estremecí. Ya estaba
cerca.
De repente, sus dedos desaparecieron y su gran polla
dura se estrelló contra mí. Amortigüé mis gemidos contra
el dorso de mi mano mientras él agarraba mis caderas y
comenzaba a follarme. Me encantaba lo que me hacía.
—Juega contigo, amor. Ve allí porque esto va a ser
jodidamente rápido—gruñó Hawk contra mi nuca mientras
se apoyaba contra mi espalda, todavía follándome fuerte,
profundo y rápido. No dije una palabra, simplemente me
encorvé y pasé un dedo por mi clítoris hinchado. El placer
me recorrió cuando su gran polla y mi clítoris comenzaron
a trabajar juntos para provocarme un enorme orgasmo.
Lo sentí acercarse y comencé a trabajar mi clítoris más
rápido y fuerte. Y entonces me atravesó, haciéndome
curvar los dedos de los pies y apretar mi coño sobre su
polla que todavía me follaba con fuerza. No pasó mucho
tiempo antes de que él se corriera profundamente dentro
de mí, cubriendo mis entrañas con su semen. Marcándome
como suya.
Empujó profundamente y se mantuvo allí mientras su
polla se sacudía y lentamente aparté mi mano de mi clítoris
y gemí.
—Eso fue increíble, pero ahora estoy toda desarreglada y
pegajosa—gemí.
El bastardo se rio entre dientes contra mi cuello y me
estremecí, cada parte de mí era sensible a él, a su voz, a su
toque, a su olor.
—Me gusta que estés desarreglada y pegajosa, cariño.
Me gusta saber que me sentirás dentro y fuera de ti
durante el resto del día.
Gemí cuando él se retiró lentamente, luego se acercó y
sacó un montón de pañuelos de papel de la caja en mi
escritorio, me limpió suavemente y los arrojó al contenedor
al lado del escritorio. Volvió a poner mis bragas sobre mi
coño y mi falda sobre mi trasero antes de ayudarme a
levantarme. Todavía estaba tan flácida como un maldito
fideo y él me dio una sonrisa de satisfacción masculina. Vi
cómo se pasaba un pañuelo de papel por la polla, la metía
en los pantalones y se los abrochaba. Comando como
siempre. Y solo verlo manipular su polla me excitó de nuevo
y me lamí los labios mientras lo miraba a los ojos.
—A mi bebé le gusta verme tocar mi polla—dijo
suavemente mientras se inclinaba y me besaba—. Te lo
daré esta noche, cariño. Jugaré con mi polla mientras te
veo masturbarte.
Me dio otro beso rápido, abrió la puerta y me hizo salir.
Mierda, este hombre mío era peligroso. Traté de ocultar el
hecho de que acababa de tener un orgasmo masivo y que
mi hombre me había excitado deliberadamente antes de
salir de la oficina.
Iba a ser un día largo. Gracias a Dios tenía un par de
bragas limpias en mi mochila porque no había manera de
pasar el día usando el par que tenía puesto ahora.
Lo vi caminar pavoneándose por el estudio y salir por la
puerta. Sin mirar atrás. Fue sólo cuando estaba sentado en
su moto que miró hacia atrás, me guiñó un ojo y me saludó
con los dedos.
Y se marchó.
Y estaba cachonda de nuevo. Maldita sea.
Tori
Miré la fila de niñas y un niño descalzos frente a mí y
sonreí. Todos habían venido a 'girar' conmigo.
—Vamos a bailar y girar y quiero que simplemente os
divirtáis. No os preocupéis por nada, solo divertíos. Voy a
bailar con vosotros y si queréis podéis hacer lo que yo
hago. ¿Vale?
Todos asintieron, encendí la música y guardé el mando a
distancia en mi bolsillo. Estos eran hijos de moteros, así
que no me preocupé por tocar música rock para que
bailaran. Ellie inmediatamente comenzó a girar y todos
siguieron su ejemplo. Eran tan condenadamente dulces.
Había estado en el estudio desde temprano esta mañana
y había calentado, hecho mi fisioterapia y bailado
cuidadosamente algunos pasos. Como esperaba, me dolían
los músculos y los dedos de los pies por el ejercicio que les
había dado ayer, pero lo ignoré y seguí adelante.
Los niños, River, Genna, tía Suzy y Penny entraron
cuando yo todavía estaba bailando y se sentaron
silenciosamente en las sillas contra la pared hasta que la
música llegó a su fin.
Jossy y Ellie salieron volando de sus sillas y corrieron
hacia mí, abrazándome alrededor de mis piernas y yo me
incliné para darles besos y abrazos.
—Buenos días, chicas dulces—las saludé y me hundí para
abrazarlos.
—Ellie quería girar. Estaba siendo una molestia—dijo
Jossy. Obviamente citaba a una de las mujeres, oculté mi
sonrisa y asentí.
Y así es como habíamos llegado a donde estamos ahora.
Un grupo de niños pequeños y yo estábamos dando vueltas
por el suelo, riendo y divirtiéndonos. Pero mantuve mis ojos
en Ellie. Estaba perdida en su propio mundo, sintiendo la
música y balanceando su pequeño trasero, perfectamente
al compás de la música. Al mirarla supe que, a pesar de lo
joven que era, se convertiría en bailarina o haría algo
relacionado con la música cuando fuera mayor.
Le enseñaría a mi pequeña todo sobre el baile,
preparándola para el gran mundo malo que existe.
Mi cerebro tartamudeó hasta detenerse. Acababa de
llamarla mi pequeña. Allí parada, viendo a los niños
divertirse, saltando, girando y mirándose en los espejos,
supe que no me iba a ir.
Beast y sus hijas eran mi nuevo futuro y los Iron Dogz
venían con ellos.
El club me había dado un refugio seguro cuando tanto lo
necesitaba. DC me había dado este estudio. Oh, sabía que
era un soborno para conseguir que me quedara, pero qué
gran soborno. Y luego estaba la bienvenida que recibí de
las damas y sus familias, increíblemente cálida y atenta.
Ahora tenía más amigos que nunca antes. Durante mi
carrera como bailarina había tenido muy pocos amigos y a
medida que ascendía y ellos no, se fueron alejando hasta
que solo quedó Ilya. Había sido mi mejor amigo, mi
confidente y mi crítico más duro.
Si todavía hubiera estado vivo, sabía exactamente lo que
me habría dicho.
—Deja de dudar contra ti misma, Tor. Toma la vida con
ambas manos y vívela.
Y eso es exactamente lo que iba a hacer. Iba a aferrarme
a esta nueva vida que me habían dado y vivirla.
La iba a vivir con mi nueva y muy inusual familia, el Iron
Dogz MC. Con el hombre que debería haber estado a mi
lado desde el principio y sus pequeñas.
Y tal vez, algún día, tendría un bebé con él para agregarlo
a nuestra familia.
La vida era tan extraña. Quitaba con una mano y daba
con la otra. Me quitó a Ilya y mi carrera y me dio la
oportunidad de llevar una vida normal. Bueno, no
exactamente normal pero se acercaba bastante.
Dejando a los niños, recogí mis pantalones deportivos y
mi polar, me los puse y me uní a las mujeres en las sillas.
Me senté en el suelo frente a ellas, estirando lentamente
mi cuerpo mientras observábamos a los niños.
Y por una vez lo único que sentía era paz.
Capítulo 21
Beast
Secándose el sudor de la frente, Beast retrocedió y miró
críticamente la última pieza del puto mirador que Ice le
había pedido que diseñara y construyera. Había estado
trabajando desde muy temprano esta mañana para
terminar la pieza final y quería patearse el culo por diseñar
una maldita cosa con tanto aire de cuento de hadas. Ahora
que estaba terminada, podría llamar a los prospectos para
que lo ayudaran a llevar las piezas al lugar seleccionado,
así podría comenzar a ensamblarlo.
Pero no hoy. Hoy era el día en que llegarían los perros y
él y Rider habían hecho arreglos para que sus damas y
niñas estuvieran listas para recibir al nuevo miembro de la
familia. Una hermosa hembra de pastor alemán de color
negro y fuego llamada Sassy. Rider y él habían entrenado
con ella y el animal se había unido a ambos. Su entrenador
se había mostrado cauteloso al principio, pero cuando
quedó claro que Sassy estaba de acuerdo con tener dos
cuidadores, les dio el visto bueno. Era perfecta para la
situación de vida que tenían. Penny había preparado el
nicho al lado de las escaleras para la cama de Sassy,
dándole el lugar perfecto desde donde vigilar a su familia.
Sus hijas habían estado pidiendo un perro desde que
visitaron la casa de Bulldog, donde tenían varios perros
corriendo por la propiedad. A Bulldog le encantaba la raza
Rottweiler y siempre había tenido varios perros cuidando
su propiedad y su familia. No es de extrañar que Ice y
Spider hubieran elegido Rotties como sus perros
guardianes.
Eso era lo mejor de la empresa que había encontrado
Jagger. Entrenaban varias razas diferentes como perros
guardianes, perros de servicio y perros de compañía. Y
algunos de esos perros fueron rescates que acogieron,
entrenaron y luego los colocaron con la persona adecuada
para ellos. No autorizaban a llevarse a un perro si el animal
no estaba contento. Los perros eran lo primero siempre y
controlaban a sus perros después de haber sido colocados,
incluso años después de la colocación.
Después de guardar sus herramientas y apagar las
máquinas, Beast limpió su taller y regresó a la casa club.
Necesitaba algo frío para beber.
No había nadie detrás de la barra cuando entró y Beast
caminó alrededor, se sirvió una botella de agua y luego se
hundió en una silla en la esquina trasera de la sala común
semioscura para relajarse por un minuto. Bebió
tranquilamente su agua y disfrutó del fresco después del
calor en su taller. Estaba sudando y pensando en subir a su
habitación y tomar una ducha rápida cuando escuchó una
moto acercándose. Inclinando la cabeza hacia un lado,
trató de ubicar dónde estaba aparcando y frunció el ceño
cuando sonó como si quienquiera que fuera no estuviera
estacionando con los otros hermanos.
Se quedó sentado inmóvil y esperó. Poco después, la
puerta se abrió y la silueta de un hombre alto apareció en
la entrada. Hizo una pausa mientras permitía que sus ojos
se acostumbraran a la oscuridad, luego avanzó y dejó que
la puerta se cerrara detrás de él. Beast lo reconoció de
inmediato y se levantó para saludarlo dejando caer la
botella de agua en la pequeña mesa al lado de su silla.
Lo que no esperaba era la desolación en los ojos de un
hombre que a pesar de su nombre de carretera solía
sonreír y reír todo el tiempo. No quedaba nada de eso en
los fríos ojos verdes. Dio una pequeña sonrisa al reconocer
a Beast, pero no llegó a sus ojos.
Mierda. Esto iba a ser un problema. Su hermano estaba
perdido en ese oscuro páramo que Beast conocía muy bien.
Iba a recomendar que Scar se uniera a él junto con Wolf.
Harían un buen equipo.
—Bienvenido a casa, hermano. —Beast agarró a Scar, lo
acercó y le dio dos palmadas en la espalda, con fuerza.
—Gracias, hermano. Aunque no sé si me quedaré—dijo
Scar mientras daba un paso atrás después de dar dos
fuertes palmadas en la espalda de Beast también.
—No cometas un error, Scar, estás en casa, hermano.
Necesitamos tus habilidades.
Scar frunció el ceño y miró alrededor de la habitación
vacía.
—¿Qué está sucediendo?
—No hablo de eso aquí, hermano. Nunca se sabe si aquí
afuera tienes malditas orejas aleteando con la brisa—gruñó
Beast—. Vamos a ver al jefe y luego te instalaremos.
Beast lideró el camino por el pasillo hasta la oficina de
Hawk y después de llamar a la puerta, la abrió para entrar.
Supo en el momento en que puso un pie dentro que Hawk
se estaba follando a su dama. En su oficina. Con la puerta
abierta. De nuevo.
—Por el amor de Dios, jefe. Cierra la puta puerta si te vas
a follar a tu dama. Ahora tengo esa mierda grabada en mis
malditas retinas—gruñó Beast mientras retrocedía hacia la
puerta.
La voz de Hawk era ronca y sin aliento cuando respondió.
—Mi maldita oficina. Puedo follarme a mi dama... donde
quiera. —Los sonidos de carne chocando contra carne
resonaron en el aire junto con los gemidos de su dama.
—Cierra la puta puerta—jadeó DC entre gemidos.
Beast y Scar se retiraron, él cerró la puerta y le hizo una
seña a Scar para que lo siguiera de regreso al bar. Ahora
necesitaba una maldita cerveza. Tomando dos de los
refrigeradores detrás de la barra, le dio una a su hermano y
se dejó caer en un sofá al otro lado de la habitación.
Scar sonrió.
—¿Esa mierda sucede a menudo?
—Todo el maldito tiempo, hermano. Al jefe le importa un
carajo quién mira cuando folla, pero su dama cambió esa
mierda. Ella nunca permitirá que él se la folle en público,
así que el bastardo se divierte no cerrando la puerta con
llave y haciendo que nosotros, pobres tipos desprevenidos,
entremos y los veamos follando en su escritorio, en el sofá,
en el suelo, en cualquier lugar. Cualquier superficie será
suficiente para esos dos. —Beast tomó un largo trago de su
cerveza.
—Escuché hablar de esa mierda y lo vi con las putas del
club en Durban. Pero por lo general era sólo él recibiendo
una mamada y no un acto sexual completo—respondió Scar
con un leve ceño fruncido—. ¿Sigue follándose a esas putas
que tiene en todos los clubes del país?
Beast negó con la cabeza.
—Su dama le cortará la polla y se la dará de comer si él
siquiera mira a una de esas perras. No estabas en Durban
cuando ocurrió toda esa mierda, pero debes haber oído
cómo ella noqueó a esa puta del club y le dijo a su hombre
que se fuera a la mierda.
Scar se encogió de hombros.
—Lo escuché, simplemente no creí que ella se enfrentaría
a él.
Beast le dio a su nuevo hermano una pequeña sonrisa de
complicidad.
—Te espera una lección, hermano. La dama del
presidente es una fuerza a tener en cuenta y él está
encantado de darle lo que quiere. Ella quería que sus putas
se fueran, y ¡bum!, eso pasó.
—Suena bien. No tengo tiempo para putas. No hablo con
ellas, no las follo y, por lo que a mí respecta, no existen—
espetó Scar y tomó un largo trago de su cerveza.
—Sé de lo que hablas, hermano. Finalmente reclamé a
una dama y tuvimos algunas situaciones jodidas con las
putas del club. Mi chica casi me deja por esa mierda—
gruñó Beast mientras sacudía la cabeza—. Es el único
consejo que le daré a cada puto prospecto que entre por
esa puerta de ahora en adelante. No cagues donde comes.
Traes a una dama a casa y las zorras del club con las que
solías follar le harán la vida jodidamente insoportable.
Scar se inclinó hacia adelante y chocó su botella contra la
de Beast en un brindis silencioso.
—El mejor consejo, hermano, pero esos pequeños
cabrones no van a escuchar. Han estado viendo a los
hermanos follándose a esas perras mientras eran
prospectos y no se les permitió probarlo. Esos bastardos
están salivando por una zorra cuando son parcheados. —
Scar frunció el ceño pesadamente—. La noche de la fiesta
de mi parche, en la primera oportunidad que tuve llamé a
mi chica y ella se apresuró a ir a la maldita casa club. Se
quedó a mi lado y me cuidó. Debería haberle dado mi
parche, pero la mierda se fue abajo y dejé que mi polla
eligiera por mí.
Beast asintió.
—Lo sé todo sobre eso, hermano. Yo también tengo una
ex jodida. Hace un tiempo obtuve la custodia exclusiva de
mis hijas, pero no voy a bajar la guardia. No confío en el
silencio de ella y en el pedazo de mierda de su nuevo
hombre.
—Sí, pero al menos ese pedazo de mierda de su nuevo
hombre no es tu propio maldito hermano. Esa mierda te
hace pedazos—dijo Scar en voz baja.
Dejando su botella vacía, Beast golpeó la mesa para
llamar la atención de Scar.
—Hay algunas cosas en las que deberías pensar, hermano
mío. Ya no es tu hermano, Scar. Ni por sangre, ni por club.
Un verdadero hermano te hará saber que se siente atraído
por tu mujer y buscará alejarse de la tentación. Un
verdadero hermano hará que esa mujer siga su camino
cuando ella se acerque a él. Un verdadero hermano irá con
su hermano y le contará esa mierda. Un verdadero
hermano nunca le meterá la polla a la mujer de su
hermano, pase lo que pase. —Beast miró profundamente
esos fríos ojos verdes y sintió la conexión entre ellos—. Él
ya no es de tu sangre, Scar. No merece ese honor.
Scar miró hacia abajo y a la etiqueta de su botella.
—La perra dijo que se folló a mi hermano porque no sabía
qué hacer con mi polla y que estoy disparando putas balas
de fogueo. Llevamos dos años intentando tener un hijo y
nada. Eso se metió en mi puta cabeza, hermano.
Beast estaba tan jodidamente cabreado que al principio
no pudo decir una palabra, luego, respirando
profundamente, se lo explicó a su hermano.
—Apuesto a que si fueras y te hicieras una prueba
descubrirías que tus nadadores son perfectamente
normales. Ella nunca iba a tener un hijo tuyo, Scar. Jugó
contigo, hermano. A las perras como ella les gusta derribar
a los hombres, es la única manera de sentirse poderosas. Y
comparar a dos hermanos en la cama es totalmente jodido.
Físicamente os veis casi exactamente iguales. Esa perra
llevó a tu doble a su cama y después intentó hacerte sentir
como una mierda. Estoy llamando a eso mentiras. Ella le
hará lo mismo a ese pequeño cabrón, sólo espera y verás. Y
para que sepamos que estás cubierto, ¿cuándo fue la última
vez que te la follaste?
—Hace seis tal vez siete meses, hermano. Ella siempre
ponía excusas. —Scar negó lentamente con la cabeza—.
Ellos me costaron mi club, mis hermanos y mi lugar en la
mesa. Trabajé duro para mi club y tenía como objetivo
sentarme en la mesa y apoyar a mi presidente. Ahora no
tengo nada. Saldré como un nómada con sólo el camino
frente a mí, nada más—gruñó Scar amargamente.
Beast resopló.
—Mierda. No quiero hablar cuando no me corresponde,
pero tienes algunas sorpresas para ti, hermano. Mantén tu
cabeza en alto. Te cubrimos.
Beast levantó la vista mientras hablaba y miró a los ojos
ámbar de su presidente. El hombre había escuchado la
mierda por la que había pasado su hermano y estaba
enojado.
—Scar, hermano, ven a mi oficina. Tú también, Beast—
ordenó antes de girarse y regresar pisando fuerte por el
pasillo.
—Uno pensaría que después de follar con su dama estaría
de buen humor—dijo Scar en voz baja mientras lo seguían.
—Tiene muchas cosas en la cabeza en este momento.
Escuchemos lo que tiene que decir—le respondió Beast con
el mismo tono de voz.
Hawk ya estaba detrás del escritorio cuando entraron,
concentrado en algo en el portátil sobre el escritorio frente
a él. Agitó una mano hacia las sillas sin mirar hacia arriba,
Beast y Scar se sentaron y esperaron.
Su presidente estaba enojado por algo que estaba
leyendo y Beast sabía que tendrían que esperar hasta que
se hubiera solucionado lo que lo había cabreado.
¿Y sabéis qué? Hawk cerró de golpe el portátil y lo apartó
de él.
—Bien, hagamos esto. Scar, hermano, bienvenido a mi
casa. Hablé con Hotdog y le informé que te ofrecería un
puesto como lugarteniente en esta sede. Aquí manejamos
las cosas de manera diferente, seguirás a uno de los
oficiales y te convertirás en parte de su equipo. Hotdog
tenía esperanzas de que regresaras a Durban después de
pasar un tiempo fuera.
Scar inmediatamente negó con la cabeza.
—Nunca volveré, Prez.
Hawk asintió.
—Bien. ¿Has pensado en quedarte aquí en lugar de
volverte nómada?
—Beast ha estado hablando conmigo y parece que aquí
tienes un tipo de configuración muy diferente. No me
malinterpretes, Hotdog es un muy buen presidente, pero
heredó muchas manzanas podridas cuando tomó el mazo.
Poco a poco lo estábamos resolviendo. —Scar se encogió de
hombros—. Estaban disgustados conmigo porque nunca
oculté a mis hermanos mi opinión sobre la podredumbre
del club. Supongo que no decirme lo que estaba pasando a
mis espaldas y permitirme encontrar a Pesto follándose a
mi esposa fue su venganza.
Apoyando sus antebrazos sobre el escritorio, Hawk se
inclinó hacia adelante, con los ojos fijos en Scar.
—¿Qué hizo Hotdog ante la situación?
Scar resopló.
—Hotdog hizo lo que pudo, pero cuando llegó el momento
de votar, el pequeño cabrón sobrevivió, no perdió el parche.
No lo elegirán para un ascenso durante los próximos cinco
años y eso es todo, lo cual es jodidamente ridículo. Es un
puto insulto para mí, para el club y para los estatutos que
tenemos. No podía quedarme y verlo pavonearse por el
club un día más. Así que empaqué mis cosas y vendí lo que
no tiré. La perra está intentando apoderarse de la casa en
el acuerdo de divorcio, pero no la conseguirá. No estaba
solo el día que sucedió esa mierda. Claw estaba conmigo y
grabó todo el sórdido desastre. Mi abogado ahora tiene la
grabación y la está usando en el divorcio. Por culpa del
malcriado de mi hermano menor, perdí mi club, mis amigos
y mi familia. Mis padres decidieron creer su versión, que
había estado abusando de ella durante años y negándole
los hijos que tanto deseaba.
Sacudiendo la cabeza, Hawk golpeó el escritorio con los
dedos y Beast supo que su presidente estaría ahondando en
la mierda en la sede de Durban. No en vano era Presidente
Nacional. Enviaría a los nómadas a limpiar la casa si no
estuviera satisfecho con las explicaciones de Hotdog y sus
oficiales. Joder, aún podría enviarlos incluso si creyera en
sus explicaciones. Nunca se sabía con Hawk Walker.
—No perdiste tu club, hermano. Lo que perdiste fue un
lastre. Espero que decidas quedarte aquí con nosotros
porque necesitamos tus habilidades. Dirijo un tipo de mesa
diferente al de la mayoría de los otros presidentes. Quiero
que mis hombres tengan sus propias opiniones y las
compartan abiertamente con el resto de nosotros. Valoro
esas opiniones. Puedes preguntarle a cualquiera de los
hermanos en esta mesa, hemos tenido grandes diferencias
de opinión, pero al final lo solucionamos porque todos
ponemos al club en primer lugar. —Hawk sonrió—. Y a
veces subimos al ring y solucionamos nuestros problemas a
la antigua usanza.
Beast asintió cuando Scar lo miró y luego volvió a mirar a
Hawk.
—Dame uno o dos días, Prez. Déjame mirar a mi
alrededor y tener una idea de los hermanos. Te daré mi
respuesta la próxima semana—dijo Scar.
Beast escondió una sonrisa. El hermano no se volvería
nómada.
Sonó un golpe seco, Ice y Kid, seguidos por Sin, entraron.
—Los perros ya casi están aquí, jefe. Jagger y los
hermanos te están esperando afuera. —Ice sonrió—. Y tu
dama está sentada en los escalones de la entrada,
esperando a su perro. Nadie quiere enojarla, así que nos
enviaron a buscarte.
Hawk se rio y se puso de pie.
—Hermanos, conoced a Scar, nuestro hermano de la sede
de Durban.
Después de que estrecharon su mano, seguimos a nuestro
presidente fuera de la oficina. Todos los hombres estaban
emocionados de ir a ver a los perros.
Beast se reunió con los hombres en la terraza delantera.
Todos ellos de pie en fila, con los brazos cruzados sobre el
pecho, esperando.
Debe parecer una maldita foto de los días del Salvaje
Oeste, pensó Beast.

Tori
Toda la mañana la casa club había estado vibrando de
emoción porque llegaban los perros guardianes con los que
los hombres habían estado entrenando. DC estaba ansiosa
por terminar de una vez nuestra sesión de fisioterapia. Ella
salió corriendo del estudio tan pronto como terminamos y
yo me senté en el suelo y me reí suavemente mientras la
veía irse. Desde donde estaba sentada podía ver parte del
frente del club, pero estaba en ángulo y todo lo que en
realidad era visible eran parte de los escalones y la terraza.
Sonreí mientras veía a DC hundirse en los escalones para
esperar a los perros.
Hacía calor hoy y las puertas del estudio estaban
completamente abiertas para permitir que pasara un poco
de aire ya que el aire acondicionado aún no había sido
instalado. Descubrí que el estudio se hacía muy caluroso a
medida que avanzaba el día, por lo que necesitábamos aire
acondicionado.
No me quedé allí sentada mucho tiempo. Quería bailar y
hoy iba a probar una pieza clásica. Quería ver cómo
aguantaría mi pierna. Estaba cautelosamente segura de
que podía hacerlo.
Hoy era el día.
Pero primero tendría que calentar. Seleccionando la
música adecuada comencé y muy pronto los sonidos fuera
del estudio se desvanecieron y me concentré en mis
movimientos. Respirando rápidamente terminé el último
movimiento y me alejé de la barra. Caminando hacia la
mesa pequeña con mi toalla y el agua, tomé unos sorbos,
dejé la botella y tomé la toalla para secarme el sudor de la
cara.
Estaba lista. Me quité los pantalones deportivos y la
camiseta de polar, verifiqué que el aparato ortopédico
estuviera firmemente en su lugar y rápidamente me limpié
los brazos y las piernas antes de alcanzar el pequeño
mando a distancia de la música.
Me quedé pensando en mis opciones por un minuto antes
de tomar una decisión.
Les Sylphides de Frédéric Chopin. Era una pieza
romántica corta que normalmente se bailaba con otros
bailarines, pero hoy bailaría el solo y si me sentía con
fuerzas improvisaría uno de los dúos.
Al colocarme en posición, hice clic en el mando a
distancia, lo apoyé en el suelo y lo deslicé hacia los espejos.
Me enderecé y esperé. La paz se apoderó de mí tan pronto
como comenzó la música. Éste era mi hogar lejos de casa.
Ésta era mi vida.
Me perdí en mi oficio, concentrándome en hacerlo bien.
No fue perfecto y tuve que improvisar para compensar la
debilidad de mi pierna, pero estaba bailando. ¡Estaba
bailando!
No quería parar, pero el dolor en mi pierna y el casi
tambaleo en mi pirueta lo hicieron necesario. Apoyé los
pies y me quedé con las manos en las caderas, jadeando
mientras intentaba calmar mi respiración.
Fue entonces cuando empezaron los silbidos y aplausos y
hombres adultos aullaban como perros. ¿Eh?
Volviéndome hacia las puertas, jadeé. Estaba lleno de
hombres y algunas mujeres que aplaudían, silbaban y
aullaban. Y justo al frente estaba Beast, con sus ojos
ardientes puestos en mí. No reconocí al hombre que estaba
a su lado, un hombre que tenía la cabeza echada hacia
atrás, aullando y aplaudiendo junto con los demás.
Guau. Esto era simplemente… guau. Sonreí tímidamente
y saludé un poco con la mano. Beast se echó a reír, se
inclinó, se quitó las botas y vino hacia mí con sus calcetines
negros. Hubo un silencio de asombro y supe que todos
estaban atónitos por la risa de Beast. Casi nunca sonreía,
casi nunca reía. Incluso yo lo sabía, y sólo llevaba aquí unas
pocas semanas. Cuando me alcanzó, me agarró por las
caderas, me levantó en el aire y me hizo girar. Apoyando
las manos sobre sus hombros, me aferré y me reí. Fue
asombroso ver ese brillo en sus ojos oscuros.
Lentamente me deslizó por su cuerpo y con cuidado me
dejó en el suelo. Me paré frente a él, miré al hombre que se
elevaba sobre mí y sonreí.
—Eres jodidamente increíble, mariquita—dijo suavemente
—. ¿Cómo está la pierna?
—Me duele como una hija de puta—respondí con una
sonrisa. Una sonrisa feliz.
—Necesitas una ducha caliente y relajarte, cariño.
—Lo haré. Sólo necesito arreglar las cosas aquí y luego
subiré. ¿Conseguiste a tu perro?
Obtuve otra hermosa sonrisa.
—Sí, cariño, ella está con Rider y el resto de la familia.
Están esperando que te lleve para que podamos
presentarte a Sassy.
—Déjame ponerme el abrigo y podremos irnos.
—No sucederá, cariño. No saldrás de aquí con esos
malditos pantalones cortos. Mis hermanos ya han visto
suficiente de tu cuerpo. —Disparó una mirada molesta a las
puertas.
Solté una carcajada.
—Cariño, mi cuerpo no es nada comparado con los
cuerpos de esas mujeres que merodean por vuestra sala
común. De ninguna manera tus hermanos tendrán
pensamientos excitantes sobre mí.
Beast se frotó la cara con las manos y suspiró.
—Me vas a volver loco, mujer. Todos los malditos
hombres que te vieron bailar se preguntaban qué tan ágil y
flexible eres en la cama.
Oh, Dios mío, esto no tiene precio. No me detuve a
pensar, simplemente seguí adelante. Lo miré
inocentemente y me alejé dos pasos de él.
—¿Quieres decir así?—pregunté y me incliné hacia
delante colocando mis manos en el suelo junto a mis pies—.
¿O estabas pensando en esto? —Me acerqué a él, me puse
de puntillas e hice un arabesco completo apoyando mi pie
contra la parte superior de su hombro. Sus manos se
agarraron a mi cintura y la pasión hervía en sus ojos.
Me reí cuando sus hermanos silbaron y le gritaron
animándolo.
—Voy a ponerte el culo rojo, mariquita, no creas que no—
me gruñó, luego me acercó a su cuerpo y susurró una
amenaza sexy que me hizo temblar—. Te voy a follar así y
luego veremos cuánto más puedes doblarte.
Me estremecí y mi hombre me guiñó un ojo. Saqué mi
pierna de su cuerpo y perdí los centímetros que me había
dado mi posición de puntilla. Mirándolo, señalé el pequeño
vestidor en la parte de atrás.
—Déjame darme una ducha rápida, vestirme e iré a
buscarte. ¿Vale?
Apretó mi cintura, se inclinó y me besó suavemente.
—No tardes demasiado, cariño.
Lo vi caminar hacia sus botas, ponérselas y marcharse sin
mirar atrás. El tipo que había estado parado a su lado lo
siguió después de darme uno de esos levantamientos de
barbilla tan rudos de macho alfa. Vaya, estos tipos eran de
otro nivel.
Me metí en la pequeña ducha del vestuario y
rápidamente me lavé el sudor del pelo y del cuerpo. No
tuve tiempo de lavarme el cabello adecuadamente pero no
importaba, me lo lavaría más tarde. Me sequé, me vestí
rápidamente con un par de vaqueros desgastados y suaves
que tenía en mi bolso de ballet y una camiseta sin mangas,
que DC me había regalado, con el logo del Iron Dogz MC en
mis senos.
Ocupada retorciendo mi cabello húmedo y metiendo un
par de palitos en el moño, no vi a la mujer esperándome
hasta el último minuto. Al detenerme bruscamente, observé
con cautela cómo Chris se quitaba los zapatos y venía hacia
mí.
¿Y ahora qué?
—Sé que preferirías ver a cualquiera menos a mí, pero
quiero disculparme por mi comportamiento de la otra
noche. Fui grosera y abusiva y nada de mi enojo debería
haber estado dirigido a ti. Interpreté mal la situación entre
Beast y yo y no solo me humillé a mí sino también a ti. Lo
siento muchísimo. Haré todo lo posible para mantenerme
fuera de tu camino y no te causaré más vergüenza.
Ella asintió levemente y estaba a punto de irse, pero no
podía dejarla ir sin decirle lo que estaba sintiendo.
—Gracias por venir a verme y disculparte. Tengo una idea
de lo difícil que debe haber sido para ti. Sí, fuiste abusiva y
nos humillaste a todos, pero en cierto nivel lo entiendo. —
Ella frunció el ceño y yo me encogí de hombros—. Déjame
intentar explicar. Conocí a Beast cuando tenía dieciséis
años y entonces él era un hombre muy diferente. Se reía,
bromeaba, sonreía todo el tiempo, pero durante el tiempo
que estuvimos juntos, empezó a cambiar poco a poco,
volviéndose más duro. Me humilló y asustó cuando me dejó
y hui para esconderme. Pero en lugar de esconderme, me
aferré al único sueño que me quedaba y lo seguí hasta que
tuve un final abrupto. Ambos acontecimientos me
destrozaron por completo. —Sentí las lágrimas en mis ojos
y me las sequé. Chris me tendió una mano y la tomé, la
sostuve mientras la miraba—. No volví aquí por él. Fui a mi
casa para lamerme las heridas y tratar de empezar una
nueva vida y terminé aquí. No se parece en nada al hombre
que conocí. Pero tenemos historia, mucha historia, tanto
buena como mala. Es oscuro, peligroso y muy frío por
dentro, pero ama a sus hijas y me ama. Sé que estás
sufriendo, lo sé. Pero si alguna vez vuelves a hacer algo así,
acabaré contigo.
Hablaba muy en serio hasta que Chris sonrió y luego
empezó a reír. No pude evitarlo, era contagioso y me reí
con ella hasta que de repente se detuvo y me miró con una
expresión muy seria.
—Lamento haber sido tan perra y haber arruinado tu
primera cena en el club. Prometo que nunca volverá a
suceder. En otras circunstancias nos habríamos convertido
en buenas amigas.
—Lo sé, y quién sabe, es posible que todavía lo hagamos,
una vez que terminemos con todo este asunto de amar al
mismo hombre. Una cosa, Chris, no renuncies a
encontrarlo. Sé que es un maldito cliché, pero hay un
hombre hecho especialmente para ti, y cuando menos lo
esperes, te dejará boquiabierta y te atrapará.
Ella sonrió.
—De tus labios a los oídos de Dios.
Sonreí, besé mis dedos y lo lancé hacia arriba.
—Hecho.
Se giró rápidamente y se fue, pero no antes de que viera
las lágrimas en sus ojos. Mierda. Ella estaba enamorada de
él. Me calcé mis plakkies (NdelT: chanclas) y rápidamente
crucé el complejo hasta donde mi hombre y su familia me
esperaban en el césped.
Gracias a la Virgen santísima no había visto a Chris
hablando conmigo. Eso podría haber sido un desastre.
Al encontrarlos en el césped al costado del club, me
enamoré de la hermosa Sassy, tal como lo habían hecho sus
hijas, Penny y su bebé. Era una hermosa pastora alemana
negra y fuego con una sonrisa constante en su rostro. Una
sonrisa que se hacía más amplia cada vez que las chicas la
acariciaban o se apoyaban en ella. La pequeña Delene
seguía agarrando a Sassy y se rio cuando ella le acarició los
pies con la nariz.
Sassy era absolutamente perfecta para esta familia.
Encajaba perfectamente con ellos.
Una manita tiró de mis vaqueros y me incliné hacia la
carita que me miraba. Ellie era tan dulce.
—Toree, eta e nuestra Sassee. Tene una cama y coshas a
lado de las caleras. Papi dice que no muerme en la cama
comigo. ¿Puede momir, Toree, pooofiii? —me preguntó con
una sonrisa brillante.
Oh. Maldita sea. Dios. Malditas palpitaciones del corazón
y cosas sucediendo en mi pecho apretado.
Me agaché antes de que Beast pudiera moverse y tomé su
carita entre mis manos.
—Si papi dice que no, entonces es no, niña. Sassy tiene su
propia cama y creo que tal vez su cama esté donde está
para poder cuidarlos a todos mientras duermen.
Jossy vino y se paró a mi lado con su manita apoyada en
mi hombro.
—Sassy es una perra guardiana y nuestra amiga. Papi
dice que podemos jugar con ella pero que tenemos que ser
amables. Siempre gentiles. —Y luego cambió de tema. Y oh
mierda.
—¿Te quedarás con nosotros, Tori? —Dos pares de ojos
marrones oscuros me miraban y yo miré al creador de esos
ojos oscuros. El bastardo estaba sonriendo.
—Preguntémosle a papi—dije y le pasé la pelota. Todavía
no sabía si me permitían librarme.
Beast se agachó con nosotros y nos abrazó a todas con
sus grandes brazos y Sassy también metió la nariz en el
pequeño círculo.
—Sí, cariño, Tori vendrá a casa con nosotros.
Y así de fácil me trasladaron a su casa y me convertí en
parte en responsable de dos hermosas niñas.
Oh mierda, oh mierda, oh mierda.
Capítulo 22
Tori
Beast ayudó a Rider a cargar a Penny y a las niñas en una
bakkie negra de doble cabina y colocó a Sassy en el suelo a
los pies de ellas. Vivían justo al lado del complejo, por lo
que no tenían que viajar muy lejos y además estarían en un
camino privado. Ningún otro tráfico significaba que Sassy
estaría a salvo durante el corto viaje.
DC estaba sentada en los escalones de entrada
observando a todos, un Boerbull4 bronce rojizo con una
cabeza enorme y una máscara negra sobre sus penetrantes
ojos amarillos estaba sentado junto a ella, haciendo lo
mismo. El perro le sentaba muy bien.
A medida que nos acercábamos, el perro se puso en
alerta, sus ojos clavados en nosotros. Nunca vi ni escuché a
DC dándole una orden, pero el animal se relajó y nos dejó
acercarnos.
—Es una belleza, DC. ¿Cómo se llama? —Tenía muchas
ganas de tocarlo, pero no había manera de hacerlo sin que
me invitaran.
DC extendió la mano y le rascó debajo de la barbilla y le
dedicó una sonrisa malvada.
—El nombre de este hermoso chico es Devil (NdelT:
Diablo). —Volvió su atención al perro—. Devil, ellos son Tori
y Beast. Son amigos y nos gustan. Di hola.
El perro inclinó la cabeza mientras la escuchaba y luego
esos penetrantes ojos amarillos se posaron en mí y juro que
sonrió mientras levantaba una pata y se sentaba con ella en
el aire, esperando.
—Adelante Tori, sacude su pata, está esperando para
saludarte—me instó DC con una sonrisa.
Después de sacudir la pata de Devil y pasar unos minutos
con DC, entramos, pero en lugar de subir las escaleras,
Beast me llevó por un pasillo hasta la oficina de Hawk. Él
estaba detrás de su escritorio y su perra, exactamente de la
misma raza que el perro de DC, yacía en su cama junto al
escritorio. Ella nos observó mientras entramos.
—Hola, jefe, entonces si el perro de tu dama se llama
Devil, ella tiene que ser Angel, ¿verdad?
Hawk sonrió, dejó caer una mano y rascó la cabeza del
animal.
—Joder, sí.
Beast no tardó en contarle a su jefe sus planes.
—Esta noche llevaré a mi dama a casa, jefe. Necesitamos
algo de tiempo en familia y no funciona si ella se queda
aquí.
Hawk frunció el ceño al principio, pero luego asintió.
—Está bien, pero asegúrate de organizar seguridad
adicional en la casa con Jagger. Tenemos patrullas afuera,
pero preferimos prevenir que lamentar. Ve, disfruta tu
velada. Hablaremos sobre reforzar la seguridad en la
iglesia.
Beast me guió fuera de la oficina después de levantarle la
barbilla a Hawk y subimos las escaleras.
Estaba doblando mi ropa y empacando mientras Beast
caminaba por la habitación agregando cosas a la pila al
lado del bolso. No tenía muchas cosas, pero no quería dejar
nada atrás a pesar de que me mudaba justo al lado del
complejo. No tenía por qué preocuparme, Beast revisó por
todas partes. En los armarios, los cajones, el baño e incluso
debajo de la cama. Y entonces estaba lista.
Tomando mi mano, agarró el bolso con la otra y me sacó
de la habitación.
—¿Qué pasa con mi bolso de ballet? Ya no tengo cosas
limpias y necesito lavar un poco. —Beast no se detuvo, solo
le habló por encima del hombro a Sam, que nos seguía.
—Prospecto, ve y recoge la mierda de mi mujer del
estudio y tráela a mi moto.
—Necesito el código, jefe—dijo Sam en voz baja.
Beast se detuvo y me miró con las cejas levantadas.
Supongo que la mirada significaba “dale el código” o algo
así. Obviamente confiaba en Sam, así que le di el código,
que de todos modos no era un secreto.
—Elton.
—¿Qué? —Ambos me miraron confundidos.
Suspiré.
—DC estaba siendo ingeniosa, así que el código es Elton,
como Elton John, como en Tiny Dancer.
Ambos hombres empezaron a reír y me quedé allí, dando
golpecitos con el pie. Ya había pasado por esto con DC y
River. Incluso Jagger pensó que era gracioso.
—Deja de hacer pucheros, mariquita, y vámonos. Las
niñas están esperando. —Beast me empujó por el pasillo
con una mano detrás de la espalda.
Me paré junto a su moto, una moto nueva, una que no
conocía, y lo sentí en lo más profundo de mi corazón. Iba a
subirme a su moto por primera vez en diez años. En la
parte trasera de una moto en la que nunca había subido.
Beast estaba hablando con Sam y le entregó mi bolso, lo
que no me dio tiempo de procesar lo de la moto. Él se
acercó sin decir palabra y me tendió la mano. La tomé,
puse mi pie en el estribo, giré la pierna, me senté y deslicé
mis brazos alrededor de su cintura.
Se sentía como volver a casa.
Salimos de la casa club y bajamos por la carretera hasta
una enorme casa de dos pisos alejada del camino, con rejas
en cada ventana y jaulas de acero en los dos balcones y
alrededor de la puerta principal. Había hombres vigilando
las puertas y sabía que habría otros patrullando los
terrenos. Un gran trozo de sabana abierta separaba la casa
del complejo. Altos muros rodeaban la parte trasera de la
propiedad, mientras que el frente estaba protegido por una
alta valla de acero. Pude ver que habían cavado una
trinchera dentro de la empalizada, lo que creo que
significaba que estaban a punto de construir un muro a lo
largo del frente también.
La casa era enorme y hermosa. Había sido construida en
el mismo estilo que la casa que había visto a través de los
árboles en mi visita a lo de River. Pero ésta tenía techo de
tejas, no de paja como las demás. El tejado tenía amplios
voladizos que daban sombra a las ventanas y en ambos
balcones se veía mucha vegetación. La parte central de la
casa era obviamente la entrada y las áreas de recepción
con alas que se extendían a ambos lados. No podía esperar
a ver el interior.
Cuando Beast abrió la puerta principal, Sassy estaba allí,
en alerta, pero se relajó y su cola se movió furiosamente
cuando vio a Beast que le frotó la cabeza. Entramos en un
gran vestíbulo vacío revestido con baldosas de terracota.
Lo primero que me llamó la atención fueron las dos
espectaculares y muy ornamentadas escaleras de hierro
forjado que se curvaban desde ambos lados de la
habitación hasta los pisos superiores, donde un gran
rellano daba al espacio. Nuestros pasos resonaron porque
el lugar estaba vacío, pero en mi cabeza ya lo estaba
amueblando, suavizando las líneas duras con una alfombra,
una mesa central redonda, arte en las paredes, plantas en
grandes macetas y apliques de hierro forjado para estar a
juego con la escalera. A la izquierda del vestíbulo de
entrada había un gran salón formal con pesados muebles
de cuero oscuro, que le sentaban muy bien a Beast. Había
una puerta cerrada en el lado opuesto que pensé que
podría esconder una oficina o una biblioteca. Las escaleras
formaban un arco por el que se accedía al resto de la casa.
Una gran sala vacía a la izquierda era obviamente el
comedor. De repente me di cuenta de que no había cortinas
en ninguna de las habitaciones. Habría que solucionarlo lo
antes posible. De ninguna manera podría manejar una casa
sin cortinas.
A mi derecha había un pasillo, miré y vi muchas puertas
cerradas. Sonido de voces venía desde lo más profundo de
la casa y nos dirigimos hacia allí pasando por una gran sala
de televisión con un par de sofás, dos sillones y una enorme
pantalla de televisión contra una pared.
Entramos a una cocina gigante con encimeras de granito
rojo brillante, una gran isla central y una larga mesa de
cocina frente a las ventanas. Todos los electrodomésticos
eran plateados, mientras que los armarios de madera
estaban teñidos con un lavado blanco pálido. Las baldosas
de terracota del vestíbulo de entrada también continuaban
en este espacio. La cocina estaba inundada de luz, ya que
toda la pared trasera era de cristal a través de la cual se
veía una amplia terraza de madera.
Lo que me hizo jadear fue una sección de la cocina al otro
lado. Había un huerto justo dentro de la cocina. Amplias
jardineras se extendían a lo largo de toda la pared de
cristal y estaban llenas de abundantes verduras. De los
soportes de acero de la claraboya que cubría esa parte de
la cocina había macetas suspendidas, repletas de hierbas
aromáticas. Y una sección contra la pared del fondo
contenía un área con cuencos para trabajar. Era lo más
asombroso que jamás había visto.
La escena en la que entramos era dulce y muy doméstica.
Penny estaba parada frente a una cocina de gas muy
elegante a punto de meter una fuente en el horno y las
chicas estaban a su lado, observando cada movimiento que
hacía. Rider se sentaba en la mesa jugando con su pequeña
niña que se reía tontamente y que estaba atada a una de
esas sillas saltarinas que estaba colocada encima de la
mesa para poder observar a todos. Felicidad doméstica
total.
Y estaba a punto de convertirme en parte de esta familia.
—Huele bien aquí—dijo la voz de trueno de Beast y sus
hijas dieron pequeños chillidos y lo atacaron. Sonrió
mientras las levantaba y frotaba su barba en sus pequeños
cuellos, haciéndolas chillar aún más fuerte.
—No, papi, eso me pica—lo regañó Jossy.
—Papá, estamos honeando pastel, con la tía Pennee. —
Ellie le dio unos golpecitos suaves en la mejilla para llamar
su atención—. Es para Toree.
—Eso es genial, cariño. —Besó sus mejillas y luego miró a
Penny—. Gracias Pen, llevaré a Tori arriba y la instalaré,
luego bajaremos.
—Nosotros también vamos. Quiero mostrarle a Tori
nuestra habitación—dijo Jossy—. Ellie y yo compartimos
una habitación, pero sólo hasta que seamos más grandes,
dijo papi. Después tendré mi propia habitación. Tenemos
muchísimos vestidos y juguetes bonitos de la abuela, la tía
Genna y la tía Gail.
—Sois unas niñas muy afortunadas. —Sonreí a las dos
niñas en los brazos de su padre. Debería haberse visto
incómodo o incluso extraño cargando a niños, pero no lo
hacía. En cambio, se veía tan jodidamente sexy. Hacía
mucho, mucho calor.
Oh, tío. Estaba en problemas si verlo sosteniendo a sus
hijas pequeñas me ponía cachonda.
—Está bien, chicas, pero tenemos algunas reglas. Le
damos a Tori la oportunidad de guardar sus cosas antes de
que la arrastréis a vuestra habitación. Y no tocáis sus cosas
a menos que ella diga que está bien tocarlas. —Beast
impuso la ley de manera suave pero firme.
—Está bien, papi— dijeron dos vocecitas.
Dejando a sus hijas en el suelo, salieron corriendo de la
cocina hacia el frente de la casa y se las escuchó subir las
escaleras.
—Bienvenida, Tori. —Penny sonrió—. Nuestras
habitaciones están en el ala opuesta, por suerte para ti. —
Ella rio—. Nuestra pequeña banshee no te despertará con
sus chillidos nocturnos.
Me incliné sobre la niña que reía y le hice cosquillas en el
pie.
—Tu mami acaba de llamarte banshee, cariño. Estoy
segura de que eso no es cierto, no para una pequeña
dulzura como tú. —Ella se rio y pateó sus pequeñas y
gordas piernas y Rider resopló.
—Ahora es un encanto, pero pronto aprenderás que la
señorita Delly-belly puede levantar el techo cuando no está
contenta.
Beast asintió en señal de acuerdo mientras tomaba mi
mano.
—Vamos a instalarte, cariño.
Llevándome fuera de la cocina, comenzamos a subir las
amplias escaleras. Los escalones eran de madera y estaban
empotrados en una carcasa de hierro forjado. Arrastré una
mano por la balaustrada.
—Esto es increíblemente hermoso. Me encanta el estilo
art déco. ¿Vino con la casa o lo comprasteis en una subasta
de demolición?
Beast me dio una pequeña sonrisa.
—Me alegro que te guste porque yo la hice, cariño. Es lo
que hago. Soy herrero.
Mi boca se abrió y me detuve a mitad de camino para
mirarlo.
—¿Tú hiciste esto?
—Sí, cariño.
—Eres un maldito artista y nunca lo supe. Esto es una
obra de arte, cariño—dije suavemente.
Juro que sus mejillas se sonrojaron un poco y su sonrisa
se hizo un poco más amplia.
—Gracias, mariquita.
Agarrando mi mano, me arrastró por el resto de las
escaleras hasta una puerta abierta en el lado derecho del
pasillo. La habitación era enorme, con una base tamaño
king y un colchón con mesas auxiliares y lámparas a cada
lado. El resto del espacio estaba vacío. El suelo era de
madera oscura y reluciente, no se veía ni una sola
alfombra. Las cortinas eran de un verde intenso y hacían
juego con los patrones geométricos del edredón que cubría
la cama.
Beast se hizo a un lado, parecía un poco incómodo y
cuando habló supe por qué.
—La habitación no es gran cosa, pero no tenía idea de
qué hacer, así que dejé que Penny y tía Suzy consiguieran
mierda para cubrir la cama y las ventanas por ahora.
Puedes cambiar todo. Me importa una mierda lo que hagas,
siempre y cuando duermas a mi lado todas las noches.
Entrecerré los ojos y miré alrededor de la habitación y
supe exactamente lo que quería.
—¿Qué tal esto? Vas a diseñar y construir nuestra cama,
una cama con dosel. El diseño depende de ti, pero tiene
que encajar con la casa, y después de ver esa escalera
espectacular, sé que será absolutamente hermosa.
Los ojos de Beast se entrecerraron y puso una mirada
pensativa en su rostro, y luego una lenta sonrisa floreció.
Maldita sea, el hombre era hermoso cuando sonreía. Ahora
sólo tenía que hacerme con una maquinilla y recortar un
poco esa barba salvaje. No me malinterpretéis, me gustaba
la barba, pero definitivamente necesitaba un acicalado de
emergencia.
—Hay un vestidor allí, cariño. Es tan jodidamente grande
que la ropa apenas ocupa espacio. Habrá espacio más que
suficiente para toda tu mierda una vez que la hayamos
enviado desde Ciudad del Cabo.
Oh, mierda.
Asentí y abrí la puerta para ver el vestidor. Y tenía razón,
era enorme. Pero no lo suficientemente grande para mi
colección de zapatos.
—Mmm, esto es grande, pero es posible que tengamos un
pequeño problema con mis zapatos. —Miré por encima del
hombro y vi la expresión confundida en su rostro.
—Hay mucho espacio ahí, mariquita. Tus zapatos estarán
bien.
—No todas mis cosas están en Ciudad del Cabo, cariño.
Tengo un apartamento en Nueva York que aún no ha sido
empacado. Soy una especie de adicta a los zapatos.
—¿De qué estamos hablando? ¿Cuántos pares? —Podía
verlo calculando en su cabeza y sabía que no tenía idea de
la enormidad de mi adicción.
—¿Todos juntos?—le pregunté con cautela y él asintió—.
No sé. No los he contado, pero sé que son entre cuatro y
seis... uhm... cien pares.
—¿Qué carajo? ¿Qué diablos haces con tantos zapatos,
cariño? No podrás usarlos todos incluso si usas un par
nuevo todos los días.
Resoplé.
—Te dije que era adicta a los zapatos. Son muy bonitos y
tenía que tenerlos. Los compro y los guardo en el estante
de mi cuarto de zapatos.
—¿Tienes una puta habitación sólo para los zapatos? —
Estaba atónito.
Asentí.
—Dios, mi mujer está loca. No vas a necesitar tantos
zapatos aquí, cariño.
Sonreí, él no lo sabía. Siempre encontraba una ocasión
para usar mis zapatos. Sacudió la cabeza desconcertado.
—Voy a ver cómo están las niñas. Su habitación está
frente a la nuestra, ven a buscarnos cuando hayas
terminado.
Agarrando las maletas que Sam había dejado y Beast
había llevado arriba, las arrastré al vestidor y desempaqué
rápidamente. No tenía mucho y terminé en un instante.
Dejé mis cosas de baile en el cesto colocado junto a la
puerta. Todos mis zapatos de baile estaban al aire y los
revisaría más tarde. Siempre había que hacer algunas
pequeñas reparaciones.
Recogiendo mis artículos de tocador, entré al baño
privado y jadeé. Era hermoso, completamente hecho con un
tema art deco. Los azulejos llegaban hasta la mitad de las
paredes y eran blancos con una franja de azulejos art déco
de color verde esmeralda a lo largo de la parte superior. Al
mirar alrededor de ese baño, supe de inmediato de dónde
sacó Beast la idea para la escalera. Los lavabos gemelos
estaban sostenidos por bases de hierro forjado de aspecto
art déco con cajones de madera oscura. El espejo que
tenían encima estaba rodeado por una corona de hierro
forjado formada por hiedra y lirios entrelazados entre sí.
Una gran bañera blanca con patas se encontraba sobre
un pedestal elevado cerca de las ventanas altas, y un gran
tragaluz la bañaba de luz. La ducha ocupaba todo un rincón
de la habitación. Tenía asientos y estanterías y estaba
rodeada por una pared de cristal curvada. Una puerta en el
otro extremo ocultaba el baño de la vista. Es bueno saber
que podías usar el baño sin que nadie te mirara o te pillara.
Los gabinetes independientes con frente de madera y
vidrio albergaban toallas y artículos de baño de color
blanco y esmeralda. Agregué mis pocos artículos de
tocador al estante que estaba usando Beast. Sacudiendo la
cabeza y riendo suavemente, miré alrededor de la
habitación. No podía esperar para llenar la habitación de
vegetación. Ya podía ver en mi mente cestas colgantes
llenas de helechos y otras cosas.
Mirando alrededor de nuestras habitaciones desnudas,
por ahora, sonreí. Mi hombre se llevaría una gran sorpresa
cuando llegaran mis cosas. Prácticamente podía sentir mi
tarjeta de crédito salivando ante las compras en línea que
íbamos a hacer los dos.
Terminé de hurgar en todo y fui a buscar a Beast y las
niñas.
Los tres estaban en el suelo del dormitorio de las chicas,
construyendo torres altas con bloques, pero en el momento
en que entré, ambas chicas se levantaron y comenzaron a
saltar.
Me mostraron todo. Sus camas, una vestida de rosa y la
otra de morado, sus juguetes y su ropa. Sus cortinas eran
una combinación de rosa y morado con cortinas interiores
transparentes de color rosa pálido y lavanda. Su baño
continuaba con la temática rosa y morado con una canasta
morada y otra rosa, cada una llena de juguetes para el
baño.
Todo lo que vi confirmaba que estas niñas eran amadas.
—Me encanta vuestra habitación, es muy bonita.
Ambas asintieron vigorosamente y Beast le dio esa
pequeña sonrisa secreta que apenas curvaba sus labios.
Había que mirar con atención para verla.
Después de que las niñas guardaron todos sus juguetes,
bajamos las escaleras.
Lo que siguió fue casi idílico. Las últimas horas del día las
pasamos con la familia afuera en la terraza mientras las
niñas jugaban en su arenero y en sus columpios. Rider y
Beast se sentaron a la mesa y elaboraron planos para lo
que parecía un patio de recreo muy sofisticado mientras
Penny y yo mirábamos con los ojos muy abiertos.
Más tarde, Penny y yo preparamos la cena mientras los
hombres bañaban a las niñas y Rider le daba el biberón a
Delene y la acostaba. Y luego nos sentamos todos a cenar
en la cocina. Algo que nunca antes había experimentado.
Mis padres siempre contaban con ayuda doméstica y
comíamos formalmente, en el comedor, todas las noches.
Después de salir de su casa comía en la cocina, parada
contra la encimera o iba con mis compañeros de baile a
comer fuera.
Beast llevó a sus somnolientas hijas arriba y las acostó
mientras yo lavaba los platos. La sección de fregadero de la
cocina tenía dos lavabos dobles, una gran zona de drenaje y
un lavavajillas con frente plateado. Enjuagué y cargué el
lavavajillas, puse el cronómetro y limpié las encimeras.
Terminé rápidamente. Y luego husmeé, comprobando el
gran cuarto de lavado adjunto a la despensa. Tenía una
gran lavadora de carga superior y una secadora. Había
tendederos que se podían desplegar para colgar cosas en
los días de lluvia. Todo estaba ahí para hacer la vida lo más
fácil posible a la señora de la casa. En este caso las señoras
de la casa.
Penny y Rider dieron las buenas noches y desaparecieron
en sus habitaciones poco después de que ahuyenté a Penny
cuando intentó ayudarme a limpiar. Anteriormente, la cama
de Sassy había sido trasladada de debajo de las escaleras al
rellano de arriba. Beast la quería cerca de la familia y
colocar su cama en el rellano le daba una vista panorámica
del vestíbulo de entrada y, si caminaba hacia las ventanas,
tenía una vista clara del patio trasero.
Estaba mirando hacia el jardín trasero cuando Beast
apareció a mi lado y me atrajo hacia su pecho.
—Está todo cerrado, subamos, cariño. Necesitas un buen
baño caliente y te masajearé la pierna. Has estado
cojeando.
Tenía razón, me dolía la pierna.
—Suena asombroso. —Tomé su mano, pero él tenía otras
ideas. Tomándome en sus brazos, me llevó escaleras arriba
hasta su habitación y hasta el baño, donde con cuidado me
puso de pie. Las luces del baño estaban apagadas, creando
un ambiente suave.
Abrió el armario, sacó una botella de sales de baño y me
la entregó mientras comenzaba a preparar el baño. Me
quedé en silencio mientras él me quitaba las sales y echaba
una cantidad saludable en el agua caliente. Casi de
inmediato, la fragancia de las flores de azahar llenó el aire.
Una de mis fragancias favoritas.
Me quedé en silencio mientras Beast se agachaba, me
quitaba las plakkies y las colocaba cuidadosamente a un
lado. Sus manos subieron por mis muslos, desabotonaron
mis vaqueros y los bajaron por mis piernas. Levanté
primero un pie y luego el otro y sonreí cuando los arrojó
hacia la puerta. Levantando mi pierna dolorida, colocó
pequeños besos a cada lado de mi rodilla y sobre las
cicatrices. Mi camiseta no era corta y cayó sobre mis
bragas. Deslizando sus manos debajo del borde, la levantó
por encima de mi cabeza y la arrojó para unirla a mis
pantalones. Después de hacer eso, dio un paso atrás y
deslizó sus ojos sobre mi cuerpo.
De pie frente a él con mi sostén y bragas negros, de
repente me sentí tímida. No tenía la constitución de las
mujeres a las que estaba acostumbrado. Mi cuerpo era
esbelto y musculoso, no suave. Mis senos eran pequeños,
pero al menos mi culo estaba firme y tonificado incluso si
era pequeño.
—Eres tan jodidamente hermosa, mariquita, y ahora eres
toda mía. —Pasó un dedo desde mi cuello entre mi pecho
hasta mi ombligo y fue entonces cuando notó la parte
superior del tatuaje.
—¿Qué carajo?—susurró mientras se agachaba frente a
mí nuevamente, metiendo un dedo en el costado de mis
bragas y bajándolas.
—¿Qué coño es esto? ¿Cuándo lo conseguiste y quién
mierda te vio así?
Siempre un maldito neandertal.
—Pixie lo hizo y es la rosa de La Bella y la Bestia.
Pasando un dedo por mi piel, delineó lentamente el
tatuaje.
—¿Cuándo te hiciste esto?
Mierda.
—Antes de salir del país.
—Así que éste soy yo. Has estado esperando que la Bestia
se convirtiera en príncipe, ¿no es así, cariño?
—No, no he estado esperando a un príncipe. He estado
esperando a mi Bestia, Max—respondí en voz baja y, por
primera vez desde que lo volví a ver, usé el único nombre
por el que lo llamaba.
Empujando su cara contra mi vientre, me abrazó y besó el
tatuaje, pasando su lengua sobre él.
—Siempre he sido tuyo, mariquita. Sin importar lo que
pasó entre nosotros, siempre he sido tu Bestia y siempre
seré tuyo, sólo tuyo.
De pie, me quitó el sostén y las bragas, me levantó y
lentamente me sumergió en el agua caliente y fragante.
Fue una bendición. Me recosté y cerré los ojos, pero el
golpe de una bota hizo que mis ojos se abrieran de golpe.
Beast se estaba desnudando. Virgen Santísima. Su
camiseta había desaparecido. Esos músculos. Un poco de
vello en el pecho. Ese camino a la gloria llegaba hasta la
parte superior de sus vaqueros de tiro bajo. Los tatuajes. Al
mirarlo a los ojos, sonrió mientras se quitaba los calcetines
y se enderezaba. Con sus ojos puestos en mí, se desabrochó
los vaqueros y lentamente comenzó a deslizarlos por sus
caderas. Y fue entonces cuando me di cuenta de que iba
comando debajo de esos vaqueros porque todo lo que podía
ver era su hermosa piel color oliva, sin ropa interior.
Y entonces estaba desnudo y me quedé sin aliento ante el
tamaño. Parecía más grande que la última vez que lo había
visto. Beast estaba muy, muy bien dotado. Definitivamente
no iba a encajar. Nuestra primera vez no había sido fácil, a
pesar de que él se había tomado su tiempo y me había
preparado minuciosamente. Y de repente me pregunté si
por eso su nombre de carretera era Beast.
—¿Es por eso que tu nombre de carretera es Beast?—le
pregunté mientras señalaba su dura polla.
Se rio mientras se quitaba los vaqueros, los arrojaba
hacia el resto de nuestra ropa, después puso una mano
sobre su polla y la deslizó lentamente hacia arriba y hacia
abajo.
—Sí, al principio esa fue la razón, pero con el paso de los
años se convirtió en algo más que mi polla.
Llegó junto a la bañera.
—Avanza, cariño, quiero sentarme detrás de ti.
—Vas a oler muy femenino—bromeé.
—Me importa un carajo. Me ducharé por la mañana.
Ahora muévete, mariquita.
Obedecí en silencio, deslizándome hacia adelante y
haciéndole espacio detrás de mí. El baño era enorme, pero
él era un hombre grande, no sabía si íbamos a caber. No
debería haberme preocupado. Se deslizó detrás de mí, me
levantó sobre sus pesados muslos, se inclinó hacia adelante
y presionó la palanca para dejar entrar más agua, luego se
recostó y acomodó mi espalda contra su pecho. Dando un
profundo gemido, me estrechó en sus brazos y simplemente
me abrazó. Mis ojos se cerraron mientras me relajaba
contra él.
Era el cielo.
Capítulo 23
Beast
Con su mujer en su casa, en su habitación, en su baño y
en sus brazos, Beast finalmente se relajó. Ella estaba donde
se suponía que debía haber estado durante años. Pero no
iba a centrarse en esos años perdidos. Y eso es
exactamente lo que eran. Años perdidos. Se habían ido
para siempre. En lugar de eso, iba a centrarse en el futuro,
en los años que les esperaban.
Años que tendrían juntos.
Aquí estaba él, sentado detrás de su mujer en un baño
que hacía que su puta piel oliera a malditas flores y le
importaba una mierda. Lo único que importaba era que
estaba recostado en el baño con su mujer en brazos, contra
su pecho. Un maldito sueño hecho realidad. Deslizando sus
ásperas manos arriba y abajo por sus sedosos brazos,
inclinó la cabeza y le dio un suave beso en el cabello. Esta
era la primera vez que se bañaba con una mujer, y después
de esta noche estaría haciendo esta mierda tan a menudo
como pudiera.
El único cambio que haría sería la mierda de baño floral.
Tal vez podría convencer a su mariquita de comprar algo
menos florido para los momentos en que compartían el
baño.
Con los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el borde de
la bañera, saboreó la sensación de su cuerpo desnudo
descansando sobre el suyo y movió sus caderas para
colocar su polla dura como una roca contra su pequeño
culo. La pequeña provocadora giró lentamente sus caderas
de un lado a otro causando que más sangre corriera hacia
su polla ya hinchada.
—Si no te detienes, te follaré aquí mismo en el baño y que
le den a las consecuencias, cariño. —Ella giró esas caderas
de nuevo y Beast gruñó, la levantó con un brazo, deslizó
una mano por su vientre, empujó su polla lejos de su
cuerpo y la volvió a acomodar, permitiendo que su pene se
deslizara entre sus muslos y contra su pequeño y caliente
coño. Con ligeros movimientos de sus caderas, deslizó su
polla contra ella y gimió cuando el fuego recorrió su
cuerpo.
—Lo estás haciendo tú, no yo—gimió su mujer.
Antes de que Beast pudiera responder, su mano rozó la
punta de su polla y él gruñó.
—Abre las piernas, cariño.
Ella hizo lo que le pedía, las abrió, pero fue aún más lejos.
Le agarró la polla y pasó el pulgar por la punta, Beast se
estremeció y no pudo evitar empujarla hacia arriba en su
mano. Todavía estaba disfrutando la sensación de su mano
cuando fue reemplazada por los húmedos labios exteriores
de su ardiente coño. No había manera de que pudiera
quedarse quieto y comenzó a empujar lentamente contra
ella. Con cada embestida, su polla chocaba contra su
clítoris y ella gemía y se ponía más resbaladiza.
Rodeándola, puso su mano sobre la de ella, empujó su
polla contra su coño y comenzó a hacerlo más rápido. Un
placer como nunca antes había sentido lo atravesó cuando
la sintió estremecerse y temblar contra él.
—Adentro, te necesito adentro. Ahora mismo. Por favor—
suplicó ella con un gemido sin aliento.
—El agua no es buena lubricación, cariño. Si no lo
hacemos bien, va a doler. No soy partidario de lastimar tu
coño, mariquita—explicó Beast, pero tampoco dejó de
empujar.
Una mano de él y otra de ella cubrían su polla y él deslizó
su otra mano sobre su pecho y le pellizcó el pezón. Tori se
arqueó contra él con un gemido salvaje y trató de poner su
polla contra su entrada. Soltando su pene, él estiró la mano
y deslizó un dedo dentro de ella. Estaba resbaladiza y
jodidamente apretada y él tenía que meter su dolorida polla
allí, ahora mismo. Pero no podía porque ella estaba
demasiado estrecha. Apretando los dientes, añadió otro
dedo y lentamente los movió a través de sus músculos
apretados. Él separó los dedos, estirándola y ella intentó
abrir más las piernas para él, pero los lados de la bañera se
interponían.
Y entonces su mujer lo dejó boquiabierto. Levantó las
piernas y las colgó a ambos lados de la bañera, abriéndose
para sus manos y su polla. En silencio agradeció a quién
había diseñado el maldito baño por poner una bañera
independiente.
Estaba en un punto en el que no había nada en el mundo
que le impidiera empujar su polla dentro de ella tan
profundamente como pudiera.
Ubicando la punta en su entrada, comenzó a empujar
lentamente. Estaba mojada, caliente y jodidamente
apretada, muy apretada. Empujando implacablemente,
gimió al sentir su pequeño coño estirándose a su alrededor,
tratando de adaptarse a su tamaño. Sabía que tenía que
lubricarla aún más y acariciaba su clítoris mientras se
deslizaba más y más, sintiéndola cada vez más mojada a su
alrededor. Ella se retorcía contra él y gemía casi
continuamente mientras él comenzaba a follarla
lentamente, deslizándose más y más dentro de ella con
cada embestida.
Finalmente, chocó contra su cuello uterino y no pudo
avanzar más. Se quedó quieto, manteniendo su polla bien
profunda mientras su chica se estremecía. Recordó que a
ella le gustaba que le golpearan el cuello del útero durante
las relaciones sexuales. No todo el tiempo y no tan fuerte
como para que el dolor fuera incómodo. No, a ella le
gustaba ese empujón que él le daba cada vez que tocaba
fondo en ella.
—Me perdí esto. Dios, cómo me perdí esto. Ningún
vibrador, consolador o polla me ha hecho sentir así jamás.
Estirada, llena y poseída—exclamó ella salvajemente.
Eso lo cabreó. Ella estaba diciendo de que ninguna otra
polla le daba lo que sólo él podía. Dios. Sabía que estaba
siendo un idiota, pero no quería pensar en otra puta polla
en su coño. Jodidamente nunca.
Mordiéndole el cuello, acercó la boca a su oreja.
—Nunca hables de que otra polla ha estado dentro de lo
que es mío, sólo mío. Me cabrea, cariño.
—Bien—gruñó ella—. Ahora sabes cómo me siento al
saber que tenías mi polla dentro de otros coños.
Pensando que era mejor ignorar ese comentario, Beast
comenzó lentamente a empujar, pero no se retiró
demasiado porque no quería dejar la vaina caliente
apretada alrededor de su polla. Si pudiera vivir así para
siempre, lo haría. No lo diría en voz alta, pero su coño era
el mejor en el que jamás había estado. Las mujeres con las
que solía follar nunca estaban tan apretadas, ni siquiera
Chris. ¿Y por qué carajo estaba pensando en las zorras
cuando debería concentrarse en su mujer? Sacándose toda
la mierda de la cabeza, se centró en la mujer en sus brazos
y en torno a su polla.
—Estás tan jodidamente caliente por dentro, cariño, es
como un horno alrededor de mi polla. Me encanta. Voy a
follarte cada vez que pueda. Estás tan mojada por dentro
que puedo sentir tus jugos deslizándose sobre mi verga y
me está poniendo aún más duro. —Deslizando lentamente
un dedo sobre su clítoris hinchado, empujó con fuerza y
ambos gimieron de placer.
—Fóllame, Max. Por favor, por favor, fóllame muy fuerte.
—Él amaba cuando ella usaba su nombre. Su cabeza estaba
echada hacia atrás y él le metió la mano en el pelo, se la
giró y estrelló su boca contra la de ella. Su mujer jadeó en
su boca cuando le metió la lengua y comenzó a empujar con
fuerza mientras daba golpecitos en su clítoris.
Ella se retorció en su regazo y comenzó a ayudar,
levantando el culo y dejándose caer sobre su polla.
Alejándose de su boca, observó cómo trabajaban los
músculos de sus muslos mientras ella repetía el movimiento
una y otra vez.
El agua salpicaba por todas partes y a Beast le importaba
un carajo mientras se perdía dentro del coño húmedo y
caliente de su mujer. Echando la cabeza hacia atrás se
concentró en el orgasmo que podía sentir creciendo dentro
de su mujer y el clímax que sentía corriendo hacia la punta
de su polla.
Sus embestidas se volvieron cada vez más salvajes, él se
estrellaba dentro de ella mientras ella se dejaba caer sobre
su polla.
Y entonces los arrasó. Ella comenzó a tener espasmos
alrededor de su polla y su coño se inundó alrededor de su
polla. Era demasiado, no había manera de que pudiera
contenerlo y lo soltó. Empujándose alto y profundo, agarró
sus caderas y la atrajo hacia él, sosteniéndola fuerte
mientras el semen brotaba de él e inundaba sus
profundidades. Su polla se sacudía mientras disparaba
chorros calientes dentro de ella y la sensación no se
parecía a nada que hubiera sentido antes.
Echando la cabeza hacia atrás, gimió mientras ella seguía
teniendo espasmos a su alrededor hasta que finalmente
ambos comenzaron a relajarse lentamente. Y fue entonces
cuando se dio cuenta de lo que había hecho. Se había
corrido dentro de ella sin condón. Sí, estaba limpio, se
había hecho revisar minuciosamente después de terminar
con Chris y no había estado con nadie desde entonces.
—Cariño—susurró contra su oído—. Joder, lo siento, no
usé condón.
Ella se quedó quieta y luego respiró profundamente.
—¿Estás limpio?
—Sí, cariño. Me revisaron recientemente. Estoy limpio y
no he estado con nadie desde entonces.
—Bien. Yo también estoy limpia. Me revisaron antes y
después de mi cirugía y tampoco he estado con nadie desde
entonces.
—¿Qué pasa con los anticonceptivos, mariquita? ¿Estás
tomando algo? —preguntó con cuidado.
Un profundo gemido y luego negó con la cabeza.
—Ningún método anticonceptivo porque no era
necesario. Mierda. Lo siento mucho, Beast. Debería
haberte advertido.
—No me importa, cariño. —Beast deslizó una mano sobre
su vientre—. No voy a usar condón cuando vuelva a estar
dentro de ti una vez que salgamos de este baño. A menos,
por supuesto, que quieras que lo haga. —Por alguna razón
que no podía explicar, Beast contuvo la respiración.
—Yo… no lo sé. ¿Qué pasa si quedo embarazada? No
estoy segura de cómo funciona mi ciclo, así que ni siquiera
puedo decirte si es seguro en este momento—dijo ella en
voz baja—. No quiero que te sientas atrapado otra vez,
Beast.
Con su polla todavía semidura dentro de ella, le levantó
las piernas de los costado de la bañera, las juntó y se
mantuvo dentro de ella. Ubicando la mano sobre el lugar
donde su polla todavía estaba clavada dentro de ella, frotó
su clítoris con la palma de la mano y cuando su coño tuvo
espasmos, comenzó a pasar de semiduro a duro.
—¿Me sientes, bebé? ¿Sientes que el solo hecho de estar
dentro de ti me vuelve a poner duro? —preguntó Beast
suavemente y ella asintió levemente y arqueó la espalda
mientras él le frotaba el clítoris nuevamente.
—No me siento atrapado contigo, cariño. Al contrario,
nunca me había sentido tan centrado y vivo. —Él besó su
cuello y luego le susurró el resto al oído.
—Quiero follarte sin condón y pintar el interior de tu coño
con mi semen. Entonces quiero levantarte el trasero para
mantener mi semen profundamente dentro hasta que
tengamos un bebé. Te esperé diez años, mi mariquita y
ahora que te tengo de regreso no puedo esperar para
seguir con el resto de nuestras vidas.
Ella jadeó.
—¿Qué? ¿Qué estás diciendo?
—Estoy diciendo que te amo, eres mía, mi mujer, mi
dama, mi única. Voy a poner a mi bebé en tu vientre, mi
anillo en tu dedo, mi parche en tu espalda y mi tinta en tu
cuerpo. Voy a darte todo lo que soñamos hace tantos años.
Incluso los bebés que soñaste tener y que estúpidamente
me negué a siquiera pensar en dártelos.
Beast la rodeó con sus brazos y ella levantó las manos,
las envolvió alrededor de sus antebrazos y él la acurrucó
contra su pecho.
—Te amo, Max. Nunca dejé de amarte. Soy tuya y si crees
que estás listo para dar el siguiente paso entonces yo
también lo estoy. Tengo tantas ganas de tener un bebé
contigo, pero quiero que estés muy, muy seguro de que es
lo que quieres. Ya tienes dos hijas maravillosas, así que, si
quieres esperar, por mí está bien.
Beast gruñó, sacó la polla de su mujer, le enjuagó el coño
y, de un solo movimiento, se levantó y la dejó en la alfombra
fuera del baño, después salió para unirse a ella. Parecía
totalmente confundida cuando él rápidamente arrastró una
toalla sobre su cuerpo, secándola a ella y luego a él. Arrojó
la toalla encima de la pila de ropa, la alzó, la llevó a la
habitación y se arrastró hasta el centro de la cama con ella.
Colocado sobre ella, Beast le besó la nariz, luego selló su
boca sobre la de ella y la besó con fuerza, metiendo su
lengua e imitando lo que iba a hacer muy pronto.
Levantando la cabeza, sonrió ante la expresión aturdida
de su rostro.
—Voy a follarte lenta y dulcemente, cariño, y cuando
terminemos te quedarás aquí con mi semen dentro de ti. Y
luego lo haré una y otra vez hasta que me hayas corrido
tanto dentro de ti que no haya manera de que no estés
embarazada por la mañana.
Una brillante sonrisa iluminó su hermoso rostro.
—Estás loco.
—Ja, cariño, estoy loco por ti.
Bajándose sobre ella, comenzó a besar su torso,
prestando especial atención a sus pequeños senos. Los
amaba, amaba que fueran lo suficientemente pequeños
como para casi poder metérselos completos en la boca.
Después de besar y chupar sus pezones, besó su vientre,
alrededor de su ombligo y su tatuaje en la parte inferior de
su vientre. Lo delineó con la lengua y dejó pequeños
mordiscos en la parte superior de su coño, sonriendo
contra su piel mientras su mujer se retorcía en la cama.
Deslizándose hacia abajo, le abrió las piernas y se
zambulló, se metió el clítoris en la boca y le dio unas
cuantas chupadas fuertes antes de soltarlo, abriendo los
labios de su coño, lamió sus paredes. Se saboreó a sí mismo
y a su mujer mezclados en los jugos que fluían de su
entrada y fue el mejor sabor de todos los tiempos. Frotó la
barba sobre y contra su piel sensible hasta que ella se
estremeció incontrolablemente y entonces volvió a lamer.
Lamió y chupó y los volvió locos a ambos. Le dolía la polla y
la frotó contra la cama para aliviarla antes de darle una
última lamida a su coño y subir lentamente por su cuerpo
besando y lamiéndolo.
Era tan alto que cuando llegó a su cara su polla no estaba
ni cerca de su coño y sonrió. Esto era algo que recordaba
de la primera vez que la folló. Parecía muy confundida
cuando se dio cuenta de que era demasiado baja para
poder follar cara a cara. Pero él le había demostrado que,
después de todo, era posible. Y esta vez también estarían
cara a cara.
Beast se arrastró junto a su mujer y se sentó con la
espalda contra el cabecero, entonces la levantó para que
pudiera sentarse a horcajadas sobre su regazo. Estaba tan
mojada que goteaba sobre su polla y él la deslizó hacia
arriba y hacia abajo a lo largo de su longitud hasta cubrirse
de su excitación.
—¿Recuerdas que nos encantaba follar así, cariño?
¿Recuerdas lo fuerte que solías correrte cuando empujaba
mi polla tan dentro de ti que podías sentirme en tu
garganta? —Gruñendo su deseo, él la movió más rápido y
ella gimió y asintió.
—Me volviste loca, todo el tiempo. Me encantaba ver tu
cara cuando hacíamos el amor o cuando follábamos. Era
muy expresiva, pero esta barba salvaje tuya me oculta tu
rostro y quiero verlo. —Moviendo sus caderas en círculos,
lo hizo morir por arquear la espalda y empujar su polla
dentro, pero aún no era el momento.
—Me la recortaré mañana por la mañana, cariño. Como
solía hacer, tal como te gusta.
—Y quiero que me devuelvas el pelo—se quejó ella
mientras pasaba una mano por su corto cabello rapado.
Beast negó con la cabeza.
—Te daré la barba, mariquita, pero no el cabello. No voy
a volver a dejarme el pelo largo, me gusta así, es más fácil
de manejar y de mantener limpio.
Él sonrió cuando ella hizo un puchero.
—Está bien, te concederé lo del pelo. Por ahora.
Beast no podía recordar la última vez que se había
divertido en la cama. Pero entonces lo recordó. Había sido
con ella, después de ella no había habido diversión.
Siempre jodidamente enojado y nunca cara a cara. Siempre
tomaba a las putas por detrás. La única vez que no había
sucedido así había sido engañado por su maldita ex.
Tan rápido como ese jodido pensamiento surgió a la
superficie, lo descartó. Esa perra no se entrometería aquí
donde estaba trabajando para plantar a su bebé dentro del
amor de su vida.
Y eso era lo que ella era. El amor de su vida.
Con ese pensamiento, ella se acuclilló sobre él, le puso la
polla en posición vertical y lentamente se hundió sobre ella.
Tori era pequeña en comparación con él y, al ser un hombre
grande, su cintura era ancha y la abría ampliamente
cuando ella se arrodillaba, como en este momento. Gimió
ante el calor rodeando lentamente su polla. Esta vez se
deslizó dentro más fácilmente, pero no mucho. A pesar de
que su mujer estaba empapada, fue una batalla meterlo
todo dentro de ella.
Tori gimió mientras él empujaba lentamente hacia
adentro. Beast la atrajo hacia él hasta que sus pechos
rozaron su pecho y sus labios se encontraron. Él lamió su
labio inferior y lo chupó, dándole un mordisco y luego
lamiendo el escozor. Ella inmediatamente correspondió,
mordiéndole el labio y lamiendo el ardor. A él le encantó.
Hundiendo la lengua más profundamente dentro de su
boca, la besó suavemente, como si fuera el único lugar en
el mundo en el que quería estar. Lo cual era.
—Muévete, cariño, tienes que moverte—gimió Beast
mientras levantaba sus caderas.
Comenzó lento, tan lento que al principio sintió como si
sus músculos internos lo acariciaran, pero aceleró sus
movimientos y sus manos se entrelazaron alrededor de sus
caderas, ayudándola a subir y bajar sobre su polla. Su
lengua se deslizó entre sus labios y él se abalanzó,
chupándola dentro de su boca, entonces se la lamió por
encima y alrededor.
—Me encanta tu polla. Es tan larga, ancha y dura, me
estira mucho y me hace sentir tan llena. Me encanta, me
encanta—jadeó mientras aceleraba sus movimientos.
—Amo tu coño, cariño. Tan jodidamente apretado y
caliente. Fóllame, fóllame con fuerza—gruñó Beast entre
dientes.
Ubicando las manos sobre sus hombros para sostenerse,
echó la cabeza hacia atrás y aceleró, prácticamente
levantándose y cayendo sobre su verga, tan jodidamente
fuerte que le preocupaba que se lastimara. Pero por la
expresión de su rostro, ella estaba bien y él lo aceptó. La
follaba bruscamente, aferrándose a sus caderas con tanta
fuerza que sabía que le estaba dejando moretones.
Y le gustó ese pensamiento. Le gustaba que una vez
terminado, sus huellas estuvieran allí en su cuerpo para
que él las admirara. Tal vez se las tatuaría
permanentemente en la piel. La idea lo excitó aún más.
Los sonidos húmedos y el olor del sexo y de carne
chocando contra carne llenaron la habitación y Beast se
deleitó con todo ello.
Arqueándose más alto y arrastrándola hacia abajo con
más fuerza, él gimió cuando ella alejó una mano de su
hombro, la bajó hasta su coño y se acarició furiosamente el
clítoris. Era todo lo que necesitaba, la imagen de ella
ayudándose a correrse y Beast gritó mientras se estrellaba
profundamente, una y otra vez y entonces el mejor coño del
puto mundo entero se apretó con fuerza e inundó su polla
mientras su mujer corría y se corría interminablemente.
Ella lo atrajo hacia ella y él se corrió profundamente dentro
de ella, marcando el interior de su cuerpo como suyo.
Tori se desplomó contra su cuerpo y él soltó sus caderas y
la abrazó mientras su respiración sonaba agitada en el
silencio de la habitación.
Haciéndolos rodar, se arrodilló y apoyó el culo femenino
sobre sus muslos, acariciando sus tetas y su vientre hasta
donde todavía estaban unidos.
Inclinándose, besó su apretado vientre y luego miró a su
mujer. Ella lo estaba mirando con una pequeña sonrisa
curvando su boca.
Beast sonrió.
—Segunda ronda de plantar a mi bebé dentro de mi
mujer—bromeó.
Con una sonrisa deslizó sus manos hacia abajo y las
extendió sobre su vientre.
—Y qué gran ronda fue. —Ella sonrió, sus ojos se llenaron
de luz y amor.
—¿Cómo está tu pierna, cariño? —De repente le preocupó
que ella hubiera estado esforzándose demasiado.
—Me duele un poco, pero no tanto como para necesitar
un analgésico ni nada por el estilo. Sólo necesito darle un
masaje antes de irnos a dormir y estará bien por la
mañana.
—Lo hare por ti. Quédate ahí y buscaré alguna loción.
—Hay un poco de loción de árnica en mi bolso de ballet,
amor.
—Primero voy a limpiarte y luego me encargaré de tu
pierna. —Beast la acomodó sobre los cojines y fue al baño a
buscar una toallita tibia. Mientras estaba allí, se limpió,
después regresó y limpió a su mujer. De regreso al baño,
enjuagó el paño y lo colgó en el costado de la bañera antes
de buscar la loción de su bolso de ballet.
Ella se quedó dormida mientras él le masajeaba la pierna
y Beast la levantó, la acomodó en la cama y la cubrió con el
edredón. Apagó todas las luces y se metió en la cama junto
a ella, se acostó, la abrazó y la colocó sobre su pecho.
Estaba cansado y su cuerpo saciado cuando puso su
rostro contra su cabeza y la respiró. Su mujer. La mujer
que él había reclamado cuando no era más que una niña y
la había dejado ir para que pudiera seguir su sueño. Y
ahora estaba de regreso. En su vida, en sus brazos y en su
cama.
Cerrando los ojos, exhaló y a la siguiente respiración se
quedó dormido.
Beast se despertó con una luz brillante inundando la
habitación y una cama vacía. Se estiró lujosamente y
sonrió. Joder, se sentía bien. Por primera vez en mucho
tiempo se despertó sintiendo que mientras dormía su
mundo se había reiniciado. Podía escuchar a sus hijas
charlando y de vez en cuando podía distinguir la voz de
Tori.
Finalmente tenía a todas sus chicas juntas bajo un mismo
techo.
Levantándose de la cama, entró al baño, hizo sus
necesidades y comenzó a ducharse. De ninguna manera iba
a ir a la casa club oliendo jodidamente a flores. Nunca
dejarían de atormentarlo con eso. Se frotó vigorosamente,
se pasó las manos por la barba y recordó lo que le había
dicho a su mujer. La maldita barba.
De pie frente al espejo se miró y tuvo que admitir que su
barba era un desastre. Era tupida y salvaje y no muy
atractiva. Abriendo uno de los cajones debajo del lavabo,
buscó las tijeras y el cortapelos y se puso a trabajar.
Le tomó un tiempo pero una vez hecho tuvo que admitir
que se veía mejor. Pasando la mano por su mandíbula,
acarició su ahora corta barba y luego pasó un dedo por el
bigote mucho más estrecho y la mosca que había creado
debajo de su labio inferior. Inclinando la cabeza se miró en
el espejo y sonrió. A su mujer le iba a gustar la mierda que
acababa de hacer en el momento en que pusiera su cara
entre sus piernas. Dejando caer la mano, Beast empujó su
polla semidura y respiró profundamente, controlando su
verga. Limpió el desorden que había hecho antes de salir
del baño.
Con una toalla alrededor de su cintura, entró al vestidor y
se vistió rápidamente. Necesitaba hablar con Penny y Tori
para encontrar una niñera para sus hijas y un ama de
llaves. No quería que las dos mujeres tuvieran que poner
sus vidas en espera para cuidar de la enorme casa.
Levantando el teléfono gimió. Había un mensaje de texto
de Hawk convocándolo a una reunión en su oficina a las
nueve. Al mirar el reloj supo que no tenía tiempo para
hablar con las mujeres en ese momento, tendría que hablar
con ellas más tarde.
Había tantas cosas que los cuatro tenían que discutir
sobre su hogar. Pero tendría que esperar para más tarde,
ahora mismo tenía que besar a sus chicas y llegar a la casa
club.
Sonriendo ante la idea, fue en busca de las tres mujeres
que gobernaban su vida.
Capítulo 24
Beast
Una risa de sorpresa saludó su entrada a la oficina de
Hawk.
—¿Qué mierda, hermano? ¿Tu mujer te cortó la barba con
una maquinilla durante la noche? —bromeó Hawk.
—Idos a la mierda, bastardos. Yo lo hice. Y sí, mi mujer
me pidió que me arreglara la barba y lo hice. —Beast se
encogió de hombros. A Tori le encantó así que lo que estos
cabrones tuvieran que decir no le importaba.
—Hermano, no sólo la arreglaste, sino que diezmaste a
esa cabrona—dijo Ice y se rio.
—Dios. ¿Podemos dejar de hablar de mi puta barba y
pasar a la mierda importante? —refunfuñó Beast.
Inmediatamente el humor en la oficina cambió y Hawk le
indicó con la cabeza que siguiera adelante.
Mirando a los hombres reunidos en la oficina de Hawk,
Beast explicó su plan para llegar hasta Kobus Pretorius y su
estúpida esposa.
—Esos dos están con las redes sociales. Joder, si tienen
algo, lo publican. —Simplemente no entendía esa mierda y,
a juzgar por las risas y los movimientos de cabeza, sus
hermanos tampoco—. Publican cada vez que van al
gimnasio, así que cuando entren al estacionamiento del
gimnasio los estaremos esperando. Los metemos en la
camioneta, les explicamos en un lenguaje que puedan
entender, los sacamos y nos vamos. Debería ser fácil.
—¿Qué pasa si protestan demasiado por haber sido
secuestrados?— preguntó Spider con un brillo malvado en
los ojos.
—No lo harán. Es un puto marica.
—Él jugó para los Blue Bulls, hermano, no puede ser tan
marica.
—Escuché que estaba más interesado en actuar para el
público que en hacer su trabajo, por eso lo sacaron—
intervino Sin en la discusión.
—Son sus fans femeninas las que lo mantienen a él y a su
perra siendo el centro de atención—añadió Ziggy—. Nada
de lo que publica tiene que ver con el rugby. Se trata de él
y su perra.
—¿Estamos todos de acuerdo con el plan de Beast?—
interrumpió Hawk la discusión que no iba a ninguna parte.
Hubo asentimientos por todos lados.
—Bien. ¿Cuándo planeas arrebatarlos?
—Ziggy y yo estamos armando su agenda y tan pronto
como hayamos explorado la ubicación, seguiremos
adelante. No preveo que tarde más de un par de horas y
debería estar listo el viernes.
—No quiero que esta mierda se alargue. Brandi no va a
aguantar bajo presión y la perra podría hacer algo
estúpido. —Hawk se hizo eco de la preocupación de Beast.
—No tomará mucho tiempo, jefe. —Ziggy tecleó en su
portátil—. Según sus redes sociales están en el gimnasio
todos los miércoles a las once de la mañana. Es casi
perfecto. El estacionamiento debería estar prácticamente
desierto y bloquearemos las cámaras hasta que terminemos
con ellos.
—Entonces vamos el miércoles. —Beast asintió—. Yo
tampoco quiero alargar esta mierda. Tenemos cosas más
importantes en las que debemos concentrarnos. También
podríamos agarrar a Laney mientras estamos ocupados
sacando gilipollas de la calle. Necesita una charla seria que
salve su alma y le haga hacer un cambio completo para
mejor.
Beast sacudió la cabeza y frunció el ceño cuando todos se
rieron. No había querido ser gracioso. Laney Wills jodiendo
al club no era motivo de risa en absoluto. Había algo detrás
de eso y tenía la sensación de que no era nada bueno. Si
tenía razón, esta mierda le llevaría directamente a la
maldita Jane Warne.
—¿Cómo quieres hacerlo?—preguntó Sin en voz baja.
—Le decimos a Brandi que programe una reunión. Las
dejamos tomar unas copas, que se relajen y luego la
agarramos. —Beast se encogió de hombros.
—Tengo una mejor idea—soltó Kid de repente después de
estar en silencio todo el tiempo—. Drogamos a la perra y
luego Brandi la acompaña. Nadie volverá a pensar en ello.
Sólo otra perra que ha bebido demasiado.
El silencio reinó en la oficina mientras todos miraban a
Kid, quien se encogió de hombros.
—¿Qué? No es como si ella no le hubiera hecho esa
mierda a otros, ¿verdad?
—¿De qué mierda estás hablando?—gruñó Hawk enojado.
De repente, Kid estaba hirviendo de ira.
—¿Qué mierda crees que pasó con Dizzy, Hawk? ¿Crees
que esa chica con la que engañaron a Dizzy para que la
violara estaba en el juego? No. Tu maldita ex puta la drogó
y luego hizo que nuestro hermano violara a esa pobre
chica. ¿Y qué hicimos? ¿Qué mierda hicimos? ¿Acabamos
con la puta como deberíamos haberlo hecho? No, le dimos
un puto pase. Eso depende de todos nosotros. No más
pases de mierda. Personalmente la haré desaparecer una
vez que esta mierda termine. Ya estoy harto de putas que
joden nuestras vidas y las de nuestros hermanos. Esta
mierda de coños correteando como si fueran importantes
para el club tiene que terminar. —Miró a Beast antes de
continuar—. ¿Alguno de vosotros ha pensado en la mierda
por la que hemos pasado recientemente? Mierda, en la que
estaban involucradas las putas cada vez. Primero Jane,
luego Laney y Lizzy y ahora incluso la jodida Chris. ¿Desde
cuándo permitimos que las putas tengan el poder de joder
con nuestras familias? No lo aceptaré más. Mi trabajo es
proteger a mi presidente y a mi club. A partir de ahora haré
mi maldito trabajo. Si se pasan de la raya, desaparecerán
para siempre. No más putas discusiones, no más putas
votaciones.
Beast aprovechó la oportunidad.
—Nuestro hermano tiene razón. Nos hemos vuelto
blandos con las zorras. Se pavonean por aquí sabiendo que
no habrá repercusiones reales si hacen una mierda o se
enfrentan a una de las damas. Necesitamos volver a las
viejas costumbres. Entran a la fiesta y se van. Follar y tirar,
así lo llamaba Bounty.
—Eso es jodidamente duro, Beast—dijo Jagger
suavemente—. Todos sabemos que todavía estás enojado
por la mierda con Chris, pero...
Beast no le dio oportunidad de terminar.
—Chris no es el problema. Ella fue con mi dama, se
disculpó y arreglaron la mierda entre las dos. No es de eso
de lo que estoy hablando. Tenemos perras entrando por la
puerta y como a un hermano le gusta su puto coño, se
queda. Ziggy está haciendo todo lo posible para
mantenerse al día, pero no puede hacerlo todo. En la cena
familiar vi cuatro putas que nunca había visto antes. Como
ejecutor, mi trabajo es cuestionar y lo hice. Ziggy todavía
está ocupado con sus comprobaciones de antecedentes. —
Beast miró a Hawk—. Necesitamos que Crow participe en
esto, y no mañana o pasado, lo necesitamos hoy. Sé que no
quieres oír esto, pero tenemos fugas, sabes que las
tenemos, y tenemos que taparlas, jefe. Necesitamos a
Crow.
—No tienes ni puta idea de lo que me estás pidiendo que
haga—dijo Hawk.
—La tengo, jefe. Sabes que la tengo. Necesitamos
información y no hay nadie mejor que Crow cuando se trata
de recopilar información—dijo Beast en voz baja.
Hawk suspiró y se pasó una mano por la barba, un
movimiento que le dijo a Beast que estaba pensando en sus
opciones.
—Hablaré con mi dama. Pero no estoy jodidamente feliz
con esta mierda. Para nada. Si ella sale, quiero un equipo
con ella en todo momento. —Hawk miró a Beast con las
fosas nasales dilatadas—. Y también trabajas en esto con
Skelly y su equipo. ¿Entendido?
Beast asintió.
—Sí, jefe. Tienes mi palabra de que no la perderemos de
vista.
—¡Mierda! —Hawk apoyó la cabeza contra el sillón y
luego miró a Beast nuevamente—. ¿Cuáles son los arreglos
para la visita de tu dama al especialista?
—Seguiremos con los arreglos que Kid y yo hicimos, jefe.
Ambos estaremos con ella junto con un equipo que
elegiremos poco antes de partir. —Beast sabía que eso iba a
enojar aún más a su jefe, y no estaba equivocado.
—¿Qué mierda estás diciendo? ¿Ahora no confiamos en
nuestros hermanos? ¿Qué carajo, Beast?
—No es así, jefe. Confío implícitamente en mis hermanos,
pero no confío en las putas y hasta que Ziggy no lo aclare,
no correré riesgos con ninguna de las vidas bajo mi cuidado
—explicó Beast en voz baja.
—Dios. Necesitamos arreglar esta maldita mierda pronto.
Ziggy, hermano, necesitas un asistente. Busca en el club.
No, joder, espera, ya estás demasiado ocupado. Spider,
busca un asistente para nuestro hermano y encuéntralo
jodidamente rápido. Pero Ziggy tendrá la última palabra.
Spider asintió y por su expresión Beast supo que estaba
analizando posibles candidatos.
—¿Terminamos? —Hawk estaba de mal humor ahora y
cuanto antes salieran de su oficina, mejor.
Todos asintieron. Hawk hizo un gesto con la mano hacia
la puerta y todos se pusieron de pie.
—Me comunicaré contigo sobre la situación de Crow más
tarde. Sal de aquí.
Beast se fue con los demás, pero Ice se quedó atrás. Su
hermano calmaría a su primo y le haría ver que ninguno de
ellos quería usar a su dama pero que no tenían otras
opciones. Tenían la espalda contra la pared y debían echar
mano de todos y cada uno de los putos recursos y armas
que tenían en su arsenal.
Crow era una jodida arma y era de ellos.
Caminando por la sala común, Beast llamó a Wolf y Scar y
recogió a dos de los prospectos mientras salía de la casa
club hacia su taller. Tenía que armar la puta glorieta y
luego taparlo. Ice quería que fuera una sorpresa para su
dama. Beast se preguntó si tal vez debería haber optado
por un diseño más pequeño y no uno con forma de
hexágono grande. Pero luego negó con la cabeza, no, esto
era perfecto y lo aprovecharían después de la boda.
Wolf y Scar se unieron a él en su taller y con su ayuda y
la de los dos prospectos colocaron las piezas en el césped
junto a la losa de hormigón a la que se anclaría la glorieta.
Con los cinco trabajando juntos, la levantaron, atornillaron
y luego retrocedieron para verla.
—Eso es jodidamente hermoso, hermano. —Scar negó con
la cabeza—. Las perras se van a volver locas con esto. Es
todo femenino y esa mierda. ¿Pero cómo se sentirán los
hermanos si pones algo femenino en su patio trasero?
—No me importa una mierda cómo se sientan. Esto es
para Ice y River, se casarán debajo de ella. —Beast inclinó
la cabeza mientras caminaba alrededor de la estructura y
la revisaba desde todos los lados, después hizo una seña a
los prospectos para que se acercaran—. Vamos a cubrirla,
muchachos. No queremos que nadie la vea antes de que Ice
esté listo para revelar la maldita cosa.
Los tablones subieron muy rápidamente porque Beast los
había planeado en su diseño. Fueron atornillados a la
glorieta, colocaron una lona encima y la sujetaron. Si
alguien intentara echar un vistazo, le resultaría muy difícil
eliminar esta mierda.
—Prospectos, limpiad y guardad mis herramientas. Wolf,
Scar, estáis conmigo.
Un trabajo hecho, otro esperando ser atendido.
Llevándolos al frente de la casa club y a sus motos, Beast
se detuvo y miró las que estaba aparcadas, luego la moto
de Scar justo al final. Eso no iba a funcionar.
—Quiero ver tu moto junto a la de Wolf a partir de hoy.
Sois mis lugartenientes y os habéis ganado sus lugares en
la fila.
—Sí, jefe—respondieron ambos de inmediato.
—Nos dirigimos a Iron Kisses. Tenemos un trabajo que
hacer con una de las perras de allí.
Wolf inmediatamente frunció el ceño.
—¿Hoy vamos a arreglar la mierda con Brandi?
—Sí, recibí el visto bueno de Hawk esta mañana.
Seguidme. —Conduciendo a los dos hombres hacia los
árboles donde no serían escuchados, les expuso el plan.
Beast observó a Scar con atención, pero ni siquiera
parpadeó, estaba bien con el plan.
—¿Vamos a llevarnos algún hermano con nosotros, jefe?
—Scar volvió a mirar la casa club y Beast se giró. Estaban
siendo observados por Dizzy y Rider.
—Sí, mientras más seamos será más seguro y parecerá
que salimos a divertirnos.
Beast rápidamente envió un mensaje de texto a Dizzy,
Rider, Buzz y Ratel. Montando hacia Iron Kisses. Estás de
respaldo.
Poco después estaban saliendo por las puertas y bajando
por el camino hacia la autopista. Iron Kisses era su club
más exclusivo y estaba situado en la frontera entre Rivonia
y Fourways. Condujeron estrictamente de acuerdo con el
límite de velocidad y estuvieron atentos a cualquier que los
siguiera. Tenían dos. Los vieron tan pronto como se
incorporaron a la autopista y Beast ordenó a sus hermanos
que permanecieran en formación. Al ver a dos agentes de
la JMPD5 circulando por la carretera, los saludaron al
pasar. Los oficiales se pusieron detrás de ellos,
manteniendo el ritmo y Beast sonrió. Jodidamente perfecto.
Los oficiales siguieron de largo mientras ellos salían de la
carretera y los que los seguían aumentaron la velocidad
para alcanzarlos nuevamente.
Poco después, entraron al estacionamiento de Iron Kisses
y se dirigieron por la parte trasera hacia el estacionamiento
de empleados. Wolf ya estaba llamando a la seguridad del
club para que estuvieran atentos a los coches que los
seguían.
—Dizz, te quiero a ti y a Rider cerca de la puerta
principal. Mantened los ojos bien abiertos y avisadnos si
esos cabrones entran al club. Buzz y Ratel tenéis el resto
del club. Estacionad vuestros culos en una cabina trasera
con vista a las puertas principales y manteneos atentos.
Wolf, tú y Scar estáis conmigo. Vamos.
Beast lideró el camino hacia la puerta trasera, ingresó su
código y la abrió. Caminaron en fila hasta la oficina donde
Beast relevó a Jaycee, su gerente, de su silla y le pidió que
llamara a Brandi. Dizz y los demás entraron al club y se
ubicaron como le había dicho. Beast podía verlos en los
monitores contra la pared y se alegró de ver que su
seguridad estaba en su lugar y no relajada en absoluto.
Todavía estaba mirando las pantallas cuando Brandi entró
pavoneándose en la oficina. Su sonrisa era amplia y
coqueta y sus caderas se balanceaban seductoramente
mientras caminaba hacia el escritorio con sus diminutos
pantalones cortos y la parte superior de un bikini. Beast le
dio una mirada desinteresada de arriba a abajo antes de
señalar la silla. ¿Por qué mierda seguía probando suerte
con él? Ella se sentó y su sonrisa desapareció.
—Vas a llamar a Laney y concertar una salida nocturna.
Estás estresada y harta de la mierda en la casa club y aquí.
Necesitas tomar una copa con una amiga que te entienda.
La drogarás y la sacarás de dondequiera que vayáis a
beber. A partir de ahí nos haremos cargo. Un vídeo te
mostrará metiendo su culo borracho en su coche.
Conducirás hasta un destino que te indicaremos. A partir
de ahí nos haremos cargo. Seguirás con normalidad.
¿Entendido?
Ella respiró hondo, lo que hizo que sus tetas falsas casi
escaparan de los límites del bikini y Beast la vio mirándolo
para ver si tenía alguna reacción. Qué. Mierda. Perra
estúpida.
—Entendido y gracias, Beast. Gracias por hacer esto por
mí.
—No lo hago por ti, perra. Lo hago por mi club, el club
con el que jodiste. No lo olvides. Lo haces de nuevo y es
posible que te encuentres con más problemas que
soluciones. ¿Lo has entendido?
Su maldita cabeza asintió vigorosamente.
—Nos avisas cuando hayas organizado la reunión. Wolf,
dale tu número. Lo llamas en cuanto termina y luego
pierdes el número. Debes saber que Ziggy comprobará que
estés siguiendo las órdenes. Ese número es para usar una
única vez.
Ella asintió de nuevo.
—Entiendo. Perderé su número. —Ella tragó y luego hizo
la pregunta que él sabía que había querido hacer desde el
momento en que se sentó—. ¿Qué pasa con mi hijo? ¿Estará
a salvo?
—No te preocupes por él. Estará a salvo. El club lo tiene
en sus manos.
—Bueno. Gracias, Beast. Haré cualquier cosa que
quieras, cualquier cosa que necesites y en el momento en
que lo necesites. Estás salvando a mi pequeño y nunca
olvidaré lo que tú y el club estáis haciendo por mí y mi
familia. Gracias.
Beast asintió y levantó la barbilla indicando que habían
terminado. La perra salió corriendo de la oficina, sin emitir
más vibraciones sexuales.
Levantándose, Beast se dirigió hacia la puerta.
—Salgamos y tomemos una cerveza en el bar. Miramos
algunas tetas y culos y nos largamos de aquí.
Scar se rio.
—Tu dama te va a matar cuando se entere de esto.
Beast le dedicó una pequeña sonrisa.
—No, hermano, mi dama se enojará porque no la traje.
Ella considera que desnudarse es una forma de arte.
Se rieron y bebieron sus cervezas antes de regresar a la
casa club. Con los que los seguían a lo largo de todo el
camino de regreso.
En la casa club se separaron y Beast fue a la oficina de
Hawk para informar.
—Tenemos la trampa lista para atraerla, Prez. Brandi
llamará para indicarnos la hora y el lugar.
Su presidente parecía distraído y Beast esperó.
—Durante años, tía Beryl me ha estado advirtiendo que
me deshaga de las putas. Que van a ser la causa de una
ruptura en el club o algo peor. Ella me advirtió que iban a
ser la ruina de mi presidencia. Tuvo jodida razón todo el
tiempo. Debería haberla escuchado.
Beast no sabía qué decir así que se quedó callado.
—Esas putas casi me cuestan a mi dama y si no me ocupo
del asunto me van a costar mi club. Debería haber insistido
en que se encargaran de Laney y Lizzy de forma
permanente. Y aún no has escuchado la mejor parte. Snake
me llamó para decirme que había reclamado a Lizzy como
su dama, lo que ahora la convierte en jodidamente
intocable.
—Mierda. Eso está jodido, Prez—dijo porque estaba
totalmente jodido.
—Sí. Y ahora tenemos a uno de nuestros rivales
reclamando a una dama, que solía ser una de mis putas y
que tiene conocimiento sobre el funcionamiento interno de
nuestro club. Está totalmente jodido. Y es mi
comportamiento el que causó esa mierda. Jodí a mi club. —
Hawk, cansado, se pasó las manos por la cabeza y las dejó
caer sobre el escritorio frente a él.
—Presta mucha atención; escúchame un minuto—lo frenó
Beast—. Eras un hombre soltero divirtiéndote, eso es todo.
No metiste a esas putas en el funcionamiento interno del
club. No recibieron nada de esa mierda de ti. Usaron a los
hermanos y una de ellas incluso usó sus vínculos familiares
para tratar de derribarnos, pero Prez, todavía estamos
aquí. No sólo estamos aquí, sino que somos más fuertes
que nunca. Tienes esto, siempre has tenido esto. Nos has
estado guiando a través de este maldito campo minado que
esa perra y Maingarde Organisation nos han estado
preparando. Sí, nos han herido más de una vez, pero
seguimos aquí y seguimos luchando. Y lo haremos hasta
derrotarlos. Somos el Iron Dogz MC, no nos rendimos ante
nadie.
Por fin Hawk sonrió.
—¿Tomaste cursos de charlas motivacionales sin que
ninguno de nosotros nos demos cuenta, hermano?
Beast negó con la cabeza.
—Si eso te motiva a sacar la cabeza del culo, jefe,
entonces me inscribiré en esas estúpidas clases en línea
ahora mismo.
—Mierda, no, no podremos lidiar con un Beast sensible
en el club. —Hawk se rio mientras Beast negaba con la
cabeza pero seguía observando a su presidente con
atención. Su presidente estaba dolido por esta mierda,
tendría que avisarle a DC. Su Prez la necesitaba.
Una hora más tarde, Beast salió de la oficina y mientras
caminaba le envió un mensaje de texto a DC.
Tu hombre necesita tu apoyo. Se siente responsable de la
mierda que nos está cayendo encima. Arréglalo.
La respuesta fue casi inmediata.
Mierda. Estoy en ello.
Otro problema resuelto y Beast finalmente sintió que
podía relajarse. Sin nada que requiriera su atención en este
momento, tenía tiempo para pasar el rato con su dama y
sus hijas.
¿Dónde estás, mariquita?
Se sentó en la barra mientras esperaba su respuesta.
Estoy tomando té con River y las damas. No te preocupes
por las chicas, están conmigo.
Mierda. Ahí iban sus planes para la tarde. Podría entrar a
su taller y empezar con uno de los encargos que había
recibido recientemente pero no le apetecía. Un cuerpo se
deslizó en el taburete junto a él lo que hizo que su cabeza
girara y asintió hacia Scar mientras se sentaba. Chris
apareció al otro lado de la barra y dejó dos cervezas frente
a ellos sin decir una palabra y se alejó.
Había estado en el club el tiempo suficiente para saber
cuándo quedarse y charlar y cuándo dejar a los hombres en
paz.
Scar obviamente quería charlar y ella lo había visto y se
alejó.
—He tomado mi decisión, hermano. Sería un honor para
mí unirme a esta sede y ser parte de tu equipo. Se lo acabo
de decir al presidente y él me envió aquí para decírtelo.
Beast sonrió y le dio una palmada en la espalda.
—Me alegra que hayas decidido quedarte, hermano.
Podrás comenzar una nueva vida aquí sin que tu antigua
vida esté en tu cara todo el tiempo. Además, no estarás
viajando todo el tiempo. A Stone le enojará perderte, pero
podrá afrontarlo.
Scar sonrió, tomó su cerveza y bebió. Volviendo a dejarla,
miró hacia Chris y luego nuevamente a Beast .
—¿Qué pasó con ella?
Beast suspiró.
—Ella quería más de lo que yo estaba dispuesto a dar,
hermano. Y después fui y reclamé a otra persona y ella
resultó herida. Mi culpa. Es una buena mujer y, en primer
lugar, nunca debí haber ido allí. Y cuando lo hice, debería
haberlo dejado a la primera vez.
Scar frunció el ceño.
—¿Entonces eso es lo que haces? ¿Te las follas sólo una
vez? Lo siento, debe parecer que me estoy metiendo en tu
asunto, pero no es eso. No quiero cometer ningún error con
estas perras. —Golpeó con los dedos el borde de la barra
mientras hablaba—. Ni siquiera estoy seguro de querer
meter mi polla en una de ellas, pero cuando el alcohol fluye
y un coño mojado se queda atrapado en tu cara, a veces las
cosas cambian.
Beast tomó una decisión inmediata. Necesitaba llamar a
Sin para que cuidara de su hermano. Le envió un mensaje
de texto, se recostó y esperó. Sin entró por la puerta
principal secándose las manos grasientas con un trapo.
—¿Necesitabas verme, hermano?
—Sí. Nuestro nuevo hermano aquí necesita una noche de
fiesta y un coño que no pertenezca al club. ¿Puedes
ayudarlo?
Sin sonrió ampliamente y levantó ambos pulgares.
—Estaré jodidamente feliz de poder ayudar. Scar,
hermano mío, vamos a salir a tomar unas copas y mientras
bebemos seremos abrumados por excelentes coños. Un
coño civil, con ganas de caminar por el lado salvaje. No
tienen complicaciones y nunca buscan atarte, ni tener tu
parche. Un coño perfecto.
Beast se levantó y se estiró.
—Voy a ir a buscar a mi dama. Cuida de nuestro hermano,
Sin.
—No hay problema, Beast . Nos divertiremos un poco.
Incluso podría invitar a algunos de los otros hermanos.
Definitivamente Dizzy necesita unirse a nosotros.
Todavía estaban hablando de su noche de fiesta cuando
Beast salió por la puerta principal.
Capítulo 25
Tori
Me desperté con un brazo pesado alrededor de mi
cintura, un muslo peludo metido entre mis piernas y muy
apretado contra mi coño. Me costó todo quedarme acostada
tranquilamente y no frotarme contra ese muslo. A pesar de
que estaba excitada, mi pobre coño estaba adolorido y
definitivamente no estaría listo para otra ronda.
Beast estaba profundamente dormido cuando me deslicé
debajo de su brazo y salí de la cama. Él refunfuñó una vez,
acercó mi almohada a su cara y volvió a quedarse quieto.
Prácticamente entré de puntillas al baño, me ocupé de mis
asuntos y mientras me lavaba las manos me miré en el
espejo sobre los lavabos y jadeé. Virgen Santísima, tenía los
pelos más horribles que nunca.
Agarrando mi cepillo del cajón debajo del lavabo, hice
una mueca mientras me quitaba los nudos del cabello, lo
retorcía y lo aseguraba con un clip en la parte posterior de
la cabeza. Después de nuestras actividades de anoche
necesitaba una ducha y no lo dudé. El agua estaba caliente
y tarareé apreciativamente mientras dejaba que cayera en
cascada sobre mi cuerpo, eliminando la evidencia de
nuestra pasión y mis dolores. Envuelta en una gran toalla
de baño, me sequé y luego cubrí mi cuerpo con protector
solar. Era pelirroja y mi piel no se bronceaba, solo me
quemaba, por lo que era imprescindible usar protector
solar todos los días.
Beast todavía estaba durmiendo cuando entré en el
enorme vestidor, me vestí y me calcé mis plakkies. Me
acerqué a la cama en silencio y me quedé mirando a mi
hombre durmiendo con mi almohada en sus brazos. El
único momento en que parecía tranquilo era cuando
dormía, como ahora.
Los susurros llegaron a través del monitor para bebés al
lado de la cama y rápidamente lo agarré y lo apagué. Las
niñas estaban despiertas. Dejando a mi hombre para que
durmiera un poco más, me fui a cuidar a sus bebés.
Estábamos decidiendo la ropa para el día cuando el
hombre de nuestras vidas entró por la puerta y levanté la
vista con una sonrisa. Una sonrisa que se congeló cuando vi
la nueva apariencia que lucía mi hombre.
Mierda, se había recortado la barba, y no sólo se la había
recortado, sino que la había peinado. Oh, tío. Sin esa barba
salvaje, el hombre apuesto quedó a la vista de repente. Las
malditas zorras del club se iban a volver locas por él.
Y entonces sonreí. No, no lo harían porque mi hombre
tenía la mejor mirada fría y mortal que jamás había visto.
—Buenos días, cariño, ¿qué es esa mirada?—preguntó
mientras se inclinaba y me besaba.
No pude responder porque de repente las niñas estaban
allí y saltaban alrededor de su papá.
—¡Tu cara, papi! ¿Dónde está tu barba? —gritó Jossy y
saltó para intentar alcanzarlo. Beast inmediatamente se
agachó y ambas niñas lo abordaron, sus pequeñas manos
tocando la sexy barba corta que ahora lucía.
—Me gusta—dijo Ellie tímidamente mientras le daba unas
palmaditas en la mejilla.
—¿No recibo un beso por la mañana?—preguntó Beast en
broma y ambas chicas colmaron su rostro de besos
mientras él reía.
Virgen Santísima, se veía tan feliz y despreocupado con
una niña en cada brazo mientras se reía con ellas.
—Toree, papi tiene una cara bonita. —Ellie le dio unas
palmaditas en la mejilla a Beast mientras me miraba y yo
me reí a carcajadas.
Asentí.
—Sí, cariño, papi tiene una cara bonita.
Las chicas se reían a carcajadas mientras Beast metía su
cara en sus cuellos y soplaba pedorretas contra su piel.
—Nos estamos vistiendo con Tori y vamos a desayunar.
¿Vas desayunar, papi? —Jossy corrió a su cama para
mostrarle el conjunto que había elegido para el día.
—Lo siento, tengo que llegar a la sede del club. El tío
Hawk necesita hablar conmigo. Tomaré un muffin cuando
salga. Sed buenas con Tori, niñas. —Las besó a ambas en la
frente y se puso de pie—. ¿Podéis vestiros mientras hablo
con Tori rápidamente?
—Sí, papi—corearon ambas.
Inclinó la cabeza hacia el pasillo, salí y él me siguió. Me
abrazó, sonrió y luego me besó tontamente. No lo había
visto sonreír, y reír tanto en todo el tiempo que estuve en la
casa club del Iron Dogz.
—Acompáñame hasta la puerta, cariño. Las chicas
estarán bien. Sassy las cuidará. —Y fue sólo entonces que
la vi pacientemente sentada junto a la puerta. Beast le dio
una señal y ella inmediatamente se levantó y caminó hacia
el cuarto de las chicas donde estalló de nuevo una charla
emocionada.
Bajé las escaleras con él y entré a la cocina donde Rider
estaba de pie con un muffin en una mano y una taza de café
en la otra. Sonrió cuando entramos y saludó con la cabeza,
con la boca llena del muffin. Inclinando la cabeza hacia la
isla vi que había preparado otra taza y un muffin. Así que
ésta era su rutina matutina, reunirse en la cocina, tomar
café y comer muffins antes de ir a la sede del club.
Mis ojos se abrieron cuando los dos devoraron los
muffins, bebieron su café en lo que parecían ser dos o tres
grandes tragos, lavaron sus tazas y las colocaron en la
rejilla para secar. Guau.
Rider inclinó la cabeza hacia mí en una especie de saludo
y salió de la cocina.
—Esta mañana estás cojeando, cariño. ¿Por qué no te lo
tomas con calma hoy y vuelves al estudio mañana? —Su voz
era preocupada y me di cuenta de que lo que había dicho
era verdad. Había estado cojeando.
—Creo que es una buena idea. Pasaré el rato con Penny y
las chicas y tendré un día relajado.
Beast frunció el ceño.
—Las niñas iban a ir a casa de la tía Suzy esta mañana.
¿Estás segura de que estarás bien con cuidarlas?
—Ve, estaremos bien. Desayunaremos y pasaremos el
rato con Penny y Delene. Quizás River y Duncan puedan
venir a visitarnos más tarde. Veremos cómo va el día—lo
tranquilicé mientras caminábamos hacia la puerta
principal, que estaba abierta y podía escuchar la moto de
Rider retumbando afuera—. Rider te está esperando, ve,
estaremos bien.
Su respuesta fue un beso arrasador antes de ponerse el
gorro y salir. Me apoyé en el marco de la puerta y observé
cómo pasaba una pierna larga y musculosa sobre su moto y
se sentaba. Me miró y sonrió, luego se cubrió la boca con
su pañuelo. Ambos me dieron uno de esos movimientos de
motero con los dedos. Es extraño que todos los moteros
parezcan hacer lo mismo.
Con un rugido, condujeron por el camino de entrada
hacia las puertas que se estaban abriendo lentamente.
Observé hasta que desaparecieron y luego regresé al
interior y subí las escaleras con las chicas.
Penny y yo pasamos una mañana relajada en la terraza
después de alimentar a las niñas y dejarlas en el patio
trasero mientras Sassy tomaba posición a medio camino
entre la terraza y el arenero donde las niñas construían
castillos y cosas así.
Penny y yo estábamos charlando sobre la casa cuando le
dije que tenía una casa llena de cosas sin usar en Ciudad
del Cabo. Insistió en que tenía que llamar a Pixie en ese
mismo momento y hacer los arreglos necesarios para
empacar mis cosas y enviarlas a Johannesburgo.
Y curiosamente no lo dudé. Llamé a mi mejor amiga y ella
aceptó de inmediato. Me pregunté por qué estaba siendo
tan agradable y no tuve que preguntarme por mucho
tiempo. Ella quería que yo estuviera a salvo fuera de
Ciudad del Cabo y si el Iron Dogz podía mantenerme a
salvo, ella estaba totalmente de acuerdo. Prometió poner a
Rooster en el trabajo y que me llamaría para informarme
más tarde.
—Hecho. Pixie le pedirá a Rooster que se encargue por
mí.
—Necesitamos traer tus cosas aquí para poder
deshacernos de las últimas cosas de las putas. Odio saber
que hay cosas en esta casa que tienen piojos de puta por
todos lados. —Penny se estremeció exageradamente y puso
una cara desagradable.
—Oh, Dios mío, tu cara es como si estuvieras oliendo algo
realmente malo. ¿Las conociste? ¿Es esa la razón por la que
quieres que limpien el lugar? —Me reí cuando ella se
estremeció una vez más.
—Sí, lamentablemente las conocí. Jane era la peor de
todas; ella estaba detrás de Rider a pesar de que él era sólo
un prospecto. Casi me alejé de él cuando ella me
sorprendió con sus mentiras. Pero Rider seguía repitiendo
que me amaba y que nunca, jamás pondría su polla cerca
de su chocho enfermo. —Penny sacudió la cabeza con
tristeza—. Todo sucedió allí mismo, en la sala común, frente
a sus hermanos del club y ninguno de ellos se levantó para
respaldarlo. Solo se rieron. No volví al club durante mucho
tiempo. No asistí a su fiesta cuando le dieron el parche, ni a
ninguna otra fiesta porque eran absolutamente
repugnantes. Y luego Hawk conoció a DC y todo cambió.
—¿Cómo? ¿Cómo cambió? —Tenía curiosidad por
escuchar la historia de cómo mi amiga dominó al hombre
salvaje que parecía ser Hawk.
—Oh, es la mejor historia de todos los tiempos. —Penny
aplaudió con entusiasmo mientras saltaba en su asiento—.
DC vino al club por negocios y Jane le faltó el respeto
delante de todo el club. Entonces, ¿adivina qué hizo DC? —
Me encogí de hombros y la miré inquisitivamente.
—Desafió a Jane a una pelea en jaula en un club de lucha
dirigido por su club, los Road Warriors—dijo Penny con una
sonrisa malvada.
—Oh, mierda, ¿peleó en Underground? —Mi boca estaba
abierta.
—¿Conoces el Underground? ¿Cómo? —Penny me miraba
con los ojos muy abiertos.
—Crecí en Ciudad del Cabo y, como sabes, mi mejor
amiga es Pixie Maingarde y los Road Warriors son su
familia adoptiva y mis amigos. Rooster me explicó sobre el
Underground y sus otros clubes de lucha en todo el país. Le
pregunté si las mujeres peleaban y él dijo, y cito textual:
Joder, no. Sólo los hombres. Me alegra saber que cambió.
Ahora cuéntame todo sobre la lucha de DC.
Penny se inclinó hacia adelante en su silla, sonriendo.
—Bueno, en primer lugar, Rider y yo no estábamos allí
porque estaba teniendo un embarazo difícil y él se quedó
en casa conmigo. Trajo a casa un video de la pelea que
vimos. Pero espera, me estoy adelantando.
Se frotó las manos como si fuera un genio malvado o algo
así.
—Entonces, la zorra pensó que iba a limpiar el suelo con
DC y aparentemente le dijo a cualquiera que quisiera
escuchar cómo le iba a patear el culo. La noche de la pelea,
Hawk fue llamado al vestuario por el presidente del Road
Warriors MC y el entrenador de DC y acusaron a Jane de
intentar hacer trampa. Cuando su entrenador le vendó las
manos, había escondido cosas en las vendas que podrían
haber herido gravemente a DC. Hawk estaba furioso y
estuvo de acuerdo en que los envoltorios se quitarían y se
reharían mientras ellos miraban.
Penny hizo una mueca.
—Es tan pretenciosa que incluso tenía música para
cuando salía del vestuario. Y te daré dos sugerencias sobre
qué música.
Simplemente lo sabía y ya me estaba riendo y negando
con la cabeza.
—No 'Eye of the Tiger', por favor dime que no fue esa.
Penny soltó una carcajada y asintió.
—Oh, sí, lo fue. Veremos el vídeo algún día cuando las
chicas no estén presentes. Pero, de todos modos, ella se
pavoneaba como si fuera todo eso, lo cual no es así. Todavía
estaba pavoneándose alrededor de la jaula cuando al
minuto siguiente el lugar retumbaba con tambores y
aparecía DC. Ella caminó con paso acechante y bailoteando
hacia la jaula con la canción The Sickness de Disturbed.
Debe haber sido increíble porque los Road Warriors
estaban todos levantados, pateando, cantando y gritando
Demon, Demon, Demon. —Penny me tendió el brazo—.
Mira esto, se me ponen los pelos de punta de nuevo solo de
pensarlo. Fue increíble y solo vi el video. La próxima vez
que ella pelee, estaré allí, no me importa a quién tenga que
sobornar para que cuide a mi hija.
—Entonces, ¿qué pasó después? —Estaba totalmente
pendiente de sus palabras.
—DC se queda allí y sus muchachos le quitan la bata que
llevaba puesta y tiene su nombre de luchadora bordado en
sus pantalones y es Demon. Escuché la canción y a la
multitud gritando Demon. Ella escucha a su entrenador
hablarle y simplemente asiente mientras sus ojos miran
como un láser a la perra en la jaula. Todo lo que puedo
decir es que cuando DC entra en la jaula, ya no es DC, es
Demon y da muchísimo miedo. Ella venció a Jayne, quien
era una luchadora campeona de MMA, la golpeó hasta
convertirla en pulpa. Le rompió la pierna y todo.
Mi boca estaba abierta.
—Mierda, ¿y luego?
—Al final de la pelea, DC saltó sobre los barrotes de la
jaula y corrió como un mono hasta que se detuvo justo
frente a Hawk y se rio de él, con la boca y el protector
bucal ensangrentados y los ojos negros y brillantes. Era
como si lo estuviera desafiando o algo así. Quien tomó el
video hizo zoom en su rostro y se quedó allí, mirándola. —
Penny negó con la cabeza—. Te lo digo chica, tu amiga es
mi maldita heroína desde esa noche porque Hawk echó a
Jane y fue tras DC y las cosas poco a poco empezaron a
cambiar en el club. Pasó de ser un club exclusivo para
zorras sucias a un club orientado a la familia.
Entrecerré los ojos mientras intentaba recordar cuando
DC vivía en Ciudad del Cabo durante su aprendizaje.
—Sabes, ahora que estoy sentada aquí pensando en ello,
creo que Rooster me mintió. Esos idiotas siempre me
miraban como si fuera una cosita delicada que tenían que
proteger. Si supieran lo dura que soy en realidad. —Sacudí
la cabeza ante su estupidez—. No creo que ninguno de ellos
duraría ni un día en la rutina que solía tener todos los días
de mi vida. Vi pelear a DC una vez, fue en un evento en un
gimnasio y fue tan increíblemente emocionante que creo
que grité mucho.
—Los hombres son criaturas estúpidas—coincidió Penny
—. Asumen que todas las mujeres son iguales, pero no lo
somos. Algunas somos luchadoras. Fuertes y resistentes.
—Y estáis chismorreando como viejecitas—dijo de
repente, una voz risueña justo detrás de nosotras, Penny y
yo casi saltamos de nuestras sillas asustadas.
—¡DC! Casi me das un infarto—la regañé mientras ella se
reía y se hundía en la silla a mi lado.
—Estabais tan inmersas en la sesión chismes que ni
siquiera me oísteis entrar ni notasteis que Sassy me estaba
mirando cuando salí a la terraza. Eso no está bien, señoras.
Necesitáis estar consciente del entorno, todo el tiempo. Sí,
aquí tenéis a los muchachos protegiendo la puerta y
vigilándonos, pero no es suficiente. Tenéis que hacer
vuestra parte para manteneros a vosotras y a las chicas a
salvo—nos sermoneó DC con un pequeño ceño.
—Tienes razón, estaba tan interesada en escuchar cómo
golpeaste a la puta hasta convertirla en pulpa que todo
desapareció. Excepto las niñas, las mantuve vigiladas todo
el tiempo—dije y levanté los hombros en señal de disculpa.
—De todos modos, no estoy aquí para regañaros. River
me pidió que os recogiera a las dos y a las niñas para tomar
el té de la tarde y nadar en su casa. Todos se reunirán allí,
así que manos a la obra. ¡Daos prisa!
Una hora más tarde estábamos descansando en la piscina
mientras los niños jugaban en la parte poco profunda. No
sabía si las chicas sabían nadar o no, así que insistí en que
usaran brazaletes y permanecieran en el escalón. Estaban
muy felices de hacerlo porque todos los demás niños
estaban haciendo lo mismo.
Todas las mujeres estaban allí. Tía Suzy, tía Beryl, Gail,
Genna, DC, Penny, River y yo. Según la tía Beryl éramos las
únicas damas en la propiedad en este momento, pero ella
nos dijo que Kahn y su dama, Vash, pronto se mudarían a la
propiedad también. Vash estaba nerviosa por vivir tan lejos
de la sede del club y de la protección que éste les ofrecía a
ella y a sus hijos. Estaban comprando una de esas casas
móviles para instalarla entre nuestra casa y la casa club
hasta que pudieran construir una.
—Deberían simplemente convertir ese terreno en uno de
esos parques de casas móviles como los que tienen en
Estados Unidos. —Me metí en la conversación y DC me
señaló con el dedo y asintió.
—Esa es una muy buena idea. Se la mencionaré a Hawk
más tarde. Estaba diciendo que, si era posible, buscaban
albergar a todos los hermanos y sus familias en la
propiedad. Le preocupa que viajen solos entre sus casas y
la sede del club.
—Ja, no puedo esperar a que termine esta tontería con los
Maingarde—dijo tía Suzy—. Esa maldita familia ya ha
causado suficiente daño al club.
No podía dejar pasar eso. Los Maingarde no eran el
problema, era la perra que usaba su apellido el
inconveniente.
—Necesito explicar algo. La familia Maingarde está
formada por sólo dos personas, Dominick y Pixie. Esa vil
anciana les robó su empresa, la mayor parte de su dinero y
su apellido y lo convirtió en algo horrible. Dom es un buen
hombre y Pixie es mi mejor amiga, y ellos no le causaron
ningún daño a tu club. Según tengo entendido, es una de
las vuestras y la vieja perra la que está causando los
problemas al club. —Pude ver en los ojos de las mujeres
mayores que no me creían, pero me importaba una mierda.
Sabía que DC no estaba tan ciega ante la realidad de la
situación en Ciudad del Cabo. Ella no permitiría que Hawk
atacara a Pixie o Dom.
—¿Cómo puedes estar tan segura de eso?—me preguntó
Genna con cautela porque vio que estaba molesta.
—Crecí con Pixie y Dominick. Pixie me protegía de los
matones de la escuela y Dominick se aseguraba de que
ambas estuviéramos protegidas.
—Entonces, ¿cómo te golpearon si estabas protegida?—
preguntó Gail en voz baja después de echar un rápido
vistazo a los niños.
—Estaba en el lugar equivocado en el momento
equivocado y escuché algo que no debería haber
escuchado. Y en lugar de correr hacia Dominick, corrí a
casa. Eso me lo hicieron los hombres de esa vieja puta, no
Dominick. Él me rescató y dos de sus hombres murieron en
el proceso. Así que será mejor que nadie diga una palabra
contra mi familia, porque eso es lo que ellos son, son mi
familia. —Miré a DC y ella asintió.
—Lo siento, cariño, nuestros hombres no nos explicaron
cómo está formada la familia Maingarde—dijo la tía Suzy
con el ceño fruncido.
Todo lo que pude hacer fue asentir. No quería discutirlo
más. Simplemente me enojaría. Tan pronto como pudiera
iba a hablar con Beast al respecto.
River cambió de tema y la tensión que había surgido a
nuestro alrededor disminuyó lentamente. Penny
silenciosamente se acercó, apretó mi mano y le di una
sonrisa agradecida.
La conversación cambió a los planes de boda porque
aparentemente Ice y River se casarían el 24 de diciembre
en la casa club. River insistió en que sería sólo el club y la
familia. No iba a tener putas, ni simpatizantes en su boda.
Bien por ella.
La charla sobre Pixie y Dominick me había amargado la
tarde y observé en silencio cómo todos se involucraban en
la planificación de la boda, hasta que River se volvió hacia
mí y me pidió un enorme favor.
—El 24, estaré a unas semanas de mi fecha prevista de
parto y no hay manera de que vaya a hacer más que
arrastrar los pies por la pista cuando tengamos que bailar.
¿Podrías por favor, bailar para nosotros, bonita?
Oh, mierda. Respiré hondo y traté de explicarle.
—En una boda es costumbre que una pareja baile y yo no
tengo pareja con quien bailar. No conozco ningún bailarín
aquí en Sudáfrica que esté libre durante diciembre.
DC, esa mierda, por supuesto, fue un obstáculo para mi
negativa cuidadosamente redactada.
—Beast puede hacerlo. Lo he visto bailar en algunas
fiestas del club y el hombre puede moverse—dijo con una
sonrisa malvada.
Mierda. Había bailado con Beast hacía muchos años. Pero
no era nada parecido al baile de exhibición que River
parecía querer.
—Déjame pensarlo y hablar con Beast. Te lo haré saber
tan pronto como hayamos hablado.
¿Qué más podría decir?
En el camino a casa me quejé de DC y el prospecto que
conducía la camioneta tuvo que carraspear ruidosamente
para disimular su risa. La pequeña mierda. No creía que mi
grandullón pudiera moverse. Si hiciéramos esto, todos se
llevarían una gran sorpresa.
Mierda, lo haría sólo para ver cómo las malditas sonrisas
desaparecen de sus caras. Pero convencer a Beast sería
otra historia.
Esa noche, mientras estábamos acostados en la cama,
abordé el tema y le expliqué lo que quería River. Mi hombre
permaneció atónito en silencio y luego se negó
rotundamente.
—De ninguna manera.
Y por la forma en que lo dijo supe que me costaría un
gran trabajo convencerlo para que lo bailara. Joder, ni
siquiera estaba segura si quería que lo hiciéramos.
Lo empujé al fondo de mi mente y me quedé dormida
sobre el amplio pecho de mi hombre.
El sábado llegó brillante y despejado y salimos temprano
de la casa para ayudar con los preparativos en la casa club.
Atravesamos las puertas principales que tenían dos
enormes banderas sudafricanas ondeando con la brisa
sobre ellas y a lo largo de las paredes.
La tía Beryl mandaba en la cocina y todos nos acercamos
a ella.
Se había instalado una enorme pantalla con un sistema
de sonido en la parte trasera de la casa club con bancos y
mesas dispuestas en semicírculo frente a ella. Banderas
sudafricanas y banderines de los Springbok estaban por
todas partes. Los prospectos estaban preparando el bar y
Chris y Grietjie estarían atendiéndolo, vistiendo sus
camisetas de los Springbok. Estaba usando la camiseta de
los Springbok que Beast me había regalado anoche y las
chicas llevaban pequeñas camisetas de nuestro equipo
también. No pude resistirme a tomarles una foto a los tres.
Por supuesto, Beast, como todos los demás hombres, tenía
su chaleco encima de la camiseta.
Realmente no sabía mucho sobre el juego, pero me volví
tan loca como todos los demás cuando los Springbok le
mostraron al mundo exactamente de qué estábamos
hechos. Un país variado que se unía cuando más
importaba.
Las celebraciones cuando sonó el pitido final fueron una
auténtica locura. En las mesas aparecieron bandejas con
tragos llamados Springbokkies y todos bebieron y gritaron
de alegría. El champán y el alcohol fluían, pero la tía Beryl
y su equipo estaban allí colocando fuentes llenas de
bocadillos mientras los prospectos encendían el fuego.
Anteriormente había visto montones de carne marinada
en tarrinas en el refrigerador y no podía esperar a disfrutar
de mi primera braai (NdelT: barbacoa) desde que regresara
a Sudáfrica con el club.
Pasamos el día bajo los árboles y los niños, con Jagger
atento, probaron la nueva piscina del club. Fui a cuidar a
mis hijas y jadeé de asombro cuando finalmente salimos de
los árboles y entramos en un claro que se encontraba al pie
de una pendiente rocosa. La piscina no se parecía a nada
que hubiera visto jamás. Parecía como si nos hubiéramos
adentrado en un bosque y hubiéramos encontrado un claro
donde una cascada caía en una piscina con fondo de arena
clara rodeada de helechos, nenúfares y grandes rocas
planas.
Me quedé con la boca abierta, totalmente sin palabras
mientras contemplaba la belleza.
—Ésta es la piscina más hermosa que he visto en mi vida.
¿Es natural? ¿Y cómo vas a limpiarla?
Jagger se puso muy técnico y yo simplemente asentí
mientras me sentaba en una de las rocas planas y me
quedaba mirando. Las niñas vinieron, se sentaron conmigo
y metieron las piernas en el agua mirando a los niños
mayores nadar.
Regresamos a casa tarde esa noche con las niñas sucias y
profundamente dormidas en sus asientos de coche. Ni
siquiera se despertaron cuando las lavamos, vestimos y
acostamos. Beast y yo disfrutamos de una larga y lujuriosa
ducha y también nos acostamos. Había sido un día largo
bajo el sol abrasador.
El mejor día que había tenido en mucho tiempo.
Si hubiera sabido lo que nos esperaba tal vez me hubiera
tomado más tiempo para disfrutar de la paz.
Capítulo 26
Beast
Lunes
El fin de semana había terminado, pero todavía había un
zumbido de excitación en la casa club después de las
celebraciones del fin de semana. Pero ya era hora de
centrarse una vez más en los negocios.
Beast y su equipo elegido se reunieron en la oficina de
Hawk para repasar el plan de Kobus Pretorius. Ice había
preparado el papeleo para que el bastardo renunciara a sus
derechos de paternidad y todos sabían exactamente qué
hacer. Ésta era solo la reunión final para garantizar que
todos estuvieran en la misma página. Una última
advertencia de Hawk para que no lastimaran tanto al
cabrón que no pudiera firmar los putos papeles.
Entiendo.
Con el plan final acordado, Beast y su equipo se
prepararon para montar, pero sin motos ni chalecos. En su
lugar, se llevaron uno de los SUV y la van. Terror condujo la
van con Scar en el asiento del acompañante y Beast, Dizzy
y Wolf subieron al SUV con Will detrás del volante.
Mientras estaban ocupados persuadiendo al cabrón para
que firmara los papeles, los prospectos estarían atentos.
Como sospechaban, el estacionamiento no estaba
ocupado en absoluto, estacionaron y llamaron a Ziggy,
quien estaba esperando la llamada.
—Tengo las cámaras en bucle, hermano. Llámame una
vez que hayas terminado y las arreglaré de nuevo.
—Entendido, hermano.
No tuvieron que esperar mucho para que el pequeño
bastardo y su perra entraran al estacionamiento. Lo habían
programado a la perfección. El único espacio para
estacionar cerca de la entrada del gimnasio era el que
había entre el SUV y la van y, como un buen niño, el
bastardo deslizó su elegante vehículo en ese lugar.
Esperaron a que él y la perra se bajaran y se abalanzaron
sobre ellos. Arrebatándole las llaves y arrojándolo a él y a
su perra a la parte trasera de la van. La perra estaba a
punto de empezar a gritar, pero Wolf le puso la tira de cinta
adhesiva ya preparada en la boca y la ató con una brida a la
argolla al costado de la furgoneta. Tenía los ojos muy
abiertos y aterrorizados, pero todos la ignoraron, por
ahora.
Kobus Pretorius era un tipo grande y fuerte, pero no
peleó mientras contemplaba sus rostros enmascarados. En
cuanto lo subieron a la furgoneta empezó a regatear.
—No lastiméis a mi esposa, solo llevaos el coche. Tengo
dinero, os daré todo lo que tengo, pero no lastiméis a mi
esposa.
—Jodidamente increíble, él se preocupa por ella—gruñó
Wolf mientras se inclinaba hacia el rostro de la mujer y
golpeaba su cabeza con la suya.
—Por favor, déjala en paz, no la toques—suplicó y gruñó
al mismo tiempo.
Beast no le dio tiempo para ir más lejos, quería que esto
se hiciera.
—Escúchame y escucha con atención. Has estado
amenazando a una amiga y a su hijo. —Cuando los ojos de
los bastardos se abrieron, Beast supo que lo tenía. Pero es
en la reacción de la esposa en lo que todos se centraron.
No tenía idea de lo que estaba pasando a juzgar por la
expresión confundida de su rostro. Beast miró a la esposa
mientras hablaba—. Ella vino a pedirme ayuda después de
que intentaste chantajearla para que te diera a su hijo. La
violaste, pedazo de mierda. No mereces pasar ni un
segundo en la vida de ese niño.
Para entonces la esposa estaba frenética, gritando y
tratando de quitarse la cinta de la boca. Beast asintió hacia
Wolf.
—Cállate, perra. Te quitaré la cinta por un momento, pero
si gritas, te cortaré la cara tan mal que cada persona que te
vea huirá gritando. ¿Entendido? —Ella asintió salvajemente
y Wolf lentamente le quitó la cinta de la boca.
—¿Qué has hecho, Kobus? ¿Qué has hecho? ¿Cuántos
años tiene?—susurró ella con voz ronca.
El bastardo tenía putas lágrimas en los ojos.
—Tiene tres años. Fue en mi despedida de soltero y yo
estaba borracho y drogado y los muchachos estaban... sólo
siendo los muchachos y yo... yo. Stef me dijo que hice algo
de lo que desearía poder retractarme, pero no puedo. Y
entonces, un día la vi con el niño y supe que era mío, y tú
estabas destrozada y perdida y tenía que intentar
arreglarlo. Te amo, te amo tanto que tuve que intentar
darte lo que tanto deseabas. Y él es mío, debería poder
darle lo que me pertenece a mi esposa. —Y ahí mismo
perdió cualquier jodida simpatía que cualquiera de ellos
pudiera haber tenido por él.
—Ese niño es producto de una violación, pedazo de
mierda. Violaste a una mujer incluso cuando ella te suplicó
que la dejaras ir. La violaste más de una vez esa noche
mientras tú y los hijos de puta de tus amigos la mantenían
cautiva. Y la razón por la que lo hiciste no fue porque
estabas borracho o drogado o porque tus amigos te
incitaban, lo hiciste porque pensabas que ella era un blanco
fácil. Una stripper que no le importaría a nadie. Estabas
jodidamente equivocado. Nos preocupamos por ella, nos
preocupamos por su hijo y estamos aquí para asegurarnos
de que nunca vuelvas a tocar a ninguno de los dos.
—Pero yo no.…—Comenzó, pero su pequeña perra
socialité no le dio la oportunidad de hablar.
—Oh Dios, esto es una pesadilla. ¿Violaste a una mujer y
ella tuvo un hijo y pensaste que podías ir y arrancar a ese
pobre niño de los brazos de su madre y entregármelo?
¿Qué diablos, Kobus? ¿Cómo pensaste que esto iba a
funcionar? ¿Cómo ibas a conseguir que ella lo entregara?
—Miró alrededor de la furgoneta y sacudió la cabeza—. Por
el aspecto de estos tipos, ibas a hacer algo malo... otra vez.
No quiero ese niño y después de hoy creo que tampoco te
quiero a ti. —Miró a Wolf—. Si pudieras, soltarme y darme
la llave del coche, por favor, me iré y podrás hacer lo que
quieras con él.
Fue entonces cuando el pedazo de mierda realmente
empezó a suplicar.
—Mi Lief (NdelT: mi amor), por favor, por favor no hagas
esto. Te amo. Lo hice por ti, sólo por ti. Deseas tanto tener
un bebé y estabas cayendo en una depresión tan profunda
que tenía miedo de perderte y quería darte lo que tanto
deseabas.
Ella suspiró y sacudió la cabeza con tristeza.
—Kobus, la violaste y ahora quieres llevarte a su hijo. Eso
es como violarla de nuevo. ¿Cómo ibas a explicarme su
existencia? ¿Cómo?
—Yo… iba a admitir lo que había hecho. Te ruego que me
perdones y me ayudes a criarlo. Merece la oportunidad de
tener una vida mejor y nosotros podemos brindarle esa
vida. Me equivoqué. Nunca debí haberla amenazado.
Debería haberle rogado ser parte de su vida. —Las
lágrimas ahora corrían por la cara del imbécil—. Me
avergüenzo de lo que he hecho. Ella no se merecía lo que le
pasó. Si pudiera volver atrás, lo cambiaría, pero eso
significaría que él no existirá y, por muy jodido que
parezca, no puedo arrepentirme de él. Es tan jodidamente
hermoso, cariño, es tan jodidamente hermoso. Y sé que está
mal y es una verdadera mierda, pero lo amo, lo amo.
Su esposa negó con la cabeza y las lágrimas también
corrían por sus mejillas.
—Estás soñando, Kobus. Nuestra vida es toda falsa. Toda
esa mierda en las redes sociales es tremendamente falsa.
No quiero esa vida, nunca la quise, pero tú insististe y
como la rubia tonta que soy, la seguí. Pero ya no, a partir
de hoy he terminado de vivir bajo el foco de tu estúpido
ego. He terminado.
—Harmony, cariño, por favor. Sé que es falso y lo odias,
pero ha sido nuestra vida desde el principio. Si querías
cambiarla ¿por qué no me dijiste nada? ¿Por qué me
dejaste seguir permitiendo que los medios dominaran
quiénes éramos? —Parecía aturdido y Beast miró a Dizzy,
quien simplemente levantó los hombros como si estuviera
tan confundido como Beast.
Esta mierda se estaba convirtiendo en una jodida sesión
de asesoramiento matrimonial.
Extendiendo su mano hacia Terror, que aún estaba
sentado en el asiento delantero, le entregó la carpeta con
los documentos a Beast y lo dejó en el suelo de la
camioneta.
—Callaos los dos y escuchad. No somos vuestros malditos
consejeros matrimoniales. Esto es lo que va a pasar. —
Tocando la carpeta con su dedo índice cubierto con un
guante, Beast miró al maldito imbécil y luego a su esposa.
—Vas a firmar los papeles renunciando a tus derechos de
paternidad. —El bastardo sacudió violentamente la cabeza
de un lado a otro—. Vas a firmar los papeles y dejar esto, si
no lo haces, publicaremos las pruebas de la violación en las
redes sociales y veremos cómo tu puto mundo arde a tu
alrededor.
Y fue entonces cuando la esposa del bastardo demostró
que era más que una cara bonita.
—No, no lo harás, porque la expondrías a ella y a su
pequeño hijo ante sus fanáticos locos. Y déjame decirte que
están realmente locos. No puedes hacerle eso a ese niño,
simplemente no puedes. Quiero conocerlos. Quiero
sentarme y hablar con ella y conocer a su pequeño. Ella
pudo haber abortado y no lo hizo, se lo quedó. Y al
incluirlos a vosotros en la mezcla para proteger a su hijo,
sé que tiene que amarlo. No me importa que sea stripper,
todos tenemos que hacer lo que tenemos que hacer para
sobrevivir. Por favor, haced arreglos para que me reúna con
ella y después de que nos hayamos conocido hablaremos
sobre la firma de los papeles. —Observó a Beast
atentamente mientras hablaba y él supo que estaba
memorizando sus ojos, así que le guiñó un ojo. Ella sonrió y
sacudió la cabeza.
—No sé si este plan tuyo va a funcionar con Brandi, ese
es su nombre, por cierto. Ella quería que esta mierda se
hiciera hoy. Necesitamos consultarlo con ella y nos
comunicaremos con vosotros. Mientras tanto piensa en
esto. Dondequiera que vayáis, hagáis lo que hagáis,
podemos llegar hasta vosotros, así que manteneos alejados
de Brandi y su hombrecito hasta que nos comuniquemos
con vosotros. ¿Entendido?
Ella asintió y miró a su marido, quien también asintió,
con sus malditos ojos todavía llenos de lágrimas. Mierda.
Beast no iba a presionar más porque la jodida verdad era
que le creía al maldito loco. Había visto a su hijo, se había
enamorado de él y quería estar en su vida. Era un jodido
desastre, pero al menos no era su desastre. Gracias a Dios,
joder.
Inclinando su cabeza hacia Wolf para que cortara las
bridas alrededor de las muñecas de la perra, hizo lo mismo
con el cabrón.
—Os llamaremos—gruñó Wolf mientras le entregaba la
llave al imbécil y los observaba mientras subían al coche y
salían corriendo del estacionamiento.
—Esto va a ser un puto problema. Brandi es una puta de
club, una stripper y una perra, y esa mujer es demasiado
amable para quedar atrapada en esta mierda. Ese pobre
niño. —Dizzy suspiró mientras regresaba a la camioneta.
—Ella no es nuestro problema, hermano, pero estaré
cuidando a ese hombrecito. Me haré algo de tiempo para ir
a hablar con la abuela y aclarar algo sobre esta mierda. —
Beast suspiró—. Debería haberlo hecho antes de hoy. Joder.
El viaje de regreso a la sede del club fue tranquilo.
Ninguno de ellos estaba de humor para hablar de la mierda
que acababan de presenciar.
Brandi los estaba esperando en la terraza cuando
llegaron. Apoyada contra uno de los postes de la terraza.
La perra estaba vestida con zapatos de stripper, una falda
apenas visible y unca camiseta corta tan ajustada y
escotada que sus tetas sobresalían por todas partes.
Beast hizo que Terror los dejara en la puerta principal y
le indicó a Brandi que los siguiera antes de que ella pudiera
decir una palabra. Fue entonces cuando se dio cuenta del
niño. Estaba atado a un asiento de seguridad en un coche
de mierda estacionado frente a la sede del club, mirándolos
por la ventanilla. Una ventanilla que estaba cerrada. El
niño estaba sentado en un coche con las ventanillas
cerradas bajo el jodido sol abrasador.
Una sensación muy, muy mala comenzó a recorrer las
entrañas de Beast. Una sensación que le decía que en esta
situación había más de lo que sospechaban. Un puto
montón más.
—Toma las llaves de ese pedazo de mierda y saca al niño
del coche, prospecto. Consíguele algo de beber y vigílalo en
el patio trasero.
Will inmediatamente extendió su mano y Brandi le dio las
llaves con enojo.
—Él está bien esperando en el coche. Allí dentro no le
pasará nada—intentó explicarle, pero Beast no la
escuchaba. Esperó mientras Will desataba al pequeño y lo
levantaba en sus brazos. Fue mientras lo colocaba sobre su
cadera y cerraba la puerta que Beast vio la evidencia de
lágrimas en la carita y marcas rojas en lo alto de su
pequeño muslo, donde se le habían subido los pantalones
cortos.
Dios. Mierda. ¿Qué carajo estaba pasando aquí?
—Entra, perra, espera en el bar hasta que te llamemos—
le ladró a la zorra y ella se escabulló, con sus putas nalgas
a la vista.
Entró furioso a la casa club y fue directo a la oficina de
Ziggy, donde ni siquiera llamó, simplemente entró. Ziggy lo
miró a la cara y arqueó las cejas.
—¿Qué puedo hacer para ayudar?
—Quiero todo lo que puedas encontrar sobre Brandi, su
madre y su hermano, cuando digo todo me refiero a todo.
Algo no está bien en esta jodida situación. Tengo el mal
presentimiento de que nos está engañando. Ve si puedes
encontrar vínculos entre Brandi y Laney o entre Laney y la
madre de Brandi. Tengo las tripas revueltas por esto.
Ziggy ya había comenzado la búsqueda antes de que
Beast terminara de hablar.
—No hay problema, me encargo. Puede que tarde un
poco, pero esta pequeña bebé mía encontrará lo que
necesitamos. Llamaré cuando tenga algo.
Beast asintió y se fue para informar a Hawk. Iba a tener
que explicarle su intuición a su presidente.
—Entonces, ¿qué estás diciendo exactamente, Beast?
—Estoy diciendo que algo no está bien en todo este
escenario, jefe. Kobus Pretorius afirma haber estado
jodidamente borracho y drogado la noche que la violó.
Afirma que no recuerda el asunto, solo lo sabe porque sus
amigos le dijeron que la violó. Estoy oliendo una rata, una
maldita rata grande y apestosa.
—Mierda. Hace tres años todavía jugaba al rugby,
¿verdad?
—Sí, pero resultó gravemente herido poco después de
casarse y eso puso fin a su carrera. Sin embargo, eso no
acabó con su popularidad, porque está jodidamente en
todas partes en las redes sociales y en la prensa.
—Dios. ¿Por qué carajo siempre estamos teniendo mierda
con putas del club? Estoy harto de su mierda. Crees que
sus amigos y Brandi le tendieron una trampa, ¿verdad?
Beast asintió.
—Sí, jefe. El hombre tiene dinero y fama y alguien lo odia
por eso. Probablemente uno de sus amigos, alguien en
quien confía. Esta mierda va a salir a la luz y él recibirá un
duro golpe cuando lo haga. Si le da dinero a Brandi,
parecerá que le está pagando para que mantenga la puta
boca cerrada. Y ese pobre chico, algo no anda bien con él,
jefe. Ella lo dejó atado en su asiento en un coche cerrado
bajo el sol abrasador, y tiene marcas en toda la parte
superior de sus piernas.
—Maldito infierno. —Hawk agarró el teléfono—. ¿A qué
hora llegó Brandi, Zig? ¿Puedes consultar la grabación y
avisarme?
Hawk frunció el ceño mientras escuchaba y luego sus
ojos volaron hacia los de Beast y maldijo con saña.
—¿Ella hizo eso a la vista de las cámaras? Está bien,
envíame una copia de esa mierda.
Hawk parecía querer tirar el teléfono contra la pared,
pero lo dejó con cuidado sobre el escritorio antes de hablar.
—La puta ha estado aquí más de una hora y el niño ha
estado encerrado en ese coche durante ese tiempo.
Excepto cuando ella obviamente se enojó con su llanto y
abrió la puerta trasera para golpearlo, dos veces. Nos
quedaremos con el niño y lo revisaremos. Él no irá con ella
a ninguna parte. Ziggy está investigando a fondo a la
familia. —Las fosas nasales de Hawk estaban dilatadas de
ira y sus ojos brillaban de rabia.
—Ella está sentada en el puto bar bebiendo, riendo,
mostrando el coño y charlando con los hermanos mientras
un hombre que no conoce tiene a su hijo de tres años en el
patio trasero—gritó Hawk con los dientes apretados—.
Quiero acabar con esa puta perra. Todo lo que necesito es
una razón para hacerlo.
—Llama a Crow, Jefe. La necesitamos—dijo Beast en voz
baja—. Sabes que obtendrá la información que necesitamos
mucho más rápido que Ziggy.
Hawk le lanzó una mirada enojada.
—No quiero que mi dama se vea involucrada en esta
mierda.
Beast levantó una mano y comenzó a exponer sus
pensamientos.
—Piénselo así, Prez. Si Brandi tiene vínculos con Laney y
ella con Jane, entonces todos sus hilos se remontan a esa
vil criatura de Ciudad del Cabo. —Beast respiró hondo—. Si
tengo razón, y joder, sé que la tengo, ella lo venderá al
mejor postor. Y sabemos quién le pagará más dinero.
Pretorius perderá a su hijo y el niño perderá su libertad y
eventualmente su vida y Brandi se quedará con un montón
de dinero en el banco.
Hawk tomó el teléfono y envió un mensaje de texto y
Beast deseó con todas sus fuerzas que fuera a su dama.
—Hay algo que no entiendo—dijo Dizzy en voz baja—.
¿Por qué ahora? ¿Por qué se quedó con el niño y no dijo
una palabra? ¿Por qué está haciendo esto ahora?
La puerta de la oficina se abrió y Ziggy entró furioso.
—Puedo decirte por qué. Su madre ha estado criando al
niño, pero ella sufrió un ataque cardíaco hace cuatro
semanas y murió. Brandi tuvo que dar un paso adelante y
cuidar del niño, lo cual parece que no va bien. Envié a Buzz
y Army a hablar con sus vecinos de al lado. Llamarán una
vez que hayan hablado con ellos. Encontré el testamento de
la anciana, no preguntéis cómo, le dejó su casa y su dinero
al pequeño. Armó un fideicomiso para él antes de morir
para que se pague en su cumpleaños número 21, pero aquí
está la parte jodida, si Jake muere, todo será para Brandi.
El fideicomiso le paga la manutención para cuidar al niño,
pero ella no heredó nada, y dejadme deciros que su madre
era rica.
—¿Qué pasa con su hermana?—preguntó Beast ,
recordando el motivo para el trabajo de stripper.
—La hermana tiene un fondo fiduciario que su padre le
creó. Ella no necesita dinero, nunca lo ha necesitado.
Brandi fue desheredada.
—Jugó con nosotros desde el puto principio—gruñó Beast.
Dejando el portátil sobre el escritorio, Ziggy se hundió en
la silla con un suspiro.
—Y tengo más malas noticias. Laney Wills está
relacionada con Belinda Jean Markham. Son primas
segundas por parte de madre.
—¿Quién carajo es Belinda Jean Markham?—gruñó Wolf.
—Ese es el nombre de nacimiento de Brandi. Lo tenemos
en su expediente, pero eso es todo. Esta mierda es culpa
mía. Por alguna razón, su verificación de antecedentes no
fue tan profunda como debería.
—Eso es una tontería y lo sabes—gruñó Hawk—. En el
momento en que ella entró en la casa club, no
profundizábamos en los antecedentes de las putas. Lo
estamos haciendo ahora, y volveremos a realizar cada
maldita verificación de antecedentes. Esta mierda nos está
jodiendo porque nos creíamos intocables. Obviamente no lo
somos.
El teléfono de Hawk sonó, él contestó y luego lo puso en
altavoz con un suspiro.
—Hola, muchachos, esto es lo que tenemos hasta ahora.
Belinda Jean Markham apenas superó los exámenes de
graduación. Fue una chica problemática durante sus años
de escuela secundaria. El dinero de su padre evitó que la
expulsaran. Sus padres se lavaron las manos cuando fue
arrestada por distribución y prostitución. Su historial
judicial muestra que no tuvo condena, pero desde entonces
ha tenido varias por prostitución. Hay dos por posesión de
marihuana, pero nada más grave. —DC resopló enojada—.
Tiene un sitio porno en internet y es bastante gráfico. Ella
está disponible para fiestas y demás y especifica que solo
se está desnudando, pero hay un pequeño ícono que Skel
me dice que indica que está abierta a ofertas de cualquier
tipo. Y muchachos, este sitio es viejo; ha estado activo
durante al menos cinco años o más. Tenéis una rata en las
manos, tíos. —Escucharon su risa, pero estaba llena de
hielo oscuro—. Si la conserváis para mí, puedo conseguiros
mucho más.
—Mierda—gruñó Hawk—. Estará aquí cuando llegues a
casa del trabajo, cariño.
—Bien. Os veo luego. Te amo, mi vikingo.
Se quedaron mirándose en silencio durante varios
minutos antes de que Hawk suspirara.
—Wolf, noquéala y llévala a la habitación de Crow. Beast,
llama a Kobus Pretorius y a su esposa y concreta una
reunión. Necesito ver al hombre cara a cara antes de tomar
una decisión sobre la vida de Jake. Y tenemos que
comunicarnos con la tía, pero solo después de haber
hablado con el padre del niño.
Beast asintió y luego pensó en tranquilizar la mente de su
presidente.
—Harmony, la esposa, será una buena madre para el
niño. Lo verás cuando la conozcas. Es buena gente. Y antes
de que les dejemos llevarse al niño tenemos que descubrir
cuál de sus amigos lo vendió. No dejaré que la criatura
salga por nuestras puertas hasta que esté seguro de que
estará a salvo.
—Estoy de acuerdo contigo, hermano. Trabajaremos con
él para solucionarlo, tienes mi palabra.
Todos se fueron para cumplir las órdenes de su
presidente y Beast subió a su habitación para llamar a
Kobus y Harmony Pretorius desde algún lugar donde no lo
escucharan.
Cerrando la puerta detrás de él, se sentó en la única silla
en la habitación muy vacía y llamó a la pareja a la que casi
habían asustado hasta la muerte antes.
—Pretorius. —La voz contenía una pregunta.
—Hablamos hoy más temprano, en el gimnasio. Tengo
una novedad para ti. —Beast no se andaba con rodeos, pero
no iba a decir nada que pudiera meterlo en una mierda si
esta conversación estaba siendo grabada.
—Sí, lo recuerdo. ¿Tiene alguna noticia para nosotros?
—Sí. ¿Podéis concertar una reunión para hoy?
Escuchó a Harmony de fondo y a su hombre explicándole
y Beast escuchó emoción en su voz mientras gritaba, sí.
—¿A qué hora y dónde quieres reunirte?
—Te enviaré un mensaje de texto con las coordenadas.
Son las 14.30, hagámosla a las 15.30.
—Cualquier cosa que digas, estaremos allí.
—Bien.
Con eso Beast terminó la llamada, pero se sentó en la
silla durante diez minutos tratando de decidir dónde
diablos se encontrarían con esos dos. De ninguna manera
podía traerlos a la casa club o tal vez debería hacerlo, sólo
para asegurarse de que sepan que no debían joder con
ellos.
Mierda. Primero tendría que hablar con Hawk.
Capítulo 27
Beast
Una hora más tarde, Beast y Hawk estaban en la terraza
observando cómo Pretorius aparcaba bajo los árboles,
donde el prospecto le había indicado. No se perdieron la
forma en que los ojos de sus visitantes recorrieron las
instalaciones, las motos y los hermanos. Estaban
caminando hacia la terraza cuando Harmony Pretorius se
detuvo bruscamente, con los ojos y la boca muy abiertos y
la mano prácticamente aplastada en el pecho de su
hombre.
Todos la miraban confundidos. Beast perdió su confusión
cuando miró en la dirección en la que ella estaba mirando.
Mierda. Su dama estaba afuera de su estudio con uno de
sus diminutos trajes de baile y una toalla alrededor del
cuello que usaba para secarse el cuello y la cara. Estaba
perdida en su mundo mirando hacia la parte trasera de la
propiedad.
—Oh, Dios mío, esa es… esa es Victoria Keating. Pensé
que ya no bailaba. Se supone que está en Nueva York—
jadeó ella en voz baja y emocionada, levantando su teléfono
para tomar una foto y Beast tuvo que detener esa mierda
en seco.
—Alto ahí. Usas esa cámara y esta reunión termina ahora
mismo. No tomarás fotos, ni te acercarás a ella, ni
intentarás hablar con ella bajo ningún concepto. En lo que
a vosotros dos concierne, nunca la visteis. Ella no está aquí.
¿Entendido?
Ojos confundidos se encontraron con los suyos, pero al
menos los imbéciles asintieron. Su corazón volvió a su
ritmo habitual cuando los visitantes siguieron a Hawk al
interior del club. Beast lanzó una última mirada hacia Tori,
pero ella ya no estaba afuera, debió haber salido para
tomar un respiro rápido antes de regresar al estudio.
Las únicas en la sala común eran Chris y Grietjie detrás
de la barra haciendo un recuento de las bebidas y lo
observaron en silencio mientras caminaba hacia la oficina
de Hawk. Tenía que volver a concentrarse en el juego,
respiró profundamente y crujió su cuello de lado a lado
mientras entraba y tomaba su lugar a la izquierda de Hawk
y ligeramente detrás de él. Esperó en silencio a que su
presidente comenzara la reunión.
—Mi nombre es Hawk y soy el presidente del Iron Dogz
MC. Os reunisteis con mi socio, Beast, hoy. Ha habido
algunos acontecimientos desde que habló con vosotros.
Salió a la luz que Brandi no es tan inocente como parecía.
Ella no fue quien crió a Jake, sino su madre, pero ella
falleció recientemente y Brandi se hizo cargo. Hemos
pedido un favor al pediatra que atiende a los niños del club
para que le eche un vistazo. Cuando Beast regresó de
reunirse con vosotros, encontró al niño atado a su asiento
en un coche cerrado. No había ventanillas abiertas y el
coche estaba aparcado bajo el sol abrasador. Hizo que
sacaran al niño del vehículo, pero durante el proceso notó
marcas rojas y azules en sus muslos. Lo sacó
inmediatamente del jodido cuidado de Brandi y lo llevó a un
lugar seguro.
Mientras Hawk explicaba, Kobus Pretorius primero se
puso rojo brillante y luego blanco como una sábana, y
apretó los dientes con fuerza. Harmony tomó su mano y la
sostuvo entre las de ella, con los ojos grandes y llenos de
lágrimas.
—Hay más, ¿verdad?—preguntó Pretorius con los dientes
apretados.
Hawk asintió.
—Tenemos la sospecha de que os estaba tendiendo una
trampa para que asumierais la culpa del secuestro y
desaparición del niño. Brandi tiene vínculos con una red de
tráfico sexual infantil. Creemos que ahora que su madre ya
no está presente para intervenir, planea venderles el niño.
Pero que él desaparezca mientras está bajo su cuidado
pondría la atención en ella, así que vosotros dos entráis en
escena. Creemos que verla con el niño no fue un accidente,
fue un evento cuidadosamente orquestado. Luego la
confrontaste, la amenazaste y le hiciste el juego. Puedes
apostar que hay imágenes tuyas amenazándola con
chantajearla. El siguiente paso es fácil, los traficantes
vienen por el niño, la maltratan, ella llama a la policía y te
señala con el dedo. Investigarán y encontrarán pruebas
incriminatorias en su casa que los llevarán a pensar que
mataste al niño. Tú y Harmony terminan en prisión, sin
poder probar su inocencia y ella se marcha no sólo con el
dinero de los traficantes sino también con la herencia de
Jake.
Estaban congelados en sus sillas hasta que Pretorius salió
disparado y fue como si su ira de alguna manera hubiera
hecho su cuerpo más grande.
—¿Dónde carajo está la perra? Necesita morir.
—Siéntate—dijo Hawk bruscamente—. Hay más.
Harmony gimió suavemente.
—No, eso ya es bastante malo. ¿Cómo puede haber más?
Beast reemplazó a Hawk después de que su presidente le
dirigiera una mirada de reojo.
—La noche de tu despedida de soltero, ¿había alguien allí
que tenía una razón para drogarte?
Los ojos de Pretorius se abrieron como platos y le dio a su
esposa una rápida mirada y luego asintió.
—Sí. Uno de mis amigos tuvo un par de citas con
Harmony antes de que ella terminara con él. Empezamos a
salir un tiempo después y él me acusó de robársela. Pensé
que lo habíamos solucionado, obviamente no lo habíamos
hecho. ¿Estás seguro de que fui drogado?
—¿Qué recuerdas de tu despedida de soltero?—preguntó
Hawk.
—Mmm, recuerdo que fuimos a cenar y yo estaba
bastante borracho cuando salimos del lugar. Fuimos a Iron
Kisses, pero no recuerdo mucho. Lo único que tengo son
destellos de mujeres bailando y de mis amigos arrojándoles
dinero. Eso fue lo último hasta que me desperté desnudo y
solo en casa. Olí un fuerte perfume y sexo en mí y en mi
habitación. Estaba tan jodidamente avergonzado que
arranqué la ropa de cama y lavé todo. Quería decírselo a
Harmony. —Él se encogió de hombros—. ¿Pero qué se
suponía que debía decir? ¿Que no podía recordar haber
follado con alguien pero que podía olerla en mí, en mi cama
y en mi habitación? —Sacudió la cabeza mientras miraba al
suelo—. Y luego Stef vino de visita y me mostró el vídeo en
el que aparentemente violaba a una mujer. Dijo que tenía la
única copia y que él y algunos de los muchachos le habían
pagado a la mujer. La llamó una puta que obtuvo lo que se
merecía. —El gruñido de Pretorius fue profundo y lleno de
ira—. Comenzó a chantajearme tres meses después. Le he
estado pagando veinte mil dólares cada dos meses, pero él
se niega a darme el video, dice que si no pago lo pondría en
Internet. Obviamente pago.
—Oh, cariño, debiste haberme contado sobre esto. Stef es
espeluznante y aterrador, por eso me negué a salir con él.
Ahora le tengo aún más miedo. —Harmony se estremeció y
Pretorius se inclinó y la abrazó.
Hawk introdujo un mensaje en su teléfono y lo dejó a un
lado.
—Vamos a necesitar su nombre completo. Recuperaremos
el original y nos ocuparemos de él.
—Stef Van Graan, ¿y a qué te refieres con el original?
¿Tienes una copia? —preguntó Pretorius en voz baja.
—Sí. Brandi tenía una copia que nos presentó como
prueba de que la violaste. Pero Beast no estaba contento
con el escenario y le pidió a Ziggy, nuestro técnico, que lo
investigara. Según él, el vídeo ha sido muy editado y
retocado con Photoshop. Todo lo que diré con Harmony
aquí es que la mayor parte no fuiste tú. Partes de ti fueron
retocadas con Photoshop sobre otra persona, alguien con
un cuerpo similar.
—¡Mierda! ¿Por qué él haría eso? No puede ser sólo
dinero, tiene que haber otra razón.
Beast intervino.
—Él quiere a tu mujer y está planeando tenerla, ya sea
que ella lo quiera o no. Piénsalo, está involucrado con
traficantes sexuales. Te encierran y ella está sola y
vulnerable. Ella desaparecerá en unos días y todos
pensarán que huyó para evitar a la policía o a los medios. Y
la tendrá encerrada para entretenerse hasta que la mate.
Harmony estaba sentada encorvada, con el rostro entre
las manos, sollozando.
—Shh, mi liefie (NdelT: mi amor), por favor no llores. —
Kobus Pretorius rodeaba a su esposa con el brazo y hablaba
en voz baja y tranquilizadora.
—Es mi cu... culpa, yo... un... nunca debí haber...ido a una
ci… ci… cita con él—soltó ella entre sollozos.
—No, no lo es—dijo Pretorius mientras le acariciaba el
cabello—. Es un cabrón enfermo y no vale la pena llorar por
él. Nada de esta mierda es culpa tuya, ni siquiera mía. Lo
único que me preocupa es nuestro hijo. Necesitamos
alejarlo de esa perra y desaparecer con él por un tiempo
hasta que sepamos que es seguro regresar. —Miró a Hawk
con determinación en su rostro—. ¿Puedes ayudarnos?
Hawk esbozó una sonrisa malvada.
—Vamos a hacer más que ayudarte. Ella va a firmar los
papeles que quería que tú firmaras. Y lo hará feliz. Un par
de hermanos registraron su casa hoy y tenemos los
documentos de Jake. Su partida de nacimiento, con tu
nombre como padre, su certificado de vacunas y una copia
notariada del testamento de su abuela. Nuestros abogados
se acercarán a un juez comprensivo para que os conceda la
custodia total si eso es lo que deseáis. Nos ocuparemos de
Stef Van Graan y Brandi, no tendréis que preocuparos por
ninguno de ellos nunca más.
—¿Por qué haces esto por nosotros?—preguntó Harmony
nerviosamente—. ¿Qué obtienes de esto?
Hawk se recostó en su sillón y los miró antes de
responder.
—Estamos en guerra con una organización que trafica
con mujeres y niños. Van Graan y Brandi podrán darnos
más información y eso podría acercarnos al fin de la
guerra. Hemos perdido gente en esta guerra y casi
perdimos a mi mujer y al hijo de un hermano a manos de
esta gente. No podemos permitir que ganen porque si lo
hacen significará que nuestras mujeres y niños serán
vendidos como esclavos sexuales. Y esa mierda no está
sucediendo.
Kobus Pretorius se sentó y miró a Hawk con
determinación en su rostro.
—Quiero entrar.
Beast negó con la cabeza.
—Lo siento, hombre, no eres parte de nuestro club. No
podemos permitirte participar en nuestra guerra o incluso
tener más conocimiento del que tienes ahora.
Él no se rindió.
—Entonces hazme parte de tu club.
Mierda. Su esposa asintió con la cabeza varias veces en
señal de acuerdo.
—Hay que conducir una moto para ser parte de nuestro
club y no sólo eso, hay que servir como prospecto durante
al menos un año. Y ser un prospecto significa que estás en
el peldaño más bajo de la escalera. Limpias, haces lo que
los hermanos te dicen que hagas y trabajas cuando te
decimos que trabajes. No es fácil, de hecho, es un infierno
—explicó Hawk en voz baja.
—Yo conduzco una moto, en realidad, una Fat Bob. He
jugado al rugby toda mi vida, en la escuela, para los Bulls y
para nuestro país, y padecí a medida que ascendía de
rango. Sé trabajar duro y ser parte de un equipo. Perdí a
los hermanos de mi equipo cuando me lesioné. Harmony y
yo no tenemos familia cercana, somos hijos únicos y ambos
perdimos a nuestros padres cuando teníamos poco más de
veinte años. Necesitamos una familia y yo necesito
pertenecer a un equipo, a una hermandad, nuevamente. Si
me ofreces un lugar, lo aceptaré.
—¿Qué pasa con tu vida en las redes sociales? —Ziggy
había entrado mientras hablaban.
Pretorius se dio la vuelta y se encogió de hombros.
—Se fue. Puedes eliminarlo todo ahora mismo si eso es lo
que hace falta. Ya no queremos formar parte de esto.
Tenemos un hijo al que debemos mantener a salvo.
Y esa es la parte que Beast quería escuchar y sabía que
su presidente también.
—¿Qué piensas, Beast? ¿Crees que el cabrón del rugby
encajará con el resto de los hermanos?
Beast se encogió lentamente de hombros.
—No lo sé, jefe. Quizás le demos una oportunidad y
veamos cómo va. Sin promesas.
—Todo lo que quieras. Lo único que queremos es poder
criar a nuestro hijo entre gente buena y ahora sabemos que
la gente de la que nos hemos rodeado no es buena.
Ayudaron a Stef con esto. Tuvieron que haberlo ayudado, él
no podría haberlo hecho solo—dijo Pretorius en voz baja,
pero sus ojos observaron atentamente a Beast y Hawk.
Ziggy soltó un fuerte resoplido desde el sofá donde había
estacionado su culo. Mierda. El día no había salido como
Beast esperaba. Y aún no estaba terminado. Había una
perra esperando en el Santuario y la otra mierda se uniría a
ella allí muy pronto.
—No puedo darte una respuesta de inmediato. Cada
hermano tiene que ser votado por todo el club y además
necesitamos encontrarte un patrocinador. —Hawk todavía
estaba explicando cuando Ziggy interrumpió.
—Lo patrocinaré, jefe. Acabo de comprobarlo y es
exactamente lo que necesito. El hombre tiene habilidades
en mi área de especialización. Y dijiste que necesito un
asistente. El universo escuchó y aquí está.
—Dios, Zig, ¿qué pasa con el universo escuchando
mierda? Si lo quieres, lo dices en la mesa. Convocaré una
reunión de emergencia para mañana por la mañana
temprano—se quejó Hawk y luego se volvió hacia las dos
personas que miraban con avidez—. Os quedaréis aquí esta
noche. No es seguro para vosotros, ni para Jake estar fuera
de nuestros muros en este momento. Enviaremos a algunos
de los hermanos a empacar algo de mierda para vosotros
para unos días.
Pretorius sacudió la cabeza y se encogió de hombros.
—No podrás entrar. Cambié nuestra seguridad hace
aproximadamente un mes cuando Harmony sintió como si
alguien hubiera estado en la casa. La puerta principal se
puede abrir con un código, pero necesitarás mis huellas
digitales o las de Harmony para abrirla.
—Y eso es lo que quiero decir. El dios del rugby aquí
presente será un activo para la hermandad—dijo Ziggy
mientras escribía en su portátil sin siquiera mirarlos.
—Tomarás el control desde aquí, Zig. Tenemos cosas que
hacer—ordenó Hawk—. No intentes salir de la propiedad.
Ziggy te llevará a conocer a tu hijo. Está jugando en el
patio trasero con uno de los prospectos. Hablaremos de
nuevo más tarde.
Con eso, Hawk terminó y Beast inclinó la cabeza hacia la
puerta indicando que podían irse. Poco después salieron
detrás Ziggy y Beast, agradecido, se hundió en la silla
frente a Hawk.
—No vi venir esa mierda—dijo mientras observaba a
Hawk escribir en su teléfono.
—Yo tampoco, hermano, pero si encaja, definitivamente
será un activo. Es fuerte, trabaja en equipo y tiene interés
en nuestra lucha. Además, aparentemente sabe mierdas de
informática.
Beast soltó una risita.
—Mierdas de informática ¿En serio, jefe?
Hawk se encogió de hombros.
—Una descripción tan buena como cualquier otra. Envié
un equipo a recoger a Stef Van Graan. Ziggy lo tiene en el
radar y los dirigirá desde aquí. Por extraño que parezca, no
está lejos de nuestras instalaciones. Empezaremos una vez
que los tengamos a ambos abajo, tomemos una cerveza
mientras esperamos que el equipo nos traiga nuestro
regalo. Mi dama también debería llegar pronto.
Beast y Hawk salieron a la sala común y se sentaron en la
barra. Chris deslizó dos cervezas abiertas frente a ellos
antes de que dijeran una palabra.
—Gracias, Chris—dijeron casi al mismo tiempo y tomaron
un gran trago.
Bebieron su cerveza y esperaron en silencio. Ninguno de
los dos necesitaba hablar. Estaban contentos bebiendo y
sentados en silencio.
Se terminaron las cervezas y habían comenzado con una
segunda cuando DC entró por la puerta. La observaron en
los espejos detrás de la barra mientras ella caminaba hacia
ellos, irradiando amenaza. Hawk se giró en su taburete y
sonrió.
—Hola, pajarito, ¿quieres algo de beber?
Ella no respondió, sólo negó con la cabeza y caminó hacia
sus brazos. Su presidente abrazó a su dama y ella inclinó la
cabeza mientras él le hablaba en voz baja al oído. Beast la
vio asentir y su presidente lo miró y asintió. Beast dejó su
cerveza a medio terminar mientras Hawk se levantaba y
caminaba hacia la oficina con su mujer. Beast se levantó y
los siguió.
Esa parte oscura de él estaba anticipando ansiosamente
lo que se avecinaba.

***
Beast estaba junto a Crow mirando por encima de los dos
imbéciles atados a las sillas atornilladas al suelo en la
habitación recubierta de plástico negro.
Crow fue el primero en hablar con ese silbido bajo que
hacía que todos asumieran que era un hombre.
—Cometiste un error, Brandi. Traicionaste al club que te
dio trabajo y un lugar donde vivir. Sabes lo que eso
significa, ¿verdad? —siseó Crow con esa maldita voz
aterradora.
—Esto es un error, no hice nada malo. Le conté todo a
Hawk. Por favor, no sé qué está pasando. Éste es un gran
error. —Brandi tenía lágrimas corriendo por sus mejillas en
riachuelos negros debido al rímel y el delineador de ojos
que se habían pegado en la cara.
Crow se giró y agarró un cuchillo de la colección de
herramientas colocadas sobre la mesa de acero inoxidable
atornillada a la pared. Lo giró y descendió en picado en su
mano mientras parecía flotar hacia Brandi. El cabrón que
estaba a su lado miraba con los ojos muy abiertos y
asustados.
—Déjame explicarte—siseó Crow y comenzó a cortar la
camiseta sin mangas del cuerpo de Brandi. Tirándola a un
lado, pasó la punta del cuchillo entre sus tetas falsas,
dejando una línea roja que tenía gotas de sangre aquí y allá
—. ¿Has visto alguna vez la película Piratas del Caribe? La
escena donde los piratas hablan del código. El código
pirata. Oh, sí, puedo ver por tus ojos que lo tienes. Bueno,
traicionaste el código, el código motero, el código de este
club. Conspiraste contra el club. Conspiraste con el hombre
que está a tu lado para destruir la vida de otro hombre.
Conspiraste con otros para destruir la vida de un niño
inocente, tu propio hijo. Y todo por dinero. ¡Qué vergüenza!
Y entonces Crow se puso a trabajar y empezó a cortar
líneas alrededor de las tetas de Brandi. La perra gritaba de
dolor.
Agachándose, Crow le siseó en la cara.
—Dime lo que quiero saber y esto se acaba. Dime.
Con la cara roja y lloriqueando, la boca de Brandi se
abría y cerraba.
—Yo… no sé mucho. Laney quería saber sobre el club,
sobre gente nueva, etc. Tiene dos chicas que quiere que
traiga a la casa club como chicas nuevas del club. Pero
como no dais fiestas, no puedo. Intenté decírselo, pero no
me escucha. Me dijo que nos reuniésemos con ella mañana
por la noche y que las chicas volverían aquí conmigo. Dijo
que los hermanos no podrán resistirse a ellas y que tenían
trabajo que hacer dentro del club. Eso es todo lo que sé.
Con la cabeza inclinada hacia un lado, Crow miró a su
víctima y asintió lentamente.
—¿Vendiste tu hijo a Maingarde Organisation?
Ella asintió después de una rápida mirada hacia donde
Hawk estaba inmóvil al lado de la puerta.
—¿Cuánto tiempo hace que conoces al pedazo de mierda
que está en la silla de al lado?
Fue entonces cuando Stef Van Graan de repente encontró
sus pelotas y su voz.
—Cállate, maldita puta. Te mataré yo mismo una vez que
salga de aquí.
Beast se rio y Crow soltó una risa fría.
—No crees en serio que vas a salir de aquí, ¿verdad?
Crow dio un paso atrás e inclinó la cabeza hacia el
imbécil que ahora luchaba contra las correas que lo
mantenían inmóvil. Beast hizo crujir sus nudillos y sonrió.
—A diferencia de Crow, yo no usaré un cuchillo. Si lo
hiciera, te desollaría vivo y no queremos ese tipo de daño
en tu cuerpo. Hace que sea difícil prepararte para un
accidente—gruñó Beast justo en la cara de su prisionero.
Luego lo molió a palos. Se mantuvo alejado de su cara,
pero su cuerpo era presa fácil. Sólo se detuvo cuando el
cabrón colgaba de la silla gimiendo ruidosamente.
—¿Por qué apuntaste a Kobus Pretorius? ¿Qué tiene él
que tú o la persona que mueve tus hilos quieren?
—Él… él se llevó a mi chi… chica. Ella...ella era mía
mucho an... antes de que él la viera. Vi mi opor...
oportunidad cuando su padrino me invitó a.… a la
despedida de soltero. Me acerqué a esta perra y le pagué
para que lo hiciera quedar mal. Pero ella quería algo real.
Sabía que él... él no lo aceptaría. Lo drogué, pero él no se
desempeñó como esperábamos, ella lo montó al principio,
luego me la follé e hice que pareciera una violación. Tuve
gente que retocó y editó el vídeo.
—¿Dónde estaban su padrino y sus amigos cuando esto
sucedía? Hay hombres y voces en el vídeo que lo alientan.
—Sus amigos se habían ido cuando se desmayó. Prometí
cuidarlo y llamé a algunos amigos para que nos ayudaran a
divertirnos con él. Lo he estado chantajeando con el vídeo.
Eso es todo. Eso es todo.
—Escribirás los nombres de tus amigos. No dejes ni un
solo nombre fuera de esa lista. Lo sabré si lo haces y
volveré para terminar el trabajo—lo amenazó Beast y el
enfermo pedazo de mierda asintió y se hundió en la silla.
Hawk hizo una seña a los hermanos que esperaban hacia
la bolsa de carne que colgaba de la silla.
—Llevadlo a su celda y esperad con él hasta que os
entregue la lista de sus cómplices.
Wolf y Scar lo soltaron y lo arrastraron fuera de la
habitación.
—¿Qué… qué va a pasar conmigo?—preguntó Brandi en
voz baja.
—Vamos a limpiarte y vas a concertar una reunión con
Laney y las chicas nuevas. Vas a decirle a Laney que tienes
información muy importante para ella. Te daremos esta
noche para que te recuperes y mañana por la noche nos
darás lo que queremos. ¿Verdad, Brandi? —siseó Crow
fríamente.
Ella asintió frenéticamente.
—Sí, sí, lo que quieras. Te ayudaré, pero no me hagas
daño otra vez. Por favor, no me hagas daño otra vez.
—Por supuesto que no—dijo Crow falsamente y le indicó a
Sin que cortara las ataduras.
Se puso de pie y Beast y Sin la acompañaron fuera de la
habitación y la llevaron a su celda. Crow la siguió y,
mientras observaban, untó un ungüento sobre los cortes
superficiales alrededor de sus tetas y Hawk le arrojó una
camiseta. Se la puso con un gemido y luego se sentó en la
litera atornillada a la pared.
Salieron silenciosamente de la habitación y ésta se
bloqueó automáticamente cuando Beast la cerró detrás de
él.
Tomando la mano de Crow, Hawk la acompañó hasta su
habitación, los dos desaparecieron dentro y cerraron la
puerta.
—Esta mierda se está volviendo cada vez más jodida,
cada vez que pensamos que estamos llegando a la cabeza
de la serpiente, hay otro maldito nudo que tenemos que
desenredar primero—dijo Sin con los dientes fuertemente
apretados.
—Veamos qué podemos sacarle a Laney mañana por la
noche. Va a ser jodidamente interesante ver qué le va a
hacer Crow. Ella era uno de los juguetes sexuales de Hawk.
No va a ser jodidamente bonito—gruñó Wolf y sacudió la
cabeza.
—Mierda. Salgamos de aquí y emborrachémonos durante
una o dos horas para limpiarnos esta mierda de la cabeza.
—Beast empezó a caminar por el pasillo, pero Scar lo
detuvo.
—Creo que quizás quieras lavarte las manos primero,
hermano. No sé si te diste cuenta, pero te has agrietado la
piel de los nudillos y estás sangrando por todos lados.
Scar tenía razón. Estaba sangrando. Liderando el camino
a su sala médica, permaneció en silencio mientras Scar le
limpiaba los nudillos y cerraba los cortes con cinta
adhesiva. No había forma de que su dama, ni nadie, no
viera esa mierda.
A Sin inmediatamente se le ocurrió una solución.
—Sólo diremos que tuviste un pequeño arrebato, algo que
no es extraño en ti, y golpeaste un saco pesado hasta
convertirlo en pulpa. Fácil.
Y eso es lo que hicieron.
Subieron las escaleras, se sentaron en la barra, tomaron
un trago de whisky y bebieron cerveza.
Antes de irse a casa con sus hijas y su dama, Beast subió
las escaleras para ver cómo estaba su nuevo recluta y su
pequeña familia. Encontró a Kobus y Harmony dormidos en
la cama y a Jake dormido entre los dos. Kobus tenía su
brazo sobre su hijo y su mujer.
Protegiendo y manteniendo a salvo a su nueva familia.
Beast retrocedió, asintió con la cabeza hacia Terror que
estaba de servicio en el pasillo y se fue a su casa.
Extrañaba a sus hijas y a su mujer.
Necesitaba que le hicieran olvidar el día de mierda que
había tenido.
Capítulo 28
Beast
Martes por la noche
Beast y Wolf estaban sentados en la camioneta con las
ventanillas oscurecidas, estacionados a unos pocos
espacios del coche de mierda de Laney, esperando. Brandi
había entrado al club y Scar la había seguido. No era
consciente de que la estaban vigilando y como Laney nunca
había visto a Scar antes, podía acercarse fácilmente. Con la
pequeña cámara en un botón de su camisa pudieron
observarlo sentarse en la barra, a dos taburetes de las
perras. Brandi estaba actuando con calma, dejando que
Laney liderara la noche. Bebieron, bailaron y fue cuando
volvieron a sentarse en la barra que Laney se sentó junto a
Scar y comenzó a coquetear con él. Su hombre le devolvió
el coqueteo y, cuando él llamó su atención, Brandi dejó caer
el líquido que le habían dado en la bebida de Laney.
Se mantuvo coqueta y saltarina por un tiempo antes de
comenzar a caer y arrastrar las palabras. Brandi interpretó
a la amiga preocupada y le aseguró al personal de
seguridad que vino a ver cómo estaba que llevaría a su
amiga a casa. Simplemente había bebido demasiado. Scar
se quedó en el bar y terminó su bebida asegurándose de
que pasara suficiente tiempo entre la partida de las
mujeres y su salida tranquila.
Después de eso fue fácil.
Brandi ayudó a Laney a sentarse en el asiento del
pasajero de su coche, luego se subió al volante y salió del
estacionamiento hacia donde estaba esperando la
camioneta negra. Scar salió del club varios minutos
después de que las mujeres se hubieran ido e incluso se
detuvo para charlar con el portero, contar algunos chistes,
antes de caminar hacia la camioneta, sentarse en el asiento
del conductor y salir tranquilamente.
Una vez fuera de la vista del portero y las cámaras del
club, aceleró y se detuvo en el estacionamiento vacío donde
los demás estaban esperando.
Brandi y Laney fueron trasladadas a la furgoneta negra y
conducidas de regreso al complejo. El plan iba como un
reloj.
Terror, con guantes y un gorro negro, condujo su coche
hasta el edificio donde tenía un apartamento y lo aparcó en
su plaza de estacionamiento. Lo estaban esperando en la
camioneta y lo recogieron. No había cámaras en el edificio
en ruinas y nadie los vio entrar o salir. Misión cumplida.
Laney no se despertó hasta horas más tarde. Estaba
atontada y desorientada hasta que se centró en el hombre
vestido de negro frente a ella. Entonces gritó.
No la ayudó en absoluto. Todos los que miraban no
sintieron nada.
La cabeza de Laney se giró hacia un lado cuando Crow la
abofeteó, con la palma abierta y luego se volvió hacia
Beast.
—He oído que hay que darles una bofetada cuando
chillan. Parece que funciona—siseó Crow fríamente.
Beast sonrió, dio un paso adelante y tiró de la cabeza de
Laney hacia atrás por el pelo.
—Bienvenida al infierno, perra. —Empujó su cabeza hacia
adelante con tanta violencia que su barbilla chocó contra
su esternón y ella gimió de dolor y miedo.
Crow soltó una risita entre dientes.
—Eso es bueno, me la calentaste. Ahora da un paso atrás
y déjame trabajar, Beastie.
Beast retrocedió, apoyó la espalda contra la pared y
cruzó los brazos sobre el pecho. Junto con Hawk, Ice, Kid,
Sin, Wolf y Scar, observó cómo Crow se ponía a trabajar.
Crow cortó con cuidado el vestido ajustado que llevaba la
zorra. Ahora colgaba en largas tiras hasta el suelo, dejando
a Laney atada a la silla usando sólo unas diminutas bragas.
Verla así no excitó a Beast, en todo el tiempo que estuvo en
la casa club nunca la había tocado. Ella lo intentó. No había
estado interesado entonces y no estaba interesado ahora.
Estaba aquí para ver trabajar a Crow y, una vez
terminado, se desharía de las sobras. Nada más y nada
menos. Se adentraron profundamente en la oscuridad que
se arremolinaba dentro de ambos. Una oscuridad con la
que ambos se sentían muy cómodos. Beast sabía que a su
jefe y a sus hermanos les molestaba ver trabajar a Crow.
Era sólo cuando emergía de ese lugar oscuro que sentía un
poco de remordimiento, bueno, tal vez no remordimiento,
era más como borrar de su mente lo que había hecho. Y eso
le resultaba muy fácil de hacer. Lo había estado haciendo
durante años y lo seguiría haciendo en los años venideros.
Hasta que se retirara de su cargo en el club.
Crow
—Cuéntame una historia, puta—le siseé a la zorra
mientras me sentaba en la silla frente a ella.
—No sé lo que quieres. ¿Por qué estoy aquí? Ya me
echasteis. ¿Por qué estoy aquí?
—Cuéntame una historia, puta—siseé, mis ojos negros
clavados en la presa atada a la silla.
—No sé nada. No tengo nada que decir. —Lo intentó, pero
no logró obtener ninguna reacción.
—Bien. Me gusta eso, me gusta mucho. —Incliné la
cabeza hacia un lado y sonreí, que triste que ella no
pudiera ver esa sonrisa.
—Beast, pásame mi cuchillo para filetear, por favor.
Siento que se está gestando un pequeño y bonito patrón en
mi mente. —Solté una risa espeluznante ante mi propia
broma.
Le entregué a Beast el cuchillo más pesado, tomé el
cuchillo de hoja larga y delgada, lo hice girar cerca de su
cara y ella retrocedió, pero por supuesto, no pudo ir muy
lejos.
Presionando el cuchillo en la parte superior de su muslo
comencé a cortar. Un pequeño patrón con curvas muy
encantador. El cuchillo se deslizaba a través de su carne
con mucha facilidad y suavidad. Ignoré los gritos. Me
concentré en el patrón que dibujaba en su muslo. Muy
bonito.
Manteniendo la mano sin el cuchillo a un lado, siseé mi
siguiente orden.
—Tequila, Beastie, necesito un poco de tequila.
Me pusieron en la mano una botella abierta de Silver
Patrón 6y tomé un sorbo rápido antes de verter un fino
chorro sobre la pierna de la presa. Ella chilló, se retorció y
la sangre corrió en pequeños y hermosos riachos por su
pierna y goteó sobre el plástico negro. Muy bonito.
—Cuéntame una historia—siseé y tomé otro sorbo de
tequila a través de mi máscara antes de dejarla al lado de
mi silla.
—Cualquier cosa, te diré todo lo que quieras saber.
—Bien. ¿Para quién estás trabajando? —La observé de
cerca y vi el momento en que decidió mentir.
Estúpida.
—Trabajo para Snake. Bailo y hago trucos en su club—
jadeó ella.
Miré a Hawk y negué con la cabeza. Realmente tenía mal
gusto con las perras. Al volverme perdí toda la paciencia
para tomarme las cosas con calma con la puta. Ella se
merecía todo lo que estaba a punto de darle.
Sin decir una palabra más, comencé a cortar un patrón
en zigzag en el muslo opuesto. Ignoré sus gritos y solo me
detuve para rociar tequila sobre el patrón cada vez más
grande que decoraba su muslo. Inclinando la cabeza hacia
un lado asentí como si estuviera satisfecho.
Ni siquiera estaba cerca. Necesitaba más, mucho más. Su
sangre llamó a mi oscuridad interior.
Levantando los ojos de sus piernas, miré su rostro. Las
lágrimas corrían en ríos negros por sus mejillas y goteaban
sobre la parte superior de sus enormes tetas levantadas.
Inclinando la cabeza de un lado a otro estudié esas tetas,
trazando las líneas que las decorarían. Lo más probable es
que Hawk las hubiera pagado y disfrutado. Se lo iba a
quitar a ella y a él. Nadie jamás mirará sus tetas y no se
horrorizará.
Comencé en la clavícula, cortando una línea ondulada a
través de su pecho mientras ella gritaba, gritaba y gritaba.
—Por favor, detente, por favor. Cualquier cosa, lo que
quieras, te lo diré.
Simplemente asentí y dibujé dos rápidas líneas
sangrientas alrededor de sus pezones. Luego vinieron dos
finas líneas en zigzag y dos líneas onduladas. Cuando
terminé, estaba la cabeza de un cuervo que gritaba,
repetida una y otra vez. Sentándome, admiré mi trabajo,
luego le rocié las tetas con tequila y solté una carcajada
cuando ella gritó de dolor.
—Esto es muy divertido. Nadie va a chuparte alcohol de
las tetas hoy, tal vez nunca. Voy a volverlas muy bonitas
ahora. —Dejé el tequila, me levanté, caminé hacia la mesa y
recogí la pequeña botella de spray que había preparado
antes.
Hawk me miró a los ojos y los entrecerró, tratando de
leerme. Por alguna razón estaba furiosa con él, él tenía la
culpa de esto. Él le había tirado encima esto a quien yo
protegía ferozmente. La sentí moverse dentro de mí, pero
la empujé hacia la oscuridad y me concentré en mi trabajo.
Mi hermoso trabajo mortal.
Sentándome le mostré a la puta la pequeña botella y sus
ojos se abrieron como platos y empezó a negar con la
cabeza.
—No, por favor, no. No lo hagas. Por favor. Cualquier
cosa, te daré cualquier cosa.
Incliné la cabeza y miré mi trabajo.
—¿Para quién trabajas?—siseé suavemente, muy
suavemente.
—Jane, trabajo para Jane—jadeó ella.
Asintiendo, levanté la botella y rocié con cuidado la tinta
sobre su teta izquierda y ella aulló de dolor y conmoción.
Escuché la fuerte inhalación de Hawk y el susurro de su
ropa cuando comenzó a moverse. Repetí el proceso con la
teta número dos. Ignorándolo, supe el momento en que
Beast lo agarró y lo contuvo.
—¿Qué otra cosa?
—Oh Dios, oh Dios, oh Dios, ¿qué me has hecho? ¿Qué me
has hecho?— susurró ella en estado de shock—. Hawk,
cariño, por favor, ayúdame. ¡Ayúdame! No dejes que me
haga esto. ¡Por favor!
La rabia me atravesó y me convertí en hielo.
—Te hice bonitas tus tetas postizas. ¿No te gusta?
Lástima, no puedo cambiar nada ahora, ya está hecho.
Intentaré hacerlo mejor con tu coño enfermo. —Crow
inclinó la cabeza hacia Hawk—. A él le debería gustar
mucho, a juzgar por ti y tus amigas, realmente no tiene
gustos muy exigentes cuando se trata de putas.
Crow escuchó la sorprendida inhalación de Hawk y
sonrió. Punto para ella.
Inclinándome hacia adelante, miré directamente sus ojos
aterrorizados y siseé mi demanda.
—Dime lo que quiero saber. Ahora.
Ella asintió frenéticamente.
—Simplemente no me cortes de nuevo. Por favor, no me
vuelvas a cortar.
Crow se encogió de hombros, se reclinó en la silla y le
hizo un gesto con la mano a la puta para que continuara.
Por el rabillo del ojo vio que Hawk estaba de nuevo en su
lugar, pero Ice y Beast estaban a ambos lados de él. Listos
si se movía de nuevo.
—Después… después de que Ice nos echó de la casa club
y empezamos a trabajar para Snake, ella vino a verme. Me
dijo que tenía que buscar chicas que nos reemplazaran
dentro de la casa club. Lo intenté, pero sólo Brandi estaba
dispuesta a trabajar con nosotras. Tengo dos chicas más
dispuestas a trabajar en la casa club como putas y Brandi
iba a presentarlas mañana por la noche.
—Entonces, sólo iban a chupar pollas, follar y obtener
información. ¿Es eso lo que me estás diciendo?
Ella asintió, pero luego continuó hablando rápido.
—Una vez que se instalaran, tres más se unirían a ellas y
así sucesivamente. Íbamos a inundar el club con nuestra
gente y cuando llegara el momento drogarían a todos los
hombres, incluso a los que estaban en la puerta y en las
paredes. Abrirían las puertas y se encargarían de todos.
La perra jadeó cuando Crow se levantó de golpe en la
silla.
—¿Y los niños?—siseó Crow enojado.
Ahora la puta parecía más que aterrorizada.
—Ellos… serían recogidos por otra persona. La jefa de
Jane los quiere a ellos y a algunas de las mujeres.
—Nombres, dame nombres—siseó Crow y dibujó dos
líneas rápidas entre sus tetas y la clavícula y roció tinta por
todas partes.
—¡No, no, no! No lo hagas más, por favor—sollozó la puta
—. DC, River, Genna, Gail, Vash. Quieren a los niños y a las
damas, no sé por qué.
—¿Todos los hombres serán asesinados?—preguntó Crow
en voz baja.
—No, quieren a Hawk y sus oficiales vivos. El resto será
asesinado. Beast ha sido transferido a Bettie y a su club.
Ella lo quiere.
Crow lanzó una rápida mirada a Beast y él le hizo un
ligero gesto con la barbilla.
—¿Qué sabes sobre Beast y la puta de su ex?
—Nosotros... la ayudamos. La... la noche que ella... que
ella lo violó. La ayudamos. Seguía perdiendo su... erección.
Nos turnamos para chuparlo hasta que estuvo listo para
correrse. Ella lo folló y se encargó del resto. —Su voz era
baja y, si Crow podía creerlo, avergonzada.
—Nombres. Dame nombres.
Ella lo hizo inmediatamente.
—Bettie, yo, Brandi y Jane.
—¿Qué pasa con Lizzie?
Ella sacudió la cabeza violentamente.
—Ella no lo sabía. Se lo habría dicho a Hawk. Lo amaba y
se lo habría dicho.
—¿Bettie ha sido parte del plan desde el principio?
—No. Ella sólo quiere a sus hijas y a Beast. Está
obsesionada con él. Piensa que, si lo tiene encerrado, él la
aceptará porque tiene a sus hijas. Todo el mundo sabe que
sus hijas son su debilidad. Todos.
Crow miró en silencio a la puta que lloraba y balbuceaba.
—Sabes que estás jodida, ¿verdad? Lo que hiciste y lo que
planeabas hacerle a personas que nunca te han hecho daño
es enfermizo. —Crow agitó una mano lánguida hacia el
cuerpo de la puta—. Lo que hay en tu cuerpo no es nada
comparado con el sufrimiento que tanto ansiabas infligir a
las mujeres y los niños de este club. Puede que ellos no
quieran lidiar con tu traición, pero Crow está más que
dispuesto a complacerte.
—Por favor, te dije todo lo que sé.
Antes de que cualquiera de los hombres pudiera moverse,
Crow se arrancó la máscara de la cabeza y siseó justo en el
rostro sorprendido y aterrorizado de la puta.
—Y ahora sabes aún más. Mírame, perra. Mírame y
escucha con mucha, mucha atención—siseó Crow—. Voy a
matar a Jane. Despacio. Voy a tallar en ella hasta que no
quede ni un solo trozo de piel libre. Ella quedará marcada
con mi tinta, como tú. Sanará. La pondrán en una jaula y
Demon la desmembrará, poco a poco, hasta que todo lo que
quede sea un montón de huesos rotos y sangrantes.
—¿Quién… quién eres tú? ¿Qué eres?—susurró ella sin
dejar de mirar los helados ojos negros de Crow.
—Soy Crow y Demon. Soy el terror que te acecha en la
noche. —Crow soltó una risa cruel—. Y a veces durante el
día. Me gusta la luz del día porque crees que estás a salvo.
Nunca estás a salvo. Nadie está nunca a salvo. Toca a mi
familia y exigiré mi venganza, lenta, dolorosa y
eternamente.
—¿Qué… qué? —Ella era tan estúpida.
—No vas a salir de mi guarida, puta. Éste es tu hogar a
partir de ahora. Eres mía.
Crow agarró el tequila, bebió un trago profundo y se lo
tendió a Beast. Lo tomó y dio un trago largo antes de
entregárselo a Hawk. Todos bebieron.
Beast se acercó a la perra que sollozaba, la agarró del
pelo y arrastró su cabeza hacia atrás.
—¿Cuándo está previsto que este plan se ponga en
marcha?
—No durante las próximas dos semanas. Primero tengo
que llevar a las mujeres a la casa club.
Beast asintió, la soltó y regresó a su lugar contra la
pared.
Todos observaban a Crow limpiar el desorden en el pecho
de la puta, untarlo con ungüento y luego cerrarlo con cinta
adhesiva. Los cortes en sus muslos recibieron el mismo
tratamiento.
Nadie dijo una palabra mientras Crow caminaba
silenciosamente hacia la puerta y salía, sosteniendo la
máscara en una mano. Hawk la siguió inmediatamente.
Ice miró a Beast.
—Limpiad esta mierda y metedla en su celda. Os veré a
todos arriba una vez que hayáis terminado. —Él y Kid
salieron por la puerta y los dejaron con la limpieza.
Lo lograron con la menor molestia posible. Le tiraron una
camiseta limpia y unos pantalones cortos a la perra y luego
la encerraron en su celda.
Fue cuando entraron a la gran sala de su Santuario que
Scar se detuvo y se giró para mirarlos a todos.
—Lo que acabo de ver fue la cosa más aterradora que he
visto en mi vida. Y he visto muchas cosas aterradoras
durante mi tiempo en el ejército. Pero esto, esto fue mucho
peor. —Se volvió hacia Beast y de repente sonrió—. Tú y
Crow tenéis una conexión que ella no tiene con su hombre.
Y él lo odia.
Beast se encogió de hombros y asintió porque era la
verdad.
—Bueno. Eso es justo lo que quería decir. Vamos a beber.
Beast levantó una mano.
—Antes de irnos, ahora eres parte de mi equipo y lo que
viste esta noche queda aquí, entre nosotros. Su secreto
permanece aquí, con nosotros.
Scar asintió con la cabeza. Salieron en silencio y subieron
las escaleras hasta el nivel superior.
De pie en la barra, cada uno tenía delante un trago de
Patrón más una cerveza. Bebieron el tequila, luego
recogieron sus cervezas y se trasladaron a un sofá situado
en un lugar oscuro contra la pared del fondo.
Scar se inclinó hacia adelante y extendió su cerveza para
brindar y todos chocaron las botellas.
—Por nosotros, una bandada de cuervos—dijo con una
sonrisa y todos se rieron mientras bebían.
Y sí, lo eran, pertenecían a Crow y eran parte de su
bandada.
Y como su bandada la protegerían con sus vidas.
Como protegerían a todas las mujeres vinculadas a su
club.
Capítulo 29
Tori
Estaba nerviosa y tenía un extraño cosquilleo en el
estómago. No porque estuviera de camino al especialista,
no, no por eso. Estaba nerviosa porque la ex de Beast llamó
esta mañana e insistió en que tenía la aprobación judicial
para visitar a las chicas. Beast no quería aceptarlo, pero
finalmente, después de recibir un correo electrónico con la
aprobación del tribunal, no tuvo otra opción que ceder.
Él se negó a dejarla ir a su casa y, en lugar de eso,
organizó una reunión en el restaurante Spur en Kyalami. El
restaurante era propiedad de un amigo del club e
inmediatamente aceptó la solicitud de Beast de albergar la
reunión. La parte del restaurante donde se encontrarían
estaba cerca del área de juegos para niños, pero Beast no
iba a permitir que las niñas se perdieran de vista ni por un
segundo. Y tenía que estar de acuerdo con él.
Debido a que se reuniría con su ex, no me acompañaría a
mi cita ya que las dos coincidían. No me molestó que
hubiera aceptado la reunión, en absoluto. Me preocupaba
lo que les haría a las niñas ver a su madre. Estaban
saliendo de sus caparazones y me preocupaba que esta
reunión destruyera el progreso que todos habíamos
logrado.
A medida que avanzaba la mañana, nuestros planes
cuidadosamente trazados se fueron desintegrando
lentamente. Beast tenía que reunirse con su ex y Hawk
había sido convocado a una reunión urgente con los
presidentes de los clubes con los que estaban aliados. Eso
destruyó los cuidadosos planes que Beast había hecho para
mi protección.
Ya no tendría a Kid conmigo porque iría con Hawk.
Wolf insistió en quedarse con Beast así que tampoco
vendría conmigo.
En lugar de eso, tenía al tipo nuevo, Scar, como jefe de mi
equipo de seguridad. No lo conocía en absoluto, pero Beast
dijo que era un buen tipo y experimentado, sea lo que sea
que eso signifique.
Los vi salir a todos.
Beast estaba en su bakkie con las niñas, mientras Spider,
Wolf, Boots, Ratel y Rider iban en sus motos. Hawk, Ice y
Kid con Sin, Jagger y Spook salieron en moto poco después.
Respiré hondo mientras regresaba al interior y me dejaba
caer en un taburete de la barra. Tenía los codos en la barra
y la cabeza entre las manos cuando sentí una presencia a
mi lado. Giré la cabeza y miré al hombre que estaba a mi
lado. Beast lo había invitado a cenar y nos lo presentó a
Penny y a mí. Se fueron poco después de la cena para
ocuparse de los asuntos del club y Penny y yo simplemente
nos miramos con las cejas levantadas y nos encogimos de
hombros. El hombre no había dicho mucho, pero a las
chicas les había gustado y también a Sassy, así que lo
agregamos a la lista de tipos buenos.
Scar era alto, de hombros anchos, cabello oscuro hasta
los hombros, ojos verdes brillantes y una barba oscura que
le delineaba la mandíbula. Era condenadamente guapo.
—¿Estás bien, Tori?—preguntó en voz baja.
—Estoy nerviosa por todos estos cambios en los planes
para hoy. —Le hice un gesto con la mano antes de que
pudiera responder—. No estoy diciendo que no crea que
puedas mantenerme a salvo ni nada por el estilo. Sé que lo
harás. Es sólo una sensación molesta en mis entrañas. Tal
vez sea porque hoy recibiré los resultados de la resonancia
magnética y eso determinará si tengo que someterme a
otra cirugía o no. Simplemente no lo sé.
Scar asintió.
—Nunca descartes esas sensaciones, Tori. Es lo que te
mantiene vivo en momentos peligrosos. Utilízalas para ser
más consciente, para anticiparte a las cosas malas. Puedes
ayudarme manteniendo los ojos abiertos también y si algo,
cualquier pequeña cosa, te parece equivocada, házmelo
saber, ¿de acuerdo?
—De acuerdo.
—Vine a decirte que nos iremos en los próximos diez
minutos, así que, si necesitas ir al baño, ahora es el
momento. —Él sonrió y mis ojos se dirigieron directamente
a sus mejillas, donde acababan de aparecer dos hoyuelos.
Vaya, el hombre era muy guapo.
Quince minutos después estábamos en el gran
todoterreno. Sam conducía con Scar en el asiento del
pasajero, Dizzy y Dollar a cada lado mío en el asiento
trasero. Buzz, Army, Bullet, Petey y NikNak eran nuestros
escoltas. No sé cómo Scar esperaba que estuviera atenta
porque no podía ver nada más allá de los hombres a ambos
lados de mí o por encima del respaldo alto de mi asiento.
No pasó nada en el camino a mi cita.
Mi especialista quedó satisfecho con mi progreso y me
explicó cómo seguiríamos adelante. Tenía que continuar
con la fisioterapia y él aprobó el hecho de que estuviera
bailando, pero me advirtió que tuviera cuidado, que lo
tomara con calma y no forzara demasiado las articulaciones
y los ligamentos. La parte oscura de la visita fue su
pronóstico de cirugía en el futuro para eliminar el tejido
cicatricial y permitirme mantener la movilidad en la rodilla.
Me cago en todo.
Una hora y media después estábamos de nuevo en la
carretera y revisé mi teléfono para ver si tenía algún
mensaje de Beast. Estaba a punto de llamarlo cuando Sam
gritó una advertencia y al minuto siguiente un gran camión
negro se estrelló contra el costado de nuestra camioneta.
Mi teléfono salió volando de mi mano y aterrizó en algún
lugar en el suelo del vehículo. Me agaché para buscarlo y
estaba estirando el brazo para agarrarlo cuando nos
chocaron por detrás y salí disparada hacia adelante antes
de que mi cinturón de seguridad me tirara hacia atrás
dolorosamente. La camioneta fue empujada contra la valla
de contención y el metal chirrió de manera inquietante.
Pero ese sonido fue superado por el de disparos que
prácticamente lo ahogó. Tratando de sacarnos de la
situación en la que estábamos, Sam frenó con fuerza y mi
teléfono se deslizó en mi mano. Lo agarré con ambas
manos y apreté el botón de pánico que Ziggy me había
enseñado a utilizar. Durante todo eso una mano pesada en
mi espalda me mantuvo agachada.
—Vamos a atravesar la maldita valla de contención—gritó
Sam—. No puedo mantener este pesado pedazo de mierda
en el camino.
—Haz lo mejor que puedas, hermano. Intentaremos hacer
un agujero para que puedas pasar—lo tranquilizó Scar
mientras disparaba casi continuamente al monstruoso
camión que nos empujaba contra la valla—. Disparad a los
malditos neumáticos, no desperdiciéis munición tratando
de darle a esos cabrones dentro del vehículo.
Mi teléfono empezó a sonar en mi mano y lo deslicé
furiosamente para contestar.
—Tori, cariño, tenemos hombres en camino hacia ti. Diles
a los hermanos que aguanten hasta que lleguen. Cinco
minutos, si pueden aguantar cinco putos minutos, habrá
ayuda.
—Ziggy dice cinco minutos, la ayuda llegará en cinco
minutos—grité por encima del ruido.
—¡No tenemos cinco jodidos minutos!—gritó Scar en
respuesta—. Las motos están caídas, no sé a cuántos
perdimos, pero es malo. Este pedazo de mierda es
demasiado pesado y lento para alejarlo de estos cabrones,
nos empujarán a través de la valla de contención y por el
terraplén. Intentaremos mantenerlos a raya tanto como
podamos, pero por lo que puedo ver, estamos jodidos.
Traed vuestros jodidos culos aquí, Zig.
Me levanté un poco y miré por la ventanilla cómo el
camión se estrellaba contra nosotros una y otra vez. Sam
tenía sangre corriendo por un lado de su cara y estaba
tratando furiosamente de conducir el SUV dañado, pero por
el chirrido de los neumáticos contra el metal supe que
habíamos sufrido una enorme cantidad de daño en ambos
lados del vehículo.
Al minuto siguiente se escuchó un fuerte golpe y un
chirrido y salimos disparados por el terraplén mientras
Sam intentaba alejarnos de las rocas que nos esperaban en
el fondo. Pero fue un esfuerzo en vano. Nos estrellamos y
salimos volando. Grité cuando el vehículo pesado giró en el
aire y luego se volcó de lado antes de estrellarse contra las
piedras.
Estrellarnos de lado fue lo que nos salvó. Si hubiéramos
chocado con el techo hacia abajo, todos habríamos muerto
instantáneamente. En cambio, el vehículo pesado chocó
contra un costado y milagrosamente volvió a rodar
enderezándose sobre sus ruedas. Estábamos maltratados,
quebrados y sangrando. Sam estaba inconsciente y
atrapado detrás del volante. Dollar tenía un brazo y una
pierna rotos y Dizzy tenía cortes en todo el costado de la
cara y gemía cuando movía la pierna. Sin importar que
estuvieran heridos, estaba cortando los cinturones de
seguridad y arrancando los paneles laterales
irremediablemente doblados.
—Necesitamos las putas armas y los chalecos en la parte
de atrás, pero no puedo entrar allí, el techo está doblado
casi hasta la parte superior del asiento—maldijo Dollar e
intentó empujar el techo con su brazo bueno.
—¿Cuánta munición os queda?—preguntó Scar a todos.
—Tengo un cargador, pero hay muchos en la parte de
atrás y además sé con certeza que hay un AK ahí. ¡Mierda!
¡Necesito entrar ahí! —gritó Dollar enojado.
Miré el hueco, me desabroché el cinturón y me deslicé en
el asiento. Me dolían ambas piernas y sentía como si mi
espalda estuviera ardiendo, pero lo ignoré. Para seguir con
vida y mantener viva a mi nueva familia, tenía que ir atrás.
—Dirígeme, lo conseguiré—dije mientras me deslizaba
sobre el asiento hacia atrás.
—Levanta el tapete cerca del espacio para la rueda y
verás un teclado. El número es 140649—dijo Dizzy con voz
débil. No me gustó el sonido de su voz, en absoluto.
Encontré el teclado, ingresé el número y lo abrí. No
esperé más órdenes, simplemente comencé a pasar las
armas y los cuatro chalecos Kevlar al frente.
—Cariño, pásame esas cajas de balas, vamos a necesitar
muchas y luego regresa aquí y quédate en el suelo a
nuestros pies—me dijo Dollar e hice lo que me pidió. Vacié
ese espacio oculto y me arrastré sobre el asiento, pero
antes de sentarme en el suelo revisé a Dizzy. Tenía un corte
en el bíceps que sangraba furiosamente y sabía que tenía
que hacer algo al respecto o moriría desangrado antes de
que llegara la ayuda.
Quitándome la camiseta por la cabeza, me estiré hacia él,
cerré los bordes del corte y envolví mi camiseta elástica
alrededor de su brazo. Miró su brazo y luego mis pechos
cubiertos por una fina camisola transparente.
—Tu hombre me va a matar—bromeó antes de mirar por
la ventanilla rota.
—Tenéis que llevarla a las rocas, tendréis más
posibilidades de mantenerla a salvo desde allí—dijo Scar
mientras empujaba el metal aplastado contra sus piernas y
costado.
—No os dejaré ni a ti, ni a Sammy—gruñí—. Os matarán
antes de que vengan por nosotros.
—Cariño, no podemos sacarlos, ambos están jodidamente
atrapados aquí—dijo Dollar en voz baja.
Entrecerré los ojos mientras pensaba en ello y de repente
tuve una idea y me deslicé hacia atrás sobre el respaldo del
asiento. Conseguí lo que estaba buscando y se lo entregué.
Dollar se rio.
—Joder, nena, eres una mujer decidida.
Negué con la cabeza.
—Pasé cinco horas atrapada en un autobús turístico con
mi mejor amigo desangrándose a mi lado, sin poder
moverme ni ayudarlo. Nunca dejaré morir a otro amigo si
puedo evitarlo—gruñí mientras me deslizaba de nuevo en el
asiento.
—Cariño, ese espacio es demasiado pequeño para instalar
el gato. No va a funcionar—dijo Scar mientras seguía
observando movimiento fuera del camión.
—Lo lograré. —Me deslicé a través de la división de los
asientos y hacia el pequeño espacio—. Pásame el gato.
Concentrándome en llevar el gato al pequeño espacio,
dejé que los otros sonidos desaparecieran. Tan pronto como
puse el gato en su lugar, comencé a bombear la palanca y
sonreí cuando el tablero se movió un poquito con un fuerte
chirrido.
—Se está moviendo. Primero soltaré a Scar y luego
moveré el gato al lado de Sam.
—Están viniendo. Quédate ahí abajo, Tori, y trabaja lo
más rápido que puedas. Haremos lo que tengamos que
hacer para mantenerlos alejados de ti—dijo Scar con los
dientes apretados.
Las balas comenzaron a impactar el costado del vehículo
más cercano a la carretera y desafortunadamente ese era
el lado en el que Sam había quedado atrapado. Levanté la
mano y arrastré su cuerpo hacia un lado tratando de
protegerlo de las balas que impactaron el vehículo y
volaban a través de las ventanillas rotas. Escuché un
gemido fuerte y comencé a llorar, mis amigos se estaban
muriendo y era culpa mía. Quería un arma, no, no solo un
arma, quería un maldito tanque con un cañón grande.
Y luego escuché el mejor sonido del mundo. El estruendo
de muchas motos corriendo hacia nosotros. Los disparos
cesaron inmediatamente, pero había alguien fuera del
camión acercándose a mí. ¿Por qué Scar no le disparaba?
Al echar la mano hacia atrás, sentí el mango del gato y lo
arranqué. Sabía que quienquiera que estuviera afuera de la
camioneta no se iba a rendir, así que me aseguraría de que
lo hiciera. La siguiente vez que esa fea mano atravesó la
ventanilla y pasó por encima del cuerpo de Sammy, la
rompí con la pesada barra de acero. Un grito de dolor me
aseguró que había hecho algún daño y eché un rápido
vistazo al interior. Scar estaba caído, tenía un corte en un
costado de la cabeza y sangre corriendo por su chaleco
debido a una herida en lo alto del hombro. Creo que Dollar
se había desmayado por el dolor en su brazo y pierna y no
quería ni pensar en Dizzy. Estaba en el asiento detrás de
Sam y por lo tanto el más cercano a los bastardos que nos
disparaban.
Estiré el brazo, agarré el rifle que colgaba suelto en la
mano buena de Dollar y miré por la ventanilla rota. Dos
hombres se arrastraban hacia la camioneta e hicieron
algunas señales con las manos a personas que no podía ver.
Entrecerrando los ojos y agarrándolo con ambas manos,
empujé el cañón del rifle sobre el borde de la ventanilla y
apreté el gatillo mientras movía la cosa de un lado a otro
como lo había visto hacer en las películas.
Puta mierda.
No se parecía en nada a las películas. Nada. Como. Las.
Películas.
Justo antes de volver a hacerlo vi a hombres con chalecos
corriendo por el terraplén, disparando a nuestros atacantes
y en cuestión de segundos todo terminó.
Ignorando a los hombres afuera, comencé a revisar a los
hombres dentro del vehículo conmigo. Eran mucho más
importantes que cualquier otra cosa en este momento.
Había sangre por todas partes. Por todo el interior del
SUV y por todos nuestros cuerpos. Tenía sangre en mis
brazos por lo que parecían ser un millón de pequeños
cortes y había varias salpicaduras en mi frente. Había un
desgarro en mis vaqueros y vi sangre saliendo del corte,
pero no sentía nada, así que no podía ser tan malo. Dizzy
de repente gimió y se movió y yo me levanté para mirarlo.
Sus ojos se abrieron, me miró y sonrió antes de suspirar y
cerrar los ojos nuevamente.
Le grité, pero él no se movió ni respondió.
De repente aparecieron unos hombres intentando abrir
las puertas para llegar hasta nosotros.
—¡Tened cuidado!—grité—. Sammy y Scar están
atrapados, tenemos que levantar el tablero para sacarlos. Y
Dollar tiene un brazo y una pierna rotos. A Scar le
dispararon y creo que a Dizzy también, además tiene un
corte desagradable en el bíceps y algo anda mal con su
pierna.
No reconocí al hombre que me miraba a través de la
ventanilla rota, pero por su uniforme supe que era un
paramédico.
—¿Cómo está, señora?—preguntó mientras maniobraba
un collar alrededor del cuello de Dizzy para mantenerlo
estable y luego revisó su brazo y cuerpo.
—Estoy adolorida y muy cabreada—dije con un tirón en
mi voz, sabía que lloraría.
Pero al minuto siguiente las lágrimas desaparecieron
porque escuché a Kid discutir en voz alta con alguien.
Jagger lo empujó hacia los restos del vehículo y alcanzó a
Sam.
—Ah, joder, no, Sammy, Sammy, vamos hermanito, vamos
—suplicó él—. No me dejes, joder, Sammy. Quédate con
nosotros, ¿me oyes?
Un paramédico y el médico de urgencias lo alejaron
firmemente de la puerta mientras comenzaban a
encargarse de Sam, que aún no había recuperado el
conocimiento. El departamento de bomberos tuvo que abrir
el maldito vehículo como si fuera una lata de sardinas para
permitir que el personal de emergencia llegara hasta mis
muchachos. Me negué a salir y me senté allí observando
cómo los estabilizaban y los sacaban uno por uno del
vehículo.
Kid apareció en la ventanilla rota detrás de mí y se
acercó.
—Cariño, pásame ese rifle, las armas y las municiones
extra—me ordenó en voz baja y rápidamente hice lo que me
pidió. Extendiendo la mano hacia atrás y agarrando las
armas en el asiento trasero mientras los paramédicos
continuaban trabajando con mis muchachos como si nada
adverso estuviera sucediendo dentro del vehículo.
—Necesitamos terminar esto antes de que lleguen los
cerdos, cariño, así que encuentra todas las armas y
dámelas—susurró Kid.
Hice lo que me pidió, busqué en el suelo del vehículo y le
entregué las cajas aún llenas y las vacías. Mientras lo
hacía, lo escuché hablar con alguien llamado Rick y pedir
ayuda en el lugar. Cuando le entregué la última pistola, una
expresión de alivio apareció en su rostro.
—Gracias, hermano. Me estoy ocupando de las armas
adicionales en el vehículo, pero aquí dentro habrá muchas
vainas de proyectiles inexplicables. Nuestra chica usó un
AK contra los atacantes cuando su seguridad estaba abajo.
Escuchó en silencio y luego asintió.
—Puedo hacer eso. Esperaremos hasta que llegues aquí.
Tenemos hermanos gravemente heridos, así que nadie se
irá hasta que estén estabilizados y en camino al hospital.
Lo vi mientras se metía el teléfono en su chaleco, luego
metió la mano en la bolsa de plástico y arrojó las cajas
vacías en la parte trasera de la camioneta.
Y aun así el personal de emergencia siguió como si nada
extraño estuviera pasando. Obviamente eran amigos del
club.
Estaba tumbada en el césped cuando llegaron los
primeros agentes del JMPD y del SAPS y empezaron a
hacer preguntas que ninguno de nosotros respondía.
Mirando hacia donde escuché una conmoción, vi a
hombres con equipo táctico negro saliendo de la parte
trasera de uno de esos grandes vehículos militares.
Llevaban cascos extraños que cubrían sus rostros, excepto
el tipo a cargo y era muy obvio que se había hecho cargo de
la investigación. Los oficiales de JMPD y SAPS estaban
enojados, pero parecía que este tipo tenía rango y
retrocedieron para asegurar el perímetro como les ordenó
que hicieran.
Ignorando a los hombres vestidos de negro, mantuve mis
ojos en Sam, él estaba con un collarín alrededor del cuello
y vías intravenosas en ambas manos mientras lo cargaban
en la parte trasera de una ambulancia con el médico y el
paramédico viajando con él. Jagger corrió hacia su moto
para seguir a la ambulancia y varios de los hermanos se
fueron con él.
Me subieron a una ambulancia con Scar y estaba muy
asustada porque él estaba en una camilla y también llevaba
un collarín. Vi mientras el paramédico trabajaba con él.
Volvió en sí mientras corríamos hacia el hospital y dio un
suspiro de alivio cuando me vio en la otra litera mirándolo.
—Gracias a Dios, bailarina. Beast me habría cortado las
pelotas si te hubiéramos perdido hoy, cariño.
Le sonreí y luego hice una mueca, me dolía la maldita
mejilla. Levantando una mano estaba a punto de tocarme la
cara cuando el paramédico me la sujetó y negó con la
cabeza.
—No se toque, señora, tiene cortes en toda la cara. No
queremos que entre más suciedad allí.
La locura se desató cuando nos llevaron a la sala de
emergencias. Había hombres con chalecos de cuero por
todas partes y los paramédicos tuvieron que empujar
nuestras camillas a través de una pared de hombres
vestidos de cuero. Decir que no estaban contentos era
decirlo suavemente.
Estaban muy cabreados.
Me acosté en la cama en bragas y una camisola sucia
mientras el médico trabajaba en los cortes de mi pierna. Sí,
más de un corte y en mi maldita pierna buena. Al menos no
eran demasiado profundos y no requerían demasiados
puntos. DC estaba sentada en silencio junto a la cama y me
tomó la mano mientras me cosían.
Cuando le pregunté dónde estaba Beast, negó con la
cabeza y miró al personal del hospital. Esa mirada me hizo
callar inmediatamente y no dije ni una palabra más.
Finalmente, me limpiaron, trataron la cara y los brazos y
me enteré de que pasaría la noche en observación debido a
una conmoción cerebral y porque me habían programado
una resonancia magnética a primera hora de la mañana, el
único momento en el que podían ubicarme para comprobar
mi pierna, espalda y cuello. Había tratado de ignorar el
dolor en mi espalda porque estaba cagada de miedo de que
mis viejas heridas hubieran empeorado.
Habían pasado horas y todavía no había visto a Beast. Y
nadie me diría por qué no había venido al menos a ver
cómo estaba. Estaba pasando por los peores escenarios
posibles en mi cabeza y poco a poco me estaba
enloqueciendo. Y no me estaba haciendo ningún bien el
dolor de cabeza y de espalda.
Mi cabeza gritaba de dolor y cada parte de mi cuerpo
palpitaba junto con mi cabeza. Entonces, cuando una
enfermera entró y me inyectó de las cosas buenas, cerré los
ojos aliviada.
Las drogas me dejaron inconsciente y no me desperté
hasta muy temprano a la mañana siguiente.
Estaba sola.
Pero no por mucho. La enfermera y dos enfermeros
entraron y me llevaron rápidamente para que me hicieran
la resonancia magnética. El tiempo se ralentizó mientras la
máquina hacía su trabajo y me quedé allí reviviendo el
horror de ayer.
DC se había negado a decirme qué les había pasado a los
muchachos en sus motos y sabía que eso significaba que no
era bueno. Nada bueno en absoluto. Estaba decidida a
descubrir si lo habían logrado o no. Habrían quedado
terriblemente expuestos en sus motos y temí que por mi
mierda estuvieran muertos mientras yo estaba bien. Sí,
tenía varios cortes y me dolía la espalda y no me sentía
muy bien la pierna, pero en general estaba bien.
Fueron unas dos horas más tarde, creo, todavía no tenía
idea de la hora, cuando me llevaron de regreso a mi
habitación. Las enfermeras me ayudaron en la ducha y fue
un gran alivio poder lavarme la piel y el cabello. Estaba
vestida con mis pantalones cortos de dormir y una camisola
y de vuelta en la cama cuando mi especialista entró por la
puerta, con su confiable tablet en la mano.
—Buenos días, Tori, diría que es bueno verte de nuevo,
pero definitivamente no en estas circunstancias.
Tuve que estar de acuerdo con él. Despejados los saludos,
esperé la bomba. Pude ver que iba a caer sobre mí.
—Revisé las radiografías que te tomaron cuando
ingresaste y acabo de recibir los resultados de la
resonancia magnética. Tu pierna estará dolorida e
hinchada durante unos días, pero no ha habido más daños,
lo cual es bueno. Hay importantes hematomas e hinchazón
en el lugar de la lesión en la espalda, pero siento que lo que
se necesita es reposo y fisioterapia. Además de la
fisioterapia, evite cualquier actividad físicamente
extenuante. Necesitas darle tiempo a tu espalda para que
se recupere. Lo reevaluaremos cuando te vea dentro de
tres semanas a partir de hoy. —El me miró y sonrió—.
Quiero asegurarte que tu pronóstico es muy bueno.
Siempre y cuando hagas lo prescrito, espero una
recuperación completa, pero ten en cuenta que llevará
tiempo.
—Gracias, doctor, sé que llevará tiempo. He estado aquí
antes. No dejaré que eso me deprima y tengo un gran
sistema de apoyo.
Fue cuando estaba diciendo que tenía un gran sistema de
apoyo que lo escuché. El golpe de un montón de botas
pesadas y el rugido enojado de Beast antes de atravesar mi
puerta.
Parece que mi hombre ha llegado al fin.
Suspiré aliviada y luego fruncí el ceño al ver el estado en
el que se encontraba. Cuando se acercó, arrugué la nariz
porque apestaba. Estaba vestido con la misma ropa que la
última vez que lo vi, sólo que ahora estaba manchada de
sangre, sudor y tierra. Un miasma de sudor, sangre y algo
húmedo flotaba a su alrededor.
¿Qué demonios?

Beast
Miércoles/Jueves
Llegamos al Spur en Kyalami y Gino, el propietario, nos
recibió y nos acompañó a nuestros asientos. El área donde
nos sentó estaba vacía y tenía un letrero que indicaba que
estaba reservada. Tomé nota mental para asegurarme de
que Spider lo resarciera por la pérdida de ingresos.
Sus hijas inmediatamente quisieron jugar en el área de
juegos para niños, pero Beast lo evitó pidiéndoles helado y
jugo. Eso las mantuvo ocupadas mientras esperaban. Ellie
hizo un desastre espectacular en su camiseta y Beast
sonrió mientras usaba las toallitas húmedas
proporcionadas por el restaurante para limpiarla. Su bebé
sonrió durante toda la limpieza.
Eso fue hasta que vio que alguien se acercaba detrás de
él. Su bebé se encogió y se arrastró contra él y su pequeño
cuerpo tembló de miedo. Jossy se deslizó debajo de la
mesa, se sentó junto a Ellie. Beast pasó su brazo alrededor
de ambas y las apretó con fuerza. Mierda. Deseó no haber
aceptado nunca esta mierda, pero su abogado le había
aconsejado que hiciera lo que le ordenó el tribunal. Le
cabreaba, pero había que verlo cumpliendo la ley, no
infringiéndola.
—¡Mis bebés!—gritó la perra y sus ojos recorrieron el
restaurante para ver si llamaban la atención. Estaba vacío,
así que no lo hizo.
Con un resoplido, se deslizó en el banco frente a ellos y el
pedazo de mierda de su hombre se sentó a su lado. Sus
pupilas parecían pequeñas cabezas de alfiler negras y sus
manos temblaban cuando empezó a tocar distraídamente
todo lo que había sobre la mesa. Estaba muy drogada.
Dios.
Beast no dijo una palabra y sus hijas tampoco,
simplemente se abrazaron la una a la otra y a él aún más
fuerte.
—Quiero recuperar a mis bebés—gruñó la perra—. Tú me
las robaste. Son mías.
—Deja de joder. Tienes cinco minutos, si no cambias tu
puta actitud, me iré de aquí y las llevaré a casa—dijo Beast
con los dientes apretados.
—El tribunal te ordenó que me dejaras pasar tiempo con
ellas. Puedes irte ahora. Almorzaremos y jugaremos en el
área de juegos para niños y charlaremos.
Bettie sonrió repugnantemente y parecía tan satisfecha
de sí misma que Beast comenzó a preocuparse. Algo no
estaba bien. Definitivamente algo no estaba bien.
Levantando su teléfono como para verificar algo, activó la
alerta y sus hombres respondieron de inmediato. Todos
estaban listos para defender a Beast y sus hijas.
Bettie se inclinó sobre la mesa y le siseó suavemente para
que nadie la oyera. Desafortunadamente para ella, su
teléfono estaba allí, sobre la mesa, grabando cada puta
cosa.
—Me he asegurado de que te arrepientas de haberte
enfrentado alguna vez a mí. Esas pequeñas perras me
pertenecen y haré lo que quiera con ellas. Hoy serán mías y
no podrás hacer nada al respecto. Son propiedad del club
de mi hombre y ya se han prometido a dos de sus hombres.
—Ella se rio perversamente—. Piensa en eso mientras te
pudres tras las rejas.
Beast estaba a punto de destrozarla sobre la mesa y
estrangular al maldito pedazo de mierda cuando Spider
apareció justo al lado de él y le puso una mano en el
hombro. Dijo una palabra y las entrañas de Beast se
congelaron.
—Cerdos.
Lo que pasó después fue una maldita pesadilla. La perra
empezó a chillar y a actuar para los putos cerdos que
inundaban el restaurante. Ella lo acusó de secuestrar a sus
hijas, de abuso infantil y con la puta mierda que les pasa a
mujeres y niños en todo el país los putos cerdos ni siquiera
lo pensaron dos veces. Lo alejaron de sus hijas, lo
esposaron y comenzaron a arrastrarlo fuera del restaurante
sin preguntarle su versión de los hechos. Esto fue una puta
mierda.
Beast era un tipo grande, se plantó y le dio instrucciones
a Spider.
—Hermano, cuidas de mis hijas y si esa perra o su
hombre les toca un puto pelo de la cabeza, tienes mi
permiso para darles una lección. Toma mi teléfono, grabé
toda la conversación, pero no confío en que los cerdos no la
borren. Envíasela a Zig y a mi abogado. Mantén a esas
chicas aquí hasta que llegue Saskia Gordon. Ella traerá la
orden judicial y se encargará de esta mierda. Joder,
prométeme que no permitirás que la perra drogada y el
pedazo de mierda de su hombre toquen a mis hijas.
Spider estaba furioso mientras asentía.
—Te respaldamos, hermano. Gerhard Van Wyk te recibirá
en la estación y se encargará de esta mierda. Rider y Ratel
te seguirán y nos mantendrán actualizados. Eso significa
que esos cabrones no pueden golpearte. Vamos a demandar
a la SAPS y a estos cabrones individualmente. No hicieron
sus deberes y están arrestando a un hombre inocente.
A los oficiales no les gustó eso y empujaron a Beast con
fuerza hacia la salida.
—Vosotros, malditos moteros, creéis que podéis violar la
ley y saliros con la suya, pero esta vez no. Vamos a
enseñarte una lección que no olvidarás pronto—le gruñó
uno de los cerdos a Beast.
Beast lo ignoró, sus ojos estaban puestos en sus hijas que
lloraban histéricamente.
—¡Papi, papi, papi! ¡Quiero a mi papi! ¡No! ¡No! ¡Quiero a
mi papi! —chilló Jossy y trató de abrirse paso a través del
cerdo cabrón que la empujó hacia el banco.
—¡Lastimas a mis hijas y estás metido en una mierda,
cerdo!—gritó Beast.
En ese momento intervinieron Gino y su esposa.
—Conocemos a estas niñas, deja que mi esposa se siente
con ellas. Están asustadas y eres tú quien las asusta. Ten
en cuenta que estás frente a la cámara en este momento y
no puedo controlar a mi personal tanto como quisiera. Esta
mierda ya está en internet. Especialmente vosotros,
bastardos, maltratando a esos bebés. El mundo os está
mirando ahora mismo.
Los cabrones se calmaron un poco pero no mucho.
Afortunadamente, el bastardo a cargo de este supuesto
arresto permitió que Leona se sentara con sus hijas y se
calmaron un poco, pero no mucho.
—Spider, llama a tu madre, tráela aquí—gritó él mientras
lo empujaban hacia la puerta.
—¡Ya está hecho, hermano!—escuchó la respuesta de
Spider mientras lo empujaban hacia una jodida aapkas
(furgoneta policial) que esperaba.
El viaje en la parte trasera de la apestosa camioneta fue
duro y Beast no pudo sostenerse porque tenía las manos
esposadas a la espalda. Los bastardos hicieron girar la
furgoneta y él se golpeó la cabeza y sintió que la sangre le
corría por la frente y la sien.
Gerhard Van Wyk se iba a divertir con la puta SAPS.
Un Beast magullado y sangrante fue arrastrado a la
estación y encerrado en una celda. No le quitaron las
esposas ni le ofrecieron atención médica. Beast se sentó en
el banco de la maldita celda y esperó. Sabía por
experiencia previa que lo estaban dejando cocerse. Lo que
no sabían era que cuanto más tiempo permanecía sentado
aquí desatendido, más profunda se volvía la mierda a su
alrededor.
Ignoró las burlas que le lanzaron los policías fuera de la
celda y se relajó tanto como pudo.
Sonrió cuando escuchó a Gerhard Van Wyk exigiendo ver
a su cliente. No mucho después, Gerhard fue escoltado a la
celda donde estaba retenido Beast y se detuvo en seco
cuando vio el estado de su cliente. Se volvió hacia los
sonrientes oficiales y sonrió.
—Tengo imágenes del estado en el que mi cliente dejó el
restaurante. Tengo imágenes del estado en el que se
encontraba cuando lo arrojaron a la parte trasera de una
de vuestras furgonetas. Tengo imágenes de todo el viaje
desde el restaurante hasta vuestra estación y la forma en
que condujeron el vehículo. Y ahora he grabado y visto con
mis propios ojos que no recibió atención médica cuando lo
trajeron aquí, todavía está esposado y ha estado así
durante varias horas porque vosotros detuvisteis mi
solicitud para verlo. Estoy construyendo un buen caso
contra la SAPS y varios agentes individualmente. Ahora.
Dejadme ver a mi cliente. En privado.
Los oficiales perdieron sus sonrisas y rápidamente
abrieron la celda y los escoltaron a una sala de
interrogatorios donde les quitaron las esposas y los dejaron
solos. Beast se sentó en la mesa frente a su abogado, que
tenía una libreta y un bolígrafo sobre la mesa.
—Mis hijas. ¿Están a salvo? ¿Cómo están? —Eso es todo
lo que quería saber ahora.
—Están sanas y salvas en el complejo. Saskia está
manejando esa parte del caso. Lo que más me preocupan
son los cargos que estos bastardos te han presentado. Lo
acusan de resistirse al arresto, agredir a un oficial y
secuestro. El secuestro será descartado, de eso no tengo
ninguna duda. Son los otros dos cargos los que podrían
causarnos problemas. Podemos estar agradecidos de que el
restaurante tenga tan buena seguridad. Se cubren todos los
rincones, así como el exterior y el aparcamiento completo.
Golpeó la mesa mientras dejaba que eso se asimilara y
Beast supo que estaba metido en una mierda profunda.
—No toqué a nadie.
—Estos bastardos dicen que le diste un cabezazo a un
oficial, por eso te sangra la cabeza—dijo Gerhard
suavemente.
—Mierda. Ya estaba sangrando cuando me sacaron de la
camioneta. Mi sangre está por toda la espalda de ese
pedazo de mierda.
Gerhard sonrió, no fue una buena sonrisa.
—Lo tengo bajo control. Uno de mis investigadores
fotografió la parte trasera de la camioneta y a los dos
oficiales que te escoltaron hasta aquí. Alguien nos pasó
imágenes de tu llegada que usaremos para demostrar que
los oficiales están mintiendo.
Beast asintió y suspiró.
—¿Cuándo me sacarás de aquí?
—Desafortunadamente no esta noche. —Gerhard suspiró
—. Tendremos que ir a la corte en la mañana y desechar
esto para que nunca vuelva a morderte el culo.
—Mierda—susurró la Beast—. Mis hijas deben estar
frenéticas. Vieron a estos cabrones alejarme de ellas y
ahora no estoy en casa. Deben estar muy asustadas.
—Están siendo atendidas, Beast. Tenemos que
preocuparnos por ti ahora. Te van a encerrar por la noche y
no confío en ellos, así que tomemos algunas fotos para
protegerte de un ataque durante la noche. Me llevaré tu
chaleco para que no le pongan las manos encima. Hagamos
esto antes de que regresen. Sin camiseta.
Beast hizo lo que se le pidió. Le entregó su chaleco de
mala gana, luego agarró su camiseta detrás del cuello y se
la quitó. Gerhard tomó fotografías de su frente, espalda y
costados. Incluso le hizo bajarse los vaqueros para tomar
fotografías de la zona lumbar y los muslos. Beast se vistió
cuando terminaron y se sentó de nuevo.
—Mi dama tenía cita hoy con su especialista. ¿Sabes
cómo le fue y si se encuentra bien?
Gerhard negó con la cabeza.
—Lo siento, Beast, vine directamente aquí, no lo sé.
Quiero que hagas lo que te digan que hagas dentro de lo
razonable. No agraves la situación en absoluto. Te haré a
salir mañana por la mañana, lo prometo.
Gerhard se fue poco después y Beast fue escoltado hasta
las celdas, paso junto a una celda grande y abarrotada y
fue encerrado solo. Eso cabreó a los otros bastardos y se
burlaron de él a través de los barrotes entre las celdas.
Beast se puso de pie y se limitó a mirarlos y poco a poco se
hizo el silencio. Alejándose de los barrotes, se sentó en la
litera y se reclinó contra la pared. De ninguna manera iba a
acostarse y que lo pillaran durmiendo.
Fue una noche jodidamente larga mientras Beast
descansaba contra la pared. Estaba consciente de cada vez
que un cerdo caminaba hasta allí y lo miraba. Se sentaba,
les devolvía la mirada y pronto se daban la vuelta y se iban.
Ninguno de ellos tuvo las agallas para atacar a un hombre
que estaba despierto y esperándolo. Si se hubiera quedado
dormido, habría sido presa fácil.
Lo sacaron de su celda junto con los demás que
comparecerían ante el tribunal ese día, pero no le dieron la
oportunidad de asearse, ni nada. Tenía putas esposas
alrededor de sus muñecas y tobillos y caminaba
arrastrando los pies como si fuera un delincuente
peligroso. Una jugada de mierda de los cerdos. La sangre
estaba acumulada en su cabello y barba y manchaba su
camiseta en la parte delantera de su pecho.
Se sentó en las celdas debajo del tribunal de magistrados
y esperó su turno para comparecer y finalmente lo
llamaron por su nombre y lo escoltaron arriba. Gerhard
estaba allí esperándolo junto con Saskia Gordon, ambos
negaron con la cabeza ante su estado.
Los procedimientos fueron breves y directos. El fiscal
presentó una hoja de cargos y Beast sacudió la cabeza
mientras escuchaba. Era una total invención y se preguntó
si el fiscal estaba involucrado en toda la estafa. Tomó nota
de su nombre y lo añadió a la lista de personas que iba a
investigar.
Gerhard se puso de pie y entregó varias cosas como
prueba, entre ellas imágenes de vídeo de lo que había
sucedido en el restaurante y de su viaje en la parte trasera
de la puta furgoneta y los documentos judiciales que le
otorgaban la custodia total de sus hijas.
—Mi cliente, el señor Van Den Bergh, fue arrestado
injustamente y acusado de delitos que no cometió. Se
cometieron crímenes en su contra, de los que nos
ocuparemos más adelante. Propongo que todos los cargos
contra mi cliente sean desestimados sumariamente.
El fiscal estaba a punto de objetar cuando el magistrado
le ordenó sentarse.
—Tengo aquí frente a mí una orden judicial que otorga al
señor Van Den Bergh la custodia exclusiva de sus hijas
menores según lo dictaminado por el juez Connelly. Por lo
tanto, desestimo el cargo de secuestro. Los cargos
restantes son resistencia al arresto y agresión a un agente
de policía, de los cuales Van Den Bergh se ha declarado
inocente. Revisaré el video y entregaré mis conclusiones
dentro de una hora. El receso del tribunal durará cuarenta
minutos. —El alguacil estaba a punto de llevar a Beast a las
celdas cuando el magistrado se dio la vuelta—. Alguacil, el
señor Van Den Bergh puede quedarse al cuidado de su
equipo legal mientras reviso las imágenes.
Beast miró a Gerhard y Saskia y ambos simplemente
asintieron y supo que tenía que mantener la boca cerrada.
El muy enojado fiscal, y los cuatro policías que debían
declarar en el caso salieron furiosos de la sala. Obviamente
para cocinar algo más.
El magistrado regresó en menos de cuarenta minutos. Le
había llevado veinticinco minutos tomar una decisión. Beast
esperaba y rezaba para que el hombre no hubiera sido
comprado.
Pasaron varios minutos hasta que el tribunal se calmó
antes de que pudiera comenzar el proceso.
—Nunca había visto un intento tan obvio de encarcelar a
un hombre inocente. Señor fiscal, este caso nunca debería
haber llegado a mi sala del tribunal. Usted debería haberlo
descartado de plano. Ha perdido su tiempo, el del acusado,
el de su equipo legal y el de este tribunal. Por la presente
se desestiman todos los cargos contra el señor Van Den
Bergh.
Gerhard se puso de pie y agradeció al magistrado.
—Gracias, señoría.
El magistrado, sin embargo, no había terminado.
—Señor Van Den Bergh, este tribunal lamenta el trato
que ha recibido por parte de los agentes de la ley. Tengan
la seguridad de que no dejaré que esto quede aquí. Se
puedes ir.
Con eso bajó el mazo y Beast quedó libre. Se giró,
estrechó la mano de Gerhard y Saskia y asintió en
agradecimiento al magistrado que simplemente inclinó la
cabeza ligeramente hacia un lado.
No había necesidad de volver a la comisaría, así que salió
de la sala como un hombre libre. Sus hermanos lo
esperaban afuera. Al principio les sonrió hasta que vio las
miradas en sus caras y en sus ojos.
Mierda. Algo había sucedido. Algo malo.
Varios de los hermanos estaban desaparecidos. Todo el
equipo de seguridad de Tori, así como Jagger y algunos
más.
Se le revolvió el estómago cuando se detuvo frente a su
presidente.
—Dime.
Hawk le entregó silenciosamente su chaleco, Beast se lo
puso y esperó. Y fue tan malo como había sospechado.
—Tus hijas están a salvo con Bulldog y la tía Suzy. —
Apretó la mandíbula antes de continuar—. La camioneta de
Tori fue alcanzada en el camino de regreso a nuestras
instalaciones. —Agarró el brazo de Beast mientras
comenzaba a girar para llegar a su moto—. Tu dama está
bien. El médico la mantuvo toda la noche debido a una
conmoción cerebral y dolor de espalda. Esta mañana le
harán una resonancia magnética y más radiografías. —
Beast echó la cabeza hacia atrás y gimió pesadamente
antes de volver a mirar a Hawk. Había dolor en sus ojos.
Mierda.
—Dime, hermano, no lo alargues.
—Fueron atropellados por un camión y dos coches.
Perdimos a Petey en la escena. Sam está en coma, se
golpeó la cabeza contra el asidero y el volante durante el
accidente y no tiene buena pinta. Dollar tiene un brazo y
una pierna rotos y una conmoción cerebral. Dizzy tiene una
herida de bala, rotura de ligamentos en la rodilla derecha y
conmoción cerebral. Scar sufrió una herida superficial en la
cabeza y tiene una conmoción cerebral con putos cortes en
todo el cuerpo y, hermano, tiene una sensación limitada en
las piernas. Buzz está fuera de peligro a partir de esta
mañana. Presenta heridas de bala en el hombro y el
abdomen. Bullet recibió un disparo en el muslo y perdió
mucha sangre, pero se encuentra bien. Army está en coma,
tiene una inflamación alrededor del cerebro y una lesión
grave en la espalda. No sabemos más todavía. El
especialista de tu dama se está ocupando de él y de Scar.
NikNak tuvo suerte, sólo sufrió una conmoción cerebral,
cortes y magulladuras ellos empujaron su moto hasta
sacarla de la carretera.
—Mierda. Mierda. Mierda. Debería haber estado con ella.
Joder debería haber estado con ella. Mis hermanos
deberían haber estado en una jaula. Nadie debería haber
ido en moto. —Beast estaba enfermo por la pérdida de su
hermano y las heridas del resto.
—No, hermano, tenías que estar con tus hijas, si no, se
habrían ido. Sospecho que esta mierda fue cuidadosamente
orquestada por esa puta vil. No voy a mencionar nombres
aquí donde podamos ser escuchados. Dejemos de hablar y
vayamos al hospital. Tu mujer te necesita. No le hemos
contado la mierda que te pasó porque estaba
completamente inconsciente con los medicamentos que le
dieron.
—¿La drogaron con una conmoción cerebral? Pensé que
había que despertarlos aproximadamente cada hora para
comprobar si había hemorragias cerebrales. —Beast estaba
jodidamente preocupado.
—No, hermano, al parecer la estaban vigilando con la
mierda pegada al cuerpo. No lo sé. No más charlas.
Vámonos de este lugar, me da urticaria.
Beast aceptó las llaves de manos de un Will muy serio y
se subió a su moto. Se pusieron en marcha y siguieron a su
presidente y vicepresidente fuera del tribunal de primera
instancia. Nadie intentó detenerlos mientras ocupaban todo
el carril izquierdo que conducía a las afueras de la ciudad.
Conteniendo su impaciencia, Beast siguió a su presidente
mientras viajaban, a la velocidad límite, hasta el hospital.
Porque, por supuesto, los cerdos los siguieron hasta allí.
Estacionó y no esperó a sus hermanos. Tenía que llegar a
su mujer.
Sus hermanos entraron al hospital detrás de él,
ignorando por completo a los guardias de seguridad y a la
recepcionista mientras se dirigían hacia las escaleras. Sin
esperar el maldito ascensor.
—Tercer piso, habitación 302—dijo Hawk detrás de él
mientras comenzaba a subir las escaleras de dos en dos.
En el tercer piso un imbécil intentó impedirle que entrara
al cuarto de su dama y se produjo una discusión. Beast se
lo dejó a su presidente para que lo solucionara y atravesó
corriendo la puerta de la habitación.
Ella yacía en la cama del hospital mirándolo a la cara
cuando él entró por la puerta. Al principio ella sonrió, pero
luego las lágrimas se desbordaron y corrieron por sus
mejillas.
Beast no tenía idea de cómo llegó al lado de su cama,
pero de repente estaba allí y estaba sosteniendo a su mujer
que lloraba contra su pecho. Con los ojos cerrados en una
silenciosa oración de agradecimiento, le acarició la espalda
con una mano, sintió el vendaje pesado y se detuvo
inmediatamente cuando ella se estremeció.
Él la recostó con cuidado y la miró.
Tenía cortes en la cara y los brazos y el maldito aparato
ortopédico estaba nuevamente en su pierna. ¿Pero qué
carajo le pasaba a su espalda? Le preguntaría, pero
primero tenía que hacerle saber por qué no había estado a
su lado en toda la maldita noche.
—Estoy jodidamente agradecido de que estés viva,
mariquita. No sé qué haría si te pasara algo.
No tuvo oportunidad de explicar su ausencia porque su
chica se desmoronó justo delante de él.
—Estoy bien, pero… pero Sam, Sam no está bien y Scar,
Dizzy y Dollar están muy heridos. Y los muchachos en sus
motos, nadie me dice si están bien. Y es mi culpa. Todo es
mi culpa. Nunca debí haber venido aquí. Todos estarían
bien si nunca me hubieran conocido.
Ella comenzó a sollozar y Beast se inclinó sobre ella,
acercándose a su cara.
—Dulzura, métete esto en la cabeza. Incluso si esos
hombres supieran exactamente lo que iba a pasar, lo harían
todo de nuevo. Esto es lo que somos. Vivimos nuestras
vidas cerca del límite. Sabemos que la muerte viaja sobre
nuestra rueda trasera. No nos importa. Somos quienes
somos. Protegemos a nuestra familia con nuestras vidas y
eres familia. Ahora quítate esta mierda de la cabeza y
descansa. Voy a averiguar cuándo podemos llevarte a casa.
La seguridad aquí es una puta mierda.
Beast tenía que salir de la habitación antes de perder el
control. Pero se quedó hasta que su mujer se relajó y se
durmió. Después salió y justo afuera de su puerta se deslizó
por la pared y se sentó en el suelo con la cabeza entre las
rodillas, respirando profunda y regularmente para
controlar la rabia que sentía ardiendo en sus entrañas.
Habría represalias por el ataque a su mujer y a sus
hermanos.
Al Iron Dogz MC se le debía una deuda de sangre por la
muerte de Petey y las heridas sufridas por el resto.
Se aseguraría de que quienes habían planeado y
orquestado el ataque pagaran, y pagaran con su sangre.
Pero primero tenía que sacar a su dama del maldito
hospital y regresarla al complejo donde estaría a salvo.
Y luego tenía que contarle sobre Petey y los demás.
No iba a ser fácil, no para él y definitivamente no para
ella.
Capítulo 30
Hawk
Mañana de viernes
Mirando a su alrededor a los hermanos sentados en
silencio a la mesa y contra las paredes, Hawk apretó la
mandíbula ante las sillas vacías y comenzó la iglesia.
—Perdimos a un hermano el miércoles. Un hermano que
dio su vida para proteger a una de nuestras damas. Será
enterrado el viernes de la próxima semana con todos los
honores y su chaleco se colocará en nuestro Muro de
Héroes para unirse a de los demás que dieron sus vidas por
el club. —Hawk miró a los hermanos y asintió con la
cabeza.
—Nuestro hermano era un hombre tranquilo. No le
gustaba ser el centro de atención, pero siempre estaba ahí
cuando era necesario. Se transfirió de PE a nuestra sede
hace tres años después de perder a su dama a causa del
cáncer. Sus hijos gemelos están a punto de empezar a ser
prospectos y han pedido servir aquí, con nosotros, en el
club donde sirvió su padre.
Hubo asentimientos de acuerdo alrededor de la mesa
hasta que Beast golpeó la mesa y todos se volvieron hacia
él con preguntas en los ojos.
—Yo los patrocinaré, jefe—dijo Beast en voz muy baja,
pero las llamas ardían en sus ojos oscuros.
—Levantad la mano todos aquellos que estén de acuerdo
con que se unan a nuestra sede como prospectos.
Todas las manos se levantaron y Hawk asintió con
satisfacción. Sus hermanos nunca lo decepcionaban.
—Bien. Están viniendo con la sede de PE para el funeral y
se quedarán después. Lo hablé con Greyhound y él no está
contento, pero admite que depende de los muchachos.
Cuando Beast se haga responsable de ellos, los vigilará y
supervisará su entrenamiento. Servirán hasta que estemos
convencidos de que están listos para recibir el parche, al
igual que todos nuestros prospectos.
Todos asintieron mientras Hawk continuaba dándoles las
últimas novedades sobre sus hermanos heridos.
—Jagger llamó esta mañana, no hay cambios en la
condición de Sam, pero los especialistas le aseguraron que
sus pruebas no muestran sangrado en el cerebro. Hay una
hinchazón significativa, pero lo están monitoreando y lo
operarán si es necesario.
Murmullos y asentimientos recibieron la noticia. Todos
esperaban buenas noticias. Pero estaba a punto de
empeorar.
—Ahora, pasemos a nuestros otros hermanos. Dizzy,
Dollar, NikNak y Bullet serán dados de alta hoy. DC, Chris y
la tía Beryl están en el hospital con los Road Warriors como
protección para transportarlos a casa. Las noticias sobre
Scar y Army no son buenas. Army no ha recuperado el
conocimiento y tiene daños catastróficos en el cerebro y la
columna. Su casco se hizo añicos con el impacto y, joder, no
responde a nada. Está en soporte vital. Su familia está con
él y me avisarán si hay algún cambio en su condición. —El
horror recorrió a los hermanos mientras Hawk hablaba.
—Nuestro hermano Scar tiene una herida de bala en un
lado de la cabeza, pero no es tan grave. Lo malo es el daño
en su espalda. Su especialista me aseguró que tiene algo de
sensibilidad en las piernas pero tiene hinchazón y
hematomas alrededor de la médula espinal que tienen que
desaparecer antes de que puedan decirnos algo más. Scar
está mentalmente jodido por esto y necesita nuestro apoyo.
No tiene más familia que nosotros, así que registraos con
Ziggy para que os incluya en su lista de visitantes.
El acuerdo resonó alrededor de la mesa y Beast volvió a
golpearla y se hizo el silencio inmediato.
—Mi dama pidió que la pusieran a cargo de su
recuperación. Ella ha estado donde él está ahora e insiste
en que ella es la mejor persona para ayudarlo a caminar
nuevamente. Joder, dijo que, si ella pudo hacerlo, él
también. Quiere trasladarlo a nuestra casa cuando le den el
alta del hospital.
Spider golpeó la mesa y Hawk observó cómo los intensos
ojos de Beast se dirigían hacia su hermano.
—Estoy de acuerdo con Beast. Sabía de la lesión en la
espalda que sufrió en el accidente del autobús de gira y de
cómo pasaron meses antes de que pudiera caminar y ahora
esa mujer está bailando de nuevo. Yo digo que la dejemos
hacerse cargo del cuidado de Scar. Entre ella y DC al pobre
bastardo no le quedará otra opción que volver a caminar.
Hubo algunas risas, pero a lo sumo fueron a medias.
Hawk se preocupó cuando Beast no apartó la mirada de
Spider, pero luego asintió, se recostó en su silla y miró a
Hawk. Tendría que hacer algo con la oscuridad que había
aparecido en los ojos de su Ejecutor y tendría que hacerlo
pronto. El hombre estaba a punto de explotar. Hablaría con
su dama al respecto.
Hawk dio un profundo suspiro interno y continuó con la
reunión.
—Spider y Kahn, estáis a cargo de los arreglos para el
funeral de Petey. Hablad con tía Beryl sobre el alojamiento
para los hermanos visitantes y sus mujeres.
Miró a su tío al pie de la mesa.
—Bulldog, serás el enlace entre los clubes mientras nos
preparamos para su visita. Quiero los nombres de los
asistentes y de cualquiera que quieran traer. Hazle saber a
todos los presidentes que no se permitirán putas de club en
el funeral. Este es un momento de luto y acogeremos a
hermanos, damas y familiares. No quiero que pase ninguna
mierda a nuestro alrededor.
El siguiente fue Ziggy.
—Investiga cada uno de esos nombres, Zig. Pídele ayuda
a Mad Dog y a Skel si es necesario y pon a trabajar a
nuestro nuevo prospecto, pero hazlo antes de que lleguen
todos.
Dirigiéndose a Beast, no ordenó, le preguntó.
—Beast, vamos a tener muchos de nuestros hermanos
viniendo a nuestro club. ¿Rider y tú abrirán su casa a
algunos de los presidentes y sus damas?
Rider inmediatamente miró a Beast. Era muy obvio para
todos quien dirigía la casa. Beast asintió.
—Siempre y cuando Rider y yo tengamos voz y voto sobre
quién se muda a nuestras habitaciones. Tenemos a nuestras
mujeres e hijas viviendo en esa casa y no toleraré ningún
asunto divertido en ella. Si aceptan mis reglas, pueden
quedarse.
Dando un suspiro interno de agradecimiento, Hawk
asintió.
—Gracias, hermanos, os agradezco que hayáis abierto
vuestro hogar a nuestros hermanos visitantes. Lo mismo
haré en mi casa. DC y yo nos mudaremos a nuestra casa,
pero mi habitación aquí no estará disponible para nadie. No
permitiré que ninguno de esos bastardos folle en mi cama.
La risa estalló y rompió la tensión que reinaba en la
habitación.
—Joder, algunos de nosotros vamos a tener que ceder
nuestras habitaciones—gruñó Ice—. No me gusta la idea de
que un bastardo se folle a su dama o a una puta de club en
la cama que comparto con mi mujer. Tendré que comprar
una cama nueva cuando esto termine.
—No te preocupes por eso—lo tranquilizó Hawk—.
Tenemos mucho alojamiento para los huéspedes en los
dormitorios. Si no les gusta pueden dormir afuera en el
césped.
Nuevamente las risas resonaron en la habitación.
—Todo el mundo estará esperando una fiesta después del
funeral, como es tradicional. Y se espera que abramos
nuestras puertas para permitir la entrada a todos aquellos
que quieran presentar sus respetos. Tenemos que tener
mucho cuidado con eso. Estamos bajo fuego, nuestras
familias están bajo fuego. No permitiré que seamos
jodidamente vulnerables.
Como era de esperarse, la atmósfera cambió una vez
más.
—¿Cómo vamos a hacer una fiesta para Petey y al mismo
tiempo limitar a que solo sean hermanos y familiares los
que entren por la puerta? No va a funcionar, Prez—dijo Ice
en voz baja.
Hawk asintió con la cabeza.
—Lo sé. Ya he recibido un montón de llamadas y correos
electrónicos de clubes informándome que quieren recorrer
la ruta con nosotros. La forma en que nuestro hermano fue
abatido ha agitado a los del uno por ciento y se niegan a
aceptar un no por respuesta. Significa que vamos a tener
algunos alborotadores dentro de nuestro complejo. A
menos que podamos encontrar una manera de tenerlos
aquí pero no dentro de nuestras paredes.
Boots levantó una mano para llamar la atención de Hawk.
—Jefe, ¿qué tal si cortamos el césped del lote de al lado y
colocamos una gran carpa para pasar el día?
Transportamos esos baños móviles en camiones y los
instalamos en la parte trasera y colocamos grava en la
parte delantera para un estacionamiento. Todos estarán
aquí, pero no dentro de nuestra casa club. Instalamos luces
de seguridad y patrullas alrededor del perímetro del campo
para que el lugar de Beast y Rider, así como la casa club,
estén protegidos. Y restringimos el acceso a la carretera
que conduce a sus casas.
—¿Qué opináis, hermanos?—preguntó Hawk mientras sus
hermanos asentían.
—Esa es una jodidamente buena idea—dijo Bulldog
mientras asentía—. Mantiene nuestra casa club fuera del
alcance de cualquiera que no sea parte del del Iron Dogz
MC. Me gusta.
—Estoy de acuerdo con Bulldog. —Ice asintió en señal de
acuerdo.
—¿Alguien que piense que no es una buena idea?—
preguntó Hawk.
Ninguna mano se levantó.
Hawk golpeó la mesa con el martillo y miró alrededor de
la habitación.
—Entonces eso es lo que va a pasar. Como la idea es tuya,
eres el encargado de acondicionar el espacio, Boots.
Cualquier cosa que necesites habla con Ice o Kid.
Ahora había llegado el momento de la última parte del
asunto funerario.
—Acompañaremos a nuestro hermano en su último viaje
desde la funeraria a la iglesia y de allí al cementerio. Luego
emprenderemos el camino a casa. ¿Puedes revisar nuestras
opciones para las mejores rutas, Sin?
Sin asintió.
—Estoy en ello, jefe. Te la traeré una vez que haya
confirmado la jurisdicción tanto con el JMPD como con el
CTMPD7.
—Bien. ¿Algún otro asunto que debamos discutir hoy? —
Hawk se sintió aliviado cuando no aparecieron manos ni
nadie golpeó la mesa.
Golpeando bruscamente el martillo, terminó la iglesia.
—Id y tened jodidamente cuidado ahí fuera. Nadie viaja
solo o desarmado. Si veis algo fuera de lo común, llamad.
Mientras salían de la capilla, las puertas de entrada se
abrieron y DC entró empujando a Dollar en una silla de
ruedas. Fueron rodeados de manos amigas antes de que su
mujer pudiera pedir ayuda.
Hawk observó cómo ayudaban a sus hermanos heridos a
sentarse en los sofás y los ponían cómodos. Todos tenían un
aspecto horrible. Marcados por el dolor y blancos como
malditos fantasmas. No necesitaban estar sentados en la
sala común, se suponía que debían estar en la puta cama,
recuperándose. Tomando una decisión rápida, Hawk hizo
un gesto a Beast, Wolf, Boots y Spook.
—Instalad a nuestros hermanos en sus habitaciones, se
ven jodidamente horribles. Necesitan descansar porque los
quiero en la iglesia el lunes por la mañana. Necesito un
informe sobre lo que ocurrió exactamente durante el
ataque.
—En ello, jefe. —Hawk observó cómo Beast hacía lo que
le había pedido. El ceño fruncido que había desaparecido
después de que reclamara a su dama había vuelto con toda
su fuerza. Mierda.
Cuando una pequeña mano se deslizó dentro de la suya,
finalmente se relajó. Su dama estaba en casa a salvo.
Beast
Por fin había terminado la maldita iglesia y podía volver a
casa con su dama. Pero justo cuando estaba a punto de
salir, DC entró por la puerta principal con sus hermanos
heridos. Estaba planeando quedarse el tiempo suficiente
para estrecharles la mano y luego largarse, pero su
presidente tenía otros planes para él.
Estaba de guardia como niñero. Sabía lo que quería su
jefe sin que él dijera una palabra. Se suponía que Beast se
encargaría de que las putas se mantuvieran alejadas
mientras los hermanos recuperaban sus fuerzas. Tendría
que ser creativo. Y lo creativo significaba guardia en las
habitaciones. Solo tenían cuatro prospectos, uno de los
cuales era jodidamente nuevo, Wrench y Sam en la lista de
lesionados. Al menos ese número aumentaría cuando
llegaran los gemelos.
Acompañar a los hermanos escaleras arriba hasta las
habitaciones de invitados fue la parte fácil; estaban
demasiado débiles para protestar. Terror, Owen, Will y
Kobus se turnarían para cuidar a los hermanos y tenían
órdenes estrictas con respecto a las putas. La regla de
Hawk de que a ninguna de ellas se le permitía subir las
escaleras se aplicaría sin excepción alguna.
Su cuidado sería supervisado por la tía Beryl y no había
manera de que ella permitiera que las putas se acercaran a
sus hijos. Una vez hechos los arreglos, Beast pudo por fin
regresar a casa, donde su dama se estaba recuperando en
la cama. Gracias a la mierda por Penny. Ella se había hecho
cargo de cuidar a sus hijas mientras Tori estaba en el
hospital y Beast estaba jodidamente preso.
Mientras caminaba por la sala común, Rider se unió a él y
salieron a buscar sus motos.
—Vámonos de aquí y vayamos a casa con nuestras
mujeres—gruñó Beast mientras pasaba la pierna por
encima de la moto y se sentaba. Se subió el pañuelo hasta
la nariz y se colocó el gorro en la cabeza antes de salir
lentamente.
Cuando pasaron por la pradera abierta entre su casa y el
complejo, redujo la velocidad y se detuvo. Rider se detuvo a
su lado y ambos midieron el tamaño del lote. Si Beast se
saliera con la suya, la carpa y toda esa mierda se
instalarían más cerca del club que de su muro delimitador.
Iba a ser jodidamente ruidoso y no quería que eso
molestara a sus bebés.
—Va a ser jodidamente ruidoso. —Rider se hizo eco de
sus pensamientos—. Y si Delene pierde el sueño, Penny se
enojará.
Beast entrecerró los ojos mientras miraba el terreno.
—Quizás tenga un plan. Hablaré con Boots y veré qué
piensa. Necesitamos orientar la carpa y todo eso para que
el ruido se dirija hacia la casa club y no hacia nuestra casa.
Rider asintió.
—Veo a que te refieres. Joder, vayamos a casa, demos la
noticia y acabemos con esta mierda. Nuestras mujeres no
estarán contentas de tener extraños en nuestra casa.
Condujeron el resto del camino hasta su casa, saludaron
con la cabeza a los hermanos que estaban de guardia en la
puerta y la atravesaron, rodearon el costado de la casa
hasta los garajes laterales y entraron. Después de lo
sucedido habían decidido que ya no se dejarían vehículos
en el camino de entrada frente a la casa y como había una
puerta del garaje al lavadero, la usarían a partir de ahora.
Significaba que podían trasladar a sus familias con
seguridad a cualquier vehículo que fueran a utilizar.
Beast entró a la casa, subió a su habitación y sonrió
cuando vio a su dama y a sus hijas profundamente
dormidas en la amplia cama. Su mujer estaba en el medio
con una niña a cada lado.
Se quitó el chaleco y lo colgó en una percha en el
vestidor, se quitó las botas y las colocó en un estante.
Volviendo silenciosamente a la habitación, levantó el
edredón y llevó a Jossy a su cama. La arropó, la besó en la
frente y luego regresó por su pequeña. Hizo lo mismo con
Ellie. Sabía que no era el momento adecuado para tomar
una siesta, pero a la mierda. Quería pasar algo de tiempo
con su dama ahora mismo.
—Sassy, guardia. —Ella se acostó entre las camas, con el
hocico en las patas y lo vio irse.
Una pequeña sonrisa curvó sus labios mientras regresaba
a su habitación y cerraba la puerta.
Sintió sus ojos sobre él mientras se desnudaba y se metía
en la cama junto a ella.
Capítulo 31
Beast
Tomándola entre sus brazos, la colocó sobre su pecho y le
dio un beso en el cabello.
—¿Estás bien? —Su voz era suave y soñolienta.
—No, cariño, no lo estoy. No puedo sacarme de la maldita
cabeza que casi te pierdo. Tenerte en casa y en mis brazos
ayuda, pero pasará un tiempo antes de que te pierda de
vista.
—Estoy bien, Max. —Su triste susurro y el uso de su
nombre casi lo destrozaron.
—No, cariño, no lo estás. Puedo escucharlo en tu voz.
Tienes que dejarlo ir, mariquita. Mis hermanos sabían lo
que podía pasar y lo aceptaron, al igual que el resto de
nosotros. Vivimos duro y no morimos fácilmente. Es la vida
que elegimos para nosotros—intentó explicarle Beast.
—Estoy triste porque Petey no merecía morir así.
—Apuesto a que, si pudieras preguntarle, te diría que es
la mejor manera de irse, cariño. Estaba en su moto
haciendo lo que amaba. Montar.
Suspiró y Beast decidió probar otra forma de concentrar
su mente en algo bueno. Deslizando su mano dentro de sus
pantalones cortos de dormir y sus bragas, tomó su nalga
desnuda en su mano y la apretó.
—¿Qué estás haciendo? —Su voz todavía era suave pero
ahora tenía una nota sin aliento.
—Jugando con el culo de mi mujer. Extrañaba tener mis
manos encima de ti, cariño. —Beast deslizó la otra mano
debajo de su camiseta y acarició su vientre y luego cubrió
una de sus pequeñas tetas. Ser capaz de meter todo su
seno en su mano lo excitaba totalmente. Se sentía como si
fuera su dueño cuando hacía eso. Era extraño, lo sabía,
pero aun así era jodidamente increíble.
—¿Qué pasa con las niñas?
—Están tomando una siesta y Sassy las está cuidando.
Tenemos algo de tiempo—dijo Beast en voz baja mientras
cuidadosamente la giraba boca arriba y se balanceaba
sobre su codo para mirarla. Su mano acarició su vientre—.
Necesito follarte, cariño, tengo esta necesidad de
asegurarme de que realmente estás aquí, que estás viva.
¿Crees que tu espalda puede soportar que te haga el amor?
Levantando la mano, tomó su mandíbula y su pulgar le
acarició la mejilla de un lado a otro.
—También te extrañé. Bésame, Max. —Sus ojos nunca
dejaron los de él mientras bajaba la cabeza, solo los cerró
cuando sus labios se encontraron.
Beast se hundió en su boca ligeramente abierta, la besó
suavemente, chupó su labio superior y deslizó la lengua
sobre él antes de soltarlo. Pasó la lengua por su labio
inferior y respiró jadeante. Sabía a menta y a Tori.
Chupando su labio inferior, lo recorrió suavemente, luego
abrió más la boca y deslizó la lengua dentro, donde se
encontró con la de ella. Sus lenguas se entrelazaron y se
deslizaron una contra la otra. El beso no se parecía a
ninguno de los que habían compartido antes. Se adueñó de
los dos.
Retrocediendo, se arrodilló junto a ella y rápidamente se
deshizo de su pijama y lo arrojó al suelo junto a la cama. Su
piel pálida, casi translúcida, lo llamó y pasó las manos
sobre ella, sin omitir ni un centímetro de su hermosa piel.
Desde los dedos de los pies hasta el cuello, él la acarició,
besó, lamió y mordió. Mordiscos suaves que marcaban,
pero no dolían. No quería lastimarla, nunca más. Ya le
había hecho bastante daño cuando era joven y estúpido.
Su mariquita jadeó y gimió suavemente mientras adoraba
su cuerpo y Beast sonrió contra el hueso de su cadera
mientras lamía y mordía suavemente. Subió lentamente
dejando una estela de beso hasta llegar a sus pezones de
color rosa pálido. Los lamió, sin tomarlos nunca y su chica
se arqueó tratando de que se los llevara a la boca. Él
alternó entre sus senos, dibujando líneas alrededor de cada
uno con la lengua antes de engullir uno y chuparlo con
fuerza, luego alejó la boca hasta que solo su pezón estaba
dentro. Pasando la lengua sobre éste, lo mordió
ligeramente, provocando un gemido de ella. Soltándolo, le
dio el mismo tratamiento al otro pecho antes de soltarlo y
comenzar a besar su vientre. Chupó su piel tersa y dejó sus
marcas hasta la parte superior de su coño casi
completamente sin vello.
Miró a su mujer jadeante y sonrió ante la lujuria que
brillaba en sus ojos.
Tocando el mullido montículo con un dedo, sonrió
maliciosamente cuando ella jadeó.
—Voy a morder este coñito, cariño. Voy a morderlo y
dejarte mi marca para que cada vez que mires hacia abajo
sepas a quién pertenece.
—¿Qué? —Ella frunció el ceño confundida, pero Beast no
la dejó confundida por mucho tiempo.
Se lo metió en la boca y mordió con fuerza, pero no
demasiado, y después chupó con fuerza. Sabía que con su
tipo de piel iba a dejar una marca que permanecería allí
durante los próximos días.
Ella se retorció y jadeó.
—¿Qué estás haciendo? Beast, oh virgen santísima.
No pudo evitarlo, la soltó y se echó a reír. Era tan
jodidamente tierna. Dando palmadas a su coño con fuerza,
él la miró.
—No soy tierno mientras paso tiempo con mi coño,
cariño.
Ella resopló como si estuviera enojada, lo cual él sabía
que no era así.
—No es tuyo, es mío.
Beast le sonrió y lamió su raja, después golpeó con el
dedo la marca roja oscura que le había hecho.
—Esto de aquí dice que este coño me pertenece, cariño.
Mis dientes y labios hicieron esta marca. Este coño es mío.
—Uf, eres un neandertal—suspiró ella.
—Puede que lo sea, cariño, pero soy tu neandertal.
Siempre tuyo—dijo Beast y bajó la cabeza.
Había terminado de hablar, tenía hambre y era hora de
comer. Y comer fue lo que hizo. La lamió y chupó,
deleitándose con los estremecimientos que sintió en su
lengua cuando la deslizó dentro de ella. Chupando su
clítoris, deslizó dos dedos dentro y lentamente la folló
mientras pasaba la lengua alrededor del pequeño clítoris.
Supo que estaba cerca cuando sus músculos interiores
comenzaron a contraerse. Continuó hasta que ella gimió y
se arqueó, corriéndose en sus dedos y contra su boca.
Siguió hasta que ella se calmó, después retiró los dedos y
lamió sus jugos.
Sentándose sobre sus rodillas, levantó las caderas
femeninas y las deslizó sobre sus muslos, después deslizó
las manos debajo de su cuerpo, sosteniendo su espalda, la
agarró por los hombros y la levantó hasta que estaba
sentada sobre sus muslos. Observó su rostro todo el tiempo
y todo lo que vio fue pasión y lujuria en esos hermosos ojos
verdes.
—Levanta el culo, cariño, méteme dentro de ti—susurró
contra sus labios mientras la besaba.
Él se estremeció cuando sus pequeñas manos rodearon
su polla y la levantaron alejándola de su vientre. El calor de
su coño lo quemó cuando ella deslizó la punta a través de
su coño y la cubrió con sus jugos. El calor se volvió nuclear
cuando lo alojó en su entrada y lentamente, oh, muy
lentamente, se deslizó sobre él. Ambos gruñeron.
Estaba tan jodidamente apretada que sabía que tenía que
haber dolor y placer mientras se deslizaba dentro de ella.
Él la agarró por las caderas y la ayudó a deslizarse hacia
abajo hasta que quedó completamente alojado en su coño.
La detuvo cuando quiso moverse, quería que se adaptara a
su tamaño antes de permitirle moverse.
—Rodéame con tus piernas, cariño, no quiero que te
lastimes la rodilla ni la espalda. Yo haré el trabajo, tú sólo
me rodeas con esas hermosas piernas y te sujetas, ¿vale? —
murmuró Beast mientras pasaba las manos por su espalda
y su culo antes de colocarlas sobre sus caderas.
Con su mujer estaba ubicada de la manera que él quería,
comenzó a follarla. Se sentía jodidamente increíble. Pero él
quería más. Caminando de rodillas hacia el cabecero, soltó
una mano y arrojó las grandes almohadas detrás de su
espalda. Luego la inmovilizó allí con su cuerpo más pesado.
Y comenzó a empujar, lento y profundo. Ella trató de
acelerar las embestidas levantando las caderas, pero él se
negó a obedecer.
—Lento, cariño, lento y fácil. Quiero que esto dure—dijo
Beast mientras se inclinaba y le daba besos con la boca
abierta en el cuello mientras mantenía sus estocadas lentas
y profundas.
Mierda. No sabía cuánto tiempo podría mantenerlo lento,
pero iba a morir en el intento. Un placer como nunca antes
había sentido invadió su cuerpo mientras sus pequeñas
manos le acariciaban los pectorales y bajaban por su
espalda. Sus uñas cortas le arañaron la piel de la espalda,
pero a él no le importó. Siguió empujando lenta y
profundamente.
—Por favor, por favor, Max, más rápido. Necesito que te
muevas más rápido, cariño—jadeó ella contra su cuello,
mordiendo y chupando con fuerza. Su mujer le estaba
dando un maldito chupón. Sonriendo, dejó caer la cabeza y
le dio uno a cambio.
Siguió empujando profundamente, asegurándose de
golpear su clítoris al final de cada estocada. Retorciendo
sus caderas para frotarse contra ella antes de retroceder y
hacerlo todo de nuevo. No sabía cuánto tiempo podría
seguir así porque sentía que su clímax amenazaba con
apoderarse de él. Por las contracciones que sentía contra
su polla sabía que ella también estaba cerca. No iba a tocar
su clítoris, quería ver si podían correrse así. Con él
empujando dentro de ella y frotando su clítoris.
Ambos gemían mientras él continuaba torturándolos con
sus lentas estocadas. Estaba tan profundamente dentro de
ella al final de cada una que se estremecía al retirarse. No
quería retirarse, quería quedarse allí pero su cuerpo tenía
otras ideas.
Y entonces ya no pudo ir despacio. Sus caderas la
embistieron y comenzó a follarla con fuerza. Ella lo agarró
por los hombros, lo mordió y gritó su orgasmo contra su
piel.
Beast estalló dentro de ella, se empujó profundamente y
su polla se sacudió mientras se corría. Apretándola fuerte
contra él, se mantuvo enterrado profundamente mientras
se estremecían y temblaban de placer.
Con la cabeza en su cuello, Beast besó su hermosa piel y
le susurró al oído.
—Acabamos de hacer a nuestro hijo, amor. Lo siento en
mi corazón y en mi alma.
Porque era así. Lo sentía en lo más profundo de su alma y,
a diferencia de sus hijas, la comprensión de que había
gestado una vida lo llenó de alegría.
Puede que eso fuera una mierda, pero era la verdad.
Arrastró su mano hacia abajo hasta que pudo apoyarla
sobre su vientre. Justo encima del lugar donde su hijo
pronto se instalaría y comenzaría a crecer. Mirando su
mano y donde su polla todavía estaba enterrada
profundamente dentro de la mujer que significaba todo
para él, finalmente se sintió completo.
Él nunca iba a dejarla ir. Criarían a sus hijas como lo
harían con los niños que engendraran juntos.
—No puedo esperar a ver cómo te hinchas con mi chico,
amor. Te verás tan jodidamente sexy. —Beast le pasó la
mano por el vientre y sonrió cuando ella resopló.
—Voy a parecer como si me hubiera tragado una calabaza
de Halloween con tu descomunal engendro dentro de mí, lo
sé—bromeó ella.
—Pero qué jodidamente sexy traga calabazas vas a ser,
mariquita. —Beast se rio y se empujó profundamente
dentro de ella mientras su polla comenzaba a ablandarse
lentamente.
—Vas a limpiarnos, mariquita. Agárrate fuerte mientras
vamos al baño.
Beast deslizó las manos debajo de su culo y salió de la
cama, caminando hacia el baño con su polla todavía dentro
de ella. Una polla que volvía a estar semidura.
Levantándola lentamente de su polla, la dejó junto a los
lavabos y agarró una toallita. Enjuagándola con agua
caliente, procedió a limpiar a su mujer y luego a él mismo.
Cuando terminó, la levantó y la llevó de regreso a la cama.
Una cama que lucía una mancha húmeda justo en el
medio de la maldita cosa. Mierda.
—No voy a acostarte en el maldito lugar húmedo, cariño.
—Él frunció el ceño ante su sonrisa, sacudió la cabeza y
regresó al baño.
Volviendo a la cama, la dejó de pie y extendió la toalla
sobre la zona húmeda. Una vez hecho esto, la ayudó a
ponerse el pijama, agarró un par de pantalones cortos para
dormir, abrió la puerta y se metió en la cama.
Acercándola a su pecho, la rodeó con los brazos y suspiró
de satisfacción. Movería el cielo y la puta tierra para
mantener a su familia a salvo y sabía que sus hermanos
harían lo mismo.
Cuando su mariquita finalmente se relajó contra él y se
durmió, se permitió relajarse también.
Estaba en casa, con sus bebés y el amor de su vida, y
ellas estaban a salvo.
Ellas estaban a salvo y él lucharía y sangraría para que
siguieran así.

Fin
THE IRON DOGZ MC
SEDE JOHANESBURGO

OFICIALES
Presidente - Cole “Hawk” Walker – Su dama - Jasmine
“DC” Michaels/Crow
Vice Presidente - Gray “Ice” Walker – Su dama – River
Anderson
Sargento De Armas - Nathan “Kid” Warne
Ejecutor - Joseph “Beast” Van Den Bergh
Capitán de Ruta - Carl “Sin” Smith
Seguridad & Tecnología - Ryan “Jagger” Du Plessis
Oficial de Información - Nolan “Ziggy” Porter
Tesorero - Griffin “Spider” Walker
Secretario - Edwin “Kahn” Naidoo – Su dama - Lavashni
“Vash” Naidoo
Capellán - Gabriel “Bulldog” Walker – Su dama - Susan
“Suzy” Walker

LUGARTENIENTES
Lodewyk “Boots” Schoeman
Warren “Spook” Hoffmann
Shane “Wolf” Edwards
Jason “Scar” Quinn

MIEMBROS
Jason “Dizzy” Mitchell
Marnus “Rider” De Ridder - Novia - Penny De Klerk
Clayton “Dollar” O’Donnell
Duma “Bullet” Baloyi
Steven “Army” Patel
Christoph “Buzz” Esterhuizen – nueva transferencia
Chrisjan “Ratel” Meintjies – nueva transferencia
Colin “Petey” Peterson
Johan “NikNak” Bezuidenhout

PROSPECTOS
Sam Du Plessis (El hermano menor de Jagger)
Owen Maharaj
Kevin “Wrench” Clarkson (River le dio su nombre de
carretera)
William “Will” Randal
Terrance “Terror” Makhubela (El mejor amigo de Sam)
Kobus Pretorius

ANTIGUOS
Gabriel “Bulldog” Walker – Ocupa el cargo de Capellán
Fred “Flash” Warne – Su dama - Esther “Essie” Warne
Ted “Taxi” Cox
Koos “Buffel” Bosman
Kobus “Krokodil” Schutte

NOMADAS
Stone
Cracker
Venom
Leeu
Jakkals

FAMILIA
Beryl David – La hermana viuda de Bounty y Bulldog
Walker
Gail & Johan Van Der Walt – La hija mayor de Bulldog.
Tiene dos hijas pequeñas, está embarazada de gemelos
Genna Walker – La hija menor de Bulldog
Engela “Slim” Esterhuizen – La hermana de Buzz
Esterhuizen
Duncan Martins – El hijo de River con Dylan “Sparrow”
Martins
Delene De Ridder – La bebé de Rider and Penny
Esther “Essie” Warne – La madre de Kid Warne. Renunció
a su hombre “Flash” Warne.
Jane Warne (Out Bad) – La hermana Kid Warne. Enemiga
del Iron Dogz MC
Harmony Pretorius – Esposa del prospecto Kobus
Pretorius

Ten en cuenta que algunos de los personajes


mencionados anteriormente aún no han aparecido en los
libros.

RECETA
Haz tu propio Springbokkie (¡Cuidado, patea!)
En un vaso alto vierte lo siguiente:
3 partes de licor de menta
1 parte de licor de Amarula
Vierta la Amarula para que flote encima del licor de
menta.
¡Ya sabes qué hacer a continuación!
EL CONO del SILENCIO

Traducción
Colmillo
Corrección
La 99
Edición
El Jefe
Diseño
Max
Notas

[←1]
[←2]
¡Go fish! es un juego de naipes sencillo. El número de jugadores es
variable y está comprendido entre dos y seis. Se utiliza una baraja
francesa a la que se le retiran los comodines.
[←3]

La Sportster es una línea de motos fabricadas desde 1957 por


la compañía Harley-Davidson. Los modelos Sportster se designan con el
código de producto comenzando con "XL" haciendo referencia al que en
su día fue un modelo eXperimental Ligero.
[←4]
Boerboel es una raza canina de moloso de tipo dogo originaria de
Sudáfrica, proviene principalmente del cruce entre Bullmastiff, Gran
Danés y Bullenbeisser, este último ya extinto. Se trata de una raza muy
apta para la guardia, defensa personal y trabajos pesados. Los primeros
ejemplares datan del año 1600.
[←5]
Johannesburg Metropolitan Police Department/Departamento de Policía
Metropolitana de Johannesburgo.
[←6]
[←7]
Construction Traffic Management Plan Department/Departamente de
Plan de Gestión del Tráfico.

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