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Australopithecus, una especie extinta de primate africano que vivió hace unos 3,9

millones de años, caminaba erguido y se alimentaba de frutas y hojas. Pero a pesar de sus
cerebros pequeños, se cree que influyeron en la evolución humana. Paranthropus, una
rama de los australopitecos, duplicó el gen SRGAP2, afectando el cerebro humano. Los
fósiles muestran cambios en las manos de Australopithecus.
MORFOLOGIA: El Australopithecus tenía un cerebro grande, aproximadamente el 35% del
tamaño de los humanos modernos y medía entre 1,20 y 1,40 metros de altura. A pesar de
tener faciales primitivos, en su mayoría caminaban erguidos. Algunas especies exhibieron
un dimorfismo sexual significativo, siendo los machos hasta un 50% más grandes que las
hembras, a diferencia de los humanos modernos.

Variación entre especies: El consenso actual indica que las especies aethiopicus,
boisei y robustus pertenecen al género Australopithecus, que probablemente desciende
del linaje Australopithecus. Paranthropus muestra diferencias morfológicas significativas
con Australopithecus, lo que sugiere un comportamiento bastante diferente al de sus
ancestros.

DIETA: Australopithecus comía principalmente frutas, verduras, tubérculos y animales


pequeños. Los estudios comparativos muestran diferencias en el desgaste de los dientes,
lo que sugiere una dieta variada. El esmalte dental puede descomponerse y adaptarse a
alimentos abrasivos como tubérculos y cereales, incluso si la dieta habitualmente era
vegetariana, dependiendo del desgaste de los dientes.

Evolución: Anamensis puede estar relacionada con Ardipithecus ramidus y tiene


similitudes con Sahelanthropus. Los australopitecos, que aparecieron en África hace unos
3,5 millones de años, tenían características de los grandes simios y de los humanos
modernos. Huellas fósiles encontradas en Laetoli, Tanzania, muestran que los humanos
eran bípedos hace 3,6 millones de años. La diferencia entre humanos y chimpancés se
estima en 5 a 6 millones de años, pero especies anteriores como Sahelanthropus
tchadensis y Orrori tugenensis cuestionan esa estimación.

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