Está en la página 1de 22

UN JUDÍO LLAMADO JESÚS.

Un tal Jesús se encontraba en Galilea, cuidando de su hogar y sus


hermanos, manteniendo la economía de la casa y ayudando a su
madre a sostener las necesidades propias de una familia numerosa en
Galilea. Al ser el mayor de sus hermanos, y después de la muerte de
su padre José, tomó la batuta como el patriarca de su casa, sin dejar
de lado el estudio de las escrituras de la toráh1 y el tanaj2, algo que le
apasionaba de un modo inquietante y poco común entre los habitantes
de Galilea, ya que la tasa de alfabetización era baja y ciertamente,
otras eran las preocupaciones de sus vecinos. Sin embargo, Jesús
destacaba por su sabiduría y su virtud, algo que a sus cortos 27 años
era más que destacable.

La Carpintería se le dio de maravilla. Era reputado como uno de los


mejores en su arte. Sus sillas y mesas se comerciaban a una alta
demanda en Siria y en Decápolis. Pese a su humilde origen, podía dar
a sus hermanos y hermanas, como también a su madre, la posibilidad
de vivir bien y sin necesidad, aunque no con lujos. Pero no porque no
alcanzara, sino porque prefería donar un excedente considerable, y en
secreto, a los más necesitados. También le gustaban mucho los
animales, y más de una vez tuvo problemas con algunos religiosos por
acercarse a algunos de estos que se consideraban inmundos. Muchos

1
La Toráh es el conjunto de los libros que acá en occidente conocemos como el pentateuco: Génesis, Éxodo,
Levítico, Números y Deuteronomio.
2
Este es el conjunto de libros que denominamos antiguo testamento, y que varía según dependa la Biblia que
tengas. La Vulgata Latina (que es la Biblia que se ocupa en las iglesias católicas) posee dentro de sí siete
libros más que la Reina Valera o la Nueva Versión Internacional (Biblias comunes en denominaciones
protestantes) no tienen: Baruc, Sabiduría, Tobías, Eclesiástico, Judith y los libros de primera y segunda de
Macabeos. Estos libros se consideran dentro del estudio del judaísmo.
gatitos y perritos se acercaban a él cuando trabajaba en su taller. Y
comida y refugio tampoco les faltaba.

Este hombre tenía un aura especial. Muchos hombres lo admiraban y


recurrían a él para hablar de un montón de temas, y pedir multiplicidad
de consejos. Y tampoco las mujeres sacaban de él sus ojos.

Jesús nunca fue un mujeriego, aunque si su parte humana lo hubiese


dominado, el poder para serlo lo tenía de sobra. Al ser descendiente
de David, se notaba ese carácter y ese atractivo tan característico de
su linaje. Las malas lenguas decían que tenía una relación de
concubinato con dos chicas romanas que iban constantemente a verlo
para trabajar y comprar sus productos, puesto que sus padres,
oficiales romanos quedaron encantados con los muebles que había
vendido a ellos mismos hace unos meses atrás. Se sabe de una chica
griega llamada Artemisa con la cual salía a caminar en las tardes,
cuando apenas pasaba los 21 años. Sus compatriotas judías tampoco
quedaban atrás en su admiración hacia él, puesto que veían en él un
hombre que potencialmente sería un buen padre de familia, protector y
proveedor que ya se quisiera una mujer moderna. Incluso se dice que
estuvo a punto de comprometerse con la hija de un rabino, lo cual
nunca pudo confirmarse. Jesús era, para sus vecinos, el arquetipo de
un varón valiente y esforzado3.

Sin embargo, pese a que Jesús era un hombre ejemplar a su corta


edad, ello no obstaba que la envidia y la enemistad hacia su persona
existiera. Más de una vez era insultado por presuntamente ser hijo de

3
Si tu lees el antiguo testamento, te darás cuenta que Dios elige para sus planes y para la liberación de Israel
de manos de sus enemigos a varones valientes y esforzados. Este patrón es el que hace destacar a un hombre
común de sus semejantes, más allá de los defectos que posea.
una relación extramarital de su madre María, con un soldado romano.
Aunque claro, esto no obstó de que en algún momento perdiera los
estribos y derribara de un golpe a quien lo insultara. No es algo de lo
que él se sintiera orgulloso, pero su celo de defensa hacia su madre
era algo de lo cual temían todos aquellos que lo conocían. A sus 17
años peleó el sólo contra cuatro tipos de distintas edades, quienes lo
agredieron primero y a los cuales derribó sin mayores problemas,
como si un gigante abatiera cuatro soldados juntos. Desde esa edad,
nadie nunca más volvió a insinuar siquiera un insulto hacia su
persona. Como digo, no es algo de lo cual Jesús se sintiera orgulloso.
Incluso, es más: Jesús se disculpó con ellos y sus familias,
regalándoles a modo de restitución muebles de su fabricación. Esto,
desde luego, desconcertó a una sociedad que tenía un dogma
relacionado estrechamente con el Código de Hammurabi: ojo por ojo,
diente por diente. Fue la ultima vez que Jesús peleó mano a mano con
otros hombres.

Su madre sentía orgullo con él, y una protección especial respecto de


sus hermanos. Pero al mismo tiempo, al mirarlo, se notaba dentro de
ella una extraña sensación de nostalgia y melancolía, como si tuviera
que entregarlo a una causa mayor.

Con sus hermanos tenían una relación cercana, pero lo veían mas
como un padre que como un hermano. Sus sobrinos lo conocían y
eran bastante cercanos a él. La familia de Jesús se veía super unida a
él, y él a ellos. Solo faltaba que él formara su familia. Cuando se le
preguntaba por ello, el guardaba silencio y eludía sus respuestas.
Nadie insistía en ello después.
Sin embargo, una chica parecía estar en la mente de Jesús, más de lo
que debía estarlo: Ahinoam. Se conocían hace menos de un año.
Ahinoam era hija de una mujer judía que había nacido en Grecia 4 y un
hombre griego, comerciante y filósofo. Este era cliente y amigo de
Jesús, y con él conversaba siempre que podía, sobre lo humano y lo
divino. Ahinoam amaba a Jesús, y Jesús la veía a ella con una
especial atención. Ambos compartían en familia muchas veces.
Ahinoam, al ser mestiza, no era bien vista por sus compatriotas, pero
ello no le importaba a Jesús en lo absoluta. Esas diferencias raciales,
étnicas y culturales para él carecían de sentido. Jesús salía con ella, y
ella amaba salir con Jesús. En su mente, ella deseaba casarse con
Jesús y formar una familia. Pero una cosa frenaba la relación de
ambos: Ahinoam era politeísta. Seguía la religión de sus padres,
adorando a Zeus, Afrodita y otros dioses del panteón griego. Jesús
nunca la juzgó por ello, y Ahinoam tampoco a Jesús por su fe. Pero
Jesús fue claro en marcar un límite: su matrimonio iba a ser yugo
desigual. Esta línea roja era el gran freno de su relación. Pese a todo,
ambos siempre se respetaron, y nunca cohabitaron ni se conocieron
en la intimidad, porque las costumbres judías lo impedían.

Aun así, Ahinoam amaba a Jesús.

Un día, Jesús caminaba solo un viernes por la noche, a orillas del mar
de Galilea. Había dejado el taller listo y había hablado con su familia
que esa tarde no podría estar presente, sin perjuicio que quería que
compartieran con Ahinoam y su familia. Muchos pensamientos corrían
por su mente y por su cabeza ¿puede un judío tener una relación con

4
Es decir, solo judía de nacimiento, pero con creencias y costumbres griegas.
una mujer pagana? ¿Cómo el Dios del universo y Dios de dioses
podía convivir con otros que en todo momento querrían ocupan su
lugar? ¿Quién liberaría a sus vecinos y hermanos griegos y romanos
de la idolatría y el desconocimiento de YHWH? ¿Cómo lograr llevar la
ley de Dios y su misericordia a todos los confines de la tierra, si la
religión que él practica no cree en el convencimiento a los gentiles?
¿con que sentido vino él a la tierra? Todas estas dudas las tenía hace
tiempo, pero una semana antes tuvo un sueño, donde una voz lo
llamaba desde la costa en la que él ahora caminaba, y solo decía una
cosa: “Jesús, hijo mío, ven”. Por esa razón decidió ir de noche un
Sabbat5 para meditar, pensar y buscar a Dios. Y así mismo, encontrar
respuestas. Ya de noche, mirando la luna llena en el mar de Galilea y
en el silencio de la noche, con más de una sorpresa se topó.

¿SIERVO O ENEMIGO?
5
Sábado. Los judíos consideran que el sábado empieza en el atardecer y anochecer del viernes.
- Tiempo que no nos vemos- Dijo Jesús sin inmutarse, con los
ojos cerrados, pero en dirección hacia el horizonte del mar de
Galilea, con la luz de luna brillando fuertemente.
- No he tenido razón para venir antes, salvo ahora- Respondió el
ángel acusador.
- Siempre estás al acecho, no pasas desapercibido en el mundo
espiritual – respondió Jesús.
- No es mi intención hacerlo – Dijo de vuelta el ángel acusador.

Satán apareció cerca de Jesús, no como lo describe la mitología de la


edad media, como un sátiro de color rojo, con cuernos y tridente, sino
como lo que en realidad es: un ángel. Sin embargo, su apariencia
terrenal era la de un hombre vestido con una armadura negra y una
capa del mismo calor; estaba encapuchado, solo mostrando sus ojos,
de un color amarillo luminoso y penetrante; sobre su armadura, tenia
una capa grisácea, la cual escondía detrás de si un escudo, y en su
cintura, una espada. Su nombre no es satán, ya que en hebreo esta
palabra es un verbo que significa obstáculo. Este ángel acusador es
un siervo de Dios que busca apartar a las personas y otros seres de
su comunión y relación con Dios. Busca enceguecerte, que pierdas el
rumbo y luego acusarte, para que pueda recaer sobre ti castigo y
muerte. Es un esbirro del mal. Pero que, en el fondo, sirve a los
intereses de Dios6.

- No vine enviado por tu padre, pero sí por mis intereses – Dijo el


ángel acusador.

6
Léase el libro de Job con esta idea, puesto que de lo contrario ¿podría acaso el eterno caer en tentación?
- Oh, que novedad ¿tienes intereses personales? – respondió
sarcásticamente Jesús.
- La muchacha griega con la que interactúas, Ahinoam ¿No
sientes acaso culpa o recelo al no lograr convertirla a la fe de tu
Dios? Porque parece que no está respetando la primera ley de
estos tipos que se dicen llamar “noájidas7” – Dijo el ángel,
acusando a Jesús de pasividad por no intentar sacar el alma de
Ahinoam de la idolatría – Eso, bien sabes, tiene por pago la
muerte.
- ¿Ahora eres tú el guardián de la ley de Dios? Parece que vas
progresando – Responde Jesús.
- No puedes negar lo obvio – Responde el ángel acusador.
- Si mi padre tiene paciencia a la hora de juzgar a este mundo
¿por qué no habría de tenerla yo? Después de todo, el y yo uno
solo somos. Misericordia y compasión tengo hasta para regalarte
– Responde Jesús.
- Antes prefiero convertirme en humano y tener todas sus
debilidades – Responde con orgullo el adversario.
- Eso se puede arreglar – Responde Jesús, desafiante.
- No he venido a hablar de eso – Evade respuesta el ángel
acusador – vine porque se rumorea en el Regnum Dei8 que hay

7
Ellos mismos se dicen que son un movimiento que no es religioso, pero es imposible no serlo (por más
pretensiones políticas que tengas) si como base de tu doctrina normas que Dios dictó a Noé para regular la
conducta para las naciones. Los noajidas predican judaísmo para no judíos. Se dicen los baluartes del
monoteísmo, y de seguro son monoteístas. Su principal ocupación es pelear con cristianos y tratarlos de
idólatras. Son inteligentes, claro. Saben de lo que hablan. Pero no están ni cerca de conseguir todos los
avances civilizatorios que el mensaje de Cristo a logrado en estos últimos dos mil años. Las leyes de Noé
(Bnei Noaj) son las siguientes: No adorar ídolos, No comer carne de un animal vivo, No cometer inmoralidad
sexual, No asesinar, No robar o hurtar, No blasfemar e instaurar tribunales de justicia que velen por el
cumplimiento de estas normas.
8
Latinismo: Reino de Dios.
una misión para ti, y ella está involucrada. ¿De qué modo? No lo
sé. Y aunque lo supiera, no te lo diría.
- Sé que lo sabes – Responde Jesús – pero no me desgastaré en
ello. Si ella tiene un rol en esta misión, lo sabré a su debido
tiempo. La ansiedad es una debilidad que ya he aprendido a
controlar con virtud, arma que mi padre le ha dado a la
humanidad.
- Al parecer no está teniendo efecto en la mayoría de los
humanos, sobre todo en los del futuro - responde el ángel
acusador.
- No podemos meterle la virtud a la fuerza a las personas, como
tampoco sus vicios – Responde tranquilo Jesús – de lo contrario
¿por qué creamos la razón y la autonomía de la voluntad?
- ¿De verdad hay libre albedrío? ¿De dónde sacas eso? –
Responde soberbia y socarronamente el ángel acusador - ¿No
se supone acaso que todo está en manos de Dios y qué, debido
a ello, no importa lo que uno haga, piense o planifique,
ciertamente siempre se hará su voluntad? ¿Qué clase de libertad
es esa?
- Si no existiera un mínimo de libertad, tú ni siquiera existirías –
Responde Jesús – De lo contrario ¿Cuál es el sentido de tentar a
la gente si sabes que tiene la opción de caer en tentación y
también la de rechazarte? Si no la hubiera ¿Cuál es el sentido
incluso de enviar profetas? Es claro que tus planteamientos son
tramposos.
- Tal vez - Responde aquel ángel - Lo cierto es que quedas
advertido. Esa mujer, Ahinoam, tiene mucho que ofrecerme.
- Vete – Reprende Jesús con un tono severo – Aquí ya no tienes
nada más que hacer.

Después de esto, el ángel acusador se va caminando y desaparece.

Terminada esta conversación, Jesús se inclina de rodillas y comienza


a orar.

A lo lejos, en una colina cercana y en medio de los árboles, se


encontraba Ahinoam, observando a Jesús, y también aquella figura
con la que conversaba a orillas del mar de Galilea.

EL ARCÁNGEL
Después que Jesús acabo de orar, sintió una brisa cálida y una paz
que lo rodeaba. Observando el mar de Galilea, recitaba y cantaba los
salmos que su padre y su madre le enseñaban en fiestas y oraciones
matutinas. No era ninguna novedad que, pese a los buenos y malos
comentarios que sobre su persona circulaban en Galilea, Jesús era
considerado un hombre bastante cercano a una vida religiosa,
conforme a lo que se tenía como estándar en Judea.

Cuando ya acababa de recitar el Salmo 91, Jesús oye una voz que lo
llama desde un árbol al lado occidental de la playa, a unos pocos
metros de su ubicación. Era una voz que le resultaba familiar. No
había una sensación de desconfianza, ni mucho menos terror en el
aire.

Al llegar al árbol, lo esperaba un hombre sentado, cocinando pescado


y con una garrafa de vino, acompañado con un pan sin levadura. Este
estaba vestido con una armadura dorada y una capa blanca, teniendo
su espada y su escudo a un lado, mientras cocinaba y decía a Jesús,
quien llegaba en ese momento:

- Llega justo a tiempo, mi señor – Dijo Gabriel, el mensajero de


Dios.
- La fuerza de Dios habla de modos muy curiosos ¿o no? – Dijo
Jesús, y después sonrió. En ese momento, Gabriel se para y
abraza a Jesús, de una forma muy fraternal, como dos hermanos
que no se veían hace mucho tiempo. Finalizado el saludo,
Gabriel convida a Jesús a comer, y a degustar lo que preparaba.
- ¿Si sabes qué esto molestaría a los más ortodoxos de los
religiosos de Galilea e Israel? – habla Gabriel mientras mastica
su pancito con pescado.
- Los humanos a veces interpretan las normas de mi Padre de un
modo bastante particular, y a veces, hasta extraño.
Sinceramente, a veces no logro entender ese afán de cumplir
estrictamente una norma formal de vestimenta que actuar con
justicia o misericordia con respecto a un prójimo – Dijo Jesús,
con un tono de resignación, pero tranquilidad.
- Veo que empleas con precisión conceptos humanos –
Respondió Gabriel.
- Estos conceptos son solo abstracciones que la razón humana ha
logrado dilucidar gracias a mi padre, que los dotó de una
pequeña parte de su entendimiento y sabiduría – Dijo Jesús con
la seguridad de un maestro de la ley – y ello, los ha llevado, con
sus defectos y virtudes, a ser cada vez más civilizados.
- Precisamente de ello he venido a hablarte. Elohim9 me ha
enviado, y hay una misión que en el Regnum Dei se te ha
encomendado, hijo del hombre10 - Dijo Gabriel, mirando fijamente
a Jesús.
- Aún no es el momento – Dijo Jesús, tranquilamente hablando.
- No es relativo a lo que viniste, sino a otra misión: una que se
hará en silencio, y servirá para el gran propósito de Dios – Dijo
Gabriel.

9
No se trata de un nombre, sino más bien de un título. Algunos lo traducen como “Dios de dioses”; otros
como un titulo que deriva autoridad y poder del creador.
10
Este titulo aparece en el libro de Daniel, y se repite constantemente en los evangelios, al menos en el libro
de Mateo. Se usa en referencia a Jesucristo ¿Qué significa? Te lo dejo como tarea, amigo mío.
- Procede – Dijo Jesús.
- El mundo occidental está esclavizado por sus dioses. Han
avanzado en lo que es el descubrimiento de la razón y las leyes;
pero han descuidado una parte fundamental de su existencia: su
relación con lo divino – En esta parte, Gabriel habla como el
arcángel militar que es – Sus dioses no solo los esclavizan con
sus caprichos, sino que también toman de ellos lo que desean:
mujeres, hijos y propiedades. Por diversión o rabia
descontrolada, atacan arbitrariamente a quién se les ocurre. No
permiten ingresar a casi nadie a la vida eterna y engañan a sus
seguidores con promesas de que sacarán a sus familias de la
muerte eterna si dan esto o esto otro de ofrenda. Algunos les
piden hasta sus propias vidas, para después reírse de ellos y
decirles que no. Tienen sus favoritos, hacen acepción de
personas y hasta sienten envidia de ellos mismos. Sus esbirros,
que son sátiros, ninfas, fantasmas, arpías y otros monstruos
atormentan a cientos y miles de personas, quitan de sus familias
a sus hijos o nietos y se los entregan al capricho dionisiaco de
sacerdotes locos. Son dioses que no tienen una relación de
intimidad con los suyos, y que solamente los ven como objetos e
individuos que pueden utilizar a su antojo. Es tanto así, que
méritos como justicia y virtud son predicados por sus filósofos,
pero no por sus dioses, salvo en ejemplos concretos, pero de
individuos que ni siquiera son dioses, sino hijos de los mismos,
pero nacidos de la lujuria y el capricho, a los cuales abandonan y
solo consideran cuando necesitan algo. Son tiránicos y
degenerados.
- Todos los dioses que no son mi Padre son así ¿de qué te
sorprendes? – Dijo Jesús, mientras comía y daba un sorbo.
- Precisamente por eso, es que has de intervenir – Dijo Gabriel,
seriamente y mirándolo a los ojos.
- ¿tú sabes quién soy yo? – Pregunta Jesús.
- ¿Cómo puedo responder eso? – dijo Gabriel, un poco
confundido con la pregunta – NO eres un simple hijo de un dios,
sino eres el Hijo de Dios. Pero he ahí, que estoy confundido ¿por
qué el eterno usaría las mismas estrategias que estos dioses
paganos?
- ¿Por qué mi padre habría de enviar a su hijo para hacer algo que
perfectamente podría hacer un profeta? – Pregunta Jesús –
ciertamente, no soy un hijo carnal de Dios. No puedo serlo. Sería
un individuo intrascendente más. Además, mi padre no actúa así.
El Dios de Israel no es lujurioso ni alguien que deja a sus hijos
tirados hasta que necesitan algo concreto. A parte, un semidios
jamás será un dios. Y mucho menos, será Dios. YHWH no es un
dios griego. YHWH es Dios del universo. Un semidios NO puede
cambiar el mundo, al menos por sí solo. Sin embargo, bien dices
en que mi origen humano no es. Al menos no del todo. Yo no soy
el simple hijo de Dios.
- Entonces ¿Qué eres o quién eres? – Pregunta Gabriel – No
estoy entendiendo lo que me dices. Eres hijo de Dios, pero ¿no
eres un semidios?
- Desde que fuiste enviado para dar la buena nueva a mi madre,
has estado conmigo – Dijo Jesús, tranquilamente – y en todo
este tiempo ¿nunca te ha pasado por la cabeza el nombre
Emmanuel11?
- Se discute mucho sobre ello, pero a nosotros no se nos dice más
de lo que a vosotros se les rebela - Responde Gabriel – al
menos no a todos.
- Yo soy – Dijo Jesús. Con la seguridad propia de un dios. O,
mejor dicho, de Dios.
- Pero ¿Cómo es posible? – Pregunta Gabriel, confundido y hasta
con cara de espanto.
- Este es un momento clave en la historia de la humanidad – Dijo
Jesús – Hoy gobierna Israel el imperio más grande que el mundo
ha conocido, cuyos avances civilizatorios, dice mi padre, llevarán
a los hombres y mujeres de este mundo a una etapa de
civilización y progreso que perdurará por miles de años. Son al
mismo tiempo una sociedad que si bien entiende la
trascendencia, no lo hace a la manera del Dios de Israel. Sus
dioses no conocen la misericordia ni mucho menos la justicia.
Tanto es así, que son los hombres los que han alcanzado ese
concepto por revelación, y no sus dioses los que se los dieron.
Ellos han estado descubriendo el LOGOS. Y Yo soy el LOGOS 12.
Ellos no gozarán del privilegio de Israel, que fue ver mis
milagros. Verán en mí Justicia, acción y palabra. Verán en mí un
ideal de virtud ¿y qué mejor que sea Dios mismo el que lo
demuestre? Estos hombres occidentales creen en dioses que no
son mejores que ellos, pero adorarán al Dios verdadero si lo ven
11
Esto es, según el libro de Isaías: Dios con nosotros.
12
El verbo hecho carne. Logos en griego significa Verbo, razón, palabra, orden, justicia. Es lo que no se puede
describir fuerza y ley, es acción. Es la acción de Dios en medio de los hombres.
encarnado y siendo lo que ellos esperarían de un modelo de
virtud y justicia. Yo soy virtud y justicia. Yo soy misericordia y soy
ley. Yo soy un instrumento necesario. La conquista, el odio, la
ley, etc. Eso no lo necesitamos. Necesitamos dar ejemplo, dar
acción, demostrar con hechos que Dios puede entrar al mundo y
cambiarlo, en la forma de un simple carpintero de Galilea. Dios
no necesita a un sabio, un rey o un político para darse a conocer
y cambiar el mundo. Si me ven, y oyen de mí, ellos creerán.
Israel ya tiene su pacto conmigo. Es el mundo, hijos de los
hombres, los que aún no, y yo se los daré.
- Entonces ¿de qué manera eres el hijo de Dios? – pregunta
Gabriel firme, pero con una mirada que denota confusión y
tranquilidad al mismo tiempo.
- No soy su hijo a la manera terrenal que se entiende, tampoco en
el sentido carnal que se subentiende en el sentido grecorromano
– dice Jesús – sino más bien soy su hijo en este sentido: soy su
imagen y semejanza, como cualquier hombre de su creación;
pero no soy la esencia del hombre, sino la esencia misma de mi
padre. Vine como hombre, pero soy mucho más que un hombre.
Dios vive en mi de un modo en el cual puede encarnarse en este
mundo banal y sucio sin destruirlo, pero al mismo tiempo,
mostrar su justicia, misericordia y poder. El momento aún no ha
llegado en que el hijo del hombre se manifieste, pero cuando lo
haga, habremos de cambiar el mundo.
- Ahora todo cobra más sentido, y tu misión ha de ser relevada –
dice Gabriel con una leve sonrisa en el rostro.
- Puedes decírmela – Dice Jesús.
- Esta es ante todo una misión secreta – Dice Gabriel - Nadie ha
de saber tu nombre, ni mucho menos lo que ha de ser revelado
próximamente.
- Que así sea – Dice Jesús, resuelto a su misión.
- Debes deshacerte y quebrar el dominio de algunos dioses y
semidioses griegos y romanos. Viajarás por Grecia y Roma, y
prepararás camino para los que vendrán después de ti, sobre
todo un judío nacido en una excolonia griega, el cual será
conocido como el apóstol de los gentiles 13. Habrás de quebrar
sus bases, y la devoción de sus fieles. Habrás de generar caos
en su panteón, lo que hará que sus dioses se peleen entre ellos,
y cuando sea el momento, sean incapaces de resistir la
conquista del todopoderoso – Dice Gabriel, convencido de su
plan – Dice también además el Todopoderoso: Esta gente no
será condenada ni a la muerte eterna, ni mucho menos a arder
en lo que muchos llaman “infierno” ¿por qué? Porque no es el
momento de condenar, sino de salvar y restaurar, para que todos
puedan tener cabida en el mundo venidero. Sus dioses caerán, y
el gran YHWH reinará sobre ellos, y sus seguidores. Se viene
una nueva era, la era del Dios de Israel. Él conoce el caos y la
personalidad de esos dioses, y por lo mismo, sus planes y
tiempos son perfectos.
- ¿Qué es lo que debo hacer en concreto? – pregunta Jesús.
- Debes ir al sur de Italia, y ahí avanzar hasta Roma – dice Gabriel
- En el camino, te encontrarás con muchas personas, con las
cuales hablarás de lo humano y lo divino. Así mismo, irás a
13
Saulo de Tarso, mas adelante conocido como Pablo.
Atenas, y en el camino, también te toparás con personas y
lugares donde habrás de intervenir. De Israel saldrá luz para las
naciones, y las liberará del yugo de sus dioses. YHWH reinará
sobre ellos.
- Entonces la misión es conquistar, por la gracia y la obra de Dios,
mediante mis acciones y valentía, a un imperio inconquistable –
dice Jesús.
- Así es, y así será – dice Gabriel.
- Que se haga la voluntad de Dios en la tierra – Cierra Jesús.

Con esto, Gabriel acaba la conversación, y terminan de comer.


Comparten palabras mientras comen y otros temas que van más allá
de lo que hemos visto en estas páginas, y que dicen relación con la
misión de Cristo en Israel, la llegada del Mesías en el final de los
tiempos y el fin de la maldad en el mundo de los hombres. Después de
esto, Gabriel se retira y desaparece en medio de la nada, y Jesús
queda solo con la fogata, ya bien entrada la noche, y sin un ápice de
sueño. Son muchas las ideas que pasan por la cabeza del hijo de Dios
¿Cómo es eso de conquistar el corazón y las almas de los hombres de
una tierra lejana que nunca ha escuchado del nombre de Dios y sus
maravillas para con Israel? ¿Cómo acercar los mandamientos de Dios
y la idea de un mesías venidero a una sociedad poderosa que tiene
sus propias leyes y sus propios dioses? ¿Cómo manifestar la idea de
trascendentalismo a una sociedad que ya la tiene, pero qué no
entiende la idea de un Dios de amor, justicia y misericordia, que es al
mismo tiempo celoso y poderoso? ¿Cómo conquistar sin armas el
corazón de los primeros seguidores no judíos del mundo occidental?
¿Cómo decirles a los no judíos que ellos también son especiales ante
los ojos de dios, y que no necesitan una cantidad monstruosa de
normas para acercarse al reino de Dios? ¿Cómo manifestamos a este
Dios de justicia, virtud y misericordia en una sociedad donde dioses y
hombres viven confrontados? Dudas, dudas y dudas. Como sea, no se
discutía sobre lo propio que iba a pasar con respecto de Jesús y su
pueblo, sino que con la importancia que este revestía para los gentiles,
en muchos aspectos despreciados por el pueblo escogido de Dios.
Los gentiles no estaban ni cerca de practicar las leyes noájidas, de
hecho, eran irrelevantes en la mayoría del mundo occidental ¿Cómo
entonces marcar la diferencia respecto de estas normas antiguas, pero
que no tenían ningún peso en occidente? ¿por qué occidente y no
oriente? ¿Por qué Roma y Grecia? ¿por qué ahora? Muchas dudas.
Pero quizás, una idea por sobre otra estaba presente en Cristo Jesús:
La palabra CONQUISTADOR. Uno imagina a un conquistador como
un militar exitoso, poderoso, rico e influyente, como Julio Cesar,
Alejandro Magno, Gengis Khan, el rey David, etc. Pero ¿un carpintero
de Galilea? es algo al menos, pintoresco y curioso.
ALGO SE TRAMA EN OTRA VEREDA

Al mismo tiempo en que Jesús y Gabriel hablaban sobre esta misión,


Ahinoam se encontraba en una colina cercana, hablando con el ángel
acusador.

- ¿Sabe de nuestra alianza? – Pregunta Ahinoam al ángel


acusador.
- No lo sé, de hecho, pensé que podría hacerlo caer con su
ansiedad – responde este – sin embargo, tampoco mencionó tu
nombre, y no parece haber notado nada.
- Por tu bien, espero que no – responde desafiante Ahinoam – mis
dioses no son muy benevolentes con los inútiles, mucho menos
si son daemones14 de otras tierras.
- ¿Crees que le tengo miedo a un montón de dioses adictos al
vino, degenerados y carentes de verdadero poder? – pregunta el
ángel acusador, con el tono de arrogancia que lo caracteriza.

14
Palabra griega que es raíz etimológica de la palabra demonio. En principio, se usaba para referirse a
entidades metafísicas que existían (o no) en el mundo espiritual, como por ejemplo un genio (como el de
Aladín) o un dios. De hecho, en el texto original de la “Apología de Sócrates”, la palabra se usaba para
referirse al dios de Sócrates que lo orientaba a actuar con virtud, justicia y a buscar la sabiduría. Se dice que
este texto es la primera muestra de “monolatrismo” (y no monoteísmo, ya que este es la idea que sostiene que
solo existe un Dios rechazando todos los demás; mientras que la idea de monolatría se da una creencia
henoteísta, donde no se contraria la existencia de otros dioses, pero al mismo tiempo se reconoce que UNO
solo es digno de adoración. De hecho, los israelitas en el Antiguo testamento eran henoteístas) en la antigua
Grecia, y que desarrollada por los filósofos griegos por los siglos anteriores a la llegada de Cristo, prepararon
el camino para la llegada del mensaje del mesías, por medio de San Pablo, el discípulo de los gentiles.
- Deberías – responde Ahinoam – aparte, ya conoces a Dionisio,
Poseidón y Marte, no son muy pacientes ni confían mucho en los
dioses de estas tierras. Hasta los consideran incivilizados.
- Yo no le temo a nada – Replica satán.
- Yo quiero a Jesús conmigo, quiero que sea mi esposo, mi
amante y mi propiedad – dice Ahinoam, con una evidente
muestra en sus ojos y gestos de un deseo ferviente por tener a
Jesús - ¿por qué me ha costado tanto llegar a su cama? ¿o
incluso llegar a cuestionar y poner en tela de juicio sus
creencias? Nunca había visto un hombre así.
- El no es cualquier hombre – dice este ángel acusador – y por lo
mismo, necesitas mi ayuda.
- Es que eso es lo que lo hace más interesante – dice Ahinoam,
nuevamente encantada con la idea de estar con Jesús – me
llama la atención esa devoción que le tiene a su “Dios” (hace
gesto de comillas con las manos) ¿por qué simplemente no
actúa como un hombre griego y toma lo que es suyo? Yo a él me
entregaría en bandeja, hasta a mis sirvientas le daría, como lo
hizo Sara con Agar, o Raquel y Lea con sus sirvientas.
- Esas conductas no son bien vistas en Israel - dice el ángel
acusador – pero en el interior de cada hombre, no solo de esta
tierra, sino del mundo entero, ese es el deseo. Los conozco lo
suficiente para decir eso. Sin embargo, con Jesús es distinto ¿ya
te ofreciste a él?
- Más de una vez, pero en toda ocasión, o aparece su madre, o
una de sus sobrinas, o uno de sus amigos – dijo Ahinoam,
cruzando los brazos – y nunca hemos podido quedar solos. Es
como si algo o alguien estuviera cuidado que no “caiga” en
“fornicación”. Ridículo ¿no?,
- Ese debe ser Gabriel – dice satán, con voz soberbia porque
sabe que tiene la razón.
- ¿y ese quién es? ¿por qué no te deshaces de ese tal Gabriel? –
pregunta Ahinoam a la ligera.
- Por qué él solo puede exterminar legiones completas de
soldados, daemones y bestias mitológicas – dice satán, casi
resignado a reconocer el poder de uno de los arcángeles de Dios
– es uno de los más importantes y más poderosos servidores de
YHWH. Hacerlo llevaría más tiempo del que tú y tus dioses
vivirán en esta tierra.
- Wow – irónicamente sorprendida responde Ahinoam – me
sorprende que hables tan bien de alguien aparte de Jesús.
- Respeto a quien merece respeto – contesta el ángel acusador –
¿Cuál es el trato entonces?
- Pues, tu sabes que fui dedicada a la diosa Afrodita, y por tanto,
soy una de sus favoritas.

También podría gustarte