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I.

PARA EL ESTUDIO PERSONAL

¿Por qué querían los judíos crucificar a Jesús? Para comprender por qué el
pueblo judío gritaba “¡Crucifícale!” tenemos que hacer un poco de historia.

Judá y la ciudad santa, Jerusalén tenían 413 Aprox. Siendo cautivos. En 587
a.C. Nabucodonosor tomó la ciudad y llevó a la nación cautiva por 70 años.
Estos setenta años dejaron grandes lecciones a los judíos: Nunca más se
apartarían de La Ley de Jehová. El péndulo se fue hacia el otro extremo, fueron
de un libertinaje a una esclavitud espiritual. Fue entonces donde surgieron las
escuelas rabínicas encargadas de la interpretación, preservación y enseñanza de
la Ley. Las sinagogas se instituyen para asegurar que cada hombre judío
conozca la Ley de Dios. Se vuelve un pueblo celoso y la esperanza del Mesías
crece e inunda el corazón de cada hombre, mujer y niño. Aún permanecen
cautivos. La soberanía nacional es un sueño que solo el Mesías podrá cumplir.
Este Mesías políticamente idealizado, derrotará a sus adversarios, derrocará el
imperio de turno, les dará la soberanía y la gloria perdidas, pero ojo, lo hará
como nación. El Mesías, para ellos es el libertador eminentemente político,
como lo fue Moisés. Les llevará a recuperar la tierra prometida. (Isaías
9,32,35,42,49 y 53). Pero el cautiverio continuó. Aunque regresaron a su
territorio siguieron gobernados por los Medos y Persas y posteriormente por los
Griegos. Cuando Cristo concluye su ministerio, casi cumplen el centenario bajo
el yugo romano.

Durante el ministerio de Jesús, muchos decía en el pueblo “¡Es el Mesías”!, el


Hijo de David (Isaías 9) pero, La imagen de Jesús no concuerda con lo esperado.
Judas mismo se ve desilusionado. ¿Cuándo se supone que derrotará a Herodes?
¿Cuándo levantará al pueblo en armas? ¿Cuándo tomará lugar la batalla final al
estilo de Josué cuando detuvo el sol?

Tal cosa no sucedió, por lo tanto, era un impostor, uno que merecía la muerte.
Los maestros de la Ley fueron los que instigaron al pueblo, al final de cuentas,
ellos eran los responsables de la fidelidad espiritual de ellos.
Nosotros hoy tenemos el panorama completo, pero ellos tenían solo unas piezas
del rompecabezas. Quizá está sea parte de la razón por la que el Señor en su
agonía intercede por la ignorancia del pueblo de lo que sucedía en realidad.

I. Análisis gramatical

“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”

Padre: πατήρ (patēr pat-ayr') De una raíz que significa nutridor, protector,
sustentador. Se utiliza del antecesor más cercano. En su primera palabra se
puede ver quién es Jesús, Él es el Hijo de Dios.

Perdónalos: El verbo usado en esta frase es ἀφίημι (aphiēmi) De nota


primariamente, enviar afuera, despedir, además de sus otros significados:
remitir o perdonar deudas, haciendo énfasis en que han quedado totalmente
canceladas, por lo tanto, el deudor es libre de castigo. La causa del delito ha
sido eliminada.

Porque no saben lo que hacen: εἴδω (eidō) No saben. Este verbo en


connotación negativa significa que una persona: no puede ver, no tiene
conciencia, no considera, no percibe, no entiende. Jesus aboga usando el
argumento de que para ellos aún esta velado el propósito divino

BOSQUEJO AMPLIADO

“PALABRAS DESDE LA CRUZ”

INTRODUCCIÓN
La semana pasada aprendimos que al expresar Jesús “hoy estarás conmigo en
el paraíso” a uno de los malhechores, aseguró un lugar después de la muerte y
llegamos a concluir que los muertos en Cristo tenemos asegurado un lugar
especial después de la muerte.

Siguiendo con el texto de nuestro estudio de Mateo


Mateo 27:45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la
hora novena.

Mientras Jesús estaba en la cruz antes de morir, tuvo siete dialogos muy
interesantes que registran los 4 evangelistas y estudiaremos por algunos
miercoles algunas de estas afirmaciones. La mayoría de estudiosos coinciden
en que fueron siete intervenciones de Jesús desde la Cruz.

1. Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”


2. “ Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso”
3. “ Mujer, he ahí tu hijo. ...
4. “ Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado”
5. “¡Tengo sed!”
6. “ Todo está consumado”
7. “ Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”

Hoy veremos la primera “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”

Lucas 23:34: Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.

¿Qué diría usted en los últimos minutos de su vida? ¿Qué palabras saldrían de
su boca si estuviera muriendo injustamente y frente a usted estuvieran todos
aquellos que procuraron su muerte? Peor aún, si hubiese sido la más cruel de
las ejecuciones romanas: La crucifixión.

Séneca, historiador romano, nos dice que los crucificados maldecían el día en
que nacieron. Maldecían a los verdugos, a sus madres, a todo y a todos, incluso
terminaban escupiendo a los que les miraban.

Cicerón nos cuenta que a veces era necesario cortar las lenguas a los que iban a
ser crucificados para impedir que blasfemaran de una manera terrible en contra
de los dioses.

Es seguro que los verdugos de Cristo esperaban oír voces y maldiciones de


aquel que por las órdenes recibidas de poner su cruz en medio, consideraban,
sin duda, como un jefe de malhechores; los fariseos y escribas, que conocían
mejor al Maestro de Galilea, esperaban oír por lo menos quejidos de dolor, pero
¡cuán sorprendente fue lo que oyeron!

De los labios de Cristo salió no un grito, sino una plegaria, una dulce y suave
oración de perdón.

1. PADRE PERDÓNALOS
a. A quienes lo abandonaron
i. ¿Dónde estaban los que le habían seguido por más de tres
años? ¿No había sido suficiente entrega de Jesús a ellos
mientras compartían? ¿No había hecho suficiente por ellos
para merecer, al menos su compañía en los momentos más
difíciles de toda su existencia humana? No estaban. Las
multitudes que lo aclamaban desaparecieron. Los
beneficiados de sus milagros, quizás veían de lejos el
sufrimiento. Aun así, intercedía.
ii. ¿Interceder por quienes te abandonan? ¡Qué locura!
¡Imposible! (diríamos hoy) No es posible interceder por el
esposo que abandona olvidando una vida de dedicación, por
la esposa que se va con otro sin importar su hogar, por el
padre que abandona a sus hijos y se olvida de ellos, por los
hijos que se olvidan de sus padres y jamás se ocupan de
ellos. ¿Cómo interceder por quien ha traicionado la
confianza, a quién se ha amado y cuando más se le necesita
da la vuelta y se va; a quien se avergüenza de uno cuando lo
ve mal, cuando se es objeto de humillación. Cristo nos dice:
ES POSIBLE
b. A quienes se burlaron de El
i. A su lado, pasando el mismo dolor se encontraba uno que lo
retaba: “Si eres el hijo de Dios ¿por qué no te salvas y nos
salvas a nosotros?” "Baja de ahí, rey de los judíos. ¡Ha! ¡Qué
tal salvador! ¿Salva a otros pero no se puede salvar a él
mismo?" Jesús en la Cruz se ve envuelto en un mar de
insultos, de burlas y de blasfemias. Lo hacen los que pasan
por el camino, los jefes de los judíos, y también los soldados.
ii. “Si eres hijo de Dios, baja de la Cruz y creeremos en ti”
(Mt .27,42). “Ha puesto su confianza en Dios, que Él lo
libre ahora” (Mt.27,43).
c. A quienes lo rechazaron
i. “...a los suyo vino y los suyos no le recibieron.” (Juan
1:11)
Se despojó de su gloria, se hizo hombre para llegar a ellos y
estuvo entre ellos, sanando entre ellos, dando vida,
liberándolos. Los judíos eran su pueblo, sus hermanos y
ahora le veían con los ojos llenos de odio, felices de verle en
la cruz muriendo como el más vil de los malhechores.
ii. ¡Qué doloroso es el rechazo! ¿No es cierto que a veces uno
tiene la intención de hacer y dar lo mejor y de pronto se
encuentra con una pared de indiferencia?. Sin duda los
padres han sentido esto, sin duda los esposos han sentido
esto y aún los hijos. Jesús sintió el más cruel rechazo que se
pueda experimentar, y aún allí, intercedía por aquellos que
procuraron su muerte cuando el vino a darles vida

2. PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN La ignorancia de los


culpables. Hay tres argumentos que quizás Jesús estaba
a. El Celo Judío
i. El pueblo de Israel había pasado por siglos de error. El
Antiguo Testamento nos relata cómo una y otra vez
abandonaron al verdadero Dios y por esto vino sobre ellos
la ira del Señor. El castigo que marcó la vida e historia
nacional había sido el exilio. Al regresar, se volvieron
desconfiados, celosos en extremo. Formaron un cerco
legalista alrededor del pueblo, motivado por su miedo a
fallar otra vez. Para ellos, este Jesús no cumplía con sus
expectativas de Mesías, para ellos era 100% seguro de que
se trataba de un impostor. El Mesías vendría (Según ellos)
rodeado de gloria y aplastaría a los romanos en un minuto.
¿Dónde estaba la gloria en un hijo de carpintero vecino de
ellos? Era absurdo. En resumen, sin justificarlos, lo que
habían hecho, le decía a su conciencia que habían actuado
justamente, pues el Mesías aún vendría en camino
b. La necesidad de revelación
i. Hubo un episodio muy importante. Mateo 16:17 Jesús les
pregunta a sus discípulos ¿Quién dice la gente que soy?
Algunos dicen que un profeta –responden, Elías –dicen
otros. Luego pregunta: ¿Y ustedes quién dicen que soy? ¡Tú
eres el Cristo (El Ungido, el Mesías) el Hijo del Dios
viviente! –Responde Pedro sin titubear. ¡No te lo ha
revelado carne ni sangre! Le respondió Jesús.
ii. Para nosotros todo lo que vemos en la Biblia nos parece
obvio testimonio de que Jesús era y es el Hijo de Dios, el
Cristo, pero ¿Proviene de nosotros esta convicción? ¡No!
nadie puede llamar Señor a Jesús si no es por el Espíritu.
Millones de personas tienen acceso a la Escritura y el
mensaje y no se convierten a Él. Es el Espíritu de Dios quien
nos revela a Cristo. Jesús se había revelado a los discípulos
más no a todo el pueblo, y menos al los fariseos y sacerdotes.
Por esta razón era imposible que le reconocieran, ni siquiera
habían sido capaces de entender sus mensajes en parábolas
“para que viendo no vean, y oyendo no entiendan” (Lucas
8:10)
c. Ignorancia acerca del plan divino
i. Ninguno de los que estaban allí se imaginaba la magnitud
del plan. Usted no se imaginaría que haya algo divino si
presencia un linchamiento. Su forma de pensar sin duda
sería: justicia del pueblo. Lo mismo sucedía con ellos. No se
daban cuenta que la dureza de su corazón solo era parte del
plan.
ii. Pedro en su primer prédica dijo a los judíos: Hechos 3:17-
19: “Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis
hecho, como también vuestros gobernantes. Pero Dios ha
cumplido así lo que había antes anunciado por boca de
todos sus profetas, que su Cristo había de padecer...”
iii. Estaba escrito que había de ser desechado, despreciado por
su pueblo, el olivo natural, para que el olivo silvestre,
nosotros los gentiles fuéramos, injertados, incluidos en el
plan de salvación, tal como Dios prometió desde Abraham
“Todas las naciones serán benditas en ti”.
iv. Ellos no tenían idea alguna de lo que sucedía, por eso el
Señor intercede: No saben lo que hacen... El verbo en g εἴδω
(eidō) significa que ellos, no tenían conciencia, no podían
ver.
v. Es la misma ignorancia de la que padecemos cuando
actuamos precipitadamente si estamos en apuros y nos
apartamos de Dios. No tenemos idea del plan, no sabemos
lo que pasará adelante, no entendemos las razones por las
que Dios nos hace pasar tragos amargos... Lo que recibimos
no concuerda con lo que hemos pedido. No sabemos lo
que hacemos, por lo tanto lo culpamos, nos rebelamos contra
Él... pero Él igual intercede por nosotros.

CONCLUSIÓN

El abogado perfecto.

Imagine al Padre diciendo: “Hijo mío, solo dime algo: ¿Por qué debería
perdonarlos? Y Jesús, como el mejor abogado que es, expone sus alegatos ante
el Juez Supremo:

“Padre, porque no saben lo que hacen, no entienden la magnitud de tu bondad,


no te conocen aún, pero cuando yo parta contigo muchos te buscarán por causa
de mi sacrificio y se arrepentirán. Mis discípulos recibirán de tu Espíritu y
estarán listos para edificarlos en tu Palabra, y les enseñarán tal y como yo les
he enseñado a ellos. Además, mi mediación no es solo por estos, sino por los
que creerán en mí por la palabra de testimonio de los que ahora defiendo”.

En la Biblia solo se refleja la oración “Padre, perdónalos, porque no saben lo


que hacen”, esto fue lo que audiblemente captaron quienes estaban en ese
momento cerca de Jesús, sin embargo, es posible que silenciosamente allí en la
cruz, abogara mucho más por nosotros.

Jesús sumergió en su oración todas nuestras traiciones. Pide perdón, porque el


amor todo lo excusa, todo lo soporta...

Jesús no solo fue capaz de perdonarnos, sino que intercedió para que el Padre
también nos perdonara. Se hizo a sí mismo mediador entre el Juez celestial y el
mundo hostil que lo rechazó, que lo odió y torturó hasta conseguir su muerte.
Esa es la mayor prueba de amor que pudimos haber recibido. No solo ofrece su
vida por amor, sino intercede por amor.

Solo cuando se tiene amor verdadero se puede interceder así. El amor cubre
multitud de pecados. Solo por ese amor, usted también es capaz de perdonar
una y otra vez.

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