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Polaridad y origen de los estados orgasmiscos
La mayoría de problemas en las relaciones de pareja
tienen sus raíces en la insatisfacción sexual o en el
vivir una sexualidad convencional, basada en el hacer
más que en el ser y estar. Preocupados más por lo que
siente el otro que por lo que nosotros mismos vivimos
en cada momento de nuestra conexión íntima, nos
perdemos fácilmente y nos desconectamos de nues-
tro propio sentir y despertar.
Desgraciadamente, hay muchas razones por las que a
menudo el intercambio sexual-amoroso con pene-
tración no produce en la mujer ni un orgasmo ni de-
masiado placer. Una de estas razones es la corta du-
ración del acto sexual.
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Durante décadas hemos asumido que el CUERPO ENER-
GÉTICO del hombre es idéntico al de la mujer. En realidad,
son completamente diferentes.
Si nos fijamos en las diferencias más notorias entre los
cuerpos femenino y masculino —los órganos sexuales y
las funciones reproductoras a ellos asociadas— ¿qué po-
demos ver? Por una parte, encontramos la facultad
masculina de producir y descargar unas semillas que
contienen la mitad de un proyecto de vida. Por otro lado,
descubrimos la facultad femenina de recibir y absorber,
de proporcionar la otra mitad del proyecto, y de trans-
formarlo en vida dentro de ella.
Polaridad y origen de los estados orgasmiscos
Las LEYES DE LA REPRODUCCIÓN nos demuestran que
las fuerzas masculina y femenina guardan un perfecto
equilibrio: ninguna es más fuerte o más débil que la otra;
cada una desempeña una función vital.ųEl hombre no se
puede reproducir sin la participación de la mujer, y la
mujer, por su parte, no puede crear vida sin el concurso
del hombre.
En cuanto a su EXPRESIÓN, estas dos fuerzas similares
son absolutamente opuestas, pero complementarias.
Hay una fuerza activa y otra fuerza receptora, equilibra-
das entre sí. El cuerpo de la mujer es igual al del hombre,
aunque a nivel energético son opuestos.
2
bueno para el hombre no tiene porque serlo para la
mujer. La naturaleza ha dotado intencionadamente a
los genitales masculino y femenino con propiedades
complementarias: polaridades de energía que pueden
compenetrarse e interactuar entre sí.
El elemento femenino es receptivo, mientras que el
elemento masculino es activo. Estas propiedades
esencialmente opuestas pueden expresarse también
con otros nombres, tales como yin y yang, Luna y Sol,
noche y día, pasividad y dinamismo.
El encuentro de lo femenino y lo masculino es un en-
cuentro de Polos opuestos.
Polaridad y origen de los estados orgasmiscos 3

Además de la existencia de esta polaridad, debemos saber que, la

mujer es mitad hombre y el hombre es mitad mujer. Y aunque en
los textos de Tantra tradicional no se menciona la relación íntima
y sexual entre dos personas del mismo sexo, en Tantra no hay
juicio ni moral.

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Podríamos hablar de la polaridad como de magnetismo o electri-

cidad: el polo positivo se enciende al encontrar un polo negativo,
y aparece la luz.
Cuando hablamos de los polos, nos referimos a que el polo positi-
vo del hombre irradia, emite y esparce desde el pene—por ejem-
plo mediante el semen—. El polo positivo de la mujer, mientras
tanto, irradia, se expresa, esparce y comparte mediante los
pechos y el corazón. Es desde el corazón desde donde, una vez
abierto, el cuerpo estará receptivo para absorber y recibir al pene,
que polarizará con el polo negativo —pasivo, receptor—, el útero.
Sabiendo pues que, en términos electromagnéticos, hay en noso-
tros un masculino y un femenino —polos positivo y negativo—, po-
demos trabajar para que estos funcionen como es debido y esta-
blecer una corriente de energía que corra entre los polos opues-
tos, que se canalice entre el polo inferior y el polo superior de
cada cuerpo.
La mujer, como representante del polo negativo y del aspecto
pasivo del acto sexual, es también portadora de carga positiva. A
su vez, el hombre, tiene también su polo negativo. El cuerpo del
hombre, igual y opuesto al de la mujer, tiene los polos magnéticos
invertidos; si el femenino da desde el pecho y recibe desde el
útero —positivo arriba, negativo abajo—, el masculino recibe
desde el corazón e irradia desde el pene —negativo arriba, posi-
tivo abajo—.
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Polaridad y origen de los estados orgasmiscos 4

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El círculo de energía es una imagen que puede ayudaros

a comprender esto: la mujer ofrece desde el corazón, y
desde el corazón recibe el hombre, que irradia desde el
pene para que la mujer reciba en su matriz. Con prácti-
ca y a su debido tiempo, este círculo puede llegar a ser
una realidad, pero nunca —como en el orgasmo— debe-
mos ver en él una meta.
El proceso de sanación empieza cuando se empieza a
respetar la polaridad femenina interna, la de adentrar-
nos en el elemento femenino de receptividad y absorción.
En el sexo convencional, tanto la vagina como los senos
están muy mal utilizados y esto ha afectado a la capaci-
dad orgásmica de la mujer. Practiquemos el hacer
menos y el estar más. Descubrimos así lo que está pa
sando por nuestro cuerpo, nos concentramos en la
vagina y en nuestros senos, mientras los hombres se
concentran en sus genitales y su corazón.
Durante el Sexo Tántrico crece en ambos un sentimien-
to profundo de devoción y adoración a la relación y al
otro. La unión de ambas energías es mayor que la
suma de las dos.

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