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SAN JUAN
CFTT
MARCELO DÍAZ H./ LICENCIATURA EN TEOLOGÍA
CFTT Evangelio de Juan
1
PLAN DE CURSO
INSTITUTO : CFTT
MATERIA : Teología Evangelio de Juan
PROFESOR : Marcelo Díaz Hermosilla.
FECHA : Marzo 2024
L. TEXTO : LA BIBLIA – Material del Maestro
OBJETIVOS:
A. Cognoscitivos (conocimiento)
1. Comprender claramente el fondo histórico, político, geográfico y cultural de la época.
2. Entender claramente el ministerio y muerte de Cristo.
3. Conocer claramente las riquezas espirituales del evangelio.
B. Psicomotrices (Habilidades)
1. Interpretar los descubrimientos bíblicos en forma más efectiva.
2. Demostrar la armonía del evangelio con toda la Biblia.
3. Aplicar las verdades del evangelio a la vida y ministerio.
C. Afectivos (Actitudes, emociones)
1. Deseará vivir más intensamente la vida de nuestro Señor Jesús.
2. Valorizará más el sacrificio de Cristo.
3. Amará más al autor de la salvación.
REQUISITOS DE LA MATERIA:
1. Examen Final
2. Trabajo de investigación: “Pruebas de La resurrección de Cristo”.
3. Resumen de ppt dados en clases
4. Participación activa en horas de clases.
SISTEMA DE CALIFICACIÓN:
30 % Trabajo Investigación
30 % Resumen ppt clases
30% Examen
10 % Participación y asistencia (Trabajos en clases)
Total 100 %
PARCELACIÓN DE LA MATERIA
INTRODUCCIÓN
TRASFONDO INFORMATIVO DEL NUEVO TESTAMENTO
REPASO DE LA LECCIÓN
En un sentido muy real, incluso en el tiempo de Jesús, el cristianismo no era una “nueva” religión. Las
raíces de la fe y práctica cristiana están arraigadas muy profundamente en el terreno del judaísmo
histórico. La continuidad religiosa e histórica que existen entre el cristianismo y el judaísmo fue notada
por gobernantes paganos, tales como Galión de Corinto (Hechos 18:12-15). Es un hecho claro que este
gobernador romano comprendió que el cristianismo no era religión nueva. Más bien, el pudo entender que el
cristianismo estaba esencialmente relacionado a la historia, la religión y la ley de los judíos. Por lo tanto,
para poder entender adecuadamente el Nuevo Testamento se debe percibir su relación con el Antiguo
Testamento. Esto es contextualización. Por medio del entendimiento de los factores políticos, sociales,
culturales y religiosos en la época del Nuevo Testamento, uno puede llegar a tener una mejor comprensión
del contenido y el significado de su mensaje.
OBJETIVOS DE LA LECCIÓN
1. Revise cuidadosamente la guía de estudio y las ayudas que se dan en la introducción de esta guía
de estudio. Ellas le ayudarán a comprender totalmente esta lección.
2. Refiérase regularmente a este bosquejo de la lección. Esto le ayudará a ver el progreso de
nuestro estudio y la dirección que está llevando.
3. Familiarícese con la lista de palabras claves. Para esto puede contar con la ayuda de un
diccionario, así como el texto de estudio.
PALABRAS CLAVES
Rey títere – sinagoga - lengua franca – diáspora – Septuaginta - LXX Fariseos – Perush - Perushim
Saduceos – Zelotes – helenización – Esenios – Qumran - ’Am Ha-aretz – Halaka – Habura – Haberim
intercultural – intracultural - infiel / traidor – Zelotismo - Pentateuco
Con esta lección comenzaremos el proceso de contextualizar la vida y el ministerio de Jesús. Esto se
llevará a cabo por medio de la revisión de seis períodos importantes en la historia de Israel.
I. PERÍODO BABILÓNICO
En el año 597 A.C. (A.C. significa antes de Cristo), Nabucodonosor invadió Judá y capturó la ciudad de
Jerusalén. Como parte de su programa de sabotaje para el pueblo judío, él deportó (transportó) los líderes
y las personas talentosas de Israel y los llevó a Babilonia. Nabucodonosor también hurtó los artículos
sagrados del Templo en Jerusalén. (Jeremías 28:1-6). Para poder ganar el control sobre aquellos en Judá,
Nabucodonosor nombró a un “rey títere” llamado Sedequías. Un rey títere, es una persona que está
dispuesta a vender a su propia gente con el propósito de conseguir avance y poder personal. El era un
infiel, esto es, uno que es traidor a su propio pueblo por ganar beneficios personales. Sin embargo,
Sedequías hizo una alianza secreta con Egipto, en un intento de derrocar la dominación babilónica.
Nabucodonosor tomó medidas drásticas para contrarrestar la nueva coalición Egipto-Israelí. En el año 586
A.C. Nabucodonosor volvió a tomar Jerusalén, quemó el templo y destruyó las paredes que rodeaban la
ciudad santa. Esta cautividad duró por setenta años.
Los judíos organizaron células de oración para poder continuar con la adoración a Dios e intensificar
su identidad como un pueblo separado o peculiar de Dios. Estos grupos de oración llegaron a ser conocidos
como sinagogas. La palabra “sinagoga” proviene de la palabra griega “sunagoge” que significa “dirigir
juntos”. En efecto, las sinagogas llegaron a ser santuarios alternativos que tomaron el lugar del templo.
Por otro lado, el estudio de la ley llegó a ser el sustituto por el sacrificio de los animales y las ceremonias
del templo.
Como un resultado de la cautividad Babilónica, tenemos el desarrollo de la sinagoga y un énfasis
extraordinario en la palabra escrita, más que con una relación dinámica con el Dios viviente. Los judíos
llegaron a ser un pueblo del libro más que un pueblo del Dios viviente. Uno de los mayores aspectos del
ministerio de Jesús fue volver a enfocar la vida de Israel en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, más que
en la esclavizante obsesión con la letra de la Ley.
En el año 538 A.C., Ciro, rey de Persia conquistó a los babilonios desviando las aguas del río Éufrates
alrededor de la ciudad. Siendo que el río corría por debajo de la ciudad de Babilonia, el canal del río ya
seco, permitió a los ejércitos de Ciro que marcharan directamente por debajo de las paredes. Registros
históricos demuestran que los Babilonios cayeron ante los Persas sin presentar lucha.
Ciro fue un gobernador benévolo, y permitió a los judíos regresar a Palestina. El ordenó que el Templo
fuese reconstruido y que los vasos sagrados que habían sido llevados del Templo fuesen regresados
(Esdras 6:1-5). Adicionalmente, el decretó que todos los gastos para edificar el templo fueran financiados
por fondos de su tesoro real. Uno pudiera esperar que cada judío estaría ansioso por volver a Palestina, su
tierra natal. De hecho, solo cuarenta y dos mil judíos volvieron a Palestina.
Entonces, efectivamente la cautividad babilónica destruyó el significado geográfico y político de las
doce tribus de Israel, la cual terminó. No obstante, cada familia era capaz de trazar su linaje genealógico.
Por ejemplo, Lucas nos dice que José era del linaje de David, que es de la tribu de Judá y Pablo sabía que
era de la tribu de Benjamín (Lucas 2:4; Filipenses 3:5).
Tres importantes personalidades fueron usadas por Dios para volver a establecer a los judíos en la
tierra santa, después de la cautividad babilónica. Ellos son:
Zorobabel - fue notorio por la reconstrucción del Templo.
Esdras - por restablecer la prioridad de la Ley de Moisés en la mente del pueblo.
Nehemías - quién fortificó la ciudad de Jerusalén y reconstruyera sus murallas.
Aquellos judíos que quedaron en Palestina habían sido privados del liderazgo y las instituciones que los
identificaban como peculiar pueblo de Dios. Como resultado, muchos comenzaron a casarse con los
gentiles. Sus descendientes fueron una mezcla de razas, mitad hebreo y mitad gentil. Sin embargo los
judíos que estaban retornando de Babilonia, tenían la intención de acentuar la pureza de la herencia
judaica. Entonces, ellos no querían tener nada que ver con la multitud que se había mezclado.
De hecho, su preocupación por la pureza nacional y étnica de Israel prohibía a aquellos de sangre
mezclada trabajar en la reconstrucción del templo (Esdras 3:1-5). Así que una rivalidad comenzó a
desarrollarse entre los judíos étnicamente puros que retornaban de la cautividad en Babilonia y los judíos
de linaje mezclado que había permanecido en Palestina. Estos judíos mezclados llegaron a ser conocidos
como los Samaritanos. Incluso, en los días de Jesús los Samaritanos eran una clase despreciada. Debido a
la gran tensión que existían entre los Samaritanos y los Judíos ortodoxos, los Samaritanos construyeron su
propio templo en el monte Gerazín y desarrollaron su propia interpretación peculiar del judaísmo (Juan 4:1-
19). Los evangelios dejan en claro que Jesús buscó destruir esta división que existían entre los Judíos y
los Samaritanos (Lucas 10:25-37).
Los Griegos, dirigidos por Alejandro el Grande, vencieron al Imperio Persa y expandieron
grandemente su influencia y poder en el mundo antiguo. Alejandro el grande fue el hijo de un genio militar,
Felipe de Macedonia. Felipe deseó que su hijo tomara una entrada a la vida de una forma más filosófica y
menos militar. Por lo tanto, empleó al gran filósofo griego Aristóteles como tutor personal de Alejandro.
No obstante, Alejandro estaba más interesado en la guerra que en el contemplar la filosofía antigua.
Quizá la contribución más grande de Alejandro fue su tendencia a helenizar todas las tierras que
conquistaba. “Helenizar” significa esparcir la cultura griega, la filosofía y el lenguaje a través del mundo
mediterráneo. Dentro de un relativo corto tiempo, el idioma Griego llegó a ser la lengua franca del mundo
conocido. Esto quiere decir que el idioma Griego llegó a ser rápidamente el segundo idioma de los pueblos
del mundo Mediterráneo. Esto también se aplicó a la Diáspora. La palabra Griega “diáspora” literalmente
significa “esparcidos a través”. Entonces la diáspora se refiere aquellos judíos que viven fuera de la tierra
santa, literalmente esparcidos a través del mundo Mediterráneo.
Un problema surgió cuando los hijos de la Diáspora ya no hablaban Hebreo, sino Griego como lengua
natal. Ellos no podían leer las Escrituras en Hebreo. Fue necesario, una traducción al Griego de las
Escrituras Hebreas del Antiguo Testamento. Seis escolares eruditos de cada una de las doce tribus
fueron comisionados a traducir la Biblia Hebrea (llamada el Texto Masorético) en la lengua griega. Esta
nueva traducción griega llegó a ser conocida como la Septuaginta, que significa “los setenta” (así debido al
número de traductores). Las letras romanas LXX, es frecuentemente usada para referirse a esta
traducción griega. La LXX fue extremadamente importante para el evangelismo en la iglesia primitiva, que
permitió transculturalmente el ministerio en el idioma Griego.
2. Lengua franca
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3. Diáspora
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4. LXX
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Los sirios finalmente ganaron control sobre Palestina bajo el liderato de Antíoco IV, quién continuó
con el proceso de la helenización. El probó ser un dictador opresor que trajo mucho dolor al pueblo de
Dios. Su egocentrismo no conocía límites. El se refería a sí mismo como Antióco Epífanes que literalmente
significaba “el dios manifestado”. Los judíos en vez de llamarle Epífanes, le decían Epímanes, que
literalmente significa “el hombre loco” o “el morón”.
Increíblemente, habían ciertos Judíos pro-helenístas, que veían la victoria de Antíoco como una
oportunidad para hacer progresar su propia causa. Ellos abrazaron la cultura y el modo de pensar griego
como una manera de ensanchar el poder y la influencia de Israel alrededor del mundo. Entonces animaron a
Antíoco para que debilitara el poder de los judíos ortodoxos, robando el templo de Dios, y él lo dedicó a
Zeus, la deidad mayor en el panteón griego. El libro apócrifo (significa “escondido” o sin autoridad) de 2 de
Macabeos 6:12 dice claramente que el 15 de diciembre del año 168 A.C. Antíoco puso una gran imagen de
Zeus sobre el altar del templo de Dios. También Antíoco prohibió la práctica del judaísmo, suspendió los
sacrificios, prohibió la observancia del Sábado, y anuló las fiestas tradicionales de los judíos (1 Macabeos
1:41-64; 2 Macabeos 6:1-31). La situación bajo Antióco llegó a ser intolerable cuando sacrificó a una cerda
sobre el altar de Zeus, que se encontraba en el lugar santísimo del templo. Los Ortodoxos Judíos fueron
presionados a un punto desesperante.
Antíoco envió una embajada, cuya misión era forzar a los judíos a ofrecer sacrificios a los dioses
paganos. Cuando trataron de obligar a aun anciano sacerdote llamado Matatías para que ofreciera un
sacrificio, él rehusó. Un judío menos ortodoxo se paró y ofreció el sacrificio. Matatías tomó la espada que
había usado el judío sacrílego y lo traspasó, matando así a los agentes del rey. Él y su hijo huyeron a las
montañas y empezó un movimiento de resistencia. Ellos comenzaron una campaña de guerrilla en contra de
sus opresores.
Cuando Matatías murió, su hijo Macabeos (literalmente significa “el martillo”), tomó la dirección del
movimiento de resistencia. El martilló a los sirios hasta que pudo reconquistar Jerusalén y limpiar el
templo en el año 164 A.C. Esta rededicación del templo se describe como la fiesta de dedicación o la fiesta
de las luces (Juan 10:22-23) y es una celebración que continúa hasta hoy como Hanukkah. Aunque los
Macabeos capturaron a Jerusalén en el año 154 A.C., el movimiento guerrillero continuó hasta el
establecimiento de un estado judío independiente en el 141 A.C. Este fue un período en el cual se
levantaron los Zelotes y también se formó el partido de los Fariseos.
VI. EL PERÍODO ROMANO (63 A.C. HACIA ADELANTE)
Este período en particular nos trae al tiempo de Jesús, los apóstoles, y la iglesia primitiva. Por dos
siglos antes de Cristo, los romanos habían ganado influencia y poder alrededor del mundo Mediterráneo.
En el año 63 A.C., el general romano Pompeyo conquistó Siria y anexó toda Palestina. Pompeyo destruyó la
resistencia y asesinó a miles de judíos. Esto creó un intenso odio por Roma.
En el año 49 A.C. Julio César había sucedido a Pompeyo y estableció a Herodes como un “rey títere”
sobre Judea. El hecho que Herodes fuera mitad judío, solamente intensificaría el odio de los judíos hacia
él. No obstante, desde el 37 A.C. este traidor pro-romano, fue puesto sobre Galilea y el resto de Judea.
Este es “Herodes el grande”, el que estaba en el poder cuando Jesús nació. En un esfuerzo por ganarse el
favor del pueblo, restauró y expandió el templo. Por esto se le conoce como el templo de Herodes. La
opresión de Herodes a la gente fue solamente por su paranoia. Por el temor de un “nuevo rey”, ordenó la
matanza de los niños en Belén (Mateo 2:1-18). El escuchó que su esposa, Mariana, estaba tramando de
removerle del poder. Él mandó asesinarla. Después de su muerte, su reino fue dividido entre sus tres
hijos. Su hijo Arquelao, quién reinó sobre Judea y Samaria (Mateo 2:22). Filipo el Tetrárca se le dio la
jurisdicción sobre el territorio noreste de Galilea (Lucas 3:1). Herodes Antípas (que literalmente significa
“después del padre”) recibió la jurisdicción sobre Galilea. Este es el Herodes que fue más prominente en
las narraciones de los evangelios quien Jesús llamó “aquella zorra” (Lucas 13:22). El mandó decapitar a
Juan el Bautista (Mateo 14:1-12) y se burló de Jesús antes de su crucifixión (Lucas 23:11-15).
En resumen, la importancia del período romano está en lo siguiente. Otra vez tenemos un período de
brutal opresión extranjera sobre el pueblo Judío; los cuales están añorando por aquel prometido libertador
de Dios. El sentimiento zelótico es alto. Las interrogantes de las obligaciones hacia Roma eran cruciales.
Por ejemplo: ¿se deberían pagar los impuestos al César o no? (Marcos 12:14; Lucas 20:22, 23:2). ¿Debería
uno someterse a los dictámenes de un emperador pagano? (Mateo 5:39-48; Lucas 6:27-36). Este fue el
tipo de medio ambiente en el cual el Señor Jesús nació y la iglesia primitiva.
1. Antíoco Epífanes
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2. Judas Macabeo
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3. Herodes el Grande
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AUTO EXAMEN
SELECCIONE:
______ 1. Zorobabel edificó el templo, Esdras volvió a establecer la Ley, y Nehemías reedificó los muros
de Jerusalén.
______ 3. “El hombre loco” opresionó a los Judíos y sacrificó a una cerda en el templo.
______ 6. “escondido”.
______ 10. Matatías mató los representantes de Antíoco Epífanes y comenzó un movimiento de
resistencia.
G. Helenización.
H. Apócrifo.
Además de entender la experiencia política de los Judíos, uno también debe entender los factores
socio-culturales. Los años de dominación extranjera comenzaron a afectar el desarrollo cultural y social
del pueblo Judío. Uno de los factores culturales más significativos durante el tiempo de Jesús, fue la
pujante helenización.
Brevemente el término henelización describe la imposición de la cultura y el idioma Grecorromana
sobre los pueblos del Imperio Romano. Usamos el término “Grecorromana” porque cuando los Romanos
conquistaron Grecia, los romanos básicamente adoptaron su filosofía, religión y cultura. Por lo tanto, la
dominación romana de Israel continuó el proceso de helenización que comenzó con Alejandro el Grande. La
continua expansión de la influencia romana en la vida Israelí, significó que instituciones y oficinas
importantes llegaran a ser dominadas por Roma. La tierra y las oficinas de gobierno de Israel llegaron a
estar sujetas al control e impuestos romanos. Esta influencia extranjera cultural y política afectó la
organización de la constitución gobernante de Israel, determinó las leyes, moldeó la educación de los
Judíos, e incluso influenció la moda y el vestido contemporáneo. En resumen, la cultura israelí estaba
siendo tomada por la filosofía, el pensamiento y los valores culturales Romanos. Muchos Judíos sintieron
que los distintivos judíos tales como el idioma, la vestimenta, la filosofía, y la religión estaban siendo
minados por las influencias paganas. Entonces los Judíos resistieron la influencia de los poderes
extranjeros en su vida y experiencia.1
La siguiente discusión examinará varios formas de vivir de los Judíos para poder restringir la
influencia de la helenización.
Los Judíos se encontraron en una lucha desesperada por preservar la identidad de su pueblo y sus
costumbres. Ellos resistieron la helenización en dos formas primarias:
Incluso en nuestros días, aquellas personas que muestran disponibilidad a cooperar con el poder
conquistante, son aquellos que tienen mucho que perder. Están motivados a cooperar debido a la amenaza
de perder su propio poder, influencia y posesiones. Lo mismo se aplica durante el tiempo de Jesús.2 La
clase alta, la nobleza Judía, buscaron acomodar la dominación romana para poder mantener su lugar en la
vida. Habían algunos Judíos, tal como vimos anteriormente, que buscaron capitalizar en las ventajas
políticas y económicas llegando a ser parte del Imperio Romano. Ésta fue en una vasta mayoría, la ruta que
los Saduceos tomaron. Los Saduceos eran la aristocracia dominante de Israel y ellos tenían todo a perder,
como resultado de la ocupación Romana. Ellos buscaban cooperar con los romanos en todo lo que fuera
posible, con el fin de mantener el poder y la posición.
ser como Dios. Más bien, la obediencia a la Ley vino a significar no ser como los gentiles. Segundo, ya
que Dios separó a Israel de todas la naciones, Israel está obligado a ser separado de todo lo impuro.
Un verdadero israelita comerá solamente lo que es limpio y vendrá a estar en contacto con aquello que
es ceremoniosamente limpio. La forma más extrema de esta mentalidad religiosa puede ser vista en
los Esenios o en la comunidad de Qumran. La gente de Qumran se separó completamente de la
sociedad Judía. No solamente veían a los gentiles como impuros, sino también a todos los Judíos que
vivían en una sociedad ceremoniosamente impura. La gente de Qumran veían al sacerdocio de Israel
como una organización corrupta, veían que el templo era impuro; veían que cada distorsión de la vida
Judía era una abominación a los ojos de Dios. Ellos se consideraban como Hijos de Luz que estaban
para derrocar a los hijos de las tinieblas. (p. ej. cada persona que no era parte de su comunidad).
El lector crítico ya se habrá dado cuenta y concluido acerca de como la respuesta Judía a la
helenización afectó la sociedad Judía. En realidad, la polarización social o la fragmentación social se
desarrolló rápidamente en Israel. Sectores grandes de la sociedad llegaron a estar separados unos
de otros. Por ejemplo, un sector daba la bienvenida a la helenización (p. ej. Saduceos), mientras que
otro sector la rechazaba violentamente (p. ej. Zelotes). Por otro lado, los Fariseos rechazaban a cada
persona que no era ceremonialmente pura. Y finalmente, la comunidad de Qumran creía que cualquiera
que intentara vivir en esta sociedad, estaba condenado por Dios.
En resumen, el asunto es que la segregación intercultural evolucionó rápidamente a una segregación
intracultural (intercultural significa entre culturas. Intracultural significa dentro de la cultura.). El
deseo intenso de Israel por estar separado de los gentiles se degeneró en un deseo de estar separado
del hermano Judío no observante. Existían divisiones extraoficiales entre el “verdadero Israel” y “el
Israel caído”.5 Por lo tanto, aquellas llamadas “fraternidades santas” llegaron a existir a través de la
nación de Israel. Por consiguiente, Jesús vivió y ministró en una sociedad que estaba enejenada en sí
misma. La pregunta de quién es un verdadero Judío, era una pregunta vital durante los tiempos de
Jesús. La aceptación de Dios no era simplemente una pregunta teológica, sino también una pregunta
de identidad nacional. Tópicos como este nos introducen a la siguiente sección: el mundo religioso de
Jesús.
2. perush
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3. intercultural
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4. intracultural
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Material Original: Maestro Marcelo Díaz Hermosilla
CFTT Evangelio de Juan
12
Discuta las dos formas más importantes en el cual los Judíos respondieron al aumento de la
helenización
En esta parte vamos a examinar el ambiente religioso del tiempo de Jesús. Nuestro acercamiento
incluirá un profundo estudio de varios grupos de personas. Ellos son:
I. LOS FARISEOS
El origen exacto de los Fariseos no puede determinarse. La referencia más temprana que tenemos ha
sido registrada por el historiador Josefo, contemporáneo de Jesús. En Antigüedades (Antiquities) 13:288-
300, Josefo habla de los Hasidim, que nació alrededor del año 135 A.C. Este sería durante el período de la
revolución de los Macabeos (1 Macabeos 2:42, 7:12). Parece ser que durante la turbulencia política del
período Macabeo un movimiento religioso se levantó como las raíces del fariseísmo. Josefo declara que los
Fariseos creían tener una tradición indeleble desde los tiempos de Moisés. Adicionalmente, Josefo indica
que la motivación primaria de los Fariseos era expander para todo Israel, la posibilidad de suplir las
demandas de Dios para un pueblo santo (Éxodo 19:6; Levítico 11:44; 19:2; 20:7). En este sentido, Josefo
describe a los Fariseos como “el partido del pueblo”.
Los Fariseos formaron un fraternidad informal conocida como el Haberim. Esta palabra Hebrea
significa “los compañeros” o “la hermandad”. Entonces, los Fariseos formaron una “fraternidad santa”
dentro de Israel. Ellos se caracterizaron por tres prácticas centrales:
A. Pureza absoluta requerida con relación a la mesa de comunión.
Los Fariseos podían comer solamente con otro Fariseo porque todas las otras personas eran
consideradas impuras. Ellos solamente comían las comidas rituales limpias prescritas por las reglas de
pureza levítica. Estas reglas requerían una limpieza continua de las manos, especialmente antes de
comer (Marcos 7:1-23). De hecho, el sesenta y siete por ciento de todos los pasajes concernientes a
los Fariseos tienen que ver con el uso adecuado de las comidas.
Por lo tanto, en este sentido ellos han sido descritos como una secta de la mesa de comunión. Este
punto llegará a ser tremendamente importante cuando observemos el significado teológico de la mesa
de comunión de Jesús con los Publicanos y los Pecadores.
B. Una cuidadosa observación de los diezmos.
Absolutamente se debía dar el diezmo de todo, incluso ellos diezmaban de las pequeñas hierbas del
jardín que colgaban en la afueras de las ventanas (Lucas 11:43).
C. Una muy cuidadosa observancia del día sábado.
La comida de confraternidad de los Fariseos se llamaba el Haburah. Este tipo de cena no era
solamente para propósito nutritivos, pero representaba la aceptación mutua de una base religiosa.
Representaba la comunión en la presencia de Dios. Por lo tanto, la compañía de Jesús en la mesa con lo
desechados y los pecadores de su época era particularmente chocante para los Fariseos.
Los Saduceos también se originaron en la oscuridad. Es posible que los Saduceos vinieran del
sacerdocio de Sadoc durante el tiempo de David alrededor del 1,000 A.C. En su libro titulado “La guerra
de los judíos” (16:2), Josefo confirma que los Saduceos formaron una aristocracia gobernante en Israel y
que ellos eran los mayores mediadores entre el pueblo Judío y el Emperador Romano. Desde Herodes el
Grande hasta la revolución Judía contra Roma en el 64 D.C., los Saduceos mantenían el Sumo Sacerdocio.
Siendo que los Saduceos aceptaban solo el Pentateuco (los primeros cinco libros del Antiguo
Testamento) como la autoritativa Palabra de Dios, eran teológicamente conservadores de ese día. Ellos no
aceptaban ninguna enseñanza religiosa que no fuera explícitamente en los cinco libros de Moisés.
Por otro lado, los Fariseos abrazaban todo el Antiguo Testamento, de Génesis a Malaquías. Además,
los Fariseos aceptaban algunos desarrollos teológicos relativamente nuevos, que surgieron durante el
período intertestamental, Por ejemplo, aparte de Job 19:25-27 y Ezequiel 37:1-10, la doctrina de la
resurrección no estaba bien desarrollada en el Antiguo Testamento. Sin embargo, en el tiempo de Jesús,
la doctrina de la resurrección física de los muertos estaba bien establecida. Como Jesús, los Fariseos
creían en la resurrección (Juan 11:23-25, Hechos 23:6-8). Similarmente, la existencia y la función de los
ángeles no es un tema prominente en el Antiguo Testamento. Pero Jesús habló de legiones de ángeles
(Mateo 26:3). Una vez más, los Fariseos aceptaron la función activa de los ángeles y la intervención en el
quehacer de la vida cotidiana (Marcos 12:18-27, Hechos 23:8-10).
Aunque Jesús estuvo en un gran desacuerdo con el legalismo y la insensibilidad de los Fariseos,
(Mateo 12:1-14, Marcos 7:1-13), en algunas formas, él estuvo mucho más cerca de su “liberalismo
teológico”, que de los hiper conservadores Saduceos. Ambos, Jesús y los Fariseos reconocían todo el
Antiguo Testamento, creían en los ángeles, la resurrección, y creían en la entera posibilidad de vivir en
santidad dentro de la sociedad.
La palabra “Zelote” proviene del vocablo Griego zelos, que significa “hervir”. Sin lugar a dudas, este
movimiento de resistencia militar se levantó en contra de la dominación extranjera durante la revolución
Macabea, la cual ya estudiamos. El movimiento Zelote no era un grupo altamente organizado o como una
campaña militar estructurada. Cualquier persona que rechazaba la dominación extranjera y que veía la
guerrilla como alternativa para la solución de sus problemas era considerado un Zelote.
La relación exacta entre Jesús y los Zelotes es debatible. Los evangelios demuestran que los Zelotes
estaban activos en el tiempo de Jesús. Por ejemplo, la pregunta acerca del pago de los impuestos a César
revelaba un tópico candente entre los Zelotes (Marcos 12:14-17; Mateo 22:15-22; Lucas 20:20-26).
Barrabas a lo mejor era un revolucionario Zelote (Marcos 15:6-15; Mateo 27:15-26; Lucas 23:13-25). Las
enseñanzas sin venganza de Jesús en frente de la opresión pudieron fácilmente haberse dirigido hacia los
métodos que usaban los Zelotes (Mateo 5:38-48; Lucas 6:29-30). De hecho, uno de los discípulos
originales de Jesús se llamaba, Simón el Zelote (Lucas 6:15). Sin embargo, la respuesta de Jesús
concerniente al pago de los impuestos al César, que en otras palabras era rendir ante el César las cosas que
son del César y rendir a Dios las cosas que son de Dios, demostraba su posición apolítica y en contra del
zelotismo. No obstante, Jesús condujo una guerra santa en contra de las fuerzas del mal, pero sus armas
no eran la espada ni la lanza, más bien, Él luchó usando el poder del amor y la oración.
Los Romanos no colectaban los impuestos directamente, pero vendían las franquicias de los impuestos
a quién ofreciera la cantidad más elevada (a un jefe de publicanos). Entonces, él vendía porciones de su
franquicia a un cobrador de impuesto menor. Al parecer, Zaqueo era el jefe de los recolectores de
impuestos y por consiguiente era una persona de mucha influencia y riqueza (Lucas 19:1-10). Los
recolectores de impuestos eran odiados por tres razones:
1. Su misma ocupación aceptaba la dominación Romana y por lo tanto eran vistos como colaboradores
del enemigo de Israel.
2. Ellos estaban en contacto continuo con los gentiles y en un estado constante de impureza ritual.
3. Ellos eran vistos como ladrones y extorsionadores. Los romanos requerían una suma prefija de
ingreso, y cualquier ingreso por encima de la cuota era para el cobrador de impuesto. El cobrador
de impuesto era motivado a recolectar más de lo requerido. En general, el Judío no hacía
distinción entre un cobrador de impuesto y un gentil pecador. Sin embargo, en el nombre de
Dios, Jesús comió con cobradores de impuesto.
V. ’AMHA-ARETZ
La palabra Hebrea ’amha-aretz literalmente significa “la gente de la tierra” y se refiere a la gente
común de Israel. Ellos no rechazaron el Torah, pero ellos aliviaron la carga del Torah cuando llegaron a ser
demasiado imprácticos para sostenerla. Por ejemplo, el impuesto imperial Romano, impuestos de aduana, y
el impuesto de templo podría ser hasta el 40% del ingreso anual de una persona pobre. Muchos campesinos
eligieron no pagar el impuesto del Templo, ni pagar diezmos. También estos ’amha-aretz no podían comprar
los sacrificios para mantener impureza ritual. Entonces los Fariseos los consideraron como los padres de
impureza. Cualquier contacto, llevando, dando la mano, o alguna presión (o rose) contra cualquier cosa que
pertenecía a una persona común, rendiría un rito de impureza.15 Había también dos rutas separadas al
templo; un “camino alto” para el puro y un “camino bajo” para los ’amha-aretz. Durante los fiestas
nacionales, una vez en el templo, los ’amha-aretz eran considerados como limpios. Pero en seguida que la
celebración terminaba, los Fariseos comenzaban procedimientos elaborados para la limpieza.
Entonces el deseo intenso de que los Zelotes, los Fariseos y los Esenios de Qumran conservaran la
identidad de Israel finalmente condujo a la destrucción de Israel.16 Una porción grande de sociedad
israelí se sintieron separados de Dios. Una vez más el sentido de ser un “ciudadano de segunda clase”
dentro del estado de Israel, debió haber sido abrumador para muchos, durante el tiempo de Jesús.
Entonces el tremendo apogeo que Jesús recibió de las masas de gente, representó una revolución social y
religiosa de mayores proporciones. Y nuevamente, Jesús comunicaba el mensaje que Dios recibe a todas las
personas sin considerar su estado de pureza o impureza, tal y como ellos son.
general de Israel. Eran el grupo más despreciado en todo Israel, aun más despreciados que los gentiles y
cobradores de impuestos. Los odiaron porque tenían conocimiento de Dios, el templo y el sacerdocio
continuamente en su servicio, sin embargo, deliberadamente rechazaron todas estas cosas. Los cobradores
de impuestos pudieron haber traicionado a Israel como gente, pero los pecadores habían traicionado al
Dios de Israel.
Nuevamente, uno puede imaginarse como tales personas se sintieron rechazadas y aisladas en vista
del programa religioso intenso de los Fariseos. Aún Jesús los buscó y compartió en la mesa con ellos. E. P.
Sanders tiene un punto de vista interesante y aún controversial en lo que concierne a la relación de Jesús
con los pecadores. Él dice que la controversia aquí no era tanto que Jesús aceptó el pecador, pero más
bien, que él activamente buscó a los pecadores conspicuamente y les ofreció un lugar en el Reino de Dios.
Además, Sanders mantiene que Jesús no requirió que tales personas se arrepintieran según las normas y
requisitos del Judaísmo. Él afirma que si Jesús hubiese requerido arrepentimiento, entonces los Fariseos
se hubieran regocijado en su éxito. No, Sanders dice, el delito del ministerio de Jesús era que él prometió
a las prostitutas y a los pecadores un lugar en el Reino si ellos lo seguían. Entonces su costumbre de comer
con los pecadores era simbólica de la participación de ellos en la Cena Mesiánica. Esta aceptación en el
nombre de Dios era ofrecida completamente aparte del templo, los sacrificios y la autoridad de los
sacerdotes. En otras palabras, la identificación incondicional con la persona de Jesús le aseguraba a uno un
lugar en el Reino.
En la conclusión, la lucha Judía para sobrevivir tuvo devastadores efectos en su sociedad. Ellos
llegaron a ser socialmente fragmentados y divididos en su comprensión de como servir a Dios. Los Fariseos
buscaron una obediencia intensa a la ley y las tradiciones de los padres. Los Saduceos tomaron una posición
acomodada y buscaron sobresalir y quizás prosperar bajo la dominación Romana. Los Zelotes interpretaron
el servicio a Dios desde el punto de vista del terrorismo. Los cobradores de impuestos buscaron ganancia
personal de sus opresores. La gran mayoría de la gente, los ‘amha-aretz, buscaron sobresalir en la mejor
manera que ellos conocían. Esto frecuentemente significó aliviar la carga de la Torah. Y finalmente, los
pecadores vivieron vidas apóstatas, en la rebelión total contra Dios y las moralidades de la sociedad Judía.
En medio de tal ambiente volátil e inquieto, Jesús vino a predicar el Reino de Dios.
Enumere las tres prácticas religiosas centrales de los Fariseos.
A.
B.
C.
AUTO EXAMEN
SELECCIONE:
_____ 1. Las ceremonias, rituales y purificaciones fueron asociados con el estar bien con Dios.
A. helenización
B. perush
C. halaka
D. pureza
E. intercultural
F. intracultural
SELECCIÓN MÚLTIPLE:
1. Los Fariseos
A. siguió un enfoque violento para la helenización.
B. se acomodaron a la dominación Romana.
C. eran un movimiento religioso laico que buscó proteger a Israel de la contaminación de los
gentiles.
D. A y B.
E. B y C.
2. Los Saduceos
A. eran la aristocracia en el tiempo de Jesús.
B. resistieron la dominación Romana.
C. se acomodaron a la dominación Romana.
D. A y C.
E. B y C.
3. Los Zelotes
A. creían únicamente en el gobierno de Dios.
B. buscaron una solución militar a los problemas de Israel.
C. rehusaron pagar impuestos a César.
D. Todo lo de arriba.
Material Original: Maestro Marcelo Díaz Hermosilla
CFTT Evangelio de Juan
17
E. Ninguno de arriba.
SELECCIONE:
1. Enumere las tres áreas que Jesús tienen en común con los Fariseos.
A.
B.
C.
2. Enumere tres razones por qué los cobradores de impuestos eran despreciados en Israel.
A.
B.
C.
OBJETIVOS DE LA LECCIÓN
PALABRAS CLAVES
monogenes martureo
I. PATERNIDAD LITERARIA
El nombre del apóstol Juan no se encuentra en ninguna parte del evangelio, mucho menos se
menciona como el autor. Sin embargo, con respecto a la paternidad literaria, note lo siguiente:
A. Evidencia Interna
Juan 1:14 y 19:35 indica que el autor era un testigo al Jesús histórico y a la crucifixión. En el lugar
del “apóstol Juan” nosotros encontramos la frase, el “discípulo, al cual Jesús amaba” (13:22-25), quien
de hecho es testigo portador en este evangelio. Este discípulo amado era el discípulo que estaba muy
cerca de Jesús en la última Cena (21:20). Pero exactamente ¿quien es “el discípulo amado”?
A través del Evangelio de Juan, este discípulo amado tiene una asociación muy cerca con el Apóstol
Pedro. En los Sinópticos, Juan es un compañero cercano de Pedro (Marco 5:37; 9:2; 14:33). También
en el Evangelio de Juan, Juan el Bautista se llama simplemente “Juan”. Esto puede indicar que el autor
mismo habría sido conocido por otro título, el cual es el apóstol Juan. También Juan 20:2-8 habla de
aquel discípulo que amaba Jesús, que creyó, hasta que vió entrando en la tumba vacía. El único que
probablemente recordara este preciso momento sería el mismo discípulo. Así el autor del evangelio y
el discípulo amado parecen ser una misma persona (21:20,24,25; 13:22-25).
Pero ¿por qué, Juan se refería a sí mismo como “el discípulo al cual Jesús amaba”? ¿No habría
parecido vanidoso al referirse a sí mismo como el discípulo quien Jesús amó? Quizás tal referencia
es, de hecho, un acto de humildad. Uno podría recordar que Jesús se refirió a Jacobo y Juan como los
“hijos de trueno” (Marco 3:17). El apóstol Juan puede haberse asombrado continuamente que Jesús
pudo amar a tal persona, como a sí mismo. No puede haber duda que el apóstol Juan estaba
completamente impresionado con el favor inmerecido de Dios. La palabra griega agapao literalmente
significa “el amor divino de Dios”. Esta palabra griega aparece veintiún veces en I Juan solamente,
que es más que cualquier otro libro del Nuevo Testamento. A la luz de todo esto, la frase “el discípulo
amado” encaja desde luego al apóstol Juan.
B. Evidencia Externa
Ireneo fue el primero que identificó al apóstol Juan como el autor del cuarto evangelio. En su libro
Contra Herejías, Ireneo afirma que el apóstol Juan estando en Efeso, escribió el cuarto evangelio
durante el reinado de Trajan (98-117 D.C.). Eusebio, el historiador de la iglesia primitiva, indica que
Ireneo consiguió su información de Policarpo, quien era un discípulo del apóstol Juan. Tertuliano,
Clemente de Alejandría y Orígenes también afirman que el apóstol Juan es el autor del evangelio.
II. FECHA
Brevemente diga los argumentos en pro y en contra de la paternidad literaria Juanina del cuarto
evangelio.
Juan no usó la “estructura sinóptica” como es evidente en Mateo, Marcos y Lucas. Las diferencias
importantes en el resumen y el contenido de Juan pueden resumirse como se indica a continuación:
I. PRÓLOGO
El término prólogo literalmente significa “preámbulo”. El preámbulo del Evangelio de Juan consiste de
los primeros catorce versículos. Es verdaderamente asombroso que las doctrinas centrales de la fe
cristiana, han sido todas encapsuladas en estos pocos versículos. Estas incluyen:
A. La preexistencia de Cristo. (1:1) Esta no es mencionada explícitamente en ningún otro evangelio.
B. Jesús es co-eterno con el Padre. (1:1,14) Él es igual en poder y gloria al Padre.
C. Jesús es co-Creador. (1:4,5,9) Él es la fuente de toda vida (1:3,4), ambos física y
espiritualmente.
D. Jesús es superior a Juan el Bautista. (1:6-8)
E. Jesús actualizó el plan de salvación en la historia. (1:10-11)
Juan estructura su evangelio alrededor de siete señales importantes que comunican verdades y,
I. LA FE PERSONAL
La doctrina central de Juan es la deidad de Cristo, que no solamente es evidente por las siete
señales, sino también por los siete “Yo soy”. Los cuales son:
A. Yo soy el pan de vida. (6:35,48) — Jesús suple todo lo necesario para la vida espiritual. Jesús
no dice que él da pan, pero que él es el pan. Su propia persona y su ser son la fuente de nutrición
espiritual.
B. Yo soy la luz del mundo. (8:12) — Jesús probablemente habló estas palabras durante la fiesta
de los tabernáculos. Durante este festejo, había una ceremonia tremenda de iluminación en la
Corte de las Mujeres. Él es la fuente de la verdadera iluminación espiritual.
C. Yo soy la puerta. (10:7) — La imaginación de una puerta, seguramente comunica la idea de
acceso. Únicamente Jesús provee acceso en la presencia de Dios mismo.
D. Yo soy el buen pastor. (10:14) — La muerte del pastor palestino era para ser evitada. Sin
embargo, Jesús intencionalmente murió por las ovejas. La doctrina de la expiación, aquí es
evidentemente clara.
E. Yo soy la resurrección. (11:25) — Esta declaración pone a la muerte en su perspectiva apropiada.
Para el creyente, la muerte es, no más un período, sino simplemente una pausa.
F. Yo soy el camino, la verdad y la vida. (14:6) — Jesús es el único camino al Padre. Él es el único
que puede proveer la vida espiritual genuina para el creyente. Esto parece ser muy intolerante a
los oídos modernos. Jesús valientemente afirmó que nadie viene al Padre sino a través de él.
G. Yo soy la vid. (15:1) - Vemos aquí, el principio de la conexión vital. Se debe estar conectado
íntimamente con Cristo por medio de la fe para recibir la nutrición espiritual que otorga la vida
eterna.
La meta central del evangelio es la vida. La palabra vida no significa simplemente los “días sin fin”,
porque la vida no es para ser entendida en términos de cantidad. Más bien, Juan habla de una vida nueva
de calidad. El creyente tiene la experiencia del poder del Reino de Dios en este mundo actual. Uno no
simplemente tiene una vida larga, pero experimenta una clase de existencia totalmente nueva en Cristo.
Es claro que Juan registró las siete señales para demostrar el poder de Dios en Cristo. El propósito
del “Yo soy” se refleja en la deidad de Jesucristo. El resultado deseado es creer en Jesús y recibir la vida
eterna.
Material Original: Maestro Marcelo Díaz Hermosilla
CFTT Evangelio de Juan
23
A. ________________________________________________________________________
B. ________________________________________________________________________
C. ________________________________________________________________________
D. ________________________________________________________________________
E. ________________________________________________________________________
F. ________________________________________________________________________
G. ________________________________________________________________________
I. LA DOCTRINA LOGOS
Aunque Lucas tiene más referencias al Espíritu Santo que Mateo y Marcos juntos, Juan registra más
palabras personales de Jesús concerniente al Espíritu Santo. Un ejemplo principal es la conversación de
Jesús con Nicodemo (3:1). Los verdaderos creyentes adoran al Padre en el Espíritu y en verdad (4:24). La
descripción más completa en los evangelios, de la persona y trabajo del Espíritu Santo, se da en Juan
14:16-26. Juan registra que Jesús se refiere al Espíritu como el “el Consolador” paracletos, literalmente
es “uno que es llamado para ayudar a otro” . Jesús describe el Espíritu Santo como “el Espíritu de verdad”
quien viene a ayudar al cristiano (14:17).
III. VOCABULARIO ESPECIAL
Juan repetidamente usa palabras simples como mundo, vida, luz, obscuridad, trabajo, carne y conocer
para comunicar principios teológicos extraordinarios. “Obscuridad” no significa una ausencia de luz, pero
más bien significa maldad. Cuando Jesús dice que él vino para hacer el “trabajo” del Padre, él quiere decir
que él vino para ejecutar la voluntad de Dios. “Conocer” el Padre significa que uno tiene una relación vital
con Dios. Entonces, Juan es talentoso al dar significado espiritual y especial al vocabulario ordinario.
“Discurso” significa conversaciones personales que el Señor tuvo con individuos en el Evangelio de
Juan (p. ej., Nicodemo, la mujer en el pozo, Pilato, etc.) Hay veintisiete tales entrevistas privadas entre
Jesús e individuos en el cuarto evangelio.
AUTO-EXAMEN
ELECCIÓN MÚLTIPLE
El Evangelio Según Juan es muy distinto a los tres anteriores, dando su propia perspectiva especial acerca
de Jesús. El autor declara que su intención al escribir es traer a sus lectores a la fe: “...hizo Jesús muchas
otras señales… estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que
creyendo, tengáis vida en su nombre”. (20:30, 31)
Este libro dice que los días de Tiberio y de Herodes Antipas Tetrarca de Galilea, vivió un judío llamado
Jesús que decía ser el dueño de todas las cosas, el Pan de Vida, el Buen Pastor que daría su vida por las
ovejas, que resucitaría de su tumba al tercer día, que El mismo resucitaría a los muertos en el día final, que
El es el Mesías mismo, el único Camino a Dios, el objeto legítimo de la fe y la adoración, una persona tan
divina que podría decir: “Yo y el Padre uno somos”. Juan creyó a Jesús, y escribió para convencernos de que
Jesús es Dios.
“Tratado evangelístico, apologético y teológico demostrando a través de las señales que Jesús es el
Cristo, el Hijo de Dios enviado por el Padre, para que creyendo en El, tengamos vida eterna en
comunión con Dios.”
Al ver la declaración de Juan de su propósito para escribir (20:30, 31) vemos la mención de tres palabras
que son claves en el desarrollo de su evangelio: señales, creer, y vida.
Señales. Se detecta en el evangelio de Juan una organización alrededor de unos siete milagros
similares a los relatados en los sinópticos, pero llamados por Juan “señales”. Más adelante
abundamos sobre estas señales.
Creer. Esta es la palabra clave de todo el evangelio, y ocurre 98 veces. Creer sirve para designar
la completa entrega del individuo a Cristo. Juan define creer en Cristo como recibirlo (1:12),
convencido por las señales que probaron la procedencia divina (3:1) porque el creyente proseguirá
sobre una fe bien fundada.
Vida. La vida según Juan no es el desarrollo de la vitalidad biológica en la existencia humana, sino
que incluye una clase de Naturaleza, una nueva conciencia, una nueva conciencia y un constante
crecimiento.
El comentarista Hoskyns dice: “El tema del cuarto Evangelio es lo no-histórico que le da sentido a la
historia, lo infinito que le da sentido al tiempo, el Dios que le da sentido a los hombres y que es, por lo
tanto, Su Salvador.”1
Juan comienza hablando del “Verbo de Dios”, “la Palabra de Dios” (en griego “el LOGOS de Dios) que
estaba desde el principio con Dios. Jesús ha sido esta Palabra de Dios, la manera en que Dios se comunica
con el mundo.
Es interesante que la palabra “Logos de Dios” es una idea con raíces tanto en el Antiguo Testamento como
en el pensamiento griego. El escritor quiere mostrar el significado de Jesús para los judíos y para aquellos
que estaban familiarizados con el pensamiento griego.
Dicho de otra manera, en cuanto al tema de Juan podemos decir que todo el evangelio tiene como tema
principal demostrar a Judíos y griegos el verdadero significado de Jesús como el Ungido de Dios, Dios
mismo hecho hombre, para que creamos en El para salvación y vida eterna.
1
Hoskyns, The Fourth Gospel, pp. 129-130, citado por Harrison en Introducción al Nuevo Testamento, p.208.
Material Original: Maestro Marcelo Díaz Hermosilla
CFTT Evangelio de Juan
27
El autor
Aunque el nombre del autor del cuarto evangelio no aparece especificado, desde el principio se ha
identificado consistentemente al Apóstol Juan como su autor.
Ireneo (130 – 200 DC) que fue discípulo de Policarpo (70-160DC) quien a su vez fue discípulo del
Apóstol Juan, ha testificado bajo la autoridad de Policarpo, que Juan escribió este evangelio
durante su residencia en Efeso en Asia Menor cuando estaba avanzado en edad2.
Luego de Ireneo, todos los padres de la Iglesia asumieron que Juan fue el autor del evangelio.
Clemente de Alejandría (150 – 215 DC) escribió que Juan compuso este “evangelio espiritual”3.
Apoyando esta tradición, hay detalles significantes dentro del libro que nos hacen pensar en Juan.
Mientras los sinópticos (Mateo, Marcos, Lucas) mencionan 20 veces a Juan por su nombre, el cuarto
evangelio no lo menciona. En su lugar, el evangelio habla del “uno de sus discípulos al cual Jesús
amaba” (13:23; 19:26; 20:2; 21:17, 20). La ausencia de la mención del nombre de Juan es notoria y
sugiere que debido a que sus lectores conocían al autor, era sabio no hacer mención innecesaria de
su nombre, sino hacer referencia indirecta.
No es posible detallar todos los episodios de la vida de Jesús en los que Juan participó porque la lista es
muy larga y complicada de estructurar. Al menos es interesante mencionar que aparentemente tanto Juan
como su hermano Jacobo tenían temperamentos muy apasionados ya que Jesús los llamó “hijos del trueno”,
o literalmente “hijos del tumulto” (Mr.3:17). Su intolerancia y crueldad se revelan en su pronta disposición
para regañar al hombre que echaba fuera demonios, basándose en que no andaba con ellos (Lc.9:49);
además preguntaron al Señor si quería que oraran para que descendiera fuego del cielo en la aldea
samaritana que no los recibió (9:52-54). Ambos hermanos, de forma atrevida, pidieron a su madre que
solicitara de Jesús que les fuera concedido sentarse en los primeros asientos de su reino (Mt.20:20-28).
El fuego de su naturaleza se refleja en el vigor de su lenguaje, como cuando relata que Jesús le llamó “hijos
del diablo” a los incrédulos (8:44 y 1Juan 3:10).
Sin embargo, a medida que Cristo templó su temperamento y lo purificó de la violencia, Juan se convirtió en
el apóstol del amor, cuya devoción no fue superada por ningún otro de los escritores del Nuevo
Testamento. El mismo que hablaba ásperamente es el que luego dice “Amados, amémonos unos a otros:
porque el amor es de Dios; y el que ama es nacido de Dios, y conoce a Dios” (1Jn.4:7).
No hay una fecha exacta y las opiniones se dividen desde fechas tan tempranas como el 40 DC, 60DC hasta
finales del siglo I. Para fines de este curso estamos asumiendo que el evangelio de Juan se escribió
alrededor del 90 DC.
2
Ireneo lo escribe en su obra “En Contra de las Herejías” 2.22.5; 3.1.1
3
Citado por Eusebio en “Historia Eclesiástica” 6.14.7
Material Original: Maestro Marcelo Díaz Hermosilla
CFTT Evangelio de Juan
28
La mayoría de los comentaristas están de acuerdo en pensar que el evangelio de Juan fue escrito en Asia
Menor, probablemente en Efeso hacia el fin del primer siglo, cuando la Iglesia había alcanzado suficiente
madurez, y había necesidad de un avance en la enseñanza referente a la naturaleza de la fe. Se cree que
fue escrito en un medio gentil porque las fiestas y asuntos de los judíos se van explicando para beneficio
de aquellos que no estaban familiarizados con estas cuestiones (2:13; 4:9; 19:31).
Destinatario
¿A los judíos dispersos? Hay muchos comentaristas que observan que Juan utiliza mucho el título de “el
Cristo” (el Ungido) para referirse a Jesús y que muchas veces lo escribe en el Hebreo “el Mesías” (1:41;
4:25). Y como el mismo Apóstol Pablo tenía como objetivo en las sinagogas de la dispersión demostrar a los
judíos que Jesús es el Mesías esperado, ellos sugieren que el cuarto Evangelio está dirigido
primordialmente a los judíos de la dispersión.
¿A un medio gentil? Otros comentaristas apuntan que no cabe duda que los judíos de la dispersión están
incluidos en los destinatarios, pero que el tono universal del Evangelio es muy enfático (3:16; 10:16; 12:32).
Así que adoptamos la idea de que Juan escribió un evangelio universal pensando tanto en los judíos de la
dispersión como en la mentalidad griega de la época.
Propósito
El evangelio de Juan es el único de los cuatro evangelios que contiene una declaración precisa en relación al
propósito del autor (20:30,31).
“Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en
este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que
creyendo, tengáis vida en su nombre”.
Propósito evangelístico: La palabra “creer” ocurre aproximadamente 100 vences en Juan (los
sinópticos utilizan el término menos de la mitad que Juan). Juan compuso este evangelio para
proveer razones a sus lectores que lo llevaran a tener una fe salvadora, y como resultado,
asegurarles que recibirán el don de la vida eterna, si creen en Cristo (1:12).
Propósito apologético: Muy cercano al propósito evangelístico, Juan escribió apologéticamente para
convencer a sus lectores de la identidad de Jesús como el Dios encarnado cuya naturaleza divina y
humana estaba perfectamente unida en una persona que fue profetizado como el Cristo (“Mesías”,
el “ungido”) y Salvador del mundo (Ej.: 1:41; 3:16; 4:25, 26; 8:58).
IV. Contenido
Capítulos Descripción
1:1-18 El Prólogo
Parte 1 Las Siete Señales (1:19 – 12:50)
20-21 La resurrección
(Ver Anexo 1 si desea estudiar un bosquejo detallado de Juan).
La afirmación que Juan hace en el prólogo de que Jesús es el Verbo encarnado (1:14) es fortalecida por el
testimonio de Juan el Bautista diciendo que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo
(1:29).
Capítulo 2-4 El ministerio comienza (1era señal: conversión del agua en vino (2:1–10); 2da señal:
sanación del hijo de un noble (4:46–54))
El milagro en las bodas de Caná donde Jesús convierte el agua en vino es la primera señal que muestra el
poder de Jesús.
Las señales de Jesús no eran un fin en sí mismo, sino que su propósito es llevarnos a la fe, como se explica
en 2:11 “este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos
creyeron en él.”
La purificación del templo fue también una confirmación de la singularidad de Jesús ya que muestra Su
autoridad además de que se vio el cumplimiento del Salmo 69:9 (ver 2:17).
Hay dos largos discursos en los capítulos 3 y 4 que muestran a Jesús tratando con personas de clases
sociales extremas: Nicodemo, un principal entre los judíos, y la mujer samaritana junto al pozo. Sin
embargo para Dios, ambos son pecadores que necesitaban algo que sólo Jesús puede proveer.
Lo mismo decimos del paralítico del Estanque de Betesda4 en el capítulo. Debe dejar de pecar para que no
le acontezca algo mayor.
4
En este texto hay una frase que aparece en Reina Valera 1960 en el versículo 4 “Porque un ángel descendía de tiempo en
tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua quedaba
sano de cualquier enfermedad que tuviese”. Esta frase no aparece en los manuscritos más antiguos. Esta explicación
probablemente fue agregada para dar explicación de la creencia popular de aquellos días de las propiedades sanadoras que
tenía este estanque. Sin embargo, esta agua era de hecho agitada de vez en cuando, de acuerdo al testimonio del enfermo en
el versículo 7. Sin embargo, lo que Juan está escribiendo no es que esta fuera la causa real de la sanidad de la gente, sino
que Juan registró fue el testimonio de lo que el enfermo creía como aceptación popular, aunque no fuera realmente preciso,
porque quien sanaba no era algún ángel, sino Dios. Excavaciones arqueológicas realizadas desde el siglo XIX comprueban
la existencia de dos fosas o piscinas naturales adyacentes, una al Norte y otra al Sur y que estaban separadas por rocas
naturales. Aunque la agitación del agua pudiera ser de origen sobrenatural (no tenemos esa certeza) si era natural, es posible
que el movimiento del agua venía de una corriente intermitente que alimentaba el estanque. Es interesante recordar que no
es extraño ver personas con diversas enfermedades visitando manantiales de aguas minerales como en las fuentes a los
alrededores de Tiberias, o balnearios existentes en otros países a los cuales se les atribuye propiedades curativas desde la
antigüedad.
Material Original: Maestro Marcelo Díaz Hermosilla
CFTT Evangelio de Juan
31
Capítulo 6 El pan de vida (4ta señal: alimentación de los 5,000 (6:1–14); 5ta señal: caminando sobre
las aguas (6:15–21))
El capítulo 6 tiene una sección extensa sobre el pan de vida, enseñanza impartida por Jesús cerca del
tiempo de la Pascua (6:4), un año antes de la cruz. Luego de la aceptación popular que tuvo el Señor, la
enseñanza sobre el Pan de Vida en Capernaum y la franqueza de Jesús exponiendo el evangelio hizo que la
gente (inluyendo algunos de sus discípulos) mostrara sus verdaderos sentimientos y finalmente
manifestaron el rechazo (6:60,66)
En ese momento donde la aceptación popular decayó, los fariseos intensificaron sus planes para matarle
(7:1). Ellos no sabían que no eran ellos, sino Dios, quien había planificado la muerte de Jesús (7:30).
Capítulo 8-9 Debates con los fariseos (6ta señal: sanación del hombre ciego (9:1–4))
En el capítulo 8 vemos cómo la oposición a Jesús creció y provocó la fuerte reprensión de Jesús cuando les
llamó “hijos de vuestro padre el diablo” (8:44).
La escena del ciego de nacimiento en Juan 9 es una muestra de la ceguera espiritual de la gente, que no
podían ver el milagro portentoso de Jesús al devolver la vista a un ciego, y por el contrario lo criticaban y
castigaban al que estuviese de su lado.
Esta última semana se inicia con la entrada triunfal a Jerusalén tal como relatan los demás evangelios. El
momento señalado por Dios para que El muriera como el Cordero de Dios era la Pascua. (1Co.5:7 “Porque
nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada”).
Esta sección del 13 al 17 registra las palabras de Jesús a solas con sus discípulos justo antes de ser
entregado para ir al Calvario. En resumen de lo más notorio, vemos:
El gran ejemplo de que el quiera ser el primero debe ser un servidor. El lavamiento de los pies de
Jesús a sus discípulos (Juan 13:1-7).
El hecho más sobresaliente del relato de la resurrección de Cristo en Juan 20 es el detalle de la tumba
vacía cuando Pedro y Juan corren y ven la tumba desocupada con los lienzos enrollados y el sudario aparte,
donde dice que el discípulo que llegó primero (Juan) vio los lienzos y CREYÓ.
Otros episodios que Juan relata y que no son narrados en los sinópticos son, la incredulidad y postrer
adoración de Tomás, el propósito de su libro, la pesca milagrosa cuando aparece a los discípulos que
estaban desalentados, la pregunta a Pedro de si amaba al Señor encomendándole que apaciente a sus
ovejas, y la escena con el discípulo amado de donde se originó la mal fundada creencia de que Juan quedaría
hasta que Jesús volviera (21:23).
Finalmente Juan testifica nuevamente que escogió algunas cosas para relatar de las tantas que hizo Jesús
(lo cual explica la omisión de las parábolas y otros eventos que no se molesta en narrar), y que su
testimonio es completamente verdadero.
VI. Peculiaridades
Juan es el evangelio “espiritual”. Sus verdades son expresadas en un estilo literario sencillo, pero
con un pensamiento profundo. Cuando se le compara con Lucas, por ejemplo, notamos que el cuarto
evangelio utiliza términos comunes. No obstante la simplicidad de su lenguaje, la profundidad de
pensamiento es cautivante. Probablemente no hay otro libro del Nuevo Testamento que haya
provocado a tanto análisis y reflexión.
Da prominencia al tema de la Deidad de Jesús. No quiere decir que los sinópticos no lo hagan,
porque abundan en los mismos títulos que usa Juan, como, Mesías, Hijo de Dios, Hijo del Hombre.
Pero Juan expresa más abiertamente un lenguaje que describe la deidad de Jesús, equilibrándolo
con su dependencia del Padre. Podemos mencionar varios elementos que muestran la deidad de
Jesús:
Los milagros son llamados “señales” (ver “Tema Central” en el primer punto). Juan argumenta que
Jesús es el Ungido de Dios prometido, mostrando las señales que El hizo.
Hay un gran énfasis en las fiestas nacionales o festivales judíos y en la participación de Jesús en
los mismos. Se mencionan tres pascuas (2:23; 6:4; 13:1); la fiesta de los tabernáculos (7:2); la
dedicación (10:22). Hay además un festival no identificado (5:1).
Describe de manera especial el ministerio en Judea. En consistencia con el punto anterior, hay una
gran concentración de la narración en la zona de Judea, donde se realizaban las festividades
mencionadas. Aunque Juan da más detalles, los sinópticos mencionan algunas actividades de Jesús
en esta zona.
B. Grandes eventos
C. Pasajes famosos
EVANGELIO DE JUAN
a) El Verbo como expresión. El Verbo era una expresión usada por teólogos y filósofos,
judíos y griegos por igual, de muchas maneras diferentes.
b) El Verbo como agente. En las Escrituras hebreas, el Verbo era un agente de creación
(Salmo 33:6), la fuente del mensaje de Dios a su pueblo por medio de sus profetas (Oseas 1:2) y la
ley de Dios, su norma de santidad (Salmo 1:19.11).
c) El Verbo como filosofía. En la filosofía griega, el Verbo era el principio de la razón que
gobernaba al mundo o el pensamiento que estaba aún en la mente, mientras que en el pensamiento
hebreo el Verbo era otra forma de decir Dios.
La descripción de Juan muestra claramente que se refiere a Jesús (véase especialmente 1:14);
un ser humano que conocía y amaba, pero que era a la vez el Creador del universo, la suprema
revelación de Dios, la imagen viviente de la santidad de Dios, y «todas las cosas en Él subsisten»
(Colosenses 1:17). Para los lectores judíos, «el Verbo era Dios» era una blasfemia. Para los
lectores griegos, «aquel Verbo fue hecho carne» (1:14) era impensable. Para Juan, este nuevo
entendimiento del Verbo era el evangelio, las buenas nuevas de Jesucristo.
D. LA ENCARNACIÓN (1:14-18)
1. La naturaleza de la encarnación (1:14).
El verso de Jn. 1:14, dice “y aquel verbo fue hecho carne” (sarx), y habito entre nosotros
y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre lleno de gracia y verdad; este pasaje testifica
que el Logos pre - existente, se hizo carne, se hizo hombre, llego a ser carne. Fue hecho lo que no
era, sin dejar lo que era, la palabra tomó la naturaleza humana sin dejar la divina; el cual se expreso
como personalidad humana, que era visible, audible y tangible.
Y habito: (eskenosen) indica. “Habitar” o “acampar”. Acampo de modo real y temporal con
los hombres. Instalo su tienda en medio de los hombres, la misma que podemos interpretar de la
siguiente manera: “Que el verbo hizo su tabernáculo o levanto una tienda entre nosotros.”
Y vimos su gloria: (etheasametha), este verbo contiene la raíz de la palabra teatro (thea,
espectáculo), y quiere decir "observamos", es la mirada que escruta acuciosamente lo que esta delante de
él, para comprender su significado y aceptarla como una revelación del mismo Dios; entonces el testigo
ocular, luego de lo que ha presenciado, espectado, enquista la revelación de virtud vital bajo la guía de Dios
en el cuarto evangelio, afirmando que la palabra vino a la tierra en forma humana, que podía verle con los
ojos de su cara y que él da fe de ello, el autor no solamente testifica de la verdad si no también que
certifica esta verdad (Jn.21:24), que lo lleva ha afirmar categóricamente, que él es testigo de la gloria de
Dios.
“Unigénito del Padre”, en comparación con Colosenses 1:15 “el primogénito de toda la creación”
¿Qué revela cada frase acerca de Cristo?
2. Relación de Juan con El que había venido (1:24-28). Él era quien prepararía (precursor) el
camino de Jesús, su ministerio consistía en proclamar a Cristo. ¿Qué significado tenía el bautismo de
Juan?
3. Testimonio de Juan acerca del Cordero de Dios (1:29-34). El anuncio de Juan es la respuesta a la
pregunta de Isaac: “¿Dónde está el cordero para el holocausto?” (Gn 22.7). El cordero pascual en Éxodo 12
y el cordero sacrificial en Isaías 53 apuntan hacia Cristo. En la historia del AT hubo muchos corderos
sacrificados, pero Cristo es el Cordero de Dios, el único. La sangre de los corderos sacrificados en el
tabernáculo o el templo simplemente cubrían el pecado (Heb 10.1–4), pero la sangre de Cristo quita el
pecado. Los corderos que se ofrecían en los días del AT eran sólo por Israel, pero Cristo murió por los
pecados de todo el mundo.
4. Testimonio de Juan a sus discípulos (1:35-42). “Al siguiente día otra vez estaba Jesús, y dos de
sus discípulos...He aquí el Cordero de Dios” Es decir al tercer día de estas escenas iniciales, marcando el
comienzo efectivo del ministerio de Jesús. Ahora Juan el Bautista dirige la atención de sus discípulos hacia
Jesús, no sólo como el gran sacrificio por el pecado del mundo sino también como el Maestro perfecto de la
verdad celestial.
1. “¿De Nazaret puede salir algo bueno?”. ¿Qué significa esta frase?
2. “...Antes que Felipe te llamará...te ví debajo de la higuera? ¿Qué atributo de Cristo ve usted?
se hicieron: egeneto, forma ática de egento, del verbo ginomai en Aor. med. Sing. puede
traducirse celebrar, aconteció, sucedió, tuvo lugar (NC.) por el contexto decimos: "se celebro".
unas bodas: La Mishna Judía especificaba que el matrimonio de una virgen debía de
celebrarse en miércoles:
En Cana de Galilea: El escenario de los hechos es Cana de Galilea, aldea natal de
Nathanael (21:2), situada a unos 13 Kilómetros de Nazareth. Se precisa "Cana de Galilea", para distinguirla
de otra Cana situada al sudoeste de Tiro (Celesira, ver Josué 19:20), en este caso es en Cana de Galilea
donde se celebra la boda.
B. LA NARRACIÓN (2:3-10)
1. Jesús ante la falta de vino. “Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.”
a) Y faltando el vino: ", "faltando", significa: "Faltar", “carecer”, “no alcanzar” “acabarse”,
“privado de” "habiendo faltado". Podría entenderse mejor al traducirse: "habiendo faltado".
b) Y faltando el vino , Oinon, "... palabra griega que se aplica a toda clase de vinos, por lo común
fermentado, pero casi siempre con muy poco alcohol.
Esta cláusula puede significar: Habiendo faltado el vino". En este caso el vino esta agotándose
en su totalidad, después de este, ya no hay mas, incluso no hay de donde sacar.
2. Jesús ante su madre. la Madre de Jesús le dijo: legei sing. "esta diciendo falta vino". Maria
da ha conocer una situación desesperada para los novios, puesto que en toda boda judía, y dado el carácter
hospitalario de la misma, era un sagrado deber en oriente brindarlo, pero era una desgracia mayor y hasta
una humillación terrible para los novios, el que faltara vino en su boda.
Jesús le dijo ¿Qué tienes conmigo mujer? Aun no ha llegado mi hora (RV.1960).
La respuesta de Jesús a su Madre, es una figura de interrogación, ya que El no hace un
reconocimiento llano, sino, que hace un giro idiomático del hebreo y pone en forma de interrogación lo que
estaba a punto de decir, sin esperar respuesta: Jesús le dijo: ti emoi kai soi, gunai. Esta respuesta de
Jesús ha tenido variadas interpretaciones: Algunas versiones traducen: "Mujer, no intervengas en mi vida"
(Biblia de América); ¿Qué quieres de mi mujer? (Biblia del Peregrino); "Mujer como se te ocurre" (Biblia
Latinoamericana).
Esta respuesta quiere decir: " No te preocupes tu no entiendes muy bien lo que pasa, déjamelo
a Mí que lo resolveré a mi manera". Jesús le esta diciendo sencillamente que lo dejara en sus manos, que El
ya sabia lo que tenia que hacer".
Sin embargo no es despectivo que se dirija a su madre con el termino “mujer” (gunai), según la
costumbre de aquella época llamar así a alguien era del todo respetuosa y aun intima.
Mi hora:, ara mou: Tanto el nominativo como el pronombre, atisban que Jesús es conciente de
su misión; Una traducción literal seria: ¿Que a mí y a ti mujer?. Aun no ha llegado mi hora, expresión
denota dos ideas: La primera, que nadie puede alterar su plan y propósito divino de redención (Jn. 7:30;
8.20); la segunda, será "La hora suprema" de Jesús la cruz, lo que los malvados destinaron como muerte y
vergüenza fue transmutado a vida y gloria (12:25; 13:1; 17:1).
Es el primero de las señales que Jesús hizo en Cana de Galilea: La parte inicial de este
versículo puede traducirse: "Esto hizo Jesús como principio de sus señales".
de las señales: Semeion. Señales, este es el termino Juanino para referirse a un milagro, de una manera
ordenada, esta es la primera señal que se presenta de manera cronológica, implicando así en orden
sistemático el propósito del cuarto evangelio.
Dentro del desenlace de este pasaje, el termino señal involucra varias relaciones que es necesario precisar:
Tiene un orden programático, define el propósito de la misma y la vincula a la fe de sus discípulos.
Se dice que la señal tiene un orden programático sencillamente por que su orden es cronológico:
"este principio de señales", luego se irán revelando las otras señales en los primeros 12 capítulos (Jn.
4:54ss; 5:1-47; 6:1-14; 6:15-21; 9:1-41; 11: 1-57), cada una con un propósito especifico que dirige a
depositar la fe en Cristo Jesús.
Semeion, entonces es la acción obrada por Jesús, que conduce por si al conocimiento de una
realidad superior, es la que ha hecho referencia a algo extraordinario y que conduce a la fe (2:11, 23; 4:54;
7:31; 10:42; 11:47; 12: 18-19).
Nicodemo (“conquistador del pueblo” era un miembro influyente y respetado del Sanedrín) era
un hombre moral, religioso, uno de los principales maestros (dirigentes) de los judíos, y sin embargo no
entendió la verdad sobre el nuevo nacimiento. Las verdades espirituales no la puede captar la mente carnal
del pecador (véase 1 Co 2:10–14). Nicodemo vino “de noche”, símbolo del que no es salvo; espiritualmente
estaba “en las tinieblas” (véanse Ef 4:18; 2 Co 4:3–6). Ser religioso o moral no hace a la persona apta para
el cielo; debe nacer de nuevo, esto es, nacer de arriba.
Por “el reino de Dios” Jesús no quería indicar un reino terrenal político. Pablo describe el reino
de Dios en Romanos 14:17. Cuando el pecador confía en Cristo entra en el reino y familia de Dios. Como la
mayoría de sus amigos judíos, Nicodemo pensaba que debido a que nació judío y vivía de acuerdo a la ley,
satisfaría a Dios (véanse Mt 3: 7–12; Jn 8:33–39). Desde el mismo pecado de Adán en Génesis 3, todos los
seres humanos han nacido fuera del paraíso. Sólo mediante el nuevo nacimiento podemos entrar en el reino
de Dios.
Después de la purificación del templo y de la conversación con Nicodemo y con aquellos que se
unieron a él, Jesús y sus discípulos salieron de Jerusalén y se fueron al distrito circunvecino. Sólo Juan
menciona que Jesús bautizó (v. 22). Modificó la declaración en 4:2, al señalar que los discípulos de Jesús
eran los que realmente estaban bautizando. El énfasis del autor era demostrar que, aunque Jesús y Juan el
Bautista estaban haciendo la misma obra, el significado de su trabajo era distinto. Las actividades
bautismales de Juan estaban relacionadas íntimamente con el ritual judío de la purificación (v. 25). Aun en
la actividad del bautismo, Jesús estaba reemplazando a Juan: “y todos vienen a él. . .” (v. 26).
El profeta gustosamente prepara el camino para el novio y se regocija con la buena fortuna del
mismo. Juan vino para preparar el camino para Cristo. Aunque Juan guió las etapas iniciales, Cristo era el
camino del Nuevo Israel. Juan pudo regocijarse mucho cuando Cristo lo reemplazó como el líder del nuevo
movimiento.
I. EL MINISTERIO DE CRISTO A LA SAMARITANA (4:1–43). Hay dos secciones en este capítulo: (1)
El ministerio de Cristo a la samaritana (4:1–42), y (2) el milagro de Cristo al noble (4:43–54). En cierto
sentido, ambas experiencias involucraron milagros; porque la transformación de esta pecadora fue tan
maravillosa como la sanidad “a distancia” del hijo del noble.
Los samaritanos eran “mestizos”, parte judíos y parte gentiles. Como tales, los judíos los
consideraban proscritos y los despreciaban. Tenían su propio sistema religioso en Samaria que competía
con las demandas de los judíos (véase 4:20–24) y creían en la venida del Mesías (4:25). A Jesús “le era
necesario pasar por Samaria» (v. 4) debido a que Dios había planeado que esta mujer pecadora se
encontrara con Él y hallara el agua de vida. En la entrevista que se registra vemos las diferentes etapas
que la mujer atravesó para llegar a creer en Cristo.
Que un rabí judío le pidiera un favor a una mujer, especialmente una samaritana, la sorprendió.
Ella veía en Jesús nada más que a un judío con sed. El pecador está ciego con respecto a Cristo y se
interesa más en los asuntos de la vida (como sacar agua) que en las cosas de la eternidad.
En el versículo 10 Jesús le dice que ignoraba dos cosas: el don de Dios (la salvación) y la
identidad del Salvador en su presencia. Jesús le habla del agua viva, agua de vida, pero ella lo entiende
literalmente. ¡Qué típico del pecador que confunde lo físico y lo espiritual! Nicodemo pensó que Jesús
hablaba del nacimiento físico (3:4), e incluso los discípulos pensaron que Él hablaba del alimento literal más
tarde (4:31–34). Jesús destaca que las cosas del mundo no satisfacen y los hombres sin Cristo siempre
“volverán a tener sed”. La parábola en Lucas 16:19–31 lo deja bien en claro: el rico que bebía sediento los
placeres físicos de esta vida tuvo sed de nuevo cuando se halló en el Hades.
Jesús promete que el agua de vida brotará dentro del corazón y siempre nos refrescará y
mantendrá satisfechos: y la mujer, todavía confundida, pidió de esa agua. Fue una respuesta emocional y
superficial.
Después que manifestó su interés en el agua viva (a pesar de su confusión), la mujer se vio
enfrentando sus pecados. La orden de Cristo: “Ve, llama a tu marido”, tenía el propósito de despertar su
conciencia y obligarla a que afrontara sus pecados. Nadie que esconda sus pecados se puede salvar jamás
(véase Pr 28:13). Nótese cómo la mujer trató de cambiar el tema de la conversación. ¡Como los pecadores
de hoy que se sienten culpables, empezó a argüir respecto a las diferencias religiosas! “¿Dónde debemos
adorar?” “¿Cuál es la verdadera religión?” Jesús destacó que lo importante es conocer al Padre y esto
únicamente se puede hacer mediante la salvación, y la salvación viene de los judíos. Ahora Jesús la llevó
frente a frente a sus pecados, su deseo de satisfacción y al vacío de su propia vida religiosa.
Este es la segunda de las siete señales en Juan. Esta señal muestra cómo se salva la persona y
los resultados que siguen (véanse las notas introductorias a Juan). Las primeras dos señales ocurrieron en
Caná de Galilea. Convertir el agua en vino ilustra que la salvación es por medio de la Palabra. La curación del
hijo en este capítulo muestra que la salvación es por fe.
En el versículo 48 Jesús da la razón básica por la cual las personas no creen: quieren ver
señales y experimentar maravillas. Tenga presente que Satanás es capaz de realizar señales y milagros
para engañar (2 Ts 2:9, 10). Si su salvación se basa en sensaciones, sentimientos, sueños, visiones, voces o
cualquier otra evidencia carnal, usted se halla en terreno peligroso. Es la fe en la sola Palabra de Dios que
nos da la seguridad de la vida eterna (véase 1 Jn 5:9–13).
III. EL MILAGRO: LA SALVACIÓN ES POR GRACIA (5:1–16). Como muchos otros capítulos de Juan, aquí
tenemos un mensaje basado en un milagro (5:17–47).
Esta señal completa los tres milagros que muestran cómo se salva una persona. La primera (el
agua hecha vino) muestra que la salvación es por medio de la Palabra de Dios. La segunda (la curación del
hijo del noble) muestra que la salvación es por fe. Este tercer milagro (paralítico de Betesda) demuestra
que la salvación es por gracia. Este hombre estaba en una condición deplorable. Debido a su pecado pasado
(véase v. 5:14) llevó su aflicción por treinta y ocho años. Estaba rodeado de personas atribuladas, las
cuales ilustran la triste condición del inconverso; impotentes (sin poder, Ro 5:6), ciegos, cojos (incapaces
de caminar correctamente, Ef 2:1–3), paralíticos y esperando que algo les ocurra (sin esperanza, Ef 2:12).
Si estas personas pudieran meterse en el agua cuando el ángel viene, podrían sanar; pero ¡no tienen el
poder para lograrlo! Como el pecador hoy; si pudiera hacer la voluntad de Dios, podría ser salvo; pero es
incapaz de hacerlo.
1. Igual en obras (vv. 17–21). El día de reposo del Padre se quebrantó en Génesis 3 cuando Adán y
Eva pecaron. Desde ese tiempo Dios ha estado obrando, buscando y salvando a los perdidos.
Cristo afirma que el Padre le capacitó para hacer lo que hace, y le revela su conocimiento a Él
personalmente. Sus obras (milagros) proceden del Padre, incluyendo el milagro de levantar a los muertos.
2. Igual en juicio (v. 22). Dios ha entregado todo juicio al Hijo. Esto hace al Hijo igual al Padre,
porque sólo Dios puede juzgar al hombre por sus pecados. Véase también el versículo 27.
3. Igual en honor (v. 23). Ningún mortal podría atreverse a exigir que los hombres le rindan el honor
que sólo Dios merece. La gente que ignora a Cristo, pero que dice adorar a Dios está engañada.
1. La resurrección de los pecadores muertos hoy en día (vv. 24–27). Esta es una resurrección
espiritual (véase Ef 2:1–3) y ocurre cuando los pecadores oyen la Palabra y creen. El hombre que Cristo
sanó era en realidad un muerto en vida. Cuando oyó la Palabra y creyó, recibió nueva vida en su cuerpo.
Cristo tiene vida en sí mismo, porque Él es “la vida” (14:6) y por consiguiente puede dar vida a otros.
2. La resurrección de vida (vv. 28–29a). Esta es la resurrección futura de los creyentes descrita en
1 Tesalonicenses 4:13–18 y 1 Corintios 15:51–58. La Biblia no enseña una “resurrección general”, así como
tampoco enseña un “juicio general”. Esta “resurrección de vida” es lo mismo que “la primera resurrección”
en Apocalipsis 20:4–6.
3. La resurrección de condenación (v. 29b). Esta se describe en Apocalipsis 20:11–15 y tiene lugar
justo antes de que Dios haga los nuevos cielos y la nueva tierra. Todos los que hayan rechazado a Cristo
serán juzgados, no para ver si van al cielo, sino para ver cuál será su grado de castigo en el infierno. Al
infierno se le llama “la segunda muerte”, separación de Dios. Ningún cristiano jamás estará frente al juicio
ante el gran trono blanco (Jn 5:24).
1. Juan el Bautista (vv. 30–35). La gente escuchó a Juan y hasta se alegró con su ministerio, pero
rechazaron tanto a él como a su mensaje. Lea 1:15–34 y 3:27–36 para ver cómo Juan condujo a la gente a
Cristo.
2. Las obras de Cristo (v. 36). Hasta Nicodemo admitió que los milagros de Cristo demostraban que
había venido de Dios (3:2).
3. El Padre en la Palabra (vv. 37–47). Las Escrituras del AT son el testimonio del Padre respecto al
Hijo. Los judíos investigaban las Escrituras pensando que sus estudios los salvarían, pero las leían con ojos
espiritualmente ciegos. Moisés escribió de Cristo y les iba a acusar en el juicio. Rechazaron la Palabra (v.
38); no quisieron ir a Él (v. 40); no amaron a Dios (v. 42); no quisieron recibirle (v. 43); buscaron el honor
de los hombres y no el de Dios (v. 44); y no quisieron escuchar su Palabra (v. 47). ¡No sorprende que no
podían creer y ser salvos!
En los versículos 22–31 tenemos el escenario del sermón. La gente interesada en la comida
siguió a Cristo al otro lado del mar hasta Capernaum y le halló en la sinagoga (v. 59). Él reveló los motivos
superficiales, carnales, de ellos (vv. 26–27) y cómo ignoraban lo que quiere decir ser salvos por fe (vv. 28–
29). Así como Él, por gracia, les alimentó con pan y todo lo que tuvieron que hacer fue recibirlo, de la misma
forma Él quería darles vida eterna, pero ellos pensaron que debían ganársela. En el versículo 30 los judíos
lanzaron un reto a Jesús: “¡Muéstranos una señal!” Le recordaron la manera en que Moisés les dio pan
(maná) del cielo para alimentarlos (véase Éx 16); y Jesús lo usó como base para su sermón. Hay tres
divisiones del sermón, cada una seguida por una reacción de la multitud.
1. Vino del cielo por la noche; Cristo vino del cielo cuando el hombre estaba en tinieblas.
2. La tierra no lo contaminaba; Cristo fue sin pecado, separado de los pecadores.
3. Debía recogerse y comerse; Cristo debe recibirse y la persona se apropia de Él por fe (1:12–13).
4. Vino como un regalo; Cristo es el regalo de Dios al mundo.
5. Había suficiente para todos; Cristo es suficiente para todos.
I. ANTES DE LA FIESTA: DUDA (7:1–9). Ahora avanzamos a la segunda sección: El período de conflicto.
Los líderes judíos habían visto las señales de Cristo y oído sus sermones; ahora empezaban a oponérsele.
Revise estos versículos para ver la oposición: 7:1, 19, 23, 30, 32, 44; 8:6, 37, 48, 59; 9:22, 34; 10:20, 31–
33, 39; 11:8, 16, 46–57; 12:10.
La Fiesta de los Tabernáculos se celebraba a los quince días del séptimo mes (entre septiembre y
octubre), y duraba ocho días (véanse Lv 23:34–44; Dt 16:13–16; Nm 29:12–40). Era un recordatorio del
tiempo cuando Israel vivió en cabañas durante su peregrinaje por el desierto. Éxodo 23:16 indica que era
también una Fiesta de la Cosecha, una de las tres fiestas anuales a las que todo judío varón debía asistir
(Dt 16:16).
I. LA CURACIÓN (9:1–7)
A. El hombre tiene las características del pecador perdido.
1. Estaba ciego (Ef 4:18; Jn 3:3; 2 Co 4:3–6). El inconverso, aunque sea intelectual como Nicodemo,
nunca puede ver o comprender las cosas espirituales. Véase 1 Corintios 2:14–16.
2. Estaba mendigando. El inconverso es pobre a la vista de Dios, aunque tal vez sea rico a los ojos del
mundo. Mendiga por algo que satisfaga sus más profundas necesidades.
3. Estaba impotente. No podía curarse a sí mismo; otros no podían curarlo.
1. “Un hombre que se llama Jesús” (v. 11) era todo lo que sabía cuando Cristo le sanó.
2. “Un profeta” (v. 17), así llamó a Jesús cuando los fariseos le interrogaron.
3. “Un varón de Dios” (vv. 31–33), fue su conclusión acerca de quién era Jesús.
4. “El Hijo de Dios” (vv. 35–38), fue su confesión final y completa de fe. (Véase 20:30–31.)
La misma luz que guía a una persona puede cegar a otra (vv. 39–41). Los fariseos admitieron que
podía ver y por consiguiente eran culpables debido a que rechazaron la evidencia y no querían recibir a
Cristo. El evangelio trae diferentes reacciones de diferentes clases de corazones: el pecador ciego recibe
la verdad y ve; la persona religiosa, justa en su propia opinión, rechaza la verdad y se enceguece más
espiritualmente. Es peligroso rechazar la luz.
I. LA ILUSTRACIÓN (10:1–6). Los sucesos de la primera mitad de este capítulo (vv. 1–21) ocurrieron
después de la expulsión del hombre que se anota en 9:34; en tanto que la segunda mitad (vv. 22–42)
tuvieron lugar dos o tres meses más tarde. El capítulo entero está ligado por el simbolismo del pastor y sus
ovejas.
Estos primeros seis versículos son un cuadro de la relación entre el pastor y sus ovejas. El versículo
6 llama a esto una “parábola”, pero sería mejor llamarlo una alegoría. Cristo simplemente le recuerda a la
gente la manera en que actuaban los pastores y las ovejas. Más tarde en este capítulo Él hace una
aplicación más directa.
El redil en el Medio Oriente era muy simple: una pared de piedras, tal vez de tres metros de altura,
y una abertura que servía de puerta. Los pastores de la aldea arreaban a sus ovejas al redil al anochecer y
dejaban que el portero hiciera guardia. En la mañana cada pastor llamaba a sus ovejas, las cuales reconocían
la voz de su pastor y salían del redil. El portero (o uno de los pastores) dormía a la entrada del redil y en
realidad se convertía en “la puerta”. Nada podía entrar o salir del redil sin pasar sobre el pastor.
Cristo destaca que el verdadero pastor entra por la puerta (v. 1), llama a sus ovejas por nombre,
estas conocen su voz (v. 3), él las guía y ellas le siguen (vv. 4–5). Los pastores falsos y extraños, que son
ladrones y salteadores, tratan de entrar al rebaño de alguna manera solapada, pero las ovejas no los
reconocen ni les siguen.
puertas y que debemos hacer una distinción entre ellas para captar el significado completo de esta
explicación:
1. “La puerta en el redil” (v. 1). El redil aquí no es el cielo, sino la nación de Israel (véase Sal 100).
Cristo vino a Israel a través del camino señalado en las Escrituras; el portero (Juan el Bautista) le abrió la
puerta.
2. “La puerta de las ovejas” (v. 7). Esta es la puerta que lleva a la gente fuera de su actual redil; en
este caso, el judaísmo. Cristo abrió el camino para que las multitudes dejaran su antiguo sistema religioso y
hallaran vida nueva.
3. La puerta de la salvación (v. 9). Las ovejas que usan esta puerta entran y salen, lo cual habla de
libertad, tienen vida eterna y disfrutan de los pastos de la Palabra de Dios. Satanás, a través de los falsos
maestros (ladrones y salteadores), quiere robar, matar y destruir a las ovejas; pero Dios da vida abundante
y cuida a las ovejas.
1. Oyen su voz, lo que quiere decir que oyen su Palabra y responden a ella. Los inconversos tienen muy
poco o ningún interés en la Biblia; las verdaderas ovejas viven en la Palabra.
2. Conocen a Cristo y son conocidos (vv. 14, 27), de modo que no seguirán a un falso pastor. Los
miembros de las iglesias que corren de un sistema religioso a otro, o de una secta a otra, demuestran con
eso que no son verdaderas ovejas.
3. Siguen a Cristo, lo cual habla de obediencia. Nadie tiene el derecho a reclamar ser una de las
ovejas de Cristo si vive en voluntaria, persistente y abierta desobediencia, y rehúsa hacer algo al respecto.
Así como hay falsos pastores, también hay cabritos que tratan de pasar por ovejas. Un día Cristo les dirá:
“Nunca os conocí” (Mt 7:23).
4. Tienen vida eterna y están seguros. Los versículos 28 y 29 declaran la maravillosa seguridad que los
verdaderos creyentes tienen en Cristo.
I. ESTABA MUERTO (11:14). En este capítulo se halla el séptimo de los milagros que Juan registró. Aquí
vemos la salvación descrita como la resurrección de los muertos, dar vida a los muertos. Use su
concordancia para ver cuánto dice Juan acerca de la vida; él usa la palabra treinta y seis veces.
1. La muchacha. Los niños son pecadores, pero la corrupción abierta todavía no se ha afianzado en
ellos.
2. El joven. Los jóvenes son pecadores cuya corrupción externa empieza a dejarse ver.
3. El hombre maduro. Los adultos son pecadores cuya corrupción externa definida se puede ver.
El punto es que los tres estaban muertos. Una persona no puede estar «más muerta» que otra. La
única diferencia estriba en el grado de putrefacción. ¿No es esto cierto en los pecadores actualmente? El
miembro moral de la iglesia no está «putrefacto» como el vagabundo, pero de todas maneras está muerto.
En Juan 11:45 y 12:9–11, 17, vemos que Lázaro ¡causó gran conmoción en el área! ¡La gente le vio y
creyó en Cristo! A decir verdad, era un milagro andante, así como debe ser cada cristiano (Ro 6:4). La gran
multitud que se reunió el domingo de ramos no vino sólo a causa de Jesús, sino también debido a Lázaro. En
12:11 se nos dice que por causa de Lázaro la gente confiaba en Cristo, pero esta clase de testimonio es el
privilegio y deber de cada cristiano.
Mirando de antemano a 12:1–2 vemos a Lázaro sentado a la mesa con Cristo, teniendo un banquete
con Él. Este es el lugar apropiado para el cristiano que ha recibido “vida” y se le ha hecho “sentar en los
lugares celestiales con Cristo Jesús” (Ef 2:5, 6). Al pasar tiempo con Cristo, Lázaro mostraba su gratitud
por Su misericordia y amor. Aprendió las lecciones de su Palabra y recibió nuevo poder para andar con
Cristo y para testificar. El milagro de la salvación nos da vida eterna, pero debemos estar en comunión
diaria con Cristo para poder crecer en la vida espiritual.
Es interesante notar que la familia entera en Betania demuestra cómo debe ser la vida del
cristiano. A María siempre se le halla a los pies de Jesús, escuchando su Palabra (Lc 10:38–42; Jn 11:32;
12.3). Marta es un cuadro del servicio; siempre se le halla atareada haciendo algo por Cristo. Lázaro habla
de testimonio, un andar diario que lleva a otros a Cristo. Estas tres prácticas deben ser nuestra
experiencia cristiana: adoración (María), trabajo (Marta) y caminar (Lázaro).
Para empezar, habían rechazado la evidencia (v. 37). La luz había estado brillando, pero rehusaron
creer y seguir la luz. Nótense los terribles resultados de rechazar continuamente la Palabra de Cristo (vv.
37–41):
1. No creían (v. 37) a pesar de que veían la evidencia de su condición divina de Hijo.
2. No podían creer (v. 39) debido a que sus corazones se endurecieron y su ojos se cegaron.
3. Por consiguiente, Dios dijo que no creerían (v. 39) ¡porque habían desdeñado su gracia!
En los versículos 42–50 Juan cita a Cristo y muestra por qué muchas personas rechazan la luz.
Algunos lo rechazan por el temor al hombre (vv. 42–43). Apocalipsis 21:8 da una lista de la clase de
personas que irán al infierno y dicha lista la encabeza los que tienen temor. En el versículo 48 Cristo afirma
que rechazar la Palabra de Dios conduce a la condenación. La salvación viene a través de la Palabra (Jn
5:24); y la misma Biblia que los hombres rechazan hoy será una parte de la evidencia en su contra en el
juicio.
Los capítulos 13 al 16 registran el ministerio de Cristo en el «aposento alto» a los discípulos,
mientras los preparaba para su muerte y la obra que harían después de su ascensión. El capítulo 13 contiene
tres lecciones importantes para todos los cristianos.
En el versículo 21 Cristo les dijo abiertamente a los discípulos que uno de ellos le iba a traicionar.
En realidad, esta declaración fue una advertencia final a Judas. Cristo le había lavado los pies, le había
citado de la Palabra y ahora le previene sin rodeos, dándole así la oportunidad para cambiar de opinión.
Juan, apoyado en el pecho de Jesús, descubrió el secreto y se lo dijo a Pedro, pero es evidente que ninguno
de los hombres entendió claramente el significado de las palabras de Señor (v. 28). Es interesante notar
que el cristiano que está más cerca del corazón de Cristo es el que descubre sus secretos. Cuando Judas
aceptó el pan, se rindió a Satanás, el cual entró en él, haciéndolo un hijo del diablo (véase Jn 8.44). Como el
Espíritu Santo, Satanás obra en y a través del cuerpo y la voluntad del ser humano que se rinden a él. «Era
ya de noche» (v. 30), denota la oscuridad en el corazón de Judas, y además que esta era la hora del poder
de las tinieblas (Lc 22:53).
Es peligroso que una persona sea como Judas. En Marcos 14:21 Jesús dijo: “¡Bueno le fuera a ese
hombre no haber nacido!” Judas pretendía ser cristiano; jugueteaba con el pecado; dilató la salvación; y
cualquier persona que hace estas cosas terminará deseando nunca haber nacido. Hay algunos misterios que
rodean a Judas, pero una cosa es clara: Judas tomó una decisión deliberada cuando traicionó a Cristo. En
Juan 6:66–71 Cristo le advirtió a Judas y le llamó “un diablo”.
I. Una parábola (15.1–11). Juan 14 cierra con: «Levantaos, vamos de aquí», lo cual sugiere que los próximos
dos capítulos tal vez se pronunciaron en camino al jardín. Es probable que Cristo y sus discípulos estaban
atravesando algunos viñedos, o tal vez el templo con sus vides grabadas y enchapadas en oro, cuando Él hizo
la analogía de la vid y los sarmientos. Este capítulo se divide en tres secciones: una parábola (vv. 1–11), un
mandamiento (vv. 12–17) y una advertencia (vv. 18–27).
Es importante recordar que todo en una parábola no debe significar algo. Una parábola enseña una
verdad principal e intentar hacer que una parábola «se pare sobre sus cuatro patas» es a menudo el primer
paso para interpretarla mal. La principal verdad que Cristo enseña en esta parábola es la importancia de
permanecer en Él para poder llevar fruto. La palabra «fruto» se usa seis veces y «permanecer» por lo
menos quince (pero no siempre se traduce «permanecer»). El principal punto aquí es la comunión, el
compañerismo; no la condición de hijos.
Usar el versículo 6 para enseñar que el cristiano pierde su salvación y va a quemarse en el infierno
si no lleva fruto es torcer el significado de la parábola. En primer lugar tal cosa contradice la clara
enseñanza de otros versículos: Juan 6.27; 10.27–29; etc. Todavía más, nótese que la rama de la cual Cristo
habla en el versículo 6 se seca ¡después que es arrojada fuera! Si esta rama describe al cristiano que
resbala y cae y pierde su salvación, debería «secarse» primero y entonces fallar en cuanto a llevar fruto, y
luego ser echado fuera. Permanecer en Cristo no significa mantenernos nosotros mismos salvos. Significa
vivir en su Palabra y orar (v. 7), obedecer sus mandamientos (v. 10) y mantener nuestras vidas limpias
mediante su Palabra (vv. 3–4). El cristiano que no permanece en Cristo se vuelve como un sarmiento inútil,
como la sal que pierde su sabor y no sirve para nada. Primera Corintios 3.15 enseña que nuestras obras
serán probadas por fuego. El cristiano que no usa sus dones y oportunidades que Dios le da las perderá (Lc
8.18; 2 Jn 8).
Ser un sarmiento en la Vid significa que estamos unidos a Cristo y tenemos su vida. Al permanecer
en Él, su Vida fluye a través de nosotros y da fruto. Es posible que el cristiano carnal produzca «obras»,
pero sólo el cristiano espiritual puede llevar fruto que permanece. Nótese que los sarmientos fructíferos
son «limpiados» (vv. 2–3) para que lleven más fruto. Dios nos limpia por medio de la Palabra, purificándonos
para que seamos más fructíferos, lo cual ayuda a explicar por qué un cristiano dedicado a menudo tiene que
atravesar sufrimiento. A medida que los creyentes avanzan de producir «fruto» a «más fruto» (v. 2) y a
«mucho fruto» (v. 8), glorifican al Padre. Las evidencias de la vida que permanece son: un sentido del amor
del Salvador (v. 9), obediencia a su Palabra (v. 10), oración contestada (v. 7) y gozo (v. 11).
Del amor a los hermanos Cristo se vuelve al odio del mundo. ¿Por qué el mundo aborrece a los
cristianos? (1) Porque primero aborreció a Cristo y nosotros le pertenecemos a Él (1 Jn 3.13); (2) debido a
que ya no pertenecemos al mundo (1 Jn 4.5; Jn 17.14); (3) porque el mundo ha rechazado su Palabra (v. 20);
(4) porque el mundo no conoce al Padre (véase 16.1–3); y (5) debido a que Cristo ha expuesto el pecado del
mundo.
Por supuesto, por «el mundo» Jesús quiere decir el sistema entero de la sociedad que se opone a
Cristo y al Padre. Está compuesto de gente y organizaciones, filosofías y propósitos, que son anticristianos.
“El mundo” tiene un príncipe en Satanás (Jn 14.30), el archienemigo de Cristo. Mientras que los cristianos
están físicamente en el mundo, no son espiritualmente del mundo. La vieja ilustración del barco y el agua
todavía se aplica: no es malo que el barco esté en el agua; pero cuando el agua se mete en el barco, ¡cuidado!
Los cristianos pueden volverse mundanos y lo hacen (como Lot) por grados. Primero está la amistad
con el mundo (Stg 4.4); luego el amor por el mundo (1 Jn 2.15–17); y finalmente la conformidad con el
mundo (Ro 12.2). Cualquier cosa en nuestras vidas que nos impida disfrutar del amor de Dios y de hacer su
voluntad, es mundana y se debe desechar. Vivir para el mundo es negar la cruz de Cristo (Gl 6.14). El mundo
aborrece a Cristo; ¿cómo puede el cristiano amar al mundo?
En los versículos 22–24 Cristo asienta el principio básico de que la revelación trae responsabilidad.
Sus palabras y obras revelaban la voluntad de Dios y la pecaminosidad de los hombres. La humanidad no
tiene excusa. Debido a que judíos y gentiles por igual se unieron para aborrecer y crucificar a Cristo es
prueba de que todos son pecadores y culpables delante de Dios.
Para animar a los discípulos Cristo citó el Salmo 69:4 (v. 25). La Palabra es la que nos fortalece y
nos anima. Él también les promete el ministerio del Espíritu Santo. La obra del Espíritu es testificar de
Cristo y señalar hacia Él. Lo hace por medio de la Palabra y por medio de las buenas obras que el cristiano
realiza en el poder del Espíritu (Mt 5.16). El Espíritu testifica al cristiano, quien a su vez testifica a otros
(vv. 26–27). Véase Hechos 1.8.
En resumen, usted notará que en la primera sección de este capítulo (vv. 1–11) el Señor se refiere a
la relación del creyente con Cristo. En los versículos 12–17 el enfoque está en la relación del creyente con
otros cristianos; en tanto que en los versículos 18–27 Cristo habla de la relación del cristiano con el mundo.
Nótese también que primero se presenta nuestra relación con el Salvador; porque si permanecemos en
Cristo, amaremos al hermano y obtendremos la victoria sobre el odio del mundo.
Los discípulos no pudieron comprender por qué Cristo tenía que dejarlos, de modo que les mostró
que su regreso al Padre haría posible mayores bendiciones debido a la venida del Espíritu. La vida cristiana
no se puede vivir con la energía de la carne. Necesitamos al Espíritu de Dios si vamos a llevar vidas que
glorifiquen a Cristo. Nuestro Señor describió cómo el Espíritu trabaja a través del creyente.
El mundo no es amigo del cristiano. Cristo les advirtió a los suyos respecto a la persecución
venidera, para que cuando suceda, no tropiecen y caigan. Pablo, en su estado inconverso, es un buen cuadro
del tipo de personas del que se habla en el versículo 2. Cristo no les dijo este hecho antes porque Él estaba
con ellos para protegerles. Ahora que iba a dejarlos les dio su Palabra para animarles. Por supuesto, Cristo
ya les había hablado respecto a la persecución (Mt 5.10–12), pero no les había explicado su fuente (los
religiosos) y la razón (la ignorancia y el odio del mundo).
Ahora les explicó la obra que el Espíritu haría en el mundo mediante la Iglesia. El mismo hecho de
que el Espíritu esté en el mundo es una acusación contra el mundo. En realidad, Cristo debería estar en el
mundo, reinando como Rey; pero el mundo lo crucificó. Tenga presente que el Espíritu no viene a las
personas del mundo perdido (14.17), sino al pueblo de Dios. Su Espíritu está aquí, recordándole a la
humanidad su terrible pecado. El Espíritu le da al mundo una convicción triple:
de ser tanto un pecador como un impostor. Pero debido a que el Espíritu está en la tierra es prueba de que
el Padre levantó al Hijo y le recibió de vuelta en el cielo.
El testimonio de los discípulos debe haber alegrado el corazón de Cristo, pero les advirtió de su
próximo fracaso (v. 32). Incluso, ¡el Padre finalmente abandonaría a Cristo en la cruz! ¡Qué bendición
escuchar que el Señor dice: “Confiad” (v. 33). Estaba a punto de ser arrestado y crucificado, y sin embargo
les da paz y gozo a sus seguidores. Les promete su victoria: “Yo he vencido al mundo” (v. 33).
El Espíritu tiene un ministerio especial en nuestras vidas. ¿Estamos permitiendo que lo haga a su manera?
I. Cristo ora por sí mismo (17:1–5). Algunos han llamado acertadamente a este capítulo “El Lugar
Santísimo del Evangelio de Juan”. Tenemos el privilegio de oír al Hijo conversando con el Padre. Usted
pudiera pasar muchas semanas meditando en las verdades de este capítulo, pero aquí sólo podemos
destacar los puntos más sobresalientes.
El gran tema de estos versículos es que Jesús ha concluido la obra de la salvación. Desde 2:4 Juan
ha mencionado con frecuencia “la hora”. Use su concordancia y trace el patrón de estos versículos. “He
acabado la obra” (la obra de la salvación) y, debido a esto, “te he glorificado en la tierra” (v. 4). Cristo
siempre miró a la cruz como un medio de glorificar a Dios (12:23). Pablo también siempre vio gloria en la
cruz (Gl 6:14).
Cristo le pide al Padre que le dé nuevamente la gloria que Él dejó cuando vino a la tierra a morir (Flp
2:1–12). La única vez en que su gloria se reveló en la tierra fue en el monte de la transfiguración (Jn 1:14; 2
P 1:16–18).
“He manifestado tu nombre” (v. 6), esta declaración debe estar relacionada a las declaraciones
“YO SOY” de Cristo en el Evangelio de Juan. El nombre de Dios es YO SOY (Éx 3:13, 14) y Cristo revela
que Dios es para nosotros lo que quiera que necesite ser. Para el que tiene hambre Cristo dice: “Yo soy el
Pan de vida”. Para el perdido le dice: “Yo soy el Camino”. Para el ciego dice: “Yo soy la Luz del mundo”.
1. La Glorificación. El tema principal aquí es la glorificación: “La gloria que me diste, yo les he
dado” (v. 22). No dice: “les daré”, por cuando en el plan de Dios el creyente ya ha sido glorificado (Ro
8.30). Esta es otra prueba de la seguridad eterna del creyente: ya somos glorificados en tanto y en cuanto
a Dios concierne. Cristo ora que podamos estar con Él y ver su gloria. Colosenses 3.4 afirma que
participaremos de su gloria; Romanos 8.18 promete ¡que manifestaremos su gloria!
2. La Unidad. Cristo también ora por la unidad de su Iglesia (v. 21). Hay una vasta diferencia entre
unidad (de corazón y espíritu) y uniformidad (todo el mundo es exactamente igual). Cristo nunca oró que
todos los cristianos pertenecieran a una iglesia mundial.. La unidad procede de la vida interna, no de la
presión externa. Si bien los verdaderos cristianos pertenecen a diferentes denominaciones, todos son
parte de la verdadera Iglesia, el cuerpo de Cristo; es esta unidad espiritual en amor la que convence al
mundo de la verdad del evangelio. Para los cristianos es posible diferir en cuestiones menores y todavía
amarse unos a otros en Cristo.
I. El arresto (18:1–14). Jesús dejó el lugar de oración para encontrarse con sus enemigos. “El torrente de
Cedrón” nos recuerda al rey David, quien estuvo en el exilio por la rebelión de sus amigos y familia, y
atravesó el mismo caudal de agua (véase 2 S 15).
Jesús deliberadamente salió al encuentro de Judas y los que le acompañaban, porque sabía lo que
iba a ocurrir. (Véase 13:1–3; 6.6. Jesús siempre sabía lo que debía hacer, porque siempre sabía la voluntad
del Padre.) Es interesante notar que el arresto tuvo lugar en un jardín. Cristo, el postrer Adán (1 Co 15:45),
salió al encuentro del enemigo en un jardín y triunfó, en tanto que el primer Adán se encontró con el
enemigo en un jardín y fracasó. Adán se escondió, pero Cristo se reveló abiertamente. Al meditar en estas
dos escenas de los dos jardines, vea qué otros contrastes puede hallar.
En el versículo 8 Jesús le advirtió a sus discípulos que se fueran, para que no cayeran en problemas.
Ya les había dicho que serían esparcidos (16:32), pero Pedro prefirió quedarse y luchar... y se metió en
peligro debido a eso. El pecado de Pedro no fue «seguirle de lejos», sino seguirle de todas maneras. Él
debería haber obedecido a la Palabra y haberse ido.
Al usar la espada Pedro estaba definitivamente desobedeciendo a Cristo. Él no necesita nuestra
protección; las armas que debemos usar para luchar contra Satanás son las espirituales (2 Co 10:4–6; Ef 6).
Pedro se equivocó al escoger el arma, se equivocó en el motivo, actuó bajo órdenes equivocadas ¡y consiguió
los resultados equivocados! ¡Cuánta gracia mostró Jesús al curar a Malco (Lc 22:51) y proteger de esa
manera a Pedro de cualquier daño! De otra manera, tal vez hubiera habido otra cruz en el Calvario y a Pedro
lo hubieran crucificado antes de llegar el tiempo de Dios (Jn 21:18, 19).
2:34–35). Su silencio es prueba de que Jesús es el Hijo de Dios, porque una palabra suya hubiera podido
salvar a Jesús. Después de todo, ¿quién conoce a un hijo mejor que la madre que lo dio a luz?
“Tengo sed”, habla por igual de agonía física y espiritual, porque Cristo sufrió el tormento de pagar
por nuestros pecados. Tuvo sed para que nos fuera posible no tener sed jamás. “Consumado es” en el texto
griego es una sola palabra: tetelestai. La palabra era común y usada por los mercaderes para decir: “¡El
precio se ha pagado por completo!”
I. María vio al Señor (20:1–18). Este capítulo registra tres de las apariciones de Cristo después de la
resurrección. Cada aparición produjo un resultado diferente en las vidas de los que participaron.
En su confusión y desilusión María llegó a conclusiones y pensó que alguien se había robado el
cuerpo de Cristo. Corrió a decírselo a Pedro y a Juan, quienes a su vez fueron a la tumba.
¿Por qué Juan corrió más rápido que Pedro? (v. 4). Puede haber habido razones físicas: tal vez Juan era
más joven que Pedro. Pero también hay aquí una lección espiritual: Pedro todavía no había afirmado su
entrega a Cristo y, por consiguiente, su “energía espiritual” estaba por los suelos.
¿Qué vieron los hombres en la tumba? Vieron los lienzos de la mortaja colocados como si cubrieran
un cadáver, ¡pero el cadáver no estaba! La mortaja era como un capullo vacío. El sudario (lienzo que cubría
el rostro) estaba cuidadosamente doblado, colocado aparte. No fue la escena de un robo de una tumba,
porque ningún ladrón habría podido sacar el cadáver de la mortaja sin romper los lienzos o dejar las cosas
desarregladas. Jesús regresó a la vida con poder y gloria, ¡y traspasó los lienzos y la misma tumba! El
versículo 8 nos dice que los hombres creyeron en su resurrección debido a la evidencia que vieron. Más
tarde se encontraron con Cristo personalmente y también llegaron a creer en el testimonio de las
Escrituras.
Eso fue lo que le ocurrió a María: se quedó en el lugar y se encontró con Cristo. ¡Cuánto nos
recompensa a veces esperar! (véase Pr 8:17). María vio dos ángeles en la tumba (Lc 24:4 les llama “dos
varones”), pero estaba demasiado absorta con su dolor que no dejaba que la consolaran. La descripción de
los ángeles, en el versículo 12, nos recuerda el propiciatorio en el Lugar Santísimo (Éx 25:17–19); el Cristo
resucitado es nuestro propiciatorio en el cielo. La palabra “pensando” en el versículo 15 explica toda su
aflicción.
El versículo 17 sugiere que temprano en la mañana del día de resurrección Cristo ascendió al cielo
para presentar al Padre su obra terminada. Esa ascensión secreta cumplió el tipo de sacrificio del que se
habla en Levítico 23:1–14: la «ofrenda mecida de las primicias», el día que seguía al sabbat (véase 1 Co
15:23). ¡El encuentro de María con Cristo la transformó en una misionera!
I. Una noche de derrota (21:1–3). El capítulo final muestra a Cristo como el Maestro de nuestro servicio y
el Amigo de pecadores. Si no fuera por este capítulo nos estaríamos preguntando qué ocurrió entre Pedro y
el Señor y si finalmente se resolvió o no su desobediencia.
Pedro actuó sin pensar cuando volvió a pescar. Lo había dejado todo para seguir a Cristo (Lc 5:1–11)
y ahora volvía a su antigua vida. Todo en esta escena habla de derrota:
Cuando Cristo aparece en la escena la luz empieza a brillar. Les instruye desde la orilla ¡y ellos
atraparon una gran cantidad de peces! ¡Unos pocos minutos de trabajo con Cristo en control logrará más
que toda una noche de esfuerzos carnales! Es interesante comparar este milagro con el del principio de la
carrera de Pedro, en Lucas 5:
Lucas 5 Juan 21
1. Siguió a una noche de fracaso 1. Siguió a una noche de fracaso
2. No se da el número exacto de peces 2. 153 pescados (v. 11)
3. Las redes empezaron a romperse 3. La red no se rompió
4. Cristo les dio instrucciones desde el barco. 4. Cristo les dio instrucciones desde la orilla
En realidad, hay varios milagros en este capítulo aparte de la pesca. Pedro recibió una fuerza
milagrosa al levantar una red que siete hombres juntos no podían con ella (vv. 6, 11).
El hecho de que la red no se rompiera es asombroso. Sin duda, que fue un milagro que se suplieran
las brazas y el desayuno. La escena entera estaba creada para despertar la conciencia de Pedro y abrir sus
ojos. La pesca le recordó de su decisión pasada de dejarlo todo y seguir a Cristo. Las brazas le llevarían de
nuevo a su negación (Jn 18:18). El lugar, el mar de Galilea, le recordaría las múltiples experiencias pasadas
con Cristo: la alimentación de los cinco mil, andar sobre las aguas, atrapar el pez con la moneda, la
tempestad que calmó, etc.
Debido a que Pedro negó a Cristo tres veces públicamente, tenía también que enderezar las cosas
públicamente. Nótese que Cristo alimentó a Pedro antes de analizar sus pecados. ¡Cómo le gusta al Señor
bendecirnos primero, y entonces tratar con nosotros! La cuestión fue el amor de Pedro hacia Cristo. Si una
persona realmente ama al Señor, su vida será dedicada y devota. Nótese que Cristo le da a Pedro una nueva
comisión: ahora es un pastor, además de un pescador de hombre. (Véase 1 P 5.) Ahora es el pastor de los
corderos y ovejas, y las alimenta con la Palabra de Dios. Se espera que todos los cristianos sean
pescadores de hombres (ganadores de almas), pero algunos han sido llamados al ministerio especial de
pastorear el rebaño. ¿De qué sirve ganar a los perdidos si no hay iglesia donde reciban alimentación y
cuidado?
Hay una gran diferencia entre la condición de hijos (ser salvos) y el discipulado (seguir al Señor).
No todos los cristianos son discípulos. Cuando Pedro pecó, no perdió su condición de hijo, pero se alejó de
su discipulado. Por esta razón Cristo repitió su llamamiento: “Sígueme”. Cristo también enfrenta a Pedro
con la cruz (v. 18), indicando que el mismo Pedro un día sería crucificado (véase 2 P 1:12–14). Antes de que
podamos seguir a Cristo debemos tomar nuestra cruz. Cuando usted recuerda que Pedro anteriormente
trató de impedirle a Cristo que fuera a la cruz, este mandamiento cobra un nuevo significado (Mt 16:21–
28).
Pedro ahora comete un error trágico: retira de nuevo sus ojos del Señor y empieza a mirar a otros,
en este caso, a Juan. Si vamos a seguir a Cristo, debemos mantener nuestros ojos fijos nada más que en Él
(Heb 12:1–2). “No es asunto nuestro” cómo Jesús lidia con sus otros obreros; nuestra responsabilidad es
seguir a Cristo y obedecerle. (Véanse en Ro 14 las instrucciones de cómo debemos relacionarnos con otros
cristianos.)
Juan cierra su Evangelio asegurándonos que el mundo entero no podría contener todos los libros que
se podrían escribir sobre la vida de Cristo. Los cuatro Evangelios no son “Vidas de Cristo”, sino más bien
cuatro retratos diferentes de Jesús, cada uno con un énfasis diferente. Sería imposible, dice Juan,
escribir toda su vida.
Si Pedro no se hubiera encontrado con Cristo en el capítulo 21 de Juan, confesado su pecado y
afirmado su amor, no hubiéramos leído nuevamente de Pedro en Hechos 1. Dios pudo usar a Pedro más
tarde debido a que él arregló sus cuentas con el Señor. Cristo bendice y usa a los que le obedecen y le
siguen.
La conversión del agua en vino reveló que las enseñanzas y la obra de Jesús eran superiores a las de
los judíos. Su decisión de purificar el templo reveló que su autoridad era superior a la de los líderes
religiosos judíos. El evento sucedió durante el tiempo de la pascua, la cual era la más importante
celebración pública de los judíos. Miles de judíos hacían el peregrinaje a Jerusalén para la pascua. Durante
esta celebración cumbre del judaísmo se llevaban a cabo actividades comerciales deshonestas en el
terreno del templo. En estas festividades religiosas se enfatizaba la ejecución legal de los rituales, en vez
de la relación con Dios.
Juan colocó la purificación del templo al comienzo del ministerio de Jesús en contraste con los
Sinópticos, los cuales la colocaron al final de su ministerio público. No es seguro si se referían a distintas
purificaciones o si los distintos intereses teológicos causaron que se pusieran en lugares opuestos. Quizá
Juan la ubicara al principio porque reforzaba su propósito de enseñar a sus lectores la autoridad que Jesús
el Hijo de Dios había recibido. Los escritores sinópticos la pusieron al final como una culminación al
ministerio de Jesús. Juan, primeramente, dijo quién era Jesús y usó eventos históricos para apoyar sus
enseñanzas. El tema de los Sinópticos se enfoca en descubrir quién era Jesús y su conflicto con los judíos.
Este conflicto llegó a su punto culminante cuando Jesús purificó el templo.
Jesús se quedó sumamente consternado al entrar en el templo, quizá al atrio de los gentiles y halló
bueyes, ovejas y palomas que estaban en venta allí mismo, más cambiadores de monedas que se estaban
aprovechando de los peregrinos. Se requería de todo varón adulto judío que pagara un impuesto al templo
por la cantidad de medio siclo. Necesitaban cambiar las monedas más grandes por más pequeñas y el cambio
romano no era aceptable puesto que tenía la imagen del César. La función de los cambiadores de monedas
era cambiar el dinero de los peregrinos por la única clase de moneda aceptada por las autoridades del
templo. Aunque un arancel moderado de dos a cuatro por ciento era aceptable por este servicio, la avaricia
de los cambiadores de monedas frecuentemente hacía que ellos cobraran el veinticinco por ciento.
Puesto que era inconveniente para los peregrinos traer animales para el sacrificio, compraban
animales dentro de los atrios del templo. Los sacerdotes servían como inspectores oficiales para
asegurarse de que los anímales no tuviesen mancha. Si un animal era comprado fuera del templo, el
comprador estaba en peligro de que el inspector rechazara dicho animal. Los animales aprobados y vendidos
dentro del templo eran mucho más caros. En vez de mostrar interés cariñoso hacia los peregrinos que
venían con toda sinceridad para adorar, los líderes religiosos estaban sacando tremendas ganancias de
estos negocios. Jesús hizo un látigo o azote de cuerdas y echó fuera las ovejas y los bueyes del área del
templo (v. 15). El pasaje indica que también sacó a todos los hombres que tenían sus negocios en el templo.
No dice si usó el látigo con los hombres, pero sí volteó las mesas de los cambiadores de monedas y mandó a
aquellos que vendían palomas que se alejaran inmediatamente con su mercancía. Jesús se opuso al uso de la
casa de su Padre como un mercado (v. 16).
Los discípulos expresaron la importancia de las acciones de Jesús con una cita de Salmos 69:9 (v.
17). Los judíos respondieron inmediatamente con una demanda de ver una señal que probara su autoridad
para interrumpir las acciones comerciales en el templo (v. 18). Jesús dijo que la señal sería la destrucción
de "este templo, y en tres días lo levantaré" (v. 19). Los judíos pensaron que Jesús se refería al edificio del
templo el cual Herodes había comenzado a construir más o menos en 20 a. de J.C. pero que no se había
terminado. Los "cuarenta y seis años" mencionados en el versículo 20 sitúan la purificación del templo
alrededor de 27 d. de J.C. El hecho de que los judíos pudiesen pensar únicamente en la estructura del
edificio del templo simbolizaba la superficialidad de su religión. Juan explica que Jesús hablaba del templo
de su cuerpo el cual sería levantado en tres días. En realidad, no se dio ninguna señal de autoridad, pero su
resurrección por el poder de Dios probó que la vida y el ministerio de Jesús fueron aprobados por Dios.
Cuando Jesús fue muerto en la cruz, los judíos concluyeron que Dios lo había rechazado. La resurrección
invirtió la conclusión y mostró que Dios aprobó a su Hijo y rechazó las decisiones del Sanedrín y de Pilato
quienes lo habían condenado. Aparentemente, los discípulos no entendieron la señal hasta después de su
resurrección (v. 22).
Al hablar de su cuerpo como un templo, Jesús se refería a la permanencia singular del Padre en el
Hijo. El Verbo, que era Dios, habitaba en el cuerpo carnal el cual llegó a ser el único verdadero templo.
Sería destruido por la muerte y levantado en tres días. Los discípulos comprendieron pocas de sus
enseñanzas hasta su resurrección (v. 22).
Se hace referencia a los milagros o señales los cuales hizo Jesús mientras estaba en Jerusalén durante la
pascua, pero ninguno es descrito (v. 23). Muchos creyeron como resultado de ver estas señales; esto fue lo
que atrajo a Nicodemo a Jesús (Jn. 3:2). Aunque la confrontación de Jesús con los dirigentes del templo y
sus señales lo hicieron un héroe popular entre las masas, él sabía que no podía confiar en la fe superficial
de ellos (vv. 23, 24). Jesús no se engañó por las entusiastas acciones externas de los hombres porque
conocía su inconstancia, (v. 25)