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“Su Magnificencia:

Ante la acusación de falta de expertise política y déficit comunicacional de vuestra empresa, me


tomo la excesiva libertad de orientarlo, con una serie de consejos recabados en la observación
histórica, con el objeto de que vuestra notabilísima gestión a la cabeza de la singular república de
Chile llegue a buen término.

1 Reduzca el espacio de la Diosa Fortuna

Su Magnificencia no llegó al poder por casualidad. Nadie le ha puesto la tarea fácil. Y quienes
conquistan La Moneda por propia virtud y no por el influjo de la fortuna, tienen buenas
perspectivas de conservarla. Para eso, reduzca los espacios dejados a la improvisación y el azar,
prevea los escenarios complejos y haga la pérdida respecto de vuestros propios caprichos de
invulnerabilidad. Construya diques de política sólida para enfrentar los temporales causados por la
inexperiencia oficialista y la belicosidad opositora.

2 Sea temido o amado, nunca odiado

Don Ricardo I fue temido. La Reina Michelle amada. Si el primero se imponía por presencia y
severidad, la segunda generaba la magia del afecto horizontal. Si hubiera que escoger, le
aconsejaría ser temido, pues los hombres aman según su voluntad, pero temen según la vuestra.
Lo importante es que su Magnificencia no intente ser ambas a la vez. Esto porque aquellos que
intentan desesperadamente ganar el amor de los súbditos pueden terminar despertando más bien
odio y antipatía, único sentimiento que debe evitar a toda costa.

3 Sea Pragmático

Quien se preocupa de cómo se debe vivir antes que cómo efectivamente se vive, conoce
rápidamente su ruina política. Su Magnificencia se apasiona con el saber de las encuestas, en lo
que se explica buena parte de su encomiable carrera. Siga así. No se deje aprisionar por el dogma
o la ortodoxia. Eso implica, con el debido respeto, abandonar ciertos supuestos religiosos que
distorsionan lo que ocurre en la vida real de los súbditos. Los chilenos ya no creen en un solo
modelo de familia y cuestionan las enseñanzas de la Iglesia. Acepte su libertad; no navegue contra
la corriente.

4 Deseche Promesas

Nada le obliga a cumplir al pié de la letra su programa: siempre hay motivos legítimos para
justificar su inobservancia. La Concertación se ha llenado la boca veinte años con la reforma del
sistema binominal y no ha hecho nada al respecto. A su Magnificencia no se le juzgará distinto. Dar
un giro y cambiar de opinión son habilidades propias de la zorra, tan útil para sortear las trampas y
llegar a puerto. Simule y disimule cuanto sea necesario (mientras no haya grabadoras cerca), pero
sepa también convertirse en león para atrapar a su presa y no dejarla escapar cuando llegue el
momento.

5 Alimente algún Conflicto

Recuerde siempre al pánzer Insulza en el episodio de las reformas laborales. Ponga a su adversario
contra la pared, cuando el exceso de paz haga indistinguibles las dos opciones del espectro y
adolezca de un candidato carismático. Envíe proyectos de ley que dividan a la oposición, y siéntese
a observar el mismo espectáculo que dio la Alianza durante tantos años. Aproveche también la
contingencia de salir a marcar posición al exterior, cuando requiera subir vuestros bonos de
prestancia internacional.

6 Conserve el Poder

Una vez alcanzado, el objetivo de todo gobernante es conservar el poder. Con las particularidades
de vuestro sistema democrático, esto se hace imposible sin ser tachado de pretendido dictador. La
proyección pacífica de su mandato, por ende, pasa por reelegir en las urnas a su coalición. Tenga
presente la importancia de un delfín en quien pueda prolongar su obra. Volver a los aposentos de
la oposición el año 2014 haría del vuestro un paréntesis con serio riesgo anecdótico. De esa
manera de reducen las posibilidades de que vuestra estatua adorne plazas y vuestro nombre
bautice avenidas.

En la esperanza que su Magnificencia se tome a bien estas indignas recomendaciones, se despide


eternamente suyo y presto a servirle,

Nicolás Maquiavelo”

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