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d o n d e las leyes o el soberano están aniquilados p o r


u n a continua usurpación de las l i b e r t a d e s ; en este
caso adopto yo otro procedimiento de ataque, em-
pleo el derecho de la fuerza para destruir todos los
órdenes y reglamentos existentes, me apodero de las
leyes, reorganizo las instituciones y de este modo
me convierto en dictador de aquellos que p o r su
propia voluntad h a n renunciado libremente a su
poder, y nos lo h a n entregado.
N u e s t r a fuerza, dada la situación quebradiza de
todos las poderes civiles ,será m u c h o más grande
q u e ninguna otra, porque, siendo invisible, no p o d r á
ser atacada hasta el día en que sea tal, que ningún
acto de astucia pueda destruirla.
Del mal q u e m o m e n t á n e a m e n t e estamos c a u s a n -
do y q u e nos vemos obligados a emplear, saldrá el
bienestar de u n Gobierno indestructible .que resta-
blecerá el mecanismo normal de la existencia q u e
h a sido destruida por el liberalismo. E l fin justifi-
ca los medios. E s necesario no cejar en n u e s t r o plan
y q u e pongamos m u c h o más cuidado en aquello q u e
es necesario y aprovechable, que en lo q u e es b u e n o
y moral.
. Tenemos delante de nosotros u n plan sobre el que
está trazada u n a línea estratégica, de la q u e n o
podemos apartarnos sin destruir nuestra obra de
siglos enteros.
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P a r a elaborar u n plan de acción q u e sea estable,


es preciso t e n e r en cuenta la cobardía, la debilidad
y la inconstancia y la falta de equilibrio de las m a -
sas incapaces de c o m p r e n d e r y r e s p e t a r las condi-
ciones de su propia existencia y de su bienestar.
Hace falta d a r s e c u e n t a de q u e la fuerza de las
masas es ciega, desprovista de razón en su discer-
nimiento y que oscila sin voluntad, de u n lado p a r a
otro. Si u n ciego conduce a otro ciego forzosamen-
te caerán e n el precipicio ; . en consecuencia, los
advenedizos salidos de las filas del pueblo, a u n q u e
sean u n o s genios, no pueden colocarse a la cabeza
de las m a s a s sin a r r u i n a r la nación.

Sólo u n a p e r s o n a p r e p a r a d a desde su infancia


p a r a ejercer la soberanía autocrática podrá com-
p r e n d e r las p a l a b r a s formadas p o r las letras del
alfabeto político. E l pueblo a b a n d o n a d o a sí mis-
mo, es decir, a jefes salidos.de sus filas, se a r r u i n a
seguramente p o r las peleas de los partidos q u e
nacen p o r el ansia del poder y d e los h o n o r e s y de
este modo lo q u e consiguen es c r e a r la revuelta y
el desorden.

¿ E s posible a las m a s a s j u z g a r con calma y ad-


m i n i s t r a r los negocios del E s t a d o evitando las riva-
lidades sin confundirlos con sus propios intereses ?
¿ P o d r í a n defenderse contra u n e n e m i g o e x t r a n -
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jero ? E s imposible, p o r q u e u n plan dividido entre


tantos partidos como cerebros h a y en las m a s a s ,
pierde su valor y se hace imposible el entenderlo
cuanto más el ejecutarlo.

Sólo u n autócrata puede concebir vastos proyec-


tos y asignar a cada cosa su papel particular en el
mecanismo de la máquina gubernamental. E s t a es
la razón por la que sostenemos que la único útil
p a r a a d m i n i s t r a r u n país es que su gobierno esté en
manos de u n a sola persona responsable. Sin el des-
potismo absoluto es imposible la civilización, por-
que la civilización no puede avanzar más que bajo
la protección de un jefe, cualquiera que sea, con tal
de q u e n u n c a esté en las manos de las masas.

El populacho es bárbaro, y lo demuestra en todas


las ocasiones. E n cuanto el pueblo cree que h a con-
quistado la libertad, se da prisa para convertirla en
anarquía, que es la representación más perfecta de
la barbarie.

Ved esos brutos alcoholizados, embrutecidos por


la bebida, que la libertad tolera sin límites. ¿ E s
q u e vamos a permitir nosotros y p e r m i t i r a n u e s -
t r o s semejantes el imitarlos ? E n los países cris-
tianos, el pueblo está embrutecido por el alcohol, la
j u v e n d u d está trastornada por la i n t e m p e r a n c i a p r e -
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m a t u r a en la que nuestros a g e n t e s la h a n iniciado


cubiertos con distintos disfraces : preceptores,- cria-
dos, institutrices de las casas ricas, empleados, pros-
titutas, y es preciso añadir a estas últimas las q u e
se conocen con el n o m b r e de "femmes du m o n d e " ,
sus imitadoras voluntarias en materia de lujo y
corrupción.

Nuestra divisa debe ser "fuerza e hipocresía" ;


sólo la fuerza es la que da la victoria en política,
sobre todo cuando se oculta con talento por los hom-
bres que gobiernan u n Estado. L a violencia debe
ser u n principio, el engaño y la hipocresía u n a regla
para los Gobiernos que no q u i e r a n e n t r e g a r su co-
rona a los pies de los agentes de u n n u e v o poder.
Este mal, es el único medio de conseguir su objeto,
que es el bien. No nos detengamos, si e s necesario,
ante la corrupción, compra de conciencias, la im-
postura y la traición, p u e s con ellas servimos a
nuestra causa.

En política, no d u d e m o s en confiscar la propie-


dad, si de este modo podemos conseguir sumisión
y poder.

, Nuestro Estado, siguiendo el camino de las con-


quistas pacíficas, tiene el d e r e c h o de s u s t i t u i r a los
horrores de la guerra, ejecuciones menos aparentes
y más expeditivas, que son necesarias p a r a m a n t e -
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ner el t e r r o r y producir u n a ciega sumisión. Una


severidad j u s t a e implacable, es el principal factor
del poder d e u n Estado. Esto, no solamente p o r las
ventajas que podamos alcanzar, sino t a m b i é n por
a m o r a la victoria que perseguimos en el p r o g r a m a
de la violencia y la hipocresía. N u e s t r o s principios
son t a n poderosos contra los culpables, como los
medios q u e empleamos, sino por la severidad de
n u e s t r a s doctrinas con lo que h a r e m o s a todos los
Gobiernos esclavos de nuestro super-Gobierno. Es
necesario q u e sepan q u e somos implacables cuando
t r a t a m o s de r o m p e r u n a resistencia.

F u i m o s nosotros los primeros en g r i t a r al pueble


"Libertad, Igualdad y F r a t e r n i d a d " : estas pala-
b r a s , con t a n t a frecuencia repetidas desde entonces
por inconscientes cacatúas que llegaban en m a s a de
todas las p a r t e s del mundo, alrededor de esa ban-
dera. A fuerza de repetirlas h a n p r i v a d o al m u n d e
de su prosperidad y al individuo de su verdadera
libertad personal, t a m b i é n protegida a n t i g u a m e n t e
contra el populacho q u e quería asfixiarla.

Los gentiles que se creen sabios e inteligentes, no


h a n reflexionado sobre lo abstracto de esas tres
palabras, q u e p r o n u n c i a n y no piensan lo poco que
concuerdan las u n a s con las otras y que h a s t a se
contradicen. .
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N o vieron que no h a y nada igual en la n a t u r a l e -


za, q u e ella m i s m a creó tipos diferentes y d e desi-
gual inteligencia, caracteres y capacidades. L o mis-
mo les ocurre respecto a la sumisión a las leyes de
la naturaleza. E s t o s pretendidos sabios, n o h a n
adivinado que las masas son fuerza ciega y q u e los
allegadizos q u e de su seno salen p a r a gobernarles
son igualmente ciegos en política ; n a d a les h a he-
cho p e n s a r q u e u n h o m b r e destinado a reinar, a u n -
que sea u n imbécil, si h a recibido la educación
necesaria, lo h a r á ; m i e n t r a s q u e o t r o a u n q u e fuera
un genio, si no la ha recibido, no comprenderá n a d a
de la política.

¡ Todo esto se les h a escapado a los gentiles !

Sobre esas bases fué fundado el régimen d i n a s t a


co. E l p a d r e enseña al hijo el sentido y la m a r c h a
de las evoluciones políticas de tal m a n e r a que, ex-
ceptuando los miembros de la dinastía, nadie podrá
tener conocimiento de ellos, ni h a n debido hacerlos
conocer al pueblo gobernado. Con el tiempo, el
sentido de los verdaderos principios, tal como ha-
bían sido trasmitidos en las dinastías de generación
i en generación, se perdió ; y esta pérdida c o n t r i b u y e
al triunfo de n u e s t r a causa.

i N u e s t r o llamamiento, "Libertad, Igualdad, F r a -


j ternidad", atrajo d e las c u a t r o partes del m u n d o a
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n u e s t r a s filas, gracias a nuestros agentes incons-


cientes, legiones enteras que llevaban n u e s t r a s b a n -
d e r a s con entusiasmo. D u r a n t e ese tiempo, esas
palabras, como gusanos roedores, devoraban la
prosperidad de los cristianos, d e s t r u y e n d o su paz,
su fortaleza y su u n i ó n ; d e r r u m b a n d o los cimien-
tos de los Estados. Como luego veremos, esto fué
lo que nos dio la victoria y nos proporcionó, entre
otras cosas, la posibilidad de echar sobre la mesa el
as del triunfo, la abolición de privilegios, o en otros
términos, la de la existencia de la aristocracia de
.los gentiles, única protección q u e tenía contra nos-
otros, las naciones y los países.

Sobre las r u i n a s de la aristocracia n a t u r a l y here-


ditaria nosotros levantaremos, sobre bases pluto-
cráticas, u n a aristocracia n u e s t r a . E s t a n u e v a aris-
tocracia es la riqueza, que siempre estará bajo
nuestra inspección, y la ciencia q u e nuestros sabios
nos h a n enseñado.

Nuestro triunfo se facilitará p o r el h e c h o de que,


gracias a n u e s t r a s relaciones con las personas que
nos son indispensables, siemple s a b r e m o s tocar las
cuerdas más sensibles del espíritu h u m a n o , explo-
tando la p a r t e débil de n u e s t r a s víctimas : los bene-
ficios q u e disfrutan, su codicia, su ambición insa-
ciable, y las necesidades materiales del h o m b r e ;
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cada u n a de estas debilidades t o m a d a p o r s e p a r a d o


es capaz de d e s t r u i r toda iniciativa. Adulándoles,
ponemos la v o l u n t a d del pueblo a disposición del
q u e p r e t e n d e privarles de esta iniciativa.

E l carácter a b s t r a c t o de la palabra "Libertad"


nos p e r m i t e convencer al pueblo d e q u e el Gobierno
no es más q u e el g e r e n t e q u e representa al propie-
tario, q u e es la nación, y q u e puede u n o desemba-
razarse de él, como quien cambia de chaqueta.

P o r el solo hecho de q u e los r e p r e s e n t a n t e s de la


nación p u e d a n ser destituidos, se colocan indirecta-
mente bajo n u e s t r o poder puesto q u e nos facilitan
su elección.
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S E G U N D A SESIÓN. — ACTA № 2

La guerra ec onómic a, base de la preponderan


c ia
judia. — Func ionarios desaprensivos y c onsejeros
secretos. — Éxitos de las tendenc ias subversivas en
Ja c ienc ia. — Fac ultad de adaptac ión en políti
c a.
— Importanc ia de la Prensa.'
E s indispensable p a r a nuestros proyectos q u e las
g u e r r a s n o causen n i n g u n a alteración territorial. De
este modo todas las g u e r r a s se negociarán bajo el
aspecto económico ; entonces las naciones recono­
cerán n u e s t r a s u p e r i o r i d a d ; viendo los servicios
que podemos prestarles, esta situación p o n d r á a los
dos adversarios c o m p l e t a m e n t e a la disposición de
n u e s t r o s agentes internacionales que disponen de
recursos ilimitados p a r a los que no h a y fronteras.
Entonces nuestros derechos internacionales b a r r e ­
rán las leyes del m u n d o entero, y g o b e r n a r á n los
Estados, exactamente igual q u e lo hace cada u n o
p a r a a r r e g l a r las cuestiones entre sus ciudadanos.
Escogeremos entre el público administradores con
tendencias serviles. Serán inexpertos en el a r t e de
gobernar. L os transformaremos fácilmente en peo­
nes d e n u e s t r o tablero de ajedrez en donde se m o v e ­
rán por nuestros sabios y avisados consejeros q u e
h a n sido educados desde su infancia p a r a poder go­
b e r n a r el m u n d o . Como y a lo sabéis, estos h o m ­
b r e s h a n estudiado la ciencia de g o b e r n a r con a r r e ­
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glo a nuestros planes políticos, la experiencia de la


historia y la observación de los acontecimientos d e
actualidad. Los gentiles no se p r e o c u p a n ni a p r o -
vechan las observaciones que c o n s t a n t e m e n t e p r o -
porciona la historia, conformándose e n seguir
teorías r u t i n a r i a s sin preocuparse de si d a n o no
b u e n o s resultados. P o r lo t a n t o , dejemos a los
gentiles y no nos ocupemos de ellos ; que se divier-
t a n h a s t a la consumación d e los tiempos, que v i v a n
con s u s esperanzas de nuevos placeres, o con los
recuerdos de las alegrías pasadas. Que sigan cre-
yendo que todas esas leyes teóricas q u e les h e m o s
inspirado son de u n a s u p r e m a importancia. Con
estas ideas en perspectiva y el concurso de n u e s t r a
P r e n s a , les h a r e m o s a u m e n t a r sin cesar la confian-
za ciega que tienen en sus leyes. L o m á s florido de
la inteligencia de los gentiles, se enorgullecerá de s u
ciencia y sin n i n g u n a comprobación la p o n d r á en
práctica, tal como la h a y a n p r e s e n t a d o nuestros
agentes, p a r a formar sus ingenios en las ideas q u e
nosotros deseamos.

No creáis q u e nuestros asertos son p a l a b r a s sin


f u n d a m e n t o alguno. Considerad los triunfos de
Darwin, M a r x y Nietzsche, p r e p a r a d o s p o r nos-
otros. E l efecto desmoralizador de s u s doctrinas
en la.imaginación de los gentiles, ciertamente no nos
h a pasado desapercibido.
P a r a no exponernos a cometer faltas en n u e s t r a
política o en n u e s t r a administración, es m u y esen-
cial que estudiemos y tengamos m u y presente e n
n u e s t r a imaginación, cómo evoluciona a c t u a l m e n t e
el pensamiento, el carácter y las tendencias de las
naciones.
E l triunfo de n u e s t r a teoría es el modo de a d a p -
t a r s e al t e m p e r a m e n t o de las naciones con las q u e
nos mezclamos ; y solamente podrá realizarse c u a n -
do la explicación práctica de ese sistema se funde
e n la experiencia del pasado, Unida a la observación
del presente.
L a P r e n s a , entre las manos de los Gobiernos exis-
tentes, es u n a gran potencia por medio de la cual
dominan el espíritu público. L a P r e n s a da a cono-
cer las reclamaciones del pueblo ; expone sus quejaá
y no pocas veces propaga el descontento. L a P r e n s a
es la que ha conseguido la libertad de palabra, pero
los Goviernos no h a n sabido aprovecharse de esta
fuerza y nos hemos apoderado de ella. P o r m e d i o
de la P r e n s a hemos adquirido la influencia, que-
dándonos nosotros entre bastidores.
Gracias a la P r e n s a a c u m u l a m o s todo el oro, a u n -
que n o s h a costado torrentes de sangre y el sacrifi-
cio de muchísimos de los nuestros ; p e r o cada u n o
de nuestros sacrificios vale a n t e DJtos por millares
d e gentiles.
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T E R C E R A SESIÓN. — ACTA № 3

La serpiente simbólic a y su signific ac ión. — Ines­


tabilidad del equilibrio c onstitu c ional. — Poder y
ambición. — Charlatanería parlamentaria. — Libe­
los y abusos del poder. — Esc lavidud ce onómi c a,
"Los derec hos del pueblo". — Ejérc ito de la judío­
masonería. — El hombre y los derec hos del c apital.
— La multitud y la c oronac ión del amo del mundo.
— Resumen fundamental de los futuros programas
de las esc uelas masónic as populares. — Sec reto de
la c ienc ia de la vida soc ial. — Inviolabilidad de los
judíos. — El despotismo de la masonería es el rei­
nado de la razón. — Pérdida del guía, la masonería
y la gran revoluc ión fran c esa. — El rey déspota es
la sangre de Sión. — Causa de la inviolabilidad de
la masonería. — Papel que desempeñan los agentes
secretos de la franc masonería. — La Libertad.
Hoy p u e d o aseguraros q u e estamos y a a m u y
pocos pasos de n u e s t r o objetivo final. Sólo u n a
pequeña distancia nos queda p o r r e c o r r e r y el cír­
culo de la serpiente simbólica, q u e es el símbolo d e
n u e s t r o pueblo, se cerrará. Cuando se cierre total­
mente, entonces rodeará y atenazará todos los E s t a ­
dos de E u r o p a , como si lo fueran por u n a c a d e n a
indestructible.
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Bien p r o n t o se d e r r u m b a r á n los andamios q u e


existen en la actualidad, p o r q u e nosotros les esta-
mos haciendo p e r d e r el equilibria c o n t i n u a m e n t e ,
p a r a q u e se gasten pronto, o lo q u e es lo mismo,
todos los E s t a d o s constitucionales p e r e c e r á n bien
p r o n t o . Los gentiles se imaginan q u e están bas-
t a n t e sólidos y que su equilibrio será m u y d u r a -
dero. P e r o los soportes d e los a n d a m i o s —es decir,
los jefes de Estado— están gastados por sus servi-
dores inútiles, acostumbrados como están a sus
intrigas y al terror, cuyo espectro r o n d a siempre
todos los palacios.

No t e n i e n d o ningún medio de acceso al corazón


de su pueblo, el soberano no p u e d e defenderse de
los i n t r i g a n t e s ávidos del poder. Como el poder
vigilante lo h e m o s separado nosotros de la fuerza
ciega del pueblo, los dos h a n perdido su significa-
ción, p o r q u e u n a vez separados, son t a n i m p o t e n t e s
como u n ciego sin lazarillo.

P a r a incitar a h a c e r mal uso de sus derechos, a


los q u e gobiernan, h e m o s p r o c u r a d o l a n z a r a todos
los partidos los u n o s contra los otros, a l e n t a n d o las
t e n d e n c i a s m á s liberales hacia la independencia.
Todos los trabajos e n este sentido los favorecemos
s i e m p r e ; h e m o s puesto a r m a s formidables en m a -
nos de todos los partidos y hemos hecho del p o d e r
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el objeto de todas las a m b i c i o n e s ; h e m o s transfor-


mado los Gobiernos en la arena donde se riñen las'
g u e r r a s d e partidos.

Bien p r o n t o el desorden y la b a n c a r r o t a se nota-


rán en todas p a r t e s . Incorregibles c h a r l a t a n e s em-
b a r u l l a n las asambleas p a r l a m e n t a r i a s y adminis-
trativas. Periodistas pretenciosos y libelistas des-
vergonzados a t a c a n c o n t i n u a m e n t e los p o d e r e s
administrativos. Los abusos del p o d e r p r e p a r a n
definitivamente el d e r r u m b a m i e n t o de todas las
instituciones, q u e s u c u m b i r á n bajo los atropellos
del p o p u l a c h o enfurecido.

Los pueblos estarán esclavizados y todo lo g a n a -


rán con el s u d o r de su frente, la miseria e n ellos
será m u c h o m á s formidable q u e en los t i e m p o s de
sus a n t i g u o s señores ; de éstos podían librarse d e
una m a n e r a o de otra, pero nadie les librará d e la
tiranía de la indigencia absoluta. E n todas las
constituciones h e m o s tenido cuidado de q u e inclu-
y a n en ellas derechos q u e p a r a las m a s a s son com-
p l e t a m e n t e ficticios. L o mismo sucede con los t a n
proclamados "Derechos del pueblo", q u e n o p u e d e n
existir más q u e bajo la forma d e ideas inaplicables
en la práctica.

¿ Qué i m p o r t a a u n obrero proletario e x t e n u a d o


por el t r a b a j o y oprimido por su mala s u e r t e q u e a
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u n charlatán se le conceda el derecho de h a b l a r y a


u n periodista el de publicar tonterías ? ¿ P a r a q u é
sirve u n a constitución al proletariado, si de ella no
p u e d e , recoger m á s q u e las migajas q u e nosotros les
echemos a cambio de sus votos p a r a q u e podamos
elegir a nuestros agentes ? Los derechos republi-
canos son u n a a m a r g a ironía p a r a el pobre, puesto
q u e la necesidad del trabajo cotidiano le impide el
poder disfrutar de alguna ventaja, y lo único q u e
consigue es p e r d e r la grantía de t e n e r u n salario
fijo y seguro y d e p e n d e r forzosamente de las huel-
gas, bien sean producidas p o r los patronos o por
sus compañeros.

Bajo nuestros auspicios, el pueblo d e s t r u y e la


aristocracia, q u e es u n protector n a t u r a l y q u e aún
por interés propio atendió siempre a las necesida-
des del pueblo y lo defendió, puesto q u e su interés
es inseparable del bienestar del pueblo. E n el mo-
m e n t o actual, habiendo destruido los privilegios
de la nobleza, el pueblo cae inevitablemente en
manos de vividores y advenedizos.

N u e s t r o misión es hacer creer q u e somos los


libertadores del trabajador, que^ venimos a sacarle
d e la opresión, haciéndole v e r las ventajas de
e n t r a r en las filas de nuestros ejércitos socialistas,
a n a r q u i s t a s y comunistas. Siempre protegeremos
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*
3 todos éstos, haciéndoles ver q u e les a y u d a m o s con
espíritu de fraternidad y de interés p o r la h u m a n i -
dad p r e g o n a d o por n u e s t r a masonería socialista.
La nobleza q u e de derecho r e p a r t í a el trabajo e n t r e
las clases laboriosas, tenía gran interés en q u e p u -
dieran vivir y criarse sanos y fuertes.

N u e s t r o interés, por el contrario, desea la dege-


neración de los gentiles ; n u e s t r a fuerza consiste
en m a n t e n e r al trabajador en u n estado constante
de necesidades e impotencia, p o r q u e de este m o d o
lo sujetaremos m á s a nuestra voluntad, y a su a l r e -
dedor no encontrará nunca ni poder ni energía sufi-
ciente p a r a volverse contra nosotros.

E l h a m b r e concederá al capital derechos sobre


los trabajadores m u c h o más poderosos q u e los q u e
ningún soberano p u d o jamás otorgar a la aristocra-
cia.

Manejaremos las masas aprovechándonos de la


envidia y el odio, alimentados por la opresión y las
necesidades, y ayudados por ellas nos desembaraza-
remos de aquellos que se p o n g a n en nuestro ca-
mino.

Cuando p a r a nosotros llegue el m o m e n t o d e coro-


nar a n u e s t r o "Señor del Mundo", vigilaremos p a r a
que por los mismos procedimientos (es decir, sir-
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viéndonos del populacho) d e s t r u y a m o s todo lo q u e


sea u n obstáculo en n u e s t r o camino.

Los gentiles n o están capacitados y a p a r a p e n s a r


sin n u e s t r a ayuda, sobre m a t e r i a s científicas ; p o r
lo q u e n o se dan bien c u e n t a de la necesidad vital
de ciertas cosas que nosotros t e n d r e m o s b u e n cui-
dado de r e s e r v a r p a r a el m o m e n t o en q u e llegue
n u e s t r a h o r a ; es, a saber, q u e en las escuelas debe
enseñarse la única v e r d a d y la más i m p o r t a n t e de
todas las ciencias, la ciencia de la vida del h o m b r e
y la de las condiciones sociales ; las dos exigen la
división del trabajo y, por consiguiente, la clasifi-
cación de todos en castas y en clases. E s necesario
q u e todos sepan que la v e r d a d e r a igualdad no p u e d e
existir m i e n t r a s los trabajos sean t a n diferentes los
unos de los otros y q u e aquellos q u e p r o c u r a n o b r a r
en d e t r i m e n t o de u n a casta tienen a n t e la ley u n a
responsabilidad m u y distinta de aquellos q u e co-
m e t e n u n crimen, en el que no c o m p r o m e t e n más
q u e su h o n o r personal.

L a v e r d a d e r a ciencia del orden social, en cuyos


secretos ñ o admitimos se mezclen los gentiles, con-
vencerá a todo el m u n d o de que el sitio d o n d e se
trabaja y el trabajo en sí mismo, deberán estar
reservados a castas d e t e r m i n a d a s , p a r a n o c a u s a r
el sufrimiento h u m a n o q u e proviene de u n a educa-
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ción que no corresponde a la clase de trabajos q u e


los individuos deben realizar. Si estudiara esta
ciencia, el pueblo, de su propia y libre voluntad, se
sometería a la autoridad y al orden establecido p o r
ella en el E s t a d o . Dadas las condiciones p r e s e n t e s
de la ciencia y el camino que les h e m o s p e r m i t i d o
s e g u i r ; ej populacho en su ignorancia cree ciega-
m e n t e todo lo q u e le dan impreso y las fantásticas
ilusiones convenientemente inspiradas p o r nosotros
hacen q u e sean enemigos de todas aquellas clases
q u e consideran superiores a ellos p o r q u e n o com-
p r e n d e n la importancia q u e tienen las diferentes
clases sociales.

E s t e odio se acrecentará más por el efecto q u e h a


de p r o d u c i r la crisis económica, que paralizará el
comercio y la producción. Organizaremos u n a cri-
sis económica y universal p o r todos los medios q u e
nos sean posibles con a y u d a del oro que, casi en su
totalidad, está en n u e s t r o poder. S i m u l t á n e a m e n t e
echaremos a la calle en toda E u r o p a masas e n o r m e s
de obreros. E s t a s masas serán felices precipitán-
dose sobre todos aquellos que, en su ignorancia,
envidiaron desde la infancia, v e r t e r á n su s a n g r e y
en seguida p o d r á n a r r e b a t a r sus bienes.
A nosotros no nos h a r á n daño, p o r q u e el m o m e n -
to del a t a q u e lo conoceremos y t o m a r e m o s las m e -
didas p a r a p r o t e g e r nuestros intereses.
— 92 —

H e m o s llegado á convencer, a los gentiles de q u e


el liberalismo les conducirá al reino de la razón.
N u e s t r o despotismo será de tal naturaleza q u e esta-
rá siempre en situación de deshacer toda rebelión
y d e s u p r i m i r con todo rigor las ideas liberales en
n u e s t r a s instituciones.

C u a n d o se aperciba el populacho de q u e en nom-


b r e d e la libertad se le h a concedido toda especie
de derechos, entonces se imaginará q u e es el amo
y t r a t a r á de aprovecharse del poder. N a t u r a l m e n -
te, las masas, como u n ciego, irán t r o p e z a n d o con
infinidad d e obstáculos; entonces, no queriendo
volver al antiguo régimen, depositarán todo su
poder a nuestros pies. Acordaos de la revolución
francesa q u e nosotros llamamos "la g r a n d e " ; los
secretos de su preparación, siendo obra nuestra,
nos son perfectamente conocidos.

A p a r t i r de este momento, hemos llevado a todas


las naciones de decepción en decepción, de m a n e r a
q u e casi prefieren abandonarnos con tal de a c a t a r
"al rey déspota" nacido de la sangre de Sión y que
estamos p r e p a r a n d o p a r a el m u n d o entero.

E n el m o m e n t o presente, como fuerza interna-


cional, somos invulnerables, p o r q u e si cualquier
Gobierno d e los gentiles nos ataca, otros nos defen-
— 93 —

d e r á n . L a abyección sin límites d e los pueblos


cristianos favorece n u e s t r a independencia, p o r q u e
t a n p r o n t o se a r r a s t r a n delante del poderoso, como
s e m u e s t r a n sin piedad con el débil ; p o r q u e no
tienen misericordia p a r a los que cometen a l g u n a s
faltas y se m u e s t r a n clementes p a r a aquellos q u e
cometen crímenes ; p o r q u e en su indulgencia se
m u e s t r a n sumisos h a s t a el m a r t i r i o ante la violen-
cia de u n despotismo audaz : esto es lo que favore-
cerá n u e s t r a independencia.

Los gentiles soportan todas estas clases de abu-


sos de sus dictadores actuales, presidentes d e Con-
sejo y ministros, cuando por el m e n o r de ellos
h u b i e r a n decapitado v e i n t e reyes.

¿ Cómo explicarse tal estado d e cosas ? ¿ P a r qué


las m a s a s son t a n ilógicas en la concepción de todos
los acontecimientos ? P o r q u e los déspotas conven-
cen al pueblo por medio de sus agentes de q u e a u n -
q u e se h a g a u n mal uso del poder y por ello cause
u n mal al Estado, siempre resultará q u e se hace
con u n fin elevado, es decir, por conseguir el bien-
e s t a r y la prosperidad del pueblo, p o r causa de la
fraternidad, la unión y la igualdad internacional.

N a t u r a l m e n t e , no les comunican q u e esa unifica-


ción p u e d e sólo conseguirse bajo n u e s t r o dominio.
— 94 —

Y de este modo, podemos ver cómo el p o p u l a c h o


condena al inocente y pone e n libertad al culpable,
•convencido de q u e p u e d e h a c e r lo q u e mejor le
plazca. N a t u r a l m e n t e con estas creencias las m u l -
titudes r o m p e n el equilibrio en todo y crean el
desorden. ,

L a palabra "Libertad" pone a la sociedad en


p u g n a con todos los poderes, empezando p o r los d e
la n a t u r a l e z a y t e r m i n a n d o por el del mismo Dios.
P o r esto, cuando nosotros, los judíos, lleguemos al
poder, t e n d r e m o s q u e b o r r a r del diccionario h u -
m a n o la palabra libertad, p o r ser el símbolo del
poder b r u t a l que transforma a los h o m b r e s en ani-
males sanguinarios. P e r o acordémonos q u e esos
animales se adormecen cuando están bien h a r t o s d e
sangre, y q u e entonces es facilísimo e n c a d e n a r l o s
y apoderarse de ellos. Si no se les proporciona san-
gre no se adormecen y riñen entre sí.
— 95 —

C U A R T A SESIÓN. — ACTA № 4

Fases de la repúblic a. — Ac c ión co ulta de las


logias. — La libertad y la fe en Dios. —• La lu c ha
internacional del c omerc io y de la industria. — La
especulación: — El bec erro de oro.

Toda república pasa por fases diversas. L a pri­


m e r a se parece m u c h o al furor q u e e x p e r i m e n t a u n
h o m b r e al p e r d e r la vista, que todo lo arrolla y
d e s t r u y e a d e r e c h a e izquierda. L a s e g u n d a es el
reinado del demagogo, q u e hace n a c e r la a n a r q u í a
p a r a luego sustituirla por el despotismo, no u n
despotismo oficial y franco, p o r lo t a n t o responsa­
zle, sino u n despotismo oculto, invisible, pero q u e
n o se deja de sentir. G e n e r a l m e n t e está bajo el
control de a l g u n a sociedad secreta, q u e se oculta
d e t r á s de sus agentes, p o r lo que se m u e s t r a siem­
p r e t a n a u d a z y sin escrúpulos. E s t e p o d e r secreto
n o t a r d a r á en r e e m p l a z a r sus agentes, si no le satis­
facen. Estos cambios serán siempre ventajosos
p a r a la organización q u e así podrá d e s e m b a r a z a r s e
d e los antiguos y viejos servidores, a los q u e ten­
dría q u e a u m e n t a r l e s el sueldo p o r s u s largos ser­
vicios.
— 96 —

¿ P a r a q u é y p o r quién podría destronarse a u n


p o d e r invisible ?' H e ahí, j u s t a m e n t e , lo q u e consti-
t u y e n u e s t r o poder. L a logia masónica juega in-
conscientemente, en todo el mundo, el papel de u n
disfraz q u e oculta n u e s t r o o b j e t i v o ; pero el u s o
que h a r e m o s nosotros de este poder, d e n t r o de
n u e s t r o plan de acción y de n u e s t r o s , c u a r t e l e s ge-
nerales, siempre permanecerá completamente ocul-
to p a r a todo el m u n d o .

L a libertad podría ser inofensiva y existir e n el


gobierno sin ser perjudicial a la prosperidad del
pueblo, si se basara en la religión, en la fe en Dios
y en la fraternidad h u m a n a , exenta de ideas de
igualdad que están en oposición directa con las
leyes de la creación, las cuales prescriben la s u m i -
sión.

Poseyendo tal fe, el pueblo estaría bajo la t u t e l a


del clero y viviría tranquilo y humilde, bajo la
dirección de sus pastores espirituales y sometido
en la tierra a la Divina Providencia. P o r ello n u e s -
t r o p r i m e r deber es a r r a n c a r del espíritu de los
cristianos hasta la concepción misma de Dios, y
sustituirla por cálculos aritméticos y p o r las nece-
sidades materiales de la vida.

P a r a no d e s p e r t a r la atención de los cristianos,


respecto a n u e s t r a política, es esencial e n t r e t e n e r -
— 97 —

los y l l a m a r su atención del lado del comercio, y d e


la industria en forma q u e todas las naciones l u c h e n
por sus intereses particulares y, de este modo, n u n -
ca se ocuparán de su enemigo común, P e r o p a r a
que la libertad p u e d a deshacer y a r r u i n a r la vida,
social de los gentiles, es necesario q u e establezca-
mos n u e s t r o comercio bajo u n a base especulativa,
con lo q u e se conseguirá evitar que los gentiles re-
tengan en sus manos la riqueza que p u e d a n ateso-
rar precedente de la producción del suelo : gracias,
p la especulación ella v e n d r á a n u e s t r o poder.

L a lucha por la. superioridad y las continúas-


especulaciones en el m u n d o de los negocios, creará
u n a sociedad desmoralizada, egoísta y sin corazón.
Esta sociedad t e r m i n a r á por hacerse completamen-
te indiferente a la religión y a la alta política, a la
que llegará a aborrecer ; su único guía será la pasión,
del oro, y h a r á todos los esfuerzos imaginables
hasta conseguirlo, p o r ser lo único que podrá p r o -
porcionarle los placeres materiales, de los que ha.
hecho u n v e r d a d e r o culto. E n t o n c e s las clases i n -
feriores, el populacho, se nos u n i r á en contra de
nuestro competidores, los gentiles privilegiados e
inteligentes., y lo hará sin t e n e r siquiera u n a mira,
elevada, ni siquiera por a m o r a la riqueza ; s i m p l e -
mente lo hará por odio a las clases acomodadas.
— 98 —

Q U I N T A SESIÓN. ACTA № 5

Organización centralizada de la administración.


— Medios de llegar al poder por la masonería. —
€aiisas de la imposibilidad de una "entente" entre
los Estados. — El oro, motor de los mecanismos
gubernamentales. — Importancia de la crítica. —
Cómo captarse la opinión pú blica. — Importancia
de la iniciativa personal. — El super-Gobierno.

i Qué clase de gobiern o puede darse a sociedades


•donde la con cusión y la corrupción se h a n gen era­
lizado p o r todas partes, en don de la riqueza n o
p u e d e adquirirse más que por la astucia, la sorpre­
sa, o por otros medios fraudulen tos, don de rei n a
el desorden y la moral debe m a n t e n e r s e p o r el cas­
tigo y con leyes severas y n o por prin cipios volun ­
t a r i a m e n t e aceptados, don de los se n timie n tos de
P a t r i a y de Religión han desaparecido, gracias al
desarrollo adquirido por las teorías cosmopolitas ?

¿ Qué otra forma de gobiern o p u e d e d a r s e a esas


sociedades, si n o es la forma despótica q u e voy a
describiros ?

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