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¿Qué es la pasión de Cristo?

La pasión de Cristo incluye el período de tiempo que va desde la noche anterior a la crucifixión de
Jesús hasta Su muerte en la cruz. En la tradición católica romana, se ha puesto mucho énfasis en
este período de tiempo para resaltar los sufrimientos de Jesús que condujeron a Su muerte como el
último sacrificio por el pecado. Este período de tiempo está tradicionalmente marcado por el tiempo
que pasó en el Huerto de Getsemaní e incluye Sus oraciones, la traición de Judas Iscariote, el
abandono y la negación de Sus discípulos, el arresto, los juicios, los golpes y el tiempo que pasó en
la cruz.
Oración en el Huerto de Getsemaní: Juan 18 habla de Jesús orando en el huerto; Mateo y Lucas
detallan los acontecimientos de estas oraciones. Jesús oró tres veces mientras Sus discípulos debían
vigilar, pero en vez de eso se quedaron dormidos (Lucas 22:39-46). Las oraciones de Jesús fueron
tan intensas "y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra" (Lucas 22:44).
Algunos interpretan esto como sangre literal (como ocurre con la condición de hematidrosis),
mientras que otros interpretan esto como que Él estaba goteando sudor. Cualquiera de las dos
interpretaciones habla de la intensidad de sus oraciones.
Su traición: Judas Iscariote llegó al huerto con una multitud de personas que querían arrestar a
Jesús. Aunque Judas había sido uno de Sus seguidores más cercanos, lo entregó a Sus traidores con
un beso, un saludo judío habitual (Lucas 22:48).
Abandonado/rechazado por los discípulos: Los Evangelios relatan que todos los seguidores de Jesús
huyeron cuando éste fue arrestado (Marcos 14:50). Juan y Pedro siguieron a distancia hasta la casa
del sumo sacerdote donde Jesús fue juzgado. Mientras se encontraba en el patio del sumo sacerdote,
Pedro negó tres veces conocer a Jesús, cumpliendo así la anterior predicción de Jesús (Lucas 22:54-
62).
Su arresto: Mateo 26:50 dice: "Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron". Lo
arrestaron los líderes judíos que se oponían a Jesús y a Sus afirmaciones de ser el Mesías.
Sus juicios: Los Evangelios registran siete juicios diferentes que tuvieron lugar tanto por parte de
los líderes religiosos judíos como de las autoridades romanas que ocupaban Israel en ese momento.
Aunque Jesús no había hecho nada que mereciera la muerte, fue condenado a la crucifixión. Pilato
se lavó las manos para demostrar su inocencia de la sangre de Jesús, aunque accedió a los deseos de
los líderes judíos y de la multitud.
Sus golpes/sufrimientos: Lucas resumió el trato que recibió Jesús durante esa noche diciendo: "Y
los hombres que custodiaban a Jesús se burlaban de él y le golpeaban; y vendándole los ojos, le
golpeaban el rostro, y le preguntaban, diciendo: Profetiza, ¿quién es el que te golpeó? Y decían otras
muchas cosas injuriándole" (Lucas 22:63-65). Además, Jesús fue azotado usando un látigo con
trozos trenzados de hueso o quizás bolas de plomo, dejando muchas heridas que sangraban y que
permanecían abiertas cuando fue clavado en la cruz para morir.
La Cruz: La crucifixión romana implicaba tres clavos, uno en cada muñeca (o mano) y otro en
ambos tobillos para asegurar los pies de la persona. La Biblia registra que Jesús fue crucificado con
dos criminales, uno a cada lado de Él (Lucas 23:32-33). Jesús pronunció siete palabras específicas
en la cruz antes de Su muerte, una muerte confirmada más tarde por los soldados romanos que le
atravesaron el costado.
La pasión de Cristo ha sido tan importante para la fe cristiana que muchas tradiciones, libros y
películas se han basado en ella. Los que estudian la pasión de Cristo con frecuencia encuentran un
amor más profundo por Aquel que dio Su vida como sacrificio por todos, para dar la oportunidad de
tener vida eterna a los que creen (Juan 3:16).
La Semana Santa ya ha llegado un año más. Se trata de la fiesta más importante del cristianismo y
el momento en el que la religión católica conmemora los últimos días de la vida de Jesucristo.
Estas fechas se inician con el Jueves Santo, una festividad anual y tradicional que se celebra el
jueves anterior al Domingo de Resurrección. En concreto, este día se celebra la fiesta cristiana que
abre el Triduo Pascual, el periodo durante el cual la liturgia católica conmemora la pasión, muerte y
resurrección de Jesucristo, y constituye el momento central de la Semana Santa y del año litúrgico.
La Última Cena
En el Jueves Santo el cristianismo conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena, el
lavatorio de los pies y la oración en el huerto de Getsemaní. Según relata la Biblia, la Última Cena
fue el momento en el que Jesús se reunió con los doce apóstoles para despedirse de ellos antes de su
muerte. Además, durante esta cena les anunció que uno de ellos le traicionaría, dando a entender
que era Judas Iscariote.
Los Evangelios narran asimismo que durante esta reunión Jesús realizó un lavatorio de pies a todos
sus compañeros, un gesto que para la Iglesia es un símbolo de entrega a los demás. No obstante, el
momento más relevante de la Última Cena es el que la Iglesia considera como la institución de la
Eucaristía, uno de los siete sacramentos para los católicos.
Institución de la Eucaristía
Este hecho se produce cuando Jesús toma el pan, lo parte y lo reparte entre los comensales diciendo:
“Tomad y comed todos de él, porque este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros”. A
continuación toma un cáliz lleno de vino y dice: “Tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz
de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los
hombres para el perdón de los pecados”. Y concluyó: “Haced esto en conmemoración mía”. Esta
última frase es interpretada por la Iglesia como la institución del Orden Sacerdotal, otro de los siete
sacramentos.
De esta manera, la misa del Jueves Santo se consagra al éxito en la muerte de Cristo, que habría
dado su vida para salvar a la humanidad de sus pecados. Según detalla la agencia de noticias
católicas Aciprensa, esta fecha se debe celebrar “lo más solemnemente posible, pero, en los cantos,
en el mensaje, en los signos, no debe ser ni tan festiva ni tan jubilosamente explosiva como la
Noche de Pascua”.

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