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MONICIONES DEL 29 DE MARZO (Viernes Santo - B)

Monición de Entrada
Nos hemos reunido en este Viernes Santo, en el silencio y la oración, para
conmemorar la muerte de Jesús en la cruz.
Tras el rito de entrada, la celebración consta de tres partes. En la primera parte,
tiene lugar la Liturgia de la Palabra, en la que, junto a las lecturas del antiguo y nuevo
testamento, escucharemos el relato de la Pasión y terminaremos haciendo una oración
universal, por la Iglesia y por las necesidades del mundo entero.
En la segunda parte, nos será mostrada la Cruz de forma solemne y la adoraremos.
Y en la tercera parte, comulgaremos con el Cuerpo de Cristo, consagrado ayer, en la
conmemoración de la última Cena y que hemos adorado con solemnidad en el
Monumento. Ahora, puestos de pie, recibimos en silencio al celebrante, y a continuación,
nos arrodillaremos todos, orando ante Dios desde lo profundo de nuestro corazón.

Monición antes de la Primera Lectura.


La figura del siervo encarna todo el sufrimiento. Reúne y hermana dos suertes, al
parecer irreconciliables; la humillación y la elevación, el sufrimiento y el triunfo, la muerte
y la vida. Dios y los hombres testifican con el siervo que, el dolor inocente es redimido y
redime.

Monición antes de la Segunda Lectura.


Cristo es el auténtico Sacerdote del Nuevo Testamento. Sin embargo, esta
condición suya no implicaba ningún privilegio: pasó por todo como cualquier hombre y
no fue liberado de aquella muerte.

Monición antes del Santo Evangelio de la Pasión.


El relato de la pasión y muerte de Cristo, suena hoy con más fuerza que nunca.
Tratemos de penetrar y entender el misterio de Jesús, que camina hacia la cruz y la acepta
voluntariamente para salvarnos. Para nuestro vivir y nuestro morir, es decisivo que
entendamos hoy la pasión y muerte de Jesucristo, pues el triunfo de la cruz es el anuncio
de su resurrección.

Monición antes de recibir la Comunión.


Hoy no celebramos la Eucaristía. Hoy contemplamos a Jesús muerto en la cruz. Pero
en estos momentos de espera y dolor, nos acompaña también el Cuerpo de Cristo
entregado por nosotros. Por eso, ahora comulgaremos de la Eucaristía que celebramos
ayer.
Monición después de la Comunión, mientras se realiza la Colecta.
Antes de adorar la Cruz de Cristo, muerto por la salvación de todos los hombres,
vamos a pasar a recoger la Colecta, que tradicionalmente en este día, se dedica al
mantenimiento de los Santos Lugares, donde Jesús vivió, murió y resucitó, que tan
necesitados están de ayuda, máxime tras tantos años de enfrentamientos y pobreza
extrema. Mañana, a las 7:00pm en nuestra Parroquia, nos reuniremos de nuevo para la
celebración más importante de todo el año litúrgico: la Vigilia Pascual. En la Capilla de San
Esteban el servicio litúrgico será a las 5:00pm. Con fe viviremos estos días santos, hoy
agradecemos con la siguiente oración: En esta tarde Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero, al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.

¿Cómo quejarme de mis pies cansados,


cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?

¿Cómo explicarte a tí, mi soledad,


cuando en la cruz alzado y sólo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?

Ahora ya no me acuerdo de nada,


huyeron de mí todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía,
se me ahoga en la boca pedigüeña.

Y sólo pido no pedirte nada,


estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es sólo,
la llave santa de tu santa puerta. Amén

Monición antes de la Adoración de la Cruz.


La cruz es signo de muerte, de sufrimiento, y es anticipo de luz, de resurrección. En
la cruz, instrumento de muerte, nosotros reconocemos la vida; en la cruz, patíbulo de
condenados, nosotros vemos el triunfo de Cristo. Desde el primer Viernes Santo, la cruz
es nuestro signo, nuestra victoria. Por eso, ahora la adoramos con reverencia sin
movernos de nuestro sitio.

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