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Carbono

El carbono (del latín, carbo, 'carbón') es un elemento químico con símbolo C, número atómico 6 y masa atómica
12,01. Es un no metal y tetravalente, disponiendo de 4 electrones y 6 protones para formar enlaces químicos
covalentes. Tres isótopos del carbono se producen de forma natural, los estables 12C y 13C y el isótopo radiactivo 14C,
que decae con una vida media de unos 5730 años.1 El carbono es uno de los pocos elementos conocidos desde la
antigüedad,2 y es el pilar básico de la química orgánica. Está presente en la Tierra en estado de cuerpo simple (carbón
y diamantes), de compuestos inorgánicos (CO2 y CaCO3) y de compuestos orgánicos (biomasa, petróleo y gas
natural). También se han sintetizado muchas nuevas estructuras basadas en el carbono: carbón activado, negro de
humo, fibras, nanotubos, fullerenos y grafeno.

El carbono es el 15.º elemento más abundante en la corteza terrestre,3 y el cuarto elemento más abundante en el
universo en masa después del hidrógeno, el helio y el oxígeno. La abundancia del carbono, su diversidad única de
compuestos orgánicos y su inusual capacidad para formar polímeros a las temperaturas comúnmente encontradas en la
Tierra, permite que este elemento sirva como componente común de toda la vida conocida. Es el segundo elemento
más abundante en el cuerpo humano en masa (aproximadamente el 18,5%) después del oxígeno.4

Los átomos de carbono pueden unirse de diferentes maneras, denominadas alótropos del carbono, reflejo de las
condiciones de formación. Los más conocidos que ocurren naturalmente son el grafito, el diamante y el carbono
amorfo.5 Las propiedades físicas del carbono varían ampliamente con la forma alotrópica. Por ejemplo, el grafito es
opaco y negro, mientras que el diamante es altamente transparente. El grafito es lo suficientemente blando como para
formar una raya en el papel (de ahí su nombre, del verbo griego "γράφειν" que significa 'escribir'), mientras que el
diamante es el material natural más duro conocido. El grafito es un buen conductor eléctrico mientras que el diamante
tiene una baja conductividad eléctrica. En condiciones normales, el diamante, los nanotubos de carbono y el grafeno
tienen las conductividades térmicas más altas de todos los materiales conocidos. Todos los alótropos del carbono son
sólidos en condiciones normales, siendo el grafito la forma termodinámicamente estable. Son químicamente resistentes
y requieren altas temperaturas para reaccionar incluso con oxígeno.

El estado de oxidación más común del carbono en los compuestos inorgánicos es +4, mientras que +2 se encuentra en
el monóxido de carbono y en complejos carbonilos de metales de transición. Las mayores fuentes de carbono
inorgánico son las calizas, dolomitas y dióxido de carbono, pero cantidades significativas se producen en depósitos
orgánicos de carbón, turba, petróleo y clatratos de metano. El carbono forma un gran número de compuestos, más que
cualquier otro elemento, con casi diez millones de compuestos descritos hasta la fecha6 (con 500.000 compuestos
nuevos por año), siendo sin embargo ese número solo una fracción del número de compuestos teóricamente posibles
bajo condiciones estándar. Por esta razón, a menudo el carbono se ha descrito como el «rey de los elementos».7

La combustión del carbono en todas sus formas ha sido la base del desarrollo tecnológico desde tiempos prehistóricos.
Los materiales basados en el carbono tienen aplicaciones en numerosas áreas de vanguardia tecnológica: materiales
compuestos, baterías de iones de litio, descontaminación del aire y del agua, electrodos para hornos de arco, en la
síntesis de aluminio, etc.

Características
El carbono es un elemento notable por varias razones. Sus formas alotrópicas incluyen, una de las sustancias más
blandas (el grafito) y una de las más duras (el diamante) y, desde el punto de vista económico, es de los materiales más
baratos (carbón) y uno de los más caros (diamante). Más aún, presenta una gran afinidad para enlazarse químicamente
con otros átomos pequeños, incluyendo otros átomos de carbono con los que puede formar largas cadenas, y su
pequeño radio atómico le permite formar enlaces múltiples. Así, con el oxígeno forma el dióxido de carbono, vital para
el crecimiento de las plantas (ver ciclo del carbono); con el hidrógeno forma numerosos compuestos denominados
genéricamente hidrocarburos, esenciales para la industria y el transporte en la forma de combustibles fósiles; y
combinado con oxígeno e hidrógeno forma gran variedad de compuestos como, por ejemplo, los ácidos grasos,
esenciales para la vida, y los ésteres que dan sabor a las frutas; además es vector, a través del ciclo carbono-nitrógeno,
de parte de la energía producida por el Sol.8

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