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Figura 8.1 – Estructura vertical oceánica desde el punto de vista de la circulación oceánica.
Las profundidades de las capas no están en escala; el océano profundo es mucho mayor que
las otras capas.
Las primeras teorías para explicar la termoclina permanente intentaron describirla como la
estructura vertical resultante de un equilibrio local entre afloramiento de aguas frías y
difusión de calor desde la superficie
∂T ∂2 T
w =k (8.1)
∂z ∂ z2
El resultado de este modelo es una termoclina muy difusiva caracterizada por gradientes de
temperatura mucho menos abruptos que los observados. Este paradigma cambió en los años
'80 con la publicación de un artículo llamado “La circulación de la termoclina ventilada” de
Luyten, Pedlosky y Stommel (1983). La teoría combina subducción desde la capa límite de
mezcla con descenso advectivo a lo largo de la estratificación de la termoclina.
En el tope del océano interior (parte de la columna de agua que contiene a la termoclina
permanente y al océano profundo) existe un intercambio de agua con la termoclina estacional.
Este proceso es llamado subducción si el agua pasa de la termoclina estacional al interior
océanico y obducción si el agua sube hacia la termoclina estacional (Fig. 8.2).
Existen varios procesos por los cuales el agua entra a la termoclina permanente, en particular
el bombeo de Ekman y el retroceso de la capa limite al final del inverno. La suma de estos
procesos crea subducción que puede ser definido como la entrega irreversible de agua antes
perteneciente a la termoclina estacional al interior oceánico. Es importante notar que gran
parte del agua “dejada atrás” por el retroceso de la termoclina estacional durante primavera y
verano es re-capturada en el otoño e invierno siguiente pues no ha tenido tiempo suficiente de
hundirse hacia el interior oceánico. Por lo tanto la mayor parte de la subducción es solamente
temporal y el interior oceánico es alimentado efectivamente por la subducción únicamente en
invierno - el llamado “demonio de Stommel” (Stommel 1979).
subducción, y se dice que están ventiladas. El movimiento de las parcelas de agua está
confinado a la isopicnal pues los procesos mezcla son muy débiles en la termoclina.
Figura 8.3 – Corte vertical del océano mostrando la estratificación vertical y la dirección de
las corrientes (panel superior). Representación lagrangiana (siguiendo parcelas de agua) de la
circulación forzada por el viento (panel inferior).
En cada capa de densidad constante puede haber tres regiones (Fig. 8.4): (1) una región
ventilada, conectada a la superficie, (2) una piscina en la región oeste que no está ventilada
con líneas de flujo que entran y salen de la corriente de borde oeste sin llegar a la superficie,
(3) una zona quieta – zona de sombra- entre la línea de flujo mas al este que se hunde
(subducción) y la frontera este (Fig. 8.5).
Figura 8.5 – Líneas de flujo para de una subducción idealizada en una isopicna. Las regiones
de gris claro son la piscina del oeste y la zona de sombra, donde las líneas de corriente no
conectan a la superficie. El contorno grueso marca donde la isopicnal llega a la superficie. En
la region gris oscura no hay agua de esta densidad.
La circulación forzada por los vientos penetra unos cientos de metros, por lo que en mayores
profundidades la estructura vertical oceánica debe depender de otros procesos diferentes
asociados a la circulación termohalina. Por lo tanto la circulación termohalina y la circulación
forzada por el viento son complementarias y la profundidad de la termoclina está dada por
una restricción global, como por ejemplo la necesidad del océano de ganar y perder iguales
cantidades de calor.
La figura 8.7 muestra la estratificación vertical oceánica media en 200 m. Se observa que la
estratificación es mínima en los sitios de formación de aguas profundas en el mar de
Labrador, mar de Groenlandia y el mar de Weddell.
Figura 8.7 – Estratificación oceánica media. Marcados en rojos son los sitios de convección
profunda.
Para cerrar la circulación debe existir un flujo hacia los sitios de convección y un
afloramiento muy lento en latitudes mas bajas para devolver el agua a la superficie. El
circuito total tiene escalas de tiempo de 1000 años.
(8.2)
donde a es el radio terrestre. Eliminando la presión entre los dos primeros términos se obtiene
(8.3)
donde =2 co s . Notar que ahora w es el afloramiento en la termoclina y no el
a
bombeo de Ekman. Valores típicos de v=10-4 m/s.
Integrando verticalmente desde -H hasta 0 (Fig. 8.8) y considerando un fondo plano (w(-
H)=0) resulta en el transporte de Sverdrup
(8.4)
Con afloramiento (w0>0) casi en toda la cuenca, el flujo en el océano profundo debe ser hacia
el norte en el H.N. (φ>0) y hacia el sur en el H.S., o sea que es siempre hacia los polos. En el
ecuador no hay transporte. Este resultado puede interpretarse en el contexto de conservación
de vorticidad potencial: al igual que en latitudes medias la columna de océano se mueve hacia
el ecuador como respuesta del bombeo de Ekman, en este caso la columna debe moverse
hacia los polos en respuesta al afloramiento.
De ahora en adelante consideraremos sólo el H.N. El balance de agua para cada latitud φ
hasta el polo, incluyendo el lugar de formación de aguas profundas, demanda que el flujo en
el interior (integral de V) mas el flujo por la convección profunda S 0 debe ser balanceado por
el flujo de borde oeste (Tw) y el afloramiento w0
(8.5)
Sustituyendo V por la expresión de mas arriba y considerando w0 constante
(8.6)
(8.7)
el cual es máximo en el polo (φ=π/2) y minimo en el ecuador (φ=0). Pueden ocurrir tres
casos:
Caso 1: S 0 = 1 a 2 w 0
(8.8)
donde consideramos que p=0 en la frontera este. Usando ahora la ecuación de momento en la
dirección y, se tiene
(8.9)
y para w0 constante
(8.10)
la cual es siempre positiva, o sea hacia el este, implicando que la capa límite que alimenta
este flujo debe estar en el borde oeste de la cuenca. La solución se muestra en la figura 8.9
(izquierda) y tambien se muestra el flujo que se observaría en profundidad para los océanos
reales de acuerdo a esta teoría. En general la estructura de la solución reproduce el patrón de
la circulación termohalina observada. La teoría, sin embargo, considera fondo plano (entre
otras simplificaciones) que es claramente una debilidad importante ya que la batimetría guía
la circulación de los océanos en profundidad.
Figura 8.9 – Solucion del modelo simple de Arons y Stommel (izq), y su aplicación para la
distribución real de los océanos. Notar que en la solución el flujo interior es siempre hacia los
polos.
Por otro lado, las predicciones de la teoría en el interior oceánico lejos de la frontera oeste no
parecen ser adecuadas para describir el flujo en esa región. La figura 8.12 muestra el flujo a
2.5 km de profundidad en el Atlántico sur, y se puede observar que el flujo en el interior
parece mostrar una tendencia a formar jets zonales de pequeña escala meridional y que
conectan con la corriente profunda de borde oeste. La extensión lateral de estos jets y su
distribución geográfica es aún desconocida, pero parece haber poca mezcla y afloramiento en
contraposición a la teoría de Stommel y Arons.
La figura 8.13 muestra la función corriente meridional oceánica media definida como
Por ejemplo, para el océano Atlántico, la figura 8.13 muestra un máximo de cerca de 16 Sv a
una profundidad de 1km asociado a la circulación termohalina y dos celdas en superficie
entre el ecuador y 30° asociadas a la circulación forzada por el viento.
Figura 8.13 – Función corriente para el océano global (panel superior) y solamente el
Atlántico (panel inferior). Datos de salida de un modelo climático.
La figura 8.14 muestra la evolución del transporte en 26°N calculado a través de datos in situ.
Se observa gran variabilidad en los resultados, obteniendose valores del máximo de la
función corriente entre 4 y 32 Sv.
Bibliografía principal