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Poblaciones: su crecimiento y regulación.

Una población se compone de todos los miembros de una especie


determinada que viven dentro de un ecosistema y que pueden cruzarse.

Los estudios de los ecosistemas no alterados muestran que ciertas


poblaciones tienden a conservar un tamaño relativamente estable al paso
del tiempo; otras fluctúan de forma cíclica y otras más varían
esporádicamente en función de variables ambientales complejas.

Son tres los factores que determinan si el tamaño de una población


cambia y en qué medida:

1. Los nacimientos;
2. Los fallecimientos;
3. La migración.

Los organismos se incorporan a una población por nacimiento o por


inmigración y la abandonan por fallecimiento o por emigración. Una
población permanecerá estable si, en promedio, tantos individuos se
integran a ella como individuos la abandonan. Una población crece cuando
el número de nacimientos, más el número de inmigrantes, sobrepasa el
número de fallecimientos más el número de emigrantes. La población
disminuye cuando ocurre lo contrario.

Una ecuación para determinar el cambio de tamaño de una población en


un periodo determinado es la siguiente:

(nacimientos – fallecimientos) + (inmigrantes – emigrantes) = cambio


de tamaño de la población

En muchas poblaciones naturales los organismos que llegan o se van


representan una contribución relativamente pequeña al cambio de la
población; en consecuencia, los índices de natalidad y de mortalidad son Pá gina8
los factores primordiales que influyen en el nacimiento.

El tamaño último de toda población, sin contar la migración, es el


resultado de un equilibrio entre los dos principales factores opuestos
que determinan los índices de natalidad y de mortalidad. El primer factor
es el potencial biótico, o índice máximo al que la población podría
crecer en las condiciones ideales, es decir, aquellas que hacen posible
un índice de natalidad máximo y un índice de mortalidad mínimo. A este
potencial de crecimiento se oponen los límites que fijan el ambiente vivo
e inanimado; en conjunto, estos límites reciben el nombre de resistencia
ambiental. Imponen una resistencia ambiental la disponibilidad de
alimento y de espacio, la competencia con otros organismos y ciertas
interacciones entre especies, como los comportamientos de depredadores y
el parasitismo. Los sucesos naturales, como tormentas, incendios, clima
gélido, inundaciones y sequías también pertenecen a esta categoría.

La resistencia ambiental reduce los índices de natalidad y aumenta


los de mortalidad. Por ejemplo, una sequía podría matar a las plantas
directamente y también dañar a la poblaciones de animales que dependen de
estas plantas, al reducir su reproducción y aumentar el número de
fallecimientos por inanición. Normalmente, la interacción entre el
potencial biótico y la resistencia ambiental da por resultado un
equilibrio entre el tamaño de la población y los recursos disponibles.

→ El Potencial Biótico Genera Un Crecimiento Exponencial.

Los cambios en el tamaño de las poblaciones, sin tener en cuenta la


migración, dependen del índice de natalidad, del índice de mortalidad y
del número de individuos que integran la población original. Las tasas de
cambio en el tamaño de las poblaciones suelen medirse como cambios de
estas variaciones por individuo durante una unidad de tiempo determinada.
Por ejemplo, el índice de natalidad puede expresarse como el número de
nacimientos por organismo y por año.

El índice de crecimiento (c) de una población es una medida del


cambio de tamaño de la población por individuo y por unidad de tiempo.
Este valor se determina restando el índice de mortalidad (m) al índice de
natalidad (n):

n - m = c

(índice de natalidad) (índice de mortalidad) (índice de crecimiento)

Si el índice de mortalidad es mayor que el de natalidad, el índice


de crecimiento será negativo y la población disminuirá.
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Para calcular el número de individuos que se integran a una población en
un período determinado, el índice de crecimiento (c) se multiplica por el
tamaño de la población original (N):

Crecimiento de población= cN

Analicemos un ejemplo, si el crecimiento de la población (cN) es igual a


0.1 x 10000 = 1000 personas en el primer año. Si este índice de
crecimiento es constante, entonces al año siguiente (c) deberá
multiplicarse por un tamaño de la población aún mayor: (N + cN = 11000).
Por lo tanto, en el segundo año se integran 1100 nuevos individuos a la
población, lo que incrementa aún más el número de individuos que se
integran en el tercer año, y así sucesivamente.

Esta modalidad de aumento continuamente acelerado, del tamaño de


población es un crecimiento exponencial. Durante el crecimiento
exponencial, la población, a lo largo de un período determinado, crece en
un porcentaje fijo del tamaño que tiene al comenzar ese período. Por
consiguiente se agrega a la población un número creciente de individuos
durante cada período sucesivo, con lo cual el tamaño de la población
crece a un ritmo siempre acelerado. La gráfica del crecimiento
exponencial de población suele designarse como una curva de crecimiento
en forma de J, o curva J.

El valor c nos permite calcular un valor llamado tiempo de


duplicación, que es el tiempo que le toma a una población doblar su
tamaño a su índice de crecimiento actual (c).

El crecimiento exponencial de la población se da siempre que el


número de nacimientos excede sistemáticamente al de fallecimientos. Esto
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sucede cuando, en promedio, cada individuo produce durante su vida más de
un descendiente que sobrevive. Aunque el número de descendientes que un
individuo produce cada año varía desde millones, como en las ostras,
hasta uno o menos en el ser humano., cada organismo tiene el potencial de
reponerse a sí mismo muchas veces durante su vida. Esta capacidad, que es
el potencial biótico, ha evolucionado porque contribuye a asegurar que al
menos un descendiente sobreviva hasta tener sus propias crías.

Entre los diversos factores que influyen en el potencial biótico


están los siguientes:
→ la edad a la que el organismo se reproduce por primera vez.

→ la frecuencia en que ocurre la reproducción.

→ el número promedio de crías que se producen cada vez.

→ la duración del lapso reproductivo de la vida del organismo.

→ el índice de mortalidad de los individuos en condiciones ideales.

En la naturaleza el crecimiento exponencial sólo se presenta en


circunstancias especiales y por tiempo limitado. Por ejemplo, se observa
un crecimiento exponencial en las poblaciones que experimentan ciclos
regulares, en los que un crecimiento rápido de la población va seguido de
una mortandad masiva. Estos ciclos de auge y decadencia se llevan a cabo
en diversos organismos por razones variadas y complejas. Muchas especies
de vida corta y reproducción rápida, desde algas hasta insectos, tienen
ciclos estacionales de población ligados a cambios predecibles de
precipitación pluvial, temperatura o disponibilidad de nutrimentos. En
los climas templados, las poblaciones de insectos crecen con rapidez
durante la primavera y el verano y luego decaen bruscamente con las
heladas del invierno. Factores más complejos dan origen a ciclos de
aproximadamente cuatro años en el caso de pequeños roedores, como el
ratón campestre y el lemming, y ciclos de población muchos más largos en
la liebre, la rata almizclera y el urogallo.

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Fig: ciclo de población de auge y decadencia

Las poblaciones de lemmings, por ejemplo pueden crecer hasta que los
roedores consumen en exceso su frágil ecosistema de tundra ártica. La
falta de alimento, las crecientes poblaciones de depredadores y la
tensión social provocada por la sobrepoblación, pueden favorecer una
elevada y súbita mortalidad. Se producen numerosas muertes cuando los
lemmings emigran en oleadas desde regiones de alta densidad de población.
Durante estos drásticos desplazamientos en masa, los lemmings son presa
fácil de los depredadores. Muchos se ahogan; comienzan a nadar cuando se
topan con una masa de agua, incluso el mar, pero no consiguen cruzar
hasta el otro lado. La menguada población de lemmings origina a la postre
una reducción en el número de depredadores y una recuperación de la
comunidad vegetal que sirve de alimento a los lemmigns. Estas respuestas,
preparan el escenario para una nueva ronda de crecimiento exponencial de
la población de lemmings.

Fig: Ciclos de población de los lemmings

En las poblaciones que no presentan ciclos de auge y decadencia,


puede haber temporalmente un crecimiento exponencial en circunstancias
especiales: por ejemplo, si se eliminan factores reguladores de la
población, como depredadores o parásitos, o si se incrementa la provisión Pá gina8
de alimento. Esto ocurre en el caso de las poblaciones de ratones de
patas blancas cuando los robles producen bellotas en abundancia. También
hay crecimiento exponencial cuando los individuos invaden un nuevo
hábitat donde las condiciones son favorables y no hay mucha competencia,
como en un predio agrícola que ha sido arado y luego abandonado. Es común
la invasión de nuevos hábitats y el crecimiento exponencial de los
invasores cuando la gente introduce especies extrañas o exóticas, en los
ecosistemas, en muchos casos con resultados dañinos.
Tarde o temprano, todas las poblaciones que presentan crecimiento
exponencial se estabilizan o se derrumban. A medida que más individuos se
integran a la población, se intensifica la competencia por los recursos.
Cuando las plantas invaden el predio agrícola abandonado y sus
poblaciones crecen, la competencia por el espacio, el agua, la luz solar
y los nutrimentos del suelo aumenta hasta que la expansión ya no puede
continuar. En respuesta al crecimiento de poblaciones como la de los
perros de las praderas, por ejemplo, los depredadores como los halcones
pueden aumentar en número, o bien alimentarse en mayor proporción de esta
presa que se ha vuelto más abundante. Los parásitos y las enfermedades se
propagan con más facilidad debido al debilitamiento y a la aglomeración
ocasionados por la falta de alimento o por la tensión provocada por
interacciones sociales adversas. Los animales pueden ya sea migrar, para
establecer nuevas poblaciones, o morir.

En consecuencia, luego de un periodo de crecimiento exponencial,


las poblaciones tienden a estabilizarse en el número máximo que el medio
es capaz de sostenerse o por debajo de él. El índice de crecimiento
disminuye poco a poco y alcanza un equilibrio de largo plazo, fluctuando
en torno a un índice de crecimiento cero. En este equilibrio, el índice
de natalidad está compensado por el índice de mortalidad y el tamaño de
la población se estabiliza. Este tipo de crecimiento de población,
característico de los organismos longevos que colonizan una nueva región,
se representa gráficamente como una curva de crecimiento con forma de S,
o curva S.

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Fig: curva S de crecimiento de población.


Las poblaciones pueden estabilizarse a un nivel igual o inferior a
la capacidad de sostenimiento o de carga del ecosistema. La capacidad de
sostenimiento es el tamaño de población máximo que un ecosistema puede
sostener por tiempo indefinido y está determinada principalmente por la
disponibilidad continua de dos tipos de recursos:

1ero: recursos renovables, que se reponen en virtud de procesos naturales


y comprenden los nutrimentos, el agua y la luz;

2do: recurso no renovable; el espacio.

Los organismos morirán de hambre si las demandas sobre los


recursos renovables son demasiado grandes. Si se exceden las necesidades
de espacio, es probable que los animales emigren, pero por lo común lo
hacen en zonas menos idóneas donde su índice de mortalidad es más alto.
La reproducción disminuye por los animales tal vez no encuentren lugares
apropiados para procrear o las semillas de las plantas quizá no lleguen a
un lugar apropiado para germinar. Si una población sobrepasa su capacidad
de sostenimiento, las demandas excesivas sobre los recursos pueden dañar
los ecosistemas y reducir su capacidad de sostenimiento. El resultado es
ya sea una disminución de la población hasta que el ecosistema se
recupera, o una reducción permanente de la población.

En la Naturaleza, la resistencia ambiental mantiene las


poblaciones a la capacidad de sostenimiento de su ambiente o por debajo
de ella. Los factores como la resistencia ambiental se clasifican en dos
categorías amplias:

1. Los factores independientes de la densidad limitan el tamaño de


población cualquiera sea la densidad de la población;

2. Los factores dependientes de la densidad son más eficaces a medida


que la densidad de población aumenta.

Los sucesos naturales, como los huracanes, sequías, inundaciones e


incendios, tienen efectos profundos sobre las poblaciones locales; estos
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efectos son independientes de la densidad de población. Quizá el factor
independiente de la densidad es el clima. Por ejemplo, el tamaño de
muchas poblaciones de insectos y de plantas anuales está limitado por el
número de individuos que nacen antes de la primera helada fuerte. Por lo
regular, las poblaciones de este tipo no alcanzan su capacidad de
sostenimiento porque los factores independientes de la densidad
intervienen antes de que ello ocurra. El clima es el generador principal
de los ciclos de población de auge y decadencia.
Los organismos que viven durante muchos años, han perfeccionado
diversos mecanismos que compensan los cambios meteorológicos
estacionales, para de esta manera burlar esta forma de regulación de la
población independiente de la densidad. Por ejemplo; muchos mamíferos
desarrollan gruesas pieles y almacenan grasa para el invierno. Otros,
entre ellos algunas aves, migran a grandes distancias para encontrar
alimento y un clima hospitalario. Las plantas, pierden sus hojas y
reducen drásticamente sus actividades metabólicas.

Las actividades humanas también limitan el crecimiento de las


poblaciones naturales de formas que son independientes de la densidad de
población. Los plaguicidas y contaminantes provocan reducciones de las
poblaciones naturales.

En el caso de las especies longevas, los elementos más


importantes de resistencia ambiental son dependientes de la densidad.
Debido a que su eficacia aumenta a medida que la densidad de población
crece, los factores dependientes de la densidad ejercen un efecto de
retroalimentación negativa en el tamaño de las poblaciones. Cuanto más
crece una población, tantos más cambios se desencadenan que contrarrestan
este crecimiento. Los factores dependientes de la densidad incluyen las
interacciones con la comunidad, como el comportamiento depredatorio y el
parasitismo y también la competencia dentro de la especie o con miembros
de otras especies.

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