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La sopa de piedra

Una mañana soleada, llegó a una pequeña comunidad una anciana llamada Margarita. Al
recorrer la comunidad, Margarita se dio cuenta que todas las personas que allí vivían estaban
tristes y preocupadas.

¿Qué les pasa? –preguntó la anciana a un hombre que encontró en el camino. Toda la gente
parece estar muy triste. El hombre le contestó: -Lo que sucede es que en esta comunidad
somos muy pobres. Muchas veces no tenemos qué comer y no hay nada que hacer. Ese es
nuestro destino y así lo aceptamos. Ya sabemos que esa es la vida que nos tocó vivir.

Margarita se entristeció mucho y siguió caminando sin poder sacar de su mente las palabras de
aquel hombre. No creía posible que la gente se resignara a vivir en la pobreza.

Entonces recordó que ella no siempre creyó que su vida podía ser mejor. Durante mucho
tiempo ella también vivió sin esperanzas, hasta que una vecina la invitó una tarde a disfrutar
de una deliciosa sopa de piedra.

La anciana encontró a una mujer y le preguntó si podía preparar en su casa una deliciosa sopa
de una piedra poderosa. -¿Una sopa hecha con una piedra? ¡Eso es imposible! –dijo la mujer.
Se equivoca – contestó la anciana-, ya verá que se equivoca.

A la media hora la mujer y sus vecinas estaban reunidas en la casa para ver si era cierto que la
anciana tenía una piedra con tales poderes. Después de lavar muy bien una piedra que
encontró en el jardín, Margarita la metió dentro de una olla con agua y la puso a calentar.
Todo estaba listo.

La anciana probó la sopa delante de las mujeres y luego dijo: -Mm, está quedando deliciosa,
pero creo que le falta algo. ¿Alguna de ustedes tiene sal en su casa? Una de las mujeres
contestó afirmativamente y fue a su casa corriendo a traerla. Luego la anciana dijo: - La sal
ayudó y aunque está muy sabrosa, todavía le falta algo. ¿Alguna de ustedes tiene alguna
hierba para que la sopa quede aún más rica? Otra vecina respondió afirmativamente y fue a
traerla de inmediato.

Y así, la anciana logró que cada vecina colocara algún ingrediente para hacer una deliciosa
sopa. Cuando ésta estuvo lista, todas la disfrutaron.

Fue entonces cuando Margarita les dijo que estaban disfrutando la sopa de una piedra
poderosa que se llama COLECTIVIDAD, y que así como ellas habían podido reunir con
esfuerzo sus ingredientes para hacer la sopa, podían trabajar unidas en otras causas y lograr lo
que quisieran.

Les dijo que el destino no estaba escrito y que dependía de la actitud y de las acciones que cada
una realizara en lo personal y que todas juntas hicieran en colectivo. Así, Margarita encontró
la forma de hacer que la comunidad a la que acababa de llegar se diera cuenta de que las cosas
pueden cambiar con trabajo, organización y solidaridad.

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