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Sopa de Piedras - Marcia Brown

Hubo una vez, hace muchísimos años, un país Rápidamente los niños fueron a buscar lo que
que acababa de pasar por una guerra muy el soldado había pedido. Encienden el fuego,
dura. Como ya es sabido, la guerra trae consigo ponen la olla, la llenan de agua y echan las
rencores, envidias, muchos problemas, muertos piedras. El agua comenzó a hervir.
y mucha hambre. La gente no puede sembrar,
ni segar, no hay harina, ni pan. -¿Podemos probar la sopa?- le preguntaron con
impaciencia los niños.
Cuando este país acabó la guerra y estaba
destrozado, llegó a un pueblecito un soldado -Calma, calma.
agotado, harapiento, y muerto de hambre. Era
muy alto y delgado. El soldado la probo y dijo: -Que buena, pero le
falta un poco de sal.
Hambriento llegó a una casa, llamó a la puerta
y cuando vio a la dueña dijo: -Señora, ¿no -En mi casa tengo sal-dijo un niño. Y salió
tiene un pedazo de pan para un soldado que corriendo por ella. Le trajo y el soldado la echó
viene muerto de hambre de la guerra? La entre la olla.
mujer le mira de arriba abajo y le responde:
-Pero, ¿Estás loco? ¿No sabes que no hay pan, Al poco tiempo volvió a probarla y dijo:
que no tenemos nada? ¡Cómo te atreves!
Y a empujones, lo sacó fuera de la casa. Pobre -¡Que rica! Pero le falta un poco de tomate.
soldado. Prueba fortuna en una y otra casa,
haciendo la misma petición y recibiendo a Un niño, que se llamaba Luis, fue a su casa a
cambio, peor respuesta y peor trato. buscar tomates y los trajo enseguida.
En un momento, los niños fueron trayendo otras
El soldado ya casi desfallecido, no se dio por cositas: Papas, lechugas, arroz y hasta un
vencido. Cruzo el pueblo y llego al lavadero pedazo de pollo.
público. Halló unas cuantas muchachas y le
dijo: La olla se lleno. El soldado la revolvió varias
veces. De nuevo la probó y dijo:
-Muchachas, ¿nunca han probado la sopa de
piedras que hago? Ellas se burlaron del -Vayan, avisen al pueblo que vengan a comer.
diciendo: Hay para todos. ¡Que traigan platos y
-¿Una sopa de piedras? No hay duda que estás cucharas!.
loco. Pero había unos niños que estaban
espiando y se acercaron al soldado cuando se Repartió la sopa. Hubo para todos los del
iba decepcionado. pueblo que, avergonzados, reconocieron que, si
bien era cierto que no tenían pan, juntos podían
-Soldado, ¿le podemos ayudar?- le tener comidas para todos.
preguntaron.
-Claro que sí. Necesito una olla muy grande, un Y, desde aquel día, gracias al soldado
puñado de piedras, agua y leña para hacer hambriento, aprendieron a compartir lo que
fuego. tenían.

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